"... Era liberal acaso por moda, y afición a los principios. En materia de saber no era un Cicerón; pero para la edad y la profesión que tenía de comerciante tenía bastantes ideas, y las suficientes para el gasto de diputado, y aun para el de presidente que desempeñó a satisfacción de los liberales, llamando mucho al orden, al son siempre, se supone, de la campanilla...". En "Retratos políticos de la Revolución de España" por Carlos Le Brun.

Durante la Guerra de la Independencia, Juan Pedro Zulueta figura como avecindado en Cádiz, donde trabaja como comerciante. Forma parte de la Junta Superior de Gobierno de dicha ciudad; es regidor de la misma y en 1821 desempeña el cargo de juez.

En el Trienio Liberal es comandante de la Milicia Nacional Voluntaria. Su actividad política comienza al ser elegido diputado por Cádiz el 2 de diciembre de 1821, causando baja el 27 de septiembre de 1823.

Es el último presidente de la Legislatura Ordinaria de 1823, cuyas sesiones se celebraron en Sevilla y Cádiz, pero Zulueta fue presidente del 7 de junio al 5 de agosto ya en Cádiz.

Participó en las comisiones de Comercio, de Milicia Nacional Local, de Tribunal de Cortes y otras.

Sus intervenciones fueron muy escasas, a excepción de las relativas a la Ordenanza de la Milicia Nacional Local y temas de Hacienda y Presupuesto, de las cuales destacamos su debate con Argüelles que era, en este momento, ministro de Hacienda: "... El Sr. Argüelles ha dicho muy bien que la Nación necesita hacer esfuerzos a fin de conservar su actitud imponente para cualquier suceso imprevisto. Yo soy de esta misma opinión, porque es cierto que una Nación es necesario que tenga fuerza efectiva; pero esto tiene sus límites, porque si se hace un esfuerzo por mucho tiempo, vendremos a parar a que cuando se necesite emplear la fuerza, se habrá ya consumido. Así, pues, creo yo que la Nación, para mantener su estado de independencia, debe tener los elementos de vida en sí misma, es decir, que no se le haya sacado tanto que no tenga medios para hacer un esfuerzo el día que sea necesario; pero yo quiero que estos esfuerzos se dejen para cuando las circunstancias lo exijan, como en la guerra de la Independencia..." (Sesión de 25 de marzo de 1822).

En la sesión celebrada en Cádiz el día 6 de julio de 1823 y publicada en la Gaceta Española del día 7, figura su elección como presidente de estas Cortes. Hubo de realizarse un segundo escrutinio entre los señores Zulueta y Galiano, resultando elegido el Sr. Zulueta por 68 votos de 86.

Las Cortes del Trienio finalizan en la siguiente Legislatura Extraordinaria de 1823, cuyo presidente es Álvaro Gómez Becerra, y la última sesión se celebró en Cádiz el 27 de septiembre de ese año. Las Cortes no se reunirán de nuevo hasta la época de la Regencia de María Cristina en 1834, tras la etapa absolutista.

En 1823 opta por el exilio y en 1826 es condenado junto a tantos otros liberales a garrote en ausencia.

El 30 de junio de 1834 regresa a España. Es elegido procurador por Cádiz, pero es sustituido por Antonio Alcalá Galiano Villavicencio.

Por Real Decreto de 9 de diciembre de 1846 es nombrado Senador vitalicio en la Legislatura de 1846-1847. No consta en su expediente la fecha de su fallecimiento. La última noticia que tenemos de este senador y Presidente de las Cortes es la devolución de unos documentos el 26 de febrero de 1847.

La biografía procede de la publicación "Los presidentes del Congreso de los Diputados, 1810-2010" (2010), coordinada por Sofía Gandarias Alonso de Celis y Mateo Maciá Gómez, y editada por el Departamento de Publicaciones del Congreso de los Diputados. Los textos fueron realizados por ambos coordinadores, con la colaboración de Esperanza Prieto Hernández.