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CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
PLENO Y DIPUTACION PERMANENTE
Año 1996 VI Legislatura Núm. 39
PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. FEDERICO TRILLO-FIGUEROA MARTINEZ-CONDE
Sesión Plenaria núm. 38
celebrada el jueves, 14 de noviembre de 1996
ORDEN DEL DIA:
Comunicación del Gobierno, al amparo de lo dispuesto en el artículo 196
del Reglamento (continuación):
-- Propuestas de Resolución relativas a la comunicación del Gobierno
sobre la participación de España en la Alianza Atlántica renovada (número
de expediente 200/000001) (Página 1706)
Debates de totalidad de iniciativas legislativas:
-- Proyecto de Ley de envases y residuos de envases. «Boletín Oficial
de las Cortes Generales», Serie A, número 17.1, de 4 de octubre de 1996
(número de expediente 121/000011) (Página 1710)
-- Proyecto de Ley Orgánica de reforma de la Ley Orgánica 6/1985, de 1
de julio, del Poder Judicial. «Boletín Oficial de las Cortes Generales»,
Serie A, número 13.1, de 18 de septiembre de 1996 (número de expediente
121/000012) (Página 1739)
Informe anual sobre la Cuenta General del Estado:
-- Dictamen de la Comisión Mixta del Tribunal de Cuentas sobre la
Cuenta General del Estado correspondiente a 1992 y resoluciones adoptadas
por la misma (número de expediente 250/000001) (Página 1762)
SUMARIO
Se reanuda la sesión a las diez y diez minutos de la tarde.
Comunicación del Gobierno, al amparo de lo dispuesto en el artículo 196
del Reglamento (continuación) (Página 1706)
Propuestas de resolución relativas a la comunicación del Gobierno sobre
la participación de España en la Alianza Atlántica renovada (Página 1706)
En defensa de las respectivas propuestas de resolución y para fijación de
posiciones respecto de las de los restantes grupos parlamentarios,
intervienen los señores Almunia Amann, del Grupo Parlamentario
Socialista; Castellano Cardalliaguet, del Grupo Parlamentario de
Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya; Nadal i Male, del Grupo
Parlamentario Catalán (Convergència i Unió); González de Txabarri
Miranda, del Grupo Parlamentario Vasco (PNV); Mardones Sevilla, del Grupo
Parlamentario de Coalición Canaria; Vázquez Vázquez (don Guillerme) y
Chiquillo Barber, del Grupo Mixto; y Rupérez Rubio, del Grupo Popular.
Se procede a las votaciones de las distintas propuestas de resolución
presentadas por los distintos grupos parlamentarios.
Debates de totalidad de iniciativas legislativas (Página 1710)
Proyecto de ley de envases y residuos de envases (Página 1710)
En nombre del Gobierno, la señora Ministra de Medio Ambiente (Tocino
Biscarolasaga), presenta el proyecto de ley de envases y residuos de
envases. Manifiesta que la mejor forma de gestionar los residuos es
evitar que se produzcan y, a su vez, conseguir que, una vez bien
gestionados, se conviertan en materias primas secundarias. Esto es lo que
pretende el Gobierno con el proyecto de ley, siguiendo las instrucciones
y recomendaciones de la Directiva comunitaria 94/62. Se trata, por tanto,
de una norma ambiental que, por su contenido, supone una modificación de
la legislación general aplicable en materia de residuos sólidos urbanos
que exige rango de ley y que va a representar para todos los españoles un
importante cambio en sus conductas. Añade que este proyecto de ley se
propone armonizar las normas sobre gestión de envases y residuos de
envases de los diferentes países miembros de la Unión Europea, basándose
fundamentalmente en las normas establecidas en Alemania y en Francia.
A continuación pasa a explicar el contenido del proyecto de ley, que
consta de siete capítulos. Los tres primeros están dedicados a las
disposiciones de general aplicación, a fijar determinados principios de
acción de las administraciones públicas para fomentar la prevención y
reutilización de los envases y a establecer objetivos de reciclado y
valoración previstos en la citada Directiva; el capítulo cuarto regula
los diferentes procedimientos establecidos en el sistema español; el
capítulo quinto se refiere a requisitos aplicables a los envases y
condiciones de seguridad; el capítulo sexto a sistemas de información y
programación e instrumentos económicos, y el capítulo séptimo contiene el
régimen sancionador. Asimismo, el Gobierno ha sido sensible a una serie
de corrientes de opinión sobre algunos materiales que, si bien no están
contemplados en la Directiva comunitaria, es necesario regular, como los
utilizados para los envases que pueden ser más o menos agresivos con el
medio ambiente
y producir una mayor contaminación. Se refiere en este sentido a la
polémica surgida por la utilización del policloruro de vinilo como
material de envasado. El Gobierno se compromete, en el plazo de un año, a
regular las medidas oportunas sobre la base de las conclusiones del
estudio técnico que va a elaborar la comisión de expertos que contempla
el proyecto de ley en la disposición final segunda. Igualmente, los
ministerios de Medio Ambiente y de Sanidad y Consumo realizarán una
evaluación de los aditivos nocivos y peligrosos utilizados en la
fabricación de envases, con vistas a establecer un calendario para su
sustitución en aquellos supuestos en que se pudieran aplicar algunas
sustancias alternativas.
Expone, a continuación, que esta norma no solamente impone obligaciones a
los ciudadanos y a los agentes económicos, sino que también recomienda a
las administraciones públicas que pongan en marcha actuaciones que
fomenten la realización de objetivos concretos fijados en la ley, por lo
que tendrán la obligación de informar a los consumidores y usuarios sobre
las nuevas medidas que se adopten. Por otra parte, se encarga a las
administraciones públicas que tomen medidas para que, en la contratación
de obras públicas y suministros, se favorezca el orden de prioridades en
la gestión de los residuos de envases que anteriormente se ha señalado.
Finalmente, el proyecto de ley garantiza que el traslado de los residuos
de envases y envases usados desde las islas y desde Ceuta y Melilla a la
península se haga sin coste alguno cuando no sea posible su tratamiento
en esos lugares.
Para la defensa de las distintas enmiendas presentadas, intervienen el
señor Frutos Gras, del Grupo Parlamentario de Izquierda Unida-Iniciativa
per Catalunya; la señora Narbona Ruiz, del Grupo Parlamentario
Socialista, y el señor Rodríguez Sánchez y la señora Lasagabaster
Olazábal, del Grupo Mixto.
Contesta la señora Ministra de Medio Ambiente (Tocino Biscarolasaga).
Replican el señor Frutos Gras, del Grupo Federal de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya; la señora Narbona Ruiz, del Grupo
Socialista, y el señor Rodríguez Sánchez, del Grupo Mixto, duplicando la
señora Ministra de Medio Ambiente.
En turno de fijación de posiciones, intervienen el señor Mardones
Sevilla, del Grupo de Coalición Canaria; la señora Aguirre Uribe, del
Grupo Vasco (PNV); el señor Recoder i Miralles, del Grupo Catalán
(Convergència i Unió), y la señora De Lara Carbó, del Grupo Popular.
Sometidas a votación las enmiendas a la totalidad presentadas por el
Grupo Mixto, se rechazan por 20 votos a favor, 288 en contra y cuatro
abstenciones.
Sometida a votación la enmienda de totalidad con texto alternativo,
presentada por el Grupo Parlamentario de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya, se rechaza por 141 votos a favor, 169 en contra y tres
abstenciones.
Sometida a votación la enmienda de totalidad con texto alternativo,
presentada por el Grupo Socialista, se rechaza por 141 votos a favor, 169
en contra y cuatro abstenciones.
Proyecto de ley orgánica de reforma de la Ley Orgánica 6/1985, de 1 de
julio, del Poder Judicial (Página 1739)
Presenta el proyecto de ley orgánica de reforma de la Ley Orgánica
6/l985, de 1 de julio, del Poder Judicial, en nombre del Gobierno, la
señora Ministra de Justicia (Mariscal de Gante y Mirón). Manifiesta que
el proyecto se ciñe a dos reformas legales muy concretas y
particularmente urgentes. Se trata, por un lado, de modificar la
regulación de la situación de los jueces y magistrados que pasan a
desempeñar cargos públicos ajenos a la Administración de Justicia y, por
otro, de resolver los problemas ocasionados por la actual redacción del
artículo 240 de la Ley Orgánica del Poder Judicial en materia de nulidad
de actuaciones procesales. Añade, sin embargo, que no se agota la
necesaria reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial con estas dos
cuestiones, siendo uno de los objetivos fundamentales de la política del
Gobierno el fortalecimiento del Consejo General del Poder Judicial.
Confiesa que el Gobierno es consciente de que la Ley Orgánica del Poder
Judicial necesita una reforma de mayor amplitud y más calado que la que
representa el proyecto de ley que hoy se trae a la Cámara.
A continuación pasa a analizar los problemas a los que trata de dar
respuesta el proyecto de ley. En primer lugar, a la redacción actual del
artículo 240 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, que establece las
vías a través de las cuales pueden denunciarse los vicios de nulidad de
pleno derecho que afectan a las actuaciones judiciales. Afirma que esta
regulación ha originado graves problemas en la práctica de los
tribunales, que han sido puestos de manifiesto por el Tribunal
Constitucional y por el Consejo General del Poder Judicial, y se reforma
el artículo 240 de la Ley Orgánica del Poder Judicial para dar cabida,
siquiera sea excepcionalmente, a un incidente de
nulidad de actuaciones del que conoce el mismo Tribunal que haya dictado
la sentencia viciada de nulidad y que permite que dicha nulidad sea
declarada incluso cuando la sentencia sea firme. Añade que con esta nueva
regulación se garantiza un adecuado equilibrio entre la protección del
derecho de los justiciables a no sufrir indefensión y las exigencias de
la seguridad jurídica y de duración razonable de los procesos.
En cuanto al segundo de los problemas que aborda el proyecto de ley, que
es la situación de los jueces y magistrados que pasan a desempeñar cargos
públicos no judiciales y el retorno de dichos jueces y magistrados al
ejercicio de funciones jurisdiccionales, se establece un período de
espera de aquellos jueces y magistrados que hayan desempeñado un cargo
político antes de que puedan retornar al ejercicio jurisdiccional, para
dar cumplimiento así al mandato constitucional que mantiene el ejercicio
de la función jurisdiccional alejado de la política. Estima que la
reforma proyectada no afecta de ninguna manera al derecho fundamental de
acceder a funciones y cargos públicos en condiciones de igualdad, y las
únicas diferencias entre la regulación actual y la contenida en el
proyecto se refieren a la situación administrativa en la que se queda
durante el desempeño del cargo político, que deja de ser la de servicios
especiales y pasa a ser la de excedencia voluntaria, y a las condiciones
de reingreso en el servicio activo tras el cese en el cargo político, que
deja de ser inmediato y en la misma plaza y pasa a demorarse tres años
desde el cese y a plaza obtenida mediante concurso ordinario, salvo que
se obtenga destino que no comporte ejercicio de la jurisdicción.
Para terminar, considera que las reformas que se contemplan en el
proyecto son necesarias y dan respuesta a problemas reales de nuestra
justicia y no hay por qué esperar a una futura y más amplia modificación
de la Ley Orgánica del Poder Judicial.
Para la defensa de la enmienda de totalidad presentada por el Grupo
Parlamentario de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, interviene el
señor Castellano Cardalliaguet.
Se suspende la sesión a las dos y treinta minutos de la tarde.
Se reanuda la sesión a las cuatro y cinco minutos de la tarde.
Para la defensa de la enmienda a la totalidad de texto alternativo,
presentada por el Grupo Parlamentario Socialista, interviene el señor
Jover Presa.
En turno en contra de las enmiendas, contesta el señor Ollero Tassara,
del Grupo Parlamentario Popular. Replican los señores Castellano
Cardalliaguet y Jover Presa, duplicando el señor Ollero Tassara.
En turno de fijación de posiciones, interviene el señor Mardones Sevilla,
del Grupo Parlamentario de Coalición Canaria; la señora Uría Echevarría,
del Grupo Parlamentario Vasco (PNV), y el señor Silva Sánchez, del Grupo
Parlamentario Catalán (Convergència i Unió).
Sometida a votación la enmienda de totalidad de devolución, presentada
por el Grupo Parlamentario de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya,
se rechaza por 119 votos a favor y 158 en contra.
Sometida a votación la enmienda de totalidad de texto alternativo
presentada por el Grupo Parlamentario Socialista, se rechaza por 120
votos a favor y 160 en contra.
Informe anual sobre la Cuenta General del Estado (Página 1762)
Dictamen de la Comisión Mixta del Tribunal de Cuentas sobre la Cuenta
General del Estado correspondiente a 1992 y resoluciones adoptadas por la
misma (Página 1762)
En turno de portavoces, intervienen los señores Zabalía Lezamiz, del
Grupo Parlamentario Vasco (PNV); Sánchez i Llibre, del Grupo
Parlamentario Catalán (Convergència i Unió); Centella Gómez, del Grupo
Parlamentario de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya; Pérez Touriño,
del Grupo Parlamentario Socialista, y el señor Jordano Salinas, del Grupo
Parlamentario Popular.
Sometido a votación el dictamen de la Comisión Mixta del Tribunal de
Cuentas sobre la Cuenta General del Estado correspondiente a 1992 y
resoluciones adoptadas, se aprueba por 259 votos a favor, y ocho
abstenciones.
Se levanta la sesión a las seis y treinta minutos de la tarde.
Se reanuda la sesión a las diez y diez minutos de la mañana.
El señor PRESIDENTE: Buenos días, señorías. Reanudamos la sesión.
Como saben SS. SS., el Registro del Congreso, por decisión de la Mesa,
estuvo abierto en la noche de
ayer, tras la finalización del debate, hasta las once horas, y se han
presentado propuestas de resolución por todos los grupos parlamentarios
sobre las que se va a ordenar y producir el debate a partir de este
momento. En consecuencia, conforme a precedentes producidos en ocasiones
similares, la decisión de la Presidencia es mantener la ordenación del
debate que se siguió en el día de ayer y, por tanto, que intervengan los
grupos en un solo turno para fijar su posición respecto a su propuesta de
resolución y, en el mismo turno, respecto a las propuestas de los demás
grupos, utilizando, como digo, un solo turno, que se ordenará, como ayer,
de menor a mayor representación parlamentaria, cerrando el turno de
intervenciones el grupo que apoya al Gobierno.
Por tanto, para la defensa de su propuesta y la fijación de posición
respecto de las demás, tiene la palabra el señor Almunia, en nombre del
Grupo Socialista.
El señor ALMUNIA AMANN: Gracias, señor Presidente.
Señoras y señores Diputados, el Grupo Parlamentario Socialista ha
suscrito, junto con otros grupos parlamentarios, con la mayoría de los
grupos parlamentarios de esta Cámara, un proyecto de resolución conjunta
que recoge las posiciones y los criterios que ayer sostuvo en nombre de
mi grupo don Felipe González y en nombre de otros grupos y del propio
Gobierno quienes intervinieron ayer en favor de la presencia definitiva
de nuestro país en la estructura política y militar de la nueva Alianza
Atlántica.
Con brevedad, voy a exponer o, mejor dicho, reiterar las principales
razones de esta fijación de postura por parte del Grupo Parlamentario
Socialista. En primer lugar, estamos plenamente convencidos de que España
debe comprometerse en trabajar por la paz, debe comprometerse activamente
para buscar fórmulas y mecanismos que aseguren al máximo posible la
seguridad y la paz dentro y fuera de nuestras fronteras, y para ello,
estamos convencidos, esta Cámara debe fijar con claridad las líneas que
estructuren nuestra política de seguridad y defensa, dando, a partir de
esas líneas, mandato al Gobierno para que plasme las mismas en la
negociación de la renovación de la Alianza Atlántica.
No queremos que esa política de seguridad y defensa, que ese trabajo
activo en favor de la paz sea decidido al margen de nuestro país, lo
decidan otros países afectando a lo que va a ser la política de seguridad
de España. Queremos que España esté activamente definiendo en común con
otros países, con nuestros aliados, esa política, y no sólo lo queremos
porque creemos que España debe jugar un papel más allá de nuestras
fronteras en muchos ámbitos, sino que no es concebible, a nuestro modo de
ver, una política de seguridad digna de tal nombre, una política de
defensa digna de tal nombre a escala nacional. Eso sería una opción que
llevaría más inseguridad a nuestros ciudadanos y a los ciudadanos de
muchos países amigos del nuestro.
Ese afán colectivo en la definición de una política de seguridad y
defensa lo vemos en el marco europeo y en el marco atlántico, y ayer el
Secretario General del Partido Socialista y Presidente del grupo
parlamentario ha explicado razones abundantes para justificar esa opción
europea y atlántica de nuestra política de seguridad y de defensa, y a
partir de ahí debemos dejar constancia de algo evidente que son los
cambios que se han producido y que se van a producir en ese marco europeo
y atlántico de la política de seguridad.
De 1989 a 1996 la OTAN ha cambiado y los europeos hemos decidido, en el
marco del Tratado de la Unión, dotarnos de una identidad de seguridad y
de defensa europea, y a partir de 1996 no podrán llevarse adelante esos
propósitos y esos criterios si no se toma nota y si no se participa en
plan protagonista en los cambios adicionales y profundos que va a sufrir
la Alianza Atlántica, que debe sufrir la Alianza Atlántica y en la
construcción en ese marco de una auténtica identidad europea de seguridad
y defensa.
La Alianza tiene que dotarse necesariamente de una nueva estructura
militar, así lo ha decidido, y esos cambios en la estructura militar de
la Alianza no sólo afectan a los países que hasta ahora no hemos
participado en la estructura militar integrada, sino que todos los países
miembros de la Alianza actualmente y todos los países que desean
pertenecer a la Alianza Atlántica y que, sin duda, lo harán en los
próximos años, deben tomar nota e integrar en sus políticas de seguridad
y defensa esos cambios y esa nueva estructura militar. Además, en esa
nueva estructura militar es posible --y así lo hemos decidido
colectivamente-- dar cuerpo a la nueva identidad europea de seguridad y
defensa, que no debe hacerse al margen de la estructura militar en el
ámbito atlántico sino compatible con esa estructura y utilizando buena
parte de los instrumentos y de los medios de esa estructura, no
duplicando esfuerzos sino utilizando los mismos instrumentos y los mismos
medios para tender hacia ese doble objetivo de seguridad. En tercer
lugar, la Alianza debe ampliarse y abrirse a los países de Europa Central
y Oriental que desean pertenecer a la misma, y lo debe hacer en paralelo
y sin contradicción con el marco de apertura hacia esos mismos países de
la Unión Europea y, por último, al igual que lo hace la Unión Europea, la
Alianza debe alcanzar un acuerdo estable con Rusia.
Son cambios nada desdeñables, son cambios profundos, son cambios
radicales. Nada del pasado podrá mantenerse si no se tienen en cuenta los
cambios que necesariamente debemos afrontar de cara al futuro y a los que
debemos dar respuestas eficaces y operativas, y para afrontarlos desde
España nos parece que el método inexcusable es la búsqueda del mayor
consenso parlamentario posible, y creo que ese consenso va a dar un paso
importante a partir de la votación de esta
resolución conjunta que ha suscrito el Grupo Parlamentario Socialista
junto con otros grupos de esta Cámara. Y ese consenso no debe traducirse,
a nuestro modo de ver, en un mandato cerrado y en un mandato imposible de
garantizar una actuación eficaz de nuestro Gobierno en las negociaciones
que se abren en el marco de la Alianza Atlántica, sino que el consenso
debe dar lugar a un mandato abierto, como lo fija el proyecto de
resolución, que no se puede confundir, como quizá hizo ayer algún
portavoz en el debate, con un cheque en blanco. El mandato abierto no
significa dejación de las funciones parlamentarias de este Congreso a
partir de ahora. Significa un común entendimiento de la necesidad de que
el Gobierno venga a esta Cámara, cuantas veces sea necesario, para
informar del uso que hace del mandato que hoy le vamos a dar, y que esa
información del Gobierno sea la base para ir profundizando en el consenso
que hoy construimos y para ir detallando y precisando los elementos en
los que se va a concretar ese consenso. Nos gustaría que, en los próximos
meses, a medida que avancen las negociaciones en las que el Gobierno va a
participar a partir del debate de hoy, peticiones como las del Grupo de
Coalición Canaria sean una realidad, pero es imposible, como se dijo
ayer, garantizarlo desde hoy. Por eso, entendiendo las razones que
justifican las posiciones y las preocupaciones del Grupo Parlamentario de
Coalición Canaria, no podremos apoyar el texto de su resolución, aunque
compartimos los deseos que la animan, y nos gustaría que hoy mismo se
incorporasen al consenso o, si no es posible que lo hagan hoy, que lo
hagan en los próximos meses, a medida que las negociaciones permitan ir
precisando y concretando las características y la forma de organizarse de
esa nueva estructura militar de la Alianza Atlántica.
No compartimos, por el contrario, las posiciones que se reflejan en las
resoluciones del Grupo Parlamentario de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya o en la resolución que han planteado algunos componentes del
Grupo Parlamentario Mixto, por razones que ya han sido puestas de
manifiesto ayer y en las que no voy a entrar por falta de tiempo. En
síntesis, nos parecen posturas irreales, posturas que no se corresponden
con el rigor con el que debe expresarse un Parlamento como éste en
materias de seguridad y defensa, porque la seguridad y la defensa, si no
se afrontan con rigor, si no se afrontan con datos reales, si se
afrontan, no a la derecha ni a la izquierda sino al margen de los
acontecimientos que todos los días vivimos y que hablan de la necesidad
de reforzar políticas de seguridad y defensa colectivas, si no se
afrontan así, no sólo no sirven para el propósito que dicen animar a sus
proponentes, sino que servirían, caso de ser tomadas en consideración,
para situar a nuestro país al margen de esos esfuerzos, de espaldas a los
esfuerzos solidarios para garantizar la seguridad en lugares más o menos
alejados de nuestras fronteras, pero que tienen el mismo derecho que los
ciudadanos de nuestro país a vivir en paz y a encontrar mecanismos, de
quienes pueden dárselos, para garantizar y defender esa paz y esa
convivencia.
Frente a lo que podía imaginarse hace unos cuantos años, ni siquiera nos
parece que esas posiciones irreales en materia de seguridad y defensa
puedan tener un componente estético que satisfaga, al menos
personalmente, a quienes las proponen. No hay más que ver la falta de
estética de quienes pueden compartir en algún rincón del planeta --cada
vez hay menos rincones, pero todavía queda alguno-- algunas de las
peregrinas ideas que en materia de política de defensa se han escuchado
en este debate, en la tarde de ayer, por parte de quien propone
resoluciones aparentemente basadas en la búsqueda de la paz por encima de
cualquier otro condicionante. La paz hay que buscarla trabajando por ella
y comprometiéndose eficaz y realmente con ella, y no diciendo palabras
que a los oídos de muchos españoles, hace años, podían sonar como
palabras llenas de sentido, pero que hoy carecen totalmente de él.
Nada más y muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Almunia.
Por el Grupo Parlamentario Federal de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya, tiene la palabra el señor Castellano.
El señor CASTELLANO CARDALLIAGUET: Muchas gracias, señor Presidente.
Ha finalizado el debate que a lo largo de estas dos semanas nos ha
ocupado y que se suscitó, lógicamente y en primer lugar, por una
interpelación del Grupo Parlamentario Federal de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya, a quien represento en este acto, y ha
continuado con motivo de la comunicación del Gobierno. No es, por tanto,
tiempo para reabrirlo. Sí es tiempo y hora y llegada para dejar sentadas
las conclusiones, para hacer patentes los obligados reconocimientos y
para valorar dicho debate.
Vaya por delante mi reconocimiento a mi grupo parlamentario, pues es un
honor para un viejo socialista democrático siempre el subir a esta
tribuna, pero mucho más cuando se trata de hablar de estos temas; en
resumen, de la lucha contra toda violencia desde la palabra y desde la
razón. Es un honor prestar una vez más la voz a los que creen que el
primer derecho humano es la paz, sin la cual la realización del resto de
los derechos humanos es imposible y sin la cual se ha demostrado a lo
largo de la historia que perdemos la dignidad humana.
Mal se corresponde un intransigente pacifismo democrático con la menor
complicidad, encubierta o declarada, con el complejo bélico industrial y
financiero, que es el que hoy hegemoniza poderes políticos, pensamientos
y se impone con una u otra vestimenta por todo el orbe. Reconocimiento
también a aquellos hombres
y mujeres de la cultura y de la ciencia que, frente a tanto intelectual
orgánico vendido o de alquiler, nos han respaldado estos días
públicamente para que no cejemos en nuestro empeño y no nos dejemos
arrastrar por el pensamiento dominante, la panmilitarización, hasta de
las acciones humanitarias.
Señoras y señores Diputados, hablar de Bosnia sin hablar de la guerra del
Golfo es sencillamente dar gato por liebre. Señoras y señores Diputados,
hablar de gobiernos, que no de pueblos, de ciertas naciones del Este que
quieren entrar en la OTAN y no hablar de Austria, Irlanda, Suiza y Suecia
es sencillamente estar engañando a la población.
Reconocimiento a esta Cámara y muy sincero, pues con este debate ha
permitido fijar con más nitidez los linderos y las posiciones. Un viejo
líder de la izquierda socialista, León Bluhm, aunque fuera con otro
motivo, dijo un día una frase que puede ser aplicada al presente:
«alguien tiene que guardar la vieja casa». Alguien tiene, en tiempos de
dificultad para la izquierda, en los que parece antiguo y anacrónico,
casi jurásico, el antimilitarismo, el anticapitalismo y el
internacionalismo, que reclamar su puesto en la lucha por la racionalidad
del pensamiento frente a la tentación de la barbarie. Hoy esa
racionalidad resulta que es irreal.
Por este debate han pasado de forma clara y diáfana la diferencia entre
derechas e izquierdas, que no se engañe nadie. Hoy está muy poco de moda,
pero le pasa como a las brujas gallegas: no existe, pero haberla, hayla.
También pasa esa diferencia entre derechas e izquierdas por la defensa
del Estado. Del Estado como instrumento fundamental de la sociedad para
la redistribución de la riqueza, para la realización de la equidad en la
libertad y en la justicia. Pasa por la defensa de lo público, pero todo
ello no podría ser coherente si con ello no pasara como su sustrato la
defensa del pacifismo, la lucha contra toda alienación ideológica, contra
la miseria intelectual, que es el presupuesto de la explotación y la
sumisión de los pueblos y de los ciudadanos.
Señor Presidente, aquí y en estos días, no sólo se ha concretado quién
está por la racionalidad del pensamiento y del quehacer humano, que tan
certeramente prologa nuestra olvidada Constitución, sino quién está
también por un modelo de democracia participativa frente a la tentación
de burocratizar la democracia y reducirla a una mera democracia delegada.
Algunos queremos ser sólo, y no es poco, mandatarios y representantes,
que no dueños, de los votos y de las voluntades, y siempre que haya
ocasión volveremos a la fuente y volveremos al origen, a beber en ella,
en la doblemente sabia --con be y con uve--, la razón de nuestra
presencia en esta sala. No tenemos más mérito que la confianza que en
nosotros se ha puesto para servirles, no para sustituirles en las grandes
decisiones.
Señor Presidente, desde un inocultable orgullo por el mantenimiento de
las viejas y frescas convicciones de tantos y tantos hombres y mujeres
que a lo largo de la historia nos dejaron este legado, la paz a toda
costa, desde un pensamiento y acción que no abre la puerta de los dorados
salones de los poderosos ni merece medallas ni honores, ni hace aflojar
la bolsa, generosa siempre con los lacayos servidores de los dueños y
señores de la tierra y de la guerra, podemos hoy pedir el voto para
cuatro propuestas de resolución que, como se explican por sí solas con su
simple lectura, a ello me voy a limitar en este acto.
Queremos, en primer lugar, que el Congreso de los Diputados inste al
Gobierno a respetar escrupulosamente las condiciones para la permanencia
de España en la OTAN, decididas por la ciudadanía en el referéndum de
marzo de 1986, y, en el caso de considerar necesario modificarlas, se
convoque el correspondiente rerferéndum con el contenido de la
modificación y se remita a esta Cámara el oportuno proyecto de ley
orgánica.
Queremos que el Congreso de los Diputados inste al Gobierno a que, en el
caso de producirse la adhesión de España a la estructura militar
integrada en la OTAN, se mantenga la reducción de la presencia militar
estadounidense en nuestro país y quede claramente prohibido el tránsito o
almacenamiento de armamento nuclear, no sólo en el territorio nacional y
su espacio aéreo sino también en sus aguas de soberanía.
Queremos que este Parlamento inste al Gobierno a actuar en el seno de la
Conferencia Intergubernamental encargada de reformar el Tratado de la
Unión Europea para impulsar la creación de un nuevo marco de seguridad
paneuropea, en el que la Unión Europea juegue un papel fundamental, y que
tenga como estructura central una Organización de Seguridad y Cooperación
Europea reformada en sus procedimientos de toma de decisiones y dotada de
los medios suficientes de actuación, utilizando preferentemente conceptos
e instrumentos como la diplomacia preventiva y teniendo como objetivos,
entre otros, el desarme nuclear y convencional y la reconversión de la
industria militar y de la investigación y el desarrollo al servicio de
tareas civiles.
Queremos finalmente, señor Presidente, que el Congreso de los Diputados
inste al Gobierno para que, en cumplimiento de la resolución sobre la
retirada de fuerzas americanas de las que un día fueran bases de
utilización conjunta, sus instalaciones no sean usadas, bajo cualquier
fórmula jurídica, al servicio de tropas extrañas a nuestras Fuerzas
Armadas.
Como conclusión, señor Presidente, anunciamos que votaremos
favorablemente, porque como se verá se produce una notoria coincidencia,
con las proposiciones que ha hecho llegar a la Mesa el Grupo Mixto o una
parte de él. Lógicamente, nos abstendremos en lo que se refiere a la
resolución sostenida por el Grupo de Coalición Canaria y, como es obvio,
votaremos en contra de la propuesta de ese frente común, respecto del
que ha quedado perfectamente claro que no solamente se refleja en la
economía sino también en la política internacional y, sobre todo, se
refleja en el pensamiento y en los valores.
Muchas gracias. (Aplausos en los bancos del Grupo Federal de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya.)
El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i
Unió), tiene la palabra el señor Nadal.
El señor NADAL I MALE: Señor Presidente, señores Diputados, hace mucho
tiempo, bastante más del que podría imaginarse, que Convergència
Democrática y Unió Democrática mantienen el deseo de la plena integración
de España en la Alianza Atlántica. Este deseo es el convencimiento que
hemos expresado en repetidas ocasiones y en todas y cada una de las
opciones electorales a las que nos hemos presentado. Este convencimiento
radica en la necesidad de establecer que el Estado español no puede
incorporarse al mercado económico europeo y disociarse de lo que es el
mercado de la protección de Europa. (El señor Vicepresidente,
Fernández-Miranda y Lozana, ocupa la Presidencia.) Dicho esto y señalando
específicamente este convencimiento, puesto de relieve a lo largo de
todas las contiendas electorales, desearíamos establecer un hecho que
marca profundamente lo que es la incorporación española en la Alianza
Atlántica. Por primera vez en muchos años, el Estado español ha
considerado que su Ejército le es útil; le es útil en su integración, le
es útil en sus aplicaciones y, sobre todo, le es útil porque tiene un
objetivo claro, que es la paz.
Deseamos dejar muy claro que la paz no solamente es patrimonio de
aquellos que desean salir de la Alianza Atlántica, que la paz no sólo es
patrimonio de aquellas personas que entienden que la incorporación
española en la Alianza Atlántica provoca un caos o una eventual lucha, y
no lo voy a decir simplemente con las palabras que pueda utilizar un
Diputado o un representante de una opción política o de una
circunscripción. Lo digo de una forma mucho más clara. Las diversas
apreciaciones que la sociedad española tiene, desde aquellos que
practican compromisos religiosos en Zaire y en Ruanda hasta aquellos que
tienen opciones claras respecto a lo que debe ser la integración o el
tratamiento que tiene que darse a la antigua ex Yugoslavia, piden la
intervención de fuerzas militares para pacificar territorios.
Por primera vez desde todos los rincones de la sociedad se pide que el
Ejército intervenga en misiones de paz y, por tanto, nadie tiene el
derecho exclusivo a decir que la paz solamente se trata desde la
integración. Por eso, entre otras cosas, por ésta justamente, por la
necesidad de que el Ejército sea útil en el trabajo y en el compromiso
por la paz, vamos a aprobar la moción conjunta que han presentado los
diferentes partidos.
Desearíamos que quedara constancia desde nuestra perspectiva de tres
cuestiones. Primera, que el tratamiento que da la resolución al tema del
Mediterráneo nos parece insuficiente. Insuficiente quiere decir que lo
seguiremos estudiando, que se lo seguiremos planteando al Gobierno y que
insistiremos en que se conciba el Mediterráneo como uno de los ejes
importantes de la defensa europea. Segundo, que es importante empezar a
saber qué es lo que está pasando en toda la vieja Europa y qué es lo que
está pasando en la antigua Unión Soviética y alguien tendrá que
contestar, alguien tendrá que explicar por qué la mayoría de los países
de la vieja Europa están integrados en la Alianza Atlántica y por qué los
antiguos países de la extinta Unión Soviética desean integrarse. Será
porque han evolucionado más que las otras personas que practicando un
inmovilismo no desean acercarse a términos más claros.
Finalmente, señores Diputados, y con esto concluyo, creo que es muy
importante establecer que la Alianza Atlántica tiene que estar abierta a
todo, que la Alianza Atlántica tiene que estar abierta a tratar y
comprometerse con todo aquello que suponga el progreso, con todo aquello
que suponga la paz, con todo aquello que suponga la defensa de los
compromisos y de las necesidades de la Europa que todos juntos deseamos
crear.
Muchas gracias, señor Presidente.
El señor VICEPRESIDENTE (Fernández-Miranda y Lozana): Gracias, señor
Nadal.
En nombre del Grupo Vasco (PNV), tiene la palabra el señor González de
Txabarri.
El señor GONZALEZ DE TXABARRI MIRANDA: Gracias, señor Presidente.
Intervengo para fijar la posición del Grupo Vasco (PNV) en relación a
este proyecto de resolución conjunta que presentamos cuatro grupos
parlamentarios.
En opinión del Grupo Parlamentario Vasco (PNV), señor Presidente,
conocimos ayer un debate en profundidad en relación a esta materia.
Quisiéramos subrayar lo riguroso y serio que fue y el sosiego con el que
se desarrolló. Los distintos grupos parlamentarios tuvimos oportunidad de
fijar posiciones, cada uno con sus distintos matices. Hoy quizás es el
momento de encontrar el tronco común, el denominador común, en torno a
este proyecto de resolución que se presenta. Esta propuesta de resolución
constituye, pues, desde la perspectiva del Grupo Parlamentario Vasco
(PNV), el tronco común del debate que se desarrolló en el día de ayer, es
decir, aquellos contenidos sustanciales en los que cuatro grupos
parlamentarios de la Cámara encontramos ese común denominador para fijar
las posiciones centrales de la Cámara respaldando, por una parte, la
comunicación del Gobierno y proponiendo en
consecuencia al Pleno en el día de hoy una resolución que constituye lo
sustancial, la parte resolutiva de la materia. Así lo entendemos, señor
Presidente.
El Grupo Parlamentario Vasco (PNV) quisiera hacer una primera
consideración, porque valora sobremanera el modo, el ambiente, las formas
democráticas en las que se ha desarrollado este trámite, tanto en sus
fases previas a la tramitación en esta Cámara, en sus antecedentes, como
en el debate desarrollado en el día de ayer y sobre todo por la forma en
que se ha elaborado esta propuesta de resolución intentando buscar los
elementos comunes en los que gran parte de los Diputados de esta Cámara
pueden encontrar base para la fijación de sus posiciones. Es un método de
trabajo interesante que habría que aplicar también en otras materias. Por
ello, en lo que respecta al fondo de la cuestión en el día de hoy se va a
dar paso cualitativo importante en la configuración de un nuevo espacio
de defensa y seguridad, que consideramos conveniente para los intereses
políticos, económicos y de seguridad de nuestros conciudadanos. La
participación plena del Estado y de sus instituciones en la Alianza
Atlántica renovada con el apoyo de gran parte de SS. SS. constituye la
puesta al día de las instituciones del Estado en orden a esta
actualización institucional ante un proceso tan importante como es la
transformación que está conociendo la Alianza Atlántica.
Quisiéramos comentar, como he indicado, tanto el método con que ha sido
confeccionada esta propuesta de resolución como las matizaciones que se
introducen tanto en el punto primero como en el punto segundo. Nos
parecen matizaciones acertadas y que, de alguna forma, prefigurarán el
futuro al que estamos abocados en estas materias. Por una parte, la
participación en el nuevo diseño de estructura de mandos no debe alterar,
y debemos significarlo expresamente, los términos de la autorización
otorgada por las Cortes Generales para la adhesión de España al Tratado
de Washington y debe mantenerse la condición no nuclear del Estado.
Igualmente, en nuestra opinión, merecen destacarse las cinco
recomendaciones que se incluyen en la propuesta para que se continúe
impulsando la nueva estructura de mando única, más reducida y flexible,
para que se atribuyan al Estado las responsabilidades de mando
operativas, para que la estructura de mandos de la Alianza Atlántica
refleje de forma manifiesta la identidad europea de seguridad y defensa,
subrayándose además la dimensión estratégica que toma en esta materia el
Mediterráneo y el Atlántico; también para que esta Cámara tome en
consideración la voluntad libre de los países de Europa central y
oriental que quieran participar en la Alianza Atlántica y el apoyo final
a las negociaciones entre la Alianza Atlántica y Rusia para conseguir un
marco estable de seguridad euroatlántica.
Señorías, en opinión del Grupo Parlamentario Vasco, no se trata de marcar
ahora las diferencias, de subrayar los matices; lo hicimos en el debate
de ayer y creemos que quedaron suficientemente claros. En nuestra
opinión, señorías, hoy se trata de entrar en el fondo de la cuestión y de
prejuzgar cuáles van a ser los siguientes pasos que el Gobierno debiera
dar en esta materia, garantizando un marco de seguridad y estabilidad
para que los ciudadanos podamos gozar de cotas de bienestar social para
lo que es imprescindible un marco como el que está diseñado. Quizá, señor
Presidente, a todos nos convenga realizar una labor pedagógica en orden a
que nuestros propios ciudadanos entiendan que estas materias deben
dibujarse de esta manera.
El Grupo Parlamentario Vasco seguirá apostando por la construcción
europea como uno de los proyectos políticos más ambiciosos y
determinantes de nuestras sociedades en este final de siglo y no nos cabe
ninguna duda de que el tema que hoy nos ocupa conocerá en este
planteamiento situaciones novedosas a corto plazo. Por ello, señor
Presidente, subrayando hoy lo fundamental, el Grupo Parlamentario Vasco
se suma a esta propuesta de resolución con otros tres grupos
parlamentarios. Entendemos que esta propuesta de resolución recoge la
síntesis del debate del día de ayer y esperemos que a su apoyo se sume la
mayoría de sus señorías.
Nada más y muchas gracias.
El señor VICEPRESIDENTE (Fernández-Miranda y Lozana): Muchas gracias,
señor González de Txabarri.
En nombre del Grupo de Coalición Canaria, tiene la palabra el señor
Mardones.
El señor MARDONES SEVILLA: Señor Presidente, señorías, en nombre del
Grupo de Coalición Canaria subo a defender nuestra propuesta de
resolución que trata sencillamente, señor Presidente del Gobierno, señor
Ministro de Defensa, señoras y señores Diputados, de situarnos en una
política de responsabilidad de Estado. Y quiero que se entienda el porqué
de esta propuesta de resolución y el contenido de la misma, ya que en la
propuesta que presentan los grupos mayoritarios con otros de la Cámara no
se encuentra Canarias. Canarias como parte de España, como territorio
español y parte indisoluble del Estado español en nuestra Constitución no
se siente reconocida ahí. No traigo esta propuesta de resolución en
nombre de Grupo de Coalición Canaria por un puro tecnicismo de división
de un mapa militar.
¿Usted sabe, señor Aznar, por qué Canarias tiene buen clima? Se lo voy a
decir en clave irónica: porque cumple dos de los requisitos del artículo
6 del Tratado de Washington: está en el Atlántico y está por encima y al
norte del Trópico de Cáncer. Y le voy a dar otras notas: ¿Sabe usted a
qué distancia está Canarias de Madrid? A 2.000 kilómetros. ¿De otro mando
del Atlántico? A cerca de 10.000. ¿Sabe usted a qué distancia está
Canarias del Trópico de Cáncer, la frontera sur de la OTAN? A 500
kilómetros escasos, señor Presidente del Gobierno. Los vuelos regulares
de la aviación comercial entre Canarias y Madrid tardan dos horas y media
en llegar; hasta mandos atlánticos, en el Reino Unido, cuatro horas y
media. ¿Sabe usted qué tarda con la misma velocidad de crucero un avión
comercial en llegar desde Canarias al Trópico de Cáncer, la frontera sur
de la OTAN? Cuarenta minutos escasos. Si miramos desde el Trópico de
Cáncer, el primer territorio europeo OTAN es Canarias, señor Presidente.
Pero el comandante supremo aliado del área del Atlántico (Saclant), en
Norfolk, cuando se sienta en su puesto de mando y ve la pantalla y el
mapa, encuentra que Canarias es la frontera sur de la OTAN. El territorio
más distante del mando es Canarias.
Nuestra enmienda trata, sencillamente, en una política de Estado, señor
Presidente, de darle a S. S. argumentos para cuando se siente, en
diciembre, con sus colegas de los restantes países de la OTAN, en hacer
bueno, por una propuesta de resolución de este Congreso, lo que usted
ayer hizo, y yo reconozco, como reconoció ayer mi compañero de grupo, el
portavoz señor Mauricio, en su discurso: un reconocimiento de Canarias. Y
le leo textualmente, por si se ha olvidado: Consecuente de lo anterior
--es decir, que usted pide que se ubique en España un mando subregional
conjunto--, tanto las islas Canarias como los accesos atlánticos y
mediterráneos al estrecho de Gibraltar habrán de quedar en el área de
responsabilidad del mando aliado ubicado en España.
Nosotros, señor Presidente, en Coalición Canaria, no le cuestionamos
ahora la modalidad de integración. Sé que la sombra del referéndum de
1986 es muy larga y muy dubitativa; pero no cuestionamos eso. Y estamos
de acuerdo con la propuesta de resolución que ustedes presentan, pero ésa
es una propuesta de resolución propia del territorio peninsular español y
de las islas Baleares, es decir, de los que dependen del mando europeo de
la OTAN, del Saceur. Y usted sabe, señor Presidente, que hay dos
comandantes supremos aliados: el de Europa, en las tres zonas,
noroccidental, centro y mediterránea o meridional, que es el comandante
supremo aliado para Europa; y hay otro comandante supremo aliado, con
base en Norfolk, en Virginia, que es el Saclant, y en ese área es donde
está Canarias, señor Presidente. Y si modificamos las condiciones, ahora,
en la nueva estructura de la Alianza Atlántica, una vez que no entro en
la modalidad de integración, que aceptamos plenamente, quedaría la gran
pregunta entonces de para qué sirvió el referéndum del año 1986, salvo
para dividirnos a los españoles, en el único proceso de la democracia,
pero no me negará usted, señor Presidente, que los canarios tenemos
derecho a lo que usted, ayer, recriminaba a mi portavoz: a la duda. No
estamos situados en la duda, señor Presidente. Estamos situados en la
inseguridad. ¿Dónde queda Canarias en la nueva estructura de mandos?
Porque en una situación de crisis, ustedes, con su propuesta de
resolución, lo resuelven con el comandante supremo aliado y los mandos
españoles integrados. Pero en mandos españoles integrados ahora por el
lado del Saclant, ¿dónde queda Canarias? ¿Separada de una política de
Estado? Esto es políticamente gravísimo, señor Presidente.
Yo no le estoy cuestionando informes de mapas militares. Cuando aquella
votación nos dividió, posiblemente, muchos Diputados que hoy se sientan
en su grupo, entonces Alianza Popular, se abstuvieron. Si nosotros
tenemos que abstenernos, como respeto aquella abstención de Alianza
Popular, respete usted también nuestra abstención, señor Presidente,
porque lo haremos bajo un principio de responsabilidad de Estado; de que
es incuestionable la unidad de España en el Estado, no solamente por una
cuestión de mandos militares, sino por una cuestión política, porque allí
puede haber lecturas muy diferentes. No se confundan ustedes con la
situación geográfica de Canarias que dan los telediarios en el mapa del
tiempo. No estamos donde dice la pantalla de televisión. Estamos, como le
he dicho, geográficamente al lado de esa línea de la frontera sur del
Trópico de Cáncer, que curiosamente es la línea geográfica imaginaria que
pasa por todos los países del continente africano y asiático que tienen
el integrismo fundamentalista islámico en las puertas de muchos de sus
gobiernos, si no están ya dentro de ellos.
Después de ese deseo vehemente que se expresa en el Parlamento de
Canarias por unanimidad en una votación en 1987, por las secuelas que nos
dejó el referéndum de 1986 y el voto que de allí salió, en que nos
declaramos plataforma de paz, pero activa, por nuestra vocación europea,
después de que en Maastricht, señor Presidente, la constancia canaria,
coincidiendo con el Gobierno y con todos los grupos de la Cámara, hace
que se dicte una resolución en que se considere a Canarias región
ultraperiférica europea, no nos saque usted ahora del marco europeo. No
queremos estar en el marco Saclant. (El señor Ministro de Defensa, Serra
Rexach, hace gestos al orador.) Señor Ministro de Defensa, usted me hace
gestos, pero pónganlo en la resolución. Vayan con esa fuerza. El Gobierno
tiene que tener un pragmatismo para discutir, y la fuerza para tener ese
mando único se la puede estar a usted dando una resolución de la Cámara
para no caer en manos del lápiz geográfico de los técnicos y de los
tecnócratas militares incluso, porque creo que muchos militares españoles
podían estar sintonizando con un discurso mucho más consecuente con una
unidad de mando que es la que nosotros estamos pidiendo en este momento
para Canarias, y le vuelvo a decir, no por una cuestión de estrategia o
de logística militar, sino por una interpretación y lectura política que
es la que quiero que se haga aquí.
En esta lectura se ha situado Coalición Canaria y no se nos acuse ni de
dudas, ni de que la prudencia está
en el documento del Gobierno. Con los principios no se juega. Y cuando
estamos en esa distancia geográfica y bajo mandos distintos, porque hasta
ahora, por no estar incluidos e integrados en la estructura militar
integrada de la OTAN, en Canarias no se había presentado el fantasma de
esta suposición, incluso en momentos de crisis, ahora, cuando se trata de
hacer este cambio de integración, sí queremos que se nos despeje esta
duda. Concédannos, al menos, el derecho desde Canarias del beneficio de
la duda, en interés del Estado español, en interés de la integridad de su
territorio y en interés de nuestra seguridad y defensa, porque estamos
tan lejos que la inseguridad es una de las razones también que nos llevan
a nosotros a situarnos en esta posición.
No queremos que en un mapa estratégico del comandante supremo aliado del
Saclant en Virginia a Canarias se la tome de moneda de cambio, de puesto
fronterizo que puede ser sometido a todas las tensiones de conflictos
bélicos o militares. Queremos seguir siendo plataforma de paz, territorio
europeo, región ultraperiférica, como nos definió Maastricht y toda la
Unión Europea. ¿Por qué aquello que fue un deseo vehemente de sentirnos
integrados con un estatuto especial, que Canarias ha reivindicado y está
reconocido en las leyes españolas que hemos demandado un estatuto
permanente, no se nos reconoce en el campo de la logística y de la
distribución territorial de la OTAN? Esta reflexión que les hago,
señorías, la quería traer aquí Coalición Canaria. Todos mis compañeros y
el consejo político se reunieron específicamente para tratar este tema
para que sopesasen la responsabilidad política que hay aquí. Con nuestra
posición queremos que al menos quede claro que estamos velando por estos
intereses sin el interés pragmático de una mesa de negociación. Sigo
entendiendo que ustedes irían mucho más reforzados para lo que quieran
pedir, y yo interpreto que deben pedir, como españoles para Canarias si
llevan este testimonio de la lectura política que el Grupo de Coalición
Canaria está haciendo. No se dejen aconsejar tanto por técnicos,
tecnócratas y diseñadores de mapas teóricos, que nos pueden dejar a
nosotros en la situación de tener un planteamiento de incógnita política
muy grave y muy profunda.
Esta es la reflexión en defensa de nuestra propuesta de resolución que
pide para España las responsabilidades de mando y operativas acordes con
nuestra contribución militar. No quiero hablar de la contribución militar
de Portugal porque ustedes, señor Presidente del Gobierno y señor
Ministro de Defensa, tienen todos los años a su disposición el balance
militar que se edita en Londres. Portugal no tiene ni un grupo aeronaval
de combate.
El señor VICEPRESIDENTE (Fernández-Miranda y Lozana): Señor Mardones, le
ruego que vaya concluyendo.
El señor MARDONES SEVILLA: Termino ahora mismo, señor Presidente.
Si en una situación de crisis el grupo aeronaval de combate español, que
financiamos todos los españoles con nuestros impuestos, todo el grupo de
fragatas, con el buque insignia «Príncipe de Asturias», entra en la zona
del Atlántico en la nueva estructura de mandos, ¿de quién depende? ¿Del
Saceur o del Saclant? Si usted dice que de nosotros, de ustedes, señor
Ministro de Defensa, póngalo en la propuesta de resolución. Espero, y
agradezco las palabras del portavoz socialista, de que ustedes hagan
buena esa idea en diciembre, pero no nos lo fiéis a largo. Canarias tiene
derecho a esta duda y a esta reserva, porque nos sentimos perfectamente
comprometidos con el Estado, con nuestra Constitución y con nuestras
propias Fuerzas Armadas, que son las que financiamos.
Nada más. Muchas gracias, señor Presidente.
El señor VICEPRESIDENTE (Fernández-Miranda y Lozana): Gracias, señor
Mardones.
En nombre del Grupo Parlamentario Mixto, tiene la palabra el señor
Vázquez.
El señor VAZQUEZ VAZQUEZ (don Guillerme): Muchas gracias, señor
Presidente.
Señoras y señores Diputados, intervengo en nombre del Bloque Nacionalista
Galego, Eusko Alkartasuna y el Partit per la Independencia, para defender
la propuesta de resolución que presentamos basada en el debate de ayer
realizado por nuestros grupos políticos, una postura, la nuestra,
contraria a la mayor implicación del Estado español en la estructura de
la Alianza Atlántica, en favor de estimular una política de defensa
propia, en favor de la desnuclearización, en favor de una política de
paz, desarme, cooperación internacional en pie de igualdad y respeto a la
libre determinación de los pueblos; unas propuestas de resolución que
defienden la necesidad de adaptar los gastos de defensa a la situación
actual en el camino de su disminución paulatina, unas propuestas que
reflejan la necesidad de cambiar el actual modelo de relaciones
internacionales.
Por eso proponemos que el Congreso de los Diputados inste al Gobierno
español a mantenerse fuera de la estructura militar de la OTAN y a abogar
por una política de paz y respeto por la libre determinación de los
pueblos, única forma de contribuir a unas relaciones en pie de igualdad y
en mutuo beneficio de las naciones a nivel internacional. A desarrollar
una política de defensa propia que contemple el acercamiento a las
naciones de Africa y América Latina, basada en la libre determinación de
los pueblos, el mutuo beneficio y la distensión internacional. A no
aceptar bases militares extranjeras ni almacenamiento de armas atómicas
en el territorio del Estado, a negociar una política de defensa común con
Portugal que contemple el cierre de todas las bases militares extranjeras
en la Península
Ibérica y la declaración de esa zona libre de armamento nuclear. A
mantener en el seno de la Unión Europea y de la UEO posiciones
conducentes a la desaparición de la OTAN como organización superada por
la historia y ajena a los intereses de los pueblos de Europa. A mantener
en el seno de la ONU una posición favorable a la distensión
internacional, el respeto a la libre determinación de los pueblos y la
oposición a la conformación de bloques militares agresivos.
Por lo tanto, vamos a votar en contra de la propuesta de resolución
número 2, porque se posiciona respecto a la integración en la estructura
militar en el sentido justamente contrario a lo que nosotros proponemos y
porque persiste en el fondo en defender el actual orden internacional
claramente injusto para la mayoría de los pueblos del mundo.
Nos vamos a abstener respecto a la proposición presentada por Coalición
Canaria y votaremos a favor de las propuestas de resolución presentadas
por Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya porque también cuestionan la
integración que se propone.
Muchas gracias, señor Presidente.
El señor VICEPRESIDENTE (Fernández-Miranda y Lozana): Muchas gracias,
señor Vázquez.
Tiene la palabra el señor Chiquillo, como firmante de la resolución
presentada por distintos grupos parlamentarios que él acompaña.
El señor CHIQUILLO BARBER: Muchas gracias, señor Presidente, con toda
brevedad.
Creo que ayer quedaron de manifiesto cuáles eran los planteamientos al
respecto de Unión Valenciana. Hemos suscrito esta propuesta de resolución
conjunta y hemos contribuido con ese granito de arena a este amplio
consenso que hoy se va a plasmar con la aprobación, parece ser, por una
amplia mayoría de esta propuesta de resolución que contiene un conjunto
de ilusiones, de planteamientos, que esperamos que a lo largo de los
próximos meses se hagan realidad por aquello por lo que apostamos, de un
Estado español fuerte en Europa y reconocido a nivel internacional. Nos
hemos sumado a esa propuesta de resolución y en Unión Valenciana nos
congratulamos del amplio consenso alcanzado en una materia tan decisiva y
tan importante para el futuro.
Muchas gracias.
El señor VICEPRESIDENTE (Fernández-Miranda y Lozana): Muchas gracias,
señor Chiquillo.
En nombre del Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra el señor
Rupérez.
El señor RUPEREZ RUBIO: Gracias, señor Presidente.
Mi grupo parlamentario, conjuntamente con otros tres, ha presentado una
propuesta de resolución que ha sido glosada ampliamente y con acierto por
parte de los respectivos portavoces y no tengo ningún inconveniente en
suscribir los puntos de vista que han sido ofrecidos a la Cámara por los
señores Almunia, Nadal, González de Txabarri y Chiquillo.
Quería, simplemente, hacer algunas glosas adicionales que, insistiendo
sobre lo que tuve ocasión de decir ayer, deben aclarar, por una parte, si
necesario fuera, algunos de los puntos que están recogidos en la
resolución y, por otra parte, manifestar también, brevemente, nuestro
parecer y punto de vista sobre el resto de las resoluciones.
En primer lugar, quiero reafirmar el sentimiento de nuestro grupo en el
sentido de que este es un momento especialmente significativo para la
definición de la política exterior de paz y de seguridad española.
Estamos tomando decisiones que van a conformar de una manera definitiva,
y estoy seguro de que enormemente positiva, el futuro de nuestra
colocación en el marco de la seguridad europea y atlántica. Estoy seguro,
por otra parte, de que esta decisión, que ayer tuve ocasión de calificar
de proceso de maduración que se ha producido a lo largo de los últimos
años, va a revertir de una manera extraordinariamente positiva en todos
aquellos puntos que son, lógicamente, motivo de preocupación, bien porque
se refieran a nuestra aportación a la seguridad estrictamente europea, a
través de los mecanismos previstos en el Tratado de Maastricht y a través
de la formación definitiva --y esperemos que pronta-- de la identidad
europea de seguridad y defensa, o bien porque se refieran a la aportación
de todos aquellos procesos de paz y de seguridad que en este momento se
están desarrollando en el mundo y a los que tan definitivamente está
colaborando la OTAN. Todos ellos son procesos que debidamente acogidos
por la opinión pública --y el señor González de Txabarri se refería
adecuadamente a la necesidad de una actividad pedagógica en ese sentido--
reportarán enormes beneficios para el sentido de nuestra propia
identidad, de nuestra propia conciencia como pueblo, capaz de aportar
datos fundamentales para la paz en nuestro entorno inmediato.
Desde ese punto de vista, el hecho de que España, a partir de este
momento, pueda aceptar sus plenas responsabilidades en el contexto de la
distribución de los mandos de la Alianza Atlántica --como decimos en la
misma resolución-- tendrá toda una serie de consecuencias favorables en
las atribuciones correspondientes del mando y control, en la visibilidad
de esa identidad europea de seguridad y de defensa, en el hecho de que
otros países del centro y del este de Europa están deseando hacer lo que
nosotros hemos venido haciendo ya desde hace 15 años, que es,
fundamentalmente, participar en todas las tareas de la seguridad europea,
a través de la Alianza Atlántica y, desde luego, embarcarnos en ese
proceso absolutamente indispensable de contribuir a la seguridad
geoestratégica del continente,
a través de las grandes negociaciones entre la Alianza Atlántica y la
Federación Rusa.
Desde ese punto de vista, como también dije ayer, y como han puesto de
relieve otros portavoces parlamentarios, no únicamente el hecho de que
firmemos esta resolución, sino de que lo hagan tantos grupos
parlamentarios, que reflejan una tan gran mayoría en esta Cámara, es un
signo de solidez, de madurez, es un signo muy positivo y esperanzador
para el futuro de nuestra política exterior.
Quería, al mismo tiempo, hacer alguna referencia sobre el resto de las
resoluciones. No podemos, en algunos casos, desgraciadamente, apoyar las
resoluciones que se han presentado por otros grupos parlamentarios. La
que patrocinan el Bloque Nacionalista Galego, Eusko Alkartasuna y doña
Pilar Rahola, integrada en el Grupo Parlamentario Mixto, contiene toda
una serie de afirmaciones que nosotros sinceramente creemos son ajenas a
lo que realmente constituye la sustancia de la discusión sobre la
seguridad europea; contiene una serie de afirmaciones que son
posiblemente erróneas sobre los efectos y las consecuencias de esa
seguridad. En cualquier caso, nos parece que están mal situadas en lo que
es el centro de este debate.
No podemos, pues, prestar nuestro apoyo a esas resoluciones; como tampoco
podemos prestar nuestro apoyo a las resoluciones presentadas por
Izquierda Unida. Debo decir que he escuchado con el máximo interés las
palabras que han sido pronunciadas por su portavoz, el señor Castellano,
pero quería hacer una brevísima referencia a esas manifestaciones.
En primer lugar, Izquierda Unida ha presentado este proyecto de
resolución al amparo del artículo 201 del Reglamento de esta Cámara. El
resto de los grupos parlamentarios lo han hecho al amparo de los
artículos 196 y 197 del mismo Reglamento. Tengo que decir que esa
ubicación, la invocación de ese precepto reglamentario nos parece, con
todos los respetos, indebida. Este no es un debate tasado. Como ayer
explicaba el Presidente del Gobierno, esta no es una obligación que tenga
el Gobierno --la de traer a la Cámara en este momento este debate--,
porque en términos estrictos constitucionales y legales hubiera
correspondido exclusivamente al Gobierno tomar esta decisión. Las
decisiones que tenían ese alcance constitucional legal fueron tomadas por
esta Cámara por una mayoría absoluta en 1981.
El señor VICEPRESIDENTE (Fernández-Miranda y Lozana): Le ruego vaya
concluyendo.
El señor RUPEREZ RUBIO: Gracias, señor Presidente, voy concluyendo.
Y no es, digamos, una generosidad, porque creo que es un acto
políticamente significativo pero no ha sido una obligación. Desde ese
punto de vista quiero resaltar la indebida invocación de ese artículo
201.
Por otra parte, quería pura y simplemente decir, señor Presidente, si me
permite todavía un par de observaciones adicionales, que la invocación de
la paz siempre tiene consecuencias distorsionantes. ¿Es que únicamente
los que invocan una determinada forma de paz son los que quieren la paz?
¿Es que los demás quieren la guerra? Podríamos concluir que ese tipo de
manifestación puramente maniquea en el fondo no hace más que torcer y
distorsionar también el sentido del debate.
Finalmente, señor Presidente, quería referirme a las propuestas que ha
hecho desde esta tribuna el señor Mardones en nombre de Coalición
Canaria. Le puedo decir, señor Mardones, y lo sabe su grupo y lo sabe el
señor Mauricio, que tenemos la más profunda de las simpatías por sus
planteamientos; diría más, el más profundo de los acuerdos. Y lo dijo
ayer de una manera muy formal y pública, certificada y notarial el señor
Presidente del Gobierno desde esta tribuna.
No tengan ustedes absolutamente ninguna duda sobre el sentido del
ejercicio. No tengan ustedes absolutamente ninguna duda sobre qué es lo
que el Gobierno y nuestro grupo parlamentario quieren, y lo que quieren
el resto de los grupos parlamentarios que han firmado nuestra resolución
respecto de la articulación de los mandos. No tengan absolutamente ningún
tipo de duda. No puede ser de otra manera. Este grupo parlamentario, este
Gobierno y el resto de los grupos que en este momento suscriben
exactamente las mismas resoluciones quieren que toda la soberanía
española quede incluida bajo un solo mando: el de responsabilidad
española.
El señor VICEPRESIDENTE (Fernández-Miranda y Lozana): Señor Rupérez le
ruego concluya.
El señor RUPEREZ RUBIO: No hay absolutamente ninguna duda al respecto y
eso, si leen ustedes bien la resolución correspondiente, lo encuentran en
esa referencia, que no es nada oculta ni opaca, al Atlántico y al
Mediterráneo. Estas dos referencias no están puestas ahí por casualidad;
reflejan exactamente lo que ustedes y nosotros tenemos en nuestra cabeza.
Y por eso, señor Mardones, si me lo permite todavía la Presidencia,
quería decirles: súmense ustedes al consenso, que estarían defendiendo no
únicamente los intereses canarios, como todos queremos defender, sino los
intereses de España y ahí encontrarían una adecuada respuesta a sus
preocupaciones.
Nada más y muchas gracias, señor Presidente.
El señor VICEPRESIDENTE (Fernández-Miranda y Lozana): Muchas gracias,
señor Rupérez.
Vamos a proceder a la votación. (El señor Presidente ocupa la
Presidencia.--Pausa.)
El señor PRESIDENTE: Votación de las propuestas de resolución relativas a
la comunicación del Gobierno sobre la participación de España en la
Alianza Atlántica renovada.
Votamos, en primer lugar, la propuesta del Grupo Parlamentario Mixto, en
la que se contienen las que han defendido el señor Rodríguez y las
señoras Lasagabaster y Rahola.
Comienza la votación. (Pausa.)
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 320; a
favor, 24; en contra, 292; abstenciones, cuatro.
El señor PRESIDENTE: En consecuencia, queda rechazada la propuesta de
resolución del Grupo Parlamentario Mixto.
Propuesta de resolución del Grupo Parlamentario de Coalición Canaria.
Comienza la votación. (Pausa.)
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 315; a
favor, cinco; en contra, 288; abstenciones, 22.
El señor PRESIDENTE: En consecuencia, queda rechazada la propuesta de
resolución de Coalición Canaria.
Propuesta de resolución de los Grupos Parlamentarios Popular, Socialista,
Catalán (Convergència i Unió) y Vasco (PNV) y del señor Chiquillo.
Comienza la votación. (Pausa.)
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 320; a
favor, 293; en contra, 23; abstenciones, cuatro.
El señor PRESIDENTE: En consecuencia, queda aprobada la propuesta de
resolución de los citados grupos parlamentarios.
Propuestas de resolución del Grupo Parlamentario Federal de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya.
Comienza la votación. (Pausa.)
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 320; a
favor, 26; en contra, 294.
El señor PRESIDENTE: En consecuencia, quedan rechazadas las propuestas de
resolución del Grupo Parlamentario de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya.
Punto sexto del orden del día, debates de totalidad de convenios
internacionales. No habiéndose presentado ninguna enmienda de totalidad,
se da por agotado este punto.
DEBATES DE TOTALIDAD DE INICIATIVAS LEGISLATIVAS:
--PROYECTO DE LEY DE ENVASES Y RESIDUOS DE ENVASES. (Número de expediente
121/000011)
El señor PRESIDENTE: Pasamos al punto VII, debates de totalidad de
iniciativas legislativas. En primer lugar, del proyecto de ley de envases
y residuos de envases, para cuya presentación y defensa, en nombre del
Gobierno, tiene la palabra la Ministra de Medio Ambiente, señora Tocino.
La señora MINISTRA DE MEDIO AMBIENTE (Tocino Biscarolasaga): Gracias,
señor Presidente.
Señoras y señores Diputados, la mejor forma de gestionar los residuos es
evitar que se produzcan, y asimismo los residuos, y muy especialmente los
residuos de envases, no sólo no deben ser una fuente potencial de
contaminación sino que aspiramos a que se conviertan, una vez bien
gestionados, en un importante caudal de materias primas secundarias. (El
señor Vicepresidente, López de Lerma i López, ocupa la Presidencia.) Esto
es lo que, siguiendo las instrucciones y las recomendaciones del quinto
programa comunitario de actuación en materia de medio ambiente y
desarrollo sostenible, llevó a la Comunidad Europea, a la Unión Europea
hoy, a presentar una directiva comunitaria, concretamente la 94/62, que
hoy trae el Gobierno para trasponer a través de este proyecto de ley de
envases y residuos de envases, de tal forma que nuestro Gobierno va a
llevar a la práctica esta trasposición cumpliendo así la obligación que
dicha directiva comunitaria nos ha impuesto. Y es nuestra intención que
de esta forma las comunidades correspondientes, las administraciones
competentes puedan ser lo más eficaces posible, tanto desde el punto de
vista medioambiental como desde un punto de vista económico, en la
adecuada gestión, que tienen que llevar a la práctica, del tratamiento de
los residuos de envases y de envases usados.
Señorías, nos encontramos, por tanto, hoy ante una norma ambiental que
por su contenido supone, efectivamente, una modificación de la
legislación general aplicable en materia de residuos sólidos urbanos, que
exige por ello que la norma interna de incorporación tenga rango de ley,
exigencia que se deriva también de la obligación que se impone a los
fabricantes de hacerse cargo de los residuos de envases y envases usados
que se les presenten, si no se hubieran hecho cargo de ellos los
recuperadores, recicladores o valorizadores autorizados o cualquier
agente económico que los destina a reutilización. La obligación que se
impone de cumplir esa normativa mediante un régimen sancionador para el
caso de que no se cumpla lleva también a tenerlo que tratar con rango de
ley.
Por eso nos encontramos hoy ante una norma ambiental que por su contenido
va a representar para todos los españoles un importante cambio en las
conductas de todos los ciudadanos, fundamentalmente por lo que se refiere
a nuestras costumbres domésticas cotidianas en el tratamiento y selección
de los residuos urbanos, con la finalidad de que, sobre todo, estos
residuos de envases y envases usados, que están representando en la
actualidad algo más de un 30 por ciento del total de los residuos sólidos
urbanos generados en nuestro país, se canalicen hacia operaciones de
gestión ambientalmente correctas, fundamentalmente hacia la reutilización
y el reciclado.
Digamos también que siguiendo otro de los objetivos de esta directiva
comunitaria que se propone armonizar las normas sobre gestión de envases
y residuos de envases de los diferentes países miembros, el proyecto de
ley de envases que hoy trae el Gobierno a esta Cámara sigue, en líneas
generales, la legislación que sobre esta misma materia está ya en vigor
en otros Estados comunitarios, fundamentalmente habiéndonos guiado de
aquellos que nos han parecido más cercanos a las condiciones de nuestro
país, como pueden ser las normas que están aplicando tanto Alemania como
Francia. En ese sentido coincide nuestro sistema con el alemán en la
medida en que se fijan objetivos de valorización y reciclado, de acuerdo
con esta directiva, aunque hemos de reconocer que aún se asemeja mucho
más al sistema francés en el hecho de que la recogida de estos envases va
a ser llevada a cabo por las entidades locales. (Rumores.)
Diríamos, a la vista de todo esto, que en líneas generales el que ya
podemos denominar como sistema español y que traemos en este proyecto de
ley esta mañana a esta Cámara, contiene siete capítulos: los tres
primeros dedicados a las disposiciones de general aplicación; el capítulo
segundo, dedicado a fijar determinados principios de acción de las
administraciones públicas para fomentar la prevención y reutilización de
los envases y el tercer capítulo a establecer los objetivos de reciclado
y valorización previstos en la citada directiva. (Rumores.) El señor
VICEPRESIDENTE (López de Lerma i López): Un momento, señora ministra. Por
favor, señorías, silencio.
Continúe, señora ministra.
La señora MINISTRA DE MEDIO AMBIENTE (Tocino Biscarolasaga): Gracias,
señor Presidente.
El capítulo cuarto regula los diferentes procedimientos que hemos
establecido en el sistema español; el capítulo quinto se refiere a
requisitos aplicables a los envases y condiciones de seguridad; el
capítulo sexto, se refiere a sistemas de información y programación e
instrumentos económicos, y, por último, el capítulo siete que contiene el
régimen sancionador. Asimismo, contiene este proyecto de ley tres
disposiciones finales y una derogatoria.
Señorías, nos encontramos con que esta nueva normativa contiene, por
tanto, un esquema de organización administrativa que respeta
escrupulosamente el sistema de distribución de competencias en el Estado
español entre las distintas administraciones públicas en materia de medio
ambiente y al mismo tiempo permite, como así lo manda la directiva
comunitaria, la participación de los agentes económicos y sociales
interesados, en particular la de los consumidores y usuarios.
Las líneas generales, por tanto, de lo que pudiéramos denominar ya el
sistema español de recogida y tratamiento de residuos de envases y
envases usados, se refieren, en primer lugar, a la aplicación de
políticas preventivas que permitan reducir la cantidad, peso y volumen de
los envases puestos finalmente en el mercado, atendiendo al principio de
que la reducción es el mejor método posible de gestión de los residuos,
tal como ha sido asumido por la propia Unión Europea en la Resolución del
Consejo de 7 de mayo de 1990, y que también contempla el quinto programa
comunitario de desarrollo sostenible, al que me refería con anterioridad.
En línea con esta argumentación, el proyecto de ley que hoy traemos a
esta Cámara establece que la Administración general del Estado y las
comunidades autónomas, dentro cada una de sus respectivas competencias,
serán las que tengan que adoptar las medidas oportunas, especialmente
relativas al diseño y proceso de fabricación de los envases, para
minimizar y prevenir en origen la producción de residuos de envases. Por
la misma razón, también queremos, en el programa nacional de residuos de
envases y envases usados que nos obligamos a traer en el plazo de un año,
y previa consulta a una comisión mixta en la que estarán representadas
todas las administraciones públicas y los sectores interesados, que se
establezcan unos objetivos de reducción en peso de los residuos de
envases generados.
Como complemento de estas medidas preventivas, se propone también esta
norma y apuesta decididamente por el fomento de la reutilización de los
envases usados como método idóneo de reducción, una vez que los envases
han sido puestos en el mercado, para lo cual las administraciones
públicas podrán establecer aquellas medidas de carácter económico,
financiero o fiscal que piensen van a favorecer la reutilización de los
envases usados sin perjudicar al medio ambiente.
Como es obvio, señorías, la situación actual de nuestra vida en las
sociedades desarrolladas no puede seguir aplicando el principio de usar y
tirar, generando cada vez más y más residuos. Por eso, quizá uno de los
puntos más importantes de este proyecto de ley, una de las novedades más
importantes, siguiendo siempre
la directiva comunitaria, es establecer un porcentaje determinado de
estos residuos de envases que deben retirarse del flujo de residuos
eliminados en vertederos, con la finalidad de darles un tratamiento mucho
más adecuado y que consista en el reciclaje, la reutilización y, llegado
el momento, la valorización. Por eso, este proyecto de ley establece que,
en el plazo de cinco años, deberá valorizarse entre el 50 y el 65 por
ciento, en peso, de la totalidad de los residuos de envases generados, e
igualmente, en este mismo marco de objetivo global, se reciclará el 25
por ciento como mínimo y el 45 por ciento como máximo, en peso, la
totalidad de los materiales de envasado que forman parte de todos los
residuos de envases generados, con un mínimo de un 15 por ciento en peso
de cada material envasado. Y precisamente porque este porcentaje mínimo
de reciclado es la única obligación que impone esta directiva, es por lo
que el proyecto de ley establece que se podrán tener en cuenta y poner en
práctica los instrumentos económicos que incluyan medidas de fomento de
tipo fiscal cuando algún material de envasado no consiga alcanzar dicho
porcentaje.
La directiva comunitaria, señor Presidente, señoras y señores Diputados,
obliga a su vez a que los Estados miembros establezcan sistemas de
recogida y recuperación de los residuos de envases y envases usados, para
que puedan ser reutilizados, reciclados o valorizados, con la obligación
de que estos sistemas tengan que estar abiertos a los agentes económicos
interesados. Por eso, cumpliendo esta disposición, la nueva norma diseña
un sistema propio en el que después de analizar la aplicación práctica,
como decía antes, de los sistemas ya establecidos en Francia y en
Alemania, hemos procurado recoger los aspectos más positivos de cada una
de estas aportaciones y, por ello, el modelo español, que adecua la
normativa de estos países a las necesidades de nuestro país, establece la
aplicación de mecanismos obligatorios de depósito o consigna, de los que
pueden eximirse los agentes económicos si se responsabilizan de la
recogida de sus propios residuos, mediante la suscripción de acuerdos
voluntarios autorizados por las administraciones públicas, mientras que
la regulación española se asemeja al sistema alemán en la imposición
obligatoria de porcentajes de reciclado y valorización y coincide, en
cambio, con el sistema francés en el hecho de que la recogida de residuos
de envases y envases usados será efectuada por las entidades locales,
advirtiendo que este sistema lo convierte en mucho más económico y, por
tanto, va a tener una menor repercusión para los consumidores en cuanto
al coste final del producto envasado.
En líneas generales, lo que podemos denominar sistema español de
recuperación, recogida y devolución de residuos de envases y envases
usados se articula sobre una dualidad de mecanismos; es decir, que,
diríamos, utiliza dos instrumentos concretos. Por una parte, y con
carácter obligatorio, los productos envasados tienen que ser puestos en
el mercado mediante la aportación de una cantidad individual fijada por
el Ministerio de Medio Ambiente, previa consulta a todos los sectores
interesados, que se retiene en concepto de depósito y que se devuelve
tras la entrega del residuo del envase. Este sistema, que el proyecto
denomina de depósito, devolución y retorno, y que se corresponde con el
tradicionalmente conocido como sistema de consigna, está configurado con
un carácter intencionadamente desincentivador, puesto que los demás
países de la Unión Europea están utilizando el otro sistema, mucho más
eficaz --el sistema integrado de gestión de residuos de envases y envases
usados--, que es el que, como ya dije anteriormente, se constituye sobre
la base de acuerdos voluntarios entre los agentes económicos, de acuerdo
con el principio de responsabilidad compartida, y los industriales
autorizados por las comunidades autónomas en cuyo ámbito territorial se
plasman dichos acuerdos voluntarios.
Para lograr, efectivamente, que estos sistemas se pongan en práctica en
todo ese desarrollo de medidas que exige este proyecto de ley que hoy
presentamos a la consideración de SS. SS., esta norma establece que en el
plazo de un año el Gobierno apruebe un programa nacional de residuos de
envases y envases usados, que será elaborado por el Ministerio de Medio
Ambiente y que pasará a formar parte del Programa Nacional de Gestión de
Residuos Urbanos. Dicho programa, como no podía ser de otra forma, será
el resultado de la integración de los respectivos programas que sobre
envases y residuos de envases elabore cada una de las comunidades
autónomas en el marco de sus competencias y reflejará el conjunto de
actuaciones que se pondrán en marcha en todo el Estado español para
desarrollar esta materia que hoy legislamos.
Por otra parte, el Gobierno ha sido sensible a una serie de corrientes de
opinión que, si bien no están contempladas en esta directiva comunitaria,
es cierto que a nivel de opinión pública vienen siendo consideradas, como
que, en algunos casos, determinados materiales utilizados para estos
envases pueden ser más o menos agresivos con el medio ambiente y producir
una mayor contaminación, contaminación que, según se comenta, se
produciría tanto a nivel de producción del envase como en el momento en
que son gestionados los residuos que generan dicha contaminación. No
obstante, y desde luego sin querer quedarnos en ningún planteamiento
demagógico y, por supuesto, carente de rigor y de cualquier tipo de
racionalidad, que es lo que debe ampararnos y guiarnos cuando presentamos
un proyecto de ley de la trascendencia del que hoy traemos a esta Cámara,
necesitamos tomar medidas siempre que exista un sustento
científico-técnico que justifique las medidas que se vayan a adoptar. En
este sentido, y como pueden imaginarse SS. SS. me estoy refiriendo a la
tan traída y llevada polémica de la utilización del policloruro de
vinilo, el llamado PVC,
como material de envasado, el Gobierno se compromete, en el plazo de un
año, a que, una vez oídos los agentes económicos y sociales, propongamos
las medidas oportunas sobre la base de las conclusiones del estudio
técnico que vaya a elaborar una comisión de expertos que contempla este
proyecto de ley en la disposición final segunda. Igualmente, los
Ministerios de Medio Ambiente y de Sanidad y Consumo, al cabo de dos años
de la entrada en vigor de esta norma, realizarán una evaluación de los
aditivos nocivos y peligrosos utilizados en la fabricación de envases,
con vistas a establecer un calendario para su sustitución en aquellos
supuestos en que se pudieran aplicar algunas sustancias alternativas.
Para terminar, señor Presidente, quiero decir que esta norma no solamente
impone obligaciones a los ciudadanos y a los agentes económicos, sino que
tiene muy claro que es necesario encomendar a las administraciones
públicas la conveniencia de que pongan en marcha actuaciones que fomenten
la realización de objetivos concretos fijados en esta propia ley. Por
ello, impone a dichas administraciones la obligación de informar a los
consumidores y usuarios sobre las nuevas medidas que se ponen en marcha
para que conozcan la forma en que ellos mismos pueden participar en el
logro y la consecución de estos objetivos.
Por otra parte, se encarga a las administraciones públicas que adopten
medidas para que en la contratación de obras públicas y suministros se
favorezca el orden de prioridades en la gestión de los residuos de
envases que anteriormente hemos señalado.
Finalmente, este proyecto de ley garantiza que el traslado de los
residuos de envases y envases usados desde las islas y desde Ceuta y
Melilla a la península se haga sin coste alguno cuando no sea posible su
tratamiento en estos lugares.
Señor Presidente, señoras y señores Diputados, entendemos que, a grandes
rasgos, puesto que obra en poder de SS. SS. este proyecto de ley -que ha
sido estudiado por diferentes grupos parlamentarios que han presentado
enmiendas que pasarán a defender-, en los aspectos fundamentales la norma
que el Gobierno ha aprobado sobre envases y residuos de envases y que hoy
somete a la consideración de esta Cámara contiene, sobre todo, las líneas
básicas para constituir lo que entendemos debe ser el instrumento
normativo adecuado para regular esta materia que en España era tan
necesario regular con rigor, con seriedad y con eficacia por razones de
orden técnico-jurídico y porque se necesita la mejor adecuación de la
directiva comunitaria que necesitamos aplicar y convertirla en derecho
interno, cuya finalidad es la que hoy estamos contemplando aquí.
Muchas gracias, señor Presidente.
El señor VICEPRESIDENTE (López de Lerma i López): Muchas gracias, señora
Ministra.
A este proyecto de ley se han presentado y mantenido enmiendas de texto
alternativo por parte del Grupo Federal de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya y por parte del Grupo Parlamentario Socialista, y dos enmiendas
de devolución que vienen avaladas por el Grupo Mixto.
Para la defensa de la enmienda de texto alternativo que ha presentado el
Grupo Federal de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, tiene la
palabra el señor Frutos.
El señor FRUTOS GRAS: Señor Presidente, señoras y señores Diputados,
nosotros presentamos una enmienda a la totalidad con texto alternativo,
no de devolución, porque pensamos que la ley es necesaria, y presentamos
un texto alternativo a la totalidad aunque luego nos veremos las caras en
la Comisión cuando discutamos las enmiendas parciales, porque me temo que
esta enmienda no va a tener mucha fortuna, y ya me gustaría que la
tuviera. Esta enmienda a la totalidad intenta explicar qué es lo que
ocurre en el mundo del residuo, en el mundo de la contaminación, en el
mundo de la porquería que de vez en cuando cae, como en Bens, sobre la
población, que nos cae sobre las espaldas; en un mundo en que uno piensa
qué llegaría a ocurrir si los 5.600 millones de habitantes que hay en él
derrocharan, consumieran, degradaran como degradamos nosotros, el mundo
llamado civilizado occidental, rico y desarrollado; un mundo que ha
aumentado sus residuos en un 40 por ciento en los últimos diez años: los
residuos por habitante han pasado de 744 gramos por día a 1.035 gramos
por día aquí, en España; un mundo en el que cada vez hay más distancia,
una cosa absolutamente irracional, entre la producción y el consumo, es
decir, donde se produce y donde se consume; un mundo donde se ha
generalizado la magnífica filosofía de usar y tirar, que yo calificaría
de enfermedad infantil del nuevo rico --del nuevo rico como colectivo, de
la inconsciencia colectiva-- y del nuevo rico como ser individual que ha
accedido en los últimos años o décadas a un determinado consumo, que se
cree a partir de aquí que es el rey del mambo, que puede destruirlo todo
y que puede hacerlo todo.
Los resultados los tenemos ya: lo que está ocurriendo en el conjunto de
los países europeos, en España, en Galicia, en Cataluña, en todas partes,
en Valdemingómez ya de forma inmediata, etcétera. Hasta ahora, los grupos
de presión, que funcionaban perfectamente engrasados -porque lo que se
hace a través de intereses siempre funciona perfectamente engrasado-, han
impedido cualquier control del proceso de crecimiento, que yo califico de
ultraliberal del sector, es decir, sin ningún control democrático,
pensando que todo el monte es orégano, que el crecimiento puede ser
ilimitado, que se puede contaminar porque siempre hay un sitio donde
arrojar las basuras. En algún caso hay basuras que si
no se pueden arrojar en nuestro maravilloso mundo es igual, lo vamos a
arrojar al tercer mundo.
El desastre de Bens, como señalaba antes, es una muestra de dos cosas
concatenadas. La primera, que el sistema de eliminación de basuras
existente hasta hoy es ineficaz y, además, no cuenta con medios para
hacer una labor más eficaz, porque parte de una base que nosotros
consideramos elemental --por eso introducimos una serie de propuestas en
nuestra proposición de ley--, y es que el que contamina no paga. No es
que nosotros nos centremos en que se pueda contaminar y luego pagar; no
es eso. Pero como mínimo, para llegar a un proceso en el que la gente
decida, de forma lúcida e inteligente, que no se debe contaminar, que
pague mientras contamine.
En segundo lugar, el desastre de Bens muestra otro elemento, que es la
falta de voluntad política hasta ahora para aprovechar los residuos en un
proceso de reutilización, revalorización y reciclaje, previa una
reducción de los residuos que se producen, porque es posible, racional e
inteligente hacerlo de esta forma.
La Directiva de envases europea 94/62 suponía poner en práctica medidas
de reducción en origen de los residuos, al menos esas eran las
intenciones, para poner en práctica medidas que favorezcan a los envases
reutilizables y para una reducción efectiva del sobreembalaje, al mismo
tiempo que paralelamente se potenciaba el reciclado de materiales. Hay
que decir que esta directiva europea es de mínimos y las leyes son de
mínimos o de máximos en función de los determinados intereses que hay
detrás de cada una de ellas.
La realidad es que esta directiva intentaba únicamente --está bien para
empezar, pero es muy poco, es insuficiente-- armonizar las legislaciones
en los distintos países de la Unión para que no obstaculizaran el
comercio del conjunto de los mismos. El aspecto ecológico de esta
directiva es puramente marginal, prácticamente inexistente. Defiende,
sobre todo, los intereses de los grandes grupos químicos europeos y fue
mal recibida por el movimiento ecologista europeo en su conjunto, desde
el moderado hasta el más radical. De todas formas, y a nuestro entender,
vale más esta directiva que nada, porque aunque las clases dominantes
sean siempre las últimas en enterarse de que están cavando su propia
tumba, también tienen que vivir en este mundo, y nosotros incluso somos
tan buena gente que intentaremos salvar esas clases que hacen políticas
suicidas en el momento, como en este caso concreto, de controlar la
producción de residuos.
El Gobierno ha remitido su proyecto. A nuestro entender, este proyecto,
señora Ministra, es una copia a la baja de la directiva europea. Además,
lo más importante no son las propuestas; las propuestas van en un sentido
y algunas de ellas son positivas, suena bien la música, pero luego se
tiene que ver cómo se concreta esto.
Lo más importante del proyecto son las ausencias. No incluye objetivos
concretos para reducir envases y residuos de envases, no establece una
cuota mínima de envases reutilizables, no propone reducir materiales no
reciclables, no establece responsabilidad de los productores de los
envases y de los residuos, considera la incineración algo absolutamente
válido y limpio, a nuestro entender de forma absolutamente errónea. En
relación al PVC, tan controvertido --usted misma lo ha citado--, la única
medida es una comisión de expertos; vamos a intentar fiscalizar esta
comisión de expertos para que no sea una comisión al alimón entre el
Ministerio de Industria y la CEOE, ya que se han tenido tan en cuenta en
este proyecto ley las opiniones de la CEOE.
Ya desde el artículo 1º son notorias las ausencias de concreción y la
confusión de prioridades. Las prioridades deberían quedar nítidamente
expresadas en sus diferencias para adaptarse al diverso grado de impacto
ambiental que causa cada tipo de residuos y, demás, debería adaptarse
también a las prioridades internacionalmente reconocidas. Por tanto, el
artículo 1º debería señalar una ordenación de prioridades, la primera de
las cuales sería prevención en la producción de residuos; la segunda,
reutilización de los envases; la tercera, reciclado, y la cuarta, otras
formas de valoración.
El proyecto de ley no concreta medidas de prevención de la cantidad y
toxicidad de los residuos de envases, pese a que, en su artículo 1º,
desde el primer momento establece como prioridad la prevención de la
reducción de residuos de envases en el conjunto. Ya en el Plan nacional
de residuos tóxicos y peligrosos se estableció una reducción del 40 por
ciento en cinco años, siendo mucho más difíciles de tratar estos residuos
que los otros de los que estamos hablando en este momento concreto. ¿Por
qué no se puede hacer esto respecto a los residuos sólidos urbanos?
Nosotros proponemos reducir un 25 por ciento en peso en cinco años y un
60 por ciento en diez años --todo en relación a los números de 1995--, y
un 50 por ciento la utilización del PVC en cinco años y en diez años su
desaparición, para que la industria del PVC tenga la posibilidad de irse
acomodando gradualmente a las necesidades de fabricación de otros
productos, al mantenimiento de los puestos de trabajo, etcétera, yo diría
más, a la ampliación de puestos de trabajo con otras técnicas.
En relación a la reutilización, a la que se refiere el artículo 4º,
ningún objetivo concreto, siendo la reutilización, según el proyecto de
ley, la segunda prioridad que se plantea, al menos formalmente. A nuestro
modo de ver, esto demuestra poco interés para el desarrollo de la
reutilización. En este sentido, proponemos incrementar un 25 por ciento
en cinco años los envases reutilizados, medidas concretas no filosofía,
no literatura únicamente.
Respecto al reciclado, los objetivos que se plantean son absolutamente
insuficientes, ya que no aseguran la reducción de residuos de forma
notable. Por ejemplo, el artículo 5º establece objetivos de reciclado,
valorización
y reducciones notoriamente insuficientes. A nuestro entender, repito,
copia la directiva a la baja, no viendo la situación concreta que tenemos
ya en España, en algunos casos bastante más grave que la que tienen otros
países de la Comunidad. Además no piensan desarrollarlo; da la impresión
de que con esto cumplimos el expediente porque estamos en la Unión
Europea, pero no hay voluntad de liderar desde España, desde nuestras
posibilidades, desde nuestra voluntad política, un intento de hacer una
aportación al conjunto de Europa en la eliminación de residuos, por
tanto, en la mejora del medio ambiente en general. Además, España importa
materiales recuperados de otros países mientras malgastamos los propios,
es decir, que hay contradicciones a todos los niveles.
En el artículo 2º, de definiciones, en el apartado 6, se considera
reciclado la transformación de los residuos de envases para su fin
inicial u otros fines, es decir, que se desvirtúa el auténtico concepto
de reciclaje que debería ser --y además decirlo en concreto en el
proyecto de ley-- la transformación de los residuos de envase dentro del
proceso de producción, para cumplir la misma función para lo que fue
destinado al principio. Lo mismo, por tanto, sin perder ninguna propiedad
en un ciclo cerrado de producción y de consumo que permitiese aprovechar
al máximo la termoestabilidad, la resistencia del producto inicial y
garantizar el control y la reintroducción de los residuos en los ciclos
de producción.
El sutil concepto que hay en el conjunto del proyecto de ley de
valorización energética esconde la potenciación incineradora tan amada
por la Administración en general, creo yo, y en concreto por la
administración madrileña (Valdemingómez) o catalana, no importa de qué
latitud, para los intereses que defienden -casi, no del todo- que el aire
de las incineradoras es oxígeno puro. Yo he tenido que escuchar cosas así
en los últimos días: que es oxígeno puro o que no perjudica nada la salud
ni el medio ambiente.
En el proyecto de ley hay una apuesta por la continuación de la
incineración. Incluye la incineración como elemento de eliminación, a
nuestro entender, de forma absolutamente errónea, si es que realmente
queremos avanzar en lo que se pretende globalmente.
El proyecto incumple la directiva de envases de la Unión Europea. No
incorpora el contenido de sus tres anexos en su artículo 11, referido a
niveles de conservación de metales pesados en los envases. Se deberían
especificar los niveles máximos de concentración de plomo, cadmio,
mercurio y cromo hexavalente de los envases, según hace de forma concreta
la directiva.
También hay otras insuficiencias de carácter más general. No garantiza el
control de la gestión de residuos municipales por parte de las entidades
locales y públicas, por parte de las administraciones públicas. No veo la
participación ciudadana de los consumidores, ecologistas, vecinos,
etcétera. No asegura el pago de los costes por parte de los responsables
de los residuos --lo que dije al inicio de mi intervención--, ni tan
siquiera el hecho elemental de que quien contamina paga, ni tan siquiera
eso, para ir a un proceso de que no contamine nadie. No garantiza el
derecho de los consumidores a poder escoger una compra y un consumo sin
generar residuos, es decir, no informa y, por tanto, no es pedagógico, no
educa.
Aunque en Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya tenemos nuestra propia
personalidad, somos fundamentalmente servidores del movimiento ecologista
en su conjunto, porque pensamos que el movimiento ecologista es el único
que en los últimos años ha introducido elementos de razón y de control,
así como elementos que permiten la participación de la gente, en la
medida en que ha tenido el respeto suficiente para hacerlo posible.
Algunas cuestiones que se han producido con un mínimo control en cuanto a
lo que está ocurriendo en el tema de la contaminación, en el tema de los
residuos, viene determinado por el movimiento ecologista. Por tanto,
nosotros somos deudores de este movimiento y en definitiva somos
servidores de él.
Nuestra propuesta pretende concretar los principios de desarrollo
ecológico sostenible, reducir, por tanto, en esta misma línea el volumen
de residuos; incidir en la regulación de producción y comercialización de
envases, rechazando la falsa solución del vertedero y de la incineración;
apuesta por un sistema público de gestión de envases, buscando toda la
colaboración de los operadores económicos públicos y privados, no
despreciando una visión mixta de cómo tratar el tema de los residuos,
pero siempre con la tutela de la Administración. La tutela de la
Administración, señoras y señores Diputados, aunque a veces no quieran
enterarse, es la tutela democrática de este Parlamento, de los
parlamentos autonómicos, de los ayuntamientos, etcétera. Además,
proponemos la aplicación de medidas preventivas en la producción de
residuos y el fomento de la reutilización de envases, estableciendo
objetivos de valorización, reciclado, devolución, recogida y recuperación
de residuos, todo concatenado y al mismo tiempo.
El señor VICEPRESIDENTE (López de Lerma i López): Señor Frutos, vaya
terminando, por favor.
El señor FRUTOS GRAS: Estoy terminando, señor Presidente.
Proponemos medidas fiscales y financieras para dotar al sistema público
de recursos suficientes para la gestión de residuos. Proponemos unas
ecotasas, que sería, en definitiva, un sistema impositivo selectivo de
carácter disuasorio que afectaría a los envases que utilizan materiales
no adecuados para su reciclado.
Pensamos que el envasador debería ser el responsable de la recogida de
estos impuestos, de estas ecotasas que liquidaría a la Administración. En
esta línea planteamos,
por tanto, la constitución de un fondo para la gestión de envases y
residuos para financiar los programas de gestión de residuos domésticos,
su recogida selectiva y su tratamiento posterior, en lo que estamos
absolutamente atrasados, aunque es verdad que también hay comunidades
autónomas o incluso ayuntamientos concretos que tienen este aspecto mucho
más avanzado. Por tanto, la ley marco ayudará a que se pueda desarrollar
en todas partes.
Planteamos en nuestra enmienda la distribución proporcional del fondo
según el número de habitantes de cada lugar; la regulación de la
fabricación y comercialización de envases, eliminando elementos tóxicos y
los materiales que impiden su reutilización; sistemas para asegurar el
retorno e incorporar los envases al ciclo productivo y un sistema de
etiquetaje y marcaje de los productos que favorezca su identificación.
A nuestro entender, estas medidas son imprescindibles e inaplazables
desde el punto de vista ecológico, desde el punto de vista de introducir
una racionalización superior que nosotros no vemos en el proyecto de ley.
Y serán positivas también en otras cuestiones absolutamente importantes,
como es el desarrollo endógeno o interior o el desarrollo de
microeconomías frente al de las macroeconomías, que tienden a laminar lo
que son economías absolutamente viables, eficaces, creadoras de empleo,
potenciadoras de la pequeña empresa y de su racionalización y que tienen
una eficiencia demostrada en el plano industrial, tanto a nivel
internacional como a nivel español, por las experiencias concretas que
hay.
Vamos a utilizar la ley a fondo, y nos alegra que haya, finalmente, un
marco en el que podamos debatir y defender, desde el primer momento,
nuestras enmiendas, como es la Comisión de Medio Ambiente, cuando se
ponga en marcha la discusión de la ley en concreto, para intentar
mejorarla en este primer trámite. Luego continuaremos trabajando, junto
al movimiento ecologista y los sectores de la sociedad que cada vez sean
más sensibles a estos planteamientos, para que esta ley de mínimos, que
es la trasposición de una directiva europea, sea una ley no de máximos
pero mínimamente aceptable dentro de un tiempo prudencial.
Muchas gracias, señor Presidente. Muchas gracias, señores Diputados.
El señor VICEPRESIDENTE (López de Lerma i López): Gracias, señor Frutos.
Por el Grupo Parlamentario Socialista, para defender la enmienda de texto
alternativo, tiene la palabra la señora Narbona.
La señora NARBONA RUIZ: Gracias, señor Presidente.
Señorías, ante todo, quiero situar la enmienda a la totalidad que nuestro
grupo presenta al proyecto de ley de envases, en la valoración
desfavorable que nuestro grupo hace al conjunto de actuaciones que, en
materia de política de residuos, el actual Gobierno ha llevado a cabo
desde que tomó posesión del Ejecutivo y que, en síntesis, han supuesto
una ralentización, una paralización en algunos casos, de actuaciones
emprendidas en la etapa anterior. Cuando el actual Gobierno tuvo la
ocasión de empezar a demostrar que la política ambiental era un eje
fundamental de su nuevo escenario de acción creando el Ministerio de
Medio Ambiente, a partir de ese momento, en realidad no se han llevado a
cabo actuaciones que sean coherentes con esa denominada voluntad
política, y lo vemos muy bien en materia de política de residuos.
En cuanto al proyecto de ley de envases, el nuevo Gobierno se encontró
con un anteproyecto, que había sido objeto de una prolongada elaboración
y de un amplio consenso, que no pudo ser aprobado por razón de las
elecciones anticipadas; se encontró con un proyecto de ley de gestión de
aceites usados, que ya había sido aprobado por el Gobierno y, por tanto,
hubiera podido ser retomado de forma inmediata por el actual Gobierno,
cosa que no ha hecho; se encontró con planes nacionales en ejecución, en
materia de residuos peligrosos y descontaminación de suelos, que se han
visto seriamente paralizados a lo largo de este año. Todavía ni siquiera
se han pagado las subvenciones en materia de aceites usados y está
absolutamente parada la relación con el Instituto de Crédito Oficial para
la concesión de préstamos a bajo tipo de interés para empresas que
introduzcan tecnologías limpias. Asimismo, el nuevo Gobierno se encontró
con un borrador de plan nacional de residuos urbanos, que también ha
tardado tiempo en volver a retomar. Todo esto nos confirma una valoración
negativa, dentro de la cual se sitúa específicamente la enmienda a la
totalidad que hemos presentado al proyecto de ley de envases.
La ley de envases que presenta el Gobierno tiene, a nuestro juicio al
menos, cinco áreas de importante discrepancia en la valoración que
hacemos de la misma. La primera y más importante es que no se entiende
(la propia Ministra ha empezado su intervención diciendo que la mejor
manera de resolver el problema de los residuos es evitar que se
produzcan), si se es consecuente con eso, que el proyecto de ley del
Gobierno haya renunciado a cuantificar en lo más mínimo objetivos de
prevención, objetivos de reducción en origen, tanto de la cantidad como
de la toxicidad de los envases. En este sentido, no se trata de ser
voluntaristas o utópicos, se trata, por una parte, de ver lo que otros
países de la Unión Europea están haciendo, países a los que debemos
referirnos necesariamente cuando hablamos de una política tan incipiente
en nuestro país, y se trata también de tener en cuenta lo que la propia
Unión Europea está pidiendo a los Estados miembros. Señora Ministra, el
próximo mes, cuando usted vaya al Consejo de Ministros de la Unión
Europea en materia de medio ambiente, tendrán que valorar la comunicación
que la Comisión hace a los Estados miembros en materia de política de
residuos, en la que, de manera textual, se pide a los Estados miembros
que fijen objetivos cuantificados de reducción en origen de los residuos.
Esto es lo que dice la Comisión Europea, que los Estados miembros hagan
lo que no fue posible hacer, por las numerosas presiones soportadas en la
elaboración de la directiva que ahora estamos trasponiendo. Por tanto, la
Comisión nos pide un compromiso en materia de reducción en origen, un
compromiso que, además, otros grupos de esta Cámara también plantean como
enmienda parcial al proyecto que usted presenta.
Nosotros proponemos que haya, al menos, una reducción del 10 por ciento
en peso, a cinco años vista después de la aprobación del proyecto, y que
esa reducción sea del 20 por ciento en el caso del PVC. Ya hemos oído de
boca de la Ministra que en el caso del PVC, según su opinión, no existen
estudios llevados a cabo con rigor, no existe evidencia científica de su
toxicidad y, por tanto, el Gobierno se quiere dar todavía un año para
analizar este problema. Pues bien, basta mirar a los países de nuestro
entorno para comprobar que incluso existen países, como Suiza, donde una
ley prohibe el uso del PVC en envases de bebidas, y en el resto de países
más avanzados de nuestro entorno existen, desde hace años, serias
restricciones al uso del PVC. Eso es así en Alemania, en Austria, en
Dinamarca, en Holanda; países que han tenido ocasión de estudiar informes
científicos --que, por supuesto, existen-- y han tomado decisiones
políticas relevantes. En ese sentido, baste señalar, por ejemplo, los
acuerdos de reducción, insertos en los planes nacionales de medio
ambiente, en el caso de Dinamarca, en el caso de Suecia; en países donde
la propia industria ha aceptado un proceso de reducción en el uso de este
material. No podemos entender que esos acuerdos se hayan desarrollado sin
rigor y sin suficiente conocimiento científico. Ahí está la posición de
Suecia, que nos parece absolutamente relevante en esta materia, que
aprobó, en su momento, una norma de orientación en materia de política
ambiental, según la cual el único nivel aceptable de sustancias
sintéticas persistentes en la naturaleza debe ser nivel cero y, a partir
de ahí, aprobó, en 1995, una resolución para llegar a la total
eliminación del PVC. En palabras de la propia Ministra de Medio Ambiente,
no se trata de discutir si hay que eliminar el PVC, sino de cómo hay que
hacerlo.
Creo que calificar de poco rigurosas las posiciones asumidas por otros
ministros de la Unión Europea, por los responsables políticos y los
sectores productivos en esta materia, no es de recibo. Además, en materia
de comisiones, ya hemos tenido en la anterior legislatura, a impulso del
Senado, una comisión interministerial que llegó a recopilar suficiente
material, pudiendo analizar el mismo en tiempo antes de las elecciones
anticipadas. Creo que ese material debe ser distribuido y analizado y
debe ser el punto de partida para decisiones más ambiciosas en ese campo.
Sin embargo, nuestras discrepancias no están sólo en el campo de la
ausencia de compromisos reales en materia de prevención. Podríamos hablar
de que, además de lo que nos pide la Unión Europea, España ha suscrito
convenios internacionales que deberían llevar a una política mucho más
potente en este sentido. Quiero recordar solamente el que se refiere a la
contaminación de origen terrestre, en el marco del Convenio de Barcelona,
que compromete al Estado español a la progresiva eliminación de las
sustancias orgánicas persistentes, puesto que dentro de las mismas se
encuentran sustancias, como las dioxinas y los furanos, que requieren
actuaciones serias y compromisos reales en materia, por ejemplo, de los
plásticos clorados como el PVC.
Nuestras discrepancias, como decía, señora Ministra, no están sólo en el
campo de la ausencia de compromisos de prevención; están también en la
propia garantía de cumplimiento de lo que estrictamente establece la
directiva. Ustedes dicen que trasponen la directiva y la trasponen, es
cierto, en sus objetivos, pero creemos que para nada se garantiza, con la
última redacción de este texto, que esos objetivos se vayan a cumplir.
Consideramos que los textos anteriores han sufrido, en este caso también,
un recorte significativo y que desaparecen mecanismos de control que, en
nuestra alternativa, proponemos que se recuperen; mecanismos de control
como son, concretamente, el establecimiento de un calendario de objetivos
intermedios a dos años vista, a partir de la entrada en vigor de la ley,
para que se compruebe suficientemente si se está avanzando en el camino
de los objetivos que hay que alcanzar en el plazo de cinco años. Pensamos
que esto mejoraría la capacidad de seguimiento de los sistemas que se
pongan en marcha, así como opinamos que la Administración general del
Estado debe tener la posibilidad de hacer un seguimiento real de los
sistemas integrados de gestión, que debe compartir con las comunidades
autónomas el seguimiento de sus resultados, y no quedar ajena, como ha
quedado en el texto que nos presentan. Por supuesto, entendemos que las
autorizaciones que se den a los sistemas integrados de gestión, deben
poder ser suspendidas y anuladas en el caso de que no se estén cumpliendo
los objetivos, los mecanismos de control e información que se piden a los
agentes que se incorporen a estos mecanismos de sistemas integrados de
gestión de residuos.
Asimismo, el texto que presenta el Gobierno pensamos que tiene una serie
de carencias en lo que se refiere a la información y a la fijación de
requisitos concretos. Hay excesiva remisión a reglamentos posteriores y,
por poner un ejemplo, hay también una inaceptable disposición que abre la
vía a excepciones no claras desde el primer momento en cuanto a envases
que quedarían fuera de las obligaciones del decreto en razón
de su tamaño, de su tipología. Creemos que esto es completamente
innaceptable y que debe ser evitada la apertura de una vía que desvirtúe
completamente la posibilidad de vigilar el cumplimiento de los objetivos
de la directiva.
Nuestra área de discrepancia tercera es la ausencia de mecanismos
suficientemente eficientes en cuanto a planificación y coordinación con
el resto de las administraciones. No es de recibo que en estos momentos
todavía se planteé que tiene que pasar un año para que haya un plan
nacional de residuos sólidos úrbanos con el correspondiente programa en
materia de envases. Creemos que como mucho, y así lo planteamos en el
texto, no pueden pasar más de seis meses para que este plan esté
dispuesto para su aprobación. El tema urge y también aquí hay una
urgencia planteada desde la Comisión Europea a todos aquellos países que
todavía no dispongan de un plan nacional de residuos solidos urbanos.
También creemos que las entidades locales no están suficientemente
consideradas en el texto que nos propone. Han evitado que sean participes
en el proceso de fijación de las cantidads individualizadas sobre los
distintos tipos de envase, así como en las cuantías de financiación
complementaria que requieren las entidades locales para poder atender la
recogida selectiva. Creemos que las entidades locales deben ser oídas y
deben participar en la fijación de esas cantidades individualizadas y de
esas cuantías de financiación complementaria.
En cuarto lugar, creemos que no está suficientemente adecuada la norma a
las exigencias de participación ciudadana. Señora Ministra, usted tiene
ya creado un órgano de participación, incluso modificado por ustedes en
fecha reciente, que es el Consejo Asesor de Medio Ambiente y ni siquiera
lo menciona en esta norma. Creemos, por el contrario, que debe de tener
un papel real en el seguimiento y en el impulso de la política de
reducción y de reciclaje de envases y embalajes. Por tanto, en este caso
proponemos en las disposiciones alternativas que aparezca claramente
mencionado y con una función, así como que se refuerce la posibilidad de
seguimiento, por parte de consumidores y usuarios, que nos parece también
insuficiente.
Por último, señora Ministra, hay otra cuestión en la que discrepamos, y
es el hecho de que no aprovechen esta norma para hacer algo que, por lo
visto, están dispuestos a hacer en normas de menor rango, que es fijar
los límites de emisión de dioxinas de las incineradoras de residuos
sólidos urbanos. Esto nos parece lo mínimo, aprovechando una norma en la
que debería quedar suficientemente reflejada la jerarquizacion que la
Unión Europea hace en materia de política de residuos. La Unión Europea
nos está diciendo no solamente que la prevención debe ser la primera
prioridad, de eso ya hemos tenido ocasión de hablar, sino que también
dice que la recuperación de energía, a partir de la quema de residuos
sólidos, debe de hacerse sólo en determinadas condiciones; debe de
hacerse con los límites más estrictos posibles, pero también,
textualmente dice la Comisión en su informe, de forma que no perjudique
en ninguna manera los principios de prevención y recuperación de
materiales. Es decir, creemos que la incineración sólo puede contemplarse
de forma legítima, cuando exista en el contexto de un sistema integrado
de gestión de residuos de envases, que permita y garantice la recogida
selectiva plena. Por tanto, sólo en ese momento sería a nuestro juicio
deseable que hubiera un reconocimiento, una legitimación de las plantas
de incineración, siempre que, además, se cumplan los límites de emisión
que otros países de nuestro entorno ya están cumpliendo.
Esperamos que, una vez que pase este debate, ustedes sean capaces de
recoger en el trámite de enmiendas de la ley algunas mejoras que los
grupos de esta Cámara estamos proponiendo. Estamos convencidos de que
debe ser así, porque de lo contrario la creación de un Ministerio de
Medio Ambiente habría sido una expectativa frustrada, una falta absoluta
de ambición real, en algo que es absolutamente trascendente para nuestro
país y, en esta primera norma que usted trae a esta Cámara, señora
Ministra, resultan fácilmente identificables las carencias de la misma y
las posibilidades, por tanto, de mejora.
Muchas gracias.
El señor VICEPRESIDENTE (López de Lerma i López): Muchas gracias, señora
Narbona.
Por el Grupo Mixto, para defender la primera de sus enmiendas de
devolución, tiene la palabra el señor Rodríguez Sánchez.
El señor RODRIGUEZ SANCHEZ: Gracias, señor Presidente.
Señoras y señores Diputados, señora Ministra, desde la perspectiva del
Bloque Nacionalista Galego, hay tres pegas fundamentales que hacer a este
proyecto de ley del Gobierno. Unas de ellas que puede parecer utópica o
idealista, consiste en que realmente el proyecto de ley evidencia una
falta de consulta real a las organizaciones más preocupadas por la
cuestión del medio ambiente, y que esta falta de consulta se ha traducido
en la ley con la falta de participación en los organismos consultivos que
se contemplan en la misma por parte de estas organizaciones,
especialmente las organizaciones ecologistas.
En segundo lugar, la segunda pega sería que de una lectura completa de la
ley se deduce, es que hay una clara postergación en la reducción de la
producción de envases y de resíduos de envases y de su reutilización en
beneficio sin duda de la incineración, y, además, debemos decir que en
casos muy concretos del Estado español los programas de incineración
están sustentados en muchísimos miles de millones de pesetas y
abarcan intereses de sectores oligárquicos muy poderosos de los distintos
países que integramos el Estado español. Esto lleva consigo que la ley de
manera subrepticia contemple a la baja los objetivos de reciclaje.
En tercer lugar, la tercera pega fundamental está basada en que hay una
obsesión con el problema de la gestión de los resíduos más que con la
miniminización de los resíduos de envases y la producción de envases y su
reutilización.
Ahora, señora Ministra, nos gustaría hacerle algunas consideraciones
previas para que entendiese mejor nuestra crítica a la ley que
intentaremos mejorar en todo el proceso de debate posterior.
En primer lugar, está claro que en la cadena de comercialización se
impongan tasas a cobrar a los clientes y que, naturalmente, conlleve su
devolución por cada envase devuelto, o bien un sistema integrado de
gestión de resíduos con recogida y objetivos de reciclado y valorización
final; parece que es más bien esto lo que se convierte en norma y lo
primero en excepción.
También observamos que hay muy poco recogido en relación con el problema
de que se obligue a los fabricantes de envases a producir con materiales
procedentes de resíduos de envases y, por otra parte también, como
consideración previa, cuando se habla de reciclado y valorización,
observamos que en la valorización hay una clara apuesta por la
recuperación de energía, pero el reciclado queda con un serio
interrogante.
En definitiva, señora Ministra, los principios de actuación respecto de
la reducción y la reutilización son prácticamente inexistentes en la ley,
y le puedo leer, por ejemplo, lo que dice la misma en relación con la
prevención y reutilización que por su carácter puramente potestativo y
vago podría ya hacerse ahora y no se hace, e indica que en el futuro hay
un gran vacío a este respecto cuando se dice que la Administración
general del Estado y las comunidades autónomas adoptarán las medidas
oportunas especialmente relativas al diseño y proceso de fabricación de
los envases con la finalidad de minimizar y prevenir en origen la
producción de los resíduos de envases, y cuando, al mismo tiempo, se
habla de que las administraciones públicas podrán establecer aquellas
medidas de carácter económico financiero y fiscal que sean necesarias con
la finalidad de favorecer la reutilización de los envases.
Ustedes dejan toda la cuestión de la reducción del peso de los mismos a
merced del programa nacional de resíduos de envases y envases usados, que
queda en manos de la Administración, de las grandes empresas interesadas
desde el punto de vista de la fabricación, y de los técnicos que en gran
parte están comprometidos con estas empresas. Es más, cuando ustedes
hablan de los objetivos de reciclado y de la organización en plan
concreto antes del 30 de junio del 2001, y optan por el 50 por ciento
como mínimo y el 65 por ciento como máximo en peso de la totalidad de
envases generados, y en reciclado el 25 por ciento como mínimo y el 45
por ciento como máximo, realmente están ocultando que hoy día, en el caso
del reciclado del vidrio y de varios metales, se supera el objetivo del
25 por ciento y concretamente en el caso del papel, el 45 por ciento.
Parece que hay un deseo de dejar a los plásticos al margen de todo este
proceso; por tanto, consideramos que la ley está hipotecada por las
empresas fabricantes de plástico, en concreto las petroleras, las
energéticas y las ingenierías de incineración, que serían las que
seguirían manteniendo gran parte de la cuota en todo este proceso de
conversión o reconversión de los residuos.
Para ir acabando, cuando hablan de la dialéctica entre un sistema de
depósito, devolución y retorno y un sistema integrado de gestión de
residuos, está claro que en esta dialéctica sale mucho más beneficiado el
sistema integrado de gestión de residuos. Además, lo colocan en manos de
unos agentes económicos interesados, que prácticamente se trata de
empresas privadas que incluso pueden complicar excesivamente el sistema
integrado de la gestión de residuos, ya que ustedes dicen que se pueden
colocar símbolos, pero no está claro quién va a controlar esta
simbología, qué grado de diversidad va a tener y no se preocupan de dejar
claro que el depósito, devolución y retorno debería ser prácticamente
generalizado para productos como el agua, la cerveza, los zumos o incluso
los vinos, ni establecen un montante suficiente de dinero a reintegrar
por la devolución de los envases, que realmente se utilizaría como arma
de fuerza frente a los consumidores.
En definitiva, los ayuntamientos quedan como meros recogedores y
transportistas, sin que controlen prácticamente toda esta gestión que,
vuelvo a repetir, favorecerá a las grandes empresas. Además, habría que
requerir a los productores de envases una serie de criterios en los
materiales utilizados; en concreto no solamente el control de los
materiales pesados, sino también el límite de dioxinas, de furanos, así
como de otros productos tóxicos y, sin paliativos, la prohibición del
PVC, que, como ya le indicaron, es clara incluso en Estados centrales de
la Unión Europea con grandes intereses industriales, como pueden ser
Alemania y Austria que, por cierto, nos envían el PVC que ellos no
emplean para estos envases. Incluso se echa en falta en el proyecto mayor
requerimiento taxativo sobre los tipos y materiales que se deben utilizar
en los envases.
En definitiva, señora Ministra, pensamos que la ley es corta, de difícil
aplicación, más bien caótica cuando se aplique en el beneficio que se
oferta a la alternativa del sistema integrado de gestión de residuos,
preocupada exclusivamente por esta gestión mercantil y muy poco
participativa. Esperemos que en todo el debate posterior algunas de estas
cuestiones se modifiquen y
solucionen, aunque sea en un plano pragmático y realista a corto plazo y
que todos podamos apoyarla.
Gracias.
El señor VICEPRESIDENTE (López de Lerma i López): Muchas gracias, señor
Rodríguez.
Para defensa de la segunda enmienda que ha presentado el Grupo
Parlamentario Mixto, enmienda de devolución, tiene la palabra la señora
Lasagabaster.
La señora LASAGABASTER OLAZABAL: Señor Presidente, señora Ministra,
señoras y señores Diputados, intervengo en nombre de Eusko Alkartasuna
para defender la enmienda a la totalidad, con solicitud de devolución,
presentada al proyecto de ley de envases y residuos de envases.
Entendemos que es necesario un proyecto de ley para este tema, no sólo
porque es requisito de obligado cumplimiento por razón de trasposición de
la directiva europea, sino porque el contenido en sí del proyecto al
regular los envases y sus residuos es importante, pero entendemos que el
proyecto presentado no reúne, a nuestro entender, las características
suficientes para aceptarlo y solicitaríamos un nuevo proyecto que recoja
estas características que ahora voy a señalar.
La justificación de nuestra enmienda se puede realizar, de modo general,
basada en cuatro cuestiones. La primera cuestión es la ausencia de
objetivos de reducción y minimización, que es una cuestión muy
importante. Es cuestión importante --como ya han señalado otros
oradores-- porque contradice el espítu de la normativa comunitaria y, de
alguna manera, también podría contradecir el proyecto de ley que hoy se
presenta, si nos atenemos al contenido de su exposición de motivos.
Entendemos necesario fijar unos objetivos concretos en cuanto a
reducción, considerando imprescindible que la fijación de estos objetivos
se realice por materiales de forma que los más respetuosos con el medio
ambiente no tengan que soportar las carencias o deficiencias de otros.
Hay que señalar que en anteriores anteproyectos ya aparecía este objetivo
que consideramos muy importante.
La segunda razón en que basamos nuestra enmienda a la totalidad hace
referencia a la ausencia de claridad en el sistema de financiación. Hay
que entender que en un proyecto de estas características la trascendencia
económica del mismo es realmente importante y que es necesario tratar de
la misma.
Entendemos que resulta ineludible realizar una valoración económica que
permita contar con datos ciertos, a través de la incorporación al
proyecto de una memoria económica. En esta cuestión también pensamos que
el artículo 10.2 en su párrafo segundo hace aparecer una paradoja, por
cuanto si los sistemas integrados compensan a las entidades locales por
los costes adicionales que en cada caso tienen que soportar por el nuevo
sistema en el que participan, podría darse, repito, la paradoja de que
aquellos ayuntamientos que menos presupuesto hayan dedicado al
tratamiento de residuos en sus municipios, se vean beneficiados por el
nuevo sistema de financiación frente a aquéllos más concienzados
medioambientalmente, al aplicar el ingreso como diferencia entre la
gestión actual y la futura.
Nuestra tercera razón se refiere a la ausencia de especificaciones claras
sobre el papel de las entidades locales en los sistemas integrados de
gestión y sobre la articulación de su participación en los mismos. Lo
mismo podría afirmarse respecto al papel desempeñado por las comunidades
autónomas en los supuestos en que dispongan de planes propios de gestión
de residuos sólidos urbanos.
La articulación de participación de los entes locales mediante la firma
de convenios puede suponer, en aquellos supuestos en que las comunidades
autónomas no tengan planes de gestión de residuos, que éstas últimas
desconozcan, en principio, los términos de aquellos convenios y que los
mismos pudieran contradecir determinaciones de la política autonómica en
esta materia.
Al mismo tiempo, las desigualdades en la generación de residuos entre los
grandes núcleos y los pequeños, pueden originar grandes diferencias de
trato entre unos entes locales y otros a la hora de elaborar el texto de
los convenios. Resultaría por ello razonable otorgar un mayor papel en la
articulación de esta participación a los órganos autonómicos.
Por último y reiterando este tema, como cuarta razón clave está el
posible conflicto con las facultades reconocidas a las comunidades
autónomas en materia de formulación de planes de gestión de residuos. El
artículo 17 del proyecto que hoy se presenta contempla la elaboración de
un programa nacional de residuos de envases y envases usados, integrado
por los programas elaborados por las comunidades autónomas, y afirma
igualmente ese artículo que dicho programa se incluirá en el plan
nacional de gestión de residuos urbanos y tendrá validez para todo el
territorio nacional.
Las posibles disfunciones competenciales pudieran provenir de la ausencia
de concordancia entre los planes existentes actualmente en las
comunidades autónomas y el plan nacional de residuos urbanos, aún sin
elaborar y contemplado en el proyecto de ley.
Estas son las cuatro consideraciones de carácter general que reflejan
graves consideraciones diferentes respecto al proyecto hoy presentado.
También tenemos otras consideraciones al articulado, a las que
simplemente paso a referirme mencionándolas enunciativamente. En el
artículo 9º.1, en sus párrafos segundo y tercero, hay muchas lagunas
respecto a cuál es el papel que tienen que realizar los entes locales.
Asimismo, en el artículo 12 no se clarifica a quién se refiere la
expresión: «poseedor final». Del mismo modo,
entendemos que en el título de este articulo 12 debería incorporarse la
expresión «recuperados», en concordancia con el título de la sección 3ª.
Hay otra consideración a tener en cuenta en el artículo 13, en el que
entendemos resulta insuficiente la referencia única a los metales pesados
como único contaminante.
Por último, el artículo 10.3 señala que la autorización de los sistemas
integrados de gestión quedará sujeta a la prestación de la fianza, aval
bancario u otro tipo de garantía, en cuantía suficiente a juicio de la
Administración autorizante, para responder del cumplimiento de las
obligaciones de contenido económico que frente a las administraciones
publicas se deriven de la actuación de los sistemas integrados de
gestión. Se estima enormemente dificultoso valorar a priori el perjuicio
que pudiera originarse en los supuestos de incumplimiento por parte de la
entidad autorizada para la constitución del sistema integrado de gestión,
de sus compromisos, frente a las entidades locales.
Por estas razones de carácter general, pero también por razones
específicas en cada uno de los artículos, entendemos que es muy necesario
este proyecto, es necesario por obligación legal, es necesario por la
materia que trata, pero entendemos que el proyecto de ley debiera recoger
todas estas consideraciones y, por tanto, solicitamos su devolución para
la presentación de uno nuevo que recoja todas estas consideraciones que
hoy mismo hemos solicitado.
Gracias.
El señor VICEPRESIDENTE (López de Lerma i López): Muchas gracias, señora
Lasagabaster.
¿Algún grupo desea hacer uso del turno en contra que prevé el Reglamento
de la Cámara? (Pausa.)
Tiene la palabra la señora Ministra.
La señora MINISTRA DE MEDIO AMBIENTE (Tocino Biscarolasaga): Gracias,
señor Presidente.
Voy a ser muy breve para responder a los intervinientes de los grupos
parlamentarios que han presentado unas enmiendas de devolución, dos de
ellos con presentación de texto alternativo. En primer lugar, al
representante de Izquierda Unida, que quería explicarnos hoy lo que
ocurre en el mundo de los residuos.
Señor Frutos, he tenido la impresión, al escuchar su intervención, de que
lo que estaba echando en falta, como también lo ha echado el Gobierno
actual en cuanto ha llegado a hacerse cargo de esta situación de los
residuos, es una ley básica de residuos y, por tanto, lo que necesitamos
cuanto antes es un compromiso legislativo de este Gobierno para traer a
esta Cámara, antes de que finalice el año, una ley básica de residuos que
nos explique y nos dé las soluciones de cómo debemos establecer ese mejor
tratamiento de los residuos en general. Le digo esto porque usted
continuamente, cuando ponía ejemplos de la incineradora de Valdemingómez,
del vertedero de Bens, se estaba refiriendo no a problemas específicos
que hoy traemos a esta Cámara, el proyecto de ley de envases y residuos
de envases, sino a los problemas generales que están padeciendo los
ciudadanos españoles por la carencia de una normativa específica sobre la
ley básica de residuos. Por tanto, no podré contestarle a todas esas
generalidades, si usted quiere, o deseos de buena voluntad que sin duda
podremos concretar cuando se produzca esa ley básica de residuos.
Señor Frutos, aquí no ha funcionado, ni engrasado ni sin desengrasar,
ningún grupo de presión. No podemos perder el sentido de por qué hemos
traído hoy a esta Cámara este proyecto de ley, y es por la obligación que
teníamos de incorporar a nuestro Derecho interno una normativa
comunitaria. Por tanto, hemos transcrito en tres bloques de normas esa
directiva comunitaria. En tres bloques de normas en la medida en que nos
encontramos, por una parte, con la trasposición casi literal de toda una
serie de disposiciones de la directiva comunitaria a este texto. Por
tanto, no entiendo las críticas que tanto usted como otros grupos hacen a
este proyecto de ley que hoy traemos a la Cámara diciendo que devalúa,
reduce a la baja, los compromisos de la directiva comunitaria de mínimos.
No, señor Frutos. Es una transcripción casi literal en un bloque muy
importante de normativa el que hemos traído. Por ejemplo, cuando dice que
no se contemplan las medidas concretas en cuestión de reciclaje o de
valorización. No, señor Frutos, porque se dice expresamente --y lo he
comentado en mi primera intervención-- que antes de cinco años se deberá
valorizar en todo el territorio nacional concretamente el 50 por ciento
máximo en peso de la totalidad de los residuos de envases generados. Y
con referencia al reciclaje también se dice que se deberá establecer ese
objetivo global de reciclar un máximo de 25 por ciento. Por consiguiente,
quiero decirle, señor Frutos, que esto es textual de lo que dice la
directiva comunitaria y no hemos modificado ni una coma, ni un ápice. Por
otra parte, se impone al Gobierno la obligación de aprobar en el plazo de
un año como máximo, señora Narbona --no hemos dicho que se vaya a agotar
todo el plazo--, a propuesta del Ministerio de Medio Ambiente, ese
programa nacional de residuos de envases y envases usados.
Tenemos un segundo bloque, señor Frutos, en el que transcribimos y
cumplimos de esta forma la obligación que impone la directiva a los
Estados miembros de establecer unos sistemas abiertos a la participación
de todos los sectores económicos y sociales. Por eso me va a permitir que
le diga que el modelo de gestión que usted trae en su texto alternativo a
esta Cámara, aunque yo no puedo valorarlo --es una decisión política de
su grupo, que desde luego respeto--, no responde para nada a los
objetivos de esta directiva comunitaria, que, como
sabe muy bien S. S., en la exposición de motivos dice que el objetivo
prioritario es armonizar toda la normativa referente al tratamiento de
residuos de envases en todos los países de la Unión Europea. España es
uno de esos países. Por tanto, tiene que armonizar con los demás países
los instrumentos que la directiva comunitaria pone a su alcance para
gestionar estos envases. En esos instrumentos ya hemos optado por un
modelo abierto en el que no solamente el ente público, sino todos los
sectores afectados, puedan participar, mediante responsabilidad
compartida, que es lo que también establece --y no nos lo inventamos,
señor Frutos-- el quinto Programa comunitario de acción, sobre la base de
acuerdos voluntarios, en el tratamiento de esos envases que hoy tenemos
aquí en esta ley que estamos debatiendo. Por tanto, por el procedimiento
de acuerdos voluntarios --que a S. S. parece que no le gusta y quiere
rechazar, pero es lo que está funcionando con muchísimo éxito en los
demás países de la Unión Europea--, que sean esos agentes económicos
autorizados y controlados por la Administración, en este caso concreto en
España por las comunidades autónomas, los que puedan establecer ese
sistema integrado de gestión de residuos. Y en el supuesto de que no se
adoptaran esos acuerdos voluntarios, siempre, porque tenemos muy claro
ese objetivo de la reducción en origen de los envases --cosa que usted
dice que no contemplamos y yo creo que no se ha leído muy bien nuestro
texto--, para hacer esa reducción lo que estamos comentando es que hace
falta, sin lugar a dudas, que si no existe ese sistema integrado, por lo
menos se obligue a los agentes a recuperar todo ese material de envasado
que ellos han estado utilizando.
Por otra parte, cuando habla usted de los costes, señor Frutos, yo no
acabo de entender muy bien el texto que plantea, porque está lleno de
carencias, inclusive legislativas, suponiendo que se pudiera aceptar, que
ya digo que no es homologable a la Unión Europea, el planteamiento que
usted hace de hablar de unas tasas ambientales. De entrada le puedo decir
que esas tasas ambientales supondrían muchísimo más coste no solamente al
envasador, sino al usuario de esos productos, que lo que nosotros estamos
proponiendo con esta ley de envases, con la que, copiando, como le dije
en mi primera intervención, el sistema francés, según los últimos
balances que tenemos del sistema francés en este año 1996, del mes de
abril, parece que el incremento máximo que se puede producir normalmente
--varía en función del tipo de envase o del peso del envase--, por
término medio suele ser de unos cincuenta céntimos por envase, lo cual es
mucho menos costoso, mucho más barato que lo que usted está proponiendo
con las tasas ambientales. Pero es que además no acabamos de entender muy
bien, cuando habla en su proyecto de tasas ambientales, de qué tipo de
figura tributaria nos está hablando, si es que realmente se refiere a un
impuesto especial sobre consumos específicos --que es lo que parece, como
los impuestos que ya existen similares al IVA--, o si por el contrario,
como utiliza el término de tasa, está hablando realmente de una tasa,
aunque aquí no estamos ante el pago concreto de un servicio público, de
una contribución especial. Pero es que, aun suponiendo que diéramos por
válido este concepto de tasa, de lo que también se ha olvidado S. S. es
de cumplir un principio de legalidad tributaria establecido en el
artículo 133 de la Constitución y en la Ley General Tributaria, en la
que, como sabe muy bien S. S., precisamente se obliga a hablar en
concreto de ese hecho imponible, de los sujetos pasivos, del devengo, de
las normas de gestión, y todo esto S. S. lo pasa por alto completamente.
Otra objeción que tengo que hacerle, y que yo creo que está basada en lo
que decía al principio de mi intervención de que usted ha creído que
estamos hablando aquí de una ley básica de residuos, es que, suponiendo
que, según su procedimiento, se cobrara esa tasa ambiental, usted no la
utiliza para la mejora de la gestión de los residuos de envases, sino que
quiere hacerlo para cualquier tipo de tratamiento de residuos. Y yo
entiendo que, en el supuesto de que se pudiera aplicar, no se debe
financiar cualquier clase de tratamiento de residuos domésticos, sino
limitarlo en exclusiva a lo que sería la ley de envases.
Cuando habla de objetivos de prevención, su texto alternativo impone unos
porcentajes obligatorios en cuanto a la reutilización de envases. Tengo
que decirle, señor Frutos, que esto ya no es que nos guste o que nos
disguste, es que es contrario también a la normativa comunitaria y, en la
medida en que tenemos que homologarnos con los demás países comunitarios,
no podemos imponer concretamente a un Estado una obligación que sería
totalmente contraria a lo que los demás países, en trasposición exacta de
esta directiva, se han dado como normativa.
Habla usted, por otra parte, de que este texto parece que lo que hace es
--lo decía textualmente-- una sutil alusión a la valorización que esconde
la incineración. No, señor Frutos. Somos claros y tan abiertos y tan
transparentes que definimos en uno de los artículos qué se entiende por
valorización, y lo definimos no con palabras nuestras sino de la propia
directiva de la Comunidad Europea. Si usted realmente piensa que esto es
estar hipotecados a las grandes multinacionales del sector químico, es
evidente que estaría Europa entera hipotecada a las grandes
multinacionales del sector químico; criterio que desde luego respeto pero
que no puedo compartir. Lo que sí ocurre con la propuesta de S. S. es
que, como no respeta en absoluto la directiva comunitaria en su texto
alternativo, nos encontramos con que al final de sus observaciones parece
que coincide plenamente la valorización con el reciclado, aunque lo llame
valorización ecológica y, por tanto, no tendría sentido, como hace la
directiva comunitaria, definir por una parte el reciclado, la
reutilización por
otra parte, y la valorización por otra, puesto que la valorización, en la
mayoría de los casos, lleva unida la recuperación energética, que es la
que S. S. parece que no respeta.
El señor VICEPRESIDENTE (López de Lerma i López): Vaya terminando, señora
Ministra, por favor.
La señora MINISTRA DE MEDIO AMBIENTE (Tocino Biscarolasaga): Señor
Presidente, voy terminando con el señor Frutos y seré lo más breve
posible en la contestación a los demás representantes de grupos
parlamentarios.
Por tanto, señor Frutos, no podemos aceptar su proyecto puesto que está
creando, haciendo depender del Ministerio y con escasa consideración a
las comunidades autónomas, una comisión para el control de la gestión que
solamente controlaría el Gobierno, que como usted sabe precisamente no
tiene esas competencias.
Con relación a la señora Narbona --y voy a ser todo lo breve que me pide
el Presidente, pero no puedo ser tan telegráfica como seguramente él
desearía en este momento-- esto es lo de la botella medio llena o medio
vacía. Usted acusa a este Gobierno que acaba de entrar en la
Administración de paralizar actuaciones de la etapa anterior. También he
oído a S. S. esa crítica con relación al Plan Hidrológico Nacional,
cuando ustedes han estado gobernando catorce años y no han sido capaces
de sacarlo adelante, y nosotros proponemos hacerlo en dos años, por lo
que es absurdo decir que se está paralizando. Pasa lo mismo cuando S. S.
hoy hace una crítica general al tratamiento de los residuos que hace el
Gobierno desde que ha llegado, porque creo que se quiere referir S. S. a
que ustedes no fueron capaces de sacar una ley básica de residuos y, por
eso, todo lo demás que se ha ido haciendo son pequeños parches en el
tratamiento de residuos. No fue tampoco capaz S. S. de trasponer durante
su mandato esta directiva comunitaria y, por tanto, me sorprende
muchísimo que usted ahora venga a decirnos que somos nosotros los que
estamos demorando este tratamiento en la gestión de residuos, cuando
traemos esta directiva comunitaria hoy en su trasposición a través de un
proyecto de ley. Por tanto, quiero decirle que lo que hace falta es esa
ley básica de residuos, que la tendremos cuanto antes.
No puedo aceptar, señoría, su texto alternativo por muchísimas razones.
En primer lugar, por técnica legislativa --y me sorprende en S. S. que
tiene una gran experiencia parlamentaria y, por tanto, legislativa--,
porque es muy farragoso su texto, mezcla distintos niveles en cuanto a la
consideración de la norma. En esa redacción tan extensa y tan farragosa
mezcla lo que desde nuestro punto de vista es muy lógico que se contemple
y que lo debatamos, pero en el desarrollo reglamentario de este proyecto
de ley. Por tanto, no tiene sentido mezclar al mismo nivel las medidas
concretas que usted, por otra parte, dice que quiere ya aplicar en lo que
tiene que ser exclusivamente una reserva legal.
Señora Narbona, cuando habla de esos conceptos de reducción en general de
los residuos y en particular del PVC, quiero decirle, en primer lugar,
que desde luego no figura para nada esa obligación en la directiva
comunitaria y, por tanto, no estamos incumpliendo, ni a la baja ni al
alza, el tratamiento que se da en la directiva comunitaria. Pero es que
además tengo que decirle, señora Narbona, que yo creo que no es bueno
hacer brindis al sol con determinadas afirmaciones, porque si usted
repasa --no tengo tiempo ahora, pero lo tengo aquí delante-- su texto
alternativo, en ningún momento plantea las medidas concretas que se van a
aplicar, cómo las van a aplicar y qué es lo que va a pasar si no se
aplican. Es decir, no hay ningún tipo de concreción ni de sanciones. Por
tanto, lo que se plantea de reducción en la prevención o de reducción en
cuanto a la utilización del PVC, no deja de ser más que un brindis al
sol, un quedar bien con la galería. Pero es que además yo he encontrado
un texto en el que, cuando S. S. hizo este mismo planteamiento a la
Comisión, le respondieron que informara de los mecanismos que pensaba
aplicar el Gobierno español para poner en marcha esta situación, porque
la Comisión ya se daba bien cuenta de que no era más que una buena
declaración de intenciones para quedar bien con determinados sectores que
estaban presionando a S. S. para darle el visto bueno, que al final
tampoco se lo dieron. Y en cuanto a lo que usted dice de que aquí no ha
habido consenso, quien no lo tuvo fue S. S., que no fue capaz de llegar a
ese acuerdo en el órgano que usted ha citado, el Consejo Asesor de Medio
Ambiente, que inclusive le llevó a que algunas de las organizaciones no
gubernamentales abandonaran el consejo precisamente porque no consiguió
el objetivo que ellos buscaban de la prohibición expresa de la
utilización del PVC en los envases, cosa que S. S., yo creo que con
cierta lógica, tampoco pudo aceptar. Hay otro criterio también, y es que
si la directiva comunitaria no impone a nadie esta reducción con medidas
concretas en la misma, y lo puede dejar después para un desarrollo
reglamentario, si España lo hiciera estaríamos afectando precisamente al
artículo 18 de la propia directiva, en el que se dice que no se pueden
aplicar estas limitaciones porque podríamos estar atentando al principio
de la libre competencia que, como sabe S. S., es incompatible con el
tratado. Por tanto, son muchas las razones por las que no se puede
aplicar esta reducción que usted misma tampoco está aplicando.
Señora Narbona, por otra parte, plantea usted también el porqué no se
fijan en esta directiva unos límites de eliminación de dioxinas. Me
sorprende, señora Narbona, que usted plantee esto, porque sabe muy bien
que en la ley de atmósfera lo que se permite al Gobierno es fijar estos
niveles de emisión pero mediante real decreto, y vuelvo a decirle que por
razón
de técnica legislativa no entiendo por qué tendríamos que utilizar el
procedimiento de una ley para aplicar estos límites, en concreto, de las
cantidades de eliminación de dioxinas. Pero es que además hay otra razón.
Suponiendo que sí lo hiciéramos en esta ley, como sería tan concreta y
tan específica la limitación de estas dioxinas en un porcentaje
determinado, justo para este supuesto de incinerar residuos de envases,
en aquellos supuestos en los que tuviéramos también esta emisión de
dioxinas y de furanos pero que no fueran provocadas, como ocurre en
muchos procedimientos de valorización, concretamente por envases y por
residuos de envases, entonces quedarían completamente indemnes. Es decir,
no habría que exigirles ninguna responsabilidad, no se podría tampoco
sancionar a esas incineradoras, porque la normativa, si la hubiéramos
dejado exclusivamente aquí contemplada, como propone S. S., se referiría
solamente a envases y a residuos de envases. Por tanto, nosotros nos
proponemos -al igual que todavía no lo ha especificado la Comunidad
Europea, pero parece que se van a imponer unas limitaciones de 0,01
nanogramos por metro cúbico- implantar esas limitaciones, pero en el
tratamiento de la incineración de residuos tóxicos y peligrosos, cuya
trasposición de directiva también haremos antes de final de este año.
Y como tengo que ir terminando, señor Presidente, a los representantes
del Grupo Mixto quiero decirles, en concreto al representante del Bloque
Nacionalista, que no ha faltado consulta con las organizaciones no
gubernamentales, puesto que si algo encontré cuando llegué al Ministerio
de Medio Ambiente eran consultas y consultas que habían dado lugar hasta
quince borradores, y lo que hacía falta era no seguir dialogando en un
callejón sin salida que había llevado al Gobierno anterior a no poder
trasponer esta directiva comunitaria sino a tomar una decisión política.
Por eso tomé la decisión política de transcribir literalmente la
directiva comunitaria y, posteriormente, dar cabida a nuestras
comunidades autónomas y entes locales en todos los procedimientos de
reducción y en el desarrollo de esa normativa, pero, como digo, ponerla
en marcha cuanto antes porque, si no, se produce el agravio comparativo
de que los productos españoles que se estén exportando van a estar
obligados a cumplir esa directiva mientras que España podría verse
convertida en el paraíso de los envasadores de otros países extranjeros
si aquí no les sometiéramos a la misma directiva comunitaria que ya están
aplicando otros países. Esto es lo que nos ha movido y, como al señor
Frutos, le reitero que, si ustedes quieren, ideológicamente está muy bien
hacer el planteamiento de que estamos hipotecados a las multinacionales,
pero, créame, en problemas tan graves como los que tenemos entre manos es
mucho más importante concretar lo que es una gestión de residuos, como
hacen los demás países de la Unión Europea, que hacer grandes discursos
sobre lo que puede suponer estar hipotecado a los intereses de las
grandes multinacionales.
A la señora Lasagabaster quiero decirle que no tenga ninguna
preocupación, primero, en cuanto a la ausencia de reducción, porque ya le
he explicado por qué razones no podemos ser nosotros más restrictivos y
más concretos de lo que han sido otros países en la trasposición de la
directiva comunitaria y que, en cambio, cuando mediante ese programa
nacional de residuos de envases -atendiendo a las comunidades autónomas
con sus propios programas regionales de residuos de envases- lleguemos a
un acuerdo, sí se podrán concretar esas medidas que ahora está exigiendo
S. S. de prevención, de reducción de esos residuos.
En cuanto a la valoración económica del proyecto, creo que si S. S. lo
lee nuevamente se va a encontrar con que está muy especificado. Realmente
me sorprende que diga que no comprende el artículo 10. Quizá no lo ha
leído con suficiente calma, porque en ese artículo 10 se expresa
claramente de qué forma van a ser subvencionados los sistemas integrados
de gestión, puesto que van a ser cada uno de los envasadores los que
aporten esa cantidad por cada producto envasado puesto por primera vez en
el mercado. Creo que si usted lee con calma ese artículo 10 también se
dará cuenta de que las entidades locales no quedan marginadas y, por otra
parte, tampoco se benefician aquellas que tratan los residuos con menos
rigor, sino todo lo contrario. Precisamente ahora se va a beneficiar a
aquellas entidades locales que ya estuvieran haciendo un tratamiento de
residuos más adecuado a este proyecto de ley que hoy estamos debatiendo,
porque con este nuevo proyecto de ley se van a aplicar esos sistemas más
avanzados, como los de recogida selectiva, y se les va a dar la
diferencia, que hasta ahora tenían que sufragar ellos, que supone poner
en marcha estas iniciativas adicionales que, al no estar legisladas,
tenían que cargar a sus presupuestos municipales. Ahora, como digo, no se
va a hacer así, puesto que mediante el sistema de gestión integrada hemos
conseguido que sean los propios envasadores los que se hagan cargo de
esta financiación.
Señor Presidente, señoras y señores Diputados, por estas razones creemos
que al tratarse de una ley muy concreta de incorporación de una normativa
comunitaria a nuestro Derecho interno, directiva comunitaria que tiene
como objetivo prioritario armonizar la legislación que se está aplicando
sobre envases en los demás países de la Unión Europea, es imposible que
ahora, por concesiones a la galería, como se plantea en algunos de los
textos alternativos, nosotros queramos tomar determinaciones y
concreciones que luego no se van a poner en marcha. En el Estado de las
autonomías que nos hemos dado en España por la Constitución de 1978 lo
que tenemos que hacer en poner de acuerdo a todas las comunidades
autónomas en sus procedimientos de reducción, de reutilización y de
reciclaje
para que, efectivamente, lleguemos a ese máximo consenso y logremos el
objetivo de este proyecto de ley, que es un tratamiento adecuado de la
gestión de residuos, concretamente de los residuos de envases.
Gracias, señor Presidente.
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora Ministra.
Al abrir debate vamos a aplicar el artículo 73. Para el uso de su derecho
de réplica tiene la palabra el señor Frutos.
El señor FRUTOS GRAS: Gracias, señor Presidente.
Señoras y señores Diputados, señora Ministra, yo quería hablar desde el
escaño porque quiero ser corto en mi réplica en este momento, ya que no
me gusta el exceso retórico en ningún sentido, creo que no sirve
absolutamente para nada y, como tendremos el trámite en Comisión, ya
hablaremos; como he dicho antes, ya nos veremos las caras, ya
consensuaremos, ya llegaremos o no a acuerdos. Pero he querido hablar
desde aquí para que usted pueda leer en mis labios y no interpretarme.
Fíjese que ni tan siquiera digo torcidamente, sino simplemente
interpretarme, seguramente de manera errónea.
¿Qué esperaba, señora Ministra? ¿Que le íbamos a aplaudir desde la
tribuna porque traía un proyecto de ley en cumplimiento de una directiva?
¡Pues no! Ya valoramos positivamente que traiga un proyecto de ley
¡Bienvenido sea, y usted también, señora Ministra! Pero no nos acaba de
gustar, nos faltan cosas, y humildemente queremos hacer algunas
aportaciones que sirvan para mejorarlo.
Usted dice que yo en mi intervención echo en falta en el proyecto una ley
básica de residuos. Sí, efectivamente, también, pero al mismo tiempo hay
insuficiencias flagrantes a nuestro entender y en función de la filosofía
que defendemos en el proyecto de ley que presenta el Gobierno. Repito que
lo valoramos positivamente para que quede reflejado en el 'Diario de
Sesiones'. Valoramos positivamente que tengamos un papel para poderlo
aprobar y poder empezar a funcionar y que la gente sepa cuál es el marco
en el que se van a discutir todos estos problemas; y problemas generales
y concretos. Señora Ministra, todos van juntos. ¡Claro que es verdad! La
incineradora de Valdemingómez o el vertedero de Bens. ¡Claro que es un
problema de carácter general! Pero es un problema de carácter general
también porque en estos sitios se queman o se han vertido determinados
residuos que son los que tratamos hoy en este proyecto de ley, y por eso
tiene interés, tiene una concatenación, está perfectamente coordinado.
Me alegro de que no funcione ningún grupo de presión. Eso lo veremos. Yo
creo que sí, pero en fin, ya lo veremos. Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya sólo tiene vocación de concretar y mejorar lo que hay en el
proyecto, y nos gustará ver cuál será la posición del grupo parlamentario
que da soporte al Gobierno en el momento en que se planteen enmiendas
concretas, nada revolucionarias, muy concretas, muy de moda en algunos
países europeos, algunas de ellas todavía no suficientemente
desarrolladas pero otras sí, para ver qué hacemos aquí. Y si en algún
caso nosotros en España podemos ser pioneros de alguna cosa, no estaría
mal ¿no? No estaría mal que fuéramos pioneros de alguna cosa; no
solamente de playa y toros sino de alguna otra cosa. Si podemos ser
pioneros en la mejora del medio ambiente a nivel español y a nivel
europeo y dar algunos elementos, algunas pedagogías, pues bienvenidos
sean. Yo creo que debemos utilizarlos.
En relación con la participación ha dicho que nuestras propuestas no se
corresponden con la normativa comunitaria y que España debe armonizar. En
relación a las críticas decía que yo he dicho que estamos hipotecados a
los intereses de los grandes grupos químicos, etcétera. Pues sí, creo que
estamos hipotecados efectivamente, hay intereses que nos hipotecan, pero
también en Europa, y la directiva europea está hipotecada a estos grandes
intereses y no ha podido ir más lejos, como han ido algunos países
concretos, porque no ha sabido sortear estos intereses; intereses que yo
no sé si son legítimos o no. No voy a discutirlo ahora, no se trata de
discutir eso, pero en todo caso son intereses que lesionan y, según la
experiencia, han lesionado gravemente el medio ambiente. Por tanto, se
tienen que tocar.
Dice que nuestro texto está lleno de carencias. De acuerdo. Vótenlo
ustedes y luego lo mejoran. Suplan las carencias, las insuficiencias que
tiene, los vacíos, los pozos negros, etcétera. Todo lo que quieran.
Mejórenlo. O como mínimo --vamos a ser más modestos-- en la Comisión
recojan las enmiendas concretas que plantean la mejora del texto sin
saltarse a la torera lo que es el conjunto del proyecto de ley.
Recójanlo. Iremos avanzando poquito a poco.
Finalmente, en relación con las tasas yo creo que queda claro lo que he
dicho y está claro en el proyecto de ley. Es un sistema impositivo,
selectivo y disuasorio que afecta a los envases que utilizan materiales
no adecuados y que afecta al conjunto de los envases a través de una
ecotasa que representa la utilización para un fondo de gestión de los
residuos. Yo creo que está bastante claro lo que se plantea. Se puede no
estar de acuerdo con lo que nosotros decimos en nuestra enmienda a la
totalidad, pero en todo caso creo que es bastante concreto.
En definitiva, vamos a ser dulcemente implacables en la utilización,
desarrollo y concreción de la ley, pero intentando que no se quede donde
está, intentando que esta ley avance, y repito y saludo que, por fin,
llegue al Parlamento este proyecto de ley cumpliendo la directiva
europea.
Muchas gracias, señor Presidente.
El señor VICEPRESIDENTE (López de Lerma i López): Muchas gracias, señor
Frutos.
Señora Narbona, tiene la palabra.
La señora NARBONA RUIZ: Señor Presidente, señorías, señora ministra,
comprendo que no le guste a usted oír decir que en los seis meses que
lleva en el ministerio en materia de política de residuos o no ha hecho
nada o ha dado marcha atrás. Comprendo que esto no le guste oírlo, pero
que responda diciendo que lo que se había hecho antes eran simplemente
parches, me parece que es bastante arriesgado por su parte, sobre todo a
la vista de las decisiones que ahora están adoptando y las que van a
adoptar.
En materia de residuos peligrosos el año 1995, con un plan nacional
aprobado a principios de año y consensuado con todas las comunidades
autónomas, se les transfirió una cantidad de más de 6.000 millones de
pesetas, y, con un plan en materia de suelos contaminados, se
transfirieron 3.300 millones de pesetas. Si eso le parece un parche debe
ser porque las cifras de 1996 serán mucho más altas, y me temo, señora
ministra, que esto no es así ni mucho menos.
Usted llama parche al hecho de haberse encontrado un proyecto de ley
aprobado por el anterior Gobierno en materia de gestión de aceites
usados. Me parece que es un parche que le va a ser de gran utilidad. Como
le debe ser de gran utilidad en estos momentos haberse encontrado un
proyecto, en fase de elaboración muy avanzada, de ley básica de residuos,
que ya había sido objeto de las primeras consultas con las comunidades
autónomas y que usted anuncia que va a sacar un día de estos. Me parece
también un parche de gran utilidad.
Señora ministra, ni siquiera han sido capaces de hacer la trasposición de
la directiva sobre envases en la fecha exigida por la Unión Europea. Ni
siquiera han sido capaces de eso, a pesar de que usted reconoce que
encontró un anteproyecto con tal cantidad de consultas efectuadas antes
que ya no ha tenido que pedir parecer a nadie más, ni a sus socios de
Gobierno, ni a las comunidades autónomas, ni al Consejo Asesor de Medio
Ambiente. Por tanto, creo que yendo a esa rapidez y con esa ausencia de
consultas, y habiendo operado sobre el anteproyecto que usted se encontró
una simple modificación a la baja en algunos aspectos, podría haberse
aprobado este texto en la fecha prevista.
Comprendo que las críticas no gusten, pero de eso a que usted me responda
diciendo que los objetivos cuantificados de reducción en origen se
pusieron en este texto para quedar bien con organizaciones ecologistas
que más tarde se fueron del Consejo Asesor de Medio Ambiente porque no
les gustaba este texto es, además de todo, faltar a la verdad. Usted sabe
perfectamente que las dos organizaciones que dejaron el Consejo Asesor de
Medio Ambiente lo hicieron por cuestiones muy específicas: el embalse de
Itoiz y las Hoces del Cabriel. Y nada tiene que ver con la política de
residuos, porque con las organizaciones ecologistas y con los
representantes de la sociedad, en general, en el Consejo Asesor de Medio
Ambiente se alcanzó un grado de consenso muy alto, le guste o no. Reducir
eso al comentario de que se ponen unos objetivos para quedar bien, como
digo, es faltar a la verdad.
Por supuesto que la Comisión Europea, cuando se plantea una norma que
introduce algunas cuestiones que van más allá del texto que hay que
trasponer, pide al Gobierno las medidas específicas. No está diciendo que
no se introduzcan esos objetivos. Es más, como he dicho antes, nos lo
están pidiendo en estos momentos. Los grupos de esta Cámara que hemos
manifestado nuestra disconformidad a la ausencia de un compromiso
político en esta materia no somos los únicos que se lo pedimos. Lo pide
la Unión Europea. Y le he leído el texto que va a tener ocasión de
debatir en diciembre en el Consejo de Ministros de la Unión Europea. La
Unión nos pide compromisos cuantificados de objetivos de reducción. Y el
propio texto alternativo contiene en este sentido la sanción más
inmediata para los sistemas integrados de gestión que no cumplieran, en
su caso, con los objetivos de reducción.
Por lo tanto, tampoco en este caso es verdad lo que usted dice de que
simplemente se pone algo al principio del texto y, después, no se vuelve
sobre ello ofreciendo alguna medida. Se ofrecen, por ejemplo, medidas de
impulso a través de planes específicos de I+D en esta materia. Otra
cuestión que ustedes han eliminado del texto, no sabemos muy bien por
qué, quizás porque no haya que quedar bien con nadie.
En cualquier caso, la directiva no es la única pieza de la política de
residuos a nivel europeo, no lo es en ningún país de nuestro entorno, en
ninguno de aquellos países con los que debamos de medirnos verdaderamente
en esta materia. En todos los países a los que valga la pena mirar
existían, antes de aprobarse la directiva, compromisos de reducción y de
reciclaje, que en algunos casos eran incluso superiores a los que la
directiva, que ha sido tremendamente descafeinada en su proceso, ha
fijado al final como objetivos. Por lo tanto, trasponer literalmente los
objetivos de la directiva no puede darle mayor satisfacción de la que
debe dar ajustarse a algo que nos viene de Bruselas, pero de Bruselas
vienen muchas más cosas, señora ministra, por lo que no se trata de decir
que ha hecho una trasposición insuficiente de la directiva. Antes le he
dicho que, a nuestro juicio, son insuficientes los mecanismos de control
para que esos objetivos se cumplan, y estoy convencida de que serán
capaces de aceptar en el trámite parlamentario algunas de las sugerencias
que se les hacen desde los grupos parlamentarios en este sentido, porque
todos queremos que esos objetivos se cumplan.
En el plan nacional de residuos sólidos urbanos, cuyo borrador usted
también se encontró entre esos numerosos
parches que había al llegar al ministerio, será donde se plasmen
mecanismos y medidas, de los que tendrá que informar a la Comisión,
naturalmente, como informamos cuando aprobamos el plan nacional de
residuos peligrosos, donde incorporábamos una reducción en origen del 40
por ciento para el año 2000, cifra obviamente ambiciosa, con todo un
paquete de apoyo a tecnologías limpias que, como le he dicho antes,
ustedes han parado a lo largo de este año.
Muchas gracias.
El señor VICEPRESIDENTE (López de Lerma i López): Muchas gracias, señora
Narbona.
Tiene la palabra el señor Rodríguez.
El señor RODRIGUEZ SANCHEZ: Gracias, señor Presidente.
Sería bueno como método de análisis de los discursos de los demás, señora
ministra, que se tuviese en cuenta que, igual que hay intereses sociales
y económicos detrás de las alternativas políticas que no son las de uno,
lógicamente los hay también en las del Gobierno y en las del partido que
lo sustenta. Nadie está ajeno a una serie de intereses económicos y
sociales y todos presionan sobre cada uno de los grupos de esta Cámara en
un sentido o en otro, aun en sentido antitético. Lo que le quiero decir
es que la anulación de los argumentos de determinado grupo político en
nombre de criterios ideológicos no nos parece acertado cuando se dan una
serie de datos a los que usted no contesta.
El primero es que en toda la ley hay una evidencia, ya no digo del
pasado, sino una consecuencia para el presente y para el futuro, de falta
de participación en los organismos consultivos de organizaciones o
entidades sociales que no sean claramente empresariales, de técnicos, que
es una interpretación tremendamente ambigua de la palabra, y de la
Administración. En segundo lugar, que toda la gestión de los residuos
está muy pormenorizada, acertada o desacertadamente, lo cual contrasta
poderosamente en la ley con lo poco pormenorizado y matizado que está el
problema de la minimización y del reciclado. En tercer lugar, que el
control en fábrica del producto y de los materiales procedentes de
residuos es prácticamente nulo. En cuarto lugar, usted misma ya se
encargó de aclarar que en la valorización hay una apuesta clara por la
recuperación de energía que excluye prácticamente el reciclado, y no
combatió para nada los datos que yo le di sobre que hoy en día en el
Estado español ya se supera el objetivo del 25 por ciento de reciclado de
vidrio, de varios metales, y del papel incluso el 45 por ciento. Por
tanto, decir que en el montante global tiene que haber un 50 por ciento
como mínimo y un 65 por ciento como máximo y en el reciclado un 25 por
ciento como mínimo y un 45 por ciento como máximo, inevitable y
objetivamente es intentar favorecer la salida de la incineración. Salida
que se da para el caso de los plásticos de una manera evidente, a
excepción hecha del 15 por ciento en peso de cada materia, que
efectivamente quedaría excluido.
Por otra parte, usted tampoco ha aclarado --yo ya sé que por falta de
tiempo seguramente-- por qué el sistema de depósito, devolución y
retorno, que es muy importante, está muy poco desarrollado en la ley, y
éste es uno de los factores fundamentales para la credibilidad del
sistema que ustedes ofrecen. Sin embargo, es curioso que el sistema de
gestión, que es tremendamente difícil, caótico, quede en manos de grandes
empresas, porque eso no lo van a poder hacer nada más que grandes
empresas, algunas de ellas con su centro de decisión deslocalizado
incluso de muchas comunidades autónomas.
No ha aclarado el problema de los tipos de envases, que es fundamental, y
de los materiales que se deben emplear. Tampoco me ha dicho usted por qué
Alemania y Austria exportan el PVC y nosotros lo compramos cuando ellos
no lo utilizan para los envases y nosotros sí.
Nada más y muchas gracias.
El señor VICEPRESIDENTE (López de Lerma i López): Muchas gracias, señor
Rodríguez.
Tiene la palabra la señora ministra para cerrar el debate.
La señora MINISTRA DE MEDIO AMBIENTE (Tocino Biscarolasaga): Gracias,
señor Presidente.
El señor Frutos tiene razón. Yo no estoy buscando aplausos, lo que yo
busco es gestión eficaz, y para conseguir esa gestión eficaz necesito
participación, por lo que agradezco su participación y sus propuestas. Lo
que sí le pido, y estoy segura de que lo vamos a conseguir, es esa
responsabilidad y ese compromiso.
Le aseguro que lo que usted llama insuficiencias del proyecto de ley del
Gobierno no es más que un cumplimiento de la directiva comunitaria. Le
vuelvo a repetir que yo no soy fácilmente influenciable, no me dejo
llevar por ningún grupo de presión. Por lo que sí me dejo llevar es por
la trasposición de una directiva comunitaria, que es lo que ha motivado
que hoy estemos debatiendo este proyecto de ley de envases.
Yo estoy de acuerdo con usted en que España no tiene por qué ir siempre a
rastras y que está muy bien que sea pionera, pero claro, hay que ser
pioneros, señor Frutos, siempre que no vayamos a imponer, como usted
sugiere, unas prácticas limitadoras de la libre competencia que nos van a
llevar a ir en contra del Tratado de la Unión Europea. A lo mejor su
grupo o usted mismo no está de acuerdo con el Tratado, pero quienes hemos
apostado, incluso a nivel presupuestario, por cumplir esos requisitos y
llegar en el momento oportuno a la tercera fase de la Unión Económica y
Monetaria tenemos que acoplar todos nuestros proyectos
para participar en la armonización de leyes que tienen los demás Estados
de la Unión Europea.
Usted llama a esto estar hipotecado. Yo no pretendo que nadie esté
hipotecado, pero si lo que usted piensa, como me ha dicho, es que toda
Europa está hipotecada, los que estamos a favor de la Unión Europea
diremos que estamos hipotecados según el concepto de hipoteca del señor
Frutos.
A la señora Narbona quiero decirle que esa idea de que las críticas
molestan es realmente lo que les pasaba a ustedes cuando estaban en el
Gobierno, que siempre nos hablaban de la única política posible y todo
aquello que no era lo que ustedes imponían no era posible, no era bueno
para España y no era bueno para acercarnos a Europa, cuando realmente
eran ustedes los que nos estaban alejando.
Yo me estoy limitando --lo vuelvo a reiterar-- a hacer una trasposición
de esa directiva comunitaria. Si usted misma está reconociendo que la
propia directiva comunitaria tiene como objetivo fundamental la
prevención en origen de los envases y no impone unas medidas concretas,
hagamos lo que han hecho los demás países. No me vuelva a recordar usted,
señoría, el texto que me van a dar en el próximo Consejo de la Unión
Europea porque, como sabe muy bien S. S., está indicando que como hasta
ahora ningún Estado ha impuesto por vía normativa esas medidas concretas
de reducción que usted dice que quiere imponer --y reitero que S. S.
conoce que la Unión Europea, y usted está a favor de ella, no puede ir
limitando para España lo que otros no han limitado--, va a decir que a
partir de la trasposición de las directivas comunitarias y de la ley de
envases, a través del Estado de las autonomías que tenemos, seamos
capaces de concretar --y es lo que yo propongo-- esas reducciones
escuchando a todos los entes territoriales y a también a los entes
municipales. Eso es lo que nos proponemos en esta directiva comunitaria,
pero no hoy.
Lo mismo tengo que decirle en relación a los mecanismos de control que S.
S. encuentra insuficientes. No es que sean suficientes o insuficientes,
es que no tenemos competencia para imponer esos mecanismos de control
mientras no tengamos en cuenta lo que opinan las comunidades autónomas
que por mandato constitucional tienen transferidas esas competencias de
gestión y medio ambiente, al igual que las tienen transferidas los
ayuntamientos, los entes locales, que también tienen que ser escuchadas a
la hora de ver cómo se implanta este tipo de medidas de control. Por
tanto, reitero que estoy siendo muy fiel al mandato constitucional.
Al representante del Bloque Nacionalista Gallego le manifiesto que,
efectivamente, esos intereses sociales que usted dice que está
defendiendo el Gobierno pretenden solucionar la gestión en el tratamiento
de los residuos de envases; ése es el mayor interés social: que todos los
ciudadanos podamos tener la garantía de que se están gestionando bien los
residuos que estamos produciendo y, a su vez, que los residuos de los
envases sean cada vez menores. Y en cuanto a los intereses económicos,
evidentemente, el Gobierno tiene un interés económico prioritario: que no
le cueste al Estado --por tanto, no queremos recargar los presupuestos
del Estado, y no se van a recargar con esta ley-- y, al mismo tiempo, que
tampoco le cueste al usuario, como suele ocurrir. Por consiguiente,
queremos que los productores de envases, que los envasadores sean los que
mediante la compra de ese punto verde consigan la financiación que se
necesita para aplicar fundamentalmente uno de los instrumentos que nos
hemos dado.
Dice que no se desarrolla lo que pudiéramos llamar el sistema de
consigna. Pues, mire, ya hemos conseguido el primer objetivo. De lo que
se trata es de desincentivar la utilización de ese sistema de depósito
porque es tremendamente complicado, y lo dejamos como una opción,
efectivamente, porque no podemos obligar pero sí deseamos que se tome esa
determinación mediante acuerdos voluntarios que consigan que las
administraciones concierten con todo tipo de empresas -no diga usted
nuevamente con multinacionales- la gestión y tratamiento de esos residuos
de envases.
Como vamos hacia un sistema integrado de gestión igual, vuelvo a
repetirlo, que los demás países de la Unión Europea, que lo están
aplicando con verdadero éxito, y porque no queremos poner límites
comerciales con el otro sistema que es mucho más complejo, no lo
desarrollamos más puesto que queremos desincentivarlo.
Muchas gracias, señor Presidente.
El señor VICEPRESIDENTE (López de Lerma i López): Muchas gracias, señora
ministra.
¿Grupos que desean fijar su posición respecto del proyecto de ley o de
las enmiendas? (Pausa.)
Por el Grupo Parlamentario de Coalición Canaria, tiene la palabra el
señor Mardones.
El señor MARDONES SEVILLA: Gracias, señor Presidente.
Intervendré con gran brevedad dada la hora que es.
A este proyecto de ley de envases y residuos de envases se han presentado
dos enmiendas de totalidad con texto alternativo y otra de devolución que
Coalición Canaria no va a apoyar, respetando las razones que puedan
tener. Coalición Canaria va a apoyar el proyecto de ley remitido por el
Gobierno y, por tanto, está en contra de las enmiendas de totalidad, por
las siguientes razones.
Nuestro grupo parlamentario ha presentado diez enmiendas al articulado de
este proyecto de ley, aunque creemos que el proyecto que ha hecho el
Gobierno obedece, en primer lugar, a una línea gradual de prudencia. Es
un buen proyecto que permite mantener un equilibrio en algo que es un
valor indicativo, por supuesto,
en la Directiva 62/1994, del Consejo Europeo, porque se trata de
armonizar intereses medioambientales con intereses económicos. Nosotros
creemos que mientras no se resuelvan intereses económicos no podrán
resolverse los de gestión medioambiental.
El proyecto del Gobierno trata de armonizar prudentemente este equilibrio
porque viene a decir bien claro en su preámbulo, señor Presidente, que se
trata, por un lado, de prevenir o reducir el impacto medioambiental y,
por otro, evitar obstáculos comerciales entre los distintos Estados
miembros, y no solamente entre éstos sino entre las propias comunidades
autónomas españolas que hacen intercambios comerciales de envases y que
producen después los residuos de esos envases.
Nosotros creemos que una directiva de este tipo necesita un tratamiento
prudencial. Entendemos que la señora ministra lo ha especificado muy
claramente y compartimos plenamente su política de que esto necesita un
tratamiento gradual en el tiempo, un subir los escalones poco a poco,
respetando esta competencia no sólo de las comunidades autónomas, sino
también en el área canaria incluso de los cabildos insulares, y por
supuesto de los ayuntamientos, que son órganos competenciales de gestión
del medio ambiente, pero que se encuentran con el problema de los
residuos y que tienen que darle alguna salida. Incluso la propia
estructura del índice que figura en el proyecto del Gobierno tiene en
cuenta lo que significa el reciclado de productos para las áreas
insulares españolas, tanto de Baleares y de Canarias como para Ceuta y
Melilla, que tienen que venir a centrales o plantas de reciclado en el
territorio peninsular español, y todo ello con un coste cero; en esto,
señora ministra, tiene también nuestro reconocimiento. Todo ello nos
permite dar nuestro apoyo al proyecto para que siga adelante en la línea
de prudencia y sensatez que he señalado.
Nada más y muchas gracias, señor Presidente.
El señor VICEPRESIDENTE (López de Lerma i López): Muchas gracias, señor
Mardones.
Por el Grupo Parlamentario Vasco (PNV), tiene la palabra la señora
Aguirre.
La señora AGUIRRE URIBE: Señor Presidente, señorías, voy a intervenir
para fijar la posición del Grupo Vasco con relación a las enmiendas a la
totalidad y a las enmiendas a la totalidad con texto alternativo,
presentadas por el Grupo Parlamentario Socialista y por el Grupo
Parlamentario de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, al proyecto de
ley que debatimos en esta Cámara.
Analizando las diferencias existentes entre el proyecto de ley de envases
y residuos de envases y el texto alternativo presentado por el Grupo
Socialista, podemos indicar que la estructura de ambos proyectos es muy
similar a la que sigue la Directiva comunitaria 94/62, relativa a la
misma materia. Nuestro grupo quiere destacar que el proyecto de ley no
presenta ningún anejo, remitiendo a un posterior desarrollo reglamentario
los contenidos que como tales se presentan en el texto del Grupo
Socialista, con la ventaja, en el primer caso, de que se determinarán
conceptos técnicos una vez esté en marcha la legislación. Por lo tanto,
contando con más experiencia, como está ocurriendo en otros países que
han implantado ese sistema, donde se ha desarrollado gradualmente; por
ejemplo, en algunos länder de Alemania, después de diez años, todavía no
está en pleno funcionamiento. Además, quiero destacar que, en otros
casos, se exige que previamente se estudien los temas por un comité de
expertos.
En relación al capítulo III, objetivos de reducción de reciclado y
valoración, entendemos que el texto socialista es más rígido y estricto
que el del proyecto de ley. El texto alternativo establece, en la
disposición adicional cuarta, la normativa para las instalaciones de
incineración, cuestión que, como conocen perfectamente SS. SS., no se
regula en el proyecto de ley. Existe un proyecto de directiva comunitaria
que va a regular este tipo de instalación; una regulación más estricta y
equiparable, según los informes que obran en mi poder, a la alemana.
El proyecto de ley, como ya ha indicado la señora ministra, en relación
al PVC, remite a que el Gobierno, en el plazo de un año, oído un comité
de expertos y los agentes económicos y sociales, propondrá las medidas
oportunas. Yo no soy ninguna defensora del PVC, pero creo que también hay
que indicar que, hasta el momento y según los informes que obran en
nuestro poder, la ciencia no dice nada categórico en contra del PVC.
Finalmente, debo indicar el escaso papel que se otorga a las
administraciones locales en cualquiera de los textos que hemos analizado,
pudiendo concluir que aquellas funciones que se refieran a la gestión de
los envases y residuos de envases corresponde a los entes locales, y como
tal debe ser reconocido, respetando la autonomía local reconocida en el
artículo 137 de la Constitución Española.
Respecto al texto alternativo del Grupo Parlamentario de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya, quiero indicar que tiene una estructura y
un contenido totalmente diferentes a los del proyecto de ley. Desde
nuestro punto de vista, su contenido es menos elaborado y concreto, sin
establecer ningún tipo de sistema integrado de gestión, depósito,
devolución y retorno de residuos de envases, imponiendo únicamente
medidas de carácter impositivo y fiscal a determinados tipos de envases.
Por último, quiero indicar que no se regula en ningún momento la
participación de las entidades locales en la gestión de los envases y
residuos de envases ni se garantiza su participación en dichos sistemas.
Por todo ello, señorías, el Grupo Vasco (PNV) no encuentra argumentos
suficientes para apoyar las enmiendas a la totalidad.
Muchas gracias.
El señor VICEPRESIDENTE (López de Lerma i López): Gracias, señora
Aguirre.
Por el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió), tiene la
palabra el señor Recoder.
El señor RECODER I MIRALLES: Señor Presidente, señorías, la primera
reacción de este Diputado y del grupo parlamentario que representa ante
el debate que hoy iniciamos es de satisfacción; es de satisfacción porque
bienvenido sea este debate y, aunque parezca una redundancia, porque al
fin habrá debate.
Es un proyecto largamente esperado; que ha sido ampliamente debatido por
los sectores sociales sensibilizados en la problemática medioambiental;
que se ha discutido con la industria, que deberá contribuir a su
aplicación y que además deberá de adaptarse a sus exigencias; y es un
proyecto de ley absolutamente necesario no sólo porque tenemos la
obligación de trasponer una directiva comunitaria, la 94/62, derivada del
quinto programa comunitario en materia de medio ambiente, sino también, y
sobre todo, porque es un proyecto necesario para empezar a resolver, con
una base legal, el grave y creciente problema de los envases y de los
residuos que éstos generan, cada vez en mayor cantidad, con los
consiguientes problemas ambientales que se derivan.
Por tanto, repito, bienvenido sea el debate parlamentario, aunque también
quiero subrayar que es un debate que llega unos meses tarde, porque saben
SS. SS. que el plazo de trasposición de la directiva comunitaria concluía
a finales del pasado mes de junio, y cree este grupo parlamentario que
debemos tomarnos en serio las obligaciones comunitarias puesto que,
demasiado a menudo, España no cumple con las exigencias de plazos.
Nos hemos pasado meses y años siguiendo, a través de la prensa, las
conversaciones, opiniones y discusiones sobre los múltiples borradores
--que hasta hace un momento creía que eran doce, pero, si no recuerdo
mal, la señora ministra ha llegado a citar incluso quince-- que de este
proyecto han circulado. Aunque todos estos debates son necesarios e
importantes, pienso que es mucho más importante poder debatir algo en
sede parlamentaria, algo que tiene la posibilidad real por primera vez de
aparecer, en un día no demasiado lejano, publicado en el Boletín Oficial
del Estado como ley y, por tanto, un texto que sea capaz de poner en
marcha unos complicados pero imprescindibles mecanismos, mecanismos de
recogida, reciclado y recuperación de envases sobre los que casi nadie ni
entiende ni sabe nada en este país. Prefiero, pues, fijarme en lo que
aporta este proyecto de ley y en el gran cambio, en determinados hábitos
comerciales o de consumo, que va a suponer.
Quiero dejar constancia también en este trámite parlamentario, señor
Presidente, señorías, de que éste es un proyecto de ley que no nos
satisface en su totalidad, como ha quedado patente en las enmiendas que
ha presentado este grupo parlamentario al articulado, cuyos aspectos
principales quiero comentarles.
En primer lugar, y ello nos parece importante, quiero subrayar que quizá
es la enmienda de mayor trascendencia y a la cual damos más importancia
de las que hemos presentado... (Rumores.) El señor VICEPRESIDENTE (López
de Lerma i López): Un momento, señor Recoder.
Por favor, señorías, guarden silencio.
Prosiga, señor Recoder.
El señor RECODER I MIRALLES: En primer lugar, decía, hemos presentado una
enmienda que consideramos de gran importancia, que pretende incorporar en
el proyecto el objetivo de reducir un porcentaje en peso de la totalidad
de los residuos de envase generados, porcentaje que nosotros ciframos en
el 10 por ciento, antes del 30 de junio del año 2001, y no dejar, como
prevé el proyecto de ley que nos ha remitido el Gobierno, este objetivo u
otros que se pudieran incluir de reducción de porcentajes en peso al
programa nacional de residuos de envases y envases usados que el propio
proyecto anuncia.
Creo que esta es una propuesta, señora ministra, totalmente acorde con el
objetivo de la directiva, que no es otro que el de reducir el impacto de
los envases y sus residuos sobre el medio ambiente. Es una propuesta que
supondrá un paso importante en las exigencias del proyecto y que, además,
facilitará la labor de las comunidades autónomas que han aprobado leyes
que consideran la reducción de los residuos de este tipo como objetivo
prioritario en su política ambiental y que, incluso, en algunos casos van
más allá de esta exigencia, como sucede en el caso que mejor conozco, que
es el de la ley catalana del año 1993. Un modo de prevenir la generación
de residuos es reducir su cantidad global y lo facilita fijar un objetivo
de reducción en peso. Por ello hemos presentado, repito, esta enmienda al
artículo 5. También, y con el fin de facilitar la consecución de los
objetivos de reciclado del mismo artículo 5, que, como saben SS. SS., se
deberían cumplir antes de la fecha del 30 de junio del 2001, proponemos
un objetivo intermedio de reciclado del 15 por ciento... (Rumores.) El
señor VICEPRESIDENTE (López de Lerma i López): Un momento, señor Recoder.
Por favor, señorías, señor Caballero, señora Mato.
Muchas gracias.
Prosiga, señor Recoder.
El señor RECODER I MIRALLES: Gracias, señor Presidente.
Como decía, proponemos un objetivo intermedio de reciclado del 15 por
ciento, a cumplir antes de los 24 meses a contar desde la entrada en
vigor de la ley.
En el artículo 13 hemos presentado una enmienda que pretende que se
incluyan los niveles máximos de concentración de plomo, cadmio, mercurio
y cromo hexavalente, presentes en los envases, es decir, de metales
pesados. Quiero recordar que en el proyecto del Gobierno se efectúa una
remisión al desarrollo reglamentario de la ley, pero ello no nos parece
lo más acertado, ya que la directiva que estamos trasponiendo es muy
clara en sus exigencias en este sentido y pensamos que es muy sencillo
reproducirlas en la ley. Además, si en el futuro se produjesen
modificaciones de la directiva por parte de la Comunidad que afectaran a
los niveles de concentración de metales pesados, ello se podría resolver
extendiendo la autorización al Gobierno en la disposición final segunda y
para ello también hemos presentado la consecuente enmienda.
En la disposición adicional primera eliminamos la posibilidad de que los
envases industriales y comerciales, una vez convertidos en residuos,
puedan someterse voluntariamente a los sistemas de gestión previstos para
los residuos domésticos. Estos envases, como saben sus señorías, tienen
establecidos sus propios sistemas de gestión. Se han de entregar, por
tanto, a un recuperador, reciclador o a un valorizador autorizado o un
agente económico también autorizado para su reutilización. Pensamos que
sería distorsionador que voluntariamente pudieran excluirse de esta
obligación.
En sus líneas generales, señor Presidente, señorías, señora ministra,
estas son nuestras principales propuestas y, por tanto, enmiendas al
proyecto del Gobierno, que, de incluirse, pensamos lo mejorarían
notablemente y harían de la nueva ley una ley aceptable y realista que
permitiera, y que permitirá, poner en marcha una cultura de la
recuperación y reciclado, aún incipiente, que obligará, como decía antes,
a cambios en los hábitos de consumo, producción y comercialización y que
, por tanto, será un paso importante para extender la protección
medioambiental al consumo doméstico.
Quiero subrayar, y voy terminando, el gran cambio cultural de consumo de
producción que supondrá la nueva ley. Asimismo también estoy convencido
de que los propios mecanismos que pondrá en marcha esta nueva ley
iniciarán una dinámica que obligará, en pocos años, a modificarla y a ser
aún más exigentes en sus objetivos.
El señor VICEPRESIDENTE (López de Lerma i López): Vaya terminando, señor
Recoder, por favor.
El señor RECODER I MIRALLES: De momento, vamos a votar en contra de las
enmiendas de totalidad y vamos a hacerlo porque consideramos el proyecto
de ley aceptable y, además, porque nos parece urgente poner en
funcionamiento en este país unos engranajes que ya puso en marcha a nivel
comunitario la Directiva 94/62.
Muchas gracias, señor Presidente.
El señor VICEPRESIDENTE (López de Lerma i López): Gracias, señor Recoder.
Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra la señora De Lara.
La señora DE LARA CARBO: Gracias, señor Presidente.
Señoras y señores Diputados, el Grupo Parlamentario Popular votará en
contra a las enmiendas a la totalidad presentadas por el Grupo
Parlamentario Mixto , el Grupo Parlamentario de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya y el Grupo Parlamentario Socialista, y lo
hará por diferentes motivos que voy a exponer brevemente.
La enmienda con texto alternativo presentada por el Grupo Parlamentario
de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya presenta modificaciones
sustanciales sobre el proyecto de ley del Gobierno, con unos criterios
básicos diferentes. Ya fue presentada en la pasada legislatura y también
en los inicios de ésta como proposición de ley y reiteradamente rechazada
por esta Cámara.
El texto de Izquierda Unida introduce un nuevo concepto, el de
valorización ecológica, que excluye la incineración con recuperación de
energía como operación de valorización energética. El concepto es
voluntarista, pero contrario a la directiva comunitaria que debe
trasponerse a nuestro ordenamiento interno. Desde el Grupo Parlamentario
Popular, considerando y admitiendo que la no incineración es un principio
básico de la política medioambiental de Izquierda Unida, creemos que no
es el momento adecuado para incidir en esta norma, ya que el artículo 1.2
de la directiva que debemos trasponer indica textualmente la valorización
de la incineración con recuperación energética como una de las formas
admitidas de eliminación. Aunque, como he dicho, no parece que la norma
adecuada para la discusión sea incineración sí o incineración no, creo,
señor Frutos, que sería conveniente que en otro momento se mantuviera en
esta Cámara un debate serio sin demagogias sobre ello, un debate sobre la
incineración, las dioxinas, cómo se producen, cómo se eliminan. Entonces,
creo que será el momento adecuado de profundizar en ello.
Respecto a los objetivos señalados en el texto alternativo en cuanto a
prevención o reducción de la producción de residuos de envases, más
ambiciosos que los objetivos no cuantificados en la directiva, parecen,
dada la situación actual, poco realistas, voluntaristas y difícilmente
alcanzables, y no se indican en el texto medidas tendentes a cumplir el
objetivo propuesto. La reducción propuesta para el famoso PVC,
policloruro de vinilo, no tiene en cuenta ni las consecuencias ni las
posibilidades reales de sustitución del PVC ni el impacto en la industria
nacional y en el precio de los envases españoles frente a los de sus
competidores europeos que no han adoptado esta medida. El PVC es el
plástico de mayor consumo en España y el segundo de mayor consumo en el
mundo. Tiene sus defensores y sus detractores, y no es intención del
grupo parlamentario hacer una crítica ahora de los defectos del PVC o una
apología de sus virtudes. Lo correcto, lo serio, en opinión del grupo al
que represento, es lo que se indica en la disposición final segunda del
proyecto de ley.
El señor VICEPRESIDENTE (López de Lerma i López): Vaya terminando, por
favor, señora De Lara.
La señora DE LARA CARBO: Lo indicado en la disposición final segunda del
proyecto de ley coincide, por otra parte, con el mandato del Senado, en
el que ya entonces se indicó la necesidad de efectuar un estudio serio
sobre los posibles efectos del PVC, estudio que por cierto no tenemos
noticia de que se realizara en su momento.
Respecto al texto alternativo presentado por el Grupo Socialista, se
corresponde, salvo ligeras modificaciones, con el último texto asumido
públicamente por el anterior Gobierno. (Rumores.)
El señor VICEPRESIDENTE (López de Lerma i López): Un momento, señora De
Lara.
Señor Gil Lázaro, señor Guardans, señor Alcaraz, señor Centella, por
favor, les ruego silencio.
Continúe, señora De Lara, y finalice, por favor.
La señora DE LARA CARBO: Voy finalizando.
Decía que el texto del Partido Socialista se corresponde con el último
texto asumido públicamente por el anterior Gobierno y pensado para ser
aprobado como real decreto-ley. Por ello presenta graves carencias de
técnica legislativa como es una redacción extensa y fuertemente
reglamentarista. Sin embargo, analizando el texto alternativo, hemos
encontrado pocas diferencias de fondo entre el presentado por el Grupo
Socialista y el proyecto de ley del Gobierno. Una de estas diferencias de
fondo, escasas --realmente podía haberse subsanado simplemente con
enmiendas parciales--, es la de la disposición adicional cuarta del texto
alternativo, en la que se establecen unos valores límites de emisión en
los gases de escape de las instalaciones en las que se incineran residuos
de envases que contengan compuestos organoclorados, es decir, compuestos
de PVC. Desde el Grupo Popular no entendemos que se elija la trasposición
de esa directiva para introducir estos límites, en lugar de modificar la
obsoleta legislación de contaminación atmosférica, a lo que, por cierto,
se había comprometido el anterior Gobierno hace muchos años. La propuesta
creemos que es oportunista e inadecuada, ya que, de hacerlo, ¿por qué se
imponen límites sólo a las incineradoras que quemen residuos
organoclorados? ¿Por qué incluir esos límites de emisión en una norma de
envases que impediría su aplicación en instalaciones de incineración de
residuos que contuvieran compuestos organoclorados, pero que no fueran
residuos de envases? Creemos, por consiguiente, que esta modificación es
inadecuada.
En cuanto a la enmienda a la totalidad de los representantes del Grupo
Mixto, ya se han explicitado aquí los distintos puntos y, por
consiguiente, queda explicado por qué vamos a votar también en contra de
su enmienda a la totalidad.
Para terminar, señorías, quiero resaltar la importancia que para el medio
ambiente va a tener la entrada en vigor del proyecto de ley de envases y
residuos de envases, ya que la reducción del volumen de residuos de
envases implica directamente la reducción o la disminución del volumen de
residuos sólidos urbanos y, en consecuencia, atenúa los problemas
medioambientales de su gestión. Creo que debemos felicitarnos por ello
todos los que apostamos por la defensa del medio ambiente.
Gracias.
El señor VICEPRESIDENTE (López de Lerma i López): Muchas gracias, señora
De Lara.
Vamos a proceder a la votación de este proyecto de ley y de las enmiendas
presentadas. (El señor Presidente ocupa la Presidencia.) El señor
PRESIDENTE: Votación de las enmiendas a la totalidad del proyecto de ley
de envases y residuos de envases.
Votamos, en primer lugar, de manera conjunta, las enmiendas de totalidad
de devolución presentadas por el Grupo Mixto.
Comienza la votación. (Pausa.)
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 312; a
favor, 20; en contra, 288; abstenciones, cuatro.
El señor PRESIDENTE: Quedan rechazadas las enmiendas de devolución.
Votación de la enmienda de totalidad con texto alternativo, presentada
por el Grupo Parlamentario Federal de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya.
Comienza la votación. (Pausa.)
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 313; a
favor, 141; en contra, 169; abstenciones, tres.
El señor PRESIDENTE: Queda rechazada la enmienda.
Votación sobre la enmienda de totalidad de texto alternativo presentada
por el Grupo Parlamentario Socialista.
Comienza la votación. (Pausa.)
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 314; a
favor, 141; en contra, 169; abstenciones, cuatro.
El señor PRESIDENTE: Queda rechazada la enmienda.
--PROYECTO DE LEY ORGANICA DE REFORMA DE LA LEY ORGANICA 6/1985, DE 1 DE
JULIO, DEL PODER JUDICIAL. (Número de expediente: 121/000012)
El señor PRESIDENTE: Proyecto de ley orgánica de reforma de la Ley
Orgánica 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial.
Va a presentar el proyecto en nombre del Gobierno la Ministra de Justicia
y se tramitará a continuación la enmienda a la totalidad del Grupo
Parlamentario Socialista y podremos suspender la reunión y continuar por
la tarde.
Señorías, me indican los servicios de la Cámara que la enmienda de
totalidad del Grupo Parlamentario de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya es anterior en su presentación y, en consecuencia, tras la
intervención de la señora Ministra de Justicia, procederemos a la
presentación de la enmienda de totalidad del Grupo Parlamentario de
Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya. Si con estas intervenciones se
llegara a las dos y media, suspendería la sesión hasta las cuatro de la
tarde.
Puede comenzar, señora ministra.
La señora MINISTRA DE JUSTICIA (Mariscal de Gante y Mirón): Gracias,
señor Presidente.
Señorías, constituye para mí un honor comparecer ante esta Cámara...
(Rumores.)
El señor PRESIDENTE: Perdón, señora ministra.
Señorías, les ruego que guarden silencio y si deben abandonar el
hemiciclo lo hagan en silencio para que pueda continuar el debate y la
exposición de la Ministra de Justicia.
Cuando quiera, señora ministra.
La señora MINISTRA DE JUSTICIA (Mariscal de Gante y Mirón): Gracias,
señor Presidente, intentaré hablar alto para que así se pueda escuchar lo
que tengo el honor de exponer ante esta Cámara.
El proyecto, como saben SS. SS., se ciñe a dos reformas legales muy
concretas y que el Gobierno considera particularmente urgentes. Se trata,
por un lado, de modificar la regulación de la situación de los jueces y
magistrados que pasan a desempeñar cargos públicos ajenos a la
Administración de justicia, estableciendo, para reforzar las garantías de
la independencia y la imparcialidad, un período de espera entre el cese
en ciertos cargos públicos, los que comportan una mayor implicación en la
actividad política, y el retorno al ejercicio de la función
jurisdiccional. Por otro lado, se pretende resolver los problemas que ha
venido ocasionando la actual redacción del artículo 240 de la Ley
Orgánica del Poder Judicial en materia de nulidad de actuaciones
procesales, con una nueva regulación que prevea, siquiera sea
excepcionalmente, que se pueda declarar la nulidad de actuaciones incluso
cuando haya recaído sentencia firme, en aquellos casos en que durante el
proceso se hayan producido defectos de forma que hayan causado
indefensión y que no hayan podido ser denunciados antes de que la
sentencia ganara firmeza. (El señor Vicepresidente, Fernández-Miranda y
Lozana, ocupa la Presidencia.) Quiero subrayar ante SS. SS. que no se
agotan en estas dos cuestiones los puntos en los que el Gobierno estima
necesaria la reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial. Como ya tuve
ocasión de anunciar en esta Cámara, en mi comparecencia del pasado 20 de
junio ante la Comisión de Justicia e Interior, uno de los objetivos
fundamentales de la política del Gobierno en materia de justicia es el
fortalecimiento del Consejo General del Poder Judicial y para lograr tal
objetivo, como ya indiqué en dicha ocasión, el Gobierno quiere conseguir
el suficiente grado de consenso entre las fuerzas políticas con
representación parlamentaria para abordar una amplia reforma de la Ley
Orgánica del Poder Judicial.
El Gobierno es consciente, por tanto, de que la Ley Orgánica del Poder
Judicial necesita una reforma de mayor amplitud y de más calado que la
que representa el proyecto que hoy tengo el honor de presentar ante sus
señorías. Este es, por tanto, y ruego a SS. SS. que lo tengan en cuenta,
un proyecto cuyos objetivos son limitados. Se trata de dar respuesta a
dos problemas concretos, cuya solución no tiene por qué demorarse hasta
que se aborde esa reforma más amplia a la que me acabo de referir.
El primero de los problemas a que trata de dar respuesta el proyecto es
el que plantea la actual redacción del artículo 240 de la Ley Orgánica
del Poder Judicial. Este precepto establece las vías a través de las
cuales pueden denunciarse los vicios de nulidad de pleno derecho que
afecten a las actuaciones judiciales. Como es sabido, se contempla con
carácter general que los vicios de nulidad sean denunciados a través de
los recursos. Por otro lado, se permite también que la nulidad de actos
procesales sea apreciada y declarada de oficio por el propio juez o
tribunal que conozca del proceso, pero esta posibilidad existe sólo antes
de que haya recaído sentencia definitiva. Esta regulación ha originado
graves problemas en la práctica de nuestros tribunales, porque hay casos
en los que los vicios de nulidad se ponen de manifiesto después de
recaída sentencia firme. En estos casos la actual redacción del artículo
240 no permite que la nulidad sea declarada
en vía judicial ordinaria, ya que, siendo firme la sentencia, la nulidad
no puede depurarse por medio de los recursos y, por otro lado, existiendo
sentencia definitiva, el juez o tribunal que la ha dictado, aun cuando
comparta la existencia de vicio determinante de nulidad, no puede
declararla de oficio.
Creo que este es un problema real --así lo entiende el Gobierno-- que se
plantea con alguna frecuencia en la práctica de nuestros juzgados y
tribunales, y creo estar en condiciones de demostrar a SS. SS. que estoy
hablando de un problema real con unos cuantos datos. En primer lugar, hay
una larga serie de sentencias del Tribunal Constitucional que tienen por
objeto precisamente situaciones de indefensión causadas por la ausencia
de cauce procesal ordinario para denunciar vicios de nulidad que se han
puesto de manifiesto después de dictada sentencia firme. La primera
sentencia que se ocupó de este problema fue la 110/1988, lo que demuestra
que el problema es antiguo, y a ésta siguieron otras cuatro, dictadas en
el año 1989, hasta que las propias salas del Tribunal Constitucional
elevaron al pleno una cuestión de inconstitucionalidad sobre el artículo
240 de la Ley Orgánica del Poder Judicial. La cuestión fue resuelta por
la sentencia 185/1990, que aunque declaró que el artículo 240 no era
contrario a la Constitución, puso de manifiesto los problemas que dicha
norma ocasionaba y reclamó una solución al legislador.
Otro dato que me parece conveniente recordar a
SS. SS. es que el Consejo General del Poder Judicial, en la relación
circunstanciada de necesidades de 1992, decía literalmente: La
experiencia demuestra cómo el régimen previsto en el artículo 240 de la
Ley Orgánica no resulta en su actual configuración satisfactorio,
planteando incluso la necesidad de pronunciamiento expreso por parte del
Tribunal Constitucional. Parece, pues, de todo punto necesario revisar la
actual redacción del expresado precepto. En la relación para 1993 el
Consejo reiteró esta petición.
Pero no sólo y exclusivamente el Tribunal Constitucional y el Consejo
General del Poder Judicial eran conscientes del problema. También los
anteriores Gobiernos lo fueron, como lo demuestra el proyecto de la que
luego fue Ley Orgánica 16/1994, en el que se incluía una reforma del
artículo 240 muy parecida a la ahora propuesta por el Gobierno. Así pues,
me parece arriesgado sostener a estas alturas que un problema que ha
planteado graves dificultades al Tribunal Constitucional, que ha sido
reiteradamente puesto de manifiesto por el Consejo General del Poder
Judicial y que, en fin, hasta ha sido reconocido en términos inequívocos
por los anteriores Gobiernos no sea un problema real necesitado de
urgente solución.
Quisiera subrayar que estamos hablando de situaciones de indefensión, es
decir, de situaciones que comprometen la efectividad del derecho
fundamental reconocido por el artículo 24.1 de la Constitución. La
reforma que se propone del artículo 240 no pretende otra cosa que salir
al paso de una situación en la que la efectividad de ese derecho
fundamental sólo puede conseguirse en ciertos casos mediante largos,
además de costosos, trámites procesales, en los que el recurso ante el
Tribunal Constitucional se convierte en obligado. Frente a este problema,
el proyecto establece una solución muy simple, en opinión del Gobierno.
Se reforma el artículo 240 de la Ley Orgánica del Poder Judicial para dar
cabida, siquiera sea excepcionalmente, a un incidente de nulidad de
actuaciones del que conoce el mismo tribunal que haya dictado la
sentencia viciada de nulidad y que permite que dicha nulidad sea
declarada incluso cuando la sentencia sea firme. Para lograr que este
incidente sea verdaderamente excepcional y, por tanto, que se reduzca al
mínimo el coste en términos de dilación de los procesos y de sacrificio
del principio de invariabilidad de las sentencias y demás resoluciones
firmes, se establece que el incidente sólo procederá cuando se hayan
producido defectos de forma que hubieran causado indefensión y siempre
que no haya sido posible denunciar dichos vicios antes de dictarse la
sentencia firme. Se fija además un breve plazo de veinte días para pedir
la declaración de nulidad y se permite al tribunal rechazar de plano la
pretensión cuando no se den los anteriores requisitos. Por lo demás, la
tramitación del incidente es extraordinariamente breve. Este incidente de
nulidad no comporta lesión alguna del valor esencial de la seguridad
jurídica. Pienso, por el contrario, que lo que realmente compromete la
seguridad jurídica es el mantenimiento de la situación actual en la que
quien resulta afectado por una sentencia firme viciada de nulidad y
causante de indefensión sólo tiene abierta la incierta vía del recurso de
amparo y ha de sortear las trabas que resultan de la vacilante doctrina
del Tribunal Constitucional sobre los requisitos de admisibilidad del
recurso. Es esta situación la que verdaderamente compromete la seguridad
jurídica y no el establecimiento de un incidente de nulidad en la vía
judicial ordinaria. Este incidente, tal y como está regulado en el
proyecto, garantiza un adecuado equilibrio entre la protección del
derecho de los justiciables a no sufrir indefensión y las exigencias de
la seguridad jurídica y de duración razonable de los procesos.
El segundo de los problemas que aborda el proyecto es el de la situación
de los jueces y magistrados que pasan a desempeñar cargos públicos no
judiciales y el retorno de dichos jueces y magistrados al ejercicio de
funciones jurisdiccionales. El proyecto plasma en este punto un
compromiso expresado por el Presidente del Gobierno en su discurso de
investidura en términos muy claros: el de establecer un período de espera
de aquellos jueces y magistrados que hayan desempeñado un cargo político
antes de que puedan retornar al ejercicio jurisdiccional. El Gobierno
considera que el establecimiento de este período de espera es una medida
imprescindible para evitar que se produzcan indeseables situaciones en
las que la independencia y la imparcialidad de un juez o de un magistrado
puedan verse cuestionadas por razón de una reciente y relevante
participación de éste en la vida política.
La Constitución ha querido mantener el ejercicio de la función
jurisdiccional alejado de la política; por esta razón, prohibe a los
jueces y magistrados en activo desempeñar otros cargos públicos y
pertenecer a partidos políticos. Pues bien, este imperativo
constitucional de alejamiento de la función jurisdiccional respecto de la
política está íntimamente relacionado con la garantía de la independencia
y de la imparcialidad que han de presidir el ejercicio de dicha función.
Desde este convencimiento, el proyecto que hoy presento a SS. SS. incluye
algunas reformas en los preceptos que disciplinan las situaciones
administrativas de los jueces y magistrados que acceden a cargos públicos
no judiciales. El desempeño de aquellos cargos que comportan una mayor
implicación en la política pasa a ser determinante de la situación de
excedencia voluntaria, que no comporta reserva de plaza y, por otro lado,
se establece un plazo de tres años desde el cese en dichos cargos durante
el cual los jueces y magistrados afectados no pueden regresar al servicio
activo en plaza o destino en el que haya de ejercerse la potestad
jurisdiccional. Durante este plazo de tres años, los jueces y magistrados
afectados quedan en situación de excedencia forzosa y sólo pueden
concursar a plazas o destinos cuyas funciones no tengan carácter
jurisdiccional.
La garantía de imparcialidad se refuerza, finalmente, con la introducción
de una nueva causa de abstención y recusación que conjura el riesgo
objetivo de que, con ocasión del desempeño por un juez o magistrado de un
cargo público no judicial, haya podido éste formar criterio en detrimento
de la debida imparcialidad sobre el objeto del pleito o causa.
El Gobierno entiende que esta es una solución razonable que, sin
perjudicar de manera relevante la carrera profesional de aquellos jueces
y magistrados que en un momento determinado hayan decidido servir a la
sociedad desde el mundo de la política, evita las indeseables
consecuencias que puede tener un inmediato retorno desde ese mundo de la
política al ejercicio de la función jurisdiccional.
La reforma proyectada no afecta de ninguna manera, en opinión del
Gobierno, al derecho fundamental de acceder a funciones y cargos públicos
en condiciones de igualdad. En realidad no se establece limitación alguna
en las posibilidades de acceso de jueces y magistrados a cargos o
funciones políticas. Tal y como sucede con la regulación vigente, los
jueces y magistrados pueden, sin dejar de pertenecer a la carrera
judicial, acceder a todo tipo de cargos públicos no judiciales, con la
única consecuencia, del todo razonable, de que, tratándose de cargos
incompatibles con el ejercicio de la función jurisdiccional, el acceso a
los mismos comportará el cese en la situación de servicio activo.
Las únicas diferencias entre la regulación actual y la contenida en el
proyecto se refieren a la situación administrativa en la que se queda
durante el desempeño del cargo político, que deja de ser la de servicios
especiales y pasa a ser la de excedencia voluntaria, y a las condiciones
de reingreso al servicio activo tras el cese en el cargo político, que
deja de ser inmediato y en la misma plaza y pasa a demorarse tres años
desde el cese, y a plaza obtenida mediante concurso ordinario, salvo que
se obtenga destino que no comporte ejercicio de la jurisdicción.
Pero estas diferencias no afectan al acceso a cargos políticos, puesto
que precisamente se pone de manifiesto después de ese acceso, aunque en
conjunto configuran una situación más desfavorable que la actual en
cuanto a las perspectivas de reingreso al servicio activo, tampoco
perjudican gravemente la carrera profesional de los jueces y magistrados
afectados, puesto que se computa el tiempo de servicio en cargo político
a efectos de ascenso, antigüedad y derechos pasivos, y durante el plazo
de espera la situación de excedencia forzosa garantiza no sólo el abono
del tiempo a dichos efectos, sino también derechos económicos. Por tanto,
el régimen previsto en el proyecto no tiene por qué tener efectos
disuasorios sobre los jueces y magistrados que en un momento determinado
quieran acceder a un cargo político.
En resumen, señorías, creo que las reformas que se contemplan en el
proyecto son necesarias, que dan respuesta a problemas reales de nuestra
justicia, y que pudiendo abordarse ahora la solución de estos problemas
no hay por qué esperar a una futura y más amplia modificación de la Ley
Orgánica del Poder Judicial. Estoy convencida de que si SS. SS. aprueban
hoy que continúe la tramitación parlamentaria, con las mejoras que habrá
de operar, será beneficiosa para la Administración de justicia.
Muchas gracias, señorías; gracias, señor Presidente.
El señor VICEPRESIDENTE (Fernández-Miranda y Lozana): Muchas gracias,
señora ministra.
Para la defensa de la enmienda de totalidad presentada por el Grupo de
Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, tiene la palabra el señor
Castellano.
El señor CASTELLANO CARDALLIAGUET: Muchas gracias, señor Presidente, y
muchas gracias expresamente a las señoras y señores Diputados que están
haciendo manifestación clarísima de una capacidad de sacrificio y
abnegación que merece ser destacada. En consecuencia, tras dirigirme a
todos ustedes, también me dirijo con todo cariño al excelentísimo señor
«Diario de Sesiones», que es el que siempre nos acompaña en esta clase de
actos y nunca nos falla.
Nuestro grupo parlamentario ha presentado una enmienda a la totalidad de
devolución de esta reforma
parcial de la Ley Orgánica del Poder Judicial, siguiendo la propia
terminología de nuestro Reglamento, por innecesariedad e inoportunidad.
Pero a mí me gustaría añadir --incluso mejor que el criterio de
inoportunidad--: por absoluto oportunismo.
Primero, tenemos que hacer una pequeña digresión de carácter previo
acerca de qué valor tiene de verdad, a lo largo de lo que estamos viendo
y de tanta tramitación de tanto proyecto de ley, el dictamen del Consejo
General del Poder Judicial que, efectivamente, es preceptivo en cuanto a
su emisión, pero no es vinculante en cuanto a lo que defiende. Por lo que
vemos, ese dictamen del Consejo General del Poder Judicial se ha
convertido en un puro trámite burocrático y rutinario, porque es evidente
--y yo estoy absolutamente convencido de que la señora ministra se lo
habrá leído-- que sólo con leerse el dictamen del Consejo General del
Poder Judicial este proyecto merecía ser retirado para su
reconsideración. Y más evidente que todo esto es que habiendo un dictamen
del Consejo General del Poder Judicial, que es preceptivo y no vinculante
en materia de proyectos de ley que afectan a la justicia, estemos
incurriendo en la práctica, nada oportuna y poco responsable, de eliminar
dicho dictamen por la vía de las enmiendas; no digamos ya cuando además
esas enmiendas no tienen nada que ver con el proyecto y son auténticas
proposiciones de ley encubiertas que, lógicamente, no pueden ser objeto
de formación de opinión, ni más ni menos que por quien tiene la
obligación de administrar las leyes y de interpretarlas.
El otro día, en la reunión de la Mesa de la Comisión de Justicia e
Interior y portavoces, hemos rogado, y hemos sido atendidos por nuestro
Presidente, señor Martín Villa, que se dirija a la presidencia de la
Cámara para que se haga uso de esa reforma que hay en la propia Ley
Orgánica del Poder Judicial y de vez en cuando, cuando lleguemos a
situaciones como éstas, se pida el dictamen, dictamen que tengo que
aclarar rápidamente que nuestro grupo agradece de forma muy seria en este
momento. Es un dictamen francamente bien hecho. A la luz de este
dictamen, podríamos decir del proyecto de ley que hoy nos presenta doña
Margarita Mariscal de Gante, con todo el respeto y aprecio que la
tenemos, que su proyecto de ley, definido según la doctrina Aznar, ni es
esplendoroso, ni es brillante; le pasa como a la ley de secretos
oficiales.
Lógicamente, ante un proyecto de ley bastante oportunista, se ha
producido también la presentación de enmiendas oportunistas --yo les
llamo enmiendas de chupar rueda-- que sirven para, se hable de lo que se
hable, dar satisfacción a las peticiones corporativas de alguno, y hay
unas enmiendas que, de pronto, manifiestan una profunda preocupación por
la situación del Tribunal Supremo. Debe quedar bien claro que esa
preocupación la compartimos, ¡cómo no vamos a estar preocupados por el
Tribunal Supremo, aunque nada nos afecte en estos momentos su actuación!;
lo que hace falta es que la preocupación por el Tribunal Supremo se
demuestre en un respeto absoluto a su independencia y no en el demagógico
ofrecimiento de aumento de privilegios, canonjías y sustanciosos aumentos
de sueldo, que lo hacen bastante sospechoso.
Pero vamos a entrar en materia. Señora ministra, la exposición de motivos
no tiene desperdicio, es una auténtica venda colocada antes de la herida,
y parece ser que, porque ustedes lo digan, ni conculca la Constitución ni
violenta ninguna norma jurídica, pero, luego, cuando se penetra en el
contenido del proyecto, las cosas no son así. Mire usted, lo que llama la
exposición de motivos «sencillo incidente de regulación del recurso
extraordinario de nulidad de actuaciones», por mucho que queramos, atenta
contra la seguridad jurídica, entre otras cosas porque puede llegar a
afectar a sentencias que están en trámite de ejecución, que quedan
paralizadas, lo cual abre el portillo a que el ciudadano y el abogado que
quieran ver si les queda un último recurso formulen este recurso
extraordinario de reposición para nulidad de actuaciones. Desde luego,
también contraría la invariabilidad de las sentencias; contraría el
principio fundamental del juicio sin dilaciones --ya veremos el resultado
y cómo, lógicamente, va a dilatar en el tiempo la continuación de los
procedimientos--; vulnera la eficacia de la cosa juzgada y, finalmente,
deniega posteriores recursos. Aunque sea un recurso extraordinario,
siendo visto por el mismo órgano que dictó la resolución inicial, no
parece muy sensato que no tenga posterior recurso jurisdiccional. En todo
caso, a mí me queda la duda --creo que usted me la aclarará-- de que,
tramitado el recurso extraordinario de nulidad de actuaciones, cabe
todavía el recurso de amparo, porque, lógicamente, no habrá lugar a
recursos ordinarios pero siempre tendrá acceso ante el Tribunal
Constitucional.
En realidad, esta reforma parcial del artículo 240, en cuanto al problema
de fondo, de una manera que se esboza y que se enmascara, lo que
pretende, pura y sencillamente, es mostrar la preocupación porque en la
utilización del recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional se han
disparado las cifras --en esa valoración estamos de acuerdo con la
exposición de motivos del proyecto de ley y con lo que dice el propio
informe del Consejo General del Poder Judicial-- y el recurso de amparo
casi se ha convertido en una especie de recurso parajurisdiccional;
ahora, la fórmula para arreglar esa situación tendrá que ser otra, lo que
no puede ser es desdecirnos del estudio que se hizo en su día del
artículo 240, cuando fue aprobada la Ley Orgánica del Poder Judicial, y,
sobre todo, de algunos pronunciamientos que hizo el propio Consejo sobre
una intención similar en otra clase de leyes y, desdiciéndonos de ellos,
volver a innovar una cosa que hasta ahora estaba siendo bien valorada por
los profesionales del Derecho.
Sinceramente, coincidimos con el informe del Consejo General del Poder
Judicial en el sentido de que es
preferible que acometamos de una vez la reforma de las leyes procesales y
no hagamos estas reformas parciales, que nos van a dar mucho peor
resultado y, desde luego, lo que rechazamos rotundamente es que este
recurso extraordinario de nulidad de actuaciones contra sentencias firmes
y definitivas --entendiendo por definitivas incluso lo que dice el
Tribunal Constitucional: «definitivamente ejecutadas»-- sea dar
cumplimiento al artículo 53.2, que nos habla de un procedimiento o
recurso jurisdiccional previo y sumario, que no puede ser éste, que de
previo tiene poco y de sumario también va a tener muy poco. Repetimos
que, sinceramente, no es un acierto el intento de reforma de este
artículo 240.
Además, como dice la exposición de motivos, tampoco es cierto que hoy no
existan cauces para declarar esa nulidad, porque existen en los recursos
ordinarios. Y tenga usted en cuenta que por lo menos en materia
contenciosa o en materia civil la justicia es rogada, y no se puede
convertir al juez en tutelador del ejercicio de las acciones que aquel
particular, debidamente asistido, no ha querido llevar adelante. Otra
cosa podría ser lo que llamamos la jurisdicción penal o de carácter
público.
Por tanto, deben estar las partes atentas al establecimiento de los
recursos ordinarios para denunciar lo que pueda haber de indefensión o de
nulidad de actuaciones en un momento determinado. En todo caso, cabe
también la propia declaración de oficio de la nulidad, como usted misma
ha reconocido; cabe el recurso de audiencia al rebelde para aquéllos que
en un momento determinado no hayan sido parte; cabe el recurso
extraordinario de revisión y, por si fuera poco y también, hasta el
incidente de aclaración de sentencia.
Por tanto, no compartimos la teoría de que este extremo de la reforma que
hoy se nos presenta sea tan necesario; al contrario, pensamos que debe
ser mucho más meditado, y repetimos que en ello coincidimos, lógicamente,
con lo que nos dice el informe del Consejo General del Poder Judicial.
Segundo objetivo de la reforma, debidamente adornado, eso sí, debidamente
adornado, adornado con la reducción del pase a los llamados servicios
especiales de un conjunto de cargos públicos porque eran muchos los que,
según el proyecto, gozaban de esa situación; adornado incluso con una
alusión a las excedencias por interés particular, incluido el cuidado de
los niños, lo cual le da un cierto tono entrañable al objeto del
proyecto, e incluso adornado con la manifestación, absolutamente
gratuita, de que no hay pretendido interés de dañar gravemente a la
carrera de los jueces y magistrados que desempeñen cargos públicos. Pero,
sencillamente, señora ministra, lo que estamos haciendo con este proyecto
de ley es institucionalizar la presunción temporal de parcialidad de todo
juez y magistrado que actúe o que vaya a actuar políticamente. Lo que
hacemos es, pura y sencillamente, decirle a la ciudadanía que el hecho de
actuar políticamente y de participar en política desmerece cualquier
consideración y hay que tomar algunas prevenciones, porque parece ser que
es dejarse arrastrar por alguna no muy elogiosa pasión.
La exposición de motivos llega a más, y cuando se refiere a los cargos
públicos utiliza una terminología, pero al llegar a hablar de los
parlamentarios, Diputados, Senadores o miembros ni más ni menos que de
una corporación municipal, utiliza la expresión de que en ellos hace
falta tomar medidas precautorias por la máxima implicación en la lucha
política. Es muy pobre este sentido que tenemos de la participación
política. La participación política no es tomar partido. La participación
política, por lo menos para algunos de nosotros es, pura y sencillamente,
un intento de servir, quizá equivocados, al interés general. No es verdad
que quien participe políticamente per se tenga que perder objetividad,
que pierda preocupación por los intereses comunes de su ciudadanía, que
pierda imparcialidad e idoneidad, que sea un sectario en suma. Es más,
esta filosofía tiene que ser rotundamente rechazada, y tiene que ser
rotundamente rechazada porque, además, si fuera verdad explíqueme S. S.
por qué sólo por tres años. ¿Es que la contaminación es como una
determinada enfermedad contagiosa y sólo con pasar por la cámara de
descompresión de tres años se recupera la objetividad, se recupera la
imparcialidad, se recupera el buen criterio y se recupera el sentido de
independencia judicial? Si se pierde se ha perdido, porque es una cosa
que va íntegramente asociada al comportamiento humano y al criterio de
cada uno.
Por tanto, no entendemos, de verdad, seriamente, por qué se establece
esta limitación, limitación que, por mucho que diga el proyecto de ley,
pisotea el artículo 23 de la Constitución; ya no podemos hablar de
condiciones de igualdad. Si las consecuencias para unos determinados
profesionales por pasarse a la política, entre comillas, son tales que le
apartan de su propia profesión, no podemos hablar de la igualdad de
condiciones porque ninguna otra profesión está sometida a estas
limitaciones, y pisotea el artículo 14 porque establece una
discriminación. Restringe, como dice el informe del Consejo General del
Poder Judicial de forma muy acertada, el derecho de sufragio y, desde
luego, no estimula a la aportación de jueces y magistrados.
Yo creo, señora ministra, que si repasamos la historia de esta Cámara nos
acordaremos de jueces y magistrados que han ocupado estos bancos y que
dejaron una ejecutoria de trabajo serio y riguroso, y me estoy acordando
del señor Bolea Foradada y me estoy acordando de don Joaquín Navarro que
fueron ni más ni menos que magistrados que en esta sala dejaron
perfectamente claro cuál era su preocupación por el Derecho. Y no tenemos
por qué vernos privados de que magistrados y jueces puedan pasar por la
política.
Nosotros no tenemos --y nos tememos que se va a aprobar este proyecto de
ley y va a continuar su tramitación--
la fuerza parlamentaria necesaria para poder interponer el recurso de
inconstitucionalidad por el atentado gravísimo que este proyecto comete
con los artículos 23 y 14. Pero ya le anunciamos, para que no haya
posteriores sorpresas, que desde este momento procuraremos estar en
relación con el Defensor del Pueblo que, obviamente, está dando una
sensación de sensibilidad bastante importante y de cuya ejecutoria todos
nos tenemos que sentir satisfechos, para que nos eche una mano y tratar
de evitarlo.
Están ustedes pura y simplemente legislando desde la sospecha, legislando
desde el recelo y la cautela, y volcando sobre unos profesionales una
injusta especie de que en un momento determinado, porque participen en la
política, van a perder toda posibilidad de volver ni más ni menos que a
tratar de juzgar y ejecutar lo juzgado.
Es una ley que castiga y sanciona el derecho a participar políticamente,
pero a una profesión determinada. Porque resulta que si luego hay algún
juez o magistrado que se le ocurre abandonar la carrera, no para ir a la
vida política, sino para algo mucho peor, para entrar en un gran despacho
especialista en tráfico de influencias, puede volver tranquilamente
cuando le parezca conveniente a ser juez o magistrado. ¿Por qué? ¿Qué
pasa? ¿Qué han hecho los jueces y magistrados? ¿O qué está ocurriendo con
ciertos jueces y magistrados que merecen hoy, por razón de oportunismo,
legislar desde una actuación absolutamente rencorosa?
Si hemos de tomar cautelas acerca de lo que es el acceso a la Función
pública, empecemos a tomarla con algunos presidentes de consejos de
administración, que a lo mejor se sientan en estos bancos, y que si han
venido aquí no ha sido precisamente por servir al interés general, sino
clarísimamente para actuar como lobby. Además, es contradictorio, señora
ministra, y es contradictorio que, además, esta tesis de colocar la
sospecha sobre jueces y magistrados, porque actúan políticamente, la
vayan a tener ustedes y el Partido Socialista, que han nombrado
magistrados en los tribunales superiores de justicia por el turno
autonómico a gentes con carnet y por haber estado en la política.
Repasemos la lista de los magistrados que han sido elegidos por las
asambleas de las comunidades autónomas y los veremos con el carnet
abandonado al día siguiente. Es más, alguno de ellos al día siguiente de
ser nombrado magistrado ha sido ponente en un asunto en que ha tenido que
pronunciarse sobre el procesamiento de su contrario político del día
anterior. Si quieren ustedes podemos recordar lo que ha pasado en el
Tribunal Superior de Justicia de Andalucía y en el Tribunal Superior de
Justicia de Cantabria. Un poco de seriedad.
Es una ley que causa profundos daños de imagen y a las personas que
quieren participar políticamente. Y es una ley que, además, está tan mal
hecha que abre el portillo a los espabilados, porque como ya la sospecha
lleva hasta aquel que se presente y no salga elegido, resulta que algunos
pueden decir que se van a presentar para no ser elegidos, porque si no
salen elegidos van a estar tres años en el invernadero pero, eso sí,
cobrando todos los emolumentos. En todo caso no veo yo la razón por la
que el que es elegido va a tener que vivir exclusivamente de su sueldo
como funcionario público y el que no es elegido va a poder ni más ni
menos que disponer de un trienio sabático, que yo supongo que dedicará a
preparar las oposiciones a lo contencioso-administrativo, porque al
parecer algún día vamos a tener ya jueces de lo contencioso y nos hace
mucha falta.
Es una ley oportunista, señora ministra. Es una ley, quiero recordar, que
puede correr el mismo camino que otra que en esta Cámara se aprobó.
El señor VICEPRESIDENTE (Fernández-Miranda y Lozana): Señor Castellano,
le ruego vaya concluyendo.
El señor CASTELLANO CARDALLIAGUET: Voy acabando, señor Presidente, o por
lo menos lo voy a intentar.
Aquí un día se puso de acuerdo casi toda la Cámara e hicieron una ley, ni
más ni menos que en el Parador de Sigüenza, en virtud de la cual si se
trataba de proceder contra algún Diputado o Senador por algún atentado al
honor, la imagen o la intimidad, hacía falta un suplicatorio civil. ¿Se
acuerdan ustedes de esa ley patrocinada por don Gregorio Peces Barba?
Perdone que haga referencia a cuestiones personales. Yo vi que era
monstruosa y me opuse, y pertenecía al grupo que la promovía. Me opuse en
Ponencia, me opuse en Comisión, me opuse en Pleno y al final el Tribunal
Constitucional me dio la razón, porque era establecer un privilegio que
no tenía ninguna razón de ser. Estoy convencido que aquí el Tribunal
Constitucional nos dará la razón en su día, a través del Defensor del
Pueblo, porque es establecer una discriminación que no tiene ninguna
necesidad.
Se añade, es verdad, como ha dicho S. S., una nueva causa de recusación,
pero repasemos simplemente la literalidad de cómo se esboza: Cuando haya
podido formar criterio en detrimento de la debida imparcialidad sobre el
objeto del pleito, sobre las partes, sus representantes y sus asesores.
Estoy absolutamente de acuerdo con que todo aquel que haya podido formar
criterio en detrimento de la debida imparcialidad sobre el objeto del
pleito o las partes, sus representantes y asesores, debe ser recusado,
pero sólo se les ocurre a ustedes hablar de esta causa de recusación
cuando se trata de los que han ocupado cargos públicos. ¿No tenemos
bastante con el Instituto de la Recusación y de la Abstención? ¿Qué
necesidad tenemos? En primer lugar, porque nuestros magistrados y
nuestros jueces --yo así lo espero-- tienen sentido serio de lo que es su
obligación de abstenerse
y, si no, a través del mecanismo a probar --no a presumir, a probar--,
pero a probar concretamente, y podrán ser objeto de recusación.
Vamos a hacer, señor Presidente, una afirmación final. Bastaría y
sobraría, frente a este proyecto de ley, señora ministro, que debe ser
retirado --yo estoy absolutamente seguro de que la he convencido, lo que
pasa es que la fuerza de las cosas no le va a permitir decir que da
marcha atrás--, bastaría, repito, pura y sencillamente, que
estableciéramos algo tan concreto como que todo aquel que quiera
participar en la vida política participe libremente; cuando vuelva a la
carrera judicial, que no se le reserve la plaza, que vuelva a concursar,
que vuelva tranquilamente a concursar, así no volverá a la plaza que
tenía. Esto es mucho más lógico, en beneficio de él y en beneficio de
otros que podrían ocuparla, pero no la reserva de plaza. Bastaría, pura y
sencillamente, que al que vuelva a concursar y se le adjudique el puesto
de trabajo que tenga por conveniente, bien sea jurisdiccional o no, si es
jurisdiccional se le aplique el sistema, perfectamente tasado, de lo que
son las abstenciones y las recusaciones.
Cuando vi por primera vez la ley y vi que se mezclaba la nulidad de
actuaciones con esta actitud represiva contra los jueces y magistrados,
pensé que era una ley en la que se estaban mezclando las churras con las
merinas, pero, después de habérmela estudiado, he visto que no, que lo
que se están mezclando son los churros, porque es un auténtico churro,
con las porras, porque es absolutamente represiva y, por lo tanto,
indigerible.
Muchas gracias. (Aplausos en los bancos del Grupo Federal de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya.)
El señor VICEPRESIDENTE (Fernández-Miranda y Lozana): Muchas gracias,
señor Castellano.
Se suspende la sesión hasta las cuatro de la tarde.
Eran las dos y treinta minutos de la tarde.
Se reanuda la sesión a las cuatro y cinco minutos de la tarde.
El señor VICEPRESIDENTE (Fernández-Miranda y Lozana): Señorías, se
reanuda la sesión.
Para la defensa de la enmienda a la totalidad presentada por el Grupo
Parlamentario Socialista, tiene la palabra el señor Jover Presa.
El señor JOVER PRESA: Señor Presidente, señoras y señores Diputados, son
varias las razones que ha considerado mi grupo para presentar esta
enmienda a la totalidad; algunas de ellas --lo reconozco-- meramente
coyunturales, como la perplejidad que nos produce el hecho de que, en un
momento en el que hay tantos temas importantes, en el ámbito de la
justicia, que requiren un tratamiento legislativo urgente, el primer
proyecto de ley que el nuevo Gobierno envíe a esta Cámara sea una reforma
no ya parcial de la Ley Orgánica del Poder Judicial, sino limitadísima,
con solamente cuatro artículos muy concretos y que se reduce a dar una
regulación a dos aspectos que además no tienen ninguna conexión entre sí,
cuales son la recuperación del incidente de nulidad de actuaciones y
algunas nuevas regulaciones sobre situaciones adminsitrativas de jueces y
magistrados. Mientras tanto, transcurridos ya más o menos seis meses
desde la toma de posesión del actual Gobierno, aún estamos a la espera,
por ejemplo, del proyecto de ley reguladora de la jurisdicción
contencioso- administrativa, que es un proyecto de ley importantísimo,
urgentísimo, para lo que no existen, creo yo, razones de prórroga, porque
ya esta Cámara, en la legislatura pasada, se pronuncio de forma yo diría
consensuada, según un informe de ponencia. Estamos a la espera de la
reforma procesal civil, respecto a la cual hace ya por lo menos un año
que existen textos a nivel de anteproyecto; a la espera de la ley penal
juvenil; de la ley concursal, tantas veces citada. Esperemos que al menos
este debate sirva para que el Gobierno acelere sus obligaciones en esta
materia.
También debo reconocer --y en esto coincido con lo que decía
anteriormente el señor Castellano-- que la lectura del informe que ha
elaborado el Consejo General del Poder Judicial en relación con este
proyecto ha reforzado y ha confirmado la idea que ya teníamos de
presentar una enmienda a la totalidad. Porque lo cierto es que es un
informe crítico, muy crítico, yo diría que de los informes más críticos
que he podido leer en los últimos años, por parte del Consejo, respecto a
proyectos de ley. Es verdad que posteriormente ha habido algunos informes
aun más negativos sobre otros proyectos, es verdad, pero, en todo caso,
éste ya lo es bastante. No hace falta tener grandes dotes de
interpretación para darse cuenta de que lo que se ve en ese informe es
una clara preocupación por las consecuencias negativas -y digo esto,
consecuencias negativas- que pueden resultar de la aprobación del
proyecto, tanto por lo que se refiere a la nueva regulación del incidente
de nulidad de actuaciones como a la regulación de las actuaciones
administrativas de jueces y magistrados. Además, para cada uno de estos
casos el informe prevé soluciones alternativas, prevé propuestas
cautelares y modificaciones sustanciales.
Lo más llamativo de este informe es que ustedes lo han ignorado
plenamente. No han considerado oportuno incorporar ni una sola de las
sugerencias que a este proyecto hacía el Consejo General, ni siquiera en
los aspectos más técnicos. Porque quiero recordar, por ejemplo, que,
respecto al incidente de nulidad de actuaciones, que no es un tema
político, que es un tema en el que nos podríamos poner todos más o menos
de acuerdo, sobre el que el Consejo dice cosas muy razonables y hacía, si
no me equivoco, hasta ocho propuestas
cautelares, ni una sola hemos visto incorporada al proyecto.
Esto por parte de un Gobierno que, en el momento de su constitución,
anunció el compromiso de reforzar el papel del Consejo General. Hoy, la
señora Ministra lo ha vuelto a repetir, ha vuelto a repetir el compromiso
de reforzar el papel, el protagonismo del Consejo General del Poder
Judicial. No es un buen comienzo. Esto se demuestra con hechos, no con
palabras. Y, de momento, ustedes no han demostrado con estos hechos que
están dispuestos a tener en cuenta al menos algo de lo que dice el
Consejo General del Poder Judicial respecto a temas que le afectan
directamente.
En todo caso, señor Presidente, la motivación directa y afectiva de
nuestra enmienda no está aquí. Nosotros enmendamos a la totalidad este
proyecto por su contenido, porque no nos gusta, porque no estamos
prácticamente de acuerdo con nada de lo que ustedes nos proponen,
prácticamente con nada.
Cuando empezamos a trabajar en el articulado, nos salían enmiendas a
todos y cada uno de los artículos. Como, además, consideramos que ésta es
una buena ocasión para ampliar la reforma que ustedes traen con este
proyecto a otros temas de la propia Ley orgánica que están conexos con el
objeto del proyecto, porque se refieren al estatuto judicial de los
jueces y magistrados, concretamente a temas relacionados con el estatuto
judicial de los magistrados del Tribunal Supremo y con una nueva
regulación en las normas de acceso a los cuerpos de secretarios
judiciales, la realidad es que la enmienda a la totalidad venía casi
obligada.
Dicho esto, señor Presidente, quiero insistir en una cuestión que se
desprende claramente del contenido de esta enmienda. Nosotros no
propugnamos la devolución del proyecto al Gobierno. Nosotros no negamos
la conveniencia de reformar o, cuando menos, de debatir algunos aspectos
relacionados con las garantías de independencia e imparcialidad de jueces
y magistrados. Sobre todo, estamos de acuerdo en que es urgente reformar
el instituto de abstenciones y recusaciones que tenemos actualmente,
porque está claro, lo ha demostrado la experiencia, que es insuficiente.
Es más, nosotros coincidimos plenamente con el que dice ser el objetivo
central del proyecto, que es --leo textualmente la exposición de
motivos-- reforzar la protección de los valores de independencia e
imparcialidad en el ejercicio de la jurisdicción consagrados por la
Constitución. Yo añado: consagrados por todo el resto del ordenamiento
jurídico y aceptados plenamente por todos. Lo que sucede es que,
lamentándolo mucho --ya lo decía antes--, nosotros no podemos estar de
acuerdo con la regulación propuesta por ustedes. No podemos estar de
acuerdo con el contenido del proyecto ni con las fórmulas utilizadas.
Por referirme ya más concretamente a lo que es el contenido central del
proyecto, la nueva regulación de las estructuras administrativas de
jueces y magistrados, nosotros consideramos que se dan soluciones que en
absoluto son adecuadas para avanzar en la consecución de estos objetivos,
que probablemente en nada o en muy poco van a ayudar a ello, y --esto es
más grave-- que no son en absoluto proporcionadas para perseguir los
fines que pretenden; que su aplicación creará, sin duda, mayores
problemas que los que pretende solucionar. Vamos por partes y veremos
cómo nuestra enmienda a la totalidad intenta enfrentarse con esta
situación.
Diré muy poco sobre el artículo 240 de la Ley Orgánica del Poder Judicial
que propone reformar, incidente de nulidad de actuaciones. Entendemos que
se trata de un incidente de nulidad de actuaciones en cuanto a sentencias
definitivamente ejecutadas, según lo que ha dicho el Tribunal
Constitucional, porque si no fuera así, ya existen actualmente otros
medios; ya, el juez, incluso en fase de ejecución, de oficio, puede
anular las actuaciones. Sentencias definitivamente ejecutadas.
No voy a insistir mucho en este tema, señor Presidente, señoras y señores
Diputados, porque asumo plenamente todo lo que ha dicho anteriormente el
señor Castellano. Hago mías todas sus argumentaciones y no vale la pena
que insista más en ello. Solamente diré que éste es un tema muy debatido
doctrinalmente, no resuelto en absoluto por la doctrina; es más, es un
tema nada pacífico. Si no me equivoco, solamente algunos sectores de la
doctrina procesalista se puede decir que se decantan claramente por una
solución como la que incorpora el proyecto. He leído muchos otros
artículos, muchas otras intervenciones que avisan sobre los grandes
peligros que puede comportar un incidente de este tipo. En nuestra
opinión, señor Presidente, esto es algo que en su día deberá ser resuelto
en el marco de una reforma más amplia, en el marco del desarrollo del
artículo 53.2 de la Constitución, a lo que también se ha comprometido el
Gobierno.
Es verdad que nosotros tenemos una ley, la Ley 62/1978, que establece una
garantía contencioso-administrativa para la protección preferente y
sumaria de los derechos fundamentales, que está muy bien, pero, en
cambio, todavía está por desarrollar el procedimiento preferente y
sumario que sirva para proteger los derechos fundamentales cuando la
vulneración proceda del propio órgano jurisdiccional.
Pues bien, cuando llegue este proyecto, que yo espero que llegue pronto,
tendremos ocasión de discutir estos temas y ahí quizás sí que será
conveniente dar una solución al problema de la nulidad de actuaciones y
sobre todo al problema de la evidente aglomeración de casos, de recursos
de amparo que llegan ante el Tribunal Constitucional, por la no
suficiente regulación de esta cuestión.
Y vamos ya al fondo de la cuestión: Situaciones administrativas en la
carrera judicial. El proyecto, ya se ha explicado antes, propone una
reforma importante.
Básicamente significa que los jueces y magistrados que pretendan optar o
que alcancen cargos, ya sean de representación (Diputados, Senadores,
parlamentarios autonómicos, corporaciones locales), ya sean de confianza
política, en lugar de pasar a la situación de servicios especiales, como
sucede con todos los demás funcionarios, pasarán a una situación de
excedencia voluntaria, que, como sabemos, no comporta reserva de plaza,
ni ningún tipo de derechos económicos ni de derechos a efectos de
ascensos, antigüedad o derechos pasivos --para algunos, porque ya vemos
que el proyecto hace aquí una cierta división muy interesante, a la que
me referiré más adelante--, y después, dice el proyecto, cuando cesen en
este cargo, tres años de excedencia forzosa. A nosotros nos parece que
esto es un disparate, que es una promoción disparatada. Quizás la palabra
sea muy fuerte, pero con ella expreso mi opinión.
Para empezar, es una regulación que parece estar abriendo una puerta al
fraude de ley. No lo digo yo, lo ha dicho el Consejo General del Poder
Judicial. Porque esta regulación puede provocar, leo textualmente,
candidaturas puramente instrumentales o de conveniencia, destinadas en
exclusiva a obtener determinadas situaciones individuales, personalmente
más ventajosas, que los candidatos no alcanzarían por otros medios. Es
verdad. Con este artículo, la puerta abierta al fraude de ley está muy
clara; parece que se esté animando. Cualquier juez o magistrado que, por
cualquier razón, desee llegar a la situación administrativa de excedencia
forzosa y que no la puede conseguir, obviamente, porque sólo se consigue
cuando la plaza desaparece, ya lo tiene muy fácil. Le basta con conseguir
figurar en una candidatura, no ya de partido político, es igual, de una
agrupación de electores; no ya en elecciones generales o autonómicas, en
las elecciones de cualquiera de los 9.000 municipios de España. Es más,
ni siquiera en un puesto para salir; no, sobre todo eso, sobre todo en un
puesto que no sea para salir. Con esto solamente, tres años de excedencia
forzosa, tres años de vacaciones pagadas. Porque, para los que no lo
sepan, les diré que, en la carrera judicial, la excedencia forzosa
implica plenos derechos económicos. Como aquí ha dicho el señor
Castellano, no un año sabático, que tanto nos gusta a los universitarios,
un trienio sabático, durante el cual, además, se puede hacer lo que se
quiera, porque la excedencia forzosa no implica ningún tipo de
limitaciones respecto a la actuación posterior. Yo creo que eso ya, de
entrada, es una auténtica barbaridad y que tendría que ser reformado
desde cualquier perspectiva, no ya sólo política.
Además, yendo a la cuestión más directa, señor Presidente, estamos
hablando de derechos fundamentales, estamos hablando del derecho
fundamental, recogido en el artículo 23 de nuestra Constitución, de
acceso a cargos y funciones públicas; no estamos hablando de cualquier
cosa. Estamos hablando de derechos fundamentales, de los derechos que
están en el núcleo duro de nuestra Constitución, en el capítulo segundo,
sección 1ª, y lo que resulta es que toda esta regulación, ya se ha dicho,
coincido con ello, es una restricción excesiva, absolutamente
innecesaria, de este derecho fundamental, y sobre todo es una restricción
desproporcionada, totalmente desproporcionada. Porque los fines que
pretende alcanzar, y yo estoy de acuerdo con ellos, se podrían conseguir
perfectamente con medios mucho menos gravosos para la efectividad de este
derecho fundamental.
Yo no voy a llegar a decir que éste es un problema de
inconstitucionalidad, no me atrevería a tanto, pero ciertamente estamos
bordeándola, porque todos sabemos que la Constitución nos dice que los
derechos fundamentales solamente se regulan por ley orgánica, que en todo
caso deberá respetar su contenido esencial. Y aquí estamos bordeando
estos problemas.
La realidad es que lo que se desprende de esta regulación --y en eso
coincido con lo que decía el señor Castellano y también con la motivación
de algunas enmiendas parciales que han presentado otros grupos--, se
quiera reconocer o no, es una concepción profundamente conservadora de lo
que significa el ejercicio de cargos públicos representativos, porque se
desprende la idea, la concepción de que la persona que ha desempeñado
temporalmente uno de estos cargos queda irremisiblemente contaminada,
infectada, por así decirlo, de tal forma que pierde toda posibilidad, en
cualquier circunstancia y de forma general, de actuar con imparcialidad
en el ejercicio de la función jurisdiccional. Eso, así, con esta
generalidad, con esta amplitud, sin prever las diferentes posibilidades
que puede haber, es una barbaridad.
En primer lugar, comporta un perjuicio absolutamente inaceptable en
cuanto a lo que significa el ejercicio de cargos públicos, de cargos
públicos representativos, por ejemplo, que son tan legítimos como
cualquier otro y que en absoluto se entiende que puedan significar
ninguna contaminación ni nada parecido.
Además, lo que hace el proyecto es equiparar condiciones y situaciones
que son muy diferentes en la práctica, que son tremendamente diferentes.
¿Ustedes me pueden decir, por ejemplo, en qué afecta, en qué puede
afectar a la imparcialidad del juez, haber desempeñado durante unos años
el cargo de concejal de cultura en el Ayuntamiento de Sant Celoni, si
después va a ejercer como juez a lo mejor en otra provincia, incluso en
otro municipio? ¿En qué afecta eso a su imparcialidad? Creo que en nada.
¿Ustedes me pueden decir, por ejemplo, que podemos incluir en el mismo
saco, a efectos de considerar los problemas que pueden surgir de
imparcialidad después cuando hay reingreso en la carrera judicial,
destinos en la Audiencia Nacional, en el Tribunal Supremo, y equipararlos
al de juez de primera instancia de Minglanilla
o al juzgado número 10 de lo social de Sevilla? ¿Qué tiene que ver esto
después en función de lo que se vaya a hacer para afectar a la
imparcialidad? Yo pienso que nada, y esta generalización es lo que
nosotros pensamos que es tremendamente abusiva.
Y, manteniéndose durante tres años en excedencia forzosa, en estas
auténticas, digamos, vacaciones pagadas, ¿ya resulta que hay una
descontaminación? ¿Por qué tres años y no dos, o uno, o cuatro, o cinco?
Sobre todo, ¿qué pasa durante estos tres años? ¿No hay contaminación
durante esos tres años? Porque ese juez o magistrado durante los tres
años que tiene excedencia forzosa puede dedicarse a lo que quiera, puede
montar un gran despacho, puede hacer consultorías, puede hacer todo tipo
de actividades privadas. Esto no contamina. Contamina solamente el cargo
público; las actividades privadas, no.
Señor Presidente, nosotros en absoluto podemos estar de acuerdo con esta
concepción y, por tanto, nuestras enmiendas en este sentido están muy
claras.
¿Qué es lo que nosotros proponemos? Es bastante sencillo. A nuestro modo
de ver, los problemas que a ustedes tanto les preocupan, y a nosotros
también, pueden resolverse mediante soluciones mucho menos gravosas,
sobre todo para el derecho fundamental de acceso a cargos y funciones
públicas. Porque estos son problemas que en realidad hacen referencia no
tanto a la imparcialidad objetiva y estructural, a la que se refiere a la
independencia del órgano jurisdiccional como tal, sino más bien a la
imparcialidad subjetiva,...
El señor VICEPRESIDENTE (Fernández-Miranda y Lozana): Señor Jover, le
ruego que vaya concluyendo.
El señor JOVER PRESA: Concluyo, señor Presidente.
Decía que estos problemas afectan más bien a la imparcialidad subjetiva,
a aquélla que afecte más directamente a la persona titular del órgano.
Por tanto, estos problemas afectan no ya solamente a la imparcialidad
como tal, sino también a la apariencia de imparcialidad.
Pues bien, nosotros entendemos que estos problemas pueden resolverse, y
en eso no tenemos más que reproducir lo que dice el informe del Consejo
General del Poder Judicial, a través de vías mucho más sencillas y mucho
menos gravosas. Leo textualmente. Dice el Consejo que tanto nuestro
Tribunal Constitucional como el Tribunal Europeo de Derechos Humanos,
rehuyendo las afirmaciones generales y abstractas, se orientan a que la
concurrencia del requisito de imparcialidad en el juez o tribunal debe
ser apreciado a la vista de las concretas circunstancias del caso objeto
de enjuiciamiento. Estamos fundamentalmente ante un problema de
abstenciones y recusaciones y es desde esta perspectiva desde la que
tenemos que ver este hecho. Y esto es lo que hacen nuestras enmiendas,
señor Presidente.
Nosotros, en este aspecto, vamos mucho más allá que el proyecto. Estamos
de acuerdo en que se ha de regular a fondo el instituto de abstención y
recusación, pero más. Nuestra enmienda es más estricta en esto, es más
exigente que el proyecto, puesto que la propuesta que nosotros hacemos de
reforma de los artículos 219 y 220 de la Ley Orgánica del Poder Judicial,
por una parte, incluye, en la causa octava del artículo 219, la amistad
íntima y enemistad manifiesta, no solamente con las partes, sino también
con sus asesores y representantes.
Y, después, por lo que se refiere a la nueva causa de recusación
duodécima, en el artículo 220, nosotros entendemos que se ha de incluir
no solamente haber ocupado puesto político y administrativo --añadimos
nosotros--, sino también --y en esto seguimos alguna propuesta del
Consejo General-- haber participado en el debate público, en el proceso
de formación de la opinión pública, de tal manera que se expresen
opiniones que posteriormente pueden acabar afectando al sentido de su
resolución.
Esta es básicamente, señor Presidente, la idea que nosotros tenemos.
Podría continuar hablando de muchas más cosas, pero, como veo que el
tiempo se me acaba, esperaré para una segunda ocasión en la réplica.
Nada más, señor Presidente.
Muchas gracias. (Varios señores Diputados: ¡Muy bien!--Aplausos) El señor
VICEPRESIDENTE (Fernández-Miranda y Lozana): Muchas gracias, señor Jover.
¿Turno en contra? (Pausa.) En nombre del Grupo Parlamentario Popular,
tiene la palabra el señor Ollero.
El señor OLLERO TASSARA: Señor Presidente, señorías, es una gran
satisfacción para este Diputado poder intervenir en defensa de un
proyecto que responde de manera clara no sólo al programa electoral del
partido, sino al propio debate de investidura que en su día consiguió el
apoyo de la mayoría de esta Cámara. En su discurso, el actual Presidente
del Gobierno afirmó --y hoy se cumple-- que el Gobierno promovería la
reforma legal oportuna para establecer un período de espera de aquellos
jueces y magistrados que hubieran desempeñado un cargo político antes de
que pudieran retornar al ejercicio jurisdiccional. Hoy se cumple esa
promesa y es una gran satisfacción, en nombre del Grupo Popular, poder
constatarlo así.
Y nos encontramos ante dos enmiendas a la totalidad, género parlamentario
que puede responder a muy diversos planteamientos. Una enmienda de
totalidad puede ser expresión de una coherente discrepancia total --lo
que podríamos llamar la ratio de un proyecto, y así entendemos que ocurre
en la primera de las que se han defendido-- o puede ser una ocasión de
instrumentalizar
un trámite parlamentario aprovechando la oportunidad o cayendo de manera
indisimulada en el oportunismo para presentar un pintoresco texto
alternativo.
En este caso no se trata de intentar resolver de otra manera las mismas
cuestiones planteadas, sino de montar una operación Pisuerga, en la cual
ustedes acaban hablando de unas cuestiones tan poco defendibles que quien
ha salido a la tribuna a defenderlas ni las ha mencionado prácticamente,
a pesar de que cuando uno hace una enmienda de totalidad, señor Jover,
con texto alternativo, se ve obligado a defender su texto alternativo.
Porque en eso consiste la enmienda, no en decir que el proyecto es malo.
Si se hace sólo una enmienda a la totalidad, eso es lo que hay que hacer,
pero si presenta un texto alternativo, que en el fondo es una proposición
de ley encubierta, usted tiene que defenderlo, si es que tiene defensa.
Entiendo que no tiene defensa y, la verdad, comparto su actitud.
Voy, por tanto, a la primera de las dos enmiendas que se han presentado,
la de Izquierda Unida, que, desde luego, a nuestro grupo no le produce
ninguna extrañeza viniendo del grupo del que viene y menos todavía
habiendo sido quien ha sido el portavoz de ese grupo hoy, alguien que,
por no traicionar sus convicciones, se vio obligado a cambiar de partido,
sigue fiel a esas convicciones y las sigue defendiendo igual que las
defendió hace muchos años. (Rumores.) Desde la óptica de ese grupo y de
ese portavoz (Rumores.) se consideran injustificadas ... Es que cuando se
apela a la historia, escuece, pero es la verdad. (Rumores y aplausos.)
Decía que se opina que hay unas dificultades injustificadas para los
jueces y magistrados en el ejercicio de su función. Yo quiero recordar
que hace ya muchos años, el 8 de junio de 1978, ese mismo portavoz
defendía las mismas cosas aquí mismo y creo que es bueno recordarlo,
porque es un espectáculo que no se da siempre. Decía entonces, el 8 de
junio de 1978, el señor Castellano: No podemos jamás confundir la
independencia de la función judicial con la apoliticidad de las personas.
Y añadía que el intento que había en los constituyentes de establecer que
los jueces y magistrados no podían ser militantes de partidos políticos y
sindicatos, sembraba suspicacias --hoy, dicho sea en su honor, casi ha
repetido sus palabras-- al dar por sentado que la pertenencia a un
partido político y la asunción de un ideario iba a llevar inequívocamente
a una posible parcialidad. Es más, luego preguntaba: ¿Por qué no pedimos
en esta Constitución que se prohiba la pertenencia a partidos políticos a
los delegados de Hacienda? De esto, como digo, hace dieciocho años.
El señor Castellano entonces, y ahora, se negaba a distinguir entre
independencia e imparcialidad subjetiva de un juez en cuanto persona y
ciudadano e independencia e imparcialidad objetiva, de la que, por
cierto, no sólo ha hablado con largueza el Tribunal Europeo de Derecho
Humanos, sino el propio informe del Consejo General del Poder Judicial,
tantas veces citado, que recuerda cómo la confianza que en una sociedad
democrática deposita la sociedad en la imparcialidad de su Administración
de Justicia lleva a tener en cuenta incluso las apariencias que puedan
revestir importancia, ya que no sólo debe hacerse justicia, sino también
parecer que así se hace efectivamente. Don Pablo Castellano, muy
legítimamente, no comparte esa postura, nunca la ha compartido. Por eso,
hoy, fiel a sus convicciones, sigue diciendo lo que decía hace dieciocho
años. Sin embargo, nosotros entendemos que, así como la política es una
noble actividad, como aquí se ha defendido --y prueba de ello es que
estamos todos aquí, si no, no estaríamos--, también está claro que hay un
tipo de política, la política de partido, que se caracteriza
legítimamente por su parcialidad, y la función judicial se caracteriza
esencialmente por su imparcialidad y por la apariencia que de ella se
debe trasmitir. Ese es el sentido del proyecto, que el señor Castellano
no comparte, nunca lo ha compartido, aunque él mismo reconocía en aquel
debate que algo ocurría cuando admitía que, para evitar todo tipo de
recelo, podría ser conveniente que no se actuase públicamente en el
ejercicio político.
Yo le quiero recordar, señor Castellano, que en elecciones no muy lejanas
aquí ha habido jueces que no es que hayan actuado en actos públicos, es
que han ido en lugares destacados de candidaturas en listas cerradas como
símbolo de la regeneración de un partido que, consciente de su
desprestigio, dice públicamente: Miren ustedes si ahora vamos a ser de
fiar que éste no es del partido, pero no sólo no es del partido, no es ni
político, es juez. ¿Usted cree que los jueces deben servir para eso? ¿Que
deben servir para ocultar determinadas situaciones calamitosas de un
partido? Para eso han servido, y eso afecta a la imparcialidad de la
tarea de un juez.
En todo caso, señor Castellano, el debate quedó zanjado. Lo que usted
decía hace dieciocho años, por ejemplo, que las medidas hoy recogidas en
el artículo 127.1 de la Constitución afectaban a lo que hoy serían los
artículos 14 y 16 de la Constitución, ha quedado claro que no es así,
porque el debate se zanjó como se zanjó. Su señoría podía decir entonces
que era evidente que no podíamos prohibir a ningún miembro de la carrera
judicial el pertenecer a un partido político. Hoy es evidente que sí lo
podemos prohibir, está prohibido, aunque algunos no se han enterado, como
veremos a continuación. Por tanto, señor Castellano, su coherencia en la
defensa de sus convicciones es digna de admiración, pero reconózcame que
ese debate se zanjó hace tiempo.
De lo que se trata no es de poner dificultades a nadie, sino de
neutralizar determinadas facilidades. Aquí ya se ha dicho que, hoy día,
un juez, en el fondo, como todo funcionario --podríamos contar los
funcionarios
que estamos aquí, lo cual, sin duda, tiene una ventaja, porque, si no, a
lo mejor sólo podrían estar aquí los que tuvieran dinero para poderse
permitir ciertas cosas--, con el régimen que hasta ahora se ha llevado a
la práctica, se mete en la política, en política de partido como bandera
de una campaña electoral, que, como es lógico, es donde más se marca la
parcialidad, se le reserva la plaza y le cuenta como antigüedad en el
cuerpo --ha habido jueces del Partido Socialista que han ascendido a
magistrados del Tribunal Supremo por la antigüedad en el desempeño de
cargos políticos--, cuestiones que, dicho sea de paso, sus compañeros no
consideran muy profesionales. Con eso es con lo que se trata de acabar,
matizándolo y haciendo que las consecuencias sean distintas.
El texto de su enmienda a la totalidad dice que ya hay un
condicionamiento constitucional. En efecto, lo que queremos es que sea
real, que no haya un fraude a la Constitución, que es mucho más peligroso
que un fraude a la ley, señor Jover. Nos tememos que lo está habiendo y
el ciudadano lo está sufriendo, porque no entiende determinadas
situaciones. ¿Y por qué tres años? Pues mire, porque la apariencia tiene
una capacidad de retención en la memoria de los ciudadanos.
Evidentemente, podían ser cinco o cuatro y medio; propóngalo usted y, a
lo mejor, lo estudiamos, pero lo que es indudable es que la apariencia
deja una secuela y hace que el que ha aparecido como paladín de un
partido difícilmente luego puede parecer imparcial y es muy importante
que lo parezca.
En cuanto al otro punto, señor Castellano, el problema de la unidad de
actuaciones es un problema perentorio, por supuesto que sí; es un
problema que ha justificado incluso que las salas del Tribunal
Constitucional planteen una cuestión de constitucionalidad sobre este
artículo ante el pleno, cosa que, como S. S. sabe, ocurre muy rara vez;
ha justificado que el Consejo General del Poder Judicial --al que aquí se
ha citado en términos tan elogiosos, una y otra vez, como merecidos--, en
1992 y en 1993, haya pedido que se aborde la reforma de esta cuestión; ha
justificado que venga una reforma a esta Cámara del Partido Socialista,
entonces en el Gobierno; y ha justificado, como ahora veremos, que haya
incluso una proposición de ley del Partido Socialista en esta Cámara
sobre esto mismo.
Dice S. S. que se podría solucionar por recurso ordinario. No, porque
estamos hablando de sentencias irrecurribles, por tanto, por definición
no se pude solucionar por recurso ordinario, salvo que S. S. entienda que
alguna de las partes podía haber utilizado recursos anteriores, y no lo
hizo por falta de diligencia. Es un juicio que quizá no siempre sea tan
fácil de constatar, y, por supuesto, luego habrá recurso de amparo.
Paso a ese texto alternativo que el señor Jover no se ha atrevido a
defender, pero no sólo él; no se ha atrevido a defenderlo tampoco el
señor Belloch --al que en este momento no veo en la sala--; ni se ha
atrevido a defenderlo la señora Fernández de la Vega, sin duda por mover
el banquillo. No porque S. S. no esté a la altura del proyecto, ya que S.
S. está muy por encima de este proyecto, dicho sea en su favor.
Estoy seguro de que determinados artículos de este proyecto, S. S., que
sabe de Derecho constitucional, jamás los hubiera puesto encima de esta
mesa porque son un baldón para esta Cámara. El oportunismo les ha cegado
a ustedes hasta el extremo de que, puestos a equiparar a los magistrados
del Tribunal Supremo, por los que de pronto sienten un arrebatado amor,
ustedes han puesto en una enmienda que un magistrado del Tribunal Supremo
no puede ocupar cargos de dirección en un partido político ni en un
sindicato. Señor Jover, usted sabe --los demás por lo visto, no-- que el
artículo 127 de la Constitución dice que no es que no pueda ocupar un
cargo directivo, es que no puede ser militante de un partido ni de un
sindicato. Quizás ustedes ya están pensando en su partido, en tener
directivos que no sean ni del partido. !Así están ya! A lo mejor, ése es
el problema y por eso han puesto esa condición ahí. El asunto clama al
cielo realmente: que haya podido pasar por el control de un grupo
parlamentario y que esté registrado en este momento que ustedes no saben
que los magistrados del Supremo no pueden ser militantes de un partido
político ni de un sindicato. !Realmente clamoroso!
Este texto alternativo me recuerda la situación que viví en Louisiana.
Allí hay una técnica muy original para conseguir que un proyecto vaya
rápido evitando trámites, que es coger un proyecto que ya hay y cambiarle
todos los artículos. Yo recuerdo que había uno sobre la bandera y el
respeto a la bandera norteamericana y un grupo pro-choice, en relación al
aborto, lo cambió totalmente para convertirlo en una profesión de ley
sobre ese particular. Ustedes han hecho eso mismo con los magistrados del
Tribunal Supremo. Si no he entendido mal, señor Jover, si usted dice que
las prioridades del Gobierno se miden por lo que consta en este proyecto,
habrá que entender que las prioridades de la oposición se miden por lo
que han puesto en el texto alternativo. Por lo visto, el problema más
grave que tiene en este momento la Justicia es la situación de los
magistrados del Tribunal Supremo, su consideración y su retribución.
Ustedes tendrán razones para defender eso y usted tiene un turno ahora
para explicarme aquí y a mi grupo también por qué hoy el problema más
grave de la justicia en España es el tratamiento de los magistrados del
Tribunal Supremo y su retribución. Suba aquí y explique por qué el
problema más grave es que se suba en un 44,69 por ciento las
retribuciones de los magistrados del Tribunal Supremo; suba aquí y
explíquelo porque, sin duda, usted tiene dotes oratorias para eso y para
mucho más. Yo no me voy a molestar ni siquiera en argumentar.
Sí voy a recordar --porque aquí hablar, habla mucha gente-- que el mismo
día que hablaba don Pablo Castellano, el 8 de junio de 1978, ¡fíjese qué
casualidad!, hablaba en esta misma tribuna don Gregorio Peces-Barba.
¿Sabe usted de qué hablaba? No se lo va a creer. Hablaba de los
magistrados del Tribunal Supremo. Fíjese usted lo que decía de los
magistrados del Tribunal Supremo el señor Peces-Barba, proponiendo que
los miembros del Consejo General del Poder Judicial fueran 20 y no 15
--que así fueron en efecto-- para que los jueces y magistrados, que iban
a ser elegidos por jueces --por cierto, decía él que iban a ser elegidos
por jueces--, lo fuesen en las diversas categorías: «Con ello se evita la
posible inercia o la posible determinación por la ley de que fueran
miembros de los sectores superiores, magistrados del Tribunal Supremo,
los que obtuviesen la representación de sus compañeros como cierta
interpretación conservadora, que se sostiene según nuestras noticias en
algunas altas cúpulas de la Magistratura» --precisamente esas altas
cúpulas--, «defiende.»
Hace dieciocho años, ustedes estaban asustados ante la posibilidad de que
la cúpula de la Magistratura pudiera gobernar el Consejo General del
Poder Judicial, y hoy vienen aquí y ponen al Tribunal Supremo por encima
de la cúpula, porque lo sustraen al gobierno del Consejo General del
Poder Judicial. Venga aquí y explíqueme en qué les gobierna el Consejo.
(Aplausos.) !Sí señores, así es! La señora Amador, como no sabe de esto,
se asombra. (Rumores.) Se lo explico, señora Amador. Usted sabe que el
proyecto dice que, ope legis --¿sabe S. S. lo que es ope legis?--, el
Tribunal Supremo se convierte en algo similar al Tribunal Constitucional
en el sentido de que tiene autonomía presupuestaria ¿Usted sabe que ahora
hay un órgano judicial con autonomía presupuestaria? Lo dice aquí, señor
Jover (mostrando un documento a la Cámara.) Léalo. Es que usted no ha
leído el texto porque empezó a leerlo y no fue capaz de seguir, pero lo
dice. !Claro que lo dice! (Aplausos.) Un órgano judicial con autonomía
presupuestaria. !Lo que nos faltaba!
Señor Jover, al hacer la Constitución --que se hizo entre todos-- hubo
determinadas opciones. Hubo una opción por un Tribunal Constitucional que
hiciera un control de constitucionalidad concentrado. Podía haberse
diseñado perfectamente un control de constitucionalidad difuso y S. S.,
que es experto, sabe que eso significaría que el Tribunal Supremo sería a
la vez Constitucional. No se quiso hacer así y, desde ese momento, el
Tribunal Constitucional está por encima de este poder, que es el primero
de los poderes del Estado, aunque a algunos se les olvide, por encima del
Ejecutivo y por encima del Judicial. Por supuesto que sí,
inevitablemente. Y no habrá manera de ponerlos al mismo nivel. Nunca, y
menos con argumentos tan pobres como los que manejan aquí. Porque el
Tribunal Supremo no se ocupa de la igualdad en la aplicación de la ley.
No hace falta haber escrito un libro sobre eso --como modestamente he
hecho-- para saber que no tiene nada que ver la igualdad en la aplicación
de la ley con el Tribunal Supremo. La igualdad en la aplicación de la ley
sólo afecta al mismo órgano judicial respecto a sus resoluciones, por
tanto, ningún órgano judicial está condicionado por el Tribunal Supremo a
la hora de respetar el principio de igualdad en la aplicación de la ley
que le obliga a respetar sus decisiones, no las del Supremo.
Otra cosa es la consecuencia que tiene el recurso de casación para
unificar doctrinas. No tiene nada que ver. El que ha escrito eso no tiene
ni idea. Ya sé que no ha sido usted, eso le salva. (Rumores.) Como usted
sabe, señor Jover, porque es catalán, en las comunidades autónomas con
Derecho propio hacen la casación los magistrados de allí ¿Les van a subir
ustedes el sueldo el 46 por ciento también? ¿O es que el motivo está en
otra de las pintorescas razones: que el Tribunal Supremo controla
penalmente a los altos cargos?
El señor VICEPRESIDENTE (Fernández-Miranda y Lozana): Señor Ollero, le
ruego vaya concluyendo.
El señor OLLERO TASSARA: Gracias, señor Presidente.
Señor Jover, no mencione la soga tan cerca de la casa del ahorcado. Por
favor, no lo haga.
Si lo que usted quería, en vez de defender su papel que es indefendible,
es saber si el Grupo Parlamentario Popular ahora, en este contexto en el
que estamos en todos los sentidos, también en el presupuestario, va a
subirle un 44,69 por ciento a los magistrados del Tribunal Supremo, ya
tiene la respuesta: no. Así de clara.
Este tinglado que ustedes montan es tardío y poco convincente, porque han
tenido catorce años para subirle el sueldo a los magistrados del Tribunal
Supremo todo lo que han querido y qué casualidad que el único papel que
ellos pueden exhibir para justificar este asunto es un papel que tiene
fecha del 16 de abril de 1996. A elecciones perdidas, el Partido
Socialista les da un papel a los magistrados del Supremo en el que dice
que instruye al Ministro de Economía para que les guarde dinero para
cuando les suban. (Aplausos.) Esto es todo lo que han conseguido.
Señor Jover, es de una enorme torpeza lo que ustedes han hecho. Que quede
claro que a nuestro grupo la situación de los magistrados del Tribunal
Supremo le produce un enorme interés y atención, pero, entre otras cosas,
no creemos que se pueda resolver de tapadillo mediante un texto
alternativo de otra cosa distinta que usted no se atreve a defender. Haga
usted una proposición de ley, debatamos cómo debemos regular la situación
de los magistrados del Supremo, pero no lo metan ustedes de tapadillo
como si fuera algo inconfesable. Claro que después de lo de las cúpulas,
se entiende que tengan que hacer un poco de topo porque,
si no, no hay manera. (Rumores.) Busquen otro cauce más lucido.
En cuanto a la nulidad de actuaciones, señor Jover, usted no sabe cuáles
son las proposiciones que su partido presenta aquí. Aquí hay una del 24
de octubre de su partido -¿su partido sigue siendo el Partido Socialista,
no? (Risas.), donde ustedes regulan la nulidad de actuaciones...
El señor VICEPRESIDENTE (Fernández-Miranda y Lozana): Señor Ollero, vaya
concluyendo.
El señor OLLERO TASSARA: Usted ha dicho aquí que no había que regularlo.
A esto es aplicable todo lo que ha dicho el Consejo General del Poder
Judicial multiplicado por diez, y usted no se ha enterado. Lo que hacen
ustedes es una cosa muy nueva --señor Presidente, con esto termino--, una
nueva fórmula que es la reserva de proposición de ley. Hasta ahora había
reserva de ley, determinadas cosas sólo se pueden hacer por ley, pero el
Grupo Socialista acaba de inventar la reserva de proposición de ley, que
es decir: Mire usted, la unidad de actuaciones, para mí, porque me gusta
y la quiero hacer yo, y ustedes hagan eso del rebelde, que dice el
Consejo General del Poder Judicial, y se entretienen.
Por cierto, señor Jover, el que tengamos que hacer eso del rebelde en
tres meses, ¿qué significa, que no podemos hacerlo después o que ustedes
no quieren que lo hagamos antes para que no le quitemos protagonismo al
debate de su propuesta de nulidad de actuaciones? Aclárenoslo. (Aplausos
en los bancos del Grupo Popular.) El señor VICEPRESIDENTE
(Fernández-Miranda y Lozana): Muchas gracias, señor Ollero.
Señor Castellano.
El señor CASTELLANO CARDIALLAGUET: Muchas gracias, señor Presidente.
A mí me parece bien la explicación de que el motivo de introducción de
este proyecto de ley sea --y es bueno que así sea-- el cumplimiento del
programa electoral y también la realización del anuncio formulado en el
debate de investidura, en el que , efectivamente, el señor Aznar anunció
que procuraría hacer una reforma legal oportuna. Precisamente porque no
la consideramos oportuna es por lo que hemos presentado la enmienda a la
totalidad. Hagan ustedes caso al señor Aznar y háganla oportunamente,
porque ésta no lo es.
En segundo lugar, cuando ha empezado usted diciendo: viniendo de quien
viene, yo me estaba temiendo que el palo iba a ser de tamaño natural,
pero veo que no, que se trata de un cariñoso recuerdo, que le agradezco,
pero le quiero aclarar que, a lo largo de mi vida, yo no he hecho más que
aprender y sigo aprendiendo. Y me alegro de haber estado 23 años en el
Partido Socialista Obrero Español, donde aprendí mucho, y de seguir en
Izquierda Unida, donde sigo aprendiendo. A lo mejor el día en que me
muera ya sé algo.
En cuanto a que no sé distinguir la independencia y la imparcialidad,
subjetiva y objetiva, señor Ollero, le han traicionado las palabras,
porque todo el acento lo pone en las apariencias. ¿En qué quedamos?
¿Quedamos en que de verdad entendemos que una persona que ha recibido una
determinada formación, ni más ni menos que para juzgar y ejecutar lo
juzgado (incluso algunos magistrados y jueces, aunque yo no soy
partidario de esta clase de fórmulas, hablan de que es como un
sacerdocio; a mí esas fórmulas no me valen porque, entre otras cosas, a
lo mejor el ejemplo es todavía peor), y dado que algunos piensan que ha
recibido una formación que permite equilibradamente distinguir y
solucionar, con la aplicación del Derecho, los conflictos entre los
ciudadanos, de la noche a la mañana, por el hecho simple de que ocupe un
cargo público y, efectivamente, bajo la fórmula de un partido, pierde ya
toda objetividad? Yo no puedo mantener esa tesis, porque mantenerla sería
ofensivo hasta para miembros de su propio grupo político.
Señor Ollero, la imparcialidad y la independencia de criterio hay quien
efectivamente puede dejar que sea influenciada o influida por el carné,
pero en la mayoría de las gentes conscientes y con sentido de su propia
dignidad, el carné es, pura y simplemente, un accidente. Por tanto, se
puede perfectamente servir desde una formación política a los intereses
generales y, finalizada esa función, recuperar aquélla que se tenía y
servir al interés general desde el puesto anterior. ¿Por qué? Porque el
problema es que lo que no podemos confundir, bajo ningún concepto, es
militancia expresa con función. Y en muchísimos de estos supuestos,
precisamente en el de los jueces y magistrados que tienen prohibida la
militancia expresa, cuando se les reclama su colaboración, se les reclama
la de su función, no la de la militancia, porque si quisieran militar
tendrían que abandonar la carrera. Por tanto, no han militado jamás,
figuren o no en las listas. Son personas de las que tiramos --y ojalá
pudiera mi propio grupo político mañana tener sentados en esos escaños a
jueces y magistrados en lugar de a algunos que estamos ahí que no somos
más que aprendices--, y eso en modo alguno desmerece el que alguien pueda
servir a los intereses de todos nosotros. No confundamos esta situación,
la militancia, en la que yo me afirmo en aquello que me ha leído usted,
tan antiguo, de hace 18 años (yo no sé si lo ha hecho usted con la
intención de recordarme lo que pensaba o lo que he pasado, porque me
queda la duda de ver cómo he envejecido desde entonces), con confundamos
la militancia, digo, con la función.
En cuanto al problema perentorio de la nulidad de actuaciones,
efectivamente, lo es, pero el problema perentorio no es el recurso de
nulidad de actuaciones. Estamos todos de acuerdo. El problema perentorio
es
que tenemos atascado el Tribunal Constitucional a base de recursos de
amparo. Vamos, de verdad, a acometer una reforma del Tribunal
Constitucional. Vamos, de verdad, a poner en marcha y a desarrollar ese
procedimiento urgente, sumarísimo del artículo 53, y, mientras tanto,
hagamos, si quieren ustedes, una reforma para que el recurso
extraordinario de revisión no sea un recurso extraordinario de revisión
tan absolutamente mezquino en cuanto a las causas que contempla y
contemple como una fundamental ésta, pero con una ventaja sobre lo que es
este recurso de reposición en materia de nulidad de actuaciones, que sea
otro tribunal el que dictamine. Porque aquí hay una preocupación latente,
cuando se habla de este proyecto de ley en cuanto a lo que llamamos la
contaminación por formación de criterio, y usted y yo sabemos que el 99
por ciento de los recursos de reposición son desestimados porque supone
que tiene que reconocer el propio juez que se equivocó. Y no digamos los
recursos de reforma. A lo largo de mi larga vida profesional...
El señor VICEPRESIDENTE (Fernández-Miranda y Lozana): Señor Castellano,
le ruego vaya concluyendo.
El señor CASTELLANO CARDALLIAGUET: ... yo no he logrado encontrar ninguno
que haya prosperado.
Por tanto, tenemos mecanismos para no tener que llegar a esta fórmula,
que, repito, va a abrir el portillo, muy lógicamente, a que los
litigantes, aprovechando cualquier circunstancia y más si se les ofrece
una nueva oportunidad, discutan la sentencia definitivamente ejecutada, y
no hagamos más que demorar y demorar la Administración de Justicia que,
de por sí, ya tiene bastantes lentitudes y demoras.
Me ha quedado un poco de mal sabor de boca esta mañana con mi propia
intervención, porque ha podido parecer a alguien que quería ser duro con
la señora ministra. Y le voy a decir una cosa para que no quepa la menor
duda. Le agradezco que usted haya anunciado que vamos a hacer una reforma
de la Ley Orgánica del Poder Judicial más profunda y más amplia. Cuente
usted con la más absoluta e incondicional colaboración de este grupo
político para, con usted y con ustedes, llevar adelante esa reforma.
Gracias.
El señor VICEPRESIDENTE (Fernández-Miranda y Lozana): Muchas gracias,
señor Castellano.
El señor Jover tiene la palabra.
El señor JOVER PRESA: Señor Presidente, señoras y señores Diputados,
señor Ollero, yo no voy a perder el tiempo ahora aquí debatiendo con
usted ni con nadie sobre si nuestra enmienda a la totalidad lo es
realmente o no lo es. Me basta con saber que la Mesa la calificó como
tal, y ya está. Usted podrá pensar lo que quiera sobre ella, y yo
también. Es una enmienda a la totalidad, calificada como tal por la Mesa,
y no hay por qué continuar con el tema. Tampoco voy a extenderme sobre
sus críticas al oportunismo de mi grupo al presentar enmiendas. Supongo
que se refiere a las enmiendas sobre el estatuto judicial de los
magistrados del Tribunal Supremo, enmiendas que no se refieren al
contenido concreto del proyecto.
Usted, señor Ollero, que ya hace muchos años que lleva en esta Cámara,
sabe que cuando se inicia la tramitación de una iniciativa legislativa,
ya sea un proyecto, ya sea una proposición de ley, que reforma un texto
normativo, se abre el melón, y los grupos tienen pleno derecho a
presentar enmiendas no solamente a los temas que están tratados por el
proyecto sino a cualesquiera otros. Siempre se ha hecho así. ¿Por qué le
sorprende? ¡Se ha hecho siempre así! No nos acuse de oportunismo. Es una
práctica generalizada, y es una cosa absolutamente aceptada. Es más, este
supuesto oportunismo, señor Ollero, hágalo usted extensivo a otros tres
grupos de la Cámara que también han presentado enmiendas a este proyecto.
Hágalo extensivo a ustedes mismos, porque resulta que ustedes han
presentado enmiendas al tema de secretarios judiciales que nada tiene que
ver con el contenido del proyecto. De manera que oportunistas, ustedes
los primeros, porque también enmiendan cuestiones que en absoluto han
sido tocadas por el proyecto del Gobierno (Aplausos.), los artículos 480
y 482 nuevos, de ustedes, con enmiendas parciales. Si aquí somos
oportunistas, lo somos todos.
Nulidad de actuaciones. Usted aquí ha leído una proposición de ley,
supongo que será la que se refiere a la proposición de ley reguladora de
la jurisdicción contencioso-administrativa. Léala bien. Porque la
propuesta que hacemos nosotros sobre el incidente de la nulidad de
actuaciones es exactamente la misma que salió de la Ponencia que estudió
este tema en esta Cámara en la pasada legislatura, y en absoluto es
coincidente con la del proyecto del Gobierno. De manera que éste es un
tema sobre el cual yo creo que está haciendo trampa. Como también hace
trampa en relación con el contenido de nuestra enmienda a la totalidad,
porque usted tampoco ha defendido el proyecto. Usted se ha dedicado a
criticar a fondo nuestras enmiendas, según usted oportunistas, a un tema
que no se refiere al proyecto, pero, al menos, cuando ha contestado a
este modesto Diputado --que parece que no merece su atención--, tampoco
ha defendido el proyecto del Gobierno, porque es indefendible. Si
empezamos a leer el informe del Consejo General del Poder Judicial en los
dos aspectos, tanto por lo que se refiere al incidente de nulidad de
actuaciones, como por lo que se refiere a la nueva situación, a las
situaciones administrativas de jueces y magistrados, es que no hay quien
lo salve, desde el punto de vista no ya de lo que diga yo, que parece que
a usted no le convence, sino de
lo que diga el Consejo General del Poder Judicial. Si quiere lo empezamos
a leer. No creo que quiera porque es evidente que, no. ¿Quiere que lo
lea? (Pausa.) Voy a leerlo, si me lo permite el señor Presidente.
El señor VICEPRESIDENTE (Fernández-Miranda y Lozana): Señor Jover, sabe
S. S. que si considera que ha de ser leído algún texto debe solicitarlo a
esta Presidencia, y si fuese oportuno para el debate se procedería a su
lectura. Le ruego que continúe con el debate en su turno de réplica
conforme al Reglamento.
El señor JOVER PRESA: De acuerdo, señor Presidente. En su momento, cuando
acabe mi intervención, pediré que se lean esos documentos del Consejo
General del Poder Judicial.
Hay un aspecto que recordamos todos en donde la crítica que hace el
Consejo sobre la regulación de las situaciones administrativas de jueces
y magistrados es tan tremendo que ustedes mismos se han dado cuenta y lo
están enmendando. Por lo que he oído antes, parece que la señora Ministra
no se ha enterado de que ustedes lo enmiendan. Me refiero al artículo
358.2 de su proyecto, en el que se comete la barbaridad de establecer un
régimen diferenciado, por lo que se refiere a la excedencia voluntaria,
para aquellos jueces o magistrados que hayan dejado el servicio activo y
que hayan ocupado cargos representativos, y otro para los que estén
ocupando cargos de confianza política. Fíjense ustedes porque el asunto
tiene mucha miga.
Resulta que según el artículo 358.2 del proyecto aquellos jueces y
magistrados que hayan ocupado cargos representativos, parlamentarios,
Senadores, concejales, alcaldes, durante este periodo tienen una
excedencia voluntaria que, como tal, no cuenta a efectos de ascensos,
antigüedad ni derechos pasivos. Pero dice el proyecto: excepcionalmente,
a los que hayan ocupado cargos políticos y de confianza, por ejemplo un
ministro o un secretario de Estado, a éstos sí que les cuenta, sí que les
computa este periodo a efectos de derechos pasivos, antigüedad y todo lo
demás. (Rumores.) A estos sí, señora Ministra, lo dice su proyecto. Es
tan bárbaro esto, era una aplicación tan absoluta de la ley del embudo,
que su propio grupo lo ha suprimido. Su propio grupo lo suprime, como
todos los demás grupos. Porque esa ley del embudo, ese barrer para casa,
era tan notoriamente inaceptable que su propio grupo se ha dado cuenta y
en enmiendas parciales lo suprime. Menos mal que, por lo menos, las
enmiendas del Grupo Popular van a servir para evitar esta barbaridad y
esta absoluta inconstitucionalidad.
Voy acabando, señor Presidente. Por lo que se refiere a esas enmiendas al
estatuto especial de los magistrados del Tribunal Supremo, que tanto
preocupan al señor Ollero, yo creo que no las ha leído bien. En ningún
momento dicen que se coloca al Tribunal Supremo por en encima del
Tribunal Constitucional. ¿De dónde saca usted eso? En ningún momento se
dice. Ni tampoco se dice en ningún momento que el Tribunal Supremo quede
excluido del gobierno del Consejo General del Poder Judicial. Lo que sí
se dice, que es una cosa muy diferente, es que habrá informe preceptivo
del Tribunal Supremo respecto a anomalías del Consejo. Informe
preceptivo, no vinculante, por supuesto, y nada más. ¿Esto es extraer al
Tribunal Supremo del órgano de gobierno del Consejo General del Poder
Judicial? Si usted lo entiende así, yo no. Nadie lo entiende así.
El señor VICEPRESIDENTE (Fernández-Miranda y Lozana): Señor Jover, le
ruego vaya concluyendo.
El señor JOVER PRESA: Acabo, señor Presidente.
Respecto a estas enmiendas, solamente quiero decir tres cosas. Primero,
tan deleznables son, tan fuera de sentido están, tan carentes de sentido
son, que resulta que, además de nosotros, otros tres grupos
parlamentarios las han presentado. De manera que, por lo menos, en este
soportar los rayos jupiterinos del señor Ollero, veo que no estamos
solos. Señores de Convergència i Unió, señores del Partido Nacionalista
Vasco, señores de Coalición Canaria, ustedes también tienen, por así
decirlo, el terrible pecado de haber presentado estas enmiendas. Y en
algún caso, algunas han ido más lejos que las nuestras.
Segundo, no sé por qué le preocupa tanto al señor Ollero. Si tan malas
son estas enmiendas, si tan rechazables son, lo tienen muy fácil.
Llegaremos a Ponencia, llegaremos a Comisión, y allí pueden votar en
contra de ellas. Así de simple. Nosotros ya lo aceptamos. Sabemos que
estamos en la oposición. Sabemos que la solución de unas enmiendas que
presenta un grupo de la oposición es que sean rechazadas. Muy bien, voten
en contra, lo tienen así de fácil.
El señor VICEPRESIDENTE (Fernández-Miranda y Lozana): Señor Jover, le
ruego concluya.
El señor JOVER PRESA: Concluyo en un minuto, señor Presidente.
En este tema, cuando lleguemos a ponencia, cuando lleguemos a comisión,
cuando no tengamos que hablar de cara a la galería sino hablar de verdad,
nos podremos poner de acuerdo. Incluso en este tema de las enmiendas que
presenta Convergència, nos pondremos de acuerdo.
Sobre este tema, quiero hacer una propuesta, señor Ollero. Usted sabe que
la Mesa de la Comisión de Justicia e Interior se ha dirigido a la Mesa de
esta Cámara para pedirle que, de acuerdo con lo que dice el artículo
109.3, creo que es éste, de la Ley Orgánica del Poder Judicial, nos
dirijamos al Consejo para pedirle también un informe sobre estas
enmiendas que, como son nuevas, no había podido ver en su momento.
Nosotros
estamos de acuerdo con esto. Digo aún más --si no quieren que se haga, lo
dirán ustedes--, cuando llegue ese informe, nosotros estamos dispuestos a
hacerlo nuestro y a aceptarlo plenamente. ¿Lo harán ustedes igual? Hasta
ahora no lo han hecho; esperemos que lo hagan. (Fuertes aplausos.)
El señor VICEPRESIDENTE (Fernández-Miranda y Lozana): Muchas gracias,
señor Jover. (La señora Amador Millán pide la palabra.)
¿En función de qué artículo solicita la palabra, señora Amador?
La señora AMADOR MILLAN: Señor Presidente, invocando el artículo 71,
párrafo primero, del Reglamento del Congreso de los Diputados.
El señor VICEPRESIDENTE (Fernández-Miranda y Lozana): Efectivamente, le
concedo la palabra durante tres minutos para contestar estrictamente a
las alusiones realizadas, sin entrar en el fondo del debate que está
teniendo lugar.
Tiene la palabra por tres minutos.
La señora AMADOR MILLAN: Muchas gracias, señor Presidente. No voy a
necesitar tanto tiempo para contestar a la alusión directa que se ha
permitido hacer el portavoz del Grupo Popular mientras yo seguía
atentamente el debate.
Tiene usted razón, señor Ollero, en que algunas de sus afirmaciones me
han producido gran asombro y tiene razón si imputa ese asombro a que yo
no sé de eso, me ha dicho que yo no sé de esto. Si cuando S. S. dice de
esto, se refiere a lo que S. S. hace cuando sube a la tribuna, yo no sé
de eso y no estoy dispuesta a aprender, señor Ollero.
Gracias, señor Presidente. (Fuertes aplausos.)
El señor VICEPRESIDENTE (Fernández-Miranda y Lozana): Muchas gracias,
señora Amador.
Señor Ollero.
El señor OLLERO TASSARA: Señor Presidente, señorías, señor Castellano, en
ningún momento de mi intervención he sugerido que S. S. no sepa
distinguir entre independencia o imparcialidad subjetiva y objetiva, he
dicho, quizás me equivoque, que se niega a distinguir porque, a la hora
de la verdad, todo lo reduce a la subjetiva, y aquí ha insistido en ello
cuando ha hablado de la formación que una persona tiene o no siendo
militante, con carnet o sin carnet. Señor Castellano, el problema de la
imparcialidad objetiva no es la formación que yo, que hoy estoy aquí,
pueda tener, sino la que tienen los ciudadanos que no están aquí y que me
ven tomar partido, como es mi obligación como hombre de partido y miembro
de un grupo parlamentario, que me ven actuar en una campaña electoral,
donde usted sabe que los decibelios suben más que aquí todavía --qué no
habría dicho alguno que otro en una campaña electoral--, se queda
asombrado al verme como imagen de la imparcialdiad y luego no me acaba de
ver. El problema es la formación de esos ciudadanos, que son la gran
mayoría y que tienen derecho a que sus jueces parezcan imparciales.
En cuanto al trámite de nulidad de actuaciones, usted mismo ha señalado,
señoría, cómo ahí entran en juego los recursos de amparo. ¿Qué ocurre?
Que hay una serie de vicios que no han sido advertidos en el proceso
cuando se ha llegado a una sentencia respecto a la que no cabe recurso y
ya sólo cabe como solución un recurso de amparo, lo cual, aparte de
sobrecargar al Tribunal Constitucional, supone una dilación mayor que el
trámite que aquí se sugiere. Además, S. S. sabe perfectamente que ese
colapso del Tribunal Constitucional favorecerá que en muchos casos no se
admita un recurso de amparo en una circunstancia en que sí se habría
admitido sin ningún problema este trámite que aquí proponemos. Por tanto,
estamos defendiendo, en la medida de lo posible, al justiciable.
Señor Jover, usted ha defendido aquí un texto alternativo. A estas
alturas, después de diez años de Parlamento, yo tambien he defendido
algún que otro texto alternativo y sé que, cuando me toca un texto
alternativo, lo mío es defenderlo porque lo que quiero es que se
convierta en el proyecto de ley como alternativa al que se ha presentado.
Su señoría, en dos turnos, no me ha explicado en absoluto por qué dice
que, ope legis, el Tribunal Supremo, un órgano judicial, va a tener
autonomía presupuestaria. No se ha molestado en explicar por qué a los
magistrados del Supremo hay que subirles su retribución de un golpe
--porque otros grupos no lo han propuesto así, señor Jover--, este año,
en un 44,69 por ciento. No me ha explicado por qué, si los magistrados
del Tribunal Supremo van a tener un informe preceptivo a la hora de
nombrar magistrados del Tribunal Supremo, porque conocen la actividad de
los jueces que pretenden serlo, en la medida en que han casado sus
sentencias, los magistrados del Constitucional, que anulan sentencias del
Tribunal Supremo, no son también oídos en un informe preceptivo a la hora
de nombrar magistrados del Tribunal Constitucional, a propuesta del
Consejo General del Poder Judicial, que suele proponer a jueces. Deberían
ustedes contemplarlo con la misma lógica.
Dice usted que otros grupos han presentado esas enmiendas y más. Claro
que sí, porque son más coherentes que ustedes. Primero, ninguno ha tenido
el oportunismo de disfrazarlas de texto alternativo, que es un
oportunismo que se cae por su propio peso. Segundo, han sido más
rigurosos, porque si ustedes dicen que el magistrado del Supremo debe ser
una magistratura en ejercicio, como determinados magistrados del Supremo
proponen --y nuestro Grupo no ha rechazado--, usted tiene que entender
que tiene que modificar un
artículo, el 335, por el cual el Presidente de la Audiencia Nacional
tiene que ser magistrado del Tribunal Supremo, y usted lo deja tan
pimpante, ni se ha molestado en corregirlo. Eso es porque ustedes no se
han tomado en serio su propio texto.
Hasta tal punto no se lo toman en serio, que empiezan diciendo que aquí
el primer problema con que nos encontramos es regular el estatuto de
jueces y magistrados que han desempeñado cargos públicos y, el segundo,
el estatuto especial que corresponde al magistrado del Supremo. Y en el
punto siguiente empiezan a hablar de los magistrados del Supremo y ya no
hablan del primer punto hasta el final, porque se les ha ido la mano. Es
que ustedes han descubierto al Tribunal Supremo y los ciudadanos
tiemblan, porque ustedes descubrieron a la Guardia Civil y se armó la que
se armó. Por favor, no descubran al Tribunal Supremo, que la podemos
liar. (Aplausos.) Bueno está que don Gregorio Peces-Barba, hace 18 años,
hiciera aquí un brindis al sol, a la solanera, metiéndose con los
magistrados del Tribunal Supremo, pero, claro, la figura del brindis a la
sombra es un asunto tan insólito para un taurino como yo que no me lo
acabo de explicar. Por tanto, no se metan en esos follones. (Rumores.)
Aquí, además, señor Jover, usted que sabe tanto de Constitución --mucho
más que los de su grupo, por los papeles que presenta-- debe saber que el
artículo 122.1 dice que hay un cuerpo único para todos los magistrados y
jueces. Explíqueme cómo compagina usted los planteamientos que hace aquí,
donde sitúa al Tribunal Supremo, no por encima del Constitucional --eso
es lo que quiere algún que otro magistrado, pero muy aislado--, sino a su
nivel, entre otras cosas, de retribuciones y a su nivel de funcionamiento
autogestionario en presupuestos, aq la hora de la verdad, explíqueme cómo
forma parte del mismo cuerpo único.
El señor VICEPRESIDENTE (Fernández-Miranda y Lozana): Señor Ollero, le
ruego que vaya concluyendo.
El señor OLLERO TASSARA: Voy concluyendo.
Y reconózcame que si un magistrado del Supremo es una magistratura en
ejercicio, un catedrático de universidad que se convierte en magistrado
del Supremo, como hay tantos, cuando deje de ser magistrado del Supremo
debe pasar a ser catedrático, que es lo que era, y no darle 15 años de
antigüedad en la carrera judicial, como quien regala un salchichón. ¿Por
qué no lo puede usted hacer? Porque la Constitución no lo permite, porque
hay que ser de la carrera judicial para ser magistrado del Tribunal
Supremo. Ustedes montan un escalafón aparte de los magistrados del
Tribunal Supremo, con el miedo que tienen ustedes a la cúpula, y ya la
configuran hasta en papel impreso.
Respecto a la unidad de actuaciones, señor Jover, su señoría es que no se
entera, en este caso porque no quiere, claro, no le interesa. (Rumores.)
Pero fíjese, esto que tengo aquí no es la proposición de ley de la
jurisdicción contencioso-administrativa, ésta es la proposición de ley de
su Grupo --espero que siga siendo su Grupo todavía--, en la que se dice:
Proposición de Ley Orgánica por la que se modifican determinados
preceptos de la Ley Orgánica del Poder Judicial. Usted no tiene noticia y
le pregunta a su vecina, y hace muy bien. Pero por lo menos conozca usted
lo que hace su Grupo. Comprendo que como lo han sacado a usted hoy aquí
como lo han sacado, usted no está puesto, pero esto es lo que hay.
En resumen, lo que nos diferencia es muy simple:
El señor VICEPRESIDENTE (Fernández-Miranda y Lozana): Señor Ollero, le
ruego que concluya.
El señor OLLERO TASSARA: Para nosotros, un juez que participa en un
proceso electoral, que toma partido públicamente en una campaña
electoral, salga o no salga, no debe volver a cumplir funciones
jurisdiccionales a lo largo de tres años. Ustedes entienden que no.
Queremos resolver la unidad de actuaciones. Ustedes están de acuerdo,
pero quieren hacerlo con una proposición de ley que ignora, pero que si
la lee verá que es bastante peor y merece mucho más las críticas del
Consejo General del Poder Judicial que la nuestra. Eso es lo que nos
aparta. Por cierto, le recuerdo algo muy elemental: ningún Gobierno, ni
el Gobierno socialista antes, ni el popular ahora, está vinculado por los
dictámenes del Consejo General del Poder Judicial que, además, tiene un
detalle de delicadeza. El Consejo General del Poder Judicial no hace como
el Tribunal Constitucional, que sí sabe que es vinculante lo que dice. El
Tribunal Constitucional tiene un gran esmero por el principio de
conservación de la norma, la maneja con gran delicadeza y no se pronuncia
ni un milímetro más de lo necesario. Por el contrario, el Consejo General
del Poder Judicial, para recordar su libertad a los miembros del
Gobierno, en sus informes opina con toda libertad, y bien que hace, sobre
todo lo divino y lo humano y se permiten decir: la solución más deseable
es tal. Eso no lo haría nunca un órgano que pensara que es vinculante, y
por eso lo hace, porque sabe que no es vinculante. Por tanto, si ellos lo
saben y el Gobierno también, entérese usted, y todos contentos. Muchas
gracias. (Aplausos.)
El señor VICEPRESIDENTE (Fernández-Miranda y Lozana): Gracias, señor
Ollero.
Tiene la palabra la señora Aroz.
La señora AROZ IBAÑEZ: Gracias, señor Presidente.
En nombre del Grupo Socialista, y acogiéndome al artículo 72.2 del
Reglamento sobre petición de lectura de normas o documentos, quisiera
solicitar la lectura de un documento.
El señor VICEPRESIDENTE (Fernández-Miranda y Lozana): Aceptando la
solicitud realizada por el Grupo Parlamentario Socialista, ruego hagan
llegar a la Presidencia el documento del que solicitan su lectura, y
ruego a la señora Secretaria, doña Carmen del Campo, que proceda a la
lectura del mismo.
La señora SECRETARIA TERCERA (Del Campo Cassasús): Punto 4 del informe
del Consejo General del Poder Judicial sobre este proyecto de ley
orgánica. Respecto de las posibilidades de acceso de los miembros de
carrera judicial a cargos de representación popular, si es cierto que no
debe restringirse excesivamente la presentación como candidatos de los
jueces y magistra-dos ni gravarse tampoco en exceso la vuelta de quienes
no resulten elegidos, tampoco cabe primar con una situación
profesionalmente atractiva a éstos, porque pueden producirse candidaturas
puramente instrumentales. Así, la situación de excedencia forzosa que
comporta la plenitud de derechos económicos (artículo 356.2 de la Ley
Orgánica del Poder Judicial), podría ser un incentivo para la
presentación de candidaturas de este tipo, ya que durante tres años el
candidato no elegido permanecería en dicha situación. Aun sin una
finalidad espúrea como ésta, tanto para candidatos no elegidos, como para
cargos de elección directa que finalicen su mandato y cargos políticos y
de confianza distintos de los que disfrutan de servicios especiales,
resulta excesivamente gravosa, desde el punto de vista presupuestario, y
priva de los servicios útiles que pudieran prestar los interesados, no ya
en destinos de índole no jurisdiccional, sino incluso en juzgados y
tribunales de distinto orden, de diferente localización geográfica o no
afectados por la actividad representativa o administrativa prestada entre
tanto por el juez o magistrado.
En un orden de cosas secundario, cabe añadir que, de reconocer a la
situación de excedencia voluntaria derivada del ejercicio de un cargo
político o de confianza , no para el cuidado de hijos, efectos para
ascensos, antigüedad y derechos pasivos, es tanto como alterar una de las
características peculiares de la situación de excedencia voluntaria.
La situación de quienes acceden a cargos o funciones públicas
probablemente no debería llevar a las consecuencias del anteproyecto,
sino a un régimen que permita asegurar que quienes acceden a un cargo o
función de carácter público, perfectamente honorable en cuanto a
manifestación del derecho a participar en los asuntos públicos, no
reingresan, sin embargo, a su anterior destino, tanto para posibilitarles
una mayor libertad de actuación durante el desempeño de sus nuevas
responsabilidades, como para asegurar una mayor garantía de imparcialidad
a su regreso.
El señor VICEPRESIDENTE (Fernández-Miranda y Lozana): Muchas gracias,
señora Del Campo.
Grupos que desean fijar su posición. (Pausa.)
En nombre del Grupo de Coalición Canaria, tiene la palabra el señor
Mardones.
El señor MARDONES SEVILLA: Señor Presidente, señoras y señores Diputados,
tomo la palabra, en nombre de mi Grupo de Coalición Canaria, para fijar
nuestra posición en este debate, desde el sosiego en el talante y desde
el respeto a la materia de la que estamos tratando.
El año 1996 es un año importante en el mundo de la justicia española. Es
el año en que ha entrado en vigor el nuevo Código Penal, uno de nuestros
grandes pilares, cuya administración corresponde al Poder Judicial. El
año 1996 es el de la renovación de un nuevo Parlamento, de unas nuevas
Cortes Generales. El año 1996 es el de un nuevo Consejo General del Poder
Judicial, que hemos renovado desde este Congreso y desde nuestro Senado.
Y a la vista del debate que se acaba de desarrollar aquí, me hago una
gran pregunta y me planteo una reflexión en la incógnita: ¿No ha faltado
diálogo entre las instituciones, Gobierno o Ministerio de Justicia,
órganos judiciales, Consejo General, Tribunal Supremo, cualquiera de las
otras instancias e instituciones y grupos políticos, para que este tema
hubiera venido a la Cámara en un grado más completo de consenso por la
materia de que se trata? Es una materia que afecta al común de los
españoles, y yo me estoy haciendo esa pregunta casi encontrando una
respuesta positiva en el sentido de que ha faltado eso. Y me voy a
referir a las palabras de esta mañana de la señora Ministra de Justicia,
que me permiten hacer una toma de posición en breve discurso pero más en
el sosiego.
En primer lugar, estando abierto un procedimiento de reforma de cualquier
ley, cualquier grupo político de la Cámara, la Cámara toda está
perfectamente legalizada y legitimada para entrar en la renovación que
políticamente estime que se tiene que hacer. Qué duda cabe de que aquí se
ha producido un fenómeno con las distintas jurisdicciones, con las
distintas instituciones, con las distintas personas y colectivos
afectadas por la Ley de 1985. Se nos ha evidenciado, con el debate que ha
habido esta tarde aquí, que la vigente Ley Orgánica 6/1985, del Poder
Judicial, con once años ya de existencia, necesita renovación, por si
algo le faltaba, pero no solamente en la línea que ha traído el proyecto
del Gobierno, sino ante la demanda que han tenido de otros sectores, sea
del propio Consejo General del Poder Judicial, que entiende que hace
falta otra ley, sea del propio órgano del Tribunal Supremo, sea de los
secretarios de Justicia. Luego, hay demanda de las partes, y demanda del
ciudadano español que solicita un poder judicial más actualizado, más
renovado, más puesto al día a través de los instrumentos legales. Aquí la
primera posición de Coalición Canaria es decir: si en la estrategia
legítima del Gobierno se considera oportuno, en el propio texto del
proyecto del Gobierno
--no me refiero a las enmiendas de ninguno de los grupos de la
oposición-- hacer la apertura de renovación o de modernización de una ley
de rango orgánico, como ésta del Poder Judicial, queda abierto todo el
campo de la ley en la legitimidad que tenemos todos los grupos políticos
de presentar enmiendas, recibamos o no demandas de los sectores
afectados, en nuestro leal saber y entender de grupos políticos
parlamentarios, porque pensamos que así se aprovecha una legítima
oportunidad de trámite parlamentario para introducir ahí todo lo que los
grupos políticos, incluso los que intervinimos en el debate del año 1985
de la entonces Ley Orgánica 6/1985, del Poder Judicial, entendimos que se
quedó en el tintero al no pasar determinados trámites parlamentarios.
Aquí viene, once años después, una oportunidad parlamentaria,
democrática, de ponernos al día sobre aquellas circunstancias.
Hecho este reconocimiento, nosotros hemos presentado a este proyecto 30
enmiendas. De ellas, al menos 14 van en el sentido de corregir aspectos
del propio texto del proyecto que usted ha presentado, señora ministra,
porque nos parece necesario entrar en esa materia, circunscribiéndonos en
esas primera 14 enmiendas al propio texto del proyecto del Gobierno. De
la número 14 a la número 30 entramos en otras cuestiones -tema del
Tribunal Supremo, tema de secretarios de justicia- que se contemplan en
la ley orgánica.
Nosotros nos negamos a aceptar que porque el Gobierno, en su legitimidad,
entienda que debe adecuar determinados preceptos de una ley, este hecho
impida que se intenten modernizar también los cuartos vecinos. No
entenderíamos que en un proyecto de arquitectura, deseando modernizar una
habitación, haya que impedir que se modernice la habitación que está al
lado, dentro de la misma vivienda. Aquí, en el mundo del Poder Judicial
todos los compartimentos están trabados.
No quiero hacer ninguna otra imputación, pero existe el hecho de que esas
instituciones, llámese Consejo General del Poder Judicial, llámese
Tribunal Supremo --sus magistrados--, llámese colectivo de los
secretarios de justicia, como derecho de una ciudadanía, como derecho de
unos profesionales, como derecho de unos colectivos implicados en una
Constitución que les reconoce este derecho, se han movilizado
legítimamente, se han llamado a la parte cuando la ley que les afecta
fundamentalmente se abre en el trámite parlamentario. Y si se abre una
puerta, se abre con todos los grados que permiten sus bisagras. Esa es
una exigencia de una democracia libre y parlamentaria.
Dicho esto, nosotros queremos ir por la vía de lo fáctico. Me baso en su
discurso porque, incluso con todo el afecto y el cariño al señor Ollero,
he de decirle que me ponía difícil entrar en un pacto de apoyo al
Gobierno, que quiero respetar porque fue nuestro compromiso con el
Presidente señor Aznar, porque entre las enmiendas de los grupos
proponentes de las enmiendas de totalidad, del Grupo Parlamentario
Federal de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya y del Grupo
Parlamentario del Grupo Socialista, vienen también enmiendas parciales al
articulado cuyo contenido respetamos. Por ello señalo que, en esa
congruencia, nosotros entendemos que sin apoyar la devolución del
proyecto de ley al Gobierno, porque creemos que esta materia necesita
urgencia en su tratamiento, necesita que se dé una respuesta
parlamentaria positiva, si hay coincidencia con las enmiendas de otros
grupos, Coalición Canaria mantendrá las suyas, afecten al texto del
proyecto del Gobierno, afecten a otros aspectos no contemplados en el
mismo, como pueden ser el Tribunal Supremo o los secretarios de justicia
--por poner dos ejemplos-- o a la propia estructura del Consejo General
del Poder Judicial, por un respeto a las enmiendas, de respeto al fondo
de la materia que estamos tratando, que es el Poder Judicial. Noble
empeño que en esta Cámara necesita una respuesta de altura por parte de
los parlamentarios. Mantendremos esas mismas enmiendas en los trámites de
ponencia, de comisión y de Pleno, si llegan, porque entendemos que, salvo
argumentos en contra de peso suficiente, por la congruencia del discurso
que hago, deben ser mantenidas.
Necesitamos que todo ese mundo del Poder Judicial esté sosegado, no esté
en crispación interna, no esté en contenciosos --entre comillados-- de
pugna y de litigio de áreas de poder o de influencia jurisdiccional,
política, representativa, presupuestaria si se quiere, dentro de las
propias instituciones del Estado. Esta es una materia de auténtica
política interior de Estado. A veces hablamos de política de Estado para
la defensa, para las relaciones exteriores. Hay un Estado interior en la
nación. No solamente hay un Estado exterior para hablar de la defensa o
de la política internacional. Hay un estado interno que es necesario
tener equilibrado, tener armonizado y tener sosegado. En esa línea de
responsabilidad, para que se entienda el discurso político, no
jurisdiccional, que estoy haciendo, diré sencillamente que Coalición
Canaria va a apoyar que esto se conduzca rápidamente a ponencia y a
comisión. Por esta razón no dará un voto de apoyo, con todo el respeto a
las enmiendas de devolución, y mantiene este criterio y estas enmiendas
para que esos objetivos democráticos de sosiego y de equilibrio que he
predicado desde esta tribuna puedan encontrar lo que deseamos para lo que
es la vida cotidiana de muchos miles de españoles, entrar y salir de los
tribunales de justicia para encontrar lo que garantiza nuestra
Constitución al justiciable: una buena justicia.
Nada más y muchas gracias, señor Presidente.
El señor VICEPRESIDENTE (Fernández-Miranda y Lozana): Muchas gracias,
señor Mardones.
En nombre del Grupo Parlamentario Vasco (PNV), tiene la palabra la señora
Uría.
La señora URIA ECHEVARRIA: Gracias, señor Presidente.
Señorías, intervengo para anunciar el voto del Grupo Vasco, contrario a
las dos enmiendas de totalidad, tanto a la de devolución del Grupo
Parlamentario Federal de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya como a
la presentada con texto alternativo por el Grupo Socialista.
De los dos aspectos regulados en el proyecto que examinamos, de muy
distinta naturaleza, como acertadamente señala el informe del Consejo
General del Poder Judicial --el tratamiento procesal de la nulidad de
actuaciones y el Estatuto de los Jueces y Magistrados en lo que se
refiere al desempeño por parte de éstos de cargos o funciones ajenas a la
Administración de Justicia-- la enmienda de Izquierda Unida se fundamenta
casi exclusivamente en el segundo. Se considera por este grupo, y así lo
ha expuesto su portavoz, que la regulación que se propone establece
injustificadas dificultades para que un colectivo de ciudadanos, los
jueces y magistrados, pueda ejercer derechos que les corresponden como
tales. Lo pretendido por el proyecto supone, a su juicio, un
desapoderamiento de un derecho fundamental, el del artículo 23.2 de la
Constitución, respecto del colectivo de jueces.
Pese a las objeciones de totalidad del grupo enmendante, es una obviedad
hoy en día que existe una preocupación generalizada en torno a las
condiciones de acceso de los miembros de la carrera judicial a cargos y
funciones públicas y un interés en la sociedad por reforzar la protección
de valores tan esenciales como la independencia y la imparcialidad. A la
hora de abordar estas cuestiones es imprescindible no olvidar que la
participación en los asuntos públicos, en la doble vertiente de ejercicio
del sufragio pasivo o de presentación como candidatos, es un derecho
fundamental, según el citado artículo 23, cuyo apartado 2 introduce los
requerimientos de igualdad en el acceso del artículo 14. Ello nos lleva a
que la regulación de lo que se pretende garantizar, la independencia de
jueces y magistrados, debe extremar las cautelas para no restringir de
modo excesivo el ejercicio de ese derecho fundamental. Es un difícil
equilibrio que además ha de cohonestarse con el legítimo derecho a la
carrera que como funcionarios les corresponde; eso sí, con importantes
peculiaridades en función de los elevados intereses a los que sirve el
ejercicio de la función jurisdiccional.
La regulación que propone el proyecto está inspirada en el loable
propósito, tal como manifiesta la exposición de motivos, de conseguir el
mayor distanciamiento entre el quehacer público no judicial y el
ejercicio de la potestad jurisdiccional. El juicio del Grupo Vasco sobre
la plasmación concreta de esta pretensión se evidencia en las enmiendas
presentadas al articulado en la línea de lo recomendado por el informe
del Consejo General del Poder Judicial.
No es legítimo pretender que quienes acceden a un cargo o función pública
perfectamente honorable en cuanto manifestación del derecho a participar
en asuntos públicos salen de tal modo contaminados que son incapaces de
desempeñar objetivamente la función jurisdiccional o se han perdido la
capacidad de ser imparciales, ya que, no olvidemos, también en el
Ejecutivo y en Legislativo se actúa de acuerdo con la legalidad y al
servicio de intereses generales, como ha señalado el representante de
Izquierda Unida. Sin embargo, sí debe procurarse el no reingreso a su
anterior destino, tanto para posibilitar una mayor libertad de actuación
durante el desempeño de las responsabilidades políticas como para
asegurar una mayor garantía de imparcialidad a su regreso sin riesgo de
que su actuación o sus públicas manifestaciones puedan condicionar su
ulterior actividad jurisdiccional, teniendo además en cuenta que aquella
actividad judicial pudo haber sido determinante en la designación o en la
elección para el cargo público.
Tal y como señala el Consejo General del Poder Judicial, las soluciones a
este respecto creemos que podrían ser el mantenimiento en la situación de
servicios especiales sin reserva de plaza; el reingreso transitorio a
otras funciones jurisdiccionales compatibles con la exigencia de la
imparcialidad, mediante la asignación provisional de otro destino; la
obligación de concursar con ciertas preferencias y también con ciertas
limitaciones para asegurar que el nuevo destino no presente los mismos
inconvenientes de reingreso que el anterior. Soluciones todas ellas
articulables a través de enmiendas parciales, sin que, a nuestro juicio,
proceda la devolución del texto al Gobierno, ya que quizá no sea
afortunada la excesiva limitación de la carrera profesional que se plasma
en el texto del proyecto en relación con el fin perseguido, pero desde
luego, a nuestro juicio, es obvio que no llega a violar el artículo 23.2,
como se pretende por el grupo enmendante.
Las numerosas enmiendas ya presentadas permiten un amplio debate de
mejora del texto en ponencia y en Comisión, coincidiendo todos los grupos
en la necesidad de su regulación.
Respecto de la reforma de la nulidad de actuaciones, la previsible
utilización abusiva del trámite y las afirmaciones genéricas de elección
posible al derecho a un proceso sin dilaciones indebidas y de
invariabilidad de las sentencias no tienen, a nuestro juicio, por
genéricas, la relevancia necesaria para justificar la no tramitación del
proyecto.
El desarrollo del artículo 240 ha sido reiteradamente requerido por el
Tribunal Constitucional para afrontar situaciones, reales también,
necesitadas de tutela judicial efectiva. El cúmulo de problemas que una
regulación de este estilo plantea, señaladas ya con gran
acierto, rigor y extensión en el informe del Consejo General del Poder
Judicial, evidenciadas también en la tramitación del anterior proyecto de
reforma y al abordar el informe del proyecto de ley del proceso
contencioso-administrativo, tiene también, a nuestro juicio, cauce
adecuado para conseguir una regulación más acertada en el estudio y
consenso sobre las enmiendas ya presentadas.
La enmienda del Grupo Socialista con texto alternativo nos parece
técnicamente bien construida, pero aborda numerosas cuestiones no
contempladas en el texto del proyecto; no enmienda, en realidad, el texto
presentado, sino que es realmente otra proposición de ley sobre
cuestiones distintas, respecto de cuya necesidad de regulación no
albergamos dudas, pero quizá resulta precipitado introducirlas ahora en
el debate parlamentario, sin haber pasado por el tamiz previo que supone
el informe del Consejo General del Poder Judicial, aunque el Reglamento
de la Cámara contemple la posible petición posterior de este informe.
Ello nos lleva a rechazar su texto como enmienda de totalidad, pero, en
todo caso, nos parece que las cuestiones que plantea en relación con el
estatuto de los magistrados del Tribunal Supremo sí afrontan con acierto
una cuestión necesitada de solución urgente y justa, que creemos puede
ser abordada mediante la presentación de enmiendas parciales sobre esta
cuestión, como así ha hecho el grupo al que represento, en coincidencia,
además, con varios otros grupos de la Cámara.
Así pues, rechazamos las dos enmiendas de totalidad y hacemos votos por
un enriquecedor debate del texto propuesto por el Gobierno.
El señor VICEPRESIDENTE (Fernández-Miranda y Lozana): Muchas gracias,
señora Uría.
En nombre del Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió), tiene la
palabra el señor Silva.
El señor SILVA SANCHEZ: Muchas gracias, señor Presidente.
El Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió) manifiesta su
intención de votar en contra de las dos enmiendas de totalidad que se han
presentado al proyecto, pero no queremos negar que algunas de las cosas
que se han manifestado esta tarde aquí durante la sesión nos han
impresionado vivamente. En cualquier caso, la decisión de votar en contra
de las enmiendas de totalidad y, por tanto, permitir, por así decirlo, la
tramitación del proyecto de ley, se fundamenta, y eso quiero decirlo, más
en la oportunidad del proyecto que en el espíritu y en los principios del
mismo. Y se fundamenta también, no ya en lo que pudo manifestar el
Presidente del Gobierno al introducir esta medida en el discurso de
investidura (y ahí quiero recordar al señor Ollero que el Grupo
Parlamentario Catalán no tiene más compromisos que el pacto que suscribió
con el Partido Popular y que, obviamente, no se siente vinculado por el
discurso de investidura), sino por la creencia que esa introducción y el
voto a favor de la investidura haya podido provocar en el Grupo
Parlamentario Popular y aun en el propio Gobierno.
Por tanto, tengo que manifestar que nuestra votación a favor de la
tramitación del proyecto se fundamenta, como digo, en la oportunidad del
mismo y en la posibilidad de que, durante la tramitación parlamentaria,
podamos ir resolviendo alguno de los puntos dudosos, alguno de los
conflictos que ponen de manifiesto las diferentes enmiendas que, tanto el
Grupo Parlamentario Popular como los demás grupos parlamentarios, hemos
introducido.
Dos son los aspectos que me gustaría abordar. Por un lado, es obvio que
uno de los elementos fundamentales del proyecto del Gobierno viene
constituido por la modificación de la situación de los jueces y
magistrados regulada en la Ley Orgánica del Poder Judicial. Y un segundo
aspecto, que ha sido obviamente introducido a través de la enmienda a la
totalidad con texto alternativo del Grupo Parlamentario Socialista, y a
la que ha hecho una referencia importante el portavoz del Grupo
Parlamentario Popular, es la introducción de unas enmiendas que puedan
constituir una modificación del estatuto de los magistrados del Tribunal
Supremo.
Empezando por este segundo aspecto, sí querría recordar al Grupo
Parlamentario Popular, como también a don Pablo Castellano, que la
posición, en este caso, del Grupo Parlamentario Catalán, no es una
posición de oportunismo. No cabe hablar de una enmienda o de unas
enmiendas Pisuerga, como han sido denominadas, sino que, si tenemos que
acudir a símiles geográficos, sería una enmienda Ebro, Ter, Llobregat o
Besós, y lo digo porque en nuestro programa electoral, el programa con el
que hemos concurrido a las elecciones de este año, en el apartado
referente precisamente a Administración de justicia, el compromiso del
Grupo Parlamentario Catalán se expresa, entre otros puntos, en el
siguiente, y se dice textualmente: Impulsaremos el establecimiento del
estatuto jurídico de los magistrados del Tribunal Supremo, con el fin de
garantizar su independencia al máximo y la plena potestad para unificar
criterios interpretativos, así como la integridad del amparo
constitucional.
Por tanto, señorías, oportunismo, evidentemente ninguno; oportunidad,
estoy seguro que toda. Por tanto, quede eso por sentado, en primer lugar.
En segundo lugar, hay que indicar que no existe en modo alguno, como se
ha podido señalar, fraude a la Constitución o fraude a la ley por el
hecho de que estas enmiendas, en las que existe coincidencia parcial con
las enmiendas presentadas por otros grupos, no se haya producido un
informe del Consejo General del Poder Judicial. Y eso lo digo por dos
motivos: en primer
lugar, obviamente, el Parlamento es soberano y, como saben SS. SS.,
incluso en aquellos casos en que venga especialmente establecido para los
proyectos de ley del Gobierno, la omisión de tal tipo de dictámenes no
produce, en principio, vicio o defecto alguno; pero, en cualquier caso, y
ya se ha señalado anteriormente, cuando en 1994 se modificó la Ley
Orgánica del Poder Judicial, se introdujo un artículo 109, apartado 3º,
en el que se establece que las Cortes Generales, cuando así lo dispongan
los reglamentos de las Cámaras, podrán solicitar informe al Consejo
General del Poder Judicial sobre proposiciones de ley o enmiendas que
versen sobre las materias comprendidas en el apartado anterior.
Yo creo que todos los grupos parlamentarios manifestamos el martes en la
Comisión de Justicia que estábamos interesados en recibir este informe
del Consejo General del Poder Judicial y que así se iba a hacer. Pero
también tengo que indicar que no sería tampoco fraude alguno porque, en
cualquier caso, esta Cámara ha aprobado reiteradamente proyectos de ley
que, por ejemplo, con los artículos 21 y 22 de la Ley Orgánica del
Consejo de Estado en la mano, hubiesen requerido informe del Consejo de
Estado, y me estoy refiriendo a aquellos proyectos de ley, proposiciones
o enmiendas que suponen cumplimiento, desarrollo, ejecución de tratados,
acuerdos y convenios, o me refiero a aquellas proposiciones de ley --y
algunas las estábamos debatiendo hace dos semanas-- que suponen también
la transferencia y delegación de competencias del Estado en las
comunidades autónomas. A nadie en aquel momento se le ocurrió señalar que
faltaba informe del Consejo de Estado y que se estaba produciendo una
infracción o un fraude de ley. Por tanto, no existe en modo alguno
obstáculo a la tramitación que se está realizando.
Sí querría recordar a SS. SS. que el Tribunal Supremo es un órgano
especialmente contemplado en la Constitución, y así resulta en el propio
artículo 123, y también quiero recordarles que, en el debate
constitucional, llegó a haber una enmienda que reclamaba la supresión de
ese artículo, por entender que su contenido era más propio de la Ley
Orgánica del Poder Judicial, una enmienda que fue presentada por un
Diputado en aquellos momentos del grupo de Alianza Popular y que, sin
embargo, por ser retirada, no tuvo ocasión de ser de batida.
En cualquier caso, la configuración constitucional del Tribunal Supremo
es obvia, es evidente; como dice el propio artículo 123, es el órgano
jurisdiccional superior en todos los órdenes, salvo en los casos de
garantías constitucionales, y, por tanto, bien merece que le dediquemos
una atención.
No quiero extenderme más en los planteamientos de mi grupo respecto de la
introducción de estas enmiendas, porque, como digo, en modo alguno se ha
producido fraude, ni se ha producido oportunismo; no chupamos rueda, ni
hacemos nada de lo que en ese sentido se ha indicado.
¿Cuál es el segundo aspecto que debemos contemplar? El que hace
referencia a la regulación, por parte del Gobierno, de las situaciones de
los jueces y magistrados. Es evidente que todos los grupos hemos leído el
informe del Consejo General del Poder Judicial; también es posible que
unos hayamos leído más unos párrafos que otros; pero lo que sí quiero
señalar de este informe, por un lado, es que el Consejo General del Poder
Judicial, y así lo manifiesta por escrito, comparte --y obviamente
compartir supone tener-- la preocupación expresada por al anteproyecto en
torno a las condiciones de acceso de los miembros de la carrera judicial
a cargos y funciones públicas y su interés en reforzar la protección de
valores tan esenciales como la independencia y la imparcialidad. Por
tanto, como decía antes, parece que el proyecto es oportuno.
Pero digo más, en otra de las páginas de este informe, concretamente en
la página 40, y justo en el punto donde anteriormente el Grupo
Parlamentario Socialista dejó de leer, el Consejo General del Poder
Judicial, después de indicar la honorabilidad de la profesión o de la
participación en asuntos públicos, señala que haría falta esta nueva
regulación para posibilitar una mayor libertad de actuación durante el
desempeño de sus nuevas responsabilidades --se entiende que políticas--,
para asegurar una mayor garantía de imparcialidad a su regreso, sin
riesgo de que sus actuaciones o sus públicas manifestaciones puedan
condicionar su ulterior actividad jurisdiccional, teniendo en cuenta
asimismo, y eso quiero subrayarlo también, que aquella actividad judicial
previa pudo haber sido determinante en la designación o elección para
cargo público. Por tanto, el Consejo General del Poder Judicial comparte
algunas de las preocupaciones que se pueden manifestar en el proyecto y
que han sido determinantes para que algunos de los grupos, en este caso
el Grupo Parlamentario Catalán, no apoyen enmienda de devolución alguna.
También hay que reiterar una expresión, una frase de este informe a la
que anteriormente se ha hecho referencia, que dice que incluso las
apariencias pueden revestir importancia, ya que no sólo debe hacerse
justicia, sino también parecer que así se hace efectivamente.
Finalmente, por entender que esta preocupación por la situación de los
jueces y de los magistrados no debe ser exclusiva de fuerza política
alguna, me he permitido bucear también en las conclusiones de un trabajo
colectivo que Justicia Democrática publicó allá por el año 1971...
El señor VICEPRESIDENTE (Fernández-Miranda y Lozana): Señor Silva, le
ruego que vaya concluyendo.
El señor SILVA SANCHEZ: Acabo ahora mismo, señor Presidente.
En este trabajo colectivo, y voy a limitarme a leer un párrafo, se dice
algo que, con las debidas matizaciones, puede entenderse en la
actualidad. Tratando un punto primero, en el habla de supresión del
régimen de excedencias especiales, dice que este régimen de excedencias
especiales hace recaer sobre la Administración de justicia la tacha de
prestar sus hombres para el cumplimiento de tareas gubernamentales, con
lo que puede producirse una confusión entre las gentes, como si la
justicia estuviera identificada con un determinado régimen. Obviamente,
esto se escribía en 1971. Pero dice más: Además, de esta tacha, el poder
judicial ha de soportar en sus miembros el trabajo que estos funcionarios
políticos no realizan y cuyas aspiraciones ulteriores, cuando vuelven a
la carrera, es ocupar los mejores puestos de ella, lo que suelen
conseguir en perjuicio de los que se mantuvieron en sus puestos como
funcionarios y no pudieron dar prueba evidente de su especial valía.
Mi grupo ni comparte ni discrepa de estos planteamientos; lo que sí
quiere poner de manifiesto es que esta preocupación por la situación de
los jueces y magistrados, por las carreras públicas o mixtas, por la
apariencia, que en el fondo también tiene su importancia y que aparece
protegida por el ordenamiento jurídico en principios como el de
legitimación, por ir al más cercano, es la que determina que, atendiendo
a la oportunidad del proyecto, confiando en su mejora a lo largo de la
tramitación, nos pronunciemos en contra de las dos enmiendas a la
totalidad.
Muchas gracias, señor Presidente.
El señor VICEPRESIDENTE (Fernández-Miranda y Lozana): Muchas gracias,
señor Silva.
Vamos a proceder a la votación. (El señor Presidente ocupa la
Presidencia.) El señor PRESIDENTE: Votación de las enmiendas de totalidad
al proyecto de ley orgánica de reforma de la Ley 6/1985, de 1 de julio,
del Poder Judicial.
La primera de las enmiendas que sometemos a votación es la de totalidad,
de devolución, del Grupo Parlamentario de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya.
Comienza la votación. (Pausa.)
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 277; a
favor, 119, en contra, 158.
El señor PRESIDENTE: En consecuencia, queda rechazada la enmienda de
devolución.
Enmienda de totalidad, de texto alternativo, presentada por el Grupo
Socialista.
Comienza la votación. (Pausa.)
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 280; a
favor, 120; en contra, 160.
El señor PRESIDENTE: En consecuencia, queda rechazada la enmienda de
texto alternativo del Grupo Parlamentario Socialista.
INFORME ANUAL SOBRE LA CUENTA GENERAL DEL ESTADO:
--DICTAMEN DE LA COMISION MIXTA DEL TRIBUNAL DE CUENTAS SOBRE LA CUENTA
GENERAL DEL ESTADO CORRESPONDIENTE A 1992 Y RESOLUCIONES ADOPTADAS POR LA
MISMA. (Número de expediente 250/000001)
El señor PRESIDENTE: Punto VIII del orden del día. Informe anual sobre la
Cuenta General del Estado. Dictamen de la Comisión Mixta correspondiente
a la cuenta del año 1992 y resoluciones adoptadas por la mencionada
Comisión.
¿Desea algún grupo parlamentario, o miembro de la Comisión, intervenir en
el debate? (Pausa.)
Por el Grupo Parlamentario Vasco (PNV) , tiene la palabra el señor
Zabalía.
El señor ZABALIA LEZAMIZ: Gracias, señor Presidente.
Cada vez que este Diputado tiene que intervenir en nombre de su grupo
parlamentario en la Comisión Mixta del Tribunal de Cuentas para analizar
el informe de fiscalización de la Cuenta General del Estado, de los
organismos autónomos o de empresas públicas, siente una sensación mezcla
de frustración e impotencia ante las conclusiones que se sacan de estos
informes. Nos encontramos con cuentas que se presentan al Parlamento con
tres y cuatro años de retraso, llenas de errores, inexactitudes y
defectos contables, y no son unas cuentas cualesquiera: son cuentas que
reflejan cómo se ha administrado el dinero público. Como dice el
Ministerio Fiscal en su informe sobre la Cuenta General del Estado del
ejercicio 1992, que hoy se presenta al Pleno, la declaración definitiva
de la Cuenta General del Estado no es un informe de examen o
fiscalización de cuentas cualquiera, sino algo más importante: es el
resumen de lo más trascendente de la Cuenta General del la Administración
del Estado y los organismos autónomos y la valoración emanada de los
resultados de los análisis hechos.
Hoy se presenta para su aprobación en el Pleno el dictamen de la Comisión
Mixta sobre las Cuentas del Estado de 1992. También se presentan una
serie de resoluciones, nueve en total, con recomendaciones y mandatos
para el Tribunal de Cuentas, el Gobierno y el propio Parlamento, en
parecidos términos al informe de fiscalización del ejercicio de 1991,
1990 y anteriores.
Bien es cierto que hay que reconocer que, en los últimos tiempos, ha
mejorado al menos la labor del Tribunal
de Cuentas, pero poco más. La Cuenta General del Estado de 1992, según el
informe de dicho Tribunal, presenta innumerables deficiencias.
Primero, no es completa. Faltan las cuentas de doce organismos autónomos
y de uno de carácter administrativo. Segundo, no hay concordancia entre
los datos aportados en la Cuenta General del Estado por las entidades
pagadoras y receptoras, relativo a las transferencias internas. Tercero,
falta de coordinación o concordancia, que se debe a desajustes contables
motivados por información deficiente, indefinición normativa, incorrecta
clasificación contable en los estados de ingresos y gastos. Cuarto,
inexactitudes respecto a las modificaciones de los créditos incididos.
Con respecto a la Administración General del Estado, destacan las
siguientes irregularidades: no se ha aplicado el presupuesto de gastos de
determinadas obligaciones, ni se ha aplicado el presupuesto de ingresos
de determinados derechos. El superávit de gestión presupuestaria tiene
unas correcciones por las que se vería disminuido en más de 187.000
millones de pesetas. Permanecen sin aplicar al presupuesto obligaciones
originadas en 1992 y en ejercicios anteriores por más de 1,2 billones de
pesetas. Y así un largo etcétera que no relato para no alargar mi
intervención.
En las cuentas de los organismos autónomos y de los organismos
comerciales, industriales y financieros ocurre lo mismo: defectos
formales, obligaciones y derechos reconocidos en exceso y faltos de
reconocer, deficiencias e incorrecciones relativas a información
complementaria, y un largo etcétera. En definitiva, una falta de ajuste a
las normas legislativas aplicables y a los principios que deben informar
su rendición y elaboración, como así lo ponen de manifiesto el Tribunal
de Cuentas y el Ministerio Fiscal. (El señor Vicepresidente, Beviá
Pastor, ocupa la Presidencia.) Ante esta situación, se hace cada vez más
urgente establecer las medidas necesarias para corregir estas
deficiencias. Medidas que tienen que estar relacionadas con los
estamentos que tienen relación y responsabilidad en esta materia. Deben
seguir mejorando las actuaciones del Tribunal de Cuentas, para lo cual se
hace necesario estudiar la reforma del propio organismo y de la normativa
que lo rige actualmente.
Es necesario, como ya se puso de manifiesto en el debate de presupuestos,
acometer con urgencia la reforma de la Ley General Presupuestaria,
reforma que parece ser que el Gobierno va a presentar dentro de pocos
meses.
Es necesario que el Gobierno acometa la reforma de la Administración
pública, sobre todo en relación con la materia que nos ocupa, exigiendo a
los órganos de la Administración que están relacionados con la
elaboración, control y gestión de las cuentas del Estado que éstos
alcancen el grado de cumplimiento de las normas y principios contables
que garanticen la fiabilidad de los estados financieros de las
administraciones públicas.
Y de todo esto, señorías, no olvidemos que gran parte de la
responsabilidad última la tiene el Parlamento, del cual depende el propio
Tribunal de Cuentas y el establecimiento de la legislación por la que se
rigen las normas que regulan los organismos responsables de la
elaboración de las cuentas públicas.
El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Señor Zabalía, termine, por
favor.
El señor ZABALIA LEZAMIZ: Termino, señor Presidente.
La habitualidad con que en este Parlamento se presentan las cuentas
públicas, con defectos, inexactitudes y errores, hace que hayamos llegado
a un grado de indiferencia por el cual, a pesar de esta situación,
aprobemos las cuentas sin más trascendencia que la elaboración de una
serie de resoluciones, de las que, además, no hay un seguimiento sobre su
grado de cumplimiento.
Creo, señorías, que si no somos capaces de cambiar radicalmente la
elaboración de las cuentas del Estado, tendremos una gran
responsabilidad. Espero que con las medidas que ya ha propuesto el
Gobierno, y que se han aprobado en esta Cámara, para evitar ciertas
situaciones, se dé comienzo a un verdadero cambio, no sólo normativo,
sino de la mentalidad de los gestores y administradores de los dineros
públicos.
Nada más y muchas gracias.
El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor Zabalía.
Por el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió), tiene la
palabra el señor Sánchez i Llibre.
El señor SANCHEZ I LLIBRE: Muchas gracias, señor Presidente.
Señoras y señores Diputados, la posición del Grupo Parlamentario Catalán
(Convergència i Unió) respecto al dictamen que ha elaborado la Comisión
Mixta del Tribunal de Cuentas sobre la Cuenta General del Estado
correspondiente al año 1992, después de su análisis y estudio en
profundidad, sobre la base del informe elaborado por dicho Tribunal, es
una posición crítica en el fondo, porque entendemos que este debate, que
teóricamente es muy importante, se ha transformado, en primer lugar, en
un debate devaluado, políticamente, en el tiempo. No es correcto,
políticamente hablando, debatir las cuentas del año 1992 cuando está
finalizando el año 1996 y prácticamente estamos en los inicios del año
1997. Por tanto, la primera crítica en cuanto a la forma es que se trata
de un debate devaluado políticamente en el tiempo. Si como consecuencia
de esta devaluación política en el tiempo añadimos que se trata de un
debate de trámite ya que dicho debate
político está desfasado en la actualidad porque, en definitiva, en 1996
se ha producido un cambio de signo político, hemos pasado de que
gobiernen los socialistas a tener un Gobierno popular, la conclusión es
que pocas filigranas se pueden hacer en un debate en el que el juicio de
las cuentas del año 1992 no corresponden al Gobierno actual.
Desde Convergència i Unió consideramos que esta posición crítica también
la tenemos respecto al fondo y no solamente en la forma, ya que en base
al informe elaborado por el Fiscal del Tribunal de Cuentas se detectan
dieciocho tipos de anomalías contables que nosotros consideramos
políticamente muy graves, a las que me referiré más adelante, por lo que
también podríamos deducir que las cuentas no se corresponden
correctamente con los datos fiables que se habrían de encontrar dentro de
las mismas. También podríamos llegar a la afirmación de que, realmente,
dichas cuentas no reflejan la imagen fiel de la situación financiera del
Estado en cuanto a las cuentas del año 1992.
Respecto a las anomalías que están perfectamente dictaminadas en el
informe que ha elaborado el fiscal, ya las ha comentado mi predecesor en
el uso de la palabra, pero me gustaría incorporar las fundamentales a
este debate, ya que nosotros les damos una importancia políticamente
relevante: falta de rendimiento de cuentas por parte de doce organismos
autónomos, defectos formales graves en la contabilidad de seis organismos
autónomos, falta de concordancia entre las contabilidades de las
entidades pagadoras y las receptoras, discrepancias contables, errores en
las cuentas de los inmovilizados materiales así como errores en cuanto a
la aplicación de la amortización de dichos inmovilizados materiales,
falta y confusión en las cuentas de préstamos y asunción de deudas,
defectos en la contabilización de activos ficticios, excedentes de
capital injustificables, cuentas bancarias no registradas, etcétera.
A partir de estos dieciocho defectos importantes quizá cabría hacer tres
o cuatro consideraciones importantes. ¿Se podían haber evitado dichas
irregularidades si hubiera existido una actuación más estricta por parte
de la Intervención General del Estado --y vuelvo a repetir la expresión
más estricta porque entendemos que dicha actuación ha sido estricta-- en
cuanto a la aplicación del artículo 93 de la Ley General Presupuestaria y
la aplicación del Real Decreto del 20 de septiembre? ¿Hubieran existido
dichas irregularidades si, repito, la Intervención General del Estado
hubiera sido más estricta? ¿Se han impuesto también las sanciones
correspondientes a todos aquellos organismos autónomos que no han
presentado las memorias respectivas? Quizá aquí tendríamos que hacer otra
pregunta importante: ¿qué hubiera pasado si cualquier compañía mercantil
del ámbito privado hubiera cometido las irregularidades que han cometido
los diferentes organismos autónomos? Que hubieran incurrido en
responsabilidades penales y mercantiles y es muy probable que también se
les hubieran impuesto las multas correspondientes. Otra pregunta que
queda en la Cámara es a quién se han de pedir responsabilidades por los
defectos de contabilidad importantes en dichos organismos autónomos.
Por tanto, en base a este informe y a las conclusiones a las que llega el
fiscal en su análisis de la cuenta del año 1992, creemos que no es
completa, que hay múltiples infracciones así como abusos contables e
irregularidades. Se podría llegar a la conclusión por parte del Grupo
Parlamentario Catalán de Convergència i Unió que en esta ocasión en el
debate y aprobación de la cuenta de 1992 el Gobierno de 1992 continúa
suspendiendo la asignatura de la Cuenta General...
El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Señor Sánchez i Llibre, vaya
terminando.
El señor SANCHEZ I LLIBRE: Termino, señor Presidente.
A partir de aquí, nosotros esperamos que en los futuros debates del año
1993 y posteriores el Gobierno recoja estas consideraciones para poder
evitar unas conclusiones tan contundentes y tan críticas como las que
acabo de plantear.
Por consiguiente, a partir de estos razonamientos y de estas
consideraciones el Grupo Parlamentario de Convergència i Unió ha
incorporado unas propuestas de resolución, que se aprobaron en la
Comisión, orientadas básicamente, por una parte, al reconocimiento del
trabajo por parte del Tribunal de Cuentas en cuanto a la solución en el
tiempo y en cuanto a la periodificación de la incorporación de dichos
informes para que podamos irlos viendo sin tantas distancias en el
tiempo, y como consecuencia de ello a continuar en este proceso de mayor
adecuación de dichos informes en el tiempo.
Hay una necesidad ineludible de que definitivamente se realicen las
comprobaciones oportunas a los efectos de analizar el grado de
cumplimiento de las diferentes recomendaciones y ajustes finalmente
acordados. Por descontado también, como he dicho en mi intervención,
nosotros consideramos procedente que, en base a las irregularidades
detectadas por el informe del Tribunal Cuentas, se proceda inmediatamente
a la aplicación de las multas respectivas a los organismos autónomos por
falta de presentación de las cuentas correspondientes, de acuerdo con el
artículo 35 de la ley de 1988.
Creemos oportuno que el Gobierno adopte las medidas necesarias con objeto
de que la Cuenta General del Estado y de las entidades que lo conforman
se ajuste plenamente a la legislación aplicable y a los principios que
deben informar su rendición y elaboración. Por descontado, debemos
manifestar que el Grupo Parlamentario de Convergència i Unió está
estudiando una serie de iniciativas parlamentarias encaminadas a que
se puedan ver en Comisión y en Pleno las cuentas generales del Estado
de 1993 y posteriores. Ahora hay un desfase pro medio de cuatro años, que
es el plazo que existe entre que se presentan y se debaten en Pleno y en
Comisión. Pretendemos, para ganar tiempo, rebajar el plazo a un 50 por
ciento de manera que las cuentas se puedan ver en la Comisión
correspondiente y en el Pleno en un plazo máximo de dos o tres años.
Por último, señor Presidente, y agradeciendo su benevolencia en cuanto al
tiempo, quiero decir que Convergència i Unió votará favorablemente el
dictamen de la Comisión Mixta del Tribunal de Cuentas respecto a la
Cuenta General del año 1992.
Muchas gracias, señor Presidente.
El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor Sánchez i Llibre.
Por el Grupo Parlamentario de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya,
tiene la palabra el señor Centella.
El señor CENTELLA GOMEZ: Señor Presidente, señorías, intervengo para
exponer la opinión de nuestro grupo brevemente por imperativo de la
Presidencia y también porque uno sube a esta tribuna desmoralizado, como
parece ser que también lo han hecho otros portavoces que me han precedido
en el uso de la palabra.
Tenemos ante nosotros unas cuentas del Estado de 1992 que se han
presentado con una tardanza que hace que este debate y otros que se hayan
tenido anteriormente en Comisión tengan un carácter meramente
testimonial. En ese sentido es normal que subamos, como decía, bastantes
desmoralizados en relación a la eficacia de lo que aquí hoy podamos o no
acordar. Queremos que esta intervención sirva al menos para poner en
evidencia una forma de administrar los fondos públicos por parte de
quienes deberían ser ejemplo para el resto de los ciudadanos y entidades
del Estado.
Resulta vergonzoso que el Tribunal tenga que terminar con una simple pero
contundente propuesta, en el sentido de pedir a las Cortes Generales que
requieran al Gobierno que adopte las medidas necesarias para que las
cuentas generales del Estado y las entidades que lo conforman se ajusten
plenamente a la legislación aplicable y a los principios que deben
informar su elaboración. Con esto, señorías, mal ejemplo les damos al
resto de los españoles, mal ejemplo damos a aquellos que están obligados
a cumplir la ley y para los que seguramente la justicia es mucho más
severa que este dictamen y la propia Comisión Mixta del Tribunal de
Cuentas.
Para evitar que se nos pueda acusar de tendenciosos en nuestra
valoración, nos vamos a limitar a repetir textualmente algunas de las
conclusiones que aporta el propio Tribunal de Cuentas y que dejan en
evidencia a quienes tenían la obligación de administrar el dinero de
todos los españoles. Señala el Tribunal de Cuentas la deficiente
información mutua que existe entre las entidades implicadas en
operaciones de transferencias internas, unida a una cierta indefinición
normativa sobre la cuantía y el momento en que, una vez aprobados los
criterios de transferencia, nace la obligación de pago y estos relativos
derechos de cobro. Igualmente destaca la incorrecta clasificación
contable de estos gastos e ingresos por algunas entidades y también la
aplicación ocasional de criterios contables diferentes por parte de
pagadores y de perceptores.
Señala el Tribunal de Cuentas numerosas discrepancias contables, entre
las que se destacan por su significación y por su importancia
cuantitativa las que se derivan de la contratación de derechos en
numerosos organismos por transferencias del Estado que no llegaron a
reconocerse por éste, incorporándose, sin embargo, los correspondientes
remanentes de crédito a 1993. Así como por el reconocimiento de
obligaciones por el Estado cuyos respectivos derechos habían sido
contraídos por los organismos en 1991 y las originadas por el registro en
las cuentas de la Administración general del Estado de 50.000 millones de
pesetas como derechos reconocidos en el ejercicio pendientes de cobro a
31 de diciembre de 1992 por transferencias del exterior, que corresponden
a una transferencia a favor del INEM pendiente de pago y que, sin
embargo, el organismo las tiene correctamente contabilizadas desde el año
1987, año en que se produjo la operación.
Por otra parte, el Tribunal de Cuentas observa que en 118 créditos los
remanentes anulados superan el importe de sus aplicaciones y, en 29
créditos más, sus remanentes se sitúan entre el 25 y el 100 por cien de
las ampliaciones efectuadas.
En relación a la cuenta de la Administración general del Estado, no se
han aplicado en el presupuesto de gastos, según informa el Tribunal de
Cuentas, determinadas obligaciones originadas en el ejercicio y, por el
contrario, se han imputado a él obligaciones generadas en años
anteriores.
En otro apartado se indica que las acciones de Tabacalera estaban
sobrevaloradas en 7.204 millones en relación con el valor que les
correspondía, de acuerdo con los criterios de instrucción de contabilidad
de la cartera de valores.
Este es un simple muestreo de las irregularidades que han sido señaladas
por anteriores portavoces. Ante éstas y otras conclusiones, nuestro grupo
presentó propuestas de resolución que intentaban subsanar los problemas
que reflejaba el propio Tribunal de Cuentas. Sin embargo, nuestras
propuestas no fueron aprobadas por la mayoría de la Comisión y, en ese
sentido, nos vamos a abstener en la votación, esperando que alguna vez
las cuentas del Estado puedan ser ese ejemplo en el que, como decía, se
miren el resto de los ciudadanos e instituciones del Estado y que este
debate nos dé más moral a los portavoces de esta Comisión y
podamos subir a esta tribuna con la convicción de que no estamos hablando
simplemente para el «Diario de Sesiones», sino para resolver problemas
importantes para el país.
Muchas gracias.
El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor Centella.
Por el Grupo Socialista, tiene la palabra el señor Pérez Touriño.
El señor PEREZ TOURIÑO: Señor Presidente, señoras y señores Diputados,
para el Grupo Parlamentario Socialista, de cuya posición soy hoy
portavoz, lo sustantivo es que las cuentas que hoy se traen a discusión y
aprobación de este Pleno fueron favorablemente dictaminadas en su día en
la correspondiente Comisión Mixta del Tribunal de Cuentas y aprobadas con
el voto unánime de todos los grupos parlamentarios allí presentes, y
entendemos que merecen la aprobación del Pleno porque han aprobado el
examen de los cuatro grandes objetivos que la fiscalización del Tribunal
de Cuentas exige a las cuentas generales del Estado. En primer lugar,
porque la cuenta es conforme, en plazo, estructura y contenidos, según
las disposiciones que les son de aplicación; en segundo lugar, porque
tienen la necesaria y suficiente homogeneidad y consistencia interna, en
definitiva, porque responden al denominado principio de coherencia; y por
último, porque aun existiendo discrepancias en cuanto a la aplicación y
la interpretación de determinadas normativas contables y presupuestarias,
los estados financieros reflejan adecuadamente la situación económico
financiera y patrimonial de los distintos órganos sometidos a
fiscalización, según el propio dictamen de la Comisión.
En efecto, las cuentas fueron rendidas en plazo, sobre un total de 101
organismos autónomos sometidos a fiscalización, con la única excepción de
once organismos autónomos que, en términos de créditos iniciales, vienen
a ser el 4 por ciento de los créditos iniciales del grupo, y por un
organismo autónomo administrativo, el 0,04 por ciento de los créditos
iniciales del grupo de organismos autónomos correspondiente. En
definitiva, una mejoría importante respecto al año 1990, que había sido
del 10 por ciento, o del año 1991, que había sido del 6 por ciento.
Desde el punto de vista formal, su estructura y su contenido, el Tribunal
de Cuentas tan solo apreció finalmente defectos formales relevantes en
cinco de los organismos sometidos a fiscalización. Asimismo, según el
propio dictamen del tribunal, los estados de liquidación presupuestaria
son homogéneos y consistentes, aunque puedan existir problemas de
información mutua deficiente entre organismos que son, al mismo tiempo,
receptores y pagadores de transferencias internas. En todo caso, estas
deficiencias afectan, señorías, al 4 por ciento del total transferido y
se aporta, por otra parte, un estado de conciliación entre las mismas.
Por último, conviene recordar que tampoco existen problemas de legalidad
que conduzcan al inicio de actuaciones por la sección de enjuiciamiento
del Tribunal de Cuentas, al establecimiento de piezas separadas o de
alcance contable.
En términos de contabilidad presupuestaria, de resultados en la gestión
del presupuesto --y con ello entro de lleno en la valoración de la
liquidación presupuestaria de 1992--, existen determinadas discrepancias
entre el Tribunal de Cuentas y el Gobierno y la Intervención General de
la Administración del Estado respecto a las cifras de la liquidación, por
una parte y, por otra --que es la causa y fundamento de lo anterior--,
derivadas de de la diversidad de criterios, a las que posteriormente me
referiré.
En ese sentido, las discrepancias se agrupan básicamente en tres órdenes.
Primero, en cuanto a la imputación de gastos. Hay criterios diferentes,
en segundo lugar, respecto a los requisitos administrativos para la
aplicación presupuestaria, para la aplicación en presupuesto, que
originan desfases temporales en la imputación. Y existen, por último,
algunas diferencias conceptuales en cuanto a las imputaciones
determinadas, concretas o puntuales.
En síntesis, señorías, creo que lo importante es reseñar que estos
desfases temporales en imputación de presupuesto y estas diferencias de
criterio, a veces en cuanto a la imputación administrativa, se deben
básicamente a diferencias de criterio en la interpretación de normas
contables entre lo que ha efectuado el Gobierno y la IGAE y lo que
efectúa el Tribunal de Cuentas. En definitiva, lo que hacen el Gobierno y
la IGAE es la aplicación correspondiente a la normativa vigente y
aplicable a la altura de 1992.
Para no prolongarme excesivamente, el último aspecto al que me voy a
referir es al de la crítica a las modificaciones de crédito efectuadas;
en definitiva, la crítica de que el presupuesto ejecutado no se
corresponde con el presupuesto aprobado por el volumen de las
modificaciones realizadas. Tan sólo por situar las cosas en sus justos
términos, diré que se habla de más de cuatro billones, pero hay que
decirlo todo con claridad. Más de la mitad de estos cuatro billones el
propio Tribunal de Cuentas lo separa claramente porque corresponden a
operaciones financieras de deuda pública. En definitiva, en gran parte se
trata de amortización de pagarés del Tesoro, que se tramitan de esta
forma, al amparo de lo dispuesto en la Ley de Presupuestos. Son
modificaciones que no afectan tampoco a los déficit públicos, a los
déficit no financieros. En puridad, de lo que estamos hablando es de
modificaciones de créditos que afectan al 11 por ciento del crédito
inicial.
En resumen, señorías, no debemos confundir las cosas. Los criterios de
imputación de gastos de la contabilidad
presupuestaria y de la contabilidad general que aparecen en la Cuenta
General del Estado --por cierto, se compensan los gastos unos ejercicios
con otros-- son y pueden ser distintos a los de la Contabilidad Nacional.
Es más, interpretando correctamente las cifras y los conceptos del
Tribunal de Cuentas --que, por cierto, algún medio de comunicación en su
día y algún grupo parlamentario hoy también se han apuntado en el mismo
sentido--, el déficit habría de incrementarse, según esas
interpretaciones, en algo más de dos billones de pesetas. Pues bien,
señorías, en caso de aplicar el criterio de devengo estrictamente, el
déficit no sólo se incrementaría en tan alta cifra, sino que se reduciría
en 115.000 millones de pesetas, si no he hecho mal el ejercicio del
cálculo.
El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Señor Pérez Touriño, vaya
terminando.
El señor PEREZ TOURIÑO: Acabo, señor Presidente.
Nos felicitamos porque el dictamen de la Comisión Mixta fuera unánime y
aprobatorio. Desde las cuentas de 1992 hasta hoy se han producido
elementos importantes de mejora y perfección; se ha aprobado una nueva
Ley de Contratos del Estado; existe un nuevo Plan de Contabilidad Pública
que entra en vigor a partir del año 1995. En síntesis, hay que decir con
claridad que ni hay facturas en el cajón ni hay agujeros ni estamos
hablando, ni se puede hablar con rigor, de déficit ocultos. Se aplican
criterios válidos, los criterios contables vigentes a la altura del año.
Y lo que no hay, eso sí es cierto, son dosis de contabilidad creativa o
de contabilidad imaginativa, como tanto parecen abundar últimamente en
los proyectos y en los presupuestos presentados por el Gobierno.
Nada más, señor Presidente.
El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor Pérez Touriño.
Por el Grupo Popular, tiene la palabra el señor Jordano.
El señor JORDANO SALINAS: Señor Presidente, señoras y señores Diputados,
señor Pérez Touriño, en la contabilidad que presente el Gobierno del
Partido Popular a partir del ejercicio de 1996 quizá pueda haber algún
elemento de contabilidad creativa, pero puede estar seguro que no habrá
inadecuaciones contrarias a la transparencia contable. Es decir, lo que
no habrá son maniobras para enmascarar determinadas partidas contables,
que es lo que pone de manifiesto el Tribunal de Cuentas en relación al
ejercicio de 1992.
El Grupo Popular va a votar por primera vez a favor de las cuentas
generales del Estado, pero lo hace no porque le merezca una aprobación
total la contabilidad presentada, sino porque nos encontramos con que la
posibilidad que teníamos era rechazar las cuentas y, por tanto, mandar a
nuestro Gobierno, que no ha hecho estas cuentas de 1992, que no ha tenido
nada que ver con la realización del ejercicio de 1992, que volviera a
hacerlas con otros criterios. Como comprenderá, eso es imposible.
La segunda particularidad que nos vamos a encontrar es que a instancias
precisamente del Grupo Socialista, que dice que las cuentas merecen su
aprobación y que las ve muy bien, se aprueban trece medidas concretas
que, una a una, rectifican apartados de lo que hizo el Gobierno en el
ejercicio de 1992. Por tanto, no parece que sea muy adecuado cantar las
bondades de estas cuentas y, sin embargo, imponer trece correcciones
diferentes.
Pero para tranquilidad de la Cámara y del Grupo Socialista, que tanto
empeño ha tenido ahora, una vez que ya no está en la responsabilidad de
gobierno, en imponer una serie de criterios de rigor contable, le puedo
decir que el Gobierno del Partido Popular ya está aplicando esos
criterios de rigor contable. En el Pleno del 22 de octubre, en que se
presentó el proyecto de ley de medidas de disciplina presupuestaria, ya
se incluyeron una serie de medidas que van a impedir que vuelvan a
presentarse en esta Cámara unas cuentas con los defectos, los problemas y
los errores de las cuentas de 1992. De entrada, se garantiza un techo
global del gasto, lo que va a significar respecto a las cuentas de 1992
que no se va a producir una modificación presupuestaria de cuatro
billones 265.000 millones. Esa fue la modificación presupuestaria
acordada por el Gobierno en el ejercicio de 1992. Se van a limitar
taxativamente las incorporaciones de crédito, se van a reducir las
ampliaciones de crédito, se van a vincular los gastos en bienes y
servicios corrientes a las obligaciones de tracto sucesivo. En
definitiva, no se va a encontrar nunca un Gobierno con que los teléfonos
de los distintos organismos públicos no están pagados; se va a hacer un
seguimiento periódico de los créditos comprometidos, y se va a imponer la
obligación de no disponibilidad en los supuestos de superación de los
gastos. Por supuesto, se va a aplicar un criterio efectivo que evite las
desviaciones para ejercicios posteriores.
En el año 1992 se desplazaron a ejercicios posteriores gastos
comprometidos y realizados por dos billones 188.000 millones, en el mejor
de los casos. Si aplicamos los criterios de gastos financieros,
superaríamos los tres billones de pesetas. Aplicar con claridad un
criterio de imputación de gastos en el ejercicio en que se devengan va a
permitir que los Gobiernos posteriores no tengan que asumir errores o
pagos no realizados por el Gobierno que está en un ejercicio determinado.
Se trata de que algo que no representa las cuentas de 1992, que es que
recoja la imagen fiel de la actividad económico financiera del Estado, sí
lo representen las cuentas públicas. Se trata de que la auditoría que
realice el Tribunal de Cuentas sobre las cuentas del Estado
sea limpia. Y respecto al ejercicio de 1992, hay que decir que ha sido
una auditoría sucia porque las cuentas estaban muy mal hechas. No hay más
remedio que aprobarlas, pero no crean que el hecho de hacerlo significa
aprobar y ratificar todo lo que hizo mal el Gobierno en 1992 respecto a
las cuentas públicas.
Nada más, señor Presidente.
El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor Jordano.
Vamos a pasar a la votación correspondiente al dictamen. (El señor
Presidente ocupa la Presidencia.) El señor PRESIDENTE: Votación del
dictamen de la Comisión Mixta del Tribunal de Cuentas sobre la Cuenta
General del Estado correspondiente a 1992 y resoluciones adoptadas por la
citada Comisión, que han sido presentadas y debatidas por los portavoces
que han intervenido.
Comienza la votación. (Pausa.)
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 267; a
favor, 259; abstenciones, ocho.
El señor PRESIDENTE: En consecuencia, queda aprobado el dictamen.
Se levanta la sesión.
Eran las seis y treinta minutos de la tarde.