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DS. Congreso de los Diputados, Pleno y Dip. Perm., núm. 227, de 18/02/2003
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CORTES GENERALES


DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS


PLENO Y DIPUTACIÓN PERMANENTE


Año 2003 VII Legislatura Núm. 227

PRESIDENCIA DE LA EXCMA. SRA. D.ª LUISA FERNANDA RUDI ÚBEDA

Sesión plenaria núm. 218

celebrada el martes, 18 de febrero de 2003



ORDEN DEL DÍA: Modificación del orden del día ... (Página 11528)


Comunicación del Gobierno, de conformidad con lo dispuesto en los artículos 196 y 197 del Reglamento: ...



- Debate relativo a la comunicación del Gobierno en la que se solicita la celebración de un debate sobre la crisis de Irak, conforme a lo dispuesto en los artículos 196 y 197 del Reglamento. (Número de expediente 200/000003.) ... href='#(Página11528)'>(Página 11528)


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SUMARIO


Se abre la sesión a las cuatro de la tarde.



Modificación del orden del día ... (Página 11528)


La Presidencia, conforme al artículo 68.1 del Reglamento, de acuerdo con los portavoces de los grupos parlamentarios, propone al Pleno de la Cámara la modificación del orden del día, en el sentido de sustituir el punto I, correspondiente a
la comparecencia del Gobierno ante el Pleno de la Cámara, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 203 del Reglamento, por el debate relativo a la comunicación del Gobierno en la que se solicita la celebración de un debate sobre la crisis de
Irak, conforme a lo dispuesto en los artículos 196 y 197 del Reglamento.
Asimismo somete al Pleno de la Cámara la modificación del orden del día, en el sentido de que el epígrafe II del mismo, correspondiente a mociones consecuencia de
interpelaciones urgentes, pase a ser debatido como último epígrafe del orden del día correspondiente a la sesión del jueves 20 de febrero de 2003, modificaciones que se aprueban por asentimiento.



Comunicación del Gobierno, de conformidad con lo dispuesto en los artículos 196 y 197 del Reglamento ... (Página 11528)


Debate relativo a la comunicación del Gobierno en la que se solicita la celebración de un debate sobre la crisis de Irak, conforme a lo dispuesto en los artículos 196 y 197 del Reglamento ... (Página 11528)


El señor presidente del Gobierno (Aznar López) comparece ante la Cámara, a petición propia, algo menos de 24 horas después del Consejo Europeo extraordinario para dar cuenta de la evolución de la crisis internacional, la crisis provocada por
la negativa de Irak a cumplir las resoluciones de Naciones Unidas, cumpliendo así el compromiso adquirido en su comparecencia de hace trece días y rebasando los precedentes que, en cuanto al modelo de debate, fueron establecidos al inicio de esta
crisis, en 1990, así como el formato que sigue la Cámara ante los consejos europeos. A continuación da cuenta de las sucesivas reuniones de la Alianza Atlántica, del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y del Consejo Europeo en sesión
extraordinaria y expone la posición del Gobierno, que es la que ha guiado su actuación en todas las instituciones internacionales. Concreta esta posición en cinco puntos que pasa a analizar. Primero, el Gobierno sigue trabajando por tener paz y
seguridadon Segundo, a esta paz estable y segura se llega por el respeto y el consiguiente acatamiento de las resoluciones del Consejo de Seguridad, que obligan a Irak a eliminar los arsenales de destrucción masiva que posee. Tercero, es
imprescindible que Irak se desarme en cumplimiento de las resoluciones de Naciones Unidas. Cuarto, en países como el nuestro es importante tener muy en cuenta la amenaza que hoy supone un terrorismo fanático, dispuesto a ampliar estos medios de
destrucción masiva y la disposición de cierta clase de Estados a facilitárselos. Y quinto, España es decidida partidaria de que la solución de esta crisis venga de la mano de las Naciones Unidas y de que la comunidad internacional demuestre la
debida firmeza y unidad ante quienes incumplen sus mandatos. A continuación se refiere al Consejo Europeo extraordinario reunido a instancias de la Presidencia griega.
España, dice, ha acudido a este Consejo con una disposición constructiva, con
el objetivo de profundizar y reforzar el consenso europeo obtenido en el Consejo de Copenhague y articulado por los ministros de Asuntos Exteriores el 27 de enero. El Consejo, añade, tuvo en cuenta los dos informes presentados por los jefes de los
inspectores de las Naciones Unidas. Asimismo muestra su satisfacción por poder decir a la Cámara que los principios y los ejes expuestos por España se han visto bien reflejados en las conclusiones del Consejo Europeo, de las que destaca las
siguientes: El objetivo de la Unión Europea respecto a Irak sigue siendo el desarme total y efectivo, de acuerdo con las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en particular la resolución 1441. Bagdad no debe
hacerse ilusiones, debe desarmarse y cooperar inmediata y plenamente. La Unión Europea reitera su firme convicción de la necesidad de fortalecer el proceso de paz en Oriente Medio y de resolver el conflicto entre Israel y Palestina, y propugna que
las Naciones Unidas sigan en el centro del orden internacional, comprometiéndose a colaborar con todos sus socios, especialmente con los Estados Unidos, para lograr el desarme de Irak, la paz y la estabilidad en la región y un futuro digno para
todos sus ciudadanos. Destaca asimismo el hecho de que los Trece países de la ampliación se hayan adherido hoy al mediodía al consenso alcanzado por el Consejo Europeo, y termina su intervención invocando la necesidad del desarme, el respeto a la
legalidad internacional y la voluntad de acabar ahora con el engaño y el ocultamiento.



Interviene el señor Rodríguez Zapatero, en nombre del Grupo Parlamentario Socialista.



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Contesta el señor presidente del Gobierno (Aznar López).



Replica el señor Rodríguez Zapatero, duplicando el señor presidente del Gobierno.



Interviene el señor Trías i Vidal de Llobatera, en nombre del Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió).



Contesta el señor presidente del Gobierno (Aznar López).



Replica el señor Trías i Vidal de Llobatera, duplicando el señor presidente del Gobierno.



Interviene el señor Llamazares Trigo, en nombre del Grupo Parlamentario Federal de Izquierda Unida.



Contesta el señor presidente del Gobierno (Aznar López).



Replica el señor Llamazares Trigo, duplicando el señor presidente del Gobierno.



Interviene el señor Anasagasti Olabeaga, en nombre del Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV).



Contesta el señor presidente del Gobierno (Aznar López).



Replica el señor Anasagasti Olabeaga, duplicando el señor presidente del Gobierno.



Interviene el señor Mauricio Rodríguez, en nombre del Grupo Parlamentario de Coalición Canaria.



Contesta el señor presidente del Gobierno (Aznar López).



Replica el señor Mauricio Rodríguez, duplicando el señor presidente del Gobierno.



Intervienen, en nombre del Grupo Parlamentario Mixto, los señores Vázquez Vázquez, Puigcercós i Boixassa, Saura Laporta, la señora Lasagabaster Olazábal y el señor Labordeta Subías.



Contesta el señor presidente del Gobierno (Aznar López).



Replican los señores Vázquez Vázquez, Puigcercós i Boixassa, Saura Laporta, la señora Lasagabaster Olazábal y el señor Labordeta Subías, duplicando el señor presidente del Gobierno.



Finalmente interviene en el debate el señor De Grandes Pascual, en nombre del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso.



Contesta el señor presidente del Gobierno (Aznar López).



De acuerdo con el contenido del apartado 1 del artículo 197 del Reglamento, se abre un plazo de treinta minutos para que los grupos parlamentarios puedan presentar ante la Mesa de la Cámara las propuestas de resolución.



Se suspende la sesión a las nueve y media de la noche.



Se reanuda la sesión a las diez y cuarenta y cinco minutos de la noche.



La señora presidenta convoca a la Junta de Portavoces en la sala Mariana Pineda, suspendiéndose de nuevo la sesión.



Se reanuda la sesión.



Propuestas de resolución ... (Página 11573)


Para una cuestión de orden en relación con una decisión de la Junta de Portavoces intervienen los señores Mauricio Rodríguez, del Grupo Parlamentario de Coalición Canaria, y De Grandes Pascual, del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso.



La señora presidenta aclara la decisión tomada por la Junta de Portavoces e inicia el debate de las propuestas de resolución y de las enmiendas.



En el turno de presentación de propuestas de resolución intervienen el señor Labordeta Subías, la señora Lasagabaster Olazábal, los señores Saura Laporta, Puigcercós i Boixassa y Vázquez Vázquez, del Grupo Parlamentario Mixto; Mauricio
Rodríguez, del Grupo Parlamentario de Coalición; Anasagasti Olabeaga, del Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV); Alcaraz Masats, del Grupo Parlamentario Federal de Izquierda Unida; Guardans i Cambó, del Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i
Unió); Caldera Sánchez-Capitán, del Grupo Parlamentario Socialista, y Arístegui y San Román, del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso.



A los solos efectos de aceptar o rechazar las enmiendas presentadas a las propuestas de resolución intervienen los señores Guardans i Cambó, De Arístegui y San Román y Vázquez Vázquez.



A continuación se procede a la votación de las propuestas de resolución admitidas a trámite.



Se suspende la sesión a las doce y cuarenta minutos de la noche.



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Se abre la sesión a las cuatro de la tarde.



MODIFICACIÓN DEL ORDEN DEL DÍA.



La señora PRESIDENTA: Se abre la sesión.



Señorías, conforme al artículo 68.1 del Reglamento, la presidencia, de acuerdo con los portavoces de los grupos parlamentarios, propone al Pleno de la Cámara la modificación del orden del día, en el sentido de sustituir el punto I de dicho
orden del día, correspondiente a la comparecencia del Gobierno ante el Pleno de la Cámara, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 203 del Reglamento, por el debate relativo a la comunicación del Gobierno en la que se solicita la celebración
de un debate sobre la crisis de Irak, conforme a lo dispuesto en los artículos 196 y 197 del Reglamento. Asimismo, se somete al Pleno de la Cámara la modificación del orden del día, en el sentido de que el epígrafe II del mismo, correspondiente a
mociones consecuencia de interpelaciones urgentes, pase a ser debatido como último epígrafe del orden del día correspondiente a la sesión del jueves 20 de febrero de 2003. ¿Lo acuerda así la Cámara? (Asentimiento.) En consecuencia, queda aprobada
la modificación del orden del día.



DEBATE RELATIVO A LA COMUNICACIÓN DEL GOBIERNO, EN LA QUE SE SOLICITA LA CELEBRACIÓN DE UN DEBATE SOBRE LA CRISIS DE IRAK, CONFORME A LO DISPUESTO EN LOS ARTÍCULOS 196 Y 197 DEL REGLAMENTO. (Número de expediente 200/000003.)


La señora PRESIDENTA: Punto I del orden del día: Debate relativo a la comunicación del Gobierno, en la que se solicita la celebración de un debate sobre la crisis de Irak, conforme a lo dispuesto en los artículos 196 y 197 del Reglamento.



Tiene la palabra el señor presidente del Gobierno.



El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Señora presidenta, señorías, comparezco de nuevo a petición propia ante la Cámara, algo menos de 24 horas después de un Consejo Europeo extraordinario, para dar cuenta de la evolución de la
crisis internacional, la crisis provocada por la negativa de Irak a cumplir las resoluciones de Naciones Unidas.
Cumplo así el compromiso adquirido en la comparecencia de hace trece días, y lo hago rebasando los precedentes que en cuanto al modelo
de debate fueron establecidos al inicio de esta crisis en 1990, así como el formato que sigue esta Cámara ante los consejos europeos.



En estas dos semanas se ha reunido en sucesivas ocasiones la Alianza Atlántica. También el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas fue convocado el pasado viernes para escuchar y debatir un nuevo informe de los inspectores. Finalmente,
ayer mismo se reunió en Bruselas el Consejo Europeo en sesión extraordinaria. Como se puede ver, la comunidad internacional ha trabajado intensamente sobre la crisis iraquí; una crisis que, como quedó claro en la reunión del viernes en Nueva York,
permanece abierta dada la ausencia de voluntad de Irak de proceder al desarme al que está obligado desde 1991.



La posición que el Gobierno ha expuesto en esta Cámara es la que ha guiado nuestra actuación en todas las instituciones internacionales, y se concreta en cinco puntos. Primero, el Gobierno sigue trabajando por tener paz y seguridad. El
Gobierno quiere contribuir a restablecer una situación de paz con seguridad, es decir, una paz duradera. Segundo, a esta paz estable y segura se llega por el respeto y el consiguiente acatamiento de las resoluciones del Consejo de Seguridad, que
obligan a Irak a eliminar los arsenales de destrucción masiva que posee. Tercero, es imprescindible que Irak se desarme en cumplimiento de las resoluciones de Naciones Unidas. En este punto es preciso recordar, señorías, que todas las resoluciones
dirigidas a Irak, teniendo en cuenta la gravedad de los hechos, le exigen el desarme bajo advertencia de graves consecuencias. Cuarto, en países como el nuestro es importante tener muy en cuenta la amenaza que hoy supone un terrorismo fanático,
dispuesto a emplear estos medios de destrucción masiva, y la disposición de cierta clase de Estados a facilitárselos. Quinto, España es decidida partidaria de que la solución de esta crisis venga de la mano de las Naciones Unidas y de que la
comunidad internacional demuestre la debida firmeza y unidad ante quienes incumplen sus mandatos.



Señorías, el primero de los propósitos de la Carta de las Naciones Unidas es precisamente el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales. La paz surge del respeto a la legalidad internacional, encarnada en las resoluciones de las
Naciones Unidas. En su calidad de miembro del Consejo de Seguridad, España trabaja para que las decisiones se consensuen dentro y luego sean acatadas y respetadas fuera. La máxima institución de seguridad en nuestro mundo no puede quedar bloqueada
ni superada por los acontecimientos. La resolución pacífica del conflicto era también el objetivo del Consejo de Seguridad cuando aprobó de forma unánime la Resolución 1441 el pasado mes de noviembre, que da una nueva y última oportunidad al
régimen iraquí con el fin de restaurar la seguridad internacional.



El pasado fin de semana, millones de personas han expresado en las democracias de todo el mundo, y también en nuestro país, su anhelo de paz. Por este mismo objetivo están trabajando las instituciones internacionales y el Gobierno. Todos
compartimos la aspiración de un mundo en paz, un mundo más seguro, no sometido a ningún chantaje de terror ni de armamentos de destrucción masiva. Son muchas, muchísimas las personas cuyo sí a la paz no significa que estén dispuestas a conformarse
con cualquier paz, y son muchas más las que no van a dejar que su negativa al conflicto sirva para decir un sí a Sadam, un sí a que las cosas continúen igual allí.



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Creo que todos compartimos la idea de que regímenes como el de Sadam y los grupos terroristas forman parte de la misma amenaza. A todos nos tiene que preocupar que armas de destrucción masiva puedan facilitarse en cualquier momento a grupos
terroristas. Sadam Husein, señorías, es el único gobernante en el mundo que ha autorizado el uso de armas químicas, tanto contra sus enemigos exteriores como contra su propia población. Su historial de violaciones de derechos humanos es uno de los
más terribles y sangrientos de la historia. Sadam Husein es una amenaza; lo es y lo ha sido. Ha sido una amenaza para su propio pueblo, al que gobierna y ha gobernado por el terror, y no dudó en masacrar a su propia población.
Además, Sadam
Husein no ha dudado en detraer en beneficio propio y del desarrollo de sus programas armamentísticos una parte importante de los recursos generados por el petróleo. Él es el único responsable de los padecimientos de su pueblo. Sadam ha sido y
sigue siendo una amenaza para sus vecinos. Invadió dos de ellos: Irán y Kuwait, y ha amenazado o amenaza también a otros países de la zona. Para lograr sus objetivos, Sadam Husein no dudó en utilizar armas químicas contra Irán ni en destruir los
pozos petrolíferos de Kuwait.



Señora presidenta, señorías, los atentados masivos no son ninguna fantasía. Tras el 11 de septiembre no tenemos excusa para no estar preparados. El uso de armas químicas o bacteriológicas por estos grupos no es una ficción. España sufre
el terrorismo desde hace décadas y sabemos que frente a los terroristas sólo cabe actuar con firmeza. Cada resquicio de impunidad lo aprovechan para seguir golpeando. Si perciben que matar o prepararse para matar no tiene consecuencias, es cuando
ven realizables sus propósitos destructivos. La paz que el mundo anhela se consigue siendo firme frente a quien la amenaza. No se desarma a los terroristas sólo con buenos deseos, se necesita una acción responsable, perseverante y firme que
implica mirar la realidad de frente y que implica y supone estar dispuesto a tomar decisiones difíciles y a aplicar las medidas necesarias. Este es el deber de los gobiernos democráticos: unir las convicciones a la responsabilidad de las
decisiones. España defiende la acción concertada de la comunidad internacional en la lucha contra el terrorismo y por razones evidentes somos los primeros en comprender que el esfuerzo contra el terrorismo es más eficaz si todos los países
participamos en él.



Señorías, después de doce años de incumplimientos y engaños por parte de Bagdad, el Consejo de Seguridad decidió dar a Sadam Husein la última oportunidad y adoptó, por unanimidad, la Resolución 1441. La presión internacional y la amenaza
del uso de la fuerza producen resultados. Nos encontramos cada vez más cerca de alcanzar el necesario desarme de Irak en armas de destrucción masiva, que es el objetivo de la comunidad internacional. Mientras Naciones Unidas ha intentado que el
régimen de Bagdad se desarme de forma pacífica, Sadam Husein ha violado las resoluciones de forma sistemática. Durante doce años ya, el régimen iraquí ha mantenido un sistema deliberado de engaño y de ocultamiento a la comunidad internacional. La
existencia de este sistema ha sido denunciada desde hace muchos años por las Naciones Unidas. Consta que ingentes recursos del petróleo que, según las condiciones del alto el fuego, deberían haberse utilizado para mejorar el bienestar del pueblo
iraquí, han sido destinados a dificultar la labor de los inspectores y a ocultar arsenales. Solamente si existe una voluntad real de desarme por parte del régimen iraquí, como se dio en otros países, veremos este objetivo alcanzado. Ucrania,
Sudáfrica, Bielorrusia o Kazajstán se sometieron a un desarme inspeccionado por las Naciones Unidas. Como tenían voluntad, las inspecciones fueron posibles, las verificaciones se hicieron en un plazo muy breve, todo funcionó. En el caso de
Sudáfrica, bastó con nueve inspectores para certificar el desarme. Si en Irak no funciona, no es por falta de tiempo ni de medios, es por falta de voluntad. Hoy por hoy, no podemos, desgraciadamente, constatar esa voluntad. Debemos, en
consecuencia, seguir ejerciendo toda la presión posible y presentando un frente unido de la comunidad internacional. El día 28... (Se produce un altercado en la tribuna de invitados.-Un invitado exhibe un cartel que dice: No a la guerra.)


La señora PRESIDENTA: Un momento, señor presidente.



Ruego a los servicios de la Cámara desalojen a la persona que está alterando el orden en las tribunas. (Rumores.-Aplausos.) Muchas gracias.



Puede continuar, señor presidente.



El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Gracias, señora presidenta.



Decía que el día 28 el Consejo de Seguridad se volverá a reunir para conocer un nuevo informe de los jefes de los inspectores. Entonces sabremos si el régimen de Bagdad ha cambiado de actitud de forma clara e inequívoca, sabremos si está
cooperando de manera completa, activa, inmediata e incondicional, tal como le piden las Naciones Unidas. Este es el consenso unánime en las Naciones Unidas, este es también el consenso en la Alianza Atlántica y este es también el consenso en la
Unión Europea, y este es un acuerdo, señorías, en el cual también participa la Liga Árabe. El Gobierno está asumiendo todas sus responsabilidades, tanto en la Alianza Atlántica como en la Unión Europea. La posición de la Alianza fue adoptada en
Praga el pasado mes de noviembre. La de la Unión Europea en Copenhague en diciembre y ha sido ratificada ayer en Bruselas.
España tiene presentes todos los compromisos asumidos y actúa como lo que es: un aliado y un socio seguro y leal. Gracias
a una oportuna iniciativa de la presidencia griega, ayer se volvió a reunir el Consejo Europeo en sesión urgente. España ha acudido a este Consejo con una disposición constructiva, con el objetivo de profundizar y reforzar el consenso europeo
obtenido en el Consejo de Copenhague y articulado por


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los ministros de Asuntos Exteriores el 27 de enero. El Consejo tuvo en cuenta los dos informes presentados por los jefes de los inspectores de las Naciones Unidas, así como los trabajos que está desarrollando estos días la Alianza
Atlántica. España acudió a este Consejo con la voluntad de cooperar activamente en la consolidación de puntos de acuerdo mediante las siguientes propuestas, que eran y son coherentes con la posición del Gobierno: En primer lugar, que la Resolución
1441 debe aplicarse en su totalidad para conseguir el desarme de Irak. En segundo lugar, que esta es la última oportunidad de Sadam Husein para cumplir con la legalidad internacional. Asimismo, defendíamos, en tercer lugar, que los inspectores
están desarrollando su labor gracias a la firmeza, la determinación y el fortalecimiento militar de la comunidad internacional y que Irak debe cooperar de forma activa con los inspectores para lograr su desarme por medios pacíficos. En cuarto
lugar, defendíamos que el Consejo de Seguridad debe asumir su responsabilidad de mantener la paz y la seguridad internacionales. Y por último, destacábamos la necesidad de fortalecer el proceso de paz en Oriente Medio y de afrontar y resolver el
conflicto entre Israel y Palestina.



Señorías, el Consejo escuchó con atención al secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, quien resumió las claves de esta crisis en tres elementos: que de lo que se trata y el objetivo esencial es lograr el desarme iraquí; que
la unidad, la firmeza y el fortalecimiento militar han sido esenciales para lograr que los inspectores regresaran a Irak, y que estos elementos deben ser la base de la actuación de la comunidad internacional; y que cuando Estados Unidos y Europa
están unidos, la paz y la seguridad salen fortalecidas, y esto vale para esta y para otras crisis, y en ello también le va mucho a la credibilidad de las Naciones Unidas.



Señorías, tengo la satisfacción de poder decir a la Cámara que los principios y los ejes expuestos por España se han visto bien reflejados en las conclusiones del Consejo Europeo, de las que quiero destacar ante SS.SS. las siguientes: Que
el objetivo de la Unión Europea respecto a Irak sigue siendo el desarme total y efectivo, de acuerdo con las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en particular la Resolución 1441. Que Bagdad no debe hacerse
ilusiones, debe desarmarse y cooperar inmediata y plenamente. Irak tiene una última posibilidad de solucionar pacíficamente la crisis. El régimen iraquí será el único responsable de las consecuencias si sigue desacatando la voluntad de la
comunidad internacional y no acepta esta última oportunidad. En el Consejo hemos reiterado nuestro pleno apoyo al trabajo que están realizando los inspectores de las Naciones Unidas. Deben dárseles el tiempo y los recursos que el Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas estime que necesiten. Sin embargo, las inspecciones no pueden continuar de forma indefinida sin la plena cooperación iraquí.
Esta debe incluir el suministro de toda la información adicional y específica sobre los
aspectos que se han planteado en los informes de los inspectores.



Sigo literalmente con las conclusiones del Consejo Europeo. Nos comprometemos -decimos- a que las Naciones Unidas sigan en el centro del orden internacional. Reconocemos que la responsabilidad fundamental para tratar el desarme iraquí
corresponde al Consejo de Seguridad. Ofrecemos nuestro pleno apoyo al Consejo en el cumplimiento de sus responsabilidades. La Unión Europea reitera su firme convicción de la necesidad de fortalecer el proceso de paz en Oriente Medio y de resolver
el conflicto israelo-palestino. Asimismo, el Consejo, en consonancia con lo expresado por el secretario general de las Naciones Unidas, el señor Kofi Annan, estableció que la unidad de la comunidad internacional resulta vital al abordar estos
problemas. Nos hemos comprometido -decía- a colaborar con todos nuestros socios, especialmente con los Estados Unidos, para lograr el desarme de Irak, la paz y la estabilidad en la región y un futuro digno para todos sus ciudadanos.



Estas son las conclusiones del Consejo Europeo en sus términos literales y en este momento quiero llamar la atención de la Cámara sobre el hecho de que los Trece países de la ampliación se han adherido hoy al mediodía al consenso alcanzado
por el Consejo Europeo. Es un consenso por tanto que alcanza a toda Europa, y yo me alegro de ello porque son países que van a formar parte de la Unión Europea y cuyo criterio y opinión también es muy importante que sea tenido en cuenta.



Ha sido muy consciente el Consejo Europeo de que el vínculo transatlántico desempeña un papel fundamental en la construcción europea. Estuvo presente en los inicios de tal construcción, ha estado presente después y continuará representando
un papel primordial. Las relaciones entre ambos lados del Atlántico son en todo caso un juego de suma positiva, no un juego de suma cero, en el que lo que gana uno lo pierde el otro. Todos ganamos en el fortalecimiento y en el mantenimiento de ese
vínculo. La Unión Europea y la Alianza Atlántica deben desarrollar iniciativas para defender nuestros intereses en el mundo. Precisamente si es posible hablar hoy de un germen de política europea de seguridad y defensa es porque en un mundo
completamente diferente del bipolar no podemos dejar de generar nuestra propia capacidad de respuesta. Europa y los Estados Unidos estamos trabajando conjuntamente para afrontar esta crisis tanto en el Consejo de Seguridad como en la Alianza
Atlántica, y en estos días está habiendo intensos contactos en ese sentido. La Alianza es el instrumento que nos hemos dado las naciones libres del mundo occidental para defender nuestra seguridad. La Alianza está trabajando también para lograr el
desarme del régimen iraquí. La Alianza Atlántica ha expresado también su completa solidaridad con Turquía y su compromiso para cumplir sus obligaciones de apoyar a este país frente a amenazas contra su seguridad que se pueden derivar del desarrollo
de la presente crisis.



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Sadam Husein tiene la llave para resolver esta crisis. El mundo espera el desarme de Irak. Millones de personas lo han pedido en las calles de todo el planeta este fin de semana y es lo que todos queremos. (Rumores.) El desarme es
imprescindible... (Fuertes rumores.)


La señora PRESIDENTA: Señorías, guarden silencio. ¡Señorías, guarden silencio!


El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): El desarme es imprescindible para la seguridad del mundo. Restará capacidades a los terroristas... (Se produce un altercado en la tribuna de invitados.-Varios invitados exhiben carteles que
dicen: No a la guerra.-Aplausos.)


La señora PRESIDENTA: Un momento, señor presidente.



Ruego a los servicios de la Cámara que desalojen las tribunas.
(Rumores.-Pausa.)


Puede continuar, señor presidente.



El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Decía, señora presidenta, que el desarme es imprescindible para la seguridad del mundo, que restará capacidades a los terroristas y que mejorará la situación del pueblo iraquí. Los vecinos
más próximos de Irak, los que han sido ya invadidos y amenazados, verán aliviada su situación. Despojar a Irak de sus armas de destrucción masiva contribuirá también a los esfuerzos de la comunidad internacional de impulsar la paz en Oriente Medio.



Señora presidenta, la necesidad del desarme, el respeto a la legalidad internacional, la voluntad de acabar ahora con el engaño y el ocultamiento son objetivos asumidos por toda la comunidad internacional.
En los últimos días hemos visto
cómo distintos portavoces del régimen de Bagdad han vuelto a hablar de su voluntad de cooperar con la comunidad internacional. Así se lo han dicho a los inspectores de las Naciones Unidas, a la Santa Sede y a los medios de comunicación
internacionales.
Pero no se trata de hacer declaraciones, se trata de actuar, se trata de hacer efectiva una voluntad clara e incondicional de desarme. Esto es lo que les ha dicho el Papa Juan Pablo II cuando les ha pedido que cumplan con las
resoluciones. (Aplausos.-Rumores.)


Algunos pensarán...



La señora PRESIDENTA: Señorías, guarden silencio.



El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Algunos pensarán que este cambio de actitud se debe a que los inspectores han pasado 10 días más en Irak. Yo creo que si el régimen de Bagdad llega a moverse y pasa de la retórica y de los
gestos a la realidad de los hechos será por la firmeza que está demostrando la comunidad internacional. Estamos esperando, pero no esperamos de brazos cruzados. La comunidad internacional está unida en su exigencia de desarme a Sadam Husein y está
reforzando el mensaje de que no va a aceptar el desafío a la autoridad de las Naciones Unidas.



Señorías, la paz nunca se consigue por sí sola y creo que la seguridad es un requisito esencial de la paz. No habrá paz real bajo nuevas amenazas.
Pensamos que una posición internacional activa como la sostenida por España puede evitar
mejor la intervención y obtener la paz en Irak, una paz que respete el derecho internacional. Sabemos que hay un riesgo real.
Sabemos que sería más fácil seguir otro camino porque siempre es más fácil no hacer nada, salvo que ello, en nuestra
opinión, no es una opción responsable en política. En política y en el Parlamento se tiene la obligación de dar una alternativa que no sea meramente verbal. No una, dos o tres, como se han llegado a presentar en las últimas tres semanas, sino una
alternativa posible y creíble en razón de la situación internacional. Creo que con la seguridad de un país más vale no jugar, no ponerla en riesgo, por alejado que parezca estar. Y menos cambiar seguridad por votos. (Protestas.-Aplausos.)


En el rechazo al peligro que representa Sadam Husein no estamos solos, ni mucho menos. Sabemos lo que queremos para nuestro país. Estamos bien acompañados en la Alianza Atlántica, en completa sintonía dentro de la Unión Europea actual y en
la futura. En la comunidad internacional, agrupada en torno a Naciones Unidas, donde hemos sido elegidos para el Consejo de Seguridad y presidimos el comité antiterrorista, no por casualidad.



Señora presidenta, es por la paz por lo que la actividad diplomática en las últimas semanas está siendo tan intensa. Estamos en permanente contacto con los gobiernos de la Unión Europea, con los miembros del Consejo de Seguridad, con la
Alianza Atlántica, con la Liga Árabe y también con los países de la comunidad iberoamericana. Hemos entrado a formar parte del Consejo de Seguridad en un momento decisivo y ésa es una responsabilidad que no podemos eludir. Nuestro país tiene que
ser, está siendo, sujeto activo en la búsqueda de la paz. Si hemos llegado a estar en estos momentos en el Consejo es porque hay muchas naciones en el mundo que consideran que España puede y debe ayudar a crear y a restaurar consensos en
situaciones de crisis. Somos plenamente partidarios de que las resoluciones del Consejo de Seguridad sean cumplidas. El Consejo no puede ni debe caer en la irrelevancia. Sería equivalente a hacer dejación grave de sus responsabilidades y pondría
en entredicho la propia credibilidad de la comunidad internacional.



Señorías, la Unión Europea ha logrado un acuerdo, ha logrado un consenso.
Veo posible, y sobre todo veo deseable, que ese mismo consenso pueda abarcar también a las fuerzas políticas españolas. Desde que se inició esta crisis hemos pedido
que se mantuviera el consenso que existió en su origen. Lo hemos pedido y hemos trabajado activamente para lograrlo. Hoy estamos dispuestos a volver a hablar nuevamente de ello y a intentarlo una vez más.



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Quiero decir a la Cámara que, al término de este debate, el Grupo Parlamentario Popular se propone presentar como propuesta de resolución el mismo texto que ayer aprobamos por unanimidad los quince países de la Unión Europea. (Aplausos.) Es
un texto de consenso, un texto para el consenso. Invitamos a todos los grupos parlamentarios a proponer conjuntamente con nosotros el acuerdo europeo en sus propios términos, porque ahí están comprendidos todos los elementos sustanciales para
lograr la paz y porque ahí está, como se ha demostrado ayer por los quince miembros de la Unión y hoy por los trece países candidatos, una posición que da cabida a todos, que da cabida a toda Europa. Además, porque creo que es un acuerdo que señala
un camino útil y efectivo, un camino que es respetuoso con la legalidad internacional, con la paz y con la seguridad y con el efectivo cumplimiento de las resoluciones de las Naciones Unidas. En este consenso, como digo, hemos podido encontrarnos
los quince países de la Unión Europea y los que muy pronto van a ingresar en ella, cada uno con sus matices, con sus colores o con sus posiciones.
Ahí estamos todos los que hasta ayer parecíamos -y no lo estábamos realmente- demasiado alejados.
Estamos juntos. Estémoslo también en esta Cámara y en esta nación.



Señorías, en apenas dos décadas España ha consolidado una democracia madura, ha ganado en prosperidad y respeto internacional. Nuestro país también ha tomado conciencia de la importancia de la seguridad exterior y ha sabido integrarse en el
concierto de las naciones libres y cooperar lealmente en su seno. Lo ha hecho en la guerra del Golfo, en Centroamérica, en Bosnia, en Albania, en Kosovo, en Afganistán. También lo hemos hecho en Angola o en Namibia. Hay españoles en puestos clave
de responsabilidad internacional. Ese es el consenso en el que se basa nuestra política exterior y de seguridad que esta Cámara puede preservar.



La paz es posible. Por la paz es por lo que se han manifestado, como he dicho, millones de personas en todo el mundo; es por lo que trabajamos los gobiernos de muchos países, es lo que ocupa hoy a los organismos internacionales. Señorías,
la paz es posible. La responsabilidad -como ha dicho el Consejo Europeo- es de Sadam Husein. Su régimen tiene la posibilidad de desarmarse y de satisfacer así el deseo de paz, el anhelo de paz de todo el planeta.



Muchas gracias, señora presidenta. (Prolongados aplausos.)


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor presidente.



En nombre del Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra el señor Rodríguez Zapatero.



El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Gracias, señora presidenta.



Señorías, señor presidente del Gobierno del Reino de España,...
(Risas.-Aplausos.-Rumores.)


La señora PRESIDENTA: Señorías, guarden silencio.



El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Quiero que mis primeras palabras sean de valoración de algunas de las cosas que han pasado en los últimos días, en las últimas semanas, desde que tuvimos el anterior debate sobre la crisis en torno a Irak. Sin
duda alguna, para el Grupo Socialista lo más importante que ha ocurrido ha sido la movilización de la ciudadanía en España y en tantas partes del mundo. Una movilización sin precedentes, una movilización que en nuestro país ha representado la
expresión más contundente y más amplia desde la transición democrática. Una ciudadanía que ha dicho con contundencia no a la guerra y sí a la paz. (Aplausos.) Una ciudadanía responsable y que ha dado un ejemplo de civismo. Una ciudadanía que no
sólo ha dicho no a la guerra y sí a la paz, ha dicho alguna cosa más. Una ciudadanía que ha dicho que quiere un orden internacional guiado por la seguridad compartida, guiado por la legalidad internacional y no guiado por una única voz, por muy
potente que esta sea. Una ciudadanía que ha rechazado con contundencia lo que significa cualquier pretensión de colar la legítima defensa preventiva. Y una ciudadanía que en España ha expresado también su deseo de tener un Gobierno con voz propia,
con voz autónoma, y no un Gobierno que simplemente siga las tesis del señor Bush, presidente de Norteamérica.
(Aplausos.) La movilización de la ciudadanía, insisto, sin precedentes y, como se ha subrayado por algún medio, en España, sin que fuera
ni apoyada ni convocada por el principal partido de esta Cámara, lo cual tiene un enorme valor simbólico, junto a la actitud y a la opinión de muchos países del mundo, de muchos líderes, entre otros de líderes europeos de países como Francia,
Alemania, Bélgica, y también la actitud de la mayoría o de la totalidad de los grupos de la oposición, ha permitido sin duda alguna que hoy haya más esperanza para la paz y que también tengamos aquí un debate en condiciones, como teníamos que haber
tenido desde el primer día. (Aplausos.)


A estas alturas, señor Aznar, creo que se habrá dado cuenta de alguna cosa. Hace unos días en una televisión usted pidió que se le comprendiera y que se le apoyara. Ahora le puedo decir que, precisamente porque le comprendíamos y le
comprendía la ciudadanía española, no le hemos apoyado ni le ha apoyado mayoritariamente la ciudadanía española. (Aplausos.) Y por ello quizá ha venido con un cierto cambio de retórica. Pero permítame que le diga que ha venido también perdiendo
cada día más credibilidad en su acción de Gobierno y dirigiendo este país. (Rumores.-Aplausos.) Ha venido a dar cuenta de lo que fue ayer el debate y la resolución del Consejo Europeo. A ello me quiero referir. Para el Grupo Socialista ha sido
sin duda alguna un paréntesis positivo en la situación que vivíamos, tanto en la Unión Europea como en la comunidad internacional, después de ver el debate en el Consejo de Seguridad. Es un intento positivo de recuperación de lo que representa una
visión multilateral del mundo, también un intento de recuperar lo que parecía una vía para quebrar la unidad de la Unión Europea. Pero creo que no nos debemos engañar ni entre


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nosotros ni ante la ciudadanía. Esa resolución tiene una declaración de principios genérica y elude algunas cuestiones que son trascendentales, como es, como debería ser que contuviera un compromiso de cuál va a ser la posición de los
países europeos que están en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Usted a eso no se ha referido y creo que debe a la Cámara y a la ciudadanía una explicación de cuál va a ser su posición, su actitud, en el Consejo de Seguridad, cuando
empiece nuevamente el proceso de deliberaciones. La inmensa mayoría de los españoles y de esta Cámara creo que exigen y agradecerían muchísimo que la posición fuera distinta a la que vimos en representación de su ministra de Asuntos Exteriores, que
fue una imagen bastante lamentable ante el mundo, señor Aznar.
(Aplausos.)


Le decía que había perdido cada día más credibilidad y me parece que hay argumentos suficientes para que eso pueda ser sustentado. Fíjese con qué tesis ha venido usted y su Gobierno defendiendo y manteniendo su posición ante la crisis de
Irak y algunas de las cosas que aparecen en la resolución del Consejo Europeo. Usted pidió que apareciera un plazo breve para los inspectores y no aparece ninguna referencia a un plazo breve. En absoluto. Usted pidió -términos literales- la
estricta aplicación de la Resolución 1441, con un lenguaje que todos entendíamos, y lo que dice la resolución es que hay un deseo de que la misma sea cumplida a través de vías pacíficas. Usted expresó en algún medio de comunicación, al que antes
hacía referencia, su voluntad de ser comprendido y apoyado.
Afortunadamente, la resolución del Consejo Europeo hace una referencia explícita a la voluntad de los europeos, de la opinión pública y de la ciudadanía. Algo muy distinto a lo que había
venido siendo su posición.
Usted y miembros de su Gobierno han venido defendiendo que, si Naciones Unidas no actuaba, podía correr serios riesgos y que por tanto habría un organismo que no serviría absolutamente para nada. Señor Rajoy, está en
todos los teletipos. Es así. (El señor Rajoy Brey hace signos afirmativos.) Y, afortunadamente, la resolución del Consejo Europeo habla de que sea el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas quien tenga la responsabilidad en la decisión de la
crisis. La resolución habla de tiempo y recursos para los inspectores y su ministra en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas dijo textualmente: No se necesitan más inspecciones.



Ante las movilizaciones masivas de Europa y del mundo, también de España, el Consejo Europeo afortunadamente ha hecho una mención y un reconocimiento explícito y ustedes decían hace unos días que esas movilizaciones eran en contra del
cumplimiento de las resoluciones vigentes de Naciones Unidas. Usted ha venido hablando de que una segunda resolución del Consejo de Seguridad no era imprescindible pero sí deseable y la resolución del Consejo no hace ninguna referencia a una
posible segunda resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Por último, la comunicación que ustedes han presentado a la Cámara para justificar este nuevo formato de Pleno y para que haya debate, lo cuál es sin duda alguna positivo, no
hace ninguna referencia a lo que han sido las movilizaciones, la voz de la ciudadanía y la expresión de tanta gente. Por cierto, que usted tampoco lo ha hecho hoy aquí más que de pasada -sumándose, intentando sumarse-, ni estos días, en una actitud
que ha sido fácilmente comprendida por la ciudadanía. ¡Cómo habrá sido el respeto de su Gobierno a esas movilizaciones que ni siquiera mereció un segundo de conexión directa de la televisión pública, que es de todos los ciudadanos de este país!
(Aplausos.) Ni un solo minuto. (Una señora diputada: Para la boda, sí.) Señor Aznar, su posición se ha atemperado fundamentalmente en la retórica y se ha atemperado por los millones de españoles que salimos a la calle y por la posición de algunos
de nuestros socios europeos, pero lo cierto es que hace dos semanas se quedó solo en el Parlamento, usted y su Gobierno se quedaron bastante solos en las calles españolas y se ha quedado solo también, en minoría, en la Unión Europea, por mucho que
intente venir aquí a presentar como un triunfo la resolución del Consejo Europeo. (Rumores.)


La señora PRESIDENTA: Señorías, guarden silencio.



El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Señor Aznar, se ha quedado solo no únicamente por su posición, sino también por su forma de gobernar, por su estilo y por su talante. (Un señor diputado: ¡Muy bien!) Le explicaré cuál es el problema, en el que
usted nos ha metido, como país, a todos. Señor Aznar, usted tiene un compromiso desde hace meses con el presidente Bush, un compromiso que se resume en un apoyo incondicional, y eso le ha venido originando una actitud de apoyo y de seguidismo a
cada pronunciamiento que hacía la Administración norteamericana. Le ha obligado a hacer una interpretación de la Resolución 1441, que diera cobertura a un ataque automático a Irak y, afortunadamente, hoy ya prácticamente nadie en el mundo sostiene
esa posición. Eso es lo que se ha ganado desde hace dos semanas aquí, gracias especialmente a los ciudadanos. Nadie -espero que usted tampoco- sostiene que pueda haber un ataque militar con base en lo que representa la Resolución 1441. Ha venido
defendiendo un tiempo limitado, mínimo, para el trabajo de los inspectores, que pudiera justificar la guerra y un ataque militar en las próximas semanas.
Prácticamente no ha escuchado -lo vimos con la actuación de su ministra y con lo que ha
expuesto usted aquí- los avances que constató el informe del señor Blix. Y ese compromiso con el señor Bush nos ha llevado a donde él quería ir. Lo que le exijo hoy, en nombre de millones de españoles, señor Aznar, es que rompa ese compromiso de
apoyo incondicional que tiene con el señor Bush. (Aplausos.)


Discrepamos radicalmente de las posiciones que han venido manteniendo y de la defensa de ese apoyo a un ataque militar, pero también discrepamos de cómo han desarrollado esa posición, esa estrategia, ante la ciudadanía y ante el conjunto del
país. Han distribuido en los diarios


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de mayor tirada una propaganda infantil que ofende a la inteligencia de los lectores, señor Aznar. (Aplausos.) El presidente de la Comunidad Autónoma de Galicia y presidente de honor de su partido se ha inventado la censura preventiva al
retirar el apoyo a los premios Max de teatro, porque seguramente... (Rumores.)


La señora PRESIDENTA: Señorías, guarden silencio. Señora García-Alcañiz, guarde silencio.



El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Seguramente, decía, iban a suponer un ejercicio de libertad de expresión. Se viene ocultando a la opinión pública qué preparativos realiza Estados Unidos, de naturaleza bélica o de alcance bélico, en bases
enclavadas en nuestro territorio. Se ha entrevistado en el último año, señor Aznar, hasta cinco veces con el señor Bush, cinco veces más que con cualquiera de los líderes de la oposición y de los grupos parlamentarios, que representan a millones de
españoles. (Aplausos.) Han hecho un ejercicio y un abuso de intervención permanente y de manipulación de los medios públicos de comunicación y también... (Rumores.)


La señora PRESIDENTA: Señorías, guarden silencio.



El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Pero si no se recuerda, señorías. ¡Que la mayor manifestación que ha habido en la historia de este país no haya tenido una conexión de un minuto en la televisión pública, cuando ha habido conexiones en directo
de tantos acontecimientos! (Aplausos.) Ya se lo dije en alguna ocasión, señor Aznar. Haga el recuento. Explique a la Cámara cuántas veces ha aparecido usted en los dos últimos meses, en el mes de diciembre y enero, cuántos minutos, en Televisión
Española, y qué pocos se ha dedicado a la inmensa mayoría de los ciudadanos que salieron a la calle a pedir la paz y en contra de la guerra.
(Aplausos.-Rumores.-El señor Hernando Fraile pronuncia palabras que no se perciben.)


La señora PRESIDENTA: Señor Hernando, guarde silencio.



El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Eso es, señor Aznar, se lo he dicho en alguna ocasión ya, un estilo autoritario de Gobierno, antiguo y antisocial. Y encima nos pide comprensión y apoyo para esa política. Señores del Partido Popular, señor
Aznar, esto que le acabo de decir es lo que piensa el Grupo Socialista y lo que piensan millones de españoles, que han visto de manera reiterada su actitud en la huelga general, ante la catástrofe de Galicia y ante lo que ha sido la manifestación
del pasado sábado. Eso es lo que piensan millones de españoles. (Rumores.)


La señora PRESIDENTA: Señorías, guarden silencio. (Rumores.)


Señorías, guarden silencio. (La señora Chacón Piqueras pronuncia palabras que no se perciben.)


Señora Chacón, guarde silencio. (Continúan los rumores.)


¡Señorías, guarden silencio! (Pausa.)


Adelante, señor Rodríguez Zapatero.



El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Muchas gracias, señora presidenta.



Yo les diría a los señores del Grupo Popular que sería bueno que dejaran que intentáramos convencer al señor Aznar; si a ustedes también les va a venir bien, tal como van las cosas. Sería bueno que me dejaran intentar convencerle, de
verdad. (Aplausos.)


Señor Aznar, señores del Gobierno, ustedes se han divorciado de lo que quieren los españoles. Desde septiembre usted se puso en las posiciones más extremistas. Volvió de sus encuentros con el señor Bush jactándose de que corría mucho más
que él y lo que no dijo es que corría en la dirección que él le señalaba permanentemente. Desde el primer momento se subió a lo más alto de la escalera belicista. En Bruselas y después de las manifestaciones ha tenido que bajar con disimulo un
peldaño. Pero no basta. Lo que le exigimos una gran mayoría de españoles es que baje toda la escalera y que la baje ya. Aunque desde el domingo pasado sabemos muy bien que seguramente sólo bajará de esa posición si no le queda más remedio, como
ha pasado en otros momentos durante esta legislatura.



Lo que demandan hoy los españoles, señor Aznar, es un Gobierno que tenga un comportamiento responsable. (Rumores.)


La señora PRESIDENTA: Señorías, guarden silencio.



El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Y un Gobierno responsable es el que preserva el consenso en política exterior que ha existido en el cuarto de siglo de nuestra democracia; un Gobierno responsable es el que escucha a los ciudadanos, que se
expresan de manera responsable, y no les pone trabas de ningún tipo; un Gobierno responsable es el que se apoya en el acuerdo de base de Bruselas para trabajar con Europa unida por la paz; un Gobierno responsable es el que utiliza su puesto en el
Consejo de Seguridad para dar a los inspectores medios y tiempos para desarmar a Sadam sin guerra; un Gobierno responsable es el que acude a ver al señor Bush, como creo que va a hacer este fin de semana, para transmitir la demanda de paz de todos
los españoles y no para recibir instrucciones, que es lo que sospechamos muchos. (Aplausos.) Un Gobierno responsable, señor Aznar, es el que se alía con las naciones que rechazan la guerra preventiva y defienden la paz, y un presidente responsable,
señor Aznar, es el que une a la nación en situaciones difíciles como esta.



Muchas gracias. (Prolongados aplausos.-Protestas.)


La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Rodríguez Zapatero.



¡Señorías, guarden silencio! (El señor Mancha Cadenas pronuncia palabras que no se perciben.)


Señor Mancha, guarde silencio.



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Señor presidente.



El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Señora presidenta, señorías, señor Rodríguez Zapatero, al cual he escuchado con mucha atención. Extraigo dos consecuencias de su intervención: la primera es que a S.S. no le han venido muy
bien ni los acuerdos en la Alianza Atlántica ni los acuerdos del Consejo Europeo, no está muy contento con ello. Y la segunda, señoría, es que rechaza una vez más el consenso que se le ofrece. (Aplausos.) Yo he ofrecido un consenso en torno al
cual se han agrupado, señoría, 28 países de la Unión Europea. Toda la Unión Europea más los trece países candidatos. Eso es exactamente lo que S.S.
ha rechazado esta tarde. Nos explicará luego, si es posible, cuál es su posición.



Señoría, antes de entrar en alguna consideración de fondo, quisiera decir que ha mencionado que este debate debía ser como el primer día. Lo que estoy haciendo es lo que no se hizo en esta Cámara cuando yo encabezaba la oposición y usted se
sentaba en esos bancos. (Aplausos.) Eso es lo que estoy haciendo. No se hizo cuando Irak invadió Kuwait. No se hizo cuando Naciones Unidas apoyaron y aprobaron su ultimátum a Sadam Husein. Ni siquiera se compareció. Se compareció tres semanas
después, en el marco de un Consejo Europeo, con un formato que ustedes aceptaban y ahora critican. Además, cuando el Gobierno lo cambia siguen criticándolo y dicen que establecemos una especie de mordaza en el Parlamento. Señoría, hay que tener un
poco más de coherencia, cuando se está en la oposición y cuando se está en el Gobierno; hay que tener un poco más de coherencia y una manifestación de ética política de mantenimiento de esas posiciones.
(Prolongados aplausos.) Podríamos seguir en
otros formatos y entenderíamos críticas de otros grupos parlamentarios que ya lo criticaban entonces, pero no podemos aceptar, señoría, ningún tipo de lección por su parte. Este es un Gobierno parlamentario, en un régimen parlamentario, y un
Gobierno que sabe que aquí está la soberanía y la legitimidad. Y desde luego es un Gobierno que no comparte aquellas teorías que intentan disociar el Parlamento de la calle, porque eso es un mal servicio a la democracia española. (Prolongados
aplausos.) Es un mal servicio a la democracia española.



Estos días, señorías, se ha hablado -y S.S. lo ha dicho- de una cuestión grave, que el Gobierno no representaba a la nación y que la voz del Gobierno no era la voz de los españoles, no era la voz del pueblo español. Señoría, negar
legitimidad al Gobierno para representar a España es un hecho grave, es un hecho muy grave, y es exactamente lo que S.S. ha hecho estos días. Es un hecho grave no solamente para el Gobierno sino para todas las instituciones representativas y es un
mal servicio a nuestra democracia. Y ya no hablo de otras cuestiones; cuando se habla de talante del Gobierno o cuando se habla de acción del Gobierno. Este Gobierno no ha tenido que cesar a nadie de sus cargos por discrepancia con una actuación,
como ocurrió en otros casos, señoría, cuando se cesaba a altos cargos del Gobierno porque no estaban de acuerdo en aquel entonces con la guerra del Golfo. Señoría, este Gobierno no ha tenido que cesar a nadie, no ha tenido que censurar a nadie. Lo
que exige, respeta y quiere el Gobierno es que se respeten las reglas del juego de la democracia representativa y parlamentaria.



Las manifestaciones, señoría, son sin duda una manifestación del pluralismo de una sociedad y un ejercicio de libertades protegidas por nuestro Estado de derecho, libertades que nos gustaría también que se viesen extendidas a más países y a
más personas, como es el caso de Irak.
El pluralismo, señoría, no significa el cambio de legitimidad. La legitimidad de la democracia no es sólo respeto a los que se manifiestan, sino también a los que no lo hacen. Es el respeto a la opinión
cuando se manifiesta en la calle y cuando se manifiesta en las urnas y es el respeto que se debe tener a las reglas del juego cuando se sabe que, en una democracia parlamentaria, la legitimidad democrática se gana limpiamente en las urnas, como
ocurre en nuestro país, y está representada en esta Cámara. (Aplausos.) No se debería buscar ningún atajo ni siquiera dialéctico para el respeto a las reglas del juego, señoría, porque las mayorías en una democracia parlamentaria pueden cambiar o
no en las urnas, según lo que decidan los ciudadanos, pero solamente en las urnas. Sabemos muy bien que cuando los ciudadanos se manifiestan ejercen, como he dicho, su derecho y cuando los dirigentes políticos se manifiestan, también. Además, los
dirigentes políticos tienen una responsabilidad, que es, naturalmente, saber respetar las reglas, saber respetar la legitimidad y lo que son las normas de la democracia parlamentaria.



Su capacidad para la manifestación, señoría, es ya conocida, pero tengo que decirle que su capacidad para la responsabilidad está bastante inédita (Aplausos.) Por tanto, le pido, señoría, que reflexione y que no haga esas afirmaciones
graves, que no son buenas para la democracia ni para nuestro sistema parlamentario (Rumores.) y forman parte de un juego en el cual el Gobierno desde luego no va a participar. Normalmente, los que acaban practicando esos juegos, como los que no
tienen argumentos, como los que no tienen discursos, acaban viendo los partidos desde la banda. Señoría, ésa será su responsabilidad, pero no va a introducir ahí lo que significa el ejercicio democrático del Gobierno (Varios señores diputados
pronuncian palabras que no se perciben.)


Señoría, se habla de paz y se habla de conflicto. Nosotros ya hemos dicho que queremos la paz y no queremos, ni ahora ni nunca, que pueda haber una guerra (Rumores.)


La señora PRESIDENTA: ¡Señorías, guarden silencio!


El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Señorías, sabemos muy bien que un conflicto es el fracaso de la persuasión, la negociación o la acción diplomática, pero también sabemos, señoría que, aunque puede ser difícil de entender que
la paz no


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es sólo la ausencia de un conflicto, sobre todo si se produce en un territorio lejano, hace falta ser responsable con las amenazas y con los riesgos que hay y hace falta hablar con claridad a la opinión (Rumores.)


Ayer, el secretario general de las Naciones Unidas nos pedía a los dirigentes europeos en el Consejo Europeo que en nuestras conclusiones prestásemos atención, por favor, a tres puntos esenciales. El primero es el desarme de Irak, que es a
lo que viene obligado el régimen iraquí. Por cierto, no he escuchado de S.S. ni una sola palabra en relación con ese tema, está más preocupado con otras cosas. (Rumores y protestas.-Aplausos.) Es un desarme, como he dicho, al que se ven obligados
desde la resolución 687 de 1991, señoría. Nos decía Kofi Annan que hay armas de destrucción masiva que se ha negado a destruir el régimen iraquí (Rumores.) Estamos intentando hacer resoluciones, estamos intentando que los embargos funcionen, que
haya negociaciones y que se busquen consensos. Lo hemos conseguido en la Alianza Atlántica, lo hemos conseguido en la Unión Europea y lo conseguiremos también en el Consejo de Seguridad (Rumores.)


No creemos estar ante un asunto, señoría, ni de tiempo ni de plazos, salvo que a alguien le parezca que doce años no es plazo suficiente. Para nosotros el plazo no es un problema, para nosotros el tiempo no es un problema, pero no estamos
ni en tiempos ni en plazos, señoría, estamos hablando de una voluntad de desarme y del respeto a la legalidad internacional (Varios señores diputados: ¡Muy bien!-Rumores.) Lo que no vale es que cuando a los inspectores, en el ejercicio de sus
funciones, el régimen iraquí les facilita algo en su juego de ocultación, se diga que las inspecciones funcionan y, cuando no se encuentra nada, se diga que no se ha probado que existan armas de destrucción masiva. Ese blindaje argumental,
dialéctico, que se da a Sadam Husein contra las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, es inaceptable, porque hace que sea Sadan Husein quien marque los tiempos y ellos sean los árbitros de la actuación de los demás. La comunidad
internacional no lo puede aceptar eso si quiere ser respetada y quiere vivir sin la amenaza de riesgos y sin la amenaza de chantajes en el futuro.
(Prolongados aplausos.)


Nos decía también el secretario general, señoría, que la presión es absolutamente fundamental, que ha sido absolutamente fundamental para el retorno de los inspectores a Irak, absolutamente fundamental; que no se hubiese producido el
retorno de los inspectores sin haberlo determinado la presión de la comunidad internacional. También nos ha dicho que hay que mantener la presión de la comunidad internacional y que hay que mantener el fortalecimiento militar ante la posibilidad de
que si al final no es cumplido todo por Sadam Husein esa amenaza del uso de la fuerza sirva para evitar justamente que se produzca un conflicto. Tampoco le he oído decir nada sobre esta cuestión, señoría. Está, evidentemente, más preocupado por
otras cosas.



En tercer lugar, señoría, el secretario general nos pidió ayer una cosa bastante esencial. Por encima de cualquier discurso fácil, que evidentemente se puede hacer en todas partes -por regla general siempre es el mismo-, nos decía que la
unidad de la comunidad internacional es fundamental. Parece ser que todos los europeos lo hemos entendido, parece ser que la Unión Europea lo ha entendido, parece ser que los países candidatos lo han entendido, parece ser que después de muchas
dificultades y de muchos días la Alianza Atlántica también lo ha entendido. Nos decía Kofi Annan: Es muy importante que la Unión Europea y los Estados Unidos puedan actuar conjuntamente en el marco del Consejo de Seguridad y en defensa de la
legalidad internacional, porque en eso va en gran medida el respeto a la credibilidad de las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Tampoco, señoría, por encima de eslóganes fáciles, le he escuchado nada sobre esto y,
sinceramente, me gustaría conocer su opinión, si está de acuerdo o no con estas propuestas que ayer nos hacía el secretario general de las Naciones Unidas, no el señor Bush, como usted dice, sino el secretario general de las Naciones Unidas
(Rumores.), siendo sensible, no a lo que es un interés electoral inmediato, sino a lo que es en este momento la más grave situación internacional que hemos vivido desde hace mucho tiempo y que en su discurso, señoría, ha merecido el desprecio del
análisis y el desprecio de los juicios por un oportunismo electoral y a corto plazo sencillamente lamentable. (Aplausos.)


Afortunadamente, España tiene y fija su criterio en el ámbito internacional y no espera, como ocurría antes, a sumarse a consensos ajenos, es capaz también de plantear y de forjar sus consensos, como lo ha demostrado, señoría. Para España,
y lo quiero decir, es muy importante, como para el conjunto de Europa, como lo ha demostrado, para todos los países europeos, la relación y el vínculo transatlántico, señoría. Hay quien piensa que todo eso no vale nada, hay quien piensa que vale
cualquier cosa con tal de ganar votos, hay quien piensa que la paz se gana con fáciles eslóganes producidos en cualquier discurso en un polideportivo o incluso en esta tribuna del Congreso de los Diputados.
(Rumores.) Así, señoría, no se gana la
paz. Así, señoría, como en otras ocasiones, se puede a lo mejor intentar confundir o manipular a los ciudadanos. Todo esto recuerda demasiado, señoría, a aquello de OTAN, de entrada, no, para al final quedarnos allí. (Rumores.) Todo eso lo
recuerda demasiado. Usted sabe, señoría, que si tuviesen alguna responsabilidad de Gobierno, no podría mantener ni dos minutos el discurso que está manteniendo porque estaría fuera de todo el cauce de la comunidad internacional, ni dos minutos,
señoría. (Aplausos.)


He manifestado en reiteradas ocasiones la posición del Gobierno, quiero volver a reiterarla. Ni el Gobierno ni la comunidad internacional, aunque a algunos no les guste, quieren que Sadam Husein conserve sus armas de destrucción masiva.
Sobre esto, tampoco le he escuchado una palabra a su señoría. (Protestas.) Es por evidente razón de seguridad, no sólo propia, no sólo de España, sino también de la comunidad internacional,


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del propio pueblo iraquí y de los países vecinos, víctimas de las agresiones de Irak.



Segundo. El Gobierno y la comunidad internacional están dispuestos a cumplir las resoluciones y están dispuestos, como decía ayer el Consejo de la Unión Europea, a cumplir el objetivo de desarme, que es el objetivo fundamental de respeto a
la legalidad internacional. Sabemos que si no se hace, se dará carta blanca a todo tipo de proliferación de armamentos y a todo tipo de dictadores y tiranos que puedan utilizar elementos con el terrorismo. (Rumores.)


Tercero. El Gobierno seguirá actuando en el marco del consenso internacional, de la Alianza Atlántica, de la Unión Europea y de las Naciones Unidas, donde estamos trabajando para que se respete y se cumpla la Resolución 1441. Resulta un
poco sorprendente exigir a los demás que respetemos que el Consejo de Seguridad sea el centro de la paz y la seguridad en el mundo y decir aquí que le da igual, que se está en contra de cualquier resolución del Consejo de Seguridad y que se critique
al Gobierno porque es partidario de una nueva resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. (Aplausos.)


Cuarta cuestión, señoría. Es fundamental, como ayer hemos acordado, mantener y reforzar la presión para intentar, por fin, de una vez por todas, que Sadam Husein cumpla con sus obligaciones. Presión en todos los medios, presión en la cual
se juega la credibilidad de las Naciones Unidas y presión que es, como dicen las resoluciones, como dice la Unión Europea, la última oportunidad que tiene Sadam Husein. Es de él, del cumplimiento de sus obligaciones, de él y de nadie más que de él,
señoría -cosa que tampoco he escuchado-, de quien depende que la solución se pueda obtener. Ojalá se obtenga y ojalá se pueda llegar a una solución de esta crisis por medios pacíficos. Esta es la posición del Gobierno que S.S. conoce bien; ahora
me gustaría saber cuál es la que usted ha propuesto. Sinceramente no la he escuchado, señorías,... (Rumores.-La señora García-Hierro pronuncia palabras que no se perciben.)


La señora PRESIDENTA: Señorías guarden silencio. Señora García-Hierro guarde silencio.



El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Ni con el objetivo de la comunidad internacional ni con resolución ni sin resolución ni con acuerdo de la Unión Europea ni sin acuerdo de la Unión Europea, a S.S. le da igual todo con tal de
cumplir y servir lo que cree que son objetivos electorales a corto plazo, le da igual absolutamente todo. (Aplausos.)


Dígame S.S., por favor, si está de acuerdo con lo aprobado ayer por el Consejo Europeo. ¿No está de acuerdo S.S. con el consenso al que han llegado quince países más los trece países candidatos? ¿No le parece bien el acuerdo alcanzado en
la Alianza Atlántica, señoría? ¿Con qué esta de acuerdo? ¿Esta de acuerdo con algún manifiesto leído el sábado pasado? (Rumores.) No voy a decir que esté de acuerdo con algunas palabras que se dijeron desde alguna tribuna llamando asesinos a los
miembros de un Gobierno aliado y amigo de España, no estoy diciendo eso. Sin embargo, en ese manifiesto nunca se utilizó la palabra desarme ni la palabra dictadura ni la palabra víctimas de Sadam Husein ni el cumplimiento de las resoluciones de
Naciones Unidas. ¿Con qué está de acuerdo S.S.? ¿Con las Naciones Unidas? ¿Con la Unión Europea? ¿Con la Alianza Atlántica? ¿Con qué está de acuerdo su señoría? (Aplausos.)


Muchas personas se preguntarán si estamos actuando en la dirección correcta, si estamos actuando en función de los intereses de nuestro país y los intereses de la paz y la seguridad en el mundo. Tengo la convicción de que sí, y por eso
actuamos en el marco de las Naciones Unidas, de la Unión Europea y de la Alianza Atlántica; por eso hablamos y por eso trabajamos también con nuestros amigos de los países árabes. Quiero decir a los ciudadanos que estoy convencido de que solamente
la firmeza puede conseguir la paz (Un señor diputado: Muy bueno.) y que solamente desde la seguridad puede mantenerse una paz alejada del riesgo y del chantaje, del terrorismo y las armas de destrucción masiva. (El señor Edo Gil pronuncia palabras
que no se perciben.)


La señora PRESIDENTA: Señor Edo, guarde silencio.



El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Quiero decirles que existe un riesgo cierto de que grupos terroristas puedan acceder a esas armas; quiero decirles que en nuestra opinión es cuestión de tiempo que eso ocurra, y quiero
decirles que una solución pacífica es posible. Como he dicho antes, la paz es aún posible si se parte de un consenso firme y si se parte de una voluntad constructiva para todos. Lo que he propuesto aquí esta tarde es trabajar por la paz en el
marco de un acuerdo internacional y que nos sumemos todos, como ayer lo hizo el Gobierno forjando ese consenso, al consenso de la Unión Europea, señoría (Rumores.). A veces eso es bueno, a veces es positivo. Creo que también sería positivo para
usted, señor Rodríguez Zapatero, si es posible que piense en los intereses y en la seguridad de todos, si es posible que piense en lo que significan los consensos europeos antes que en su interés inmediato a corto plazo.



Muchas gracias. (Prolongados aplausos.)


La señora PRESIDENTA: Gracias, señor presidente.



Señor Rodríguez Zapatero.



El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Muchas gracias, señora presidenta.



Señor Aznar, parece que le preocupa mucho lo que puede venir bien o no al líder de la oposición. Yo le voy a decir lo que le viene bien y lo que quiere el Grupo Socialista, que tengamos un Gobierno que trabaje por la paz y el consenso en
este país, que es lo que quieren los ciudadanos.
(Aplausos.)


Es verdad que en la primera parte ha intentado aproximarse a una lección de derecho constitucional y de


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funcionamiento de nuestro sistema y voy a acogerla con una cierta reserva porque si es de la misma manera que explica al hermano del presidente de los Estados Unidos cómo funciona nuestro país y qué es usted, realmente...
(Protestas.-Rumores.-Aplausos.)


La señora PRESIDENTA: Señorías, guarden silencio. Señor Ollero, señor Albendea. Señora Sánchez.



El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Le digo que se ahorre las lecciones y los certificados. Usted tiene una cierta tendencia a intentar expedir certificados, certificados de patriotismo, certificados de lealtad, certificados de comportamientos
democráticos. Quiero decirle una cosa, los certificados en democracia los dan los ciudadanos únicamente. Esos son los que dan los certificados. (Aplausos.-Rumores.-Risas.)


La señora PRESIDENTA: Un momento, señor Rodríguez Zapatero.



¡Señorías, guarden silencio!


Adelante.



El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Conviene, señor Aznar, que abandone el camino de las descalificaciones e intente acudir al camino de las razones, de los argumentos y de los hechos, los hechos que conocen hasta ahora los españoles a los que, de
una u otra manera, ha venido a decir que hay gente que les intenta manipular cuando van a las manifestaciones. Le digo, señor Aznar, que trate como ciudadanos adultos a los españoles, que van libre y responsablemente a todas las manifestaciones
(Aplausos.), y que respete el ejercicio del derecho a manifestarse por las causas que sean. (Protestas.-Rumores.)


La señora PRESIDENTA: Señorías, guarden silencio. (Rumores.-El señor de Luis Rodríguez pronuncia palabras que no se perciben.)


Un momento, señor Rodríguez Zapatero.



Señor de Luis, guarde silencio.



El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Simplemente, señor Aznar, le llamo a la reflexión. Le he visto a usted, igual que le han visto muchos españoles, en bastantes manifestaciones. Nunca me habrá escuchado una palabra sobre que ha sido un intento
suyo oportunista o electoral estar en una manifestación, nunca me lo habrá escuchado. (Aplausos.) Por eso, simplemente le llamo a la reflexión.



Señor Aznar, he calificado el acuerdo del Consejo Europeo como un paréntesis positivo y he explicado por qué, porque ahí no se aborda la cuestión central que vamos a tener encima de la mesa en las próximas semanas, como fue la cuestión
crucial en el último debate del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Ya que me ha preguntado con qué estoy de acuerdo, estoy mucho más de acuerdo con la exposición que hizo el ministro de Exteriores francés que con la que hizo su Gobierno en
ese Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. (Aplausos.) Qué le vamos a hacer.



No es cierto que no exista un terreno para el consenso -claro que lo hay-, además, el consenso sería unánime en esta Cámara. Venga usted a las posiciones que están defendiendo que el desarme de Sadam Husein sea por métodos pacíficos y a los
que han dicho que votarían no una resolución para justificar el uso de la fuerza en estos momentos. Ese sería el gran consenso. (El señor de Luis Rodríguez pronuncia palabras que no se perciben.)


La señora PRESIDENTA: Señor de Luis, guarde silencio.



El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Claro que lo hay y es posible, pero, señor Aznar, no obtendrá el consenso si usted apoya un ataque unilateral de una manera directa o indirecta, tácita o expresa. (Rumores.)


La señora PRESIDENTA: Señorías, guarden silencio. (Rumores.)


Señora Sánchez, señor Ayllón, guarden silencio.



El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Si, de una u otra manera, apoya lo que puede ser un ultimátum injustificado para dar sustento a una acción bélica. Por cierto - y esto lo saben todos los ciudadanos -, no estaríamos en este debate si no fuera
tan evidente y claro lo que hemos vivido en los últimos meses, que hay un Gobierno, que es el del señor Bush, que desde el mes de septiembre viene diciendo al mundo que iba a realizar...
(Rumores.-El señor Martínez Sanjuán: Que se
callen.-Protestas.)


La señora PRESIDENTA: Un momento, señor Rodríguez Zapatero. Señor Martínez Sanjuán, señor Estrella, guarden silencio.



Señorías, guarden silencio a un lado y a otro del hemiciclo. (Fuertes protestas.)


Señor Yáñez, guarde silencio.



Adelante, señor Rodríguez Zapatero.



El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Todos los ciudadanos saben que, desde el mes de septiembre, el Gobierno del señor Bush viene lanzando un mensaje al mundo que es una doctrina de defensa basada en el ataque preventivo que justificaría un ataque
militar a Irak por el incumplimiento de las resoluciones de la ONU. En torno a esa idea, a esa propuesta, a esa iniciativa del Gobierno del señor Bush -que para mí es injustificada e inaceptable por desproporcionada con lo que se pretende
conseguir-, se han posicionado unos países, unos líderes y unos partidos. Usted se ha posicionado, desde el primer día, apoyando las tesis del señor Bush.
(Aplausos.) Sí, sí, señor Aznar. Otros Gobiernos no se han posicionado ahí, sino que han
querido utilizar el camino de la presión, de los medios, de los inspectores y del tiempo para desarmar a Sadam. ¿Sabe por qué? Porque el mundo sabe que el desarme es posible con la presión


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política, y que es mejor hacerlo con la presión política, con los inspectores, con los medios, que con las bombas, que representarían una destrucción de muchas vidas humanas. (Aplausos.) ¿Sabe por qué lo sabe mucha gente, señor Aznar?
Porque, hasta ahora, ni usted ni la Administración Bush - y por eso ha habido la movilizaciones que ha habido en el mundo, pues la gente no sale a la calle por casualidad- han dado pruebas claras y contundentes de que Irak, un país debilitado por la
guerra del Golfo, por años de embargo y donde se han destruido muchas armas masivas (Rumores.-Protestas.), está en condiciones de ser hoy una amenaza inminente y grave que justifique un ataque militar. (Fuertes aplausos.) Ese es el problema de
fondo, señor Aznar.



Usted hoy ha recurrido a otros argumentos y ha cambiado la retórica. Hace dos semanas intentó aportar datos aquí sobre armas químicas, biológicas y sospechas, pero no ha dado información. Yo le voy a hacer una serie de preguntas, que por
cierto van a ser objeto de petición de comparecencias de ministros de su Gobierno. (Protestas.) ¿Los servicios de inteligencia de nuestro país tienen acreditada la existencia de armas químicas o biológicas, tienen acreditada la existencia de una
capacidad nuclear? (Rumores.) Yo le quiero preguntar si tiene elementos suficientes que puedan representar una amenaza real y efectiva (La señora Cunillera i Mestres: Presidenta, preside.-Rumores.) Señor Aznar, a día de hoy, ¿sostiene su Gobierno
una vinculación efectiva y real del régimen de Sadam Hussein con Al Qaeda? A día de hoy, ¿sostiene que los detenidos en Barcelona -como dijo usted- son una célula peligrosa vinculada a Al Qaeda? ¿Lo sostiene? Eso es lo que quiere saber la opinión
pública, que se den argumentos, no simplemente retórica sobre la seguridad, argumentos. Además, que se den con pruebas, con hechos y con razones. Me da igual que lo haga sin complejos o con complejos, que es como habitualmente le gusta hacer las
cosas, hágalo con razones, con argumentos, que pueda demostrar una proporcionalidad entre el fin y el medio, que es, nada más y nada menos, que una guerra y un ataque militar.
Hablando de los complejos, expresión que usted utiliza permanentemente,
le quiero decir lo que debería hacer sin complejos: cambiar de posición.
Eso es lo que debería hacer sin complejos. (Aplausos.) Si cambia a fondo de posición, no tenga ninguna duda de que tendrá el apoyo, con seguridad, de la inmensa mayoría de
los grupos de la Cámara. Por tanto, sí hay un terreno para el consenso; por tanto, sí hay un terreno mucho más racional para defender la legalidad internacional, para defender un orden multilateral en el mundo y para defender lo que es un proceso
necesario de desarme del régimen de Sadam. Por cierto, le recuerdo, señor Aznar, que durante varios años que ha actuado la inspección de Naciones Unidas -y ahora sigue actuando con más fuerza y con más posibilidades- destruyó más armas de
destrucción masiva que las que se destruyeron en la guerra del Golfo.



No voy a entrar en el modelo de debate, en la comparación. (Rumores.)


La señora PRESIDENTA: Señorías, guarden silencio.



El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Simplemente permítame que le diga una cosa.
Aunque sea tarde, me alegro que ponga como ejemplo y referencia a Felipe González para algunas cosas. (Aplausos.-Protestas.) Aunque sea tarde, está bien que lo haga.
(Rumores.-Protestas.), pero le diré...



La señora PRESIDENTA: Un momento, señor Rodríguez Zapatero.



Señorías, guarden silencio al objeto de que pueda continuar el debate.



El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Le diré, señor Aznar, que usted -recuérdelo- llegó a la Presidencia del Gobierno con un compromiso de regeneración democrática, de hacer de este Parlamento el centro de la vida política del país, por tanto,
llegó con un compromiso de mejorar la situación que teníamos en el período político del Gobierno anterior. Con ese compromiso llegó (Rumores.) y ese compromiso sencillamente no lo ha cumplido en lo que afecta a esta Cámara, se ha quedado -no me
importa admitirlo-, como mucho, en lo mismo que pasaba antes. (Fuertes protestas.) Nuestra democracia y este Parlamento deben mejorar en su funcionamiento, en su transparencia, en su nivel de debate... (El señor Burgos Gallego pronuncia palabras
que no se perciben.)


La señora PRESIDENTA: Señor Burgos.



El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Espero que lo haga más pronto que tarde.
(Rumores.)


Señor Aznar, deje de descalificar aludiendo a la responsabilidad de unos y de otros. Por esa vía, va a considerar irresponsable usted a demasiada gente en este país, a la gente que se manifestó, a la gente que ha opinado de otra manera, a
la gente que se ha pronunciada desde tantas instancias. (Rumores.) Claro que no me extraña que usted piense eso, ya se lo dije antes. Ha hecho alguna alusión a lo que se dijo, a las manifestaciones y demás y a lo que representa que un líder
político esté en las manifestaciones. Yo sé lo que ustedes han dicho de las manifestaciones porque lo han publicado en ese folleto, por eso le dije antes que deberían haber pensado ese folleto antes de distribuirlo. Lo que dice textualmente ese
folleto es que el Partido Socialista promueve movilizaciones en contra del cumplimiento de las resoluciones vigentes de la ONU. (Protestas.) Eso es lo que dice el folleto del Partido Popular.
¿Eso es lo que piensa usted, señor Aznar, que las
movilizaciones son en contra de las resoluciones de Naciones Unidas? Las movilizaciones son por la paz y porque la gente quiere decir sí a un presidente en España que diga no a la guerra. (Rumores.) Eso es lo que quiere decir la gente, eso es lo
que dijo la gente. (Prolongados aplausos.-Protestas.)


La señora PRESIDENTA: Señor Rodríguez Zapatero, le ruego concluya, por favor.



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El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Concluyo. (Protestas.-Rumores.)


La señora PRESIDENTA: Señorías, guarden silencio.



El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Señor Aznar, cambie la posición. Cambie la posición y rectifique, y ya verá cómo es fácil el consenso que desea la inmensa mayoría de los españoles. Sabe que la gran mayoría de los grupos de la Cámara está
dispuesta a que hoy podamos decidir aquí, que es lo relevante, qué va a hacer el Gobierno en las próximas semanas en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Le digo desde aquí: ¿quiere consenso? Hay consenso si el Gobierno va allí a pedir más
tiempo, más inspectores y a decir no a un ataque bélico que no está justificado plenamente, como hemos explicado. Ese es el consenso. Si lo quiere, ahí está. (Aplausos.)


Termino, señor Aznar, pero no puedo dejar de hacer referencia a algo que escuché ayer al gobernador de Florida, el hermano del presidente de Estados Unidos. (Protestas.) Sí, le quiero decir una cosa. A la familia Bush alguien le ha
explicado mal cuál es nuestro sistema constitucional y qué cargo ocupa usted, pero también le han explicado mal, señor Aznar, la manera de ser de los españoles. Habló el señor Bush de beneficios para todos, y este país no cambia el apoyo a una
guerra por beneficios; este es un país decente. (Prolongados aplausos.-Varios señores diputados: ¡Muy bien!)


La señora PRESIDENTA: Señor presidente.



El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Gracias, señora presidenta.



Señorías, quiero reiterar las palabras que he pronunciado anteriormente (Protestas.), y es que, evidentemente, estamos ante la crisis internacional más grave que he tenido en mucho tiempo, que hemos tenido en mucho tiempo, y naturalmente
espero y deseo que la actitud, el comportamiento y la responsabilidad de todos estén a la altura de las circunstancias; al menos así lo entiende, así lo expresa y así lo desea el Gobierno.



Estoy de acuerdo, señor Rodríguez Zapatero, con una cosa que S.S. ha dicho, desde el punto de vista formal: que solamente los ciudadanos en las urnas dan los certificados democráticos de legitimidad. El problema es que usted ha dicho que
el Gobierno no representaba los intereses de España ni representaba los intereses del pueblo español.
(Aplausos.-Protestas.) Eso lo ha dicho usted, señoría. Eso es lo que usted ha dicho, y lo siento, pero dicho está. Le pido que reflexione sobre
esto porque es un disparate, y no se refugie usted detrás de los manifestantes. Las manifestaciones y los manifestantes, como he dicho, tienen todo nuestro respeto, y natural y afortunadamente en un país libre se puede manifestar el que quiera,
pero también he dicho que los dirigentes políticos tienen otras responsabilidades y que para un dirigente político una cosa es acreditar capacidad para ir detrás de una pancarta y otra es acreditar responsabilidad para asumirla delante de su país y
delante de la comunidad internacional. Son dos cosas bien distintas. (Aplausos.) No hable, por lo tanto, S.S. de descalificaciones, porque es difícil encontrar una descalificación más grave que negar legitimidad al Gobierno de su país,
democráticamente elegido, en la representación exterior de España. Es difícil encontrar una acusación más grave.



Su señoría me dice que el consenso es muy fácil y me dice: Cambie usted de posición, venga al consenso. Su señoría me dice: Haga usted lo que yo digo. Yo le contesto: No, señoría, el consenso es el de ayer de la Unión Europea. Este es
el consenso, señoría. (Aplausos.) Este es el consenso, señoría, el que dice que el objetivo de la Unión respecto a Irak sigue siendo el desarme, que hay que respetar las resoluciones, que el régimen iraquí tiene la responsabilidad y tiene la última
oportunidad y que el despliegue militar es fundamental. Este es el consenso, señoría, y a este consenso han llegado países que forman parte y que no forman parte del Consejo de Seguridad, ha llegado Europa entera, ha llegado la Alianza Atlántica y
estoy seguro, señoría, de que llegará también el Consejo de Seguridad, y veremos, quedándose al margen de la Unión, de la Alianza y del Consejo de Seguridad, en qué posición y en qué lugar se encuentra SS.SS. dentro de muy poco. (Aplausos.)


Aparte de todas las cuestiones y todas las maldades que se pueda plantear usted que al Gobierno se le pueden ocurrir junto con otros, señoría, no le he escuchado una sola palabra respecto al régimen tiránico y a la dictadura de Sadam Husein.
(Protestas.-La señora Moreno Sirodey pronuncia palabras que no se perciben.)


La señora PRESIDENTA: Señora Moreno, guarde silencio.



El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): No le he escuchado una palabra respecto a la responsabilidad moral y política que tenemos también de presionar para que acabe un régimen tiránico que ha causado miles y miles de víctimas, que
asesina y que tortura y que tiene armas de destrucción masiva. No le he escuchado una palabra sobre esa cuestión.
(Aplausos.) Le he escuchado alguna teoría sobre ataques preventivos, señoría, pero, ¿es que puede llamarse ataque preventivo al
incumplimiento de las resoluciones del Consejo de Seguridad desde el año 1991? ¿Cómo va a ser eso un ataque preventivo? Estará o no estará usted de acuerdo, pero eso no es ningún ataque preventivo, eso es decir lo que la comunidad internacional
dice (Un señor diputado: ¡No!) : que si no se desarma y no se prueba el desarme, hay que atenerse a serias y graves consecuencias.
No impute usted a la responsabilidad del Gobierno ni de nadie lo que no es responsabilidad del Gobierno.



Naturalmente, de lo que se trata es de respetar la legalidad del Consejo de Seguridad. Nosotros estamos bajo el amparo de esa legalidad y por eso no vale que usted venga a exigir. ¿Qué es lo que quiere S.S., que haya nueva resolución o que
no la haya? (Protestas.) ¿No ha dicho que no respetaba, que no le importaba, lo


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que digan las resoluciones, señoría (Una señora diputada: ¡No a la guerra!) ¿No ha criticado al Gobierno porque quería una nueva resolución, no se ha criticado eso? ¿No le ha dicho al Gobierno que estaba solo, cuando el Gobierno viene aquí
hoy, aunque a usted no le guste, con el consenso de toda Europa (Rumores.), con el consenso de la Alianza Atlántica y cuando el Gobierno trabaja por el consenso en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas? (Aplausos.)


Me parece, señoría, que es usted el que tiene que empezar a cambiar de posición. Y yo le digo, señoría, que hay un riesgo. ¿Cómo es posible que Irak no sea percibido como un riesgo por la comunidad internacional y que desde el año 1991
venga obligado al desarme? ¿Cómo es posible que no venga a ser considerado como un riesgo después de expulsar a los inspectores en 1998? ¿Cómo es posible que usted pregunte si hay armamento químico o biológico, señoría, cuando los propios
inspectores de Naciones Unidas han constatado armamento químico y biológico no declarado por Sadam Husein? (Rumores.) ¿Cómo es posible que S.S. pregunte si hay armamento peligroso, cuando se acaban de descubrir misiles de mayor alcance del
permitido por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas? ¿Cómo es posible que pregunte eso, señoría? (Aplausos.) ¡Claro que hay una amenaza! Lo que ocurre, señoría, es que es mejor no verla; lo que ocurre es que es mejor mirar hacia otra parte.
Pero el objetivo, señoría, es el desarme y restablecer la legalidad internacional, y el objetivo es hacerlo con medios pacíficos. Por eso el Consejo Europeo y la comunidad internacional entienden que la presión es absolutamente fundamental y por
eso entendemos que la unión de todos es especialmente relevante.



Tomo para finalizar una cuestión, señoría. Las declaraciones que hacen algunas personas, si usted se las quiere reprochar, se las reprocha usted a esas personas, señoría, no a los demás. Le repito que nosotros somos partidarios de una
relación trasatlántica fuerte, somos partidarios de la Alianza Atlántica y lo hemos sido siempre (Varios señores diputados: ¡Oh, oh!) y creo que la Alianza Atlántica es vital para defender la paz y la seguridad en el futuro. Nosotros, señoría,
hemos renovado unos acuerdos con los Estados Unidos de América a los que había llegado el Gobierno anterior. Y le quiero decir una cosa: me parecen bien los acuerdos a los que llegó el Gobierno anterior y me parecen bien las decisiones que tomó el
Gobierno anterior cuando en la situación de grave crisis que precedió a esta las tuvo que tomar, por eso apoyé al Gobierno. (Una señora diputada: ¡Qué detalle! Eso es lo que yo recuerdo del ejercicio de la oposición. (Rumores.-Un señor diputado:
¡Muy bien!)


La señora PRESIDENTA: Señorías, guarden silencio.



El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Hoy lo que vemos es un líder de la oposición que no sabe explicar por qué no se suma al consenso de 28 países europeos. (Prolongados aplausos.-Protestas.)


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor presidente.



En nombre del Grupo Parlamentario (Convergència i Unió) tiene la palabra el señor Trías. (Rumores.)


Señorías, ruego que aquellos que vayan a abandonar sus escaños lo hagan en silencio al objeto de poder continuar el debate. Les ruego ocupen sus escaños o abandonen el hemiciclo en silencio.



Adelante, señor Trías.



El señor TRÍAS I VIDAL DE LLOBATERA: Señora presidenta, señor presidente, señoras y señores diputados, quisiera en primer lugar agradecer la comparecencia del presidente del Gobierno ante el Congreso. Celebramos que la misma se haya
producido con prontitud, inmediatamente después de tres hechos muy importantes para el futuro de este conflicto: la reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas el pasado viernes, las manifestaciones en contra de la guerra del pasado sábado
y el Consejo Europeo extraordinario de Bruselas de ayer.



Hoy, el Grupo Parlamentario Popular y el Gobierno han tenido una reacción que considero positiva, variando el formato parlamentario en el que se debía desenvolver este debate, permitiendo las réplicas y permitiendo la posibilidad de acercar
posiciones a través de las propuestas de resolución, buscando, espero, consenso entre los distintos grupos políticos, que es lo que hemos estado pidiendo desde Convergència i Unió en las últimas semanas.



Señor presidente, The New York Times decía en su editorial el pasado domingo que a partir de ahora en el mundo hay dos grandes potencias: una, los Estados Unidos de América; otra, la opinión pública mundial. Y hablando de opinión pública,
hoy, señor presidente, quiero transmitirle desde Convergència i Unió el mensaje que masivamente la ciudadanía expresó el pasado día 15 en las distintas y masivas manifestaciones. Yo estuve en la manifestación de Barcelona, donde centenares de miles
de personas pedían al Gobierno, le pedían a usted, señor Aznar, que cambiara, que la paz es posible. Le pedían otorgar más tiempo a los inspectores y le pedían un esfuerzo de su Gobierno para evitar la guerra.



Señor presidente, no desoiga la voz de la ciudadanía, que masivamente, con respeto y de forma clara, le pedía un cambio. Convergència y Unió también se lo pide en este debate. Señor Aznar, no dé la espalda al clamor de todos aquellos que
expresamos un claro mensaje el pasado día 15. Usted sabe, señor presidente, que millones de ciudadanos han salido a la calle para protestar contra la guerra, para oponerse a una acción bélica que hoy nadie puede entender como justificada, millones
de personas en Londres, en Roma, en Melbourne y en San Francisco y, aunque quizá les cueste reconocerlo, millones en Barcelona, en Madrid y en otras tantas ciudades. Ciudadanos que han salido a la calle como no sucedía desde hace años, como sólo lo
han hecho en los momentos más graves y trascendentes desde la transición democrática, como nunca. Yo nunca


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había visto una manifestación así. No ha sido el grito de ciudadanos irresponsables ni de ciudadanos manipulados en los buenos sentimientos, ha sido el grito unánime de centenares de miles de personas, probablemente también votantes del
Partido Popular, que ni entienden ni comparten las posiciones y explicaciones de su Gobierno, que rechazan la guerra y que desean dar nuevas oportunidades a la paz. Algún ministro de su Gobierno debería tomar ejemplo del respeto del señor Jack
Straw a la reacción de la opinión pública.



Es verdad, señor presidente, que no se trata de mantenerse neutral ante Sadam Husein, lo hemos reiterado hasta la saciedad y no nos importa hacerlo una vez más para que nadie pueda continuar diciendo que quienes hoy rechazamos una guerra
defendemos algún tipo de neutralidad o estamos a favor de no hacer nada. Sadam Husein es un dictador y su régimen es el primer y principal causante de la miseria de su pueblo y un peligro potencial, y, como exigen las Naciones Unidas en su bien
conocida Resolución 1441, es preciso que acredite su desarme. La cuestión no es, pues, si conviene o no desarmar a Irak, la cuestión no es si queremos o no queremos un régimen que pueda llegar a tener armas de destrucción masiva. En esto estamos
todos absolutamente de acuerdo. La cuestión es otra. Se trata de agotar todas las posibilidades de la Resolución 1441, de rechazar frontalmente el uso de la fuerza cuando aún estamos lejos del momento en que esto pudiera ser la única opción
posible. En esta posición queremos encontrar al Gobierno español, especialmente cuando fija su posición en el Consejo de Seguridad. El informe del jefe de los inspectores el pasado viernes no ha hecho sino confirmar nuestro convencimiento: la
guerra no es inevitable, el tiempo de las inspecciones, el tiempo de la Resolución 1441 no ha terminado. Las inspecciones están siendo útiles para lograr el objetivo común del desarme de Irak, y aunque es cierto que ha habido incumplimientos por
parte de Irak, también es verdad que progresivamente ha mejorado su colaboración con los inspectores, como es verdad también que caben nuevas opciones para alcanzar este desarme. Que la guerra es sólo la última alternativa, el último recurso, no
puede ser una frase vacía, ha de ser un auténtico compromiso que se manifieste en decisiones políticas al más alto nivel. No sería tolerable que una guerra empezara por inercia, porque nadie ha tenido el valor de parar una maquinaria militar dejada
a su propia dinámica de fuerza. En cualquier caso, reiteramos nuestro respeto absoluto a la legalidad internacional representada por Naciones Unidas y por su Consejo de Seguridad. Las Naciones Unidas no son prescindibles, señor presidente, son el
único y, por el momento, el mejor instrumento que tenemos para que el orden internacional no sea anarquía, para que no impere en el mundo la ley de la selva, la del más fuerte. Por ello, desde Convergència i Unió exigimos que se respete la
exclusiva del Consejo de Seguridad para decidir si ha habido o no incumplimiento de las resoluciones. No se puede ser más papista que el Papa. Es absurdo defender la legalidad internacional en contra o al margen de lo que decida el Consejo de
Seguridad de Naciones Unidas. Sólo él debe valorar el ritmo de las inspecciones, sólo él debe valorar el grado de colaboración de Irak. Sólo al Consejo le puede corresponder, aunque esperamos que nunca sea así, la decisión de que no queda otra
alternativa que el uso de la fuerza.



Eso es lo que le pedimos, señor presidente, que España se alinee claramente con los que defienden que el tiempo de las inspecciones no ha acabado, que en el Consejo de Seguridad sea una de las voces firmes a favor de las opciones de paz,
expresando públicamente que el uso de la fuerza sin la autorización expresa del Consejo sería ilegítimo. Y cuando llegue este debate, España deberá asumir sus responsabilidades al ejercer su derecho de voto. No se puede optar por la guerra con
frivolidad, no basta con una percepción de amenaza, que no ha sido hasta ahora probada con el dramatismo con el que se nos intenta transmitir, para iniciar algo tan impredecible como una guerra. Desde aquí le pedimos, señor presidente, que cada vez
que piense en la guerra como una opción, no olvide a la población iraquí, una población de la que el 60 por ciento, 16 millones de personas según datos de un informe del prestigioso semanario The Economist, se apoya a diario en el Gobierno de Irak
para atender sus necesidades más básicas, gente que sólo sobrevive porque el Gobierno de Irak le suministra sus raciones de alimento mes a mes, gente que sufriría de inmediato no sólo, como es obvio, ante un ataque masivo directo a sus vidas, sino
también ante un ataque a las centrales eléctricas del país, que les dejaría de inmediato sin agua potable, a lo que se añadiría una inmediata catástrofe sanitaria. Las Naciones Unidas calculan que en caso de guerra sería necesaria ayuda humanitaria
inmediata para más de 5 millones de iraquíes. Los planes de la Organización Mundial de la Salud se basan en una estimación de más de 100.000 heridos por metralla. Esta es la verdad de la guerra, señor presidente. No vamos a hacer demagogia, pero
no queremos que el eufemismo uso de la fuerza oculte ante quienes decían ponerla en marcha la gravedad del drama que estas palabras ocultan, un drama gravísimo. El acuerdo logrado en el Consejo Europeo de ayer en Bruselas es, yo creo sinceramente,
un importante paso adelante. Evidentemente, suscribimos íntegramente su contenido. No podría ser de otra manera dado que contiene muchos de los puntos de la moción que presentamos el pasado 6 de febrero.
No se nos escapa que, como ha ocurrido con
la propia Resolución 1441, aprobada por unanimidad y también respaldada por la Unión Europea en el Consejo de Asuntos Generales, se trata de un texto con un punto de ambigüedad, pero es una ambigüedad que ha permitido un consenso, un acuerdo que
deberá sufrir la prueba del fuego en el instante en que Estados Unidos decida cuál es su posición y su siguiente decisión política, pero es un buen acuerdo, del que retenemos dos frases claves que esperamos escuchar con más frecuencia en boca del
Gobierno: La guerra no es inevitable; la fuerza sólo debería ser utilizada como último recurso. En el Consejo Europeo de ayer la imagen era tan importante


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como el fondo. Es posible que recordemos estas semanas como las más tristes de la construcción europea desde el Tratado de Roma, pero cabe también que, constatando el desastre al que lleva la desunión, asumido que nada bueno puede salir de
la debilidad de la Unión Europea en el mundo, el de ayer sea el primer momento de recuperación de la unidad.
Vamos a optar por esta visión optimista; la contraria nos da miedo.



También nos felicitamos, señor presidente, por el desbloqueo de la situación generada en la Alianza Atlántica. No podemos permitir que esta crisis, que, como todas, algún día habrá terminado, se lleve por delante un pilar de estabilidad
como es la relación trasatlántica. Y ahí todos debemos contribuir. No queremos ni imaginar hasta dónde puede llegar la degradación de esta relación si finalmente hubiera una acción armada contra Irak al margen de la legalidad internacional.
Estamos seguros, señor presidente, de que este será uno de los mensajes que sabrá transmitir al presidente de Estados Unidos durante su próximo encuentro.



Termino, señor presidente. Su responsabilidad es muy grande, tiene usted la legitimidad de los votos, la legitimidad de la mayoría absoluta de esta Cámara. Nosotros se lo reconocemos y lo respetamos, pero le pedimos que desde la autoridad
del Gobierno se ponga usted a favor de la defensa de la paz. No será esto una muestra de debilidad, sino que será una prueba de grandeza, de que no está usted de espaldas a los millones de ciudadanos que así lo esperan y así se lo piden.



Muchas gracias.



La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Trías.



Señor presidente.



El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Muchas gracias, señora presidenta.



Señorías, he escuchado también con mucha atención al portavoz de Convergència i Unió, señor Trías, y tengo que decir que abrigo la esperanza de que podamos encontrar en este caso puntos de encuentro y de consenso fundamentalmente en torno a
lo que significa la propuesta que antes he realizado y que naturalmente ha merecido, como he dicho, el consenso unánime de la Unión Europea. Un consenso, evidentemente, es un esfuerzo por distintas partes y posiciones para encontrar una posición
común, y creo que la Unión Europea hizo ayer exactamente lo que debía y lo que tenía que hacer. Es evidente que tenemos muchas más cosas que ganar, desde el punto de vista de los objetivos que tiene que cumplir la comunidad internacional, si la
Unión Europea tiene una actitud de unión, si la comunidad internacional está unida, si la Alianza Atlántica cumple sus obligaciones y si la solidez de la relación con los Estados Unidos de América es útil también para la credibilidad no solamente de
las decisiones del Consejo de Seguridad, sino para la propia existencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en el futuro.



Creo, señoría, que la postura que mantiene el Gobierno, como miembro del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, con las obligaciones que tenemos que cumplir en el seno de la comunidad internacional, en razón de los intereses de España y en
razón de los riesgos y las amenazas que nuestro país puede tener, riesgos provenientes del terrorismo y de las posibilidades, como he dicho, de que armas de destrucción masiva caigan en manos de grupos terroristas, es una postura razonable. Es la
postura de la Unión Europea y es la postura del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Le repito que pueden ser más cómodas otras posiciones, señoría, lo puedo entender. Lo que no puedo comprender es que se niegue lo que significa el riesgo y lo
que significa la amenaza, porque esa es la tarea y la responsabilidad de un dirigente político, señoría, aunque no le guste lo que tiene que hacer o aunque no le guste lo que tiene que decir.
Pero justamente de eso deriva también una parte de la
legitimidad y la responsabilidad que los ciudadanos nos han dado a la hora de elegirnos miembros de esta Cámara y, en todo caso, darnos la oportunidad y el derecho de formar Gobierno. Yo creo, señoría, que esta es una posición que adoptaría
cualquier otro Gobierno de España en estas circunstancias y en esta situación. Es la actitud sólida y coherente de quien forma parte de la Unión Europea, de quien forma parte de la comunidad internacional y de quien no quiere situarse al margen de
ella. No puedo compartir ni comprender los argumentos a favor de una posición de inhibición o de supuesto neutralismo de España en esta situación. Eso pertenece a otras épocas, eso ya no cabe ahora, España tiene que tener una posición activa y,
como he dicho antes, no solamente debe sumarse a los consensos ajenos, sino que debe ser capaz de trabajar activamente y de forjar consensos.
¿Es que alguien piensa que la paz se consigue sólo con buenos consejos o con buenas palabras? ¿Es que
alguien piensa que la paz no hay que asegurarla por la vía de la legalidad y por la vía de la seguridad de los ciudadanos? ¿Es que alguien comprendería que no lo hiciésemos en nuestro país o que lo que hacemos en nuestro país no lo hagamos en el
marco de la comunidad internacional? Señoría, todos queremos la paz. Todos deseamos la paz, señoría, y todos luchamos por una resolución pacífica de este conflicto. Pero S.S. convendrá conmigo que si establecemos -y creo que podemos estar de
acuerdo en ello- que la garantía de la paz y la seguridad en el mundo descansa en el Consejo de Seguridad y en sus resoluciones, a partir de ese momento, de lo que estamos hablando es del cumplimiento de las obligaciones de desarme por parte del
régimen de Irak. Ese es el eje esencial, como he dicho antes, que nos recordaba ayer el secretario general de Naciones Unidas. No creo yo que Sadam Husein sea un dictador o un tirano fácilmente convencible con buenas palabras. Me gustaría
escuchar más cosas en lo que se refiere al régimen de Irak, y si desgraciadamente hubiese que llegar a una situación de conflicto, ¿cómo no atender, señoría, esa preocupación? Ya estamos trabajando, junto con muchos otros países, en lo que puede
significar la atención humanitaria.



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¿Quién es el responsable de la situación de Irak, señoría? ¿Quién es el que ha perseguido a todos sus adversarios? ¿Quién es el que ha atacado a países vecinos? ¿Quién es el que ha usado armas químicas? ¿Quién es el que ha torturado,
señoría? ¿Quién es el que ha eliminado físicamente a sus enemigos? ¿Quién es, señoría? ¿Quién es el responsable de la situación de los niños iraquíes? ¿Quién es el responsable de la falta de derechos humanos en Irak? ¿Quién es el responsable?
¿Por qué no se habla de eso? ¿Por qué no se dicen esas cosas? ¿O es que no hay también una responsabilidad para afrontar estas cuestiones desde el punto de vista de la responsabilidad y de las obligaciones políticas que nosotros tenemos que
asumir? ¿O es que es muy fácil envolverse en banderas supuestamente antibelicistas y en contra de algún país y no atender lo que significan esas situaciones en los países donde se transgreden y se violan sistemáticamente los derechos más
elementales de la persona, incluido el derecho a la vida? Yo creo, señoría, que esa obligación de desarme y esos incumplimientos son los elementos esenciales ante los cuales tenemos que responder, y tenemos que responder con coherencia. ¿Puede la
comunidad internacional, después de 12 años de espera, después de 12 años de incumplimiento, de 12 años de condena, estar mucho más tiempo, señoría? Estamos hablando de tiempo y de plazos. ¡Si llevamos esperando 12 años! ¿Será un problema de
esperar dos o tres semanas? Después de la Resolución 1441 llevamos tres meses y el otro día escuchábamos al jefe de inspectores, señor Blix, decir claramente que si hubiese voluntad de cooperar sería todo rápido. He expuesto antes el ejemplo de
Sudáfrica: nueve inspectores y un desarme rapídisimo. ¿Por qué? Porque hay voluntad de desarme. Y es lo que no existe en Irak. He explicado antes que tenemos la convicción y la certeza de que en medios muy importantes, recursos económicos muy
importantes del programa petróleo por alimentos han sido destinados no solamente al aumento de armas de destrucción masiva, sino a programas de ocultación de los mismos. Eso es responsabilidad del dictador de Irak, que ha negado esos recursos a su
pueblo para hacer esto, que es seguir convirtiéndose en una grave amenaza. Esa es la cooperación que se pide y esa es la cooperación que exigen, en el objetivo del desarme, Naciones Unidas y la Unión Europea. No olvidaremos, por lo tanto, lo que a
S.S. le preocupa, y ya estamos trabajando en las cuestiones humanitarias. Si hay una solución pacífica de la cuestión, como yo espero, trabajaremos también en las cuestiones humanitarias derivadas de la actual situación en Irak, pero que sólo son
de su responsabilidad.



He planteado, señoría, una propuesta de consenso en torno a lo que ayer y hoy ha agrupado a toda la Unión Europea y he pedido que se sea coproponente de este texto. Es evidente que este texto contiene todas las cuestiones que nos pueden
preocupar. Yo también le quiero invitar a S.S.
a ser coproponente de este texto. ¿Por qué, señoría? No sólo porque es lo que agrupa a 28 países de la Unión Europea, sino porque aquí viene reflejada la posición central de Naciones Unidas; viene
establecida la obligación del desarme total y efectivo; viene establecido el deseo de una resolución pacífica; viene establecido -y S.S. lo recordaba- que la guerra no es inevitable, y no es inevitable; viene establecido que la fuerza es el
último recurso, y la fuerza es el último recurso; viene establecido el pleno apoyo de los inspectores, pero diciendo que no pueden prolongar indefinidamente sus tareas, porque eso es darle un cheque en blanco a Sadam Husein y a otros, que lo
usarán; viene establecido el reconocimiento de la utilidad de la presión, incluido el fortalecimiento militar; vienen establecidas las cuestiones de la resolución del conflicto de Naciones Unidas y el carácter vital de la unidad internacional.
Por eso ayer fuimos capaces de forjar un consenso en la Unión Europea, que es lo que espero que se pueda conseguir también desde un punto de vista mayoritario en esta Cámara. ¿Por qué lo que ha agrupado a 28 gobiernos de la Unión no va a agrupar a
muchos grupos parlamentarios en esta Cámara? ¿Es que discrepamos algo del espíritu o de la letra de lo establecido en esta resolución su señoría y el Grupo Parlamentario Popular, su señoría y el Gobierno? Creo sinceramente que no. Creo que
tenemos un consenso viable, un camino viable, posible, que es el que tenemos que recorrer. Justamente por eso, para hacerlo creíble, todas las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas relativas a Irak -como sabe S.S.-están bajo el
amparo del capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas, que establece el recurso a la fuerza como última posibilidad y como último recurso; justamente por eso, desde el año 1990, señorías, y naturalmente con la experiencia y con lo que ha sido
la historia del régimen iraquí. Evidentemente, señoría, se trata de respetar no sólo los elementos fundamentales, formales, de fondo de lo que significa la legitimidad democrática; se trata de ejercitar responsabilidades. Estamos ante una
situación grave y difícil. Se puede no hacer nada, se puede mirar hacia otro lado o se puede intentar conseguir la paz con la fuerza y la determinación de la resolución, con los deseos que gobernantes responsables, dirigentes políticos responsables
y ciudadanos que desean la paz seamos capaces de conseguir.



Muchas gracias, señora presidenta. (Aplausos.)


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor presidente.



Señor Trías.



El señor TRÍAS I VIDAL DE LLOBATERA: Gracias señora presidenta.



Señor presidente, usted me ofrece puntos de encuentro y de consenso a través de la resolución de la Unión Europea. Le quiero decir de entrada que el consenso europeo también es nuestro consenso. Por tanto, es verdad que podemos encontrar
estos puntos de consenso, sabiendo que son consensos de mínimos y que habríamos de buscar más formas de compromiso.
Sin embargo, queremos destacar de este consenso de la Unión Europea un aspecto que es para nosotros muy importante


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y el espíritu que lo guía, que es el que ha marcado continuamente nuestra actuación en esta Cámara y en este tema: la guerra no es inevitable. No nos cansaremos de decirlo. Este es el punto básico, que está además en esta resolución de la
Unión Europea.



Desde el primer día nosotros presentamos aquí una moción clara. Quiero dejar aquí los puntos claros para que no se nos diga que vamos cambiando de posición. Desde el primer momento Convergència i Unió ha marcado unos puntos claros, que voy
a volver a repetir: no a la intervención unilateral de un país al margen de lo que se decida en Naciones Unidas; el marco adecuado para la presión a Irak sigue siendo la Resolución 1441; hay que dar más tiempo y medios a los inspectores; hay que
exigir el desarme total de Irak de acuerdo con las resoluciones de la ONUM; y la guerra es evitable. Estos son los puntos desde los que nosotros nos movemos. Se puede hablar de ambigüedad o no, pero son nuestros puntos.
Además son puntos en los
que coincide mucha gente. El otro día estaba en la manifestación de Barcelona -que no fue una manifestación, fue una concentración, porque no nos podíamos mover, yo apenas hice 50 metros- y la gente se manifestaba por la paz, pero también se
manifestaba por otra cosa. La gente daba respuesta a un sentimiento de indignación ante el Gobierno, porque a veces percibe que este Gobierno tiene una actitud activa y entusiasta a favor del conflicto bélico. Y esta es una equivocación, una grave
equivocación. En este punto nosotros estamos absolutamente en desacuerdo, hasta hoy. Yo veo hoy una inflexión en sus declaraciones y, además, el acuerdo de ayer de la Unión Europea va por el buen camino. Nosotros no estamos de acuerdo ni en el
fondo de alguno de los aspectos, ni en la forma. No estamos de acuerdo en el fondo, ya lo he dicho antes y no es necesario que lo recuerde otra vez, porque yo soy de los que creo que Sadam Husein es un peligro importante, es un dictador, es un
tirano y es una persona a la hemos de responder todos conjuntamente de una manera clara. Sin embargo, tenemos una diferencia de fondo importante con ustedes. Usted cree que el conflicto bélico es inevitable y nosotros creemos que no, que es
evitable. Usted cree que la posición que hemos adoptado a priori, de entrada, nos va a beneficiar y yo creo que este es otro error. ¿A qué precio? ¿Qué coste tiene una acción bélica? Nosotros creemos, y este es nuestro último punto de fondo, que
cualquier acción bélica ha de ser la ultimísima opción.



Además, a nosotros nos han preocupado durante estos días las formas. Lo que usted llama solidez, a veces lo llamo contundencia o entusiasmo, y creo que esto es un error. Nosotros hemos estados faltos de información.
Sinceramente, cuando
se nos habla de Irak y el terrorismo a mí nadie, ni del Gobierno, ni de su grupo parlamentario, me ha conseguido explicar ni convencer de esta relación. Ha habido una equivocación en la manera de explicar este tema. No se ha buscado ninguna
complicidad, ni se ha buscado el asesoramiento de personas con otras visiones, aunque sólo sea para ver en qué puntos puede haber discrepancias realmente importantes.
Yo soy de los creo que en situaciones difíciles, como las que vivimos ahora, se
ven las capacidades y los nuevos liderazgos. Sinceramente, señor Aznar, los nuevos liderazgos hoy día se basan en otros aspectos: en la flexibilidad, en el diálogo, en el pacto, en buscar complicidades y en buscar puntos de encuentro. Durante
todos estos días, que han sido muy importantes, y que nos han de preocupar y seguir preocupando a todos, he notado a faltar estos aspectos. Hoy se produce una inflexión. Espero y deseo que se mantengan actitudes como las de hoy aquí de ser capaces
de debatir y de buscar fórmulas de consenso. Asimismo, espero que las resoluciones que adoptemos seamos capaces de llevarlas a cabo.



Muchas gracias.



La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Trías.



Señor presidente.



El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Señora presidenta, señorías, mi intervención será breve no solamente por razón de cortesía, sino para hacer algún comentario a las propuestas que ha hecho el señor Trías.



Participo de las tareas que ha dicho sobre las características del nuevo liderazgo, señor Trías. No sé si es que voy para viejo -que S.S. me critica- pero hemos procurado hacerlo desde el punto de vista del consenso en el Consejo de
Seguridad, de consenso en la Unión Europea, de la declaración de la Unión Europea del día 27 de enero, de nuestro respeto a las resoluciones del propio Consejo Europeo y de la propia OTAN. Por tanto, señoría, estamos en el camino adecuado, en el
sitio adecuado y en el lugar adecuado. He querido entender a S.S. que podíamos llegar a un acuerdo razonable en torno a la utilidad, a la necesidad, a la conveniencia y la viabilidad de apoyar y hacer nuestra la declaración, no la declaración, las
resoluciones del Consejo Europeo. No estamos hablando de una declaración, estamos hablando de resoluciones formales, de conclusiones formales, del Consejo Europeo, que nosotros hemos hecho nuestras, que hemos contribuido a forjar y que,
naturalmente, supone llegar a acuerdos y llegar al consenso. Y todos los consensos, y S.S. lo conoce muy bien, significan dejar aparcadas determinadas posiciones. No lo que se dice a veces, simplemente significa intentar buscar los puntos de
encuentro, que yo creo que son mucho más fuertes de lo que alguno puede pensar.



Su señoría hace referencia a tres cuestiones que comento brevemente.
Primera. Dice: la guerra no es inevitable. Y le vuelvo a repetir: tiene S.S. razón, la guerra no es inevitable, y la guerra la podemos hacer evitable. Lo que yo
digo, señoría, y lo que dice la Unión Europea, y lo que dice el secretario general de Naciones Unidas, y lo que dice la Alianza Atlántica, es que si no hay una presión máxima sobre el dictador iraquí el Consejo de Seguridad, como ayer decía Kofi
Annan, llegará un momento que tendrá que optar entre seguir aceptando los desafíos de Sadam Husein o tomar una decisión que está contemplada en la Carta de Naciones Unidas, justamente


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en el capítulo VII, como la última solución. Es lo único, señoría. Ayer Kofi Annan lo decía en términos prácticamente dramáticos. Decía: esto no depende de nosotros, depende de que se cumplan las obligaciones del desarme. ¿Por qué?
Porque, si no, ocurre una cosa bien sencilla, señoría, y es que el Consejo de Seguridad no solamente deja de ser creíble, es que deja de ser útil. Y la inutilidad o la falta de credibilidad del Consejo de Seguridad lo que produce es más inseguridad
en el mundo. Y si no somos capaces de responder desde el punto de vista del Consejo de Seguridad, alguien tendrá que responder, al menos por su seguridad. ¿Y será criticable entonces, señoría? Queremos que nadie actúe unilateralmente, muy bien, y
con razón; además, tampoco se puede actuar en el marco del Consejo de Seguridad, no. En el Consejo de Seguridad esperamos y deseamos que la presión de todos sirva, justamente, para lo que usted decía, para que el conflicto sea evitable. Y por eso
lleva trabajando el Gobierno desde el primer día, señoría. Lo que pasa es que, yo lo comprendo, hay posiciones que son más fáciles de explicar, vamos a decirlo de esa manera. Pero por eso le decía que nosotros tenemos una responsabilidad de
gobierno que otros no tienen.



Respecto de la Resolución 1441 y de lo que pueden ser otros trabajos en el Consejo de Seguridad, si se va a hablar mucho durante estos días para forjar consensos, como ha pasado en la Unión Europea, vamos a necesitar tiempo. La Resolución
1441 se estuvo trabajando durante ocho semanas, ocho semanas. Señoría, lo que yo no entiendo es una posición, no la suya, que diga: Es que a mí me da igual, yo quiero que el Consejo de Seguridad sea el centro. Pero, además, únicamente quiero que
el Consejo de Seguridad diga lo que yo quiero que diga. Es decir, la legalidad internacional vale cuando a mí me conviene y no vale cuando a mí me no me conviene; vale cuando me gusta y no vale cuando no me gusta. ¡Hombre, no! Eso no puede ser
así, si realmente estamos hablando en serio de lo que significan la paz y la seguridad en el mundo. Por tanto, empezaremos negociaciones difíciles y complicadas, y se están haciendo ya negociaciones difíciles y complicadas.



Por último, señoría, yo me ratifico en lo que he dicho. Es un hecho cierto y constatado que hay armas de destrucción masiva, y es un hecho cierto y constatado que han existido vinculaciones con grupos terroristas por parte de Irak. Hamas y
otros grupos terroristas han tenido vinculaciones y han sido, en gran medida, encubiertos y financiados por algunos Estados, entre otros Irak. Y yo digo, señorías, un país como el nuestro, que tiene el problema de terrorismo que tiene, no puede ser
indiferente ante estas cosas. Ni puede ni debe serlo. Y esa es también una parte de responsabilidad que nosotros tenemos que cumplir. Me agradará mucho que sus puntos de coincidencia puedan superar cualquier matiz dentro de lo que significa el
respeto a las posiciones, y también, efectivamente, el cumplimiento de las responsabilidades que, naturalmente, ya comprendo son diferentes. (Aplausos.)


Gracias, señora presidenta.



La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor presidente.



En nombre del Grupo Parlamentario Federal de Izquierda Unida, tiene la palabra el señor Llamazares.



El señor LLAMAZARES TRIGO: Señora presidenta, señorías, quiero comenzar la intervención del Grupo Parlamentario Federal de Izquierda Unida saludando y expresando nuestra alegría por las movilizaciones que han tenido lugar en los últimos
días en España, en Europa y prácticamente en todo el mundo, por la paz y en contra de la guerra. Y quiero hacerlo además porque, al parecer, el Gobierno, después de experiencias recientes en las que tras una movilización consideraba que no había
existido, ha cambiado de táctica y ahora las movilizaciones han existido, pero son movilizaciones de las cuales, en el espíritu, forman parte el propio Partido Popular y el propio Gobierno. Pero los que hemos convocado la movilización sabemos que
eso no es así, señorías. Sabemos que ésta es solamente una primera fase, recordamos la catástrofe del Prestige.
Ustedes también quisieron sumarse a las movilizaciones y las aplaudieron, diciendo que eran movilizaciones contra la catástrofe
ambiental, contra los responsables económicos, pero que ustedes estaban de acuerdo con esas movilizaciones. No han pasado ni tres meses para que ustedes hayan querido llevar a los tribunales a quienes convocaron aquellas movilizaciones, y no han
pasado ni tres meses para que sus altos cargos estén en estos momentos en las puertas de los juzgados, señorías. Por lo tanto, nuestra credibilidad, lo que nosotros creemos de su apoyo a las movilizaciones por la paz comprendan que es bastante
poco, porque además, las movilizaciones por la paz han tenido lugar, fundamentalmente, y con una mayor presencia de ciudadanos y ciudadanas, en aquellos países, como el nuestro, donde el Gobierno, en contra de la opinión pública, ha respaldado la
estrategia de guerra preventiva de Estados Unidos. Esas han sido las principales movilizaciones que ha habido en el ámbito internacional. En Europa, las movilizaciones más importantes han sido en Italia, en España y en Gran Bretaña, porque no
solamente eran movilizaciones morales, no solamente pretendían que para solucionar los problemas y los conflictos humanos se rechace definitivamente la guerra, eran movilizaciones políticas, querían que los gobiernos que se habían sumado a la guerra
no se sumen a la guerra, señorías, y su Gobierno trabaja por la guerra, por lo que difícilmente puede estar comprometido con la paz.



Señorías, resulta llamativo que en su intervención siempre hable de fuerza, de intervención y nunca hable de guerra. Pero lo que los ciudadanos perciben en las movilizaciones de este fin de semana es que precisamente lo que usted oculta en
su lenguaje, la guerra, es lo que se está preparando. Eso es lo que ha movido a los ciudadanos a salir a la calle. No es verdad que los ciudadanos hayan salido a la calle por una intención únicamente moral, han salido a la calle por una intención
política de pararles los pies a quienes, señores de


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la guerra, quieren en estos momentos provocar una guerra, sin razón, sin justificación y sí por intereses.



Señoría, señores del Gobierno, a ustedes -lo ha dicho usted en una entrevista reciente- se les ha planteado un problema y es que al final, a falta de razones para comprometerse con esta guerra, a falta de razones también para hacer
seguidismo del Gobierno de extrema derecha de los Estados Unidos, del Gobierno de George Bush, a falta de esas razones, ustedes han puesto su credibilidad o su crédito en medio, les han dicho a los ciudadanos que ponían su crédito para dar respaldo
a la posición del Gobierno español. Pues bien, millones de ciudadanos no les han creído, de ahí que los ciudadanos hayan ido a estas movilizaciones en España.
Previamente no les creían y así aparecía en las encuestas de opinión pública en las que
nueve de cada diez ciudadanos no creían al Gobierno y no respaldaban la postura belicista del Gobierno. Ahora resulta que tampoco los que se han movilizado, millones de personas en España, creen los argumentos del Gobierno. Piensan, en primer
lugar, que esos argumentos son sobre todo excusas, y vuelve el señor Aznar en el día de hoy a ponernos por delante, a los grupos parlamentarios que discrepamos de su posición belicista, nuestra complacencia con el régimen de Sadam.
Señor Aznar, no
quiero que lo vuelva a hacer, no quiero que lo vuelva a hacer. (Rumores.) Voy a hacer una declaración, aunque usted no la haya hecho todavía, y le pediría que la hiciera ante esta Cámara. Nosotros hemos hecho una declaración el día anterior, y
usted lo sabe, en la que hemos condenado a ese régimen, al régimen de Sadam Husein y hemos dicho que ese régimen tiene en el exilio a buena parte de la izquierda, entre otros a compañeros con los cuales nos relacionamos. Ese régimen además ha
asesinado a organizaciones enteras de la izquierda. Nosotros sí hemos hecho esa condena. Tenemos un ejemplo muy cercano en el espacio y en el tiempo, el régimen franquista, régimen que asesinó, régimen que oprimió y torturó, régimen que nosotros
hemos condenado y todavía no le he oído al señor Aznar una condena del régimen franquista. (Aplausos.) Por tanto, vaya condena por condena, señor Aznar. Condenamos ese régimen, pero a nosotros nunca se nos ocurrió, ni en los tiempos más negros de
la dictadura, pedir que ningún organismo internacional interviniese militarmente contra el régimen franquista. Parece ser que ustedes consideran que las amenazas del régimen de Irak son tan graves que merece la pena que caigan 10, 20 nuevas Torres
Gemelas en Bagdad o en Basora.
Porque, señorías, ¿cuántas Torres Gemelas son necesarias para vengar la barbaridad de las Torres Gemelas en Nueva York? ¿Cuántas tienen que caer? ¿Cuántos niños tienen que morir? ¿Cuántas personas tienen que
desplazarse en Irak? Nosotros creemos que no existen, y ustedes no las tienen, razones para bombardear y para atacar al pueblo de Irak. Existen razones para despreciar y para condenar al régimen iraquí igual que al régimen de Kuwait o a otros
regímenes de la zona, pero no existe ninguna razón para bombardear a su pueblo, que no ha hecho otra cosa que sufrir a ese régimen durante años. Además, señorías, ninguna resolución de Naciones Unidas, porque además no puede hacerlo, se plantea el
objetivo de cambio de régimen, porque es contradictorio con la Carta de Naciones Unidas. La Carta de Naciones Unidas prohibe taxativamente una guerra para un cambio de régimen. Solamente hay dos razones para una guerra encabezada por Naciones
Unidas y gobernada militarmente por Naciones Unidas: la legítima defensa -pero no estamos ante una agresión y no hay por tanto razón de legítima defensa- y el mantenimiento de la paz en el ámbito internacional. Señor Aznar, no ha podido demostrar,
y tampoco el Gobierno norteamericano, que haya una amenaza para la paz en el ámbito internacional por parte del régimen de Irak.



En primer lugar, señor Aznar, habla de las resoluciones de Naciones Unidas. Si usted dice que Naciones Unidas queda cuestionada cuando no se aplican las resoluciones aprobadas por parte del organismo internacional, ¿qué podemos decir del
incumplimiento de las resoluciones de Naciones Unidas por parte del Estado de Israel? ¿Qué podemos decir del incumplimiento de las resoluciones de Naciones Unidas por parte de Marruecos? ¿Qué podemos decir del incumplimiento flagrante de
resoluciones de Naciones Unidas por parte de muchos Estados? Y en ninguno de los casos España ni su Gobierno, y esperamos que no lo haga nunca, ni tampoco el Gobierno norteamericano, se han planteado una operación de castigo militar contra esos
países que han incumplido las resoluciones de Naciones Unidas.



Señor Aznar, otro de los argumentos, que son excusas, es el de las armas de destrucción masiva. Yo le emplazo de nuevo ante esta Cámara a que diga los datos que tiene la inteligencia española -que creo que es Mortadelo y Filemón y la TÍA,
no otra cosa- sobre algo que no tiene la inteligencia norteamericana, la inteligencia inglesa o la inteligencia francesa, que son datos sobre esos asuntos que usted tanto considera que son amenazas para la seguridad internacional. En cuanto a las
armas de destrucción masiva, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas reciente, señor presidente del Gobierno, demostró algunas cosas en la intervención de los inspectores de Naciones Unidas. Dijeron los inspectores de Naciones Unidas, en primer
lugar, que armas nucleares no tenía el Gobierno iraquí y que para conseguir disuadir de cualquiera de las incorporaciones de material nuclear habría que dar tiempo -dijo el señor El Baradei que unos seis meses para el control de futuras armas
nucleares-, pero que armas nucleares no había. El señor Blix, en su explicación, dijo que no se habían encontrado armas de destrucción masiva en territorio iraquí, lo cual no quería decir que no existieran. Cualquiera que sepa algo de química sabe
que un arma química o un arma bacteriológica no se guarda ni en una cartuchera ni en un gran camión, como decían los Estados Unidos, y el señor Blix desmintió allí mismo al señor Colin Powell en el sentido de que pudiera haber instrumentos móviles
de producción de armas de destrucción masiva. Por tanto, señorías, la amenaza que ustedes refieren para plantear frente a ella


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un recurso desproporcionado como es la guerra es una amenaza que no han podido demostrar en los organismos internacionales los propios inspectores, que por eso han pedido más medios y más tiempo, y, sin embargo, es una amenaza que el señor
Aznar y probablemente el hermano del señor Bush tienen muy clara, pero creo que la tienen tan clara como el carácter del Reino de España en estos momentos. Tienen clara la amenaza pero no tienen muchos datos sobre la misma.



Señor Aznar, lo que ha criticado también la ciudadanía española es la posición bochornosa del Gobierno español en la relación con el Gobierno norteamericano. Usted en su intervención se ha centrado fundamentalmente en el último Consejo de
la Unión Europea, porque le interesa, me parece muy bien, pero ha intentado pasar de puntillas sobre el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, y ese Consejo de Seguridad de Naciones Unidas pasará a los anales de la vida política internacional por
una intervención bochornosa de los representantes del Gobierno español (Aplausos.), porque se puede estar de acuerdo con un determinado país en el seno del Consejo de Seguridad, pero no se puede ser el perro de caza de ese país, no se puede ser el
perro que se lanza al cuello del resto de los países del Consejo de Ministros de la Unión Europea, y eso fue lo que se hizo por parte del Gobierno español. Ni en la forma ni en el fondo era una intervención de un representante de este Gobierno;
era la intervención de una subordinada, que además no estaba muy bien aleccionada, del Gobierno de los Estados Unidos.



Señor Aznar, usted todavía no ha aclarado ante esta Cámara, y en los últimos días no es solamente una acusación del Grupo Parlamentario Federal de Izquierda Unida, sino que corre por todos los medios de comunicación, cuál es el nivel de
colaboración del Gobierno español con la estrategia prebélica de los Estados Unidos. El otro día, en mi intervención, el señor Trillo se llevaba las manos a la cabeza cuando decía que en las bases militares norteamericanas en España había ya una
infraestructura y unos medios para la intervención en Irak. Ya sabemos que hay fotografías, por tanto, no voy a explicar más que España está colaborando claramente, a través de las bases militares, con ese despliegue en Irak, aunque lo que haya
hecho su ministerio sea no preguntar. Lo mejor es no preguntar: ojos que no ven, corazón que no siente. Por tanto, no es necesario que nos pidan ninguna autorización; que pasen todos con el armamento que quieran, que España no va a dificultar el
despliegue militar de los Estados Unidos. Sí ha habido colaboración de España y le vuelvo a preguntar, señor Aznar, qué grado de compromiso tiene su Gobierno con el Gobierno norteamericano, además del compromiso en el Consejo de Seguridad y de los
compromisos evidentes en las bases militares españolas. Pues bien, esa ha sido la razón por la que los ciudadanos se han movido y han salido a la calle en España. Esa ha sido la razón que ha llevado a manifestaciones masivas de millones de
ciudadanos contra la política exterior y de seguidismo del Partido Popular y de su Gobierno. Los ciudadanos saben lo que se juegan. Saben que se juegan la paz frente a una guerra que está preparada. Saben que se juegan el derecho internacional
frente al chantaje a Naciones Unidas.
Saben que se juegan la Unión Europea, una Unión Europea europea, no una Unión Europea subordinada a Estados Unidos. Saben que se juegan la calidad de la democracia en nuestro país.



Señor Aznar, usted dice que tiene un Gobierno legítimo y que eso no es discutible. Pues bien, yo le discuto ese argumento de principio a fin.
Usted tiene un Gobierno legal, elegido por mayoría absoluta, pero la legitimidad la dan la
coherencia entre los actos y la opinión mayoritaria de la sociedad.. (Protestas.-Rumores.)


La señora PRESIDENTA: Señorías, guarden silencio.



El señor LLAMAZARES TRIGO: ..y hoy no hay coherencia entre sus actos y la opinión mayoritaria de la sociedad. Usted realiza una política exterior en contra de la opinión mayoritaria de los españoles. Voy a utilizar el mismo argumento que
ha empleado usted conmigo en muchas ocasiones. Si para usted es un argumento dirigirse al Grupo Parlamentario Federal de Izquierda Unida diciendo que le respalda un número equis de millones de españoles y a nosotros un número menor, para mí es
también un argumento decirle que, en estos momentos, su política exterior es minoritaria en este país, donde la mayoría de los habitantes quiere una política de paz y no de guerra. Esa es la legitimidad democrática. (Aplausos y protestas.)


La señora PRESIDENTA: Guarden silencio.



El señor LLAMAZARES TRIGO: Señorías, los que nos hemos movilizado hemos ganado tiempo y fuerza para la paz, frente a una guerra que estaba decidida. Señorías, les recuerdo que hace treinta años un movimiento pacifista en el mundo -que
podía ser un precedente de éste- evitó que terminara la guerra de Vietnam peor de lo que había empezado. En el año 1969 se reunieron el presidente Nixon y Kissinger para discutir sobre la utilización de dos bombas nucleares para acabar
definitivamente con la guerra de Vietnam -información que pueden ver en los documentos desclasificados de la Casa Blanca-. Pues bien, no llegaron a utilizar las bombas nucleares porque hubo un movimiento ciudadano que abrió un frente pacifista en
el seno de los Estados Unidos. A ustedes se les ha abierto un frente interno en el conjunto de los países europeos y a nivel internacional, un frente no armado, un frente de desobediencia pacifista que es el que va a hacer que ustedes renuncien a
la utilización de la guerra en los conflictos internacionales.



La señora PRESIDENTA: Señor Llamazares, le ruego concluya, por favor.



El señor LLAMAZARES TRIGO: Termino, señora presidenta.



... que renuncien a la utilización de la guerra y ya podemos decir que hemos tenido algún avance pequeñito.



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El hecho de que después de las movilizaciones usted se atenga a un tipo de debate que no quería es un primer triunfo del movimiento pacifista en nuestro país. Es un triunfo que haya un debate en el Parlamento español.
Eso no lo quería el
Gobierno ni lo quería el Partido Popular.



La señora PRESIDENTA: Señor Llamazares, le ruego concluya. Ha sobrepasado con mucho el tiempo concertado en la Junta de Portavoces.



El señor LLAMAZARES TRIGO: Termino definitivamente.



Por otra parte, que usted tenga la necesidad de ponerse bajo el paraguas del Consejo de la Unión Europea es otro signo de que la movilización de los ciudadanos españoles va bien y que muy mal le va al Gobierno y al Partido Popular.
(Aplausos.)


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Llamazares.



Señor presidente.



El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Gracias, señora presidenta.



Señorías, señor Llamazares, le escucho con mucha atención y con mucho respeto. Tengo que decir además que yo, en la posición de su Grupo Parlamentario de Izquierda Unida en relación con este asunto que tratamos hoy -con otros es posible que
también-, le veo cierta coherencia. Ustedes se opusieron a cualquier tipo de acción, como en el año 1990 con la invasión de Kuwait; se opusieron después a la actuación de las Naciones Unidas y se siguen oponiendo ahora, pero se siguen oponiendo a
esto, a lo de antes y a lo de mañana, sea de las Naciones Unidas o sea de la Unión Europea. Es decir, se oponen. (La señora Castro Fonseca pronuncia palabras que no se perciben.) Dicen que no, que no están de acuerdo, se diga lo que se diga,
señoría...



La señora PRESIDENTA: Señora Castro, guarde silencio.



El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Por tanto, su coherencia, se la reconozco, señoría. Lo que espero y deseo es que a la hora de manifestar sus opiniones tengan ustedes, al menos, el mismo nivel de respeto y consideración que
tenemos los demás y que cuando se hable de mayorías o de minorías se respeten en todas sus cosas y sus circunstancias. Se lo vuelvo a decir: la legitimidad y la credibilidad democrática la dan las urnas, señorías. En una democracia, la dan las
urnas, señoría, pero tomo muy buena nota de su teoría de legitimidad y le agradezco mucho que S.S. haya declarado legal al Gobierno de España, que sin duda es un avance que le tenemos que reconocer de un modo muy especial. (Aplausos.)


Desde el punto de vista formal, señoría, quiero recordarle que en esta Cámara hay debates democráticos desde que existe la democracia en España.
Yo le he oído decir que el Gobierno amordazaba al Parlamento, que el Gobierno censuraba al
Parlamento, que el Gobierno impedía el debate.
Señoría, estamos haciendo y cumpliendo los debates y los trámites parlamentarios que se han realizado en España durante todos los años democráticos, del mismo modo y del mismo modelo, señoría, y no se
pueden decir, en mi opinión, las cosas que S.S. ha dicho con relación a lo que ha sido la actitud del Gobierno. Naturalmente ahora existe un debate, como puede existir otro en otro modelo parlamentario, que no le corresponde solamente fijar al
Gobierno, sino que también lo fija la Mesa de esta Cámara. ¿O es que va a decir S.S. que aquí se ha producido, en todos los consejos europeos desde 1986 y antes de 1986 también, el mismo modelo de debate? ¿Y desde 1986 llevamos haciendo debates
que no son democráticos en esta Cámara, señoría? ¿Cómo se puede defender eso desde el punto de vista parlamentario y desde el punto de vista político seriamente? Afortunadamente hoy, señoría, en una comparecencia con motivo de un Consejo Europeo,
hay otro modelo de debate, derivado de las circunstancias internacionales, y yo me alegro mucho de que S.S. pueda intervenir en él y se le pueda escuchar y además deseo, señoría, que le escuche el mayor número posible de ciudadanos, se lo digo
sinceramente, para que vean todos qué es lo que S.S. dice y qué es lo piensa.
(Aplausos.)


Es muy fácil, señoría, hacer su discurso. Unos están a favor de la guerra y otros están a favor de la paz y naturalmente es S.S. quien decide quién está a favor de la guerra y quién está a favor de la paz. ¡Faltaría más! Y, por supuesto,
S.S. está a favor de la paz y todos los demás somos unos belicistas peligrosos, no el Gobierno de España, sino toda la Unión Europea que ayer se pone de acuerdo, todos son unos gobiernos de belicistas muy peligrosos, peligrosísimos. (Aplausos.)
Naturalmente eso ocurre también en el marco de la Alianza Atlántica, donde 18 naciones y 18 gobiernos están de acuerdo, pero son todos unos belicistas muy peligrosos. También en el Consejo de Seguridad, porque ya sabemos que, efectivamente, para
intentar conseguir los elementos básicos de lo que significa una determinada política, hay que decir lo que no es cierto, señoría. Puede tener S.S. los deseos de paz que le interesen o que le convengan, lo que quiera, pero usted tiene que pensar
que los demás también, y S.S. puede pensar que se garantiza la paz y la seguridad en el mundo no haciendo nada y yo puedo pensar -y defiendo tanto la paz como usted o más, señoría- que cuando se tienen los riesgos que se tienen y se quiere cumplir
la legalidad internacional, lo peor que puede pasar es la impunidad a nivel internacional y a nivel nacional y que ese es el verdadero riesgo para la paz y la seguridad en el mundo, señoría, y que venimos arrastrando este tema desde el año 1991.
Ahora bien, yo comprendo -y por eso le reconozco su coherencia- que ustedes ya se oponían entonces. Si ustedes se oponían al desarme de Irak en el año 1991, ¿por qué no se van a oponer en el año 2003 y en 2015 si hace falta, señoría?, pero los que
queremos que la legalidad internacional se


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cumpla, los que queremos que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sea el centro de lo que significan las decisiones de paz y seguridad sabemos que sus resoluciones deben y tienen que ser respetadas, señorías.



El 11 de septiembre hubo muchas personas, mucha gente en el mundo que se dio cuenta de la gravedad de lo que significaba el terrorismo. Nosotros ya sabíamos lo que era el terrorismo. Su señoría puede tener las opiniones que quiera al
respecto. Nosotros hemos manifestado y la comunidad internacional también que hay amenazas graves de vinculación con grupos terroristas por parte de regímenes capaces de tener armas de destrucción masiva. No es, según la legalidad internacional, a
mí ni a ningún otro dirigente democrático del mundo a quien le corresponde hacer una prueba; son los inspectores de las Naciones Unidas, en el año 1998, los que han certificado la existencia de armas químicas y biológicas y los que no pueden
certificar el desarme porque quien lo tiene que certificar se niega a hacerlo. Eso es la legalidad internacional y eso significa exactamente respetar la legalidad internacional. Naturalmente, S.S. puede plantear que existen las intenciones más
oscuras que se quieran y por supuesto también el deseo de guerra, pero estamos hablando de regímenes que han dado lugar al exilio de cuatro millones de personas y al asesinato de millones y que tienen armas de destrucción masiva, como ha quedado
constatado por la legalidad internacional, y por eso desde 1991 la comunidad los considera un riesgo y una amenaza.



Quiero recordarle que no vale argumentar que hay otras situaciones que también se pueden producir o no de incumplimientos. Esta Cámara y este Gobierno han mantenido unas políticas muy activas en relación con Oriente Medio, así como el
Consejo Europeo. Hemos dicho que deseamos la convivencia entre un Estado de Israel seguro y un Estado palestino viable y democrático y que esa convivencia hay que procurar garantizarla y se han hecho multitud de esfuerzos para ello y se seguirán
haciendo, pero no olvide una cosa, que las resoluciones sobre Oriente Medio no están bajo el capítulo VII del Consejo de Seguridad, sino bajo el capítulo VI, que no es lo mismo. (Rumores.) Es la diferencia entre una recomendación, que sin duda
tiene una fuerza política, y un obligado cumplimiento, que incluye el uso de la fuerza como último recurso si fuera necesario. Si quiere S.S. respetar la verdad, diga eso; si quiere decir que políticamente hace falta hacer esfuerzos para afrontar
y resolver el problema de Oriente Medio, a lo mejor también estamos de acuerdo. En lo que no vamos a entrar es en todas las teorías -ya lo he explicado antes- de las guerras y de los ataques preventivos, porque usted ha citado un caso muy curioso
desde el punto de vista nuclear. Mire usted, Irak era Estado signatario del Tratado de no Proliferación de Armas Nucleares y puso en marcha un programa nuclear secreto y la central nuclear donde se estaban construyendo las bombas nucleares iraquíes
fue bombardeada en los años 1983 y 1984 por aviones del ejército israelí -por cierto, en uno de esos aviones iba una persona que ha fallecido ahora en el accidente del Columbia-. Por eso se destruyó exactamente el programa nuclear de Irak, por esa
acción. Después de esa acción y cuando seguía siendo signatario del Tratado de no Proliferación de Armas Nucleares, volvió a intentar recuperar el armamento nuclear. Los inspectores trabajaron entre 1992 y 1998 y ahora, entre 1998 y 2002, ha
habido intentos de volver otra vez a recuperar el programa nuclear. Dicho de otro modo, cuando se habla de ataques preventivos o de guerra preventiva hay que decir que aquello que pasó en la central nuclear de Osirik sí que fue un ataque
preventivo, pero cuando se habla de resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas desde los años 1990 y 1991 se está hablando de si las Naciones Unidas tienen credibilidad o no la tienen, y yo quiero que la tengan; a lo mejor a S.S.
le da igual, pero yo creo que al mundo, y a España también, le interesa que el Consejo de Seguridad tenga credibilidad y eso no tiene nada que ver con ninguna fórmula ni con ninguna guerra preventiva. Es evidente que solamente desde el
mantenimiento de la presión, como decimos nosotros, como dice el Consejo Europeo, como dice el Consejo de Seguridad, como he recordado ya en esta Cámara reiteradas veces que dice el propio secretario general del Consejo de Seguridad, es posible
evitar un conflicto, es posible evitar una intervención y es posible evitar una guerra, señoría. Solamente es posible si se cumplen esas resoluciones; solamente es posible si se constata el desarme, si se coopera activamente y se demuestra al
mundo que lo que el mundo dice que posee un régimen lo ha dejado de poseer, señoría. Esa es la obligación de la legalidad internacional, no el capricho o la conveniencia de ningún dirigente político, señoría; no el capricho o la conveniencia de
ningún país. Es lo que dicen exactamente la ley y la legalidad internacional.



Respecto de lo que ha dicho S.S. desde el punto de vista de la colaboración militar, se lo aclaré en la última sesión y se lo vuelvo a aclarar ahora, más un concepto. Señoría, no hay bases militares norteamericanas en España,
afortunadamente desde hace tiempo. Hay bases españolas. (Rumores.) Sí, hay bases españolas que están sometidas a un régimen de acuerdo con Estados Unidos y a otros sistemas, como puede ser el marco de la Alianza Atlántica, y he dicho antes que
este Gobierno renovó y actualizó los acuerdos y los convenios a los que habían llegado otros gobiernos, los precedentes al mío, y a mí me parecen bien esos acuerdos. (El señor Centella Gómez: ¡A mí no! - Rumores.)


La señora PRESIDENTA: Señor Centella, guarde silencio.



El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Estoy convencido de que a S.S. no, estoy convencido de que a S.S. no le parecen bien, ni esos ni los que fueran, no le parecen bien, pero a mí me parecen bien esos acuerdos. Simplemente
estoy aclarando que afortunadamente desde hace tiempo no hay, jurídicamente, bases norteamericanas. Hay bases españolas sometidas a un régimen de acuerdo con los Estados


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Unidos de América, señoría. Naturalmente que se puede exponer lo que se quiera. Se lo dije la semana pasada y se lo vuelvo a decir: está faltando a la verdad, señor Llamazares. No hay ni ha sido utilizada ninguna instalación en el suelo
español que haya sobrepasado, ningún día, ninguna vez y por ninguna sola operación, en ningún caso, los límites establecidos en el acuerdo que tiene España con los Estados Unidos.
(Rumores.) Ni un solo día, ni una sola operación, ni un caso,
señoría.
Estamos actuando en el marco de los acuerdos, en el marco de la legalidad internacional y en el marco de lo que están haciendo Portugal, Italia, Francia, Alemania y todos los países europeos (Aplausos.) en relación con lo que significa un
desplazamiento logístico y una presión militar que es básica para conseguir que Sadam Husein renuncie a sus propósitos y que cumpla la legalidad. Se lo dije la semana pasada, señoría, y se lo repito. Me dice: ¿cuál es la cooperación o cuál es el
compromiso? Pues se lo voy a decir: ninguno, señoría. No tengo compromisos militares. Se lo vuelvo a decir trece días después y le vuelvo a decir, señoría, que cuando los tenga, no se preocupe que vendremos a esta Cámara a explicarlos, si es que
los llegamos a tener (Una señora diputada: ¡Tramposo!), pero hasta ahora, señoría, lo que estamos haciendo, espero seguir haciendo y voy a seguir haciendo en todo caso es procurar que se cumpla la legalidad internacional por bien de la paz y de la
seguridad en el mundo. (Un señor diputado: ¡Muy bien!) Eso, señoría, es lo que el Gobierno hace y es lo que hace esta tarde en esta Cámara, lo que procura hacer todos los días, justamente para buscar una solución pacífic, y esa solución pacífica
no derivará de discursos demagógicos, señoría; derivará justamente del compromiso de los que están dispuestos a asumir responsabilidades para que la paz y la seguridad en el mundo sean una realidad para todos.



Muchas gracias. (Aplausos.)


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor presidente.



Señor Llamazares.



El señor LLAMAZARES TRIGO: Gracias, señora presidenta.



Bueno, señor Aznar, veo que nosotros sí hemos condenado el régimen de Sadam, porque es un régimen dictatorial y es un régimen que oprime a su pueblo, pero usted sigue sin condenar un régimen más cercano como es el régimen franquista.
Tomamos nota de las dificultades para condenar el régimen franquista por parte del Partido Popular.
(Protestas.-Rumores.-Varios señores diputados pronuncian palabras que no se perciben.)


La señora PRESIDENTA: Señorías, guarden silencio. (Continúan los rumores.) Señorías, guarden silencio.



El señor LLAMAZARES TRIGO: Está bien, cuando se piden condenas, que haya condenas bilaterales.



En relación con el modelo de debate, señor Aznar, con nosotros no puede utilizar el recurso que tanto le gusta, que es el recurso del pasado. No hay cosa mejor que hablar del pasado para argumentar las miserias propias. Si el Parlamento es
ninguneado, más ninguneado era en el pasado y, por tanto, yo puedo ningunear al Parlamento y puedo evitar el debate parlamentario.



Señor Aznar, lo que nosotros cuestionamos no es que usted venga después de cada uno de los consejos de la Unión Europea, que ha venido; lo que hemos cuestionado en esta Cámara es que usted se haya resistido a debatir y a decidir sobre un
tema tan importante como es la paz o la guerra. Se ha resistido a debatir y a decidir sobre un tema tan importante como la paz y la guerra, y como a la fuerza ahorcan, después de la movilización ciudadana, el Partido Popular y el Gobierno, por
primera vez, han aceptado un debate en esta Cámara. Bienvenido sea, pero no utilice el argumento de que usted ha venido después de los consejos de la Unión Europea. Ahora estamos hablando de la paz y de la guerra. Señor Aznar, en cuanto a la paz
o la guerra, dice usted que no ha adquirido ningún compromiso en relación con la guerra de Irak. Nosotros tenemos bastantes dudas, qué quiere que le diga. Han pasado medios militares no solamente por las bases militares de utilización conjunta;
otras bases militares están siendo muy utilizadas por la noche últimamente, alguna muy cercana a Madrid; han pasado también militares en aviones civiles por aeropuertos civiles de nuestro país; ustedes utilizan las fragatas para proteger a los
barcos norteamericanos que van hacia Irak; ustedes activan la unidad NBQ, la unidad que tiene que ver con la guerra bacteriológica, química y nuclear... Ustedes dirán si se están preparando para un festejo, para un desfile o para qué se están
preparando. Nosotros creemos que ustedes se están preparando para dar cobertura a la guerra del señor Bush y no otra cosa. Más allá de esos debates, señor Aznar, lo que yo quiero comprometer con usted aquí es que si el Gobierno español respalda al
Gobierno norteamericano en la guerra de Irak, usted va a traer a esta Cámara, en función del artículo 63.3 de la Constitución, la decisión de la participación de España en una guerra en Irak, porque su señor ministro ya está preparando la estrategia
de la defensa para saltarse el control parlamentario en las declaraciones de guerra y nosotros no lo vamos a aceptar. (Un señor diputado: ¿Tú cómo lo sabes?) La Constitución española tiene un mecanismo para aprobar la participación en la guerra
por parte de España y ustedes van a tener que utilizar ese mecanismo; si no se situarán fuera de la Constitución española, al margen del artículo 63.3 de la misma. No se ponga nervioso. Lo que le estoy pidiendo y a lo que le estoy emplazando es a
que diga ante esta Cámara si va a utilizar el artículo 63.3 o va a participar en una guerra sin cumplir la Constitución española.



Respecto a la legalidad, señor Aznar, ya tuvimos un debate aquí en relación con la responsabilidad política. Yo le recordé que en Maura ya había una noción de responsabilidad política, que era no solamente la de la


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elección sino la responsabilidad política del ejercicio del cargo. Voy a tener que volver a dar lecciones de lo que no sé, porque yo no soy especialista en derecho, pero usted sabe que existe legitimidad de origen y existe legitimidad del
ejercicio del cargo. Legitimidad de origen yo no se la he discutido ni a usted ni a su Gobierno, tienen toda la legitimidad de la mayoría absoluta, pero cuando un Gobierno toma decisiones a sabiendas en contra de la mayoría de la población, ese
gobierno está en una posición ilegítima, y ustedes están en posición ilegítima respecto a la opinión pública en relación con la guerra.
Ustedes están trabajando por la guerra y los ciudadanos están trabajando por la paz. (Aplausos.)


Me ha resultado muy instructiva la información sobre el bombardeo de una central nuclear por parte de Israel. Ese tipo de guerra preventiva no sé si la ha legitimado usted hoy, pero sí la ha explicado. No sé si usted considera que es la
forma para evitar riesgos futuros. Decía Bismarck que la guerra preventiva es un suicidio preventivo, pero parece que usted considera que es un buen camino. Usted sabe que la Resolución 687, que tiene que ver con el desarme de Irak, se hace en el
marco del desarme de Oriente Medio. La resolución dice claramente que la pretensión es el desarme de la zona. Yo le pregunto, señor Aznar, ¿usted sabe si el Estado de Israel está desarmado? ¿Tiene armas nucleares? ¿Tiene armas químicas? Tiene
armas de todo tipo, señoría. Está en la zona, en Oriente Medio, y forma parte de la voluntad de las Naciones Unidas de desarme de Oriente Medio. Parece que al señor Aznar, igual que al Gobierno Bush, le duele el ojo derecho, en este caso el ojo
que tiene que ver con Irak, pero no nota nada, ni una viga en el ojo izquierdo, en el ojo que tiene que ver con Israel. No les importa lo que ocurre en ese territorio en relación con el desarme.



Se lo digo claramente, nosotros estamos a favor de que se produzca el desarme en Oriente Medio y de que se culmine el desarme de armas nucleares y de armas de destrucción masiva en Irak. Además, estamos convencidos de que existen medios
pacíficos -y lo han demostrado las inspecciones- para culminar ese desarme. Pero, al mismo tiempo, también estamos a favor de acabar con el embargo en Irak. Un embargo que no ha hecho más que empobrecer, que no ha hecho más que provocar muertes de
población civil en Irak. Estamos a favor de las dos cosas: de que haya un desarme en el conjunto de Oriente Medio de las armas de destrucción masiva y de las armas nucleares y de que se produzca también el fin del embargo que ha situado a la
población civil de Irak en términos de hace uno o dos siglos en su desarrollo económico, social y de todo tipo. Le dejo clara la posición. El Grupo Parlamentario Federal de Izquierda Unida en estos momentos está en mayoría en el Consejo de
Seguridad de Naciones Unidas, los que están en minoría son ustedes, señor Aznar. Nosotros estamos en mayoría en el Consejo de Seguridad, porque una mayoría le dio calabazas al Gobierno norteamericano y a su Gobierno que defendían inmediatamente la
utilización de la agresión militar. Esa era la posición de su Gobierno y la posición del Gobierno norteamericano.



Dice usted que están también de acuerdo en la OTAN. Bien, quédese con el acuerdo, señor Aznar. Sabe usted que tampoco estamos muy de acuerdo con esa estructura militar. Le recuerdo que solamente consiguieron, después de varias votaciones,
un acuerdo en la OTAN que desvincula totalmente la protección de Turquía de cualquier ataque a Irak. Por tanto, un acuerdo que ustedes no propugnaron, porque el señor ministro de Defensa -mejor dicho, ministro de la guerra- siempre estuvo de
acuerdo con cualquier medida que garantizase la protección de Turquía en el consabido de que se iba a producir una guerra en Irak. Nunca fue un pacifista, nunca ha sido un defensor de la paz ni en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ni en la
propia OTAN.



Termino, señor Aznar. Usted ha venido aquí a distraer la atención, a marear la perdiz. No en vano ha pedido la comparecencia en esta Cámara para hablar únicamente del último Consejo de la Unión Europea, no para hablar del Consejo de
Seguridad de Naciones Unidas. Esa era una primera cuestión que usted no quería que debatiéramos del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, donde el Gobierno de España hizo el ridículo; no España, sino el Gobierno de España hizo el ridículo
sumándose, más papista que el papa, a la posición norteamericana. Pero lo que ha intentado usted hacer aquí es que esta iniciativa suya en torno al Consejo de la Unión Europea oculte la realidad, lo que está pasando en estos momentos en nuestro
país. Ustedes tienen un grave problema político, un gravísimo problema político y es que de un tiempo a esta parte sus medidas son cada vez más contestadas por los ciudadanos; de un tiempo a esta parte ustedes pierden a chorros la credibilidad y
la mayoría. Ese puede ser un debate que a ustedes les parece que es sobre la legitimidad desde el punto de vista formal, pero yo les hablo de la credibilidad y de la mayoría política que permitió gobernar al Partido Popular. Ustedes la pierden día
a día a chorros. En este caso, en el caso de la guerra, ustedes se han comprometido con una guerra, jalean la guerra continuamente, buscan razonamientos para la inmediatez de la guerra no para otros mecanismos disuasorios o de paz y todavía los
españoles no saben muy bien cuál es la razón para que el Gobierno del Partido Popular haya tomado esta actitud.
A mí me gustaría preguntarle al señor Aznar qué le ha prometido ayer el hermano del señor Bush, cuáles son los beneficios insondables
que va a recibir el Gobierno español o S.S. del Gobierno norteamericano en los próximos años como pago por su posición, que él mismo reconoce que es muy difícil. Y reconoce que es muy difícil porque sabe que la posición del Gobierno español está
en contra de la opinión mayoritaria de la ciudadanía. Así pues, nos gustaría que el señor Aznar nos aclarara las razones por las que el Gobierno español apoya una posición contraria a la opinión de la mayoría.



Termino, señor Aznar, hablando de la paz y de la guerra. Dice usted que todos queremos la paz. Todos los ciudadanos quieren la paz, pero qué curioso que no


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paramos de organizar y de desencadenar guerras desde el principio de la historia de la humanidad. La filosofía que les anima a ustedes es la de: si quieres la paz, prepara la guerra. Pues bien, esa filosofía tan antigua lo que ha
provocado es una extensión de las guerras y en este momento, señor Aznar, ustedes están preparando una. Nosotros no compartimos esa filosofía, sino que creemos que ha llegado el momento de cambiar de concepción y de considerar que la mejor forma de
defender la paz es la vía pacífica, los mecanismos de diálogo y los diplomáticos, las presiones de todo tipo que tienen la comunidad internacional y el derecho internacional. Ustedes piensan lo contrario y, en consecuencia, los ciudadanos, cuando
salen a la calle, critican a aquellos que preparan la guerra y son convocados por quienes la rechazamos.



La señora PRESIDENTA: Señor Llamazares, le ruego concluya.



El señor LLAMAZARES TRIGO: Termino, señora presidenta.



Quiero decirle, señor Aznar, que esta convocatoria de la que ustedes se olvidan ahora y de la que intentan apropiarse la ha hecho la izquierda, el movimiento social de izquierdas y la izquierda política de este país y que los ciudadanos,
cuando han salido a la calle, sabían a lo que salían, sabían que salían en favor de la paz a criticar la actitud belicista y los compromisos con la guerra que tiene el Gobierno del señor Aznar. Por tanto, no trate a los ciudadanos de menores de
edad. Han salido de forma madura a la calle por razones morales, pero también por razones políticas, todas ellas muy importantes y legítimas. (Aplausos.)


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Llamazares.



Señor presidente.



El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Señora presidenta, señorías, señor Llamazares, voy a ser breve. Le aseguro a S.S. que no trato de apropiarme de nada, especialmente de ningún sentimiento ni de ninguna manifestación, y sólo
me he limitado a respetarlas. Sin embargo, escuchándole a usted, me da la sensación de que S.S. tiene una tendencia clara a apropiarse de todo. Esa es una cuestión suya y no algo en lo que nosotros hayamos entrado.



Sigo tomando nota de sus disquisiciones en torno a la legitimidad, a la legalidad y a la ilegitimidad. Ilegítimo, según el diccionario de la Real Academia, significa no legítimo, es decir, que no es conforme a las leyes. Pues bien, usted
le acaba de decir al Gobierno de España que no es conforme a las leyes porque le ha llamado ilegítimo. Eso es exactamente lo que acaba de decir. (Aplausos.) Si es posible, rogaría que esas conclusiones a las que se llegan desde el punto de vista
de lo que significa el mantenimiento de la credibilidad, de la legitimidad... (El señor Alcaraz Masats pronuncia palabras que no se perciben.)


La señora PRESIDENTA: Señora Alcaraz, guarde silencio, por favor.



El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): ...y de la formalidad constitucional y democrática se tengan en cuenta.



Es evidente que nosotros nos hemos movido a lo largo de todo este tiempo en el marco del Consejo de Seguridad y que lo hacemos también en el marco del consenso de la Unión Europea y de las resoluciones de la Alianza Atlántica -lo vuelvo a
repetir una vez más- y lo que manifiesta S.S. es que no quiere que se cumpla la resolución del Consejo de Seguridad y el desarme de Irak. No desea que el Consejo de Seguridad adopte medidas, no está de acuerdo con lo que ha decidido la Unión
Europea. Pues muy bien.
S.S. mantiene su coherencia y no está de acuerdo con nada y luego podrá explicar a alguien cómo es posible mantener la legalidad internacional y la seguridad con esos puntos de vista.



Si el Consejo de Seguridad es el garante de la paz y la seguridad, según dice en su artículo primero el capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas -lo vuelvo a explicar una vez más- y según dicen también las resoluciones que hemos
aprobado, evidentemente habrá que procurar que esas resoluciones se respeten. Habrá que procurarlo, señoría. También es posible que haya que decir: Pues no hay nada que hacer, aunque no lo creo. Sí que hay muchas cosas que hacer, antes que
acusar a las personas o a los gobiernos de algunas posiciones que no defienden. El Gobierno de España dirige la política exterior y la política de defensa, porque constitucionalmente tiene atribuidas esas facultades. El Gobierno de España en el
año 1990, en el uso de esas facultades, decidió el envío de unas unidades de la Armada a la zona del Golfo Pérsico. Lo decidió el Gobierno de España en uso de sus atribuciones y nosotros respaldamos esa decisión. El Gobierno de España hoy no ha
tomado decisión alguna sobre el envío de ninguna unidad militar a ningún sitio y si lo hace, lo hará exactamente en el ejercicio de sus responsabilidades constitucionales, porque dirige la política exterior y la política de seguridad del país.
Lo
mismo que lo apoyé estando entonces en la oposición, lo defiendo ahora. Esa es exactamente la coherencia de nuestra posición.
Probablemente es inútil que le diga a S.S. que no existen esos compromisos. Probablemente es inútil que le diga que no
hay ninguna operación sobre territorio español que haya sobrepasado los términos de los acuerdos que tenemos con los Estados Unidos y, por otra parte, también es posible que sea inútil comprender que las tareas que en este momento están haciendo las
fragatas y unidades de la Armada española dando escolta a determinados buques forman parte de las operaciones en torno a la operación Libertad Duradera y son pedidas por la Alianza Atlántica, de la cual forma parte España y ante la cual tiene
obligaciones. No hace falta que me recuerde que a S.S. no le gusta ni la estructura militar ni la civil ni nada de la Alianza Atlántica, pero aquí decidimos que España debía estar en la Alianza Atlántica.



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Afortunadamente, porque la paz y la seguridad de nuestro país y de Europa le debe mucho también a ello.



A mí me gustaría haber escuchado claramente de S.S. que hay que respetar la legalidad, que el desarme se tiene que producir y que eso es responsabilidad única y exclusiva de Sadam Husein. Esto lo ha dicho ayer y lo ha dicho hoy toda la
Unión Europea, la que existe ahora de Quince más los Trece. Toda, señoría. Lo ha dicho absolutamente toda. La Alianza Atlántica también lo ha hecho de forma unánime prácticamente. No para hacer ninguna operación de ataque. Turquía es un país
que le ha dicho a la Alianza: Necesito la solidaridad de la Alianza porque me siento amenazado. En eso consiste la Alianza. Y ante la prevención de una posible amenaza por parte de Irak, la Alianza establece mecanismos defensivos en el territorio
turco. No un ataque, desde el punto de vista agresivo, porque ese es un tema que la Alianza Atlántica ni se ha planteado ni se va a plantear en lo que significa la crisis iraquí. Lo que tenemos que hacer es tener cuidado con que la Alianza
Atlántica siga siendo un punto de referencia muy importante. S.S. no está de acuerdo en que se pueda aplicar el capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas.
No está de acuerdo con las resoluciones de la Unión Europea, no está de acuerdo con
las resoluciones de la Alianza Atlántica; nosotros sí y actuamos en coherencia con eso. Por eso, la posición del Gobierno de España es respetada y conocida: busca la solución pacífica de una crisis que solamente tiene un responsable. Sin duda,
en cualquier momento desearía escuchar decir a los inspectores de las Naciones Unidas que Sadam Husein ha cumplido la Resolución 1441. Ese es el ridículo que la ministra de Asuntos Exteriores hizo el otro día en Nueva York: pedir el cumplimiento
de la legalidad a quien la comunidad internacional exige que cumpla la legalidad. Ojalá podamos mantener esa coherencia durante muchos años en la política española. (Aplausos.)


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor presidente.



En nombre del Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV), el señor Anasagasti tiene la palabra.



El señor ANASAGASTI OLABEAGA: Señora presidenta, señorías, señor presidente, estuvo ayer usted en la reunión del Consejo Europeo. Nos gustaría saber si en dicha reunión le preguntaron el motivo por el cual usted suscribió, impulsó o fue
quizás el ideólogo del famoso artículo suscrito por ocho países europeos en apoyo a los Estados Unidos. Nos gustaría saber si la Unión Europea está satisfecha de ese tipo de comportamientos o si no se tocó para nada este asunto, que consideramos
del máximo interés.



Usted, señor presidente, va a viajar este fin de semana a visitar al presidente Bush. Como se ha dicho aquí previamente, se ha reunido con el presidente de los Estados Unidos en cinco oportunidades, mucho más que con la oposición y con
líderes políticos, que indudablemente también requieren de una información directa y caliente para tener elementos de juicio y formarse su opinión. Nos gustaría saber si usted le va a transmitir al presidente Bush la inquietud que existe en la
opinión pública, en los partidos políticos de esta Cámara ante algo tan importante como es la posible guerra preventiva, porque estamos persuadidos de que los Estados Unidos están absolutamente decididos a iniciar esa guerra el próximo mes de marzo,
diga lo que diga la Unión Europea. Nos gustaría saber su opinión, si usted va a hablar simplemente de logística o si va a hablar también de la posibilidad de que muera muchísima gente en esa famosa guerra preventiva. Le sugerimos, señor
presidente, que le formule al presidente Bush una inquietud por ese preso español que está en la base de Guantánamo, que aparentemente no tiene ningún derecho, que no tiene ningún cargo y que quizás por ser de Melilla o porque no tiene mayor interés
político, nadie se preocupa por él. Ayer estuvo aquí el hermano del presidente Bush, el gobernador de Florida, Jeb Bush, y el presidente de la Comunidad de Madrid se preocupó por un preso, Ibar, que está en una cárcel de Florida. Nos gustaría que
usted se ocupase también de ese preso que está en la cárcel de Guantánamo, porque también esos son derechos humanos.



Hablando del hermano del presidente de los Estados Unidos, yo no pienso, como ha dicho el señor Zapatero, que el señor Jeb Bush no tenga claro que esta es una Monarquía y que hay un Rey, sino que se equivocó no en que haya una presidencia de
la República española, sino que quizás, señor presidente, le confundió a usted con el presidente de los republicanos españoles (Risas.) porque se siente absolutamente coincidente con su política y por eso le considera a usted el presidente de los
republicanos españoles. Está en su legítimo derecho y nos parece muy bien. Yo creo que esa es la equivocación que tuvo el hermano del presidente Bush.



Puestos a ser pragmáticos, ¿por qué habría de ser más eficaz atacar e invadir Irak ahora mismo que cualquier otra de las alternativas que siguen abiertas? ¿Cómo se puede despreciar tan olímpicamente el seguro coste en vidas iraquíes que
tendrá el derribo por la fuerza del régimen de Sadam Husein? Sabemos que Sadam Husein es un asesino y un dictador. Ya sé que, como dice el periodista Miguel Ángel Aguilar, estos son los gritos previos que hay que decir: es un asesino y ojalá
desaparezca hoy mismo de la escena pública. ¿Pero acaso es juego limpio el abusar de un poder infinitamente superior para descargarlo sobre un pueblo sojuzgado, vencido, inerme, como ya sucedió en tiempos de la II Guerra Mundial? ¿Qué sentido
bélico tiene una masacre fríamente ejecutada, con absoluta impunidad y sin posibilidad de control de ninguna clase? ¿No implica esto algo muy importante, que es la extensión planetaria de la pena de muerte que existe, por ejemplo, en el Estado de
Texas a escala global, castigando en una especie de silla electrónica, audiovisual, a todo un pueblo inocente?


Todas las guerras son crueles, inhumanas e indecentes y esta guerra no tiene sentido pragmático ni ético, como no lo tiene ninguna, a no ser que su destinatario


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no sea tanto el régimen iraquí de Sadam Husein y quizás su petróleo, como los gobiernos y los pueblos europeos a los que se desea intimidar un poquito para que consientan someterse al monopolio global de la soberanía de los republicanos
estadounidenses. Como a los señores del Pentágono les costaría mucho vencer por la fuerza a los europeos, se prefiere convencerlos mediante un mensaje de aviso ejecutando gratuitamente a miles de iraquíes en una guerra preventiva absolutamente
inmoral. De ahí la necesidad de organizar una guerra como acontecimiento, que transmita la historia en directo escenificada como una ejemplar catástrofe anunciada. Por eso se recurre a técnicas de suspense, con profusión de efectos especiales que
mantienen durante semanas la incertidumbre sobre si al final habrá o dejará de haber ataque o invasión o si será con apoyo o sin apoyo, que propagan por todo el globo una urgente expectación mediática -la esencia de todo buen espectáculo- por
conocer un desenlace que se adivina ominoso, pero que sólo depende del arbitro o de quién detenta el monopolio global del poder.



Esta Europa que se amplía ya no es la misma. El eje franco-alemán deja de ser el eje central, la política exterior común no termina de arrancar y tendrá muchísimas dificultades para que arranque en el futuro. Con la entrada de países más
pobres, España ya no va a poder aspirar a recibir de Bruselas las aportaciones financieras de estos años. Llevarse bien con Alemania cuenta menos. El cambio de rumbo de la política exterior española ha sido notable, aunque no se haya explicado
suficientemente.
Ahora su Gobierno, señor presidente, apoya conceptos como la guerra preventiva, que nunca antes había asumido el Estado español. De momento se ha quedado sin lograr un juez español en el Tribunal Penal Internacional.
Afortunadamente se ha impuesto la tesis franco-alemana de dar más tiempo a los inspectores de Naciones Unidas. Pero, ¿por cuánto tiempo? Porque a los Estados Unidos se les está complicando día a día la crisis. El tiempo de calor se acerca y el
despliegue militar anglo-norteamericano está cobrando una dinámica autónoma que pasa por encima del Consejo Europeo, reforzada por la posición de la Administración Bush, aparentemente imperturbable a cualquier tipo de manifestación o de acuerdo
político. A pesar de las apariencias de recomposición de las que usted nos ha informado, los gobiernos europeos siguen profundamente divididos. Las heridas son muy profundas. Está aún por ver si llevan a la paralización política de Europa o si
son verdad los deseos piadosos del jefe de la diplomacia belga, señor Michel, que considera el triángulo Francia-Alemania-Bélgica como un precursor de un frente común en la política europea que se ampliará.



Quizás la guerra sólo es hoy algo menos probable, mientras la labor de los inspectores siga progresando como lo hizo ayer, con los primeros vuelos de los aviones espía U-2. La iniciativa diplomática regresa ahora a la sede de Naciones
Unidas, aparentemente. Las divisiones entre europeos volverán a manifestarse si los Estados Unidos intentan forzar una nueva resolución en la que apoyar más claramente el eventual uso de la fuerza contra Irak, pues afortunadamente Francia,
conjuntamente con Alemania, no la considera imprescindible. Ojalá sigan manteniendo este mismo criterio, ya que abriría la puerta al último recurso. No se esperaba ayer que Europa se partiese en dos. Nadie esperaba que en la reunión de ayer
hubiese un gran cataclismo. No es la manera de funcionar en Europa, pero la reunión de ayer no ha demostrado que Europa sea capaz de pesar y contar en unas circunstancias tan graves como las presentes; atempera, pero nunca, y ahora menos que
nunca, decide.



Se ha dicho aquí que el New York Times publicó una magnífica mancheta el pasado lunes, cuando dijo que aquí se habían despertado dos potencias internacionales: una, los Estados Unidos, y otra, la opinión pública.
Pero esa opinión pública,
¿qué quiere? No se sabe qué es lo que quiere, pero sí podemos decir qué es lo que no quiere. No quiere fundamentalmente la guerra y, sobre todo, no quiere que mueran inocentes, porque no se trata solamente de Sadam Husein, sino fundamentalmente de
inocentes; se trata de que no se hagan las cosas como se están haciendo, de una manera impuesta. Tampoco quieren a Sadam Husein, porque nadie quiere a Sadam Husein, pero no quieren un mundo que esté gobernado fundamentalmente por un gran imperio
con muchos súbditos.



El verano pasado, una ciudad alemana, Dresde, fue anegada por una inundación. El canciller Schröder tuvo el reflejo político y humano de estar muy cerca del dolor y de la necesidad de sus ciudadanos. Quizás por eso los ciudadanos, que
perciben el acercamiento humano, le premiaron con una victoria electoral. Sabemos que este tipo de cuestiones no dependen de victorias electorales, ni hay que cuantificarlas solamente en elecciones, pero hay que recordar que finalizando la Guerra
Mundial, Dresde fue bombardeada por la aviación inglesa en una auténtica masacre y sólo para escarmentar a la población. La primera de ellas había sido Gernika, en 1937. Estos días desde Dresde las víctimas que todavía están vivas de aquellos
bombardeos ignominiosos y las víctimas de Gernika han emitido un comunicado conjunto, que tiene la autoridad moral de quienes han sufrido una destrucción masiva. No son juegos de azar, sino simplemente vivencias que ha tenido gente que ha sufrido
muchísimo. Al final, desde el dolor le piden al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, y también desde Gernika se le pide al embajador español Inocencio Arias, que destapen el Gernika de Picasso del Consejo de Seguridad, porque Picasso pintó
aquel cuadro como un grito contra la guerra y contra los horrores de la humanidad. Señor presidente, el Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV) le solicita lo mismo que Dresde y Gernika: que haga suyo este anhelo que está hecho desde el dolor y desde
la experiencia de víctimas de bombardeos, que es lo que va a ocurrir en Irak dentro de menos de un mes. Dicen así Dresdr y Gernika: Hace 58 años, el 13 de febrero de 1945, Dresde fue bombardeado y destruido. Ocho años antes, el


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26 de abril de 1937, aviones alemanes habían arrasado Gernika con sus bombas. El infortunio de estas dos ciudades es símbolo de violencia militar contra la población civil. Ante las imágenes de aviones de bombardeo que nos están mostrando
las televisiones preparándose para una guerra contra Irak, nos vuelven a los sobrevivientes de Gernika y de Dresde el recuerdo de la horrorosa impotencia bajo aquel infierno de bombas: seres humanos muertos, asfixiados, aplastados, ardiendo, madres
tratando de proteger a sus niños con sus cuerpos y ancianos sin fuerzas para escapar y salvar sus vidas. Este recuerdo ha quedado en nuestras mentes y está en nuestras palabras. Las guerras del siglo XX han dejado supervivientes de muchos pueblos
marcados, como nosotros, durante decenios por el espanto, las pérdidas y las heridas sufridas. El siglo XXI se está iniciando bajo la sombra amenazante del terror y de la guerra. Esto nos lleva a unir a este llamamiento un gesto de solidaridad y
compasión con las víctimas del terror del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos y de la guerra de octubre a diciembre de 2001 en Afganistán. ¿Va a volver a caer este horror, una vez más, sobre seres humanos indefensos? ¿Han de morir miles
bajo una lluvia de bombas? ¿Han de destruirse ciudades y aldeas y perderse tesoros culturales? Sabemos lo que es la guerra, no por las imágenes de televisión, sino la guerra de verdad. Sabemos que al rechazar esta guerra, estamos al lado de la
inmensa mayoría de la humanidad. Nosotros, supervivientes de bombardeos, hacemos este llamamiento al mundo. Ayudemos a impedir este nuevo espanto, esta nueva destrucción y esta nueva muerte. Exijamos una solución pacífica en Irak. No nos
quedemos parados ante los preparativos de la guerra. Esto lo dicen víctimas de una guerra, supervivientes.



El portavoz del Partido Popular en cada intervención -y no me canso de repetirlo- suele decir que la democracia es un régimen de opinión pública. Este fin de semana ha habido una opinión pública movilizada contra la guerra; no contra su
Gobierno, contra la guerra; no a favor de Sadam Husein, sino contra la guerra y a favor de la paz. Lo ocurrido en las calles de muchas ciudades del mundo este fin de semana fue un fenómeno de opinión pública. Oiga su clamor y actúe este fin de
semana ante el presidente Bush para evitar la guerra, también para que Sadam deje de sojuzgar a su pueblo y para que el mensaje de paz cale y no haya una sola víctima ante algo que se pueda evitar.



Señor presidente, le hago una pregunta que usted en un debate sobre el estado de la Nación me formuló en su día: ¿Cuántas víctimas hacen falta para que se pare la guerra, 100.000, 150.000 ó 300.000? La sola vida de un ser humano vale el
esfuerzo que tenga que hacer usted para evitar fundamentalmente la guerra y que logremos un escenario de paz sin Sadam Husein.



Muchas gracias.



La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Anasagasti.



Señor presidente.


El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Señora presidenta, señorías, señor Anasagasti, nunca hay que perder el sentido del humor, en algunas cosas. Le aseguro a usted que no soy el jefe de los republicanos españoles ni tengo
ninguna pretensión de serlo. Que quede muy claro, señoría, por si puede haber en sus palabras indicios de alguna confusión.
De ninguna manera, de ningún modo, ni lo soy ni tengo ninguna pretensión de serlo. Que quede muy claro eso, señoría.



Permítame que le pregunte una cosa, señor Anasagasti: ¿De qué es S.S.
partidario? Dígame, por favor, qué es lo que se puede hacer. Porque S.S.
es partidario de decir: que no haya conflicto. Muy bien, yo también. Que Sadam Husein
desaparezca. Ojalá, pero no parece muy partidario. Que no haya ninguna víctima. Ojalá. Que las resoluciones del Consejo de Seguridad se cumplan. Está muy bien. ¿Y de qué más podemos ser partidarios? Y después de todos esos buenos deseos, que
yo comparto plenamente, señor Anasagasti, ¿tiene la amabilidad, por favor, de decirnos de qué es partidario? ¿Es partidario de lo que ha acordado la Unión Europea, o no? ¿Es partidario de que se cumpla el desarme al que viene obligado el régimen
de Sadam por el Consejo de Seguridad, o no? ¿Es partidario de las decisiones que ha adoptado la Alianza Atlántica, o no? ¿De qué se es partidario?


Yo me solidarizo plenamente con lo que usted puede significar aquí de los horrores de la guerra. De los horrores de la guerra todos podemos hablar mucho, señoría, pero mucho. Y podemos poner todos los ejemplos que se quiera de los horrores
de la guerra desde que el mundo existe y en todas las guerras, señoría. También podemos hablar de las necesidades de la paz. Y S.S. convendrá conmigo, y ha puesto algunos ejemplos, en que, sin duda, el bombardeo de Dresde fue una cosa terrible.
Pero a lo mejor fue un precio que tuvieron que pagar en aquel momento, absurdo, o una opción absurda. ¿Qué es lo que se quiere decir, señoría, que hubiese sido mejor que el régimen nazi, el régimen de Hitler, hubiese campado por sus respetos en
Europa? Perdóneme, es que entonces había gente que decía que no había nada que hacer. Y yo estoy seguro de que había gente de mucha y muy buena fe que decía: yo no quiero que se haga eso. Y eso ha pasado en la historia, señoría. Por tanto, a
narrar los horrores de la guerra, me sumo, señoría. Podemos hacer una ración de lo que se quiera, de todos los horrores que la guerra puede provocar o de todos los horrores que el conflicto puede evitar. Y a partir de ese momento, señoría, ¿es
usted partidario de que se cumpla la legalidad internacional, o no? ¿Es usted partidario, puede S.S. sumarse a lo ayer acordado por 15 gobiernos europeos y hoy por otros 13, o no? ¿Puede sumarse a eso, o no quiere sumarse a eso? Yo he venido
esta tarde, señoría, a decirle que existe la oportunidad de sumarse a eso. No a hacer un debate sobre unos horrores que compartimos todos, con los ejemplos que se quiera, naturalmente, sino a saber qué respuesta política podemos dar a esta crisis,
en este momento. Y le pido, por favor, una respuesta. ¿Considera que se dan en el acuerdo de la Unión Europea los elementos


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necesarios para que S.S. pueda participar de ese consenso, o S.S. entiende que lo que ha decidido la Unión Europea no merece la pena de ser tenido en cuenta? Es una respuesta que espero que S.S. me pueda dar.



Efectivamente, puede S.S. hablar de que la guerra es absolutamente inevitable y que se va a producir en menos de un mes. Por favor, le vuelvo a decir: si tiene más información en relación con ese asunto, hágasela llegar al Gobierno.
Porque yo le estoy diciendo que espero que la guerra sea evitable y que estamos haciendo todos los esfuerzos para que la guerra sea evitable. No me hable S.S., por favor, de las masacres que puede producir una intervención que no se ha producido,
ya lo sabemos. Hábleme de las masacres que ha producido un señor como Sadam Husein. Por favor, hábleme de esas masacres. Hábleme de las víctimas y naturalmente también de las víctimas del 11 de septiembre. Hable de los tres o cuatro millones de
iraquíes que se han tenido que exiliar de su país. Hable de los miles de personas que han sido asesinadas. Hable de los kurdos que han sido gaseados. Hable de la guerra química y de los niños iraníes que han muerto. Hable de lo que han
significado las amenazas de destrucción masiva, señoría. Hable, por favor, de grupos terroristas, de su vinculación con esa gente y con las armas de destrucción masiva. Y, por favor, díganos si está de acuerdo o no está de acuerdo con que Sadam
Husein se tiene que desarmar, porque esa es la posición del Gobierno y de la comunidad internacional, y si está de acuerdo o no está de acuerdo con lo establecido y aprobado ayer en las conclusiones del Consejo de la Unión Europea. Si S.S. me dice
que no están de acuerdo, yo lo respetaré. A lo mejor no lo entiendo, pero lo respetaré. A mí me reconforta bastante, desde el punto de vista de posición política, haber podido ayer conformar un consenso europeo desde este punto de vista. Esto es
lo que tenemos que discutir, señoría, y esto es lo que hay que decidir en este momento aquí.



Las obligaciones internacionales y las responsabilidades que tiene que cumplir el régimen iraquí son muy claras, y yo creo que la posición internacional es también muy clara respecto a lo que tenemos que hacer.
Y, por supuesto, los
sentimientos, los deseos, lo que nos gustaría que pasara, la realidad diferente que nos gustaría que pasara, eso también lo conocemos, señoría, y nada de esta crisis nos gustaría y nada de las causas que originan la crisis nos gustaría, pero es lo
que tenemos que afrontar todos y evidentemente también la responsabilidad del Gobierno.



Me ha hecho S.S. una pregunta que le quiero contestar, y es si se habló ayer en el Consejo Europeo de la Carta -lo que usted llama la carta o el artículo- de los Ocho, y le tengo que decir que no. Nadie habló de esa cuestión, señoría. Sí
le tengo que aclarar que afortunadamente la Carta de los Ocho no es hoy de ocho sino de 19 y, teniendo en cuenta el número de países o de Estados miembros que forman parte de la Unión Europea, tampoco es una situación incómoda -qué quiere que le
diga-, es decir, formar parte de un acuerdo de 19 países, que a mí me parece bastante amplio, en el marco de la Unión Europea y formar parte ahora de un acuerdo de toda la Unión Europea -de 15 más 13, de 28-, me parece también muy significativo,
pero eso no se mencionó, señoría. ¿Sabe usted por qué no se mencionó, entre otras cosas? Porque exactamente lo que se dice en esa carta está contenido en las conclusiones del Consejo Europeo, señoría, y la importancia del vínculo transatlántico
también está contenida en estas conclusiones. Yo sé que es mucho más fácil decir otras cosas, pero yo le quiero decir que de ese vínculo transatlántico y de la expresión clara de un compromiso de responsabilidad respecto de lo que significa el
cumplimiento de la legalidad internacional nos va la paz y la seguridad del mundo, y la responsabilidad del Gobierno es cumplirla para bien de nuestros ciudadanos y para bien, naturalmente, de los intereses de nuestro país.



Muchas gracias, señora presidenta. (Aplausos.)


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor presidente.



Señor Anasagasti.



El señor ANASAGASTI OLABEAGA: Gracias, señora presidenta.



Señor presidente, me tranquiliza usted por una afirmación que ha hecho y me intranquiliza por la otra. Me dice que ya no está solo, que ya no son ocho sino 19 y, desde el punto de vista de la vocación europea que podamos tener como partido
político, nos intranquiliza mucho porque indudablemente coincidirá con nosotros en que esa carta no tiene mucho que ver con el pensamiento fundacional de una Europa federal, una Europa autónoma, una Europa con política exterior propia, con ejército
propio y sobre todo con un criterio político muy claro, no en contra de los Estados Unidos sino fundamentalmente un criterio europeo y no un criterio vicario de los Estados Unidos y sus políticas exteriores. Y me tranquiliza porque usted dice que
no es republicano ni piensa serlo. Nos alegra, señal de que sigue siendo no sabemos si democristiano o liberal, pero si sigue siendo presidente de la Internacional Democristiana o de centro reformista o no sé cómo se llama, tendrá que estar muy de
acuerdo, a pesar de que el ministro de Defensa Federico Trillo diga que las opiniones del Papa no son vinculantes, con la gestión que ha hecho monseñor Roger Etchegaray, que no es un improvisado sino el enviado papal que ha estado con Sadam Husein,
que ha tratado de presionar y llevar al ánimo del dictador que por ese camino no se va a ninguna parte. Y ha dicho una cosa muy importante, que el Vaticano está dispuesto a tocar todas las puertas del mundo, incluso que el Papa está dispuesto a
entrevistarse con el presidente Bush, llamar a su puerta y tratar de decirle que lo último que se puede hacer es una guerra. Eso es lo que quisiéramos escucharle, porque usted pregunta: ¿Es que tiene una información privilegiada que nos diga de
qué forma se puede resolver esto? No. Imagínese, si usted no la tiene, ¿cómo la vamos a tener nosotros? Pero la misma situación se podría decir de


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Corea del Norte, de Guinea Ecuatorial, del incumplimiento por parte de Ariel Sharon de las resoluciones de Naciones Unidas y se podría hablar de la situación penosa en la que vive en el desierto del Sahara gente absolutamente dejada de la
mano de Dios. No creemos que el único problema que tenga la humanidad sea el de Sadam, sino que creemos que es un problema que se puede resolver pero no con una guerra preventiva.



Señor presidente, en la última intervención se mostró bastante airado cuando yo hice una alusión a que esto me recordaba cada vez más al Speaker's Corner de Hyde Park. Usted dijo que eso era una afrenta a este hemiciclo. Hacíamos este
comentario fundamentalmente porque creíamos que aquí, dijese lo que se dijese, la capacidad de control político era muy escasa. Argumentó que le dolía especialmente porque esa afirmación venía por parte de un grupo parlamentario que estaba
dispuesto a cambiar las reglas del juego poco antes de unas elecciones parar actuar con ventajismo. Lógicamente, fue respondido con un gran aplauso por parte de su grupo parlamentario. Este grupo parlamentario le puede decir que por razones
políticas no hemos abdicado de la idea de seguir planteándolo, pero también por razones de oportunidad esa iniciativa se retiró. Es decir, que en política uno tiene que tener la capacidad de rectificar a tiempo en un momento determinado, si bien
dándose cuenta de que la política es vencer resistencia y fundamentalmente buscando una mejor oportunidad para plantear sus reivindicaciones. Pero usted, señor presidente, no cambia nunca porque ahora nos viene a decir que la intervención de la
ministra de Asuntos Exteriores, doña Ana Palacio, el pasado jueves en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas fue poco menos que un ejemplo de prudencia política. Estuvo mucho más dura que el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, y
nos imaginamos que su intervención agradaría sobremanera a los halcones del Pentágono, pero rompía de alguna forma, incluso estética y verbalmente, la propia argumentación que inveteradamente se había planteado por parte del Estado español en el
Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. No se ha vuelto a hablar de cuando el secretario de Estado norteamericano presentó una serie de pruebas y fue desautorizado inmediatamente por los inspectores de Naciones Unidas. Usted en el último debate
nos habló de las pruebas que tenían y, sin embargo, desmentidas como han sido por los inspectores de Naciones Unidas, no se ha querido reconocer este hecho.



Señor presidente, no tenemos ninguna fórmula mágica, lógicamente. La única fórmula mágica es trabajar por la paz con las ideas claras. Darle tiempo, más inspectores, buscar soluciones, presión internacional, no romper la Unión Europea, no
ser súbditos de las políticas de los halcones republicanos del Pentágono, tener las ideas claras y sobre todo escuchar el clamor de la calle, que dice reiteradamente: Guerra no, y luchar entre todos por la paz. Si usted quiere saber lo que opina
el Grupo Parlamentario Vasco conjuntamente con otros grupos, le invitamos a que el Partido Popular apruebe las propuestas de resolución que vamos a plantear para que sea usted quien defienda en el Consejo Europeo, como presidente del Gobierno
español, su propia política y no nos venga argumentando aquí que la política es consenso del Consejo Europeo. España tiene que tener su propia política, usted tiene que tener su propia política y nosotros le invitamos a que tenga su propia
política. Como he dicho anteriormente, más tiempo, más inspectores, más firmeza y fundamentalmente búsqueda de la paz.



Muchas gracias, señora presidenta.



La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Anasagasti.



Señor presidente.



El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Gracias, señora presidenta.



Señor Anasagasti, usted me ha preguntado si alguien había formulado alguna consideración sobre lo que usted llama la Carta de los Ocho, que luego eran 19, y le he dicho que no. Sinceramente creo que es un artículo que se puede leer de la
forma y en los términos que uno quiera, pero que es absolutamente coincidente con las posiciones europeas. También estamos en el ejercicio, si es posible decirlo, de la libertad de expresión de muchos gobiernos europeos, salvo que S.S. quiera
reconocer que el monopolio de la condición de europeos solo les corresponde a algunos gobiernos y que los demás no tienen derecho a expresar sus opiniones o a hacer sus planteamientos. No creo que sea así.



Su señoría ha hecho distintas reflexiones, creo que para no abordar la cuestión fundamental, y ha hablado de la política exterior y de seguridad común. Yo puedo coincidir con S.S. en eso, en que evidentemente es necesario el desarrollo de
la política exterior y de seguridad común.
Sobre eso se viene hablando en la Unión Europea desde hace mucho tiempo y no es fácil, porque evidentemente seguimos hablando de ello y seguimos echándola de menos. Incluso ha hablado de la necesidad de
construir un ejército europeo. Yo podría estar de acuerdo en eso también. Me va a permitir S.S. una pregunta, que si quiere la hago en términos generales para que no me diga luego que le estoy conminando para que me conteste: ¿cuánto está
dispuesto a invertir S.S. en eso? ¿Su señoría considera que la política exterior y de seguridad común y el ejército europeo debe ser compatible en el marco de la Alianza Atlántica con los compromisos de seguridad, o no? Porque es muy diferente,
señoría. ¿Cuánto estamos dispuestos a invertir los europeos en seguridad? ¿Cuánto estamos dispuestos a invertir en defensa? Porque yo he hecho esta pregunta muchas veces en esta Cámara. Todo el mundo es partidario de la política de seguridad
europea, pero nadie quiere gastar un duro en seguridad en Europa. Y cuando se hace, se pone el grito en el cielo. Señoría, seamos coherentes, porque luego hay que atender necesidades que a lo mejor no se pueden atender desde el punto de vista
europeo. Por eso jugar con la relación transatlántica es tan grave; por eso -permítame una nueva oportunidad


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de decirlo- son tan frívolos en muchas ocasiones algunos comentarios que se oyen respecto de la Alianza Atlántica y la relación con los Estados Unidos de América, porque ahí está el elemento básico de la seguridad. Y la última demostración
-lo hemos hablado en otra ocasión- la hemos tenido en Kosovo. ¿Por qué tiene que actuar la Alianza Atlántica en Kosovo sin resolución del Consejo de Seguridad? ¿Por qué la Unión Europea solamente puede hacer una operación de policía en Macedonia o
en Bosnia? Seamos consecuentes y coherentes con lo que decimos. No llenemos todas las cosas de fáciles eslóganes, de seguidismos, cuando estamos hablando de los elementos básicos de la seguridad, que es de lo que esencialmente se trata. Yo estoy
plenamente de acuerdo en que los europeos tenemos que asumir más responsabilidades, y para eso hay que asumir compromisos, hay que disponer de medios y tener inversiones. Esto significa compromisos que, desde el punto de vista de la coherencia
política, nos parecen fundamentales. Lo demás es sencillamente hablar, hablar y hablar, sin llegar a ninguna otra conclusión.



Es evidente que podríamos hablar de mucho. Me dice su señoría: ¿por qué no hablamos de Corea del Norte, que tiene su proceso, o de Guinea Ecuatorial? De lo que quiera, hablando de víctimas y de violencia. ¿Por qué no hablamos de España,
señoría? ¿Por qué no hablamos de las víctimas en España y por qué no hablamos de la gente que sufre todos los días la amenaza, la extorsión y el chantaje en España? También podemos hablar de eso. (Aplausos.)


De lo que hoy se trata aquí es de la amenaza que plantea el régimen de Irak y de conocer las razones, que es lo que S.S. no ha acabado de decir.
¿Puede explicar S.S. la razón por la cual no se puede sumar a los acuerdos del Consejo
Europeo de ayer? ¿Cuál es la razón por la cual no se puede sumar? Porque aquí están los elementos básicos de ese consenso, de la legalidad internacional. ¿Por qué razón no se puede sumar a eso? Yo respeto que no lo haga, pero digo que es algo en
lo que estamos de acuerdo 28 gobiernos europeos. Su señoría dice que nos quedemos fuera, y yo lo respeto. Ya ha habido otros que lo han dicho, pero me parece una equivocación y me gustaría escuchar la razón, porque he escuchado divagaciones más o
menos interesantes, pero no la razón. Yo no quiero hacer -y menos con S.S.-ningún juicio de intenciones; líbreme Dios de eso. Simplemente le quiero decir que nos quedamos con las ganas de conocer por qué el Partido Nacionalista Vasco no puede
refrendar lo que han acordado 28 gobiernos europeos. Tal vez haya razones que S.S. conoce, pero que los demás no tenemos la fortuna de conocer.



Muchas gracias. (Aplausos.)


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor presidente.



En nombre del Grupo Parlamentario de Coalición Canaria, tiene la palabra el señor Mauricio.



El señor MAURICIO RODRÍGUEZ: Señora presidenta, señor presidente del Gobierno, señoras y señores diputados, a mi grupo le parece que el debate que estamos realizando corre el peligro de perderse sin llegar al fondo de la cuestión. Nosotros
vamos a hacer un esfuerzo por conducir el debate hacia lo que consideramos que es el fondo de la cuestión.



Para situar bien las posiciones, quiero empezar diciendo que este es el quinto o sexto debate que hemos tenido a lo largo del último mes sobre esta cuestión y, resumiendo, la posición de Coalición Canaria ha sido discrepante con la del
Gobierno, claramente discrepante. Le ruego al señor Aznar, y a quien tenga curiosidad, que recoja todas las intervenciones que yo he realizado en la Diputación Permanente, en la Comisión de Exteriores, en este Pleno dos veces, etcétera, en las que
comprobará que hay una coherencia muy clara. Nosotros estamos a favor de que este asunto se resuelva en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, estamos contundentemente a favor de que el desarme de Irak se produzca de una forma efectiva y
clara, hemos condenado el régimen de Sadam Husein y hemos dicho que la amenaza de la fuerza como último recurso es una de las razones fundamentales por las que Sadam Husein ha permitido la presencia de los inspectores, que han avanzado en el proceso
de desarme. Por tanto, nadie puede decir que cambiamos de posición. Creo que aquí ha habido otros cambios de posición, que me parecen positivos, pero no es nuestro caso.



Nosotros hemos explicado que la posición de la ministra de Asuntos Exteriores, en nombre del Gobierno de España, en el Consejo de Seguridad no era la nuestra. Nuestra posición era la misma que mantenían 11 países en el Consejo de Seguridad,
frente a cuatro que decían que la Resolución 1441 autorizaba el uso de la fuerza, que el tiempo se había agotado y que había que intervenir. Teniendo en cuenta que el señor Aznar me preguntará en su réplica si estamos a favor o no de las
conclusiones del Consejo Europeo, le anticipo que no sólo estamos de acuerdo hasta con los puntos y las comas, con todo, sino, además, en el orden, en los acentos y en la interpretación favorable a la paz de la posición del Consejo Europeo. Si no,
dígame qué hemos dicho con un acento distinto a lo largo del debate del último mes. Exactamente la misma posición. Hasta el punto que ya le anuncio que esta mañana cuando me ha entregado el Gobierno las conclusiones del Consejo Europeo, nosotros
hemos entregado en el registro una resolución para este debate, en la que pedimos que el Congreso de los Diputados se pronuncie a favor de la resolución del Consejo Europeo de ayer. Por tanto, en esa posición estamos. Ahora bien, ¿está el Gobierno
de España claramente también a favor, aunque la haya firmado? Este debate me lo permitirán porque estamos hablando de un tema de conciencia y de problemas de posición política clara. El Consejo Europeo de ayer dice claramente, de manera precisa,
que la forma como se resuelva este conflicto va a condicionar el futuro del mundo en las próximas décadas.
Algo muy importante. Europa viene diciendo desde hace años -lo decía en


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mi intervención del otro día- que la prevención de conflictos y la gestión de las crisis hay que hacerlas por vías pacíficas y en el marco del Consejo de Seguridad y de la ONU. La posición norteamericana no era esa y sigue sin ser esa.
¿Con qué posición estamos, con la posición europea o con la norteamericana? La posición norteamericana era que el Consejo de Seguridad mostraba una actitud ambigua, sin resolver y que por eso era necesaria la utilización unilateral de la fuerza.
Nosotros no estamos de acuerdo con eso. Por eso cuando se dice en la resolución del Consejo Europeo de ayer que las Naciones Unidas tienen que ser el centro, la ley del orden internacional, dice textualmente, nosotros estamos de acuerdo.
Y dice a
continuación: la forma de resolver las crisis es en el marco del Consejo de Seguridad. ¿Y la de Irak? En el marco de la Resolución 1441.
¿Está de acuerdo el Gobierno, aunque lo haya firmado, cuando dice que esa resolución invita a resolverlo por
vías pacíficas? ¿Y que los ciudadanos europeos y los ciudadanos del mundo han apostado por la vía pacífica? ¿Es que las manifestaciones del sábado no le han dicho a todo el mundo que los ciudadanos europeos y del mundo apuestan por la resolución
pacífica del problema? Eso es lo que yo interpreto que dice, lo que vengo diciendo, en nombre de mi grupo, Coalición Canaria, desde hace un mes en cinco debates que hemos tenido. Cuando la conciencia del mundo, que son los pueblos, de manera clara
y clamorosa ha salido a las calles del mundo -y de manera especial en Europa- y hemos tenido el honor de ver a millones de europeos apostando por la conciencia de la paz, por el no a la guerra y por la unidad de Europa dentro de las tradiciones
históricas de Europa a favor de la paz, ahí estábamos nosotros. El Gobierno dudaba.
Hay quien desde Estados Unidos ha dicho que salir a la calle a hablar de la paz era favorecer a Sadam Husein; y lo han dicho importantes representantes del
Gobierno norteamericano, lo han dicho los periódicos más influyentes de los Estados Unidos que tienen una posición pro israelí. No, era apostar por la solución pacífica del conflicto en el marco del Consejo de Seguridad.



Sigue diciendo el acuerdo de ayer del Consejo Europeo que la guerra no es inevitable y por tanto tenemos que avanzar para que los inspectores tengan el tiempo y los recursos necesarios, de acuerdo con su informe y la posición del Consejo de
Seguridad. Esa no era la posición de la ministra en la reunión del viernes en el Consejo de Seguridad, que vi en directo. No lo era. Era la nuestra y ahora es la posición del Gobierno de España, y yo lo celebro. Pero para construir el consenso
de todos los grupos parlamentarios, del que yo hablaba hace diez días aquí, tenemos que volver a esa posición y no derivar hacia otras interpretaciones. Lo que decíamos y lo que se dice en las conclusiones del Consejo Europeo es que Irak tiene que
ser desarmada, que tiene que aprovechar su última oportunidad y que la amenaza de la fuerza como última razón es lo que ha empujado a Irak a aceptar las inspecciones y el desarme. Eso es verdad, toda la verdad. Y esa posición de firmeza en la
amenaza de que si no acepta su desarme unilateral habrá un uso de la fuerza en el marco del Consejo de Seguridad es lo que está haciendo avanzar la paz; no la guerra, la paz.



El debate que tenemos aquí es sobre los párrafos que se refieren a la necesidad de que la Unión Europea, el Consejo de Seguridad y la ONU no renuncien al uso de la fuerza como última razón. La última razón es que se usa la fuerza cuando no
usarla provoca una catástrofe mayor. ¿Esa posición le sirve al Gobierno de España para que si hay una utilización unilateral de la fuerza por Estados Unidos en las próxima semanas podamos decir que ese párrafo lo justificaba? No. Eso es lo que
hay que aclarar.
No lo justifica.



Se dice también que nosotros apostamos por las relaciones trasatlánticas de apoyo y colaboración con los Estados Unidos, tratados como iguales, y que la relación trasatlántica tiene que servir para desarmar a Irak y para apostar por la paz y
por la estabilidad en el Asia central, donde está Irak. Esa no es la declaración que ha hecho el señor Powell, la señora Rice y otros dirigentes norteamericanos, ni el discurso que hizo el señor Bush el sábado. Cuando nosotros apoyamos todo en el
contexto de ese acuerdo, estamos a favor de esa posición. Pero queremos preguntar a la Cámara, a todos los grupos de la Cámara, si alguno duda que Estados Unidos tiene ya decidida la guerra, la intervención. Ese es el problema.
Tiene decidida la
intervención desde hace meses. Hace meses que los expertos norteamericanos -y el que lea la prensa norteamericana lo sabrá- dicen que en marzo es la ventana de la oportunidad y los Estados Unidos están ganando tiempo para dos cosas. Una, para
convencer de una nueva resolución del Consejo de Seguridad que le autorice el uso de la fuerza y, dos, para intervenir en cualquier caso. La posición del presidente Bush hoy tiene el respaldo de la mayoría del Congreso y del Senado norteamericano,
que es lo que le preocupa, y no el Consejo de Seguridad, que para él es una posición secundaria.



Lamentablemente, la posición del presidente Bush tiene también el acuerdo de la mayoría de la opinión pública norteamericana. Con la campaña de propaganda de que va a haber guerra bacteriológica que va a llenar Estados Unidos de destrucción
química o bacteriológica se ha creado un clima de tensión. Y eso es lo que importa. Por eso tiene decidido que será en el mes de marzo, porque necesita terminar el despliegue militar, porque necesita que la guerra dure muy poco tiempo para no
producir una catástrofe económica, porque para que la guerra dure muy poco tiempo necesita 200.000 ó 250.000 soldados y no tiene todavía ese despliegue terminado y porque tenía que terminar con la peregrinación a la Meca, que ha pasado ya. La
posición del Gobierno norteamericano en este momento es que hay que intervenir para evitar males mayores. Ya hablan de los idus de marzo. Los idus de marzo siempre invitan a la muerte. Son tiempos sombríos, tiempos de desolación y de guerra y en
este momento sólo queda en el mundo un pequeño resquicio para la paz. Esperan los idus de marzo, esperan que a mitad de marzo el cielo se abra y escupa fuego, como dice el clásico.



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Hoy lo que está en debate aquí, señoras y señores diputados, señores del Grupo Socialista y del Grupo Popular, es si hay un consenso en esta Cámara al lado de la posición de Europa. En este momento hay dos posiciones en el mundo, la de los
Estados Unidos y los que los apoyan, en este caso el Reino Unido, Australia y otros, y la del Consejo Europeo, que quiere seguir apostando por la paz y el desarme hasta ver si son posibles en el marco de la intervención pacífica de los inspectores,
etcétera. Y si no habrá que tomar otra decisión. Pero demos una oportunidad a la paz y para dársela hay que votar el acuerdo y las conclusiones del Consejo Europeo de ayer. Mi grupo, que lo ha defendido hasta ahora, lo va a votar; pero mi grupo
ya presentó la resolución y lo que quiero decir al Grupo Popular, al Partido Popular y al presidente del Gobierno es: ¿Están ustedes de acuerdo con esta interpretación que nosotros modestamente hacemos? ¿Nos alineamos todos en dar una nueva
oportunidad a la paz, en conseguir lo que también ha dicho el Consejo Europeo de ayer, que Europa, junto con la Liga Árabe, que se reúne el sábado -la liga de los Estados árabes-, juntos, presenten un plan de paz y de desarme y se lo impongan a
Sadam Husein, que Europa tenga la iniciativa? Y que el señor Solana, que por cierto es del Grupo Socialista, no ande dando bandazos, que tome la iniciativa apoyándose en la resolución de ayer de la Unión Europea, que presente un plan de paz y de
desarme y le diga al señor Sadam Husein que se le acabó el tiempo y que esa paz la tiene que aceptar por métodos pacíficos porque se lo impone la comunidad internacional y la legalidad internacional. Y decir entonces al presidente Bush que no se ha
agotado el tiempo, que si conseguimos por ese resquicio salvar la paz, que es lo que quieren los pueblos del mundo, el mundo será más pacífico a partir de ahora, se fortalecerán Naciones Unidas, se fortalece Europa, no se rompe la OTAN y los países
árabes podrán tener una posición responsable y seria. Si no, lo que va a crecer en el mundo es el terrorismo, el terrorismo internacional, como haya una guerra fuera del marco del Consejo de Seguridad y sin el apoyo de Europa.



Ese es el debate. Por tanto hay dos posiciones, la de la paz hasta agotar todas las posibilidades y la de la guerra ya, la que tiene decidida el Gobierno americano. Mi grupo se pronuncia por la paz y yo hoy anuncio aquí que nosotros
votaremos nuestra resolución, que apoya íntegramente la del Consejo Europeo. Dice el señor Aznar que también, pero nosotros le damos una interpretación a esa resolución, no sé si el Grupo Popular y el presidente del Gobierno, señor Aznar, le dan la
misma. Seguramente subirá a la tribuna y aparecerá claro, en mi opinión, que no es la misma, y si no es la misma estaremos en la misma resolución pero en posiciones distintas, unos a favor de la paz y otros creyendo que ya se ha agotado el tiempo
para empezar la guerra.



La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Mauricio.



El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Señora presidenta, señorías.



Señor Mauricio, quiero agradecerle su intervención y decirle que estoy de acuerdo en que tenemos una oportunidad y lo que he tratado esta tarde de exponer, con mayor o menor acierto, en esta Cámara es que justamente esa oportunidad que se
abre ayer con las conclusiones del Consejo Europeo es un buen motivo que nos debía agrupar a todos. Naturalmente yo aprecio que S.S. lo tenga en consideración y se lo agradezco.



Estoy totalmente de acuerdo con S.S. cuando dice que cuál es el fondo de la cuestión y ha citado cuatro puntos con los cuales yo manifiesto mi conformidad, por supuesto. El fondo de la cuestión es el desarme del régimen de Irak, en primer
lugar; el fondo de la cuestión es el cumplimiento de la legalidad internacional y de las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, en segundo lugar; en tercer lugar ha dicho que su grupo ha condenado siempre el régimen de Sadam
Husein, sus crímenes; y, en cuarto lugar, que la última razón es o puede ser en su caso la fuerza cuando todos los demás medios han fracasado, según establecen las propias resoluciones de Naciones Unidas y según establece el capítulo VII de la
Carta de Naciones Unidas. Con ese fondo de la cuestión yo estoy totalmente de acuerdo, señoría, y evidentemente, a la hora de implementar lo que pueden ser responsabilidades políticas en una decisión, eso significa que podemos estar de acuerdo en
que las conclusiones del Consejo Europeo aprobadas ayer y que agrupan a 28 Estados miembros es una buena oportunidad de confluir en estas consideraciones.



Dice S.S. que el acuerdo del Consejo Europeo nace de un deseo de paz. No le quepa la menor duda a S.S. No le quepa la menor duda que nace de un profundo deseo de paz. Así está expresado en las conclusiones. Todos deseamos lo que
significa una solución pacífica de esta situación. ¿Cómo podemos acercarnos más a ello? ¿Manifestando divisiones, manifestando enfrentamientos, manifestando separaciones entre quienes tienen responsabilidades graves en la paz y en la seguridad del
mundo o, por el contrario, actuando más bien desde la unidad? ¿Cree S.S. (estoy convencido de que no) que a lo largo de la historia un tirano y un dictador como Sadam Husein ha dado muestras de que con buenas palabras se le puede convencer de que
cumpla las obligaciones establecidas en el Consejo de Seguridad? ¿Es que acaso no se dice en las propias conclusiones del Consejo, como S.S. ha recordado, que solamente la presión, sólo la presión, ha conseguido la vuelta de los inspectores?
Solamente la presión conseguirá, entre otras cosas, la oportunidad para la paz que S.S. busca, que yo busco y que todos deseamos? Pero S.S. y yo sabemos que eso no depende de nosotros. No somos nosotros los que tenemos que cumplir la legalidad
internacional. Somos nosotros los que tenemos que hacer que se respete la legalidad internacional. Ésa es nuestra responsabilidad. Que se respete la legalidad internacional significa que se respeten las decisiones adoptadas por el núcleo central
(lo que a S.S.
le preocupa) de lo que tiene


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que ser la paz y la seguridad en el mundo, que es el Consejo de Seguridad y el sistema de Naciones Unidas.



Las conclusiones del Consejo, como S.S. ha señalado bien, dicen que esto va a condicionar la vida del mundo para las próximas décadas. Mi opinión es que el 11 de septiembre produjo un cambio completo y una inflexión completa en la historia
del mundo. Estamos viviendo decisiones que son de una gran transcendencia y que tendrán una gran transcendencia para las próximas décadas del mundo, también para la construcción europea y para las relaciones de la Unión Europea con los Estados
Unidos de América. Yo, señoría, sinceramente, creo perfectamente compatible una vigorosa construcción europea en términos políticos, económicos, de seguridad y también exteriores y defensivos con una buena relación con los Estados Unidos de
América. Además, creo que eso es muy importante, fundamental para la paz y para la seguridad en el mundo.



Yo tengo que reconocer, lo reconozco aquí y lo digo aquí, que hasta ahora, en la crisis en que nos estamos moviendo, la actitud y los hechos del Gobierno de los Estados Unidos se materializan a través del Consejo de Seguridad, a través de
arduas negociaciones de meses que llevan a la Resolución 1441. Eso podrá llevar luego a poner el acento en un aspecto u otro de lo que significan las conclusiones, pero queremos que Naciones Unidas sean el centro del orden internacional, queremos
que se respeten sus decisiones y queremos que se solucione esta crisis de forma pacífica.
Vamos a hacer todo lo posible para ello. También estas conclusiones. Su señoría dice: ¿y qué pasa si al final eso no es posible? Si al final eso no es
posible, si al final, por utilizar las palabras exactas del secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, Sadam Husein sigue desafiando la autoridad del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el Consejo tendrá que tomar una decisión. Lo que
yo espero y deseo es que el Consejo no se vea superado, como se vio en la crisis de Kosovo, por las circunstancias y por ninguna toma de decisión. Espero por tanto que lo que tengamos que hacer lo hagamos en el marco del Consejo y lo hagamos
buscando mantener la mayor presión y la mayor firmeza para conseguir una solución pacífica y que se respete la legalidad internacional, por pura coherencia que S.S. comprende muy bien. Si exigimos y pedimos que se respete la legalidad
internamente, ¿cómo no lo vamos a hacer en aquello que significa el orden de relaciones internacionales y la legalidad internacional?


Pues bien, a partir de ese momento yo lo que digo, y lo que dicen estas conclusiones, es que el mantenimiento de la presión es fundamental. Le voy a decir más, señoría, si en las próximas semanas -y está hablando el presidente del Gobierno,
que cree que es evitable, porque, si Sadam Husein cumple sus obligaciones, el conflicto se puede evitar- lo que se recibe son mensajes de debilidad desde el régimen de Sadam Husein, lo que se percibe es debilidad de la comunidad internacional, no
tendrá la más mínima intención de cumplir sus obligaciones. Podemos dudar que las tenga -y yo desde luego lo dudo-, pero como perciba que hay disminución de la presión y de la firmeza, no habrá en ese momento nada más que llegar a un punto, que
será el de decir que el Consejo de Seguridad tendrá que determinar si vela por la credibilidad de sus resoluciones o no lo hace.
Por tanto, yo estoy muy de acuerdo con ello, no solamente porque he contribuido a forjar este consenso y esta línea
política, sino porque me parece absolutamente fundamental, desde el punto de vista de una solución pacífica de la crisis.



Evidentemente, señorías, podíamos ver la realidad de otra manera, pero las obligaciones -como ha dicho S.S.- corresponden a Sadam Husein. Sería mejor que nada de esto ocurriera o, como ha dicho el presidente Chirac recientemente, lo mejor
que puede pasar es que Sadam Husein desaparezca; lo mejor para el mundo, lo mejor para el régimen iraquí, lo mejor para solucionar esta crisis. Al final, señoría, el cumplimiento de la legalidad y forjar ese consenso es muy importante para ello.
Por tanto, quiero agradecer a S.S. su posición, creo que esa posición se basa en hechos sólidos, en hechos fundados y en un deseo de una solución pacífica de las cosas, que compartimos, anhelamos, impulsamos y que deseamos que se produzca.



Gracias, señora presidenta. (Aplausos.)


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor presidente.



Señor Mauricio.



El señor MAURICIO RODRÍGUEZ: Gracias, señora presidenta.



Señor Aznar, usted ha entendido la posición de mi grupo. Está clarísimamente a favor de las conclusiones del Consejo Europeo, pero repito que el Consejo Europeo pone el acento en este momento en la solución pacífica del conflicto, de
acuerdo con la Resolución 1441, como ha querido la enorme mayoría de los ciudadanos europeos que han salido a sus calles el sábado. Punto número uno. Esa posición de paz no implica -lo ha dicho muy bien el señor Aznar- dar un mensaje a Sadam
Husein de que hay una posición de debilidad. Aceptará el desarme y aceptará la solución pacífica por medio de los inspectores y de las decisiones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas si ve una posición de firmeza, con la que nosotros estamos
de acuerdo, siempre que esa firmeza no implique ningún tipo de autorización a actuar en semanas, sino dando a los inspectores las posibilidades de actuar en el tiempo razonablemente, con todos los recursos e inspectores necesarios para que el
desarme se produzca.



Falta otro mensaje que tiene que dar Europa unida y por tanto también el Congreso de los Diputados de España, un mensaje a la Administración americana, que es: estamos firmes en el desarme, pero estamos firmes también en el respeto a la
legalidad internacional, en las decisiones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Que la Administración Bush no se confunda, que la firmeza clarísima de amenaza del uso de la fuerza en el supuesto de incumplimiento de la Resolución


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1441 no le autoriza a actuar unilateralmente. Esos dos mensajes son los que dice el Consejo Europeo de forma unida. Cuando estaba dividida Europa, hasta anteayer, se estaba produciendo la radicalización de dos posiciones: el señor Sadam
Husein en posición de vulnerar la Resolución 1441 y Estados Unidos en la posición de actuar ya unilateralmente. Ahora hay una posición en favor de la paz y esa resolución es la que nosotros vamos a presentar al debate de hoy en los términos que yo
estoy explicando, que es justamente la interpretación que nosotros hacemos, con puntos y comas, del acuerdo del Consejo Europeo de ayer, y que Francia, Alemania, etcétera, han votado.



Y cuando los señores del PSOE, el señor Zapatero ha dicho esta mañana que él estaba de acuerdo con la posición del ministro de Asuntos Exteriores de Francia, esa es la posición del ministro de Asuntos Exteriores de Francia y por eso la firmó
ayer. Esa. Una posición equilibrada en favor de la paz, de crear un bloque que impida el enfrentamiento y el conflicto armado y de dar por lo menos una última oportunidad a la paz, que es lo que piden los ciudadanos del mundo, algo que debemos
hacer unidos. La Unión Europea no puede seguir siendo un espectador mudo, mirando a Washington y esperando a ver si el que manda en el mundo sube o baja el dedo pulgar, si decide ir a la guerra o no. Eso es algo que tenemos que decidir todos. Y,
si está en minoría en el Consejo de Seguridad, como lo estaba el sábado, Estados Unidos, teniendo o no teniendo razón, que no la tiene, no puede ir a la guerra. Ese es un mensaje que tiene ser claro.



La responsabilidad por tanto no es sólo de Sadam Husein. Es el principal responsable, el creador del conflicto, pero Estados Unidos tiene que someterse a la legalidad internacional. Eso es lo que dice la resolución del Consejo Europeo y
esa es nuestra posición. Yo invito al señor Aznar a que en esta semana decisiva actúe con iniciativas en favor de la paz y no sólo, que por otra parte es necesario, con esa febril diplomacia del teléfono que se ha impuesto últimamente. Debe
convencer a la Unión Europea, al señor Solana, para que presente una propuesta de plan de paz y de desarme a la Unión Europea, que no la lleve al Consejo de Seguridad, y que obligue a Sadam Husein a firmarla y a aceptar el desarme. Si no, quedará
el último recurso ante el peligro que supone un régimen totalitario y brutal como el que representa el señor Husein. En este momento está la posición de guerra ya, ya la tienen preparada los militares norteamericanos, y el general que ganó la
guerra de Kuwait, el señor Schwarzkopf, ha dicho ahora al señor Rumsfeld, ministro de Defensa norteamericano, que es intolerable que no tengamos ante los pueblos del mundo un mínimo de sensibilidad en la apuesta por la paz. Lo ha dicho el general
que ganó esa guerra, que parece que nos gusta la guerra. Y las intervenciones de Rumsfeld no son las de los pueblos del mundo, las de los pueblos de Europa, que han dicho no a la guerra y sí a la paz.



La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Mauricio.



Señor presidente.



El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Voy a intervenir muy brevemente, señorías.



Señor Mauricio, he tomado buena nota de su intervención. No creo, como he dicho antes, que estemos ante un supuesto de acción unilateral, ya que estamos en el Consejo de Seguridad, y no deseo que lo estemos, ni tampoco ante una cuestión
preventiva, puesto que llevamos con este asunto desde hace 12 años. Estamos -S.S. ha centrado antes bien el fondo de la cuestión- ante el tema del desarme y del cumplimiento de la legalidad.
Estoy totalmente de acuerdo con S.S. en que hay que
concentrarse en dos elementos básicos, en hacer que con la presión y con la unión de la comunidad internacional exista una oportunidad de solución pacífica de esta crisis. En eso es en lo que hay que concentrarse y eso, señoría, responde también a
una actividad febril, por teléfono, a voces o como se quiera, y es lo que está haciendo el Gobierno. Intentar con la máxima presión, manteniendo la máxima presión, que pueda existir esa oportunidad de solución pacífica. La responsabilidad y las
obligaciones están bien determinadas, lo dice el texto de las conclusiones del Consejo Europeo.
Solamente hay un responsable, que será el responsable de las consecuencias, que es quien viene obligado a cumplir con las resoluciones del Consejo de
Seguridad. Ojalá tengamos éxito en esta tarea y ojalá, evidentemente, podamos solucionarlo desde el punto de vista de la solución pacífica, pero estamos ante la ausencia de voluntad para el cumplimiento de la legalidad. Y eso, señoría, es sin duda
muy difícil solucionarlo. Pero vamos a hacer todos los esfuerzos posibles por encontrar una solución pacífica, que es lo que anhelamos todos, que es lo que anhelan los gobiernos, que es lo que anhelan los ciudadanos y que es lo que deseamos, lo
mejor para la paz y para la seguridad del mundo.



Gracias, señora presidenta. (Aplausos.)


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor presidente.



En primer lugar, en nombre del Grupo Parlamentario Mixto, señor Vázquez.



El señor VÁZQUEZ VÁZQUEZ: Gracias, señora presidenta.



Señorías, señor presidente, ante el escasísimo tiempo de que dispongo voy a ser absolutamente incapaz de fijar la posición del Bloque Nacionalista Galego en este debate. En todo caso quiero repetir que el Bloque Nacionalista Galego está
absolutamente en contra de este ataque militar contra Irak y lo está sin el menor margen de duda o de ambigüedad. El Bloque Nacionalista Galego, señor presidente, está absolutamente en contra de que el Gobierno preste ninguna clase de apoyo a
Estados Unidos en su intención de atacar a Irak, ni apoyo político, ni militar, ni logístico. El Bloque Nacionalista Galego, señor presidente, le vuelve a pedir que cambie su posición, hoy absolutamente alineada con el Gobierno norteamericano, y
que se coloque


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del lado de aquellos que defienden una salida pacífica y democrática a este conflicto, un conflicto generado por los nada disimulados deseos del Gobierno del señor Bush de controlar Irak y de controlar sus riquezas naturales. Se lo llevamos
pidiendo hace meses y ahora se lo pide la inmensa mayoría de los ciudadanos. Su política, señor presidente, no cuenta con respaldo popular. Millones de personas se lo dijeron con toda claridad el pasado día 15. Millones de personas, en
manifestaciones de dimensiones nunca vistas, le dijeron con toda claridad, con toda claridad: No a la guerra contra Irak; no a la guerra contra Irak.
Millones de personas, señor presidente, a pesar de sus explicaciones, creen que no existe ningún
motivo para apoyar un eventual ataque militar contra Irak, ni creen que Irak sea una amenaza para la paz mundial, ni creen que apoya el terrorismo, ni creen que ese ataque, de llevarse a cabo, tenga como objetivo fines altruistas. La inmensa
mayoría social, señor Aznar, sabe que, de llevarse a cabo este ataque, sería una simple guerra colonial. Debería usted reflexionar.



Recientemente, en una entrevista por televisión, solicitaba que los ciudadanos le creyesen. Pues ahí tiene la contestación: no le creen, señor Aznar, porque sus argumentos son simplemente increíbles. El Gobierno vuelve a repetir
argumentos, vuelve a partir de premisas falsas que ni siquiera son propias, son premisas calcadas de las tesis mantenidas por el Gobierno del señor Bush. No es cierto, como dice el Gobierno, que estemos ante una grave crisis derivada del
incumplimiento reiterado de las resoluciones del Consejo de Seguridad, ni es cierto que la gravedad venga dada por la amenaza real que Irak representa, según ustedes, nada menos que para toda la humanidad. No es cierto, y usted lo sabe.



Lo cierto es que la crisis la desencadena la Administración Bush, la extrema derecha norteamericana, que decide variar la política anterior y optar por la imposición al mundo de sus deseos, vía militar si es necesario. ¿Y qué desean? El
petróleo iraquí y el control directo de esa zona del mundo. No es cierto tampoco en lo referido al incumplimiento sistemático. En el caso de Israel, señor Aznar, no dio ni se prevé que dé lugar a ninguna grave crisis. ¿Por qué Irak sí? Hoy, Irak
tampoco es una amenaza, ni siquiera para sus vecinos. Siria e Irán son vecinos y están en contra del ataque militar. No es una amenaza desde el punto de vista militar, aun suponiendo que tenga los arsenales que ustedes afirman que tiene. No lo
fue en 1991 y menos lo puede ser ahora. Tampoco hoy usted puede demostrar que apoya a grupos terroristas; ni siquiera cita ya esta cuestión en este debate. Sobre la tiranía, señor Aznar, se lo digo con toda sinceridad, ni a usted ni al señor Bush
interesa ni poco ni mucho esta cuestión.



No es cierto tampoco, señor presidente, que su Gobierno haya mantenido, como dicen, un firme respaldo al mantenimiento de la legalidad internacional, porque, señor Aznar, fue usted mismo quien afirmó aquí, en esta Cámara, que apoyaría al
señor Busch con o sin resolución de Naciones Unidas. No es cierto, señor Aznar, que su Gobierno no desee la guerra. Su Gobierno desea simplemente lo que desee el señor Bush y, si el señor Bush desencadena un ataque militar, usted sostuvo y sigue
sosteniendo que cumpliría con los llamados compromisos internacionales, apoyaría esa guerra.



La señora PRESIDENTA: Señor Vázquez, le ruego concluya, por favor.



El señor VÁZQUEZ VÁZQUEZ: Concluyo, señora presidenta.



No desear la guerra, señor presidente, significa trabajar y apostar por soluciones distintas para este problema, y ustedes se han alineado con el lado belicista siempre en el Consejo de Seguridad, y el otro día también.



Concluyo, señor presidente, porque así me lo manda la señora presidenta, diciéndole lo siguiente. No crea, señor presidente, que está usted en posesión de la verdad absoluta. Mantener la posición sin oír a nadie no es un signo de firmeza,
es simplemente prepotencia y soberbia. No es usted un elegido de los dioses, señor presidente, ni siquiera es usted imprescindible. Por lo tanto, apueste por la paz, no preste ningún apoyo a Estados Unidos para este ataque; cuando menos no lo
preste en nuestro nombre.



Nada más y muchas gracias.



La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Vázquez.



Señor Puigcercós.



El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: Gracias, señora presidenta.



Señoras diputadas, señores diputados, señor Aznar, usted ha venido hoy a este Congreso con un acuerdo del Consejo de Europa y este acuerdo lo podríamos definir como un clavo ardiendo. Usted se agarra a un clavo ardiendo en el intento de
salvar el Consejo de Europa, en el intento de salvar la Unión Europea pero, si nos fijamos detenidamente en su documento, hay que leer entre líneas. Es verdad que usted ha rectificado, usted ha rectificado el discurso que hizo aquí la semana pasada
y el que hizo la ministra de Exteriores, doña Ana Palacio; dejó de ceder terreno a Bush y, como mínimo, intentó consensuar con el resto de Estados de la Unión un acuerdo de mínimos, pero su giro de 180 grados se podría quedar en un giro de 360
grados, es decir en la nada. Fíjese usted en el documento. Habla concretamente del uso de la fuerza como última instancia. Señor Aznar, ¿qué entiende usted por el uso de la fuerza en última instancia? ¿Entiende usted lo mismo que podría entender
la República Federal de Alemania? ¿Entiende usted por el recurso de la fuerza en última instancia lo que podrían entender el Gobierno belga o el Gobierno francés? ¿O entiende lo mismo que podría entender la Administración Bush?


Aún no ha contestado las preguntas que la semana pasada se le hacían en esta Cámara. Se le preguntaba dónde estaban las pruebas de la existencia de armas de destrucción masiva en Irak; no ha respondido. Se le preguntaba en qué se basaban
para dar como segura la relación


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de Irak con grupos de terrorismo internacional como Al-Qaeda. Le recuerdo, señor Aznar, que se ha detenido a diferentes personas Cataluña, en Barcelona y en Girona concretamente, que están en una situación de indefensión porque no hay
pruebas, no hay razones y no hay conexión, pero ustedes siguen con esta dinámica. Señor Aznar, la semana pasada le preguntaba: ¿Qué hay del botín de guerra? ¿Qué hay de la situación de los recursos petrolíferos que se extraen hoy en Irak? No
contestó. Fíjese usted, en 1997, su Gobierno, señor Aznar -ustedes- ofreció recursos e inversiones al Gobierno de Sadam Husein a cambio de la explotación de reservas de petróleo por la compañía Repsol-YPF. Esto fue después de que el Consejo de las
Naciones Unidas aprobara doce resoluciones contra el Gobierno de Sadam Husein, contra el Gobierno de Bagdad, mientras ustedes estaban haciendo negocios con Sadam Husein. Fíjese usted, señor Aznar, en el calendario y en cómo actuaron ustedes. Por
lo expuesto, no hay ninguna razón ahora para que se sume a esta propuesta unilateral.



Fíjese lo que son los documentos. Hace ocho meses, en este Congreso, se aprobó una resolución sobre el conflicto de Perejil. Este diputado no lo suscribió ni lo votó. Ustedes dijeron que esta solución de Perejil era una solución
diplomática que no excluía el uso de la fuerza. Se estaba discutiendo aquí, mientras su ministro ponía proa a toda pastilla la tropa -si se puede llamar tropa- hacia Perejil ese mismo día. De solución diplomática nada, actuaron directamente. Esta
vez es lo mismo. Este documento que ha traído usted es interpretable, lo pueden interpretar los alemanes de una forma, el Gobierno belga de otra y usted, como Bush, de forma muy diferente. Por esta razón....



La señora PRESIDENTA: Señor Puigcercós, le ruego concluya.



El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: Voy acabando, señora presidenta.



Fíjese, señor Aznar, no es suficiente que nos venga con este documento, no hay un compromiso firme. ¿Cuál es el argumento? Respóndanos por favor.
¿Qué se entiende en este caso cuando habla del uso de la fuerza como última instancia? ¿Qué
es última instancia? ¿Un ataque de Irak a un país vecino? ¿Un ataque terrorista en el que puedan demostrar claramente que hay una vinculación del Gobierno de Bagdag? ¿Qué es en ultima instancia, señor Aznar?


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Puigcercós.



Señor Saura.



El señor SAURA LAPORTA: Gracias, señora presidenta.



Señoras y señores diputados, señor Aznar, su discurso es el discurso de la guerra. El discurso del presidente del Gobierno continúa siendo el discurso de la guerra, a pesar de que el viernes los inspectores de Naciones Unidas dijeron que no
había pruebas de armas de destrucción masiva en Irak, a pesar de las manifestaciones del sábado y a pesar del acuerdo del Consejo de Europa. El presidente del Gobierno sigue empeñado en la guerra. Incluso cuando habla de paz, el tono parece de
guerra. Creo que nadie discute hoy que, si hubiera sido por el señor Aznar y por el señor Bush, ya tendríamos guerra. Si no hay guerra es porque la opinión pública mundial y países como Francia y Alemania han parado la guerra.



Señor Aznar, yo le haré dos preguntas en mi intervención. Una primera pregunta es: ¿Por qué le gusta tanto la guerra? ¿Por qué al presidente del Gobierno le gusta tanto la guerra? Fíjese, intenta usted justificar la guerra dando por
probadas cosas que los inspectores no han probado.
Intenta usted dar por probada la relación de Irak con los terroristas, cuando eso no está probado. Nos hace un discurso repleto de palabras de responsabilidad, cuando no hay mayor
irresponsabilidad que que el presidente del Gobierno de un Estado, en este caso del Estado español, dé por probadas cosas que los inspectores no han probado. Justifica e intenta legitimar usted la guerra haciendo una interpretación interesada y
sesgada de la Resolución 1441. El Estado español, en boca de la ministra de Asuntos Exteriores, hace la intervención más belicista -más que Estados Unidos- en el Consejo de las Naciones Unidas. Cuando nada de esto funciona, el señor Aznar se
dirige al pueblo español por televisión el día antes de la manifestación y nos pide que le creamos.
Evidentemente, la gente no lo ha creído, no porque no queramos creer, sino porque no podemos creer, señor Aznar. No vamos a aceptar una guerra
simplemente porque usted lo diga; no vamos a aceptar centenares de miles de muertos porque usted lo diga; no vamos a aceptar sufrimiento, destrucción y muerte porque usted lo diga. Insisto en mi pregunta: ¿Por qué, señor Aznar, a usted le gusta
tanto la guerra?


El sábado se manifestaron 3 millones de personas, en una manifestación sin precedentes en el Estado español. A pesar de esto, el Gobierno español sigue hacia adelante con las propuestas de guerra. La segunda pregunta es, señor Aznar:
¿Cuánta gente más es necesario que se manifieste para que usted tenga en consideración la opinión de la gente? ¿Cuántos millones de personas más han de manifestarse para que el Gobierno español escuche el clamor popular y diga que no a la guerra?
En ese sentido, evidentemente es un Gobierno legítimamente democrático, eso no lo discute nadie, pero hoy el Estado español tiene un problema, que el Gobierno español en este tema está en minoría y no representa a la mayoría importantísima de la
opinión pública española.



Señor presidente, quiero acabar diciéndole lo siguiente. Cuando vaya a hablar con el señor Bush lleve la opinión de la sociedad española que es un no a la guerra y un desarme de Sadam. Esta noche, mírese en el espejo y pregúntese de
verdad, reflexione, por qué confía usted tanto en la guerra.



La señora PRESIDENTA: Señor Saura, le ruego concluya.



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El señor SAURA LAPORTA: Acabo, señora presidenta.



El otro día en la manifestación de Barcelona había una mujer muy mayor que me impresionó. Llevaba una servilleta con dos palitos que decía: Yo ya viví una guerra. Ella me dijo: Ustedes están en contra de la guerra, pero yo la viví y
tengo muchos más motivos que ustedes para decir que no a la guerra.



Señoras y señores diputados, no a la guerra. La paz está avanzando y la opinión pública va a hacer posible que no estalle esta guerra.



Nada más y muchas gracias.



La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Saura.



Señora Lasagabaster.



El señor LASAGABASTER OLAZÁBAL: Gracias, señora presidenta.



Señor presidente, esta guerra es evitable y debe ser evitada. Esto, señor Aznar, es lo que han dicho millones de ciudadanos en el mundo y lo que le han dicho aquí también, en el Estado español, en definitiva, un mensaje claro y nítido: que
rectifique su posición. Hay mucha gente que lleva mucho tiempo, y con mucho esfuerzo, trabajando para evitar esta guerra, desde los inspectores hasta diferentes gobiernos, algunos europeos, y por supuesto, miles y miles de ciudadanos que
coordinados salimos a la calle para expresar nuestro respeto a un principio clave, la defensa a la legalidad internacional y el no a la guerra, una guerra preventiva por unos intereses inconfesables, terrible y dañina para una población civil.



Señor Aznar, ¿qué ha hecho usted para evitar esta guerra? Hasta ahora, le hemos oído poco. No sé si ha hecho o no, pero oírle, poco; al contrario, le hemos oído siempre las mismas razones, la inevitabilidad de guerra, el tiempo se ha
acabado y no hacen falta más resoluciones. Para usted hay que optar entre el no hacer nada y la guerra, justificando esta última bien por relaciones con Al Qaeda, que no han probado, bien por existencia de armas de destrucción masiva, de las que no
hay pruebas contundentes, realmente nada. Ha dicho y ha hecho lo que ha dicho y ha hecho Bush, sin ningún tipo de reflexión autónoma aun cuando la población del Estado español ha estado y está mayoritariamente en contra. Desde el inicio de esta
crisis, ha dicho y ha hecho lo que ha dicho y ha hecho Bush hasta el final con la última intervención de la señora ministra de Asuntos Exteriores. Entre no hacer nada o declarar la guerra se pueden hacer muchas cosas. Para usted nada, la nada o la
guerra; para nosotros, los ciudadanos y algunos gobiernos -algunos europeos-, se pueden hacer muchas cosas, presión internacional, coherencia, ahora y antes, porque la crisis es ahora pero el problema viene de lejos. Ahora, hace cinco años cuando
tenían negocios con Sadam Husein, hace 12 años con las declaraciones y resoluciones de la ONU, pero también hace 15 años. Coherencia, antes y ahora. ¿Qué van a hacer por la población iraquí? ¿Cuándo se va a levantar el embargo? Otra cuestión de
la que no hemos oído hablar para nada, la defensa de una política exterior común. En este sentido, las conclusiones de ayer pueden ser un primer paso para evitar un destrozo en el que creo que usted algo ha tenido que ver. Y ello aunque
reconocemos que en esas conclusiones hay unos elementos que nos gustan más que otros. También hay que resolver el problema kurdo y, sustancialmente, hay que dar una solución al conflicto de Oriente Medio. Todo, señor Aznar, menos una guerra.



Muchas gracias,


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Lasagabaster.



Por último, en nombre del Grupo Mixto, señor Labordeta.



El señor LABORDETA SUBÍAS: Señora presidenta, señor presidente, señorías, resulta curioso que a aquel jovencísimo vicepresidente de Irak, al que el Gobierno de Franco concedió la medalla de Isabel la Católica, nada más y nada menos, ahora
le andemos persiguiendo como si fuese un viejo lobo acorralado, para acabar con él y, lo que es peor, con toda su camada. Lo que cambian los tiempos, señor presidente.



Volviendo a nuestros días, la estrategia de la Administración Bush es muy clara: por un lado, acabar con la unidad de Europa y, por otro, apropiarse de todo el petróleo de Irak, al tiempo que, como en las guerras coloniales del siglo XIX,
los imperios imponen su poder allí donde les interesa. E Israel de palanganero.



El problema del señor Bush que, por cierto, ganó de un modo extraño las elecciones, es que él y los suyos no contaban con que la globalización también llega a reivindicar derechos y libertades y el mundo se ha puesto en marcha.
Curiosamente, ha sido la vieja Europa la que ha dado ejemplo, posiblemente porque en esta tierra se tiene una conciencia clara de a qué intenta llegar el poder a través de la guerra. Las cruces de los cementerios cubren muchos camposantos de estos
países, y quizá por eso los europeos hemos salido a la calle demostrando que, frente al intento de romper Europa, con la inestimable colaboración del eje Blair, usted y Berlusconi, ésta está cada vez más metida en la conciencia de los ciudadanos.
Las manifestaciones de Roma, Berlín, Londres, Barcelona, Madrid y Zaragoza así lo demuestran.



Se puede hacer retórica sobre lo que se desee, como se desee y para quien lo desee, pero creo que esta vez se han perdido los papeles. Se están quedando, señores del Gobierno, en el último rincón de la humanidad y el humanitarismo. Resulta
dramático que sólo este camino sea el que quiere nuestro presidente. Vamos a pararlo, lo estamos parando y, como decía algún eslogan de los viejos tiempos, venceremos. La lucha será derrotando a Sadam y a su dictadura de modo pacífico, sin que
mueran las gentes de la calle, los anónimos obreros del salario misérrimo. La Secretaría para Asuntos


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Humanitarios de la ONU prevé un millón y medio de refugiados en caso de guerra y unos 10 millones de personas necesitarían recibir alimentos. El responsable de esta secretaría ha indicado que la población es muy vulnerable en este momento,
después de 12 años de embargo. Gandhi derrotó a un imperio. Debemos parar a este señor para que no que siga la consigna de su apellido, ya que en Francia le llaman Boucherie, haciendo referencia a un establecimiento muy específico. Parece que ese
es el oficio que le gusta, ya que desde niño debió ver las imágenes congeladas de papá y, al modo de Ismael Serrano, el cantautor, debería estar todo el día diciendo: papá, cuéntame otra vez ese cuento tan bonito. Esperemos que el final de este
drama no sea el de la canción y que las bofetadas no sigan cayendo sobre quien habla de más y que no sigan los mismos muertos podridos de crueldad.



Para finalizar, quiero afirmar, reafirmar y recordar que este señor, mientras fue gobernador del estado de Texas, jamás indultó a ningún condenado a muerte.



Nada más y muchas gracias.



La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Labordeta.



Señor presidente.



El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Señora presidenta, señorías, después de casi cinco horas de debate, procuraré contestar con la mayor concisión posible para no reiterar muchos argumentos, pero también, por supuesto, con el
mayor respeto y consideración a las señoras y señores portavoces del Grupo Mixto, en la medida de mis posibilidades.



Quiero decir que lo que puedo extraer de sus intervenciones como línea común es una descalificación radical, completa, que incluso en alguna ocasión me es difícil contestar. Cuando se dice, a pesar de lo que se dice, a pesar de lo que se
hace, a pesar de las resoluciones del Consejo de Seguridad y a pesar de las conclusiones del Consejo Europeo, ustedes lo que quieren es la guerra, y se repite 50 veces el mismo mensaje en los minutos que sean, sinceramente, no sé qué contestar.
(Rumores.) Es absolutamente imposible utilizar un argumento, señorías. Si no importan nada las resoluciones, si no importan nada las conclusiones, si no importan nada los hechos, es imposible utilizar argumentos. Si lo que se quiere es, pura, lisa
y llanamente, la descalificación, el insulto o la propaganda más barata, pues que se diga y que se haga, señorías, pero que sepamos aquí lo que uno puede hacer. Ha habido un señor portavoz que ha disfrutado diciendo 50 veces la palabra guerra,
considerando prácticamente que la comunidad internacional, o al menos una muy buena parte de ella, somos poco más o menos que una cuadrilla de forajidos que queremos arrasar un país que es una democracia que, naturalmente, no ha hecho nada para que
le sea aplicada la legalidad internacional. Señorías, creo que todas las cosas tienen un límite. No he escuchado ni una sola palabra en relación con el enjuiciamiento de lo que puede ser un régimen como el de Irak, no he escuchado una sola palabra
de las obligaciones que tiene que cumplir el régimen iraquí, no he escuchado una palabra respecto de las obligaciones de desarme que ha impuesto el Consejo de Seguridad, no he escuchado una palabra de nada de eso ni tampoco, por supuesto, de las
víctimas y de los asesinatos que allí se conocen ni de los derechos humanos ni de las armas de destrucción masiva. No he escuchado nada, he escuchado que, al parecer, un grupo de países en el mundo ha decidido que van a divertirse y quieren arrasar
un país como si no pasara nada.
Señorías, yo creo que las cosas tienen su límite. (Aplausos.)


Comprendo que puede haber distintos puntos de vista, pero hoy todo el mundo, la comunidad internacional, señoría, está discutiendo y ha aprobado la resolución 1441, la Liga Árabe también, la Unión Europea también, el Consejo de Seguridad
también. Algo significará eso. ¿O es que la comunidad internacional ha enloquecido y viene exigiendo desde hace 12 años el desarme a un régimen que no ha hecho nada? ¿Pero por qué lo hace la comunidad internacional? ¿Pero por qué hay inspectores
en Irak? ¿Pero por qué desde el año 1991 hay obligaciones de desarme? ¿Es que no se dijo que no había armamento nuclear y luego lo había? ¿Es que no se dijo que no había armamento químico y luego las declaraciones de un teniente general obligaron
al régimen a reconocer que había armamento químico? ¿Es que no se ha utilizado? ¿Es que no se ha hecho la guerra contra los vecinos? ¿Es que no ha habido condenas continuas del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, no solamente por la
violación del alto el fuego establecido en 1991, sino por la política, terrible, en contra de los derechos humanos en Irak? ¿Es que nada de eso cuenta, señorías? ¿Solamente cuenta la descalificación tajante, global? Se me dice: Usted se agarra
al clavo ardiendo del Consejo Europeo. Oiga, me agarro yo al clavo ardiendo y se agarran 28 gobiernos de la Unión Europea, representantes de 28 naciones europeas, se agarra Europa entera.
(Aplausos.) Salvo que hayamos llegado a la conclusión de
que los países de la Unión Europea desean, porque son una cuadrilla de forajidos, inducir los males mayores a un régimen como el de Irak.



Quiero decir que me gustaría mucho que se hubiesen concentrado en el respeto a las obligaciones de la legalidad, en las obligaciones del desarme, en las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y también, señorías, en las
conclusiones de la Unión Europea. Eso es la conclusión formal de un Consejo Europeo. A lo mejor alguien, como se ha dicho aquí, le puede llamar clavo ardiendo, pero son unas resoluciones y unos compromisos que obligan a la Unión Europea. Pues
bien, a mí me gustaría saber cuáles son los puntos de discrepancia con lo que han determinado 28 Estados europeos, con lo que ha determinado en gran medida, en la Resolución 1441, toda la comunidad internacional y a dónde se querría llevar la
posición de un país. Sobre lo demás, los deseos de paz, la solución pacífica de las cosas y la seguridad, agradezco mucho


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los consejos a su señoría. El Gobierno los agradece, pero no los necesita.



Muchas gracias. (Aplausos.)


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor presidente.



Señor Vázquez.



El señor VÁZQUEZ VÁZQUEZ: Muchas gracias, señora presidenta.



Señor presidente, siento que esté aburrido de oír una repetición de argumentos, pero la pregunta es la siguiente: ¿Quién repite hasta la saciedad argumentos que no comprende nadie? ¿Qué vamos a argumentar ante una repetición hasta la
saciedad de razones que no comprende ni la mayoría de esta Cámara, que no comprenden otros gobiernos y que por supuesto no comprende la mayoría de la opinión pública? ¿Qué quiere que le hagamos, señor presidente? Es con usted precisamente con
quien es difícil llegar a cualquier punto de acuerdo, porque está en un lado de la balanza y mucha otra gente en el otro.



En cuanto a la comunidad internacional, no tiene una postura unánime sobre lo que hablamos aquí ahora; puede haber una postura más o menos unánime sobre el desarme de Irak, pero no hay una postura unánime sobre que haya que hacer la guerra
para conseguir el desarme de Irak. De eso es de lo que estamos hablando en este momento, señor presidente. No se esfuerce, los ciudadanos le han dicho, y se lo dije antes, alto y claro no a la guerra. No haga oídos sordos a ese clamor, señor
presidente, porque usted y su Gobierno han sido elegidos democráticamente, pero en democracia no se puede gobernar contra la mayoría. Ha sido elegido democráticamente, pero los ciudadanos que le votaron no lo hicieron para que usted apoyase una
guerra. Eso se lo digo yo aquí y ahora. Le están diciendo que su voto no fue para eso. Se agota el tiempo, como usted dice, señor presidente.
No puede seguir apoyando incondicionalmente al señor Bush y al tiempo decir que trabaja por la paz
porque es absolutamente insostenible. Tiene que optar usted por el sí o por el no a la guerra. Habla siempre de responsabilidad, ninguna responsabilidad mejor a los ojos de la mayoría de los ciudadanos de este país para justificar esa
responsabilidad que contribuir a inclinar la balanza del lado de los que queremos que no haya una nueva masacre absolutamente innecesaria. A pesar de que suenen tambores de guerra, señor presidente, y suenan con insistencia, la guerra no es
inevitable, depende del lugar en que cada uno se coloque. Desde luego, el señor Bush no cuenta con la opinión pública mundial. Ahora sólo falta que, en consonancia con esa opinión pública, no cuente con el apoyo de los gobiernos, entre ellos el
suyo.



Nada más y muchas gracias, señora presidenta.



La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Vázquez.



Señor Puigcercós.



El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: Gracias, señora presidenta.



Señoras diputadas, señores diputados, señor Aznar, nadie le ha insultado desde el Grupo Mixto, pero con todos los respetos creo que sí nos insulta cuando se niega a respondernos. Se le ha preguntado desde la tribuna en diferentes
intervenciones del Grupo Mixto qué entendía usted cuando firmó en el Consejo de Europa: uso de la fuerza en última instancia. Díganos lo que firmó usted. No sabemos lo que firmaron los alemanes, los belgas, los franceses, pero queremos saber qué
firmó usted y qué entendía por uso de la fuerza en última instancia. Díganos también qué quería decir el señor Bush, hermano, cuando dijo que España iba a sacar grandes beneficios de la participación de este conflicto. ¿Qué quería decir, qué
indicaba, qué quería decir a la ciudadanía? ¿Qué son los beneficios y dónde están? Porque al final vamos a creernos que había intereses más allá, que había un botín de guerra.



No puede decirnos a la mayoría de los partidos del Grupo Mixto, no puede decir a Esquerra Republicana de Cataluña, que no condenamos al régimen de Sadam Husein. Mi partido, señor Aznar, ha hecho campañas permanentes de denuncia de la
violación de los derechos humanos en Irak de la mayoría de los ciudadanos de Irak y del colectivo kurdo. Le recuerdo, señor Aznar, que Turquía tiene grandes apetencias respecto a la anexión del norte de Irak, y así lo ha publicado la prensa
norteamericana. Si la ayuda de la OTAN a Turquía es anexionarse el norte de Irak, cebarse con la población kurda del norte de Irak, no creo que sea una buena solución. Le recuerdo que la cuestión kurda está encima de la mesa. No pueden ustedes ni
el resto de la Unión Europea desoír la situación del pueblo kurdo, un pueblo que ha visto ultrajados sus derechos como pueblo y como ciudadanos. Son ciudadanos de pleno derecho y merecen la atención, el respeto y apoyo no sólo de Naciones Unidas,
sino también de la Unión Europea.



Muchas gracias, señora presidenta.



La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Puigcercós.



Señor Saura.



El señor SAURA LAPORTA: Gracias, señora presidenta.



Señor Aznar, yo sí que le he dicho que creo que a usted le gusta la guerra, y lo mantengo. (Protestas.-Rumores.) El señor Bush decidió que quería la guerra en el verano, y ustedes, el Gobierno del Estado español, lo que han hecho es ir
diciendo que sí a todo lo del señor Bush. Usted sale aquí repetidamente diciendo que Irak tiene armas de destrucción masiva. ¿Lo ha probado, señor Aznar? Usted sale aquí y, en contra de todas las opiniones, dice que hay relación entre Al Qaeda e
Irak. ¿Lo ha probado, señor Aznar? ¿Qué interpretación hacemos de las palabras y del discurso de la ministra de Asuntos Exteriores, un discurso belicista? Insisto, en la comunicación cuenta lo verbal y lo


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no verbal, y usted, incluso cuando habla de paz, lo hace en tono de guerra. Y no se esconda detrás de la comunidad internacional porque, señor Aznar, cuando intenta esconderse diciendo que hay una opinión unánime de la comunidad
internacional, nos está tomando el pelo, y yo no voy a permitir que nos tome el pelo. ¿Qué nos está diciendo, que Alemania piensa lo mismo que España? ¿A quién quiere engañar? En estos momentos hay un consenso de mínimos, que celebramos todos, en
el Consejo de Europa, pero a nadie se le escapa que ante el problema de Irak, que es necesario desarmar, que nadie niega -y cuando usted intenta decir que alguien lo niega está haciendo perversión política-, existen dos caminos, uno el que
representan Alemania, Francia, Rusia y Bélgica, que dicen que hay que desarmar a Irak pero que es posible mediante medios pacíficos, y aquellos que dicen que no se puede hacer nada y que de lo que se trata es de que rápidamente empiece la guerra.
Si usted no piensa eso, elija el camino del clamor popular, diga que no a la guerra, dígaselo al señor Bush y súmese a la alternativa política que representan hoy las posiciones de Francia, Alemania y Bélgica.



Nada más. Muchas gracias.



La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Saura.



Señora Lasagabaster.



La señora LASAGABASTER OLAZÁBAL: Gracias, señora presidenta.



Señor Aznar, en primer lugar, si usted tiene algún agravio con algún Gobierno europeo y quiere decirles algo que no sea muy fino, hágalo usted, pero no lo ponga en nuestra boca porque nosotros no lo hemos hecho.



En segundo lugar, se le han hecho preguntas concretas. ¿Qué piensa usted de las conclusiones del Consejo Europeo, de la interpretación sobre la fuerza como la última instancia? Yo le hago otra pregunta para que seamos concretos: ¿Qué
piensa usted del párrafo en el que se habla de la interpretación de la Resolución 1441, del cumplimiento de esa resolución de forma pacífica? Porque es todo lo contrario de aquello a lo que usted nos tiene acostumbrados hasta ahora.



En tercer lugar, Eusko Alkartasuna no tiene ninguna obligación, porque lo ha demostrado con los hechos, de hacer ningún tipo de declaración contra el régimen de Sadam Husein. Lo hemos hecho ahora, hace cinco años y hace quince años. Se lo
dije hace unos días y me contestó usted con cuestiones relativas importantes pero del año 1991, cuando yo le hablaba de la década de los ochenta. Le repito que a ustedes no les vimos. ¿Qué pasa ahora? Si el problema existía desde hace doce años,
¿por qué tenían ustedes negocios con el Gobierno de Sadam Husein hace cinco años? ¿O es que hace cinco años era mejor el régimen que ahora? ¿Por qué hace doce años era el problema menor que el de ahora? ¿Por qué hace quince años lo que eran
asesinatos en masa y múltiples contra la población iraquí no eran tan importantes? Son preguntas coherentes que requieren una respuesta. El problema es que hay que actuar y trabajar mucho y siempre hacer todo menos una guerra. Y a usted todavía
no le hemos oído decir nada de los muchos intentos de solución, como Paul Kennedy, institutos de la paz, organismos internacionales, gobiernos europeos y no europeos, que tienen soluciones, algunas creativas, otras difíciles de poner en práctica,
pero soluciones que se plantean. A usted -perdone por la expresión otra vez; realmente no sé si es que estamos sordos, pero debemos ser muchos- no le hemos oído decir nada para evitar la guerra.



La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Lasagabaster.



Señor Labordeta.



El señor LABORDETA SUBÍAS: Gracias, señora presidenta.



Señor presidente, usted ha llegado aquí como un gran líder del Consejo de Europa, cuando parece ser que nada más llegar allí el presidente del Consejo -que es el representante de Grecia- les echó una bronca enorme a los ocho que habían
firmado la famosa carta que les recomendó que escribieran The Wall Street Journal. Al menos eso han dicho todos los corresponsales. Yo, como he oído tantas mentiras esta tarde aquí, creo más a los corresponsales que están en Bruselas que a usted,
que nos viene a contar una burra. La realidad es que en este momento, gracias a esa carta de los ocho líderes de The Wall Street Journal, Europa se ha dividido en dos: hay una Europa atlántica, que son los ocho que están al servicio de Estados
Unidos, y una Europa europea, que es la de Bruselas.
Curiosamente, la Europa de los ciudadanos, la que apoya decididamente a la Europa europea, está contra la Europa atlántica, y es la que se ha manifestado estos días en todas las calles de Europa
fundamentalmente en contra de esa posición que usted mantiene, tan cercana a la Europa de los americanos.



La verdad es que yo me he quedado muy asombrado esta tarde, porque pensaba que vendría a excusarse. Parece que usted salió como gato escaldado, no hizo rueda de prensa, salió corriendo, se vino para acá y ahora nos viene a contar una burra
que no nos hemos creído ninguno. Sí, no ponga usted esa cara tan extraña. Hay una vieja canción de Viglieti que dice: ¿De qué se ríe, señor presidente? Esa es la verdad.



Muchas gracias, señora presidenta.



La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Labordeta.



Señor presidente.



El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Señorías, voy a contestar brevemente empezando por el final.



Créame, señor Labordeta, que me siento sorprendido, porque me acabo de enterar de que el presidente del Consejo Europeo echó una grandísima bronca por no sé qué artículo, cosa que no ha existido. Yo lo siento mucho, señoría, pero estuve
presente y le digo cómo ocurrió. Yo comprendo que todos los que no estaban presentes pueden


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contar lo que pasó, pero yo se lo cuento, que soy el que estaba presente, y luego S.S. puede creer a los que no estaban presentes. (Risas.) Su señoría también puede decir que no hice rueda de prensa. Su señoría no la vería, pero le
aseguro que a las once y media de la noche estaba haciendo una rueda de prensa en Bruselas. Lo puede comprobar. Aunque se haya escrito que no hice rueda de prensa, le juro que hice rueda de prensa. Se lo juro. (Aplausos.-Risas.) A partir de ahí,
¿qué le puedo decir? Hubo dos países europeos que hicieron una declaración absolutamente respetable y hubo ocho países europeos cuyos primeros ministros firmaron un artículo y a los que luego se sumaron otros diez países europeos, y después todos
convinimos hacer las conclusiones del Consejo Europeo de ayer. Esa es la historia. Lo que no sé es por qué unos dividen y otros no, salvo que alguien tenga el monopolio de poder fijar la posición europea sin los demás y los demás no puedan decir
cuál es su contribución a la posición europea, y luego se diga que no se tiene criterio o posición. Todo al mismo tiempo no. Eso también se explica en ruedas de prensa después de los Consejos europeos.



He escuchado a la señora Lasagabaster con mucha atención, y todas las iniciativas que el Gobierno ha adoptado para conseguir una solución pacífica son las que estamos poniendo encima de la mesa. Podrá estar de acuerdo o no. Su señoría dice
que no le gustan las conclusiones del Consejo Europeo de ayer. Yo lo respeto mucho, pero son unas conclusiones a las que nosotros hemos contribuido y que han motivado el consenso de la Unión Europea, lo que significa un esfuerzo para una solución
pacífica de las cuestiones. Claro que España ha tenido relaciones diplomáticas con Irak, al igual que con muchos otros países -aunque no en los términos que S.S. piensa-, y hasta hace bien poco teníamos personal del Ministerio de Asuntos
Exteriores en la Embajada española en Irak.



Su señoría me pregunta qué es lo que yo entiendo por el recurso a la fuerza como última instancia. Pues bien, señoría, entendemos lo que literalmente dice el capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas. No puedo entender otra cosa. Y
estoy convencido de que lo que entienden los dirigentes europeos es lo que dice el capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas. Es lo que yo entiendo y, por lo tanto, es lo que digo.
Me gusta mucho que exista preocupación por el pueblo kurdo
y, sobre todo, me gusta mucho que se recuerde también a las víctimas kurdas que fueron gaseadas por armas biológicas y químicas, masacradas por el régimen iraquí de Sadam Husein, que no tenía armas químicas, ¿sabe usted?, no tenía armas químicas,
solamente las utilizó contra su propio pueblo, contra el pueblo kurdo, porque no tenía armas químicas. (Aplausos.)


Las resoluciones de Naciones Unidas obligan a verificar un desarme y obligan a establecer el desarme, como a otros países que lo han hecho, al régimen iraquí, señoría. Y vuelvo a decir que los inspectores han constatado desde hace años y
los hechos han demostrado que hay armamento de destrucción masiva. Después de firmar tratados de no proliferación, después de firmar tratados en virtud de los cuales no se utilizarían armas químicas ni biológicas en ningún conflicto, después de
todo eso, señoría, ha habido la constatación de que existen armas de destrucción masiva. He citado aquí en esta Cámara el nombre de grupos terroristas en los que existen vinculaciones con el régimen de Sadam Husein y se han ofrecido recompensas por
hacer atentados terroristas, y todas esas cuestiones forman parte de lo que la comunidad internacional entera, excepto algunos a lo que parece, considera una amenaza para la paz y la seguridad, que justamente hay que preservar, y para preservarla
hay que obligar a cumplir la legalidad a quien la incumple. Ese es el sentido de lo que ocurrió ayer en Bruselas y es el sentido que la comunidad internacional da a su posición y a sus acciones. Una solución pacífica, justamente utilizando todos
los instrumentos de presión, para que quien no quiere cumplir y ha demostrado que es capaz de hacer las más crueles cosas, lo tenga que hacer. Eso es realmente un espíritu de la paz.



Por último, señor Vázquez, representante del Bloque Nacionalista Gallego, a quien antes le he reclamado que me demostrase algunas afirmaciones mías que, evidentemente, no ha podido demostrar, le quiero decir que aunque S.S. ha dicho que no
cuento con la mayoría de la Cámara, yo creo que sí.



Muchas gracias, señora presidenta. (Aplausos.)


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor presidente.



En nombre del Grupo Parlamentario Popular tiene la palabra el señor De Grandes.



El señor DE GRANDES PASCUAL: Señora presidenta, señorías, señor presidente del Gobierno, una vez más, como estaba previsto y en cumplimiento de su obligación política de dar cuenta a la Cámara, comparece a petición propia para informar del
resultado del Consejo Europeo extraordinario que tuvo lugar ayer en Bruselas y para tratar de la crisis de Irak. Además, lo hace cumpliendo su compromiso asumido con esta Cámara. Ha querido el Gobierno estar a la altura de los esfuerzos del
Consejo Europeo extraordinario y evitar que un incidente procesal empañara un importante debate de fondo como el que nos ocupa esta tarde. A petición del Gobierno y con el apoyo del Grupo Parlamentario Popular, comparece el presidente, previa
presentación de una comunicación, con el formato de debate más generoso, que permite réplicas a los grupos y presentación de resoluciones.



Señorías, el precedente de este debate es el que se celebró con ocasión de la guerra del Golfo el 18 de enero de 1991, pero con una diferencia muy importante: aquella comparecencia del señor González se producía para explicar la guerra
cuando España ya había enviado al conflicto tres unidades navales y marinería de reemplazo; la de hoy es una comparecencia en busca de la paz en el marco de las conclusiones del Consejo de la Unión Europea. Señorías, el Grupo Popular


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expresa su satisfacción por los resultados obtenidos tanto en la noche de ayer como durante el fin de semana, que consolidan la unidad de la Unión Europea y de la OTAN en el tratamiento del conflicto de Irak. El acuerdo alcanzado en la
noche del domingo en la reunión del Comité de planificación de defensa de socorro a Turquía desbloquea una situación conflictiva en el seno de la Alianza Atlántica y demuestra que la solidaridad y el consenso vuelven a ser una realidad en la
organización.
Me complace que Turquía se sienta satisfecha con esta decisión, que le debíamos como país amigo y aliado, en unos momentos de especial importancia para la consolidación de su democracia y acercamiento a la Unión Europea.



Señora presidenta, tras el acuerdo de anoche en Bruselas, por el cual deseo felicitar sinceramente a la presidencia griega, Europa vuelve a hablar con una sola voz, recuperando el consenso del Consejo de Asuntos Generales del 27 de enero
pasado y de la Resolución 1441 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Y lo vuelve a recuperar sin variar un ápice de aquella postura firme y unánime de desarme del régimen de Sadam Husein, que ha hecho posible forzar al dictador a permitir
algunos progresos, aunque mínimos, en la labor de los inspectores, iniciada en 1990 y bloqueada desde 1998, para certificar el desarme efectivo. Sin esta actitud firme y unida de la Unión Europea y de los Estados Unidos de América dentro del marco
de Naciones Unidas no hubiese sido posible realizar los avances mínimos que, abriendo un rayo de esperanza, han dividido momentáneamente a la sociedad internacional respecto a la táctica a seguir. Esta ha sido desde el principio la postura de
España y el discurso del presidente del Gobierno. Cualquier otra interpretación no constituye sino una manipulación demagógica e interesada de aquellos a quienes preocupa más el oportunismo político y electoral que la defensa de los intereses de
España y de la legalidad internacional. Como ha dicho el presidente del Gobierno, a todos nos impulsa el mismo objetivo final, que no es otro que el de preservar la paz. Y para preservar la paz, señorías, el único método posible es defender el
imperio de la legalidad internacional y prevenir que cualquier foco de inestabilidad pueda ponerla en peligro. Lo contrario, señorías, sería defender el caos y la anarquía más absoluta; sería precisamente sembrar los elementos necesarios para
propiciar la guerra, que es lo que todos queremos evitar.



Señorías, el secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, declaraba ayer ante los medios de comunicación, a la salida de la reunión del Consejo Europeo, tres puntos esenciales que deben guiar nuestra posición hasta el final. En primer
lugar, que de lo que se trata es de proceder a un desarme efectivo de Irak y poder constatar que se ha llevado a cabo.
En segundo lugar, que lo conseguido hasta ahora es el resultado de la firmeza y de la credibilidad de Naciones Unidas, sin la
cual estas carecerían de cualquier tipo de autoridad. En tercer lugar, que cuando Europa y Estados Unidos hablan con una sola voz, la paz y la seguridad en el mundo salen beneficiadas.



Como señala la resolución de la Unión Europea, Bagdad no debe hacerse ilusiones y debe desarmarse y cooperar inmediatamente. Tiene una oportunidad final de resolver la crisis de manera pacífica, y si no lo hace, el régimen de Irak será el
único responsable de las consecuencias que se puedan acarrear. Por eso a mí me preocupa cualquier atisbo de división internacional que pueda percibir Sadam Husein y que le incite al incumplimiento de sus obligaciones de desarme.



Señor presidente del Gobierno, cuanto más se avanza en la resolución de esta crisis, que todos deseamos que al final se haga por medios pacíficos, más convencido está mi grupo parlamentario de la importancia que habrá tenido la contribución
de la posición española, postura clara, sincera y coherente desde la firmeza y la legalidad internacional a favor de la paz; postura que, lejos de cualquier condicionamiento de intereses económicos o de otra índole que legítimamente puedan influir
en las decisiones de otros, ha permanecido inmutable en lo esencial a lo largo de los últimos meses. Señorías, yo reconozco de manera integral, tanto en las conclusiones del Consejo Europeo de ayer como en las del Consejo de Asuntos Generales de 27
de enero pasado o en la Resolución 1441 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, la postura de España y de su Gobierno, que permanece como un punto de referencia. Dice la resolución aprobada ayer que la unidad y la firmeza de la comunidad
internacional, expresada en la adopción unánime de la Resolución 1441, y el fortalecimiento militar han resultado esenciales para lograr la vuelta de los inspectores, y dice que estos factores seguirán siendo esenciales para conseguir la plena
cooperación que buscamos.



Al Grupo Popular le gustaría conseguir también esta unidad con los diferentes grupos parlamentarios que se encuentran hoy en esta Cámara, unidad que el Grupo Popular, entonces en la oposición, ofreció al presidente González desde el primer
momento con ocasión de la guerra del Golfo. Entonces, señorías, sí que hubo una guerra, justo lo que ahora tratamos de evitar y para lo cual nuestro Gobierno pidió la colaboración del principal partido de la oposición al señor Rodríguez Zapatero.
Señor Rodríguez Zapatero, porque vivimos en un orden de libertad es posible, lícito y legítimo ejercitar el derecho de manifestación y expresar en multitudinarias acciones el temor y la repulsa hacia un conflicto bélico, como es tan posible, lícito
y legítimo no hacerlo. Lo que en un orden democrático de derecho no es tan lícito es ignorar que no existe en él una fuente de legitimidad distinta de las urnas, que es en este Parlamento y sólo en este Parlamento donde se residencia la soberanía
nacional. Contraponer votos a gritos, urnas a pancartas, calle a Parlamento es adentrarse en un camino irresponsable, deslegitimador de las reglas de juego, de las instituciones, en definitiva, del sistema.
(Aplausos.)


Le quedamos sumamente agradecidos, señor Rodríguez Zapatero, por sus advertencias, sin duda altamente desinteresadas, acerca de los eventuales costes electorales que para nuestro partido puede tener la asunción


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de una actitud firme y responsable, la más adecuada, a nuestro juicio y como el propio curso de los acontecimientos parece demostrar, para lograr el desarme efectivo del régimen de Sadam Husein y consiguientemente la paz. Pero en tanto sus
temores o esperanzas no las corroboren las urnas, no se le ocurra a S.S. ignorar que la Cámara encomienda al Gobierno la dirección de la política exterior e interior y la defensa del Estado, y no vuelva a incurrir en la proclama literalmente
sediciosa y políticamente intolerable de que la voz del presidente del Gobierno no sea la voz autorizada de España en el ámbito exterior. (Un señor diputado: ¡Muy bien!-Aplausos.) Nosotros, señor Rodríguez Zapatero, no vamos a cuestionar su
derecho a encabezar las manifestaciones que tenga por conveniente, aunque nos asalte la sospecha de si no estará S.S.
incurriendo en la conducta de aquel personaje de Quevedo que lograba que le siguieran por el expediente de ponerse a la cabeza de
todos los que marchaban.



Señorías, debemos felicitarnos muy especialmente por los resultados fructíferos y esperanzadores logrados por el Consejo Europeo extraordinario celebrado en Bruselas. Si desbrozamos de coyuntura e intereses nacionales o partidistas y nos
quedamos en la sustancia, la posición de todos los Estados miembros es esencialmente la misma y la podemos resumir en los siguientes puntos. Luchar por la paz y la estabilidad en la región de Oriente Medio, en la que Sadam Husein y su régimen son
uno de los problemas más graves pero no el único, y a ello se ha referido el Consejo; tampoco podemos olvidar que sus armas de destrucción masiva pueden acabar provocando una carrera armamentística o incluso en manos de grupos terroristas con los
que comparten objetivos y enemigos, aunque no ideología. Respeto pleno del principio de la legalidad internacional a las resoluciones de Naciones Unidas y a las obligaciones que de ellas emanan. El imperio de la ley es uno de los principios
básicos de la convivencia y la violación continuada de la misma ni puede ni debe aceptarse. Fortalecimiento del papel de Naciones Unidas y de su Consejo de Seguridad como instrumento esencial para la solución de conflictos y crisis internacionales,
muy especialmente en momentos de creciente inestabilidad. El desarme total y completo, efectivo, verificable y creíble de Irak. Todo el mundo coincide, incluso los más reacios, en que los arsenales iraquíes, unidos a los peligrosos antecedentes,
son una mezcla explosiva en la región más delicada del planeta. El Consejo Europeo, señorías, ha abordado estas cuestiones en términos muy similares. Nos congratulamos por ello y queremos subrayar el importante esfuerzo de negociación y de
consenso llevado a cabo por los ministros de Asuntos Exteriores y por los jefes de Gobierno y de Estado.
En este sentido, queremos agradecer al presidente del Gobierno sus explicaciones y su empeño personal y político para lograr un punto de
encuentro que, junto a sus demás colegas, ha desembocado en una declaración que clarifica mucho el panorama en nuestro continente y en el ámbito internacional.



Nos encontramos, señorías, en un momento crucial para contribuir desde Europa no sólo a la resolución del conflicto en Irak y en Oriente Medio, para lo cual continuaremos trabajando con los países árabes y la Liga Árabe, sino también para
construir nuestra propia política europea de seguridad y defensa. Señorías, nos va en ello la credibilidad del proyecto europeo, en la que todos nosotros estamos comprometidos desde nuestras distintas opciones políticas. En este contexto de
estabilidad regional es indispensable que podamos dar nuevo vigor al proceso de paz en Oriente Medio y a la implementación del proceso diseñado por el cuarteto. Europa está decidida a continuar impulsando este proceso, para cuya consecución será
también indispensable la colaboración con Estados Unidos, dentro del marco de las resoluciones aprobadas por el Consejo de Seguridad.



Señor presidente del Gobierno, tras el éxito alcanzado anoche por el Consejo Europeo y la última reunión del Consejo de Seguridad, se abre un plazo final para la certificación del desarme de Irak. El Grupo Popular, como el Gobierno y el
resto de grupos de esta Cámara, espera fervientemente que la actitud de colaboración del régimen de Irak haga posible que al final de este plazo la resolución pacífica de la crisis sea una realidad. En cualquier caso, señorías, señor presidente del
Gobierno, el Grupo Popular reitera su apoyo al Gobierno en su defensa de la estabilidad, la legalidad internacional y la paz.



Muchas gracias. (Aplausos.)


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor De Grandes.



Señor presidente.



El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Señora presidenta, señorías, solamente para dar las gracias por su apoyo y su confianza a mi grupo parlamentario. (Aplausos.)


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor presidente.



Señorías, de acuerdo con el contenido del apartado 1. del artículo 197 del Reglamento de la Cámara, a partir de este momento se abre un plazo de treinta minutos para que los grupos parlamentarios puedan presentar ante la Mesa de la Cámara
sus propuestas de resolución.



Se suspende la sesión, que se reanudará a las diez y cuarto de la noche.



Eran las nueve y treinta minutos de la noche.



Se reanuda la sesión a las diez y cuarenta y cinco minutos de la noche.



La señora PRESIDENTA: Señorías, al objeto de solventar alguna incidencia en la presentación de las propuestas de resolución, queda convocada la Junta de


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Portavoces para dentro de cinco minutos en la sala Mariana Pineda.



Se suspende la sesión.



Se reanuda la sesión.



PROPUESTAS DE RESOLUCIÓN.



La señora PRESIDENTA: Se reanuda la sesión.



Señorías, vamos a iniciar, de acuerdo con el contenido del artículo 197, el debate de las propuestas de resolución. Antes de comenzar este debate, quiero indicar que la Mesa de la Cámara, tras haber oído a la Junta de Portavoces, ha
admitido a trámite las propuestas de resolución que van numeradas desde la 2 a la 16, ambas inclusive, así como las enmiendas que han sido presentadas y que afectan a estas propuestas de resolución, desde la número 2 a la número 16. Tal como viene
siendo habitual en estos debates, se inicia la defensa... (El señor Mauricio Rodríguez pide la palabra.)


Señor Mauricio.



El señor MAURICIO RODRÍGUEZ: Muchas gracias, señora presidenta, para una cuestión de orden muy breve.



Quiero expresar serena y responsablemente lo que creo que ha sido la conculcación evidente de un derecho de mi grupo y al mismo tiempo una responsabilidad gravísima que creo que ha adoptado la Mesa. Quiero expresar mi agradecimiento a todos
los grupos parlamentarios que han defendido el derecho de mi grupo y lamentar desgraciadamente la actitud irresponsable que ha tomado el Grupo Popular.



Nada más. Muchas gracias. (Aplausos.)


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Mauricio. (El señor De Grandes Pascual pide la palabra.)


Señor De Grandes.



El señor DE GRANDES PASCUAL: Señora presidenta, con mucha brevedad.



Parece obvio que después de haber sido descalificado por el señor Mauricio, tenemos que recordar el viejo principio del derecho de que quien usa de su derecho a nadie daña. Aquí no ha habido conculcación; ha habido una impericia en una
maniobra que no le ha salido bien, señor Mauricio. Eso es ni más ni menos lo que ha ocurrido. (Protestas y aplausos.)


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor De Grandes.



Señor Mauricio, sin intención de abrir debate, que no es misión de esta presidencia, única y exclusivamente quiero aclararle, en la referencia que ha hecho al ejercicio por parte de Mesa de las competencias que el Reglamento le da, que en
esta ocasión la Mesa no ha tomado decisión distinta a la que es habitual cuando se dan estas situaciones, cuando es necesario que la Junta de Portavoces subsane un requisito. La Mesa no ha tomado decisión distinta a la que viene siendo habitual
cada vez que hay una situación de este tipo, que es solicitar de la Junta de Portavoces la subsanación. Otras veces la Junta de Portavoces, por unanimidad, que es el requisito, lo ha subsanado, pero en esta ocasión, señor Mauricio, la Junta de
Portavoces, por mayoría, no lo ha subsanado. Por tanto, la Mesa no ha aplicado criterio distinto al que viene aplicando a lo largo de estos tres años de legislatura.



Iniciamos el debate de las propuestas de resolución y de las enmiendas que son afectadas por las mismas, interviniendo los grupos de menor a mayor, como es habitual cuando existe este formato de debate. Recuerdo a SS.SS.
que el tiempo
acordado en la Junta de Portavoces es de siete minutos por grupo. En primer lugar, por el Grupo Parlamentario Mixto, tiene la palabra el señor Labordeta.



El señor LABORDETA SUBÍAS: Muchas gracias, señora presidenta.



Vamos a defender dos proposiciones de resolución, una junto con el resto de los grupos y otra con cuatro grupos más. Vamos a intentar de alguna manera sacar adelante unas resoluciones que plantean fundamentalmente que la guerra no se acepte
de ninguna manera. Instamos al Gobierno a que atienda a la opinión expresada por los millones de personas que se manifestaron en toda España y también a que la Resolución 1441 sea sobre todo dedicada no a declarar y llevar la guerra a Irak, sino a
llevar la paz fundamentalmente a través de las negociaciones.



Nada más y muchas gracias, señora presidenta.



La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Labordeta.



Señora Lasagabaster.



La señora LASAGABASTER OLAZÁBAL: Gracias, señora presidenta.



En primer lugar, quiero señalar que nosotros entendemos que efectivamente ha existido una vulneración de los derechos de participación política de un grupo político y hay que dejarlo claro. En segundo lugar, apoyamos una salida que sea
pacífica y diplomática y entendemos que la misma se encuentra inmersa en las conclusiones del día de ayer del Consejo Europeo. Queremos que el Gobierno rectifique y que cambie de opinión respecto a la posición que ha mantenido. En definitiva,
queremos que este conflicto se solucione, como todos los demás, por la vía dialogada, pacífica y diplomática.



Muchas gracias.



La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Lasagabaster.



Señor Saura.



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El señor SAURA LAPORTA: Gracias, señora presidenta.



Hemos firmado conjuntamente con otros grupos las resoluciones 2 y 3, que expresan el sentir mayoritario de la sociedad española y que se resumen en tres puntos, el primero, que el Gobierno cambie de posición, deje de apoyar la guerra y
trabaje por la paz; el segundo, la necesidad del desarme de Irak y, el tercero, que ese desarme se puede y se debe producir mediante una solución pacífica y no mediante ningún conflicto bélico.



Nada más y muchas gracias.



La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Saura.



Señor Puigcercós.



El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: Gracias, señora presidenta.



Intervengo para defender las resoluciones que hemos presentado como Esquerra Republicana de Catalunya, una firmando la resolución conjunta de la mayoría de grupos que han avalado una propuesta para buscar una solución pacífica y dialogada,
pero con toda la presión que haga falta para desarmar el régimen de Bagdad. En la segunda, de Esquerra Republicana y Eusko Alkartasuna, defendemos también como resolución que el pueblo kurdo tenga su reconocimiento y tenga una salida al mismo
tiempo que la tiene que tener la ciudadanía del Estado iraquí. Finalmente quiero añadir, señora presidenta, que el diputado señor Núñez, del Partido Andalucista, que no ha podido estar aquí entre nosotros por razón de una defunción familiar,
también avala la propuesta que hemos firmado todo el Grupo Parlamentario Mixto.



Gracias, señora presidenta.



La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Puigcercós.



Señor Vázquez.



El señor VÁZQUEZ VÁZQUEZ: Gracias, señora presidenta.



En primer lugar, quiero decir que será todo lo reglamentario que se quiera, pero a nosotros tampoco nos parece de recibo que un grupo parlamentario, en este caso el de Coalición Canaria, se vea privado de que sus propuestas de resolución
puedan ser votadas en esta Cámara por la simple interpretación unilateral del grupo mayoritario. Está demasiado de moda, señorías, el unilateralismo abusivo.



Compartimos con otros grupos unas propuestas de resolución que hemos firmado conjuntamente. Voy a defender las resoluciones números 11 a 15 en su tenor literal. La número 11, dice: El Congreso de los Diputados insta al Gobierno a retirar
cualquier clase de apoyo político, logístico y militar a un eventual ataque militar de Estados Unidos contra Irak. La segunda dice: Mantener en los foros internacionales una posición activa de defensa de la resolución del conflicto por vía
pacífica y diplomática.
La tercera dice: Impulsar en el seno de la Unión Europea una posición común favorable a la resolución de este contencioso por vía pacífica y diplomática que pueda actuar de contrapeso frente a la política agresiva de los
Estados Unidos. Otra dice: Comparecer periódicamente a través de su presidente ante el Pleno de la Cámara para informar de la evolución de esta crisis y su posición al respecto. Por último, la número 15, dice: Facilitar a través de los medios de
comunicación públicos una información veraz, contrastada y plural sobre el significado y consecuencias del conflicto para los ciudadanos y ciudadanas del Estado español y del mundo.



Nada más y muchas gracias, señora presidenta.



La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Vázquez.



En nombre del Grupo de Coalición Canaria, señor Mauricio.



El señor MAURICIO RODRÍGUEZ: Señora presidenta, el Parlamento es el templo del diálogo. Por tanto, como se me ha quitado la voz, sólo nos dejan el derecho al voto, y votaremos, pero no voy a poder presentar mi propuesta, mi opinión, porque
ha sido cercenado el derecho a presentarla y porque la propuesta de resolución que nosotros habíamos presentado, dicen ustedes que antes de tiempo, no fuera de tiempo, era la que reflejaba nuestra opinión política. Por tanto, nos han dejado mudos.
Lo lamento.
(Aplausos.)


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Mauricio.



En nombre del Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV), señor Anasagasti.



El señor ANASAGASTI OLABEAGA: Señora presidenta, nuestro grupo se solidariza con el Grupo de Coalición Canaria, pensamos que en este momento se encuentra en clara indefensión, y también nos solidarizamos con todas las señorías de esta
Cámara, por lo que damos por defendida nuestra propuesta de resolución. (Varios señores diputados: ¡Muy bien!.-Rumores.)


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Anasagasti.



Grupo Parlamentario Federal de Izquierda Unida, señor Alcaraz.



El señor ALCARAZ MASATS: Gracias, señora presidenta.



En la Junta de Portavoces nosotros hemos defendido la necesidad de que, por razones de fondo, un tema burocrático de ínfima categoría que siempre hemos solventado con la anuencia de todos los grupos, no quedara fuera de debate la resolución
del Grupo de Coalición Canaria. No ha podido ser, por razones que no llegamos a comprender, y creemos sinceramente que no se corresponde lo que se ha hecho con la realidad a salvar, que es la defensa de una resolución por parte de un grupo. Eso es
lo importante y no que llegue fuera de plazo, porque hasta ahora todos hemos presentado


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resoluciones fuera de plazo, incluido el Partido Popular, y siempre, absolutamente en todos los casos, se había solventado el problema. Esta vez no, por razones que no terminamos de comprender, pero, en todo caso, hay un grupo que se queda
indefenso en esta Cámara y queremos resaltarlo en esta brevísima intervención.



Nosotros presentamos una resolución conjunta con el resto de los grupos de esta Cámara, en el sentido de que el Gobierno rectifique y atienda a la gente que se manifestó el otro día y a mucha más gente que no está de acuerdo con la posición
del Gobierno que está defendiendo la participación en una guerra. En el mismo sentido defendemos ese no a la guerra y que todo se haga a través de la vía diplomática y la vía política. Pensamos que España, ya en la resolución singular de Izquierda
Unida, no debe participar en esta guerra, y así lo hacemos constar para que se vote en esta Cámara, y al mismo tiempo pensamos que no se debe autorizar el uso de las bases para la participación en esta guerra. Por cierto, señor Trillo, el 31 de
enero usted me responde que nadie ha pedido autorización y ayer mismo dice usted que sí, que ya se ha pedido autorización, cuando se demuestra que, efectivamente, se estaban utilizando para el conflicto de Irak las bases de Rota y Morón
especialmente. Por tanto, defendemos esto, en anuencia con la gente que se ha manifestado en este país, y pensamos que hoy nos dividimos fundamentalmente en dos grupos: el Partido Popular y el Gobierno, que defienden la guerra y la participación
de España,.. (Fuertes protestas.-Varios señores diputados pronuncian palabras que no se perciben.)


La señora PRESIDENTA: Señorías, guarden silencio.



Adelante, señor Alcaraz.



El señor ALCARAZ MASATS: La gente realmente se manifestó en la misma secuencia lógica por el no a la guerra y no al Gobierno del Partido Popular el otro día en la calle.. (Varios señores diputados pronuncian palabras que no se
perciben.-Una señora diputada: ¡No!)


La señora PRESIDENTA: Señorías, guarden silencio.



Señora García-Alcañiz.



El señor ALCARAZ MASATS: Y frente a los que defienden la guerra con el Partido Popular, estamos los que defendemos un proceso político y diplomático que nos lleve a una salida pactada y nunca a la salida de la guerra. Eso es lo que hoy en
gran parte se va a votar aquí y pensamos que nuestra posición va a quedar suficientemente clara.



El concepto de democracia que tiene el Partido Popular ya lo expresó el otro día el señor Fraga, cuando respondía a alguien que lo interpeló en la calle. Le vino a decir: tú a votar y nosotros a gobernar. Eso es una apropiación indebida
del voto. Por cierto, el señor Michavila le ha pasado una nota al señor Aznar diciéndole que en el diccionario de la Academia Española de la Lengua ilegítimo es lo no legal. Ha trucado el diccionario, esa es una acepción. La segunda, por ejemplo,
es que ilegítimo es todo aquello que no es veraz, que no es verosímil, que no es genuino. (Protestas.) Por eso, la posición del Partido Popular, con independencia de los 10.300.000 votos, no es veraz, no es verosímil, no es genuina y se está
alejando del sentir mayoritario de este país. Es una posición legal, pero no legítima.



Muchas gracias. (Aplausos.-Rumores.)


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Alcaraz.



Señorías, guarden silencio.



Por el Grupo Parlamentario Catalán de Convergència i Unió, señor Guardans.



El señor GUARDANS I CAMBÓ: Gracias, señora presidenta.



Señorías, subo a esta tribuna en nombre de mi grupo para fijar la posición sobre estas propuestas de resolución, pero antes de hacerlo no puedo sino solidarizarme absolutamente con el derecho que hoy ha sido limitado a Coalición Canaria. Es
lamentable lo que ha ocurrido y lo que acaba de presenciar esta Cámara, la limitación del derecho de un grupo a presentar una iniciativa, el uso de la mayoría absoluta en la Junta de Portavoces y en la Mesa por parte del Grupo Parlamentario Popular,
limitando la posibilidad de someter a votación un texto sin más que la utilización de un argumento de una teórica presentación fuera de plazo. (Rumores.-La señora Mato Adrover: De teórica, nada.)


Permítanme que les diga, señorías, que en opinión de mi grupo estas actitudes les debilitan y les debilitan profundamente. Cuando uno ejercita su fuerza, que la tienen ustedes en esta Cámara y nos lo vienen demostrando desde el año 2000,
cuando uno ejercita su fuerza de esta manera, lo único que hace es acreditar su propia debilidad. Hoy han dado prueba de eso. (Aplausos.)


Dicho eso y ante la limitación de tiempo, permítanme entrar en el tema de fondo y lamentar -y esto ya es una entrada en el fondo- que hoy no podamos sacar de aquí una resolución auténticamente unitaria, ni siquiera de mínimos, que permita
fijar un mínimo de contenido político donde todos podamos estar de acuerdo. Tengo la impresión de que ahí todos, conjuntamente, defraudamos a la ciudadanía. Nosotros asumimos nuestra parte, otros deberán asumir la suya. Tiene distintos
responsables esta situación, pero me es inevitable subrayar que el Gobierno ha hecho muy difícil, hasta hoy, y le esperaremos a partir de hoy, hacer creíble el cambio de posición, ese punto de inflexión que hoy mencionaba mi portavoz. Nos cuesta
mucho a nosotros, que somos los pocos que vamos a votar su texto, pero cuesta mucho más a los demás grupos y cuesta a nuestra opinión pública entender que ustedes se creen aquello que han aceptado en Bruselas y que eso se va a convertir
auténticamente en una actuación política. En todo caso, la realidad es que en Bruselas ha habido un acuerdo de mínimos, que no pasa de ser eso. Esta mañana, el primer ministro griego, el señor Costas Simitis, presentando las


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conclusiones de la cumbre de Bruselas en el Parlamento Europeo, decía que existen enormes divergencias -y cito literalmente- entre los líderes europeos y que a pesar de eso se logró un texto. Pues bien, había enormes divergencias en
Bruselas y hay enormes divergencias en esta Cámara. Por tanto, que nadie se equivoque, hoy habrá un texto que se aprobará, que es el texto que presenta el Grupo Parlamentario Popular, transcribiendo letra a letra y coma a coma ese texto de mínimos
que, entre enormes divergencias, se votó ayer. Eso es, sencillamente, un punto de partida en el que mi grupo considera que no se puede oponer y, con independencia de los prejuicios más o menos formales que se pueda tener a someter a votación las
conclusiones de un Consejo Europeo, lo cual no deja de ser discutible, nos parece que efectivamente es un mínimo, pero es nada más eso, un mínimo, y precisamente por eso nos hemos reservado el derecho, y lo hemos podido ejercer, de presentar otras
mociones que fijan lo que es nuestra posición mucho más allá de ese mínimo común denominador que es lo máximo que se había logrado en Bruselas.



¿Qué es ese ir mucho más allá? Compartimos el primero de los puntos con el resto de la Cámara. Lo hemos suscrito y lo hemos presentado conjuntamente y es ir más allá, es decir, exigir el compromiso, hasta ahora sin éxito, del Gobierno de
España, del Gobierno que ustedes apoyan, de su voz y su voto en el Consejo de Seguridad, exigir que esa voz y ese voto sean una voz y un voto en favor de los inspectores y en favor de la paz, exigir garantías de que ese voto se ejercerá en defensa
de la tarea de los inspectores y en defensa de las alternativas que apoyen soluciones distintas del uso de la fuerza. Ese es el sentido auténtico de la propuesta que entre todos los grupos hemos presentado y que nosotros hacemos absolutamente
nuestra.



En segundo lugar, sometemos a votación de la Cámara un punto que ya estaba en la moción consiguiente a la interpelación que presentamos hace dos semanas, por la cual pedimos al Gobierno que rechace, y lamentaremos que no lo haga hoy, todo
apoyo al uso de la fuerza contra Irak que no cuente con el apoyo explícito de Naciones Unidas. Es posible que a otros grupos les parezca que incluso eso es ir demasiado lejos. Tendrán sus explicaciones. A nosotros nos interesa sobre todo la del
Gobierno.
Queremos saber por qué el Gobierno tiene dificultad en votar en esta Cámara un texto que dice exclusivamente que no se debe apoyar una acción armada contra Irak, el uso de la fuerza contra Irak, sin Naciones Unidas.
Es lo único que
pedimos, es la resolución número 6. Si ustedes no la votan, están lanzando un mensaje que contradice frontalmente todo el discurso que hoy intentan transmitir.



En tercer lugar, la resolución número 7 que presenta mi grupo, y termino señora presidenta, es para animar al Gobierno a que siga intentando lograr un consenso en el marco de la política exterior y de seguridad común actualmente deshecha a
partir de ayer con un primer paso sobre el cual construir. Pedimos que se siga construyendo en esa dirección sobre la base de lo que ayer se logró, pero intentando consolidar la PESC.



En cuarto lugar, establecemos una condena frontal a Irak. Nadie podrá decir nunca que somos neutrales. Sometemos a la votación de la Cámara la condena de la dictadura de Sadam Husein, que se pida el fin al régimen dictatorial y que se
manifieste por parte del Gobierno la condena de ese régimen. Me da la impresión, según noticias que me llegan, de que el Grupo Popular no quiere votar ese texto porque habla de los derechos colectivos del pueblo kurdo. Para nosotros también son
importantes esos derechos colectivos del pueblo kurdo.



Finalmente, presentamos a votación de la Cámara una resolución que esperamos tenga también el apoyo mayoritario, si no unánime, que deje claro que por encima de todo la relación trasatlántica es importante, que esto no es un conflicto con
los Estados Unidos. Esto es una discrepancia con los Estados Unidos sobre cómo afrontar una crisis, pero a mi grupo le parece que puede ser oportuno hoy hacer una manifestación matizada y en los términos en los que está planteada sobre la relación
trasatlántica y la importancia que ha tenido y que ha de seguir teniendo esa relación.



Ese es el eje de nuestras resoluciones. Aceptaremos varias de las enmiendas que nos han planteado algunos otros grupos y votaremos favorablemente la práctica totalidad de las resoluciones de los demás grupos.



Nada más y muchas gracias.



La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Guardans.



En nombre del Grupo Parlamentario Socialista, el señor Caldera.



El señor CALDERA SÁNCHEZ-CAPITÁN: Gracias, señora presidenta.



Espero que la brevedad no se entienda como descortesía, pero quiero empezar haciendo a SS.SS. un recordatorio de lo insólito de lo ocurrido esta noche. No sé si saben lo que ha ocurrido y es que dicen que la propuesta de resolución de
Coalición Canaria entró antes de tiempo, es decir, por diligentes han sido ustedes rechazados, pero deben saber SS.SS. que es idéntica a la presentada por el Grupo Popular, y ahí debe estar la razón de este rechazo. He escuchado atentamente la
intervención de esta tarde del señor Mauricio y como dijera Blas de Otero, el señor Mauricio ha estado hablando pidiendo la paz y la palabra. Señor Mauricio, seguramente para que no siguiera pidiendo la paz, le han quitado la palabra. (Aplausos.)
183 diputados impidiendo hablar a 4 diputados, señor Mauricio. (Rumores.-Protestas.-El señor Isasi Gómez pronuncia palabras que no se perciben.)


La señora PRESIDENTA: ¡Señor Isasi, guarde silencio!


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El señor CALDERA SÁNCHEZ-CAPITÁN: Tendrán ustedes mayoría absoluta pero no cabe la menor duda de que están en flanco declive.



Voy al fondo de la cuestión y quiero defender las propuestas de resolución conjuntas que hemos presentado con todos los grupos de la Cámara, salvo el Grupo Parlamentario Popular. Lo destaco por su importancia porque, señorías, que quede
claro que para el Grupo Parlamentario Socialista, como ha dicho su líder, el señor Rodríguez Zapatero, la declaración...
(Risas.)


La señora PRESIDENTA: Señorías, guarden silencio.



El señor CALDERA SÁNCHEZ-CAPITÁN: ¿Que nerviosos están ustedes? (Rumores.)


La señora PRESIDENTA: Un momento, señor Caldera.



Señorías, guarden silencio.



El señor CALDERA SÁNCHEZ-CAPITÁN: Las conclusiones del Consejo extraordinario Europeo son un paréntesis positivo que comprometen un mínimo consenso, como recordaba el señor Guardans, pero que no es suficiente. Por cierto, que nosotros
sepamos, las conclusiones de los consejos europeos se valoran, incluso se ratifican, pero nunca se han votado. Señorías, quien quiere lo menos, que es ese consenso, debe querer lo más, y para nosotros no son suficientes. Y no son suficientes por
una razón, porque, señoras y señores diputados, con nuestro voto no vamos a consentir que la ministra de Asuntos Exteriores de España vuelva al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a hacer un discurso a favor de la guerra. Por eso pedimos que se
complete ese consenso de mínimos que constituyen las conclusiones de la cumbre extraordinaria de ayer, con otros elementos. Lo importante no es ya lo alcanzado ayer, con serlo; no es eso, es lo que ocurrirá en el Consejo de Seguridad de Naciones
Unidas.
Eso es lo verdaderamente relevante. Y en ese Consejo de Seguridad, atendiendo a la voz unánime de los ciudadanos españoles de la oposición que se sienta en este hemiciclo, debemos instar al Gobierno a que rectifique su posición. No sé si
se han preguntado ustedes por qué ha salido tanta gente a la calle en España. Algunos de ustedes dicen que es porque se explican mal; no, han salido porque se explican muy bien, porque han sabido reconocer en ustedes una posición de seguidismo del
señor Bush que quiere la guerra. Por eso han salido millones de ciudadanos a la calle y por eso creemos que a las conclusiones del Consejo extraordinario de ayer debe sumarse una instancia al Gobierno para que rectifique su posición y la corrija
ante la crisis de Irak.



En segundo lugar, y esto es lo relevante porque constituye trabajar de verdad por la paz, instamos al Gobierno a que, en las próximas sesiones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, apoye aquellas iniciativas -porque esto es posible-
que pretenden encauzar el desenlace del conflicto hacia una solución pacífica y hacer posible que el proceso de inspecciones continúe progresando y se desarrolle durante el tiempo necesario para evitar la guerra. A estos efectos decimos seis grupos
parlamentarios de esta Cámara que vamos a votar este punto que el Gobierno propiciará, en el Consejo de Seguridad, que se conceda a los equipos de inspectores más tiempo y más medios para llevar a cabo su misión. Esto es lo relevante, además del
consenso alcanzado ayer.



Si ustedes no votan a favor, ya sabemos que no estarán de acuerdo en prorrogar el mandato de los inspectores, ya sabemos que no estarán de acuerdo en explorar hasta el final todas las iniciativas para encauzar el desenlace del conflicto
hacia una solución pacífica, y ya sabemos que estarán de nuevo dispuestos a cumplir las instrucciones que el señor Bush le dé al señor Aznar el próximo fin de semana en su rancho de Texas.
(Aplausos.)


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Caldera.



En nombre del Grupo Parlamentario Popular, señor De Arístegui.



El señor DE ARÍSTEGUI Y SAN ROMÁN: Señora presidenta, señorías, no quería empezar yo así mi intervención esta tarde, pero les voy a decir algo: además del Reglamento que se ha aplicado, creo que escrupulosamente, esta noche en esta Cámara,
un grupo ha tratado de hacer una maniobra para fabricar una pista de aterrizaje parlamentaria para que otro grupo, que no iba a votar las conclusiones del Consejo Europeo, pudiese aterrizar, pudiese así votar a favor de esas conclusiones,
explicárselo entonces y no quedarse colgado ante los medios de comunicación y la opinión pública española. (Aplausos.) Esa es la realidad, señorías. Han utilizado el Reglamento para ver si podían echarle el salvavidas a un grupo parlamentario.
(Rumores.)


La señora PRESIDENTA: Señorías, guarden silencio.



El señor DE ARÍSTEGUI Y SAN ROMÁN: En segundo lugar, mi grupo quiere manifestar su más profundo respeto por todos los manifestantes que salieron a la calle el sábado en España. (Rumores.) Así lo han hecho el presidente y varios miembros
del Gobierno, como también lo han manifestado diversos portavoces del Partido Popular en medios de comunicación.



Señoría, muchas voces esta tarde se empeñan en tratar de encasillar al Partido Popular y al Gobierno de España en una posición de belicismo y de guerra. (Rumores.-Protestas.) A lo largo de todos estos debates, nos hemos
empeñado...(Rumores.)


La señora PRESIDENTA: Un momento, señor De Arístegui.



Adelante.



El señor ARÍSTEGUI Y SAN ROMÁN: A lo largo de todos estos meses nos hemos empeñado en demostrar, de buena fe, que nosotros creemos sinceramente que el camino más corto hacia la paz es la firmeza y no


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la claudicación, la laxitud o la ignorancia de un problema que sólo lo exacerbaría. Sólo la presión diplomática y política abrió la puerta a una crisis que parecía haberse instalado en el más absoluto callejón sin salida. Jack Straw,
laborista británico, dijo que sólo era creíble la presión si podía estar presente la posibilidad del uso legítimo de la fuerza; recogido también en las conclusiones del Consejo Europeo.



Hoy se ha hablado de las conclusiones del Consejo extraordinario Europeo, y estas son las cuestiones esenciales sobre las que muchos Gobiernos y muchas opiniones públicas pueden manifestar su acuerdo. El problema es que algunos no quieren
estar de acuerdo con el Gobierno, aunque tenga razón. Ese es el problema. (Aplausos.) Tenemos que dar una imagen de unidad. Esa imagen de unidad internacional e interna es indispensable para que un dictador como Sadam Husein no consiga prolongar
ad kalendas graecas, de forma indefinida, sus burlas y engaños a la comunidad internacional. Por eso, todos los Estados miembros de la Unión Europea han hecho auténticos esfuerzos para tratar de lograr un consenso que no es de mínimos, sino basado
en puntos esenciales; desgranados aquí por el presidente del Gobierno y por el portavoz del Grupo Parlamentario Popular. (Rumores.) Se ha hecho un esfuerzo de concertación, tratando de buscar y de recoger en las conclusiones del Consejo Europeo
unos puntos que 15 Estados miembros de la Unión Europea y 13 Estados candidatos han apoyado con sus votos y sus declaraciones. Las diferencias y discrepancias que hay en el seno de la Unión Europea no son nuevas; aunque muchos de ustedes las han
calificado de crisis irreversible.
Señorías, 50 años de historia europea y las discusiones en Europa se han basado en la búsqueda de consensos, de mínimos o de máximos, pero buscando siempre el punto de encuentro. Ha habido sesiones maratonianas
en cuestiones de agricultura o presupuestarias, y nadie dijo nunca que eso era una quiebra de la Unión Europea. Ahora tampoco lo es. Somos países distintos, con sensibilidades e intereses diversos, y eso no significa la crisis sin remedio de la
Unión Europea.



Vamos a abordar claramente los puntos de nuestra moción. En primer lugar, el Consejo Europeo, como ya hizo las Naciones Unidas, está muy preocupado por la proliferación en la región. Eso podría dar lugar a una carrera de armamentos sin
precedentes en la región, y no se puede reproducir la doctrina de la destrucción mutua asegurada a nivel regional, porque conduciría, inevitablemente, a reglas regionales de consecuencias incalculables. En segundo lugar, el reforzamiento del papel
de las Naciones Unidas y de su Consejo de Seguridad, tratando de que se convierta en el centro de la actividad internacional, buscando que se convierta en la institución básica para la resolución de los conflictos internacionales. También está
contenido en la resolución del Gobierno, porque son las conclusiones del Consejo extraordinario Europeo. La guerra es evitable. Lo hemos dicho en todos los debates. (Rumores.) Sí, señorías, lo hemos dicho. Porque depende de Sadam Husein. Si
Sadam Husein acepta el desarme completo, efectivo, verificable y creíble, no habrá necesidad de imponérselo por medio de la fuerza. También hemos declarado nuestro apoyo claro a la labor de los inspectores, pero no es una cuestión ni de medios ni
de tiempos, es una cuestión de actitudes; de actitudes del régimen iraquí, que hasta ahora ha cooperado siempre en pequeñas dosis. Cuando aumentaba la presión un poquito más; si aumentaba más, un poquito más, para así conseguir arrastrar la
situación durante trece años. Hemos visto cuáles son las verdaderas intenciones de Sadam Husein, lo ha dicho en un semanario: Vamos a ganar tiempo para que la coalición internacional se acabe desmoronando por la presión de la opinión pública. Esa
es la buena fe del dictador iraquí. El plazo no puede ser indefinido y por eso mismo nosotros creemos que hay que dar un plazo claro para que se cumplan las resoluciones de Naciones Unidas.
Trece años de resoluciones, doce de desafíos, cuatro años
de ausencias de los inspectores.



Hay una referencia muy importante en esta cuestión al conflicto árabe israelí. El presidente del Gobierno ya hizo una referencia clara en uno de sus encuentros con el presidente de los Estados Unidos, lo ha hecho en los consejos europeos,
lo ha hecho en los medios de comunicación, lo ha hecho en los debates en esta Cámara. Y, por fin, vamos a tratar de conseguir entre todos que exista un Estado palestino que pueda convivir en paz y armonía, junto a un Estado de Israel, ambos en
fronteras internacionales y seguras.



Señorías, hay que tratar de reconstruir, de volver a encarrilar ese proceso de paz maltrecho. La resolución que nosotros presentamos, que refleja las del Consejo extraordinario, establece con claridad una condena al terror, un impulso a las
reformas palestinas, la exigencia de poner fin a los asentamientos y un impulso y respaldo a la hoja de ruta del cuarteto. La resolución que presentamos está apoyada por 15 Estados miembros y, además, por los 13 Estados candidatos. Esa es la
realidad. Lo que nosotros no entendemos es por qué ese consenso que le vale a 28 Estados, no le vale a algunos grupos políticos. (Rumores.) Justamente por eso, entiendo -porque obviamente era muy difícil de explicar que no se votara esta
resolución- las maniobras de esta noche. (Rumores.)


Por último, haré sólo una referencia a las votaciones que vamos a hacer esta noche. Vamos a proponer al Grupo de Convergència i Unió una enmienda a su resolución número 7 que diga: El Congreso de los Diputados, entendiendo que la guerra no
es inevitable, insta al Gobierno a seguir buscando, juntamente con los demás Estados miembros de la Unión Europea, un acercamiento de las posiciones respectivas, con el fin de permitir la consolidación de una política exterior y de seguridad común
en Europa que tenga en cuenta que la fuerza debe usarse sólo en última instancia.
Exactamente las palabras contenidas en las conclusiones del Consejo.
Nosotros vamos a votar favorablemente a esa resolución, así como a la número 9, porque queremos


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demostrar, tanto a la opinión pública española como a la opinión pública europea, que este Gobierno es capaz de hacer todos los esfuerzos necesarios para construir consensos en Europa, como lo ha hecho el presidente del Gobierno en el
Consejo de Bruselas y lo hemos tratado de hacer nosotros esta noche, a pesar de ciertas maniobras. (Aplausos.)


La señora PRESIDENTA: Señor Guardans, tiene la palabra al objeto de indicar la aceptación o rechazo de la transaccional propuesta.



El señor GUARDANS I CAMBÓ: Entendemos que esta modificación incorpora la resolución del Consejo Europeo de ayer y, por tanto, la aceptamos.



La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Guardans.



Señor De Arístegui, tiene la palabra al objeto de indicar la aceptación o rechazo de la enmienda que ha sido presentada por el Grupo Parlamentario Socialista a su propuesta de resolución número 4.



El señor DE ARÍSTEGUI Y SAN ROMÁN: La rechazamos, señora presidenta.



La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor De Arístegui.



Señor Vázquez, también al objeto de indicar la aceptación o rechazo de la enmienda número tres, del Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió), a su propuesta de resolución número 11.



El señor VÁZQUEZ VÁZQUEZ: No la aceptamos, señora presidenta.



La señora PRESIDENTA: Muchas gracias.



Señorías, iniciamos la votación de las propuestas de resolución.



Sometemos a votación la propuesta de resolución número 2, según el orden de presentación, firmada por los Grupos Parlamentarios Socialista, Catalán (Convergència i Unió), Federal de Izquierda Unida, Vasco (EAJ-PNV), Coalición Canaria y
Mixto.



Comienza la votación. (Pausa.-Varios señores diputados entran en el hemiciclo.)


Ruego a los señores diputados que se abstengan de entrar en el hemiciclo hasta que la votación haya finalizado.



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 318; a favor, 143; en contra, 175.



El señor PRESIDENTE: Queda rechazada.



Votación de la propuesta de resolución número 3, firmada por los Grupos Parlamentarios Socialista, Catalán (Convergència i Unió), Vasco (EAJ-PNV), Coalición Canaria y Mixto.



Comienza la votación. (Pausa.)


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 321; a favor, 138; en contra, 176; abstenciones, siete.



La señora PRESIDENTA: Queda rechazada.



Votación de la propuesta de resolución número 4, presentada por el Grupo Parlamentario Popular.



Comienza la votación. (Pausa.)


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 321; a favor, 189; en contra, 12; abstenciones, 120.



La señora PRESIDENTA: Queda aprobada.



Votación de la propuesta de resolución número 5, del Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió).



Comienza la votación. (Pausa.)


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 321; a favor, 145; en contra, 175; abstenciones, una.



La señora PRESIDENTA: Queda rechazada.



Sometemos a votación la propuesta número 6, del Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió).



Comienza la votación. (Pausa.)


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 320; a favor, 20; en contra, 295; abstenciones, cinco.



La señora PRESIDENTA: Queda rechazada.



Sometemos a votación la enmienda número 7, con la incorporación del texto transaccional que ha sido propuesto y aceptado.



Comienza la votación. (Pausa.)


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 321; a favor, 311; en contra, dos; abstenciones, ocho.



La señora PRESIDENTA: Queda aprobada.



Sometemos a votación la propuesta de resolución número 8, del Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió).



Comienza la votación. (Pausa.)


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 321; a favor, 145; en contra, 176.



La señora PRESIDENTA: Queda rechazada.



Sometemos a votación la propuesta de resolución número 9, del Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió).



Comienza la votación. (Pausa.)


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Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 320; a favor, 303; en contra, nueve; abstenciones, ocho.



La señora PRESIDENTA: Queda aprobada.



Votamos, a continuación, la propuesta de resolución número 10, firmada por la señora Lasagabaster y el señor Puigcercós, del Grupo Parlamentario Mixto.



Comienza la votación. (Pausa.)


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 319; a favor, 143; en contra, 176.



La señora PRESIDENTA: Queda rechazada.



Votamos la propuesta de resolución número 11, firmada por los señores Aymerich, Rodríguez y Vázquez, del Grupo Parlamentario Mixto.



Comienza la votación. (Pausa.)


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 320; a favor, 15; en contra, 176; abstenciones, 129.



La señora PRESIDENTA: Queda rechazada.



Sometemos a votación la propuesta de resolución número 12.



Comienza la votación. (Pausa.)


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 321; a favor, 145; en contra, 176.



La señora PRESIDENTA: Queda rechazada.



Votamos, a continuación, la propuesta de resolución número 13.



Comienza la votación. (Pausa.)


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 320; a favor, 144; en contra, 176.



La señora PRESIDENTA: Queda rechazada.



Votamos la propuesta de resolución número 14.



Comienza la votación. (Pausa.)


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 320; a favor, 144; en contra, 175; abstenciones, una.



La señora PRESIDENTA: Queda rechazada.



Votamos la propuesta de resolución número 15, de los señores Aymerich, Rodríguez y Vázquez.



Comienza la votación. (Pausa.)


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 319; a favor, 144; en contra, 175.



La señora PRESIDENTA: Queda rechazada.



Votamos la propuesta de resolución número 16. (El señor De la Encina Ortega pide la palabra.)


Señor De la Encina.



El señor DE LA ENCINA ORTEGA: Señora presidenta, habíamos pedido votación separada del punto tres de esta propuesta.



La señora PRESIDENTA: Votamos, en primer lugar, los puntos 1 y 2 de la propuesta de resolución número 16, del Grupo Parlamentario Federal de Izquierda Unida.



Comienza la votación. (Pausa.)


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 320; a favor, 141; en contra, 177; abstenciones, dos.



La señora PRESIDENTA: Quedan rechazados.



Votamos el punto número 3 de la propuesta de resolución número 16, del Grupo Parlamentario Federal de Izquierda Unida.



Comienza la votación. (Pausa.)


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 321; a favor, 14; en contra, 176; abstenciones, 131.



La señora PRESIDENTA: Queda rechazado.



Se suspende la sesión, que se reanudará mañana a las cuatro de la tarde.



Eran las doce y cuarenta minutos de la noche.