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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 395, de 11/12/2001
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CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 2001 VII Legislatura Núm. 395



ECONOMÍA Y HACIENDA



PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. SANTIAGO LANZUELA MARINA



Sesión núm. 35



celebrada el martes, 11 de diciembre de 2001



ORDEN DEL DÍA:



- Comparecencia cuatrimestral del señor secretario de Estado de
Economía, de la Energía y de la Pequeña y Mediana Empresa (Folgado
Blanco) para informar sobre la coyuntura de la economía española,
previa remisión del informe correspondiente. (Número de expediente
212/000855) . . . (Página 12888)



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Se abre la sesión a las diez y treinta y cinco minutos de la mañana.




El señor PRESIDENTE: Buenos días. Se abre la sesión.

Como único punto del orden del día, tenemos la comparecencia
cuatrimestral del secretario de Estado de Economía, de la Energía y
de la Pequeña y Mediana Empresa, acordada por la citada Comisión,
para informar sobre la coyuntura de la economía española, previa
remisión del informe correspondiente. A petición del Grupo
Parlamentario Socialista, hay una solicitud de comparecencia del
vicepresidente segundo del Gobierno para asuntos económicos y
ministro de Economía, ante la Comisión de Economía y Hacienda, para
que explique la actual situación del sector eléctrico en España, los
apagones en el suministro de energía eléctrica que se están
produciendo y las actuaciones del Gobierno encaminadas a garantizar
el suministro de energía eléctrica a todos los españoles. ¿Hay algún
inconveniente de los grupos en que se acumule esta solicitud de
comparecencia a la intervención del señor secretario de Estado de
Economía? (Pausa.)
Por asentimiento, se acepta.

Doy la bienvenida al señor Folgado y tiene la palabra para informar
sobre ambas comparecencias.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ECONOMÍA, DE LA ENERGÍA Y DE LA
PEQUEÑA Y MEDIANA EMPRESA (Folgado Blanco): Señorías, comparezco hoy
ante esta Comisión para explicar a SS.SS. la evolución reciente y
situación de la economía internacional y española. Aprovecho también
esta intervención para comentarles, siquiera brevemente, la revisión
de las previsiones macroeconómicas del Gobierno.

Los ajustes en el nuevo escenario macroeconómico de España se
producen como resultado del cambio significativo en el contexto
económico internacional hacia una fase de debilitamiento simultáneo
en todas las grandes áreas económicas del mundo. Quizá uno de los
aspectos más relevantes que definen el contexto económico
internacional sea la confluencia, la convergencia en el
debilitamiento económico de las tres grandes áreas, Estados Unidos,
Japón y Alemania, en este proceso de debilitamiento, que afecta a
toda las variables macroeconómicas a nivel mundial.

Varios factores están detrás de esta fase descendente del ciclo
iniciada a mediados del pasado año, pero en un lugar destacado se
sitúa el brusco aterrizaje de la economía americana, a partir del
segundo semestre del pasado año, tras un largo periodo de casi diez
años de fuerte expansión, al que se han unido las consecuencias de
los ataques terroristas de septiembre. Antes de los atentados del 11
de septiembre -hoy hace tres meses-, la economía americana ya acusaba
los desequilibrios que se habían ido acumulando en la fase
expansiva: aumento del déficit comercial, descenso del ahorro
familiar hasta tasas muy bajas -del orden del 1 por ciento de la
renta bruta disponible- sobrevaloración de las cotizaciones
bursátiles y del dólar y exceso de inversión empresarial, provocado
por expectativas desmedidas de beneficios asociados al desarrollo de
los sectores de tecnología avanzada. Precisamente, el empeoramiento
de las expectativas sobre los beneficios empresariales, en particular
en estos sectores, y la consiguiente reducción de la inversión, son
elementos clave para explicar la brusca flexión a la baja de la
economía de Estados Unidos.

La situación ha empeorado sensiblemente a raíz del ataque terrorista
de septiembre, por sus efectos directos sobre los sectores
inicialmente afectados y sobre todo por el efecto de este suceso
sobre la confianza de los agentes económicos, las familias y las
empresas. El consumo de las familias, principal componente de la
demanda agregada, se ha visto negativamente influido, entre otros
factores, por la mayor incertidumbre y los ajustes generalizados de
plantillas que vienen anunciando las grandes empresas. Según el
National Bureauof Economic Research la expansión de Estados Unidos,
que comenzó en marzo de 1991, ha concluido en marzo del presente año,
fecha en que entró en recesión. Esta entidad define ésta última como
una caída generalizada y significativa de la actividad económica
durante varios meses, para lo que toma como referencia varios
indicadores, entre los que incluye: la producción industrial, el
empleo, la renta real y las ventas minoristas y mayoristas. En esta
ocasión, este organismo ha dado más peso al comportamiento del
empleo, que alcanzó su máximo en marzo, que a la renta real, que a
pesar del empeoramiento de las condiciones económicas ha continuado
creciendo en los últimos meses. También se ha publicado recientemente
el Libro Beige de la Reserva Federal, según el cual la economía se
mantiene débil aunque con un panorama mixto en algunos ámbitos, como
en el sector de viviendas y en los pedidos de bienes duraderos, y el
sesgo sigue siendo hacia una debilidad en el próximo futuro.

Como resultado de este deterioro de la actividad, el PIB
norteamericano ha comenzado a registrar tasas de crecimiento
negativas. En este sentido, en el tercer trimestre de este año, la
economía norteamericana experimentó, en tasa intertrimestral
anualizada, un descenso del 1,1 por ciento. El crecimiento medio
durante los nueve primeros meses de este año se sitúa en el 1,5 por
ciento, en línea con las previsiones económicas, que apuntan a un
crecimiento en torno al 1 por ciento para el conjunto del presente
año, pero con este perfil claramente descendente.

El contagio de la recesión de la economía americana a otras
economías, en concreto a las europeas, no se está produciendo
únicamente por la vía tradicional del comercio de bienes y servicios.

Al fin y al cabo, esta vía es relativamente limitada, ya que
aproximadamente



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más del 60 por ciento de los intercambios con el exterior de los
países de la Unión Europea se realiza dentro del área. El contagio,
actualmente, se lleva a cabo por otros canales de transmisión rápida;
entre estos canales se encuentran las decisiones centralizadas de las
multinacionales, la interconexión de los mercados financieros y la
globalización de la confianza de los agentes privados (familias y
empresas), cada vez más influida por el clima internacional.

La economía de la zona euro no se encuentra en recesión como la
americana (entendiendo técnicamente por recesión, como ya sabemos,
dos trimestres consecutivos con cifras negativas), pero el
crecimiento se ha ralentizado notablemente como resultado de la
debilidad de las exportaciones por el menor crecimiento del comercio
mundial, pero fundamentalmente por la debilidad de la demanda
interna, en particular de la inversión empresarial, que se ha
retraído ante el empeoramiento de las expectativas y la mayor
incertidumbre, acumulando cuatro trimestres de descensos consecutivos
en inversión. Asimismo, el consumo privado confirma la pérdida de
vigor anticipada por el retroceso de los índices de confianza, al
mostrar un crecimiento prácticamente nulo en el tercer trimestre. En
la zona euro, el ritmo de aumento interanual del PIB se ha ido
reduciendo desde el 3,9 por ciento que llegó a alcanzar en el segundo
trimestre de 2000 hasta el 1,3 por ciento registrado en el tercer
trimestre de este año. En este último periodo, la demanda nacional ha
realizado su aportación más baja desde finales de 1993, hecho que se
ha visto de nuevo compensado por la aportación positiva del sector
exterior, de casi un punto, la mayor desde el último trimestre de
1993.

Si se utilizan las tasas intertrimestrales anualizadas para ver el
perfil, el crecimiento de la zona euro en el tercer trimestre mejora
ligeramente, una décima, la tasa del trimestre anterior, 0,3 por
ciento, debido fundamentalmente a que el descenso del consumo se ha
visto compensado tanto por la mejora en la formación bruta de capital
fijo (una mejora siempre relativa, porque se trata de que ha frenado
su retroceso desde el menos 1,9 por ciento del segundo trimestre al
menos 1 por ciento en el tercero) como por la aportación positiva, de
medio punto, de la demanda externa, como mencionaba antes. Esta
evolución del comercio exterior también se ha reflejado en la mejora
de la balanza comercial de septiembre, que ha registrado un excedente
de 3.800 millones de euros, frente al déficit de 500 millones de un
año antes.

La evolución económica de la Unión Europea se está viendo
especialmente afectada por el negativo comportamiento de la economía
alemana, cuyo peso en el área, como saben SS.SS., es de
aproximadamente un tercio. En este sentido, el PIB de este país ha
registrado en el tercer trimestre un descenso del 0,6 por ciento en
tasa intertrimestral anualizada, tras un práctico estancamiento en el
trimestre anterior.

Los indicadores de la economía japonesa, por su parte, han continuado
siendo muy negativos. Los datos del PIB del tercer trimestre recogen
un nuevo descenso de la actividad, del 0,5 por ciento, que se suma al
0,7 por ciento del trimestre anterior. Esta desfavorable evolución,
junto al retraso en las reformas financieras, han llevado a una nueva
rebaja en la calificación crediticia de varias agencias, de forma que
actualmente se sitúa, junto con Italia, en el nivel más bajo del G-7.

Para cerrar este breve repaso a la coyuntura internacional, me
gustaría señalar que la evolución de las economías latinoamericanas
se está viendo afectada, además de por ese contexto internacional,
por la dura crisis financiera de Argentina. El Fondo Monetario
Internacional prevé para esta zona un crecimiento del 1,1 por ciento
en 2001, tasa inferior en tres puntos porcentuales a la del año
anterior.

Ahora bien, hay razones para prever una nueva flexión al alza del
ciclo económico internacional a lo largo del año próximo, que se
consolidaría en el año 2003, tal como se refleja en las previsiones
de otoño recientemente publicadas por la OCDE y la Comisión Europea.

En este sentido, ambos organismos estiman para 2002 un crecimiento
del comercio mundial en torno al 2 por ciento, más del doble que el
previsto para 2001, y un aumento del PIB claramente superior al 2 por
ciento; mientras que las previsiones para 2003 apuntan a un
crecimiento de la producción mundial superior al 3,5 por ciento, y
del comercio mundial por encima del 8,5 por ciento. Estaríamos por
tanto hablando de un punto de inflexión a lo largo de 2002. Por
supuesto, ahora mismo sería muy aventurado decir qué momento marcará
el punto de inflexión a lo largo del 2002, si bien coinciden todos
los organismos internacionales en decirnos que, dado como están los
fundamentos económicos en el mundo y en los países desarrollados,
a lo largo de 2002 se producirá un efecto de expansión económica; en
promedio el 2002 dará ese balance al que hemos hecho referencia
todavía bajo, pero en una fase de expansión que permitiría adquirir
una velocidad de crucero, tanto en PIB como en comercio mundial, ya
más normal, de fases de recuperación económica como se han vivido en
el pasado. En el pasado hemos llegado a tener tasas de crecimiento
del comercio mundial del 12 por ciento, pero el promedio de largo
plazo viene siendo en torno al 7,5 u 8,5. Estaríamos en 2003 ya en
esa velocidad de crucero.

En primer término se encuentran los importantes estímulos monetarios
proporcionados por las rebajas de los tipos de referencia de los
bancos centrales en todas las áreas, y en especial en la economía
estadounidense. La rebaja de los tipos de intervención de la Reserva
Federal a lo largo del presente año ha sido de 4,5 puntos
porcentuales, hasta situarse en el 2 por ciento, lo que, unido a las
rebajas impositivas aprobadas por la Administración americana,
proporciona un considerable estímulo al crecimiento, una conjunción
de



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las dos grandes políticas -monetaria y presupuestaria- para el
crecimiento. Dada la demostrada capacidad de reacción de la economía
americana, la mayoría de los analistas prevén una salida de la
recesión en 2002, con tasas de crecimiento elevadas ya en el segundo
semestre.

La política monetaria de la zona euro ha sido más cauta que la de la
Reserva Federal. El recorte de tipos ha sido hasta ahora de 1,5
puntos porcentuales y se sitúa en el 3,25 por ciento, entre otras
razones, porque la inflación, variable que determina la política del
Banco Central Europeo, ha seguido por encima del criterio de
estabilidad del 2 por ciento, a lo que se une una desaceleración más
suave que en Estados Unidos en la economía. No obstante, la evolución
de los precios en la zona está siendo muy favorable y la tendencia a
la reducción de la inflación se prolongará en los próximos meses en
función de diversos elementos, como la caída de los precios del
petróleo, la moderación de los precios de producción y la menor
presión de la demanda de consumo. Las bases de la economía europea
son ahora mucho más sólidas de lo que lo eran años atrás, para
afrontar la actual coyuntura y sentar las bases para una nueva
recuperación en el próximo año. Entre los elementos positivos se
encuentra una situación más saneada de las cuentas públicas, la mayor
flexibilidad de los mercados y la propia existencia de moneda y
política monetaria comunes. Por otra parte, y aunque el ahorro de las
familias ha descendido en los últimos años en la eurozona, sigue
siendo claramente positivo, con una tasa superior al 14 por ciento de
la renta bruta, a diferencia de lo que ocurre en la economía
americana.

Lógicamente, la economía española no puede sustraerse a este contexto
exterior desfavorable que acabo de describir. La demanda interna
viene mostrando en los últimos trimestres una amortiguación en su
ritmo de avance desde las elevadas tasas registradas en años
anteriores, acusando la pérdida de renta real derivada del aumento
del precio del petróleo, la depreciación del euro frente al dólar y
la subida de los tipos de interés por el Banco Central Europeo ante
el alza de la inflación. Esta evolución de la demanda interna estuvo
compensada en parte por una mejora de la aportación del sector
exterior al crecimiento, derivada del aumento de nuestras
exportaciones, en consonancia con la aceleración del comercio mundial
a lo largo del pasado año. En consecuencia, el ritmo del crecimiento
tendencial del PIB, que llegó a alcanzar un máximo del 4,5 por ciento
en el primer trimestre de 2000, ha presentado un perfil descendente,
hasta situarse en el 3 por ciento en el segundo trimestre de 2001, y
previsiblemente esta desaceleración se prolongará en lo que resta de
año y en la primera mitad del próximo.

Entrando ahora en la información disponible sobre la coyuntura
española, me gustaría comentar brevemente tres aspectos de la misma
que son importantes de cara a evaluar la evolución económica en los
próximos
meses. Me refiero por un lado a la situación de las empresas a la
luz de los últimos datos de la central de balances del Banco de
España y, por otro, al comportamiento del empleo y de la inflación.

Creo que son tres elementos a tomar como referencia para el análisis
de la coyuntura económica, en lugar de hacer un análisis detallado de
los distintos indicadores, que por otra parte es información de la
que disponen sus señorías, porque creo que es muy importante para
saber dónde estamos, dónde está el tejido productivo, dónde están las
empresas.

Los resultados de la Central de Balances referidos a los nueve
primeros meses de este año, confirman claramente una ralentización de
la actividad productiva de las empresas, especialmente en las ramas
manufactureras. Así, el valor añadido bruto registró un aumento
interanual del 4,8 por ciento, tres puntos porcentuales menos que en
el mismo periodo de 2000. Simultáneamente, se ha producido una
preocupante aceleración de la remuneración media por empleado,
vinculada a la aplicación generalizada de las cláusulas de revisión
en convenios. Este crecimiento, sin embargo, no generó un aumento
superior de los gastos de personal, una aceleración de los gastos de
personal, porque se vio compensado por una menor creación de empleo
(0,9 por ciento frente al 2,3 por ciento en 2000, estamos hablando de
lo que son datos de la central de balances del Banco de España),
aunque se siguen manteniendo, naturalmente, tasas positivas de
crecimiento del empleo. Este hecho pone claramente de manifiesto la
necesidad de moderar la evolución de los gastos por empleado y que
esto se vinculen a la productividad, para evitar el impacto negativo
sobre el empleo que puede derivarse de la ralentización económica.

Los gastos financieros, por su parte, crecieron con fuerza, debido
fundamentalmente al mayor endeudamiento de las empresas, pero también
al alza de los tipos de interés, si bien sigue suponiendo un peso
reducido sobre el total de los costes empresariales, en torno al 4
por ciento. El resultado ordinario neto se ha mantenido en ratios
elevados y el apalancamiento financiero, que mide la diferencia entre
la rentabilidad del activo y los gastos financieros del pasivo, se
sitúa en el 3,1 por ciento, el mismo valor observado en 2000, lo que
constituye un fundamento muy favorable de cara a la recuperación de
la inversión. Probablemente uno de los indicadores más importantes
para el análisis económico y para saber dónde estamos desde el punto
de vista de los fundamentos que definen el crecimiento económico
sólido de una economía en el futuro, sea la situación económico-
financiera de las empresas, y en particular cuál es la situación del
apalancamiento financiero. Si observamos toda la serie, desde el año
1981 hasta el año 2001, de la central de balances del Banco de
España, podemos perfectamente comprobar cómo ha ido evolucionando el
apalancamiento financiero, positivo onegativo, o sea, la diferencia
entre la rentabilidad del



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activo neto y el coste medio de los recursos ajenos tomados a
préstamo. Eso es lo que permite adquirir fundamento para ver si
realmente interesa a la empresa invertir y tomar dinero a préstamo
además de invertir los propios recursos o, al revés, coger el dinero
que tenga y ponerlo en deuda pública porque le sea más rentable, y
eso es lo que define el apalancamiento financiero. Pues bien, los
datos que arroja la central de balances del Banco de España en estos
momentos, con un apalancamiento financiero positivo del 3,1, esa
diferencia, como digo, entre rentabilidad del activo y coste medio
del pasivo, nos dice que son datos de los más altos históricos, y
esto es lo que nos refleja el mejor fundamento que puede tener la
economía española como base para que, en el momento en que otras
variables sean propicias, como lo están siendo (reducción del tipo de
interés, contexto internacional algo más favorable, etcétera), puedan
volver a invertir con fuerza.

Si observan sus señorías, por ejemplo, a finales de los años ochenta,
comienzos de los noventa, el apalancamiento financiero de las
empresas era altamente negativo y las otras variables nos aventuraban
qué es lo que iba a pasar en los siguientes trimestres y años, que
fue lo que pasó, que era muy negativo. De ahí que esto sea uno de los
aspectos que me interesaba resaltar como análisis de la coyuntura, de
cara a ver cómo las empresas están ante un importante saneamiento, y
esto les va a permitir abordar las circunstancias actuales con un
nivel razonable de crecimiento. Estas rentabilidades positivas las
coloca en buena posición de cara al futuro.

Por otra parte, entre los indicadores adelantados de coyuntura, en el
sector de la construcción se aprecia un repunte en los últimos meses,
lo que permite prever una actividad sostenida en el próximo año, a lo
que sin duda contribuirá el desarrollo de los diferentes planes de
infraestructuras en curso. Quiero decirles a SS.SS. que lo que se
está produciendo en el sector de la construcción es bastante evidente
y conocido, una suave desaceleración en lo que se refiere a la
construcción residencial y, a su vez, crecimiento sostenido, incluso
ascendente, en lo que se refiere a obra civil ligada a los grandes
procesos de inversión pública. Esto tiene su razón de ser, histórica
también, en relación con el ciclo de los procesos de formación de
grandes proyectos de inversión cofinanciados con fondos comunitarios.

Pasó lo mismo cuando las perspectivas financieras 1993 a 1999; los
dos primeros años crecieron menos, hasta que ya los fondos
comunitarios afluían y los proyectos se elaboraron y las inversiones
públicas adquirieron una velocidad de crucero también muy importante.

Ahora estos grandes planes de inversión pública en curso para
aumentar la oferta y mejorarla, modernizarla, es la mejor antítesis
contra la inflación o el mejor remedio a un aumento del crecimiento
potencial no inflacionista de la economía. Esto, desde el punto de
vista sectorial, va a mantener la actividad. La actividad en lo que
se
refiere a inversión en instalaciones industriales en absoluto está
reflejando desaceleración. Por otra parte, el índice de producción
industrial de octubre, que ha publicado hace un par de horas el
Instituto Nacional de Estadística, refleja un crecimiento positivo
del 1 por ciento desestacionalizado, del 3 por ciento original,
frente a tasas negativas registradas a lo largo del año, lo cual
indicaría también que la situación habría tocado fondo; aunque es
pronto para poder decir que ya va a haber un cambio radical de
tendencia, no cabe duda que es un dato esperanzador.

En cuanto al empleo, sus principales indicadores muestran claramente
los efectos de la menor actividad económica, aunque mantiene una
evolución relativamente favorable. En este sentido, los datos de la
Encuesta de Población Activa y de afiliados a la Seguridad Social
continúan mostrando comportamientos positivos. Según la EPA del
tercer trimestre, se han creado durante este año 273.500 nuevos
puestos de trabajo, creciendo la ocupación a un ritmo anual del 2,1
por ciento respecto al mismo periodo del año anterior. Esta evolución
ha permitido una disminución del número de desempleados de más de
122.000 personas, lo que sitúa la tasa de paro en el 12,8 por ciento,
el nivel más bajo desde 1980. Los afiliados, por su parte, aumentan
hasta noviembre a un ritmo medio anual en torno al 4 por ciento, lo
que ha permitido incrementar en más de 640.000 el número de afiliados
a la Seguridad Social durante este año, hasta situarse al finalizar
noviembre en 15,87 millones, cifra superior a las estimaciones
iniciales, que habían sido de 15,6 millones para todo el año.

Respecto a la evolución reciente de los precios en España, los datos
de los últimos meses confirman la tendencia hacia el objetivo de
estabilidad fijado por el Banco Central Europeo, con una reducción
del IPC interanual de 1,2 puntos porcentuales sobre el máximo de 4,2
alcanzado a mediados de año. La menor actividad económica, junto a la
ausencia de tensiones en los precios de las materias primas, la menor
presión en los precios de los alimentos y los efectos de las medidas
de liberalización llevadas a cabo en sectores estratégicos, son los
elementos que apoyan las favorables previsiones de descenso de la
inflación a corto y medio plazo.

En relación con este objetivo de estabilidad de precios es importante
resaltar que la existencia de mayores dificultades para seguir
reduciendo el paro con la misma intensidad de los últimos años nos
hace recabar de los agentes sociales la responsabilidad de llevar a
cabo el próximo año una negociación salarial que tome como
orientación el objetivo de estabilidad de precios y produzca menores
incrementos nominales de los salarios que este año, porque es la
mejor garantía de preservar el empleo y de ganar poder adquisitivo.

Los salarios tienen una importancia sustancial en los costes de las
empresas y en la competitividad de la economía española. En
consecuencia, la evolución salarial debe



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ajustarse a la productividad, teniendo en cuenta que la coyuntura
económica menos favorable en la que nos encontramos hará más difícil
trasladar a los precios los aumentos salariales, en especial en los
sectores más abiertos a la competencia exterior, donde además ésta se
va a ver endurecida el próximo año por el contexto económico de
debilidad y la introducción material del euro.

Como ya señalé al comienzo de mi intervención, ha sido precisamente
ese acusado debilitamiento del entorno económico internacional lo que
ha llevado al Gobierno a revisar en medio punto la previsión de
crecimiento del PIB para 2002, desde el 2,9 por ciento hasta el 2,4
por ciento. La demanda interna se ha revisado, como saben SS.SS., 2
décimas al alza este año, mientras que se ha rebajado en 4 décimas la
previsión para 2002. El mayor crecimiento previsto este año para el
consumo de las familias (más 0,3) y la formación bruta de capital
fijo (más 0,4), se ven compensados con la revisión a la baja de la
previsión para ambas rúbricas el año próximo, debido fundamentalmente
a la menor creación de empleo y al deterioro de las expectativas
empresariales. Así, las nuevas estimaciones recogen crecimientos del
consumo privado y de la inversión del 2,2 y 3,4 por ciento
respectivamente. La aportación del sector exterior, por su parte,
desciende ligeramente (1 décima) sobre la previsión anterior. Este
descenso se explica tanto por la menor demanda de exportaciones,
ligada al debilitamiento del comercio mundial, como por la reducción
de las importaciones, derivada de la menor actividad interna, así
como del descenso de la actividad exportadora.

Sin entrar en un debate de décimas sobre el crecimiento del año
próximo, dado el actual contexto de incertidumbre, sí quiero dejar
claras algunas ideas sobre las perspectivas económicas españolas.

En primer lugar, el crecimiento de nuestro producto interior bruto
para el presente y el próximo año sigue siendo claramente superior al
previsto para la Unión Europea. Desde 1996 se han dado pasos
importantes en esta dirección. Así, en el quinquenio 1996-2000, el
PIB ha crecido en España a un ritmo medio anual del 3,8 por ciento
(2,5 por ciento en la eurozona), y el empleo a una tasa anual del 2,9
por ciento, 1,4 por ciento en la eurozona. Ese diferencial, tanto en
producción como en empleo, pensamos que se va a mantener en los
próximos años, lo que nos permitirá seguir avanzando rápidamente en
la convergencia real en renta y empleo con las economías más
desarrolladas en Europa.

En segundo lugar es importante señalar que ese diferencial de
crecimiento de nuestra economía se está manteniendo en este periodo
de desaceleración. Se rompe así una tradición negativa, según la cual
en pasados ciclos la economía española acusaba con particular
intensidad las fases recesivas por diversas razones, como la lenta
respuesta de los agentes y de la política económica ante shocks
externos, las políticas acomodaticias
de demanda, la espiral precios-salarios y la agudización del
desequilibrio exterior, entre otros. La salida de estas situaciones
recesivas, como la de comienzos de la década de los noventa, pasaba
inexorablemente por fuertes ajustes de empleo para recuperar la
productividad, el excedente empresarial y la inversión, así como por
una depreciación de la moneda, que permitía recuperar la
competitividad perdida por el diferencial de inflación y relanzar las
exportaciones, si bien a costa del empobrecimiento patrimonial frente
al resto del mundo. Ahora, por el contrario, estamos con unos
fundamentos económicos sólidos, que se concretan en unas finanzas
públicas saneadas y en una economía flexible y abierta.

La eliminación del déficit público otorga a la política
presupuestaria un margen de actuación suficiente para contrarrestar
los efectos del ciclo sin renunciar a seguir mejorando los niveles de
cobertura y calidad del sistema de protección social, ni a realizar
las inversiones en capital físico y humano que precisa nuestra
economía para aumentar su potencial de desarrollo. En los últimos
años se ha llevado a cabo un importante proceso de saneamiento que
permitirá alcanzar el equilibrio presupuestario en el presente
ejercicio, incluso antes de lo que se había previsto. Esta situación
de equilibrio presupuestario confiere a nuestra economía un amplio
margen de maniobra respecto al valor de referencia del 3 por ciento,
para permitir la actuación de los estabilizadores automáticos de
ingresos y gastos, en un contexto de desaceleración generalizada como
es el actual, sin poner en peligro los compromisos establecidos en el
pacto de estabilidad y crecimiento.

El Gobierno no contempla, sin embargo, una política presupuestaria
expansiva de naturaleza contracíclica que trate de compensar la
debilidad de la demanda incurriendo nuevamente en situaciones de
déficit. Esta política, como se ha demostrado en épocas pasadas,
incide negativamente sobre la confianza de los agentes económicos,
desincentiva la inversión privada, al competir con el sector público
en la captación de recursos financieros, e impulsa al alza la
inflación y los tipos de interés, perjudicando en definitiva el
crecimiento del producto y del empleo. En consecuencia, lejos de
dinamizar la economía desequilibrando nuevamente las cuentas
públicas, el Gobierno va a continuar con su política de estabilidad
presupuestaria, porque, en un momento de desaceleración como el
actual, ésta constituye una buena base para hacer efectiva en un
momento cíclico más favorable una nueva reforma fiscal con
reducciones adicionales en los tipos impositivos del IRPF.

El compromiso de todas las administraciones públicas con el rigor
presupuestario se apoya en el nuevo sistema de financiación
autonómica, que va a regir a partir de 2002, y en la Ley General de
Estabilidad Presupuestaria, cuyo objetivo es dar rango de ley al
cumplimientode las obligaciones derivadas de nuestra pertenencia



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a la unión monetaria, así como crear credibilidad, factor esencial de
la disciplina presupuestaria. Esta política presupuestaria orientada
hacia el equilibrio, unida a una economía más flexible y abierta,
favorece la estabilidad de los precios y el mayor crecimiento sobre
esa base de estabilidad de precios.

Las reformas estructurales de flexibilización y liberalización de los
mercados y fomento de la competencia, constituyen el otro eje de
actuación de la política económica. Las medidas ya adoptadas han
afectado a la mayoría de los sectores productivos, si bien se ha
prestado una particular atención a aquellos que suministran inputs
productivos esenciales para el conjunto de la economía, como el
energético y el de las comunicaciones. En dichos sectores se ha
incrementado el número de operadores y su independencia respecto de
las redes de infraestructuras, fijando limitaciones en la actuación
de los operadores dominantes, ampliando las posibilidades de elección
del consumidor y adelantando en general los calendarios de
liberalización.

Simultáneamente, para evitar estrategias restrictivas en los mercados
liberalizados e incrementar la eficiencia en su funcionamiento, se ha
otorgado un papel esencial a la política de defensa de la
competencia. Así, entre otras medidas, se han acortado los
procedimientos de control de las concentraciones y se ha dotado de
mayores recursos y autonomía al Tribunal de Defensa de la
Competencia. En este ámbito de reformas estructurales, debe hacerse
mención especial a las dirigidas al mercado de trabajo, cuya
flexibilización se hace particularmente necesaria en el marco de la
moneda única para evitar que los ajustes a las fluctuaciones de la
demanda se traduzcan en un elevado desempleo. En los últimos años se
han adoptado diversas medidas que han contribuido positivamente a la
favorable evolución del empleo, si bien es necesario continuar
avanzando en determinadas materias, como previsión social
complementaria, sistema de protección social y el apoyo a
determinados colectivos, como mujeres, trabajadores de mayor edad o
personas de baja cualificación.

En resumen, España no puede sustraerse, claro está, a la fase de
desaceleración económica que atraviesan la economía mundial y las
economías europeas más relacionadas con la nuestra. Sin embargo, el
Gobierno y la sociedad deben trabajar con el objetivo de mantener en
esta fase descendente del ciclo económico un crecimiento diferencial
que nos permita seguir avanzando en el proceso de convergencia real
con la Unión Europea en renta y en empleo. Para ello, el Gobierno va
a seguir aplicando una política presupuestaria de estabilidad y va a
profundizar en las reformas estructurales emprendidas para
flexibilizar los mercados de bienes, servicios y factores de
producción. Ambos instrumentos son imprescindibles para conseguir
minimizar los efectos de la crisis y contribuir a crear las
condiciones para dinamizar la economía y fomentar la iniciativa
privada,
aumentar nuestro potencial de crecimiento y que éste se sostenga en
el medio y largo plazo.

Señorías, éste es el análisis que realizo en relación con el momento
económico, dentro de lo que es este informe periódico cuatrimestral
sobre el contexto de la economía española. Muy en resumen, cabe decir
que la economía española está viéndose influida claramente, como no
podía ser de otra manera, por la fase de aguda desaceleración
económica en las grandes áreas del mundo, incluida naturalmente la
que más nos afecta por nuestras relaciones comerciales y de todo
tipo, que es la Unión Europea, pero también cabe decir dos cosas. En
primer lugar, que esta desaceleración es claramente menos intensa que
en otras áreas, y en particular que en la Unión Europea, lo cual nos
permite con datos claros -que allí están- seguir afirmando que en
este contexto de debilidad económica, lo cual es atípico en relación
con la experiencia histórica, estamos creciendo más que en otras
áreas y seguimos avanzando en convergencia real. En segundo lugar, y
quizá interesa resaltarlo más todavía, los fundamentos económicos son
sólidos, unas finanzas públicas equilibradas, una relativa
estabilidad de precios, un sector exterior saludable, una economía
más flexible y un comportamiento de los agentes sociales con
planteamientos de diálogo y negociación; todo ello va a contribuir a
favorecer naturalmente un crecimiento económico sostenido en los
próximos años sobre bases sólidas, lo cual permitirá seguir avanzando
en convergencia real.

Señor presidente, señorías, si lo consideran oportuno, acumulo
brevemente la intervención en relación con los temas energéticos.

Durante los últimos meses se ha transmitido a la opinión pública el
temor a cortes generalizados del suministro eléctrico, lo cual se
produjo de forma especialmente intensa de cara al verano, en el que
se auguraban fallos generalizados en el suministro. Me gustaría
situar en sus justos términos este tema sobre el que se me ha
solicitado comparecer hoy ante esta Cámara.

Debo puntualizar, en primer lugar, que la constatación de los datos
nos muestra que no es cierto que en el sistema eléctrico español se
estén produciendo esos fallos generalizados de suministro. El
parámetro que se utiliza para medir la calidad del servicio en el
sistema eléctrico en la actualidad, tanto a nivel nacional como
internacional, es el TIEPI, es decir, el tiempo de interrupción
equivalente de la potencia instalada. Tomando en consideración el
período 1995 a 2000 para ver realmente cómo estamos y cómo ha
evolucionado he de decir que este valor a nivel nacional ha
evolucionado decrecientemente, lo que indica que la calidad a nivel
global evoluciona de forma favorable. También es importante señalar
que esta tendencia decreciente se produce en los valores de TIEPI
cuando son desagregados por comunidades autónomas y por provincias,
lo cual confirma la tendencia a la disminución paulatina de su valor.




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Me gustaría prestar también un momento de atención al comportamiento
del suministro eléctrico este verano, dado que la época estival se
caracteriza por venir acompañada de un alto crecimiento del consumo
de energía y por tanto es un momento especialmente importante para
fijar nuestra atención en la calidad del suministro. Del
comportamiento del suministro eléctrico este verano, podemos
constatar que si bien el consumo eléctrico ha experimentado
crecimientos muy importantes, lo cierto es que los valores de TIEPI
han estado en línea con el comportamiento de años anteriores, lo cual
nos viene a corroborar una vez más que los teóricos problemas de
suministro en realidad responden a fenómenos aislados en el espacio
geográfico, relacionados con picos de demanda. La constatación de
esta realidad no hace que seamos menos vigilantes o que no nos
preocupen los problemas que efectivamente se han dado en algunos
casos puntuales en las redes.

En efecto, en algunos puntos de nuestra geografía el incremento de la
demanda de energía eléctrica ha llevado a que se presenten algunas
dificultades de congestión, que se localizan en algunos puntos de la
red de distribución. A este hecho se han unido las dificultades
importadas en numerosos casos por las compañías eléctricas para
obtener las autorizaciones pertinentes que les permitieran acometer
nuevos proyectos de inversión. Estas dificultades se deben, entre
otros motivos, a retrasos excesivos en los procedimientos de
tramitación de esas autorizaciones o a la oposición de algunas
corporaciones locales a permitir el paso de líneas eléctricas por su
territorio.

En este punto debemos recordar que de acuerdo con el sistema
constitucional de distribución de competencias que nos hemos dado, la
competencia sobre redes de distribución de energía eléctrica
corresponde a las comunidades autónomas. Por ello, y en el
escrupuloso respeto de este reparto competencial, desde el Ministerio
de Economía se ha instado a las comunidades autónomas a la toma de
conciencia de su trascendental responsabilidad en este tema y a que
pongan los medios para que estos problemas, localizados en su
territorio y en infraestructuras de su competencia, sean atendidos.

En particular, se han mantenido, a instancias del Ministerio de
Economía, dos reuniones, una en julio y otra en octubre, con los
consejeros de todas las comunidades autónomas, responsables en esta
área, con esa finalidad de solicitar que cada comunidad autónoma
efectúe los esfuerzos necesarios para conseguir el desarrollo
adecuado y racional de las redes, en aras a asegurar la calidad del
servicio de todos los consumidores.

No quiero dejar de mencionar que, mediante el Real Decreto 1955/2000,
aprobado en diciembre del pasado año, se establecen por primera vez
unos niveles de calidad de servicio exigibles a las empresas
distribuidoras, estableciéndose medidas de actuación por
incumplimiento de la calidad zonal. Entre estas medidas se encuentra
la obligación de establecer planes de mejora
de la calidad por parte de las empresas distribuidoras, que deberán
ser aprobados por la administración autonómica competente. Por ello
las comunidades autónomas pueden y deben contribuir a la mejora de la
calidad del suministro de energía eléctrica precisamente en aquellas
zonas donde las deficiencias de calidad sean imputables a las redes
de distribución.

Quiero decirles a SS.SS. que todo el planteamiento energético tiene
que llevarse a cabo en perfecta colaboración de todas las
administraciones públicas, el Estado, las comunidades autónomas, las
corporaciones locales también, porque hay competencias compartidas en
este ámbito. Quiero decirles que durante este verano he podido
comprobar la actitud por parte de las comunidades autónomas,
absolutamente encomiable y positiva, de querer colaborar
conjuntamente con la Administración del Estado para resolver esos
problemas puntuales que se han podido producir en algunos municipios,
donde ha habido algunos problemas, derivados sobre todo de los
retrasos en las concesiones de las autorizaciones correspondientes.

Desde el punto de vista de la generación de electricidad, el fuerte
ritmo de crecimiento de la demanda eléctrica, sostenido durante los
últimos años, hace necesaria la ampliación de nuestro parque de
generación. Si bien en la actualidad contamos con índices de
cobertura suficientes, es cierto que precisaremos nuevas centrales en
el medio plazo. Por ello resulta especialmente satisfactorio
comprobar que el reconocimiento de la libre iniciativa empresarial en
la actividad de generación, proclamado por el nuevo modelo de
regulación eléctrica, está permitiendo responder a estas necesidades,
ya que ha dado lugar a una fuerte atracción de la actividad inversora
que está permitiendo, y que permitirá, que la nueva capacidad de
generación entre en funcionamiento en breve plazo.

Como muestra de ese fuerte proceso inversor en curso y de la
atracción a la inversión que se está produciendo en el sistema
eléctrico en nuestro país, permítanme señalar la evolución de nuestro
parque eólico, que nos ha colocado en el segundo lugar de Europa en
potencia instalada en esa tecnología. Hemos pasado de unos 200
megavatios instalados a finales de 1996 a 2.270 a finales de 2000. De
hecho, el ritmo inversor en la actualidad se sitúa en una velocidad
de unos 3 megavatios al día, de tal forma que en julio de 2001 la
potencia eólica instalada en España se sitúa en 2.700 megavatios, la
segunda de Europa.

Sin embargo, donde sin duda el proceso inversor es de mayor
relevancia es en el campo de las nuevas centrales de ciclo combinado
a gas, que va a hacer su entrada de forma muy relevante en breve en
nuestro parque de generación. En la actualidad, en la Dirección
General de Política Energética y Minas se están tramitando
solicitudes para la construcción de centrales de ciclo combinado que
representan más de un tercio de la actual potencia instalada. De
ésas, entrarán en servicio



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entre 2002 y 2003 unos 5.000 megavatios, dado el avanzado estado de
ejecución en que se encuentran, acelerándose el ritmo de apertura en
2004 y 2005, lo cual nos dará una idea de inminencia y de la
envergadura de la inversión en curso.

Estrechamente relacionada con este tema se encuentra la tarea de
planificación energética, que las leyes del sector eléctrico y de
hidrocarburos encomiendan al Gobierno con la participación de las
comunidades autónomas y que debe ser presentada al Congreso de los
Diputados. En el ámbito eléctrico, esta planificación tiene carácter
indicativo, salvo en lo que se refiere a instalaciones de transporte.

En cumplimiento de esa normativa, el Ministerio de Economía está
llevando a cabo los trabajos para la realización de la planificación
e identificación de las necesidades de desarrollo de las
infraestructuras, que hagan posible garantizar el suministro de la
demanda en las condiciones adecuadas de seguridad y calidad para un
horizonte de los próximos diez años En este sentido, debo manifestar
el agradecimiento al Congreso de los Diputados por el compromiso y la
implicación en este proceso de tanta trascendencia, plasmado en la
reciente creación de una subcomisión para el seguimiento de las
infraestructuras energéticas, que dará la oportunidad de que los
trabajos que desde el Ministerio se realicen y las aportaciones de
todos los órganos y agentes interesados, así como de las
administraciones implicadas en este proceso, sean enormemente
fructíferos. Debo por tanto manifestar mi agradecimiento a estas
iniciativas, que sin duda redundarán en beneficio de que el ejercicio
de reflexión sobre el futuro y de planificación sea acertado.

Como resumen general, señorías, en materia de política energética, y
en relación con la petición que me ha sido formulada, quiero resaltar
lo siguiente.

En primer lugar la evolución del TIEPI, que es uno de los criterios
principales observados internacionalmente para conocer la calidad del
suministro de energía eléctrica, ha reflejado unos valores a la baja
a lo largo de los últimos cinco años, y puedo afirmar que admite la
comparación con éxito con los valores que se producen en el resto de
las economía avanzadas. No hay, por tanto, apagones más allá de los
que de forma muy localizada y por circunstancias puntuales se
producen en cualquier país.

En segundo lugar, el fuerte crecimiento de la demanda de energía
eléctrica registrado en los últimos años ha sido respondido con el
aumento de la capacidad de generación eléctrica por la vía de
cogeneración, energía eólica y con el desarrollo en curso de
instalaciones de generación de ciclo combinado: insisto en que las
primeras unidades están a punto de entrar en funcionamiento. En estos
momentos existe un excedente de capacidad instalada sobre demanda
punta que podemos cifrar en el entorno del 10 por ciento. Quiero
decirles a SS.SS. que en los momentos de demanda punta que se
han producido, por ejemplo, el 21 de enero de 2000, por citar uno de
los datos más álgidos, o el 21 (creo que es el 21) o el 25 de
noviembre de este año a las ocho de la tarde, de 33.000 megavatios,
está muy por debajo de los 52.000 megavatios que tenemos instalados
en la península. Incluso haciendo los ajustes correspondientes de los
megavatios de capacidad instalada que tienen que estar en curso de
renovación o en curso, de parada técnica, tenemos sobre los momentos
punta álgidos un excedente de capacidad del 10 por ciento; son
valores que hay que calificarlos como normales. Y lo que sí hay que
hacer es que este valor, como consecuencia del fuerte crecimiento de
la demanda que está habiendo, se mantenga y aumente en el futuro
sobre la base de todo el proceso que está en curso de ampliación de
la generación de capacidad instalada.

En tercer lugar, la planificación energética, en curso, que incluye
también las energías renovables, y en la que, como les decía, SS.SS.

van a tener una participación muy activa, es la mejor garantía para
que tampoco haya problemas en el futuro para hacer frente a la
creciente demanda de energía eléctrica en un contexto de desarrollo
económico que deseamos todos.

En cuarto y último lugar, para concluir, el proceso de liberalización
energética, y en particular eléctrica, que se está realizando y que
recibirá un impulso definitivo en el establecimiento de tarifas y
peajes de redes, permitirá que todos los españoles tengan libertad de
elegir suministrador a partir del 1 de enero de 2003. Todo lo
anterior va a continuar garantizando el suministro de energía
eléctrica en las mejores condiciones de cantidad, calidad y precio
para todos los consumidores.




El señor PRESIDENTE: Para la intervención de los distintos grupos
parlamentarios, en primer lugar por el Grupo Parlamentario
Socialista, la señora Mendizábal tiene la palabra.




La señora MENDIZÁBAL GOROSTIAGA: En primer lugar quiero dar la
bienvenida una vez más al secretario de Estado a esta Comisión.

Dentro de la crítica general independientemente del problema que
tiene el Gobierno con esto del déficit cero, yo le rogaría que no se
mandaran sólo 20 ejemplares de los informes de coyuntura a la
Comisión de Economía; somos 40 miembros en la Comisión de Economía y
no creo que esto influya en el déficit cero y se ponga en peligro, si
no podemos tener acceso, a los informes, tenemos que hacer
fotocopias, sale más caro y sería mejor que nos mande a todos el
ejemplar.

Veo que seguimos exactamente igual, estamos en este milagroso, modelo
económico, de política económica del Partido Popular. Creo que además
de la autosatisfacción y de echar balones fuera, habría que
profundizar un poquito más. Ya sabemos que todo es culpa de lo que
está pasando en la economía internacional,



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que los problemas vienen de fuera y que nuestra economía es la más
sólida, la que mejor reacciona, la que mejor equilibrio tiene. En su
anterior comparecencia, usted tampoco dio una. No es que yo tenga
grandes dones predictivos, pero me parece que usted tampoco dio una,
porque hablaba de un crecimiento de un 3,6 para el último semestre.

La verdad es que no se debe confiar todo a la ley de estabilidad, que
establece el déficit cero. No sé si a usted directamente le
concierne, pero han presentado unos Presupuestos en esta Cámara
elaborados en el mes de junio del 2001, luego se enmiendan aquí, en
el Congreso (no me acuerdo ya con cuántas enmiendas), llegamos al
Senado y se presentan otras 164 enmiendas por el Grupo Popular,.¿Qué
queda del proyecto de presupuestos original?, ¿De qué presupuestos
estamos hablando? Aquí tenemos un lío bastante gordo, el Gobierno
llega tan tarde a corregir sus cifras como en el últimos Consejo de
Ministros. Señor Folgado, no es su responsabilidad directa, pero
desde el punto de vista económico todo lo que está pasando con los
presupuestos, con la Ley de Estabilidad, es una verdadera chapuza.

Hay otra cosa que me preocupa más, y es que desde el punto de vista
de política democrática está empezando a ser totalmente vergonzoso.

Yo creo que estas cosas hay que evitarlas. Aunque no corresponden
directamente a lo que estamos tratando, el análisis de coyuntura, me
siento en la obligación de decir esto.

Si entramos ya en el análisis de coyuntura, efectivamente, se
confirma ya en septiembre por los datos de la contabilidad nacional
este proceso de ralentización que iniciamos el año pasado, el segundo
trimestre del año 2000. Yo me acuerdo que entonces usted decía que
esta ralentización del crecimiento era positiva, porque estábamos
equilibrando, es decir, habíamos tenido un crecimiento arrastrado por
la demanda interna, pero el sector exterior estaba cogiendo el relevo
en esos momentos, y esto significaba que iba a haber un crecimiento
más equilibrado, era un equilibrio necesario en aquel momento. Ahora
estamos en otra situación, el sector exterior ya no tira, la demanda
interna, quizá se haya visto compensada en algún momento por el
componente de consumo, pero desde los sucesos del mes de septiembre
estamos en una situación de incertidumbre, una situación de
incertidumbre que yo creo que va calando en la sociedad, y este
factor incertidumbre es clave y tenemos que analizarlo. Por eso, el
papel del Gobierno de dar seguridad, dar confianza, es importante,
pero con esta política económica y presupuestaria que se está
llevando, es bastante desconcertante. Simplemente con decir que
España sigue manteniendo ritmos de crecimiento por encima de la media
de su entorno no hacemos nada, porque también seguimos manteniendo
una tasa de inflación diferencial positiva respecto a los países de
nuestro entorno, y eso significa que vamos a perder competitividad.

Por tanto, creo que ésta no es la solución.

¿Qué estamos viendo? Si hacemos el análisis de la demanda, como ya
hemos dicho antes, en estos momentos el sector exterior está
contribuyendo de manera negativa, más o menos en 2 décimas, en el
crecimiento del PIB. La inversión en bienes de equipo vuelve a
registrar la variación interanual negativa. Como he señalado antes,
parece que algunos componentes mantienen un poquito el tipo, como
puede ser el consumo privado, pero durante muy poco tiempo, porque ya
la renta disponible, gracias a la presión fiscal que están ustedes
inyectando por ahí, empieza a ser menor. Está claro que desde el
punto de vista de lo que podíamos llamar riqueza financiera con el
tema de la Bolsa, kaputt. Débido a desconfianza de los consumidores
generada por esta incertidumbre general, efectivamente el consumo, es
una variable, totalmente inestable. Si además tenemos en cuenta lo
que en este último trimestre o semestre pueda tener el consumo de
afloramiento de dinero negro en la compra de bienes de consumo
duraderos, de coches de lujo el próximo trimestre, cuando esto ya se
acabe, va a ser relativamente duro. Como usted ha dicho, también
tiene importancia la construcción; la obra civil, no se puede parar
así como así, la obra civil tiene sus plazos y, por tanto, es una
variables que no explica lo que está pasando con la coyuntura. Ahora,
yo le pregunto: ¿Cuál va a ser el comportamiento del próximo
trimestre? Si hacemos el análisis también desde el punto de vista de
la oferta, el índice de producción industrial sigue cayendo. Lo
siento mucho, pero es un poco osado que usted me diga que en estos
momentos la variable más importante para ver cuál puede ser la
respuesta cuando empiece a mejorar algo, es el apalancamiento
financiero, pues desde el año 1996 al año 2000 hemos tenido tasas de
productividad negativas en el sector industrial. España es el único
país europeo con una productividad negativa desde 1996 a 2000, según
el informe de la Comisión; usted diría que es porque se ha creado
empleo, pero el informe de la Comisión no dice que es porque se ha
creado empleo, sino porque ha habido una caída importante de la
capacidad de innovación tecnológica. Decir en estos momentos que el
apalancamiento financiero es el núcleo de la recuperación, cuando
tenemos factores como la productividad en esa situación negativa, me
parece que es un poco osado, por no calificarlo de otra manera.

No se trata de hacer catastrofismo ni nada, sino simplemente ver cómo
están las cosas y querer coger el toro por los cuernos. Al fin y al
cabo, la inflación subyacente ha repuntado. En estos momentos resulta
que tenemos miedo por todas partes. Tenemos miedo si no se cumple el
modelo nuevo que se nos presentará mañana y que se aprobó en el
Consejo de Ministros; tenemos miedo a que los tipos de interés suban
y tenemos miedo a que los tipos de interés bajen. En cualquier caso,
el Banco Central Europeo se puede portar fatal con nosotros, y
siempre tendrá la culpa, suban o



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bajen; si suben porque el crecimiento va a ser menor y si bajan
porque nos han chafado la inflación; ya que están usando el tipo de
interés para la economía alemana. Por una cosa o otra, estos alemanes
nos están, fastidiando.




Respecto al empleo también hay algo que decir porque, efectivamente y
auncuando según la EPA el empleo sigue reduciéndose la verdad es que
el paro registrado no ha dejado de repuntar los meses de septiembre,
octubre y noviembre. Esto supone un cierto cambio de tendencia que yo
creo que también hay que analizar y no decir simplemente que porque
el número de cotizantes a la Seguridad Social se está incrementando,
en la que estamos de afloramiento de todo pues yo creo que es
engañarse; hacerse trampas en el solitario, no deja de ser un
entretenimiento un poco ridículo a determinadas edades. ¿Todo esto a
qué nos lleva? A ver qué credibilidad tienen las previsiones que se
han realizado con el nuevo cuadro macroeconómico. Yo creo que tienen
muy poca credibilidad y si analizamos las previsiones de otros
organismos son un poquito más pesimistas. Yo no sé si calificarlas de
más pesimistas o son más realistas. El informe de la OCDE dice que la
desaceleración en España se debe a la inflexión a la baja de la
confianza de los consumidores. No podemos decir que todo viene de
fuera. Confianza de los consumidores, por la caída de las
exportaciones, por lo que sea, en definitiva va a haber, y va a
seguir habiendo un menor crecimiento económico. Entonces ¿qué valor
tienen y cuánto tiempo van a durar estas previsiones del programa de
estabilidad que se aprobó en el Consejo de Ministros de viernes
pasado? Porque ya hay analistas, tanto de la Comisión como de la OCDE
y de los privados, del Banco Bilbao Vizcaya, la predicción está en el
1,7 por ciento de crecimiento para el año 2002, y la verdad es que
nos seguimos quedando bastante por encima con ese 2,4. Entonces qué
duración van a tener estas previsiones. Teniendo en cuenta la
duración que tenían las anteriores previsiones, en este momento yo no
soy nada optimista. Yo creo que la capacidad de previsión es la misma
que en los programas esos nocturnos de Rappel o la pitonisa Lola.

Resulta que estamos en una inflación del 2 por ciento y sabemos que
no vamos a acabar con esa inflación. Estamos con un crecimiento del 3
por ciento para el 2001 y del 2,4 para el 2002 y otros organismos
dicen que no. En empleo se están bajando continuamente las
estimaciones. Por tanto, yo creo que tienen muy poca credibilidad
todas las previsiones que se están haciendo.

Además de hacer estas previsiones ¿qué repercusiones habra?. ¿Qué
repercusiones de índole social y económico van a tener ese menor
ritmo de crecimiento de acuerdo con esas previsiones? ¿En qué van a
repercutir? ¿Es lo mismo un escenario macroeconómico para el 2,9 por
ciento de crecimiento del PIB, para el 2,4 de crecimiento del PIB,
para 1,8 por ciento de crecimiento del PIB? ¿Todo es exactamente
igual? ¿Van a ser iguales
los ingresos y los gastos? ¿Va a tener exactamente el mismo
comportamiento el presupuesto en un escenario que en otro? Pues yo
siento decirle que creo que no. Me parece un error seguir manteniendo
esta política presupuestaria totalmente inadecuada, con una subida de
impuestos a los sectores con menor capacidad de renta, una política
presupuestaria con muy poco gasto en infraestructura y con poca
capacidad de inversión en innovación tecnológica, como dice el propio
informe de la Comisión. Y en gastos sociales estamos muy por debajo
también; el ratio gastos sociales/PIB está muy por debajo de la media
europea. No sé cómo calificarlo, mejor es no hacerlo, pero el déficit
cero es una obsesión. Un comportamiento puramente doctrinario de
defensa del déficit cero, sin saber cómo va a repercutir en todo lo
demás, pues no creo que no tiene mucho sentido.




Ha hablado tambien, generales de las reformas estructurales. Yo creo
que las reformas estructurales han brillado por su ausencia, en un
momento en que era necesario hacerlas para aprovechar precisamente
ese potencial de crecimiento que había. Lo único que se ha hecho ha
sido una serie de decretos leyes, los famosos decretos leyes de
liberalización, que ya no me acuerdo cuántos han sido, no sé si tres
o cuatro, pero que se repetían muchas veces. Si usted compara un real
decreto con el siguiente, se están proponiendo las mismas medidas que
en el anterior, sin conocer ni cuáles han sido sus efectos y en
muchos casos, como veremos al hablar del sector energético, sin
cumplir lo que realmente dicen los reales decretos.

Quiero hacer un crítica general a esta política económica, que ya
hemos denunciado algunas veces en el Pleno, de autocomplacencia, de
autobombo, de respuesta puramente doctrinaria, sin contar con nadie
(no es una cosa que usted suele hacer, pero a veces sí se hace), y
con la descalificación del contrario o de quien piensa de otra
manera. Ya sé que usted no lo hace y por eso lo pongo entre
paréntesis. Hay que tener otro tipo de visión y no llevar esta
política que es inactiva y que lo único que hace es fomentar la
desigualdad.

Entrando en la política energética, con una visión más general, sin
entrar concretamente en el tema de la comparecencia, voy a aprovechar
para decirle que la comparecencia era del vicepresidente del Gobierno
en el mes de junio, cuando existía una preocupación por cómo iban a
pasar las cosas, pero como vamos acumulando, estamos en el mes de
diciembre y estamos en esta comparecencia. Esto indica la posibilidad
de control que tiene esta Cámara respecto a la actuación del
Gobierno, que como usted podrá ver es muy poco ágil. En estos
momentos prefiero que usted me conteste a que el señor Rato siga sin
contestarme pasado un año, y le agradezco por tanto que haya hecho el
esfuerzo de querer acumular esta comparecencia.

Hablando de política energética, y de esta comparecencia,usted ha
seguido otra vez la norma de echar



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balones fuera diciendo que la distribución es competencia de las
comunidades autónomas. Ya se le, ha dicho: Poneros al loro y a
trabajar, que esto no puede ser -se les ha convocado a las
comunidades autónomas dos veces-, y respecto a las inversiones en
generación son al fin y al cabo las empresas son las empresas las que
tienen que invertir y esa es su responsabilidad, el Gobierno más no
puede hacer. Pues yo voy a decir todas las cosas que no ha hecho el
Gobierno y que me parece que también se las recordé en su anterior
comparecencia. En política energética no ha habido más que
incumplimientos continuados en todos los reales decretos de
liberalización generales, pero que en de la energía han tenido una
gran importancia, como es la apertura de capital de CLH o de Enagas,
las informaciones sobre los precios de las gasolinas, el régimen
económico del gas, etcétera. Son normas que se han ido aprobando por
reales decretos, con urgencia, con un plazo de seis meses para poner
en marcha todas las medidas, sin capacidad de poderlo tramitar como
proyecto de ley y poder hacer sus aportaciones los grupos
parlamentarios y resulta que de eso hace año y pico. Ahora se han
empezado a hacer algunas cosas, como el reparto del contrato de
Argelia, etcétera, pero seguimos sin saber cuál ha sido el
cumplimiento y lógicamente, si no se ha cumplido, cómo vamos a
conocer los efectos, qué evaluación podemos hacer de ese programa de
liberalización. Lo único que sabemos es que no ha influido
absolutamente nada en la competencia.

Respecto a la garantía del suministro y la calidad de energía
eléctrica, independientemente de la valoración y del cómputo que se
haga del TIEPI, usted dice que está dentro de la media y que está
bajando y que los apagones son los necesarios, los que tiene que
haber -como esas cosas que nos suelen pasar en otros ámbitos-, que el
overbooking es necesario; pero cuando te vas quedando todo el rato
fuera, del overbooking no está bien. Y con los apagones pasa lo
mismo. El TIEPI podrá estar cayendo, pero realmente es un problema, y
es un problema, en determinadas zonas por lo que sea. ¿Pero qué hace
el Gobierno ante esto? Usted ha hablado de la planificación.

Efectivamente ese es el gran problema. La Ley Eléctrica se aprobó en
1997 y la de Hidrocarburos en 1998; estamos en el 2001 y todavía la
planificación, que recogen tanto la Ley Eléctrica como la de
Hidrocarburos, no se ha hecho. Pero ahora le voy a decir otra cosa,
señor Folgado. No se ha aprobado en la subcomisión, ¡Mire por dónde!
El Grupo Popular ha introducido una proposición no de ley que todavía
no se ha discutido en esta Cámara. Yo le agradezco que nos agradezca
a los parlamentarios, a este Congreso, el que contribuya, pero la
subcomisiòn, todavía está en el archivo de los órdenes del día. Otra
cosa le voy a decir. Señor Folgado, no nos trasladen a nosotros la
responsabilidad; la responsabilidad de hacer la planificación es del
Gobierno. Quien no ha
cumplido con su obligación, desde el año 1997 en un caso y desde el
año 1998 en otro, es el Gobierno. El Gobierno tiene que hacer la
planificación indicativa y tiene que hacer la obligatoria en los
temas de infraestructuras. Luego nosotros podremos decir si nos gusta
o no, podremos ponerle pegas, podremos hacer el seguimiento, pero
quien tiene la obligación es el Gobierno. ¿Qué van a hacer las
comunidades autónomas, y qué van a hacer las empresas inversoras?
Lógicamente están llenos de dudas, con una desorientación total. En
el sector energético existe una desorientación bastante importante
que no nos la podemos permitir. ¿Y en qué afecta esta desorientación?
En el sector eléctrico, desde luego, hay una política bastante
inconsistente. Si usted hace el análisis en lo que a las tarifas se
refiere, con todo lo que estamos oyendo, ¿va a cumplir el Gobierno el
compromiso (y le estoy haciendo preguntas) de bajar entre el 2001 y
el 2003 las tarifas domésticas en un 9 por ciento? Le recuerdo que
existe ese compromiso: entre el 2001 y el 2003 las tarifas eléctricas
al consumidor iban a reducirse en un 9 por ciento. Le anuncio que
también nosotros hemos presentado una proposición no de ley sobre el
tema de las tarifas que tienen que aprobarse antes de fin de año. Por
tanto, ¿va a mantener el compromiso el Gobierno?
En lo que a la política de competencias se refiere en el tema
energético también hay desorientación, porque no se sabe muy bien
cómo actúa el Gobierno o si le ha parecido bien la adquisición de
Hidrocantábrico; a otros no les parecido bien. ¿Cuáles son los
criterios? es que los hay. ¿Varían esos criterios según los procesos
de concentración que se den, si son unos si son otros?
Ha hablado usted también en algún momento de las energías renovables.

Yo le pregunto para qué queremos el plan que se aprobó. Se acordará
usted que se aprobó con nocturnidad y alevosía, sin pasar por la
Cámara, sin ir a la Comisión Nacional de la Energía, lo que es
preceptivo cuando se habla de tarifas, y que nosotros abandonamos
esta sala, cuando vino a explicárnolo después de no sé cuánto tiempo.

¿Por qué no se cumple? Nosotros fuimos críticos con la forma, pero
¿Por qué no se cumple el plan de fomento de las energías renovables?
¿Por qué no se regulan los apoyos financieros y fiscales?
Finalmente en lo que al sector eléctrico se refiere, ustedes hablaban
también mucho de la política de diversificación de fuentes y de hecho
ahora ha citado las energías eólicas, la cogeneración y está hablando
del ciclo combinado, pero ¿qué me dice de la posibilidad de nuevas
centrales nucleares? ¿Autorizará el Gobierno nuevas centrales
nucleares? Porque últimamente se están oyendo muchas campanas y
muchas voces por ahí. Me parece bien que el Gobierno lo diga; no me
parece tan bien que sea la presidenta del Consejo de Seguridad
Nuclear la que lance las políticas del Gobierno. Usted está en su
legítimo derecho de hacerlo y, por tanto, le pregunto si va a
autorizar el Gobierno nuevas centrales nucleares.




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Respecto a la competencia el sector de hidrocarburos, ya que usted ha
hablado de las reformas estructurales, de la flexibilidad y de todo
esto, pues la verdad yo creo que es totalmente insuficiente, no
existe la competencia, las cuotas de mercado no se mueven para nada,
no hay nuevos entrantes que puedan resultar significativos. Los
operadores al por mayor siguen controlando toda la red de
distribución y en algunos casos impidiendo que aparezcan nuevos
minoristas o minoristas independientes. Los peajes de acceso a
terceros a las redes siguen también controlados, impuestos por las
tres grandes empresas. El Gobierno mira para otro lado y se olvida de
la política energética.

En el sector del gas, qué le voy a decir. Pasa exactamente igual: no
se habla para nada del sector del gas. Cuando se habla sólo es para
reafirmar el poder en este sector de algunas de las grandes empresas
que ya tienen poder en el sector energético. Es decir, es un problema
de las grandes empresas energéticas cómo se mueven dentro del sector
del gas. Al fin y al cabo ¿qué ha pasado? ¿Quienes se han repartido
el 25 por ciento del contrato de gas de Argelia?. Los grandes.

Respetar a las centrales de ciclo combinado ha dicho que en el 2002-
2003 se han instalado cinco mil nuevos megavatios. ¿Qué gas van a
usar para abastecerse estas nuevas centrales de ciclo combinado?
Otra pregunta que le quería hacer, aunque esta tarde la tendrá que
contestar su ministro, es qué pasa con el incremento del precio de la
botella de butano. ¿Con este incremento del IVA va a seguir
aumentando la competencia en el sector del butano? .

El balance que podemos hacer de la política del sector energético del
Gobierno es bastante pobre. Hay una inactividad total a la hora de
afrontar los problemas que se están planteando en este sector. Desde
luego, en lo que a política de defensa de la competencia o de
instauración de la competencia en este sector no tenemos nada nuevo
bajo el sol más que intenciones, declaraciones, retórica, literatura;
a la hora de la verdad las cosas están como están y, a pesar de que
cumplamos el TIEPI y de que el TIEPI vaya bajando cada vez más la
garantía de aprovisionamiento y la garantía de calidad en el sector
energético preocupa a los ciudadanos. En Madrid, en estos últimos
días, también está habiendo problemas. Yo creo que con retórica y
acudiendo a índices, señor Folgado, no avanzamos nada.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario del Partido
Nacionalista Vasco, tiene la palabra el señor Azpiazu.




El señor AZPIAZU URIARTE: Buenos días, señor Folgado. Seré breve,
porque me tengo que ir en menos de cinco minutos.

Quisiera en primer lugar agradecer al secretario de Estado su
intervención y las explicaciones que nos ha dado en torno a la
situación de la economía española.

A juicio de nuestro grupo, el secretario de Estado nos ha hecho un
panorama excesivamente optimista de la situación económica española;
excesivamente optimista en el sentido de que está creciendo más que
la economía europea, que las que van mal son la economía japonesa y
la americana y que nos ha afectado pero no parece que vaya a ser muy
grave, puesto que vamos a seguir teniendo un diferencial de
crecimiento en relación con la Unión Europea. La revisión del
Gobierno del crecimiento económico ha llegado un tanto tarde y por
las circunstancias, por los organismos internacionales y forzado por
el debate económico, que hacía ya insostenible mantener unas
previsiones de crecimiento que sirvieron de sustento para elaborar
los presupuestos. Y digo optimista también y fundamentalmente porque
todavía en la economía española hay tasas de paro de dos dígitos, el
más alto de la Unión Europea, y de eso ya nos estamos empezando a
olvidar. Hace unos pocos años sólo se hablaba de la tasa de paro o
desempleo como el problema más importante, y ahora parece ser que de
esto nos estamos olvidando cuando todavía es una realidad y es un
problema importante.

No tengo tiempo de hablar de la situación económica, aunque me
gustaría, pero ante esta situación ¿qué es lo que plantea el
Gobierno? El Gobierno plantea un programa de estabilidad
presupuestaria a partir del año 2003 a través de una ley,
maniatándose las posibilidades de actuación en materia
presupuestaria, como usted nos ha dicho no va a actuar nunca contra
el ciclo para impulsar la actividad económica, y fía la reactivación
en las reformas estructurales y en que mejore la situación del
entorno y la situación de la economía internacional. Pues yo pienso
que es excesiva fe, primero porque no depende de nosotros en lo que
se refiere a la economía internacional y puesto que las reformas
estructurales van a ir ofreciendo, desde el punto de vista de
crecimiento del empleo, lo que pueden ir ofreciendo creo que son
aportaciones relativamente modestas. Además, nos anuncian nuevas
rebajas de impuestos una vez que se estabilice, me imagino, la
situación de déficit cero, para continuar con una política que a
nuestro juicio puede ser un tanto errónea. Hemos denunciado más de
una vez que la obsesión por el déficit cero, esta política que se ha
llevado incluso a una ley, va a tener consecuencias negativas desde
el punto de vista del crecimiento económico.

Se ha comentado también aquí anteriormente que la productividad de la
economía española está siendo negativa. Creemos que es una mala
situación, puesto que la productividad del sistema económico es la
que garantiza en todo caso un crecimiento sostenible a medio y largo
plazo. En ese sentido, las inversiones en infraestructuras o en I+D,
que son absolutamente necesarias, habría que abordarlas desde el
presupuesto público, incluso aunque tenga un coste pequeño en
términos de déficit público, siempre y cuando se mantenga dentro de
los compromisos adquiridos en el marco



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europeo, que nos parecen razonables.Nos parece razonable respetar los
márgenes del Pacto de Estabilidad y de Crecimiento, pero no ir a los
extremos del Gobierno en materia de déficit público.

Simplemente quiero hacer un comentario. Cuando la economía española
se ha enfrentado a procesos de apertura o de integración económica
siempre ha respondido de forma positiva. Los años 1985 a 1991 fueron
unos años de crecimiento muy importantes y la inversión pública, que
era un motor del crecimiento, respondió en función a unas
expectativas de crecimiento, de integración, de mercados amplios,
etcétera. Usted nos ha comentado que en aquellos años el
apalancamiento financiero era negativo, con lo cual sería negativo
pero las expectativas y las previsiones, no. El apalancamiento
financiero es una cuestión importante, pero las expectativas que se
generaban en función de un futuro mercado más amplio era algo
realmente positivo. Curiosamente, en este momento, cuando el euro va
a ser una realidad nos enfrentamos a una situación económica
deprimida, cuando la inversión se encuentra en una situación de
crecimiento negativo, con un consumo lánguido y con unas
exportaciones que no pueden funcionar porque el entorno realmente no
crece.

Resumiendo, yo les diría que no sean tan optimistas en cuanto a la
situación económica. Los organismos internacionales y no
internacionales están dando unas tasas de crecimiento más moderadas
que el Gobierno debiera tener en cuenta.Vean la posibilidad de
reorientar y de cambiar paulatina, gradualmente, la política
presupuestaria y tengan margen de maniobra para actuar en materia
presupuestaria, puesto que la productividad del sistema económico se
vería beneficiada, lo cual es realmente importante. Si somos europeos
y siempre hablamos de Europa, hay que tener en cuenta que la presión
fiscal a pesar de todo es 7 puntos por debajo de la presión fiscal de
la Unión Europea, lo cual también nos tiene que dar un margen de
actuación presupuestaria para afrontar los problemas reales de la
economía española.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Catalán de
Convergència i Unió, tiene la palabra el señor Sánchez i Llibre.




El señor SÁNCHEZ I LLIBRE: Señoras y señores diputados, quiero
agradecer la comparecencia del señor Folgado ante la Comisión de
Economía para explicar y detallar el análisis de la coyuntura
económica española en el tercer trimestre de este año. Una vez oídas
con atención las manifestaciones del secretario de Estado respecto a
la situación y al análisis de la coyuntura económica internacional y
de la Unión Europea para extrapolarla después a España, he de decirle
que el Grupo Parlamentario de Convergència i Unió comparte el
análisis y la exposición detallada que ha hecho los parámetros
económicos dentro del contexto internacional,
tanto en la economía norteamericana como en la economía de la Unión
Europea; y una vez que usted ha hecho la extrapolación de dicha
situación al análisis de la coyuntura económica en España, también
hemos de decirle que coincidimos básicamente en los planteamientos
generales de la coyuntura económica en España. Es cierto que ha
existido un contagio de las economías internacionales, concretamente
de la de Estados Unidos, a las de la Unión Europea en una recesión y
una desaceleración de la economía, y que este contagio lógicamente
también se ha extrapolado a la economía española. Es evidente (así lo
hemos podido leer en los diferentes medios de comunicación, y así lo
ha expresado usted en su comparecencia) que el Gobierno español ha
hecho una previsión a la baja de las expectativas económicas para los
próximos cuatro años y mañana tendremos oportunidad, a pesar de que
usted ha dado unas pinceladas de las grandes cifras macroeconómicas,
de hablar vastamente cuando comparezca ante esta Comisión el señor
vicepresidente, pero ya le puedo adelantar, señor secretario de
Estado, que nuestro grupo parlamentario de Convergència i Unió
continúa siendo optimista ante los planteamientos económicos que
ustedes han diseñado para los próximos años, pero no queremos dejar
de ser realistas ante las expectativas del futuro inmediato. Es
cierto que han existido señales de alerta y por este motivo la
política económica del Gobierno habrá de ser diligente, ágil y atenta
a los futuros acontecimientos para que se puedan cumplir las
expectativas de crecimiento que usted nos ha explicado en su
comparecencia.

Nos ha dicho dos cosas a mi entender fundamentales: que en las
previsiones de futuro de la economía española va a existir un
crecimiento económico superior, tanto a nivel de aportación al PIB
como de generación de empleo, respecto a la media de la economía de
la Unión Europea. A pesar de que le voy a hacer una serie de
consideraciones al respecto después de esta afirmación, me gustaría
saber en qué se basa el Gobierno, en qué se fundamenta para mantener
estas expectativas de crecimiento futuro en cuanto a la aproximación
y a la convergencia real, tanto a nivel de rentas como a nivel de
empleo, por encima de la media europea. Nosotros estamos de acuerdo y
aplaudimos estas decisiones y por descontado vamos a apoyar las a
través de todos los mecanismos necesarios para que se puedan cumplir
estos objetivos, ya que desde el año 1993 hemos venido apoyando la
política económica del Gobierno para que finalmente podamos tener
unas finanzas saneadas y solventes y que se pueda ver eliminado el
déficit público de nuestros Presupuestos Generales del Estado. Repito
que me gustaría saber en qué se basan ustedes para poder afirmar con
tanta contundencia, que por descontado nosotros aplaudimos, que se
vayan a cumplir estas previsiones. Desde el Grupo Parlamentario de
Convergència i Unió pensamos que esto es posible, pero serán
necesario unos planteamientos



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y una ejecución en políticas sectoriales y en determinados sectores
en particular.

En primer lugar, pensamos que el Gobierno tendrá que dar un mayor
impulso y profundizar más en todas aquellas políticas de los sectores
tradicionales industriales. A pesar de que ya hemos presentado
algunas interpelaciones y de que se han aprobado en el Congreso
algunas mociones al respecto, pensamos que es totalmente necesario,
indispensable, apoyar determinados sectores industriales para que no
se vean sumergidos en crisis profundas. Por ejemplo, hoy he leído en
algún medio de comunicación (no sé si es cierto), que el Gobierno va
a aplicar un plan Renove en el sector de las motocicletas. Pensamos
que es indispensable para que este sector no se sumerja en una crisis
profunda. Ya nuestro Grupo Parlamentario de Convergència i Unió ha
intentado incorporar algunas enmiendas, que no han prosperado, a los
Presupuestos Generales del Estado para que dicho sector no se vea
afectado en cuanto a los incrementos del IVA, pero pensamos que si el
Gobierno va en la dirección de profundizar en algunos sectores
industriales probablemente podamos conseguir estos objetivos.

Paralelamente a esta potenciación de las políticas industriales
selectivas en determinados sectores, es indispensable acabar de
profundizar en la reforma estructural de las microempresas y de los
trabajadores autónomos. Si esto se produce, y pensamos que va a ser
así, ya que es también una iniciativa de Convergència i Unió que se
está estudiando en la subcomisión de Economía para las micros, sin
duda con la incorporación del valor añadido que va a corresponder se
va a potenciar a un colectivo de futuros emprendedores que va a ser
verdaderamente importante para la economía española. Por descontado,
tal como usted ha dicho en su intervención, nosotros vamos a apoyar
todas aquellas medidas liberalizadoras que van a ampliar la
competencia en todos aquellos sectores de telecomunicaciones, energía
y mercado de trabajo para poder tender cada vez más a una
convergencia real con el resto de países de la Unión Europea, sin
dejar de lado todas aquellas cuestiones que vayan a potenciar la
internacionalización de nuestro sector productivo.

Señor secretario de Estado, para finalizar mi intervención en cuanto
al tema de la coyuntura económica, he de manifestarle que la posición
de nuestro Grupo de Convergència i Unió es moderadamente optimista
ante estas previsiones, que coincidimos con el diagnóstico y con el
análisis de la coyuntura económica, pero que hemos de estar alertas
ante esta nueva expectativa y esta nueva situación económica, por lo
que habrá que ser diligentes para incorporar todas estas reformas
estructurales que le he explicado muy rápidamente y se puedan cumplir
las previsiones.

Respecto al tema eléctrico, muy rápidamente, señor presidente,
solamente quiero manifestar que nuestro Grupo Parlamentario de
Convergència i Unió, cuando se reformó en el año 1996 la Ley de
liberalización del
sector eléctrico y energético, impulsamos una serie de medidas
dirigidas a reforzar y a potenciar la calidad del servicio
energético, así como implementar un marco de actuación para que las
compañías eléctricas incorporen procesos de inversión importantes en
las redes de distribución para garantizar la calidad del suministro
eléctrico. Es cierto que es competencia exclusiva de las comunidades
autónomas la distribución de la energía eléctrica, pero también es
cierto que las compañías eléctricas vienen obligadas a unas
reinversiones importantes para mejorar la calidad. También es cierto
-y así lo dicen las diferentes informaciones económicas al respecto-
que últimamente las compañías eléctricas se han preocupado muchísimo
más de invertir en la diversificación de los diferentes sectores que
en todas aquellas cuestiones que afectan a la calidad. El sector
eléctrico, en el año 2000, invirtió 452.000 millones de pesetas en la
diversificación y solamente 185.000 millones en la mejora de la
calidad. El planteamiento que hemos hecho desde Convergència i Unión,
que afecta a las competencias exclusivas que tienen las diferentes
comunidades autónomas, va en la dirección que usted también ha
mencionado en su intervención de colaboración con las diferentes
administraciones (central, autonómica y local), para que las
comunidades autónomas, en función de las competencias exclusivas que
tengan en la distribución, puedan también participar, en colaboración
con las compañías eléctricas y la Administración central, en todas
aquellas cantidades que han de ir destinadas a la inversión para
mejorar la calidad del suministro eléctrico. Estamos en esta
dirección en las diferentes reuniones que se han realizado, pero he
querido fijar la posición de nuestro Grupo de Convergència i Unió a
fin y efecto de que no pueda haber malos entendidos.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la
palabra el señor Gámir.




El señor GÁMIR CASARES: Señorías, se me ha solicitado que me ajuste
en lo posible a los tiempos, por lo cual voy a enfocar un tema
concreto, y es el hecho de que quizá por primera vez en décadas y
décadas España va a crecer más que Europa, incluso en una fase de
crisis. Aunque sólo sea por cortesía a las anteriores intervenciones,
me parece que un punto muy concreto sí debería tener; ese punto de
cortesía es recordar a la portavoz del Grupo Parlamentario Socialista
que no tenga tanto determinismo entre tasa de crecimiento y déficit.

Por ejemplo, la tasa de crecimiento en los Presupuestos Generales del
Estado para este año era el 3,6 por ciento; después se planteó que
fuera el 3 por ciento y, sin embargo, ese cambio en la tasa de
crecimiento no ha afectado a que se siga cumpliendo el déficit
público cero. Ahora nos encontramos ante una variación menor, del 2,9
al 2,4, y cogiendo como ejemplo



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lo ocurrido en este mismo año no tiene por qué afectar al
cumplimiento de la tasa cero.

Con pinceladas brevísimas, dado que ha hablado del gasto social,
quiero recordar mi felicitación al último Gobierno Socialista, del
año 1995, porque el gasto social fue el 50 por ciento de todo el
gasto público; mi felicitación y recordar que en este año 2001 el
gasto social será el 55 por ciento de todo el gasto público. Respecto
a la inversión en infraestructuras y los programas al respecto,
simplemente quero recordar que la inversión pública en
infraestructuras es un punto por encima de la media europea en el
actual presupuesto. Sobre los llamados apagones eléctricos, algún
portavoz se ha extendido a toda la política energética. También por
razones de tiempo no voy a entrar en la misma, sólo dos líneas sobre
la comparecencia de hoy. Quiero recordar que el problema no es de
oferta, que hay oferta suficiente, que hay oferta sobrada; que además
se va a aumentar en 5.000 megavatios en el 2002-2003 y con nuevos
entrantes; que los índices de calidad demuestran mejora de la calidad
y continua mejora de la calidad, y que ha podido existir algún
problema puntual relacionado con la distribución. En ese sentido el
secretario de Estado ha agradecido la postura de los representantes
de las comunidades autónomas precisamente de favorecer y ayudar a que
esto no vuelva a ocurrir. Recordemos, por último, que es cierto que
este grupo parlamentario ha pedido la formación de una subcomisión
para el seguimiento de las infraestructuras y que tenemos la
seguridad de que la postura del Parlamento, que es siempre, como es
lógico, colaborar en la resolución de esos problemas, estará de
acuerdo en que se forme esta subcomisión, que está en la línea de lo
planteado por el secretario de Estado.

Paso al punto concreto que me quería referir, el cual ya ha sido
mencionado por el señor Folgado, pero quería profundizar al respecto.

Hay una frase coloquial que dice que cuando Europa estornuda España
tiene una pulmonía; esa frase coloquial tiene contrastación empírica
positiva. Si nos fijamos en los ciclos largos, tanto de crecimiento
como de crisis, entre 1961 y 1975 Europa crece y España crece más que
Europa, claramente más que Europa. En el período que va de 1976 a
1985 hay crisis en Europa y España, al contrario, pierde parte de lo
que había recuperado en la crisis de alza. Pero esto se vuelve a
repetir. En el ciclo de crecimiento 1986-1991 España crece, y crece
más que Europa, pero luego vuelve a perder, crece menos que Europa,
claramente menos que Europa en la crisis 1992-1994. Tan es así que
cuando el PSOE deja el Gobierno, en 1995- 1996, nuestro porcentaje de
convergencia con respecto a Europa era menor que en el año 1974;
ahora se ha recuperado no solamente el punto del año 1974, sino que
se ha seguido mucho más arriba al respecto. Con esto quiero señalar
la importancia de seguir creciendo en las fases de crisis, porque si
estamos condenados a perder en crisis lo que ganamos en las épocas de
crecimiento
nos va a ser mucho más difícil el proceso de convergencia
con Europa. Por primera vez vamos a seguir creciendo más que Europa
en esta fase de crisis. Esto no es porque sí, es en el fondo -luego
daré algunos datos empíricos al respecto-, porque se hace una
política diferente. Tenemos dos casos realmente curiosos de comparar:
cómo, entre comillas, maneja su fase de crecimiento el PSOE cuando
gobiernoa desde 1986 a 1991 y luego se encuentra con la crisis, y
cómo maneja la fase de crecimiento el Gobierno popular cuando tiene
su fase de crecimiento de 1996 al 2001 (pensamos que es exacto, sólo
que diez años después), y cómo deja la economía preparada para
enfrentarse a una época de crisis. Son de todos conocidas las
críticas de economistas como Julio Segura, Guillermo de la Dehesa,
etcétera, precisamente no muy afectos al Grupo Parlamentario Popular,
a lo que hizo el PSOE en la última fase de ese período de crisis,
sobre todo desde el año 1988. Al final de ese período logró una
curiosa acumulación de déficit público, déficit exterior, subida de
tipos de interés y subida de precios, que le hizo entrar en una muy
mala situación en el periodo de crisis, y es una crisis muchísimo más
dura que la europea de 1992 a 1994 en todos los sentidos, en tasa de
crecimiento, en empleo, etcétera, pero que, repito, es debida a la
política realizada en la fase de crecimiento. Esto contrasta con lo
ocurrido en la forma en que el Gobierno del Partido Popular ha
conducido esta época de crecimiento de 1996 al 2001, en la cual al
mismo tiempo que se crecía se ha ajustado la economía, la parte más
espectacular pero no la única de este ajuste es que, habiendo
recibido un déficit de 7,3 por ciento en el año 1995, estamos ahora
en dos años de déficit cero (recordemos cuáles eran los déficit
cuando hace diez años le tocó manejar este tema al Partido
Socialista) y al mismo tiempo que se profundiza y se estabiliza este
crecimiento mucho más rápido que Europa también, pero con
estabilidad, al mismo tiempo que hay esta política de ajuste
simultánea se van haciendo políticas de oferta de reforma
estructural, entre ellas de liberalización, que en estos cinco años,
repito, en este período de cinco años son más profundas que la media
europea, lo cual también en ese sentido nos coloca mejor que otros
países europeos para enfrentarnos con esta crisis. Estas políticas
decididas en los periodos de crecimiento del Partido Popular y del
PSOE en dos épocas distintas son las que normalmente van a llevar a
dos crisis distintas. La crisis de 1992-1994 ya la conocemos. ¿Y qué
es lo que está pasando ahora? Pues que por primera vez,repito, desde
hace más de cuarenta años, en España vamos a seguir recuperando en
época de crisis europea. Ya teníamos alguna contrastación empírica de
que eso iba a ser así. En la crisis financiera de 1997-1998 y en la
crisis del petróleo de 1999-2000, España siguió creciendo más que
Europa. Este año estamos creciendo más que Europa y en el año 2002
será una cuestión dedécimas cuánto más crecemos más que Europa, pero



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en lo que todo el mundo está de acuerdo es en que crecemos más que
Europa. Según las estimaciones del Gobierno en su franja media
creceríamos al 2,4 por ciento y la estimación de la Comisión Europea
para Europa es el 1,4 por ciento, luego seguiríamos creciendo un
punto más que Europa; pero si nos ponemos en otras estimaciones,
oscilarán desde las del Fondo Monetario, que nos coloca en 0,9 puntos
más que Europa, a las de la Comisión Europea, que nos coloca en 0,6
puntos más que Europa, todas más que Europa. Incluso si lo analizamos
en puntos porcentuales, porque en el fondo se debe hacer no en puntos
o décimas de punto sino en porcentajes, no es lo mismo crecer 1 punto
cuando es del 9 al 10, que un 1 punto cuando es del 1 al 2. Entre
1995 y 2001 España ha crecido un 43 por ciento más que Europa. Pues
bien, con la peor de las alternativas posibles que nos dan para el
2002, que es la de la Comisión Europea, España crece un 43 por ciento
más que Europa; y con la comparativamente mejor, que es la del Fondo
Monetario, que aun así da una tasa de crecimiento para España menor
que la del Gobierno, aun así creceremos el 64 por ciento más que
Europa. Es decir, en porcentajes se acelera el diferencial de
crecimiento de España con respecto a Europa repito, es nuevo y es lo
fundamental: que no perdamos tanto de lo que habíamos ganado en las
fases de crisis, como sí ha ocurrido en las dos anteriores, sino que
sigamos acercándonos a Europa en las fases de recesión. Este es el
rasgo que estimo más importante y que es debido, insisto, a una
determinada política económica del Gobierno.

Para terminar, dado que se me ha pedido brevedad, una última nota y
es que también ésta puede ser la primera crisis económica europea y
sus consecuencias en España en la que España, incremente el empleo y
que incremente el empleo más que Europa; es decir, crezcamos más que
Europa, incrementemos el empleo más que Europa y además incrementemos
el empleo en la crisis. Verdaderamente la sociedad española va a
tener dos ejemplos muy claros de cómo manejar la situación de la
salida de una época de crecimiento y la entrada de una época de
crisis en diez años, diez años justos de un modelo al otro. El modelo
será el del PSOE, de lo que hizo en su época de crecimiento de 1986-
1991 y cómo preparó la economía para la crisis 1992-1994 (preparó
entre comillas), y lo que ha ocurrido con el PP, 1996- 2001, y cómo
prepara la economía para la siguiente situación de crisis. La
sociedad española podrá elegir entre dos modelos que tiene muy
claros. Decía Balzac que la elección es un relámpago de inteligencia.

Aquí no van a hacer falta muchos relámpagos de inteligencia para
elegir entre uno y otro modelo por parte de la sociedad española.




El señor PRESIDENTE: Para contestar a los distintos portavoces, tiene
la palabra el señor secretario de Estado.

El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ECONOMÍA, DE LA ENERGÍA Y DE LA
PEQUEÑA Y MEDIANA EMPRESA (Folgado Blanco): Voy a dividir la
respuesta en dos partes: primero la intervención en relación con la
exposición de la comparecencia cuatrimestral de la situación
económica y luego sobre los temas energéticos.

En cuanto a los planteamientos que hacía la portavoz del PSOE, la
señora Mendizábal, sobre que no acertamos en las previsiones, que
hemos revisado del 3,6 al 3, del 2,9 al 2,4, en efecto, estamos
haciendo esas revisiones de esas previsiones y por supuesto que el
Gobierno realiza un acto de realismo, y debe hacerlo, ajustando las
cifras a las circunstancias que se van presentando. Lo que sí cabe
decir es que esas revisiones se han estado haciendo cada muy pocos
días en todos los frentes. Vea S.S. las revisiones que han hecho la
OCDE, el Fondo Monetario Internacional, la Comisión Europea, los
distintos organismos internacionales, los gobiernos, etcétera, y
algunos tres y cuatro veces han realizado y no pasa nada por ello,
puesto que hay toda un serie de condiciones internas y externas que
hace que se vayan ajustando las previsiones. Lo que sí digo es que,
primero, la revisión del 3,6 al 3 tiene alguna relevancia, pero está
claro que estamos hablando de una cifra de crecimiento en el 2001 muy
por encima del crecimiento de otros países, incluso se ha ampliado el
diferencial de crecimiento en relación con años anteriores, porque la
desaceleración económica sobre previsiones iniciales que ha habido en
otros ámbitos (Estados Unidos, Europa, Japón) ha sido mucho más
acentuada que en nuestro país. Nosotros hemos revisado la previsión
para el año que viene hacia el 2,4 por ciento central y luego con
unas hipótesis de crecimiento menor o mayor a esa cifra, dentro de
una horquilla de previsiones probables. Lo dije en la comparecencia
y lo dice cualquier experto que analice la realidad económica, hay unos
componentes de incertidumbre muy importantes en estos momentos en
relación no a la hipótesis de que se va a producir recuperación
económica a lo largo del presente año, que parece que hay unanimidad
y fundamentos económicos para poderlo afirmar, sino cuándo se va a
producir, con qué intensidad, lo cual hace que el valor medio del
2002 obviamente sea una incógnita hoy día. Nosotros creemos queestá
dentro de las cifras altamente probables este crecimiento del 2,4 por
ciento, que por otra parte significa seguir aumentando el diferencial
de crecimiento sobre otros países y de aumento del empleo. Lo que sí
es importante, -y se hacía referencia tanto por parte de la señora
Mendizábal como por el señor Azpiazu- es la política presupuestaria
en relación con estas proyecciones de crecimiento económico y en
torno al déficit cero. Nosotros hemos mantenido el objetivo de
déficit cero para 2001 aun cuando la previsión del crecimiento pasa
del 3,6 al 3 por ciento. Forma parte de unas previsiones que se hacen
naturalmente prudentes en las proyecciones



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de ingresos y gastos públicos, de manera que de este ámbito se
mantiene perfectamente el equilibrio. Pero es que además hay otra
cosa que es mucho más importante que un hecho concreto de un año, el
criterio base que se está siguiendo, y es que los presupuestos -esta
es nuestra opinión y la estamos aplicando- no deben ser utilizados en
cada momento; para ajustarse a coyuntura o para actuar de manera
contracíclica en cada momento, no están hechos para eso.Cuando
históricamente se han utilizado, se han provocado muchos desaguisados
en muchos países en muchas ocasiones, porque se tiene una información
con desfase de la realidad económica cuando se quiere utilizar en el
corto plazo. Siendo información con desfase, la utilización de los
instrumentos presupuestarios tiene a su vez un desfase en su
instrumentación, en su aplicación y en sus efectos, y puede que
actúen de manera procíclica, puede que actúen de manera
contraproducente. De ahí que los presupuestos, a nuestro juicio -y
así lo estamos utilizando- es un instrumento que debe ser fuente de
credibilidad para la sociedad, y esto implica que han de tener unas
virtudes, unas cualidades. Primera, tener el referente del equilibrio
presupuestario como norma, que no quiere decir que no se dejen
evolucionar los estabilizadores automáticos. De hecho, el
funcionamiento de estabilizadores automáticos hace que en el
escenario bajo no tenga el mismo saldo presupuestario que en el
escenario estándar establecido, el central, porque se dejan funcionar
los estabilizadores automáticos, y eso es relevante. En segundo
lugar, la política presupuestaria, que de alguna manera engarza con
una pregunta muy relevante también que me había formulado el señor
Sánchez i Llibre en relación con los fundamentos del Gobierno para
poder mantener expectativas de convergencia real, es decir, que la
economía española pueda seguir creciendo por encima de los demás
países, que en definitiva es también lo que está detrás de las
preguntas que formulaba la señora Mendizábal en torno a una serie de
problemas de productividad, de inflación, a lo cual quiero responder;
pero primero en torno al tema de la política presupuestaria.

La política presupuestaria tiene que tener, a mi juicio -y esto es el
planteamiento que se está haciendo en el modelo del Gobierno-, tres
aspectos básicos. Primero el referente del equilibrio presupuestario,
al que hice referencia y que si me lo permiten SS.SS. no voy a
ampliar más este tema. Por tanto, si es un referente de equilibrio no
debe estarse utilizando en cada momento para hacer ajustes
contracíclicos en la coyuntura, porque lo normal es que se haga mal y
que se utilice a destiempo, son siempre todos los desfases que se
producen en la obtención de información y en la aplicación de
medidas.

El segundoaspecto es que la política presupuestaria tiene que ser una
carga de profundidad, además de ese referente positivo del equilibrio
presupuestario, para dejar espacio financiero a la iniciativa privada
y actuar
en conjunción con la iniciativa privada y no pegarse de tortas
mediante crowding out. Además de eso, la política presupuestaria
tiene que llevar a cabo una política dinámica, como reconocía la
señora Mendizábal, en materia de inversiones públicas. Las
inversiones públicas no pueden estar al albur de la coyuntura y
darles un corte radical en un momento determinado, tienen que seguir
su curso, están siguiendo su curso, crecen (no se puede decir que no
están creciendo) muy por encima de lo que es el crecimiento tanto del
presupuesto en sí mismo, de los gastos en términos monetarios, cuanto
del producto interior bruto. Las inversiones en infraestructuras
crecen más del 10 por ciento, lo mismo que las inversiones en I+D,
porque al final se trata de una dotación de capital físico social,
infraestructuras, ferrocarriles, carreteras, accesos a núcleos
urbanos, puertos, aeropuertos, obra hidráulica. Todo esto es lo que
nos va a permitir que la economía española pueda crecer más sobre
bases sólidas y de estabilidad, son cargas de profundidad, y eso
tiene que seguir adelante y tenemos que aprovechar cien por cien los
fondos europeos que se aprobaron en Berlín.Esta es una década
absolutamente histórica desde ese punto de vista, es única
probablemente, para el potencial de crecimiento de la economía
española suba. En virtud del principio de adicionalidad, tenemos unos
compromisos presupuestarios muy importantes de todas las
administraciones: el Estado, las comunidades autónomas y las
corporaciones locales, y a ello vamos. Lo mismo pasa en inversión en
I+D. No desmerece el esfuerzo en I+D del Estado español, de las
administraciones públicas españolas, en relación con otros países. El
problema es que representa el 60 por ciento del total de las
inversiones en I+D cuando tendría que ser el 40 por ciento, porque
las inversiones en I+D a nivel de empresas debieran ser más elevadas.

Esto liga probablemente con lo que decía la señora Mendizábal en
relación con la productividad y el posible desfase tecnológico. En
estos momentos estamos en condiciones de poder afirmar que los
incentivos que se han introducido ya en el pasado y que ahora se
están introduciendo para las empresas, incentivos fiscales y
financieros en materia de I+D, aguantan cualquier comparación con los
mejores del mundo y esperamos que tengan sus efectos positivos para
la inversión en I+D e innovación también a nivel empresarial. Este
segundo frente, en el ámbito de la política presupuestaria, de
protagonismo de las inversiones públicas directas y de incentivación
a las inversiones privadas a las empresas, en particular a las
pequeñas y medianas empresas, una política específica en impuesto de
sociedades, etcétera, creemos que es lo que ha servido y va a seguir
sirviendo para que la economía española siga creciendo más que en los
demás países, siga teniendo un crecimiento diferencial.

Hay un tercer elemento de la política presupuestaria que se ha
mencionado también aquí por parte de SS.SS.,relacionado con la
protección social, a la que



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hacía referencia también el señor Gámir. La política de protección
social, en lo que se refiere al ámbito presupuestario, tiene que ir
en paralelo con el crecimiento económico, la política presupuestaria
tiene que guardar ese equilibrio entre lo económicamente posible y lo
socialmente deseable, y lo está guardando. Daba aquí una cifra el
señor Gámir sobre cuánto representa la política de protección social
en el total del gasto público, lo cual indica el esfuerzo que se está
haciendo en esta materia. Yo no sé si es algo menor a la que se
practica en el país más rico de este planeta, pero de lo que no cabe
duda es de que, de acuerdo con nuestro nivel de riqueza relativo, el
esfuerzo que se ha hecho es muy importante. Precisamente por eso hay
una política de cohesión social que favorece el clima propicio para
la evolución que está teniendo la economía española en cuanto a la
actividad y al empleo.

Estos eran los puntos fundamentales. Voy a añadir dos más aspectos.

Respecto a la inflación, es cierto que en España crece algo más que
en otros países. En algunos meses del pasado que de más de 1 punto y
ahora es de menos de 1 punto por encima de la media de otros países.

Técnicamente es inevitable que si queremos avanzar en la convergencia
real, es decir, que nuestra economía crezca como durante los últimos
seis años en los próximos seis, ocho o diez años -como mínimo, vamos
a pedir toda la vida-, que siga creciendo por encima de la media de
otros países,es inevitable, digo, que haya un diferencial de
inflación. Lo importante es que ese diferencial no sea tan alto y que
se ajusten muy pronto los niveles generales de precios, porque eso sí
que nos haría perder toda capacidad luego de seguir avanzando en
convergencia real. Inevitablemente habrá un acercamiento a los
niveles generales de precios de los países que tienen un nivel de
desarrollo mucho mayor que nosotros, cuanto más se retarde ese
acercamiento, mayores posibilidades tendremos de avanzar en
convergencia real. ¿Y eso cómo se logra? Con este modelo de política
económica que permite ampliar el potencial de crecimiento, sin que
eso necesariamente haga que los cuellos de botella provoquen
inmediatamente inflación. De ahí que sea relevante esta política
presupuestaria de la que hemos hablado, esa política de
infraestructuras que permite ampliar la oferta, esa política de
reformas estructurales; Junto a esos tres frentes de la política
presupuestaria, el cuarto serían las políticas estructurales de
reestructuración y de liberalización económica para, en el ámbito del
mercado de trabajo, sobre todo mediante el diálogo social, buscar
fórmulas que permitan una adecuación y eviten que los cuellos de
botella provoquen precisamente una inflación estructural grave. Esto
es lo que está permitiendo que la economía española tenga una
velocidad de crucero cercana al 4 por ciento, con una inflación baja.

Bien es verdad que en un momento determinado, como ha pasado en los
dos últimos años, se pueden producir shocks externos importantes en
la inflación como ha
pasado en el precio del petróleo y con los precios de los productos
alimenticios, conjuntamente, por circunstancias también
excepcionales. La respuesta de los países a esa inflación es lo más
relevante. Si en mercado de trabajo no hay suficiente flexibilidad o
los salarios se aceleran, estamos introduciendo ya la gangrena en el
sistema, con un problema de inflación subyacente estructural. Si hay
cuellos de botella en el proceso de distribucióny no hay tampoco
liberacización economica pasaría lo mismo. Lo que vemos ahora es que
la economía está adaptándose rápidamente cuando han perdido impulsos
esos shocks externos de inflación tanto en materia energética como en
alimentación, y de ahí que se esté reduciendo rápidamente las tasas
de inflación: 1,2 puntos en cuatro meses es, desde luego, una
reducción sustancial, del 4,2 al 3, y pensamos que seguirá ese
proceso de desaceleración en la inflación, se ha reducido más
intensamente que en otros países y el diferencial de inflación se ha
reducido. tambien De hecho, en los sectores que se han liberalizado
la reducción de los precios ha contribuido eficazmente a esa
estabilidad de precios macroeconómica necesaria.

En cuanto a la productividad, no es verdad que haya sido negativa en
términos globales. Si cogemos las cifras de PIB de empleo a tiempo
completo, estamos hablando de un aumento de la productividad de un
0,7 ó 0,8 por ciento de promedio anual, lo cual significa una gran
intensidad de creación de empleo por unidad de producto. Sería muy
importante seguir avanzando en los estudios en curso de Eurostat, del
INE y del propio Banco de España, para ver qué pasa con la calidad,
porque puede suceder que en Europa, -y hablo de toda Europa con
criterios homogéneos- se llegue a hacer lo mismo que en Estados
Unidos de revisión de las cifras de deflactores y de crecimiento,
como consecuencia de no haber introducido adecuadamente el de cambio
de calidad en los productos. Son estudios en curso para ver de qué
estamos hablando cuando los deflactores se utilicen de manera,
homogénea, como se ha hecho en Estados Unidos para valorar la
inversión. Es posible que las cifras de crecimiento macroeconómico se
vean alteradas, en España y en toda Europa, no sé en qué medida, en
el sentido de un crecimiento mayor de la parte real y un crecimiento
menor de los deflactores a la hora de introducir esos elementos,
sobre la calidad. Como digo, son estudios que se están haciendo para
ver si la productividad es ésa, pero lo, cierto es que las empresas
españolas han hecho un esfuerzo de modernización muy importante
durante los últimos seis años, incluyendo también la inversión del
último año, el enorme esfuerzo de adaptación de estructuras
productivas y el incremento de las inversiones, que han sido más
altas que las de otros países, si bien es verdad que coyunturalmente
en estos momentos la inversión en equipo lo está siendo algo más.

Estos son los elementos fundamentales desde el punto de vista
macroeconómico. La economía española



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está creciendo por encima de los demás países en momentos de
debilidad, lo cual marca un elemento diferencial sobre otras etapas
históricas; a diferencia de otras etápas de la economía española, es
mucho más abierta, más flexible y responde bien a los shocks
internacionales, bien es verdad que la economía española siempre ha
respondido bien a los retos de apertura. Pasó no sólo en 1985, como
se mencionó aquí, sino que sucedio en 1960, así como en 1970 también
con el acuerdo preferencial con la Unión Europea. La economía
española, pues, responde razonablemente. El tema no está en responder
bien a un contexto de apertura, sino en mantener esa dinámica de
crecimiento y no seguir con rigideces que hagan que luego tenga que
ajustarse la economía, porque con ello se generan graves
desequilibrios, como ha pasado en otros momentos.

Uno de los frentes de reforma estructural, ha sido el relativo a la
energía.La energía, en términos generales, ha estado sometida a un
proceso de transformación, lo cual ha traído buenos frutos para el
ciudadano español, porque hoy paga los precios del kilovatio mucho
más bajos que hace cuatro o cinco años, en términos reales cerca de
un 30 por ciento menos. Estamos hablando con arreglo a los datos que
tenemos para utilizar el benchmark europeo, cogiendo todos los
módulos de consumo doméstico e industrial; hemos pasado de estar por
encima en energía eléctrica en todos los tramos a estar ahora en la
media baja de los precios en Europa. Es el gran avance que ha habido,
la aportación a la mejora de los consumidores españoles como
consecuencia de los procesos de liberalización en materia de energía
y, en particular, en energía eléctrica. Está pasando lo mismo
telecomunicaciones. Y la fórmula que se está utilizando de IPC menos
X nos lleva a una aportación claramente muy positiva de las
telecomunicaciones a la estabilidad de precios y a que se generalicen
los nuevos instrumentos de telecomunicaciones en favor de todos los
ciudadanos.

Quiero responder a varias de las cuestiones relacionadas con el tema
energético. En primer lugar, en lo que se refiere a planificación, es
ahora cuando toca. En el año 2001 estamos haciendo la planificación
porque el Plan Energético Nacional abarcaba de 1990 a 1999, ambos
incluidos. Estamos en el proceso del año 2000 con los reales
decretos-leyes de liberalización económica, en virtud de los cuales
se han adoptado importantes medidas. Voy a citar algunas para
explicar cómo estamos haciendo el cambio de modelo, del cual y
estamos ya en las fases finales. En primer lugar, se han aprobado los
planes de desinversión que se estableció con carácter obligatorio:
CLH y Enagas. Es un tema vital; precisamente las infraestructuras de
redes son el elemento clave para poder hablar de liberalización de
unos sectores económicos, porque es lo que constituye el monopolio
natural. En este punto hay destacar dos aspectos: primero, establecer
mecanismos para que entren en el capital social los distintos
operadores, lo
cual favorece la neutralidad y la transparencia en la formación de
los precios de los peajes; y segundo, como quiera que es una
actividad regulada, hay que establecer el régimen de mercado, de
tarifas y de peajes de esas infraestructuras de red. Ya se han
adoptado unos criterios y en el futuro se publicarán las cifras
correspondientes para que, a partir del 1 de enero del 2003,
cualquier consumidor español y pueda pedir el suministrador, el que
quiera libremente, porque ya están las tarifas y los peajes de red,
el elemento central de la liberalización económica. Recientemente se
ha hecho el reparto del gas de Argelia, aspecto muy relevante.

Estamos hablando del 25 por ciento de un contrato que pertenecía a
una empresa. No queremos esperar al momento de la liberalización
completa, comprendido para el 1 de enero del 2003, en orden a que
puedan los operadores entrar en competencia en un sector que es
bastante especializado y que obliga, a complejos contratos de
suministro. En cuanto a la transparencia de precios en las gasolinas,
la tenemos como en ningún otro país del mundo. Se está suministrando
la información de precios de todas las gasolineras del país, está
centralizada, en red informática y se puede tener información de los
distintos productos y gasolineras inmediatamente en tiempo real. Se
ha realizado un esfuerzo muy importante tanto desde el punto de vista
administrativo como informático, para prestar ese servicio a los
ciudadanos.

Espero que la subcomisión termine finalmente por constituirse pues
está en proceso de constitución,para que se pueda realizar el trabajo
que todos deseamos. Quiero hacer hincapié en que no se trata de echar
balones fuera, en el sentido de responsabilidades que no le incumben
a otros actores, ni hacer dejación de responsabilidades que pueda
tener el Estado, cada uno tiene las suyas. Lo que sí es importante es
que un tema de tanta trascendencia como el de la planificación
energética, trabajaremos todos juntos. Aquí cada uno tiene su
responsabilidades. En materia de distribución energética, tanto en
gas como en electricidad, las tienen las comunidades autónomas; en
materia de transporte, la tiene el Estado, en planificación
vinculante y luego, en planificación indicativa, tendremos que estar
muy coordinados todos para que, al final, el ciudadano se vea
beneficiado de esta planificación energética, con independencia de la
responsabilidad de cada cual porque, al fin y al cabo, eso le importa
poco al ciudadano. En este sentido, se está realizando un esfuerzo de
coordinación muy importante con las comunidades autónomas en los
encuentros que con ellas hemos tenido para coordinar esa labor
coordinada. A partir de esos encuentros y de la relación fluida de
información que estamos suministrando mutuamente en torno a los
puntos de debilidad que puede haber, en la distribución. Ha habido
avances muy significativos para que algunos cuellos de botella
o problemas que han podido surgir en la distribución de la energía
eléctrica se estén ya resolviendo, problemas



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que arrastrábamos en algunos casos desde hace diez años de no
concesión de autorizaciones o permisos correspondientes para poner
determinadas líneas de distribución. Todos los pasos que se están
dando en el proceso de liberalización del sector energético
-liberalización de comercializadores, de distribución y de generación
de kilovatios en distintas fuentes- y en el tratamiento de las
infraestructuras de red, que es el elemento más delicado en todos los
países para establecer verdadera competencia, van en la dirección
adecuada. Estamos en la fase final de ese proceso de liberalización,
junto con la planificación; no sólo no va a haber problema alguno en
garantizar el suministro energético, sino que, antes al contrario,
nos vamos a encontrar con unos niveles de eficiencia energética de
los mejores de Europa, porque en los países europeos está habiendo
grandes asimetrías en los procesos de liberalización.




Hemos llevado a cabo, por último, un acuerdo con Francia y con
Portugal para incrementar con ambos países, las interconexiones
energéticas, en particular eléctricas, porque eso es avanzar en el
mercado interior energético, lo cual, favorece la diversificación
energética. El acuerdo con Francia de multiplicar por cuatro en los
próximos años el volumen de energía traficada en interconexión,
significa introducir un operador más en el sistema, pasar de 1.000 a
4.000 megavatios, más competencia y medidas adecuadas para beneficiar
a los consumidores. Son medidas históricas,que van en la dirección
correcta; hay, por un lado, mas iniciativa privada y, por otro
planificación coordinada desde el ámbito público.

La colaboración de la Comisión Nacional de la Energía también está
siendo muy encomiable, a petición del vicepresidente y ministro de
Economía, con los informes que está elaborando, que nos sirven de
base para una planificación energética eficiente en materia de
electricidad y de gas.




El señor PRESIDENTE: Señora Mendizábal, muy brebemente.




La señora MENDIZÁBAL GOROSTIAGA: Ya sé que tiene usted prisa, señor
secretario de Estado, pero me quedo con las ganas de saber un montón
de cosas. Espero que usted también se quede con las ganas de
responder porque ha dejado un muchas de preguntas sin contestar.

Ha vuelto a hablar de los reales decretos, promulgados con un año de
retraso en el sector energético, pero ha dejado de responder unas
cuantas preguntas. Me gustaria que aclarara, lo relativo a las
nucleares. Repito que hay más temas que me gustaría seguir
discutiendo.




El señor PRESIDENTE: Señor Sánchez i Llibre.




El señor SÁNCHEZ I LLIBRE: Muy brevemente. Una cuestión que, a
nuestro entender no ha quedado
contestada, quizás porque no afecta al departamento del secretario de
Estado del señor Folgado, pero que sí concierne al impulso a la
modernización del sector industrial, es la relativa a la implantación
del Plan Renove para el sector de las motocicletas. Convergència
i Unió, impulsó, en colaboración con el Gobierno, el citado Plan Renove
para el sector automovilístico y hemos intentado incidir en el tema
de los fabricantes de motocicletas a través de enmiendas en los
Presupuestos Generales del Estado que no han prosperado, por lo que
ya le adelanto que nuestro grupo parlamentario impulsará, a través de
las iniciativas parlamentarias correspondientes, un Plan Renove
orientado a las motocicletas, ya que las perspectivas del año 2002
son de un derrumbamiento y reducción de las ventas que van a alcanzar
el 40 por ciento de las realizadas en el año 2000 y que puede afectar
gravemente a los 22.000 puestos de trabajo que inciden directa o
indirectamente están en este sector cuya fabricación está ubicada
básicamente en Cataluña. Le anticipo ya que nuestro grupo
parlamentario sí planteará un iniciativa parlamentaria para que pueda
ser efectivo un Plan Renove en el sector de las motocicletas.




El señor PRESIDENTE: Señor secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ECONOMÍA, DE LA ENERGÍA Y DE LA
PEQUEÑA Y MEDIANA EMPRESA (Folgado Blanco): Señor presidente, sobre
esta última cuestión me va a permitir que mande una comunicación por
escrito, porque ignoro a cualquier planteamiento sobre el Plan Renove
en materia de motocicletas.

En cuanto a energía nuclear, tenemos las centrales que tenemos, los
grupos que tenemos se están, manteniendo en perfectas condiciones de
seguridad y de producción y el Gobierno, no ha hecho ningún nuevo
planteamiento en energía nuclear. No forma parte en los actuales
planes del Gobierno hacer un cambio en lo que se refiere a la energía
nuclear para la generación eléctrica. No tengo nada que añadir en
relación con lo que significa la producción de energía eléctrica con
tecnología nuclear. España tiene un porcentaje de participación en la
energía nuclear más bajo que en unos países pero más alto que en
otros. En Europa hay en estos momentos, a nivel de Unión Europea, un
planteamiento sobre esta cuestión y hay algunos países, como
Finlandia, que ha dicho que va a construir una nueva central nuclear;
algunos países son partidarios de ellas pero otros no. Repito que, el
Gobierno español no ha hecho cambio alguno de planteamiento en esta
materia.

Quería aprovechar tambiénla ocasión para respoder a otra cuestión muy
puntual, aunque creo que sería merecedora de un tratamiento
específico cual es el tema de las energías renovables. Quiero decir
que se establecen por cuatro años los incentivos toca para el



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año que viene, y el año que viene será el último en el que están
establecidos. Las 4 pesetas que tiene aproximadamente de subvención
la energía eólica ha conllevado que en España haya tenido una enorme
expansión, el segundo de Europa, mientras que una subvención mucho
más elevada como la de la energía solar fotovoltaica, ha tenido en
cambio menos expansión, cuando en España es una de las más altas
primas que tiene en relación con otros países. La tiene algo más alta
en Alemania, pero, en todo caso, su coste hace que en ningún país
haya tenido todavía un desarrollo relevante, aunque esperamos que lo
tenga en el futuro.

Respecto a las energías renovables, tenemos un compromiso al 2010 y
queremos que se cumpla. Cuando toque revisar las primas, en su
momento se hará en función de los planteamientos que haya que hacer o
mediante otros modelos que se están ensayando ahora en Europa, como
en Holanda el sistema de certificados verdes, pero no se puede
establecer mecanismos para que las energías renovables puedan jugar
un papel relevante durante la década, tal como está establecido en el
plan. Insisto en que no se puede estar cambiando todos los días el
sistema de primas, porque, si no, no habría inversiones dado que no
habría seguridad. Es cada cuatro años y el último en el 2002.

Respecto al precio de la botella de butano, en nuestro país tiene el
precio más bajo, de toda Europa, el siguiente país con precio más
bajo está a más de 400 pesetas del nuestro. Lo único que sucede es
que ha habido el cambio de fiscalidad exigido por Europa. Hay que
tener muy en cuenta el precio social que tiene la bombona de butano
porque es el más bajo de Europa, probablemente ése sea uno de los
problemas por los cuales, aun, siendo libre el mercado y pudiendo
haber otros operadores, no entran muchos. Aquí habría que tener en
cuenta el precio de la bombona, que afortunadamente para los
consumidores españoles es muy favorable.




Me parecen que esos eran los tres temas puntuales importantes a los
que debía hacer referencia que habia olvidado mencionar antes



El señor PRESIDENTE: Se levanta la sesión.




Era la una de la tarde.




Nota.-El presete «Diario de Sesiones» de la Comisión de Economía y
Hacienda, del martes 11 de diciembre de 2001, no guarda relación
cronologica habitual, con el fin de no retrasar la publicación de los
«Diario de Sesiones» ya elaborados.