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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 261, de 12/06/2001
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CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 2001 VII Legislatura Núm. 261



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NOTA INFORMATIVA: En la edición impresa de este Diario, sus páginas
aparecieron, por error, numeradas desde la 4271 a la 4290. Tal error
ha sido corregido en la presente edición electrónica.

(Vease 'DS. Congreso de los Diputados' Comisiones, núm. 285)
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PRESUPUESTOS



PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. JOAQUÍN ALMUNIA AMANN



Sesión núm. 10



celebrada el martes, 12 de junio de 2001



ORDEN DEL DÍA:



Comparecencia cuatrimestral de la señora secretaria de Estado de
Presupuestos y Gastos (Rodríguez Herrer) para informar sobre el grado
de ejecución de los Presupuestos Generales del Estado y la evolución
de sus principales magnitudes, previa remisión del informe
correspondiente. (Número de expediente 212/000552.) ... (Página 7872)



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Se abre la sesión a las once y cinco minutos de la mañana.




El señor PRESIDENTE: Vamos a dar comienzo a la sesión de la Comisión
de Presupuestos con una nueva comparecencia de la secretaria de
Estado de Presupuestos y Gastos, a la que agradezco su presencia en
su segunda comparecencia en el actual periodo de sesiones.

A finales de la semana pasada SS.SS. recibieron información sobre la
ejecución del presupuesto en los primeros meses del ejercicio 2001.

Vamos a dar la palabra a la secretaria de Estado y después, como es
habitual, los portavoces de los grupos que deseen hacer uso de la
palabra tendrán ocasión de intervenir.

Señora secretaria de Estado, tiene la palabra.




La señora SECRETARIA DE ESTADO DE PRESUPUESTOS Y GASTOS (Rodríguez
Herrer): Señor presidente, señorías, comparezco ante esta Comisión de
Presupuestos para exponer los datos más significativos de la
ejecución del presupuesto de 2001 en su primer cuatrimestre. A tal
efecto, se ha remitido a SS.SS. información detallada sobre la
ejecución del presupuesto en este período, incluyendo su
transformación a términos de contabilidad nacional de acuerdo con los
criterios SEC 95.

La ejecución del presupuesto hasta el pasado mes de abril es el
resultado de la política presupuestaria aplicada, al igual que en los
últimos ejercicios, con el objetivo prioritario del saneamiento de
las cuentas públicas; saneamiento que se traduce en la consecución
del equilibrio presupuestario en este ejercicio al que nos acercan
los datos que voy a exponer ante ustedes y que es el primer garante
del crecimiento sostenido de la economía española.

De acuerdo con los últimos indicadores de coyuntura, la demanda
nacional, tanto interna como externa, está experimentando una suave
desaceleración después de haber crecido a un fuerte ritmo en años
anteriores. De hecho, el comportamiento de nuestra demanda,
especialmente nuestra demanda externa, está condicionado por los
acontecimientos económicos internacionales que en la actualidad están
dominados por la desaceleración de la economía estadounidense y las
dudas sobre su evolución en los próximos meses. Sin embargo, según
las estimaciones disponibles, el ritmo de desaceleración de la
demanda y la producción es menor en el primer trimestre de 2001 que
en los últimos meses de 2000. Así, como SS.SS. saben, el Banco de
España ha anunciado recientemente su estimación del crecimiento para
el primer trimestre de 2001 en un 3,5 por ciento. Estos datos apuntan
a un escenario de moderada desaceleración de la actividad económica,
tras varios años de fuerte crecimiento, que mantendría un suelo
cercano al tres por ciento de crecimiento económico
a final de año. Lejos de suponer esta previsión el fin del ciclo
de crecimiento iniciado en 1995, consolida un período en el que el
potencial de crecimiento se ha visto reforzado por reformas
estructurales.

Es oportuno subrayar que este crecimiento sostenido sigue permitiendo
obtener unos resultados muy positivos en términos de empleo. Así, los
datos más recientes sobre la evolución del mercado laboral indican
que la creación de empleo sigue siendo muy importante. La EPA del
primer trimestre indica un crecimiento interanual de ocupados del 2,8
por ciento, con crecimientos en todos los sectores. El resultado es
que el índice de paro involuntario cae el 13,8 por ciento de la
población activa.

En cuanto al dato de afiliados a la Seguridad Social, a finales de
abril se fijó un máximo de la serie histórica en 15.556.100, objetivo
que se pretendía alcanzar a fines del año 2001. Por último, en mayo,
el paro registrado en el Inem se situó en niveles equiparables a los
de enero de 1981 al descender en 56.957 desempleados, lo que supone
el 8,76 por ciento de la población activa, que a su vez supone la
tasa de paro más baja desde 1979. Los contratos indefinidos crecieron
un 37,48 por ciento con respecto a abril y un 33,32 por ciento con
respecto a mayo de 2000.

Esta evolución de la demanda y del mercado laboral está siendo
compatible con un comportamiento de la inflación que, si bien en un
nivel que todavía no consideramos positivo, está más cercano al de
los países de nuestro entorno. De hecho, la evolución actual del euro
y las incertidumbres en el comportamiento de los precios de la
energía están influyendo de forma negativa en la evolución de los
precios en la zona euro. El IPC armonizado para la UEM ha subido al
2,9 por ciento interanual a partir del 2,6 por ciento anterior. Este
dato sitúa en un diferencial de 1,1 puntos porcentuales el nivel de
1999 por lo que, si bien el objetivo del Gobierno sigue siendo su
reducción, no puede considerarse excesivo para un país que sigue
avanzando en su convergencia real con la Unión Europea.

En este contexto de crecimiento moderado pero creador de empleo,
donde se mantienen ciertas tensiones inflacionistas comunes a la zona
euro, es pertinente entrar a valorar si la política presupuestaria
sigue siendo la adecuada. ¿Debería ser menos restrictiva? En este
momento de crecimiento sólido del producto interior bruto no tendría
sentido que la actividad económica dependiera del gasto público
financiado con déficit presupuestario. Teniendo en cuenta el marco
institucional en el que opera nuestra economía, una política que
utilice el gasto público como motor de crecimiento está abocada, como
muestra la experiencia económica de las últimas décadas, a la
inflación y al estancamiento en un breve período de tiempo. ¿El
reajuste del cuadro-macro debería tener como consecuencia otro
objetivo de déficit? En cuanto a laviabilidad del déficit cero, éste
sigue siendo alcanzable,



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dado que las previsiones de ingresos que se realizaronfueron
prudentes y el control del gasto sigue siendo una prioridad. De
hecho, los indicadores de sensibilidad que se utilizaron para
realizar las estimaciones del cuadro macroeconómico muestran cómo la
viabilidad del equilibrio presupuestario se mantenía en un escenario
de menor crecimiento al originalmente contemplado.




En otro orden de cosas, es cierto que al tener menor crecimiento el
equilibrio presupuestario en 2001 supone una orientación fiscal algo
más restrictiva. Sin embargo, el objetivo de déficit cero sigue
siendo oportuno por las razones ya comentadas. Por un lado, en nada
ayudaría a la economía en este momento mantener la necesidad de
financiación del sector público; por otro, el equilibrio
presupuestario es parte de un cambio estructural en la economía, en
el que la sostenibilidad de las finanzas públicas es un factor de
crecimiento a largo plazo. ¿Debería ser la política presupuestaria
más restrictiva para reducir las presiones sobre precios? La política
fiscal reciente ha tenido, además de la contención de la inflación,
otros objetivos que explican que no se haya dirigido exclusivamente
hacia esta variable. Se ha reformado el IRPF para reducir las
distorsiones económicas que originaba, se han reforzado las políticas
de gasto relacionadas con la productividad futura (infraestructuras,
formación del capital humano e investigación y desarrollo) y se ha
presentado una ley ante el Parlamento que ha de asegurar la
estabilidad presupuestaria a medio y largo plazo y la reducción del
stock de deuda pública. Por lo tanto, no cabe criticar la orientación
actual de la política fiscal por insuficientemente restrictiva. En el
momento actual, no tendría sentido forzar una mayor consolidación
fiscal, que pondría en riesgo el actual período de creación de
empleo.

Tras esta presentación del contexto en el que se inscribe la
ejecución presupuestaria, permítanme, señorías, continuar con cuatro
bloques diferenciados, de acuerdo con la estructura del informe que
les hemos repartido. En primer lugar, la evolución del déficit de
caja, del superávit primario y de la necesidad/capacidad de
financiación del Estado. En segundo lugar, la liquidación del
presupuesto de ingresos, siquiera sea con brevedad. En tercer lugar,
la liquidación del presupuesto de gastos y, en cuarto lugar, la
variación de activos financieros en el período.

El déficit de caja no financiero del Estado de enero a abril ha
ascendido a 3.000 millones de pesetas, como consecuencia de unos
ingresos acumulados de 7.709 miles de millones de pesetas, frente a
unos pagos de 7.712 miles de millones. Teniendo en cuenta que los
gastos financieros han supuesto 1.715 miles de millones de pesetas,
el superávit primario de caja definido por el saldo de caja,
deducidos los gastos financieros, se eleva a 1.712,3 miles de
millones de pesetas, equivalente al 1,6 por ciento del producto
interior bruto.

A finales de abril, el Estado ha registrado un superávit/ capacidad
de financiación, en términos de contabilidad nacional SEC 95, de
1.023,8 miles de millones de pesetas, cifra similar a la alcanzada el
año anterior. Este importe es la diferencia entre unos recursos no
financieros de 7.734 miles de millones y unos empleos no financieros
de 6.711 miles de millones.

Entre los recursos no financieros, que en su conjunto crecen un 4,5
por ciento respecto a 2000, cabe destacar la evolución de los
impuestos corrientes sobre la renta y el patrimonio, que han
ascendido a 3.330 miles de millones, con un 7,2 por ciento de
incremento. Los impuestos sobre la producción y las importaciones han
alcanzado los 3.602 miles de millones, con un incremento del 4,2 por
ciento, siendo el IVA la principal fuente recaudatoria.

Respecto a los empleos no financieros, el gasto de mayor importancia
corresponde a las transferencias corrientes, con un importe de 4.180
miles de millones de pesetas, un 62,3 por ciento del total y un
crecimiento del 5,4 por ciento sobre el mismo período del año
anterior. Igualmente, destaca por su especial relevancia el
incremento de la formación bruta de capital en un 29,1 por ciento y
el de las transferencias de capital en un 17,1 por ciento, aunque sus
valores absolutos no sean muy importantes, por corresponder al primer
cuatrimestre del año.

La recaudación no financiera del Estado, como ya he señalado, ha
ascendido a 7.709 miles de millones de pesetas, con un crecimiento
del 3,4 por ciento sobre el primer cuatrimestre del año anterior, en
línea con el incremento inicialmente presupuestado.

La recaudación impositiva, que representa el 90,8 por ciento de la
obtenida en este período, se incrementó en un 5,7 por ciento,
mientras que la no impositiva se ha reducido un 14,9 por ciento. Este
descenso es debido a la influencia del relativo a las transferencias
de capital recibidas de la Unión Europea, que caen un 80 por ciento
respecto a 2000, que son 170.600 millones de pesetas. La bajada es
debida a la falta de certificación de los proyectos relativos al
nuevo marco de apoyo comunitario por los centros gestores, aunque los
fondos están ya depositados en la cuenta del Tesoro abierta a estos
efectos. El resto de los capítulos no impositivos experimentan un
crecimiento del 8,7 por ciento.

La recaudación por impuestos directos ha aumentado un 8,3 por ciento,
destacando el IRPF con un importe de 2.631,5 miles de millones de
pesetas y un incremento del 11,4 por ciento respecto a 2000. Este
incremento es consecuencia principalmente del relativo a las
retenciones sobre los rendimientos del trabajo y el capital
mobiliario, compensado en parte por el correspondiente a la
participación de las comunidades autónomas en el IRPF, que ha
aumentado un 13,7 por ciento, que suponen 288,4 miles de millones,
con la consiguiente minoración de los ingresos netos del Estado



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porque, como saben ustedes, se instrumenta a través de devoluciones
del impuesto.

La recaudación por el impuesto sobre sociedades asciende en los
cuatro primeros meses de 2001 a 553.000 millones de pesetas, con un
crecimiento del 4,4 por ciento y un ingreso del primer pago a cuenta
sobre beneficios por importe similar al realizado en 2000.

La recaudación por impuestos indirectos ascendió a 3.738,7 miles de
millones, con un aumento del 3,6 por ciento respecto al año anterior.

La evolución de este capítulo viene determinada, como ya he señalado,
por el comportamiento del IVA, que representa el 73,8 por ciento de
la recaudación por impuestos indirectos, y crece un 4,7 por ciento.

Este crecimiento está influenciado por el incremento de las
devoluciones respecto a las efectuadas en el mismo período de 2000,
consecuencia de la mayor actividad exportadora y del incremento de
los precios del crudo en los últimos meses del pasado ejercicio.

Los impuestos especiales registran un incremento del 0,3 por ciento,
debido a la reducción del 1,1 por ciento experimentada en su concepto
más relevante, el impuesto sobre hidrocarburos, y a un moderado
incremento del otro impuesto con capacidad recaudatoria importante,
que es el impuesto sobre las labores de tabaco, que hasta abril ha
alcanzado un 3,6 por ciento. El resto de los impuestos especiales
tienen una menor ponderación en la recaudación. Sin embargo, los
ingresos por la totalidad de los conceptos se han ido recuperando mes
tras mes desde el comienzo del ejercicio.

Como ya adelantó en su comparecencia el secretario de Estado de
Hacienda la semana pasada, los datos provisionales del mes de mayo
apuntan una evolución positiva en la recaudación del impuesto sobre
hidrocarburos y en la del relativo a las matriculaciones de
vehículos.

Señor presidente, señorías, paso a continuación a analizar la
ejecución del presupuesto de gastos del Estado. Los créditos
iniciales por operaciones no financieras para 2001 ascienden a 20,7
billones de pesetas, cuantía superior en un 4,7 por ciento a los
créditos iniciales de 2000. El importe de las modificaciones de
crédito aprobadas hasta fin de abril asciende a 237,9 miles de
millones de pesetas, frente a los 122,3 miles de millones del año
anterior. Esta subida se debe principalmente a las modificaciones de
crédito para gastos financieros como consecuencia de las ampliaciones
destinadas a intereses derivados de la amortización anticipada de
deuda pública en circulación, operación que el año pasado no se
aprobó hasta el mes de junio.

El 80 por ciento del total de las modificaciones corresponde a
ampliaciones de crédito, con 190.300 millones de pesetas, de los que
160.000 millones corresponden a la ya mencionada de intereses de
deuda, que aporta sostenibilidad a presupuestos futuros, y 30.000
millones a las destinadas a financiar la participación de las Fuerzas
Armadas en operaciones
de mantenimiento de la paz, que se instrumentan a través del capítulo
2, gastos corrientes en bienes y servicios.

Las incorporaciones de remanente de crédito, por importe de 30.000
millones de pesetas, corresponden a los derivados de la Ley 32/1999,
de solidaridad con las víctimas del terrorismo, por 12.000 millones
de pesetas, y el resto a diversos conceptos de modernización de las
Fuerzas Armadas. Por último destacan, no tanto por su cuantía en
términos relativos sino por las necesidades que cubren, los créditos
extraordinarios por importe de 6.000 millones de pesetas, destinados
a paliar los efectos de lluvias e inundaciones acaecidas a finales de
2000 y comienzos de 2001. En todos los casos, se cofinancian con
estos créditos extraordinarios daños en infraestructuras locales,
pues los sufridos en infraestructuras de competencia estatal se han
corregido con cargo a las dotaciones ordinarias de los respectivos
ministerios.

Las obligaciones por operaciones no financieras reconocidas por el
Estado en el primer cuatrimestre de 2001 ascienden a 7.296 miles de
millones de pesetas, con un incremento del 1,2 por ciento respecto al
año anterior y un porcentaje de realización de un 34,9 por ciento.

Este grado de ejecución, 1,4 puntos porcentuales por debajo de la del
año anterior, se debe principalmente a la ampliación de crédito por
intereses, a la que ya hice referencia y que a fin de abril no había
sido utilizada, y a las obligaciones reconocidas pendientes de pago
en este mismo concepto en intereses de la deuda, en el año 2000, por
importe de 130.000 millones de pesetas.

Los gastos corrientes experimentan un incremento del 1,1 por ciento
como consecuencia de la caída de las obligaciones reconocidas por
intereses en los gastos corrientes y por el mantenimiento de los
gastos de personal, que se compensan con el aumento de las
transferencias corrientes por un importe de 204.000 millones de
pesetas.

Las obligaciones reconocidas por transferencias corrientes ascienden
a 4.364 miles de millones, de los que 2.097 miles se destinan a la
Seguridad Social, 1.134 a las comunidades autónomas, 496 a las
corporaciones locales y 312 al exterior, principalmente a la Unión
Europea. Las transferencias a la Seguridad Social, 48 por ciento del
total de transferencias corrientes, han experimentado un crecimiento
del 6,7 por ciento respecto a 2000; las destinadas al Insalud, que
ascienden a 1.846 miles de millones de pesetas, registran un aumento
interanual del 6,3 por ciento y las destinadas a prestaciones
socioeconómicas de carácter no contributivo por 159.000 millones de
pesetas, un incremento del 14 por ciento. Estos incrementos, muy por
encima de los experimentados por el total del gasto y por el propio
capítulo, son exponentes de la atención que presta el presupuesto del
Estado a los gastos sociales. Los 1.134 miles de millones destinados
a las comunidades



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autónomas suponen un 16,7 por ciento de aumento respecto al año
anterior como consecuencia del incremento de funciones traspasadas,
principalmente educación no universitaria y políticas activas de
empleo, y de la evolución del propio modelo de financiación de las
comunidades.

Las obligaciones reconocidas por operaciones de capital han
experimentado un incremento del 2 por ciento como consecuencia del
incremento del 20 porciento de las inversiones y de la caída del 5,8
por ciento de las transferencias de capital. Las obligaciones
reconocidas por el Estado por inversiones reales efectuadas en el
primer cuatrimestre ascienden a 116.300 millones de pesetas; de dicha
cuantía, 77.000 millones corresponden a inversiones de carácter
civil, que crecen un 31,8 por ciento y cuyos principales gestores son
el Ministerio de Fomento, con 60.000 millones y el Ministerio de
Medio Ambiente con 13.600 millones. Estos últimos importes suponen
unos grados de realización de los créditos para inversiones de ambos
ministerios del 12 y del 7,1 por ciento, respectivamente, 2,8 y 0,7
puntos porcentuales por encima de la del año pasado. Si el grado de
realización se mide por los compromisos adquiridos, es decir por la
obra adjudicada, el Ministerio de Fomento se encuentra en el 73,6 por
ciento de realización, 12,7 puntos más que en 2000, y el Ministerio
de Medio Ambiente en el 70 por ciento, con un incremento de 15,8
puntos porcentuales, suponiendo en conjunto más de medio billón de
pesetas de compromisos adquiridos por inversiones adjudicadas.

Las transferencias de capital, con un descenso del 5,8 por ciento
respecto a 2000, han experimentado una disminución neta de 12.900
millones de pesetas, en la que destaca la caída en la aportación al
Fondo europeo de desarrollo debido a diferencias en el calendario de
pagos respecto al ejercicio anterior.

En los cuatro primeros meses de 2001, los activos financieros del
Estado, instrumentados a través del capítulo 8 de los presupuestos de
ingresos y gastos, han experimentado un incremento de 230,4 miles de
millones de pesetas como consecuencia de pagos e ingresos
o reintegros, por importe de 281.500 y 51.100 millones de pesetas,
respectivamente. El saldo de préstamos concedidos se ha incrementado
en 134.000 millones, por entregas de 185.000 y reembolsos por importe
de 51.000 millones de pesetas.

En la variación de activos financieros, hay que tener en cuenta que
el movimiento de estos activos es la consecuencia de los ingresos y
los pagos realizados, no tanto de las obligaciones y de los derechos
reconocidos con cargo a presupuesto. Pues bien, de los 185.300
millones de pesetas de pagos, 184.000 correspondían a pagos del
presupuesto 2000 y 500 millones de pesetas exclusivamente al
presupuesto del año 2001. El incremento más importante lo han
experimentado los préstamos para proyectos de tecnología cualificada,
por importe de 115.000 millones de pesetas, como consecuencia
de pagos por importe de 117.000 del ejercicio 2000 y
reembolsos por importe de 2.600 millones. Una parte muy significativa
de estos préstamos, 99.000 millones, responde a la financiación de
programas y proyectos aeronavales como el Airbus, el Eurofighter y
las fragatas F-100, entre otros; el resto corresponde a desarrollo de
la sociedad de la información y al plan de innovación textil.

Los préstamos a Cesce, para el aseguramiento riesgo/ país en las
operaciones de comercio exterior a medio y largo plazo, han
experimentado en estos cuatro primeros meses una disminución de 6,7
miles de millones de pesetas, como consecuencia de pagos por importes
de 38.000 millones y reembolsos por importe de 44.800 millones de
pesetas. Igualmente, se han concedido préstamos a promotores de
infraestructuras de carreteras, en concepto de préstamos
participativos para construcción y explotación de autopistas, por
importe de 19.900 millones de pesetas.

Las acciones y participaciones del Estado se han incrementado en
19.200 millones, de los que 14.800 millones corresponden a la
sociedad estatal Aguas del Ebro y 1.200 millones al Banco
Interamericano de Desarrollo. Las aportaciones patrimoniales se han
incrementado en 77.000 millones de pesetas, de los que 54.500
corresponden al GIF, 19.000 al Fondo de ayuda al desarrollo y 3.500
millones al fondo para la concesión de microcréditos, que se han
destinado en su mayor parte a los países de Colombia y El Salvador.

En conclusión, señor presidente, señorías, la ejecución
presupuestaria del primer cuatrimestre marcha de acuerdo con lo
previsto en el presupuesto aprobado por este Parlamento y permite
avanzar en la consecución del equilibrio, objetivo prioritario para
este Gobierno, por su capacidad para asegurar el crecimiento
sostenido de nuestra economía.

Señor presidente, señorías, permítanme recordar que el presupuesto es
esencialmente un ejercicio de previsión política y económica. Paul
Valéry advertía que la previsión puede ser un sueño del que nos
despierten los hechos, pero creo que, cuando se ha sido prudente en
las previsiones y se es perseverante en la ejecución, hay motivos
para confiar en alcanzar nuestro objetivo.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora secretaria de Estado por
su informe sobre la ejecución del presupuesto en los primeros meses
del ejercicio 2001.

A continuación, harán uso de la palabra los portavoces de los grupos,
como es habitual. Daremos la palabra por orden de mayor a menor,
dejando al Grupo Popular en último lugar. Empezamos, pues, por el
portavoz del Grupo Socialista. El señor Fernández Marugán tiene la
palabra.




El señor FERNÁNDEZ MARUGÁN: Señor presidente, señora secretaria de
Estado, está claro que aveces hay que optar. Había pensado, a la hora
de



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comenzar mi intervención, en hacer un análisis sobre la situación
económica y extenderme posteriormente en torno al grado de ejecución
del presupuesto. Sin embargo, a la vista del tiempo de que dispongo,
voy a renunciar a hacer el análisis sobre la situación económica, ya
que lo pude hacer brevemente el jueves pasado en la comparecencia del
señor Giménez-Reyna, y parto de un hecho, que se ha constatado en la
semana pasada y ésta, y es que vivimos en un momento de suave
desaceleración de la actividad económica en el que merece la pena
preguntarse sobre cómo debe comportarse el primer agente económico de
España. A fin de cuentas, los créditos finales que el agente Estado
va a manejar, o está autorizado para manejar, se elevan a 21 billones
de pesetas en el ejercicio del año 2001. Si se le añaden los de los
organismos, entes y la Seguridad Social, nos situamos en un nivel de
gasto no financiero superior a 30 billones de pesetas. Si sumamos la
cuantía de las operaciones financieras, nos hallamos ya en torno a 35
billones de pesetas. Por tanto, tenemos un agente muy importante cuyo
impacto en el conjunto de la actividad económica española adquiere
una cierta singularidad.

Decía la señora secretaria de Estado, con razón, que vivíamos un
momento de suave desaceleración, que se deja notar en la marcha de
los ingresos. El Banco de España en su último informe pone de relieve
que esta desaceleración es importante, y nos debe hacer pensar que,
tras un ciclo espléndido, desde el punto de vista de los ingresos,
(la recaudación se elevó sobre lo previsto en 860.000 millones de
pesetas en 1998; en 1999, se elevó en 920.000 millones de pesetas; y,
en el año 2000, se elevó en un billón de pesetas), nos encontramos en
este ejercicio del año 2001 en una situación en la que empezamos a
caminar por senderos peor asfaltados, se midan en términos de
contabilidad nacional o se midan en términos de caja. En términos de
contabilidad nacional, los recursos crecieron en un 4,5 cuando hace
un año crecían en 8,7. En términos de caja, los ingresos están
creciendo al 3,4 por ciento por debajo de lo previsto. Dado que suelo
comparar la realización del primer cuatrimestre del año 2000 con la
realización del primer cuatrimestre del año 2001, del texto que nos
ha proporcionado se deduce que el grado de realización del ingreso
público ha bajado en dos puntos. Además, si sometemos a una simple
homogeneización buena parte de los ingresos que se han obtenido, nos
encontramos con que el incremento de este primer cuatrimestre se
sitúa más cerca del 3 por ciento que del 3,4 por ciento.

La semana pasada hablábamos de que los impuestos especiales estaban
estancados, de que el impuesto de sociedades reflejaba unos
resultados de explotación de las empresas españolas bastante más
modestos, que el IVA constataba la moderación del consumo privado
y que sólo el IRPF se alejaba de esta actitud declinante, gracias a los
incrementos de la masa salarial empujados por las revisiones
salariales, por las revisiones de
las prestaciones en pensiones, por la negociación colectiva y por el
incremento del empleo, lo que estaba determinando que el volumen de
las retenciones subiera y también el tipo medio de retención que
ingresa el conjunto de los ciudadanos españoles. Por si esto no fuera
poco, un hecho que se produjo con la aprobación de este presupuesto,
que fue dejar actuar a la progresividad en frío, es decir, la no
deflación de la tarifa de renta y la no actualización de los mínimos
exentos, ha determinado que en este momento la recaudación del IRPF
esté creciendo al 11,4 por ciento. En cualquier caso, este
florecimiento del gravamen sobre la renta no debe hacernos olvidar
algún dato que se deduce también del documento que usted nos ha
proporcionado: los impuestos que gravan la renta y el patrimonio, los
que están en el circuito renta-patrimonio en España, pesan el 43 por
ciento, mientras que los impuestos que gravan el consumo y las
importaciones pesan el 46,6 por ciento. Ese es un dato que mi grupo
no quiere dejar de poner de relieve.

Yendo, como ha ido la señora secretaria de Estado, al análisis del
presupuesto de gasto, a la cara de los gastos -digamos-, voy a
dedicar una particular atención a algunos aspectos que son
relevantes. Primero, al porcentaje de realización; segundo, a los
pagos de los ejercicios anteriores; luego, a las modificaciones de
créditos, a las obligaciones reconocidas, a los pagos no financieros
y a ese mundo bancario que han montado ustedes dentro de los
Presupuestos Generales del Estado. Me acerco a él tratando de
averiguar si asiste la razón a quienes denodadamente buscan dos
billones de pesetas para financiar los compromisos de modernización y
equipamiento de las Fuerzas Armadas o si, por el contrario, les
resulta más conveniente disponer de un ejército de alquiler, como el
que parece pretenden algunos miembros del Gobierno del PP.

En cuanto al porcentaje de realización, las obligaciones reconocidas
respecto a los créditos finales bajan en el 2001 en relación con el
2000. Decía antes que había bajado el porcentaje de realización en el
ingreso en dos puntos y he de decir que en el documento que ustedes
nos han proporcionado también se ve la bajada de realización en el
gasto, en este caso un punto y medio. La pregunta que me haría y la
hago aquí, es si es lícito que la Administración financiera del
Estado está carente de la atención debida en este momento.

El segundo de los aspectos que voy a plantear es el correspondiente a
los pagos a ejercicios anteriores. Aquí hay que hacer un arbitraje
entre lo cuantitativo y lo cualitativo porque está claro que existen
obligaciones correspondientes, según el ejercicio, que no se pueden
pagar en dicho ejercicio -lo decía la señora secretaria de Estado el
día 6 de marzo y yo estoy de acuerdo-; que no se puede pagar lo que
se contrae en la última quincena de diciembre, o si se quiere durante
todo el mes de diciembre. Eso es cierto, lo dijo doña Elvira y estoy
de acuerdo, pero parecía lógico pensar



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que esta actuación no se puede extender a lo largo de todo el año. No
es posible que los servicios administrativos del Estado se pongan las
pilas, por utilizar una expresión feliz que usted empleó también el 6
de marzo, actuando única y exclusivamente en los últimos meses del
ejercicio ¿Por qué digo eso? Porque los pagos de ejercicios
anteriores han crecido, en el primer cuatrimestre del año 2001, un 19
por ciento -está en sus datos-; han pasado de representar el 14 por
ciento respecto de los pagos corrientes del ejercicio en el año 2000,
a representar el 18,66 por ciento en el año 2001, casi 5 puntos más.

Eso le hace a uno dudar del rigor, de la disciplina y trae a mi
memoria un canto de un conjunto rockero que dice: maquíllate,
maquíllate. Hemos de ser capaces de modificar ese tipo de
comportamientos en el seno de la Administración española lo antes
posible y no incurrir en ese tipo de práctica. Si ese tipo de
comportamiento fue el que, según usted decía el 6 de marzo, indujo a
la Administración conservadora a modificar la Ley de disciplina y a
establecer o aprobar el Real Decreto de julio de 1996, sería bueno
que pensaran si la voluntad política no está declinando en este
momento sobre la rigidez administrativa.

Qué decir sobre las modificaciones de crédito. El documento de la
IGAE dice que no son muchas si consideramos solamente los gastos no
financieros, que son 237.000 millones de pesetas. Ahora bien, si en
lugar de ir al documento que ustedes nos han proporcionado vamos a
este otro (nos cuesta mucho trabajo encontrar en el ordenador, ya que
incorpora no solamente los gastos no financieros, sino los
financieros), las modificaciones que ha habido en este trimestre se
elevan a 953.000 millones de pesetas, un billón de pesetas de
modificaciones de crédito en cuatro meses de cumplimiento del
ejercicio. Por tanto, debemos hacer alguna reflexión. Me voy a
referir a los términos del documento que nos ha proporcionado y lo
primero que me llama la atención es el predominio absoluto de lo
formal sobre lo real. Se nos informa de la contabilización de una
ampliación del crédito destinada al pago de intereses derivados de la
amortización anticipada de deuda. Creo que en principio eso debe de
estar bien, que debe estar correctamente contabilizado, pero admítame
que esta Cámara no conoce el fondo de la cuestión. Se nos informa de
una contabilización, pero no se nos informa de qué operación es la
que se ha llevado a cabo, que ha derivado en ese movimiento de
160.000 millones de pesetas.

Dice la IGAE, y seguramente tiene razón, que las modificaciones no
son muchas, pero, créame, son las de siempre: las de las Fuerzas
Armadas en operaciones en el exterior y las de los pagos por
indemnización a las víctimas de terrorismo. Lo único novedoso es una
cifra que usted ha señalado y que además es la que tiene alguna
lógica, que es la de los pagos como consecuencia de algunas
catástrofes naturales. Creo que hay una práctica que se viene
produciendo siempre y es que
a la hora de confeccionar el presupuesto los ministros -si no lo
saben se lo dicen en cuanto llegan a los ministerios- tratan de
colocar en la ejecución presupuestaria aquello que es discutible,
aquello que puede ser problemático, pero hay una cosa cierta y es que
aquello que van a tener que pagar o bien con el presupuesto o bien
con las modificaciones o bien con créditos extraordinarios eso no
tiene ningún interés en que figure en los créditos iniciales del
ejercicio. Don Joaquín le podría contar múltiples anécdotas sobre
este tipo de comportamientos (Risas.) Y los que hemos vivido esa
experiencia en otros momentos de la historia de España sabemos que es
una práctica habitual de todos los ministros de todos los
departamentos; es la monserga -y permítame que se lo diga
cariñosamente- de toda la vida en la gestión presupuestaria. En esto
creo que muchos coincidiremos.

Decía usted, y no le faltaba razón, que las obligaciones reconocidas
son en principio el mejor exponente de la ejecución presupuestaria.

Lo dijo el día 6 de marzo, es verdad y así está generalmente
admitido. En ese sentido creo que el presupuesto, que es la ideología
financiera de un Estado, pone de relieve diferentes opciones. Es
verdad que nosotros hemos dicho públicamente que no éramos
partidarios de la contención de los gastos de inversión, porque hay
muchas necesidades pendientes en España. Hay una España física, en la
carretera, en los ferrocarriles, en las infraestructuras hidráulicas,
que no tiene las dotaciones que se corresponden con el momento
histórico que vivimos, y esa carencia de dotaciones la padecen los
ciudadanos aun en momentos de bonanza económica como el que hemos
experimentado en los últimos cinco años. Eso no solamente ocurre con
la infraestructura convencional; es que se está produciendo una
metamorfosis en el papel del Estado y este tiene compromisos en
comunicaciones, en innovación tecnológica, en I+D y en la formación
de capital humano. Ahí nos encontramos con un hecho que quisiera
poner de relieve y que surge con mucha frecuencia y es que el
Gobierno del PP anuncia continuamente planes: el plan de
infraestructuras, el plan hidrológico nacional, el plan Info XXI, el
plan del consejo escolar, el plan para incentivar los parques de
vivienda de alquiler o el plan de modernización de las Fuerzas
Armadas. Pues bien, estos planes no pasan de las ruedas de prensa.

Hay un ministro, que no hace al caso, que da ruedas de prensa por
toda la geografía nacional, por todas las provincias españolas, pero
cuyas proclamas no traslada nunca a los proyectos y programas de su
departamento. Esas promesas, al no incorporarlas en los proyectos en
los programas de su departamento, no llegan al presupuesto. Son
proclamas de pura propaganda, son mentiras sabidas sin dotación
presupuestaria concreta. Esta situación conviene esclarecerla, por
dos hechos, porque los ciudadanos deben saber que lo que se anuncia
no se incluye en el presupuesto y por algo que todavía es más
diabólico, porque lo que se incluye no se cumple. El



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presupuesto en España no tiene una crisis financiera; el presupuesto
en España tiene una crisis política, fundamentalmente porque no es
creíble, y no es creíble porque no se cumple. Eso es así desde hace
bastantes años, ha ocurrido el año pasado y está ocurriendo en un
ejercicio como éste.

Quisiera recordarle pocas cifras pero significativas. Las Cortes
autorizaron al Gobierno del PP a que dispusiera de créditos iniciales
para inversiones en una cuantía de 1,09 billones y para
transferencias de capital en una cuantía de 1,110 billones. Con las
modificaciones en curso los créditos iniciales se transformaron en
créditos finales en 1,10 billones para inversiones reales y en 1,117
billones en transferencias. Pues bien, con datos del 30 de abril, las
obligaciones reconocidas en inversiones reales son 116.342 millones y
las de transferencias de capital son 209.255 millones, el 10,5 por
ciento, en el caso de las inversiones reales y el 18 por ciento en el
caso de las transferencias de capital, pero si en lugar de ir a datos
globales, vamos a los datos de la memoria, a cuatro de los programas
que ustedes han hecho constar en el documento que nos ha
proporcionado, el porcentaje de obligaciones reconocidas en
infraestructura de recursos hidráulicos es el 9,6; el de
infraestructuras de carretera, el 11,1; el de conservación de
carreteras, el 12,5 -así no va a haber accidentes- y el de
infraestructura ferroviaria el 26,3. De nuevo me he vuelto a leer su
intervención del día 6 de marzo y ocurre ahora que se ven cuatro
meses sin ejecución de inversiones. Usted decía, y tenía razón, que
los gastos pasan de un ejercicio al siguiente, y a veces, en los
cuatro, cinco y hasta en los seis meses primeros, el 90 por ciento de
las operaciones corresponden a ejercicios anteriores y no al
ejercicio corriente.

Hay quien dice que este Gobierno es muy proclive a generar excesivas
expectativas expansionistas en el gasto y esas personas, a veces,
asustadas, acuden a los periódicos reclamando una política inversora
de recorte. Le dicen al Gobierno desde la prensa que está equivocado
y que debe restringir la cuantía de las inversiones. Creo que deben
ustedes tranquilizar a esas personas bienintencionadas y decirles que
el Gobierno del PP anuncia inversiones que sabe que no ejecutará en
muchos años; que por eso no necesita restringir la inversión, que le
basta y le sobra con dejarse llevar por la molicie administrativa y
que el resultado que consigue es igual con esa actitud
administrativa, sin necesidad de externalizar ninguna implicación
política.

Si del análisis de las obligaciones paso al análisis de los pagos, me
viene a la memoria esa canción de Deep Purple, que dice algo así como
Humo en el agua, Smoke on the water, porque con este documento, el
que no nos ha distribuido, el que hemos tenido que buscar en
Internet, uno llega a la conclusión de que la Administración española
en el conjunto del presupuesto tiene un grado de realización de pagos
del 92 por ciento. Pues bien, ese grado de realización de pagos del
92
por ciento es muy distinto según los capítulos. La Administración
española paga el 99,6 del gasto de personal, paga a sus empleados, y
hace bien; les paga a los que le prestan dinero: el 98,8 -es un buen
pagador de deudas-, y paga -y le hablaba en la comparecencia anterior
de que es un ente transferidor- a los que transfiere recursos el 85
por ciento. En conjunto, el grado de pagos del presupuesto en
operaciones corrientes en relación con las obligaciones contraídas es
del 90 por ciento. Hasta ahí todo perfecto. En contra de lo que dicen
casi siempre lo propagandistas conservadores, la eficacia en la
realización del gasto por parte del Gobierno del PP es mucho más alta
en el gasto corriente que en otras modalidades de gasto. Esta es una
de las paradojas de la política. La política tiene muchas paradojas,
pero una de ellas es que se demuestra cotidianamente que su
vinculación con el gasto corriente es mucho más intensa que con otro
tipo de gasto, porque cuando hay cualquier tipo de dificultades el
gasto que se restringe es el gasto de inversión. Se lo voy a decir en
los dos renglones que a mí me parecen significativos. He dicho antes
que las Cortes Generales autorizaron al Gobierno de España a gastarse
en inversiones reales 1,10 billones de pesetas y que las obligaciones
reconocidas hasta el 30 de abril han sido 116.000 millones y los
pagos correspondientes a esas obligaciones 93.000, es decir, el 80
por ciento de las obligaciones, por debajo del porcentaje del
conjunto del gasto público. En cuanto a las transferencias de
capital, los créditos eran 1,117 billones, las obligaciones 209, los
pagos 155 -estoy hablando siempre en miles de millones- y el
porcentaje de realización no llega al 75 por ciento. Malas ratios, de
las peores; las hay aún peores. Me hubiera gustado además que en la
información que ustedes nos han suministrado hubieran separado los
datos correspondientes a la ejecución del presupuesto corriente, que
hemos tenido que sacar del ordenador, de los que incorporan tanto
operaciones del ejercicio corriente como de ejercicios anteriores. En
cualquier caso, del contraste de ambas informaciones se llega
fácilmente a una conclusión: se dejaron de pagar 1,2 billones de
pesetas; medio billón de los mismos eran inversiones que corrían a
cargo de las administraciones públicas.

Por último, veamos las inversiones realizadas a través del capítulo
de activos financieros. Como bien ha descrito usted, ahí hay tres
grandes protagonistas: el Ministerio de Economía, dedicado
fundamentalmente a las aportaciones patrimoniales; el Ministerio de
Fomento, dedicado a sacar del control presupuestario la inversión
pública a través del GIF, y el Ministerio de Ciencia y Tecnología,
con programas de tecnología cualificada y de reconversión industrial.

Por lo que se refiere a los programas de tecnología cualificada, voy
a hacer una cosa que usted me aconsejó y que creo que es correcta
-está en el 'Diario de Sesiones' de su comparecencia del 6 de marzo-,
voy a separar las obligaciones de los pagos. Cuando uno observa el
compromiso



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de la sociedad española a través del presupuesto con este tipo de
programas, los hechos son muy importantes. En el año 1999 la dotación
para el programa de tecnología cualificada era de 233.000 millones de
pesetas y este año es de 301.000, o sea, se ha elevado en un 29 por
ciento. Pero una cosa es lo que nosotros le decimos al Gobierno que
realice y otra lo que el Gobierno acomete. En el año 1999 las
obligaciones reconocidas no llegaron al 60 por ciento -se quedaron en
el 59 por cierto-, subieron en 2000 al 74 por ciento, y en un
programa tan estratégico como ése tendría todo el sentido del mundo
que nos propusiéramos en el año 2001 pasar de ese 74 por ciento. Pues
tengo que decirle que tal como van las cosas, seguramente no va a ser
posible. En el primer cuatrimestre sólo se han reconocido
obligaciones por un 5,2 por ciento, es decir, la mitad de lo que se
reconoció el año pasado, que ya fue bajo, el 12,6 por ciento. Pero si
en lugar de centrarnos en obligaciones pasamos a pagos, las cosas no
van mejor. Se pagó en el año 2000 el 48 por ciento de lo reconocido.

Usted y yo aquí discutimos sobre 117.000 millones de pesetas que
correspondían al ejercicio 2000 y que se pagaron en marzo de 2001.

Esa mala gestión ha conllevado que uno vea como el sistema de ciencia
y tecnología en España ha corrido peligro a lo largo de los últimos
años. Pues bien, ¿qué ha pasado? Que las obligaciones son
insignificantes, el 5 por ciento, pero los pagos son irrelevantes. Se
han pagado los atrasos del ejercicio anterior, pero ¿qué se está
haciendo con el cumplimiento de los objetivos y de los proyectos del
ejercicio presente? Pues se lo voy a decir: se ha pasado de pagar el
48 por ciento en el año 2000 a pagar el 0,6 por ciento en el año
2001. Es decir, se han comprometido 16.000 millones de pesetas y se
han pagado 100. Mucho tienen que cambiar las cosas para que de nuevo
los investigadores españoles no sufran un calvario como el que han
vivido en el ejercicio anterior y nosotros tengamos que soportar como
año a año, pedazo a pedazo, se destroza el sistema de ciencia y
tecnología.

Las cosas no acaban ahí. Viendo el presupuesto de ingresos que usted
ha relatado y viendo las aportaciones y los reembolsos, la
preocupación es creciente, la mía al menos, la de un responsable
político. Permítame que le diga una cosa, doña Elvira. Creo que el
anónimo redactor del texto que usted nos ha remitido desde la IGAE
nos dice algo quedamente. Después de hablar de cientos de millones
dice: se han ingresado 2,6 miles de millones, casi todo procedente de
empresas del sector público. ¿Por qué lo dirá? Se han ingresado sólo
2,6 miles de millones de empresas del sector público. Y aquí hay un
problema que nos tenemos que empezar a plantear. Se conceden
préstamos y se reembolsan. ¿Cuál es el ritmo de concesión y cuál es
el ritmo de reembolso? ¿Quién hace lo uno y quién hace lo otro?
Termino mi larga exposición, señor presidente, haciendo referencia a
un hecho que a mí me es muy querido. Usted sabe, doña Elvira, que yo
soy un atento
lector de un documento que aparece con alguna frecuencia, que se
llama El Gobierno informa. Lo sigo como referente de la información
económica; desde luego le presto menos atención que a la evolución de
la productividad en Estados Unidos o que a las expectativas de los
empresarios en Alemania, pero a pesar de todo le presto atención. De
este documento se afirma que dice lo que tiene que decir y que lo
hace en el momento que lo tiene que hacer. Yo no creo eso. Yo creo
que sirve para validar una vieja ley que existía sobre el valor de
las monedas, la ley de Gresham, que dice que la moneda mala expulsa
del mercado a la moneda buena. Yo creo que la información mala
expulsa del mercado a la información buena. Eso es lo que hace esta
publicación denominada El Gobierno informa, y viene ocurriendo desde
hace tiempo. Yo se lo comenté en el mes de marzo. Le dije que a
principios de año habíamos estado semanas buscando una información
muy parcial que había aparecido aquí y que no éramos capaces de
encontrar en el ordenador porque el servidor se había desactivado, y
ha vuelto a suceder la semana pasada; es decir, usted dio una rueda
de prensa el día 24 de mayo, cuyos documentos están aquí, y nosotros
fuimos inmediatamente a solucionar las carencias de esta información,
a buscar esto que luego apareció el 7 de junio, para conocer todos
los extremos de la cuestión. Eso nos ha pasado a nosotros, pero le ha
pasado también a alguien que se dedica a la información económica.

Permítame que le lea dos párrafos de un artículo publicado en un
periódico salmón el domingo 27 de mayo, en El País, y que firma un
periodista que se llama Jesús Mota. Dice lo siguiente: No es
necesario abordar los dominios de Rodrigo Rato y de Cristóbal Montoro
para encontrar otro ejemplo de resistencia a la información. Las
cifras mensuales y trimestrales de la información sobre liquidación
del presupuesto de cada año han sido sustituidas por expresas notas
selladas con la leyenda El Gobierno informa, que a menudo, unas veces
en términos de caja y otras veces en términos de contabilidad,
resultan imposible de contrastar y de relacionar porque cambian de
criterio periódicamente. Continúa diciendo el señor Mota: Pero aunque
respondieran a series homogéneas, sería inútil, porque el déficit o
el superávit público ya no representa nada o no se sabe lo que mide.

Como gran parte de las inversiones públicas están fuera del
presupuesto a través del GIF y los gastos se disfrazan en circuitos
subterráneos a cuyas cuentas no es posible acceder, la cifra de
superávit o déficit público carece de significado. El gran logro
presupuestario de los equipos económicos de Aznar es el de haber
vaciado de contenido los indicadores tradicionales del sector público
y haberlos convertido en una silenciosa fantasmagoría desconectada de
la realidad.

Créame, doña Elvira, que lo siento como español, créame que lo siento
profundamente, porque el juego entre lo realizado en el mes y lo
ejecutado en el año,



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entre lo que pueda desarrollarse en caja o en contabilidad nacional,
entre lo reconocido y lo pagado, entre lo financiero y lo no
financiero, permite una serie de realidades y de apariencias que
hacen que la información presupuestaria hoy se desparrame carente,
total y absolutamente, de credibilidad. Poco, por no decir nada, es
lo que los usuarios esperan de una parte importante de los datos de
ejecución del ingreso y del gasto que proporciona el Ministerio de
Hacienda. La información que proporciona hoy el Ministerio de
Hacienda es errática y discontinua, está al servicio de la
propaganda, pero sobre todo es escasamente útil.




El señor PRESIDENTE: En nombre del Grupo Parlamentario Catalán
(Convergència i Unió), tiene la palabra el señor Silva.




El señor SILVA SÁNCHEZ: Tengo que decir que mi presencia aquí
obedece, atendiendo a las circunstancias, fundamentalmente a la
cortesía parlamentaria. Antes el señor Fernández Marugán ha sido
capaz de hacer una intervención que podía satisfacer las necesidades
de Los 40 principales y al mismo tiempo las de esta Comisión. Si
tuviese que elegir una canción -posiblemente al Grupo Vasco le pasa
también- sería la de Gira il mondo, gira, porque tenemos que dar
vueltas por 40 comisiones y eso dificulta notablemente la labor.

En primer lugar, quiero agradecerle su comparecencia y su
intervención. Ciertamente los datos que nos han suministrado en esa
primera parte, a la que hacía también referencia el portavoz del
Grupo Parlamentario Socialista, de análisis de la situación
económica, ponen de manifiesto que estamos en ese punto de
desaceleración, pero inferior a la que se podía haber previsto
a finales del ejercicio pasado. En consecuencia, creo que se puede
transmitir, incluso es obligación hacerlo porque responde a la
verdad, un mensaje de optimismo respecto de la evolución de la
situación económica española. La ralentización en los impuestos
indirectos, a la que ha hecho referencia, el escaso incremento en los
impuestos especiales o también un corto incremento en el impuesto
sobre el valor añadido ponen de manifiesto que esa demanda se ha ido
reduciendo, aunque ahora está repuntando, según señalaba, pero no es
menos cierto que los datos que nos vienen del impuesto sobre la renta
de las personas físicas y de las cotizaciones sociales reflejan ese
gran esfuerzo de creación de empleo que se está produciendo a lo
largo de estos meses y, por tanto, en última instancia, también de
incremento de las rentas familiares. Otra cuestión será la duda que
se nos plantee entre la relación impuestos directos e impuestos
indirectos, aunque a nadie se le escapa que con diferentes tipos
impositivos en los impuestos indirectos al final también se puede
acceder a una capacidad de riqueza que con los impuestos directos por
diversos mecanismos podría no
lograrse. Por tanto, quiero mostrar la satisfacción por los datos que
se nos ponen de manifiesto en ese primer aspecto.

En segundo lugar, por lo que hace referencia al grado de ejecución de
los presupuestos, hay que señalar lo significativo, por un lado, de
esa cifra de modificaciones de crédito, que sin embargo está
explicada en la documentación, o de aquellos pagos pendientes de
ejercicios anteriores. El jueves de la semana pasada, con la
comparecencia del ministro de Interior para hablar precisamente de la
ejecución de la Ley de indemnización a las víctimas del terrorismo,
pudimos comprobar que se ha realizado un importante esfuerzo en la
tramitación de ese tipo de expedientes y que posiblemente también
tenga que ver con ese aumento de pagos de ejercicios anteriores,
porque de otro modo el grado de la tramitación de expedientes hubiera
sido diferente.

Estamos de acuerdo con el planteamiento que ha hecho la
compareciente, que creo que ha compartido el portavoz del Grupo
Parlamentario Socialista, de que hay que ser especialmente cuidadosos
en aquellas inversiones que nos garantizan la productividad futura -y
ha aludido al capital humano, a la investigación, desarrollo e
innovación- y las infraestructuras. Ahí es donde debe exigirse un
mayor esfuerzo y donde la contribución al equilibrio presupuestario
de estas partidas tiene que ser absolutamente diferente. De ahí que
reclamemos un mayor esfuerzo en esas partidas inversoras y en la
ejecución de las mismas. Tengo que decir que al menos de lo que
resulta del informe el grado de ejecución del presupuesto, por lo que
hace referencia a las infraestructuras, refleja un importante aumento
respecto de lo que era este primer cuatrimestre del año 2000, lo cual
tiene una enorme importancia. Hay que reconocer que durante algunos
ejercicios hemos aprobado en los presupuestos algunas
infraestructuras que sinceramente después quedaban pendientes de unos
ejercicios para otros y complicaban, incluso desde la perspectiva
política, la pura negociación presupuestaria. Por tanto, todo lo que
suponga un avance en la ejecución de esas partidas será algo que
recibiremos muy favorablemente. Como decía anteriormente, quiero
agradecerle su comparecencia y pido disculpas al presidente, a la
compareciente y al resto de los grupos parlamentarios, porque
obligaciones parlamentarias me reclaman en otro sitio.




El señor PRESIDENTE: En nombre del Grupo Parlamentario Vasco (PNV),
tiene la palabra el señor Azpiazu.




El señor AZPIAZU URIARTE: Creo que queda muy poco que decir en
relación con el análisis de los ingresos y los gastos después de la
intervención del compañero del Grupo Socialista. No voy a meterme en
este tema porque estoy plenamente de acuerdo con la mayor parte de
las cuestiones que él ha comentado.




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Simplemente quisiera hacer hincapié en dos o tres aspectos, quizá
parciales, pero que tienen cierto interés.

En primer lugar y se lo digo sin ninguna maldad -entiéndamelo así-,
quisiera hacer una reflexión sobre el propio informe y los datos que
usted nos ha suministrado. Tengo que reconocer que lo he leído muy
rápidamente, pero la impresión que me ha causado su lectura es que es
bastante confuso, hay muchísimos números, los conceptos están
bastante mezclados y es difícil sacar unas conclusiones claras sobre
lo que está pasando en materia de ejecución presupuestaria y sobre
cuáles podrían ser las previsiones de cierre y de futuro a tenor de
los ritmos de ejecución de los ingresos y de los gastos.

Yo he trabajado muchos años en un servicio de estudios y sé lo que
cuesta hacer un informe, juntar tres datos y hacer un comentario que
tenga relativo sentido. Valoro enormemente el trabajo que ha hecho el
economista en el que ha recaído la tarea; sé que le habrá llevado
muchas horas, pero sinceramente pienso que sería más clarificador y
mejor para los aquí presentes que seleccionaran la información básica
en materia de ejecución de ingresos, gastos o déficit y que hicieran
un pequeño esfuerzo para redefinir algunos cuadros que pueden ser
mejores para sacar conclusiones más claras y que en vez de escribir
58 páginas, que creo que es un trabajo muy duro, fueran media docena
en las que se explicara cuáles son los verdaderos motivos de que los
ingresos vayan de una manera, los gastos vayan de otra y el déficit
se haya situado en una magnitud o en otra.

No voy a entrar demasiado en los datos, como ya he dicho, porque el
compañero socialista lo ha hecho sobradamente y sobradamente bien. Sí
quisiera hacer hincapié en el tema de la inversión pública. Me parece
bastante preocupante que la ejecución sea tan baja y que a final de
año no se llegue a cumplir en un porcentaje elevado como desearíamos.

Necesidades hay. Si vamos al anexo de inversiones reales del Estado,
me fijo en las del País Vasco y veo que hay un gran número que año
tras año se dejan de cumplir y habiendo recursos creo que se podrían
impulsar, al menos para que esos compromisos -lo digo como ejemplo-
se fueran haciendo realidad. Sería deseable e interesante -sé que es
muy pronto a estas altura del año- hacer unas previsiones de lo que
puede ser el cierre del ejercicio, usted ha dicho que en el
presupuesto se hace previsión política y económica y sería importante
que se hiciera un esfuerzo, sobre la base de la realidad actual, para
conocer cuál es la previsión desde el Ministerio, del término del
ejercicio. Quizás en la siguiente comparecencia cuatrimestral sea más
fácil hacerlo porque tendremos datos de ingresos y de gastos más
ajustados e importantes.

Cada vez que hay una comparecencia suya o de un responsable del
Ministerio de Hacienda siempre sale la famosa ley de estabilidad
presupuestaria, a la cual yo no le tengo excesivo cariño. Usted ha
dicho que no tiene
sentido el déficit público en épocas de crecimiento económico. Puede
ser así y podríamos discutir sobre esa cuestión. Yo lo que le digo es
que con la ley de estabilidad presupuestaria no va a tener sentido
nunca en el futuro, aunque el crecimiento económico no se produzca.

Esta es una reflexión que el Gobierno debe hacer a la vez que los
demás grupos parlamentarios. Yo creo que tampoco merece la pena
insistir mucho más y que es mejor que el representante del Partido
Popular intervenga. Muchas gracias de todas formas por sus
explicaciones.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Cámara en nombre de
Grupo Parlamentario Popular.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: Muchas gracias al señor Azpiazu
por su amabilidad. En alusión a la última parte de su intervención,
señor Azpiazu, quiero recordarle algo que SS. y este portavoz hemos
vivido en el País Vasco. La primera vez que este diputado que les
habla oyó hablar a algún representante político de la necesidad de
establecer en términos de equilibrio presupuestario la presentación
del presupuesto público fue en el año 1994 y se lo escuché a don Juan
José Ibarretxe a la sazón vicelehenkari del Gobierno vasco, y
estábamos en el año 1994 encarando otro tipo de hacer política
presupuestaria en el resto de España. Esa fue la primera ocasión en
la que yo pude escuchar a un representante político hablar de lo que
para las familias vascas y para las familias en general suponía la
presentación, en términos de equilibrio presupuestario, del
presupuesto público y de su ejecución. En ese punto se adelantaron
ustedes al Gobierno de España. Por lo tanto, todas esas reacciones en
contra de la ley de estabilidad como instrumento de política
financiera creo que no se corresponden nada más que con la realidad
política del momento actual y poco más, porque, como digo, en el País
Vasco se han presentado desde el año 1994 hasta este momento dos
presupuestos en términos de equilibrio presupuestario, incluso de
superávit presupuestario. Por lo tanto, no me parece que tengan
demasiadas posibilidades de éxito las manifestaciones que hace el
señor Azpiazu respecto a los propios representantes políticos de la
Comunidad Autónoma del País Vasco.

Dicho esto, respondiendo al comentario que hacía el señor Azpiazu,
quiero referirme a una de las primeras interpretaciones que ha hecho
el señor Fernández Marugán sobre la comparecencia del día de hoy.

Resulta sorprendente ver como -desde luego con muchísima habilidad y
con gracia que todo el mundo sabrá reconocer en su discurso- se puede
llegar a decir tan poco. Aparentemente, el señor Fernández Marugán ha
hecho un despliegue de argumentos numéricos que pueden ofrecer dudas
en sus planteamientos, si me permiten, más de brocha gorda que de
pincel, como aparentemente quisiera dar la sensación el señor Fernán
dez



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Marugán. Por la interpretación que hago de sus palabras en cuanto a
la ejecución del presupuesto público hasta el momento actual, para lo
que ha ofrecido datos, intuye que hay falta de tensión en la
actividad del sector público que después no se contrasta con la
realidad y que pueden existir dudas sobre la agilidad de los
servicios administrativos. Las inercias en la Administración pública
pueden llevar a hacer esta reflexión una y mil veces.

Ha hecho referencia a la tampoco novedosa afirmación de que en la
información suministrada por el Gobierno del Partido Popular existe
un exceso de maquillaje y lo atribuye además, de forma generosa,
entiendo yo, a la rigidez administrativa, a la necesidad de que el
Gobierno plantee información presupuestaria para intentar no hacer
lucir la rigidez administrativa -por tanto, lo condiciona a la acción
de la propia Administración pública y no a la acción del Gobierno-,
para acabar diciendo, y confirma mis palabras -lo que pasa es que es
ciertamente difícil seguir en ocasiones el discurso que quiere hacer
y el que está haciendo en realidad-, que existe un excesivo
predominio de lo formal sobre lo real. Por lo tanto, la conclusión a
la que llega nuestro grupo parlamentario es que las dudas del Grupo
Socialista sobre el presupuesto público y sobre su ejecución son
también de carácter formal, por lo que acabo de decir, y que no son
sobre la política presupuestaria del Gobierno del Partido Popular. La
política presupuestaria no genera dudas al Grupo Parlamentario
Socialista, no genera incertidumbre de ninguna clase ni ninguna
desconfianza. La desconfianza se genera sobre instrumentos que están
en la ejecución del presupuesto pero no en la propia política
presupuestaria del Grupo Parlamentario Popular. No diré yo que es
casi un respaldo material a la acción del Gobierno en materia
presupuestaria, pero casi lo parece. Haciendo un análisis detenido de
las palabras del señor Fernández Marugán yo creo que se puede
interpretar esto sin ningún género de dudas, porque fíjese que la
secretaria de Estado de Presupuestos hoy ha hecho un planteamiento
político sobre la importancia y la relevancia del momento que viven
las finanzas ya no sólo de España sino de toda Europa. Habíamos
conocido algún dato adicional en materia de tensiones de precios en
el resto de Europa, y efectivamente España está viviendo tensiones
parecidas a las de otros países, y unida a una desaceleración del
crecimiento económico, la reflexión que tocaba hoy hacer, que creo
que ha sido oportuna y correctamente planteada por la secretaria de
Estado de Presupuestos, es si la política presupuestaria se debe
valorar en términos de mayor restricción de la que existe en la
actualidad para combatir tensiones inflacionistas o si bien lo que
hay que hacer es un tratamiento menos restrictivo, precisamente
porque el ritmo de aceleración o de crecimiento económico es menor
del que existía desde el año 1995. Nuestro grupo parlamentario no
comparte la opinión del Grupo Parlamentario Socialista, manifestada
en muchas ocasiones, por la que se viene a decir que estamos
acabando el ciclo que comenzó en el año 1995. Han empezado por
reconocer ya que en el año 1995 comenzó un ciclo económico de
expansión; no se han atrevido a reconocer con claridad que en los
años 1995, 1996 y 1997 se decían cosas bien distintas por otros
portavoces de dicho grupo, pero esta es la realidad. Por tanto,
seguimos en ritmos de crecimiento económico. No hay una finalización
del ciclo, sino que lo que está ocurriendo es lo que el Gobierno
anunció hace unos años cuando puso en marcha las reformas en la
estructura económica de España que han dado lugar a lo que estamos
viviendo en la actualidad. Han sido vencidos desequilibrios básicos
que tenía nuestra economía y, como consecuencia de ello, los ciclos
de crecimiento en España son más largos de lo que solían ser, son
menos acusados de lo que solían ser las puntas de crecimiento y ello
nos permite hablar de un ritmo de crecimiento y de un comportamiento
de la economía española diferente, más sano y consolidado del que
tenía antes de acometer las reformas estructurales. Si además eso lo
unimos a que los datos de crecimiento del empleo siguen siendo
esperanzadores para quienes todavía sigue siendo este el problema más
importante de los españoles, a decir por las últimas encuestas del
CIS, y que seguimos aportando a la sociedad española cifras de
afiliaciones a la Seguridad Social por encima de los 15 millones,
estamos hablando de un comportamiento de la economía española -y la
política presupuestaria algo tendrá que ver- que está aportando
beneficios cuantiosos a la sociedad.

Quiero agradecer a la secretaria de Estado el ejercicio didáctico o
de formulación política que ha hecho en torno a si la política
presupuestaria que estaba aplicando en cuanto al grado de restricción
en la ejecución de los presupuestos era la adecuada o no. En nuestra
opinión -y estoy de acuerdo con la secretaria de Estado de
Presupuestos- no hay que hacer una política de menor ni de mayor
restricción. Creo que estamos en el punto que buscaba y que necesita
la sociedad española en la actualidad, que es el del equilibrio
presupuestario, el equilibrio en el mantenimiento de las necesidades
tanto de expansión de las políticas del sector público como de
restricción en cuanto a las posibilidades de que el sector público se
incorpore a una carrera que en otras épocas solía ser desenfrenada
para dar algunas soluciones que lograron desequilibrar de forma
alarmante la estructura económica de nuestro país. Nosotros creemos
que es precisamente la política de equilibrio de la ley de
estabilidad presupuestaria, que hoy no ha sido especialmente
criticada por el Grupo Socialista pero que sí lo ha sido en otras
ocasiones, la que va a contribuir a que el panorama de crecimiento
económico sea el óptimo para España y que nuestro comportamiento
respecto a otros países sea cada vez más el que busca nuestro país, y
no como solía ocurrir que nuestropaís fuera a otros ritmos y con
condicionamientos distintos



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al resto de Europa. Hoy ya podemos ver que los datos económicos
confirman que España resiste mejor los problemas de carácter macro
que ocurren en el resto de los países de nuestro entorno.

En cuanto a los datos de ejecución presupuestaria, tengo obviamente
una lectura diferente de la del señor Fernández Marugán, que si me
permite decirlo, se ha fijado más en aspectos puramente accesorios de
la ejecución presupuestaria. No es baladí que haya habido un
incremento de la formación bruta de capital del 29,1 por ciento, y el
incremento de las inversiones en términos contables de obligaciones
reconocidas por encima del 20 por ciento creo que no es un dato que
pueda arrojar dudas sobre la molicie administrativa en relación con
la capacidad de la Administración pública, y en concreto de los
ministerios inversores para poner en marcha inversiones en España.

Creo que no es así. Es más, creo que el dato que ha dado la
secretaría de Estado es muy esclarecedor en ese sentido: se está
hablando de medio billón de pesetas en términos de adjudicación de
compromisos sobre inversiones que se van a materializar en el año
2001, y estamos hablando de un porcentaje de realización en este
momento, de no adjudicarse más obra pública, del 73,6 por ciento en
el Ministerio de Fomento, si no recuerdo mal por los datos que ha
dado la secretaría de Estado, y del 70 por ciento en el Ministerio de
Medio Ambiente, que son los dos ministerios eminentemente inversores.

Esto no es molicie administrativa ni es lo que parece querer inducir
en su discurso el Grupo Socialista, como también es equivocado el
planteamiento que hacía el Grupo Parlamentario Vasco (PNV). No es
verdad que se ejecuten mal las inversiones en el Estado, de ninguna
de las maneras. Estamos hablando de porcentajes de ejecución que no
llegan, es cierto, al cien por cien, pero que desde luego superan con
mucho ritmos de ejecución presupuestaria en materia de inversiones en
otros momentos presupuestarios vividos en España. El dato es
suficientemente claro: tres cuartas partes del presupuesto público
que se puede ejecutar durante 2001, durante el ejercicio
presupuestario presente, están adjudicadas; por tanto, habrá que
presumir que la realización del gasto en términos contables se
producirá inexorablemente en esos mismos términos en el momento
actual, y a nada que se añada yo creo que estaremos -y habrán de
reconocerlo- en términos de ejecución presupuestaria bastante
razonables. No me atrevo a decir que son brutales, pero estamos
hablando de los cuatro primeros meses del año y de realizaciones del
73 por ciento en el caso del Ministerio de Fomento.

En cuanto al tratamiento de las modificaciones de crédito, decía el
señor Fernández Marugán en su intervención que no siempre había sido
así. Pues depende de donde se ponga la frontera temporal. Las
modificaciones de crédito, efectivamente, desde hace unos años a esta
parte -intuyo que a partir de 1996- son básicamente las que aparecen
en la ejecución del cuarto trimestre
de este año. Estamos hablando fundamentalmente de
modificaciones presupuestarias, en este caso para sostenibilidad de
los presupuestos y en el caso de las víctimas del terrorismo como
consecuencia de la aprobación reciente de un proyecto de ley, y
estamos hablando de acometer obras extraordinarias por inundaciones,
que por cierto lo que hacen es favorecer también el sostenimiento de
las arcas públicas de corporaciones locales muy dañadas por el efecto
devastador de la naturaleza. Quiero afirmar de forma clara que esto
no siempre ha sido así y que parecen no recordar que en el año 1996
algunos debimos afrontar, especialmente en el Gobierno, el Real
Decreto 12/1996, por el que había que reconducir 720.000 millones de
pesetas, que de ninguna manera correspondían a proyectos de ley
aprobados si no tenían consignación presupuestaria, ni
a sostenibilidad del presupuesto, ni a corporaciones, ni al
sostenimiento de daños por inundaciones, etcétera. Estamos hablando
de lo que estábamos hablando en 1996, y por eso decía que la frontera
temporal quizá se deba establecer en esos términos, y no en aquellos
a los que hacía referencia el señor Fernández Marugán.

En cuanto a la reducción de la recaudación no impositiva, tengo que
hacer una consulta a la secretaria de Estado. Ha dicho que ha habido
una disminución del 80 por ciento en transferencias de capital
provenientes de la Unión Europea, y lo atribuía a que había falta de
ejecución. Puesto que usted ha dicho que no hay certificaciones, es
decir que no está certificada la obra del marco de apoyo comunitario,
mi pregunta es si estamos hablando de espacios temporales o estamos
hablando de verdad de falta de ejecución; porque estaríamos hablando
de una extraordinaria capacidad de ejecución presupuestaria en
términos de adjudicación de obras por parte de los ministerios
inversores del Gobierno, y en algún punto tendríamos alguna pega como
consecuencia de que las transferencias de capital, aunque están
ingresadas en términos financieros en el Estado, no están ingresadas
contablemente en términos reales como consecuencia de la falta de
certificación, y sobre esto quiero decirle que nuestro grupo
parlamentario considera que necesariamente tendría que darse alguna
explicación adicional.

En cuanto a las transferencias a la Seguridad Social, el Partido
Socialista se empeña en ver, como decía, aspectos más relacionados
con el funcionamiento de la Administración que con lo que
verdaderamente tiene importancia para los españoles. En la ejecución
del presupuesto se pone de manifiesto, como ha explicado la
secretaria de Estado, que hay un incremento de las transferencias a
la Seguridad Social del 48 por ciento, lo que supone un incremento de
casi el 7 por ciento en relación con el mismo período del año
anterior. Estamos hablando de un incremento en las transferencias al
Insalud de más del 6 por ciento, por tanto 1.845 millones de pesetas,
y de un incremento del 14 por cientopor prestaciones financieras no
contributivas. Estos



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incrementos aparecen ya en el presupuesto, y no sé si por la
necesidad de mantener un discurso, imposible de mantener por otra
parte, y por la imposibilidad política de reconocer que al menos en
algunos puntos, en concreto en los que aparentemente podía haber
debilidades en un Gobierno que ellos denominan conservador, existe un
crecimiento evidente del gasto de carácter social. A mí me gustaría
que en alguna ocasión el Grupo Socialista tuviera el señorío de
reconocer que las cosas en materia social son tal y como son, y no
tal y como quieren hacer aparecer, disfrazadas de una suerte de pegas
de carácter instrumental que desde luego es difícil reconocer, aunque
insisto en la gracia con que suele adornar sus intervenciones el
portavoz del Grupo Socialista.

Finalizo ya, señor presidente, haciendo referencia a lo que ha dicho
el Grupo Socialista respecto a las mentiras del Gobierno en cuanto a
los planes que pone en marcha y que anuncia a la sociedad española
para modificar la realidad de nuestro país, y quiero decirle que esto
además de ser falso hace un flaco favor incluso a posiciones de su
propio grupo parlamentario y del partido al que representa. Yo no
quiero pensar que cuando el señor López Aguilar se presenta en rueda
de prensa pública con el ministro Acebes para presentar el plan de
choque de la justicia, reforma ambiciosísima en la que su partido ha
colaborado intensamente, el señor López Aguilar esté también
mintiendo a los españoles. Y como me niego a pensar que también el
Grupo Socialista esté mintiendo del mismo modo que S.S., quiero
interpretar que lo que ha ocurrido es sencillamente que S.S. tiene
una percepción equivocada de lo que está haciendo su propio grupo
parlamentario.

Aplicando coplillas a lo que el Grupo Socialista viene haciendo, se
me ocurren un par de ellas, sobre todo una muy española, Cántame, de
María del Monte. Ustedes más allá de explicarnos las cosas que en su
opinión parece que hacemos mal, son incapaces de poner en marcha
iniciativas parlamentarias que no públicas. Hablando de iniciativas
de carácter ensordecedor por su número y por los decibelios
utilizados en su presentación, esta presentación que ustedes han
hecho de la tarifa plana para ricos del impuesto sobre la renta de
las personas físicas, ¿qué quieren que les diga? Para poder acreditar
una acción política suficientemente contrastada, válida y eficaz que
represente los intereses de los españoles a lo mejor lo que hay que
hacer es dejar de cantar y de hablar tanto y presentar proyectos. El
portavoz adjunto de mi grupo parlamentario, el señor Martínez-
Pujalte, les hizo el otro día un ofrecimiento, un ruego incluso en
términos de reto: presenten ustedes los proyectos en la Cámara. Están
continuamente hablando de que el Partido Popular hace sus
presentaciones de cara a los medios de comunicación. Bien, pues
contribuyan a generar dudas sobre este planteamiento que puedan
atribuirse al Partido Popular no haciendo ustedes exactamente lo que
dicen que hacemos.

Presenten su particular tarifa plana para ricos, cómo debiera
ser el entendimiento del equilibrio presupuestario, el déficit
presupuestario o los términos en los que debe ejecutarse el
presupuesto público en España y déjense de monsergas. Quizás a partir
de ese momento podamos hablar de lo que a algunos nos interesa, esto
es de política y de lo que en realidad les interesa a los españoles;
es decir de cómo se les pueden solucionar los problemas, porque hasta
el momento lo único que hemos escuchado han sido palabras, palabras,
palabras, como decía aquella canción de la Cinquetti, por seguir con
el cancionero, y poco más, señor presidente. Sólo espero que haya un
reconocimiento por parte del Grupo Socialista y que dejemos de
escuchar tantas y tantas palabras.




El señor PRESIDENTE: Señor Cámara, para que conste en el 'Diario de
Sesiones', tengo que decirle que esa canción no la cantaba Gigliola
Cinquetti, sino Rita Pavone. (Risas.)



El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: Señor presidente, yo no había
nacido. ¡Qué le vamos a hacer!



El señor PRESIDENTE: Simplemente quería hacer justicia a la artista,
aunque no sé a cuál de las dos, por cierto.

Acabada esta primera ronda de intervenciones, tiene la palabra la
señora secretaria de Estado, tras cuya intervención tendrá lugar un
pequeño turno de réplica para posteriormente cerrar ella el debate.




La señora SECRETARIA DE ESTADO DE PRESUPUESTOS Y GASTOS (Rodríguez
Herrer): Quiero dar las gracias a SS.SS. por la atención que han
prestado y sobre todo por el análisis que han hecho de la información
que les he facilitado, así como por darme la oportunidad de explicar
mejor algunas cuestiones sobre nuestra ejecución presupuestaria en el
primer cuatrimestre de este año.

Voy a empezar por algo que creo no tiene nada que ver con la
ejecución presupuestaria. Lamento que el señor Marugán como español
sienta la información que facilita el Ministerio de Hacienda. En
realidad yo creo que siente como español el comentario particular de
determinado medio, como yo siento muchos. Sin embargo, permítame le
diga que en este caso no está en lo cierto y que intente convencerle
de lo contrario. Yo llevo en la Secretaría de Estado el tiempo que
llevo, y sinceramente nunca se ha facilitado como ahora información
más en tiempo, en mayor cantidad y más homogénea. Si nos fijamos en
las notas de prensa a través de las cuales el Gobierno informa, éstas
se van adaptando a la realidad que se presenta en unas estadísticas
que los miembros de los medios de comunicación facilitamos y que
además se cuelgan de la red. El únicocambio que hemos efectuado
durante el último año ha



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sido dar la información en euros, algo que yo debía haber hecho hoy
en esta Comisión, pero tengo que confesar que como todavía se habla
en millones de pesetas aún me cuesta un poco, aunque la de
septiembre, cuando traiga el presupuesto, será en euros para que
todos vayamos acostumbrándonos. Así pues, el único cambio es que la
estadística se ha dado en euros, facilitando desde el mes de enero en
dicha estadística los datos en términos de contabilidad nacional,
contabilidad nacional plenamente adaptada al SEC 95, de acuerdo con
los manuales de procedimiento de Eurostat, y absolutamente homogénea
entre un período y el siguiente.

Como le decía, no se deben confundir las notas de prensa con la
información estadística. Usted mismo a lo largo de la comparecencia
me ha dado muchos datos que ha sacado de Internet y ha sido capaz de
analizar y profundizar en la ejecución del presupuesto, esto ya es un
avance importante en la transparencia de la información. A mí no me
gusta dar marcha atrás a los relojes -yo creo que eso va en la
condición femenina y en el fondo es poco práctico-, puesto que cuando
una cosa pasa ha pasado y ya está, pero los datos de ejecución eran
oscuros cuando se guardaban las cosas en los cajones y simplemente no
se contabilizaban, como hemos visto que ha sucedido ejercicio tras
ejercicio. Aquí atiendo a la consideración que nos ha hecho el señor
Azpiazu. De momento hemos intentado mejorar en tiempo y en forma y
hemos tratado de facilitarles medios que no me atrevo a llamar
informáticos, pero con los que ustedes pueden trabajar y que creo que
funcionan bien. Me he pasado muchos años analizando datos, y cuando
con tan poco tiempo tengo que encontrar una serie de documentos -la
comparecencia, y esto no es una excusa, se adelantó una semana-, yo
misma estoy insatisfecha con la propia información, ya que me
gustaría llegar más allá. Por tanto, tomo buena nota de su petición,
e indudablemente intentaremos hacer lo posible por mejorar la
información que les facilitamos.

Paso a continuación a referirme a todo lo que se ha planteado aquí y
acerca de lo cual creo que he tomado buena nota. De todas formas, por
si algo no queda claro, después va a haber un turno de réplica y otro
de contrarréplica. En primer lugar, me gustaría hacer referencia
a los ingresos y a algo que decimos con cierta frecuencia y de lo que
nos olvidamos. Cuando me he referido a la ejecución del presupuesto
de ingresos, lo he hecho en parte. Cada vez que hablamos de lo que
suponen en la recaudación del Estado los impuestos directos sobre la
renta y el patrimonio en porcentaje y los impuestos sobre el consumo
nos olvidamos de que la recaudación de los impuestos sobre la renta y
la propiedad viene disminuida con las devoluciones de ingresos por la
parte cedida a las comunidades autónomas, que haría que esa
participación tornara y fuera mayor en un caso que en otro. Ahora no
le puedo facilitar exactamente los datos, pero yo creo que eso es
algo que
se puede deducir fácilmente. Esa parte del impuesto sobre la renta
cedida a las comunidades y el impuesto sobre el patrimonio, que
también está cedido, hace que la recaudación estatal por impuestos
nos presente un panorama de nuestro sistema impositivo que no es
exactamente el que se produce.

Entre usted y yo, señor Marugán, hay una cosa que ya ha sido objeto
de debate en anteriores comparecencias y que yo estoy dispuesta a
debatir cada vez que me la plantee. Se trata de que la ejecución del
presupuesto no son los pagos, sino los gastos y los gastos son las
obligaciones reconocidas. Cuando nosotros modificamos la Ley de
disciplina, intentamos que los gastos se aplicasen al presupuesto en
el que se producían, puesto que de él derivaban, y no los pagos que
es una mera cuestión de tesorería. Realmente nosotros no estamos mal
de tesorería en estos últimos años, no tenemos problemas de
endeudamiento, pero a pesar de que las obligaciones reconocidas son
obligaciones de pago, según dice nuestra Ley general presupuestaria,
podría parecer legítimo, aunque luego le pidan intereses de demora,
que la Administración en su faceta de tesorería o el Tesoro público
hiciera gestión de eso, de tesorería, y pudiera de alguna manera
demorar obligaciones de pago que le llegan a la caja para hacer
efectivas a terceros. Usted dice que es menos el grado de ejecución
de pagos de las inversiones que de otros capítulos. Pues bien, eso lo
da el propio procedimiento de ejecución. La nómina se paga a fecha
cerrada, las transferencias en su bloque importante, como financian a
otros agentes, se pagan por dozavas partes y de forma periódica y así
también muchos gastos de funcionamiento y los intereses vencen cuando
vencen. Pueden darse casos como el que ocurrió en abril de 2000 (hubo
un reconocimiento de obligaciones que se mandaron pagar muy a finales
de abril, aunque no tengo el dato contable, seguramente dos o tres
días antes del cierre), el pago, que es inmediato o automático, se
haga los primeros días de mayo y que sin embargo las certificaciones
de inversiones lleguen a la caja y como son particulares, tarden un
poco más en pagarse.

Nosotros estamos trabajando, como le dije en mi comparecencia de
marzo, con algo que se llama período de ampliación (no vamos a
trabajar este año como consecuencia del cambio de moneda, de la
peseta al euro, porque no sería posible), a lo largo del mes de
enero. Y por las circunstancias en la ejecución inversiones, ya que
las certificaciones de obra se acumulan en el último trimestre, de
forma muy intensiva, y que es una forma de ejecutar, esa curva se
repite año tras año, no parece muy correcto, se intenta arreglar y
quizá con este incremento en el grado de ejecución, que ya hemos
visto, los ministerios gestores de inversiones lo vayan arreglando;
pero esas certificaciones que se contabilizan en el mes de enero
siempre se van a pagar como ejercicios cerrados. Aunque se hayan
aplicado al presupuesto



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del 2000 se contabilizan en enero del 2001, y siempre van a
corresponder a pagos del ejercicio 2001.

Ya vimos que la ejecución del año pasado, como consecuencia del
cambio de Gobierno se concentró en los últimos meses y espero
sinceramente que la ejecución de este año vaya más homogénea, porque
al final eso es bueno para todos, para los que contabilizan, para los
que fiscalizan y también para los que hacemos previsiones de
ejecución.

Por lo que respecta a las previsiones de ejecución, señor Azpiazu,
estimo que en mi próxima comparecencia, que creo es ya la de
presupuestos, podremos adelantar datos de previsión de ejecución, ya
que en este momento todavía tenemos algunas incógnitas de desarrollo
de ingresos, aunque por la dinámica de lo que son los gastos podemos
estimar cómo vamos a ejecutar a final del ejercicio.

En cuanto a las modificaciones creo que podemos facilitarle
información sobre lo que es la operación de canje y recompra de deuda
pública, que tiene dos patas. Cuando recompramos o canjeamos deuda no
nos ahorramos los intereses, se los cargamos al presupuesto en curso.

Este tipo de operaciones se hace porque en el presupuesto caben y
porque son muy beneficiosas para presupuestos venideros. Esas
operaciones, además de adelantar el pago de los intereses que
vencerían en ejercicios futuros y es a lo que no van a tener que
atender dichos ejercicio, conllevan la amortización no prevista de
las operaciones de canje o recompra, y es la que principalmente me
lleva a ver que frente a una modificación del capítulo 3, intereses,
nos encontramos una modificación en el capítulo 9, en torno a 800.000
millones de pesetas, que es la operación que se quiere llevar a cabo,
y que al igual que la de intereses no se ha ejecutado. Eso sí, si
nosotros vemos cuál es la ejecución del capítulo 9, que en este
momento no la tengo aquí, encontraremos que será una ejecución
escasa, porque esta modificación no se ha ejecutado, pero le podemos
facilitar la información, si le interesa. ¿Las modificaciones son las
de siempre? Sí. Tenemos una serie de modificaciones que se repiten
ejercicio tras ejercicio y que no tienen más remedio que producirse.

Es cierto que la relativa a catástrofes es la modificación por
excelencia, porque es un imprevisto que ahí está, pero usted ha
citado dos diferentes y que me gustaría comentar. La primera es el
coste de la participación de nuestras Fuerzas Armadas en el exterior.

Es cierto que ese coste lo vamos teniendo ejercicio tras ejercicio,
pero también es cierto que cuando hacemos el presupuesto no
conocemos, porque procede de decisiones periódicas del Gobierno, si
amplían el plazo de nuestras Fuerzas Armadas en el extranjero, en
este caso en los países balcánicos o incluso en otros países. Ésa es
la razón, porque dentro de las excepciones a que se refiere la propia
Ley de presupuestos este crédito es ampliable, y es una excepción
importante porque no es ampliable por otra ley que la propia de
presupuestos.

Creo que es el único crédito de este tipo que nos queda, no como en
épocas anteriores, ya que para el resto de los créditos son leyes
independientes las que los hacen ampliables, y lo vamos repitiendo
porque al final esto permite una acción de Gobierno importante.

Por lo que respecta a las víctimas del terrorismo me va a perdonar si
le digo que no tiene razón, tenemos un crédito de ampliación y espero
que operaciones como ésta no haya que repetirlas. Se trata de un
crédito extraordinario que aprobó el Parlamento y lo único que
estamos haciendo es pasar ese remanente del crédito extraordinario de
un ejercicio al otro, incorporarlo, para terminar de utilizarlo en
los propios objetivos de los que habló el Parlamento.

En relación con las obligaciones reconocidas volvemos a aquello de lo
que estamos hablando. No pasamos gastos de un ejercicio a otro. La
Ley de disciplina nos impide pasar gastos de un ejercicio al
siguiente, salvo en aquellos casos que tuvieran créditos con
imputación del ministro de Hacienda, siempre que hubiera remanente de
crédito y con informe favorable de la Intervención delegada. Lo que
pasa es que los pagos a veces saltan de un ejercicio al siguiente,
pero nosotros no estamos restringiendo las inversiones. Es más,
aunque espero que no cambien las tornas, desde que estoy en estos
menesteres, y me incorporé en el Gobierno anterior como directora
general de Presupuestos, he repetido muchas veces que los créditos
que dotamos podrán ser insuficientes a juicio del gestor, los
habremos discutido, pero los créditos están para ejecutarlos, porque
así es como está establecido y así lo ha dicho el Parlamento.

Creo que los grados de ejecución en obligaciones de nuestros créditos
para inversiones son bastante altos, son importantes. Muchas veces es
imposible gastarse hasta la última peseta, porque en este tipo de
créditos si ejecutamos al cien por cien seguro que dejamos facturas
en el cajón. Es imposible, tendríamos que ser como augures, con lo
cual creo que los remanentes de crédito son los más ajustados
posibles, aunque otra cuestión, repito, es la de los pagos.

Creo que en el libro, con independencia de la información que dé y de
hasta dónde podemos llegar, no mezclamos los datos de ejecución del
presupuesto corriente con los datos de ejecución de presupuestos
anteriores, salvo en la primera parte, en la que hablamos de caja y
nos referimos a pagos; pero vuelvo a decirle, señoría, que debemos
mirar la ejecución como las obligaciones que cargamos al presupuesto
del ejercicio en curso.

Por lo que respecta a los activos financieros le doy la razón en que
las cifras de ejecución en éstas rúbricas sí podemos considerar que
son bajas; cifras de ejecución del 60 al 75 por ciento son
insuficientes, sobre todo en programas que tienen un contenido
especialmente interesante. Lo que pasa es que estos programas son muy
particulares y en algunos casos en las cifras



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de ejecución de los grandes e importantes programas a que me he
referido, de Airbus, de EFA o de las propias fragatas F-100, incluso
los programas de los carros Leopard, la ejecución de los créditos va
unida a la ejecución industrial del programa, si esa ejecución
industrial, por unos u otros motivos es la que se retrasa, en este
caso poco puede hacer el gestor del programa para que esa ejecución,
que puede tener problemas industriales o de otro tipo, se pueda poner
en marcha. Y al hablar de otro tipo de problemas me refiero a los
carros Leopard, que es lo que ha dado causa a la falta de ejecución o
a la baja ejecución de estos años, por razones que creo todos ustedes
conocen. Depende del grado de maduración de los programas, pero es
cierto que si dotamos recursos en estas rúbricas debemos hacer que
las rúbricas se ejecuten de la manera más eficiente y eficaz posible.

Usted se ha referido a los ingresos por activos financieros, ha dicho
que son pocos, 2.600 millones de pesetas, pero yo me atrevo a
adivinar -y no tengo el dato- que cuando se habla de empresas
públicas nos estamos refiriendo a reembolsos del CDTI, que tiene la
consideración de empresa pública en la codificación presupuestaria,
y que se refieren a la operaciones de reintegro de los préstamos que se
instrumentan a través de este organismo público.

Los programas importantes como el Airbus y los programas militares
tienen un grado de reembolso que va más allá en el tiempo y creo que
empezará a producirse allá por el año 2004. Tampoco tengo el dato,
pero los datos son públicos, incluso en acuerdos de Consejo de
Ministros que llevan los convenios incorporados.

Señor Azpiazu, por lo que respecta a la ley de estabilidad
presupuestaria -que no es el caso, pero a la que hice una pequeña
referencia-, lo que quería decir es que no debemos tener déficit
público en momentos de crecimiento, pero tampoco debemos tenerlo en
momentos de recesión, porque el déficit público lleva al final a
agravar esos períodos de recesión, como hemos podido ver en épocas
anteriores.

Señor Cámara, voy a explicarle esto, que quizás sea muy técnico,
porque ese párrafo lo redacté yo, y es fácil que, habiéndolo
redactado yo, no se entienda. Estamos comparando los ingresos de
transferencias de capital de la Unión Europea del año pasado con los
de éste. La verdad es que estamos comparando recaudación, y la
recaudación tiene un sustrato diferente. El año pasado las
transferencias de capital que nos venían eran el cierre del marco de
apoyo comunitario; proyectos y programas de inversión ya aprobados
por la propia comunidad, que recibían transferencias referidas a su
grado de avance. Estamos empezando un marco de apoyo comunitario
nuevo. Lo que tiene que hacer la comunidad es aprobarnos los
programas que se certifican, y lo que tenemos que hacer nosotros es
aplicar a presupuesto los anticipos correspondientes al año 2000 -si
recuerdan, cuando hablábamos de ejecución del
año 2000, veíamos que habíamos tenido una caída por retraso en el
ingreso de la propia Unión Europea en nuestra propia cuenta
corriente- y al año 2001. Lo que están haciendo los centros gestores
es cerrar la documentación de esos proyectos o esos programas. Pero
el hecho de que nosotros tengamos ya más de 170.000 millones -en
torno a 180.000 millones de pesetas- en nuestra caja, es decir en la
cuenta corriente del Tesoro, señala que esas operaciones ya están en
marcha, pero les faltan unos requisitos administrativos, no por
molicie -me ha provocado-, sino por la complicación que tiene el
echar a andar este tipo de expedientes. (El señor Fernández Marugán:
No, si a mí me gusta el castellano.) El hecho de que lo tengamos en
la cuenta corriente del Tesoro es importante. Dentro de los datos de
mayo que estamos cerrando -para mi disgusto, porque lo tengo que
explicar vez tras vez- tampoco se han aplicado a presupuesto, con lo
cual seguimos teniendo una diferencia ahí.

Creo que he contestado a todo. Por tanto, termino mi exposición.




El señor PRESIDENTE: Abrimos el turno de réplica. Pido a todos los
diputados que sus intervenciones sean más breves que en la primera
ocasión.

En primer lugar, por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la
palabra el señor Fernández Marugán.




El señor FERNÁNDEZ MARUGÁN: Yo he dicho, y lo mantengo, que este
documento, El Gobierno informa, responde a la ley de Gresham, es
decir, expulsa la buena información del mercado y hace que la mala
información se quede en el mismo, o sea, la moneda mala expulsa del
mercado a la moneda buena. Eso es lo que decía el Royal Exchange en
1560. Ya lo he venido diciendo en otras comparecencias y lo sigo
manteniendo. Lo único que he hecho ha sido utilizar en mi favor el
argumento de un periodista económico conocido y que publica un
periódico importante de la sociedad española.

A mí me cuesta mucho trabajo adoptar posturas críticas sobre muchas
cosas que se hacen en los primeros números de la calle Alcalá, porque
no forma parte de mi cultura administrativa. Pero que no forme parte
de mi cultura administrativa no implica que tenga que manifestar que
en el momento en que se utiliza este soporte informativo, desaparece
otro soporte informativo de más calidad, y que esto ha ocurrido a lo
largo de los últimos meses y ocurre periódicamente. El Gobierno
informa desplaza, reemplaza, sustituye y oculta ante la opinión
publica informaciones que no son nada del otro jueves sobre el grado
de ejecución del presupuesto, lo que hace que nadie espere nada de
esto, porque el scoop informativo se ha cubierto plenamente de esta
manera. Eso, señora secretaria de Estado, me parece una equivocación
en un tiempo en el que el Ministerio debería ser claro y preciso en
cuanto a la transparencia



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informativa del ingreso y del gasto. Ese es el primer tema.

Segundo tema: tengo dos referencias sacadas del texto sobre ese juego
que siempre hacemos entre directos/ indirectos, consumo/producción,
renta/patrimonio. En las páginas 56 y 57 se hace la comparación en
contabilidad nacional, pero si luego nos vamos a las páginas 12 y 13,
vemos cómo han evolucionado en caja los directos y los indirectos. Si
le sumamos a renta lo que se llevan las comunidades autónomas e
inclusive lo de la Iglesia y lo comparamos con los indirectos, el
volumen de los ingresos por imposición indirecta en España, si mis
cuentas no están mal, es superior al ingreso por impuestos directos
en 180.000 millones de pesetas, en el trimestre que estamos
considerando.

Aquí puede valer la teoría de los vasos comunicantes. Dice usted: lo
importante no son los pagos, lo importante son las obligaciones. Yo
se lo admito. He hecho el análisis con las obligaciones y lo he hecho
con los pagos, y la verdad es que las notas son malas en los dos.

Hablando de molicie, la molicie administrativa hace que en este
documento -el documento que no hemos podido recibir de ustedes, sino
que hemos sacado de Internet y que no ha sido objeto de difusión ni
ha informado a la opinión pública española, porque ha sido desplazado
por El Gobierno informa-, si uno se acerca a cuatro departamentos que
tienen algún peso inversor y analiza las obligaciones reconocidas
respecto a los créditos totales, verá lo siguiente: Fomento, 20,4;
Medio Ambiente, 20,1; Agricultura, 11,9, y Ciencia y Tecnología -que
no hay quien lo arregle-, el 10,6. Estamos hablando de un
cuatrimestre, estamos hablando de los extremos sobre los que usted
quiere establecer la comparación. Yo lo siento, pero los resultados
de la ejecución del presupuesto corriente en estos cuatro
departamentos no son buenos, y como no lo son, tengo que decirlo
claramente, aunque alguno trate de equivocar respecto a la
intencionalidad de mis posiciones, y también diré nunca me van a
encontrar en esas intencionalidades sobre las que se ha especulado a
lo largo de la mañana.

A mí me sorprenden muchas cosas en esta Cámara, a pesar de que llevo
muchos años siendo diputado. No me importa decir que algo me
sorprende, porque la capacidad de sorpresa de este ciudadano no se he
agotado y no estoy dispuesto a agotarla sobre muchas cosas. Me
sorprende que usted y yo discutamos en este momento, de muy buena
manera, sobre la formalización de una operación, y que yo me haya
tenido que enterar de esa operación en la segunda de sus
intervenciones. No quiero tener la razón, pero algo funciona mal en
esta casa cuando modificaciones de la entidad de las que estamos
hablando, que en las operaciones financieras pueden llegar incluso a
acercarse a 750.000 o a 900.000 millones de pesetas, pasan por aquí
no sólo sin que los diputados, que representamos a la soberanía
nacional, tengamos algo que decir, sino sin que nos
enteramos. Sinceramente, conocemos el registro, pero desconocemos lo
sustantivo. Coincido con usted en que los créditos están para
ejecutarlos. Es verdad, esa esuna verdad del Evangelio, es una regla
de la presupuestación y es una buena regla desde la oficina del
presupuesto a los ministerios gestores.

Si usted lo consigue y nosotros empujamos en esa dirección, habremos
resuelto alguna cosa. Mi escepticismo se produce cuando uno ve que
eso no ocurre en realidad.

En cuanto a los datos, usted dice que el documento incorpora una
información sobre pagos. Cuando uno se acerca al documento, yo no he
encontrado información del cumplimiento del ejercicio corriente en
pagos en este documento que usted ha distribuido. Los hay -y puedo
estar equivocado- fundamentalmente de cifras que se corresponden a
pagos más ejercicios anteriores, pero para ver los pagos
diferenciados del ejercicio corriente me he tenido que venir aquí, de
aquí es de donde he sacado que el grado de cumplimiento de los pagos
en inversiones reales y transferencias de capital está más bajo que
el anterior. Jugando con la cifra, y a lo mejor equivocadamente, he
llegado a la conclusión de que el año pasado, por las razones que
fueran, que alguien explicará, se embolsaron demasiados créditos de
inversiones que se han pagado a lo largo de los primeros meses, pero
esa información se podía haber diferenciado en este documento y no
está, y ese juego diabólico entre lo que va en El Gobierno informa,
lo que va en este documento y lo que yo recibo por aquí permite una
zona de opacidad que no quisiera que existiera con mucha frecuencia.

Respecto a activos y a pasivos, cuando yo he dicho que los reintegros
son 2,6 mil millones no estaba hablando del conjunto, sino de un solo
programa, del programa estelar de este departamento, en el cual se
absorbe una cantidad importante de recursos, el Programa de proyectos
de tecnología cualificada. Es ahí donde se produce esa devolución, y
es ahí donde ese servidor público manifestaba subliminalmente su
insatisfacción porque él de alguna manera estaba maliciándose que
solamente cumplen algunos y que Dios sabe qué va a ocurrir con este
tipo de actividad bancaria en medio del presupuesto cuando tenga que
cumplir esos compromisos de reembolso algún tipo de ente privado.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV),
tiene la palabra el señor Azpiazu.




El señor AZPIAZU URIARTE: Muy brevemente. Yo quisiera recordar al
señor Cámara, aunque creo que lo sabe, que nosotros no estamos en
contra del superávit presupuestario, no lo estamos. Estamos en contra
de que haya una ley que impida en todo caso y siempre que exista
déficit público. Eso es así de claro, creo que no somos tan
dogmáticos en ese sentido.




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Me ha dicho que en el año 1994 el lehendakari -supongo que lo habrá
sacado de algún documento presupuestario- hacía una reflexión en
torno al déficit público, que desconozco, y creo lo que usted ha
comentado. Tengo que decirle que en el año 1994 estábamos cumpliendo
ya compromisos, acuerdos que habíamos adoptado de forma bilateral
desde el año 1992 con el Gobierno socialista en materia de
consolidación presupuestaria, que había un año 1992 y un año 1993 en
los que la crisis económica fue muy importante, en los que los
problemas de déficit eran mucho más importantes que hoy -actualmente
no existen, afortunadamente, problemas de déficit público-, y que
nosotros cumplimos los compromisos y en ese marco se elaboraban los
presupuestos en aquel año.

Esto es así. Lo que quisiera decir a la secretaria de Estado es que,
como ha dicho que esta ley va a impedir el déficit público en época
de crecimiento y en época de recesión, tendremos que sufrir mucho
para ver cómo en épocas de recesión se cumplen las prioridades, cómo
se va a cumplir con los déficit estructurales, cómo se van a atender
las necesidades sociales y cómo se va a poder elaborar un presupuesto
equilibrado sin déficit público. Yo creo que va a ser relativamente
difícil y, si esto se produce, va a ser curioso y vamos a tener que
echar todos el resto para buscar algún tipo de solución, lo cual yo
creo que no va a ser fácil. La verdad es que este no es el momento de
hablar de la estabilidad presupuestaria y tendremos oportunidades
para hablar de este tema más adelante.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la
palabra el señor Cámara.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: Brevísimamente, para decir al
señor Azpiazu que la información la extraigo directamente del 'Diario
de Sesiones', de la presentación del presupuesto del año 1995 que
realizó el año 1994 el lehendakari, y usted ha acabado por darme la
razón. Efectivamente en los años 1992 y 1993 pasábamos por una
situación económica difícil, en la que, según su forma de entender la
política presupuestaria, habría que haber aplicado presupuesto con
déficit en el año 1995 y no se hizo. Por tanto, en este punto
convergen las políticas presupuestarias aplicadas desde hace años por
el Gobierno vasco con la de estabilidad presupuestaria. Insiste usted
en no querer ver esto aunque es resaltable su evidencia, pero como
usted decía no toca en este momento hablar de estabilidad
presupuestaria.

Señor Fernández Marugán, imagino que hace usted referencia a esto,
estas son las bolantinas de las que usted hablaba la vez anterior.

Esto son tres páginas y es atribuir a los servicios de prensa del
Ministerio de Hacienda una capacidad que por otra parte no dudo que
tengan, pero, ¿usted cree de verdad que esto puede echar fuera del
mercado toda la información que usted
ha podido repasar en los medios que se ponen a disposición no sólo de
usted, sino de todos los españoles, a través de Internet y en el
documento que se les entregó el miércoles de la semana pasada por la
tarde? Sinceramente que no, porque es atribuir demasiado mérito, que
quizá lo tengan, pero no tanto como para sustituir información.




Por otra parte, no se le escapa a nadie que, dentro de la dirección
política de cualquier Gobierno, el hecho de anunciar, cuando tiene
cerrados los datos, magnitudes de carácter presupuestario del modo
que se hace a través de las que usted llamaba bolantinas el día
anterior, tampoco pasa de ser un elemento más de la vida política de
todos los días, que no se compadece con la trascendencia que usted ha
querido darle en el día de hoy. La información de la que usted ha
dispuesto para poder ejercer la acción de oposición al Gobierno hoy
ha sido mucho mayor y sinceramente usted ha utilizado poco las
bolantinas, se ha servido más bien de la información que le
suministra el Ministerio a través de los servicios de carácter
informático y el propio documento que tenía hoy.




El señor PRESIDENTE: Para cerrar el debate de esta comparecencia,
tiene la palabra la señora secretaria de Estado.




La señora SECRETARIA DE ESTADO DE PRESUPUESTOS Y GASTOS (Rodríguez
Herrer): Voy a procurar ser breve y no voy a entrar en la polémica de
El Gobierno informa. Cada cosa está en su sitio y una cosa que pone
El Gobierno informa no debe sustituir a unos datos de información
contable que se cuelgan de la red para que todo aquel que quiera
hacer análisis pueda acceder a ellos.

La verdad es que cuando confeccionamos estos informes en estos libros
rojos y posteriormente en el libro verde, cuando hacemos las
estadísticas, lo que priva es un método de análisis que parte del
déficit de caja y que está muy pegado al sistema de seguimiento, de
confección de la contabilidad nacional. Quizá esa sea la causa por la
que cuando nos leemos ese informe y analizamos la ejecución del
presupuesto, nos encontramos con falta de información de pagos (que,
como ya he dicho, en la ejecución del presupuesto corriente no es
importante, y a efectos de contabilidad nacional o de déficit de caja
lo importante son todos, porque al final estamos hablando de presión
sobre el sistema financiero o necesidad de endeudamiento) y con que
faltan todas las operaciones relativas al capítulo 9 de pasivos
financieros, aunque en este libro y por su importancia se hace un
apartado de activos financieros. Tomo nota -como ya dije antes, en
algunos casos yo he pedido información adicional, porque notaba que
me faltaba, a efectos de hacer análisis de lo que es la ejecución- y
vamos a ver cómo mejoramos esta información que se presta, que por
otra parte no hay ningún



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interés en no prestarla. Es más, no es que no haya ningún interés, es
que creo que tenemos la obligación de prestarla.

Por lo que respecta a la devolución de los préstamos, entender
malicia es ir más allá. La verdad es que yo, que he estado haciendo
informes mucho tiempo, cada vez me doy más cuenta del problema que
supone el que en los informes haya juicios subjetivos, deben ser
objetivos. Me acuerdo que cuando yo estaba en el Tribunal de Cuentas,
me decían que en los informes la letra debe ser clara y, para seguir
en el campo en el que estamos, desde luego no deben tener nunca
música, con lo cual en cuanto a esa parte del tonillo en estos
informes, aquel que los lea debe interpretarla como crea, y la mano
que lo escribe no debe dejar ahí esa especie de música que a veces
puede estar equivocada o a veces no. ¿Escepticismo sobre la
ejecución? Desde este punto de vista, los responsables de la cosa
estamos preocupados por que se ejecute, sobre todo por que se
ejecuten estos créditos que todos entendemos que son créditos buenos,
por decirlo de alguna manera. Los créditos del capítulo 2 y, si no
dejamos deudas, obviamente los créditos del capítulo 1, no tenemos
ningún interés en que se ejecuten; o si ponemos créditos para
intereses y luego no hace falta ejecutarlos, bien. Pero en los
créditos para inversiones y en estos programas priorizados debe de
irse a la mayor ejecución posible. Es más, como ya he anticipado,
este año no va a haber período de ampliación.

A mí personalmente y a mis servicios nos tiene preocupados la
ejecución de inversiones de este año porque, sin molicie, en los
servicios administrativos se acostumbran a determinados
procedimientos, y me parece que este año la acumulación de moscosos
en los días de Navidad va a ser un poco más complicada porque habrá
que ejecutar los presupuestos que el día 31 de diciembre se caen. No
es el momento ni el sitio de empezar a discutir sobre la capacidad de
creación de riqueza del déficit público. Lo que estamos marcando es
una subida de línea. ¿Por qué ponernos un margen que vaya del menos
tres al más tres, sino que vaya del cero, exagerando, al más seis? El
margen de los años en donde hay crecimiento, la caída de intereses
que produce el que entremos en superávit, que no en equilibrio, en
los años buenos, nos puede servir para adaptarnos a un nivel más
bajo, pero intentando mantener el equilibrio en los años que podíamos
llamar coloquialmente de las vacas flacas. Creo que tendremos más
oportunidades de discutir esto y lo seguiremos haciendo.

Nada más, muchas gracias y hasta el próximo día.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias a la señora secretaria de Estado
y a los diputados presentes. Hasta la próxima comparecencia que será
en el siguiente período de sesiones, en otoño.

Se levanta la sesión.




Era la una y quince minutos de la tarde.