"Estoy más preocupado por el hecho constitucional que por el texto constitucional". En "Diálogos españoles", por Víctor Márquez Reviriego.

Fue el primer presidente de las Cortes Generales surgidas de las primeras elecciones legislativas democráticas. El Real Decreto 1351/1977, de 15 de junio, nombre Presidente de las Cortes al excelentísimo don Antonio Hernández Gil, de conformidad con lo dispuesto en el número seis del artículo segundo de la Ley para la Reforma Política de cuatro de enero de 1977.

Su infancia y primera juventud transcurre en Cáceres y en Trujillo. En 1935 se licenció en Derecho por la Universidad de Salamanca y se doctoró en la de Madrid, en 1941. Dos años más tarde obtuvo por oposición la cátedra de Derecho Civil en la Universidad de Granada, donde permaneció hasta 1954 en que ocupó la misma cátedra en la Universidad de Madrid.

En la etapa de la transición es uno de los cuarenta senadores de designación real. Por Real Decreto 1351/1977 de 15 de junio es nombrado presidente de las Cortes Generales y del Consejo del Reino hasta que entró en vigor la Constitución de 1978; por lo que presidió la comisión Mixta Congreso-Senado sobre el proyecto de Constitución. Las sesiones de la Comisión Mixta tuvieron carácter secreto y su dictamen fue sometido a votación nominal y pública en cada una de las Cámaras en las sesiones plenarias de 31 de octubre de 1978, resultando aprobada por ambas. El resultado fue en el Congreso de los Diputados de 325 votos a favor, 6 en contra y 14 abstenciones. En el Senado fue de 226 votos a favor, 5 en contra y 8 abstenciones. Conocidos los resultados de la votación, Hernández Gil declaró formalmente aprobado el dictamen de la Comisión Mixta.

Fue senador elegido para defender dicho dictamen en la sesión plenaria del Senado celebrada el 31 de octubre. En su discurso afirmó: "La Constitución se ha hecho en el Parlamento, se han colocado aquí todas y cada una de sus piedras. A veces los diálogos han alcanzado más allá del Parlamento, pero todo ha sido reconducido a través de las Cortes, que han hecho la Constitución" (Sesión de 31 de octubre de 1978 en el Senado) .

Al acceder al Gobierno Felipe González Márquez, fue nombrado presidente del Consejo de Estado, cargo en el que permaneció hasta octubre de 1985; momento en el cual fue elegido para desempeñar la presidencia del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, cargos que ocupó hasta 1990.

A lo largo de su dilatada carrera profesional, ha sido presidente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación; vocal de la Comisión General de Codificación y secretario del Departamento de Derecho Civil en el Instituto Nacional de Estudios Jurídicos. Galardonado con numerosas conmemoraciones, destacan entre ellas la Gran Cruz de Carlos III, la de San Raimundo de Peñafort, la de Alfonso X el sabio y la de Gran Oficial de la Legión de Honor.

En la entrevista "Antonio Hernández Gil. Retrato de un Presidente", publicada por el cronista parlamentario Víctor Márquez Reviriego en "Diálogos españoles" (Barcelona, Argos Vergara, 1982) se hace una semblanza del presidente.

Citamos parte de esta larga conversación que se desarrolló durante el mes de marzo de 1981 en su residencia particular:

"Es hombre armónico y pitagórico: nada en demasía. Catedrático de Derecho Civil. Enamorado del Derecho... Primero hablamos de su infancia y de la Puebla de Alcocer, donde su padre era juez, que luego pasaría a la carrera fiscal y más tarde al Tribunal Supremo...

A la pregunta de cómo llega a la política, contesta con un -sin saberlo-. La llamada de la Zarzuela para que asista a una Audiencia con S. M. aclara su nombramiento no sólo como Senador Real sino como presidente de las Cortes.

A la pregunta de cómo recuerda su etapa de presidente, contesta que fue grata a pesar de las muchas advertencias que recibió de los problemas que se le podían plantear.

En cierto momento declara: -yo pensaba que yo estaba acostumbrado a un tipo de preocupaciones y no sabía si encajaría bien las preocupaciones políticas. -Fui muy bien acogido por todos los partidos políticos, algunos me llegaron a estimar demasiado independiente.

Pero sin duda su mayor contribución a nuestra historia es el papel que representó como presidente de la Comisión conjunta Congreso-Senado al final de los debates constitucionales, intentando aunar las casi doscientas discrepancias existentes.

-No se puede hacer una constitución concisa, sintética muy estilizada, cuando se hace como concurrencia de diversas fuerzas políticas- y prosigue analizando los distintos órganos como el Poder Judicial, el Tribunal Constitucional, etc.".

El 8 de mayo de 1986 sufrió un atentado de ETA en Madrid del que salió indemne. Murió en Madrid el 26 de mayo de 1994.

Esta biografía procede de la publicación "Los presidentes del Congreso de los Diputados, 1810-2010" (2010), coordinada por Sofía Gandarias Alonso de Celis y Mateo Maciá Gómez, y editada por el Departamento de Publicaciones del Congreso de los Diputados. Los textos fueron realizados por ambos coordinadores, con la colaboración de Esperanza Prieto Hernández.