Es uno de los políticos más destacados del siglo XIX. Perteneciente a una familia ligada al comercio, siendo joven llegó a Madrid para estudiar la carrera de Derecho en la que por aquel entonces era la Universidad Central. Su compromiso político, desde muy temprano, estuvo al lado de la ideología liberal; como tal integró las filas de la Milicia Nacional en Soria, como comandante.

Su trayectoria como diputado se desarrolla entre las circunscripciones de Madrid y Soria, que fue alternando en las elecciones de 1858, 1869, 1872, 1891 y 1893. Igualmente tuvo responsabilidades de gobierno al frente del Ministerio de Fomento en 1868, 1869 y 1871; del Ministerio de la Gobernación en 1869, 1871 y 1872 y del de Gracia y Justicia en 1869. Presidió el Consejo de Ministros en dos ocasiones, desde el 24 de junio al 5 de octubre de 1871, la primera vez; y desde el 13 de junio de 1872 al 12 de febrero de 1873, la segunda ocasión, de cuyo periodo destaca la creación del Banco Hipotecario.

Destacó por su anticlericalismo y su defensa de la laicidad, sobre todo en materia educativa y cultural; así, incautó las bibliotecas y archivos de las catedrales y suprimió las facultades de Teología. En este contexto tuvo un papel destacado en los debates surgidos en las Cortes a raíz del concordato, en 1858; y de la cuestión religiosa en las Cortes Constituyentes de 1869.

En 1866 participó en el pronunciamiento de los sargentos del cuartel de San Gil, a las órdenes de Prim; y participó en el pacto de Ostende, para el destronamiento de Isabel II y la consiguiente convocatoria de Cortes Constituyentes. Más tarde se mostrará partidario de la candidatura de Amadeo de Saboya, en cuyo periodo presidió las Cortes entre el 17 de enero de 1870 y el 2 de enero de 1871, siendo elegido por 109 votos de un total de 206. De su discurso de alocución extraemos el siguiente párrafo: "... Yo he tenido siempre fe en la revolución de Setiembre, porque he tenido fe en la libertad y en la prosperidad de mi Pátria. Creo que hemos de consolidar las conquistas revolucionarias,... En lo político no necesitamos más que desenvolver en leyes orgánicas los preceptos de la Constitución democrática,... En lo económico no necesitamos más que desenvolver la produccion aumentando la materia imponible, hacer las economías que sean compatibles con el servicio público, y sobre todo, señores, el que nos sirva de norma, lo mismo en la Cámara que fuera de ella, lo mismo para los que sean funcionarios públicos que para los que no lo sean, la necesidad de moralizar la administracion española. Y si á esto agregamos la instrucción de la clase proletaria y el desenvolvimiento del trabajo para mejorar su condicion social, habremos evitado los dos grandes escollos que tiene la revolucion de Setiembre: la restauracion, que se aprovecha de nuestras faltas, y el socialismo, que empieza á asomar en nuestra Pátria y que es necesario destruir, no por medio de la fuerza, sino por medio de la razon" (Sesión de 17 de enero de 1870).

En 1892 no renunció a participar en el intento de insurrección armada para el advenimiento de una nueva República, pero esta forma de gobierno no contaba, en aquel entonces, con el apoyo social suficiente para garantizar su implantación y consolidación. Al final de su trayectoria política y vital emigró a Francia y se estableció sucesivamente en Bayona y Ginebra, hasta su retorno a Burgos, en 1895, para morir el 13 de junio de ese año.

La biografía procede de la publicación "Los presidentes del Congreso de los Diputados, 1810-2010" (2010), coordinada por Sofía Gandarias Alonso de Celis y Mateo Maciá Gómez, y editada por el Departamento de Publicaciones del Congreso de los Diputados. Los textos fueron realizados por ambos coordinadores, con la colaboración de Esperanza Prieto Hernández.