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DS. Cortes Generales, Comisiones Mixtas, núm. 51, de 14/09/2017
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CORTES GENERALES


DIARIO DE SESIONES DE LAS CORTES GENERALES


COMISIONES MIXTAS


Año 2017 XII LEGISLATURA Núm. 51

DE SEGURIDAD NACIONAL

PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. JOSÉ MANUEL GARCÍA-MARGALLO Y MARFIL

Sesión núm. 7

celebrada el jueves,

14 de septiembre de 2017

en el Palacio del Congreso de los Diputados



ORDEN DEL DÍA:


Comparecencia del señor Ballesteros Martín, director del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), para informar sobre diversos aspectos relativos al terrorismo yihadista internacional. Por acuerdo de la Comisión Mixta de Seguridad
Nacional. (Número de expediente del Congreso de los Diputados 212/000957 y número de expediente del Senado 713/000464) ... (Página2)



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Se abre la sesión a las cinco y treinta minutos de la tarde.


El señor PRESIDENTE: Señoras y señores diputados, abrimos la sesión de hoy, que tiene un punto único en el orden del día, que es la comparecencia del excelentísimo señor don Miguel Ángel Ballesteros Martín, director del Instituto Español de
Estudios Estratégicos, para informar sobre diversos aspectos relativos al terrorismo yihadista internacional.


General, tiene la palabra.


El señor DIRECTOR DEL INSTITUTO ESPAÑOL DE ESTUDIOS ESTRATÉGICOS (Ballesteros Martín): Señor presidente, señorías, es para mí un honor estar en la sede de la soberanía nacional y comparecer ante ustedes. Permítanme, en primer lugar, que
exprese mi solidaridad con todas las víctimas del terrorismo, y muy especialmente, por la cercanía de los acontecimientos, con las víctimas del terrorismo de Barcelona y Cambrils.


Clausewitz, en su libro De la guerra, analiza el fenómeno del conflicto bélico indicando que la fortaleza de cada contendiente y sus posibilidades de victoria se fundamentan en un sistema basado en tres pilares. El primero es el elemento
pasional, que es el pueblo, que apoya a cada uno de los contendientes. El segundo es el elemento volitivo, que para este autor prusiano era el ejército, pero que hoy día hay que ampliarlo a todas las capacidades que cada bando puede recabar, como
son las fuerzas armadas, las fuerzas policiales, la tecnología, el poder económico y los apoyos internacionales en el caso de los Estados. Y en el caso de los grupos terroristas son sus combatientes, su capacidad económica, el territorio que
controlan, etcétera. Finalmente, el tercer pilar es el elemento racional, constituido por los gobernantes en el caso de los Estados y por los líderes en el caso de los actores no estatales, como son los grupos terroristas. Los grupos terroristas,
independientemente de su ideología, son conscientes de la debilidad de sus capacidades frente al poder de los Estados, por lo que eligen estrategias basadas en debilitar el elemento pasional, es decir, doblegar la capacidad de resistencia del pueblo
para que sea este el que exija a sus gobernantes que cedan ante el chantaje terrorista. La forma de llevarlo a cabo es mediante la implantación de un clima de terror que atenace las voluntades de cada uno de los ciudadanos y del pueblo en general,
y es que, como indica Clausewitz, la guerra es un acto de fuerza para obligar al contrario al sometimiento a nuestra voluntad. Es lo que se conoce como la estrategia asimétrica. La solidaridad con las víctimas del terrorismo es una pieza clave de
la política contraterrorista para el fortalecimiento de la resiliencia -resistir y reponerse-, así como para mandar un mensaje a los terroristas de fuerza basada en la unidad y en la resistencia. Pero si analizamos las estrategias de Al Qaeda y del
Daesh a la luz de ese sistema trinitario de Clausewitz, rápidamente llegaremos a la conclusión de que presentan importantes diferencias que se deben tener en cuenta a la hora de establecer las estrategias contraterroristas.


Una breve descripción del origen y la evolución del terrorismo yihadista nos ayudará, creo yo, a comprender las estrategias de Al Qaeda y del Daesh. La yihad violenta constituye el motor de los principales grupos terroristas, como son Al
Qaeda, Daesh, Boko Haram, Al Shabab, etcétera. Esta yihad violenta tiene su origen en las teorías del egipcio Sayyid Qutb, ejecutado por el régimen de Nasser en 1966 acusado precisamente de terrorismo y que fueron expuestas en su obra Jalones en el
camino. Qutb era un egipcio perteneciente a Los Hermanos Musulmanes que viajó a finales de los cincuenta a Estados Unidos para analizar el sistema educativo estadounidense. Vivió en Estados Unidos dos años y durante su estancia llegó a la
conclusión de que las sociedades occidentales anteponían los derechos del individuo -la libertad- por encima del de la colectividad, lo que convertía a las sociedades en decadentes y débiles. Sin embargo, debido al poder de sus medios de
comunicación, su capacidad económica y tecnológica, estaba logrando penetrar en la mayor parte de las culturas del mundo, y entre ellas en las sociedades islámicas. Qutb consideraba que estas sociedades occidentales estaban contagiando a los países
musulmanes debido a la influencia cultural y educativa, lo que suponía un grave riesgo para los musulmanes y para el islam. El individuo y el secularismo de occidente estaban llevando a la sociedad musulmana -decía Qutb- a la época anterior al
islam, a la Jahiliyyah, una época oscura cuyas costumbres dificultaron la creación de la Umma, la comunidad musulmana.


A partir de este análisis Qutb preconiza la separación de las sociedades occidentales y de las musulmanas, así como la revolución frente a los regímenes musulmanes apóstatas que apliquen leyes inspiradas en valores occidentales en lugar de
en valores de la sharía. En 1979, en plena Guerra Fría, la URSS, la Unión Soviética, ocupó Afganistán estableciendo en Kabul un Gobierno prosoviético, rompiendo así el estatus geopolítico de Estado No Alineado, lo que le permitía expandir el
comunismo por el sudeste asiático. Estados Unidos no dudó en apoyar a los insurgentes afganos con ayuda financiera y



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armamento a través de una operación de la CIA que se llamó la Operación Ciclón. Pero había otros interesados en que la Unión Soviética no estuviera en Afganistán. Para Pakistán, Afganistán tiene un enorme valor estratégico, ya que la
población pastún está a ambos lados de la frontera, y Pakistán ve a Afganistán como su retaguardia ante la posibilidad de un ataque de la India; es su supervivencia. Para Arabia Saudita la ocupación soviética ponía en peligro su liderazgo
religioso, su influencia en Afganistán. Tanto Pakistán como Arabia Saudita, que no Estados Unidos, consideraron que solo si los insurgentes afganos eran reforzados con combatientes extranjeros podrían expulsar a las tropas soviéticas de Afganistán.
La pregunta entonces era cómo hacerlo. Lo que hicieron fue promover la llamada a la yihad para defender los territorios musulmanes frente a los infieles. Entre los que acudieron a la llamada estaba Osama bin Laden, como saben, un empresario
acaudalado que se instaló no Afganistán sino en Pakistán, en Pensawar concretamente. Y ahí se dedicó a organizar un entramado de reclutamiento de combatientes extranjeros y captación de dinero para sufragar los gastos. A este sistema de captación
de dinero lo llamaron la Cadena Dorada.


En 1989, cuando Mijaíl Gorbachov ya había anunciado la retirada de las tropas de Afganistán, poco antes de esa retirada, Osama bin Laden, el egipcio Aiman Alzawahiri y el clérigo Abdullah Azzam fundan Al Qaeda. La palabra al qaeda significa
la base. La base porque Osama bin Laden llevaba una libreta en la que anotaba a todos los muyahidines que reclutaba allende los mares y tenía cuatro campamentos en Pakistán donde los metía para entrenarlos. De ahí, una vez entrenados los metía en
Afganistán para combatir. El control estaba en esa libreta y para referirse con sus íntimos a este tema a esa libreta la llamaba en clave la base; en árabe, al qaeda. Así que cuando crearon esta organización para que lo que ellos consideraban un
éxito frente a la Unión Soviética pudiera continuar en otras tierras, la llamó Al Qaeda, la Base. En 1998, ya casi diez años después de la creación de Al Qaeda, Osama bin Laden y Aiman Alzawahiri -el tercer fundador había fallecido ya- firmaron una
fatwa denominada Frente islámico mundial contra judíos y cruzados, que puso en marcha una estrategia de terrorismo global capaz de llevar a cabo megaatentados en cualquier parte del mundo, con la finalidad de intimidar a los estadounidenses y a los
europeos. Esto se materializó a los ojos del mundo el 11 de septiembre de 2001.


Posteriormente, en 2004, Mustafá Setmarian, un sirio pero con pasaporte español porque está casado con una española, publica su libro Llamada a la resistencia islámica global, en el que propone que: La próxima fase de la yihad sea el
terrorismo diseñado y ejecutado por individuos o por pequeños grupos autónomos -lo que él denomina resistencia sin líderes-, que desmoralicen al enemigo y preparen el terreno para el objetivo mucho más ambicioso de librar batallas en frentes
abiertos, y que sin confrontaciones sobre el terreno y sin controlar el territorio no se puede establecer un Estado Islámico, que es el fin estratégico de la resistencia. Estaba dando las claves de los lobos solitarios y estaba dando también las
claves de lo que luego sería la guerra híbrida, que es lo que ha practicado el Daesh. La revista Inspire, de Al Qaeda, dedica una gran parte de su contenido a la radicalización, pero siempre dedica también una parte a proporcionar ideas a esos
lobos solitarios de cómo cometer atentados aislados con lo que hay debajo del fregadero de una casa.


Tras el atentado del 11 de septiembre y el derrocamiento del régimen talibán por Estados Unidos con el apoyo de la Alianza del Norte, los tayikos afganos, comenzó la persecución de los miembros de Al Qaeda en Afganistán. Muchos yihadistas
huyeron para evitar caer prisioneros; uno de esos muyahidines fue el jordano Abu Musab al Zarkawi, quien se refugió inicialmente en Bagdad protegido por el grupo yihadista kurdo Ansar al Islam. Posteriormente, a comienzos de 2003, creó su propio
grupo yihadista en Mosul, al que llamó Grupo de la Yihad y el Monoteísmo. Cuando los Estados Unidos invaden Irak, en marzo de ese mismo año, el embajador Paul Bremen, poco después, ya en junio, jefe de la Autoridad Provisional de la Coalición,
ordena la disolución de la policía y de las Fuerzas iraquíes, muchos de estos policías y militares se unieron a la insurgencia y muchos se integraron en el grupo de Al Zarkawi, que aumentó así su potencial y en 2004 le valió la demanda por parte de
Osama bin Laden de integrarlo en Al Qaeda. Juró fidelidad a Osama bin Laden y pasó a denominarse Al Qaeda en Irak.


La experiencia del terrorismo yihadista, unido a la experiencia de combate de esos militares que se habían incorporado, les permitió controlar una serie de pequeños pueblos sunitas y crear lo que llamaron el Estado Islámico de Irak,
concretamente en octubre de 2006. Su líder y fundador, Al Zarkawi, había muerto un poco antes en un bombardeo norteamericano en junio de ese mismo año. Esta fortaleza del Estado Islámico, esa combinación de militares y yihadistas, la desbarató la
estrategia del general Petraeus, a partir de 2007. El general Petraeus fue consciente de la peligrosidad de juntar el agua y el aceite y que se entendieran, como sucedía con los militares y los yihadistas, así que lo que hizo fue ofrecerles una



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salida a esos militares: les propuso formar parte de unas milicias pagadas a las que llamaron Los Hijos de Irak, y esos militares que se fueron con las milicias delataron el lugar en el que estaban los depósitos de armas del Estado Islámico
y dieron al traste con la fortaleza de dicho Estado Islámico.


Paralelamente a esta actividad, en el 2004, en la prisión de Camp Bucca, se fueron juntando yihadistas -uno de ellos era Abu Bakr al Baghdadi, que luego sería el califa Ibrahim- con antiguos militares del ejército de Sadam, como Haji Bakr,
en una mezcla de yihadismo y conocimientos militares pero ya de alto nivel que buscan el control del territorio en lo que sería con el tiempo la estrategia del Daesh. La puesta en libertad de muchos presos de Camp Bucca, cuando los norteamericanos
salieron de Irak, permitió la reorganización del Estado Islámico de Irak bajo el liderazgo de Al Baghdadi que decidió actuar no en Irak sino en Siria por ser un territorio fallido más propicio a las conquistas de terreno que Irak. Para ello se
cambiaron el nombre y pasaron a denominarse Estado Islámico de Irak y Levante. Para el mundo árabe levante es la gran Siria, no la Siria que conocemos hoy sino la gran Siria. El acrónimo de Estado Islámico de Irak y Levante es Daesh. Esta
palabra, el sonido de Daesh, es poco agradable para los árabes y por eso la mayor parte del mundo musulmán prefiere que al Estado Islámico no se le llame así sino Daesh, que es el sonido de pisar con las suelas -ya saben la importancia que los
árabes le dan a las suelas, a la suciedad, etcétera-. Eso les hace reflexionar a los musulmanes en el sentido de no querer llamarles Estado Islámico porque ni son Estado ni son islámicos. Al Baghdadi, al frente del Daesh, con numerosos efectivos,
entró en Siria, donde Al Qaeda ya tenía su propia franquicia, el Frente Al Nusra, liderado por Abu Mohamad al Golani. Abu Bark al Bagdadi le exigió a este dirigente que el liderazgo de todas las operaciones yihadistas las tuviera el Daesh, ya que
él tenía más hombres que los que tenía el Frente al Nusra. A esto se opuso Al Golani, alegando que él era el titular de Al Qaeda en ese territorio. El enfrentamiento por el control de Raqqa llegó a ser violento y fue la gota que colmó el vaso de
Aiman al Zawahirí, el líder actual de Al Qaeda; entonces ya había muerto Osama bin Laden. El 13 de febrero de 2014, Al Zawahiri hace un comunicado público expulsando al Daesh de Al Qaeda. La reacción de Al Bagdadi fue cambiar el nombre del grupo,
que pasó a denominarse Estado islámico, sin apellidos, sin hacer alusión a ninguna zona geográfica; tenía la idea de proclamarse ya el líder de todo el islam.


Los éxitos del Daesh en Siria le permitieron recibir el apoyo del 21 % de la población siria y captar numerosos combatientes extranjeros, principalmente de Jordania, de Túnez, de Arabia Saudita, pero también de países europeos como Bosnia,
Kosovo, Bélgica, Francia, etcétera.


A comienzos de junio de 2014, caía en sus manos la segunda ciudad de Irak, Mosul, con 1,5 millones de personas. El ejército iraquí, con mandos mayoritariamente chiítas, no tenía moral de combate ni estaba dispuesto a sacrificarse por
ciudades sunitas. Eso, unido a la táctica empleada por el Estado islámico en sus ataques, consiguió rendir las ciudades sin apenas combatir, lo que permitía apoderarse del material militar que tenía el ejército iraquí, material de ayuda americana
de excelente calidad y material del antiguo ejército de Sadam que los militares que formaban parte del Daesh conocían perfectamente. La táctica a la que hacía alusión anteriormente era cargar camiones con explosivos convencionales, proteger las
partes más delicadas del camión como el motor, etcétera, con chapas, y lanzarlos con dos suicidas en la cabina contra las posiciones defensivas que defendían esas ciudades. La conmoción que provocaban las explosiones era aprovechada para penetrar
en el interior de la ciudad, las ciudades y el territorio le han proporcionado al Daesh todo lo que necesitaba: dinero, recursos materiales como el petróleo, como los cereales, el cemento; capacidades militares y lo más importante: jóvenes a los
que poder reclutar para alimentar sus milicias.


Les puedo decir que la primera visita que hizo el Daesh cuando entró en Mosul fue al Banco Central, donde había 480 millones de dólares con los que se quedó, no así con el dinero de los bancos privados, que lo único que hizo fue tomar nota
de los titulares de las cuentas y de las cantidades que había para no cabrear a esos titulares requisándoles todas sus posesiones; eso sí, cada vez que uno sacaba dinero, el 5 % eran impuestos para el Daesh.


Para controlar las ciudades con pocos efectivos el Daesh no ha dudado en aplicar el terror contra los propios sunitas -esto era novedoso, Al Qaeda lo evitaba- siempre que no compartieran sus ideas basándose en la teoría de los takfir. Los
takfir son los apóstatas musulmanes que no cumplen con los preceptos del Islam. El movimiento Takfir wal Hijra fue creado por un hermano musulmán, Shukri Mustafa, en los años sesenta, y contempla la posibilidad de atacar a los musulmanes renegados
e incluso causarles la muerte. Los miembros de este grupo tienen la prerrogativa de no estar obligados a cumplir con los preceptos del Islam, para así pasar más desapercibidos en las sociedades occidentales, con el propósito de poder atacarlas con
más facilidad. Seguro que esto les trae recuerdos.



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Tras la toma de Mosul el 29 de junio de 2014, Abu Bakr al Bagdadi proclama el califato desde el mimbar de la histórica mezquita de Al Nuri, en una ceremonia retransmitida por la televisión local en directo como una prueba de poder. En este
discurso exigió fidelidad a todos los musulmanes del mundo. Para atraer a hombres y mujeres a las tierras del califato necesitaba desarrollar un proceso de legitimación del califato demostrando que eran capaces de gestionar un amplio territorio
regido por la sharía. El califato se sustenta en tres pilares: el primero es el califa, que es el sucesor del profeta como líder político y religioso; el segundo es la capacidad de ejercer la soberanía sobre un territorio, y el tercero es un
sistema de gobierno que rija toda la vida pública y privada que hay en ese territorio basado exclusivamente en la ley islámica, la sharía, pero interpretada siguiendo el salafismo; los salaf son los compañeros, los camaradas del profeta. Les
recuerdo que el profeta murió en el 632. Entienden los salafistas que el islam hay que vivirlo como en la época del profeta.


Desde su inicio el califato se dotó de una estructura administrativa para auxiliar al califa en sus funciones de gobierno y liderazgo. El califa tiene un Consejo de la Sura y un comité delegado con varios departamentos, lo que para nosotros
serían ministerios. Los dos más importantes son el de la Yihad, el de la guerra, y el de la Comunicación y la propaganda. El entramado de medios de comunicación es imprescindible para poder llevar a cabo su estrategia de radicalización y para
captar combatientes. El dominio del territorio y la implantación de la sharía requieren también una buena comunicación. Todo esto mediante miles de mensajes dirigidos a dos tipos de musulmanes, los que están en disposición de ser radicalizados
para que se decidan a dar el paso de hacer la yihad, bien en territorios del califato o bien en su propia casa. Y también van dirigidos al resto de los musulmanes, a los que les quieren demostrar que el califato yihadista es posible en el siglo
XXI. Los medios de comunicación no se les oculta que también son utilizados para intimidar a las poblaciones occidentales.


En junio de 2017 el Daesh presentaba en una infografía el esfuerzo mediático realizado en los tres años de vida del califato y aun poniendo en cuestión la veracidad absoluta de las cifras que ofrece, su magnitud resulta significativa, más de
41 230 mensajes han sido emitidos en estos tres años,que se desglosan en 1670 mensajes de audio, 2880 de vídeo, 4540 comunicados escritos y 32 140 reportajes fotográficos. Para llevar a cabo este inmenso esfuerzo el Daesh ha organizado 46 agencias
de información y productoras con un despliegue de más de 1000 puntos de distribución. Hay que decir que tiene productoras en Afganistán, en Egipto, en Yemen, en Libia, en África Occidental, en el Cáucaso ruso, en Argelia, en Túnez y en Arabia
Saudita, y esas productoras tienen como finalidad elaborar productos específicos para cada uno de esos territorios. Las principales productoras que han grabado las ejecuciones y narran la vida del califato son Al Furqan, significa el criterio,
considerada la más importante por la elaboración de vídeos de alta calidad en árabe y Al Hayat, la vida, que está orientada hacia los musulmanes que viven en países occidentales. Esta productora elabora vídeos, audios y escritos en inglés, alemán y
francés y en ocasiones hasta en dieciséis idiomas. El Daesh dispone además de una cadena de emisoras de radio llamada Al-Bayan, que emite en árabe con boletines informativos en kurdo, en inglés, en francés y en ruso. Por su parte, la productora de
audio Ajnad elabora piezas de audio en las que se incluyen canciones vocales -las instrumentales están prohibidas para los salafistas- y los nasheeds, que son los himnos religiosos.


También dispone de un periódico semanal en árabe denominado Al Naba, en el que una semana después de los atentados de Barcelona y Cambrils se publicaba un reportaje sobre los mismos y amenazaba a toda España con las palabras siguientes:
Golpearemos su mina de oro, el turismo, su sector clave en la economía (...) Los Gobiernos cruzados deberán estar preparados para el incremento de pérdidas en esta guerra, el derramamiento de sangre y la pérdida de dinero. La agencia de noticias
Amaq, creada en agosto de 2014, con delegaciones en cada una de las wilayas, que son las provincias del Estado Islámico, es la que habitualmente utilizan para hacer públicas las reivindicaciones de sus atentados y aunque el Daesh niega que Amaq
forme parte de su estructura, es cierto que se dedican prácticamente a su actividad. Por ejemplo, la reivindicación del atentado de Las Ramblas de Barcelona la hizo el Daesh a través de Amaq inmediatamente y a través de la red de mensajería de
Telegram con un vídeo titulado La conquista de Barcelona. Cada día el Daesh lanza numerosos comunicados dirigidos a sus partidarios que abren diariamente más de 1000 cuentas diarias y publican en redes sociales como twitter, facebook, Google+ o
instagram más de 18 000 mensajes al día. También es importante el papel de Telegram. Telegram es el twitter, pero de origen ruso y es mucho más complejo. Es utilizado porque tiene un sistema de codificación que es más difícil de decodificar. Les
sirve a las comunicaciones en la red profunda cuando ya van captando el interés de posibles yihadistas. Cada día se cierran miles de cuentas yihadistas y ellos



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lo saben. Por eso mantienen cuentas inactivas que son activadas para reemplazar a las que son suprimidas. Para eso utilizan los hashtag y las palabras claves como los testigos, el palo -el stick- que se utiliza en las carreras de relevos.
Ellos utilizan esos hashtag y esas palabras clave para facilitar el cambio de cuentas e incluso de plataforma.


Los combatientes del Daesh han utilizado con profusión las redes sociales desde Siria y desde Irak para establecer contacto con amigos y familiares que vivían en sus países de origen y contarles sus hazañas y las bondades de vivir en las
tierras del califato. Esto favoreció la radicalización y la captación de nuevos combatientes que viajaban a Siria, mientras las milicias del Daesh iban conquistando nuevos territorios. Eso permitió acelerar los procesos de radicalización. Al
Qaeda tardaba casi un año en radicalizar a alguien y forzar que fuera a hacer la yihad. Estos señores en dos o tres meses han logrado radicalizar a muchísimos jóvenes. Esto, como digo, fue así mientras conquistaban territorios. Sin embargo,
cuando empezaron a sufrir derrotas y perder territorios estas comunicaciones ya no transmitían mensajes de optimismo sino que traslucían el pesimismo por las derrotas sufridas. Seguramente por esta razón, en mayo de 2017, el Daesh prohibió a sus
milicianos usar las redes sociales bajo la amenaza de severos castigos. Las razones esgrimidas fueron que los enemigos de Alá y su profeta son los gestores de esas redes y las vigilan.


Las figuras más emblemáticas del Daesh relacionadas con los medios de comunicación, como han sido su portavoz Adnani, considerado también el número dos del Estado Islámico e íntimo amigo de Abu Bakr al Bagdadi -ambos compartieron estancia en
la cárcel de Camp Bucca- y el considerado ministro de comunicación y de propaganda, Abu Mohamed al-Furqan, jefe de operaciones de medios de comunicación y miembro relevante del consejo de la Sura desde el inicio del califato, dan una idea de la
importancia que los yihadistas dan al ministerio de propaganda y comunicación. Ambos murieron durante el verano de 2016 por bombardeos de la coalición internacional liderada por Estados Unidos, la Operación Inherent Resolve. La muerte de ambos
dirigentes, unida a la pérdida del territorio, dañó gravemente la producción de piezas de propaganda del Daesh. Y, mientras que en agosto de 2015 se calcula que el Daesh produjo setecientas piezas, un año después -en agosto de 2016- ese número de
piezas había caído a doscientas.


Uno de los principales canales de comunicación del Daesh ha sido la revista Dabiq. El nombre de la revista encierra el objetivo del Daesh, que no es otro que la proclamación del califato universal. Según la tradición musulmana, en la
ciudad siria de Dabiq, que está en la provincia de Alepo, es donde tendrá lugar la batalla final entre infieles -mayoritariamente cristianos- y los ejércitos musulmanes, cuya victoria dará lugar al califato universal con la caída de Roma, como
capital de la cristiandad, y a la conquista de Constantinopla, la actual Estambul. Tan solo cinco días después de proclamar el califato -el 5 de julio de 2014- el Daesh publicó el número 1 de su revista Dabiq con un ilustrativo título, El retorno
del califato, en la que se exponía la pretensión de establecer el califato universal con frases como: La misión del Estado Islámico no es local ni regional sino global. La base de su estrategia es la yihad, aunque hay las diferentes formas de
interpretar el concepto de yihad -calculen que aproximadamente un 2 o 2,5 % de las shuras del Corán contienen la palabra yihad- pero en el Corán si uno quiere interpretar la yihad como el esfuerzo cabe perfectamente, no es así en los hadices, en los
libros que cuentan la vida del profeta. Ahí da lugar a pocas dudas, pero mientras en el Corán no cabe interpretación más que la literal, en los hadices, para los sunitas -suna es tradición- cada uno puede interpretarlo cómo quiera. Ahí es donde se
apoyan los yihadistas, en esos hadices. Pues bien, dice -para aclarar el concepto de yihad- esta revista, Dabiq: La yihad se basará en la hijrad -la hijrad es la emigración a las tierras del califato; se basará en la lealtad al líder, en la
obediencia, en el entrenamiento, en la lucha y en la Khilafa -el califato-.


A partir de octubre de 2014 el Daesh amplía su estrategia y pone el énfasis en la búsqueda de juramentos de fidelidad al califa Ibrahim de grupos yihadistas establecidos en territorios lejanos como Libia, Yemen, Argelia, etcétera. En su
obsesión por demostrar que el Estado Islámico funciona crea su propia moneda, el dinar de oro. También es un intento de crear su propio sistema financiero, alejado del sistema de pago bajo intereses que los salafistas rechazan por considerarlo
usura. Por su parte, en septiembre de 2014, Occidente, con el liderazgo de Estados Unidos, puso en marcha la Operación Inherent Resolve para acudir en apoyo del Gobierno de Bagdad a petición de este. La operación cuenta con la participación de
nada menos que sesenta y nueve países con diferente grado de implicación. Los países que participan en las operaciones de bombardeo son: Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Canadá, Dinamarca, Francia, Jordania y Holanda. Aquí no está Arabia
Saudita ni Emiratos ni Bahréin, mientras que sí están en Siria. Evidentemente, los bombardeos en territorio iraquí no coinciden



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exactamente con los intereses de esos países. Entre esos sesenta y nueve países, cada país adopta la forma de colaboración que estima conveniente. España lidera uno de los cuatro centros de entrenamiento, concretamente el desplegado en
Besmayah, y lleva a cabo una labor de entrenamiento de las fuerzas iraquíes para mejorar sus capacidades con el fin de que sean capaces de mantener la integridad territorial y de enfrentarse al Daesh y de recuperar el territorio perdido. Ya se han
formado por parte de las tropas españolas más de 31 600 efectivos, de los cuales 14 200 han sido formados en operaciones especiales.


El 30 de septiembre de 2015, ante el peligro de que Alepo cayera en poder del Daesh dejando el camino expedito hacia Latakia, donde está el aeropuerto que alimenta la base naval de Tartus, la única que Rusia tiene en el Mediterráneo, Putin
acordó con Bashar al Asad desplegar tropas en Siria y realizar operaciones de apoyo aéreo en beneficio de las tropas de Damasco. Esto provocó un cambio drástico en la situación bélica. El Daesh empieza a perder territorios en Siria; en Irak ya
estaba perdiendo, pero en Siria las cosas le eran favorables. Apenas un mes más tarde, el 31 de octubre, el Daesh atenta contra un vuelo chárter de la compañía rusa Kogalymavia en la península del Sinaí. El 18 de noviembre de 2015 publica el
número 12 de la revista Dabiq, que se titula Terror Justo, en la que reivindica el atentado contra el vuelo chárter ruso. En esa misma revista también se reivindica el atentado del 13 de noviembre en París cometido en la sala Bataclan. Había
desencadenado una estrategia para aliviar la presión mediática y militar que suponía la pérdida de territorios. Posteriormente, en el caso de que no fuera posible emigrar, llamaría a hacer la yihad en los pueblos donde residan los yihadistas. Esa
interpretación que hemos visto antes de la yihad que implicaba la emigración la han salvado. Es una estrategia para aliviar la presión. En la revista Dabiq número 13, publicada el 19 de enero de 2016, se hace un llamamiento a atacar a los cruzados
en sus propios países y para que los musulmanes despierten y cometan atentados en Europa, Australia y América. En el siguiente número de Dabiq podemos leer que todos los países están en riesgo; París fue un aviso -dicen-, Bélgica el recordatorio.
Las rápidas conquistas de pueblos y ciudades sirias e iraquíes fue el mayor aliciente para que miles de salafistas radicales viajaran a Irak, y sobre todo a Siria, para hacer la yihad, hombres y mujeres; mujeres para que sirvieran de esposas a los
muyahidines y madres que contribuyeran a poblar las tierras del califato.


En 2014, unos 2000 combatientes europeos se integraron en las filas del Daesh pero sus éxitos hicieron que en 2015 esa cifra fuera mucho más que el doble; más de 5000 europeos viajaron a Siria para combatir. Europa se había convertido en
fuente importante de combatientes para el Daesh, lo que en sí mismo constituye un motivo de alarma que obliga a estudiar el fenómeno y sus implicaciones para la seguridad europea e internacional. Un porcentaje nada desdeñable de esos combatientes
europeos que se integraron en la filas del Daesh han regresado o regresarán a los países de donde salieron.


Si analizamos el perfil de los terroristas europeos que desde 2004 hasta nuestros días han cometido atentados en Europa, llegaremos a la conclusión de que no hay un perfil definido, pero sí podemos identificar algunos rasgos comunes.
Tomemos como muestra los veintiún terroristas que han cometido atentados en Francia: doce habían nacido en Francia, tres en Bélgica, uno en Argelia, dos en Irak y uno en Túnez. La mayoría era de ascendencia magrebí, con edades comprendidas entre
los diecinueve y los treinta y cinco años, con una media de edad de veintiséis; de ellos, diez han sido catalogados como retornados y siete como lobos solitarios. En cuanto a su perfil cultural y familiar, ocho apenas tenían estudios obligatorios,
mientras que otros tres tenían otros estudios, sin que ninguno hubiera alcanzado los estudios universitarios; ocho eran solteros; siete, casados; tres, divorciados y de algunos no hay datos. Parece que a mayor nivel cultural, más difícil es su
radicalización. En tres casos se produjo esa radicalización en prisión; cuatro en lugares de rezo y seis en su entorno, donde se incluye Internet. En la mayoría de los casos tenían antecedentes penales. La mitad de los atentados fueron
financiados por los propios terroristas, mientras que otros atentados, como el que se perpetró contra el semanario humorístico Charlie Hebdo, lo fue por Al Qaeda en la Península Arábiga y los del 13 de noviembre en la sala Bataclan lo fueron por el
Daesh. Fue el primer atentado del Daesh en Europa. En todo caso, se trata de atentados que siempre requirieron menos de 30 000 euros, fundamentalmente para la adquisición de armas en el mercado negro: fusiles de asalto o algunas granadas de mano.
Como conclusión final podemos indicar que la estrategia de conquista de territorios proporciona importantes recursos a los grupos terroristas: humanos, financieros, militares y materiales. Les ha permitido pagar a sus combatientes; cada
combatiente o cada mujer que ha ido a Irak o Siria tenían o tienen un sueldo.


El armamento incautado por el Daesh durante la conquista de los territorios sirio e iraquí ha permitido a este grupo emplear una estrategia híbrida, en la que se mezcla el uso del terror con los medios convencionales propios de un Estado.
La posesión de esos territorios con los servicios de telecomunicación



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actual ha hecho que los yihadistas desplazados a Siria como combatientes pudieran seguir en contacto con sus amigos y familiares de sus países de origen a través de WhatsApp y el resto de las redes sociales, convirtiéndose en convincentes
propagandistas de la yihad en Siria mientras la victoria les sonría. Esto ha favorecido una aceleración de los procesos de radicalización. La pérdida del territorio por parte del Daesh dificulta ya ese contacto directo entre yihadistas en la zona
de operaciones y el resto del mundo. Por otro lado, las derrotas hacen que la yihad pierda gran parte de su atractivo, pero paradójicamente hace que los captadores recomienden hacer la yihad en casa, es decir en Europa, para aquellos yihadistas que
viviendo en Europa ya no ven posibilidad ni atractivo desplazarse a Siria.


Uno de los grandes peligros de los grupos terroristas que practican el terrorismo global, como son Al Qaeda o el Daesh, es que potencien su logística y sean capaces de proporcionar a los retornados, o a esos grupos que se organizan en
Europa, los medios necesarios para cometer grandes atentados en Europa o en países árabes como Túnez, Jordania o Egipto. La pérdida del territorio en Irak y Siria obligará a los miembros de Al Qaeda y del Daesh a buscar tierras más seguras donde
reorganizarse, lamerse sus heridas y poco a poco volver a actuar para continuar con su yihad en otras tierras sunitas. Esto ya ocurrió en Afganistán en 2001 y fue el origen de la creación del Grupo de la Yihad y el Monoteísmo de Al Zarqawi, que con
el tiempo se transformaría en el Daesh. La nueva tierra prometida muy bien pudiera ser -es ya, de hecho-, Libia, donde hay importantes grupos del Daesh y de Al Qaeda, y el Sahel, con graves problemas de gobernabilidad en parte de su territorio.
Además, dada su pobreza, los escasos medios económicos con los que cuentan, es imposible que puedan controlar territorios que con frecuencia son dos veces y media España, por lo que necesitan ayuda para desarrollarlo y ayuda para que, mientras ellos
no puedan controlar la seguridad en su territorio, se les eche una mano para controlarlo. Hay muchas formas de echarles una mano. En la cercana Argelia, que no es el caso de los que necesitan apoyo exterior, está asentada Al Qaeda en el Magreb
Islámico, nacida del Grupo Salafista para la Predicación y el Combate, y este nacido del Grupo Islámico Armado, grupo que provocó una guerra civil cruel en los años noventa, con casi doscientos mil muertos. Al Qaeda en el Magreb Islámico destacó
dos cativas a comienzo de esta década al Azawad, al norte de Mali, que fue la semilla de otros grupos terroristas como Muyao (Movimiento por la Unidad de la Yihad en África Occidental), Ansar Dine, Los Yihadistas Tuareg o Los Al Mutalimin, el grupo
de Mokhtar Belmokhtar. En 2012 llegaron a controlar todo el Azawad, un territorio tan grande como toda España.


Para combatir contra el peligro del terrorismo en el Sahel, en abril de 2013 se creó la misión de la Unión Europea EUTM-Mali. España participó desde el primer momento en esta misión, que tiene como finalidad el entrenamiento de las fuerzas
malienses. Ya hemos entrenado a 10 200 cuadros de mando y soldados malienses y, previsiblemente, en febrero nos haremos cargo del mando de la operación por segunda vez. España, además, aporta un destacamento aéreo, el destacamento Marfil, con un
avión Hércules con base en Dakar en apoyo de la operación francesa Barkane, que con unos cuatro mil efectivos trata de suplir las carencias de seguridad en el Sahel occidental, en el G5-Sahel. España está comprometida en la lucha contra el enemigo
común, que es el terrorismo global, porque ya le ha costado la vida a más de 2400 europeos, algunos de ellos viviendo fuera de Europa, aunque no debemos olvidar que las víctimas en países musulmanes superan ampliamente los 100 000. Hay que arreglar
el problema vigilando y trabajando dentro de nuestras fronteras, pero resolviendo también los problemas fuera.


Les agradezco su atención y quedo a su disposición para responder a sus preguntas, dentro de mis conocimientos y de mis capacidades.


Gracias, presidente.


El señor PRESIDENTE: Muchísimas gracias, general, por su intervención, que estoy seguro despertará el interés de los grupos parlamentarios.


Voy a dar la palabra a los representantes de lo distintos grupos por un periodo máximo de diez minutos. En primer lugar, corresponde el turno al Grupo Parlamentario Mixto, si es que desea intervenir. (Pausa). Si no es el caso, doy la
palabra al representante del Grupo Parlamentario Vasco, señor Legarda. Tiene usted la palabra, señoría.


El señor LEGARDA URIARTE: Muchas gracias, presidente. También quisiera dar las gracias a nuestro invitado, cuya exposición ha sido muy esclarecedora.


Solo quisiera hacerle una pregunta, y es si debemos considerar, en términos de estrategia de seguridad nacional de cualquier país, el terrorismo global como una amenaza existencial. Aunque no la consideremos existencial, es gravísima y hay
que actuar; por tanto, considerándolo como una amenaza



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existencial o no ¿los medios para combatirla o atacarla que estamos poniendo sobre el terreno, básicamente en países occidentales, la capacidad de fuerza, es la adecuada? En los países que ya tienen una manifestación prácticamente de
conflicto armado, es militar. ¿Debe trasladarse esa visión a la protección de nuestros valores en nuestros territorios? Lo digo por la presencia del ejército, que es un tema debatido, en las calles de países de la Unión. Se ha debatido también en
España recientemente con ocasión del atentado de Barcelona sobre la presencia de militares, incluso sobre las armas de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Esas son mis preguntas.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Legarda.


Corresponde ahora el turno al Grupo Parlamentario Ciudadanos. Señor Gutiérrez.


El señor GUTIÉRREZ VIVAS: Gracias, presidente.


Gracias, general, por su exposición tan profusa y de tanta calidad. Nos ha iluminado a todos sobre la historia del Daesh y de esas otras organizaciones.


Yo tengo dos preguntas que van relacionadas. En primer lugar, si cree usted que la pérdida de Siria por parte de Daesh, que sin duda es cercana, y el esfuerzo bélico que Daesh ha tenido que imprimir en Siria ha supuesto, va a suponer o
puede volver a suponer un aumento de la actividad de Al Qaeda que, lógicamente, habrá estado organizándose de otra manera. ¿Cree usted que Afganistán puede volver a ser un escenario de conflicto básicamente de las bases de Al Qaeda, que no
solamente se circunscriben a Afganistán, sino también a otros muchísimos países? Son dos fenómenos que nosotros entendemos que son paralelos pero que sin duda uno está influenciado por lo que sucede en el otro. ¿Prevé usted que esto va a suponer
un escenario en Afganistán distinto del que tenemos en estos momentos?


Muchísimas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Gutiérrez.


Por el Grupo Parlamentario Confederal de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea, tiene la palabra el señor Guijarro.


El señor GUIJARRO GARCÍA: Muchas gracias, señor presidente.


Señor Ballesteros, quiero también darle las gracias por la exposición que ha hecho. Creo que ha dado usted unas claves muy interesantes de lo que está ocurriendo ahora mismo en el escenario internacional. Yo querría hacer una serie de
puntualizaciones o por lo menos plantear aquí la posición de mi grupo parlamentario para, acto seguido, trasladarle una serie de preguntas. Me temo que yo voy a hacer unas cuantas más que mis colegas que me han precedido, más que nada por
aprovechar su presencia aquí y tratar de exprimir todo lo que podamos sus conocimientos en esta materia.


Después de la Segunda Guerra Mundial se fueron configurando a lo largo del planeta unos procesos de descolonización o de neocolonización que yo creo que sí que podemos situarlos como el origen del problema que estamos viviendo ahora. Frente
a aquella afirmación, que sonó mucho en los noventa, de Samuel Huntington, aquello del choque de civilizaciones, un autor español llamado Francisco Palacios insiste en cambiar los términos de estas palabras para hablar más bien de una civilización
de choque. Yo creo que también cabe hablar de Occidente y de cómo este ha tenido un papel en generar el estado en el que ahora mismo nos encontramos. Evidentemente, las primaveras árabes han tenido que ver algo en todo esto. La deslegitimación de
ciertos Estados frente a su población, a las demandas populares, parece que finalmente derivó en que muchos de estos sectores terminaran por abrazar determinados planteamientos radicales, pasando a lo que algunos autores han terminado llamando,
frente a la primavera árabe, el invierno islámico.


Yo creo que es muy importante señalar un origen claro y determinante, que usted, de alguna forma, ha insinuado en su intervención: la guerra de Irak. La guerra de Irak yo creo que es clave no solo para explicar la creación, el surgimiento
y el desarrollo del Daesh, sino para explicar un poco lo que ha sido el estado de ánimo y el estado de opinión en muchos de los países musulmanes. No se trata tanto ahora de insistir en señalar a los culpables de una cadena de sucesos que nos han
traído hasta aquí, sino las estrategias equivocadas que pusieron en marcha esa cadena. En esto sí que quiero ser muy enfático. Quiero recordar que el presidente Trump sigue subrayando peligrosamente la respuesta militar en detrimento de cualquier
otra. Quiero también apuntar las conclusiones de la cumbre de la OTAN del año 2014, en Gales, cuando los países socios acordaron un aumento general del gasto militar hasta el 2 % del PIB. Esto para España



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supondría casi doblar el presupuesto militar actual. Así, sentimos que nos vemos arrastrados por un gran socio, el gran socio noratlántico, que es Estados Unidos, que no puede ver más allá de lo militar y que ha sido el factor de
desestabilización global mayor de los últimos treinta años. Hace poco en Davos -en Davos, no en ningún foro sospechoso de rojerío- se daba un dato que yo desconocía y que me dejó helado. En los últimos treinta años, Estados Unidos ha participado
en 13 guerras, en las cuales ha gastado 14 billones de dólares; billones continentales, no anglosajones. Por supuesto, este no es el gasto militar, es el gasto en la guerra; es decir, por encima del gasto militar. Quería también apuntar en esta
exposición un apartado en el que, por lo que he podido leer, señor Ballesteros, usted también ha hecho bastante énfasis, y es la cuestión de la prevención y del factor cultural. Yo creo que aquí es muy importante hablar de integración social,
aunque no sea suficiente ni las carencias que podamos tener en ese campo puedan explicar ese fenómeno, pero sí es una vía para arreglar el problema. Hace falta también regular internacionalmente los flujos de capital -la gobernanza financiera
global en ese sentido es clave y creo que sería importante incorporarlo en un análisis que se pueda hacer de esta situación- y en general todo lo que tiene que ver con cooperación en materia de inteligencia, donde entiendo que todavía quedan
progresos por hacer, pese a que se hayan podido dar pasos importantes en los últimos años.


Paso ya a enumerar las preguntas que quería trasladarle. Usted ha señalado recientemente -lo he podido leer en alguna de sus entrevistas- que la respuesta al yihadismo se debe librar en tres frentes. Habla usted del frente militar, del
frente policial y del frente cultural, lo que yo interpreto como frente cultural. Imagino que además habrá medidas de política exterior, medidas diplomáticas que deban implementarse para así lograr el aislamiento de países u organizaciones que
financian el yihadismo. En este sentido, ¿qué utilidad otorga usted a ese frente diplomático? ¿No cree usted que ha sido descuidado? Y aprovecho para subrayar el hecho de que está usted al lado del antiguo ministro de Asuntos Exteriores que, por
lo que sé y recuerdo, hacía también énfasis en este frente. ¿Cree usted que además cabe reforzar la vía militar? ¿Hacen falta más recursos militares para afrontar este desafío, señor Ballesteros? Si así fuera, ¿cree usted que España está en
condiciones de participar de este esfuerzo? Y si no, ¿cuál de las vías sería la prioritaria para reforzar, según su criterio? Nos consta además que ha habido armas de fabricación española que han terminado en Yemen -así lo han denunciado varias
ONG, como Greenpeace y Amnistía Internacional- y que estas habrían entrado a través de Arabia Saudita. Al margen de las consideraciones éticas que esto nos provoca, le que querría preguntar qué papel juega la guerra en Yemen y el conflicto en el
interior del Consejo de Cooperación del Golfo en el fenómeno yihadista actualmente. Por otro lado, querría preguntarle hasta qué punto ha habido financiación o connivencia por parte de las monarquías del Golfo, un tema espinoso, polémico, pero que
necesariamente debe ser aclarado. ¿Qué rol juegan en ese sentido y ahora mismo estos países u organizaciones en el sustento del yihadismo?


Finalmente, voy a encadenar otras tres preguntas que tienen que ver con los actores regionales y globales involucrados muy directamente en este asunto. En primer lugar, al margen de su tradicional apoyo a las comunidades chiítas en Yemen,
Líbano y Siria, ¿cree usted que la República Islámica de Irán ha jugado a favor o en contra de la extensión del fenómeno yihadista y hasta qué punto? Querría también preguntarle si el Gobierno de Erdogan, en Turquía, ha sido un socio fiel y eficaz
en la lucha contra el yihadismo. Por lo que he podido leer, por lo menos en tiempos pretéritos, no sé si actualmente, el contrabando en la frontera de armas, opiáceos y petróleo ha sido un elemento utilizado para financiar el yihadismo.
Finalmente, siguiendo con Turquía, ¿cómo valora su reciente giro prorruso y sus implicaciones en esta lucha? Como usted sabe, Turquía acaba de anunciar la compra de misiles a Rusia, lo cual no deja de tener una importancia geopolítica muy
relevante. Y ya la última pregunta. ¿En qué medida cree usted necesaria o conveniente la cooperación con Rusia en esta tarea, dado que también, como Estados Unidos y Francia -pero no junto a ellos- ha apostado fuertemente por la vía militar?


Muchas gracias. Esperamos volver a tenerle aquí para seguir aprendiendo.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Guijarro.


Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra el señor Hernando.


El señor HERNANDO VERA: Gracias, señor presidente.


Gracias, general Ballesteros, en nombre de mi grupo le doy la bienvenida a la Comisión y me uno a las palabras de condena de los atentados en Barcelona y Cambrils y de solidaridad con las víctimas acaecidas en los mismos.


Esta mañana ha habido un atentado con cincuenta muertos en el sur de Irak, precisamente por obra del Daesh, y algún portavoz decía que el número se elevará, por tanto, es un suma y sigue.



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Empezaba el general Ballesteros haciéndonos una génesis de Al Qaeda fundamentalmente y de los errores cometidos en relación con Al Qaeda y con el Daesh, pero seguramente la crítica más grande que yo he leído de los errores que en su día
cometió Estados Unidos en relación con el combate contra Al Qaeda es la escrita por un consejero de política antiterrorista de tres presidentes de Estados Unidos, Richard Clarke, en unas memorias excelentes, Contra todos los enemigos, en las que
habla de qué errores se cometieron y por qué pasaron algunas de las cosas que sucedieron. Al Qaeda estaba atentado contra Estados Unidos en territorio estadounidense mucho antes del 11 de septiembre, incluso en las propias Torres Gemelas. Por
tanto, está bien recordar los errores, fundamentalmente para no volver a cometerlos -yo creo que Occidente ha aprendido mucho de esto- y hacer un repaso de lo que han sido todos estos años de política antiterrorista, en los que hemos tenido muchos
éxitos y se han impedido muchos atentados. En España, sin ir más lejos, hemos estado ocho años sin víctimas del terrorismo, desde 2009, año en el murieron dos guardias civiles en Baleares, hasta el año 2017, en el que desgraciadamente hemos sido
víctimas de nuevo del zarpazo del terrorismo yihadista.


Me interesan especialmente los aspectos relacionados con cómo combatir el terrorismo yihadista dentro de España. No obstante, creo que es fundamental la estrategia internacional, la estrategia de seguridad, defensa e inteligencia en el
exterior -alguna pregunta le haré en relación con ese tema-, y como he leído algunos de los informes que ustedes tienen publicados en la página web del Instituto de Estudios Estratégicos haré referencia a alguno para ver si usted nos puede ampliar
algunas de las informaciones que se vierten en el mismo. En relación con el exterior, ¿considera, general, que el hecho de que el Daesh vaya a perder sus santuarios y esté perdiendo territorio puede significar un aumento del riesgo de atentados,
tanto en países cercanos como en países europeos? Todos nos alegramos de que el Daesh esté perdiendo territorio, de que esté perdiendo medios, de que esté perdiendo fuerza dentro de Siria y Al Qaeda dentro de Irak, pero quizá eso va a suponer un
aumento del riesgo. ¿Considera que, como consecuencia del debilitamiento del Daesh, puede haber una emergencia de Al Qaeda? Algunos hablan de que Al Qaeda es considerada dentro del mundo radical musulmán -lo diré con todas las comillas del mundo-
como una organización terrorista más seria que el Daesh, debido a la brutalidad que en ocasiones hemos visto que practica este último. ¿Es posible que haya un resurgimiento del prestigio -de nuevo entre comillas- y la actuación de Al Qaeda?


En relación con el interior, es un tema que creo que a todos nos preocupa y nos interesa especialmente -sin olvidarnos del otro, que naturalmente resulta fundamental-, porque aquí en lo que estamos es en una estrategia de anticipación
permanente. Algunos de los elementos que yo creo que son fundamentales y que todos los expertos -yo no lo soy- manifiestan como tales es la anticipación. He visto que usted ha hecho referencia al perfil de los atacantes de Bataclan. Habría que
estudiar -me imagino que ya se está haciendo- los perfiles de los terroristas que han atacado en Cambrils o que han atacado en Barcelona. Lo que yo le pregunto es si estudian biografías para ver los elementos comunes de estas personas, y sobre todo
cómo es posible que se estén radicalizando con tanta rapidez, con tanta velocidad; cuál es el sistema para que se radicalicen con tanta velocidad como lo están haciendo, porque ya conocemos algunas biografías que determinan que hay una aceleración
de la radicalización de estas personas. ¿Cómo se las pueden apañar las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para detectar tempranamente la radicalización de personas que actúan en muchos casos en la intimidad de sus hogares a través
fundamentalmente de las redes sociales, no solamente mediante la infiltración de agentes en las redes sociales sino también mediante la propia infiltración de agentes encubiertos, etcétera? Me gustaría saber si han trabajado un poco sobre este tipo
de infiltración.


Por otro lado, le quería preguntar si hay estudios que determinen cómo es posible detectar la radicalización cognitiva, que es la anticipación de la radicalización violenta, es decir, cómo impedimos que a los musulmanes que residen en
España, especialmente a algunas comunidades, les lleguen unas lecturas de la actualidad, de la vida y de su situación que les hagan radicalizarse y caer en manos de los violentos, y no solo eso, sino recurrir a algo tan ancestral y brutal como es el
martirio. Por tanto, ¿cómo nos las apañamos para hacer eso, porque va a ser fundamental a la hora de anticiparnos, de impedir que estas personas terminen atentando?


Básicamente eso era lo que le quería preguntar. De nuevo gracias por su exposición inicial y, sobre todo, por los trabajos que realiza el Instituto Español de Estudios Estratégicos, que desde luego son de una calidad evidente.


Muchas gracias.



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El señor PRESIDENTE: Finalizado este turno, tiene la palabra el señor Aznar, en nombre del Grupo Parlamentario Popular.


El señor AZNAR FERNÁNDEZ: Muchas gracias, presidente, y muchas gracias, general Ballesteros, por su amplia exposición, yo creo que además muy ilustrativa, del problema que nos ha traído hoy aquí. El interés que tenía esta Comisión por oír
de boca de tal vez uno de los mayores expertos en esta materia era evidente y yo creo que usted con su intervención ha satisfecho inicialmente esta expectativa. Le doy las gracias, igual que ha hecho mi compañero, el portavoz del Grupo Socialista,
no solo por su comparecencia hoy aquí, sino por el trabajo que vienen ustedes realizando día a día y mes a mes en el Instituto Español de Estudios Estratégicos. Yo creo que es una herramienta magnífica, y en un momento en el que es un tema de
preocupación para los ciudadanos y de preocupación y de ocupación para nuestro Gobierno de primera magnitud, yo creo que este trabajo debe ser valorado y puesto sobre la mesa.


En segundo lugar, yo quiero destacar algo que ha dicho usted y que me ha parecido muy interesante. Es verdad que aquí, siempre que se produce un atentado -aquí y en todas partes donde hay gente de bien-, se origina un movimiento de
solidaridad con las víctimas, pero usted ha dado un enfoque a estos movimientos y a esta solidaridad con las víctimas no solamente en el aspecto humanitario, que es evidentemente importante, sino también como parte del tratamiento del problema.
Demostrar esa unidad, esa resistencia de las ciudadanías que son atacadas frente a los terroristas a través de la solidaridad con las víctimas, me parece un enfoque nuevo y muy importante.


Yo creo que se han hecho aquí preguntas que usted responderá a continuación sobre aspectos muy interesantes. Es evidente que a lo largo de todos estos años se han cometido errores; es bueno aprender de los errores, es bueno no caer en los
mismos, pero yo creo que hoy, salvo algunas posturas que se justifican en un buenismo exacerbado, nadie duda de que estos grupos, como Al Qaeda o Daesh, están en guerra contra Occidente en general, por globalizar la definición. A una guerra hay que
atajarla o encararla desde muchos ámbitos. Estoy de acuerdo en algunas de las cuestiones que planteaba el portavoz de Podemos. Es cierto que tiene que haber una labor de prevención, a la que también se ha referido el portavoz del PSOE: el
análisis de todas aquellas personas que están cometiendo los atentados últimos en nuestro territorio, en el territorio europeo, para ver de qué manera se puede prevenir. Es cierto también que una de las fórmulas -en ella trabajó mucho el presidente
de la Comisión en su etapa de ministro-, la colaboración con los países donde se están produciendo y donde están sufriendo en primera instancia los ataques de esta gente, también es importante y se debe seguir produciendo e incluso reforzando
probablemente, pero es un hecho que no solamente de esta manera se puede ganar esa guerra que desde estos grupos se ha empezado contra Occidente.


El crecimiento de Daesh -usted lo ha dicho- se ha basado en la conquista de territorio, lo que le ha podido dar al califato la fuerza que ha llegado a tener, y en algo que también ha dicho usted, una potentísima, diría yo, infraestructura
mediática. En este sentido creo que es muy interesante analizar esos quince números de la revista Dabiq a través de los cuales se podría seguir la historia del Daesh y de todos y cada uno de sus actos de guerra contra Occidente. Por tanto, estas
cuestiones son muy importantes -y ustedes lo están viendo- de cara a la derrota final de esta gente. Ahora, a mí me preocupa un aspecto que no se ha tocado aquí y que es sobre lo que le voy a preguntar; creo que el resto lo han planteado muy bien
mis compañeros. En el territorio en este momento hay prácticamente una derrota militar de Daesh. En los países occidentales, sobre todo en Europa -y probablemente también en algunos sectores de Estados Unidos-, empieza a haber un clamor, puesto
que la derrota es inminente o está prácticamente hecha, sobre que se debe producir cuanto antes la retirada de tropas sobre el terreno. En mi opinión -y yo lo que quiero saber es la suya, que es la importante-, ¿esta retirada de tropas, que podría
ser prematura, puede producir que el Daesh se recomponga, que renazca -por así decirlo- de sus cenizas y que, con lo que hayan aprendido de los errores que ellos también han cometido, establezcan una nueva estrategia que pueda hacerles todavía más
peligrosos de lo que son hasta ahora? Me gustaría saber su opinión sobre este aspecto que es, sin duda, controvertido y que sobre todo por parte de los grupos pacifistas se va a incrementar en los próximos meses y en los próximos años.


Repito, muchas gracias por su comparecencia y por su trabajo.


El señor PRESIDENTE: Muchísimas gracias, senador.


Tiene la palabra ahora el general Ballesteros para contestar a las preguntas que le han sido formuladas por los diputados y senadores que han intervenido.



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El señor DIRECTOR DEL INSTITUTO ESPAÑOL DE ESTUDIOS ESTRATÉGICOS (Ballesteros Martín): Muchas gracias, señorías.


Les agradezco sus preguntas, que han sido interesantísimas. No sé si voy a ser capaz de contestar, porque han sido muchas y muy diversas.


El señor Legarda me preguntaba si consideraba el terrorismo yihadista como una amenaza existencial. Para un español hoy no lo es, pero hay que tener claro cuál es el objetivo de Al Qaeda, del Daesh: es el califato universal. De ese
objetivo forma parte España de dos maneras distintas. Primero, porque el territorio que hoy pisamos es Al Andalus y, salvo una parte pequeñita de las montañas asturianas, esto para ellos es territorio musulmán y tiene que volver a ser musulmán. Y
segundo, tampoco nos libramos de la otra parte de la amenaza: el califato universal. El califato universal es que no hay por qué convertirse al islam, pero el que no sea islamista salafista tiene que estar sometido a la forma de entender la vida
de ellos con sus criterios. Lo que sí tengo claro es que uno de los errores de la comunidad internacional -y voy adelantando algunas otras respuestas- ha sido dejar crecer la guerra en Siria. En Siria ha habido trescientos mil muertos porque la
comunidad internacional en su conjunto, quitando Irán y Arabia Saudí -porque tienen intereses directos ahí-, ha tardado mucho en intervenir y en apagar ese fuego. Rusia entró cuando vio peligrar su interés de la base naval de La Taquia. Hoy ha
logrado tener una base con la firma de un acuerdo de cuarenta y nueve años de soberanía. Eso no lo tiene hoy nadie en el mundo. Rusia es soberana de la base de Tartus por cuarenta y nueve años, y tiene algo que no tenía antes, y es el uso de la
base de Tartus y del aeropuerto de La Taquia. Creo que en Siria se ha intervenido tarde; se ha dejado que la guerra civil que había allí creciera y que esa guerra civil fuera aprovechada por un Daesh incipiente, que era muy poca gente al
principio, para crecer. Si la comunidad internacional no hubiera intervenido y hubiera dejado pudrir el problema, no me cabe la menor duda de que, pasado un tiempo, el problema para nosotros sería existencial, entendiendo por existencial que
vivamos bajo los valores que nosotros queremos vivir -no hablo de la vida en sí, hablo de vivir bajo nuestros principios-; desde ese punto de vista hoy no lo es, pero en el futuro lo habría sido.


En cuanto a si tenemos los medios adecuados, si hubiéramos intervenido al principio, con pocos medios hubiéramos apagado el fuego, pero somos muy renuentes, el primero Estados Unidos. Estados Unidos ha sido un país intervencionista al
terminar la Segunda Guerra Mundial y al acabar la Guerra Fría, como lo fue al terminar la Segunda Guerra Mundial la Unión Soviética y Estados Unidos tuvo sus dudas de qué hacer frente a una Unión Soviética que avanzaba por líneas interiores apoyando
partidos comunistas y luego desmontando el sistema democrático. Para no remontarnos tan lejos, diremos que es verdad que Estados Unidos consideró que debía actuar como el hegemón que era en los años noventa tras el final de la Guerra Fría, pero eso
le ha costado un enorme desgaste; desgaste en vidas, porque en Afganistán han muerto 2220 soldados norteamericanos, en Irak más de 4000 y, lo peor, tienen más de 30 000 lisiados o mutilados que hoy caminan por las calles de Nueva York o de
Washington y que son el testimonio vivo de lo que le ha costado a los Estados Unidos esas guerras -de la Segunda Guerra Mundial el testimonio son los cementerios en Europa-. Además, les ha costado mucho dinero, es verdad: solo en la guerra de Irak
se hablaba de 14 billones continentales, europeos, mientras que la otra ha costado casi 2, es cierto. ¿A qué les ha llevado eso a los norteamericanos, a la Norteamérica del presidente Obama? A lo que yo llamo cansancio estratégico, al no puedo
más, al me cuesta ya entrar en otro conflicto. Y, si no entra Estados Unidos, los demás del mundo occidental no van a entrar porque no tienen capacidad para hacerlo. Eso inicia también una respuesta a si tenemos que poner ese nivel del 2 % en el
gasto militar, que en el caso español supone prácticamente duplicar el gasto. Yo no estoy en la gestión, en la toma de decisiones, ni siquiera estoy en el asesoramiento del Gobierno -el instituto no está en eso-, pero debo decir en este caso que la
historia de la demanda a Europa de: tomen ustedes más responsabilidad en su propia seguridad, no es del presidente Trump sino que es del presidente Obama. No sé si lo que hay que gastar es el 1,8, el 1,9 o el 2 %, sí sé que lo que tenemos hoy es
absolutamente escaso, por no decir: aguantaremos mientras podamos, viviremos del crédito. Pero no se puede vivir eternamente del crédito. Creo que los medios son escasos en este momento. Ahora bien, si se interviniera al principio, con muy pocos
medios se podrían resolver los conflictos, el problema está en dilatar la solución; a veces, si se interviene cuando el conflicto no es bélico, estamos hablando de gestiones de crisis, pero la tendencia hoy del mundo y del mundo más desarrollado es
a replegarse sobre sus fronteras en estos temas.


Me preguntaba el señor Legarda también sobre la presencia de las Fuerzas Armadas en las calles, el nivel 5 de alerta. En España es una decisión del Consejo de Seguridad Nacional y yo poco puedo aportar,



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aunque sí puedo decir que Francia lo lleva empleando desde hace muchísimo tiempo y que Bélgica, Reino Unido, Italia o Alemania lo tienen. España tiene sus Gobiernos -el actual y los anteriores- que han tenido que tomar las decisiones. Yo
siempre confío en que toman la mejor decisión. Es verdad que en todo caso debemos estar preparados por si se necesita. La preparación es necesaria, pero la intervención es un tema del Gobierno en el que yo no me atrevería a opinar ni de lejos.
Otros países lo hacen sin mayores problemas.


El señor Gutiérrez me preguntaba por la pérdida de Siria. ¿Un aumento -ha habido también otra pregunta en este sentido- le da más peso a Al Qaeda? Honradamente creo que sí. ¿En Afganistán? Mire, yo creo que en Afganistán no exactamente.
En Afganistán el 40 % del territorio lo controlan los talibanes. Los talibanes no son Al Qaeda. Creo que de la intervención de Enduring Freedom, de la Operación de intervención contra el régimen de Mullah Omar talibán, a los propios talibanes y al
mundo entero les ha quedado una idea clara: no hay ningún Gobierno en el mundo que pueda apoyar abiertamente, como hizo el régimen talibán en su momento, a un grupo terrorista de naturaleza global y, por lo tanto, de forma abierta, eso no se puede
hacer. Por lo tanto, incluso en el hipotético caso de que Al Qaeda volviera al Gobierno, creo -puedo estar equivocado- que jamás apoyarían al Daesh o a Al Qaeda. Pero sí creo que la debilidad militar del Daesh en este momento fortalece a grupos
como Al Qaeda en el Magreb islámico. Les doy un dato: cuando los soldados del califato -eran una escisión de Al Qaeda en el Magreb islámico- le juraron fidelidad a Abu Bakr al Bagdadi, ahora mismo todos los grupos que hay en el Sahel le han jurado
fidelidad a Abdelmalek Droukdel, que es el líder de Al Qaeda en el Magreb islámico. Por lo tanto, hay un fortalecimiento de Al Qaeda en el Magreb islámico, y esto deberemos tenerlo en cuenta nosotros, porque los tenemos ahí al lado, y sobre todo
porque tienen una capacidad de contaminar el Sahel, porque Al Qaeda, Daesh, Boko Haram, todos los grupos terroristas necesitan territorios fallidos y el Sahel es el territorio fallido por excelencia. Hay que ayudar a los Gobiernos de esos países a
que sean capaces de controlar lo que ocurre en esos territorios.


Níger tiene una renta per cápita de 400 y pico dólares -no me acuerdo ahora-, España en torno a 27 000 y Mali del orden de 684 dólares, ¿qué le podemos pedir a un país que tiene esa riqueza cuando le decimos: tienes que controlar lo que
pasa en tu territorio? Pues a un territorio nada menos que de 1 250 000 kilómetros cuadrados, 2,5 veces España, que no tiene carreteras prácticamente, creo que se le puede pedir poco, hay que ayudarle. ¿Quién? Creo que la Unión Europea tiene que
mirar al Sahel como la frontera avanzada de su propia seguridad. Muchos de los problemas que tenemos de la inmigración irregular masiva de naturaleza económica vienen de ahí. Y esa falta de control en esos territorios alimenta a grupos yihadistas,
a Al Qaeda. Porque se alimentan del narcotráfico, del paso de la droga por esos territorios; se alimentan del crimen, de los secuestros; se alimentan de los tráficos ilícitos, de los tráficos de seres humanos, y también de todo lo que ellos
puedan aprovechar, y si son capaces de pagarle a alguien que tiene problemas económicos, de darle dinero por empuñar un fusil, pues estamos ya aumentando el número de yihadistas en nuestro vecino Magreb o Sahel. El Daesh es una hidra de diez
cabezas, estamos cortando una cabeza, la de Irak y Siria, pero quedan muchas, quedan muchos que han jurado fidelidad y al final, si cambian su juramento de fidelidad porque probablemente el califa Ibrahim ha muerto, es sintomático que después de que
los rusos hayan dicho que lo han matado -y ha pasado mes y pico- no hayan dado todavía señales de vida. Y hay un problema: el prestigio que tenía o tiene el califa Ibrahim no lo tiene nadie, y las sucesiones de liderazgo en los grupos terroristas
son siempre tremendamente complejas y complicadas, pero juegan un papel fundamental.


El señor Guijarro me hacía varias preguntas que hacen alusión a las tres líneas de acción para luchar contra el yihadismo. En mi opinión, la primera es quitarles el territorio; eso lo llamo yo la derrota militar, eso es fundamental pero no
soluciona el problema. La segunda es evitar que se reagrupen en otros territorios; eso hay que mirarlo bien, porque no sé si la comunidad internacional está atendiendo a esa necesidad. Y esta es una necesidad de Europa. ¿Por qué de Europa?
Porque esos territorios para Estados Unidos no tienen el peso como para liderar las misiones. El Africom, el mando que tiene Estados Unidos para África, que está en Stuttgart, es un mando de cooperación que trabaja dentro del enfoque integral, lo
que en OTAN se llama comprehensive approach. Hay que trabajar la diplomacia; el joint, el J9, no suele ser del staff, no suele ser un militar, sino que suele ser un diplomático, y esto es muy sintomático. Hay que trabajar el desarrollo y la
seguridad. Esto es Estados Unidos. Pero, claro, también es muy sintomático que el cuartel general no esté en ningún país africano, sino en Alemania. Si hay problemas en el Sahel, señores europeos, tenemos que ser nosotros los que tengamos la
capacidad para resolver el problema. Hoy no la tenemos. ¿Es necesario incrementar el gasto militar? Cuando el presidente Hollande lanzó la



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Operación Serval a petición del Gobierno de Bamako y ante un hecho incontrovertible, y es que los terroristas no se habían conformado ya con quedarse en el Azawad, en el norte de Mali, sino que caminaban hacia Mopti y Sevaré -en esa parte de
estrechamiento del mapa de Mali- en dirección hacia Bamako, al presidente Hollande no le quedó más remedio como presidente de una potencia con intereses en la zona, pero también con responsabilidades históricas en la zona, que intervenir; si no,
hoy todo Mali sería un territorio yihadista y tendríamos un problema enorme para los que amamos la libertad, que no solo somos los de aquí, sino también los de allí. Cuando el presidente Hollande lanzó esa operación lo que hizo fue aprovechar las
tropas que tenía en países alrededor de Mali, en Senegal, en Burkina Faso y en Chad, pero, claro, eran tropas ligeras sin grandes medios sofisticados y sin grandes sistemas de comunicación. Inmediatamente, un país que lidera una operación de esa
envergadura -eran mil y pico hombres, no eran muchos- necesita esos medios y esos medios Francia los tiene en la metrópoli, en Francia y necesitaba transportarlos urgentemente a la zona de operaciones. Así que, no teniendo ningún país europeo
ningún avión de transporte estratégico, se lo pidió a Estados Unidos y Estados Unidos se lo tuvo que prestar no sin antes tener que intervenir Hillary Clinton -esto salió en un artículo en Le Monde- porque el presidente Obama no lo veía tan claro:
esto es un gasto tremendo y yo por qué se lo voy a regalar a Francia; le cobramos el gasto.


Estados Unidos es el único que tiene capacidades militares para hacer pequeñas y grandes intervenciones. Los europeos desgraciadamente no tenemos capacidad para intervenir solos en operaciones que exijan un mínimo de esfuerzo y que
requieran compromisos. Esa es la realidad. Esto significa que Estados Unidos a lo mejor tiene razón al decir: soy yo el que está pagando continuamente su gasto de seguridad, ya lo pagué en Bosnia-Herzegovina y ya lo pagué en Kosovo, háganse cargo
de su propia seguridad. Otra cosa es cómo se gasta ese dinero. Ese es otro tema. Lo ideal sería que Europa tuviera un ejército europeo no veintisiete o veintiocho ejércitos, esto es otra cosa, pero lo que sí es verdad es que están identificadas
carencias claves, esenciales, que nos impiden tener libertad de acción, es decir, tomar decisiones y ser coherentes con esa decisión.


Creo que también es necesaria la lucha contra la radicalización y creo que en España se están haciendo las cosas razonablemente bien a pesar de lo que ha ocurrido en Barcelona y en Cambrils. Tenemos un plan contra la radicalización aprobado
en 2015, es un tema de Interior y, por tanto, yo no voy a entrar en él. Sí que creo a nivel estratégico que todos los países que tengan comunidades musulmanas, incluidos los propios países musulmanes, tienen que tener sus planes contra la
radicalización y hay que pedir -y ahí entra la diplomacia y creo que es fundamental- que la comunidad internacional presione para que todos los países en su campo, en su ámbito o en su territorio luchen contra la radicalización. Estaríamos en este
campo ante estrategias que llamaríamos de 3D: defensa, desarrollo y diplomacia. Ahora bien, no cabe la negociación diplomática con el Daesh o con Al Qaeda, entre otras cosas porque ellos solo tienen una finalidad y no hay capacidad de ningún tipo
de negociación. Es la comunidad internacional la que tiene que reforzarse y en esa unión de la comunidad internacional creo que sí que tenemos todo por ganar y que acabaremos con este Daesh. No estoy tan seguro de si podemos acabar definitivamente
con el terrorismo yihadista. En cuando a cuál es la vía para fortalecer, creo haber contestado ya a esa pregunta.


En relación con el papel de Yemen, en Yemen hay una guerra civil con dos actores externos: Irán, que apoya a los sutíes, y Arabia Saudí, que apoya al Gobierno de Saná. Solo hay que memorizar un poco el mapa de Yemen y ver que Yemen es la
parte sur, como todos sabemos, de la península arábiga, que tiene dos estrechos: el de Ormuz, hoy controlado por Irán, y el de Bab el Mandeb, controlado por el que controle el sudoeste yemení. Si los sutíes controlan el estrecho de Bab el Mandeb y
los iraníes el de Ormuz, mañana bloqueando esos estrechos -algo fácil de hacer durante un tiempo- ni Arabia Saudita, ni Kuwait, ni nadie podría exportar petróleo, solo lo que fueran capaces de sacar por el Canal de Suez. Y por el Canal de Suez no
pueden pasar la mayor parte de los petroleros porque, desde que Nasser bloqueó el Canal de Suez, los petroleros se construyen grandes para que sea rentable transportar el petróleo a través del cabo de Buena Esperanza. Esa es la situación. En Yemen
¿hay una guerra, hay problemas? Sí -hoy ha muerto un piloto yemení por un fallo mecánico del avión-. ¿Y eso lo aprovecha el Daesh o Al Qaeda? Sí. La Al Qaeda que era más fuerte -yo creo que empieza a ser más fuerte Al Qaeda en El Magreb
islámico- es la Al Qaeda en la península arábiga, el sucesor del Ayman al Zawahiri es el líder de Al Qaeda en la península arábiga. Esto es un dato. Y también está el Daesh. ¿Qué papel juega Irán? Irán es chíita, no juega nunca a favor del
Daesh, del terrorismo yihadista porque es sunita. Pero, en las guerras hablar de buenos y malos es un error. Las situaciones son las que son.



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En cuanto a Turquía, en un aliado de la OTAN; creemos que se puede confiar en Turquía, pero está preocupada por la cuestión de los kurdos, ese es su problema. Su problema es el PKK, grupo terrorista reconocido como tal por la Unión
Europea, y quiere controlar lo que ocurre en el Kurdistán sirio, en la provincia de Rojava. Rusia y el régimen de Bashar al Asad le están permitiendo que ese control de alguna manera lo tenga. Sí creo importante la cooperación con Rusia, que
también tiene problemas de terrorismo; los ha tenido en Chechenia y los tiene en la región caucásica rusa. Por lo tanto, volvemos otra vez a la diplomacia, entenderse con Rusia pero entenderse en un plano de igualdad, sin sometimiento de nadie
hacia nadie. Creo que es importante.


Señor Hernando, muchas gracias por sus comentarios. ¿El hecho de que el Daesh pierde el territorio aumenta nuestro riesgo? Tenemos que decir que sí, porque las derrotas que va sufriendo en Irak, y sobre todo en Siria, las ha intentado
aliviar proponiendo atentados en Europa. Pero pongamos las cosas en su contexto temporal, el Daesh está perdiendo y hay que lograr su derrota, su derrota allí porque le estaba proporcionando 5000 yihadistas salidos de Europa en 2015, y ese es un
problema enorme. Si en 2016 hubiera seguido ganando terreno tendríamos 10 000 yihadistas europeos allí, de los cuales regresarían una cuarta parte. Yo creo que sí, pero no podemos caer en la trampa -no creo que sea su caso- de decir: no nos
metamos en ningún lío, dejémosles que ganen territorio. Esto es lo mismo que dejar que la casa del vecino se queme pero un día te llega el fuego a ti y ya no es controlable.


¿Está emergiendo Al Qaeda? Ya lo he contestado: sí, creo que está emergiendo. La anticipación, los perfiles. Todos intentamos estudiar los perfiles de los terroristas pero es difícil penetrar en la fase en la que se radicalizan porque,
intencionadamente, utilizando el takfirismo, no describen la forma. Es importante cogerlos con vida, detenerlos -en la medida en que se pueda- en los territorios en los que combaten para extraer de ellos cómo se ha radicalizado cada uno, cuál ha
sido el proceso y cuánto ha durado. Esto necesita tiempo. Creo que lo lograremos pero, probablemente, lleguemos a la misma conclusión del perfil del europeo; no hay un perfil único, no hay algo que nos ayude a decir: vigila a este que cumple con
el perfil. Por otro lado, son miles los candidatos en toda Europa a la radicalización. ¿Cómo se ha acelerado esa radicalización? En España hemos hecho las cosas muy bien en materia legislativa y el Código Penal de 2015 contempla ya la figura del
agente encubierto. Eso va a dar resultados positivos en España -estoy seguro, aunque no es mi campo por lo que no entro en ese terreno-, pero fuera también. Antes, cuando los agentes se infiltraban en una red, no estaban protegidos judicialmente.
Podía llamarle un juez y decirle: veo que usted anima a cometer atentados. En este caso, me estoy refiriendo a fuera de España.


¿Hay estudios que detecten la radicalización cognitiva? Hay teorías. La más realista es la que dice que tengamos en cuenta la pirámide de Maslow, en la que el primer nivel son las necesidades básicas -comer, vestir, quitarse el frío o el
calor-, es decir, aquello en lo que te va la vida; el segundo nivel es la seguridad personal, la protección, y el tercer nivel es la pertenencia a un grupo. Hay algo en el tercer nivel que explica por qué se radicalizan jóvenes que, aparentemente,
están integrados, que se han educado en una escuela francesa, española o belga. ¿Por qué? Porque aparentemente están integrados pero cuando van a pedir un trabajo, al conservar los rasgos de un magrebí, le consideran de fuera. Él percibe ese
rechazo o esa desconfianza hacia el que es de fuera. Pero cuando van con sus padres a Marruecos o al pueblo de sus padres no hablan bien el árabe, no hablan bien el francés si vienen de España o hablan un francés que no es el francés del pueblo de
Marruecos o Argelia, es el francés del norte de París. Y ahí también le consideran un extranjero. Está desubicado, está desclasado y para el ser humano es importante formar parte de un entorno social. Esto hace que dentro de un barrio se junten
los chavales que tienen el mismo problema. Al final, encuentran en las redes sociales y en el yihadismo una forma de pertenecer a un grupo que, además, les mete directamente en primera división, como son los combatientes. Si mueres combatiendo en
Siria irás a la Yanna, al paraíso al que solo pueden ir los imanes y los que mueren defendiendo el islam. El resto de los musulmanes también van al paraíso pero son otros paraísos, se entra por otra puerta. Los ríos de miel y las huríes están
reservados solo para la Yanna, para este tipo de personas. Eso, para el que lo cree, ya es un consuelo, y si sobrevives, volverás con los laureles de la victoria, como un héroe a tu pueblo, a tu gente, a ese grupo de chavales que de alguna manera
comparten esos problemas de falta de integración. Me parece que esto explica algunos de los casos, no todos, pero es la teoría más acertada en este momento.


Señor Aznar, del Partido Popular, respecto del papel de las víctimas, le diré que estoy totalmente de acuerdo -y usted lo ha comentado- en que no es un tema puramente de solidaridad, es un tema de estrategia y esta estrategia es clave. Aquí
hay que recordar los tremendos errores que se cometieron en



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España en la lucha contra ETA en los años ochenta, como recordamos. ¿La derrota militar del Daesh permitirá retirar las tropas? Se han cometido muchos errores que han permitido nacer y fortalecer al Daesh, pero sin duda uno de ellos ha
sido la retirada de las tropas de Estados Unidos de Irak, donde ya solo estaban las bases, no estaba actuando. Eso le permitió al Daesh reagruparse y actuar con una cierta libertad, lo que es peligroso. El presidente Trump, en su campaña
electoral, dijo: Yo, cuando sea presidente, retiraré las tropas de Afganistán. Después de hablar con sus asesores del Pentágono, aumentó en 4000 los efectivos en Afganistán porque si no, se puede llegar a la conclusión de que hemos perdido vidas,
hemos perdido hombres, hemos perdido dinero y podemos acabar otra vez mal. La operación que hay en Afganistán en la actualidad no es la operación de ISAF, ahora es de reconstrucción de Afganistán. Irak va a necesitar una reconstrucción. En Irak,
el 62 % son chiitas -mayoritariamente-, el 22 % son sunitas y aunque sean sunitas también, por ponerlos aparte, el resto son mayoritariamente kurdos y también hay yazidíes y cristianos. Lo que se le exigió al primer ministro Maliki para echarle una
mano en 2014 fue: Tú te has cargado el Gobierno de concentración nacional de 2011 cuando estaban allí los americanos, pero ahora hay que volver a restituir un Gobierno de concentración nacional. Hoy el primer ministro es un sunita, Al Abadi. Este
es el tema. Se necesitan medidas políticas. Puede decir: Bueno, es que yo gano las elecciones. Sí, pero este país necesita un Gobierno de concentración nacional, necesita generosidad, necesita cicatrizar las heridas de las guerras civiles y las
heridas de mucho tiempo, resultado de las guerras interétnicas y de los conflictos. Eso es importante, y ahí creo que el mundo, la comunidad internacional y los diplomáticos también pueden echar una mano, pero creo que hay que ayudar en la
reconstrucción de Irak.


Siria va a ser un tema complejo. Se han creado ahora cuatro zonas de estabilidad neutralizadas que van a ser vigiladas, teóricamente, por los firmantes: Irán, Turquía y Rusia, algo que no convence a todo el mundo. Pero la pregunta es cómo
va a ser Siria después del Daesh. Creo que Siria va a necesitar también mucha ayuda. Si no, estoy de acuerdo en que existe el peligro de que vuelva el Daesh mucho más peligroso; quizá no con el nombre de Daesh, de Estado Islámico o del califato,
sino con otro nombre. Creo que las lecciones aprendidas implican que los posconflictos son complicados, pero hay que hacerlos y hacerlos bien. Ahí volvemos a la teoría de las 3D: desarrollo, diplomacia y defensa, que abarca también la policía, la
seguridad.


El señor PRESIDENTE: Muchísimas gracias, general.


Tenemos la posibilidad de, si así lo desean sus señorías, abrir un segundo turno. (Pausa).


Señor Hernando.


El señor HERNANDO VERA: Quiero formular dos preguntas muy concretas, escuetas. General, hay informes que manifiestan que se han detectado procedimientos de acogida de la gente que está saliendo de Siria o de Irak, de los luchadores
extranjeros en la Unión Europea, en general, por muy precarios que sean, pero hay informes que así lo manifiestan.


Segundo. ¿Cuál es su opinión respecto a la necesidad de controlar no la religiosidad, no las manifestaciones religiosas musulmanas, que en nuestros países se pueden producir con absoluta y total libertad, sino las manifestaciones religiosas
que sean radicales y que hagan interpretaciones violentas y, concretamente, a los portadores de esas doctrinas, a los imanes o a los predicadores, y si eso está dando resultado y es eficaz a la hora de anticiparnos, como antes decíamos que era
fundamental?


Gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Hernando.


Tiene la palabra.


El señor DIRECTOR DEL INSTITUTO ESPAÑOL DE ESTUDIOS ESTRATÉGICOS (Ballesteros Martín): Respecto a las estructuras de acogida, a mí no me constan, pero el Instituto Español de Estudios Estratégicos trabaja solo con información abierta; es
decir, no tenemos y no queremos tener, porque estamos todo el día hablando en público, acceso a material que sea clasificado. Por tanto, lo único que le puedo decir es que no me consta si existen esas estructuras de acogida. Sí tengo una buena
noticia. Respecto a los atentados que se comenten con un cuchillo, a ser posible de monte y no de cocina -esto es lo que recomienda el Daesh-, tengo que decir que estos no han tenido la precaución, cuando estaban en su época más boyante, de
organizar depósitos de armas en Europa. Nos lo hubieran puesto tremendamente complicado. Si no han creado eso, a lo mejor están creando ahora estructuras de acogida



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-estructuras, no atender a un fulanito que viene para acá-. No lo sé, no me consta, pero, afortunadamente, los depósitos no los han creado, no ha habido una logística. Lo que sí es verdad es que tienen la habilidad de aprender rápidamente
de sus errores. Así que aprendamos nosotros también de los nuestros. Si hubiera un nuevo califato, un nuevo Daesh, ese error procurarían, en la medida de lo posible, no cometerlo. Tenemos que estar atentos.


Existe la necesidad de controlar a los radicales. Durante mucho tiempo se ha tenido el concepto de que las ideas no son punibles. Hay países que sí. El nazismo siempre ha sido punible desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Yo creo
que las ideas que promueven el asesinato, que promueven el yihadismo son punibles y nuestro Código Penal así lo contempla. Y creo que en España, visto desde fuera por un analista que mira hacia el exterior pero que se interesa por el interior, eso
se pone de manifiesto. Al final, el detenido sale a veces indemne o muchas veces le cae una pena pequeña por expresar ideas radicales. Me parece que en los tiempos que corren hay ideas que sí que deben ser punibles y, si no estoy equivocado -no
soy jurista-, el Código Penal de 2015 así lo contempla.


El señor PRESIDENTE: Muchísimas gracias, general.


Damos por finalizada la comparecencia.


Se levanta la sesión.


Eran las siete y quince minutos de la tarde.