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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 565, de 12/05/2014
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CORTES GENERALES


DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS


COMISIONES


Año 2014 X LEGISLATURA Núm. 565

ASUNTOS EXTERIORES

PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. JOSEP ANTONI DURAN I LLEIDA

Sesión núm. 25

celebrada el lunes,

12 de mayo de 2014



ORDEN DEL DÍA:


Comparecencia del señor secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica (Gracia Aldaz), para informar sobre la situación actual en Iberoamérica. A propuesta del Gobierno. (Número de expediente 212/001528) ... href='#(Página2)'>(Página2)



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Se abre la sesión a las cuatro y treinta minutos de la tarde.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, por su presencia, señor secretario de Estado.


Procedemos al inicio de la Comisión con la comparecencia del señor secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica para informar sobre la situación actual en Iberoamérica, a petición del propio Gobierno. A tales
efectos, tiene la palabra el señor secretario de Estado.


El señor SECRETARIO DE ESTADO DE COOPERACIÓN INTERNACIONAL Y PARA IBEROAMÉRICA (Gracia Aldaz): Muchas gracias, señor presidente.


Comparezco a petición propia para explicar la política de España en América Latina y para hacer un balance de lo que ha sido a lo largo de estos dos años de Gobierno nuestra política en esa zona del mundo que, como decía el ministro
García-Margallo, es uno de los dos anclajes que tiene España en su política exterior, nuestra presencia y nuestra pertenencia a la Unión Europea, pero también el vínculo trasatlántico con los países de América Latina. Voy a comenzar señalando qué
América Latina es la que nos encontramos hoy y qué América Latina tenemos. Es una región más próspera de lo que ha sido en décadas anteriores, especialmente en la de los ochenta y principios de los noventa, en la que se hablaba de esa década
perdida para el desarrollo en América Latina. Nos encontramos con una América Latina que ha crecido, que ha tenido un crecimiento anual superior al 4% del PIB entre 2003 y 2012 -con diferencias entre países lógicamente-; que se ha beneficiado del
auge de los precios de las materias primas; que ha tenido unas buenas políticas económicas que le han servido por regla general para salir bien parada de la crisis económica mundial del año 2008; que ha tenido una fuerte entrada de divisas, de
capitales; y que hoy en día es una región interesante, atractiva, que llama la atención del mundo y que recibe ingresos, inversión y personas como no había recibido prácticamente en ningún momento del siglo XX. También es una región más integrada.
Si hasta 1991 no había habido una reunión de todos los jefes de Estado y de Gobierno de las repúblicas americanas después de las independencias, después de esta época ha habido un proceso de integración regional, procesos de concertación regional,
tanto a través de Mercosur y del Mercado Común Centroamericano, del Sistema de Integración Centroamericana, pero más recientemente y con una voluntad de integración más política hay casos como Unasur o Celac -dos órganos de integración más reciente
de América Latina- que la hacen presentarse ante el mundo como una región autónoma y con características propias que tiene una voz cada vez más importante en el mundo. También es una región más democrática. Con algunas excepciones la democracia es
la regla en América Latina, donde hay elecciones periódicas y cambios de Gobierno en su mayoría. En 2014 tenemos una serie de procesos electorales que nos llevarán a seis tomas de posesión. Es también una región en la que la pobreza entre la
población ha disminuido a lo largo de estos últimos años -en 2012 suponía un 28% frente a un 38% una década antes-, donde la desigualdad sigue siendo un problema, pero está disminuyendo en algunos de los países de América Latina, muy especialmente
en Uruguay, Honduras, Paraguay y República Dominicana. Es una región también donde uno de los problemas prevalentes es el de la violencia, que debe ser tenido en consideración en cualquier análisis regional.


En esta América Latina la política exterior española ha sido muy activa en estos dos últimos años. Consideramos que la proyección natural de España fuera de Europa es hacia América Latina, por razones históricas, de cultura y de lengua,
pero también por interés, interdependencia y proyección hacia el futuro. Por ello tenemos un diálogo político con todos los países de América Latina y unas relaciones políticas intensas con independencia del signo político de los países. Nosotros
creemos que tenemos que tener una relación que va más allá de los Gobiernos, de las coyunturas en cada momento y de la situación política en cada uno de los países de la región; debemos tratar de mantener, aunque con diferencias y con matices, un
diálogo abierto con todos ellos. A pesar de algunas reticencias o precauciones que había en ciertos países con el Gobierno nacido en las elecciones de 2011 en España, con el Gobierno del Partido Popular, las relaciones con la mayoría de los países
del ALBA, la Alianza Bolivariana Americana, son buenas en este momento. Tenemos una buena interlocución en Ecuador, con frecuentes visitas del presidente Correa a España -la última hace un par de semanas, en la que se entrevistó con su majestad el
rey y con el presidente del Gobierno-; existe una relación comercial creciente y un ambicioso programa de educación, de investigación y desarrollo que estamos llevando a cabo con el Gobierno de Ecuador. Lo que podría haber sido un elemento
irritante en la relación bilateral, como es la vuelta de algunos emigrantes ecuatorianos a Ecuador, se ha visto que ni planteaba tantos problemas como se temía en un momento determinado y, además, ha servido en buena medida para mejorar la economía
ecuatoriana mediante personas que llegan con un aprendizaje y unos vínculos distintos de los que tenían cuando salieron. Con



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Bolivia hemos tenido también algunas dificultades en 2012, fundamentalmente con el proceso de nacionalización de algunas de las empresas que habían sido privatizadas previamente y que tenían capital español. A pesar de eso, están encauzadas
las negociaciones con todas estas empresas y en este momento el procurador general de la república está negociando con las empresas afectadas para buscar un acuerdo pacífico entre las partes sin necesidad de tener que recurrir a los tribunales.
Entre tanto, hemos recibido visitas frecuentes del presidente de Bolivia, la más reciente hace apenas un par de meses.


La situación con Venezuela, como todos ustedes saben, es difícil. El diálogo con Venezuela a lo largo de estos últimos años se ha dificultado por la enfermedad del presidente Chávez, por su fallecimiento y sucesión. Como saben, todo lo que
ocurre en América Latina es muy cercano para España, pero también todo lo que ocurre y se dice en España se mira con mayor atención desde América Latina. Por tanto, con Venezuela estamos manteniendo un diálogo de perfil más bajo para evitar
suspicacias o prejuicios y para tratar de defender los intereses mutuos de Venezuela y España, de los españoles que viven en Venezuela -más de 200.000- y de las inversiones de las empresas, no solamente de las grandes sino de las pequeñas y medianas
empresas pertenecientes a españoles en Venezuela. Con Cuba tenemos un diálogo razonable. En este momento se ha iniciado el diálogo para buscar la posibilidad de llegar a un acuerdo entre la Unión Europea y el Gobierno de Cuba, que ha dado sus
primeros pasos en las últimas semanas; estamos a la espera de ver cómo evoluciona ese diálogo renovado con Cuba.


En el caso de Argentina, después de la nacionalización de las acciones de la empresa española Repsol en YPF y tras dos años de tensiones, de dificultades no solo con esta empresa sino también con otras, que abarcaban al resto de los países
inversores en Argentina, se ha llegado a un acuerdo entre la empresa y el Gobierno argentino, que es lo que propugnábamos desde el principio. Hay una mejor relación general bilateral que yo creo que va a tener una agenda positiva en los próximos
años, por no hablar de los países que forman parte de la alianza del Pacífico, que tienen una relación privilegiada con España. México es un país que tanto con el Gobierno anterior de España como con el actual -con el Gobierno anterior de México y
con el actual, de distinto signo político- tiene una corriente de simpatía, de confianza, lo que hace que sea uno de los más cercanos en América Latina, tanto en términos económicos como políticos y también en las relaciones de las distintas
personas, de los españoles en México y de los mejicanos en España.


Con Colombia también hemos tenido una relación muy cercana a lo largo de estos dos años. Estamos acompañando los esfuerzos del Gobierno de Colombia en el proceso de negociación con las FARC para buscar una paz duradera. Con él todos los
aspectos de la relación bilateral están funcionando bien. Lo mismo ocurre con Perú, sobre el que siempre señalo que es una de las noticias positivas de América Latina. Es un país que sufrió enormemente el terrorismo, las dificultades económicas,
la devaluación económica, que estuvo prácticamente al borde de la desaparición en los años ochenta pero hoy en día es uno de los que atrae inversión y personas. También es un país que está jugando un papel interesante en la política y en la
construcción latinoamericana. Igual ocurre con Chile y los cambios de Gobierno. Se puede decir lo mismo que decía cuando hablaba de México. Tanto con Gobiernos del Partido Socialista como con Gobiernos del Partido Popular en España, así como con
la concertación con el Gobierno del presidente Piñera, ha habido una relación excelente de gran confianza con todos.


Una relación especial es la de Brasil, que es uno de los países a los que hay que prestar una atención especial en América Latina, pues por población, por tamaño, por producto interior bruto y por inversión española es donde tenemos más
interés en América Latina. Falta ese vínculo cultural e histórico que nos une a la mayoría de los países de América Latina; por eso, tenemos que prestar una atención especial a Brasil. Fruto de ello fue la visita de la presidenta Dilma Rousseff a
España después de la Cumbre Iberoamericana y las sucesivas visitas de su majestad el rey y del presidente del Gobierno a Brasil, de tal manera que hemos tenido una relación muy cercana, que tenemos que tratar de mantener, tanto como socio en
nuestras tareas latinoamericanas como en la proyección exterior de América Latina, ya que es uno de los países importantes en esta materia. También les comento que la relación con América Central está muy basada en la cooperación. Estamos
colaborando tanto con todos los países bilateralmente como a través del Sistema de Integración Centroamericana y somos uno de los grandes valedores de América Central ante la Unión Europea. Con países como Paraguay o Uruguay mantenemos relaciones
correctas y prósperas que tienen una buena proyección para el futuro.


Esta relación política intensa durante estos dos años con América Latina se ha traducido en una serie de visitas y viajes, tanto hacia América Latina como hacia España. Por mi parte, he acompañado a su majestad la reina en sus viajes de
cooperación a Guatemala y a Bolivia; he podido comprobar el afecto y



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el atractivo que tiene la figura de su majestad la reina y el reconocimiento que se hace a la labor de la cooperación española en todos estos países. Su majestad el rey viajó a Chile y a Brasil; va a viajar próximamente a la Cumbre
Iberoamericana de Veracruz, en México. Su alteza real el príncipe de Asturias es una de las personas que mejor conoce América Latina, no solo en España sino en todo el mundo y en la propia América Latina, puesto que desde 1996 está asistiendo a
todas las tomas de posesión de sus presidentes. Este año sin ir más lejos tenemos seis tomas de posesión, de las que hemos cubierto ya tres. Posiblemente también tengamos que asistir el 1 de enero a la toma de posesión del presidente en Brasil,
con lo cual serían siete si incluimos la noche del 31 de diciembre que tendría que pasar en América Latina. Les puedo asegurar que su presencia en todas las tomas de posesión no se puede apreciar si no se está allí; el afecto, el reconocimiento y
la importancia que se le da a la visita de su alteza real el príncipe de Asturias en todas estas tomas de posesión es extraordinaria. El presidente del Gobierno ha viajado a Chile y Perú en 2013; viajó previamente a México y a Colombia en 2012;
viajó también a Colombia, a Cali, a la Cumbre de la Alianza del Pacífico. Ha viajado a Panamá y estamos preparando dos giras americanas del presidente del Gobierno para este año por su compromiso con todos los países de América Latina y con la
presencia de España en esa región. El ministro de Asuntos Exteriores tiene una larga lista de visitas a América Latina; se complementará dentro de unos días con la reunión del Cofcor en Guyana, la reunión de ministros de Asuntos Exteriores de la
Comunidad del Caribe, que es también muy relevante, no solo en términos de votos en Naciones Unidas -son trece Estados miembros del Caribe- sino también por una política acendrada de España en el Caribe, que incluye, como es lógico, la zona
anglófona. En cuanto a las visitas a España, tuvimos la del presidente de Guatemala el año pasado, la del de Bolivia, la del de Uruguay, la del de Paraguay, la del señor Correa de Ecuador, la del señor Santos de Colombia; es decir, recibimos una
gran cantidad de presidentes de Iberoamérica. Estamos pendientes de la próxima visita de Estado del presidente mexicano Peña Nieto los días 9 y 10 junio.


¿Cuáles son las áreas de contenido de nuestra relación con América Latina? Si empezamos por el factor económico, habría que recordar que la expansión o la salida internacional de la gran mayoría de las empresas españolas a finales de los
ochenta y principios de los noventa fue inicialmente en América Latina. Esto es algo que se ha mantenido a lo largo de los años y que tiene en este momento un stock de inversión en América Latina superior a 115.000 millones de euros, lo que nos
convierte en el segundo inversor en la región después de Estados Unidos y, además, en sectores clave para América Latina. Para que se hagan una idea, las inversiones españolas en América Latina significan alrededor del 30% de nuestra inversión
internacional; desde el punto de vista de América Latina representamos el 16% de la inversión extranjera en la región. Estamos muy concentrados en los sectores de servicios, lo cual da una presencia muy interesante en la sociedad de cada uno de
los países, a través de la banca, de los seguros, de los servicios públicos de gas, electricidad, telecomunicaciones, petróleo, etcétera; pero también -eso hay que tenerlo en cuenta- nos pone en una situación de mayor fragilidad en cuanto hay
conflictos dentro de un país, puesto que son sectores que realmente afectan a una gran cantidad de población, por tanto, sensibles para la opinión pública. Es una inversión que ha llegado allí para quedarse. Lo hemos visto ahora con el caso de
Venezuela, donde con las dificultades e inquietudes que hay sigue habiendo una considerable inversión española; o en Argentina a principios de 2000, cuando muchas empresas extranjeras salieron del país pero la gran mayoría de las españolas se
mantuvo en la región. Por lo tanto, las perspectivas de la inversión extranjera en América Latina son buenas, incluso dentro de la crisis económica y de las limitaciones que nos ha supuesto para la posibilidad o los recursos que tenían las empresas
españolas en inversión en el exterior. Hemos recibido mucho de América Latina; esta crisis económica europea y española está siendo sorteada y capeada gracias a los resultados y a la diversificación de las empresas españolas en el exterior, en
gran medida por las empresas españolas en América Latina. Además, desde el punto de vista latinoamericano, son empresas que han traído capital, tecnología, gestión y en todos los casos una mejora notable de la producción y de los servicios públicos
en los países de América Latina, generando empleo, recursos para el país e impuestos. Un poco por detrás de las inversiones viene el comercio. En buena medida esto se debe a que las relaciones de inversión o las inversiones españolas en América
Latina han estado muy centradas en los servicios, lo cual no acarrea tantas exportaciones como otras inversiones en sectores industriales. A pesar de eso en los primeros meses de 2013 las exportaciones desde España hacia América Latina han crecido.
Hoy en día representan un 7,4% del total de nuestras exportaciones, un porcentaje muy por debajo de lo que debería ser, dado el volumen y la cercanía de nuestro país con los países de América Latina. Estamos tratando de corregirlo, de manera que
haya una mayor cercanía entre los volúmenes de inversión y de comercio. Este sería el



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balance de la relación de España con América Latina en materia económica. Creemos que es satisfactorio, que ha servido para amortiguar en parte la crisis económica en España y que nos pone en una posición mucho más atractiva y mucho más
sólida respecto a otros países que no tienen ese volumen de relaciones; nos hace más atractivos como país y como empresa para otros inversores de otras zonas del mundo.


El segundo punto sería la relación con los factores sociales y las distintas dimensiones del factor social en nuestra relación con América Latina. No hay que olvidar que si algo caracteriza la relación de España con América Latina son las
personas. Cuando en España ha habido dificultades los españoles de cualquier sitio o lugar han emigrado en buena medida a América Latina; ocurrió en el siglo XIX y en el siglo XX y está sucediendo con unas características distintas -que luego
señalaré- en el siglo XXI. También pasa a la inversa; cuando los países de América Latina han tenido dificultades, problemas, tanto debido a las crisis políticas del Cono Sur en los años setenta como por las crisis económicas de países como
Ecuador en los años noventa, la gran mayoría de los latinoamericanos que han podido han emigrado a España. Hoy en día tenemos unas comunidades ecuatorianas, bolivianas y colombianas en España que son relevantes para la actividad económica española
y en cuanto a remesas para esos países. En los últimos meses hemos trabajado también en lo que hemos llamado una iniciativa de movilidad del talento. No hay que pensar que las migraciones son solamente traslados de personas por razones de
necesidad, sino que es una oportunidad también para el país que recibe y para el del que proceden estas personas. Hoy en día tenemos casos evidentes de países, como Panamá, Ecuador y Chile, que están recibiendo doctores, licenciados y conocimiento
español en momentos en los que en España no hay tantas oportunidades y que, entre tanto, de una manera temporal pueden seguir su carrera profesional fuera y, además, está enriqueciendo a una buena parte de esos países con este conocimiento, está
pasando de una manera natural entre países de la comunidad iberoamericana. A lo largo de estos dos años también hemos superado dos de los problemas que más irritaban a los países latinoamericanos, muy especialmente a Brasil, Argentina y México, que
no tienen exigencia de visado con España y que estaban teniendo un número alto de personas inadmitidas en frontera. Hemos llegado a acuerdos entre los ministerios de Interior, tanto de España como de ellos, y desde hace más de un año no tenemos
reclamaciones, no tenemos estos problemas en frontera, que, aunque fueran anecdóticos y con cantidades muy pequeñas de personas, irritaban a su opinión pública. En el ámbito social hemos mantenido también una buena política de cooperación. Aun
dentro de las limitaciones y de la concentración de los recursos de cooperación española y en un contexto en el que la mayoría de los países donantes se está retirando de América Latina por considerar que son países de renta media, España ha
mantenido su compromiso con la gran mayoría de los países de la zona. Tenemos trece países prioritarios en América Latina y el Caribe. En los últimos diez años hemos transferido más de 8.000 millones de euros como donaciones para política de
cooperación y estamos manteniendo una serie de acuerdos de nueva generación con los países graduados de cooperación, es decir, aquellos que ya tienen un nivel de renta que no califica para la ayuda oficial para el desarrollo tradicional, buscando
aquellos elementos que podamos trabajar más: compartir más experiencias, capacitación técnica, cooperación triangular y preservación de los bienes públicos y regionales, y muy especialmente temas de medio ambiente y cambio climático. Esta es una
de las características de la cooperación española con buena parte de los países de América Latina que se inclina cada vez más en sus demandas o peticiones por este tipo de colaboración.


Dentro de esta política de cooperación o desde esta política de relación con América Latina también hemos mantenido una actividad constante en el seno de la Unión Europea. Para nosotros es fundamental desarrollar la agenda birregional entre
América Latina y Europa. Algunas veces se preguntan si no va en detrimento de la presencia de España en América Latina que haya una mayor presencia de Europa. Puedo decir rotundamente que no. España es el primer país interesado en que haya una
mayor presencia de Europa en América Latina y de América Latina en Europa. Somos las dos regiones más homogéneas culturalmente, las más cercanas en principios y en valores que puede haber en el resto del mundo y tenemos una oportunidad de apoyarnos
en América Latina para la proyección internacional de la Unión Europea; y viceversa, los latinoamericanos tienen también la oportunidad de beneficiarse de la experiencia, de la prosperidad y de la proyección que tiene la Unión Europea en el mundo.
Preparamos la Cumbre Unión Europea-Celac que tuvo lugar en Chile el año pasado. Estamos manteniendo ese diálogo entre las dos regiones en la próxima reunión que tendrá lugar en Bruselas en 2015. En estos dos últimos años se ha aprobado el acuerdo
de asociación Unión Europea-América Central, que ya está en vigor de manera provisional mientras se terminan las aprobaciones en los Parlamentos de los otros países. Hemos aprobado el acuerdo de asociación Perú y Colombia. Hemos conseguido con un
esfuerzo de todos los



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grupos parlamentarios españoles en el Parlamento Europeo obtener la supresión de visados Schengen para estos dos países que tienen ya acuerdo de asociación, Colombia y Perú. Y tenemos en marcha la negociación Unión Europea-Mercosur. Esta
es una de las negociaciones más difíciles que corresponden a la Comisión como negociadora de los acuerdos de la Unión Europea y al Servicio Europeo de Acción Exterior.


Mercosur -que surgió en los años noventa con un mimetismo de la Unión Europea en esos momentos, el mercado común europeo y lo que querría ser el mercado común del sur- ha sufrido una serie de limitaciones y parones en su desarrollo y nos
encontramos con un Mercosur que no ha conseguido llegar a ser ese mercado común del sur y que no ha conseguido alcanzar un acuerdo con la Unión Europea, que le hubiera dado esa dimensión transatlántica y ese gran mercado común que pudiera haber
incluido a Europa y al sur de América. Además, está el problema añadido de que Brasil es la parte fundamental de Mercosur y, mientras no tengamos un acuerdo Unión Europea-Mercosur, no habrá un acuerdo Unión Europea-Brasil. Por lo tanto, España se
ha puesto en marcha y en la cumbre Unión Europea-Celac de Madrid de 2010 se puso de manifiesto y se reabrieron las negociaciones Unión Europea-Mercosur. Hemos empujado a lo largo de estos años para que esto sea una realidad. La parte de Mercosur
ya ha logrado un acuerdo interno para hacer una oferta comercial que tiene que presentar a Bruselas y estamos esperando que esto se materialice, lo que con las elecciones europeas en ciernes y el próximo cambio de Comisión no será posible hasta el
mes de octubre cuando ya tengamos una nueva Comisión. En cualquier caso, para nosotros es un elemento de primera necesidad que exista este acuerdo Unión Europea-Mercosur.


Por otro lado, estamos empujando a la Comisión para actualizar los acuerdos Unión Europea-Chile y Unión Europea-México, que son los principales acuerdos que tenía firmados la Unión Europea desde finales de los años noventa, que han
funcionado bien y que tenemos que poner al nivel de los tiempos actuales; sobre todo, desde la perspectiva de que se llegue a un acuerdo Unión Europea-Estados Unidos, de tal manera que especialmente México y Chile no queden desplazados por esta
nueva generación de acuerdos. Además de eso, hemos trabajado en el seno de la Unión Europea para conseguir que los fondos de Unión Europea hacia América Latina no disminuyan, a pesar de que hay un cambio de orientación en la política de cooperación
de la Unión Europea limitándose a países menos desarrollados y con menos recursos para los países de renta media, que son casi todos los países de América Latina. Hemos conseguido que en la negociación del instrumento de cooperación para el
desarrollo de la Unión Europea se incluyeran a Colombia, Perú y Ecuador -que estaban fuera en la primera redacción- y que haya un paquete para los países de América Latina en las próximas perspectivas financieras de 2.500 millones de euros, que van
a servir para consolidar algunos procesos de crecimiento y desarrollo de los países de América Latina y para mejorar las condiciones de vida de muchas personas en los países latinoamericanos.


Finalmente, y para no alargarme más, querría terminar señalando la reorganización del sistema de cumbres iberoamericanas, uno de los elementos fundamentales de la relación de España con América Latina, además de nuestra relación bilateral
con cada uno de los países y de nuestra relación con los bloques subregionales. Se ha hablado mucho del cansancio de las cumbres, se ha hablado mucho de la necesidad de su reforma, pero les puedo decir que el camino que hemos realizado junto con el
anterior secretario general, don Enrique Iglesias, y con la nueva secretaria general, doña Rebeca Grynspan, para renovar las cumbres y en el acuerdo al que llegamos con la Comisión, dirigida por el expresidente de Chile, Ricardo Lagos, hemos tenido
unas experiencias mucho más fructíferas y esperanzadoras de lo que a veces se señala en los medios o en la propia impresión que nosotros pudiéramos tener después de veintitrés cumbres iberoamericanas. Hemos visto que hay un interés de todos los
países latinoamericanos por preservar las cumbres, que hay un interés por mantener este foro de diálogo, que hay un interés por presentarse ante el mundo no como latinoamericanos o europeos, sino como iberoamericanos, que es un elemento en el que
todos tenemos cabida, y hay interés por renovar la actividad y la cooperación en el seno de las cumbres. Esto se ha traducido en unos cambios que vienen, por un lado, en algo que se veía necesario por la proliferación de cumbres y organismos
internacionales y es hacer cumbres bienales, hacerlas cada dos años; de tal manera que un año habrá Cumbre Unión Europea-Celac y otro año habrá Cumbre Iberoamericana. De esta forma, España estará presente en un diálogo al más alto nivel con los
jefes de Estado de los países latinoamericanos todos los años.


Hemos acordado centrar las actividades de la conferencia iberoamericana en aquello en lo que somos más eficaces y en aquello en lo más nos une. Tenemos unas lenguas comunes, y en el caso del portugués y el español muy cercanas, que nos
permiten una relación muy directa entre los ciudadanos, un mercado de 500 millones de personas. Además, tenemos una perspectiva y una proyección cultural muy cercana y



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eso nos hace ser una potencia cultural en el mundo. Eso nos lleva a que tenemos que centrarnos en asuntos vinculados a la educación, a la cultura, a la ciencia y a la investigación, a los negocios también, utilizando la lengua en español,
de tal manera que tengamos un ámbito propio de las cumbres iberoamericanas. Tenemos que hacerlo sin entrar en competencia con otros foros y allí no hay tampoco ningún problema. Las cumbres iberoamericanas en un primer momento sirvieron en buena
medida como organismo de concertación política, pero hoy en día hay órganos de concertación política en distintos foros latinoamericanos. Yo creo que en ese tema no tiene por qué haber una competencia en esta materia, sino que debemos terminar en
la comunidad iberoamericana.


Por otro lado, creemos que debe haber una proyección de los programas iberoamericanos que hagan aflorar todas las posibilidades y todas las realidades preexistentes en el mundo iberoamericano. Lo he señalado antes refiriéndome a la Cumbre
de Cádiz. Si tecleas en Google, asociación iberoamericana, salen más de 3.400.000 resultados. Eso quiere decir que no hay ámbito de la vida, del conocimiento, de la actividad profesional o de la actividad deportiva que no tenga un capitulo
iberoamericano. Eso es algo que no existe en prácticamente ninguna comunidad del mundo y es algo de lo que podemos presumir, así como utilizar en beneficio de todos nuestros países.


Por último, quiero señalar que hemos tenido un ejercicio costoso de renovación de la Secretaría General Iberoamericana. Había que sustituir a una figura de las características, de la presencia y de la importancia de don Enrique Iglesias.
Lo hemos hecho en la persona de la secretaria general, Rebeca Grynspan, pero tiene un mérito adicional porque había que hacerlo por consenso de todos los países iberoamericanos, consenso que se interpretó como unanimidad. Hemos conseguido que todos
los países de la conferencia dieran su apoyo a Rebeca Grynspan y que hoy tengamos ya, sin mayores dificultades, una secretaria general Iberoamericana, que estoy seguro de que va a dar un impulso a esta nueva etapa de la Conferencia Iberoamericana.


Finalizo mi intervención, y quedo a su disposición. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor secretario de Estado.


Por parte de los grupos parlamentarios, en nombre del Grupo Parlamentario Mixto tiene la palabra don Carlos Salvador.


El señor SALVADOR ARMENDÁRIZ: Muchas gracias, don Jesús. En primer lugar, quiero agradecerle sus explicaciones y, en segundo lugar, quisiera establecer una afirmación. Yo coincido con usted en que lo importante y prioritario es el interés
estratégico que tiene para España esa gran región hermana. Esa valoración habría que unirla a la constatación de una realidad, como usted muy bien ha explicado, y es que hoy América Latina la tenemos que ver como una tierra amiga, porque es destino
para miles de nuestros compatriotas que han encontrado ahí una salida en este momento tan crucial y tan difícil de nuestro destino, de nuestra historia. Por tanto, yo coincidiría con usted en lo fundamental, en la valoración que hace. Yo había
señalado previamente una serie de puntos en los que me hubiera gustado recibir algún tipo de información, de comentario o de valoración y más o menos ha sido así. No le voy a pedir que profundice en muchos de ellos, pero sí en algunos.


A mí me preocupan -y creo que debiera preocuparnos a todos- los procesos de involución democrática -allá donde los allá- en algunos países tras algunos procesos electorales. Aunque a nosotros no nos toca hacer una monitorización, sí nos
toca hacer un seguimiento de esos procesos y las consecuencias que tienen, así como las posibles metástasis democráticas que es verdad que en algunos países de producen, véase Cuba, que se mantiene en el limbo de la historia y Venezuela.


Ha hablado igualmente de la importancia que tiene la defensa de los intereses de España, de los españoles y, cómo no, de las empresas españolas. De un tiempo a esta parte hemos conocido los episodios con Sacyr, con Repsol, etcétera. No ha
profundizado mucho en ello, pero es verdad que, cuando en algunos países la situación económica mejora, nuestras empresas tienen a veces serios peligros para mantenerse con el mismo estatus, y esos procesos y esos movimientos políticos afectan a la
estabilidad de todas ellas. Es cierto -aunque no soy un experto- que a todos los pueblos les llegan las burbujas y que hoy hablamos de Hispanoamérica como una zona emergente, de crecimiento, etcétera, pero ojalá las bases sobre las que están
asentados todos esos crecimientos en países tan diversos no nos den ninguna sorpresa con relación a las muchas empresas españolas que han invertido allí y al tantísimo dinero invertido en esa apuesta.


Ha hablado de la defensa de los derechos humanos, algo que me preocupa, y en este sentido sería una pregunta o una petición que profundizara sobre cómo van las negociaciones sobre el cambio o el



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mantenimiento de la postura común de la Unión Europea. Me preocupa que por alcanzar un acuerdo fuéramos nosotros o diera la sensación de que somos nosotros, la Unión Europea, quienes bajáramos el listón de las condiciones sobre el respeto a
los derechos humanos, y en este caso Cuba no parece moverse en ese sentido. También me gustaría que profundizara más sobre si existe algún avance en el impulso de tratados en los que pudiera participar España, tratados de colaboración o
preferenciales, aprovechando los acuerdos a los que se pueda llegar desde la Unión Europea o precisamente el hecho de que no se llegue a dichos acuerdos. Es cierto que hablamos de América Latina hoy -usted lo ha dicho- como de una zona más
democrática, más rica, más unida, con más población, es decir, de una región emergente que está viviendo un proceso de integración económica y política importante y no sé hasta qué punto podría usted profundizar sobre cuál es el papel que por esa
simpatía que tenemos con todos esos países podríamos jugar.


No soy conocedor de si efectivamente usted tiene alguna posibilidad de hablar sobre esto, pero hoy existe una delgada línea que separa la representación diplomática oficial española con la que también ostentan o dicen ostentar algunas
comunidades autónomas y ayuntamientos. Hay un gran mosaico de administraciones que todos conocemos que tienen distintas oficinas y quisiera saber si en su opinión por el hecho de que hayamos aprobado una ley hace poco podemos estar ante una
situación de más o menos conflictividad o si podemos pensar que en el futuro existirá lealtad institucional, una sincera colaboración entre ellas, sinergia y una cierta eficiencia. De alguna manera es verdad que vivimos un proceso en el que todos
somos conscientes de que seguramente las mismas cosas o cosas similares se pueden hacer con más colaboración y a menor precio.


Finalmente, quería hacer alguna mención con relación a la marca España, con la que me imagino que usted, como todos, tiene que colaborar, pero me gustaría saber si puede profundizar en acciones concretas en esta área estratégica y decirnos
si las acciones que se hayan puesto o se vayan a poner en marcha están consiguiendo esa promoción de la marca España y, en todo caso, si a fecha de hoy podemos evaluar el impacto de la marca España tanto a nivel empresarial, como económico o
relacional. En resumen, Cuba, Unión Europea y posición común, situación y relación de las administraciones que tienen oficinas en el exterior e impacto de la marca España. Muchas gracias por sus explicaciones.


El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario de UPyD, tiene la palabra la señora Lozano.


La señora LOZANO DOMINGO: Gracias, secretario de Estado, por esta comparecencia y por la información que nos ha facilitado. Mi grupo coincide en bastantes de las apreciaciones que ha hecho. Yo me voy a centrar en subrayar aquellas en las
que notamos más discrepancia con la política del Gobierno. Aunque casi el cien por cien de mi intervención se refiera a la discrepancia, esto no quiere decir que discrepemos en el cien por cien, y esto me gustaría dejarlo claro, sino que considero
más relevante a la hora de ejercer la labor de control hablar de aquellas cosas que nos parece que el Gobierno no está haciéndolo todo lo bien que nosotros pensamos que se debe hacer.


En el mes de marzo -justo hace hoy dos meses, el 11 de marzo- se aprobó en esta Cámara, con 296 votos a favor, una proposición no de ley relativa a Venezuela. No voy a leer todos los puntos que se aprobaron ese día, solo leeré uno que creo
que es el más relevante, en el que se instaba al Gobierno español a pedir al Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela el respeto a los principios universales de la democracia, del Estado de derecho y de los derechos humanos, que comprometen
a todos los regímenes democráticos, velando por su mantenimiento en Venezuela. Este es el meollo de la cuestión. Esto era -como digo- hace justo dos meses, y en ese momento la organización Human Rights Watch estaba en Venezuela recabando
testimonios de vulneraciones de los derechos humanos con los cuales ha hecho un informe que se ha hecho público estos días y que se titula significativamente Castigados por protestar. Es un informe que está muy bien documentado y que resulta
inapelable respecto a las vulneraciones de los derechos humanos que se han producido allí, hasta el punto de que quiero citar las palabras de José Miguel Vivanco, que es el director de esta organización, Human Rights Watch para las Américas, que
decía que la magnitud de las violaciones de derechos humanos y la participación de miembros de fuerzas de seguridad y funcionarios judiciales en estos delitos demuestra que no se trata de incidentes aislados ni de excesos de algunos agentes
insubordinados. Esto también es literal. Respecto a este informe, nos congratulamos porque, cuando en el Congreso de los Diputados sospechábamos que estaba ocurriendo lo que Human Rights Watch luego ha constatado sobre el terreno, esta institución
se estaba anticipando a mostrar preocupación con aquella iniciativa. Pero también creo que, dos meses



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después, esto hace mucho más urgente que el Gobierno dé cumplimiento a aquellas peticiones que hacían casi 300 diputados en aquella votación.


Mi pregunta evidente es ¿qué es lo que ha hecho el Gobierno en estos dos meses para cumplir ese mandato y que va a hacer respecto a las recomendaciones que hay en ese informe de Human Rights Watch específicas dirigidas a la comunidad
internacional? Es decir, el informe -que es muy sólido, como decía- hace recomendaciones al presidente Maduro, al Tribunal Supremo de Venezuela, a los manifestantes y específicamente a la comunidad internacional y, entre esas recomendaciones que
hace, dice que los Gobiernos extranjeros deberían interactuar con el Gobierno de Venezuela para asegurar que las violaciones de derechos humanos cesen inmediatamente y sus responsables sean puestos a disposición de la justicia. También creemos que
el Gobierno español debería atender estas recomendaciones. Le pregunto, por tanto, qué va hacer el Gobierno en este sentido.


Lamento hacerlo, pero le tenemos que reprochar al Gobierno español una falta de liderazgo en este asunto. Por supuesto nosotros celebramos en su día que se aprobara esa iniciativa del Congreso a iniciativa de mi grupo, pero creemos que el
Gobierno debería estar desempeñando un liderazgo evidente en la escena internacional respecto a lo que está ocurriendo en Venezuela. Ya entendemos que hay otros escenarios en los que quizá nos corresponde más estar en un segundo plano, como puede
ser el caso de Ucrania -por citar un país que también está en un momento muy crítico-, pero creemos que en el caso de Venezuela, un país hermano con el que hay unos lazos tan estrechos, estamos obligados por la historia y por las relaciones actuales
a tener un papel de liderazgo que el Gobierno no está teniendo. El Gobierno no ha ido más allá de lo estrictamente básico. Ha hablado en alguna ocasión el ministro de apoyar lo que decía Catherine Ashton o lo que se hablaba en la Celac. Pensamos
que eso es lo mínimo, no lo máximo, que debe hacer el Gobierno español. Y la falta de interés en promover esta cuestión en todos los foros internacionales por parte del Gobierno para nosotros es muy llamativa y nos gustaría que no fuera así.


También queríamos saber si el Gobierno está participando, si ha ofrecido o si se está llevando a cabo algún tipo de intermediación que pudiera facilitar el acuerdo entre los diversos actores. Ya comprendemos que en el caso de que esto esté
ocurriendo no todo se puede contar, pero creo que los diputados españoles merecemos saber algo. Está bien que no se pueda saber todo si se está negociando, pero sí creo que podemos saber algo porque también nosotros desde aquí, parlamentariamente,
podemos ejercer -ya que el Gobierno en eso hace dejación- ese poder blando que, en suma, es lo que le estamos pidiendo al Gobierno que ejerza en relación con Venezuela.


Y lo mismo sucede en relación con Cuba, y con esto ya termino porque son las dos apreciaciones y los dos puntos críticos en los que yo creo que hay que poner el foco en este momento en ese continente. Allí por supuesto no está habiendo
manifestaciones ni disturbios ni todos los problemas que está teniendo Venezuela en este momento, pero a la luz de ese acuerdo de cooperación que se estaba negociando con Cuba sabemos que el Gobierno estaba dispuesto a modificar la posición común.
Desde luego mi grupo no es partidario de hacerlo, pero también le quiero preguntar qué se está avanzando en este sentido, en qué momento estamos y cuál es la posición del Gobierno.


El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Catalán de Convergència i Unió, tiene la palabra el señor Picó.


El señor PICÓ I AZANZA: Señor Gracia, le doy la bienvenida en su primera comparecencia ante esta Comisión.


Usted se ha referido en el comienzo de su comparecencia que al inicio de la legislatura el Gobierno debió afrontar una serie de crisis con los casos de expropiaciones públicas de empresas españolas que reclamaron una atención preferente del
Gobierno en la defensa de intereses económicos. Pero tras esto, y pasados dos años ya de legislatura, creo que podríamos manifestarle la necesidad de profundizar un poco más en un diálogo continuado con Latinoamérica, que ha sido excesivamente
tímido, cuando la política con Latinoamérica debe ser considerada una prioridad por el Gobierno, y una prioridad manifiesta además. Creo que necesitamos una mayor focalización en la zona. Debe ser además un diálogo que huya del paternalismo con
los países de la zona que se practicaba en otros tiempos y que ya no tiene demasiado sentido. Debe acompañarse sin imponer, relacionándonos con los países de la comunidad latinoamericana sobre la base de intereses estratégicos; usted decía también
culturales y yo digo de seguridad, pero también con la defensa clara de los derechos humanos, de la democracia y de la gobernabilidad, de la gobernanza democrática, bajo el prisma de simetría y del respeto entre las partes. El punto de respeto es
una de las piezas claves de la política iberoamericana: acompañar sin imponer, como le decía.



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Esto también supone desde mi perspectiva un cambio de posición que requiere nuevas relaciones. Los países latinoamericanos nos piden diálogo, nos piden colaborar en diversos sectores económicos, nos piden transferencia de conocimientos, y
usted también lo decía. Yo creo que eso es importante y que a esas demandas cabe una respuesta efectiva tanto de los actores públicos como de los actores privados, pero cambiando, como decía, esa posición de paternalismo por una posición de más
colaboración sobre la base de intereses comunes. Pero esos intereses comunes, como decía, deben combinarse, y muy claramente, con la defensa de los valores democráticos, con los progresos de los parámetros de democracia y de buen gobierno y con la
defensa de los derechos humanos.


En este punto debemos manifestarle nuestra preocupación, como han hecho otros compañeros, por la situación de degradación democrática que están viviendo algunos países latinoamericanos, especialmente Venezuela. Mi grupo observa con profunda
preocupación el clima de conflicto y de violencia que vive Venezuela tras meses de importantes movilizaciones sociales, y estamos hablando de un país con un sistema democrático, con elecciones libres y democráticas, pero muchos podemos compartir
también que los sistemas democráticos pueden padecer situaciones de preocupante degradación. Y en esta grave crisis económica y social que está viviendo Venezuela únicamente el respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales, con un
diálogo constructivo y respetuoso, con tolerancia, podrá ayudar a este país a vencerla.


Usted hablaba de que Latinoamérica tiene una voluntad de una mayor integración. También cabe una mayor fragmentación del bloque latinoamericano con algunos países más conectados con el eje Asia-Pacífico, de otros con mayores intereses en
sus relaciones con Estados Unidos, o de las distintas agrupaciones -usted se refería a ello- de interés económico, pero también ideológico. Y en esa configuración el papel de la Unión Europea ha quedado un tanto desdibujada. Y en ese papel
desdibujado uno de los objetivos prioritarios del ministerio debería centrarse en sus esfuerzos en el discurso europeo. La posición de la Unión Europea debe pasar también por el protagonismo de España respecto a Latinoamérica. Estamos de acuerdo
en que España debe desempeñar un papel esencial en el diseño de la política europea para Latinoamérica, pero tenemos la sensación de que se puede hacer mucho más de lo que se ha hecho por parte de su Gobierno.


Le pongo un ejemplo, la posición de la Unión Europea sobre Cuba. El ministro en su primera comparecencia no parecía muy partidario de modificar la posición común consensuada en el seno de la Unión Europea y ahora existe una nueva vía para
explorar la posibilidad de un acuerdo de asociación con Cuba. ¿Qué papel está teniendo España? Mi grupo puede estar de acuerdo con el inicio de ese proceso de diálogo Unión Europea-Cuba, pero, en cualquier caso -eso quiero remarcarlo-, siempre que
cualquier instrumento de acuerdo de asociación tenga como elemento necesario el respeto a los derechos humanos y el avance hacia una plena democracia de Cuba.


Otra oportunidad futura en el diálogo Unión Europea-Latinoamérica -usted se refería a ello- es la negociación y concreción del futuro acuerdo de la Unión Europea con Mercosur. Ahí tiene una buena oportunidad para desempeñar un papel
importante en las relaciones Unión Europea-Latinoamérica.


Con relación a las cumbres iberoamericanas, a las cuales usted se ha referido, creo que es necesario hacer un esfuerzo sobre su efectividad y sus resultados, debiendo intentar el Gobierno que se trabaje sobre objetivos concretos para poder
alcanzar acuerdos concretos. Usted se refería a ello. Creo que la nueva secretaría general o la futura Cumbre de Veracruz, en México, a finales de diciembre son una oportunidad para realizar un cambio en este sistema de cumbres con una concreción,
como digo, de objetivos y de resultados para que el sistema iberoamericano tenga un pleno sentido y una plena eficacia.


Para finalizar y hablando de la otra pata de la política exterior, que usted conoce muy bien, que es la ayuda oficial al desarrollo, competencia también de su secretaría de Estado, se ha referido a ello, pero a pesar de que Latinoamérica
continúa siendo el principal destino de los recursos de la ayuda oficial al desarrollo hay un descenso importante de los recursos que se dedican a ello. También tengo que decirle que me parece muy importante el objetivo de incluir a los países de
renta media, me parece muy interesante. Yo le hago solo dos propuestas: una, concentrar mucha más cooperación delegada en la Unión en esa zona, que podemos hacerlo perfectamente, y dos, trabajar más en la coherencia de políticas y no olvidar el
alcance de los objetivos de desarrollo del milenio en la zona. Con esto acabo mi intervención.


El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Socialista, tiene la palabra don Francisco González Cabaña.


El señor GONZÁLEZ CABAÑA: En primer lugar, agradezco al secretario de Estado su presencia aquí hoy, aunque no podemos prescindir de un hecho, y es el antecedente histórico. Es su primera comparecencia



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como secretario de Estado para Iberoamérica en esta Comisión, si bien compareció en la de Cooperación, que es la otra parte de su responsabilidad, en relación con los presupuestos. Pero no se traumatice usted por eso, en cuanto a
Iberoamérica el ministro tiene una práctica similar. El ministro no ha comparecido, por ejemplo, para explicar el resultado de la última cumbre, cuestión que estaba solicitada por mi grupo y creíamos que era de interés, como vamos a poner de
manifiesto. Por tanto, bienvenido, señor Gracia, y siendo redundante con su apellido gracias por la explicación y el análisis.


¿Que hoy en día Latinoamérica es más próspera? Coincido con usted. ¿Que es más integrada? Ahí están los organismos regionales, no se puede dudar de eso, es una realidad objetiva. ¿Que es más democrática? Ahí están los procesos
electorales, aunque en dos de ellos al menos se produce un cuestionamiento. En el de Venezuela hay un cuestionamiento inmediato del resultado electoral. Desgraciadamente, en aquel momento en que se produjo la corrección el propio ministro Margallo
es quien entra en ese terreno y afortunadamente, como digo, se rectifica en veinticuatro horas. Y ahora lo hemos tenido en El Salvador con el cuestionamiento por parte de Arena del resultado electoral. Pero lo que sí es verdad es que esa
Latinoamérica, que hace algunas décadas, no tantas, tenía regímenes dictatoriales y militares en su mayor parte, en estos momentos goza de un número importante de sistemas democráticos, donde se celebran procesos electorales con normalidad, y
nosotros nos felicitamos por ello.


Coincido también con usted en que hay menos pobreza -ahí están los indicadores de muchos estudios no solo españoles, sino europeos- y que hay menos desigualdad. Lo que ocurre es que Iberoamérica partía de un índice de pobreza y desigualdad
muy importante, de ahí que todos los esfuerzos por su reducción todavía sean insuficientes. Echo de menos ahí quizá un esfuerzo en la política de cooperación para ir luchando contra esa lacra, para que la pobreza y la desigualdad sean todavía
menores, ese esfuerzo de cooperación de la mano del Gobierno de España y de su secretaría de Estado. Porque los datos, señor secretario de Estado, no son alentadores. La consignación de su Secretaría de Estado de Cooperación era de 305 millones de
euros en el año 2012, de ahí se habían comprometido 8,9 millones de euros, el 2,9%, y de ese 2,9% se habían realizado pagos por el 29,8%. Esas cantidades no son para sentirnos satisfechos de nuestra solidaridad en la lucha contra la pobreza y
contra la desigualdad en ese continente. Si nos vamos al año 2013, que es un año más reciente, la consignación bajó, ya se lo criticaron -me tocó a mí criticarlo en la presentación de los presupuestos-, de 305 a 265 millones, de los cuales 93,19
exclusivamente son los que se han comprometido y de ello se han pagado solamente 13,7. Con estos parámetros presupuestarios de gasto comprometido y de pago realizado difícilmente estamos contribuyendo a que esa menos pobreza y menos desigualdad sea
cada vez un indicador más relevante. Por tanto, ahí está nuestra responsabilidad.


En su conjunto creo que ahora mismo Latinoamérica o Iberoamérica está más alejada y menos cercana y para que dos se alejen es necesario que los dos quieran. Si uno no quiere, como en otras cosas en la vida, no hay alejamiento. Por tanto,
deberían mirar el Gobierno de España y el Ministerio de Asuntos Exteriores por qué ahora mismo hay una percepción generalizada de que Iberoamérica está más lejos y menos cercana al país con el que tuvo la mayor relación. Nosotros entendemos que
América Latina en su conjunto es un ámbito natural de la actuación de la política exterior española por razones históricas, por razones de lengua, por razones culturales, por razones, si se quiere, sentimentales o emocionales. Como señala el
informe Hacia una renovación estratégica de la política exterior española, que usted conoce sobradamente, del Real Instituto Elcano, y que se presentaba recientemente, América Latina es central para la acción exterior de España y, en consecuencia,
se recomienda ahí revigorizar la acción civil y gubernamental en el espacio iberoamericano y avanzar en la concreción de políticas bilaterales específicas. Esto no se compadece bien con la realidad que al menos hasta la presentación del estudio
hemos vivido. Ya veremos a partir de ahí si ustedes son sensibles al contenido del estudio, porque el ministro ha mostrado su voluntad de ser sensible con ese estudio.


Usted ha hecho un repaso de las relaciones agrupándolas casi por los organismos regionales, el ALBA, el más a la izquierda, por hablar desde un punto de vista ideológico. Me gustaría saber, teniendo en cuenta que el anterior embajador en
España, Bernardo Álvarez, desempeña un papel importante en el ALBA, si ha mantenido algún contacto desde la Secretaría de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica en su conjunto, porque si bien usted ha presentado por organismos,
después ha hecho una disección -otro término médico, ya que aquí se ha utilizado uno que a mí no me ha gustado en absoluto referido a Venezuela y a Cuba- y ha ido país a país, dispersándose la atención también sobre lo que debiera ser el foco único
con el que miráramos el conjunto de los países del ALBA. Ecuador, Bolivia y de Bolivia, la ausencia de un elemento que hizo que se produjeran iniciativas parlamentarias, el incidente con el avión



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de Evo Morales. En el análisis que ha hecho de las relaciones de España con Bolivia no ha aparecido ese incidente y creo que sería bueno explicarlo porque lo pedimos en su momento y tuvimos la callada por respuesta.


Venezuela y Cuba son temas de debate reiterados en esta Comisión a través de la presentación de PNL, también en el Pleno, como a la que hacía referencia la señora Lozano que presentó su grupo parlamentario y que terminamos transaccionando
distintos grupos parlamentarios en el mes de marzo. Venezuela y Cuba aquí se han definido como una metástasis. Yo no veo Venezuela y Cuba como una metástasis, veo que Venezuela es un país donde, a pesar de los problemas que tiene, que son muy
graves y no vamos a negarlos, se producen elecciones democráticas. Por tanto, es un sistema democrático, con todas las imperfecciones de un sistema democrático -no voy aquí a repetir las palabras de García Márquez que ya dije en el Pleno, de lo que
es la visión europea sobre una realidad iberoamericana; difícil de entender para una mentalidad europea-, como puede haber otros sistemas democráticos en otras regiones del mundo. En relación con Venezuela decía la señora Lozano que se produce el
conocimiento de un nuevo estudio. Ya cuando se produjo aquella PNL de UPyD, nosotros teníamos el estudio y el informe de Amnistía Internacional, nada dudosa en la tarea de defensa de los derechos humanos. Cada uno puede elegir la organización de
derechos humanos que quiera, pero para mí Amnistía Internacional merece mucho respeto. Ya decía yo entonces que ni todos los buenos eran tan buenos, ni todos los malos eran tan malos, y la realidad más inmediata, la de los últimos días, viene a
demostrar cómo se está produciendo dentro de la oposición una clara escisión entre la oposición que yo consideraba aquel día como democrática, la de la Mesa de la Unidad, y otra parte de la oposición que se ha ido desgajando de posiciones sensatas y
que puede participar en el conflicto social callejero con la misma intensidad que grupos situados a la izquierda del Gobierno. En estas cosas lo que pido es siempre objetividad; todo el mundo tiene derecho a la presunción de comportamiento
democrático, quien demuestre lo contrario es quien se sale de ahí.


En Cuba se ha producido algo que el señor Picó también ha comentado y que es interesante, a raíz de una PNL de UPN en esta Comisión. Señor Gracia, algunas veces algún diputado del Grupo Popular le hace flaco favor al propio Gobierno y a
usted como secretario de Estado, porque costó la intemerata cambiar su opinión y que se reflejara la posición de la Unión Europea en cuanto al inicio de conversaciones, de acuerdo con lo manifestado por Catherine Ashton el día 10 de febrero y que se
ha concretado en la primera reunión de 29 y 30 de abril, que ha ido bien desde el punto de vista de que es solo el principio de un camino, probablemente largo, y que tendremos que ir andando probablemente también con pies de plomo. De lo que me
felicito es de que por fin la posición común que defendió el presidente Aznar tiene los días contados, y tiene los días contados con el beneplácito de este Gobierno, porque este Gobierno forma parte del Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores que
tomó la decisión del día 10 de febrero. No hay nada como reconocer errores del pasado y corregirlos. Por tanto, la posición única, que fue un error del pasado, empieza a corregirse.


En relación con Colombia ha dicho algo muy interesante. Nuestro Gobierno apoya la negociación con las FARC. No todos los candidatos apoyan la negociación con las FARC, y un expresidente muy amigo en su momento de altos cargos del partido
que ahora gobierna mantiene una posición contraria a la negociación. Me gustaría que quedara claro que este Gobierno no apoya a quienes no apoyan -valga la redundancia- la negociación con las FARC en Colombia. ¿Por qué? Porque hay -vuelvo a
Amnistía Internacional- una petición clara de Amnistía Internacional en los últimos días para que se obligue, desde la presión internacional -nosotros ahí tenemos que jugar un papel importante-, a que todos los candidatos en Colombia apoyen el
proceso de paz con las FARC. Ese sería un ruego que yo haría al Gobierno de España a través del secretario de Estado, que comparece hoy aquí. La Alianza del Pacífico me parece perfecta en ese sentido. Me pareció bien que el presidente Rajoy
estuviera presente en una de las últimas reuniones el año pasado. Creo que es un buen instrumento, del que España en el futuro puede sacar también un buen rédito.


Que la relación con Brasil es una relación especial, claro que sí, y no solo por la diferencia de la lengua -son lenguas muy cercanas-, sino también por otras muchas razones. Lo que está claro en relación con lo mismo -vuelvo a lo del
ministro de Asuntos Exteriores- es que creo que hay un cierto abandono de ese ámbito natural, que es Iberoamérica o Latinoamérica, por parte del Gobierno de España. Usted ha dicho -me parece bien- que el ministro va a asistir a la reunión de
ministros de Exteriores en Guyana. El leitmotiv de la política exterior española con ser importantísimo, nuestra aspiración al Consejo de Seguridad, no puede ser exclusivamente el Consejo de Seguridad, nos tienen que mover otras cuestiones



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independientemente de dicho consejo, que, como digo, es importantísimo y mi grupo parlamentario apoya todos los esfuerzos que se puedan hacer para conseguirlo, pero el ministro difícilmente viaja a Iberoamérica y ahora lo va a hacer -usted
lo ha dicho y no sé si le ha traicionado el subconsciente o es un exceso de transparencia, que yo agradezco- porque allí hay muchos votos para el Consejo de Seguridad. Me parece muy bien, pero, aparte de los votos del consejo, nos tiene que
preocupar Iberoamérica por sí, por la historia, por el presente y por el futuro, por lo que representan las relaciones de España.


Dice usted que las perspectivas de inversión son buenas. Magnífico. Coincido con usted, aunque se hayan producido incidentes que han afectado, como las expropiaciones en Argentina y en Bolivia, que no son solo las de Red Eléctrica, y algún
otro incidente de ese tipo. También ha manifestado que el balance económico es satisfactorio. Solo hay que preguntar a las grandes multinacionales españolas. Están de acuerdo con usted y yo también estoy de acuerdo con usted y con las grandes
multinacionales en que el balance económico es muy satisfactorio. Si no hubiera sido por esas cuentas, otro gallo cantaría en la cuenta de resultados de las grandes multinacionales españolas.


Terminada esa parte, habla usted de una segunda: los factores sociales, las personas. Estoy totalmente de acuerdo. Ahí quizá es donde yo debería haber metido el tema de la cooperación al que me he referido antes, porque la cooperación es
cosa de personas. Hay que ayudar, solidarizarse y apoyar el bienestar de las personas, pero ha utilizado usted ahí una frase que responde a la factoría metafórica de este Gobierno. Este Gobierno tiene una habilidad para la metáfora que ni los
mejores poetas del Siglo de Oro. Cuando se ha referido usted a los jóvenes españoles que se tienen que ir al exilio a Iberoamérica ha hablado de iniciativas de movilidad del talento. Un diez de nuevo para la factoría de eslóganes del Gobierno.
(Risas).


El señor PRESIDENTE: Le ruego que vaya acabando, por favor.


El señor GONZÁLEZ CABAÑA: Voy acabando. Es que esto de la iniciativa de movilidad del talento -de verdad, señor presidente-, por deformación profesional, porque soy profesional de la lengua, me ha llegado al alma. Iniciativas de movilidad
del talento. Otras cosas veremos y otras cosas hemos visto de este Gobierno. Como decía, la relación con las personas es fundamental, pero ahí, como digo, quiero reiterarle los datos que le he dado antes sobre cooperación. En el mes de septiembre
tuvimos la ocasión, invitados por el Parlamento centroamericano, de acudir en la República Dominicana al encuentro de Eurolab eurodiputados y parlamentarios centroamericanos. ¿Sabe usted cuál era la demanda permanente al presidente Zapatero, que
dio allí una conferencia? La cooperación, cómo había cambiado la cooperación. Era el lamento y la necesidad de una vuelta a esos niveles de cooperación. Ya no es que lo digamos nosotros desde la oposición política aquí en este Congreso de los
Diputados, es que lo dicen los países receptores de esa cooperación. Por lo tanto, es importante.


Por último, las cumbres. Las cumbres se han convertido -permítame que utilice una expresión un poco drástica, pero así nos entendemos todos-en un fiasco. Como decía el señor Picó, hay que redefinir. Hay muchas entidades en España y en el
conjunto de Latinoamérica que están haciendo importantes reflexiones sobre el futuro de las cumbres; quiero recordar a la Fundación Alternativas, por ejemplo, que se ha ocupado y preocupado a raíz de la última. Coincido en el diagnóstico que hacía
el señor Picó de las últimas cumbres; en concreto, de la última. No voy a hablar tan mal de la anterior, porque fue la de Cádiz y por razones de chovinismo territorial (Risas) no voy a hacerlo, pero fue tan fiasco como esta última. Señor
secretario de Estado, hagan un esfuerzo desde el Gobierno y desde su Secretaría de Cooperación Internacional y para Iberoamérica por redefinir las cumbres. Nosotros -y cuando digo nosotros me refiero a un Gobierno socialista- que las creamos e
impulsamos, creemos que son un mecanismo válido pero que ha quedado desfasado. Adaptémoslas al siglo XXI, al momento que vivimos y a las necesidades de un nuevo marco de relaciones entre España y Latinoamérica.


Muchas gracias por su paciencia, señor presidente. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra el señor Mariscal.


El señor MARISCAL ANAYA: Señor secretario de Estado, gracias por esta comparecencia.


Me gustaría comenzar invitando a alguno de mis colegas a leer el motivo de la comparecencia, que no es otro que el de informar sobre la actual situación de Iberoamérica. Hay una Comisión de Cooperación Internacional para el Desarrollo, que
es en la que se deben sustanciar los asuntos relacionados con la cooperación. Por tanto, aprovechemos el momento y esta Comisión para dedicarnos a hablar de lo que hemos venido a hablar.



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Antes de comenzar mi intervención quería hacer dos puntualizaciones, porque he escuchado al portavoz del Grupo Parlamentario Socialista y siento asombro. Señor González Cabaña, lamentar la reducción en materia de cooperación al desarrollo
habiendo formado parte -como lo hizo usted- de un Gobierno que llevó a España a la situación económica que se encontró este Gobierno en el año 2011, me parece de vergüenza. (Varios señores diputados: ¡Oh!-Rumores-Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Por favor, dejen al orador que se exprese.


El señor MARISCAL ANAYA: Me parece poco riguroso. (El señor González Cabaña: Ahí están los datos). No quiero en ningún caso polemizar. (El señor Sáez Jubero: No, en absoluto.-La señora Blanco Terán: ¡Qué fuerte!-Rumores-). Quien ha
abierto la polémica es quien ha intentado dibujar un escenario que no se corresponde con la realidad. Hablar de abandono de este Gobierno hacia Iberoamérica después del relato detallado que acaba de hacer el secretario de Estado de visitas,
reuniones y esfuerzos realizados en esta legislatura, insisto en que no se corresponde con la realidad.


Quería felicitar en nombre del Grupo Parlamentario Popular al secretario de Estado por el esfuerzo y la dedicación con la que tanto él como su equipo han logrado dos cosas que forman parte del compromiso del presidente Rajoy durante su
debate de investidura el pasado diciembre del año 2012. En ese discurso suscribió un contrato con la sociedad española en relación con la política exterior que tenía dos pilares. Por un lado, darle mayor relevancia a España dentro de América
Latina y Caribe. Esto exigía convertirlo en una prioridad de la política exterior que se debía basar también en la defensa de los intereses de los españoles fuera de España y, por tanto, en ser por fin un país fiable y previsible. En segundo
lugar, colaborar y contribuir a transformar España. Todo el trabajo que se ha desarrollado fundamentalmente con la diplomacia económica está dirigido al servicio del crecimiento y la creación de empleo; no olvidemos que ahora mismo nos estamos
refiriendo a una región que representa el 8% del producto interior bruto mundial. Cuando hablamos de este tipo de cifras me gusta destacar que no son oportunidades, sino que nos referimos a que hay una posibilidad de colaboración fructífera para
ambas orillas. En una situación de globalización y de extraordinaria interdependencia como la que vivimos hay que fortalecer los vínculos con aquellos con los que compartimos historia, pasado, presente y, fundamentalmente, futuro. Compartimos
problemas y debemos colaborar y contribuir a encontrar soluciones conjuntamente. Desde este Gobierno, con la colaboración y apoyo del resto de los grupos parlamentarios -eso sí debo decirlo-, se ha apostado claramente por conseguir empujar o
impulsar que seamos un solo bloque en los organismos internacionales ya que somos la misma comunidad, y ahí hago referencia al cambio y modificación de estrategia relacionada con la modificación y mejora de las cumbres iberoamericanas. En esta casa
aprobamos una proposición no de ley en la que todos los grupos estuvimos de acuerdo para que se llevara a cabo ese impulso, que se presentará finalmente en Veracruz a finales de este año, con lo que yo creo que conseguiremos efectivamente que las
cumbres no solo mejoren sino que salgan fortalecidos de todo este proceso. Creo que España tiene dimensión, fortaleza e influencia en Europa en la medida en que es un país iberoamericano; no solamente es importante el nivel de crecimiento de
Iberoamérica, al que luego haré alusión, sino que Europa es el principal mercado mundial y no podemos obviar que en esta geoestrategia mundial o en esta interdependencia la posible desaceleración de la economía China puede afectar en mayor medida a
América Latina que a Europa. Efectivamente, se está produciendo un proceso de regionalización -Unasur, Celac, Mercosur, etcétera- que obliga a modificar y mejorar el estatus de las cumbres. Desde España, desde este Gobierno, hemos contribuido
directamente a que haya un mayor protagonismo de las políticas de la Unión Europea hacia América Latina; estoy pensando fundamentalmente en la última reunión de Santiago de Chile, la Unión Europea-Celac de enero de 2013 y, por supuesto, en los
acuerdos comerciales a los que ha hecho antes mención el secretario de Estado: Chile, México, Colombia y Perú, que no hacen sino aumentar, fortalecer y mejorar el nivel de influencia de nuestro país en el seno de la Unión Europea.


Se ha hecho mención anteriormente a Venezuela y a Cuba. Sí quisiera decir que desde el Grupo Parlamentario Popular apostamos por un diálogo muy exigente, pero siempre desde la responsabilidad. Es imprescindible -y ahí sí hago referencia a
todos los grupos parlamentarios-que asumamos un papel más responsable para intentar conseguir que España siga manteniendo el nivel de interlocución que tenemos no solamente con la región, no solamente con diversos organismos regionales, sino con
todos los países de manera bilateral. Obviamente, compartimos el hecho de que los derechos fundamentales son universales, inalienables e innegociables, eso es obvio, por tanto la democracia no solamente consiste en acudir a las urnas a votar cada
cierto tiempo, sino que tiene otra serie de exigencias por las que desde



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su fundación este grupo parlamentario y, obviamente, este Gobierno están luchando desde los ámbitos institucionales y desde otros foros en los que está trabajando para conseguir que ese nivel de democracia y de derechos que tenemos y
disfrutamos en España los tengan y disfruten también el resto de miembros de la comunidad iberoamericana. Sí me gustaría que empezáramos a ser un poco más optimistas cuando hablamos o nos referimos a Iberoamérica. No debemos obviar que hace años
-estoy pensando en cuando yo nací, en 1974- la situación de democracia en la región era infinitamente inferior a lo que es hoy, se podían contar con los dedos de una mano los procesos electorales o los sistemas democráticos de elección de Gobiernos,
en cambio hoy en día hay lamentables, impresentables excepciones a las que han hecho alusión mis compañeros y a las que estoy seguro que responderá el secretario de Estado, pero me parece que en su conjunto, en la medida en que esta es una
comparecencia relacionada con Iberoamérica, tenemos que ser optimistas en cuanto a la situación en que se encuentra la región. Obviamente, hay retos -lo apuntaba muy bien anteriormente el portavoz socialista- relacionados fundamentalmente con las
prestaciones sociales, la educación y la sanidad. Es obvio que hay que conseguir mejorar esa situación, colaborar y cooperar en la medida en que sea posible, pero ha aumentado el porcentaje de las clases medias y, por tanto, esto genera nuevas
dificultades; hay una mayor demanda de infraestructuras de servicios y ese bucle de la prosperidad de mayor porcentaje de clases medias, mayor demanda de infraestructuras, generará consigo -estoy convencido de ello- un crecimiento económico
progresivo en la región. Existen algunas situaciones -estas son las dudas que le asaltan a este portavoz-, como el cuello de botella que puede suponer la necesidad de acometer infraestructuras, obras o servicios que sobrepasen la capacidad
financiera de los Estados y, por tanto, la necesidad, de común acuerdo con el sector privado, de que desde el Gobierno se potencie y se mejore la seguridad jurídica e institucional en la región. Existe también otro riesgo aparte del que acabo de
comentar de las infraestructuras, y es una reprimarización, es decir, una dependencia elevada de las materias primas. Hay también un problema a medio plazo en relación con la fiscalidad. Hay que conseguir sistemas fiscales que permitan una mejor
redistribución de la riqueza. Por último -creo que ha sido el colega de Convergència i Unió y también el compañero del PSOE quien lo ha mencionado-, todo lo relacionado con la inseguridad en Centroamérica nos preocupa mucho también.


Se ha hablado de la situación de diversas empresas y las distintas vicisitudes que se han ido encontrando en la región. El esfuerzo que ha hecho este Gobierno por que se cumpla la protección recíproca de las inversiones es innegable y me
parece que no todas las soluciones han sido lo satisfactorias que hubiéramos querido, pero por lo menos ha habido la capacidad de diálogo a la que hacía alusión anteriormente. Mi colega del Grupo Socialista ha comentado la fractura entre izquierda
y derecha. Ha hablado de ALBA como izquierda y Alianza del Pacífico, derecha. Sinceramente, creo que no es una visión correcta -y es una crítica a la situación que yo tengo~_. Más que una fractura ideológica nos encontramos con una fractura en la
forma de entender la institucionalidad. Por un lado, tenemos a países que entienden el proteccionismo y, por tanto, el control de lo público, incluso de lo privado, de manera muy fuerte, y otros que entienden que el libre comercio, el libre
tránsito y el intercambio potencia la riqueza y la creación de empleo y, por tanto, la mejor calidad de vida para los ciudadanos a los que están gobernando. Esa es la diferencia que existe. El secretario de Estado ha hecho mención a la inversión
extranjera directa y al peso que España tiene acumulado desde los noventa de casi 150.000 millones de euros. Esto tiene una pequeña particularidad, y es que el hecho de que seamos miembros de la misma comunidad y, por tanto, seamos una misma
familia, posibilita que cada vez que aumenta la inversión, mejoran y aumentan los lazos, la interdependencia y, además, nos encontramos con empresas y modelos de colaboración con espíritu de permanencia. Yo sí creo que no se debe interpretar el
aumento de la inversión y, por tanto, el crecimiento de la inversión de grandes empresas en América Latina como un movimiento única y exclusivamente de grandes capitales. No hay que obviar nunca el efecto arrastre que a ambas orillas del Atlántico
tiene la presencia de una gran compañía. Hay que pensar que en el caso de España las pymes, en cuanto al número de empresas, rondan el 80% y en el caso de América Latina, el 99%. Eso, que ya se remarcó claramente en la Cumbre de Cádiz, es uno de
los temas en los que el Gobierno está trabajando con fuerza.


He dicho al principio que quiero ser optimismo. La CAD, el Banco Interamericano de Desarrollo y diversos organismos están aludiendo a un crecimiento de la región en torno al 4,1%. Me parecen cifras que, desgraciadamente, hace tiempo que
aquí no tenemos. Esto responde fundamentalmente a cuatro factores. En primer lugar, una dinámica sólida de crecimiento. Hay un extraordinario esfuerzo reformista. Estoy pensando en los acometidos por Brasil y particularmente en Méjico donde
incluso nuestros colegas



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mejicanos hablan claramente de la inspiración que han supuesto y suponen para ellos los Pactos de la Moncloa. Creo que hay una mejora evidente de la competitividad. Sí hago especial hincapié en la Alianza del Pacífico. Desde febrero de
2014, el 92% de los intercambios comerciales no están sujetos a aranceles. Eso está trayendo un nivel de crecimiento conocido por todos. Por último, nos encontramos con un fortalecimiento en los niveles educativos paulatino, lento pero seguro, que
trae consigo que los recursos humanos, los recursos de los jóvenes a esa formación tengan cada vez mayor nivel de cualificación.


Hay mucho por hacer y debemos hacerlo juntos. En ese sentido, me gustaría trasladar a los portavoces de la Comisión, además del interés que tiene este grupo parlamentario en esas proposiciones no de ley a las que antes ha hecho alusión mi
compañera de UPyD o el Grupo Socialista o Convergència i Unió o nosotros mismos en diversas materias relacionadas con América Latina, que sería una extraordinaria oportunidad -en presencia del secretario de Estado- para proponerles, dentro de las
estrecheces del régimen digamos del derecho parlamentario, la creación de una subcomisión. En dicha subcomisión nos encargaríamos específicamente de las relaciones culturales, sociales y económicas en Iberoamérica, entre España y Latinoamérica y
entre los diferentes países de la región. Se han avanzado muchas ideas por parte de los diferentes portavoces; creo que hay muchas cosas por hacer. Efectivamente, como antes decía la señora Lozano, desde el ámbito parlamentario podríamos
contribuir a mejorar -en la medida que se pudiese- la presencia y la relación de España en la región. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el secretario de Estado.


El señor SECRETARIO DE ESTADO DE COOPERACIÓN INTERNACIONAL Y PARA IBEROAMÉRICA (Gracia Aldaz): Paso a contestar primero al diputado don Carlos Salvador. Le agradezco sus palabras, que realmente obedecen a la realidad de la situación entre
España e Iberoamérica. Me hacía una pregunta que han hecho varios diputados sobre los derechos humanos y la posición común de la Unión Europea respecto a Cuba y aprovecho para responder a todos de una vez. El mandato de negociación de la Unión
Europea para ver las posibilidades de un acuerdo con Cuba es una decisión unánime de todos los Estados miembros de la Unión Europea que se hace sin derogar la posición común e incluyendo -como en cualquier diálogo y en cualquier acuerdo que se pueda
establecer con el Gobierno cubano- todas las cláusulas democráticas y de derechos humanos que forman parte del acervo de la Unión Europea. Por lo tanto, no es que se trate de una sustitución de la posición común por un acuerdo, sino que es un
mandato que se le da al Servicio Europeo de Acción Exterior y a la Comisión para que exploren estas posibilidades con el Gobierno cubano. ¿Por qué se hace esto? Porque la posición común se estableció en el año 1996, las cosas cambian en el mundo y
hay que ver las oportunidades que se pueden abrir de otro tipo de relación con el Gobierno cubano que no dejen de lado, de ninguna manera, ni los principios democráticos ni el respeto a los derechos humanos que proclama la Unión Europea como en
cualquier acuerdo con cualquier país; por lo tanto, no hay nada que sea distinto allí. Hay que tener abiertas las puertas al entendimiento. Ojalá esta negociación tenga un buen resultado y seamos capaces Cuba y la Unión Europea de conciliar en un
texto y en la práctica diaria todo lo que implica un acuerdo de estas características entre la Unión Europea y otro Estado tercero.


En cuanto a los problemas con las empresas españolas, como decía el señor Salvador, efectivamente, a lo largo de estos años ha habido conflictos con empresas españolas en América Latina porque la intensidad de las relaciones es muy fuerte y
donde hay mucha intensidad de relaciones hay ámbito para el conflicto. Estoy seguro de que nosotros no tenemos ningún conflicto con Nueva Zelanda, porque aparte de estar en las antípodas no tenemos relación ni en el fútbol -creo que no van al
Mundial-, por lo que no hay esa posibilidad. Lo fundamental es tener una red tupida de relaciones y ser capaces de gestionarla de una manera positiva. En cuanto a la marca España, es un paraguas en el que tratamos de poner de manifiesto todo lo
bueno que se hace o todo aquello en lo que España puede contribuir a un mundo mejor, y creo que en las relaciones con América Latina estamos contribuyendo a un mayor entendimiento y a una mejor posición de España y de América Latina en el mundo.


Agradezco a Irene Lozano, diputada de UPyD, su acuerdo en casi todos los asuntos y su desacuerdo también en algunos. Creo que es muy pertinente lo que me decía en relación con Venezuela. La relación con Venezuela -que, como es lógico, está
en las preguntas de todos los grupos parlamentarios- es muy sensible y muy difícil en este momento por las circunstancias por las que atraviesa el país. ¿Qué es lo que tenemos que hacer como Gobierno español? Pues ser capaces de promover la
colaboración, de promover la mejora de la situación interna en Venezuela, de promover el diálogo, de promover un cambio en las circunstancias tanto económicas, como sociales y democráticas en Venezuela que sean lo mejor para los



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venezolanos, y además defender y promover los intereses españoles en Venezuela, que son muchos. Tenemos muchos ciudadanos españoles en Venezuela y tenemos muchos intereses económicos en ese país. Como les decía antes, no solo hay grandes
empresas, sino que existen muchos pequeños empresarios con doble nacionalidad y tiene que haber un respeto a su propiedad privada, a sus expectativas y al esfuerzo que han hecho en Venezuela, siendo venezolanos y españoles. ¿Y cómo podemos hacer
esto? Pues hay que hacerlo, en primer lugar, con gran sensibilidad, con discreción, con mucha precaución, de manera que no seamos un elemento distorsionador. Yo podría hacer unas declaraciones de principios generales muy contundentes, pero eso
seguramente no nos lleva a ningún lado si no tenemos abiertos los canales de diálogo. Nosotros creemos que es muy importante para Venezuela y para España mantener esos canales de diálogo abiertos, y los tenemos. Además, tenemos que proteger y
ejercer la protección consular de los españoles que viven en Venezuela y lo estamos haciendo continuamente en diálogo con las autoridades venezolanas, y también tenemos que ser capaces cuando hay un conflicto económico de plantearlo y de hablarlo
con las autoridades venezolanas.


Además de este tema, hay un elemento que es importante. Me preguntaba por qué España no ejerce un liderazgo en esta materia. Pues porque también hay que tener un sentido de la mesura. No podemos entrar en un tema donde ya existen unas
instancias que creemos que son eficaces para el diálogo. Tanto el Gobierno como la oposición de Venezuela han aceptado una participación de Unasur, a través de los cancilleres de Colombia, de Ecuador y de Brasil, con el apoyo del Vaticano. Creo
que es una manera correcta de tratar de solucionar un problema y una forma también de respetar la organización interna de los países de América Latina. En este sentido, nosotros estamos trabajando y dialogando con los cancilleres de estos tres
países. Yo he tenido la oportunidad de hablar esta semana en dos ocasiones con el canciller de Ecuador y con la canciller de Colombia. Estamos al tanto y estamos tratando de influir de manera positiva en este clima de diálogo, que es necesario
para respetar los derechos humanos y para respetar la institucionalidad democrática en Venezuela. Por tanto, estamos trabajando y estamos haciéndolo de esa manera. Posiblemente no sea la forma más espectacular, pero es la manera más eficaz de
trabajar sin renunciar a ninguno de los principios que defiende el Gobierno español y que defiende la Unión Europea.


El señor Picó se refería a un diálogo tímido. Este Gobierno, aparte de toda esa gran cantidad de viajes, visitas y encuentros, está presente en todas las actividades de América Latina. El hecho de tener un secretario de Estado que dedique
el 80 o el 90% de su actividad a América Latina quiere decir que estamos pendientes, que estamos presentes y que estamos acompañando todos los procesos que están teniendo lugar en América Latina. Por poner un ejemplo, las dos últimas semanas he
estado en América Latina y vuelvo a viajar allí mañana. Asistimos a todas las reuniones multilaterales, asistimos a todas las reuniones bilaterales y hay un entendimiento cercano entre los dos, entre América Latina y España, en este momento.


Quisiera decir alguna palabra sobre la fragmentación de América Latina. Efectivamente, hay procesos de integración -Unasur, Celac, etcétera- y hay muchas diferencias, como ocurre en cualquier bloque o como ocurre en cualquier región. Hay
que tener un poco de cuidado también con esas diferencias entre izquierda o derecha, entre Alianza Bolivariana o Alianza del Pacífico. Es bueno que haya distintas formas de ver las cosas y es bueno que haya una Alianza del Pacífico, que se han
reunido con unos criterios sobre todo económicos y de apertura comercial. Sin embargo, no hay que olvidar la relación con el Atlántico, no hay que olvidar la importancia de Mercosur. Tampoco hay que olvidar que la Alianza del Pacífico tiene que
ser una alianza, y así lo proclaman sus miembros, abierta a todos los países de América Latina y en la que todos tienen que ver una oportunidad de trabajar juntos. No se puede primar solamente una región o unos países, sino que hay que ver las
oportunidades en todos los casos. Creo que la Unión Europea y Mercosur, como decía usted, es una de las apuestas importantes para el futuro. Tenemos que ser capaces de llevar a cabo esa negociación y para España es muy importante que dicha
negociación llegue a buen puerto y que tengamos un acuerdo de asociación de la Unión Europea con Mercosur.


En cuanto a la intervención del señor González Cabaña, por parte del Partido Socialista, tengo que decir que de cooperación para el desarrollo hablaré cuando ustedes quieran, en otra ocasión. Solamente quiero hacer dos reflexiones. Me
estaban pidiendo que tuviéramos una relación menos paternalista con América Latina y la percepción que tengo de la mayoría de los países de América Latina es que efectivamente quieren esa relación entre iguales. Muchas veces el diálogo y el
discurso de cooperación es paternalista, y eso hay que desterrarlo y que hay que cambiarlo. Lo que estamos haciendo es adaptar la política de cooperación al desarrollo a la situación real de cada uno de los países y a las demandas



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legítimas de los mismos. Esa es la realidad con la que nos encontramos, y es mucho mejor tener una relación madura con América Latina, una relación entre países cada vez más iguales en muchos aspectos, en muchos parámetros macroeconómicos,
y con respeto a todos estos países. En cuanto a la ideología, le diría que ni siquiera ALBA ni la Alianza del Pacífico. Hoy en día los países de América Latina se van a distinguir entre aquellos cuyos Gobiernos están haciendo las reformas
necesarias de sus políticas públicas para adaptarse a un mundo más competitivo y a un mundo más abierto (y esos países pueden tener Gobiernos de izquierdas, de derechas o de cualquier tipo, pero las reformas son inevitables y necesarias, y los
países que hagan esas reformas y se adapten a un momento en el que posiblemente los precios de las materias primas no van a ser tan altos y no van a seguir subiendo, van a poder aprovechar las ventajas de esta década buena y positiva desde el punto
de vista económico y van a ser países más prósperos, también más justos y más igualitarios en el sentido de que van a tener mayores oportunidades para sus ciudadanos) y los países que no saquen provecho de esta oportunidad, que seguramente tendrán
un futuro más difícil. Me he reunido con el secretario general de ALBA, con Bernardo Álvarez, que es un buen amigo y que estuvo hace poco en España, y tuvimos un diálogo muy interesante sobre lo que está haciendo Venezuela en algunos de los países
del Caribe.


Efectivamente, yo he dicho que el ministro va a ir a Guyana, al Cofcor, a la reunión de ministros de Relaciones Exteriores, porque los países votan y tenemos campaña del Consejo de Seguridad, pero porque es una política continuada de los
distintos Gobiernos de España, que empezamos en el año 1999, de tener relación con toda América Latina y también con el Caribe. Yo tuve la oportunidad de abrir esa relación con Caricom y con los países del Caribe y preparamos la primera cumbre
-creo que en el año 1998- con el presidente Aznar, relación que se ha seguido con el presidente Rodríguez Zapatero y que seguirá con el presidente Rajoy. Señor González Cabaña, me ha sorprendido esa idea de nosotros, ustedes y vosotros. Yo creo
que las relaciones internacionales en un país como España se tienen que crear sobre la continuidad de unas líneas maestras y nosotros (Los señores González Cabaña y Sáez Jubero: Dígaselo al ministro) -se lo he dicho, y lo he dicho a lo largo de mi
intervención y espero que me hayan escuchado- lo hemos mantenido y tengo a gala que aprovechamos las partes positivas, porque se pueden inventar cosas nuevas, pero en la relación con América Latina tanto los Gobiernos del PSOE como los Gobiernos del
PP hemos hecho un esfuerzo enorme por tener esa buena relación. Creo que así se está estableciendo y así está siendo reconocido por los países de América Latina, y así se lo he dicho. Las cumbres iberoamericanas son un magnífico instrumento de
política exterior española, creado en el año 1991 con un Gobierno del PSOE, que se ha mantenido y se ha fortalecido con los Gobiernos del PP, que se ha seguido y se ha modificado con los Gobiernos anteriores del PSOE y que se sigue en este momento,
porque es una política que nos interesa a todos y que tenemos en marcha. De verdad les digo que no es una cuestión de formalidad o de voluntariedad, y que en las cumbres iberoamericanas hemos conseguido una reforma muy positiva; hemos involucrado
a personalidades importantes -como el presidente Lagos, la anterior canciller o Enrique Iglesias- en la renovación de las cumbres; hemos dialogado con todos los Gobiernos de América Latina, y tiene unas perspectivas muy positivas. Desde luego,
este año en la Cumbre de Veracruz, con la Presidencia pro tempore de México, y para el futuro. Hemos actualizado, hemos puesto al día un instrumento que, como le digo, es una de las mejores invenciones de España en política exterior.


El señor PRESIDENTE: En turno de réplica, por parte del Grupo Parlamentario Mixto, el señor Salvador.


El señor SALVADOR ARMENDÁRIZ: Intervengo exclusivamente y de forma telegráfica porque creo que todos hemos recibido a través de las redes, de Internet, la información sobre el asesinato de la presidenta de la Diputación de León y también
presidenta del Partido Popular de León, Isabel Carrasco. Quiero trasladarle de urgencia, sin tener más datos, mi condolencia y mi pésame a su familia, a sus amigos y a los buenos compañeros del Partido Popular.


El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario de Unión Progreso y Democracia, la señora Lozano tiene la palabra.


La señora LOZANO DOMINGO: Estamos todavía un poco sobrecogidos por esta noticia. Solamente quiero transmitir nuestras condolencias, en nombre de mi grupo parlamentario, a todos los miembros del Partido Popular y, a la espera de tener más
noticias, solo podemos lamentar este hecho tan terrible.



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El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Convergència i Unió, el señor Picó.


El señor PICÓ I AZANZA: Del mismo modo, presidente, quiero expresar el pésame y las condolencias de mi grupo parlamentario a la familia y también al Partido Popular, del que era miembro, por el fallecimiento de la presidenta de la
Diputación de León hace pocos minutos.


Al secretario de Estado únicamente quiero decirle que esperaremos su comparecencia en la Comisión de Cooperación para poder hablar de estas cuestiones.


El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Socialista, tiene la palabra el señor González Cabaña.


El señor GONZÁLEZ CABAÑA: En el mismo sentido que mis compañeros y compañeras de otros grupos, quiero trasladar al Partido Popular así como a la familia de la persona fallecida nuestro pesar por esa noticia trágica que acabamos de conocer.


Voy a ser muy breve. Señor secretario de Estado, en cuanto a no derogar la posición común, claro que no se deroga hasta que no se termine la negociación. La información que recogía uno de los periódicos que más se ocupan de Iberoamérica en
este país es la siguiente: Aun a pesar de la vigencia de la posición común, catorce países comunitarios han suscrito acuerdos bilaterales y memorando de entendimiento para el intercambio político con Cuba y, según datos de la Comisión Europea, la
UE es en la práctica uno de los socios comerciales más importantes de La Habana, pues maneja casi la mitad de las inversiones extranjeras directas en la isla. Es decir, la realidad, el día a día -pero no el de ahora, el de tiempo atrás también-, va
desmintiendo el hecho de que esa posición común esté vigente. Pero no quiero empeñarme en eso, porque puede ser cuestión de visiones de un lado u otro. No sé si algún diputado del Grupo Popular se queda más tranquilo con aquello de que la posición
común no se deroga, pero los hechos nos están desmintiendo cada día, y lo único que va a hacer la Unión Europea con esa negociación es dar cobertura, mediante un acuerdo, a lo que ahora mismo son iniciativas bilaterales, para que lo sean del
conjunto de la Unión.


Reconozco que el Gobierno ha hecho un trabajo importante en relación con Venezuela -he tenido la oportunidad de conocerlo- y, en la línea de lo que dice el secretario de Estado, con los españoles en Venezuela. Son muchos los residentes
españoles en Venezuela; no voy a decir que son muchos los intereses económicos de pequeños y medianos empresarios que residen en Venezuela, que no son multinacionales que trabajan en Venezuela y que tienen su sede en Madrid. No, hablamos de gente
que vive allí día a día y que se ve dentro de esas manifestaciones, que se ve pillada dentro de esos altercados y que sufre la violencia que en estos momentos allí se está dando. Yo me interesé por algunas cuestiones en ese sentido. Y sobre que la
posición del Gobierno y de su representante diplomático fue magnífica, no tengo ninguna duda, y entiendo que el Gobierno está en la defensa del acuerdo mayoritario de los grupos de la Cámara del pasado mes de marzo.


En relación con la cooperación, le quiero decir a mi compañero el portavoz del Grupo Popular que yo no he hablado de alianzas de izquierdas y de derechas. Decir que la Alianza del Pacífico es de derechas cuando Bachelet es la presidenta de
Chile es cuando menos una temeridad o situarse en un momento del pasado, no del presente. Chile es miembro de pleno derecho de la Alianza del Pacífico y Bachelet, que yo sepa, a día de hoy es socialista, de izquierdas. Cuando hablé de ALBA, me
estaba refiriendo a los reconocidos como más de izquierdas. Simplemente quería dar ese matiz.


En relación también con la cooperación, señor secretario de Estado, no podemos pasar del paternalismo, que yo creo que es rechazable -la actitud paternalista siempre lo es-, a la orfandad mendicante. Y ahora mismo a lo que estamos pasando
es a la orfandad mendicante, a los Oliver Twist de Iberoamérica en relación con nuestra posición. Si algo tengo claro -si se me olvida, mi grupo me lo recuerda todos los días- es que la política exterior es una política de búsqueda de consenso
porque hoy puede gobernar un partido y mañana otro -eso lo tengo clarísimo-, pero dígaselo, con todos mis respetos, a su ministro, que habla de herencias recibidas en política exterior -eso a lo que usted se refería son herencias recibidas- y de que
con él ha vuelto España. (El señor Sáez Jubero: Spain is back). Así que no somos nosotros. Nosotros compartimos lo que usted dice; lo que no compartimos son las cuestiones que el ministro manifiesta cuando habla de herencia recibida. También
lo ha hecho el portavoz del Grupo Popular, pero con otro matiz, con el que siempre da al tema de la herencia el Grupo Popular en esta Cámara, que es criticar al anterior Gobierno porque gastaba mucho en cooperación. Gastaba menos de lo que hacía
falta, lo que ocurre es que ustedes están gastando mucho menos de lo que hace falta ahora, y contra eso estamos nosotros. Por lo tanto, totalmente de acuerdo.



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Termino. Política exterior: búsqueda del consenso más amplio posible. La herencia en política exterior es buena la inmensa mayoría de las veces, pero su ministro no la quiere. No quiere las herencias, y además es como si hubiera empezado
una nueva época, un mundo nuevo, ese otro mundo posible para Margallo en las relaciones internacionales y que los demás no entendemos. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra el señor Mariscal.


El señor MARISCAL ANAYA: Intervengo igualmente para expresar el asombro y la tristeza que tiene mi grupo parlamentario con el fallecimiento de la presidenta tanto de la Diputación como del Partido Popular en León.


También quisiera aprovechar la ocasión para aclarar, si el portavoz socialista se ha sentido maltratado por los términos en los que me he referido anteriormente, que el objeto fundamental de mi discurso es entender que como están las cosas,
con las tensiones económicas, sociales, políticas y de todo tipo es conveniente ser riguroso y justo en los argumentos políticos que uno pretende defender, y en el caso de Iberoamérica sinceramente creo que son más los aciertos que los desaciertos
en la labor de este Gobierno durante estos dos últimos años.


El señor PRESIDENTE: Señor secretario de Estado.


El señor SECRETARIO DE ESTADO DE COOPERACIÓN INTERNACIONAL Y PARA IBEROAMÉRCIA (Gracia Aldaz): Primero, también quiero mostrar mi consternación por el asesinato de la presidenta de la Diputación de León, y como, además, estaba recordando
que la saludé el otro día en un acto en Salamanca, me siento doblemente triste.


Agradezco a todos ustedes la comprensión y el seguimiento que hacen de los temas iberoamericanos. Me pongo a su disposición para cualquier otra comparecencia. Desde luego, estoy dispuesto a comparecer en temas de cooperación para el
desarrollo, aunque hay un secretario general de Cooperación que lo ha hecho en diversas ocasiones y que lo hace muy bien, pero estoy seguro de que les podemos dar una serie de datos y dar cuenta de que las cosas ni estaban tan bien ni están tan mal,
y entremedias buscaremos y encontraremos algún punto.


En cuanto a lo que dice del ministro Margallo, le puedo decir que tenemos un gran ministro de Asuntos Exteriores que tiene mucho acierto en los nombramientos de secretarios de Estado (Risas) y que además es muy vehemente y tiene mucha
facilidad de palabra, pero que lleva dentro esa idea del consenso y de la política exterior. Lo que es verdad es que cada uno le da un énfasis y un interés especial.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor secretario de Estado.


Me sumo personalmente, y sin duda lo hago en nombre de los miembros de la Mesa, a esa consternación y a ese pesar por el asesinato de la presidenta de la Diputación y del Partido Popular en la provincia de León.


Dicho esto, gracias a todos ustedes.


Se levanta la sesión.


Eran las seis y treinta minutos de la tarde.