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DS. Congreso de los Diputados, Pleno y Dip. Perm., núm. 145, de 25/01/2006
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CORTES GENERALES


DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS


PLENO Y DIPUTACIÓN PERMANENTE


Año 2006 VIII Legislatura Núm. 145

PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. MANUEL MARÍN GONZÁLEZ

Sesión de la Diputación Permanente núm. 11

celebrada el miércoles, 25 de enero de 2006



ORDEN DEL DÍA:


Petición, formulada por un número suficiente de Diputados miembros de la Diputación Permanente, pertenecientes al Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, de que se acuerde la celebración de una sesión extraordinaria del Pleno de la
Cámara (número de expediente 062/000027).
con el siguiente orden del día:


-Comparecencia urgente del Presidente del Gobierno, para que informe sobre las declaraciones de miembros del Ejército que se han producido en las últimas fechas. (Número de expediente 210/000044.) ... (Página
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SUMARIO


Se abre la sesión a las cuatro de la tarde.



Petición, formulada por un número suficiente de Diputados miembros de la Diputación Permanente, pertenecientes al Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, de que se acuerde la celebración de una sesión extraordinaria del Pleno de la
Cámara, con el siguiente orden del día:


Comparecencia urgente del presidente del Gobierno, para que informe sobre las declaraciones de miembros del Ejército que se han producido en las últimas fechas ... (Página 7306)


En defensa de la petición formulada interviene el señor Atencia Robledo, en nombre del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso.



En turno de fijación de posiciones intervienen la señora Fernández Dávila, del Grupo Parlamentario Mixto, y señores Mardones Sevilla, del Grupo Parlamentario de Coalición Canaria; Llamazares Trigo, del Grupo Parlamentario de Izquierda
Verde-Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya Verds; Erkoreka Gervasio, del Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV); Puig Cordón, del Grupo Parlamentario Esquerra Republicana de Catalunya; Maldonado y Gili, del Grupo Parlamentario Catalán
(Convergència i Unió), y Cuadrado Bausela, del Grupo Parlamentario Socialista del Congreso.



En turno de réplica intervienen el señor Atencia Robledo, señora Fernández Dávila, y señores Llamazares Trigo, Puig Cordón, Maldonado i Gili y Cuadrado Bausela.



Sometida a votación la petición formulada por el Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, de celebración de una sesión extraordinaria del Pleno de la Cámara, es rechazada por 15 votos a favor y 25 en contra


Se levanta la sesión a las cinco y quince minutos de la tarde.



Se abre la sesión a las cuatro de la tarde.



El señor PRESIDENTE: Damos comienzo a la Diputación Permanente, con un único punto del orden del día: Petición formulada por un número suficiente de diputados, miembros de la Diputación Permanente, pertenecientes al Grupo Parlamentario
Popular en el Congreso, de que se acuerde la celebración de una sesión extraordinaria del Pleno de la Cámara con el siguiente orden del día: Comparecencia urgente del presidente del Gobierno para que informe sobre las declaraciones de miembros del
Ejército que se han producido en las últimas fechas.



Les recuerdo el formato del debate: turno a favor de la petición formulada, por siete minutos; turno en contra, si lo hubiere, siete minutos; fijación de posición de los grupos que no hayan intervenido, por cinco minutos cada uno, y,
eventualmente, una réplica, también de cinco minutos.



Para presentar la petición tiene la palabra el representante del Grupo Popular, señor Atencia.



El señor ATENCIA ROBLEDO: Muchas gracias, señor presidente.



Señorías, el Grupo Popular ha solicitado la celebración de esta Diputación Permanente para que se acuerde que el presidente del Gobierno, como máximo responsable del Gobierno, de la política de defensa y, específicamente, de la dirección de
las Fuerzas Armadas, comparezca de forma urgente ante el Pleno de esta Cámara para informar sobre las declaraciones de miembros de nuestras Fuerzas Armadas que se han producido en las últimas semanas. Hace una semana, en la última sesión de esta
Diputación Permanente, dimos sobradas razones para justificar la inaplazable comparecencia del ministro de Defensa. Entendíamos que como responsable del departamento de Defensa debía explicar las declaraciones realizadas por el teniente general
Mena en la reciente Pascua Militar porque se trataba de un colaborador suyo en el ejercicio de su cargo, de una persona que ocupaba un puesto relevante en el Ejército de Tierra, un puesto de máxima confianza del ministro y del Gobierno; de un
colaborador que, en lógica castrense, habría pedido autorización del discurso o, al menos, lo habría puesto en conocimiento de su superior de forma previa.
El ministro de Defensa debía asumir sus responsabilidades por los actos de su colaborador y
no esconderse más. En esta línea debía explicar por qué les había abierto la puerta de la política a los militares y si estaba animándoles a imitarle en sus manifestaciones públicas.
Entendíamos que debía explicar qué pasa en su departamento.



Esa comparecencia podría haber servido para que el ministro de Defensa hubiera dado las explicaciones pedidas sobre cuestiones de su competencia y responsabilidad. Pero después de aquella sesión hemos conocido que se ha confirmado el
arresto de un coronel en activo, destinado en Bruselas, que había publicado una carta en


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el diario ABC criticando al teniente general Mena. También hemos visto que un capitán de la Legión destinado en Melilla, en una carta publicada en un diario de aquella localidad, el Melilla hoy, hablaba de traer una compañía a Madrid
utilizando un lenguaje y unos argumentos rechazables que suponen una quiebra, en el fondo y en la forma, de los principios de disciplina, discreción y sujeción a la ley que le impide hacer tales manifestaciones, lo que justifica plenamente su
arresto. Señorías, estas cosas ocurren en el ámbito de actuación del Gobierno y parece necesario que el presidente del Gobierno dé explicaciones en sede parlamentaria.
Como he dicho al principio, el presidente del Gobierno no solo es el máximo
responsable, como director, de la acción del Gobierno, de acuerdo con la Constitución y con la propia Ley del Gobierno, sino que de forma específica, tal como dispone la Ley de Defensa Nacional, le corresponde no solo la dirección de la política de
defensa, sino también la autoridad en la dirección de la actuación de las Fuerzas Armadas. El Grupo Parlamentario Popular estima que es necesario que el presidente del Gobierno se explique y tranquilice a la sociedad española. Ya sabemos que los
militares están puntualmente con la Constitución -como le gusta decir al ministro Bono-, que conocen y asumen perfectamente cuál es su papel en la España democrática y constitucional. Pero ahora esta cuestión trasciende del ministro de Defensa
porque, desgraciadamente, el señor Bono está desautorizado. Bono no tiene la situación clara ni en su partido ni en su ministerio ni en el propio Gobierno. Bono ha perdido la objetividad mínima exigible para valorar lo que pasa en su departamento.

Como ayer pudimos comprobar en esta misma sala, ya no está capacitado para llevar su ministerio. Ayer, en vez de dar explicaciones a la Cámara y de asumir sus responsabilidades en el asunto de la fragata que participó en operaciones en el golfo
Pérsico, se parapetó detrás de los militares para, si se conocía algo más, tratar de escabullirse. Fue incapaz de aclarar las contradicciones entre el informe del Ajema, que se quería creer, y la contundencia de los telefonemas con órdenes
concretas a la fragata de ceder el mando al portaaviones y portamisiles durante la operación que mostró el portavoz del Grupo Parlamentario Popular. Ante un ministro incapaz, porque ha perdido las cualidades mínimas exigibles para su puesto, tiene
que dar la cara el presidente del Gobierno. Conviene, además, que el presidente del Gobierno informe si mantiene su confianza en el ministro de Defensa. Debe explicar si comparte que se les haya abierto a los militares la puerta de la política,
como ha hecho el señor Bono; si comparte las manifestaciones reiteradas del ministro de Defensa cuando afirmaba que no iba a taparle la boca a los militares o aquellas en las que decía que no iba a arrestar a un militar por leer la Constitución y
defenderla.



Señorías, no estamos ante una situación normal. No se produce todas las semanas un arresto de un teniente general. No se produce todas las semanas el conjunto de declaraciones públicas de militares. No se producen todas las semanas las
amenazas de un capitán de la Legión de presentarse con sus hombres en Madrid. No se producen todas las semanas los arrestos, destituciones y ceses que se han dado en el Ministerio de Defensa. Todo esto no debía haber ocurrido en ningún caso, pero
se ha producido sin que Bono lo haya evitado. Todo esto exige algunas explicaciones en esta Cámara y las tiene que dar el presidente del Gobierno. Estamos ante la exigencia democrática de que el Gobierno dé explicaciones y se someta al control de
la Cámara. Insisto en que todas las actuaciones se han realizado en el ámbito del Gobierno y, por tanto, es él el que tiene que informar al Congreso, el que tiene que explicar si pasa algo o si no pasa nada. Señorías del Grupo Socialista, sé que
van a tratar de darle la vuelta a las cosas. No es el Grupo Popular el que tiene que explicarse, es el Gobierno, un Gobierno que nombra en un Consejo de Ministros a un teniente general para un cargo muy relevante, un cargo de máxima confianza en la
defensa, un Gobierno que tiene entre sus competencias todo lo que se refiere al departamento de Defensa. El Gobierno que iba a convertir al Parlamento en el eje central de su política se ha negado a comparecer hasta ahora, veta sistemáticamente la
comparecencia de sus ministros o del presidente del Gobierno cuando las situaciones son comprometidas o incómodas.



Señor presidente, señorías, el Grupo Popular pide que se produzca la comparecencia urgente del presidente del Gobierno por tres razones fundamentales. En primer lugar, porque estamos ante un asunto importante y relevante. Las
declaraciones, el arresto, la destitución de un teniente general no es una cuestión menor que suceda todos los días o todos los años y no se había producido en treinta años. En segundo lugar, el conjunto de las declaraciones públicas de militares
de las últimas semanas era algo que no formaba parte de la situación normal de nuestra democracia y, por tanto, algo habrá tendrá que decirse. Tercero, es una exigencia democrática que el presidente del Gobierno, señor Rodríguez Zapatero, dé
explicaciones en esta Cámara.



Voy terminando, señor presidente.



El señor PRESIDENTE: Señor Atencia, le ruego que concluya.



El señor ATENCIA ROBLEDO: Termino enseguida, señor presidente.



El presidente del Gobierno debe dar explicaciones, explicaciones que no deben hurtarse a los ciudadanos españoles. Conceptos como democracia deliberativa o el último de la democracia avanzada quedarán en nada, tan huecos como al que le
gusta utilizarlos, si se veta esta tarde la comparecencia del presidente Zapatero. Con esa actitud demostrarían los señores del Grupo Socialista un gran desprecio al Parlamento y, en definitiva, a los ciudadanos españoles que tienen derecho a
recibir explicaciones de su Gobierno y, en puridad democrática, el


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Gobierno y su presidente debieran haberlas dado a iniciativa propia.



Muchas gracias.



El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Atencia.



¿Algún grupo parlamentario ejercerá un turno en contra? (Pausa.)


Si no es así, pasamos a fijar las posiciones. En primer lugar, señora Fernández.



La señora FERNÁNDEZ DAVILA: Muchas gracias, señor presidente.



Tomo la palabra para mostrar nuestra posición respecto de la solicitud del Grupo Popular por la que solicita la comparecencia del presidente del Gobierno, para explicar -según se desprende de la intervención del portavoz del Grupo Popular-
el arresto del teniente general. No consta así en la solicitud, pero tal como destacó en su intervención, parece que la gran preocupación del Grupo Popular es el arresto del teniente general.



Desde nuestro punto de vista, ha habido acontecimientos graves en estas últimas semanas, acontecimientos que están relacionados con las declaraciones del teniente general el día de la Pascua Militar. Estimamos que esas declaraciones obligan
al Gobierno a responder ante la ciudadanía en la medida en que se circunscriben a un momento político en el que en las instituciones que emanan de la Constitución española, a la cual me remito, se están debatiendo cuestiones importantes y de mucho
interés para el Estado español. Esas declaraciones se hicieron cuando algunos medios de comunicación o grupos políticos crispaban a la sociedad española con argumentos nada acordes con la realidad ni con el debate del Estatut catalán; crispación
que genera esos efectos en una parte importante de la sociedad española -no voy a decir si es minoritaria o mayoritaria-, sobre todo en algunas zonas del territorio, aunque no por igual en todo el Estado español. En esas circunstancias, las
declaraciones del teniente general incrementaron la crispación generada y se excedieron en las responsabilidades de cualquier miembro del Ejército -y vuelvo a remitirme a la Constitución española- que está a las órdenes de las instituciones que
emanan de esa Constitución y que son, en primer lugar, el Rey como Jefe de las Fuerzas Armadas, las Cortes Generales y el Gobierno. Las Fuerzas Armadas no están para aumentar la crispación de la sociedad, sino todo lo contrario, están sobre todo
para responder a lo que esa sociedad decide en un momento determinado cuando se pronuncia en las elecciones para dotar a las Cortes Generales de sus propios representantes.



Fueron muy graves las declaraciones del teniente general, y consideramos necesario que en algún momento el Gobierno dé explicaciones respecto a algunas cuestiones. De momento, el Bloque Nacionalista Galego y el Grupo Mixto no va a apoyar la
propuesta del Partido Popular porque no daría mayor clarificación, sino que incrementaría la crispación consecuencia de las declaraciones. Esperamos que en el momento oportuno, cuando se hayan analizado pormenorizadamente las declaraciones del
teniente general y las posibles responsabilidades en que puedan concurrir otras instancias políticas del Ministerio de Defensa, se producirán las oportunas aclaraciones ante las Cortes Generales del presidente del Gobierno. Hoy no vamos a apoyar la
citada iniciativa del Grupo Popular porque no ayudaría a mantener la calma. Estamos ante un momento en el que con un debate político serio, riguroso y democrático podremos alcanzar consensos y mantener esa calma por la que parece que algunos no
están interesados.
Por tanto, no consideramos oportuna en este momento la comparecencia del presidente. Sí entendemos necesario que el presidente comparezca ante esta Cámara para explicar el arresto del teniente general y las medidas que se
tomaron al respecto, que nos parecen prudentes, y tampoco esperamos más. No consideramos, como otros grupos, que sea una medida excesiva, y dentro de esa prudencia, que nos pareció acertada del Gobierno, entendemos la necesidad de que comparezca
oportunamente, cuando el presidente tenga la mayor información posible respecto a todas las responsabilidades, militares y políticas, en las que estas declaraciones y las subsiguientes pudieran incurrir.



Muchas gracias.



El señor PRESIDENTE: Gracias.



Señor Mardones, por Coalición Canaria.



El señor MARDONES SEVILLA: Muchas gracias, señor presidente.



Ante los problemas que traen causa en el debate de la iniciativa del Grupo Parlamentario Popular para pedir la comparecencia del presidente del Gobierno ante el Pleno de la Cámara, para explicar las razones que puedan existir en el ánimo y
en la ejecutoria de determinados cargos del estamento militar, mi grupo quiere exponer una doble situación del problema. En cuanto a los aspectos formales, lo que tiene que hacer el Gobierno es lo que ha hecho: aplicar el reglamento de disciplina
militar con las leyes que condicionan a los militares en cuanto a sus expresiones públicas y a sus manifestaciones en un ámbito que no sea el profesional castrense. Sobre el primer aspecto, respuesta contundente y aplicación del régimen
disciplinario de las Fuerzas Armadas en los casos que se produzcan, tema que conocen perfectamente los profesionales de nuestros Ejércitos de Tierra, Mar y Aire en cualquiera de sus estamentos.



En segundo lugar, una valoración o enfoque político. Mi grupo aconseja aquí la aplicación del sentido común, la sensatez y el respeto a los miles de profesionales de las Fuerzas Armadas que se comportan con ejemplaridad, acatando los
reglamentos de disciplina y de buen hacer profesional a que están sometidos. Hay que tener en cuenta que estamos ante las declaraciones de un teniente general o de otros cargos, que no llegan a la


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media docena, cuando, como señala la Ley 17/1999, del régimen profesional de las Fuerzas Armadas, en España los cuadros de mando alcanzan a 48.000 efectivos. Si de 48.000 efectivos los que han hecho unas declaraciones improcedentes,
impropias e inadecuadas que han merecido la aplicación del reglamento militar, no llegan ni siquiera a la media docena, incluso nos podríamos quedar en tres casos, los miles de militares que acatan el principio constitucional y sus leyes, que se
mantienen en la discreción y en la disciplina, merecen un respeto y no traerlos a todos a un foro público. Como ha señalada también la portavoz del Grupo Parlamentario Mixto, que me ha precedido en el uso de la palabra, mi grupo hace hincapié en
que deben prevalecer la prudencia, la sensatez, la reflexión y el sentido común. Para dilucidar estos temas hay que buscar otros escenarios más discretos y más prudentes en sede parlamentaria, por ejemplo, en la Comisión de Secretos Oficiales, o en
las reuniones pertinentes del presidente del Gobierno o del ministro de Defensa con los representantes de las fuerzas políticas parlamentarias en donde estos problemas sean tratados, aparte de con las características de prudencia y de sensatez, con
el respeto que nos merecen quienes cumplen fiel y disciplinadamente las ordenanzas militares y las fuerzas políticas deben tener también la responsabilidad de mantener estable la opinión. A los múltiples problemas que la vida cotidiana nos depara,
no podemos sumar otros que no tendrían más finalidad que complicarnos la labor política.



Mi grupo apoya esas dos condiciones, el aspecto formal con el que se ha aplicado el reglamento y las leyes disciplinarias del régimen militar como el que aconseja otros escenarios de mayor cautela y discreción en los que hay que tratar los
temas en sus justos términos. Y si el Gobierno tiene información, no puede dar tres cuartos al pregonero para que cualquiera especule con lo que no se tiene que especular, sino que tiene que conducirlo por los cauces de una democracia como la
nuestra que no es más que la Constitución española y las leyes y reglamentos que la desarrollan. Por eso, nuestro grupo votará en contra de esta iniciativa.



Muchas gracias, señor presidente.



El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Mardones.



Izquierda Unida, señor Llamazares.



El señor LLAMAZARES TRIGO: Gracias, señor presidente.



Mi grupo parlamentario va a votar en contra de esta petición de comparecencia porque si en su momento rechazamos la del ministro de Defensa, por razones que son conocidas, con mayor razón hoy nos oponemos a la comparecencia del presidente
del Gobierno. En primer lugar, quiero agradecer al Partido Popular que se acordara de mí ayer, cuando no pude asistir a la comparecencia del ministro de Defensa, y sus buenos deseos en relación con mi ausencia obligada por encontrarme en un
aeropuerto latinoamericano. Quiero agradecérselo, en primer lugar, al Partido Popular.



Respecto a la petición de comparecencia, decía en la intervención de la sesión anterior que me parecía una maniobra -por tanto la rechazábamos- de instrumentalización política de la milicia. En eso estábamos entonces.
Era una maniobra que
se inscribía en una estrategia de desestabilización.
Hoy la petición al alza de comparecencia del presidente del Gobierno en circunstancias diferentes convierte la maniobra de desestabilización política, la manipulación del Ejército, en un
esperpento; esto es un esperpento. Es un esperpento decir que lo que había ocurrido en el Ejército -como decía el mismo portavoz en la comparecencia anterior- era una extralimitación, que lo que había ocurrido por parte del ministro de Defensa era
muy grave y, además, que esa extralimitación, que para el ministro de Defensa era muy grave, debía terminar en las responsabilidades políticas del ministro de Defensa. Por lo menos hoy no hemos terminado solicitando la responsabilidad política del
presidente del Gobierno, aunque quizá en la intervención de réplica el portavoz del Grupo Popular nos ilustrará pidiéndola.



Señorías, un conocido diario de tirada internacional, el New York Times, en un artículo publicado hoy denomina trogloditas a quienes desde el Ejército y de forma individual se han situado por encima de la democracia y, por tanto, merecían
una adecuada respuesta por parte del poder político. Troglodita también es una petición como ésta en la que se acusa al militar que incumple la Constitución de extralimitarse y se pretende, por el contrario, exigir responsabilidad política al
ministro de Defensa y no sé si también al presidente del Gobierno. Esta iniciativa troglodita -en palabras del diario New York Times- lo que quiere ocultar es lo que dice también el citado diario: que el Partido Popular es el principal problema de
esta cuestión. Es una iniciativa individual, no estamos ante el problema del Ejército. Es una iniciativa individual de miembros del Ejército, en número muy restringido, lo que quiere decir que es problema de unos militares. El problema político
fundamental que teníamos que vemos hoy aquí es el de un partido que, lejos de defender la democracia y de situarse con las instituciones democráticas, ha buscado excusas y explicaciones a la intervención inconstitucional de varios militares.
Este
es el problema político fundamental que hay hoy aquí y que el Partido Popular a estas alturas no se ha desdicho de sus posiciones sobre esta materia. Esa es la cuestión fundamental que reflejan los medios internacionales.



Esta petición del Partido Popular es un esperpento, igual que se está convirtiendo en un esperpento su política respecto al Estatut. En estos momentos, sin argumentos de crispación y de división nacional, estamos realmente en el esperpento.
Pues también aquí estamos en el esperpento, en la deformación que producían los espejos del callejón del Gato, de Valle-Inclán. Y estamos viendo ese esperpento en una petición absolutamente increíble, de militarización de la milicia, así como en


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una intervención no solamente anacrónica, que lo es, sino troglodita. En ese sentido, no merece ser votada favorablemente por ningún grupo de esta Cámara.



El señor PRESIDENTE: Gracias.



Por el Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV) tiene la palabra el señor Erkoreka.



El señor ERKOREKA GERVASIO: Gracias, señor presidente.



Mi grupo también va a votar en contra de la comparecencia que se solicita porque ni nos interesa ni nos parece políticamente relevante, desde el punto de vista de la función que tenemos que desempeñar en la Cámara como representantes de la
voluntad popular, conocer o ahondar en las opiniones que en los cuartos de banderas se puedan estar vertiendo en torno al devenir político del país o a las decisiones que han de ser adoptadas en el Parlamento. Insisto en que en mi grupo esas
opiniones políticas ni nos interesan ni nos parece que deban constituir una referencia digna de ser tomada en consideración de cara a la labor que hemos de desarrollar como parlamentarios. A nadie que esté comprometido a actuar desde presupuestos
democráticos -y quiero dejar claro, cuando digo esto, que considero que en este Parlamento todos los grupos parlamentarios estamos comprometidos a actuar desde presupuestos estrictamente democráticos- le puede parecer que las opiniones políticas,
aisladas o generalizadas -tanto da-, de los miembros de las Fuerzas Armadas puedan revestir algún interés o puedan tener alguna relevancia para el quehacer de las Cortes Generales.



Señorías, los militares, los miembros de las Fuerzas Armadas, los profesionales del Ejército gozan, exactamente igual que el resto de los ciudadanos, de pleno derecho para abrigar sus propias convicciones u opiniones en el terreno religioso,
en el moral e incluso en el terreno político. La libertad ideológica y de conciencia no conoce excepciones y, por supuesto, les incluye perfectamente en su ámbito de aplicación. Es mucho más dudoso, es claramente cuestionable que, además, los
profesionales de la milicia, los miembros de las Fuerzas Armadas gocen del derecho a expresar públicamente esas opiniones políticas. A lo que claramente no tienen derecho -este es un principio que entiendo que compartiremos todos los grupos de la
Cámara- es a expresar esas opciones o preferencias políticas en público mientras, digámoslo así, exhiben sus poderes al más claro estilo del cardenal Cisneros, transmitiendo de forma subliminal el mensaje amenazador de que o los legítimos
representantes de la voluntad popular acomodan su actuación a lo que el Ejército piensa o se pondrán en marcha los tanques para corregir las desviaciones del Parlamento. Insisto, como las opiniones que en el seno de las Fuerzas Armadas puedan
abrigarse -y digo puedan en términos hipotéticos- en relación con la situación política del país y con los temas que son objeto de debate y que próximamente serán objeto de votación en esta Cámara, no nos interesan -y como tales opiniones políticas
a nadie deben interesar-, entendemos que no es pertinente ahondar en ello y votaremos en contra de la comparecencia que se solicita.



Señorías, esto no significa que la situación creada no nos preocupe; nos preocupa y mucho. Por eso ya hemos preguntado al Gobierno por las medidas que piensa adoptar a efectos de cortar de raíz de cara al futuro la posibilidad de que
puedan volver a reproducirse situaciones como la que hemos vivido desde la Pascua Militar. Más allá de las medidas disciplinarias que ha adoptado el Gobierno, que podrán o no criticarse por pertinentes o no, más allá de las medidas disciplinarias
que, a mi juicio, eran imprescindibles e insoslayables, consideramos que la situación creada encierra la suficiente gravedad como para ir pensando en la adopción de medidas mucho más contundentes y ejemplarizantes para cortar de raíz la tentación de
que en el futuro, dos meses antes de su jubilación, otros altos mandos militares sientan la tentación de hacer la misma operación que la que se ha dado con el teniente general Mena. Esto hay que cortarlo de raíz y, por tanto, más allá de estas
medidas disciplinarias es preciso y oportuno empezar a pensar en otro tipo de medidas ejemplarizantes que impidan que en el futuro se puedan reproducir este tipo de situaciones enormemente graves para la democracia y para la superviviencia del
sistema democrático. Por todo ello, señorías, entendiendo que la situación sí es preocupante y que hay que adoptar medidas, también consideramos que la comparecencia que se solicita no es oportuna, no es pertinente y, por tanto, votaremos en contra
de la propuesta planteada.



Muchas gracias.



El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Erkoreka.



Señor Puig.



El señor PUIG CORDÓN: Gracias, señor presidente.



Una vez que hemos escuchado al portavoz del Partido Popular, y recordando sus palabras de la semana pasada cuando solicitaba la comparecencia del ministro de Defensa, uno llega a la conclusión de que lo mejor que puede hacer el Grupo
Parlamentario Popular es retirar, por falta de argumentación, su solicitud. No sé si tiene alguna relación, pero no sé si hoy está interviniendo el Partido Popular del señor Piqué o el del señor Acebes. No lo sé, pero sus argumentos de hoy han
decaído completamente; El rechazo de la comparecencia del ministro de Defensa y la insistencia ahora en la del presidente del Gobierno me llevaba a pensar que sus argumentos de hoy serían mucho más contundentes que los de la semana pasada. Sin
embargo ha sido todo lo contrario, faltan argumentos y falta creerse lo que estaba diciendo el propio portavoz.
Viendo que ya habían argumentado y hecho la solicitud, pensábamos que podían reconocer su error, pero no lo han querido hacer y sus
palabras


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demuestran que no hay ninguna motivación para esta solicitud.



Tal vez el mérito del Partido Popular es que diferentes periódicos de ámbito mundial hayan puesto al Estado español en sus editoriales; creo que este ha sido el mérito. La semana pasada fue The Financial Times, hoy es The New York Times
quien hace una reflexión sobre el Partido Popular y una referencia a trogloditas del ejército en España. La reflexión me parece que el Partido Popular se la tendría que leer. Como a veces no leen la prensa internacional me voy a permitir el lujo
de leer parte de esta crónica que dice: Es un principio básico de la democracia que los mandos del ejército no desafíen en público la legitimidad de los gobiernos electos ni digan que van a llevar a sus tropas a la capital para revocar decisiones
del Parlamento. Sin embargo, justo eso es lo que ha ocurrido por dos veces este mes en España, un país cuya historia en el siglo XX obliga a tomar en serio tales amenazas, incluso cuando la posibilidad de que la insubordinación de palabra pase a
ser de obra parezca muy improbable. La respuesta del Gobierno ha sido contundente, adecuada, firme. Lamentablemente, el Partido Popular, de centro-derecha, el principal grupo de la oposición parece más interesado en elaborar excusas para los
militares que en defender el orden democrático en el que juega un papel vital. Hace un recordatorio a la dictadura, a la muerte del dictador y al proceso de democracia que el Estado español llevó adelante. Me parece que esta es una reflexión que
el Partido Popular tendría que hacer, pero parece inútil porque siguen insistiendo una y otra vez, y hoy, clarísimamente, se han quedado sin argumentos. Oyendo las palabras del portavoz parece que hoy el PP del señor Piqué gana un poco más. El
señor Piqué estará hoy contento y el señor Acebes estará un poco disgustado por la actuación de su portavoz.



Este asunto es importante, ya lo han dicho otros portavoces, y nos preocupan las declaraciones o decisiones de los militares amparándose en su poder, en el poder de las armas, intentando influenciar o evitar los procesos democráticos o los
debates que se puedan producir en el Parlamento, fruto de decisiones. Es lógico que el debate del Estatuto haya influido en esas declaraciones, pero, como reflexión hacia el Partido Socialista, me parece que el propio ministro de Defensa con sus
declaraciones ha facilitado a veces que algunos se vean con capacidad de hacer declaraciones, y en la hemeroteca de estos últimos meses es evidente que ha sido así. A modo de reflexión diré que tuvimos un 23-F que luego nos comportó una Loapa;
espero que las declaraciones de personas como el teniente general Mena u otros mandos del ejército no nos provoquen un Estatuto rebajado. Nos haría un flaco favor y además no solucionará los problemas. Si el Estatuto no es lo que tiene que ser
seguramente seguirá el conflicto y el descontento y, por lo tanto, seguirá existiendo el problema del encaje de las diferentes realidades del Estado español. Por lo tanto, el ministro Bono a lo mejor podrá estar contento con esta reflexión porque
ve que el Estatuto se asemeja a lo que él quería -un Estatuto limpio de polvo y paja-, pero el problema seguirá existiendo y seguirá teniendo vida para mucho tiempo. El PP ha querido introducir este término, ha querido trabajar y llevarlo adelante,
pero hoy se ha quedado sin argumentos y, supongo, se ha arrepentido realmente de haber hecho la solicitud de esta Diputación Permanente. Me parece que haría un favor no poniendo a votación esta ridícula propuesta que nos han presentado.



Muchas gracias.



El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Puig.



Por Convergència i Unió, señor Maldonado.



El señor MALDONADO I GILI: Gracias, señor presidente.



Nuestro grupo tampoco avalará esta petición de comparecencia del presidente del Gobierno, señor Rodríguez Zapatero, para que explique declaraciones de militares de estas últimas semanas. Al igual que han hecho otros portavoces no lo haremos
por infinidad de razones. Como algunas ya se dijeron en otra Diputación Permanente, yo las resumiré en dos o tres, porque, como les he dicho, es más de lo mismo. Es marear la perdiz. El Partido Popular tendría que haber valorado el fracaso de la
petición de comparecencia del ministro de Defensa y no entiendo cómo puede aspirar ahora a que prospere la del presidente del Gobierno. No tiene ningún sentido, porque en su momento todos los grupos que se opusieron lo argumentaron, y hoy volvemos
a hacer lo mismo. Yo ayer decía que estamos en una especie de vorágine de permanente erosión en contra del Gobierno. Esto es legítimo en la oposición, pero no es bueno en la vida política y en el debate parlamentario.



Convergència i Unió no avalará esta petición de comparecencia, entre otras razones porque nuestro grupo no ha sido nunca partidario de que el presidente del Gobierno comparezca con urgencia por temas que no son de suma gravedad, dado que
para ello están los ministros responsables. En este caso, el ministro Bono ha explicado reiteradamente la situación y nuestro grupo, con la explicación del Grupo Parlamentario Socialista en la anterior Diputación Permanente y las reiteradas
explicaciones del ministro de Defensa, se dio por satisfecho. No creemos que sea bueno seguir hurgando en la herida, al menos no es bueno para el normal funcionamiento político del país. No somos partidarios de que el presidente del Gobierno
comparezca permanentemente, porque por unas u otras causas tendría que hacerlo cada semana; son los ministros los que han de hacerlo, y lo están haciendo. En este caso, el ministro Bono ha dado reiteradas explicaciones de la situación, de lo que
se produjo y cómo se produjo.



Por otro lado, respecto a las declaraciones del general Mena así como de otros militares que se han pronunciado -como ha dicho el señor Mardones, han sido pocos, tres o cuatro de 48.000, pero no más-, el Gobierno ha


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actuado en tiempo y forma sobre estas actuaciones reprobables, recriminables y sancionables. Ha actuado, en tiempo, rápidamente y, en forma, aplicando los códigos de conducta y la legislación vigente, sancionando y arrestando a aquellas
personas que de alguna forma han actuado contra legem. Por tanto, no entendemos qué más se quiere debatir.
Esto ya se dijo hace poco en otra Diputación Permanente en la que se solicitaba la comparecencia del ministro de Defensa, por tanto, es más
de lo mismo. Nos obligan a los portavoces a reiterar argumentos, y lo vamos a hacer.



El Gobierno actuó en tiempo y forma, y no es bueno seguir reiterando el tema, porque no ayuda al normal funcionamiento del Ejército. El árbol nos tapa el bosque. Como ha dicho el señor Mardones, hay muchísimos militares que acatan la
Constitución, que respetan el debate político y que no se pronuncian en contra de sus normas. Por tanto, no hagamos un bosque de lo que es un simple árbol. En consecuencia, no avalamos la comparecencia del presidente del Gobierno, porque creemos
que el Gobierno actuó en tiempo y forma. Yo me pregunto ¿alguien de ustedes cree que Convergència i Unió puede avalar la petición del Partido Popular cuando es producto de una cruzada en contra del Estatuto de Cataluña, iniciada y capitalizada por
el Partido Popular? ¿Hemos de avalar que el presidente del Gobierno tenga que comparecer para que el debate no sea el de unas declaraciones de militares sino que sea el del Estatuto de Cataluña, criminalizado de una forma permanente por el Partido
Popular? Convergència i Unió no puede avalar esta petición, porque en el trasfondo no hay unas declaraciones de militares que les preocupen, sino que está el Estatuto de Cataluña y esta actitud permanente de acoso y derribo del Partido Popular en
contra de las legítimas aspiraciones del pueblo catalán.



Se ha dicho por activa y por pasiva, lo ha dicho el señor Llamazares, lo ha dicho el señor Puig, yo también traía el recorte de prensa, que es de hoy, señor Atencia, no de ayer...



El señor PRESIDENTE: Señor Maldonado, vaya concluyendo.



El señor MALDONADO I GILI: Voy acabando.



El New York Times, que no es un medio susceptible de ser separatista e independentista catalán, reprocha al PP que defienda a militares trogloditas. Es triste que Estados Unidos tenga que preguntarse cómo son los militares en España, pues
es un debate estéril e inútil.



Acabo con la formulación de tres preguntas. ¿Es bueno para la actividad política del Estado este goteo permanente de peticiones de comparecencia en relación con los militares? ¿Creen que las declaraciones permanentes del Partido Popular de
si se ha hecho esto o aquello ayudan a que el ejército se serene? ¿Aporta tranquilidad y sosiego o radicaliza posturas? Pediría al Partido Popular que cese en su actitud de acoso y derribo en todo, pero sobre todo en relación con el Estatuto de
Cataluña. Señores del Partido Popular, ¿cómo se presentarán en Cataluña en un futuro próximo, con un estatuto aprobado, con el pueblo catalán harto de tanta erosión, en contra de nuestras reivindicaciones legítimas como pueblo? ¿Creen que podrán
venir a Cataluña tranquilamente?


El señor PRESIDENTE: Señor Maldonado, lo siento, se está animando usted y su tiempo ha concluido. Entrando en materia, por favor, concluya.



El señor MALDONADO I GILI: Acabo.



Les preguntaba... (El señor Fernández Díaz: ¿Nos deja vivir allí?) Yo les dejo, el pueblo catalán no les dejará. Yo les dejo que vengan, claro que sí.



El señor PRESIDENTE: ¡Por favor, señorías!


El señor MALDONADO I GILI: El pueblo catalán es el que decide...



El señor PRESIDENTE: Señor Maldonado, no dialoguen.



El señor MALDONADO I GILI: Yo solo intervengo, señor presidente. Acabo.



El señor PRESIDENTE: Concluya, por favor.



El señor MALDONADO I GILI: Concluyo pidiendo que cese esta permanente reivindicación de comparecencias en torno al Estatuto de Cataluña, que se siga con el debate sereno de los últimos años y que de alguna forma en Cataluña podamos seguir
trabajando políticamente para el futuro de nuestro pueblo, que es tan digno como el de los demás, lo que seguro redundará en beneficio del Estado español.



Muchas gracias.



El señor PRESIDENTE: Muy amable, señor Maldonado.



Finalmente, por el Grupo Socialista tiene la palabra el señor Cuadrado.



El señor CUADRADO BAUSELA: Muchas gracias, señor presidente.



Señorías, ¿qué hecho extraordinario ha ocurrido desde el pasado día 17 para que hoy el Grupo Popular vuelva a pedir que se celebre un Pleno extraordinario, una comparecencia extraordinaria y urgente del presidente del Gobierno para explicar
lo mismo que debatimos y votamos hace una semana? Señorías, el único hecho que puede explicar una actuación de este tipo es que esta semana un capitán del ejército ha enviado una carta al director del periódico Melilla Hoy. Es decir, la carta de
un capitán, que contiene una serie de despropósitos, enviada al director de un periódico hace que en el Parlamento, centro de la vida pública española, estemos


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discutiendo la solicitud de celebración de un Pleno extraordinario y urgente y la comparecencia del presidente del Gobierno. Muy mal tiene que andar el Partido Popular para introducir como elemento urgente, importante y extraordinario esta
razón, la carta del capitán. Por cierto, basta ver sus bancadas para comprobar hasta qué punto ellos mismos le dan poca importancia a lo que plantean.



Pero vayamos a las fuentes. ¿Por qué estamos aquí, señorías? ¿Por qué ha hecho esta petición el Grupo Popular? Declaración del 20 de enero del señor Zaplana: Hoy, un capitán pensaba venir con sus tropas a Madrid, y mañana ¿qué va a ser?
Así que, dice el señor Zaplana, debe comparecer el presidente del Gobierno. ¿Y si no hay tal problema?, le preguntan. Él contesta: Si todo es coyuntural, que venga para tranquilizar a los ciudadanos. ¿Ustedes ven a los ciudadanos intranquilos?
¿Les ven con una preocupación tan enorme que necesiten dar respuesta a la carta del capitán? Pero hay más explicaciones, para que usted, señor Atencia, tenga más razonamientos para hacer la petición. El mismo 20 de enero, para rematar la faena,
quién mejor que el señor Acebes, que dice lo siguiente: Es evidente que algo está ocurriendo. El periodista dice, con mucha generosidad, que fue lo que argumentó la primera vez en relación con las declaraciones del teniente general Mena. Dijo el
señor Bono que era un caso aislado. Bueno, pues dice Acebes que no era un caso aislado, que no se dijo la verdad a los españoles. Y estamos aquí, señorías, por la carta del capitán. (Risas.)


Señorías, en España, lo digo con toda la contundencia en nombre de mi grupo, no hay un problema militar. No hay un problema militar en el sentido que don Ramón Pérez de Ayala entendía el problema militar a principios del siglo pasado. No
hay un problema militar. Es posible que algún corresponsal se haya confundido sobre lo que está ocurriendo en las Fuerzas Armadas con alguna interpretación sobre una supuesta crisis militar que existe en el ejército. No hay un problema militar en
España.
A ustedes, señorías, igual que a nosotros, los corresponsales extranjeros les estarán preguntando si esto es un movimiento interno de las Fuerzas Armadas similar al 23-F y a la transición española. ¡Por favor! En España no hay un problema
militar. Hay un problema conocidísimo y evidente del Partido Popular (El señor Ayala Sánchez: Ya sabía yo, no podía ser de otra manera.) que tendrán que resolver ustedes, señorías del Partido Popular, y no con despropósitos como este o como la
ocurrencia de ayer del señor Rajoy con su propuesta de referéndum, que indudablemente puede crear mucha mayor intranquilidad. Por tanto, no hay un problema militar en España. Hay un problema que tiene que ver con el Partido Popular y que consiste
en que no tiene los reflejos políticos suficientes, cuando un general, en un país como España, hace unas declaraciones que, desde el punto de vista constitucional, son un despropósito absoluto, para decir, en primer lugar, que eso es algo
absolutamente inaceptable; en segundo lugar, que es inaceptable y, en tercer lugar, que es inaceptable. Como ha dicho el señor Piqué. (Risas.) Si quieren se lo leo. El señor Piqué ha dicho que las declaraciones del general Mena son profundamente
desafortunadas; en segundo lugar, inapropiadas; en tercer lugar, inadmisibles y, en cuarto lugar, sin justificación. (El señor Ayala Sánchez: No ha dicho inaceptable.) Cuando le preguntan por las declaraciones del señor Elorriaga dice él,
también con mucha generosidad: Elorriaga ya ha rectificado. Es en lo único en lo que no le podemos dar la razón, porque indudablemente no ha rectificado. Señorías, en España no hay un problema militar. (El señor Ayala Sánchez: No me diga.)


¿Consideran ustedes oportuna la circunstancia de las declaraciones que nos traen hoy aquí, que desde el punto de vista constitucional son absolutamente inaceptables, para descalificar el proceso político en curso, porque los votos no les son
propicios? ¿Lo consideran oportuno, señorías? Son palabras de un importante pensador -por lo menos de la derecha-, el señor Herrero de Miñón. ¿Consideran ustedes que esta es la ocasión para hacer esas declaraciones? Es algo así como si pierdo,
rompo la baraja. Que es la estrategia que ustedes están siguiendo: si pierdo, rompo la baraja. (El señor Ayala Sánchez: ¡Claro!) Da lo mismo que sea para un tema tan importante como la lucha antiterrorista, para la convivencia entre los
españoles, hayan nacido donde hayan nacido y pertenezcan al grupo que pertenezcan...



El señor PRESIDENTE: Señor Cuadrado, le ruego que vaya concluyendo.
Gracias


El señor CUADRADO BAUSELA: Termino, señor presidente.



... y ahora con un tema que indudablemente ya está olvidado por parte de los españoles, porque no tienen conciencia de que exista ningún problema de carácter militar.



Señorías, ustedes han contextualizado esas declaraciones. Alguien les debería dar un curso acelerado de lo que significa contextualizar, es decir, justificar unas declaraciones de esta naturaleza, porque si ustedes siguen contextualizando
las declaraciones del general Mena, la derecha española tiene un gravísimo problema. (Un señor diputado pronuncia palabras que no se perciben.) Sí, siguen contextualizándolo.
¿Recuerdan? El estatuto, etcétera. Faltaría más que ahora preguntaran
precisamente por eso. El PP entre el sentido de Estado y la posibilidad de erosionar eligió lo segundo y ahora ustedes no entienden ni a los corresponsales extranjeros ni al señor Piqué ni a doña Esperanza Aguirre ni al señor Pons, consejero de la
Comunidad Valenciana, que se están salvando de la quema haciendo manifestaciones contundentes sobre las declaraciones del general y, por supuesto, considerando un chiste la carta del capitán, porque faltaría más que eso se convirtiera en un problema


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de Estado que tuviera que venir al Congreso de los Diputados. Señorías, ustedes empezaron esta legislatura dándonos lecciones de Constitución a todos. Hagan un curso acelerado de Constitución, señorías del Partido Popular.



Muchas gracias.



El señor PRESIDENTE: Concluido el turno de fijación de posiciones, haremos un breve turno de réplica para el grupo parlamentario que lo desee. No es obligatorio.



¿Algún grupo parlamentario desea intervenir? (Pausa.) Les rogaría que en el turno de réplica fueran breves.



Señor Atencia.



El señor ATENCIA ROBLEDO: Señor presidente, no sé si pedirle permiso a S.S. para que nos asigne al señor Cuadrado como profesor de Constitución (El señor Estrella Pedrola: No les vendría mal.), a ver si de esa forma, al prepararse los
temas para darnos clase a nosotros, aprende alguna cuestión.



Señor presidente, es curioso que algunos grupos parlamentarios digan en sus intervenciones que parece razonable que el Gobierno se explique, pero que, ahora, no. Ha habido varios grupos que lo han dicho. He entendido que es la posición del
Grupo Mixto, al que reitero que la petición es la que hemos hecho, y la argumentación que he dado hoy, igual que la semana pasada, es exactamente esa y nada más. Queremos que el Gobierno comparezca en sede parlamentaria en función de unas
declaraciones que han hecho unos militares. Dicen ustedes que hoy no es el momento. No sé por qué. Cuando algo ocurre es el momento de abordarlo en sede parlamentaria.
Hay otros que directamente dicen que no, porque, en vez de que funcione el
Parlamento, les parece mejor la explicación verbal que les da un diputado del Grupo Socialista. Esa es una posición muy respetable, pero creo que no encaja con el papel de esta Cámara. ¿Qué pasa aquí? ¿Que hay cuestiones de las que no se puede
hablar? ¿Que hay cuestiones sobre las que no se puede ejercer el control parlamentario? Aquí se han hecho una serie de declaraciones que no son normales, no son habituales y no son asuntos menores. Por tanto, que el Gobierno, que es el que tiene
la responsabilidad en el ámbito en el que se han producido estas actuaciones, comparezca en sede parlamentaria me parece una mínima exigencia democrática. Además, esto está entre las facultades propias del Gobierno, que parece que queremos limitar.
Si entre las obligaciones del Gobierno está el control parlamentario de sus propias decisiones u omisiones -dice expresamente el artículo 26.2 de la Ley del Gobierno-, ¿qué queremos? ¿Hurtársela? Puedo comprender razones de oportunidad, en las que
no voy a entrar, porque creo que las cosas hay que debatirlas cuando se producen, no seis meses después, pero pretender hurtar esa capacidad que establece el Reglamento y hacerlo amparados en una interpretación en la que se excluye a los demás de la
Constitución, sinceramente, sobra.



Ayer tuvimos un debate parlamentario con el señor Bono, cuya comparecencia sobre las manifestaciones del teniente general Mena, sobre la situación que se ha producido en el ejército y sobre sus propias responsabilidades, como jefe de un
señor que ha hecho unas declaraciones inaceptables, que pueden llevar a interpretar erróneamente el artículo 8 de la Constitución, ha sido impedida por esta Diputación Permanente. Él tendría que venir a explicar esto, porque es su jefe natural.
Algo tan normal como eso se entendería en cualquier otro ámbito de la Administración, pero SS.SS. entienden que en este ámbito no debe producirse. El señor Bono dijo ayer que al Gobierno le gusta cumplir con sus compromisos parlamentarios -Bono
dixit-, pero eso no cuadra en absoluto con la pretensión de vetar la comparecencia del presidente del Gobierno para explicar algo tan evidente.



Sus señorías han hecho referencia a un artículo del New York Times de ayer, del que hoy se hace eco en la prensa española algún medio de comunicación, específicamente el diario El País. (El señor Maldonado i Gili: El Mundo, que lo tengo
aquí.) Sin perjuicio de que las opiniones son libres -el señor Cuadrado ha dicho que no comparte la opinión de algún editorialista y, por tanto, se puede discutir, porque se trata de opiniones-, en ese artículo -lo ha leído antes el señor Puig- se
dice: Es un principio básico de la democracia que los mandos del Ejército no desafíen en público la legitimidad de los gobiernos electos, ni digan que van a llevar a sus tropas a la capital para revocar decisiones del Parlamento. Sin embargo,
justo eso ha ocurrido por dos veces este mes en España. Esa es la interpretación que hace un señor desde fuera. (El señor Estrella Pedrola: Con el aplauso del Partido Popular.) ¿Eso no justificaría sin más que el Gobierno, con toda naturalidad y
normalidad, compareciera en sede parlamentaria? ¿O es que no hay que hablar? Si tanta importancia le dan a ese artículo, apóyense en eso mismo. ¿Lo que ha pasado es algo absolutamente normal o habitual? Desde el año 1981 no se había producido el
arresto de un teniente general, desde 1981 no se habían escuchado las cosas que hemos oído estos días... Por tanto, nos parece natural que el presidente del Gobierno, como máximo responsable de la dirección política del Gobierno y específicamente
de la política de defensa y también en lo que se refiere a la actuación de las Fuerzas Armadas, compareciera ante esta Cámara para tranquilizar a la opinión pública y decirle lo que pasa o no pasa. ¿Es que eso no se puede producir? Me parece algo
de puro sentido común, y oponerse a esto es como el que quiere darse cabezazos contra un muro. Evidentemente, las cosas están suficientemente claras, pero a ustedes siempre les gusta dar la vuelta a las cosas. Ya lo dije la semana pasada: aquí al
final la culpa es del PP. ¿Es que este grupo no tiene legitimidad para plantear que se reúna la Diputación Permanente y argumentar lo que pedimos? Y podemos


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debatir, pero sin esa descalificación radical diciendo: es que ustedes tienen tal o cual intención. El señor Llamazares hoy ha sido más prudente, porque el otro día hablaba de politizar la milicia. Señoría, pedir que el Gobierno
comparezca y se explique es algo absolutamente normal, algo que SS.SS. ejercen permanentemente y nadie les acusa de pretender hacer nada más. Sin embargo aquí, en este caso, se habla de erosionar al Gobierno.



El señor PRESIDENTE: Señor Atencia, su tiempo ha concluido, lo siento.



El señor ATENCIA ROBLEDO: Termino, señor presidente.



Argumento del señor Cuadrado: se trata de erosionar al Gobierno. Mire usted, este Gobierno no necesita que nadie lo erosione más. Es el Gobierno más erosionado de la democracia. (Risas.) Ningún Gobierno en tan poco tiempo de mandato
había perdido tanto crédito y especialmente ningún presidente del Gobierno había perdido su crédito en la opinión pública española. No hace falta que nadie venga a añadirle nada más. Lo único que pedimos, señor presidente -y ya termino-, es que el
presidente del Gobierno de España comparezca y se explique ante un asunto que es trascendente, ante un asunto que es relevante, porque esta Cámara merece que ante ella se den explicaciones y hasta ahora se han impedido.



El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Atencia.



Señora Fernández.



La señora FERNÁNDEZ DAVILA: Gracias, señor presidente.



Intervendré brevemente por las alusiones que el portavoz del Grupo Parlamentario Popular ha realizado a nuestra intervención. No voy a explicar las razones que ya dimos en la primera intervención de por qué no vamos a apoyar esta propuesta
que nos hacen. Con respecto a la legitimidad de la propuesta de este debate y esta comparecencia, desde luego, nosotros no negamos la legitimidad, para nada. Igual que no negamos sino que aseveramos la legitimidad de otros debates que traen a esta
Cámara otros grupos parlamentarios y que después, dentro y fuera de la Cámara, se utilizan para la confrontación, cuando los debates aquí no se traen con esa intención. Por tanto, legitimidad, sí; pero no compartimos sus razones, ni política ni
ideológicamente.



Gracias.



El señor PRESIDENTE: Señor Llamazares.



El señor LLAMAZARES TRIGO: Señor Atencia, le ha tocado a usted un mal asunto. Hace un tiempo esta petición tenía algún sentido, sobre todo para la elaboración del Partido Popular, porque había un contexto que explicaba incluso la
intervención en política de los militares. Hoy sus argumentaciones no tienen ningún sentido, son un sinsentido, señoría, porque hoy todo ese contexto ha cambiado y lo que era un drama sobreactuado se ha convertido en un esperpento, en el esperpento
de la posición del Partido Popular ante el Estatuto de Cataluña, porque hoy existe un preacuerdo en relación con el Etatuto de Cataluña y el Partido Popular se ha quedado fuera. Se ha quedado tan fuera que incluso corre el peligro de que una parte
del Partido Popular se quede fuera también del debate.



Señor Atencia, no van bien las cosas para el Partido Popular. Aquí se puede hablar de todo, en esta Cámara se puede hablar de todo, señorías.
(La señora Villalobos Talero: Pues a vosotros os va divino.) Nos va muy bien, señora. (Risas.)
Se puede hablar de todo, incluso se puede apoyar y presentar una iniciativa anacrónica y arcaica como la que presenta el Partido Popular. Fíjense si se puede decir de todo, hasta tal punto que el Partido Popular ha podido explicar y excusar la
posición de los militares y no ha criticado o condenado esa posición como una posición inconstitucional. (Rumores.-Un señor diputado: Mentira.) Verán ustedes cómo se puede decir de todo. Y se puede pedir de todo, pero lo que no se puede pedir a
los demás es que compartamos las valoraciones del Partido Popular. ¿Qué piensa sobre esta cuestión el Partido Popular? Que tenemos un problema militar, que el problema militar es explicable porque hay un contexto político de crisis y que el
responsable es el Gobierno. Nosotros no compartimos esa valoración. Primero, no tenemos un problema militar, tenemos un problema de individuos militares que se han ido de la lengua.
Segundo, y por tanto, no hay una responsabilidad del Gobierno;
en nuestra opinión, no hay responsabilidad gubernamental en esta materia. Y tercero, nosotros no creemos que esto valga para desestabilizar al Gobierno y para responsabilizar al Gobierno. (Un señor diputado: ¿Y quién lo nombró?) Diría una razón
más: queremos ahorrarle el ridículo al Partido Popular (El señor Ayala Sánchez: No te preocupes.) para que no siga con esta situación y se vea ante una comparecencia en la que tenga aún más dificultades, si cabe. Es verdad, porque el Partido
Popular tendría que aclarar por qué explica lo inexplicable. (La señora Villalobos Talero: Explícalo tú.)


El señor PRESIDENTE: Señor Puig.



El señor PUIG CORDÓN: En contestación al portavoz del Partido Popular, cuando ha hecho referencia al editorial de The New York Times se ha dejado la parte que menos le interesa. (Risas.) Lamentablemente, el principal grupo de la oposición,
el Grupo Popular, parece más interesado en elaborar excusas para los militares que


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en defender el orden democrático. Esto no lo hemos dicho nosotros, lo dice el editorial de The Financial Times que el señor Atencia ha olvidado comentar. En ese sentido, me reafirmo en mis anteriores palabras: no tienen argumentos, no hay
ningún argumento. Hoy el Partido Popular de Piqué ha ganado un poco más que el Partido Popular del señor Acebes.



En cuanto al Gobierno y al ministro Bono, por haber hecho el debate sobre el tema del Estatuto siendo ministro de Defensa. Me parece que no era la mejor aportación para el poder de la soberanía civil, para el poder civil por encima del
poder militar. Y también una reflexión para el señor Bono, que no pierda el tiempo en denunciar a personas que salen en defensa del poder civil, que no presente denuncias contra las personas que escriben artículos con una palabra mal expresada y
habiendo pedido disculpas, porque a lo mejor tendría que denunciar a aquellos que van contra el poder civil, a aquellos que actúan y ponen en peligro la estabilidad democrática, a aquellos que fomentan que los militares puedan hablar de golpismo, en
una tradición en la que el ejército español se ha lucido a lo largo del siglo XX. Por tanto, la reflexión para el señor Bono es que no pierda el tiempo presentando denuncias contra personas que defienden el sistema democrático y que actúe contra
aquellos que fomenten actitudes golpistas.



Muchas gracias.



El señor PRESIDENTE: Señor Maldonado.



El señor MALDONADO I GILI: Voy a intervenir brevemente, señor presidente.



El portavoz popular ha hecho una pregunta que queda recogida en el 'Diario de Sesiones' pero que hay que matizar. El señor Atencia ha dicho: ¿No se puede controlar la acción del Gobierno? Dicho así, si se saca de contexto, puede parecer
una cosa dura en democracia. Señor Atencia, claro que se puede controlar la acción del Gobierno, y nosotros la habríamos avalado si hubiera sido una acción del Gobierno ante una mala actuación.
Pero fíjese bien: la actuación del Gobierno fue
rápida y contundente. Mi pregunta es: ¿ustedes habrían actuado igual o no, tan rápido y tan contundentemente? (El señor Ayala Sánchez: En octubre.) Bien, pues si hubieran actuado mejor, uno se pregunta, aunque sé que no obtendré respuesta:
¿Realmente les preocupan estas declaraciones de los militares? (Varios señores diputados: Claro que sí.) Yo tengo mis dudas.



Muchas gracias.



El señor PRESIDENTE: Señor Cuadrado, su turno, por favor.



El señor CUADRADO BAUSELA: Muchas gracias, señor presidente.



Tomo la palabra, en primer lugar, para poner de relieve que lo que hace una semana Diego López Garrido calificaba como la anomalía del Partido Popular se sigue produciendo, señor Atencia. Hoy hubiera cumplido usted una función importante si
hubiera empezado, incluso terminado -no hubiera importado-, haciendo una condena firme, clara, nítida de un acto, un hecho que tiene que ver con un auténtico e importante golpe a la Constitución. (El señor Ayala Sánchez: Pero si lo ha dicho al
principio.)


Quiero decir tres cosas. Primera, no sé que les pasó en el debate de ayer con la fragata. La fragata, no la Álvaro de Bazán, está hundida y bien hundida. Está tan hundida que usted ha venido hoy aquí a intentar recuperar no sé qué de la
fragata. Tal vez ya sepan ustedes que el golfo Pérsico está en el Índico. Por su sonrisa, señor Ayala, parece que sí, que ya sabe que la gran teoría de que la fragata se había ocultado en el golfo Pérsico tenía que ver con un desconocimiento
geográfico elemental del Partido Popular, y es que no sabían que el golfo Pérsico es una parte del Índico. (Risas.) Por tanto, aclarada esa cuestión, las demás quedaron ayer, señor Atencia, suficientemente resueltas, no quiera usted arreglarlo en
esta parte del debate. En segundo lugar, lo más importante es que no existe una crisis militar en España (El señor Ayala Sánchez: ¿Pero quién lo ha dicho?), no existe un problema militar en España, ese ha sido su gran error, y así lo han
interpretado los corresponsales extranjeros, todos los grupos políticos e incluso algunos líderes del Partido Popular con sentido común que han hecho declaraciones al respecto, todos los cuales, menos ustedes, ponen de relieve -y sobre todo la
derecha española debería tener mucho cuidado para no caer en ese error- que en España tenemos una democracia gobernante, no una democracia gobernada o tutelada, y nadie puede entender cómo es posible que ustedes no hayan visto la liebre, no hayan
visto que eso era lo decisivo ante una declaración absolutamente inaceptable. Ya habrá ocasión de desgastar al Gobierno, tienen ustedes muchas, todas las que quieran, pero justo esa era la ocasión que ustedes tenían que haber aprovechado para hacer
una declaración, como hacen los conservadores ingleses, nítida y clara sobre lo que significa una democracia gobernante, que está basada justamente en lo que hacen los poderes constituidos. (El señor Ayala Sánchez: Te estás liando con el balón y
los pies.)


¿Cuál es el resultado? Un gran desprestigio del Partido Popular, con algún daño a la imagen de España en el exterior, con un intento de hacer daño a la imagen social de los militares. Hoy les diré, por si no lo saben, que la mayor
preocupación que tiene la inmensa mayoría de esos 130.000 militares es que alguien pueda dañar su


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imagen con relación al conjunto de la sociedad. Ustedes no han entendido ni lo uno ni lo otro. Dice usted con gran desparpajo que para desgastar al Gobierno se basta él solo. ¿Se refiere usted a la nota que saca el señor Rajoy mes tras
mes y que nunca aprueba? ¿Se han preguntado ustedes por qué no aprueba? Pues esa es la cuestión. (Aplausos.-La señora Villalobos Talero: ¿Y el tuyo?)


El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Cuadrado.



Vamos a proceder a la votación de la petición de sesión extraordinaria del Pleno de la Cámara para tratar el tema que hemos estado debatiendo. Les ahorro la lectura completa del orden del día.



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos a favor, 15; en contra, 25.



El señor PRESIDENTE: Se rechaza la petición formulada.



Se levanta la sesión.



Eran las cinco y quince minutos de la tarde.