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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 319, de 21/06/2005
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CORTES GENERALES


DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS


COMISIONES


Año 2005 VIII Legislatura Núm. 319

ASUNTOS EXTERIORES

PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. JOSEP ANTONI DURAN I LLEIDA

Sesión núm. 18

celebrada el martes, 21 de junio de 2005



ORDEN DEL DÍA:


Comparecencia del señor secretario de Estado de Asuntos Exteriores y para Iberoamérica (León Gross), para informar sobre el estado actual de las relaciones de España con Iberoamérica. A petición del Gobierno. (Número de expediente
212/000647.) ... (Página 3)


Dictamen sobre:


- Acuerdo entre el Reino de España y la secretaría del Convenio sobre diversidad biológica relativo a la reunión del grupo técnico de expertos ad hoc sobre biodiversidad insular, hecho en Madrid el 10 de diciembre de 2004. (Número de
expediente 110/000073.) ... (Página 24)


- Acuerdo de extradición entre la Unión Europea y los Estados Unidos de América, hecho en Washington el 25 de junio de 2003. (Número de expediente 110/000074.) ... (Página 24)


Página 2



- Instrumento contemplado por el artículo 3 (2) del acuerdo de asistencia judicial entre los Estados Unidos de América y la Unión Europea firmado el 25 de junio de 2003, sobre la aplicación del Tratado de asistencia jurídica mutua en materia
penal entre Estados Unidos de América y el Reino de España firmado el 20 de noviembre de 1990, hecho en Madrid el 17 de diciembre de 2004. (Número de expediente 110/000075.) ... (Página 24)


- Instrumento previsto en el artículo 3 (2) del Acuerdo de extradición entre la Unión Europea y los Estados Unidos de América, firmado el 25 de junio de 2003, para la aplicación del Tratado de extradición entre España y Estados Unidos de
América de 29 de mayo de 1970, y tratados suplementarios de extradición de 25 de enero de 1975, 9 de febrero de 1988 y 12 de marzo de 1996, hecho en Madrid el 17 de diciembre de 2004. (Número de expediente 110/000076.) ... href='#(Página24)'>(Página 24)


- Convenio de Tanpere sobre el suministro de recursos de telecomunicaciones para la mitigación de catástrofes y las operaciones de socorro en caso de catástrofes, hecho en Tanpere el 18 de junio de 1998, y reserva que España va a formular en
el momento de la adhesión. (Número de expediente 110/000077.) ... (Página 25)


- Tratado relativo al Eurocuerpo y al estatuto de su Cuartel General, hecho en Bruselas el 22 de noviembre de 2004. (Número de expediente 110/000078.) ... (Página 25)


- Acuerdo de sede entre el Reino de España y la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), hecho en Madrid el 24 de junio de 2004. (Número de expediente 110/000080.) ...
href='#(Página25)'>(Página 25)


- Acuerdo entre Estados participantes en la Brigada multinacional de Fuerzas de reserva de despliegue rápido para operaciones de la ONU, referente al estatuto de sus Fuerzas, hecho en Copenhague el 13 de diciembre de 2001. (Número de
expediente 110/000081.) ... (Página 25)


- Acuerdo de sede entre el Reino de España y el programa de las Naciones Unidas para los asentamientos humanos (ONU-Hábitat) relativo a la celebración en la ciudad de Barcelona (España) de la segunda sesión del Foro Urbano Mundial, hecho en
Barcelona el 13 de septiembre de 2004.
(Número de expediente 110/000082.) ... (Página 25)


- Convenio entre el Reino de España y la República Socialista de Vietnam para evitar la doble imposición y prevenir la evasión fiscal en materia de impuestos sobre la renta, hecho en Hanoi el 7 de marzo de 2005.
(Número de expediente
110/000083.) ... (Página 25)


- Convenio entre el Reino de España y la República de Colombia para evitar la doble imposición y prevenir la evasión fiscal en materia de impuestos sobre la renta y el patrimonio, hecho en Bogotá el 31 de marzo de 2005.
(Número de
expediente 110/000084.) ... (Página 25)


- Convenio relativo a la asistencia jurídica en el ámbito civil y mercantil entre la República Argelina Democrática y Popular y el Reino de España, hecho en Madrid el 24 de febrero de 2005. (Número de expediente 110/000085.) ... href='#(Página25)'>(Página 25)


- Canje de notas, hecho los días 26 de noviembre de 2004 y 17 de febrero de 2005, constitutivo de Acuerdo relativo a la fiscalidad de los rendimientos del ahorro entre el Reino de España y la isla de Guernesey.
(Número de expediente
110/000086.) ... (Página 25)


- Canje de notas, hecho los días 26 de noviembre de 2004 y 14 de febrero de 2005, constitutivo de Acuerdo relativo a la fiscalidad de los rendimientos del ahorro entre el Reino de España y la isla de Jersey.
(Número de expediente
110/000087.) ... (Página 25)


- Canje de notas, hecho los días 26 de noviembre de 2004 y 18 de febrero de 2005, constitutivo de acuerdo relativo a la fiscalidad de los rendimientos del ahorro entre el Reino de España y la isla de Man.
(Número de expediente 110/000088.)
... (Página 25)


- Canje de notas, hecho los días 26 de noviembre de 2004 y 12 de abril de 2005, relativo a la fiscalidad de los rendimientos del ahorro entre el Reino de los Países Bajos, en nombre de las Antillas Holandesas, y el Reino de España. (Número
de expediente 110/000089.) ... (Página 25)


- Canje de notas, hecho los días 26 de noviembre de 2004 y 11 de abril de 2005, relativo a la fiscalidad de los rendimientos del ahorro entre el Reino de los Países Bajos, en nombre de Aruba, y el Reino de España.
(Número de expediente
110/000090.) ... (Página 25)


Página 3



- Canje de notas, hecho los días 26 de noviembre de 2004 y 21 de enero de 2005, entre el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, en nombre de Anguila, y el Reino de España relativo al intercambio automático de información sobre los
rendimientos del ahorro en forma de pago de intereses. (Número de expediente 110/000091.) ... (Página 25)


- Canje de notas, hecho los días 26 de noviembre de 2004 y 26 de abril de 2005, entre el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, en nombre de las Islas Caimán, y el Reino de España relativo al intercambio automático de información
sobre los rendimientos del ahorro en forma de pago de intereses. (Número de expediente 110/000092.) ... (Página 26)


- Canje de notas, hecho los días 26 de noviembre de 2004 y 7 de abril de 2005, entre el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, en nombre de Montserrat, y el Reino de España relativo al intercambio automático de información sobre
los rendimientos del ahorro en forma de pago de intereses. (Número de expediente 110/000093.) ... (Página 26)


- Canje de notas, hecho los días 26 de noviembre de 2004 y 4 de abril de 2005, entre el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, en nombre de las Islas Turcas y Caicos, y el Reino de España relativo al intercambio automático de
información sobre los rendimientos del ahorro en forma de pago de intereses. (Número de expediente 110/000094.) ...
(Página 26)


- Canje de notas, hechos los días 26 de noviembre de 2004 y 11 de abril de 2005, entre el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, en nombre de las Islas Vírgenes, y el Reino de España relativo al intercambio automático de
información sobre los rendimientos del ahorro en forma de pago de intereses. (Número de expediente 110/000095.) ... (Página 26)


- Estatuto de la Secretaría General Iberoamericana, hecho en San José (Costa Rica) el 20 de noviembre de 2004. (Número de expediente 110/000096.) ... (Página 26)


Se abre la sesión a las diez y treinta y cinco minutos de la mañana.



COMPARECENCIA DEL SEÑOR SECRETARIO DE ESTADO DE ASUNTOS EXTERIORES Y PARA IBEROAMÉRICA (LEÓN GROSS), PARA INFORMAR SOBRE EL ESTADO ACTUAL DE LAS RELACIONES DE ESPAÑA CON IBEROAMÉRICA. A PETICIÓN DEL GOBIERNO. (Número de expediente
212/000647.)


El señor PRESIDENTE: Señorías, se abre la sesión de la Comisión de Asuntos Exteriores. De acuerdo con lo establecido en el orden del día, comparece el secretario de Estado para sustanciar el primer punto relativo a informar sobre el estado
actual de las relaciones de España con Iberoamérica. El señor secretario de Estado en su intervención hará también una referencia al Sáhara y, por tanto, lógicamente los portavoces en sus intervenciones consiguientes tienen todo el derecho a hacer
uso de lo que estimen oportuno en respuesta o en demanda de información de lo que aporte el secretario Estado. Sin más, tiene la palabra el secretario de Estado, a quien agradezco una vez más su presencia en esta Comisión.



El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ASUNTOS EXTERIORES Y PARA IBEROAMÉRICA (León Gross): Muchas gracias, señor presidente.



Señorías, Iberoamérica es hoy una mezcla de riesgo y esperanza. Hay elementos que apuntan a un futuro prometedor, pero desgraciadamente no escasean los problemas. Entre los motivos que invitan al optimismo destaca el hecho de que la
democracia representativa es el modelo de Gobierno generalizado en la región, con apenas una excepción. La integración y la cooperación interregional son objetivos a los que se destinan importantes esfuerzos. Además, en un mundo en que los
recursos energéticos son cada vez un factor de desarrollo, América Latina aparece particularmente bien situada. A ello hay que añadir unos recursos humanos de potencial incalculable, pero hay también riesgos y sombras que en este momento están
quizás en primer plano. Por ello el Gobierno sigue con atención y preocupación la situación en Iberoamérica. La región atraviesa por una coyuntura difícil en la que pueden identificarse algunos problemas más o menos generales, si no en todo el
subcontinente latinoamericano, sí al menos en algunas subregiones. Esos problemas son a veces consecuencia los unos de los otros y en su conjunto configuran un escenario muy volátil e inestable.



Una primera serie de problemas tiene que ver, señorías, con la debilidad de las instituciones democráticas.



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Son instituciones que, para empezar, tienen serias dificultades para imponerse a una larga serie de poderes de hecho que van desde las Fuerzas Armadas, aunque sean hoy un poder en retroceso, hasta unos medios de comunicación al servicio de
intereses muy diversos pero en general ajenos a los intereses de la mayoría, pasando por la delincuencia común y el narcotráfico, que en algunos países rivaliza con el Estado, en cuyos aparatos ha logrado penetrar significativamente, controla una
economía sumergida que amenaza a veces con superar a la formal e impone incluso su autoridad sobre partes considerables del territorio. Son además instituciones inestables consecuencia, entre otras cosas, de constituciones que no resuelven
adecuadamente el equilibrio funcional entre los poderes ejecutivos y legislativos. Y son también instituciones en ocasiones desacreditadas por la percepción popular de que no contribuyen en la medida necesaria a resolver sus problemas. El problema
es que los cambios políticos de las últimas décadas han sido lo bastante amplios como para permitir el acceso a las urnas de todas las tendencias, pero no lo bastante transparentes y racionales como para erradicar definitivamente los caudillismos y
renovar los usos de las clases políticas y de los partidos tradicionales. Todavía hoy, a pesar de los cambios, en muchos países la alternancia formal encubre la perpetuación en el poder de las mismas oligarquías y el disfraz de la separación de
poderes oculta lo que no son otra cosa que ejecutivos omnipotentes y parlamentos impotentes. En estas circunstancias resurgen las viejas recetas que tantas veces han demostrado su inutilidad. La conflictividad bilateral aumenta en la región, en
algunos casos debido a antiguos contenciosos territoriales nunca resueltos, como es el caso de Bolivia y Chile, o a disputas relacionadas con el aprovechamiento de la energía, Argentina, Chile y otra vez Bolivia y Chile. Hay también factores de
carácter político que alimentan esta conflictividad, como es el caso de los recelos que despierta la Venezuela chavista en varias capitales o la difícil relación entre Cuba y México y algunos países de América Central o las suspicacias que despierta
en México o Buenos Aires la voluntad brasileña de asumir un cierto liderazgo regional.



En el frente económico, el crecimiento de los últimos años no alcanza a disimular el agravamiento de las dos lacras principales de la región: la pobreza y la desigualdad. Las políticas neoliberales inspiradas en el llamado consenso de
Washington han logrado dinamizar las economías y permitido alcanzar tasas significativas de crecimiento, casi el cinco por ciento en 2004, en línea con los anteriores para el conjunto de la región. Pero una vez más ello se ha hecho sin equidad y
América Latina sigue encabezando los índices mundiales de pobreza y de desigualdad.
Según cifras recientes del Banco Mundial, el 10 por ciento más rico de la población latinoamericana controla el 48 por ciento de la riqueza, en tanto que el 10 por
ciento más pobre apenas tiene acceso al 1,6 por ciento, o sea 30 veces menos. Y según el informe del PNUD, publicado hace varios meses, el promedio regional de la renta per cápita apenas si ha variado en los último 20 años y los niveles de pobreza
en términos relativos, aunque han disminuido en algunos países, como es el caso de Brasil, Chile o México, han aumentado en el Cono Sur, los países andinos y América Central. En 15 países más del 25 por ciento de la población vive bajo la línea de
pobreza, porcentaje que asciende al 50 por ciento en siete de ellos.



En cuanto a su papel en el mundo, Iberoamérica ha perdido protagonismo internacional y corre el riesgo de que su voz no sea escuchada con la intensidad necesaria. Es cierto que individualmente algunos de sus miembros han fortalecido su
papel, pero lo es también que tanto la región como conjunto como la mayoría de sus miembros han perdido peso y no consiguen atraer la atención de dirigentes políticos ni de inversores.
Para España Iberoamérica es una prioridad -lo debe ser
siempre-, porque desde todos los puntos de vista España no se entiende sin Iberoamérica y a la inversa ocurre lo mismo, más allá de cualquier tópico; pero debe serlo más, si cabe, en momentos difíciles como los que hoy vive el subcontinente.
Afortunadamente, junto a lo que podríamos llamar la relación histórica o tradicional, hay nuevos elementos de vinculación que nos permiten contribuir más eficazmente a la superación de los problemas latinoamericanos. Me refiero a la presencia de
decenas de miles de latinoamericanos en España, con el consiguiente flujo de remesas hacia sus países y a las inversiones españolas en la región, que llegan ya al seis por ciento de nuestro producto interior bruto.



La política iberoamericana que el Gobierno ha puesto en marcha en el primer año de su mandato busca, en primer lugar, atender los desafíos a que se enfrenta América Latina y que he intentado describir, señorías; también, como es lógico, a
defender nuestros intereses económicos y empresariales en la región y, desde luego, a fortalecer el papel internacional de lo iberoamericano, lo que redundaría en un fortalecimiento por ende de nuestro papel en el mundo. España desea contribuir, en
primer lugar, a combatir las causas de inestabilidad, sean internas o interestatales. En ese sentido intentamos jugar un papel estabilizador, facilitador o mediador en todo escenario de crisis. Lo hemos hecho en las crisis internas de Ecuador y
Bolivia; lo hemos hecho también en el contencioso entre Colombia y Venezuela y en la cumbre cuatripartita de ciudad Guayana de marzo pasado, y hemos puesto en marcha mecanismos triangulares de cooperación judicial que han contribuido ya a aliviar
ciertas tensiones. Seguimos también con atención la evolución de los acontecimientos en Venezuela, donde hemos hecho una apuesta por el fortalecimiento de la institucionalidad democrática, apuesta que quedó bien clara en las declaraciones y en el
programa de actividades del presidente del Gobierno en su reciente visita a Caracas. El fortalecimiento institucional es una de las principales líneas de trabajo de la cooperación española en la región, desde luego en los países andinos, donde los
riesgos de inestabilidad parecen mayores y los retos


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del populismo y el autoritarismo son más serios, pero también se trabaja en esa línea en América Central y en general en toda la región. El combate a la pobreza y la desigualdad es otra de las líneas prioritarias de nuestra política.
Jugamos un papel de primer orden en la llamada iniciativa contra el hambre. Trabajamos además en el fomento de políticas de responsabilidad social de nuestras empresas, de modo que la inversión española en América Latina contribuye a la búsqueda de
modelos de desarrollo sostenible y a la reducción de la pobreza y la desigualdad.
Apoyamos también la construcción de alternativas viables al consenso de Washington, que -como he dicho antes- pese a algunos efectos positivos no ha servido para
resolver los problemas de fondo. Y por último, el Gobierno se propone elevar sustancialmente el objetivo -de hecho es doblarlos en esta legislatura-, los recursos destinados a la ayuda oficial al desarrollo, de la cual casi el 50 por ciento
continuará destinándose a América Latina. Estamos haciendo también un esfuerzo importante por superar el riesgo de aislamiento de Iberoamérica, contribuyendo a que recupere un papel internacional relevante. Para ello el Gobierno trabaja en dos
líneas. En primer lugar, manteniendo un apoyo permanente a la consolidación de los procesos de integración de la región, Mercosur, comunidad andina, sistema de integración de América Central y el establecimiento de relaciones sólidas entre la Unión
Europea y esos diferentes procesos o mecanismos. No sin dificultades estamos avanzando en la recuperación del interés europeo en la región iberoamericana y esperamos que la próxima cumbre Unión Europea-América Latina y Caribe de Viena, en 2006, dé
testimonio de ello, superando el desinterés casi generalizado con que se llegó y sobre todo se salió de la cumbre anterior en Guadalajara en mayo de 2004.



En segundo lugar, el Gobierno se propone impulsar el proceso de las cumbres iberoamericanas como instrumento para que lo iberoamericano pueda hacer oír su voz en los temas más importantes de la agenda internacional.
En esta línea aspiramos
a que la próxima cumbre de Salamanca marque un hito en los siguientes aspectos. En primer lugar, institucionalizando las cumbres mediante la puesta en marcha de la Secretaría General iberoamericana. En segundo lugar, estimulando el diálogo entre
los jefes de Estado y de Gobierno sobre los asuntos más importantes de la actualidad política internacional como primer paso para el desarrollo de un mecanismo de consultas y concertación. En tercer lugar, adoptando una agenda ambiciosa, útil y
sostenible, canje de deuda por inversión en educación, estrategia iberoamericana de cooperación para el desarrollo, cooperación con los países de renta media, carta cultural iberoamericana, inmigración, etcétera, incorporando, en cuarto lugar,
nuevos actores al mecanismo de las cumbres mediante la convocatoria de foros paralelos de parlamentarios, empresarios y organizaciones cívicas con el objetivo de involucrar a la sociedad civil en el proceso.



Otro componente de nuestra política iberoamericana es la defensa y promoción de nuestros intereses económicos, inversiones y comercio en la región. Trabajamos en ello intentando completar la red de instrumentos convencionales, los APRI o
los convenios de doble imposición, pero sobre todo partimos de la convicción de que la mejor defensa es mantener una relación cercana, cordial e intensa con los respectivos gobiernos y contribuir a la prosperidad de los distintos países. Este tipo
de política exige la intensificación de los contactos políticos al más alto nivel; el Gobierno se comprometió a hacerlo y creo que va cumpliéndolo.
En poco más de un año el presidente del Gobierno ha viajado a México para asistir a la cumbre Unión
Europea-América Latina y Caribe, de Guadalajara, y para realizar una visita bilateral, y asistió en Costa Rica a la XIV cumbre Iberoamericana; ha visitado también Brasil, Argentina, Chile, Colombia y Venezuela. Por su parte, el ministro de Asuntos
Exteriores y Cooperación en el mismo período ha viajado a México, Colombia, Brasil, Argentina, Chile, Perú, Venezuela y Costa Rica. El secretario de Estado que les habla ha viajado a República Dominicana, Panamá, Nicaragua, Guatemala, El Salvador,
Honduras, Paraguay, Uruguay y Argentina. Y la secretaria de Estado de Cooperación Internacional lo ha hecho a México, Costa Rica, Ecuador, Guatemala y Nicaragua. Tanto el presidente como el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación han recibido
en Madrid con un formato u otro a la mayoría de sus colegas latinoamericanos, a varios en más de una ocasión. Toda esta actividad, señorías, empieza a dar frutos. Se nos percibe como un socio más cercano y comprometido con América Latina no solo
en la región sino también fuera de ella, como en Washington y las principales capitales europeas. Ello nos ha permitido, por ejemplo, desempeñar un papel estabilizador en las recientes crisis de Ecuador y Bolivia y en la crisis entre Venezuela y
Colombia, a raíz del llamado caso Granda. Aspiramos a tener una relación cercana y de confianza con todos los países de la región. No serán desde luego relaciones idénticas, y hemos identificado ya a algunos países con los que querríamos
desarrollar una relación estratégica y que de momento son Argentina, Chile, México y Brasil, aunque no se trata de una lista cerrada, y en ello estamos trabajando. Lo que no haremos en ningún caso será romper la interlocución con ningún país
latinoamericano, y en este sentido lo que hemos hecho es restablecer la comunicación con países con los que los canales estaban rotos, como es el caso de Cuba, o muy dañados, como es el caso de Venezuela. Creemos que hemos hecho lo correcto, pese a
las críticas que ello nos ha costado, la mayoría creo que injustas.



En relación con Cuba, hemos logrado que la Unión Europea, y no solo España, restableciese los canales de interlocución rotos a raíz de las llamadas medidas de la Unión Europea, de julio de 2003. Lo hemos hecho porque creemos que los
objetivos de la posición común de la Unión Europea de 1996, esto es, preparar la transición


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a la democracia y mejorar el respeto a los derechos humanos, son absolutamente inalcanzables y quiméricos si no es por la vía del diálogo.
Es cierto que el diálogo no es la panacea y que sus logros serán siempre relativos, pero sin él
serían simplemente inexistentes. El diálogo además se practica también con la disidencia, con la que hemos establecido una relación distinta y me parece que más eficaz y ambiciosa. Se trata además de hacer que la política cubana de la Unión
Europea y de España se ajuste a nuestros objetivos; se trata de poner en pie una política autónoma, eficaz y ajustada a nuestros objetivos, en lugar de una colección de declaraciones grandilocuentes y estériles más dirigidas a la galería que a
lograr avances en la línea de nuestros objetivos.



En cuanto a Venezuela, hemos recompuesto una relación cercana que en los últimos años se había deteriorado hasta casi llegar a la incomunicación.
La institucionalidad democrática se mantiene en lo esencial, aunque no ignoramos los desafíos
a que se enfrenta, y el propio Chávez ha sido elegido y ratificado en varias ocasiones de acuerdo a esa institucionalidad. Creemos que el diálogo, y no el aislamiento y la condena, es la mejor forma para contribuir a que la institucionalidad
democrática venezolana se fortalezca y a que el régimen venezolano respete la legalidad internacional y sea un factor de estabilidad y cooperación en la región. La libertad de prensa, la libre actividad de los partidos políticos y el desarrollo de
la sociedad civil son cuestiones a las que atendemos preferentemente, pero no son las únicas.
Como decía anteriormente, el presidente del Gobierno dejó bien claras estas líneas generales de actuación durante su estancia en Caracas, que no por
casualidad fue valorada muy positivamente tanto por el Gobierno como por la oposición.



Señorías, ante el interés que ha suscitado en los últimos días la cuestión del Sáhara, de acuerdo con la Presidencia y con los portavoces voy a hacer algunas observaciones respecto a la política que está siguiendo el Gobierno en este asunto.
Como SS.SS. conocen bien, es un tema prioritario para la política exterior de este Gobierno. La evolución de los acontecimientos en las últimas semanas justifica, a mi modo de ver, que haga estas observaciones de nuevo ante ustedes con arreglo al
compromiso del Gobierno de mantener regularmente informadas a las Cámaras de su acción política y de implicarlas en la política exterior de España. Dada la especial sensibilidad que entraña la cuestión del Sáhara Occidental, el Gobierno desea
tratarla con el mayor grado de transparencia e información posible y con el consenso de todas las fuerzas políticas.
Desde el primer momento hemos insistido en la importancia de ayudar a desbloquear el conflicto del Sáhara Occidental, que dura ya
más de 30 años y que se encuentra actualmente en una fase de estancamiento que es necesario superar. La solución de este conflicto es la clave de la integración regional y, por tanto, de la estabilidad futura de todo el norte de África. Ahora más
que nunca resulta imprescindible desarrollar una política global con esta región. Hay que superar la idea de las alianzas interesadas y de las políticas de equilibrio, y buscar la consolidación de lazos de amistad y de cooperación con cada uno de
estos países a través de la intensificación de los contactos a todos los niveles. Estamos convencidos de que apoyar la prosperidad y el desarrollo sociopolítico de nuestros vecinos del sur redundará de forma muy positiva en un mayor grado de
estabilidad de toda la cuenca mediterránea. Nuestro compromiso con ellos es sincero y de largo plazo.



Señorías, el coste del no Magreb es demasiado elevado tanto en términos políticos como económicos. Ni estos países ni España ni Europa pueden permitirse los riesgos de seguridad y los problemas políticos, económicos y sociales que se
derivarían de ello. España, por múltiples razones de carácter histórico y geoestratégico, tiene un interés especial en la cuestión del Sáhara Occidental. Este Gobierno ha asumido un compromiso activo y responsable para ayudar de forma constructiva
a la búsqueda de una solución política consensuada, justa, definitiva y acorde con la legalidad internacional. No tenemos la llave última para esta solución, pues eso corresponde fundamentalmente a las partes y a las Naciones Unidas dentro del
marco del derecho internacional y de las resoluciones del Consejo de Seguridad. Sin embargo, somos conscientes de que podemos ejercer cierta influencia dada la privilegiada interlocución que mantenemos con las partes, Marruecos y el Frente
Polisario, y con los países vecinos, especialmente Argelia y Mauritania, así como con otros gobiernos interesados. Con todos ellos mantenemos contactos intensos y trabajamos de forma constructiva para facilitar un clima de confianza regional que
permita retomar el proceso político en el marco de Naciones Unidas. Ya existió en su día un intento de solución llamada Técnica por parte de Naciones Unidas, que partía de la suposición de que el principal problema a resolver era la definición del
cuerpo electoral que se pronunciaría en el referéndum de autodeterminación, pero el esfuerzo no fructificó tras un largo proceso sobre el terreno en el que la Minurso pudo comprobar las enormes dificultades teóricas y prácticas que suponía la
elaboración del censo de votantes. Tampoco tuvo éxito el intento de solución llamado político, propuesto por el entonces enviado personal del secretario general de Naciones Unidas, James Baker. La originalidad del Plan Baker radicaba en la
introducción de un periodo de autonomía de cinco años en el territorio, seguido de un referéndum sometido a un censo muy amplio de votantes. Aunque el plan fue endosado por el Consejo de Seguridad, el rechazo de una de las partes fue determinante
para que quedase en vía muerta. Desde ese momento han sido infructuosos todos los intentos por encontrar fórmulas de salida del impasse, tanto más si se tiene en cuenta que el Consejo de Seguridad mantiene una clara preferencia por no imponer
ninguna solución concreta, sino que busca el máximo consenso posible para resolver este problema tan antiguo y espinoso


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que divide a países y actores considerados estratégicos en el concierto internacional.



Teniendo en cuenta todo lo anterior, hoy se hace evidente que la solución debe venir por la vía del esfuerzo de Naciones Unidas, junto a las partes, a través de un diálogo constructivo dirigido a buscar fórmulas viables y mutuamente
aceptables para las partes, a la vez que respetuosas con la legalidad internacional; un diálogo que debe desarrollarse sobre la base del trabajo que la comunidad internacional y las partes han venido realizando hasta el presente. Sea cual fuere la
importancia de las dificultades a superar, el Gobierno tiene la convicción de que es urgente dar un impulso al proceso y proporcionarle un horizonte político para estimular la voluntad de las partes. Estamos decididos a continuar nuestros
esfuerzos, desde el plano bilateral y en el marco de Naciones Unidas, impulsando las iniciativas que emanen de esta organización cuyo papel debemos reforzar. Desgraciadamente, los hechos recientes en la zona han enrarecido el clima político
regional y han venido a reconfirmar nuestra lectura de la situación, demostrando una vez más que el statu quo actual es insostenible y que la solución del conflicto del Sáhara Occidental es de todo punto necesaria para garantizar la estabilidad
regional. Este mensaje fue ya trasladado por el presidente del Gobierno a sus interlocutores magrebíes en el curso de sus desplazamientos a la región en 2004. Más recientemente se lo transmitió al secretario general de Naciones Unidas en el
encuentro que mantuvieron con ocasión de la celebración de la cumbre antiterrorista en Madrid el pasado mes de marzo.
Posteriormente se ha reiterado en todos los contactos de alto nivel que hemos establecido con las partes, con Naciones Unidas, con
los Estados vecinos, así como con el resto de países miembros del Grupo de Amigos. El objetivo es siempre utilizar el alto grado de interlocución de España para sensibilizar a todos los actores implicados de la urgencia de retomar el proceso
político. En los dos meses previos a la aprobación de la Resolución 1.598 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el pasado 28 de abril, se observó una cierta mejoría de la atmósfera política regional gracias a una serie de gestos
conciliadores entre Marruecos y Argelia que invitaban a cierto optimismo, como reconoció el propio secretario general en su informe de 19 de abril. Sin embargo, los hechos acaecidos a partir de las últimas semanas de mayo han vuelto a demostrar el
riesgo que conlleva un statu quo inmovilista en torno al conflicto del Sáhara Occidental a falta de un horizonte político y de iniciativas relevantes. La situación de impasse agrava las frustraciones de las partes y alimenta las tentaciones de
actuación unilateral, con el consiguiente agravamiento de la tensión regional y el aplazamiento una vez más del proceso de integración del Magreb. Este período de dificultades ha devuelto a la región una retórica negativa con sucesos y
declaraciones que están en la mente de todos. El Gobierno español, que desde hacía meses en sus contactos diplomáticos venía expresando la conveniencia de actuar para superar esta fase de estancamiento, ha reaccionado con gran celeridad ante el
deterioro de la situación. Se han realizado y se siguen realizando intensas y urgentes gestiones diplomáticas con todos los actores implicados para ayudar a restablecer la calma y crear un ambiente propicio con el fin de superar la crisis.
Estamos
convencidos de que lo contrario, es decir, la consolidación de un ambiente crispado, dificultará sobremanera el avance y las cuestiones de fondo relativas al proceso de arreglo del conflicto. En el curso de estas gestiones, el Gobierno ha expresado
su profunda preocupación por estos hechos y ha apelado a todas las partes para que contribuyan con medidas concretas a conseguir el retorno a una situación que sea más propicia al diálogo y al entendimiento. Así, el ministro de Asuntos Exteriores y
de Cooperación mantuvo sendos encuentros con el viceministro de Asuntos Exteriores de Marruecos, señor Fassi Fihri, y con el ministro argelino de Exteriores, señor Bedjaoui, al margen de la reunión euromediterránea celebrada en Luxemburgo el pasado
31 de mayo. A cada uno le transmitió su profunda preocupación por la situación y apeló a que asuman su responsabilidad para evitar una escalada de la tensión regional. En la misma lógica, la visita a Madrid del ministro de Asuntos Exteriores de
Marruecos el pasado 6 de junio, que estaba prevista en la agenda bilateral antes de que se produjesen los últimos acontecimientos, sirvió para reiterar el mensaje de que el statu quo actual es inaceptable y la necesidad de que se normalicen las
relaciones bilaterales entre Marruecos y Argelia.



Partiendo del buen clima de diálogo existente entre Marruecos y España, cuyo reflejo será la celebración de la séptima reunión de alto nivel el 29 de septiembre próximo, pudimos valorar el estado de cuestiones regionales como el proceso
euromediterráneo, la construcción del Magreb y, en este contexto, la cuestión del Sáhara Occidental. El ministro transmitió la idea de que todos los países interesados, pero con mayor razón las partes, debemos aunar esfuerzos para gestionar
adecuadamente la presente situación y para revitalizar simultáneamente el proceso político. Con ese mismo objetivo y ante la proporción que adquirieron los acontecimientos, que tuvieron un amplísimo reflejo en los medios de comunicación españoles,
yo mismo realicé una gira regional del 7 al 8 de junio pasado. Quisiera destacar a SS.SS. que fue la primera gira diplomática a Argel, Tinduf, Nouakchott y Rabat dedicada a tratar en exclusiva la cuestión del Sáhara Occidental. Tanto las partes
como los vecinos concernidos valoraron muy positivamente las gestiones españolas.
El viaje tenía dos objetivos principales. De una parte, la gestión de la crisis abierta por los últimos acontecimientos y, por otra, contribuir a la reconducción del
contencioso al marco preestablecido para su solución en el seno de Naciones Unidas. El primer mensaje, al igual que había expresado el ministro Moratinos a sus homólogos argelino y marroquí, fue la insistencia en la necesidad de un apaciguamiento
de la tensión y de llamamiento a todas las partes para contribuir


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con medidas concretas a evitar una escalada que haría más difícil o imposible avanzar en el proceso de solución del conflicto. En mi encuentro con el ministro delegado de Asuntos Exteriores de Marruecos, el señor Fassi Fihri, me referí a la
importancia de garantizar el ejercicio pacífico de los derechos de expresión y manifestación política en el Sáhara Occidental. Asimismo, abordé la no aceptación por parte de las autoridades marroquíes de la visita de una delegación de concejales y
representantes de asociaciones interesadas de la Comunidad de Madrid. A este propósito, trasladé a mi interlocutor la preocupación suscitada en la opinión pública española por incidentes de este tipo y la conveniencia de permitir las visitas al
territorio, así como el acceso libre de los medios de comunicación en aras de una información transparente y objetiva sobre la realidad del Sáhara. En este sentido, es justo reconocer que Marruecos ha permitido la presencia libre de los medios de
comunicación internacionales en el territorio. En cuanto a las demás visitas, el ministro delegado marroquí reiteró la intención, ya expresada por el ministro Benaissa a su colega español el 6 de junio, de invitar a una delegación parlamentaria
española, con participación de todas las fuerzas políticas, a visitar el Sáhara Occidental y mantener los encuentros que considere apropiados. Quiero subrayar que el Gobierno ha valorado con satisfacción esta propuesta marroquí, que se ha traducido
en sendas invitaciones al Congreso y Senado, cursadas por los presidentes de las cámaras parlamentarias marroquíes. El ministro de Asuntos Exteriores ha trasladado a los presidentes del Congreso de los Diputados y del Senado su opinión favorable a
que la visita propuesta se lleve a cabo.



Señorías, los contactos establecidos en mi gira regional han permitido constatar una preocupación común de todos los interlocutores ante esta crisis coyuntural, así como su voluntad de contribuir a la solución de los problemas de fondo.
Asimismo, todos ellos han acogido con gran receptividad las propuestas españolas que paso a trasladarles. En primer lugar, planteé que las partes, los países directamente interesados y Naciones Unidas unan sus esfuerzos para gestionar el proceso
político de forma constructiva. Señalé la conveniencia de evitar acciones unilaterales y, en cambio, actuar de manera apropiada para incrementar la confianza entre ellos. En segundo lugar, en aras de obtener una información transparente y objetiva
de los sucesos acaecidos, España ha solicitado al secretario general de Naciones Unidas que sobre la base de los datos proporcionados por la Minurso, en cumplimiento del mandato de que dispone la misión, se elabore un informe sobre los hechos
acaecidos en el mes de mayo. Estos elementos forman parte de la gestión de crisis a que me referí anteriormente, pero solo tendrán efectos positivos y duraderos si se reintroduce un horizonte de esperanza para salir del bloqueo político actual.
Resulta imperativo revitalizar el proceso de arreglo porque la situación de estancamiento produce enorme frustración a las poblaciones y ésta genera riesgos. Por ello -y esta es la siguiente propuesta-, el ministro de Asuntos Exteriores envió, el
pasado 3 de junio, una carta al secretario general de Naciones Unidas exponiendo la necesidad de que nombre pronto un nuevo enviado personal con el suficiente peso político y capacidad de mediación política entre las partes. Asimismo pidió que se
nombre un nuevo representante especial para encabezar la Minurso. Estas propuestas han sido también trasladadas directamente por el ministro en cartas dirigidas el 9 de junio a sus homólogos marroquí, argelino, mauritano y al Frente Polisario.
Estoy convencido de que el nombramiento del nuevo enviado personal tendrá efectos muy beneficiosos para contribuir a frenar el actual deterioro político y a situar de nuevo en el horizonte de las partes el proceso de arreglo en el marco de Naciones
Unidas. Esta personalidad contará con el pleno apoyo del Gobierno español, que estará a su disposición para lo que estime conveniente. Me satisface señalar que en la gira pude comprobar que todos los interlocutores acogían esta propuesta como un
elemento estimulante. En definitiva, la cuestión debe centrarse en el marco de Naciones Unidas, porque esta institución es la depositaria de la legalidad internacional y porque su carta fundacional le reserva un papel fundamental en el
mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales.
Para ello España ha propuesto que se reanuden los contactos y consultas políticas en Naciones Unidas con participación de las partes, los países vecinos y los del Grupo de Amigos y, por
supuesto, cuando sean nombrados, con el secretario general y sus representantes. La remisión al foro de las Naciones Unidas ayudará a evitar que los problemas actuales contaminen en exceso el proceso de integración magrebí, que es un objetivo
imprescindible para la región y también para el contexto euromediterráneo. En cualquier caso, los países de la región deberían profundizar en las medidas de acercamiento bilateral, coadyuvar a la distensión y redoblar sus esfuerzos para profundizar
la unión del Magreb árabe, intentando convocar de nuevo la cumbre de los jefes de Estado y de Gobierno de estos países. Ante estos desarrollos negativos, importa ahora insistir ante los actores magrebíes en la urgente necesidad de que contribuyan
con medidas concretas a crear un ambiente que favorezca la confianza regional. Esto será esencial para reencauzar la situación y evitar una escalada de tensión regional que genere nuevos malentendidos, retórica negativa y acciones unilaterales poco
útiles de cara a la búsqueda de una solución.



Me gustaría referirme también a los aspectos humanitarios de este conflicto, que merecen igualmente la atención prioritaria del Gobierno español. Para atenderlos, la secretaria de Estado de Cooperación Internacional viajó a los campamentos
de refugiados saharauis de Tinduf el pasado mes de octubre -y yo mismo lo he hecho en tres ocasiones- con el objetivo de mantener la fluidez de nuestras relaciones con el Frente Polisario. Los programas de la cooperación española suponen un


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compromiso de solidaridad sincero y a largo plazo con la población saharaui.



Señorías, confío en que esta exposición haya permitido trasladarles con suficiente énfasis la idea central. Nuestros esfuerzos, la diplomacia activa de España se dirige a procurar el retorno a las condiciones necesarias para poder
revitalizar el proceso político de arreglo en Naciones Unidas, lo que debería ofrecer un horizonte político muy necesario a las partes y a sus poblaciones. A este respecto, considero que la participación de las sociedades civiles y de las fuerzas
parlamentarias en este proceso puede también ser un factor muy importante para su éxito. Confío en que esta comparecencia sirva para que todos, Gobierno, Parlamento, fuerzas políticas y sociedad civil, aunemos nuestros esfuerzos para ayudar a
llevar a buen término el objetivo estratégico español de ayudar a resolver el problema del Sáhara Occidental y con ello contribuir a la construcción de un Magreb unido y próspero en nuestra inmediata vecindad.



El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario de Coalición Canaria tiene la palabra el señor Mardones.



El señor MARDONES SEVILLA: Sean mis primeras palabras de salutación y bienvenida al señor secretario de Estado de Asuntos Exteriores y reconocerle la información facilitada como altamente interesante para mi grupo parlamentario, tanto en la
vertiente iberoamericana como en la del grave conflicto del Sáhara Occidental, español en su día, hoy no sabemos de quién. En el tiempo reglamentario, voy a entrar en los aspectos que me llaman a una reflexión de lo que el señor secretario de
Estado ha tratado. En primer lugar, sobre la cumbre Iberoamericana de Salamanca, que se va a celebrar, quisiéramos insistir en que la agenda de trabajo no se diluya, como ha sucedido en muchas cumbres, en una pura retórica de buenas frases de
entendimiento y salutaciones, que no han trascendido nada más que para unos cortos elogios de las comisiones estatales asistentes a los máximos niveles. Ha dicho usted que se trata de hacer una agenda importante y comprometida, no solo para
despejar las incógnitas del funcionamiento de la Secretaría General de estas cumbres iberoamericanas, que sigue sin funcionar, pero sobre todo las agendas de los temas específicos. Se debe insistir fundamentalmente, señor secretario de Estado, en
el problema de la inmigración en relación con España sobre todo con aquellos países emisores como Ecuador y Colombia de una manera más destacada, junto a la emigración que proceda de Venezuela, de Argentina o de cualesquiera otros países
iberoamericanos. El problema de la inmigración para España debe ser muy bien definido y aclarado. En segundo lugar, debe ser objeto de intensificación un fenómeno positivo que se está dando. Me refiero al incremento de la aparición de compañías
comerciales de aviación civil que con ofertas atractivas están generando una competencia muy positiva que debe ser aprovechada por las autoridades españolas y para seguir fomentando esta conexión de viajes a través de las compañías aeronáuticas que
están operando ya. Por tanto, el Ministerio de Asuntos Exteriores debe llevar con la máxima intensidad todas las cuestiones que se puedan plantear relacionadas con los acuerdos bilaterales aeronáuticos. Y muy específicamente, país a país, hay que
ir despejando determinadas incógnitas. En próximas fechas visitará oficialmente España el señor Uribe, presidente de Colombia, y sería bueno que se despejen todas las incógnitas o incertidumbres que hay, incluso la posibilidad o no de que se
replantee el tema de la venta de armamento.
Por iniciativa del señor Moratinos, el pasado año, los portavoces de la Comisión de Asuntos Exteriores nos reunimos en Colombia con el señor presidente, quien se quejó de la paralización de la venta de
armamento diciendo que el Gobierno español no puede tratar al Gobierno de Colombia como si fuera sospechoso de estar en prácticas terroristas o en prácticas de violencia. Es decir, que si se trata de defender un orden constitucional democrático en
Colombia, que no tenga pareceres discrepantes con esta situación.



Nos preocupan también en este momento los intereses españoles en Bolivia, uno de los sitios de concesiones gasísticas y de crudos de la principal petrolífera española, Repsol. Ante una demanda de nacionalización de los yacimientos
petrolíferos, nos preocupa en qué situación de inseguridad jurídica se podrían encontrar nuestros intereses legítimos comerciales y qué grado de cobertura diplomática puede tener en este momento la presencia de Repsol en Bolivia con la situación tan
incierta que se está viviendo.



Respecto a Ecuador, junto al problema de la inmigración, la presencia de ecuatorianos en España, uno de los colectivos enriquecedores del mercado laboral español y muy bienvenidos a España, que se planteen acuerdos bilaterales y que se ponga
sobre la mesa uno de los problemas que afectan directamente a Canarias, que es la posición de Ecuador, la posición de multinacionales norteamericanas del banano (Ecuador es el primer país productor de plátanos del mundo) que ejercen una presión
sobre los órganos de la Unión Europea para establecer una tarifa mínima de entrada de plátano o banano, como les llaman ellos, del área del dólar, del área Caribe, en los mercados europeos, que puede dar al traste con el mercado canario en este
momento. Es un problema muy grave y muy importante para la economía canaria. Se trata de una confrontación por la tarifa mínima; se habla de 70 dólares que propone Ecuador frente a los 230 dólares que propone la Unión Europea. Por eso, pedimos
el apoyo del Gobierno español, señor secretario de Estado, y concretamente de su departamento. En otras cuestiones de orden económico y financiero relacionadas con México, Argentina, Chile o Brasil, con problemas de deuda que son del área del Fondo
Monetario Internacional, la posición española debe ser en este momento -entiendo yo- de apoyo.



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Paso seguidamente al problema del Sáhara, que -como sabe usted, señor secretario de Estado- es una preocupación fundamental en Canarias por nuestra proximidad y por las relaciones que existen, y más desde que se ha establecido por la empresa
Binter una línea comercial de vuelo semanal entre Gran Canaria y El Aiún, que es donde se han dado en este momento las tres situaciones de delegaciones de ámbito territorial local -madrileñas, catalanas o asturianas- y que han producido los últimos
conflictos. Me parece positiva la exposición de las medidas que ha hecho el secretario de Estado, que ha conocido el problema de manera directa en su visita los pasados días 7 y 8 de junio a la zona, y esperamos que sus propuestas se lleven a cabo
junto con la buena voluntad de que haya diálogo y entendimiento, pero también la diplomacia española debe hacer una fuerte presión sobre el secretario general de Naciones Unidas y sobre Washington en relación con los intereses norteamericanos, a ver
en qué platillo de la balanza pone la diplomacia norteamericana el peso de sus intereses en esta zona y su influencia sobre el Gobierno marroquí y el poder del entorno del Machrek. No podemos soportar en Canarias esta situación de indefinición y de
incertidumbre. Nosotros también compartimos lo que ha dicho el señor secretario de Estado respecto a una distensión inmediata de toda esta situación. Yo no sé si el secretario de las Naciones Unidas, señor Kofi Annan, se tomará la cosa en serio y
nombrará un nuevo delegado. De lo que sí estamos seguros en Canarias es de que el Plan Baker está muerto y enterrado, o sea que es irrecuperable por lo menos en el escenario que estamos viendo ahora. Incluso lo que usted decía, los gestos que se
habían producido en el Magreb, meses atrás, entre los poderes políticos marroquíes y argelinos se vienen al traste. La visita oficial del primer ministro argelino Buteflika a Marruecos, acompañado de otros ministros del gabinete argelino, se ha
venido al traste porque Marruecos se ha opuesto a que vaya a territorio marroquí esa delegación argelina. Por tanto, la situación de tensión y de distanciamiento en la solución política es cada vez mucho más grave. Por ello, si se puede nombrar
con poderes fácticos un nuevo delegado del secretario general de Naciones Unidas para la cuestión del Sáhara Occidental, que se haga cuanto antes para apaciguar la tensión, como ha dicho usted recientemente. Desde luego, aceptamos y compartimos con
usted, señor secretario de Estado, que el statu quo actual no es pacífico sino de tensión; es decir que tiene abierta la dinámica de conflictividad, que no sabemos dónde puede acabar y por ello es inaceptable. Desde luego, no nos parece muy
comprometida sino, todo lo contrario, lamentable la postura del Consejo de Seguridad de no imponer una solución concreta, sino de buscar un consenso entre las partes. En este momento el consenso entre las partes, como no sea por un milagro -y eso
no se da en la diplomacia-, es muy difícil de alcanzar. Nosotros creemos que el Consejo de Seguridad, sobre todo si hay un nuevo delegado del señor Kofi Annan para el conflicto sahariano, ha de tratar de imponer alguna solución concreta y, después,
con todos los medios de presión sobre el Frente Polisario, el Gobierno marroquí, el Gobierno argelino e incluso el mauritano se puede llegar a una distensión. También en Mauritania hay movimientos preocupantes de inestabilidad en los poderes que
están en este momento gobernando. Por tanto, vamos a buscar soluciones.



Usted ya se ha referido -y con esto quiero terminar este breve repaso- a la delegación parlamentaria española. Yo no sé cómo ve usted la situación, en qué se puede comprometer, y si cuando conversó el señor Moratinos el 6 de junio con el
ministro marroquí de Asuntos Exteriores señor Benaissa, en su visita a España, se diseñó el itinerario, la hoja de ruta, o como lo quieran llamar, a los efectos de que esta delegación parlamentaria española, se pueda concretar a nivel de las
Cámaras, porque hasta ahora veo una situación de inconcreción y en determinados sectores una falta de voluntad de que se constituya esta delegación parlamentaria española para visitar el Sáhara o las zonas marroquíes de conflictos sahariano. Una
delegación no puede ir al albur, sino que debe haber un buen entendimiento entre las fuerzas políticas parlamentarias. Mi grupo parlamentario, por la vecindad y por lo que directamente nos afecta este conflicto, tampoco quiere que en la prensa
internacional trascienda una figura de inseguridad territorial geopolítica para una región como Canarias, cuyo producto interior bruto y cuya renta per cápita están generados fundamentalmente por el turismo. El sector turístico extranjero oye
hablar de que hay conflictividad en la zona de Canarias y de que el Gobierno español y el Gobierno marroquí no se han puesto de acuerdo en definir la mediana. Se están dando contradicciones informativas en notas del Ministerio de Asuntos Exteriores
español diciendo que en octubre se constituyó una comisión que partía del ofrecimiento de la autoridad marroquí para hablar de las líneas de base media, que es lo que nosotros llamamos la mediana en las aguas territoriales, incluso está el conflicto
que se abrió en trámite de contencioso-administrativo entre los tribunales sobre las concesiones que el Gobierno español anterior dio a Repsol para prospecciones petrolíferas, cuya conflictividad, aparte de las repercusiones de impacto ecológico,
está en que Marruecos admita o no que una prospección se realice en lo que ellos consideran sus aguas territoriales por la teoría de la plataforma continental o se puedan llevar en las tesis de las autoridades españolas que en su día dieron las
concesiones a Repsol. Por tanto, es toda una zona conflictiva en la que, señor secretario de Estado, los problemas aumentan y queremos buscarles una solución en todos los órdenes: conflicto sahariano en el área del Magreb, conflicto de las aguas
territoriales, que se establezca la mediana, y ya hablaremos en estos días de esta situación porque se ha producido un desmentido por el Ministerio de Asuntos Exteriores diciendo que no se ha pactado nada de la mediana con Marruecos que la comisión
técnica que se reunió en octubre trabaje, que se reúnan y que hagan una


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definición clara para no tener estas incertidumbres sobre nuestra situación política, social, económica y geoestratégica en Canarias, que desde luego no le benefician para nada, ni en el área del turismo ni en el área de la estabilidad,
incluso ni en las relaciones que se tratan siempre de mantener con el pueblo saharaui por los hermanamientos, que son un gran apoyo. Nosotros entendemos que esta solución se tiene que adoptar. Ya son 30 años, señor secretario de Estado, de
desasosiego, de incertidumbre y de tener en el olvido más absoluto y en el limbo las resoluciones de Naciones Unidas. Se ha sacrificado en el statu quo hasta la figura del señor Baker, que hizo bien y en cuanto vio que era insoportable tomó las de
Villadiego y se fue del escenario por el compromiso que pudiera haber.



El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Popular tiene la palabra el señor De Arístegui.



El señor DE ARÍSTEGUI Y SAN ROMÁN: Gracias, señor secretario de Estado, por su comparecencia a petición propia, que ha sido prolija, ordenada, pero no nos convence, lo siento, y no es porque sea la labor de la oposición. Está llena de
buenas intenciones que yo no dudo. Nunca hemos puesto en duda que ustedes están haciendo lo mejor que pueden y saben para los intereses de España, pero yo creo que se equivocan. Este es el tema fundamental. No es que estemos aquí hablando de
cuestiones de táctica, que podría ser, que es justamente el margen de maniobra que existe siempre en el debate de la política exterior. Estamos hablando de cuestiones de estrategia, de ruptura de consensos básicos. Usted mismo lo dijo hace bien
poco en el Consejo de Política Exterior del Partido Socialista, donde dio una especie de mitin antipepero muy curioso del que ya hablaremos. En cualquier caso, señor secretario de Estado, usted ha definido admirablemente bien los problemas de la
región. Por eso se me hace todavía más difícil entender que los remedios que ustedes han puesto sean esos porque, haciendo el diagnóstico que hacen ustedes, es impensable que lleven a cabo esa política. Si ustedes han hecho el diagnóstico en
cuanto a la debilidad de las instituciones democráticas, el diagnóstico en cuanto a la crisis económica, el diagnóstico en cuanto a los intereses económicos y comerciales de España, el diagnóstico en cuanto al riesgo que supone para el continente la
inestabilidad que produce el populismo, ¿por qué actúan como actúan? Eso es lo que nosotros nos preguntamos. Se parecen ustedes a aquel famoso islamólogo francés que hace el análisis perfecto y después las conclusiones son erróneas; es como aquel
que ve nacer el sol por el este y dice: Sale el sol por el este, luego está oscuro. Eso es lo que no entendemos, señor secretario de Estado.



Cuando usted habla de la debilidad de las instituciones democráticas lo hace en general sobre América Latina. ¿Por qué no se centra usted específicamente en aquellos países que tienen un problema de inestabilidad crónica real, algunos de
esos a los que ustedes lamentablemente han brindado, queriéndolo o no, ante los ojos de la opinión pública latinoamericana su apoyo y su credibilidad? Ese apoyo no es el de cualquiera, porque el apoyo del Gobierno español, tenga el color político
que tenga, es recibido y percibido por la opinión pública de América Latina como un espaldarazo del referente político fundamental que tienen ellos. Supongo que la dialéctica política le lleva a decir y a repetir ad nauseam que ustedes han
recuperado el diálogo con países con los que lo habían roto, que han vuelto a las esencias de la política exterior española. Una de las bases fundamentales sobre las que tenemos que reconstruir el diálogo y el consenso es sobre el entendimiento de
que ni España, ni Europa, ni el mundo son los mismos que en el año 1977, y que manteniendo los ejes fundamentales, tanto geopolíticos como geoestratégicos, tenemos que entender también que el país ha evolucionado, que sus intereses han evolucionado,
que hemos crecido; hemos pasado de ser país receptor de ayuda al desarrollo hasta el año 1981 a ser país donante, cada vez más en función de nuestras posibilidades, a ser el primer inversor del mundo en América Latina. Esa es una realidad
evidente.



Señor secretario de Estado, cuando usted habla de gobiernos potentes y de parlamentos impotentes (es una buena frase) analice usted también dónde se produce el aumento de la conflictividad territorial. Se produce en países profundamente
inestables, con gran debilidad de sus instituciones, incluidos esos gobiernos que usted califica de potentes, aunque yo no podría decir eso por ejemplo del de Bolivia. La tensión entre Bolivia y Chile se produce fundamentalmente porque el Gobierno
de Bolivia es débil, no fuerte. Donde hay crisis políticas se produce inestabilidad y donde hay inestabilidad se produce confrontación territorial bilateral. El otro elemento a tener en cuenta es que donde no hay democracia verdadera hay potencial
riesgo real de confrontación; no hay democracia verdadera en Venezuela. Hablaba usted de la democracia representativa como el sistema político que prevalece en el continente con una sola excepción. Ojalá tenga usted razón, porque de hecho la
expresión democracia representativa, o mejor dicho el sistema, ha sido lo más criticado por algunos de los dirigentes políticos del continente, sobre todo por lo que tienen corte populista. El número uno del ranking (a traineras, como decimos en mi
tierra) ha sido Hugo Chávez Frías. Cuando usted habla aquí o en sus declaraciones a los medios de comunicación de los compromisos de derechos humanos de Chávez, ¿a qué compromisos se refiere, con qué derechos humanos y de quiénes? ¿De los suyos?
Hugo Chávez no cree en la democracia representativa, y lo ha dicho en cada uno de sus discursos más importantes. ¿Quiere eso decir que por haber sido elegido es ya un demócrata? No, no es un demócrata; un demócrata se conduce de manera diferente.



También hablaba usted de las crisis económicas. En eso estamos de acuerdo, pero me preocupa una cuestión, como persona que trata de hablarle desde el equilibrio de las posiciones de la lógica. Me preocupa enormemente


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que siempre quieran matar al mensajero. Cuando usted habla del consenso de Washington, ¿por qué tiene usted que ponerle la coletilla de neoliberal? Usted dice: Las políticas neoliberales del consenso de Washington...Usted reconoce que
producen un crecimiento espectacular del 5 por ciento, pero es culpa de las políticas neoliberales y del consenso de Washington. ¿No será culpa de los gobiernos que las aplicaron erróneamente? ¿No será culpa de aquellos que no supieron gestionar
adecuadamente esos consensos? Voy a ponerle un ejemplo. De todos es conocida aquella falacia que dice que algunas dictaduras gestionan mejor que las democracias. Mentira, y el caso de Chile es paradigmático: con Pinochet 43 por ciento de
pobreza, con la democracia 16 por ciento de pobreza, y esto con los consensos de Washington y con las políticas neoliberales que ustedes critican. Bien gestionadas, con un Gobierno sólido y serio, con una Administración pública sin corrupción, ese
es el punto fundamental, señor secretario de Estado, las personas que llevan a cabo las políticas. Confundir los sistemas con las personas es lo que ha llevado al continente americano donde está. Todo el mundo piensa que la economía de mercado
(las políticas neoliberales, como se traduce de su discurso) es culpable de la pobreza. Lo mismo ocurre con los populistas cuando dicen que el sistema democrático es el culpable de la corrupción política y no los políticos que aplicaban el sistema
erróneamente. Eso es lo que está pasando en América. En el caso de Venezuela, la mejor constitución de America Latina, la del año 1961, la única que tenía un Parlamento verdaderamente pluripartidista, en el que en plena guerra fría, como hemos
dicho muchas veces en esta Cámara, había representación de todas las fuerzas políticas, incluso de la extrema izquierda, sin que supusiera tensión para el sistema. ¿Quién se carga el sistema en Venezuela? Los políticos; no es la perversión del
sistema, sino de las personas que lo ponen en práctica. Lo mismo ocurre con todo esto, señor secretario de Estado.



En cuanto a las cuestiones de los intereses económicos de España, celebro escucharle decir esto, después de tantas veces que hemos escuchado en esta Cámara y en los medios de comunicación que nuestra política era economicista y que estaba
completamente centrada en la defensa de los intereses de España. ¿Sabe usted por qué? Porque el equivalente del 20 al 25 por ciento del PIB de España, entre el 20 y el 25 por ciento de 850.000 millones de euros está invertido en América Latina,
por tanto no es una cuestión menor; y porque si mañana hay un problema serio con las tarifas de Telefónica en Argentina o en Perú, o con las de Endesa en Chile, o hay una crisis económica en cualquiera de esos países (como hay, porque alguno está
saliendo), y nosotros no somos capaces de poner de verdad encima de la mesa soluciones políticas, económicas y sociales que vayan en pos de la estabilización política, social y económica de esos países, ¿sabe usted, por las inversiones tan
importantes que tienen nuestras empresas en estos países, qué repercusión tendría esa crisis económica en nuestro PIB? Entre un 2 y un 3 por ciento de decrecimiento.
Habrá quien diga que es el 1 por ciento, pero me da igual. Si estamos en un
crecimiento del 2 por ciento, quítele el 2 por ciento y estaremos en un crecimiento cero. Por eso nosotros estábamos interesados en apoyar esas inversiones. Hemos dicho mil veces que las empresas están para ganar dinero, pero tienen un compromiso
estratégico con América Latina, no especulativo. Eso es lo que nosotros les decíamos a los países hermanos de Latinoamérica y a sus gobiernos.



Además, señor secretario de Estado, en Washington y en otras capitales no es verdad que se les perciba como un actor más cercano y más activo.
Ahora hablaremos de Cuba y Venezuela. Tengo apuntadas aquí las frases sobre Cuba de la
subdirectora general de Europa en funciones del Departamento de Estado. Ustedes diluyeron las sanciones sin nada a cambio. No es una frase especialmente de recuperación o de coincidencia de puntos. Ustedes confunden la educación y la cordialidad
con la recuperación de las relaciones. Persisten diferencias de fondo muy profundas entre Estados Unidos y ustedes (también con nosotros, para qué lo vamos a negar) en cuanto a los métodos y las estrategias que ustedes han elegido en América
Latina. Otra frase: Castro se ha aprovechado de estos gestos. Siguiente: Mantener diálogos con figuras del régimen no va a ayudar a la transición y va a debilitar a los disidentes. Si ustedes trabajan activamente con el régimen le dan
legitimidad y credibilidad.
Ustedes no deben tomar medidas en cuestiones tan fundamentales y con países tan importantes y delicados sin que se consulte con sus aliados y amigos. Europa, por presiones de España, ha cedido a la presión de Castro.
¿Usted quiere hablar con los disidentes? Perfecto, pero entonces no habla conmigo; y como ustedes dicen que quieren hablar con ellos... Si yo entiendo que la intención no sea mala, pero el camino es el equivocado, porque en el caso de Venezuela
hemos inaugurado una era de neoindigenismo populista no alineado. Chávez apoya todos los movimientos más radicales del continente. No se lo dirán los chilenos, pero nosotros sabemos por diferentes vías que en una casi violenta protesta de
profesores de secundaria en Chile se encontró la larga mano de las organizaciones cercanas a Chávez detrás de ella. No estamos hablando de Bolivia y la caída del presidente Mesa, ni de los piqueteros más violentos dentro del movimiento piquetero
argentino, ni estamos hablando del semichantaje al que la extrema izquierda brasileña tiene sometido a Brasil, ni tampoco estamos hablando del apoyo al esperpéntico personaje de Abdala Bucaram, ni de haber sufragado directa e íntegramente la campaña
del señor Ortega en Nicaragua; no, no estamos hablando de eso, estamos hablando de Chile, un ejemplo de democracia y de gestión política limpia y honesta en América Latina. Eso nos preocupa profundamente, señor secretario de Estado. Podremos
esconder la cabeza debajo de la arena como los avestruces


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y podremos pensar que podemos recuperar lo irrecuperable: canalizar y encauzar a Chávez.



Estoy tratando de ser constructivo, de verdad, pero muy crítico porque cuando se hace una gran burbuja política en los medios de comunicación por las insultantes declaraciones de Hugo Chávez hacia el anterior presidente del Gobierno nos
quedamos en la anécdota del insulto pero no analizamos el fondo de sus palabras; el fondo de sus palabras confirma por boca del protagonista todo lo que hemos venido diciendo. Aznar me decía que me fuera con Occidente a la economía de mercado, a
la libertad y a la democracia y que todo el mundo me apoyaría. Eso es lo que intentamos hacer durante muchos años, señor secretario de Estado. Yo estaba en un ministerio diferente y tuve una entrevista con Chávez en noviembre de 1998 y fue lo que
transmití al presidente del Gobierno y al entonces ministro de Asuntos Exteriores. Yo pensaba, como usted, que se podía encauzar a Chávez y me equivoqué, pero permítame decir en mi descargo, señor secretario de Estado, que me equivoqué antes de que
este señor gobernara, pero ustedes se han equivocado tras siete años de gobierno de este señor. Nada de lo que ha hecho o dicho permite pensar que va a cambiar porque no lo va a hacer.



Después de la cumbre de Ciudad Guayana ¿qué hace el señor Chávez? Los discursos más virulentos contra ciertos países y crea una milicia popular de 2.100.000 personas. Esos son los gestos, él se siente respaldado y legitimado, no canalizado
ni encauzado. Si yo no dudo de que su intención de tratar de moderarlo sea de buena fe, pero ha obtenido y conseguido los resultados exactamente contrarios. En Cuba lo mismo. Si nosotros no planteamos la política de confrontación ni con Cuba, ni
con Venezuela; no estamos ahí. El Gobierno anterior fue tan beligerante como el que más en la guerra contra la legislación Helms-Burton. Reto a que alguien me diga quién lo fue más que el Gobierno anterior.



Termino enseguida, señor presidente.



El señor PRESIDENTE: Le falta el Sáhara.



El señor DE ARÍSTEGUI Y SAN ROMÁN: Es verdad, gracias por la indicación.



Le quiero decir, señor secretario de Estado, que nosotros estamos a favor del diálogo, pero crítico, exigente y firme con los regímenes en deriva totalitaria y que son una dictadura consagrada. Creemos en la transición democrática dentro de
la isla, apoyamos a los disidentes dentro de la isla y queremos una transición pacífica. Nadie ha dicho en el PP que no haya que contar con los elementos más moderados del régimen, pero eso no se va a lograr dando ante los ojos del mundo estatuto
de credibilidad a este personaje.



Brevemente sobre el Sáhara, señor secretario de Estado, le quiero decir varias cosas. Cuando ustedes llegaron al poder proclamaron pomposamente, si me permite decirlo, la muerte de la neutralidad activa y ahora poco a poco tratan de
recuperar algunos de los elementos de esa vieja doctrina y volvemos a lo de siempre, a la confusión del sistema con las personas. No es la neutralidad activa la que ha estancado el conflicto del Sáhara Occidental, señor secretario de Estado, no son
las doctrinas ni los principios sobre los que se construyó eso porque usted ha vuelto a repetir que son los de la neutralidad activa; justamente buscar una solución viable, factible y aceptable para ambas partes dentro del marco de la legalidad
internacional. Eso es lo que dice la neutralidad activa: por qué estaba muerta y ahora ya no lo está. Hasta los marroquíes lo habían proclamado como una necesidad. El rey de Marruecos en una entrevista en El País dice que lo que piden a España
es una neutralidad positiva, que es como ellos denominan a la neutralidad activa. Lo que a nosotros nos preocupa es la falta de coherencia que existe entre el Gobierno y las bases del Partido Socialista en torno al Sáhara. Ustedes tienen unas
posiciones que han cambiado con respecto a las de las bases del partido. Nosotros apoyamos una proposición no de ley, cuya primera redacción por cierto era más prosaharaui, pero el Grupo Popular la centró con una pequeña modificación que
propusimos, que se aceptó y agradecemos.
En efecto, usted habla de no caer en los errores de los nuevos malentendidos, la retórica negativa, las acciones unilaterales. Pues para acción unilateral la del señor ministro de Asuntos Exteriores, a
quien preguntaremos sobre esto mañana, que acuerda una delegación parlamentaria sin contar con el Parlamento, lo cual no deja de ser notable. Estábamos hablando de la separación de poderes inexistente en América Latina, pero aquí existe. A mí no
me llamó nadie ni tampoco a nuestro portavoz señor Zaplana; si no va el Grupo Popular no es una delegación del Parlamento, es una delegación de partidos, porque no será institucional sin el Grupo Popular. Lo que le pedimos es coherencia con la
postura histórica de gobiernos socialistas centristas y del Partido Popular, también centrista, por cierto. Le pedimos coherencia con la historia de España en la búsqueda de una solución para el contencioso del Sáhara. Sabemos perfectamente bien
que está estancado, pero volvemos a lo de siempre, no renunciemos a los principios para lograr un acuerdo que no será factible y tampoco será viable y mucho menos aceptable por alguna de las partes.
Solución sí, pero no a cualquier coste, señor
secretario de Estado.



El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Estrella, en nombre del Grupo Parlamentario Socialista.



El señor ESTRELLA PEDROLA: Señor secretario de Estado, gracias por su detallado y muy bien construido análisis de la situación en América Latina. Le agradezco especialmente que haya abordado usted una dimensión de las relaciones con
América Latina que normalmente perdemos. Es práctica habitual que celebremos debates en los que nos centramos en la dimensión multilateral o en aspectos concretos de la política


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de un solo país. Usted nos ha marcado hoy una senda que es importante, pues refleja que forma parte de la reflexión del Gobierno con relación a América Latina, en la que lo multilateral se complementa y se fortalece con una visión desde la
perspectiva bilateral. No hace mucho este informe se presentaba por el Instituto Elcano, que viene a apuntar que debe primar lo bilateral para ganar en lo global o en lo multilateral. Yo soy de la opinión de que no existen esas contradicciones y
que ambas se alimentan mutuamente, que una buena relación bilateral es el mejor camino para fortalecer la dimensión multilateral. También me parece importante lo que usted ha señalado relativo a la definición y a la articulación de una relación
estratégica, con todo lo que implica, con una serie de países en una lista que usted mismo decía que no se agota en sí misma y que no supone exclusión alguna.



Comparto plenamente el análisis que usted ha hecho y que recogía el portavoz del Grupo Popular sobre las consecuencias del proceso de cambio económico que sufrió América Latina hace dos décadas. Yo creo que también nos podemos encontrar en
esta cuestión. A nadie le debe molestar que el consenso de Washington se califique de medida neoliberal. El problema no es las personas, sino (es lo que tendremos que evaluar, a la vista está) que esas medidas, que podían haber sido otras, de otra
índole, de otra intensidad, pero fueron las que se aplicaron en aquel momento, tuvieron un efecto muy positivo en una región que estaba absolutamente sumida en el caos, en una deuda galopante. Tuvieron la virtud de reordenar sus economías, de
ponerlas en una senda de crecimiento, pero tenemos que constatar que esas medidas tenían un fallo importante, y es que siendo muy positivas en sí olvidaban una dimensión, que es la redistribución de ese crecimiento y el fortalecimiento de la
gobernabilidad. En eso podemos coincidir plenamente todos los presentes y ahora se trata precisamente de fortalecer la gobernabilidad y de garantizar la distribución, los mecanismos de redistribución de la riqueza en una región en la que, como
decía el secretario de Estado, se dan las tasas más elevadas de desigualdad del mundo. Añado entre paréntesis otra reflexión. Hasta ahora estábamos acostumbrados a que con los criterios del Comité de Ayuda al Desarrollo los países objeto de ayuda
debían cumplir determinadas condiciones, pero en América Latina aparece una dimensión que no está contemplada por los parámetros contables del Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCDE, que es precisamente el factor desigualdad. Puede ser que en su
conjunto sean países que tienen unos niveles de renta que superan el establecido por la OCDE para ser objeto preferente de ayuda al desarrollo; sin embargo, el factor desigualdad, el factor pobreza, la dimensión que tiene en la sociedad como
consecuencia de esa desigualdad debiera llevar a que quienes tienen la responsabilidad de hacerlo establezcan una categoría que permita abordar precisamente esa desigualdad, puesto que si no estaremos generando desde los parámetros de la política de
cooperación al desarrollo un mecanismo de desigualdad y de exclusión. Esto estaba implícito en las reflexiones que ha hecho el secretario de Estado y me parece importante destacarlo.



El secretario de Estado y el portavoz del Grupo Popular han hecho referencia a los conflictos que se dan en América Latina, conflictos o tensiones entre países y tensiones dentro de los propios países. Uno de los más recientes, que estuvo a
punto de llevar a dos países a una guerra, fue el de Colombia y Venezuela. Se podrá cuestionar si la fórmula era la más adecuada o si eso da legitimidad al presidente Chávez o al presidente Uribe, que es la otra parte. Cuando veamos ese acuerdo en
perspectiva, sobre todo si eso tiene continuidad, si tiene una acción coherente detrás y un impulso y si hay un seguimiento del comportamiento de las partes y se fortalecen los mecanismos puestos en marcha en esa reunión cuatripartita, dentro de
algunos años quizá comprobaremos que estamos ante un ejercicio que solo puede ser equiparable a otros procesos que se vivieron en Centroamérica en la década de los ochenta, como el proceso de Contadora. No sé si va a haber éxito o no, pues es una
situación muy volátil, una relación cargada de inestabilidad, con factores de imprevisibilidad por lo que se refiere a la conducta del presidente Chávez, por ejemplo, pero vale la pena intentarlo y fortalecer los mecanismos para garantizar el éxito.
También hay desencuentros entre distintos países. Estamos viendo el papel creciente de Brasil en la perspectiva regional, sobre todo potenciado porque México está mirando más al norte que al sur. Despierta recelos en otros países de la región;
los despierta en el propio México, pero al mismo tiempo lo hace en países como Argentina. Habrá que generar dinámicas de colaboración y entendimiento, pero hemos visto un proceso de selección de un secretario general de la OEA que ha sido
absolutamente irracional y que ha generado situaciones como la siguiente. Cuando había un consenso en torno al que sin duda era el mejor candidato, el señor Insulza, por muchas razones, y dicho señor pasa a ser también el candidato de Estados
Unidos, un país como Bolivia decide abstenerse en su designación. Ha habido mucha tensión en torno a ese nombramiento, tensión innecesaria, y en eso estoy de acuerdo con lo que decía el señor De Arístegui, que refleja, como buena parte de las
tensiones que estamos viendo entre algunos países, más debilidad interna de los países, como las relaciones con Chile de algunos países sudamericanos, que problemas reales, que sin duda también existen.
Hay una problemática derivada de la posesión
o de la carencia de materias energéticas, y lo estamos viendo también. Estamos viendo cómo un país como Venezuela aprovecha su capacidad energética para iniciar determinadas políticas y para conseguir un mayor peso e influencia en la región,
impulsando incluso algunas iniciativas panamericanas; al mismo tiempo estamos viendo cómo otros países, como Bolivia o Perú, no son capaces de rentabilizar sus recursos gasísticos, encontrando también Argentina dificultades para hacerlo. Estamos
viendo cómo la subida de precio del petróleo


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está generando crisis profundas en algunos países de América Latina como consecuencia de la elevación de los costes de los transportes públicos, lo que lleva a abrir más caminos a esos discursos y a esos movimientos de corte populista que
creo que todos aborrecemos. Hemos asistido a dos crisis-país muy específicas, cada una con su singularidad, a la de Ecuador y a la de Bolivia, crisis, muy especialmente la de Bolivia, que hay que contemplar con un prisma de región andina. Tenemos
que contemplar la región andina en su conjunto. Bolivia y el proceso que se va a vivir en los próximos seis meses hasta que se celebren las elecciones es quizá el caso más claro. Sorprende ver cómo los ciudadanos bolivianos dicen en las encuestas,
con el valor que ellas pueden tener después de lo que hemos visto este fin de semana, que solamente un 6 por ciento apoyaría a Evo Morales; sin embargo, ha tenido la capacidad de derrocar a un gobierno. Si en algún sitio hay carencia de
gobernabilidad, de gobiernos que realmente representen la voluntad de la ciudadanía con un sistema en el que la discrepancia se ejerza no en la calle, como estamos viendo por otra parte en este país, sino en las instituciones, en el Parlamento, es
en Bolivia; y hay también una responsabilidad de la internacional conservadora, de la internacional progresista socialista de favorecer que en ese proceso se consoliden las fuerzas democráticas en Bolivia, que Bolivia salga con un sistema
reforzado. Coincido plenamente con lo que se ha dicho de los intereses que tiene España en Bolivia, como en otros países. Eso nos lleva a hacer una apuesta que no sea simplemente de parcheo, de hacer shuttle diplomacy, de buscar interlocución con
unos y con otros; no, aquí hay que hacer una apuesta seria que permita que al día siguiente de las elecciones en Bolivia haya un gobierno reforzado que cuente con el respaldo de la comunidad internacional, con un plan andino detrás para impulsar un
nuevo horizonte para el conjunto de la región.
Eso nos parece importante.



Hemos tenido ocasión de ver (sorprende un poco y yo he tenido ocasión de manifestarlo a algunos dirigentes de la Administración norteamericana) cómo un país, Estados Unidos, que con toda legitimidad muestra un interés enorme por que la Unión
Europea incorpore a nuevos países (dicen: Tienen ustedes que incorporar a los países de los Balcanes, a los países del centro y del este de Europa, y especialmente tienen ustedes que incorporar a Turquía), pierde toda credibilidad para decirlo
cuando no es capaz de generar una voluntad política dentro de su propio Congreso para ir a algo que tiene un alcance más limitado como es el CAF. Creo que ese mensaje habría que trasladarlo por todas las vías, desde el Gobierno, desde la Unión
Europea, porque es importante, junto al esfuerzo que está haciendo la Unión Europea con América central, que América central no quede excluida de la creación de espacios de comercio, de espacios de exportación. El otro día, el ex presidente Óscar
Arias (tal vez futuro presidente de nuevo) nos mencionaba el mensaje que estaba trasladando a los congresistas norteamericanos: Si ustedes no nos dejan exportarles nuestros productos, seguiremos exportándoles nuestras personas. Parece una
evidencia clara.



Estamos alcanzando un nivel de madurez de las cumbres iberoamericanas que se debiera manifestar no solo con la creación de la secretaría general permanente, sino con ese impulso político. Yo no tengo tanta fe en las dimensiones de diálogo
de distintos sectores (de diálogo parlamentario, por ejemplo), como usted, primero, porque entre nosotros tampoco lo tenemos claro, y da la sensación de que cuando el Gobierno intenta impulsar una dimensión parlamentaria en el diálogo con América
Latina es una intromisión del Parlamento (yo creo que no y ahora me referiré a ello al hilo del Sáhara); en segundo lugar, en el Parlamento seguimos funcionando con prácticas absolutamente obsoletas, entendiendo que eso se solventa con una mera
relación institucional. Con América Latina y sus legisladores, o se establecen ámbitos para el diálogo sobre cuestiones políticas, y no solamente sobre política exterior sino sobre el conjunto de temas de actividad política parlamentaria, que
pueden ser de interés común o, si no, estaremos simplemente añadiendo más gestualidad a una relación que precisamente lo que le sobra ya son gestos.



Quería hacer dos observaciones, sobre Venezuela y Cuba. Yo puedo coincidir con algunas de las cosas que se dicen de Venezuela y podría añadir algunas más. Mi grupo tiene muy claro que nos preocupa, y además no nos parece aceptable, que
desde un Gobierno latinoamericano, en este caso de Venezuela, se esté intentando influir o distorsionar los procesos electorales en Nicaragua, en El Salvador; que se esté aprovechando la cumbre de la Tierra para hacer discursos de apoyo a los
sectores más hostiles al presidente de Brasil, al presidente Lula; que lo que se esté haciendo en Nicaragua o en El Salvador sea precisamente con algunos de los sectores y de los representantes más involucionistas. Eso lo decimos, yo lo afirmo
aquí y creo que ustedes lo van a seguir escuchando. No nos vamos a encontrar en la retórica, es decir ignorando a un dignatario que ha sido elegido por las urnas intentando, en lugar de cuestionar sus políticas, sus decisiones, etcétera, negarle la
legitimidad. Después de escuchar al portavoz del Grupo Popular, a mí me queda la duda de si lo que nos está proponiendo es que promovamos el derrocamiento o el aislamiento de Chávez. Como creo que no quiere el derrocamiento de Chávez, entiendo que
lo que propone es su aislamiento total. ¿Para qué, para que se siga consolidando? Si algo tenemos claro todos es que precisamente ha sido el pretendido aislamiento de Cuba lo que ha fortalecido la continuidad del régimen en Cuba. ¿Eso es lo que
se quiere? Creo que debemos discutirlo serenamente, como estamos discutiendo hoy.
Finalmente, en cuanto a Cuba, yo no sé si el Grupo Popular se siente satisfecho con lo que ha aprobado el lunes pasado el Consejo de Asuntos Generales de la Unión
Europea. Creo que es un acuerdo equilibrado, un acuerdo que puede permitir tanto la influencia de la Unión Europea


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en el proceso de transición en Cuba como la defensa de los derechos humanos, de las libertades y la interlocución con el conjunto de los actores que cuentan y que deben contar en el futuro de Cuba.



Dos palabras sobre el Sáhara, si me permite, señor presidente; ya hemos hablado bastante del Sáhara. Tenemos la virtud de que en este Parlamento contamos con una posición unánime (no ha sido habitual en lo que va de legislatura y yo deseo
que deje de ser ocasional), aprobada por unanimidad en esta Cámara, en continuidad, como se decía antes, con lo que ha sido la posición española en relación con el Sáhara. Hemos dejado claro cuál es nuestra postura, por lo tanto no tiene sentido
reabrir debates sobre si se está apoyando a uno o a otro, sobre si se debilita, etcétera. El secretario de Estado lo explicaba con toda claridad, deben ser soluciones que tienen que estar basadas en la legalidad internacional y fórmulas que tienen
que ser viables. Respecto al debate sobre neutralidad activa, creo que son palabras que se lleva el viento; no es esa la cuestión. No podemos ser neutrales cuando se producen situaciones que están estancadas y que pesan sobre poblaciones, sobre
seres humanos; no cabe la neutralidad, tenemos que ser imparciales. Esa es la posición que cabe exigir al Gobierno y eso es lo que está haciendo el Gobierno. Yo entiendo que la gira que ha hecho el secretario de Estado, como otras medidas,
conducirá al éxito o no dependiendo de la voluntad de las partes, porque ha sido Naciones Unidas quien ha dicho (lo ha dicho claramente durante la Presidencia española del Consejo de Seguridad, no lo olvidemos) que tiene que haber un acuerdo entre
las partes. No lo ha dicho España, lo ha dicho el Consejo de Seguridad, nos guste o no. El señor Mardones pedía que no hubiera ese requisito, pero esa fue la resolución que aprobó el Consejo de Seguridad, y además teniendo España la Presidencia
del Consejo de Seguridad, si mal no recuerdo. Por lo tanto, tenemos que atenernos a eso. El Plan Baker no es ni la mejor ni la peor solución, pero era una fórmula que reunía las condiciones a las que se ha referido el secretario de Estado, era una
fórmula que permitía explorar, y yo creo que se ha explorado hasta que se ha constatado que en esta coyuntura no es posible alcanzar un acuerdo. ¿Eso supone abandonarlo como fórmula posible? No; si mañana las partes alcanzaran un acuerdo en torno
a esos parámetros o similares todos estaríamos de acuerdo, en la medida en que se respete lo que ha establecido Naciones Unidas (aplicación de las resoluciones, derecho de autodeterminación, ejercicio de ese derecho mediante un referéndum) en la
fórmula en que se establezca. No creo (con esto voy a acabar) que una ausencia de un grupo, del Grupo Popular o de Coalición Canaria, convierta una delegación parlamentaria en una delegación de partidos; el que se quiere excluir se excluye y allá
él con las consecuencias. Soy el primero en desear que el Grupo Popular, porque tiene un peso muy sustancial en esta Cámara y en este país, sea activo y no se autoexcluya de la acción del Parlamento en política exterior. El ministro ha sido
absolutamente respetuoso con las competencias del Parlamento. Si el ministro se reúne con su contraparte de cualquier otro país, acuerdan impulsar las relaciones, acuerdan promover relaciones de sindicatos, de parlamentos, de movimientos de mujer,
etcétera, ¿está asumiendo competencias que no son suyas? No, lo hace entendiendo de que corresponde al Parlamento decidir finalmente si quiere participar en ese tipo de acciones o no, si quiere impulsar ese tipo de acciones o no, y todo ello en el
marco de la cooperación, respetando las competencias que cada uno tiene, que debe existir entre Gobierno y Parlamento, especialmente en lo que se refiere a política exterior. La actuación del Gobierno y del ministro ha sido exquisita. Se ha
planteado esa hipótesis condicionada a que el Parlamento lo decida, razón por la cual el ministro ha remitido una carta al presidente de la Cámara en ese sentido. Si ese es el problema no hay ninguna razón para decir que no ni para cuestionar la
actuación del ministro.



El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor secretario de Estado.



El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ASUNTOS EXTERIORES Y PARA IBEROAMÉRICA (Léon Gross): Permítanme subrayar e insistir en el agradecimiento no solo por sus intervenciones, sino por el tono constructivo y enriquecedor que han tenido en todos
los casos. Señalaba el representante de Coalición Canaria, el señor Mardones, su interés por que las cumbres iberoamericanas (tema que por otra parte ha sido tratado también por los otros intervinientes) cuenten con una agenda política específica.
Es precisamente una de las grandes preocupaciones con que el Gobierno está preparando esta cumbre. Estamos tratando, y parece que en principio encontramos un eco positivo en las respuestas que otros gobiernos nos están dando, de que haya unos
debates específicos que lleven a propuestas concretas, y precisamente la cuestión de la inmigración a la que S. S. se ha referido será objeto del segundo de los debates que tendrán los jefes de Estado y de Gobierno. Esperamos además que en un tema
tan importante, que articula con tanta profundidad las relaciones entre países y sociedades, se pueda llegar a propuestas concretas en ámbitos tan diferentes como integración, aceptación, títulos de viaje o uso de las remesas en los sectores
productivos, aspectos que preocupan enormemente al otro lado del Atlántico y que por tanto también nos preocupan a nosotros. Además estamos tratando de que los otros dos debates entre los principales responsables de la comunidad iberoamericana se
refieran a las cuestiones políticas prioritarias (cohesión, democracia e institucionalidad) a las que se han referido de manera tan intensa SS.
SS. en las tres intervenciones, y que también las cuestiones económicas (pobreza, desigualdad,
etcétera) sean objeto del tercer debate siempre con ese objetivo de llegar a propuestas concretas. Las cumbres y todo el conjunto o la arquitectura iberoamericana tienen que


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convertirse además en instrumentos más eficaces de acción. De ahí la creación de la Secretaría general, de ahí la propuesta de que las conferencias sectoriales ministeriales también se puedan convertir en un instrumento más ágil y más
eficaz y de ahí también la insistencia en que se creen mecanismos diplomáticos, políticos específicos. La operación del mantenimiento de la paz en Haití aprobada el pasado año es un ejemplo; la propuesta de carta cultural iberoamericana, la
propuesta de la red iberoamericana de cooperación judicial son algunos ejemplos de esos instrumentos específicos que ya están produciendo resultados en algunos casos. (El señor vicepresidente, Benegas Haddad, ocupa la Presidencia.)


Estoy de acuerdo también con la referencia que hacía S.S. a la cuestión de las armas en Colombia; no hay ninguna contradicción, ninguna diferencia.
Las declaraciones posteriores al viaje de S.S., acompañando al ministro de Asuntos
Exteriores, al que se había referido, de las principales autoridades políticas colombianas han aclarado cualquier posible malentendido que pudiera existir. Reitero que hay sintonía y acuerdo respecto a las armas, y en ese contacto hay diálogo
intenso con el Gobierno colombiano en ámbitos de preocupación mutua, apoyo también a su política, a su lucha basada en la seguridad democrática contra el terrorismo.



En cuanto a la cuestión de Bolivia, subrayada también por las tres intervenciones, el Gobierno en los últimos meses ha mantenido una política de contacto permanente con las autoridades bolivianas, con las distintas fuerzas políticas, con los
distintos actores políticos. El señor Estrella y el señor De Arístegui se referían a esta cuestión. Hemos enviado hace varias semanas, hace un mes más o menos, una misión política de muy alto nivel para mantener contacto con todos los sectores
políticos y sociales en Bolivia. Creo recordar que el pasado mes de febrero la embajadora de Bolivia en Madrid publicaba un artículo en un diario español muy importante en el que explicaba las líneas fundamentales de la transición de una democracia
formal a una democracia real en Bolivia. Esa transición es una gestión compleja. Esa es la situación en la que nos encontramos y en momentos en que se trabaja en esa línea es especialmente delicada una crisis política como la que se ha producido,
que además puede también tener un efecto en las inversiones españolas, en las inversiones de una empresa española tan importante como Repsol en materia de hidrocarburos. Hay una ley aprobada, una ley que ha sido objeto también de numerosas
consultas políticas, como SS. SS. conocen, que tiene aspectos que preocupan en especial y que podrían afectar a las inversiones españolas. En ese sentido, quisiera subrayar que hay un diálogo continuo entre las autoridades bolivianas, las
distintas fuerzas políticas y el Gobierno español.



Tomo buena nota de lo que S.S. ha señalado respecto al banano. Transmitiré su preocupación al secretario de Estado de Asuntos Europeos que es quien se ocupa en particular de esa cuestión.



En cuanto a sus observaciones respecto al Sáhara, esa presión, ese diálogo, esa interlocución que S.S. manifestaba como importante con los sectores internacionales que más peso pueden tener para la búsqueda de soluciones es permanente. El
Gobierno trabaja en tres planos de acción, un plano bilateral sobre todo con las dos partes en el contencioso del Sáhara, con el Frente Polisario y con Marruecos; trabaja también en una perspectiva regional con los otros actores que en el Magreb
tienen mucho que decir en el conflicto y también con aquellos actores de la comunidad internacional que tienen un particular interés en la cuestión y cuya contribución será determinante para que entre todos podamos dar un paso en esta difícil
cuestión. Tengo una coincidencia de puntos de vista bastante general. Puede haber matices, sin duda los hay, entre esas líneas importantes de solución que aportaba su señoría. Aquí el elemento clave sigue siendo la Resolución 1541 y esos dos
elementos que contiene: por una parte, el llamado Plan Baker y, por otra, el acuerdo entre las partes. Como S.S. sabe (ya lo hemos hablado alguna vez en esta Comisión), una de las partes insiste en uno de los elementos en exclusiva, la otra en el
otro; el Frente Polisario insiste en el Plan Baker, Marruecos insiste en el acuerdo entre las partes. Lo que ha señalado el Gobierno es que tiene que haber un punto de encuentro entre ambas propuestas porque esos dos elementos de la Resolución
1541 son inseparables y fundamentales para seguir trabajando en la búsqueda de soluciones.



Quisiera subrayar (lo señalaban el señor De Arístegui y otros intervinientes) la importancia que tiene para el Gobierno la invitación a una delegación parlamentaria, pero no creo que se pueda decir que hay intromisión alguna por parte del
Gobierno en esa cuestión. Lo que hemos hecho ha sido transmitir al Gobierno marroquí nuestra preocupación por la situación que se estaba produciendo y nuestra consideración de que sería positivo que se recibieran delegaciones parlamentarias, tanto
del Congreso de los Diputados como de parlamentos autonómicos e incluso de concejales de ayuntamientos; siempre será positivo ese contacto, siempre será positiva la transparencia, y lo que hemos hecho ha sido acoger positivamente en esa misma línea
la invitación que con posterioridad a ese intercambio de opiniones con Marruecos se realizó al Congreso y al Senado para que enviasen una delegación. No creo que corresponda al ministro, una vez que Marruecos hace una invitación a las Cámaras,
llamar personalmente a los diputados o a los portavoces de los distintos grupos.
Creo que, una vez que se recibe una carta de invitación directamente del Gobierno marroquí, es a las propias Cámaras a las que corresponde tramitarlo. El ministro ha
manifestado, insisto, su visión positiva de que ello puede ser constructivo, y lo que tenemos que hacer los españoles es viajar a la región, viajar con ideas, viajar con una visión constructiva, con una posición constructiva, y creo que eso no
solamente lo tiene que hacer el Gobierno, creo que es muy positivo que lo realicen también las Cámaras.



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No tenemos que hacer del contencioso del Sahara un problema en España, no ganan nada las partes con ello, ni siquiera creo que los políticos saquemos grandes réditos de ese enfrentamiento. Donde se disputa al final el contencioso del Sáhara
es allí, donde lleva treinta años produciendo una situación de impasse político, limitando enormemente la capacidad de Marruecos de crecer, de avanzar, de producir las reformas económicas y políticas que necesita el país, manteniendo en una
situación terriblemente difícil a los saharauis que se encuentran en los campamentos de Tinduf, es allí. Aquí podemos tirarnos los trastos a la cabeza intentando obtener una pequeña ventaja política metiendo el dedo en el ojo al adversario sobre lo
que se hace o lo que se deja de hacer, pero finalmente el contencioso está allí y dura ya más de treinta años y todos debemos comprometernos, desde la posición que ocupa cada uno de nosotros, en la búsqueda de soluciones.



Yo no creo que ganen nada las partes diciéndoles que el Gobierno se mete o se deja de meter. Seamos positivos, eliminemos lo accesorio, concentrémonos en lo esencial, que es trabajar por la búsqueda de soluciones, y hagámoslo en esa pequeña
parcela que tiene cada uno de nosotros para poder contribuir. Lo que sí creemos importante es que se insista en que esa acción se desarrolle en las condiciones que exigen que sea eficaz. Entiendo que en ese sentido las cámaras, los parlamentarios
españoles harán muy bien en exigir que se den las condiciones necesarias para que su misión sea eficaz y permita la aportación de elementos objetivos de solución.



Sobre la cuestión particular de las aguas territoriales, de cuyo enorme interés para la Comunidad canaria el Gobierno es consciente, como S.S.
sabe bien el grupo de trabajo que se constituyó y al que se ha referido tiene su base en ese
acuerdo al que llegó el anterior Gobierno, el Gobierno del presidente Aznar, con Marruecos de superar la crisis de Perejil creando esos grupos que finalmente se constituyeron, meses más tarde, cuando ya había un nuevo Gobierno en España. Hay dos
planos de solución o de trabajo; hay una solución definitiva de limitación de aguas, que es un aspecto complejo y que llevará tiempo, pero además de ese grupo de trabajo hay una voluntad por ambas partes de establecer un área de cooperación donde
podría muy bien situarse un área de conflicto.
Esa voluntad de trabajo permitirá a ambas partes crear un clima positivo, un clima de cooperación económica, con transparencia, evitando conflictividad y estableciendo acuerdos provisionales que nos
permitan trabajar en esa línea sin que el trabajo de esa comisión diplomática, que está sometida a dictámenes jurídicos y a un trabajo que sin duda llevará tiempo, sea un impedimento para que ambas partes puedan sacar beneficios de esa relación,
siempre con respeto a la legalidad internacional.



Yo he insistido al principio de mi intervención en el agradecimiento al tono constructivo de las intervenciones de SS.SS., y particularmente quiero hacerlo con la del diputado señor De Arístegui, porque además entiendo que ha elogiado la
labor del Gobierno en algunos aspectos muy importantes, aunque también ha sido crítico, cómo no, en otros; esa es la esencia de la democracia y se lo quiero agradecer. No puedo compartir, si embargo, esa contradicción entre diagnóstico y
soluciones. En esta vida hay diagnóstico y acción o diagnóstico e inacción. Si el diagnóstico lleva a la inacción, el diagnóstico carece de todo interés; si el diagnóstico lleva a la acción, se puede criticar o no, pero lo importante es tener una
política y tener una política activa.



Yo creo que es muy pronto para valorar los resultados de las distintas propuestas globales hacia todo un continente (lo ha subrayado el diputado señor Estrella), es una acción global. Parece que se está aplicando ese viejo principio de que
cuando una mentira se repite ad nauseam al final termina pareciendo verdad. A veces se insiste en que el Gobierno tiene una relación obsesiva y únicamente dirigida a dos países de América Latina. Yo quiero subrayar, continuando con esas
observaciones que realizaba el diputado señor Estrella, que esa relación con América Latina es global, que se aplica en distintos planos. Hay unos países con los que hemos señalado que queremos tener una relación estratégica; hay unos países con
los que estamos realizando una labor subregional de construcción, de estructuración, de articulación de relaciones; y hay otros países que, como no puede ser de otra manera, son objeto de una relación muy intensa y muy importante por parte del
Gobierno español, que podría ser el tercer grupo, el que completa la lista de todos los países de América Latina.



Estoy de acuerdo con S.S. en las observaciones sobre inestabilidad democrática, pero creo que eso afecta sobre todo a países donde hay que realizar una gestión particularmente intensa, como son Ecuador y Bolivia, y así lo está haciendo el
Gobierno español. Lo está haciendo en Ecuador; recientemente ha concluido una visita del ex presidente González a este país, donde se ha elevado al nuevo equipo de Gobierno una serie de fórmulas para la gobernabilidad, fórmulas que parecen contar
con un respaldo mayoritario entre las distintas fuerzas políticas; seguimos trabajando en esa línea y en otra muy similar con Bolivia.



Yo no creo que mi observación sobre la fortaleza de gobiernos y debilidad de legislativos se refiriera necesariamente a ninguna situación concreta, hablaba de modelos. Es sobre esos modelos sobre los que tenemos que trabajar, y el caso
boliviano, con todos los problemas relativos al constituyente y que sin duda S.S. conoce perfectamente, es un ejemplo de lo que venía señalando. Hablando de democracia y hablando de la situación en Venezuela, S.S. tiene que entender que, muy
pocas semanas después de que el nuevo Gobierno tomara posesión en España, se produjo un hecho fundamental en la vida política venezolana que fue el referéndum que tuvo como resultado la consolidación, reconocida como absolutamente democrática por
distintas instituciones de enorme prestigio internacional, del presidente Chávez.



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A partir de ahí, S.S. ha insistido en el apoyo a la idea del diálogo crítico -y me alegra enormemente oírle esa declaración de apoyo a nuestra política en el conjunto de América Latina-, y ese diálogo crítico, insisto, es la única vía, es
la acción, porque la no política, la no acción o inacción, la no búsqueda de soluciones o de caminos no lleva a parte alguna y hace, como decía al principio, estériles los diagnósticos.
Por tanto, esa es la única vía para tratar de producir
resultados. Hay dos campos: el campo de la no relación, de la inacción sin ningún tipo de resultados y el campo de la propuesta de fórmulas concretas y de resultados concretos. Ahí están esos puentes que se han tendido entre Venezuela y Colombia,
en los que está trabajando el Gobierno, como resultados concretos. Esto demuestra que el diálogo con Venezuela y con Colombia puede llevar, de la mano del Gobierno español, a establecer mecanismos concretos de colaboración que demuestran que, al
igual que ocurre en el caso de Venezuela y Colombia, se puede esperar que en el futuro se puedan producir entre Venezuela y otros países, porque Venezuela no deja de ser un actor fundamental, y S.S. lo ha señalado, con una gran capacidad de acción
y de influencia en el conjunto de América Latina, y por eso precisamente hay que dialogar. Estos resultados concretos, señoría, también se han producido en el caso de Cuba. Muy recientemente se ha realizado por primera vez, es un hito histórico,
una reunión que fue presidida precisamente por Marta Beatriz Roque, persona que además salió de la cárcel tras intensas gestiones del actual Gobierno español -también del anterior, ¡cómo negar esa preocupación!- pero, insisto, señorías, se trata de
resultados concretos, se trata de elementos que nos hacen pensar que esa política puede ser positiva y puede seguir produciendo resultados. Mientras produzca resultados, seguiremos en esa línea con estos países, con otros países también y con ese
diálogo crítico que S.S. ha apoyado.



Lo que no puedo compartir es su observación sobre la visión que tiene Estados Unidos de esta política. Es evidente que puede haber diferencias, pero la relación de colaboración y la sintonía que existe en otros aspectos -muy importante-
entre América Latina y Washington va más allá de esa educación o de esa cortesía a la que se refería su señoría. La llamada de la secretaria de Estado, señora Rice, al ministro de Asuntos Exteriores cuando surge la crisis de Ecuador o respecto a
Bolivia demuestran que existe un trabajo conjunto, que existe una valoración, un análisis y una búsqueda de soluciones entre Estados Unidos y España que van más allá de la mera cortesía. En cuanto a Cuba y Venezuela, es evidente que no tenemos la
misma aproximación, pero también creo que existe una clara posición de respeto, una actitud de wait and see y de ver si la política española puede producir resultados en la línea de los objetivos que nos hemos marcado.



En cuanto al Sáhara, S.S. decía que le preocupaban las diferencias entre las bases del Partido Socialista y el Gobierno. No le preocupen, señoría, porque existe una plena sintonía en que lo que tenemos que hacer es trabajar por buscar
soluciones y en eso es en lo que estamos. El Gobierno sabe que no solamente las bases del Partido Socialista, sino el conjunto de la sociedad española, todas las fuerzas políticas, lo que pretenden es que se encuentre una solución sobre bases
justas, sobre bases duraderas, que sea aceptable por las partes, porque esa es evidentemente una condición para que esa solución pueda de verdad ser efectiva y en eso es en lo que estamos. No creo que esos otros elementos a los que se refería S.S.
deban ser objeto de particular preocupación como tampoco creo, y el diputado Estrella se refería también a esa cuestión, que debamos seguir dándoles demasiadas vueltas a cuestiones terminológicas como neutralidad e imparcialidad. Su señoría es un
especialista en derecho internacional, lo ha acreditado en distintas ocasiones y conoce muy bien el valor jurídico del término neutralidad. Posiblemente no sea este el término que corresponda utilizar en este caso. El diputado Estrella señalaba el
término imparcialidad y creo que es más acertado y apropiado. En cualquier caso, donde el Gobierno quiere poner el acento es, una vez que se ha sentado el principio de que es desde Naciones Unidades, y desde la imparcialidad que cabe esperar de
Naciones Unidades, desde donde se deben buscar soluciones, el Gobierno donde pone el acento, insisto, es en la actividad, es decir, en que seamos activos en la búsqueda de soluciones.
Hasta el presente no vamos a hacer juicios de valor sobre si se
ha buscado con mayor o menor ahínco esa solución desde gobiernos anteriores.
La realidad es que han pasado 30 años y aquí seguimos, allí siguen los saharauis en los campamentos de Tinduf en condiciones terribles -lo sabe bien quien les habla porque
he estado allí en tres ocasiones en calidad de secretario de Estado- y, por tanto, debemos redoblar nuestros esfuerzos. Pido a SS.SS. -lo subrayo- que desde el respeto a la independencia, a la separación de poderes, como no puede ser de otro modo,
que hagan esfuerzos para que todos trabajemos por la búsqueda de soluciones.



Quiero agradecer al diputado Estrella en particular esas observaciones sobre la globalidad de la política exterior española. Precisamente esa es la perspectiva que tratamos de transmitir a la sociedad española: tiene que haber una relación
global con América Latina, tiene que haber unas alianzas estratégicas como las de Brasil, Argentina, México y Chile y tiene que haber una implicación española en contenciosos regionales que tienen un efecto subregional o continental importante y ahí
está el caso de Venezuela y Colombia o los conflictos a los que me refería anteriormente, o contenciosos, por ejemplo, entre Bolivia y Chile, donde tiene que haber con el resto una relación muy intensa tanto bilateral como regional o multilateral y
ahí entra particularmente en acción la cuestión de las cumbres iberoamericanas a las que me he referido anteriormente. Pero también la redistribución de la riqueza es un elemento fundamental. El diputado Arístegui decía que las políticas
neoliberales


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no habían, en opinión del Gobierno, producido los efectos. Creo que se han aplicado con éxito y la mayoría de los países latinoamericanos presentan unas cifras económicas razonables. En ese sentido, hay que valorar -es verdad que la
gestión podría no calificarse en algunos casos como impecable- que han hecho un esfuerzo muy notable los ministros de Economía por alcanzar esas cifras macroeconómicas que hoy nos dan unas tasas de inflación o unas tasas de crecimiento razonables y,
sin embargo, no hay redistribución. El diputado Estrella así lo subrayaba y yo deseo manifestar que estoy completamente de acuerdo con ese análisis. Hay que atender a la desigualdad, a la exclusión, como él manifestaba, y hay que añadir un plus a
ese consenso de Washington que no ha llevado a un éxito en las cuestiones sociales, en la cohesión social y, por tanto, en la inclusión, tan importante para la estabilidad política, de sociedades que, sin embargo, sí han conocido el éxito en esas
cifras macroeconómicas a las que me refería.



Estoy también de acuerdo con la importancia del seguimiento de la cumbre cuatripartita de Ciudad Guayana que manifestaba el diputado Estrella. Las primeras medidas, quiero anunciarlo hoy en esta Comisión, empezarán a aplicarse antes del
próximo mes de agosto. Creo que podremos empezar a ver resultados concretos, ya los estamos viendo en los acuerdos sobre cuestiones específicas a las que estamos llegando con ambos gobiernos; ha habido una reunión de seguimiento en Guimaräes,
donde tuvo lugar la ministerial de la conferencia iberoamericana, y espero, como señalaba, que antes de agosto podamos empezar ya a aplicar esas medidas concretas.
Finalmente, S.S. lo ha señalado, hay una cierta asimetría, una cierta
descoordinación entre distintos proyectos subregionales de integración, y también debe de ser una prioridad para el Gobierno español tratar de conciliar esos proyectos, tratar de que esas arquitecturas de integración, todas positivas en sí mismas,
puedan convertirse en círculos concéntricos que permitan a la región avanzar a un ritmo paralelo, a un ritmo armónico.



En cuanto a la cuestión del Sáhara, vuelvo a subrayar la plena coincidencia con lo que S.S. ha señalado y, por tanto, a manifestar mi disconformidad con lo que se dijo anteriormente respecto a la posible falta de respeto por parte del
Ejecutivo al Legislativo. Creo que la manera en que lo ha enfocado S.S. es la correcta y espero, vuelvo a subrayarlo, que este Congreso de los Diputados lleve a cabo esa misión, que lo haga con las condiciones que el propio Congreso considere
necesarias y que debe tratar sin ninguna intromisión, sin ninguna interferencia por parte del Ejecutivo, directamente con el Gobierno de Marruecos.



El señor VICEPRESIDENTE (Benegas Haddad): Para una breve intervención, señor Mardones.



El señor MARDONES SEVILLA: En primer lugar, quiero agradecerle al señor secretario de Estado la información que ha tenido la amabilidad de facilitarme. En relación a Iberoamérica estamos plenamente conformes en la línea que se ha marcado y
señalado, y paso a la del Sáhara Occidental.



Una de las preguntas que nos han surgido, señor secretario de Estado, y usted no ha hecho referencia a ella, es dentro del compromiso de Naciones Unidas. Habíamos leído recientemente unas declaraciones, que tengo aquí, del señor Moratinos
abogando por una mayor implicación de Naciones Unidas en el proceso, y en eso estamos plenamente de acuerdo. Por supuesto que la Resolución 1541 debe ser piedra fundamental de apoyo a toda la postura política española, gubernamental y
parlamentaria. Ahora le aclaro al señor Estrella, con toda cordialidad, que yo no he ido en contra del plan Baker, lo que ocurre es que vemos que se ha quedado en papel mojado, que en la última resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas
el señor Kofi Annan no cita el plan Baker, ni en la primera ni en la segunda opción. Ojalá, partiendo de lo avanzado por el plan Baker, se pudiera hacer, porque cuando oimos las declaraciones y la posición política de todos los responsables
marroquíes observamos que no quieren ni oír hablar de eso, ni siquiera oír hablar. En cuanto se les plantea por delante cinco años de una especie de autonomía del territorio y a los cinco años llegar a un referéndum de autodeterminación para
engancharse a la Resolución 1541 no quieren ni oír hablar, como bien conoce el señor secretario de Estado. Por tanto, busquemos soluciones, pero dentro del amparo de Naciones Unidas.



Otra cosa que nos preguntamos es dónde están las fuerzas de la Minurso, que parece que ni existe, en los conflictos que se han producido en El Aaiún y si hay una resolución de Naciones Unidas, del Consejo de Seguridad, prolongando la
actuación de la Minurso hasta el próximo mes de octubre. Se supone que físicamente está representado por unas personas que tendrán una boina o un gorro azul de Naciones Unidas, para que se les pueda ver y saber que están para algo. Precisamente
para lo que se destacó la Minurso fue para evitar un enfrentamiento o un conflicto, como fuerza, no sé si de paz o de interposición, porque ya no se sabe quién es quién en el Sáhara en el momento en que sobre El Aaiún la soberanía marroquí sigue
permitiendo incluso que se invadan las pistas del aeropuerto para evitar la salida de las delegaciones que habían ido ahí de distintas partes de España. Nosotros pedimos que el Gobierno español le diga a Naciones Unidas: la Minurso, depende de
ustedes -porque no depende del Gobierno español sino del secretario general de Naciones Unidas, del Consejo de Seguridad o de quien tenga el mando allí-, ejerzan su principio de autoridad y pacificación. Queremos ver a la Minurso actuando en la
pacificación y que no nos lo endosen a otros que no tienen ninguna responsabilidad. Esta es nuestra línea de apoyo. Por supuesto compartimos todo el principio, en la línea de Naciones Unidas, que lleve a una pacificación, lo que pasa es que, como
le decía antes, lo vemos más en la esfera de los milagros que en que el Gobierno marroquí se pliegue a un planteamiento


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de este tipo, y más como se han colocado en este momento los conflictos, no ya entre Marruecos y el Polisario, sino entre Marruecos y Argelia. El tema es endemoniado, lo comprendo, señor secretario de Estado, pero desde Canarias pedimos una
pacificación, porque incluso las fuerzas políticas de Canarias estamos en una línea de responsabilidad y de prudencia, en el propio aeropuerto para coger el avión e irnos a El Aaiún, para que esto no complique más el escenario de la solución de un
problema. Queremos una buena convivencia con Marruecos, una buena convivencia con el pueblo saharaui, que se aclaren todos los contenciosos, que se sepa quién es el que administra el banco pesquero canario sahariano, ahora que la Unión Europea abre
otra vez posibilidad de negociaciones de pesca. Alguien lo administrará, porque en los acuerdos de Madrid no figura que esa soberanía de ejercicio fuera marroquí, pero queremos un buen entendimiento con Marruecos porque es el vecino natural que
existe allí.



El señor VICEPRESIDENTE (Benegas Haddad): Señor Arístegui.



El señor DE ARÍSTEGUI Y SAN ROMÁN: Señor secretario de Estado, en primer lugar, en cuanto a los consensos de Washington nuevamente le digo que los problemas de pobreza y desigualdad no se debían tanto al consenso en sí como a la ausencia de
políticas sociales de los gobiernos que los aplicaron. Los deberes macroeconómicos estaban bien hechos, los microeconómicos peor, y en cuanto a política social completamente ausente. Volvemos a equivocar el análisis y la acción. Cuando usted
habla de diagnóstico e inacción, no son solo esas dos las posibilidades posibles. Hay diagnóstico equivocado o acertado. Yo comparto una parte del diagnóstico que usted ha hecho aquí en esta Comisión. Eso no significa que yo endose la acción del
Gobierno; lo que yo critico justamente es la acción del Gobierno, porque creo que sus recetas, sus remedios y sus acciones son las equivocadas. Lo que yo le planteo es que para mí existe una contradicción entre un diagnóstico correcto y una acción
incorrecta. Nosotros no es que planteemos como alternativa a lo suyo la inacción, bien al contrario, una acción distinta, señor secretario de Estado. Por tanto, no es acción o inacción, sino acción correcta o incorrecta; en mi caso le digo que
creo que la suya es incorrecta.



En cuanto a la cuestión del referéndum revocatorio, hemos hablado ad nauseam de Venezuela en esta Comisión, en los medios de comunicación. Es evidente que no nos vamos a poner de acuerdo, porque nosotros no queremos aislar a Chávez, lo que
nosotros creemos es que ustedes no practican el diálogo crítico ni con Chávez ni con Castro, y lejos de ser percibido en la opinión pública de América Latina como diálogo crítico es percibido como un endoso, como un apoyo, como una forma de darle
credibilidad y legitimidad a los dos, y ellos también, no se engañen, porque así lo venden, lo venden ante su parroquia y ante la oposición. Ustedes han hablado con la oposición, se lo habrán dicho también mil veces.



Venezuela no es que tenga una gran capacidad de acción y de influencia, lo que tiene es una gran capacidad de exportación permanente y sideral de inestabilidad, porque saben perfectamente que Castro es un hombre mayor, con poca perspectiva
ya, supongo, de vida, no le deseo la muerte, obviamente, pero parece que la dictadura sólo se extinguirá cuando se extinga la vida del dictador. Lo que sí le digo es que aislado como está y pobre como es la isla su pulmón de respiración se ha
convertido en Venezuela, y la exportación de una revolución tamizada por una supuesta ideología bolivariana es Venezuela, y lo están haciendo, y su diálogo supuestamente crítico, que para mí no lo es, sino que es complaciente, pura y simplemente no
está teniendo ningún resultado en parar la exportación de la inestabilidad y de la ideología populista con los petrodólares venezolanos, no, no lo está haciendo.



Nosotros no nos alegramos en absoluto de que ustedes se lleven mal con Estados Unidos, porque es malo para España, y por encima de todo cualquier partido político lo que quiere es la defensa y preservación de los intereses del país y de sus
ciudadanos. Lo que creemos es que su enfoque de las relaciones con Estados Unidos, y en este caso sobre Latinoamérica en concreto, es perjudicial, y que cuando parece que ustedes han conseguido superar algún malentendido crean otros dos o tres.



En cuanto a la cuestión del Sáhara, señor secretario de Estado, le hago algunos apuntes. Nadie va a negar desde la oposición, desde el Partido Popular, la importancia de Marruecos y la relación que España debe mantener con ese país, nuestro
más importante vecino, no porque Francia o Portugal no lo sean, sino porque es un país con problemas, con desigualdad y pobreza que puede tener una potencial inestabilidad y es nuestro deber, huyendo del paternalismo, hacer lo posible para preservar
la estabilidad no solo de Marruecos sino de la región. Sin embargo, la expulsión de parlamentarios y concejales españoles por las autoridades marroquíes es un profundo error por su parte, genera animadversión en la opinión publica española, levanta
ampollas en los medios de comunicación y separa más a los países y a sus sociedades. Tienen que entender que en España la prensa es libre y que cuando ve gestos como esos se califican, no sin razón, de gestos profundamente inamistosos. No es así
como se construye una relación sana y sólida de pueblo a pueblo y de Estado a Estado. Creo francamente que tenemos que tomar algún tipo de medida, de protesta clara, por este tipo de acción, señor secretario de Estado, porque si no al final lo que
va a ocurrir es que vamos a poner paños calientes y repetir ad nauseam una vez más las crisis, pues no se trata de ceder para evitar la confrontación, sino de defender los intereses y de demostrarle que las visitas de concejales y de parlamentarios
autonómicos -y eventualmente, si las condiciones que se nos planteen son aceptables para


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el Grupo Popular, del Congreso de los Diputados- son positivas para las relaciones entre los dos países, que lo contrario genera desconfianza entre los dos países y que ese gesto ha dado al traste con muchos meses de esfuerzos de la opinión
pública española y de la sociedad española para tratar de entender mejor lo que está pasando en Marruecos. Ha sido un enorme paso atrás.



El señor VICEPRESIDENTE (Benegas Haddad): Señor Estrella.



El señor ESTRELLA PEDROLA: Creo que del Sáhara está todo dicho, aunque el secretario de Estado concluirá ahora.



Seguimos a vueltas con Cuba y Venezuela, y ahora aparece de nuevo Estados Unidos como un país que está tremendamente disconforme. Decía literalmente el portavoz del Grupo Popular: Ustedes no se llevan bien con Estados Unidos. Ese es el
tipo de falacias, si se me permite la expresión, que se repiten y se repiten para ver si alguna vez se quedan pegadas en la mente de la gente, y se utilizan citas de autoridad del otro lado del Atlántico para intentar argumentarlas. No hace mucho
se utilizaba en esta misma Comisión un artículo de The Wall Street Journal como cita de autoridad para decir lo mal que estaban las relaciones con España y lo mala que era la política exterior española. Les puedo leer una de las últimas cosas que
publica The Wall Street Journal, que dice, hablando de la reforma de Naciones Unidas, que el auténtico reformador es John Bolton, no Kofi Annan. Si este es una fuente de autoridad, que venga Dios y lo vea. Se ha utilizado por parte del portavoz
del Grupo Popular a la señora Allegrone -digo su nombre para que conste en el 'Diario de Sesiones'-, que es subdirectora general para Europa en el Departamento de Estado. La señora Allegrone es una autoridad en Europa, es su responsabilidad.
Ahora, si le preguntamos al subdirector general para Europa Oriental en el Ministerio de Asuntos Exteriores español qué piensa con relación a Guinea Ecuatorial, probablemente nos diga la síntesis de una doctrina que está ahí, pero no nos va a hacer
un análisis profundo, ni siquiera estará al tanto de las últimas informaciones que haya. Quien sí está al tanto es, por ejemplo, el señor Kurt Völker, del Consejo de Seguridad Nacional, que no dice en absoluto que están absolutamente disconformes
con nuestra política. Lo que dicen es: Tenemos diferencias, pero -añade- no queremos mirar atrás. Y mi grupo tampoco quiere mirar atrás; no vamos a estar toda una legislatura, como estuvo el Partido Popular en su primera legislatura, recordando
la herencia del pasado en la política exterior, o en su segunda legislatura, diciendo que estaban reconstruyendo la política exterior anterior. No lo vamos hacer, no tenemos esa voluntad y no nos inviten a hacerlo. Simplemente doy un dato en esa
dialéctica que se comentaba de acción-inacción. Inacción es cuando la antecesora del actual ministro no visitó América Latina en ninguna ocasión a lo largo de su mandato, y sin embargo el ministro actual la ha visitado ocho veces. Luego
valoraremos los resultados, pero evidentemente estamos en la línea de la acción como una estrategia definida que el secretario de Estado ha presentado y que no ha sido cuestionada en sus elementos fundamentales. Para mí, citas de autoridad son las
del señor Völker, que reconoce que ellos no tienen una alternativa con relación a Venezuela y que son escépticos, dada la peculiaridad y la personalidad del presidente Chávez. Y utilizo ahora las palabras del máximo responsable en el Senado de
América Latina, el senador Coleman, que dice: España está llevando a cabo una política de estabilidad y de cohesión en la región, y yo no sé si eso va a funcionar, pero no tengo otra alternativa, con lo cual me parece positivo lo que ustedes están
haciendo.



Digamos las cosas claras: no hay ningún contencioso pendiente con Estados Unidos más allá de los que pudiera haber con el Gobierno anterior. El portavoz del Grupo Popular decía que con la Ley Helms-Burton había un desencuentro absoluto
entre los dos gobiernos, pero eso no afectaba al conjunto de las relaciones. Por lo tanto, no tiene que afectar. Y evidentemente en Estados Unidos, como en el resto del mundo, como en Cuba, se entiende perfectamente la coherencia de la posición
española. Se pedía ahora diálogo crítico. Algo así se puede calificar como una política que produce una declaración como la aprobada el lunes pasado por el Consejo de Asuntos Exteriores de la Unión Europea o que produce que por primera vez la
Unión Europea copatrocine una resolución sobre Cuba en el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Digamos las cosas claras, veamos todos los elementos y no busquemos elementos de confrontación por buscarlos, porque eso no conduce
absolutamente a ninguna parte.



El señor VICEPRESIDENTE (Benegas Haddad): Para concluir la comparecencia tiene la palabra el secretario de Estado.



El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ASUNTOS EXTERIORES Y PARA IBEROAMERICA (León Gross): Efectivamente, la centralidad de la ONU sigue siendo la clave en la búsqueda de soluciones, y así tiene que ser, porque solo así se puede pensar que se va
a producir algún avance. Esa centralidad tiene dos aspectos. En primer lugar, la legalidad internacional y las resoluciones del Consejo de Seguridad, y en segundo lugar, aquellos representantes del secretario general que sean representantes
personales -como lo fue el señor Baker entre los años 1997 y 2004 o como lo fue el representante para la Minurso, Alvaro de Soto, hasta que hace muy pocos días ha dejado su puesto en la organización-, o bien un cargo como otra de las alternativas
que se están contemplando en este momento que aúne ambas representaciones: la personal del secretario general y la de la Minurso. En todo caso es el espíritu que encarnan esos textos y esos representantes los que deben asumir esa centralidad.



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No estoy completamente de acuerdo con sus observaciones sobre la Minurso.
Puede dudarse de si competencialmente podría haberse hecho más o menos de lo que han hecho. Su competencia en los territorios afecta fundamentalmente a las
relaciones con la policía marroquí y sobre esa base y sobre la base de una solicitud del secretario general, el Gobierno estima que sí tiene competencias para realizar un informe sobre lo que ha ocurrido, aunque no sé si tanto como para haber
intervenido en estos hechos por todos conocidos. En cualquier caso, más allá de esa cuestión específica, lo importante es que el Gobierno viene trabajando para que haya un lenguaje común entre las partes y los actores regionales para afrontar esta
crisis, y este aspecto ha sido uno de los que han permitido que encontremos un cierto entendimiento así como -y lo subrayo- seguir avanzando activamente en el papel central de Naciones Unidas. Obviamente no puede sino estar de acuerdo con esa
manifestación sobre la necesidad de un buen entendimiento con Marruecos y con todas las partes. No puede haber una política magrebí eficaz ni pretender buscar soluciones si al mismo tiempo no se hace una política activa de buenas relaciones con
todos los actores regionales. Ya se acabaron las políticas asimétricas consistentes en ahora me llevo bien con uno y mal con otro, porque eso no permite a España ser un país creíble que pueda propiciar soluciones. Por eso posiblemente es por lo
que, por primera vez -me remito a hechos históricos-, un representante del Gobierno español ha podido ser recibido en Argel, en Tinduf, en Nuakchott y en Rabat, porque las relaciones con las partes son buenas, porque somos bien recibidos y porque
somos un actor creíble en la búsqueda de soluciones. Algo tan sencillo como una gira regional para buscar soluciones y para gestionar una crisis complicada hasta ahora no había sido posible.



Coincido plenamente, señor Arístegui, con su matización sobre el consenso de Washington y quiero subrayar que anteriormente había hablado de un plus. No es que todo lo que se ha hecho a la luz del consenso de Washington haya sido negativo.
He saludado como muy positivas las políticas macroeconómicas que han llevado a cifras muy razonables, sobre todo teniendo en cuenta de dónde veníamos. He hablado de un plus; no se trata de decir que lo que se ha hecho hasta el presente no vale y
que vamos a hacer algo completamente nuevo. Cuando hablamos de superar ese consenso estamos manifestando que hay elementos positivos que hay que mantener, pero que efectivamente hay una ausencia de políticas sociales -S.S. lo ha señalado y conoce
muy bien esa región- y que, por tanto, hay que buscar un nuevo consenso, insisto, no sobre la base de que lo hecho hasta ahora no vale, sino sobre algo que permita corregir las deficiencias y las carencias de las líneas fundamentales del consenso de
Washington que, como sabe S.S., en algunos casos son muy importantes.



Cuando hablaba de acción e inacción quería decir que cuando se decide que la política consista en no tener relaciones porque no guste esto o no guste aquello, que cuando se está en esa posición de abstenerse de todo contacto con un cierto
país o gobierno, se está en la inacción. Es verdad que S.S. me puede decir que esa es una de las opciones de la diplomacia.
Efectivamente esa es una de las opciones fáciles; siempre es más fácil decidir cruzarse de brazos, poner cara de enfadado
y que ahí las den todas. Lo difícil es mantener una relación con su tensión y con la necesidad de eso que hemos llamado diálogo crítico. En el fondo estamos de acuerdo: diálogo y crítica pueden ser compatibles, pero desde luego dentro de una
relación, porque si hay ausencia de relación hay inacción.
Por primera vez, señoría, coinciden una serie de elementos que estaban a disposición del anterior Gobierno y que, sin embargo, no llevaron a que se trabajase para que todos ellos se
pusieran en acción para reforzar la relación con América Latina. Tenemos una relación histórica. Ya dejamos atrás esa relación retórica de la madre patria de los años cuarenta y cincuenta, que en el fondo no servía para nada; lo superamos.
Llegaron los gobiernos de la transición y se empezó a hacer política con p mayúscula dirigida a la situación de cada uno de los países de América Latina y a las transiciones que vivieron en las que España jugó un papel determinante, no solo los
gobiernos del Partido Socialista sino también los de la Unión del Centro Democrático, con el presidente Suárez al frente, quien desempeñó un papel muy importante en alguno de estos países y sentó las bases para que luego esas políticas prosperasen,
así como políticas desarrolladas en contextos de conflicto y de articulación regional.



El diputado Estrella se refería al proceso de Contadora y a la acción en América Central. Posteriormente, en la época de los gobiernos socialistas presididos por Felipe González, se sentaron las bases de la inversión.
Después llegó la
inmigración. Durante un periodo muy importante, en el siglo XIX y en parte del XX, tuvimos emigración española, y ahora tenemos una inmigración de vuelta, pero a ustedes les faltó la política. No sé por qué ustedes no quisieron o no supieron o no
pudieron hacer política, pero lo cierto es que no hubo una política iberoamericana, con p mayúscula. Cuando hablamos del economicismo de su política lo que queremos decir es que faltó un acompañamiento político y ahora estamos tratando, con una
estructura a veces entumecida, de hacer más política en América Latina, porque entendemos que estamos llamados a hacerlo y se nos solicita que así sea. Hoy hay esa relación histórica, hay inversiones, hay inmigración y hay política. Tiene que
haber acción; a veces es la vía difícil pero tiene que haber acción y diálogo crítico con todos los países, con los que tenemos una buena relación estratégica, con los que estamos trabajando en contextos regionales, y con el resto de países de
América Latina, y eso produce resultados. Ya me he referido a ellos.
Cuando se habla de aspectos tan concretos y tan fáciles de identificar no entiendo por qué se insiste una y otra vez en que no hay resultados. Es pronto para valorarlo,
tendremos que evaluarlo a más largo plazo. Su señoría, como buen diplomático que es,


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sabe bien que este tipo de opciones diplomáticas y de acciones constructivas no producen resultados al cabo de semanas o meses sino que hay que esperar más tiempo para valorarlas. En todo caso, ya hay algunos resultados concretos que están
a la vista de todos.



Hablaba también el señor Estrella de comentarios sobre las relaciones con Estados Unidos, pero no lo ha citado en su literalidad. El diputado señor Arístegui ha dicho exactamente: No nos alegramos de que se lleven mal con Estados Unidos.
Obsérvese el uso de los tiempos verbales y del indicativo y no del subjuntivo. Su señoría da por sentado que nos llevamos mal. ¿Qué es llevarse mal? No puedo aceptar esa frase. Acepto que no se alegren. Le corresponde a usted manifestarlo.
Usted me dice que no se alegra y yo le creo, pero le aseguro que no nos llevamos mal con Estados Unidos. Hemos tenido diferencias pero en este momento la relación es perfectamente normal. ¿Su señoría diría que es llevarse mal con un país que el
ministro de Asuntos Exteriores ha viajado recientemente y haya tenido una larga entrevista con la secretaria de Estado, que posteriormente haya viajado el ministro de Defensa y haya mantenido una larguísima reunión con su colega y que a continuación
lo hayan hecho los ministros de Interior y de Justicia? Eso es normalidad. No sé si con su criterio eso es llevarse mal, si bien creo que cabe calificarlo de cualquier manera pero no como de llevarse mal. ¿Considera que es llevarse mal que la
secretaria de Estado, señora Rice, llame al ministro de Asuntos Exteriores, señor Moratinos, en relación con la crisis de Bolivia o de Ecuador para analizarlo conjuntamente y valorar qué podemos hacer? Creo que no. Creo que S.S. hace un flaco
servicio a la verdad y a la realidad cuando dice que el Gobierno se lleva mal. Hay unas relaciones normales, hay unas relaciones globales, afrontamos conjuntamente grandes problemas y grandes crisis internacionales y hay algunos aspectos con los
que no estamos de acuerdo; es normal entre gobiernos que se llevan bien. Su señoría ha citado -lo recordaba el diputado Estrella- algunos ejemplos en ese sentido.



Voy a terminar con una nota positiva. También estoy completamente de acuerdo en la manera en que ha señalado que deberíamos trabajar con Marruecos, en la importancia de Marruecos en nuestras relaciones bilaterales y en la manera en que
considera que Marruecos debería tratar las visitas de delegaciones de parlamentos regionales o de representantes de ayuntamientos. Dice S.S. que el Gobierno debería expresar claramente su protesta, y el Gobierno ha lamentado públicamente, y lo ha
hecho en reiteradas ocasiones, que esas delegaciones no puedan llevar a cabo la misión que se proponen. También ha manifestado públicamente, y lo ha hecho en sus contactos con las autoridades marroquíes, que sería bueno que esas delegaciones
pudieran desarrollar su misión. No consideramos -y S.S. es un buen diplomático- que quepa hablar de protesta cuando el Gobierno transmite inicialmente una preocupación al Reino de Marruecos y el Gobierno marroquí responde con una invitación al
Parlamento. Hemos acogido positivamente ese gesto; es muy importante que se invite al Congreso y al Senado y, sobre todo, en esas condiciones, con la oferta de que se realicen las entrevistas, contactos y desplazamientos que se consideren
oportunos. Por tanto, no sería justo protestar ante Marruecos oficialmente como si nada estuviera haciendo. Lo que sí hemos hecho -y S.S. conoce bien el lenguaje diplomático- es lamentar que esas misiones no se puedan llevar a cabo y creo que en
ese sentido puedo terminar con esa nota positiva de sintonía entre ustedes y nosotros.



Al tocar estos puntos creo que he tocado todos los que ha señalado en su breve intervención el diputado Estrella y, de nuevo, le agradezco su punto de vista siempre enriquecedor.



El señor VICEPRESIDENTE (Benegas Haddad): Damos por concluida su comparecencia, señor secretario de Estado. Muchas gracias por venir a la Comisión.



DICTAMEN SOBRE:


- ACUERDO ENTRE EL REINO DE ESPAÑA Y LA SECRETARÍA DEL CONVENIO SOBRE DIVERSIDAD BIOLÓGICA RELATIVO A LA REUNIÓN DEL GRUPO TÉCNICO DE EXPERTOS AD HOC SOBRE BIODIVERSIDAD INSULAR, HECHO EN MADRID EL 10 DE DICIEMBRE DE 2004. (Número de
expediente 110/000073)


- ACUERDO DE EXTRADICIÓN ENTRE LA UNIÓN EUROPEA Y LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, HECHO EN WASHINGTON EL 25 DE JUNIO DE 2003. (Número de expediente 110/000074)


- INSTRUMENTO CONTEMPLADO POR EL ARTÍCULO 3 (2) DEL ACUERDO DE ASISTENCIA JUDICIAL ENTRE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA Y LA UNIÓN EUROPEA FIRMADO EL 25 DE JUNIO DE 2003, SOBRE LA APLICACIÓN DEL TRATADO DE ASISTENCIA JURÍDICA MUTUA EN MATERIA
PENAL ENTRE ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA Y EL REINO DE ESPAÑA FIRMADO EL 20 DE NOVIEMBRE DE 1990, HECHO EN MADRID EL 17 DE DICIEMBRE DE 2004. (Número de expediente 110/000075)


INSTRUMENTO PREVISTO EN EL ARTÍCULO 3 (2) DEL ACUERDO DE EXTRADICIÓN ENTRE LA UNIÓN EUROPEA Y LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, FIRMADO EL 25 DE JUNIO DE 2003, PARA LA APLICACIÓN DEL TRATADO DE EXTRADICIÓN ENTRE ESPAÑA Y ESTADOS UNIDOS DE
AMÉRICA DE 29 DE MAYO DE 1970, Y TRATADOS


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SUPLEMENTARIOS DE EXTRADICIÓN, DE 25 DE ENERO DE 1975, 9 DE FEBRERO DE 1988 Y 12 DE MARZO DE 1996, HECHO EN MADRID EL 17 DE DICIEMBRE DE 2004.
(Número de expediente 110/000076)


- CONVENIO DE TAMPERE SOBRE EL SUMINISTRO DE RECURSOS DE TELECOMUNICACIONES PARA LA MITIGACIÓN DE CATÁSTROFES Y LAS OPERACIONES DE SOCORRO EN CASO DE CATÁSTROFES, HECHO EN TAMPERE EL 18 DE JUNIO DE 1998, Y RESERVA QUE ESPAÑA VA A FORMULAR EN
EL MOMENTO DE LA ADHESIÓN. (Número de expediente 110/000077)


- TRATADO RELATIVO AL EUROCUERPO Y AL ESTATUTO DE SU CUARTEL GENERAL, HECHO EN BRUSELAS EL 22 DE NOVIEMBRE DE 2004. (Número de expediente 110/000078)


- ACUERDO DE SEDE ENTRE EL REINO DE ESPAÑA Y LA ORGANIZACIÓN DE ESTADOS IBEROAMERICANOS PARA LA EDUCACIÓN, LA CIENCIA Y LA CULTURA (OEI), HECHO EN MADRID EL 24 DE JUNIO DE 2004. (Número de expediente 110/000080)


- ACUERDO ENTRE ESTADOS PARTICIPANTES EN LA BRIGADA MULTINACIONAL DE FUERZAS DE RESERVA DE DESPLIEGUE RÁPIDO PARA OPERACIONES DE LA ONU, REFERENTE AL ESTATUTO DE SUS FUERZAS, HECHO EN COPENHAGUE EL 13 DE DICIEMBRE DE 2001. (Número de
expediente 110/000081)


- ACUERDO DE SEDE ENTRE EL REINO DE ESPAÑA Y EL PROGRAMA DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LOS ASENTAMIENTOS HUMANOS (ONU-HÁBITAT) RELATIVO A LA CELEBRACIÓN EN LA CIUDAD DE BARCELONA (ESPAÑA) DE LA SEGUNDA SESIÓN DEL FORO URBANO MUNDIAL, HECHO EN
BARCELONA EL 13 DE SEPTIEMBRE DE 2004.
(Número de expediente 110/000082)


- CONVENIO ENTRE EL REINO DE ESPAÑA Y LA REPÚBLICA SOCIALISTA DE VIETNAM PARA EVITAR LA DOBLE IMPOSICIÓN Y PREVENIR LA EVASIÓN FISCAL EN MATERIA DE IMPUESTOS SOBRE LA RENTA, HECHO EN HANOI EL 7 DE MARZO DE 2005.
(Número de expediente
110/000083)


- CONVENIO ENTRE EL REINO DE ESPAÑA Y LA REPÚBLICA DE COLOMBIA PARA EVITAR LA DOBLE IMPOSICIÓN Y PREVENIR LA EVASIÓN FISCAL EN MATERIA DE IMPUESTOS SOBRE LA RENTA Y EL PATRIMONIO, HECHO EN BOGOTÁ EL 31 DE MARZO DE 2005.
(Número de
expediente 110/000084)


- CONVENIO RELATIVO A LA ASISTENCIA JUDICIAL EN EL ÁMBITO CIVIL Y MERCANTIL ENTRE LA REPÚBLICA ARGELINA DEMOCRÁTICA Y POPULAR Y EL REINO DE ESPAÑA, HECHO EN MADRID EL 24 DE FEBRERO DE 2005. (Número de expediente 110/000085)


- CANJE DE NOTAS, HECHO LOS DÍAS 26 DE NOVIEMBRE DE 2004 Y 17 DE FEBRERO DE 2005, CONSTITUTIVO DE ACUERDO RELATIVO A LA FISCALIDAD DE LOS RENDIMIENTOS DEL AHORRO ENTRE EL REINO DE ESPAÑA Y LA ISLA DE GUERNESEY.
(Número de expediente
110/000086)


- CANJE DE NOTAS, HECHO LOS DÍAS 26 DE NOVIEMBRE DE 2004 Y 14 DE FEBRERO DE 2005, CONSTITUTIVO DE ACUERDO RELATIVO A LA FISCALIDAD DE LOS RENDIMIENTOS DEL AHORRO ENTRE EL REINO DE ESPAÑA Y LA ISLA DE JERSEY.
(Número de expediente
110/000087)


- CANJE DE NOTAS, HECHO LOS DÍAS 26 DE NOVIEMBRE DE 2004 Y 18 DE FEBRERO DE 2005, CONSTITUTIVO DE ACUERDO RELATIVO A LA FISCALIDAD DE LOS RENDIMIENTOS DEL AHORRO ENTRE EL REINO DE ESPAÑA Y LA ISLA DE MAN.
(Número de expediente 110/000088)


- CANJE DE NOTAS, HECHO LOS DÍAS 26 DE NOVIEMBRE DE 2004 Y 12 DE ABRIL DE 2005, RELATIVO A LA FISCALIDAD DE LOS RENDIMIENTOS DEL AHORRO ENTRE EL REINO DE LOS PAÍSES BAJOS, EN NOMBRE DE LAS ANTILLAS HOLANDESAS, Y EL REINO DE ESPAÑA. (Número
de expediente 110/000089)


- CANJE DE NOTAS, HECHO LOS DÍAS 26 DE NOVIEMBRE DE 2004 Y 11 DE ABRIL DE 2005, RELATIVO A LA FISCALIDAD DE LOS RENDIMIENTOS DEL AHORRO ENTRE EL REINO DE LOS PAÍSES BAJOS, EN NOMBRE DE ARUBA, Y EL REINO DE ESPAÑA.
(Número de expediente
110/000090)


CANJE DE NOTAS, HECHO LOS DÍAS 26 DE NOVIEMBRE DE 2004 Y 21 DE ENERO DE 2005, ENTRE EL REINO UNIDO DE


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GRAN BRETAÑA E IRLANDA DEL NORTE, EN NOMBRE DE ANGUILA, Y EL REINO DE ESPAÑA RELATIVO AL INTERCAMBIO AUTOMÁTICO DE INFORMACIÓN SOBRE LOS RENDIMIENTOS DEL AHORRO EN FORMA DE PAGO DE INTERESES. (Número de expediente 110/000091)


- CANJE DE NOTAS, HECHO LOS DÍAS 26 DE NOVIEMBRE DE 2004 Y 26 DE ABRIL DE 2005, ENTRE EL REINO UNIDO DE GRAN BRETAÑA E IRLANDA DEL NORTE, EN NOMBRE DE LAS ISLAS CAIMÁN, Y EL REINO DE ESPAÑA RELATIVO AL INTERCAMBIO AUTOMÁTICO DE INFORMACIÓN
SOBRE LOS RENDIMIENTOS DEL AHORRO EN FORMA DE PAGO DE INTERESES. (Número de expediente 110/000092)


- CANJE DE NOTAS, HECHO LOS DÍAS 26 DE NOVIEMBRE DE 2004 Y 7 DE ABRIL DE 2005, ENTRE EL REINO UNIDO DE GRAN BRETAÑA E IRLANDA DEL NORTE, EN NOMBRE DE MONTSERRAT, Y EL REINO DE ESPAÑA RELATIVO AL INTERCAMBIO AUTOMÁTICO DE INFORMACIÓN SOBRE
LOS RENDIMIENTOS DEL AHORRO EN FORMA DE PAGO DE INTERESES. (Número de expediente 110/000093)


- CANJE DE NOTAS, HECHO LOS DÍAS 26 DE NOVIEMBRE DE 2004 Y 4 DE ABRIL DE 2005, ENTRE EL REINO UNIDO DE GRAN BRETAÑA E IRLANDA DEL NORTE, EN NOMBRE DE LAS ISLAS TURCAS Y CAICOS, Y EL REINO DE ESPAÑA RELATIVO AL INTERCAMBIO AUTOMÁTICO DE
INFORMACIÓN SOBRE LOS RENDIMIENTOS DEL AHORRO EN FORMA DE PAGO DE INTERESES. (Número de expediente 110/000094)


- CANJE DE NOTAS, HECHO LOS DÍAS 26 DE NOVIEMBRE DE 2004 Y 11 DE ABRIL DE 2005, ENTRE EL REINO UNIDO DE GRAN BRETAÑA E IRLANDA DEL NORTE, EN NOMBRE DE LAS ISLAS VÍRGENES, Y EL REINO DE ESPAÑA RELATIVO AL INTERCAMBIO AUTOMÁTICO DE INFORMACIÓN
SOBRE LOS RENDIMIENTOS DEL AHORRO EN FORMA DE PAGO DE INTERESES. (Número de expediente 110/000095)


- ESTATUTO DE LA SECRETARÍA GENERAL IBEROAMERICANA, HECHO EN SAN JOSÉ (COSTA RICA) EL 20 DE NOVIEMBRE DE 2004. (Número de expediente 110/000096)


El señor VICEPRESIDENTE: Si les parece continuamos el orden del día, del que nos quedan 23 puntos. Si no hay nadie que esté en contra procederemos a aprobarlos por asentimiento. ¿Se aprueban por asentimiento? (Asentimiento.)


Se levanta la sesión.



Era la una y quince minutos de la tarde.