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DS. Cortes Generales, Comisiones Mixtas, núm. 30, de 20/03/2001
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DIARIO DE SESIONES DE LAS CORTES GENERALES



COMISIONES MIXTAS



Año 2001 VII Legislatura Núm. 30



PARA EL ESTUDIO DEL PROBLEMA DE LAS DROGAS



PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. JUAN MORANO MASA



Sesión núm. 7



celebrada el martes, 20 de marzo de 2001, en el Palacio del Congreso
de los Diputados



ORDEN DEL DÍA:



Comparecencia del señor Director general de la Guardia Civil (López
Valdivielso) para informar acerca de las medidas con el incremento
del narcotráfico. A solicitud del Grupo Parlamentario Socialista.

(Número de expediente del Congreso 212/000289 y número de expediente
del Senado 713/000108) ... (Página 634)



Proposiciones no de ley:



- Sobre presentación de un estudio de futura apertura de centros de
emergencia social. Presentada por el Grupo Parlamentario Socialista.

(Número de expediente del Congreso 161/000378 y número de expediente
del Senado 663/000005) ... (Página 651)



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Página



- Por la que se solicita la distribución gratuita de jeringuillas en
los centros penitenciarios entre los reclusos toxicómanos. Presentada
por el Grupo Parlamentario Socialista. (Número de expediente del
Congreso 161/000390 y número de expediente del Senado 663/000006)
... (Página 654)



Se abre la sesión a las diez y cinco minutos de la mañana.




- COMPARECENCIA DEL SEÑOR DIRECTOR GENERAL DE LA GUARDIA CIVIL (LÓPEZ
VALDIVIELSO) PARA INFORMAR ACERCA DE LAS MEDIDAS CON EL INCREMENTO DEL
NARCOTRÁFICO. A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA.




(Número de expediente Congreso 212/000289 y número de expediente
Senado 713/000108)



El señor PRESIDENTE: Buenos días. Vamos a dar comienzo a la sesión.

El primer punto del orden del día es la solicitud de comparecencia del
director general de la Guardia Civil, para informar acerca de las
medidas con el incremento del narcotráfico. A iniciativa del Grupo
Parlamentario Socialista.

Tiene la palabra el señor director general de la Guardia Civil, al que,
como siempre, damos nuestra más cordial y cariñosa bienvenida.




El señor DIRECTOR GENERAL DE LA GUARDIA CIVIL (López Valdivielso):
Señoras y señores diputados, antes de nada quería agradecer la
oportunidad que se me da para informarles sobre las actuaciones que ha
llevado a cabo, que está llevando a cabo la Guardia Civil en la lucha
contra el narcotráfico.

Quiero hacer dos reflexiones iniciales. La primera, mostrar mi
desacuerdo -es una expresión demasiado rotunda, pero ahora no
encuentro otra- con el texto de la solicitud de comparecencia, que
habla de incremento del narcotráfico. Afortunadamente, en estos
momentos no se puede hablar propiamente de incremento del
narcotráfico.

La segunda reflexión es que yo comparecí ante esta Comisión hace tres
años y recuerdo que fui muy pesimista sobre la evolución del problema.


Hoy en día, sin caer en optimismos excesivos, infundados, y aunque aquí
hay que hablar de pequeños logros, de pequeños avances, puede decirse
que la tendencia -y las tendencias son importantes en asuntos como
éste, que no tienen soluciones claras a corto y ni siquiera a largo
plazo- es hacia una mejoría de la situación. Para hacer esta
afirmación me baso no sólo en mi experiencia de cinco años al frente
de la Guardia Civil y por tanto de un contacto permanente con estos
problemas sino también, y quizá esto es lo más importante, en el último
informe mundial del secretario general de Naciones Unidas sobre la
droga, informe del año 2000 que, por primera vez, como SS.SS. saben
perfectamente, marca un punto de inflexión en el constante crecimiento
de la producción, el tráfico y el consumo de drogas que se producía
durante las últimas décadas en el mundo. Este informe de Naciones
Unidas, al que me referiré en alguna otra ocasión a lo largo de mi
intervención, es un documento esencial en el asunto que hoy analizamos.


Además, resulta especialmente elogioso con la estrategia de lucha
contra la droga que hemos diseñado en España y sobre los resultados
que se están obteniendo.

Creo no exagerar si digo que podemos situar a España en la vanguardia
de la lucha contra la droga. Desde luego no es mérito del Gobierno, es
mérito de muchas voluntades, de muchos esfuerzos, de muchas
organizaciones, a mí me parece que del conjunto de la sociedad
española, pero no es menos cierto también que la estrategia que en su
día se diseñó en el Plan nacional sobre drogas para el periodo
2000/2008 es una estrategia que, por los resultados que conocemos
hasta ahora, parece acertada y que nos va a permitir avances en este
campo.

También quiero destacar que la Guardia Civil, que tradicionalmente
desempeña un papel importante en la lucha contra la droga en su
función de resguardo fiscal del Estado, se ha convertido hoy en un
elemento fundamental en la lucha contra la droga en todos sus ámbitos,
desde la prevención del consumo a la investigación de las tramas
organizadas de narcotráfico internacional y del blanqueo de capitales.


En este sentido, he de asegurarles que, después del terrorismo, la
lucha contra la droga constituye la gran prioridad de la Guardia Civil
en esta legislatura. Hay que desterrar los discursos deterministas que
presentan a la droga como un mal inevitable, como una lacra
inseparable de las sociedades modernas y como una realidad con la que
debemos convivir pero con la que es imposible acabar. Mi opinión es
contraria a esta tesis. Yo pienso que ésta es una cuestión en la que,
poco a poco, podemos ir mejorando. Podemos y debemos acabar con la
droga como problema social y como actividad delictiva, aunque
naturalmente siempre subsistirá como una manifestación



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individual, como el ejercicio de la libertad que cada ser humano
tiene, pero, indudablemente, como problema delictivo, como problema
social, yo creo que se puede aminorar y también creo que estamos en
la dirección correcta, con la estrategia adecuada para poder llevarlo
a cabo.

La pregunta esencial no es por tanto cuándo vamos a ser capaces de
acabar con la droga sino en qué medida hoy estamos mejor que hace
unos años (ésas son las tendencias a las que me refería al principio)
y en qué medida esperamos que en el futuro podamos reducir aún más el
consumo y el tráfico de drogas. A mí me parece que hoy estamos mejor
que hace una década y no es una impresión personal, es fruto de lo
que dicen los distintos estudios, los expertos y los analistas. Hoy
estamos en una tendencia positiva que creo que se va a intensificar
en el inicio de este siglo. Existen datos esperanzadores en lo que se
refiere a la reducción de la producción mundial de estupefacientes.

Esta reducción tiene que ver con los éxitos parciales de los
programas internacionales de sustitución de cultivos de droga y con
el creciente problema de consumo local, en el que se han visto
involucrados algunos países tradicionalmente productores, lo que les
ha llevado a aplicar políticas más activas de erradicación del
consumo y también de la producción. Así pueden destacarse algunos
éxitos notables, como la práctica erradicación del consumo de la
planta de coca en Bolivia o Perú o la disminución de las plantaciones
de opio en Pakistán. Todo esto está provocando no sólo una
disminución de la producción de droga sino que está concentrando esa
producción en unos pocos países, lo que permite diseñar una
estrategia internacional más definida y efectiva para la erradicación
de este tipo de cultivos ilícitos.

Se está produciendo también un aumento de la eficacia policial en la
lucha contra el narcotráfico. Las cifras de incautaciones de droga y
las detenciones de personas implicadas en su tráfico, llevadas a cabo
por los distintos cuerpos de seguridad en los países europeos de
nuestro entorno, señalan una tendencia hacia una mayor eficacia en la
lucha contra el narcotráfico. Los datos del año 1999 nos muestran que
en la Unión Europea se incautaron 43 toneladas de cocaína, 681
toneladas de hachís, 5.600 kilos de heroína y casi 12 millones de
comprimidos de éxtasis. Frente a quienes creen que estas altas cifras
de incautaciones sólo se explican en función del aumento del tráfico
(es un tópico o una falacia que a veces se utiliza: si hay más
incautaciones es porque hay más tráfico), hay que señalar que, según
estimaciones de Naciones Unidas, hay un aumento significativo de la
proporción de droga aprehendida frente a la droga producida y hoy,
como saben, hay una aproximación muy precisa a la producción de
droga. Hay métodos o sistemas que permiten calcular de forma bastante
precisa lo que es la producción de los distintos tipos de droga.

Se estima que hoy se incauta el 46 por ciento de la cocaína que se
produce en el mundo y en torno al 20 por ciento de los opiáceos, lo
que mejora significativamente las cifras de mediados de los años
noventa, cuando apenas se sobrepasaba el 35 por ciento de incautación
de la cocaína que se producía y sólo el 10 por ciento de los
opiáceos. Hemos pasado del 35 y el 10 por ciento al 46 y al 20 por
ciento, lo que supone un aumento significativo de los porcentajes de
incautación con respecto a las estimaciones de la producción. Quiero
destacar también de forma especial el esfuerzo, no siempre
reconocido, de un país como Marruecos en la lucha contra el
narcotráfico, ya que él sólo realiza el 85 por ciento de las
incautaciones de cannabis de todo el continente africano.

Un tercer elemento positivo es la disminución de los llamados
consumos problemáticos de droga. Puede observarse en toda Europa una
disminución del consumo de heroína, particularmente en forma
inyectable, droga que, como SS.SS. saben muy bien, va a asociada
a fenómenos de marginación social extrema, a delincuencia violenta y a
propagación de enfermedades infecciosas, en particular el sida. Pues
bien, en este aspecto, ha existido en los últimos años una evolución
muy positiva; en especial, hay que reseñar la disminución de muertes
asociadas al consumo de droga; se han reducido prácticamente a la
mitad en los últimos cinco años. También hay que destacar la
reducción del consumo de algunos tipos de droga de síntesis, como el
éxtasis, que se encuentran en franca decadencia tras un momento
álgido hace unos cinco o seis años.

Por último, en esta primera parte de mi intervención, me parece
interesante destacar la disminución de la proporción de población
reclusa condenada por delitos de narcotráfico, que ha pasado del 33
por ciento en 1996 al 29 por ciento en el año 2000. Junto a estos
datos, que sin duda son positivos y que a todos nos hacen vislumbrar
un horizonte, insisto, no para pensar que vamos a terminar con el
problema pero sí para ver que se va a avanzando en su resolución, hay
también unos desafíos a los que tenemos que dar respuesta. El primero
de ellos es que, hoy, la Unión Europea es el primer mercado de drogas
del mundo, habiendo desplazado a Norteamérica de esa posición, lo que
significa que el esfuerzo de los norteamericanos en la lucha contra
la droga está siendo mayor que el de los europeos y esto es algo que
hemos de tener en cuenta. El segundo desafío es la disminución del
rechazo y de la sensación de peligro que el consumo de drogas genera
en algunos sectores de la sociedad, fundamentalmente en los sectores
más jóvenes. Hay una especie de mayor aceptación con respecto al
consumo de drogas y la mayor aceptación juvenil de la droga tiene
mucho que ver con cambios en los hábitos de consumo que se están
operando. Así, del consumo de droga marginal y continuo,
especialmente en el caso de los heroinómanos, estamos pasando a un
consumo lúdico de fin de



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semana. Este consumo más ocasional, vinculado al ocio, hace que el
joven consumidor no tenga la percepción de ser adicto, ni tenga la
percepción de los riesgos que para su salud implica ese consumo. Así,
se puede observar que en algunos países europeos, incluido España,
hay una disminución de la edad de inicio del consumo de drogas que
aumenta el número de policonsumidores, aquellos que mezclan distintos
tipos de droga con alcohol, así que, como digo, disminuye la
percepción de peligro, por lo que hay que tener muy en cuenta este
fenómeno. Un tercer desafío que tenemos que afrontar lo constituye la
proliferación de drogas sintéticas, las cuales pueden ser elaboradas
y comercializadas prácticamente en el mismo sitio en el que se
consumen. Y por último, resulta especialmente preocupante la
expansión del crimen organizado internacional, una delincuencia que
precisamente encuentra en el narcotráfico su principal fuente de
ingresos y que tiende a combinar el narcotráfico con otros tipos de
tráfico ilícito, como el de personas -el más espantoso de todos- y la
emigración clandestina irregular.

Hacer frente a todos estos desafíos pasa antes que nada por redoblar
nuestro esfuerzo y nuestra voluntad política para acabar con este
fenómeno negativo no sólo para la salud pública, muy especialmente la
de los jóvenes, sino también para la convivencia, por lo que la droga
supone de deterioro de las relaciones personales y familiares y sus
implicaciones con la delincuencia y otro tipo de conductas
antisociales. Por eso, permítanme que lo diga, quienes somos
responsables directos por lo menos de una parte del problema, como
somos las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, valoramos el
trabajo que lleva a cabo esta Comisión, que es esencial para poder
reafirmar y reforzar nuestro compromiso y nuestra voluntad de acabar
con la droga. En segundo lugar, considero necesaria una revisión
estratégica que adapte nuestra lucha contra la droga a las nuevas
formas del narcotráfico y a sus nuevos hábitos de consumo, a los que
me he referido. Esta revisión estratégica, que acaba de ser ayer
culminada con el Plan nacional sobre la droga, debe concentrarse a mi
juicio en dos aspectos fundamentales, a los que hasta la fecha quizá
no hemos prestado suficiente atención y hay que prestársela y
redoblar nuestros esfuerzos. Por un lado, la prevención, como eje de
toda política contra la droga y, por otro, la reorientación de la
represión contra el narcotráfico hacia la investigación de las redes
organizadas y las tramas financieras del blanqueo de capitales. Soy
muy consciente de que con respecto a estas materias no les voy a
decir nada nuevo, porque ustedes son expertos y están tratando este
asunto desde hace tiempo; no obstante, quiero exponerles mis
reflexiones que, si coinciden con las de SS.SS., mucho mejor.

Por último, debemos hacer un esfuerzo especial en relación con la
cooperación internacional. El fenómeno de la globalización, con todos
sus aspectos políticos,
tiene asimismo aspectos negativos y es que también se acentúa el
carácter internacional del delito. En el caso de la droga siempre ha
sido así, pero todavía más con el crecimiento, con la globalización
de las redes que se dedican a este tipo de delito. Hoy sólo es
posible dar respuesta a este fenómeno desde una actuación conjunta
y coordinada desde la comunidad internacional, con todos los
instrumentos que se puedan utilizar a este fin. En nuestro caso, el
énfasis en la cooperación internacional debe tener un primer lugar en
el ámbito del espacio de seguridad, libertad y justicia que se está
generando en la Unión Europea y debe incidir también de manera
decisiva en la colaboración con los países productores. Estoy
hablando concretamente de nuestras relaciones con Marruecos y con los
países iberoamericanos.




Dicho todo esto, quisiera hacer ahora un breve balance de las
actuaciones llevadas a cabo por la Guardia Civil en materia de la
lucha contra el narcotráfico. Como he manifestado, se trata de un
problema que hay que afrontar desde muchos puntos de vista y yo, como
director de la Guardia Civil, a partir de ahora me voy a centrar en
lo que es el combate del mismo desde el punto de vista policial.

Desde mi última intervención en esta Comisión mixta, en abril de
1998, el balance, sin caer en ningún tipo de autocomplacencia, puede
calificarse de satisfactorio, alentador, cuando menos. Les decía que
nuestra estrategia se sustenta en un doble eje: la contribución que
desde la Guardia Civil podamos hacer en relación con la tarea
esencial de la prevención y la lucha contra las tramas organizadas
del narcotráfico internacional. En cuanto a la prevención, tarea con
respecto a la cual todas las unidades de la Guardia Civil están
haciendo un esfuerzo muy especial, quiero decir que hemos
incrementado nuestras actuaciones. Uno de los problemas que más nos
preocupa es la falta de conciencia del peligro que supone el consumo
de drogas entre nuestros jóvenes, siendo obvio que, para lograr esa
concienciación, resulta esencial la acción de las familias, la
educación en las escuelas, las campañas específicas de todas las
administraciones y la acción de los medios de comunicación, pero
también es muy importante la acción de la Policía Nacional, de la
Guarda Civil y de las policías locales denunciando el consumo público
de drogas. Es un último resorte en manos de los poderes públicos para
hacer ver a esos colectivos que el consumo de drogas no es una
conducta aceptable, que la sociedad no tolera implícitamente ese tipo
de conducta y que las posibilidades de ser sancionados por ello son
muy altas.

Quiero señalar además que este tipo de denuncias constituyen en el
caso de los menores una vía, a veces la única, para informar a los
padres de que sus hijos son consumidores de droga, algo que
naturalmente en muchos casos desconocen. Denunciar el consumo en
público, que de por sí puede parecer que es una acción directamente
represiva, también es una acción preventiva,



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puesto que a través de dicha denuncia se activan determinadas señales
de alarma que pueden hacer que padres y educadores puedan tomar
medidas. Estoy hablando de población juvenil. El esfuerzo realizado
en materia de prevención ha hecho que el incremento anual de este
tipo de actuaciones sea superior al 10 por ciento. Cada año
realizamos aproximadamente un 10 por ciento más de intervenciones en
esta dirección. Durante el año 1997 se hicieron 40.093, aumentó a
42.200 en 1998 y a casi 54.000 en 1999, alcanzando en el año 2000
-últimos datos de que disponemos- la cifra de casi 59.000
intervenciones, lo que supone un incremento de casi el 50 por ciento
desde el año 1997 en este tipo de actuaciones. Insisto en que ello
tiene un doble valor. Por un lado, se denuncia algo que no se puede
hacer, el consumo público de drogas y, por otro, es una forma de
alertar sobre el problema. A título informativo, por si no lo saben,
las provincias que mayor número de denuncias han acumulado en este
período por tenencia y consumo público de drogas son Las Palmas,
Madrid, Barcelona, Alicante, Málaga y Valencia, que han llegado a
alcanzar casi el 40 por ciento del total de las denuncias
practicadas, siendo nuestra acción muy intensa en la demarcación de
nuestra responsabilidad.




Sin embargo, nuestra labor de prevención no pasa sólo por la denuncia
del consumo público de estupefacientes. El año pasado iniciamos un
programa de actuación para aumentar y mejorar la labor en el campo de
la prevención, transmitiendo información acerca del fenómeno de las
drogas, actuando como mediadores ante situaciones críticas o
simplemente prestando auxilio o asistencia. Así, a instancias de la
Guardia Civil, se ha celebrado en la Delegación del Gobierno para el
Plan nacional sobre drogas un curso dirigido a profesores de centros
de formación de la Guardia Civil y del cuerpo nacional de Policía con
el objeto de que adquieran los conocimientos precisos en materia de
prevención y asistencia a drogodependientes, que a su vez puedan
transmitirlos luego a los alumnos que participen y que se encuentran
en estos centros de formación tanto de la Guardia Civil como del
cuerpo nacional de Policía. En la misma línea, el Plan nacional sobre
la droga va a facilitar -quizá ya lo ha hecho, no puedo precisarlo en
este momento- una especie de guía con conocimientos prácticos y con
direcciones de interés, para que las lleven consigo todas las
patrullas de la Guardia Civil y sepan qué hacer en cada momento
cuando se encuentren ante una situación de estas características.

Con respecto a la represión del narcotráfico propiamente dicha, en
primer lugar debo destacar el incremento de las incautaciones de
droga. Antes he hecho referencia al nivel europeo y por lo que se
refiere a la Guardia Civil tengo que decir que la droga más
significativa es el hachís, que ha ido creciendo de manera importante
año tras año: 198 toneladas incautadas por la Guardia Civil en 1997,
252, en 1998 y 293, durante
1999, habiéndose superado en el año 2000 las 329 toneladas
aprehendidas. Vuelvo a repetir lo que dije antes. Si parece que la
producción de hachís va disminuyendo, el hecho de que esté aumentando
el número de aprehensiones o las cantidades aprehendidas demuestra
que hay una mayor eficacia operativa. Para tener conciencia de la
verdadera dimensión de estas aprehensiones, hay que señalar que las
cifras correspondientes al año 1999, que son las que podemos
comparar, representaron un 55 por ciento del total del hachís
incautado en Europa en ese año y un 67 por ciento del total nacional
en ese mismo año, alcanzando en el 2000 el 70 por ciento. Del total
del hachís que se aprehende en la Unión Europea la Guardia Civil
aprehende el 55 por ciento, y del total del hachís que se aprehende
en España, la Guardia Civil aprehende el 70 por ciento, lo que da
muestra de su actividad en este campo.

Es también muy importante la variación experimentada por las
pastillas de éxtasis aprehendidas, que fueron 39.500 en 1997 y
282.000 en el año 2000. En cuatro años se ha pasado de 39.500
pastillas a 282.000 y esta evolución corresponde, además, con los dos
tipos de drogas más consumidos en la sociedad española, el hachís y
el éxtasis. Por lo que respecta a la heroína, en el año 2000 la
Guardia Civil incautó 262 kilos, el 56 por ciento de todo lo que se
incautó en territorio nacional, lo que representa una incremento del
279 por ciento. Estos datos son especialmente relevantes si los
comparamos con los del año 1996, en el que la Guardia Civil incautó
69 kilos, lo que sólo representó el 12 por ciento del total nacional.


La Guardia Civil ha pasado de incautar 69 kilos de heroína, en 1996,
a incautar 262, en el año 2000. Por último, en el año 2000 la Guardia
Civil intervino el 48 por ciento de la cocaína incautada en España.

Todas estas incautaciones no han sido realizadas en exclusiva por las
unidades desplegadas en nuestras costas y fronteras, incluyendo los
recintos aduaneros, sino que son resultado también de laboriosas
investigaciones que llevaron a la desarticulación de numerosas bandas
de narcotraficantes. En este sentido, quiero destacar el hecho de que
en estos momentos están abiertas por parte de los EDOA, que son las
siglas de unos equipos especializados que creamos, equipos de delito
organizado y antidroga, y otras unidades de investigación fiscal y
antidroga, más de 270 operaciones, cuyos frutos obtendremos en un
futuro próximo.

Fruto de esa creciente labor de investigación por parte de la Guardia
Civil es también el significativo aumento del número de detenidos por
delitos relacionados con el narcotráfico, que en el año 2000
superaron los 6.500. Esta cifra resulta especialmente significativa
si se tiene en cuenta que, mientras que en 1996 la Guardia Civil
efectuaba el 38 por ciento de las detenciones que se realizaban en
España por ese tipo de delitos, en el año 1999 ese porcentaje ha
crecido hasta casi



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el 50 por ciento. Son datos que doy a SS.SS. para que vean el
esfuerzo que está haciendo la Guardia Civil para combatir el
narcotráfico. En 1996 hacíamos el 38 por ciento de las detenciones
que se realizaban en España y en 1999 el porcentaje creció hasta el
50 por ciento.

Entre todas las investigaciones de narcotráfico estamos priorizando
aquéllas que se refieren a la lucha contra el blanqueo de capitales,
verdadera columna vertebral de la delincuencia organizada
internacional. Este tipo de operaciones tiene su relevancia, porque
atacan a la principal razón de ser de dichas organizaciones, como es
obvio, la obtención de beneficios. Los resultados que hemos
conseguido en esta lucha han sido especialmente importantes durante
1999, cuando la unidad central de investigación fiscal y antidroga,
la Ucifa, llevó a cabo dos operaciones muy importantes, las
denominadas Paralelo y Solarium 120, cuyo balance fue de 56
detenidos, la incautación de una cifra aproximada a los 1.000
millones de pesetas, entre moneda nacional y divisas en metálico, así
como la aprehensión de diversos vehículos y embarcaciones, no
pudiendo calcularse, porque cualquier cálculo sería aventurado, las
cantidades de dinero cuyo blanqueo se evitó como consecuencia de
estas dos importantes operaciones. En estos momentos permanecen
abiertas 16 operaciones en materia de blanqueo de capitales, de las
que esperamos, al igual que de las de narcotráfico estrictamente
hablando, poder tener resultados relevantes a corto plazo.

Un tercer elemento que quisiera destacar de forma muy especial en la
lucha contra el narcotráfico es el impulso que hemos dado a la
colaboración con el resto de las fuerzas de seguridad,
fundamentalmente con el cuerpo nacional de Policía, y de forma muy
especial la cooperación con el DAVA, el antiguo SEVA, colaboración
que ha dado lugar a numerosas operaciones especiales realizadas de
manera conjunta. Así, desde mayo de 1998, en que llevamos a cabo la
primera operación conjunta DAVA-Guardia Civil, se han ido
seleccionando lugares especialmente sensibles para nuestras costas,
operaciones que han sido muy relevantes, con resultados muy
importantes. La puesta en común de las informaciones, de los recursos
humanos y materiales, ha permitido, a lo largo de las operaciones
realizadas, la incautación de más de 30 toneladas de hachís, 81
embarcaciones, 31 vehículos y la detención de casi 150 personas.

Quedan muy lejos aquellos días en los que efectivos del SEVA y de la
Guardia Civil se disputaban un alijo en la arena de una playa,
incidentes que SS.SS. seguro que recuerdan. Eso se producía en 1996 y
hoy estamos muy lejos de esas situaciones; todo lo contrario, hay una
perfecta coordinación entre el DAVA y la Guardia Civil en la lucha
contra el narcotráfico.

Todos estos resultados a que me he referido, el incremento del número
de actuaciones, el aumento del volumen de las incautaciones, de
detenidos, las crecientes
operaciones contra el blanqueo de capitales, no son, como
fácilmente podrán suponer SS.SS., fruto de la casualidad. Estos
éxitos son fruto de la entrega, de la profesionalidad, de la vocación
de servicio, del especial compromiso en la lucha contra la droga que
todos los guardias civiles tienen, desde los que sirven en unidades
especializadas de investigación hasta el componente del puesto más
modesto de nuestro despliegue territorial. Dicho esto y reconociendo
el mérito de los hombres y mujeres miembros de la Guardia Civil, que
están día a día trabajando -creo yo y permítanme que así lo diga-,
este balance es también consecuencia de una serie de medidas que
desde la Dirección General pusimos en marcha y que hemos ido
adoptando en estos años para lograr una mayor eficacia en la lucha
contra la droga. Voy a referirme muy brevemente a algunas de las
líneas estratégicas que hemos puesto en marcha desde la Guardia Civil
para luchar contra la droga.

En primer lugar, quiero destacar que hemos creado recientemente una
Jefatura Fiscal y de Fronteras -todavía no ha podido dar resultados
porque se ha creado por decreto de 28 de julio de 2000- que supone
una modificación de lo que era nuestra estructura tradicional en la
lucha contra la droga. Esta nueva Jefatura Fiscal y de Fronteras va a
agrupar todos aquellos servicios con funciones fiscales y de
vigilancia y control de fronteras, entre ellos el servicio marítimo.

Con esta nueva organización creemos que vamos a poder dar una
respuesta más eficaz a la lucha contra la droga, especialmente en
nuestras costas, al lograr una mayor y mejor coordinación de todas
las unidades y servicios implicados en esta misión, desde el punto de
vista de despliegue, tanto aéreo como terrestre.

En segundo lugar, quiero también destacar la puesta en marcha del
denominado proyecto SIVE, del que SS.SS. han oído hablar, del sistema
integral de vigilancia exterior, con respecto al que en su momento se
derrocharon ríos de demagogia, pero que consideramos un sistema
imprescindible, si queremos asumir con eficacia nuestra
responsabilidad en la custodia de un amplio sector de la frontera
exterior, no ya española sino de la Unión Europea. Ante esta nueva
responsabilidad y la especial conflictividad existente en el sur de
nuestro litoral por la proximidad del continente africano, más
concretamente del Magreb, principal productor de cannabis y sus
derivados, como saben, la Guardia Civil inició hace unos años la
puesta en marcha de este plan de cobertura de la frontera sur. El
SIVE supondrá una mejora notable de la vigilancia de la costa
andaluza, en principio, y del archipiélago canario, mediante el
establecimiento de medios de detección apropiados, como radares,
cámaras térmicas y otros aparatos de visión nocturna. Se trata de un
dispositivo operativo que, sobre un soporte técnico, facilitará la
vigilancia de la frontera sur, aportando en tiempoútil, y eso es muy
importante, tanto la información



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obtenida en los centros de decisión como permitiendo la transmisión
de órdenes para interceptar cualquier elemento susceptible de entrar
ilegalmente en el territorio nacional.

La detección de cualquier embarcación se podrá efectuar a una
distancia de 10 kilómetros de la costa, haciendo posible su plena
identificación a cinco kilómetros, lo que nos va a permitir un tiempo
de reacción suficiente para poder actuar de forma directa, con los
medios adecuados, en el punto de la costa donde se prevea que se
puede intentar el alijo o desembarco. Uno de los problemas que
tenemos, aunque para otras cosas supone una ventaja, es los pocos
kilómetros que separan el continente europeo del continente africano,
por lo que el tiempo de reacción de las unidades a veces es muy
corto. Con el SIVE se va a conseguir, fundamentalmente, que podamos
detectar a 10 kilómetros, lo que nos dará un margen para poder
reaccionar ante la llegada de una embarcación. Si hablamos de
narcotraficantes que suelen utilizar barcos rápidos, la verdad es que
esto va a suponer un incremento de la eficacia muy notable. En estos
momentos estamos finalizando el período de contratación de la primera
fase del SIVE, que se va a instalar en la zona contigua al Estrecho.

El despliegue definitivo se hará progresivamente, haciéndose
extensivo al resto de la costa andaluza, en el futuro a toda la costa
española y al archipiélago canario, por ser los puntos más calientes
en estos momentos. Es un gran esfuerzo inversor que redundará, sin
duda, tanto en una mayor eficacia operativa en la lucha contra el
narcotráfico como en la optimización del empleo de los siempre
escasos recursos humanos disponibles.

En tercer lugar, quiero destacar que tenemos diseñado un proyecto de
integración y potenciación de todas nuestras unidades de
investigación criminal, tanto en el órgano central de la Dirección
General como en nuestra estructura territorial. Como les decía antes,
el crimen organizado, que tiene en la droga su principal fuente de
ingresos, complementa en muchas ocasiones esta actividad con la
realización de otro tipo de delitos, desde el tráfico de inmigrantes
irregulares hasta el tráfico y el comercio de obras de arte
sustraídas, vehículos robados, armas y contrabando de tabaco, entre
otras muchas posibilidades. Pues bien, esta naturaleza multifacética
del crimen organizado hacía poco operativo que tuviésemos las
unidades de investigación en compartimentos estancos, según los
diferentes tipos de delitos, cuando los delitos eran diferentes pero,
en muchos casos, las tramas eran las mismas. Por esta razón, mediante
el decreto al que antes me he referido, se reúnen todas las unidades
de investigación criminal de la Guardia Civil bajo una jefatura única
de Policía judicial, lo que nos va a permitir una mayor integración
de la información y una mayor coordinación de las investigaciones.

Este proyecto contempla, además, un importante incremento del número
de efectivos dedicados a la lucha contra la droga, el crimen
organizado y
la delincuencia económica, aunque en este aspecto, como en otros
muchos de nuestra actuación, la calidad prima sobre la cantidad. Por
ello, vamos a mejorar la formación y la especialización de estos
efectivos y también estamos ejecutando un plan de modernización de
los medios materiales. A su vez, está muy avanzada la creación de una
base de datos única de información e investigación, que sin duda
facilitará la gestión del conocimiento entre todas las unidades
implicadas en estas tareas.

En cuarto lugar, quiero señalar nuestra voluntad de potenciar y
priorizar nuestra faceta de Policía aduanera contra el resguardo
fiscal, que la Guardia Civil viene desarrollando en todos los
recintos aduaneros de nuestro país, puertos, aeropuertos, aduanas
terrestres, puertos deportivos, etcétera. En este campo la Guardia
Civil, consciente de la importancia del control del comercio exterior
por su utilización como medio para el tráfico de las drogas, ha
comenzado desde hace unos años una importante reestructuración y
modernización de sus servicios. Entre las principales medidas que
hemos adoptado ya cabe destacar la creación, dentro de los recintos
aduaneros, de unas Oficinas de análisis e investigación fiscal
conocidas con las siglas Odaifis, que entraron en funcionamiento a
principios del año 1999 y cuyo objetivo es dar respuesta eficaz al
control del creciente tránsito de contenedores que se produce en
nuestros puertos, empleando para ello técnicas avanzadas de análisis
de riesgos. El contenedor, dentro del contexto comercial, cada vez se
utiliza más, pero plantea un problema en relación con el tráfico de
drogas. Por nuestras aduanas pasan miles de contenedores, que vienen
precintados, por lo cual es muy difícil saber si en algunos de ellos
viene o no droga. Como he dicho, las Odaifis utilizan una técnica muy
avanzada de análisis de riesgo, teniendo en cuenta la procedencia del
contenedor, los puertos por donde ha pasado, quién es el
consignatario, etcétera. Como es imposible abrir todos los
contenedores, por una serie de parámetros que analizan expertos en
esta materia se produce una selección de aquellos contenedores que
consideran que hay más riesgo de que traigan drogas. Quiero decir que
el resultado obtenido por estas Odaifis, a pesar del poco tiempo
transcurrido desde su implantación, puede calificarse de excelente,
especialmente en la detección de la cocaína procedente de
Iberoamérica, transportada en gran parte, como he dicho, utilizando
estos contenedores. Ahora estamos mejorando la preparación de estas
unidades, que en un futuro próximo potenciarán su acceso a bases de
datos informatizadas para mejorar su eficacia porque, como he dicho,
estas técnicas de análisis se basan fundamentalmente en datos que hay
que cruzar y comparar, para poder llegar a la conclusión de que hay
determinadas probabilidades de que en ese contenedor pueda venir
algún alijo de droga.

El cuarto pilar sobre el que hemos asentado nuestra lucha antidroga
es la mejora de la formación en todas



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aquellas facetas que tienen que ver con esta misión. Puedo decir que
en los últimos cuatro años hemos formado 2.300 especialistas en temas
fiscales, que es un número muy alto, y continuamente estamos llevando
a cabo cursillos o seminarios de actualización para el personal que
desempeña su labor en las diferentes unidades fiscales y antidrogas.

En este campo de la enseñanza puedo decir que la Guardia Civil viene
formando desde hace años personal especializado en las
investigaciones patrimoniales y contra el blanqueo de capitales
provenientes del narcotráfico, cuestión muy importante. En este
sentido quiero decirles que este año vamos a impartir esta enseñanza
avanzada en la recientemente creada Cátedra de delitos económicos y
financieros Marqués de Rodil que fue, en su día, el fundador del
cuerpo de Carabineros), fruto del convenio marco de colaboración que
tenemos entre la Guardia Civil, el Instituto universitario Duque de
Ahumada, la Universidad Carlos III y la fundación del Instituto de
Crédito Oficial. Hemos puesto en marcha esta cátedra para formar
a nuestros efectivos en esta materia tan complicada del blanqueo de
dinero, en la que hay que tener conocimientos financieros y
mercantiles muy específicos para poder perseguir efectivamente este
tipo de delitos.

Una quinta línea de actuación es la potenciación de los controles en
el interior de nuestro territorio, siendo muchísimas las
aprehensiones de estupefacientes que se llevan a efecto por nuestras
patrullas de seguridad ciudadana -desplegadas con otras funciones,
pero también con éstas- o por nuestras patrullas de tráfico en las
carreteras, cuya vigilancia, como saben, está también encomendada a
la Guardia Civil. En este campo del control interior se está
trabajando en la confección de un plan de control de aeródromos,
aeroclubes y otro tipo de pequeños aeropuertos, cuya vigilancia está
encomendada por ley a la Guardia Civil, para evitar que avionetas
procedentes del norte de África o de otros sitios puedan introducir
hachís en nuestro país, como ya ha ocurrido en alguna ocasión. Es muy
difícil controlar este tipo de tráficos aéreos porque en el más
pequeño aeródromo de la más pequeña provincia española puede
aterrizar una avioneta, y estamos poniendo en marcha un plan para
poder tener un mayor control sobre estos transportes.

Un último eje de nuestra política antidroga es la modernización e
innovación de los medios materiales y equipos y, no diría yo dentro
de nuestras limitaciones pero sí teniendo en cuenta que siempre
tenemos que administrar recursos escasos, estamos haciendo un
esfuerzo en esta materia: vehículos, ordenadores, equipos
especiales... Uno de los instrumentos que ha demostrado ser de mayor
utilidad en la vigilancia de costas son las cámaras térmicas -de las
que SS.SS. han oído hablar-, que permiten el ejercicio efectivo de la
vigilancia nocturna. Así, desde el año 1998 hemos adquirido ocho
unidades sobre vehículo y 28 portátiles,
lo que ha incrementado de forma muy significativa la eficacia de
nuestras unidades.

Por lo que se refiere a la potenciación de estos programas
y actividades a través del incremento en las dotaciones de recursos
humanos, quiero informar a SS.SS. que los efectivos empleados por la
Guardia Civil en la vigilancia de costas es en la actualidad de casi
1.000 hombres y mujeres; repito, casi 1.000 efectivos que se dedican
exclusivamente a la vigilancia de costas. Lógicamente las unidades
territoriales desplegadas en provincias con costa o donde
consideramos que hay más problema, se dedican a esta cuestión, pero
a lo que denominamos patrullas de costas se dedican 1.000 efectivos
especializados. En los recintos aduaneros tenemos 3.572 especialistas
fiscales y el número de investigadores especializados en materia de
droga es de 830. Hemos hecho un esfuerzo también muy importante en un
servicio que es fundamental para combatir el narcotráfico, que es el
Servicio Marítimo. En 1996 teníamos 25 barcos y hoy estamos hablando
de 44; cuando digo barcos hablo de patrulleras de 26 metros porque
embarcaciones tenemos un centenar y tenemos un programa para
incorporar al Servicio Marítimo entre dos y tres cada año. En 1996
había ocho servicios marítimos y hemos creado nueve más. Se han
creado servicios marítimos en Pontevedra, Tarragona, Cádiz, Valencia,
Castellón, Baleares, Las Palmas, Girona y Ceuta y tenemos un plan
para crear un servicio marítimo en el resto de las provincias con
costa en que no hay. Así, en 2001, lo crearemos en Asturias y
Alicante; en 2002, en Vizcaya y Tenerife; en 2003, en Lugo y Granada
y, en 2004, Guipúzcoa, con lo que ya tendremos un servicio marítimo
provincial en cada provincia con litoral. Insisto, en 1996 teníamos
solamente ocho. Otro aspecto relevante en la lucha contra el
narcotráfico es el medio aéreo, a través de los helicópteros. Hemos
hecho un esfuerzo aquí también. Había 26 helicópteros y pronto habrá
36 porque vamos a incorporar 10 que hemos comprado a las Fuerzas
Aeromóviles del Ejército de Tierra, a las Famet. Son helicópteros que
ya no les son útiles para sus operaciones, pero que nos vienen muy
bien. Son iguales que los nuestros y algunos de ellos con menos horas
de vuelo de los que constituyen la flota de la Guardia Civil.

En definitiva, quiero reiterarles un mensaje de optimismo razonable y
justificado en nuestra lucha contra la droga. Estoy convencido de que
la nueva estrategia aprobada por el Gobierno para el período 2000-
2008 cuenta con un amplio reconocimiento y consenso, con un buen
respaldo internacional. Va a dar resultados y vamos a mantener una
tendencia a la baja tanto en la oferta como en el consumo de droga en
nuestro país en la próxima década. Estoy convencido de que eso va a
ser así. Las cifras que les he presentado esta mañana dejan pocas
dudas sobre la importancia que la Guardia Civil tiene en esta
estrategia, en el papel que jugamos, tanto en lo que se refiere a la
prevención del consumo



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como en la represión del narcotráfico y, desde luego, nuestra más
firme voluntad es que en el futuro podamos seguir contribuyendo cada
vez con más eficacia en este gran objetivo.

Como les he dicho, la creación de la nueva Jefatura Fiscal y de
Fronteras, la puesta en marcha del SIVE, que está dando sus primeros
pasos, la potenciación de nuestras unidades de investigación sobre el
crimen organizado... Estoy seguro que si dentro de dos años me reclaman
nuevamente para hacer un balance de nuestra actuación, el resultado
es que las cifras serán aún mejores. Esta es nuestra contribución a
un problema que no tiene sólo una solución mediante la aplicación de
medidas policiales, pero son también importantes, y la Guardia Civil
trata de cumplir esa parte del papel que en la lucha contra la droga
mantiene toda la sociedad española.

Gracias, señor presidente.




El señor PRESIDENTE: Muchísimas gracias, señor director de la Guardia
Civil. ¿Grupos parlamentarios que desean intervenir, por favor?
(Pausa.)
Según el orden que corresponde, debe intervenir el Grupo Socialista,
que es el grupo proponente. Tiene la palabra la diputada doña
Cristina Alberdi.




La señora ALBERDI ALONSO: En primer lugar, señor Valdivielso, quiero
darle las gracias por su comparecencia hoy aquí, a petición del Grupo
Socialista, para informar sobre las actuaciones de la Guardia Civil
en materia de represión del narcotráfico. También quiero enviar un
saludo afectuoso a todos esos guardias que, dicho sea de paso y a mi
modo de entender, reciben un salario pequeño en comparación con el
trabajo extraordinario y fabuloso que realizan y en comparación
también con el resto de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y
de las autonomías.

Señor Valdivielso, le he escuchado con suma atención y con el respeto
que se merece una persona que tiene la responsabilidad de dirigir una
institución de la solera y de la relevancia de la Guardia Civil, de
una institución que ha sabido reestructurarse día a día para cumplir,
junto con la Policía nacional, la tarea de la lucha contra el
narcotráfico que como sabe, y nos ha reiterado, es una de las grandes
amenazas de presente y de futuro de nuestra sociedad. Estamos de
acuerdo, señor Valdivielso, en que la droga es un drama humano, un
drama familiar y un gravísimo problema social y que afecta con más
intensidad a jóvenes y a grupos marginados. Sabemos que la droga
amenaza los derechos humanos y las libertades de los ciudadanos, que
esclaviza, que envilece y que atenta contra la libertad y la dignidad
de las personas y, por tanto, hay que combatirla desde todos los
frentes. Hay que actuar contra ella y ello exige actuar en varios
campos. Uno de esos campos es el de la oferta, que es donde actúan
ustedes.

Estamos de acuerdo en que hay que atacar la oferta, y esto exige una
cooperación internacional, pero también exige un control estricto de
las fronteras, de las costas, de los puertos y de los aeropuertos
para evitar que la droga llegue al mercado interior y nos exige algo
más fundamental todavía: acabar con las poderosas redes de
narcotráfico.

Aquí surge mi primera pregunta, a pesar de todo lo que nos ha
expuesto. Señor Valdivielso, ¿los medios de que disponen para luchar
contra el narcotráfico están a la altura de la gravedad del problema?
Sé que quienes quieren que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del
Estado dispongan de los mismos medios que tienen los
narcotraficantes, con el fin de luchar contra ellos, piensan en una
utopía y del mismo modo que la mente del delincuente siempre es más
fértil que la del legislador, los medios de los que disponen los
narcotraficantes para realizar esa finalidad específica del
narcotráfico, que sólo tiene que ocuparse de eso, que es su único
negocio, desgraciadamente son siempre mayores, más fértiles que los
que puede dedicar el Estado más potente a defender la seguridad de
todos. Sin embargo, señor Valdivielso, si no se puede estar a la
altura de ellos, al menos hay que intentarlo y para comenzar le diré
que si lee el Plan nacional sobre drogas aprobado hace unos meses por
el Gobierno y con una duración de aquí al año 2008, podrá comprobar
que cuenta con 156 páginas. De todas ellas, el Gobierno del Partido
Popular dedica cinco folios a la reducción de la oferta; de ellos,
tres son de pura información y, dos y medio, de objetivos abstractos.


Pues bien, esos objetivos son 14 y ustedes, a las Fuerzas y Cuerpos
de Seguridad del Estado les dedican dos, el tercero y el cuarto, que
son: diseñar y llevar a cabo programas de formación en prevención de
drogas y actuar en el ámbito de la reorganización y optimización de
las unidades de investigación.

Esto puede constituir un mal comienzo para un plan al que durante los
próximos años de vigencia se le dedica tan poco espacio. La siguiente
pregunta sería: ¿A cuánto asciende el capital previsto para destinar
este año y los próximos a las actuaciones de la Guardia Civil, en
concreto, dentro del Plan nacional sobre drogas? Es verdad que en el
preámbulo del Plan nacional se dice que se prevé en la estrategia el
Plan de modernización tecnológica para las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado en materia de comunicaciones, tratamiento de
datos y recursos materiales, pero no se habla de recursos humanos.

¿Cómo es posible que con la creación de los diferentes grupos de la
Guardia Civil como los Emume, para la atención de la mujer y del
menor; el Seprona, para la defensa de la naturaleza; el Edati, para
la atención al inmigrante; el Servicio Marítimo de la Guardia Civil y
los equipos para la lucha contra la delincuencia organizada y
antidroga, los Edoa, pueda ser efectiva la Guardia Civil sin aumentar
considerablemente sus efectivos? ¿Dónde están aquellos 10.000
efectivos que usted estimaba en 1996 que



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debían aumentar en la Guardia Civil? Algo nos ha referido a lo largo
de su intervención y hemos visto que hay un cierto optimismo que
tiene una comprensión debido a los aumentos que ha habido, pero
todavía es insuficiente. Usted, al igual que nosotros, sabe que hace
unos años el número de guardias era suficiente, pero en la actualidad
y sobre todo con la inmigración, están desbordados y tienen pocos
efectivos para luchar bien contra el tráfico de drogas.

Señor Valdivieso, ¿sabe lo que está ocurriendo en Andalucía, en
Cádiz, zona de entrada del cannabis para consumo nacional y para
suministro de Europa? Hay como sabe, al día de hoy, un repunte del
cannabis. El de Marruecos es más puro porque los marroquíes han
mejorado mucho las plantaciones. El 80 por ciento del que se consume
en el mundo procede de Marruecos y nuestro país es, como se dice, un
coladero de este producto hacia Europa. Las mafias marroquíes han
descubierto que obtienen más plusvalía si introducen ellos la droga
en nuestro país y han organizado sus estructuras. Se están
organizando para traer la mercancía y también se están
criminalizando, a pesar de que como usted nos ha explicado la Policía
y los servicios de las autoridades marroquíes trabajan activamente
para luchar contra el narcotráfico y son de las más activas en otro
tipo de narcotráfico. Sabe usted que las redes del cannabis envían
las pateras por un lado y la droga por otro, y también sabe que por
cada 10 alijos que se cogen entran muchísimos más kilos y además que
muchos de estos alijos son sólo señuelos para introducir más droga
y en más cantidad por otro lado. Sencillamente hay ocasiones en las que
hay que reconocer que ustedes no dan abasto y que hay una evidente
falta de recursos; quizás tendría que haber más recursos.

Le pregunto si ha estado usted en Barbate, supongo que sí, porque,
siendo un lugar de droga, es lógico que usted, como director general
de la Guardia Civil, con esa responsabilidad, conozca claramente lo
que está pasando allí, pero es terrible la situación en Barbate. Es
un pueblo del que se ha apoderado la droga, se hace alarde de ello y
se vive con toda naturalidad el tráfico. ¿Sabe usted cuánto pagan a
los bosquimanos? -a los que recogen los fardos en la playa les llaman
así-. Pues a 100.000 pesetas el kilo recuperado, y como en el nuevo
Código a partir de un kilo es la misma pena que con 300 kilos, se
arriesgan, porque, si les sale bien, se dan, como se dice, el
pelotazo. Quizás hay algunas reformas de nuestras normas penales en
las que ahora no vamos a entrar pero que podrían mejorar la
persecución de este tipo de delitos.

Hay un dato que nos llama la atención, también relativo a Barbate, y
es que el concesionario de motos de Barbate es el concesionario que
más motos ha vendido en toda España. Sabrá usted la cantidad de
gayumberos que tienen ustedes a sus espaldas, la cantidad de chavales
que van en moto vigilando a la Guardia Civil e informando a las
planeadoras por dónde van ustedes
y por dónde no deben ir ellos. Y lo peor es que los jóvenes están
idealizando la figura del narcotraficante, en primer lugar porque han
descubierto que el narcotráfico les reporta mucho más dinero que
cualquier trabajo. Además, como hay paro, escasean los puestos de
trabajo, y el cannabis se está viendo con naturalidad por la sociedad
en esas zonas, y cuando se detiene a alguno hasta las propias madres
protestan porque dicen con toda tranquilidad y de forma natural que,
si no hay trabajo, algo tienen que hacer. Esto es, sin duda, muy
triste, y algún coto habrá que poner a ello. Hay niños que ejercen de
cabeza de familia porque traen más dinero a casa que el padre y la
madre juntos, son chavales de 16 años que llevan 400.000 ó 500.000
pesetas a casa cada día; la cifra verdaderamente es extraordinaria.

Se está creando, señor Valdivielso -seguramente no le descubro
a usted nada como responsable de la Guardia Civil- la narcoeconomía, el
vivir del narcotráfico, y después se montan además negocios legales
para blanquear el dinero. Usted también se ha referido al tema del
blanqueo, a la dificultad enorme -y bienvenidos sean esos cursos en
la Carlos III para su conocimiento- que hay en torno al tema de la
averiguación de dónde se produce el blanqueo de dinero. Un porcentaje
alto de las mujeres de narcotraficantes tiene negocios, y además un
tipo de negocios que se derivan de ese dinero obtenido ilegalmente.

En La Línea de la Concepción, que tiene un 40 por ciento de índice de
paro, tendría que estar la gente en una situación mucho más difícil
de la que está, pero allí no se ve que se corresponda ese índice de
paro con el nivel de vida que tiene la gente. Por tanto, parece una
evidencia que viven del cannabis o de ese tráfico ilegal. Para llegar
a esa idealización del narcotraficante que se da, de hecho nunca
aparece un culpable superior, el narcotraficante de más nivel, y por
eso los que más se utilizan para este tipo de actuaciones son los
jóvenes, que además están protegidos por una situación específica de
tipo penal que todos conocemos. El gran problema está en que los
jóvenes, al tener dinero, también consumen, y hay problemas de
jóvenes que mueren muy pronto enganchados a la cocaína, y este
proceso lamentablemente está en una situación expansiva. La verdad es
que es difícil que la Guardia Civil tenga los medios suficientes para
combatir esta realidad, tendría que combatirla toda la sociedad. Hay
muchos elementos, no sólo el ámbito de información, detención y
represión que ejerce la Guardia Civil, el problema es mucho más
amplio, qué duda cabe.

Usted se ha referido también a la Policía y a la coordinación. En
ciudades de menos de 50.000 habitantes no hay comisarías. Este es un
problema en los pueblos del sur de España y en los pueblos cercanos a
donde se produce el tráfico. En los pueblos pequeños no hay policías
ni guardias civiles y la Policía local tiene otras competencias que
no son precisamente las de luchar contra el narcotráfico. También es
importante la vigilancia



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de puertos deportivos o de recreo, la entrada de ríos como el
Guadalquivir o las rías de Galicia -ahí habría que vigilar
especialmente-, y en los pueblos pequeños, donde saben quién vive de
la droga, se crea una alarma social cuando se producen estos temas, y
no sólo en los pueblos pequeños, hasta en las grandes ciudades: hemos
leído hace poco que en Valencia hay cola en la calle con toda
naturalidad para los compradores de drogas y lo hemos visto en los
medios de difusión; ha sido verdaderamente llamativo.

Señor Valdivielso, en su comparecencia en esta comisión el 14 de
abril de 1998, decía -y cito textualmente-: Nosotros tenemos la gran
suerte de que la sociedad española percibe la droga como uno de los
tres grandes problemas, junto con el terrorismo y el paro. Ojalá
fuera así, quizás en aquel momento sí respondía el análisis de las
encuestas que hubieran practicado a este ranking, pero me temo que
esto está evolucionando y que no parece que este tema siga en ese
nivel de preocupacion y, por tanto, de respuesta desde la
responsabilidad que hay que asumir desde los poderes públicos. Además
usted mencionaba en esa comparecencia dos grandes planes elaborados
de cara al futuro para mejorar la eficacia contra las drogas y de los
que hoy usted nos ha hablado aquí en su comparecencia. Por un lado,
la creación de los equipos de delincuencia organizada; por otro, lo
que llamaban el Plan frontera sur, que tenía como gran objetivo
lograr una vigilancia y un control integral de nuestro espacio
fronterizo, especialmente por la costa sur del Mediterráneo, por
donde iban ustedes a empezar precisamente, porque se liga la amenaza
del narcotráfico con la inmigración ilegal y el tráfico de armas y de
personas, terrible preocupación actual. Con la globalización y con
los problemas que hay, ha cobrado una dimensión terrible el tráfico
de personas. Naturalmente que esperaríamos más de estos planes.

Se ha referido usted al sistema integrado de vigilancia exterior, el
sistema conocido como SIVE, que ha dicho usted que ha dado sus
primeros pasos. Se han efectuado una serie de estudios y, de acuerdo
con esos estudios, se ha tomado la decisión de desplazar a lo largo
de toda la costa estaciones sensoras, cada una compuesta de un radar,
una cámara de visión nocturna y otra de visión diurna, que obtendrían
la información precisa de la situación y transmitirían las
informaciones mediante un sistema de comunicaciones a centros de
mando y control en las cabeceras de comandancia, desde donde se
darían las órdenes de actuación para interceptar todos los tráficos
ilícitos, tanto en la inmigración irregular como en las de
narcotráfico o contrabando, y el tiempo que ustedes tienen previsto
para que esto se complete es el año 2002. Estas torretas son
importantes, ya se prometieron hace dos años, y sería bueno que el
Gobierno actual cubriera esos 100 kilómetros de costa, que fueron los
que prometieron cubrir en aquel entonces. Este proyecto es muy
ambicioso y
supondría una inversión de aproximadamente 20.000 millones de pesetas
pero, ¿hay suficientes medios para poder dar lugar a estas
inversiones? Este proyecto del SIVE es importantísimo. Espero que
esto pueda ser una realidad, porque a todos nos interesa, tanto al
Gobierno como a la oposición, que se le dé la prioridad que precisa
la lucha contra el narcotráfico y que, sobre todo, seamos efectivos,
que en alguna medida, qué duda cabe, se está siendo. Noticia de este
último viernes, aparecida en Galicia: La Guardia Civil aparca
vehículos por no disponer de dinero para pagar combustible. Estas son
noticias que estamos oyendo desde hace años, no de ahora, y
ciertamente el tema de dotar a la Guardia Civil de los fondos
precisos para el trabajo contra el narcotráfico y el trabajo de todo
tipo y de todo orden que la Guardia Civil lleva adelante tendría que
ser una prioridad política. Sin duda hay un aumento de medios y de
dotaciones, como usted ha referido en su comparecencia pero, ¿son
suficientes? ¿Hacen falta más? En 1998, el subdelegado del Gobierno
en Cádiz habló de que tenían problemas las patrulleras porque también
las tenían paradas. Estos problemas se repiten. Cada dos o tres meses
aparecen en un punto o en otro algunos problemas de falta de medios,
a veces de medios tan elementales como el combustible. Estas
restricciones al parecer no afectan a determinados ámbitos en las
comandancias, pero sí a otras secciones, como los equipos antidroga,
de información o de Policía judicial. Nos gustaría que nos pudiera
desarrollar esto un poco más y sobre todo ver qué posibilidades hay
de aumentar esas dotaciones y dar unas mayores posibilidades a la
Guardia Civil para cumplir con esas funciones tan necesarias en una
sociedad como son las de la Guardia Civil.

Para terminar quiero señalar otro tema, señor Valdivielso, que a mi
grupo nos tiene preocupados, y es que España se ha convertido en una
gran puerta de entrada de cocaína, sobre todo por Galicia. Parte de
la misma -y corríjame si me equivoco- entra por los puertos
introducida en los contenedores. De hecho este sábado pasado aparecía
una noticia de este tipo, ya que los empleados de Inditex, de La
Coruña, hallaron 26 kilos de cocaína de gran pureza en un contenedor
lleno de camisetas confeccionadas en Perú.

El Servicio de Vigilancia Aduanera cuenta con escáner móviles, y de
una forma aleatoria, bien por las investigaciones o bien por el
método de buscar de esa forma aleatoria la opción de encontrar el
alijo, cuando escanean algún contenedor a veces ocurre que se
encuentra ese alijo y otras veces no. Aquí planteamos que si un
escáner cuesta equis millones de pesetas, ¿hay alguna razón para que
no se coloquen en todos los puertos más importantes, y de esa forma
no estar en una situación tan aleatoria de que pueda aparecer en unos
casos y en otros no? Eso seguramente tendrá una respuesta que usted
nos podrá facilitar, señor director general de la Guardia Civil.




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Tengo que recordarle, señor Valdivielso, algo que usted ya sabe y que
en nuestra sociedad se percibe, y es que la oferta de drogas ilegales
y el problema de la droga no está disminuyendo sino que, por el
contrario, está aumentando de forma alarmante con esa especie de
aceptación social de determinadas drogas. Es un problema muy grave.

Sabemos el enorme trabajo que ustedes están realizando con
detenciones, aprehensiones, desmantelamiento de organizaciones, y
queremos unirnos a ese optimismo, limitado pero optimismo, si podemos
sostenerlo y que se corresponda con una eficacia y con unas
dotaciones mayores, que esperamos pueda obtener la Dirección General
de la Guardia Civil.

Desde luego no le vamos a negar, señor Valdivielso, nuestra
felicitación por los éxitos obtenidos, sino todo lo contrario.

Deseamos además que esos éxitos sean aún mayores y más numerosos, ya
que el problema es muy serio y muy fuerte. Deseamos también que se
establezcan mejores, si cabe, líneas de actuación para conocer la
totalidad del patrimonio de esos narcotraficantes, que muchos tienen
nombre y apellidos y son conocidos perfectamente. Y deseamos, por
último, que puedan contar ustedes con un verdadero incremento, como
he dicho y reiterado a lo largo de esta intervención, de recursos
tanto materiales como humanos. Entendemos que todo el esfuerzo está
plenamente justificado para erradicar esta lacra social que perjudica
a toda la sociedad y desde luego a nuestra juventud.




El señor PRESIDENTE: Señor director general de la guardia Civil.




El señor DIRECTOR GENERAL DE LA GUARDIA CIVIL (López Valdivielso):
Señora Alberdi, en primer lugar quiero agradecer su intervención; yo
no la puedo contradecir en nada porque estamos bastante de acuerdo,
quizá con matices en algunas cuestiones.

Se ha referido a la lucha contra las redes, y me pregunta si cuenta
la Guardia Civil con los medios suficientes. Todo es poco, yo suelo
decir que la Guardia Civil necesitaría más coches, más helicópteros,
mas combustible, pero también serían necesarias más camas de
hospitales, más kilómetros de autopista, más puestos de trabajo, es
decir, todo es poco. El hecho de que en estos cuatro años -dentro de
las limitaciones presupuestarias que, como saben SS.SS., ha habido
como consecuencia de los compromisos que España tenía como país de
cara a la integración- el presupuesto de inversiones en la Guardia
Civil se haya multiplicado por cuatro es importante. Yo creo que no
ha habido organismo o ministerio que haya incrementado su presupuesto
de inversiones por cuatro prácticamente en tres años -estamos
hablando de los presupuestos de 1998 en adelante-, lo que demuestra
la voluntad del Gobierno de dotar mejor a las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado, porque el Gobierno es consciente
de que tenemos unos retos muy importantes por delante. Ya le he
dicho que tenemos más efectivos; hemos puesto en marcha el SIVE, al
que luego me referiré otra vez; tenemos más barcos; hemos comprado
cámaras térmicas. Creo que sí se ha hecho un esfuerzo presupuestario
importante en relación con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del
Estado, especialmente con la Guardia Civil, y nosotros, como
responsables de administrar esos presupuestos, hemos dedicado una
parte muy importante de los mismos a la lucha contra la droga.

¿Cuánto? Habría que recopilar y sumar muchas partidas y yo, señor
presidente, no estoy en este momento en disposición de dar la cifra,
pero podríamos sacarla, ver en estos cuatro años cuánto se ha
invertido y después se ha aplicado en la lucha contra el
narcotráfico. Podría hacerla llegar a la Comisión para que se lo
remitiesen a la señora diputada, aunque le digo que la cifra ya de
por sí es muy importante, son 20.000 millones en cuatro años. Hemos
pasado de 26 a 44 barcos y cada barco vale una barbaridad -yo no lo
sabía hasta que vi la factura-, cada barco vale 400 millones; hemos
comprado 10 helicópteros; es decir, hemos hecho un esfuerzo muy
importante en cuanto a dotarnos de más medios para combatir el
narcotráfico.

Hacía referencia al documento del Plan contra la droga, y es que
nosotros somos buenos entendedores, y al buen entendedor con pocas
palabras basta. A nosotros con que nos digan las cosas muy
escuetamente ya sabemos y cumplimos lo que se nos dice. Hablaba del
Plan de reestructuración, y hemos reestructurado y creado servicios
especiales de la lucha contra el narcotráfico; hablaba de formación y
hemos puesto en marcha planes de formación. Yo creo que lo que el
Plan decía que deberíamos hacer sinceramente creo que lo hemos
cumplido. Insisto, ha habido incremento de medios y de efectivos para
esto. ¿Dónde están los 10.000 guardias? Es verdad, yo al poco tiempo
de llegar a la Guardia Civil, al ver los efectivos de los que
disponíamos y las misiones, dije que necesitaríamos 10.000 guardias
más, pero es un poco lo que decía antes, ojalá pudiésemos tener
10.000 guardias más, pero yo creo que en estos momentos dedicamos los
efectivos suficientes. Vuelvo a decir que si yo pudiese disponer de
más, mucho mejor, pero mi responsabilidad es administrar los recursos
humanos y materiales que la sociedad, a través de este Parlamento y
de la ley de presupuestos, pone en nuestras manos, y yo creo que en
eso estamos; desde el general más antiguo al guardia más moderno y yo
mismo estamos intentando obtener de esos recursos que la sociedad
pone en nuestras manos la mayor eficacia posible.

Claro que conozco lo que pasa en Cádiz, en Barbate, donde nuestros
servicios antidroga tienen que actuar protegidos por los
antidisturbios, porque a veces cuando se va a detener a unos
alijadores otros tiran piedras,es un problema tremendo y
efectivamente habría que



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acabar con esa especie de cultura a la que S.S. se ha referido de
vivir de la droga, ahí yo no voy a decir eso de zapatero a tus
zapatos pero nosotros poco podemos hacer. Supongo que por quien
corresponda habrá que crear planes de empleo asistenciales, tanto por
el Gobierno central como por otras administraciones. Creo que estamos
haciendo mucho en esa materia; ahora no estoy en condiciones de
cuantificar, pero el aumento de las incautaciones de alijos en esa
zona de Barbate se ha incrementado. Sin duda no está en nuestras
manos resolver el problema social y laboral, que por otra parte no es
fácil y S.S. creo que lo sabe por experiencia, por las importantes
responsabilidades que ha tenido en otro momento, pero ya digo que
nosotros, en lo que es la misión que tenemos encomendada, intentamos
ser lo más eficaces posible. Algunos de los datos que he dado a SS.

SS. lo demuestran: hay más incautaciones, más detenidos, más guardias
civiles especializados.

El hecho de que en algunos municipios no haya comisaría, cuando no
hay comisaría hay puesto de la Guardia Civil. Desde ese punto de
vista el nivel de eficacia del cuerpo nacional de Policía y de la
Guardia Civil son muy parecidos. Antes le he dicho que prácticamente
nosotros obtenemos el 70 por ciento del hachís que se incauta, pero
es porque estamos desplegados en zonas más calientes con respecto al
hachís. El hecho de que tengamos la responsabilidad de las costas nos
hace que estemos más a pié de obra. Por otra parte, no hay zonas
desprotegidas, eso es lo que lo dice la ley. La policía tiene
responsabilidad en las capitales de provincia y en los municipios de
aproximadamente 50.000 habitantes y la Guardia Civil en el resto.

¿Que hay pueblos sin cuartel? Nosotros ahí sí que tomamos una
decisión, que fue interrumpir el plan de cierre de cuarteles con el
que nos encontramos cuando llegamos, y no se ha cerrado ni un solo
cuartel de la Guardia Civil en estos cinco años.

Sin duda es preocupante -me he referido a ello en mi intervención-
esa especie de aceptación social que está teniendo el consumo de
drogas. Algunos españoles -y lo dicen estas encuestas- pierden la
percepción de gravísimo problema que tenía la droga hace unos años.

Efectivamente, nos hemos dado cuenta de ello y por eso en mi
intervención decía que habría que tomar alguna medida. Me ha
sorprendido el conocimiento detallado que tiene S.S. sobre el SIVE.

Dice que en mi anterior comparecencia yo hablé de que íbamos a crear
los EDOA. Están creados y funcionando. El Plan frontera sur es el
SIVE, lo que pasa es que en aquel momento no estaba bautizado. Ahí sí
tenemos medios. Hay un plan de inversión 2000-2004 de cerca de 20.000
millones que estamos ejecutando de acuerdo con los plazos. La verdad
es que nos costó un poco arrancar. Yo no entiendo nada de radares,
pero uno de los problemas con el que nos encontramos es que la famosa
patera es una embarcación que deja muy poca firma en el radar,
es como se denomina en argot experto. Una embarcación de madera a muy
poca velocidad, con muy poca obra muerta, se confunde fácilmente con
las olas. No había ningún radar en el mercado que fuese capaz de
detectar una patera, porque ese problema no existe en otros sitios.

En contacto con la industria nacional se ha desarrollado un radar que
se ha comprobado ya, con operaciones y con pruebas de campo que
funciona, y eso es lo que técnicamente ha retrasado un poco la puesta
en marcha del SIVE. Superado eso, ahora no solamente vamos a ritmo,
sino que lo vamos a adelantar todo lo posible para que podamos tener
el despliegue. Este verano habrá ya una primera estación piloto.
A partir de ahí empezaremos a hablar. Era un programa 2000-2004 y en
este periodo va a realizarse, en el año 2004 tendremos cubiertos
todos los objetivos.

Ha mencionado S.S. de pasada el sunto del combustible. Yo estoy en
condiciones de asegurar ante esta Comisión que hoy la falta de
combustible no es un problema en la Guardia Civil. Hemos tenido
incrementos importantísimos de combustible, estamos transformando
toda nuestra flota de vehículos de gasolina a gasoil para poder tener
más litros con el mismo dinero. Tenemos 2.300 cuarteles y es posible
que a final de mes en un cuartel de una provincia determinada, porque
han gastado más del cupo, no hayan tenido dinero suficiente. Pero que
no tengan para acabar el mes no quiere decir que tengan que parar los
vehículos. Me ha dado S.S. una información de Galicia. Le rogaría que
luego me dijera en qué puesto sucede. No hay un problema de
combustible, repito, al margen de que pueda surgir alguna noticia en
este sentido. No hay restricción y, desde luego, no se deja de
prestar ningún servicio esencial por falta de combustible. Debo
señalar que incluso hemos incrementado notablemente el número de
patrullas desplegadas que tiene la Guardia Civil, aunque no he traído
el dato porque me parecía que no saldría en esta comparecencia.

En cuanto a los contenedores, ya me he referido a ello. No hay
tampoco un problema de medios. Lo que pasa es que no se pueden
escanear todos los contenedores. SS. SS. habrán visto en todos los
puertos importantes los miles de contenedores que hay. No habría
posibilidad de escanearlos todos. Además, no es exactamente una
técnica de escáner. Aquí me pasa como con los radares, yo soy de
letras y de esto no entiendo mucho. Por eso se ponen en marcha los
Odaifi, para que se puedan controlar aquellos contenedores en los que
hay un riesgo. Repito que aquí no hay ningún problema de medios,
porque estos escáner no los pone la Guardia Civil, sino que son de
Aduanas y, como SS. SS. saben, si alguien no tiene problemas de
dinero es Aduanas. El problema es que es imposible físicamente
controlar todos los contenedores que llegan a nuestros puertos.

Estamos haciendo los esfuerzos que son necesarios y no está mal que
yo lo diga, porque el mérito no es mío, sino de los guardias



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y de las guardias civiles. Creo que estamos intentando luchar cada
día con mayor eficacia y, desde luego, las cifras que he dado a SS.

SS. así lo demuestran. ¿Que lo podríamos hacer mejor? Sin duda, pero
ahí estamos y ése es nuestro reto.




El señor PRESIDENTE: Señora Alberdi.




La señora ALBERDI ALONSO: Quiero agradecer al señor director general
las explicaciones que me ha dado. y desearle éxito, éxito que
redundará en beneficio de toda la sociedad.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario de Izquierda Unida,
tiene la palabra la diputada María Luisa Castro Fonseca.




La señora CASTRO FONSECA: Quiero pedir disculpas porque estoy en dos
Comisiones a la vez. Esto de ser minoritario tiene sus costes.

Señor director general de la Guardia Civil, en nombre del Grupo
Parlamentario Federal de Izquierda Unida y en el mío propio,
agradezco su presencia en el Congreso de los Diputados.

Dicho esto y de la manera más breve posible puesto que no he podido
escuchar el conjunto de su intervención, voy a hacer algunas
consideraciones respecto de aquello que sí he podido escuchar. Decía
usted que está disminuyendo el número de partidas de cannabis que
ustedes incautan y que,por el contrario,aumentan las drogas de
diseño, creo que se refería al éxtasis. Quiero hacer aquí una
consideración que no por repetida deja de ser menos importante o
interesante, en mi caso, espero que valiosa. Con la penalización del
consumo en público lo que se está cambiando, señor director general,
es la tendencia del consumo; se ha pasado de las drogas blandas, como
el cannabis, cuyos efectos no vamos a debatir aquí hoy, aunque sería
importante que esta Comisión hiciera un monográfico para debatir
determinadas cuestiones, a las drogas de diseño. Con el consumo en
público en una ciudad como la de Madrid -supongo que SS. SS. tendrá
información, pero, por si acaso, se la doy para que la tenga-, donde
el alcalde sacó un bando penalizando el consumo público, nos hemos
encontrado, evaluando estas políticas, con dos cuestiones: primera,
que los toxicómanos y particularmente los politoxicómanos que se
drogan en público no pagan multas, por tanto, es absurdo presentar
denuncias. Segunda, que cuando son sancionados los locales públicos
donde nuestros jovenes que consumen cannabis, son puestos a
disposición de sus padres por la Guardia Civil, por la policía local
o por cualquiera de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y
el fin de semana siguiente, en lugar de fumarse un canuto de hachís,
se pasan a las drogas de diseño u a otras drogas duras respecto de
las cuales nadie puede valorar el consumo público, porque al tomar
una pastilla puede ser una aspirina, y nadie te puede sacar de la
boca la aspirina
para ver lo que estás tomando. Yo quiero hacer esta consideración
porque en las políticas de prevención, - y ustedes tienen un papel
fundamenta en esas políticas-, todo lo que no es bueno es malo, y
todo lo que no sirve para desincentivar, tiene el efecto contrario.

Me gustaría que estas cuestiones se fueran considerando dado que
tienen un importantísimo papel en la lucha contra el narcotráfico.

Yo presumo de que la Guardia Civil está siempre muy bien informada,
pero a mí me ha parecido que su información carece de algunos
extremos importantes a considerar en esta Comisión . Por ello, le voy
a hacer preguntas muy concretas: ¿Qué relación mantiene la Dirección
General de la Guardia Civil con el Servicio Ejecutivo del Banco de
España? ¿Cuántas informaciones han recibido ustedes en el último año
del Servicio Ejecutivo del Banco de España en relación con el
narcotráfico? ¿Tiene usted constancia de cuántos expedientes han sido
abiertos de oficio por este Servicio Ejecutivo del Banco de España?
¿Conoce usted que en algún caso se hayan impuesto sanciones
económicas a entidades bancarias de este país superiores a las
mínimas establecidas por la ley? ¿Tiene usted conocimiento de que
alguna vez haya sido utilizada la figura de reprensión pública
prevista en la Ley de prevención del blanqueo de capitales, dirigida,
naturalmente, a las entidades bancarias, porque, como usted bien,
sabe la reprensión pública constituye una sanción tanto para las
acciones graves como para las muy graves? ¿Conoce usted que se haya
producido reprensión pública a alguna entidad bancaria en este país
por permitir el blanqueo de dinero?
Señor director general, me parece magnífico que usted esté satisfecho
con los recursos materiales y humanos de los que dispone, pero,
créame, ese grado de satisfacción no es el que tiene la Guardia Civil
en su conjunto. Y más allá de que tiene usted derecho a estar
satisfecho, el Grupo Parlamentario Federal de Izquierda Unida, al que
represento en esta Cámara, no lo está con los recursos materiales y
humanos, con el grado de coordinación entre los diversos agentes que
intervienen en este tema -no digo agentes de policía, sino en
general-, ni tampoco con que se trabaje en la línea de que los
objetivos han de ser comunes. Para conseguir el mayor grado de
eficacia, los objetivos comunes han de ser debatidos sin ambages, con
honestidad y con valentía por los agentes sociales y los responsables
que intervienen en lo que tiene que ver con el blanqueo de dinero.

Usted nos decía que habían detenido 6.500 personas en lo que va de
año -si no es así me corrige usted-, y yo le pregunto, señor
Valdivielso, ¿cuántas de estas 6.500 personas detenidas son
detallistas dependientes de las drogas,que tienen que vender droga
para seguir alimentando su dependencia y qué porcentaje son
narcotraficantes de verdad, con mayúsculas? ¿Cuántos soncolombianos
pobres que en la Audiencia de este país



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reciben penas severísimas porque pasan medio kilo de cocaína buscando
la dignidad para su familia y muchas veces sin tener ni conciencia de
qué significa la cocaína para nuestra cultura? Como usted bien sabe,
la hoja de coca en otras latitudes no solamente se masca, sino que es
necesario mascarla para poder soportar las altas presiones. He
conocido narcotraficantes -así se les llama en los juzgados de Plaza
de Castilla-, señoras de setenta y cinco años con el pelo blanco, que
no sabían lo que era la cocaína ni cuáles eran sus efectos, pero que
sí sabían en qué grado de terrible miseria vivía su familia y tenían
que recurrir a este riesgo, del que ni siquiera eran conscientes,
para poder sacar a su familia de la indignidad, de la ruina y de la
miseria en la que viven. Creo que habría que empezar a hacer estas
distinciones. Las estadísticas son muy frías y así en bruto, pueden
darnos la idea de que estamos yendo a la base del problema, Creo,
sinceramente, que con las estadísticas en bruto podemos quedarnos
todos muy satisfechos del número de detenidos, pero lo que me
interesa saber es cuántos de esos detenidos son los verdaderos
responsables del narcotráfico, los que van con sombrero y los que
tienen Mercedes en su casa, a esos a los que nunca, no sé por qué, o
desgraciadamente en muy pocos casos, llegamos.

Para concluir, señor Valdivielso, en nombre de mi grupo le agradezco
el trabajo que la Guardia Civil hace en esta materia, que estimamos
en su justa medida y supongo que el resto de los grupos
parlamentarios también se lo agradecerá.




El señor PRESIDENTE: Señor director general de la Guardia Civil.




El señor DIRECTOR GENERAL DE LA GUARDIA CIVIL (López Valdivielso):
Señora diputada, quiero darle las gracias por el reconocimiento que
hace de la tarea que las guardias y los guardias civiles efectúan.




Respecto a muchas de las cuestiones que ha planteado S.S.,podría
opinar personalmente, podríamos establecer aquí un debate sobre esas
cuestiones, pero, como director general de la Guardia Civil, me
limito a informar y a dar cuenta de las competencias de la Guardia
Civil: nosotros debemos aplicar la ley. Si la represión del consumo
en público hace cambiar los hábitos hacia otros consumos más
peligrosos, es un debate interesantísimo que me interesa
personalmente, pero aquí estamos hablando de cuál es el papel de la
Guardia Civil en la lucha contra la droga. Esto es como preguntar por
qué ponemos multas a los que van a 121 y no a los que van a 119,
porque nos limitamos a aplicar la ley. Los radares están programados
a 120 porque la ley dice que no se puede circular a mayor velocidad
de 120. En esto es igual, la Guardia Civil hace una tarea de
represión -este término no escandaliza a nadie a estas alturas- del
consumo en público porque la ley dice que no se
pueden consumir drogas en público. Hasta ahí, como director general
de la Guardia Civil, llego.

Preguntas concretas que nos afectan. Tenemos relaciones con el
servicio ejecutivo del Banco de España, muchas y fluidas. La Guardia
Civil está representada en el Sepblac, es decir, la relación es
permanente, recibimos información y hay una labor y una tarea
coordinada. Desde este punto de vista ,no he visto tampoco en estos
cuatro o cinco años ninguna deficiencia. Sinceramente, estoy
satisfecho de nuestra posición en el Sepblac y de las informaciones
que recibimos por parte del servicio ejecutivo del Banco de España,
fundamentalmente dirigido -como dije antes también- a la
investigación de las operaciones de blanqueo.

Hemos mejorado también la situación con el DAVA, de no tener
coordinación alguna y estorbarnos, pues se producían relaciones tan
penosas como que un guardia civil y un funcionario del SEVA discutían
en la arena de la playa a las cuatro de la mañana para ver de quién
era el alijo, hemos pasado a hacer operaciones conjuntas que están
dando muy buenos resultados. Nuestro interés y mi responsabilidad -y
la del DAVA también- es intentar que cada día esa colaboración sea
mejor y más fructífera. ¿Satisfecho con los medios? No he dicho que
esté satisfecho con los medios, he dicho que me dan unos medios y mi
responsabilidad es administrarlos, pero debo añadir que estamos mejor
que hace cuatro años, diría que mucho mejor. No sé si S.S. ha oído la
parte de mi intervención en la que me he referido a cómo hemos creado
los EDOA, a cómo hemos incrementado nuestras patrullas fiscales, a
los barcos que hemos comprado, a los helicópteros que van a estar
operativos dentro de pocos meses, es decir, hemos hecho un buen
esfuerzo.

Ya me he referido a la colaboración con el Cuerpo Nacional de Policía
y con el DAVA. El Plan nacional contra la droga está ejerciendo
también aquí una tarea coordinadora muy importante. S.S. habrá visto
cómo muchas operaciones no las explota -en el mejor sentido de la
expresión- la Policía o la Guardia Civil, sino que es el Plan
nacional contra la droga quien da explicación de muchas de las
operaciones.

En cuanto a los detenidos, es cierto de los 6.500 una gran mayoría
son detallistas, pequeños traficantes. Lamento tener que repetirme,
pero en aplicación de la ley, lo único que hacemos es poner a
disposición de los jueces presuntos delincuentes y, a partir de ahí,
son otros poderes quienes tienen la responsabilidad.

No puedo añadir más porque, con respecto a lo que ha hecho la Guardia
Civil, ya he dado información.




El señor PRESIDENTE: Señora Castro, con mucha brevedad, por favor.




La señora CASTRO FONSECA: Brevísimamente, señor presidente.




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Deseo agradecer al director general su repuesta, aunque no me ha
contestado prácticamente a ninguna de mis inquietudes.

Quiero decirle que he querido compartir aquí con usted expresamente
mis opiniones porque los cuerpos de seguridad del Estado o los
agentes sociales que intervienen en este proceso tienen la obligación
de reflexionar y de conocer los puntos de vista de todos los que
estamos interesados en resolver este problema. Esa era mi única
intención. Sé muy bien cuál es su papel, pero justamente por eso
siempre hemos contado con la Brigada de Estupefacientes y con la
Guardia Civil en todos los encuentros que hemos promovido sobre droga
porque ustedes juegan un papel importante y, dentro de él, una parte
importante es reflexionar sobre si las políticas que hacemos tienen
resultados eficaces o si, por el contrario, son políticas/conversas.


No voy a reprocharle a usted ni a la Guardia Civil que se hayan
detenido 6.500 personas, lo único que quería es que me confirmara que
el grueso no son narcotraficantes, sino enfermos que recurren al
tráfico de drogas para poder seguir alimentando su adicción. Una vez
más, le reitero el agradecimiento de mi grupo parlamentario.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència
i Unió) tiene la palabra la señora diputada Zoila Riera.




La señora RIERA I BEN: Señor López Valdivieso, en nombre del Grupo
Parlamentario Catalán (Convergència i Unió) le doy la bienvenida. Le
agradezco su comparecencia y su información, sobre todo, a usted y al
cuerpo al que representa, el trabajo que día a día realizan a favor y
luchando contra un problema que es de todos.

Señor López Valdivieso, escuchándole me preguntaba si esta Comisión
es capaz de aprovechar la oportunidad que representa contar hoy con
usted en una comparecencia de este tipo o si deberíamos plantearnos
que haciendo las cosas de otra manera obtendríamos mejores
resultados. Yo tenía la impresión de que usted hoy venía aquí a pasar
un examen, y mi modesta opinión es que usted, y el cuerpo al que
representa, pasan el examen no con un aprobado sino con muy buena
nota. Aprovecharíamos más el tiempo si, en lugar de pasar exámenes
explicándonos asuntos que muchas veces son obviedades o, como ha
dicho hoy, diciendo que todo lo que puede hacer es cumplir la ley,
que es otra obviedad, nos expusiera los problemas que detecta. S. S.

debe tener en cuenta que hay una tradición en la Comisión de estudio
y problemática de la droga y es que las diferentes adscripciones
políticas, distintos intereses y puntos de vista, normalmente se
canalizan para encontrar aquello que es lo mejor y que no hay
instrumentalización política de hacer un mal uso de las inquietudes
sobre este tema, es
decir, cada uno expone sus puntos de vista pero normalmente el
sentido común nos suele dominar a todos los grupos parlamentarios en
esta Comisión con la ayuda y la colaboración del presidente, que
modera muy bien el debate. Como decía, aprovecharíamos mejor el
tiempo si nos expusieran los problemas con que ustedes se encuentran
cada día para realizar de manera eficaz su trabajo y aquellas medidas
que tienen que cumplir, porque, de acuerdo con la ley, son las que
son y trabajarían mejor si tuvieran otro amparo legal o distintos
puntos de vista. Por ejemplo, no sé cómo interpretar afirmaciones que
usted ha reiterado -que sin duda son así-, como el dar importancia a
la mayor cantidad de alijos decomisados ¿Es que hay más recursos y se
trabaja mejor o es que se decomisa más porque se trafica más? ¿Cuáles
son los porcentajes que el cuerpo de la Guardia Civil puede
visualizar de manera patente en relación con el narcotráfico
existente? ¿Cómo estima la Guardia Civil que se compagina lo que
decía la portavoz de Izquierda Unida, el mezclar la lucha contra el
narcotráfico poniendo a un mismo nivel la cocaína, la heroína o las
drogas de síntesis, como temas que forman parte de una normalización
-normalización mal entendida-, con el hachís? Usted ha dicho -y lo
comparto- que el gran problema de la lucha contra el narcotráfico, la
columna vertebral, es el negocio que genera. Con la experiencia que
S. S. tiene ¿opina que algunas medidas no tan fiscalizadoras, como
tener sometidas determinadas sustancias al mercado negro,
incrementarían el narcotráfico? ¿Por qué no abrimos debates desde su
punto de vista?
Quiero recordar el título de esta Comisión: Comisión para el estudio
del problema de las drogas; no es exclusivamente de control, aunque
también puede ejercer tales funciones. Sería deseable que usted
compareciera con más frecuencia en esta Comisión, no cada dos o tres
años, y que centráramos sus intervenciones en aquellos aspectos que
deberíamos plantear de otra manera . La Cámara, a través de las
competentes Comisiones legislativas, debería tomar iniciativas en
este sentido, con el fin d e evitar que usted comparezca simplemente
a pasar un examen, aunque estoy convencida de que la mayoría de los
grupos parlamentarios le damos no sólo el aprobado sino un notable o
un sobresaliente.




Desde esta complicidad y esta felicitación, a la que mi grupo se suma
y reitera, permítame que le haga una pequeña observación. Tómela,
señor López Valdivieso, con este matíz, porque no me gustaría que se
magnificase o que se malinterpretase. Hablando de recursos, decía S.


S. que han incrementado la dotación en los Presupuestos Generales del
Estado, pero que los recursos siempre son escasos, principio con el
que estamos de acuerdo. Si son escasos siempre, quiere decir que
tenemos la obligación de gestionarlos con la mayor eficacia



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y eficiencia y destinarlos a aquellas actividades prioritarias.

Le voy a hacer una observación, que casi podría ser una anécdota pero
que es una realidad. Yo, que soy de Girona, y por tanto tengo la
Costa Brava muy cerca de mi lugar de residencia, observo de manera
habitual que en verano -usted conocerá que las playas de la provincia
de Girona son turísticas de primera categoría- los esfuerzos de la
patrulla de la Guardia Civil van destinados a tareas que la gente del
territorio consideramos anecdóticas, por no decir que llegan no a la
categoría de secundarias sino a la de terciarias. Por hablarle de
algo que yo conozco directamente, es habitual que las lanchas de
recreo que se pasean por la Costa Brava lleven en su mástil solamente
una bandera, que es la senyera, la bandera de Cataluña. Ya sabemos
que cualquier embarcación, de acuerdo con la ley, debe llevar la
bandera que le identifica del territorio español, pero también es
cierto que el 95 ó el 98 por ciento de estas personas que, entre
comillas, infringen la ley, se están paseando muy cerca de la costa
con su familia y como mucho pueden cometer otra infracción, ir a
buscar cuatro mejillones cuando es el tiempo. Desde mi punto de
vista, no parece muy sensato, teniendo en cuenta los problemas graves
y las difíciles tareas de la Guardia Civil, como luchar contra el
narcotráfico, que se entretenga de manera excesiva parando pequeñas
embarcaciones - la mayoría son perfectamente identificables en la
zona- porque llevan una bandera que no es la políticamente correcta.

Le voy a hacer una sugerencia. Es tan apreciado y tan valorado el
trabajo que en temas importantes hace la Guardia Civil que me duele
que por estas cuestiones la gente del lugar tenga una apreciación
negativa del cuerpo. Le pediría a usted, como máxima autoridad, que
no se entretengan en perseguir las cuatro barquitas locales que van
por la costa sino que la Guardia Civil que patrulla por la costa
catalana, además de llevar la bandera que debe llevar, se ponga con
todo orgullo la senyera, es decir, que no sólo no persiga sino que
comparta. S. S. sabe que muchas veces los árboles no dejan ver el
bosque. Pues bien, le hago esta observación, fruto de la reflexión
que S. S. hacía cuando decía que los recursos siempre son escasos.

Insistiendo en la Costa Brava, que usted conoce mejor que yo lugares
con problemas graves de narcotráfico que tienen acceso directo a
canales marinos. ¿No cree que es un poco absurdo que el cuerpo se
entretenga en anécdotas de este tipo teniendo tareas tan importantes
que realizar?
Le hago esta observación desde la más profunda complicidad,
agradeciendo la labor y el trabajo que ustedes hacen, que espero
seguirán haciendo y al que estoy completamente segura dedican muchos
esfuerzos e interés en hacerlo cada vez mejor y con mayor eficacia.




Nada más.

El señor PRESIDENTE: Señor director general.




El señor DIRECTOR GENERAL DE LA GUARDIA CIVIL (López Valdivielso):
Señora diputada, comienzo agradeciendo su felicitación a los hombres
y mujeres de la Guardia Civil en relación con la tarea que realizan ,
así como la felicitación unánime de los portavoces de todos los
grupos, que trasladaré a través de nuestros conductos habituales de
comunicación como son la revista del cuerpo, los distintos boletines,
etcétera.




No me he sentido examinado, he venido a informar. Como he estado en
esta casa diez años, vengo encantado a informar, incluso a pasar
exámenes si fuese necesario. Respecto a qué deberíamos venir aquí los
distintos comparecientes, cada uno tiene que informar de lo que sabe,
de lo que hace y del cumplimiento de sus responsabilidades. Tendrían
que ser SS.SS., que tienen un horizonte más amplio porque escuchan a
los comparecientes hablar de diferentes materias, los que deberían
hacer esas propuestas, que podrían conllevar incluso el cambio de
legislación, por no entrar en el gravísimo problema de la
legalización de determinadas drogas. No me considero autorizado para
opinar sobre este tema porque es muy complicado y difícil. Saben SS.

SS. que los expertos ni siquiera se ponen de acuerdo. Someter a este
humilde director general de la Guardia Civil a opinar sobre la
legalización de determinadas drogas supera sus capacidades, sus
conocimientos sobre el problema y sus responsabilidades. S. S. hace
un buen planteamiento, como no puede ser de otra manera, pero creo
que sería esta Comisión la que, después de escuchar las
manifestaciones de distintos cargos sobre sus competencias, la que
tendría que hacer esta propuestas.

Quiero insistir en una cuestión que he planteado en mi intervención y
que está relacionada a la que suscitó la portavoz de Izquierda Unida.


Nosotros atendemos a todo, pero dedicamos nuestro esfuerzo a la
investigación sobre las tramas organizadas. Somos conscientes de que
quitando de la circulación -en el mejor sentido de la palabra- y
poniendo ante los jueces a un pequeño camello no resolvemos el
problema, son las tramas organizadas las que han de merecer nuestra
atención y así es. Por eso hemos aumentado nuestras capacidades.

Antes me he referido a dos operaciones que hizo conjuntamente el DABA
con el cuerpo nacional de Policía. En estos cinco años podríamos
presentar un buen balance de tramas desarticuladas que son el
problema.

Se ha referido S.S. a si se incauta más droga porque se trafica más.

Partimos de estudios que existen sobre la producción, a los que antes
me he referido también en mi intervención. No digo que sea fácil,
pero hoy en día una aproximación respecto a los consumos de
determinadas drogas. Lo mismo que hoy es fácil calcular las
superficies dedicadas al cultivo de cereales, esos mismos medios son
capaces de detectar las superficies



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destinadas al cultivo de cáñamo o de otras sustancias. Nosotros
jugamos con dos datos: primero, hacia dónde va la producción. Ya he
dicho que todos los indicadores mundiales no son indicadores de la
Guardia Civil, parece que demuestran que se está reduciendo la
producción. Si eso lo cruzamos con el hecho de que hacemos más
incautaciones, que se puede deducir que estamos siendo más eficaces.

Yo puedo decir: señores, ya no hay problema, como no hemos cogido
nada, es que no hay tráfico. Sería absurdo. Sé que estoy frivolizando
el tema. Nosotros jugamos con las producciones, con las estimaciones
de tráfico y de consumo y con nuestras incautaciones. De acuerdo con
esos parámetros, creemos que estamos siendo más eficaces y que se
está incautando más droga. El aumento de incautaciones no es
consecuencia de que haya más tráfico.

Como decía la señora Alberdi, todos estamos empeñados en el mismo
objetivo y cada uno ha de aportar lo que tenga en sus manos para
resolver la parte del problema que le corresponde. Desde este punto
de vista, insisto en que -y no quiero caer en ningún tipo de
autocomplacencia- queda muchísimo por hacer, pero estamos avanzando.

Con respecto al servicio marítimo en Girona, un paso importante es
que hace dos años no existía este servicio allí y ahora lo hay. Estoy
convencido de que el hecho de que haya dos barcos patrullando por las
costas de Girona supone que estamos siendo más eficaces en relación
con el tráfico que podría producirse en el litoral de esa provincia.

Tomo nota de la anécdota, pero quiero subrayar que no dejamos de
detener a ningún narcotraficante por perseguir infracciones
administrativas, pero también tenemos que perseguir infracciones
administrativas, como son la bandera que se lleva o no izada en una
embarcación que transita por el mar de nuestra responsabilidad. En
cuanto a que nuestras patrulleras pudieran llevar una senyera, las
leyes son quienes dicen los distintivos que tienen que llevar
nuestros barcos. Quiero decirle a S.S. que, poco a poco, verá cómo
los guardias civiles destinados en Cataluña -ya está aprobada la
orden-, sólo falta que los presupuestos destinados a vestuario lo
permitan- llevarán en la manga de su uniforme un escudo con la
senyera catalana. En Cataluña compartimos responsabilidades con los
Mossos d’Esquadra y la Guardia Civil seguirá siempre cumpliendo las
misiones que tiene encomendadas en todo el territorio nacional, como
en cualquier otro sitio, sin ningún problema, o características que
he intuido en la intervención de su señoría.

Nada más, señor presidente.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la
palabra el diputado, señor Pérez Corgos.




El señor PÉREZ CORGOS: Quiero, con brevedad, iniciar mi intervención
agradeciendo al director general
de la Guardia Civil su comparecencia y felicitándole por los
resultados y el balance que hoy nos ha presentado ante esta Comisión,
agradecimiento y felicitación que le ruego transmita a todos los
integrantes de la Guardia Civil.

Todo es poco, ha dicho el señor director general. Yo comparto
absolutamente esa afirmación. Todo es poco, siempre lo ha sido y
seguramente siempre lo será, pero, afortunadamente, los presupuestos
de la Guardia Civil, como muy bien ha dicho, se han multiplicado por
cuatro en estos escasos tres años. Además de incidir en las
felicitaciones y en los elogios recibidos por España procedentes de
la comunidad internacional, me gustaría hacer unas pequeñas
reflexiones sobre alguno de esos desafíos que el señor director
general ha planteado. En concreto, nos ha hablado de que tenemos un
desafío en los próximos años, que es el derivado de esa disminución
de la sensación de peligro del consumo de drogas. El director general
ha valorado positivamente el artículo 25 de la Ley Orgánica sobre la
seguridad ciudadana, en la medida en que esa disposición permite
a quien se inicia en el consumo de drogas no sólo que su entorno
familiar más directo conozca inmediatamente su situación, sino que al
permitir el cumplimiento alternativo de la sanción administrativa le
pone en contacto con los medios asistenciales y de prevención que
nuestra sociedad pone a su disposición. Sin embargo, se ha criticado
hoy mismo en esta Comisión esa disposición en el Pleno del Congreso
de los Diputados hemos discutido sobre la conveniencia o no de
mantener la vigencia de la misma.

Por otra parte, asistimos en la sociedad al debate sobre la
oportunidad o inoportunidad de la legalización del consumo de las
drogas blandas, no sólo el consumo sino también su venta, porque los
consumos no están penalizados en nuestro país. Esas reflexiones
implican no sólo a la Guardia Civil, no sólo al Plan nacional sobre
drogas, sino a la sociedad en su conjunto y,n primer lugar a este
Parlamento. Esa sensación de poca malignidad de los consumos, y en
consecuencia también del tráfico, nos lleva a situaciones indeseables
como la que se ha descrito de Barbate. Creo que en ello todos estamos
de acuerdo. Pero también habría que echar la vista atrás y
reflexionar sobre lo que ocurría en otra zona de España gravemente
afectada por el tráfico de drogas, Galicia, donde había una
tolerancia respecto al tráfico de tabaco, y del tabaco se pasó al
tráfico de drogas. Pues bien, hoy en día la sociedad gallega mantiene
una tolerancia cero con el tráfico de estupefacientes. Hace poco
hemos visto cómo la intervención de un barco en aguas de las islas
Canarias, que fue transportado a Villagarcía por orden del juzgado de
localidad, supuso una manifestación espontánea de júbilo en dicho
puerto. Hemos asistido también a un espectáculo desde mi punto de
vista no deseable, los incidentes que se produjeron en el entierro de
la mujer de LaureanoOubiña, Esther Lago. Yo creo que las sociedades,
cuando



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de verdad sufren el problema de la droga en sus propias carnes, se
cierran cada vez más a la tolerancia de las drogas. En determinadas
zonas de la geografía española hay personas que se arriesgan a ser
penalizadas por un tráfico de drogas -como se nos comentaba- porque
el Código Penal es poco duro. Que el Código Penal en esta materia no
es bueno lo decíamos S.S. y yo en 1995 cuando nos negamos a apoyar la
aprobación del Código Penal vigente. Evidentemente, el Código Penal
es una de las normas más importantes de nuestro ordenamiento jurídico
y cualquier modificación requiere un análisis y una reflexión
detenida.

Señor director general, quiero reiterar mi felicitación y el
agradecimiento que desde el Congreso de los Diputados podemos
transmitir a la Guardia Civil de toda la sociedad española.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor director general.




El señor DIRECTOR GENERAL DE LA GUARDIA CIVIL(López Valdivielso):
Quiero agradecer la felicitación del portavoz del Grupo Popular, así
como la intervenciones de todos los portavoces. Les aseguro que lo
que he escuchado y después la lectura más sosegada en el «Diaro de
Sesiones» de todo lo que SS.SS. han dicho serviría para que mejore
nuestra eficacia y el cumplimiento de nuestra misión en relación con
ese problema porque será tenido muy en cuenta. Ustedes tienen el
privilegio de tener un escenario mucho más completo del que podamos
tener desde un cuerpo de seguridad y, por tanto, todo cuanto aquí se
ha dicho nos será de utilidad.

Refiriéndose a los medios, en el mes de septiembre yo inicio todos
los años mi guerra particular para conseguir más presupuesto para la
Guardia Civil. Por ello agradecería a todas SS.SS. que cuanto mayor
número de enmiendas presenten a los presupuestos, mejor, sobre todo
si las sacan adelante. Yo estaría encantado de que podamos ir más
deprisa, por ejemplo, con el plan de despliegue de nuestro servicio
marítimo o de conseguir más medios para la lucha contra el tráfico de
drogas.

Señor presidente, estoy a su disposición, como no podía ser de otra
forma, para comparecer cuantas veces esta Comisión así lo solicite.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, don Santiago López Valdivielso,
al excelente director general de la Guardia Civil, al entrañable
amigo. Le despedimos con el mismo afecto y cariño con el que le hemos
recibido.

Se suspende la sesión durante diez minutos. (Pausa.)
PROPOSICIONES NO DE LEY:



- SOBRE PRESENTACIÓN DE UN ESTUDIO DE FUTURA APERTURA DE CENTROS DE
EMERGENCIA SOCIAL, PRESENTADA POR EL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA.

(Número de expediente Congreso 161/000378 y número de expediente
Senado 663/000005)



El señor PRESIDENTE: Continuamos la sesión con el segundo punto del
orden del día: debate y votación de proposiciones no de ley. Si SS.

SS. no tienen inconveniente, debatiremos las dos y procederemos a la
votación conjunta de ambas no antes de la una y media. Lo digo para
el debido orden y agenda de cada uno de los diputados y diputadas,
senadores y senadoras.




En primer lugar, proposición no de ley sobre la presentación de un
estudio de futura apertura de centros de emergencia social, que
presenta el Grupo Parlamentario Socialista. En consecuencia, tiene la
palabra la portavoz del grupo proponente, la diputada doña María
Jesús Arrate Varela Vázquez.




La señora VARELA VÁZQUEZ: Señor presidente, señorías, actualmente
nuestra sociedad disfruta de unas importantes cotas de bienestar y
puede ser considerada como una sociedad avanzada. Cuenta con un
importante nivel tecnológico y científico y, sin embargo, padece
algunos problemas lacerantes, siendo uno de ellos, sin lugar a dudas,
el derivado del uso indebido de la droga, problema que
lamentablemente puede ser considerado universal y cuya solución
definitiva, mal que nos pese, no se vislumbra en un horizonte
cercano. Del mismo modo, tenemos que reconocer que en nuestro país el
trabajo de todos estos años para atajar este problema ha sido
relevante y en su haber podemos computar, en la vertiente social, un
mayor conocimiento, sensibilidad y solidaridad de los ciudadanos con
el tema de la drogodependencia y, en la vertiente legal, un
importante número de normas para afrontarlo: la creación de la
Delegación del Gobierno para el Plan Nacional contra la Droga y un
amplio abanico de propuestas a favor de la prevención como elemento
fundamental para combatir la amenaza que la droga nos plantea. Tal
vez por todo ese trabajo es cierto que el conocimiento de la cuestión
es cada vez mayor, al igual que es también mayor la sensibilidad
política para promover esas iniciativas necesarias para luchar contra
el fenómeno. Además, nadie duda hoy día de que el drogodependiente es
un enfermo y la drogodependencia una enfermedad social.

El consumo de drogas conduce, como sabe todo el mundo, a una
desestructuración individual y, en la medida en que el fenómeno se
mantiene y extiende, genera la desarticulación social, originándose
así un



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grave deterioro de la calidad de vida y haciéndose necesaria por
tanto, la intervención activa de los poderes públicos que deben
articular los mecanismos necesarios para llevar a cabo una auténtica
política de prevención, desintoxicación, deshabituación y reinserción
social y laboral. Por consiguiente, la sociedad debe colaborar y el
Gobierno debe elaborar y poner en práctica políticas que den
respuestas a las demandas, a las necesidades ciudadanas en general y
de estos enfermos en particular ya que el problema de las drogas
golpea individualmente a quien lo sufre y a sus familias, pero
también colectivamente a la sociedad; afecta a muchos. Una correcta
política, un buen plan para luchar contra el fenómeno de las drogas
sería aquel que entre sus objetivos figurase reducir el riesgo de
generación de dependencia, intentando que los jóvenes lleguen a la
adolescencia habiendo recibido una formación suficiente para evitar
el consumo de drogas, disminuir la oferta y la promoción de drogas
legales, mejorar y facilitar la asistencia sociosanitaria a las
personas con dependencia de las drogas, una buena programación
sectorial de todas las actividades de atención, recogida
y reinserción de drogodependientes y, por supuesto, una buena
coordinación de todos los recursos disponibles. Sin lugar a dudas, la
mejor política para luchar contra el fenómeno de las drogas es la
prevención. Todo Gobierno debe realizar una acción preventiva frente
al problema de las drogas y esta acción se debe realizar en tres
niveles:acciones preventivas dirigidas a luchar contra la oferta,
acciones preventivas dirigidas a luchar contra la demanda y acciones
preventivas dirigidas a promover una progresiva reducción del riesgo
y, por tanto, de disminución de las consecuencias negativas del
consumo de drogas y estupefacientes. Uno de los avances más
significativos que se ha ido consiguiendo en la historia del Plan
nacional de drogas ha sido la creación y consolidación de una amplia
red de recursos asistenciales para drogodependientes. Especialmente
en los últimos tiempos se ha producido un importante crecimiento
cuantitativo de los denominados programas de reducción del daño, que
constituyen una de las principales innovaciones de la actividad de
lucha contra las drogas en los últimos seis o siete años y los
objetivos que persigue son fundamentalmente la reducción de la
mortalidad, la prevención de las enfermedades infectocontagiosas
derivadas del consumo de drogas, la mejora de la calidad de vida de
esos drogodependientes y el incremento del acceso y contacto entre
los propios drogodependientes y las redes asistenciales. Los
programas de metadona son programas de reducción del riesgo; también
lo son los programas con agentes de salud, los programas de
intercambio de jeringuillas, los programas de salud, etcétera. Ahora
bien, aunque es cierto que se ha avanzado, también es cierto que es
necesario buscar nuevas soluciones,que son sin duda necesarias y que
hacen falta en la sociedad.

El Grupo Parlamentario Socialista entiende que debe existir un
equilibrio entre la prevención, el nivel asistencial, la integración
del drogodependiente y la represión del narcotráfico; pero también
entiende que las medidas de lucha contra el narcotráfico deben ser
dinámicas, deben evolucionar constantemente para poder adaptarse en
cada momento a los nuevos patrones de consumo para alcanzar los
objetivos que se hayan planteado. Y aunque es cierto que desde
mediados de los ochenta se ha producido una continua ascensión de la
red de servicios asistenciales, que se han generado nuevos recursos
como centros de atención, centros de día y camas hospitalarias para
la desintoxicación y narcosalas para la adenopunción, e incluso se
están dando pasos consistentes en la superación de la existencia de
centros estáticos de asistencia al drogodependiente por las llamadas
unidades móviles que acuden precisamente a las zonas donde
materialmente se manifiesta el problema de la drogadicción, aún se
está lejos de la normalización. Existe una deficiente atención a los
drogodependientes y se deben mantener y ampliar las redes de atención
a estos enfermos sobre todo en el entorno urbano.

El Grupo Parlamentario Socialista considera que existe otro programa
de escasa implantación pero que, dado el interés del mismo, merece
una atención especial por parte del Gobierno. Nos referimos a
programas de atención sociosanitaria urgente mediante el desarrollo
de centros de emergencia social. Se trata de los llamados centros de
café y calor; esos centros en los que se facilita al drogodependiente
consejo jurídico, alimentación, ducha y ropa durante un período corto
de dos o tres días de permanencia en los mismos; en definitiva, es un
lugar de cobijo y de escucha para los drogodependientes. Quizás sea
necesario ir pensando en la creación de una red de centros adaptados
a las nuevas tipologías de usuarios y a las nuevas sustancias, sin
abandonar, por supuesto, la asistencia al colectivo de heroinómanos.

El Grupo Parlamentario Socialista considera que son muy importantes
los centros de emergencia social, los llamados centros de café y
calor, así como que es muy conveniente desarrollar su presencia en
número y calidad dado que cumplen una doble función, preventiva y de
reinserción, ya que precisamente atienden a un colectivo que no es
usuario de los dispositivos ordinarios de salud y tal vez sea ahora
el momento oportuno no sólo para desarrollar este tipo de centros
sino para plantear la posibilidad de crear salas de inyección dentro
de ellos. Como el Grupo Parlamentario Socialista considera que los
centros de emergencia de café y calor suponen un paso más para
mejorar y facilitar la asistencia sociosanitaria, hemos presentado
esta proposición no de ley en el entendimiento de que es sólo un
estudio que puede servir en un futuro próximo para que desde la
Administración central se impulse la implantación de estos centros en
todas las ciudades de todas las comunidades autónomas. Por tanto,



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dada la importancia que consideramos que tienen los mismos, esperamos
la aprobación de todos los grupos parlamentarios.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la
palabra el diputado señor Pérez Corgos.




El señor PÉREZ CORGOS: Señor presidente, debatimos una iniciativa del
Grupo Parlamentario Socialista relativa a los centros de emergencia
social y comenzaré por decir que no suponen ninguna novedad en el
panorama asistencial español ya que los centros de emergencia social
como tal existen. Lo que ocurre, señorías, es que debemos tener en
cuenta que al Gobierno le corresponde el impulso y la coordinación
general de los servicios encargados de la actualización y ejecución
del Plan nacional sobre drogas, pero dentro de lo que es el mecanismo
de las transferencias constitucionalmente previsto es a las
comunidades autónomas y a los planes autonómicos sobre
drogodependencia a los que corresponde instrumentar los programas y
los recursos necesarios para la rehabilitación y reinserción de los
drogodependientes, los programas de promoción de la salud, de
disminución del daño ocasionado por el consumo, etcétera.

Los centros de emergencia social, que en otros países se denominan
efectivamente con el paternalista término de centros de café y calor;
surgen como consecuencia de una propuesta que en 1990 formuló esta
Comisión Mixta para el Estudio del Problema de la Droga, propuesta
para el bienio 1991-1992, que consistía en habilitar en las grandes
ciudades centros que permanecieran abiertos durante las 24 horas del
día para situaciones que requieren atención inmediata. Se trata de
contactar y atender a la población afectada por problemas sociales y
sanitarios vinculados al consumo de drogas, pero no a cualquier
drogodependiente sino a aquellos que no acuden o no lo hacen de
manera regular a los centros de tratamiento de drogodependencias,
aquellos que reúnen características de exclusión comunes a otras
poblaciones y que además están agravadas por presentar importantes
problemas sanitarios, VIH, tuberculosis, hepatitis, etcétera, o bien
constituyen una población de alto riesgo sanitario y social para sí
mismos y para los demás. En 1992,el Ministerio de Asuntos Sociales
incorporó la convocatoria de ayudas a las organizaciones no
gubernamentales con cargo al 0,52 por ciento del IRPF para la puesta
en marcha de los centros de emergencia social, los cuales tendrían
como funciones inmediatas informar, intervenir en la reducción del
daño, mejorar la calidad de vida de los usuarios y establecer
servicios de mediación. Realizan un conjunto de acciones llamadas
trabajo de alcance, prestando atención a estos pacientes que no
acceden a los dispositivos específicos de tratamiento. La estructura
de estos centros de emergencia social está compuesta
por el Plan nacional sobre drogas, por los planes autonómicos, por
las organizaciones no gubernamentales y por las empresas de servicios
que prestan ayuda en los mismos y se financian bien mediante
convenios con las comunidades autónomas, bien a través de otras vías
de financiación: recursos propios de las organizaciones no
gubernamentales, órdenes de ayudas del Plan nacional sobre drogas u
órdenes de ayudas del Ministerio de Asuntos Sociales. A lo largo de
1994 -con esto se demuestra que no supone ninguna novedad-
funcionaron en España 19 centros en diferentes comunidades autónomas,
habiéndose atendido a una población de 6.622 personas. Todo este
conjunto de políticas y estrategias de intervención de reducción del
daño ha estado marcado hasta diciembre de 1999 por dos documentos.

Por una parte, por el informe del que hablaba antes de la Comisión
Mixta y, por otra, por el Plan de medidas para luchar contra las
drogas,aprobado en Consejo de Ministros el 24 de enero de 1997. A
partir de diciembre de 1999 contamos con un marco legal de actuación.


Se trata de la estrategia nacional sobre drogas que ha impulsado el
plan nacional y que fue elaborada por el propio plan, por los planes
autonómicos y por el resto de instituciones que componen los mismos.

Si tenemos en cuenta que la estrategia nos marca unos objetivos que
hay que cumplir en fechas muy concretas, objetivos que además están
plenamente delimitados por Naciones Unidas y que hay que cumplir,
como decía, entre los años 2003 y 2008, vemos que la propia
estrategia regula ya el lugar que corresponde a los centros de
emergencia social. Este lugar está en las comunidades autónomas. En
el presupuesto de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional
sobre Drogas figura desde 1998, dentro de las transferencias a las
comunidades autónomas, un concepto para toda clase de gastos que
originen aquellos programas que la Delegación del Gobierno considere
prioritarios en función de las necesidades de determinadas áreas y
ámbitos de intervención. Pues bien, con cargo a esta partida
presupuestaria se financian los centros de emergencia social, pero,
como decía, son las comunidades autónomas las que deciden a través de
los planes autonómicos su ubicación, su estructura y el
funcionamiento habitual de dichos centros. Por ello, señorías, el
Grupo Parlamentario Popular no va a aprobar la proposición no de ley
que formula el Grupo Socialista, por cuanto la competencia para ese
estudio o para la mejora de estos centros no corresponde tanto al
Gobierno y al Plan nacional sobre drogas como a los planes
autonómicos y a las comunidades autónomas.




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- POR LA QUE SE SOLICITA LA DISTRIBUCIÓN GRATUITA DE JERINGUILLAS EN
LOS CENTROS PENITENCIARIOS ENTRE LOS RECLUSOS TOXICÓMANOS. PRESENTADA
POR EL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA. (Número de expediente del
Congreso 161/000390 y número de expediente del Senado 663/000006)



El señor PRESIDENTE: Pasamos al punto siguiente, debate y votación de
la proposición no de ley por la que se solicita la distribución
gratuita de jeringuillas en los centros penitenciarios entre los
reclusos toxicómanos, presentada por el Grupo Socialista. En
consecuencia, tiene la palabra su portavoz la diputada doña Elvira
Cortajarena.




La señora CORTAJARENA ITURRIOZ: El motivo de la presentación de esta
iniciativa es mejorar las condiciones de vida de los que están presos
y evitar que aquellas personas con penas privativas de libertad se
conviertan en una forma de violencia intolerable e innecesaria en
relación con su salud, siendo más preocupante si hay una transgresión
del ordenamiento jurídico que regula las condiciones por las que ha
de ajustarse la aplicación de la Ley Orgánica General Penitenciaria.

Señorías, una de cada cinco personas que se encuentran presas muere
en las cárceles españolas por causas no naturales y entre el 70 y el
80 por ciento están enfermas y necesitan un tratamiento médico
especializado que no reciben. Las principales enfermedades, según el
volumen de afectados y la gravedad, son las infectocontagiosas: el
VIH-sida, la tuberculosis, las enfermedades respiratorias, las
cardiovasculares, etcétera. Pero lo más destacable es que las
deficiencias en las condiciones de vida de las prisiones y los
problemas relacionados con las carencias en la atención sanitaria
hacen que la cárcel sea un factor epidemiológico que produce en unos
casos y reproduce en otros estas y otras enfermedades. Así, con el
reparto de jeringuillas desechables se propone evitar las
consecuencias irreparables y mortales que ocasiona la inexistencia o
prohibición de las mismas. Según el Plan nacional sobre drogas, el 50
por ciento de la población reclusa tiene problemas de toxicomanía y,
si bien es cierto que los estupefacientes están prohibidos en las
prisiones, lo es también que su consumo en el interior de las mismas
está generalizado, pero no así el material de inyección para la
administración parenteral de estas sustancias. Afortunadamente,
evitar el riesgo de transmisión y de infección que trae consigo la
utilización compartida de jeringuillas tiene muy fácil remedio. El
uso de una jeringuilla desechable se perfila como uno de los medios
más idóneos para prevenir el contagio del sida. En prisión, la
jeringuilla es sinónimo de vida, consistiendo su ausencia y la
prohibición de su entrada en sinónimo de muerte.

Por otra parte, señorías, se trata de una medida que se aceptó en
el año 1997 -por cierto, quiero manifestar que en la exposición de
motivos hay un error, puesto que figura el año 1977 y es 1997-, en
que se puso en marcha un programa experimental en el centro
penitenciario de Basauri, en Vizcaya.

Tras dejar transcurrir un conveniente espacio de tiempo, formulé una
pregunta por escrito al Gobierno que fue contestada el día 16 de
abril de 1999. La respuesta que dio el Gobierno es la siguiente:
Después de 20 meses de funcionamiento del programa de intercambio de
jeringuillas, la valoración del mismo es satisfactoria, ya que se han
confirmado los supuestos de los que se partía: la viabilidad del
intercambio en el medio penitenciario, la nula conflictividad de este
tipo de acciones y la utilización del mismo para un grupo de
tóxicodependientes que de modo residual mantiene el uso de una vía
endovenosa como vía principal. De los datos existentes,se deduce que
el número de intercambios ha oscilado entre 47 y 100 mensualmente. El
segmento del número de intercambios/mes más frecuente ha sido el que
supone de dos a cinco jeringuillas intercambiadas en un mes, el 25
por ciento de los usuarios; a un 39 por ciento de los usuarios le fue
dispensada por una sola vez la jeringuilla. El alto índice de
rotación de la población reclusa ha supuesto una baja estabilidad de
los usuarios del programa. A lo largo de estos 20 meses se ha
producido una integración de la actividad como una más entre las
estrategias de prevención del centro penitenciario. No se han
producido distorsiones en la vida del centro y no se ha constatado un
incremento del consumo de drogas en general y/o cocaína por vía
parenteral. A diferencia de los programas de intercambio comunitario,
para un óptimo funcionamiento del programa debe efectuarse un control
riguroso del proceso, eludiendo convertir el programa en una mera
dispensación. Esta estrategia ha permitido el acercamiento de la
población toxicómana reclusa que ingresaba por primera vez en prisión
a otros programas que en la prisión tienen un mayor calado y
capacidad de seguimiento y control: sustitución opiácea,
antagonización, etcétera. Esta es la respuesta que el 16 de abril,
como ya he dicho, señorías, dio el Gobierno y, como se ve, la
valoración es muy satisfactoria.

Siguiendo con esta valoración, hay una serie de centros
penitenciarios que ya han iniciado la experiencia, en Tenerife, en O
Pereiro de Aguiar, en Orense, en Pamplona y en la prisión de
Martutene, de San Sebastián. Como se ve, el programa piloto de
Basauri ha sido considerado por todo el mundo como muy válido y muy
beneficioso para la población reclusa y por esta razón se presentó la
iniciativa en la que se instaba al Gobierno a que en el plazo de seis
meses, se adopten en los centros penitenciarios todas las medidas que
resulten necesarias y, en especial, implante el programa de
distribución gratuita de jeringuillas entre los reclusostoxicómanos,
a fin de evitar en lo posible la propagación



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entre ellos de enfermedades contagiosas como la hepatitis o el sida.

Por estas razones, que ya he argumentado en mi intervención,
solicitaría a todos los grupos parlamentarios que vayan a intervenir
en la defensa del tema o en la fijación de posición que lo tomaran
con verdadero cariño y con una actitud positiva, porque es un
proyecto que puede mejorar bastante la vida y las condiciones de
futuro, evitando la propagación de enfermedades o de contagios dentro
de la población reclusa.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència
i Unió), tiene la palabra doña Zoila Riera.




La señora RIERA I BEN: Quería felicitar a la portavoz del Grupo
Socialista por la iniciativa y decirle que el Grupo Parlamentario
Catalán (Convergència i Unió) va a apoyar la medida -como no podría
ser de otra manera- por coherencia con las propias políticas que
desde el Gobierno de la Generalitat se están implementando. El doctor
Joan Colom, responsable del Departamento de drogodependencias y
toxicomanías, dependiente de la Consellería de Sanidad en el Gobierno
de la Generalitat de Catalunya, ha propuesto la misma iniciativa y ya
la están empezando a implementar en aquellos lugares,que por riesgo
-por decirlo de alguna manera-, son preferentes. Son iniciativas que
tienden a lo que se llama la reducción del daño, es decir, son
realistas y parten del conocimiento de que es imposible evitar la
entrada de droga en las cárceles, materialmente imposible, a pesar de
que se pongan medios y recursos, pero es muy difícil evitar, sobre
todo en las de visitas vis a vis, que reclusos toxicómanos no
aprovechen estos encuentros también para que se les suministre droga,
o incluso las propias mafias que sabemos que muchas veces existen en
las cárceles.

Partiendo de esta realidad, lo más sensato, la medida que puede
evitar que el daño ya existente se propague y se convierta en fuente
de contagio de enfermedades -como enuncia la proposición del Grupo
Socialista-, es la de favorecer y posibilitar que aquellos enfermos
toxicómanos que utilizan las jeringuillas puedan usarlas con las
debidas condiciones de higiene. Además, hemos de tener muy presente
que, desde el momento en que exista la posibilidad de que el enfermo
toxicómano se inyecte de manera controlada, también existirá la
posibilidad, porque va paralela, de que los servicios médicos, los
servicios de asistencia puedan actuar sobre el enfermo para intentar
reconducirle a programas de desintoxicación, metadona, etcétera.

Nuestra posición es favorable y nuestro voto va a serlo también, pero
en aras de encontrar este consenso del que creo, sin dudas, va a
gozar esta proposición del Grupo Socialista, quisiera proponer,
porque lo hemos hablado ya con los portavoces, una enmienda in voce,
si el señor presidente me lo autoriza, en el sentido de
que la proposición acota el tiempo para implementar la iniciativa al
período de seis meses. Consideramos que el tiempo no debe ser una
excusa para no consensuar esta propuesta y mi grupo quiere proponer
que sustituyéramos «seis meses» por «en el plazo de tiempo más breve
posible». Pediríamos al grupo proponente que la aceptase, porque
sabemos que el Grupo Popular, que comparte la iniciativa, está
dispuesto también a aceptarla de esta manera.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la
palabra doña Enriqueta Seller Roca de Togores.




La señora SELLER ROCADE TOGORES: Señorías, el proponente de esta
iniciativa ha puesto de manifiesto un hecho que suscita desde hace
años gran preocupación, no sólo por la situación que atraviesa una
persona privada de libertad como consecuencia de la comisión de un
delito, sino porque se trata de un colectivo ciertamente vulnerable y
que merece toda nuestra atención. Los datos de los que disponemos
cifran en más de un 50 por ciento las personas que ingresan en
prisión con antecedentes de consumo de drogas y aproximadamente la
mitad de ellos lo hacen por vía intravenosa. A pesar de las medidas
adoptadas por la institución penitenciaria para impedir la entrada de
drogas y la extensión a todas las prisiones de programas de atención
a drogodependientes, desde los libres de drogas hasta los de
mantenimiento con metadona, son muchos los usuarios de drogas
inyectadas que encuentran la forma de seguir consumiendo dentro. En
un mundo cerrado como el penitenciario la falta de acceso a
jeringuillas estériles aumenta la posibilidad de que se reutilicen
y se compartan. En estas circunstancias el riesgo de padecer
infecciones encuentra un terreno apropiado para propagarse
fácilmente.

La Administración penitenciaria, cumpliendo con su misión de velar
por la vida, la integridad y la salud de las personas a su cargo,
debe garantizar a los internos su acceso a los tratamientos y medidas
de prevención a los que accede el resto de la comunidad. A este
respecto, tanto la Organización Mundial de la Salud como el Consejo
de Europa profundizan en el tema a través de recomendaciones
dirigidas a los centros penitenciarios a fin de evitar la propagación
de enfermedades infecciosas, aconsejando la posibilidad de
proporcionar equipos de inyección higiénicos a los presos que los
demanden, si bien el grado de aplicación de esta directriz ha sido
bien escaso en todo el mundo, argumentándose la peligrosidad de esta
medida. Ciertamente, la Dirección General de Instituciones
Penitenciarias, en colaboración con el Ministerio de Sanidad y
Consumo, así como con distintas comunidades autónomas, han
desarrollado desde hace años un minucioso y cauteloso trabajo para la
implantación de programas de intercambio de jeringuillas en
prisiones. La prudencia



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de esta iniciativa ha de ser necesaria, ya que una jeringuilla puede
ser vista dentro de prisión como un instrumento coercitivo hacia los
funcionarios y, además, resulta necesario establecer unos pasos de
educación para la salud antes de establecer un programa de
intercambio de jeringuillas en este ámbito.

Hemos de manifestar que en el mes de abril del año 2000 se creó un
grupo de trabajo conjunto entre el Plan nacional sobre el sida y la
Dirección General de Instituciones Penitenciarias con el objeto,
entre otros, de elaborar unas recomendaciones que pretenden
homogeneizar en lo posible las condiciones de implantación, criterios
de actuación e indicadores de evaluación de los programas de
intercambio de jeringuillas en prisiones. Obviamente, estas deberán
adaptarse en cada caso a las características y necesidades
específicas de los centros.

Por eso, señorías, aunque inicialmente nos parecía inadecuado,desde
el punto de vista de mi grupo, establecer un plazo de seis meses para
adoptar dichas medidas, dado que estas obedecen a la implantación de
programas de distribución gratuitas entre los reclusos toxicómanos y
que requieren un tratamiento de atención de las necesidades de cada
centro penitenciario, parece razonable -como se ha expresado- aceptar
la enmienda in voce formulada por el Grupo Parlamentario Catalán
(Convergència i Unió) que se concreta en sustituir «el plazo de seis
meses» expresado por la propia proponente por «el plazo de tiempo más
breve posible», aceptando como válido el resto de la proposición, ya
que no viene a desvirtuar la finalidad perseguida por el Gobierno.




El señor PRESIDENTE: El Grupo Parlamentario Socialista, que es el
proponente, ¿acepta la enmienda transaccional in voce que ha
formulado en este acto la señora representante de Convergència i
Unió?



La señora CORTAJARENA ITURRIOZ: Aceptamos la enmienda transaccional,
pero quiero anunciar a
la Comisión y al propio Gobierno que cada tres meses yo voy a
realizar preguntas escritas y que, dentro de un año, pediré la
comparecencia del director general de Instituciones Penitenciarias
para ver cómo se va desarrollando esta medida.




El señor PRESIDENTE: Votamos la proposición no de ley con la
modificación que consta en el acta y que,para mayor claridad, será la
siguiente: La Comisión mixta para el estudio del problema de las
drogas insta al Gobierno a que, en el plazo de tiempo más breve
posible, adopte las medidas que resulten necesarias y, en especial,
implante el programa de distribución gratuita de jeringuillas entre
los reclusos toxicómanos, a fin de evitar en lo posible la
propagación entre los mismos de enfermedades contagiosas por vía
hemática, tales como la hepatitis o el sida.




Efectuada la votación, dijo



El señor PRESIDENTE: Queda aprobada por unanimidad.




Nos queda votar la anterior proposición, que hemos dicho no se podía
votar hasta la una y media, por lo que suspendemos la sesión cinco
minutos. (Pausa.)
Señoras y señores diputados y senadores, se reanuda la sesión. Vamos
a proceder a la votación de la proposición no de ley sobre
presentación de un estudio de futura apertura de centros de
emergencia social, que ha sido presentada por el Grupo Parlamentario
Socialista.




Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos a favor, 14;
en contra, 21; abstenciones, una.




El señor PRESIDENTE: Por consiguiente, queda rechazada la propuesta.

Se levanta la sesión.




Era la una y quince minutos de la tarde.