Publications

DS. Congreso de los Diputados, Pleno y Dip. Perm., núm. 126, de 10/12/2001
PDF





CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



PLENO Y DIPUTACIÓN PERMANENTE



Año 2001 VII Legislatura Núm. 126



PRESIDENCIA DE LA EXCMA. SRA. D.ª LUISA FERNANDA RUDI ÚBEDA



Sesión plenaria núm. 121



celebrada el lunes, 10 de diciembre de 2001



ORDEN DEL DÍA:



Comparecencia del Gobierno ante el Pleno de la Cámara, de conformidad
con lo dispuesto por el artículo 203 del Reglamento:



- Comparecencia del Gobierno ante el Pleno de la Cámara, de
conformidad con lo dispuesto por el artículo 203 del Reglamento, para
informar sobre la Presidencia española de la Unión Europea en el
primer semestre del año 2002. (Número de expediente 210/000014.) . .

. (Página 6334)



Página 6334




S U M A R I O



Se abre la sesión a las cuatro y cinco minutos de la tarde.




Comparecencia del Gobierno ante el Pleno de la Cámara, de conformidad
con lo dispuesto por el artículo 203 del Reglamento, para informar
sobre la Presidencia española de la Unión Europea en el primer
semestre del año 2002 . . . (Página 6334)



El señor presidente del Gobierno (Aznar López) comparece ante el
Pleno de la Cámara tres semanas antes del inicio de la Presidencia
española de la Unión Europea para exponer las prioridades políticas
que España desarrollará durante los próximos seis meses. Explica que
la presidencia de la Unión Europea se estableció con el fin de que
cada Estado miembro tuviese la oportunidad de impulsar las políticas
de integración dando su propia impronta al proceso y evitando de este
modo que se produjesen desequilibrios entre los intereses de los
diferentes Estados, y anuncia que España dará especial relieve
durante el próximo semestre a la construcción del espacio de
libertad, seguridad y justicia y trabajará por afrontar los
principales retos que tiene planteados Europa: cómo luchar contra el
terrorismo, cómo asegurar un saneado crecimiento económico y cómo
responder al deber histórico de la ampliación sin que suponga una
merma para el equilibrio de la Unión y para el eficaz funcionamiento
de sus instituciones, y ello unido a la entrada en circulación de la
moneda única Europea. A continuación pasa a explicar las seis
prioridades políticas que España, a partir de la idea de» «Más
Europa», de las presentes circunstancias históricas de la Unión y de
sus retos, desarrollará durante su presidencia. En primer lugar, la
lucha contra el terrorismo; en segundo lugar, una eficaz y ágil
transición al euro; en tercer lugar, un nuevo impulso a todo el
proceso de reformas con el objetivo del pleno empleo en un marco de
prosperidad, estabilidad y crecimiento; en cuarto lugar, España
continuará con las negociaciones de importantes capítulos del
calendario establecido para concluir el proceso de la ampliación de
la Unión Europea; en quinto lugar, impulsará la Política Exterior y
de Seguridad para conseguir su necesaria efectividad y, en sexto
lugar, iniciará y facilitará el debate sobre el futuro de una Europa
ampliada. Asimismo se propone reforzar el diálogo transatlántico,
destacando las relaciones de Europa con Iberoamérica y con los países
del Mediterráneo. Por todo ello, hace un llamamiento a las
instituciones de la Unión Europea y, en especial al Consejo, a la
Comisión
y al Parlamento Europeo y a su nuevo presidente, para
desarrollar una especial relación interinstitucional, imprescindible
para obtener realizaciones concretas en las áreas identificadas como
prioridades.




Intervienen en el debate los señores Rodríguez Zapatero, del Grupo
Parlamentario Socialista; Trías i Vidal de Llobatera, del Grupo
Parlamentario Catalán (Convergència i Unió); Llamazares Trigo, del
Grupo Parlamentario Federal de Izquierda Unida;
Anasagasti Olabeaga, del Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV);
Mauricio Rodríguez, del Grupo Parlamentario de Coalición Canaria;
Rodríguez Sánchez, Núñez Castain; Saura Laporta; la señora
Lasagabaster Olazábal, y el señor Labordeta Subías, del Grupo
Parlamentario Mixto, y Grandes Pascual, del Grupo Parlamentario
Popular en el Congreso.




Cierra el debate el señor presidente del Gobierno (Aznar López).




Se suspende la sesión a las siete y cincuenta minutos de la tarde.




Se abre la sesión a las cuatro y cinco minutos de la tarde.




COMPARECENCIA DEL GOBIERNO ANTE EL PLENO DE LA CÁMARA, DE CONFORMIDAD
CON LO DISPUESTO POR EL ARTÍCULO 203 DEL REGLAMENTO:



- COMPARECENCIA DEL GOBIERNO ANTE EL PLENO DE LA CÁMARA, DE
CONFORMIDAD CON LO DISPUESTO POR EL ARTÍCULO 203 DEL REGLAMENTO, PARA
INFORMAR SOBRE LA PRESIDENCIA ESPAÑOLA DE LA UNIÓN EUROPEA EN EL
PRIMER SEMESTRE DEL AÑO 2002. (Número de expediente 210/000014.)



La señora PRESIDENTA: Se abre la sesión.

Punto I del orden del día: Comparecencia del Gobierno ante el Pleno
de la Cámara, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 203 del
Reglamento, para informar sobre la presidencia española de la Unión
Europea en el primer semestre del año 2002.

Tiene la palabra el señor presidente del Gobierno.




El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Señora presidenta,
señorías, comparezco hoy ante SS.SS., tres semanas antes del inicio
de la presidencia española de la Unión Europea, para exponer las
prioridades políticas que España desarrollará durantelos próximos
seis meses. Quiero, ante todo, agradecer a



Página 6335




los grupos parlamentarios y también a los eurodiputados españoles la
labor que con sus contribuciones y deliberaciones vienen haciendo
desde hace meses para conseguir que nuestra presidencia constituya un
éxito. La participación de todos resulta fundamental para asegurar un
buen ejercicio de la presidencia de la Unión Europea. Por ello, el
Gobierno velará por la más amplia difusión de información posible
para que los ciudadanos perciban con claridad las tareas que se
desarrollarán durante los próximos meses y se puedan abrir, de ese
modo, cauces de participación y de debate.

Señorías, la presidencia de la Unión Europea se estableció con el fin
de que cada Estado miembro tuviese la oportunidad de impulsar las
políticas de integración, dando su propia impronta al proceso y
evitando de este modo que se produjesen desequilibrios entre los
intereses de los diferentes Estados. España, desde la presidencia de
la Unión, continuará con su decidido papel impulsor de proyectos e
iniciativas que buscan una mayor integración, porque nuestra
contribución a Europa no se circunscribe solamente a la presidencia;
y lo hará desde la concepción española de Europa y haciendo hincapié
en aquellos aspectos y áreas que desde nuestro punto de vista mejor
definen los intereses europeos. En este sentido, España desde su
inicio impulsó decididamente la construcción del espacio de libertad,
seguridad y justicia, a cuyo desarrollo daremos especial prioridad
durante el próximo semestre. Asimismo el Gobierno impulsó, junto a
los otros Estados miembros, el proceso de Lisboa de reformas
económicas y sociales. Durante nuestra presidencia daremos un paso
más en el perfeccionamiento de este proceso, de gran transcendencia
para el futuro de la Unión Europea. Sólo por citar un caso más,
España, que pertenece desde su origen a la Unión Económica y
Monetaria, será la encargada de velar desde la presidencia por la
efectiva y ordenada puesta en circulación de la nueva moneda.

Señorías, nuestra acción como presidencia se inserta también dentro
de una línea de acción marcada por las presidencias anteriores.

Aprovecho esta ocasión para agradecer a la presidencia belga el
trabajo que está realizando al frente de la Unión en este semestre.

España, como presidencia, tiene la responsabilidad de impulsar los
temas principales de la agenda europea, porque una Unión eficaz es
imprescindible si queremos conseguir mejorar las condiciones de vida
de los europeos. De ahí que la idea de la presidencia española se
expresa en el lema «Más Europa». Este lema engloba, además, dos
mensajes. En primer lugar, significa la voluntad de lograr para
Europa el peso y el lugar que le corresponde en las relaciones
internacionales y, en segundo lugar, refleja que el proyecto europeo
es mayoritariamente asumido y apoyado por los ciudadanos españoles.

Cada vez que se ha logrado «más Europa» el resultado ha sido bueno
para Europa y, en consecuencia, también para España.

Señora presidenta, España asume la presidencia de la Unión en un
momento transcendental marcado por varios hechos. En primer lugar,
las consecuencias de los acontecimientos trágicos del 11 de
septiembre nos han hecho ser conscientes de la importancia y realidad
de una serie de amenazas que se ciernen sobre nuestros valores
fundamentales y de la necesidad de que Europa dé pasos decisivos en
la construcción del espacio de seguridad y justicia común, y además
cuente con una política exterior y de defensa común verdadera. En
segundo lugar, la moneda única, el euro, entrará en circulación el 1
de enero del próximo 2002. En tercer lugar, el menor crecimiento
económico puede hacer dudar a algunos de la necesaria continuidad de
las políticas de reforma económica y de rigor presupuestario, únicas
fórmulas posibles, en mi opinión, que aseguran las bases de un
crecimiento sostenible y prolongado en el tiempo. Nuestro objetivo
tiene que ser más reformas estructurales, más flexibilidad, más
competencia y más empleo. En cuarto lugar, la Unión Europea se
prepara para concluir un proceso de cambio histórico que resultará
por primera vez, en la ampliación de la libertad, la democracia y el
respeto de los derechos humanos a todos los europeos, por encima de
cualquier división. En consecuencia, Europa afronta varios retos
fundamentales si quiere seguir siendo un centro activo decisorio de
libertad y prosperidad. El primero de esos retos es la lucha contra
el terrorismo; el segundo, cómo asegurar un saneado crecimiento
económico, y el tercero, cómo responder al deber histórico de la
ampliación sin que ello suponga una merma para el equilibrio de la
Unión y para el eficaz funcionamiento de sus instituciones, y ello en
el momento, como he dicho, de la entrada en circulación de la moneda
única europea.

A partir de la idea de «Más Europa», de las presentes circunstancias
históricas de la Unión y de sus retos y de nuestra visión de la
Europa del futuro, España desarrollará las seis siguientes
prioridades políticas durante su presidencia. La lucha contra el
terrorismo se ha convertido en el objetivo prioritario de la Unión
Europea y será, como tal, la primera prioridad de España como
presidencia. La segunda prioridad será asegurar una eficaz y ágil
transición a la moneda única europea, al euro. En tercer lugar,
España trabajará por dar un nuevo impulso a todo el proceso de
reformas económicas y sociales con el objetivo del pleno empleo, en
un marco de estabilidad, de prosperidad y de crecimiento. En cuarto
lugar, España continuará con las negociaciones de importantes
capítulos del calendario establecido para concluir en las fechas
previstas el proceso de ampliación de la Unión Europea. España
impulsará, en quinto lugar, la política exterior y de seguridad para
conseguir su necesaria y conveniente efectividad. Y la sexta
prioridad será iniciar y facilitar el debate sobre el futuro de la
Europa ampliada.

Quisiera exponer ahora detalladamente, señorías, el contenido de
tales prioridades. Como he señalado



Página 6336




antes, el 11 de septiembre constató trágicamente la existencia de una
serie de amenazas dirigidas contra la esencia de nuestra sociedad. Es
prioritario que la Unión Europea dé respuesta a tales amenazas, tal
como España y este Gobierno venían proponiendo desde hace tiempo. Los
consejos europeos de Bruselas y Gante declararon la lucha contra el
terrorismo como un objetivo prioritario de la Unión y trazaron el
plan de acción de la Unión Europea en materia antiterrorista. Desde
que el 21 de septiembre se aprobó este plan de acción hemos acordado
la entrada en vigor de Eurojust, que facilitará la cooperación entre
los jueces de los Estados miembros, se ha adoptado la decisión marco
sobre la definición común del delito de terrorismo, se ha logrado un
importante grado de acuerdo entre catorce de los quince Estados
miembros sobre la decisión marco relativa a la orden europea de
detención y entrega, y en pocos meses se podrán constituir equipos
policiales conjuntos de investigación. La definición común de
terrorismo permitirá la inclusión de este delito en los ordenamientos
jurídicos de los nueve Estados miembros que aún no lo tienen definido
y, a su vez, define una serie de delitos ligados a las actividades
terroristas. Supone, por tanto, un paso fundamental en la
determinación de lo que es un grupo terrorista y en la penalización
del mismo. En los próximos días adoptaremos la orden de detención y
entrega, que supone la superación de la extradición en la Unión
Europea, lo que nos permitirá a todos, sin duda alguna, ser mucho más
eficaces en la lucha contra el terror. Por una serie de dificultades
presentadas por Italia, su adopción no ha sido posible hasta el
momento. Quiere decir a sus señorías que estoy seguro de que Italia
se sumará a esta iniciativa durante el próximo Consejo de Laeken y
que un acuerdo será posible por tanto entre los quince Estados
miembros, como ya lo es entre los catorce que apoyamos actualmente
este instrumento mediante la constitución de una cooperación
reforzada. Estos consejos europeos a los que he hecho referencia
declararon además que la consecución del espacio de libertad, de
seguridad y de justicia debería acelerarse. Dentro de este marco,
España también trabajará por avanzar decididamente hacia una política
de asilo e inmigración común en el marco de la Unión Europea.

La lucha contra el terrorismo abarcará, entre otras, cinco grandes
áreas que impulsaremos como presidencia. En primer lugar,
continuaremos con los trabajos legislativos de la Unión para que
desde la supremacía del Estado de derecho y el respeto de las
libertades se adopten y apliquen todas las medidas basadas en el
reconocimiento mutuo de las decisiones judiciales. En segundo lugar,
España impulsará una más profunda colaboración entre los jueces de
los Estados miembros. En este sentido, me felicito porque Eurojust es
la institución que deberá potenciar dicha cooperación y será efectiva
a partir de los primeros meses del próximo año. En tercer lugar,
trabajaremos para conseguir la
coordinación entre las fuerzas de seguridad de los Estados miembros,
fomentando la interconexión entre la esfera nacional y la Unión
Europea en la lucha contra el terror e impulsando la creación de
equipos conjuntos de investigación; reforzando la coordinación entre
Europol, Eurojust y el grupo de trabajo de directores de Policía para
que fluya entre los Estados miembros toda la información relativa a
las actividades terroristas; favoreciendo un mejor funcionamiento del
convenio Europol y perfeccionando el sistema de información de
Schengen. En cuarto lugar, cortando todas las fuentes de financiación
posibles de las organizaciones terroristas. Por ello trabajaremos
para impulsar un amplio conjunto de medidas internacionales entre las
que destacamos el cumplimiento de la resolución 1373 del Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas, la aplicación de las
recomendaciones adoptadas por el Grupo de Acción Financiera
Internacional y la ratificación por los Estados miembros de la
Convención de las Naciones Unidas para la eliminación de la
financiación del terrorismo. En quinto y último lugar, si la Unión
Europea quiere asegurar eficazmente la democracia y la libertad
deberá ser también muy activa más allá de sus fronteras. España, por
una parte, cree prioritario que se concluya el convenio global de
Naciones Unidas contra el terrorismo y también que se revisen las
relaciones entre la Unión Europea y otros países terceros a la luz
del apoyo que estos países puedan dar al terrorismo. Por otra parte,
una importante faceta de la presidencia en materia antiterrorista
será el reforzamiento del vínculo trasatlántico y por tanto de la
cooperación con los Estados Unidos de América. España propugnará que
comiencen, entre otras cosas, las negociaciones conducentes a un
tratado de cooperación jurídico-penal entre la Unión Europea y los
Estados Unidos de América.

Señorías, desearía referirme a continuación a la segunda prioridad de
la presidencia, que es la entrada en circulación del euro. El próximo
1 de enero tendrá lugar sin duda uno de los hitos más importantes del
proceso de integración europea: entrará en circulación nuestra moneda
común, el euro. Este acontecimiento por sí mismo otorgaría a nuestro
semestre a cargo de la presidencia una indudable relevancia, al
tiempo que nos impone una gran responsabilidad. Seguiremos, por
tanto, muy de cerca todo el proceso en estrecha colaboración con la
Comisión, con el Banco Central Europeo y con el resto de nuestros
socios. El euro se convertirá rápidamente en un símbolo de identidad
de la Unión, común a todos los españoles y a los ciudadanos europeos.

Utilizaremos una misma moneda que nos identificará como integrantes
de un mismo espacio de convivencia, de estabilidad y de prosperidad.

Uno de los retos de la presidencia será conseguir que la introducción
del euro sea segura y fácil. El Gobierno ha venido desarrollando
desde hace tiempo varias campañas informativas sobre la entrada en
circulación de la nueva moneda que persiguen facilitar al máximo la
adaptación



Página 6337




de los ciudadanos al uso de los nuevos billetes y monedas. Esos
mismos billetes y monedas serán la muestra más palpable y evidente de
que los europeos podemos alcanzar metas ambiciosas, por difíciles que
parezcan, si tenemos la voluntad política y la determinación
necesarias para hacerlo. Este fue el caso de España en su esfuerzo
por incorporarse al euro desde su nacimiento, hecho que no todos
-dentro y fuera de nuestras fronteras- consideraban posible. El
esfuerzo de toda la sociedad española para cumplir en el breve plazo
de año y medio todas las condiciones para estar en el euro bien se
puede decir que ha merecido la pena. Efectivamente, han transcurrido
ya tres años en los que hemos disfrutado de la estabilidad que nos
proporciona la moneda única. La apuesta por el euro supuso una firme
adhesión y un compromiso con la estabilidad económica en todas sus
vertientes. Este compromiso está dando sus frutos en los actuales
momentos de dificultad económica. En el ámbito presupuestario, nos
hemos dotado de unos mecanismos y de unas normas que han cumplido
bien su función hasta el momento. Ahora, en la actual coyuntura
económica y con la puesta en circulación de la moneda, el compromiso
de todos los Estados miembros con el Pacto de Estabilidad y
Crecimiento debe ser por ello más firme que nunca. Todos también
tenemos una gran responsabilidad en este campo. Como es lógico, la
llegada de la moneda única, la llegada del euro, hace aún más
esencial un mercado único verdaderamente abierto y dinámico. Con el
euro se pone de manifiesto con mayor claridad que nunca que quedan
pasos pendientes para alcanzar el espacio económico integrado que
todos deseamos. Esta es precisamente la tercera prioridad de la
presidencia española. Para lograr este objetivo y para dotar a Europa
de una mayor capacidad de crecer y de crear empleo, contamos con la
estrategia de reforma económica y social acordada hace casi dos años
en Lisboa. España está comprometida con esta estrategia desde sus
comienzos y lo seguirá estando, como es lógico, durante su
presidencia. La próxima primavera, en el Consejo Europeo que se
celebrará en Barcelona, tendremos la oportunidad de analizar los
retos que aún nos aguardan y también tendremos la oportunidad de
dotar de un nuevo impulso a la agenda reformista europea.

De todos es sabido que la actual coyuntura económica internacional no
es favorable, pero esta realidad no debe ser tomada como excusa para
retrasar reformas necesarias e inaplazables; antes al contrario, debe
constituir una motivación adicional para llevarlas a cabo. Esas
reformas son la mejor forma de convertir a Europa en una de las áreas
económicas más competitivas, más dinámicas y más prósperas del mundo.

Estos son objetivos ambiciosos, pero quiero decir a SS.SS. que estoy
convencido de que están a nuestro alcance si trabajamos con
intensidad y con seriedad en Barcelona y marcamos seriamente el
trabajo de los años venideros. Creo que nuestra forma de enfrentarnos
a ellos es la
más adecuada: con un enfoque equilibrado en el que se abordan tanto
las cuestiones económicas como las sociales, a las que desde
Barcelona se incorpora también toda la política medioambiental. Todos
estos elementos deben plantearse de modo que nos permitan satisfacer
nuestras necesidades de forma continuada y sostenible. La presidencia
fijará sus esfuerzos y concentrará sus prioridades en el Consejo
Europeo de Barcelona en cinco áreas concretas: la interconexión y la
apertura de las redes europeas de transporte, la liberalización
e interconexión de los mercados de electricidad y de gas, la
integración de los mercados financieros para convertir a Europa en
una verdadera potencia financiera, el desarrollo de un mercado de
trabajo más flexible capaz de crear más empleos y la consecución de
mejoras en la educación y en la formación de los estudiantes y los
trabajadores europeos, así como el incremento de las posibilidades de
su movilidad. Me referiré brevemente, señorías, a ellas.

La conexión y la apertura de los sistemas de transporte
y comunicaciones es vital para un espacio económico verdaderamente
integrado. Hay importantes puntos a los que dedicar nuestra atención
en este ámbito, como es la revisión de las orientaciones de las redes
transeuropeas de transporte, la creación del cielo único europeo y
las medidas de liberalización de los transportes de viajeros y de
mercancías por ferrocarril. De igual modo, un mercado único de la
energía plenamente operativo es indispensable para asegurar la
eficiencia y la competitividad de la industria europea. En Barcelona
debemos guiarnos por cinco principios: los de apertura,
liberalización, competencia, transparencia e interconexión. Siguiendo
estos principios analizaremos aspectos del paquete normativo
presentado por la Comisión como la apertura de los mercados de gas y
electricidad para empresas y consumidores y las reglas de acceso de
terceros a las redes, e impulsaremos las infraestructuras y las
interconexiones energéticas entre los mercados nacionales. En tercer
lugar he mencionado la integración de los mercados financieros, que
constituye una exigencia para el buen funcionamiento de la moneda
única y un requisito básico para el crecimiento de Europa. Por eso
será prioritario evitar retrasos que comprometan el cumplimiento de
los calendarios establecidos por el Plan de Acción de Servicios
Financieros, con la fecha límite de 2005 y, desde Estocolmo, de 2003
para los mercados de valores. De igual modo, será una prioridad que
se aplique cuanto antes el nuevo enfoque legislativo introducido a
partir del llamado informe Lamfalussy. Confiamos para ello en la
buena disposición de todas las partes implicadas. Otro elemento
fundamental es el relacionado con nuestros objetivos en el ámbito
social y de empleo. A mi juicio, la mejor forma de integración social
para los ciudadanos europeos es sin duda la obtención de un empleo.

Así fue reconocido en Lisboa. Para lograr más y mejores empleos
abordaremos aspectos tales como la movilidad de los trabajadores



Página 6338




y la flexibilización de nuestros mercados de trabajo. El
Consejo de Barcelona, sobre la base del proceso de Luxemburgo y de su
esquema actual, buscará un mayor énfasis de la estrategia de empleo
en el análisis de las rigideces estructurales de los mercados de
trabajo, en los sistemas fiscales y de protección social y en las
instituciones del mercado de trabajo. Por último, para alcanzar una
economía basada en el conocimiento es preciso disponer también de una
educación abierta y de calidad, con una dimensión europea que
favorezca la movilidad entre los sistemas de educación y la formación
permanente. En Barcelona también tendremos la oportunidad de examinar
el programa de trabajo sobre los sistemas de educación en el
horizonte del 2010, que debe permitirnos hacer realidad nuestros tres
objetivos de aumento de calidad, acceso universal y apertura al resto
del mundo de nuestros sistemas de enseñanza. El Consejo de Barcelona
será también el primero que incorpore a una reunión de trabajo formal
a los países candidatos, con el objeto de acercarlos
participativamente al proceso de reforma económica y social de
Europa. Con la participación de los candidatos en este consejo, la
presidencia española enviará un especial mensaje político de apoyo a
la ampliación de la Unión Europea.

Justamente, señorías, la ampliación es la cuarta de las prioridades
españolas para el próximo semestre. Durante los próximos seis meses
las negociaciones de ampliación entran en su última etapa y, a pesar
de las dificultades que ello pueda entrañar, España afronta estos
momentos con una decidida voluntad de llegar a acuerdos y soluciones
aceptables por todos. España trabajará para lograr posiciones comunes
en los capítulos con mayores implicaciones financieras, como son la
agricultura, la política regional y las provisiones financieras.

Baste aquí recordar que el peso financiero de los capítulos que de
acuerdo con el calendario de negociaciones se negociarán bajo la
presidencia española representa el 80 por ciento del presupuesto de
la Unión Europea. Las posiciones comunes de los capítulos mencionados
deberán respetar en todo caso el acervo comunitario y el marco
financiero actual, que es el determinado por las perspectivas
financieras aprobadas en Berlín. Cualquier otra iniciativa que se
aparte de estas directrices acordadas por todos los Estados miembros
reabriría prematuramente un debate que sin duda cuestionaría el
resultado final de las negociaciones. Para llegar a acuerdos con los
países candidatos, la presidencia necesita de la imprescindible
colaboración de la Comisión y de los propios países. La Comisión
deberá facilitar los proyectos de posiciones comunes con la
suficiente antelación y verificar la buena marcha de las
negociaciones de acuerdo con el principio de diferenciación,
principio aprobado por la Unión Europea, y los candidatos,
naturalmente, deberán esforzarse en cumplir sus obligaciones para
asumir y aplicar en sus países el acervo comunitario. El Consejo
Europeo de
Sevilla realizará un primer examen global de la situación de las
negociaciones, y aspiramos también a que durante la presidencia
española se comiencen a redactar el Tratado de adhesión y sus
correspondientes anejos. Quiero concluir estas palabras dedicadas a
la ampliación señalando que la presidencia española cuenta con la
participación de Turquía en todas las reuniones comunitarias en las
que participen los países candidatos. La presidencia española será la
encargada de impulsar la revisión -y así lo hará- de la asociación
para la adhesión de Turquía, ejercicio previo al establecimiento de
nuevas metas concretas en el proceso de este país hacia la adhesión.

Señorías, desde el 11 de septiembre una de nuestras prioridades y
necesidades es conseguir una Unión Europea real y efectivamente
activa en la esfera internacional. Las nuevas amenazas a la
estabilidad internacional hacen imprescindible reforzar la acción
conjunta de la Unión que durante la presidencia española se centrará
en los siguientes objetivos: En primer lugar desarrollar la política
europea de seguridad y defensa; en segundo lugar impulsar las
relaciones transatlánticas; en tercer lugar establecer y desarrollar
un sólido marco de relaciones cada vez más estrechas entre la Unión
Europea y Rusia; en cuarto lugar profundizar las relaciones entre la
Unión Europea e Iberoamérica; y en quinto lugar fortalecer
y desarrollar el papel que la Unión debe desempeñar en Oriente Medio y
el Mediterráneo.

En el ámbito de la seguridad y de la defensa, el 11 de septiembre ha
hecho aún más importante aplicar la operatividad de la política
europea de seguridad y defensa. La presidencia española se esforzará
para lograr un avance en este capítulo, prestando especial atención a
los procedimientos de gestión de crisis de la Unión e impulsando el
desarrollo de las capacidades militares, dentro de un marco de
estrecha consulta y cooperación con la OTAN, ya que el pilar europeo
de la defensa no debe significar en ningún caso el debilitamiento de
la eficacia de la defensa euroatlántica. Esperamos también durante la
presidencia acometer en el marco de la elaboración de conceptos
militares para las operaciones de gestión de crisis lideradas por la
Unión el estudio de los aspectos conceptuales y orgánicos del empleo
de las fuerzas militares para las operaciones que requieran una
rápida respuesta. España desea también incluir en la próxima reforma
de los tratados la lucha contra el terrorismo entre los objetivos de
la seguridad y de la defensa de Europa.

Señorías, el 11 de septiembre no ha hecho más que resaltar lo que
constituía una de las necesidades -en mi opinión- básicas de la
presidencia española en el ámbito de la política exterior de la
Unión, me refiero a la necesidad de reforzar el diálogo
transatlántico. A partir de ahora deberemos estudiar la redefinición
de la agenda transatlántica para dotarla de un mayor contenido
estratégico y político, sin renunciar a profundizar nuestra relación
en otros muchos sectores en los que la



Página 6339




Unión y los Estados Unidos comparten objetivos comunes. España pondrá
todo su empeño en que la cumbre entre Estados Unidos y la Unión
Europea consolide la necesaria relación estratégica que debe existir
entre nosotros. Espero también que se manifiesten plenamente todas
las capacidades de solidaridad con el pueblo norteamericano y con su
Gobierno, proclamadas en el Consejo extraordinario celebrado en
Bruselas. Durante nuestra presidencia, otra cita de especial
relevancia para impulsar las relaciones transatlánticas será la
celebración de la cumbre entre la Unión Europea y Canadá, país por
cierto que junto con España tiene la economía más abierta de todos
los países de la OCDE. Durante la presidencia española, Canadá
ostentará la presidencia del G-8 y albergará su cumbre de jefes de
Estado y de Gobierno a la que asistirá España en calidad de
presidencia de turno de la Unión Europea.

Señorías, como saben Rusia está desarrollando un papel de gran
trascendencia histórica en la crisis actual que marca la adopción de
una estrategia que claramente apuesta por los valores de la libertad,
la democracia y el desarrollo del Estado de derecho. La Unión Europea
tiene la obligación de apoyar esta estrategia, y por eso uno de los
objetivos prioritarios de nuestra presidencia será profundizar y
consolidar la relación entre la Unión Europea y Rusia con ocasión de
la celebración del Consejo de cooperación, que tendrá lugar en abril,
y de la cumbre Unión Europea-Rusia, que se celebrará en Moscú en mayo
de 2002. Además de la cooperación antiterrorista, en las reuniones
con Rusia trataremos del diálogo energético, del espacio económico
común europeo, con el fin de acelerar la aproximación de la
legislación rusa a la comunitaria, y del plan de trabajo para el
desarrollo de la estrategia común de la Unión Europea y de Rusia.

Señorías, como no podía ser de otra forma, las relaciones de Europa
con Iberoamérica constituyen una prioridad de nuestra presidencia.

Queremos continuar llevando a Europa el interés que ofrece una zona
regional que comparte con nosotros, porque forma parte de ello,
respeto a la democracia, a los derechos humanos y la defensa del
Estado de derecho. Creemos que el fortalecimiento de las relaciones
entre Europa e Iberoamérica será provechoso para ambas, tanto desde
un punto de vista político como económico y debe servir también para
afianzar los valores que compartimos.

En el mes de mayo se celebrará en Madrid, la II cumbre Unión Europea-
Iberoamérica y Caribe. Deseamos renovar e impulsar la asociación
estratégica entre estas dos regiones que cristalizó, en gran parte
por empeño español, en Río de Janeiro en 1999. En torno a la cumbre
se realizarán encuentros específicos al más alto nivel con Mercosur,
con la comunidad andina y con los países centroamericanos. Y al igual
que se consiguió con un destacado impulso español un excelente
acuerdo de asociación y de libre comercio con México, con el mismo
fin estamos trabajando con Chile y pretendemos
al mismo tiempo seguir impulsando las negociaciones de la Unión
Europea con Mercosur. Estos acuerdos, además de aumentar el perfil de
las relaciones políticas, supondrán el incremento de los intercambios
económicos y comerciales que favorecerán sin duda el desarrollo de la
región iberoamericana.

La presidencia de la Unión deberá también redoblar sus esfuerzos de
coordinación y consulta con Estados Unidos y con los demás
patrocinadores del proceso de paz en Oriente Medio, para relanzar una
dinámica de paz en la zona, que se hace urgente tras el 11 de
septiembre, los atentados terroristas de estos días y las respuestas
a los mismos. La actual situación de Oriente Medio es un factor de
inestabilidad permanente, que afecta a la seguridad de los países de
la región y al Mediterráneo. La evolución del conflicto en Oriente
Medio influye de forma determinante en las posibilidades de lograr un
avance en el proceso de Barcelona, único foro de diálogo que reúne a
todos los países implicados en el proceso de paz. Una eventual mejora
de este proceso de paz podría servir de acicate para dar un impulso
al capítulo político y de seguridad del proceso de Barcelona, que
tendrá una gran cita con ocasión de la reunión euromediterránea que
se desarrollará en Valencia en el mes de abril.

La presidencia española multiplicará sus esfuerzos para desarrollar
el capítulo económico y financiero del proceso de Barcelona
estimulando a los socios mediterráneos a proseguir en el camino de
las reformas. En este sentido, España impulsará la conclusión de los
acuerdos de asociación pendientes entre la Unión Europea y los países
ribereños y trabajará para la creación del mercado interior
euromediterráneo y el desarrollo de las estrategias regionales en
infraestructuras. Para ello el Gobierno presentará la propuesta de
creación de una institución financiera especifica, abierta a otros
países, especializada en la financiación de operaciones de desarrollo
en los países del sur del Mediterráneo.

Señorías, la inmigración ilegal será también objeto de atención
preferente durante la presidencia. Consciente de la enorme
transcendencia de este fenómeno, España, junto con el patrocinio de
dos países asiáticos, China y Vietnam, viene trabajando desde hace
meses para que la reunión ministerial entre la Unión Europea y ASEM,
que se celebrará en Lanzarote en abril, sea un éxito.

Por último, en lo que respecta al ámbito de las relaciones exteriores
de la Unión, me gustaría destacar que durante el semestre de la
presidencia española se celebrarán también dos importantes reuniones
dentro del marco de Naciones Unidas. La primera es la cumbre mundial
sobre el envejecimiento y la segunda es la cumbre sobre la
financiación del desarrollo. La cumbre sobre el envejecimiento
abordará uno de los temas que más preocupan y afectan a la sociedad
europea y a la sociedad española en particular. España espera que en
dicha cumbre se adopte un plan de acción que marque



Página 6340




las políticas sobre el envejecimiento para los próximos diez años.

Por su parte, la cumbre sobre la financiación del desarrollo, que se
celebrará en la ciudad mejicana de Monterrey, ha sido ya objeto de
trabajo, de tratamiento y de conversaciones tanto con el presidente
de México, Vicente Fox, como con el secretario general de Naciones
Unidas, Kofi Annan. Deseo que esta cumbre marque un hito en el
establecimiento de nuevos mecanismos que ayuden a paliar el problema
de la pobreza que afecta gravemente a extensas regiones del mundo.

Señorías, pocos imaginaban cuando se firmaron los tratados de Roma
que apenas cuarenta y cinco años después la Unión Europea podría
desarrollar un mercado interior o que millones de ciudadanos europeos
fuesen a utilizar la misma moneda. Eso es así porque la historia de
la Unión ha sido una historia de éxitos, y sólo a partir de la justa
valoración de los elementos positivos de la integración podremos
plantearnos metas más ambiciosas.

El debate sobre el futuro de Europa trata justamente de responder a
esta necesidad. Consciente de la importancia de los momentos que la
Unión Europea vive, y precisamente para responder a la exigencia de
lograr una mayor participación de los ciudadanos en dicho debate, el
Gobierno nombró un coordinador y un consejo asesor para el debate
sobre el futuro de la Unión Europea en España. Esta misma semana, el
Consejo Europeo aprobará previsiblemente la declaración de Laeken que
marca el inicio de una nueva etapa del debate sobre el futuro de
Europa. Dicho Consejo Europeo convocará una convención que elaborará
presumiblemente opciones en las cuales trabajar para la reforma de
los tratados en la Conferencia Intergubernamental del año 2004. La
presidencia espera que la convención iniciará sus trabajos en el
primer semestre del próximo año, y por tanto tratará que el resultado
de los mismos siga un enfoque concreto y realista que tenga siempre
en cuenta las preocupaciones y las aspiraciones de los ciudadanos.

Este enfoque es el que precisamente estamos apoyando, tal como tuve
ocasión de comentar y declarar en Bruselas el pasado mes de octubre.

Señorías, la gran tarea, la ingente tarea que nos espera supone que
España tendrá que encargarse de más de 530 asuntos en los 33 consejos
de ministros previstos. Además de los consejos europeos de Barcelona
y Sevilla y de la cumbre citada en Madrid, todas y cada una de las
comunidades autónomas tendrán la oportunidad de albergar alguna de
las 41 reuniones ministeriales y 151 reuniones de nivel inferior que
se celebrarán durante el semestre. Es intención del Gobierno que las
Cámaras tengan el conocimiento más extenso posible de los
planteamientos de nuestro semestre de presidencia europea. Ello
comprende tanto las líneas generales de la misma, como las que
afecten a distintos ámbitos sectoriales. Por esta razón, quiero
anunciar que es nuestra intención solicitar que comparezcan ante la
Comisión
mixta Congreso-Senado los titulares de los departamentos
ministeriales concernidos, a fin de exponer ante ella las líneas de
trabajo específicas en sus respectivas áreas de responsabilidad.

Señora presidenta, señorías, al hacerse cargo de la presidencia el
próximo 1 de enero, España asumirá sin duda una gran responsabilidad
en unos meses decisivos para el futuro de la Unión. Hacemos por ello
un llamamiento a las instituciones de la Unión Europea, al Consejo, a
la Comisión y al Parlamento Europeo para desarrollar una especial
relación interinstitucional, imprescindible si queremos obtener
realizaciones concretas en las áreas que hemos identificado como
nuestras prioridades. La lucha contra el terror, la introducción del
euro, la continuación de las reformas económicas y sociales, el
cumplimiento del calendario de la ampliación, el desarrollo de la
política exterior y de defensa y el debate sobre el futuro de Europa
son los desafíos que tiene ante sí la Unión Europea en los próximos
meses. Sólo si se consiguen avances específicos en estas prioridades
podremos decir que hemos contribuido con éxito a que Europa se
convierta en el espacio de prosperidad, de libertad, de seguridad, el
espacio abierto que los ciudadanos demandan y desean. «Más Europa» es
la visión y la filosofía que el Gobierno tiene respecto al papel que
España puede desarrollar como presidencia de la Unión, para que ésta
mejore la vida de los ciudadanos y que inspirará el trabajo que
realizaremos para conseguir esa meta y para lo cual pido la
colaboración de la Cámara.

Muchas gracias, señora presidenta. (Prolongados aplausos.)



La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor presidente.

En nombre del Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra el
señor Rodríguez Zapatero.




El señor RODRIGUEZ ZAPATERO: Gracias, señora presidenta.

Señorías, señor Aznar, comparece usted en tiempo, pero no en forma,
para informar sobre los objetivos de la presidencia española de la
Unión Europea. (Rumores.)



La señora PRESIDENTA: Señorías, guarden silencio.




El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Comparece en tiempo pero no en forma,
porque lo lógico, lo que imponía la tradición, lo que han hecho la
presidencia belga, la presidencia sueca o la presidencia francesa, lo
que hizo España en el año 1995 fue llegar a ese momento importante
con una posición común del Parlamento, previamente debatida tras la
presentación de una comunicación de sus gobiernos. Creo que eso
hubiera sido hacer que este debate de hoy tuviera mucho más
contenido, no fuera sólo un trámite o una dación de cuentas por parte
del Gobierno.

Si de verdad se quiere que Europa, que este Parlamento, que España
sean un motor con el esfuerzo



Página 6341




común de toda la sociedad, hubiera sido muy deseable que el
Parlamento -como ocurrió en el año 1995, en el que hubo 34
resoluciones debatidas, discutidas y consensuadas- hubiera fijado sus
grandes objetivos. Después de haber leído su conferencia en octubre
en Bruselas (que a mi no me ha parecido una ocurrencia, porque lo que
producen mis adversarios políticos son ideas que hay que leer, se
podrá discrepar o no de ellas, pero no son ocurrencias), después de
haber leído su intervención, que junto a otra intervención suya son
las únicas que figuran en la página web de la Comisión sobre el
debate europeo, le quiero recordar que expresó con fuerza la
conveniencia de que los parlamentos nacionales participaran en el
proceso de construcción de la Unión Europea, incluso reivindicó la
existencia de una carta de los parlamentos nacionales. Comparto la
idea, pero había ha tenido una magnífica oportunidad para haber
empezado por su país, para haber empezado por este Parlamento y haber
llegado a este debate con grandes objetivos comunes, compartidos por
todos los grupos, trasladados a la opinión pública española para que
hubiera movilizado la adhesión, el apoyo ciudadano y social a lo que
es sin duda una gran oportunidad, que es la nueva presidencia de
España de la Unión Europea.

Lamento que no haya sido así, y por eso le decía que creo que no
comparece usted en forma ante este debate. También lamento que
vayamos tarde en el debate sobre el futuro de la Unión Europea. No
hace falta saber qué está pasando en Europa, simplemente con acudir a
esa página web a la que antes hacía referencia comprobará que España
y su Gobierno representan al país que menos aportaciones tiene a lo
que son documentos, foros de debate, encuentros de diálogo de la
sociedad, de la opinión pública, de los actores sociales sobre el
futuro de la Unión. Usted nos ha informado, en efecto, que el Consejo
que usted impulsa para el futuro del debate de la Unión Europea
empieza ahora sus trabajos, cuando casi toda Europa los tiene muy
avanzados y cuando tenemos el 1 de enero la presidencia de la Unión.

Por cierto, creo que es pasado mañana cuando ese consejo asesor para
el futuro de Europa pone en marcha su página web. Sinceramente creo
que es tarde, y porque en esto, como siempre, hay que tener una
visión constructiva le pido solemnemente que impulse y se comprometa
de verdad a hacer un debate intenso en la sociedad española. Ya no es
una cuestión del Parlamento ni de las fuerzas políticas; es una
cuestión de que digamos más Europa sí; pero más Europa con la
sociedad europea, con cada una de las sociedades, con los ciudadanos,
con todos aquellos que quieren hacer debate sobre Europa. Hay mucho
que debatir. «Más Europa» es una opción cuantitativa que compartimos,
pero hay que definir qué Europa y cuáles son los elementos
cualitativos que van a impulsar este noble proyecto que significa la
unión de los pueblos de nuestro continente.

Hace más de 15 años, 15 años largos que España entró en lo que es hoy
la Unión Europea. Hace diez
años que se produjo ese gran impulso que se ha venido en recordar
como el Tratado de Maastricht, y lo primero que habría que hacer hoy
cuando vamos a presidir por tercera vez la Unión Europea, en un
momento histórico para el mundo decisivo y trascendente, es volver
a reiterar la gran apuesta de los demócratas españoles por la entrada
en la Unión Europea, la gran apuesta y el éxito que para España y
para Europa ha sido esa voluntad de construcción europea. Tanto es
así que cuando el 1 de enero vamos a tener el euro, cuando hay que
tomar decisiones importantes, conviene reiterar que el futuro y el
proyecto de España es el futuro y el proyecto de Europa y que para
nosotros, los socialistas, Europa es ante todo un proyecto de
culturas, un proyecto de afirmación y defensa permanente de los
derechos humanos y de las libertades públicas (por cierto, hoy
conmemoramos la Declaración Universal de los Derechos Humanos); es un
proyecto de paz, de progreso social, no sólo de unión económica y de
mercado, también de derechos de los trabajadores, también de
desarrollo y profundización de la Carta Social, también de un modelo
de cohesión, sobre todo de un modelo de cohesión que en el momento
histórico ha de ser un modelo de cohesión en la convergencia
tecnológica, en el impulso del capital, de formación humana, de
nuevas tecnologías y de acceso al conocimiento para todos, para todos
los segmentos sociales, para todos los rincones de Europa y también
para todos los rincones de España.

Comparto plenamente que haya un nuevo impulso en el desarrollo de
Lisboa, pero le llamo la atención una vez más sobre el puesto que
España ocupa en lo que es el desarrollo de la sociedad del
conocimiento. Y ya que ha hecho una apuesta, que comparto en la
literatura, sobre lo que significa un impulso a nuestro sistema
educativo, a una educación europea, a una investigación compartida, a
un proceso de movilidad, a un proceso de construcción, de cultura y
de educación europea, le llamo la atención sobre lo que pasa en
España. Retire la LOU, señor Aznar (Aplausos.), porque será la mejor
carta de presentación para liderar también, con la universidad
española, ese debate sobre la educación europea que tenemos
pendiente. Retire la LOU, incluso usted puede rectificar (Risas.), no
pasaría nada y además ya le adelanto que sería, yo creo, felicitado
por mucha gente.

Estamos ante un debate de valores y de concepción. He apelado a la
participación del Parlamento y de la sociedad porque también queremos
que Europa sea una democracia viva, una democracia para la
ciudadanía, una democracia para su identidad y para la cultura y el
respeto de todas las culturas.

Durante la presidencia de la Unión Europea, cuando usted era líder de
la oposición, expresó desde esta tribuna el apoyo exigente al
Gobierno. Yo hoy le voy a expresar, en nombre del Grupo Socialista,
el apoyo, la colaboración y la aportación de ideas desde el 1 de
enero a esa tarea tan importante para este país. En ese



Página 6342




sentido quiero decirle que comparto en buena medida las tareas de
agenda que usted ha expuesto hoy aquí. Por supuesto creo que ni una
palabra debo perder en lo que es la apuesta prioritaria de la lucha
contra el terrorismo, de la construcción del espacio de seguridad, de
justicia e interior que tiene que haber en la Unión Europea, una
opción en la que hemos colaborado, en la que vamos a seguir
colaborando y en la que tenemos una posición común de fondo muy
importante.

De igual manera con los objetivos que tienen que ver con la entrada y
con los trámites de aplicación del euro, sabe que apuesto por un
gobierno económico; sabe que apuesto por un presupuesto mayor, y le
lanzaré una pregunta para que reflexione sobre la importancia que
bajo su mandato de presidencia puede tener en relación con las
perspectivas financieras después del año 2006, si algo podemos
avanzar en esos seis meses de presidencia española. Sería importante
para el modelo de cohesión europea y sería importante también para
España, porque ahí se juega sin duda mucho. Creo -ya le hice una
referencia- que compartimos el impulso a lo que significa Lisboa. Eso
sí, le pido que incluya los planteamientos y las reivindicaciones de
los sindicatos y de los empresarios en la construcción del modelo
social y en la definición de la Europa del futuro que va a empezar en
esa convención. Por eso comparto, me parece una buena idea y también
le pido que lo haga bajo su presidencia, que sindicatos y empresarios
puedan participar como observadores en ese trámite tan importante de
la convención. Eso sin duda alguna supondría un proceso de
acercamiento a la Europa social, a la Europa de la participación y un
alejamiento de tanta Europa de las directivas, de tanta Europa de una
Administración poco inteligible para la ciudadanía y tenemos que
rescatar al terreno de los valores, de los principios y de las
grandes ideas.

Además, señor Aznar, le dije hace un momento que el apoyo y la
colaboración garantizada va acompañada de ideas, de las ideas que
para el Grupo Socialista son prioritarias en este momento histórico.

Por tanto, doy por bien considerados la mayoría de los objetivos,
muchos de ellos de agenda que vienen dados, y me parecen bien
básicamente los impulsos que usted se propone hacer.

Quiero hacer hincapié, ya que no hemos podido tener ese otro debate
de concreción de los objetivos, en algunos temas que me parecen muy
importantes. Si hay dos debates hoy en el mundo que centran la
atención de los países, de las fuerzas políticas y de las sociedades,
son la globalización y las consecuencias del 11 de septiembre; el
escenario del diálogo entre los pueblos y las civilizaciones; el
escenario del diálogo entre las culturas y la necesidad imperiosa de
establecer un nuevo orden mundial basado en las ideas de la paz, de
la seguridad, de la cooperación y de la cohesión con todos los
países.

Señoría, a mí me gustaría ver que en estos próximos seis meses de
presidencia española, nuestro país, liderando Europa, pudiera dar una
salto importante en términos históricos para ese nuevo orden mundial,
para lo que es un planteamiento que tiene que trascender a la
coyuntura específica de la implantación y de la búsqueda de la
seguridad y paz tras el 11 de septiembre; que tiene que ir más allá,
que ha de ser más ambicioso, que ha de demostrar más coraje político,
y creo que España tiene una oportunidad como pocas en su historia.

España es, y presidiendo Europa mucho más señor Aznar, algo más que
una nación; es el germen de un continente, sin duda del continente
americano, y además es el puente básico por historia, por posición
geográfica con lo que es el Mediterráneo y las culturas que en ese
territorio están más implantadas. Ahí es donde creo que podemos hacer
una aportación relevante en términos históricos a la definición de
Europa. Europa es evidentemente la mejor apuesta para los europeos,
pero Europa, sus valores, su fuerza en el mundo, su liderazgo, tiene
que ser también la mejor apuesta para la inmensa mayoría de los
países del mundo. España comparte su ser, no se entiende buena parte
de América sin España, igual que no se entiende España sin América y
sin Latinoamérica, España tiene una obligación superior e
históricamente trascendental hoy con todos los países de
Iberoamérica, y le exijo que ésa sea una prioridad absoluta en los
seis meses de nuestra presidencia. Sé que exige mucho esfuerzo, pero
no puede ser que lo estemos contemplando sin que haya una estrategia
política en Europa y en España. Puede estar seguro de que hay
colaboración, puesto que Latinoamérica está atravesando por una
situación muy preocupante. No sólo es Argentina donde deberíamos
estar velando unos, sí, por nuestros intereses, lógicamente, pero
haciendo una estrategia política continua y permanente de apoyo a
todos los países latinoamericanos donde el umbral del desarrollo
político está... (Un señor diputado: Se veía venir.-Pausa.)



La señora PRESIDENTA: Parece que se ha arreglado el problema de
megafonía. Adelante.




El señor RODRÍGUEZ ZAPATERO: Muchas gracias.

Como decía, de apoyo a todos los países latinoamericanos donde el
umbral de la pobreza está presente. Nuestra oportunidad como parte
esencial del mundo hispano, incluso como líder del mundo hispano,
tiene que ser intensificada en estos seis meses y debe formar parte,
por cierto, del diálogo con Estados Unidos por razones más que
evidentes. Le pido que esa sea una prioridad absoluta. La mirada
compartida, la búsqueda de la gran plataforma que significa
Iberoamérica no sólo para España sino para toda Europa -eso sí,
principalmente desde España-, no es sólo una obligación moral, no es
sólo una apuesta estratégica, sino que es



Página 6343




un factor a medio plazo de estabilidad en el mundo y de implantación
de los valores de la cooperación y del desarrollo.

De igual manera, tengo el convencimiento de que la otra gran
referencia y la otra gran apuesta -que hoy es débil y ha de ser
fuerte- es el diálogo con el Mediterráneo, con los países del sur.

Creo que lo que fue y representó la cumbre de Barcelona y la apuesta
de Barcelona no ha tenido el desarrollo esperado. España tiene la
obligación de que Europa tenga como prioridad el Mediterráneo y que
esa prioridad sea compatible con la de los países de la ampliación
del centro de Europa, sin duda, pero también con la mirada al sur y
la cooperación con el sur, con el horizonte del año 2010, con lo que
sucede en Oriente Próximo y con la necesidad de ese diálogo de
pueblos, de culturas y de civilizaciones; todo ello debe estar
presente de una manera prioritaria en su acción y, mucho más, en los
seis meses de presidencia española. Estoy seguro de que la inmensa
mayoría de los países del Mediterráneo tienen la esperanza puesta en
nuestra presidencia y tenemos que colmarla para que sientan con
hechos palpables que Europa es también su ámbito de futuro llamado a
la cooperación y que es también un ámbito de diálogo en materias de
inmigración, de comercio y de cooperación al desarrollo.

Por cierto, señor Aznar, le quiero pedir y exigir una cosa. Le quiero
exigir que traslade a sus dirigentes del Partido Popular y a los
miembros de su Gobierno que no vuelvan a hablar de lealtad o
deslealtad al Estado por iniciativas que haga ningún miembro de esta
Cámara ni de ningún grupo parlamentario en su actuación hacia el
exterior. (Aplausos.) Quizá tengamos una visión diferente de lo que
ha avanzado España, quizá tengamos una visión diferente de lo que ha
significado la consolidación de la democracia y el respeto y el
entendimiento que debe haber en un país moderno y avanzado como es el
nuestro, pero en la vida se me ocurrirá pensar que ninguna iniciativa
de su grupo político en el exterior va a estar marcada por el intento
de ser desleal o de atacar los intereses de España. Nunca jamás
pensaré eso y menos lo diré. (Un señor diputado: ¡Muy bien!-
Aplausos.) Por tanto, me gustaría que, por el bien de esta Cámara,
del Parlamento, de la democracia y por la imagen que han de tener los
ciudadanos de las instituciones y de sus representantes, sean
gobierno o sean oposición, desterremos para siempre el lenguaje de la
deslealtad o del choque de intereses entre España y lo que
representamos cada uno de nosotros aquí. Todos representamos los
intereses de España, todos defendemos con lealtad a España, seamos
Gobierno o seamos oposición, y espero que ésta sea la última vez que
alguien desde un banco u otro haga esa afirmación. (Aplausos.)
En esa tarea, señor Aznar, de definición de momento histórico, ese
diálogo que ha de presidir el encuentro de culturas, el nuevo orden
en la globalización, la tarea de la cooperación al desarrollo de los
pueblos más
pobres del mundo, me gustaría que también pusiera interés en algo
-creo, si le he seguido con atención- a lo que no se ha referido, que
es la cumbre sobre la financiación del desarrollo que se celebrará en
Monterrey coincidiendo en el mes de marzo. Si no le he escuchado, lo
siento, pero creo que esta es una enorme oportunidad para que muchos
pueblos del mundo entiendan que ese nuevo orden mundial de paz, de
seguridad, de lucha activa contra el terrorismo, es también un orden
mundial de cooperación, de solidaridad y de ayuda a los que más lo
necesitan. Es verdad que no estamos en la mejor de las situaciones, y
yo no quiero hacer ni siquiera hoy un reproche que pudiera sonar como
demagógico al Gobierno, pero el objetivo del 0,7 de contribución de
todos los países de la Unión Europea al desarrollo debería ser un
objetivo a plantear en la presidencia de la Unión Europea, siendo
consciente que exige tiempo y que España está muy atrás al respecto,
pero deberíamos de mantener vivo ese espíritu con fortaleza y con
solidez, porque es absolutamente imprescindible que el nuevo orden
internacional se construya también bajo el pilar del desarrollo, de
la cooperación y de la igualdad de los pueblos.

Por último, le quiero decir que también hubiera sido conveniente, ya
lo referí al principio, que ese debate sobre la construcción europea,
que seguro que vamos a tener después de la cumbre del Consejo de
Laeken, que seguro que podremos agilizar en lo que representa ese
consejo asesor y lo que puede dar de sí, seguro que va a estar
presente de aquí a 2004, pero en política hay que fijar posiciones y
hay que tener alguna idea clara y concreta sobre el futuro de Europa.

Le quiero decir desde aquí que esa convención ha de dar lugar a un
proceso constituyente, ha de dar lugar a un tratado constitutivo, me
da igual que se llame constitución o no; comparto que el debate
nominalista no tiene sentido, ningún sentido, pero debe haber un
proceso de constitucionalización de los tratados y de simplificación;
debe haber un proceso de reforzamiento de la política exterior, de
seguridad y de defensa; debe haber un proceso de afirmación de una
mayor democratización de lo que son las instituciones de la Unión
Europea; debe haber un proceso de afirmación de la idea de
subsidiariedad; debe haber un proceso sin temores y sin complejos,
porque lo va a haber, lo quiera España o no, lo quiera este Gobierno
o no, de definición de competencias y de participación de las
instancias territoriales. Por cierto, ya lo conoce pero se lo quiero
reiterar hoy, que el Grupo Socialista, en ese horizonte de proceso de
un funcionamiento mejor de Europa, en un horizonte de un
funcionamiento mejor de España, de más cohesión para España y sin
entrar en ningún debate nominalista absurdo, estima necesario que hay
que proceder a una reforma del Senado, a través de la Constitución,
para que la cooperación, que la participación de las comunidades
autónomas en la formación de la voluntad estatal sea una realidad, y
que hay que abrir también el debate



Página 6344




de la participación de las comunidades autónomas en lo que es la
construcción europea. Por cierto, si lo que ayer he leído en algún
medio de comunicación es verdad sobre alguna de las tesis que
mantiene, no sé por qué se ha puesto tanto el grito en el cielo,
porque no estaríamos en una distancia tan grande para encontrar un
consenso sobre lo que tiene que ser la representación de las
comunidades autónomas, la participación en el proceso de construcción
y de gestión de la Unión Europea. Creo que el debate no debemos ni
retrasarlo ni abordarlo con complejos. Espero que la reforma
constitucional del Senado tampoco les asuste. Yo no voy a contestar a
las cosas que sobre el pacto constitucional se han venido diciendo
fuera de esta Cámara, porque me parece que lo que se diga en esta
Cámara es lo que hay que hablar y decir. Simplemente le quiero llamar
la atención -por si acaso tiene algo que ver con la coherencia
histórica, con la realidad y con lo que se dice, se escribe y se
compromete ante los ciudadanos- acerca de que su partido, señor
Aznar, en el año 1996 en su programa electoral, decía textualmente:
El Partido Popular, desde la lealtad a la propia Constitución y con
el propósito de hacer del Senado una auténtica Cámara de
representación territorial que fortalezca nuestro Estado de las
autonomías, impulsará el necesario acuerdo de los grupos políticos
para proceder a la reforma del título III de la Constitución. Es su
programa electoral. (Aplausos.) Señor Aznar, ¿quiere ello decir que
su partido en el año 1996 estaba fuera del pacto constitucional? No
lo creo. Más bien estaba más en el pacto constitucional de lo que he
oído en los últimos días (Aplausos.), y le llamo, señor Aznar, a la
reflexión compartida: ninguna reforma institucional, mucho menos de
una Cámara, lo que afecta a la estructura territorial, a la
participación de las comunidades autónomas, que conviene subrayar que
son Estado, eso sí que es plenamente constitucional subrayarlo, se
puede hacer desde el debate, desde la crispación y desde los
argumentos absurdos. No hay nadie que dude que el Senado hay que
mejorarlo y reformarlo para construir mejor España y mejor Europa y
lo que el Grupo Socialista quiere, y seguramente la inmensa mayoría
de la Cámara, es que se haga desde el sosiego y la racionalidad, sin
espantajos y sin temores, con coherencia histórica y sin que nadie
discuta aquí que todos somos el pacto constitucional -iba a decir
unos más que otros-. Todos somos el pacto constitucional, todos,
todos. (Aplausos.) Y todos tenemos interés en que España funcione
mejor. Nadie tiene interés en un debate nominalista, que comparto que
no sirve absolutamente para nada, sino en un debate de contenidos de
cómo hacer las reformas. Impúlselo. Póngalo en marcha, porque el
Grupo Socialista quiere el gran consenso sobre esas materias que
afectan a la mejor estructuración del Estado y de España para Europa.

En definitiva, señor Aznar, tiene ese apoyo, esa colaboración y estas
modestas ideas. Nos hubiera gustado
que el compromiso de apoyo y de impulso de Europa desde España en
estos seis meses hubiera sido con la participación de todos los
grupos de la Cámara más intensamente a través de ese debate. Aún está
a tiempo de esforzarse, como prometía al principio de su
intervención, y de que demos un ejemplo de compromiso ciudadano a los
españoles, porque saben además muy bien que la apuesta de Europa y la
apuesta de España es la apuesta de su felicidad, de su desarrollo, de
su bienestar y el de las futuras generaciones de este país.

Muchas gracias. (Aplausos.)



La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Rodríguez Zapatero.

Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió), señor Trías.

(Rumores.)
Señorías, ruego guarden silencio y ocupen sus escaños al objeto de
poder continuar con el debate.




El señor TRIAS I VIDAL DE LLOBATERA: Señora presidenta, señor
presidente, señoras y señores diputados. En primer lugar, señor
presidente, deseo manifestarle el apoyo que mi grupo va a prestar
para que la presidencia española en este primer semestre sea un
éxito. Es la tercera vez que el Estado español asume la presidencia
de turno del Consejo de la Unión Europea, tal y como sucedió en los
años 1989 y 1995. (Rumores.) Ya en las dos presidencias anteriores,
en momentos que no eran precisamente fáciles en términos políticos,
el Gobierno de entonces contó con el más firme apoyo de mi grupo para
garantizar el éxito en beneficio no de un grupo político, no de un
partido o de un presidente, sino de los auténticos intereses
generales de todo el Estado. (Rumores.)
Estamos de acuerdo con el principio de continuidad, el cual debe
constituir una gran premisa en el marco de la presidencia. (Rumores.)
Debemos reconocer que los últimos acontecimientos producidos en el
orden internacional el pasado 11 de septiembre van a tener una gran
incidencia sobre nuestra presidencia y, en consecuencia, van a
alterar el orden de prioridades, como de hecho ya se ha venido
produciendo durante el turno de la presidencia belga. (Rumores.)



La señora PRESIDENTA: Un momento, señor Trías, por favor.

Señorías, hay un diputado en el uso de la palabra en la tribuna; con
el murmullo de las conversaciones en los escaños es imposible que se
le pueda entender lo que está diciendo. Les ruego que ocupen sus
escaños y guarden silencio.




El señor TRIAS I VIDAL DE LLOBATERA: Gracias, señora presidenta.

No obstante, señor presidente, deseamos que la actividad
y prioridades de la presidencia española se incardinen en un esquema
básico que no solo tenga en cuenta la agenda de la Unión, sino
también aquellos asuntos



Página 6345




que para el Estado español tienen cierta relevancia, evitando, en
todo caso, que los acontecimientos externos nos marquen excesivamente
el ritmo de los trabajos a emprender y, en consecuencia, a finalizar.

Señor presidente, he escuchado las prioridades que usted se marca
y quiero destacar un conjunto de cuestiones, a pesar de que he de
decir, en primer lugar, que estamos de acuerdo con la mayoría de
ellas. Las cuestiones que queremos destacar son, en primer lugar, la
responsabilidad que tiene el Gobierno en impulsar el proceso de la
ampliación de la Unión Europea. En este sentido, debe destacarse que
al Gobierno le corresponderá negociar el proceso de ampliación y, a
la vez, defender sus propios intereses, cuestión bastante delicada a
la que al Gobierno desde su posición le corresponderá la
responsabilidad de seguir avanzando en este ámbito. En Niza ya se
articuló la base política y jurídica sobre la convocatoria de la
Conferencia Intergubernamental del año 2004, la cual no podrá
constituir un obstáculo o condición previa al proceso de ampliación,
siendo a la presidencia española a la que le corresponderá cumplir
con el mandato del último consejo europeo celebrado en Gotemburgo, en
el sentido de contribuir a que el mayor número posible de los países
candidatos puedan participar en las elecciones al Parlamento Europeo
del año 2004.

En segundo lugar, quiero destacar la responsabilidad de seguir el
proceso que le corresponde a la reforma institucional de la Unión
Europea, cuyas líneas generales también se contienen en la
Conferencia Intergubernamental de 2004. La propia conferencia ha
solicitado un amplio debate con las partes interesadas y nosotros
entendemos, de acuerdo con la propuesta de la presidencia belga, que
de este concepto de partes interesadas, además de incluirse a los
Estados miembros, la opinión pública y representantes de la sociedad
civil, también deben incluirse las regiones constitucionales, las
cuales también tienen un papel fundamental en la realización de los
trabajos de la arquitectura europea.

En tercer lugar quisiera destacar que nuestra presidencia va a
coincidir, como usted ha dicho, con la efectiva puesta en circulación
del euro, con la consiguiente eliminación de las monedas de los
Estados miembros. Ello significa que el Gobierno, los gobiernos, van
a tener una gran responsabilidad en conseguir que este cambio se haga
de la forma más armoniosa posible, resolviendo las posibles
dificultades que puedan surgir.

En cuarto lugar, y en relación con la confección de un espacio de
seguridad y justicia, hemos de ser conscientes de que los hechos
sucedidos el pasado 11 de septiembre han contribuido a dar un impulso
importante en este ámbito, sobre todo en lo concerniente a la
implementación de instrumentos eficaces para hacer frente al
terrorismo. Por lo tanto, podríamos afirmar que, a pesar de que se ha
avanzado mucho en este ámbito durante las presidencias sueca y belga
y de que el trabajo -esperemos- se va a intensificar en la cumbre de
Laeken, que se celebrará los días 14 y 15 de
diciembre, no debe dejar de seguir siendo una prioridad para la
presidencia española, cuyo turno se va a iniciar el próximo año.

Cuestiones tan importantes como la adopción del acuerdo de que se
incluya una orden europea de detención y entrega que sustituya al
actual sistema de extradiciones, la elaboración de una definición
común de delito de terrorismo, el establecimiento de una lista común
de organizaciones terroristas, así como el hecho de que se decida la
inclusión de los delitos de terrorismo en la decisión marco sobre la
congelación de haberes fruto de diversos delitos, deben tratarse en
la Unión Europea sin prisas pero sin pausas, y con la cautela que la
naturaleza de las cuestiones exige.

Señor presidente, hemos de evitar a toda costa que en estas
cuestiones avancemos por el impulso que nos marquen desde el
exterior, olvidando el ritmo normal de los trabajos previstos en el
calendario correspondiente a la presidencia española que se va a
iniciar el próximo 2002, o que nos quedemos en un callejón sin salida
ante la falta de acuerdo entre todos los países miembros de la Unión
Europea. Coincidimos plenamente en que la Unión Europea debe seguir
dando apoyo a la lucha contra el terrorismo, cosa que se debe hacer
desde el respeto y la solidaridad. En el ámbito internacional, el
puente que debe servir de canal entre los países de la Unión Europea
y Estados Unidos debe tener su apoyo en el justo equilibrio entre,
por un lado, la defensa del Estado de derecho y el respeto a las
libertades públicas y derechos fundamentales y, por otro lado, la
lucha enérgica y a la vez contundente contra el terrorismo.

Por primera vez, señor presidente, va a celebrarse en Barcelona una
cumbre europea. Como barcelonés, como catalán, me siento orgulloso de
ello. En la misma se van a tratar cuestiones ya apuntadas en
Gotemburgo y también nos corresponderá desarrollar lo que se decidió
hace dos años en la cumbre de Lisboa, que supone dedicar esfuerzos a
articular una dimensión más humana y sostenible para la Europa que
queremos. Debemos trabajar mucho para pasar del terreno de las
grandes declaraciones al terreno de la acción. Para conseguirlo
cuenta, señor presidente, con nuestro apoyo. Además, la cumbre de
Barcelona llega en un momento de cambio de expectativas económicas,
con un Japón con dificultades y una economía norteamericana cuyos
últimos datos no permiten infundir un excesivo optimismo. Le
corresponde a Europa asumir el liderazgo en el entorno económico
internacional. Este no es un hecho nuevo; de hecho, es el objetivo
que se proponía la cumbre de Lisboa: la consolidación de Europa como
la nueva potencia mundial. Sin embargo, debemos preguntarnos si la
economía y la sociedad europeas reúnen todavía los requisitos
suficientes para impulsar este liderazgo; ello nos ha de hacer tomar
las decisiones que nos coloquen en una situación positiva. Europa
todavía se encuentra en desventaja en materia de liberalización
económica y de impulso de nuevas tecnologías con respecto



Página 6346




a los Estados Unidos y éstas son dos limitaciones que deberemos
eliminar lo más rápidamente posible. En este sentido, los
planteamientos de la cumbre de Lisboa son los adecuados, pero
consideramos necesario que se priorice la traslación de las mismas
acciones concretas de política económica en el ámbito comunitario
y Barcelona debe ser el punto de inflexión. El Gobierno español debe
trabajar para que de la cumbre de Barcelona salgan unas conclusiones
concretas que posibiliten a la Unión Europea alcanzar un efectivo
liderazgo en materia económica y social a lo largo de la próxima
década. Pero no se trata sólo de impulsar la adopción de medidas en
el ámbito comunitario, sino que debemos contribuir con el ejemplo. En
este sentido, el Gobierno español debe impulsar y apoyar de manera
decisiva a la pequeña y mediana empresa, creadora de riqueza y
empleo, o la implantación de nuevas tecnologías en todos los sectores
de nuestra sociedad, y en este ámbito tenemos mucho camino por
recorrer. Le pondré dos ejemplos de lo que podríamos hacer en el
ámbito de la información durante la presidencia española. Podríamos
avanzar, en primer lugar, en aprobar definitivamente la consideración
de Internet como servicio universal. Sabemos que no es un tema fácil;
es complejo, pero usted sabe que no le falta el consenso de esta
Cámara, que aprobó ya por unanimidad una proposición de ley. En
segundo lugar, podríamos liderar las nuevas oportunidades que ofrece
la televisión digital terrestre. Desde España podríamos impulsar la
existencia de un canal público de televisión europea, un canal que
reforzaría nuestra realidad comunitaria y que, gracias a la
tecnología TDT, permitiría respetar e integrar la pluralidad de
lenguas con una única producción de calidad, que sería europea; una
producción y edición que sería -y aquí barro para casa- posible
realizar desde Barcelona, ciudad que ya tiene una gran experiencia en
el ámbito de la pluralidad lingüística y de la producción
audiovisual. Este sería, señor presidente, uno de los retos a
impulsar y que incluso podríamos integrar en el marco del futuro
forum de las culturas, que tendría lugar en Barcelona en el año 2004.

Desde el punto de vista económico, y en el ámbito de la política
agraria común, existe la preocupación sobre las consecuencias de la
ampliación y su incidencia sobre los esquemas de funcionamiento de la
PAC. Desde España debemos velar para dar el peso adecuado a la
agricultura mediterránea, que sigue necesitando de la atención
prioritaria de la Comunidad Europea, así como la continuidad de la
PAC como política propia. La cumbre de Lisboa no sólo apostaba por un
liderazgo de Europa en el plano económico, sino que también lo hacía
para mantener el liderazgo en protección social. El Estado del
bienestar es una pieza clave en la identidad de Europa, y es una
pieza clave que nosotros debemos fomentar y mantener. La Unión
Europea deberá afrontar a medio plazo de una manera decisiva la
viabilidad de los sistemas de pensiones y de prestaciones
sociales, como resultado de un gran éxito: de que la gente vive
muchos años. Este es un problema que afectará en mayor o menor grado
a todos los países. En España ha concluido recientemente el plazo de
presentación de propuestas de resolución para la reforma del Pacto de
Toledo, y en este sentido debemos trabajar todos los grupos políticos
para encontrar un amplio consenso que nos permita garantizar y
mejorar nuestro sistema de pensiones y de prestaciones sociales de
una manera equitativa.

En quinto lugar, la presidencia española deberá dar un especial
impulso en relación con uno de los ámbitos específicos que el Tratado
de la Unión Europea asigna al Consejo: la política exterior y de
seguridad común. La presidencia española deberá asumir importantes
responsabilidades. Como usted sabe, para nosotros es particularmente
importante el impulso que debe recibir la política mediterránea. Fue
la última presidencia española, en 1995, la que inició este proceso,
que en algunos aspectos ha permanecido estancado, lamentablemente, en
parte por la hipoteca que sobre el mismo supone el conflicto de
Oriente Medio. Es responsabilidad de todos, y ahora de la presidencia
que usted va a dirigir, intentar dar un nuevo impulso a esta
importantísima zona de desarrollo económico, político y social. La
situación en Oriente Medio es compleja y hay pocos motivos en ella
para el optimismo, pero poco tiene que ver, o al menos así debiera
ser, la violencia en Cisjordania y poco debiera influir en los
asuntos derivados del incremento de los flujos comerciales con el
Magreb o del apoyo a la modernización de sus sistemas financieros, de
sus leyes o sus redes educativas. Aquí hay mucho por hacer por parte
de la Unión Europea; de su presidencia esperamos un impulso
particularmente importante. Me ha gustado, y me ha satisfecho
especialmente, oírle decir que se iba a potenciar un instituto
financiero para favorecer iniciativas para el desarrollo de estos
países.

En especial, es importante que la inmigración sea integrada en todo
este proceso, mucho más que lo fue en los esquemas iniciales del
proceso de Barcelona en 1995. Señor presidente, hoy en materia de
inmigración la Comisión Europea ha apostado por un enfoque global e
integral de la misma. La presidencia española debería ser capaz
durante el próximo semestre de impulsar una política que supere la
limitada visión que se ha generado alrededor de la inmigración y
fundamentada en aquellos aspectos de control de flujos y control de
fronteras que seguro que se han de hacer. Deberíamos ser capaces de
articular una política ambiciosa, que ponga el acento en aquellas
cuestiones relacionadas con todos los aspectos que tienen una clara
incidencia con la integración social, aprovechando para ello las
aportaciones de algunos países miembros que tienen una larga
experiencia en este terreno.

En el ámbito de la cooperación económica todavía queda mucho por
hacer. Europa tiene una parte más



Página 6347




inestable formada por los países de la ribera sur, y por ello es
preciso canalizar todos los esfuerzos de la Unión Europea para
emprender líneas de colaboración con los países emisores de
inmigración, ofreciendo la colaboración económica necesaria para que
los ciudadanos de dichos países tengan más oportunidades en sus
propios países. Esta debe ser una de las prioridades en la
articulación de las políticas de inmigración, en las que España
deberá tener un papel relevante.

España asume a partir del 1 de enero otra presidencia íntimamente
relacionada con la Unión Europea, la de la Unión Europea Occidental.

La relación entre ambas instituciones es en este momento algo confusa
al no haber entrado en vigor el Tratado de Niza. En cualquier caso,
España incorpora un grado más de responsabilidad en su contribución a
la construcción de una verdadera política europea de seguridad y
defensa, y entre otras cuestiones, señor presidente, esperamos de
forma particular la contribución del Gobierno al desarrollo de su
dimensión parlamentaria. Corresponde a España liderar en este momento
no sólo los aspectos operativos o militares de este pilar de la
construcción europea, sino también su dimensión política y
parlamentaria, en medio de un debate que se mueve entre la
resistencia a la plena transferencia de competencias de defensa al
Parlamento Europeo o al mantenimiento del papel de los parlamentos de
los Estados miembros a través de la actual Asamblea de la UEO o de
otras fórmulas de nueva creación. Cualquier fórmula elegida podrá ser
aceptable; cualquiera, excepto dejar a la política europea de defensa
fuera del control democrático y parlamentario.

Señor presidente, desde mi grupo le agradecemos el apoyo que desde el
Gobierno se ha prestado a la propuesta de que Barcelona tenga la sede
de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria. Pero ello no obsta
que debamos tener en cuenta que nos encontramos frente a dos debates
claramente diferenciados. Por un lado, la necesidad de que se cree
inmediatamente la agencia y, por otro, que la sede esté en Barcelona.

Yo he de decir sinceramente que doy las gracias al presidente del
Gobierno por involucrarse personalmente en este tema. He tenido en
otras ocasiones discusiones, ha habido gobiernos, ministros, que han
apoyado que viniera una agencia a Barcelona, pero desgraciadamente
hasta ahora no se había involucrado un presidente, cosa que no quiere
decir que sea fácil de conseguir. Es difícil, es complejo, pero
sinceramente creo que es mi obligación agradecerlo.

Finalmente, quiero resaltar un tema que para nosotros es
especialmente sensible e importante. Deseo destacar la necesidad de
que las comunidades autónomas tengan en el ámbito europeo el reflejo
institucional que se merecen. Representantes de las comunidades
autónomas han de poder integrarse en la delegación del Estado ante el
Consejo de Ministros de la Unión Europea y en los correspondientes
comités de trabajo para poder participar con voz propia en el
desarrollo europeo.

En Bélgica, cuando se asumió la presidencia europea, el primer
ministro recibió a los representantes de las regiones
constitucionales que dentro de la Unión Europea tienen poder
legislativo y quiso saber la opinión de todos ellos, consciente de
que la construcción europea depende también de las regiones
constitucionales que tienen capacidad legislativa. Nos congratulamos
de que dos de los consejos de ministros de Investigación que se han
celebrado durante este semestre de la presidencia belga de la Unión
Europea hayan estado presididos, por primera vez, por un
representante de una región autónoma belga, demostrando que para
Bélgica la Europa de las regiones no es una construcción teórica
elaborada por unos pocos, sino que tiene su proyección en el terreno
práctico. Señor presidente, estos hechos han marcado sin ningún
género de dudas un hito histórico, que esperamos que tenga en cuenta
durante el mandato de la presidencia europea que va a iniciarse el
próximo mes de enero.

España es un Estado que ha apostado de una manera clara y decidida
por su construcción a través de las comunidades autónomas, a través
de una apuesta clara de descentralización y de autogobierno para
estas comunidades autónomas. Creo sinceramente que no tendría ningún
sentido que España, que puede ir por el mundo explicando su apuesta y
el resultado de esta apuesta, que yo creo que ha sido exitoso, se
alineara ahora con los países más centralistas. En cambio, creo que
nosotros habríamos de alinearnos y de liderar el grupo de países más
dinámico que apuesta más claramente por un equilibrio territorial.

Muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Trias.

Por el Grupo Parlamentario Federal de Izquierda Unida, señor
Llamazares.




El señor LLAMAZARES TRIGO: Señora presidenta, señor presidente,
comparecemos ante esta Cámara no para compartir con el Gobierno las
líneas políticas de la presidencia española, cosa que nos niega el
Gobierno con el procedimiento adoptado en éste y en otros debates
parlamentarios, sino para lo único que cabe en este debate
parlamentario, que es la fijación de posición ante el trámite de
audiencia que ha tenido a bien el Grupo Parlamentario Popular
trasladarnos al resto de los grupos parlamentarios en torno a la
presidencia española. No hay, pues, en relación con la presidencia
española ninguna voluntad por parte del Gobierno del Partido Popular
de compartir el programa político de la próxima presidencia española.

Y no hay ninguna voluntad porque es la misma actitud que mantiene el
Gobierno en relación con la política interna. No podía ser de otra
manera. Con una política interna instalada en la mayoría absoluta y
en el ejercicio absolutodel Gobierno frente a la sociedad civil,
frente a la



Página 6348




oposición política y también frente a este Parlamento, no podía ser
de otra manera que el Gobierno considerase la Constitución cosa suya,
cosa en exclusiva de la representación del Estado, que parece ser
monopoliza el Partido Popular, y que de la misma forma el Gobierno
traslade a esta Cámara unas líneas de programa político sobre la
presidencia europea en una clara instrumentalización política de esa
presidencia por parte de España.

Para nosotros no es casualidad que el Partido Popular vaya a realizar
su congreso en plena presidencia europea. Es una muestra más de
instrumentalización de la presidencia europea en favor de objetivos
políticos internos del Partido Popular. Nos parece que el Gobierno
podía haber tomado otro camino; podía haber tomado el camino de
compartir el debate y compartir las líneas políticas de la próxima
presidencia, pero no es ese el camino del Gobierno ni es ese el
camino del Partido Popular ni del señor Aznar. Sin lugar a dudas, la
mayoría absoluta se les ha subido a la cabeza y en estos momentos en
el ámbito internacional y en el europeo, hastiados ya de la
contestación de la sociedad civil, de una oposición política que va
de cacería, hastiados de los líos y de las manifestaciones de la
ciudadanía, prefieren una política exterior a mayor loa del Gobierno,
del Partido Popular y del señor Aznar. Así pues, esta próxima
presidencia europea no es la presidencia de las fuerzas políticas
españolas en el marco de la Unión Europea, no es una política
consensuada, sino la política conservadora del Partido Popular
trasladada a la Unión Europea, adobada con política de retórica y
propaganda, que seguramente es lo que conforma la mayor parte de la
comunicación del Gobierno en el día de hoy. Si nos atenemos a los
puntos prioritarios a los que se ha referido el Gobierno, podríamos
decir que se trata del conjunto de los retos políticos de la
Comunidad Europea, del conjunto de los retos pendientes y del
conjunto de las cuestiones de coyuntura que han aparecido en los
últimos meses en la Unión Europea. Al Grupo Parlamentario Federal de
Izquierda Unida le parece que no se trata de hacer un relatorio de lo
pendiente, sino de presentar ante esta Cámara las líneas políticas
del Gobierno en los principales temas que afectan al futuro de la
Unión Europea.

Teniendo en cuenta el balance del Partido Popular, del Gobierno del
señor Aznar en materia europea en el último año, podemos deducir lo
que va a dar de sí la próxima presidencia española de la Unión
Europea. En nuestra opinión, el saldo de su política en la Unión
Europea tiene un resultado bastante pobre. En términos de
construcción política de la Unión Europea, ustedes han sido siempre
reticentes con respecto a los retos de dicha construcción. La última
de sus reticencias ha sido la relativa al reparto de competencias en
el marco de la Unión Europea entre los Estados miembros y los Estados
federados o las comunidades autónomas, en donde ustedes han mantenido
una actitud defensiva en el
debate, sobre todo por lo que se refiere a la participación de las
comunidades autónomas en el marco de la Unión.

En relación con otras políticas del Gobierno español, nosotros no
creemos que avalen los resultados previsibles para la próxima
presidencia europea. De una parte, la política de alianzas del
Gobierno en el marco de Europa, fundamentada en la alianza con el
Gobierno británico y con el Gobierno italiano de Berlusconi en los
últimos tiempos, ha llevado al aislamiento de las posiciones de
España en el marco de la Unión Europea. Otro resultado, pues, de este
balance es el aislamiento político de nuestro país en relación con la
construcción política de Europa. Y si en ese balance nos fijamos en
el último Consejo de Ministros de Justicia e Interior, tenemos que
decir que ni siquiera en aquello en que puede haber una mayor
cohesión en la Unión Europea, en aquello en que es más necesaria la
unidad y el diálogo, ni siquiera en eso el Gobierno español ha sacado
adelante sus posiciones políticas. Los que estamos en esta Cámara y
la ciudadanía en general hemos visto con estupor cómo el aliado
preferente del Gobierno español en la Unión Europea ha bloqueado la
orden de detención y entrega en este reciente Consejo de Ministros de
Justicia e Interior. Señor Aznar, ya no es ningún grupo político
sedicente en nuestro país que no tiene posiciones democráticas con
respecto a la lucha antiterrorista, ahora se trata de un aliado que
usted ha presentado a la Internacional Demócrata y de Centro, un
aliado con el cual usted comparte estrategia en el marco de la Unión
Europea, el que ha bloqueado uno de los temas que para usted era más
querido en este reciente Consejo de Ministros de Justicia e Interior.

La pregunta, señor Aznar, es qué va a hacer usted con el señor
Berlusconi. ¿Va a llamar al orden al señor Berlusconi en la
Internacional Demócrata y de Centro? ¿Va a expulsar al señor
Berlusconi de la Internacional Demócrata y de Centro cuando por mucho
menos usted ha expulsado a otros miembros? ¿Va a romper su alianza
con el señor Berlusconi cuando, en un tema tan delicado, toma
decisiones fundamentalmente por razones de protección personal? Por
el contrario, señor Aznar, ¿va a hacer algo con su ministro de
Exteriores -estoy seguro de que no ha sido usted- que bloqueó en su
momento el mecanismo constitucional y legal para que el señor
Berlusconi fuera encausado antes de su comparecencia en las recientes
elecciones italianas? Estas preguntas quedan en el aire y, desde
luego, ponen en cuestión su política de alianzas en el marco de la
Unión Europea, que no solamente no consigue avances en materias
importantes para nuestro país sino que además nos aísla.

Señor Aznar, el Grupo Parlamentario Federal de Izquierda Unida está
de acuerdo con que haya más Europa, pero no nos gusta que lo exprese
con los contenidos y en el lugar donde lo ha dicho. No nos parece
casual que usted prefiera comunicar su programa en materia de
presidencia europea al periódico Wall Street



Página 6349




Journal antes de comunicarlo al Parlamento, es decir, a esta Cámara.

Demuestra un menosprecio parlamentario y una presidencia vicaria, que
es la que usted va a realizar en el próximo semestre europeo. No nos
gusta en absoluto ese modelo de presidencia europea que usted nos
presenta.

En cuanto a sus prioridades, señor Aznar, nos han llamado la atención
más sus vacíos en lo que a orientación política y proyecto político
se refiere que lo que ha denominado sus prioridades. Como digo, las
prioridades son todos los asuntos pendientes en relación con los
retos de la Unión Europea, pero no nos ha dicho por dónde piensa
caminar el Gobierno español en los próximos meses, por lo que nos
tememos que la forma de caminar del Gobierno español sea la del
semestre o los semestres anteriores, que han provocado conflictos en
el marco de la Unión Europea, que se considere al Gobierno español un
Gobierno incómodo y desabrido en la Unión Europea, lo que ha
provocado nuestro aislamiento en la política europea. Algunas de las
cosas que usted ha dicho hoy aquí parecen ir por ese camino, por el
camino de la confrontación social y política y por el camino del
aislamiento de la presidencia española de la Unión Europea. Mi grupo
ha extraído de su intervención dos prioridades esenciales. La que
tiene que ver con la política de justicia e interior -a la que me he
referido con anterioridad-, que nosotros estamos de acuerdo en
desarrollar pero sin saltarse en absoluto la división de poderes ni
las garantías constitucionales y jurídicas de las libertades. No
estamos muy convencidos de que usted lo haga así, porque su principal
problema, del que no quiere hablar en el día de hoy, en el Consejo de
Justicia e Interior ha sido precisamente por querer saltarse la
división de poderes y las garantías judiciales de los derechos y las
libertades. Señor Aznar, como en la fábula del zorro y las uvas, ¿no
estará usted intentando ocultar que en el reciente Consejo Europeo no
consiguió sus objetivos, que no consiguió el objetivo de ilegalizar
de forma fáctica a una organización que es legal en nuestro propio
país? ¿Que no consiguió el objetivo de saltarse a la torera el Estado
de derecho fuera del marco del Estado español en el ámbito de la
Unión Europea? Es que se ha encontrado en la Unión Europea con una
voluntad de mantener las garantías y los derechos y libertades mayor
de la que usted pensaba.

Por otra parte, usted ha presentado ante esta Cámara, y lo ha dicho
de forma reiterada -incluso lo ha dicho algún miembro de su Gobierno
ante la Comisión Mixta de Asuntos Europeos-, que su prioridad es la
aplicación firme de la estabilidad económica en el marco de la Unión
Europea y la política de liberalizaciones. A nosotros nos gustaría
que nos explicara qué significa eso de la aplicación firme de la
estabilidad económica, sobre todo cuando sus aliados, cuando el
propio Gobierno italiano está en estos momentos ante la incapacidad
de cumplir esos compromisos de estabilidad y
cuando varios países europeos, e incluso la Comisión Europea, se han
pronunciado ya por una interpretación flexible del Pacto de
estabilidad que permita abordar un cambio en el ciclo económico en el
caso -esperemos que no sea así- de que desgraciadamente se produzca
una recesión económica. Señor presidente, si usted mantiene de forma
rígida los criterios de estabilidad en el marco de la Unión Europea,
no solamente estará condenando, en nuestra opinión, a la mayor parte
de los ciudadanos y en particular a los trabajadores a sufrir las
consecuencias fundamentales de la recesión de forma insolidaria, es
que usted estará provocando un conflicto y una división no solamente
con respecto a la Comisión Europea, sino en el mismo seno del Consejo
Europeo. ¿O usted piensa que el Gobierno francés, con elecciones
a las puertas, o el Gobierno alemán, con elecciones en otoño, van a
aceptar el dictate y la dogmática liberal que les obligue a mantener
el actual nivel de déficit público sin poder realizar políticas
expansivas para afrontar una política de recuperación económica y de
empleo? Señor Aznar, su dogmatismo le lleva a la confrontación en la
próxima presidencia de la Unión Europea.

De la misma manera, mi grupo parlamentario espera también que sea
pura retórica lo que usted ha dicho aquí en cuanto a la política de
liberalizaciones. A pesar de que se ha referido a una serie de
proyectos que existen en la Comisión Europea, lo cierto, señor Aznar,
es que la mayor parte de las políticas de liberalizaciones a que se
ha referido usted no van a poder ser desarrolladas en este semestre
de presidencia de la Unión Europea, porque muchas de ellas no están
desarrolladas siquiera en el marco de la Comisión y porque otras
dependen de que se finalice la negociación de la ampliación para
poderse llevar a cabo. La pregunta es por qué usted de forma
reiterada, ya desde una reunión en Italia, mantiene erre que erre
como principal objetivo las políticas de liberalización en la Unión
Europea. No creemos que sea por la liberalización de los transportes,
por la liberalización de la energía o por la liberalización en
materia de entidades financieras, creemos que se refiere claramente
a la liberalización con relación a la materia laboral, la
flexibilización laboral y la cuestión de las pensiones, que viene
siendo una materia muy querida para su Gobierno y que probablemente
intente avanzar en la Unión Europea, ya que no ha sido capaz de
avanzar en nuestro propio país por la resistencia de la sociedad
civil y también por la posición del movimiento sindical. Nos da la
impresión de que poco después de los últimos acuerdos de pensiones,
cuando usted avanzaba la modificación de las pensiones en el marco
europeo, de alguna forma estaba poniendo un nuevo plazo a una
política de liberalización y de flexibilización tanto en materia
laboral como en materia de pensiones; con su rigidez en materia de
política económica, creemos que puede provocar el conflicto social y
un balance social negativo y, por tanto, nosotros no estamos en
absoluto de acuerdo con ese programa.




Página 6350




No coincidimos, señor Aznar, con su intención de patrimonializar la
presidencia española de la Unión Europea. Para ser creíble en el
proceso de convención europea debía usted haber hecho otro proceso de
participación en la propia presidencia europea y no le avala siquiera
lo que han hecho gobiernos anteriores; la presidencia europea es algo
más que la presidencia del Partido Popular de la Unión Europea. No
compartimos tampoco, señor Aznar, su balance en política europea.

Desde Niza consideramos que usted está aislando a nuestro país en el
marco de la Unión Europea, que no apuesta por una construcción
política de la Unión Europea y que, por otra parte, se empecina
continuamente en políticas conservadoras y algunas veces con ribetes
autoritarios.

Por último, señor Aznar, como consecuencia de todo ello, no podemos
compartir el programa que ha presentado en el día de hoy ante esta
Cámara, que caracterizamos de programa genérico, pero que además
tiene contenidos políticos en la política de estabilidad, a que me he
referido, o en la sui géneris concepción de una política
antiterrorista con atajos, que es la que propugna su Gobierno y es la
que está intentando sacar adelante en el ámbito de la Unión Europea,
cuestiones con las que no coincidimos y tampoco coincidimos con otras
materias que usted ni siquiera ha pronunciado. La pregunta del millón
en esta Cámara es qué es lo que piensa hacer usted en relación con la
ampliación europea. No nos ha dicho prácticamente nada de uno de los
principales retos de este semestre español. Ha dicho que respetará el
acervo comunitario, ha dicho que la dinámica que se abre en relación
con la ampliación europea ya no es la dinámica de regata -que era la
que usted defendía- sino otra, pero no nos ha dicho realmente qué es
lo que propone para la próxima ampliación. Sin embargo, nosotros
creemos que para que esa ampliación tenga garantías tiene que tener
un presupuesto adicional. Con el actual marco financiero no es
posible abordar una ampliación de tal importancia sin afectar a
condiciones económicas, sociales y territoriales que nos parecen muy
importantes desde el punto de vista de la cohesión europea.

La pregunta del millón también es, señor Aznar, cuál es su posición
en torno a la construcción política de la Unión Europea. Dice usted
que va a favorecer el proceso de convención y además pide prudencia,
pero en realidad es el único líder europeo que no ha dicho todavía
cuál es su modelo final de construcción europea, aunque podemos
intuir por dónde no está. Usted, señor Aznar, no forma parte de
ninguno de los ámbitos de reflexión sobre la construcción política de
la Unión Europea; en la Comisión de sabios, coordinada por Delors, no
hay ningún español en estos momentos; en la relación entre Francia y
España y Francia y Alemania tampoco ha hecho usted ninguna propuesta.

Nos imaginamos que su propuesta no tiene nada que ver con el
federalismo alemán ni con el confederalismo francés; a tenor de los
resultados de su iniciativa política, nos parece que usted se inclina
más por una coordinación entre los Estados miembros, por una política
de carácter intergubernamental, que por una construcción política de
la Unión Europea. Esa es nuestra opinión; espero que la desmienta en
esta Cámara y que nos diga cuál es su modelo final y qué pasos deben
darse en relación con la Constitución europea, con la Carta de
Derechos Fundamentales y con el reparto de competencias. En
definitiva, respecto a alguna cuestión importante, usted ha dicho que
no quiere que haya ningún reparto nuevo de competencias si no se
produce previamente el acuerdo generalizado de todos y cada uno de
los Estados miembros, lo cual significa el derecho de veto por su
parte en relación con la construcción política de la Unión Europea.

Por tanto, señor Aznar, no compartimos la forma en que ha elaborado
este programa político para la Unión Europea, que es el programa
político de su partido y el programa político de su liderazgo,
transmutado en una especie de Rey Sol. Tampoco compartimos los
argumentos que ha presentado el día de hoy, no por los contenidos
genéricos, sino porque algunos de ellos tienen que ver con políticas
que usted ha realizado ya de forma equivocada -en nuestra opinión- y
con otras que están en contra de la realidad y de las condiciones
económicas y sociales de Europa, en un periodo de cambio de siglo y
de posible recesión económica. Por ello, mi grupo parlamentario, que
no va a poder proponer ni votar ninguna resolución en esta Cámara, le
augura que tendrá que ser usted el que realice esa política en el
marco de la Unión y tendrá que atribuirle la responsabilidad a usted
y a su Gobierno, pero en ningún caso al Grupo Parlamentario Federal
de Izquierda Unida, que no está de acuerdo con su política.

Termino con algo de humor, bastante alejado del humor utilizado por
usted en los últimos días, más cerca de la astracanada. No estamos de
acuerdo con usted en «Más Europa», porque nos suena a «más madera,
que esto es la guerra» de los hermanos Marx. En relación con lo que
decía Groucho Marx, no sé si usted, al final de esta presidencia
española de la Unión Europea, querrá formar parte de un club que le
admite como socio.

Nada más. Muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Llamazares.

Por el Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV), tiene la palabra el señor
Anasagasti.




El señor ANASAGASTI OLABEAGA: Señora presidenta, señorías, el pasado
martes el vicepresidente Rato invitó a los portavoces de Economía a
un desayuno para comentarles la presidencia española y los retos que
están planteados. Fue una buena iniciativa para sustraer la
controversia política de algo cuyo éxito nos debería concernir a
todos. El éxito del Gobierno es



Página 6351




importante y mientras se siga diciendo que la política europea y las
apuestas exteriores son cuestiones de Estado el procedimiento es el
adecuado, sin que esto sirva para hurtar el control político que como
Cámara nos corresponde. Con esta forma de actuar se le quitan oídos
al pregonero y se sabe lo que está debajo de una negociación y sus
condicionantes. Usted, sin embargo, señor presidente, como con la
guerra en Afganistán, sólo se somete a la información pública en esta
Cámara, con lo que es muy difícil que diga algo más de lo que aparece
en los medios de comunicación. Es su estilo: la verticalidad, el
cuaderno azul, la información a cuentagotas, y es que la información
es poder y el poder no se comparte. Muy bien, está en su derecho,
señor presidente, pero luego no nos quejemos de la desafección que
existe de forma creciente respecto de los asuntos europeos. Si a
veces Europa es asunto de uno y a veces ese uno ni es invitado a
reuniones francoalemanas, me dirá usted el grado de entusiasmo que se
puede sentir hacia reuniones secretas, lenguaje hermético
y negociaciones opacas. De todas formas estamos hoy aquí para analizar
el ordenamiento de la presidencia española en el siguiente semestre.

Entre las cuestiones más importantes de su presidencia ocupa un lugar
primordial todo lo relacionado con la creación de un verdadero
espacio judicial europeo, la euroorden. El 26 de septiembre
compareció usted en esta Cámara, tras los atentados terroristas del
11 de septiembre. En aquella oportunidad le dijimos lo mismo que le
decimos ahora: Creemos en la Europa del euro, en la Europa económica,
en la Europa política, en la Europa social; por tanto, apostamos a
tope por la Europa judicial y la Europa policial. Además le
recordamos que esta apuesta no es de ahora, que se explicitó en 1987,
cuando firmamos aquel pacto incluyente, el Pacto de Madrid, contra el
terrorismo. Le comentamos que, si el Partido Socialista es tributario
de lo hecho por Felipe González y José María Benegas y el Partido
Popular de lo realizado por Hernández Mancha y García Tizón, nosotros
somos tributarios de aquella apuesta que, desgraciadamente, ha
necesitado un ataque tan brutal como el del 11 de septiembre para
acelerar la posibilidad de avanzar sólidamente en él, a pesar de sus
mil dificultades. Le recuerdo lo que decía aquel acuerdo firmado en
esta casa por todos los partidos parlamentarios el 5 de noviembre de
1987. En su punto tercero decía claramente: Trabajar conjuntamente en
las instituciones europeas con el objetivo de avanzar en la creación
de un espacio judicial europeo, en la lucha contra el terrorismo y
otras formas de delincuencia organizada. Más claro, agua. A esta
mención usted me contestó displicentemente, diciendo que remontarse
al año 1987 para justificar la orden de detención europea era
bastante notable, y le parecía estupendo. También dijo usted que
había que esperar para ver qué pasaba cuando se procediera a hacer la
lista de las organizaciones que apoyan el terrorismo en Europa. Dijo
usted: Vamos a ver qué es lo que pasa cuando se proceda contra ellas.

Vamos a ver qué es lo que pasa cuando se consigan localizar y anular
los instrumentos de financiación de esas organizaciones. Vamos a ver
si todos los que dicen que están de acuerdo lo están. Yo puedo
garantizar -decía usted, señor presidente- que estoy de acuerdo con
todas sus consecuencias y con un objetivo muy claro, que en Europa y
especialmente en España el terrorismo desaparezca también con todas
sus consecuencias. Ese es mi objetivo. Así cerraba usted su
intervención. También el nuestro, señor Aznar; el nuestro. Ahí está
el «Diario de Sesiones», que es el notario de una democracia
parlamentaria y no una frase sacada de contexto, un editorial del
agresivo pensamiento único que padecemos.

Asimismo estamos conformes con lo que usted dijo en Washington cuando
afirmó que se persigue a ETA y a Al Qaeda porque matan y no por sus
ideas. Totalmente de acuerdo, señor presidente. Nosotros, señor
Aznar, sólo queremos decirle que la historia no empieza con el pacto
PP-PSOE del año pasado, que ojalá usted logre aquel acuerdo que
parecía tan lejano, incluso tan utópico; si lo logra le aplaudiremos,
y el haber colocado en su agenda esta prioridad nos parece oportuno,
necesario y posible de conseguir o, por lo menos, de avanzar
sustancialmente en él. Esto lo digo porque, con 30 segundos sacados
de contexto o un editorial publicado en un periódico de la derecha
más rancia de este país, usted se forma toda una teoría sobre nuestra
postura y la pone en cuestión. Lo repito para que quede en el «Diario
de Sesiones». Si, como dice la Constitución, esta es una monarquía
parlamentaria, es en esta casa donde los partidos muestran su opinión
y ésta queda reflejada en el «Diario de Sesiones». Por eso
enfáticamente le decimos que apoyamos el esfuerzo del Gobierno al
respecto, y le recordamos asimismo a la hora de hacer un espacio
policial europeo que si la Ertzaintza es una policía integral y tiene
el mandato de combatir el terrorismo, y lo está haciendo, necesita
instrumentos para combatir esta lacra. Hoy el éxito es la
información. El informe Watson aprobado por el Parlamento Europeo es
un paso importante en el proceso de unificación de los asuntos de
justicia e interior, pero además de los apartados concretos
analizados en su texto resulta trascendental la tendencia que marca.

Si el sistema político español estableció una competencia específica
y singular en función de la cual la Ertzaintza es una policía
integral, la participación en el diseño del espacio común de
seguridad es obligada; en caso contrario, estaremos posibilitando un
espacio ajeno a la creación de la política de seguridad común. No
estar en el convenio de Schengen o en la comisaría conjunta de
Biriatu es hurtarle instrumentos a la policía autónoma vasca para ser
más eficaz por el mero prurito de seguir diciendo que la política
exterior es potestad del Gobierno, como si Europa fuera el
extranjero. No se puede presumir de ser el Estado más descentralizado
de la



Página 6352




Unión en todo menos en la política europea, y mucho menos en algo que
lo único que pretende es combatir el delito del terrorismo con
eficacia. Esto, señor presidente, no es patriotismo constitucional,
sino mero nacionalismo español del ordeno y mando.

Hay que recordar también otros aspectos de la lucha contra el
terrorismo, que también involucra a los derechos humanos en todo el
mundo. El 6 de junio del año 2000 Josep Piqué, ministro de Asuntos
Exteriores, compareció por primera vez en la nueva legislatura ante
la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso de los Diputados para
explicar las líneas generales de la política de su departamento. Al
referirse al ámbito multilateral dijo: El Gobierno considerará la
promoción, la protección, el respeto y la garantía de los derechos
humanos en todo el mundo como uno de los ejes fundamentales de
nuestra política exterior. En ese espíritu continuará cooperando con
el resto de la comunidad internacional en el desarrollo y estímulo
del respeto de los derechos humanos y de las libertades fundamentales
de todos. Al marcar fundamentalmente objetivos políticos, culturales,
económicos y comerciales es aquí donde hemos echado en falta en su
intervención un elemento que nosotros consideramos también
fundamental para su presidencia, porque un principio orientador de
cualquier política exterior moderna debe hacer referencia a todo lo
que es el problema de la defensa de los derechos humanos, de la
democracia, de las libertades, y para eso tiene usted una magnífica
oportunidad con la presidencia española. Las relaciones económicas y
la política europea querríamos que no dejaran de tener un contenido
ético. La protección de las inversiones no lo puede aguantar todo.

Debe de seguir existiendo un elemento ético, un elemento de
protección, de impulso de los derechos fundamentales, pero en todo el
mundo, en Guinea, en el Sahara, en cualquier lugar del mundo. Es
preciso participar mucho más activamente en el proceso de
transformación democrática de las relaciones internacionales. Por
eso, nos ha llamado la atención que en su intervención haya hablado
de conseguir paz y progreso y lucha contra el terrorismo, con lo que
estamos de acuerdo, pero muy poco de los derechos humanos en el mundo
cuando se ha referido a conflictos concretos. Por una parte, se
venden armas a países cuyos derechos humanos luego se quiere
proteger. Por eso -así lo planteamos- su Gobierno debe diseñar un
plan global de derechos humanos en su política exterior, que sea
cumplido por todos los ministerios y por todas las instancias
administrativas. Lleve usted esa impronta a la presidencia española.

Una vez ratificado el estatuto del Tribunal Penal Internacional por
España, le solicitamos que continúe su esfuerzo diplomático,
legislativo y europeo para que el Tribunal pueda entrar en
funcionamiento lo antes posible y refuerce su influencia política
sobre los Estados miembros, tanto de la Unión Europea como sobre
terceros países, en particular los iberoamericanos, para promover la
pronta ratificación
del estatuto por el número mínimo requerido de 60 países para la
entrada en funcionamiento del Tribunal.

Señor presidente, otro de los asuntos que usted plantea verticalmente
tiene que ver con la propia construcción europea. La construcción
europea exige redefinir las funciones esenciales del Estado en el
mundo de hoy, un Estado o nación en crisis al que se le ejercen tres
presiones conjugadas e interactivas: la construcción europea, la
mundialización y la regionalización. En lo que respecta a la
legislación europea la cuestión previa es su correcto fundamento a la
vista del principio de subsidiariedad: quién se ocupa de qué a los
distintos niveles de toma de decisiones en Europa. Esto se plantea en
términos cada vez más vivos en la medida en la que los pueblos, las
regiones, el ciudadano aguantan menos que se construya una Europa sin
ellos. Por otra parte, la existencia de regiones con poder
legislativo constitucional exige que se delimiten las competencias
y que éstas se compartan. Usted acaba de decir que es a su Gobierno al
que de manera exclusiva le corresponde la política exterior. Dicho
así tiene razón, pero existe algo que se llama la política, la
complicidad formal, la suma de esfuerzos y de involucrar a cuantos
más en la toma de decisiones en una Europa transparente, en la que la
política europea no es política exterior, sino política doméstica.

Con una moneda común, el euro, ¿cómo se puede decir que Bruselas está
en el extranjero?
Como usted sabe, los dos consejos de ministros de investigación a
celebrar durante este semestre de presidencia belga de la Unión
Europea marcan un hito histórico, por primera vez los preside un
político de una región auónoma belga. Para la monarquía belga la
Europa de las regiones tiene una clara réplica en el terreno
práctico, como ocurre también en el Reino Unido, Alemania y Austria.

Aunque con modelos distintos estos países, que no son precisamente un
barullo, sino democracias solventes, se han adelantado a afrontar la
creciente descentralización de los Estados europeos. El ministro
presidente de la región Bruselas capital, FranÁois Xavier de Donnea,
presidió el Consejo de Investigación de la Unión el 30 de octubre, y
lo ha presidido hoy, 10 de diciembre, sin que hayamos tenido noticia
alguna de ningún desastre organizativo, de ningún desmayo por alguna
dignidad herida. Su presencia rompe la tradición de que sea el
ministro federal competente del país que preside la Unión el que
encabece la reunión de sus homólogos europeos. Frente a esto, ¿qué
tenemos por aquí? Una reunión del mismo Consejo de Ministros, de las
muchas que va a haber, organizada en Álava, de la que el Gobierno
vasco se ha enterado, primero, por el periódico y, luego, por una
carta aséptica de mera comunicación. A eso se le llama respeto
institucional y creer en el Estado autonómico. Lo habitual -usted lo
ha recordado- es que sean los gobiernos centrales los que negocien y
las reuniones de ministros las encabece el ministro del país que
preside la Unión Europea. Eso ya lo sabemos. Al lado de cada



Página 6353




ministro se sienta el embajador ante la Unión y detrás los asesores
que, salvo en los países citados, nunca son dirigentes regionales o
autonómicos. La voz y el voto, por supuesto, es la de los gobiernos
centrales, que defienden mejor los cítricos que los valencianos, el
plátano que los canarios, la pesca que los gallegos y el aceite que
los andaluces. Ya sabemos que a ustedes la iniciativa belga no les ha
gustado absolutamente nada, por eso que usted dice siempre que puede
de que España es el país más descentralizado del mundo, salvo en
política exterior que, paradójicamente, es la europea. Usted
argumenta que la Constitución no tiene ni tan siquiera la posibilidad
de que a un ministro le acompañe como asesor alguien involucrado en
el problema y consideran estos engorros de la democracia
representativa problemas operativos. Para colmo, cuando se plantean
estas reuniones se nos remite al Comité de las Regiones -se llama
así-, pero tiene en él a los ayuntamientos. Es una organización
consultiva muy devaluada y su presidente a partir de febrero será con
todaprobabilidad no un regionalista europeo peligroso, sino una
patriota constitucional como el señor Zaplana. Este comité elabora
informes que casi nadie lee y es tan inoperante que las regiones
europeas con capacidad legislativa se están empezando a reunir por su
cuenta, porque como usted sabe los esfuerzos baldíos producen
melancolía.

Nosotros no entendemos cómo usted, que fue presidente de Castilla y
León antes de ser presidente del Gobierno español, no ha hecho
absolutamente nada para tratar de proyectar siquiera en parte la
distribución del poder territorial que tiene España a la hora de
conformar la política europea, donde se da la paradoja de que
Luxemburgo, con 500.000 habitante, tiene voz y voto en los consejos
europeos, mientras que la región alemana de Renania del norte-
Westfalia, con 18 millones, es un länder sin poder hacer sentir su
voz. Usted debería forzar la situación durante su presidencia para
que el Comité de las Regiones fuera revisado en su funcionamiento
y evitar esa cerrazón de no dejar acompañar a Bruselas a nadie
concernido en una negociación, para comenzar a ser tratado por lo
menos como lo hace la República Federal Alemana o Bélgica. Parodiando
la transición, señor presidente, haga usted normal lo que es normal
en una Europa unida, porque de lo contrario sería como invertir en su
ideología: el mar desembocaría en el río, el río en el arroyo, el
arroyo desembocaría en el manantial, el manantial en la nube y la
nube en una gota de sal en sus reuniones a puerta cerrada. A fin de
cuentas y tras la entrada en acción del euro se van a desencadenar
fuerzas ocultas que no sabemos dónde nos van a llevar. Tras varios
meses de parálisis en el debate sobre el futuro de la Unión Europea
son de nuevo Alemania y Francia quienes reactivan el proceso, y lo
hacen con abierta defensa de una verdadera constitución europea, más
allá de los tratados constitutivos y de sus sucesivas reformas
parciales. Los tratados,
que según quiénes recelan de una evolución con tintes federales,
conforman una constitución dinámica, no contemplan de forma estricta
los derechos que acostumbran a recoger las cartas magnas. Una
constitución daría fuerza vinculante a la Carta Europea de Derechos
Fundamentales, lo que permitiría a los ciudadanos europeos mirar al
Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas cuando sus derechos
fuesen violados. Este sería un buen asunto, señor presidente, para su
presidencia. Si en la guerra del Golfo el ministro Tarek Aziz
despreció a los europeos, en esta guerra Europa no ha pintado
absolutamente nada. La guerra la ha hecho Estados Unidos y su aliado
anglosajón, aunque es preciso reconocer que de crisis en crisis se va
avanzando. La guerra de Kosovo aceleró el desarrollo de la Política
de Seguridad y Defensa Común y los hechos del 11 de septiembre podrán
lograr la creación de un espacio de justicia y libertad en la Unión
Europea. En las cenas convocadas por Blair en su residencia de
Downing Street ha quedado de relieve el eje LondresParís- Berlín. La
OTAN que a bombo y platillo activó por vez primera en su historia su
artículo 5, considerando el ataque contra Estados Unidos como un
ataque contra todos, se ha quedado en un segundo plano en el momento
de la lucha e intervendrá en labores humanitarias con la presencia de
las fuerzas de Turquía. Nadie mejor que un ministro de su Gobierno,
el ministro de Defensa, don Federico Trillo, para haberlo denunciado
con contundencia y acierto. En esta crisis Europa, al menos
militarmente, no ha existido, no ha pintado nada. ¿Qué hay de Europa
-se preguntaba el señor Trillo-? Una zona que dispondrá de una moneda
común en circulación en apenas unas semanas y que tiene consejos de
ministros de casi todo -no de Defensa, por cierto-, Europa, en esta
crisis no ha existido. Más claro, agua.

La Unión Europea se encuentra felizmente abocada a su ampliación. Es
ahora más que nunca cuando la Unión debe dar un claro mensaje
político de legitimidad democrática a los ciudadanos. En este sentido
y hasta la celebración de la Conferencia intergubernamental de 2004
se abre en la Unión una fase de debate general que se estructurará
mediante una convención. Antes de que el Tratado de Niza fuese
aprobado abogábamos por la introducción de la Carta Europea de
Derechos Fundamentales en los tratados, confiriéndoles un carácter
vinculante. La inserción de la Carta y el reconocimiento de derechos,
valores y principios comunes de la Unión supondrá un paso fundamental
en la creación de un sentimiento de pertenencia a la Unión y de una
verdadera ciudadanía europea que forma parte de la más íntima
identidad de los individuos y de los pueblos de Europa.

Finalizo, señora presidenta. Señor Aznar, si logra usted sentar las
bases firmes de un proceso que puede durar cinco años para la
creación de un espacio judicialeuropeo, podrá sentirse satisfecho al
finalizar la presidencia



Página 6354




española en el mes de julio. Decimos cinco años porque además
de la euroorden se necesitan muchas más cosas. Hay que darle poderes
operativos a Europol para convertirlo en un organismo activo, no sólo
en un recolector de información sino en una especie de FBI, y eso
implica crear mecanismos de control democrático sobre lo que esa
policía europea está haciendo. Además, como somos países
democráticos, debemos facilitar a Eurojust los recursos pertinentes
no sólo para juicios de delitos transfronterizos, sino también para
mejorar la calidad de la justicia. Si sus trabajos se concentran en
esto y el algún otro horizonte ambicioso y lo logra, no dispersándose
en mil iniciativas que pierdan fuerza, se hará caso a la Comisión
Europea que acaba de pedir una apuesta en serio por Europa, porque
quizá se ha perdido progresivamente su coherencia y su ambición
política inicial. Ojalá usted en la próxima cumbre de Laeken apueste
por que presida la convención un europeo que cree en Europa como
Jacques Delors, aunque su amigo Blair se moleste. Eso nos ilustraría
sobre que usted apuesta de verdad por una Europa unida con alma.

Muchas gracias, señora presidenta.




La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Anasagasti.

En nombre del Grupo Parlamentario de Coalición Canaria tiene la
palabra el señor Mauricio.




El señor MAURICIO RODRÍGUEZ: Señora presidenta, señoras y señores
diputados, el Grupo Parlamentario de Coalición Canaria tiene que
empezar naturalmente por donde han empezado otros grupos
parlamentarios, que es por desear en bien de todos y en bien de este
país un éxito a la presidencia española en la Unión Europea. Yo
empiezo a reflexionar sobre lo que va a ser seguramente el debate que
tendremos aquí al final de la presidencia española en la Unión
Europea sobre si ha sido o no ha sido un éxito. Esa referencia puede
ser interesante para dar unas opiniones muy breves de mi grupo acerca
de esa presidencia. En primer lugar, sería interesante no subir
excesivamente las expectativas ni creer que porque a un país le toque
la presidencia en un momento determinado es el momento histórico para
liderar Europa y para conseguir objetivos que en otros países no van
a conseguir en su presidencias respectivas. Como todos sabemos, el
proceso de construcción europea es sin duda un proceso complejo,
contradictorio de un montón de temas diversos que están en una etapa
de avance y de desarrollo, en los que unos coinciden y otros no, que
unos maduran y otros tardan más en madurar. Por tanto, a pesar de que
haya treinta y tres consejos ministeriales, ciento cincuenta
reuniones de segundo orden y más de quinientos asuntos sobre la mesa
lo interesante planteado por el presidente del Gobierno de España,
señor Aznar, esta tarde aquí ha sido que hay seis prioridades que van
a marcar objetivos básicos y avances interesantes para la
presidencia española a la Unión Europea, y su éxito será no
culminarlos. Nosotros culminamos uno que está en marcha hace mucho
tiempo, que es la circulación del euro, y no será nuestro éxito
especial, el de España. Es un proceso que hemos construido entre
todos y al que nosotros hemos contribuido de una manera muy
específica cumpliendo los criterios de Maastricht, pero hay otros
procesos abiertos y de lo que se trata es de si los impulsamos o no,
si logramos avances interesantes o no.

El presidente del Gobierno, en primer lugar, se refiere a algo que
está teniendo avances muy positivos en este último periodo como
consecuencia de los acontecimientos extraordinariamente dramáticos
del 11 de septiembre, que es el avance en la construcción de un
espacio europeo de libertad, justicia y seguridad, y dentro de él la
lucha antiterrorista. El ministro de Justicia de España la semana
pasada decía que en apenas muy pocas semanas, en apenas un par de
meses desde el 11 de septiembre, Europa había avanzado en el espacio
de justicia y seguridad mucho más que en décadas anteriores y que la
orden de detención y entrega es uno de los avances más interesantes
que ha tenido la Unión Europea no sólo para la lucha antiterrorista,
sino también para la lucha contra las mafias organizadas, contra la
corrupción económica, etcétera. En este sentido aquí se ha señalado
que la presidencia española puede disponer de un momento muy
interesante para seguir impulsando esas políticas y consolidando ese
espacio de justicia y libertad. El modelo europeo se basa -no lo
debemos olvidar- en los elementos de justicia y de lucha
antiterrorista, junto a la firmeza, y también en los de libertad.

Europa ha construido un modelo de convivencia y de integración social
que está basado en la tolerancia, en la solidaridad y en la
convivencia, y sin duda ese es un factor que genera un índice de
violencia y de conductas antisociales mucho menor que en otros países
que utilizan la pena de muerte y la violencia represora del Estado
como único y fundamental instrumento de las políticas de lucha contra
la desarticulación social y, por tanto, contra la delincuencia.

Europa tiene que ofrecer un modelo de eficiencia en la lucha contra
la delincuencia organizada y contra el terrorismo y al mismo tiempo
seguir defendiendo su cultura de tolerancia, de convivencia y de
solidaridad y de solidaridad.




El segundo gran tema que ha planteado el señor Aznar es precisamente
la consolidación del euro. El Consejo Europeo de Barcelona y toda la
presidencia española se va a producir no en el mejor de los momentos
para la situación económica mundial, ya que estamos en unos momentos
económicos difíciles y los expertos prevén que al final del año 2002
se empezará a producir lentamente una recuperación económica. Por
tanto, nos va a tocar un semestre de dificultades económicas para
toda Europa y para todo el mundo, en el que va a haber dudas,
vacilaciones, cantos de sirena



Página 6355




a favor de romper las políticas de estabilidad y crecimiento sobre si
Europa tiene que estar basada no sólo en el desarrollo sostenible que
hemos aprobado en todas las cumbres y consejos europeos anteriores,
en la defensa del medio natural y en el crecimiento económico, sino
también en el desarrollo social. Por eso el Consejo Europeo de
Barcelona no sólo tiene que recuperar el espíritu de Lisboa sino los
espíritus anteriores de otros consejos europeos de construir la
Europa de la cohesión social, porque eso, junto a la nueva moneda,
colocará a Europa en las reformas económicas -por ejemplo, la de la
liberalización de los mercados, de las telecomunicaciones, de la
energía, del transporte, de los servicios financieros- muy bien en el
ámbito mundial para ser un modelo de crecimiento económico, de
cohesión social y de desarrollo sostenible, para que el euro se
fortalezca y nosotros nos encontremos en los años 2003, 2004 y 2005
en las mejores condiciones para afrontar otro de los retos que aquí
se plantea, la ampliación.

A nadie se le escapa que Europa necesariamente está condenada, en el
mejor sentido de la palabra, a construir la Europa, como decía el
gran líder francés, desde el Atlántico a yo no diría los Urales, pero
sí a la frontera con Rusia. Esta Europa de 500 millones de habitantes
de 25 países es una Europa inevitable, pero la construcción de ese
proceso, que en términos políticos está muy claro, en términos
económicos va a traer enormes dificultades. Además de la dificultad
de cómo hacer la ampliación -ahora no se va a tratar porque estamos
ante elecciones francesas y alemanas y hasta el 22 de septiembre no
debería ni mentarse- está la de mantener las políticas europeas
agrícolas y de fondos regionales. Hay una gran voluntad europea de
construir una constitución europea, por ejemplo, en países como
Alemania, para las políticas de seguridad y de defensa, pero
renacionalizando, o sea, menos Europa en las políticas estructurales
y en las políticas agrícolas, sobre todo en la política agrícola
común. El debate de más Europa es un debate de la Europa hacia el
exterior, de nuestro papel en el mundo de la política de seguridad y
defensa, de las políticas de cooperación económica, de la política de
ampliación, manteniendo en lo posible -esa va a ser una gran batalla
de España, no sólo en esta presidencia, que se tratará de una u otra
manera, sino en el futuro, en los años posteriores - la línea de la
construcción de la constitución europea. Yo me permito llamarla así.

Sé que hay muchas interpretaciones sobre lo que debe ser eso, pero la
ampliación tiene que ir ligada a un planteamiento mucho más potente y
claro de lo que son las instituciones europeas y todos los tratados
europeos hay que refundirlos en una constitución, hay que integrar la
Carta de Derechos Fundamentales y hay que definir mejor las
competencias entre los parlamentos nacionales, el Parlamento Europeo,
el Consejo Europeo, la Comisión Europea y sus elementos de elección.

El debate que se abre en Laeken la semana que viene y la creación de
esa convención para empezar el gran debate es muy interesante no sólo
para Europa, sino también para la terminación de la estructuración y
desarrollo final de la Constitución española. Esperemos que en 2004,
cuando se celebre esa Conferencia Intergubernamental, tengamos ya
clara la reforma del Senado, la participación de las comunidades en
el proceso de la construcción de las comunidades autónomas, como los
Länder alemanes, o de las regiones europeas en la construcción
europea y el papel de los Estados nacionales, que es claro. Este año
nosotros hemos aprobado la financiación autonómica que, en
definitiva, es un modelo cuasi federal. Ya sé que las palabra
provocan un debate terminológico e ideológico a veces complejísimo
y que a mí me recuerda al burgués gentilhombre aquel, personaje de
Molière, que cuando le explicaban -sin él saberlo- que hablaba en
prosa le producía un desconcierto terrible. Pues bien, no entremos en
si hablamos en prosa o en verso, estamos estructurando un modelo
cuasi federal en España y estamos estructurando un modelo confederal
o cuasi federal en Europa. Eso es inevitable y sé que produce
polémica, pero aparte de eso que he mencionado, este es un elemento
evidente para eso que los arquitectos denominan la arquitectura
europea. Ya sé que no se pueden construir todos los pisos al mismo
tiempo, pero si no tenemos unos planos mínimos en el inicio del
proceso de construcción, daremos vueltas alrededor de un círculo y a
lo mejor terminaremos no avanzando, sino dando vueltas y acabando por
donde hemos empezado. Por tanto, este debate tiene este interés y la
presidencia española puede impulsar y abrir ese debate.

En cuanto al papel de Europa en el mundo, tenemos el problema de la
política de seguridad y defensa. En el año 2003 tenemos que tener
fuerzas de intervención con capacidad operativa e intervención
inmediata, es decir, el ejército europeo. Este ejército tiene que
tener capacidad de prevención de conflictos y de gestión de crisis.

Este ejército nos permitirá no seguir siendo observadores en Kosovo,
en Afganistán o donde sea. Europa tiene que jugar un papel autónomo
en el marco de la Alianza Atlántica, con una capacidad propia de
decisión y de intervención en un mundo multipolar porque, les guste o
no les guste, en las próximas décadas no vamos a un mundo unipolar,
por mucho que haya escudos antimisiles y cosas de este tipo. En esa
dirección mi grupo lo único que plantea es que recordará este pequeño
debate que hemos tenido hoy, no hecho sin mucho entusiasmo. Estamos
en una fase en la que lo más interesante será reflexionar al final y
preguntarnos: ¿en cada uno de estos seis puntos hemos avanzado de
manera cualitativa y hemos colocado las cosas en la posición
razonable para que sigan avanzando? Porque en política -como decía
aquel gran estratega político- lo importante no es la cantidad, sino
la posición. Es como en el ajedrez, lo importante no es la cantidad



Página 6356




de piezas, sino la posición de las mismas. En la construcción europea
lo importante es colocar las piezas correctamente para que las cosas
avancen en esta década hacia la construcción de una Europa pacífica,
democrática, etcétera, que necesitamos.

Termino recordándoles mi tema, al que estoy obligado, señor Aznar y
señor Piqué, y es que en el Estatuto canario nos quedan algunos
pequeños expedientes. Hemos avanzado de forma importante, pero aunque
la presidencia española, o la presidencia de cualquier país, en el
momento en que le toca presidir debe disimular un poco y jugar más al
interés de todos que al interés particular, sin embargo, con ese
excelente equipo que tenemos hoy en el Ministerio de Asuntos
Exteriores -tengo que decirlo- de embajadores, técnicos
y especialistas, casi sin que se note, péguele un empujoncito al
Poseican, al REA y al expediente arancelario. El señor Piqué se
sonríe, pero estoy seguro de que lo hace como una forma de asentir.

Canarias quedó fuera de un euro, pero no de las monedas de 2, 5, 10,
etcétera, no de los euros grandes, ni de los billetes. Verdaderamente
estamos en el mapa europeo y espero que Canarias, la Canarias
alejada, siga teniendo la mejor articulación en el proyecto europeo.

Muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Mauricio.

Por el Grupo Parlamentario Mixto, tiene la palabra, en primer lugar,
el señor Rodríguez.




El señor RODRÍGUEZ SÁNCHEZ: Gracias, señora presidenta.

El discurso del señor presidente del Gobierno es significativo, tanto
por las ausencias como por los subrayados que tiene. Si lo leemos
desde ese punto de vista, el resultado puede ser claro, por lo menos
desde el punto de vista del Bloque Nacionalista Galego. Es curioso,
señor Aznar, el énfasis que usted puso en su discurso en relación con
la política económica, entendida como plan de estabilidad, en un
momento de recesión económica. Todos sabemos que el Estado español es
el que está más firme en que no se modifiquen los objetivos de la
Unión Europea en este aspecto, lo que contrasta tratándose de un
Estado que tiene la tasa de desempleo más elevada de la Unión
Europea, según los últimos datos de Eurostat. No creo, por tanto, que
sea la principal preocupación del Gobierno en este momento crear
empleo o impulsar la economía productiva.

Hay una coincidencia en el discurso de hoy y las declaraciones al
periódico norteamericano The Wall Street Journal: que una parte
importante de la entrevista está dedicada a hacer un modelo económico
mimético al de Estados Unidos. Entendemos que la red de transporte
europeo, la red energética del mercado europeo, la estructuración de
los intermediarios financieros y, por supuesto, la movilidad del
mercado laboral y la
flexibilización sean sus panaceas, pero permitirá que una gran parte
de los ciudadanos de la Unión Europea discrepemos abiertamente de
este tipo de modelo. Tanto énfasis contrasta con la ausencia absoluta
de referencias al problema -sí preocupante para los expertos que
tienen buena conciencia; aunque solamente sea eso- de cómo se
reparten las competencias políticas en el seno de la Unión Europea.

Me refiero en concreto al problema del marco autonómico. Ustedes
están diciendo continuamente que el Estado español es el más
descentralizado de la Unión Europea. Este análisis no resiste
comparación con Estados como, por ejemplo, Alemania. Muchas veces
hemos reconocido que el Estado alemán no tiene ningún problema
nacional en su interior, pero, en la medida en que el Estado español
los tiene, aunque sean larvados, debía ser más proclive a la
vehiculización política de determinado tipo de ansias, de deseos o de
objetivos políticos, precisamente para estructurarlos en el marco de
la Unión Europea.

Hay una gran influencia, un gran espacio dedicado al tema de la
justicia y a la seguridad en la Unión Europea. Compartimos la
obsesión de la lucha contra el terrorismo, pero llama la atención la
nula alusión al problema de que un Estado de la Unión Europea -cuando
menos, uno- no quiera firmar la orden de busca y captura y deje fuera
todos los delitos de naturaleza económica. El momento de la
transnacionalización es especialmente peligroso e indicativo de que
puede haber corrupción y mafias, incluso en la propia estructura de
los Estados democráticos, de los Estados que aspiran a una cierta
legitimidad y legalidad democrática. Desde el punto de vista de
Galicia, yo le propongo, señor Aznar, que en los próximos seis meses
se preocupen más por la economía productiva. Es curioso que usted
siempre entienda la Unión Europea en función de los apoyos
estructurales y de cohesión, pero sería más interesante preocuparse
de cómo nos va en el sector naval -ojo con el sector naval, que puede
ser aún más desmantelado de lo que está-, cómo nos va con el sector
lácteo, cómo nos va con la pesca. No es de recibo que la pesca en las
aguas de la Unión Europea no esté sometida a los criterios de libre
mercado y de acceso de todos los Estados de la Unión en pie de
igualdad; que no se renacionalice, porque si esto se hace o se
aplican capturas discriminatorias, no sé qué clase de mercado común
es este. Otra cosa es velar por que efectivamente las capturas no
sean excesivas, con argumentos científicos, claro, y no subrepticios
y mal intencionados, como es muchas veces la característica del señor
Fischler.

Por fin, señor Aznar, a nosotros nos gustaría que sabiendo, como
sabemos, que usted piensa que la Unión Europea es un modelo de
globalización y por eso está a favor de la ampliación, no olvide
nunca que esto no va a ser mimético de Estados Unidos, aunque haya
años y años de hegemonía política de determinado tipo de ideologías.

Y le voy a decir por qué. La Unión Europea está compuesta de muchas
naciones, de diversas



Página 6357




lenguas y culturas, de conciencia nacional con la que no es fácil
acabar. Esto no es Estados Unidos, no es un país multirracial, pero
con una superestructura ideológica y lingüística brutal que hace que
se comporte como una sola nación, aunque veremos lo que sale en el
futuro. Sería gravísimo que ustedes imitasen lo peor de Estados
Unidos, no lo mejor, esas minorías que se están sublevando en este
momento críticamente en contra de un fundamentalismo cristiano que no
es de recibo. Espero que su admiración por Estados Unidos sea más por
los aspectos de libertad, de una visión internacional del mundo que
tienen sus minorías intelectuales y discrepantes, y no francamente
por un fundamentalismo partidista absurdo y contrario a una visión
del mundo mínimamente multipolar. Porque esto es lo que nos jugamos
en este momento en la política internacional, señor Aznar, una cierta
visión multipolar. Es cierto que la Unión Europea podía dar pie a
esta visión multipolar dentro de una óptica de aproximación a Estados
Unidos, cómo no, a China, a Rusia y, por qué no decirlo, a África,
ese continente abandonado, a todos los países árabes. No creo que lo
acertado sea seguir aceptando sin rechistar una política tan abierta
discriminatoria con Palestina o bien cualquier amenaza, aunque sea
solamente señalando con el dedo, a países que están bajo control
internacional, como es el caso de Irak o, en fin, que aceptemos que
tiene que haber un tonton macoute, a nivel internacional, sin
contraste de ningún tipo. Creo, señor Aznar, que por el bien de la
humanidad deberíamos tener todos una posición mucho más ponderada en
un momento crítico para la humanidad.

Nada más y muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Rodríguez.

Señor Núñez.




El señor NÚÑEZ CASTAIN: Gracias, señora presidenta.




Señor presidente, me gustaría, como andaluz, subir aquí hoy y
participar, en la medida de mi opinión, en conformar la voluntad
española respecto a este período de sesiones. Sin embargo, me temo
que subo a esta tribuna en todo caso a agradecer la gentileza de S.S.

de informar a la Cámara de sus prioridades. Quizá sea coherente esa
posición con una Europa que, más que la Europa de los ciudadanos, más
que la Europa de los pueblos, más que la Europa de las regiones, más
que la Europa de los Estados, es la Europa de los ministros, la
Europa de los presidentes de Gobierno, la Europa, en definitiva,
lejana, como digo, a la participación de cada uno de nosotros.

Creo, señor presidente, que usted ha subido aquí y nos ha expuesto
sus seis prioridades con una conclusión respecto a que en este
período tienen que subir la prosperidad, la libertad y la seguridad
de Europa. Como es natural, no tengo más que coincidir con esa
máxima, matizando sin embargo que eso no es posible dentro de una
isla; que no es posible la prosperidad, la libertad y la seguridad de
Europa sin el resto del mundo. No me gustaría formar parte de un
mundo próspero, libre y seguro, con unas fronteras muy bien
vigiladas, con respecto a otro mundo que no tiene esas prioridades.

Por tanto, no cabe más posicionamiento hacia el interior, hacia
nosotros, como conformando un bienestar que no tenga que ver con los
demás.

Quiero hacer algunos matices respecto a sus seis prioridades, señor
presidente. Habla usted primero de terrorismo. Naturalmente, en este
país hablar de terrorismo no es hablar del 11 de septiembre. Llevamos
vertida mucha sangre como para que nosotros tengamos que
concienciarnos con el problema del terrorismo, pero efectivamente el
11 de septiembre ha conmocionado al mundo y hay países que a lo mejor
sienten esta convulsión porque no han sufrido en sus carnes lo que
nosotros hemos padecido.

Además de apoyar todas las políticas que haya en la lucha contra el
terrorismo, éste no implica sólo amenazas, que es lo que usted ha
dicho que es real, implica también reflexión, implica asimismo
análisis de esas causas donde muchas veces se refugian los asesinos y
los terroristas para justificar su injustificable acción. Suelen ser
causas de injusticias, desequilibrios y hambre que hacen que
justifiquen lo que no tiene justificación, de forma que será
importante que también desde Europa reflexionemos sobre las mismas y
tratemos de evitar ese marco de desigualdades.

Señor presidente, después de las imágenes que vemos en televisión me
resulta muy difícil considerar que el enemigo del mundo es el pueblo
afgano. Seguramente habrá allí unos terroristas que haya que coger,
pero esa aplicación directa de muerto el perro, muerta la rabia… Ni
hay un solo perro ni sabemos si van a coger a ese perro, y también
conviene reflexionar sobre qué es la rabia. De modo que apoyo total a
la lucha contra el terrorismo y a las medidas de ese espacio de
seguridad, pero reflexión en el otro sentido.

Habla usted en los puntos dos y tres del euro y de las reformas
necesarias, pero me parece que para sentirse como usted ha dicho más
Europa nos tendremos que sentir más europeos, o sea más partícipes en
esas reformas necesarias en una Europa que no es equilibrada, en una
Europa que no tiene un escenario de convergencia razonable, y se lo
digo desde Andalucía. Por tanto, ¿qué papel vamos a tener las propias
comunidades en esas reformas y qué medidas más importantes hay no
para corregir los macro números, sino para corregir los
desequilibrios? Y entramos en ese cuarto punto que va a ser tratado
en el consejo que se va a celebrar en Andalucía, el del incremento de
Europa, la adhesión. Me parece importantísimo, pero ¡ojo! con la
ruptura de equilibrios internos ante esa ampliación que usted ha
citado aquí en algunas ocasiones. Me refiero a sectores como el
agrícola



Página 6358




La señora PRESIDENTA: Señor Núñez, le ruego concluya.




El señor NÚÑEZ CASTAIN: Termino, señora presidenta.




Me refiero a sectores que habrá que tener en cuenta. Cierra usted con
la política de defensa y esa prioridad de primero la nuestra, después
Estados Unidos, después Rusia, después Iberoamérica y después Oriente
Medio, al que creo que usted ha citado. Todas son prioridades, pero
Oriente Medio es hoy primera prioridad y nuestro papel como puente
con los países árabes, el papel de resolución del problema de
Palestina que está ahí desde antes del 11 de septiembre. Si no se
aborda esa continuación del Pacto de Madrid, que se hizo aquí y
espero que usted insista en recuperar ese escenario de convergencia,
va a ser muy difícil hablar de libertad y seguridad sin solucionar
ese botón negro que es el problema del terrorismo y el problema de
Palestina con Israel.

Por último, señor presidente, en ese futuro de Europa que le digo, en
resumen, más participación, más papel, mejor apoyo a la inmigración y
por decirle algo, a ver si se crea también un escenario, o una
nominación en el caso andaluz de región fronteriza por problemas de
inmigración con África como se ha adoptado con programas europeos de
regiones fronterizas alemanas, etcétera.




La señora PRESIDENTA: Señor Núñez, le ruego concluya, por favor.




El señor NÚÑEZ CASTAIN: Termino, señora presidenta.




La señora PRESIDENTA: Gracias.

Señor Saura.




El señor SAURA LAPORTA: Gracias, señora presidenta.




Señoras y señores diputados, señor Aznar, quiero centrar mi
intervención, en nombre de Iniciativa per Catalunya-Verds, en dos
aspectos. En uno central, como es el papel de las regiones en la
Unión Europea. Me ha sorprendido que en su intervención inicial, en
un tema que en estos días ha estado en el centro del debate político
-o precisamente por ser España uno de los cuatro únicos países que
tiene regiones institucionalizadas-, no haya habido una sola
referencia por parte del presidente sobre cómo piensa el Gobierno que
se ha de afrontar el papel de las regiones en el proceso de
construcción europea. En ese sentido, quiero hacerle dos preguntas,
que me gustaría que contestara. La primera, ¿cuál es el papel que el
Gobierno piensa que han de jugar las regiones con poderes
legislativos en la convención preparatoria de la conferencia de 2004?
Están encima de la mesa propuestas de la presidencia belga que dice
que las regiones con poderes legislativos deberían
tener una presencia como observadores; está la reivindicación de
la mesa del Comité de las Regiones -que, como aquí se ha dicho, en
estos momentos es puramente consultivo- de constituirse en un
instrumento participativo real en la convención. Pero la pregunta es:
¿Qué piensa el Gobierno español sobre cuál ha de ser el papel de las
regiones españolas en la perspectiva de la reforma del Tratado? La
segunda pregunta es qué posición va a defender el Gobierno español en
relación con la participación de las comunidades autónomas en la
Unión Europea. ¿O no va a defender ninguna? Porque algunas de las
declaraciones que ustedes han hecho estos días nos podrían llevar a
pensar que las regiones europeas, y en concreto las comunidades
autónomas españolas, no deben tener ningún papel.

Quiero decirle, señor Aznar, que el Gobierno español es una parte del
Estado, no todo el Estado, y que las regiones y las comunidades
autónomas, los Gobiernos autónomos y los Parlamentos autonómicos son
Estado. Es más, a menudo ustedes dicen que las comunidades autónomas
no han de tener ninguna presencia porque la política exterior ha de
ser dirigida por el Gobierno central. Yo estoy de acuerdo en que la
política exterior ha de ser dirigida por el Gobierno central, pero he
de decir, en primer lugar, que deberíamos empezar a cambiar la
palabra política exterior para referirnos a la política de la Unión
Europea. La política de la Unión Europea es ya política interior. En
ese sentido, señor Aznar, quiero decirle que nosotros también creemos
que es necesario reformar el Senado y la Constitución para que las
comunidades autónomas puedan jugar un doble papel: en primer lugar,
contribuir a conformar la voluntad estatal en el Senado. La opinión
del Gobierno no es la opinión del Estado. La opinión del Estado es la
opinión del Gobierno más la opinión de las comunidades autónomas,
y en estos momentos una de las insuficiencias de la Constitución es que
no define un espacio donde se pueda conformar esa voluntad estatal,
producto de la voluntad del Gobierno y de la voluntad del Estado. En
segundo lugar, creo que es fundamental que en ese mismo Senado se
decida la presencia de las comunidades autónomas en las delegaciones
españolas presididas por el Gobierno.

Voy a acabar con un segundo apunte. Usted nos ha hecho una agenda de
temas, pero no ha marcado ningún horizonte político de construcción
europea. Al final, ¿cuál es el horizonte político de construcción
europea? Y no ha dicho una cosa mucho más importante que el otro día
dijo la Comisión Europea. La Comisión Europea dijo que la
construcción europea había perdido impulso y coherencia y que se
estaba incrementando el euroescepticismo. En ese sentido, señor
Aznar, pienso que es fundamental que el Gobierno español defienda en
la Unión Europea tres cuestiones: primero, un horizonte de
constitución europea que tenga en cuenta la Carta de Derechos
Fundamentales;en segundo lugar, un proceso, el de la convención, que



Página 6359




supere el método, que ha tocado techo, intergubernamental. Me ha
preocupado mucho que usted haya hablado muy poco de la convención y
cuando lo ha hecho ha sido para decir que la convención ha de ser
realista y concreta. Yo estoy de acuerdo en que ha de ser realista y
concreta.




La señora PRESIDENTA: Señor Saura, le ruego concluya.




El señor SAURA LAPORTA: Y para acabar, señor Aznar, creo que sería
importante empezar a pensar que esta necesidad de un acto democrático
fundacional de la Unión Europea pudiera ser, por qué no, plantear en
referéndum esta constitución europea, que fuera un acto fundacional
perfectamente democrático.

Nada más y muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias.

Señora Lasagabaster.




La señora LASAGABASTER OLAZÁBAL: Gracias, señora presidenta.

Señor presidente, me imagino que debiera agradecerle su asistencia a
esta Cámara para informarnos de lo que va a realizar en la
presidencia del próximo semestre. Lo digo así porque, según su propia
opinión, parece que esto es lo único que esta Cámara debe hacer:
recibir información y poco más. No han querido ustedes que nos
sintamos involucrados en cuáles debían ser las prioridades, los
mecanismos y los objetivos para la próxima presidencia. Lo hemos
venido sugiriendo desde hace mucho tiempo y no han admitido la
posibilidad de propuestas de resolución o de cuestiones concretas,
que yo creo que hubiera sido muy positivo y beneficioso para todos.

Por tanto, desde nuestra perspectiva, algo perfectamente admisible, y
desde la suya, algo totalmente superficial e inadmisible. Discrepamos
totalmente.

Segunda consideración. Dada la importancia que ustedes han concedido
a esta casa, a este Parlamento, al Poder Legislativo, no podía ser
menos la participación de las comunidades autónomas. El ministro de
Asuntos Exteriores, señor Piqué, lo dijo muy gráficamente el 3 de
octubre en la Comisión hablando de este tema. El Gobierno estaba muy
contento porque había conseguido involucrar a las comunidades
autónomas: iban a albergar en sus territorios alguna reunión a lo
largo de esta presidencia. Lamentablemente, ello refleja de forma
clara su opinión sobre las comunidades autónomas: albergan, reciben
con hospitalidad, pero no participan. Y esto es lo grave de la
cuestión, puesto que no se corresponde con los pensamientos que
podamos tener unos y otros en esta Cámara ni con el ordenamiento
jurídico, incluso no atiende consideraciones de los tribunales, como
por ejemplo la sentencia de mayo de 1994, y desde luego no es acorde
con las cosas que ha decidido esta Cámara a lo largo de los últimos
años.

Hace casi un año, señor presidente, o sea, con bastante antelación,
le preguntaba qué iba a hacer para involucrar a las comunidades
autónomas en esta presidencia y recordará que hace más de seis meses,
con motivo de la presidencia sueca, le sugerí -está reflejado en las
actas- cómo iba a hacerlo el Gobierno belga. No le dije que lo
copiase, pero sí que buscase mecanismos similares que pudieran tener
interés y una real participación. Así pues, ahora no hablo por
hablar. Esto ya se lo dije con antelación, reflexionando y haciendo
aportaciones constructivas, y nada me respondió, ni bien ni mal,
llegando así al momento en el que nos encontramos, en donde las
comunidades autónomas parecen ser meras anfitrionas, pero no se
respeta su papel como agentes claros con poder y con competencias
legislativas en este Estado. No le estoy hablando de otras cosas.

Esto se puede hacer perfectamente; de hecho, lo hemos visto en la
presidencia belga y, como ha dicho un orador anterior, no ha pasado
nada, ninguno se ha caído y los trabajos se han realizado
correctamente. Por tanto, reflexione, porque, por mucho que se
empeñe, esto habrá que modificarlo.

Ha hablado usted de seis retos importantes. Pues bien, algo hemos
avanzado. En una anterior reunión sobre esta cuestión el señor Piqué
habló de 12 retos, pero no había prioridades. Nosotros les
preguntamos por ellas y ahora nos han hablado de seis, en las que no
voy a entrar -ya lo haremos-, puesto que no tengo tiempo, tan sólo en
la primera, la lucha contra el terrorismo. Sólo le pido una cosa.

Celebramos muchos debates sobre temas concretos en el seno de la
Comisión de Justicia e Interior, pero yo le pido, señor presidente,
que no legisle mediáticamente. En esta materia como en cualquier en
otra, pero en esta en concreto, hay que dotar de seguridad jurídica y
de respeto a las garantías procesales, a los derechos y libertades
fundamentales, que haya cuestiones que puedan favorecer una
cooperación en esta materia, pero siempre de forma que exista una
seguridad jurídica y que se respeten todos los derechos y libertades
fundamentales. Pues bien, esto no lo hacen ustedes así. Es muy
curioso que algunos ministros dicen cosas a la prensa fuera de esta
Cámara que luego no se atreven a repetir en la propia Comisión, ya
que en muchos casos carecen de fundamento jurídico. Muchos de
nosotros y también otros gobernantes les hemos dicho que lo que
ustedes pretendían no era posible y que se tenían que retractar. Por
tanto, no legisle mediáticamente.




La señora PRESIDENTA: Señora Lasagabaster, le ruego concluya.




La señora LASAGABASTER OLAZÁBAL: Voy concluyendo, señora presidenta.

Respecto al debate del futuro de la Unión Europea, no conocemos sus
reflexiones y no sabemos qué pretenden. Usted ha dicho que esto lo
dejaba para más adelante,



Página 6360




pero se está acercando el momento y queremos saber qué piensa
de la convención y de los temas a tratar, si considera que esos
cuatro son suficientes o si se deben ampliar, qué piensa de los
plazos, etcétera. No nos ha proporcionado una reflexión suficiente
sobre sus pensamientos -pensamientos que nosotros tenemos- y debería
ser razonable que en esta Cámara se pudieran contrastar cuestiones
tan relevantes como el futuro de la Unión Europea o su ampliación. En
definitiva, hacia dónde queremos ir cada uno de nosotros y llegar a
un consenso.

Muchas gracias, señora presidenta.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Lasagabaster.

Señor Labordeta.




El señor LABORDETA SUBÍAS: Muchas gracias, señora presidenta.

Señor Aznar, a juicio de la Chunta Aragonesista hay que corregir los
déficit evidentes en materia democrática, social y de las
nacionalidades. En sus prioridades no hay pasos firmes y sólidos para
que las comunidades puedan participar con poderes legislativos en el
diseño de la política que luego tienen la responsabilidad de aplicar.

El aplazamiento hasta la próxima conferencia de 2004 de la
incorporación a los tratados de la Carta Europea de Derechos
Fundamentales demuestra por dónde circulan las auténticas prioridades
de la Unión. La radicalización de las protestas indica que algo no
marcha bien en este espacio; precisamente el día 13 los sindicatos
han convocado una manifestación en contra de la política de la Unión
Europea en Bruselas. En el ámbito de empleos apenas se dedica espacio
ni tiempo ni líneas a las desigualdades regionales. Se siguen, pues,
perdiendo oportunidades para romper la distancia que existe entre la
Europa de los gobiernos y la de los ciudadanos y ciudadanas. El aviso
de Irlanda, con la amplia abstención en el referéndum convocado sobre
Niza, es un aldabonazo para fortalecer políticas de cara al ciudadano
y no como hasta ahora. Seguimos sin establecer una alternativa
europea de paz y seguridad frente al antiguo y caduco, aunque
desgraciadamente todavía vigente, sistema de la OTAN.

Señor presidente, nos preguntamos: ¿Qué va a hacer para que Europa
tenga una voz propia en la política internacional? La guerra contra
el régimen talibán, la situación en Palestina y el Sahara han
demostrado las debilidades de la Unión y el seguidismo a la política
norteamericana. En las seis prioridades expuestas por usted se relega
el desarrollo sostenible a un segundo plano y no prioriza las
políticas encaminadas hacia la puesta en práctica de la estrategia
europea de desarrollo sostenible. El insostenible plan hidrológico,
la no ratificación del Convenio de Arhus o la olvidada estrategia de
la lucha contra el cambio climático son ejemplos de su política y de
la denuncia de organizaciones
como Ecologistas en Acción. Desde nuestros intereses como aragoneses
nos gustaría saber si se va a impulsar una política de
permeabilización sostenible en el Pirineo, dada nuestra condición de
territorio frontera, o seguirá Europa terminando en los Pirineos.

Para terminar, señor presidente, como español y como ciudadano de
Europa quiero señalarle dos cosas que espero que cumpla como
presidente de la Unión Europa. Primero, quiero decirle que cuando voy
detrás de una pancarta sé lo que quiere decir esa pancarta; soy de
una generación que teníamos que leer muy bien las pancartas porque a
veces acabábamos en la Puerta del Sol. Segundo, como aragonés le
ruego que no vuelva a unirse con militantes y denostarnos
llamándonos, a través de su presidente regional, talibanes del agua.

Muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Labordeta.

Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra el señor De
Grandes.




El señor DE GRANDES PASCUAL: Muchas gracias, señora presidenta.

Señorías, en nombre de mi grupo parlamentario quiero agradecer al
presidente del Gobierno que haya comparecido ante esta Cámara para
informarnos sobre las prioridades de la presidencia española de la
Unión Europea en el próximo semestre. Quiero subrayar que desde que
España forma parte de la Unión Europea es la primera vez que un
presidente de Gobierno de este país informa sobre los objetivos y
prioridades de la presidencia antes de que la asuma de forma
efectiva. (Un señor diputado: ¡Muy bien!-Rumores.) Ello prueba,
señorías, el alto valor que da este Gobierno al Parlamento y el
cumplimiento del compromiso que el presidente del Gobierno asumió en
su discurso de investidura de asociar esta Cámara a los asuntos
europeos en la mayor medida posible.

El señor Zapatero admite que el Gobierno comparece en tiempo, pero
dice que no comparece en forma. No nos sorprende este recurso
dialéctico, pues ya es usual que cuando no se tiene discurso propio
se recurra al discurso de las formas, que no al del método. Por
cierto, ya que el señor Zapatero invoca las formas, hablaremos aunque
sea brevemente de ellas. Se escandaliza el señor Zapatero de que su
unilateral visita a Marruecos se califique de deslealtad. Hay que
decir que esta visita es totalmente ajena a la voluntad del Gobierno
y que se hace contra su criterio. (Aplausos.) Con todo respeto, señor
Zapatero, la lealtad del líder de la oposición se presume
inicialmente, pero en este caso me temo que tendrá que acreditarla.

Le recuerdo que conforme a la Constitución y a las leyes la política
exterior corresponde dirigirla al Gobierno, que es quien representa a
España en el exterior. Cuando hay colisión de intereses entre España
y otro país, aunque sea un



Página 6361




país amigo, o se está con el Gobierno o se puede incurrir en
deslealtad. (Un señor diputado: ¡Muy bien!) Esto es así, le guste o
no le guste, señor Zapatero. Por cierto, estos viajes se pueden hacer
de mejor manera; pregunte al señor Almunia, que supo hacerlo mejor.

(Aplausos.) Es la primera vez también, señorías, que nuestro país
ostenta la presidencia desde su posición de país grande,
perfectamente integrado en todos los procesos de cooperación
reforzada de la Unión y ostentando una posición de liderazgo
claramente reconocida por el resto de los países y líderes europeos.

Por todo ello no debe extrañarnos que las prioridades de la
presidencia española, que de forma tan pormenorizada ha explicado el
presidente del Gobierno, coincidan plenamente con las prioridades
básicas de Europa y con los nuevos retos del siglo XXI. Por tanto, no
nos sorprende que el lema de la presidencia española sea el que es:
«Más Europa».

Quiero decir sin ningún tipo de reserva que los trágicos sucesos del
día 11 de septiembre han mostrado hasta qué punto la cooperación a
todos los niveles es necesaria en una era en que la globalización
aporta elementos positivos a nuestros países, pero resalta también la
fragilidad ante ciertos peligros de nuestras sociedades. Hay que
señalar la importancia de contraponer mundialización a globalización,
aportando a este proceso que nos afecta el elemento necesario de
protección de los valores y del individuo como centro de la acción
política de cualquier Gobierno. Es mi convicción que la nueva Europa
que estamos construyendo sólo será posible si, tal y como ha
explicado don José María Aznar hoy, somos capaces de impulsar
políticas que respondan claramente a las necesidades de nuestros
ciudadanos frente a otro tipo de discursos que quedan en la esfera de
lo puramente teórico. Por ello quiero expresar nuestro apoyo a la
prioridad que constituye el plan de acción en materia antiterrorista,
no solamente como piedra angular para la realización del espacio de
libertad, seguridad y justicia, sino como una de nuestras
contribuciones más importantes para la estabilidad, la seguridad y la
paz a nivel mundial. La coordinación y la información son elementos
fundamentales de la lucha contra el terrorismo, contra los que lo
financian, colaboran y amparan; también contra los que no lo combaten
adoptando una actitud política permisiva, pues ellos son también
culpables. Nos complace esa triple dirección en la que va a trabajar
la presidencia española fomentando la coordinación a nivel nacional
y comunitaria para identificar a los responsables del terror, las
acciones conjuntas de Europol, Eurojust y el grupo de trabajo de los
directores de policía, el mejor funcionamiento de Europol y el
perfeccionamiento del sistema de información de Schengen. España y
sus gobiernos, señorías, que fueron precursores en la identificación
del terrorismo como elemento perturbador de la paz, la seguridad y la
estabilidad, deben continuar ejerciendo su indiscutible liderazgo en
la propuesta de
soluciones necesarias para la libertad y la convivencia pacífica.

Estamos convencidos de que la firma del convenio global de Naciones
Unidas supondrá un paso adelante en la consecución de nuestros
objetivos. España, que desgraciadamente tanto ha sufrido la lacra del
terrorismo, sabrá transmitir de manera especial el apoyo y la
solidaridad de Europa al pueblo americano en la cumbre Unión Europea/
Estados Unidos.

Señora presidenta, señorías, pocos apostaron cuando el primer
Gobierno del Partido Popular se comprometió, frente a las tesis
derrotistas de políticos de otro signo, preclaros analistas
económicos y desconfiados socios comunitarios, cambiar el rumbo de la
maltrecha situación económica española por el papel paradigmático que
nos iba a corresponder en la implantación física del euro. La
realidad es que la próxima presidencia española, tras seis años de
espectacular crecimiento de nuestra economía, va a ser la responsable
de la puesta en circulación de la moneda común en enero. Este hito
histórico en el proceso de construcción europea demostrará la
capacidad de España ante un reto tan complicado y totalmente
novedoso. La diligente acción de nuestro Gobierno y su coordinación
estrecha con las otras administraciones comunitarias hará posible el
éxito de tan importante acontecimiento. Es esperanzador que, en un
momento en que los acontecimientos a nivel mundial y la coyuntura
económica amenazan con tiempos no demasiado halagüeños, nuestra
presidencia se comprometa a seguir impulsando la creación de una zona
de prosperidad y crecimiento y la consecución de pleno empleo para el
año 2010. Nuestro país, que junto con el Reino Unido y Portugal fue
artífice del proceso de Lisboa, sabrá plantear en el Consejo Europeo
de Barcelona las políticas económicas y sociales que permitan
satisfacer nuestras necesidades de desarrollo sostenido. En este
contexto agradecemos la disponibilidad que expresó el Gobierno ante
la Comisión Mixta Unión Europea para trabajar conjuntamente con el
Parlamento con el fin de que, a partir de la base del Libro Blanco
del transporte, podamos formular propuestas viables y eficaces para
impulsar unas redes transeuropeas de transporte adecuadas al conjunto
de la Unión.

Nos complace, señorías, señor presidente, escuchar las medidas que va
a tomar este Gobierno para favorecer el proceso de ampliación.

Sabemos del compromiso de nuestro Gobierno a favor de este proceso.

Tanto S.S. personalmente como distintos miembros de su gabinete han
visitado todos y cada uno de los países candidatos, en más de una
ocasión, con el objetivo de tener una imagen exacta y completa de su
situación y necesidades más inmediatas. Fue S.S. personalmente quien
propuso desde un principio que se les asociara activamente a
reuniones de alto nivel y a los trabajos de la convención. Nadie duda
en estos momentos de la voluntad inequívoca de España de ayudar a las
nuevas democracias del centro y el este de Europa a entrar en la
nueva Unión Europea. Nadie duda tampoco de nuestros



Página 6362




esfuerzos por conservar para estos países las políticas
comunitarias esenciales -leáse mercado interior, políticas comunes y
de cohesión- que tan importantes han sido para nuestra integración en
Europa. Por ello, señor presidente, aplaudimos la decisión de
integrarnos por primera vez en una reunión de trabajo para asociarnos
al proceso de reforma económica y social en el Consejo de Barcelona.

Sabemos lo difícil que será para España cumplir sus objetivos a favor
de la ampliación. Los capítulos pendientes de negociación con los
respectivos países son los más complicados y la coyuntura actual no
facilita nada la labor. Habrá que conseguir, entre otras cosas, que
los demás socios comunitarios pasen de las palabras a los hechos y se
comprometan seriamente con la ampliación. Cuando digo esto me refiero
a asumir claramente las implicaciones financieras necesarias, tal
como lo ha hecho ya España, para hacer posible la existencia de la
misma Unión para todos. Los países candidatos deben ser conscientes
de que han de cumplir por su parte con los requisitos y estar en
situación de asumir plenamente el acervo comunitario. Celebraremos
que del Consejo Europeo de Sevilla pueda surgir un mensaje positivo y
esperanzador.

Señorías, nuestro país tuvo la excelente idea de impulsar en la
última presidencia de la Unión, con el respaldo de todas las fuerzas
políticas, el proceso de Barcelona, y ahora tendrá ocasión de
analizar su situación. Nos complace comprobar la prioridad que para
la presidencia española constituye su relanzamiento. Como ha dicho el
presidente del Gobierno, es el único foro de diálogo que reúne a
todos los implicados en el proceso de paz de Oriente Medio, pero hay
que aceptar las dificultades del proceso. Nuestro Gobierno ha
recordado en todo momento a los socios comunitarios la importancia
fundamental del Mediterráneo y del proceso de Barcelona para la
estabilidad, la seguridad y el progreso de la Unión Europea en su
conjunto. Desafortunadamente nuestros socios no han estado siempre a
la altura de las circunstancias, quizás por falta de sensibilidad
o por desconocimiento. En estos momentos, gracias a la constitución del
foro parlamentario del Mediterráneo, la clase política de los
distintos países conoce mejor la realidad. Por otra parte, los
trágicos sucesos del 11 de septiembre han demostrado la importancia
de este instrumento. Tengo la seguridad, señor presidente del
Gobierno, de que en la reunión de Valencia hallaremos juntos la
manera de comprometernos más decididamente con este marco de
cooperación a tres niveles, que es tan importante para el futuro de
Europa y del Mediterráneo. No quiero dejar escapar la ocasión de
expresar mi convencimiento de que las excelentes relaciones del
presidente del Gobierno y el presidente de la Federación Rusa dotarán
a la cumbre entre la Unión Europea y este país del contenido
necesario para garantizar su éxito.

Señorías, tendremos que esperar a Laeken para conocer el formato y
composición de la convención que
tendrá como mandato la elaboración de opciones que serán sometidas a
la Conferencia Intergubernamental con vista a la reforma de los
tratados; pero cualquiera que sea la decisión -y todo apunta a que se
tomará en los términos en los que se conoce en estos momentos-,
corresponderá a la presidencia española constituirla al principio de
su mandato. Los cambios de todo orden que está previsto que sean
tomados durante la Conferencia Intergubernamental de 2004 requieren
el concurso activo de la sociedad y de los ciudadanos en su conjunto.

Los españoles, señorías, somos líderes en el europeísmo. Sabemos la
importancia que tiene que la sociedad conozca y apoye la acción de
sus gobiernos en el proceso de integración europea. Por ello creo que
los buenos resultados en el inicio de los trabajos de la convención
serán paradigmáticos de la implicación de España para seguir
avanzando en la dirección de más Europa, como reza nuestro lema.

Sabemos del compromiso del Gobierno en este aspecto, como lo
demuestra la creación del Consejo Nacional para el debate y su
participación en las actividades de la Comisión Mixta para la Unión
Europea y de la subcomisión para el seguimiento de la Conferencia
Intergubernamental. Sabemos también que su buen hacer y su prestigio
han sido determinantes para que los socios comunitarios decidieran
que España debía estar presente, no solamente como iniciadora de los
trabajos de la convención, sino a lo largo de toda la duración de
ésta, integrándola activamente en la presidencia. Señorías, mi grupo
parlamentario y el Parlamento en su conjunto tomaremos las decisiones
adecuadas, en su momento, para que nuestra representación sea del
mismo alto nivel y cualificación que la que participó en la anterior
convención. De esta manera estaremos en situación de coadyuvar con el
representante personal del presidente del Gobierno y con el Gobierno
mismo para que los trabajos lleguen a buen puerto.

Señorías -termino-, agradezco al presidente del Gobierno la manera
leal y adecuada en que ha querido asociar a toda la sociedad
española, a sus gentes y a sus comunidades autónomas en la
celebración de la presidencia española, repartiendo el protagonismo
entre las distintas partes del territorio, siguiendo un criterio que
a nuestro juicio vertebra España. Tenga la seguridad, señor
presidente, de que contará con el apoyo del Grupo Popular en la
consecución de los objetivos que nos ha expuesto en el ejercicio de
esta alta responsabilidad, que sin duda asumimos con ilusión.

Muchas gracias. (Aplausos.)



La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor De Grandes.

Señor presidente.




El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Aznar López): Señora presidenta,
señorías, he comparecido y estoy compareciendo ante esta Cámara en
cumplimiento



Página 6363




del compromiso en el debate de investidura de someter a la
consideración de la Cámara las prioridades de la presidencia española
para la Unión Europea. Por tanto, cumplo un compromiso del debate de
investidura y creo sinceramente que lo hago en tiempo y en forma.

Este debate tiene un pequeño defecto en relación con otros momentos,
y es que antes no podían tener defectos los debates porque no se
celebraban. Este es el primer debate que se celebra en relación con
esta cuestión en esta Cámara. (Aplausos.-Denegaciones.) Quisiera
centrarme en las prioridades del debate, pero antes quisiera hacer un
par de comentarios sobre algunas cuestiones que desde mi punto de
vista, al no pertenecer al debate, no están dichas ni en tiempo ni en
forma.

En primer lugar, señorías, el Gobierno, el presidente del Gobierno
tiene tanto derecho como el que más a decir si es partidario o no de
reformar la Constitución; y el Gobierno no es partidario de reformar
la Constitución en estos momentos, ni siquiera el planteamiento del
Senado. No me parece acertado y al Gobierno no le parece acertado que
se puedan hacer planteamientos de reforma constitucional
probablemente pensando más en salvar situaciones internas que en el
interés de la Constitución. (Aplausos.-Protestas.)
En segundo lugar, señor Rodríguez Zapatero, no tengo que hacer
ninguna exigencia a S.S. en relación con ningún tipo de viaje. Que un
dirigente político de su responsabilidad se ofrezca para mediar entre
el Gobierno de la nación y una comunidad autónoma me parece bastante
insólito, pero que se ofrezca para mediar entre el Gobierno de su
país y un tercero que ha retirado su embajador me parece algo más que
insólito. (Aplausos.)
En tercer lugar -y con esto termino, señorías, con las cuestiones
fuera de tiempo y forma-, el Gobierno mantiene la vigencia de todos
sus proyectos legislativos. Con ellos acudió a las elecciones,
consiguió la confianza de los ciudadanos españoles y ha obtenido en
esta Cámara más respaldo que las anteriores reformas que aprobaron
otros gobiernos. (Aplausos.) Por tanto, se mantienen plenamente esos
proyectos.

Señorías, este debate lo he centrado exactamente en las prioridades
para la presidencia española de la Unión Europea y al respecto, como
han dicho SS.SS., he planteado seis prioridades fundamentales. Tengo
que decir -y lo agradezco mucho- que existe un consenso general en la
Cámara de que las prioridades, las positivas desde el punto de vista
del proceso de construcción europea, son las que responden al momento
histórico presente y, además, son las que lógicamente se derivan de
las actitudes de España ante la Unión Europea. Es evidente que en ese
consenso siempre puede haber excepciones, pero yo agradezco
fundamentalmente que en este tema, que es el objeto de nuestro
debate, se haya producido un apoyo sustancial a las posiciones y a
las prioridades del Gobierno. Un debate que efectivamente tiene que
tener su continuación, también con carácter
de novedad, a disposición de SS.SS. porque he ofrecido que todos los
ministros concernidos por la presidencia española de la Unión Europea
comparezcan ante la Comisión Mixta Congreso-Senado a los efectos de
hacer los debates correspondientes y fijar las posiciones que cada
grupo entienda por convenientes. Es evidente que en este debate, como
en los debates de la Comisión Mixta, el Gobierno puede plantear
prioridades y se puede decir si se está de acuerdo o no con ellas. Me
parece que el ambiente general y lo manifestado en esta Cámara es que
se está de acuerdo y existe una voluntad común de impulsar esas
prioridades que van a ser elemento básico del trabajo de la
presidencia española. Espero que así pueda seguir siendo porque
conforma el debate y conforma la voluntad del Gobierno en todos los
debates que se produzcan en la Comisión Mixta Congreso-Senado, a la
que por cierto me gustaría que todos los grupos parlamentarios
asistiesen de manera habitual (Rumores.-El señor Estrella Pedrola: El
suyo también.), porque a veces algún grupo parlamentario, sin duda
por otras obligaciones de Estado sustancialmente importantes, evita
participar en la Comisión Mixta o en la Comisión de Exteriores del
Congreso o del Senado. (Rumores.) Me refiero especialmente al Grupo
del Partido Nacionalista Vasco, que es el que deseo que participe muy
claramente, el cual creo poder decir que ha formado parte de ese
consenso al que me he referido. Nos conforta mucho que todas las
palabras para que el Gobierno cumpla los objetivos y las prioridades
que hemos trazado para la presidencia española sean planteadas
incluso en términos de exigencia. Nos esforzaremos al máximo por
cumplir las prioridades que comparte esta Cámara. En relación con
esas mismas, señorías, quisiera hacer algunos comentarios sin
alargarme demasiado.

En primer lugar, la lucha contra el terror, la lucha contra el
terrorismo. Es evidente que todos estamos de acuerdo en que en este
momento esta es la gran prioridad de la Unión Europea y la gran
prioridad, como es lógico, de la comunidad internacional. Tenemos
muchas obligaciones y he expuesto con anterioridad en esta Cámara los
pasos que la Unión Europea ha dado al respecto en este punto. Sigo
manteniendo lo que he dicho. Creo sinceramente que se ha avanzado más
en muy pocas semanas de lo que se ha avanzado en muchos años. Se
podrá decir que ha tenido que pasar trágicamente el 11 de septiembre,
es verdad, pero nadie podrá decir que el Gobierno de España no ha
mantenido claramente unas posiciones muy determinantes, muy nítidas
en relación con la lucha contra el terror. Por tanto, nada de lo que
se diga ahora puede sonar en ningún caso a novedad, sino que todo
tiene que sonar a lo que es estar a la altura de las circunstancias
en la exigencia de responsabilidades en la lucha contra el terror,
también por supuesto en el nivel europeo. Esa es una lucha de todos
los días; no sólo de algunos sino de todos los días, especialmente la
lucha contra el terrorismo, señorías,



Página 6364




y en todos los ámbitos. Que podamos hablar de que dentro de muy
poco el terrorismo será un delito en todos los países que forman la
Unión, que habrá una homologación de penas, que habrá medidas activas
para bloquear las fuentes de financiación de todo grupo terrorista o
de todo aquel que coadyuve de alguna manera a que un grupo terrorista
pueda tener vida o pueda actuar, o que puedan existir en este momento
medidas para impulsar la superación del procedimiento de extradición
en Europa me parece extraordinariamente importante. Al respecto he
dicho y reitero que existe un consenso a catorce en la Unión Europea
en este momento. Ese consenso a catorce, si es necesario, será
mantenido y naturalmente podría dar lugar a una cooperación reforzada
para la euroorden de entrega. A partir de ese momento yo deseo -y
espero que sea de esa manera- que el consenso sea a quince, de toda
la Unión Europea. Quiero recordar que algún país al que se ha
referido alguna de SS.SS. tiene firmado con España, y fue el primero
que lo hizo, un tratado bilateral en virtud del cual se supera el
procedimiento de extradición para delitos muy importantes, entre
ellos el delito del terrorismo. Yo deseo que ese país se sume a todos
los delitos que pueden afectar a la euroorden, pero lo quiero
recordar. Como quiero recordar en este momento que, hablando de
procesos europeos y de lucha antiterrorismo, es un dato muy
satisfactorio que por primera vez en la cooperación antiterrorista
entre España y Francia un terrorista vaya a ser entregado
temporalmente a España en función de los acuerdos bilaterales
alcanzados entre España y Francia al respecto. Todo eso avanza desde
el punto de vista bilateral y desde el punto de vista de la Unión
Europea. Que eso pueda ocurrir en este caso con Francia, como en el
mismo tratado ocurre en relación con otro país, como es el Reino
Unido, y que estemos en este momento en un consenso a catorce, que
como digo estoy convencido de que será a quince, es una buena
demostración de que tenemos por delante un camino muy trascendente en
la lucha contra el terror para acabar definitivamente con él; y ése
debe ser nuestro objetivo: erradicar y eliminar el terrorismo con
todas sus consecuencias y, naturalmente, señalar bien y aplicar todas
las normas del Estado de derecho a aquellos que no solamente ejercen
el terrorismo directamente, sino que lo amparan, lo secundan, lo
cobijan o lo impulsan. Quiero decir al respecto que, a pesar de
algunas palabras que ha pronunciado algún portavoz parlamentario, el
Gobierno hoy se encuentra muy satisfecho del proceso de avance que
existe en la determinación de la lista de organizaciones terroristas
en Europa, de los grupos que las apoyan y de las consecuencias que
ello va a tener para quien tiene responsabilidades de cualquier tipo
en relación con el terrorismo, y eso se verá en los próximos días.

En relación con el proceso en el Consejo Europeo de Barcelona
relativo a la introducción del euro, quisiera hacer alguna reflexión.

Me parece que ha sido el señor
Llamazares, sin ánimo de entrar en polémica, quien ha glosado mucho
la situación de aislamiento de España. Señoría, la situación de
aislamiento de España justamente a muy pocos días de que entre en
vigor el euro, en el cual participa España, resulta un poco
pintoresca. Yo no sé lo que podría decir S.S. si nosotros, no porque
no queramos, que siempre hemos querido, sino porque no hubiésemos
podido, no formásemos parte del euro o no estuviésemos en el grado de
desarrollo del tercer pilar del espacio de seguridad, libertad y
justicia, que es una de las grandes aspiraciones de España desde
siempre, o no formásemos parte del espíritu de Lisboa como impulsores
de un proceso de reformas que es posible que no guste a algunos, pero
que mayoritariamente se impulsa en este momento en Europa. Por tanto,
parece bastante poco realista hablar en este caso de una situación
aislada de España, sobre todo en relación con alguna otra posición.

Alguien puede pensar que la posición del Gobierno conduce al
aislamiento. Con todo respeto, no sé a dónde nos conducirían otras
posiciones que aquí se han manifestado. Lo que quiero decir es que si
se tienen unas prioridades distintas de las manifestadas, este debate
ha sido una oportunidad excelente para manifestarlas. Sinceramente,
yo no las he escuchado.

Simplemente he escuchado, en relación con los temas económicos,
alguna imputación a la política del Gobierno sobre la estabilidad
presupuestaria y el marco de estabilidad presupuestaria. No tenga la
menor duda, señor Llamazares, que el Gobierno va a seguir impulsando
la política de liberalizaciones. Su señoría puede decir: Yo me temo
que usted siga impulsando la política de liberalizaciones. Yo le digo
que tiene usted toda la razón para temérselo. Vamos a seguir
impulsando la política de liberalizaciones y vamos a seguir
impulsando la política de estabilidad presupuestaria, que hemos
convertido justamente en un marco de reforma estructural y que
queremos que así siga. No es una casualidad, señoría, que las
imputaciones las hace usted al Gobierno del país que en este momento
más crece de la Unión Europea; y mientras que otros países que ponen
en cuestión el Pacto de Estabilidad tienen problemas para cumplir los
objetivos de déficit, el Gobierno español no los tiene, y el
crecimiento de la economía española está cercano al 3 por ciento en
el año 2001 mientras que otros no van a llegar al 1 por ciento,
señoría, y eso va a provocar uno de los procesos de convergencia real
entre España y los países más desarrollados de Europa más intensos
que conocemos en los últimos años. Por tanto, tiene bastante poco
sentido este punto. (Aplausos.)
Su señoría ha hecho una referencia a las pensiones y sobre las mismas
quiero decir que somos conscientes de haber hecho dos cosas
fundamentalmente: una, subirlas, y otra, garantizarlas por ley, cosa
que espero que se mantenga para el bien de los pensionistas españoles
en todo caso.

Hemos hablado, por tanto, de que el Consejo Europeo de Barcelona
tendrá que dar un impulso fundamental



Página 6365




en aspectos muy concretos sobre lo que significa, una vez se
ponga en marcha el euro, la puesta en marcha del mercado único
interior con todas sus consecuencias. Hemos hablado de transporte,
hemos hablado de energía, hemos hablado de instrumentos financieros
y hemos hablado del mercado laboral. ¿Por qué? Porque en este momento,
para el crecimiento que necesita la economía europea, tenemos que
hablar, como es natural, de reformas de los mercados laborales y de
reforma en el empleo, con el objetivo de crear un mayor empleo. No
hay que olvidar que nadie pretende importar modelos ajenos;
simplemente basta ajustarse a los datos y a los hechos. En la década
de los noventa el conjunto de la Unión Europea ha crecido sólo una
vez por encima del 3 por ciento, y en toda la década de los noventa
Estados Unidos ha crecido todos los años por encima del 3 por ciento.

Luego uno será partidario de importar o no importar un modelo, pero
no puede obviar el debate de que existen en Europa causas
estructurales graves que nos impiden tener un horizonte de
crecimiento y de empleo mayor del que tenemos en este momento.

Efectivamente Europa, que una vez que la economía norteamericana
entró en crisis, quería ser motor sustitutivo de Estados Unidos en el
mundo, ha visto que no lo podía ser. ¿Por qué? En gran medida por
esas deficiencias estructurales, y en segundo lugar porque para
evitar algunas legislaciones específicamente intervencionistas se han
invertido enormes sumas europeas en Estados Unidos a lo largo de los
últimos años, y el reflujo de la crisis norteamericana ha sido mucho
más fuerte en algunas economías de lo que se había previsto.

Justamente por eso el Consejo Europeo de Barcelona es muy importante
desde el punto de vista del proceso de reformas económicas y sociales
y el pleno empleo al cual nos queremos acercar. En ese Consejo
Europeo será cuando por primera vez, de acuerdo con los resultados de
la presidencia sueca, se incorpore el medio ambiente, haya que
trabajar en la configuración de la posición común de la Unión Europea
para la Conferencia de Johannesburgo y se incorpore al contenido
económico y social que debe determinar los debates del Consejo
Europeo de Barcelona. Retomar esa idea reformista con todas sus
consecuencias y con toda decisión justamente en estos momentos que
existe un decaimiento económico, me parece uno de los elementos más
importantes que tiene por delante la Unión Europea sin ninguna duda.

En relación con la ampliación, quisiera simplemente resumir nuestra
posición porque creo que ya he manifestado antes las prioridades de
nuestra presidencia. He explicado que las prioridades de la
presidencia española en relación con la ampliación vienen
determinadas por el calendario de negociación fijado por la Comisión
Europea y he explicado que el deseo de España es que las
negociaciones de ampliación con los países que estén preparados para
ello terminen el 31 de diciembre del año 2002. Nos gustaría, si se
puede acelerar, que
durante nuestra presidencia se comenzase a redactar el acta de
adhesión y sus correspondientes anejos. Lo he dicho antes y lo repito
ahora. Por consiguiente, cuando se dice qué desea la presidencia
española, es esto lo que desea la presidencia española. Creo que
estamos ante una de las grandes operaciones sin duda políticas,
económicas y sociales más importante de los últimos decenios en
Europa, que es la reunificación del continente europeo. Lo que desea
España es cumplir eso. ¿De qué depende? Depende de varios factores.

En primer lugar depende de que la Comisión tenga realmente formulados
los trabajos preparatorios que nos deben servir para que los Estados
miembros formen una posición común sobre las distintas materias,
aspectos o capítulos a negociar. El segundo elemento fundamental es
que la presidencia belga termine los capítulos que tiene
encomendados. Si no lo hace, la presidencia española tendrá sus
capítulos que -repito- significan el 80 por ciento del presupuesto
comunitario y además tendrá los de la presidencia belga. Eso es lo
que deseamos, poder redactar los tratados de adhesión durante nuestra
presidencia con todos aquellos países que conforme al principio de
diferenciación o al modelo regata -no se equivoque S.S. porque es lo
mismo-, estén preparados para ello en función, en primer lugar de que
cumplan las condiciones políticas -cosa que parece bastante clara-, y
en segundo lugar en función de que se reúnan unas condiciones de
aplicación del acervo comunitario que es por lo que justamente se
hace necesaria la aplicación del principio de diferenciación. En
tercer lugar, la tercera línea o característica que he manifestado es
que esa operación hay que hacerla con respeto a las perspectivas
financieras pactadas en Berlín que ya tienen en su seno el
planteamiento de una Europa ampliada. Por eso no hace falta debatir
sobre las perspectivas financieras ni sobre ninguna otra cosa en este
momento; ese debate tendrá lugar en el año 2006 como es natural y
como es lógico. Ahora es el momento de cerrar los capítulos relativos
a la política regional y a la política agraria, que no es nada fácil,
que es enormemente complicado, en donde está, como digo, el gran
meollo, el 80 por ciento del presupuesto de la Unión Europea. Por
tanto esa es la posición fundamentalmente de la ampliación, y creo
que la pregunta del millón está razonablemente contestada y expuesta.

Esperemos poder hacerlo posible.

El siguiente punto que se ha mencionado es el relativo a la
convención. Señorías, en primer lugar los trabajos relativos a la
convención, y el previo a la convención que es la animación de las
opiniones públicas en los distintos debates, ha habido distintos
modelos de participación en los países. Por ejemplo, si la memoria no
me falla en este momento, creo que en Francia es un miembro del
Gobierno francés quien tiene la responsabilidad de animar el debate
sobre el futuro de Europa. En España no, pero no porque vaya a
empezar a trabajar ahora, es que ese consejo asesor y ese
coordinador, el señor Rodríguez Bereijo, se nombró el 5 de junio,



Página 6366




que es cuando nos pusimos de acuerdo los Estados miembros de la Unión
Europea para que se empezase a hacer ese trabajo, no ahora señorías;
y yo no sé lo que dicen algunas páginas web, digo que eso es así
desde el día 5 de junio en que se puso en marcha el coordinador y el
consejo asesor, y naturalmente deseo el mayor éxito posible en el
ejercicio de sus funciones.

La convención, salvo lo que disponga el Consejo europeo de Laeken,
del cual daré cuentas a la Cámara la semana que viene, comenzará en
primavera del próximo año 2002, y nuestro deseo es que la convención
arrancase incluso antes del Consejo Europeo de Barcelona, durante el
mes de marzo. Ese sería nuestro deseo, tampoco pasa nada si arranca
en el mes de abril o en el mes de mayo. Lo previsto es que después
del trabajo de un año haya un periodo técnico, como determinan, de
enfriamiento, y posteriormente se reúna la Conferencia
Intergubernamental. La convención no va a trabajar sobre cuestiones
cerradas, va a trabajar sobre opciones, va a dar opciones a la
Conferencia Intergubernamental, va a ser un elemento de reflexión, va
a ser eso y cuando se me dice que lo único que he dicho de la
convención es que sea concreta y realista, yo digo que me parece una
petición bastante razonable, ¿por qué le vamos a pedir a la
convención que sea ambigua e irreal? No. Ha de ser realista y
concreta, y las opciones que prefiguren los temas sean opciones sobre
las cuales la Conferencia Intergubernamental posteriormente pueda
fijar una posición clara. ¿Cuáles son los temas de la convención? Ya
lo sabemos. Los temas de la convención son la distribución de
competencias, la simplificación de tratados, la incorporación de la
Carta de Derechos Fundamentales, el papel de los parlamentos
nacionales y eventualmente puede haber algunos otros. Yo creo que se
pueden añadir a la convención al menos dos cuestiones sin duda
importantes, una relativa a la política de seguridad, y otra relativa
a la construcción del espacio de libertad, seguridad y justicia. Creo
que esas dos cuestiones son sin duda importantes y relevantes.

Al respecto, nosotros hemos dicho claramente que desde el punto de
vista, en opinión del Gobierno que evidentemente conformará una
voluntad que se manifestará luego en la Conferencia
Intergubernamental, desde el punto de vista dde distribución de
competencias, lo importante fundamentalmente es que conozcamos qué
políticas comunes queremos que sigan existiendo en la Unión, eso es
lo más relevante, y por tanto que no exista un proceso de
renacionalización de políticas. En lo que significa la simplificación
de los tratados, lo que nos preocupa exclusivamente es que no padezca
el equilibrio institucional de los tratados, y que el equilibrio
institucional y el reparto razonable de competencias basado en las
políticas comunes que no deben desaparecer, permanezcan ante el
futuro.

No tenemos ningún inconveniente, y lo hemos manifestado desde el
primer momento, en la incorporación completa de la Carta de Derechos
Fundamentales, en la
cual hemos contribuido de un modo determinante, y hemos propuesto
como participación al debate la definición de una carta de
participación de los parlamentos nacionales en lo que significa la
determinación de la política europea del futuro. Sobre eso es sobre
lo que hay que trabajar. Si además podemos precisar cuestiones en la
convención desde el punto de vista de la participación de todos en
relación con el segundo pilar y en relación con el tercer pilar, a mí
me parece que dándole un contenido realista y concreto la convención
puede cumplir sus obligaciones, y en el año 2004 la Conferencia
Intergubernamental cumplir las correspondientes decisiones al
respecto.

Participo plenamente de ciertas preocupaciones que algunas de SS.SS.

ha manifestado sobre lo que deben ser prioridades en relación con el
exterior. Yo no he establecido una jerarquía, simplemente me he
limitado a enumerarlas. No digo que la relación trasatlántica sea más
importante, no; digo que hay que ocuparse de ello. Me parece, y a mí
me lo ha parecido siempre, que después del 11 de septiembre el
cuidado de la relación trasatlántica es de especial interés para
todos; para Europa sin duda alguna, y para Estados Unidos en mi
opinión también. Por eso queremos aprovechar esta oportunidad. Me
parece que es muy relevante e importante que en relación con la
posición nueva y estratégica de Rusia, que ya no es adversario pero
que puede convertirse en aliado, y hemos hablado que en las reuniones
de la OTAN y del Consejo de Cooperación se tomen las decisiones a
Veinte, la Unión Europea extraiga sus consecuencias y las extraiga
también en la cumbre que celebrará la Unión Europea con Rusia en
Moscú con presidencia española, que sin duda es muy importante. El
proceso mediterráneo, atascado desgraciadamente en gran medida por el
conflicto de Oriente Medio, y que por desgracia no está ayudando la
evolución del conflicto de Oriente Medio para desatascar unas
cuestiones, vamos a intentar darle, sobre el empuje del proceso de
Barcelona, el máximo impulso posible. Sabemos, no digo ya de
elementos de declaración política sino de elementos concretos, que
los instrumentos financieros actuales no son instrumentos financieros
que nos satisfagan plenamente en su funcionamiento, Ni los programas
MEDA están funcionando bien, y en mi opinión y con todos los
respetos, creo que el trabajo del Banco Europeo de Inversiones es
mejorable en relación con los países del Mediterráneo. Es por lo que
hemos propuesto, y ya se está en diálogo con todos los socios de la
Unión Europea, con los amigos de la ribera sur del Mediterráneo y
también con Estados Unidos, la creación de un banco, un instrumento
financiero euromediterráneo que tiene la ventaja de hacer participar
a los países de la ribera sur en la definición de proyectos de
desarrollo. Eso es muy importante y muy relevante, a imagen y
semejanza de lo que el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo,
el BERD, realiza desde Londres para los países del centro y del este
de Europa.




Página 6367




Es una iniciativa importante que merece la pena ser respaldada
y apoyada desde un punto de vista general, pero prestaremos la mayor
atención posible dentro de las circunstancias a estos puntos que me
he referido.

Quisiera hacer una referencia simplemente a la preocupación del señor
Mauricio con Canarias. Sabe S.S. que las sonrisas efectivamente eran
objeto de asentimiento. Estaremos preocupados de lo que son las
regiones ultraperiféricas. Sabe que se ha avanzado. La presidencia
danesa otorgó a España la presidencia del grupo correspondiente a
regiones ultraperiféricas el 1 de julio pasado, lo desempeñaremos
hasta el 1 de julio próximo en que termine nuestra presidencia, y
sabe que la modificación del reglamento de fondos, las estrategias
agrícolas y pesqueras, la renovación del Poseican agrícola, etcétera,
son asuntos en los cuales hemos podido avanzar. Está bien delimitada,
como S.S. conoce, la agenda de lo que pueden ser avances en el
desarrollo de la región ultraperiférica, y en consecuencia espero
también que lo podamos impulsar de manera clara y que las iniciativas
que en febrero se celebrarán en forma de reuniones sobre las regiones
ultraperiféricas, precisamente en las islas Canarias, sean de gran
utilidad para conseguir buena parte de nuestros objetivos.

Por último quisiera referirme a un asunto que han citado parte de SS.

SS. en relación con lo que significa la participación de las
comunidades autónomas en la formación de voluntad de la posición
española en las cuestiones europeas. Quiero recordar que desde el año
1996 existe una Consejería de Asuntos Autonómicos en la
representación permanente de España ante la Unión Europea. Quiero
decir también, y podrá gustar más o menos, que las comunidades
autónomas españolas están presentes en el Comité de Regiones, que
estará presente como observador en la convención que dará lugar a la
Conferencia Intergubernamental. Quiero recordar que las comunidades
autónomas participan en 55 de los comités que tiene constituidos la
Comisión Europea, y quiero recordar también que en la legislatura
pasada se creó por ley -y es la única creada precisamente por ley- la
Conferencia de asuntos relacionados con la Unión Europea como
elemento de información, de participación, de seguimiento y de debate
y como modelo avanzado de participación. Justamente la diferencia con
otras conferencias sectoriales es que fue el acuerdo
establecerla por ley. Naturalmente nosotros deseamos que esa
conferencia, que determina la participación de voluntad de
comunidades autónomas, esté efectivamente desarrollada al máximo y
con todas sus consecuencias. Puede ampliarse el número de comités de
la Comisión en las cuales se pueda estar presente, porque
efectivamente en la Ley general de Cooperación Autonómica se pueden
reforzar cauces de participación de formación de voluntad. Ahora
bien, si lo que se está diciendo es la representación de las
comunidades autónomas en los consejos de ministros de la Unión
Europea, eso es otra cosa. El Gobierno está dispuesto a hacer el
mayor esfuerzo posible -creo que lo hace- y a mejorarlo y
fortalecerlo en los términos de cooperación interna a la hora de
manifestación de voluntad de comunidades autónomas en la formación de
voluntad nacional, pero el principio de representación exterior del
Estado y el principio de representación en la Unión Europea
corresponden al Gobierno de la nación, y naturalmente el Gobierno de
la nación responde de ese principio ante esta Cámara, que es donde
está depositada justamente y según disposición constitucional la
soberanía nacional. El Gobierno es partidario de que eso siga así, y
tengo que decir que con ese modelo hemos ingresado en la Unión
Europea, hemos aplicado el acervo comunitario y hoy por ejemplo
formamos parte del euro. Se me podrá decir que hoy las comunidades
autónomas tienen más competencias que antes, es verdad; pero
justamente por eso habrá que perfeccionar los mecanismos de
cooperación interna, no cuestionar efectivamente lo que significa el
principio de legitimación o de legalidad de representación exterior
o ante la Unión Europea del Gobierno y de su responsabilidad completa
ante esta Cámara, con todas sus consecuencias. Esas son las reglas
que nosotros defendemos y esas son las reglas que creo han sido de
utilidad en la historia de la presencia de España en la Unión
Europea.

Muchas gracias, señorías. (Prolongados aplausos.)



La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor presidente.

Se suspende la sesión que se reanudará mañana a las cuatro de la
tarde.




Eran las siete y cincuenta minutos de la tarde.