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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 301, de 25/09/2001
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CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 2001 VII Legislatura Núm. 301



SANIDAD Y CONSUMO



PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. FELICIANO BLÁZQUEZ SÁNCHEZ



Sesión núm. 15



celebrada el martes, 25 de septiembre de 2001



ORDEN DEL DÍA:



Comparecencia de la señora ministra de Sanidad y Consumo (Villalobos
Talero) para informar sobre:



- Las actuaciones que su Ministerio va a llevar a cabo para resolver
el grave problema de las listas de espera, tanto quirúrgicas como
diagnósticas y para consulta de especialistas. A solicitud del Grupo
Parlamentario Socialista. (Número de expediente 213/000512) . . .

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- Las listas de espera en los hospitales públicos gestionados por el
Insalud, así como de las actuaciones realizadas por su Ministerio en
relación con la hemodiálisis. A petición propia. (Número de
expediente 214/000072) . . . (Página 9202)



- Los controles que se llevan a cabo tanto en los hospitales públicos
como en los privados concertados, para garantizar la idoneidad de los
materiales utilizados en la diálisis sanguínea de los enfermos
renales. A solicitud del Grupo Parlamentario Federal de Izquierda
Unida. (Número de expediente 213/000509) . . . href='#(Página9218)'>(Página 9218)



- Las actuaciones que ha llevado a cabo su Ministerio respecto al
problema surgido con los aparatos dializadores. A solicitud del Grupo
Parlamentario Socialista. (Número de expediente 213/000511) . . .

(Página 9218)



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Se abre la sesión a las once de la mañana.




COMPARECENCIA DE LA SEÑORA MINISTRA DE SANIDAD Y CONSUMO (VILLALOBOS
TALERO) PARA INFORMAR SOBRE:



- LAS ACTUACIONES QUE SU MINISTERIO VA A LLEVAR A CABO PARA RESOLVER
EL GRAVE PROBLEMA DE LAS LISTAS DE ESPERA, TANTO QUIRÚRGICAS COMO
DIAGNÓSTICAS Y PARA CONSULTA DE ESPECIALISTAS. A SOLICITUD DEL GRUPO
PARLAMENTARIO SOCIALISTA. (Número de expediente 213/000512.)



- LAS LISTAS DE ESPERA EN LOS HOSPITALES PÚBLICOS GESTIONADOS POR EL
INSALUD, ASÍ COMO DE LAS ACTUACIONES REALIZADAS POR SU MINISTERIO EN
RELACIÓN CON LA HEMODIÁLISIS. A PETICIÓN PROPIA. (Número de
expediente 214/000072.)



El señor PRESIDENTE: Buenos días, señorías.

Damos comienzo a la sesión de la Comisión de Sanidad y Consumo, con
la celebración de las comparecencias que SS.SS. conocen.

A petición del Grupo Parlamentario Socialista y del Grupo
Parlamentario Federal de Izquierda Unida alteramos el orden del día
y, en primer lugar, vamos a debatir la comparecencia referida a
listas de espera. Esta comparecencia ha sido solicitada por la
ministra de Sanidad y Consumo y por el Grupo Parlamentario
Socialista. El Grupo Parlamentario Socialista solicita la
comparecencia para explicar las actuaciones que el ministerio va a
llevar a cabo para resolver el grave problema de las listas de
espera, tanto quirúrgicas como diagnósticas y para consulta de
especialistas. La señora ministra ha solicitado su comparecencia para
informar sobre las listas de espera en los hospitales públicos
gestionados por el Insalud, así como de las actuaciones realizadas
por su ministerio en relación con la hemodiálisis que, como saben SS.

SS., está en otro punto del orden del día y acumulada a las
peticiones del Grupo Parlamentario Federal de Izquierda Unida y del
Grupo Parlamentario Socialista.

En primer lugar, como les digo, tiene la palabra la señora ministra
para hablar de listas de espera. Cuando quiera, señora ministra.




La señora MINISTRA DE SANIDAD Y CONSUMO (Villalobos Talero): Gracias,
presidente.

Señor presidente, señoras y señores diputados, comparezco en esta
Comisión para explicar la evolución de listas de espera en cirugía,
consulta, y pruebas diagnósticas; mostrar los primeros resultados
favorables de las medidas adoptadas para su reducción a través del
programa
Avance, al mismo tiempo que las medidas que desde el
ministerio, consejo interterritorial, se están tomando para resolver
el problema de las listas de espera.




Como conocen SS.SS. los objetivos marcados en el programa Avance que
fue presentado en esta Comisión el pasado 21 de febrero tiene un
horizonte temporal en la finalización del ejercicio anual. Sin
embargo, considero interesante y útil presentar a SS.SS. los
resultados tanto al final como a la mitad del ejercicio. Por ello
explicaré la situación de los hospitales gestionados por el Insalud a
fecha de 30 de junio de 2001. El programa Avance que se está
desarrollando en nuestros hospitales desde comienzos del pasado mes
de abril intenta avanzar en la capacidad de elección del paciente, en
la consecución de los objetivos de reducción de demoras, y en la
modernización de nuestra estructura de funcionamiento hospitalario.

De igual manera, el programa Avance establece una serie de objetivos
a cumplir en lo que se refiere a la lista de espera quirúrgica: que
la demora media a 31 de diciembre de 2001 sea de 55 días, que la
demora máxima durante todo el ejercicio para el conjunto de las
intervenciones sea de seis meses, con la excepción de las
intervenciones de cirugía cardíaca cuya demora máxima será tan sólo
de dos meses.

En este momento podemos decir que las acciones diseñadas en el
programa Avance están dando plena satisfacción a las demandas
sanitarias de los ciudadanos. Para hacer esta afirmación debemos
partir, necesariamente, de datos comparativos. El 31 de marzo de 2001
se encontraban 169.906 personas en espera de ser intervenidas
quirúrgicamente. El 30 de junio la cifra se sitúa en 157.256. De
abril a junio se había experimentado una reducción de 12.650
personas. Se redujo, por tanto, un 7,45 por ciento la lista de espera
quirúrgica, reduciéndose además el tiempo de espera pasando de 68
días, a 31 de marzo, a 62 días de demora media a 30 de junio. También
se ha producido una importantísima reducción del número de pacientes
que esperan más de seis meses para ser intervenidos, pasando de 4.387
a 2.817, lo que supone una reducción del 36 por ciento. Esta
reducción, insisto, se ha logrado a pesar del continuo incremento de
la población atendida. En este sentido debo señalar a SS.SS. que en
diciembre de 1999 la población total atendida por los servicios del
Insalud era de 14.924.044 personas; a 31 de diciembre del año 2000 se
incrementó en 253.810 personas, es decir, la población atendida fue
de 15.182.854 personas. Esta cifra ha seguido incrementándose en el
presente año: el 31 de marzo era de 15.288.158 y el 30 de junio fue
de 15.368.730, es decir, en el primer semestre del año ha aumentado
la población atendida por el Insalud en 185.876 personas y desde que
el programa Avance se puso en marcha -les recuerdo que fue en abril/
junio- se incrementó en 80.572.

Sus señorías estarán de acuerdo conmigo en que loimportante no es el
número de pacientes que figuren en



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las listas de espera, sino el tiempo que tarden en ser atendidos y la
prioridad sanitaria y social que se dé a los problemas más urgentes.

Se ha producido un considerable esfuerzo de nuestros profesionales en
términos de incremento de la actividad que se concreta en la
realización, de acuerdo con lo recogido en el programa Avance, de
26.716 intervenciones quirúrgicas más que durante el mismo período
del año anterior; de ellas, 13.839 se han realizado mediante jornadas
extraordinarias en los hospitales propios, lo que supone el 52 por
ciento de las mismas, y 12.877 en centros concertados. La puesta en
funcionamiento del programa Avance ha supuesto, sin duda, una mejora
en la gestión de las listas de espera quirúrgicas puesto que se han
producido 23.181 salidas de listas de espera más que durante el mismo
período del año anterior. Esto supone un incremento del 14,04 por
ciento y un importante efecto amortiguador del incremento constante
de las entradas, que han aumentado un 6,95 por ciento respecto al año
pasado. El 50,33 por ciento de las 23.181 salidas más ha sido
consecuencia de la puesta en marcha de este programa. No sólo se ha
incrementado la actividad mediante la jornada extraordinaria o
mediante derivación a centros concertados, sino que se ha realizado
también más actividad en la jornada ordinaria que durante el período
reseñado del año 2000; en concreto, 569 intervenciones quirúrgicas
más con hospitalización y 1.371 intervenciones ambulatorias más. Esta
mejora en las listas de espera quirúrgicas se ha producido a pesar de
que las indicaciones quirúrgicas se hayan incrementado desde el 1 de
abril a 30 de junio en más de un 7 por ciento con respecto al mismo
período del año 2000. En la cirugía cardíaca, con la que tenemos unos
compromisos de demora de dos meses, como he dicho antes, también han
mejorado los indicadores. Así, a 30 de junio había 471 pacientes
frente a 536 a 31 de marzo. La demora media en junio experimentó una
mejoría de dos días, situándose en 27 días y se encontraban en espera
de más de dos meses 36 pacientes, con la particularidad de que todos
habían rechazado su derivación a otros centros. En este sentido hay
que insistir en que nuestro fin último es conseguir un modelo de
libertad de elección, de forma que el ciudadano, cada vez más
informado, pueda encontrar niveles elevados de calidad en todos los
servicios sanitarios, acceso más rápido a los servicios seleccionados
y trato personalizado. Con el programa Avance no sólo se pretende
mejorar la calidad prestada al ciudadano, sino que se quiere aumentar
la libertad de elección de los ciudadanos para recibir la asistencia
sanitaria. Como SS.SS. conocen, el programa recoge el compromiso de
ofertar otros centros sanitarios al paciente que precise una
intervención quirúrgica de alguno de los doce procesos más frecuentes
en lista de espera quirúrgica. Cuando en el hospital del facultativo
que haya indicado una intervención se prevea que la misma no va a
poder realizarse en el plazo de 120 días, desde el momento en que el
facultativo realiza la solicitud de inclusión en la lista de espera y
el paciente lo acepta, se le oferta la posibilidad de ser derivado a
otro centro, en primer lugar propio y, en segundo lugar, concertado.

Esta posibilidad se ha ofertado dentro de la espera quirúrgica entre
los meses de abril y junio. El Insalud se ha dirigido a un total de
53.002 pacientes, derivándose un 35 por ciento de los mismos según su
libre elección.

Recuerdo a SS.SS. que el programa Avance también establecía objetivos
para disminuir las demoras en consultas externas. En este sentido
estamos consiguiendo que los pacientes remitidos por primera vez a
consultas externas de atención especializada procedentes bien de
atención primaria o bien desde la propia atención especializada sean
citados en el plazo máximo de 60 días, que la demora media para ser
atendidos sea inferior o igual a 15 días y, lo más importante, que
estos objetivos se mantengan en el tiempo, es decir, con
posterioridad a 31 de diciembre del año 2001. Estamos también
logrando que las citas para las revisiones a las que tenga que
someterse el paciente como consecuencia de estas primeras consultas
sean siempre en los plazos adecuados al proceso clínico. En este
sentido les indicaré que desde que se puso en marcha el programa
Avance la demora media en consultas externas fue de 31 días y los
pacientes en lista de espera para ser vistos en consultas de atención
especializada han disminuido en casi 53.000, siendo el número total
de pacientes en espera a 30 de junio de 630.852. Desde el 1 de abril
al 30 de junio se han realizado 4.049.875 consultas, de ellas,
1.311.834 han sido primeras consultas; 70.072 corresponden a
pacientes atendidos en jornada de tarde, 46.119 han sido primeras
consultas y 23.953 consultas sucesivas.

Otra de las preocupaciones a la que hemos intentado dar respuesta en
el programa Avance es la demora para la realización de pruebas
diagnósticas y exploraciones complementarias. El programa fijaba los
siguientes objetivos a 31 de diciembre: La demora media para la
mamografía, TAC y resonancia magnética que no supere los 18 días y la
de ecografía, 20 días. En el caso de pacientes con sospecha de
patología maligna se estableció que la demora máxima para TAC,
resonancia magnética y ecografía no superara los 20 días. En los tres
procesos neoplásicos malignos de mayor prevalencia en cada área
sanitaria, en el caso concreto de mamografía con sospecha de
patología maligna la demora máxima será de 15 días durante todo el
año 2001. Pues bien, señorías, también en estas actividades las
medidas adoptadas con el programa están logrando resultados
satisfactorios que, sin lugar a dudas, irán mejorando en los próximos
meses. Voy a darles algunos indicadores que prueban lo que digo: En
TAC los pacientes pendientes de exploración han disminuido en 30.299
a 31 de marzo y en 27.958 pacientes a 30 de junio. Se han realizado
9.722 TAC dentro del programa Avance, de los cuales 4.450 se han
llevado a cabo en



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los hospitales propios a través de jornadas extraordinarias y 5.272
se han concertado en centros ajenos al Insalud. En exploración y
resonancia magnética los pacientes pendientes de exploración han
disminuido de 19.056, a 31 de marzo, a 16.278 a 30 de junio. Se han
realizado 31.657 resonancias dentro del programa Avance, de las
cuales se han llevado a cabo 1.112 en hospitales propios a través de
jornadas extraordinarias y 30.545 concertadas con centros ajenos al
Insalud. En lo que respecta a la mamografía, los pacientes pendientes
de exploración han disminuido de 72.234, a 31 de marzo, a 71.692 a 30
de junio, y la demora media ha pasado de 72 a 59 días. Se han
realizado 7.161 mamografías dentro del programa Avance, de las cuales
5.338 correspondieron a prácticas en los hospitales propios a través
de jornadas extraordinarias 1.283 fueron concertadas con centros
ajenos al Insalud. En cuanto a las exploraciones de ecografías, los
pacientes pendientes de exploración han disminuido de 95.289, a 31 de
marzo, a 87.146 a 30 de junio. Se han realizado 12.453 ecografías
dentro del programa Avance, de las cuales 11.336 corresponden a las
llevadas a cabo en hospitales propios del Insalud y 1.117 a
hospitales concertados.

La asignación presupuestaria descentralizada a las direcciones
territoriales, a las direcciones provinciales y a los hospitales para
la reducción de demoras ha sido de 4.044.472.000 pesetas para
concierto de nuestros propios hospitales y de 8.775.857.000 pesetas
para conciertos con entidades privadas.

Señorías, en resumen estos son los avances del programa llevado a
cabo y que presenté el mes de febrero en esta misma Comisión, pero me
gustaría al mismo tiempo plantear algunas otras cuestiones que tienen
que ver con lo que voy a decir a continuación. El análisis de lo que
hemos hecho hasta ahora, como he dicho, ha sido de los programas y
proyectos realizados desde el Insalud. Como ustedes conocen -porque
así lo hice saber en esta misma Comisión en mi primera
comparecencia-, uno de los objetivos prioritarios del Gobierno es
completar el mapa de transferencias. El propósito es que la gestión
de la asistencia sanitaria, hoy todavía gestionada por el Insalud,
sea transferida a las comunidades autónomas en el plazo más breve. En
este sentido, como todos ustedes saben, el ministerio ha venido
trabajando a lo largo de este año en diferentes reuniones técnicas
con las comunidades autónomas para avanzar en este proceso. Como
también saben SS.SS., el Consejo de Política Fiscal y Financiera en
sus últimas reuniones ha acordado por unanimidad poner en marcha un
nuevo modelo de financiación de las comunidades autónomas. Pues bien,
señorías, en lo que se refiere a nuestras competencias y
responsabilidades para que este nuevo modelo de financiación se
produzca con una aplicación total y efectiva en lo que se refiere
a la sanidad, es necesario que se produzcan las transferencias al
conjunto de comunidades autónomas que hoy no las tienen. En ese
sentido debo recordar que el
acuerdo en el Consejo de Política Fiscal y Financiera fue por
unanimidad.

Planteo esta cuestión aquí, señorías, porque tal vez sea esta la
última vez que tengamos que analizar las listas de espera del
Insalud, que, como todos ustedes saben, afecta solamente al 38 por
ciento de la población española. Es decir, esta Comisión, constituida
por los representantes del pueblo español a través de los grupos
políticos que representan al conjunto, en este momento no puede
analizar los datos globales de las listas de espera del Sistema
Nacional de Salud ya que, como todos ustedes saben, no existen, no
los conocemos. Por lo tanto, en esta cuestión pensamos que hay que
hacer una reflexión sobre el futuro que nos espera, teniendo muy en
cuenta que el papel que debe representar este ministerio a partir de
la finalización del proceso de transferencias, no debe ser otro que
el que nuestra propia Constitución nos marca, con absoluto respeto,
como no podía ser menos, a las competencias de las comunidades
autónomas, o sea, la competencia que la Constitución nos obliga de
garantizar la cohesión social y la equidad del sistema sanitario. En
el caso que nos ocupa en este momento, que son las listas de espera,
es voluntad del ministerio contribuir, como en otras cuestiones, a
buscar soluciones a un problema que nos afecta a todos. Y esta
preocupación sobre la que estamos hablando es la que nos llevó, al
iniciar nuestras responsabilidades al frente del ministerio, a
convocar un pleno extraordinario del Consejo interterritorial de
Salud,, que en su sesión del 6 de junio del año 2000 acordó abordar
de forma integral la problemática de las listas de espera. Se creó,
como todos ustedes recuerdan, un grupo de expertos formado por
especialistas de cada comunidad autónoma, nombrados por las
diferentes consejerías y que a lo largo de este año y medio ha
trabajado con intensidad e independencia en el cumplimiento del
mandato recibido del pleno del consejo. Han sido discutidos de forma
parcial en el pleno del consejo interterritorial los diferentes
planteamientos del grupo de expertos y el día 29, sábado, en el peno
del consejo interterritorial, se plantearán definitivamente las
conclusiones de este grupo de expertos.

En primer lugar, quiero felicitar a todos los miembros del grupo de
expertos por el riguroso trabajo que han llevado a cabo y felicitar a
cada uno de los representantes de cada unas de las 17 comunidades
autónomas, porque quiero recordar aquí que no solamente han estado
presentes expertos de comunidades autónomas con asistencia sanitaria
transferida, sino del conjunto de todas las comunidades autónomas.

Pues bien, señorías, este documento contiene una serie de medidas,
muchas de las cuales deberán ser implementadas desde la gestión de la
sanidad, es decir, desde las comunidades autónomas si éstas lo
consideran oportuno, y otras serán gestionadas por el ministerio.

Entre estas medidas se propone formular en el plazo de un año planes
estratégicos integrales de acción frente a las listas de



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espera por parte de las administraciones con competencias en gestión
de asistencia sanitaria; consensuar prioridades clínicas y establecer
estándares y compromisos de espera para cada proceso; adecuar y
optimizar los recursos según las necesidades objetivas de cada
comunidad autónoma, dirigidos en especial a solventar los cuellos de
botella existentes, lo que refuerza una vez más la necesidad de
disponer de sistemas de información homogéneos. En tanto se disponga
del sistema de información comparada, que permita centrar el gasto en
las necesidades objetivas y no sólo en las demandas, se recomienda
una aplicación moderada de los programas extraordinarios, dotados de
financiación específica, cuya eficacia a medio y largo plazo se ha
demostrado escasa. Cuando los programas extraordinarios sean
necesarios, deberán centrarse de manera preferente en determinados
procesos prioritarios que requieran corrección inmediata y deberán
acompañarse de actuaciones estructurales que permitan consolidar los
resultados a medio y largo plazo. Para otorgar el protagonismo al
ciudadano mediante el ejercicio de la libre elección informada, se
debe establecer progresivamente un grado de libertad de elección de
centro hospitalario y garantizar a los ciudadanos el derecho a la
información sobre la situación de las listas de espera; implicar a
los profesionales en la gestión clínica e incentivar de manera
específica el logro de objetivos institucionales de listas de espera
(los servicios que mantienen de forma habitual sus listas de espera
en tiempos adecuados deben ser recompensados en mayor medida que
aquellos otros que periódicamente requieren programas
extraordinarios); establecer en el seno del consejo interterritorial
un sistema de información de listas de espera por comunidades
autónomas dotado de los indicadores adecuados para el análisis de la
oferta y la demanda (el grupo de expertos ha detectado como uno de
los mayores problemas la falta de un sistema que permita comparar los
datos sobre gestión de listas y por ello propone establecer en el
seno del consejo un observatorio de la evolución de las listas de
espera en las distintas comunidades, con un sistema adecuado de
indicadores, que permitan el análisis de las necesidades
asistenciales y de otros factores que condicionen la presencia en
listas de espera); mejorar la gestión de los recursos sanitarios
existentes e incrementar las atribuciones de los centros de gestión
de personal. Entre otras medidas, hay que continuar impulsando la
cirugía ambulatoria y otras fórmulas alternativas a la
hospitalización tradicional y se debe asegurar el pleno rendimiento
de los quirófanos, consultas y alta tecnología, garantizando la
unidad de mando y ampliar los horarios de funcionamiento siempre que
esto sea posible; priorizar clínicamente a los pacientes ya incluidos
en listas de espera y garantizar su seguimiento adecuado, a fin de
detectar variaciones no previstas en su evolución clínica; establecer
incentivos y desincentivos financieros a los centros provisores,
vinculados al cumplimiento de objetivos estratégicos de listas
de espera y no tanto al incremento de la actividad; desarrollar
planes de coordinación primaria especializada en las distintas
comunidades autónomas. Por último, el grupo de expertos insiste en un
aspecto en el que yo coincido totalmente, y que fue lo que me llevó a
plantear en el primer pleno del consejo interterritorial la necesidad
de abordar el problema de las listas de espera, y es favorecer el
consenso político sobre objetivos estratégicos frente a las listas de
espera. El grupo propone serenar y profundizar en el debate político
y social que las actuaciones frente a las listas de espera requieren,
propiciando el consenso sobre objetivos estratégicos y el compromiso
de no utilizar las listas de espera como mera arma arrojadiza.

En cuanto a otros aspectos que aborda el informe, quiero destacar que
para mí constituyen, sin duda alguna, el núcleo fundamental para
alcanzar los objetivos que todos los responsables sanitarios
perseguimos en relación con el problema de las listas de espera, y me
refiero a la necesidad de que el Sistema Nacional de Salud cuente con
un sistema de información fiable sobre esta materia y que ha de
constituir un instrumento imprescindible para garantizar la equidad
en el conjunto del sistema. Todos somos conscientes de que los
actuales criterios de inclusión, cómputo y medidas de las listas de
espera varían de uno a otro servicio de salud. Insisto en que ese
trabajo de estandarización de los conceptos y de los criterios de
medidas resulta imprescindible para disponer de ahora en delante de
información comparable para el análisis de la situación de las listas
de espera en el conjunto del Sistema Nacional de Salud. Igualmente,
el informe plantea una serie de recomendaciones básicas para la
gestión de las listas de espera, reconociendo, como no puede ser de
otra forma, que es competencia de cada comunidad autónoma la gestión
de las mismas para garantizar la adecuada asistencia sanitaria del
ciudadano en cada ámbito territorial. El grupo de expertos ha
abordado también algo que desde nuestro punto de vista es
fundamental, y son los aspectos relativos a la indicación y
priorización clínica en los procesos, trabajo realizado en
colaboración con la federación de asociaciones científicas y médicas
españolas para los procesos quirúrgicos más frecuentes. En este punto
quiero agradecer a las asociaciones científicas el esfuerzo que han
realizado a lo largo de este tiempo para buscar la solución adecuada
a las peticiones del grupo de expertos. Del contenido de esta última
propuesta quiero destacar la clasificación, según la prioridad
clínica del proceso, en tres grados: alta prioridad, para
tratamientos quirúrgicos que aun siendo programables no admiten una
demora superior a 30 días; prioridad media para tratamientos
quirúrgicos que admiten una demora relativa, siendo recomendable la
intervención en un plazo inferior a 90 días y prioridad baja para
tratamientos quirúrgicos que puedendemorarse por encima de 90 días.

Por último, y



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siguiendo también el mandato del consejo, garantizar a todos los
ciudadanos una información adecuada, que posibilite un ejercicio real
de sus derechos. El grupo de expertos propone que los datos deben ser
difundidos, acumulados a nivel nacional y desagregados por la
administración sanitaria y la comunidad autónoma, sin perjuicio de
que cada administración sanitaria los desglose más en su ámbito
territorial o los complemente con otros adicionales.

A partir de este informe, como he dicho al principio, serán las
diferentes comunidades autónomas, ya con gestión en la asistencia
sanitaria y próximamente todas, las que tendrán que analizar las
recomendaciones elaboradas por este grupo de expertos. También debo
decir que el ministerio, en el ámbito de sus competencias, no en lo
que se refiere a la gestión del Insalud, está analizando la
posibilidad de las medidas que como tal ministerio tenga que llevar a
cabo. Estoy convencida, señorías, de que en este debate del día 29 y
hacia el futuro seremos capaces entre todos, en el ámbito de nuestras
responsabilidades, de hacer un esfuerzo en la resolución de un
problema que, como he dicho, no es único ni en el Insalud ni en el
sistema sanitario español, que sin embargo es una de las prioridades
fundamentales de los pacientes y por tanto tiene que ser la
preocupación fundamental de los responsables sanitarios.




Muchas gracias, señor presidente. Muchas gracias, señores diputados.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias señora ministra por su
intervención.

En primer lugar, tiene la palabra la señora Valentín, por el Grupo
Parlamentario Socialista.




La señora VALENTÍN NAVARRO: Señora ministra, le agradezco la
información que nos ha trasladado pero sinceramente no sé por dónde
empezar porque me da la sensación de que esta mañana hemos asistido a
una representación que no tiene nada que ver con la realidad; por eso
basaré y centraré mi intervención en datos y en nombre de aquellas
personas que sin formar parte de ninguna lista porque no existen como
demandantes de ningún tipo de atención sanitaria están en su casa
esperando a que el Insalud les diga cuándo pueden entrar en la lista
de espera.

Señora ministra, la información que nos traslada es tardía e
incompleta y me gustaría que explicara en esta Comisión por qué se
niega sistemáticamente a trasladar al Grupo Parlamentario Socialista
la información que mes a mes solicitamos sobre datos de listas de
espera, tanto quirúrgicas como diagnósticas o de consultas externas;
por qué ha dado usted lugar a que el Grupo Parlamentario Socialista
presente un recurso de amparo ante la presidencia del Congreso, dado
que no tenemos datos oficiales enviados por su ministerio desde el
día 31 de enero de este mismo año. Si a usted le parece
que después de ocho meses puede venir a dar unos datos que no podemos
contrastar en ningún momento, si además son los que he escuchado -a
continuación le pediré que me aclare algunas cifras-, casi duplican
en pruebas diagnósticas el número de personas que estaban esperando
hacerse una ecografía, una mamografía o un TAC a fecha 31 de enero.

Repito: últimos datos enviados por el Ministerio de Sanidad al Grupo
Parlamentario Socialista. Si hablamos de listas de espera
quirúrgicas, señora ministra, usted nos cuenta hoy que el éxito de su
gestión es que haya 5.000 personas más a fecha 30 de junio que a 31
de mayo del año 2000: 5.000 personas más si los datos que usted nos
ha dado son fiables y reales. Ese es el éxito después de más de un
año de gestión. Otra pregunta, señora ministra: ¿No tiene usted datos
más actuales? Estamos finalizando el mes de septiembre; están bien
los datos referidos a 30 de junio; también esperamos los datos
referidos a 28 de febrero, 31 de marzo, 30 de abril, 31 de mayo,
etcétera. Repito: ¿No podía darnos usted datos más actuales sobre
listas de espera?
La transparencia nos parece fundamental cuando abordamos un tema que
es uno de los problemas más importantes del Sistema Nacional de Salud
y de los más importantes del territorio Insalud, transparencia
informativa, cosa que usted no ha cumplido desde que tomó posesión de
su cargo, al menos a petición del Grupo Parlamentario Socialista,
aunque sí sabemos por experiencia que prefiere dar los datos a algún
medio de comunicación para que los publique que enviarlos a la Cámara
y que este grupo los tenga, como representante de millones de
ciudadanos que, repito, tienen derecho a saber qué está ocurriendo
con las listas de espera, cuánto tiempo tienen que esperar. Repito:
no tenemos ese tipo de información. Pero, señora ministra,
transparencia también respecto a la gestión, y quiero que me conteste
a otra pregunta con absoluta claridad: ¿Qué significa que la agenda
está cerrada? ¿Por qué en el mes de junio una persona se dirige a
pedir cita para el neurólogo y le dicen: venga usted en octubre que
entonces le daremos cita, porque la agenda está cerrada. Señora
ministra, quiero que nos explique exactamente qué quiere decir que
las agendas están cerradas. Porque si a usted le siguen importando
más los números y las estadísticas que las personas le hace un flaco
favor a la sanidad pública y al territorio Insalud y sobre todo un
flaco favor a aquellos millones de personas que dependen
exclusivamente de la sanidad pública para resolver cualquier problema
de salud. Por tanto, nos gustaría que nos explicara, primero, por qué
se niega sistemáticamente a enviar información al Parlamento, al
Grupo Parlamentario Socialista, cuando lo pedimos mensualmente. En
segundo lugar, señora ministra: ¿Qué quiere decir que las agendas
están cerradas y que una persona tenga que esperar cuatro meses sin
contar en ningún sitio, sin constar en ninguna lista y por tanto no
tenerse en cuenta a esa persona que está esperando una intervención,



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la visita a un especialista o una prueba diagnóstica? Ocultar los
datos no significa que el problema desaparezca y me da la sensación
de que eso es lo que usted intenta hacer con el tema y con el
problema de las listas de espera.

También quiero agradecer al grupo de trabajo que se constituyó en el
mes de junio la importante labor que ha realizado. Pero asimismo
quiero dejar constancia de que este grupo terminó sus trabajos ya
hace meses y hasta el momento no sé por qué razón las resoluciones
del grupo no se han puesto en marcha por parte del Ministerio de
Sanidad. Y no nos hable usted, señora ministra, de los objetivos a
conseguir, que están bien pero que se van incumpliendo
permanentemente. La memoria del Insalud del año 2000 tampoco nos la
ha mandado el ministerio y nos tenemos que hacer con los datos como
podemos porque la señora ministra nos niega toda la información que
solicita el Grupo Parlamentario Socialista, cuando además son
problemas importantes que afectan a los ciudadanos, problemas con
nombres y apellidos. Repito que no son números ni son estadísticas a
final de año, señora ministra: son personas con nombres y apellidos.

Pues bien, en esta memoria del Insalud decía en el apartado referido
a la demora quirúrgica: En el año 2000, los objetivos institucionales
de demora quirúrgica fueron que a 31 de diciembre ningún paciente
esperara más de seis meses. En la propia memoria se recoge que con
espera superior a seis meses había 2.826 personas; que la demora
media se situara en 55 días: la demora media, según la memoria del
Insalud, fue de 67 días. Pero el programa Avance que usted nos
presentó a principios de año, también en una Comisión de Sanidad,
señora ministra, por lo que estoy viendo tampoco ha dado los
resultados para los que se puso en marcha. ¿Puede decir, por favor,
porque me da la sensación de que no he entendido bien, cuántas
personas hay esperando a fecha 30 de junio - usted daba los datos-
para hacerse una ecografía en territorio Insalud, o para hacerse una
mamografía o para hacerse un TAC? Señora ministra, ¿cuántas personas
hay esperando en total para visitar la consulta externa de un
especialista? ¿Cuántas personas hay en lista de espera para ser
atendidos por un especialista? Y más concretamente, ya que n nos
manda los datos, se los tengo que pedir aquí, señora ministra:
¿Cuántas personas hay esperando para ser vistas en consultas de
oftalmología, traumatología o dermatología? Señora ministra, estos
son los datos que le pedimos reiteradamente y que usted se niega a
facilitarnos de forma sistemática pensando posiblemente que, como los
resultado de todos sus programas, de todos sus planes de choque son
absolutamente nefastos, desde nuestro punto de vista, para los
ciudadanos, al no dárnoslos, el problema desaparece, y no es así.

Señora ministra, cuando una persona tiene que estar esperando de
nueve meses a un año para hacerse una ecografía o un año para hacerse
una mamografía, está usted haciendo un
flaco favor a la sanidad pública y a los ciudadanos intentando
ocultar unos datos que tarde o temprano todo el mundo va a conocer. Y
sobre todo lo saben aquellas personas que tienen el problema de salud
encima.




Señora ministra, ya que los resultados de los sucesivos planes de
choque que se han puesto en marcha no son los esperados, en lugar de
ocultar información lo que tendrían ustedes que hacer es pedir más
quizá a la Junta de Andalucía, ya que tanto le gusta a usted
nombrarla, como hizo desde la propia Moncloa un asesor del presidente
Aznar, que se puso en contacto con la Junta de Andalucía para que le
explicaran qué es lo que hacen en aquella comunidad autónoma para
tratar de solucionar con rigor y con seriedad el problema de las
listas de espera. O quizá, señora ministra, en lugar de haber
despreciado un documento que se le presentó por el consejero de
Sanidad de Castilla-La Mancha, un documento que hacía una propuesta
muy seria y muy rigurosa para tratar de resolver el problema de las
listas de espera, podría haberse tomado usted la molestia al menos de
leerlo y ver si le podía servir para algo. Eso sí, significa que se
tiene que poner dinero sobre la mesa, pero no solamente, señora
ministra, para tratar de resolver el problema de las listas de espera
en el territorio Insalud, sino en todo el Sistema Nacional de Salud.

Esa propuesta, repito, no se trató en el consejo interterritorial
porque a usted por lo visto no le era grato que ningún consejero le
hiciera una propuesta de esta envergadura. O también, señora
ministra, podría usted mirar el decreto de garantía de plazo para
respuestas quirúrgicas que la propia Junta de Andalucía ha aprobado
recientemente. Es decir, no le preocupe, señora ministra, pedir
información y orientarse a través de aquellas personas, con
independencia del color del Gobierno de la comunidad autónoma, que le
puedan asesorar para intentar solucionar uno de los problemas más
importantes que tenemos en el Sistema Nacional de Salud.

Termino rogándole que por favor me conteste usted a las preguntas
concretas que le he hecho: Cuántas personas hay esperando para
hacerse pruebas diagnósticas, concretamente para ecografías,
mamografías, TAC o resonancias nucleares magnéticas, y cuántas
personas hay en lista de espera para acudir a consultas externas, en
total y por especialidades (oftalmología, traumatología, dermatología
y otorrinolaringología). Porque, repito, si los datos que nos ha dado
usted son reales, resulta que casi se ha duplicado desde el 31 de
enero de este mismo año el número de personas que están esperando
acudir a un especialista o a que se les realice alguna prueba
diagnóstica. Y, por favor, explíqueme también por qué niega
sistemáticamente al Grupo Socialista la información que mes a mes le
solicita.




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El señor PRESIDENTE: ¿Grupos que desean intervenir? (Pausa.)
Por el Grupo Parlamentario Mixto, tiene la palabra el señor Aymerich.





El señor AYMERICH CANO: Voy a ser breve.

No se está hablando sólo de las listas de espera del Insalud, sino
que al final de su intervención la señora ministra se ha referido a
una serie de recomendaciones de un grupo de expertos que serán
debatidas este sábado en el seno del Consejo interterritorial de
Salud. Quisiera hacer también una serie de reflexiones, como que las
listas de espera son como las listas del paro, es decir, que se
maquillan. De algunas técnicas de maquillaje se nos acaba de hablar
ahora y en otras es experto el señor Romay cuando fue conselleiro en
Galicia y luego ministro. Por otra parte, las listas de espera se
pueden crear interesadamente cuando en el sistema hay incentivos para
ello, por ejemplo, cuando no se exige el cumplimiento de la
exclusividad para aquellos que cobran ese complemento o cuando no se
aplica interesadamente la normativa de incompatibilidades. Para ese
médico que tiene una consulta externa existe un incentivo para crear
listas de espera, lógicamente porque así puede desviar -alguno de sus
antiguos asesores sabe bien de esto- pacientes a las consultas
privadas.




Sobre las recomendaciones, que supongo que nos las hará llegar a los
miembros de esta Comisión y tendremos ocasión de debatirlas, tengo
que decir que a mí me suena un poco a una política sanitaria que en
este momento ha demostrado ya su fracaso. ¿Qué es eso de incentivar o
desincentivar financieramente a aquellos centros que no logren
objetivos institucionales? Habrá que tener en cuenta a qué tipo de
población atienden esos centros en función de la zona en la que estén
ubicados, porque sabe usted -lo dice la Organización Mundial de la
Salud- que las diferencias sociales y económicas repercuten también
en diferencias y en distintos estados de salud. Por tanto, una mayor
o menor demanda de servicios sanitarios depende también de si en la
zona que deba atender ese centro hay o no centros privados operando.

Depende de muchas cosas que nos llevaría a establecer una segregación
de centros, es decir, la política que se aplicó por parte de la
señora Thatcher en el Reino Unido, que con otro nombre intentó
también aplicar Tony Blair y que ahora, efectivamente, está
garantizando la libertad de elección de los pacientes británicos,
libertad de elección de dirigirse a otros Estados comunitarios, ya
que los centros de salud británicos, después de casi 20 años con este
tipo de política, están colapsados. Un sistema de salud que había
sido modélico, como el británico, está en este momento colapsado
precisamente por este tipo de política. Así pues, maquillajes aparte,
ya digo que espero que nos haga llegar esos datos, esas
recomendaciones para poder celebrar en esta Comisión un debate en
torno a las mismas, sobre todo partiendo del bien entendido -esto
usted lo dejó muy claro- de que serán después las comunidades
autónomas con competencias en materia de salud las que, atendiendo a
la política que quieran aplicar, los objetivos que quieran perseguir
y el modelo de salud que quieran implantar, las apliquen o no.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV),
tiene la palabra la señora Uría.




La señora URÍA ETXEBARRÍA: Señora ministra, mire que le tengo a usted
simpatía personal y aprecio, pero me perdonará que le diga,
utilizando el lenguaje coloquial que a usted tanto le gusta, que en
el quehacer político es usted un poco la monda o, lo que es más
apropiado por el foro en el que estamos, sus actuaciones tienen una
cierta incorrección en el hacer y todavía más en lo que es la
comunicación debida en un área que es tan sensible a los receptores
de lo que es la gestión que de la sanidad se hace, que son los
ciudadanos, y me permitirá que le explique el porqué. Hemos pasado un
verano tal -no voy a citar ninguna cuestión concreta, puesto que está
en la mente de todos- que algunos medios de comunicación han llegado
a hablar de crisis sanitaria y usted, al menos inicialmente, ha
estado desaparecida. Creo que salió en el programa de María Teresa
Campos, o por lo menos eso dijeron los noticiarios, y más tarde yo
leí una entrevista en Diez Minutos, con todo el respeto para los
profesionales de esos medios y para esos medios. Todavía no había
dado usted una rueda de prensa oficial y mucho menos su partido había
aceptado que se produjese su comparecencia en esta Cámara, puesto que
así fue rechazado en la celebración de la única Diputación Permanente
que tuvo lugar este verano. Después, en la primera sesión de Pleno
ordinario, varias formaciones políticas quisimos formularle
preguntas, pero habíamos recibido la notificación oficial del
Gobierno de que usted iba a estar ausente; luego no lo estuvo, pero
ya sólo habían entrado las preguntas del grupo mayoritario de la
oposición. A los demás, que tenemos menos cupo de preguntas o menos
agilidad para enterarnos de las cuestiones, no nos dio tiempo a poder
formular las nuestras. Hoy, su grupo parlamentario, que tan bien le
cuida -y eso es correcto y así se lo manifesté el otro día en la
reunión de Mesa y Portavoces al portavoz del mismo- , ha limitado el
ámbito de conocimiento que pretendíamos las demás formaciones
políticas en ésta su primera comparecencia de este período de
sesiones en esta Cámara. Pretendíamos que fuese una sesión de control
respecto de los asuntos a los que me he referido, ocurridos este
verano, y resulta que la mitad es información de usted a la Cámara
-de la que ciertamente podemos opinar-, y solamente una parte va a
poder ser control. Además, no se le escapará que para que dicho
control sea efectivo o sea el control al que tenemos



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derecho las minorías, por muy minorías que seamos, debe ser efectuado
a tiempo, no cuando los asuntos son ya historia. Es más, el propio
grupo que ha intervenido en primer lugar tenía solicitada su
comparecencia para hablar de las listas de espera, pero estaba
dispuesto a renunciar a este asunto, considerándolo de interés
permanente, en pro del interés inmediato de las cuestiones que tienen
una actualidad más cercana en el calendario. No hubo manera, por el
juego de las mayorías, pero me parece oportuno manifestárselo así en
este momento.

Nos ha contado usted cuál es la situación, debido a la mejora en la
reducción de las listas de espera. Es oportuno recordar que este fue
el primer gran problema con el que tuvo usted que enfrentarse casi
nada más llegar al ministerio. Estuvo bien, y contó con la ayuda de
quienes pudieron dársela -iba a decir pudimos, pero poco puede
aportar esta portavoz-, de quienes gestionan la sanidad en otras
comunidades y, desde luego, de los profesionales de la sanidad, para
poder crear la comisión de expertos a la que usted se ha referido,
que según parece ha trabajado mucho y bien, a lo largo de 15 meses,
para la reducción de las listas, sobre todo de las de cirugía
cardíaca, alrededor de las cuales surgió el escándalo.

Lo que nos suscita dudas, y por eso quería comentárselo, es la
inclusión de este asunto en el orden del día del consejo
interterritorial que se celebrará el próximo sábado -que sólo tiene
dos temas monográficos: éste y el importantísimo asunto de los
interinos, del que habrá que hablar largo y tendido-, con una cierta
intención -al menos esa es la percepción que desde mi grupo tenemos-
de cierre o de carpetazo. El consejo interterritorial ya conoció en
marzo del año 2001 las sugerencias o los dictámenes efectuados por
este grupo de expertos, que en general fueron aceptados, en la medida
en que constituían consideraciones filosóficas del porqué de las
demoras en el sistema: factores determinantes de la existencia de las
listas de espera quirúrgicas, recomendaciones generales para la
gestión de pacientes de intervención quirúrgica programada, criterios
de indicación y prioridad clínica en los procesos más frecuentes de
las listas de espera quirúrgica, etcétera. Sin embargo quedaron
pendientes, porque creemos que no hubo acuerdo, dos cuestiones que
son vitales, cuya responsabilidad incumbe también a las comunidades
autónomas, pero respecto a las cuales usted, como titular del
ministerio, no puede eludir la tarea que le compete: tiene que
intentar que exista el consenso en la información a los ciudadanos
sobre las listas de espera quirúrgicas y en la remisión al ministerio
de los datos correspondientes, y a cada una de las comunidades
autónomas. Esto es fundamental, porque los compartimentos estancos no
existen, el Sistema Nacional de Salud es uno y, que tengamos noticia,
no existió ningún consenso respecto a estas cuestiones, lo cual es
importantísimo. Es más, a partir de entonces y
que sepamos, el comité de expertos sólo se ha reunido en tres
ocasiones y no ha cambiado para nada los documentos que entonces se
aportaron, mientras que el ministerio tampoco ha avanzado
sustancialmente -ni siquiera lo ha intentado- en conseguir el
consenso en estas cuestiones. Por tanto, nos parece que en este tema
no cabe el cierre, puesto que no están arreglados más que los
problemas más acuciantes en relación con las listas de espera, y
además están arreglados con soluciones que son coyunturales, por más
que se pretenda darles el revestimiento de que son estructurales,
señora ministra. La autoconcertación, las jornadas extraordinarias,
la inyección inmediata de financiación son pan para hoy y hambre para
mañana; pan importantísimo, desde luego, pero que no soluciona a
largo plazo el problema de las listas de espera en el sistema, ni
siquiera se tiene la certeza de que vayan a poder sostenerse así
indefinidamente. Hace falta pensar en otras cuestiones que permitan
una solución distinta. Además, el problema de las listas de espera no
es una cuestión que existió y que se va a poder terminar. Cualquier
sistema de salud -el señor Aymerich ha hecho referencia al caso
británico- tiene este problema de manera permanente, y pretender
acercarse a los tiempos reales e intentar reducir las listas de
espera tiene que ser una tendencia en todo sistema de salud. Desde
luego tiene que ser una finalidad, pero no como meta, sino como
tendencia, puesto que la inercia del sistema lleva a que sigan
existiendo siempre.

El señor Aymerich también ha hecho referencia a otro asunto que es
importantísimo y que tiene que ver con la coyunturalidad de las
medidas propuestas. En esta idea de conseguir reducir cuanto antes
las listas de espera, nos estamos olvidando del sistema de
incompatibilidades de los profesionales sanitarios del que nos
habíamos dotado con anterioridad. Hay una normativa de la cual todos
somos responsables en alguna medida, y digo todos en el sentido de
que otras formaciones políticas distintas de la suya tienen también
responsabilidades en esta materia. Nos estamos olvidando de que en
muchos casos quienes ejercen en la pública y en la privada son los
mismos profesionales, y quizás la autoconcertación está haciendo que
se vulnere esa normativa. Si nos parece que no es la adecuada,
modifíquese, pero téngase esto en cuenta: un sistema no puede ser un
cierre definitivo de un problema, como me ha parecido entender en las
palabras de la señora ministra, cuando respecto a los profesionales
existe este grandísimo problema que debe solucionarse.

Concluyo manifestando, señora ministra, que ojalá en la reunión del
sábado consiga usted de las comunidades autónomas, de todos los
consejeros presentes, algún avance o algún punto de encuentro
distinto del cierre, sobre todo en los dos temas que parece que
quedaron pendientes y que son fundamentales para el buen
funcionamiento del sistema: cómo se va a producir la información a
los ciudadanos y cómo se va a producir



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la remisión al ministerio de los datos correspondientes, para que
pueda existir comunicación entre las comunidades autónomas. Y sobre
todo, por más que los datos que usted ha aportado son mejores que los
inicialmente presentados en esta Cámara cuando el problema se
destapó, es importante que lo siga considerando como algo de lo que
hay que ocuparse de manera permanente y que no cierre -al menos esa
es la intención del grupo al que yo pertenezco- como ya solucionada
esa carpeta.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència
i Unió), tiene la palabra la señora Riera.




La señora RIERA I BEN: Señora ministra, preparando la intervención en
nombre de mi grupo parlamentario y sabiendo que íbamos a hablar de
listas de espera, esta portavoz ha hecho un repaso de las distintas
comparecencias de la señora ministra celebradas en esta Comisión de
Sanidad, a petición propia o a petición de otros grupos, para hablar
de este tema. Una llega fácilmente a la conclusión de que la canción,
tanto por parte de la señora ministra como por parte de los grupos
que no son el que sustenta al Gobierno, suele ser bastante
reiterativa cuando se habla de listas de espera. El ministerio, en
este caso la señora ministra, hace una exposición en la que intenta
evidenciar que se está trabajando en el buen camino y que se está
logrando un éxito más o menos patente en la reducción de las listas
de espera, mientras que los grupos de la oposición ponen de
manifiesto que el objetivo no se consigue, en mayor o menor grado en
función de las circunstancias puntuales, o que se está en un camino
equivocado En este tipo de problemática, mi grupo parlamentario ha
intentado siempre salir de este esquema, porque es consciente -como
grupo que es Gobierno en Cataluña y que por tanto conoce bien la
dificultad de la gestión de estos asuntos- de que muchas veces el
problema de las listas de espera, más allá de unas cifras que en
algún momento pueden generar alarma -y que la han generado, sobre
todo cuando se estuvo hablando de las listas de espera en cirugía
cardíaca-, es un problema complejo, en el que inciden muchos
vectores, muchas variables y en el que, más allá de echarse en cara
Gobierno y oposición lo bien o lo mal que se actúa, es necesario
encontrar unos caminos que sean un punto de acuerdo y que nos
permitan trabajar a todos, en el conjunto del Sistema Nacional de
Salud, en una línea positiva para conseguir de manera efectiva esta
reducción. Sabe usted que por parte del conseller de Sanidad de la
Generalitat de Cataluña, el consejero Rius, ha tenido siempre el
apoyo, y lo sigue teniendo, la colaboración exhaustiva en este tema y
el de todos los expertos que se han reunido en el Consejo
interterritorial de Salud, en cumplimiento de los acuerdos del
mes de junio del año pasado, para trabajar en este protocolo que
tiene que plantar cara a una situación que nunca pensábamos que el
sistema público tendría resuelta del todo, porque las listas de
espera son inherentes al sistema público, pero es evidente que en un
sistema que todos queremos que cada vez sea más perfecto y que dé
mejor servicio y mayor calidad a los usuarios, debe haber siempre
esta tendencia de reducción al máximo dentro de lo posible.

Pensábamos, señora ministra, que hoy, teniendo en cuenta que hay
también una comparecencia para hablar de este tema a petición propia,
nos podría facilitar algún dato, algún avance de lo que hablarán,
usted lo ha anunciado, en el Consejo interterritorial de Salud que
debe celebrarse el día 29, porque hay aspectos de este acuerdo que
suscribimos y apoyamos, al cual hicimos nuestras sugerencias, que
tienen una gran trascendencia. Aspectos como acordar sistemas
comunes, para hablar todos el mismo lenguaje, de qué se entendía por
estar en lista de espera o no. Criterios de inclusión, de
priorización, eran aquellas patologías que no podían permitirse el
lujo de estar equis tiempo en lista de espera porque se estaba
jugando la vida de las personas que estaban pendientes de tener una
intervención; proponer tiempos máximos por patologías era exactamente
el acuerdo. Sistemas que ayudaran a realizar propuestas de mejoras
organizativas que, sin duda, también inciden en las listas de espera.


Decíamos en una anterior intervención referente al mismo tema que las
listas de espera eran un problema de financiación, que lo son, porque
significa poner más recursos, invertir más, y es un problema sobre el
que hoy en día esta portavoz, rompiendo mi ya tradicional discurso de
que siempre le pido mayor financiación, es consciente de que tenemos
un acuerdo de financiación sanitario que va incluido en el acuerdo de
financiación de las comunidades autónomas. Consecuente con este
acuerdo y con los compromisos que mi Gobierno ha adoptado con el
Gobierno central, no le voy a hablar de manera específica de la
necesidad de implementar más recursos. Estoy convencida de que la
ministra de Sanidad en el momento en que este tema se ha negociado,
ha sido muy consciente de que el compromiso de reducir las listas de
espera pasaba también por que los Ministerios de Economía y Hacienda
tuvieran muy presente dentro de este pacto de financiación la
cantidad, aunque sea en un paquete, que tendrá que destinarse para
que los sistemas sanitarios de las comunidades autónomas y los del
Insalud puedan hacer frente con garantías a este reto. No voy a
hablarle del tema de financiación, pero decimos que tiene incidencias
en temas importantes de gestión y que es evidente que en el Consejo
interterritorial de Salud, en este comité de expertos que se reunió,
debían hacerse propuestas, sugerencias, vías que distintas
comunidades autónomas han adoptado, que inciden en la gestión y son
susceptibles de mejorar la problemática de las listas de



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espera. Todos estos temas, señora ministra, y muchos más que están en
este acuerdo que he repasado, que usted nos entregó en su día y todos
hicimos nuestro, los ha vuelto a enunciar hoy, pero no nos ha dado
propuestas concretas o sugerencias que más o menos vislumbren que
tienen un alto grado de consenso por las discusiones que ha habido en
el Consejo interterritorial de Salud y, por tanto, puedan ser
susceptibles de ser aprobadas el próximo sábado.

Esta cuestión es muy importante y debemos tener claro a qué
compromisos se va a llegar, porque, señora ministra, debería haber un
antes y un después de estos acuerdos para tratar la problemática de
listas de espera. No me parece sensato que, si se ha formado una
comisión y un grupo de expertos que encuentran la manera de atajar
esta problemática, sigamos celebrando comparecencias que van
siguiendo una misma tónica en el sentido de que se ponga en evidencia
cuántas personas están en lista de espera y que se visualice por
parte del ministerio que ha habido una reducción. Debería haber
llegado el momento, a estas alturas, en función de unos acuerdos que
todos nos dimos con este protocolo que han firmado los consejeros de
todas las comunidades autónomas y los del Insalud, de que fuéramos
capaces de valorar si vamos o no por el buen camino, si vamos o no
consiguiendo resultados positivos, midiéndonos y comparándonos con
estos estándares, con estos protocolos que este acuerdo visualiza.

Debería haber llegado el momento de tener un guión por todos aceptado
y a él nos ciñamos, usted responsabilízanse como ministra y cada
comunidad autónoma que tenga competencia hará lo pertinente en su
territorio para poder, de acuerdo con un baremo y un protocolo, decir
si estamos en el buen camino. Es la manera más sensata de afrontar
estas situaciones, ya no tan sólo para salir de aquel debate más o
menos alarmista, simplemente de erosión al Gobierno de turno, sino
porque es la manera de visualizar la voluntad política, de ir
trabajando en una pauta, en un guión, en un protocolo, que todos
aceptamos, en el que los consejeros de Salud se han comprometido y
han colaborado activamente, como usted reconocía, para encontrar
estas pautas y, por tanto, tendrían que ser ya el guión, el modelo
por el cual nos miramos unos y otros para poder evaluar resultados.

Le agradecería, señora ministra, que si está en disposición de poder
evaluar parte de la gestión referente al Insalud en función de estos
criterios que ya tenemos consensuados, en el turno de réplica nos
hiciera estas pequeñas aclaraciones o, de lo contrario, nos
manifestara en qué momento piensa que podrá comparecer en esta
Comisión para hablar de listas de espera, pero no de las que tenemos
pendientes, sino en función de los acuerdos, de las medidas que
adoptamos y de las correcciones que, consecuentes a los acuerdos, en
el Sistema Nacional de Salud tendrán que adoptarse.

El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la
palabra el señor Zambrano.




El señor ZAMBRANO VÁZQUEZ: Bienvenida una vez más, señora ministra, y
enhorabuena por su concisa y completa exposición a petición propia y
en el momento oportuno, porque difícilmente vamos a aceptar que haya
sido tardía e incompleta cuando usted la hace a medio camino en este
programa que se planteó en febrero y concluye en diciembre. La señora
ministra ha hecho una exposición en la que ha destacado el aumento
notable de la actividad y, lo que es más importante, la disminución
del tiempo para ser atendido, tanto en consulta como en
intervenciones quirúrgicas como en pruebas diagnósticas. Ha
adelantado también ese importante documento técnico que se presentará
el día 30 sobre la definición de lista de espera precisamente, como
decía el compañero de Galicia, para que no se maquillen las mismas.

Dicho esto, estoy empezando a pensar que, a pesar de oír tantas veces
al grupo demandante de esta comparecencia que no tenían información,
tenían bastante información, pero como los resultados eran buenos,
esta comparecencia dejó de ser prioritaria y como ha dicho la
compañera del PNV, no tenía inconveniente en retirarla. Además, hay
algunos acontecimientos que me hacen sospechar más en las dudas que
tengo.

El pasado jueves 20 comparecía en la Asamblea de Extremadura el
consejero de Sanidad, y lo traigo aquí a colación porque me ha dado
pie para ello, para explicar, anótenlo bien, a petición propia, la
lista de espera del Insalud, es decir, de una administración que no
tiene competencia. Sin hacer juicio de esta incongruencia, lo que sí
tengo que decir es que no creo que haya quien tenga tanta
información, incluso para hacer una comparecencia, y ustedes no
tuvieran ninguna. Así que, señorías, pongámonos de acuerdo en si
queremos información o armar ruido de oposición utilizando las listas
de espera.

Yo creo, señorías, y me refiero al grupo solicitante de la
comparecencia, que ustedes, aparte del papel de leal oposición,
legítimo para desgastar al Gobierno, tienen trazado con arreglo a las
listas de espera estratégicamente dos objetivos: uno, tratar de
minusvalorar o minimizar el indudable éxito que el Gobierno del
Partido Popular ha tenido en la gestión de las listas de espera antes
que se realicen las transferencias, y así lo ha indicado la señora
ministra. Tendrá que convenir conmigo, si analizamos y comparamos no
solamente el número de gente que espera, sino el tiempo máximo y
medio, salvo inflexiones periódicas propias y lógicas del sistema,
que el éxito se ha mantenido en las dos legislaturas y en ésta a
pesar de tener, como muy bien ha dicho la ministra de Sanidad, dos
prioridades: una, la realización de unas transferencias sanitarias
equitativas y con las máximas garantías; y otra, la definición del
papel del ministerio una vez transferido todo el Sistema



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Nacional de Salud, tal y como recoge la Constitución. Todo se ha
hecho, como muy bien ha repetido varias veces la señora ministra, sin
olvidar al ciudadano, es decir, sin olvidar la gestión de la
asistencia sanitaria, manteniendo un excelente nivel de calidad que
refieren una y otra vez los usuarios cuando son consultados en sus
niveles de satisfacción, tanto en atención primaria, como en
especializada. Aunque es lógico que en momentos de cambios, de
transferencias que se avecinan, haya incertidumbres que se trasladan
a los trabajadores del sistema y a los gestores y puede ocurrir que
haya pérdidas de tiempo innecesarias, sobre todo en comunidades donde
es está utilizando la negociación como rentabilidad política,
diciendo hoy sí, mañana no, como digo intranquiliza fundamentalmente
a los sanitarios pero también a todos los ciudadanos en general. El
segundo objetivo que quieren es que persiguen tratar de rentabilizar
la denuncia de que existen muchas listas de espera, para concluir que
hay un déficit de recursos y sacar más tajada económica en a
negociación de las transferencias.

Dicho esto (no voy a utilizar muchas cifras porque las ha dado la
señora ministra con mayor autoridad que yo), me van a permitir hacer
una serie de reflexiones sobre la lista de espera. Como saben
ustedes, la lista de espera obedece a un mecanismo de
retroalimentación mediante el cual llegan una serie de pacientes y
son atendidos. Por tanto el sistema tiene que adaptarse tanto en
actividad como en recursos a la demanda. Pero ocurre que, a veces,
llegan más de los que pueden salir o salen o, lo que es lo mismo,
pero no igual, salen menos de los que llegan. Y esto, que parece una
perogrullada, es la clave de la génesis de la lista de espera porque
en el intermedio de la entrada y la salida hay una serie de
circunstancias, a veces muy complejas, como ha dicho la compañera de
CIU, que originan, cuellos de botella adversos que nos llevan a
concluir, como ha hecho ella, que en cualquier sistema sanitario
siempre va a existir una lista de espera, descartando las urgencias.

Ese sistema de salud que mantuviera un equilibrio perfecto entre la
entrada y la salida creo que no existe, y por eso nuestro objetivo
sería el de un sistema suficiente y eficiente que mantenga un
razonable equilibrio entre los que esperan y los que salen,
manteniendo un grado de acuerdo y un grado adecuado y correcto de
actividad y calidad en los distintos servicios. El problema es
definir en la lista de espera qué es lo razonable, es decir, cuánto
tiempo es razonable que esperen porque, como saben SS.SS., no hay
estándares ni ratios nacionales ni internacionales que nos permitan
medirlo, de ahí la importancia de ese trabajo técnico que reportará
importantes avances. Por eso los gobiernos cuando llegan, y eso es lo
que hizo el Partido Popular, fijan una serie de objetivos de mejora
partiendo de los datos con los que se encuentran, aunque la oposición
en su papel, sin embargo, criticará siempre, eso sí, unas veces más
que otras, como decía certeramente la
compañera de CIU. Y para encontrar la objetividad razonable, para eso
sólo nos queda comparar con sistemas similares.

Como tenemos la suerte de que algunos grupos de los que hoy critican
gestionaron ya con el mismo sistema y durante largo tiempo, la
comparación más lógica es con las listas de espera que dejaron.

Convendrán conmigo que la comparación no ofrece dudas que es muy
favorable para el Gobierno actual, tanto en número de los que
esperan, pero lo que es más importante, en el tiempo máximo y medio
de espera. Tanto es así, y tan evidente ha sido la mejora, que hasta
hace pocas fechas pocas críticas razonables han podido cuestionar
este éxito. Pero un día alguno de los excelentes y grandes gestores
que tiene su partido, porque no en vano estuvieron formándose en
solitario casi 14 años, encontraron un talón de Aquiles, no
comparativo en la lista de espera, porque la gestión entonces no se
contabilizaba ni publicaba. Me estoy refiriendo a la lista de espera
de consultas externas y pruebas diagnósticas. Hoy también he oído
otro nuevo talón que son los anónimos, los que no figuran en ninguna
parte. Al no poder comparar y no existir estándares, la crítica está
asegurada porque, señorías, convendrán conmigo que cualquier
resultado puede considerarse como malo, sobre todo si no se explican
y contabilizan y se tiene en cuenta el aumento y la mejora de la
actividad en este tipo de espera.

Siempre queda una puerta abierta a la comparación y, aunque no
podemos hacerlo con el Gobierno anterior, sí podemos hacerlo con
sistemas similares y simultáneos y qué más simultáneos, que los
servicios de salud de las comunidades transferidas que tienen el
mismo origen. Si comparamos, no hay más remedio que reconocer (aunque
cuesta trabajo porque, como muy bien ha dicho la ministra, no existe
un sistema de información homogéneo), que la media es claramente
favorable para el Insalud. Difícilmente la ministra de Sanidad va a
poder preguntar a los gestores de Andalucía cómo lo están haciendo,
cuando el plan que han iniciado empezó después de este plan avance
del que ha dado cuenta hoy la señora ministra. Difícilmente podrá
hacerles esta serie de preguntas así que, señora ministra,
felicidades. Siga usted preguntando y teniendo en cuenta a los
profesionales y a todo el mundo, porque ese es el camino y de ahí su
importante mejora.

Aunque a alguno no le guste mucho, tenemos que convenir que la lista
de espera tiene una evolución favorable y, sin querer dar ningún
consejo porque ni soy quien para darlo, ni me gusta, lo que sí les
digo a los que más critican es que midan bien sus fuerzas, no vaya
a ser que se rompa la cuerda y algunos dentro de unos meses queden por
los suelos cuando alguna comunidad de su partido asuma las
transferencias sanitarias.




El señor PRESIDENTE: Puede dar contestación a las distintas
intervenciones la señora ministra.




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La señora MINISTRA DE SANIDAD Y CONSUMO (Villalobos Talero): Creo que
aquí se ha planteado una cuestión a la que tenemos que empezar a
acostumbrarnos todos los miembros de esta Comisión; cuestión que se
está analizando desde el Ministerio de Sanidad. Me estoy refiriendo a
parte de lo que ha planteado en su intervención la señora Riera, del
Grupo de Convergència i Unió, sobre qué debemos analizar en este caso
concreto de la lista de espera.

En primer lugar, me gustaría hacer una reflexión, que creo que es
necesaria. Me refiero a que el nuevo modelo de financiación sanitaria
de las comunidades autónomas va a cambiar totalmente las relaciones
de competencias y por tanto va a completar mapas financieros para
determinados programas en concreto, dado que el nuevo modelo de
financiación de las comunidades no tiene absolutamente nada que ver
con el anterior. Creo que se ha producido un cambio enormemente
positivo con este nuevo modelo de financiación. Si antes el modelo
era simplemente la discusión entre los consejeros de economía y los
ministros de Hacienda o de Economía, o conjuntamente, sobre cuánto
dinero se iba a dedicar a la financiación autonómica durante equis
años, que ha sido el modelo habitual, a partir de ahora lo que se ha
planteado (insisto que creo que es profundamente positivo para todos,
para el Estado español en su conjunto), es la participación directa
de las comunidades autónomas en los ingresos y, por lo tanto, en el
presente y el futuro, en el devenir de la historia económica y no
económica de nuestro país. Se empieza a cerrar algo muy importante,
que es el mapa transferencial. Siento muchísimo que la señora Uría
haya abandonado la Comisión, cosa que suele hacer, porque yo le
escucho a ella pero es difícil que ella me escuche a mí. Digo esto
porque en sanidad ocurre exactamente lo mismo. En el modelo de
financiación sanitaria ha cambiado exactamente y con la misma
profundidad que en el resto de la financiación de otras competencias
que en este momento ya tienen las comunidades autónomas.

El nuevo modelo de financiación sanitaria (que sigue siendo un modelo
finalista en el sentido de que la sanidad sigue siendo parte de la
Seguridad Social y por lo tanto de la protección social del conjunto
de los españoles), era una de las preocupaciones que teníamos los
responsables sanitarios: lo que significaba garantizar lo que la
Constitución dice de la protección a la salud, de la cohesión social
y de la equidad. Por todo ello, era necesaria la consideración en
este nuevo modelo de la sanidad como algo más que un simple servicio
no sometido a todos los avatares, sino con una protección suficiente
para garantizar que no nos ocurra lo que de alguna forma puedo
compartir del planteamiento del señor Aymerich, del BNG. Digo esto
porque en sanidad también ha cambiado todo. Para que ese modelo de
financiación, como he dicho en mi primera intervención,
sea eficiente al cien por cien es necesario que se produzca la
transferencia de la sanidad.

En esta comisión hemos analizado la necesidad de completar el mapa,
para que todas las comunidades autónomas tengan la misma
sensibilidad, las mismas competencias y que el trabajo en torno a la
asistencia sanitaria sea medible dentro del Consejo interterritorial,
pero ahora es más necesario puesto que el modelo no es aplicable al
cien por cien mientras no se produzca la transferencia. Es decir, la
financiación del Insalud no tiene todavía la misma participación que
tendrá el año que viene cuando se transfiera a esas comunidades
autónomas. En un lenguaje claro y directo, las comunidades autónomas
van a tener más dinero que el que tenemos nosotros para gestionar la
asistencia sanitaria en este momento. Esa será la aplicación del
modelo de financiación de las comunidades autónomas en cuanto a la
sanidad. Así lo han firmado los responsables de las comunidades
autónomas y así ha sido negociado desde el Gobierno, lo cual es
positivo para la sanidad. Por lo tanto, es necesario que se produzca
esa transferencia.

Efectivamente, se ponen en cuestión muchas cosas, señora Uría, porque
todos tenemos que buscar un nuevo papel. Tendremos que dotar al
Consejo interterritorial de una estructura diferente y de una
capacidad de decisión que hoy no tiene. El Consejo interterritorial
es un órgano de consulta, pero no hay acuerdos. Siguiendo el hilo de
la intervención de la señora Riera, y en cierta forma también de la
intervención de la señora Uría, debo decir que he intentado que en el
Consejo interterritorial se puedan tomar acuerdos, pero me imagino
que no se ha conseguido por muchos motivos, entre los cuales no es
baladí el que no esté constituido como tal, que no hay una cultura en
este sentido y que todavía no hay una asunción de competencias por el
conjunto de comunidades autónomas. Uno de los objetivos que marca
este grupo de expertos, de los que voy a pasar a hablar, de no
utilización política, es más complejo y más difícil. Estoy convencida
que este camino que hemos abierto de buscar consensos a veces son
utilizados torticeramente por algunos, pero hay que correr ese
riesgo. El responsable político tiene la obligación de correr riesgos
y yo los corro porque creo que es necesario. En los últimos consejos
interterritoriales algunos consejeros han dicho de todo. Yo asumo el
riesgo de una política más conservadora en el sentido de no plantear
cuestiones opinables o cuestionables. Tal vez sería mejor seguir con
una costumbre diferente, pero el nuevo modelo necesariamente nos
obliga a ello y creo que estamos en el camino.

En este tema también están las listas de espera. Señora Uría, no sé
que ha querido decir con lo de la monda, porque yo normalmente lo que
mondo en mi tierra son las naranjas. No sé si se refiere a que yo soy
una monda. Es su opinión. No sé si ha intentado hacer una broma
andaluza y al no serlo no le ha salido excesivamentebien. Viene esto
a colación de que habla de



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la crisis sanitaria de este verano, que me he mantenido oculta,
etcétera. Entra en una enorme contradicción con las declaraciones de
su consejero de Sanidad, cuando anuncia una situación de caos total y
que el Ministerio Sanidad quiere acabar con la autonomía.

Declaraciones del consejero de Sanidad al periódico El Diario Médico
en el sentido de que el ministerio va más allá de lo que es su
competencia. Es más, en crisis no puramente sanitarias, pero sí desde
el punto de vista de crisis alimento- sanitarias -me estoy refiriendo
a las vacas locas-, el propio consejero de la Comunidad Autónoma del
País Vasco advertía en todas las reuniones, y creo que bien, de la
necesidad de marcar lo que era la competencia del Gobierno como
coordinador y cuál era la competencia de las comunidades autónomas
para tomar determinadas decisiones. En sanidad es lo mismo y en este
tema estoy de acuerdo con el consejero de Sanidad: respetar lo que
son competencias de las comunidades autónomas y más cuando estamos en
un momento donde se cambian muchas cosas con el nuevo modelo de
financiación y con la transferencia al conjunto de todas las
comunidades autónomas. Lógicamente van a cambiar bastantes cosas.

De las crisis a las que usted se ha referido, y después hablaremos de
una de ellas, la competencia está transferida. ¿Se transfirió de
forma tal vez precipitada porque en aquel momento los temas de salud
pública no tenían la resonancia que tienen hoy? Da igual. Ya no hay
lugar a analizarlo. ¿Tenemos que buscar fórmulas para resolver estas
cuestiones? Creo que sí, señoría, y la Agencia de Seguridad
Alimentaria es un ejemplo claro de que, sin inmiscuirse en las
competencias de las comunidades autónomas, se pueden buscar espacios
adecuados de colaboración. La Agencia de Seguridad Alimentaria es una
de ellas, donde están presentes las comunidades autónomas. No se
olvide que estamos hablando de temas transferidos de salud pública.

Sin embargo, el consenso de todas las comunidades autónomas y de
todos los grupos políticos, y nunca me cansaré de hablar del consenso
de los grupos políticos que se consiguió en aquella ley, fue una
reflexión sobre la necesidad de buscar espacios de coordinación y de
acuerdos. En materia de asistencia sanitaria también tenemos que
buscar esos espacios de encuentro. ¿El Consejo interterritorial?
¿Algunos otros? Estamos trabajando en esa línea. Las listas de espera
representan un ejemplo claro. Por eso para mí es tan importante cómo
manejemos ese documento.

Efectivamente, señora Uría, ese documento ha sido discutido en un
consejo interterritorial y nace con una voluntad muy clara por parte
de todos, que es buscar soluciones homogéneas para todos en el
Sistema Nacional de Salud, para romper las dinámicas de
enfrentamientos, las dinámicas de diferentes valoraciones, etcétera,
y al mismo tiempo que los técnicos pongan en marcha soluciones. ¿Que
esto acaba con las listas de espera? Coincido con todos en que no.

Hay técnicos y expertos, y así aparece en el documento que haré
llegar a todos los grupos parlamentarios. Si no lo he hecho hasta
ahora, es porque vamos a verlo el sábado en el Consejo
interterritorial y lo mandaré luego en su totalidad, con lo que hayan
elaborado esos responsables. Con esto respondo a una sugerencia de la
señora Riera de que se pueda ver en esta Comisión. Por supuesto,
pueden venir los técnicos a analizarlocon ustedes, exactamente igual
que me comprometo a exponer lo que podremos hacer con el documento,
una vez analizado por el consejo. ¿Acuerdos en cuanto al documento en
el seno del Consejo interterritorial? Tengo serias dudas de que sea
posible; me hubiera gustado que lo fuera. No sé si lo hubiera sido en
otras circunstancias diferentes a estas en las que hoy estamos, o en
circunstancias -que espero que no se produzcan nunca más- similares a
las que iniciaron el proceso de este grupo de expertos; lo he
intentado y lo estoy intentando. Las conversaciones con los
consejeros han sido permanentes. Tal vez en el debate del Consejo
interterritorial del día 29, en el que todos los consejeros opinarán
sobre el documento y sus recomendaciones, alguno exprese la voluntad
de transmitirlo a sus servicios de salud; pero eso forma parte de lo
que cada consejero quiera hacer, y no sé lo que va a pasar. Lo que sí
le puedo decir a la señora Riera y a toda la Comisión en cuanto a lo
que contiene el documento -profundamente analizado por ella, por el
representante del Grupo Popular y por la señora Uría- sobre las
competencias que podamos tener como Administración general, es que
ejerceremos nuestras competencias. ¿Qué significa eso? Me explicaré.

Me alegro de lo dicho por la señora Uría de que es necesario que
exista una base de datos -lo ha planteado también la señora Riera-
sobre parámetros, estándares y prioridades. Habrá que ver en qué
momento se considera lista de espera y cuáles deben ser los datos
mínimos básicos iguales para todo el Sistema Nacional de Salud e,
igualmente, cómo se puede ejercer desde el Consejo interterritorial
la obligación de cierto liderazgo exigido por algunos de los
portavoces que han intervenido en esta Comisión y en el Pleno -la
necesidad de liderazgo del ministerio-. La elaboración de estos
parámetros básicos de información del Sistema Nacional de Salud,
obligatorio para todos, creo que es competencia del ministerio y la
vamos a ejercer. ¿Para qué? Para que todos los españoles podamos
tener acceso a esos datos a los que, como bien decía la señora
Valentín, el conjunto del sistema tiene derecho y es necesario que
conozca. Esta es la parte que podemos ejercer desde la Administración
central; pero, no se engañen: si en el seno del Consejo
interterritorial no hay un consenso global -con algunos matices,
lógicamente-, es imposible ponerlo en marcha.

La gestión de la asistencia es competencia de cada una de las
comunidades autónomas. Hay comunidades autónomas que tienen ya hábito
de gestión, porque llevan



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años gestionando la sanidad, y tienen también un mayor conocimiento
de los problemas y una mayor sensibilidad -diría yo- a la hora de
analizar cómo resolverlos. Otras comunidades autónomas, que la
recibirán el año que viene, todavía no han adquirido ese hábito.

Desde luego, la inmersión en la realidad va a ser inmediata y
rápidamente se darán cuenta de cuál es el fondo del problema. ¿Van a
asumir esas comunidades autónomas los sistemas planteados y las
recomendaciones del documento, una vez que tengan las competencias?
No lo sé; tendremos que darles tiempo y esperar a la intervención de
los consejeros en el consejo del sábado.

Cuando se pide dinero para la lista de espera, hay que cambiar un
poco de mentalidad. El nuevo modelo de financiación no se guía por
esos parámetros. El Ministerio de Sanidad no tendrá un fondo para
programas concretos del Sistema Nacional de Salud; serán las
comunidades autónomas, usando el nuevo modelo y en ejercicio de sus
competencias, las que tendrán que adaptarlos. El único fondo que
tiene el ministerio según el nuevo modelo es el de desplazados, que
se compone de fondo de desplazados internos -entre comunidades
autónomas para determinadas patologías- y del fondo que ha planteado
el señor Aymerich de libre circulación de pacientes -como todo el
mundo sabe, hay una sentencia sobre uno de los países de la Unión-,
que tiene que ver con los convenios firmados entre España y otros
estados para la asistencia sanitaria.

Ahora bien, si hay que invertir más o menos en listas de espera o en
pagar a los profesionales de la sanidad, si hay que hacer más o menos
hospitales u hospitales comarcales, si hay que hacer hospitales con
unas prestaciones u otras, lo decidirán las comunidades autónomas y,
desde luego, la financiación no partirá del Ministerio de Sanidad y
Consumo, sino de su propia capacidad de trasladar y generar
financiación más allá de la sanidad. Este es el modelo de Estado que
hemos elegido todos los españoles y tendremos que irnos acostumbrando
a la nueva realidad.

No he sido más explícita sobre lo que contiene el documento, y he
hecho simplemente una presentación que me sentía obligada a hacer,
puesto que llevamos más de un año en ello, como han dicho los
portavoces. Era normal que diese cuenta aquí de cómo va el documento
hasta ahora, puesto que hoy es martes y el sábado tengo sesión del
Consejo interterritorial. Insisto, señora Uría, en que no es que
demos carpetazo, es que se ha acabado el trabajo de los expertos;
ahora empieza el trabajo de los políticos. Tenemos que ser los
políticos los que aceptemos -o no- y pongamos posteriormente en
marcha estos proyectos. Efectivamente, en alguno de los puntos no ha
habido consenso, pero es razonable que no lo haya habido entre los
técnicos. Corresponde a cada una de las comunidades autónomas
llevarlo a cabo, dentro de las consideraciones que contiene el
documento, mientras tengamos la competencia
Insalud. Estamos analizando el documento y ustedes tendrán que
entender que debamos hablarlo con las comunidades autónomas, dado lo
avanzado del proceso transferencial.

Señora Valentín, si no he expuesto en mi intervención el
planteamiento de la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha,
tendremos que hacerlo cuando se completen las transferencias; no me
gusta hacer referencias a las comunidades autónomas, en este momento.


(La señora Valentín Navarro: ¡No! ¡Precisamente! Risas.) Entonces,
tendremos que debatir sobre el Sistema Nacional de Salud y todas sus
responsabilidades y no sobre el Insalud.

El documento sobre lista de espera de Castilla-La Mancha ha sido
analizado, en contra de lo que usted dice. En el Ministerio de
Sanidad y Consumo analizamos todos los documentos que nos hacen
llegar las comunidades autónomas. Tenemos otro de la Comunidad
Autónoma de Andalucía, cuyo análisis se está terminando, en torno al
medicamento y al ahorro en el medicamento. Han llegado a un acuerdo;
se lo pedimos al consejero, que amablemente nos lo ha hecho llegar,
y estamos analizándolo. Le dije públicamente -y lo digo aquí- que, si
las propuestas son positivas para el sistema, las tendremos en
cuenta. Le diré, por ejemplo, que la Consejería de Sanidad de la
comunidad autónoma vasca, quizá porque es la primera que tuvo esas
competencias, ha colaborado de forma muy activa y con ideas
profundamente positivas para el conjunto del sistema. Ahora bien, el
documento de Castilla-La Mancha se circunscribe a que tenemos que
poner 90.000 millones más. Si no se hubiera producido el nuevo modelo
de financiación, a lo mejor tendríamos que haberles pedido a las
comunidades autónomas ya transferidas que mirasen el dinero que
tenían que poner. Eso es lo que dice el documento de Castilla-La
Mancha.

Pero permítame que le diga una cosa. Para no utilizar palabras no
apropiadas, me parece una falta de lealtad del consejero de Castilla-
La Mancha, porque este consejero tiene técnicos, por cierto
buenísimos, en la comisión de expertos. Cuando en el punto de ruegos
y preguntas del último consejo el consejero de CastillaLa Mancha dice
que quiere que se analice su documento, le digo exactamente lo mismo
que le dijimos por carta, y es que lo haga llegar al grupo de
expertos que están trabajando. Es decir, si Castilla-La Mancha tiene
un modelo revolucionario que acaba con el problema definitivamente,
que sus representantes en la comisión de expertos lo pongan encima de
la mesa, que se debata y se incorpora. Señora Valentín, me parece que
la fórmula no es dejar que sigan avanzando, incluso sus propios
técnicos, que es a nivel de algo más que simplemente técnicos, los
representantes de algunas comunidades autónomas, entre otras
Castilla-La Mancha, y de pronto quiera que se analice un documento
diferente, cuando sus técnicos están allí planteando sus opciones.

Creo que es poca lealtad, y no poca lealtad con esta



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ministra -ya sé que no puedo pedir lealtad al señor consejero de
Castilla-La Mancha, ya sí sé que no se la puedo pedir-, pero sí con
sus representantes, porque son su propia gente. Yo creo que esta no
es la fórmula; en cualquier caso, le digo que la hemos analizado,
lógicamente la han analizado los expertos que están viéndola, y no
parece la más apropiada.

Sinceramente, tampoco sabemos muy bien cuál es el modelo de
Andalucía, tal vez usted lo conozca mejor; lo único que conocemos es
lo que han dicho los medios de comunicación, que es que a partir de
seis meses en lista de espera va a pagar a quien vaya a centros
concertados. Eso es lo que tengo entendido que ha explicado el señor
consejero sobre su modelo. Me imagino que tendrá otras medidas. Le
podría sacar recortes de prensa del año 1995 del consejero de Sanidad
de la comunidad autónoma andaluza diciendo que iban a dedicar,
exactamente la misma información que ha dado el señor Vallejo hace
una semana, la misma cantidad económica y ante la misma situación. En
el plan avance nosotros lo planteamos a partir de cuatro meses.

Parece que hay una cierta diferencia.

En cualquier caso, no me ponga usted de modelo a Andalucía, porque en
Andalucía los tres primeros meses no son considerados lista de
espera; en el Insalud lo es desde el primer día que el médico lo
determina. (La señora Valentín Navarro: No señor, de eso nada.) Son
modelos diferentes. Por eso consideramos que es necesario un modelo
igual para todos, para que se pueda analizar la equidad en ese
modelo.

Señor Aymerich, no creo que las políticas que se están aplicando en
el Sistema Nacional de Salud sean fracasadas. Sinceramente creo que
el modelo español, salvo en el nombre y en el origen, no tiene hoy
mucho que ver con el sistema inglés, con el del Reino Unido.

Precisamente creo que la reforma que se está haciendo en este momento
en el National Health Service, el sistema nacional de salud inglés,
casi imita en cierta forma las reformas que se han ido produciendo a
lo largo de los años en el Sistema Nacional de Salud. Creo que se
aproximan más al nuestro que nosotros al suyo, del cual nos separamos
hace muchísimos años.

No ha fracasado ni el Sistema Nacional de Salud ni las políticas que
se aplican. ¿Que algunas de ellas tendremos todos que analizarlas?
Creo que lo hacemos permanentemente aquí, en el Consejo
interterritorial, en las diferentes instancias que existen. ¿Que con
algunas de ellas no conseguimos resolver el problema, por ejemplo,
este de las listas de espera? Efectivamente, creo que esto no se va a
acabar, pero podemos mejorarlas; podemos mejorar algo fundamental que
son las esperas medias, podemos hacer que se marquen las prioridades
en determinadas patologías en las que estamos avanzando de forma
importante, pero qué duda cabe que lista de espera cero significaría,
de forma clara, que los médicos tendrían que estar sentados esperando
que viniera el paciente para ser operado. Esto
creo que no se va a producir nunca, pero no se produce en el sistema
español ni en ningún sistema sanitario, ni público ni privado. Por
tanto creo que este documento marca políticas que si las acordamos
entre todos conseguiremos ir avanzando de forma adecuada.

Me voy a referir a temas absolutamente concretos planteados por la
señora Valentín. Debo decirle que se ha preocupado mucho por la
mamografía. En primer lugar, quiero corregir un dato que he dado mal
en mi primera intervención, y es que la demora media en el programa
de mamografías ha disminuido de 35 días el 31 de marzo a 32 días el
30 de junio. No son los datos que di de 79-59, que no responden a
eso. En cuanto a los pendientes en mamografía, el 31 de enero había
74.251 y a 30 de junio hay 71.892. En ecografía, 86.338 y a 30 de
junio, 87.146.

Señor Aymerich, en el Insalud sí se permite que los médicos renuncien
a la dedicación exclusiva, pero insisto en que esto forma parte de la
gestión de cada una de las comunidades autónomas, de la competencia
exclusiva, y usted vive en una comunidad autónoma que tiene
transferidas las competencias de sanidad. Por tanto a partir del año
que viene, cada comunidad autónoma tendrá que tomar sus propias
decisiones sobre esto y sobre otras cuestiones que se han planteado.

Por último, señora Uría, en relación con mi ausencia del Pleno,
siento que la información no funcionara bien. Estábamos, como usted
sabe, en el Consejo de la Región Europa de la Organización Mundial de
la Salud celebrado en Madrid. Presidía esta humilde ministra que le
está hablando en este momento y era imposible que yo pudiera estar en
ese momento porque precisamente se estaba produciendo la elección de
los nuevos miembros del comité ejecutivo de la Organización Mundial
de la Salud, donde fue elegido miembro de la ejecutiva esa misma
tarde el secretario general del ministerio, Rubén Moreno. Estábamos
en un debate complicado sobre qué países tenían que estar presentes
y creíamos que era positivo que España estuviera representada en esta
cuestión. Yo busqué un hueco, el que pude. Lo siento muchísimo, pero
estoy convencida de que las preguntas que me quiera hacer me las
hará. Además, sabe que no soy una ministra a la que le guste faltar
al Pleno, porque respeto la capacidad que tienen, la necesidad y la
obligación que tienen los señores diputados de hacer preguntas a esta
ministra, que las responderá con mayor o menor fortuna, en función de
la capacidad que pueda tener y, lógicamente, también en función del
análisis que cada representante político quiera hacer de mis
palabras, cosa que también forma parte de la normalidad de un sistema
democrático. (La señora Valentín Navarro pide la palabra.)



El señor PRESIDENTE: Señora Valentín, ¿para qué me solicita la
palabra?



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La señora VALENTÍN NAVARRO: Señor presidente, para dos cuestiones. En
primer lugar, el señor Zambrano ha hecho un comentario sobre el Grupo
Socialista y sobre la Junta de Portavoces que no es cierto y quiero
aclararlo. En segundo lugar, para poner de manifiesto y que conste en
acta que la señora ministra no ha contestado a las preguntas que le
he formulado. Se las repito. ¿Por qué, señora ministra, niega
permanentemente al Grupo Socialista datos que pedimos con carácter
mensual sobre listas de espera, tanto quirúrgicas como diagnósticas
como de consultas externas? Creo que alguna explicación merecemos.

En segundo lugar, señora ministra, ¿cuántas personas hay esperando en
territorio Insalud...




El señor PRESIDENTE: Señora Valentín, le he pedido a usted que me
diga para qué solicita la palabra. No le he dado la palabra para que
reabra un debate. Creo que se han dado datos y que no va a haber
acuerdo.




La señora VALENTÍN NAVARRO: No es que no vaya a haber acuerdo, señor
presidente. Los datos que me mandó el ministerio a 31 de enero de
personas esperando para hacer una ecografía eran 58.788, si no me
mintió; ahora hay 74.000. Si yo pregunto cuestiones muy concretas y
la señora ministra resulta que se dedica a hablar de lo divino y de
lo humano, me parece que estamos consiguiendo que esta señora
ministra se burle del Parlamento y se burle totalmente del Grupo
Socialista. Señor presidente, le pido su amparo.




El señor PRESIDENTE: Señora Valentín, la que se está burlando del
reglamento reiteradamente es usted. Usted es la que está faltando al
respeto a este presidente que siempre, usted lo sabe, la ha tratado
con la debida cortesía y el debido respeto parlamentario.




La señora VALENTÍN NAVARRO: Yo también le trato con la cortesía
debida.




El señor PRESIDENTE: Sigo insistiendo en preguntarle para qué me pide
usted la palabra. Le digo que si es para reabrir un debate con cifras
no tiene la palabra. Yo le doy la palabra exclusivamente para que
rebata usted o discuta con el portavoz del Grupo Parlamentario
Popular alguna alusión que usted considere que la pueda haber dañado
en su función como parlamentaria.




La señora VALENTÍN NAVARRO: Que conste en acta que la señora ministra
no nos ha contestado a las preguntas concretas que le hemos hecho.

Que conste en acta que me parece una burla hacia el Grupo Socialista
y hacia el Parlamento por parte de la señora ministra.

Esperar desde el 31 de diciembre para que nos dé este tipo de
explicaciones me parece que no es de recibo. (Rumores.)



El señor ZAMBRANO VÁZQUEZ: El comentario que ha hecho, que se refiere
a la junta de portavoces...




La señora VALENTÍN NAVARRO: Perdone, pero es que no he hecho el
comentario todavía. (Rumores.) El comentario sobre la junta de
portavoces no me ha dado tiempo a hacerlo.




El señor PRESIDENTE: El orden del día fue un acuerdo, no hubo
votación, supeditado a otra comparecencia que se producirá el día 10.


Ese fue el acuerdo al que se llegó. Creo que hay signos de
asentimiento por parte de algún miembro que estuvo, no del Grupo
Parlamentario Popular. Ese fue el acuerdo al que se llegó por parte
de Mesa y portavoces. Acuerdo, no votación, porque no es el estilo de
este presidente tener que recurrir a la votación, sino que siempre
hemos intentado llegar a un consenso y en ese tema se llegó al
acuerdo unánime de hacer este orden del día y el siguiente, que
ratificaremos hoy a la finalización de este debate.

Señora Uría.




La señora URÍA ETXEBARRÍA: En primer lugar, y a efectos de cortesía
con la señora ministra, y también para que así conste en el «Diario
de Sesiones», debo decir que si entro y salgo es porque estoy a la
vez en Gescartera, intentando disculparme de una ponencia de tráfico.


Intento estar en todas partes con algún aprovechamiento.




La otra cuestión es más de índole técnica y me gustaría tratarla
porque es frecuente no sólo en la señora ministra, sino en general en
le Gobierno y también en el uso de algunos políticos, y es la que
hace referencia a pensar que los que somos diputados por formaciones
nacionalistas sólo podemos hablar de nuestra concreta
circunscripción. Se nos imputa a nosotros esa querencia y no es así.


El consejero vasco al que ella se ha referido, sólo es consejero
vasco, efectivamente, y a él se le pedirá cuentas en el Parlamento
vasco. Yo estaba actuando en mi condición de diputada a Cortes, y
como saben ustedes muy bien la Constitución prohíbe el mandato
representativo, con lo cual yo no represento a quien me votó, sino al
conjunto de la ciudadanía del Estado. Con lo cual puedo preguntar
perfectamente, y hasta debo, por cuestiones que son competencia de
instancias centrales, lo mismo que puedo preguntar por acciones u
omisiones se refieran tanto a Euskadi como a Ceuta, y en ese sentido
es por lo que me he interesado por la política en el territorio
Insalud en relación con las listas de espera.




El señor PRESIDENTE: Tanto esta presidencia como la señora Ministra
han dicho claramente que puede hacer las preguntas cuando estime
oportuno, y el tipo de preguntas que estime oportuno.

Señor Mingo.




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El señor MINGO ZAPATERO: Señor Presidente, brevísimamente para que
quede constancia de la protesta formal del Grupo Parlamentario
Popular ante la afirmación que ha hecho la portavoz del Grupo
Socialista en relación con la intervención de la ministra. Es
inaudito, desde nuestro punto de vista, que pueda hacer la portavoz
socialista descalificaciones del calibre que las ha hecho. En nuestro
criterio, señor presidente, solicitamos que la portavoz socialista
retire las palabras.




El señor PRESIDENTE: Señora Valentín.




La señora VALENTÍN NAVARRO: Estoy dispuesta a retirar las palabras
cuando la señora ministra conteste a las preguntas concretas que le
hemos hecho. No creo que sea ninguna descalificación decir que me
parece una burla al Grupo Socialista y al Parlamento.




- LOS CONTROLES QUE SE LLEVAN A CABO TANTO EN LOS HOSPITALES PÚBLICOS
COMO EN LOS PRIVADOS CONCERTADOS, PARA GARANTIZAR LA IDONEIDAD DE LOS
MATERIALES UTILIZADOS EN LA DIÁLISIS SANGUÍNEA DE LOS ENFERMOS
RENALES. A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO FEDERAL DE IZQUIERDA
UNIDA. (Número de expediente 213/000509.)



- LAS ACTUACIONES QUE HA LLEVADO A CABO SU MINISTERIO RESPECTO AL
PROBLEMA SURGIDO CON LOS APARATOS DIALIZADORES. A SOLICITUD DEL GRUPO
PARLAMENTARIO SOCIALISTA. (Número de expediente 213/000511.)



- LAS LISTAS DE ESPERA EN LOS HOSPITALES PÚBLICOS GESTIONADOS POR EL
INSALUD, ASÍ COMO DE LAS ACTUACIONES REALIZADAS POR SU MINISTERIO EN
RELACIÓN CON LA HEMODIÁLISIS. A PETICIÓN PROPIA. (Número de
expediente 214/000072.)



El señor PRESIDENTE: Pasamos al siguiente punto del orden del día.

Comparecencia de la señora ministra de Sanidad y Consumo para que
informe de los controles que se llevan a cabo, tanto de los
hospitales públicos como en los privados concertados, para garantizar
la idoneidad de los materiales utilizados en la diálisis sanguínea de
los enfermos renales. Esta petición de comparecencia ha sido
formulada por parte del Grupo Parlamentario Federal de Izquierda
Unida.

También ha sido solicitada la comparecencia de la señora ministra de
Sanidad y Consumo para explicar las actuaciones que ha llevado a cabo
su ministerio respecto al problema surgido con los aparatos
dializadores, formulada por el Grupo Parlamentario Socialista.




También, a petición propia de la señora ministra de Sanidad y
Consumo, para explicar las actuaciones realizadas por su ministerio
en relación con la hemodiálisis.




Cuando quiera tiene la palabra la señora ministra.




La señora MINISTRA DE SANIDAD Y CONSUMO (Villalobos Talero):
Efectivamente, vamos a analizar todo el proceso producido desde la
aparición del problema en la diálisis en los hospitales españoles.

Como la mayoría de sus señorías saben, los enfermos de riñón que
padecen una insuficiencia renal crónica pueden ser sometidos a
distintas técnicas que les permiten seguir llevando una vida
relativamente normal. Para el tratamiento existen las siguientes
posibilidades: el transplante, la hemodiálisis, la diálisis
peritoneal continua ambulatoria y la diálisis peritoneal
automatizada.




Es importante destacar que en los diez últimos años en España se ha
triplicado el número de pacientes tratados con diálisis y/o
transplante renal, habiendo envejecido significativamente la edad
media de los pacientes en el tratamiento renal sustitutivo que,
además, tiene asociadas patologías graves como la diabetes, las
cardiopatías severas y la arterioesclerosis calcificada.

Concretamente, y centrándonos en la hemodiálisis, que es el caso que
nos ocupa, les diré que es la técnica más usada en España. Como SS.

SS. ya conocen, se someten a tratamiento anual alrededor de 20.000
pacientes. La mortalidad de los pacientes en hemodiálisis en estos
momentos, supera el 14 por ciento anual, es decir, en torno a más
menos 2.800 fallecimientos al año, que significa más menos 6,5 al
día. En este momento el sistema de diálisis de nuestro país es de los
mejores del mundo, con los índices de mortalidad más bajos. Al mismo
tiempo, como ya he señalado, cada vez son pacientes con edad superior
a los 70 años que, en la mayoría de los casos, padecen
pluripatologías. ¿Cuál es el motivo, por lo tanto, de que haya
surgido un problema que se ha reflejado en los últimos meses en los
medios de comunicación y que nos hace hoy analizar esta cuestión en
esta Comisión. No es el hecho de las muertes, como he dicho,
importantes en torno al 14 por ciento en el Sistema Nacional de
Salud, es decir, en el conjunto del territorio nacional, sino el
hecho inusual de que en un mismo servicio se produzcan tres muertes
en un mismo día.

Hechas estas matizaciones es necesario tener en cuenta la explicación
de los hechos, y me centraré en las actuaciones que hemos seguido
desde el ámbito sanitario. Los cuatro fallecimientos en el hospital
de la Princesa se produjeron los días 15, 16 y 18 de agosto de 2001
y, posteriormente, entre los días 21 y 29 de agosto se produjeron 6
fallecimientos en la clínica Virgen del Consuelo, de Valencia. En el
caso de los fallecidos en el hospital de la Princesa, se trataba de
dos varones y dos hembras de 80,87,78 y 69 años, respectivamente.




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Todos ellos con una pluripatología asociada a la insuficiencia renal
crónica en fase terminal. Se añade la circunstancia de que dos de
ellos no fallecieron inmediatamente después de la sesión de
hemodiálisis. El servicio de nefrología del hospital efectuó el día
17 de agosto análisis bioquímicos y bacteriológicos del agua de la
diálisis, así como pruebas analíticas en todos los pacientes, sin que
se produjeran hallazgos anormales. Estos análisis se repitieron
posteriormente el día 21. Tras el fallecimiento del día 18, se tomó
la decisión de bloquear la partida de dializadores. Posteriormente,
desde el día 21 al 29 se mantuvo la vigilancia estricta de los
pacientes sin que se hubiera producido ninguna incidencia.

Como ustedes saben, la gerencia del hospital de la Princesa el día 30
comunica a la dirección territorial del Insalud el hecho de las
muertes que se habían producido en el hospital de la Princesa, debido
al conocimiento a través de los medios de comunicación de los hechos
que se habían producido en Valencia. Es el día 31 de agosto cuando el
Ministerio de Sanidad y Consumo tiene conocimiento de los hechos a
través, como he dicho anteriormente, del escrito de la Subdirección
General de Asistencia Sanitaria del Insalud, dirigido a la Dirección
General de Farmacia y Productos Sanitarios. En dicho escrito se
relatan pormenorizadamente las circunstancias del fallecimiento en
los días 15, 16 y 18 de los cuatro pacientes, dos varones y dos
hembras, de la edad que he dicho anteriormente, todos ellos, como he
dicho también anteriormente, con pluripatologías asociadas a la
insuficiencia renal crónica en fase terminal que les había abocado a
un programa de hemodiálisis crónico años o meses atrás. Los
fallecimientos se producen en tres casos horas después de la
diálisis, en dos casos fuera del hospital de la Princesa, uno en
urgencias de la Princesa y el último paciente al finalizar la sesión
de hemodiálisis, refiriendo todos ellos síntomas digestivos y cuadros
de insuficiencia respiratoria y síncope cardiorrespiratorio. Todos
ellos se dializaron desde el día 14 de agosto con un dializador,
Althane A-18, de diocetato de celulosa de la empresa Baxter. Se
utilizaba desde ese día por primera vez en este servicio, que venía
utilizando dializadores de similares características y distintas
superficies durante todo el año, constando entrada de ese lote en el
hospital en el correspondiente albarán.

El día 31 de agosto de 2001, en el momento en que se tuvo
conocimiento de que en la clínica Virgen del Consuelo, de Valencia, y
en el hospital Universitario de la Princesa, de Madrid, se había
utilizado el mismo dializador, y presumiblemente el mismo lote, en
todos los pacientes hemodializados fallecidos, el Ministerio de
Sanidad y Consumo, a través de la Dirección General de Farmacia y
Productos Sanitarios, tomó la decisión de adoptar como medida
provisional la inmovilización cautelar de los citados productos
sanitarios. Esta decisión se materializa en la resolución de 31 de
agosto de
2001 por la Dirección General de Farmacia y Productos Sanitarios, que
decreta la inmovilización cautelar del producto sanitario
dializadores Althane A-18, código 237018, fabricados por la empresa
sueca Baxter Althin Medical, con domicilio en Ronneby, Suecia.

Igualmente se decreta expresamente en esta resolución la notificación
de los problemas asociados con los dializadores Althane A-18 al
sistema de vigilancia de productos sanitarios. La resolución se
adapta en calidad de medidas preventivas, aun cuando la relación
causa efecto entre el uso del producto y los fallecimientos no ha
sido aún establecida. A partir del 31 de agosto se traslada por fax
la resolución de inmovilización a la empresa Baxter, al Insalud, a
los puntos de contacto del sistema de vigilancia designados por las
consejerías de Sanidad de las comunidades autónomas y al Ministerio
del Interior y al de Defensa.

A pesar de que, según la información proporcionada por Baxter, S.L.,
el lote 2001F05P, potencialmente asociado a los fallecimientos, sólo
ha sido distribuido en España, el Ministerio de Sanidad y Consumo, de
acuerdo con lo establecido en el sistema europeo de vigilancia de
productos sanitarios, transmite la información sobre los sucesos y
las medidas adoptadas a la Comisión Europea, al resto de los Estados
miembros y a los países de la Asociación Europea de Libre Comercio,
EFTA. A partir de la difusión de esta información, el Ministerio
permanece en contacto con las autoridades de varios Estados miembros
que se han interesado por el curso de las investigaciones. Conviene
recordar aquí que los productos sanitarios se encuentran regulados en
España por tres reales decretos: el Real Decreto 634/1993, de 3 de
mayo, sobre productos sanitarios implantables activos; el Real
Decreto 414/1996, de 1 de marzo, por el que se regulan los productos
sanitarios, y el Real Decreto 1662/2000, de 29 de septiembre, sobre
productos sanitarios para el diagnóstico in vitro. Esta
reglamentación es trasposición de las correspondientes directivas
comunitarias, lo que significa que en todos los países de la Unión
Europea se aplican los mismos principios de seguridad, eficacia y
calidad para que los productos puedan ser puestos en el mercado y
también que existen procedimientos comunes para la evaluación de los
productos, para su seguimiento postcomercialización y para la
vigilancia de sus efectos adversos. Asimismo, les recuerdo, señorías,
que todos los productos sanitarios tienen que cumplir unos requisitos
esenciales que garanticen que los productos no comprometen la
seguridad ni la salud de los pacientes, de los usuarios profesionales
sanitarios o de terceras personas, cuando se instalan correctamente,
se mantienen y se utilizan conforme a la finalidad prevista por el
fabricante. Los productos sanitarios son muy diversos e incluyen
productos muy sencillos y de bajo riesgo, como una simple tirita, al
lado de productos de altísimo riesgo, como una válvula cardíaca, o de
una gran complejidad tecnológica, como un aparato de resonancia



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magnética nuclear. Es por ello por lo que la reglamentación contempla
diferentes procedimientos para evaluar la conformidad de los
productos y permitir su puesta en el mercado. Salvo en aquellos
productos de muy bajo riesgo, para los demás se exige una evaluación
de la conformidad previa a su comercialización por organismos
independientes designados a este fin por las autoridades de los
Estados miembros, llamados organismos notificados. En España, el
organismo notificado es la Dirección General de Farmacia y Productos
Sanitarios. En algunos países de la Unión estos organismos
notificados son privados. La evaluación por los organismos
notificados está sujeta al reconocimiento mutuo, por lo que un
producto evaluado por cualquiera de estos organismos circula
libremente por todos los países de la Unión Europea. Para evidenciar
que el producto está conforme con los requisitos esenciales, se
utiliza un distintivo, el marcado CE, que figura en los propios
productos, en su etiquetado o en instrucciones de uso.

Después de hechas estas matizaciones de carácter normativo, hay que
decir que el dializador Althane A18 corresponde a la clase de
productos cuyo riesgo hace necesaria su evaluación por un organismo.

En este caso, el organismo notificado ha sido un organismo alemán,
que emitió el certificado de conformidad correspondiente. El
propietario del producto es Baxter y el producto se fabrica en la
planta de Althin Medical en Suiza. El dializador Althane A-18 se
estaba comercializando, por tanto, legalmente en todos los países de
la Unión. En España, el distribuidor Baxter, S.L. realizó en su
momento las comunicaciones administrativas preceptivas ante las
autoridades sanitarias, por lo que la situación del producto en
España se atenía, igualmente, a la reglamentación española en vigor.


El sistema de vigilancia de productos sanitarios establecido en los
reales decretos de implantes activos de productos sanitarios y de
productos sanitarios para el diagnóstico in vitro se encuentra
igualmente instaurado en las directivas comunitarias, como he dicho
anteriormente, y tiene como objetivo la identificación de incidentes
adversos acaecidos con estos productos, con vistas a la adopción de
medidas de protección de la salud para evitar que estos incidentes se
repitan. Hay que señalar, no obstante, que con anterioridad a la
publicación de estas reglamentaciones, la Ley 14/1986 General de
Sanidad, en su artículo 99, ya establecía la obligación de que los
importadores, los fabricantes y los profesionales sanitarios
comuniquen los efectos adversos causados por medicamentos y otros
productos sanitarios cuando de ellos pueda derivarse un peligro grave
para la vida o la salud de los pacientes. Asimismo, la Ley 25/1999,
del Medicamento, incluye en su ámbito de productos sanitarios
y establece en su artículo 5 que a efectos de salvaguardar las
exigencias de salud y seguridad públicas, las administraciones
públicas están obligadas a comunicarse cuantos datos, actuaciones e
informaciones se
deriven del ejercicio de sus competencias y resulten necesarios para
el correcto funcionamiento de la ley. El sistema de vigilancia de
productos sanitarios se basa en la notificación del incidente adverso
por los agentes que han podido tener conocimiento del mismo y que han
establecido una posible relación causal, aun cuando ésta no esté
confirmada, con la utilización de un producto sanitario, un implante
activo o un producto para el diagnóstico in vitro. La notificación
debe ser efectuada a la Dirección General de Farmacia y Productos
Sanitarios, donde estos hechos se registran y evalúan, adoptándose
las medidas para salvaguardar la salud pública que se consideran
adecuadas. Los agentes que tienen la obligación de notificar estas
incidencias adversas en el ámbito de las directivas europeas se
limitan a los fabricantes o a los responsables de la comercialización
de estos productos en la Unión Europea. En España, sin embargo,
señorías, aparte de los fabricantes y los responsables de la
comercialización, esta obligación se extiende también a los
profesionales sanitarios y a las autoridades de inspección, puesto
que los reales decretos de productos sanitarios recogen lo
establecido en la Ley General de Sanidad y en la Ley del Medicamento.


Por todo ello, el sistema de vigilancia tiene una dimensión nacional
y una dimensión europea; nacional, puesto que los incidentes y las
medidas adoptadas se tramitan dentro de España a los puntos de
contacto de la red designados por las consejerías de Salud de las
diferentes comunidades autónomas, así como al Insalud, a los
servicios regionales de Salud, al Ministerio del Interior y al
Ministerio de Defensa, como he dicho anteriormente; Europea, puesto
que estos hechos se transmiten igualmente, a través de la red europea
de vigilancia, a la Comisión Europea, al resto de los Estados
miembros y a los países, como he dicho antes, de la Asociación
Europea de Libre Comercio. En el caso que nos ocupa, y tal como se
desprende en la relación de hechos, el sistema de vigilancia de
productos sanitarios actuó de forma inmediata. na vez que el
ministerio tuvo conocimiento de los sucesos, en el plazo aproximado
de tres horas se obtuvo la información relevante y se adoptaron las
medidas de protección precisas, procediendo a su difusión a los
puntos nacionales y europeos de la red.

Tras la adopción de la medida cautelar de inmovilización del
hemodializador Althane A-18, el Ministerio de Sanidad y Consumo, como
señalé en el Pleno de esta Cámara, ha emprendido una línea completa
de investigación de los hechos, en la cual se tienen en cuenta tanto
investigaciones de orden técnico relativas a la calidad y seguridad
del producto Althane A-18 como investigaciones de tipo
epidemiológico, con el fin de tener en cuenta cualquier otro factor
que pueda haber tenido influencia en estos sucesos. Las líneas de
esta investigación, señorías, son las siguientes: El Ministerio de
Sanidad y Consumo ha solicitado a la Inspección de la Consejería de
Sanidad de Valencia,



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autoridad competente en estas actuaciones en lo que se refiere al
problema del hospital Virgen del Consuelo, de Valencia, y al mismo
tiempo, al estar establecida en Valencia la empresa distribuidora
Baxter, Sociedad Limitada, le hemos solicitado una recogida
reglamentaria de muestras de estos dializadores en los locales de
dicha empresa. Estas muestras, solicitadas en su momento a la
Comunidad Valenciana, corresponden a los dializadores inmovilizados
Althane A-18, tanto del lote potencialmente asociado a los
fallecimientos como de otros lotes de este mismo tipo de dializador.

Igualmente, las muestras tomadas contienen unidades distribuidas al
hospital de la Princesa, unidades distribuidas a la clínica Virgen
del Consuelo y unidades sin distribuir almacenadas en los locales de
la empresa. Con ello se pretende que los análisis reflejen tanto las
condiciones de lotes asociados a las muertes como posibles
diferencias entre este lote y otros pertenecientes al mismo producto,
lo que podría contribuir a la detección de un eventual fallo en el
sistema de calidad de la producción de la empresa. Estos ensayos se
están llevando a cabo en los laboratorios del Instituto de Salud
Carlos III, en el Instituto de Ciencia y Tecnología del Polímero del
Consejo Superior de Investigaciones Científicas y en el Centro de
Investigaciones y Desarrollo Aplicado. E función de los resultados
que se vayan obteniendo podrán proponerse otros ensayos adicionales,
con el fin de confirmar o descartar las hipótesis que en este momento
se están formulando.

Los análisis que se están efectuando son los siguientes. De tipo
biológico se han seleccionado los ensayos más significativos de
biocompatibilidad que son aplicables a los productos que entran en
contacto con la sangre, así como los específicos de dializadores. De
tipo químico y físico-químico, entre otros las características
físicas y físico-químicas de los dializadores, integridad de la
membrana, identificación de los materiales que componen las
diferentes partes del dializador, cesión de componentes a partir de
la membrana que está en contacto con la sangre y detección e
identificación de eventuales productos de degradación de la membrana.


Asimismo, se ha solicitado a la empresa Baxter documentación
exhaustiva sobre los procesos de fabricación y esterilización
seguidos por el producto, desde el suministro de las materias primas
que componen las diferentes partes del dializador hasta los
diferentes controles en proceso y en producto terminado. Esta
documentación incluye especificaciones de calidad, boletines de
análisis, hojas de fabricación, resultado de los controles realizados
en proceso, método detallado de producción y esterilización,
condiciones de los procesos, condiciones del envasado, del transporte
y del almacenamiento. Parte de esta documentación ha sido facilitada
por la empresa en una reunión mantenida el día 7 de septiembre en la
Dirección General de Farmacia y Productos Sanitarios. A dicha reunión
asistieron representantes del distribuir Baxter en España,
representantes del fabricante americano, responsables de fabricación
de la planta donde se fabrica la membrana del dializador en Miami y
responsables de la fabricación de la planta donde se fabrica el
dializador en Suecia. De esta reunión se ha levantado la
correspondiente acta. Quedan, no obstante, algunos aspectos por
completar, por lo que se ha requerido a la empresa el cumplimiento de
estos aspectos a la mayor brevedad posible, ya que estos datos pueden
ser fundamentales para evidenciar una posible desviación voluntaria o
involuntaria de las condiciones de rutina establecidas que pudieran
asociarse a los hechos producidos. A su vez, el Ministerio de Sanidad
y Consumo ha iniciado una investigación epidemiológica, en la que
participa el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud
Carlos III, con el fin de valorar todos los factores clínicos,
personales y materiales que concurrieron en los hechos. Estos
expertos han visitado el hospital universitario de la Princesa y han
establecido contactos con la comisión de investigación constituida
por la Consejería de Sanidad de Valencia. También se han personado en
el hospital Clínico de Barcelona, centro en el que también se utilizó
el dializador Althane A-18, si bien los fallecimientos que en él se
produjeron, 13 en total, no fueron asociados al uso del dializador.

En el curso de esta investigación se han considerado las condiciones
en que se realizaron las sesiones de diálisis, el tratamiento del
agua utilizada, las historias clínicas de los pacientes fallecidos,
la sintomatología presentada y los hallazgos postmorten que están
disponibles. Se ha realizado asimismo un análisis estadístico para
verificar si existe una relación significativa de asociación entre
los fallecimientos y el uso de los dializadores. Se cuenta igualmente
con la colaboración del Instituto Nacional de Toxicología del
Ministerio de Justicia, a efectos de poner en relación los hallazgos
de orden químico y físico-químico que vayan siendo obtenidos con la
sintomatología y cuadros clínicos de los pacientes fallecidos, así
como de los informes postmorten de que se dispone. Este organismo
puede ser de gran utilidad en los análisis de muestras biológicas que
sea preciso realizar.

Señorías, la relación de los hechos pone de manifiesto que el sistema
de vigilancia de productos sanitarios se puso en marcha de forma
inmediata, una vez que el ministerio tuvo conocimiento de los hechos.


También estarán de acuerdo conmigo en que existe suficiente normativa
y sistemas de garantía de calidad y control sobre las técnicas y
productos empleados en nuestro país en las diferentes técnicas de
diálisis. No podemos olvidar que cualquier sistema de seguridad y
control se basa necesariamente en la profesionalidad de todos los que
participan en el proceso. En el caso de los profesionales de los
servicios de nefrología del Sistema Nacional de Salud debo garantizar
y asegurar que son de primerísimo nivel y que sus técnicas son
reconocidas internacionalmente.




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Señorías, en el momento en que tengamos la información completa de
esta investigación que estamos llevando a cabo lógicamente la haremos
saber y se tomarán las medidas oportunas que se desprendan de esta
investigación.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Federal de Izquierda
Unida tiene la palabra la señora Castro.




La señora CASTRO FONSECA: Buenos días. Gracias, señora ministra por
su comparecencia.

Como ven, mi voz no ha mejorado todavía, por lo que voy a procurar
ser breve, porque como sanitaria y como persona estoy obligada a
cuidar mi salud. (Risas.)
Sinceramente, señora ministra, lo primero que quiero hacer es pedirle
disculpas porque no he podido estar en la primera parte de su
comparecencia sobre las listas de espera, tema que como usted sabe
también interesa tremendamente a Izquierda Unida; y también pedirle
disculpas porque he llegado tarde a esta segunda parte, cuya
comparecencia he pedido en nombre de mi grupo. Las razones son las de
siempre: somos grupo minoritario y yo tenía una rueda de prensa. No
obstante, le quiero decir que la intervención que yo he escuchado
sigue planteándome los mismos interrogantes que nos hemos venido
planteando hasta el momento.

Aquí hay cosas muy concretas, que son de las que yo voy a hablar, y
es que se producen cuatro muertes en la clínica Virgen del Consuelo,
de Valencia, señora ministra, entre el día 21 y el día 29 de agosto,
cuatro pacientes sometidos a hemodiálisis mueren de un modo inmediato
a la práctica de la hemodiálisis. Entre el 11 y el 18 de agosto
fallecen en el hospital de la Princesa, de Madrid, cuatro pacientes
también sometidos a hemodiálisis, que casualmente habían usado el
mismo lote de dializador utilizado en la clínica valenciana. Entre el
15 y el 21 de agosto, señora ministra, pasan seis días y yo le vuelvo
a hacer aquí la misma pregunta. ¿Por qué no saltaron las alarmas
sanitarias? Estamos hablando de muertes de pacientes. Usted dice que
saltaron y yo le digo que no lo hicieron. Le pregunto, ¿por qué?
Parece claro, desde nuestro punto de vista, que los mecanismos de
información en caso de fallecimiento han funcionado tarde y mal. Ha
habido muertes de pacientes de hemodiálisis en Valencia y en Madrid y
la impresión que han tenido los ciudadanos, y la impresión que hemos
tenido nosotros como grupo político, es que nadie estaba investigando
nada. Únicamente la empresa Baxter se defendía diciendo que sus
controles internos no habían revelado ningún problema. Supuestamente,
claro, la empresa Baxter tiene más interés que nadie en que funcionen
bien sus controles internos. Aparte de la expresión pública de la
empresa Baxter no ha habido ninguna otra. El caso es de tal gravedad,
señora ministra, que da motivos para inquietarse seriamente
sobre los mecanismos de control de nuestras redes sanitarias
públicas y privadas, sobre todo en lo que se refiere a la inspección
y a mejorar las políticas de inspección y de procedimiento
sanitarios.

Reconocemos aquí que la práctica de la hemodiálisis comporta riesgos
importantes y que todo el mundo lo sabe, pero eso no exime de la
responsabilidad de preocuparse de cómo es posible que en un período
tan corto de tiempo se produzcan tantas muertes y que el único que se
preocupa de dar explicaciones públicamente sea precisamente el
fabricante de los dializadores. La importancia de estos hechos no es
sólo cualitativa, siendo ésta gravísima, puesto que se trata de la
muerte de seres humanos -probablemente con un buen control de calidad
no hubiesen fallecido-, sino que además es cuantitativa. Fíjese,
estos pacientes han muerto, pero imagínese usted, señora ministra,
las 18.978 personas que en este país están sometidas a procesos de
diálisis, que vivieron una situación de tremendo estrés personal y de
tremenda angustia y que tenían que pasar por la máquina
obligatoriamente sin saber si ese era su último día de diálisis o su
último día de vida. Estos 18.978 pacientes, según los datos que da la
Organización nacional de trasplantes de finales del año 2000, reciben
tratamiento en más de 310 centros sanitarios entre públicos y
privados, con un volumen de negocio en torno a los 20.000 millones de
pesetas. Por tanto, no ha existido un mecanismo eficaz de control del
sector privado, entre otras causas porque falta la regulación del
sector y porque esta es una exigencia democrática que yo pongo encima
de la mesa y que espero que usted recoja, porque es su obligación. La
ausencia de regulación y control de las clínicas privadas es
responsabilidad del Ministerio de Sanidad y de las distintas
comunidades autónomas, pero también es suya. Usted es la máxima
responsable del Ministerio y, por tanto, no puede eximirse de
responsabilidad. Esa responsabilidad se acrecenta respecto a las
clínicas concertadas con el Sistema Nacional de Salud. Se lo dije el
otro día, se lo diré esta tarde, se lo digo esta mañana y se lo
seguiré diciendo cuántas veces tenga la oportunidad de hacerlo. Estos
hechos obligan a que se depuren las responsabilidades que se hubieran
producido, así como a que, de una vez por todas, se produzca una
regulación del funcionamiento de los centros sanitarios concertados
para asegurar una adecuada calidad asistencial a los enfermos que ahí
son atendidos y no solamente en materia de hemodiálisis, que es lo
que nos ocupa, sino también en otras materias. ¿Culpa de Baxter,
culpa de los centros? Teniendo en cuenta que la culpa es una cuestión
metafísica, se lo formulo de otra manera ¿responsabilidad de quién?
No obstante, los familiares, animados por la Asociación del Defensor
del Paciente han presentado denuncia colectiva y algunos
individualmente. Baxter dice que sus controles internos no han
revelado ningún problema; a mí no me han quedado claro en absoluto en
su



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intervención -a menos que antes de llegar yo, aunque creo que acabada
de empezar, lo haya dicho usted- cuáles han sido los otros controles
que han existido. Yo he oído hablar de Europa sin parar, de las
comunidades autónomas, de todo, menos de qué ha hecho el Ministerio
de Sanidad en esos días en que todo el país estaba pendiente de este
drama sanitario y, particularmente, los afectados.

Los sindicatos y los partidos políticos de la Comunidad Valenciana -y
termino, señor presidente- denuncian la falta de transparencia,
concretamente en esa comunidad autónoma, la idoneidad de las
condiciones y aparatos que rodean la prestación de hemodiálisis. Esto
no viene más que a avivar un debate que está ligado al Sistema
Nacional de Salud y que subyace a lo largo de toda mi intervención y
es cómo mejorar las políticas de inspección y de procedimiento
sanitario.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la
palabra el señor Fidalgo.




El señor FIDALGO FRANCISCO: En primer lugar, quiero dar las gracias
al señor presidente por el cambio en el orden del día para
facilitarnos nuestra tarea. También quiero dar las gracias a la
señora ministra por su comparecencia y por la información que nos ha
proporcionado. Es una pena que sea incompleta y, sobre todo, tardía.

Y como hemos podido comprobar bastante dilatoria y circundante, pero
muy poco concreta. La crisis producida durante el mes de agosto -
hace más de un mes- por la muerte de 12 enfermos en tratamiento
sustitutivo con hemodiálisis ha supuesto para un colectivo de 20.000
pacientes una situación de gran inquietud. (El señor vicepresidente,
Blanco García, ocupa la presidencia.) Es evidente que pueden
producirse fallos en un excelente sistema como el nuestro, pero a mí,
y a los ciudadanos a los que represento, nos preocupan no sólo estos
fallos graves -le recuerdo 12 muertes en dos semanas-, sino también
la solvencia del sistema y las posibilidades de mejora y prevención
en el futuro y, sobre todo, la garantía de que sus responsables
desempeñan sus cometidos de manera acorde con la excelencia que se
les supondría.

Queremos reafirmar nuestro compromiso con el sistema público de salud
español ante las acusaciones que de manera reiterada vierte la señora
ministra sobre el Grupo Socialista, cuando lo que hacemos es, en
representación de los ciudadanos, exigir información como primer
eslabón en la mejora del servicio público. Y lo hacemos aquí en esta
Cámara, sede de la soberanía del pueblo y no en tertulias
incendiarias, de las que usted tanto gustaba en otros tiempos. Nos
preocupa también que la autocomplacencia vacía de objetivos ciegue a
la señora ministra y le impida reconocer las alarmas que, a nuestro
juicio, se están disparando durante el último año. Da la impresión de
que usted va a remolque de los acontecimientos, parcheándolo todo con
papel y declaraciones
grandilocuentes y un afán desmedido de apartar de sí el
cáliz que aceptó en su día. Pero lo más grave de esta crisis es la
ausencia de liderazgo ante la sociedad en un momento difícil para
muchos ciudadanos. Usted se esconde cuando debe tranquilizar e irrita
cuando no es necesario. Ha perdido el don de la oportunidad y la
mesura y eso para un Ministerio como el de Sanidad, en el que se
establece con los ciudadanos un pacto de confianza y seguridad, es
determinante. Afirma que se ha actuado correctamente, pero, ¿hubieran
sido evitables las muertes de Valencia si se hubiera producido la
oportuna y consiguiente alarma? Eso es lo que debe determinarse y
corregirse. ¿Tenemos la seguridad de que en los estadísticamente
posibles futuros casos están diseñados y operativos los sistemas
oportunos de alarma? No se trata de buscar a posteriori chivos
expiatorios, sino de prever soluciones. Sabemos y conocemos de sobra
las bondades de nuestra cobertura sanitaria, pero ha ocurrido lo que
ha ocurrido. Ahora estamos aquí exigiendo que se pongan todos los
medios razonables y posibles para que no vuelva a ocurrir. A pesar de
lo que usted ha dicho la verdad es que aún hoy no sabemos lo que ha
pasado. De todas formas, y con ánimo constructivo, que nosotros
practicamos y del que usted duda sistemáticamente, le voy a apuntar
mejoras necesarias para que los enfermos se vean satisfechos y
seguros y usted pueda seguir presumiendo de sistema.

Primero, mejorar en el diagnóstico y seguimiento de las enfermedades
renales, lo que supone acortar los tiempos de espera para consultas y
pruebas diagnósticas; segundo, facilitar y mejorar el transporte y
disponer de más medios para el mismo (le recuerdo que hay pacientes
que para cuatro horas de diálisis utilizan doce horas de su jornada,
a días alternos, y muchas veces las de sus familias y amigos, que son
los que verdaderamente soportan los cuidados); tercero, acercar la
diálisis a los domicilios con más centros y con el estímulo de
programas alternativos (la diálisis domiciliaria, la peritoneal,
etcétera); cuarto, dotar de más medios técnicos y humanos a las
unidades de diálisis para incrementar la seguridad, mejorar las
técnicas y procurar el confort (en muchos centros no hay taquillas ni
lugares donde cambiarse, y los sillones son potros de tortura en los
que permanecen casi cinco horas, tres días a la semana); quinto,
mayor control y homologación real de los centros concertados, con
inspecciones que garanticen la idoneidad; sexto, le rogamos también
que incentiven las líneas de investigación y procuren el
perfeccionamiento técnico y la disminución de los tiempos de diálisis
y, por fin, séptimo, revitalicen o intenten revitalizar los programas
de transplantes, trasladando a la sociedad que no sólo son un
servicio sanitario, sino sobre todo un compromiso ético que debe
caracterizarnos como sociedad avanzada.

En este sentido, le recuerdo que hay datos ya preocupantes de la
disminución de los trasplantes. Por esto,quiero reseñarle un titular
de un periódico de hoy



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mismo, en donde se afirma que la negativa familiar obstaculiza 400
posibles donaciones de órganos cada año. En boca de doña Blanca
Miranda: La tasa de negativas familiares ha crecido en los últimos
tres años y ya es del 22,1 por ciento. Quiero resaltar este hecho
porque es base de la esperanza de muchos enfermos y creo que nuestro
sistema, que es, ha sido y seguirá siendo ejemplar, merece aquí un
refuerzo.

Como estamos convencidos de la importancia de este tema, quiero
terminar recordando lo que el experto americano en bioética Arthur
Kaplan manifestó ante del Congreso de su país: Lo que caracteriza
realmente a los trasplantes no es la tecnología ni su coste, sino la
ética. Los trasplantes son el único campo de la sanidad que no podría
existir sin la gente. Es el ciudadano quien, en vida o tras su
fallecimiento, hace posible que sus órganos o tejidos sean
trasplantados a otras personas. Si no se produjera esta donación, los
trasplantes no podrían continuar. Es cuestión a la que la gente hoy
es muy sensible, para bien y para mal.

Señora ministra, comprométase de verdad y vigile para que no se den
efectos adversos e indeseados en la información, y presuma de sistema
cuando tenga los deberes hechos.




El señor VICEPRESIDENTE (Blanco García): ¿Grupos que desean tomar la
palabra? (El señor presidente ocupa la presidencia.)



El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Aymerich.




El señor AYMERICH CANO: Supongo, señora ministra, que podré hablar a
pesar de pertenecer a un partido nacionalista y originarse este
problema en el seno del Insalud, porque, aparte del que ya se dio,
hay otro argumento más y es que estamos hablando de una soberanía que
dicen ustedes que es indivisible. Por tanto, como no se puede dividir
en parcelas, tengo también derecho a hablar, sobre todo porque es un
problema que pudo haber afectado a Galicia.

Respecto a las competencias autonómicas, sí, efectivamente; lo que
pasa es que lo que no sirve es acordarse de las competencias
autonómicas como de Santa Bárbara, cuando truena, cuando hay una
crisis alimentaria como la de las vacas locas y se echan pelotas
fuera diciendo que es competencia de las comunidades autónomas, que
el ministerio lo hace todo bien. Para usted, señora ministra, parece
que la culpa siempre es de los otros, el ministerio siempre cumple
con su labor, siempre realiza adecuadamente sus funciones. Pero yo
creo que lo que hay que ver aquí es cuál es su labor, cuáles son las
funciones del ministerio, dentro de ese respeto a las competencias
autonómicas, y si, en este caso concreto de las muertes de varios
pacientes de hemodiálisis, el ministerio cumplió o no con sus
funciones.

Respecto del sistema de alarma, ya se han referido a ello los
portavoces que me han precedido en el uso de la palabra. Señora
ministra, el sistema de alarma no funcionó; si hubiera funcionado,
seguramente, como acaba de decir el señor Fidalgo, no tendríamos que
lamentar los muertos de la clínica de Valencia. Si hubiese funcionado
los días 16, 17 y 18 de agosto, esa medida preventiva se podría haber
adoptado con antelación y se podrían haber evitado esos problemas.

En cuanto a la relación con las clínicas privadas o concertadas,
todos compartimos su afirmación de que los equipos de nefrología
españoles son un ejemplo de profesionalidad. Pero sabe usted, señora
ministra, que el problema no está ahí. El problema está en qué sucede
con las empresas en las que esos profesionales prestan sus servicios,
si hay o no una adecuada inspección por parte del ministerio.

Para acabar, quiero decirle que el ministerio falló doblemente. En
primer lugar, porque el problema surge en el seno del Insalud
(quedamos en que puedo hablar de él, ¿no?), se origina en Madrid. El
Insalud aún depende de usted, aún depende del Ministerio de Sanidad
y Consumo, y quien no notificó el problema a tiempo fue el Insalud, el
Ministerio de Sanidad y Consumo es el responsable. En segundo lugar,
atendiendo a las competencias que el Ministerio de Sanidad y Consumo
tiene como coordinador del sistema estatal de salud, ¿por qué no
funcionó esa coordinación? El sistema de alarma, el sistema de
farmacovigilancia, etcétera, en este caso no funcionó.

En su intervención anterior habló usted de muchas cosas, pero cuando
se habló del mapa transferencial -entre otros sintagmas extraños que
usted utilizó- dijo que con el nuevo sistema de financiación van a
cambiar muchas cosas. Efectivamente, tendrán que cambiar muchas
cosas, el ministerio tendrá que replantearse cuáles serán sus
funciones en ese nuevo contexto, pero yo creo que también hay algo
que debe cambiar y es la responsable de ese ministerio. Debe cambiar
el contexto, debe cambiar la política, pero debe cambiar, y yo creo
que ya es urgente, la responsable de ese ministerio porque vamos de
problema en problema y de despropósito en despropósito.

Repito que hablo de un tema que, afortunadamente, no afectó a
Galicia, pero si el problema no llegó allí no fue por el ministerio.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario de Coalición Canaria,
tiene la palabra la señora Julios Reyes.




La señora JULIOS REYES: Buenos días. En primer lugar, agradecemos la
presencia de la señora ministra en esta Comisión y, en segundo, pido
disculpas por mi ausencia en el primer punto del orden del día de hoy
porque, por tener que compartir mis actividades,



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no he podido estar presente, pero seguiré el debate, como es obvio,
por el «Diario de Sesiones».

En cuanto a este punto, entendemos que en estos momentos -y así creo
haberlo entendido de lo que se ha desprendido de las palabras de la
señora ministra- se está en un proceso de investigación sobre el tipo
de relación causal que pueda existir entre las sesiones de
hemodiálisis con un determinado aparato de dialización y las muertes
que se han producido. Desde nuestro punto de vista, muchas de las
reflexiones más profundas que pudieran suscitarse van a depender del
resultado de la investigación. Usted ya nos ha informado, pero
esperamos que en su réplica nos pueda decir, aunque ya sé que es
difícil en un proceso de investigación, cuál es el panorama en tiempo
para tener un poco de luz, desde el punto de vista científico, sobre
este tema. Por supuesto, entendemos que es importante que, una vez
que las investigaciones estén concluidas, haya una información con la
más absoluta transparencia, no sólo por lo que significa de cara a
los afectados y a sus familiares, sino al resto de los usuarios de
una técnica que cada vez se instaura más, por muchas razones, como
técnica terapéutica. Por sus palabras podemos deducir que nuestro
país se encuentra, en general, en un nivel de calidad y de seguridad
reconocido en cuanto a la ejecución de esta técnica. Por el propio
hacer de los profesionales sería bueno que no se pusiera en
entredicho el desarrollo de esta técnica en el Sistema Nacional de
Salud, sobre todo de cara a la seguridad del resto de pacientes que
se tienen que seguir dializando.

Entendemos que también producto de esa investigación va a poderse
dilucidar qué responsabilidades, si las hubiera, se tendrían que
compartir, ya no sólo por conocer si existe o no una relación causal,
sino en cuanto al proceso de gestión de la crisis, y ya no sólo desde
el punto de vista judicial, sino desde un punto de vista de
reflexiones y administrativo, y me voy a centrar ahora en esta parte.


Yo entiendo que, producto de los resultados de la investigación y
desde un punto de vista práctico, sería importante, por un lado,
revisar todo lo que es el proceso de autorización de productos
sanitarios, los mecanismos de control de calidad, etcétera, y, por
otro lado, revisar y reforzar, a la luz de la investigación, todos
los mecanismos de alerta, los mecanismos de identificación de
riesgos, y ya no digo de riesgos evidentes porque se conozca una
relación causal, sino que cuando se rebasen determinados umbrales de
morbilidad o de mortalidad con respecto a un procedimiento es cuando
se deben disparar las alarmas.

Entendemos que este es un trabajo del Sistema Nacional de Salud en su
conjunto y a través del Consejo interterritorial se debe realizar la
labor de coordinación entre el Ministerio y el resto de los servicios
autonómicos que están implicados en el correcto funcionamiento de
cualquier red de vigilancia o de alerta. Quizá habría que reflexionar
sobre la importancia de reforzar todo lo que se refiere a las
políticas de
calidad, a los aspectos de inspección, y en este sentido entendemos
que el papel que debe ir configurándose ante la nueva situación,
después de las transferencias del Ministerio, no es tanto el papel
producto de una gestión directa, sino fundamentalmente el de
coordinación en este caso.

Entendemos que no es el papel del Ministerio, por ejemplo, realizar
protocolos científicos, que yo creo que están ampliamente
desarrollados por las propias comunidades autónomas, por las propias
comunidades científicas, etcétera, pero me parece que, a la luz de
desgraciadas situaciones como las que estamos hoy aquí debatiendo,
hay que sacar las reflexiones que nos permitan potenciar, por un
lado, el papel de coordinación del Ministerio con todos los servicios
autonómicos de salud y, por otro, la importancia de los sistemas de
información. Por tanto volvemos a incidir en que haya unos
indicadores mínimos -y cuando estamos hablando de una alerta y de una
red de vigilancia con más razón aún- y unos estándares comunes para
todo el Sistema Nacional de Salud para identificar en qué momento,
desde cualquier punto, sea un centro público o privado, debe saltar
la alarma y, al igual que en la red de farmacovigilancia -voy
terminando-, que lleva, a mi entender, muchos más años de práctica y
de cultura inclusive entre los propios profesionales, hay que
reflexionar para reforzar las redes de vigilancia en lo que se
refiere a productos sanitarios, porque esto nos permitiría, con
independencia de conocer la relación causal o no sobre este tema,
poder estar ofreciendo las prestaciones con una serie de productos
que nos permitan un mayor rango de seguridad.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra la señora Uría.




La señora URÍA ETXEBARRÍA: Señora ministra, intervendré de manera muy
breve y nuevamente saldré huyendo, puesto que los portavoces de
Interior comemos hoy con el vicepresidente primero, y tampoco me
parece correcto llegar tarde.

Nada tengo que objetar, en nombre del grupo parlamentario al que
represento, ante la utilización del dializador de Baxter, que en
principio no era previsible que fuese a generar riesgos o efectos
adversos, puesto que cumplía con los requisitos que la normativa
exige, y nos parece también correcto que se haya iniciado el
expediente con los correspondientes y exhaustivos análisis técnicos
para llegar a saber el porqué.

Sí hay dos cuestiones sobre las que me gustaría preguntarle para
saber si ha habido un mal o un mejorable funcionamiento del sistema.

No prejuzgo, señora ministra, simplemente lo pregunto. En lo que yo
conozco, los fallecimientos producidos en el hospital de la Princesa
son los días 16, 17 -dos personas ese día- y 18. Esto hizo sospechar
a los médicos del centro que podía haber una relación causal con el
dializador y el



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hospital de la Princesa deja de utilizarlo y comunica los hechos a la
empresa Baxter, pero ni el hospital ni la empresa Baxter lo comunican
al ministerio. Si uno lee el artículo 99 de la Ley General de
Sanidad, parecería que se ha incumplido un deber que incumbe a los
profesionales de la sanidad, igual que a los fabricantes, de
comunicar los efectos adversos de productos sanitarios usados de los
que pueda derivarse un peligro para la vida o la salud de los
pacientes. Si esto es así, si el hospital lo comunicó a Baxter pero
no al ministerio, y tampoco Baxter se lo dijo al ministerio, sí me
gustaría saber si se ha pensado o se ha barajado la posibilidad de
iniciar algún expediente sancionador frente al hospital, por no
comunicarlo al ministerio, o frente a la propia empresa, conforme a
la normativa de contratación, que llegaría a la imposición, si no de
sanción, sí de alguna prohibición de contratar. Si esto no es así, a
lo mejor sería bueno que lo contemplásemos como corrección de la
normativa en un futuro. En todo caso, si se ha barajado la
posibilidad de hacer campañas de información entre los profesionales
de la sanidad para que en casos que pudieran ocurrir en un futuro
-ojalá no se produzcan nunca- se pudiera actuar con una mayor
diligencia, comunicándolo por lo menos cuanto antes al ministerio.

En relación con lo ocurrido en Valencia, los fallecimientos son
posteriores, y a lo mejor, de haber actuado debidamente, según el
íter de los hechos que he relatado, el hospital de Madrid o la propia
empresa, podrían haberse evitado. Son, repito, en fechas posteriores,
el 21 y el 22 y luego ya a partir del 27. Para cuando la Comunidad
Valenciana lo comunica al ministerio es ya el día 29 y para cuando
por el ministerio se toma la decisión de retirar del mercado los
dializadores es el día 31. Sé que es poco tiempo, son dos días, pero
me gustaría preguntarle si ante la alarma -y ya los datos ciertos
iban ocurriendo- hubiese sido posible una mayor diligencia o si no
hubiese sido posible, cuando menos, hacer llegar, si no a la opinión
pública sí a los propios usuarios de la diálisis, una hoja
informativa o explicativa de cuál era la situación -que sé que se les
dio ya en días posteriores- que les hubiese evitado por lo menos en
esos días inmediatos a la producción de los sucesos la angustia con
la que vivieron. Repito, no sé si esto era posible, simplemente se lo
pregunto a los efectos de saber si algo en el sistema de
comunicaciones, de notificaciones o de posibilidades de sanciones
falló y si a lo mejor es necesario que se produzcan modificaciones en
la normativa.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència
i Unió), tiene la palabra la señora Riera.




La señora RIERA I BEN: Con brevedad, señora ministra. Más que nada
quiero hacerle una reflexión en voz alta en nombre de mi grupo
parlamentario.

No deja de ser sorprendente que en el siglo XXI, en la sociedad de la
información, estemos planteando y evidenciando una serie de
dificultades no lógicas con el momento que vivimos para transmitir de
manera inmediata, ante una situación en principio preocupante,
informaciones o comunicaciones a todo el territorio, en este caso del
Estado español, tanto a los hospitales públicos como privados,
concertados, etcétera. Algo no funciona cuando, en una sociedad que
se permite ver en directo -hemos tenido una desgraciada experiencia
estos días- un atentado tan horrible como el que se ha vivido en
Estados Unidos, los medios nos permiten contemplar estas miserias y
no sabemos utilizar los medios de que disponemos para poner en
situación de alerta a todos los hospitales y a todos los centros del
territorio español donde se practica hemodiálisis. Algo no funciona.

Es esta la reflexión que podría poner encima de la mesa, porque
encontrar un equilibrio entre no alarma social y sí alerta sanitaria
es algo que los responsables políticos de los distintos niveles de
competencia, desde las comunidades autónomas hasta el propio
ministerio, debemos saber hacer de manera contundente y sin
paliativos. Cuando saltó estos días a los medios de comunicación la
desgraciada circunstancia (yo creo que es más exacto decir diez
muertes, porque las dos de Barcelona hasta el día de hoy no se ha
reconocido que tengan una causa ni directa ni indirecta con el
proceso de hemodiálisis, sino que eran personas con unas patologías
muy complicadas susceptibles de que falleciesen por otras causas)
insisto, por la información que tenemos hasta ahora, lo que no se
comprende es que saltada la alerta no se encontrase una manera de
anunciarlo sin provocar alarma social. Usted misma lo ha dicho y es
exactamente así, señora ministra, 19.000 personas reciben un
tratamiento de hemodiálisis en el conjunto del territorio español,
por tanto, son 19.000 -que son muchas- las que pueden vivir gracias a
recibir este tratamiento. Es más, y lo ha dicho usted también,
personas que muchas por lo avanzado de su edad, años atrás hubiera
sido impensable que sobrevivieran con una patología tan complicada
como es una enfermedad de riñón. Por tanto, los responsables
políticos tenemos la obligación de generar tranquilidad, sobre todo
cuando se está jugando con un colectivo de personas tan importante,
para que la gente no tenga que sufrir, además de la enfermedad, una
angustia injustificada. Esto debe ser totalmente compatible, y
debemos exigirnos que lo sea, con que todas las alertas se disparen,
pero diferenciándolo de alarma social.

Insisto en la reflexión que hacía al principio. La sociedad de la
información y la sociedad de la comunicación nos permiten unas
posibilidades que no utilizarlas en beneficio del sistema no tiene
perdón. Ha saltado a los medios de comunicación sanitarios, y también
se han hecho eco del tema televisiones y periódicos en general, que
ha sido posible hacer una intervención quirúrgica a distancia.

Estamos ante unas posibilidades



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inmensas de comunicarnos. ¿Cómo no vamos a perfeccionar hasta límites
de una exigencia muy alta lo que el sistema permite hacer en
cuestiones de alerta sanitaria? Algo no funcionó bien del todo. No es
intención de nuestro grupo parlamentario discernir responsabilidades
políticas, si es que las hubiere, que en todo caso se verán en cada
comunidad, ni mucho menos atribuir una relación directa de causa-
efecto respecto a que haya una responsabilidad del laboratorio
Baxter. Este tema se está investigando y todos, y por descontado el
ministerio, estamos muy interesados -hizo usted declaraciones
contundentes a este respecto- en que se llegue hasta las últimas
consecuencias. Habrá que dirimir responsabilidades si se demostrase
que existe esta relación. Insisto, aunque hoy por hoy esto no esté
probado al cien por cien, lo que sí parece probado es que ante la
duda, la alerta no funcionó de manera adecuada. Dentro de todo hemos
tenido suerte, señora ministra. En principio parece que el lote que
presuntamente ha causado estas desgracias es pequeño. ¿Qué hubiera
pasado si se demuestra que hay una relación de causa-efecto y
estuviéramos hablando de un lote dializador, que en vez de
cuatrocientos y pico, como parece que es el conjunto de este lote,
tuviera una cantidad mucho mayor? Probablemente hoy estaríamos
lamentándonos de una desgracia muy superior a la ocurrida. Seamos
capaces de aprender de lo que ha sido un aviso grave, pero un aviso,
y saquemos consecuencias para que en lo sucesivo los sistemas de
alerta se disparen de manera eficaz, y seamos conscientes de que
cuanto más descentralizado esté el Sistema Nacional de Salud mejor
comunicado y relacionado debe estar el conjunto del sistema, para
poner sobre aviso de posibles problemáticas como la que hemos vivido.





El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la
palabra el señor Mingo.




El señor MINGO ZAPATERO: Muy brevemente, voy a exponer cuál es la
posición de nuestro grupo. En primer lugar, quiero dar la bienvenida
y agradecer a la ministra su presencia en esta Comisión, ya que de
una manera voluntaria, a petición propia, con la sensibilidad que le
caracteriza, además de la petición de los otros grupos políticos, ha
venido a la primera sesión de la Comisión de Sanidad a dar cuenta de
las gestiones que ha hecho el ministerio y de la labor llevada a cabo
por los distintos profesionales en un asunto tan desgraciado, tan
triste -y aquí creo que es donde está el debate y donde debemos
posicionarnos cada grupo- como ha sido el incremento de la mortalidad
en tres centros hospitalarios, en tres servicios de nefrología, en el
servicio de hemodiálisis para la atención de las enfermedades
renales, en concreto de la insuficiencia renal, la presencia de unas
muertes que incrementan la alta morbimortalidad que tienen estos
pacientes. Me refiero concretamente a los hechos, no a las impresiones,
acaecidos en el hospital de la Princesa en tres días del mes de
agosto. En esos días, 50 pacientes realizan hemodiálisis y hay cuatro
muertos. La elevada incidencia de mortalidad en ese servicio hace que
los profesionales sanitarios realicen estudios complicados pre y
postdiálisis, analizando las causas por las cuales se ha producido la
mortalidad en estos pacientes, que ya de hecho tienen una
pluripatología y una edad avanzada. El único nexo de unión en la
mortalidad (4 de 50) es la conexión de un dializador especial nuevo
en el tratamiento, al que todas SS.SS. se han referido a lo largo de
esta mañana. Los análisis y controles que hacen los profesionales pre
y postdiálisis en los enfermos sometidos a diálisis con el mismo
dializador, no encuentran ningún tipo de alteración. Esto es
importante. La causa de la mortalidad se desconoce en este momento y
los informes de las necropsias no encuentran ninguna causa -y aquí
hay portavoces expertos en la materia- de índole bacteriológico, de
índole de fiotoxicidad, de índole alérgica o bien de productos
radiactivos, de contaminación, para sugerir que sean las máquinas,
los dializadores en este caso. Pero es más, en los informes que
tenemos hasta ahora de los estudios analizados se demuestra que no
hay evidencia de que los dializadores hayan sido las causas de las
muertes. Es verdad que desde un punto de vista epidemiológico el
único nexo de unión es la presencia de estos dializadores en relación
con la posible causa del incremento de la mortalidad. ¿Cuáles son las
decisiones que toman los profesionales, los gestores y el ministerio?
Retirar preventivamente esos lotes con el objetivo de analizarlos
e investigar y de prevenir que, si esa fuera la causa, se volvieran a
repetir incrementos de mortalidad.

Es fácil empezar a elucubrar -y perdónenme, señorías- sobre qué
hubiera pasado si los lotes fueran mayores; qué hubiera pasado. Eso
contribuye a aumentar la desconfianza de los ciudadanos. Los
profesionales de ambos centros sanitarios han comunicado verbalmente
a todos los enfermos de nefrología tributarios de alguna de las
técnicas de limpieza de la sangre (diálisis peritaneal, hemodiálisis)
o en lista de espera de trasplante -como ha dicho algún portavoz- el
criterio de la seguridad, de la confianza y, sobre todo, de la
constante investigación para mejorar la asistencia sanitaria para su
enfermedad y la asistencia sanitaria en su globalidad.

La ministra ha insistido en las medidas que ella misma, como líder
del Ministerio de Sanidad y Consumo, ha señalado al Instituto de
Salud Carlos III, al Consejo Superior de Investigaciones Científicas
y al Instituto Nacional de Toxicología en relación con la
investigación de las causas, así como las medidas que ya manifestó al
Grupo Socialista en su comparecencia sobre la posibilidad de llegar
acuerdos en todo aquello que refleje o intensifique los mecanismos de
prevención y la mejora de la asistencia sanitaria en todo el Sistema
Nacional de Salud.




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Muchísimas gracias, ministra, por su comparecencia.




El señor PRESIDENTE: Cuando quiera, puede dar contestación la señora
ministra.




La señora MINISTRA DE SANIDAD Y CONSUMO (Villalobos Talero): Muchas
gracias a los portavoces por su interés en la búsqueda de soluciones,
en el caso de que esto fuera un gravísimo problema como han dicho
algunos, y por la aportación de ideas para mejorar cada día más el
sistema.

Después de algunas intervenciones uno se debate entre decir las cosas
exactamente como han sucedido -cosa que suelo hacer- e intentar
ocultarlas o disimularlas, por aquello de que siempre tenemos que
buscar un motivo para atacar políticamente. Yo entiendo que haya un
debate político porque siempre lo he practicado y, por otra parte, no
es que crea que tenga que aceptar, como decía el portavoz de un grupo
en un debate en el Pleno, la postura de los grupos de la oposición;
no tengo por qué aceptar o no. Los grupos de la oposición tienen el
derecho de decir lo que quieran, aunque digan una tontería. Debo
analizarlo sin enfadarme, como decía alguien, por muy desagradable
que sea y por muchos ataques personales que me dirijan. Digo esto
porque me parece preocupante -y es difícil buscar las palabras
adecuadas, a pesar de llevar año y medio acudiendo a esta Comisión
como ministra, oyendo y analizando las intervenciones de los grupos-
que se me acuse de que he sido poco concreta y que se me diga que
tengo que hacer uso de mayor mesura, después de una intervención
absolutamente descalificadora por parte de un portavoz que conoce
este asunto muchísimo mejor que yo porque es profesional de la
sanidad. No me puede decir que he sido poco concreta porque he sido
profundamente concreta. Exigir información en la Cámara, toda la que
quieran, por supuesto, señor Fidalgo. Acerca de la mesura en las
intervenciones, he sido bastante mesurada, usted no; usted ha hecho
descalificaciones un tanto fuertes. A mí no me importa demasiado que
usted me descalifique, se lo digo con sinceridad, me trae sin
cuidado. Lo que ya no me trae tan sin cuidado y lo que sí me preocupa
es que aprovechando las descalificaciones se ponga en duda cuestiones
que estos días atrás usted ha puesto en evidencia, o lo ha intentado.


Aquí se ha dicho que hay en torno a 20.000 personas -lo hemos dicho
todos- que dependen para vivir de una máquina. Por eso hay que tener
mucho cuidado en si se le crea inquietud o no se crea más allá de lo
razonable. (Rumores.) Desde luego, señor Fidalgo, sinceramente le
digo -y se lo digo con dolor- que usted no ha sido profundamente
sensato en este caso.

Me parece dura -y lo han repetido algunos portavoces- una pregunta
que si la dejamos en el aire podría parecer que responde a la
realidad: si se podían haber
evitado las muertes de Valencia si el hospital de la Princesa hubiera
actuado de otra forma. Por varias razones me parece peligroso que se
pueda decir esto. En primer lugar, el servicio de nefrología del
hospital de la Princesa -lo he dicho también públicamente- actuó de
una forma adecuada. Ese servicio cuando encuentra un problema analiza
en profundidad las causas por precaución, que es un eje fundamental
para la sanidad, decide cambiar y analizar no solamente el dializador
sino también el agua y los productos que han intervenido, así como
controlar a las personas que han intervenido; quiere decir que ese
servicio, que esos profesionales de la sanidad lo están haciendo
adecuadamente. Resulta que por las pluripatologías de los pacientes,
y por su edad el servicio de nefrología como el de cardiología, como
el de medicina preventiva estiman que tomando las medidas de
prevención que adopta el servicio de nefrología, cubriendo todas las
posibilidades es suficiente. Esto significa que actúan adecuadamente.


Sinceramente hay que decirlo con claridad: El servicio de nefrología
del hospital de la Princesa actúa adecuadamente. Ese servicio no
sabía qué dializadores o cualquier otro producto habían sido
distribuidos, porque esa información sólo la tiene la empresa. Saber
si un producto ha sido distribuido en X o en X más Y hospitales sólo
lo sabe la empresa y no el hospital de la Princesa. Por tanto, tal
vez la empresa tendría que haber comunicado al ministerio, cuando se
lo comunica el hospital de la Princesa, que hay dos o tres hospitales
más que tienen ese mismo lote de ese dializador. ¿Porque sabían que
estaba mal? No. Por precaución, simplemente, señores diputados.

Porque todavía, como ha dicho el portavoz del Grupo Popular, no se
sabe claramente cuál es la razón del fallecimiento de estas personas.


Algún portavoz ha dicho que podría ser el dializador y algún otro ha
comentado que Baxter ha sido el protagonista de la información de
estos días y ha dicho que sus dializadores no tienen ningún problema.


Lo ha dicho, pero eso al Ministerio de Sanidad y al equipo que está
investigando ni les preocupa ni les ocupa. De lo único que nosotros
nos estamos ocupando, como he dicho aquí, es de las investigaciones
que se están haciendo dirigidas por el Ministerio a través del Carlos
III y de la dirección general de Farmacia. Lo que diga la empresa es
problema de la empresa. La credibilidad que tenga la empresa no es
problema del Ministerio de Sanidad ni, desde luego, de la ministra de
Sanidad. Para mí no es justificación para dejar de investigar ni para
decir que no es responsable el dializador. Tampoco puedo decir que lo
es, porque la investigación no se ha concluido. Efectivamente, como
han dicho la señora Julios y la señora Riera, tenemos el máximo
interés en que la investigación se finalice lo antes posible, pero
cuando tenga que estar finalizada, cuando se hayan hecho todas las
pruebas que haya que hacer. En ese momento, lógicamente, será público
y se tomarán las medidas, si es que hubiera que tomar alguna.




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Yo creo, y lo digo con sinceridad, que el hospital de Valencia actuó
convenientemente. ¿Funcionó o no funcionó la red de alerta? Yo creo
que sí. La red de alerta la componen, exactamente igual que la de
farmacovigilancia, una estructura que por cierto, señora Riera, se
comunican a través de ordenadores, es decir, de los nuevos sistemas
de comunicación, y por tanto, sí se está aplicando; de hecho se está
aplicando en cada uno de los mecanismos, tanto para el sistema de
medicamentos como para el sistema de productos sanitarios. En el
momento en que el ministerio, la dirección general de Farmacia, que
es la responsable de producir esta información al conjunto del
sistema, dispuso de ellos, funcionó inmediatamente, para los
medicamentos a través de la Agencia Española del Medicamento, y en
los productos sanitarios, a través de la dirección general de
Farmacia. Tres horas se tardó. Pasa un tiempo desde que llega la
información a la dirección general de Farmacia, que analiza la
información, porque aquí no consiste en que alguien llame y diga que
cierto producto causa tales efectos adversos para retirarlo. Hay que
investigar si eso es cierto, porque podría producirse que se hubiese
retirado sin investigar y tengamos una demanda de una empresa porque
hemos retirado un producto o un medicamento que no estaba
científicamente demostrado ni como prevención que tuviese que ser
retirado. Por tanto, la dirección general de Farmacia tiene que
investigar y tiene que hablar con los servicios de nefrología, en
este caso, de los tres hospitales implicados para ver ese nexo de
unión y decidir por precaución que es bueno retirarlo. Lo hace
inmediatamente, en tres horas. (Rumores.) En consecuencia, los
mecanismos han funcionado. ¿Qué los sistemas de sanciones a las
empresas debe ser revisado, como ha planteado la portavoz de EAJPNV?
Es probable, y lo estamos haciendo. Es decir, si se demuestra
fehacientemente que una empresa tiene un problema de esta naturaleza
y tendrá que pagar un precio por lo que haya hecho. Pero esto ahora
mismo, tal como está, no existe. Y todavía -insisto- no está
demostrado cuál es la causa real de los fallecimientos que se han
producido. Yo creo que la investigación que se está haciendo es
correcta, señora Uría. ¿Es mejorable el sistema? Lo estamos
analizando. El sistema del medicamento funciona por un convenio que
firma el ministerio con las diferentes comunidades autónomas,
financiado por el ministerio, para favorecer que los mecanismos
fluyan rápidamente. Estamos analizando la posibilidad de firmar ese
tipo de convenios también con el conjunto de comunidades autónomas
para aligerar los procesos y que se conozca mejor el sistema de
vigilancia de productos sanitarios. Habla de que el hospital de la
Princesa calla. Dice que se podía haber evitado, volvemos a la misma
cuestión. Insisto, el servicio de nefrología actuó convenientemente;
cuando se entera por los medios de comunicación de que hay otro
servicio que tiene un problema, avisa al ministerio. Tal
vez si la empresa lo hubiese comunicado al hospital Virgen del
Consuelo, a lo mejor se podría haber evitado; pero tampoco lo podemos
decir. Por tanto, no creemos más dudas sobre un problema complejo
como éste o con aquello que tiene que ver con la sanidad.

Me gustaría decir al señor Aymerich que no es que yo me preocupe o me
moleste cuando un representante del BNG hable sobre el Insalud o
sobre el territorio nacional, sino que me alegro muchísimo. No sabe
usted la satisfacción que tengo cuando usted habla de algo más que
del BNG, no sabe usted la satisfacción que tengo. Se lo puedo
prometer, de verdad. Cuando usted pregunta por listas de espera en
Ceuta o en Badajoz, le juro que me alegro muchísimo de que lo haga. Y
si usted en un momento determinado ha podido interpretar mal mis
palabras, le pediría disculpas, porque ninguna de mis intervenciones,
ni con usted ni con nadie, ha ido en ese sentido, sino todo lo
contrario. Porque en sanidad -y siento decírselo, señor Aymerich- o
se hace precisión o se hace literatura, y usted ha preferido hacer
literatura, porque no acierta usted ni los días que se refieren al
espacio que hay entre lo sucedido en el hospital de la Princesa y lo
que sucedió, por desgracia, en el hospital de Valencia.

Señora Castro, alguno de los interrogantes que usted plantea no se
los puedo aclarar porque la investigación no está terminada, porque
no estoy ni en el hospital Virgen del Consuelo ni en el de la
Princesa y no soy nefróloga. Lo único que puede decirle exactamente
es cuáles son los procedimientos que se han producido a lo largo de
este tiempo y esperar a ver hasta dónde llega la investigación. Es
imposible que un sistema de alerta funcione en el mismo instante que
se produce una situación de cualquier naturaleza, incluida la muerte
de un paciente. Un paciente ha muerto en urgencias y los servicios
han tenido que analizar por qué ha muerto; si muere un segundo
paciente también hay que analizarlo y poner inmediatamente la red de
alerta en funcionamiento. Por lo tanto, sinceramente le digo que han
funcionado convenientemente y que el ministerio ha intervenido cuando
tenía que intervenir, inmediatamente. ¿Que no lo hemos hecho público?
Tal vez por el equilibrio, como decía la señora Riera, entre la
alarma social y la alerta sanitaria. Hemos hecho lo que teníamos que
hacer desde el sentido común. No es cierto que los componentes del
Ministerio de Sanidad no han hablado. El Insalud dio una rueda de
prensa el día 30 y explicó exactamente lo que se había producido y
las medidas que habían tomado. Desde sus competencias como Insalud,
todavía no transferidas comunicaron a la dirección general de
Farmacia que había un problema. Por consiguiente, sí hemos hecho los
deberes. A lo mejor no al gusto de ustedes. Eso es más que probable,
pero ¡qué le vamos a hacer! Ustedes mantienen sus posiciones y sus
discursos políticos; yo respeto todos, y ustedes tendrán por lo menos
que aceptar, aunque veo que algunos ni siquiera respetar, los
discursos políticos de



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los demás. (La señora Valentín Navarro: El problema es la gente.)
Señor Fidalgo -y acabo-, hemos hecho lo que teníamos que hacer. Los
enfermos que están en diálisis pueden seguir teniendo la seguridad de
que tienen el mejor sistema posible. Nosotros estamos trabajando
mucho en la posibilidad de potenciar una mayor donación de órganos
para conseguir que el número de trasplantes renales sea mayor. No es
cierto totalmente que los trasplantes estén disminuyendo en España,
eso no es cierto. Somos el primer país en relación con la cantidad de
población en el sistema de trasplantes. Los Estados Unidos tienen
cerca de 300 millones de habitantes y la relación es diferente. En lo
relativo a la población somos el mejor sistema, no de ahora, sino
desde hace mucho tiempo, y usted lo sabe igual que yo. Le puedo decir
que los trasplantes renales siguen creciendo. Según los datos entre
el 1 de julio y el 17 de agosto - que usted sabe como yo que no son
los mejores porque son meses complicados, porque hay mucha gente de
vacaciones y hay situaciones de toda naturaleza- se observa que se
han producido 383 trasplantes renales en el año 2000 y 388 en el año
2001. ¿Está satisfecho el ministerio, como todo el sistema, con los
trasplantes? Tenemos que seguir potenciándolos más, y esto está
profundamente relacionado -usted lo sabe mejor que yo- con la
donación. Se están haciendo campañas permanentes para conseguir una
mayor donación de órganos en los hospitales que haga posible un mayor
número de trasplantes. Yo he analizado con mucha atención las
propuestas hechas por usted y debo decirles sin ánimo de ninguna
naturaleza que parte de ellas tienen que ver más con la comodidad del
paciente, que nos preocupa mucho, que con la seguridad del proceso.

Le quiero recordar que en este momento estamos analizando la
seguridad del proceso. Estamos avanzando mucho en la comodidad del
proceso, pero en este momento estamos analizando solo y
exclusivamente la seguridad del proceso. Usted y yo, como el resto de
representantes en esta Comisión, estaremos de acuerdo en que el
proceso es seguro, que cuando suceden acontecimientos como estos los
mecanismos funcionan, que tenemos los mejores profesionales y que el
servicio de nefrología del hospital de la Princesa actuó
correctamente. (El señor Fidalgo Francisco y la señora Castro Fonseca
piden la palabra.)



El señor PRESIDENTE: Señora Castro, señor Fidalgo, saben, y me hacen
ser reiterativo, que no hay
turno de réplica. Salvo que sea por alusiones, el tema está
perfectamente debatido y explicado.




La señora CASTRO FONSECA: Señor presidente, por favor, es para dejar
claro que Izquierda Unida no es responsable; es la única respuesta
que se puede dar a la intervención de la ministra. Es fortísimo que
se nos niegue el derecho de réplica después de la intervención que
hemos tenido que soportar.




El señor PRESIDENTE: Señor Fidalgo.




El señor FIDALGO FRANCISCO: Al margen de las soluciones personales
que están fuera de tono y contrastan con el mío, quiero dejar claro
que cuando me refería a la mesura es porque la ministra ha perdido la
mesura en muchas cosas, lo ha demostrado aquí y lo viene demostrando
durante los últimos meses. También me preocupa mucho que haya perdido
la capacidad de liderazgo y que se escude siempre en los
profesionales del sistema sanitario para encubrir sus debilidades. El
problema realmente es la debilidad de la ministra, no la del sistema.





El señor PRESIDENTE: Señora ministra.




La señora MINISTRA DE SANIDAD Y CONSUMO (Villalobos Talero): En
primer lugar, he dado una explicación clarísima de todo lo que ha
ocurrido. En segundo lugar, señor Fidalgo, no sé a qué tipo de
liderazgo se refiere usted. Si el liderazgo consiste en alarmar a los
ciudadanos, en eso estará usted, yo no. Si consiste en tomar las
medidas oportunas, así lo estamos haciendo, y espero, señor Fidalgo,
que su grupo y usted, que habla tanto de liderazgo, a la hora de
analizar el futuro de la sanidad y de este ministerio, esté con
nosotros en buscar ese liderazgo. (La señora Valentín Navarro: Cuando
haya una ministra responsable.)



El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora ministra.

Antes de levantar la sesión, les informo que queda convocada, como
saben sus señorías, la reunión de Mesa y portavoces.

Se levanta la sesión.




Eran las dos y veinticinco minutos de la tarde.