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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 282, de 28/06/2001
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CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 2001 VII Legislatura Núm. 282



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NOTA INFORMATIVA: En la edición impresa de este Diario, sus páginas
aparecieron, por error, numeradas desde la 4957 a la 4976. Tal error
ha sido corregido en la presente edición electrónica.

(Vease 'DS. Congreso de los Diputados' Comisiones, núm. 285)
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COOPERACIÓN INTERNACIONAL PARA EL DESARROLLO



PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. JESÚS LÓPEZ-MEDEL BÁSCONES



Sesión núm. 12



celebrada el jueves, 28 de junio de 2001



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ORDEN DEL DÍA:



Comparecencia del señor secretario general de la Agencia Española de
Cooperación Internacional (Rodríguez Ponga) para informar sobre:



- Las líneas generales de actuación y los proyectos futuros de la
citada Agencia. A petición propia. (Número de expediente 212/000515.)
. . . (Página 8558)



- Las líneas generales que va a desarrollar durante su mandato. A
solicitud del Grupo Parlamentario Socialista. (Número de expediente
212/000475.) . . . (Página 8558)



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Se abre la sesión a las once y cuarenta minutos de la mañana.




El señor PRESIDENTE: Buenos días. Señorías, tenemos que agradecer de
una manera muy especial la presencia del nuevo secretario general de
la Agencia Española de Cooperación Internacional, don Rafael
Rodríguez-Ponga. Es ésta la primera ocasión en que él comparece ante
esta Comisión y sin duda bien sabe que van a ser frecuentes las
comparecencias que van a tener lugar. En privado, antes de esta
Comisión, me ha manifestado su disposición absoluta para establecer
una buena relación y una buena sintonía entre la AECI y esta
Comisión.

Procedo a dar el uso de la palabra al secretario general, don Rafael
Rodríguez-Ponga, para que dé cumplimiento a los dos puntos fijados en
el orden del día, explicando las líneas generales de actuación de los
proyectos que va a desarrollar durante su mandato.




El señor SECRETARIO GENERAL DE LA AGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACIÓN
INTERNACIONAL (Rodríguez-Ponga Salamanca): Señor presidente, esta es
mi primera comparecencia ante esta Comisión de Cooperación
Internacional para el Desarrollo del Congreso de los Diputados, que
se produce, como todos saben, tras mi reciente toma de posesión para
el cargo de secretario general de la Agencia Española de Cooperación
Internacional del Ministerio de Asuntos Exteriores. Comparezco con la
finalidad de explicar las líneas generales del trabajo que voy
a desempeñar, teniendo en cuenta que asumo el cargo ya con la
legislatura en marcha, y teniendo en cuenta que asumo el cargo con el
mismo ministro de Asuntos Exteriores, el señor Piqué, y con el mismo
secretario de Estado de Cooperación Internacional y para
Iberoamérica, Miguel Ángel Cortés, que es además presidente de la
Agencia Española de Cooperación Internacional. Ambos, tanto el
ministro como el secretario de Estado y presidente de la Agencia, han
comparecido ya ante esta Comisión, por lo que a mí me corresponde
realmente continuar la labor ya empezada con tanto acierto por el
equipo del Ministerio de Asuntos Exteriores.

La Ley 23/1998, de 7 de julio, de Cooperación Internacional para el
Desarrollo, en su artículo 15, considera que el Congreso de los
Diputados es el primer órgano rector de la política española de
cooperación internacional para el desarrollo. Queda por tanto
reflejada de forma evidente la importancia que tienen el Congreso y
esta Comisión ante la que hoy tengo el honor de comparecer.

Según la ley, la política de cooperación internacional para el
desarrollo es parte de la acción exterior del Estado y se basa en el
principio de unidad de acción del Estado en el exterior, como queda
definido en el artículo 3 de la ley. Para nosotros, como parte del
Ministerio de Asuntos Exteriores, la política de cooperación es no
sólo parte de la acción exterior del Estado, sino que es también
parte de la política exterior del Estado, puesto que la Agencia forma
parte del Ministerio de Asuntos Exteriores. Estoy convencido de que
es necesario el diálogo y el más amplio consenso parlamentario para
alcanzar acuerdos en una política de cooperación que, como digo, es
una cuestión de Estado, porque es parte fundamental de la política
exterior y de la acción exterior del Estado. En ese sentido, es bueno
recordar, como ya se ha hecho varias veces en esta Comisión, que,
como cuestión de Estado que es, la cooperación para el desarrollo ha
aumentado en España de forma impresionante en los últimos veinte
años.

Como ya han expresado el ministro y el presidente de la Agencia, la
ayuda oficial al desarrollo en España ha pasado de 22.000 millones de
pesetas en el año 1981 a los casi 300.000 millones de pesetas a los
que próximamente se va a poder llegar, o por lo menos tenemos la
esperanza de que podamos llegar a esa cifra de 300.000 millones de
pesetas muy pronto. En ese sentido, creo que va a ser muy útil y muy
interesante que hagamos un ejercicio de enorme interés político y
social, que es el contabilizar toda la ayuda española destinada a la
cooperación internacional al desarrollo. Es cierto que es necesario,
desde nuestro punto de vista, contabilizar no solamente la ayuda
oficial, sino también la ayuda privada, con datos objetivos, con
datos reales, que recojan en términos absolutos y también en términos
relativos la aportación que hace toda la sociedad española a la
cooperación internacional al desarrollo. Es importante poder
contabilizar en algún momento todo lo que la nación española aporta
al mundo en ese sentido. Los datos de la ayuda oficial al desarrollo
en el caso de España pueden resultar incompletos. En otros países
puede ser válido y puede ser un dato que refleje la realidad social
de un país, en el caso de España la ayuda oficial al desarrollo es
solamente una parte y es la generosidad de los españoles la que
ofrece al mundo unas enormes aportaciones. En España no todo se
canaliza a través de los impuestos, aunque tengamos unos objetivos en
cuanto al presupuesto de ayuda oficial al desarrollo; pero además de
lo que los españoles dan a través de los impuestos, la realidad
demuestra que la aportación española a la cooperación al desarrollo
es muy importante, es muy superior a lo que reflejan los meros datos
administrativos. Quiero decir públicamente que la labor desarrollada
por las organizaciones no gubernamentales para el desarrollo en la
educación y sensibilización en esta materia, en la organización y
realización de proyectos de cooperación o en la recaudación de
fondos, merece todos los elogios y por ello es importante y será
importante el poder contabilizar toda la aportación española a la
cooperación al desarrollo haciéndolo en relación con nuestro PIB.




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Señor presidente, asumo el cargo de secretario general de la Agencia
Española de Cooperación Internacional en sustitución de Jesús Gracia,
actualmente embajador de España en La Habana. Quiero expresar mi
reconocimiento al trabajo realizado por mi predecesor, gran conocedor
de Iberoamérica, gran conocedor del mundo de la cooperación, que ha
demostrado en la Agencia su capacidad de trabajo. Y es de justicia
reconocer el trabajo desarrollado por Jesús Gracia, no solamente en
cuanto a su trabajo como tal, sino porque desde el punto de vista
personal era mi jefe directo hasta hace unos meses, cuando yo era
director general de Relaciones Culturales y Científicas de la AECI.

Él como secretario general ha sido, por tanto, mi jefe directo.

Soy consciente de que en España hay cada vez una mayor atención, hay
una creciente importancia de la cooperación al desarrollo, de su
impacto en la opinión pública, de las demandas en la sociedad, de los
compromisos políticos, en definitiva, de la voluntad de ayudar al
prójimo. Hay dos pasos, que todos conocen muy bien, que creo que han
sido fundamentales: la creación de la propia AECI en 1988 y la ley de
1998, diez años después, que por primera vez fijó los principios,
objetivos y prioridades y determinó los órganos competentes. Uno de
esos órganos es precisamente la AECI y, según el artículo 25, queda
definida de la siguiente manera: 'La Agencia Española de Cooperación
Internacional, organismo autónomo adscrito al Ministerio de Asuntos
Exteriores a través de la Secretaría de Estado para la Cooperación
Internacional y para Iberoamérica, y presidido por su titular, es el
órgano de gestión de la política española de cooperación
internacional para el desarrollo, sin perjuicio de las competencias
asignadas a otros departamentos ministeriales'. El mismo artículo
remite al estatuto de la Agencia en cuanto a su organización, fines,
funciones y competencias. Este estatuto fue aprobado por el Consejo
de Ministros por Real Decreto 3424/2000, de 15 de diciembre, y en ese
estatuto de la Agencia aprobado hace unos meses vemos algunas
novedades importantes. En primer lugar, se crea por primera vez una
unidad de cooperación horizontal, la Subdirección General de
Cooperación Multilateral y Horizontal, que tiene grandes
posibilidades en todos los sentidos. En segundo lugar, se incorpora
la Dirección General de Relaciones Culturales y Científicas, al menos
en su parte específicamente dedicada a los países en vías de
desarrollo. En tercer lugar, la Oficina de Planificación y
Evaluación, la OPE, dependiente orgánicamente del secretario de
Estado, pasa a depender funcionalmente del secretario general de la
Agencia. En cuarto lugar, se produce la reorganización de las dos
direcciones geográficas, que pasan a denominarse Dirección General de
Cooperación con Iberoamérica y Dirección General de Cooperación con
África, Asia y Europa Oriental. Ahora estamos haciendo la adaptación
interna de esta nueva
Agencia a esta nueva realidad, a su nuevas necesidades, incluyendo en
todos los sentidos la adaptación de recursos humanos y materiales.

El presupuesto para el año 2001 es, en números redondos, de 42.200
millones de pesetas, cifra a la que hay que añadir los 10.000
millones de pesetas del fondo de microcréditos, que están en el
presupuesto del Ministerio pero que gestiona la Agencia. Por tanto,
globalmente la Agencia gestiona, en números redondos, 52.000 millones
de pesetas.

El reto es hacer de la Agencia un organismo cada vez más ágil, más
moderno, más eficaz, que cumpla con sus objetivos, que sea capaz de
cumplir con esos objetivos tan ambiciosos como nobles. Y llegado
aquí, señor presidente, permítame que dedique unas palabras de elogio
al personal de la Agencia, al personal actual y al personal anterior
también, porque en la Agencia lo que uno ve es un personal
funcionario y laboral que trabaja con enorme interés, con enormes
cualidades, con enorme dedicación, con enorme entrega y que tiene una
enorme voluntad de trabajo en todos los sentidos con respecto a la
cooperación, y por ello merece mi reconocimiento personal.

Uno de los logros fundamentales desde que el Partido Popular ganó las
elecciones de 1996 ha sido precisamente la Ley de Cooperación. Y como
consecuencia de ella tenemos ya el plan director 2001-2004, que
aprobó el Consejo de Ministros, que dictaminó esta Comisión y cuya
elaboración se aprobó con un alto consenso y nivel de participación
social, con espíritu de diálogo entre los agentes sociales de la
cooperación. El plan director establece tres prioridades o tres ejes
transversales. El primero, la lucha contra la pobreza, que es el
objetivo central y esencial de toda la cooperación para el
desarrollo. En segundo lugar, la promoción de la igualdad entre
hombres y mujeres. Y en tercer lugar la protección del medio
ambiente. Además, el plan director establece seis prioridades
sectoriales: las necesidades sociales básicas, inversión en el ser
humano, infraestructuras y promoción del tejido económico, defensa
del medio ambiente, participación social, desarrollo institucional y
buen gobierno y prevención de conflictos. Y por último también merece
una especial atención la ayuda alimentaria y la ayuda humanitaria.

Por prioridades geográficas, el plan director, salvo error u omisión,
establece 29 países programas, o sea, 29 países que son prioritarios
para la cooperación española. Estos países son, en América, El
Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, República Dominicana,
Bolivia, Ecuador, Perú y Paraguay. En el Magreb, Marruecos,
Mauritania, Túnez, Argelia y la población saharaui. En Oriente Medio,
los territorios palestinos. En África Subsahariana, Guinea
Ecuatorial, Guinea Bissau, Senegal, Cabo Verde, Santo Tomé,
Mozambique, Angola y Namibia. En Asia, Filipinas, China y Vietnam. Y
en Europa Oriental, Bosnia Herzegovina, Albania y Yugoslavia.




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Si hacemos un balance del trabajo de la Agencia durante el año 2000,
vemos que ya se estaba trabajando en las líneas del plan director
2001-2004: necesidades sociales básicas, gobierno y fortalecimiento
institucional, infraestructuras económicas, aspectos multisectoriales
de medio ambiente, igualdad de hombre y mujer, emergencias
humanitarias y alimentarias. Además, se hace una gran cooperación a
través de la Unión Europea, que representa el 21 por ciento de la
ayuda oficial española al desarrollo, y con otros organismos
internacionales, la mayoría de ellos dentro del sistema de Naciones
Unidas. Con el plan director 2001-2004 se pondrá en marcha también el
plan anual 2001, que se aprobará próximamente. Con los sucesivos
planes anuales confiamos en poder trabajar cada vez mejor para
cumplir los objetivos.

Permítame, señor presidente, que continúe con unas reflexiones sobre
la política de cooperación que deseo impulsar desde la Agencia. Creo
que ha llegado el momento de profundizar en una serie de principios
que aumentarán el beneficio de los países receptores y que aumentará
también el impacto de nuestra ayuda y por tanto la consecución de los
objetivos.

En primer lugar quiero subrayar, antes de todo, que trabajamos con
personas y trabajamos para personas, personas que tienen grandes
necesidades allí donde estén. La dignidad de la persona es el eje
central de la acción de cooperación, desde luego es el eje central de
la acción de la Agencia Española de Cooperación Internacional, con el
máximo respeto hacia todas las personas y, naturalmente, con el
principio de no discriminación por razón de sexo, color, raza,
religión, lengua, etcétera.

En segundo lugar, trabajamos de forma natural o espontánea con las
áreas geográficas o en los países con los que nos sentimos geográfica
o sentimentalmente más vinculados. No se trata solamente de trabajar
con los países menos avanzados, con los llamados PMA en las listas de
Naciones Unidas, como hacen otros países o como pretenden otros
países, sino que nosotros sentimos una especial vinculación, una
especial relación con determinadas áreas o con determinados países,
entre los cuales Iberoamérica y el Mediterráneo son evidentes. Y no
solamente es una cuestión sentimental o una cuestión geográfica, es
también una cuestión de eficacia. En esos sitios, en los que España
tiene unas mayores posibilidades, la cooperación española es más
eficaz que en otros sitios y es más eficaz la cooperación española
que otras cooperaciones.

Y hablado de áreas geográficas y de vinculación con otros países, y
dentro del plan Asia-Pacífico que ha aprobado el Gobierno, me
propongo ampliar en el futuro la acción de la Agencia de Española de
Cooperación Internacional hacia Timor y hacia los demás países y
territorios del Pacífico históricamente vinculados con nosotros.

Evidentemente, Filipinas es ya país prioritario, pero tendrá un papel
esencial. No nos podemos
olvidar de la situación de Timor, situación nueva, país que el año
que viene accederá a la independencia. Y si dedicamos una atención
especial al mundo iberoamericano, también podremos prestar una
atención especial al mundo iberoasiático-pacífico.

En tercer lugar, estamos convencidos de que el desarrollo necesita un
marco institucional adecuado y por ello nos esforzaremos en apoyar el
reforzamiento institucional, el fortalecimiento institucional, desde
la institución más básica y sencilla, como puede ser la familia,
hasta el apoyo a reformas administrativas y políticas que conduzcan
al buen gobierno, la lucha contra la corrupción, la consolidación de
la democracia y del Estado de derecho, las libertades individuales y
la defensa de los derechos humanos, empezando por el primer derecho,
que es el derecho a la vida. Y en ese sentido trabajamos en
cooperación con otros gobiernos, con otros agentes sociales y
trabajamos también con las centrales sindicales, y esto es una
novedad en la política de cooperación, por lo menos en la política de
cooperación de la Agencia Española de Cooperación Internacional, y es
que vamos a establecer unos programas de cooperación con las
centrales sindicales. De la misma manera que durante unos años en
España el apoyo de centrales sindicales de otros países europeos
significó un paso importante en la consolidación de la democracia,
estamos convencidos de que las centrales sindicales españolas, y en
concreto las centrales mayoritarias, Comisiones Obreras y UGT, pueden
prestar un gran apoyo en el fortalecimiento institucional, sobre todo
de los países iberoamericanos, y pueden contribuir por tanto al
desarrollo económico y social de esos países.

En cuarto lugar, estoy también convencido de que la coordinación es
indispensable. En España existe una gran pluralidad de agentes, está
la Agencia en el Ministerio de Exteriores, están los otros
ministerios, las comunidades autónomas, las diputaciones
provinciales, los ayuntamientos, las organizaciones no
gubernamentales para el desarrollo, y otras entidades como
asociaciones, fundaciones, universidades, empresas y centrales
sindicales, y estoy decidido a impulsar la coordinación en todos los
sentidos. Para ello la propia ley nos da los elementos de
coordinación, nos da el Consejo de Cooperación al Desarrollo, que ha
sido eficazmente reformado recientemente, nos da la Comisión
Interministerial de Cooperación Internacional y la Comisión
Interterritorial de Cooperación para el Desarrollo, que son los
órganos consultivos y de coordinación (entre comillas consultivos y
de coordinación) que marca la ley. Y junto a estos tres órganos
consultivos y de cooperación, vamos creando grupos de trabajo o
encuentros diversos, específicos, sobre la Unión Europea, sobre el
voluntariado, sobre microcréditos o, en su caso, sobre áreas
geográficas o sobre el estatuto del cooperante, todo ello mediante
reuniones de estos grupos de trabajo o de estas comisiones, para
lograr la



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máxima coordinación de los agentes de cooperación al desarrollo,
porque la coordinación es, como digo, indispensable para lograr los
fines de la propia cooperación.




Y por último, en quinto lugar, como quinta reflexión, quiero también
referirme a la mejor organización y transparencia en las
subvenciones, ayudas y becas de la Agencia. Estos instrumentos son
esenciales, vamos a potenciarlos, vamos a reorganizarlos y así
podremos llegar mejor a los países destinatarios. En ese sentido,
quiero decir a SS.SS. que la Agencia Española de Cooperación
Internacional sigue concediendo becas para estudios de doctorado en
España, para hacer tesis doctorales, y para ello basta con leer las
últimas convocatorias publicadas en el Boletín Oficial del Estado,
que vienen a desmentir de forma directa lo que alguien ha publicado
recientemente.

Para lograr los objetivos mediante ayudas y subvenciones, ya sea para
estrategias, para programas, para proyectos, para ayudas singulares,
el trabajo con las organizaciones no gubernamentales para el
desarrollo es esencial, de forma que quiero volver a elogiar el
trabajo que de manera general desempeñan todas ellas. Los
cooperantes, los voluntarios, los donantes, con su esfuerzo personal
y económico, hacen posible, mediante su trabajo, mediante sus
campañas de sensibilización, mediante la educación para el
desarrollo, mediante su esfuerzo, que entre todos cooperemos para
aliviar la pobreza del mundo.

Quiero terminar diciendo que confío en que la relación de la Agencia
Española de Cooperación, al menos mientras yo sea secretario general,
con esta Comisión del Congreso de los Diputados sea cada vez más
estrecha, porque, como cuestión de Estado que es, la estrecha
participación del Ejecutivo y del Legislativo será cada vez más
importante. Por ello, SS.SS. me tienen a su entera disposición.




El señor PRESIDENTE: Se me han anunciado algunos compromisos como
consecuencia de visitas de mandatarios internacionales. Yo quería
pedir moderación en el tiempo de intervención de los portavoces.

Rogaría que en esta primera intervención y para dar lugar, en su
caso, a una réplica y dúplica, procuren los grupos o los portavoces
intervinientes no exceder de diez minutos, aplicados obviamente con
flexibilidad. Ruego que, por favor, sea así.

En primer lugar, el Grupo Parlamentario Socialista había solicitado
la comparecencia del secretario general de la Agencia Española de
Cooperación Internacional. Tiene la palabra el señor Pérez Casado.




El señor PÉREZ CASADO: En primer lugar, no sólo por cortesía, sino
por convicción, quiero dar la bienvenida al secretario general de la
Agencia Española para la Cooperación Internacional.

Solicitamos esta una primera comparecencia para conocer cuáles eran
las intenciones, los designios, los objetivos del nuevo secretario
general. Comenzaré recogiendo la última parte de su exposición, y mi
compañera, la diputada Leire Pajín, hará una intervención breve sobre
el tema de las becas. Yo le diría, señor secretario general, con toda
cordialidad, que quizá éste no era el día más adecuado para empezar
su comparecencia ante esta Comisión; pero las cosas suceden como
suceden y hemos de hacer frente a ello.

Debo decirle que, desde el punto de vista de mi grupo, afirmar la
continuidad es una buena cosa, es lógico viniendo del mismo partido
que gobierna; pero agregar a continuación que es una continuidad que
viene desde el acierto, es algo que no podemos compartir.




Somos de los que hemos afirmado con reiteración, no siempre bien
comprendidos, que la cooperación al desarrollo es una parte
fundamental de la acción exterior de España y, por lo tanto, de su
Gobierno. Hemos insistido muchas veces en que, siendo considerable la
cantidad de ayuda oficial al desarrollo, siendo una cantidad
respetable, no se acerca a los objetivos de los que con frecuencia el
Gobierno del Partido Popular no quiere hablar, pese a haber firmado
acuerdos en 1992 y más tarde, y haber participado en conferencias
internacionales en donde no solamente se habla de la cantidad, sino
del porcentaje respecto del producto interior bruto que se destina a
la ayuda oficial al desarrollo.

Señor secretario general, nos hemos molestado en elaborar un pequeño
estado de la cuestión. La media de ayuda oficial al desarrollo de los
Estados miembros de la Unión es el 0.33 del PIB. España comparte la
cola de los quince países de la Unión, junto con Grecia e Italia, que
están muy por debajo. Pero es que además, a paso de quelonio, porque
-se ha hablado mucho de las tortugas en el debate del estado de la
Nación-, vamos retrocediendo con lentitud y con seguridad. Y si es
cierto, porque lo es, que el ejercicio de la solidaridad por parte de
nuestra sociedad es muy elevado, no es menos cierto que ello viene a
reflejar que la ayuda oficial, es decir, la que responsablemente
corresponde al Gobierno, es menor. No se corresponde el ejercicio
solidario de nuestra sociedad con el ejercicio público de la
solidaridad que debería hacer el Gobierno.

Dicho esto, si entráramos en el análisis de los puntos en los que
incidimos, algunos de ellos solemnemente proclamados con el
beneplácito y la adhesión del propio Gobierno de España, como es la
lucha contra la pobreza y las ayudas de emergencia, veríamos que las
cuotas respecto de los comportamientos de otros gobiernos de nuestro
entorno distan muchísimo en el caso de España. Y eso nos preocupa,
porque podemos estar de acuerdo en los grandes ejes transversales, o
como les quieran llamar, pero no podemos olvidar que el elemento
clave de la ayuda al desarrollo es la lucha contra la pobreza y el
cumplimiento de acuerdos inter-



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nacionales que España ha venido firmando, sobre igualdad de género,
acción para el desarrollo directo, educación, salud, etcétera.

No me voy a extender sobre esta cuestión, porque ya la hemos tratado
muchas veces. En esta primera comparecencia no quisiera reiterar
argumentos que el señor secretario general de la Agencia sin duda
alguna conoce a través de su antecesor o del propio secretario de
Estado. Nosotros creemos que siguen existiendo buenas intenciones
(las ha reflejado y cómo no compartirlas), pero los instrumentos y
los hechos no se compadecen entre sí. Y felicitándonos por esas
buenas intenciones que todos compartimos, deberíamos ir más a la
aplicación de políticas concretas que reflejen o que asuman acuerdos
internacionales y compromisos del partido del Gobierno, incluso
electorales (seguir la senda del 0,7 por ciento, llegar al 0,35 por
ciento en esta legislatura, etcétera.)
En lo que se refiere a la propia gestión de la AECI, tengo que
decirle con cordialidad que nos quedan dudas que me temo que van a
ser certezas. Ciertas disfunciones, por ejemplo, en la integración y
coordinación de los instrumentos para el desarrollo entre los
diversos ministerios. Ha hecho usted alusión a ello y nosotros
creemos que eso no está resuelto, aunque quisiéramos que lo
estuviera. La ley de 1998 asigna al Ministerio de Asuntos Exteriores
y a la Agencia, como parte de ese Ministerio, no sólo la coordinación
sino la dirección de la política de ayuda al desarrollo. Creemos que
quedan una serie de disfunciones entre los distintos ministerios, en
concreto con el de Economía a través de los instrumentos FAD, que
perturban o que no contribuyen a que haya esa acción común en el
exterior por parte de todos los organismos del propio Gobierno.

Nos quedan puntos que desearíamos aclarar. Por ejemplo, para cuándo
el plan anual de cooperación internacional de España de 2001. Somos
conscientes de los relevos, de los cambios, etcétera, y como buenos
cooperantes somos pacientes, muy pacientes, sin embargo, es
obligación del Gobierno traer a esta Cámara el plan anual de
cooperación y todavía no lo ha hecho. Esperemos que lo haga en algún
momento.

También nos gustaría saber de qué modo se incardinan los compromisos
internacionales de España y en qué grado de ejecución están, por
ejemplo, los compromisos adquiridos en las conferencias de El Cairo,
Pekín, Copenhague, etcétera. Nos gustaría también saber en qué grado
ha venido cumpliendo el Gobierno el acuerdo de esta Cámara acerca de
los objetivos prioritarios urgentes. Los que estuvieron en la
legislatura anterior recordarán aquello del 20 por ciento del
desarrollo social básico, el ocho por ciento de educación básica,
etcétera. ¿En qué modo las desviaciones están incumpliendo lo que fue
instancia de esta Cámara?
Antes de ceder la palabra a mi compañera Leire Pajín quería hacerles
una petición fuera de nuestro
orden del día, si no les parece mal, señor presidente. Acaba de
suceder en Madrid un terrible hecho que sacude a la conciencia y a la
opinión y, aunque éste no es el ámbito ni creo que se pueda tomar un
acuerdo, les pediría que se condenara el atentado que acabamos de
sufrir.

Con la venia de la Presidencia, cedo la palabra a mi compañera Leire
Pajín.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra la señora Pajín.




La señora PAJÍN IRAOLA: En primer lugar, como ya ha hecho mi
compañero, quiero agradecer la primera comparecencia del secretario
general de la Agencia, así como también que haya sido la única
persona del Gobierno que, aunque sea con una frase, haya aludido
a algo para nosotros tan sorprendente y desde luego tan negativo como
es la suspensión de las becas. Si hay una evidencia clara es que la
Agencia Española de Cooperación Internacional ha suspendido de manera
súbita más de un millar de becas que se venían otorgando, como usted
bien sabe, desde hace 54 años y, lo que es más grave, lo ha hecho sin
ningún tipo de justificación o, en el mejor de los casos, con
argumentos que más que evidenciar el desconocimiento de los términos
recogidos en la convocatoria parecen expresar la voluntad de
desprestigiar tanto a las becas como a sus beneficiarios. Sin ir más
lejos, el director de Relaciones Culturales y Científicas del
Ministerio de Asuntos Exteriores ha afirmado que estas becas se
estaban convirtiendo en una vía de inmigración laboral, cuando dentro
de la decimocuarta convocatoria de becas para estudiantes extranjeros
(punto 18 del apartado 12, referido a las obligaciones de las
adjudicaciones) se establece el compromiso de retornar al país de
origen una vez finalizados los estudios que motivaron la concesión de
la beca, a fin de aplicar los conocimientos adquiridos para el mejor
desarrollo de la sociedad de la que proceden; como sabe, espíritu y
filosofía por la cual se conceden desde hace tantos años este tipo de
becas.

También se ha argumentado que la oferta de becas se tendría que
adecuar a una menor disponibilidad presupuestaria, que ha sufrido una
merma importante por la creación de la Fundación Carolina; fundación
que ha recibido fuertes críticas de los rectores, quienes han
manifestado que los cursos de esta organización no tienen nada que
ver con los anteriores objetivos de excelencia académica y en cuya
elaboración se ha obviado la experiencia y el potencial formativo y
científico de las universidades españolas. La Conferencia de rectores
de universidades españolas ha sido una de las organizaciones que han
protestado por esta medida y que además se ha solidarizado con los
damnificados, al igual que lo quiere hacer mi grupo hoy aquí,
aduciendo que la renovación de las becas se venía produciendo para el
tercer y el cuarto año con regularidad desde el



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inicio del programa, calificando sus demandas como plenamente
legítimas. Pero los errores de esta suspensión, con ser muy graves,
no se limitan únicamente a una total carencia de justificación dado
que tanto el modo como la fecha de comunicación de esta suspensión
reflejan una clara improvisación que no es sino el resultado de una
nula sensibilidad social.

Al día de hoy, el resultado de la suspensión no supone únicamente la
interrupción de las investigaciones en curso y la invalidación del
trabajo de los años anteriores, sino que obliga a los investigadores
a regresar a sus países sin alcanzar su objetivo de formación, o bien
a permanecer en España ilegalmente, ya que su permiso de residencia
está vinculado a su trabajo investigador, a menos que su solvencia
económica les permita cumplir su objetivo de formación antes de
regresar a su país, donde ejercerán su profesión. Además, la Agencia
Española de Cooperación quiebra su compromiso, adquirido no sólo con
los investigadores sino también con sus países, dañando, a nuestro
modo de ver, tanto la proyección científica como la imagen exterior
de nuestro país.

Señor Rodríguez, al Grupo Socialista le gustaría que además de aludir
al tema de las becas con una frase, negando lo que los medios de
comunicación han publicado estos días, nos diera una explicación de
por qué se ha suspendido esta convocatoria, cuál es el objetivo de la
merma presupuestaria de la misma y si va a haber algún tipo de
política que pueda erradicar la situación dramática que viven los
becarios al día de hoy en nuestro país.




El señor PRESIDENTE: El tema planteado por el señor Pérez Casado de
condena del atentado que ha tenido lugar en Madrid será tratado, a
petición de todos los grupos, para hacerlo conjuntamente, al final de
la sesión. ¿Algún otro portavoz de los grupos presentes desea
intervenir? (Pausa.) Por el Grupo de Coalición Canaria, tiene la
palabra la señora Julios.




La señora JULIOS REYES: En primer lugar, quiero agradecer la
comparecencia del secretario general de la Agencia Española de
Cooperación, darle la bienvenida a la Comisión y desearle éxito y
suerte en su gestión al frente de la misma, además de manifestarle
nuestra voluntad de colaborar en aunar esfuerzos que redunden en el
objetivo común de todos los que estamos presentes para potenciar y
mejorar la cooperación para el desarrollo por la que nuestro grupo
parlamentario, Coalición Canaria, nuestro Gobierno de Canarias,
nuestros ciudadanos de la Comunidad Autónoma de Canarias, hemos
apostado y seguiremos apostando de forma decidida.

En mi breve intervención voy a intentar realizar algún repaso de las
cuestiones que más preocupan a nuestro grupo en torno a la
cooperación internacional,
algunas de orden cualitativo y otras cuantitativo. Desde ambos puntos
de vista, España tiene importantes retos y oportunidades que no
deberíamos perder. Cuantitativamente, sabemos que históricamente
España no ha ocupado un lugar destacado en el contexto internacional
en cuanto a su aportación a la ayuda al desarrollo, pero el contexto
actual de España ha cambiado positivamente, por su posición en
Europa, la realidad constatable de que estamos en una etapa de
crecimiento económico importante, de que en el concierto
internacional nos situamos, afortunadamente, como un país con futuro,
que avanza de forma importante hacia su modernización, tal como
nuestro grupo ha manifestado en diversas ocasiones, y que debe ser
ejemplo y ser conocido internacionalmente como un país que apuesta
decididamente por la solidaridad.

En diversos debates, tanto con ocasión de los presupuestos como por
lo que se refiere al plan anual o al plan director de cooperación,
hemos manifestado que debería hacerse una apuesta más decidida por
que el porcentaje del PIB que España dedica a cooperación y ayuda al
desarrollo vaya aumentando paulatinamente, teniendo el objetivo del
0,7 por ciento; como mínimo, con carácter urgente habría que situarlo
en la media de lo que invierten los países europeos. Tenemos la
perspectiva de la próxima Presidencia española en la Unión Europea,
en el año 2002, y en la agenda de trabajo para ese período sería
importante que España tuviera la prioridad de avanzar primero
internamente para estar preparada para ese reto del año 2002. Que
después de la Presidencia se pudiera identificar por su apuesta por
marcar un liderazgo en las políticas decididas de cooperación
internacional. Nos gustaría conocer cuáles son las perspectivas de
trabajo por parte del Gobierno y el papel importante que tiene la
Agencia en la coordinación horizontal de los diferentes departamentos
del Gobierno, de los trabajos que se están previstos para este
período. En este mismo sentido, es importante que la Agencia se abra
a la participación de esta Cámara en el desarrollo de estos trabajos
y, en concreto de esta Comisión, además de los foros que existen en
la Agencia, sobre la coordinación interterritorial y en la
participación con las organizaciones no gubernamentales. Que se
abriera un poco al debate, que diera posibilidad a que se establezca
un diálogo a la hora de marcar prioridades para el período que he
comentado. Es necesario empezar a hacer esto para poder culminar en
el año 2002 con una fuerte apuesta por la cooperación y el
desarrollo, aunque estoy segura de que los trabajos se están
encauzando ya. Nos gustaría conocer qué opina sobre lo que he
comentado.

Otro aspecto que nuestro grupo ha comentado en numerosas ocasiones es
que, dentro de las funciones de coordinación de la Agencia, es
importante la coordinación con otras políticas de otros
departamentos, en relación con el tema de la inmigración,
fundamentalmente. España reúne condiciones para hacer un importante



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papel, ya que España no es tanto un país de inmigrantes, como de
receptores de emigración. Somos la puerta de entrada de gran parte de
Europa, de gran parte de Sudamérica y de gran parte del continente
africano. Hay que hacer un esfuerzo para coordinar las políticas. Por
ejemplo, todo lo relacionado con el programa Greco o con los
programas de cooperación para el desarrollo.

Cada vez hay una mayor demanda por parte de nuestra sociedad,
expresada tanto a través de las ONG como de las comunidades
autónomas, en coordinar, cofinanciar y cogestionar los numerosos
proyectos que existen en torno a la cooperación. Es importante dar
respuestas adecuadas a esta demanda creciente y a la par que se
avanza en el desarrollo de mecanismos de evaluación, se asegure que
el esfuerzo que se realiza sea constantemente evaluado, con el
objetivo de que se consigan los mejores resultados y un impacto
positivo en lo que se pretende, que es crear posibilidades de
desarrollo, no sólo la dependencia de fuera por parte de los países
en vías de desarrollo, sino que estos mismos tengan posibilidades de
crear sus propios mecanismos de generar riqueza.

Voy a hacer un paréntesis en lo que se refiere a resaltar -también lo
hemos comentado en otras ocasiones- el papel de Canarias en cuanto a
hacer una plataforma que ayude a la coordinación de los programas de
desarrollo en referencia al continente africano. En la línea que
hemos comentado, lo importante en la ayuda al desarrollo es que los
países generen sus mecanismos de crear riqueza en la lucha contra la
pobreza. Canarias, respecto a gran parte del continente africano, es
la zona más cercana y, desde luego, es la zona que con diferencia
está más desarrollada. Eso nos convierte en un polo de atracción
respecto a la inmigración, puesto que mientras unos países cada vez
nos enriquecemos más hay otros que cada vez son más pobres, pero
deberíamos ser capaces de entender este aspecto de forma positiva y
que España pudiera convertirse, con la mención expresa de Canarias
respecto a África, en un polo de exportación de riqueza, de
generación de desarrollo y cooperación para estos países. Nuestro
grupo y el Gobierno de Canarias están apostando por que se genere un
punto de inflexión en nuestras relaciones con los países más cercanos
del continente africano, de forma que dejemos de vivir a espaldas del
continente africano. Entendemos que hay que acometer de forma
decidida por parte del Gobierno de Canarias, pero también por parte
del Gobierno del Estado y por su influencia en los organismos
internacionales, la necesidad de crear mecanismos importantes de
generación de riqueza dentro de los países que, hoy por hoy, son los
principales emisores de emigración hacía España, y para eso se debe
contar con el importante papel que Canarias puede jugar en el
continente africano.

En este sentido, y teniendo en cuenta el papel de coordinación de la
Agencia, aparte de los programas
que ya estén en marcha, aparte de los que se puedan generar, hay
aspectos importantes como el de mejorar notablemente las
comunicaciones marítimas y aéreas con determinados países del
continente africano, que en este momento pasan por mejorarlas también
en relación con Canarias, porque es evidente que la forma de ayudar
al crecimiento de estos países pasa por ayudar a que se comuniquen
con el mundo exterior.

También consideramos que es importante intentar consensuar las
prioridades desde el punto de vista de que, si bien en el plan
director de cooperación están contempladas, desde Canarias vemos que
es importante aumentar las ayudas, sobre todo hacia países como
Senegal y Cabo Verde, teniendo en cuenta también que las directrices
internacionales apuestan por priorizar áreas en donde tengamos
capacidad de involucrarnos de forma importante. En estos países
Canarias está involucrada por muchas relaciones económicas y
comerciales, a la vez que son países que están generando emigración
hacia nuestro país. Se trata de una llamada de atención respecto a la
necesidad de potenciar los programas para Senegal y Cabo Verde.

En cuanto al África subsahariana, por ejemplo, en la convocatoria de
ayuda de fondos del IRPF, debería tenerse en cuenta la necesidad de
aumentar ese porcentaje del 13,2 por ciento dentro de los 4.050
millones, que son unos 537 millones.

Otro aspecto que nos parece importante es el de la necesidad de
empezar a valorar -y creo que se ha dicho por nuestra parte y también
por los anteriores responsables de la Agencia- modificaciones en la
forma de financiación de las ONG. Creemos que hay que empezar a
valorar la importancia de dar una mayor continuidad a aquellos
proyectos que se hayan priorizado y hayan generado un impacto
importante. Quizá habría que empezar a pensar con otra perspectiva en
dar continuidad al apoyo y la financiación de ciertos proyectos
prioritarios que, hoy por hoy, se canalizan a través de las ONG. En
este sentido, consideramos importante fomentar el papel de la
Comisión Interterritorial de Cooperación para el Desarrollo, y
también de los órganos consultivos de participación que ya existen,
y en la medida en que su funcionamiento vaya mejorando, temas como éste
deben tratarse, si es posible, desde el punto de vista de la
negociación y del consenso con todos los agentes implicados. Sobre
todo, como S.S. sabe, porque el gasto que se ejecuta por los órganos
de cooperación descentralizados, en este caso con el apoyo a la
cooperación de las comunidades autónomas, es quizá el que mayor
crecimiento está teniendo en esta materia.

También hay que reforzar lo que nos parece que ha sido una apuesta
decidida por parte de la Agencia, el hecho de que en las comisiones
mixtas con los países en desarrollo con los que trabajamos se esté
introduciendo la participación de las comunidades autónomas. La
experiencia que ha habido recientemente en Canarias,



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en donde se ha participado en comisiones mixtas, y las perspectivas
que se tienen en relación a las comisiones mixtas con Marruecos y
Mauritania las valoramos muy positivamente, porque nos ayudan a que
el esfuerzo conjunto que se hace desde las diferentes
administraciones se vaya afianzando en el terreno, no sólo en el
debate en esta Cámara, sino luego, a la hora de hacerlo realidad.

Valoramos positivamente esas iniciativas y esperamos que se pueda
seguir trabajando conjuntamente por medio de las comisiones mixtas.

Con independencia de que no puede estar presente, por estar en otra
Comisión, en el principio de su intervención, nos gustaría conocer su
explicación en cuanto al problema suscitado por la no continuidad en
la financiación de los becarios, tema que ya han comentado los
portavoces del Partido Socialista.

Por último, quiero exponer la preocupación de mi grupo ante la
situación que se está dando y puede darse con respecto al Sahara,
sobre todo a raíz del nuevo informe del secretario general de
Naciones Unidas con respecto al Sahara occidental, donde parece que
se apoyan las tesis de no celebrar el referéndum. Entendemos que esto
puede generar evidentes riesgos en cuanto a la estabilidad de la
zona, en la medida en que no cuenta, como es lógico, con el apoyo de
una de las partes en conflicto. Eso no es competencia exclusiva de la
Agencia, ni mucho menos, pero sí es un problema desde el punto de
vista de que, a corto plazo, las Naciones Unidas se van a definir a
este respecto y creemos que España debe seguir apostando por el
desarrollo del plan de paz de Naciones Unidas como forma de buscar
una solución justa y pacífica al conflicto.




El señor PRESIDENTE: Señora Julios, le ruego vaya concluyendo.




La señora JULIOS REYES: Voy terminando.

En relación con esto también nos preocupan las noticias que han
aparecido de que ha habido un recorte importante por parte de
Naciones Unidas de la ayuda humanitaria a los más de 150.000
refugiados de Sahara que están en los campamentos de Tinduf.

Entendemos -y eso sí que entra más de lleno en las competencias de la
Agencia- que es necesario que se refuerce por parte del Estado
español su contribución a la ayuda al Acnur en este sentido, puesto
que ahora mismo hay una demanda urgente de ayuda alimentaria a la
población saharaui, y según las noticias que he comentado antes
respecto al nuevo informe del secretario de Naciones Unidas, parece
que este conflicto puede agudizarse, por lo que las ayudas
humanitarias también deben ser priorizadas.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Catalán, tiene la
palabra el señor Campuzano.




El señor CAMPUZANO I CANADÈS: También quiero agradecer la
comparecencia del señor Rodríguez-Ponga,
así como desearle los máximos éxitos en su nueva
responsabilidad y manifestarle desde el primer momento la voluntad de
colaboración del Grupo Parlamentario de Convergència i Unió en su
tarea.

En lo que llevamos de legislatura hemos tenido diversas ocasiones de
debatir las líneas generales de la política del Gobierno en esta
materia, y mi grupo hoy no va a profundizar en esa política general
porque el debate sería reiterativo. Sólo quiero manifestarle tres
preocupaciones de Convergència i Unió en el ámbito de la política de
cooperación al desarrollo, que seguramente van más allá de las
responsabilidad del secretario general de la Agencia, pero que
constituyen, a nuestro parecer, tres claros retrocesos respecto a lo
que se había producido en la anterior legislatura. Me parece que el
Gobierno ha perdido capacidad de diálogo con la sociedad civil en
este ámbito. La mala resolución de la elaboración del nuevo
reglamento del Consejo de cooperación es la expresión palpable de
esta pérdida de capacidad de diálogo. El hecho de que una
organización como Intermón haya renunciado a participar en el
Consejo, la mala sensación que esta situación ha generado en las
propias organizaciones sociales que finalmente sí van a participar y
el debate producido en el seno de la coordinadora de ayuda al
desarrollo creo que no son buenas noticias ni para el Gobierno ni
para el conjunto de la sociedad. En segundo lugar, desde hace tiempo
tenemos la sensación de que no avanzamos suficientemente hacia el
objetivo de la vinculación del conjunto de las políticas del Gobierno
en los objetivos que marca la Ley de cooperación al desarrollo. En la
pasada legislatura hubo intentos de verdad de vincular las políticas
dependientes del Ministerio de Economía a las políticas de
cooperación. Hoy se ha renunciado a esa voluntad. Ahí nos queda a
nosotros un sabor agridulce. Finalmente, a pesar de que en la pasada
legislatura se produjeron avances en materia de compromisos
presupuestarios del Gobierno, hoy parece que no existe voluntad de
incrementar la ayuda oficial al desarrollo para cumplir con los
compromisos internacionales de España y del conjunto de los Estados
de la Unión. En estos tres ámbitos, que seguramente escapan a los
cometidos de la propia Agencia, mi grupo hoy muestra su preocupación.

Tendremos ocasión de debatir estas tres cuestiones a lo largo de la
legislatura.

Tan sólo voy a plantear ocho preguntas muy concretas y muy cortitas
para poder cumplir con el mandato del presidente de avanzar en
nuestro horario. La primera es cuándo tiene previsto el Gobierno
llevar a la tramitación reglamentaria o legislativa el estatuto del
cooperante, que es uno de los mandatos específicos de la ley. Dos,
ayer el Pleno de la Cámara aprobó una propuesta de resolución de
Convergència i Unió en la que mandaba al Gobierno a aceptar el
llamamiento del señor Kofi Annan en relación con la creación de un
fondo internacional especial para hacer frente a la pandemiadel sida.

Hoy leímos en la prensa española que



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la ministra Villalobos asumía un compromiso en esa materia pero no
concretaba la cifra. ¿Qué previsión tiene el Gobierno en relación con
ese llamamiento del señor Kofi Annan? Tres, hace unas semanas las
agencias internacionales dedicadas a ayudas a refugiados -la señora
Julios ha hecho referencia a ella-manifestaban su preocupación por la
situación de los refugiados saharauis en Tindu¯f. ¿Tiene previsto el
Gobierno dar una respuesta positiva a ese llamamiento de las agencias
internacionales ante una situación preocupante en los campamentos de
refugiados de Tindu¯f? Cuatro, en el último informe de Amnistía
Internacional se hace un llamamiento explícito al Gobierno para
incorporar en su política de cooperación las denominadas cláusulas
democráticas, el propio señor Cortés en diversas ocasiones ha
manifestado que en el centro de su interés en la política de
cooperación española figura ese objetivo. ¿Cómo piensa articular el
Gobierno las cláusulas democráticas en los planes para esos países
que el propio plan director marca como prioritarios? Cinco, ¿cuándo
tiene el Gobierno previsto aprobar el plan anual del año 2001? Sexta,
tuvimos un debate profundo en esta Comisión con el señor Cortés sobre
la ayuda humanitaria y la ayuda de emergencia. Hace escasos días la
propia Unión Europea ha aprobado una comunicación sobre esa cuestión
en la que se muestra crítica con su propia política de cooperación al
desarrollo. Las reflexiones que allí se efectúan sobre la escasa
vinculación entre la política de cooperación al desarrollo y las
actuaciones de ayuda humanitaria también serían aplicables a nuestra
política en este ámbito. La pregunta sería qué medidas tiene previsto
la Agencia promover para vincular estas dos políticas, ayuda de
emergencia con cooperación al desarrollo. Séptima, qué medidas piensa
articular la Agencia para vincular efectivamente y no tan sólo en el
discurso las actuaciones de cooperación al desarrollo con las
necesidades en el ámbito de la inmigración. La señora Julios también
ha hecho referencia a ello y yo querría ponerle un ejemplo. A
Codespa, una organización importante que ha recibido una de las
estrategias de la cooperación de la ayuda española, se le han
rechazado sus propuestas en el ámbito de la cooperación con Ecuador.

Codespa planteaba propuestas muy interesantes de vinculación ente las
políticas públicas de cooperación y acciones en el terreno de la
inmigración. Ahí quizás ha faltado la sensibilidad para aprovechar lo
que era una buena propuesta en el ámbito de la vinculación de esa
políticas. Octava y última cuestión -han hecho referencia a ella
tanto la señora Pajín como la señora Julios-, la noticia ha aparecido
en los medios de comunicación de ayer y es la polémica suscitada en
el debate de política general de esta semana sobre la situación de
las becas a los ciudadanos de países terceros que hasta ahora daba la
Agencia, que parecen orientadas hacia otros fines. A mi grupo, que en
el próximo período de sesiones querrá profundizar en esta cuestión,
le preocupa tan sólo un dato, y es si
este cambio de orientación va a afectar a la situación legal de estas
personas que estaban estudiando en las universidades del Estado
español. Nos parece que más allá de los cambios de orientación de la
política de becas, que quizá sean legítimos, lo que no es aceptable
es que personas que han apostado por desarrollar su actividad
docente, su actividad de formación durante un cierto período de
tiempo en España, se vean afectadas por una decisión política del
Gobierno. Esta situación nos produce un cierto estupor.

Son ocho preguntas concretas que nos gustaría que hoy -para que esta
Comisión al menos para este grupo tuviera una cierta utilidad, más
allá de consideraciones generales- empezara a responder el secretario
general de la Agencia, a quien reiteramos nuestra felicitación por su
nombramiento y reiteramos esa puesta a disposición por parte de mi
grupo parlamentario.




El señor PRESIDENTE: Aun cuando son nada más y nada menos que ocho
puntos concretos, le agradece esta Presidencia la capacidad de
síntesis que ha tenido en su intervención.

Tiene la palabra, por parte del Grupo Parlamentario Popular, el señor
Izquierdo.




El señor IZQUIERDO JUÁREZ: En primer lugar, el Grupo Parlamentario
Popular agradece la presencia del secretario general por dos razones
fundamentales: primero porque lo hizo pocos minutos después de tomar
posesión y a petición propia solicitó a la Cámara su comparecencia, y
eso es de agradecer. Es un talante que comenzó en 1996, cuando los
cargos que el Gobierno nombra, por lo menos el Gobierno del Partido
Popular, comparecían inmediatamente en esta Cámara para dar cuenta de
las líneas generales de su política. Luego vino la petición de
comparecencia del Grupo Parlamentario Socialista, que también
agradecemos, y las intervenciones de todos los grupos. El motivo de
la comparecencia era que expusiera, al menos en el texto de las
iniciativas, las líneas generales de lo que va a constituir su
responsabilidad al frente de la Agencia Española de Cooperación
Internacional. No haré más comentarios al respecto. Sí diré una cosa
muy sencilla y muy breve, y es que seguimos los diputados un poco
apasionados por el reciente debate sobre el estado de la Nación. No
me gustaría a mí -aunque, por cierto, es legítimo y cada cual puede
hacer lo que quiera- que esta Comisión u otras se convirtieran en una
segunda vuelta del debate sobre el estado de la Nación. Yo creo que
una segunda vuelta, afortunadamente, la tendremos el año que viene y
podremos recuperar posiciones. Dicho esto, quiero resaltar alguna de
las afirmaciones que ha hecho el secretario general porque las
compartimos plenamente. Nosotros también pensamos que ha habido
importantes logros en la política española de cooperación para el
desarrollo, desde el punto de vista cuantitativo y desde el punto
cualitativo. También



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pensamos como él que son logros del Gobierno del Partido Popular, que
tuvo la responsabilidad de formarlo en 1996 por primera vez, y son
logros también de toda la sociedad, porque esta es una de las
características fundamentales de la manera de estar de España en el
mundo y es algo en lo que en este Parlamento, con más o menos
intensidad y desde hace muchos años, desde hace 20 años
probablemente, siempre hemos estado todos de acuerdo. Por lo tanto,
que a nadie le extrañe que en las intervenciones de carácter general
pueda haber, como ha habido, críticas que nosotros entendemos que son
constructivas y que nos deben ayudar a todos a mejorar.

El debate sobre las cifras debe tener diferentes puntos de vista.

Este Parlamento aprobó en la pasada legislatura, no por unanimidad
pero sí con una amplia mayoría, una proposición no de ley del Grupo
Parlamentario Popular en la que se establecían con claridad los
objetivos cuantitativos de la cooperación española en el horizonte
del año 2000. En ella decíamos, y yo quiero recordarlo hoy aquí, que
el esfuerzo público oficial para la cooperación para el desarrollo en
un país como el nuestro, profundamente descentralizado, donde ya con
las últimas transferencias la Administración central no gestionará ni
siquiera la mitad de los recursos públicos del Estado, es un esfuerzo
de todos. Entonces tuvimos un debate interesante, que no quiero
repetir aquí, que hace una llamada a la reflexión: debemos hacer
críticas porque son legítimas, porque las críticas se hacen para
mejorar, y así lo entendemos, pero no debemos tirar piedras contra
nuestro propio tejado. Yo creo que la cooperación española, con ser
joven, tiene un enorme prestigio en el concierto internacional. La
cooperación española, la que impulsa este Gobierno y la que impulsan
los gobiernos de las administraciones públicas, comunidades autónomas
y entidades locales, tiene mucho que mejorar pero tiene prestigio.

Además, yo creo que lo que el secretario general ha dicho es algo que
debemos empezar a pensar en acuñar decididamente, y desde este
Parlamento con más intensidad, porque si no se van a producir
comentarios jocosos que quizá no vienen a cuento en la reflexión pero
que seguro que me van a entender, como el que se producía ayer en una
radio pública por parte de dos periodistas que nos ponían a caldo a
todos los diputados de todos los grupos porque aplaudíamos el final
del debate sobre el estado de la Nación y nos íbamos dos meses
y medio de vacaciones. Por ello, tenemos que hacer un esfuerzo por
prestigiar lo que hacemos en el ámbito del Legislativo y en el ámbito
del Ejecutivo.

En la pasada legislatura, con motivo de la tramitación de la ley,
hubo un debate también importante sobre lo que era la política
española de cooperación al desarrollo, si era sólo una política
pública más o si era algo más. Yo creo que el secretario general lo
ha resumido perfectamente: es parte de la acción exterior del Estado
y parte fundamental de la política exterior. No es sólo
una política pública, pero también es una política pública, y yo creo
que, como tal política pública, tiene, señorías, con el esfuerzo de
todos, más luces que sombras. Por eso el debate cuantitativo es
peligroso. A nosotros no nos gusta hablar de porcentajes, y no porque
no nos venga bien, porque podría venirnos bien hablar de porcentajes,
sobre todo comparativos, y diríamos entonces: ¿Qué hicieron otros
durante tantos años para que hoy el esfuerzo relativo sea menor?
¿Cuánto ha crecido la cooperación española en los últimos cinco años
y cuánto creció en los anteriores quince años? A mí me parece que el
debate sería estéril en cualquier caso. Si hablamos de cifras y de
pesetas, también puede haber diferentes puntos de vista, porque yo he
oído comentarios críticos sobre la cooperación española porque se
hablaba de dólares y el dólar cambia de cotización y ahora está
altísimo. Desde ese punto de vista, el esfuerzo de los españoles y de
las españolas se minimiza porque como el dólar cambia de cotización y
la peseta cambia con relación al dólar, ahora hay menos dólares y sin
embargo hay más esfuerzo. Yo creo que tenemos que hacer una reflexión
en ese sentido y alcanzar un acuerdo, aunque digo de antemano que
nuestro grupo acepta las críticas y que creo que demostramos con
hechos y con datos que la cooperación española ha aumentado, que el
esfuerzo del Gobierno está en franca relación y es proporcional al
esfuerzo de la sociedad española. No es menor el esfuerzo del
Gobierno que el de la sociedad española. Yo creo que tenemos que
alcanzar un acuerdo, al menos terminológico, porque si entráramos en
la crítica, deberíamos considerar qué hacen los diferentes grupos
políticos allá donde tienen responsabilidades de gobierno, y no es
bueno tampoco. Si hablamos de coordinación, de vinculación de
políticas, de coherencia de políticas, deberíamos hacerlo con toda
claridad. En cualquier caso, no me deslizaré más por ahí porque creo
que el debate es estéril. Lo importante, señorías, es que la ayuda
española al desarrollo tiene que mejorar pero tiene prestigio en el
concierto internacional. Yo quiero resaltar que esto es un logro de
todos y que además no se extrañe, señor secretario general, porque a
la hora de la verdad nos ponemos todos de acuerdo. Nos pusimos de
acuerdo en la Ley de cooperación internacional para el desarrollo en
la legislatura pasada, que fue aprobada con una amplia mayoría de
grupos parlamentarios; nos pusimos de acuerdo recientemente en el
plan director de la cooperación española, cuyo dictamen fue aprobado
por una amplia mayoría de grupos parlamentarios, porque no nos
correspondía a nosotros aprobarlo, que correspondía al Gobierno, sino
únicamente debatirlo y dictaminarlo, pero aquí se debatieron
bastantes propuestas de resolución sobre el plan director y la
mayoría fueron aceptadas. Desgraciadamente, en esos momentos, por una
cuestión, quiero creer, más estratégica, legítima, por supuesto, que
de fondo, el Grupo Parlamentario Socialista estuvo al margen.

Nosotros creemos que además



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el Grupo Parlamentario Socialista, como principal grupo de la
oposición, cuando llega la hora de la verdad, está también siempre
con la mayoría en materia de ayuda para el desarrollo. Lo pudimos ver
ayer en el debate sobre el estado de la Nación, en la votación de
propuestas de resolución. Creo que hubo propuestas sobre cooperación
de ayuda para el desarrollo, a las que ha hecho referencia el señor
Campuzano, que aprobamos todos, como la propuesta del Grupo
Parlamentario Catalán (Convergència i Unió) o la propuesta de
resolución que firmaron conjuntamente el Grupo Parlamentario de
Coalición Canaria y el Grupo Parlamentario Popular, que fue aprobada
por la mayoría de los grupos parlamentarios sin ningún problema. Por
lo tanto, existe un consenso básico, y precisamente porque existe ese
consenso se produce una voluntad política del legislador. También el
Gobierno, en la pasada legislatura, con la Ley de cooperación -y
usted ha hecho referencia a ello- establecía que el Congreso de los
Diputados era uno de los órganos rectores de la cooperación. ¿Para
qué? Para restablecer las líneas generales de la cooperación al
desarrollo, dictaminar anualmente sus planes anuales y sus planes de
cooperación y conocer los documentos de seguimiento y evaluación de
la política de cooperación al desarrollo.

Por todo lo anterior, esta es una Comisión de alguna manera
multidisciplinar y esta es una materia multidisciplinar. No entiendo
yo entonces que se produzcan críticas. Sí lo entiendo desde el punto
de vista constructivo de mejorar la coordinación de las diferentes
políticas que el Gobierno central hace en materia de cooperación para
el desarrollo, pero decir, por ejemplo, que se está produciendo un
retroceso y no se vinculan las políticas -en plural lo digo- que
tienen que ver con la cooperación para el desarrollo, que ejecutan el
Ministerio de Asuntos Exteriores y otros ministerios y el resto de
las administraciones públicas, con el principio fundamental que es la
lucha contra la pobreza, me parece una crítica -y lo digo con todo el
respeto- un tanto gratuita porque no se basa en los datos ni tampoco
en las declaraciones de intenciones, que pueden ser creídas o no. Yo
recuerdo a SS.SS. que la Ley de cooperación habla de la lucha contra
la pobreza en todas sus manifestaciones, porque la pobreza tiene
muchas caras y muchas manifestaciones, y los profesionales de la
cooperación para el desarrollo saben muy bien que no es mejor en unos
casos el desarrollo social básico que en otros la formación u otro
tipo de actividades sectoriales de la cooperación. Depende, señorías,
siempre depende. Lo importante es la concentración para mejorar la
eficacia y el impacto de nuestras políticas.

La Ley de cooperación, señorías, establece un principio superador del
principio de coordinación, al que recurrimos siempre los políticos o
quienes tenemos alguna responsabilidad cuando no sabemos resolver
algo. Aquí falta coordinación, algo que muchas veces es verdad y se
establece en su artículo 4 el principio de
coherencia. Pues bien, yo quiero hacer una reflexión, puesto que con
insistencia se repite; es un planteamiento recurrente que existe una
disfunción entre la política que puede hacer el Ministerio de Asuntos
Exteriores, a través de la Agencia Española de Cooperación y de la
Secretaría de Estado y la que pueden hacer otros ministerios. La Ley
de cooperación establece que esto es así sin menoscabo de las
competencias. Esa capacidad de dirección llevada a sus extremos no
sería aceptada por las administraciones territoriales, que tienen
autonomía presupuestaria; no la aceptarían las comunidades autónomas,
ni tampoco la aceptarían las organizaciones no gubernamentales, que
distribuyen fondos privados. Intenta ser un principio que supere todo
eso, un principio de coherencia, de coordinación y de concertación
para hacer políticas que sean complementarias, sin que haya
dirigismos ni unitarismos. Esto es muy importante, señorías, porque
refleja un espíritu constitucional extraordinariamente exacto de la
voluntad del Gobierno en la pasada legislatura en relación con la ley
y de la voluntad de la Cámara. Por lo tanto, no utilicemos la crítica
para unas cosas o para otras según nos convenga. Tenemos que ser más
coherentes.

El secretario general ha dicho que trabajamos con personas y para
personas y eso me parece muy importante. No podemos perder de vista
eso nunca, ni en las críticas ni en las acciones ni en las respuestas
a las críticas. Ahí nos podemos entender. Si ustedes son capaces de
ver que la política de cooperación para el desarrollo, una parte de
la política exterior de España, es una política orientada al ser
humano, a la persona, perfectamente nos podemos entender por encima
de momentos políticos, de críticas legítimas, de estrategias de
partido, etcétera. Es y será siempre un ofrecimiento permanente del
Grupo Parlamentario Popular alcanzar acuerdos, porque trabajamos para
las personas. España tiene que mantener unos criterios claros en el
concierto internacional. Los tiene que mantener el Gobierno con el
apoyo del Parlamento, puesto que la política exterior es una política
de Estado orientada a las personas. Por la responsabilidad con los
contribuyentes, que son los que nos dan los recursos, tenemos que
intentar que sea eficaz. Así se entiende ese gran acuerdo
parlamentario sobre las prioridades geográficas de nuestra
cooperación y también se entiende que el Gobierno defienda en la
comunidad internacional, allá donde pueda, que la cooperación
española se oriente fundamentalmente hacia los países que tienen
vinculación con España desde el punto de vista histórico, cultural,
etcétera: Latinoamérica, el Pacífico, Filipinas, los países
lusófonos. Tenemos que ser uno en esa defensa. Son muy acertadas las
sugerencias de impulso que el secretario general ha hecho en esta
Comisión sobre el particular. Cada vez es más frecuente en el
concierto internacional que se oriente la cooperación a los países
menos avanzados, algo a lo que nosotros no nos oponemos, puesto que
estamos hablando de personas.




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Pero, ¿dónde podemos ser más eficaces? La sociedad siempre nos dice
dónde y comprobamos permanentemente que las organizaciones sociales
españolas orientan su cooperación hacia las mismas prioridades
geográficas que la cooperación española. Merece la pena que apoyemos
al Ejecutivo para que en los organismos internacionales Latinoamérica
no deje de ser un objetivo prioritario y podamos atacar esas bolsas
de pobreza en los países de desarrollo intermedio, que necesitan
claramente nuestra ayuda, y que están saliendo, por niveles de
desarrollo relativo, de los objetivos internacionales de la ayuda
oficial al desarrollo. Merece la pena que todos los grupos
parlamentarios hagamos un esfuerzo y apoyemos al Gobierno, como he
dicho antes. Ya lo decía el secretario de Estado en un reciente
artículo que publicaba el diario El País. La pregunta es bien clara:
¿Quién es más pobre, un pobre de solemnidad en Chiapas, en un arrabal
de Lima, o un cabrero en el África subsahariana? Probablemente los
dos sean pobres, pero España puede ser más eficaz donde siempre lo ha
sido.

Señorías, los problemas de coordinación se pueden superar aplicando
la coherencia, por lo que nosotros también reclamamos coherencia, así
como críticas concretas a políticas que no son eficaces. Cuando se
critica el Fondo de Ayuda al Desarrollo, yo siempre digo lo mismo:
que lo que quiero son críticas concretas a la gestión de los actuales
fondos de ayuda al desarrollo. El propio Comité de Ayuda al
Desarrollo de la OCDE, en el examen de la cooperación española que
hizo en 1998, nos decía a todos, lo cual es una enorme satisfacción,
que se había avanzado notablemente en la gestión correcta de los
fondos de ayuda al desarrollo. Pueden hacerse críticas, puede haber
descoordinación, puede haber un programa impulsado por el Ministerio
de Economía o por una comunidad autónoma que no tenga que ver con
otro que se haya impulsado en otra parte; ahora bien, desde ese
espíritu constructivo la crítica tiene que ser concreta.

Señor presidente, señorías, en nuestra opinión, la cooperación
española tiene los instrumentos necesarios -instrumentos dados por
todos al Gobierno por un amplio consenso- para llevar a cabo de forma
eficaz una política de cooperación al desarrollo. Tiene los recursos
en estos momentos, lo cual no quiere decir que éstos no tengan que
crecer. Y además es una política de prestigio y coherente, donde los
objetivos están bien vinculados. Otra cosa es que se produzcan
disfunciones que merezcan la pena corregirse.

No voy a entrar, porque no debo ni puedo, en las cuestiones concretas
que se han planteado. Sólo quiero terminar como he empezado,
agradeciendo al secretario general su presencia y diciendo que el
Grupo Parlamentario Popular condena el atentado de esta mañana en
Madrid, un atentado contra las libertades y la democracia, que
tenemos que prestigiar y defender desde las instituciones
democráticas, por lo que hacemos un llamamiento,
como no puede ser de otra manera, a todos los grupos
parlamentarios para que condenen con claridad uno más de los
atentados que quebrantan el modelo de convivencia que todos los
españoles y españolas nos hemos dado. Ese es el principal problema,
nos lo dicen los ciudadanos. Por cierto, existe una extraordinaria
solidaridad, allá donde se recibe la cooperación española, con el
problema del terrorismo de ETA en España, lo cual es muy de
agradecer. Toda Iberoamérica está con España para solucionar un
problema acerca del cual yo digo, señor presidente, señorías, que
tendrá solución más pronto que tarde si somos capaces de unirnos
frente a él.




El señor VICEPRESIDENTE (Fariñas Sobrino): Quiero agradecer las
intervenciones de los distintos portavoces, que se han sujetado a las
indicaciones de la Presidencia.

A continuación, para responder a cada uno de ellos tiene la palabra
el señor secretario general de la Agencia.




El señor SECRETARIO GENERAL DE LA AGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACIÓN
INTERNACIONAL (Rodríguez-Ponga Salamanca): Señor presidente, contesto
a las observaciones formuladas por los portavoces de los distintos
grupos parlamentarios. Voy a dar una respuesta más bien de carácter
general. Voy a intentar contestar, si puedo, a todas las preguntas
formuladas, pero voy a dar una respuesta de carácter general.

Se ha dicho que los objetivos cuantificados en porcentajes no se
están cumpliendo. Como tantas cosas en la vida, depende de cómo se
mire. El presupuesto ejecutado por la Agencia Española de Cooperación
Internacional, en el año 1996, fue de 26.000 millones; ahora estamos
en un presupuesto de 42.200, más 10.200 del fondo de microcréditos.

Ciertamente, el presupuesto ha aumentado de forma muy notable, muy
sobresaliente, con matrícula de honor, en la Agencia Española de
Cooperación Internacional desde que gobierna el Partido Popular, como
puede verse por las cifras.

El esfuerzo hecho por la sociedad española es evidente en cuanto a su
aumento. Si los porcentajes no cuadran a lo mejor es porque la
noticia es todavía mejor, y es que el PIB ha crecido más. Si el PIB
ha crecido más la noticia es muy buena porque la economía española
crece, y si están creciendo las cifras del presupuesto de la Agencia
Española de Cooperación, por lo que a mí respecta, creo que la
noticia también es buena. Si las dos noticias son buenas, es bueno
decirlo. Otra cosa distinta es que estemos convencidos de que todavía
se puede hacer más. Agradezco mucho las observaciones y los
comentarios, que en gran parte puedo entender, y que incluso
comparto, pero es másimportante saber que estamos caminando en la
buena



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dirección y que la ayuda oficial y la ayuda privada están aumentando
también.

Es importante saber que en España la multiplicidad de agentes en el
mundo de la cooperación es enorme. Hay otros países en donde la ayuda
oficial está solamente en manos del Gobierno del Estado. El caso de
Suecia, por ejemplo, como saben SS.SS., las administraciones locales
no pueden hacer cooperación al desarrollo por ley. Las corporaciones
locales piden una subvención al Estado. En el caso de España, no es
sólo una responsabilidad del Estado, sino que la propia ley prevé que
la cooperación al desarrollo pueda hacerse por las distintas
administraciones públicas. El que nos comparemos con otras medias de
la Unión Europea, con otros países, es un ejercicio siempre útil para
saber donde estamos, pero también hay que comparar las magnitudes de
otros países para saber que las realidades sociales pueden ser muy
distintas. Insisto en que es importante el ejercicio que vamos a
hacer de conocer cuál es toda la ayuda española al desarrollo.

Entonces sabremos realmente cuál es el aporte de la sociedad española
en relación con el PIB, y probablemente las cifras serán mucho más
clarificadoras de las que en algún momento se pueda pensar.

Se ha hecho una observación respecto a la coordinación. En mis
palabras he insistido en mi compromiso personal y político en cuanto
a la coordinación, y creo haberlo demostrado ya en el poco tiempo que
llevo en este cargo. Tanto con los tres instrumentos previstos por la
ley como por los grupos de trabajo que hemos empezado a poner en
marcha ya, la coordinación será uno de los elementos básicos de
nuestro trabajo. Es absolutamente necesario e importante precisamente
por lo que he dicho antes, por la multiplicidad de agentes que hay en
la cooperación al desarrollo en España.

Han preguntado también específicamente por las becas, tema que en
estos días adquiere una notoriedad relativa. Las becas forman parte
de uno de los elementos esenciales de la cooperación para el
desarrollo, eso lo sabemos todos. El objetivo de las becas que da la
Agencia es la cooperación al desarrollo, la formación de personas de
otros países para que luego contribuyan al desarrollo de sus
respectivos países. Ese es el objetivo que nosotros tenemos y lo
vemos muy claro. Me complace comunicar a SS.SS. que el presupuesto de
becas ha aumentado de forma notable en la Agencia Española de
Cooperación. El total de la dotación del año 2000 era de 3.850
millones, para el año 2001 el presupuesto asciende a 4.200 millones
de pesetas. En variación del presupuesto del 2000 al 2001, hemos
aumentado un 9,3 por ciento en números redondos. Queda claro el
esfuerzo realizado. La voluntad política del Ministerio de Asuntos
Exteriores, y en concreto de la Secretaría de Estado y de la Agencia
Española de Cooperación, de dar una mayor atención a las becas, es
evidente, así como es evidente también que este mismo año se han
hecho varias convocatorias, publicadas en el
Boletín Oficial del Estado. Hay una convocatoria, del 23 de febrero,
que dice: Las becas de estudios de doctorado completos podrán
disfrutarse como máximo por tres cursos académicos consecutivos; sólo
y excepcionalmente, con la debida justificación, podrán ser
prorrogadas. En otra convocatoria publicada el 9 de abril se dice lo
mismo: Las becas de estudios de doctorado completos podrán
disfrutarse como máximo por tres cursos académicos consecutivos; sólo
y excepcionalmente, con la debida justificación, podrán ser
prorrogadas. Es decir, en las convocatorias hechas este mismo año,
hace sólo unos meses, las becas de doctorado pueden ser de hasta tres
años e incluso pueden ser prorrogadas posteriormente. Esto es lo que
dice la convocatoria, es la voluntad de los que somos responsables de
la Agencia Española de Cooperación en esta materia. Quiero aquí
manifestar el clarísimo compromiso político de reforzar la política
de becas, la dotación de las becas, de atender a todos los becarios.

Estamos trabajando en este momento con un grupo de personas a los que
estamos atendiendo, recibiendo y haciendo, uno por uno, una
evaluación que a algunos puede parecerle rigurosa, pero creo que es
bueno hacer una evaluación rigurosa en cuanto a la prórroga del
tercer al cuarto año.

A veces el uso de las palabras es complicado. S.S. ha dicho
textualmente que estábamos teniendo una nula sensibilidad social
-quizás podríamos debatir sobre el significado de cada una de las
palabras-respecto a estas personas que están desarrollando un trabajo
investigador. También deberíamos saber qué significa trabajo
investigador, porque, que sepamos, son becarios, estudiantes; si
hablamos de trabajo investigador podría interpretarse de otra forma.

No están trabajando en España. Repito que son becarios, estudiantes
que están sometidos ahora mismo a un proceso de evaluación al haber
cumplido tres años. No se ha suprimido ninguna beca, se les ha dado
una beca de tres años. Como dicen las convocatorias de este año, las
becas de doctorado se hacen por tres años, y en casos excepcionales
la norma prevé que se pueda prorrogar hasta un cuarto año. En este
momento se está procediendo a la evaluación, incluso a la reunión
personal con cada uno de ellos, para ver esta prórroga, que en
algunos casos será de doce meses, en otros bastará que sea de seis
meses, en otros, de tres meses y en otros la evaluación será
negativa. El procedimiento es el correcto y la Administración debe
ser muy rigurosa con el control del uso del dinero público. Hay que
hacer una evaluación muy rigurosa de cada uno de los candidatos que
ha solicitado esta prorroga. Comprendo que las situaciones personales
pueden ser muy variadas -y vuelvo al principio de mis reflexiones-,
pues trabajamos con personas. Por eso mismo estamos teniendo -al
menos en lo que me afecta personalmente- el máximo respeto e interés
en que estas cuestiones se solucionen de la mejor manera. Lo que no
se le puede pedir a la Administración es que conceda todas las becas
a todos los



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solicitantes; habrá unos criterios de selección, habrá una evaluación
de los resultados de estudios y quizá no todo el mundo quede
contento, pero creo que el trabajo que estamos haciendo es realmente
riguroso.

Se nos pregunta cómo vincular la política de cooperación al
desarrollo con la política de inmigración. Esto merece una reflexión
mucho más amplia de lo que en unos minutos podamos decir. Estamos en
contacto directo con los responsables en la materia, entre el
Ministerio de Exteriores y el Ministerio del Interior, que, por
cierto, tiene un sitio importante en el Consejo de cooperación al
desarrollo, precisamente para involucrar los temas de inmigración con
los de cooperación al desarrollo. Vuelvo al tema de las becas. La
finalidad de la cooperación es contribuir al desarrollo de esos
países. Hay que ver hasta qué punto estamos hablando de cooperación
al desarrollo de los países en vías de desarrollo o de otras cosas.

De todo se puede hablar y hay que hacer una reflexión coherente con
las políticas de inmigración y de cooperación. Es una cuestión que
está en el centro del debate no solamente en España sino en otros
países de la Unión Europea con situaciones parecidas a la nuestra.

La portavoz de Coalición Canaria se refiere específicamente a unas
cuestiones que afectan a las islas Canarias. Quiero agradecerle todas
sus puntualizaciones. Comparto, en gran medida, las observaciones que
me hace, que le agradezco mucho y sinceramente. Creo que el papel de
Canarias es muy importante en la cooperación al desarrollo; Canarias
tiene un elemento que puede ser exportable, que es el turismo como
factor de desarrollo. Recientemente, en el mes de marzo, tuvo lugar
precisamente en las islas Canarias un seminario internacional sobre
turismo y desarrollo, organizado en el seno del sistema de Naciones
Unidas, organizado por la Agencia Española de Cooperación
Internacional junto con el Gobierno de Canarias y con la
participación también de la Secretaría General de Turismo, con países
menos avanzados, con los países más necesitados de todo el mundo. Esa
reunión de Canarias ha resultado un éxito enorme. Después tuve
ocasión de asistir en Bruselas a la Conferencia de Naciones Unidas
sobre países menos avanzados. Allí tomaron la palabra los
representantes de países tan diversos como Burkina Faso o Vanuatu
para agradecer mucho la experiencia de haber estado en Canarias y
poder tomar el modelo turístico de Canarias como modelo de desarrollo
económico en sus países. Hay que tener en cuenta que en este caso el
turismo como modelo de desarrollo no solamente afecta a la economía,
sino que tiene otras implicaciones en cuanto a la conservación del
medio ambiente, al desarrollo cultural y educativo, a la formación de
oficios y demás. Canarias -no es que pueda, es que ya lo ha hecho- ha
sido un escaparate de España hacia el mundo en el desarrollo
turístico.

Plantea también la cuestión de África subsahariana con algunos países
concretos, como Senegal y Cabo
Verde, que efectivamente son ya países-programa, son países
prioritarios en el Plan director de la cooperación española, y la
cuestión de los refugiados saharauis, que efectivamente nos preocupa.

Esta misma semana me he reunido con el representante de Acnur en
España y con el presidente de Acnur y hemos hablado precisamente de
esta cuestión. La Agencia Española de Cooperación, como saben SS.SS.,
da una ayuda sustanciosa a los refugiados saharauis, presta una
atención importante y les aseguro que es nuestro compromiso seguir
apoyando a los refugiados saharauis dada la situación tan difícil en
la que se encuentran.

Se me ha hecho una observación respecto a la continuidad de la
financiación de las ONGD. Debo decir que esto ya está en marcha. Ya
se han concedido las ayudas para estrategias de cooperación de
organizaciones no gubernamentales para el desarrollo, que son
estrategias a cuatro años. Ya ha sido aprobado por el Consejo de
Ministros y publicado en el BOE, lo que hace que ya exista una línea
de subvenciones para organizaciones no gubernamentales para el
desarrollo de cuatro años. Próximamente aprobaremos los programas,
que son líneas de subvenciones para tres años.

El portavoz del Grupo de Convergència i Unió me pregunta para cuándo
el estatuto del cooperante. Creo haber dicho que en el seno del
Consejo de cooperación y en relación con la Comisión interministerial
y la Comisión interterritorial, estamos creando un grupo de trabajo
precisamente para hablar sobre el estatuto del cooperante. No sé
exactamente cuándo lo tendremos, pero estamos trabajando en ello y
forma parte de mi voluntad en este momento. Pregunta asimismo por el
fondo especial para el sida. Allí ha ido una delegación española,
presidida por la ministra de Sanidad, forma parte también de esa
delegación el subdirector general de cooperación multilateral de la
Agencia Española de Cooperación y próximamente veremos qué capacidad
tiene España. Ya hemos mantenido conversaciones con la Secretaría de
Estado de Presupuestos para ver cuál es la capacidad real que tiene
España para contribuir a este fondo especial para el sida.

Respecto a los refugiados saharauis y a las cláusulas democráticas,
es un tema importante el que propone S.S. Nosotros creemos -y así lo
hemos dicho en los foros internacionales, por ejemplo en el seno de
la Unión Europea- que debemos premiar y apoyar a aquellos gobiernos
que están haciendo una labor clara de fortalecimiento institucional
de lucha contra la corrupción, de consolidación de la democracia y
que todo avance, por pequeño que sea, debe tener por nuestra parte
una respuesta positiva. A veces parece que esos avances son pequeños,
pero, repito, todo avance, por pequeño que sea, debe tener por
nuestra parte una respuesta positiva.

En cuanto al plan 2001, por el que también me ha preguntado, confío
en que próximamente lo tengamos aprobado. Se ha interesado también
por la ayuda de



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emergencia. La ayuda de emergencia es siempre una primera parte que
hay que vincular con el resto de la cooperación al desarrollo. Lo
estamos viendo ahora mismo en el caso de Perú, con el terremoto del
pasado fin de semana. Hay una primera aportación española de ayuda de
emergencia. Ya ha salido un primer avión de las Fuerza Aérea
Española; el próximo sábado sale un segundo avión también financiado
por la Agencia Española de Cooperación Internacional; se está
trabajando allí mismo a través de la oficina técnica de cooperación
en Lima, las oficinas técnicas de cooperación en Ecuador, Bolivia,
Colombia..., prestando toda la asistencia de emergencia en este caso.

Ahora viene la segunda fase, que es, pasada la emergencia, cómo
contribuir en el marco de la cooperación al desarrollo. Precisamente
esta misma semana viaja a la zona del terremoto el director general
de cooperación con Iberoamérica para estudiar esta segunda fase.

Preguntaba S.S. por la inmigración y por becas y creo haber
respondido suficientemente.




Al portavoz del Grupo Popular quiero agradecerle muy sinceramente sus
palabras y decirle que comparto su planteamiento. La cooperación
española tiene prestigio en el mundo. Tenemos voz en las conferencias
internacionales, ya sean de Naciones Unidas o de la Unión Europea.

España está cada vez más presente, es una realidad. Tenemos una
cooperación cada vez más eficaz, tenemos los instrumentos necesarios,
tenemos recursos para hacerlo, aunque pensamos que deben crecer. Por
ello, quiero agradecer muy sinceramente todos sus comentarios y sus
observaciones.




El señor VICEPRESIDENTE (Fariñas Sobrino): Muchas gracias, señor
secretario general por su exposición y por el esfuerzo extraordinario
que ha realizado para contestar a las preguntas puntuales y concretas
planteadas por los distintos portavoces, ya que el objetivo de esta
comparecencia no era éste, sino la explicación de las líneas
generales de su programa.

Supongo que pedirán un turno de intervención corto. Ruego a SS.SS.

que, ya que ellos mismos lo han calificado así, no sometan a esta
Comisión a debates estériles y procuren centrarse concretamente en el
tema.

A continuación, tiene la palabra, el señor Casado.




El señor PÉREZ CASADO: Señor presidente, seguro que este debate no es
estéril y, para tranquilizar al portavoz de Grupo Popular, no va a
ser la segunda edición del debate sobre el estado de la Nación, al
menos por nuestra parte, porque nuestras proposiciones y nuestras
observaciones no son nada virtuales.

Parece que al señor portavoz del Grupo Popular le gusta muy poco
conjugar el verbo criticar, que tiene una raíz nobilísima, y que
quiere decir opinar, emitir opiniones, que pueden ser acerbas en
algún caso, pero no necesariamente. En el caso de mi grupo y del
portavoz que les habla, nunca serán acerbas, sino guiadas
por el ánimo de opinar libremente y de parlamentar, que para eso
venimos aquí, no para recitar el catecismo, y parlamentar quiere
decir precisar algunas cosas. Por ejemplo, aquí hablamos de la
Administración central, no mezclemos todas las cosas. Somos
conscientes de que el conjunto de la acción exterior lo practican
numerosas instituciones, pero aquí, en esta sede, que es el
Parlamento de España, hablamos de la ayuda oficial al desarrollo y de
las políticas de ayuda al desarrollo del Gobierno de España. Nos
encanta hablar también de las políticas que aplican las comunidades
autónomas o los ayuntamientos, por cierto con un criterio algo más
amplio que algún delegado del Gobierno del Partido Popular en alguna
comunidad autónoma, precisamente unido al tema del Sahara. (El señor
presidente ocupa la Presidencia.) No entendemos -quienes hemos tenido
responsabilidades locales muchísimo menos- esa aprensión a que, en el
ejercicio del título VIII de la Constitución, los ayuntamientos
practiquen políticas de cooperación. Pero aquí hablamos del Gobierno
de la nación, de las políticas del Gobierno de España.

Cuando exponemos datos y lo hacemos en porcentajes no es por
incordiar, es por recoger los resultados homogéneos y homogeneizados
de instituciones internacionales tan poco sospechosas como la OCDE y
el Comité de Ayuda al Desarrollo. Además nosotros hemos entendido
siempre que en estos seis años de crecimiento económico acelerado
-ahora menos-era el momento de dar la mano a la voluntad inmensamente
mayoritaria de nuestra ciudadanía, que es solidaria, y hacer un
esfuerzo adicional. En ese sentido, ayudamos al Gobierno proponiendo,
por ejemplo en el debate presupuestario, enmiendas que contribuyeran
a que las desviaciones de ayuda humanitaria no fueran del 300 por
ciento, ya que si se hubiera admitido nuestra enmienda nos hubiéramos
ajustado más o menos a las necesidades por desgracia crecientes.

De la misma manera que no es el día, pero hay que hablar de ello, de
preguntarse por qué no se siguen las recomendaciones que el propio
Gobierno de España acepta en las instituciones internacionales, como
por ejemplo la ayuda ligada. Los documentos de la OCDE del mes de
mayo del año en curso nos advierten -siguiendo la doctrina de un
representante español en un organismo multilateral, Díez Hochleitner,
conservador, por otra parte- que es necesaria la participación o la
asociación global y no esa particularización ligada siempre a
objetivos legítimos, lícitos, pero distintos de los objetivos del
desarrollo.

Se ha explicado un poco de pasada que, junto a esas comisiones -entre
comillas- interministeriales a que ya estábamos acostumbrados, entre
los criterios del área económica del Gobierno y la política exterior
de España, que nosotros -insistimos-compartimos el criterio y lo
hemos compartido siempre, porque es un pilar básico de la acción
exterior de España, nos preocuparía



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que ahora se multipliquen con la única reforma que ha tenido la AECI,
que es la inclusión de una dirección de asuntos culturales cuando
otros ministerios también tienen acción cultural de España en el
exterior. Eso nos preocuparía, pero esperamos que no.

Por otra parte -voy a ser muy breve-, en el caso de la inmigración y
el desarrollo es que aquí lo hemos dicho al menos en lo que va de
legislatura siete u ocho veces, en cada comparecencia e incluso en
intervenciones en el hemiciclo en plenario. ¿Por qué? Porque tenemos
la convicción de que hay problemas que se resuelven mejor en origen y
que la acción en origen es beneficiosa para el que la recibe pero
también para el que tiene eventualmente el impacto que causan estos
movimientos de flujos de población que pueden desestabilizar o pueden
contribuir a desestabilizar ciertas relaciones.

Señor secretario general, es la primera vez que nos vemos, y estoy
seguro que nos veremos muchas veces, yo así lo deseo además y con
éxito para el objetivo, que es común, y le diré que nosotros hemos
hecho proposiciones a veces tildadas de ocurrencia pero, como
recordaba mi secretario general, resulta que ocurren. Por ejemplo, a
propósito de los fármacos para el combate contra el sida, les
advertimos qué iba a suceder, incluso nos atrevimos, algo impropio de
quien les habla, pero nos atrevimos a poner fechas, el 25 y 26 de
julio, y nos rechazaron la iniciativa. Sigo sin entenderlo porque
después acabamos haciéndolo y habrá que hacerlo y, como decía el
portavoz de Convergència i Unió, habrá que hacer caso al secretario
general de la ONU y habrá que comprometerse de manera activa en este
tema.

Nos atrevimos también a decir que hay que abordar el tema de la deuda
externa, y no a través, que no se nos reproche otra vez, a través de
propuestas insensatas, sino de propuestas muy sensatas. No se trata
simplemente de eliminar de un plumazo, como se podría dar a entender
de una manera demagógica, pero sí de abordar el tema en toda su
dimensión y no en porciones, como el quesito, porque, si no, cada vez
tendremos una iniciativa y nos podemos repetir demasiado.

Por lo que respecta a las becas, mi compañera Leire Pajín lo ha
situado en sus justos términos. Uno, que tiene poca experiencia
académica pero ha concluido hace poco una tesis doctoral, le puede
decir dos cosas, señor secretario general. La redacción de una tesis
doctoral ha de ser un trabajo de investigación único, original y, en
consecuencia, no se discute su carácter investigador, no se le
ocurriría a nadie, es una investigación que además en nuestra
normativa y en la normativa autónoma de las diferentes universidades
varían su dimensión temporal y en todas ellas sí que se exige el
carácter de investigación y además de originalidad.

En algunas de nuestras universidades, señor secretario general, el
tiempo mínimo para los cursos de doctorado y la redacción de tesis es
de tres años y medio y a veces de cuatro, y la práctica ordinaria
dice que al
menos cuatro años. No les cuento cuánto me costó a mí, que fue
bastante más, pero por razones de estar ocupado.

Ahora, si me lo permiten, voy a concluir, y no me tomen la ironía
como desafecto o descortesía. Dejemos tiempo al Gobierno, en este
caso al recién nombrado secretario general, para que vaya
explicándonos todo; por otra parte, aunque no le dejáramos tiempo, el
Gobierno se lo puede tomar. En cualquier caso, le agradecería que
abreviaran los plazos y que resolvieran el tema del Consejo de
Cooperación, que se completara el desarrollo normativo, que venga el
plan anual de cooperación de 2001 -estamos en el mes de junio-, que
haya un código de conducta para las empresas que tienen fondos
oficiales y actúan en los países en desarrollo, que corrijamos al
alza, incluso dentro de este año, las proporciones respecto de la
ayuda para los países menos avanzados; en fin, que vayamos cumpliendo
tanto las recomendaciones y acuerdos de esta Cámara como los
compromisos que, tan lejos como en Gotemburgo, hemos ido adoptando
como Gobierno de España. Digo esto con el mejor de los ánimos de
criticar, en el sentido de opinar y de ayudar siempre a un objetivo
que compartimos plenamente.




El señor PRESIDENTE: ¿Otros grupos que desean hacer uso de la
palabra? Tiene la palabra el señor Campuzano, en nombre del Grupo
Parlamentario Catalán.




El señor CAMPUZANO I CANADÈS: Señor presidente, no voy a reabrir el
debate en todos los extremos de la comparecencia, solamente haré
cuatro comentarios sobre la respuesta del secretario general.

Primero, sobre las cláusulas democráticas, me preocupa que en su
respuesta haya hablado de la corrupción, que hay que abordar, que
haya hablado del fortalecimiento de la democracia y que haya obviado
la cuestión esencial en cualquier cláusula democrática, que son los
derechos humanos. España deberá abordar cuestiones importantes, como
los derechos humanos en Marruecos, en China o en los países
latinoamericanos. Me parece que en eso España debe ser mucho más
exigente de lo que lo ha sido hasta ahora en esa materia,
especialmente con países con los que mantenemos elevados índices de
cooperación, y pienso mucho en Marruecos y en China.

Segundo, sobre el 0,7 y las cifras coincido plenamente con el señor
Pérez Casado en el sentido de que el debate de esta Comisión no es
sobre lo que hacen los gobiernos de las naciones, el Estado de
España, o de las regiones o de las corporaciones locales. Existen
ámbitos parlamentarios donde el Grupo Popular puede plantear las
iniciativas políticas que le correspondan, pero el debate de esta
Comisión es el debate sobre la política de cooperación del Gobierno
español, primera cuestión. Segunda, el debate en todo el mundo
mundial es sobre si los Estados se acercan al 0,7, que es un com-



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promiso de Naciones Unidas. La discusión no es si a alguien le gustan
más los porcentajes o las cifras o si alguien cree que los
incrementos presupuestarios son importantes. No, el debate en Europa,
el debate en el mundo, es sobre si el conjunto de los países avanzan
hacia el 0,7 y es evidente que España no avanza con un ritmo
sostenido y suficiente, y en este sentido las cifras son muy
contundentes.

Tercero, al Gobierno, a la Agencia y a su secretario general les va a
convenir que en el debate sobre la vinculación entre las políticas de
cooperación al desarrollo y a las políticas de inmigración se ponga
imaginación audacia y poca visión burocrática. Es normal que en el
poco tiempo que llevamos en España desarrollando una reflexión sobre
esta cuestión, quizá hayamos concretado poco. En ello no vamos a ser
exigentes de aquí a finales de año, ni mucho menos, pero creo que nos
conviene una visión poco burocrática, imaginativa y audaz para, de
verdad, vincular estas políticas. Creo que ahí nos queda un terreno
muy importante en el que avanzar.




Quisiera hacer un último comentario sobre el tema de las becas. He
creído entender de su explicación, y me tranquiliza, que, en
principio, ninguno de los actuales becarios va a ver afectada su
situación legal en España como resultado de los cambios de ubicación
de esas becas. En todo caso, los problemas de situación legal se
derivan de que los tres años de previsión que contemplaba la norma se
han agotado, y se está discutiendo sobre si esa vía excepcional que
prevé la propia normativa, de un cuarto año, se puede o no
contemplar. Si es así, si lo que estamos es simplemente aplicando la
normativa ya prevista con anterioridad, me parecería correcto y no
sería objeto de crítica por parte de mi grupo. En este sentido, si el
señor secretario general me lo puede clarificar se lo agradecería
enormemente.

Nada más, sólo reiterar de nuevo el agradecimiento por su
explicación. Esperamos que esos compromisos con el fondo del sida, el
Instituto del Cooperante, el plan 2001, etcétera, los podamos
concretar lo más pronto posible con fechas concretas.




El señor PRESIDENTE: En nombre del Grupo Parlamentario Popular, tiene
la palabra el señor Izquierdo.




El señor IZQUIERDO JUÁREZ: Señor presidente, un magnífico diputado
que todos conocemos, que se ha paseado mucho por esta Cámara, Pablo
Castellano, con una gran experiencia, al que los que llevamos algún
tiempo en el Parlamento español admiramos y conocemos su trabajo,
hablando un día con algunos diputados en el salón de los pasos
perdidos, decía: No entiendo esto. Comentaba sobre un debate que se
producía en el hemiciclo: Aquí se está reeditando el método
Ollendorff. Y le pregunté: ¿Qué es el método Ollendorff, Pablo? Me
dijo: Mira, tocayo, el método Ollendorff es un antiguo método de
enseñanza en alemán en el que
había frases como la siguiente: Hoy me visto de amarillo. La frase
siguiente era: El coche que pasa está estropeado. Es decir, una cosa
no tenía nada que ver con la otra. Era un método para aprender alemán
que recordaba Pablo Castellano con mucha gracia porque se estaba
celebrando un debate un tanto sui géneris en la Cámara, el Gobierno
decía una cosa y otros decían otra. Lo digo a tenor del tema de la
crítica, es decir, la crítica es opinar y nuestro grupo acepta todas
las críticas, lo que sucede es que otros también deben aceptarlas.

Las críticas las debemos aceptar todos.

El Gobierno del Estado, en el objetivo del 0,7, está avanzando de
modo espectacular, y lo voy a explicar. No quería entrar porque he
dicho antes que era un debate estéril y merece la pena que hablemos
de otras cosas, pero no lo evitaré. Lo voy a explicar porque en
ningún momento he dicho, recordando lo del método Ollendorff, que
vengamos aquí a controlar lo que hacen otras administraciones. Yo no
he dicho eso. El 0,7, si entendemos que es un objetivo nacional de
ayuda oficial al desarrollo en nuestro país, lo es de todos, de todas
las administraciones públicas. Como ha dicho el secretario general,
España es un país extraordinariamente descentralizado. El 0,7 de
ayuda pública al desarrollo, que recordaré a SS.SS. que es un
objetivo que marcó Naciones Unidas en el año 1967 y no el 0,7 sino el
1 por ciento del producto interior bruto de los países ricos como
transferencias, se dividía en dos conceptos: el 0,7 de ayuda pública
al desarrollo y el 0,3 de inversiones privadas a esos países. En el
caso de España el 0,7 es un cálculo, señorías, que debe hacerse sobre
el gasto público que realizan todas las administraciones públicas. En
ese sentido, al ser un país extraordinariamente descentralizado,
donde las administraciones territoriales controlan más del 50 por
ciento de los recursos públicos que los contribuyentes ponen en manos
del Estado, el 0,7 es un objetivo exigible a todas las
administraciones públicas. La cooperación española, en 1996, cuando
nosotros accedimos al Gobierno, estaba en términos brutos en 158.000
millones de pesetas y en apenas cinco años ha pasado a 300.000
millones de pesetas, como se ha dicho. En este paquete de 300.000
millones de pesetas, el esfuerzo que realiza la Administración
central es de 250.000 millones de pesetas, y el resto son otros
conceptos.

Señor Campuzano, si queremos hablar de datos, de cifras, de
porcentajes, de crecimiento, de retroceso, me parece correcto lo que
usted ha dicho, por eso digo que el esfuerzo debe ser de todos,
debemos mirar hacia todos y exigir donde tenemos que exigir ese
esfuerzo. Según esas cifras, para alcanzar el 0,7 la Administración
central apenas tendría que multiplicar por dos sus actuales recursos,
pero el resto de las administraciones territoriales tendrían que
multiplicarlo por nueve. Por lo tanto, sigan ustedes provocando el
debate del 0,7 y trayendo un debate porcentual. Después del debate
debemos todos quedarnos con el dato de que el crecimiento



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de la cooperación española en pocos años se ha logrado gracias al
esfuerzo de todos, que esto no es una cuestión partidista; ni
siquiera nuestro Gobierno, aunque puede, debe en estos momentos
exponerlo como un logro porque es un proceso de 20 años, en el que el
crecimiento espectacular se ha producido en los últimos cinco años
por el esfuerzo y el reconocimiento de todos. A mí me parece que la
crítica, señor Pérez Casado y señor Campuzano, sobre el tema de los
recursos es fácil, pero, además, no se corresponde con la realidad.

El esfuerzo que hace España es espectacular.

Voy a terminar, señor presidente, señorías, agradeciendo las
aclaraciones que el secretario general de la Agencia ha hecho sobre
el tema de las becas y, además, me alegro de que por fin en esta
Cámara se reconozca la importancia de la cooperación cultural como
parte de la cooperación para el desarrollo, porque hemos tenido que
oír también críticas, en ese debate siempre recurrente de los
recursos, respecto a que la cooperación cultural, la política de
becas no es cooperación para el desarrollo, no es lucha contra la
pobreza y que debería salir de los cómputos de la ayuda oficial al
desarrollo, y esto está escrito en el 'Diario de Sesiones'; además es
que ustedes en eso poco que dan meten becas, meten la cooperación
universitaria, etcétera. Me alegro que reconozcamos todos que la
política cultural, la política de becas es una política de
cooperación para el desarrollo. Además, quiero resaltar las palabras
del secretario general de que no solamente no disminuye, sino que se
ha incrementado. Y como esto no es una segunda vuelta sobre el debate
del estado de la Nación, que se celebrará dentro de un año, me alegra
mucho saber que no se ha suprimido ninguna beca, que a nadie se le ha
quitado ninguna beca y que la Administración en estos momentos está
estudiando la prórroga de becas concedidas para tres años. Porque
nuestro grupo parlamentario, señorías, en la medida de lo posible
también está intentando ayudar a esas personas concretas -porque
también han venido a vernos- que instan a la Administración a la
prórroga de su beca. Debemos dejar actuar con rigor, como siempre ha
sido así, a la Administración para tomar la decisión que sea oportuna
en este sentido. Por lo tanto, sin que sea una segunda vuelta sobre
el debate del estado de la Nación, algunas de las cuestiones
planteadas ayer o antes de ayer no tenían no entidad -porque no seré
yo quien lo diga-, pero no tenían ningún fundamento.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el secretario general de la
Agencia.




El señor SECRETARIO GENERAL DE LA AGENCIA DE COOPERACIÓN
INTERNACIONAL (Rodríguez-Ponga Salamanca): Señor presidente, contesto
muy brevemente a estas observaciones, porque más que sobre líneas
generales de la política de la AECI, ya entramos en líneas
concretísimas sobre algunas
de las cuestiones que en este momento podemos tener entre manos,
pero ya empiezan a ser demasiadas cosas y demasiado concretas. Yo me
alegro muchísimo de compartir, entre otras muchas cosas, criterios
generales y además compartir también con el portavoz del Grupo
Parlamentario Socialista en esta Comisión el haber hecho el esfuerzo
durante muchos años de terminar una tesis doctoral en situaciones
difíciles y sin disfrutar no ya de cuatro ni de tres ni de dos ni de
un año de beca para poderla hacer, sino quitando horas al sueño y
desgraciadamente también a la familia en fines de semana. En fin, veo
que compartimos algunas experiencias y algunas preocupaciones. Por
eso este tema de los becarios y de las tesis es especialmente
importante también para mí personalmente porque comprendo y comparto
la preocupación individual de muchas personas y la preocupación
política que pueden tener también los grupos parlamentarios aquí
representados.

Por seguir con el tema de becas, ya que es una pregunta muy concreta
del portavoz del Grupo Catalán, que se interesa específicamente sobre
la situación legal, le diré que la situación legal de cada uno de
ellos depende directamente de la concesión o de la prórroga de cada
uno de ellos en cuanto a sus becas. En algunos casos se les
prorrogará doce meses, en otros seis meses, en otro cuatro meses, en
otro tres meses o en otro no se le prorrogará. La situación legal
depende por tanto de esta evaluación rigurosa, que a lo mejor es
demasiado rigurosa, y de la calidad de cada uno de los candidatos.

Comparto plenamente las observaciones que ha hecho el representante
del Grupo Parlamentario Popular a propósito de porcentajes y
objetivos, porcentajes y objetivos que compartimos todos. Más aún,
debemos hablar de porcentajes con respecto al PIB, porque ese
objetivo inicial, sumando ayuda oficial y ayuda privada, es con
respecto al PIB, no con respecto al presupuesto de tal o cual
ayuntamiento o tal diputación provincial. Dios me libre de juzgar lo
que hacen otras administraciones públicas, porque yo vengo aquí a
hablar solamente por la Agencia Española de Cooperación
Internacional, pero surgen cuestiones de carácter general de
cooperación al desarrollo. El objetivo no está en relación con el
presupuesto de un determinado ayuntamiento o de una comunidad
autónoma, sino que es el esfuerzo nacional que hace todo un país con
respecto a su PIB. De ahí que insista -permítame, señor presidente-
en la necesidad de contabilizar adecuadamente todo el esfuerzo de la
sociedad española, tanto el oficial como el privado, para saber
exactamente en qué situación estamos, porque creo que es importante
que contabilicemos todo y que hagamos este esfuerzo.

Comparto también plenamente la idea sobre la cultura como elemento de
desarrollo, y no es que lo comparta yo personalmente, sino que en la
Ley de cooperación al desarrollo figura la cultura como uno de los
objetivos de los sectores prioritarios, y que eso es tambiénalgo que
podemos compartir todos. En cuanto a



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las competencias de otros ministerios, las que hay ahora son las
mismas que había hace cinco, ocho y doce años. Asuntos Exteriores ha
tenido sus competencias en materia de cultura y otros ministerios han
tenido las suyas también en esa materia. No es un problema de
competencias, sino de simplificación de la Administración y de los
procedimientos para poder prestar un mejor servicio, que es para lo
que estamos.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, secretario general de la Agencia
Española de Cooperación Internacional.

Quisiera referirme a dos cuestiones antes de concluir. Además de
agradecerle su presencia, la Comisión en pleno le traslada los
mayores deseos de éxito, precisamente porque los éxitos que se
consigan desde la Agencia Española de Cooperación Internacional serán
éxitos de la cooperación para el desarrollo, y en esa línea creo que
estamos todos los grupos.

Por otra parte, interpretando la voluntad de todos los grupos y de la
Mesa, y entendiendo que este es un ámbito adecuado para hacer una
breve formulación, hay que considerar, en primer lugar, que estamos
reunidos en un órgano parlamentario con representantes de los
ciudadanos de todas las nacionales y regiones españolas, y, en
segundo lugar, que los valores y principios que inspiran en general
la cooperación al desarrollo y a las personas que formamos parte de
esta Comisión son precisamente los principios de libertad, de paz y
de derechos humanos, empezando por el esencial, que es el derecho a
la vida y a la integridad personal. Desde
esta consideración y, repito, haciéndome eco del sentir de todos los
miembros de la Comisión y de la Mesa, expresamos el rechazo al
atentado de esta mañana en Madrid. Aunque al parecer no hay víctimas
mortales, sí hay personas heridas y hay por tanto víctimas como
consecuencia del brutal atentado. Reiteramos también lo que hacemos
siempre desde los partidos, que es un llamamiento a que estas
cuestiones han de dilucidarse en las instituciones democráticas
verdaderamente representativas y no por cauces que suponen una
auténtica violación de derechos fundamentales.

Reitero mi agradecimiento a todos ustedes, a los servicios técnicos
de la Cámara y al secretario general, con el que esperamos seguir en
contacto a la vuelta del verano, no solamente en esta Comisión sino
también en la articulación recíproca de cooperación
EjecutivoLegislativo, y estamos seguros de que va a estar dispuesto
a ello. Les deseo un feliz disfrute del período vacacional.




Se levanta la sesión.




Eran las dos de la tarde.




Nota.-El presente 'Diario de Sesiones', de la Comisión de Cooperación
Internacional para el Desarrollo, del jueves, 28 de junio de 2001, no
guarda la relación cronológica habitual, con el fin de no retrasar la
publicación de los 'Diarios de Sesiones' ya elaborados.