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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 108, de 28/11/2000
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CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 2000 VII Legislatura Núm. 108



EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTE



PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. EUGENIO NASARRE GOICOECHEA



Sesión núm. 7



celebrada el martes, 28 de noviembre de 2000



ORDEN DEL DÍA:



Comparecencia de la señora ministra de Educación, Cultura y Deporte
(Del Castillo Vera) para informar sobre:



- Posición del Ministerio en relación con el informe de la Real
Academia de la Historia sobre la enseñanza de esta materia en la
educación secundaria obligatoria (ESO) y el bachillerato. A solicitud
del Grupo Parlamentario Mixto. (Número de expediente 213/000119) . .

. (Página 3124)



- Sobre el contenido del Real Decreto que prepara dicho Ministerio
sobre la enseñanza de las humanidades. A solicitud del Grupo
Parlamentario Mixto. (Número de expediente 213/000118) . . .

(Página 3127)



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- El resultado obtenido por los deportistas españoles en los Juegos
Olímpicos de Sidney. A solicitud del Grupo Parlamentario Socialista.

(Número de expediente 213/000174) . . . (Página 3142)



- Los resultados del Plan ADO (Asociación de Deportes Olímpicos) en
el año 2000 y las perspectivas de futuro de dicho Plan. A solicitud
del Grupo Parlamentario Socialista. (Número de expediente 213/000175)
. . . (Página 3142)



- La política deportiva del Gobierno, la valoración que hace de la
participación y los resultados obtenidos por la delegación española
en los Juegos Olímpicos de Sidney y las medidas de reestructuración
que piensa adoptar de cara al futuro. A solicitud del Grupo
Parlamentario Federal de Izquierda Unida. (Número de expediente 213/
000177) . . . (Página 3142)



Se abre la sesión a las diez y cinco minutos de la mañana.




El señor PRESIDENTE: Buenos días, señoras y señores diputados.

Comienza la sesión. Doy la bienvenida a la ministra de Educación,
Cultura y Deporte, que viene hoy para intervenir en las
comparecencias solicitadas por diversos grupos parlamentarios.

Hay una modificación del orden del día, y es el aplazamiento de la
comparecencia solicitada por el señor Saura, del Grupo Parlamentario
Mixto, que ha expresado la imposibilidad de estar hoy en esta
Comisión.




COMPARECENCIA DE LA SEÑORA MINISTRA DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTE
(DEL CASTILLO VERA) PARA INFORMAR SOBRE:



- POSICIÓN DEL MINISTERIO EN RELACIÓN CON EL INFORME DE LA
REALACADEMIA DE LA HISTORIA SOBRE LA ENSEÑANZA DE ESTA MATERIA EN LA
EDUCACIÓN SECUNDARIA OBLIGATORIA (ESO) Y EL BACHILLERATO. A SOLICITUD
DEL GRUPO PARLAMENTARIO MIXTO. (Número de expediente 213/000119)



El señor PRESIDENTE: Pasamos al punto 2 del orden del día, que es
también una petición de comparecencia de la ministra para informar
acerca de la posición del citado Ministerio en relación con el
informe de la Real Academia de la Historia sobre la enseñanza de esta
materia en la educación secundaria obligatoria y el bachillerato,
cuyo solicitante es el mismo Grupo Parlamentario Mixto.

La señora ministra tiene la palabra.




La señora MINISTRA DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTE (Del Castillo
Vera): Señor presidente, señorías, la comparecencia, como ha expuesto
el presidente, es para explicar la posición del Ministerio en
relación con el informe de la Real Academia de la Historia sobre la
enseñanza de esta materia en la ESO y el bachillerato.

Yo creo que hay que comenzar por subrayar que la Real Academia de la
Historia representa una de las instituciones
culturales más antiguas y más respetables de nuestro país.

En segundo lugar, hay que seguir subrayando en esta dirección que a
la Real Academia de la Historia han pertenecido historiadores
insignes, cuyo elenco me parece innecesario que relate y, por tanto,
eso determina el respeto que a esa casa deben tener el Ministerio y
cualquier otra institución.

Al pedirme SS.SS. la posición de mi departamento sobre un informe
elaborado hace pocos meses por la Real Academia de la Historia me
están pidiendo que cuestione en realidad la independencia de la Real
Academia de la Historia, porque resulta evidente que la cuestionaría
tanto si manifestara mi opinión favorable como si lo hiciera de forma
contraria al mencionado informe; en el primer caso porque se podría
pensar que la Real Academia de la Historia escribe al dictado de este
Ministerio, y esta es una hipótesis que ni la dignidad de los
académicos ni la dignidad del Ministerio como institución ni la mía
propia permiten; y la situación no sería muy distinta si mi opinión
fuera discrepante, pues parecería que el Ministerio de Educación
tiene alguna consigna que dar a la Real Academia de la Historia, lo
cual resultaría igualmente inaceptable para esa ilustre casa y para
el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

De esta forma quisiera dejar constancia ante esta Cámara de mi
profundo respeto a la Real Academia de la Historia desde la más
absoluta independencia que inspira e inspirará la relación de este
Ministerio con esa Real Academia. El Ministerio y yo misma como
ministra no tenemos nada que opinar acerca de un informe que se ha
elaborado en aras de la independencia que ésta, como otras
instituciones, tiene y que, por tanto, hay que contemplar con una
actitud de silencio y respeto.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Mixto, tiene la
palabra el señor Rodríguez.




El señor RODRÍGUEZ SÁNCHEZ: Brevísimamente, señor presidente, ya que
el objeto de la comparecencia que nosotros solicitábamos también es
sobre los secretos de la reforma de las enseñanzas de la ESO y del
bachillerato. Yo quiero decir que nos parece muyrespetable la
posición de la señora ministra cuando pide



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respeto para una institución centenaria, pero debemos considerar que
ese mismo respeto merecen todas las instituciones del Estado español
e incluso las voces discordantes o discrepantes. y no es de recibo,
bajo nuestro punto de vista, que una institución académica y
científica se permita el lujo de exteriorizar opiniones más que
subjetivas en su informe sobre la enseñanza de la historia en el
Estado español, opiniones tan subjetivas que llegan incluso a hacer
valoraciones sobre supuestas tendencias fascistas o xenófobas en
algunas escuelas de alguna nacionalidad del Estado español, o en
otras a poner en duda el rigor de la enseñanza de la historia. Por
ejemplo, es notorio que en el caso de Galicia, precisamente una
comunidad que no se caracteriza por tener un Gobierno nacionalista, y
sí por tener una impresionante presión de los libros de texto en
español, incluso en asignaturas que por ley había que darlas en
gallego, y muy lejanas a cualquier tipo de integración en la realidad
del país, se venga incluso aludiendo, curiosamente, a una editorial
de este país que, afortunadamente, debido a su gran prestigio y a sus
vinculaciones ideológico-políticas con partidos de ámbito estatal,
fue una metedura de pata de campeonato, lo cual indica hasta qué
extremo actúan de oídas los académicos y las instituciones que se
precian de ser objetivas y neutrales.

En este sentido quiero recomendarle a la señora ministra que atienda
a todas las voces, que son plurales en el Estado español, que lea
todos los artículos, por cierto, de muchos catedráticos de
universidad que no se caracterizan por su nacionalismo y que pusieron
en entredicho de manera abierta y declarada el informe de la Real
Academia de la Historia.

Estamos en un contexto político que se caracteriza, según dicen, por
su democracia, y documentos como este no son muy sensatos ni vienen a
poner un mínimo de paz o de concordia en lo que debe ser un debate,
sin duda conflictivo y todo lo entusiasta que debe ser, pero no
faltando a los mínimos elementos de la verdad.

Es curioso que en este informe de la Academia de la Historia, si se
fija la señora ministra, no hay ni una sola alusión a Cataluña. ¿Por
qué razón? Porque la historia de Cataluña es una historia
perfectamente establecida dentro del marco histórico de España; hay
además una escuela histórica muy importante dispuesta a defender los
mínimos que ya son tópicos en la historiografía de España y, por
tanto, se trataba de un caso no tocable, incluso por las relaciones
políticas y por el peso político de Cataluña dentro del Estado.

Es obvio que, en el caso de Euskadi, los deslices que hay en el
documento se deben a una puntual situación de conflictividad política
y el informe de la Academia aboga por ponerse de parte del Gobierno
en este debate y no mantener una posición cuando menos relativista,
científica y plural.

En el caso gallego, curiosamente ignorado y anulado siempre, que
nunca les importó en absoluto, ahora,
como se trata de que parece que es una nacionalidad histórica, a
pesar de estar gobernada por el señor Fraga Iribarne, había que poner
también el dedo en la llaga de un libro que lo único que tiene es una
metodología diferenciada (y que, en todo caso, está conforme a la
Logse) un libro de historia sobre planteamientos de carácter temático
y no cronológico. Es curioso, incluso, que le haya molestado tanto
las referencias a que el libro contenga varias páginas sobre la
Guerra Civil en el Estado español, cuestión que es tan legítima como
explicar en cinco páginas, por ejemplo, el conflicto entre liberales
y absolutistas en el siglo XIX.

Concluyo ya, señor presidente, diciendo que, bajo nuestro punto de
vista y afortunadamente, llevó un serio varapalo por voces muy
cualificadas, incluso de la historiología españolista, y esto hace
ver que no es tan fácil en el Estado español, y a la altura del
tiempo histórico en que vivimos, andar haciendo panfletos
desconsiderados y valoraciones subjetivas sobre las prácticas
científicas, políticas, de los demás que, vuelvo a repetir, en un
contexto plural, merecerían otro tipo de respeto. Es más, yo creo que
este documento fue muy interesante, porque obligó al Ministerio
después a no olvidar sus objetivos evidentes, como ahora
comprobaremos, y sí a guardar las formas, aunque a veces guardar las
formas para colar de matute el mismo producto no deja de ser
criticable.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència
i Unió), señor Guardans.




El señor GUARDANS I CAMBÓ: Lamentablemente he llegado unos minutos
tarde y me informan de que la señora ministra formalmente no se ha
pronunciado sobre el informe de la Academia de la Historia, dejando
claro que es un documento de una institución privada que no hace
propio. No me cabe duda, no podía ser de otra manera. Eso no impide
que en su momento ese informe fuera realmente percibido por parte de
la opinión pública y por parte incluso de algún portavoz oficioso (y
en política los portavoces oficiosos no dejan de ser portavoces) no
tanto como la expresión de una opinión del Gobierno, sino como un
instrumento de apoyo al Gobierno, o de apoyo al partido, o de apoyo a
una parte del Gobierno, o a una parte del partido, vamos a dejar esto
así de abierto, en el marco de un debate sobre lo que tenía que ser o
no la enseñanza de la historia.

A nosotros nos parece perfectamente respetable y, por tanto, mi
intervención va a ser muy breve, que el Ministerio como tal, y la
ministra como tal en esta comparecencia -y así nos consta en el
pasado- no hayan dado apoyo a ese documento. Hubiéramos querido un
paso más, hubiéramos querido un desmarque formal de ese texto, no
neutralidad, sino un auténtico desmarque de un texto que nos pareció
lamentable por lo que tenía de manipulación de la realidad docente



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española, por lo que tenía de manipulación del contenido de los
libros de texto, por lo que tenía de generalización inútil y
manipuladora, insisto, y no real de una serie de afirmaciones sobre
las carencias que existían, yendo mucho más allá de la constatación
que todos hemos compartido y que compartía el propio dictamen de la
Comisión de Humanidades en lo que se refería en la parte estricta de
la enseñanza de la historia, a que podía haber carencias o puntos a
mejorar en la enseñanza; eso se convirtió en algo que el portavoz del
Bloque Nacionalista Galego ha calificado de panfleto, y es una
expresión que yo hago propia.

Por tanto, hubiéramos querido un poco más de compromiso por el
Ministerio, no sólo no haciéndolo propio, lo cual evidentemente
hubiera resultado intolerable para este grupo, sino formalmente
desmarcándose de él, pero entendemos que lo menos que se puede pedir
es que quede claro ante la opinión pública y ante esta Cámara que ese
es un documento que se juzga por sí mismo, cuyo sectarismo se valora
por sí sólo, y cuya falta de calidad histórica ha sido puesta en
evidencia por responsables académicos de muchísima mayor
respetabilidad en términos históricos, que la de este portavoz, no
sólo con sensibilidades históricas o historiográficas distintas, que
claramente se manifestaron en contra, sino que incluso desde una
perspectiva -a mí la expresión españolista no es una expresión que me
entusiasme- poco partidaria del carácter plural español ese informe
se descalificó absolutamente. Por tanto, queda retratado ante sus
propios autores y yo no voy a hacer más sangre política, si se me
permite esta expresión.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la
palabra la señora Valcarce.




La señora VALCARCE GARCÍA: En efecto, a finales del mes de junio la
Real Academia de la Historia irrumpe en el debate sobre la enseñanza
de las humanidades y también sobre la reforma de las enseñanzas
mínimas en España con un informe que titula Sobre los textos y cursos
de historia en los centros de enseñanza media. Desde luego el informe
no es neutral y llaman poderosamente la atención algunas cuestiones.

Causó un enorme impacto en la opinión pública, porque hace
afirmaciones muy serias, afirmaciones que hoy no debieran pasar con
la neutralidad del Gobierno, sino que debieran haberse respondido con
una posición nítida y clara de rechazo.

Es verdad que el informe de la Real Academia de la Historia debe de
ser tenido en el contexto del prestigio de esta institución, pero
también, como voy a señalar, creo que con este informe su prestigio
queda seriamente dañado, porque una cuestión de este calado se
ventila nada menos que en veintiuna páginas y, cuando estamos hablado
de un informe sobe los textos y cursos de historia en los centros de
enseñanza media, resulta que
no hay ni una relación rigurosa y exhaustiva de qué textos ni qué
cursos fueron analizados por los expertos de la Real Academia. Por
cierto, tampoco sabemos qué expertos de la Real Academia participaron
en la elaboración de este informe, ya que, según hemos podido saber,
muchos académicos y muchos correspondientes de la Real se han
desmarcado del contenido de este informe.

Por tanto, bueno sería, en aras del rigor científico, que hubiera
recogido de forma exhaustiva qué textos y qué cursos y, desde luego,
una cosa que es lamentable es que no se hable aquí de la práctica en
el aula, porque si lo que queremos es conocer cómo se enseña la
historia de España, bueno sería también que el informe recogiese lo
que tantos informes en España, empezando por el propio del INCE,
dicen acerca de la práctica diaria en el aula en lo que se refiere a
la enseñanza de la historia.




Si estas cuestiones nos parecen ya importantes, no menos importante
es la toma de partido que claramente hace la Real Academia,
criticando durísimamente, y sin aportar ni una sola razón, el
conjunto de las reformas que se han implantado en España y, además
-según los propios autores citados aquí-, con alusiones a textos de
personas que ellos mismos han denunciado que han sido
descontextualizadas y sacadas fuera de lo que en realidad se quería
decir. El énfasis que pone la Real Academia sobre qué enseñar
contraponiéndolo a cómo enseñar la lleva a una descalificación
rotunda, y además sin ninguna clase de argumentos, de la sociología
y la pedagogía, ignorando, por tanto, que es tan importante el qué se
enseña como el cómo se enseña.

En cualquier caso, lo que nos preocupa fundamentalmente de este
informe son dos cuestiones: la primera, y desde luego gravísima, es
la descalificación que se hace de la política, la descalificación que
se hace del amplio debate que se suscitó en la sociedad española,
pero también en este Congreso de los Diputados, a propósito de la
enseñanza de las humanidades y que, sin embargo, el texto de la Real
Academia ventila tildándolo de un debate teñido de política
partidista. Los partidos políticos están reconocidos en este sistema
constitucional y la política debe ser reivindicada en toda su
dignidad. Por tanto, esto ya nos parece serio en un informe que esta
avalado por una institución que, efectivamente, ha tenido tanto
prestigio como es la Real Academia de la Historia.

Pero, desde luego, nos suscita enorme consternación que se pueda
decir algo, a nuestro juicio, tan lamentable como hablar del
denominado Estado de las autonomías con un tono peyorativo, y además
nos preocupa que se responsabilice a las comunidades autónomas de lo
que entiende la Real Academia como pérdida de influencia de los
contenidos de la historia en los haberes que se enseñan en nuestro
país en la educación secundaria. Creo que esta imputación es
absolutamente



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gravísima y sería bueno que estas acusaciones de ignorancia
o tergiversación fueran corregidas.

Pero hay algo más que compromete seriamente el prestigio de la Real
Academia de la Historia, y es que esta institución pueda señalar que
precisamente el estudio de la historia de las nacionalidades y
regiones reconocidas por la Constitución española pueda ser una de
las razones -y aquí estoy citando textualmente lo que dice el propio
informe- por las cuales se esté hablando nada menos que de la
posibilidad de que estas diferencias puedan llevar a una posición
racista y xenófoba. Creo que estas son cuestiones de gran calado que
hoy merecían por parte del Gobierno una condena explícita y, desde
luego y en cualquier caso, separarse notoriamente de este informe.

Este es un informe inútil que no aporta nada al debate de las
humanidades, pero también el Grupo Parlamentario Socialista cree que,
por los excesos que en él se contienen (con las descalificaciones
hacia las reformas, con las descalificaciones hacia la labor de las
comunidades autónomas, con las descalificaciones a una visión de la
historia plural y diversa), constituye un serio inconveniente.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Popular, el señor
Guerra Zunzunegui tiene la palabra.




El señor GUERRA ZUNZUNEGUI: Yo iniciaría mi intervención tal como lo
ha definido la señora ministra, es decir, con respeto e
independencia. Yo no comprendo a algunos de los portavoces que poco
menos que hubiesen querido que el Ministerio interviniera en un
informe de la Real Academia, que es absolutamente independiente, el
cual -como ya dijo la señora ministra, no solamente hoy, sino cuando
salió el citado informe- no iba a ejercer ninguna influencia sobre la
posición del Ministerio y, por tanto, del Gobierno.

A mí me ha extrañado (independientemente de que el informe en unas
partes lo considero positivo y en otras no tan positivo) que aquí se
hayan hecho algunas alusiones por el grupo que ha pedido la
comparecencia en el sentido de referirse a él como panfleto o
hablando de lamentable, manipulaciones, etcétera. Yo creo que hay que
tener independencia no solamente de la Real Academia, sino de todas
aquellas instituciones que entiendan que deben intervenir en el tema
de la enseñanza de la historia, y máxime además de la Real Academia.

Por eso yo creo que el respeto y la independencia es la posición
lógica, es la posición, desde un punto de vista político, que se debe
tener respecto de este informe, y siento enormemente que aquí,
parlamentariamente, se hayan vertido algunos adjetivos y algunas
menciones como -y lo reitero- panfletos, etcétera.

El Grupo Parlamentario Popular entiende que este informe de la Real
Academia de la Historia, reitero,
tiene unas partes positivas, otras menos positivas, pero no influye
para nada en la posición del Ministerio de Educación, que además ya
antes de este informe iniciaba sus estudios teniendo en cuenta, eso
sí, el informe del INCE y otros informes interiores del Ministerio.

Yo creo que se ha sacado de contexto este informe de la Real
Academia.

Por tanto, señor presidente, señora ministra, la posición del Grupo
Popular es de respeto, de independencia, como ha dicho la señora
ministra, y lamento que algunos portavoces entiendan que el Gobierno,
que el Ministerio debe intervenir para rechazar, para hacer una
crítica. Es un informe de la Real Academia, uno más de los muchos que
se han hecho y que se harán, supongo, por parte de instituciones
absolutamente independientes y, por tanto, parlamentariamente esto no
debe servir, en absoluto, para atacar al Ministerio, salvo que se
quiera subrepticiamente sacar de contexto, como he indicado antes. La
posición del Grupo Popular está clara. Ha conocido el informe,
reitero que le parece en algunas partes importante, en otras menos
importante o negativo, pero el Grupo Popular cree que no se debe
entrar en el tema de la Real Academia de la Historia por su
independencia absoluta.




El señor PRESIDENTE: ¿La señora ministra quiere intervenir?



La señora MINISTRA DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTE (Del Castillo
Vera): Sí, señor presidente, muy brevemente.

Señorías, ustedes han expresado su legítima opinión sobre el informe
y en mi caso me vuelvo a reiterar en lo dicho inicialmente. Yo creo
que el tratamiento responsable que se debe hacer por parte del
Ministerio de esta cuestión es simplemente no pronunciarse sobre el
informe, respetar el informe que hace esta institución, que es una
institución independiente, de la misma manera que respetaríamos
cualquier otro informe y, por tanto, insistir en lo dicho
inicialmente.




- SOBRE EL CONTENIDO DEL REALDECRETO QUE PREPARA DICHO MINISTERIO
SOBRE LA ENSEÑANZA DE LAS HUMANIDADES. A SOLICITUD DEL GRUPO
PARLAMENTARIO MIXTO. (Número de expediente 213/000118)



El señor PRESIDENTE: Pasamos al punto 3 del orden del día, que es la
comparecencia de la señora ministra, también solicitada por el Grupo
Parlamentario Mixto, para informar acerca del contenido del real
decreto que prepara el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte
sobre la enseñanza de las humanidades.

La señora ministra tiene la palabra para fijar su posición.




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La señora MINISTRA DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTE (Del Castillo
Vera): Señor presidente, señorías, los proyectos de reales decretos
sobre las enseñanzas mínimas en la educación secundaria obligatoria y
el bachillerato constituyen el primer paso de un proyecto más amplio
de cambios en el sistema educativo, como por lo demás ya anuncié en
mi primera comparecencia ante esta Comisión. Son una serie de cambios
que se completarán con la remisión a esta Cámara de un proyecto de
ley de formación profesional, un proyecto de ley de calidad de la
enseñanza y un proyecto de ley de universidades.

Los proyectos de reales decretos que hemos elaborado constituyen, a
mi modo de ver, una respuesta urgente a una demanda social
generalizada de la que tenemos constancia, no sólo por numerosos
estudios especializados, sino también, y fundamentalmente, por la
reacción, por las demandas expresadas desde la comunidad educativa,
que desde hace tiempo viene reclamando una mayor calidad y
modernización de la enseñanza, y son, desde luego, el resultado de
años de trabajo y reflexión en torno a la enseñanza secundaria.

Para la elaboración específica de los reales decretos se han formado
grupos de trabajo, uno por cada materia, en los que han participado
profesores y expertos tanto del ámbito universitario como del no
universitario, así como de instituciones científicas de reconocido
prestigio. Se ha contado al final con cerca de doscientos expertos
pertenecientes a la comunidad educativa, asociaciones profesionales,
instituciones científicas, etcétera. Además, hemos tenido en cuenta
las aportaciones recogidas en reuniones como la comisión académica de
la Conferencia de Educación y se ha trabajado también en permanente
diálogo con las fuerzas políticas.

Los proyectos de reales decretos que establecerán las enseñanzas
mínimas para todo el territorio nacional se han presentado ya en el
Consejo Escolar del Estado y se enviarán próximamente, después de que
conozcamos su informe final, al Consejo de Estado para que se emita,
en este caso, el informe que es preceptivo.

No es fácil, desde luego, configurar y organizar un modelo de
enseñanza secundaria obligatoria hasta los 16 años que sea
socialmente satisfactorio del todo y que atienda a todas las
finalidades que debe atender, pero querría marcar tres de los
objetivos que justifican esta reforma. En primer lugar, el de la
calidad. Con esta reforma se pretende contribuir a una mayor calidad
en el aprendizaje y a una mayor calidad en la docencia. En segundo
lugar, preparar adecuadamente a las nuevas generaciones para la
sociedad del conocimiento y, en tercer lugar, promover una auténtica
igualdad de oportunidades, una igualdad efectiva, y no sólo retórica
o nominativa, en el seno de una sociedad abierta, compleja
y dinámica, que es en la que hoy nos encontramos y nos vamos a
encontrar cada vez más.

Los proyectos, todavía, de reales decretos abordan, como decía, las
cuestiones que son más urgentes y
dejan para las leyes que he mencionado al inicio, y en multitud de
ocasiones antes de hoy, aquellas cuestiones que necesitan un rango
normativo superior; es decir, esos reales decretos establecen las
enseñanzas mínimas o, lo que es igual, marcan los contenidos mínimos
comunes que las comunidades autónomas han de respetar, los marca en
función de la obligación que tiene el Estado de hacerlo. De acuerdo
con la normativa actual, el Estado debe fijar los contenidos de las
enseñanzas mínimas y dice la propia ley que debe fijarlos con la
finalidad de que haya un sistema común de enseñanza en la parte que
fija el Estado. Esto no hay que olvidarlo y no hay que perderlo nunca
de vista.

Como he señalado al principio de mi intervención, las reformas del
sistema educativo que emprendemos con estos reales decretos son
claramente necesarias, tal y como lo constata la demanda generalizada
expresada por distintos indicadores, podríamos decir. En primer
lugar, los diversos estudios realizados por el Instituto Nacional de
Calidad y Evaluación, el INCE, que han puesto de manifiesto unos
resultados insatisfactorios en cuanto al rendimiento académico del
alumnado. Los datos muestras carencias alarmantes en cuestiones muy
básicas: se confunde -por poner algún ejemplo de los muchos que se
han puesto en estos últimos meses, incluso años- el este con el
oeste, se cree que se puede viajar a una isla en coche o se sitúa la
Edad Media antes que la civilización egipcia. Estos datos, que pueden
parecer meramente anecdóticos, creo que, interpretados como se deben
interpretar, no de manera frívola, nos dan una pauta de las
deficiencias que estamos teniendo. Estos datos, unidos al porcentaje
de fracaso escolar (un 25 por ciento de los alumnos no obtiene el
título de educación secundaria obligatoria), ilustran la necesidad de
modificar algunos aspectos del sistema educativo.

En segundo lugar, los requerimientos que se han expresado con
frecuencia por el profesorado, recogidos, por ejemplo, en las últimas
jornadas nacionales sobre la ESO, celebradas en diciembre del año
pasado, en las que intervinieron quinientos profesores y
representantes de organizaciones y asociaciones profesionales, así
como otras quinientas personas a través del debate virtual que a
continuación se celebró en Internet.




En tercer lugar, por ejemplo, el dictamen sobre la enseñanza de las
humanidades en la educación secundaria elaborado por la Comisión de
la Conferencia de Educación, que muestra la necesidad, como todos
ustedes saben porque conocen ese dictamen, de reforzar estas materias
en clara desventaja si atendemos a su situación en los sistemas
educativos de otros países de nuestro entorno.

En cuarto lugar, las propias recomendaciones del Consejo de Europa,
además de lo específicamente recogido en el Tratado de Amsterdam y en
el Consejo



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Europeo de Lisboa sobre el desarrollo de la formación para la empleo.

En quinto lugar, la reacción de la comunidad educativa, que ya he
mencionado, de la que se han hecho eco los medios de comunicación,
que muestran que padres, educadores, inspección educativa, patronales
y asociaciones profesionales reclaman una profunda reflexión sobre
las deficiencias mostradas en la concepción y aplicación de la
enseñanza secundaria, que afecta tanto a los currículum, que es lo
que se ha abordado en este caso, como a la ordenación general de las
enseñanzas.

La propuesta de reforma, con estos fundamentos de partida y por estas
razones que acabo de expresar, consiste básicamente en lo siguiente:
una actualización de todos los currículum, objetivos, contenidos y
criterios de evaluación, de todos los de educación secundaria, con el
fin de que sean más acordes con las circunstancias del mundo en el
que viven y vivirán nuestros estudiantes. Considero que esta es una
mejora de gran relevancia que merece especial atención, por lo que
mencionaré algunas de las notas que la caracterizan.

En general los currículum tienen una nueva redacción en la que se ha
procurado una mayor simplificación del lenguaje y una mayor
concreción, se gana en precisión y en claridad en la descripción de
objetivos, contenidos y criterios de evaluación. Esto contribuirá,
y no me cabe duda, a evitar confusiones y a que los profesores cuenten
con orientaciones más eficaces para su práctica docente. Los nuevos
currículum son más modernos y están abiertos a la innovación, ya que
se han elaborado atendiendo a la dimensión europea de la educación y
teniendo en cuenta las recomendaciones a este respecto de la OCDE,
del Consejo de Europa y de la Unesco.

Por otra parte, en casi todas las materias se hace referencia a los
cambios que al respecto brindan las nuevas tecnologías de la
información y de la comunicación. Los contenidos están configurados
con rigor científico y para las materias del ámbito de las ciencias,
como matemáticas, física, química, ciencias naturales o biología se
ha utilizado una metodología moderna y científica, se ha procurado
que el alumno conozca o pueda conocer y utilizar el lenguaje
universal de las matemáticas en su nivel más elemental. Con los
nuevos currículum se conseguirá mejor la competencia comunicativa de
los estudiantes. En lenguas extranjeras, y siguiendo las
recomendaciones del año europeo de las lenguas, figura ahora un nuevo
bloque de contenidos dedicado a las habilidades comunicativas. El
objetivo de estas modificaciones es avanzar en lo que se refiere a la
competencia comunicativa oral y escrita.

Asimismo, los nuevos currículum prestan especial atención a la
formación en los valores democráticos. Desde distintas materias
(filosofía, historia, historia del arte, cultura clásica, ética) se
abordan problemas presentes en la sociedad actual, tales como el
pacifismo, la
diversidad lingüística, el feminismo, el ecologismo, etcétera. En
resumen, señorías, son currículos más modernos, innovadores,
creativos y consistentes, que permitirán explicar mejor el presente y
abordar con decisión el futuro, al tiempo que ofrecen una formación
integral para hacer frente a las necesidades de una sociedad más
global en la que predominan las nuevas tecnologías de la
comunicación.

Por otra parte, se proponen los contenidos y criterios de evaluación
de cada uno de los cursos con el fin de facilitar la movilidad de los
alumnos. En la normativa vigente, como saben, los contenidos en la
educación secundaria obligatoria no están secuenciados ni
establecidos por curso, están establecidos para toda la etapa, de
manera que cada centro educativo lo distribuye a su criterio, lo que
en la práctica supone una seria dificultad para la movilidad de los
alumnos, tanto dentro de una misma localidad, como sobre todo, entre
comunidades autónomas. Los proyectos de nuevos reales decretos
establecen las materias comunes que deben impartirse en cada curso
del bachillerato, por otra parte. En el real decreto en vigor se deja
a cada administración educativa la determinación de si estas materias
se imparten en uno o en los dos cursos. Esta medida también va a
facilitar la movilidad del alumnado.

En tercer lugar, se refuerzan las áreas instrumentales en el primer
ciclo de la ESO, concretamente la lengua y las matemáticas, por ser
estas materias de gran importancia en el desarrollo educativo del
alumno desde el principio hasta el final e incluso yo diría que a lo
largo de toda su vida. Afavor de este refuerzo hablan los datos del
programa europeo Eurídice, que pone de manifiesto que nuestro país
está en el último lugar en las cargas horarias asignadas a estas
materias. En este sentido, resulta sumamente significativo que desde
la entrada en vigor de la Logse los alumnos de secundaria han perdido
220 horas anuales de matemáticas y 500 de lengua.

En cuarto lugar, se refuerza la enseñanza de las humanidades por
considerar, siguiendo el dictamen de la comisión de la Conferencia de
Educación, que éstas son de gran importancia para la formación
integral de las personas. En este sentido, se refuerza el estudio de
la filosofía en el bachillerato al convertirse en materia común en
los dos cursos de esta etapa, lo que facilitará que los alumnos
conozcan la historia de las ideas. Se amplían las posibilidades del
estudio de la cultura clásica, que será de oferta obligatoria en los
centros en los dos últimos cursos (antes lo era sólo en uno de la
ESO). A la cultura clásica II se le otorga además un carácter
instrumental, pues se profundizará en los contenidos linguísticos, de
manera que los alumnos conocerán las raíces grecolatinas de la mayor
parte de las lenguas que desean aprender. Se propone la incorporación
del griego II al bachillerato de humanidades y ciencias sociales como
materia de modalidad. Se propone ampliar el estudio de la historia de
la música como materia de



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modalidad en segundo de bachillerato de ciencias sociales. Se
reestructura la enseñanza de las ciencias, con un planteamiento más
moderno y consideramos que más eficaz; para ello en tercero de la ESO
se separa la evaluación de las ciencias naturales de la evaluación de
la física y química, con el fin de equilibrar y mejorar el
aprendizaje de estas materias. Se propone, por otro lado, ampliar el
estudio de dibujo técnico, con un dibujo técnico II como materia
propia de la modalidad en los bachilleratos de artes, de ciencias
naturales y de la salud y de tecnología, con el objeto de facilitar
el estudio de esta materia, que es de especial complejidad para los
alumnos y que ha tenido consecuencias negativas en los exámenes de
selectividad. Con esto hay que evitar, como viene sucediendo, que
muchos estudiantes encuentren en esta materia el suspenso de las
pruebas de acceso a los estudios universitarios. Actualmente una
media de sólo uno de cada tres alumnos la aprueba en los exámenes de
selectividad.

Por otra parte, se moderniza la oferta de la enseñanza de las nuevas
tecnologías. Los espectaculares avances tecnológicos de las últimas
décadas han dado lugar al desarrollo de nuevas tecnologías en el
tratamiento de la información. Su presencia, cada vez mayor en la
sociedad actual, aconseja la reforma del currículum en esta materia.

Se trata de una modificación importante con la que se conseguirá que
estas enseñanzas provean de conocimientos más acordes con las
necesidades que reclaman las nuevas tecnologías de la información y
de la comunicación. Los programas en estas materias han incorporado
las sugerencias de la experiencia adquirida por estas enseñanzas en
otros países europeos. El objetivo que nos ha motivado para hacer
estas modificaciones es que España se incorpore clara y plenamente a
la sociedad de la información y del conocimiento. Por último, se
incluyen con carácter orientativo los contenidos básicos de las
materias optativas de oferta obligada, segundo idioma extranjero y
cultura clásica, que en los decretos actualmente vigentes no
aparecen.

En definitiva, señorías, esta es una reforma necesaria que queda
patente, y a mi modo de ver muy patente, en los datos que he ido
comentando al inicio de mi intervención y que pueden resumirse en las
siguientes ideas: se pretende una mejor ordenación de las enseñanzas
gracias a una mayor precisión y claridad en los objetivos, contenidos
y criterios de evaluación de las enseñanzas mínimas; constituye un
ejercicio de vertebración del sistema educativo al que está obligado
el Estado y que tiene que desarrollar esa competencia a través del
Ministerio de Educación y se pretende un ejercicio de vertebración
del sistema educativo. Al abordar estos cambios desde las enseñanzas
mínimas se conseguirá que todos los estudiantes mejoren su
aprendizaje en todas las materias propuestas, lo que, entre otras
cosas, facilitará la movilidad de las familias; se ofrece, además, y
esta es una idea básica, una
idea síntesis, una formación integral más acorde con las nuevas
demandas de la sociedad actual.

Aquí, señorías, concluyo mi intervención. Estos son los fundamentos,
las razones y los contenidos, sintéticamente explicados, de los
proyectos de reales decretos de modificación de las enseñanzas
mínimas, que incluye también las humanidades, como saben, pero que no
sólo afecta a las materias incluidas en el gran ámbito de las
humanidades.




El señor PRESIDENTE: Por parte del Grupo Parlamentario Mixto, que fue
el que pidió la comparecencia, tiene la palabra el señor Rodríguez.




El señor RODRÍGUEZ SÁNCHEZ: Uno de los muchos articulistas que se
dedicó últimamente a hablar de la reforma de la enseñanza secundaria
y del bachillerato en relación con los planes del Gobierno afirmó que
la señora ministra utilizaba una nueva táctica política, diferente de
la utilizada por una antecesora en el cargo, la señora Esperanza
Aguirre, y caracterizaba su acción como la propia de una ministra
escurridiza y ceñida al guión. Pero el guión sigue siendo similar o
muy parecido al que tuvimos ocasión de debatir hace algunos años, es
un guión escrito, sin duda, bajo la tutela del presidente del
Gobierno, y los guiones del presidente del Gobierno siempre se
caracterizan por algunas marcas que les voy a indicar: en primer
lugar, señora ministra, usted puede hablar de diálogo con las fuerzas
políticas, pero, a no ser que usted también pertenezca a una
educación con muchas deficiencias, sabe que no se puede tomar la
parte por el todo, y hay una parte, más o menos considerable,
cualitativamente más o menos importante pero democrática, existente y
representativa, con la que se emplearon, como es habitual ya en este
Gobierno, la falta de respeto que indica que no se respetan ni los
mínimos formales democráticos. Cuando se excluye a todos menos al
Partido Socialista Obrero Español y a Convergència i Unió, queda
claro que hay una parte de la Cámara muy importante, incluido el
Bloque Nacionalista Galego, que tiene derecho a existir y que es la
segunda fuerza política de Galicia, con la que ni siquiera se contó
ni para darles información. El que les está hablando accedió a los
decretos del Ministerio a través de la gentileza de la representante
del Partido Socialista Obrero Español, ya tardíamente, cuando por
supuesto estaban a punto de salir en Internet, y nunca fuimos objeto
de ningún tipo de interlocución, como otros grupos parlamentarios que
hoy no están aquí presentes.

Pero es que no fue solamente esto: ni los sindicatos ni las
organizaciones pedagógicas ni los profesores fueron tenidos en
cuenta. Si se habla de exclusión, estamos hablando de una exclusión
que se caracteriza por la falta de respeto a los mínimos
democráticos, es más, este Parlamento es el último en enterarse y
solamente lo hace a petición del Grupo Mixto, Bloque Nacionalista



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Galego. No sé si esa es la dinámica adecuada en las democracias de
Europa Occidental, a lo mejor sí, yo espero que no y que el Gobierno
no esté imitando precisamente lo peor de esas democracias.

En segundo lugar, hay una característica también de este guión, que
es el secretismo. Es célebre la exigencia del Ministerio en que ni
siquiera se pudiesen fotocopiar a su debido tiempo los textos de la
reforma, fotocopias bajo vigilancia, e incluso un desprecio por los
ejecutivos autonómicos brutal. Por ejemplo, en la administración
autonómica gallega no es que no fuera consultado el segundo partido
de Galicia, es que la administración autonómica gallega ni se enteró
de nada, y otra cosa es que no le interese ni enterarse y sea servil
con el Gobierno, pero es un secretismo brutal, vuelvo a repetir, con
todas las administraciones que tenían algo que decir. Todo lo
contrario de lo que debe ser una política educativa.

En tercer lugar, es el anonimato y la proximidad ideológica, porque
usted habla de profesores y expertos que participaron en la reforma,
pero todos los profesores y expertos que participan en la reforma, si
realmente esto es así, debían impulsar que figuraran sus nombres para
avalar semejante maravilla que se nos ofrece. Cuando se suplanta a
los profesores y expertos por la prepotencia del Gobierno hay que
considerar que las cosas no empiezan nada bien.

La segunda característica del guión es la de que hay conciencia de
una situación social conflictiva, alarmante, preocupante o por lo
menos en desacuerdo con lo que está pasando. Pero es que lo que está
pasando no es la solución que ustedes nos dan, lo que está pasando en
todo caso será que hay una inadaptación de las enseñanzas, en
concreto de las enseñanzas básicas, a las necesidades sociales, y
particularmente de los últimos alumnos, gran parte de los cuales van
a ir directamente al mercado laboral. Lo que hay es una presión
brutal del mundo audiovisual que no nos deja situar bien cuál es el
problema de la alfabetización real del alumnado o incluso qué papel
debe tener lo audiovisual en la sociedad educativa y qué papel el
aprendizaje tradicional a través de la letra escrita y del libro. Lo
que hay es un profesorado que no goza precisamente de mucho prestigio
social, muchas veces mal preparado pedagógicamente, porque nadie lo
prepara para la finalidad docente, lo que hay en todo caso es un
profesorado bastante despreciado por las administraciones educativas,
y lo que hay muchísimas veces es un exceso del número de alumnos por
aula, y en todo caso la inadecuación de material escolar a los
alumnos.

En fin, es un tópico observar cómo niños de 7, 8 ó 9 años, o jóvenes
de 12, 13 ó 14, van con libros de texto que, de poder leerlos nada
más, indicaría que eran licenciados universitarios, y contra eso
nadie toma medidas. ¿Por qué razón? Porque entra a formar parte del
negocio que está montado y del total disparate que es el sistema
educativo en el Estado español, que es de
una erudición y de un atrevimiento brutal. No hay nada más que
analizar el término medio de los libros de texto y se ve que en la
sociedad existen muchos sectores marginados cuyos hijos, lógicamente,
son candidatos especiales a reproducir esa marginación. Por tanto, el
fracaso escolar es esto, y proyectar todo esto para lograr un tipo de
rentabilidad política o electoral no deja de ser un acto de
demagogia.

La tercera características del guión es que, en las cosas que yo
alcanzo a entender, se opta por una visión tradicionalista, bastante
obsoleta, evidente en los temarios e incluso en la concepción
metodológica, en concreto, en la historia, especialmente, y en la
geografía, porque se opta por más erudición, menos capacidad
analítica interpretativa, menos capacidad comprensiva y, sobre todo,
en el gran tema que es la lectura: ¿cómo vamos a hacer para que los
niños aprendan a leer? Si los muchachos aprenden a leer no hay
problemas después para la formación, porque está claro que tendrán
más o menos lagunas, pero serán siempre capaces de acceder al
conocimiento, que eso es lo que nos debe preocupar, y cuando usted
habla de la preocupación por el español como asignatura le puedo
garantizar que el español, como cualquier lengua, solamente se puede
perfeccionar con su práctica y no con la reflexión paracientífica
a edades de 12, 13 ó 14 años. Todo el mundo sabe que los niños empiezan
a analizar oraciones prácticamente ya antes de llegar a la enseñanza
secundaria, están antes de entrar en la universidad con lo mismo, y
eso no soluciona el problema de la escritura ni el problema de la
oralidad de una lengua determinada, y ustedes sobrecargan hasta el
infinito los programas educativos, que no era precisamente el
problema, más bien había que aligerarlos.

Dicho esto, ¿qué objetivos promueven ustedes? Usted lo dice, lo
común, hablan de una movilidad (hay que ver qué curiosa es la
preocupación por la movilidad de las personas). La movilidad de las
personas, si se les capacita económica e intelectualmente, no tiene
ningún tipo de problema, y menos en un espacio geográfico como el
Estado español, donde todo el mundo, quiera o no, sabe hablar
español, y donde todo el mundo, si sabe leer y tiene unos mínimos
conocimientos, no tiene problemas porque cambien, porque varíen
mínimamente los contenidos programáticos, ya que, además, son mínimas
esas variables, en concreto en las asignaturas de carácter troncal.

Pero ustedes la vertebración del Estado, ¿cómo la entienden? En poner
un mayor grado de centralización educativa, demostrando -y esto es
muy importante para ustedes- quién manda y reduciendo las
competencias autonómicas, exclusivas desde el punto de vista
político, a una reducción simbólica y real, al criterio absoluto del
Gobierno del Estado.

Yo me pregunto qué 45 por ciento van a aplicar las comunidades
autónomas con lengua propia con estos programas exhaustivos. Desde
luego si los respetan no



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hay horario escolar que resista para colocarle un añadido de
interpretación de las comunidades autónomas respectivas, con lo cual
ya sabemos lo que va a pasar, Cataluña resistirá mejor, Euskadi
resistirá mejor, desde luego ya en Galicia es un auténtico disparate
lo que está pasando; esto aumentará el disparate, los niños van a ser
todavía más ignorantes, serán todavía más analfabetos y ¡bárbaro!;
ahora, ustedes estarán contentos porque todos se sentirán más
españoles. Si ese es el objetivo está claro que esto va por buen
camino.

Segundo, el ataque ideológico al nacionalismo, que aquí variaron
ustedes la táctica pero realmente por variar la táctica no quiere
decir que haya ignorado la finalidad. Cuando ustedes anulan el
ejercicio de las competencias exclusivas está claro que están
inicidiendo sobre todo en las comunidades con lengua propia, es
decir, en las nacionalidades históricas. El documento de la Academia
de la Historia era muy revelador en este sentido, aunque usted, como
ya lo dijeron públicamente, utilice un camuflaje político mucho más
adecuado a la finalidad que persiguen.

Por último, ¿cuál es el tercer objetivo? El gran preámbulo que va a
posibilitar la consecuencia lógica de las reformas que se anuncian,
en concreto la reforma de la Logse. Precisamente, es preocupante que
ustedes anden anunciando que los alumnos van a ser discriminados por
el rendimiento, lógicamente por el origen social. Nos anuncian
ustedes después el funcionamiento de la alta inspección, de la
formación de los docentes a nivel estatal, del problema de los cargos
directivos, es decir, asegurar más la centralización del sistema, no
para mejorarlo, sino simplemente para hacer que cumpla una función
asimilista, clasista, disgregadora y antidemocrática, y le advierto,
para acabar, lo siguiente: con estos contenidos, en términos
generales (no dudo de algunas cuestiones colaterales que pueden ser
positivas), van a agravar las carencias actuales, porque el problema
del fracaso escolar, que usted dice que moviliza a la gente, y los
muchos suspensos van a aumentar, porque aquí no se dan medios para
mejorar el aprendizaje, sino que se amplía brutalmente buena parte de
las materias. Los libros lógicamente van a tener que ser más
voluminosos, y ya me dirán ustedes cuál va a ser la capacidad del
alumnado para enfrentar semejante cantidad de erudición que, le
vuelvo a repetir, era el problema básico del sistema, desde el punto
de vista de los contenidos.

Segundo. Yo no sé qué modernidad es la suya, pero aquí sorprende que
dividan ustedes en materias importantes y menos importes.




El señor PRESIDENTE: Vaya concluyendo, señor Rodríguez.




El señor RODRÍGUEZ SÁNCHEZ: Ya termino, señor presidente.

Entre las menos importantes está la regulación de la educación
musical, plástica y visual, pero encarece los contenidos. Yo le hago
la siguiente propuesta: reduzcan ustedes la enseñanza de la religión,
que tiene tres horas, a una, ya que hay que ser respetuosos con el
marco aconfesional del Estado español y con los concordatos de la
Santa Sede, dejen más espacio para la educación musical y plástica,
que yo creo que se lo van a agradecer las capacidades de los alumnos
y alumnas, la de ver colores, la de escuchar, la de ser capaz de
estructurar la memoria incluso visual, la de aprender a gustar del
arte, y muchas más cuestiones que son básicas y cruciales de la
actual sociedad. Está claro que hay que aprender conceptos, pero los
adiestramientos y procedimientos son fundamentales y aquí se inclinan
más a los conceptos que a los procedimientos y adiestramientos.

Como profesor, como nacionalista y como gallego, que también es una
categoría muchas veces discriminatoria, quiero decirle que la
historia, afortunadamente, no está escrita, que es un objeto no
estático porque participamos también los sujetos en ella, como en la
geografía. Nosotros aspiramos a que nuestros niños y niñas conozcan
el Ulla y el Tambre, que tienen bastante más agua, que yo sepa, que
muchos ríos que yo aprendí de memoria, y que siguen aprendiendo los
niños gallegos, como los afluentes del Guadalquivir, y que cuando los
ven por primera vez quedan estupefactos de que los de ellos no
figuren en los libros y los del Guadalquivir sí y los aprendamos
todos de memoria, hoy en día, en el año 2000, no estoy hablando de la
enseñanza del franquismo. Por lo tanto, esta historia, que no es
estática, que no está hecha, que se puede escribir, en el caso de la
geografía y de la historia, para nosotros es crucial. Y me limito a
la respuesta del propio ministerio: gran parte de la historia de
Galicia está oscurecida, y no por base documental, sino por una
interpretación política sesgada. La documentación la tienen ustedes
en el Archivo Histórico Nacional; ahí está la historia de nuestro
país. Es legítimo que nosotros aspiremos a conocerla, porque además
es clave para entender también muchas cuestiones de la estructura del
Estado español. Su programa no ayuda a esto, viene a obviarlo,
a contradecirlo, pero yo le puedo asegurar que este proceso va a ser
imparable, con decreto de humanidades y sin decreto de humanidades,
para bien de los niños y las niñas de Galicia, para bien del sistema
democrático e incluso para bien del conjunto del sistema educativo
del Estado español.




El señor PRESIDENTE: ¿El Grupo Parlamentario de Coalición Canaria
quiere intervenir? (Pausa.)
La señora Julios tiene la palabra.




La señora JULIOS REYES: En primer lugar agradezco a la señora
ministra la exposición que nos ha hecho y también pido disculpas por
mi ausencia de parte de la exposición, porque hoy comparto otra



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Comisión y a lo mejor algunos de los comentarios que hago no los
conecto bien con la globalidad de su intervención.




Creo que usted conoce en concreto la posición de mi grupo, en este
caso de Coalición Canaria, que ha sido la de situarnos en una
disposición al diálogo y al consenso ante esta reforma que hoy
estamos comentando aquí. Nosotros hemos partido siempre del punto de
vista de que sería un buen comienzo tomar como punto de partida el
dictamen del profesor Díaz Ambrona. Entendíamos que era un punto de
partida importante porque está avalado por la experiencia y la
profesionalidad de sus autores, pero también porque implicaba ya de
por sí un punto de partida de consenso que en su momento representó
el dictamen. Nuestra posición incluso ya se había expresado antes de
que hubiera surgido el debate de forma importante en esta
legislatura, en un documento que estoy segura de que conoce que se
firmó entre los dos grupos, el Partido Popular y Coalición Canaria,
al inicio de la legislatura. Nosotros seguimos manteniendo esta
posición; ahora bien, no nos parece del todo adecuada la forma en que
se ha desarrollado el proceso. Digo esto, por aclararlo, porque de
alguna forma no hemos podido participar en el proceso de diálogo que
ha habido en la fase política previa de los trabajos cuyos documentos
hemos tenido que recuperar después de formas no oficiales.

Me refiero a que ni el portavoz del grupo ni la portavoz de la
Comisión, que es quien le habla, habíamos tenido información ni
verbal ni escrita. A esto hay que sumar que tampoco fue informado en
tiempo y forma el Gobierno autónomo de Canarias, a través,
lógicamente, de su Consejería de Educación; situación que el propio
consejero del Gobierno de Canarias ha puesto en su conocimiento
recientemente a través de un escrito en el que le expresa también
nuestra opinión sobre la información que en ese momento teníamos
sobre los contenidos de la reforma y la posición del Gobierno de
Canarias y la del grupo político de Coalición Canaria. Nosotros
entendemos que probablemente se deba a alguna situación de
malentendido, por así decirlo, en el proceso y esperamos que no tenga
mayor importancia, puesto que es una situación que puede encauzarse
con facilidad. Queremos entender que sea así.

Lo que sí quisiéramos resaltar es que entendemos que es importante
que la reforma del sistema educativo, parcial o de cualquiera de sus
aspectos en cuanto a contenido y en cuanto a calidad, conlleve un
esfuerzo de consenso y de diálogo entre los grupos políticos que hoy
se han manifestado en la Cámara y también el consenso social, que es
necesario, y el territorial. Consideramos que eso es básico para que
al final del proceso se refrende en el real decreto y también porque
consideramos que es la mejor forma de dar solidez a nuestro sistema
educativo, para que no esté sujeto a bandazos -si me permiten la
expresión- de coyunturas políticas. En ese sentido, resaltamos
respecto al consenso territorial
que es importante que se tenga en cuenta la opinión, en este
caso, de mi grupo, pero a su vez del Gobierno autónomo de Canarias,
porque de alguna forma expresamos hoy por hoy el parecer de una
comunidad autónoma como es la canaria, que forma parte del territorio
del Estado. Consideramos que es importante que se convoque la
conferencia sectorial para debatir este tema por muchas de las
razones que ya he expuesto, es decir, para que el consenso pueda
tener un papel más importante y para que se contrasten las opiniones
del resto de las comunidades autónomas.

Entrando en algunos de los aspectos concretos que nos gustaría
exponerle, nosotros consideramos que en el tratamiento de la
geografía y de la historia que se realiza en la ESO debería hacerse
una referencia a las islas Canarias. Entendemos que debe haber, como
parte que formamos del territorio, una referencia para que el resto
de la comunidad, tanto de enseñantes como de población infantil,
tenga unas nociones generales, tanto de geografía como de historia,
de las islas Canarias, y no sólo en Canarias, sino también en el
resto del Estado. Es importante hacer referencia a aspectos relativos
a la conquista de las islas Canarias, a la situación previa, a la
prehistoria, a lo que significó la conquista en la expansión
atlántica del Reino de Castilla. Entendemos que esas referencias
están recogidas en el currículo del segundo curso de bachillerato,
pero creemos que no pueden obviarse en la escolarización obligatoria.

También quisiéramos hacer una referencia a que, desde nuestro punto
de vista, sería deseable mantener la unidad del ciclo en lo que se
refiere al primer ciclo de la ESO, estableciendo criterios -estamos
de acuerdo- de evaluación y de contenidos, pero referidos más al
mismo, es decir, al ciclo, que curso a curso. Desde nuestro punto de
vista, esto permitiría no obstaculizar los ritmos personales de
aprendizaje de los alumnos y su adaptación a la realidad de cada
lugar y quizá esta formulación compagine mejor con lo que establece
la Logse. Nos preocupan también ciertos aspectos de las enseñanzas
técnicas, sobre todo lo que se refiere a informática, así como
conjugar la puesta en marcha de esta reforma con que haya una
planificación de los recursos humanos. Hay falta de profesorado con
habilidades específicas en relación con la informática.

En cuanto a la historia, quería resaltar que quizás el compartimentar
demasiado a nivel temático, sobre todo en el primer ciclo de la ESO,
puede que nos aleje del método de enseñanza en espiral. Por ejemplo,
los cursos previstos en el proyecto de prehistoria y de Edad Media
para niños de primero de la ESO quizás son más propios de
especialistas que de niños a los que se les está intentando inculcar
e iniciar en el conocimiento de la historia, además de que genera
dificultades para la inserción de los contenidos canarios. Nosotros
proponemosun modelo que dé en el primer ciclo una visión



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más general para volver a incidir en el segundo en aquellos aspectos
que se consideren de más interés.

Querría reiterar la importancia del papel de la conferencia sectorial
en el debate de esta reforma. Ha sido convocada la Comisión General
de Educación, que es un órgano auxiliar de la conferencia sectorial.

Pero ello no es obstáculo para que se convoque dicha conferencia. El
dictamen de 1998 recomendaba la participación activa de las
comunidades autónomas en el desarrollo de los contenidos de la
reforma. En ese sentido se puede concluir con un proceso en donde
haya consenso no sólo por voluntad del Ministerio, sino también con
corresponsabilidad de los grupos políticos y de las comunidades
autónomas.

Nos preocupan las cargas horarias en lo que se refiere a las
enseñanzas de música o de plástica, que también forman parte de esa
formación integral que todos pretendemos conseguir.

En lo que se refiere a los aspectos de financiación, es necesario que
comente que es una correcta y buena iniciativa el que se camine en
una memoria económica que avale el desarrollo de cualquier reforma.

Por desgracia, no ha ocurrido así siempre. En nuestra comunidad
autónoma el peso de la Logse tuvo que caer fuera de los presupuestos
transferidos en su momento y no queremos deteriorar aspectos de
calidad del sistema educativo. Cualquier reforma que implique
recursos humanos y materiales debe ir paulatinamente acompañada de la
correspondiente dotación financiera, que en ese sentido la está
planteando el propio Ministerio.

Termino mi intervención reiterando nuestra disposición al diálogo,
manifestando la necesidad de que se cuente, desde un punto de vista
político y técnico, con el Grupo Parlamentario de Coalición Canaria
y, sobre todo, también con las aportaciones que se puedan hacer desde
la Consejería de Educación de mi comunidad autónoma.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència
i Unió), el señor Guardans tiene la palabra.




El señor GUARDANS I CAMBÓ: Hace apenas dos meses me contaba un
abogado alemán que fue a cerrar un contrato desde Alemania a Estados
Unidos y se reunió después con la familia del cliente. En la
conversación que siguió a la cena, la hija mayor de la familia, de 19
años, le preguntó que cuántas horas había tardado en coche para
llegar hasta Estados Unidos desde Alemania. Esa es un poco la
situación allí. Cuando en ese momento le contestó con cajas
destempladas que cómo se le ocurría preguntar eso y que sólo se podía
llegar en avión o en barco, la niña de 19 años, en estudios
universitarios o de college, se ofendió. Yo creo que aquí no estamos
todavía en ese nivel, aunque usted ha dibujado un panorama en el que
se viene a corregir con estos decretos situaciones de gente que no
sabe lo que
son islas o lo que no lo son o dónde está el Este o el Oeste. Es
posible que el sistema tenga carencias, pero yo me resisto a creer
que las cosas estén en España en un nivel tan dramático, y tampoco
que estos decretos que hoy comentamos sean una urgencia, como un
remedio de primerísima necesidad ante una situación dramática de la
enseñanza en España. Dicho eso, bienvenido sea el refuerzo a la
enseñanza de las humanidades, de la geografía y la actualización o
modernización de los contenidos en el conjunto de la enseñanza
superior obligatoria y el bachillerato. No seremos nosotros quienes
nos opongamos a todo lo que sea la actualización o modernización
permanente de los contenidos mínimos de la enseñanza en España.

Cuando desde el Grupo Parlamentario de Convergència i Unió tuvimos la
primera noticia de la existencia de esos borradores de decretos, a
través de la prensa en un primer momento y después a través de un
diálogo que, como se verá al final de la intervención, ha resultado
claramente fructífero con el Ministerio, nos preocupaban básicamente
tres o cuatro puntos que globalmente -y adelanto el final-
consideramos resueltos de forma satisfactoria. En primer lugar, y no
se trata de cuestiones jerárquicas, sino de distintos temas, ante
estos decretos, compartiendo -insisto- su oportunidad, aunque no su
urgencia (no nos parecía que tuviera la urgencia que el Ministerio ha
querido dar, pero en todo caso la respetamos en la medida que es algo
que hace el Ministerio en el marco de sus competencias), nos
preocupaba que bajo el llamado afán de homogeneizar ese título, esa
necesidad que el Ministerio sentía de garantizar la homogeneidad del
título en todo el territorio del Estado, estuviéramos ante algo que
infringiera la diversidad de sistemas, sin que existan realmente 17
sistemas educativos distintos, pero sí es verdad que el Estado
descentralizado, la Constitución, los estatutos de autonomía y la
propia Logse, tal y como está redactada, configuran un margen
competencial amplio para las distintas comunidades autónomas y nos
daba miedo que eso no fuera percibido así por el Ministerio. La
realidad es que, al final, se han corregido algunas pequeñas
disfunciones en las que ese riesgo era posible; y digo posible porque
en derecho las cosas nunca son blanco o negro, pero nuestros temores
eran en su momento fundados porque cabía la posibilidad de que eso se
interpretara como una invasión competencial. En todo caso, la
realidad es que al final, sin entrar en el detalle, nosotros podemos
decir, como grupo parlamentario, que entendemos que estos decretos se
quedan en el marco competencial del Ministerio y; por tanto, no
consideramos que infrinjan las competencias de las distintas
comunidades autónomas. Dicho sea de paso -espero no molestar a nadie
ni a ningún otro grupo político-, se viene a confirmar lo que viene
haciendo el Grupo Parlamentario Catalán, prácticamente desde que
existe en esta Cámara, y lo que viene haciendo Cataluña en el
conjunto del territorio del



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Estado, que es defender las competencias autonómicas en general.

Porque cuando mi grupo parlamentario ha puesto algún caveat, alguna
pega, alguna llamada de atención a la cuestión competencial estaba
defendiendo por igual las competencias de la Xunta de Galicia, de la
Comunidad Autónoma de Andalucía o de la Generalitat de Catalunya,
puesto que a todos ellos beneficia. Una vez más hay que estar tirando
del Estado autonómico, aunque eso luego no se nos reconozca; y
tampoco es un reconocimiento que pedimos, pero lo quería dejar claro.

En segundo lugar -y no es en importancia-, nos preocupaba que por la
vía de estos decretos no se desnaturalizara el modelo que nació de la
propia Logse. Y ahí también había un cierto riesgo, más bien por la
forma como se había presentado; por tanto, que no se entienda esa
aparente reducción de la enseñanza como algo que ha sido cambiado en
el marco de la negociación, en esos nuevos contenidos. Nos parecía
(se nos explicó que no era así y hemos prestado nuestro asentimiento
a esas explicaciones) que con lo que es y debe entenderse como una
nueva redacción, una forma distinta de presentar los contenidos,
estábamos ante una real disminución de los contenidos. Finalmente eso
no es del todo así, aunque bien es cierto que las distintas
comunidades autónomas y también, en este caso, la Generalitat de
Catalunya siempre podrá -y así lo hará- complementar lo que se viene
en llamar la enseñanza en valores en aquello que considere que no
queda suficientemente cubierto por estos mínimos, pero tampoco
creemos que en este punto haya una clara regresión. Sí nos oponíamos
frontalmente (y en una materia concreta eso tampoco estaba claro) a
una discriminación -llamemos a las cosas por su nombre- en función
del rendimiento dentro de la enseñanza obligatoria. Eso es algo que
mi grupo no comparte y creíamos que estos decretos, concretamente el
decreto de la ESO y en el ámbito de las matemáticas tenía ese riesgo,
tal como estaba planteado en un primer momento. Entendemos que ese
riesgo ha sido superado. Nosotros mantenemos nuestro temor respecto
de este tema -que querríamos desvincular de estos decretos- cuando el
Ministerio anuncia a bombo y platillo -y no pierde ocasión de
hacerlo- que la ley de la calidad de la educación va a ir realmente
en esa línea. Eso es algo que en su momento probablemente provocará
discrepancias con este grupo parlamentario, pero ya llegará el
momento. En todo caso, hoy por hoy, entendemos que con estos decretos
en la mano esa no es exactamente la situación.

En el ámbito estricto de la reformulación de los contenidos que se
hacía en estos decretos, nosotros, como grupo parlamentario, dimos
nuestro claro apoyo a todo lo que suponía (en la línea de la cumbre
de Lisboa y en la línea que marca el sentido común) el reforzamiento
de la sociedad de la información, que estrictamente en el caso
catalán tampoco considerábamos tan necesario
en el sentido de que entendemos que las cosas se hacen en este marco
suficientemente bien, pero sí se puede introducir alguna mejora.

Evidentemente, si de lo que se trata es de marcar mínimos para el
conjunto del Estado, nos parecía absolutamente oportuno y le
prestábamos nuestro apoyo, como se lo prestamos ahora, al
reforzamiento, conceptualmente entendido, de la enseñanza de las
humanidades, manteniendo nuestras reservas respecto de un punto, que
fue el que en su momento provocó una polémica que no me atrevería a
calificar de artificial porque era real, tenía fundamento, pero sí de
absolutamente innecesaria, superflua y que no benefició a nadie (en
todo caso no a este grupo parlamentario, no sé si al Gobierno en ese
momento), como fue la llamada polémica sobre las humanidades o debate
sobre las humanidades, provocado por un prurito uniformista
y unitarista de uno de los equipos que precedió al actual equipo del
Ministerio. Y la palabra unitarista no la invento yo, aparecía entre
los propios objetivos, entonces, de la enseñanza de la historia de
España, que había de tener como objetivo precisamente dejar claro al
conjunto de los ciudadanos españoles (de los futuros ciudadanos si
hablamos de los menores de edad) que la historia de España tenía un
carácter absolutamente unitario. De ahí hemos pasado a una situación
mucho más flexible (que valoramos muy positivamente, y agradecemos el
talante abierto y dialogante que ha tenido este Ministerio en este
tema) en la que, sin perder de vista en absoluto la necesidad de
enseñar en todas las partes del territorio español (insisto, aquí
estamos hablando de la fijación de los contenidos de mínimos), se
trata de enseñar aquello que forma parte de la historia común y que,
sin embargo, no vaya en detrimento no sólo de la posibilidad de
seguir enseñando aquello que es particular, sino incluso que en el
conjunto se asuma que la historia de España es toda ella plural.

Queda claro (y así aparece en los objetivos y en la introducción de
esa historia de España) que esa pluralidad es parte de la riqueza de
la historia de España. No es algo que se le contraponga, no es algo
que suponga un lastre para España, sino que la riqueza está en esa
diversidad que compone y que ha dado lugar a esa pluralidad de lo que
unos llamamos naciones, otros prefieren llamar nacionalidades y otros
no quieren llamarlo de ninguna manera. Es un debate en el que no
hemos querido entrar y en el que en este momento no tiene ningún
sentido hacerlo. En todo caso, ha dado lugar a esa pluralidad de
identidades (terminología que sí podemos aceptar todos) que coexisten
en el conjunto de lo que hoy llamamos España o Estado español.

Creemos que eso ha quedado globalmente garantizado con esta reforma,
aunque no de la forma que nosotros lo hubiéramos redactado. Queda
claro que hubiéramos podido ir mucho más allá, pero entendemos que
hay un avance, que hay una mejora. Insisto, en este punto concreto



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hay que agradecer el talante abierto y dialogante que ha mantenido en
todo momento el Ministerio.

También manifestábamos (como entiendo hicieron otros grupos) nuestra
preocupación por la financiación de esta propuesta. Entendíamos, y
seguimos entendiendo, que no se puede estar modificando aquello que
tiene que ser llevado a cabo por las comunidades autónomas sin
aportar la financiación correspondiente. Es cierto que gobiernos
anteriores (a los cuales este grupo parlamentario había prestado su
apoyo, y me refiero muy particularmente al Gobierno de 1993-96,
incluso antes) no siempre aplicaron este principio. Por tanto, el
Gobierno del Partido Popular siempre podría haberse excusado diciendo
que eso es lo que se ha hecho otras veces, y no nos hubiera quedado
más remedio que decir que eso es cierto, a pesar de ir luego, a lo
mejor, a la correspondiente impugnación. La realidad no ha sido así y
valoramos el esfuerzo presupuestario que se anuncia en la memoria
económica que acompaña a esos decretos. A lo mejor no es todo lo
generoso que hubiéramos querido, y que probablemente querrán también
otras comunidades autónomas, pero sin duda es un esfuerzo innegable
que valoramos positivamente y que permitirá (haciendo también un
esfuerzo las distintas comunidades autónomas, y en este caso la que
yo más conozco, la Generalitat de Catalunya) conseguir, entre todos,
la implementación de esta reforma.

Yo querría subrayar -y termino, señor presidente-, primero, que ésta
no es exactamente la reforma que hubiera llevado a cabo este grupo
parlamentario si la hubiera diseñado entera. Quiero que eso quede
bien claro. Es más, creemos que el margen que tiene la Generalitat de
Catalunya de complemento de lo que son estos mínimos con ese 45 por
ciento restante permite que algunas carencias, como puede ocurrir en
alguna de las enseñanzas artísticas, se puedan complementar; otras
comunidades autónomas lo podrán hacer o no. Por tanto, no es en su
literalidad la reforma que hubiéramos planteado, pero es una reforma
a la que nosotros le prestamos nuestro consenso, le prestamos nuestro
apoyo, no sólo porque se plantea en el marco competencial que por ley
estamos obligados a respetar, que es el del Ministerio, sino porque,
globalmente, entendemos que ha habido un marco negociador y
dialogante, incluido ese marco presupuestario, que nos permite
prestarle ese apoyo.

Es cierto (y ahora sí que acabo) que tendrá un impacto desigual y
dentro de unos años habrá que ver cómo se está desarrollando esa
reforma, y las que posteriormente se produzcan, en las distintas
comunidades autónomas, pero el complementar en un sentido o en otro
lo que son aquí contenidos mínimos que deben integrarse en un
currículum, que ése sí se elaborará en cada comunidad autónoma, ya
dependerá no sólo del Ministerio, sino de la responsabilidad de cada
una de las comunidades autónomas. Por tanto, desde el punto de vista
de los estudiantes catalanes, de los padres de familia catalanes,
de los docentes catalanes, esta reforma tendrá un impacto
relativo; no digo un impacto nulo, porque sin duda lo tendrá, muy
particularmente el reforzamiento de la filosofía, por poner un
ejemplo bien claro. En nuestro caso no es una reforma radical porque
efectivamente el marco será ese, pero quizá en otros sitios lo será.

De ahí que comprendamos que lo que para nosotros es una aceptación de
consenso, incluida la parte financiera, otros no lo vean exactamente
igual de bien y respetamos que puedan tener unas discrepancias en
este punto, porque la situación de cada comunidad autónoma es
distinta y es la que es. El consenso que nosotros prestamos no nos
impide entender los motivos que puedan llevar a otros a discrepar de
esta propuesta.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la
palabra la señora Valcarce.




La señora VALCARCE GARCÍA: No es buena cosa elevar a categoría lo que
es una mera anécdota, sobre todo porque este Gobierno puede llegar al
absurdo, si se me permite ya elevar esta anécdota que la señora
ministra ha formulado. Este Gobierno puede hacer bueno lo de que se
puede llegar a una isla en barco, pero también puede hacer muy bueno
que se puede llegar a una isla en coche, sobre todo si tenemos en
cuenta algunas de las medidas que, en el contexto del tratamiento de
la inmigración, está llevando a cabo. Para perplejidad y
consternación de todos, autoridades notorias del Gobierno están
proponiendo que los inmigrantes rechazados en nuestro país puedan ser
devueltos nada menos que en un coche y en las cabinas de los barcos.

Esta es una cuestión seria y las anécdotas, a veces, nos pueden
equivocar en los objetivos que pretendemos. Sobre todo, porque esas
anécdotas, que yo considero lamentables, pueden dar una visión del
sistema educativo en España que no es tal.

Los informes que usted ha señalado, y otros muchos, en especial el
del INCE, deben reforzar nuestra confianza en el sistema educativo y
diciendo, además, que es obligación del Gobierno de la nación
reforzar esa confianza en el sistema educativo en España. Todo ello,
sin embargo, no debe cegarnos, sobre todo, porque es bien cierto que
la sociedad española es una sociedad dinámica, compleja, plural, cada
vez más multicultural, tiene el ánimo de entrar en la sociedad del
conocimiento y aspira a una educación basada en la calidad. No
podemos negar esta cuestión, pero tampoco podemos rechazar todo lo
que tenemos. También es verdad que la educación tiene mucho que ver
con la sociedad que queremos. Desde luego, los socialistas queremos
una sociedad integrada; por ello queremos un educación comprensiva, y
esto significa combinar dos cuestiones: calidad y equidad.

La respuesta que nosotros entendemos que hay que dar a las
aspiraciones de la sociedad española paratener una educación de mayor
calidad y, sobre todo,



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para afrontar problemas evidentes (como el fracaso escolar, la
situación de la atención a la diversidad de los estudiantes en la
educación secundaria obligatoria, los problemas de convivencia en los
centros, dar respuesta a las necesidades de un nuevo mercado de
trabajo desde la formación profesional y, en conjunto, elevar la
calidad académica que obtienen los estudiantes al final de la
educación secundaria obligatoria, pero también antes de acceder a la
universidad) es una realidad, y a ella queremos responder desde la
comprensividad del sistema, lo que significa un esfuerzo enorme por
la calidad, pero la calidad que llegue a todos, lo que significa
hacer un mayor esfuerzo a favor de aquellos que lo necesitan más. Por
tanto, hay que apoyar las medidas de atención a la diversidad desde
la educación compensatoria.




Hay una cuestión más. Si queremos una sociedad integrada, de ninguna
de las maneras podemos estar haciendo propuestas que sean
discriminatorias, disgregadoras. Entendemos que esta cuestión debe
quedar bien clara. Una sociedad integrada es una sociedad en la que
todos reciben una educación de calidad, y todos es desde la entrada.

Nos preocupa enormemente que el sistema de escolarización que se está
llevando a cabo vaya hacia la dualización del sistema, hacia una
dualización en perjuicio de la educación pública. Todas estas
cuestiones son las que preocupan al Grupo Parlamentario Socialista.

Sobre la mesa, el Gobierno ha puesto otra cuestión; ha puesto la
cuestión que se refiere a las enseñanzas mínimas. Esta no es una
prioridad. Entendemos que es conveniente y necesario afrontar la
reforma de las enseñanzas mínimas. Sin embargo, no creemos que sea
prioritaria. Pero como esa cuestión está sobre la mesa, el Grupo
Parlamentario Socialista ha abordado el diálogo con el Gobierno. Y lo
ha hecho porque entendemos que las enseñanzas mínimas forman parte de
lo que consideramos la arquitectura básica del sistema educativo
español. Ser capaces de acordar los elementos básicos de la
arquitectura del sistema educativo en España es una responsabilidad
de todos: desde el reconocimiento a las competencias del Gobierno de
la nación, pero también porque este país se ha dado un sistema
profundamente descentralizado, en el cual la gestión de la educación
está en las comunidades autónomas que lo integran. Por consiguiente,
es imprescindible este acuerdo. No es menos imprescindible que, entre
grupos políticos que hemos tenido planteamientos ideológicos
radicalmente distintos, busquemos el consenso, sin perder nuestra
identidad, como es el caso del Partido Socialista, sobre esa
arquitectura fundamental del sistema educativo, y hay que hacerlo
porque son elementos que deben tener una continuidad. Precisamente,
para reforzar esa continuidad, es por lo que entendemos conveniente e
imprescindible el diálogo.

Sobre la cuestión de las enseñanzas mínimas, donde ha enmarcado el
Gobierno el plan de humanidades,
nosotros celebramos el método, aunque no lo compartimos. No es algo
extraño. Es verdad que en los últimos años también en otros países de
nuestro entorno europeo ha habido no sólo un importante debate sobre
la cuestión de las humanidades, sino fundamentalmente sobre los
saberes: sobre qué enseñar, sobre los saberes comunes que conviene
enseñar, y es verdad que en los países de nuestro entorno, y
especialmente en Francia, esto ha abierto un amplísimo debate social,
académico y, desde luego, político. No podemos decir que no haya
habido este debate, en España, también lo ha habido; ha sido un
amplio debate, quizá, en los últimos meses, reducido sólo al ámbito
político.

Nos parece importante que el plan de humanidades se haya integrado en
el debate sobre lo que se debe enseñar a finales del siglo XX, cuando
ya enfilamos el siglo XXI. Es importante, sobre todo, para
enfrentarnos al gran reto de la sociedad del conocimiento. Por ello
pensamos que es interesante que se haya afrontado esta reforma para
incorporar algunos elementos modernizadores del sistema educativo y,
desde luego, tenemos que señalar aquí las nuevas tecnologías. Es
verdad que en nuestro sistema educativo y, sobre todo, por el
esfuerzo de muchas de nuestras comunidades autónomas, algunas de
ellas de forma muy clara, las nuevas tecnologías estaban ya
presentes. A partir de las enseñanzas mínimas que ponen en marcha
estos proyectos de reales decretos se reforzarán.

Asimismo, nosotros entendemos que era imprescindible que este
conjunto de reformas se hiciese en el marco de lo Logse; pero también
pensábamos que era absolutamente imprescindible que este conjunto de
reformas se hiciesen, sobre todo en lo que a las humanidades se
refiere, en el respeto al dictamen de la comisión de humanidades,
presidida por el profesor Ortega y Díaz-Ambrona, porque este dictamen
salió adelante con el consenso de todos, con el acuerdo de todas las
comunidades autónomas y, desde luego, era imprescindible que las
reformas que se pusiesen en marcha contasen con la financiación
suficiente. Por ello, el Partido Socialista ha expresado ya su
acuerdo con el reforzamiento de las materias de matemáticas y de
lengua; ha expresado su apoyo a unas medidas que entendemos que
refuerzan materias troncales básicas en los saberes que deben ser
comunes al sistema educativo español. También hemos expresado nuestro
acuerdo en cuestiones como la que se refiere al reforzamiento de la
filosofía en el bachillerato o también al dibujo técnico, a la
historia de la música. Creemos, sin lugar a dudas, que estas
cuestiones, unidas a otras que se pueden abordar, completarán los
saberes que hay que enseñar. Pero no podemos dejar de señalar algunas
y notorias insuficiencias.

Creemos que el tratamiento de la educación plástica y visual, y el de
la música en la educación secundaria obligatoria, necesita ser
reconsiderado. Pensamos que el Gobierno ha tenido la oportunidad de
llevar a cabo el reforzamiento de la carga horaria de matemáticas y
lengua,



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ampliando el número de horas en la educación secundaria obligatoria
en su primer ciclo. Esto habría facilitado el reforzamiento de las
materias troncales, sin perjuicio de la carga horaria de otras
materias que, por su carácter complementario, contribuyen de una
manera decidida a la visión integral de esta etapa de la educación
secundaria obligatoria. Por eso creemos que experiencias como la que
ha puesto en marcha Andalucía en esta línea son muy acertadas.

La financiación pensamos que tenía que ser un elemento importante a
la hora de poner en marcha estas medidas, porque en estos momentos en
los que ya se ha transferido la gestión de la educación a las
comunidades autónomas cualquier medida que suponga esfuerzo
presupuestario por parte de las comunidades significa un esfuerzo
añadido, y el mismo tiene que ser compensado por el Gobierno de la
nación a la hora de legislar. Con la memoria presupuestaria que ha
anunciado el Gobierno, complementaria a los proyectos de reales
decretos, se abre un camino interesantísimo; un camino en el cual el
modelo de legislación básica del Estado, acompañada de financiación,
es el que nosotros consideramos oportuno. Discrepamos profundamente
en los indicadores que se han tenido en cuenta, pero el modelo es
algo que supone un avance notorio. Discrepamos en los indicadores
porque se ha tenido en cuenta sólo la carga horaria que generan
materias como el incremento de las horas de lengua y de matemáticas
en la educación secundaria obligatoria. Bien es cierto que también se
han tenido en cuenta las materias que se incorporan a la oferta en el
bachillerato, como son el caso de la filosofía, del dibujo técnico y
de la historia de la música. Sin embargo, consideraciones como la
reducción progresiva de la población escolar, que tendrá una
incidencia decisiva en este indicador, no las compartimos, porque no
se ha tenido en cuenta el fenómeno de la inmigración.

Se han señalado opciones que previsiblemente adoptarán los alumnos,
que no tienen por el momento suficiente base, como es pensar que se
va a incrementar el número de estudiantes en la formación profesional
en detrimento del bachillerato. Por tanto, creemos que esta es una
financiación insuficiente, que debió ir acompañada de dos medidas: un
plan específico para la puesta en marcha de las nuevas tecnologías en
todos los centros educativos españoles, que sería un ambicioso
proyecto para que todos los centros educativos tuviesen disponibles
no sólo medios informáticos e Internet, sino que decididamente
pudiesen integrar estas enseñanzas en el conjunto de los saberes que
conforman las enseñanzas mínimas; así como un plan de fomento de la
lectura, para nosotros todavía inexistente, que sería el elemento
fundamental en el plan de refuerzo de las humanidades, porque no hay
que olvidar que precisamente cuando se presentó el dictamen de la
comisión de humanidades fue en este aspecto en el que más se incidió.

Afrontar de forma ambiciosa un plan de
fomento de la lectura pasaría por dotar a todos los centros
educativos españoles de mejoras en sus bibliotecas escolares, pero
también de la formación imprescindible para los profesores para poder
vincular la lectura como uno de los elementos clave en la formación
de nuestros niños y de nuestros jóvenes.

Para nosotros, uno de los elementos positivos es que se acompañen
estas medidas de financiación para que la misma pueda estar
incorporada de forma inmediata a los reales decretos. Pero también
creemos que es nuestra obligación señalar las insuficiencias de la
financiación y decir que el modelo elegido (estas cantidades no se
consolidan en la financiación de las comunidades autónomas) resta
gloria, por decirlo de alguna manera, a la propuesta que hace el
Gobierno.

No debemos olvidar cuál fue el asunto fundamental de este debate, que
se refería al reforzamiento de la enseñanza de las humanidades.

Nosotros hemos señalado aquí la importancia que tiene inscribirlo en
el conjunto de saberes que deben conformar el tronco común de las
enseñanzas en España, pero en ese debate de las humanidades el asunto
clave fue la enseñanza de la historia.




Antes nos hemos referido a la visión de la Real Academia sobre la
historia y su enseñanza. Pero no debemos olvidar que la cuestión
esencial es que hemos pasado de un gobierno que hacía una propuesta
unitarista y centralista para la historia de España, y que tiene
mucho que ver con la visión de España, a una visión plural. Creemos
que merece la pena, y así lo entiende el Partido Socialista, el
acuerdo porque se produce un cambio sustancial en la derecha
española. La derecha española y el Gobierno de la nación han pasado
de una visión unitarista y centralista, de plasmar los planes de
reforma en estos reales decretos, a algo importantísimo, que es la
aceptación de una visión plural y diversa de España; una visión
plural y diversa de la historia de España, un reconocimiento a su
variedad lingüística, pero también a su carácter pluricultural, y el
respeto a la pertenencia de una o más identidades colectivas. Lo que
supone de rectificación de posiciones del Gobierno de la nación, pero
también lo que los socialistas entendemos que es un cambio sustancial
en la visión de España y en la enseñanza de la historia de España de
la derecha española, merece la pena reforzarlo con un acuerdo, y
merece también la pena señalar la importancia que tiene para el
sistema educativo que en aquello que es su arquitectura básica haya
el mayor nivel de consenso.

Por eso, señora ministra, le animamos a que mejore el diálogo, a que
mejore el nivel de consenso para las reformas que usted ha emprendido
y las que piensa emprender, porque la estabilidad y el reforzamiento
del sistema sólo se puede hacer desde el compromiso de todos. No
puede olvidar a la comunidad educativa, a los sindicatos de la
enseñanza, tampoco a los representantes de los padres de alumnos. Es
muy importante



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que usted continúe el diálogo con los representantes de los partidos
políticos en este Congreso de los Diputados, pero también lo es que
lo refuerce con el diálogo con las comunidades autónomas.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la
palabra el señor Guerra Zunzunegui.




El señor GUERRA ZUNZUNEGUI: En la primera comparecencia ante esta
Comisión, recuerdo que la ministra hizo un calendario de cuál era el
programa del Gobierno de centro del Partido Popular en materia de
educación, y en el mismo se comprometió a que antes de finalizar este
período de sesiones, es decir, el 31 de diciembre, estarían ya listos
los reales decretos de enseñanzas mínimas. También anunció en esa
comparecencia que se mantendría el mayor diálogo posible con los
grupo políticos, con la conferencia de educación, etcétera.




La exposición que ha hecho hoy la señora ministra refleja el
cumplimiento de lo que anunció en su primera comparecencia: se han
hecho los proyectos de los reales decretos, ha habido diálogo con las
principales fuerzas políticas, se han presentado a la conferencia de
educación y al Consejo Escolar del Estado y, en pocos días, estarán
en el Consejo de Estado.

La ministra nos habló de la gran preocupación suya y del Gobierno, y
el presidente habló también de ella en el debate de investidura. A
partir de los Pactos de la Moncloa, en España habíamos conseguido
entre todos crear 800.000 puestos escolares. Logramos la cantidad, la
población escolar española entre cuatro y dieciséis años está
totalmente escolarizada desde hace escasamente tres años; ahora bien,
había y hay problemas de calidad. La señora ministra ha mencionado
los informes del INCE, que conocemos todos los miembros de esta
Comisión, el 25 por ciento de fracaso escolar en la ESO, etcétera. Es
obligación del Gobierno intentar por todos los medios que mejore la
calidad de la educación, y el primer paso para ello es la elaboración
de estos decretos de enseñanzas mínimas.

Quiero hablar de enseñanzas mínimas, y no sólo de la enseñanza de
humanidades que plantea la solicitud del Grupo Mixto, porque la
pérdida de 220 horas anuales de matemáticas es muy importante, como
se ha expuesto aquí; a todos nos preocupa la poca preparación de
nuestros niños en matemáticas. No se trata de un problema político,
es un problema real de los futuros ciudadanos, como ya se ha
indicado.

El representante de Convergència i Unió decía que es lógico que se
actualicen los programas de estudio. En esa actualización de las
líneas maestras de la Logse es donde encajan estos decretos leyes del
Ministerio. Tal como hemos visto aquí a través de las intervenciones
de los representantes de Convergència i Unió, del
Grupo Socialista, etcétera, los reales decretos han propiciado el
mayor diálogo.

Otra cuestión que quiero resaltar, y que ha indicado también la
señora ministra, es la movilidad. Cada vez más, las familias
españolas se trasladan por trabajo -tanto los funcionarios públicos
como los trabajadores de la empresa privada-, lo que ocasiona
movimiento entre unas comunidades y otras. Ello hace necesario el
bagaje común de gran parte de la educación de estos niños y niñas;
eso es lo que se pretende en estos decretos de enseñanzas mínimas.

Por otro lado, existe la preocupación de la financiación. No es que
estos decretos supongan un problema muy grande de financiación, pero
la señora ministra dijo desde el primer momento que irían acompañados
de las correspondientes memorias económicas.

Pues bien, todo esto se ha cumplido y es ya una realidad. Nos
preocupaban las matemáticas, las humanidades, la lectura, la
filosofía -he visto que todos los grupos están de acuerdo en ello- y
el refuerzo en el bachillerato de humanidades. Nos preocupaba,
asimismo, la necesidad de que los niños vayan conociendo desde edades
tempranas la metodología de la nueva sociedad de la información. En
estos reales decretos se pretende que los chicos y chicas tengan unos
conocimientos básicos a este respecto que, posteriormente, podrán
desarrollar en el bachillerato y en la formación profesional o en la
carrera.

No quiero hacer alusión a algunas manifestaciones del grupo
proponente por no enrarecer el diálogo de hoy entre la mayoría de los
grupos, que me ha parecido muy positivo. Se ha dicho que ser
ciudadano gallego es discriminatorio todavía; quiero decirle, señor
representante del Grupo Mixto, que en absoluto. Algunos de entre
nosotros nos honramos de tener sangre gallega, no hay la menor
discriminación. (Una señora diputada: ¡Muy bien!) Perdónenme ustedes
este inciso.

A Coalición Canaria quisiera decirle que, además de las
conversaciones, se ha pasado por la conferencia de educación y por el
Consejo Escolar del Estado. Por otra parte, Coalición Canaria habrá
visto siempre el apoyo del Partido Popular en los presupuestos; ha
habido cantidades significativas con motivo del ITE, un impuesto que
se cobraba y cuyo 50 por ciento tenía que repercutir en las islas
Canarias y el Gobierno canario indicó que prefería que fuera a
educación. En los últimos presupuestos ha habido cantidades muy
importantes, primero, porque la población infantil canaria aumenta,
en contra de lo que pasa en la Península y, segundo, porque era
necesario para Canarias la renovación de centros y la creación de
otros nuevos.

Termino, señor presidente, diciendo que el Partido Popular apoya
totalmente estos reales decretos y el diálogo de la señora ministra y
del equipo del Ministerio. Es una satisfacción para nosotros que se
cumpla el calendario que se marcó la señora ministra, puesto que hay
veces que los miembros del Gobierno -tanto el



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del Partido Popular como de otros partidos- no pueden hacerlo.

Para el Gobierno de centro del Partido Popular la educación es algo
básico, en cantidad y en calidad. Apoyaremos al Gobierno y a la
señora ministra.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra la señora ministra.




La señora MINISTRA DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTE (Del Castillo
Vera): Señor presidente, señorías, se han hecho intervenciones de
conjunto y las respuestas deben ir una detrás de otra. Iré
refiriéndome a la parte más sustantiva, en mi opinión, de cada una de
sus intervenciones.

En primer lugar, contestaré al representante del Grupo Parlamentario
Mixto, señor Rodríguez. Me imagino que da igual lo que nos ha contado
que dice el articulista acerca de las condiciones con que esta
ministra afronta el ejercicio de su cargo; todas las opiniones son
legítimas y no tiene mucho sentido perder el tiempo con eso, supongo
que usted tendrá su propia opinión aparte de la del articulista.

Me habría encantado que hubiera habido una base de partida que
hubiera permitido el diálogo con el Bloque Nacionalista Galego al que
usted representa, pero ha dejado usted absolutamente claro en su
intervención que eso es imposible. Descalifica usted por activa, por
pasiva, con argumentos a mi modo de ver demagógicos, con argumentos
ideológicos, con argumentos retóricos y, muchas veces con argumentos
sin fundamento, cualquier posibilidad de avanzar en este proyecto de
reforma que se ha planteado. ¡Qué mejor cosa que haber podido
mantener un diálogo! A mí me habría gustado mucho, pero es evidente
que en una posición absolutamente cerrada frente a una propuesta no
existe ese punto de partida mínimo necesario para el acercamiento en
la discusión y el intercambio de opiniones. Ese es el problema, usted
lo ha dejado clarísimo. Ha dejado clarísima su posición de negativa
absoluta y lo único que le puedo decir es que lamento que haya unas
posiciones tan diferentes que no permitan el avance en el diálogo. No
ha ocurrido así con otros grupos parlamentarios y con otros grupos
políticos. (El señor Rodríguez Sánchez: ¿Con cuáles?) Con los que
acaba usted de oir. (El señor Rodríguez Sánchez: Los demás no
existimos.) No, no, en aboluto.




El señor PRESIDENTE: Le ruego silencio, señor Rodríguez.




La señora MINISTRA DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTE (Del Castillo
Vera): No ha oído usted a uno, sino a varios. (El señor Rodríguez
Sánchez: A dos.) A oído usted a más de dos.

Las posiciones son tan difíciles por la falta de reciprocidad en la
escucha. No hay manera de tener al
menos un punto de partida en la actitud que permita el inicio del
diálogo. Le digo más, como ministra he hecho una apuesta muy amplia
por el diálogo; he visto a todas las organizaciones, incluyendo al
sindicato de la enseñanza vinculado a ustedes en Galicia. (Una señora
diputada: ¡Muy bien!) Los he visto a todos y les he contado cuáles
eran las propuestas del Ministerio. He oído a más de 20
organizaciones de distinto tipo representando a diferentes sectores
de la comunidad educativa. Además, ahora está el informe en el
Consejo Escolar, donde también pueden pronunciarse. Es decir, el
despliegue que ha hecho el Ministerio para una reforma cuyo rango
normativo es el de real decreto, por tanto lo aprueba el Gobierno, y
la disposición que ha tenido -con independencia de que no tuviera que
tener un trámite parlamentario ya que no modificaba ningún aspecto de
la Logse y se podía hacer por real decreto- de ampliar las
posibilidades de diálogo, de hablar con unos y otros, recurriendo la
memoria histórica se puede ver en cuántas ocasiones se ha hecho este
esfuerzo que, desde luego, se va a seguir habiendo en el futuro
respecto a todas las propuestas que estén por venir. Puedo asegurarle
que el esfuerzo del Ministerio, que se puede constatar empíricamente
cuando quiera y como quiera, ha sido extraordinariamente amplio. Otra
cosa es que en determinados grupos no haya una posibilidad de
acercamiento. Las cosas son así y tampoco hay que dramatizar; ojalá
fuera de otra manera.

Como resumen de las respuestas a los temas que usted ha planteado,
contrariamente a lo que usted dice creo que esta reforma, que
pretende una mayor claridad y precisión en los objetivos, en las
formas de evaluación y en los programas, va a contribuir a que el
aprendizaje de los alumnos en esas edades de enseñanza secundaria
obligatoria y de bachillerato sea mejor. Muchas veces hay un
vocabulario, un planteamiento, un desarrollo de argumentos que tienen
una complejidad extraordinaria por una falta de definición de los
objetivos, de precisión en los programas y en la elaboración
posterior de los textos. Estas reformas en su conjunto van a
contribuir a que haya una mayor claridad, una mayor precisión, por
tanto un mejor aprendizaje y una mejor docencia.

No es verdad que los profesores no tengan recursos suficientes para
formarse, por ejemplo, en nuevas tecnologías, como ha sido señalado
por algún otro grupo. Los programas que tiene el Ministerio en
materia de nuevas tecnologías son extraordinarios y el objetivo es
que sigan teniendo un desarrollo de primera línea estratégica. Es un
objetivo estratégico del Ministerio el desarrollo de las nuevas
tecnologías aplicadas a la educación básica, a la educación
profesional y a la educación continua. Se han formado más de 30.000
profesores en el uso de los recursos que facilitan las nuevas
tecnologías para la educación. No es verdad que no haya a disposición
recursos de formación en estos temas que son tan sustantivos en la
educación del futuro.




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En síntesis, creo que esta propuesta de reforma responde a una
demanda social, en el sentido amplio del término, responde a una
demanda de la comunidad educativa y va a contribuir en una línea (que
no sólo acaba aquí, sino que hay otras propuestas que van a abordar
otros temas y otras deficiencias sustantivas que está padeciendo
nuestro sistema educativo) que supone un primer paso para mejorar la
calidad de la enseñanza y para vertebrar la parte común del sistema
educativo. El Estado tiene la obligación de vertebrar para que haya
un sistema común, como determina la propia ley. En ese sentido, no se
puede hablar de totalitarismo unitario; es mucho más sencillo que
todo eso. Las comunidades autónomas tienen unas competencias y el
Estado tiene otras. Estamos en un Estado de las autonomías, no
estamos en las autonomías ni en el Estado, porque los dos
complementos son necesarios; y como estamos en un Estado de las
autonomías, éstas tienen unas competencias y el Estado tiene otras, y
ambas están definidas claramente en la ley. Los programas que ha
planteado el Ministerio se pueden dar perfectamente en el tiempo en
un 55 ó 65 por ciento. El programa de historia, el de filosofía,
etcétera, salvo que pensemos que los alumnos en esas edades tienen
que ser licenciados en filosofía, en historia, en geografía o en
física, caben perfectamente en el tiempo correspondiente, porque en
esta tarea han participado personas con experiencia en el aula. Está
perfectamente aquilatado que cabe y que se puede desarrollar esa
parte de las enseñanzas mínimas en el porcentaje correspondiente.

Estos son básicamente los aspectos que quería subrayar de su
intervención.




El representante de Convergéncia i Unió ha expresado sus dudas y sus
certezas. Respecto al impacto relativo que tendrá, desde el punto de
vista de la docencia en unas comunidades irá mejor que en otras, pero
desde el punto de vista del impacto que tiene que tener en cuanto que
se trata de una norma aprobada en función de las competencias que el
Estado tiene atribuidas legalmente, no cabe duda de que tiene que ser
el mismo en todas las comunidades autónomas. Es decir, todas las
comunidades autónomas tendrán que tener esos contenidos en la parte
común de los programas. No me cabe pensar que no pudiera ser así.

Otra cosa es que en una comunidad los niveles de docencia sean
mayores que en otras, pero no creo que sea un problema de impacto.

Están las cosas muy bien definidas y no hay que darle más vueltas.

Una cosa son las competencias del Estado y otra son las competencias
de las comunidades autónomas, y así se construye y se articula este
sistema educativo y este sistema político en el que vivimos.

Respecto a la intervención de Coalición Canaria, algo ha fallado en
algún lugar, porque ha recibido toda la información al mismo tiempo
que otros grupos parlamentarios. Por alguna razón no ha llegado y se
han debido producir algunos ajustes, porque -repito- se ha hecho
llegar a Coalición Canaria en las mismas condiciones
y en el mismo tiempo. En otro momento lo hablaremos, pero no
ha habido un tratamiento diferente al de otros grupos que mostraban
una disposición para hablar.

En relación con los ciclos versus cursos, mi equipo ministerial y yo
consideramos que es importante la definición por cursos porque
precisa mucho más el seguimiento y el desarrollo del aprendizaje en
la parte común del sistema. Es decir, al haber una definición por
cursos, corremos el riesgo de que familias que se trasladan de una
comunidad a otra tengan problemas, como está ocurriendo con el
temario que se ha dado en otra o simplemente no se ha dado. Ha habido
un problema de tal ambigüedad en la definición de los contenidos que
al final, en la parte común, los temarios de las comunidades eran
bastante distintos. La movilidad no es ninguna bobada, es una
cuestión importante. No podemos estar en un contexto de allanar las
barreras que hay en la Unión Europea, por ejemplo, en la enseñanza
superior, que es el objetivo que se está desarrollando con una serie
de medidas para que haya una creciente homologación de títulos de
programas, un reconocimiento de esa cualificación en unos y en otros
sitios, y para que haya menos barreras. No debemos crear una
situación tendente a que esas barreras sean mayores, porque la parte
común del sistema educativo tiene unas carencias como las que he
manifestado.

Respecto del Grupo Socialista, no me parece muy adecuada su
introducción a efectos de plantear aquí la ley de extranjería, aunque
cada uno está en su legítimo derecho de hacerlo, y decir que como yo
he utilizado el tema de la isla, que se puede ir en coche, etcétera.

Yo he planteado este tema, como en otras muchas ocasiones, de una
manera caricaturesca para reforzarlo un poco. He dicho expresamente
que esto no había que valorarlo con frivolidad, pero que no había que
perder de referencia el carácter que aunque de anécdota tiene de
importante. Esto hay que hacerlo, con lo cual esa introducción,
francamente, me parece que está un poquito fuera del ánimo con el que
yo he utilizado esas palabras.

En segundo lugar, yo creo que hay una serie de acuerdos básicos sobre
la necesidad que existía de reforzar la calidad de la enseñanza con
las reformas de las enseñanzas mínimas, etcétera. Ha habido una parte
de su intervención, señoría, en la que usted ha planteado cosas
distintas a las señaladas en los proyectos de reales decretos de
enseñanzas mínimas, que iban más allá. Este es un debate que me
imagino que vamos a ir teniendo con cierta frecuencia sobre otros
aspectos del sistema educativo y sobre cuál es un poco la posición
del Partido Socialista a ese respecto. Este no era realmente el
debate de hoy, pero yo le quiero decir una cosa puesto que algún otro
grupo ha utilizado también esos términos. La discusión no está en que
unos están a favor de la discriminación y otros están en contra; esa
no es la discusión. ¿Quién va a estar a favor de la discriminación?



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¿Quién no va a estar a favor de la equidad? ¿Quién no va a estar a
favor de la igualdad de oportunidades? Yo he dicho en otras ocasiones
que hagamos una encuesta y preguntemos quién está a favor o en
contra. El cien por cien de la población va a decir que está a favor
de que no haya discriminación, así como el cien por cien de los que
estamos en esta sala. Ese no es el problema. No se trata de que haya
una etiqueta nominalista que diga: éste a favor de la discriminación,
éste en contra de la discriminación. Ese no es el problema. Nadie me
va a decir a mí que estoy a favor de la discriminación, ni yo le voy
a decir a usted que está a favor de la discriminación, porque ese no
es el problema. El problema es de qué manera se hace efectivo el
principio de la integración y de la igualdad de oportunidades, con
qué tratamiento de las necesidades que tienen distintos grupos, en
este caso de niños o de adolescentes, etcétera, puesto que estamos
tratando un tema educativo. Ese es el problema. Por la calidad, la
equidad y la igualdad de oportunidades estamos absolutamente todos.

Hay que ver qué es lo que da más calidad y hay que ver qué es lo que
permite una mayor igualdad de oportunidades y una mayor integración.

El tema no es sí a la discriminación, no a la discriminación. Nadie
quiere discriminar. Usted me podrá decir que esta medida no favorece
tanto a la igualdad de oportunidades como esta otra y por qué, y
entonces tendremos que entrar en ese debate, pero sinceramente me
parece que carece de sentido decir que estamos a favor de la
discriminación y que las medidas que el Gobierno ha anunciado
discriminan. No; no discriminan. El Gobierno y el Ministerio de
Educación lo que quieren es que haya un efectivo tratamiento de la
igualdad de oportunidades, que haya un efectivo tratamiento de la
equidad, que haya un efectivo tratamiento de la integración y que no
sean retóricas, que no sean opciones que no van a resolver más que el
nominalismo de la etiqueta que se le coloca a la opción. De verdad
que es esto, y lo vamos a ir viendo cuando vayamos discutiendo estos
temas, que desde luego se va a hacer desde la máxima disposición al
diálogo, que creo que es básico siempre.

Ha señalado otra serie de cosas que ya hemos discutido con S.S. en
algunas otras ocasiones, como es el fomento de la lectura y las
tecnologías. Ya he explicado que, con respecto al fomento de la
lectura, en este decreto la financiación va dirigida a aquellas
materias que ven mejorada su oferta y que esta cuestión tiene otro
tratamiento. En la partida de educación hay un presupuesto para el
incremento de la lectura; además, el Ministerio de Educación y
Cultura y la Dirección General del Libro dedican 2.000 millones al
fomento de la lectura; se ha iniciado un plan de colaboración con los
editores para llevar a cabo un ambicioso plan de fomento de la
lectura y del libro, etcétera. Y en las tecnologías es un poco lo
mismo. El año pasado había algo menos de 500 millones en el
presupuesto y ahora
hay cerca de 1.600. Está el plan de aldeas digitales. que luego las
comunidades han derivado no solamente al campo rural sino a otros
temas, que puede suponer 10.000 millones de pesetas. A esta cuestión
le contesto en la misma línea que lo he hecho otras veces.

Ha habido una cosa que me ha preocupado más que todo esto, y es que
usted ha acabado diciendo que sólo por el hecho de que el Partido
Popular y el Gobierno hayan modificado su visión unitaria y
centralista (me imagino que de la historia de España y del sistema
político español, de todo lo que puede implicar eso) vale la pena
subrayar un acuerdo. Sinceramente, espero que la razón del acuerdo no
sea ésta, porque si la razón del acuerdo es ésta estarían ustedes
absolutamente equivocados puesto que el Partido Popular, a lo largo
de toda su existencia, ha mantenido una posición de impecable
e impoluto acuerdo con el sistema constitucional español, que
efectivamente determina un Estado de las autonomías. Por tanto, en
ese sentido, no ha habido ni quiebras ni cambios de traje ni cambios
de posición ni nada. Es decir, con esta reforma, que va más allá de
las que se habían propuesto en la anterior legislatura desde el punto
de vista del espectro de materias que contempla, se pretende
contribuir, desde una posición de máximo acuerdo, a una mejora de la
calidad de la enseñanza, a una mejora de la vertebración de la parte
común de nuestro sistema educativo, y eso es todo. Yo estoy
convencida de que este es el fondo de la cuestión, por lo cual
ustedes y nosotros hemos encontrado unos puntos de acuerdo
sustantivos, no porque el Partido Popular y el Gobierno hayan
cambiado posición alguna.




El señor PRESIDENTE: Señorías, se nota que en la sala se ha arreglado
el reloj porque vamos bastante bien de tiempo, no como en otras
ocasiones. Ello nos permite cinco minutos de interrupción de la
sesión. (Pausa.)



- EL RESULTADO OBTENIDO POR LOS DEPORTISTAS ESPAÑOLES EN LOS JUEGOS
OLÍMPICOS DE SIDNEY. ASOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA.

(Número de expediente 213/000174)



- LOS RESULTADOS DEL PLAN ADO (ASOCIACIÓN DE DEPORTES OLÍMPICOS) EN
EL AÑO 2000 Y LAS PERSPECTIVAS DE FUTURO DE DICHO PLAN. A SOLICITUD
DEL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA. (Número de expediente 213/000175)



- LAPOLÍTICA DEPORTIVADEL GOBIERNO, LAVALORACIÓN QUE HACE DE LA
PARTICIPACIÓN Y LOS RESULTADOS OBTENIDOS POR LA DELEGACIÓN ESPAÑOLA
EN LOS JUEGOS OLÍMPICOS DE SIDNEY Y LAS MEDIDAS DE REESTRUCTURACIÓN
QUE PIENSAADOPTAR DE CARAAL FUTURO.




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ASOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO FEDERAL DE IZQUIERDA UNIDA.

(Número de expediente 213/000177)



El señor PRESIDENTE: Señorías, tenemos tres peticiones de
comparecencia sobre la misma cuestión y, por tanto, vamos a
agruparlas. La primera, que figura con el número 4 del orden del día,
está presentada por el Grupo Parlamentario Socialista y es para que
se explique el resultado obtenido por los deportistas españoles en
los Juegos Olímpicos de Sidney; la segunda, que figura con el número
5 del orden del día, es también del Grupo Parlamentario Socialista y
es para que se expliquen los resultados del Plan ADO en el año 2000 y
las perspectivas de futuro de dicho plan; y finalmente, la tercera,
que figura con el número 6 en el orden del día, es a petición del
Grupo Parlamentario Federal de Izquierda Unida y es para que se
informe sobre la política deportiva del Gobierno, la valoración que
hace de la participación y los resultados obtenidos por la delegación
española en los Juegos Olímpicos de Sidney y las medidas de
reestructuración que piensa adoptar de cara al futuro.

Tiene la palabra la señora ministra.




La señora MINISTRA DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTE (Del Castillo
Vera): Señorías, voy a contestar a la primera parte de las preguntas,
las que se refieren más específicamente a los juegos de Sidney y,
vinculado a ello, a los resultados del Plan ADO y las perspectivas
futuras de este plan, y luego haré hincapié en las medidas de
reestructuración que se piensan adoptar de cara al futuro en el
conjunto de la política deportiva.

Querría comenzar diciendo que en unos juegos olímpicos intervienen y
confluyen numerosos y diversos factores y que la complejidad de estos
factores nos obliga a realizar una serie de consideraciones previas
sobre los resultados obtenidos en los Juegos de Sydney, sobre los que
se ha venido discutiendo ampliamente desde que estos juegos tuvieron
lugar. En primer lugar, los resultados deportivos de un país suelen
traducirse de forma inmediata, y sin más evaluación, en el número de
medallas de oro, plata y bronce obtenidas. Este hecho evidente, sin
embargo, suele ir en detrimento del análisis de otra realidad, de
otros indicadores, de cuál ha sido la actuación de nuestros
deportistas, como son el número de diplomas olímpicos obtenidos como
consecuencia de haber quedado clasificados en los cuarto, quinto,
sexto, séptimo y octavo lugares y haber llegado a los cuartos y
octavos de final en determinadas modalidades deportivas. Yo comprendo
-y lo he subrayado en más de una ocasión desde que tuvieron lugar los
Juegos Olímpicos de Sydney- que los resultados obtenidos por la
delegación española no han respondido a las expectativas suscitadas,
pero ello -y también lo he subrayado así en numerosas ocasiones-
no nos permite hablar de fracaso del deporte español, lo cual, a mi
modo de ver, equivaldría a desacreditar el trabajo de todos los que
han hecho posible la presencia de nuestro equipo olímpico en Sydney.

Es evidente que el olimpismo es una referencia principal y obligada
para la valoración del deporte, pero no, al mismo tiempo, la única y
exclusiva. Por eso hemos de ser conscientes de que la planificación
deportiva debe llevarnos no sólo a obtener unos brillantes resultados
en los Juegos de Atenas 2004, siendo éste un objetivo estratégico de
primera magnitud, sino también a lograrlos en todas las citas
deportivas a medio y largo plazo.

Las expectativas que existían respecto a los posibles resultados se
basaban en las previsiones realizadas y éstas eran similares a las de
Atlanta 96. En Sydney se han conseguido 11 medallas, 10 cuartos
puestos y siete quintos puestos, lo cual demuestra que las
previsiones estaban bien hechas. Después, la realidad es la que
ofrece los resultados: tres medallas de oro, tres medallas de plata,
cinco medallas de bronce, 10 cuartos puestos, 11 quintos puestos,
siete sextos puestos, 10 séptimos puestos y seis octavos puestos. Los
hechos determinan muchas veces que se valora más lo que se ve,
aquello que es más deslumbrante, porque tiene su reflejo en el número
de podios obtenidos. Esta actitud perjudica, por no decir invalida,
casi siempre injustamente, el inmenso esfuerzo anónimo de todos los
participantes que no han podido obtener un galardón para su país.

Lejos están -si así juzgáramos la realidad- aquellos afanes que
alumbraron al viejo y moderno movimiento olímpico. Si la valoración
se hace no sólo teniendo en cuenta el número de medallas obtenidas
sino también el número de finalistas en los juegos olímpicos, la
clasificación de España en estos juegos ocupa el lugar 19 entre todos
los países participantes. No obstante, un lugar más bajo que el que
se obtuvo en Atlanta 96, que fue el 14. En los Juegos Olímpicos de
Sydney han participado 80 países y España se ha clasificado, como
saben, en el lugar 25 con 11 medallas. Si bien otros países con un
pasado inmediato deportivo importante, como Brasil o Noruega, han
obtenido un número similar al de España, en una clasificación de
conjunto, si tenemos en cuenta otros indicadores como los diplomas
obtenidos, están en el puesto número 52 ó 59.

El análisis, por otro lado, de la evolución del medallero deportivo
en los países más avanzados demuestra que no siempre es posible
mantener un nivel de progresiva y constante evolución ascendente. Por
otro lado, España ha participado en esta olimpiada con 328 atletas,
220 hombres y 108 mujeres, de los cuales más de la mitad han
correspondido a deportes por equipos, ocupando el séptimo lugar, tras
países como Estados Unidos, Australia, Rusia, Francia, Italia y
Alemania, en esta modalidad de deportes por equipos. En este sentido,
quisiera indicar que habría que diferenciar en todo caso y de forma
clara la actuación en los deportes de



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equipo de las actuaciones individuales. Así, de los seis equipos
masculinos, tres han quedado entre los mejores del mundo: en fútbol,
medalla de plata; balonmano, medalla de bronce y waterpolo cuarto
clasificado y diploma olímpico. El único equipo femenino clasificado,
en hockey de hierba, disputó la medalla de bronce. Este avance y
preparación técnica de estos deportes de equipo pone de manifiesto la
evolución que este tipo de deportes ha tenido en España. Ha de
tenerse en cuenta que la participación de un equipo olímpico conlleva
haber acreditado previamente la exigencia de unas marcas mínimas
federativas para su participación en unos juegos olímpicos. Partiendo
de este hecho, España ha participado en cuantas modalidades ha
acreditado haber satisfecho esas marcas mínimas exigidas. Después,
los resultados de la competición son los que sitúan a cada país en la
clasificación final, en función de los resultados obtenidos. Nadie
resta, desde luego, mérito ni importancia al resultado de estos
juegos olímpicos, porque este es, nos guste o no nos guste, un
escaparate abierto para poder evaluar el nivel de un país entre ciclo
y ciclo olímpico. La evolución positiva del deporte español en los
últimos años es una realidad incuestionable. Baste señalar a título
de ejemplo el análisis comparativo de la evolución del deporte en
España entre 1990 y 1999. Por todo ello pese a los resultados
obtenidos, que -insisto- no están a la altura de lo que se esperaba
en términos de medallas, no podemos instalarnos en un pesimismo
esterilizante que nos impida tomar decisiones mediante las cuales
podamos forjar un horizonte más esperanzador en los próximos cuatro
años y de cara al nuevo ciclo olímpico 2001- 2004, que culminará con
la participación del equipo olímpico español en los próximos y
primeros juegos del nuevo milenio, que como todos saben se celebrarán
en Atenas en el 2004.

Querría comentar ahora las perspectivas de futuro del plan ADO, que
es un plan absolutamente esencial y decisivo para el desarrollo del
deporte de alta competición. En el pasado mes de mayo, tres meses
antes de que se celebraran los juegos olímpicos en el mes de
septiembre, se iniciaron los trabajos y reuniones con las diferentes
federaciones deportivas y el Comité Olímpico Español, cuyas
conclusiones quedaron recogidas en un documento, Criterios para el
plan ADO 2001-2004, que está a disposición de SS.SS. Este hecho
demuestra el interés y la iniciativa de mi departamento en cuanto a
la necesidad de revisión y actualización del plan ADO. Desde su
creación en 1988, el plan ADO ha constituido un importante
instrumento para la mejora del rendimiento del deporte de alto nivel.

Nadie duda de que ha dado excelentes resultados, pero ya han
transcurrido 12 años y resulta necesario introducir todas aquellas
modificaciones que sean precisas para impulsar nuevamente nuestro
nivel deportivo. Como supongo que ya les adelantó el secretario de
Estado de Deportes, en su comparecencia ante
esta Comisión la semana pasada, los principios fundamentales sobre
los que se basará la actualización y mejora del plan ADO 2004 son los
siguientes. Se trata de que tengamos un plan ADO más exigente y
selectivo, con la integración de los mejores deportistas, con la
necesidad de recabar más recursos financieros a través de la
incorporación de nuevas empresas y entidades a las ya existentes.

Todas ellas se integrarán de forma rotatoria en los órganos de
dirección del plan ADO, recogiendo así una legítima, a mi modo de
ver, aspiración planteada por los patrocinadores en los últimos años.

Es necesario que haya una máxima profesionalización en la gestión; es
necesario la creación de una comisión técnico-deportiva independiente
de la actual comisión técnica y que sirva de asesoramiento a ésta, y
que se contrate a los mejores técnicos en cada una de las modalidades
deportivas integradas en el plan. En este terreno de los técnicos,
hay que hacer una acción muy decidida porque es un elemento clave y,
a la postre, bastante determinante de cuáles puedan ser los
resultados últimos en el desarrollo práctico de una alta competición.

Estas medidas, que tienen un carácter genérico, se concretarán en
otras de naturaleza específica, como las que voy a señalar a
continuación. El número de deportistas becados que serán propuestos
por las federaciones correspondientes serán seleccionados por la
actual comisión técnica del plan ADO, con el asesoramiento de la
comisión técnico-deportiva. Se llevará a cabo una planificación para
todo el ciclo olímpico, en coordinación con las federaciones
deportivas y el Comité Olímpico Español. Asimismo, se diseñará unplan
anual cuyo seguimiento y análisis de objetivos se realizará por el
equipo técnico del Consejo Superior de Deportes a través de los
informes que cada entrenador deberá remitir sobre los entrenamientos,
competiciones y resultados de sus deportistas. Con respecto a las
becas y sus cuantías, los deportistas de modalidad individual
cobrarán una beca de acuerdo con el nivel en el que se encuentren y
la cantidad será igual por nivel. En este sentido se estudiará, no
obstante, la posibilidad de que los deportistas que destaquen
claramente sobre los demás y algunos deportistas profesionales
pudieran tener un trato especial con cantidades superiores. Para los
deportistas que hacen deporte de equipo, la beca y su cuantía estará
condicionada a los días de estancia en el equipo nacional cuando éste
participe en actividades deportivas. Se procederá a seleccionar y
contratar técnicos cualificados -lo que decía hace un momento-,
incluyendo a los entrenadores personales de los deportistas que por
su alto rendimiento aconsejen la adopción de esta medida. Se
estudiará el procedimiento de pagos a los deportistas y el control
sobre los mismos. Igualmente, se definirán los compromisos adquiridos
por aquéllos en lo que se refiere a los derechos de imagen, con el
fin de evitar incumplimientos que pudieran perjudicar a la imagen de
los patrocinadores. Se trabajará también en la difusión de marca
equipo español a



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través de campañas específicas incluidas dentro del plan ADO. Por
último, se ampliarán las becas ADO a los deportistas de invierno, ya
que existe una evidente descompensación respecto a los deportes
olímpicos de verano.

Por lo que se refiere a las medidas de reestructuración de la
política deportiva de cara al futuro, pregunta más genérica y no
referida tan específicamente a la alta competición olímpica, la
política deportiva que el Gobierno está diseñando se centra
básicamente en las siguientes líneas de actuación, como yo misma he
expuesto en otras ocasiones. En primer lugar, potenciar el deporte de
base y universitario en una gestión de común acuerdo con las
comunidades autónomas; promover un amplio debate en todos los
sectores deportivos implicados en los programas de actuación;
promover programas de inserción laboral de los deportistas una vez
finalizada su carrera deportiva; fomentar los programas de
reclutamiento y formación de entrenadores y técnicos deportivos en
colaboración y coordinación con las federaciones deportivas; impulsar
las enseñanzas de técnicos deportivos; revisar y actualizar -como les
he mencionado ya- el plan ADO 2004; fomentar y promocionar el tejido
asociativo en el deporte español; fomentar la presencia de la mujer
en la práctica de deporte y -una cosa muy importante- en los órganos
de decisión deportivos, uno de los ámbitos en los que la presencia de
la mujer es más escasa, llamativamente escasa; establecer programas
de ayuda a deportistas de alto nivel para hacer compatible su trabajo
profesional o estudios con la carrera deportiva; potenciar el
programa de detección de jóvenes talentos deportivos con potencial
suficiente para integrarse en los planes y programas del deporte de
alto nivel y competición; revisar la Ley del Deporte en aquellos
aspectos que el transcurso del tiempo y las propias circunstancias
demandan en orden a su innovación y actualización, y potenciar la
presencia del deporte español en los foros internacionales, guía que
obviamente debe ser constante y que casi no hace falta mencionar.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Socialista tiene la
palabra la señora Chacón.




La señora CHACÓN PIQUERAS: Señora ministra, han pasado ya casi dos
meses desde la clausura de los Juegos Olímpicos y volvemos a
encontrarnos para hablar de Sidney. Le agradezco su presencia porque
sé que este tema le produce especial enojo, no sólo por lo que tiene
de recordatorio de lo que fue un sonado fracaso del Partido Popular
sino porque para su Gobierno, a nuestro juicio, el deporte es sólo
materia de interés cuando de lo que se trata es de posar en la foto
junto a los campeones. Sin embargo, créame, nuestra insistencia no es
fruto del deseo de incidir simplemente en un tema doloroso.

Insistimos porque estamos convencidos
de que el decepcionante resultado de la participación española en los
Juegos de Sidney no es fruto del azar, y mucho menos de lo que su
poco prudente -déjeme llamarlo así- secretario de Estado para el
deporte definiera en su momento como falta de espíritu competitivo de
los deportistas. Aprovecho de nuevo para felicitar a todos aquellos
deportistas participantes españoles en Sidney, porque estamos
persuadidos en el Grupo Socialista de que el descenso respecto a las
expectativas que se produjeron en Sidney es consecuencia
estrictamente de la nefasta política del Partido Popular en temas de
deporte; un convencimiento que probablemente deben compartir ustedes,
pues de otra forma no se entiende cómo, después de haber declarado
reiteradamente que los resultados no habían sido tan malos, ahora nos
presentan un plan que supone un cambio radical de las tradicionales
posiciones de su partido en este ámbito, porque espíritu competitivo,
señoría, es lo que ha faltado a su partido durante estos últimos
cuatros años para definir una política en materia de deporte.

Cuando el Partido Popular llegó al poder en 1996 declaró su propósito
-y cito textualmente- de realizar una nueva política deportiva basada
en el protagonismo de la sociedad y en la primacía de las
consideraciones deportivas sobre las políticas. Pues bien, en este
cuatrienio, el único que ha tenido protagonismo ha sido el presidente
del Gobierno, que sólo se ha acordado de los deportistas para
convocarlos a la Moncloa cuando habían conseguido éxitos. Igualmente,
su partido - léase la documentación, señora ministra- declaró su
intención -y sigo citando textualmente- de mejorar el modelo
deportivo impulsando la creación y actividades de los clubes,
asociaciones y federaciones, de manera que predomine lo deportivo
sobre lo político, y reformar el marco jurídico limitando las
competencias de la Administración deportiva. Aquello que quería ser
un canto al no intervencionismo, a una política liberal, se convirtió
al poco tiempo en una constante actitud de dejadez e inhibición. La
sucesión -ya hemos hablado de ello- en cuatro años de cuatro
secretarios de Estado, cuatro directores generales de deportes, tres
directores generales de infraestructuras deportivas y decenas de
subdirectores generales indica a las claras la escasa importancia que
el Partido Popular concede a un ámbito de la política en que la
continuidad, señora ministra, es esencial. En cualquier caso, hay que
decir que la sucesión de responsables tampoco fue vivida en el mundo
del deporte de forma traumática. A fin de cuentas accedieron al cargo
para ejecutar exactamente la misma política; una política que a
grandes rasgos se basó en los continuos recortes en las partidas de
los presupuestos destinadas al deporte, así como en la disminución de
las subvenciones a las federaciones deportivas españolas, que en
pesetas constantes reciben menos que en el año 1996, el último año de
gestión del Partido Socialista.




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Otra constante de estos últimos cuatros de Gobierno de su partido ha
sido la actitud de dejación de sus responsabilidades de liderazgo y
tutela del mundo del deporte. Consecuencia de ello fue la ruptura de
los necesarios canales de comunicación entre la Administración y las
federaciones, entre la Administración central y las comunidades
autónomas, incluso dentro de la propia Administración central.

¿Sabía, señora ministra, que hace poco un colega suyo, el ministro de
Medio Ambiente, admitió desconocer que nuestro país iba a organizar
en el 2005 los Juegos del Mediterráneo en Almería? Han sido cuatro
años de infrautilización de las instalaciones heredadas de la época
socialista. Baste como ejemplo la sangrante situación que vive el
centro de alto rendimiento y de investigación en ciencias del deporte
de Madrid, que desde hace dos años carece de director médico y se ha
sumido en un marasmo burocrático que redunda en los servicios que
presta a los deportistas. Sin embargo, sin duda, el rasgo que creemos
que ha definido la actitud de su partido hacia el deporte ha sido la
pérdida de liderazgo y el abandono de toda una metodología de
planificación instaurada en la época de los gobiernos del Partido
Socialista. Como consecuencia de ello, los responsables naturales de
la ejecución de los programas deportivos, las federaciones, han
carecido de directrices claras a la hora de organizar su trabajo.

Esta falta de coordinación de la que le hablo se evidenció de forma
elocuente con motivo de la Olimpiada de Sidney. Carentes de
coordinación y asesoramiento por parte del Consejo Superior de
Deportes, algunas federaciones se sintieron allí huérfanas de cara a
la preparación de la cita olímpica. Así, nos explicaba un prestigioso
experto que en Sidney su Gobierno, que no los deportistas, había
suspendido el examen final, pero ya venía arrastrando toda una serie
de suspensos en los exámenes parciales.

Señora ministra, no puede ampararse en la excusa de la herencia, pues
gran parte de los deficientes resultados de la Olimpiada son
responsabilidad del equipo que usted nombró. Cuando su principal
colaborador en esta materia, el señor Gómez Angulo, en su toma de
posesión el 17 de mayo declaraba, según recordaba en esta casa la
semana pasada, que él nada podía hacer de cara a Sydney, estaba
reconociendo determinada ignorancia -déjeme que lo diga así- en temas
deportivos, al tiempo que auguraba lo que luego se concretaría en una
pésima gestión en Australia, porque las fechas inmediatas y los días
de la competición son, como parece ser que desconoce su secretario de
Estado, vitales para tener unos buenos resultados. De esta forma, por
dejadez, por no decir incompetencia, el Gobierno del Partido Popular
autorizó que se celebraran elecciones de las federaciones españolas
en vísperas de los Juegos Olímpicos, cuando antes estaban obligadas a
realizarlas después, con lo que en lugar de preparar su participación
en Sidney muchas federaciones dedicaron sus esfuerzos a realizar un
proceso electoral que duró prácticamente
dos meses. Igualmente se permitió que se generaran tensiones
notables en la composición de algunos equipos, tensiones que se
repitieron ante la mala planificación de los viajes y de la estancia
de algunos deportistas. Si el señor Angulo renunció a liderar la fase
de ajuste fino de la preparación olímpica, su escasa capacidad
diplomática unida -si me permite- al arrogante discurso del señor
Aznar, impidió que se solucionaran de forma discreta, como antes se
había hecho en alguna ocasión, los problemas suscitados a raíz del
veto de Cuba a la participación de Niurka Montalvo e Iván Pérez. Un
poco más de inteligencia tal vez y menos oportunismo político nos
hubieran librado del bochornoso espectáculo de unas desesperadas
negociaciones en el aeropuerto de Barajas y hubieran permitido que
estos dos excelentes deportistas compitieran bajo bandera española.

Pero convencidos de que a Sidney se iba a hacer turismo y no a
trabajar, ustedes olvidaron su responsabilidad a la hora de motivar y
aglutinar nuestros técnicos y deportistas, se enteraron de algunos
triunfos por la televisión y sólo mostraron su ingenio en
desafortunadas declaraciones que no hicieron más que calentar los
ánimos. Con estos antecedentes no es de extrañar que España pasara a
ser el tercer país -y ese dato usted lo ha olvidado al referenciar
aquí los muchos que nos ha dado- en la lista de los que más habían
descendido en obtención de medallas respecto a la Olimpiada anterior.

Ello, como le he explicado, no fue responsabilidad de los
deportistas.

Sorprendentemente, la semana pasada nos presentan ustedes un plan de
reforma del deporte español que supone un giro de 180 grados a la
tradicional política de su partido en materia deportiva. Digo que es
sorprendente por cuanto para ustedes los malos resultados de Sidney
sólo fueron fruto de la mala suerte o de la falta de garra
competitiva. Y es que en contra de la opinión de su secretario de
Estado, que gran amante de los toros cree que los éxitos deportivos
son cuestión de casta, el mundo del deporte requiere de grandes dosis
de planificación y de estudio. Por ello me congratulo de que S.S.,
sustrayéndose a la obsesión, llamemos testicular, que aflige a su
Gobierno, últimamente haya comprendido que los buenos resultados en
deporte no se consiguen con testosterona sino con trabajo continuado
y con eficacia en la gestión. Si se han dado cuenta de ello, nos
alegramos desde el Grupo Socialista. Igualmente nos alegramos de que
hayan asumido, aunque sin reconocerlo, buena parte de las políticas
socialistas en materia de deporte, ésas que ustedes tanto denostaron
cuando estaban en la oposición. Sólo tememos que alguien en su
partido pueda llamarles a capítulo por rescatar propuestas como la
promoción del asociacionismo deportivo, la detección de nuevos
talentos, el impulso de la práctica del deporte en las universidades,
el establecimiento de mecanismos de control sobre las subvenciones
concedidas a las federaciones o laobligación de realizar los procesos
electorales después



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de cada edición de los Juegos Olímpicos y otras propuestas que
ustedes ofrecen ahora como nuevas, cuando ya fueron aplicadas en años
anteriores por gobiernos socialistas. Pero sobre todo nos alegramos
de que su partido, que nos acusó de intervencionistas -usted lo
recordará-, asuma hoy la responsabilidad de tutela y liderazgo del
deporte que se desprende de la Ley de 1990, esa misma que por enésima
vez manifiestan querer reformar. Con todo, produce cierto sonrojo el
entusiasmo con que proclaman a los cuatro vientos que han descubierto
mediterráneos como las de las funciones social, educativa, lúdica y
de salud pública del deporte o su dimensión de integración social,
sonrojo que se torna en irritación ante propuestas como la de
impulsar los convenios en materia de investigación en ciencias del
deporte, que coinciden con la supresión de la partida correspondiente
en su proyecto de presupuestos para el 2001. Así pues, nos alegramos
de su repentina conversión, pero permítame que dudemos acerca de la
sinceridad de su discurso. Dudamos de que un secretario de Estado que
desde su toma de posesión apenas ha recibido a presidentes de
federaciones y ha tardado seis meses en reunirse con los directores
generales de deportes de las comunidades autónomas se vea ahora
aquejado de una súbita fiebre por el trabajo. Dudamos de la eficacia
de unas relaciones con el mundo del deporte que se basan en
encuentros semiclandestinos en los que en ausencia del máximo
responsable en este asunto ejerce de comisario el entrenador personal
del Aznar, el señor Bernardino Lombao. Dudamos, en suma, de la
sinceridad de un partido que ahora se declara partidario de asumir
las responsabilidades que le asigna la Ley del Deporte cuando siempre
han acusado al PSOE de intervencionista y han intentado modificar
esta ley propiciando la inhibición de los poderes públicos en materia
deportiva.

Señora ministra, para que vea que nuestras dudas no son gratuitas,
voy a ponerle un ejemplo que muestra que aún no han comprendido gran
cosa. Según el plan presentado la semana pasada por su Secretaría de
Estado, se disponen ustedes a reformar el plan ADO de cara a los
Juegos Olímpicos del 2004 en Atenas, y usted nos lo reitera hoy. Y al
margen del brindis al sol -no me lo negará- como la expresión de su
propósito de contratar a los mejores técnicos deportivos, muy loable
por otra parte, pero que nos parecen cuando menos declaraciones
vacías de contenido, cifran el cambio en un aumento espectacular del
dinero dedicado a este plan. Señoría, como han recordado
recientemente, el ADO para Sidney contó con más recursos económicos
que el de Atlanta y, como es notorio, los resultados fueron
sensiblemente peores. La razón de ello -y esto es algo que su
Gobierno aún no ha interiorizado- es que el ADO no es más que un
instrumento en el que el dinero, con ser necesario, no es condición
suficiente. Ante todo, el ADO sirvió para establecer una metodología
de trabajo racional en el que se establecían objetivos,
equipos técnicos, planes de entrenamiento, previsiones sobre los
períodos de concentración y competiciones, etcétera. Gracias al ADO
las federaciones tenían interlocutores técnicos cualificados y pautas
claras para desarrollar su trabajo. Se estableció en un solo sistema
basado en el liderazgo desde el Consejo Superior de Deportes y en la
asimilación de procesos de planificación y control por parte de las
federaciones deportivas, esos que ustedes han abandonado en estos
cuatro años con los efectos conocidos. Así pues, es importante que
comprendan que el éxito o el fracaso de nuestro deporte en Atenas no
dependerá sólo del dinero privado que se consiga para el ADO, sino de
la recuperación de toda una filosofía de trabajo y liderazgo que los
gobiernos del Partido Popular han ignorado. Por ello, y pese a las
dudas que le he expuesto, consideramos positivo el cambio que nos
avanzó su secretario de Estado, que nos avanza usted también hoy, y
queremos colaborar formulando propuestas concretas.

En primer lugar, que al margen de declaraciones enfáticas los máximos
responsables del deporte vuelvan a trabajar de verdad. Que para el
nuevo ciclo olímpico se contrate a un director deportivo, no a un
entrenador, sino a un profesional experto en la planificación del
ciclo para el conjunto de federaciones; junto a él que se proceda
realmente a la contratación de técnicos deportivos de primer nivel.

Que se establezcan de una manera clara los objetivos del plan ADO y
los diversos niveles para los deportistas. Que se fijen las
condiciones de acceso, permanencia y eventual abandono del programa
por parte de los deportistas, contemplándose la posibilidad de
establecer un sistema de becas mínimas que se completarían con
incentivos en función del cumplimiento de estos objetivos. Que se
establezcan de mutuo acuerdo los objetivos de cada federación en
función del ciclo olímpico y de sus etapas de cara a la clasificación
para los juegos, así como que se realice una planificación de los
nuevos deportes que se incorporarán en Atenas. Que dentro de la
planificación deportiva se incluya tanto el programa ADO como los
programas de alto de nivel de las federaciones. Que se coordine el
plan ADO estatal con los diversos programas de ayudas al deporte de
alto nivel que diversas comunidades autónomas, en concreto Andalucía
y Castilla- La Mancha, vienen desarrollando desde hace unos años. Que
se defina claramente la participación de Televisión Española en el
programa y cómo se va a llevar a cabo la compensación publicitaria a
los patrocinadores; al mismo tiempo, hay que insistir en cuál va a
ser el protagonismo deportivo de Televisión Española en el nuevo
programa ADO. Finalmente, que se recupere el espíritu de diálogo y
colaboración con las federaciones deportivas, al tiempo que se
refuercen los controles para que no puedan producirse circunstancias
como la que en estos momentos amenaza con empañar la excelente imagen
que nuestros deportistas paralímpicos han ganado en Sidney. En suma,
señora ministra



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-ya termino-, que el deporte vuelva a ser objetivo prioritario de la
actividad del Gobierno y no mero escaparate para el lucimiento
político. Y para demostrarle nuestra actitud colaboradora, a pesar de
la profunda crítica que entiendo que hoy usted se está llevando de
nuestro grupo político, déjeme que le cuente una historia de gran
carga dialéctica. En los años en que gobernamos los socialistas, se
instaló en la sede del Consejo Superior de Deportes una enorme
pizarra donde minuciosamente se reflejaba toda la planificación del
deporte español. Acaso parezca anacrónico que en la época de la
tecnología digital se utilizara para estos menesteres una simple
pizarra, pero aquel enorme artilugio representaba mucho más. Nuestros
interlocutores en el mundo del deporte que allí acudían -y créame que
fueron muchos- no sólo podían conocer de un solo vistazo el grado de
desarrollo de los programas que les concernían, sino, sobre todo -y
ese era el gran mérito de la pizarra- se sentían implicados en un
gran proyecto colectivo, un proyecto basado en el trabajo, el
análisis y la planificación. Pues bien, al poco tiempo de la llegada
al poder del Partido Popular visitó la sede del Consejo Superior de
Deportes un alto responsable extranjero del deporte, antiguo
colaborador de la casa. Con estupor comprobó que la pizarra había
sido completamente borrada y ya no se utilizaba. Sabedor de las
virtudes del instrumento solicitó que se le regalara al Gobierno de
su país, petición que fue inmediatamente satisfecha. Ha de saber,
señora ministra, que el regalo de aquella pizarra fue todo un síntoma
de lo que se le avecinaba al deporte español. Pero ahora que parecen
estar dispuestos a rectificar permítanme un consejo: abandonen la
actitud de indiferencia e inhibición ante el deporte que ha
caracterizado a los gobiernos del señor Aznar; trabajen, planifiquen
y coordinen; asuman sus responsabilidades; recuperen la pizarra y
recuperen así el deporte español.




El señor PRESIDENTE: No hay nadie del Grupo Parlamentario de
Izquierda Unida, por tanto, a pesar de ser peticionario de la
comparecencia, no puede comentar la intervención de la señora
ministra.

Por parte del Grupo parlamentario Catalán (Convergència i Unió),
tiene la palabra el señor Martí.




El señor MARTÍ GALBIS: Señora ministra, en nombre de mi grupo
parlamentario quiero darle la bienvenida a esta Comisión y
agradecerle especialmente las informaciones que nos ha dado en el día
de hoy que, como no podía ser de otra manera, encajan perfectamente,
incluso literalmente, porque tengo aquí la transcripción de la
intervención del Secretario de Estado, con las informaciones que el
secretario de Estado para el Deporte nos dio la semana pasada en esta
Comisión.

Señor presidente, quiero decirle que seré mucho más breve que mi
compañera del Grupo Socialista, señora Chacón, y, sobre todo, menos
vitriólico y menos mordaz,
aunque mi crítica también va a ser clara al respecto de lo que
entendemos que ha sido un fracaso del deporte español en Sidney. En
primer lugar, lo que queremos decir es que han pasado dos meses desde
que se clausuraron los Juegos Olímpicos de Sidney y, por tanto, son
ya historia. Se ha hablado mucho y todo el mundo en esos dos meses ha
tenido ocasión de expresar su opinión (los partidos políticos, los
grupos parlamentarios, los estamentos deportivos, los medios de
comunicación); todo el mundo ha dicho todo lo que tenía que decir al
respecto y en esta situación difícilmente podamos añadir alguna cosa
más. De todas maneras, aclararé que esta Comisión no podía ser ajena
a esta discusión y más después de la petición de dos grupos
parlamentarios y, aunque sea con un cierto retraso, vamos a entrar en
ello. Permítame, sin embargo, señora ministra, que antes de hablar de
este balance muy sucintamente exprese, y antes se lo comentaba
particularmente, el estupor de nuestro grupo parlamentario, que está
en consonancia con el manifestado estos días por la opinión pública,
con relación a los hechos que esos días se han dado a conocer a
través de los medios de comunicación sobre la participación española
en los Juegos Paralímpicos de Sidney. Esas informaciones que están
saliendo estos días son muy graves y están perjudicando enormemente
la imagen del deporte español en su conjunto, no solamente la imagen
de los participantes paralímpicos sino, lo que es más grave, el
trabajo de estos deportistas y de todas las personas y técnicos que
los han estado ayudando estos años. Es un tema gravísimo, y el
Gobierno y el Ministerio que usted dirige debería tomar cartas en el
asunto e iniciar una investigación (como creo que se ha iniciado y,
por tanto, lo celebro) que debería ser llevada con la máxima
celeridad para que se depurasen las responsabilidades que tuvieran
lugar.

Entrando en materia (y más allá de unas inoportunas declaraciones que
se realizaron, al alimón , si no me falla la memoria, entre la propia
ministra y el secretario de Estado para el Deporte, en las que se
achacaba el fracaso del deporte español en Sidney a los anteriores
gobiernos socialistas), debe constatarse de manera objetiva y con una
cierta contundencia la unanimidad de la opinión pública en política
deportiva y mediática en cuanto al fracaso español en Sidney. Ya sé,
y usted señora ministra lo ha reiterado, no es un calificativo que
usted, ni su Gobierno, ni el Partido Popular acepten, pero, repito,
este cierto fracaso (nosotros lo entendemos así, es nuestra opinión
política) va a tener que ser asumido por el Gobierno hasta la próxima
cita olímpica en Atenas en el año 2004. Sería muy fácil hacer leña
del árbol caído, pero nosotros por responsabilidad política no vamos
a hacerlo, sobre todo, porque tenemos una gran respeto hacia los
deportistas que han participado y se merecen que esta Cámara les
felicite por sus resultados particulares en la medida en la que han
logrado susobjetivos. En todo caso, me permitirá, señora ministra,



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que les reproche muy amablemente el exceso de optimismo que el
Gobierno del Partido Popular manifestó con anterioridad a la
celebración de los Juegos Olímpicos. No es aconsejable hacer gala de
tanto, no diré orgullo, pero sí de tanta seguridad en uno mismo por
propia prudencia política y también porque desde la humildad es más
fácil justificar eventuales errores. Esperamos que en ese sentido,
ante la próxima cita olímpica, tengan en cuenta esta consideración al
objeto de ahorrarse posibles frustraciones y enojos, palabra que
también ha utilizado la señora Chacón; enojos que, según algún medio
de comunicación parece que demostró tener el mismo presidente del
Gobierno.

Un segundo elemento o consideración que desde nuestra sensibilidad
política debemos manifestarle, y ante el cual no nos podemos sentir
nada satisfechos, es el relativo a la lección de uniformismo y de una
España poco plural que se proyectó a la opinión pública día a día
durante los Juegos Olímpicos. Es verdad que los Juegos Olímpicos son
una ocasión de oro para todos los gobiernos y todos los Estados que
participan en los mismos y que, de distinta forma, aprovechan durante
los quince días de su celebración para promover las imágenes y las
simbologías que más les interesan, tanto desde el punto de vista de
política interna como de política exterior. Sin embargo, desde los
mal llamados nacionalismos periféricos, debemos hacer constar nuestra
discrepancia por el uso y abuso de una simbología que hubiera sido
tildada de provinciana y de folclórica por parte de autoridades
políticas del Estado en el caso de que hubiera sido promovida por una
comunidad autónoma en términos análogos la proyección exterior de sus
propios símbolos. Una anécdota, que no sé si viene a cuento, señora
ministra, es la de que fue bastante lamentable que al menos en una
ocasión -y los medios de comunicación lo reprodujeron en su momento-
se diera la situación de que un deportista bajo pabellón español,
medalla de oro en la disciplina de gimnasia, Gervasi Defer, en el
momento de celebrar su victoria, esa ansiada medalla de oro no
esperada ni por él mismo, tuviera la desgraciada sensación de que
alguien, de una manera un poco lamentable, le retirara de las manos
una bandera catalana, que tenía previsto coger y celebrar con ella su
victoria. Con relación a Barcelona 82 y Atlanta 97 también en esos
pequeños aspectos muy simbólicos hemos ido un poco hacia atrás. En
este sentido aprovechamos la ocasión para pedirle a la señora
ministra su criterio acerca de posibles obstáculos que puedan impedir
que en los próximos Juegos Olímpicos los deportistas de las
comunidades autónomas que lo deseen puedan lucir (y Cataluña lo
desea) algún tipo de distintivo, con suficiente visibilidad que
acredite su pertenencia a esa comunidad autónoma. La opinión
favorable del presidente del Comité Olímpico español en su día no
debería caer en saco roto. Se lo digo porque la semana pasada el
secretario de Estado para el Deporte, a esa misma pregunta que le
formuló este diputado
que tiene ahora la palabra, no se cerró en banda, pero adujo algunas
dificultades de tipo técnico derivadas de esta marca única de equipo
español, que tiene previsto implantar su Gobierno y a unas presuntas
exigencias de las empresas patrocinadoras de las prendas deportivas
del futuro equipo olímpico español.

Como decía antes no nos aportaría nada nuevo si volviésemos la mirada
al medallero del deporte español en Sidney y a los análisis
comparativos con otros países de nuestro entorno geopolítico y de
similares potencialidades deportivas y económicas, o a otras
consideraciones de política deportiva interna, como han sido los
constantes relevos en la cúpula directiva del Ministerio en lo que se
refiere a política deportiva. Esto ahora no nos llevaría a ningún
lado. Es por ello que nuestro grupo parlamentario considera que en
estos momentos, y después de la entonación del correspondiente mea
culpa del Gobierno y de las autoridades deportivas españolas, que no
se ha dado, no se ha producido, según las manifestaciones de la
señora ministra, debe hacerse un esfuerzo por corregir el rumbo para
un replanteamiento de la política deportiva, de las prioridades y de
los instrumentos del Gobierno con el deporte de elite y el deporte
olímpico y con los recursos que deberá poner sobre la mesa y
presupuestar para hacer remontar el vuelo del deporte español en la
próxima cita olímpica y en los compromisos deportivos internacionales
en los próximos años. A eso se ha referido la señora ministra, igual
que su colaborador el secretario de Estado para el Deporte, con una
serie de medidas que ha puesto sobre la mesa y que valoramos
positivamente, porque lo que hacen es mirar hacia el futuro con
optimismo. Por tanto, sepa que estamos a su entera disposición para
colaborar en la medida de lo posible desde las discrepancias que le
hemos manifestado. Cuenta usted con todo nuestro apoyo, pero tenemos
que estar al tanto y en la medida de lo posible colaborar en la
elaboración de esa nueva Ley del deporte, en ese trámite que el
secretario de Estado para el Deporte avanzó, el trámite de la
modificación de la Ley del deporte del año 1990, colaborando en ese
nuevo programado, que va a ser muy positivo, así como en otros
proyectos, como la modificación de las normas de derecho electoral,
entre otros aspectos a los que usted misma y el secretario de Estado
hicieron alusión la semana pasada. Sin embargo, permítame avanzarle,
señora ministra, que nuestra opción política, en coherencia con el
apoyo que en su día dio a la iniciativa legislativa popular tramitada
en el Parlamento de Cataluña sobre las elecciones deportivas
catalanas, gracias a las más de 500 firmas que se recogieron al
efecto, no participa de un modelo deportivo que no reconoce la
plurinacionalidad del Estado y que impide la posible existencia de
estructuras deportivas autonómicas con posibilidades de tener
proyección internacional más allá de los torneos o certámenes de
carácter amistoso. Dicho esto, objetivo al que no podemos renunciar
por



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coherencia, como he dicho antes -la coyuntura política actual no nos
favorece y el contexto deportivo internacional tampoco, tenemos que
ser sinceros-, para el futuro deberían darse unas premisas muy
claras, y voy a ser muy breve, porque usted misma las ha manifestado
y también el Grupo Parlamentario Socialista.

En primer lugar, es básico que haya una estabilidad en la cúpula
deportiva del deporte español. Antes se ha referido a ello. Es
evidente que los cambios sucesivos que se han producido en la cúpula
gubernamental del deporte español no contribuyen a que ninguno de los
objetivos que se persiguen se puedan conseguir. Además los equipos
técnicos deben contar con personas más capacitadas y se les debe
dejar hacer su trabajo sin intromisiones políticas. Por eso, damos la
bienvenida a las ofertas y a los proyectos que nos ha presentado la
señora ministra. En segundo lugar, nuestro grupo parlamentario
entiende que la nueva etapa no puede dar comienzo de espaldas a los
propios deportistas y a la propia sociedad civil, es decir, las
entidades, clubes, federaciones, comunidades autónomas y entidades
locales, así como las empresas patrocinadoras. Un claro ejemplo de
esto lo tenemos en las declaraciones de la medallista olímpica y
actual eurodiputada del Partido Popular, la señora Teresa Zabel.

También me refería a ella la semana pasada, en la comparecencia del
secretario de Estado. La eurodiputada, entre otras cosas,
manifestaba, después de finalizados los Juegos Olímpicos, que no
puede haber comités o federaciones sin deportistas en su seno, es
decir, en sus órganos directivos. En otro sentido, no puede ser que
las federaciones autonómicas sean meras comparsas de las federaciones
españolas, cuando en determinadas comunidades, como Cataluña, la
calidad del deporte de elite y los buenos resultados de sus
deportistas son un hecho innegable. Y tampoco podemos permitirnos el
lujo de que importantes empresas que han patrocinado el programa ADO,
por diversas razones, pero también porque no se les ha dado el
protagonismo mediático mínimo, dejen de dar su apoyo a este programa.

En tercer lugar, y a ello me acabo de referir, debe reinventarse el
programa ADO. Aquí no tengo nada más que decir, porque usted ya lo ha
avanzado. En cuarto lugar, consideramos de especial urgencia la
aprobación de una nueva ley de mecenazgo que aporte ventajas fiscales
para las empresas patrocinadoras, en la línea de los países más
avanzados como son los Estados Unidos de América. En quinto lugar, y
aunque en apariencia el deporte de base o universitario no tenga
relación directa con el deporte de elite, es imprescindible educar en
la cultura deportiva a nuestros niños y jóvenes como futura cantera
de deportistas internacionales. Sólo desde esas premisas o puntos de
vista, entre otros que han manifestado tanto el Grupo Socialista como
el mismo Gobierno a través de su ministra, va a ser posible acercarse
de nuevo a los niveles por todos deseados, los alcanzados en
Barcelona 92.

Señora ministra, estos son algunos planteamientos que proponemos y
que están basados en una lógica aplastante y en el sentido común,
aunque a veces se dice que es el sentido menos común. Esperamos,
pues, esta reacción por parte del Gobierno que permita una
participación más exitosa, que todos deseamos, desde la discrepancia
política pero que todos deseamos, de la delegación española en las
próximas citas olímpicas. Le ofrecemos una vez más, y para terminar,
señora ministra, nuestra colaboración.




El señor PRESIDENTE: El señor González, en representación del Grupo
Parlamentario Popular, tiene la palabra.




El señor GONZÁLEZ PÉREZ: La verdad es que estaba haciendo un repaso
de lo que se ha oído en esta Comisión a lo largo de esta mañana,
salvando indudablemente la intervención de la señora ministra, y me
daba la sensación de que estábamos ante una catástrofe en la que iba
a tener que intervenir incluso Protección Civil; yo no creo que sea
así ni que sea necesario. He sacado una conclusión manifiestamente
clara, y es el reconocimiento del Grupo Socialista de su grave
fracaso. (Rumores.) Se lo voy a explicar y lo van a entender
perfectamente. No es muy difícil de entender y sus capacidades me
acompañarán en el entendimiento. Previsión de equis escaños igual a
resultado, 125, por tanto, fracaso de las elecciones para el Partido
Socialista. (La señora Valcarce García: ¡Qué barbaridad!) Si se mide
obviamente por los resultados, existe un fracaso. Eso es lo que
ustedes acaban de decir con respecto a las olimpiadas y a sus
medallas. Acaban de reconocer un fracaso absoluto. O sea, que el
Partido Socialista es un partido fracasado. (La señora Valcarce
García: Señor presidente...) Pero yo no creo que eso sea así; eso lo
han dicho ustedes, indudablemente. Yo he hecho simplemente una
comparación de la forma que tienen ustedes de sacar conclusiones con
respecto a los argumentos que utilizan. Necesitan indudablemente lo
que están haciendo, pero lo llevan a cabo de una forma bastante
errónea. Están en unos cursos acelerados de comprensión del mundo del
deporte, que por cierto tienen suspendido, y tienen también un curso
acelerado de políticas deportivas; este está sin clasificar o sin
calificar sencillamente por falta de asistencia. Tienen que hacer un
gran esfuerzo por estudiar, sin ningún género de dudas, cómo se hace
una oposición seria, por lo menos en el ámbito del deporte. (La
señora Valcarce García: ¡Pero bueno!) Procuren salir de ese mundo
errático en el que se encuentran, porque lo que no se puede hacer es
que portavoces del Grupo Socialista hace menos de doce meses dijeran
que el año 1999 había sido el año deportivo de mayor éxito de España,
y en el año 2000, como consecuencia del resultado de unas olimpiadas,
se empiece a manifestar esa catástrofe a la que anteriormente yo
hacía mención.




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Estoy observando también que es cierto que en esa línea de errores
continuados del Grupo Socialista, cometen otro, porque si se critica
de alguna manera...( La señora Valcarce García pide la palabra.)



El señor PRESIDENTE: Perdón.

Señora Valcarce.




La señora VALCARCE GARCÍA: Señor presidente, el representante del
Grupo Parlamentario Popular está en el turno de fijación de posición
sobre la comparecencia de la señora ministra. Que yo sepa no hay un
turno, y si no usted tendrá que conceder un turno a este grupo
parlamentario, que sea de contestación a la intervención de la
portavoz socialista. Si es así, le ruego que nos indique de qué
tiempo dispone la portavoz socialista en su turno de réplica a la
intervención del Grupo Parlamentario Popular.




El señor PRESIDENTE: Señora Valcarce, al amparo del artículo 73 del
Reglamento, al final de la intervención del Grupo Parlamentario
Popular, tendrá usted un máximo de cinco minutos de réplica.




La señora VALCARCE GARCÍA: ¿Quiere decirse que entonces el portavoz
del Grupo Parlamentario Popular a partir de ahora fijará posición?



El señor PRESIDENTE: Está en el uso de la palabra, señora Valcarce, y
lo hará como estime pertinente.




El señor GONZÁLEZ PÉREZ: He de decir que el portavoz del Grupo
Parlamentario Popular está haciendo una exposición sobre lo que se ha
dicho para llegar a la intervención de la señora ministra. Yo no
estoy muy de acuerdo con eso, pero el señor presidente es en este
caso soberano para decidir sobre la réplica o la no réplica. Para lo
que sí soy soberano es para estipular qué tipo de intervención tengo
que hacer y no para sentirme en ningún momento ni presionado ni
dirigido por uno de los portavoces del Grupo Socialista. Seguiré
diciendo que dentro de ese fracaso que he comentado anteriormente,
cuando se hacen alusiones a las políticas deportivas con respecto a
las personas que han estado en puestos de responsabilidad en el
Consejo Superior de Deportes, parece que se ve en este caso el árbol
dentro de la casa pero la ventana no está abierta porque no permite
ver el bosque. Si no recuerdo mal, en las últimas cuatro comisiones
-ya no solamente en el Gobierno sino en la oposición en la que se
encuentra el Grupo Socialista- él utiliza varios portavoces para
ejercer la oposición de esa política deportiva en esta Comisión, en
Pleno, etcétera. Es bueno que se purguen ahora, para que luego lleven
a cabo aquellos criterios que dice el Grupo Socialista. La verdad es
que me deja sorprendido, porque una cosa es lo que uno diga, una cosa
es el planteamiento que otro tenga, y otra es querer quedar
permanentemente por encima de quien
habla. A mi me da la sensación de que el Grupo Socialista todavía no
ha asumido en esta Cámara que hace pocos meses hubo unas elecciones,
hubo un resultado de esas elecciones y obviamente se les relegó al
lugar que los españoles decidieron democráticamente a través de las
urnas. Por tanto, la finalización de las intervenciones las decide
cada uno como quiere. Les voy a decir más, cuando se habla del poco
rendimiento del Centro de Alto Rendimiento de Madrid, tengo que
recordar aquí algo, porque parece que ustedes sí están instalados en
el pasado. Nosotros no queríamos. La ministra lo ha demostrado, la
ministra está planteando políticas de avance dentro de lo que van a
ser los próximos meses o los próximos años del Gobierno popular con
respecto al deporte; pero, ya que ustedes no han hecho mención al
Centro de Alto Rendimiento de Madrid, he de decirles que las
políticas que llevaba a cabo el Gobierno socialista con respecto a la
construcción de estos centros se veían en todo caso empañadas por la
importación de cuatro árboles desde el Japón que simplemente, para no
decir la cantidad, porque me avergonzaría de decirla, hubiera
supuesto la financiación de cinco deportistas en unas olimpiadas. Esa
es la política deportiva que llevó en su día el Partido Socialista.




Sinceramente no es serio que se venga a una Comisión -obviamente en
este caso es una opinión y un criterio político- con unos
planteamientos de ese carácter castastrofista, incluso dando un poco
de zanahoria y un poco de palo a los que con el esfuerzo, sudor,
entrenamiento y todo lo que les rodea han conseguido unos resultados,
sean buenos o sean menos buenos; lo que no se puede hacer es, por un
lado, responsabilizarlos de los resultados -independientemente de la
responsabilización del Partido Popular- y, por otro lado,
felicitarles. No se puede ser así, hay que ser serio en estas cosas.

Voy a terminar, no quiero extenderme porque tampoco merece mucho la
pena, porque hay poco que contestar, y no porque lo que se haya dicho
no tenga, como se dice, carga política. Creo que tiene descarga
política de la impotencia sobre lo que se ha venido diciendo. Miren
ustedes, tengo en mis manos el balance de actuaciones del Consejo
Superior de Deportes en los últimos años, muchas de las cosas que ha
dicho la portavoz del Grupo Socialista se han realizado, lo que
quiere decir, sin ningún género de dudas, que vienen a una Comisión
a realizar una intervención sin aprender ni leerse los papeles; por
tanto, suspendidos.

Señora ministra, tengo que decirle que indudablemente su análisis ha
sido objetivo, sereno y fundamentalmente impregnado de realismo, ese
realismo que es el que ha caracterizado al Gobierno del Partido
Popular ahora y antes y que seguramente le caracterizará en el
futuro. También se ha desprendido algo muy claro de lo que usted ha
dicho, y es que a partir de estos momentos, contando con todos los
que estamos en el movimiento



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deportivo de este país, se podría modificar, si llegara el caso, las
políticas deportivas que fuera preciso, fundamentalmente para -es la
expresión exacta- renovar los programas que se han venido realizando,
porque los programas hay que renovarlos en función del tiempo, de la
perspectiva y del futuro. Señora ministra, enhorabuena. Estaremos
apoyando esa renovación de políticas deportivas porque entendemos que
así es como se hace el trabajo para conseguir los objetivos que todos
queremos: que la bandera española en aquellas competiciones
deportivas internacionales donde participe sea la que esté más alta
en ese pódium.




El señor PRESIDENTE: Señora Chacón, tiene la palabra exclusivamente
para un turno de rectificación, con la máxima brevedad.




La señora CHACÓN PIQUERAS: Simplemente voy a expresar unas cuantas
dudas que tengo tras la intervención del portavoz del Grupo Popular.

En primer lugar, no nos conocen absolutamente nada. La señora
Valcarce es la portavoz en la Comisión de Educación y, por tanto si
alguien tiene que apelar al presidente sería ella en todo caso. Dudo,
en primer lugar, que usted desconozca una cuestión que parece tan
esencial y tan fundamental como ésta. En segundo lugar, dudo de que
todavía usted no haya comprendido que su posición en este caso no es
la de la simple oposición a la oposición. Me parece que esto todavía
no han llegado a comprenderlo y cada vez que toman la palabra en vez
de fijar su posición lo único que hacen es oposición a la oposición.

Dudo además de que ninguno de los años de gestión del Partido Popular
en materia deportiva no sólo haya sido calificado por nosotros de
excelente; eso lo dudo ampliamente, lo dudo incluso de ustedes
mismos, mire lo que le digo, entre otras cosas porque si algo es
significativo y archiconocido por todo el mundo es un simple baile
itinerante e intermitente de dirigentes en materia deportiva en una
cuestión que usted sabe -y se ha dicho aquí no solo por este grupo-
que exige continuidad y permanencia.

Permítame también que le diga que ha sido bastante lamentable el
ejemplo que ha puesto usted al principio de su intervención para
utilizar las variables o los criterios respecto a cómo debemos
diferenciar determinados éxitos y fracasos, y se lo recuerdo porque
ustedes se pasaron 14 años en la oposición. Dudo que ninguno de
nosotros se refiriera en estos términos al efecto cuando aludíamos a
cuestiones estrictamente deportivas, y me parece que no sólo es
descalificador -si era lo que usted pretendía- sino que básica y
principalmente le descalifica a usted.




El señor PRESIDENTE: Señor González, tiene derecho a replicar.




El señor GONZÁLEZ PÉREZ: Obviamente el ejemplo que he puesto es el
que refleja exactamente lo
que quería decir y no modifico ni una sola palabra de las que he
dicho a lo largo de mi intervención, ni una sola. Para llegar a esta
Comisión la que parece ser que no tiene conocimiento de quienes somos
los que intervenimos por el Grupo Popular son ustedes porque, al
parecer, es mucho tiempo el que se lleva en este mundo del deporte,
para en este caso recibirla -y recibirla con los brazos abiertos-
como nueva en el ámbito del deporte en esta Comisión.




El señor PRESIDENTE: La señora ministra tiene la palabra.




La señora MINISTRA DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTE (Del Castillo
Vera): Señor presidente, señorías, quiero empezar agradeciendo al
Grupo Parlamentario Popular, en este tema que estamos debatiendo
ahora, y también acerca de los dos que hemos debatido antes, sus
consideraciones y su apoyo. Muchas gracias, por el conjunto de sus
intervenciones.

En términos generales soy muy poco partidaria de regodearme en el
pasado porque de él hay que aprender en lo positivo y en lo negativo,
pero hay que mirar hacia adelante porque al final las legislaturas
son cortas, el tiempo se nos va de las manos y lo que hay que hacer
por parte de quienes tenemos responsabilidades políticas y también
por quien tiene responsabilidades parlamentarias, es tratar de
construir de manera positiva unas políticas cuyo desarrollo permita
una contribución a la mejora de cualquier ámbito, en este caso del
deportivo en sus distintos niveles. Pero, habida cuenta de que la
intervención de la diputada socialista, doña Carmen Chacón, ha estado
plagada de referencias, incluso de adjetivos y de ejemplos que me
parecen francamente extemporáneos, porque no conducen nunca a nada,
quería señalar un par de cosas que me resultan muy sorprendentes. Por
un lado, tengo que decirle que me llama la atención la introducción
de estos aspectos que van del toro a lo testicular pasando por la
testosterona, que ignoro a qué vienen realmente y que es un poco
recurrente porque estas cosas las he oído en el Senado a propósito de
lo mismo. Francamente, se debería hacer un esfuerzo para hacer una
reflexión sobre estas cuestiones incluso más simpática; no merece la
pena centrarse en ello, porque en todo caso me parece que están fuera
de todo contexto. Luego hay otra cuestión que también me parece muy
simpática en su intervención, que es la pizarra. En efecto los
resultados de 1992 fueron magníficos; nadie discute que los
resultados de los Juegos Olímpicos fueron magníficos, que la idea de
hacer un plan ADO fue buena y que estuvo gestionado muy adecuadamente
para Barcelona 92. Otra cosa fue lo que pasó en Atlanta 96, también
bajo el período de gestión del Gobierno socialista. Pero lo que
lamento es que no se hubiera comprado la pizarra a finales de 1982 o
comienzos de 1983, porque entre esas fechas y 1992 hubo otros dos
juegos olímpicos y no



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hace falta que relatemos aquí cuáles son los resultados. (Risas.) Es
una pena que esa pizarra no se hubiera comprado para los Juegos
Olímpicos de 1988 o de 1984. Es decir, a la hora de contar con las
experiencias positivas y negativas que nos brinda el pasado, no hay
que perder del todo la memoria y no sólo recordar las cosas positivas
de su periodo de gestión, sino el conjunto de las cosas que han
ocurrido. Se ha hablado también del entrenador, del presidente, unas
cosas que me parece que están fuera... Lo de Niurka Montalvo debe ser
porque como Fidel Castro es tan proclive a dar facilidades para
resolver las cosas, la culpa la tuvo el Gobierno y no la tuvo Fidel
Castro no respetando los derechos de dos deportistas cubanos que
habían tomado una opción personal. Estas cosas se han dicho, son
llamativas, a mi modo de ver, son extemporáneas y, por tanto, las
subrayo muy brevemente. Insisto en que lo que hay que hacer es mirar
hacia delante y, por eso, el equipo que tiene la responsabilidad
política ahora mismo en materia deportiva (yo como ministra, el
secretario de Estado y todo el equipo del Consejo Superior de
Deportes) hemos trazado una política deportiva que pretendemos que
vaya a lo sustantivo, y lo sustantivo son cada uno de los distintos
niveles en los que se puede configurar la estructuración y la
articulación del deporte, desde el deporte base y escolar, que es una
cuestión pendiente (no por no haberla atacado a fondo en los últimos
años, sino desde hace mucho tiempo atrás), pasando por los distintos
niveles que componen la pirámide en la que se articula el deporte
español, hasta llegar a la alta competición al deporte olímpico. En
este sentido (yo no voy a repetir lo que he dicho con anterioridad)
hay un plan articulado, claro, con unos plazos de desarrollo, y yo
confío -y a ese propósito nos vamos a dedicar- en que ello contribuya
a un desarrollo del deporte español sostenido, que es la
mejor garantía, además de una gestión ad hoc para el deporte
olímpico, de que tengamos una situación deportiva muy sólida en todos
los niveles.

Respecto de la intervención que ha realizado el representante de
Convergència i Unió, la situación de los paralímpicos es de enorme
urgencia y hay que conocer lo que pasa. Se ha abierto una
investigación para poder tener una pronta respuesta y saber qué ha
sucedido con este tema. Como ustedes conocen bien, el deporte
paralímpico tiene una serie de condicionantes y características muy
complejas y sería terrible que se estuvieran produciendo situaciones
de este tipo. Por lo tanto, inmediatamente hemos abierto una
investigación; se dará cuenta de ello en el momento en que esté ya
cerrada. Ha hecho S.S. una serie de consideraciones pensando, en su
caso, en el futuro, además de criticar que siempre existe la polémica
de si es un fracaso o un no cumplimiento de expectativas; no merece
la pena discutir sobre eso. Le agradezco todas sus sugerencias.

Acerca de la utilización de símbolos propios de la comunidad sabe muy
bien que en una competición están representados los Estados y que,
por tanto, desde el punto de vista incluso técnico, la cabida de
otros símbolos se hace francamente complicada y difícil, aunque no
hay que cerrarse en banda a la discusión de nada, pero estamos
hablando de una configuración muy precisa de quién tiene la
representación en una competición de esa naturaleza.

Por mi parte no tengo nada más que añadir.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora ministra.

Se levanta la sesión.




Era la una y treinta y cinco minutos de la tarde.