Ruta de navegació

Publicacions

DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 65, de 09/10/2000
PDF





CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 2000 VII Legislatura Núm. 65



PRESUPUESTOS



PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. JOAQUÍN ALMUNIA AMANN



Sesión núm. 3



celebrada el lunes, 9 de octubre de 2000



ORDEN DEL DÍA:



Comparecencias de personalidades y funcionarios de la Administración
del Estado, al objeto de informar sobre temas relativos al proyecto
de ley de Presupuestos Generales del Estado para el año 2001. (Número
de e xpediente 121/000016) . . . (Página 1600)



Página 1600




Se abre la sesión a las once y cuarenta minutos de la mañana.




COMPARECENCIAS DE PERSONALIDADES Y FUNCIONARIOS DE LA ADMINISTRACIÓN
DEL ESTADO, AL OBJETO DE INFORMAR SOBRE TEMAS RELATIVOS AL PROYECTO
DE LEY DE PRESUPUESTOS GENERALES DEL ESTADO PARA EL AÑO 2001. (Número
de expediente 121/000016)



El señor PRESIDENTE: Buenos días. Vamos a dar comienzo a la reunión
de la Comisión de Presupuestos, que durante hoy y mañana va a recibir
a altos cargos de la Administración central del Estado en relación
con el proyecto de presupuestos para el año 2001.

El portavoz del Grupo Popular pide la palabra para una cuestión
previa.




El señor MARTÍNEZ-PUJALTE LÓPEZ: Para una cuestión previa y de orden
y antes de iniciarse la sesión de esta Comisión de control, mi grupo
parlamentario, que ha aprobado la comparecencia de más de 130 altos
cargos a lo largo de esta semana para dar cuenta de la gestión
presupuestaria que tienen encomendada, entiende que entre las
comparecencias fijadas para esta Comisión hay dos, el secretario
general de Presidencia y el director de la Oficina del Portavoz, que
son comparecencias previstas para mañana, martes, por la tarde, que
no tendría sentido que se produjeran en esta Comisión, puesto que sus
funciones no son de gestión presupuestaria y no tiene razón de ser su
comparecencia en la Comisión de Presupuestos para informar de la
gestión del presupuesto que tienen encomendado, porque no tienen
encomendado ningún tipo de presupuesto, realizan funciones de
asistencia técnica y de asesoría, en un caso al presidente del
Gobierno y en otro caso al ministro portavoz, con lo cual mi grupo
solicita, con carácter previo al inicio de la sesión, que se vote una
modificación del orden del día que suprima esas dos comparecencias.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Fernández Marugán, en
nombre del Grupo Socialista.




El señor FERNÁNDEZ MARUGÁN: Quisiera formular dos tipos de
consideraciones a la hora de responder a la propuesta que acaba de
realizarnos el señor Martínez-Pujalte. La primera se refiere al fondo
de la cuestión y la segunda hace referencia a la forma. Tengo la
sensación de que por parte de los dos miembros del Gobierno de España
en este momento se adopta una actitud poco transigente y que coloca
al resto de los grupos de la Cámara en una difícil situación, porque
quizás lo sencillo sería sentirse ofendido y responder con cierto
clasicismo carpetovetónico, y yo no voy a
sentirme ofendido ni voy a responder con ese clasicismo tan español.

Hace pocos días el señor Guardans, en el Pleno del Congreso, dijo que
tenía la sensación de que nosotros, los diputados, refrendábamos las
decisiones que se tomaban en otro lugar y por otras personas, y yo
tengo la sensación en la mañana de hoy de que estas dos personas se
han negado a comparecer en la Comisión de Presupuestos y que el señor
Martínez-Pujalte tenía dos posibilidades nada más: una, mandar a los
guardias (y la prudencia del señor Martínez-Pujalte le ha llevado a
no hacer uso de esa posibilidad), y otra, proponer lo que ha
propuesto y votar, si es que se vota, en contra de la decisión que en
su día tomó la Mesa de la Comisión de Presupuestos. A mí me hubiera
puesto en la tesitura de hacer una intervención de dignidad ofendida;
yo lo lamento por el señor Martínez-Pujalte, pero yo no voy a perder
los estribos en esta primera intervención.

Creo que estamos asistiendo a cierta rebeldía institucional por parte
de dos responsables políticos del complejo de La Moncloa, que
deberían ser ellos, celosos de las competencias del Parlamento, los
que podían haber dicho esa cosa tan castiza y tan sureña de que «yo
vengo -permítaseme- chungo de papeles» y haber pasado la encomienda a
otro miembro del Gobierno o de la Administración del Partido Popular.

No lo han hecho, allá ellos. Creo que hay una falta de respeto al
Parlamento por parte de estos dos señores y creo además que se
produce un hecho que tiene cierta trascendencia desde el punto de
vista del funcionamiento de la Cámara, y es que no ha lugar, en mi
opinión, a tomar el acuerdo que queremos tomar, porque nosotros, el
miércoles pasado en Mesa y Junta de Portavoces de la Comisión de
Presupuestos, acordamos unánimemente que estas dos personas vinieran,
y ese acuerdo se ampara en otro adoptado el 27 de junio del año 2000,
que es consecuencia de otro de junio de 1996.

Nosotros entendemos que para que se pueda llevar a efecto la
iniciativa que propone el señor MartínezPujalte se tiene que dar el
acuerdo unánime de todos los grupos de la Cámara, y mi grupo
manifiesta clara y taxativamente que no está de acuerdo en que estos
dos señores no vengan; por tanto nosotros no vamos a participar en la
vulneración de un acuerdo unánime que se tomó, que se tramitó y que
figura en acta convenientemente asentado, y sinceramente no
entendemos por qué los señores requeridos se niegan a venir a esta
Comisión en este momento. ¿Qué no administran presupuesto? Tampoco lo
administraba el señor Feo en 1985 y 1986 y vino solicitado por el
Partido Popular; tampoco el secretario del vicepresidente en 1988 y
en 1991; tampoco el director del Gabinete en 1988, 1990, 1991 y 1993;
tampoco el secretario general de la Oficina del Portavoz en 1988;
tampoco el secretario general de Coordinación y Servicios de la
Presidencia en 1992 y 1993. Lo dijo Federico Trillo, salió por los
altavoces



Página 1601




y lo oyó media España. Esa es la única razón, no han venido porque no
han querido.

Nosotros nos vamos a oponer y vamos a hacer uso de los derechos que a
esta minoría le concede el Reglamento de la Cámara.




El señor PRESIDENTE: ¿Algún otro grupo? (Pausa.)
El señor Sedó tiene la palabra en nombre del Grupo Catalán
(Convergència i Unió).




El señor SEDÓ I MARSAL: Muy brevemente. Lo que solicita el Grupo
Parlamentario Popular creo que entra dentro de los esquemas
reglamentarios, y por tanto debe llegarse a una votación, pero es
lamentable que lleguemos a este hecho cuando en la Mesa se había
quedado unánimemente, como ya se ha dicho, en que la comparecencia
que se cita se realizase, teniendo en cuenta además que en esta y en
otras Comisiones se rechazaron algunas comparecencias y otras se
dirigieron al sitio más concreto, como podían ser directores
generales que no vienen y quedaban subsumidos en secretarios de
Estado, siguiendo normas de los últimos años, como así se ha hecho.

Que en este momento haya un alto cargo que no venga aquí me parece
que es una especie de desprecio a la Cámara. Que venga, y si lo que
se le pregunta no es de su competencia puede rechazar contestar. Creo
que el orden del día no debería modificarse, pero nuestro grupo, ante
el hecho de la votación, va a hacer acto de presencia
reglamentariamente pero va a abstenerse en la votación.




El señor PRESIDENTE: ¿Alguna otra petición de (Pausa.) palabra?
Si entiendo bien, lo que solicita el portavoz del Grupo Parlamentario
Popular es revocar un acuerdo adoptado por unanimidad en la reunión
de Mesa y portavoces de la semana anterior. Yo no soy partidario de
que las decisiones parlamentarias adoptadas se puedan revisar a
petición de un grupo. Sugiero que en este caso, y no me gustaría se
produjera más veces en esta Comisión el hecho de adoptar acuerdos que
después quienes forman parte de los acuerdos los tratan de modificar
porque han modificado su opinión, se efectúe en su caso la votación
como modificación del orden del día en aplicación del artículo 68.2
del Reglamento.

Tiene la palabra el señor Fernández Marugán.




El señor FERNÁNDEZ MARUGÁN: Sería bueno saber la opinión de los
diferentes grupos a la propuesta que hace S.S. Yo tendría que decir
algo sobre ella en su momento.




El señor PRESIDENTE: En primer lugar, el Grupo Parlamentario Popular
que ha planteado esta cuestión.

El señor MARTÍNEZ PUJALTE LÓPEZ: Lo que ha dicho el señor presidente,
es lo que mi grupo había solicitado. Aquí no se ha producido una
falta de voluntad de comparecencia. Simplemente, el otro día en la
Comisión, la Mesa y portavoces aprobamos la comparecencia de más de
140 altos cargos, y en la prelista que establecimos, que se fue
revisando uno por uno, había dos sobre los que existían dudas. Mi
grupo dijo que sí, entendiendo que administraban presupuesto. Ese
requisito por el que se cita a los diferentes altos cargos del
Gobierno a lo largo de estos días, no se produce en este caso.

Podemos decir que vengan y que digan: yo no administro presupuesto. A
mi grupo ese trámite no le parece necesario, porque así lo podríamos
decir de muchos otros altos cargos. Mi opinión y la de mi grupo sin
entrar en polémica es que puesto que estos dos altos cargos no
administran presupuesto, no tiene razón de ser su comparecencia en la
Comisión de Presupuestos. sin entrar en ningún debate y atendiendo a
los razonamientos de los diferentes grupos.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Fernández Marugán.




EL señor FERNÁNDEZ MARUGÁN: He dicho que iba a ser comprensivo con el
señor Martínez Pujalte y con el Grupo Parlamentario Popular y lo voy
a seguir siendo. No es cuestión de que tengamos que polemizar los
parlamentarios que estamos aquí sobre ese extremos, pero me parece
que la decisión que propone nos viene forzada. Las minorías tenemos
unos derechos en la Cámara y si usted sienta este precedente, y lo
hace en repetidas ocasiones, de recurrir a rectificar de una u otra
manera decisiones previamente adoptadas, las minorías tenemos muy
poco que hacer aquí. Ustedes tienen mayoría y pueden alterar el orden
del día de las sesiones y nosotros tendríamos que allanarnos. Usted,
que es un parlamentario conocido y lleva tiempo en esta casa, es
sensible a esta situación y quizás las dos personas que no quieren
venir aquí lo sean menos. Tengo que defender mi derecho en esta
instancia y en instancias superiores, y como consecuencia de ello,
sin mayor abundamiento he de decir que el recurso al artículo 68
puede ser pertinente, pero mi impresión personal es que se tiene que
producir un escrito y lo tiene que presentar un número determinado de
miembros de esta Comisión. Una vez que se produzca ese escrito y que
se haga llegar a la Presidencia, se podría tomar la decisión.

Ahora quiero ser comprensivo con el presidente. Estamos forzados por
un hecho no habitual. Lo razonable es que es el señor Zarzalejo y el
señor Serrada reconsideren su decisión en aras de un comportamiento
parlamentario que en modo alguno iba a ser desagradable, porque no es
el uso de la Cámara, ni violento, por decirlo en términos
dialécticos, ni nada parecido. Lo razonable sería que comparecieran,
que los grupos que



Página 1602




han pedido su comparecencia hicieran las preguntas pertinentes, que
contestaran lo que supieran y que lo que no supieran no lo
contestaran. Pero ahora tenemos que estar buscándole amparo o bien
volviéndonos atrás en decisiones de la Mesa, o bien en
interpretaciones no habituales, porque esta Cámara se rige por usos y
costumbres del Reglamento, sencillamente para que en este caso usted
satisfaga el deseo, a mi me parece que no muy justificado, de dos
miembros del Gobierno de España.




El señor PRESIDENTE: ¿Alguna otra intervención? (Pausa.)
Si les parece, sobre la base del artículo 68.2, en el momento que la
Mesa reciba la petición correspondiente de una quinta parte de los
diputados de la misma o de dos grupos parlamentarios, se podrá
someter a votación a lo largo del día. Sin más, suspendemos un minuto
la reunión para dar entrada al gobernador del Banco de España.

(Pausa.)



- DEL SEÑOR GOBERNADOR DEL BANCO DE ESPAÑA(CARUANALACORTE).

ASOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR EN EL CONGRESO. (Número de
expediente 212/000190)



El señor PRESIDENTE: Reanudamos la sesión. En primer lugar, quiero
agradecer al gobernador del Banco de España, don Jaime Caruana, su
presencia ante la Comisión, darle la bienvenida y darle la
enhorabuena por su todavía reciente nombramiento como gobernador del
Banco de España. Le deseo todos los éxitos en su gestión, que sin
duda será eficaz y brillante. El procedimiento que vamos a seguir,
como en años anteriores, es que primero dirigirá las preguntas
correspondientes a la persona compareciente el grupo o grupos que
hayan solicitado su presencia ante la Comisión, y posteriormente el
resto de portavoces de los grupos que quieran hacerlo, aunque no
hayan solicitado la comparecencia. Posteriormente, el compareciente
dará respuesta a todas las preguntas que le hayan sido formuladas y,
en su caso y si procede, habrá un pequeño turno de réplica, sin que
esta réplica se convierta en la apertura de un nuevo debate.

Sí quiero pedir a los portavoces de los grupos, y también a las
autoridades comparecientes, que en aquellos supuestos en los que del
debate se derive una petición de información por escrito, la hagan
llegar a la Mesa de la Comisión -me refiero a los grupos que
soliciten información por escrito- y desde la Mesa de la Comisión
y en particular desde la presidencia se requerirá a las autoridades
comparecientes el envío de esa documentación en tiempo hábil como
para que pueda emplearse en la formación de criterio o en la
disponibilidad de información adicional a la ya enviada antes de
que se inicie el debate presupuestario en la tercera semana de este
mes.

Sin más, tiene la palabra el portavoz del Grupo Parlamentario
Popular, que ha solicitado la comparecencia del gobernador.




El señor ALBENDEA PABÓN: Señor gobernador, bienvenido en nombre del
Grupo Parlamentario Popular en esta su primera comparecencia en el
Congreso de los Diputados tras su nombramiento como gobernador del
Banco de España. Sin duda su brillante trayectoria profesional
permite augurarle toda clase de éxitos en sus importantes
responsabilidades, y así se lo desea mi grupo. Su antecesor, don Luis
Ángel Rojo, dejó muy alto el listón y puede decirse sin exagerar que
salió del Banco de España por la puerta grande. Estoy seguro de que
con igual estima terminará usted el mandato, que le deseamos largo y
fecundo.

Señor gobernador, me va a permitir que le solicite alguna información
sobre la situación económica actual y su relación con los objetivos
de los Presupuestos Generales del Estado para el año 2001. Por
primera vez en la historia de nuestra democracia el Gobierno presenta
a las Cortes Generales un presupuesto equilibrado. Se adelanta en un
ejercicio a las previsiones que estaban establecidas en el Plan de
Estabilidad del período 1999-2003. Quisiera señor gobernador que
llevara a cabo una reflexión sobre lo que representa desde la óptica
de la estabilidad y el empleo esa previsión del mal llamado déficit
cero.

En la misma dirección se orienta el informe sobre el proyecto de ley
de estabilidad presupuestaria que estudió el el Consejo de Ministros
el pasado viernes. Me gustaría que nos diera su autorizada opinión
sobre la oportunidad de los objetivos que persigue el citado proyecto
de ley.

Por otro lado, en el presupuesto se advierte que la aportación del
sector exterior a la tasa anual de crecimiento representa una menor
detracción. Para 1999 la detracción fue de menos 1,5 y en el presente
año las previsiones son del 0,6 y la reducción en el presupuesto del
2001 es del 0,4. ¿Considera que el comportamiento del sector exterior
permitirá cumplir esa predicción, aun cuando ocurran circunstancias
como puede ser que el euro se revalorice respecto a su cotización
actual?
Por otro lado, la evolución de la inflación es una de las grandes
preocupaciones de los países de la Unión Europea. Es quizá la única
amenaza que se cierne en estos momentos sobre la perspespectiva en la
zona de un alto y estable crecimiento. En España sin duda esa
preocupación se acentúa pues la tasa de inflación está por encima de
la media. Para combatir la inflación España no dispone de los
instrumentos de política monetaria que tenía antaño para hacerle
frente y que ha cedido, en buena hora, al Banco Central Europeo. Y
digo en buena hora porque puede flotar en algunos



Página 1603




círculos euroescépticos la sensación de que han acertado los países
que no quisieron entrar en el euro, y hay que pensar cuál sería hoy
la situación de la peseta si no hubiera estado al abrigo del euro.

Algunos comentarios al respecto, señor gobernador, se los
agradecería.

Estaba hablando de la inflación y me he permitido una digresión sobre
el euro y la peseta. Me gustaría que dijera algunas palabras sobre si
las medidas de liberalización y fomento de la competencia adoptadas
por el Gobierno el pasado mes de junio están produciendo efectos
beneficiosos y si debe continuar en esa línea de desregulación y de
introducción de factores de mayor competencia en el mercado de bienes
y servicios.

Señor gobernador, el presupuesto contempla un importante crecimiento
de la inversión en infraestructuras del 9,1 por ciento. ¿Qué
valoración hace de esa previsión?
Por otra parte, en el Consejo Europeo de Lisboa -consejo
extraordinario- se puso de relieve el retraso que Europa registra en
el desarrollo y aplicación de las nuevas tecnologías en comparación
con el desarrollo existente en Estados Unidos. Uno de los capítulos
que más crece en estos presupuestos es precisamente el de
investigación, desarrollo e innovación, que lo hace el 11,3 por
ciento. Considera usted viable, señor gobernador, que en la presente
legislatura España alcance el objetivo del 2 por ciento del PIB en I+
D+I para ponernos al nivel de los países más desarrollados de la
Unión Europea?
Me gustaría también alguna reflexión sobre una especie muy extendida
de que las nuevas tecnologías pueden acarrear disfunciones en la
evolución de los niveles de empleo y protección social. Hace sólo
cinco años se sostenía que el mal estado de las finanzas de la
Seguridad Social no tenía remedio. El gasto social crece en este
presupuesto el 13 por ciento. Pese a ello la Seguridad Social va a
registrar un superávit del 0,3 por ciento, permitiéndole incrementar
la dotación a reservas hoy existentes en 90.000 millones de pesetas.

¿Considera el señor gobernador que puede continuar el importante
incremento de afiliación a la Seguridad Social y por tanto el alto
grado de saneamiento de las finanzas de la Seguridad Social?
Y ahora permítame, señor presidente, aprovechando su comparecencia,
algunas preguntas no directamente relacionadas con el presupuesto.

Desde hace algún tiempo se advierte una preocupación del Banco de
España por a su juicio el excesivo crecimiento del crédito al sector
privado, pese a que el nivel de la morosidad actual del sector
financiero está en tasas históricamente bajas. Me gustaría que dijera
cuáles son los riesgos de ese crecimiento excesivo del crédito y cómo
está reaccionando el sector a las recomendaciones de moderación del
Banco de España.

Señor gobernador, hasta su nombramiento para este importante cargo ha
tenido usted la responsabilidad directas en la supervisión del
sistema financiero. Como
usted sabe se está avanzando en este sector en la oferta de servicios
y productos bancarios por vía electrónica, especialmente a través de
Internet. ¿Cómo valora el Banco de España esa nueva vertiente de la
actividad bancaria? También me gustaría preguntarle qué medidas está
adoptando el Banco de España, desde la óptica de sus funciones
supervisoras, para controlar ese tipo de actividad.

Eso es todo.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Fernández Marugán, por
el Grupo Socialista.




El señor FERNÁNDEZ MARUGÁN: Sean mis primeras palabras para unir la
voz de mi grupo a la del Grupo Popular deseando al actual gobernador
del Banco de España éxitos políticos y profesionales en la gestión
que le ha sido encomendada. Quisiera tener un recuerdo -y lo hago con
mucho gusto- a un profesor que tuve en la universidad…



El señor PRESIDENTE: Un momento señor Fernández Marugán. Pediría a
los señores diputados, y en su caso a los representantes de los
medios de comunicación, que apaguen los móviles y si es
imprescindible tenerlos encendidos, que no los acerquen a los
micrófonos porque se producen este tipo de interferencias.




El señor FERNÁNDEZ MARUGÁN: Decía, señor presidente, que quería tener
un recuerdo para un buen profesor que tuve la dicha de tener en la
facultad de económicas hace muchos años, que después fue gobernador
del Banco de España y que dejó una impronta que estoy seguro de que
el actual gobernador va a querer seguir a lo largo del tiempo de
mandato que tenga.

Dichas estas cosas, he de señalar que creo que pocas cosas han
cambiado tanto como la vertiente exterior de la economía española. En
1999 entramos en el euro con once naciones más de la Unión Europea y
que eso supuso algunos hechos singulares: la desaparición de la
peseta como divisa y la bajada de tipos de interés. Nuestra economía
-y en este sentido me refiero a la economía europea- a partir de ese
momento tuvo una alto crecimiento y una baja inflación y España
dentro de la Unión Europea se desenvolvió en un escenario más
tolerante. El crecimiento fue superior al del resto de los socios y
los precios hasta 1998 tuvieron una secuencia moderada. La política
del Banco Central Europeo tuvo efectos distintos en diferentes
naciones. Quizás pudiera decirse que en términos españoles es una
política de crecimiento de tipos demasiado reducida. Pero algunas
cosas han cambiado a lo largo del año 2000. Los desequilibrios de
precios y de balanza están ahí, y hoy tenemos un crecimiento alto
pero desajustado. Quizá sea la manifestación de un ciclo maduro que
tiene varias externacionalizaciones, a las cuales nos vamos a tener
que referir en sucesivas comparecencias. Solamente quisiera hacer
alusión a una de



Página 1604




ellas, y lo hago porque de alguna manera la conservo próxima en la
retina. De no existir el euro y de seguir la peseta vigente como
divisa, el desequilibrio exterior quizá ya nos hubiera forzado a
tener que aplicar una política de tipos de interés altos,
sensiblemente más altos que los que tenemos en este momento, que de
alguna manera hubiera incidido en nuestra tasa de crecimiento. Creo
que es un hecho que a lo mejor dentro de 10, 15 ó 20 años no es
necesario recordar, pero ahora sí. Quienes hemos vivido los años
recientes de la economía española hemos podido ver que el
desenvolvimiento de la misma chocaba con las limitaciones del sector
exterior. En este momento no ocurre eso. El aliviadero que podrían
utilizar los gobiernos no es necesario, no es posible porque ni se
puede deslizar ni se puede devaluar el tipo de cambio. Los ajustes
son ahora de cantidad y son ajustes en términos de crecimiento, de
producción y de empleo.

En ese sentido, voy a formularle algunas preguntas. Primera, me
gustaría saber cuál es su opinión sobre la evolución futura de los
tipos de interés. Segunda, creo que todos estaremos de acuerdo en que
el objetivo que debería tener la política económica en España sería
dar continuidad al crecimiento con estabilidad. Y yo me pregunto si
disponemos del cuadro de medidas que posibilite el cumplimiento de
ese crecimiento estable. Si no fuera así, si no dispusiéramos del
cuadro adecuado, me gustaría que me diera su opinión sobre qué cree
usted que se habría de hacer. Tercera, me parece que la solidez es
muy importante. Keynes decía aquello de solidez o apariencia de
solidez. Me gustaría saber cómo ha evolucionado el endeudamiento de
las familias y de las empresas españolas. La sociedad tiene también
necesidad de experimentar algo de la bonanza que parece que entre
todos hemos alcanzado. He tenido oportunidad de conocer un documento
recientemente hecho público por el Banco de España, y es el informe
que le ha remitido a esa institución la Central de Balances. Me
gustaría conocer cuál es en este momento el endeudamiento de las
empresas y familias españolas, el coste de financiación y el peso que
representan los gastos financieros en las estimaciones que a través
de esa muestra representativa se pueden establecer.

Y dos consideraciones de tipo general. Usted, como gobernador, cómo
valora el realismo de las previsiones en términos de credibilidad y
en términos de incertidumbre. Yo pienso que es un elemento que
contribuye a la calidad de la política, y si contribuye a la calidad
de la política, nos gustaría conocer su opinión sobre qué ocurre
cuando la política no internaliza esa credibilidad, esa certidumbre,
ese realismo en algunas previsiones incorporadas al cuadro
macroeconómico.

Por último, hay una cuestión de detalle, sacada de dos párrafos de la
nota informativa que ha publicado el Banco de España respecto de la
Central de Balances. Se dice en esos textos que el sector de refino y
el de las empresas de carburantes no han trasladado totalmente
el aumento de input a los output finales del sistema. Me gustaría
saber en qué fundamenta esa afirmación la nota de la Central de
Balances, si es que conoce usted la información; en caso contrario,
no es tan trascendente como para que tenga que remitírmela. Yo me
hago una buena composición de lugar.




El señor PRESIDENTE: ¿Algún otro portavoz desea intervenir?
Señor gobernador, tiene usted la palabra.




El señor GOBERNADOR DEL BANCO DE ESPAÑA (Caruana Lacorte): Señor
presidente, señorías, es mi primera comparecencia en esta Comisión y,
en primer lugar, me gustaría agradecer la oportunidad de compartir
algunas de las reflexiones que se han hecho y expresar mi
ofrecimiento de máxima colaboración con los trabajos que esta
Comisión tiene que realizar. Me han hecho toda una serie de preguntas
que voy a tratar de agrupar y de contestar. En primer término, en
relación al propio presupuesto, se plantea que por primera vez se
realiza un presupuesto con carácter equilibrado y cuál es la
valoración que se puede hacer. Yo creo que muy fácilmente se puede
contestar que la valoración que ha realizado el Banco de España a lo
largo de los últimos años de todo el proceso de consolidación
presupuestaria es muy favorable, y es muy favorable que nos
encontremos ahora discutiendo un presupuesto que ya tiene equilibrio
presupuestario. El equilibrio presupuestario y el proceso de
consolidación fiscal es el segundo gran pilar en que se basa la
estabilidad macroeconómica. El primero sería el de la política
monetaria, que ha sido transferida al Banco Central Europeo. Pero
tenemos un segundo pilar que es el de la estabilidad presupuestaria.

Un presupuesto equilibrado ayuda a la estabilidad macroeconómica y,
por consiguiente, ayuda a que el crecimiento pueda ser sostenido en
el futuro. Por lo tanto, la estabilidad presupuestaria es una
condición necesaria para cualquier crecimiento sostenido y para la
creación de empleo. Así pues, mi primera valoración es muy positiva.

Se me ha preguntado también sobre la ley de estabilidad
presupuestaria y comentarios sobre sus objetivos. Yo creo que también
hay que valorar cualquier compromiso que implique un mayor control de
gasto (una clarificación en cuanto a qué es lo que sucede con los
superávit presupuestarios cuando se produce, a qué se van a dedicar,
por ejemplo, a la deuda pública) y un mayor control no solamente del
Estado, sino de comunidades autónomas y de todos los componentes de
las administraciones públicas. De manera que este es un elemento muy
favorable y, por lo tanto, también en ese sentido la valoración es
muy positiva. Continuando con esta valoración, hay que tener en
cuenta que el esquema presupuestario de cada uno de los países es
prácticamente la medida que queda para que los países controlen los
desequilibrios que se puedan producir en



Página 1605




cada una de las economías de manera diferencial. En estos momentos la
política monetaria es una política común, es una política igual en
toda Europa. Cuando se producen situaciones de demanda diferencial,
de inflaciones diferenciales entre países, la herramienta que queda
para poder moderar de alguna manera la demanda son los presupuestos.

Yde nuevo en este sentido este presupuesto que se presenta en
equilibrio ayuda a controlar y a moderar la demanda en nuestro país,
demanda que está creciendo de una manera importante y, por
consiguiente, ayuda a la estabilidad macroeconómica. Finalmente, el
elemento adicional de valoración sería que cumple todos los
compromisos europeos en materia de pacto de estabilidad y
crecimiento. Este fue el pacto que todas las naciones europeas
quisimos añadir al propio Tratado, precisamente siendo conscientes de
la necesidad de unos presupuestos saneados como base de crecimiento.

Esta sería mi valoración al primero de los temas.

El segundo de los temas, sobre el que se me han formulado diversas
preguntas, se refiere al escenario en el que están basados los
presupuestos. También se me ha preguntado qué capacidad de
cumplimiento tiene ese escenario, tanto en relación al sector
exterior como a la inflación. Pues bien, el escenario que está en los
presupuestos es muy similar al que manejan los organismos
internacionales y muy similar también al que maneja el propio Banco
de España. Es un escenario positivo y favorable de la situación
económica, cuando después de crecer España durante varios años a unos
ritmos próximos al 4 por ciento se inicia una moderada desaceleración
que nos acercaría a crecimientos más sostenibles y cercanos a las
cifras del 3,5 ó 3,6 previstas en los presupuestos que se han
presentado. El origen de esta desaceleración moderada -que, insisto,
nos acerca a situaciones más equilibradas de crecimiento- estaría en
la demanda nacional, que es el componente que se desacelera, y
principalmente, dentro de la demanda nacional, en el consumo privado.

Por el contrario, me preguntaban qué es lo que sucede con el sector
exterior. Efectivamente, el sector exterior ha pasado a tener un
menor comportamiento contractivo dentro del crecimiento. Conforme la
economía mundial se ha ido recuperando, las exportaciones han ido
ganando o manteniendo ritmos de crecimiento, lo que ha favorecido que
el sector exterior sea menos contractivo y se mantenga en unos
niveles muy similares, de manera que el crecimiento pueda llegar a
los límites que he mencionado antes del 3,6, que es lo contemplado en
los presupuestos. Insisto, la parte que se contrae, la parte que
inicia un proceso de moderación en los ritmos, todavía elevados, de
crecimiento es la demanda interna. A su vez, la demanda interna viene
moderada a causa de la renta disponible. Es previsible que ésta
inicie una desaceleración, debido básicamente a que la creación de
empleo, que va a seguir un ritmo de crecimiento muy vigoroso, sin
embargo inicie ya unas tasas
más moderadas como las contempladas en los propios presupuestos. A su
vez, en las rentas va a influir -en este caso también con
desaceleración- el incremento de los tipos de interés. A pesar de
que, con carácter general, las economías domésticas tienen una
posición acreedora, y por lo tanto en principio son beneficiarias de
incrementos de tipos de interés, es cierto que el endeudamiento de
las economías domésticas -es otra de las preguntas que se me ha
formulado- ha crecido muy rápidamente, de manera que los incrementos
de tipos de interés se manifiestan ya en una desaceleración de las
rentas inducidas por estos incrementos. El crecimiento de la renta
disponible también se verá moderado debido a las ganancias de
riqueza, que ha sido otro elemento importante en el consumo, y no se
espera que tenga efectos expansivos sino más bien, insisto, que
ayuden a una moderación de los ritmos de expansión.

Por completar el cuadro macroeconómico que viene asociado al
presupuesto, en lo que se refiere a inversiones de equipo en el año
2000 ha habido una cierta desaceleración, pero hay determinados
elementos, como son la situación financiera saneada que tienen las
empresas y como es el elevado apalancamiento financiero, su elevada
rentabilidad, que hacen pensar en un buen entorno para que continúen
con sus elevados ritmos de inversión, por lo cual podrían cumplirse
las previsiones del presupuesto.

En suma, para el año 2001 nos encontramos con un escenario
macroeconómico planteado en los presupuestos que es coherente con la
situación económica mundial; coherente con lo que se está planteando
en organismos internacionales y en el Banco de España, que tiene unos
elementos positivos. Nos acercamos a niveles más sostenidos de
crecimiento que, por una parte, nos permiten reducir la presión sobre
los precios al reducirse el componente de crecimiento del consumo y,
por otra, se configura además una demanda final que de alguna manera
es más favorable al ganar proporción las componentes de inversión y
de exportaciones dentro de la demanda final y ceder posición las
componentes de consumo interno. Esta sería la valoración que hace el
Banco de España del escenario macroeconómico, que coincide también
con el contexto internacional al que me gustaría referirme muy
brevemente.

El contexto internacional, que ha sido analizado, por ejemplo, por
las últimas reuniones del Fondo Monetario Internacional, era un
contexto de alto crecimiento en este año y de moderada
desaceleración. El contexto era favorable, positivo, en el que sin
embargo se apreciaba la existencia de diversos riesgos, los cuales,
lógicamente, también afectan a la economía española y habríamos de
tenerlos en cuenta. Los riesgos que han aparecido y que se ha
analizado son, por una parte, el crecimiento de los costes del
petróleo. Este ha sido un elemento adicional que ha añadido, como se
decía, nubarrones al panorama económico; y también los



Página 1606




desequilibrios que existen entre las zonas económicas importantes, me
refiero concretamente al desequilibrio de balanza por cuenta
corriente de Estados Unidos y a la sobrerreacción que en estos
momentos tiene la moneda europea en el sentido de baja valoración del
euro; finalmente, se destacaba un tercer elemento como es el de una
cierta fragilidad de los mercados financieros, dado que se ha viso
que en las últimas crisis los mercados financieros son capaces de
reaccionar muy rápidamente a cualquier variación en cuanto a la
percepción de riesgo y por lo tanto pueden realizar ajustes muy
rápidos y muy bruscos. Estos son los factores de riesgo, y yo
añadiría, desde el punto de vista de nuestra economía, que hay
factores de riesgo adicionales, y es que ante esta crisis del
petróleo que ha habido es importante que los agentes reaccionen de
una manera positiva y correcta. A esto dedicaré ahora alguna
matización.




Uno de los elementos del cuadro macro que me queda por analizar y al
que se ha hecho especial referencia es el tema de la inflación. He
insistido en que uno de los elementos que nos ha hecho llegar a un
3,6 por ciento de IPC ha sido el encarecimiento de los precios del
petróleo. Este encarecimiento del petróleo es, entre comillas, el
tercer shock que tienen las economías en los últimos años. Este ha
sido un shock importante si bien tanto en términos de dependencia
como en términos de tamaño es un shock menor. Lo que ha sucedido
frente a este shock es que la economía ha transferido renta a otros
países; de alguna manera se ha disminuido nuestra renta disponible.

Es importante que todos los operadores, que todos los agentes
económicos reaccionen siendo conscientes de esa pérdida de renta
disponible y no tratando de recuperarla en términos nominales ya que
en términos reales eso no puede ser. Esto lleva a dos conclusiones,
que son moderación en términos de márgenes empresariales y moderación
en términos salariales como dos de los elementos importantes para que
no se materialicen los riesgos que en estos momentos tienen las
economías. Insisto, la situación es favorable, con unos ciertos
riesgos que no tienen por qué materializarse. Lo normal es que la
economía tenga esta ligera desaceleración y pueda seguir creciendo
con carácter sostenido. Este sería el escenario central y es un
escenario perfectamente razonable; y lo único que se necesita es que
los agentes sean capaces de reaccionar de la manera correcta y
aprender de las lecciones que hemos vivido en este país y en otros
países en otras crisis de subidas de precios, de subidas de un factor
producidas por un shock externo como es el incremento de los precios
del petróleo. ¿Qué podemos decir de la inflación? Hemos empezado
diciendo que el cuadro macroeconómico está basado en una cierta
desaceleración de la demanda y, por tanto, para el año que viene es
segura una cierta desaceleración de los niveles de precios y una
cierta convergencia de los niveles de precios hacia niveles
más estables, y la referencia básica de esos niveles estables sería
el 2 por ciento, que tiene como límite de definición de estabilidad
de precios el Banco Central Europeo. Hay una desaceleración de la
demanda interna, un equilibrio presupuestario que colabora en esa
desaceleración y en la convergencia de los niveles de precios hacia
el 2 por ciento y ha habido toda una serie de reformas estructurales
que tienen que, poco a poco, irse plasmando en una economía más
competitiva y con menores rigideces y que deberían ayudar a que la
economía sea capaz de volver a los niveles del 2 por ciento
mencionado.

Hay que recordar también que desde noviembre del año pasado ha
cambiado el tono de la política monetaria. En el momento en que
España entró en la Unión Europea lo hizo con unos tipos de interés
más elevados, con unas tasas de crecimiento elevadas, con un proceso
de consolidación presupuestaria importante, es decir, entró con una
política más apropiada para la situación económica. En el momento en
que España entra en la unión monetaria lo hace en una política
monetaria común, que, desde el punto de vista de la situación
española, es de condiciones monetarias más relajadas de lo que
precisa la economía española. Cuando las condiciones monetarias
vienen fijadas a nivel europeo, es conveniente que alguna otra
política nacional ayude a la estabilidad macroeconómica de los países
y de ahí la importancia que tiene el control del déficit público y la
introducción de nuevas medidas de defensa de la competencia, de
incremento de la competencia y de la flexibilidad de los mercados.

Pero, en cuanto a esa relajación, digamos, monetaria que tiene la
economía española, hay que decir que en estos momentos el tono ha
cambiado; ha cambiado desde noviembre de 1999 y se han producido una
serie de subidas de tipos de interés. Todas esas subidas van a ir
influyendo en las decisiones y entrando, permeabilizándose en la
economía con un cierto desfase y todavía tiene que verse cómo
influyen en los diversos agregados económicos a lo largo de los
próximos meses. De manera que ahora el tono de la política monetaria
está ya más próximo al tono que requiere la economía española.

Hechas todas estas consideraciones, es decir, la consideración de que
tenemos una política monetaria más apropiada, que tenemos un
presupuesto con déficit cero y unas reformas estructurales que van
entrando en el comportamiento de la economía, hay que pensar que la
inflación va a tender claramente hacia el nivel del 2 por ciento,
aunque tengamos unos meses en los que todavía permanezca por encima
de esta cifra. En ese sentido, el que en los presupuestos se trate de
anclar las decisiones de los agentes económicos en el 2 por ciento
parece que es la decisión correcta. Los presupuestos no son tanto una
previsión como el tratar de proporcionar una referencia, y en una
política monetaria común en la que la referencia que se ha marcado el
propio Banco Central Europeo es la estabilidad de precios definida



Página 1607




como unos precios entre el 0 y el 2 por ciento, es lógico pensar que
el 2 por ciento es una buena referencia para los agentes económicos.

Referenciar a incrementos por encima del 2 por ciento supondría que
los agentes económicos no están, digamos, absorbiendo la pérdida de
renta que se ha producido como consecuencia de los incrementos de los
precios energéticos. De hecho, en otras ocasiones, cuando se han
producido estos incrementos del petróleo -estoy hablando de las
crisis anteriores- una de las formulaciones que hacía el Banco de
España es que los agentes económicos no se referencias en tanto al
IPC, sino que tratasen de eliminar del IPC estos componentes
transitorios de subidas de precios del petróleo, que se referenciase
a unos IPC sin los componentes transitorios. Este es el momento en
que tenemos una inflación elevada, pero el nivel de precios que
tenemos ahora es un mal indicador para los precios futuros, una mala
referencia para los precios futuros, lo importante es referenciarse a
lo que es estabilidad de precios dentro de la unión monetaria y, por
tanto, acercarnos al objetivo de estabilidad de precios, que,
insisto, dentro de la unión monetaria se ha definido en el 2 por
ciento.

Se me ha preguntado también por el euro. El comportamiento del euro
ha sido uno de los elementos que motivó que aumentase el riesgo
inflacionista y que, por tanto, en la última reunión del Banco
Central Europeo se incrementase el tipo de interés en 0,25 puntos. Si
recuerdan, los argumentos aportados eran, por una parte, el
incremento de los precios del petróleo que aumentaban los riesgos de
inflación y la devaluación del euro, que también aumentaba los
precios importados, con el riesgo de que esto se trasladase al
conjunto de la economía y lo que puede y debe ser un impacto temporal
pudiese convertirse en un impacto permanente. En ese sentido, el
euro, desde su nacimiento, ha venido manteniendo una línea de
devaluación que puede explicarse por varios factores cuya importancia
se ha ido alternando; ha habido factores más cíclicos, como los
diferenciales de tipos de interés, y factores más estructurales, que
habrían sido los más importantes en este último período, en el que
los mercados han considerado que la economía americana era capaz de
suministrar a las inversiones a medio y largo plazo unas
rentabilidades superiores a las que suministra la economía europea.

En opinión de muchos analistas y de los países que realizaron la
intervención en el euro el día 22, probablemente haya habido una
sobrerreacción de los mercados y una infravaloración del euro, razón
por la que se consideró conveniente la intervención.

Otra de las preguntas ha sido qué hubiese sido de la peseta en una
situación similar. Lo cierto es que ya hemos tenido algunas
situaciones de turbulencia. Tuvimos dudas y momentos complicados en
1998 y ahora estamos en una situación en que también aparecen riesgos
e incertidumbres en los mercados internacionales. Lo cierto es que el
euro ha supuesto una gran estabilidad
para la economía española, ha supuesto que los tipos de interés
se hayan mantenido muchísimo más estables de lo que se hubiesen
mantenido en otras circunstancias. Hay que ver que, en estas
situaciones, países que se han quedado fuera han visto cómo sus tipos
de interés han sido rápidamente modificados y han tenido una
volatilidad mucho más elevada que la zona europea y, por tanto,
España. En consecuencia, es claro que, a ese respecto, no hay ninguna
duda sobre cuál es el efecto: el efecto es tremendamente beneficioso;
es beneficioso para los países de la zona euro, pero no solamente
para los países de la zona euro, ya que esta zona euro es en sí misma
una zona de estabilidad para la economía mundial.

Se me ha preguntado sobre elementos como liberalización
o desregulación. Yo creo que ya he contestado. En una situación en la
que la política monetaria está ya en manos del Banco Central Europeo,
el resto de políticas nacionales tiene una importancia todavía
superior. Insisto en que los dos grupos de políticas nacionales
importantes son la presupuestaria -y hoy tenemos un presupuesto
equilibrado- y la política de incremento de la competencia y de
flexibilización de mercados. En esto todo lo que se haga es poco,
tenemos ejemplos de cómo unas economías más flexibles pueden producir
resultados importantes. En ese sentido la cumbre de Lisboa, que hizo
hincapié en las reformas estructurales y en los temas tecnológicos,
nos ha puesto unas metas importantes a los europeos que, sin lugar a
dudas, tenemos que cumplir.

Me han preguntado qué es lo que pienso con relación a partidas
presupuestarias directamente vinculadas con el tema de las
inversiones. Normalmente, el Banco de España en lo que se refiere al
análisis micro -por decirlo así- del presupuesto no suele entrar, se
supone que hay unas prioridades de carácter más político y nosotros
nos quedamos más bien en los aspectos macros. La verdad es que en
este caso concreto no es muy difícil decir que dedicar inversiones a
las nuevas tecnologías y dedicar incrementos presupuestarios a este
tipo de partidas es algo muy beneficioso y cumple perfectamente el
espíritu de lo que se decidió en Lisboa. Debe recordarse que en la
economía americana todos los aspectos derivados de la introducción de
nuevas tecnologías han sido básicos para producir una situación de
alto crecimiento, alta productividad y crecimiento sin inflación
sostenido.

Preguntas adicionales han sido las relativas al gasto social y al
superávit de la Seguridad Social. En estos momentos el hecho de
encontrarnos con una situación en la que la Seguridad Social tiene un
superávit es uno de los grandes logros del proceso de crecimiento que
se ha tenido en este último período. Insisto en que, dado el
escenario lógico y probable en el que nos estamos manejando, el
escenario que se contempla en los presupuestos, es lógico pensar que
si bien el empleo va aseguir creciendo con una cierta desaceleración,
va a



Página 1608




seguir haciéndolo a ritmos suficientemente elevados y, por tanto,
esta es una situación que se puede mantener, pero siempre hemos de
tener en cuenta que hay que mirar un poquito más al futuro y en un
futuro va a haber unos problemas demográficos a los que tendremos que
hacer frente, pero ese sería otro tema de debate.

El crecimiento del crédito. Efectivamente, el Banco de España en
diversas ocasiones ha manifestado su preocupación por el crecimiento
del crédito. El crecimiento del crédito se puede ver desde dos puntos
de vista; desde el punto de vista de agregados monetarios o como una
variable macroeconómica, por su influencia sobre el gasto, que sería
un objeto de preocupación de tipo monetario en el que ya el Banco de
España tiene poco que hacer, puesto que corresponde a la política
monetaria y ésta está en manos del Banco Central Europeo. Hay un
segundo aspecto, que es el aspecto prudencial y en este sentido
también hemos manifestado nuestra preocupación. Ritmos de crecimiento
del crédito -como hemos visto- en torno al 20 por ciento, que ahora
ya se ha reducido hasta mantenerse en torno al 17 por ciento, son
tremendamente elevados, son ritmos que pueden dar lugar a pensar que
en épocas de bonanza se están relajando las condiciones de crédito.

Es cierto que la morosidad es baja, que ha seguido descendiendo, pero
es cierto también que se han concedido muchos créditos, que tienen
que madurar a lo largo de los próximos años y que en algún momento
puede aparecer una morosidad más elevada. La preocupación del Banco
de España en este sentido es la de prever esta posible morosidad, y
por eso se introdujo la circular correspondiente que establece unos
mínimos de provisiones para prevenir esta situación anticíclica de
morosidad; es decir, en épocas buenas realizar unas previsiones
superiores a la morosidad real que en ese momento se tenga, pensando
que existe una morosidad que todavía no ha aparecido pero que podría
aparecer, y hacer una llamada de atención a los sectores en el
sentido de que tengan en cuenta que esta es una época en la que se
suele tender a ser más ligero en la concesión de créditos y es muy
conveniente prestar atención a las condiciones en las que se prestan.

Esa es básicamente la llamada de atención que ha realizado el Banco
de España. Hemos visto que los créditos han iniciado un cierto
descenso, todavía es pronto para poder decir que estamos en una senda
de desaceleración, pero parece lógico pensar que, por una parte, la
circular que ha empezado a aplicarse en este segundo semestre de este
año y, por otra, los tipos de interés que se han venido elevando y
que ya empiezan a hacer su efecto en las decisiones de endeudamiento
deberían ser capaces de reducir el ritmo de crecimiento del crédito a
unas cifras más sostenidas y más compatibles con unas buenas
condiciones de la demanda agregada y también con unas cifras que nos
permitan estar más tranquilos ante un repunte de morosidad. De manera
que la reacción del sector todavía es pronto para valorarla, pero en
principio se valora positivamente, puesto que se ha iniciado una
cierta senda de desaceleración en la concesión del crédito.

En relación con el crédito, se me han hecho algunas preguntas muy
concretas respecto al endeudamiento de las familias. Si se refiere a
algún dato concreto, lo pueden solicitar y yo se lo entregaría, pero
me gustaría decir dos cosas. Primero, es cierto que el endeudamiento
de las familias ha crecido muy rápidamente y antes decía que en estos
momentos el efecto de la subida de tipos de interés, a pesar de tener
una posición acreedora, se desacelera dentro de la renta disponible,
y ello es debido a que el endeudamiento ha crecido de una manera muy
importante. Y en cuanto a las empresas, debo decir que, aunque el
endeudamiento también ha crecido, la verdad es que todavía la
posición de las empresas es saneada; junto con el endeudamiento
también ha crecido el tamaño del balance, de manera que los ratios de
apalancamiento más o menos se han quedado en cifras bastante
similares y ha aparecido dentro de la cuenta de resultados de las
entidades el crecimiento del coste del crédito, que si no recuerdo
mal estaba en torno a un 17 por ciento y que en buena parte se ha
debido al aumento del endeudamiento y en otra parte al aumento del
propio coste de la financiación.

Se me ha preguntado también sobre el comercio electrónico en banca.

Esta es un área que se está desarrollando de una manera rápida y que
introduce muchos elementos adicionales al sector bancario, elementos
no solamente de las transacciones que se realizan por la vía
electrónica, sino también por el aumento de la competencia que
introduce por efectos simplemente de la información. Lo que el Banco
de España está haciendo es colaborar y participar en los diversos
foros en los que se están analizando este tipo de temas. Se
estableció desde un principio que las normas en cuanto a consumidores
deben ser las mismas, que han de tener unas ofertas equivalentes a
las que se realicen por los canales normales. En principio, en estos
momentos la vía electrónica de contratación de productos y servicios
bancarios no plantea retos adicionales porque está todavía en un
momento incipiente. Sin embargo, es verdad que este va a ser uno de
los elementos importantes de estudio no solamente del Banco de
España, sino también a nivel europeo.

Se me pide mi opinión sobre los tipos de interés. Obviamente ese es
un tema en el que es muy difícil hacer una valoración. Yo diría dos
cosas. Una primera, que me parece muy positiva y que habría que
enfatizar, es el hecho de que los tipos de interés a largo plazo, los
tipos de interés en la deuda pública a diez años ha sido
tremendamente estable en todos estos períodos de turbulencia. Hemos
tenido incrementos del petróleo, hemos tenido situaciones de
desequilibrio, fluctuaciones rápidas de la moneda, pero todo eso
realmente ha afectado poco. El bono a diez años se ha mantenido en
unos niveles de rentabilidad similares, con una estabilidad



Página 1609




bastante notable. De alguna manera, esto indicaría varias cosas.

Indicaría un cierto grado de credibilidad en la sostenibilidad de las
políticas macroeconómicas, una cierta credibilidad en poder combatir
los aspectos inflacionarios y, también, que la política de
consolidación presupuestaria está teniendo un cierto efecto.

Es cierto que los presupuestos, en la medida en que se han venido
consolidando, han hecho que el Estado apele al mercado de una manera
inferior, y eso está haciendo que el bono a largo plazo (y, por lo
tanto, ese indicador de tipos de interés a largo plazo) sea un
indicador mucho más estable. Sin lugar a dudas -y vuelvo al tema
anterior-, esta situación de estabilidad de tipos de interés a largo
plazo hubiera sido completamente diferente en el caso de que España
no hubiese estado en el euro. Sólo tendríamos que recordar que uno de
los principales elementos a los que inmediatamente se trasladaba la
volatilidad y los déficit en cuanto a posible credibilidad era el
bono. En el bono se producían unas volatilidades tremendas y unas
desviaciones de tipos de interés muy elevadas. En estos momentos,
incluso aunque estemos teniendo un cierto déficit por cuenta
corriente (creo que es otra de las preguntas que me queda por
contestar), como es obvio, el concepto de déficit por cuenta
corriente dentro de la unión monetaria es completamente diferente.

Fuera de una unión monetaria, el déficit por cuenta corriente, si es
importante, puede llegar a plantear problemas de financiación,
problemas de credibilidad y requerir -como se ha indicado por el
señor Fernández Marugán- tipos de interés mucho más elevados, pero
dentro de la unión monetaria no plantea problemas de credibilidad
y no plantea problemas de financiación. Por lo tanto, es diferente.

¿Eso quiere decir que el déficit por cuenta corriente es menos
importante? Lo que sí quiere decir es que hay que leerlo de otra
manera. El déficit por cuenta corriente, en la medida en que pueda
estar representando algún tipo de desequilibrio que pudiera llegar a
afectar a los precios, por la vía de un desequilibrio por la demanda,
sería un elemento, digamos, de mayor preocupación. Pero es claro que
el déficit por cuenta corriente que España tiene en estos momentos,
dentro de la unión monetaria, no supone ningún tipo de limitación a
la capacidad de crecimiento que tiene nuestra economía.

Respecto a la Central de Balances, se me ha preguntado por la
traslación de precios en las empresas de refino. En realidad, si no
recuerdo mal, la conclusión del análisis que hace la Central de
Balances es que las empresas de refino sí han podido trasladar los
incrementos de precios; donde no se ha trasladado el incremento de
precios ha sido en las empresas de distribución. Ha sido el sector de
la distribución el que no ha trasladado al precio final su subida de
los costes. Eso es lo que se obtiene por las declaraciones y por la
información que se recibe en la Central de Balances.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor gobernador. ¿Alguno de los
dos grupos solicitantes de la comparecencia desean alguna precisión o
algún complemento rápido de información?



El señor FERNÁNDEZ MARUGÁN: Solamente queremos agradecer al
gobernador las explicaciones que nos ha dado.




El señor ALBENDEAPABÓN: Yo quiero decir que estamos totalmente
satisfechos con las explicaciones del gobernador y que le agradecemos
sus respuestas.




El señor PRESIDENTE: En nombre de toda la Comisión, agradecemos al
señor gobernador su comparecencia y la información que nos ha
proporcionado.

Suspendemos la sesión durante un minuto, hasta que se presente el
siguiente compareciente. Gracias.




- DEL SEÑOR SECRETARIO DE ESTADO DE ECONOMÍA, DE ENERGÍA Y DE LA PYME
(FOLGADO BLANCO. A SOLICITUD DE LOS GRUPOS PARLAMENTARIOS POPULAR EN
EL CONGRESO (Número de expediente 212/000183), SOCIALISTA(Número de
expediente 212/000238), Y FEDERAL DE IZQUIERDA UNIDA (Número de
expediente 212/000194)



El señor PRESIDENTE: Vamos a reanudar la sesión de la Comisión,
agradeciendo la presencia del secretario de Estado de Economía,
Energía y Pymes, don José Folgado, que ya conoce el trámite de
ejercicios presupuestarios de la anterior legislatura, aunque ahora
comparece aquí como responsable de Economía y no de presupuestos, que
era su anterior ocupación.

El portavoz titular del Grupo Parlamentario Popular no está todavía
presente, pero para no alargar demasiado el trámite, ya que después
de comer tenemos que reanudar la sesión a las cuatro, le daré primero
la palabra al portavoz del Grupo Socialista, después, en su caso, al
señor Núñez, y posteriormente, cuando se incorpore, tomará la palabra
el portavoz del Grupo Popular.

El señor Fernández Marugán tiene la palabra.




El señor FERNÁNDEZ MARUGÁN: Muchas gracias, señor Folgado, por su
presencia esta mañana aquí. Vamos a tratar de hacer por parte de
nuestro grupo una intervención que nos ayude a resolver algunas de
las dudas que tenemos a la hora de debatir estos presupuestos.

Yo creo que está generalmente admitido que la economía española ha
experimentado un cambio en su desenvolvimiento y que, como
consecuencia de ello, atrás se ha quedado el panorama que se reflejó
en el cuadro agregado de 1999. Han aparecido desajustes que no sólo
se han cristalizado sino que la sensación que



Página 1610




tenemos es que se han consolidado. Hoy nos mantenemos con una alta
tasa y con un alto nivel de actividad, pero existe menos fuelle que
existió en ejercicios anteriores; la desaceleración es la palabra que
más se utiliza en los informes de los organismos públicos y privados
que analizan la coyuntura económica, y a ella se refieren con
reiteración quienes analizan la evolución de los distintos
indicadores. Por tanto, se admite que ha habido una especie de punto
de giro, o que puede haberlo quizá en los próximos meses, se habla de
un cambio de expectativas y, como consecuencia de eso, hay una
discusión sobre cuál va a se el crecimiento.

Yo no le voy a plantear al señor Folgado esa cuestión, entre otras
cosas, porque estoy seguro de que él la va a abordar y porque no es
la parte más relevante, no es de las cosas que más me preocupan. Sí
le voy a preguntar, porque creo que existe menos coincidencia, sobre
el tema precios, y tendría que matizar mi propia expresión. Todos
coinciden en que el Gobierno no va a lograr el objetivo del 2 por
ciento, pero hay un viajero sin billete que ha hecho figurar una
previsión de inflación que plantea algunas dudas. Yo no le voy a
preguntar al señor Folgado si se la cree o no, y se lo digo
sinceramente; no me diga si se la cree o no, está ahí por encima de
que usted o yo nos la creamos. Lo que a mí me preocupa es saber qué
medidas piensa adoptar el Gobierno para que se alcance esa previsión
de inflación.

Hay algunas cosas que me parece que deberían tener una coherencia, y
esas sí me preocupan. La temperatura de una economía se puede medir
no solamente por el índice de precios sino por otros indicadores, y
uno de ellos es el deflactor del PIB. En el libro que solemos
utilizar los diputados para ser capaces de seguir la evolución de la
economía y de los presupuestos aparece una previsión de los precios y
de los costes de la economía española que a mí me induce a alguna
reflexión, porque en la página 36 -usted se lo sabrá sin que yo le
cite la página- se dice que el deflactor del PIB en el año 1999 fue
del 2,9; que el Gobierno piensa que va a ser del 2,6 en el año 2000;
y que le gustaría -los cuadros macroeconómicos lo que dicen es lo que
le gustaría que ocurriera al que los hace- que fuera del 2,3. Por
tanto, tenemos una secuencia a la baja, que está ahí, sobre la cual
no crea usted que existe una coincidencia plena, porque no hace
tantas semanas se publicó la contabilidad trimestral de España, la
publicó el Instituto Nacional de Estadística, y la secuencia es
distinta al menos en dos de las tres observaciones: que la tendencia
del deflactor del PIB no es a flexionar sino a elevarse; y que en el
segundo semestre de 1999 el deflactor fue del 3 por ciento, pero que
en el primer semestre del año 2000 fue del 3,1. En consecuencia,
tenemos una tendencia al alza que se contrapone en alguna medida con
lo que el Gobierno dice que va a ocurrir en los próximos meses y en
el próximo ejercicio. Me gustaría que hiciera usted una reflexión
sobre si existe alguna contradicción.

Hay algo que también me preocupa de la información que proporciona el
Instituto. A la hora de ver la descomposición del deflactor del PIB,
nos encontramos con que la tendencia de los últimos ejercicios es
bastante elocuente: no es la remuneración de los asalariados, no es
el excedente el que tiene el protagonismo; sorprendentemente, el
protagonismo del incremento de los precios internos del sistema es la
imposición indirecta. Desde el primer trimestre de 1999 hasta el
segundo de 2000, la imposición indirecta ha ido subiendo décima a
décima y, en este momento, representa ya el 35 por ciento -1,1- del
deflactor del PIB del segundo trimestre, que alcanza el nivel de 3,1.

Me pregunto si en la mix de política fiscal que se viene realizando
en los últimos años no se ha apostado por aquel tipo de imposición
que supone un mayor fogonazo sobre los precios. Es una pregunta que
le hago porque forma parte de mi preocupación política y de mi
preocupación intelectual.

La segunda observación que tendría que hacer se refiere a los riesgos
que puede que existan en la economía española en términos de
relaciones encadenadas entre precios y salarios. Los manuales y la
vida misma le enseñan a uno que hay grupos que adoptan actitudes
defensivas cuando se producen elevaciones: hay grupos que responden
al alza con el alza, pero hay grupos que no pueden hacerlo porque no
tienen capacidad para trasladar a terceros los incrementos que
experimentan sus costes; por último, hay grupos que se pueden creer
las hipótesis de los gobiernos, actúan de buena fe y, al cabo de un
tiempo, ven con perplejidad que los objetivos por los cuales se
habían guiado no se cumplen. Creo que en España se ha producido un
fenómeno interesante a lo largo de los últimos años: los agentes
sociales han sido los primeros que se han adecuado, en mi opinión, al
ritmo de funcionamiento de una economía cada vez más globalizada y
más vicaria de la conveniencia de la competitividad. Me pregunto si
esos agentes sociales no están viendo en este momento cómo la pérdida
de capacidad adquisitiva que vienen experimentando desde 1998 para
acá, y sobre todo a lo largo de los últimos meses, les puede inducir
a un cambio de sus actitudes; cambio ante el cual no vale la eterna
letanía, sino que convendría que las políticas de los gobiernos
fueran un poco más incisivas. Tengo que decirle al señor secretario
de Estado que en este momento dulce de la economía española que hemos
vivido, en el que el crecimiento y el empleo han tenido un
protagonismo muy importante, uno se lleva la sorpresa de que el peso
de los salarios en términos de PIB no avanza; a pesar del alto
componente asalariado que hay en el empleo, la participación de los
salarios en la renta nacional no avanza y tampoco avanza la paridad
salario-empleo; es más, retrocede. Retrocede la paridad salario-
empleo, retrocede el peso de las cotizaciones sociales en términos de
PIB y vamos hacia un crecimiento relativamente desigual que puede que
justifique algunos comportamientos



Página 1611




no deseados. El Gobierno debería ser capaz de transmitir algo más que
letanía en sus manifestaciones.

Voy a plantear dos cuestiones más, al margen de las alusiones que he
hecho a precios, salarios, capacidad adquisitiva y empleo. Hay cosas
que puede que ocurran en España al margen de los sucesos y fenómenos
acaecidos este verano. Es verdad que la elevación creciente del
precio del crudo va a afectar a la relación real de intercambio y,
como consecuencia de esto, un volumen cuantioso de recursos que
formaban parte del activo de esta sociedad irá a parar a quienes sean
los dueños del petróleo -no voy a entrar en esa cuestión-. Ahora
bien, cuando les leo y cuando les oigo, a veces tengo dudas; la
primera duda que me surge es: ¿tienen ustedes internalizado el cambio
del escenario? ¿Creen que el escenario que parece proyectarse en el
próximo futuro es distinto del que existía antes del 31 de julio de
2000? Si es así, ¿qué piensan hacer para que no se produzcan esas
reacciones defensivas agresivas en torno a la distribución de la
renta y para que la economía española mantenga las coordenadas de
crecimiento con estabilidad y con una distribución equitativa de la
renta y la riqueza?
Yo tengo la sensación de que están -dicho en términos deportivos-
clavados. Éste es un momento difícil, es un shock de alguna
importancia, pero no me atrevería a decir que sea la subida al
Mortirolo; sin embargo, me encuentro con un Gobierno que manda un
presupuesto sin medidas. La primera pregunta es: ¿por qué no
acompañan el documento con un cuadro de medidas que implique la
adaptación del Gobierno de España al cambio de escenario, si es que
el Gobierno cree que se ha producido tal cambio de escenario? ¿Por
qué no lo hacen? Quizás porque no comparten ese diagnóstico o quizás
porque no saben qué hacer. En cualquier caso, algo tendrán que hacer
si a largo plazo se mantiene esta tendencia. Si es verdad que existe
un shock de oferta, si es verdad que estamos en un escenario de
costes crecientes, deberían hacer algunas cosas distintas de las que
están haciendo. Por ejemplo, mi grupo no comparte el tapón de la
inversión pública y ha de decir que, en un momento en el que, como
veremos esta tarde, la evolución de los ingresos es espectacular, la
respuesta no puede ser la de siempre: tratar de mantener o de
alcanzar determinados objetivos de política económica parando las
inversiones; eso es una realidad en el grado de ejecución a 31 de
agosto y lo es también en la previsión a 31 de diciembre.

Quiero mostrarle una última preocupación más global y más abierta.

España ha vivido un momento bueno, un momento dulce; lo ha vivido la
Europa continental y lo han vivido las economías de occidente; quizá
hayamos vivido la apuesta de muchos inversores por la calidad. Como
consecuencia del hecho de vivir y querer vivir en una zona donde la
calidad vale mucho, nos hemos encontrado con que en el mundo
occidental -en el norte- hemos podido crecer con estabilidad,
con altas tasas de empleo y con buenas remuneraciones. Quién sabe si
usted y yo tendremos que empezar a cambiar de manuales de política
económica para poder decir que se ha mantenido un ciclo alto maduro
sin pérdidas graves de productividad. Los datos lo avalan así en
Estados Unidos y en Europa: la productividad avanza, el crecimiento
avanza, el empleo y los salarios también; eso ocurre por ahí, pero no
en España. Aun realizándose por el Instituto la contabilidad del año
1999, aun habiendo hecho el SEC 95 para cuatro ejercicios, nos
encontramos con que el registro del primer semestre de 2000 es 0,9 y
el de 1999 es 0,4; registros muy pobres. Como representante del
Gobierno de España, le pregunto: ¿cree usted que es una garantía de
futuro esa convivencia de alto crecimiento y alta elevación de la
formación bruta de capital con baja productividad? La productividad
es el factor determinante de la competencia; y la competencia, en su
conjunción con los salarios, determina los costes laborales
unitarios; y los costes laborales unitarios en España son bajos, y
son un factor determinante de los precios. Nunca ha habido en España
un salariazo, pero ahora menos que nunca. Habrán sido otros factores
de la producción los que han tomado posiciones adelantadas en la
formación de los precios.

Voy a formular una última pregunta, antes de hacer otra de carácter
micro. ¿Cree que con esta marcha de la productividad se garantiza el
futuro, es satisfactoria, o, por el contrario, plantea algunos
interrogantes a medio y largo plazo que afecta al crecimiento, al
empleo y también a la evolución de los mecanismos de protección
social, cuya sostenibilidad y sensibilidad tanto preocupa a la
sociedad española?
Como usted lleva la macro y la micro, como decían a la entrada, le
haré una pregunta micro que hace referencia a las pymes. En nuestra
opinión, el servicio 2406 tiene una fuerte reducción en el próximo
ejercicio, que se va a dejar notar sobre todo en gastos de inversión
y tiene un fuerte mantenimiento en transferencias de capital que
tratan de consolidar la competitividad de la pequeña y mediana
empresa, y que estaban destinadas a favorecer su internalización. No
le oculto y prefiero que tengan crédito a que busquen de mala manera
las exenciones fiscales, como puede que haya ocurrido a lo largo de
algunos meses. Lo que sí me gustaría es que me concretara la razón de
esta política porque, a fin de cuentas, afecta al 99 por ciento de
las empresas españolas.




El señor PRESIDENTE: Primero estamos dando la palabra a los grupos
que han solicitado la comparecencia.




En nombre del Grupo Mixto, tiene la palabra el señor Núñez.




El señor NÚÑEZ CASTAIN: Quería rogarle al secretario de Estado que,
además de explicarnos en su



Página 1612




intervención, lo que estoy seguro que va a hacer, los contenidos
generales del presupuesto, nos haga una reflexión sobre estos
presupuestos y la búsqueda de la convergencia real o la corrección de
desequilibrios existente actualmente en nuestro país. Además de
hablar, como seguramente se hará, de las grandes cifras del marco
macroeconómico, del crecimiento que existe de algunas inversiones,
concretamente de I+D+I, y algunas de crecimiento importante respecto
a años anteriores, que analice dónde están concentradas esas
inversiones y si éstas colaboran a la corrección de desequilibrios
existentes sobre todo con respecto a la creación de empleo en nuestro
país.

Nosotros pensamos que hay muchas cosas razonables macroeconómicas que
buscar y la convergencia nominal ahí está bastante conseguida y muy
aproximada de España respecto a Europa, pero que sigue habiendo
debajo unos problemas de no convergencia real que nos parece que el
presupuesto no agarra. Le preguntamos si después de un análisis de
los instrumentos que tiene el presupuesto, del crecimiento del FCI,
que en los últimos cuatro años ha crecido por debajo del incremento
de los precios, de las partidas previstas para los incentivos
regionales o incluso del esfuerzo en el marco comunitario de apoyo
2000-2006, a su juicio, respecto al análisis de la corrección de
desequilibrios, el presupuesto es un instrumento eficaz o, por el
contrario, seguimos corrigiendo variables macroeconómicas pero
continuamos con la divergencia de determinados indicadores, sobre
todo, del más crudo, el desempleo, que es uno de los objetivos que
tiene el presupuesto. Rogaría al secretario de Estado una reflexión
sobre esos instrumentos.




El señor PRESIDENTE: En nombre del Grupo Parlamentario Popular, tiene
la palabra el señor MartínezPujalte.




El señor MARTÍNEZ-PUJALTE LÓPEZ: En primer lugar, quería agradecer la
comparecencia del señor secretario de Estado, de esta segunda
comparecencia en el día de hoy, para explicar los Presupuestos
Generales del Estado.

Mi grupo parlamentario quiere participar activamente en estas
sesiones de comparecencias porque entendemos que esta semana puede
ser importante para que esta Cámara conozca a fondo los presupuestos
para el año 2001. Esta segunda comparecencia, primera de alto cargo
del Gobierno después de la del Banco de España, tiene una importancia
enorme porque se debe tratar sobre cuál es el marco económico en el
que se van a desarrollar estos presupuestos. Por tanto, mi grupo
parlamentario lo primero que quiere hacer en este turno de
intervenciones es solicitarle que nos haga una valoración del marco
económico en el que se van a desenvolver los presupuestos para el año
2001, cuáles son las expectativas, las perspectivas económicas para
este
año. Mi grupo entiende que lo esencial en política económica y del
instrumento presupuestario es que tenga credibilidad, es la piedra
angular sobre la que descansa la política económica. A lo largo de
los últimos años, desde 1997, que fue el primer presupuesto que
presentó el Gobierno del Partido Popular en esta Cámara, los
presupuestos han contado con una credibilidad enorme en los mercados
y entre los analistas económicos y además han demostrado que era una
credibilidad que se sustentaba en los hechos. Desde 1997 los
presupuestos que se han traído a esta Cámara se han cumplido. Se ha
cumplido el objetivo de déficit público, se ha cumplido el nivel de
ingresos y gastos y en esto creo, señor secretario de Estado, que
algo tiene que ver usted y su anterior responsabilidad. Son unas
cifras que han contado con confianza y credibilidad. Mi grupo
entiende que el presupuesto del 2001 tiene la misma credibilidad. En
algunos medios de comunicación incluso se ha hablado de que eran unos
presupuestos cómodos, que se podían elaborar con comodidad, que
aparte de conseguir el equilibrio entre ingresos y gastos podían
impulsar las políticas sociales, las de modernización y de
competitividad. Son unos presupuestos que cuestan esfuerzo, ha
costado un gran esfuerzo llegar hasta el equilibrio de las cuentas
públicas y creo que se sigue en esa línea, que es importante y
esencial para el futuro al que luego me referiré.

Por eso las preguntas capitales en su comparecencia son si el señor
secretario de Estado cree que estos presupuestos van a seguir
profundizando en la senda de crecimiento y creación de empleo, si se
pueden conseguir los objetivos que se marcan en torno al crecimiento
y a la creación de empleo y si además estos van a provocar una
convergencia con el resto de países europeos. A lo largo de estos
últimos años España no sólo ha crecido a tasas sostenidas por encima
del 3,5 por ciento sino que además su crecimiento ha avanzado con
relación a la media europea en un punto porcentual de media con
relación al resto de los países, con lo cual España ha avanzado en
convergencia real. Nosotros somos hoy ciudadanos con una renta per
cápita, referenciada al resto de los países europeos, mucho mejor.

España ha crecido todos los años por encima de Alemania, de Francia,
de Italia, del Reino Unido, y además hemos crecido por encima de la
media europea. Indudablemente en estas comparecencias, como en las de
años anteriores, por lo menos en las que yo conozco desde 1996, el
portavoz socialista, que sí que ha ido cambiando, ha ido diciéndonos
lo mismo, hablándonos de malos augurios. Este año el señor Fernández
Marugán se refería al mal augurio que iba a suponer la situación
internacional del petróleo, hace un par de años fue la situación
financiera internacional, siempre diciendo: Oiga, estos presupuestos
no se han hecho teniendo en cuenta una coyuntura internacional o
económica que puede devenir en problemas. Mi grupo entiende que estos
presupuestos no sólo dan respuesta a las necesidades



Página 1613




estructurales de crecimiento y creación de empleo que tenemos en
España, además de una manera muy sólida, sino que también dan
respuesta a las necesidades coyunturales, del momento actual. Son
unos presupuestos hechos hoy para el año 2001.

También me gustaría, señor secretario de Estado, que nos hablara de
algo con relación a la respuesta que estos presupuestos dan a la
situación coyuntural. Desde el Grupo Socialista se ha hablado, en
sede parlamentaria y en los medios de comunicación, de una posible
futura crisis. En mi opinión y en la de mi grupo la situación no
parece que permita una política expansiva de la demanda y, por tanto,
mi grupo valora muy positivamente -y así lo hizo en días anteriores-
la política monetaria que está llevando a cabo el Banco Central
Europeo. Quizá a España le hubiera convenido que esa política de una
cierta subida, aunque moderada, de los tipos de interés se hubiera
producido un poco antes, porque en esos momentos la economía española
estaba teniendo un crecimiento muy importante, pero no era así en el
resto de las economías europeas. Por tanto, nos parece muy acertado y
entendemos que esa política monetaria del Banco Central Europeo
supone algunos datos que coyunturalmente son problemáticos para el
conjunto de los ciudadanos españoles, pero entendemos que es bueno y
para garantizar el crecimiento, la creación de empleo y el bienestar
a largo plazo, la política que está llevando a cabo el Banco Central
Europeo. Me gustaría, por tanto, que usted hiciera una valoración
sobre dicha situación. Nos parece que esa política del Banco Central
Europeo, unida al control del gasto público y, además, con un trabajo
eficiente por mejorar nuestra política de oferta, es lo que garantiza
que España siga creciendo, creando empleo, mejorando el bienestar,
redistribuyendo con mayor equidad la riqueza y, además, haciendo que
a largo plazo sigamos ese proceso de convergencia con la Unión
Europea. Al principio le decía que se refiriera a ello, y me imagino
que su valoración es positiva -mi grupo así la valora-, porque es
realista la previsión de un crecimiento del 3,6 por ciento. Todos los
observatorios y analistas conceden credibilidad a ese dato.

Señor secretario de Estado, nos gustaría que usted hiciera también
una valoración sobre si estos presupuestos tienen una distribución
del gasto adecuada. Esta tarde comparecerá la secretaria de Estado de
Presupuestos y hablaremos del gasto, de la distribución y del
incremento, pero yo quiero hacerle una pregunta en relación a si
usted entiende que esa distribución del gasto que establecen los
presupuestos es eficiente para conseguir los objetivos de política
económica. Aquí se ha apostado por tres pilares de incremento de
gasto público. Un primer pilar, políticas sociales, sanidad, atención
social; un segundo pilar, que son las políticas de modernización, de
mejora de la competitividad y un tercer pilar, que son las políticas
de seguridad ciudadana y justicia. ¿Usted entiende que estas
prioridades son
las apropiadas para conseguir los objetivos de política económica?
Analizando las cifras presupuestarias -y me gustaría que usted lo
confirmara- creo que el capítulo 6 del presupuesto tiene un
incremento muy importante, quizá uno de los más importantes dentro
del presupuesto. Creemos que es importante porque es esencial para
conseguir una estructura económica que nos haga competitivos en
materia de infraestructuras, en materia de política de agua,
etcétera. Además, se establecen mejoras económicas para proyectos de
investigación, desarrollo e innovación, que nosotros creemos que
también son apropiadas. Eso, junto a las modificaciones de los
últimos decretos-leyes, como el aprobado hoy en Comisión como
proyecto de ley de tributación para las pymes, creemos que son el
camino para conseguir que nuestro presupuesto colabore de manera
eficiente a los objetivos de mejora de la oferta, lo que es esencial.

Entendemos que cada año se han ido sentando las bases para dar
sostenibilidad al presupuesto de ejercicios futuros. En la
tramitación de los proyectos de ley de presupuestos en esta Cámara
siempre se ha debatido sobre si las cifras que contenían eran cifras
para ese ejercicio o eran unas cifras que permitirían seguir en esa
senda de control del déficit público en ejercicios futuros. Señor
secretario de Estado, este presupuesto, al establecer un equilibrio
entre ingresos y gastos, está también ayudando enormemente a
garantizar la sostenibilidad del presupuesto en ejercicios futuros,
pero también -y quizá por la responsabilidad que usted ha tenido en
años anteriores lo conozca- me gustaría que hiciera una referencia a
la sostenibilidad presupuestaria. Creo que también eso es esencial.

No solo han sido positivos los presupuestos que el Gobierno del
Partido Popular ha traído a esta Cámara en los años 1997, 1998, 1999
y 2000, porque las cifras eran buenas para esos ejercicios, sino
porque a través de operaciones, como el canje de deuda, lo que se
hacía era que esas cifras fueran sentadoras, si se puede decir así,
entre comillas, de las bases de un mejor presupuesto para ejercicios
futuros.

Es evidente que la situación coyuntural de España es distinta hoy de
la de hace un año, pero es muy distinta respecto a la de hace cuatro
años. Yo quisiera saber -y quizá usted que tuvo la responsabilidad de
hacer los primeros presupuestos para el año 1997 nos pueda hacer una
valoración- si estos presupuestos para el año 2001 se hacen con
mejores bases que las que tuvimos en el año 1996 para confeccionar
los presupuestos de 1997 ¿Tenemos ahora más o menos instrumentos de
los que teníamos en 1997 para dar respuesta a las necesidades
coyunturales? Esta es la pregunta clave. Cuando se dice que en el
futuro puede haber situaciones distintas en política económica, lo
esencial es si la economía española va a estar en condiciones de dar
respuesta positiva a las distintas situaciones que se vivan en la
política económica. La opinión de mi grupo, y me



Página 1614




gustaría conocer su valoración; es que hoy la política económica y
economía española permiten dar mejor respuesta a situaciones que se
puedan producir en el futuro y que, por tanto, estamos en mejores
condiciones para confeccionar un presupuesto adecuado para el año
2001. Recuerdo cuando teníamos que tramitar en esta Cámara el
presupuesto para 1997 que era más complejo, en una situación
económica más difícil, en la que no teníamos garantizada nuestra
presencia en el euro, una situación con tipos de intereses altos, con
un déficit público del 7,1, con una deuda que nos costaba muy cara,
porque los tipos de interés eran caros y con una tasa de paro enorme,
que casi se aproximaba al 23 por ciento, que hacía que las políticas
de atención al desempleo y las políticas de atención social fueran
muchísimo más elevadas que hoy, en que la tasa de paro de más se ha
reducido en nueve puntos. Me gustaría que usted hiciera una
valoración.

Desde mi grupo parlamentario creemos que este presupuesto del 2001 es
positivo por una razón: porque sigue apostando por la creación de
empleo como uno de los objetivos. Quizá en la opinión pública
española se ha pasado un poco el síndrome de una mala situación
económica del desempleo. Hoy, evidentemente, estamos mucho mejor. En
los últimos cinco años se ha ido creando empleo a ritmos elevados,
pero no podemos perder de vista -y este grupo parlamentario no lo
pierde- que todavía en España el desempleo es alto. Hemos avanzado
muchísimo, de una tasa de casi el 25 por ciento hemos pasado a una
tasa equiparable a la de otros países, pero más alta aún que la de
otros países. Por tanto, tenemos que seguir caminando. Nos parece que
este presupuesto es positivo porque sigue caminando hacia lo que hoy,
sin rubor, podemos llamar el objetivo del pleno empleo. Quizá hace
unos años hablar de pleno empleo hubiera sido casi motivo de risa
colectiva, porque entonces se decía y escribían los analistas que el
desempleo en España era un problema coyuntural, no solucionable con
las medidas de política económica. Sí me gustaría que usted dijera
algunas palabras en torno a la complementariedad o al objetivo que
este presupuesto persigue en materia de empleo.

Señor secretario de Estado, este año, aparte de las competencias en
materia de política económica, también cuenta con las materias en
políticas energéticas, y sería bueno que nos hiciera alguna reflexión
sobre inversiones en políticas energéticas. Creo que tiene previsto
presentar en esta Cámara un plan de energía renovable y le pediríamos
que hiciera alguna reflexión sobre ello. Además, nos gustaría que nos
dijese cuál es el criterio respecto a las peticiones de modificación
de fondos mineros que, como en el caso del Principado de Asturias,
solicitan una aportación adicional a la Dirección General de Minas de
casi 10.000 millones de pesetas.

El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor secretario de Estado
para responder a las intervenciones de los señores diputados.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ECONOMÍA, DE ENERGÍA Y DE LA PYME
(Folgado Blanco): Mis primeras palabras no pueden ser otras que las
de agradecimiento por haber solicitado mi comparecencia y de
satisfacción por estar aquí ante ustedes.

Como decía el señor presidente, durante cuatro años he comparecido
periódicamente en unas circunstancias como las de hoy, para hablar
sobre los presupuestos que se confeccionan para el ejercicio
siguiente, y también para informar sobre la ejecución de esos
presupuestos. Con mucho gusto trataré de responder a las preguntas y
los análisis que se han realizado.

Comenzaré por las cuestiones planteadas por el señor Fernández
Marugán que, sin duda, son importantes. En lugar de empezar por el
tema de los precios comenzaré por la consideración general, que
también ha planteado, sobre si tenemos realmente internalizado un
cambio de escenario, si realmente se está produciendo o no un cambio
notable e importante de las expectativas económicas y del proceso de
crecimiento económico en los próximos años porque este es un tema muy
importante; en definitiva, es el ámbito en el cual se insertan los
presupuestos precisamente para lograr que la economía continúe
creciendo con intensidad y con equilibrio. Por eso quería hacer una
breve reflexión, me parece que importante, sobre el tema de dónde
estamos desde el punto de vista del crecimiento y del empleo para
posteriormente ligarlo con el tema de la productividad, que también
ha planteado el señor Fernández Marugán.

La economía española, como saben SS.SS., ha estado creciendo durante
los últimos años de manera muy intensa, por encima del 4por ciento,
pero quiero dejar clara una idea que me parece que no está en la
mente de muchos ciudadanos y que probablemente también me suscita
algunas dudas en relación con las intervenciones de sus señorías. La
economía española ha estado creciendo a un ritmo que no tiene nada
que ver con el ritmo de crecimiento que han tenido los países que nos
rodean, es decir los países con los que mantenemos principalmente
nuestras relaciones comerciales y de servicios. No es verdad que
hayamos vivido un momento dulce porque nos hayamos situado sobre un
ámbito de dinamismo económico que nos ha llevado de la mano. En
absoluto es así, hasta el punto de que el ritmo de crecimiento de la
economía española, por encima del 4 por ciento, se compara con
crecimientos ligeramente superiores al 2 por ciento en Europa. De ahí
que en los últimos cinco años la convergencia real haya aumentado en
cinco puntos, y de ahí también que el crecimiento económico se haya
basado en un fuerte dinamismo de la demanda interna, tanto de consumo
como sobre todo de inversión, que es muy importante.




Página 1615




El sector exterior, de hecho, ha tenido una aportación negativa
realmente importante, más de punto y medio el año pasado,
precisamente porque el contexto internacional no era favorable. Es
ahora cuando se entiende, con los indicadores que tenemos, que los
países europeos han tenido en 1999 un proceso de crecimiento
superior, que será algo inferior para el año que viene. Esto es
realmente así. Es la primera idea que quiero transmitir porque no es
un crecimiento derivado de impulso exterior sino un crecimiento
derivado de una política económica generadora de confianza en el
interior, hay que decirlo así con los datos en la mano, tanto de
consumo como de inversión.

La segunda característica de este proceso de expansión económica que
ha habido es que este crecimiento económico ha sido intensivo en la
creación de empleo; se han creado más de dos millones de puestos de
trabajo en estos últimos años. Yo no sé si el señor Fernández Marugán
preferiría que se hubiera creado menos empleo y entonces la
productividad aparente, es decir la cifra estadística, hubiera
crecido mucho más, que es lo que ha pasado en muchos momentos de la
historia económica española reciente, de los años ochenta y parte de
los noventa, en los que la productividad aumentaba un 3 por ciento,
pero a base de expulsar empleo. Es decir, lo que se está produciendo
es un fuerte crecimiento económico que lleva aparejado un fuerte
aumento del empleo. Estaríamos de acuerdo con lo que ha afirmado el
señor Fernández Marugán sobre que son muy importantes los aumentos de
productividad para el progreso de los pueblos, sin duda alguna, pero
lo que es muy importante es que los aumentos de productividad sean
continuados a lo largo del tiempo. Si el crecimiento intenso de la
actividad incorpora además un crecimiento intenso del empleo pienso
que es importante, y es preferible que sea así a que nos dé unas
mejores estadísticas de productividad aparentes del factor trabajo
porque crezcan el 3 por ciento a base de expulsar empleo. No
obstante, la productividad aparente, esa productividad estadística,
está acelerándose; en el presente año, lo decía el señor Fernández
Marugán, está aumentando cerca de un punto y para el año próximo se
prevé que sea de algo más de un punto, frente a un aumento de medio
punto en ejercicios anteriores.

Aquí habría que añadir otra consideración en torno a la
productividad, y en torno, como mencionaba el señor Fernández
Marugán, a las inversiones en la mejora tecnológica y demás. Es
posible también que las propias estadísticas macroeconómicas deban
ser objeto de análisis. De hecho, Estados Unidos las ha revisado y
algunos países europeos están ahora haciendo estudios sobre cuál es
realmente el crecimiento económico si se revisan los deflactores -no
me estoy refiriendo solamente a España, estoy hablando a nivel
internacional-, debido a que es probable que el avance tecnológico no
se incorpore adecuadamente desde el punto de vista del crecimiento
real. Esto sí se ha hecho en Estados
Unidos, y algunos estudios que hay en estos momentos sobre la
mesa indicarían que el crecimiento real sería superior al que está
publicando en las cifras oficiales en toda Europa si el avance
tecnológico, incorporado al tejido productivo, se analizase
correctamente. Dicho de otra manera, en un crecimiento global de la
demanda en términos monetarios puede haber un problema de medición
entre el componente de precios y el componente de crecimiento real
del producto interior bruto. De hecho, algunos análisis, como decía,
darían un crecimiento de las inversiones en Europa muy superior si se
aplicaran exactamente los mismos criterios que en Estados Unidos. En
ese mismo momento, automáticamente, tendríamos un mayor crecimiento
del producto interior bruto para un determinado momento del empleo.

En fin, es un tema estadístico. En cualquier caso, lo más importante
que estamos viendo es que crecemos más deprisa durante varios años
consecutivos en un contexto en el que la economía pulsaba con
debilidad y además ha sido intensivo en la creación de empleo, de
manera que son preferibles aumentos de productividad aparente
relativamente más modestos pero más continuados.

Me parece que es importante resaltar una tercera característica del
crecimiento del producto interior bruto, y es que se está produciendo
un crecimiento más equilibrado, en el sentido de que rápidamente se
está reduciendo la aportación negativa del sector exterior a producto
interior bruto al mismo tiempo que se desacelera la demanda interna.

A este secretario de Estado no sólo no le preocupa el hecho de que se
desacelere la demanda interna sino que entiende que es lo positivo
para un crecimiento sostenible. Hace un par de años teníamos una
política monetaria en Europa que para las circunstancias económicas
españolas era muy laxa. Es cierto que el Banco Central Europeo tiene
que aplicar una política monetaria de acuerdo con lo que exige todo
el área que tiene esa unión monetaria, y como los demás países
estaban pulsando con mucha debilidad, probablemente esa política
monetaria fuera la aconsejable para determinados países. Pero el
hecho cierto es que para España, tal y como estaba creciendo la
demanda agregada interior, sin duda alguna era una política monetaria
laxa. Eso es así. Ahora bien, desde hace año y medio la política
monetaria europea se ha ido endureciendo y el tipo de intervención ha
subido desde el 2,5 al 4,75 por ciento. La subida de los tipos de
interés, junto con cierta desaceleración en el aumento del empleo,
que sigue siendo superior en un punto a la media comunitaria, es uno
de los factores que contribuye a la desaceleración de la demanda.

Sigue siendo muy importante, como está en el cuadro-macroeconómico,
pero ese ritmo de crecimiento prevé una desaceleración muy notable,
del 4,3 al 3,6, al 2,9, de la demanda de consumo nacional. Es una
desaceleración que permite que la economía española, aun manteniendo
un ritmo de crecimiento elevado, tenga un crecimiento



Página 1616




más equilibrado porque hay menos descompensación entre la demanda
interna, que se desacelera, y la aportación del sector exterior, que
es mucho menos negativa. De ser negativa en más de punto y medio en
años anteriores pasa a ser negativa en 0,6 puntos este año y para el
año que viene se prevé en 0,4 puntos.

Otro aspecto relevante del crecimiento económico es que se está
basando fundamentalmente en un fuerte crecimiento de las inversiones.

Las inversiones no sólo son un componente de la demanda agregada,
sino que además es el mejor antídoto para que haya un crecimiento no
inflacionista de la economía a medio y largo plazo. Las inversiones
han sido el protagonista del crecimiento económico en los últimos
años -la variable que más ha crecido- y las expectativas es que siga
creciendo con intensidad para el próximo año. ¿Por qué? Porque si
miramos toda la serie histórica de comportamiento de las inversiones
empresariales -naturalmente estamos hablando de millones de personas,
no de inversores- hay una relación muy estrecha entre el
comportamiento de las inversiones, como no podía ser de otra manera,
y la situación económica y financiera de las empresas. La propia
Central de Balances recientemente ha hecho públicos los datos
relativos al segundo trimestre y eso nos indica que la rentabilidad
de los activos está claramente por encima del coste medio de los
pasivos tomados a préstamo con coste. Es decir que existe un
apalancamiento financiero positivo histórico. Esto es absolutamente
esencial para entender que una variable básica para la economía es
que existan buenas expectativas empresariales sobre la base de que
exista apalancamiento financiero positivo. Eso es lo que entendemos
que es un elemento básico, es la base sobre la cual hacemos una
previsión de crecimiento de las inversiones en equipo para el año que
viene del 8 por ciento, un crecimiento, sin duda, muy importante
habida cuenta de que ya llevamos unos cuantos años de crecimiento muy
intenso de las inversiones. Y como entiendo que los empresarios en
competencia, en general, actúan racionalmente, hay que comprender que
esas inversiones no se hacen con equipos obsoletos, sino con la
incorporación de nuevas tecnologías. Sin duda alguna este es un
elemento vital para comprender cómo estamos hablando de un
crecimiento que se desacelera, pero sobre la base de la
desaceleración de la demanda interna; es una desaceleración que
significa un crecimiento por encima de la media comunitaria, un
crecimiento sostenible, porque es un crecimiento más equilibrado en
la composición entre demanda interna y desequilibrio del sector
exterior, con un aumento de la productividad superior al 1 por
ciento, que entendemos que es un aumento muy positivo. El aumento del
empleo será superior a la media comunitaria, como lo ha sido en años
anteriores, con arreglo a nuestras previsiones.

Estoy de acuerdo en que un elemento de preocupación son los precios,
sin duda alguna. Una economía no
puede crecer en el medio y largo plazo sobre la base de expectativas
fuertemente inflacionistas. No creo en absoluto que estemos en una
situación en la que las expectativas inflacionistas se han acelerado
de cara al futuro, si no los tipos de interés a largo plazo no
estarían en la situación que están. ¿En qué me baso para pensar que
estaríamos en una situación en la que las expectativas inflacionistas
no van a ser crecientes? Es verdad que en la actualidad tenemos un
aumento de los precios que sin duda alguna se han apartado del
objetivo inicial planteado, no por España. La inflación es un
fenómeno monetario y por lo tanto tiene que ser fijado por la
autoridad monetaria, en este caso el Banco Central Europeo, y para
toda el área de la unión monetaria. Sería un grave error que nos
apartásemos del objetivo que plantea el Banco Central Europeo. Por lo
tanto, en primer lugar, para reconducir la inflación, el protagonismo
lo tiene que tener, en primer término, la autoridad monetaria
europea, el Banco Central Europeo. Ese es el motivo por el que
durante el último año y medio, ha ido endureciendo paulatinamente la
política monetaria, y ese es uno de los factores que hará, sin duda
alguna, que se desacelere la demanda interna, contribuyendo
precisamente a un crecimiento más sostenible. Hay una perfecta
conjugación entre el endurecimiento de la política monetaria y la
desaceleración de la demanda interna, lo cual es un factor muy
relevante. Adicionalmente, nosotros tenemos que contribuir a un
crecimiento sostenible. El principal instrumento que tiene el
Gobierno en sus manos sin duda alguna es la política presupuestaria.

Al fin y al cabo a través de la política presupuestaria se asignan y
controlan muchos recursos en una economía.

Hemos planteado un objetivo de equilibrio presupuestario para el año
que viene. Eso significa que no va a contribuir el sector público a
absorber recursos del sistema financiero y por lo tanto a una mayor
subida de los tipos de interés, lo cual va a favorecer un crecimiento
sostenido, porque es el mejor marco de certidumbre para que sigan
floreciendo las inversiones empresariales. Ese equilibrio
presupuestario se produce, naturalmente, sin debilitar las
inversiones públicas. Quizás una de las características positivas de
la política presupuestaria que se ha venido aplicando, y que se sigue
aplicando en estos momentos y para el año que viene, es que las
inversiones públicas no se resienten hasta el punto de que el
montante de inversión pública como porcentaje de producto interior
bruto se coloca más de un punto por encima de la media europea. Es un
tema de opciones. Podíamos plantear ahora, por ejemplo, desde un
punto de vista puramente monetario, un superávit presupuestario para
contener más la demanda interna y hacer más rápidamente factible una
estabilidad de precios. Flaco servicio se le hace a un crecimiento
estable porque si se hiciera, por ejemplo, un superávit,
presupuestario sobre la base de que las inversiones públicas
creciesen como la media comunitaria,



Página 1617




mantuviesen su peso en el producto interior bruto como la media
comunitaria, tendríamos superávit pero desde luego en España
tendríamos una carencia de infraestructuras y esa carencia de
infraestructuras provoca, obviamente, cuellos de botella y, por lo
tanto, menor crecimiento y más estrangulamiento en el proceso de
formación de precios. De manera que guardar ese equilibrio entre
dinamismo de inversión pública y equilibrio presupuestario es
esencial para un crecimiento sostenible.




Además de la política monetaria, que ha sido cada vez más restrictiva
y la política presupuestaria, también de consolidación y de
equilibrio, hay un conjunto de medidas en las que puede y debe actuar
el Gobierno, y que ha actuado, que son las medidas relativas a lograr
una economía moderna, competitiva, flexible, abierta. Nosotros hemos
entendido que era absolutamente vital, para un crecimiento sostenible
no inflacionista, introducir más mercado y más competencia en
sectores tradicionalmente muy intervenidos, como el sector de las
telecomunicaciones, los sectores energéticos y otra serie de ámbitos,
de servicios profesionales, comercio, etcétera. Todo ello contribuye
a un crecimiento mayor y menos inflacionista, sobre todo porque,
simultáneamente a la privatización, liberalización, flexibilización,
se están reforzando los servicios de la competencia para evitar que,
vía formación de conglomerados económicos, vía fusiones, absorciones,
concentraciones, se produjese una situación no eficiente en la
economía. Es cierto que hoy las empresas tienden a buscar un mayor
dimensionamiento porque cambian los mercados de referencia, pero
también es cierto que es muy importante preservar la competitividad
por la vía de que el número de actores no se reduzca, vía
flexibilización, liberalización y reforzamiento de la competencia en
los mercados. Esos factores, política presupuestaria equilibrada y
flexibilización y liberalización económica, son los ejes sobre los
que el Gobierno tiene que actuar, pensando en que la inflación es un
fenómeno monetario y que, como está recogido, el garante de un marco
de estabilidad económica en Europa, en concreto en la Europa del
euro, es el Banco Central Europeo.

En cuanto a los salarios y su relación con los precios, creo que una
de las razones por las cuales el crecimiento económico se ha
traducido en una elevada intensidad de creación de empleo es
precisamente como consecuencia de que ha habido dos factores
importantes en el mercado de trabajo, una reforma importante,
consensuada con los interlocutores sociales en 1997, y una moderación
salarial en orden a tratar de preservar la competitividad. El aumento
del empleo es la mejor manera, entiendo yo, de crear solidaridad, de
crear dinamismo en la demanda y de mejorar las expectativas
empresariales. Esa moderación de salarios, junto con los incentivos a
la contratación de empleo estable, etcétera, todos los elementos que
definen el acuerdo con los interlocutores sociales, es precisamente
lo que ha motivado ese fuerte aumento del empleo. Tenemos que
relacionar la evolución de los salarios, por tanto el coste de un
factor, con el uso de ese factor y, sin duda alguna, ha habido una
excelente relación de salarios y empleo, lo cual ha permitido que la
tasa de paro en España se haya reducido de manera muy importante, más
de diez puntos, de cerca del 23 por ciento a tasas esperadas para el
año que viene por debajo del 13 por ciento. Parece que eso marca un
hito histórico y creo que es el balance de una gestión económica
aumentando el empleo mucho más que en otros países. Afortunadamente
ha habido muchos grupos sociales que se han incorporado al mercado de
trabajo, es decir, ha aumentado la población activa. Eso es bueno
porque había unos grandes colectivos que estaban desanimados ante la
posibilidad de encontrar un empleo y han querido salir al mercado de
trabajo en busca de una oportunidad. Pienso que es la forma más digna
de establecer una política social en el país, por encima de cualquier
otra, en la medida en que es una economía capaz de seguir creando
empleo, como se ha hecho en los últimos años y esperamos que continúe
en el próximo futuro si todas estas piezas evolucionan
favorablemente.

La política monetaria ha ido en la dirección correcta y tendrá unos
efectos de crecimiento más sostenible y menos desequilibrado, siempre
con desfase, en los próximos meses; esta política presupuestaria es
un hito histórico, con ajustes mucho más importantes que otros
países; una política de flexibilización y liberalización del sistema
económico y una política basada en el diálogo social, como está en
curso, para tener un mercado de trabajo que realmente se vaya
adaptando a las exigencias que imponen las tecnologías, los mercados,
etcétera, para poder seguir creando empleo, son los mimbres sobre los
que se cimentan unas expectativas empresariales favorables, que hacen
que podamos pensar que las inversiones seguirán creciendo con fuerza,
como en estos años.

Naturalmente las pymes son el componente fundamental del tejido
productivo; de hecho cabe hablar de que han sido las protagonistas de
la creación de empleo en estos últimos años. Hay un dato muy
relevante: que las empresas pequeñas y medianas, que han sido
protagonistas del aumento de las inversiones de las que estamos
hablando, también se han preparado, desde un punto de vista
estratégico, para abrirse a mercados más amplios. El hecho de que
haya 2.000 empresas pequeñas y medianas en estos momentos que estén
planteando su esquema de producción y venta al exterior, es decir que
se están internacionalizando, indica claramente que son un elemento
básico de modernidad en nuestro país. Pienso que la mejor ayuda que
se puede dar a la pequeña y mediana empresa es aplicar esta política
económica que ha permitido bajar sustancialmente los tipos de interés
y que, aunque hayan tenidoeste repunte al alza en este último año y
medio, sin



Página 1618




duda alguna para nada van a volver, dentro del euro, a los tipos de
interés que teníamos con anterioridad, por una razón muy sencilla,
porque está claro que el Banco Central Europeo, coadyuvado por las
políticas internas, genera un marco de estabilidad en el medio y
largo plazo, con independencia de que, en determinados momentos, como
consecuencia de ciertos problemas, por ejemplo energéticos, produzca
alteraciones en los precios a corto plazo. Para las pymes era muy
importante que se creara este marco, por una razón muy sencilla,
porque las pequeñas y medianas empresas tienen menos capacidad
negociadora de créditos ante las instituciones financieras. Este
marco de estabilidad es también muy importante desde el punto de
vista del aumento de los costes laborales; desde el punto de vista
fiscal, se ha apoyado a la pequeña y mediana empresa de manera
importante en el impuesto de sociedades, en los módulos. Éstos han
sido los factores fundamentales de la confianza que ha habido en la
pequeña y mediana empresa.

Además de esto, vía política presupuestaria, se mantiene un dinamismo
en las transferencias, porque tenemos que pensar también que las
competencias básicas en materia de pequeña y mediana empresa están en
las comunidades autónomas y lo que importa aquí es una buena relación
entre la acción de la Administración central y las comunidades
autónomas para la entrega de recursos, para que se invierta en
modernización de las empresas.

Por otra parte, estamos llevando a cabo acciones muy importantes -y
en este sentido hay que hablar de la conjunción entre Ministerio de
Ciencia y Tecnología y Ministerio de Economía- para la aplicación de
recursos para innovación y desarrollo tecnológico en las empresas,
además de las acciones que estamos llevando a cabo en la geografía
española para extender la ventanilla única, porque muchas veces las
pequeñas y medianas empresas más que problemas presupuestarios tienen
problemas administrativos, que causan desánimo en las empresas. En
este sentido entendemos que la extensión de la ventanilla única puede
ser un elemento que favorezca las iniciativas empresariales. Se
trata, en definitiva, de favorecer la vida de las empresas y no
entorpecerlas, si bien hacen falta unos elementos de seguridad
jurídica indispensables. Estamos tratando de llevar a cabo esfuerzos
importantes para que en todo el conjunto de acciones, desde los
puntos de vista financiero, fiscal, administrativo, desde el punto de
vista de la relación entre la Administración central y las
comunidades autónomas, haya una política de pymes realmente favorable
a la expansión económica y al crecimiento. Creo que en estos momentos
la situación económico- financiera de las pequeñas y medianas
empresas es favorable y tendrán todo el apoyo del Gobierno, como lo
hemos estado haciendo hasta ahora.

Ya respondí parcialmente a una cuestión que planteó el señor Núñez en
relación con la convergencia real con
Europa en el sentido de que estamos avanzando de manera importante en
esa convergencia, a punto por año durante los últimos cinco años.

Nuestro propósito es seguir aplicando una política económica que
permita avanzar en esa convergencia real, porque al final lo que
desea un pueblo es crecer con intensidad en nivel de desarrollo. Para
ello mencionaba, y con acierto, que la investigación, el desarrollo y
la innovación son elementos básicos. Precisamente por eso, el
Gobierno le está dedicando mucha atención.

No quería hablar de cifras, entre otras razones porque va a venir la
secretaria de Estado de Presupuestos y Gastos y entiendo que lo
explicará con detalle, pero ha sido política prioritaria del Gobierno
en los últimos años aumentar el montante global de recursos que el
sector público dedica a investigación y desarrollo. Es más, hoy día,
el montante global que las administraciones públicas españolas -no es
un tema sólo de desarrollo- dedican a investigación, desarrollo e
innovación, en porcentaje del producto interior bruto, no es inferior
a la media de otros países desarrollados. El problema, y de ahí que
hayamos adoptado incentivos especiales a la investigación y
desarrollo en las empresas, está en que las administraciones públicas
representan el 60 por ciento de los esfuerzos en I+D y las empresas
el 40 por ciento cuando tendría que ser al revés, con arreglo a la
media de otros países. Si con los estímulos que se han introducido
las inversiones en investigación y desarrollo en las empresas se
acelera en los próximos años -esperamos que sí pues para eso se está
haciendo este esfuerzo presupuestario de las administraciones
públicas por la vía, sobre todo, fiscal y creando un marco de
estabilidad y certidumbre-, estaríamos en unas condiciones en pocos
años de que éste sea un pilar importante de desarrollo, básico para
poder alcanzar la convergencia real de la que hablábamos antes, para
que pueda seguirse creando empleo y alcanzar el pleno empleo lo más
rápidamente posible.

En cuanto a los incentivos regionales, hay unos 45.000 millones de
pesetas que estamos asignando para bonificar a las empresas que
deciden invertir en aquellas regiones y comarcas que forman parte del
mapa de incentivos regionales aprobado por Bruselas. La pregunta es
muy relevante, no tanto porque el Estado haga muchas cosas -el Estado
no las va a hacer desde el punto de vista empresarial porque tienen
que ser las empresas- sino porque ayudar a los que arriesgan y en las
zonas menos desarrolladas es un elemento básico de la política
económica del Gobierno. Están esos 45.000 millones de pesetas que
tiene el Ministerio de Economía y otros 10.000 que también tiene
ahora elMinisterio de Economía en cuanto que asumió competencias que
estaban en el antiguo Ministerio de Industria y Energía, para
bonificar inversiones creadoras de empleo, empresariales, en las
cuencas mineras. Son recursos muy importantes, sabiendo que las
decisiones de inversión no se producen sustancialmente porque



Página 1619




les dan una subvención, si bien estas subvenciones colaboran al
asentamiento de inversiones en regiones menos desarrolladas. Le puedo
decir que entre los baremos, los criterios que tiene el Consejo
Rector de Incentivos Regionales para asignar esos incentivos o esas
bonificaciones a la inversión, está el nivel de desarrollo de la
zona, de la comarca o de la región y el nivel de desempleo que hay.

Por tanto, está en función del volumen de inversión y del empleo que
incorpora esa inversión. Pensamos que un crecimiento global, es
decir, convergencia real global, sin más, es la mitad de la ecuación.

Tenemos que lograr un crecimiento armonioso en el conjunto de la
economía española. Ese es el motivo por el cual, con buen criterio,
mencionó los marcos de apoyo comunitario y todos los recursos que van
a venir de la Europa comunitaria durante este período 2000-2006 ó
2008, si hablamos en términos de ejecución de obras.

La cumbre de Berlín fue, y así es reconocido, un gran éxito en cuanto
que representa un volumen de recursos muy importante de la Europa
comunitaria, precisamente para eso, para lograr convergencia real. En
el futuro, si se asignan eficientemente, no vamos a tener tal volumen
de recursos porque vamos a lograr esa convergencia real a la que
aspiramos y saldremos de las regiones Objetivo 1 por el hecho de que
se crece más que la media comunitaria y el nivel de desarrollo las
regiones españolas supera ese 75 por ciento de la media comunitaria.

Este es un tema vital: asignar todos los recursos y asignarlos
eficientemente. De hecho la política presupuestaria que hemos venido
aplicando durante los últimos cuatro años, y que se seguirá aplicando
en el futuro, es la de que los recursos públicos de inversión se
asignen de manera que podamos absorber plenamente los fondos
comunitarios, porque estamos obligados a aplicar el principio de
adicionalidad. Los recursos no vienen de manera aislada de Europa,
vienen si desde aquí, y en los proyectos subvencionables, se asignan
los recursos también en los presupuestos. Este es uno de los retos
que tenemos en la economía española y con estos presupuestos
equilibrados, tal como se han planteado, se absorben los recursos
comunitarios de manera que podamos lograr esa convergencia real y
podamos tener una de las infraestructuras más modernas del mundo. Es
verdad que en los primeros años de un período tan amplio no hay una
absorción proporcional. Pasó también -y lo explicamos en su día- en
los años 1993-1994 en los que la maquinaria tardó en arrancar y
luego, en la segunda parte de ese período, es cuando se asigna con
mayor intensidad porque lleva bastante tiempo la elaboración de los
proyectos, la obtención de los certificados medioambientales
y ponerlo todo en orden. Sin duda, ese es uno de los grandes retos y
quiero decirle que estoy de acuerdo en que no basta un crecimiento
intenso a nivel nacional, sino un crecimiento equilibrado entre las
regiones españolas.

Quiero terminar hablando de un planteamiento que hacía el señor
Martínez-Pujalte en relación con lo que es la política de inversiones
en energías renovables y la política que estamos manteniendo en
materia de fondos mineros, que son dos temas muy importantes. En la
actualidad, las energías renovables incluyendo la hidráulica -estamos
haciendo un criterio homogéneo internacional- representan el 6 por
ciento del total de la energía primaria que se usa en nuestro país.

En diciembre del año 1999, el Consejo de Ministros aprobó un Plan de
fomento de energías renovables de manera que al finalizar esta
primera década del siglo y del milenio las energías renovables
representen el 12 por ciento. A esa finalidad estamos embarcados y
comprometidos y, no tardando, se debería plantear -es mi propósito
hacerlo ante el Parlamento- el Plan de fomento de energías renovables
para todo este período, de manera que obtengamos más eficiencia
energética, más autonomía energética y también más acorde con las
condiciones medioambientales que deseamos, tanto en energía
hidráulica, como eólica, energía solar, tanto en la solar-térmica
como en la solar-fotovoltáica, también la de biomasa. Aesto estamos
comprometidos y es nuestro propósito dedicarle plena atención a algo
que necesitamos vitalmente. Si entre 1973 y la actualidad la
dependencia del petróleo ha bajado en veinte puntos, del 73 al 53, en
relación con el total de la energía primaria, sería muy importante
que estas energías que tienen muchas virtualidades vayan adquiriendo
un peso creciente.

En cuanto a los fondos mineros, saben que dentro del proceso de
restricción presupuestaria que ha habido en los últimos años en los
gastos públicos, se acordó establecer un sistema especial de
financiación de la minería en dos planos: subvención al
funcionamiento que tiene excepción en este momento dentro de Europa,
juntamente con Alemania, sin que sean consideradas ayudas de Estado,
con unas condiciones de ir reduciendo la producción y el empleo para
ser más competitivos. Por otro lado, el próximo año cerca de 100.000
millones irán aproximadamente a esa finalidad y, por otro, está lo
que es el bloque de recursos que se asignan para la reconversión,
reestructuración, modernización y desarrollo de las comarcas mineras,
que a su vez tiene tres elementos: los 50.000 millones de pesetas
para infraestructuras y otros equipamientos, suelo industrial y
demás; 10.000 millones, a los que hice referencia anteriormente, de
bonificaciones a las empresas que se establezcan en esas comarcas
mineras; y 5.000 millones para becas y formación de los hijos de los
mineros, en definitiva de la población juvenil que está en esas
comarcas. Es muy importante que se asignen todos esos recursos y que
no se pidan desviaciones en la asignación de los mismos, como ha
sucedido en recientes planteamientos al respecto. Hay una comisión de
seguimiento del Plan de la minería, donde están los sindicatos y los
empresarios representativos, y está



Página 1620




claro que no se puede asumir por el Estado desviación en los
proyectos de inversión que se han planteado, porque automáticamente
habría que plantear a las comunidades autónomas que tengan esas
desviaciones y quieran que se financien con los fondos mineros, la
siguiente pregunta: ¿a qué otros proyectos del Estado les quitamos
esos recursos? ¿Se los quitamos a otras comunidades autónomas que no
han tenido esas desviaciones? Porque, por otro lado, esos fondos
están tasados y se han aceptado, se han pactado con los sindicatos
y empresarios, y se están controlando en la comisión de seguimiento de
la minería. De manera que está claro que son muchos recursos y que no
vamos a asumir desviaciones por parte del Estado porque queremos
cumplir íntegramente el Plan de la minería. Entendemos que el
Gobierno español tiene en este momento un reto muy importante: ir
ajustando ese sector e ir produciendo alternativas de desarrollo en
las cuencas mineras. Tenemos también que plantear en Bruselas, tanto
Alemania como España, que, a partir de la desaparición de la CECA,
tratado de la Comunidad del carbón y del acero, en el 2002, siga
existiendo y podamos seguir aplicando el plan de ocho años, de 1998
al 2005. Lo que pasa es que habrá que hacer planteamientos para ver
cómo quedan instrumentados. Nosotros estamos decididos a seguir
aplicando este plan pactado de la minería, de importantes recursos,
que entendemos que es eficiente, porque en estos momentos, de manera
global, aunque con descompensaciones entre unas cuencas y otras, se
están creando tantos empleos, vía empresarial, como empleos se van
destruyendo en la minería.




El señor PRESIDENTE: ¿Alguno de los grupos intervinientes quiere
hacer algún comentario? (Pausa.)
Por el Grupo Socialista, tiene la palabra el señor Fernández Marugán.




El señor FERNÁNDEZ MARUGÁN: El día 1 de octubre, domingo, en un
periódico de amplia difusión nacional, un analista económico bien
conocido, don Ángel Laborda, bajo el título Inconsistencias
presupuestarias, hacía esta consideración y se hacía esta pregunta:
Si el Gobierno nos dice que el efecto de la crisis va a ser
prácticamente despreciable, ¿para qué vamos a ajustarnos? Está en las
hemerotecas, y si el señor secretario de Estado quiere una fotocopia,
yo se la proporciono. Créame, señor Folgado, he tenido la sensación
de que usted le contestaba a Ángel Laborda y me contestaba a mí; he
tenido esa sensación a lo largo de su intervención. Porque yo le he
preguntado, si se había producido algo en las últimas semanas, en el
último verano que le llevara al Gobierno a cambiar el diagnóstico
sobre la marcha en el presente y en el futuro de la economía
española, y usted me ha respondido con los datos de la Central de
Balances del Banco de España. Lamentablemente, he llegado a la
conclusión de que
para usted -yo no voy a comprometer a todo el Gobierno- esta
situación que vive la economía española es una situación de escasa
importancia, despreciable, que no merece la pena en alguna medida ser
considerada. Ésta es una situación que a mí me produce una especial
preocupación, porque, de ser cierto, llegaría a la conclusión de que
usted, al menos, y su Gobierno carecen de un diagnóstico adecuado de
la situación económica de la Unión Europea y del papel que en esa
área económica le corresponde a España, y que vale la pena dejarse
llevar. Yo le decía que esto era difícil y complicado, pero que
ustedes no estaban subiendo el Mortirolo. Le dije exactamente el
Mortirolo. Ahora yo no sé si bajamos las siete revueltas o estamos
llaneando, pero, créame, he sacado la conclusión de que el panorama
sigue siendo relativamente idílico.

Yo sí creo en los ciclos económicos y, como yo, lo creen muchos
economistas. Hay economistas en el mundo que han dicho que los
ciclos, como consecuencia del proceso tecnológico , habían entrado en
una decadencia y que conceptualmente no merecía la pena preocuparse
de ellos. Hay teóricos hasta de la nueva era. Yo creo que esta es una
economía madura, en la que se han producido algunas alteraciones
cualitativas a lo largo de los últimos meses; que ese panorama de
alto crecimiento y baja inflación, característico del año 1999, aquí
y fuera de aquí, ahora es menos cierto; que nuestro diferencial de
crecimiento es más corto; que nuestro diferencial de inflación es más
alto y que ese elemento se proyecta sobre el año 2001. Yo le sigo
preguntando: ¿lo que ha pasado con el barril -no me atrevo a llamarle
shock de oferta- incide en la marcha de la economía española en los
próximos años? Si eso puede afectar a los márgenes y puede afectar a
los salarios, ¿el Gobierno se va a seguir recluyendo en la letanía de
la moderación, de la flexibilidad y del pretendido y mero rigor
presupuestario? Le he preguntado sobre medidas concretas y usted me
ha respondido otras cosas.

Luego ha hecho el ejercicio que hace Rato habitualmente, que es un
ejercicio machadiano en el sentido de que desprecia lo que ignora. Ha
respondido en esos términos que suelen ser habituales por parte del
señor Rato, cuando ha querido responder a lo de la productividad. El
ejercicio es relativamente serio, porque estamos hablando de la
calidad de la oferta, tanto pública como privada. Existe una zona del
mundo donde los incrementos de productividad han sido espectaculares.

Esa es la zona del mundo a la que usted se refería cuando decía que,
a lo mejor, hay que revisar las estadísticas en Estados Unidos.

Analice usted las estadísticas de productividad en Estados Unidos y,
si le parece poco o mucho, acérquese a las estadísticas de
productividad en la Europa continental. Entre los años 1997 y 2000,
en Francia la productividad laboral va a crecer por encima del 7 por
ciento y en Alemania por encima del 7,7. En España apenas va a llegar
al 2 por ciento. Es un interrogante de futuro sobre el modelo de
desarrollo económico que queremos



Página 1621




en esta sociedad, y usted me responde que lo que ha hecho está muy
bien y que lo pretende es seguir así en el próximo futuro. A mí me ha
tocado estar gobernando, y gobernar genera pereza. La ley de los
rendimientos decrecientes actúa, y a veces uno segrega más adrenalina
de la debida. Lo único que yo le recomiendo es que tenga la
curiosidad de leerse la página 143 del libro amarillo, donde
seguramente el señor Melis ha insertado un análisis de la evolución
de la economía española a partir de un escenario de costes
crecientes, donde las expectativas le deberían llevar a este Gobierno
a hacer algunas cosas. Y si a esas expectativas se le añade la crisis
del petróleo, a hacer algunas más. Pues me ha contestado usted, señor
Folgado, con algunos tópicos que me vienen bien, créame que me vienen
bien; a lo mejor cambio el chip y, a partir de esta intervención,
empiezo a preguntar sobre la marcha de los ingresos; eso sí, dentro
de unas expectativas tan bonancibles como las que usted acaba de
describir aquí y apoyándome en la Central de Balances del Banco de
España.




El señor PRESIDENTE: Señor Núñez.




El señor NÚÑEZ CASTAIN: Señor secretario de Estado, a mí me gustaría
tener la décima parte de la fe que usted tiene en los instrumentos
que estamos manejando y en los presupuestos para solucionarlo todo.

Creo que usted transmite una fe absoluta en cómo va la economía
española, en cómo ha ido y en cómo va a ir, que a lo mejor es
coherente con el lugar que ocupa, pero la realidad es muy cruda y no
coincide en muchos números con esa descripción.

Le preguntaba, y no me parece que se haya referido a ello en su
respuesta, sobre la situación real de falta de convergencia interna
en España, no sobre la situación de convergencia con Europa, respecto
a la cual coincido con usted; no me refería a España en relación con
Europa, sino a indicadores de convergencia interna. Según los últimos
datos de contabilidad regional, son mayores las distancias entre los
más y los menos en 1999 que en 1995. Aun a sabiendas de que la
economía crece globalmente, de que crece el empleo, si dejamos todo
este crecimiento al albur del mercado, manteniendo las constantes
vitales con el sistema actual, como si la inercia fuera solucionando
los problemas, me temo que estos desequilibrios van a incrementarse
todavía más.

No parece que haya una reacción del Gobierno, a través de los
presupuestos, para intervenir sobre algunos mecanismos que se están
produciendo en la economía española de concentración de determinados
efectos y de incremento de los desequilibrios en determinados
territorios. Los instrumentos que existen, y que usted me describe,
como los incentivos regionales o el marco comunitario de apoyo, los
instrumentos que emplea el Gobierno, ni han tenido una incidencia
importante en estos últimos años ni parece que su cuantía vaya a
incrementarse. Incluso si uno analiza, sobre el presupuesto
ejecutado de los últimos años, el crecimiento de la inversión
respecto al del gasto, verá que han crecido mucho más los gastos que
la inversión. Si vamos a conseguir el equilibrio presupuestario sin
disminuir gastos corrientes, sin mejorar la eficacia de la
Administración, solamente disminuyendo la inversión, será una especie
de trampa en el solitario por la cual cuadren los números, pero no
solucionaremos los problemas de crecimiento y, sobre todo, los de
desequilibrio económico.

Naturalmente, le agradezco muchísimo su respuesta, su análisis de la
realidad y, sobre todo, su fe en la misma, que yo lamento no
compartir porque la cruda realidad no resiste fe tan ciega en esos
instrumentos.




El señor PRESIDENTE: Señor Martínez-Pujalte.




El señor MARTÍNEZ-PUJALTE LÓPEZ: Intervendré muy brevemente para
agradecer al señor secretario de Estado su comparecencia.

Afortunadamente, estamos acabando la mañana y saldremos a la calle,
porque, después de la intervención del señor Fernández Marugán, tengo
la sensación de que España no está creciendo por encima del 4 por
ciento y de que estamos en un proceso de falta de impulso del
crecimiento; cuando estamos creciendo al 4 por ciento. Tengo la
impresión de que no se está generando empleo, cuando llevamos un
ejercicio con una creación de empleo importantísima y cuatro años
creciendo por encima de la media comunitaria.

Reitero que mi grupo entiende que estos presupuestos se hacen para
dar respuesta estructural y coyuntural a la situación española pero,
afortunadamente, la situación no es la que describe el señor
Fernández Marugán ni la que nos fueron describiendo en estas
comparecencias de años anteriores. Estamos en una situación de alta
tasa de crecimiento y de alta tasa de creación de empleo.




El señor PRESIDENTE: Señor secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ECONOMÍA, DE ENERGÍA Y DE LA PYME
(Folgado Blanco): A lo mejor no me he explicado bien, pero lo que no
podemos hacer, señor Fernández Marugán, es crear un muñeco para luego
sacudirle cuando no responde a la realidad.

A mediados del presente año, la economía española, con arreglo a las
cifras del INE, estaba creciendo a una velocidad de crucero del 4,2
por ciento. Estamos haciendo unas previsiones de crecimiento del
producto interior bruto para el 2001 del 3,6 por ciento; estamos
hablando de una desaceleración realmente notable. Lo que estaba
diciendo es que, aunque sigue siendo un crecimiento intenso, se
produce una desaceleración tanto en actividad -estábamos creciendo en
los últimos años a más del 4 por ciento- como en empleo. Y decimos en
la documentación presupuestaria que se desacelera el ritmo de aumento
del empleo, porque este añoen vez de crecer al 3 va a hacerlo al 2,5
por ciento; en



Página 1622




años anteriores era superior al 4 y ahora estamos hablando del 2,5
por ciento. Lo que he dicho es que eso es fruto de una serie de
circunstancias que nos hacen ir a una senda de crecimiento más
sostenible. La política monetaria restrictiva durante el último año y
medio, crecientemente restrictiva, del Banco Central Europeo, nos
coloca en una senda de crecimiento más sostenible. Sí que hay un
efecto; ahí están las distintas cuantificaciones que hacen los
diferentes modelos econométricos de cuál puede ser el efecto, tanto
sobre la actividad como sobre los precios del shock de oferta, que
supone este aumento de los precios del petróleo. Una vez elaborados
estos cuadros macroeconómicos conocemos perfectamente cuál es la
intensidad de la subida de los precios del petróleo, lo que no
sabemos es -si lo sabe, rogaría a S.S. que me lo dijese- cuáles van a
ser los precios del barril de crudo en las próximas semanas, meses o
en el próximo año. Pero sobre la base de lo que ha sucedido -pasar de
9,9 dólares al finalizar 1998 a unos 30 dólares en la actualidad-,
estamos hablando de que se ha triplicado el precio del barril de
petróleo. Eso está incorporado a las cifras presupuestarias y
naturalmente lleva consigo esa suave desaceleración.

Otra cosa distinta es que hablemos de intensidad del ciclo. El señor
Fernández Marugán dice que él sí cree en los ciclos. ¡Naturalmente
que cree en los ciclos económicos! ¡Faltaría más! Hemos vivido ciclos
que han destruido en tres años, a principios de los noventa, lo que
se había construido en la segunda mitad de los ochenta. Lo que hay
que hacer es analizar en profundidad, aprender de la historia y ver
cuáles son los errores en la instrumentación de la política económica
para no volverlos a repetir.

Decimos que hay una desaceleración, pero la economía española en
estos momentos está mejor ahormada en la instrumentación de la
política económica, tanto presupuestaria como de carácter
estructural, tiene margen para hacer frente a este shock de oferta.

Yo no sé cuál va a ser la evolución de los precios energéticos en el
futuro. Confío en que usted desee, como yo, que no suba más de los
altos niveles que tiene en la actualidad. Naturalmente cambiaría el
panorama si el precio del barril se pusiera en 40 o en 50 dólares,
pero no estamos hablando de eso sino de unos escenarios que están
puestos sobre la mesa como punto de referencia para elaborar los
presupuestos. Sobre esa base, que entiendo que es razonable, se ha
proyectado una notable desaceleración de la demanda interna, sobre
todo en consumo de los hogares, debido a esa elevación de los tipos
de interés, a que se desacelera el ritmo de crecimiento del empleo
-que sigue siendo, insisto, importante y mayor que en otros países,
pero se desacelera- y a que ya se han absorbido plenamente los
efectos de la reforma del IRPF. Son factores que es obvio que afectan
a las pautas de conducta de los ciudadanos que, siendo positivas, sin
duda están evolucionando a ritmos -ahí están los datos y no quiero
cansar a SS.SS.- que son más sostenibles.

De ninguna manera puede extraerse de mis palabras que no se asuma la
importancia que tiene un shock de oferta como el que representa el
aumento de los precios del petróleo, que se ha triplicado en el
último año y medio. Naturalmente, eso tiene unos efectos tanto sobre
la inflación -que lo hemos visto- como sobre el crecimiento, como
también hemos puesto de manifiesto.

Llevar a cabo una política de equilibrio presupuestario era el
elemento básico que teníamos que conseguir aquí; es compatible
-quiero responder con ello al señor Núñez- con una evolución positiva
de las inversiones. Las inversiones en infraestructuras crecen más
del 8 por ciento, con un aumento del gasto global del 4,5 por ciento.

Estamos hablando de un montante de inversión pública en España por
encima de la media comunitaria. Aún con esos presupuestos de rigor,
restrictivos en el sentido de búsqueda del equilibrio presupuestario,
las inversiones públicas siguen siendo protagonistas, las inversiones
públicas del conjunto de las administraciones públicas, bien las que
asigna directamente el Estado, capítulo 6, como las que asignan las
comunidades autónomas y corporaciones locales, que en una parte
importante son transferencias que lleva a cabo el Estado a esas otras
administraciones. Pero el hecho cierto -ahí están las cifras- es que
las inversiones de las administraciones públicas españolas están por
encima del 3,5 por ciento del producto interior bruto. Eso es más de
un punto de la media comunitaria, con equilibrio presupuestario, que
no es el planteamiento que están haciendo ahora la mayoría de los
países a nivel de euro, que plantean para el año que viene algún
déficit, quizás algo superior al medio punto.

Quizá nosotros necesitamos más infraestructuras que otros países,
dado el estado de desarrollo en que nos encontramos y, por lo tanto,
sea exigible que las inversiones públicas españolas sean más
importantes en relación con el propio producto interior bruto que en
otros países, pero se está aplicando teniendo en cuenta la cohesión o
la vertebración territorial del Estado. Lo que sucede es que el
desarrollo de los pueblos, de las comarcas, de las regiones no se
produce sólo como consecuencia de una inversión pública directa; se
produce como consecuencia de que actúen coherentemente los propios
gobiernos de las comunidades autónomas y generen confianza, de que se
genere suelo industrial por parte de los municipios, de que se
facilite la tarea para que haya iniciativas emprendedoras de los
empresarios. Eso es una cuestión de confianza que entre todos
tendríamos que favorecer y nosotros lo estamos haciendo con los
instrumentos que tenemos, bien con inversiones directas o bien con
incentivos a las empresas que quieren ir a las zonas menos
desarrolladas. Si vienen a Madrid, no tienen incentivos regionales;
si van a una determinada comarca de Andalucía, sí los tienen. Está
establecido así para la búsqueda de ese reequilibrio. Yo creo que
todos los esfuerzos que hagamos todas las administraciones públicas
para



Página 1623




lograr una mayor cohesión territorial y que las comunidades menos
desarrolladas de España crezcan más deprisa para que se logre una
cierta convergencia no sólo con la Europa comunitaria, sino las
distintas regiones dentro de España, debiera ser siempre un objetivo
prioritario de todos los gobiernos de las distintas administraciones,
del sector público español.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor secretario de Estado por
su comparecencia.

Antes de levantar la sesión, quiero comunicarles que ha llegado a la
Mesa un escrito del Grupo Parlamentario Popular, previamente
registrado en la Cámara, solicitando formalmente el cambio del orden
del día que hemos debatido a primera hora de la sesión de esta
mañana. Lo consideraremos en el momento en que reanudemos la sesión
de la Comisión a las cuatro de la tarde, dentro de una hora.

Gracias.




Eran las dos y cincuenta y cinco minutos de la tarde.




Se reanuda la sesión a las cuatro y cinco minutos de la tarde.




El señor PRESIDENTE: Buenas tardes, señorías.

Vamos a reanudar la reunión de la Comisión de Presupuestos y quiero,
en primer lugar, interpretando el sentir de todos los miembros de
esta Comisión, expresar nuestra repulsa por el atentado que ha tenido
lugar este mediodía en Granada. Quiero expresar, una vez más, en
nombre de todos los miembros de esta Comisión y sin duda de todos los
miembros del Congreso de los Diputados y de la inmensa mayoría de la
sociedad española, nuestra repulsa de la violencia, nuestra defensa
irrenunciable del derecho a la vida, de la libertad de las personas y
nuestro compromiso con las instituciones democráticas y con todas las
personas que, como don Luis Portero, el fiscal jefe del Tribunal
Superior de Justicia de Andalucía, que ha sido la víctima del
atentado de hoy, estamos comprometidos con esos valores y con la
defensa de esos derechos Antes de dar la palabra a la secretaria de
Estado de Presupuestos y Gastos, pasamos al debate sobre el escrito
que ha presentado el Grupo Parlamentario Popular antes de la
interrupción del mediodía solicitando la alteración del orden del día
de la Comisión de Presupuestos en el sentido de suprimir dos de las
comparecencias acordadas en la reunión de Mesa y portavoces del
miércoles de la semana anterior, las dos previstas para la tarde de
mañana, la del secretario general de la Presidencia del Gobierno y la
del director de la Oficina General de Información del Ministerio del
Portavoz del Gobierno.

Entiendo que el debate sobre el fondo del asunto se ha producido ya
esta mañana y, si ninguno de los portavoces de los grupos solicita
intervenir de nuevo, creo que lo que procede es someter a votación el
escrito que ha sido presentado con las firmas reglamentariamente
previstas en el artículo 68.2 del Reglamento.




Efectuada la votación dijo



El señor PRESIDENTE: Queda aprobada la propuesta del Grupo
Parlamentario Popular y, por tanto, se altera el orden del día en el
sentido de no proceder las dos comparecencias de los altos cargos
antes citados en la tarde de mañana. (El señor Fernández Marugán pide
la palabra.)
Señor Fernández Marugán.




El señor FERNÁNDEZ MARUGÁN: Simplemente para comunicar a la
Presidencia que mi grupo se reserva las posibilidades de recurrir el
resultado de esta votación a la Mesa del Congreso.




El señor PRESIDENTE: De acuerdo, así constará en acta. (El señor Sedó
i Marsal pide la palabra.)
Señor Sedó.




El señor SEDÓ I MARSAL: Señor presidente, en todo caso, debería
también votarse aquí la posibilidad de modificación del horario para
mañana por la tarde.




El señor PRESIDENTE: El horario, en la medida en que no se somete a
votación sino que responde a las necesidades del buen funcionamiento
de los trabajos de la Comisión, será ajustado en función de la
decisión que acabamos de tomar. (El señor Martínez-Pujalte López pide
la palabra.)
Señor Martínez-Pujalte.




El señor MARTÍNEZ-PUJALTE LÓPEZ: Señor presidente, de acuerdo con la
evolución de las comparecencias de esta tarde, si le parece, al
finalizar los trabajos se podía hacer un horario para mañana más
ajustado a la realidad y más flexible.




El señor PRESIDENTE: Más ajustado sí, más flexible, no estoy seguro
de garantizárselo.




- DE LASEÑORASECRETARIADE ESTADO DE PRESUPUESTOS Y GASTOS (RODRÍGUEZ
HERRER). A SOLICITUD DE LOS GRUPOS PARLAMENTARIOS POPULAR EN EL
CONGRESO (Número de expediente 212/000171) Y SOCIALISTA(Número de
expediente 212/000230)



El señor PRESIDENTE: Han solicitado la comparecencia de la secretaria
de Estado de Presupuestos y Gastos el Grupo Popular y el Grupo
Socialista e, igual



Página 1624




que hemos hecho en la reunión de esta mañana, tendrán la palabra los
portavoces de ambos grupos, en primer lugar, y a continuación el
resto de los portavoces de los grupos que quieran formular preguntas
o solicitar aclaraciones a la secretaria de Estado, a la que
agradecemos de nuevo su presencia en esta Comisión y la información
que nos pueda aportar para esclarecer o mejorar el funcionamiento del
debate presupuestario que se está iniciando en el día de hoy en esta
Cámara.

En primer lugar, tiene la palabra el portavoz del Grupo Parlamentario
Popular.




El señor MARTÍNEZ-PUJALTE LÓPEZ: Entendíamos que, según funcionaban
las comparecencias en años anteriores, mi grupo intervenía el último.




El señor PRESIDENTE: Lo voy haciendo en el orden en que están
recogidos los escritos.




El señor MARTÍNEZ-PUJALTE LÓPEZ: Mi grupo lo entendía así porque era
el funcionamiento habitual de esta Comisión, pero ya el otro día, en
la comparecencia del señor Fernández-Armesto, sucedió lo mismo.




El señor PRESIDENTE: En la medida en que no se trata de un debate,
sino de un turno de preguntas a la autoridad compareciente, hemos ido
dando la palabra en el orden en que había sido solicitada la
comparecencia.




El señor MARTÍNEZ-PUJALTE LÓPEZ: Mi grupo acata lo que decida la
Presidencia.




El señor PRESIDENTE: Tiene usted la palabra.




El señor MARTÍNEZ-PUJALTE LÓPEZ: Entonces, empiezo yo, señor
presidente.

En primer lugar, agradecemos a la secretaria de Estado su
comparecencia hoy aquí, y además habría que felicitarla, puesto que
en años anteriores ha participado en este debate desde otra posición
y hoy tiene la responsabilidad de ser la compareciente. Ante su
presencia en la Cámara, creo que hay una cuestión previa pero básica
y es por qué la estabilidad presupuestaria, por qué el equilibrio
entre ingresos y gastos. Creo que ésa es la pregunta clave que mi
grupo cree que hay que responder. En los últimos tiempos se ha
expresado en los medios de comunicación si el equilibrio entre
ingresos y gastos, el poner un cero en el déficit público, era una
simple manía contable o, por el contrario, era una garantía de un
mejor futuro, una garantía para dar estabilidad y continuidad a una
política económica que proporcionara crecimiento, creación de empleo
y bienestar. Desde algunos foros se ha criticado el equilibrio
presupuestario, sobre todo desde algún grupo de la oposición
política, pero mi grupo entiende que es una buena base de futuro.

Además, entiende que el equilibrio
presupuestario no estaba fuera de lo que fue el plan de
estabilidad en su momento; plan de estabilidad que fue corroborado
por el resto de los grupos. Es decir, estamos hablando de un objetivo
que ya estaba en el horizonte, que era un objetivo perseguido por la
política económica y que lo único que el Gobierno ha hecho hasta el
momento ha sido adelantar algún ejercicio la consecución de ese
equilibrio entre ingresos y gastos.

Mi grupo quiere preguntar a la secretaria de Estado cómo valora la
consecución de ese objetivo en este año, porque algunos grupos
políticos se han manifestado en el sentido de si el equilibrio
presupuestario, en las circunstancias y en la coyuntura actual, era
el mejor instrumento para la consecución de los objetivos, si el
equilibrio presupuestario era una buena respuesta a la actual
coyuntura económica. Mi grupo parlamentario entiende que, cuando se
dice que el Gobierno tiene que tomar el pulso y tiene que dar
respuesta a la actual coyuntura económica, una de las más acertadas
es la respuesta desde la política presupuestaria -que es la que tiene
a su cargo- que equilibre ingresos y gastos.

En relación con el resto de los países europeos, también se ha dicho
que por qué España se plantea el objetivo presupuestario para el año
2001 cuando otros países europeos no lo tienen todavía. Mi grupo
entiende que el equilibrio presupuestario para el año 2001 es una
buena respuesta y que, además, no significa que queramos ser los más
diligentes ni los primeros de la clase. Significa que queremos
corregir el déficit de convergencia real que tenemos con el resto de
los países y, por tanto, tenemos que intensificar las políticas que
nos ayuden a crecer no sólo de una manera intensa, sino a crecer más
que el resto de los países y no sólo a crear empleo de una manera
intensa, sino a crear más empleo para tener tasas de paro similares.

Otro pilar del debate presupuestario es habitualmente la
sostenibilidad. Este equilibrio entre ingresos y gastos que se ha
hecho en el presupuesto para el año 2001 ¿es mantenible en el futuro?
En estos debates siempre hablamos (y también esta mañana, en la
comparecencia del señor Folgado, que anteriormente tenía
responsabilidades en materia presupuestaria) de si el presupuesto
presentado para el ejercicio posterior le da sostenibilidad a las
cuentas públicas. Desde la oposición se nos decía que era un
presupuesto bueno, pero un presupuesto coyuntural, un presupuesto que
no era mantenible en el tiempo, que tenía elementos de contabilidad
creativa que hacían que el presupuesto no fuera ni conseguible en sus
cifras ni mantenible en los años posteriores. Sin embargo, llevamos
trabajando desde el año 1996, cuando se aprobó el presupuesto para
1997, con objetivos ambiciosos de reducción del déficit público que
este año se ha transformado en equilibrio. Es decir, con objetivos
que no sólo se han mejorado para ese ejercicio, sino que al año
siguiente el objetivo era todavía más ambicioso. Así, hemos pasado
del 7,1por ciento de déficit, con 5,1 billón -creo que era-



Página 1625




en términos absolutos, a un equilibrio de las cuentas públicas. Creo
que equilibrar las cuentas públicas es un buen comienzo para dar
sostenibilidad a ejercicios futuros, porque habrá que pagar menos
intereses si no incurrimos en déficit adicionales. Por tanto, mi
pregunta se refiere a la sostenibilidad de las cuentas públicas para
ejercicios posteriores.

Por otra parte, este presupuesto, como cualquier otro, tiene que
contar también con un elemento clave, que es la credibilidad. Es
tarea de la oposición -y lo hacen cada año- decir: Usted ha traído
unas cifras que no son creíbles. Están cumpliendo su función y yo lo
comprendo, es su tarea, todos los años tenemos lo mismo, y respecto
al del año 2001 también se ha dicho que es un presupuesto no creíble.

Ellos dan sus argumentos y son comprensibles, pero también es verdad
que las cifras presupuestarias se han cumplido y que un Gobierno es
más o menos creíble en su política presupuestaria cuando cumple los
objetivos de déficit público, cuando los ingresos no son menores que
los esperados y los gastos mayores que los esperados y, por tanto, el
déficit se dispara, que es lo que pasaba hasta el año 1995. Desde esa
fecha, los ingresos habitualmente siguen una senda mejor de la
esperada, lo cual quiere decir que se presupuesta con realismo, con
moderación y los gastos habitualmente dan un resultado que hace que
el déficit público se mejore respecto del objetivo previsto para el
año.

Quiero preguntarle, como también lo hemos hecho esta mañana al
secretario de Estado de Economía, por las prioridades del gasto que
figuran en los presupuestos para el año que viene. Mi grupo, de
entrada, ha valorado muy positivamente los incrementos para algunas
partidas, como sanidad, política social, infraestructuras,
investigación, desarrollo e innovación, justicia, seguridad
ciudadana, pero queremos conocer cuál es su opinión y cómo se ha
hecho este presupuesto, qué prioridades tenía la Secretaría de Estado
de Presupuestos a la hora de pasar a cifras lo que han sido las
políticas del Gobierno.

Por último, señora secretaria de Estado, también me gustaría hablar
de ejecución presupuestaria, y quiero hacerle esta pregunta porque,
viendo las cifras que figuran en los libros, el grado de ejecución
presupuestaria está yendo por buen camino en el año 2000, estamos
ejecutando las cifras que se presupuestaron, el grado de ejecución,
según figura en los datos suministrados al Parlamento, está
funcionando relativamente bien, pero también es verdad que se han
vertido críticas desde algún grupo político en torno a la ejecución
del presupuesto de 2000. Me gustaría que usted nos especificara o nos
añadiera una información adicional sobre la ejecución presupuestaria.

Nada más, a expensas de una segunda intervención, si ha lugar.

El señor PRESIDENTE: Señor Fernández Marugán, del Grupo Socialista,
tiene la palabra.




El señor FERNÁNDEZ MARUGÁN: Señor presidente, muchas gracias. Gracias
a la señora secretaria de Estado por su presencia aquí.

Mi grupo ha solicitado su comparecencia y vamos a hacer una
intervención en la que formularemos una batería relativamente
abundante de preguntas que tiene tres bloques, uno de ingresos, otro
de déficit y otro de gastos.

Para mi grupo y para muchos analistas económicos, nadie duda que el
protagonismo de los ingresos a lo largo de 1999 y 2000 ha sido muy
elevado, creo que ha sido uno de los rasgos característicos de estos
últimos años. La fase expansiva que se iniciaba el año 1997, que se
vio estimulada mediante el incremento de la renta disponible
ocasionado por la reforma de 1999, ha tenido un dinamismo que me
atrevería a decir bastante singular. Ala vista de eso, sí tenemos
interés en solventar algunas dudas que se nos plantean en términos
cuantitativos y en términos cualitativos.

Nosotros querríamos que nos informara usted verbalmente, si no puede
hacerlo verbalmente (no tenemos ningún inconveniente en que lo haga
por escrito, porque esto puede ser largo y aburrido, y desde luego
requiere de alguna precisión) sobre la evolución previsible de los
ingresos al finalizar el año 2000. Hemos leído con atención el libro
amarillo y hemos tratado de percatarnos bien de las novedades
conceptuales que en él se incorporan. A la literatura financiera le
vamos a añadir lo de derechos reconocidos, líquidos ajustados, para
el cálculo del déficit público, que es una expresión sin lugar a
dudas concienzuda y poderosa, y que nos ha costado asimilarla porque
quizá no tengamos el uso que puede que tengan muchos de ustedes a la
hora de emplear el mismo. O también podemos ir a ingresos líquidos.

En cualquier caso, lo que sí tengo que decirle es que hemos visto
algunas diferencias que seguro que tienen explicación, por eso no
hago cuestión del tema, entre la parte que se incorpora en el libro
amarillo y la parte que se incorpora en el avance de liquidación.

Como puede haber algunas diferencias cuantitativas, en alguna medida
aprovecho su presencia aquí para requerirle que nos complemente los
datos que obran en poder de la Cámara en este momento a efectos de
tener una evaluación más precisa, y que lo haga, si no tiene
inconveniente, desde las principales figuras impositivas y desde los
principales conceptos tributarios. Pero el que nosotros hayamos
contemplado alguna diferencia no quiere decir que no hayamos tenido
la posibilidad de evaluar las tendencias que se han podido producir
a lo largo de los últimos meses y que nos preocupe si esas tendencias
se pueden extrapolar.

Esta mañana pasó por aquí el gobernador, pasó por aquí su compañero
el señor Folgado, y nosotros, los distintos portavoces, les
interrogamos a uno y a otro



Página 1626




acerca de un hecho que se acaba de producir la semana pasada. La
Central de balances del Banco de España dice que hay un panorama muy
positivo para las empresas españolas en lo que respecta a la
evolución de la actividad, del empleo y de la rentabilidad, y la
primera pregunta que se me ocurre es si estamos en una situación de
un alto nivel de actividad, pero que las tendencias de ese alto nivel
de actividad no están del todo definidas o cabe la posibilidad de que
se definan a lo largo de los próximos meses. Yo soy de los que cree
que se ha producido un punto de giro, pero podía estar equivocado, a
lo mejor no se ha producido un punto de giro y lo único que
contemplamos es una simple desaceleración, a lo mejor resulta que
estamos en un falso llano y de nuevo la actividad recupera un cierto
protagonismo a lo largo de los próximos meses. En cualquier caso, lo
que sí querría decirle es si usted cree que, a la vista de la
publicación de la Central de Balances del Banco de España, tiene
sentido, en términos reales, en términos científicos, inclusive en
términos políticos, revisar alguno de los comentarios que en el libro
amarillo se realizan en este despiece, como le llaman los
periodistas, que tiene por título La coyuntura declarada. Esa sería
la primera pregunta que yo le formularía.

La segunda pregunta es si el escenario del segundo semestre es un
escenario determinado por la atenuación del ritmo de crecimiento de
la actividad interior, y si los indicios de agotamiento que pudieran
haberse producido en la expansión de la demanda se consolidan o, por
el contrario, la buena marcha de los negocios, como dice la Central
de Balances, hace presagiar una rectificación al alza de las
estimaciones que tanto en el libro como en el avance se han podido
formular.

Por tanto, partiendo de ese hecho para el año 2000 la siguiente
pregunta es cómo cree que se van a comportar las rentas sometidas a
tributación en el año 2001. Es la primera idea que debemos tener. A
fin de cuentas, el ingreso del año 2001 no es otra cosa que el
resultado del excedente y de las rentas que se produzcan en el año
2000. ¿En qué medida se mantiene el diagnóstico de la página 143 de
que estamos en un escenario de costes crecientes que modera las
ventas de las grandes empresas, las rentas de la familia y los
beneficios de las empresas personales y de las sociedades, o si, por
el contrario, hay un falso llano o vado que le va a permitir a la
economía española situarse en un escenario menos problemático y quizá
más agradable? Ese conjunto de preguntas relacionado con la evolución
de los ingresos del año 2000 y 2001 sí me parece interesante.

En este texto de la coyuntura declarada hay una expresión que ha
llamado mi atención. Está en la página 142 (que si usted tiene la
amabilidad lo puede ver, es el segundo párrafo) y hace referencia a
la existencia de unas estadísticas del IVA, el modelo 390, y de unas
retenciones sobre rentas del trabajo, modelo 190. El anónimo redactor
de este texto dice: Las estadísticas anuales indican que el impacto
de la reforma del
IRPF/vía retenciones sobre la renta disponible de las familias y
sobre la coyuntura de 1999 ha sido superior al estimado hace un año.

Sí me gustaría disponer de una información precisa que nos permitiera
a nosotros evaluar el impacto de la reforma de 1999, aunque sólo sea
porque nunca supimos el coste de la reforma de 1999, nunca hemos
conocido el impacto, da la sensación de que este redactor conoce esas
cifras y yo tendría la curiosidad política de conocerlas.

Entrando ya en el análisis de la parte referida a déficit, me va a
permitir que me acoja a otro texto, esta vez de la nota del Banco de
España sobre la evolución reciente de la economía española, de
septiembre del año 2000, que es el último publicado por parte de los
organismos públicos y de los organismos privados, que a veces es la
razón por la cual yo lo empleo. Está en la página 4. El texto dice
que, si se igue la metodología de la contabilidad nacional, la
ejecución del Estado hasta agosto se ha saldado con un déficit de 0,2
por ciento del PIB. Lo argumenta porque los ingresos han crecido en
ese período un 7,8 por ciento y destaca la singularidad del IVA, que
ha crecido el 12,4, y los gastos han crecido hasta julio el 5,5 por
ciento. La pregunta que le planteo es si cree que es posible mantener
hasta final del ejercicio de 2000 esta proyección que ha hecho el
Banco de España del 0,2 por ciento. La hipótesis de trabajo que ha
tenido el Gobierno es la del 0,4. El Banco dice que en agosto ha
podido ser el 0,2. Cabría la posibilidad de que una buena marcha de
la economía posibilitara el funcionamiento de los estabilizadores, y
podríamos tener más ingresos y menos gastos y situarnos en un
panorama al final del ejercicio del 0,2. Querría saber cuál es la
hipótesis de trabajo que tiene usted.

Entrando más en la discusión del déficit, le preguntaría cómo lo
distribuye usted. Ayer venía un perfil en el documento salmón de un
diario madrileño de la mañana donde diferencia la parte del déficit
que tiene carácter cíclico de la parte del déficit que tiene carácter
estructural. Quienes se dedican profesionalmente a estas actividades
vienen diciendo que el déficit estructural del Estado es 1,5 ó 1,6,
que a lo largo de los últimos años tan sólo se ha reducido una
décima, que en este momento se vive una buena situación y que gracias
a esa buena situación hay más ingresos y menos gastos y que el
componente cíclico compensa el componente estructural. Ahí habría un
problema de sostenibilidad del déficit, sobre el cual quisiera que me
diera su opinión.

Desde el punto de vista conceptual, el tamaño del déficit, su
evolución, su dinámica, tiene que ver algo con el viejo principio de
la universalidad presupuestaria, porque si no se podrían producir
algunas diferencias. Tiene que haber una actitud sana, que es verdad
que es correcta, y es que los organismos públicos recaudan al cabo de
un ejercicio lo que tengan que recaudar y se gastan lo que se tengan
que gastar. ¿Eso cómo se consigue? ¿Cómo se llega a ese equilibrio
contable?



Página 1627




Porque podíamos encontrarnos con que, en términos paretianos?,
tuviéramos diferentes óptimos, y que esos diferentes óptimos
estuvieran determinados por diferentes conceptos que tengamos del
ámbito de lo público. Que tengamos también no sólo diferentes
conceptos del ámbito de lo público, sino también diferentes conceptos
sobre el comportamiento de lo público. Cuando uno evalúa el
equilibrio presupuestario y dice que ha llegado a un déficit cero
¿quiere decir que están todos los que tienen que estar? ¿Todos los
gastos que tienen que estar? ¿Todos los ingresos que tienen que
estar? ¿Eso es un concepto estático, es un concepto aerodinámico,o
uno puede ir teniendo sucesivas medidas de déficit público en la
medida que vaya poniendo determinados conceptos, o vaya sacando
determinados conceptos?
En ese sentido, quisiera hacerle una serie de preguntas sobre
cuestiones que, algunas de ellas, no todas (quizá mi formación no sea
la correcta), sí tienen algún interés. Me gustaría saber cómo se
financian las inversiones militares establecidas en el programa de
modernización de las Fuerzas Armadas. Si se sigue empleando el
capítulo 8 de activos financieros para presupuestar el gasto público.

Si a través de este capítulo 8, destinado a financiar el gasto
público, lo que se hacen son préstamos que casi nunca va a volver a
cobrar el Estado. Creo que esa es una manera de realizar el
presupuesto que, desde mi punto de vista, no es muy atinada, pero
puede que se hiciera, pudiera ser que se siguiera contemplando a la
vista de determinar el déficit cero. Si eso fuera cierto,
perjudicaría la opinión que tengo sobre la idea del equilibrio
presupuestario, o perjudicaría la opinión que tengo sobre la decisión
política de presentar un presupuesto que se dice que viene en
equilibrio presupuestario. Pero lo mismo me ocurre con las
subvenciones a Renfe o a Radiotelevisión Española. ¿Están ajustadas a
las pérdidas que experimentan esas compañías o no? Porque aquí se
produce un fenómeno muy peculiar, y es que funciona la teoría de los
gases. Es verdad que no hay vacío, que se llena. Es verdad que uno
puede decidir que no aparezcan las pérdidas de Radiotelevisión
Española o las pérdidas de Renfe, no las presupuesta, pero se genera
un hueco dentro del techo presupuestario y lo cubre otro. ¿Están los
que tienen que estar? ¿Están otros? ¿Cuántos son esos otros y con qué
coste? ¿En infraestructuras se financia una parte importante de las
mismas con cargo al mercado de capitales? ¿Se financian al margen del
presupuesto mediante la creación de entes gestores? Me parece que el
GIF tendría que dar alguna explicación en ese terreno.

Aquí ha habido una especie de Guadiana. En Extremadura tenemos un par
de obras públicas vivas, una por el método ordinario y otra por el
método alemán. ¿Se sigue empleando el método alemán? Tuvo mucha fama
el método alemán y decían que era bueno. Desapareció hace algunos
años en la programación de las
inversiones públicas. Me gustaría saber si este año figura y se
contempla todavía.

En el ámbito de la gestión presupuestaria, los créditos que se dotan
en las Cortes tienen el valor que tienen. Tienen mucho valor
político, pero los gestores del presupuesto, los que yo he conocido
como funcionario y los que he conocido como político, a la dotación
inicial le sumaban los modificados, tomaban en cuenta la existencia
de suplementos, la existencia de incorporaciones de ingresos, la
existencia de posibles créditos extraordinarios o no. El documento
presupuestario es un documento relativamente vivo. Si aparecen
algunas de estas modificaciones presupuestarias ¿se compensan?



Por último, algunas cosas ya más concretas y más específicas. Le voy
a preguntar sobre el valor del inicial, en el cual no creo, lo digo
sinceramente. Ustedes parece que creen más que yo. Los presupuestos
pueden ser objeto de análisis y de comparación en términos un poco
distintos. ¿Por qué le digo eso? Porque he tenido una sorpresa cuando
escuché la presentación de estos presupuestos en esta Cámara. Una
sorpresa que, créame, todavía uno se sorprende con cierto nivel de
ingenuidad. Fue cuando le oí al señor Montoro decir que la inversión
pública crecía casi el 20 por ciento. Me dije: Estupendo. La
inversión pública crece el 20 por ciento. Por fin nos van a hacer la
carretera 630. Mire por dónde, voy a poder decir que ya no va a
ocurrir ir a tramo por legislatura. Si hasta ahora los 55 kilómetros
que hay entre Mérida y Zafra iban a tardar siete años, si cambian el
método de hacer el presupuesto, no vamos a tener que esperar 35 años
para una vía de alta capacidad que nos une con Andalucía y con
Castilla-León por Béjar y por el sur de la provincia de Badajoz en la
frontera, que llamamos allí, con Huelva. Pero casi siempre la euforia
dura poco porque luego me fui a la ejecución del presupuesto y
comparé este libro del año 2001, en el cual yo tenía bastante fe, con
este libro del año 2000. Es más, yo tenía más fe en el libro del año
2000 que en el libro de 2001. Y, sinceramente, cuando se habla de
ejecución presupuestaria, usted dará datos que nosotros hemos tenido
oportunidad de evaluar aquí por una publicación institucional de la
Cámara, pero sí le puedo decir claramente que he tenido la curiosidad
de comparar las dotaciones iniciales que se preveían en el libro
amarillo de 2000 para inversiones reales, que tiene en la página 33
un cuadro precioso, porque, queriendo mantener el carácter
institucional que corresponde a aquella casa, trae una serie larga de
datos que va desde el año 1994 hasta el año 2000, con la proyección
que se podía prever con el inicial del año 2000, y uno veía que
nosotros, el Poder Legislativo, le autorizamos al Poder Ejecutivo a
gastarse hasta 2,1 billones de pesetas. Cuando uno se va al libro de
2001, que está hecho por la misma gente, que tiene la misma
solvencia, me he enterado de que no se van a gastar ustedes en
nuestro nombre 2,1 billones, sino que se van a gastar, según



Página 1628




dice este libro, 1,3; es decir, 797.000 millones de pesetas menos, en
un año en el que los españoles cumplen bien sus obligaciones
tributarias, donde además los ingresos han ido por encima del inicial
y de la tendencia. Estamos en la paradoja de que se cumple el
presupuesto B y se incumple el presupuesto A, cuando la historia de
la Hacienda lo que nos ha dicho es que el presupuesto B era meramente
estimativo y que en torno a la cara A del presupuesto había algunas
obligaciones.

Pues aquí han cambiado las cosas, sí señor, no sé si para bien, pero
han cambiado; por tanto, hay 800.000 millones de pesetas menos en
realización, dicen estos libros, del presupuesto y, a partir de ahí,
se establece un incremento que ya no es del 20 por ciento; ya me he
vuelto a quedar sin la 630, ya tengo que ir a ver cómo entre Béjar y
Aldeanueva no hay una autovía sino que hay un desdoble, al sur de
Zafra hay una dotación de 90 millones de pesetas para llegar al
límite y, en medio, entre Mérida y Cáceres se quedan con 120 millones
de pesetas. Ese mecanismo de presupuesto, donde cuando interesa se
juega con el inicial, cuando interesa se juega con el real, donde no
hay compromisos, es un mecanismo que me parece que le introduce poca
certidumbre a la institución presupuestaria y que contribuye poco a
que nos creamos lo que dice en estas cifras.

Dos cuestiones más. Una de mera curiosidad intelectual, si puede me
la proporciona y si no -insisto que es intelectual- no me la
proporciona. Me gustaría saber cuál ha sido la tendencia de la
sección de educación entre 1995 y 2000, porque como ha desaparecido
la función de educación porque el proceso de transferencias ha sido
muy notorio, me encuentro con los bienes más superestructurales, pero
me falta lo que puede ser el coste del sistema, y me gustaría tener
la secuencia histórica.

Y la última, de verdad. Este es un presupuesto donde algunas
relaciones entre el Estado y la Seguridad Social deberían ser
clarificadas, porque no querría que pudiéramos decir en esta sociedad
que aquí tenemos una solidaridad endógena. No acierto a entender cómo
en un momento como este la transferencia a la Seguridad Social crece
solamente un 6 por ciento -son 5,1 billones, crece un 6 por ciento-
en un presupuesto donde las transferencias crecen el 7,4 y donde el
capítulo del Estado crece el ocho y algo. No acierto a entender por
qué sólo el complemento de mínimos se dota con 16.000 millones de
pesetas como el año anterior y, por último, no acierto a entender por
qué el Estado se va de las políticas del Inem, que el año pasado tuvo
46.000 millones de pesetas y este año tiene cero.




El señor PRESIDENTE: ¿Otros grupos quieren solicitar la palabra?
(Pausa.)
Señora secretaria de Estado.




La señora SECRETARIA DE ESTADO DE PRESUPUESTOS (Rodríguez Herrer): En
primer lugar,
quiero solidarizarme con las manifestaciones de la Mesa al comienzo
de esta sesión, porque comparecer con el pesar de haber conocido que
un servidor público ha fallecido y ha sido vilmente asesinado es algo
deplorable, como tantas otras veces se ha dicho.

Vamos a ver cómo ordeno la contestación a las preguntas o a las
consideraciones que se me han hecho, por una parte generales de
concepción de lo que es el presupuesto que hemos presentado para el
año 2001 y, por otra parte, particulares o concretas, que creo que en
algún caso, ya lo diré, vamos a pedir que tome nota el señor letrado
porque no estoy en condiciones de poder contestarlas, como por
ejemplo la evolución de la política de educación en los años 1995-
2000, por razones obvias, porque he traído mucha información pero esa
no la traigo.

Voy a mezclar las dos intervenciones. En primer lugar, qué
presupuesto es el que hemos presentado para pasar a explicarle las
preocupaciones sobre la cifra de déficit que hemos considerado. ¿Por
qué hemos presentado un presupuesto que decimos que es equilibrado
y por qué hemos presentado un presupuesto del que predicamos que lleva
consigo esa estabilidad presupuestaria? En primer lugar, quiero hacer
constar que nosotros hemos presentado para el ejercicio que viene un
presupuesto equilibrado sencillamente porque hemos podido, porque la
ejecución presupuestaria de este año se ha planteado mejor que la que
teníamos prevista inicialmente como consecuencia del dinamismo de la
economía y también como consecuencia de que se ha efectuado un
seguimiento y un control del gasto público que ha permitido que no
creciera en la misma relación que han crecido los ingresos.

El señor Fernández Marugán dice que el Banco de España ha presentado
unas estimaciones de la Central de Balances al mes de julio-agosto,
no he entendido muy bien la fecha, en el cual predica…(El señor
Fernández Marugán: Septiembre.) Sí, en septiembre pero cerrado a una
fecha. En él se predica que el déficit del Estado es del 0,2 por
ciento. Ese es un dato entiendo que a julio. Nosotros seguimos
manteniendo que el déficit del Estado al final del año, como no puede
ser menos lo que presenta el Banco de España, el déficit de lo que es
la Administración General del Estado será del 0,6 por ciento, que
sumado al superávit del 0,3 en Seguridad Social y el déficit del 0,1
en administraciones territoriales nos mantendrá ese objetivo del 0,4
por ciento, que es justo la mitad que el que teníamos previsto
inicialmente para el ejercicio, que era del 0,8 por ciento. Como
consecuencia de esa mejora en las cuentas de este año, hemos
adelantado la consecución del equilibrio para el ejercicio que viene.

Creo que está en el libro de presentación, y si no en alguno de los
libros que acompañan al presupuesto, el desglose de ese déficit cero
o de ese equilibrio para el ejercicio que viene para el conjunto de
las administraciones públicas, que será un 0,3 por ciento de déficit



Página 1629




para el Estado, un 0,3 por ciento de superávit para la Seguridad
Social y las administraciones territoriales en equilibrio. Vuelve a
suponer una disminución a la mitad del déficit previsto para el
Estado.

Tenemos el convencimiento de que una política presupuestaria firme es
el mejor instrumento para que España crezca por encima de la media,
es decir, para conseguir esa convergencia real con Europa que nos va
a dar este nuevo modelo: más empresas, más empleo, mayores tasas de
ahorro, más inversión, mayor crecimiento y, por tanto, mayor
bienestar.

Creemos que la evolución del déficit público desde el ejercicio de
1995, que ascendió al 6,6 por ciento en términos SEC 95, al cero por
ciento en el año 2001 es algo que ha ayudado al crecimiento, a la
creación de empleo y, por tanto, al bienestar de nuestro país.

Creemos también, a pesar de las manifestaciones que se pueden hacer
de centrifugación o de ocultación (sin utilizar esta palabra desde el
punto de vista peyorativo, sino porque en este momento no se me
ocurre otra,)del déficit de ejercicio tras ejercicio, estas
manifestaciones han venido un poco desacreditadas como consecuencia
de la realidad de los hechos. En 1997 el presupuesto se plantea con
un déficit del 3 por ciento y se realizó un 2,4 por ciento; en 1998
un 2,4 por ciento y se realizó un 1,7 por ciento; en 1999 un 1,6 por
ciento y vamos a un 1,1 por ciento, y así sucesivamente. Vamos en
este último año del 0,8 por ciento al 0,4 por ciento. Esa senda por
la que hemos andado es la que a nosotros nos acredita para poder ir
adelante con esta presentación del déficit.

El saldo primario, es decir, el déficit sin intereses, en 1995 era de
un 1,4 por ciento de PIB y en este momento tenemos un superávit
primario del 3 por ciento de PIB. Si analizamos cuáles han sido las
circunstancias que han llegado a la consecución de estas cifras,
vemos que el déficit ha bajado como consecuencia, en términos de PIB,
en un 75 por ciento por restricción de gastos y en un 25 por ciento
por incremento de ingresos en términos de PIB. ¿Qué es lo que quiere
decir esto? Quiere decir que, a pesar de la consideración teórica que
tiene el cálculo del déficit estructural y el déficit coyuntural, que
es algo que discuten los expertos pero que ni entre ellos mismos se
ponen de acuerdo, una aplicación a la rebaja del déficit del 75 por
ciento de los gastos y del 25 por ciento de los ingresos nos lleva
a considerar que ese llamado déficit estructural o nivel de gasto fijo
que puede tener el Estado o la Administración pública en nuestra
sociedad ha bajado de forma muy sensible. ¿Cómo valoro la consecución
del objetivo de equilibrio este año? Obviamente, señor Martínez-
Pujalte, la valoro de forma muy positiva. Yo creo que el esfuerzo que
se ha realizado en adelantar el objetivo de equilibrio para seguir en
línea con los últimos años, que ya es repetitivo, es algo que al
final va a favorecer a nuestra economía de forma muy significativa.

¿Por qué no
se lo plantean otros países europeos? Tampoco es una cuestión que me
preocupe mucho. Lo que sí me preocupa es que nosotros corrijamos el
déficit que tenemos en convergencia real, que nuestra economía crezca
por encima de lo que crece la de la Unión Europea y que nuestro
empleo crezca por encima de lo que crece el empleo de la Unión
Europea, y así conseguiremos el objetivo último que nos lleva a
plantear estas cuentas públicas, que es el de la convergencia real.

Además, este planteamiento se hace también para conseguir dar
estabilidad a nuestros presupuestos futuros.

Una de las cuestiones que más ha permitido bajar precisamente eso que
los teóricos llaman déficit estructural ha sido la bajada de los
tipos de interés, pero, además, la bajada de la carga financiera o de
la carga por intereses que soporta nuestro presupuesto. El haber ido
a una cifra menor de déficit es lo que nos lleva a tener cada vez una
cifra menor de endeudamiento y esta cifra es la que nos supone a su
vez una menor carga de intereses y además nos da sostenibilidad clara
para presupuestos futuros.

El presupuesto para el año 2001 es creíble. He tomado nota de lo que
se nos ha dicho, que vuelve a ser un presupuesto confeccionado con
los mismos condicionantes que el presupuesto de ejercicios
anteriores; es decir, es un presupuesto que se basa en crecimientos
moderados de la economía, en crecimientos moderados del empleo y, por
tanto, creemos que es un presupuesto que se va a ejecutar igual que
el de ejercicios anteriores.




Enlazo con lo que preguntaba el señor Fernández Marugán en relación
con el valor de los presupuestos iniciales, con cómo se están
ejecutando y si he entendido yo bien la pregunta que hace al comparar
dos libros de presentación de presupuestos, el libro del año 2000 con
el libro del año 2001.

En primer lugar, a mí me gustaría señalar que los libros de
presentación del presupuesto son libros en los que se hace un
esfuerzo concentrado en los últimos días de cierre del presupuesto,
que son encomiables y que los utilizamos todos porque son tan cómodos
de formato que son como si fueran documentación presupuestaria, pero
para decir lo que se acompaña o no se acompaña a un presupuesto yo
creo que hay que tener en cuenta cuáles son los libros oficiales y
cuáles son aquellos que se están presentando. Lo digo en relación con
la presentación de la ejecución del presupuesto en ese libro de la
serie gris, en donde se da un detalle muy claro y concreto de cuáles
son las previsiones de liquidación del ejercicio en curso, e incluso
las liquidaciones de ejercicios anteriores que se aportan como
documentación básica al presupuesto que se presenta en la Cámara.

En relación con las inversiones reales y su pregunta respecto a lo
que se decía en el libro del año 2000 y a lo que se dice en el libro
del año 2001, en el libro de este año, aunque solamente se consideran
los datos respecto



Página 1630




al ejercicio 2000 y en el libro del año pasado empezaba desde 1994 (y
se lo puedo decir porque me han hecho llegar la página) si usted ve
la nota a pie de página que se incluye detrás de inversiones reales
verá que en el libro del año pasado se incorporaba toda la inversión
planteada en entes con presupuesto consolidable, en entidades
públicas empresariales, en sociedades mercantiles estatales, excepto
la SEPI. El planteamiento que hemos querido dar este año, porque nos
parecía que esas cifras después no se encontraban al analizar los
libros oficiales del presupuesto, ha sido el siguiente. Nosotros
hemos separado las inversiones reales que aparecen en el presupuesto
consolidado de las transferencias de capital, descontando las
transferencias a sociedades que invierten, y a eso le hemos llamado
esfuerzo inversor neto del Estado y, a continuación, hemos puesto el
esfuerzo inversor del sector público empresarial que, como ve, nos
lleva a calcular que, frente a un esfuerzo inversor de 3,4 billones
de pesetas, en números redondos, en el año 2001 se contrapone un
esfuerzo inversor de 2,8 billones de pesetas con ese incremento del
19,7 por ciento del que estaba usted hablando. Yo no sé si se refiere
a la Ruta de la Plata, porque esa carretera de la que habla … Yo,
desde que me he llegado a en la Dirección de Presupuestos, he visto
el interés por esa carretera y la importancia que tiene para
Extremadura. No sé en el anexo de inversiones cómo está la Ruta de la
Plata. Creo que el tramo que corresponde a Andalucía ya estaba hecho
y que estaba adelantado el tramo que pasaba por Extremadura, y no sé
el de Salamanca. No sé en este momento, pero podemos facilitarle
información sobre este dato en concreto.

Yo creo que no se puede decir que jugamos con la comparación, con los
presupuestos iniciales o con los realizados según nos parezca mejor
lo que se da. De todas maneras, la previsión de liquidación es algo
que este año en la presentación en la rueda de prensa el ministro
incorporó en las transparencias, que es como el libro de presentación
completo, y le puedo asegurar que el año que viene incorporaremos la
previsión de liquidación al libro amarillo, entre otras cosas porque
en el momento en que se confecciona, que es en los últimos tres o
cuatro días, tenemos la información que nos ha facilitado la
Intervención General sobre liquidación.




Por seguir con la parte del gasto y por contestar a los dos, ¿qué
prioridades de gasto ha habido en el presupuesto del Estado en este
año o en el presupuesto consolidado? Las prioridades de gasto,
partiendo de la situación de equilibrio consolidado de los
presupuestos a que me he referido antes, son, desde la parte del
Estado, como en los presupuestos de anteriores ejercicios, aquellas
que nos ayudan a conseguir crecimiento y empleo y aquellas que nos
ayudan a mantener y, en algún caso, mejorar el Estado del bienestar.

Así nos encontramos con que en política de sanidad o en política
de asistencia social, hay una serie de partidas creciendo muy por
encima de la media.

Antes que nada, para que no se produzca una equivocación respecto a
cómo se consigna el déficit, señor Fernández Marugán, le diré que el
gasto no financiero del Estado crece, el no consolidado, el 4,5 por
ciento, y el consolidado, es decir, el gasto final, el 4,4 por
ciento. El conjunto de las políticas del Estado crece el 6,3 por
ciento, que lleva hasta el capítulo 8 y que por incluir, incluye
hasta la materialización del fondo de pensiones de la Seguridad
Social. Lo digo para que se vea cuál es su alcance. Ese 8,3 u 8 por
ciento al que usted se refiere me parece que es el crecimiento hasta
el capítulo 9, en el que se incluyen las amortizaciones de la deuda
pública, que el año que viene se amortiza bastante y para hacer un
estudio serio de lo que se aporta o no se aporta a un determinado
gasto no se debe incorporar nunca al estudio o análisis de las
partidas que lo componen. Es decir, que estas prioridades de gasto
son las que crecen por encima de la media. Por ejemplo, la sanidad
crece al 6,1 por ciento; las infraestructuras lo hacen al 8 y pico o
al 10 por ciento y la investigación al desarrollo creciendo también
muy por encima de la media, considerando, por tanto, que por una
parte son políticas que ayudan al bienestar de la sociedad y por otra
políticas que ayudan al crecimiento y al empleo. Como usted ha
señalado, tenemos una circunstancia especial con lo que damos en
llamar formación de capital humano. Haber terminado el proceso de
transferencias en el año 2000 -sólo queda la enseñanza no
universitaria de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla- hace que
en términos no homogéneos sea imposible comparar los datos del
Ministerio de Educación. Pero cuando se analiza por políticas
-tendría que buscar el dato- se ve en el Libro Azul, tal y como está,
la subida del Ministerio con cuantía muy significativa, también por
encima de la media de ese 4,5 por ciento del total de gastos del
Estado.

Me ha formulado S.S. una serie de preguntas en relación con los
ingresos. Algunas habrá que contestarlas por escrito porque son muy
concretas. A continuación de mi comparecencia viene a la Comisión el
secretario de Estado de Hacienda y le rogaría que se las transmitiera
a él. Pero por la parte que me corresponde voy a hacerle una pequeña
referencia a esa nueva terminología, que ya estaba en anteriores
libros de derechos reconocidos liquidados, me parece que dice,
ajustados para el cálculo del déficit público. La verdad es que
cuando se está hablando de presión fiscal o cuando se ve cuál es el
impacto del presupuesto en el déficit público tenemos que hacer una
serie de transformaciones sobre los ingresos que son los que han
llevado a utilizar esa terminología en el presupuesto de ingresos
que, en principio, acostumbrados a derechos reconocidos y
liquidación, cuando menos resulta un poco sorprendente. Pero lo que
se recoge ahí en realidad es aquello que se computapara el cálculo
del déficit público y de esta situación



Página 1631




de equilibrio medida en términos de contabilidad nacional que en
muchos casos no es exactamente igual que la que se deriva de los
propios derechos reconocidos o de la recaudación. Por poner los
ejemplos más notables o más claros, a efectos de déficit no es
computable una parte importante de los ingresos del Banco de España
porque la contabilidad nacional considera que procede de operaciones
financieras; tampoco lo son los ingresos que proceden de primas de
emisión de deuda pública -me parece que este año no se encuentra
presupuestada ninguna cantidad- y tampoco son computables los
ingresos impositivos que proceden de privatizaciones, de los holdings
públicos que privatizan empresas.

Hablando del principio de la universalidad presupuestaria yo entiendo
que en el presupuesto sí se presenta todo lo que tiene que estar.

Pregunta usted dónde se encuentran ubicadas las inversiones militares
del proceso de modernización. Lo que ha hecho el Ministerio de
Defensa ha sido contratar con una serie de empresas, podríamos decir
que llave en mano, una serie de inversiones en gran armamento
militar: fragatas, cazas y tanques Leopard. Lo que las empresas
reciben es financiación para poder funcionar. Supongo que aquí
veremos los dos cómo en el presupuesto del 2002 estará recogido el
pago de las primeras entregas a las empresas que fabrican estas
infraestructuras militares, por llamarlas de alguna manera, o estas
inversiones militares, porque, si no me falla la memoria, en el año
2002 -a lo mejor es en el 2003- me parece que se recibe una fragata;
pero ya entran algunas entregas de los aviones EFAS, del caza
europeo. Sí le puedo decir para su conocimiento, no sé si para su
tranquilidad, que en este tipo de operaciones se ha respetado
absolutamente lo que manda la Ley general presupuestaria y todos
estos compromisos se han contraído con la técnica de cargos a
ejercicios futuros que dictamina la Ley general presupuestaria con
acuerdo del Consejo de Ministros y con asiento en contabilidad.

Las subvenciones de Renfe, de acuerdo con el contrato programa,
aparecen estrictamente recogidas en los presupuestos de cada
ejercicio. Quizá en épocas anteriores no se recogía, pero el
contrato-programa aparece reflejado en el presupuesto de cada año. Lo
que no ha sucedido hasta la fecha es que partidas del contrato-
programa no se hagan efectivas.

Operaciones con Radiotelevisión Española. El funcionamiento o las
relaciones financieras del Estado con Radiotelevisión Española se
plasman a partir de 1997 con una autorización en las leyes de
presupuestos para que Radiotelevisión Española se endeude y con una
subvención en el presupuesto del Estado. Con anterioridad, a partir
de 1993 se autoriza cada ejercicio a que Radiotelevisión Española se
endeude para gastos de funcionamiento, y en el ejercicio inmediato
siguiente había un mandato de asunción de deuda y una nueva
autorización de endeudamiento. En este momento,
como saben todos ustedes, Radiotelevisión tiene una deuda radicada en
la empresa o en el holding bastante importante y un déficit muy
significativo. La Ley de medidas incorpora unos preceptos por los
cuales Radiotelevisión Española se adscribe a SEPI en las mismas
condiciones en las que estaba sin adscribir a SEPI en el ejercicio
pasado. Eso no viene en la ley, pero el compromiso adquirido es que
de aquí a la presentación del próximo presupuesto antes del verano
del año que viene se realizará un plan de viabilidad a largo plazo de
la televisión pública para ver cómo son sus circunstancias y cómo se
acomete el saneamiento de las cuentas de Televisión. ¿Qué sucede con
las infraestructuras? Sucede lo que se deriva de ese cuadro que está
en la página 51 al que he hecho referencia con anterioridad. El
presupuesto del Estado invierte con cargo a sus propios créditos una
cuantía que para el año 2000 es de 1,5 billones de pesetas. Tiene
unas transferencias netas de capital de 852.000 millones,
principalmente las transferencias que se hacen al Fondo de
compensación interterritorial, y otro tipo de transferencias que no
son las que, como figura aquí, se han deducido porque son las que van
a entidades públicas empresariales u otros organismos públicos. En
ese sector público empresarial se van a invertir 1,2 billones de
pesetas. a mí, que he sido una defensora de los Presupuestos
Generales del Estado en toda mi trayectoria administrativa, porque
soy funcionaria, a veces me da un poco de pena cuando nos olvidamos
de cuál es el ámbito de los Presupuestos Generales del Estado y
solamente vemos los presupuestos de los ministerios.

A esta Cámara llegan para su aprobación, además de los presupuestos
de los ministerios, los presupuestos de los organismos autónomos, los
de los entes públicos, los de las entidades públicas empresariales y
ahí queda plasmado ese otro 1,2 billones de pesetas presupuestados en
inversión. Es la inversión que hace el ente Aeropuertos Nacionales;
es la inversión que hace Puertos del Estado; es la inversión que hace
el gestor de Infraestructuras Ferroviarias, inversión que en este
momento se hace a través de esta entidad pública empresarial, porque
después va a ser la que la explote en el mercado; es la inversión que
hacen, por ejemplo, las sociedadesde aguas, en unión con los regantes
para explotar a su vez, la que harán las sociedades de regadíos y la
que hace la propia Renfe. Decir que esto es extrapresupuestario no es
cierto, porque está dentro de los presupuestos. Decir que de esta
manera se financia mediante creación de entes gestores y que lo
sacamos del presupuesto, entendiendo que estos son entes meramente
instrumentales, permítame que disienta con usted, porque cada uno de
estos entes explota o va a explotar las infraestructuras que hace y
creemos que su consideración como entidad pública empresarial o
sociedad estatal está desde este punto de vista bien considerado.




Página 1632




Se sigue empleando el método alemán. Como usted conoce, durante dos
años consecutivos hubo una cláusula suspensiva en las leyes de
presupuestos de la utilizaciónde lo que llamamos método alemán, que
es un sistema de abono total del precio a la recepción de la obra
hecha. Este año no se ha puesto la cláusula suspensiva, porque como
consecuencia de la contracción de obligaciones por el método alemán,
especialmente en el Ministerio de Fomento, en el ejercicio 2001, pero
también en los 2002 y los del 2003, nos podíamos encontrar con un
problema para contratar en el año 2003 o en el 2004, porque son
inversiones que tienen un período de maduración largo y, o subíamos
los límites de contracciones -es un problema técnico- por encima del
90 por ciento o, respetando esos límites de contracción de la Ley
general presupuestaria, comprometíamos para dentro de dos ejercicios
y, con el control que establece la Ley de medidas del año 1997 en la
que se establece este sistema de informes preceptivos del Ministerio
de Hacienda, y siempre respetando los compromisos de gasto de
ejercicios futuros, pareció que era una buena cosa para que no se
paralizara la inversión.

No he entendido muy bien, cuando usted habla de modificaciones en
gestión presupuestaria y se compensan, quizás ahora me explique un
poco más a qué se refería.

Sólo me queda por referirme a las relaciones del Estado con la
Seguridad Social y a su clarificación. Dice que las relaciones del
Estado con la Seguridad Social solamente crecen un 6 por ciento.

Cuando la media de gasto del Estado crece un 4,5 supondrá usted que
es a costa de alguna de las políticas que realiza el Estado, puesto
que el Estado no crece un 8 y pico por ciento. Debemos hacer notar
qué es lo que ha pasado con la Seguridad Social en estos últimos años
y qué es lo que ha pasado con el Estado en términos de separación de
fuentes o de esfuerzo de aplicación de recursos impositivos a la
Seguridad Social. Desde 1996 hasta 2001 las aportaciones del Estado a
la Seguridad Social, es decir, la financiación de gastos de la
Seguridad Social o de antiguos a la Seguridad Social con impuestos ha
crecido 1,7 billones de pesetas, ha pasado de 3,4 billones de pesetas
a 5,2 billones de pesetas este año, que muestra el importante
esfuerzo que se ha hecho con cargo a impuestos y -no me gusta decir
renuncia, porque esto ha sido voluntario- priorizando esta
financiación frente a la financiación de otros gastos.

Ha preguntado usted qué pasa con el presupuesto del Inem y si hay
aportación estatal en el ejercicio 2001 en relación con la que hubo
en el año anterior. El presupuesto del Inem del año que viene se va a
financiar con remanente de tesorería por encima de los 60.000
millones de pesetas. En la sección 32, es decir, en participación en
ingresos del Estado hay en torno a 20.200 millones de pesetas como
consecuencia de transferencias de la gestión de políticas activas. No
podemos
olvidar que el presupuesto del Inem se financia con Fondo social
europeo, en este año 2001 por encima de los 105.000 millones de
pesetas y en el período 1996- 2000 en su totalidad en torno a 460.000
millones de pesetas, y eso procede de las aportaciones del Estado al
presupuesto de la Unión Europea, y que en ese presupuesto 1996-2000
la aportación estatal directa al presupuesto del Inem ha sido
superior al billón de pesetas. Decir que el Estado renuncia a hacer
aportaciones por políticas activas cuando estamos frente a este
escenario, a este planteamiento, cuando menos es un poco simplista.

Yo creo que he hecho referencia a todas las cuestiones que se me han
planteado. Con esto termino y, si necesitan ampliar, estoy a su
disposición.




El señor PRESIDENTE: Señor Fernández Marugán.




El señor FERNÁNDEZ MARUGÁN: Cuando le formulé las preguntas ya le
hice saber que mi intención no era que usted me respondiera a la
parte del ingreso, porque entendía que contestar haciendo uso única y
exclusivamente de la memoria planteaba dificultades. Ha dicho usted
-y eso me plantea una cierta duda- que o bien que se las vuelva a
formular a su compañero o bien que se las deje al señor letrado y se
tramitan. Yo voy a hacer esto segundo y espero que me lo hagan llegar
lo antes posible.

Me doy por satisfecho con la explicación que usted ha dado respecto
de la tendencia del déficit público en el año 2000. El Banco emplea
cifras en un caso referidas al mes de agosto y en otro en el mes de
julio y yo he dicho que las empleaba en esa condición. Me preguntaba
si cabría la posibilidad de que se alterara el objetivo del 0,4, pero
si se mantiene dicho objetivo está bien. Hay una parte de su
reflexión que a mí me parece interesante, en la cual yo tengo opinión
y se la voy a dar.

Hace muchos años Joane Robinson decía que la política económica, como
primero llega es en forma de propaganda. La señora Robinson fue una
magnífica economista, miembro del Partido Laborista, de una buena
formación keynesiana. Yo tengo hacia ella por razones de edad y
doctrinales mucho respeto. Tengo la sensación de que esto del déficit
cero se ha convertido en un instrumento de propaganda, que es
legítimo desde el punto de vista del comportamiento de los gobiernos,
pero que no forma parte nada más que de esas verdades relativas que
manejamos, con más o menos aproximación a la verdad absoluta, los que
estamos en la política. Usted me ha dicho una cosa que a mí me consta
y es que los criterios que se mantienen son los usos y costumbres que
se venían manteniendo en ejercicios anteriores. No me pesa y me
parece razonable. La institución presupuestaria, en cualquier lugar
del mundo, tiene una secuencia por encima de los avatares



Página 1633




concretos y se consigue domeñar al presupuesto después de mucho
trabajo. Pero de ahí a hacer un corte en la historia y decir que
acaba de llegar el presupuesto cero y a partir de aquí vamos a tener
todas las bendiciones que produce este fenómeno, me lleva a un cierto
relativismo, porque este será el déficit cero consecuencia de un
método de definir el ámbito del presupuesto y de una manera de
gestionar el propio proceso presupuestario. ¿Que en esa secuencia se
llega al punto cero? Perfecto. ¿Que caben otras interpretaciones?
También.

Le he visto a usted una actitud parecida a la que Montoro mantuvo el
otro día en la rueda de prensa. Él, como es más académico -usted es
funcionaria-, más o menos, se distanció de sus competidores en el
mundo académico, con cierto desprecio, diciendo que eso del
presupuesto cíclico y el presupuesto estructural es un invento de
teóricos y no teóricos. No sé si es o no un invento de teóricos, pero
una parte de su intervención me ha sonado parecida a la que ha tenido
Folgado esta mañana cuando yo le preguntaba sobre la publicidad
aparente. No tengan ustedes esos prejuicios respecto a determinadas
categorías. Vivimos un momento bueno de la economía española, produce
muchos ingresos y tiene menos requerimientos de gasto en determinadas
políticas. Como cambie el panorama, como tengamos algún giro en la
evolución, yo no sé si la solidez de nuestro proceso presupuestario
va a permitir mantener en el tiempo ese objetivo de déficit cero.

Sinceramente, yo no querría, en modo alguno, que algunos de los
objetivos que enfáticamente se presentan en este momento pudiera
decirse que han sido flor de un año. En cualquier caso, ésa era mi
reflexión. Se hiciera antes o se hiciera después, tengan apoyo legal
o no tengan apoyo legal, la mayor parte de los ciudadanos identifica
equilibrio presupuestario con principio de universalidad, y todos
deberíamos ser capaces de entender que es un principio de
universalidad bastante atenuado, un poco acomodaticio y que sólo si
fuéramos capaces de definirlo bien y de mantenerlo en el tiempo,
podríamos presumir de una gestión como dicen los clásicos que le
hubiera correspondido hacer a un honrado padre de familia.




El señor PRESIDENTE: Señora secretaria de Estado.




La señora SECRETARIA DE ESTADO DE PRESUPUESTOS Y GASTOS (Rodríguez
Herrer): Me va a permitir usted que le conteste y le dé, además, una
información que yo creo que usted ya conoce, pero que a lo mejor ha
olvidado. Dice S.S. que el déficit cero se está usando como
propaganda. Yo no sé si estamos haciendo publicidad del déficit cero
(que no propaganda, que parece un término un poco más peyorativo),
pero, de hecho, el déficit cero está ahí y no es una verdad relativa.

Si nosotros comparamos los ingresos y los gastos del presupuesto
consolidado -todavía cosa
insólita- da algo así como 34.000 millones de pesetas más de ingreso
que de gasto. Bien es cierto que el presupuesto consolidado no se
traduce exactamente, tal y como está, en el déficit como lo
entendemos en términos en contabilidad nacional.

Me vuelve usted a hablar del déficit estructural y dice que estamos
en un momento bueno de la economía. Precisamente por eso sujetamos el
gasto. Como usted sabe -y es lo que yo decía-, espero que a finales
de este mes entre en el Parlamento ese proyecto de ley de estabilidad
presupuestaria, marcando una serie de condiciones para que ese
equilibrio llegue a ser superávit para las cuentas de todas las
administraciones públicas, si siguen las cosas en un momento bueno de
la economía. Espero que seamos capaces de sacarlo adelante y de
ponerlo en marcha. ¿Por qué? Porque creemos sinceramente -y además
nos lo han demostrado los hechos- que el saneamiento de las cuentas
públicas es algo que lleva inequívocamente a la buena marcha de la
economía, a la mejora del Estado del bienestar, al crecimiento y al
empleo. Si esto usted lo considera propaganda, entendido es. Se podrá
decir que hacemos publicidad, pero en realidad lo hacemos porque
ponemos los hechos y los números encima de la mesa.

Gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora secretaria de Estado, por
su comparecencia, por la información que ha aportado y por las
respuestas que ha dado a las preguntas formuladas por los grupos.

Señor Fernández Marugán, entiendo que pasará a la Mesa, por escrito,
las tres peticiones de información - si no hemos tomado mal la nota-
que quiere que le sean respondidas. Una, relativa a la función
educación; otra, relativa a la Ruta de la Plata y otra, relativa a
ingresos. Le pido a la secretaria de Estado que, en la medida de lo
posible -estoy seguro de que así lo hará-, envíe las respuestas a la
Cámara antes del debate de totalidad. Muchas gracias.




- DEL SEÑOR SECRETARIO DE ESTADO DE HACIENDA(GIMÉNEZ-REYNARODRÍGUEZ),
A PETICIÓN DE LOS GRUPOS PARLAMENTARIOS POPULAR EN EL CONGRESO
(Número de expediente 212/000170) Y SOCIALISTA (Número de expediente
212/000229)



El señor PRESIDENTE: Vamos a reanudar la sesión con la comparecencia
del señor secretario de Estado de Hacienda.

Agradezco en nombre de toda la Comisión al secretario de Estado,
señor Giménez-Reyna, su presencia aquí, y ya conoce el modo en que se
desarrollan las intervenciones de los diferentes grupos, pidiendo
aclaraciones o solicitando respuesta a algunas de sus dudas.




Página 1634




En la medida de lo posible, lo deseable es que se produzca aquí mismo
la aclaración o la respuesta. Si no tiene los datos o considera
necesario añadir información por escrito, le pido al secretario de
Estado, al igual que a los comparecientes precedentes, que envíe en
tiempo útil para que pueda estar a disposición de los diputados antes
del debate de totalidad de presupuestos, y, sin más, tiene la palabra
el portavoz del Grupo Popular, que ha sido el grupo que solicitó la
comparecencia del secretario de Estado en primer lugar.




El señor MARTÍNEZ-PUJALTE LÓPEZ: Con brevedad, por como están
transcurriendo las comparecencias, voy a efectuar las preguntas y las
declaraciones que a mi grupo le gustaría poner encima de la mesa.

En primer lugar, quiero agradecer al señor secretario de Estado su
comparecencia aquí. Lleva años trabajando en los temas
presupuestarios y compareciendo ante esta Comisión, pero este año es
la primera vez que lo hace desde su nueva responsabilidad.

Enhorabuena y le deseamos toda clase de éxitos en su labor.

Decía en su intervención el señor Fernández Marugán que la economía
española está viviendo en un buen momento, y es lógico que así lo
manifieste porque es así. La economía española va bien, la economía
española está creciendo de una manera importante, está creando empleo
-y es lógico que así se reconozca por todos los portavoces- y los
ingresos, por tanto, están siguiendo una senda muy positiva. En las
últimas semanas se han vertido opiniones en medios de comunicación
acerca de cuál debe ser la senda que sigan los impuestos en el
futuro, si es de izquierdas o de derechas ejercer una política
tributaria que lleve a bajar impuestos y sobre todo a crear un
sistema tributario que contribuya de una manera más eficiente a los
objetivos de la política económica y que redistribuya con mayor
equidad la carga tributaria.

Hace unos años, cuando el Partido Popular asumió la responsabilidad
de Gobierno, teníamos muy claro que había que dar un cambio profundo
al sistema tributario español, que había que construir un marco
fiscal que de verdad contribuyera a cumplir los objetivos de la
política económica, un marco tributario que contribuyera de una
manera eficiente al crecimiento y a la creación de empleo, al reparto
más justo de la riqueza, en definitiva a crear bienestar.

En esta línea se ha trabajado en estos últimos años. Yo le
preguntaría al señor secretario de Estado por el comportamiento que
van a tener los ingresos tributarios en la consecución de los
objetivos de política económica que se cifran en los presupuestos
para el año 2001. También con la política de ingresos se contribuye,
además de una manera muy eficiente y muy directa a la consecución de
objetivos de política económica. El sistema tributario tiene que
contribuir al crecimiento, al empleo, al reparto justo del
crecimiento. Ya el real decreto-ley, que hoy esta Cámara ha aprobado
y ha
pasado al Senado como proyecto de ley del ahorro, de las pymes iba en
esa dirección de hacer del marco tributario un elemento que
contribuyera eficientemente. Yo le quiero preguntar, en primer lugar,
por ese objetivo de los ingresos en el presupuesto del año 2001.

También, cuando estábamos en la oposición, en el Grupo Popular
decíamos que era posible bajar impuestos y mejorar la recaudación.

¡Qué cosas se decían entonces de si eso era posible o no, que cómo se
podía bajar impuestos y mejorar la recaudación! Hoy es una realidad
demostrada. En los últimos cuatro años, bajando los impuestos, se ha
mejorado la recaudación. A mí me gustaría que el secretario de Estado
hiciera una valoración en torno a estos temas, muy ligados a otros
que plantearé después. Nosotros entendemos que bajando impuestos y
haciendo del marco tributario un instrumento capaz de generar
crecimiento y empleo, lo que se hace es mejorar la economía, hacer
además que menos gente pague pero que haya más gente que pague
impuestos. Eso es importante para entender bien, que es otra pregunta
que le quería hacer al secretario de Estado, la diferencia entre lo
que es la presión fiscal individual y la presión fiscal global. En
los últimos tiempos también se ha hablado mucho de cuál es la presión
fiscal, y no se habla de presión fiscal sin entender que al estimar
el ratio entre ingresos y producto interior bruto ahí se tiene en
cuenta las cotizaciones sociales. En los últimos años lo que ha
pasado es que ha aumentado enormemente el número de trabajadores que
cotizan a la Seguridad Social, que hay cotizaciones que no se han
rebajado de una manera general, pero sí de una manera selectiva para
fomentar algún tipo de contratos, es decir, hay menos cotizaciones
pero hay más gente que cotiza. No tener en cuenta que hay más
personas trabajando y por tanto más personas que pagan impuestos,
y que aunque pagan menos por el IRPF hay más que pagan impuestos; o
también evitan que se diga que cuando se produce crecimiento
económico lo que ocurre es que las empresas pagan menos tipo
impositivo, las pequeñas y medianas empresas, pero que en el conjunto
global hay más empresas que pagan impuestos y los rendimientos son
más positivos, es entrar en un debate estéril sobre presión fiscal
como un ratio entre ingresos, donde también entran, por poner otro
ejemplo, los ingresos del Banco de España y producto interior bruto,
y no entrar en el fondo de la cuestión sobre si en España en los
últimos años se han bajado los impuestos; si los españoles hoy pagan
menos impuestos que hace cuatro años; y si además esa bajada de
impuesto ha supuesto no sólo un alivio sino un fomento del
crecimiento del empleo y ha repartido con mayor equidad el bienestar
y la carga tributaria. Sobre eso me gustaría que hiciera algunas
reflexiones.

Me gustaría preguntarle también por el comportamiento en los
principales impuestos. Estamos viendo que el IRPF, las retenciones
por los números que obran en poder de esta Cámara, están teniendo una
evolución



Página 1635




muy positiva, y queríamos que nos explicase qué valoración hace de
ello así como la valoración que hace del comportamiento del Impuesto
sobre el valor añadido.

También ha habido debates en la Cámara sobre el comportamiento de los
impuestos indirectos con relación a los impuestos directos. En cuanto
a los impuestos indirectos mi grupo entiende que la evolución que
está teniendo la recaudación por el Impuesto sobre el valor añadido
pone de manifiesto un mejor cumplimiento de las obligaciones
tributarias. Estamos creciendo no sólo por encima del crecimiento
nominal de la economía sino que lo estamos haciendo también por
encima del crecimiento del consumo, lo cual pone de manifiesto que lo
que hay es un mejor cumplimiento de las obligaciones tributarias. Me
gustaría que nos hablase de ese impuesto, así como de qué impuestos
directos con relación a hace cuatro años hoy ya no figuran en los
presupuestos del Estado porque aparecen en los presupuestos de otras
administraciones públicas. Hace cuatro años cuando estábamos en esta
Cámara debatiendo la Ley de presupuestos para 1997 el IRPF era un
impuesto en su totalidad de la Administración central, mientras hoy
es compartido.

Por último, me gustaría preguntarle, porque así tenemos conocimiento
de que está en la ley de acompañamiento y en la ley de presupuestos,
si lo que se va a producir es una congelación de los impuestos
especiales y una congelación de las principales tasas, y si el
crecimiento importante en la recaudación de las tasas se produce por
la aprobación de una nueva tasa sobre el uso del espacio
radioeléctrico.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Socialista, tiene la palabra el
señor Fernández Marugán.




El señor FERNÁNDEZ MARUGÁN: Señor secretario de Estado, la verdad es
que yo no tengo mucha gana de polemizar con el señor Martínez-
Pujalte, y no lo voy a hacer, pero de la comparecencia de sus dos
compañeros me han quedado algunas dudas, que no pensaba
formulárselas, y que muy brevemente lo voy a hacer. A fin de cuentas,
le he dicho a la secretaria de Estado que haré unas preguntas por
escrito, las seguiré haciendo por escrito, pero sí quiero algunas
aclaraciones sobre un tema que a mí personalmente me produce
curiosidad.

Yo sostengo, frente a las versiones más convencionales, que en los
años 1999 y 2000 hemos gozado de un escenario alto de ingresos, un
escenario con un nivel poco previsible. Manejando el libro amarillo,
que es el que he utilizado yo, me encuentro con que el avance de
liquidación de los ingresos es superior al inicial en unas cantidades
extraordinariamente importantes. Si he sido capaz de no equivocarme
de cuadro y hacer mal los cálculos son algo así como 765.000 millones
de pesetas sobre lo que nosotros aquí dijimos el año pasado que iba a
ingresar el Tesoro público. La pregunta es: ¿En
qué medida ese buen momento del ingreso público se va a poder
trasladar al año 2001? Eso en medio de la retórica de si se elevan o
no los impuestos.

Le enseñaba al presidente de la Comisión, luego se lo enseñaré a
usted, un gráfico del último informe del Banco de España que es
literalmente espectacular. ¿No sube la presión fiscal en España?
Seguramente no, pero los ingresos públicos suben como flechas; suben
como flechas en el año 1999; suben como flechas en el año 2000; el
grado de realización es superior al de las inversiones, a unos les va
bien, a otros les va mal, pero al Tesoro público no le va mal, y yo
no me voy a quejar de que al Tesoro público le vaya bien, por mi
concepción, por mi oficio, por mi manera de ser, no me voy a quejar
de que le vaya bien. Ahora, ¿esto es extensible al año 2001? Porque
esta mañana a mí no me ha dejado claro el señor Folgado si su
diagnóstico es el de una situación determinada por la evolución de la
economía europea de una tendencia a la baja, o una simple
desaceleración que a lo largo de cuatro o seis meses vuelve
a mantener el ritmo de crecimiento de la actividad, y quién sabe si en
el devengo del año 2001 los ingresos vuelven a estar boyantes porque,
insisto, si yo no me he equivocado el cálculo que hace la
Administración es que el Estado tendrá en el año 2001 algo así como
913.000 millones de pesetas más que lo que ha tenido en el año 2000.

Por tanto, el ingreso ha tenido un gran protagonismo, ha sido muy
importante; para mí es difícil sostener que los esfuerzos que se han
hecho de equilibrio presupuestario se han hecho más por la vía del
gasto que por la vía de los ingresos, creo que hay razones para
sostener que con cargo al ingreso se han hecho cosas muy importantes
en ese terreno.

Al margen de estas consideraciones quiero hacer algunas
puntualizaciones que yo creo que son pertinentes. Una de las cosas
que fue objeto de debate en esta Cámara durante algún tiempo fue el
efecto de la proximidad en frío, y nos hemos encontrado en este
momento con que llevamos algunos años en que las tarifas no se
actualizan y que tampoco se actualizan las deducciones y los mínimos.

Por tanto, ahí se produce un fenómeno que en momento de inflación
corta se puede soportar con cierta levedad pero que cuando las
desviaciones de inflación son más importantes se soporta peor, y en
este momento la tarifa no se va a deflactar y tampoco los mínimos.

Honestamente le diré que mi grupo no considera eso pertinente.

En segundo lugar, la mix de política fiscal seguramente está hecha
para una situación de menos tendencia inflacionista, porque se
produce un gran retroceso de la imposición directa en peso, en
participación, y se produce un avance importante de la imposición
indirecta, con la propensión de la imposición indirecta a trasladarse
a precios más elevados, y eso puede tener algunas consecuencias
macroeconómicas. La inflación que parecía que había muerto, no es que
despierte, no querrá nadie medianamente sensato que despierte, pero



Página 1636




tiene un protagonismo que se deja notar más en unas figuras
tributarias que en otras; es decir, hay figuras tributarias que son
mejores estabilizadores que otras.

Otra de las cosas que a mi grupo le preocupa es que nosotros
querríamos tener alguna vez una clasificación sobre los efectos que
se han derivado del proceso de privatizaciones y el destino que se ha
dado a los recursos consecuencia de la enajenación de las empresas
públicas.

Por último, el proyecto de ley contiene un aumento considerable de
las tasas por reserva del dominio público radioeléctrico que en
algunos casos se van a aplicar a unas tecnologías de última hornada
relacionadas con la telefonía móvil que no habían gozado de
implantación en el mercado español, pero que en otros casos se van a
aplicar a formas de difusión de la noticia, que llevaban tiempo entre
nosotros. Me pregunto qué razones hay para que en estos momentos se
graven con particular intensidad y qué razones había anteriormente
para no gravarla. No me gustaría tener que reconocer que nos
comportamos como algunos países terceros: que van ampliando las
millas marítimas. Cuando yo era más joven eran tres, luego fueron 12
y ahora son 200. No sé si seguirán extendiendo las aguas
jurisdiccionales. Ahora, de golpe y porrazo, en España descubrimos
que tenemos un nuevo hecho imponible que puede ser objeto de gravamen
por el Estado y a partir del cual se pueden obtener algunos ingresos
más o menos suculentos.




Por último, el cambio del sistema de tasas para algunos de los
concesionarios de las denominadas UMTS ha dado origen a que la
opinión pública sepa que algunas de las compañías beneficiarias del
concurso han hecho públicas sus dudas jurídicas sobre la viabilidad
de la decisión que se incorpora en estos presupuestos. Querría saber
cuál es la opinión del secretario de Estado y cómo valora las
posibles alegaciones que han presentado esas empresas concesionarias,
porque ellas entienden que se altera el equilibrio económico de la
concesión. También me gustaría saber en qué riesgo incurre la
Hacienda pública en el supuesto de que haya una impugnación judicial
de esta decisión.




El señor PRESIDENTE: ¿Quiere intervenir algún otro grupo) (Pausa.)
Señor Azpiazu, por el Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV).




El señor AZPIAZU URIARTE: Señor secretario de Estado, yo también
quiero agradecer su presencia hoy aquí y felicitarle por su nuevo
cometido en el Gobierno.




Intervenir en último lugar tiene desventajas, pero también tiene
alguna ventaja: la gente que ha intervenido anteriormente ha hecho ya
muchas de las preguntas que yo quería hacerle. Sin embargo, quisiera
formular una pregunta que no se ha planteado en relación con el
impuesto de actividades económicas. En la campaña electoral se
prometió la eliminación del impuesto de actividades económicas y hubo
una iniciativa de la Cámara en el mismo sentido, pero parece ser que
el impuesto no va a desaparecer todavía. Quisiera preguntarle cuándo
desaparecerá el impuesto de actividades económicas y, en el caso de
que desaparezca, cómo se va a financiar a los ayuntamientos los
300.000 millones de pesetas que previsiblemente supondrá la
desaparición del impuesto.




El señor PRESIDENTE: El señor secretario de Estado tiene la palabra
para responder a las preguntas que le han hecho.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE HACIENDA ( Giménez-Reyna Rodríguez):
Permítanme que, ante todo, agradezca a la Comisión su invitación
a estar aquí en ésta mi primera comparecencia como secretario de Estado
del Ministerio de Hacienda, encargado de una parcela muy importante
de la Hacienda pública: la que se relaciona con los ingresos que los
ciudadanos satisfacen al Tesoro público para atender los compromisos
de gasto.

Me permitirán que, tratando de dar respuesta a las intervenciones de
los diferentes grupos, haga un comentario muy breve que creo
imprescindible para dar coherencia al discurso posterior. De otra
manera, entiendo, señor presidente, que las respuestas excesivamente
concretas harían perder trabazón al objeto de esta sesión. Procuraré
ser breve para responder al sentido de esta comparecencia.

Tengo que empezar diciendo que habla el secretario de Estado
responsable de la política fiscal del Gobierno; es una obviedad, pero
me interesa ponerlo de manifiesto. Lo quiero decir porque reclamo
para esa parcela de la acción de Gobierno el protagonismo que ha
tenido en los últimos tiempos y que ha sido uno de los elementos
determinantes de la situación en que nos encontramos ahora.

No es el momento de extenderse en todo lo andado, pero quiero hacer
algunas referencias temporales. Así, en 1996 se aprueba una batería
de importantes medidas de reforma fiscal, que provocan un efecto
inmediato trascendente. La reforma de la fiscalidad de las pymes se
produce en 1997 y entra en vigor en 1998; esta reforma sacrificaba
ingresos en frío, en una posición estática, pero introducía una mayor
coherencia entre el impuesto directo y el indirecto que afecta a la
pequeña y mediana empresa; renunciaba, en parte, a recaudación con la
expectativa de un mejor resultado en cuanto a coherencia, control y
aplicación de los impuestos. Los ajustes que en el valor añadido
hemos ido haciendo a lo largo de la pasada legislatura y, por fin, la
gran reforma: la reforma del impuesto sobre la renta de las personas
físicas, que entra en vigor en 1999 y que tuvo un papel decisivo para
conseguir alargar el ciclo que



Página 1637




algunos daban por titubeante al menos en el primer trimestre de 1999.

Además, quisiera subrayar, porque estamos cada vez más implicados en
ese ámbito, la plena coherencia de esa política fiscal con el marco
comunitario. Ya no tenemos soberanía más que sobre una parcela de la
acción de política fiscal del Gobierno porque hay una obligada
sumisión a actuaciones no siempre normativas, a veces se trata de
recomendaciones, de instancias supranacionales, sea la Unión Europea
sea la OCDE. Hemos intentado ser coherentes, y lo puedo decir una vez
que hemos superado algunos exámenes que han puesto en cuestión todas
las medidas presuntamente contrarias a la libre competencia en el
seno de la Unión Europea. Así España, en los primeros resultados que
están al alcance de todos, ha obtenido unos resultados favorables en
el llamado Grupo del código de conducta.

Además, si se me permite añadir la última pieza, hemos reformado la
financiación autonómica, donde se ha producido la incorporación de
nuevas figuras que engrosan los recursos de decisión independiente de
las comunidades autónomas. Bien es verdad que se trata de una
decisión contenida, no absolutamente libre sino sometida a los
mandatos del principio constitucional de coordinación.

Finalmente, hay una parcela que no puedo descuidar aquí: los tributos
así configurados han tenido una aplicación efectiva que ha demostrado
una voluntad clara de servicio al contribuyente y de mejora de la
actuación. Ello ha determinado un mejor comportamiento y una mejor
disposición del contribuyente ante la Hacienda pública, parte de los
cuales creo que hay que achacar obligadamente a aquélla. Me refiero a
las actuaciones de la Agencia Tributaria en el triple plano de la
gestión, el control -me gusta más hablar de control que de
inspección, y una de las partes del control es la inspección,
obviamente- y la recaudación tributaria. Se han producido unas
modificaciones sensibles que han determinado que nuestra
Administración tributaria pueda considerarse una de las mejores de
Europa y, en algunas parcelas, del mundo, como lo muestra el
reconocimiento que se ha dado en el ámbito del uso de las nuevas
tecnologías.

Quiero decir con todo ello que la política fiscal ha sido
beligerante, y no subordinada, para conseguir este efecto que hoy
denominamos saludable, beneficioso, momento dulce -como algunos
dicen- o círculo virtuoso. No es que hayamos tenido un momento
económico favorable que haya permitido hacer rebajas fiscales; es que
hemos hecho las rebajas fiscales que han permitido que lleguemos a
una situación económica despejada como la que nos encontramos. Creo
que eso es así; que la política fiscal se ha puesto en el lugar que
se tenía que poner y que ha determinado, por decirlo en dos palabras,
una mejora en el crecimiento económico de nuestro país y en el
empleo. Partiendo de ahí tendríamos
que comentar brevemente las líneas del presupuesto para el año
próximo.

Entramos, a partir del año 2001, en una fase en la que el ciclo
tiende a su sostenibilidad, a la estabilidad que debe tener
continuidad en los próximos años. Es indudable que hay una serie de
ratios que demuestran el enorme vigor de la economía española, que no
se puede mantener de manera indefinida. Todo crecimiento tiene unos
puntos de alza y un momento en el que se estabiliza hasta que,
fatalmente, llega el momento de bajada, como ocurre en todas las
economías. Así, si tuviéramos que calificar el momento económico del
año próximo, habría que decir que en él nuestra situación económica
debe estabilizarse, mantenerse y demostrar su capacidad de
sostenimiento después de los primeros años en que hemos vivido esa
enorme bonanza económica que demuestran todos los ratios que están a
disposición de todos ustedes.

En esa situación, la reforma del impuesto sobre la renta de las
personas físicas ha debido tener un papel importante y trascendental
que todavía no podemos evaluar con precisión. Es propósito de la
Secretaría de Estado hacer un estudio detallado del efecto que ha
tenido la reforma en todos los aspectos, más allá de los
estrictamente fiscales: en el orden económico, en qué manera ha
podido influir en el crecimiento, en el empleo, en la diversificación
del ahorro, en la mayor neutralidad en el tratamiento de los
distintos instrumentos y que ha provocado que haya mayores y mejores
opciones para los ciudadanos. En todo caso, yo creo que la reforma
del impuesto tuvo un papel definitivo, sobre todo el hecho de que la
reforma entrara en vigor en tiempo real, a diferencia de lo que
ocurre con los países vecinos, que hacen unas reformas proyectadas a
cinco años, como Alemania, que proyecta para el año 2005 el final de
la reforma del impuesto sobre la renta, o Francia, que proyecta a
tres años una reforma del impuesto sobre la renta que no va más allá
de deflactar los tipos de la tarifa, que al fin y al cabo es bajar
los tres o cuatro puntos que prevé su reforma.

Nuestra situación económica tiene mucho que ver con la inyección que
supuso la modificación que entró en vigor en enero del año 1999 y que
ha determinado que la reforma del impuesto sobre la renta haya
cubierto plenamente sus objetivos, tanto desde el punto de vista de
la rebaja formal de las obligaciones fiscales a cargo de los
contribuyentes, principalmente de los de menores rentas, como, por
otra parte, la capacidad de recuperación del impuesto gracias a los
efectos añadidos de mejora de la actividad económica y mejora del
empleo, que han determinado unos datos objetivos que algunos
intervinientes han destacado como llamativos al menos, pero que hay
que atribuir a que la reforma, por introducir una tributación más
razonable, ha determinado esa mejora recaudatoria última. Las
previsiones de ingresos que se hacen para el año próximo,intentar ser
congruentes con el marco económico que



Página 1638




todos los especialistas nos dicen. Son unas previsiones razonables
para el marco que la economía española ha de vivir en el 2001.

Creemos que son datos perfectamente justificados, que tienen toda su
razón de ser en las previsiones que nos dan los distintos indicadores
económicos.

No quisiera hacer yo una exposición detallada de cuánto supone cada
uno. pero sobre las grandes figuras, rentas, sociedades, IVA y
especiales, que yo pienso que son los cuatro grandes pilares de la
imposición del Estado, sí que habría que hacer algún comentario. En
el impuesto sobre la renta, las previsiones de crecimiento para el
año próximo son de 5,9, frente al 4,9 de crecimiento del año 2000. El
crecimiento de la masa salarial permite hacer unas estimaciones
congruentes con esta cifra. Estamos hablando de un incremento de la
base salarial del 6,4 por ciento, frente al 8,7 del año pasado, y de
una tasa de incremento del empleo del 4,4 por ciento. Eso supone que
tenemos unas expectativas de crecimiento razonables, no tan intensas
como el año pasado. Se modera el crecimiento en esta rúbrica, pero
creemos que es fundada la expectativa de obtener esa recaudación de 5
billones 675.000 millones del impuesto sobre la renta para el año
próximo. Hay un dato importante a destacar, y es cómo el tipo medio
de las retenciones de trabajo tiende a desplazarse al alza.

Probablemente ha pasado ya -esto es una interpretación que uno se
permite hacer- aquel momento en que los contratos de menor entidad
laboral han quedado superados y hoy día estamos en una situación, en
una fase del ciclo económico, en que las expectativas salariales de
los trabajadores están siendo mejoradas. De ahí la indicación de que
el tipo medio de la retención de trabajo se desplaza al alza, en
términos reales, con lo cual creemos que el crecimiento que se prevé
tiene sentido y que son previsiones perfectamente razonables para el
año próximo.

En el impuesto sobre sociedades, contemplamos un crecimiento de la
recaudación más moderado que en el año noventa. Estamos hablando de
un crecimiento del 9 por ciento. En el año 2000 el crecimiento, que
ciframos en datos de previsión a fin de año -siempre son estimaciones
lo que va a ocurrir al final del año 2000- , estamos manejando cifras
del 13,8 por ciento, pero para el año próximo es previsible una
moderación de la recaudación de este impuesto, de esta segunda gran
rúbrica de los impuestos directos del Estado. Eso nos llevaría a una
recaudación de 3 billones 21.000 millones, que es una cifra
importante de crecimiento. El 9 por ciento, es una cifra más que
respetable, pero más moderada que el crecimiento de este año, lo cual
tiene que ver con factores que, sin duda, están ya a la vista, como
es unos incrementos de costes, el lado negativo de las cuentas de
resultados, debido a factores como las circunstancias energéticas,
las salariales -por qué no decirlo- y las financieras, ante una
modificación del cuadro vigente de tipos de interés. Creemos que los
beneficios para el año próximo tienden a moderarse, pero hay que
contar con que el año próximo tenemos una parte de la recaudación que
viene determinada por los beneficios del año 2000 y las expectativas
de este año 2000 son todavía francamente esperanzadoras. Por
consiguiente, creemos que la cifra prevista tiene toda su razón de
ser. El total de impuestos directos nos daría, sumando todas las
rúbricas -aunque yo solamente me he detenido en estos dos-, una
recaudación previsible de 8 billones 900.000 millones, con un
incremento del 6,9 por ciento sobre la previsión de cierre del año
2000.

En indirectos, y por referirme también a dos grandes conceptos, en
valor añadido nuestras previsiones de crecimiento son más moderadas
que en el año 2000. Estamos previendo crecer este año al 9,5 y para
el año próximo prevemos crecer al 7,5 por ciento de recaudación. Eso
tiene que ver con que nuestra base agregada del impuesto sobre el
valor añadido tiende a reducirse. Hay una moderación indudable tanto
en cuanto a las cifras de ventas interiores como en cuanto a las
cifras de comercio exterior, particularmente la cifra de importación
y también la de exportación, con lo cual habría una mejora desde el
punto de vista de las devoluciones que los exportadores reciben. En
la cifra de la base interior, que son ventas interiores más
importaciones, prevemos un leve descenso, de manera que en lugar de
hablar de un incremento del 15 por ciento, pasaríamos a un incremento
del 13,2 por ciento para el año 2001. En cuanto a los impuestos
especiales, las previsiones son también muy moderadas de crecimiento,
3,3 por ciento, frente al 4,8 de este año. Creemos que hay razones,
en cuanto a consumo, para justificar esa subida, sobre todo en
alcoholes y tabaco, en el tabaco influido por las subidas de precio
que se han producido este año. Sin embargo, hay otros conceptos que
tienden a moderarse, como es la venta de automóviles, que determina
el impuesto especial de matriculación, porque no es previsible que se
mantengan las altas tasas de matriculación de vehículos por tiempo
continuado. No es un bien que se renueve con asiduidad y, obviamente,
las tasas de matriculación de vehículos no es previsible que crezcan
tanto. De ahí que hagamos una previsión de 4,2 por ciento en el
impuesto de matriculación, frente al 8,5 que tuvimos el año pasado.

Si sumáramos todos los indirectos, nos daría una cifra de 9 billones
117.000 millones, es decir, un crecimiento del 6,1 por ciento,
frente, como he dicho en directos, a un crecimiento del 6,9 por
ciento.

Nos quedaría referirnos al capítulo 3, dentro del que están
fundamentalmente las tasas, con una cifra que es próxima a los
350.000 millones de pesetas. Ahí está como gran componente al que
luego me referiré,atendiendo a la cuestión planteada sobre las tasas
eléctricas, este concepto, que tiene una incidencia definitiva en esa
tasa de incremento, 88 por ciento, frente al 2,8 por ciento que tuvo
el año pasado. Es indudable que es un concepto que tiene una
trascendencia en este capítulo



Página 1639




de los ingresos. Todas estas cifras de ingreso son las que hemos
computado de acuerdo con las diferentes circunstancias en cada una de
las rúbricas, y nos permiten hacer frente a un capítulo de gastos que
quiere ser respetuoso con lo que son líneas prioritarias del
Gobierno, que tienen que atender los gastos sociales, sanidad,
infraestructura, de I+D, intentando poner a nuestro país en el lugar
que pensamos todos que debe estar o en el capítulo de seguridad
ciudadana. No quisiera yo extenderme más en este apartado y tan sólo
digo que con esos ingresos y con el estado de gastos que el Estado
prevé para el año próximo se cifra este presupuesto, basado en el
equilibrio, que pretende hacer realidad lo que en castellano más
propio se dice de no estirar los pies más lejos de donde llega la
sábana. Es decir, gastar exactamente aquello para lo que se tiene
ingresos, lo cual supone, al fin y al cabo, como le gusta explicar a
los hacendistas clásicos, el mejor cumplimiento del contrato social
entre el Estado y los ciudadanos, donde el Estado gasta justamente
aquellas cantidades que el ciudadano ha querido poner en manos del
Estado para atender los gastos públicos.

Y paso a las cuestiones planteadas por SS.SS. Siguiendo el orden de
intervenciones que han hecho los diferentes grupos, me referiré a la
primera intervención del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso,
que ha hecho unas valoraciones sobre la situación de la economía
española y algunas reflexiones sobre la subida y bajada de impuestos,
la connotación política que tengan esas decisiones. Intentando
responder a las cuestiones que le interesaban, yo le diría que los
ingresos tributarios sí que han tenido una importancia decisiva en la
consecución de los objetivos de política económica. Yo he hecho una
exposición introductoria en la que quería decir esto mismo. No es que
el crecimiento haya permitido hacer la rebaja de impuestos, ha sido
la rebaja de impuestos lo que ha permitido cumplir los objetivos de
política económica. Lo que parece una clase de manual, que rebajar
impuestos producirá liberación de rentas, provocará mayor incentivo a
la iniciativa privada, mayor capacidad de asunción de riesgos, por
tanto, mayor posibilidad de contratación de trabajadores, por tanto,
mayores rentas salariales, por tanto, mayores beneficios, por tanto,
mayor recaudación y vuelve a empezar el círculo virtuoso, eso, que
parece una lección de manual, en nuestro caso, yo lo daría por
realizado. Además, intentando responder a la pregunta del señor
diputado, creo que, efectivamente, la forma en que se han diseñado
los ingresos tributarios y la forma en que se han comportado han
permitido llegar al cumplimiento de los objetivos que tenía marcados
el Gobierno. Y eso responde también a la siguiente reflexión, como
cohonestar bajada formal, nominal, legal, de impuestos con incremento
de recaudación. Uno tiene ya algunas lecciones aprendidas, pero de
las más elementales que yo he recibido de un hacendista canadiense
explicaba que los impuestos, para predicarse de
ellos que son buenos, han de ser rentables -el impuesto está para
recaudar ingresos para el erario público-, han de ser eficientes
desde el punto de vista económico, han de ser equitativos, justos,
para responder a los criterios, en nuestro caso, constitucionalmente
establecidos, han de ser fáciles de administrar, cuarto criterio, y,
quinto, han de ser aceptables políticamente. Cuanto más aceptable
políticamente sea el impuesto, mejor disposición del ciudadano hay
para atender la norma tributaria. Y yo creo que eso tiene algo que
ver también con la reacción del ciudadano español. Cuando el
ciudadano español contempla la fiscalidad como excesiva, una
apreciación que no tiene más que una valoración que hacen los
contribuyentes, el factor que induce al fraude es mayor, hay mayores
posibilidades de obtener una ganancia del fraude. Cuando esa relación
se corrige, disminuye el incentivo del fraude, disminuye su atractivo
y, por tanto, el ciudadano se dispone a pagar mejor. Pero a mí me
parece que el incremento de recaudación ha tenido que ver, además de
con el efecto inducido en el ciclo económico que hemos tenido, que yo
creo que es indudable -no hay más que ver las cifras de incremento de
empresas, de asalariados sometidos a los impuestos personales sobre
sociedades y sobre rentas respectivamente-, con otro dato y es que la
Administración tributaria ha cambiado su forma de trabajar. El hecho
de que se preste la asistencia que se presta al contribuyente, que se
le facilite el cumplimiento de sus obligaciones tributarias y que se
esté permanentemente en una disposición de favorecer el mejor
cumplimiento de las obligaciones tributarias ha debido influir
definitivamente en la mejora del comportamiento ciudadano. Un ejemplo
que se da siempre es que la complejidad, la dificultad de
cumplimiento es el mejor aliado del fraude; no hay mejor argumento
para el que no quiere pagar el impuesto que decir que es insuperable,
que no lo puede hacer. Cuando, en lugar de eso, la Hacienda pública
facilita al ciudadano un instrumento informático o manual que le
permite cumplir con sus obligaciones, el argumento de la complejidad
o la dificultad de cumplimiento disminuye y por tanto la resistencia
es menor. Y ahí es donde yo creo que encuentra su mejor justificación
cualquier Cámara que establezca los impuestos correspondiendo al
clásico principio de la representación democrática. Las normas se
establecen para ser cumplidas, y no hay mejor resultado que el que el
ciudadano las cumpla voluntariamente. Y el dato de que esto es así se
produce cuando uno intenta hacer comparaciones de resultados
recaudatorias en algunas de las magnitudes más al uso. Por tomar de
los más objetivos, se puede comparar cómo, estableciendo la
recaudación de valor añadido, está subiendo el consumo. Hay unos
diferenciales superiores en algunos momentos a 10 puntos, lo cual
significa que hay algo detrás del incremento del consumo, y hay, sin
duda -yo lo creo así-, una afloración de economía sumergida, hay una
afloración de contrataciones laborales que el



Página 1640




empresario se ve en la necesidad y en la oportunidad de hacer. Eso
determina una mejor recaudación mucho más allá de lo que indica el
ratio de consumo.

El punto siguiente es el de la reflexión sobre presión fiscal,
global, individual y demás. Esta es una discusión larguísima, que
probablemente yo no sería capaz de despejar aquí, pero a la que yo
creo que, sin descartar la importancia del ratio, que todas las
cuentas públicas tienen que manejar, hay que darle la importancia que
realmente tiene. Es un ratio que resulta de una ecuación que a su vez
resulta de dividir ingresos entre el producto interior bruto de cada
país. Y a partir de ahí cada uno puede sacar las conclusiones que
quiera. Si imagináramos un escenario donde no hubiera cumplimiento
ninguno de los impuestos y de la noche a la mañana el ciudadano se
dispusiera a pagar al 50 por ciento nada más lo que manda la ley,
tendríamos un incremento de presión fiscal extraordinario. Y si ya
consiguiéramos que pagara al cien por cien, la presión fiscal habría
crecido de una manera espectacular, con la misma ley fiscal, sin
haberla tocado, y con el mismo PIB, para no mover ninguno de los
factores. Quiero decir con este ejemplo excesivamente simple -lo
reconozco- que sacar conclusiones de este ratio tiene los riesgos que
tiene. Yo creo que hay una verdad incontestable, y son las reformas
fiscales que se han hecho. No voy a enunciar las sucesivas reformas
que se han hecho en renta, entiendo que muy en la mente de todos, en
sociedades, donde hay innumerables reformas, o en valor añadido,
donde se han producido modificaciones importantes en autopistas, en
transporte, en el tratamiento de la bombona de butano, el petróleo,
la utilización de maquinaria en común por cooperativas, los servicios
deportivos ante el IVA, los servicios intensivos en mano de obra,
atendiendo a la directiva comunitaria, etcétera. Hay una batería de
medida que han reducido formalmente, legalmente, los mandatos de
cumplimiento fiscal de los ciudadanos, y a pesar de ello la
recaudación ha subido. Eso hay que achacarlo a las circunstancias que
comentaba anteriormente: hay una mejor disposición, hay una mayor
colaboración de la Administración con el contribuyente y hay un
crecimiento de la actividad, del empleo, de los beneficios y de las
rentas en general de los ciudadanos, que determinan la subida de
recaudación. De manera que, sin contemplamos todas las figuras,
podríamos decir claramente, como se explica en la documentación de
los presupuestos, que la presión fiscal, en términos globales, de
todos los ingresos tributarios y no tributarios, se mantiene estable
de un año para otro. Acepto que eso puede o no puede ser así,
dependiendo de los años, y le daría nada más la importancia que he
intentado darle, que es el resultado de una ecuación en la que los
datos vienen dados y por tanto las conclusiones son tan libres como
cada uno las quiera apreciar.

Se ha hablado también de otro aspecto, siguiendo con la intervención
del representante del Grupo Parlamentario
Popular, que es el comportamiento de los principales
impuestos. Ya me he referido al impuesto sobre la renta, y el
resultado del derecho de recaudación, después de la reforma, hace
creer en lo que habíamos pensado cuando la planteamos. La reforma
contemplaba una reducción en frío, en términos estáticos, de la
recaudación de en torno a 500.000-600.000 millones de pesetas. Y en
la práctica esa recaudación ha sido superada, lo que hay que atribuir
necesariamente a las circunstancias que ya he citado con
anterioridad. En la página 142 del libro amarillo hay una serie de
reflexiones sobre cómo aumentan las empresas, los trabajadores
y demás, añadido a lo que he comentado de la subida de la masa
salarial, el deslizamiento hacia arriba del tipo medio de las
retenciones, que nos indica que hay una mayor base tributable en el
impuesto sobre la renta, que han hecho que la recaudación sea tan
favorable. También quiero añadir algo, y es que la reforma de la
renta ha introducido mayor progresividad al impuesto que la que tenía
anteriormente. Ya empieza a haber estudios que denotan que la reforma
del IRPF de 1999 hace al impuesto sobre la renta más progresivo que
el que existía anteriormente. El hecho de que, por ejemplo, cualquier
plusvalía de cualquier tiempo, excluida la del período transitorio,
tribute, frente a lo que ocurría anteriormente, hace que el capítulo
que parece que todos los hacendistas considera más digno de
tributación, que es el de las ganancias de capital, hayan tomado un
verdadero protagonismo ante el impuesto es un factor, entre otros,
que yo creo que explica la mayor progresividad que el nuevo impuesto
tiene frente al anterior. En cuanto al valor añadido, he comentado
también cómo el crecimiento está por encima del crecimiento de las
tasas de consumo, lo cual es debido -creo que es muy cierto- a una
mayor afloración de economía sumergida, una mayor transparencia del
contribuyente frente al impuesto.

En el resto de las figuras, me remitiría a los comentarios que he
hecho con anterioridad, llamando la atención sobre que hay una
porción del impuesto sobre la renta que está ya cedida a las
comunidades autónomas, sea como tarifa autonómica o sea como
participación en la recaudación que el Estado obtiene por el impuesto
sobre la renta, a propósito del segundo tramo del 15 por ciento, del
10 en el caso de la Comunidad Autónoma de Madrid. Eso hace que, en el
conjunto de la presión fiscal, si se me permite, si añadiéramos al
dato global de impuestos directos los 800.000 millones que supone la
porción de ese 15 por ciento que está cedido por tarifas autonómicas
a las comunidades autónomas, nos decantemos claramente por una subida
de los impuestos directos frente a los indirectos, sin computar otros
impuestos directos o indirectos cedidos a las comunidades autónomas,
como es sucesiones y patrimonio y transmisiones patrimoniales y actos
jurídicosdocumentados, respectivamente.




Página 1641




La discusión sobre la presión fiscal, si pusiéramos todas las cartas
encima de la mesa, claramente cae a favor de los impuestos directos.

Detrás de eso -y me permito introducirlo, aunque no se ha planteado-
hay una discusión un poco clásica, para mí un poco superada. Los
impuestos directos son justos, los impuestos indirectos son injustos.

Eso no es así necesariamente. Puede haber impuestos directos
injustísimos y puede haber impuestos indirectos muy justos. ¿Cómo? A
base de que el impuesto directo module la incidencia sobre el
ciudadano mediante las técnicas de desgravación, deducción y
reducción y que los impuestos indirectos discriminen también en
función de actividades, de productos, de sectores, para atender a la
renta menos dotadas. De ahí los tipos reducidos, superreducidos o las
exenciones que se establecen en el impuesto sobre el valor añadido.

Pero esa dialéctica debe entenderse superada. Al menos así lo indican
todas las reformas que hay en el mundo. No hay ahora mismo una
reforma que se precie de moderna que no prescinda de esta dialéctica,
para mí clásica y yo entiendo superada sobre la justicia o la
injusticia de los impuestos directos y los indirectos. Hay
posibilidades de que cualquiera de esas características se incumplan
por cualquiera de las figuras. Y no cabe duda de que hay un capítulo
de la imposición indirecta en donde hay una tendencia al alza
indudable, que repercutirá necesariamente sobre ello, por ejemplo la
imposición energética o la imposición medioambiental, que son
capítulos inéditos para nuestro país, pero que en el mundo occidental
son de una incidencia creciente. Y frente a ello hay un acuerdo
generalizado, también por nuestra parte, que hay que disminuir el
principal capítulo de la imposición directa, que es la imposición
sobre el trabajo. Y puesto que ese es el principal pilar del impuesto
sobre la renta, que es el principal impuesto directo de nuestro
sistema, si queremos ser consecuentes en reducir la llamada brecha
fiscal del empleo, hacer que las rentas del trabajo no tengan una
contribución tan creciente como han tenido, tenemos que hacer algo. Y
eso llevaría necesariamente a corregir ese equilibrio. Lo que quiero
decir, es que esa dialéctica de directos e indirectos para mí tiene
un sentido relativo, al menos, pues hay que considerar todas estas
circunstancias que están sobre la mesa y que hacen perder vigor a una
discusión clásica, que tiene muchos libros publicados, pero que hoy
yo creo que ha perdido bastante su vigencia.

Finalmente, el señor Martínez-Pujalte, en nombre del Grupo
Parlamentario Popular, comentaba otro capítulo, donde yo creo que es
importante destacar la ley de presupuestos y la ley de
acompañamiento, que es lo que no hace. Y es porque no actualiza los
impuestos especiales y tampoco actualiza las tasas, salvo
determinados conceptos, como tasas sobre medicamentos y algunas
otras, como las de AENA, para atender a ciertas demandas de la Unión
Europea. Esa política tiene su razón de ser en que por segundo año,
en cuanto se
refiere a impuestos especiales, se produce esa congelación al
servicio de objetivos mayores. Si tenemos la suficiencia
presupuestaria garantizada y podemos evitar ese incremento de los
impuestos especiales, que pueden tener esa repercusión tan negativa
en un capítulo de enorme trascendencia para nuestra competitividad
como es la inflación, parece mejor dejarlos congelados, no
incrementar las tarifas de acuerdo con el índice y permitir que el
consumo se pueda adecuar a unas tarifas estables por tercer año ya.

Eso es, ni más ni menos, que utilizar la política fiscal al servicio
de la política económica. Y naturalmente creemos que eso debe tener
un resultado favorable, dada la enorme importancia que puede llegar a
producir un incremento en la factura final del petróleo.

Y pasaría a atender los comentarios y las cuestiones planteadas por
el señor Fernández Marugán, en nombre del Grupo Parlamentario
Socialista del Congreso. La primera referencia que tengo anotada es
su comentario sobre el alto nivel de ingresos que se va a producir,
según la previsión de cierre del año 2000, 765.000 millones, con
respecto a las previsiones iniciales. Yo creo que las razones de esos
incrementos de recaudación están explicadas en la página 142 del
libro amarillo, a las que he hecho referencia con anterioridad. La
mejora de la situación económica, el incremento del número de
empresas, nuevos contribuyentes ante el impuesto, la aparición de
mayores empleados, nuevos contribuyentes ante los impuestos y ante la
Seguridad Social. Recuerden que el último dato que yo retengo en este
momento es que en el mes de septiembre ha aumentado en 152.000 nuevos
afiliados la Seguridad Social; es decir, el 1 por ciento de la cifra
total de afiliados, que está en torno a 15 millones. En un mes que no
es precisamente de los mejores de empleo del año, el mes de
septiembre, y en un momento que no es el más alto del ciclo. Todo eso
significa que hay más trabajadores legalizados, si se me permite la
expresión, que determinan al final un resultado recaudatorio como el
que se ha dicho.

El resultado recaudatorio debe ser corregido con algunas partidas
negativas, como la disminución de ingresos del Banco de España, o
descensos en el capítulo tercero, o en aumentos de otros ingresos
patrimoniales. De manera que el resultado final serían 765.400
millones de pesetas, que es fruto de de esta coyuntura económica que
hemos vivido y que creo que a todos nos ha parecido mayor de lo
esperado. Ciertamente, las previsiones de ingresos se hacen en el mes
de septiembre. Del mes de septiembre de 1999 a mediados del 2000, si
tomáramos de referencia media una fecha, se pueden producir estas
desviaciones. Pero yo creo que es ni más ni menos que una
consecuencia del estado todavía virtuoso y altamente expansivo que ha
tenido la economía española durante el año 2000, fruto de esa
aceleración de decisiones, de mejora de inversión,



Página 1642




de ahorro y demás que han tenido nuestros contribuyentes.




Ha hecho un comentario sobre una referencia del Banco de España. Yo
lo único que tengo presente es el último informe del Banco de España,
que nos dice que de lo expuesto se deduce un panorama muy positivo
para las empresas españolas en lo que respecta a la evolución de la
actividad, el empleo y la rentabilidad, con sombras en el horizonte,
representadas por la evolución de los precios, ligadas fundadamente a
los de las importaciones de crudo. Hay un horizonte de situación
económica favorable, pero hay algunos aspectos que pueden moderar ese
optimismo, como consecuencia - aquí apunta- de los factores
energéticos y añadiría los financieros y, como he dicho
anteriormente, los salariales. En vista de ello está el razonamiento
que se hace en las páginas 142 y 143 del libro amarillo, en donde
decimos que el escenario para el 2001 modera la situación expansiva,
postulando una atenuación de las bases sujetas a tributación y del
empleo, de lo que se observa ya en el segundo trimestre del 2000
algunos indicios. Las importaciones de las grandes empresas
desaceleran su crecimiento, las ventas interiores moderan también su
tasa anual, etcétera. Yo creo que son reflexiones coincidentes hasta
donde yo soy capaz de entender. En cualquier caso, hay datos que a
nosotros nos vienen dados y es que nuestra economía es una economía
abierta al exterior, nuestro nivel de intercambios con la Unión
Europea es muy importante, más importante que el de los principales
países, como el caso de Alemania, en torno al 70 o al 80 por ciento
de nuestros envíos al exterior son a la Unión Europa. También estamos
muy supeditados, tendremos mucho que ver con lo que ocurra en la
Unión Europea. De suerte que ,si esa perspectiva de crecimiento de la
Unión Europea, del resto de Estados miembros, se confirma, nosotros
podríamos tener una nueva propensión a la expansión del ciclo. Por el
contrario, si esos datos de mejora económica en Francia, Alemania,
Italia, Reino Unido no se confirmaran también tendríamos que moderar
nuestras previsiones de crecimiento en el futuro. Pensemos, por
ejemplo, en el sector del automóvil; creo que enviamos a Europa del
orden del 70 por ciento de los automóviles que se fabrican en España.

Una demanda expansiva en Europa tiraría mucho de la actividad de
nuestras fábricas.




El punto siguiente al que se ha referido el señor Fernández Marugán
es el de la progresividad en frío, una frase clásica que todos
entendemos lo que quiere decir. Con ello apunta al problema de
adaptar las tarifas al efecto inflación y demás. Si tomáramos -yo no
lo voy a hacer- la historia, veríamos cómo ha habido años sucesivos
en que esas deflactaciones no se han producido. En el año 1999, se
hizo la corrección de la tarifa al efecto inflacionario para el año
2000; para el año 2001. El proyecto de ley de presupuestos no
contempla una deflactación de la tarifa, entendiendo que estamos
en unas tasas de inflación moderadas; estamos en un nuevo impuesto
cuyos efectos definitivos tenemos pendientes de evaluar. Tenemos unos
impuestos con unos tramos de tarifa más anchos, pasando de una tarifa
de 16 tramos a una de 6 tramos, con lo que el tipo de contribución de
los ciudadanos es más estable en el tiempo. Por otra parte, creo que
es una medida consecuente con esta idea de estabilidad que se quiere
transmitir. Quiero llamar la atención sobre que, de la misma manera
que no se deflacta esta tarifa, tampoco se deflactan otras tarifas en
los impuestos especiales, como las que he comentado anteriormente.

Eso es así, hasta ahí es correcta la valoración que se hace, pero
también hay otros factores a tener en cuenta. Ha habido una serie de
modificaciones en los impuestos personales que han determinado una
disminución de los impuestos que afectan a los ciudadanos, de manera
que las cargas fiscales que soportan los ciudadanos se han reducido.

Si pudiéramos hacer la reflexión entre presión fiscal real y presión
fiscal potencial o nominal, podríamos demostrar, en términos de bases
imponibles, que se ha producido una disminución de la fiscalidad que
afecta a los ciudadanos. A esta circunstancia hay que unir otro dato,
los cambios que habrán de introducirse en el cuadro de retenciones
que soportan los contribuyentes -una parte de los cuales deberá ser
aprobada mediante ley en un precepto que se incorpora a la ley que se
tramita, trasunto del Decreto-ley 3/2000- por el que se modifican las
retenciones por ascendientes y por descendientes en las unidades
monoparentales, decreto que está pendiente de aprobarse en este mismo
mes de octubre. Todas esas circunstancias hacen que no creamos
necesario producir esa deflactación de la tarifa para el año 2001.

Esta es una opción que tiene su explicación técnica en los términos
que acabo de explicar y que tiene numerosos ejemplos en los años de
vida que tiene este impuesto sobre la renta en nuestro país.

A continuación, ha hecho una referencia a la cuestión de impuestos
directos e impuestos indirectos. La explicación que he intentado dar
con anterioridad valdría también para la reflexión que se me hace por
el representante del Grupo Parlamentario Socialista. Según el último
dato en previsiones para el año próximo, los impuestos directos
tendrían un peso de 49,7 y los indirectos, de 50,3 del total del
presupuesto de ingresos. Quiero decir que estamos hablando de
centésimas para llegar al equilibrio total. Si a esas cifras de
impuestos directos e indirectos, añadiéramos a los directos los
800.000 millones de la tarifa autonómica, tendríamos claramente
decantado a favor del saldo de impuestos directos la cifra total,
puesto que es un componente del impuesto personal, pero situado en
otro nivel de hacienda. En cualquier caso, me remito a los
comentarios que hice anteriormente en cuanto a la relatividad de la
discusión tradicional de que los impuestos directos son justos por
esencia y los impuestos indirectos



Página 1643




son injustos por esencia. Eso no tiene por qué ser así; pueden darse
justamente las situaciones contrarias. En cuanto a las
privatizaciones el programa del Gobierno está muy avanzado, son
escasas las empresas que quedan por privatizar. CEstos datos tienen
mucho que ver con la coyuntura del mercado para concluir todo el
proceso que está en marcha. En cualquier caso, las grandes rúbricas
están ya despejadas y, por tanto, es un capítulo que no debe influir
definitivamente en nuestras próximas cuentas.

La última referencia se hace a la llamada tasa sobre reserva del
dominio público radioeléctrico. Me parece que ha preguntado por qué
antes no se cobraban y ahora sí. Es la gran cuestión. No es que antes
no se cobraran y ahora se cobren. El artículo 73 de la Ley de
telecomunicaciones contempla la tasa del dominio radioeléctrico y
manda graduar la tasa, de acuerdo con la ley marco de tasa, en
función del valor de mercado y la rentabilidad del dominio cedido al
uso privativo del ciudadano. La tasa para el año 2001 revisa cuál es
el valor de mercado, lo que nos dicen los conocimientos del mercado
-en esto, la globalidad es mayor que en ningún otro capítulo por
razones obvias-, y estima la rentabilidad a obtener del uso privativo
de ese espacio radioeléctrico, en virtud de lo cual concluye en el
establecimiento de unas cuantías de la tasa que son las que figuran
en el estado de ingresos. Por tanto, no se trata de una tasa que se
crea de nuevo, sino que se revisa su cuantía siguiendo los parámetros
de la Ley de telecomunicaciones y en función de las nuevas
circunstancias que se han puesto de manifiesto a partir de los
acontecimientos que están en la mente de todos. Quiero repetir que no
se trata de una tasa nueva sino de actualizar en función de lo que el
propio mercado nos dice que vale y que se puede rentabilizar ese
espacio. No es que antes no se cobrara y ahora sí, sino que se
modifica para ponerse al día en sus cuantificaciones.

Sobre las alegaciones, yo no me atrevería a responder sobre las
alegaciones que hacen en prensa los interesados en esta cuestión.

Creo que el Poder Legislativo tiene toda la soberanía para adaptar
las tasas en función de lo que marca la ley y establecer la cuantía
que corresponda. De otra manera, como ha dicho el Constitucional en
alguno de sus pronunciamientos, atender a la consolidación de una
situación dada determinaría la petrificación de esa situación. Es una
reflexión a propósito de otros conceptos, pero me parece que es
perfectamente reconducible al caso. El legislador no puede permanecer
inerte, sin actuación, ante circunstancias nuevas que se producen a
la vista. Ése es el razonamiento que el Parlamento debe considerar si
decide modificar la cuantía de las tasas sobre el dominio
radioeléctrico. Es una reflexión perfectamente válida, que enlaza con
lo que las propias empresas han puesto de manifiesto en los concursos
que se han producido, tan próximos a nuestro país.

Salvo que hubiera omitido alguna cuestión, pasaría a responder al
señor Azpiazu, del Grupo Parlamentario Vasco del Congreso. Ha hecho
una referencia a un tributo de las haciendas locales, el impuesto
sobre actividades económicas. Como bien dice, hay una promesa del
Gobierno de promover la eliminación del impuesto sobre actividades
económicas para los contribuyentes más modestos, los autónomos, y los
contribuyentes de menor entidad frente al tributo. Ésta es una
reforma que tiene mucho que ver con la demanda de toda la sociedad
ante un tributo que grava la capacidad económica de manera aparente
porque grava el beneficio medio presunto de las empresas. El mero
ejercicio de la actividad, se tenga o no beneficio, determina que hay
una base presunta de resultados sobre la que incide el impuesto a
favor de la Hacienda municipal y de la Hacienda provincial por la vía
del recargo. Ése es un concepto que plantea problemas de justicia en
la imposición y de eficiencia desde el punto de vista económico,
puesto que no en todos los países, escasamente en tres países de
Europa, existe un impuesto similar al IAE español, Alemania con el
impuesto industrial, Francia con la tasa profesional y los italianos
que han introducido una reforma hace dos años. Por tanto, cualquier
empresa española sometida a este impuesto sobre la actividad
económica tiene una capacidad competitiva inferior frente al
exterior. El hecho de que incida precisamente sobre las economías más
modestas, los empresarios de menor capacidad económica, es lo que
lleva al Gobierno a promover esa reforma. La reforma pretende
llevarse a cabo en la segunda mitad de la legislatura, hay previsto
un calendario de reuniones y negociaciones con la Federación Española
de Municipios y Provincias, interlocutor del Gobierno para abordar
todos los temas relativos a la Hacienda municipal y provincial. Esas
negociaciones no están abiertas todavía, estamos en los preliminares
más elementales de la reforma. Por tanto, hablar en este momento de
compensación o no está por determinar. En cualquier caso, la idea del
Gobierno es revisar la fiscalidad de las haciendas locales con objeto
de hacerlas más justas que ahora mismo, más transparentes, más
perceptibles, que haya una mejor visualización del ciudadano de los
tributos que paga a sus administraciones locales y, por otra parte,
conseguir que la Hacienda local sea más moderna y más corresponsable
de lo que era hasta ahora. Eso lleva necesariamente a revisar esta
figura probablemente la más antigua de la Hacienda española
y probablemente también la más criticada, pero ya sabe el señor
diputado que en Hacienda hay un aforismo que dice que un impuesto
viejo es un impuesto bueno. Este impuesto que goza de esa vetustez le
hace gozar de un asentimiento en su tributación que no se corresponde
con la bondad de su diseño técnico. Tenemos que pasar a un tributo
más moderno acorde con los postulados de capacidad económica que
postula nuestra Constitución.




Página 1644




Señor presidente, pienso que he respondido a las intervenciones de
los señores diputados y estoy a su disposición para cualquier
comentario adicional.




El señor PRESIDENTE: Grupos que han formulado peguntas.

El señor Fernández Madrugán tiene la palabra, por el Grupo
Socialista.




El señor FERNÁNDEZ MARUGÁN: En líneas generales ha respondido a la
batería de preguntas que le he hecho, con arreglo a los criterios que
el Gobierno entiende. Podré o no estar de acuerdo, pero no es la
cuestión. Sin embargo, tengo que hacer una referencia a algunas ideas
que ha deslizado tanto al señor Martínez- Pujalte como a mí,
relativas, en mi opinión, a la articulación que se puede producir
entre diseños tributarios y política económica. Hace bastante tiempo
que los diseños tributarios establecen gravámenes poderosos que
gravan la renta y el consumo y que obedecen fundamentalmente a los
dos grandes principios que ha habido en la Hacienda pública, el de la
capacidad de pago y la teoría del beneficio. Ha habido modas o ha
habido énfasis en los cuadros tributarios. En los años setenta la
legislación tributaria estaba más próxima a la capacidad económica y
en los años ochenta y noventa ha estado más cerca de la idea del
principio del beneficio. No obstante, hay una cosa que me preocupa, y
es que nosotros no somos un país no somos una nación con mucha
historia en baja inflación. El gusto por la estabilidad ni lo tiene
la sociedad española ni lo tienen los gobernantes españoles y le pone
usted los años que quiera a la sociedad y el nombre que quiera a los
gobernantes, porque no me voy a sonrojar porque ponga los nombres a
los gobernantes.

Cuando se llevan a cabo transformaciones tributarias que
desequilibran un poco la mix de política económica, nos podemos
encontrar con algo que ocurre aquí, que se ha producido una retirada
de la imposición sobre la producción y la renta y el patrimonio -el
circuito renta-patrimonio, por decirlo en términos clásicos- ha ido
en decadencia, para tener más importancia la otra cara del sistema
tributario. Eso en los momentos de inflación baja está bien, pero en
el momento en el cual pueden cambiar las cosas, le echa un poco de
llama. Esta mañana se lo decía al señor Folgado y lo sigo diciendo.

Cuando uno se acerca al deflactor del PIB, uno se sorprende y yo me
he sorprendido. Uno de los elementos que determina el nivel de
inflación, la temperatura, de los precios en España, en el 35 por
ciento de esa temperatura, la justifica el avance que se ha producido
desde el año 1998 para acá de la imposición indirecta. Alguna vez se
tendría que parar uno y decir que el diseño tributario sea compatible
con la política económica y a lo mejor, si tuviéramos otro tipo de
gravámenes y los utilizáramos de otra manera, no contribuiríamos al
crecimiento de los salarios desde
los poderes públicos, desde la Hacienda pública. Va a ser difícil
echar la culpa a los trabajadores y nunca ha sido fácil echársela a
los márgenes empresariales, entre otras cosas porque no se han
dejado. El discurso tradicional es que la culpa la tienen los
salarios y se hace una apelación a favor de la moderación salarial.

Puede ser que haya sido una regla en otro tiempo. En este momento me
preocupa que a lo largo del año 1999 y del 2000, con presión fiscal o
sin ella, de una manera o de otra, los impuestos en España han
subido, han subido los impuestos indirectos. Teóricamente y mientras
no se demuestre lo contrario, algunos directos también, porque ni
usted ni yo nos vamos a referir a las toneladas de literatura que hay
sobre la transmisión de sociedades,pero ese incremento de los
impuestos se termina trasladando a los precios. Y no sería bueno que,
porque los precios se vayan un poquito de cacho, tuviéramos que tomar
laguna medida contractiva en los próximos meses.




El señor PRESIDENTE: Señor secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE HACIENDA (Giménez-Reyna Rodríguez):
Voy a hablar con la misma brevedad.

Comparto la reflexión, pero me gustaría que tuviéramos presente lo
que ha ocurrido. Todas las reformas que se han hecho en materia de
imposición indirecta son para reducir. Desde el año 1995 en que se
sube el tipo del impuesto del valor añadido un punto, en el normal
y en el reducido -aunque no provocó incremento de recaudación,
probablemente se produjeron otros efectos menos importantes- todas
las reformas que se han hecho son de reducción, además de reducción
en capítulos de enorme incidencia en el ámbito más modesto de las
economías, bombonas de butano, autopistas, servicios de uso intensivo
de mano de obra, siguiendo las directivas comunitarias. Ésa es la
realidad. La legislación ha reducido la fiscalidad. Lo que ocurre es
que la recaudación ha demostrado un vigor, una potencia enorme, muy
superior al consumo ¿Por qué? Porque hay un ciclo donde la decisión
de consumo de los ciudadanos españoles ha sido la que es y eso ha
repercutido en un incremento. Además, hay que constatar que hay
sectores en los que ha habido afloración de economía que hasta
entonces permanecía oculta. Si no es por afloración de fraude, por
mejor cumplimiento de los ciudadanos, no se puede explicar el
crecimiento del principal impuesto indirecto, el de valor añadido.

En la renta se ha hecho una reforma que ha venido a incidir en las
rentas más bajas de una forma singular. Y eso es progresividad
también. Por tanto, acepto la reflexión que -no quiero decir como
viejo hacendista en el sentido de la edad, sino como consumado
hacendista- ha hecho el señor Fernández Marugán. Esa preocupación



Página 1645




de la tendencia a la traslación a los precios la tenemos todos y de
ahí la política de contención en materia de imposición indirecta o la
política de oposición que estamos manteniendo en el seno de la Unión
Europea a las directivas sobre energéticos. De no haberse producido
en la Presidencia austríaca de 1998, hoy tendríamos un cuadro de
imposición energética que nos habría puesto en una situación peor de
la que estamos frente al llamado shock petrolífero. Ha sido una
postura consecuente con el hecho de que no aceptaríamos la directiva
sobre energéticos, mientras no se demostrara su efecto en las
economías familiares, en el consumo, en los transportes, en el medio
ambiente, que era uno de los argumentos que se manejaba en la Unión,
porque nos preocupa, y en eso comparto la reflexión, la incidencia
que puedan tener al final en los precios en la imposición indirecta.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor secretario de Estado por
su comparecencia, por sus respuestas.




Suspendemos unos momentos la reunión de la Comisión para recibir al
director general de Radiotelevisión Española. (El señor
vicepresidente, Sanz Palacio, ocupa la Presidencia.- Pausa.)



- DEL SEÑOR DIRECTOR GENERAL DEL ENTE PÚBLICO RTVE (GONZÁLEZ
FERRARI). A PETICIÓN DE LOS GRUPOS PARLAMENTARIOS POPULAR EN EL
CONGRESO (Número de expediente 212/000191) Y SOCIALISTA (Número de
expediente 212/000213.)



El señor VICEPRESIDENTE (Sanz Palacio): Continuamos con la última
comparecencia de la tarde.




Comparece, por primera vez ante esta Comisión, el director general de
Radiotelevisión Española, a quien damos la bienvenida. La
comparecencia ha sido solicitada por el Grupo Socialista. Por tanto,
doy la palabra a don Máximo Díaz, para fijar los términos de la
misma.




El señor DIAZ-CANO DEL REY: Bienvenido, señor director general, señor
González Ferrari, a la Comisión de Presupuestos para informar sobre
las líneas de actuación del Ente Público Radiotelevisión Española
durante el próximo ejercicio.

Creo recordar que en la última reunión que tuvimos de la Comisión de
Control de Radiotelevisión Española el día 28 de septiembre varios
compañeros pertenecientes a la Comisión le desearon suerte -permítame
este breve excurso sobre algo que se comentó en la Comisión de
Control- sobre su condición de pregonero en las fiestas de Zaragoza.

¿Qué tal le fue, señor González Ferrari? No me gustaría pensar que no
le fue muy bien y por eso fue el contenido del primer telediario del
domingo, sobre la manifestación contra el Plan hidrológico.




Hecha esta breve reflexión, permítame que comente el presupuesto. El
día 31 de mayo de este año, por cierto el Día de Castilla-La Mancha,
usted ante la Comisión de Control de Radiotelevisión Española dijo
literalmente que informaría puntualmente y con la mayor transparencia
de todas las gestiones que mi equipo directivo y yo mismo realicemos
en aras de que se solvente el problema del endeudamiento. Si nos
atenemos al proyecto de presupuestos de Radiotelevisión Española pasa
una de dos cosas: o no ha hecho ninguna gestión o, si la ha hecho, no
ha dado ningún resultado. Y permítame que en este asunto no le
dedique mucho tiempo porque este presupuesto, en nuestra opinión, es
papel mojado, como consecuencia de algo que toda la Cámara y toda la
sociedad ya conoce, que es la decisión política que el Gobierno tiene
de adscribir Radiotelevisión Española a la Sociedad Estatal de
Participaciones Industriales y, por tanto, se abre un nuevo
escenario. Decía que este proyecto de presupuestos en nuestra opinión
es papel mojado y es papel copiado, porque en algunos casos ni se han
molestado en cambiar la literatura de la memoria del presupuesto,
porque es una copia literal del presupuesto en vigor del año 2000. En
este sentido, creo que es un proyecto de presupuesto rutinario, que
sigue en la inercia del endeudamiento, que no plantea ninguna
solución y que, además, va en sentido contrario de lo que usted
también comentó en la Comisión de Control de Radiotelevisión Española
del día 31 de mayo, donde decía que Radiotelevisión Española necesita
una financiación pública suficiente. Es decir, un nuevo sistema de
financiación en el cual, al igual que las restantes radiotelevisiones
europeas, la financiación pública tenga un peso principal
indispensable, y lo ligaba usted con la condición de servicio público
de Radiotelevisión Española.

Este proyecto, que es el primero que usted tiene la responsabilidad
de hacer como director general, no apunta ninguna solución en ese
sentido. La supuesta solución viene como consecuencia de lo que se
plantea en el proyecto de ley de acompañamiento a los Presupuestos
Generales del Estado para 2001 en el sentido de adscribir
Radiotelevisión Española a la SEPI. Y volvamos a lo de la información
y la transparencia a la que usted se comprometió en esta Cámara.

A mí me gustaría que nos informara, lo más detalladamente posible, de
las gestiones que usted y su equipo han realizado para que
Radiotelevisión Española se haya adscrito a la SEPI, porque me consta
-puedo estar equivocado, señor González Ferrari- que su planteamiento
iba en otra dirección, que es la que usted comentó ante la Comisión
de Control el día 31 de mayo. Pero me gustaría plantearle algunas
reflexiones o algunas consideraciones que nos hacemos en el Grupo
Parlamentario Socialista y que tienen, aparte de lo que es la
posición política de nuestro grupo, sustento



Página 1646




en algo que el Consejo de Estado ha dicho el día 27 de julio.

Permítame que le traslade tres consideraciones que hacía el Consejo
de Estado el día 27 de julio.

Dice que la adscripción de Radiotelevisión Española a la SEPI implica
el sometimiento a la determinación externa de unos criterios que no
pueden dejar de incidir en la actividad del ente público. Cabría
pensar que sólo en lo puramente económico, pero un elemental
ejercicio de realismo llevaría a reconocer que quizá tuviera
trascendencia respecto de su misma orientación. Y las facultades que
se atribuyen a la SEPI son muy amplias, como se ha puesto de
manifiesto con anterioridad - dice el Consejo de Estado-. Por tanto,
aparte de los factores de condicionamiento económico, puede suponer
que también afectan a la configuración institucional y a la vida del
ente público.

A mí me parece, señor Fernández Ferrari, que esta reflexión es muy
importante y que no se despeja con la transcripción, con el enunciado
que en la ley de acompañamiento se plantea de la adscripción de
Radiotelevisión Española a la SEPI, y que afecta, en opinión del
Grupo Parlamentario Socialista, al cambio de las reglas del juego
democrático en cuanto a la configuración de un servicio público
esencial para la sociedad y que afecta a derechos fundamentales, tal
y como establece nuestra Constitución, y que en lugar de definir un
marco, un modelo de radiotelevisión pública y definir una
financiación estable dentro de la definición de ese modelo con
carácter previo, buscando el acuerdo político y parlamentario, tal y
como se hizo en esta Cámara hace veinte años cuando se aprobó el
estatuto actualmente vigente de Radiotelevisión Española, creemos que
se empieza la casa por el tejado. En cualquier caso, me gustaría
saber si usted conoce alguna empresa pública o privada que, antes de
definir el modelo de empresa que quiere desarrollar, realice un plan
de viabilidad. Es decir, para hacer un plan de viabilidad lo primero
que hay que saber, señor González Ferrari, es el modelo de empresa
que queremos desarrollar o que queremos configurar, pero no al revés,
tal y como ustedes lo están planteando.

De la misma forma, el Consejo de Estado dice en su informe que si se
tiene además en cuenta que se pretendería situar en la SEPI como
elemento patrimonial al propio Ente Público Radiotelevisión Española,
o la entidad pública en cada caso afectada, la distorsión de
conceptos se hace mayor y demanda una vehemente apelación a la
reflexión sobre la realidad subyacente a los instrumentos jurídicos
que se ponen en juego. Y el Consejo de Estado dice además que va más
allá de las únicas exigencias de legalismo formal. Es decir, sigue
existiendo en la idea de que se está alterando o se puede alterar la
configuración del Ente Público Radiotelevisión Española con esta
decisión. Y por si no fuera suficiente, el Consejo de Estado plantea
que la superposición sobre la capacidad de decisión del director
general del ente público, es decir, sobre usted mismo, o sobre
el consejo de administración de una entidad pública empresarial,
aunque su intervención se base en criterios puramente economicistas,
quizás llegara a condicionar esas y otras decisiones sustantivas de
dichos órganos.

En definitiva, creemos que existen elementos suficientes, señor
González Ferrari, para plantear una más que consistente duda sobre la
decisión política que el Gobierno va a adoptar de adscribir
Radiotelevisión Española a la Sociedad Estatal de Participaciones
Industriales, y que esta decisión altera el marco, las reglas del
juego democrático que afectan a un servicio público esencial, y que
en lugar de establecer la definición del modelo, se empieza con un
plan de viabilidad.

Como consecuencia de estas consideraciones, señor González Ferrari,
como comprenderá usted, a mi grupo le gustaría saber si usted sabe
cuál es la situación actual de Radiotelevisión Española. Usted es el
director general del ente público, pero es que yo leía ayer unas
declaraciones del presidente del Gobierno, señor Aznar, en las que
decía exactamente que le hemos pedido a la SEPI -no a usted, que es
el responsable de Radiotelevisión Española- que haga un inventario de
la situación actual, y aquí pueden pasar tres cosas: o usted no lo
sabe, y por eso no se lo pregunta el señor Aznar; o, si lo sabe, no
se lo ha explicado bien y por eso tiene que preguntárselo a la SEPI;
o si lo sabe y se lo ha explicado, entonces le ha encargado el
estudio, el inventario de la situación actual de Radiotelevisión
Española a alguien que no es nadie del equipo directivo de
Radiotelevisión Española, con lo cual, señor González Ferrari, yo me
pensaría el grado de confianza que tienen en usted el Gobierno y en
concreto el presidente del Gobierno, porque si no conoce el
presidente del Gobierno cuál es la situación actual de
Radiotelevisión Española, me parece preocupante. Por tanto, yo le
pregunto ingenuamente si usted sabe cuál es la situación de
Radiotelevisión Española.

Y me gustaría conocer si a usted le parece razonable que
Radiotelevisión Española tenga una plantilla de 9.600 personas, más
que nada para ver si coincide usted con la opinión del presidente del
Gobierno, señor Aznar, porque, a partir de esta situación, entramos
en una dinámica totalmente distinta a lo que sería el mero trámite de
discutir en esta Cámara un proyecto de presupuestos para el Ente
Público de radiotelevisión española porque, como he dicho
anteriormente, nos encontramos ante un presupuesto que es papel
mojado, ya que, si se va a hacer un plan de viabilidad y no lo va a
hacer usted ni su equipo directivo y lo va a hacer la SEPI, yo tengo
más interés, y no es un desprecio personal, señor González-Ferrari,
por las opiniones del señor Ferreras Díaz, presidente de la SEPI, que
en la suya. Si no es así, me gustaría conocer cuál va a ser la
metodología que va a utilizar la SEPI para elaborar el plan de
viabilidad de Radiotelevisión Española. ¿Cuál va a ser la
metodología? Porque ante esta situación de endeudamiento



Página 1647




acumulado, cerca de 800.000 millones de pesetas para la finalización
del ejercicio que viene, caben dos soluciones: o se aportan recursos
o se recortan gastos. ¿En qué dirección, cómo se va a elaborar ese
plan de viabilidad por parte de la SEPI?
Otra pregunta que nos gustaría que nos contestara en esta sesión: ¿se
va a tratar presupuestariamente a Radiotelevisión Española como una
sociedad más de las adscritas a la SEPI o se establecerá algún tipo
de especificidad que de momento no conocemos? Porque usted sabe cuál
es el mecanismo de funcionamiento de la Sociedad Estatal de
Participaciones Industriales, señor González-Ferrari, y lo que trae
la SEPI a esta Cámara es un presupuesto consolidado donde no se
aprueba un presupuesto separado de cada una de las sociedades en las
que participa. Radiotelevisión Española, ¿va a ser igual que las
demás o va a tener un tratamiento distinto? Porque de la respuesta a
estas consideraciones a nuestro grupo le parece importante conocer
cuál es su papel institucional en todo este entramado. Nosotros
creemos que lo que se produce con la adscripción a la Sociedad
Estatal de Participaciones Industriales de Radiotelevisión Española
es un solapamiento de funciones y atribuciones entre la SEPI y los
órganos configurados en el Estatuto de Radiotelevisión Española, en
concreto director general y consejo de administración; consejo de
administración que, si no me equivoco, ha sido informado formalmente
hoy, no por la prensa, de los planes de adscripción a SEPI de
Radiotelevisión Española.

Esto me hace llegar a una reflexión: yo creo que, por simple estima o
aprecio al Parlamento las personas que han sido elegidas en él para
estar en el consejo de administración se merecían el respeto
institucional de ser informadas en el momento oportuno sobre los
planes de futuro que sobre el ente tiene el Gobierno, y no enterarse
por la prensa de estas decisiones. Esto preocupa a mi grupo.

No quiero extenderme más, señor González-Ferrari, y la consideración
final es la siguiente: Nosotros creemos que es posible intentar
llegar a un acuerdo político lo más amplio posible, tal y como se
hizo con la aprobación del Estatuto de Radiotelevisión Española
actualmente vigente, para definir, qué modelo de radiotelevisión
pública queremos en nuestro país y cuál es el marco de financiación
que necesita esa radiotelevisión que queremos. Lo que no nos parece
correcto es el camino que han elegido ustedes para intentar
solucionar esta cuestión. Además, personalmente estoy convencido de
que el modelo que le comento, como posición del Grupo Parlamentario
Socialista, está bastante en la línea de lo que usted ha dicho en
alguna ocasión ante el propio consejo de administración. Pero, si no
es así, me remito a la pregunta que le hacía inicialmente: ¿qué
gestiones ha hecho usted para que se adscriba Radiotelevisión
Española a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, usted
o su equipo directivo?
A partir de la respuesta a estas preguntas, señor presidente, veremos
si contestamos a lo que nos diga el señor director general.




El señor VICEPRESIDENTE (Sanz Palacio): Por el Grupo Parlamentario
Popular, tiene la palabra el señor Ballestero.




El señor BALLESTERO DE DIEGO: Bienvenido, señor director general, a
esta su primera comparecencia en la Comisión de Presupuestos y, tras
un análisis por parte de nuestro grupo parlamentario de las
principales magnitudes y de la memoria que acompaña a los
presupuestos del próximo año para Radiotelevisión Española, nuestra
primera conclusión es que este análisis va a permitir al ente público
mantener una actividad cimera en el panorama de los medios de
comunicación de nuestro país y continuar siendo la referencia
audiovisual de calidad preferida por la mayoría de los televidentes
españoles.

Esta es, como digo, la primera conclusión importante sobre la que
queremos también obtener la opinión del director general en este
trámite de explicación de presupuestos. ¿Considera el director
general que con este presupuesto va a poder llevar a cabo los
proyectos de programación y actividad previstos para el año 2001?
Parece además que, fruto de esta reciente aprobación de la
programación por parte del consejo de administración (donde -y
rectifico un error, no de fondo sino de forma, del otro día en mi
intervención- no hubo ningún voto en contra, y eso significa
claramente una apuesta por esa programación), se va a poder con esos
presupuestos acometer esta programación ambiciosa y que apuesta por
unos criterios culturales y de calidad que ya hemos defendido en
otras ocasiones.




Por otra parte, nuestro grupo va a optar en esta comparecencia por
manejar datos -cosa que creo que el resto de los grupos
parlamentarios no han hecho- y ver la previsión de las partidas que
contiene el documento presupuestario, y lo que no vamos a hacer son
elucubraciones ni descripciones falsas ni discursos inconsistentes,
que nada tienen que ver con la actual realidad de Radiotelevisión
Española, aunque parece que poco a poco se van abandonando, se van
matizando y van dejando de ser tan alarmistas como eran tan sólo hace
cuatro días.

Tenemos interés, señor director general, en que nos amplíe la
información respecto a capítulos referentes a los gastos financieros
y la razón de su crecimiento; creo que este 56,5 por ciento,
prácticamente, evita un posible mejor resultado final, así como el
incremento de los gastos referidos al personal, que es de un 4,6 por
ciento, que parece también que habla de hechos contundentes
y desmiente algunas alarmas encendidas en torno a esa reducción de
personal, siempre anunciada y nunca llevada a cabo, por lo menos en
lo que demuestra el



Página 1648




presupuesto. Asimismo queremos que nos comente qué pasa con la
evolución de las ventas, que se han incrementado en un 11,2, lo cual
creo que es un buen resultado de gestión.

Dicho esto, no podemos sustraernos a la novedad fundamental que
enmarca estos presupuestos y que les confiere una grata proyección
hacia el futuro, me refiero, naturalmente, a la intervención de la
SEPI recientemente decidida por el Gobierno, en el saneamiento
financiero de Radiotelevisión Española. Sin duda alguna, sin
tremendismos infundados, sin alarma ni prevenciones gratuitas, para
nuestro grupo parlamentario se trata de una gran noticia y de una
solución adecuada a un asunto para el que hemos reclamado todos una
solución definitiva en multitud de ocasiones, desde luego en muchas
el Grupo Parlamentario Socialista también. No es posible que esa
solución repercuta en los presupuestos que estudiamos por una razón
obvia de plazos temporales, pero es imprescindible recordar que en
pocos meses, con el concurso -esperamos, y desde luego nosotros lo
deseamos- de todos los grupos parlamentarios -y el Grupo
Parlamentario Popular brindamos con todo énfasis el nuestro- con la
representación de los trabajadores y con la iniciativa de
Radiotelevisión Española vamos a tener un plan de futuro para
Radiotelevisión que va a despejar, de una vez por todas, la
incertidumbre de su creciente endeudamiento y a establecer un
procedimiento de financiación suficiente, normalizado y homologado.

Es sorprendente, yo creo que decepcionante, que algunos grupos no
celebren esta decisión, que algunos grupos pretendan manipular la
medida para atacar a Radiotelevisión Española, a su director general
o al propio Gobierno, que algunos grupos entorpezcan cualquier
planteamiento de futuro para Radiotelevisión Española, que algunos
grupos lo mezclen todo para producir inquietudes y dudas ante un
resultado tan beneficioso como el que se adivina, que algunos grupos,
que han sido famélicos en la propuesta de soluciones, se exalten
ahora, cuando por fin se va a resolver la más importante de las
incógnitas; que algunos grupos, en fin pretendan situar el debate
sobre este asunto en clave políticas personales, incluso en chismes,
en vez de estar a la altura de su responsabilidad y de sus errores
pasados.

Afortunadamente, buena parte de los sindicatos, y nosotros hemos
tenido la oportunidad de reunirnos con el Comité General
Intercentros, y así nos lo ha ratificado, el consejo de
administración de Radiotelevisión Española, los analistas más serios
y la mayoría de esta Cámara, han coincidido en la fundada esperanza e
idoneidad de la participación de la SEPI y en la necesidad también de
que la dirección general de Radiotelevisión Española guíe todo el
proceso con pleno respeto a los principios de autonomía, pluralidad y
neutralidad establecidos en el Estatuto de la Radio y la Televisión,
como declaró explícitamente el Gobierno el pasado
miércoles ante el Pleno de esta Cámara. En este sentido, señor
director general, a nuestro grupo le gustaría conocer cómo va a
reordenar, si es que se va a hacer así, el personal de
Radiotelevisión Española, su equipo, de cara a este plan de futuro
que se va a realizar.

Con el presupuesto de Radiotelevisión Española para el año 2001 el
Gobierno no privatiza ninguna actividad de la cadena pública, no
adelgaza ninguno de sus proyectos, no retrasa su permanente
actualización tecnológica, no descuida ninguno de sus variados y
singulares objetivos, no fomenta la caída libre del ente público,
como se hizo durante la etapa socialista, no busca la reducción de
personal, no impide una actividad de servicio público líder en
nuestro país, no abandona su legitimidad para captar recursos y
crecer en su actividad comercial, no hay un solo indicio que avale la
privatización ni un solo dato que justifique las críticas que con una
ligereza y falta de rigor frecuentes se han hecho durante estas
últimas fechas.

El Gobierno, como hemos dicho, fue claro en su intervención el pasado
miércoles y nosotros optamos por creer al Gobierno y su decidida
voluntad de preservar en todo momento el carácter de servicio público
de Radiotelevisión Española y lograr con la SEPI la exclusiva
finalidad del saneamiento financiero, más que creer a los adivinos de
la catástrofe y de la manipulación. Creemos que el período de
transición en Radiotelevisión Española ha terminado y del mismo modo
que en 1996 Radiotelevisión Española, en algunos aspectos, se
incorporó también a la democracia y a la prestación de un servicio
público de calidad, ahora va a afrontar un camino irreversible hacia
la estabilidad económica y la suficiencia presupuestaria.




El señor VICEPRESIDENTE (Sanz Palacio): Se han planteado muchas
cuestiones, algunas de las cuales exceden de lo que es estrictamente
el ámbito de la comparecencia y el señor director general puede
contestar en la medida que estime conveniente.




El señor DIRECTOR GENERAL DEL ENTE PÚBLICO RTVE (González Ferrari):
Señor DíazCano, me permitirá que no hable aquí del pregón de las
fiestas del Pilar y que hable -cuando toque- en la Comisión de
Control de la información que se ha dado este domingo -por otra
parte, ejemplar- sobre lo que ocurría en Zaragoza el domingo, dando
la oportunidad a todo el mundo de dar su opinión, tanto a una parte
como a otra.

Me dice que este presupuesto es papel mojado, que es un presupuesto
calcado. No; no, señor Díaz-Cano. Cuando no se tienen ingresos
atípicos hay que endeudarse, y en el ejercicio 2001 no se prevén
atípicos, por lo tanto, hay que endeudarse, lo mismo que han hecho
todos mis antecesores desde el año 1991. ¿Para qué nos endeudamos?
Nos endeudamos, señor Díaz-Cano, para que el mantenimiento del
servicio público esté garantizado,



Página 1649




para que esté garantizada la calidad del producto de la radio y la
televisión públicas.

En este presupuesto los gastos suman 265.149 millones de pesetas y
los ingresos 146.163 millones de pesetas, con lo que el déficit
presupuestario asciende a 118.986 millones de pesetas. Hemos crecido
en el capítulo de los gastos para el mantenimiento de esa calidad en
los programas y, por eso, en compras hemos pasado de los 77.700
millones del ejercicio 2000 a 83.200 millones de pesetas en este
ejercicio. Se lo puedo desglosar: 31.000 millones de pesetas en
retransmisiones, 25.600 en adquisición de derechos de emisión y
23.600 en producción de programas. ¿Por qué? Porque en estos momentos
tenemos que comprar, que trabajar y que movernos en un mercado de
marcadísima tendencia alcista, y más todavía con el precio del dólar.

Pero también me gustaría señalar un aspecto de este presupuesto,
porque si bien hemos aumentado el capítulo de las compras, hemos
hecho un ejercicio tremendo de contención en los servicios
exteriores, que se mantienen en torno a los 59.700 millones; hay una
variación de menos de 400 millones de pesetas, un incremento inferior
al 1 por ciento. Y dentro del capítulo de servicios exteriores hay
que destacar los pagos por satélite y Retevisión, y estamos hablando
de 15.600 millones de pesetas, las comisiones de agencia e incentivos
a la publicidad, 7.800 millones de pesetas, y los derechos de autor y
propiedad intelectual, 4.300 millones de pesetas. No bajan los gastos
de personal, como se ha dicho hace un momento; los gastos de personal
no bajan, que es una cosa que se ha dicho y no digo que haya sido
usted. Además hay 244 personas que se incorporan a la plantilla de
Radiotelevisión Española, porque así lo decidió en diciembre de 1999
el consejo de administración. El incremento en tablas de convenio es
del 2 por ciento y hay que tener en cuenta las 244 contrataciones y
los deslizamientos salariales, que, señor Díaz-Cano, son inevitables.

Eso nos lleva a una cantidad de 73.500 millones de pesetas, un
incremento del 4,7 por ciento en gastos de personal. ¿Cree usted que
si yo fuera a privatizar Radiotelevisión Española aumentaría los
gastos de personal? (El señor DíazCano del Rey pronuncia palabras que
no se perciben.) No, pero sí se ha hablado de la posibilidad de
privatizar.

No me ha preguntado mucho más sobre el presupuesto, señor Díaz-Cano,
sí me ha preguntado sobre gestiones que he hecho yo mismo o mi equipo
con respecto a la SEPI. Claro que se han hecho gestiones. Usted se
está refiriendo a un informe del Consejo de Estado de este verano,
que era un informe sobre un posible decreto-ley; ahora estamos
hablando de una ley. No es lo mismo; ahora estamos hablando de una
ley, la ley de acompañamiento de los presupuestos, y en esa ley queda
clarísimo que no se modifican las competencias del director general
ni las del consejo de administración de Radiotelevisión Española,
queda
meridianamente claro. Y queda claro algo más. Me ha preguntado usted
si hay algo nuevo con respecto a la SEPI que no sepan ustedes o que
no sepa yo. Tengo que decirle que en estas gestiones se ha conseguido
algo muy importante: que, en relación al resto de las empresas que
están en SEPI, Radiotelevisión Española es la excepción que sí puede
conseguir subvenciones estatales; que sí puede conseguir subvenciones
estatales. Eso es muy importante para el futuro de Radiotelevisión
Española.

Estoy convencido, señor Díaz-Cano, de que este presupuesto que hoy
presento ante SS.SS. va a ser el último con endeudamiento porque el
plan de futuro va dirigido fundamentalmente a atajar la enfermedad,
no el síntoma, y la enfermedad es que en estos últimos 10 años, desde
que llegan las privadas y las autonómicas, es decir, desde que
Radiotelevisión Española deja de ser un monopolio, no ha existido una
financiación estable y suficiente para Radiotelevisión Española. Con
el plan de futuro, un plan que establezca cuál es la cantidad que
necesita Radiotelevisión Española, además de sus ingresos, para
cumplir su labor de servicio público, creo que estamos ante los
últimos presupuestos en que la noticia es el endeudamiento.

Me pregunta cuál es la situación actual de Radiotelevisión Española.

Sí la sé, claro que la sé; pero quiero saberla más en profundidad,
señor Díaz-Cano, por lo cual mi equipo, el equipo directivo de
Radiotelevisión Española está elaborando la fotografía de situación
de todo el ente público para saber dónde se ingresa, dónde no se
ingresa, qué es servicio público, qué se puede elaborar a través de
la financiación directa de la publicidad, etcétera. Se está haciendo
una fotografía de situación real. Por lo tanto, no le puedo contestar
si son 9.600 los trabajadores que debe haber en Televisión Española,
porque a lo mejor al final se llega a la conclusión de que tienen que
ser 10.000. No lo sé, porque estamos en la fase previa del previo, en
la fotografía de situación de Radiotelevisión Española y eso no lo
está haciendo la SEPI, sino Radiotelevisión Española. Esa
información, naturalmente, será intercambiada con la SEPI, para que
sepan también cuál es la situación, porque el plan, como dijo en esta
misma Cámara el ministro de Hacienda la pasada semana, va a ser
elaborado por Radiotelevisión Española con la ayuda, como herramienta
fundamental, de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales,
pero el plan lo va a hacer Radiotelevisión Española y, desde luego,
lo va a dirigir este director general.

Recorte de gastos y aportación de recursos me dice usted. Pues sí.

Recorte de gastos, que es algo que hay que hacer en Radiotelevisión
Española, pero no un recorte de gastos porque sí, sino para que, una
vez estudiada la situación, veamos dónde se pueden recortar gastos,
que seguro que encontramos zonas en las que se pueden recortar dichos
gastos sin hacer nada espectacular, sin hacer daño a nadie, sobre
todo sin hacer



Página 1650




daño a los trabajadores de Radiotelevisión Española. Y la aportación
de recursos será lo que quede definido en ese plan de futuro, cuántos
recursos necesitamos para seguir ofreciendo el servicio público
global de Radiotelevisión Española, tal como también dijo el ministro
de Hacienda en esta Cámara la pasada semana.

Ha hablado usted de la información al consejo. Esta mañana ha habido
consejo de administración, el cual estaba fijado para el día 5, señor
Díaz-Cano. Había tiempo suficiente para haber mandado la información
y haber informado ese mismo día 5, pero, por razones personales de
dos consejeros, que estaban de viaje, se decidió en el último consejo
del día 21 de septiembre que se pasaba al día 9. Quizás, lo he dicho
en el consejo y lo voy a repetir aquí, no me duele en prendas, señor
Díaz-Cano, yo tenía que haber hecho una llamada, pero quizás también
el presidente de turno podría haberme llamado a mí. (El señor Díaz-
Cano del Rey: Dos veces.) No, no, me lo ha dicho él esta mañana.

Llamaba para otra cosa, señor Díaz-Cano, que si quiere se la cuento.

Llamaba para interesarse por otro tema diferente relacionado con la
Seguridad Social y no para lo de la SEPI. Con esto creo que le he
respondido a todo.

Señor Ballestero, me pregunta usted por el incremento del 56,5 por
ciento que se produce en la partida de gastos financieros. El importe
global son 40.300 millones de pesetas, originado a partes iguales por
los incrementos de los tipos de interés y el aumento del
endeudamiento. Insisto en que si en un ejercicio no se tienen
atípicos, no puede ingresar uno en caja unos atípicos, sino que tiene
que endeudarse hasta llegar a la cantidad que consideramos necesaria
para llevar adelante la función de servicio público. Y es el caso de
este presupuesto. Deduciendo dichos gastos financieros del total del
presupuesto de gastos, el incremento de los mismos se sitúa en un 4,8
por ciento, que es una cantidad bastante razonable, un incremento
mucho más moderado que el 10,3 del volumen total de gastos.

Me ha preguntado usted también por el presupuesto de ingresos en lo
referente a la publicidad. Quiero señalar a SS.SS. que los ingresos
por publicidad ascienden en el presupuesto del 2001 a 115.300
millones de pesetas, un incremento del 10 por ciento con respecto al
año anterior. Es el mismo incremento del 10 por ciento de la tarta
publicitaria para todo el sector de la televisión -nosotros no vamos
ni una décima más arriba ni una décima más abajo-, aunque con una
pequeña diferencia, que es que Televisión Española no satura y cumple
rigurosamente la directiva comunitaria de los 12 minutos por hora,
incluso no llega a esos 12 minutos por hora. Estrictamente se cumple
eso.

Me ha preguntado usted también, señor Ballestero, qué aspectos deben
primar, si el tema económico o los contenidos. Pues bien, yo creo que
hay que intentar casar lo bello con lo útil. Sin ningún género de
dudas, Radiotelevisión Española, como servicio público que se respeta
con la adscripción a la SEPI absolutamente,
tiene que pensar en su rentabilidad económica, en una mejor gestión,
en un mejor control de la gestión, pero sobre todo lo que tiene que
hacer es dar calidad, calidad en sus informativos, en sus series de
ficción y en el entretenimiento familiar. En definitiva, calidad.

Me ha preguntado cómo tengo pensado organizar mi equipo. Pues quiero
destacar que el plan de empresa o el plan de futuro y el sistema de
presupuestación y control de gestión se va a desarrollar en el seno
de Radiotelevisión Española, como ya he dicho, contando con la
colaboración de la SEPI. Radiotelevisión Española cuenta con un
equipo directivo del ente público que mantendrá una relación
permanente con la SEPI y a su vez dicho equipo contará con el soporte
de las áreas económicas tanto de Televisión Española, Sociedad
Anónima como de Radio Nacional de España, Sociedad Anónima. Nuestra
preocupación inmediata, señor Ballestero, es la actualización en
profundidad de nuestros sistemas de información, al objeto de poder
tener la información necesaria en el momento oportuno y en eso
estamos trabajando.




El señor VICEPRESIDENTE (Sanz Palacio): A continuación, vamos a abrir
a petición de los grupos Socialista y Popular un último turno de
intervenciones, en el cual tendrá la palabra en primer lugar el señor
Díaz-Cano, luego el señor Ballestero y cerrará el director general,
rogándoles en este segundo turno, que es excepcional, se atengan a
los términos estrictamente presupuestarios.




El señor DÍAZ-CANO DEL REY: Voy a intervenir con brevedad, señor
presidente, porque, aunque tengo la tentación de hablar de Zaragoza,
no lo voy a hacer. Ya tendremos oportunidad de hablar de ello.

Casualmente o no casualmente esta tarde ha comparecido ante la
Comisión de Economía y Hacienda el presidente de la Sociedad Estatal
de Participaciones Industriales, el señor Ferreras, y la portavoz del
Grupo Parlamentario Socialista le ha preguntado acerca de estos
asuntos y sobre Radiotelevisión Española. Pues bien, ante la pregunta
que se le ha formulado de quién y cómo se va a elaborar el plan de
futuro o el plan de viabilidad de Radiotelevisión Española, ha dicho
algo completamente distinto a lo que usted acaba de manifestar en
estos momentos. Ha comentado que lo va a hacer él, que lo va a hacer
la SEPI, algo que además también dijo ayer el señor Aznar, el
presidente del Gobierno, con lo cual dos-uno, señor González Ferrari.

Yo quiero creerle, pero póngase de acuerdo con el señor Ferreras para
ver quién va a elaborar el plan de futuro de Radiotelevisión
Española, porque, insisto, hace unos minutos acaba de decir que lo va
a hacer él como presidente de la Sociedad Estatal de Participaciones
Industriales, lo que empieza a suponer que el Consejo de Estado, si
se lee bien el dictamen, que supongo que se lo habrá leído, señor
González Ferrari, va más



Página 1651




allá de la consideración de si la reforma se pretende hacer mediante
decreto-ley o mediante ley. Evidentemente, ese dictamen es un
varapalo a las intenciones del Gobierno durante el verano, que quería
hacerlo por decreto-ley y el Consejo de Estado dijo que no, que lo
hiciesen mediante el procedimiento legal adecuado. sinembargo, esa
reflexión, lo que contiene el dictamen, va mucho más allá de esas
consideraciones puramente formales, señor González Ferrari. Se lo
acabo de leer y, si usted me ha oído, creo que me puede haber
entendido, porque, como decía Saramago, el Nobel de Literatura, no la
pintora, en Cuadernos de Lanzarote, al Parlamento no solamente se va
a hablar, sino sobre todo a escuchar, y a escuchar las
consideraciones que le acabo de leer del dictamen del Consejo. Lo que
el Consejo de Estado dice, más allá de si se hace por decreto-ley o
por ley, es que esa adscripción puede producir efectos que van más
allá del puramente económico, de quién dirige o quién tiene el
control económico; incluso sugiere que en lugar de utilizar el
término adscripción se utilice el de control económico para situar
justamente en sus propios términos cómo se pretende hacer esta
operación, y deja expuesto de una manera meridianamente clara que
supone una alteración de la configuración del Ente Público
Radiotelevisión Española y, va más allá, incluso de la propia
Sociedad Estatal de Participaciones Industriales. Por tanto, eso
supera la cuestión puramente formal de cómo se realiza esta
operación, señor González Ferrari, que es lo que dice el Consejo de
Estado.

Le quiero precisar otra consideración. Usted dice que a partir de lo
que viene en la Ley de acompañamiento, la situación de
Radiotelevisión Española dentro de esta adscripción a la SEPI va a
permitir que sólo Radiotelevisión Española reciba subvenciones
públicas. No. Es verdad lo que usted ha dicho, pero le matizo. Lo que
se hace en la ley de acompañamiento es modificar el artículo 12.4 de
la ley que crea la SEPI, para que determinadas entidades de derecho
público puedan recibir subvenciones públicas; Radiotelevisión
Española y todas, porque lo que hace es sencilla y llanamente derogar
el artículo 12.4. Por tanto, ahí se abre un interrogante sobre cuál
va a ser la actuación futura no solamente con Radiotelevisión
Española, sino con el resto de empresas participadas por parte de la
Sociedad Estatal de Participaciones Industriales.

Una consideración breve sobre el plan de futuro. Estaremos de acuerdo
en que para poder establecer un plan de viabilidad, un plan de
saneamiento, un plan de futuro -me da igual como usted quiera
denominarlo- , tendremos que tener claro cuál es el papel que tiene
que jugar Radiotelevisión Española, una radiotelevisión pública, en
la sociedad en la que vivimos en competencia con otras televisiones
-por hablar de la televisión-, con televisiones generalistas
privadas. Porque ¿va a haber más concesiones, más televisión privada?
Por tanto, habrá que decidir ese modelo de
radiotelevisión pública en ese contexto. A partir de ahí, elaboremos
el plan de viabilidad para ajustar o no ajustar, o para determinar
cuál es el modelo que queremos de radiotelevisión pública y cuál es
el papel que queremos que desempeñe y qué valores culturales,
políticos, morales y éticos queremos defender desde ese servicio
público que, además, está tocando derechos fundamentales de los
ciudadanos, como establece nuestra Constitución y sin empezar la casa
por el tejado. No. Primero, hagamos la definición del modelo y, a
partir de ahí, busquemos, de acuerdo con ese modelo que debería ser
fruto del consenso político, cuál es el marco de financiación que
tenemos que realizar. Démos un paso adelante y seamos valientes,
señor González Ferrari y señores del Grupo Parlamentario Popular, y a
la hora de configurar tomemos decisiones que vayan más allá de crear
o de mantener un modelo de radiotelevisión pública, ya que, con
independencia de la mayor o menor ingenuidad del legislador, del
constituyente, habría que sacar del ámbito de lo estrictamente
gubernamental para que fuese una cuestión de todos. El Parlamento es
la representación de la soberanía popular y por eso, desde mi grupo
vamos a insistir mucho en que es preciso dar los pasos legales y
políticos para que el control de la radiotelevisión pública resida en
el órgano de la soberanía popular, es decir, el Parlamento y no en el
Gobierno, con toda la legitimidad democrática que tiene un Gobierno
en nuestro país, sin poner en duda esa cuestión. De ese modo iremos
avanzando en ese modelo donde se establece un control parlamentario y
la sociedad está presente en determinadas decisiones para velar por
el pluralismo y la objetividad de la radiotelevisión pública en
nuestro país.




El señor VICEPRESIDENTE (Sanz Palacio): Señor Ballestero.




El señor BALLESTERO DE DIEGO: Señor director general, evidentemente,
el debate presupuestario está centrado -como no podía ser de otra
manera- en la adscripción a la SEPI. Lo que pasa es que la postura
del Grupo Socialista tiene una falta de credibilidad que viene basada
en los hechos. Parece que últimamente, y yo creo que es una buena
noticia, hemos pasado de la privatización, esa postura del Grupo
Socialista donde estaban echados al monte ante la privatización
defendiendo los intereses de Dulcinea, a que ahora lo único que puede
haber es un solapamiento de funciones y atribuciones. La verdad es
que es un cambio muy importante. Pero durante muchísimos años, y yo
estoy de acuerdo con el director general, sobre todo en los que no ha
habido ingresos atípicos, la deuda se ha ido incrementando y el
análisis de la situación es el que hacía el presidente del Gobierno
en el periódico El Mundo y no el que ustedes -y así es como se pierde
la credibilidad- pretenden hacernos entender. Lo que se decía allí es
que no se puede seguir con una Radiotelevisión



Página 1652




que el año que viene llegaría a tener un endeudamiento de 800.000
millones. Pero es que la señora Conde, por ejemplo, en el debate
presupuestario del año pasado lo decía por activa y por pasiva. Decía
que en ningún momento se daban soluciones; llegó a decir incluso que,
si se sigue así con la deuda, sin tomar ningún tipo de medida, el
billón de pesetas que teníamos para el año 2000, lo tendremos para el
2002 o el 2003; es decir, ¿qué ha hecho usted? Retrasar el problema
dos o tres años. ¿Qué es eso? No se trata de retrasar los problemas,
sino de solucionarlos. Si en esa teoría estaban, ¿qué pasa cuando uno
no hace nada al respecto durante muchos años? ¿Qué sucede cuando uno,
que hoy viene a hablar aquí y a estar preocupado por un modelo, se va
de la subcomisión donde se pretende hablar de ese modelo y a aportar
soluciones? ¿Qué pasa cuando uno no dice absolutamente nada dentro
del ámbito parlamentario, sino que sólo crea alarma? Pues que al
final, lógicamente, pierde toda la credibilidad en este debate.

Se puede venir aquí a recoger velas, eso me parece incluso, loable
-si me permite decirlo- y, desde luego, este grupo parlamentario
recoge ese guante; recoge el guante de que, a partir de ahora, según
parezco deducir de determinadas intervenciones, el Grupo Socialista
va a hacer algún tipo de aportación, incluso puede que la haga en un
ámbito como es el parlamentario y podría llegarse a dar la conclusión
de que la aportación fuese incluso coherente con lo que dice en
algunos otros sitios de España, no sólo con lo que dicen aquí en este
momento. Por tanto, recogemos el guante. Pero, además, hay otra
postura que es la de la credibilidad y estos presupuestos, de los
que, por cierto, no parece que haya mucho interés en hablar, sí que
aportan algún dato de credibilidad, porque cuando se incrementan los
gastos del personal es muy difícil mantener -pase lo que pase con ese
plan de futuro- que aquí se pretende echar a todo el mundo a la
calle; que cuando se incrementa la partida de gastos en inmovilizado,
es decir, cuando se continúan haciendo inversiones en edificios,
inversiones de todo tipo en Radiotelevisión Española se pretenda
intentar instaurar una radiotelevisión bonsái. Es muy difícil
mantenerlo, por lo menos a la vista de estos presupuestos. Es muy
difícil cuando se aprueba una programación en el seno del consejo de
administración, sin ningún voto en contra, por primera vez desde
hacía muchísimos años, que nadie pueda decir que nos está apartando
la Dirección General de hacer una programación adecuada al servicio
público que se pretende ofrecer. Por tanto, quedémonos con lo
positivo de este debate, quedémonos con esa vuelta atrás al debate de
la lógica desde el Grupo Socialista en torno a Radiotelevisión
Española y volvamos a este debate presupuestario, lógicamente marcado
por un período de transición, pero desde luego marcado también por
ser el último año donde hablaremos -como decía el propio director
general- de ese enfermo; por el contrario, se le aplicarán unas
soluciones adecuadas
para que salga de su mal. Quedémonos con eso y desde nuestro grupo
contará para ese cometido con todo el apoyo posible.




El señor VICEPRESIDENTE (Sanz Palacio): Para cerrar la comparecencia,
tiene la palabra el señor director general.




El señor DIRECTOR GENERAL DEL ENTE PÚBLICO RTVE (González Ferrari):
No conozco las declaraciones del señor Ferreras; por tanto, no voy a
valorarlas ni a calificarlas, en absoluto. Yo sé lo que he hablado
con el señor Ferreras y sé lo que he hablado con quien tenía que
hablarlo y Radiotelevisión Española -dicho aquí mismo por el ministro
de Hacienda- va a hacer el plan con la SEPI. Radiotelevisión Española
no estará participada, sino adscrita, que es distinto. Por eso yo
subrayaba la importancia de que Radiotelevisión Española puede seguir
gozando -cuando goce de ello- de subvención estatal suficiente y eso
se va a definir en el modelo de futuro. Es un modelo de futuro para
que de una vez por todas, señor Díaz-Cano, se eviten los nubarrones
que se han cernido sobre Radiotelevisión Española no hoy ni ayer ni
antes de ayer, sino desde hace diez años, cuando llegan las privadas,
cuando llegan las autonómicas y no se toma ninguna medida, sino que
se va al endeudamiento. Recuerdo que en el año 1995 el endeudamiento
era de 250.000 millones de pesetas y luego se ha ido incrementando.

Ha habido también otros ejercicios, como el ejercicio anterior, en
que se pudo reducir la deuda; con atípicos, se pudo reducir la deuda.

¿Pero qué mejor destino para esos atípicos que la reducción de la
deuda?
La verdad, señor Díaz-Cano, es que su interés por este presupuesto es
perfectamente descriptible. No me ha hecho usted ni una sola pregunta
sobre el presupuesto. Yo he dado algunos datos, los más gruesos, para
conocimiento de la Cámara.

Habla usted de empezar la casa por el tejado. Es que a lo mejor nos
estamos quedando sin tejado. Hay casa, señor Díaz-Cano. Lo que hay es
muchas goteras en el tejado y esas goteras son las que vienen a
solucionar el plan de futuro. Esas goteras son las que van a
solucionar la gestión, que se va a realizar son este equipo de
Radiotelevisión Española y con la ayuda de la Sociedad Estatal de
Participaciones Industriales, a la que seremos adscritos si la ley de
acompañamiento sale de las Cámaras como está ahora. Eso es algo que
tienen que decidir ustedes, los diputados y los senadores.

El futuro de Radiotelevisión Española es un futuro espléndido si
podemos hacerlo como queremos hacerlo. Un futuro espléndido porque
será una radiotelevisión pública saneada, con unas reglas de juego
claras, clarísimas, a la hora de su financiación. Y lo que yo, como
gestor, debo hacer, quiero hacer y voy a hacer es aflorar toda la
potencialidad que está dentro de Radiotelevisión Española en este
mercado globalizado de las



Página 1653




telecomunicaciones, donde Radiotelevisión Española, como suministrador
de contenidos, puede ingresar muchísimo dinero. De eso se trata, de
gestionar bien. Si no gestiono bien, entonces ya será otra cuestión.

Gracias.




El señor VICEPRESIDENTE (Sanz Palacio):
Muchas gracias, señor director general, por su comparecencia y por la
contestación a todas las preguntas que le han formulado, que han
excedido con mucho los términos de la comparecencia.

Se levanta la sesión, que se reanudará mañana, a las nueve de la
mañana, con la comparecencia del secretario de Estado de la Seguridad
Social.




Eran las ocho de la noche.