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DS. Cortes Generales, Comisiones Mixtas, núm. 149, de 29/06/1999
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DIARIO DE SESIONES DE LAS CORTES GENERALES



COMISIONES MIXTAS



Año 1999 VI Legislatura Núm. 149



PARA LA UNIÓN EUROPEA



PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. PEDRO SOLBES MIRA



Sesión núm. 34



celebrada el martes, 29 de junio de 1999, en el Palacio del Senado



ORDEN DEL DÍA:



Comparecencia del Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Excmo. Sr.

D. Manuel Pimentel Siles, para explicar temas tratados en los
Consejos respectivos de la Unión Europea (UE) (711/000108.)
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Se abre la sesión a las diez horas y cinco minutos.




El señor PRESIDENTE: Buenos días.




Vamos a iniciar la comparecencia del señor ministro de Trabajo y
Asuntos Sociales en este caluroso y especial día de San Pedro -que
para algunos de nosotros tiene cierta relevancia-, pero antes, de
darle la palabra y agradecerle su presencia quiero decirles que la
Ponencia para el estudio y discusión de la ampliación de la Unión
Europea y de la Agenda 2000, que al finalizar el presente período de
sesiones no ha concluido sus trabajos, los continuará durante el
período de sesiones que se inicia en septiembre de 1999. Imagino que
no hay oposición por parte de ninguna de sus señorías (Pausa.)
En ese caso, este punto lo vamos a dejar cerrado simplemente con esta
declaración, aunque intentaremos terminar el informe a lo largo del
mes de julio porque los trabajos están prácticamente concluidos.

Hecho este comentario, cedo la palabra a don Manuel Pimentel,
Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales.




El señor MINISTRO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES (Pimentel Siles):
Muchas gracias, señor Presidente.




Me uno a la celebración del día, y personalmente, quiero felicitar al
Presidente por su previsible nuevo destino, donde tendrá una
responsabilidad muy importante, no sólo para todos los españoles y
españolas, sino en el ámbito europeo.

Esta comparecencia, que intentaré acortar en lo posible porque son
muchos los temas a tratar, tiene una especial importancia y
singularidad en el mundo de la política social y del empleo.

Como saben, se ha ido constituyendo -y es una novedad de los últimos
años- una política común en materia de empleo, que condiciona en gran
medida el conjunto de políticas nacionales. Esto hace que cuando
hablemos en profundidad de cualquier línea de acción, que esta Cámara
o el Gobierno correspondiente aprueben, tendremos que estudiar
necesariamente cuáles son sus raíces, sus causas, dentro de las
fuentes comunitarias.

Voy a empezar, por la importancia que reviste, comentando el Tratado
de Amsterdam, firmado por las partes contratantes el 2 de octubre de
1997, tras los sucesivos trabajos desarrollados durante los años 1996
y 1997, en la conferencia intergubernamental.

El referido Tratado, como es bien conocido, procedió a modificar el
de la Unión Europea e incorporó al derecho originario de la Unión,
dentro del área de protección social, nuevas y muy relevantes
disposiciones que marcan un hito importante en la constante
preocupación de los Estados miembros de avanzar conjuntamente en
aspectos de hondo alcance social. En este sentido, tales
disposiciones contienen medidas que básicamente implican el
reforzamiento de los derechos sociales, coordinación de las políticas
nacionales de empleo -que es el aspecto en el que más me detendré-,
reunificación del derecho social comunitario y la ampliación de las
competencias del Parlamento Europeo en la adopción de los
instrumentos normativos.

Respecto al reforzamiento de los derechos sociales, ya s e hace eco
el propio preámbulo del Tratado de la Unión Europea, porque en el
mismo se inserta un nuevo considerando para, de manera programática,
confirmar la adhesión de los Estados miembros a los derechos sociales
fundamentales, tal y como se define en la Carta Social Europea
firmada en Turín el 18 de octubre de 1961 y en la Carta Comunitaria
de los Derechos Sociales Fundamentales de los Trabajadores de 1989.

Quiero detenerme algo más en la coordinación de las políticas
nacionales de empleo. Es una novedad muy importante dado que se
incorpora al Tratado de la Comunidad Europea un título específico
dedicado al empleo -que es la primera vez que se hace- en el que se
reconoce la competencia de los Estados miembros y de la comisión para
desarrollar una estrategia coordinada para el empleo y el
procedimiento de actuación para ejecutarla. En este orden de cosas,
se proclama que las actuaciones nacionales en materia de empleo deben
desarrollarse en el marco de una estrategia coordinada, que los
Estados consideren el fomento del empleo como un asunto de interés
común o que la Comunidad impulsará la cooperación entre ellos con
vistas a obtener un alto nivel de empleo, si bien también se advierte
claramente que al hacerlo se deberán respetar las competencias de los
Estados miembros.

Por otra parte, y por vez primera, se establece la tarea de examinar
al Consejo Europeo, examinar anualmente la situación de empleo en la
Comunidad y adoptar las conclusiones al respecto, basándose en un
informe que, con el mismo carácter anual, deben elaborar
conjuntamente el Consejo de Ministros y la Comisión. A la vista de
las conclusiones del Consejo Europeo, el de Ministros debe -cada año-
dictar, las orientaciones, que los Estados miembros tendrán en cuenta
en sus respectivas políticas de empleo. Los Estados miembros no sólo
tienen que recoger estas orientaciones y directrices sino que tienen
que presentar cada año un informe sobre las principales medidas
adoptadas para aplicar su política de empleo. Es una novedad que
desarrollaré posteriormente porque dan pie a los planes nacionales de
empleo, que han tenido una importancia nuclear en estos dos años para
articular el conjunto de políticas de empleo.

Respecto a la reunificación del derecho social comunitario, el
Tratado de Amsterdam consigue, con gran acierto, incorporar al
Tratado constitutivo de la Comunidad Europea el importante acuerdo
sobre política social negociado en Maastricht; acuerdo que -como bien
saben- contó con la oposición frontal del Reino Unido, que no lo
firmó, lo que provocó una grave escisión en el derecho social
comunitario por cuanto parte de sus normas se aplicarían desde
entonces al conjunto de los Estados miembros, mientras que otras -las
contenidas en el Acuerdo-excluían al Reino Unido de su ámbito de
aplicación. Con la referida incorporación se generaliza, para todos
los países, la aplicación de las normas relativas al acuerdo
colectivo como nueva fuente reguladora de las relaciones laborales,
fruto y resultado de la consulta a los interlocutores sociales y del
diálogo entre estos y, básicamente, la extensión del ámbito material
de las competencias comunitarias a todas las competencias
sociolaborales, con excepción expresa, de los temas relativos a las
remuneraciones, al derecho de asociación



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y sindicación, el derecho de huelga y. el derecho de cierre patronal,
que siguen siendo competencias exclusivas nacionales.

Por último, respecto, a la ampliación de las competencias del
Parlamento Europeo, el Tratado de Amsterdam da entrada a un
procedimiento que conocen, denominado de codecisión, que implica que
la referida institución, al tener que ser consultada obligatoriamente
en determinadas materias, puede emitir un dictamen que impida la
adopción de un instrumento normativo que haya sido propuesto por la
Comisión al Consejo.

El mencionado procedimiento es el que se va a seguir para la adopción
de la mayor parte de las medidas en el ámbito de la protección
social. Así, por ejemplo, en relación con la Seguridad Social para el
establecimiento de la libre circulación de trabajadores, la política
social, educación, formación profesional y juventud, la igualdad de
oportunidades e igualdad de trato entre trabajadores de ambos sexos
en asuntos de empleo y ocupación, el fomento para alentar la
cooperación entre los Estados miembros y apoyar su actuación en el
ámbito del empleo, y el fomento en la lucha contra la exclusión
social. Estos son los cuatro puntos más destacados que nos afectan
del Tratado de Amsterdam.

A partir de ese momento se pone en marcha una mecánica muy amplia con
varios Consejos. Intentaré explicarles los aspectos más destacados de
los mismos y los agruparé en las siguientes áreas: en la primera
parte hablaremos de todo lo vinculado al empleo y la formación
profesional; en el segundo punto abordaremos la libre circulación de
personas y la Seguridad Social de los trabajadores emigrantes; una
tercera línea serán las relaciones laborales, condiciones de trabajo,
seguridad y salud en el trabajo; y en una cuarta parte abordaremos
todo lo vinculado a asuntos sociales.

Sin duda, durante estos tres últimos años el tema estrella al que
hemos dedicado un mayor esfuerzo, como sus señorías conocen, ha sido
el área del empleo, exactamente empleo y formación profesional. Ya
indicaba que por primera vez se incorpora en el Tratado de Amsterdam
el título sobre el empleo, que resulta ya vinculante y abre una nueva
dinámica en la cual estamos inmersos. Esta dinámica se concreta ya en
la Cumbre de Luxemburgo y, después, se refuerza en Cardiff, para
terminar abordándose también tanto en Viena como en Colonia. Por una
parte, se decidió adelantar todos los efectos jurídicos vinculantes
del Tratado de Amsterdam antes de su ratificación. En Luxemburgo
decidimos que todo lo que afecta a materia de empleo se pondría en
marcha desde la propia Cumbre de Luxemburgo, independientemente de
cuál fuera el procedimiento de ratificación de cada Estado miembro.

En este Consejo de Luxemburgo ya se da pie para aprobar las primeras
directrices y orientaciones.

Es muy importante que sepamos la mecánica, que es muy simple. Cada
año el Consejo aprueba unas directrices de empleo, que después recoge
el Consejo de,Ministros, y son de obligado cumplimiento para los
Estados miembros. Este primer año en la Cumbre de Luxemburgo se
elaboraron 19 directrices. El Estado miembro debe recogerlas y
concretar cómo será su desarrollo dentro de la acción de Gobierno
nacional y de la legislación, en su caso, nacional, pero tiene que
recibir esas directrices de la Unión Europea.

Estas directrices van a ser después evaluadas tomando como base el
documento del Plan Nacional de Empleo y se estructuran en cuatro
pilares: el primer pilar, capacidad de inserción profesional, muy
vinculado a incrementar la ocupabilidad de las personas desempleadas
y, por tanto, su instrumento, que conocen perfectamente, son las
políticas activas de empleo; el segundo pilar sería la capacidad de
adaptación de los trabajadores y de las empresas; el tercer pilar,
desarrollo del espíritu de empresa, y el cuarto pilar, igualdad de
oportunidades.

Por tanto, la primera reflexión es que desde Luxemburgo se concreta y
se inicia una política común de empleo vinculante para los Estados
miembros y evaluable año a año, novedad de extraordinario calado y de
extraordinaria importancia para el futuro. También, aunque no lo
abordemos, por primera vez los propios textos de Luxemburgo, después
confirmado en Cardiff, Viena e, incluso, en Colonia, apuntan una idea
que yo creo fundamental y que, desde luego, en nuestro país ha tenido
un efecto especialmente beneficioso, y es la íntima vinculación de
política económica y políticas de empleo. Nunca más en Europa o,
desde luego, hasta donde yo sé, se abordarán como si fueran islas
separadas políticas económicas y de empleo, tienen que estar
íntimamente vinculadas. Así, desde la Cumbre de Luxemburgo, se han
ido recogiendo en nuestro caso, vinculando claramente, primero, las
políticas de convergencia y, después, las políticas de estabilidad,
con las políticas sociales, que pretenden lógicamente mejorar nuestro
bienestar social y las políticas de empleo. Me parece especialmente
acertado que no las abordemos de forma separada, sino que
necesariamente haya un matrimonio entre estas dos políticas, las
económicas y las políticas de empleo. La tercera reflexión, muy
importante, supone la consagración del mayor protagonismo de las
políticas de empleo, las llamadas pasivas, que son políticas de
protección y un pilar muy importante en un Estado del bienestar. Por
tanto, no se trata tan sólo de mantenerlas, sino de garantizarlas,
como una garantía que debe tener cualquier persona que pierde el
empleo.

Pero una vez dicho que esta garantía tiene que ser evidente, y en
nuestro país así ha sido el protagonismo lo deben tener las políticas
activas de empleo, que son las que hacen ocupables a las personas
desempleadas. Ustedes saben que en los planes de empleo ya se exigen
porcentajes, objetivos, tanto de acción como de formación. Y, en este
sentido, muy brevemente querría resaltarles, sin interés alguno en
ser extenso, que en el Plan de Empleo de 1998, muy vinculado a estos
compromisos europeos y a la convicción de la bondad de las líneas que
nos marcaban, se duplicaronlas acciones de empleo de 1997, 593.000.

Así, por ejemplo, desde 1997 a 1998 el incremento de acciones de
inserción ha sido de un 83 por ciento. Para 1999 volvemos a anunciar
un incremento importante de las acciones en su conjunto, ascendiendo
a un. total previsto de1.500.000. El presupuesto para el pilar número
uno y el número 2, es decir, acciones directas de empleabilidad,
ascendió en 1998 a 234.000 millones de pesetas, que supuso un
incremento del 31 por ciento en relación a 1997. También las
políticas de empleo al estar basadas en las políticas activas (se han
centrado más en la persona desempleada, y ha habido una acción muy
importante de entrevistas



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individualizadas a todos los demandantes de empleo no ocupados, que
no se ha computado como acción dentro del Plan de Empleo, pero sí es
la base sobre la cual vamos a trabajar, y que ha sido un esfuerzo
ingente al realizar 2.670.000 entrevistas. Es decir, al día de hoy
conocemos con más intensidad cuáles son los problemas de nuestras
personas desempleadas, qué carencia de formación tienen o, incluso,
hacia qué ámbito desearían encaminar su experiencia o su quehacer
profesional. En 1998, una vez cerrado el año, ha habido una
sobreejecución de acciones, lo cual, sin duda, es una buena noticia.

Se han incrementado en un 2,6 por ciento en su conjunto y en un 17,77
por ciento si se tienen en cuenta tan solo las previsiones iniciales
de acciones financiadas por el INEM. El conjunto de beneficiarios ha
supuesto una discriminación claramente positiva para la mujer,
beneficiándose 585.000 mujeres frente a 367.000 hombres.

Ha sido muy importante porque se ha combinado en este aspecto la
importancia de las Comunidades Autónomas a la hora de la elaboración
de los planes nacionales de empleo. Como ustedes saben, no es usual,
es una excepción, que las políticas de empleo tengan la
descentralización que tienen en nuestra Constitución,así está
consagrado para el Reino de España. De hecho,países federales como
Alemania o Austria tienen institutos federales de empleo que
coordinan y ejecutan directamente la acción de empleo. En nuestro
país, por mandato constitucional y por sentido común -aparte, yo creo
en la bondad de acercarlas políticas de empleo al territorio-, se
inició ya hace años y ha continuado desarrollándose en esta última
legislatura, un proceso paulatino de transferencias de gestión de
políticas activas a las Comunidades Autónomas. Esto hace ya que
necesariamente, no sólo para la ejecución, que es evidente, sino
también para el diseño de cualquier plan de empleo, las Comunidades
Autónomas tengan que tener una participación creciente, puesto que
ellas van a gestionar estos planes. Se podría dar el caso de que si
una Comunidad Autónoma entendiera que las líneas europeas o del Plan
de Empleo no están de acuerdo con lo, que ella considera y no las
quisieran hacer, incumpliríamos como Reino de España los objetivos
marcados a nivel europeo. Esto hace que las Comunidades Autónomas
deban tener una participación muy especial, como ha sucedido en
nuestro país durante estos dos últimos años, 1998 y 1999, obteniendo
para el Plan de Empleo para 1999 el apoyo de todas, lo cual me parece
especialmente destacable.

También, estos planes de empleo incorporan medidas que deben tener
como base el diálogo social, fruto de lo cual se ha desarrollado, por
ejemplo, la normativa relativa a tiempo parcial y fomento de
estabilidad. Como ya conocen, no fue un acuerdo pleno. Si se logró
con los sindicatos, si bien no pudimos alcanzarlo con los
empresarios. No obstante, en cuanto al acuerdo relativo a tiempo
parcial, en estos primeros cinco meses prácticamente se ha duplicado
el número de contratos que se firmaron durante los cinco primeros
meses del año anterior.

Por otra parte, tanto en 1998 como en 1999, con una participación muy
importante de España, porque es el país que más acusa este
desequilibrio, las medidas para favorecer la igualdad de
oportunidades entre hombres y mujeres han tenido un peso no sólo
importante,» sino cada día creciente.

En nuestro país, donde todavía tenemos muchos problemas en
nuestro mercado laboral, sin duda alguna, tanto desde el punto de
vista cuantitativo, como político, aunque tenemos reconocida una
igualdad legal entre hombres y mujeres, sin embargo, no hemos
conseguido aún lograr una igualdad real. De ahí el conjunto de
medidas bonificaciones, discriminación positiva, mayor participación
en políticas activas, coste cero y ahora Ley de conciliación de vida
familiar y laboral encaminadas a conseguir esta igualdad real entre
hombres y mujeres.

Tras la Cumbre de Luxemburgo, que dio lugar al Plan de Empleo para
1998, y después, en su continuidad, tras la Cumbre de Viena, me
gustaría destacar -porque es motivo que creo que debe ser de especial
orgullo para toda la sociedad española, que ha sido participe del
Plan, así como para las Comunidades Autónomas, de todo signo
político, ya que todas lo apoyaron- el hecho de que el Plan de Empleo
del Reino de España fue valorado por la Comisión Europea como el
mejor Plan de Empleo, conjuntamente con el de Francia, en 1998.

Asimismo, hemos recibido ya una felicitación expresa y pública del
Comisario Flynn por los anticipos que ha conocido y las primeras
evaluaciones realizadas del Plan de Empleo para 1999. Es decir,
España no sólo ha asumido con diálogo y participación de
instituciones y agentes sociales lo previsto en Amsterdam, Luxemburgo
y Viena, sino que, además, lo ha aplicado con especial eficacia,
tanto en sus planteamientos -ahí están las felicitaciones europeas-,
como en sus resultados, porque también conocen que ha sido
precisamente el Reino de España el que ha creado la mitad del empleo
de toda la Unión Europea en estos años. Esto hace que nuestra
presencia y participación sea, sin duda alguna, creciente en el
conjunto de diseños -sobre lo que a continuación haré alguna
reflexión- de las políticas de empleo.

Hubo un avance importante en Cardiff, reunión en la que, si bien no
se aprobaron directrices, ya que era un paso intermedio entre
Luxemburgo y Viena, significó un avance en lo que representa la
relación de política económica y política de empleo. Todos los
Estados miembros decidieron continuar la idea de estrategia europea
coordinada para el empleo, lo que significa coordinación entre
Estados de obligado cumplimiento, pero también coordinación entre
políticas económicas y políticas sociales. Así, se hablaba por vez
primera de la necesidad de abordar reformas económicas y que se
produjera una evaluación de las mismas en el Consejo Europeo de
Viena.

Una cuestión muy vinculada a esta Cumbre de Cardiff y que afecta muy
directamente a nuestro países la relativa a algunos trabajos
conjuntos, profundos y serios, realizados con el Gobierno británico,
lo que permitió la aprobación, antes de la Cumbre de Viena, de un
documento hispanobritánico vinculado al empleo. Este documento, que,
como conocen, significa vinculación de políticas económicas y
sociales, mantenimiento y mejora del Estado de bienestar, pero con
reformas, orientándolo hacia la actividad, fomento de las políticas
activas y la concesión cada día más de un mayor peso , estratégico a
la formación y a la investigación para el desarrollo, fue recibido y
recogido en la Cumbre de Viena. Yhace pocos días hemos visto con
satisfacción, porque creo que en el debate europeo no es sólo un
signo, sinoque tiene una importancia nuclear, cómo Schröeder firmaba



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un protocolo muy similar con el Gobierno Blair-Es decir, cada día el
peso de los países que van decantándose por la línea en la que
algunos ya estábamos durante estos años va tomando ya más cuerpo y,
por tanto, es razonable esperar que, tanto en las directrices del
próximo año, como en la Cumbre que se celebrará en Portugal -y a la
que después me referiré-, bajo la Presidencia portuguesa, siga
incrementándose esta política, que considero muy acertada, de
incremento de las políticas activas de empleo, formación,
investigación y desarrollo.

En la Cumbre de Viena ya se aprobaron las directrices para 1999 -ya
que entre los presentes hay personas con un profundo conocimiento
sobre el tema,saben que, en teoría, se proponen, después se aprueban
por el Consejo de ministros, pero permítanme que, para simplificar y
no narrar cada vez el proceso, me refiera sólo a cuando se
aprobaron-, así como también el informe conjunto de 1998, en el que,
por el conjunto de la Cumbre, se felicita a España y Francia por el
mejor Plan de Empleo para 1998.

La Presidencia austríaca celebró tres Consejos de Ministros, en
octubre, noviembre y diciembre,dedicados casi de manera monográfica a
debatir el paquete de empleo y, como conclusiones, en primer lugar,
se adoptó la decisión de continuar con unas directrices similares a
las aprobadas en Luxemburgo,que estaban dando buen resultado y siendo
asimiladas por los correspondientes Gobiernos y administraciones de
cada país -piensen que estamos hablando de un nuevo tipo de gestión
de políticas de empleo-, al tiempo que Viena supuso también el logro
- algo que considero muy inteligente- de la horizontalidad de las
medidas dedicadas a la consecución de la igualdad entre hombres y
mujeres. No sólo es un pilar, ni se trata de medidas aisladas, sino
que todas y cada una de las directrices deben contener ese principio
de igualdad de oportunidades. Asimismo, se facultaba a los Estados
miembros a dotarse de sus propios objetivos, se aceptaba la idea de
un único informe intermedio sobre empleo, se recalcaban las políticas
de empleo orientadas a personas con discapacidad, cuestión sobre la
que España tuvo un especial protagonismo en Luxemburgo, y se recaba
la necesidad de fortalecer el vínculo o la conciliación entre la vida
laboral y la vida familiar.

Derivado de estas directrices, se presentó el Plan de Empleo del
Reino de España para 1999, sobre el que les evito su descripción.

únicamente destacaré, porque es muy importante, el hecho de que
beneficiará a 1.100.000 personas que están desempleadas y que podrán
participar de este conjunto de políticas consagradas en el mismo, que
cuenta con una inversión total y directa prevista de un billón y
medio de pesetas y que, como conocen ya, cuenta con el acuerdo de
todas las Comunidades Autónomas, por las que será gestionado en su
mayor parte. Las transferencias comenzaron en 1997 y culminarán a lo
largo del año 2000, a lo sumo, al inicio del año 2001.

También tengo que decir que en el Consejo de Viena se quiso dar un
paso más, por lo que se abordó -fue una propuesta germano-francesa,
que contó con el apoyo de todos los Estados miembros- la idea de la
necesidad de un pacto europeo por el empleo, es decir, se pretendía
recoger todo el acervo legislativo en vigor y vincular más a los
agentes sociales. En la Cumbre de Colonia se aprobó este pacto
europeo por el empleo, que se construye en torno a tres elementos
simples y que paso a resumir: la coordinación de la política
económica y la mejora de la interacción entre las políticas fiscal,
salarial, monetaria, presupuestaria y financiera mediante un diálogo
macroeconómico para desencadenar una dinámica de crecimiento duradera
y no inflacionista. Por tanto, de nuevo se refuerza la necesidad de
continuar trabajando en paralelo con políticas de estabilidad
económica y políticas de empleo y, en segundo lugar, por primera vez
se incorpora el diálogo social, no sólo al planteamiento, ejecución y
desarrollo de medidas concretas, sino a criterios macroeconómicos,
con la participación y reunión de órganos como el Consejo de
Ministros, Banco Central Europeo, sindicatos y empresarios. Así pues,
se incorpora el diálogo en torno a la política macroeconómica. Un
segundo pilar, que me parece especialmente acertado -y es
continuación de la Cumbre de Luxemburgo-, es el relativo a políticas
activas destinadas especialmente a los colectivos más desfavorecidos.

Finalmente, se incorpora lo previsto en Cardiff -por eso quise hacer
esa mención- en cuanto a cómo proseguir y reforzar las reformas
estructurales para incrementar la competitividad y el funcionamiento
de los mercados de bienes, servicios y capitales.




Por tanto, con estos tres pilares -políticas activas, reformas que
hay que continuar haciendo en torno a la Unión Europea y diálogo
macroeconómico-, se aprobó el Pacto por el Empleo en la pasada Cumbre
de Colonia. Asimismo y tras la Presidencia finlandesa se aprobarán en
Helsinki las directrices para el año 2000, también se acordó en
Colonia celebrar una importante Cumbre, bajo Presidencia portuguesa,
la primera del año 2000, que se titularía algo así como La reforma
económica y la cohesión social: hacia una Europa de la innovación y
el saber. Ahí ya recogeremos todos los avances después de las Cumbres
de Colonia, Cardiff, Luxemburgo y Viena. Estamos muy satisfechos,
puesto que ha sido una propuesta inicialmente británicoespañola,
a Schröeder firma y da el pistoletazo en su apoyo a esta celebración, y
porque marca una línea que a mí me parece especialmente acertada en
el futuro de la Europa que queremos construir para el siglo XXI.

Asimismo, dentro de esta área y fuera ya de lo que son netamente los
planes de empleo, querría resaltar todo lo vinculado al Fondo Social
Europeo. Me parece que es de obligada relación en esta Cámara.La
Comisión Europea presentó el día 18 de marzo de1998 al Consejo de la
Unión Europea y al Parlamento Europeo las propuestas relativas a la
reforma de los fondos estructurales y de cohesión para el período
2000-2006.

Con respecto a los Fondos Estructurales Comunitarios, estamos en un
momento muy singular porque, por un lado, se están cerrando las
actuaciones del período 1994-1999 y, por otro, se están sentando las
bases de lo que será el período de programación 2000-2006. Por tanto,
tenemos que hacer ambas cosas:por una parte, un balance de lo que
hemos hecho con estos importantes Fondos durante el período que
finaliza y, por otra, plantear qué vamos a hacer con ellos en el
período que se inicia.

En cuanto a la ejecución de las actuaciones cofinanciadas por el
Fondo Social Europeo en el período que termina, es decir, 1994-1999,
dicho Fondo ha cofinanciado una



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parte considerable del conjunto de las políticas activas del mercado
de trabajo en España, en particular lo vinculado a formación técnico-
profesional, formación continua, jóvenes y mujeres en acciones de
inserción y reinserción ocupacional y personas que padecen especiales
dificultades. Asimismo,se han complementado con un apoyo importante
a la formación de investigadores.

La participación del Fondo Social Europeo confluye,además, con los
demás Fondos Estructurales, FEDER y FEOGA, en los actuales objetivos
1, 2 y 5.B. Además, es el único Fondo que interviene a título de los
objetivos 3 y 4. Es decir, estos últimos son monofondos,
correspondiendo su financiación al Fondo Social Europeo.

En el período que termina este año las acciones cofinanciadas por el
Fondo Social Europeo suponen un costo total de 2 billones, 342.000
millones de pesetas con una aportación comunitaria de un billón,
457.000 millones de pesetas, con una fuerte concentración en el
objetivo 1, que recibe más de un billón, 37.000 millones de pesetas.

Es decir, del conjunto de acciones de 2 billones, 342.000 millones de
pesetas, ha sido cofinanciado por el Fondo Social Europeo un billón,
457.000 millones de pesetas.

La ejecución de estas actuaciones ha mantenido un ritmo estable a lo
largo de estos años, obteniéndose porcentajes cercanos al 100 por
ciento en cada una de las anualidades.




Los informes del Tribunal de Cuentas europeo han reconocido la
excelente marcha de ejecución de las acciones cofinanciadas por el
Fondo Social Europeo en España, obteniendo medias superiores de
ejecución a los demás fondos en nuestro país y colocando a España en
el primer lugar en la Unión Europea con respecto al cumplimiento de
los programas de dicho Fondo.

Las reuniones de los últimos comités de seguimiento de los programas
operativos regionales y plurirregionales en nuestro país confirman
que España habrá absorbido a finales de este año la totalidad de los
fondos programados, lo cual es una consecuencia del fuerte impulso
dado a las políticas activas del mercado de trabajo en estos últimos
años.

Una vez dicho que hemos tenido fondos muy importantes en cuantía y,
además, que han sido ejecutados en el 100 por cien, lo cual siempre
es una satisfacción para su gestor, ¿cuáles son las perspectivas para
el período 2000-2006?
Ha quedado recogido en las sucesivas Cumbres, a las que he hecho
referencia, que hay una vinculación, que cada día debe ser mayor,
entre los Fondos Estructurales, el Fondo Social Europeo y las
políticas activas de empleo, de fomento de la creación de empleo y
calidad de empleo en los próximos anos dentro del esfuerzo que hemos
plasmado en la estrategia europea por el empleo.

En el Consejo Europeo de Berlín, celebrado los días 23 y 24 de marzo
pasado, se alcanzó en el seno de la Unión Europea un consenso general
sobre la llamada «Agenda 2000», lo que ha supuesto un nuevo impulso
al proceso de construcción e integración europea ya que se recogen
asuntos tan importantes como las perspectivas financieras para el
período 2000-2006, la nueva regulación del Fondo de Cohesión y de la
Política Agraria Común, las condiciones de preadhesión a la Unión
Europea de los países de Europa del Este y los nuevos reglamentos de
los Fondos Estructurales, los cuales se han aprobado en el último
Consejo de
Asuntos Generales y en los que se establece un nuevo marco de
funcionamiento para las actuaciones cofinanciadas por estos Fondos
durante el período de programación 2000-2006.

Las novedades de estos reglamentos afectan tanto a su estructura como
a los principios que los inspiran. Se han englobado -y son novedades-
en un sólo Reglamento general los aspectos comunes al conjunto de los
Fondos. Además, ya se han elaborado reglamentos específicos para cada
uno de ellos, para el FEDER, para el FEOGA, para el IFOP y para el
Fondo Social Europeo.

El nuevo Reglamento general y el específico del Fondo Social Europeo
reflejan en la actuación de los Fondos Estructurales una fuerte
vinculación de los recursos disponibles con las nuevas prioridades de
la Unión Europea, entre las cuales el desarrollo del empleo y de los
recursos humanos se ha convertido en un objetivo fundamental.

Como parte de un esfuerzo de simplificación, se ha reducido el número
de objetivos, que pasan a tres frentes a los siete actuales.

El Objetivo 1 continuará destinado a fomentar el desarrollo y el
ajuste estructural de las regionesmenos desarrolladas, aquellas cuyo
Producto Interior Bruto sea inferior al 75 por ciento de la media
comunitaria.

El nuevo Objetivo 2 tiene como finalidad apoyar la reconversión
económica de zonas que presenten deficiencias estructurales
específicas, ya sean industriales, rurales, urbanas o pesqueras. Como
ven,parte del objetivo 5.B queda incorporado en este nuevo objetivo
2.

Estos dos objetivos son plurifondos, es decir, que participarán todos
los Fondos Estructurales.

Por último, el Objetivo 3 nuevo incorpora los 3 y 4 actuales. Se
dirige a la adaptación y modernización en todo el territorio de las
políticas y sistemas de educación, formación y empleo. El monofondo
se gestiona exclusivamente por el Fondo Social Europeo.

Las estrategias de desarrollo de cada objetivo y las principales
líneas de actuación previstas se plasmarán en los planes que los
Estados miembros presentarán a la Comisión Europea durante el mes de
octubre.

El plan del objetivo 3 está dotado de una importancia singular en el
contexto de los nuevos reglamentos al definirse en él el marco de
referencia de la política de desarrollo de los recursos humanos en
todo el territorio nacional, dando cobertura a las actuaciones de la
Administración central y autonómica, tanto en las Comunidades
Autónomas de objetivo 1 como en las que queden fuera de éste.

En este contexto el Fondo Social Europeo se convierte en un
instrumento privilegiado de financiación de la estrategia europea y
de los planes nacionales de empleo, ya que contribuirá esencialmente
al desarrollo de sus actuaciones, asegurando un esfuerzo considerable
para los próximos siete años en apoyo a la creación de empleo.

Este Reglamento consagra cinco ámbitos prioritarios de actuación, que
vienen a corresponder básicamente con los pilares y directrices de la
estrategia europea, y que a grandes rasgos son los siguientes: El
primer ámbito agrupa el conjunto de políticas activas del mercado de
trabajo. El segundo, la lucha contra la discriminación en el acceso
al mercado laboral. El tercero, los sistemas de formación
profesional. El cuarto apunta hacia el impulso de la actividad



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productiva, la formación continua y la adaptación a los cambios de
tecnología y el quinto está enfocado a la mejora en el acceso y la
participación de las mujeres en el mercado de trabajo.

Transversalmente a estos ámbitos prioritarios, el mismo Reglamento
pone el acento en la necesidad de potenciar el desarrollo local, la
sociedad de la información y vuelve a insistir en la igualdad de
oportunidades hombre-mujer en cada una de ellas. Si hay un objetivo
que tiene Europa y que, desde luego, lo va a tener España en esta
próxima promoción de fondos es conseguir que la igualdad entre
hombres y mujeres que hoy tenemos a nivel teórico y legal pase a ser
una igualdad real.

Para cumplir estos fines, como consecuencia de los acuerdos adoptados
en Berlín, el Fondo Social Europeo contará en España con una dotación
sensiblemente superior a la del período actual. Estamos satisfechos
del conjunto de resultados obtenidos para nuestro país en la «Agenda
2000», que ha supuesto un incremento del 5 por ciento de los Fondos
Estructurales que teníamos para el anterior período, y he de señalar
que este incremento es especialmente sensible en el Fondo Social
Europeo.

A expensas todavía de que la Comisión establezca el reparto
definitivo entre los Estados miembros -lo que se hará sobre la base
de criterios objetivos de renta, población y empleo- y de que se
concrete la distribución de los fondos en el marco de los Objetivos 1
y 2, se estima que la ayuda a percibir durante el período 2000-2006
será de unos 10.500 millones de euros, es decir, unos 1.600 millones
de euros más que en el período anterior, un incremento importante que
nos va a permitir cofinanciar de forma sensiblemente mayor el
conjunto de políticas activas de nuestro país.

Este incremento de las dotaciones financieras para las acciones del
Fondo Social Europeo son consecuencia lógica de la mayor presencia
del empleo entre las prioridades de la Unión Europea. Asimismo,
refuerza la satisfacción general existente en la estrategia europea
compartida para el empleo.

Ya con un carácter más institucional -y perdónenme que mi exposición
esté siendo algo extensa, pero creo que merece la pena-, hay que
resaltar la creación del Comité de Política de Empleo y Mercado de
Trabajo, que ha tenido un protagonismo muy importante a la hora de
diseñar todas las políticas de empleo, y la reforma del Comité
Permanente de Empleo, así como de otros directamente relacionados con
aspectos concretos de la formación profesional.

El Comité de Política de Empleo y Mercado de Trabajo, que ha nacido
durante este último período, tiene como finalidad asistir al Consejo
de Ministros de Trabajo y Asuntos Sociales en el ejercicio de sus
responsabilidades en materia de política de empleo y del mercado de
trabajo en paralelo con el Comité de Política Económica que asiste al
Consejo Ecofin. El Comité estará integrado por dos representantes de
cada Estado miembro y también por dos representantes de la Comisión,
eligiéndose a su Presidente por un mandato de dos años.

Por otra parte, la reforma del Comité Permanente de Empleo, que se
inició a partir del lo de julio de 1998, tiene como finalidad
restablecer el papel de un comité como
cauce principal de diálogo y consulta entre el Consejo, la Comisión y
los interlocutores sociales.

Por último, en lo que se refiere a esta línea de empleo y formación
profesional, no querría dejar de resaltar la aprobación de la segunda
fase del programa de acción comunitaria en materia de formación
profesional Leonardo da Vinci. Este programa se destina a apoyar y
completar las acciones de los Estados miembros en materia de
formación profesional, y su objetivo es mejorar la calidad, la
innovación y la dimensión europea de los sistemas y prácticas de este
tipo de formación mediante el refortalecimiento de la cooperación
transnacional.

Una de las novedades del Programa Leonardo II es la posibilidad de
apoyar acciones conjuntas con otros programas comunitarios, en
particular, Sócrates II y Juventud. Con estos programas, Leonardo II
forma parte de un conjunto coherente de medidas tendentes a promover
la cooperación europea en materia de educación, formación y juventud
en vísperas del siglo XXI.

Decía al principio de mi intervención que iba a abordar los temas
tratados en los Consejos en cuatro áreas, y todo lo que he dicho
hasta ahora está vinculado al empleo y la formación profesional. Y
aunque sea muy puntualmente, en relación con el segundo aspecto,
relativo a la libre circulación de personas, destacaría el acuerdo
que hemos concluido entre la Unión Europea y Suiza, suscrito el
pasado 26 de febrero, sobre la libre circulación de personas, si bien
el mismo no entrará en vigor en tanto no finalice el período de
ratificación de los países de la Unión Europea y la propia Suiza. Con
el referido acuerdo se ha conseguido concertar con Suiza unas normas
similares o equivalentes a las que rigen la libre circulación de los
trabajadores en la Unión Europea.

Por otra parte -y en el ámbito específico del trabajo y la Seguridad
Social-, se ha perseguido la adaptación de las normas de coordinación
comunitaria de Seguridad Social a las modificaciones producidas en
los distintos sistemas nacionales de Seguridad Social, así como abrir
el campo de cobertura de los instrumentos comunitarios a nuevos
colectivos que estaban excluidos de su acción protectora, como era el
caso de los funcionarios públicos y estudiantes, si bien la
ampliación se ha llevado a efecto teniendo en cuenta las especiales
características que rigen los sistemas nacionales de Seguridad Social
de los referidos colectivos.

También en el área de Seguridad Social, aunque no yadestinada al
ámbito de los regímenes legales públicos, se han adoptado dos
directivas específicas: La primera de ellas, referida a la aplicación
del principio de igualdad de trato entre hombres y mujeres en los
regímenes profesionales de Seguridad Social; y la segunda, dedicada a
proteger los derechos a pensión complementaria de los trabajadores
que se desplazan dentro de la Comunidad, reconociendo en todo caso la
exportabilidad de las pensiones.

Por lo que respecta al tercer gran bloque, relaciones laborales,
condiciones de trabajo y seguridad y salud en el trabajo, las
actuaciones en esta área han tenido como base los programas de acción
social de la Comisión -especialmente, el último, adoptado en abril de
1998-, con la finalidad de desarrollar en el período 1998-2000 una
política social más amplia e innovadora.




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En cuanto a las condiciones de trabajo, podemos resaltar que éstas
han sido objeto de especial atención, dando lugar a la aprobación de
las correspondientes directivas en asuntos como el del trabajo a
tiempo parcial; el mantenimiento de los derechos de los trabajadores
en caso de traspaso de empresa, de centro de actividad o de parte de
éste; la carga de la prueba de discriminación por razón de sexo y el
establecimiento de un código de conducta para luchar contra el fraude
a la Seguridad Social y el trabajo no declarado.




Asimismo, por el interés que despierta y por sus importantes
repercusiones en la creación de puestos de trabajo, creo conveniente
resaltar el acuerdo-marco sobre el trabajo a tiempo parcial concluido
por los interlocutores sociales a nivel europeo, cuya finalidad es
impedir que los trabajadores con dedicación parcial reciban un trato
desfavorable frente a los que tienen una dedicación plena. En este
sentido, se persigue una organización del trabajo más flexible, a la
vez que se entiende que muchas personas que trabajan en Europa puedan
compaginar una actividad profesional con cualquier otro tipo de
actividad.

Este acuerdo, que ha tenido repercusión en nuestro país, se ha
aprobado mediante un concierto con los sindicatos y el consenso
básico de casi todas las fuerzas políticas representadas en esta
Cámara con la nueva normativa actualmente vigente en nuestro país
sobre el trabajo a tiempo parcial.




También son muy importantes las actuaciones realizadas en el terreno
de la seguridad y salud en el trabajo, lo que en nuestro país ha
supuesto un esfuerzo muy importante de traslación de directivas y
donde se ha trabajado en el progreso técnico de anteriores directivas
sobre protección de los trabajadores contra los riesgos derivados de
la exposición a agentes cancerígenos, ampliando su ámbito de
aplicación a los mutágenos y agentes biológicos durante el trabajo, a
la protección contra los riesgos relacionados con los agentes
químicos y a la protección de los trabajadores expuestos a los
riesgos derivados de atmósferas explosivas.

Además, debo resaltar que las conclusiones relativas a la protección
contra los riesgos relacionados con la exposición al amianto y el
informe intermedio sobre el programa comunitario en materia de
seguridad, higiene y salud en el lugar de trabajo van a estar
vigentes durante todo el período 1996-2000. Como asuntos pendientes
de regulación se encuentran los relativos a la protección de los
riesgos de atmósferas explosivas y frente a los agentes físicos
durante el trabajo.

Por último, en el cuarto bloque, el área de asuntos sociales, se han
desarrollado diversas actuaciones que han tenido como objetivo
mejorar y potenciar el papel que ocupan en nuestra sociedad los
jóvenes, las personas con discapacidad y las mujeres.

En relación con la juventud, el Consejo de Ministros de la Unión
Europea ha adoptado durante el Período 1997- 1999 una serie de
instrumentos -básicamente, declaraciones- que se centran en políticas
que tienden a fomentar la lucha contra el racismo, la xenofobia y el
antisemitismo el servicio voluntario, la participación en los
procesos de construcción europea, y el acceso al trabajo y la
formación profesional -en especial, a la formación permanente- como
vehículo para acceder a un empleo.




En este sentido, quiero significar el memorándum adoptado últimamente
por el Consejo de Ministros sobre los jóvenes y Europa, en el que se
sugiere potenciar la visión europea de los jóvenes intensificando la
movilidad, la información y la participación en los Programas
Leonardo, Sócrates y Juventud, as! como fomentar la cooperación
educativa transnacional y reducir el paro juvenil a escala nacional,
utilizando las ayudas que ofrezca la nueva regulación de los Fondos
Estructurales para la formación, la contratación los jóvenes y la
inserción de los más desfavorecidos.




Quiero también referirme a la reciente decisión del Parlamento
Europeo y del Consejo de Ministros sobre la adopción de un programa
de acción para el período 2000-2004 en materia de juventud. Las
acciones previstas en el mismo comprenderán 1os siguientes ámbitos:
servicio voluntario europeo, juventud con Europa, oportunidades para
los jóvenes, acciones conjuntas y medidas de acompañamiento. La
dotación presupuestaria prevista para su desarrollo es de 350
millones de euros.

En lo que se refiere a las personas con discapacidad, en el marco del
Programa de acción social 1998-2000 se ha adoptado, también muy
recientemente, por el Consejo de Ministros una resolución sobre
igualdad de oportunidades en el empleo para personas con
discapacidad. Con ello se pretenden impulsar, aprovechando las
posibilidades del Fondo Social Europeo, políticas destinadas a la
integración en el mercado laboral de las personas con discapacidad.

Asimismo, en el tema de la mujer, aparte de todas las políticas de
empleo reseñadas anteriormente, se han adoptado los siguientes
documentos: el informe sobre indicadores y evolución comparada, los
aspectos relativos al poder y a la toma de decisiones, realizado como
consecuencia de la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer. En él se
señala la importancia del área de acción de poder y de la toma de
decisión de las mujeres, y especialmente su representación en las
instancias políticas, no tanto como finalidad en sí misma sino como
medio para lograr la igualdad en otra área de la sociedad.

Igualmente, se adoptó la decisión del Parlamento Europeo y del
Consejo de Ministros sobre la creación de un programa comunitario de
acción, Programa DAPHNE sobre medidas destinadas a prevenir la
violencia ejercida contra los niños, adolescentes y mujeres. El
presupuesto total previsto para el mismo se cifra en 20 millones de
euros. En su ejecución se prevé contar con la participación de las
ONGs de los Estados miembros y su acción también se desarrollará en
países de Europa Central y Oriental, incluidos los Estados Bálticos.

En resumen, un período muy intenso de construcción europea y sobre
todo en lo vinculado a política de empleo, con la configuración de un
nuevo sistema, de una nueva filosofía que nuestro país comparte
plenamente, que está dando muy buenos resultados y que permite
encarar concierto optimismo ese viejo sueño europeo para el siglo
XXI: tener una Europa competitiva, pero manteniendo al mismo tiempo
este Estado del bienestar del que durante años nos hemos dotado.

Muchas gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Ministro, por su detallada
exposición.




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Pasamos ahora a la intervención de los distintos Grupos. ¿Grupos que
desean intervenir? (Pausa.)
Por el Grupo Parlamentario Socialista tiene la palabra el señor
Costa.




El señor COSTA COSTA: Muchas gracias, señor Presidente.




Señor Ministro, gracias por su larga intervención, que no es para
menos. El Grupo Parlamentario Socialista lleva intentando que el
Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales comparezca en esta Comisión
exactamente desde el día 20 de diciembre de 1996, y ha sido imposible
que el Ministro tuviera el tiempo disponible necesario para
comparecer aquí. Mientras tanto, han ocurrido algunas cosas, como
usted mismo ha afirmado. Se ha ratificado un nuevo tratado, ha
entrado en vigor, y ha habido cuatro Consejos Europeos en los que el
tema principal ha sido la preocupación de la Unión Europea por la
creación de empleo.

No haría falta que yo calificara esa actitud del Ejecutivo de
ausencia de la Comisión, que tiene por misión velar por el
seguimiento de los asuntos europeos del Gobierno. En sí misma se
califica esa actitud: la de un Gobierno que no comparece en esta
Comisión durante más de dos años para informar de temas que son
sustanciales y principales en el proceso de construcción europea. Por
tanto, me podría parar aquí y que la opinión pública pudiese valorar
cuál es la actitud democrática, cuál es la actitud de respeto al
Parlamento que tiene su Gobierno y su Ministerio en particular,
porque otros Ministros han comparecido mientras tanto profusamente,
especialmente el de Exteriores y el Secretario de Estado. Pero su
actitud ha tenido un carácter claramente deficiente en materia
democrática y de falta de respeto al Parlamento, y más concretamente
a esta Comisión en estas materias que son parte sustancial, insisto,
del proceso de construcción europea y que han conformado
principalmente la agenda de la Unión Europea en el período que va
desde diciembre de 1996, insisto, en que el Grupo Parlamentario
Socialista intenta que usted y su antecesor comparezcan en esta
Comisión para explicar lo que hoy ha hecho de manera profusa, pero
sin el tiempo sin duda necesario, sin el seguimiento correcto por
parte del Parlamento para poder debatir en el momento en el que se
producen y antes de adoptar los acuerdos, que así es como regula la
ley el funcionamiento de esta Comisión, aquellas materias que son de
su competencia.

Por tanto, permítame que sea un tanto agrio en mi introducción porque
no me queda otro remedio. No me puedo explicar cómo el Gobierno, a
través de su Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, no puede
comparecer durante más de dos años en esta Comisión para explicar
temas tan sustanciales, insisto, en el proceso de construcción
europea.

Entrando ya en lo que es el fondo de la comparecencia, la segunda
cuestión se refiere a la materia de empleo que culmina en Colonia con
el Pacto Europeo para el Empleo, un pacto que viene a recoger la
coordinación de política económica y la mejora de interacciones entre
la evolución de los salarios y la política monetaria, presupuestaria
y financiera, mediante un diálogo macroeconómico, como usted mismo ha
dicho, que es lo que pretende principalmente el proceso de Colonia, y
que es lo que creemos será fundamental en la evolución futura del
empleo en la Unión
Europea. El empleo no se puede tratar aisladamente de la situación
económica, de las orientaciones de política económica de las
orientaciones de política monetaria ni tampoco puede estar al margen
de los actores sociales. Los actores sociales tienen que tener un
papel decisorio, un papel importante en las decisiones y tienen que
compartir los objetivos de estas políticas; no ha sido así en nuestro
país; no ha sido posible a pesar de su compromiso de llegar a un
acuerdo en nuestro país con los actores sociales sobre el Plan
Nacional de Empleo presentado a la Unión Europea para el año 2000;
usted ha enmascarado eso a través de una serie de frases de
aceptación, pero usted no ha podido llegar a un acuerdo 6.9 con los
sindicatos en este Plan Nacional de Empleo, y ése es un déficit que
se debe corregir en el futuro porque entra dentro de la filosofía,
dentro del diseño de las políticas de empleo de la Unión Europea
conseguir el máximo consenso y acuerdo para la elaboración de estos
planes.

Decía que Colonia ha venido a condensar lo que se había iniciado en
el proceso de Luxemburgo y en el de Cardiff, que ha dado una visión
global de la que carecían los procesos anteriores a la creación de
empleo en la Unión Europea, de la que sólo evidentemente nos podemos
felicitar, con la participación, insisto, de todos los agentes
implicados en la materia.

En el Consejo de Colonia, y usted lo ha citado, hay un elemento que a
mí me parece sustancial y que usted ha abordado de pasada, aunque el
Presidente del Gobierno, señor Aznar, en el Parlamento ha hablado de
ello ligeramente aunque profusamente en los medios de comunicación,
que es el apartado 11 de las conclusiones del Consejo Europeo de
Colonia, en el que se establece la decisión de convocar una sesión
especial del Consejo Europeo sobre la reforma económica, la cohesión
social, hacia una Europa de la innovación y del saber. Yo creo que no
nos podemos quedar ahí. Si sigo las manifestaciones públicas del
Presidente del Gobierno, lo que se pretende en esta Cumbre
extraordinaria, en este Consejo especial es ver cómo se mantiene el
Estado del bienestar en la Unión Europea y cómo se compagina éste con
la competitividad necesaria de la economía europea. Cuando el señor
Aznar dice esto públicamente, además está hablando de reformas del
sistema de Seguridad Social, de reformas del sistema de pensiones, de
reformas del sistema educativo, de reformas del sistema sanitario y
de reformas del mercado de trabajo, es decir de mayor flexibilidad en
el mercado de trabajo. Cada una de estas políticas por sí misma se
merece, sin duda, una comparecencia, como mínimo, de la misma
duración de la celebrada hoy en esta Comisión Mixta. Y, además, exige
la respuesta del Gobierno en términos de propuestas concretas que va
a llevar a este Consejo extraordinario de Lisboa.

Entiendo que el Gobierno español no puede ir a este Consejo sin haber
realizado un debate amplio y abierto en el Parlamento, sin antes
haber explicado en el Parlamento qué reformas va a proponer para cada
una de esas materias en el Consejo extraordinario de Lisboa.

No lo ha hecho así. Estamos todavía a tiempo. Espero que el Gobierno
no actúe como lo ha hecho en materia de empleo en sus comparecencias
en esta comisión y que esté ágil y presto a explicar cuáles son las
reformas que va a



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proponer para esta cumbre tan importante de la Unión Europea
establecida para la presidencia portuguesa.

Es evidente que no es únicamente responsabilidad de su Ministerio,
pero también es evidente que su Ministerio está especialmente
implicado en esta cumbre. Por ello, le pido -si tiene alguna idea de
cuáles son las propuestas de su competencia que su Ministerio va a
proponer- que nos dé ya algún apunte de por dónde pueden ir las
reformas que España va a proponer en esta cumbre.

En materia de empleo sólo queda felicitarse porque la Unión Europea
realmente se haya preocupado de una política común de empleo, porque
el Tratado de Amsterdam haya sabido recoger lo que es la máxima
preocupación de los ciudadanos europeos hoy, que es, sin duda, tener
un empleo, un empleo estable, en buenas condiciones, algo que todavía
España no puede ofrecer a sus ciudadanos, a pesar de la mejora que
está teniendo la creación de empleo y a pesar del ciclo económico tan
positivo que vive nuestro país.

Es verdad que se están creando empleos, pero también es verdad que la
creación de empleo sigue careciendo de los niveles de estabilidad, de
los niveles, por lo tanto, de seguridad deseables para el futuro de
aquellos que acceden a un empleo.

La segunda cuestión que me gustaría tratar con usted -así también
consta en las conclusiones del Consejo de Colonia, el más reciente-
hace referencia a la Agenda 2000 y al paquete financiero para el año
2000-2006.

En primer lugar, me gustaría que me especificara, en su réplica, si
es tan amable, por qué utilizan ustedes para calcular las cifras
globales para el período 2006 el conjunto del período anterior que,
por cierto, alguna responsabilidad tuvo San Pedro en ello -me refiero
a San Pedro Presidente, por supuesto-, pues ustedes pretenden
ignorar, quieren borrar de la historia el hecho de que la negociación
anterior partió prácticamente de cero para llegar a 10. Ustedes no
parten de cero. Ustedes parten de 10 y, por lo tanto, no pueden hacer
medias de período. Ustedes tienen que hacer una proyección de lo que
era el escenario previsto para la anterior negociación al final del
mismo. Yese escenario son las cifras del año 1999.

Ustedes hacen trampas, manipulan la información a la opinión pública
cuando hablan de la Agenda 2000,señor Ministro. No se pueden comparar
períodos cuando las situaciones de partida son tan diferentes. Hacen
trampas en las cifras que proponen a la opinión pública. Las cifras
que se tienen que tomar como base de la negociación son las del año
1999, señor Ministro. Hacer lo contrario es querer manipular,querer
maquillar las cifras reales de lo conseguido en esta negociación que
es muy negativa para España, y particularmente muy negativa en
materia de empleo, como veremos si usted me contesta a la pregunta
que le he hecho.

Le he pedido que me diga cuál sería el resultado partiendo de las
cifras que usted ha obtenido por una negociación anterior en el año
1999 para el período 2000-2006. Si de esa proyección el resultado es
positivo/yo retiraré todo lo que he afirmado y voy a mantener en los
próximos meses frente a la comunicación maquillada del Gobierno en
esa materia.

El señor PRESIDENTE: Señor Costa, vaya terminando.




El señor COSTACOSTA: Centremos el debate en términos reales y no
eludamos lo que es, de verdad, la realidad, Voy concluyendo, señor
Presidente.

Si partimos de esta base, que es la real, señor Ministro, me tiene
que explicar usted cómo es posible que partiendo de las cifras de
1999, y perdiendo 44.000 millones en fondos estructurales y de
cohesión, 44.000 millones de euros, señor Ministro, salgamos ganando.

Lo siento porque no debo tener las entendederas suficientes, aun
siendo mediterráneo y habiéndome dedicado toda mi vida a la empresa
privada, para obtener con esas cifras los resultados que ustedes
obtienen. Con esas cifras, que son las globales, no me sale, señor
Ministro, que nosotros hayamos podido ganar. Pero cuando desciendo de
esas cifras y me voy directamente al Objetivo 1, al Objetivo 2 y al
Objetivo 3, todavía me cuadran menos, porque le recuerdo que dentro
del Objetivo 1 se han apartado 11.000 millones de pesetas para
regiones que está en fase de «facing out», de salida del Objetivo1 y
que, además, se han apartado también del paquete global unos 6.000
millones de euros para distribuir cheques entre los Estados miembros,
de los cuales España ha obtenido una modesta cifra de 200 millones de
ecus y que, además, dada la posición del Gobierno español, los
quieren distribuir básicamente entre Cantabria y las regiones
Objetivo 2, es decir, entre las regiones con problemas de
industrialización.

Me temo que ustedes tienen ya comprometidos esos 200 millones, que,
por cierto, en el acuerdo de Berlín no está definido que vayan ni
para las regiones «facing out» que tienen una financiación
específica, ni mucho menos para las regiones Objetivo 2, cuando hay
provincias Objetivo 1 que tienen muchos más problemas, entre otros de
desempleo, y que requieren programas de acción más contundentes que
la media de las regiones españolas. Sin duda eso tendrá que ver con
la estabilidad del Gobierno, tendrá que ver con la gobernabilidad del
país, pero yo no puedo compartir estas decisiones.




El señor PRESIDENTE: Señor Costa, concluya en un minuto por favor.




El señor COSTA COSTA: Termino, señor Presidente. Dos cuestiones más y
concluyo inmediatamente. ¿Cómo se puede afirmar que se ganan esas
cifras en el Fondo Social Europeo cuando todavía no existe la
programación o nosotros no la conocemos? Me gustaría que me
confirmara si las cifras que usted ha citado en su comparecencia son
cerradas; es decir, partiendo de los análisis erróneos y confusos que
usted hace entre dos períodos, diferentes, le pido que me confirme si
esas cifras son cerradas y cómo se pueden cerrar las cifras si no
existe todavía la programación para la ejecución de los fondos en el
período 2000-2006, cuando todas las perspectivas financieras, señor
Ministro, están sometidas a una revisión en el año 2002, como usted
sabe perfectamente, por acuerdo del Consejo de Berlín. Supongo que
usted, al ser miembro del Consejo de Ministros, lo conocerá, pues en
él tratarán ustedes esas cuestiones, las conocerán y las compartirán.




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Para no entrar en toda la selva de información sin desgranar que nos
ha soltado durante esa larga hora de exposición -tiempo con el que,
como usted está viendo, yo no cuento, sino que debo limitarme a uno
mucho más corto-, diré solamente que es curioso que nos haya hablado
de directivas, de normativas, pero que no haya citado para nada la
Directiva de Sociedades Europeas. Curiosamente, es una directiva que
está bloqueada por la posición de España. Se trata de una posición
conservadora, reaccionaria en términos sociales, que España está
manteniendo en los consejos europeos, y que ha impedido que esa
Directiva sobre sociedades europeas, sobre participación de los
trabajadores en esas empresas no haya podido culminar, no se haya
podido acordar, tal y como estaba ya previsto desde el Consejo de
Viena.

Sólo me queda añadir, señor Ministro, que espero que, para la próxima
comparecencia, no tengamos que esperar dos años y medio y que usted
podrá venir a contarnos asuntos importantes antes y después del
Consejo de Lisboa, para informarnos también en esta comisión, que
tiene esta misión, sobre los elementos que conforman el proceso de
construcción europea en materia de empleo y de políticas sociales,
que para nosotros son muy relevantes. Gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias.

En nombre del Grupo de Convergència i Unió, tiene la palabra el señor
Campuzano.




El señor CAMPUZANO I CANADÈS: Gracias, señor Presidente.

Deseo agradecer también la comparecencia del señor Ministro. No soy
miembro titular de esta Comisión, sino que sustituyo a nuestro
portavoz habitual.

Desconozco las razones que han provocado este retraso en la
comparecencia del señor Ministro. Supongo que, en su réplica a todos
los grupos parlamentarios, recibiremosla correspondiente explicación.

Pero seguramente es bueno y necesario que esta Comisión que,como se
ha recordado, tiene un mandato expreso por ley respecto a sus
funciones de seguimiento de la actuación de la Administración
española en el seno de la Unión Europea, merezca por parte del
Gobierno toda la atención necesaria. No creo que sea un defecto tan
sólo de este Ministro. Muchas veces creo que los grupos políticos
tenemos la sensación de que nuestra capacidad de impulso y de control
de la acción del Gobierno en el seno de la Unión Europea es
relativamente escasa y, por tanto, entre todos los Grupos y, el
Gobierno, deberíamos dar a esta Comisión el máximo contenido político
posible para que esta participación de todos los grupos y del propio
Gobierno en la definición de las posiciones españolas respondiese
efectivamente a un trabajo parlamentario que sin duda hoy no existe
de manera suficiente.

Dicho esto, y a la espera de la explicación del señor ministro, nos
gustaría remarcar algunos conceptos que ha expuesto en su
intervención.

Creo que los grupos coincidimos con la filosofía de fondo que ha
expresado el señor Ministro. El mismo portavoz del Grupo Socialista
no ha querido entrar en esta materia porque existe esa coincidencia
en cuanto a destacar la importancia que tiene para la construcción de
Europa este avance en materia social. Hoy seguramente, la gran
prioridad
de la construcción política europea, junto con el diseño de esa
nueva política común en materia exterior y de seguridad, va a pasar
por la construcción de la Europa social, y es evidente que el
desarrollo de políticas comunes coordinadas en materia de ocupación
se va a convertir en fundamental.




Entendemos que, dentro de esta misma lógica, la puesta en marcha del
pacto europeo por el empleo, con la participación del conjunto de
organizaciones sociales, introduce un plus cuantitativo y cualitativo
muy importante. Me parece recordar que las conclusiones de Colonia
hablan de esta participación de los agentes sociales en el diseño de
las políticas macroeconómicas en el marco del Pacto europeo por el
empleo, como un proceso permanente. Este acuerdo de Colonia es
fundamental, y creemos que, desde la perspectiva del precedido -y
estoy seguro de que el señor Ministro, en su respuesta a los
portavoces lo destacará- por la legislatura de 1996 al año 2000, que,
en el caso español, los acuerdos con los agentes sociales han
permitido el desarrollo de políticas públicas en materia de Seguridad
Social, en materia de ocupación y en materia de salud laboral, muy
importantes.

Sería bueno que el Plan de empleo, aparte del apoyo que ha recibido
del conjunto de las Comunidades Autónomas, hubiese contado también
con el de los agentes sociales, y sabemos que el señor Ministro se ha
esforzado en intentar conseguir este acuerdo. Nuestro Grupo
Parlamentario habría deseado que ese plan de empleo, cuyas líneas
generales compartimos, también tuviese el apoyo de los agentes
sociales. Pienso que seria bueno que el señor Ministro en su
explicación señalase aquellos elementos que no han permitido contar
con ese apoyo.

Pero sí entendemos que los planes de empleo de 1998 y de 1999, en su
criterio general, responden a lo que eran las demandas de la Unión
Europea en esta materia. Sería conveniente -no sé si en esta Comisión
o en la de Política Social y Empleo- que sobre el Plan también
tuviésemos los correspondientes debates para terminar de definir las
posiciones de los grupos políticos en relación a él.

Más allá de estas consideraciones de orden general Y. por tanto,
valorando en sentido positivo la evolución que en este ámbito han
tenido las posiciones del Gobierno español, entro ya en cuestiones de
política interna, sobre la que deseo plantearle simplemente dos
cuestiones.

Primera cuestión. Desde hace mucho tiempo, en la literatura, en las
propuestas y reflexiones de la Unión Europea en materia de ocupación,
se insiste en este proceso de rebaja de las cotizaciones sociales de
los empleos de más baja calificación y de uso intensivo. Nosotros
entendemos que la posición del Gobierno en esta materia es
excesivamente prudente, excesivamente contenida. ¿Cree el señor
Ministro que, en el futuro, podremos avanzar en la línea de rebaja de
cotizaciones sociales en los empleos de baja intensidad y de baja
calificación? Comprendemos que es un terreno en el que la creación de
ocupación es posible y necesaria, y todos los informes de la Unión
Europea insisten en esta línea.

Segunda cuestión. ¿Entiende el Gobierno que otro de los conceptos
llegados a nuestro Estado desde la Unión Europea, como es el de
nuevos yacimientos de ocupación,están suficientemente impulsados hoy
por el conjunto de



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las administraciones públicas, y no tan sólo por la Administración
central del Estado sino por las locales y autonómicas? ¿Piensa el
Gobierno explorar fórmulas, medidas, que permitan explotar al máximo
las posibilidades que se tienen en esta materia?
Estos dos conceptos -rebaja de las cotizaciones sociales
y explotación de los yacimientos de empleo- están generados en el marco
de la Unión Europea que, en el caso del Estado español, hoy aún no
hemos desarrollado suficientemente, y que nos permitirían crear
ocupación en ámbitos, en materias, en sectores en los que con
seguridad existen muchísimas potencialidades.

Por último, y respecto al debate sobre la Agenda 20001 el señor
Ministro dará las cifras que haya que dar, pero en todo caso sería
bueno que en los debates sobre aquello que se consigue en Europa se
mantuviese un nivel de solidaridad política importante por parte del
conjunto de las fuerzas políticas representadas en esta Cámara. Lo
planteamos cuando gobernaba el Partido Socialista, y lo planteamos
también cuando gobierna el Partido Popular. Estoy seguro de que, en
este sentido, todos tendremos más puntos de coincidencia que de
discrepancia.

Espero que esta comparecencia, y sobre todo la perspectiva de esta
reunión promovida por la Presidencia portuguesa, venga precedida por
los debates parlamentarios que puedan permitir al Gobierno ir a
representar al Estado español también con un debate parlamentario que
estoy seguro de que siempre refuerza su posición política en el seno
de la Unión Europea.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias.

En nombre del Grupo de Senadores Nacionalistas Vascos, tiene la
palabra el Senador Gangoiti.




El señor GANGOITI LLAGUNO: Muchas gracias, señor Presidente.

Voy a ser muy breve ya que gran parte de las inquietudes que tenía
nuestro Grupo Parlamentario han sido planteadas por los dos
anteriores portavoces. Por tanto, en aras de la brevedad no insistiré
en ello.

De todas formas, teniendo en cuenta el tiempo que ha transcurrido
hasta que se ha hecho realidad la comparecencia del Ministro de
Trabajo, y teniendo en cuenta también que se va a celebrar la reunión
de Lisboa en un futuro próximo, quisiera recalcar que nuestro Grupo
solicita desde este mismo momento que el señor Ministro comparezca
ante esta Comisión antes deque tenga lugar esa reunión para explicar
cuál es la postura comunitaria y cuál es la del Gobierno español. La
Europa actual está demasiado escorada hacia los temas económicos y
monetarios, y en nuestra opinión se le debe dar un contenido social y
humano. Por eso, la Europa social y del empleo es un gran desafío al
que nos vamos a enfrentar. En función de ello, nuestro Grupo solicita
desde este mismo momento, como acabo de decir, la comparecencia del
Ministro ante esta Comisión para tratar de estas cuestiones.

Termino sin más mi intervención, refiriéndome única y exclusivamente
a lo que ha dicho el Ministro al principio de su exposición. Su
señoría nos ha hablado del previsible nombramiento del Presidente de
esta Comisión, señor Solbes,
como Comisario europeo. Nuestro Grupo espera que eso llegue a
ser una realidad.Concretamente para nuestro Grupo será una pena no
tener a don Pedro Solbes de Presidente a partir del mes de
septiembre, puesto que estamos ya al final de este período
parlamentario, pero en cambio el Estado español habrá ganado un gran
Comisario en Bruselas que, estoy seguro, hará muy bien las cosas. Los
miembros de esta Comisión le damos las gracias por cómo ha dirigido
todas las reuniones durante su tiempo como Presidente.




Nada más y muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Le agradezco sus amables palabras, señor
Gangoiti.

En nombre del Grupo Parlamentario Popular tiene la palabra el señor
Martínez Casañ.




El señor MARTÍNEZ CASAÑ: Muchas gracias, señor Presidente.

Quiero comenzar mi intervención dando la bienvenida al Ministro de
Trabajo, don Manuel Pimentel. Estoy seguro de que ésta será la
primera de una serie de comparecencias ininterrumpidas en esta
Comisión. Con la de hoy inicia una colaboración que será estrecha y
fructífera, no solamente para las relaciones del Gobierno con la
Comisión, sino también para el conjunto de la sociedad española.

Es cierto que el anterior Ministro de Trabajo, siempre por motivos
ampliamente justificados, no pudo comparecer ante esta Comisión como
hubiese sido su deseo. Tengo que recordar que en las cuatro ocasiones
en que se le pidió que acudiera a ella siempre justificó ampliamente
su imposibilidad de hacerlo debido a motivos de importancia capital.

Por ejemplo, en una ocasión no pudo asistir al encontrarse con los
Reyes en Sevilla, y en otra tampoco pudo hacerlo a causa de su
asistencia a un Consejo Jumbo en el ECOFIN. Por eso, deseo que conste
en acta que si el anterior ministro no ha comparecido ante esta
Comisión se ha debido siempre a causas absolutamente ajenas a su
voluntad al encontrarse en el ejercicio de sus responsabilidades como
Ministro de Trabajo.

El portavoz del Grupo Parlamentario Socialista ha manifestado que
necesariamente parte de su intervención tenía que ser agria. La mía,
señor Presidente, señor ministro, tiene que ser dulce ya que
considero que el mejor servicio que un Gobierno le puede prestar a la
sociedad, en este caso concreto a la sociedad española, es
precisamente la creación de puestos de trabajo, cifra que ha llegado
a ser en el último período de 1.500.000, y que recuerdo a los
asistentes constituye la mitad de los empleos totales que se han
creado en la Unión Europea en el mismo período.

El mejor servicio que puede prestar un Gobierno, y más concretamente
un Ministro de Trabajo, es intentar conseguir desde el principio de
la legislatura un gran pacto social, pacto social que en este caso ha
sido histórico y que no fueron capaces de lograr los anteriores
Gobiernos socialistas. Sin él no hubiera sido posible conseguir los
avances que se han dado en cuanto a creación de empleo y progreso
económico. El mejor servicio es el liderazgo que está teniendo en
este sector nuestro Gobierno, que está teniendo España en Europa. El
mejor servicio es la reducción de laslistas de espera, la mejora de
las políticas sociales y la



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mejora de las pensiones, que se han sacado para siempre del debate
político a fin de que nunca puedan ser utilizadas como excusa o como
tema de descalificación entre unos partidos políticos y otros ni como
método de coacción. Creo que la mejor prueba del buen servicio que ha
prestado a la sociedad española en su conjunto este Gobierno, y en
concreto el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, es el amplio
respaldo que nuestra sociedad le ha otorgado en las últimas
elecciones.

El Presidente del Gobierno dio amplia y cumplida cuenta de las
políticas de empleo y sociales, de sus logros en el último año y de
las perspectivas y objetivos para el presente ejercicio en el debate
sobre el estado de la Nación, debate que contó con el respaldo
mayoritario de los grupos parlamentarios presentes en la otra Cámara.

Por todo ello, no quiero profundizar en este tema.

Siento que el portavoz socialista haya centrado parte de su
intervención, de una forma maniquea y un tanto obsesiva, en la
negación de los excelentes resultados que para España supusieron la
negociación de la Agenda 2000 y la Cumbre de Berlín. A este respecto
hubo una serie de comparecencias monográficas, no solamente en la
Comisión sino en el Pleno del Congreso de los Diputados, por lo cual
no profundizaré más en mis comentarios sobre este punto.

Atenor de lo que ha expuesto el señor Ministro, sí quiero decir que
la realidad es que hay una coincidencia entre las políticas de la
Unión Europea y las del Reino de España. La realidad, tal como y como
se llevó todo esto a cabo en Luxemburgo por parte del Reino de
España, es el adelanto de las políticas de empleo y de las políticas
económicas, consagradas en Amsterdam como el mejor servicio que se le
puede prestar a la sociedad. En este sentido, quiero recalcar la
política de íntima vinculación que ha seguido el Gobierno, como ha
señalado el señor Ministro, entre las políticas económicas y las de
empleo, y la consagración de las políticas activas de empleo, sin
detrimento alguno de las políticas pasivas, como el mejor servicio
que se puede hacer a la sociedad en la reducción de los
desequilibrios y en la creación de un clima propicio para el progreso
económico y social.

Nos satisface haber conocido de boca del propio Ministro cómo en el
Plan Nacional de Empleo de 1998 se duplicaron las acciones de empleo,
centradas éstas especialmente en las personas desempleadas, en la
discriminación activa de la mujer y, sobre todo, en el gran papel que
se ha dado en esta cuestión a las Comunidades Autónomas mediante su
descentralización en función de las directrices europeas, puesto que
las Comunidades Autónomas, dependiendo de la buena gestión que puedan
hacer en sus respectivos territorios de los recursos económicos y
humanos, pueden colaborar a la creación de puestos de trabajo y a la
creación de riqueza y, por tanto, a la sustentación de políticas
activas de empleo, sociales y de protección de los trabajadores y de
la sociedad en general.

Igualmente nos satisface comprobar, señor Ministro, que no solamente
el Plan Nacional de Empleo de 1998 se cumplió -con un gran respaldo-,
y fue puesto de ejemplo por parte de la Comisión y de los demás
países europeos como un buen plan nacional dentro de la Unión Europea
-y en su momento tuvimos ocasión de felicitar al Gobierno por este
logro-, sino que el nuevo plan de empleo se
encuentra en la misma situación y seguramente va a ser puesto de
ejemplo por los demás Estados miembros de la Unión Europea como lo
que debe ser un plan de empleo destinado a reducir las desigualdades
sociales entre los habitantes de cualquier país miembro de la Unión
Europea.

Hay que resaltar la excelente labor que ha realizado nuestro país,
nuestro Gobierno, en la consecución del diálogo social. Como ha dicho
el señor Ministro, el acuerdo a que se ha llegado con los sindicatos
en relación con los contratos a tiempo parcial, que ha dado lugar al
acuerdomarco sobre trabajo a tiempo parcial, tendrá repercusiones muy
favorables en la participación de la población española en el mercado
laboral y, por tanto, en la creación de riqueza y sustentación de las
políticas sociales. Valoramos positivamente el incremento de
políticas de empleo, de formación e investigación. Asimismo,valoramos
también de forma muy positiva el logro que se ha conseguido en
Colonia, dedicar una cumbre extraordinaria en Lisboa durante la
Presidencia portuguesa para estudiar precisamente todo lo relacionado
con las políticas de empleo, formación, investigación, desarrollo,
etcétera. En lo que a este temas se refiere, que por cierto España
venia defendiendo ya desde la Cumbre de Luxemburgo aunque quizá no ha
sido suficientemente valorado por las distintas fuerzas políticas de
nuestro país, el tiempo demostrará que va en la dirección oportuna.

Respecto a las perspectivas financieras, coincido ampliamente con el
Gobierno en general y con las declaraciones del señor Ministro en que
la reducción de los fondos estructurales a tres en la medida en que
ellose ha conseguido en Berlín, unido a la buena gestión de las
políticas y de los fondos estructurales por parte tanto del Gobierno
como de las Comunidades Autónomas,tendrá repercusiones importantes en
nuestro país. Valoro positivamente el amplio incremento de 1.600
millones de euros que para el período 2000-2007 sufrirá el Fondo
social europeo, tan importante para las políticas activas de nuestro
país.

No quiero acabar mi intervención sin hacer una valoración positiva
del acuerdo sobre libre circulación de personas entre la Unión
Europea y Suiza, ya que afectará muy positivamente a un gran número
de temporeros de nuestro país que, de forma provisional, se desplazan
todos los años al país vecino-de esta manera, verán incrementada la
protección de sus recursos y, sobre todo, de sus derechos y no se
verán discriminados respecto a los habitantes de ese país.

Creo que en España se ha avanzado muy positivamente en las políticas
de protección y de seguridad en el trabajo, aunque -como ha dicho el
señor Ministro- queda muchísimo por hacer. Quiero felicitarle de
nuevo por su pronta comparecencia y expresarle mi deseo de que la
colaboración que hoy se inicia pueda continuar en el futuro y pueda
tener repercusiones importantes en las relaciones entre el Gobierno y
el Parlamento y el conjunto de la sociedad española.

Me uno a la felicitación hecha por el portavoz del Grupo del Partido
Nacionalista Vasco con respecto a don Pedro Solbes, Presidente de
nuestra Comisión, por su futuro nombramiento -en este momento es
candidato del Reino de España- para ocupar una de las Comisarías de
la Unión Europea. El Presidente Solbes sabe del enorme



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cariño que me une a él y de la gran satisfacción que me produce que
sea candidato oficial del Reino de España.Yo, como el resto de los
oradores que me han precedido en el uso de la palabra, espero, aunque
creo que será difícil, que el próximo Presidente de esta Comisión
esté a la altura del señor Solbes, al que recordaremos con cariño.

Por último, quiero expresar nuestra satisfacción y nuestra esperanza
de que en su nuevo cometido siga siendo de gran utilidad y un firme
defensor de las políticas de la Unión Europea y del Reino de España.

Gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias.

El señor Ministro tiene la palabra.




El señor MINISTRO DE TRABA JO YASUNTOS SOCIALES (Pimentel Siles):
Muchas gracias.

Sin duda, el señor Presidente habrá celebrado otras veces el día de
su santo, pero supongo que en pocas ocasiones ha tenido un regalo tan
general y tan hermoso como el que ha tenido lugar en el seno de esta
Comisión, donde ha habido un reconocimiento unánime de los grupos de
las distintas opciones políticas para acometer la tarea que nos
ocupa. Me parece una forma especialmente hermosa de felicitar a una
persona por su santo.

Quiero agradecer el contenido del conjunto de intervenciones de los
distintos grupos, porque he encontrado una coincidencia básica -que
creo que es bueno- en torno al fenómeno positivo de creación de
políticas de empleo a nivel de la Unión Europea. Hay coincidencia al
considerar que la Unión Europea debe buscar su hueco en el nuevo
mundo que día a día se configura, y este hueco pasa -y no nos
cansaremos de repetirlo- por mantener unos elementos que permitan la
competitividad de nuestro sistema global y ese rasgo nítidamente
europeo y consagrado como es el del Estado de bienestar, que debe
convivir y estar en equilibrio con la necesaria competitividad. Según
el grado de acierto de ese equilibrio, estaremos manteniendo y
configurando un modelo de Europa en el que todos los grupos queremos
estar, y en esto hay unanimidad. Esto hace que esta política europea,
que ha sido apoyada por el conjunto de los grupos, nos parezca una
buena fórmula de trabajo.

Quiero pedir disculpas si, por algún motivo, el Ministro de Trabajo
no ha podido comparecer antes en esta Comisión. Nuestro Ministerio ha
tenido siempre, por lo menos desde el año 1996, sumo respeto a las
instituciones parlamentarias y ha estado, asimismo, abierto al
diálogo social e institucional. Si hiciéramos un recuento de las
comparecencias del Ministro de Trabajo, comprobaríamos que es uno de
los Ministros que más veces ha comparecido en esta Cámara y en el
Congreso de los Diputados. Si realmente se ha producido un retraso en
la asistencia a esta Comisión, pido disculpas.

Quiero decirles, como ha dicho el portavoz del Grupo Parlamentario
Popular, que para abordar el tema del empleo hemos comparecido
infinidad de veces; en la Comisión de Asuntos Sociales hemos tenido
ocasión de debatir esta materia el anterior Ministro y yo mismo como
Secretario y ahora como Ministro; después de cada una de las cumbres
-Luxemburgo, Viena, Colonia, Cardiff, Berlín- y a veces antes han
comparecido el Presidente y el
Ministro para explicar detenidamente estos asuntos. En cualquier
caso, independientemente del número de comparecencias, no cabe duda
de que el Ministro está obligado a comparecer cuando corresponda en
la Comisión que lo solicite. Estos temas han sido debatidos
intensamente en sede parlamentaria, no en esta Comisión, donde
tendríamos que haberlo hecho. No hemos podido asistir antes, pero
baste como botón de muestra el ritmo de comparecencias que tiene el
Ministerio de Trabajo; salvo las dos semanas vinculadas al proceso
electoral, este humilde Ministro ha venido en las tres últimas
semanas a comparecer en tres ocasiones: en la Comisión de Derechos de
la Mujer, en la Comisión General de las Comunidades Autónomas para
debatir el Plan de empleo, y, ahora, en esta Comisión sobre la Unión
Europea.

No me queda más que disculparme de nuevo por algún posible retraso,
que no nace de ningún desprecio, vendaval antidemocrático o cualquier
otro exabrupto que he oído por ahí, sino que únicamente tiene su
razón de ser en la imposibilidad cronológica. Sepan que nuestra Casa
siempre ha estado abierta al diálogo y que es consciente de la
importancia de los debates realizados en sede parlamentaria.

He oído con interés todas las intervenciones. En torno a la
intervención del señor Costa querría hacer algunas matizaciones. En
primer lugar, respecto a lo que también ha planteado el Grupo de CiU
sobre que hubiera sido deseable -siempre lo es, y de eso no cabe
duda- un acuerdo global con los agentes sociales. Como ya saben, los
agentes sociales tampoco apoyaron globalmente el Plan de Empleo de
1998, ni han apoyado el Plan de Empleo de 1999. Sin embargo, casi
todas las políticas que quedan recogidas en el Plan de Empleo de 1998
y 1999 son fruto del diálogo social. Nos encontramos ante una
situación realmente curiosa: los elementos que componen el Plan están
básicamente consensuados, pero no se consensua la globalidad del
Plan. ¿Por qué sucede esto? La falta de acuerdo global por parte de
los empresarios y sindicatos no se debe al contenido del Plan, sino a
lo que no contiene el citado Plan; para los sindicatos era
indispensable que hubiera una ley de 35 horas y para los empresarios
era fundamental que hubiera una rebaja generalizada de cuota social.

Esos son los motivos expresos por lo que no se consigue el apoyo
general. Sin embargo, como sus señorías pueden apreciar, hay consenso
en torno a los contenidos del Plan, porque gran parte de las medidas
adoptadas han sido fruto de este diálogo. Por supuesto, sería
deseable, personalmente me gustaría, que hubiese un acuerdo global,
pero, sobre todo, es importante que los contenidos sean fruto del
diálogo social, como sucedió con los Planes de 1998 y de 1999.

Ha habido varias referencias sobre la Cumbre de Portugal. Creo que
sería conveniente iniciar un debate profundo acerca de cómo continuar
esta línea de empleo creada en la Unión Europea y que está dando muy
buen resultado en el conjunto de Europa y en nuestro país. Estaré
dispuesto a comparecer sobre esta cuestión tantas veces deseen sus
señorías, con carácter previo o posterior.

Creo que las directrices de la reforma deben ir vinculadas al
mantenimiento de un sistema competitivo, garantizando e incluso
mejorando derechos sociales. No soy de los que cree que una reforma
es simplemente eliminar derechos



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sociales -me parece un enorme error- y tampoco soy de los que cree
que tenemos que permanecer como estamos, sin cambiar. La sociedad
debe ir adaptándose, pero lo importante en esta dinámica de
adaptación a una sociedad es saber a dónde queremos ir, y queremos ir
a una sociedad donde haya una protección social digna y un bienestar
generalizado. Para ello, habrá que llevar a cabo reformas en muchos
ámbitos, tal y como se está haciendo; las que se han hecho hasta
ahora han funcionado correctamente y sin ningún tipo de trauma.

Esta Cumbre se celebra por unanimidad de todos los países miembros. A
mi juicio, me parece especialmente indicado toda reforma que apunte
hacia la sociedad del conocimiento, de la tecnología y de la
formación. Éstos serán los pilares básicos sobre los que girará la
Cumbre de Portugal. Considero imprescindible los debates previos, ya
que auguro importantes áreas de acuerdo con los grupos en esta
materia. No creo que haya diferencias sustanciales en torno a
reformas que potencien el empleo fijo vinculado a la formación, la
capacitación, la tecnología y la sociedad del conocimiento.

El señor Costa ha reconocido que se está creando mucho empleo, lo
cual es un avance, porque muchos otros portavoces socialistas no
reconocían esa realidad en sus intervenciones. Es bueno no discutir
sobre lo que resulta obvio. Ha apuntado algo sobre la precariedad del
empleo, pero, gracias al acuerdo con sindicatos y empresarios, se
quiebra la tendencia de precarización del mercado de trabajo y se
está incrementando la estabilidad. El índice de temporalidad llegó a
estar en el 33 por ciento y ahora está en el 32, pero queda mucho por
hacer para incrementar la estabilidad. No quiero entrar en polémicas,
pero no fue precisamente este Gobierno quien aprobó el contrato
basura y al que se le dispararon las fórmulas de precariedad. En todo
caso, sepa que, afortunadamente para todos, se ha creado empleo y que
éste ha tendido a ser más estable; tendencia que va en aumento.

Le he oído poco en torno a las políticas de empleo del Gobierno, a
los planes nacionales de empleo, a la dinámica de Luxemburgo -supongo
que habrá un acuerdo básico, del cual me congratulo porque es
importante que estemos ahí-, pero en lo que se ha hecho ya un pequeño
lío ha sido cuando se ha metido en el tema -tan querido y a la vez
tan patético para el Grupo Socialista- de la negociación de Berlín.

La verdad es que se ha hecho un lío, no hay forma de entenderle, ni
le entienden los ciudadanos, ni yo -que no soy tan listo como usted,
por mediterráneo y empresario- logro entenderle.

Recuerdo que en el colegio nos enseñaban a comparar manzanas con
manzanas y peras con peras, y nos decían que no se podían sumar peras
y manzanas; lo recuerdo perfectamente de mis estudios de EGB, pues
teníamos unas fichitas donde metíamos las cestas de las manzanas y
las cestas de las peras. Si hay bloques de años, períodos de años, lo
lógico es comparar qué dinero dio la Unión Europea para los Fondos
Estructurales en los cinco años desde 1994 a 1999 y cuánto va a dar
del 2000 al 2006; es tan sencillo como eso, y va a dar más dinero del
2000 al 2006 que de 1994 a 1999; por tanto hay un incremento de los
Fondos -déle usted todas las vueltas que quiera- y ahora diré cómo se
pueden distribuir a lo largo de este año. Primera
obviedad. Ahí están los datos, y en el caso del Fondo Social Europeo
van a ser nada más y nada menos que 265.000 millones de pesetas más;
usted puede darle las vueltas que quiera, pero en estos seis próximos
años va a haber 265.000 millones más que hubo en los seis años
anteriores. Eso es comparar manzanas con manzanas, peras con peras.

Y ahora viene la distribución interna. Usted utiliza la falacia
-porque es un invento, es una artimaña- de decir que vamos a comparar
no con el bloque, sino con el último año. Suponga usted que esta
distribución de Fondos la aplicamos toda en el año 2006, ¿sería
entonces aplicable para el siguiente período que fuera comparable con
el último año? Tendrá que ser siempre con el bloque, y usted lo sabe.

Comprendo que han recibido instrucciones, pero son equivocadas.

Patético ese voto en contra de la Agenda 2000 del Grupo Socialista en
el Parlamento Europeo, patético, votando en solitario en contra de
una negociación que favorecía, por vistas miopes, partidistas y a
corto plazo, y no a la altura de muchos de los portavoces
socialistas, entre los cuales cuento al señor Solbes. Patética,
patética. Se sabía que había una ganancia neta de fondo, se quedaron
solos, y permítame que le diga que en ese tema han hecho el mayor de
los ridículos, además con una insolidaridad profunda con los
intereses del país.

No voy a insistir más. En definitiva, en el período hay ganancias, y
no me compare con la distribución que hagamos cada año, porque yo
podría hacer otra distribución y decirle que si doy más el año 2006
no intente condicionar los siguientes seis años con lo que me dio en
el 2006 multiplicándolo por seis, porque no es ese -como usted bien
sabe- el período. Compare manzanas con manzanas, peras con peras, y
alégrese cuando las cosas van bien para el país y critique cuando van
mal; no se metan en este tipo de artificios complejos, porque al
final tienen intervenciones patéticas como la que acaba de hacer su
señoría, liándose cada vez que hablaba sobre los Fondos y su
distribución.

En lo que ha pegado un pase más ligero -y resulta curioso- ha sido
respecto a la sociedad europea -y lo iba oyendo con satisfacción-,
cuando ha hablado usted de postura reaccionaria. ¿Sabe usted cuál ha
sido la postura que ha tenido el Gobierno de España este último año?
Exactamente la misma que ha tenido el Grupo Socialista durante 14;
exactamente la misma. Me he permitido -no lo tengo aquí- sacar de las
actas todas y cada una de las intervenciones de los ministros
socialistas, y hemos dicho exactamente lo mismo. Señor Costa, en esto
de la política hay que tener un poquito de coherencia interna;
comprendo que haya que buscar un titular de vez en cuando y comprendo
que usted vaya en esa línea, pero, por favor, seamos serios. Hemos
mantenido exactamente la misma postura que ha mantenido el Gobierno
socialista.

Creo que usted sabe que la sociedad europea lleva 29 años
debatiéndose en la Unión Europa, 29; el Informe de Avignon lleva ya
unos añitos; esto se ha debatido en muchos consejos de ministros
anteriores; hay muchas posturas -y figuran en actas escritas, se las
podemos traer- de gobiernos socialistas idénticas a las que ha
mantenido este Gobierno. Por tanto, le ruego que se modere o atempere
en esos calificativos o se los aplique usted mismo, porque al fin y
al cabo cada uno somos herederos no de nuestras palabras, sino de
nuestros hechos, y durante 14 años



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hemos conocido los hechos de su Gobierno en materia de Sociedad
Europea y en otras materias.

También le quiero aclarar la cuestión de los Fondos. Lo que he hecho
ha sido una estimación fruto de los contactos que tenemos; le podría
matizar mucho más, pero por respeto a esta Cámara le quería plantear
cuál es la estimación final.

Por último, ha insistido usted, al igual que otros grupos -y coincido
con ello-, en que en Lisboa se van a abordar temas muy importantes,
por lo cual estoy dispuesto y encantado de comparecer para ver
conjuntamente cuáles van a ser las posturas españolas ante esta
Cumbre.

Agradezco la intervención del portavoz del Grupo Catalán,
especialmente su apoyo en conjunto, no en el seno de esta Comisión
-en la que ya he expresado mis disculpas y las reitero-, pero sí en
otras muchas comparecencias en el Congreso y también en esta Cámara,
en las que hemos trabajado con todos los grupos y muy especialmente
con el Grupo Catalán en política de empleo, en el diseño de muchas de
las medidas concretas que se recogen en el Plan de Empleo de los dos
años pasados y en posturas europeas. Por tanto, conocemos
perfectamente la dinámica europea y le agradezco el apoyo a esta
dinámica europea de empleo.

Ha planteado dos temas concretos y uno ha sido la necesidad de
ahondar en la rebaja de cotizaciones. Este Gobierno, de acuerdo con
los agentes sociales, decidió no ir hacia una rebaja extensiva o
generalizada de las cuotas sociales, sino que ha propiciado una
rebaja selectiva. Es decir, hay una bonificación, que no rebaja, muy
importante de las cuotas sociales a aquellos contratos que sean
indefinidos; o sea, no les bajamos las cotizaciones sociales a todos,
sino a aquellas personas que hagan contratos indefinidos. Creemos que
esta fórmula selectiva era necesaria, era una aldabonazo muy
importante en unas dinámicas que tendían hacia la precariedad, y
hemos conseguido un incremento paulatino -es cierto que todavía nos
queda mucho por hacer, pero también es cierto que se ha quebrado esa
tendencia hacia la precariedad- con esa tendencia a la disminución
selectiva de las cuotas sociales.

Donde sí hay coincidencia plena es en el desarrollo vinculado -tema
muy querido para su señoría- de nuevos yacimientos de empleo, tercer
sector, nuevos sectores. Se han ido dando pasos y en la determinación
de este instrumento cada día van a ir teniendo más protagonismo no
tan sólo el Estado -al que corresponde casi una política
presupuestaria orientadora-, no tan solo las Comunidades Autónomas -a
las que corresponde la gestión, aplicación y determinación de
políticas propias-, sino, y usted mismo lo ha indicado,las
instituciones más cercanas al ciudadano, es decir, el ámbito local,
el ámbito municipal, el ámbito de ONG con fuerte raigambre
territorial. Desde otro ámbito nos queda el apoyo jurídico y
financiero, pero no cabe duda de que en este nuevo período vamos a
ver un incremento muy importante en lo vinculado a los nuevos
yacimientos de empleo por parte de iniciativas locales de empleo y
del nuevo instrumento que firmaremos y presentaremos dentro de muy
pocos días, ya recogido en el Plan Nacional de Empleo, la Iniciativa
I+E, que pretende precisamente iniciativas locales en torno a los
nuevos yacimientos de empleo.

También ha precisado usted -al igual que el señor Gangoiti, del Grupo
de Senadores Nacionalistas Vascos- la necesidad de tener un debate
previo a Lisboa, y reitero que lo creo conveniente.

Agradezco, asimismo, la intervención del señor Martínez Casañ y su
coincidencia sobre el debate europeo. Le agradezco el apoyo,
compartido por todos, a las políticas del Gobierno y me apunto a lo
que él ha indicado especialmente: proceso de diálogo social, proceso
de políticas activas de empleo y un reconocimiento en sus palabras de
lo mucho que queda por hacer. Me parece acertado decir: esto va bien,
esto no va tan bien como debería y, por tanto, en esta área hay mucho
que hacer. Agradecería que se me dijera dónde tenemos que trabajar
con mayor intensidad, por lo menos en el horizonte que se ve. Yo creo
que debemos seguir mejorando en la estabilidad en el empleo, tenemos
que conseguir la igualdad real de hombres y mujeres, tenemos un tema
muy novedoso, como es mejorar la intermediación en nuestro mercado de
trabajo -los servicios públicos de empleo deben seguir siendo
eficaces pagadores de prestaciones, que, por supuesto, deben serlo,
pero cada día eficaces intermediadores en el mercado de trabajo- y,
por último -es un aspecto que su señoría ha indicado- la seguridad y
salud en el trabajo, pues tenemos unos datos que no nos acompañan,
estamos absolutamente preocupados y, por tanto, son manifiestamente
mejorables. Tendremos que trabajar con intensidad para poder
presentar un balance en materia de seguridad y salud tan
satisfactorio, o al menos tan en la buena senda, como hemos logrado
presentar en otras áreas del ámbito de empleo y política social.

Reiterándoles el agradecimiento a todas sus señorías, no me queda más
que decir, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Ministro.

Yo normalmente no intervengo nunca en estas sesiones, pero como ha
hecho usted una referencia, únicamente le diré que mi posición sobre
el tema de la Agenda 2000 está escrita, está publicada en prensa, no
corresponde exactamente con la que usted decía, pero a quien le
interese lo puede ver.

El señor Costa tiene la palabra.




El señor COSTA COSTA: Gracias, señor Presidente.

En primer lugar, agradezco el tono del señor Ministro. Por supuesto
que usted lleva escasos meses de Ministro y, por tanto, no le puedo
culpar de dos años y medio de ausencia; sería injusto y yo no quiero
serlo. Acepto las disculpas y espero que a partir de ahora no sea tan
difícil comparecer en esta Comisión que, insisto, tiene como misión
principal controlar la acción del Gobierno en todo lo que significan
las materias europeas y de construcción europea, particularmente. En
los dos últimos años la Unión Europea ha estado centrada
específicamente en materias de empleo, y de ahí deducíamos que sería
lógico comparecer aquí; no lo ha hecho, pues aquí quedan reflejadas
las diferentes posiciones de los Grupos y la del mío en particular en
los términos en que yo lo he hecho, no en los que se quieran
interpretar en cualquier caso.

Quisiera aprovechar este turno de réplica breve para volver a centrar
algunas cuestiones. Usted puede comparar



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períodos y así mezclar peras con manzanas, pero yo comparo procesos
de negociación, no períodos, porque en los procesos de negociación es
donde se puede establecer la capacidad o el éxito de una negociación,
no en la cifra global, y es sustancialmente diferente, y el resultado
es, desde luego, abismal, respecto al proceso de negociación de 1992,
donde se generan y se implementan nuevas políticas y se proyectan una
serie de políticas que tienen su horizonte y culminan su voluntad de
realizarse en el año 1999. Ylo que usted no puede hacer, por mucho
que le hayan enseñado la teoría de conjuntos en E.G.B., es decir que
en la negociación del año 1999, en las conclusiones de Berlín, el
Gobierno obtiene un éxito negociador, porque es mentira, ya que al
final del período que el Gobierno ha negociado, no en el conjunto del
período, España recibe menos en términos absolutos. En el año 2006
recibirá menos de lo que heredó o recibía ya en el año 1999.

No pueden ustedes maquillar y falsear esa realidad diciendo que son
magníficos y estupendos. Ustedes se han encontrado una realidad
magnífica sobre la que están actuando, y les corresponde
legítimamente, yo no se lo voy a negar, pero no tienen ningún mérito
para haberlo obtenido. El único demérito que ustedes se pueden
apuntar es el de haber dilapidado parte del capital heredado en la
participación de España dentro de la financiación europea, y se lo
digo con datos de los que usan las empresas, no los ministros. Fíjese
en los porcentajes que hay de participación en el año 1999 y váyase
al final del período negociado en el 2006, pendiente todavía, como
usted mismo ha reconocido y yo se lo agradezco, de una fijación
definitiva. Todavía quedan interrogantes abiertos en varios
capítulos, como usted conoce mejor que yo, porque está en los
Consejos donde se negocia y yo solamente recibo la información.

Por lo tanto, el que está negociando siempre tiene mejor información
y esa es la ventaja del Gobierno, que debe utilizar legítimamente
para, desde luego, informar a la opinión pública y no para usarla en
beneficio propio. El Gobierno no debe usar la información
patrimonialmente como si le correspondiera a él solo. En una
democracia la información se comparte, todo el mundo juega con las
mismas reglas, no se mantienen cartas escondidas en la manga, sino
que hay un sistema transparente para que pueda ser evaluado y juzgado
por los ciudadanos y por los representantes de los mismos en las
instituciones.

En consecuencia, le voy a dar la oportunidad de leer mi intervención,
y si después de haberla leído encuentra que me he perdido en algún
momento o que lo que he dicho no es coherente, lo volvemos a
discutir, aunque el Ministro sea usted y no yo, y yo tengo más
derecho a equivocarme porque mis actos, desde luego, no producen los
mismos efectos que los suyos, pero en este caso le recomiendo que
primero se lea la intervención.

En cuanto a las políticas sociales de la Unión Europea y las
sociedades europeas, no sé si usted busca también un titular o no,
pero, ¿es cierto o no que España ha bloqueado esa directiva? No me
venga ahora con historias del pasado. ¿Quién bloqueaba en el pasado
esa directiva? No diga usted cosas que no puede mantener. Usted ha
dicho que tiene los papeles; sáquelos, por favor, a ver si es verdad
que los tiene. No es cierto; no se puede jugar de esta manera con la
información, señor Ministro, por favor, porque quien
bloqueaba esa iniciativa en el pasado era una Europa de gobiernos
conservadores y ahora, hoy, quien bloquea esa directiva es España, el
Gobierno de España, su Gobierno. Por tanto, no es un titular, es
parte de la realidad.

Sobre la Cumbre extraordinaria de Lisboa, en primer lugar, usted
tiene una actitud abierta, que yo le reconozco y me alegra que sea
así, pero vamos a fijar algunas reglas del juego. Las reformas que el
Gobierno español ha impulsado junto a otros Gobiernos de la Unión
Europea para debatir en el ámbito de la Unión Europea son temas de
interés general para el conjunto de los europeos, sin duda. Por
tanto, a mí ese debate me parece adecuado, conveniente y positivo
para el conjunto de los ciudadanos de la Unión Europea. Pero, señor
Ministro, no esconda aquí su responsabilidad, todas esas políticas,
si me permite, son competencia estatal. Es decir, está bien que se
produzca un debate a nivel europeo, pero no intenten eludir la
responsabilidad ante los ciudadanos de las acciones que en el marco
de su competencia corresponde al ámbito estrictamente nacional o de
acción del Gobierno español. Pongamos en común con los europeos, de
acuerdo, pero no eludamos o no utilicemos como elemento para llevar a
cabo las reformas necesarias a la Unión Europea una vez más. Si hay
reformas que se tienen que producir, discutámoslas, debatámoslas en
el Parlamento nacional, lleguemos a acuerdos, si es posible, y en
cualquier caso, que el Gobierno asuma su responsabilidad en el ámbito
competencial correspondiente, no hace falta irse a discutirlo en
otros ámbitos. Se puede discutir después, pero habiéndose producido
primero un debate importante en el interior y en el conjunto del
Estado.




El señor PRESIDENTE: Vaya terminando, señor Costa.




El señor COSTA COSTA: Concluyo ya, simplemente haciendo una
reflexión.

Es obvio que la economía española va muy bien, cómo negarlo. Es obvio
que la economía española fue muy bien en otros períodos también y que
también generó empleo, incluso en mayor intensidad en relación con el
crecimiento, que el que se está produciendo en estos momentos. Sería
absurdo que yo le negara esa realidad, yo vivo en un mundo real y,
por lo tanto, en mi entorno veo que se está produciendo un
crecimiento económico, que la economía va bien y que esto genera
empleo, sin duda, para qué nos vamos a equivocar. Es verdad, y usted
lo ha reconocido, que seguimos teniendo problemas serios con la
estabilidad en el empleo y que hay que seguir trabajando en ello, ahí
no tenemos discrepancias; pero lo que sí me parece un poco fuerte
viniendo de usted y del Grupo al que usted pertenece, es que en la
reforma necesaria que se produjo en el período 1993-1996, una reforma
necesaria para situar la economía donde está ahora precisamente,
cuyos beneficios ustedes disfrutan ahora y les permiten políticas más
expansivas, quienes adoptaron responsablemente esas decisiones ahora
pasen por haber hecho todo, lo malo. En cualquier caso, es verdad que
nosotros hicimos leyes que flexibilizaron el empleo en una situación
muy compleja, y sabemos ahora que estas producen efectos negativos
para determinados sectores sociales, y esos efectos negativos, como
los hemos constatado, hay que modificarlos y reformarlos. Eso



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es lo que le corresponde a usted, que es quien tiene la
responsabilidad, si la tuviéramos nosotros lo haríamos, sin duda, y
esperamos tenerla pronto para hacerlo, pero en cualquier caso les
corresponde a ustedes.

Desde luego lo que nosotros no hemos hecho es dar el marco a las
Empresas de Trabajo Temporal que le han dado ustedes, eso no lo
hicimos nosotros. Ysi hablamos de inestabilidad en el empleo habría
que referirse también a estas cuestiones, pero este no es el marco en
que debemos discutir usted y yo. Esta es la Comisión para la Unión
Europea y yo no voy a entrar en un debate sobre su competencia en el
interior, que tiene otros portavoces y otros ámbitos como la Comisión
de Empleo y de Asuntos Sociales.

Gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias.

Tiene la palabra el señor Martínez Casañ.




El señor MARTÍNEZ CASAÑ: Muchas gracias, señor Presidente.

Yo no hubiese querido intervenir esta segunda vez. La verdad es que
no comprendo muy bien por qué el portavoz del Grupo Parlamentario
Socialista quiere reabrir otra vez el debate sobre la Agenda 2000, ya
que tuvimos la oportunidad de discutirlo ampliamente en anteriores
comparecencias.

Sí quiero señalar, como lo hice en aquel momento, que las
circunstancias de Edimburgo son completamente distintas a las de
Berlín, que el grado de progreso de España era completamente distinto
en Edimburgo de lo que es Berlín; que la política restrictiva de
gastos de la Unión Europea era completamente distinta en Edimburgo de
lo que es en Berlín; que el intento fracasado del Gobierno de España
en Edimburgo de reformar a su favor el sistema de financiación de la
Unión es completamente distinto y ha tenido resultados completamente
diferentes en Edimburgo a los que ha tenido en Berlín, en el que se
ha abierto una nueva vía, que está en estudio; que la situación de
Edimburgo es completamente diferente a la de Berlín, donde se inicia
un proceso de ampliación, y que, por tanto, ambos momentos del
proceso de construcción europea son pocos comparables.

Sí he de decir que, a pesar de ello, tal como ha dicho el señor
Ministro y como han reconocido, no solamente los distintos gobiernos
de los distintos países miembros de la Unión Europea, sino el
conjunto de la sociedad española, los resultados negociadores del
Gobierno español en Berlín han sido fantásticos y, por tanto, no voy
a continuar con ese debate.

Respecto a algo que ha dicho el portavoz socialista en relación con
la sociedad europea, yo quiero decir que durante los años en que el
Grupo Parlamentario Popular estuvo en la oposición siempre apoyó al
Gobierno de España en la defensa de los intereses legítimos de
nuestro país en las instituciones comunitarias y en el proceso de
construcción europea. Por ello, siempre entendió el que los sucesivos
gobiernos de don Felipe González se opusieran sistemáticamente a la
propuesta del Gobierno de la República Federal Alemana, la del
Canciller Kohl, demócratacristiano, de llevar adelante la propuesta
de la sociedad europea porque entendíamos que iba en contra de los
intereses de España, del sistema productivo español y, por tanto, de
los intereses del mercado laboral de nuestro país.

Por tanto, no comprendemos por qué ahora el portavoz del Grupo
Parlamentario Socialista hace demagogia de este tema y se empeña en
abrir una discusión que no conduce absolutamente a nada.

Muchas gracias, señor Presidente. (El señor Costa Costa pide la
palabra.)



El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Costa Costa.




El señor COSTA COSTA: Pido la palabra por una cuestión de orden. El
debate en esta comparecencia se hace con el Ministro, no con los
portavoces de los grupos parlamentarios. Yo le pido al señor Martínez
Casañ que si quiere debatir conmigo busque un marco diferente. Me
encantaría debatir con él, pero, desde luego, yo no he solicitado su
comparecencia en esta Comisión, sino la del ministro.

Muchas gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias.

Tiene la palabra el señor ministro.




El señor MINISTRO DE TRABAJO YASUNTOS SOCIALES (Pimentel Siles):
Muchas gracias, señor Presidente.




No dedicaré mucho tiempo a mi contestación.

Sí creo que hay un avance en la posición del señor Costa porque ahora
dice que lo importante no es la cifra global, sino el período de
negociación. Por lo menos ya estamos de acuerdo en que ésta sí se
incrementa y podremos comparar o no períodos de negociación. Su
señoría se ríe, pero es así de sencillo. Si en los mismos años se han
conseguido más fondos, es que se han ganado y si hay menos, se han
perdido. Como hay más fondos, se han ganado. Podemos discutir sobre
ello hasta el infinito.

En el caso concreto del Fondo Social Europeo teníamos una cuantía y
yo le digo que en los próximos años estimamos que vamos a tener 1.600
millones de euros más, lo que creo que es una buena noticia. Estoy
seguro de que en un momento dado el Grupo Parlamentario Socialista
dejará de meter palos en la rueda de la bicicleta y colaborará en
este asunto porque es necesario e importante.

En cuanto al tema de la sociedad europa, no voy a extenderme. Haga
bien los equilibrios. Ha dicho que Europa es conservadora, que
vetaban los gobiernos conservadores. ¿Sabe usted quién era, en los
años anteriores y quién ha seguido siendo el principal país impulsor
de la sociedad europea? Alemania; antes con un canciller
democristiano, creo que el señor Kohl lo era, y, precisamente, era el
impulsor, y actualmente con el señor Schröder, que es de la
socialdemocracia.

Por tanto, curiosamente, con partidos e ideologías distintas, el
mismo país es el que insiste una y otra vez. Además, un conjunto de
países -no voy a contar interioridades porque me alargaría mucho- y,
en este caso también España, que con dos gobiernos de partidos
distintos, el anterior Socialista y el actual Popular, ha mantenido
idéntica posición; por algo será.

Que le conste, para su tranquilidad, que, como usted sabe, además se
ha debatido en varias ocasiones en estos últimos años, el Gobierno
Socialista de España tuvo una



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posición idéntica a la que ha mantenido el Gobierno de España actual,
el Popular, y por algo será. No creo que tanto socialistas como
populares seamos tan miopes de no ver las bondades que para nuestra
legislación puede tener esta sociedad.

No creo que de mi intervención deduzca nadie que intentemos eludir
las políticas europeas. Precisamente hay un campo muy importante
-usted también lo conoce- de acción propia, de legislación propia y
para eso democráticamente elige una sociedad a sus gobernantes. Ahora
mismo hay ámbitos de actuación que corresponden a foro europeo y
tendremos que convivir con ellos y esta Comisión debe ser sensible a
esta nueva realidad. Antes no había en política de empleo decisión
comunitaria vinculante, salvo la directiva en aspectos puntuales y
ahora mismo tenemos la estrategia europea de empleo, que es
vinculante. Hay muchas materias en las que el Gobierno y estas
Cámaras tienen capacidad propia y hay otras muchas que vendrán
derivadas de la Unión Europea, pero tampoco es bueno oponerse -y no
lo ha hecho usted en su primera intervención- a esta separación de
prioridades.

No soy hombre al que le guste mucho abrir debates del pasado, pero sí
he tenido que opinar de la precariedad porque, a veces -en esto me ha
satisfecho reconocer que la economía va razonablemente bien, todo es
mejorable, pero se está creando empleo y me parece un avance
importante- desde su Grupo se critica con una gran aspereza la
precariedad y, al final, yo creo que todos tenemos que ser
consecuentes. Por ello, cuando a un ministro del Gobierno se le
critique por la precariedad se tendrá que saber siempre los motivos,
las leyes y las acciones que condujeron a ello. Estas acciones, por
su parte, tuvieron unos aspectos positivos y otros negativos. Si
centra una intervención en este aspecto, la réplica la ha servido
usted mismo en su primera intervención.

También quiero agradecer al señor Martínez Casañ sus aportaciones,
así como a todos los demás. Quiero dejar constancia de mi compromiso
de que compareceré cuando sus señorías lo deseen y me llevo la
satisfacción compartida de todos de que hay coincidencia básica con
la política y las directrices europeas porque me parece una buena
dirección, que el consenso político repercutirá positivamente en
nuestra capacidad de creación de empleo y bienestar social.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor ministro.




Muchas gracias a los portavoces por sus amables palabras. Hemos
cooperado conjuntamente durante tres años y, posiblemente, esta sea
la última vez que yo presido esta Comisión. Por tanto, quiero
agradecer a los portavoces, a los participantes en la misma y a los
servicios de la Cámara el apoyo que he tenido a lo largo de todo este
período. Hemos hecho algunas cosas de cierto interés, algunas me
gustaría dejarlas terminadas antes de que finalice el mes de julio y
aparte de agradecerles a todos su cooperación durante estos años,
nada más. (El señor Costa Costa pide la palabra.)



El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Costa.




El señor COSTA COSTA: Muchas gracias, señor Presidente.




Solicito la palabra para una intervención excepcional. Siendo
portavoz del Grupo Parlamentario Socialista casi nunca he intervenido
para halagar la forma de dirigir y de presidir esta Comisión del
señor Presidente. Por pudor me parecía conveniente no hacerlo, pero
ahora que se va, simplemente quiero sumarme modestamente a lo dicho
por parte del resto de los portavoces. Me parecería injusto que el
Grupo Parlamentario Socialista, que ha tenido en sus filas al señor
Solbes y todavía lo tiene en el Congreso de los Diputados, fuera el
único Grupo que no le felicitara en su nuevo destino, cuando éste se
produzca -no sé si es el momento de la felicitación-, y que le
agradeciera la forma de dirigir esta Comisión, su capacidad para el
diálogo, para el entendimiento y por el buen hacer de la misma, que
me parece relevante. Espero que el que le sustituya lo pueda superar.

En el tiempo que llevo como portavoz -que es ya algún tiempo- han
pasado por esta Comisión tres Presidentes, incluido usted; sus dos
antecesores también están cumpliendo funciones importantes, por lo
que le deseo a usted el mismo éxito del que ellos disfrutan, como
mínimo, y que el próximo Presidente sea además del mismo talante.

Nada más; muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Costa, y, por supuesto, su
felicitación estaba implícita, además de que todo es mejorable; no se
preocupe.

Tiene la palabra, señor Campuzano.




El señor CAMPUZANO I CANADÈS: Gracias, señor Presidente.

Decía al principio de mi intervención inicial que no soy miembro de
esta Comisión, pero sí me constaba, tanto por el portavoz de la misma
como por el resto de compañeros de grupo parlamentario, que los
adjetivos dedicados por el conjunto de portavoces son absolutamente
ciertos y fundados. Por tanto, simplemente le deseo mucha suerte en
esta nueva responsabilidad en la sede europea.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias.

Se levanta la sesión.