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DS. Senado, Comisiones, núm. 148, de 24/11/1994
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Año 1994 V Legislatura
Comisiones. Núm. 148



CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL
SENADO



COMISION DE DEFENSA
PRESIDENCIA DE DON MANUEL JAIME BARREIRO GIL
Sesión celebrada el jueves, 24 de noviembre de 1994



ORDEN DEL DIA:
--Dictaminar el Proyecto de ley por la que se prorroga la vigencia de la
Gerencia de Infraestructura de la Defensa y se modifica parcialmente la
Ley 28/1984, de 31 de julio, que se crea dicho Organismo. (Número de
expediente 621/000047.)



Se abre la sesión a las once horas y cinco minutos.




El señor PRESIDENTE: Señorías, se abre la sesión.

Ruego al señor Letrado que compruebe la asistencia de los señores
Senadores.




Por el señor Letrado se procede a la comprobación de las señoras y de los
señores Senadores presentes y representados.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias. Hay quórum suficiente para que
prosigamos la reunión.

El primer punto que corresponde tratar es la lectura y aprobación, si
procede, del acta de la sesión del día 7 de noviembre, que supongo que
los señores portavoces conocen con antelación. Por los gestos de sus
señorías, supongo que no hay comentarios ni correcciones.

¿Alguna observación al acta? (Pausa.) Queda aprobada.

Procedemos a la tramitación del proyecto de ley por la que se prorroga la
vigencia de la Gerencia de Infraestructura de la Defensa y se modifica
parcialmente la Ley 28/1984, de 31 de julio, que crea dicho organismo.

¿Consideran sus señorías, los portavoces de los grupos parlamentarios,
necesaria la constitución de ponencia para



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informar previamente? (Denegaciones.) Pues bien, procedemos directamente
a su dictamen ante el plenario de la Comisión.

En primer lugar, ha sido presentado en el registro de la Cámara un veto,
al amparo de lo previsto del artículo 107 del Reglamento del Senado,
suscrito por la Senadora Isabel Vilallonga y el Senador Alvaro Martínez,
ambos de Izquierda-Unida. No estando presentes ninguno de ellos en la
Comisión, aun habiendo esperado diez minutos, pregunto a sus señorías si
alguien tiene la voluntad de hacer suyo este veto, recordándoles que ello
implica hacerlo suyo también para la defensa ante el plenario de la
Cámara. (Pausa.) No siendo así, declaro decaído el veto.

Procedemos, pues, al debate de las tres enmiendas que han sido
presentadas al proyecto de ley por parte del Grupo Parlamentario Popular.

Pregunto a su portavoz si prefiere defenderlas conjuntamente.

(Asentimiento.)
El señor Soravilla tiene la palabra, por el tiempo que juzgue
conveniente, que supongo bastará con diez minutos.




El señor SORAVILLA FERNANDEZ: Muchas gracias, señor Presidente.

Voy a ser bastante breve. De todas formas, quisiera hacer, antes de pasar
a la defensa de las enmiendas, algunas pequeñas consideraciones al
respecto.

Una de ellas es que precisamente ahora va a hacer un año, que fue en el
debate pasado de presupuestos, cuando nosotros nos opusimos a dicha
prórroga y la verdad es que lo hicimos desde una posición que era
eminentemente de una crítica formal, tanto de técnica legislativa, como
de la propia gestión del organismo. La negativa en aquel momento estaba
fundamentada por esa reiterada costumbre, que es una práctica ya abusiva,
de utilizar la ley de presupuestos como cauce para meter otras normas
completamente ajenas a la misma. Entonces, aquello es como si fuera una
especie de ferrocarril, donde entran viajeros ajenos y sin billete pero
que exigen paradas en los apeaderos, es decir, que, al final, nos
distorsionan la ley.

Creo que el trámite en el que estamos hoy se pudo llevar a cabo en su
momento y a tiempo. No se sabe muy bien por qué no se hizo. Estaba
establecido en la propia Ley el tiempo de vigencia y podía haberse
adelantado este trámite, pero se prefirió hacerlo de aquella manera, y
hoy nos encontramos haciendo lo que debimos hacer en otro momento y que
no se hizo porque se prefirió utilizar la Ley de Presupuestos y ahora
llegar a esto.

Por otra parte, también querría hacer notar que probablemente nadie más
que mi Grupo ha sido tan crítico con la gestión de la Gerencia.

Realmente, en los diez años de singladura que tiene la Gerencia hemos
notado siempre que carecía, sobre todo, de dos cosas, de agilidad, por
una parte, y, en otros casos, de transparencia. Este carácter algo
paquidérmico creo que es producto, tal vez, del concepto general que
tiene el Grupo Socialista --o el Gobierno, en este caso-- para la
configuración de todo tipo de organismos, incluso de la propia
Administración, que es un gasto y un procedimiento enormemente
burocratizado, excesivo. Con esa rigidez y el peso que tiene, se limita
todo tipo de gestión eficaz, y en algunos casos, como en el de la
Gerencia, precisamente por ser de infraestructuras y estar inmersa en
asuntos inmobiliarios, ha podido dar la sensación --y digo simplemente
que ha podido dar la sensación-- de que podía haber algún caso de
especulación inmobiliaria. No digo que lo haya habido, pero la sensación
a veces se ha producido.

Por otra parte, hablábamos de la transparencia, aunque en este caso sería
más bien hablar de opacidad en algunas operaciones, lo que también ha
contribuido a esa misma sensación, sobre todo cuando esto se entreveraba
con una serie de criterios de tipo partidista, como en el caso de algunos
convenios. El resultado final de todo esto ha sido una rentabilidad
bastante limitada, si nos atenemos sobre todo al número de operaciones
que se han realizado --700 instalaciones gestionadas--, por las que se
han obtenido 47.000 millones de pesetas a 31 de diciembre de 1993.

La verdad es que nosotros desearíamos muy sinceramente --lo reitero ahora
y ya lo dije en una sesión de Comisión anterior--, desde la voluntad que
nosotros tenemos, una voluntad constructiva --estamos dispuestos a seguir
criticando, pero con este espíritu--, a colaborar, desde luego, para que
todos estos males se corrijan en la nueva etapa que se presenta. Porque
creo que las razones que justificaron en su momento la creación de la
Gerencia, no es que sigan vigentes, sino que probablemente ahora lo estén
más que entonces, debido al nuevo despliegue de nuestras Fuerzas Armadas
y, muy especialmente, el Ejército de Tierra, con el Plan Norte. En
consecuencia, nuestro deseo --esto es algo que desde el Parlamento es
evidente que no podemos hacer-- es que en el plano administrativo y
burocrático tenga más agilidad, sea más flexible, más eficaz y, sobre
todo, más transparente, y, en consecuencia, tenga una mejor estructura de
personal, de costos y de procedimientos. Pensamos que todo esto puede
contribuir a que se racionalice mejor la gestión de la Gerencia, que
funcione mejor, que tenga mejores resultados, lo que, en definitiva, es
optimizar los resultados y mejorar el manejo del dinero público.

Precisamente, para este tipo de manejo de dinero público --y aquí habrá
que hacer notar la riqueza del castellano, que simplemente por un plural
cambia el sentido, hablo de manejo y no de manejos, como hay historia e
historias, que son cosas bien distintas-- se necesita transparencia y la
transparencia creo que se consigue precisamente a través de los
controles. Esto nos ha llevado a presentar una de nuestras enmiendas, por
la que suprimimos precisamente de la nueva redacción que se propone en el
texto para el artículo 3.º de la Ley la atribución de las facultades que
tenía el Ministro de Economía y Hacienda, que pasen al Ministro de
Defensa.

Nosotros cuando se producen estos binomios, en este caso de agilidad,
flexibilidad quizá, frente a control, nos inclinamos decididamente por el
último extremo. Nos parece que cuantos más controles mejor, y más con la
serie de escándalos con los que estamos desayunando a diario, y más
todavía si hicieran falta. Creo que no se debe dudar de que todos estos
controles, además, formarían parte de



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lo que debe ser o debería ser ese evanescente impulso democrático, del
que tanto se ha hablado en un tiempo atrás.

Por otra parte, en la opción, precisamente, que contempla el último
párrafo de este artículo de mantener los bienes en el patrimonio del
Estado para afectarlos a cualquier otro servicio de la Administración, lo
que nos parece bien, pretendemos incorporar a través de otra nueva
enmienda que se contemple el caso de los hospitales, sobre el que ya se
ha mantenido debate en esta Cámara --el señor Presidente de la Comisión
estuvo en uno de ellos-- y, por lo que escuchamos, no había una solución
muy clara. A veces se nos dice que no contribuimos de una manera
constructiva, y he aquí una fórmula constructiva de contribuir, porque
mediante nuestra enmienda lo que estamos ofreciendo es, precisamente, la
solución de este problema, y, además, en una ocasión absolutamente
inmejorable, porque el problema es sumamente preocupante, y vamos a tener
numerosos ejemplos, precisamente, debido al nuevo despliegue al que ya me
he referido. Creo que cada uno en su Comunidad Autónoma se va a encontrar
con un caso parecido y no creo que sea un tema, ni mucho menos, baladí,
ni siquiera que sea un tema que merezca un uso electoralista, entre
comillas, en el sentido malo de lo que es el electoralismo de uno o de
otro signo. Porque yo creo que lo que nos preocupa a todos es el
bienestar de los ciudadanos, que tengan, que mantengan y, si se puede,
incluso que se aumenten los niveles que tienen médicos asistenciales.

España es un país, como sabemos, con déficit de camas hospitalarias,
sobre todo si nos comparamos con otros países de nuestro entorno, pero
algunas Comunidades son más deficitarias que otras. En parte, éste es un
problema de origen anterior, casi histórico, pero la verdad es que el
Gobierno socialista no ha sido capaz de nivelar esos desequilibrios; es
más, en algunos casos, incluso se han agudizado a lo largo de estos años.

Por lo tanto, yo creo que sería lógico --espero que así lo entiendan y
que acepten nuestra enmienda-- que en este texto que proponemos se
incorporara por el bien de todos. Dado, además, que la justificación que
presentamos con la enmienda es muy extensa, no insistiré en ella y les
remito directamente a su lectura para no alargar más el trámite.

Por último, un aspecto que nos parece de interés, y que produciría
también flexibilidad dentro de lo que estamos buscando, sería introducir
en el párrafo 4.º del artículo 2.º de la Ley 28/1984, para que quedara
mejor redactado, una pequeña cuña consistente en que, además de que se
dediquen a infraestructura, también puedan destinarse estos recursos a
material. Lo que pretendemos con ello, y creo que sus señorías lo
entenderán, es eliminar el corsé que, de alguna manera, se crea de que
sea infraestructura por infraestructura, sin la flexibilidad de hacer
algo más. Esto es lo que, hasta el momento, prevía la Ley. La verdad es
que no creo que con esta modificación se vulnere ningún tipo de espíritu.

Estamos intentando llevar adelante un trámite para prorrogar una
determinada ley, pero no creo, por otra parte, que esto represente ningún
inconveniente para que, desde nuestra posición, introduzcamos alguna
modificación, fruto, además, de la experiencia y de las necesidades y
nuevas perspectivas que se nos van a presentar y de las que todos somos
conscientes.

Respecto del nuevo despliegue que se ha hecho, al que me he referido en
varias ocasiones, el Ministro, en la comparecencia que tuvimos
precisamente con motivo de la explicación del Plan Norte, nos dijo que se
había hecho atendiendo no sólo a las necesidades del despliegue, sino
también a la posibilidad de utilizar los mejores acuartelamientos e ir
abandonando aquellos que estaban en peores condiciones y que necesitarían
probablemente mayores reformas. Quiero decir con esto que es posible que
ahora las necesidades de infraestructura y los gastos que se deriven de
ella van a ser bastante más reducidos, puesto que van a ir destinados
todos los efectivos a acuartelamientos que ya tienen unas condiciones
razonablemente buenas. Lo cual no quiere decir que no haya que
mejorarlos, pero nosotros tampoco estamos proponiendo directamente que
todos esos recursos pasen a material, sino que se apliquen a
infraestructura y, aquella parte que pudiera sobrar, que pudiera ser un
excedente, se dedique a material, porque debemos ser conscientes de que
el coste aproximado que se ha calculado de 500.000 millones de pesetas
para la modernización de las Fuerzas Armadas, con los presupuestos que
tenemos y que estamos discutiendo ahora, nos va a llevar muchísimos años
poderla completar, y ésta sería una fórmula ideal para, de alguna manera,
poder allegar a estas cuestiones los recursos necesarios.

Por otra parte, esto quiere decir que según el cálculo de la memoria que
nos ha llegado y según el cálculo de la Dirección General de
Infraestructura, la superficie que podría desafectarse en los próximos
años es de 60 millones de metros cuadrados entre terrenos rústicos y
urbanos, lo cual significa, desde mi punto de vista, una cifra bastante
astronómica, impensable, incluso, cuando se puso en marcha la Gerencia.

Además, muchos de estos metros cuadrados están en ubicaciones bastante
buenas que, con los criterios que mencionaba anteriormente, pueden
producir una cifra importante de dinero. Creo que, de no ser aprobada
nuestra enmienda, no sólo no afectaría a un determinado asunto, sino que
lo que haríamos es bloquear y congelar unos recursos para una
infraestructura que, seguramente, va a ser menos necesaria que la propia
modernización de las Fuerzas Armadas en su aspecto más operativo.

Para terminar, pido a sus señorías que reflexionen sobre nuestras
propuestas y que las consideren como lo que realmente son y queremos que
sean: elementos constructivos que pueden enriquecer el contenido de este
proyecto y que pueden favorecer el mejor uso de unos recursos de los que,
como todos sabemos, nuestras Fuerzas Armadas están bastante necesitadas.

Muchas gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, Senador Soravilla.

Para turno en contra, por el Grupo Parlamentario Socialista tiene la
palabra el Senador Rodríguez por tiempo equivalente al utilizado por el
Senador Soravilla para defender las enmiendas de su Grupo.




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El señor RODRIGUEZ RODRIGUEZ: Muchas gracias, señor Presidente.

Agradezco al Senador Soravilla su explicación y la razón que nos ha dado
para oponerse a la prórroga propuesta en la Ley de Presupuestos Generales
del Estado para 1994. Pero, señoría, nosotros también deberíamos decir
que introducir esta renovación en la Ley de Presupuestos Generales del
Estado en aquella ocasión era algo absolutamente necesario puesto que hoy
estamos viendo la necesidad de su prórroga.

Creo que coincidimos, y nos alegra, en la necesidad de que se produzca la
prórroga y en el objetivo que se pretende, por lo menos el fundamental,
que es el nuevo modelo de Ejército para la defensa, sobre todo el de
Tierra, que ha aprobado las Cortes Generales; el nuevo despliegue del
Plan Norte, que, señorías, no consiste sólo en un despliegue de las
Fuerzas y de su apoyo inmediato, sino que, además, tiene una segunda fase
en la que todavía no se ha entrado, como explicaba el señor Ministro en
la comparecencia que tuvo lugar en esta Comisión en fecha reciente, en la
que tendrán que reubicarse todo lo que son elementos logísticos: parques,
talleres, hospitales, etcétera. De ahí, por tanto, la necesidad de un
organismo autónomo flexible que haga frente a los requerimientos de
infraestructuras, de suelo y de edificaciones militares que en la próxima
década van a ser intensos.

Por otra parte, señoría, no me queda más remedio que hacer una defensa
del Gobierno socialista después de que, como es característico en sus
intervenciones, Senador Soravilla, usted, con mucha elegancia, haya hecho
una crítica general al Gobierno, lo cual es normal en su labor de
oposición. En este caso concreto de la Gerencia de Infraestructura,
señoría, no compartimos que la estructura de la Gerencia tenga este
carácter de «paquidermo». En todo caso es un elefante que avanza a veces
lento, pero seguro. He tenido la oportunidad de negociar, cuando fui
concejal del Ayuntamiento de Las Palmas, algunas adquisiciones de suelo.

Y la verdad, señoría, es que son unos negociadores duros; yo era concejal
socialista, y el ayuntamiento tenía mayoría socialista, pero son duros y
muy serios: el precio inicial y el precio final resultó el mismo. Si se
prolongó demasiado la negociación, quizá fue debido a la terquedad de
este Senador que les habla, Concejal de Hacienda, por no querer pagar. Es
imposible conseguir un precio mucho más barato, simbólico en un momento,
luego mucho más barato, porque la ley lo impide. Por lo tanto, la
lentitud a veces no se produce por la Gerencia, sino por pretensiones que
están más allá de la ley, y en estos casos a los responsables de la
Gerencia no les queda más remedio que defenderla con criterios que en
ningún momento --por lo menos por lo que yo percibí en aquella
negociación-- eran de obtención de lucro, sino que eran de obtención de
un precio justo.

En cuanto a la opacidad de la que su señoría habla, en este caso de la
Gerencia, quiere englobarla en la opacidad de la Administración
socialista. Los controles que tiene este organismo y el resto de los
organismos del Estado están claros: hay una Intervención General del
Estado que participa, que supervisa cualquier operación que se haga;
además está el Tribunal de Cuentas del Reino y además están las Cortes
Generales para el control de la acción de Gobierno y, por lo tanto, de la
acción de sus organismos autónomos. Yo creo que los controles que están
previstos en la propia ley son suficientes: el control que el Gobierno
ejerce sobre la Gerencia, aparte del control de la Intervención General
del Estado y del Tribunal de Cuentas, y el de su propio Consejo de
Gobierno, en el que participan no solamente responsable de la Defensa al
máximo nivel, el propio Ministro, sino también representantes del
Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente, en razón de
los planes urbanísticos de organización del territorio, y del propio
Ministerio de Economía y Hacienda.

Entrando ya en las enmiendas que usted nos propone, hay una que tiene
cierta novedad y sobre la que estamos haciendo consultas, que es la de
que los hospitales de interés público puedan ser cedidos gratuitamente a
las Comunidades Autónomas. El tema tiene bastantes aristas toda vez que
ese nuevo despliegue de las Fuerzas obligará también, sin duda alguna, a
la instalación de nuevos hospitales, instalación que requerirá también un
esfuerzo inversor importante y, desde luego, el traslado a las nuevas
instalaciones --igual que ocurre con el resto de los militares-- de
aquellas personas que están prestando servicio allí, porque no pueden
quedar en paro por ley. De todas maneras, aunque en este trámite nos
oponemos, el Grupo Parlamentario Socialista la va a someter a un estudio
y a consultas por el interés que tiene el tema.

En relación con la introducción que usted hace en otra de sus enmiendas,
al objeto de que podamos atender compra de material con los recursos que
genere la enajenación de bienes, es una cuestión de criterio y de
volumen. Hasta ahora los datos son, si no recuerdo mal, 700 instalaciones
y 47.000 millones de pesetas. Si suponemos que toda esta cantidad se
pudiese aplicar a material y la dividimos por el costo de un carro, o por
el costo de un avión, o por el costo de una fragata, la verdad es que se
ve que sería muy poco el material que se podría adquirir, y ello, repito,
dedicándole el cien por cien; pero es que, además, esto se ha producido
en 10 años, por lo tanto, la media anual serían 4.700 millones. Aparte de
que las nuevas necesidades de ubicación que hemos establecido y las
nuevas condiciones para los soldados se tienen que traducir en
instalaciones militares adecuadas, y el nuevo material con el que se
pretende dotar a las Fuerzas Armadas hará que tengamos que contar también
con unas instalaciones propias para la preservación de la intemperie de
vehículos y de sistemas de armas complicados y costosos. En definitiva,
habrá que hacer también un esfuerzo importante en infraestructura. A
nosotros nos parece mejor criterio mantenerlo como está, es decir, que lo
que son enajenaciones de bienes inmuebles se transformen en bienes
inmuebles, porque creemos que este criterio va a dar espuelas a la propia
Gerencia y al propio Ministerio en la buena gestión de estos recursos de
que dispone la defensa. Por tanto, mantenemos el texto del Gobierno.

En su tercera enmienda habla usted de suprimir --lo dice en pasiva, pero
es suprimir-- las facultades que actualmente tiene el Ministerio de
Defensa en este campo.




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En nuestra opinión, si suprimimos las facultades que tiene el Ministerio
de Defensa nos vamos a encontrar con que tendrá que asumirlas el
Ministerio de Economía y Hacienda, que, desde el punto de vista de la
oposición, también tendrá burocracia y opacidad. Aceptándole por un
momento sus argumentos, no creo que así remedie usted los problemas que
achaca a la Gerencia de Infraestructrura. A nosotros nos parece que debe
seguir siendo el Ministerio de Defensa, a través de su control sobre la
Gerencia de Infraestructura, el que siga ejercitando las facultades que
la ley confiere en el caso de enajenación y adquisición de bienes
inmuebles al Ministerio de Economía y Hacienda.

Señoría, reitero nuestro agradecimiento por su tono, manifiesto nuestro
interés en estudiar la enmienda que hace relación con los hospitales y
nuestra intención de sostener el proyecto de ley tal y como ha salido el
Congreso de los Diputados.

Nada más y muchas gracias. (El señor Soravilla Fernández pide la
palabra.)



El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, Senador Rodríguez.

El Senador Soravilla levanta la mano raudo, por lo que le doy la palabra
por tres minutos.




El señor SORAVILLA FERNANDEZ: Señor Presidente, esta vez estoy portándome
muy bien en cuanto a tiempo, o sea que no me alargaré demasiado,
solamente voy a puntualizar algunos aspectos al Senador Rodríguez.

Con respecto al problema de los presupuestos de 1994 y a la prórroga, es
que era completamente innecesaria porque esta Ley tenía una vigencia de
10 años, y si la Ley es del año 1984, había habido tiempo hasta el 31 de
julio de 1994 para producir la prórroga, es decir, que no era necesario
que fuera en los presupuestos, sino que se podía haber hecho debidamente
mediante algún trámite posterior y no metiéndolo en el mismo
«ferrocarril». No se ha explicado nunca por qué se ha hecho así, pero no
tenía mucho sentido desde el punto de vista de técnica legislativa, y de
hecho ha sido criticado por otras instancias. Por otra parte, yo hago la
crítica, y es lógico que su señoría no la comparta porque si no no
estaría sustentando al Gobierno.

Con respecto a los paquidermos, los elefantes, etcétera, lo que sí le
digo es que es un elefante de una cierta entidad porque ha detraído de
todo el volumen un 12 por ciento de los recursos que ha gestionado. En
ningún momento dudo que los negociadores sean duros y serios, como los ha
calificado su señoría, lo que ocurre es que las demoras que se producen,
sea por lo que sea, han creado esa sensación --yo no digo que se haya
producido, sino que crean esa sensación--, y que habría que exigir una
mayor transparencia, porque a pesar de la posibilidad de control, los
controles a veces no han sido posibles.

Muy brevemente, agradezco también que vayan a reflexionar --yo esperaba
que su sensibilidad les llevara a ello-- sobre el problema de los
hospitales, que a todos nos preocupa, y esperamos esa reflexión de aquí a
que se produzca la votación definitiva en el Pleno.

Esa misma sensibilidad para la reflexión es la que no tienen --volvemos a
lo mismo-- para los controles. Yo sé que no les gustan los controles y
que cuantos menos mejor, y de hecho han eliminado muchos controles de
gasto y controles de manejo de recursos públicos, y el resultado es que
hemos contemplado --y seguimos contemplándolo y padeciéndolo-- a diario
las consecuencias, pero no sólo consecuencias económicas, sino también de
prestigio. Desde luego, nosotros seguimos siendo partidarios de que
cuantos más controles mejor, y más en estas circunstancias.

Y ya por último, con respecto a lo que comentaba sobre el volumen general
de los 47.000 millones de pesetas que se han gestionado a través de 700
instalaciones en los 10 años, hay una diferencia. Yo comprendo lo que
dice y comprendo que diga que lo que pudiera quedar como excedente es muy
poco. En primer lugar, como ya he explicado, el despliegue se va a hacer
--y así se ha hecho ya-- tendiendo precisamente a que las instalaciones
estén ya en buenas condiciones. Es decir, es evidente que tendremos que
mejorarlas, que ampliarlas en algunos casos y que habrá que hacer muchas
cosas. Su señoría decía que el excedente sólo va a dar para una fragata.

Pues bienvenida sea; yo estaré encantado sabiendo que podremos tener una
más. Pero, además de decirle todo esto, también quiero decirle que los
diez años del pasado de la Gerencia no van a ser como sus diez años
venideros ya que en los próximos años lo que se va a gestionar son 60
millones de metros cuadrados, es decir, que si esta gestión se lleva a
cabo con una gestión más ágil --y ya me he referido a distintos conceptos
a este respecto--, lo más probable es que se produzca una generación de
recursos muy superior.

En resumen, lo que nosotros decimos es que no dejemos bloqueadas ni
congeladas esas partes que son excedentes ni tan siquiera para realizar
algunas obras de infraestructura que incluso pueden llegar a ser
innecesarias. Dediquémoslas precisamente a la operatividad de nuestras
Fuerzas Armadas, que es lo que verdaderamente debe preocuparnos a todos.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, Senador Soravilla.

Tiene la palabra el Senador Rodríguez.




El señor RODRIGUEZ RODRIGUEZ: Muchas gracias, señor Presidente.

Mi intervención va a ser muy breve.

Cuando se habla de que los gastos de la Gerencia de Infraestructura son
de un 12 por ciento, como nos ha indicado su señoría, hay que pensar que
esa Gerencia tiene dos cometidos de carácter general: la enajenación y
adquisición de bienes inmuebles y trabajar en el planeamiento en
coordinación con otras instituciones.

Su señoría sabe que los estudios de planeamiento suponen un costo
importante para cualquier corporación que los realice, es decir, el
planeamiento conlleva un importante gasto, por lo que exige que se le
destinen recursos.

En relación con no encorsetar los recursos, quiero decirles a sus
señorías que basta con ver los Presupuestos Generales



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del Estado para percatarse de que no todas las necesidades de
infraestructura se atienden con la Gerencia, es decir, que existe una
necesidad de que el Estado aporte recursos ordinarios a través de los
presupuestos para atender esas tareas de infraestructura.

En cuanto al volumen que se va a manejar en los próximos años,
efectivamente, se trata de muchos metros cuadrados, pero hablar de 60
millones de metros cuadrados en suelo también significa saber
posteriormente dónde están esos millones de metros cuadrados. Se trata de
una cuestión importante. Por otra parte, aunque es posible que esos 60
millones de metros cuadrados en la realidad lleguen a ser tan sólo un
millón, lo cierto es que ese millón puede reportar más que el resto.

La cifra en metros es importante, pero la cuantificación de su valor es
lo que quizá habría que ver. Y a propósito de esto, es posible que a su
señoría le podría resultar interesante formular una pregunta concreta
sobre cuál es la cuantificación de esos bienes, aunque no sé si se
atreverá a hacerla, y es que los precios de mercado y de oportunidad en
materia de suelo es algo que a veces nos sorprende a todos.

En cuanto a los controles, tengo que decirle, señoría, que hemos
estudiado con detenimiento la propuesta del Grupo Popular y nuevos
controles no se ofertan. Ustedes dicen simplemente: es mejor un control
por el Ministerio de Hacienda que por el Ministerio de Defensa.

La crítica global que usted ha hecho de la Administración socialista me
imagino que no será una crítica puntual a la Gerencia de Infraestructura
y al Ministerio de Defensa puesto que se trata de una crítica global. No
le va a satisfacer a su señoría ni le va a hacer decaer en su crítica el
que ese control se haga desde uno u otro Ministerio. Hablando con toda
cordialidad y con el rigor de que soy capaz, repito que no le va a
satisfacer. Sin embargo, de llegar a quitarle ese control al Ministerio
de Defensa, ¿a quién más le va a doler la enajenación de estos suelos y
la adquisición de bienes?
Desde luego, sobre lo que sí tengo percepción es sobre que, para buenos
administradores, con rigor y austeridad, nada como el Ministerio de
Defensa, sobre todo los militares en general y especialmente los del
Ejército de Tierra --y estoy seguro que todos tenemos relaciones con
personal de ese Ejército--. Pero dejémoslo ahí.

Por otra parte, todos sabemos que la Gerencia de Infraestructura es la
que hereda aquella Junta Central de Acuartelamiento. En cuanto a los
controles, son los que están en las leyes, el control de la Intervención
General del Estado, el del Tribunal de Cuentas y además hay uno que es el
que se puede hacer a través de la acción parlamentaria.

Les aseguro que hasta ahora --aunque sin meterme en el tema, no es mi
voluntad hacerlo-- no ha habido sombra razonable de duda sobre la
actuación de la Gerencia, ciñéndonos siempre a este tema ya que el campo
es amplio.

Señorías, se trata de un mecanismo necesario. Por tanto, vamos a mantener
nuestro proyecto de ley.

Le reitero nuestra voluntad de estudiar lo referente a los hospitales y
ya adelanto que la sensibilidad que tiene el Grupo Socialista en materia
sanitaria, así como en otras de carácter social, es alta y ha sido
demostrada. Puede que lleguemos al acuerdo de que la fórmula que el Grupo
Popular nos plantea es interesante y útil y puede que no lleguemos a ese
acuerdo, pero eso no quita que tengamos mayor o menor sensibilidad en
esta cuestión.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, Senador Rodríguez.

Cumple ahora un turno de portavoces.

¿Desea intervenir el Senador Caballero? (Pausa.)
¿Quiere hacer uso de la palabra el Senador Soravilla? (Pausa.)
¿Senador Díez? (Pausa.)
Muchas gracias, señorías.

Procedemos, pues, a la votación de las tres enmiendas.

¿Pueden ser sometidas a votación conjuntamente? (Asentimiento.)
Vamos a proceder, pues, a la votación conjunta de las enmiendas
presentadas con los números 1, 2 y 3 por el Grupo Parlamentario Popular.




Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: Votos a favor, 10; en
contra, 13.




El señor PRESIDENTE: Quedan rechazadas las enmiendas presentadas por el
Grupo Popular al proyecto de ley que estamos dictaminando.

De acuerdo con las normas aprobadas por la Mesa de la Cámara, se entiende
que esta votación es suficiente para declarar aprobado en esta sesión de
la Comisión el dictamen del proyecto de ley referido.

Antes de proceder a levantar la sesión, ¿alguna de sus señorías desea
exponer alguna cuestión? (Pausa.)
Tiene la palabra el Senador Díez.




El señor DIEZ GONZALEZ: Con el permiso del señor Presidente, únicamente
quiero proponer al Senador Sáenz Lorenzo, si no hay inconveniente, para
que presente el dictamen ante el Pleno de la Cámara.




El señor PRESIDENTE: Parece que es aceptado por unanimidad de la
Comisión. Así se hará.

Muchas gracias, señorías.

Se levanta la sesión.




Eran las once horas y cincuenta minutos.