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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 272, de 19/09/1994
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CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
COMISIONES
Año 1994 V Legislatura Núm. 272
DE ESTUDIO SOBRE LA INTERVENCION
DEL BANCO ESPAÑOL DE CREDITO
PRESIDENTE: DON JUAN MUÑOZ GARCIA
Sesión núm. 14
celebrada el lunes, 19 de septiembre de 1994



ORDEN DEL DIA:
Comparecencias:
--De don Juan Abelló Gallo, ex Presidente de Lufe y ex Vicepresidente de
Banesto, para informar en relación con la investigación que está
realizando la Cámara sobre el citado Banco. A solicitud del Grupo
Parlamentario Socialista. (Número de expediente 219/000374) (Página 8044)
--De don Jacobo Agüelles Salaverría, ex Consejero de Banesto, para
informar en relación con la investigación que está realizando la Cámara
sobre el citado Banco. A solicitud de los Grupos Parlamentarios
Socialista (número de expediente 219/000387), Federal IU-IC (número de
expediente 219/000400) y Popular (número de expediente 219/000413)
(Página 8052)



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Se abre la sesión a las cinco de la tarde.




COMPARECENCIAS:



--DE DON JUAN ABELLO GALLO, EX PRESIDENTE DE LA UNION Y EL FENIX ESPAÑOL
Y EX VICEPRESIDENTE DE BANESTO, PARA INFORMAR EN RELACION CON LA
INVESTIGACION QUE ESTA REALIZANDO LA CAMARA SOBRE EL CITADO BANCO. A
PETICION DEL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA. (Número de expediente
219/000374.)



El señor PRESIDENTE: Señorías, se abre la sesión con la comparecencia de
don Juan Abelló Gallo, ex Presidente de La Unión y El Fénix Español y ex
Vicepresidente primero del Banco Español de Crédito, para informar en
relación con la investigación que está realizando la Cámara sobre este
banco, a solicitud del Grupo Socialista.

Damos la bienvenida al señor Abelló y le agradecemos su disponibilidad
para la Comisión.

En nombre del Grupo Socialista, tiene la palabra su portavoz la señora
Aroz.




La señora AROZ IBAÑEZ: Señor Presidente, en nombre de nuestro Grupo,
señor Abelló, quiero agradecerle su comparecencia, solicitada por el
Grupo Socialista, en esta Comisión parlamentaria de seguimiento de la
crisis de Banesto. Nuestro Grupo considera que esta Comisión, que ha
jugado un papel relevante en la buena marcha del proceso de normalización
de la entidad, que ha contribuido a la transparencia de ese proceso y que
ha avalado las actuaciones públicas que se han llevado a cabo, tiene
ahora también una función extraordinariamente importante, que es la de
contribuir de manera significativa a conocer las causas que condujeron a
la crisis de Banesto, la crisis más importante de la historia bancaria en
nuestro país, y asimismo contribuir a establecer las responsabilidades
que correspondan.

Usted, señor Abelló, fue Vicepresidente de Banesto y Presidente de La
Unión y El Fénix, que también hubo de ser intervenida a finales de 1993.

Usted participó, de todas maneras, durante un período muy breve de
tiempo, un año aproximadamente, en la gestión de ambas entidades, ya que
dejó el grupo en febrero de 1989. Conoció usted, por tanto, únicamente un
ejercicio completo, el de 1988, de la gestión presidida por don Mario
Conde. Sin embargo, en ese ejercicio se adoptaron decisiones importantes
que tuvieron trascendencia para el futuro de Banesto, tuvieron
repercusión en ejercicios posteriores; me refiero a la decisión de
intentar fusionar Banesto con el Banco Central, una opción en función de
finalizar, de completar el plan de saneamiento que estaba llevando a cabo
la entidad. También en ese ejercicio se pusieron en marcha unas políticas
y una manera de hacer las cosas que han sido la constante, las líneas
fundamentales de la gestión del señor Conde hasta la intervención de
Banesto por el Banco de de España, a finales de 1993. Por todo ello,
nuestro Grupo considera que es extraordinariamente importante conocer lo
mejor posible dicho ejercicio de 1988.

Quisiera hacerle unas preguntas y, en primer lugar, una de carácter
general. Nos gustaría conocer su valoración de la gestión del grupo
Banesto, tanto del banco como de la Corporación Industrial y de La Unión
y El Fénix, en ese año 1988, y en particular sobre las siguientes
cuestiones.

Respecto a la opción de fusionar Banesto con el Banco Central, al
parecer, esta decisión fue impulsada por el Presidente de Banesto don
Mario Conde. Desearía conocer por qué se adoptó esa decisión después de
que, pocos meses antes, don Mario Conde, antes de ser Presidente de
Banesto, alineándose con la mayoría del consejo, se opuso a la fusión,
vía OPA, con el Banco de Bilbao, con el criterio de que había que
preservar la independencia de Banesto. También nos gustaría saber si el
consejo y los accionistas dispusieron de una información suficiente y
clara sobre ese proyecto y sobre las repercusiones que podría tener la
ampliación de capital que se llevó a cabo, que supuso pasar de 60
millones de acciones a 100 millones de acciones; qué repercusiones podía
tener esta ampliación de capital si el proyecto fracasaba, como sucedió.

¿Se valoraron adecuadamente por el consejo de administración los riesgos
de esta decisión? También quisiéramos conocer su posición respecto a
dicho proyecto. Por otra parte, en ese ejercicio se inicia una gestión
basada en una expansión a ultranza, una expansión crediticia en las
inversiones, etcétera. ¿Considera usted que la entidad, que estaba
afrontando una última parte --diríamos-- de un plan de saneamiento,
estaba en condiciones de financiar esta expansión a ultranza?
Pasando a otra cuestión, uno de los aspectos básicos de la política del
señor Conde, según consta en el informe y en el expediente disciplinario
del Banco de España, fue la creación de resultados ficticios a través de
operaciones especiales intergrupo... ¿No se oye? (El señor Abelló Gallo:
Está muy grave el sonido para mí.)



El señor PRESIDENTE: Ruego a los señores portavoces que pronuncien más
lentamente porque hay resonancia y al compareciente se le puede escapar
alguna pregunta importante.




La señora AROZ IBAÑEZ: Decía, señor Abelló, que uno de los aspectos
básicos de la política del señor Conde, según consta en el informe y en
el expediente disciplinario del Banco de España, fue la creación de
resultados ficticios, a través de operaciones especiales intergrupo, para
generar beneficios contables, operaciones que realmente eran financiadas
por Banesto. En el año 1988 se realizaron dos de estas operaciones, que
significaron el 50 por ciento de los beneficios del ejercicio. Una de
ellas fue la venta de fincas y valores a Banesto, del edificio social de
Castellana 7, que produjo una plusvalía de 6.300 millones, y la segunda
--más importante-- es la operación realizada con La Unión y El Fénix por
la que se venden títulos de Banesto a la entidad aseguradora por valor de
46.000 millones de pesetas, lo que supuso un beneficio contable para el
banco concretamente de 13.000 millones, operación



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financiada en parte por créditos de Banesto. Quisiera conocer su opinión
y la valoración que le mereció a usted esta política iniciada por el
señor Conde en el año 1988.

Por lo que se refiere a La Unión y El Fénix concretamente, en esta
Comisión compareció recientemente el Presidente nombrado por la Dirección
General de Seguros después de la intervención, don Alberto de la Puente,
quien consideró que esa entidad aseguradora había sido sólo un
instrumento al servicio de la política de don Mario Conde. Yo quisiera
preguntarle qué margen de decisión tenía usted como Presidente de La
Unión y El Fénix, teniendo en cuenta que Banesto era el socio
mayoritario, que poseía más del 50 por ciento del capital y que por su
situación podía imponerle decisiones. Quisiera conocer si le pareció
conveniente para El Fénix esa operación de venta masiva de títulos de
Banesto por 46.000 millones de pesetas; si se tuvo en cuenta el
incremento de riesgo que suponía para la entidad aseguradora y dónde se
situaban en esta operación los intereses de los accionistas minoritarios.

Asimismo quisiera conocer qué opinión le mereció a usted la decisión de
Banesto, que arrastró también a La Unión y El Fénix, de entrar en las
operaciones de seguro de vida o de capital diferido o mixto a prima
única, que conllevó un acta fiscal por importe de 6.400 millones y de
ellos 4.000 millones de sanción.

Pasando a otras cuestiones, nuestro Grupo quisiera conocer cuáles fueron
las razones de su marcha de Banesto.

Finalmente, desearíamos conocer cuáles eran los objetivos, los proyectos
del señor Conde y suyos, en relación a Banesto, cuando decidieron entrar
en el banco después de la venta de la empresa española Antibióticos a la
multinacional italiana Montedison.




El señor PRESIDENTE: ¿Grupos que desean intervenir? (Pausa.) Por el Grupo
Popular tiene la palabra el señor Sanz.




El señor SANZ PALACIO: Muchas gracias, señor Abelló, por comparecer ante
esta Comisión de seguimiento de Banesto a petición del Grupo Socialista,
cuyo representante le ha formulado ya toda una serie de preguntas.

Al Grupo Popular le gustaría invitarle a proporcionar a esta Comisión la
valoración que tiene de la situación de Banesto y de La Unión y El Fénix.

Nos gustaría saber qué fue lo que le motivó a usted a entrar en el grupo
Banesto y qué fue lo que le motivó a usted a salir.

En otro orden de cosas, nos gustaría que tratara de analizar, aunque
fuera esquemáticamente, las causas más importantes de la crisis de
Banesto y de La Unión y El Fénix y que nos indicara si este proceso se
hubiera podido evitar.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya tiene la palabra el señor Espasa.




El señor ESPASA OLIVER: Señor Abelló, nuestro Grupo también le da las
gracias por su voluntaria presencia aquí, como todos sabemos, en una
comisión que no es de investigación, como representante de la tantas
veces llamada sociedad civil y con un derecho pleno a no contestar a lo
que usted no estime conveniente, puesto que la respuesta o no no tendrá
un valor probatorio, aunque sí tendrá, evidentemente, un claro valor
ético.

Hechas estas precisiones por parte de nuestro Grupo, y considerándole a
usted como un experto financiero, tanto por la continuidad de su gestión
al frente de diversas empresas como por el patrimonio que usted ha podido
y continúa pudiendo gestionar, quisiéramos hacerle algunas preguntas en
la línea de lo que ha sido la última intervención, la del representante
del Grupo Popular; preguntas de tipo valorativo apelando a su condición,
que le reconocemos, de financiero experto.

En primer lugar, ¿cree usted que a la sociedad anónima Banesto, es decir,
al banco, se le ha producido un daño realmente importante? ¿Cree que este
daño es culpa de los administradores que lo gestionaban por ausencia de
diligencia? ¿Hay, para usted, nexo causal entre el daño producido y los
hechos que hasta ahora aparecen probados en la demanda de la acción
social de responsabilidad --lo que usted pueda conocer de ellos-- y en el
pliego de cargos del Banco de España?
En segundo lugar, quisiera saber si en la etapa en que usted era
consejero de Banesto, en que --se ha citado antes-- se intentó culminar
un plan de saneamiento que ya estaba en curso, bajo su mandato o con su
presencia en el consejo de administración se hizo o no obstrucción a la
labor inspectora del Banco de España. Quisiera saber también si usted
tiene constancia de que en su época de consejero la dotación para
provisiones de insolvencias o de cartera de valores era en todo momento
la suficiente o si hubo insuficiencias graves en esas dotaciones, así
como si los recursos propios estuvieron siempre cubiertos según la
legalidad vigente en aquel momento durante su período de gestión. Además,
quisiera conocer si es usted consciente o supo de la realización de actos
fraudulentos o de la utilización de personas interpuestas en operaciones
especiales del banco, también, repito, en el período en el que usted
formaba parte del consejo de administración del banco.

Otras preguntas son: ¿Tuvo usted contratos blindados con el banco?
¿Quiere usted, puede o desea decirnos el montante de sus retribuciones
como consejero del banco y de La Unión y el Fénix español? Y para
terminar, ¿cree usted que un administrador o presidente de banco puede
presentar, con un día de diferencia, un plan de ajuste para salvar su
entidad con una diferencia de 107.000 millones de pesetas con otro,
cuando uno está fechado el día 21 de diciembre de 1993 y el otro el 22 de
diciembre de 1993? ¿Qué opinión financiera y de gestión le merecería a
usted un gestor que presentase, en el plazo de 24 horas, dos planes tan
dispares en lo económico para salvar su entidad?



El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Catalán de Convergència i Unió tiene la
palabra el señor Sánchez i Llibre.




El señor SANCHEZ I LLIBRE: En primer lugar, quiero agradecer desde
Convergència i Unió la



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comparecencia del señor Abelló en esta Comisión de seguimiento de
Banesto.

Preguntar en último lugar, y más si tienen en consideración que este
Grupo no ha pedido la comparecencia del señor Abelló, siempre es
complicado; es difícil hacer preguntas que no hayan sido formuladas por
los grupos que me han precedido, y más teniendo en cuenta que el señor
Abelló difícilmente puede aportar datos significativos en cuanto al
concepto clave de esta Comisión: las causas de por qué se produjo el
descalabro de la entidad financiera Banesto, ya que el señor Abelló dejó
de pertenecer al Banco Español de Crédito en febrero de 1989.

Antes de pasar a formular una serie de preguntas que pueden ser de
interés para esta Comisión, lo que mi Grupo querría hacer, en primer
lugar, es felicitar al señor Abelló por el olfato financiero que tuvo al
salirse de esta aventura tan complicada --como al final se ha
demostrado-- como fue la de Banesto, pues seguramente su patrimonio
actual está mucho mejor retribuido habiéndose salido de la misma en el
año 1989 que habiendo continuado en el consejo.

La primera pregunta, que no tendríamos inconveniente en que si no
considera oportuno contestarla públicamente nos la remitiese por escrito
a los miembros de la Comisión, pienso que podría tener un valor
importante, de cara a analizar estos acontecimientos que han acaecido en
el desenlace final de Banesto, puesto que lo que pretende es conocer si
el precio de las acciones que usted vendió de Banesto fue del 985 por
ciento de su cotización, así como también quiénes fueron las entidades o
las sociedades compradoras de dichas acciones. También nos gustaría saber
si nos puede aportar alguna novedad interesante respecto a las
inversiones en medios de comunicación por parte de Banesto, por cuanto
que había, quizá, una especial predisposición a vender activos
industriales de la Corporación y de Banesto para inmediatamente
invertirlos en medios de comunicación. Creemos que sería importante la
aportación que el señor Abelló pudiera hacer en relación con estas
inversiones en medios de comunicación, que finalmente se ha demostrado
que han contribuido a una desnaturalización del balance financiero del
Banco Español de Crédito.




El señor PRESIDENTE: Para contestar a las cuestiones planteadas, y
teniendo en cuenta las advertencias que ha realizado el señor Espasa,
portavoz de Izquierda Unida, en términos generales, como aportación sin
duda a las labores que tiene que realizar esta Presidencia, tiene la
palabra el señor Abelló.




El señor EX PRESIDENTE DE LA UNION Y EL FENIX ESPAÑOL Y EX VICEPRESIDENTE
DE BANESTO (Abelló Gallo): Quiero agradecer a los miembros de esta
Comisión que hayan solicitado mi comparecencia, aunque desgraciadamente
no creo que vaya a poder desvelar grandes cosas, porque para mí supone la
oportunidad de hacer algunas reflexiones con ustedes que, de paso, me
sirven para recordar y para justificar más ante mí mismo la decisión que
tomé en febrero de 1989. He tomado unas notas bastante precisas de las
preguntas que me han hecho y voy a empezar a contestar a las mismas por
el orden en que me han sido formuladas por los distintos portavoces.

La portavoz del Partido Socialista, señora Aroz, ha empezado diciendo que
en el año 1988 ya hubo acontecimientos importantes --que ha reseñado
luego--, así como maneras y sistemas de gestión especiales que se
iniciaron entonces. Naturalmente eso es evidente. La señora Aroz ha hecho
también especial hincapié en la operación fundamental que ocupó más
tiempo, sobre todo de cara a funciones no típicamente bancarias, como fue
la fusión con el Banco Central.

La señora Aroz me pide que le hable de la valoración de la gestión en
general del banco, de la Corporación Industrial y de La Unión y El Fénix.

Yo creo que en el año 1988 todavía no llega esa expansión crediticia a
que ella alude, creo que fue algo posterior. Evidentemente, el banco
cambia de aires de gestión pero, a mi modo de ver, más en lo superficial
que en lo verdaderamente sustancial puesto que todavía no había dado
tiempo y los mandos intermedios eran los mismos en aquel momento. En
cuanto a la Corporación, no existía entonces; lo que había era una serie
de participaciones empresariales, a las que luego aludiré, que fue una de
las razones que a nosotros nos animó a invertir en Banesto, que es una de
las últimas preguntas que me han sido formuladas.

Como decía anteriormente, yo creo que el banco modificó poco la gestión
en lo sustancial y bastante en lo aparente, básicamente porque se
cambiaron determinadas direcciones generales, pero no se cambiaron los
mandos intermedios, y en lo que a banca comercial se refiere yo creo que
se cambió poco en aquel año.

En cuanto a la Corporación, ya he dicho que las empresas se manejaban en
aquella época de una manera muy especial, con una absoluta independencia.

Había miembros del consejo de Banesto en casi todas las empresas, algunas
eran presididas por miembros del consejo de Banesto, pero había un nexo
mucho menor del que uno se pueda imaginar. Lo que sí ocurría era que
Banesto prácticamente tenía el monopolio, aunque esta palabra suena muy
mal, tenía, por así decirlo, la exclusiva de la colaboración bancaria con
estas empresas, como es lógico, aunque en muchos casos también tenían
créditos de otros bancos y de otras instituciones.

En cuanto a El Fénix, realmente consideramos que era una empresa que
tenía una situación algo lánguida, y se buscó entonces un consejero
delegado nuevo de los tres o cuatro que había disponibles en aquel
momento en el mercado del seguro español, y uno de ellos fue don Felipe
Pujol. Lo que se pretendió en aquella época, porque parecía lo razonable,
era cambiar las llamadas subdirecciones entonces, que eran unas
delegaciones a comisión, por agentes que estuvieran incluidos en la
nómina y que trabajaran con sueldo más comisión, pero que fueran de
verdad empleados exclusivos de El Fénix.

Me pregunta la señora Aroz por qué se plantea la fusión del Central
cuando se había rechazado la anterior fusión del Bilbao. Es evidente que
esta pregunta es fundamental. Yo diría que aquí intervinieron muchos
factores humanos. Desde un punto de vista bancario hubiera sido mejor la



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fusión con el Banco de Bilbao, lo que ocurría es que esta fusión venía
impuesta; efectivamente era una OPA hostil. Yo creo que si aquello se
hubiera negociado de otra manera, tal y como estaban las condiciones en
aquel momento no sé lo que hubiera pasado, pero el hecho de plantearse
como una imposición fue lo que provocó la reacción del consejo de Banesto
sin fisuras.

Después, la fusión con el Banco Central tuvo polémica dentro del consejo
del banco porque no era la mejor de las posibles. Había otras quizás
mejores en aquel momento en el mercado pero no fueron posibles, aunque
parece ser que se intentaron. Quizás la única que en aquel momento se vio
como posible fue la del Banco Central, aunque vuelvo a repetir que por
estudios que se hicieron en aquella época eran dos bancos que teniendo
culturas distintas, sin embargo, tenían aspectos comunes de ser muy
grandes, de ser menos eficaces, de tener un coste de transformación más
alto y de ser en el fondo los dos más parecidos y los que se podían
complementar menos; también eran los dos que tenían casi el grupo
industrial mayor en aquel momento.

¿Tuvieron información los consejeros? Efectivamente, los consejeros
estuvieron informados hasta donde pueden tener información de operaciones
tan complejas, teniendo en cuenta que los consejos de Banesto pasaron de
durar una hora a durar cinco y seis en aquella época. A pesar de eso, es
muy posible que no todos los consejeros tuvieran toda la información
debida. Hubo, sí, unos informes serios sobre las posibles fusiones, de lo
que se deduce lo que le he dicho anteriormente de que la fusión con el
Central no era ni mucho menos la ideal.

Me pregunta usted a continuación si se previó el problema que podría
significar, caso de no llevarse adelante la fusión, la ampliación del
capital de Banesto, que pasó de 60 millones a 100 millones de acciones.

Lo que se hizo en aquel momento fue igualar los capitales e incluso se
mantuvo, como usted recordará posiblemente, la cotización de las acciones
igual durante una temporada y se hizo una ampliación a 100 millones de
acciones. Francamente nadie pensaba en aquel momento que la fusión no iba
a salir, sobre todo cuando se anunciaron las ampliaciones. Luego, un mes
o dos meses después... Me van a perdonar no sea muy preciso en las
fechas, porque ya han pasado más de cinco años y, aunque me he preocupado
de leer todas las actas, tanto de El Fénix como de Banesto, hay muchas
cosas que no tengo muy frescas. Nadie pensó en aquel momento qué
ocurriría con el capital que se había emitido, que podía dar lugar a que
hubiera más problemas de autocartera; eso no se previó en aquel momento
y, de hecho, existía latente una autocartera en aquella época, que creo
que era de tiempo inmemorial, y no dio la impresión de que hubiera
mayores problemas con ese asunto.

A continuación me pregunta sobre una expansión crediticia que se inicia
en Banesto en esos momentos y si Banesto estaba en condiciones de
financiarla. Yo creo que esa expansión crediticia no se inicia de una
manera clara en 1988. Bien es verdad que estábamos en un momento en el
que la economía del país estaba muy lanzada. Hay que situarse en 1988 y
no cabe la menor duda de que había una etapa de expansión, pues la crisis
se inicia a últimos de 1989. No digo que los banqueros no la detectaran
en 1989, pero el público la detecta algo más tarde. Viendo las cifras
macroeconómicas retrospectivamente es cuando uno se da cuenta que se
inicia en 1989, por lo que, a mi modo de ver, ese tema viene luego. ¿Está
Banesto en condiciones de financiarla? En aquel momento Banesto hacía
poca apelación al interbancario.

Viene a continuación el tema de los resultados ficticios intergrupo, de
la venta de fincas y valores a Banesto Castellana. Sobre esto hubo una
tremenda discusión, efectivamente. Esta tarde tienen ustedes previsto
recibir al señor Argüelles, quien conoce esa operación perfectamente
bien. Yo no es que quiera pasarle la pelota, pero en la comisión delegada
tuvimos fuertes discusiones, porque no cabe la menor duda de que era un
beneficio dentro del grupo. Yo me fui del banco --y les adelanto algo en
relación con esta operación-- porque lo que creía que había que haber
hecho en Banesto durante un año y pico era no dar dividendos hasta sanear
la entidad. Además, si se le hubiera explicado a la junta general de
accionistas, habría protestado una serie de gente, se hubiera pasado un
mal rato, pero no hubiera pasado nada, porque como se inauguraba una
nueva etapa no habría ocurrido nada, no se habrían distribuido dividendos
durante un año o quizá durante dos y se hubiera podido salir adelante.

Había maquillajes en el balance bastante claros, y el Banco de España los
aprobaba, ésa es la cuestión. Igual que sabemos esto ahora se supo
entonces. Esto era lo que también a los que nos oponíamos en el consejo a
algunas de estas decisiones nos hacía tener una postura altamente
incómoda, porque luego venía el Banco de España y te aprobaba la
operación.

Viene a continuación la operación Fénix, que ésa sí me tocó vivirla muy
directamente. Me puedo equivocar, pero ha dicho usted 46.000 millones y
13.000 de plusvalías. Yo quiero recordar que eran 56.000 y 13.000, pero
puede que tenga usted razón, no me atrevo en estos momentos a
discutírselo. Esta operación no fue en títulos de Banesto, fue en títulos
de renta variable, cuando lo lógico en las compañías de seguros, y sobre
todo más en aquella época con tipos altos, era ir a títulos de renta
fija, porque daba mucha mayor seguridad para todas las coberturas de
reservas matemáticas y técnicas, que obligatoriamente tienen que hacer
las compañías de seguros. Lo que se hizo fue aportar esa cartera de
títulos al Fénix a un precio muy alto, que dejó una plusvalía de 13.000
millones en Banesto. Lo que sí ocurrió es que, en el momento de presentar
esto al consejo de El Fénix, hubo gran resistencia por su parte. No
obstante, en la primera votación ya se vio que se podía ganar por
mayoría, pero como yo estaba debutando como presidente de El Fénix y
tenía una relación antigua y muy buena con muchos de los antiguos
administradores que seguían en el consejo, no tenía el más mínimo interés
en imponérselo; y durante cuatro reuniones, uno o dos consejos y tres
comisiones ejecutivas, que eran semanales, se estuvo pactando y
negociando, hasta que se consiguió la unanimidad. Esa operación la aprobó
el Banco de España. Lo que sí es cierto es que Banesto se comprometía a
aportar las cantidades de minusvalías que se produjeran anualmente



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en los cierres de balance, como consecuencia de la cartera aportada a ese
fondo de dotación para pensiones, que es lo que en realidad era.

Entonces, el Consejo de Administración comprobó que si había minusvalías,
éstas serían resarcidas por Banesto anualmente, y viceversa, es decir,
que se llevaría una cuenta de positivo y negativo para compensar las
diferencias que produjera esa cartera. Una vez conseguido esto, el
Consejo lo aceptó y el Banco de España lo aprobó, porque eso sí que lo
preguntamos muchas veces y, además, se habló muchísimo de ello en la
prensa, por lo que fue una cosa verdaderamente de dominio público.

A continuación me pregunta usted si fue un instrumento al servicio de
Banesto y qué libertad tenía yo como Presidente. Hay dos aspectos. En
cuanto a la gestión técnica del seguro tenía toda la libertad; quiero
decir en cuanto a la función aseguradora de La Unión y el Fénix Español.

En cuanto al manejo de la cartera de valores, evidentemente Banesto tenía
una gran influencia y no cabe la menor duda de que se atendía a sus
intereses, porque El Fénix tenía en su patrimonio acciones en cantidades
importantes de algunas de las sociedades, La Asturiana de Zinc, por decir
una. En ese aspecto es en el que Banesto intervenía igualmente en el
manejo de la tesorería. Pero me da la impresión de que cambiaron poco las
costumbres respecto a como estaban anteriormente.

¿El seguro de vida a prima única decisión de entrada? No, eso nos lo
encontramos hecho, porque yo estuve a las once menos cuarto de la noche
de un viernes con el señor Borrell, dándole explicaciones personalmente
con el abogado del Estado y Secretario General de La Unión y El Fénix
Español, don Hilario Hernández Marqués, y también con el Director General
de Seguros, que me parece recordar que era don Guillermo Kessler en aquel
momento; estuvimos allí explicándole las primas únicas. Por tanto, las
habíamos heredado, y cuando indudablemente dichas primas únicas habían
tenido un gran tirón había sido, si mal no recuerdo, en 1987 ó 1986.

Además, habían sido el gran producto de todo el sector asegurador y es lo
que había hecho que El Fénix tuviera la mayor expansión de cifra de
primas de su vida. Distinto es que luego el producto se utilizara como
vía de evasión del fisco, como producto opaco fiscalmente.

Razones de mi marcha. Se lo he iniciado antes de alguna manera, y se lo
termino de decir ahora: yo creía que la política a realizar en Banesto
era una política de ir a la primera junta general de accionistas, y se
acordarán ustedes que se celebró el 8 de enero --me parece-- una junta
extraordinaria que terminó entre fuertes aclamaciones, y luego se hizo la
junta ordinaria en junio. Evidentemente, yo era partidario, en primer
lugar, no de haber congelado, sino de no haber distribuido dividendos, de
haber destinado a reservas todo el beneficio de aquel año y de los años
que hubiera hecho falta, anunciándoselo así a la junta general de
accionistas.

Por otro lado, en aquel momento pensé que había que haber nombrado un
consejero delegado bancario de primera fila. Siempre creí que era lo que
íbamos a hacer, y así, en el fondo, lo habíamos hablado Mario Conde y yo,
pero esto no se hizo, aunque entonces había muchos profesionales. Yo no
quiero, para nada, atacar la figura del señor Belloso, que me parece muy
respetable y que era un hombre muy capaz, pero quizá no tenía la
experiencia de banca comercial que hubiera podido ser deseable en aquel
momento, siendo un profesional muy bueno en otros aspectos, en los
financieros, pero no es lo mismo finanzas que banca comercial, no hay que
olvidarlo.

Esa fue la causa fundamental. Desde febrero de 1988 no me gustó el
planteamiento de la política bancaria de Banesto y desde esa fecha estuve
muy tentado de irme y lo hablé con personas allegadas mías. Bien es
verdad que tardé un año en irme, pero estas decisiones no son fáciles. No
es muy corriente que de la noche a la mañana haya personas que abandonen
la vicepresidencia del primero o segundo banco y de la primera compañía
de seguros del país, pero cuando llegó el momento creí que era lo
prudente y así lo hice.

¿Razones de la entrada de don Mario Conde y mía en Banesto? Yo creo que
nosotros habíamos vendido una sociedad como Antibióticos, en cuyo futuro
tecnológico no teníamos plena confianza, no porque no hubiera unos
profesionales muy capaces, perfectamente formados científica y
tecnológicamente en antibióticos, sino porque el entorno español, la
estrechez de su mercado comparado con las grandes multinacionales
farmacéuticas y la entrada de la patente producto y el Mercado Unico de
1993, a mi modo de ver no era el ideal para una industria farmacéutica
autóctona de un país como España. Entonces decidimos vender la empresa y
se nos autorizó.

Nosotros queríamos participar en el concierto económico de España que en
aquel momento estaba en un boom importante. Nos pareció que el sector que
en España tenía más importancia y más trascendencia era Banesto. En
Banesto yo tenía personalmente amigos que veían con buenos ojos nuestra
entrada en el Banco y, por otro lado, había un grupo industrial en el que
pensábamos que había mucho que hacer y que se podía reorganizar de alguna
forma; vender, en definitiva, aquello que no hubiera sido
estratégicamente importante y consolidar mayores posiciones en lo que de
verdad interesara al Banco y estuviera en sectores que no hubieran
alcanzado una maduración. Este fue el proyecto, básicamente, y la razón
de la entrada.

Creo que terminan aquí las contestaciones a la señora Aroz, del Grupo
Socialista, y a continuación vienen las preguntas del Partido Popular,
formuladas por el señor Sanz.

¿Por qué entré y por qué me fui? Creo que lo he contestado.

¿Causas de la crisis y si se podían haber evitado? En el momento en el
que yo me fui de Banesto las causas reales de la crisis que han llevado a
la intervención no se habían producido todavía. Los motivos posteriores
los conozco como usted, por los periódicos. No tengo más detalle que la
serie de operaciones que han venido luego y que han podido ser las que
hayan causado dicha crisis. Quizá una excesiva ampliación de capital con
motivo de la fusión con el Banco Central llevara a un exceso de
autocartera, pero en estos momentos no me atrevo a decir cuáles son las
causas



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desde un punto de vista de haberlas vivido y de poderlas contar
personalmente.

¿Se podrían haber evitado? Pues es muy difícil decirlo. Yo creo que a lo
mejor se hubieran podido evitar con una gestión bancaria muy profesional
y muy rigurosa, pero éste es un juicio prácticamente de valor, sin
ninguna trascendencia y sin ninguna importancia, porque no ha ocurrido
así y yo no he estado allí para ver realmente qué es lo que ha ocurrido.

Paso a continuación a contestar al Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa
per Catalunya, concretamente al señor Espasa.

Le agradezco los consejos que me da relativos a contestar si quiero y que
ésta es una comparecencia voluntaria. A continuación vienen sus
preguntas. Dice que se ha producido un daño a Banesto y pregunta si hay
un nexo causal entre la intervención y la gestión. Yo creo que,
evidentemente, si el Banco de España ha juzgado que tenía que intervenir
sería por acontecimientos que se produjeron en estos años, sobre todo en
los últimos ejercicios antes de la intervención, pero realmente tengo que
opinar por los periódicos, porque no lo conozco en profundidad.

¿Se hizo o no en 1988 obstrucción a la inspección del Banco de España? No
me consta. Sí es absolutamente cierto que desde el nivel de un consejo de
administración es difícil saber qué ocurre con la inspección; como no te
lo cuente alguno que esté en el lado del banco o en el del Banco de
España, en la misma inspección, son detalles que no te llegan, pero
insisto que no me consta.

Dotaciones para insolvencia, recursos propios adecuados y personas
interpuestas. Las dotaciones para insolvencias no son de libre
disposición, por llamarlo de alguna manera. El Banco de España, en
función de unos parámetros determinados, fija la morosidad y las
insolvencias. Nosotros no teníamos conocimiento en aquel momento de que
no se estuvieran haciendo las dotaciones adecuadas. Ya le he dicho,
porque ha salido antes, que lo que sí discutimos fuertemente fue la
operación Fénix, que la discutieron parte del Consejo de El Fénix y parte
del Consejo de Banesto, y la operación de Fincas y Valores de Castellana
7. Pero sobre insolvencias, por lo menos en el año 1988, no recuerdo que
hubiera ningún problema.

En cuanto a recursos propios adecuados, quiero recordar que Banesto sale
del tema Garriga Nogués con un déficit de recursos propios y no estaba
totalmente saneado. Me parece que un año la gestión anterior repartió
dividendo a cargo de reservas, si mal no recuerdo, y en el primer
ejercicio nosotros negociamos y pagamos el dividendo con autorización del
Banco de España, de lo que deduzco que, o bien estaría en condiciones
adecuadas el cómputo de recursos propios, o bien la autoridad monetaria
juzgaría que estaba en vías de recuperación.

Respecto a personas interpuestas, en aquella época no recuerdo ni me
consta prácticamente de nadie.

Contrato blindado y retribuciones como consejero. No es que lo tuviera,
es que lo tengo y no lo he sacado, pero no lo tengo en Banesto, lo tengo
en El Fénix. Ya que me pregunta usted, se lo digo; lo tengo guardado y no
se me ha ocurrido utilizarlo. Tampoco me han llamado los señores de El
Fénix, la nueva gestión, para preguntarme, cosa que me ha extrañado
bastante, por cierto.

Retribuciones como consejero. Yo cobraba como Presidente de El Fénix 16
millones de pesetas al año y en Banesto, con la comisión ejecutiva, era
algo así en aquella época. La Administración anterior era muy cuidadosa
para lo que se llevaba en la época y en comparación con otras
instituciones, aunque me parece que en el banco era algo menos.

Sobre los planes de ajuste de 107.000 millones de pesetas en diciembre,
de los que me habla usted, evidentemente es un tema chocante, pero quiero
recordarlo vagamente por los periódicos, porque ha sido en una época en
la que yo estaba muy alejado. No le puedo negar que lo he seguido por la
prensa, como es lógico, pero tampoco he leído muchas veces más allá de
los titulares.

El señor Sánchez i Llibre, de Convergència i Unió, me pregunta por qué
ocurrió la catástrofe de Banesto. Ya le he dicho que yo discrepaba, desde
el principio, del estilo de gestión, pero me fui antes de que realmente
hubiera un planteamiento más agudo que diera lugar a la crisis tan
profunda a que se llegó luego.

Me alegra que me felicite por el olfato, pero no fue un olfato especial,
es que no era ése mi modo de hacer las cosas.

Me pregunta usted si se vendieron a 985. No; yo creo que se vendieron a
940, que está muy cerca de la cifra que ha dicho usted.

¿Quién compró? Yo vendí a agentes de cambio y bolsa a lo largo de tres o
cuatro meses, si mal no recuerdo. Empecé a vender como un mes después de
irme y estuve vendiendo hasta el mes de junio o julio, y me fui el 23 de
febrero. Me parece que las primeras las vendí en marzo y terminé,
insisto, en junio o julio.

También me pregunta usted por desinversiones en participaciones
industriales e inversiones en medios de comunicación. Según lo que yo
recuerdo, hasta febrero de 1989 no hubo inversiones en medios de
comunicación. Yo creo que no existía el periódico «El Mundo», ni Banesto
estaba metido en «Epoca» en aquel momento, ni en «Antena 3 TV».

Confío no haberme dejado sin contestar ningún punto de los que SS. SS.

han tenido a bien preguntarme.




El señor PRESIDENTE: ¿Portavoces que quieran volver a intervenir?
(Pausa.)
Tiene la palabra la señora Aroz.




La señora AROZ IBAÑEZ: Muchas gracias, señor Abelló, por su explicación.

En opinión de nuestro Grupo es una información valiosa para conocer el
ejercicio de 1988, las decisiones que se tomaron en ese ejercicio que,
como decía al principio de mi exposición, en nuestra opinión es un
ejercicio interesante e importante para comprender lo que sucedió después
en la gestión de Banesto.

Quisiera plantearle unas pocas preguntas en este segundo turno. En primer
lugar, otra vez en relación a la fusión y a la ampliación de capital. Me
parece sorprendente que no se tuviesen presentes los riesgos que podría
suponer



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para el banco una ampliación de capital de esas características en el
caso de que no llegase a buen puerto este proyecto, sobre todo porque,
como usted decía antes, ya existía una autocartera elevada. Como usted
sabe, en el pliego de cargos y en el expediente del Banco de España se
señala como uno de los problemas de Banesto la elevada autocartera,
teniendo en cuenta que esto supone una esterilización importante de
recursos. Quería volver a preguntarle sobre si la decisión de la fusión,
la decisión de la ampliación de capital no se adoptó con una cierta
ligereza y si no se tuvieron en cuenta sus riesgos.

En segundo lugar, en relación a la...




El señor PRESIDENTE: Señora Aroz, sabe usted que este turno es para
formular preguntas concretas y dar respuestas también concretas.

El señor Abelló tiene la palabra.




El señor EX PRESIDENTE DE LA UNION Y EL FENIX ESPAÑOL Y EX VICEPRESIDENTE
DE BANESTO (Abelló Gallo): Yo comprendo perfectamente su planteamiento,
lo que ocurre es que hay que situarse en el escenario de 1988. Es un
escenario de una economía lanzada, de un boom en todos los sentidos, de
un gran optimismo, con un banco muy importante como es el Banco Central y
con un banco también muy importante como es Banesto, que creen que van a
hacer una fusión con la cual no cabe la menor duda de que van a conseguir
un éxito importante, que van a tener una cuota de mercado importantísima
y que van a tener casi 4.000 oficinas.

¿Ligereza? El estudio fue de Goldman Sachs de fusiones comparativas y fue
lo suficientemente bien hecho. Ya he dicho que no era la mejor posible,
pero sí parecía razonablemente aceptable. Hubo críticas internas, pero no
recuerdo que se planteara en ningún momento una incertidumbre ante la
ampliación de capital, eso tengo que reconocerlo. Lo que sí le puedo
decir es que el problema de autocartera era pequeño y estaba dentro de
los límites legales, en lo que yo sabía por lo menos y en lo que el
Consejo tenía, ya que manejábamos cifras del orden del 3 por ciento o del
2,75 por ciento.




La señora AROZ IBAÑEZ: Quería preguntarle también en relación a la
expansión crediticia. Los datos de que dispongo, señor Abelló, dicen que
en el año 1988 la expansión de los créditos fue de un 41 por ciento, pero
paralelamente la captación de recursos únicamente creció un 8 por ciento,
lo que obligó a acudir al mercdo interbancario, donde, por cierto, los
tipos se habían incrementado en un 50 por ciento. Entre 1988 y 1992 la
expansión crediticia de Banesto creció un 109 por ciento, mientras en el
conjunto de la banca aumentó el 64 por ciento, donde se impuso una mayor
prudencia teniendo en cuenta los primeros signos de recesión que
empezaron a manifestarse esos años.

Yo quería preguntarle, concretamente en relación al ejercicio 1988, si en
paralelo con esta política de expansión crediticia se puso en marcha, se
consideró la necesidad de una gestión rigurosa y de control de riesgos.




El señor EX PRESIDENTE DE LA UNION Y EL FENIX ESPAÑOL Y EX VICEPRESIDENTE
DE BANESTO (Abelló Gallo): Habrá visto que yo le he dicho que discrepaba
bastante, desde el inicio de mi llegada a Banesto, cuando se plantea ya
la gestión del señor Conde, de la gestión bancaria comercial en sí misma,
porque creía que ni el señor Conde ni yo éramos banqueros y,
efectivamente, en Banesto había habido un problema de gestión anterior y,
por tanto, era necesaria una gestión bancaria.

El señor Letona dimitió y se fue. Yo me acuerdo haber estado hablando por
teléfono con él varios días antes de tomar su decisión, porque estaba
empeñado en dimitir y yo empeñado en que no dimitiera. Usted se acordará
de la OPA del Banco de Bilbao, de la dimisión del señor Letona y de cómo
vinieron los acontecimientos y se nombró Presidente al señor Conde. Yo le
dije que creía que era importante haber llevado una gestión bancaria muy
profesionalizada. Esa gestión bancaria muy profesionalizada quizá hubiera
hecho exactamente lo que usted dice: no hubiera expandido el crédito un
41 por ciento cuando los recursos ajenos habían crecido un 8 por ciento
y, además, hubiera establecido un control riguroso de riesgos. ¿Se
estableció eso no se estableció? Pues es indudable que no debió
establecerse. Pero vuelvo a decirle que es lo mismo que el motivo
fundamental de mi salida de la institución.




La señora AROZ IBAÑEZ: En relación a La Unión y El Fénix, solamente
quiero agradecerle sus precisiones sobre mi intervención anterior. En
todo caso, las puntualizaciones en relación a la operación de los títulos
yo creo que incrementan el riesgo de esa operación, con arreglo a los
datos que usted ha facilitado.




El señor EX PRESIDENTE DE LA UNION Y EL FENIX ESPAÑOL Y EX VICEPRESIDENTE
DE BANESTO (Abelló Gallo): Efectivamente. Lo que pasa es que Banesto se
comprometía a resarcir al Fénix de las minusvalías que se produjeran a
fin de ejercicio. Ahora, que aumenta el riesgo, sin ninguna duda. Por eso
hubo cuatro sesiones largas y duras. Aquello duraba siempre una hora y
hubo bastantes sesiones de cuatro horas con motivo de aquel tema.




La señora AROZ IBAÑEZ: Usted hablaba antes, señor Abelló, del factor
humano y cómo había influido en la toma de una decisión en relación a la
fusión, etcétera. Yo quisiera realizarle algunas preguntas que tienen en
cuenta ese factor humano.

En primer lugar, ¿la decisión de entrar en Banesto por parte del señor
Conde suponía una inversión financiera o existía además el objetivo de
intervenir en la gestión?



El señor EX PRESIDENTE DE LA UNION Y EL FENIX ESPAÑOL Y EX VICEPRESIDENTE
DE BANESTO (Abelló Gallo): Era definitivo el deseo de intervenir en la
gestión. Evidentemente, nadie pensaba que el señor Conde iba a ser
presidente dos días después, y digo dos días porque va desde el 27 de
octubre al 16 de diciembre. Lo que sí es cierto es que nosotros queríamos
que hubiera



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un grupo industrial muy importante en Banesto que se pudiera manejar, y
nosotros creíamos que podríamos haber sabido manejar aquello. Pero no
creo que jamás se hubiera diseñado el que apareciéramos con un gorro de
banqueros después de haber tenido un gorro de farmacéuticos. Eso tampoco
estaba previsto para nada.




La señora AROZ IBAÑEZ: Efectivamente, coincidiendo con lo que usted
señala, el señor Conde ha negado que tuviera planes para alcanzar la
presidencia del banco y que se limitó a aceptar cuando se lo propusieron.

Sin embargo, existen testimonios, evidencias publicadas de que hubo una
estrategia y de que se realizaron diversas gestiones para conseguir esa
presidencia del banco en la última junta de diciembre de 1987. ¿Le pidió
a usted colaboración para influir en los miembros del consejo en este
objetivo?



El señor EX PRESIDENTE DE LA UNION Y EL FENIX ESPAÑOL Y EX VICEPRESIDENTE
DE BANESTO (Abelló Gallo): Perdóneme que me retrase un poco en
contestarla, pero me interesa mucho tomar nota de todas sus preguntas.




El señor PRESIDENTE: Puede reflexionar un rato, señor Abelló.




El señor EX PRESIDENTE DE LA UNION Y EL FENIX ESPAÑOL Y EX VICEPRESIDENTE
DE BANESTO (Abelló Gallo): No, señor Presidente. Gracias.

Creo que hay que situarse en el tiempo. El 27 de octubre el señor Conde
no tenía estrategia alguna para ser presidente. Cuando vino la OPA del
Bilbao, que es una cosa inusual, absolutamente inesperada y sin
precedentes, y la dimisión del señor Letona, y cuando vino el 16 de
diciembre, día en que don Pablo Garnica había hecho ya pública su
decisión de abandonar la Presidencia del consejo de administración, sí se
pone en marcha una estrategia definida para hacerle presidente;
estrategia en la que yo, sorprendentemente, intervine bastante poco, no
porque me quisiera quitar de en medio, sino porque me puso de bastante
mal humor, pero es evidente que fue así.




La señora AROZ IBAÑEZ: Es decir, el señor Conde le pidió que colaborase
para alcanzar la presidencia de Banesto.




El señor EX PRESIDENTE DE LA UNION Y EL FENIX ESPAÑOL Y EX VICEPRESIDENTE
DE BANESTO (Abelló Gallo): No, al revés, maniobró con otros consejeros y
yo intervine muy poco.




La señora AROZ IBAÑEZ: Siguiendo con el factor humano, señor Abelló, el
señor Conde ha afirmado --está publicado-- que desconocía el negocio
bancario cuando llegó a la presidencia de Banesto. Posteriormente, los
hechos han demostrado no sólo que no sabía, sino que no aprendió, y que,
además, ése no era su centro de interés. En ese sentido, a usted se le
atribuye la afirmación de que las intenciones del señor Conde en Banesto
se resumían en una expresión de ir a por la caja, es decir, hacerse con
el control de la entidad a medio plazo a partir de los propios activos
del banco. ¿Considera usted que los planes del señor Conde se situaban al
margen del negocio bancario y que sus móviles eran estrictamente
personales?



El señor EX PRESIDENTE DE LA UNION Y EL FENIX ESPAÑOL Y EX VICEPRESIDENTE
DE BANESTO (Abelló Gallo): ¿Dice usted que eso está publicado?



La señora AROZ IBAÑEZ: Sí, señor Abelló.




El señor EX PRESIDENTE DE LA UNION Y EL FENIX ESPAÑOL Y EX VICEPRESIDENTE
DE BANESTO (Abelló Gallo): Es que hojeo un poco esos libros, pero
comprenderá que si los hubiera leído todos no hubiera hecho otra cosa en
estos últimos dos años. Francamente, no he leído más que el primero. Esto
no lo he visto escrito y no me consta.

Creo que hay más un planteamiento de otro tipo, mucho más superficial, no
es ni mucho menos eso. Cuando se está en ese puesto no hay que ir
necesariamente a por la caja. Lo que creo es que Mario era un hombre
grandilocuente y que le gustaba jugar un papel importante en la vida del
país, tanto en el aspecto económico como en cualquier otro. Si,
naturalmente, tienes una plataforma como Banesto, eso te podía dejar
participar en la vida nacional, pero con mayúscula. No creo que fuera
otra cosa en principio. Lo que haya ocurrido luego ya me cogió fuera.




La señora AROZ IBAÑEZ: Ninguna pregunta más. Gracias, señor Abelló.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Espasa.




El señor ESPASA OLIVER: Señor Abelló, una vez más le damos las gracias
por sus contestaciones, que han sido ilustrativas para esta Comisión y
creo que continuarán siéndolo.

Voy a insistir en algunas de mis preguntas, no porque no las haya
contestado, sino porque quizá no he sabido expresarme bien en mi primera
intervención. Algunas de las cuestiones que le he formulado, y que le voy
a reformular, lo que persiguen, sobre todo, es tener un juicio de valor
--que valdrá lo que valga como su nombre indica-- por su parte, persona a
la que tenemos en franca consideración. Por tanto, lo que usted pueda
opinar, al menos para este Grupo Parlamentario, puede ser importante a la
hora de formarse un criterio global. En este sentido, le repito la
primera pregunta, que usted ha contestado elusivamente; es decir, usted
ha dicho: Si el Banco de España intervino el 28 de diciembre, sus razones
tendría. Y yo le vuelvo a preguntar: Habiendo sido usted Consejero de una
entidad como Banesto, por las noticias que tiene como ciudadano y el
quebranto que ha aparecido, ¿cree usted que el daño producido y la
negligencia en la administración se corresponden, son lógicas? ¿Cuál es
su juicio? ¿Usted cree



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--para ser más preciso-- que los miembros del consejo de administración,
la mayoría de ellos, podían no conocer aquel estado tan grave de
quebranto del Banco? ¿Qué opinión le merece que un Banco pueda llegar a
un grado de quebranto tan alto, ya que usted ha sido, aunque por poco
tiempo, también banquero?



El señor EX PRESIDENTE DE LA UNION Y EL FENIX ESPAÑOL Y EX VICEPRESIDENTE
DE BANESTO (Abelló Gallo): ¡Hombre! Es que me pide usted un juicio de
valor que yo no me considero, ni mucho menos, en situación de emitir,
porque, vamos a ver: ¿yo he estado en el Banco de España o estado en la
AEB o he seguido esto de cerca o he vivido muy en contacto con el mundo
bancario en estos últimos años? Pues, realmente, no. Fígurese usted que
J. P. Morgan entra a hacer una ampliación de capital en el mes de..., se
anuncia en marzo o abril, me parece, de 1993, y empieza la ampliación en
el mes de junio o julio. A mí también me extrañó, pero me dije: Bueno,
pues sabrán un poco más que nosotros lo que tienen que hacer y lo que no.

Entonces, fígurese, si Morgan entra en la ampliación, ¿quién soy yo para
decir ahora mismo si la medida de la intervención era o no era correcta?



El señor ESPASA OLIVER: Gracias, señor Presidente.

Formulándosela de otra forma, señor Abelló. Hay dos opiniones que
circulan en nuestro país: las de los que opinan que el Banco de España
obró muy acertadamente interviniendo el Banco Español de Crédito y las de
algunos ex consejeros que continúan opinando que no fue así. Yo le
pediría su opinión: ¿en qué bando se colocaría usted?



El señor EX PRESIDENTE DE LA UNION Y EL FENIX ESPAÑOL Y EX VICEPRESIDENTE
DE BANESTO (Abelló Gallo): Yo me fui en el año 1989...




El señor ESPASA OLIVER: Su opinión como ciudadano. Le hago la pregunta
como ciudadano, señor Abelló.




El señor EX PRESIDENTE DE LA UNION Y EL FENIX ESPAÑOL Y EX VICEPRESIDENTE
DE BANESTO (Abelló Gallo): Mire, yo me fui en febrero de 1989, y su
paisano --porque creo que son catalanes los dos-- ya he dicho que me ha
felicitado por mi olfato. Pues... está bastante claro.




El señor ESPASA OLIVER: Gracias.

Y la última pregunta. Usted ha dicho a mi última pregunta --creo que era
la última de la serie anterior-- que le resultaba simplemente --ha
dicho-- chocante. Quisiera que precisase un poco más, si quiere y si
puede, sus palabras.

Un consejo de administración o un presidente, por delegación, del consejo
de administración, presenta, en un intervalo de 24 horas, dos planes de
ajuste con una diferencia entre ellos de 107.000 millones. Le vuelvo a
preguntar: ¿A usted le parece lógico en los parámetros de la buena
gestión bancaria o de la buena gestión financiero-industrial en general?
¿Qué opinión le merece esta dualidad tan considerable de dos planes en
menos de 24 horas? También le pido su opinión como experto financiero y
como ciudadano.




El señor EX PRESIDENTE DE LA UNION Y EL FENIX ESPAÑOL Y EX VICEPRESIDENTE
DE BANESTO (Abelló Gallo): Lógicamente --y perdón por la redundancia--,
no me parece lógico.




El señor ESPASA OLVIER: Gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Abelló, por su comparecencia y
por sus manifestaciones.

Se suspende la sesión hasta las siete de la tarde. (Pausa.)



Se reanuda la sesión.




--DE DON JACOBO ARGÜELLES SALAVERRIA, EX CONSEJERO DE BANESTO, PARA
INFORMAR EN RELACION CON LA INVESTIGACION QUE ESTA REALIZANDO LA CAMARA
SOBRE EL CITADO BANCO. A SOLICITUD DE LOS GRUPOS PARLAMENTARIOS
SOCIALISTA (Número de expediente 219/000387); FEDERAL DE IZQUIERDA
UNIDA-INICIATIVA PER CATALUNYA (Número de expediente 219/000400) Y
POPULAR (Número de expediente 219/000413).




El señor PRESIDENTE: Señorías, se reanuda la sesión con la comparecencia
de don Jacobo Argüelles Salaverría, ex consejero de Banesto, para
informar en relación con la investigación que está realizando la Cámara
sobre este Banco, a solicitud del Grupo Socialista y del Grupo Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya.

Agradecemos la presencia de don Jacobo Argüelles en esta Comisión y le
damos las gracias por su gran disponibilidad para estar entre nosotros.

Para plantear las cuestiones que estime pertinentes, la señora Aroz,
portavoz del Grupo Socialista, tiene la palabra.




La señora AROZ IBAÑEZ: Gracias, señor Argüelles por su presencia aquí
esta tarde.

Nuestro grupo ha solicitado su comparecencia pero quisiera ser sumamente
breve en el planteamiento de las preguntas porque usted tiene mucho que
decir y porque nuestro interés está, especialmente, en que pueda exponer,
con la mayor amplitud posible, las opiniones que usted expresó en su
carta de dimisión como consejero de Banesto, el 16 de junio de 1989, por
disconformidad con la gestión y con las cuentas del ejercicio 1988, que
fue el primer ejercicio completo bajo la presidencia de Mario Conde.

Se ha dicho que en ese año se concentraron todas las tendencias del
futuro de la gestión de Banesto más que la excepcionalidad de un
ejercicio como el del año 1988. Usted



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tuvo la inteligencia de comprenderlo y la visión de lo que iba a suceder.

Su carta constituye un documento de la mayor importancia para conocer el
origen de la situación a la que condujo la gestión del señor Conde: un
quebranto patrimonial para el Banco de 605.000 millones de pesetas. Su
testimonio tiene también para nosotros un especial interés en estos
momentos, en unos días en los que asistimos a las maniobras de
distracción político-literaria del señor Conde.

Entrando en las cuestiones que nuestro grupo está interesado, deseamos
conocer su opinión, en primer lugar y de manera concreta, sobre la
expansión crediticia que se inició en el año 1988. También sobre la
política de gastos generales, en concreto, desearíamos conocer el
incremento que se produjo ese año. Nos gustaría saber también --si lo
puede precisar-- el coste que tenía el consejo de administración; la
remuneración global, por diversos conceptos del Presidente de Banesto,
salarios en el banco y en las empresas, participación estatutaria como
miembro del consejo de Banesto y de consejos varios.

Nos gustaría conocer su opinión sobre las consecuencias que tuvo para el
Banco la frustrada fusión con el Banco Central. Asimismo desearíamos que
expusiera la valoración, que anticipó ya en 1989, sobre las operaciones
que más adelante se convirtieron en el aspecto básico de la política del
señor Conde, operaciones para generar beneficios contables, como la
realizada en ese ejercicio con Fincas y Valores y La Unión y El Fénix y,
especialmente, las de trasvase patrimonial, calificadas así por el Banco
de España en su informe y en el expediente disciplinario. En relación con
estas operaciones de trasvase patrimonial, nos gustaría conocer su
opinión sobre las motivaciones que impusieron esta política y, en
concreto, sobre la primera operación que se realizó --que se hizo ese
año--, porque consideramos que es ilustrativa de otras muchas que
vinieron después. Me refiero a la operación con el Grupo Hachuel:
Ceisa-Hachuel-Urbis. Quisiéramos conocer también el grado de información
que tenía el consejo de administración.

Finalmente, nos gustaría saber su opinión sobre un aspecto importante de
la gestión de Banesto en la etapa de don Mario Conde: ¿cómo ha sido la
política de medios de comunicación y la política informativa sobre la que
usted también se pronunció en su carta de dimisión y cómo calificaría
usted dicha política?
Nada más, de momento.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya, también solicitante de esta comparecencia, el señor Espasa
tiene la palabra.




El señor ESPASA OLIVER: Señor Argüelles, nuestro grupo, al solicitar su
comparecencia, quería, sobre todo, escuchar más ampliamente, como ha
señalado la portavoz que me ha precedido en el uso de la palabra, las
razones que le llevan a usted a presentar su dimisión, mediante una
carta, en 1989. De alguna forma, a partir de estas razones y de estos
juicios de valor y de decisión que representa aquella toma de decisión,
quisiéramos conocer su opinión sobre alguno de los cargos y de los hechos
más evidentes, al menos para el diputado que le habla, que han puesto de
manifiesto tanto el pliego de cargos del Banco de España como la acción
social de responsabilidad. Creemos que su opinión, los datos que pueda
usted tener sobre las preguntas que le vamos a hacer, en su calidad de
antiguo miembro del consejo de administración, pueden ser importantes.

Las preguntas se refieren a lo siguiente. ¿Cree usted que es lógico que
en una entidad crediticia como Banesto se pueda llegar a una tan
importante insuficiencia de dotación de provisiones para insolvencias y
cartera de valores como las que aparecen documentadas en la acción social
de responsabilidad aprobada por la inmensa mayoría de accionistas en la
junta general que se celebró a principios de este año?
Nos gustaría también conocer su opinión sobre las irregularidades que
aparecen documentadas en esta misma acción social de responsabilidad
sobre cómo era llevada la contabilidad del banco; es decir, se han
detectado y demostrado graves irregularidades en la llevanza de esta
contabilidad.

Nos gustaría asimismo conocer su opinión sobre la insuficiencia de
cobertura de los recursos propios; si esto se producía en el tiempo en
que usted fue miembro del consejo de administración o, si se ha producido
después, y qué juicio le merece. Quisiéramos saber si en el tiempo que
usted estuvo en el consejo de administración tuvo conocimiento o
constancia de que se obstruyese la labor inspectora del Banco de España
en el propio banco.

¿Tenía usted contrato blindado con el banco? Y, si quiere, le pediría que
nos expusiera el montante de sus retribuciones como consejero, aunque,
como le ha dicho el señor Presidente, es usted libre de comunicarlo
verbalmente, por escrito o, simplemente, no comunicarlo a esta Comisión.

Por último, quisiera preguntarle qué opinión le merece un consejo de
administración, un presidente de consejo de administración, o una
comisión delegada que puede presentar una propuesta de plan de
saneamiento distinta en más de 100.000 millones de pesetas con menos de
veinticuatro horas de diferencia; es decir, el día 21 de diciembre se
presenta un plan de saneamiento hecho por el propio banco, ante las
autoridades del Banco de España, por valor de 372.000 millones de pesetas
y veinticuatro horas más tarde las mismas personas presentan otro plan de
saneamiento por un montante de 265.000 millones, esto es, con una
diferencia de 107.000 millones de pesetas. ¿Qué juicio le merecen unos
gestores que son capaces de hacer dos planes tan diferentes en tan pocas
horas?



El señor PRESIDENTE: ¿Grupos que desean intervenir? (Pausa.)
Por el Grupo Popular, el señor Sanz tiene la palabra.




El señor SANZ PALACIO: Quería, en primer lugar, agradecer al señor
Argüelles su presencia en esta Comisión, en la que ha comparecido a
solicitud del Grupo Socialista, de Izquierda Unida, y también del Grupo
Popular, como consta en la petición de comparecencia.




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A nuestro grupo le ha parecido interesante que viniera usted a esa
Comisión de investigación de Banesto por un doble motivo: por un lado,
por su tradicional vinculación, por ser la suya una de las familias
tradicionales de Banesto y, por otro lado, por su excelente trayectoria
como gestor, con una dilatada vida profesional bancaria. En este sentido,
yo le voy a formular, en nombre del Grupo Popular, algunas preguntas que
tal vez hayan sido ya formuladas por otros grupos, pero que pueden tener
matices diferentes. Son, en concreto, ocho preguntas.

Primera. Señor Argüelles, quisiera que diese a esta Comisión su
valoración de la situación en que se encontraba Banesto en el momento en
que Mario Conde fue nombrado presidente.

Segunda. De las comparecencias del Gobernador del Banco de España y de
otros expertos se deduce que la crisis del Banco Español de Crédito es
una crisis larvada durante un período de tiempo relativamente largo, que,
básicamente, coincide con la etapa en que es gestionado por Mario Conde.

Las causas de la crisis se pueden resumir en dos frases: gestión
imprudente y prácticas bancarias heterodoxas. Gestión imprudente de quien
no era banquero y que, con el tiempo, dio los resultados que hoy
conocemos, y prácticas bancarias heterodoxas --llamémoslas así por el
momento-- para encubrir grandes fracasos y quizá con otros objetivos aún
más oscuros. ¿Responde este esquema, señor Argüelles, en líneas
generales, a su idea de la crisis del Banco?
En tercer lugar, quisiera remontarme al año 1988. ¿Tenía sentido, desde
un punto estratégico, fijar como objetivo para una entidad como Banesto
la expansión de la cartera crediticia? ¿No era esta postura contraria a
la prudencia que ha de regir el comportamiento de todo banquero?
Cuarto. Como resultado de esta expansión crediticia, Banesto se vio
obligado a elevar la remuneración del pasivo, entrando en lo que se llamó
la guerra del pasivo que tuvo como consecuencia la contaminación del
mismo. ¿Esta contaminación del pasivo es, a su juicio, el origen de la
crisis?
Quinto. ¿Disponía Banesto de capacidad suficiente para afrontar un
esfuerzo de expansión de la cartera crediticia como el que realizó, sin
descuidar el control de la calidad de los riesgos concedidos?
Sexto. Del análisis de los estados financieros de Banesto y de su
comparación con las principales entidades pertenecientes a su grupo
estratégico competitivo (BBV, BCH, Banco de Santander, etcétera) se
desprende que Banesto, para mantener unos niveles de rentabilidad en los
recursos propios similares a los de sus principales competidores y puesto
que partía de una rentabilidad sobre los activos totales
significativamente menor, sigue la estrategia de aumentar el grado de
apalancamiento, que llega a situarse hasta un 25 por ciento por encima de
la media del grupo formado por los bancos citados. ¿Puede darnos su
valoración sobre esta estrategia? ¿Cuál hubiera sido la estrategia de un
buen banquero ante la caída de la rentabilidad del activo?
En séptimo lugar, ¿qué papel pudo jugar el particular modelo de
relaciones que el banco mantenía con su grupo industrial y financiero?
En octavo y por último, quisiera conocer su opinión acerca del
funcionamiento del sistema de supervisión prudencial. El caso Banesto y
otras crisis bancarias de menor importancia cuantitativa, pero no menos
dañinas para la confianza en el sistema financiero, hacen que nos
preguntemos sobre la eficacia del sistema de supervisión prudencial y de
las instituciones implicadas en éste. El Grupo Popular tiene como uno de
los principales objetivos de esta Comisión plantear este debate desde un
punto de vista constructivo, tratando de localizar las posibles carencias
y contribuir a solucionar los problemas. Hemos contado con la presencia
de relevantes personalidades procedentes del Banco de España y de otras
instituciones. Usted, dada su experiencia y su dilatada carrera
profesional, quizá nos pueda aportar el punto de vista de un banquero
profesional.




El señor PRESIDENTE: Señor Sanz, he de decir que tiene S. S. razón
porque, efectivamente, el Grupo Popular había solicitado también esta
comparecencia; ha sido un lapsus de la Presidencia.

Por el Grupo Catalán (Convergència i Unió), tiene la palabra el señor
Sánchez i Llibre.




El señor SANCHEZ I LLIBRE: En primer lugar, queremos agradecer la
comparecencia de don Jacobo Argüelles ante la Comisión de seguimiento de
Banesto, a quien también queremos felicitar por su olfato profesional
como gestor bancario al salirse de toda la quema que ha habido en la
posterior gestión del Banco Español de Crédito.

Al anterior compareciente, señor Abelló, también le hemos felicitado por
su olfato financiero y a usted queremos felicitarle por ese olfato
profesional que ha tenido como gestor bancario, que hizo que en un
momento determinado de su vida en el Banco Español de Crédito dimitiera a
través de una carta que ha sido comentada en diferentes medios de
comunicación en la cual exponía dos motivos fundamentales para no seguir
perteneciendo al Consejo de Administración del Banco Español de Crédito.

Uno de ellos era que usted no estaba en absoluto de acuerdo con las
operaciones especiales que se realizaban a través de todo el intergrupo,
es decir, a través de Banesto y toda la corporación industrial de
Banesto.

En este sentido, nos gustaría hacerle dos preguntas al respecto: que nos
aclarara desde sus mayores posibilidades y conocimientos por parte de
usted de la venta de valores a Banesto, La Unión y a El Fénix, que
produjo importantes plusvalías al Banco, así como también nos interesaría
la máxima información sobre la compra de Castellana 7, a Fincas y
Valores, calificando estas dos operaciones como singulares, con las
cuales usted no estaba de acuerdo, por considerarlas especiales dentro de
las operaciones intergrupo.

Había otra segunda cuestión, con la que creo que usted tampoco estaba de
acuerdo, y eran los trasvases patrimoniales de Banesto y de la
Corporación Industrial de Banesto a través de la inmobiliaria Urbis.

También nos



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gustaría que con su intervención nos aportara el máximo de luz o las
cuestiones más significativas para poder enriquecernos y tomar decisiones
importantes cuando elaboremos el dictamen del porqué y el motivo de la
gestión de Banesto que llegó a una situación tan grave en este desfase
patrimonial que finalmente dio lugar a la intervención del Banco Español
de Crédito por el Banco de España.




El señor PRESIDENTE: Para contestar a las cuestiones planteadas, con las
advertencias que se le han hecho, el señor Argüelles tiene la palabra.




El señor EX CONSEJERO DE BANESTO: (Argüelles Salaverría): En primer
lugar, pedir perdón por mi absoluta falta de experiencia en este tipo de
actuaciones y por tanto que me excusen por ello. Segundo. A lo que no
conteste es que no lo he entendido, y si no lo he entendido encantado de
que me lo vuelvan a repetir; no hay ningún truco de intentar obviar o no
decir cosas.

Usted ha empezando preguntándome por la carta famosa, y yo quiero decir
que llevaba muchísimo tiempo sin releer la carta, la he releído esta
mañana, y no me desdigo de nada de lo que dije en su momento; es decir,
me parece que respondía a lo que yo pensaba en aquellas circunstancias y
en aquel momento, lo cual no quiere decir que eso luego tenga que haber
seguido siendo así, es decir, eso ha podido evolucionar a mejor o a peor,
y por tanto no hay que hacer un juicio de valor de por lo que yo dije en
1987 lo que ocurrió en 1993. La he releído esta mañana --repito--, y no
me desdigo de mi carta; esto quiero manifestarlo.

Usted habla de expansión crediticia. A mí me parecía mal, pero el que a
mí me pareciera mal no tiene mayor valor porque había muchísima gente
entonces en la banca en España que creía que ésa era la solución de los
problemas. Por tanto no es crítica de nadie sino que era una opinión. Si
acerté con el tiempo, porque luego resulta que surgió la crisis y
efectivamente la expansión crediticia era mala, ese es otro tema, pero a
nadie se le puede criticar por haber tomado una política de expansión
crediticia en aquel momento porque era una de las dos barajas que se
manejaban, que se administraban o jugaban en la situación.

Sobre los gastos generales, también digo en la carta que me parecían
excesivos. Lo que digo que me parecía más excesivo era el crecimiento. Es
un poco lo mismo que con el déficit público de este país, no es tanto ya
si es el 60, es el 70 o es el 63, sino al trote, por no decir de caña, a
la que va el crecimiento de ese déficit público. Pues a lo mejor los
gastos generales de Banesto eran excesivamente modestos antiguamente,
pero no es normal que crecieran a razón del 35 por ciento anual, que es
completamente distinto.

Fusión con el Banco Central, porque me parece que usted ha seguido de
cerca la carta. A mí me pareció que habíamos salido de una posible o de
una fallida OPA por parte de otro banco nacional en aquel momento y que
prácticamente veinticuatro horas después íbamos a hacer otro tipo de OPA,
en teoría amistosa, con el Banco Central. Yo no era partidario de
aquello, me parecía que Banesto tenía que ocuparse de sus problemas, pero
nada de esto era significativo, era mi opinión y enfrente había otras
opiniones igual de válidas en su momento.

Las operaciones con Fincas y Valores ha estado después tremendamente
ordenado, acordado o legislado por parte del Banco de España y hoy día
aquellas operaciones no se pueden hacer. Creo recordar que entonces había
un sistema (les pido que tengan en cuenta que yo no tengo los datos
porque no me llevé nada de los archivos del banco y estamos hablando de
hace siete u ocho años ya), con una influencia o un aconsejar del Banco
de España para que no se hiciera este tipo de operaciones, pero no había
la prohibición taxativa. Lo que sí existía era una especie de sensación
de mala costumbre o de fea costumbre, que se debería evitar.

Las operaciones de Hachuel y Urbis yo nunca las conocí, nunca se
contaron; se sabía que se estaban haciendo operaciones con Hachuel y con
Urbis, era una cosa que aparecía en los periódicos y es muy posible que
los medios de comunicación supieran muchísimo más de lo que sabíamos los
consejeros del banco. Desde luego, yo dudo que exista un acta del consejo
de Banesto de aquella época en que se contaran estas operaciones. Aparte
de que le quiero recordar que es muy posible que parte de las mismas
ocurrieran una vez que yo había abandonado el banco.

El grado de información del consejo yo diría que es escaso para lo que
debería ser el grado de información de un consejo; diría que es menor de
lo que posiblemente es el grado de información de un consejo hoy día,
pero tampoco me atrevería a decir que era muy distinto de lo que era el
grado de información a los consejos de los grandes bancos en aquel
momento, que es muy distinto. Una cosa es que me pareciera insuficiente,
pero las prácticas y las costumbres han evolucionado y han avanzado.

Siendo insuficiente, no creo que se apartara excesivamente de lo que era
el grado de información de los consejos de los grandes bancos o de las
grandes empresas españolas de entonces.

¿De los medios de comunicación, qué quiere que le diga? No sé nada, no sé
qué quiere le explique de los medios de comunicación. ¿Me va a citar
después? (La señora Aroz Ibáñez: Es posible.) Pues mejor.

La insuficiencia de dotación al activo del balance y si es normal que
haya sido tan grande y tan deprisa. La dinámica de banca, cuando no gana
dinero, es tremenda. La insuficiencia se produce por sí misma y, por
tanto, es lógica. Cuando un banco pierde dinero, es imparable. Por tanto,
no hay que extrañarse tanto de que ocurriese la insuficiencia, en cierta
medida, también a mi juicio.

Me pregunta usted por la contabilidad del banco entre 1987 y 1994. ¿Me
puede repetir?



El señor PRESIDENTE: Señor Espasa.




El señor ESPASA OLIVER: He comentado que en los cargos de responsabilidad
de la acción social y en el pliego de cargos del Banco de España aparece
probado, al menos aparece documentado, que la contabilidad se llevaba con
graves irregularidades, y le he pedido un juicio sobre ello.




El señor EX CONSEJERO DE BANESTO (Argüelles Salaverría): De eso no sé
nada. Yo abandoné el banco



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en el año 1989, en calidad de consejero, pero en calidad de funcionario,
de empleado, de director, o como quiera usted llamarme, lo abandoné en el
año 1987. Es decir, el mismo día que entró el nuevo equipo a mí me
despidieron y, por tanto, sobre cómo hacían la contabilidad a partir de
entonces no puedo hacer más juicio de valor o no tengo otra manera de
analizarlo que por los balances públicos y por lo que han dicho las
auditorías. Por tanto, difícilmente le puedo decir nada sobre eso.

En cuanto a la insuficiencia de cobertura de recursos propios de origen,
el banco no estaba totalmente saneado cuando el señor Conde entró con su
equipo a regirlo. La insuficiencia era del orden de 15.000 a 20.000
millones de pesetas de los de entonces. Usted le puede añadir el factor
inflación que quiera, pero era de ese orden. Le recuerdo que entonces el
banco estaba ganando del orden de los 40.000 millones y que, por
consiguiente, tanto a las autoridades monetarias como al propio banco y
al consejo les parecía que, ganándose del orden de los 40.000 millones,
el problema de lo que faltaba era de calendario, no más. En mi
modestísima opinión, no es verdad que estaba totalmente saneado y también
en mi modestísima opinión es totalmente mentira que tuviera un inmenso
agujero. En mi opinión, entre 15.000 y 20.000 millones de pesetas de las
de entonces.

En cuanto a los recursos propios se cubrían entonces, aunque era un
problema en el que había que echar las cuentas todo el tiempo; es decir,
se iba justo pero existía cobertura de fondos propios en el banco.

En cuanto a la obstrucción inspectora del Banco de España, como yo no
estaba, no sé si la hicieron o no.

Cuánto cobraba y si tenía contrato blindado. Estas son las preguntas de
morbo. Yo no me acuerdo de lo que cobraba, pero creo (y ruego que nadie
malinterprete esto, porque lo digo con absoluta candidez) que era del
orden de los 10/11 millones de pesetas brutas como consejero de a pie,
que es lo que era yo en aquellos tiempos. Tengo esa sensación, aunque no
lo puedo asegurar, pero eso debe ser muy simple de buscar, no creo que
sea una cosa difícil.

En cuanto al contrato blindado, yo entré en el Banco Español de Crédito
en el año 1963 (hace ya muchísimos años, muchísimo antes de que entrara
el señor Conde), y junto con aproximadamente 15 funcionarios me hicieron
un contrato por el cual mis emolumentos del año se conservarían si me
echaban sin causa justificada, con los incrementos de inflación que
pudieran corresponder. Me echaron y no se me pagó, porque se discutió el
contrato. Creo que fui el único al que se le discutió, a los demás se les
pagó.

Más de 100.000 millones de cambio en 24 horas. ¡Qué me dice usted, si yo
llevaba ya seis años fuera! No sé nada. En seis o siete años en la vida
de una empresa, sobre todo de este tamaño, pasan tantas cosas que no se
lo puedo decir.

Situación de Banesto cuando llegó Mario Conde. Me parece que eso lo he
intentado contestar antes. Creo honradamente que el banco no estaba
totalmente saneado. El banco había tenido un agujero como consecuencia de
un problema grave, que es público y conocido, de Garriga y Nogués
(primero se habló de unos 80.000 millones y luego fue subiendo la cifra)
entre 80.000 y 90.000 millones de pesetas de entonces --vuelvo a decir--,
y con una serie de ventas, con una serie de ahorros y con una serie de
operaciones financieras, todas explicadas en su día, aquello estaba
saneado más o menos. Digo más o menos porque le faltaban 15.000 ó 20.000
millones, que no tiene nada que ver con los 500.000 de después. Pero sí
faltaban entre 15.000 y 20.000 millones, y yo no le podría especificar
exactamente la cifra.

Se vuelve un poco a mi carta y se vuelve a decir lo de la expansión
crediticia, de pagar más el pasivo, de dar tantos créditos. Yo creía que
era un disparate, pero vuelvo a decir ¿y qué? Había otros al lado que
creían lo contrario. Eso no conduce a nada. Son políticas de gestión que
luego llevan a sus consecuencias, pero, evidentemente, en aquellos
momentos a mí me parecía que estábamos al final de un ciclo, y al estar
al final de un ciclo era un enorme error la huida hacia adelante, por
llamarla de alguna manera. Ahora bien, comprendo perfectamente que haya
gente que, al contrario, pensara que aquello era un pequeñísimo bache y
que esto iba a seguir para adelante. Eso lo hemos oído todos en aquellos
momentos en el país: creer que aquello iba a ser para muy pocos días y
que era cuestión de aguantar.

No veo por qué se puede criticar ni a unos ni a otros. No sé si acerté o
no. Me parecía que estábamos al final de un ciclo y que era profundo.

Hemos tenido unas consecuencias graves y, evidentemente, una crisis de
expansión del crédito en unos momentos en que el ciclo económico está al
revés, es malísimo. Pero no veo más que opiniones de unos, por un lado, y
otros, por otro.

El apalancamiento. La banca vive del apalancamiento. La banca es un
negocio enorme y peligrosamente apalancado. De ahí que haya que ser
terriblemente cuidadoso, terriblemente miedica y terriblemente --otra
vez-- cuidadoso con lo que se hace porque es un negocio apalancado. Luego
las circunstancias le pueden obligar a uno a apalancarse ligeramente más
o menos. Cuanto menos apalancado se esté es mejor. Si no se está
apalancado y se retribuye suficientemente a los fondos propios o al
capital (en España hay un ejemplo magnífico que no tengo por qué no
decirlo, que es el Banco Popular), eso es el ideal, pero la banca vive
del apalancamiento. El grado de apalancamiento vuelve a ser como el grado
de expansión crediticia --unos problemas de apreciación de la gerencia--,
pero no es que sea raro, es a lo que se dedica la banca fundamentalmente.

Las relaciones con el grupo industrial. Eso es parte del problema de la
caída del ciclo y del apalancamiento. El banco tenía un negocio
industrial muy importante, que había sido muy sano, pero igual que la
economía caía, surgían dificultades en el país y el ciclo iba para abajo,
era lógico que ese tipo de industrias también sufrieran y, en la medida
en que sufrían, necesitaban más créditos y más ayuda por parte del banco.

Eso le vino mal en las circunstancias de entonces. Pero eso también entra
en la filosofía. Y no es una filosofía de España, es una filosofía del
mundo. En Alemania creen en la banca mixta, en América la han prohibido
desde años mil, los ingleses tampoco la aceptan, los franceses sí la
aceptan y nosotros también la



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hemos aceptado. Se puede discutir. Es un puro problema de filosofía.

Nosotros tenemos una banca mixta, hoy por hoy, con grandísimos éxitos
para el país, para la propia banca y para las sociedades que han
participado en ello durante muchísimos años. Que durante estos años
últimos ese sistema o modelo de banca mixta haya resultado difícil o haya
empeorado los problemas de Banesto, es posible, pero no lo sé.

¿La supervisión del Banco de España es buena? Sí. Siempre protestamos de
ella, siempre le parece a uno exagerada, pero creo que el Banco de España
es muy profesional. El Banco de España tenía una inspección --me remonto
a 1970-- muy rudimentaria, pero aquello cambió radicalmente y la
supervisión, a mi juicio, es eficaz.

Usted me felicita por el olfato de irme. No es verdad, me echaron. Yo me
felicito ahora de la suerte que tuve de que me echaran, que es
completamente distinto; pero no me felicite usted por el olfato porque el
ser humano es tan idiota que probablemente me hubiera quedado allí
agarrado, insistiendo en seguir y en echar una mano. Tuve la inmensa
suerte de que me echasen.

Me hace tres preguntas que menciono en la carta y que son así. Vuelvo a
repetir --y no tengo en la mano la legislación ni las circulares del
Banco de España-- que es posible que en aquella etapa eso no estuviera
taxativamente prohibido por el Banco de España vía circular; sí estaba
recomendado no realizar, que es distinto. Pero el banco optó por vender
valores al Fénix con el truco de que entonces --no sé si ahora sigue
siendo así-- las compañías de seguros no eran consolidables. Por lo
tanto, lo único que estaba prohibido era vender a compañías
consolidables, y el Fénix no era consolidable, por lo que se le vendieron
valores. Vender a precio convenido, por encima del mercado y con unas
plusvalías, era un trasvase de beneficios de un lado a otro, como todos
sabemos.

Castellana 7 era una sociedad cien por ciento del Banco. Si mal no
recuerdo, era la dueña del edificio, pero no del solar, aunque eso no lo
puedo asegurar. Se la vendió al banco y ahí se produjo una plusvalía, la
que se quiso, porque aquello era entre una matriz y una filial. Para que
aquello no apareciera como plusvalía (en tanto que ya los medios
financieros y los analistas se fijaban en lo que eran los resultados de
la banca de productos ordinarios, de plusvalías), se decidió cobrar el 72
o el 73 por ciento de interés por los créditos. Eso está en la carta y lo
dije en su momento.

Los trasvases patrimoniales a Urbis no los conozco. Existían, se hablaba,
se supo algo, pero yo no puedo decirle mucho más.

Lo siento si no les he aclarado nada.




La señora AROZ IBAÑEZ: Señor Argüelles, en relación a la expansión
crediticia, evidentemente era una opción legítima para el banco y otros
bancos también la practicaban, pero la cuestión no era ésta, la cuestión
era si Banesto, que se encontraba terminando un plan de saneamiento,
estaba en condiciones de financiarla.




El señor EX CONSEJERO DE BANESTO (Argüelles Salaverría): No está escrito
en ningún lado que lo importante sea el pasivo del cliente y que sea malo
el pasivo interbancario, que me parece que es a donde va usted. Es decir,
yo puedo hacer una expansión crediticia, la que me apetezca, y puedo
escoger el método de financiación. Puedo escoger un método de
financiación pagando el nueve por ciento a las verduleras --con perdón--
de los pueblos del país o puedo financiar esa expansión crediticia
pagando interbancario a mis colegas, que son los que se dedican a recoger
el dinero por el país, incluso en España hay modelos de eso.

¿Estaba en condiciones o no? El banco tenía prestigio y nombre más que
suficiente para recoger dinero en el interbancario, tanto a nivel pesetas
como a nivel internacional. Por tanto, estaba en condiciones. ¿Era una
buena política? ¿No era una buena política? ¿Era arriesgado? ¿No era
arriesgado? ¿Era más caro el interbancario que el dinero de los clientes?
Analice usted los últimos siete u ocho años y habrá habido momentos o
circunstancias en que lo mejor era el interbancario y no dedicarse a
recoger dinero de los clientes, y ha habido otras épocas en que era un
disparate el interbancario y lo bueno era recoger dinero de los clientes.

No sé si es suficiente la contestación.




La señora AROZ IBAÑEZ: No solamente en el año 1988 se pone en marcha ese
crecimiento importante de los créditos, sino que se mantuvo a lo largo
del período 1988-1992, que creció en un 109 por ciento, mientras que en
el conjunto de la banca lo hizo en un 64 por ciento porque se previó el
futuro y porque aparecían los primeros signos de la recesión. ¿Le parece
a usted prudente la política que sostuvo Banesto de mantener a ultranza
la expansión crediticia?



El señor EX CONSEJERO DE BANESTO (Argüelles Salaverría): Yo no estaba
ahí. No lo sé. ¿Es prudente o no es prudente? Es complicado de saber. No
estaba. Lo siento. Me cuesta mucho contestar a cosas sobre el año noventa
y tantos, porque ya no estaba. No lo sé.




La señora AROZ IBAÑEZ: En relación a los gastos generales, usted ha dicho
que incrementó un 35 por ciento en 1988 y que esto le parecía excesivo.

¿La cifra en concreto fue de 6.108 millones de pesetas?



El señor EX CONSEJERO DE BANESTO (Argüelles Salaverría): Es lo que pongo
en mi carta. No sé más. Doy por hecho que cuando la puse en su día lo
miré, pero no le puedo decir más. Me supongo que lo cotejé en su momento.




La señora AROZ IBAÑEZ: Le he solicitado otros datos anteriormente y no me
ha contestado, supongo que debido a un olvido. Voy a repetirlos por si ha
sido por esta razón.

Me refería a los costes del Consejo. Usted ha mencionado su remuneración
como Consejero de a pie. No sé si esto nos da los datos del conjunto del
Consejo. Podríamos hacer la operación.




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También le he preguntado por las remuneraciones totales, la remuneración
global del Presidente de Banesto.




El señor EX PRESIDENTE DE BANESTO (Argüelles Salaverría): De las
remuneraciones del Presidente no tengo ni idea. A mí nadie me las contó
ni les pregunté ni sé nada. El total del Consejo, cuando yo estaba ahí, a
pesetas de entonces, tengo la sensación de que era como de 150 millones
de pesetas, por la totalidad de los catorce miembros que había. Tengo esa
sensación, pero tampoco me gustaría...




La señora AROZ IBAÑEZ: ¿Esta cifra es anterior al incremento que se
produjo en el año 1988 o responde al ejercicio de 1988?



El señor EX CONSEJERO DE BANESTO (Argüelles Salaverría): Cuando yo hablo
del incremento del 35 por ciento de los gastos generales debe tener muy
poca influencia en ellos el costo oficial del Consejo de Administración.




La señora AROZ IBAÑEZ: Ha dicho que la información que se daba era
insuficiente; por eso quiero preguntarle no por la información, sino por
la desinformación. En concreto hubo una operación, la de recompra de
Cartera Central, y se dijo que se había producido con una sociedad
panameña que pertenecía a la Sociedad de Banca Suiza. Posteriormente, se
comprobó que era una instrumental de Banesto. Yo quería preguntarle: ¿Qué
información recibieron ustedes sobre esta operación en el Consejo de
Administración?



El señor EX CONSEJERO DE BANESTO (Argüelles Salaverría): Ninguna.




La señora AROZ IBAÑEZ: Ligando esta pregunta con la anterior sobre la
política informativa, en la prensa se facilitó por parte del banco que
era una sociedad ajena a Banesto. Por tanto, además de falta de
información al Consejo, ¿hubo un engaño, diríamos, a los medios de
comunicación y a la opinión pública en relación a esta operación?



El señor EX CONSEJERO DE BANESTO (Argüelles Salaverría): No. En la prensa
apareció, y yo no sé si eso es engaño o una equivocación de los medios de
comunicación que oyeron mal, tampoco lo sé; lo que es evidente es que
apareció que Union des Banques Suisses había tomado una participación
importante en el capital de Banesto. Y Union des Banques Suisses dos días
después dijo que ellos no habían comprado ni una sola acción de Banesto
sino que, como fiduciarios de una sociedad, habían adquirido acciones. Y
ante lo que usted me pregunta, porque es lo que aparece en la carta, yo
decía que en aquellas épocas, en que Banesto pasaba por ser un banco muy
serio y muy formal, el que pudiera salir la prensa diciendo que otro
banco tan serio y tan formal como Union des Banques Suisses se dedicaba a
comprar acciones, cuando era rabiosamente mentira, me parecía mal.




La señora AROZ IBAÑEZ: Usted ha manifestado al principio que mantenía
todo lo expuesto en la carta. Me va a permitir que le cite algo en
relación a la política informativa.

Usted denunciaba la sistemática intoxicación y desfiguramiento de la
imagen en prensa de las cosas y de los hechos, y añadía, sin lugar a
dudas es ello un nuevo estilo que muchos no podemos aprobar ni convivir
con él. ¿Usted mantiene también lo expuesto en la carta en relación con
la política informativa?



El señor EX CONSEJERO DE BANESTO (Argüelles Salaverría): Sí; yo creo que
existió desfiguramiento de personas y de grupos durante mucho tiempo. Y
se habló de muchas cosas en la prensa que estaban más o menos insinuadas.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Espasa.




El señor ESPASA OLIVER: Dos precisiones, señor Argüelles.

Cuando me respondía a mi pregunta sobre la insuficiencia de recursos
propios, usted señalaba que Banesto no estaba totalmente saneado y nos ha
citado los 15.000 ó 20.000 millones de pesetas de entonces. Y después ha
dicho; pero, en ningún caso, esto era un inmenso agujero. Si he entendido
bien, se estaba refiriendo a la cifra que usted citaba. Pero yo le
preguntaba si le parecía un inmenso agujero lo que después ha sido el
déficit de recursos propios que el Banco de España y Acción Social de
Responsabilidad han constatado. Le preguntaba su opinión en tanto que
miembro de un consejo de administración y, como usted mismo ha dicho,
antiguo funcionario o directivo de banca.

Primero, pregunto: Cuando decía inmenso agujero ¿se refería al
saneamiento pendiente en su época? Y, en segundo lugar, ¿qué me responde
a la otra pregunta que le hago?



El señor EX CONSEJERO DE BANESTO (Argüelles Salaverría): No; me parecía y
me parece que un banco que estaba ganando 40.000 millones después de
impuestos, el que tuviera entre 15.000 y 20.000 millones de agujero era
una cosa que no digo yo que fuese lo más satisfactorio ni lo más
agradable ni lo mejor, pero no pasaba nada. Esa es mi primera opinión.

En cuanto a la cifra de ahora, de 500.000 millones, qué le voy a decir a
usted. Las he leído, como usted, en los periódicos. No sé una palabra
más. Es muy importante porque es la totalidad del capital y las reservas
que tenía el banco y probablemente las plusvalías que le pudieran quedar,
pero no le puedo decir más de ellas. Tengo el mismo juicio que usted. Yo
abandoné aquello hace siete años.




El señor PRESIDENTE: El señor Espasa las ha leído en documentación
oficial.

Siga preguntando, señor Espasa.




El señor ESPASA OLIVER: A la última pregunta que le he hecho tampoco ha
contestado, quizá porque no he



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sabido expresar la intención con que se la hacía, y es la misma con que
le he hecho la anterior.

Le pido su juicio, en tanto que directivo bancario y ex consejero de
administración, sobre la posibilidad de que un gestor bancario pueda
presentar en el plazo de 24 horas dos planes de saneamiento con 107.000
millones de pesetas de diferencia. ¿Qué juicio le merecería a usted un
hipotético gestor bancario que presentase dos hipotéticos planes de
saneamiento con esa diferencia? Le pido su juicio como experto bancario y
como miembro de un consejo de administración. Si quiere puede no
referirlo al caso del que estamos hablando. Le hago una pregunta
hipotética.




El señor EX CONSEJERO DE BANESTO (Argüelles Salaverría): Primero, no soy
experto bancario, vaya por delante. Segundo, me chocaría, pero uno puede
hacer distintas formulaciones en las cuales admite 100.000 millones de
pérdidas y, en cambio, tiene lo que sea. O, al contrario, no quiere que
existan esas formulaciones, pero tiene otras carencias. Tendría que tener
delante los dos planes. Entonces podría emitir un juicio. Pero no
necesariamente, a pesar de lo monstruosa que es la cifra de 100.000
millones, quiere decir algo. Había que ver la totalidad del plan, porque,
evidentemente, la variación de 100.000 millones hay que ajustarla en otro
lado.




El señor ESPASA OLIVER: ¿Se ratifica en que en 24 horas es posible esa
enorme diferencia?



El señor EX CONSEJERO DE BANESTO (Argüelles Salaverría): No lo sé. Lo
tendría que ver.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Argüelles, por su comparecencia.

Se levanta la sesión.




Eran las siete y cincuenta y cinco minutos de la tarde.