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DS. Cortes Generales, Comisiones Mixtas, núm. 172, de 03/03/2011
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CORTES GENERALES


DIARIO DE SESIONES DE LAS CORTES GENERALES


COMISIONES MIXTAS


Año 2011 IX Legislatura Núm. 172

NO PERMANENTE PARA EL ESTUDIO DEL CAMBIO CLIMÁTICO

PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. JOSÉ SEGURA CLAVELL

Sesión núm. 38

celebrada el jueves, 3 de marzo de 2011

en el Palacio del Congreso de los Diputados



ORDEN DEL DÍA:


Comparecencia del señor presidente de la Asociación Española de la Industria Eléctrica, Unesa (Montes Pérez del Real). Por acuerdo de la Comisión Mixta no permanente para el Estudio del Cambio Climático.
(Número de expediente del Congreso
219/000719 y número de expediente del Senado 715/000434.) ... (Página 2)


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Se abre la sesión a las cuatro y cuarenta y cinco minutos de la tarde.



El señor PRESIDENTE: Señoras y señores miembros de esta Comisión, antes que nada quiero pedirles que disculpen este retraso de quince minutos.



El orden del día que han recibido ustedes está integrado por un solo punto, que es la comparecencia de don Eduardo Montes, presidente de la Asociación Española de la Industria Eléctrica, Unesa. Me gustaría dejar constancia en el 'Diario de
Sesiones' de que la comparecencia del señor Montes es el inicio de un conjunto de comparecencias de personalidades del mundo de la industria termoenergética en su conjunto que sin duda alguna nos va a ayudar a enriquecer los trabajos de esta
Comisión, a acumular información y a abrir esta Comisión al mundo de las industrias productoras de energía eléctrica transformadoras de las distintas fuentes energéticas.



El señor Montes es una personalidad en el mundo de la empresa en España de largo recorrido. Ingeniero industrial, ha ocupado responsabilidades en muy distintas empresas, muchas de ellas del ámbito de las telecomunicaciones. Ha sido
director general de Alcatel en España; director general de Alston; ha sido también un alto ejecutivo de la empresa Siemens, responsable en Europa, como presidente, de la región del suroeste europeo, que incluye a varios países; concretamente en
España ha dirigido durante doce o trece años la empresa Siemens, con un elevadísimo número de trabajadores y de ramas diversas. Ha tenido, diría yo, la habilidad de relacionar el mundo de la empresa con la sociedad en su conjunto y de ello nos
hemos beneficiado quienes formamos parte de las Cortes Generales, porque a través de los programas Empresa-Parlamento ha presidido esa organización que tanto conocemos todos. También ha sido presidente de Ferroatlántica y actualmente desempeña la
función de presidente -como dije al comienzo de mis palabras- de la Asociación Española de la Industria Eléctrica. Comprobarán que ha sido presidente de casi todo menos de la Comisión Mixta Congreso-Senado para el Estudio del Cambio Climático, es
decir que esa posibilidad la tiene abierta.
(Risas.)


Dicho lo anterior, señor Montes, tiene usted la palabra y le escucharemos con mucha atención.



El señor PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE LA INDUSTRIA ELÉCTRICA, UNESA (Montes Pérez del Real): Primero, quiero darles las gracias por haberme dado la ocasión de estar hoy aquí y, segundo, darles la enhorabuena; me parece que es
encomiable tanto esta Comisión como la subcomisión de Energía del Congreso de los Diputados. Esta mañana hemos presentado el informe de esta subcomisión, con gran participación de parlamentarios de los diversos partidos que colaboraron en la
elaboración del informe y he de decir que el informe es de gran altura. Es un informe que va a ser muy útil no solo para el Gobierno o los gobiernos, sino para el sector en general y, por otra parte, yo le decía a José que, tratándose de temas tan
técnicos como es el sector eléctrico, era bueno contarlo delante de los parlamentarios para que conocieran nuestros problemas. Curiosamente, al final de la reunión hemos coincidido los responsables de las empresas eléctricas en que habíamos
aprendido mucho de los parlamentarios, ya que han hecho un excelente trabajo; por eso quiero agradecerles la invitación y darles la enhorabuena por la existencia de la Comisión.



Si les parece, antes de empezar con las transparencias o con la primera imagen les adelanto qué es Unesa. Unesa es una asociación que nace en 1944 -tiene ya unos cuantos años- y que durante todo este tiempo no solo ha llevado la voz única
del sector eléctrico, sino que además durante muchísimos años fue la que hacía la regulación. Cuando el sector eléctrico era un monopolio natural, los organismos reguladores prácticamente no existían y Unesa era la que se encargaba de hacer
regulaciones que luego elevaba para su aprobación al Consejo de Ministros. Es evidente que ha cambiado su función con los años. Unesa era un organismo muy importante para el sector y su presidente venía siendo de forma rotativa el presidente de
una de las compañías eléctricas. Hace muy poco tiempo se decidieron, teniendo en cuenta las dificultades del sector, el tamaño de las empresas del sector y los retos a los que nos enfrentábamos, por tener un gestor, un presidente de Unesa,
absolutamente profesional, absolutamente alejado de cada una de las eléctricas pero que conociera el sector y que tuviera un currículum que les permitiera vivir tranquilos. Yo soy el presidente de Unesa desde hace dos meses y medio, con lo cual me
tendrán que perdonar porque habrá cosas de las que probablemente sepan ustedes más que yo, pero en la parte de preguntas, seguro que soy capaz de contestárselas, porque me lo he aprendido muy bien en estos últimos dos días para estar preparado.



Estamos asistiendo a un fenómeno que a mí me parece muy interesante y que es la electrificación de la sociedad, la electrificación de nuestra economía. Cada vez más el consumo de energía final es fundamental. Para darles una idea, cuando
hablo del consumo de energía final me refiero a ser la energía la fuente que alimenta el último equipo de la cadena de valor, puede ser un automóvil o puede ser cualquier otra cosa. Esto no sucedía antes. Inicialmente, el petróleo tenía una
influencia enorme -yo estoy bastante acostumbrado a dar charlas y no hay nada peor que traer transparencias y que no funcionen; cuando uno las trae, viene preparado.
No sé si han probado ustedes, es una cosa muy complicada-, pero en los últimos
años, desde 1975 hasta 2010, en los últimos treinta y cinco años, el tanto por ciento que ocupa la energía eléctrica de la energía final, del consumo final de energía, ha pasado del 12,7 al 22,5. Esto quiere decir que el 22,5 de todas las
aplicaciones que requieren energía está mandado por energía eléctrica. Si esto lo vemos en términos cuantitativos, es decir, qué cantidad de energía eléctrica consumimos como consumo final,


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ha pasado desde el año 1990 de 5.000 kilotoneladas equivalentes de petróleo a 21.000, se ha multiplicado por cuatro. Además, en la Unión Europea el proceso es un poco el mismo. En la Unión Europea la energía eléctrica ha pasado de
representar un 17 por ciento en el año 1990 a representar, en 2007, un 21,1 por ciento. Este proceso no solo no ha acabado, sino que tiende a aumentar.



Si ven ustedes en España los datos del Paner, del Plan de acción nacional de energías renovables, consideran que entre 2011 y 2020 la penetración de la energía eléctrica como energía consumida finalista pasará a ser el 27,2 por ciento del
total de energía; 27,2 significa que vamos a aumentar 5 o 6 puntos en diez años; esto es una barbaridad. Esto tiene una importancia absolutamente decisiva. Por citar algún ejemplo de los muchos que se podían dar, cada vez la calefacción es más
eléctrica y, con sistemas tan eficientes como las bombas de calor, lo será todavía más. Ya estamos hablando continuamente de los coches eléctricos, pero es que mucho antes de los coches eléctricos están el transporte eléctrico por vía de tren,
autobuses y tranvías. A mí me sería muy difícil imaginar qué elemento es más básico que la energía eléctrica. El otro día tuve ocasión de hablar con una asociación de consumidores de un tema muy interesante y uno de ellos me decía: Eduardo, si a
ti te preguntaran ahora cuáles son los tres factores fundamentales y básicos para el ciudadano ¿cuáles dirías? No se me ocurría qué contestarle y le dije: Dígamelo usted.
Primero, sin orden de prelación, el agua; es verdad. Segundo, Internet;
es verdad, la prueba evidente es la que es. Y tercero, la energía eléctrica. La energía eléctrica ha pasado a ser un bien básico para la humanidad y eso no lo tiene ninguna otra rama de energía; no lo tiene el petróleo, no lo tiene el carbón.
Como energía finalista es absolutamente única.



Todo esto, que parece estupendo, somete a nuestro sector a una serie de problemas o a una serie de retos muy serios. Por una parte, la ventaja que tiene la electricidad como fuente de energía final es, en primer término, que es el único
sistema que permite poner en valor todas las fuentes primarias de energía. El petróleo se puede poner en valor, por ejemplo, con un motor de explosión, pero ¿cómo se pone en valor la capacidad energética del agua? Transformándola en energía
eléctrica.
¿Cómo se ponen en valor las energías renovables, el sol? Transformándolo en energía eléctrica. ¿Cómo se pone en valor la biomasa? Transformándola en energía eléctrica. Es decir, es el único sistema de energía final que es capaz de
poner en valor todas las fuentes primarias de energía. Y esto tiene una importancia crucial, ya que de otra forma no estaríamos hablando de energías renovables, si no existiera un intermedio, que es la electricidad.



El segundo aspecto fundamental, dentro de la energía como producto energético final, es que su uso es absolutamente limpio en el punto de suministro. El petróleo evidentemente no es absolutamente limpio en el punto de suministro, puesto que
los motores de explosión o las calefacciones sueltan gases, etcétera. Un motor eléctrico que tuviéramos ahora mismo aquí, que es el punto donde suministra su servicio, evidentemente es absolutamente limpio. Los transportes eléctricos son
absolutamente limpios. Por tanto, no cabe la menor duda a ese nivel también de que la energía eléctrica, como energía finalista, tiene esta ventaja. Y otra cosa que no tenemos ya en cuenta es lo fácil que es usarla. La energía eléctrica es de una
facilidad de uso total. Ustedes tienen un enchufe en una pared y a través del mismo, sin más que conectar, ya tienen energía en cualquier otro. Compárenlo, sin prejuzgar ningún otro sistema, con un motor de explosión o con cualquier otra cosa que
funcione con otro tipo de energía finalista.



Otra cosa muy interesante es que la utilización de la energía eléctrica como energía final nos evita dependencia de fuera. Nosotros somos un 80 por ciento dependientes, como mínimo, de las energías primarias, como puede ser el petróleo o
incluso el carbón; teniendo carbón nacional, se importa mucho carbón de fuera, con lo cual nuestra dependencia es importante. En cuanto a la energía eléctrica, solo somos dependientes en un 40 por ciento, porque es capaz de utilizar todas las
fuentes autóctonas, como pueden ser las energías renovables. Lo veamos por donde lo veamos, la energía eléctrica tiene todas las ventajas para ser una energía finalista.



Ahora que hablamos continuamente del mix energético, de las energías renovables, de la dependencia del petróleo, creo que es muy interesante darles algunos datos. Ha habido un cambio radical del mix de potencias que hemos instalado en
nuestro país. En los últimos diez años se han incorporado 25.000 megavatios, que es una barbaridad. Para que se den una idea, el parque total, la potencia total instalada en España es de 90.000 megavatios y 25.000 es más del 25 por ciento, más de
la cuarta parte.
Hemos instalado 25.000 megavatios en centrales de ciclo combinado de gas natural. Es verdad que es una energía tradicional, pues se utiliza un combustible fósil, pero el nivel de emisiones de un ciclo combinado es muy inferior,
muy inferior, a las centrales de fuel o a las centrales de carbón. Y hemos ido sustituyendo poco a poco esos sistemas menos eficientes y más polucionantes por ciclos combinados. En España tenemos en este momento una potencia instalada, en ciclos
combinados, próxima a los 30.000 megavatios. En segundo lugar, y eso creo que es digno de mención, hemos instalado en nuestro país 20.000 megavatios, que vuelvo a decir que es más del 20 por ciento de la potencia total instalada, en energía eólica.
España es en este momento líder en energía eólica. Por otra parte, hemos instalado -y aquí tengo más dudas que en los otros temas- 3.500 megavatios de energía solar fotovoltaica. Aunque luego lo voy a tratar, les explicaré por qué tengo alguna
duda más. La energía solar fotovoltaica está basada en tecnologías muy modernas, como son los semiconductores. Al final, una célula fotoeléctrica, fotovoltaica, es un semiconductor, exactamente igual que es un transistor, un diodo o un circuito
integrado. Es decir, utiliza una tecnología muy


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alta y está todavía, no la tecnología de semiconductores, sino las células solares, en una situación no madura, esto es, aún necesita un desarrollo importante a lo largo de los años para conseguir los rendimientos, los costes que tienen las
energías más tradicionales. Pero es verdad que en nuestro parque hemos instalado ya 3.500 megavatios de energía solar fotovoltaica.



Es curioso -y tengo que volver a decir que es una pena, porque hay una serie de gráficos que les dejaré luego, aunque sea en papel- que haya crecido de manera espectacular la potencia instalada, pasando de 40 teravatios -un teravatio es un
millón de gigavatios, que a su vez es un billón de megavatios, es decir, muchísimo- a 100 teravatios en los últimos veinte años. Ha crecido mucho. Pero lo más importante es que la energía hidráulica, que era la tradicional, no ha crecido, se ha
mantenido; la nuclear se ha mantenido y el carbón se ha mantenido. ¿Y cuáles han crecido mucho? Los ciclos combinados de gas, muchísimo la eólica y otras renovables. Es decir, estamos creciendo mucho en aquellos aspectos que son menos
polucionantes. Y yo creo que esto es para todos una noticia muy buena. Otra cosa muy interesante es que, dentro de nuestro parque, la potencia instalada ahora mismo está muy por encima de la punta de consumo. Esto es bueno porque hace que nuestro
sistema eléctrico sea robusto y esté muy blindado a los fallos. Hace veinte años aproximadamente esta situación era mucho menos clara y en los momentos en los que había puntas de consumo importantes -que puede ser en días muy fríos en invierno e
incluso más en días muy calientes en verano- había riesgo de que hubiera cortes. En este momento es difícil, porque la potencia instalada está muy por encima de la punta máxima esperada.



Ustedes saben, por supuesto, que hay una diferencia muy importante entre la potencia instalada y la energía que da, y este es un tema interesantísimo cuando se habla de las fotovoltaicas, cuando se habla de las hidráulicas, cuando se habla
de las distintas energías. Nosotros lo que consumimos es energía; que haya potencia instalada o no, nos da igual. Yo, a pesar de que soy ingeniero industrial y los ingenieros somos muy cuidadosos para no aplicar símiles, el símil hidráulico en la
energía eléctrica creo que es muy pedagógico. Imagínense un embalse de agua muy lleno, ese embalse potencialmente tiene energía, pero está ahí parada.
Esto es la potencia. Si se abre y el agua empieza a correr por la ladera, eso es energía. Es
decir, pasar de potencia a energía es posible, pero son dos cosas diferentes. En energía eléctrica, la energía que consumimos es la potencia instalada por el número de horas que funciona. Por ejemplo, 1.000 megavatios nucleares son capaces de dar
mucha más energía que 1.000 megavatios fotovoltaicos, porque los 1.000 megavatios fotovoltaicos son capaces de funcionar 1.500 horas al año aproximadamente y la central nuclear es capaz de funcionar 7.000 horas al año. Luego para la misma potencia
es capaz de generar cinco veces más energía. Estos son temas que tenemos que tener en cuenta a la hora de tomar decisiones.



Para que se den cuenta de hasta qué punto nuestro país ha hecho un esfuerzo tremendo en el tema de las renovables les diré que en el año 2010 el 33 por ciento de la totalidad de la producción eléctrica de nuestro país fue de origen
renovable. Un tercio de toda la energía que consumimos lo generaron fuentes renovables. ¿Por qué? Porque fue un año muy ventoso, con lo cual los molinos, los aerogeneradores, funcionaron de manera muy eficiente, porque fue un año con un nivel de
lluvias tremendo y por ello las centrales hidráulicas fueron capaces de producir muchísimo, de tal manera que el 33 por ciento fue renovable. Alguien puede decir que yo mismo estoy diciendo que fue un año excepcional, pero el cálculo que hacemos es
que en un año medio normal, con una hidraulicidad normal, con un sol normal, con un viento normal, el 28 por ciento de nuestro consumo eléctrico vendrá de energías renovables ya en este momento. Y eso yo creo que es un hito de enorme importancia.



Si vemos cómo ha evolucionado la demanda en España -y otra vez digo que es una pena no tener las transparencias-, la demanda en España desde el año 1995 hasta ahora, los últimos quince años, ha crecido de manera importante, ha crecido a una
media acumulada del 4 por ciento. Crecer a una media acumulada del 4 por ciento es mucho; todos los años un 4 por ciento más que el año anterior. Pero ha habido un bache y esto es un síntoma de la profundidad de la crisis en la que nos hemos
visto inmersos y en la que, por desgracia, todavía estamos. En el año 2009, por primera vez en una serie histórica de quince años, o quizá más, cayó la demanda y cayó mucho; la demanda en el año 2009 cayó por encima del 5 por ciento.
Una caída de
demanda eléctrica del 5 por ciento es tremendamente significativa, sobre todo por la utilidad o la utilización que tiene la energía. Esto quiere decir que no solo la industria, sino el transporte funcionó menos y que en los hogares consumimos menos
energía eléctrica.
Estamos hablando de un 5 por ciento de caída. En el año 2011 pensamos que la demanda va a volver a subir ligeramente respecto al año 2009.



Cuando hablo de sector eléctrico me refiero a aquello que representa Unesa; se lo dije al principio pero lo diré de nuevo, Unesa agrupa Iberdrola, Endesa, Gas Natural-Unión Fenosa, E.ON e Hidrocantábrico. Para darles una idea, Unesa
representa algo más del 75 por ciento de la generación de electricidad y algo más del 96 por ciento del total de la distribución eléctrica de nuestro país, es decir, tiene una participación en el sector absolutamente mayoritaria. Ven que las
compañías de Unesa, que, como les digo, es el sector eléctrico en una enorme cantidad, en un enorme porcentaje, no han parado de invertir, ni siquiera han dejado de hacerlo en momentos de crisis. Aquí tienen ustedes reflejadas las inversiones en la
última década. Hemos invertido durante la última década en torno a 50.000 millones de euros. De estos 50.000 millones de euros, hemos invertido en generación en torno a 30.000 millones, que sería el resultante de sumar lo que hemos invertido en
renovables -ustedes saben,


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por ejemplo, que Iberdrola es líder mundial en generación eólica- con la parte de generación tradicional. Es decir, los 19.000 millones más los 10.000, grosso modo, suman esos 30.000 millones de inversión en generación. Y en distribución
-esto es importantísimo-, 20.000 millones.
Si ustedes perciben que la calidad de la energía eléctrica que ustedes consumen es satisfactoria -y no es mala, mucho menos comparada con la de otros países-, les diré que esto no viene tanto de la
generación, viene de la bondad de la red de distribución. Por eso las inversiones en distribución son fundamentales y por eso los eléctricos no paramos de pedir que se revise cómo se retribuye la distribución, porque en función de cómo se retribuya
podremos modernizarla más o menos. Dense ustedes cuenta de que en la última década hemos invertido 50.000 millones de euros. No hay muchos sectores que en una década hayan hecho esto. Y, sobre todo, fíjense en que, si ustedes cogen un año de
crisis total, como el año 2009, podrán observar que se invirtieron 5.300 millones de euros, que está en la media de lo que hemos invertido durante la década. Luego no hemos dejado de invertir ni un momento.



Voy a referirme a otro asunto que me parece muy interesante, centrándome ya más en los temas de medio ambiente, aunque todo lo que hemos dicho hasta ahora es medio ambiente. Si se fijan en las emisiones de efecto invernadero por sectores
industriales -y aquí luego les voy a hacer una consideración que se ha hecho esta mañana en la presentación del informe de la subcomisión-, verán que el sector eléctrico es verdad que genera gases de efecto invernadero, el 21 por ciento, pero mucho
menos que los procesos industriales, mucho menos que el transporte y mucho menos que el resto de sectores juntos. En este momento somos la tercera generadora de gases de efecto invernadero. Con las medidas que se están tomando y que se van a tomar
en el horizonte 2020, para cumplir el Plan 20-20-20, los gases de efecto invernadero producidos harán que el sector eléctrico pase de la tercera posición a la quinta, siendo adelantado por sectores como la agricultura; es decir, dejaremos de ser
los complicados de la película.



Pasamos a la siguiente diapositiva. Ustedes saben que dentro de generación eléctrica hay dos regímenes, ordinario y extraordinario. El extraordinario se refiere a las energías renovables, y el ordinario es la inmensa mayoría de la
generación, que es tradicional. La línea roja es la electricidad que hemos producido, y fíjense que desde el año 1990 no habíamos parado de aumentar la producción, en cambio en los dos últimos años de crisis se ha reducido, aunque no llega a los
valores de 1990.
Mucho más interesante que eso son las emisiones de CO2 que se han dado.
En el año 1990 produjimos 64 millones de toneladas y en el año 2010, muchos años después y produciendo más energía, nos hemos quedado en 56 millones, es
decir, hemos disminuido en términos absolutos, a pesar de que la producción de energía ha aumentado en términos absolutos. Pero más interesante aún son las cajas amarillas, que son las emisiones específicas, es decir, toneladas de gases de efecto
invernadero por kilo gigavatio/hora producido, que hemos pasado de 425 a 275. Nuestro parque de generación a día de hoy es mucho menos polucionante que el que teníamos en 1990 en términos relativos. Eso hace que incluso en términos absolutos
hayamos generado muchos menos gases de efecto invernadero de los que generábamos hace diez años.



Esto nos lleva, como sector, a unos retos importantísimos, porque no conozco muchos otros sectores que tengan tres condiciones de contorno tan exigentes como las que tenemos nosotros. La primera es que necesitamos seguridad de suministro.
Si un día se para el metro de Madrid es un follón, pero no deja de ser un follón. Si un día se quedan sin línea de teléfono es una faena, pero no pasa de ser una faena. Prueben a estar un día sin energía eléctrica. De lo primero que se van a dar
cuenta es de que la luz es lo de menos, tiene mucha más importancia el frigorífico, la calefacción, la lavadora, que no funcionen la televisión, los ordenadores ni los teléfonos. La seguridad de suministro en el área eléctrica es crucial; pero a
la vez, en segundo lugar, tiene que ser respetuosa con el medio ambiente. Cuando se habla de efecto invernadero lo primero que se mira es al sector eléctrico -con razón-, pero estamos haciendo esfuerzos y ahí están los resultados. Tercero, tiene
que ser competitiva, es decir, tenemos que llegar a unos costes que sean asumibles por los consumidores y que sean rentables para las empresas. Conseguir esta especie de trío mágico es muy complicado. Eso hace que hayamos tenido que hacer un
enorme esfuerzo inversor en los últimos años; enorme. Hemos instalado 25.000 megavatios en ciclos combinados -las turbinas de gas son la última tecnología-; hemos invertido en 20.000 megavatios en parques eólicos, y hemos invertido en 3.500
megavatios solares fotovoltáicos, que es una barbaridad; esa cantidad no tiene parangón. Ahora Alemania está a este nivel; es muchísimo. Esto nos ha llevado a tener un mix de generación diversificado bastante equilibrado. El problema es que
después de hacer estas inversiones tenemos cierta incertidumbre sobre qué va a pasar con la demanda energética. En el horizonte 2010 tengo, por un lado, la potencia instalada, y por otro, la producción. Por cierto aquí pueden ver lo que les
comentaba anteriormente. Por ejemplo, la potencia instalada de energía nuclear es pequeña -es el color marrón de arriba-, posiblemente de las más pequeñas. Sin embargo la producción -el color marrón de la columna de al lado- es la mayor de todas.
Con menor potencia instalada, como funciona muchísimas más horas, son capaces de generar mucha más energía. Lo mismo le pasa al carbón, por ejemplo, pero si cogen ustedes el solar fotovoltaico o la biomasa verán que hacen falta potencias instaladas
muy importantes, porque al funcionar menos horas generan menos energía.



¿Qué problemas tenemos con todo lo que hemos hecho? Primero, la incertidumbre de la demanda. Segundo, tenemos tecnologías claramente infrautilizadas.



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Desde Siemens he vendido la mayoría de los ciclos combinados que se utilizan en este país, y están preparados para funcionar 6.000 horas/año; este es su punto óptimo; están funcionando de 2.000 a 2.500 horas. ¿Por qué? Por dos motivos:
porque la demanda sin duda ha caído, y porque además, como hemos introducido en el sistema 20.000 megavatios eólicos es una energía que le quitan de producir a los ciclos combinados. Pero fíjense qué cosa más interesante y además fundamental: sin
los ciclos combinados o sin otro tipo de energías de base ni los fotovoltaicos podrían existir ni los eólicos podrían existir. ¿Por qué? Porque el día que no hubiera viento nos quedaríamos sin energía eléctrica, por lo que el día que no hay viento
tenemos que poner en marcha centrales de otro tipo. La importancia de tener esta sobrecapacidad es absolutamente necesaria si queremos tener un parque de energías renovables. Pero esa capacidad hay que pagarla, es decir, la disposición en
cualquier momento de esas energías de base hay que pagarlas; es fundamental que estén esas centrales, y que estén mantenidas, y que cuando le dé al botón porque ese día no haya viento empiecen a funcionar en el acto. Por lo tanto las energías
renovables son fundamentales, pero hay que tener en cuenta que nos pueden llevar hasta su periodo de madurez a costes más altos, y a una mayor complejidad del sistema. Pero en este momento nuestro sistema tiene un mix que le permite absorber estas
cosas. Tenemos un objetivo que es complicado de cumplir, pero que lo vamos a hacer, y es duplicar el parque de renovables a la altura del 2020. Para el sector eléctrico el 2020 es mañana. Las inversiones nuestras tienen un enorme periodo de
maduración.
Duplicarlo es muy bueno, pero significa mayor complejidad para el sistema que tendremos que abordar.



Aunque no es objeto de esta Comisión, sepan ustedes que las tarifas que recibe el sector están muy por debajo de los costes del sistema -luego les mostraré una transparencia interesante en este sentido-, y eso genera un déficit de tarifa que
ha llegado a ser de 26.000 millones de euros, que los ciudadanos o el Estado -esta mañana le dije a alguien que era el Estado y me dijo: no, no es el Estado, son los ciudadanos; da igual- le deben a empresas privadas, que son las eléctricas. Un
debate en el que en algún momento tendremos que meternos es el nuclear, es decir, qué vamos a hacer con la planta nuclear instalada y con las posibilidades de nuevas plantas nucleares. En esta transparencia pueden ver ustedes el déficit de tarifa
del que les hablaba anteriormente. La línea roja es el déficit anual. Todos los años existe el déficit que viene aquí representado. La línea verde representa la deuda acumulada, que en el año 2010 con el sector eléctrico era de 26.000 millones de
euros, que les recuerdo que es un 2,6 por ciento del PIB español, y el pendiente de cobro -porque es verdad que se va titulizando y le van pagando a las eléctricas poco a poco- 20.000 millones de euros, que debe ser aproximadamente el doble de los
beneficios del sector de un año; no lo sé muy bien, pero por ahí debe andar. Hay un compromiso de que el déficit en 2010 no pase de 3.000 millones y en 2012 de 1.500, y luego deje de existir. Este es un compromiso firme que hay que cumplir porque
el déficit de tarifa puede poner a las eléctricas en una situación de enorme debilidad. Así es como se han ido generando año tras año los ingresos y el déficit. Pero me gustaría enseñarles esta transparencia, porque cuando yo llegué al sector pedí
que me hicieran esto para enterarme del porqué. Yo presidí una compañía, Ferroatlántica, que era el tercer consumidor de España de energía eléctrica; consumíamos el equivalente a la ciudad de Valencia, para darles una idea, y a mí me parecía
carísimo el recibo, y al llegar aquí les pedí que me explicaran esto, y me dijeron que no me preocupara, que me lo explicarían. Este es el problema: del recibo de la energía eléctrica que les llega a ustedes, el 45,6 por ciento es lo que reciben
las eléctricas en pago a su generación, distribución; a todo. Ese 45,6 son los costes de generación, los costes de transporte, la distribución y gestión comercial, es decir, los costes de cualquier empresa industrial.
El resto -cuando hablo del
resto, me refiero al 54 por ciento- son aquellas cosas que van en el recibo y que poco tienen que ver con la producción de las eléctricas. Ahí tenemos 18,7 por ciento de impuestos; otros costes del sistema 4,1 por ciento; compensaciones
extrapeninsulares -que hay que hacerlas, pero se cargan ahí- 3 por ciento; primas a las renovables 22,5 por ciento. Fíjense en que las primas a las renovables es la mitad del pago que reciben las eléctricas por suministrar su servicio a todo el
país. Esto no es ni bueno ni malo, es así. Si queremos tener renovables, alguien las tiene que pagar, es evidente; pero cuando se dice que las eléctricas españolas son más caras, no es verdad. Si ustedes comparan el término de ese 45,6 de
consumo eléctrico con el equivalente en cualquier país, estamos entre los tres países más eficientes de Europa. Nuestras eléctricas son eficientes y creo que la prueba evidente es que están compitiendo en todo el mundo: Iberdrola está en todo el
mundo y es la tercera o cuarta eléctrica por capitalización bursátil, Endesa está en todo el mundo y también Unión Fenosa. Luego, serán competitivas. Cuando hablamos del recibo eléctrico es verdad que el consumidor -ustedes, yo y todos los demás-
paga mucho dinero, pero miren ustedes cómo se reparte ese dinero. Es algo que desde luego yo no sabía y de lo que quería hacerles partícipes, ya que de este 45,6 por ciento salen los millones de inversión que hace el sector eléctrico año tras año.



La propuesta del 20-20-20 me parece valiente e interesante, y en nuestro país, en nuestro caso se puede llegar a ella. Otros países lo van a tener más complicado. Como ustedes saben mejor que yo, el 20 por ciento primero significa el
compromiso de que del total de la energía consumida, no solo eléctrica, el 20 por ciento tiene que venir de energías renovables. Hay que reducir un 20 por ciento los gases de efecto invernadero, y hay que aumentar en un 20 por ciento la eficiencia
energética. Tenemos que saber consumir mejor, tenemos que saber


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producir mejor, y tenemos que saber producir con energías no tradicionales. Si cogemos la primera, la reducción de las emisiones de CO2 de un 20 por ciento es con respecto a 1990. Independientemente de que el consumo haya aumentado,
tenemos que reducir las emisiones de CO2. Una cosa interesante es que hasta ahora cada país recibía una asignación de derechos de CO2. A partir de ahora ya no va a ser así, va a ser por subasta; es decir, van a salir al mercado: hay tantos
derechos de CO2, tantos millones de toneladas, y cada uno va a pagar en la subasta para llevarse las que le tocan. Los derechos de CO2 pasan a estar en un mercado libre, y eso tiene sus pros y sus contras. En segundo lugar, la Directiva de
Renovables. Fíjense ustedes que conseguir que el 20 por ciento de la totalidad de energía sea renovable significa que el sector eléctrico, que es el más flexible de todos, tiene que asumir el compromiso de que del 35 al 36 por ciento de la
totalidad de la producción de energía eléctrica en España va a venir por energías renovables; ahí es donde se hace el verdadero esfuerzo; en el caso del transporte solo es el 10 por ciento. Eso da una idea del esfuerzo y la flexibilidad que se
está haciendo. Para darles una idea eso significa incorporar en los próximos años otros 25.000 megavatios más de energías renovables, y esta incorporación a la red significa también la incorporación de centrales tradicionales que actúen de backup
de estas energías, lo cual es una complicación. Otra cosa muy interesante, en tercer lugar, es la eficiencia del uso final de la energía y servicios energéticos. Estamos hablando de reducir en un 20 por ciento el consumo con más servicios, eso
supone ser mucho más eficientes. Eso significa no solo tomar medidas por parte de las compañías, no solo tomar medidas por parte de la Administración, sino también por parte de los consumidores.
Hay que aprender a consumir mejor. Una cosa curiosa
es que la energía eléctrica en España, por mucho que se diga, no es tan cara. Si yo les preguntara ahora qué pagan al mes de energía eléctrica, seguro que no se acordarían. Cuando entré en Unesa, yo miré mi recibo a ver qué pagaba. El recibo
medio mensual -quizás me equivoque, no me lo tomen más allá de la anécdota- en España debe ser de unos 60 euros al mes. Sin duda alguna 60 euros al mes es dinero, pero son 60 euros al mes. Cuando algo tiene un precio como éste, la gente no le
presta la suficiente atención. Para que se hagan una idea, si comparan ustedes el recibo eléctrico con el recibo de su teléfono móvil se llevarán una sorpresa importante. En una casa con dos o tres hijos probablemente el recibo del móvil -no tengo
ni idea, quizá sea una barbaridad decirlo por mi parte- igual es diez o cinco veces más que el recibo eléctrico. ¿Qué es lo que pasa? Que como no es caro en términos absolutos para una familia, no se tiene el cuidado que hay que tener. En todas
las casas, y en la mía la primera por desgracia, mis hijos se dejan las luces encendidas y hay que andar detrás de ellos.
Creo que hay que aprender al uso racional de la energía eléctrica. Para las compañías eléctricas y para todo el mundo la
mejor energía que existe es la que no se consume; es la más ecológica, es la que no genera problemas de distorsión en los mercados. Luego para nosotros los primeros, el conseguir una eficiencia energética es muy importante.



Este es otro dato muy interesante. Si ustedes cogen todos los países de la Unión Europea pueden ver aquí cuál es el consumo final bruto de energía renovable. La energía renovable puede venir por el uso final, es decir los carburantes, el
transporte o la electricidad. La línea verde representa país por país el tanto por ciento del total de energía renovable que representa la energía eléctrica. Fíjense ustedes que España solo es igualada por Malta y por Holanda. El país que a día
de hoy más energías renovables ha incorporado dentro del sector eléctrico es España, luego Holanda que es mucho más pequeño, y Malta que es un gran país, pero es Malta. Esto es algo digno de que se conozca a la hora de juzgar desde el punto de
vista medioambiental a nuestro sector.



El acuerdo aprobado por el Congreso de los Diputados en la subcomisión de Energía tiene cosas que son desde mi punto de vista muy interesantes.
Aquí pueden ver ustedes las dos primeras barras que representan la potencia, y lo segundo es la
producción. Creo que es bueno repetirlo muchas veces. No tiene nada que ver la potencia instalada con la producción. Repito que no son lo mismo 3.000 megavatios nucleares que 3.000 megavatios fotovoltaicos o eólicos, la producción es diferente.
En cuanto a potencia, si comparan ustedes el año 2009 -hoy, prácticamente, porque no ha habido variaciones sustanciales- con el 2020, las potencias instaladas en las energías tradicionales no varían, o apenas lo hacen; aumentan un poco los ciclos
combinados, como es el gas, para actuar de backup, para actuar de salvaguarda de las energías renovables. Por su parte las energías renovables pasan de 39.000 megavatios instalados a 64.000; es decir, a la altura de 2020 la mayoría de la potencia
instalada en nuestro país va a ser renovable. Habrá 60.000 megavatios tradicionales -entre comillas-, frente a 64.000 megavatios renovables, lo cual supone un auténtico hito y un auténtico reto.



Si van a la línea de producción bruta varían un poco los conceptos porque las renovables aquí ya no ocupan un papel tan predominante, por lo que yo les decía anteriormente, porque aunque la potencia instalada sea muchísimo mayor, a nivel de
producción es menor. Cojan por ejemplo el gas, que en el área de potencia viene a representar un 30 por ciento y en al área de producción de energía más de un 50 por ciento; e igual pasa con la nuclear. Es un concepto a tener en cuenta, pero
siempre dándonos cuenta de que en el año 2020 la mayoría de la potencia instalada en nuestro país la vamos a tener en energías renovables. Esto implica muchas cosas, implica temas muy positivos e implica temas complicados. Por ejemplo, sin duda el
sistema es más volátil y más difícil de prever o de operar. Yo sé cuándo arranco un ciclo combinado o cuándo arranco una central de carbón, pero no sé cuándo va a arrancar el viento, ni sé cuándo lo va a hacer el sol, ni cuándo va a llover ese año.
Consiste en aprovechar


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lo que la naturaleza nos ofrece, y hay que hacerlo, pero hay que reconocer la dificultad. Hay que tener todo preparado para el día en que sople mucho viento y haya más producción que consumo. Ustedes saben que la energía eléctrica, que es
estupenda, como decía al principio, tiene algún inconveniente. La energía que estamos consumiendo ahora mismo la estamos produciendo ahora mismo; se consume a la vez que se produce, y si no se produce, no se consume, es muy difícil de almacenar o
prácticamente imposible, y eso cambia este sector o lo diferencia de cualquier otro.
Por tanto, si un día no hay viento, por ejemplo, las centrales que tenemos preparadas arrancan y suministran energía eléctrica, y hay que pagar que esas centrales
estén ahí paradas esperando a que pase eso, pero ¿qué pasa el día que sobra viento, el día que sobra sol -como pasó el año pasado- o el día que sobra lluvia? Como la energía hay que consumirla a la vez que se produce -no se puede almacenar o
apenas-, ¿qué se hace con ella? El otro problema es que España no tiene conexiones adecuadas con el resto de Europa. España tiene líneas de 2.000 megavatios -que realmente se quedan en 1.000- con el resto de Europa, con lo cual el día que sobra
energía en España hay muy poco que hacer; fíjense la sofisticación que esto significa. ¿Hay que tener energías renovables? La respuesta es sí, y de forma inmediata. ¿Vamos a cumplir el 20-20-20? Sin duda. Ahora bien, hay que tener en cuenta
que para cumplirlo hay que tener centrales tradicionales para los huecos de producción, y hay que tener conexiones con el exterior para los incrementos de producción. Ojalá pudiéramos almacenar la energía eléctrica; eso sí sería revolucionario
para la humanidad, pero no somos capaces. Ni tan siquiera lo son los especialistas en termodinámica, y ya no digamos los que no sabemos de eso.



Aquí se habla de la mayor complicidad del modelo, pero también querría citar otra cosa importante. El tema de las energías renovables en el fondo es relativamente nuevo; el ciclo de Carnot, todo lo que significa la producción de energía
por medios térmicos, sean cuales sean los medios térmicos, tienen muchos años, se conocen muy bien, los costes están absolutamente aquilatados, se puede mejorar pero ya no tanto, e incluso en el hidráulico pasa exactamente igual. Pero todas
aquellas tecnologías nuevas, que son las renovables -fotovoltaico, termosolar-, están en el principio de su ciclo de vida, no han alcanzado la madurez, luego tienen costes todavía muy, muy altos. Este es otro problema del sistema, y tenemos que ver
cómo vamos incorporando esas tecnologías a la red esperando que sean mínimamente competitivas, porque si no el precio distorsiona, y ese es el gran debate que hay en este momento sobre las primas a las renovables. Es evidente que ese desarrollo hay
que financiarlo, lo que hay que ver es cómo se financia y dónde tiene que ir esa financiación, y al ser el coste del megavatio hora solar fotovoltaico mucho mayor por ejemplo que el de una central de ciclo combinado, hay que ver cómo lo encajamos
para que eso no encarezca de manera espectacular los costes del sistema. Como ven ustedes es un verdadero reto conseguirlo.



Otro asunto fundamental es clarificar el futuro de nuestro parque nuclear.
Me quedo ahí y no digo más por falta de tiempo. La meta que pretendemos es alcanzar un sistema eléctrico que tenga varios aspectos fundamentales, como por ejemplo
que sea robusto, y un sistema es robusto cuando, pase lo que pase en el plano climatológico, en el geopolítico -fíjense lo que está pasando ahora- o casi en cualquier situación, sea capaz de seguir suministrando de forma segura, competitiva
económicamente hablando y buena para el medio ambiente, todo lo que nosotros requerimos. Este es un reto de primerísimo orden y para conseguirlo hacen falta cinco condiciones. Primero, tener un mix equilibrado de todas las tecnologías disponibles,
desde luego y sin ninguna duda incluida la nuclear. Segundo, que haya un verdadero esfuerzo de ahorro y eficiencia energética.
Tercero, que tengamos diversificación de fuentes de energía primaria: carbón, petróleo, gas, etcétera. Cuarto,
diversidad de tecnologías -las tendremos que utilizar todas- y de emplazamientos. Y por último, pero importantísimo, una red de transporte y distribución lo suficientemente mallada e interconectada con otra cosa -que no me da tiempo a comentar pero
la menciono aquí- que nos permita ir de las redes de transporte y distribución tradicionales a lo que ahora llamamos las smart grids, que son las redes de transporte y distribución inteligentes que le permitan al propio consumidor tomar decisiones
sobre su propio perfil de uso, de acuerdo con las centrales eléctricas.



Confío en poder contestar a alguna de sus preguntas.



El señor PRESIDENTE: Señor Montes, muchas gracias. Soy consciente de que en el último tramo de su intervención he tenido que hacerle una indicación para recortar un poco, porque llevamos ya cerca de cincuenta minutos.



Tienen a continuación la palabra los portavoces de los diferentes grupos.
En primer lugar, el senador don José María Mur Bernad, en representación del Grupo Mixto del Senado.



El señor MUR BERNAD: Nuestro compareciente esta tarde ha sido capaz de sintetizar en muy pocos minutos un tema que da para muchas horas. Creo que su profundo conocimiento del sector -a pesar de que dice que lleva poco tiempo- nos ha
permitido tener una visión de conjunto, una visión global de lo que representa UNESA, la industria eléctrica española, de su importancia, de sus dificultades y de la incidencia que tiene precisamente en la emisión de gases de efecto invernadero, que
es el leitmotiv de estudio de esta Comisión. Usted ha hablado de muchos temas, y evidentemente también de los gases de efecto invernadero pero como una especie de condición subsiguiente a todo lo


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demás, es decir, ha mencionado usted toda la problemática del sector. Le agradezco mucho la claridad, los datos que nos ha dado y la puesta al día porque es un sector que evoluciona muy deprisa y a veces, si no se tienen claros los
conceptos, no se entienden algunas de las decisiones que hay que tomar.



Le formularé alguna pregunta por si pudiera darnos una opinión un poco más amplia. Efectivamente nos ha hablado de la importancia de la electricidad, no cabe duda, todos somos conscientes de que en un país avanzado el suministro eléctrico
es fundamental, si un día no hubiera electricidad creo que se pararía nuestra sociedad. Por tanto la seguridad en el suministro es uno de los factores fundamentales, más allá de los costes y de otros factores. Todo ello debe ir combinado con dos
cosas que a veces parece que son contradictorias, que es el respeto al medio ambiente y la competitividad, porque no es lo mismo generar de una manera que de otra. Nos gustaría hacer una generación eléctrica lo más respetuosa y a la vez lo más
barata posible; eso no parece que sea fácil, y usted aquí nos ha dado las distintas fuentes de generación. Asimismo, nos ha hablado ampliamente del déficit tarifario, que es algo que estos días los parlamentarios lo tenemos muy encima de la mesa,
sobre todo cuando tenemos que abordar las famosas primas, las renovables y la retroactividad de los decretos y de la seguridad jurídica del sector de la fotovoltaica. Le puedo asegurar que nuestros correos electrónicos están saturados de tantos
mensajes como nos han enviado últimamente. La verdad es que al final todo son números, al final los datos económicos ayudan a clarificar muchas de las ideas.



En cuanto al mix energético ideal, efectivamente hay que combinar una serie de factores y uno de ellos, como usted ha señalado muy bien, es la gestionabilidad del sistema. Desde un punto de vista ideal habría unas fuentes que serían las
idóneas, pero, claro, eso no es gestionable hoy por hoy. Yo espero que la tecnología permita producir con mayor eficiencia a un menor costo y que la gestionabilidad de esas fuentes de producción se pueda ir mejorando también por los avances
tecnológicos o gracias a algún invento, ahora que estamos en la época de los inventos a lo mejor nos podría ayudar. Yo le iba a preguntar precisamente por eso, el problema de la energía es que no se puede almacenar y que hay que gestionarla casi,
casi sobre la marcha, está la demanda por un lado, la producción por otro, las distintas fuentes de producción, que no todas se gestionan de la misma manera, y ahí tenemos el ejemplo del buen trabajo que hace la Red Eléctrica Española, que es la que
interconexiona nuestra malla, nuestro subsistema de distribución.



Yo le preguntaba por el avance, no sé si rápido o no, del coche eléctrico.
Puesto que el transporte es uno de los grandes causantes de los gases de efecto invernadero, en la medida en que vaya incrementándose el uso del coche eléctrico por
supuesto que va a ayudar a que haya menos gases de efecto invernadero, pero ¿va a ayudar a la gestionabilidad del sistema eléctrico? Qué previsiones tienen ustedes -si es que tienen alguna previsión- del aumento por la implantación del coche
eléctrico en el consumo de la energía eléctrica, porque en definitiva va a haber que enchufar, pero con un cierto paréntesis de gestionabilidad, porque el coche va a almacenar de alguna manera la energía eléctrica que luego va a consumir. Desearía
saber si tienen ustedes algún estudio hecho sobre ese tema.



La otra cuestión es el almacenamiento de la energía, que creo que es uno de los grandes problemas, si resolviéramos el tema del almacenamiento de la energía como se almacena la cosecha de trigo a lo mejor el problema disminuiría. Yo le
preguntaba sobre la tecnología del hidrógeno -usted sabe que en Aragón estamos trabajando a través de una fundación, todavía no tenemos resultados, por lo menos los deseables-, cómo se aborda con una visión más en el mundo, porque nosotros allí
estamos haciendo lo que podemos y los resultados todavía son escasos, pero me imagino que ese es un problema que se aborda en otras partes del mundo. Parece que el hidrógeno es una parte de la solución a esa cuestión. Si usted conoce algún dato
más, nos lo podría dar.



En cuanto al tema de las centrales hidroeléctricas, evidentemente yo creo que en España tenemos bastante aprovechado el recurso, pero desearía saber si la experiencia en que la combinación de producción de energía no gestionable, en este
caso eólica, utilizada para el bombeo de aguas incluso marinas que se pueden almacenar para luego producir a través de la energía hidroeléctrica, no pasa de ser una anécdota o podría tener un mayor presencia en el conjunto de la producción.



Ha hablado usted sobre el tema de la red de distribución -que evidentemente es básico en todo este proceso- y de las interconexiones como una de las válvulas de escape a la gestionabilidad del sistema.
¿Cómo ven el tema de las
interconexiones desde la Asociación Española de la Industria Eléctrica? Porque supongo que ustedes también son exportadores. Me gustaría que me informara si existen posibilidades de interconectar y servir a otros mercados, porque hoy por hoy tengo
la sensación de que por falta de red no se pueden hacer. Si usted puede darme alguna pincelada sobre este asunto se lo agradecería.



El señor PRESIDENTE: Tiene ahora la palabra doña María Amparo Ferrando Sendra, diputada del Grupo Parlamentario Popular.



La señora FERRANDO SENDRA: Gracias, señor Montes, por su comparecencia en esta Comisión para el Estudio del Cambio Climático. Querría darle la enhorabuena por varias cosas. En primer lugar, por el cargo que ocupa desde el 10 de diciembre,
si no me equivoco, desde hace muy poco tiempo.
En segundo lugar, por las explicaciones que ha dado en esta Comisión.
Usted decía que está acostumbrado a dar conferencias y le tengo que decir que, como asidua a conferencias,


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me ha parecido excepcional cómo ha tratado el tema de la energía eléctrica. Y, en tercer lugar, por la apuesta que hacen por el desarrollo sostenible y eficiente porque creo que eso es una garantía para aminorar los efectos sobre el cambio
climático. En mi opinión lo ha hecho fantásticamente. Ha tratado temas como la evolución entre la demanda y el consumo energético, así como el mix energético diversificado, por el que ya no voy a preguntarle pero usted ha clarificado las dudas de
mi grupo.
Y, desde luego, me da mucha tranquilidad la explicación sobre el recibo de la luz, por lo que usted nos ha explicado todos vamos a estar -yo, por lo menos- a partir de ahora mucho más tranquilos.



Me voy a centrar ahora en otros temas que se han tratado quizá de un modo más ligero. Para mi grupo es importante que haya una cultura de incentivos para el ahorro energético. Creo que en estos momentos España carece de un modelo
energético, que el Gobierno no tiene un plan de ahorro concreto y lo que hace es improvisar. Esta comparecencia se ha señalado en un momento fantástico, después de todas las medidas del plan de ahorro que ha planteado el pasado viernes el Gobierno,
improvisadas en opinión del Partido Popular, puesto que por diferentes ministros se anuncian diferentes medidas. Por un lado se anuncia el cambio de alumbrado tanto en las ciudades como en carreteras, con lo que va a suponer de coste en
infraestructuras, más de 2.000 millones; por otro lado están los nuevos límites de velocidad que se establecen, y ya sabemos que hay países como Inglaterra y Holanda que han desmontado, parece ser, el plan de ahorro energético del Ejecutivo en este
sentido.
Asimismo, se ha planteado el plan renove de neumáticos, y hoy se hablaba de 60.000 vehículos cuando el parque móvil es de más de 3 millones, así como la reducción de iluminación en edificios públicos y, por otro lado, el cierre de
determinados departamentos de esos edificios a partir de las seis de la tarde. Me gustaría plantearle unas preguntas. ¿Usted cree que estas medidas, en general, pueden mitigar el efecto del alza de los precios del petróleo? ¿Cree que pueden
minorar los efectos sobre el cambio climático? Eso en cuanto a las medidas creo que un poco improvisadas durante estos días. Sé que el objetivo real debería estar marcado por las directivas europeas que existen, sobre todo para aumentar la
eficiencia energética y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. No se puede olvidar que el sector energético en su conjunto -y creo que usted también lo ha mencionado- es el responsable de un 80 por ciento de las emisiones de gases;
emisiones que además se producen de forma continua y son elevadas.



Al igual que ha hecho el portavoz del Grupo Mixto, voy a tratar el tema relativo a las interconexiones energéticas con Europa en este caso. La reducida capacidad de las interconexiones, sobre todo de la electricidad y del gas, constituye
una limitación para su eficiencia y hacen falta políticas nacionales y también de ámbito europeo que permitan incrementar estas interconexiones. Por eso le preguntaría también si considera usted que se están realizando todos esfuerzos necesarios
para desarrollar cuanto antes la interconexión eléctrica, en este caso con Francia. Ha comentado, y es verdad, que se habla mucho en estos tiempos de las centrales nucleares, un debate que está abierto en el seno de la sociedad, ya que garantizan
el suministro eléctrico y reducen la dependencia exterior por la elevada disponibilidad. Es verdad también que se ha perdido una buena parte de la capacidad tecnológica acumulada por la paralización del mercado interior, pero también lo es que en
un futuro la aportación nacional podría ser elevada. Me gustaría saber cómo valora usted el cierre de la central nuclear de Garoña.



Le voy a plantear un último tema que también ha comentado, el del almacenamiento. Está claro que Unesa hace una apuesta por la inversión en sistemas que sean más eficientes, tanto de captura como de almacenamiento de CO2, y por las energías
renovables. Es evidente que hay una preocupación en temas medioambientales y que muchos esfuerzos destinados a la investigación, como la captura del CO2 o el tratamiento de residuos nucleares, están dirigidos a paliar sobre todo esos aspectos
negativos de la producción de energía. Ha mencionado la posición de Unesa con respecto a la tecnología de captura y de almacenamiento, ha dicho que es difícil, pero me gustaría preguntarle: ¿es el almacenamiento de CO2 una solución viable para el
sector eléctrico y para el resto de sectores?


Termino ya, señor presidente. Quiero resaltar la importancia que para mi grupo tiene la lucha contra el cambio climático en el conjunto de todas las políticas sectoriales y la coordinación que estoy convencida que debe existir entre todas
las administraciones públicas, las autonómicas y la central, el esfuerzo en I+D+i, que tiene que estar relacionado con la eficiencia energética, y la necesidad, en mi opinión, de contar con un modelo energético concreto. Si me permite una licencia,
señor presidente, tengo que decir que España en estos momentos no necesita ni cambios de bombillas ni cambios de neumáticos, necesita un cambio de Gobierno y un cambio y un modelo energético concreto.



El señor PRESIDENTE: Doña María Teresa de Lara ha solicitado un par de minutos para hacer una pregunta. Después tendrá la palabra la portavoz socialista.



La señora DE LARA CARBÓ: Muchas gracias, señor Montes, por su información.
Quería hacerle dos preguntas. Querría saber, desde su punto de vista profesional y como presidente de Unesa, su opinión sobre por qué se ha producido lo que
últimamente se llama la burbuja fotovoltaica, cuáles han sido las causas que la han producido. En segundo lugar, también querría saber cuál es su opinión, desde el punto de vista del cargo que representa, acerca de la propuesta que hizo la ministra
de Medio Ambiente y que hacen otros países de la Unión Europea de que el objetivo de reducción en el año 2020


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sea del 30 por ciento en lugar del 20 por ciento. Me gustaría que nos dijera qué consecuencias puede tener esto y a qué se ha debido la burbuja fotovoltaica.



El señor PRESIDENTE: Doña Marta Estrada Ibars, diputada socialista, tiene la palabra en representación de su grupo parlamentario.



La señora ESTRADA IBARS: En primer lugar quiero darle la bienvenida al señor Montes a la Comisión de Cambio Climático en nombre del Grupo Parlamentario Socialista y mostrar mi agradecimiento por su exposición, por su claridad, por los datos
que ha aportado y sobre todo por la pedagogía empleada, exposición que, junto con las que ya han tenido lugar, nos van a servir para realizar un informe que se está llevando a cabo en la ponencia de esta Comisión. Este informe pretende recoger
todos los datos que nos aporten los sectores implicados en la emisión de gases de efecto invernadero, informe que también queremos que sea totalmente consensuado. Por ello, no sé por qué la portavoz del Grupo Parlamentario Popular nos ha traído en
este momento a colación medidas que está adoptando el Gobierno y le pregunta a usted por medidas puntuales, que sí, efectivamente, son medidas de ahorro energético que nadie puede poner en duda y que se toman -como dice en un momento dado- para
adoptar unas decisiones que nos lleven a la eficiencia energética. Por todo ello quiero agradecerle de nuevo su exposición y felicitarle por su nombramiento, que sé que ha sido -lo ha dicho usted- hace escasamente dos meses, cinco días después de
finalizar la cumbre de Cancún, en la que Unesa tomó parte, un dato muy significativo de que su asociación trabaja para que se produzca una reducción de la emisión de gases de efecto invernadero, un cambio climático que todos sabemos aquí que es
debido a causas antropogénicas. Además, creo que van a seguir en la misma dirección, pues, si no me equivoco, usted es presidente del Club de Excelencia en Sostenibilidad, un foro empresarial que apuesta por un crecimiento sostenible desde un punto
de vista medioambiental, con lo cual, aparte de ser usted gestor, como bien ha indicado, es una persona que está implicada en los temas que afectan al medio ambiente.



Como usted ha mencionado, Unesa, efectivamente, tiene un largo recorrido -creo que empezó en 1944-, además de que había una tesitura que era necesario plantearse: cómo hacer llegar la electricidad a los hogares españoles. Había un problema
de abastecimiento. Hoy, tras haber transcurrido más de setenta años, podemos decir que, efectivamente, este problema ha sido resuelto. Hoy en día la producción y el suministro, como decía usted bien, están garantizados; sin embargo, existe un
problema en lo que se refiere al abastecimiento en sí, pues nosotros somos importadores de fuentes de energía. Además, hoy sale mucho en la prensa debido a cómo está la situación en el norte de África, aparte de que un 30 por ciento de la energía
que consumimos en el año 2010 era gas, con lo cual, como somos dependientes, nos preguntamos cómo plantea esto Unesa, cómo se debe afrontar esta situación, y si el hecho de que nosotros apostáramos más por las energías renovables, como usted bien
decía en su exposición, nos haría menos dependientes de una fuente energética exterior.



Por otra parte, se ha hablado aquí de la interconexión con la Unión Europea y me parece fundamental, pues existe un problema con nuestros excedentes. Por ejemplo, cuando se produce energía eólica en exceso, sería, como usted decía,
competitiva, que es lo que interesa, que nosotros en ese momento la pudiéramos exportar. También en horas punta, aunque usted nos ha indicado en varias ocasiones en su exposición que no se produce ningún problema en horas punta, que lo tenemos
garantizado por la robusticidad de nuestro sistema eléctrico, conviene tener esa opción de importar en un momento adecuado. Por todo esto me pregunto -sé que ustedes tienen muchas actividades y una de ellas es ser miembros de asociaciones y
fundaciones europeas- si ustedes intentan impulsarlo desde la perspectiva del sector eléctrico, que es necesario no solo políticamente, sino también desde el punto de vista empresarial.



En cuanto a otras actividades a las que se dedican, me parece fundamental que hoy en día se apueste por la I+D+i. No sé si de esos 50 millones o 50.000 -las cifras me parecen excesivas- que ustedes han invertido en la última década destinan
un montante a investigaciones de esos procesos de producción, de suministro, para que se reduzcan los gases de efecto invernadero. Y algo que me parece muy importante -que también ha mencionado- es si han concedido alguna patente en lo que a la
reducción de emisiones de gases de efecto invernadero se refiere, porque es importantísimo que una asociación tenga esa idea de poder invertir en investigación y producir a su vez patentes, que es lo que nos va a hacer un país con una economía de
futuro.



Por otra parte, he leído que nuestro consumo por generación, ofrecido en su página web, del 1 al 15 de febrero ha aumentado un 10,6 por ciento con respecto al año anterior. Sin embargo, lo que se ha generado de producción total ha tenido un
aumento solo de un 0,6 por ciento. Me gustaría que nos dijera cómo interpreta usted este dato, si se pone en entredicho la afirmación que constantemente hace el sector eléctrico de que en los últimos años existe una clara tendencia a disminuir las
emisiones de gases de efecto invernadero en la generación de electricidad. También he visto que se produce un descenso del 41,6 por ciento en el consumo por bombeo. Me pregunto si esto quiere decir que se han mejorado las técnicas de bombeo -lo
que sería fundamental- o simplemente que el volumen de agua que se ha bombeado ha sido menor. En este punto me gustaría decir que creo que hay que apostar siempre por la acumulación de la energía. Como decía usted, no son competitivas y se están
pagando unas primas, pero cuando se inicia cualquier proceso en necesario apostar


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por él y pagar por él. Me parece de lo más oportuno todo lo que se ha hecho, si no, no estaríamos hoy en día reduciendo nuestra emisión de gases de efecto invernadero, pero al mismo tiempo necesitamos que sean competitivas. Me gustaría que
nos dijera, como apuntaba el senador, si con la investigación de esas técnicas se está acumulando energía. Eso sería esencial porque entonces sí serían competitivas las energías eólicas. Me gustaría que nos dijera si hay algo abierto en esas
líneas de investigación.



Quiero felicitarles porque el año pasado se produjo un aumento del consumo del 3 por ciento y, sin embargo, se produjo una reducción de un 20 por ciento en la emisión de gases de efecto invernadero. Quiero darles la enhorabuena y
felicitarles porque están en el buen camino. Para mí es un paradigma si se puede aumentar el consumo -espero que no por la eficiencia de la que hablamos antes- y, al mismo tiempo, reducir la emisión de gases de efecto invernadero.



Por otra parte, le preguntaba -y usted ya dijo a qué era debido- por qué el año pasado hubo un consumo elevado de renovables. Quiero saber si hay un límite. Usted apuntaba que se pretende alcanzar un 28 por ciento, pero ¿es posible que eso
vaya aumentando con el tiempo a medida que se van investigando líneas de acumulación o de generación de otro tipo? También quiero volver a recalcar que participó en la cumbre de Cancún donde dieron ustedes a conocer el foro de diálogo sobre energía
sostenible.
¿Puede comentarnos los aspectos más relevantes de dicho foro encaminados a luchar contra el cambio climático?


En dicha cumbre se formuló una declaración conjunta de la industria eléctrica en la que se establece que las reducciones que se deben lograr en 2050 se pueden alcanzar mediante la electrificación de diversos sectores. Usted lo comentó y yo
también lo creo. Uno de estos sectores es el del transporte. Ya lo ha mencionado el senador y creo que se debe incidir en eso. ¿Qué consideración le merece el impulso del coche eléctrico? ¿Impulsar el coche eléctrico no supone también la
utilización de energías renovables como la energía eólica, que todos sabemos que se producen en mayor cantidad en horario nocturno, cuando el consumo es más bajo en España? Me gustaría conocer cuáles son los aspectos positivos y negativos que
señalaría de su implantación como medio de transporte y cuáles serían las repercusiones en la lucha contra el cambio climático.



Usted ha dejado muy claro y patente aquí lo que es una factura eléctrica, pero creo que el consumidor debe ser conocedor de ello. Usted ha definido la electricidad como un bien básico y hay que seguir definiéndola así porque a veces no nos
damos cuenta de lo que tenemos a nuestro alcance.
¿Habría alguna forma de explicar desde su perspectiva de vendedores por qué su factura es elevada? ¿Habría alguna forma de explicar que la factura es elevada pero es mucho menor que en el resto de
la Unión Europea? ¿Cómo hacerlo llegar? Me parece que es fundamental para que no se diga que se paga mucho por este bien básico imprescindible en nuestras vidas. Como apuntábamos, nos levantamos y hoy en día ya no sabemos vivir sin electricidad.
Yo diría que hasta sin el segundo bien básico que usted ha dicho que era Internet, pero Internet sin electricidad no es nada, por lo cual yo pondría como segundo bien básico la electricidad. Sin conexión eléctrica los ordenadores no cargarían sus
baterías y no funcionarían.
Desde el punto de vista la elevo al segundo puesto.



Me gustaría saber qué opinión le merece la consideración de que se pague un precio fijo a la potencia suministrada por hidroeléctricas o nucleares cuando ya tienen sus instalaciones amortizadas y son las que primero entran en el mercado de
energía eléctrica. Me gustaría que nos dijera cómo ve esto. Algo fundamental de lo que aquí también se ha hablado y sobre lo que me gustaría reincidir porque me parece fundamental es aquello de -haría mía su frase- aprender a consumir mejor: cómo
hacerlo, qué pautas se deben dar a la sociedad desde la perspectiva del sector eléctrico para que se conciencie a la gente de que consumir es bueno no solo porque va a pagar menos, sino también porque va a contaminar menos.
Me gustaría saber cómo
lo enfocaría usted.



Le reitero mi agradecimiento como representante del Grupo Parlamentario Socialista y, desde luego, le doy las gracias de antemano por su contestación.



El señor PRESIDENTE: Para cerrar el debate -no vamos a tener réplica, si son tan amables, por razones de tiempo- tiene la palabra el señor Montes.



El señor PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE LA INDUSTRIA ELÉCTRICA, UNESA (Montes Pérez del Real): Voy a ir a toda velocidad porque tengo diez minutos para contestar a todo.



Voy a empezar hablando del coche eléctrico, ya que se ha repetido la pregunta un par de veces. Yo creo que el coche eléctrico tiene gran importancia por dos motivos fundamentales. Primero, porque es cierto que no va a emitir gases de
efecto invernadero, los vamos a emitir nosotros por él, porque al final la electricidad que va a consumir el coche eléctrico tenemos que producirla. Pero como nosotros somos mucho menos polucionantes que el transporte normal, evidentemente eso
supone una ventaja enorme al margen de otras, polución sonora, etcétera. Además tiene otra ventaja desde el punto de vista de red. Es absolutamente cierto que el coche eléctrico tiende a aplanar la red, tiende a aplanar la curva de consumo, porque
evidentemente vamos a cargar los coches en momento de valle, por la noche. Cuanto más plana es la demanda, más fácil es la oferta y, por tanto, ¿por la noche se pueden utilizar excedentes eólicos? Seguro que sí. Yo creo que el coche eléctrico -al
menos para mí, esto lo digo mucho más como ingeniero que como presidente de Unesa- tiene unos valores añadidos que van mucho más allá que andar por Madrid con un coche que poluciona menos, en cuanto a red, en cuanto a infraestructura y en cuanto a
todo.



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Paso a referirme a otro de los asuntos que ustedes trataban, que es el tema del H2, del hidrógeno, y hablo de esto más como exprofesional de Siemens. Yo he visto generaciones distribuidas ya en algunos pueblos alemanes, en la zona de Essen,
por ejemplo, donde por medio de pilas de combustible, basadas en hidrógeno, se han generado algunos megavatios muy cerca del consumo, es decir, urbanizaciones pequeñitas que tienen su propia generación, pero es verdad que son carísimos porque están
en periodo experimental. Una cosa que no es evidente solucionar es cómo conseguir el hidrógeno, ya que no existe en la naturaleza; el hidrógeno existe en el agua y hay que extraerlo de la misma. Eso requiere energía, es una reacción endotérmica,
pero se conseguirá. De lo que no hay duda es que el hidrógeno, desde mi punto de vista, va a ser importantísimo, primero, para el coche eléctrico y, segundo, para la generación distribuida. En no mucho tiempo veremos pequeños generadores
distribuidos que sofisticarán más la red, pero nada más.



Quiero darles las gracias porque cuando uno da una charla recién llegado a un puesto y a la gente no le parece mal del todo, o bien son muy indulgentes -que es este caso-, o bien uno se queda encantado. En cuanto al recibo de la luz -esto
es una tontería-, una cosa que sería buena -y yo soy el primero que lo hace- es acostumbrarnos a no decir el recibo de la luz, porque la luz es lo de menos, es el recibo eléctrico. Muchas veces pienso que si yo tuviera una compañía eléctrica igual
la luz incluso la regalaría. No es ese el tema fundamental.



Paso a referirme ahora a algo que creo que ha preguntado la diputada socialista sobre la pedagogía. Tengo que decirle que una de las cosas que yo enfoco como misión fundamental dentro de Unesa es hacer pedagogía, es decir, explicarle a la
gente por qué lo que se está haciendo es lo que hay que hacer, por qué las eléctricas generan cientos de miles de puestos de trabajo e inversiones importantísimas, por qué las eléctricas no tienen un retorno de la inversión que les compense las
inversiones que hacen. Esto es real. Es decir, hay que quitar esa especie de espanto que se tiene a los eléctricos. Hay que explicar cómo es el recibo y la gente tiene que hacerse cargo -yendo a lo que usted decía- de que tenemos que tener
energías renovables -por supuesto-, tenemos que tener solar-fotovoltáico -por supuesto-. Lo único que cuestiono es quién tiene que pagar eso. ¿Lo tienen que pagar los clientes de las eléctricas? ¿Lo tienen que pagar todos los ciudadanos? Porque
en el fondo es algo que va a reducir los gases de efecto invernadero para todo el mundo. No lo sé.
Lo único que cuestiono -como Eduardo Montes, mucho más que como presidente de Unesa- es hasta qué punto tiene sentido que se incluya en un recibo de
la energía eléctrica que cuando llega a casa lo vemos con horror -con razón-. Si ustedes ven lo que ha subido el recibo -el 9,8 por ciento-, yo no se lo voy a decir, pero miren ustedes lo que sube la parte que recibimos las eléctricas y verán que
es mínimo.



Respecto a las interconexiones y si se están haciendo los esfuerzos suficientes, ahí me siento un poco perdido. Ese es un tema supongo que de alta política. Vendí el AVE Madrid-Barcelona y me preguntaba mucha gente: ¿por qué, Eduardo, no
hay el Madrid-Perpiñán? Es algo que a mí, como presidente de Siemens, se me escapa. Probablemente hay una componente política de acuerdo entre los dos Estados, pero ciertamente es una necesidad absoluta para, entre otras cosas, abrir el mercado
europeo, porque nosotros decimos que no podemos exportar, pero es que tampoco podemos importar, con lo cual es necesario a la hora de hacer una comparación y a la hora de que haya una competencia europea. La unión entre España y Francia -también
Inglaterra, pero sobre todo Francia, que es todo el continente- la veo absolutamente crucial.



Respecto a si las medidas de ahorro energético que ha tomado el Gobierno son buenas, malas o regulares, creo, por un lado, que todo lo que tienda a disminuir el consumo eléctrico es bueno, como todo lo que tienda a racionalizar las cosas.
No solo son los edificios públicos -que estén encendidos todo el día los edificios de oficinas en Madrid me parece una barbaridad-. ¿Tiene eso importancia cuantitativa? Probablemente poca. Lo que hay que emprender -aunque a un plazo un poquito
más largo- es una reforma estructural del perfil de consumo; una reforma estructural en la que se dé nacimiento a inversiones importantes en las redes de distribución y transporte, se dé nacimiento a redes inteligentes sobre cuyo perfil pueda
decidir el consumidor y se dé pedagogía a estos consumidores. Es un tema a largo plazo. Desde luego las medidas que se han tomado son coyunturales, pero aun siendo coyunturales y que en muchos casos no las entiendo muy bien, cualquier iniciativa
cuya intención sea reducir el consumo energético me parece buena por principio. Es verdad que lo que hay que tomar -lo he dicho antes en la presentación- son medidas mucho más estructurales si queremos cumplir el 20-20-20. Les recuerdo que el
tercer 20 es precisamente la disminución de las emisiones.



Ha hablado usted de Garoña. Ahí sí que respondo como ingeniero de manera incuestionable diciendo que es una barbaridad su cierre. No hay ningún motivo técnico. Garoña es una central -si tienen ocasión de ir a verla lo pueden comprobar;
yo lo he hecho por curiosidad- que está perfectamente mantenida, en la que hemos declarado que los 300 millones de inversión se hacen. No veo un motivo. Además, no creo que Garoña sea diferente a otras. Esto sí que lo digo a nivel personal: si
estamos de acuerdo en no limitar la vida a cuarenta años -que yo creo que no se debería limitar-, Garoña es un caso más, no sé cuál es la diferencia. Garoña es una central relativamente pequeña, 430 o 440 megavatios, pero es una central que
funciona muchas horas, seis mil horas al año, con lo cual tiene una capacidad grande de generación. Desde luego, soy personalmente contrario al cierre de Garoña ahora. Se cerrará cuando se decida


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que su vida útil ha acabado, que desde luego no tiene por qué ser ahora.



La captura de CO2 es importante, se está empezando a resolver y plantea -es verdad- muchos problemas técnicos, pero fíjense en que la gracia está en que no solo sirve para el sector eléctrico. Por ejemplo, el carbón es una fuente autóctona
que importada incluso tiene unos precios razonables todavía. Hay procesos modernos que son mucho menos polucionantes con el carbón como son las centrales críticas, supercríticas, con captura y almacenamiento de CO2, donde ya hay prototipos
funcionando y que están al mismo nivel que el de otras energías renovables, están a nivel de desarrollo. Me parece que es una solución viable en un plazo determinado y contamos con ella.



En cuanto a las preguntas sobre por qué se ha producido la burbuja, le preguntaría también que por qué se ha producido la burbuja inmobiliaria u otras muchas burbujas. Si ven ustedes los planes iniciales, la energía solar fotovoltaica tenía
un plan de 500, 600 o 700 megavatios -no me puedo acordar muy bien-. Eso es razonable en la medida en que la tecnología todavía no estaba madura y poquito a poquito irla subiendo. El problema es que en un momento dado se pensó en que por principio
había que incrementar de manera espectacular la planta de energía solar fotovoltaica. Creo que en lo que hay que ser campeón mundial es en tecnología, no en implantación. A mí qué más me da tener 3.000 megavatios si tengo 90.000 megavatios de
potencia instalados. Es un 3 por ciento, me da igual un 3 que un 2 por ciento a cortísimo plazo. Yo quiero ser yo, Eduardo Montes -y ahora hablo en mi nombre-, no quiero ser el campeón en tener potencia instalada; quiero ser el campeón en
tecnología y que dentro de cinco años no tenga que decir que España es la que tiene más paneles, no, sino que es donde está la tecnología de los paneles, como de hecho pasa por ejemplo en las termosolares, donde sí hay una tecnología.
Creo que hay
que apostar por eso. La burbuja se produjo porque en un momento dado, como las primas eran muy importantes, hubo un bum en el tema; es así de claro.



En cuanto a lo del 20 y el 30 por ciento, lo he explicado anteriormente.
En el 20-20-20 de las energías que se consumen en el país, el 20 por ciento tiene que ser renovable, pero como la más flexible es la eléctrica, a esta le corresponde
un 30 o un 35 por ciento para que la media sea un 20. Se ha dicho que se puede llegar a un 30, pero la realidad es que lo que está ahora en el panel es un 20,1. Todo esto va a estar sometido a variaciones continuas, estoy convencido, y se llegará
a más en la medida en que la tecnología madure antes. Lo que puede haber es un plan de intenciones pero no un plan definitivo. Es muy difícil. No sé si puedo contestar un poco más o no.



El señor PRESIDENTE: Sí.



El señor PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE LA INDUSTRIA ELÉCTRICA, UNESA (Montes Pérez del Real): Uno de los temas importantes de los que se ha hablado es el relativo al I+D+i. Sin duda se está haciendo I+D+i, pero curiosamente en las
compañías eléctricas que son operadoras -le pasa lo mismo a Telefónica en telefonía o a Renfe en transporte- se invierte una cantidad importante de nuestros recursos en la investigación en I+D+i y realmente a quien obligamos a hacerlo por nosotros
es a nuestros suministradores. Por ejemplo, Siemens -y perdonen que hable de Siemens, que es lo que mejor conozco- tiene una cantidad inmensa de dinero invertido en investigación en el área energética para poder suministrarle a las eléctricas las
mejores turbinas. Entonces las eléctricas pagan ese I+D+i en el precio de la turbina y de acuerdo con el suministrador tecnológico. El mundo de la energía, como el de las telecomunicaciones, es un mundo de alianzas entre los suministradores de
equipos y los operadores, por lo que el I+D+i es conjunto. Le puedo decir que por ejemplo Siemens en el área energética invierte probablemente más de 1.000 millones de euros al año.



Me hablaba usted del pago que hay que hacer por tecnologías que conviene tener como es la fotovoltaica. Estoy absolutamente de acuerdo. Lo único que cuestiono es el planteamiento de cómo se debe pagar, cómo se debe financiar y si tiene
sentido -aunque sea solo óptico- que esté en el recibo de la energía eléctrica. A veces me hacen manifestaciones -como el otro día delante de la oficina- en el sentido de que no hay derecho, que se ha subido el 10 por ciento la energía eléctrica,
que es la más cara de Europa. Y me traen papeles donde se ve que, efectivamente, el recibo nuestro está entre los más caros de la Unión Europea. Lo que pasa es que no son cosas comparables. Es decir, si yo extraigo eso de ahí, que hay que pagarlo
realmente, y lo meto no sé si en los Presupuestos Generales del Estado o para que lo paguen todos los consumidores de energía en general, no sé cómo pero de otra manera, yo estaría absolutamente de acuerdo. Si lo único que me preocupa es casi a
nivel óptico, porque eso luego va además al déficit de tarifa. Lo que me inquieta es que sea una deuda que se adquiere con las eléctricas por algo que no tiene mucho que ver. En el fondo eso es déficit de tarifa y es una deuda que tienen los
ciudadanos con compañías privadas. Actuar de banco en este tema no es lo propio, pero no me cabe la menor duda de que alguien lo tiene que pagar.



Vuelve a preguntar sobre el coche eléctrico y ya le he contestado. Desde luego la pedagogía es fundamental.



Sobre el Foro de diálogo de la energía sostenible, poco le puedo decir, porque cuando Unesa estuvo en Cancún y después fue mi periodo de transición, ya que de hecho es verdad que mi nombramiento es del 15 de diciembre, también lo es que tuve
que cerrar cosas en mi incorporación y realmente estoy activo al cien por cien desde el 15 de enero aproximadamente, así que


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cuando me entere de esto no tengo ningún inconveniente en comentárselo.



El señor PRESIDENTE: Muchísimas gracias, señor Montes, por su intervención. Al oír las intervenciones de los portavoces de los diferentes grupos, estoy convencido de que ha agradado a la Comisión, de que nos ha hecho aportaciones potentes,
y le rogaría que nos hiciese llegar a la Cámara el pendrive correspondiente con la información que usted nos ha expuesto para distribuírselo a los diferentes grupos.



Con ello termina el orden del día de la sesión de hoy, pero les agradecería mucho a los miembros de la Mesa y al resto de la Comisión que tuviesen la amabilidad de quedarse unos minutos porque quisiera añadir una cuestión. Usted, señor
Montes, puede quedarse aquí unos minutillos.



Bien saben que la comisaria de Cambio Climático de la Comisión Europea está a punto de llegar al Congreso de los Diputados para reunirse con nosotros, porque hace muy poco rato que acaba de llegar a Madrid, pero por primera vez en el periodo
de tiempo que llevo presidiendo esta Comisión, un parlamentario miembro de la misma me ha mandado un escrito, cosa que ocurrió a mediodía de ayer. Bajo mi responsabilidad, en el ejercicio de la dignidad de la labor parlamentaria y democrática que
nos debe preocupar a todos y sin haber consultado a los miembros de la Mesa, me tomo la libertad de pedirle al senador que me lo ha enviado que lea el escrito, porque bien saben que en esta Comisión tenemos una sistemática de trabajo, pero no
debatimos sobre proposiciones no de ley -no es una proposición no de ley,- sino que son unas consideraciones que el senador don Jesús Caicedo Bernabé, miembro del Grupo Parlamentario Popular y de esta Comisión, me ha dirigido. Se lo entregaré ahora
a la letrada para que le dé registro y ruego al senador Caicedo que lo lea, que lo exponga, y si algún miembro de esta Comisión quiere intervenir, podría hacerlo a continuación de manera muy breve. Estimo que quizá no sea necesario.
Tiene la
palabra el senador Caicedo.



El señor CAICEDO BERNABÉ: Le agradezco mucho que me dé esta oportunidad por mi condición de senador y alcalde de Cuevas del Almanzora, Almería -el municipio al que pertenece la barriada de Palomares- y quiero manifestar: Primero. Con
motivo del accidente aéreo ocurrido el 17 de enero de 1966, en el que dos aviones de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos de América que transportaban cuatro bombas termonucleares colisionaron en el aire, cayendo en la barriada de Palomares, del
término municipal de Cuevas, técnicos del Ciemat, de la Organización Internacional de Energía Atómica y de la Comisión Europea han comprobado e identificado la existencia de tres zonas contaminadas por residuos nucleares que podrían llegar a ser
graves para el riesgo de la población en un futuro.



Segundo. Este hecho repetidamente denunciado ha motivado una pregunta en el Senado por parte de quien suscribe el día 22 de febrero, en la que solicitaba que por parte del Gobierno me dieran una respuesta a las medidas a adoptar sobre el
mencionado problema, tales como la limpieza de los residuos, y dicha pregunta fue contestada por la ministra de Asuntos Exteriores sin que me concretara ni las medidas ni los plazos de una posible actuación.



Tercero. Dado el carácter de esta Comisión, que propone la reducción de emisiones contaminantes, y entendiendo que esta cuestión afecta a las competencias de la misma, por medio de la presente quiero poner en su conocimiento la situación
actual de Palomares y emplazar a esta Comisión a que visite la zona, habiendo terminado los estudios el Ciemat, cuyas conclusiones aconsejan la limpieza, y solicito que esta Comisión, dentro de su esfera de competencias, interceda en la adopción de
medidas urgentes que solucionen el problema de contaminación en Palomares y que culminen con la limpieza de la zona afectada por el incidente de 1966.



Reitero las gracias al señor presidente. Sé que a lo mejor es como entrar con calzador en esta Comisión, pero entiendo firmemente que cuando aquí hablamos continuamente de evitar emisiones y evitar que haya contaminación de ningún tipo,
entre todos tenemos que poner de nuestra parte y acabar con este problema que hoy tenemos en Palomares.



El señor PRESIDENTE: Senador Caicedo, con este escrito nos invita a los miembros de esta Comisión a visitar la zona. Les ruego que dejen en manos -si lo aceptan así los miembros de la Comisión- del presidente analizar, junto con la Mesa y
portavoces en su momento, dentro de muy pocas fechas, la posibilidad de buscar el día adecuado para ir a visitar la zona, pedir los informes del Ciemat y hablar de este tema. Me comprometí a que su señoría pudiera leer este escrito que me ha
dirigido personalmente, y si los portavoces de los diferentes grupos no estiman oportuno añadir ningún otro aspecto, con ello damos por recibida la iniciativa. Quedará recogida en el 'Diario de Sesiones', se registrará y la elevaré a la próxima
reunión de Mesa y portavoces de la Comisión. Muchas gracias.



Se levanta la sesión.



Eran las seis y treinta y cinco minutos de la tarde.