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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 420, de 24/11/2009
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CORTES GENERALES


DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS


COMISIONES


Año 2009 IX Legislatura Núm. 420

PRESUPUESTOS

PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. JESÚS MARÍA POSADA MORENO

Sesión núm. 14

celebrada el martes, 24 de noviembre de 2009



Comparecencia cuatrimestral del secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos (Ocaña Pérez de Tudela), previa remisión del informe correspondiente, para
informar sobre el grado de ejecución de los Presupuestos Generales del Estado y la evolución de las principales magnitudes. El informe deberá contener pormenorizadamente un anexo sobre el grado de ejecución de los créditos del capítulo 8 de los
Presupuestos Generales del Estado. (Número de expediente 212/000901.) ... (Página 2)


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Se abre la sesión a las diez y cinco minutos de la mañana.



El señor PRESIDENTE: Señorías, vamos a comenzar la sesión de hoy de la Comisión de Presupuestos con la celebración de la comparecencia cuatrimestral del Secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos, previa remisión del informe
correspondiente que ha hecho. Como siempre, damos la bienvenida a don Carlos Ocaña, que tiene la palabra.



El señor SECRETARIO DE ESTADO DE HACIENDA Y PRESUPUESTOS (Ocaña Pérez de Tudela): Muchas gracias, presidente.



Señorías, comparezco ante esta Comisión de Presupuestos para dar cuenta de la ejecución presupuestaria en los nueve primeros meses del año y para proporcionarles también el avance del mes de octubre. Se les ha hecho llegar la semana pasada
la correspondiente documentación, de la que están extraídos los datos a los que me iré refiriendo en mi exposición. Además, en esa documentación se contiene un anexo sobre el grado de ejecución de los créditos del capítulo 8, tal y como consta en
el acuerdo de la Mesa de esta Comisión. En primer lugar, como hago siempre, les ofreceré una breve descripción de la situación económica general y después me centraré en la ejecución presupuestaria, tanto por el lado de los gastos como por el de
los ingresos. Sin más prólogo, paso a referirme a la situación de la economía española en el momento actual.



Como todos ustedes conocen, atravesamos una profunda crisis económica, que tuvo su origen en los mercados financieros internacionales y posteriormente se trasladó al sector real. A estos factores externos, en el caso de España hay que
añadir unos factores internos, como son un modelo de crecimiento ciertamente desequilibrado o el fuerte endeudamiento de nuestra economía. En el primer semestre del año 2009, tanto en España como en el resto del mundo, la crisis alcanzó su punto
más profundo y en los últimos meses hemos podido constatar una cierta estabilización, que señala ya el camino de la recuperación. De acuerdo con los últimos datos, nuestro producto interior bruto retrocedió un 4 por ciento en términos interanuales
en el tercer trimestre de 2009, frente al 4,1 por ciento de retroceso en la zona euro. El retroceso del PIB se fundamenta en una fuerte contracción de la demanda interna, tanto en lo que se refiere al consumo como en lo que se refiere a inversión
privada, compensada solo de manera muy parcial por la aportación positiva de la demanda externa. En términos intertrimestrales, podemos apreciar que hemos pasado de un retroceso del 1,6 por ciento en el primer trimestre al 0,3 por ciento en el
tercero, lo que refleja de nuevo que la situación económica ha comenzado a estabilizarse. No obstante, nuestro principal problema no es la tasa de evolución del PIB, nuestro principal problema es el desempleo. De acuerdo con la última encuesta de
población activa, nuestra tasa de paro alcanza ya el 17,93 por ciento, casi un 18 por ciento. Esto quiere decir que hay 4.123.000 personas en situación de desempleo en España, nuestra tasa de paro supera la media de los países de la Unión Europea y
de hecho la dobla. Por otra parte, el índice de precios al consumo sigue registrando tasas negativas, concretamente un menos 0,7 por ciento en octubre, en términos interanuales. En este caso también se aprecia un cambio de tendencia, puesto que en
términos mensuales los precios han aumentado un 0,7 por ciento. Respecto a la zona euro, se mantiene un diferencial negativo de 0,5 puntos. En definitiva, tenemos suficientes datos para afirmar que lo peor de la crisis ya ha pasado y que se
observan claros signos de estabilización de la actividad económica. Por tanto, es el momento de empezar a trabajar por una recuperación rápida y sólida de la actividad económica y, sobre todo, del empleo.



Hechas estas consideraciones iniciales, paso al análisis de los datos de la ejecución presupuestaria. Como les he mencionado al principio, se les ha hecho entrega del documento Evolución de la ejecución del presupuesto del Estado, que
elabora la Intervención General de la Administración del Estado y en el que se contiene toda la información a la que me voy a referir. Es preciso aclarar que los datos objeto de esta comparecencia son los relativos a la ejecución de los nueve
primeros meses, hasta octubre de este año 2009, si bien al final me referiré muy brevemente a los datos de ese mes de octubre, que vamos a hacer públicos hoy.
Empezando por la ejecución de los ingresos, debo señalar que hasta finales del mes de
septiembre la recaudación por operaciones no financieras ha ascendido a 116.842 millones de euros, un 16,2 por ciento menos que en 2008. Del total de los ingresos, aproximadamente el 90 por ciento son de carácter impositivo y alcanzan los 104.133
millones de euros. Esto supone un descenso del 19,3 por ciento respecto a idénticas fechas del año 2008. En el comportamiento de los ingresos impositivos influye la caída de la actividad, que tiene incidencias sobre las ventas, las rentas de las
familias, los beneficios de las empresas y el empleo, e influyen también los cambios normativos y de gestión puestos en marcha para mejorar la liquidez de empresas y familias, algunos de los cuales necesariamente se van diluyendo según avanza el
ejercicio, como es el caso, por ejemplo, de la agilización de las devoluciones. A medida que las devoluciones se adelantan, conforme va pasando el año, se vuelve a ritmos más normales, porque la cantidad total a devolver es esencialmente fija,
constante. No obstante, haré referencia a estos factores normativos y de gestión al analizar la evolución de cada figura impositiva, dado que distorsiona la comparación entre los dos últimos ejercicios, si bien puedo anticiparles que, hasta
septiembre, estos hechos han supuesto a los contribuyentes un menor pago de impuestos por valor de 8.064 millones de euros. Todos esos cambios de normativa y de gestión de los impuestos han supuesto que los contribuyentes se ahorren 8.064 millones
de euros. Sin duda, esto apunta a que son medidas que


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ayudan a familias y a empresas a superar la crisis. Corregida la evolución de los impuestos por estas medidas, con objeto de conocer cuál sería su evolución subyacente, la caída de esos ingresos se modera hasta el 14,5 por ciento. Es
decir, que una cuarta parte de la caída de la recaudación impositiva de este año se debe a esas actuaciones de gestión y de modificación de la normativa.



Centrándome ya en el análisis del comportamiento de los principales impuestos, me referiré en primer lugar al IRPF. En los primeros nueve meses del año, ha disminuido un 10,9 por ciento, como consecuencia de la disminución de las
retenciones del trabajo, que caen un 3,7 por ciento en términos acumulados; esto como consecuencia de la pérdida de empleos y las menores actualizaciones en salarios y en pensiones que se han producido en el año 2009. Las retenciones del capital
mobiliario disminuyen un 6,6 por ciento, por la caída de los dividendos y la reducción de los tipos de interés, y las retenciones de arrendamientos descienden un 2,6 por ciento, también por la evolución de este mercado.
Los fondos de inversión,
finalmente, retroceden un 47,5 por ciento. Por su parte, la cuota diferencial positiva o primer plazo de la campaña del IRPF del ejercicio 2008 ha empeorado su evolución respecto a la del ejercicio anterior en un 28,4 por ciento y las devoluciones
realizadas hasta septiembre han sido un 8,2 por ciento superiores a las del año 2008. Por tanto, de toda esta serie de datos pueden extraerse dos conclusiones sobre el IRPF. La primera es que las peores noticias sobre su evolución provienen de la
liquidación del ejercicio anterior, las caídas más acusadas tienen que ver con lo que ocurrió en el año 2008, que estamos liquidando ahora, en este año 2009. La segunda conclusión es que, si bien este impuesto registra una caída en su recaudación
del 10,9 por ciento, si lo ajustásemos, por los impactos normativos y los efectos diferenciales que suponen los mayores aplazamientos y el ritmo de devoluciones, el IRPF reduciría su caída a un 7,2 por ciento, caída que, siendo importante, es muy
inferior a la que se registra en las demás figuras impositivas. Dicho de otra manera, este impuesto, el impuesto sobre la renta de las personas físicas, está aguantando en términos comparativos relativamente bien la crisis. Esto refleja, por una
parte, que en el mercado de trabajo, pese al problema del desempleo, se mantienen las rentas en un grado importante, y también el hecho de que en ciertos colectivos no hay impacto causado por la crisis; pensemos en los pensionistas o pensemos en
los asalariados del sector público. Y esto es lo que refleja el IRPF, que hay colectivos amplios en los que la disminución de las rentas simplemente no se produce.



Ahora paso a referirme al impuesto de sociedades, que ha alcanzado los 14.404 millones de euros de recaudación en el periodo, lo que supone un descenso del 30,4 por ciento. Si desagregásemos la evolución de este impuesto en sus principales
ingresos, lo que encontraríamos, por un lado, es que el primer pago fraccionado cae un 10 por ciento y la liquidación anual del ejercicio 2008 cae un 37,2 por ciento; por otro lado, se incrementan las devoluciones en un 38,4 por ciento. Esto pone
de manifiesto, igual que veíamos hace un momento en el caso del IRPF, que lo que está condicionando de manera más importante esta evolución negativa del impuesto de sociedades son, sobre todo, las malas noticias del año 2008, la mala evolución de
los beneficios en el año 2008, mientras que los datos que corresponden a este año, las liquidaciones mensuales y trimestrales y los pagos fraccionados, aunque mantienen una evolución negativa, se ajustan razonablemente a nuestras previsiones y
muestran tasas de descenso mucho más reducidas, en una cuantía mucho menor.



En lo que se refiere al IVA, quiero señalar que la recaudación ha alcanzado los 23.816 millones de euros, lo que supone un descenso acusado del 33,9 por ciento. La evolución de este impuesto está marcada por una caída del gasto final sujeto
a IVA -no es sorprendente, se deriva de la debilidad de la demanda- y también se produce por el adelanto de devoluciones respecto a la campaña tipo y por la extensión del derecho a la devolución mensual que se ha puesto en práctica en este año 2009,
que supone que a lo largo de este año lo estemos devolviendo, tanto mensualmente, a las empresas que lo han pedido, como anualmente, por las devoluciones que se corresponden con el ejercicio 2008. La evolución del IVA también está afectada por el
incremento de los aplazamientos. Si ajustáramos la evolución del IVA por estos efectos de los cambios en la gestión y por estos cambios normativos en la devolución mensual, tendríamos una caída todavía acusada pero bastante menor, del 21,2 por
ciento.



Finalmente, en este repaso de los impuestos, señalaré que los impuestos especiales elevaron la recaudación hasta los 14.316 millones de euros, lo que supone una caída del 2,5 por ciento, resultado también de la atonía del consumo. En estos
impuestos especiales, retroceden todas las figuras, en términos acumulados, salvo el impuesto sobre la electricidad. Dentro de los impuestos especiales, destacamos, en primer lugar, el impuesto de labores del tabaco, que cae un 0,6 por ciento en lo
que va de año, mejorando su evolución acumulada en 1,4 puntos en los últimos tres meses, como consecuencia de esa subida de tipos que se aprobó en esta Cámara en el verano. El impuesto sobre hidrocarburos cae hasta septiembre un 4,4 por ciento,
mejorando su evolución acumulada en 3,4 puntos en los últimos tres meses, como consecuencia también de la subida de tipos que se produjo antes del verano y de la evolución del consumo de carburantes, que ha mostrado un cambio de tendencia.



Una vez analizados los ingresos impositivos respecto al resto de los ingresos, y como suelo hacer, les recordaré simplemente que su importancia cuantitativa es menor y, por tanto, les remito simplemente a la documentación que les hemos
facilitado para que tengan los datos, pero no encuentro que haya nada destacable en esos otros ingresos. En definitiva, y tal como les vengo reiterando


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en los últimos meses, los datos de ingresos, en especial los datos de los ingresos impositivos, reflejan, por una parte, la situación de recesión de la actividad económica y, por otra, la activa política anticrisis que desde el Gobierno se
ha puesto en marcha. Los datos se ajustan razonablemente a las previsiones que manejamos tanto en la elaboración del informe de posición cíclica que acompañó al objetivo de estabilidad, en mayo, como a las previsiones incluidas en el proyecto de
ley de Presupuestos Generales del Estado para 2010, por lo que desde este punto de vista no esperamos sorpresas negativas de aquí a finales de año. Nos ratificamos en nuestras previsiones, tanto en las contenidas en los presupuestos como en las que
se contenían en el Objetivo de estabilidad presupuestaria.



Paso ahora a referirme a los gastos, en qué nos estamos gastando la recaudación, los recursos que tenemos de los impuestos. En cuanto a la utilización de los ingresos, como SS.SS. saben, se están destinando en buena parte a ejecutar las
políticas de gasto que han constituido las prioridades del ejercicio, es decir, gasto productivo, gasto social y gasto solidario, garantizando además una mayor calidad de nuestros servicios públicos. Los créditos iniciales por operaciones no
financieras en los presupuestos para 2009 se fijaron en 157.904 millones de euros y esto suponía un incremento del 3,7 por ciento respecto al ejercicio anterior. Los créditos finales, a septiembre de este año, se han situado en 182.534 millones de
euros, lo que representa un incremento del 17,8 por ciento respecto a lo que teníamos a idénticas fechas del año 2008. ¿A qué se debe esta diferencia? La diferencia se debe al considerable aumento de las modificaciones de crédito que no se
financian con cargo al Fondo de Contingencia. En particular hay dos causas fundamentales en este incremento: por un lado, el suplemento de crédito por valor de casi 17.000 millones, de 16.898 millones de euros, destinado a cubrir el déficit del
Servicio Público de Empleo Estatal; con esto lo que estamos haciendo es cubrir las mayores prestaciones por desempleo. Y la otra razón que explica este acusado aumento del gasto tiene que ver con la incorporación de remanentes de crédito, que
alcanza los 2.278 millones de euros, destinados mayoritariamente a operaciones de capital del Fondo para la dinamización de la economía y el empleo.



Me voy a referir ahora a la ejecución. He de señalar, en primer lugar, que las obligaciones no financieras reconocidas hasta septiembre alcanzan los 126.431 millones de euros, lo que supone un aumento del 20,7 por ciento con respecto a lo
que teníamos hace un año. El porcentaje de ejecución del presupuesto del Estado se ha situado en el 69,3 por ciento, cifra superior en 1,7 puntos porcentuales a la que teníamos hace un año. Por tanto, y esta es la principal idea que les quiero
transmitir sobre los gastos, la ejecución se mueve en unos niveles normales, similares a los que hemos tenido otros años, no hay sorpresas y la verdad es que, a estas alturas del año, no esperamos sorpresas en el cierre del ejercicio. La ejecución
del presupuesto de gastos sigue parámetros normales, sigue las tendencias que tenemos observadas ya en otros años. En cuanto a los pagos, en septiembre de 2009 se situaron en 133.501 millones de euros, un 25,3 por ciento más de lo que teníamos en
septiembre de 2008. Este incremento se debe en parte a los pagos de 5.500 millones que se han realizado para financiar el Fondo Estatal de Inversión Local y se debe también a los fondos por valor de 13.508 millones transferidos al Servicio Público
de Empleo Estatal; finalmente, una parte más modesta del incremento se debe a los 983 millones que se han destinado al Fondo especial de dinamización de la economía y el empleo.



Finalmente paso a analizar brevemente los capítulos del presupuesto de gastos, pero no me voy a alargar demasiado porque toda esa información la tienen en el documento y de nuevo hay pocas sorpresas; la ejecución va de acuerdo con las
líneas habituales a esta altura de año. En el capítulo de gastos de personal, quiero señalarles que las obligaciones reconocidas alcanzan los 18.930 millones de euros, un 5,2 por ciento más que lo que teníamos hace un año. En esta evolución
inciden especialmente los aumentos que se han producido en los ministerios del Interior y de Justicia, que alcanzan respectivamente un 6 y un 7 por ciento, fruto principalmente de la consolidación de efectivos y de la creación de nuevos órganos
judiciales. Los gastos corrientes en bienes y servicios alcanzan los 2.515 millones de euros, un 5,7 por ciento más que el año pasado, y esto se debe fundamentalmente al incremento de los gastos gestionados por el Ministerio del Interior en el
programa de seguridad ciudadana, que aumenta un 16,2 por ciento, y a un incremento de los gastos electorales del 12,1 por ciento con respecto al año anterior. Los gastos financieros alcanzan los 15.302 millones de euros, un 9,7 por ciento más que
hace un año. Las transferencias corrientes aumentan un 29,2 por ciento y entre ellas destacan los 31.671 millones de euros que se destinan a las comunidades autónomas y los 11.890 millones de euros que se destinan a las corporaciones locales. No
obstante, el incremento más destacable en esta partida se ha registrado en las transferencias a los organismos autónomos por el importante crecimiento de la dotación realizada a favor del Servicio Público de Empleo Estatal, al que ya nos hemos
referido en dos ocasiones en esta intervención, que se sitúa en 13.508 millones de euros. El año pasado teníamos solo 5 millones de euros en ese concepto.



Por lo que se refiere a las inversiones reales, que, desde el punto de vista de la ejecución, es sin duda el capítulo más interesante porque es el más difícil de ejecutar, el más difícil de llevar a cabo, hay que señalar que estas
inversiones han alcanzado hasta septiembre 5.168 millones de euros, un 2,9 por ciento más que lo que teníamos hace un año.
La inversión civil aumenta un 9 por ciento y la militar desciende un 19,3 por ciento, pero esto se debe, no a una ejecución
más baja o más alta, sino a la disminución de los créditos iniciales, que se


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aprobó en los presupuestos. El porcentaje de ejecución global de las inversiones ha sido de 44,2 por ciento, levemente inferior, en un punto, a lo que teníamos hace un año y esto nos lleva a pensar que el cierre en materia de ejecución de
inversiones para este año 2009 será similar al de años anteriores, en los que, les recuerdo, se han alcanzado niveles de ejecución elevados, muy altos. El ministerio inversor por excelencia, que es el Ministerio de Fomento, ha ejecutado inversiones
por valor de 3.227 millones de euros, un 12,5 por ciento más que hace un año, inversiones que están centradas en infraestructuras de carreteras y de transporte ferroviario. Por su parte, el Ministerio de Medio Ambiente ha realizado inversiones por
692 millones de euros, lo que supone una disminución del 1,9 por ciento respecto a septiembre de 2008.



Por último, las transferencias de capital registran un incremento interanual del 30 por ciento, pero esto de nuevo se debe a un efecto especial y único de este año 2009, que es la existencia de ese Fondo especial para la dinamización de la
economía y del empleo, cuyos créditos se han incorporado al presupuesto vigente este año 2009. Los pagos por transferencias de capital se han incrementado en un 155 por ciento a causa de los pagos efectuados a las corporaciones locales por el Fondo
de Inversión Local y también por los pagos derivados del Fondo especial para la dinamización de la economía y el empleo.



En resumen, esto es lo que les quería contar de la ejecución hasta finales de septiembre. Ahora voy a darles los primeros datos referidos al mes de octubre; como siempre, aprovecho mi comparecencia para hacerlos públicos.



Empezando por el repaso de las novedades que nos ha deparado este mes de octubre, señalo que el déficit en contabilidad nacional ha sido de 59.310 millones de euros, lo que representa 5,63 puntos de nuestro PIB. Esto quiere decir, con
respecto al mes anterior, que el déficit se reduce ligeramente, en unas décimas, reflejando lo que es la evolución normal de este mes de octubre, mes en el que se concentran más ingresos que gastos, que es lo que nos permite reducir ligeramente este
déficit. Esto ocurre de acuerdo con nuestras previsiones. Lo que estamos observando, igual que nos viene ocurriendo desde hace aproximadamente medio año, coincide con mucha exactitud con lo que son las previsiones de ingresos y de gastos que
venimos manejando. En términos de caja, el déficit se ha situado en 57.600 millones de euros. Los ingresos no financieros totales, en los diez primeros meses de 2009, han ascendido a 140.418 millones de euros, lo que supone una disminución del
13,8 por ciento respecto a las cifras que teníamos en octubre de 2008. Tenemos, dicho de otra manera, una mejoría de 2,4 puntos respecto a la caída que acumulábamos en el mes anterior.



Quisiera, antes de empezar a analizar los ingresos impositivos, que son, sin duda, los más importantes, mencionarles de dónde provienen los ingresos hasta la fecha, máxime teniendo en cuenta que octubre es uno de los meses más significativos
desde el punto de vista de la recaudación.
Así, en relación con el IRPF, señalo que se han liquidado las retenciones de pymes correspondientes al último trimestre de 2008 y a los tres primeros de 2009 y, para el resto de entidades, las retenciones
mensuales correspondientes a los meses de diciembre a septiembre. Asimismo se han liquidado ya los dos primeros pagos fraccionados de las empresas sujetas a IRPF. En el impuesto de sociedades, lo que está incluido en estos datos son los dos
primeros pagos fraccionados de 2009 y la cuota diferencial del ejercicio 2008. Por último, en lo que se refiere al IVA, se han producido ya las declaraciones trimestrales de pymes correspondientes al último trimestre de 2008 y a los tres primeros
de 2009 y, para el resto de entidades, las declaraciones mensuales de diciembre a septiembre. Todo este conjunto de ingresos ha descendido un 16,9 por ciento en lo que va de ejercicio con respecto a lo que teníamos hace un año. Esta reducción,
aunque importante, compárenla con la que teníamos hace un mes, que estaba en el 19 por ciento -era 3 puntos peor que lo que tenemos ahora-, o con los porcentajes de reducción superiores al 20 por ciento que teníamos hace tres, cuatro y cinco meses.
Lo que observamos, de acuerdo con nuestras previsiones y con lo que ya anticipamos que iba a ocurrir, es que esa reducción se va a amortiguando. De nuevo esto lo que sugiere es que el proceso de contracción económica que hemos vivido a lo largo de
los últimos trimestres está tocando fondo. Seguimos en tasas negativas, pero tasas más reducidas que las que teníamos hace unos meses. De septiembre a octubre la caída se reduce en 3 puntos porcentuales.



¿A qué se debe esta evolución? Como ya les he señalado en otras ocasiones, en esta evolución inciden negativamente los cambios normativos y de gestión que se han aplicado e incide también la situación económica. Para tener una idea de qué
es lo que está pasando, es útil intentar separar en la evolución de la recaudación la parte que se debe a la evolución económica de la parte que se debe a los cambios normativos y de gestión.
Si hiciéramos este ejercicio, intentando eliminar lo que
obedece a decisiones del Gobierno y del Legislativo, a esos cambios normativos y de gestión, y nos quedáramos con lo que podríamos llamar la evolución subyacente de los ingresos, la que se debe exclusivamente a la evolución económica, lo que
obtenemos es una caída de los ingresos impositivos del 13,8 por ciento. Esto da una idea de qué parte de la caída de ingresos, qué parte del ajuste se debe a que la situación económica es la que es; tenemos una contracción de un 13, 8 por ciento.
Dicho de otra manera, casi 3 puntos de la caída en la recaudación son consecuencia de las decisiones de política fiscal que se han venido adoptando para paliar los efectos de la crisis, y el resto, ese 13,8 por ciento de caída, se debe a la mala
evolución económica. La importancia de las medidas de gestión y de los cambios normativos, si comparan con lo que les contaba en anteriores comparecencias, es cada


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vez menor. Esto es normal, porque una parte de esas medidas de gestión, por ejemplo las devoluciones, van perdiendo importancia conforme se va cerrando el ejercicio y conforme esas devoluciones que se han producido adelantadamente dan lugar
a que, ya en los últimos meses, haya menos que devolver. De manera que observamos cada vez un menor efecto de los cambios de gestión, y por tanto un mayor efecto de la situación económica.



Voy ahora a los principales impuestos. Hay que señalar que el IRPF mejora ligeramente en la evolución de los meses anteriores. Tenemos una disminución del 10 por ciento respecto al mismo mes del año pasado. Esto es una mejora de casi un
punto con respecto a lo que teníamos en el mes anterior. La recaudación del impuesto sobre sociedades alcanza los 20.507 millones de euros, que es un descenso del 22,3 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior, dato todavía muy
negativo, pero 8 puntos mejor que lo que teníamos hace un mes: hace un mes teníamos una caída del 30 y ahora tenemos una caída del 22,3 por ciento. Esta mejora del ingreso en octubre se deriva del segundo pago fraccionado del impuesto sobre
sociedades, que crece un 15,6 por ciento, dejando la tasa acumulada correspondiente a estos ingresos en el 4,4 por ciento. No obstante, quiero señalar que esta evolución positiva no es representativa de la marcha de los beneficios de las
sociedades, ya que la comparación está afectada por algunos cambios normativos importantes que se han introducido en este impuesto, en particular por la libertad de opción del cálculo del pago fraccionado en 2008, y por la aplicación de la segunda
fase de la reforma fiscal, en esencia la reducción del tipo de este impuesto. Si corrigiéramos estos efectos la base imponible ajustada repunta en el segundo pago de 2009 hasta el menos 13,3 por ciento, frente a los descensos en torno al 30 por
ciento que teníamos en pagos anteriores. En definitiva, aquí lo que tenemos de nuevo es una combinación de efectos normativos y de efectos económicos. Si quitamos los efectos normativos y miramos la evolución subyacente del impuesto lo que tenemos
es una reducción todavía importante del 13,3 por ciento, pero indiscutiblemente mucho menor que la que se observa en el conjunto. Esto de nuevo pone de manifiesto que la evolución de los impuestos que vamos observando estos meses está muy
condicionada por lo que ocurrió en el año 2008. Buena parte de lo que estamos observando este año es que en el año 2008 los beneficios de las empresas se redujeron, y por tanto el impuesto sobre sociedades cae, o en el caso del IRPF también hubo
menos dinamismo en las rentas del trabajo, en las rentas del capital, y eso repercute en la recaudación de 2008 que se liquida en 2009.



Por lo que respecta a IVA la recaudación ha ascendido hasta el mes de octubre a 30.631 millones de euros, un descenso del 29,1 por ciento con respecto a lo que teníamos el año pasado a estas alturas. Esto supone una mejora en la evolución
de casi 5 puntos con respecto a hace un mes. Se han adelantado devoluciones, por la extensión en 2009 del derecho a la devolución mensual, por 3.800 millones de euros, lo que sin duda incide negativamente en la recaudación del impuesto. Se han
incrementado los aplazamientos en más de 1.000 millones de euros y esto también incide negativamente en la evolución del impuesto. Si intentamos de nuevo ver cuál es la evolución subyacente del impuesto, si ajustamos el IVA descontando estos dos
efectos, el de la devolución mensual y el de los aplazamientos, lo que obtenemos es una caída en el IVA subyacente -si me permiten la expresión- del 21 por ciento, de nuevo una cifra significativa, pero bastante menor que la que comentábamos hace un
segundo. Y por último, en los impuestos especiales tenemos una reducción hasta octubre del 1,3 por ciento.



En cuanto a los pagos en estos diez meses han ascendido a 127.119 millones de euros, un 23,2 por ciento más que el año pasado. Todos los capítulos mantienen una evolución similar a la que había hasta septiembre, a la que me acabo de
referir, por lo que no voy a repetir esa información.
Únicamente quizá habría que hacer referencia a la disminución en octubre de la evolución de los pagos por intereses. Esto se debe a que el último día del mes fue inhábil, por lo que una gran
parte figura como pagos en el mes de noviembre. Aquí hay un problema de calendario que no representa nada más allá de ese efecto.



Concluyo, señorías. Para finalizar quisiera reiterar que estas cifras de déficit son coherentes con nuestras previsiones de terminar el año con un déficit del Estado algo por encima del 8 por ciento. Una vez más debo recalcar que una parte
considerable de ese déficit se debe a medidas que hemos venido adoptando a lo largo de la crisis, en un intento de paliar la misma. Es un efecto buscado, una respuesta necesaria a la situación económica que nos ha tocado vivir estos dos últimos
años. Sin dejar de lado este objetivo, el de contrarrestar la crisis, el de paliarla, nuestro objetivo ahora debe ser reorientar la política fiscal hacia la salida de la crisis, impulsar el crecimiento económico y sentar unas bases más sólidas y
más estables para nuestra economía. Esto requiere muy en particular unas finanzas públicas más equilibradas, más sostenibles.
Este objetivo se concreta en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que obliga a España a iniciar un decidido proceso de
consolidación fiscal que nos lleve a un nivel de déficit muy inferior, del 3 por ciento en el año 2012, aunque tendremos que valorar ese margen adicional de un año que nos ha concedido la Unión Europea. En todo caso nuestro compromiso es regresar a
esos niveles de déficit del 3 por ciento en el año 2012.



La recuperación económica se producirá, pero no traerá por sí sola una plena corrección del déficit. Además de retirar esas medidas de estímulo fiscal que se aplican a buena parte de la caída de los ingresos y del aumento de los gastos,
será necesario iniciar un paulatino proceso de revisión de los ingresos y de los gastos públicos, y esto lo tendrá que hacer no solo la Administración central,


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sino todas las administraciones; lo tendrán que hacer las administraciones territoriales si queremos de verdad regresar a esa situación de equilibrio y de sostenibilidad financiera de nuestro sector público. Hay un déficit estructural al
que nos tenemos que enfrentar desde todas las administraciones, y aquí enlazo con esos Presupuestos Generales del Estado que están ahora en tramitación en las Cortes, que dan un primer paso en esa dirección de recuperar el equilibrio y la
estabilidad financiera.



Dicho todo esto solo me resta agradecerles su atención, y como siempre estoy a su disposición para todas las cuestiones que quieran plantear.



El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor secretario de Estado, por su intervención y por traer aquí la primicia de los datos del mes de octubre. Se lo agradezco, porque es un honor para esta sede parlamentaria que se conozcan aquí los
datos.



Vienen ahora las intervenciones de los grupos parlamentarios. Comenzamos por el Grupo Parlamentario Popular, y tiene la palabra su portavoz el señor Martínez-Pujalte.



El señor MARTÍNEZ-PUJALTE LÓPEZ: Señor secretario de Estado, una vez más comparece para hablar de la ejecución presupuestaria. Mientras le oía hablar me hacía una reflexión. Usted al final se ha corregido y ha hablado del déficit; en la
primera parte de la intervención no ha hablado para nada del déficit público, aunque sí es verdad que en todo lo que ha manifestado subyacía que teníamos un déficit mucho más alto que el esperado por el Gobierno. Los ingresos y los gastos se han
comportado peor. Los ingresos han caído y los gastos han subido, luego el déficit se ha disparado. Hubiera deseado y quizá sería bueno que hiciera alguna reflexión sobre las consecuencias del déficit público. No es lo mismo, que acabemos este año
con un déficit de las administraciones públicas en torno al 10 o el 12 por ciento -me da igual- que el déficit que tenía previsto el Gobierno al iniciar el presupuesto. No es lo mismo y esto tiene consecuencias. No vale decir que ha traído un plan
de reequilibrio a la Cámara y que en el 2010 van a conseguir llevarlo al 3 por ciento. No se sabe cómo. ¿Cuáles son las medidas espectaculares para reducir el déficit cuando seguimos en el presupuesto de 2010 en la misma línea?


También me hacía otra reflexión mientras le escuchaba. Parece que usted viene a dar cuenta como si fuera un contable. Usted, que es miembro del Gobierno, viene a dar cuenta de un presupuesto que hicieron ustedes y que ustedes presentaron
en la Cámara. Ha dicho -creo que tres veces- en su intervención, refiriéndose a los ingresos, que los ingresos que tenemos en 2009 son consecuencia de lo que sucedió en 2008, en sociedades, en rentas de capital, etcétera. ¿Ustedes no se dieron
cuenta en 2008, si estaba ya sucediendo, de que tenían que haber hecho un presupuesto adecuado a la realidad? ¿No se dieron cuenta? Si lo veía todo el mundo.
Usted lo ha dicho hoy; tres veces creo que lo ha dicho. Le digo con todo afecto que
usted no viene a dar cuenta aquí como si fuera un contable: es que en la caja ha entrado menos y ha salido más. ¿Qué quiere que le haga? Eso sí, lo llevo en orden: cada vez que algo entra lo anoto, y cada vez que algo sale lo anoto. Fenomenal;
yo le felicito por anotarlo. Pero la obligación del Gobierno no es ser un contable, sino hacer que las cosas funcionen bien, y todo empezó porque hicieron mal el presupuesto. Seguro que piensa que vuelvo con una cantinela que ya le había dicho.
Es verdad, se la había dicho. Pero no me voy a cansar de repetirla, porque ese es el pecado original de que tengamos hoy una comparecencia donde los ingresos caen, los gastos suben y de que tengamos un déficit que alguien tendrá que pagar; y lo
pagaremos, porque tiene consecuencias para la política económica.



Nosotros hemos llevado este presupuesto al Tribunal Constitucional porque entendíamos que las previsiones estaban mal hechas, y además ustedes sabían que estaban mal hechas. Ahora dice: ha comenzado ya a estabilizarse -lo ha dicho un par
de veces- o lo peor de la crisis ya ha pasado -creo que solo lo ha dicho una vez-, que es el latiguillo nuevo.
Lo peor ha pasado o en lo peor nos instalamos porque si la tasa de paro es del 18 por ciento y nos instalamos -dice que no va a llegar al
37-, entonces es mejor quedarse en el 18 que en el 37, pero decir que lo peor ha pasado estando en el 18 por ciento y habiendo traído al Congreso de los Diputados unas previsiones en el plan de reequilibrio que dicen que esto no va a mejorar el año
próximo, es que lo peor no ha pasado.



Ayer nos atosigaron con muchas noticias económicas y ya no sé si fue el presidente del Gobierno, Salgado, Rajoy o el gobernador del Banco de España quien dijo que no se podía hablar de que lo peor había pasado hasta que no mejorara el
empleo, y es que no mejora el empleo. ¿El presupuesto tiene alguna responsabilidad en que esto vaya mejor? Esta es una pregunta que hay que hacerse, porque yo me imagino que, aparte de contabilizar bien las cosas para que el presidente del
Tribunal de Cuentas, don Manuel Núñez, no le llame al orden, usted sabe que tiene el instrumento más potente de la economía para hacer que las cosas vayan mejor. ¿Y qué se está haciendo? En mi opinión, las cosas se están haciendo mal, y luego me
referiré a ello.



Los ingresos han caído como nunca lo habían hecho. Además reflejan que hay sectores de la sociedad, precisamente los de rentas más bajas, que lo están pasando peor. Usted decía en su intervención que en el IRPF hay personas que no tienen
una caída de renta. Si cae el IRPF, quiere decir que hay algunos, los que menos tienen, los que han perdido el empleo, que lo están pasando muy mal. El IRPF pone de manifiesto que los autónomos, las pequeñas y medianas empresas lo están pasando
muy mal, están teniendo caídas muy importantes en sus ingresos.



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Se han acelerado los gastos. Se ha referido usted varias veces a que nos ha cogido de improviso la subida de la prestación por desempleo. No sé si ha sido de improviso o es que lo hicieron mal, porque debieron tenerlo previsto. ¿Cuál
sería su comparecencia hoy si ustedes hubieran hecho un presupuesto ajustado a la realidad? ¿No tiene ninguna consecuencia? ¿No tiene usted que hacer ninguna autocrítica por traer aquí un presupuesto que no se ajustaba a la realidad? Lo que más
me ha asombrado es cuando ha dicho: al presentar el presupuesto de 2010 hemos acertado con las previsiones de 2009. Claro, si ya se ha acabado el año, si solo quedan dos meses. Dicen: en estos dos meses no va a cambiar mucho, hemos acertado;
cuando hemos traído el de 2010, hemos acertado en el de 2009.
Aquí hemos pasado del equilibrio a déficits excesivos con una rapidez pasmosa. No hubiera sucedido si ustedes hubieran presupuestado mejor y tendríamos menor déficit estructural,
tendríamos unas cuentas más saneadas, unas cuentas más capaces de afrontar la situación económica con solvencia. El presupuesto se hizo mal a conciencia, porque le venía bien a su discurso económico, y ahora se está haciendo mal a conciencia porque
le vuelve a venir bien a su discurso económico. Les venía bien para hacer un presupuesto que se acomodara a la frase del señor Zapatero de no nos afecta la crisis, y ahora les va bien para ajustarse al discurso del señor Zapatero de lo peor ya ha
pasado. Las cuentas públicas son el instrumento de política económica más importante de un gobierno. Al comenzar oí decir a mi amigo, el señor Fernández Marugán que esta es la Comisión más importante del Parlamento. (El señor Fernández Marugán:
Luego le diré por qué.) No lo sé, pero lo que sí es verdad es que el presupuesto público es el instrumento más importante que tiene el Gobierno para influir en la economía. No se pueden hacer los presupuestos de acuerdo con los caprichos del
presidente del Gobierno; porque al presidente del Gobierno le venga bien un determinado discurso, no podemos ajustar las cuentas al mismo, y que luego todo salga mal, porque cuando eso sucede hay personas a las que les afecta. El hecho de que
tengamos el 17,93 por ciento de paro -como usted ha dicho- tiene algo que ver con que hagamos mal el presupuesto público. No es que no tenga nada que ver, como si fueran dos realidades distintas: por un lado va el paro y por otro el presupuesto, y
como hay más paro, las prestaciones por desempleo crecen y hay menos ingresos. No, porque si ustedes hubieran hecho las cuentas a lo mejor no tendríamos ese nivel de paro. Ayer la ministra Salgado decía que el ajuste no podía ser solo por el paro.
¡Qué descubrimiento! ¡A buenas horas, mangas verdes! Se lo llevamos diciendo desde el primer día: el ajuste no puede ser únicamente enviando gente al paro; tendría que ser con reformas estructurales y tomando medidas en serio; y como no lo han
querido hacer, han mandado gente al paro. De eso son responsables ustedes, porque no son realidades distintas, están ligadas. Se ve cuando se examina con detenimiento el comportamiento del IRPF, del impuesto sobre sociedades o del IVA.



A mitad de año ustedes aprueban -por hablar de gastos- un crédito de no disponibilidad, mejor dicho dos. En cuanto al primero el presidente dijo: va a ser solo gasto no financiero. Después no fue verdad, porque lo que se dice en el
Parlamento por el presidente luego es verdad o no dependiendo de la circunstancia. A continuación traen el segundo, de 1.000 millones de euros; no es mucho comparado con el Estado, ya que podemos estar en 80.000 millones de euros de déficit, más
otros cuantos de las comunidades autónomas, hasta un total de 120.000 millones de euros, o sea que 1.000 millones son pocos, pero este fue el segundo crédito de disponibilidad que trajeron. Hemos tardado tiempo en saber a quién se le quitaba el
dinero. A una pregunta de mi compañero, don Antonio Gallego, han respondido que ese dinero se va a quitar fundamentalmente a I+D+i. De los 1.000 millones, 515 son servicios públicos básicos, gasto social e I+D+i -sobre todo I+D+i, que son 354-, o
por lo menos eso han respondido a la pregunta. Me gustaría conocer más, porque si el gran secreto de reducción del gasto público es quitarle dinero al capítulo 46, que es investigación, desarrollo e innovación, a lo mejor no han contestado bien la
pregunta, y me la tiene que responder usted mejor.



Ahora traen otro gran secreto para que nos vaya bien, y es subir impuestos. La OCDE, a la que usted se ha referido, porque sus predicciones económicas se asemejan a las de ustedes, decía ayer que era mejor retrasar la subida de impuestos;
no sé si van a considerar la recomendación de la OCDE, por lo que también se lo pregunto. He leído unas declaraciones suyas diciendo que la subida del IVA no se va a notar mucho en el consumo; no sé si mucho o poco, pero si sube el precio, bajará
el consumo. Por mucho que usted dijera esto, ¿cree que es el momento de subir impuestos, de subir el IVA a mitad de año, de hacer una previsión de subida del IVA que va a afectar a las rentas medias y bajas, con una tasa de paro del 18 por ciento,
con una caída de la renta disponible de los ciudadanos, con una caída de la renta per cápita? ¿Ahora es el momento de subir el IVA o de subir los impuestos al ahorro? ¿Ahora? ¿De todo el ahorro? En nuestra opinión, no.



¿Cómo se están comportando los gastos? ¿Regular? A lo mejor la información que nos dan no es cierta, pero si uno ve el último dato de ejecución presupuestaria por comunidades autónomas que nos han enviado se observa cómo hay comunidades
autónomas como Cataluña, por poner el ejemplo de mi amigo Macias, que lo tengo aquí al lado, en las que en junio solo se había ejecutado el 30 por ciento, y en general en España a mitad de año solo había el 29 por ciento de obligaciones reconocidas
en ejecución territorializada. Según los datos que figuran aquí es el 44 por ciento en nueve meses. Dicen que se va a ejecutar todo, a lo mejor en los últimos tres meses se acelera, pero lo que indican los números no es eso.



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¿Qué pasará -esta es una pregunta que le reitero también como la última vez- si suben los tipos de interés? Una cosa es el déficit del Estado, 60.000 millones en los nueve primeros meses, según este libro, pero el endeudamiento aumenta en
80.000, porque también aumentan las partidas financieras. ¿Qué pasará con un nivel de deuda que este año -en un ejercicio- puede haber subido 18 ó 20 puntos? ¿Se acuerda cuando el presidente del Gobierno nos decía: no nos pasa nada. Cuando le
decía a la señora presidenta de la Comunidad de Madrid: no se preocupe, aquí hay dinero para todos? En aquellos años se decía: no nos va a afectar la crisis, tenemos un 36 por ciento de nivel de deuda en relación con el PIB. ¿Este año en cuánto
vamos a acabar? ¿En el 60? Me he apostado una comida con unos compañeros a que es el 60; a lo mejor es el 59 y la pierdo, pero también puede ser el 61 y la gano. Sea cual sea el nivel, ¿qué pasará si los tipos de interés crecen? ¿Lo tienen
previsto?


Le hago una pregunta, ¿hay margen o no hay margen? Porque ya hemos olvidado esto de los márgenes. Los brotes verdes nos hicieron quitar los márgenes de las carreteras. ¿Hay margen o no hay margen? En nuestra opinión, ahora mismo con esta
política no hay margen. ¿Usted cree que se puede decir que un Estado puede no tener margen, que el margen es infinito? ¿Usted cree que es posible decir eso? Esta es una frase de su vicepresidenta: el margen es infinito, nos podemos endeudar todo
lo que queramos. Vendrán otros que lo paguen, otros gobiernos, y sobre todo otros ciudadanos, porque los gobiernos no lo pagan. Me parece que la estructuralización del déficit que estamos teniendo va a ser un cáncer muy difícil de corregir.
Ustedes han traído un plan de reequilibrio aquí al Congreso, y lo debatiremos en el Pleno, porque en la Ley de Estabilidad Presupuestaria está previsto que se debata en el Pleno, y tendremos un debate en breve en el Pleno sobre el plan de
reequilibrio, pero es más voluntarismo. Dice el plan de reequilibrio que en 2012 vamos a estar en el 3 por ciento. Sin embargo, vemos a la ministra en televisión alegrándose muchísimo porque en el 2012 tampoco lo vamos a cumplir. Dice: 'Estoy
muy contenta porque nos dejan más margen, más años hasta cumplirlo'. Entonces, ¿para qué nos traen un plan de reequilibrio que saben que no van a cumplir? Hay otro modo de hacer las cosas, señor secretario de Estado.



Quiero concluir diciendo que estamos haciendo la valoración de un presupuesto que estaba mal hecho a conciencia, que sabían ustedes que estaba mal hecho, que ha tenido consecuencias desastrosas para el crecimiento y para el empleo. La
ejecución presupuestaria es un desastre, más allá de que esté bien contabilizada -se lo concedo; el Tribunal de Cuentas sacará algunas pegas, porque siempre las saca, pero está bien contabilizado-, pero eso no es el presupuesto. La valoración de
un presupuesto es: si se ajusta a lo que se presupuestó; si consigue los objetivos para los que se elaboró este presupuesto cuando ustedes dieron la rueda de prensa en Moncloa, unos objetivos de empleo, de crecimiento, de consumo. No se han
cumplido ninguno de los puntos. Este presupuesto que hoy valoramos contenía unas cifras, ninguna de las cuales se ha cumplido. Hay que decir que este presupuesto ha sido nefasto para la vida de los españoles, nefasto para el empleo, nefasto para
el bienestar, nefasto para la renta per cápita. Se podía haber hecho de otra manera, se podía haber hecho un presupuesto con una buena previsión económica, con más austeridad, más ajustado a la realidad de la sociedad española y, además, planteando
reformas. Lo que hoy dice el gobernador del Banco de España, que bien está que lo hubiera hecho cuando fue secretario de Estado, pero probablemente es más fácil ahora criticar lo que uno no ha hecho que hacer... (El señor Fernández Marugán: ¡Ay!)
Eso: ¡Ay! Se lamenta mi compañero Marugán. Este presupuesto se debía haber hecho con reformas estructurales y hoy no estaríamos escuchando, no estaríamos leyendo en el periódico que los que dan recetas económicas, desde el primero al último que
pisa nuestro país, reclaman reformas estructurales que no se han sabido hacer. Si se hubieran hecho a tiempo a lo mejor hoy no tendríamos el 18 por ciento de paro ni hablaríamos de que vamos a ser el último país en salir de la recesión.



El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió) tiene la palabra el señor Macias.



El señor MACIAS I ARAU: Quisiera agradecer la comparecencia del secretario de Estado, señor Ocaña, por todos los datos que nos suministra, especialmente los referentes a la ejecución presupuestaria hasta el mes de octubre, para que podamos
matizar los comentarios sobre el libro datado a finales del mes de septiembre.



Si aquí tuviéramos que examinar la ejecución presupuestaria -puesto que de esto se trata-, ustedes van de mal en peor. Cada vez ejecutan peor los presupuestos. El año pasado a estas alturas -repito: las cifras que tenemos son del mes de
septiembre- llevaban ejecutado el 58,9 por ciento de los ingresos. Este año solo llevan ejecutado a 30 de septiembre el 50,1 por ciento. No sé si apuntarme a la tesis del señor Pujalte de que cada vez hacen los presupuestos peor, más desajustados,
o es que las cosas cada vez están francamente peor. En cualquier caso, de una ejecución presupuestaria cercana al 60 por ciento en ingresos se plantan este año en una ejecución presupuestaria del 50 por ciento, un descenso prácticamente de diez
puntos. Cuéntenos por qué en el presupuesto de 2009 se están cumpliendo los ingresos con tan poca eficacia.



Desde el punto de vista del gasto, alguien podría pensar: Como vamos tan mal de ingresos, vamos a actuar sobre los gastos para intentar que el déficit se dispare lo mínimo posible. Pero tampoco en este aspecto la ejecución presupuestaria
es mejor. El año pasado, en el mes de septiembre, ustedes habían ejecutado un gasto del 67,6


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por ciento, y este año, del 69,3 por ciento, es decir, en la ejecución presupuestaria gastan más que lo que gastaron el año pasado. Por tanto, el comentario en relación con lo que usted nos viene a contar sobre la ejecución presupuestaria
es que vamos mal, vamos francamente muy mal. Uno ya no sabe si incidir en los comentarios de siempre: los déficits de caja no financieros se multiplican por 5, pasando de 13.000 millones a finales de 2008, a 63.000 millones de euros en el mismo
periodo de 2009, y los ingresos tributarios disminuyen un 24 por ciento, aunque ahora dice que solo el 17 por ciento. En ese sentido, muy hábilmente, nos está haciendo trampa, porque ¿cuándo empezaron a caer los ingresos presupuestarios de forma
importante? A partir del segundo semestre del año pasado, cuando la caída en relación con 2007 fue relevante. Ahora nos dice que caen menos.
Hombre, caen menos porque ya cayeron de forma muy importante. Esto es como las ventas de los coches, que
ya no pueden caer más, porque ya computaban en 2006, en relación con los meses del ejercicio anterior en los que la caída en el había sido grande. Dice usted: Ahora ya solo descendemos un 16,9 por ciento, tomando cifras del mes de octubre. Pero
¿sobre qué cifra de referencia? Nuestra preocupación respecto a los ingresos es profunda, y también lo es respecto a los pagos, pues los pagos financieros aumentan en un 25 por ciento. El endeudamiento crece, según sus datos, en 85.290 millones de
euros, que es una cifra que vale la pena tener como referencia por su importante magnitud, que no tiene nada que ver con los 15.000 millones de hace un año. Desde este punto de vista, nos toca valorar la bondad de la contabilidad. Suponemos que es
correcta y, en este sentido, no vamos a entrar en la ejecución presupuestaria, pero déjenos decir, siendo consecuentes con nuestra pertenencia a un grupo político que no apoyó los presupuestos, que los presupuestos de 2009, tal como denunció
repetidamente nuestro portavoz Duran i Lleida, se elaboraron absolutamente a espaldas de la realidad y por eso usted los está incumpliendo más si cabe que los de 2008. Podría formularle muchas preguntas. ¿Cuál ha sido la respuesta del Gobierno a
la caída de los ingresos en un 17 por ciento? No lo sabemos. Frente a la caída de un 30 por ciento de los ingresos del Estado, los gastos aumentan un 25 por ciento. Una parte importante de estos gastos se deriva del aumento de las transferencias
corrientes de capital destinadas al paro -nada que decir- y al Fondo de Inversión Local. Sobre esto último, ya hemos dicho lo que teníamos que decir en ciertos aspectos, pero me gustaría repetirlo. Nuestro grupo considera un gran fracaso malgastar
8.000 millones de euros cambiando bordillos. Es un espectáculo indigno de un país en pleno siglo XXI.



Empezamos ahora a analizar los capítulos de gasto. El gasto de personal aumenta un 6 por ciento, creo que la cifra exacta es un 5,9 por ciento, y nos quedamos tan tranquilos. El gran activo del Gobierno es la austeridad. Dicen ustedes:
Hemos disminuido en capítulo 2, transferencias de crédito. Sin embargo, vamos al capítulo 2 y vemos que las dotaciones iniciales, de 3.502 millones de euros, han aumentado nada más y nada menos que 1.440 millones de euros, que es un porcentaje
apreciable. Dice usted que hay un apartado importante, que es la dotación a las misiones en el exterior de las Fuerzas Armadas, 675 millones. De acuerdo, no lo vamos a discutir. Pero el resto, que siguen siendo 800 millones de euros con relación
a 3.502, pone en absoluta tela de juicio cualquier eficacia de su política de austeridad. Usted ha reventado cualquier austeridad en el capítulo 2.



Hay otros elementos que nos parecen chocantes y seguramente muestran las políticas del Estado que fracasan para ayudar a salir de la crisis. Una de las escasas entidades que reduce el endeudamiento del Estado es el Cesce, los seguros a la
exportación, que se reduce por segundo año consecutivo; fantástico. Aquí todas las empresas quejándose de falta de financiación empresarial, todo el mundo diciendo que hay que aumentar la exportación, la internacionalización de las empresas, y
estamos disminuyendo el capítulo de la Cesce. Otra cosa que me parece especialmente escandalosa es que la única modificación de crédito negativa sustancial que hay son menos 480 millones en I+D destinados a la sociedad de la información, que no sé
cómo se va a justificar más allá del show espectacular de este fin de semana cuando se venga aquí a predicar sobre la nueva sociedad de I+D, de las nuevas tecnologías sostenibles, etcétera. Menos 480 millones de euros, única modificación de crédito
que tiene en valor negativo un carácter importante. Frente a esto, los gastos de personal aumentan 1.600 millones respecto a lo presupuestado. ¿Qué ha pasado? ¿Tan mal hacemos los presupuestos? ¿Por qué han aumentado estos 1.600 millones los
gastos de personal? ¿Hay aquí algún atisbo de austeridad? Sin embargo, donde sí ahorramos es en educación. Una ejecución del menos 10,2 por ciento; fantástico. Esto también debe casar con el show de la economía sostenible. Agricultura.
Está
Madrid tomado por los agricultores y el gasto disminuye de 759 a 460 millones de euros. Pues vayamos ahorrando.



Finalmente -y permítame, aunque la magnitud es pequeña, pero es algo que a uno le toca-, de los préstamos tan cacareados de acceso a la vivienda, 21 millones de euros, solo se ha reconocido por valor de 4 millones de euros. Fantástica
también la política de vivienda del Ejecutivo. En definitiva, el ejercicio que el señor Ocaña viene a hacer una vez más en este cuatrimestre -aunque se agradece desde el punto de vista de la información que nos suministra- pone de relieve, menos
los que votaron en contra del presupuesto de 2009, que estábamos en lo cierto, que era un pésimo presupuesto desde todos los puntos de vista, también desde el punto de vista de su credibilidad. Repito, una ejecución de ingresos 10 puntos más baja;
en gastos 2 puntos más alta y, por lo tanto, un desajuste de 12 puntos con relación a lo que el Gobierno había previsto y que no se justifica a partir de las medidas tomadas. Lógicamente, nuestra preocupación va más allá de si hemos acertado o no
en el pronóstico


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de un presupuesto del Gobierno. En este sentido, nos preocupan las medidas de futuro; nos preocupa lo que pueda pasar; nos preocupa que seguramente el año que viene en la sesión de mayo, de octubre o noviembre, tendré que venir aquí a
pronunciar el mismo discurso, cuando a uno le gustaría hacer otro discurso de felicitación por el rigor con el que se presentan los números y por el rigor presupuestario. Repito -y creo que estas cifras hay que anotarlas-, ejecución en ingresos,
para ser precisos, 9 puntos menos que el año pasado. Hemos reducido 10 puntos. Ejecución de gasto, 2 puntos más que el año pasado. Diferencia entre ingresos y gastos, 12 puntos más alejados que el año pasado. Cada vez cumplimos menos los
presupuestos.



El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Socialista tiene la palabra el señor Fernández Marugán.



El señor FERNÁNDEZ MARUGÁN: He escuchado con bastante atención las intervenciones de los portavoces que me han precedido en el uso de la palabra. La mayor parte del discurso de ambos ha basculado sobre el ingreso. Por eso es un tanto
paradójico que celebremos esta comparecencia diez días después de haber debatido el presupuesto del año 2010 y que por razones muy convencionales, muy habituales, nuestro debate presupuestario haya sido fundamentalmente un debate de gastos.



El señor Martínez-Pujalte y yo tenemos una vieja costumbre que no siempre se cumple, y que este año hemos podido cumplir un poco al margen, que es acercarnos a la otra cara del presupuesto. Sin embargo, la otra cara del presupuesto es una
cara estimativa y no establece obligaciones. Una Comisión, una Cámara como esta, que tiene una sólida doctrina de discusión del presupuesto, tiene también algún tipo de carencias, que algunos las hemos vivido en la oposición y ahora las vivimos en
el Gobierno. De la intervención del señor Martínez-Pujalte me surge siempre una duda: el papel y la importancia que él y su grupo conceden al ciclo.
El papel y la importancia que se le concede al ciclo y a este fenómeno que hemos vivido en los
últimos dos años, cuando en general los gobiernos de los principales países del mundo y una parte importante de los economistas más destacados que generan opinión en este momento señalan que gracias a la intervención pública, al gasto público, al
juego de los estímulos, hemos podido quedarnos en una recesión cuando íbamos camino de una depresión.



Me extraña que un partido como el Partido Popular, que se presenta a sí mismo como alternativa de Gobierno, a la hora de definir su estrategia de política económica sea incapaz de situarse en el mundo del manejo de la demanda, cuando lo que
hay fundamentalmente es una contracción brutal de la demanda. Una vez dije aquí -supongo que lo leyó- que un cargo público español había repetido una frase de Krugman, que era una frase muy feliz.
El señor Ocaña recordará aquella frase de que los
empresarios no contratan, los consumidores no consumen, los empresarios no contratan, los bancarios no prestan, es decir, era el mundo de la parálisis. En el mundo de la parálisis, ¿qué se hace? No está bien que yo les recuerde que esta Cámara,
gracias a Dios, estableció mecanismos de política económica en función de la evolución del ciclo. Si no hubiéramos hecho el mecanismo de política económica en función del ciclo, hubiéramos tenido que recurrir a una elevación brusca del ingreso y a
una reducción brusca del gasto. Por tanto, la primera cuestión es: ¿Creemos en la existencia de las crisis? ¿Creemos en la importancia de los ciclos económicos? ¿Apostamos por el manejo de la demanda? Si creemos en estas cosas, la siguiente
fase consiste en tratar de averiguar si las crisis avisan. (El señor Barrachina Ros: Claro que avisan.)


La verdad es que esto me recuerda a Gila, lo digo sinceramente. ¿Las crisis avisan? ¿Las crisis aparte de avisar, anuncian la gravedad de los acontecimientos? Las crisis no avisan. ¿Cómo van a avisar las crisis? Si avisasen, no serían
crisis. Uno gira la cabeza y se pregunta: ¿Es que ha habido alguien en este momento que haya evitado una pérdida de riqueza material como la que se ha producido? Y no voy a entrar en el fenómeno de la distribución de la riqueza material, que
tiene su gracia. Las crisis no avisan y además, lamentablemente no están protocolizadas. Las crisis ni avisan ni tienen un protocolo de comportamiento ante las mismas. Los gobiernos lo que hacen es ver si las medidas de ejecución de las políticas
económicas contribuyen a encontrar una solución mejor o peor que otras. Los gobiernos en la Europa occidental, y entre ellos el Gobierno español, han encontrado un diseño de política económica que ha evitado una contracción brutal de la actividad y
un problema político de primera magnitud. ¿Que no ha evitado la crisis? Claro que no la ha evitado. Me parece evidente que no la ha evitado.



Hay algunas cosas que están encima de la mesa y que me gustaría poner de relieve. ¿Qué importancia tienen los estímulos? Apenas si hablan los conservadores españoles de la importancia de los estímulos, y hoy hay un debate de primera
magnitud. No quisiera señalar a algunos periódicos notables que generan opinión, que se plantean si hay que mantener o no los estímulos y qué consecuencias se derivan de su retirada y cuáles de su mantenimiento. Hay quien cree que podría haber un
doble repunte y una recaída y hay quien cree que esto no va a suceder. Economistas de todo el mundo dicen que los estímulos que se han puesto en funcionamiento durante este último año han contribuido a paliar la situación, pero que seguramente hay
que hacer una segunda oleada de estímulos. Ese es un problema que a mí sí me produce una preocupación política e intelectual porque, honestamente, se puede uno recrear en la suerte y puede uno decir que se contabilizan mejor o peor las cosas, pero
si aquí no se hubiera hecho lo que se ha hecho en materia de política económica, si no se hubieran tomado


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medidas discrecionales y si no se hubiera dejado actuar a los estabilizadores automáticos; si no se hubiera hecho ese doble juego nosotros tendríamos una situación mucho peor de la que tenemos en este momento.



Decía el señor Ocaña y tenía razón que la estrategia de política presupuestaria del Gobierno de España conducía al déficit; conducía al déficit porque buscó el déficit. Eso es hacer una política contracíclica.
Hacer una política
contracíclica consiste en gastar más que ingresar. Si hubiéramos gastado y hubiéramos ingresado lo mismo el país se habría calentado en unas proporciones inauditas. Doctores tiene la iglesia, don Vicente, en ese tipo de filosofías. Es más, usted
y yo hemos polemizado sobre estas cuestiones en esta Cámara no hace tantos años. Por lo tanto, tengamos un cierto relativismo, márgenes. Que como consecuencia de la existencia de déficit hay endeudamiento, va de soi. El otro problema es: ¿que
debe haber preocupación por el endeudamiento? Creo que el Gobierno de España ha marcado claramente una senda en este presupuesto donde señala que tiene preocupación por el endeudamiento y como consecuencia de ello ha hecho una moderada y modesta
elevación de los impuestos. Los economistas que vienen por aquí son de todos los colores y eso es bueno, que vengan economistas de todos los colores. En la prensa nacional ayer había dos economistas más bien keynesianos y ambos venían a señalar
que hay algún tipo de medidas que hay tomar por el lado del ingreso y algún tipo de medidas que hay que tomar por el lado del gasto.



Nosotros tenemos tres problemas y sobre esos problemas, nos guste o no nos guste, nos vamos a tener que pronunciar en los próximos años. Tenemos que ver la cuantía del desequilibrio, los mecanismos de corrección del desequilibrio y el
calendario de corrección de ese desequilibrio. Hay otro problema: que ese desequilibrio genera deuda. Claro; ya se lo dije al señor Gallego,con el que mantuvimos unas buenas conversaciones tanto en Comisión como en Pleno. Le advertí: Ojo con
hacer uso indebido del riesgo país. Porque el riesgo país no es un riesgo que afecte al papel público. El Ministerio de Economía publicó el 20 de noviembre de 2009 un boletín semanal de coyuntura económica. En él ha hablado del mercado de
emisiones, diciendo lo siguiente: El Tesoro español realizó los días 17 y 19 subastas ordinarias de letras del Tesoro a doce meses y de obligaciones a quince años. El tipo marginal de las letras se situó en el 0,68 por ciento, disminuyendo siete
puntos básicos respecto a la emisión anterior, y adjudicando 5.000 millones, es decir, el 55 por ciento de la cantidad solicitada. Y continúa: Por último, en las obligaciones a quince años, el tipo marginal fue del 4,263 por ciento, descendiendo
25 puntos básicos respecto a la subasta anterior y adjudicándose el 54 por ciento de la cantidad solicitada. El Tesoro del Reino de España tiene solvencia y tiene credibilidad. En este momento, cuando uno ve los diferenciales de colocación de la
deuda pública española respecto de la alemana -que es el patrón universal- ve que en diciembre de 2008 nuestra diferencia era de 80 puntos básicos y hoy es de 56 puntos básicos. Por tanto, en el mundo de la catástrofe el Reino de España coloca el
papel y lo coloca bien. No insistan en eso porque al que hacen daño es al empresario privado porque las entidades privadas tienen más riesgo país. Por esa tensión que tiene uno casi siempre a la hora de enjuiciar la labor del Gobierno, están
haciéndole daño a quien no tienen que hacérselo. La sociedad española está endeudada, pero la sociedad española está haciendo una operación de ampliación de la deuda pública para posibilitar el desapalancamiento de la deuda privada, del cual somos
conscientes. Eso, si no somos conscientes, nos lleva a una dialéctica privado-público que no está a la altura del tiempo. Por tanto, hay márgenes.



Para finalizar mis alusiones a mis buenos amigos los diputados del Partido Popular, me encantaría que hubiera un New Deal conservador; de verdad, que hubiera un New Deal. Usted dice: Hay otra forma de hacer política. De acuerdo, pero,
¿cuándo? (El señor Martínez-Pujalte López: Cuando gobernemos.) ¡Claro! Ese es el problema. Lo ha dicho muy bien. Hasta entonces, crispación, tensión. Después de ganar ya diremos lo que hay que hacer y ya discutiremos con quien haya que
discutir. Eso es poco democrático, don Vicente, eso es muy poco democrático; eso es creer que en esta sociedad la gente no le va a preguntar a ninguna formación política qué quiere hacer, cómo lo quiere hacer y con quién quiere hacerlo. Por eso y
por algunos personajes -porque la política tiene personajes- es por lo que cada cual está donde está. Esa es la reflexión que quiero señalar esta mañana aquí en materia de política económica. La crisis ha tenido efectos devastadores para la
Hacienda pública; ya lo he dicho en esta Comisión y en el Pleno también. Aquí se plantea un problema que algunas de SS.SS. me lo han oído decir. Hay que hacer en los próximos años un trabajo por el lado del gasto y por el lado del ingreso. Por
el lado del ingreso no solamente con estabilizadores, sino tratando de recuperar aquella parte del ingreso que tiene carácter estructural y que en los próximos años, lamentablemente, para muchos negocios y para muchas actividades económicas
españolas no volverá.



El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Martínez-Pujalte. (El señor Martínez-Pujalte López: Fernández Marugán.) Para contestar a las intervenciones de los grupos tiene la palabra don Carlos Ocaña. (El señor Martínez-Pujalte López: Ha
dicho señor Martínez-Pujalte.) Si he dicho señor Martínez-Pujalte, aquí mismo pido perdón por mi error y aprovecho para decirle al señor Fernández Marugán que muchas gracias por una magnífica intervención. Quiero decir que como presidente de esta
Comisión me siento orgulloso del nivel de las intervenciones de todos los portavoces y del secretario de Estado. Tiene la palabra ahora el secretario de Estado.



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El señor SECRETARIO DE ESTADO DE HACIENDA Y PRESUPUESTOS (Ocaña Pérez de Tudela): Señorías, comparezco ante esta Comisión para hablar de la ejecución presupuestaria; ese es el motivo de la comparecencia. Quizás porque no hay sorpresas o
porque las sorpresas que hay no son particularmente negativas, puesto que les he contado que por el lado de los gastos las cosas van bien, van por donde tienen que ir, van de acuerdo con lo que habíamos previsto, y por el lado de los ingresos,
después de un comienzo de año que fue bastante malo porque los ingresos iban peor de lo que habíamos anticipado, y porque resulta que ahora las cosas van entrando dentro de un cierto ritmo, aprecio en sus intervenciones más interés en hablar de la
estrategia de los presupuestos para 2009 y para 2010, que no de la ejecución presupuestaria, lo cual me parece bien porque es señal de que las cosas se van normalizando. No obstante, me obligan ustedes a cambiar el tema de mi intervención, pero si
quieren que hablemos de estrategia de los presupuestos para 2009 y para 2010, lo hacemos, aunque ese no sea el motivo de mi comparecencia.



Respecto a las alusiones que hacía el señor Martínez-Pujalte a la contabilidad y al espíritu contable, tengo que decir que yo vengo aquí a darles la información, porque si no lo hiciera eso sí sería un problema.
Les damos la información
para que ustedes la tengan, la conozcan, la puedan analizar, lo cual es parte del ejercicio normal del juego democrático. Debo hacerlo, independientemente de que sea contabilidad u otra cosa; es bueno que esa información se conozca. Dicho esto,
voy a hablar más de estrategia que de ejecución, visto que la ejecución a todos les ha parecido lo bastante buena como para no hacer excesivos comentarios, aunque sí han hecho algunos en los que entraré a continuación.



El señor Martínez-Pujalte me habla de cuál es el impacto de todo este gasto y, aunque sea repetir lo que ha señalado el señor Fernández Marugán, quiero hacer referencia a ello. Efectivamente el déficit es buscado; este déficit es un
déficit en el que hemos incurrido en buena parte -me he esforzado mucho en mi intervención por cuantificar en qué parte- porque lo hemos buscado para intentar compensar una economía que se estaba cayendo, que estaba destruyendo empleo, que tenía
unos niveles de consumo que bajaban muy rápidamente, y este gasto que se ha hecho ha servido para parar una parte considerable de lo que se nos venía encima.
Por tanto, ya lo creo que ha habido impacto de ese PlanE y de todas esas medidas de gasto
que hemos adoptado; si no fuera por eso, si no fuera porque España ha sido más activa fiscalmente que otros países de nuestro entorno, resultaría difícil de entender por qué las tasas de caída siendo importantes son menores que en otros países
vecinos. ¿Por qué nuestro PIB cae menos que el de las otras grandes economías europeas? Porque hemos hecho ese esfuerzo fiscal, esfuerzo que no es gratuito, que quiere decir déficit y una deuda más elevada que habrá que devolver, que habrá que
eliminar; en cualquier caso, esfuerzo que ha servido, aunque hay más paro del que nos gustaría, para que no haya habido tanto y para que la contracción del PIB haya sido más moderada de lo que hubiera sido en otro caso, y negar ese efecto que se ha
producido es ciertamente estrambótico.



Subida de impuestos. Usted señala que el momento puede que no sea el mejor y que alguna organización, la OCDE en concreto, habla de valorar con cuidado, es decir, no se opone, no dice que todo es blanco o negro, no es tan rotunda, pero sí
es verdad que habrá que valorar con cuidado el momento de la elevación de impuestos. Déjeme que le haga un poco de historia reciente. Hace ahora un año, en la navidad pasada, precisamente porque estábamos poniendo en marcha medidas como el Fondo
de Inversión Local que costaban mucho dinero, empezábamos hablar internamente, dentro del ministerio, el vicepresidente y yo de cómo recuperar el equilibrio financiero, y en ese contexto empezamos a hablar de subir impuestos.
Ciertamente, en
nuestra reflexión estaba clarísimo que aquel no era el momento para subir ningún impuesto porque todavía estábamos en una situación de caída acusada de la demanda y del PIB, pero sí teníamos conciencia de que en el plazo de algunos trimestres habría
que adoptar alguna decisión. Esto fue una reflexión en aquel momento interna, que se hizo dentro del Gobierno, pero no se le dio ninguna publicidad porque no era el momento de hacerla y luego, a los pocos meses, pero no desde el Gobierno, se
plantea una elevación del IVA, particularmente desde la CEOE, desde distintos foros, pero ciertamente desde fuera del Gobierno.
Curiosamente, en ese momento, la elevación del IVA parecía que era agua bendita, una idea estupenda; ahí no había
problema de timing, de cuándo hacemos la elevación. Hay un detalle, y es que eso iba asociado a modificar cotizaciones sociales, pero vamos a ser serios. Me preguntan ustedes que cuál será el impacto sobre el consumo. Cuando se planteó aquella
elevación del IVA resulta que no había ningún problema, que se podía hacer ya; ustedes estaban más que conformes con ese PlanE y tuvimos que ser nosotros los que recordásemos que con una demanda y un consumo en niveles muy bajos, con un consumo muy
débil, no era una buena idea hacer esa modificación. Lo que planteamos en aquel momento, y venimos planteando desde hace más de medio año, es que por supuesto que tenemos que recuperar el equilibrio financiero y que por supuesto también, actuando
de una forma equilibrada, tendremos que hacer ajustes en el gasto y ajustes al alza en los ingresos, pero el momento de hacerlo no es ahora. De hecho, lo que nosotros hemos planteado a esta Cámara en los presupuestos es subir el IVA dentro ocho
meses ahora, pero cuando hicimos el planteamiento era dentro de diez meses. Es decir, nos hemos dado tiempo más que suficiente para que la economía se recupere. Así que lo que le quiero decir son dos cosas. Primero, nadie más cuidadoso que
nosotros en elegir el momento adecuado; el IVA no subirá hasta que la economía esté otra vez creciendo. Segundo, no entiendo que a ustedes exactamente la misma actuación,


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subir el IVA un par de puntos en el tipo general, les parezca bien o mal dependiendo de razones de oportunidad, de conveniencia política; el hecho es el mismo ahora que cuando lo planteó la CEOE hace unos meses y somos nosotros los que
hemos recordado que hay que tener cuidado, que no se puede elevar la carga tributaria en un momento como este y que hay que esperar, así que vamos a poner las cosas en sus justos términos.



Sobre la ejecución territorializada, hablan ustedes de niveles de ejecución bajos, y oyéndoles, señor Martínez-Pujalte, parece que las excavadoras y las hormigoneras estén paradas y solo funcionen una parte del año. (El señor
vicepresidente, Moral Reixach, ocupa la Presidencia.) Voy a recordar, aunque todos los que me están escuchando saben sobradamente de estas cosas, que una cosa es el reflejo contable de las inversiones y otra es la ejecución material de las
inversiones, que se produce de una forma más o menos estable a lo largo del año. Otra cosa es que, en la ejecución del presupuesto, una buena parte del gasto también en inversiones se concentra en la parte final del año. Cuando miramos lo que ha
ocurrido en los doce meses, resulta que España es un país que ejecuta bien sus presupuestos, ejecutamos bien, mejor que otros países, y está bien que sea así, que seamos organizados y capaces de planificar y luego de ejecutar esos planes. Nuestra
ejecución en el capítulo de inversiones, la de la Administración central del Estado, se aproxima en el cierre del año al 95 por ciento. Este es un porcentaje alto. ¿Alto en comparación con qué? En comparación con lo que hacen otros países es un
porcentaje alto. Por la información que les he dado, este año también se va a repetir, la ejecución este año va evolucionando de forma parecida a la de otros años. Cualquier otra consideración puede hacer ruido, pero no es ajustada a la realidad.



¿Qué pasará si suben los tipos de interés? La respuesta es obvia, si suben los tipos de interés nos costará más financiar la deuda del Estado. Eso es algo que nos preocupa porque el gasto que se va a financiar la deuda del Estado no podrá
ir a otro tipo de gasto más útil, más productivo, más social, según el caso. Como eso nos preocupa, estamos también preocupados con contener el aumento de la deuda. Hay otras consideraciones como la que hacía hace un minuto, con una economía que
estaba contrayéndose era razonable aumentar la deuda y parar el primer golpe de la crisis, y eso es lo que hemos hecho, pero usted sabe perfectamente que somos más que sensibles a los problemas que se derivan de que aumente la deuda. Ha hecho usted
una apuesta un poco facilona, va a ganar la comida casi seguro; nuestras previsiones que se contienen en la documentación que acompaña a los Presupuestos Generales del Estado hablan de que efectivamente superaremos ese 50 por ciento en 2009.
Puestos a recordar que la deuda ha subido, a lo mejor también convendría recordar que seguimos muy por debajo de ese casi 80 por ciento, 78 por ciento, de media de la zona euro, de la ratio deuda sobre PIB. Estamos preocupados con el aumento de la
deuda no por el problema que supone hoy, sino por el problema que puede suponer en otro contexto con unos tipos de interés más altos, en eso estamos de acuerdo, pero también tengo que recordar que estamos todavía en unos niveles muy moderados y muy
manejables. Lo que tenemos que hacer es asegurarnos de que dentro de un año o dos seguiremos en esos niveles moderados, asumibles y razonables.



Finalmente, hablaba usted, señor Martínez-Pujalte, de reformas estructurales, y también sabe que nosotros estamos planteando la necesidad de hacer esas reformas y estamos poniendo en marcha todo un paquete de iniciativas que no me toca a mi
relatar en esta Comisión, pero que ciertamente han sido anunciadas y algunas puestas en marcha, unas en forma de ley y otras en forma de acuerdos, que ojalá lleguen más pronto que tarde, en el marco del diálogo social.



En cuanto a los comentarios del señor Macias, creo que está mezclando dos cosas cuando habla de baja ejecución y se centra en lo que está pasando con los ingresos. En los ingresos tenemos una previsión, y esa previsión se cumple o no, pero
eso no dice nada acerca de lo bien o mal que se gestionan los presupuestos; dice algo acerca de lo bien o mal que evoluciona la economía. Realmente no está usted descubriendo nada si señala que el primer semestre de este año 2009 ha sido malo en
términos económicos y eso se refleja en la recaudación. Insisto, eso es el contexto económico, no es ejecución en el sentido de las decisiones que toma la Administración para asignar recursos. Hablar de ejecución y referirse a los ingresos creo
que no hace justicia a la cuestión que nos ocupa. Lo que tenemos que mirar son los gastos y sobre los gastos tengo que señalar de nuevo que, pese a las cifras que usted ha ido desgranando, la situación que tenemos es similar a la de otros años.
Eso quiere decir una ejecución buena. La pregunta que tenemos que responder es si los planes de gasto que se han hecho se cumplen, y la respuesta que le estoy dando es que se cumplen en un porcentaje muy elevado. La parte más difícil de dar
cumplimiento a esos planes es la que tiene que ver con las inversiones, porque cumplir el capítulo 3, el pago de los intereses, desde el punto de vista gestor no es muy difícil, es simplemente cumplir las obligaciones que tiene el Estado y ya está.
En el capítulo de inversiones, que es más difícil y por eso me he centrado más en él, estamos ejecutando un poco mejor que otros años, lo cual me permite tener confianza en que terminaremos el año en niveles adecuados. Ha nombrado usted una serie
de cifras, de las que he apuntado las que he podido y las que me han sonado más preocupantes. En el capítulo 1, ya les he explicado en mi primera intervención que lo que tenemos en la evolución de los gastos de personal son medidas extraordinarias
que se han tomado en dos ministerios que nos preocupan particularmente: Justicia e Interior.
Estamos haciendo un esfuerzo adicional, pese a la crisis, para reforzar los medios humanos en esos dos ámbitos. Es una buena idea y debemos seguir
haciendo ese esfuerzo. Habla de la


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ejecución de Cesce. Hace pocas semanas, no sé si llega a meses, hemos elevado la cantidad que puede asegurar Cesce. La posición del Gobierno es que mientras haya demanda esos seguros a la exportación se den de la forma más ágil y en toda
la cuantía que sea necesaria. Otra cuestión es qué demanda hay para esos créditos, pero no tenemos ninguna restricción.
Ha nombrado usted lo que también me preocupa, recortes en I+D+i, en sociedad de la información. De esto hemos dado cumplida y
detallada cuenta. Simplemente estoy repitiendo información que ya tienen. El ajuste se produjo en recursos que estaban en el capítulo 8, es decir, dinero para aportaciones financieras que se pueden gastar o no. En todo caso, nos parece que no
afectan a lo que va a ser la actividad en I+D+i de este año. De su intervención, señor Macias, podría deducirse que la ejecución del presupuesto se desvía de los presupuestos que ustedes aprobaron en diciembre pasado. Ese no es el caso. Puede
discrepar, y lo entiendo, ya lo hizo en su momento, de cuál era el planteamiento de los presupuestos para el año 2009, pero entre lo que dijimos que íbamos a hacer y lo que estamos haciendo, las diferencias son menores. De acuerdo con lo previsto
la ejecución va bien.



Termino agradeciendo al señor Fernández Marugán sus comentarios. Nos hemos repetido en algunas de las cosas pero quizá eso no es malo.



El señor VICEPRESIDENTE (Moral Reixach) Vamos a dar un segundo turno de intervenciones de cinco minutos. Tiene la palabra el señor Martínez-Pujalte.



El señor MARTÍNEZ-PUJALTE LÓPEZ: Con brevedad. Dice el señor secretario de Estado: Las cosas van como tenían que ir. El año pasado por estas fechas aprobábamos un presupuesto para la Administración central con un déficit del menos 1,5, y
estamos en el 8,1 de déficit hacia el final del año; eso pueden ser unos 70.000 millones de euros más. Las cosas no van como tenían que ir, porque si ustedes nos traen un papel a esta Cámara que nos hacen a 350 diputados apretar un botoncito, es
porque creen que es lo que va a ser. ¿Cómo me dice que van como tenían que ir? Algo malo ha pasado y alguien tiene que asumir alguna responsabilidad. ¿O no? ¿Van como tenían que ir cuando el déficit previsto para el conjunto de las
administraciones era del 1,9 y podemos acabar en el 12? ¿Van como tenían que ir? No. Lo que usted puede decir -yo se lo decía- es que se están apuntando los gastos en el libro. Claro, pero no van como tenían que ir; tenían que ir de una manera
y van de la contraria. Buena la ejecución.
No, la ejecución es malísima, porque ustedes hacen una previsión de ingresos que se desploma y una previsión de gastos que crece. Dice usted -después de que lo dijera también el señor Fernández Marugán-:
es que buscábamos el déficit. Lo podían haber dicho, porque las crisis vienen cuando vienen, efectivamente, pero es que el secretario de Estado ha reconocido hoy aquí que algunas de las caídas de los ingresos que se han producido este año eran
consecuencia de la actividad económica del año pasado, que se conocía; de la actividad de sociedades, que se conocía; de las actividades de los rendimientos de capital, que se conocían. ¿Se ha buscado el déficit? ¿Y por qué no lo dijeron? No se
ha buscado el déficit, es que ustedes lo hicieron mal. El PlanE es fantástico. No sé yo si sacamos adelante la economía poniendo y quitando aceras, no lo sé; en cualquier caso, es el 0,5 por ciento del PIB cuando el déficit es el 12.
No es que
se haya buscado el déficit, es que se le han desplomado los ingresos porque hicieron una mala previsión y le está aumentando la prestación por desempleo porque ustedes no hicieron una buena previsión de lo que iba a pasar con el empleo en España.
Además de que los estabilizadores automáticos han funcionado y ustedes no hicieron previsiones de cómo iban a evolucionar, ustedes han hecho una política de estímulo fiscal, dicho de otra manera, de gasto público quitando y poniendo aceras. Dice el
señor Fernández Marugán: Si no lo hubiéramos hecho hubiera ido peor. Por la misma razón, y con el mismo rigor académico, puedo decir: Si hubieran hecho reformas y hubieran hecho un buen presupuesto estaríamos como el resto de los países, con
tasas de paro del 8 por ciento. ¿Qué maldición divina tienen los españoles para que con gobiernos socialistas las tasas de paro lleguen al 20 por ciento? Es una maldición divina, porque en otros países no pasa y cuando había un Gobierno del
Partido Popular no pasaba. ¿Qué maldición divina? ¡Que se hacen las cosas mal!


¿Hay otra manera de hacer las cosas? Sí, señor Fernández Marugán, y usted lo sabe. Hay políticas de oferta para hacer las cosas bien y hay países que están haciendo políticas de oferta para hacer las cosas bien, con reformas en el mercado
de trabajo, con reformas en los mercados de bienes y servicios, que no son recortes sino que son reformas, y con descenso de impuestos. Por cierto, señor secretario de Estado, el PP no planteó subir el IVA, lo planteó la CEOE; nosotros dijimos que
no. En cualquier caso, CEOE dijo: subir IVA y bajar Seguridad Social para que las empresas ganaran competitividad cuando fueran al exterior. Nosotros no lo planteamos. La ejecución de los gastos va bien, se va a cumplir bien. Se lo concedo, lo
que digo es que en este libro rojo estamos en el 44 por ciento en septiembre; en diciembre, en los próximos tres meses lo haremos muy bien, pero lo que le digo es que estamos en el 44 por ciento.



Señor Fernández Marugán, no hace daño el que pide otra política económica, daño hace quien ejecuta una política por el camino erróneo. No sé si Mafo -perdón, el señor Fernández Ordóñez, gobernador del Banco de España- está crispando la vida
política porque diga que hace falta hacer reformas. Me parece que lo que estamos haciendo desde el Partido Popular es plantear una alternativa para que las cosas vayan mejor. ¡Cómo desearíamos hoy que el presupuesto se hubiera cumplido tal y como
se aprobó y que en España hoy no estuviéramos hablando del 18 por ciento de paro y de caídas en la renta per cápita!


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El señor VICEPRESIDENTE (Moral Reixach): Tiene la palabra don Pere Macias.



El señor MACIAS I ARAU: Señor secretario de Estado, considero que está hoy aquí no como el gran contable del Estado, que también lo es, sino como un secretario de Estado. Un secretario de Estado tiene un rango importante, entre otras
cosas, para justificar no solamente la contabilización correcta, que se supone, de las partidas, sino la política presupuestaria, que empieza con algo tan importante como la preparación de los presupuestos, si no estoy equivocado; como llevo poco
tiempo aquí, a lo mejor me lo puede aclarar. Hace un año usted vino aquí y entregó un chip con un presupuesto que dice: Estado, presupuesto inicial 141.110 millones. Y se supone que si usted viene aquí y sus compañeros del Grupo Socialista y
allegados aprueban un presupuesto con esta cifra es porque razonablemente alguien -usted tendrá algo que ver- presume que van a recaudar este dinero. Usted el año pasado había previsto un presupuesto inicial en 2008 de 158.757 millones, y ejecutó
lo que ejecutó, ya sabemos que esto está liquidado; pero a estas alturas del año -esto lo escribe usted y no yo- usted dice que bajo el epígrafe ejecución de presupuestos de ingresos realiza, porcentualmente, el año pasado el 58,9 por ciento,
repito, a finales de septiembre. Este año, usted -o el Partido Socialista o el Grupo Socialista y sus amigos y allegados y pactados- prevé 141.110 millones, pero solo cumple el 50,1 por ciento; repito, realización porcentual que usted nos explica
aquí. Por tanto, lo que le estoy diciendo es que usted, el Partido Socialista y sus amigos, conocidos y allegados, pactados, etcétera, se habrán equivocado algo más en 2009 que en 2008. Y uno presume que cuando pide, no al contable supremo de la
nación, sino a un secretario de Estado del Gobierno de España, una explicación de esto es porque usted se ha equivocado más, repito, usted, el Grupo Socialista, amigos, pactados, etcétera. No me diga usted: es que no lo ha entendido. Sí que lo he
entendido, claro que lo he entendido. Y esto, por lo que hace referencia a los ingresos. Pero en el capítulo de gastos, dice: no, en gastos no nos equivocamos. ¡Faltaría más!, si están cada quince días aplicando modificaciones presupuestarias.
Nos dice: no, no, con las modificaciones presupuestarias no nos equivocamos; estamos en el 69 por ciento, que es el promedio del 70 por ciento que tenemos cada año. ¡Solo faltaría que a estas alturas del ejercicio presupuestario y habiendo
introducido modificaciones presupuestarias por unas cifras absolutamente exorbitantes no encajaran y, por tanto, su papel de gran contable del Estado quedara desdibujado, cuando se supone que lo hace con una absoluta eficacia! Por tanto, lo que le
pido en nombre de mi grupo es que aclare por qué se equivoca usted tanto, díganoslo, por qué se equivocó tanto, tanto, tanto, tantísimo y por qué cada vez se equivoca más. (El señor presidente ocupa la Presidencia.) Si todo esto fuera una cuestión
de cifras, pues, bueno, uno dice que son cifras y ya está, pero detrás de las cifras hay personas, hay situaciones económicas, hay empresas en crisis, hay empresas y sectores a los que no se ayuda -y no nos lo inventamos-, que salen a las calles a
pedir algo, que vienen a ver a los partidos políticos -imagino que al Grupo Socialista también- y nos dicen que las cosas no se están haciendo bien. Por tanto, detrás de esta mala ejecución presupuestaria o de estos errores de previsión
presupuestaria, la economía no funciona. Y aquí sí tengo que preguntarle a usted cosas en función de su papel como secretario de Estado del Gobierno de España, y voy a poner un ejemplo para que nos entendamos.
Usted este año, más o menos, está
cumpliendo con los 1.699 millones de euros en loterías. Está bien. Pero resulta que en todas las medidas que se aprueban en los presupuestos del Estado hay una previsión de cierta externalización o privatización de algunas loterías. Sobre esta
decisión que usted toma -usted o el Grupo Parlamentario Socialista y todos los que pactan el presupuesto con ustedes este año- a lo mejor el año que viene a estas alturas le tendré que decir: Mire usted, en su presupuesto, en su supuesto previo,
quería recaudar 1.699 pero como tomó las medidas que a lo mejor no son eficaces solo llega a 1.100. Y yo, como representante de un grupo de la oposición, voy a tener que pedirle responsabilidades o explicaciones por esto. Por tanto, comprenda
usted que nuestro papel, más allá de vocación de auditor, que al menos nosotros como grupo no la tenemos, porque además estamos convencidos de la bondad de su trabajo en este sentido, sí que pedimos explicaciones desde un punto de vista político.



El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra por el Grupo Parlamentario Socialista el señor Fernández Marugán.



El señor FERNÁNDEZ MARUGÁN: Señor presidente, la verdad es que en mi intervención anterior dejé a un lado la referencia al Fondo de Inversión Local porque me obligaba a bajar un poco en la línea de razonamiento y me encajaba mal en el
argumento. Pero han vuelto a esta cuestión y lo han hecho con un carácter un tanto tópico. Les voy a leer unos comentarios que ha hecho una institución financiera española, que hace análisis de la situación económica, sobre el papel que ha
desempeñado el Fondo de Inversión Local a lo largo del año 2009. Dice: La puesta en marcha del FEIL ha supuesto una de las medidas de política fiscal contracíclica más ambiciosas desarrollada en la Europa continental, tanto por su importe -supone
el 0,7 por ciento del PIB dentro del 2,7 que alcanza el conjunto de las medidas discrecionales aplicadas en el año 2009- como por la influencia positiva que va a tener en el empleo dado el carácter de trabajo intensivo de esas operaciones. Según
las estimaciones del BBVA, que se podrá equivocar o acertar como tantos otros en materia de política económica a lo largo de los últimos años, este fondo todavía en marcha habría permitido la creación de 238.000 empleos anuales. Y más adelante dice
que estas estimaciones les lleva a sostener que la caída del


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empleo en términos de EPA se redujo significativamente como consecuencia de la puesta en marcha de este fondo. Cayó en el segundo trimestre del año 2009 en 250.000 empleos cuando en el primer trimestre había caído 600.000. Es una medida
que creo sinceramente que ha tenido éxito, que ha sido eficaz. Esa medida y la medida del plan de las ayudas a la adquisición de vehículos las mantenemos en el año 2010 porque creemos que en el año 2009 han sido eficaces.



El señor Martínez-Pujalte ha señalado una línea de política económica que él entiende que es adecuada. Se ha reclamado como partidario de lo que podríamos llamar los economistas de la oferta. Yo creo que los economistas de la oferta, si es
que sirven para hacer frente a determinadas circunstancias -no soy nada partidario de expectativas racionales ni de ninguna de esas escuelas económicas-, lo serían en el mejor de los casos en el largo, en el larguísimo plazo. Porque aquí nos guste
o no nos guste tendremos que admitir algo que resulta difícil y es que esta es una crisis que no tuvo sitio, es decir, que no era esperada.
Después de estar diciéndonos los economistas y algunos políticos que el mecanismo de autorregulación del
mercado era eficiente, que la inflación estaba controlada y que el conocimiento técnico nos permitía funcionar sin ciclos, ¿cómo es posible que se haya producido una catástrofe de tal magnitud? En ese sentido, tengo que decirle, señor
Martínez-Pujalte, que creo honestamente que una parte del discurso que ustedes hacen -se lo dije una vez y se lo vuelvo a decir- es recuperar el viejo discurso que existía en las economías occidentales allá por los años noventa: el discurso de los
personajes. Creo que en este momento ni hay que recuperar ese discurso ni hay que recuperar esos personajes. La situación es distinta, es decir, no admitieron nunca en el corto plazo la existencia de los ciclos y ahora están intentando una salida
en el larguísimo plazo que no tiene en cuenta esta situación. Créame, este es un problema que están abordando los gobiernos con políticas de intervención, con políticas de expansión del gasto público, esas cosas que usted graciosamente llama
estímulos, y como cree que no se entiende bien lo que hay detrás de los estímulos, dice expansión del gasto. Sí, es la expansión del gasto la que ha sacado a las economías occidentales de este atolladero, es así. Ha habido que cambiar el
paradigma, y como consecuencia de ese cambio de paradigma, después de admitir que el sitio era el de una contracción fuerte de la demanda, lo que había que hacer eran políticas expansivas que permitieran sacar las economías a unos niveles más
próximos al producto potencial y que en el futuro próximo fuéramos capaces, a través de una serie de políticas, de plantearnos lo que se plantean hoy los economistas en muchos lugares de la Europa occidental.



Si como parece -como diría el señor Rajoy- hay signos de recuperación, lo que tenemos que discutir es las políticas de recuperación. Ahí se van a volver a equivocar, porque ustedes no están en el conjunto y en el tipo de políticas que
contribuyen a la salida de la crisis, ustedes siguen anclados en lo que el señor Reagan, la señora Thatcher y algunos más creyeron que era la solución a los problemas, y, de verdad, no vale volver a insistir en las políticas equivocadas, y no vale
tratar de reproducir las malas ideas que nos condujeron a esta situación. Por ahí no va a haber solución; por eso los planteamientos que hacen la mayor parte de los organismos y la mayor parte de los gobiernos están tan alejados de los
planteamientos que hace el Partido Popular.



El señor PRESIDENTE: Para terminar la comparecencia y contestar a estas últimas observaciones tiene la palabra el señor Ocaña.



El señor SECRETARIO DE ESTADO DE HACIENDA Y PRESUPUESTOS (Ocaña Pérez de Tudela): Voy a ser breve, señor presidente, y solo insistiré en tres puntos muy concretos. En primer lugar, señor Macias, haciendo historia de mi relación con esta
Comisión, he de decir que yo a esta Comisión vengo bastantes veces todos los años. Es verdad que en otras ocasiones no he tenido el gusto de coincidir con usted, pero si ponemos esta comparecencia en su contexto y recordamos que de la estrategia de
presupuestos estuvimos hablando no sé si hace un mes o poco más, y de la ejecución presupuestaria estuvimos hablando hace cuatro meses, quizá podamos entender algunas cosas.



Cuando hablamos de la ejecución presupuestaria del primer cuatrimestre ya se encargaron ustedes de recordarnos que las previsiones no coincidían; el señor Martínez-Pujalte en particular insistió vigorosa y repetidamente en que las
previsiones estaban desviadas. Con respecto a aquel argumento -por cierto, yo me podía haber defendido diciendo que el sesgo o error que había en las previsiones era el mismo que el de todos los analistas y el de todas las organizaciones
internacionales, pero no me arropé en esto-, reconocimos en ese momento que efectivamente las previsiones estaban mal y que la situación económica había evolucionado de una forma que no esperábamos. Y con respecto a aquella comparecencia ahora les
digo que lo que ha ocurrido en los últimos cuatro o cinco meses se parece bastante a lo que habíamos anticipado. Esto no es un ejercicio de contabilidad, sino que es un ejercicio de hacer previsiones y de anticipar y adaptar la economía a aquella
situación. En ese contexto es en el que he insistido en que las cosas han cambiado algo desde abril hasta ahora. De la estrategia del presupuesto ya tuvimos la oportunidad de hablar en la presentación de los presupuestos y en ese contexto es en el
que he insistido en que la ejecución va bien, adaptada a lo que esperábamos más recientemente, porque es verdad que ha habido una sorpresa en la evolución de los ingresos a principios de año.



La segunda idea es muy específica. Ha mencionado usted las loterías. Lo único que se establece en el todavía proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado


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para 2010 en este ámbito es algo que viene obligado por una directiva europea y que no tiene nada que ver con privatizar. No estamos privatizando el sector de las loterías, ni preparándonos para la privatización, ni nada parecido. Lo único
que se dice, porque nos obliga a hacerlo una directiva, es que las relaciones entre los administradores de loterías y Loterías y Apuestas del Estado, que hasta ahora venían reguladas por el derecho administrativo, pasarán a futuro, para las nuevas
administraciones, a estar reguladas por el derecho mercantil. Por tanto, las implicaciones son mínimas, menores y no tienen nada que ver con privatizar. Puedo entender que en el sector de las loterías se están produciendo unos cambios tremendos y
donde antes había dos operadores públicos o cuasi públicos -por un lado, Loterías y Apuestas del Estado, y por otro, la ONCE- ahora hay un montón de nuevos operadores amparados en el derecho comunitario, no necesariamente en el español, que están
entrando en España y eso de alguna forma está cambiando el mapa de ese sector. Puedo entender que los que están en ese sector y viven del mismo tengan una cierta inquietud, pero de eso a atribuir al Estado la intención de privatizar, nada de nada;
no estamos privatizando nada de nada. No sé lo que pasará dentro de veinte años, pero en los planes del Gobierno no entra privatizar las loterías. Desde mi punto de vista, ese mínimo cambio tiene más ventajas que inconvenientes para los propios
administradores de loterías, porque es más cómodo regirse por el derecho mercantil que por el administrativo. Le pongo un ejemplo. Cuando desgraciadamente fallece un administrador de loterías, le corresponde al secretario de Estado de Hacienda
hacer una resolución atribuyendo esa administración de lotería normalmente al viudo, a la viuda o al hijo.
Esto suena a otra época. Imagínese usted cualquier otro sector que funcionase de esa manera, por ejemplo, las farmacias. Modernizar un poco
las relaciones es bueno pero, insisto, no estamos privatizando ese sector.



Termino con un tercer y último comentario. El señor Martínez-Pujalte preguntaba qué parte del déficit obedece a decisiones, es buscado y qué parte es consecuencia de la situación económica. Esto es algo que tenemos muy estudiado; le doy
los datos y le dejo a usted valorar si es mucha, poca o intermedia la parte que es buscada. Si hacemos el listado de medidas que hemos adoptado por el lado del mayor gasto para dar respuesta a la situación económica, y esto incluye el Fondo de
Inversión Local, el Fondo de dinamización de la economía y el empleo y las aportaciones que hemos hecho al servicio público de empleo estatal, que es gasto público... (El señor Martínez-Pujalte López: Obligado.) Obligado o no es gasto que hace el
Estado y ahí se han destinado 22.290 millones de euros, que se han puesto como respuesta a una situación económica determinada.
Si lo miramos por el lado de los ingresos, y esto incluye desde medidas de inyección de liquidez a ajustes en los
impuestos, entre unos conceptos y otros, en el caso de los ingresos, los recursos que se han diferido o que directamente no va a recibir el Estado ascienden a 7.438 millones de euros. Estas dos cifras sumadas son casi 30.000 millones, en concreto,
29.728 millones de euros, y esa es la parte del déficit que obedece a decisiones de política económica. ¿Eso es mucho o poco? Júzguelo usted, pero ciertamente no es una cantidad despreciable. El resto, efectivamente, es consecuencia de la
evolución de la economía, pero esos 30.000 millones -5 billones de las antiguas pesetas- son el resultado de decisiones de política económica, son el resultado de decisiones que aparecen en el BOE y que, en general, aprueban ustedes.



El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Ocaña. Muchas gracias a todos.



Se levanta la sesión.



Eran las doce y veinte minutos del mediodía.