En marzo de 1932 reciben las Cortes Constituyentes la solicitud de la Asociación Nacional de Mujeres Españolas para la colocación “en un lugar preferente” de una placa para conmemorar los logros obtenidos en relación con los derechos electorales de la mujer.

La recién aprobada Constitución de la República española, de 9 de diciembre de 1931, recogía estos derechos en varios de sus artículos (arts. 25, 36 y 52).

La Asociación Nacional de Mujeres Españolas estaba constituida desde 1918 para defender los intereses de la mujer y del niño. En la propuesta que se recibe el 22 de marzo de 1932 se solicita la instalación de una placa que recoja las fechas relativas a estos acontecimientos históricos en algún lugar significativo de la Cámara. Para ello se compromete a proporcionar el dinero necesario para su elaboración.

En el expediente que obra en el Archivo se detalla la iconografía de la placa y se ofrecen dos modelos:

1º Dos figuras de mujer que representan, una a España, reverenciando al libro de la historia del hecho, y la otra la mujer española que agradece y ofrenda un símbolo decorativo con una sencilla rama de olivo, símbolo de la paz.

La mayor parte del relieve va ornado por una guirnalda de laurel y su materia sería de bronce y mármol ejecutado en el tono de modernidad que procede en la escultura contemporánea. El tamaño propuesto es 80 x 70 cm en forma apaisada.

Primer boceto de la placa

2º En este proyecto por su parte se simboliza la Justicia. España en el centro y a cada lado, en segundo término, un hombre y una mujer colocados a igual altura y por igual “iluminados por los rayos del bello sol español”.

Después de una correspondencia con la Comisión de Gobierno Interior se llega a la conclusión de que, de momento, la placa conmemorativa no se puede colocar por problemas de espacio ya que estaba pendiente el estudio para la construcción de un nuevo palacio para el Parlamento en los solares del Cuartel de la Montaña, junto al parque del Oeste de Madrid.

Sin embargo, el mejor reconocimiento a este logro fue, y sigue siendo, el acceso de la mujer al sufragio universal.

Segundo boceto de la placa