fondos biblioteca

Fondos e historia de la Biblioteca

Historia de la Biblioteca del Congreso de los Diputados

Biblioteca de Cortes (1811-14)

El antecedente directo de la actual Biblioteca del Congreso de los Diputados es la Biblioteca de Cortes.

Promulgación de la Constitución de 1812 por Salvador ViniegraPromulgación de la Constitución de 1812 por Salvador Viniegra

Las Cortes de Cádiz en la sesión plenaria del 30 de noviembre de 1810, crean la Comisión de Biblioteca, dejándola a cargo de Escudero y Garoz, con el propósito de crear un fondo documental para el auxilio de las labores parlamentarias. En un primer momento se selecciona parte de la biblioteca del Colegio de Guardias Marinas de la Isla de León, y posteriormente también se utilizó una parte de la biblioteca de Medicina y Cirugía de Cádiz, en la que se depositó lo escogido.

Esta Comisión fue la encargada de presentar ante el pleno del 24 de enero de 1811 la propuesta de formación de una biblioteca de Cortes, postulando como director de la misma a Bartolomé José Gallardo, que ya había destacado en su labor dentro de la Comisión. En la concepción y creación de la biblioteca tuvieron un rol central, aparte de Gallardo, los ministros Antonio Capmany, Mejía Lequerica y Muñoz Torrero. El desempeño de Bartolomé José Gallardo como director de la Biblioteca de Cortes se verá dificultado por su condena a pena de cárcel hasta 1813 por ataques contra la religión y el clero. 

Juramento de los diputados a las Cortes Generales y extraordinarias en 1810Juramento de los diputados a las Cortes Generales y extraordinarias en 1810

No obstante, es en este periodo en el que se aprueba el Reglamento de bases para el establecimiento de bibliotecas provinciales en ambos hemisferios y la planta fundamental de la Biblioteca Nacional Española de Cortes, tras un proceso de enmiendas y adiciones entre septiembre y noviembre de 1813. El Reglamento discurre entre dos líneas de actuación: la creación de las bibliotecas provinciales y la constitución de la Biblioteca Nacional Española de Cortes como cabecera del sistema bibliotecario español. Se convierte a la Biblioteca Nacional Española de Cortes, además de en biblioteca parlamentaria, en el centro depositario de todas las obras producidas en territorio español, o sobre España. Con ello adoptaría la función principal que tradicionalmente venía haciendo la Biblioteca Real. Si bien la ley continuó el proceso de implantación, pronto perdió su potestad con la disolución de las Cortes de Cádiz por Fernando VII en 1814.

Tras el restablecimiento de las Cortes de Cádiz con el levantamiento de Riego en 1820, se da inicio al Trienio Liberal. Durante este periodo se reinicia la actividad en el seno de la biblioteca, recuperando los fondos depositados en la sede de Cádiz, que nunca se movieron de allí, y aumentando su colección a través del depósito legal y, especialmente, mediante donativos, como el legado de Fernando Navarro o el de Luis Salazar y Castro por parte del Monasterio de Montserrat de Madrid. No obstante, dejaron de contar con fondos económicos para las adquisiciones, limitando su presupuesto al mantenimiento de los salarios del personal.

Bartolomé José GallardoBartolomé José Gallardo

Hacia el final del Trienio Liberal los fondos se verán gravemente perjudicados por los continuos traslados de sede, acabando muchos de ellos dispersos y otros saqueados, incluida la colección completa de Fernando Navarro en 1823. Con el fin de salvaguardar la parte más valiosa de la colección de la biblioteca, sobre todo las obras donadas por Salazar y Castro, de posibles robos durante el cambio de régimen político, el propio Gallardo ordenó tapiar los libros dentro de la sede de las Cortes. El resto, sobre los 900 volúmenes, se entregaron a la Biblioteca Real para su custodia.

A partir de 1834 se restablece el funcionamiento democrático, pero sin contar con el uso de la biblioteca, ni siquiera en sus funciones de asistencia parlamentaria. Gallardo es quien, amnistiado por la reina doña María Cristina y restituido en su cargo, reinicia la actividad con el apoyo de una Comisión de Bibliotecas formada por un pequeño grupo de diputados, siendo Gallardo el único bibliotecario dentro del presupuesto de personal. El cometido principal de la Biblioteca fue la reconstitución de sus fondos, recuperándolos de las instituciones donde quedaron dispersos, y la vuelta a su rol como cabecera del sistema bibliotecario español y centro depositario del depósito legal. Durante este periodo la Biblioteca obtuvo una pequeña cantidad de títulos de entre los desamortizados de los conventos y monasterios, reuniendo sobre todo volúmenes de los siglos XV al XVIII del Convento del Carmen Calzado, los Carmelitas descalzos y los Jesuitas. También consiguió adquirir para la biblioteca la colección de Carlos María Isidro de Borbón, actualmente conservada en el Senado.

Sin embargo, el nombramiento en 1836 de la Biblioteca Real como Biblioteca Nacional, pasando a depender de la Gobernación, terminó con la posibilidad de restituir la idea original, llegando a barajarse la opción de que los fondos restantes de la Biblioteca de Cortes fueran absorbidos por la recién denominada Biblioteca Nacional. Durante el segundo mandato de este periodo, entre 1837 y 1838, se clausuró finalmente la biblioteca y sus fondos fueron dispersados, acabando parte de ellos en el Senado, en la Biblioteca Nacional y en la Real Academia de Historia.

Biblioteca del Congreso de los Diputados (1841-1936)

Polvera de la Constitución de 1931Polvera de la Constitución de 1931
J. Lacoste Publicada por Bardají en 1911J. Lacoste Publicada por Bardají en 1911
A partir de 1840 la biblioteca renace, ya centrada exclusivamente en el apoyo al trabajo político, como "Biblioteca del Congreso de los Diputados". Bajo la dirección de Clemente Arias se dispusieron como tareas principales la confección de una reserva de libros que tuvieran un uso efectivo en el parlamento y la elaboración de un catálogo con el que dar cuenta de las obras que tiene la biblioteca. Así, Clemente Arias redacta el primer catálogo y reúne definitivamente las obras dispersas en la nueva sede de las Cortes en la carrera de San Jerónimo, donde contaba con el actual Salón de lectura, así como otras dependencias que se utilizaban de gabinetes de lectura y que en la actualidad funcionan como despachos.

 

En lo referente a la formación de los catálogos, la obra de Arias en 1857 supuso solo el inicio de una tradición de actualizaciones del catálogo, entre los que destacan los elaborados por el propio Arias en 1862 y 1867, el de Fernández Martín en 1877 y el de Manuel Calvo Marcos de 1889, siendo los tres los únicos funcionarios con cargo de archiveros-bibliotecarios.

Durante este periodo las adquisiciones se normalizan dentro de las bibliotecas parlamentarias, pero reducen su intensidad, siendo de especial mención la donación de la viuda de Fernández de los Ríos en 1881.

A partir de 1905 se producen cambios internos al separar la colección para constituir un área específica de Archivo, quedando al cargo de esta Juan Cabezalí y Rodríguez. 

La dictadura de Primo de Rivera ralentizó el ritmo de crecimiento hasta los últimos años, cuando comenzó la publicación de un boletín de adquisiciones bajo el formato de una sección fija dentro del Boletín de la Asamblea Nacional (1928-1929), cuyo nombre fue iterando hasta el estallido de la Guerra Civil. Este boletín es el primer precedente de los actuales boletines de novedades y de sumarios de revista. A partir de este momento y hasta el final de la II República se retoma el aumento de la colección, llegando a tener un valioso fondo de publicaciones periódicas que, por problemas de espacio, fue donado en parte, en 1933, a la Hemeroteca Municipal de Madrid.

Biblioteca de las Cortes Españolas (1943-1977)

Las Cortes EspañolasLas Cortes Españolas

Si bien no se produjeron pérdidas considerables durante la Guerra Civil en la Biblioteca, no fue hasta la primera reunión de las nuevas Cortes Españolas en 1943 que no se reinició su actividad, restableciendo su nombre como la Biblioteca de las Cortes Españolas.

Esta etapa se vio nuevamente marcada por una ralentización del ritmo de trabajo y, por consiguiente, de las adquisiciones, muy determinadas por las restricciones en la publicación de libros que la mala situación económica del país generaba. Uno de los cambios más significativos de este estado se produjo en 1966, cuando destinan a miembros de los cuerpos facultativo y auxiliar en comisión de servicio a la biblioteca, anteriormente dirigida en exclusiva por un letrado-bibliotecario. Si bien el letrado seguiría ocupando puestos de dirección hasta 1984, la parte técnica se dotó a partir de este momento de personal especializado. Estos cambios permitieron la publicación, a partir de 1971, de un Boletín de información bibliográfica, de carácter semestral, con las adquisiciones de la biblioteca. 

Respecto a las instalaciones, a partir de 1962 se produjeron diversas obras dentro del Palacio, creando un nuevo sótano con estanterías metálicas para las adquisiciones debajo del salón de lectura, trasladando el archivo a los sótanos tras la reforma de la tercera planta y la excavación de nuevos sótanos donde se habilitaron nuevas zonas de depósitos.

La Biblioteca del Congreso de los Diputados (1977-actualidad)

Captura de pantalla del nuevo diseño de la webCaptura de pantalla del nuevo diseño de la web

Con el advenimiento de la democracia se fueron recuperando progresivamente las funciones propias de una biblioteca parlamentaria. El primer evento significativo fue la creación del cuerpo de Archiveros Bibliotecarios de las Cortes Generales en la sesión conjunta del 4 de agosto de 1978. 

Otro hito relevante para la Biblioteca fue el nombramiento de un funcionario del Cuerpo de Archiveros Bibliotecarios para la Jefatura del servicio de Biblioteca, con dependencia directa del Director de Estudios y Documentación, con lo que desapareció la figura del Letrado Bibliotecario.

El incremento lento pero ininterrumpido de los medios personales y materiales, la política de adquisición de fondos y el proceso de informatización han sido factores decisivos a la hora de determinar la creciente importancia de la Biblioteca dentro de los servicios documentales de la Cámara. En 1992 comenzó el trabajo de informatizar los fondos, utilizando para ello el SIGB Absys, de la empresa Baratz. El proceso de catalogación retrospectiva finalizó en el año 2011, y, desde entonces, se puede afirmar sin ningún género de dudas que el catálogo en línea contiene las referencias de la totalidad de los fondos que custodia la Biblioteca.

Captura de pantalla con la ficha de un ejemplarCaptura de pantalla con la ficha de un ejemplar

Desde 1978 el crecimiento de la colección ha sido constante, y, si bien continúa siendo una biblioteca con un marcado carácter jurídico, las disciplinas que se han ido incorporando desde todo el abanico de las ciencias sociales hacen de ella una biblioteca más enciclopédica. La evolución de las funciones parlamentarias, la demanda de materiales con los que apoyar las iniciativas de los Grupos Parlamentarios, la exigencia de los servicios técnicos de la Cámara de contar con las últimas aportaciones de los mejores especialistas jurídicos y las bases de datos más actualizadas, hace que la Biblioteca deba contar con los medios que las tecnologías de la información y de la comunicación proporcionan.

El ritmo de crecimiento anual de las monografías a partir de 1978 oscila entre los 2.000 y los 3.500 títulos. Además de la incorporación constante de libros debemos contar con que, desde enero del año 2022, la Biblioteca se ha hecho cargo de la gestión integral de las revistas, hasta entonces competencia del Departamento de Documentación. Sumadas las monografías, los artículos de revista y los vaciados de libros escritos en colaboración, el ritmo de crecimiento anual de la Biblioteca ronda las 8.000 referencias (dato de 2022).

La gestión de la Colección Digital merece capítulo aparte: la Colección Digital se compone de los documentos digitalizados por la Biblioteca, de los capturados desde internet, y de los recursos que provienen de las plataformas digitales contratadas. El acceso a estas últimas es solo para los usuarios internos. El ritmo de crecimiento de los documentos digitales es mayor aún que el de documentos en papel, ya que los artículos de revista, en su casi totalidad, son digitales. Es importante destacar que el Catálogo de la Biblioteca incorpora todos los registros de la colección documental, incluidos los digitales, de tal manera que se pueden buscar todos los documentos sobre una determinada materia y recuperar los libros o artículos independientemente del soporte en el que hayan sido escritos, todo ello consultando un solo catálogo. Son más de 82.000 documentos (diciembre de 2023).

Captura de una ficha de diputado históricoCaptura de una ficha de diputado histórico

En su conjunto, el catálogo contiene más de 550.000 documentos. Gestiona 3.418 revistas, de las que en torno a las 1.900 son revistas vivas, 280.000 artículos de revista, y 48.000 analíticas (diciembre de 2023).

Se realizan dos trabajos específicos que evidencian su personalidad como biblioteca parlamentaria: la Bibliografía parlamentaria y Biografías de diputados.

La Bibliografía Parlamentaria se inicia en 2001, recoge los registros de monografías, colaboraciones en obras colectivas y artículos de revista sobre derecho parlamentario español y sobre el Parlamento. Son más de 8.900 referencias sobre historia de las Cortes, fuentes del derecho parlamentario, sociología parlamentaria, etc. Con la Bibliografía Parlamentaria pretendemos agrupar en un único buscador todo lo que tenga que ver con el Parlamento, facilitando a todo aquel que trabaja con el derecho parlamentario y con los Reglamentos de las Cámaras una fuente de información a la vez ágil y exhaustiva.

La base Biografías de Diputados se crea en 1999, y tiene por objeto facilitar la búsqueda de datos biográficos de los diputados, desde 1810 hasta la actualidad. Ofrece información de las obras que contienen sus biografías, y de aquéllas de las que el diputado haya sido autor. Tenemos información de más de 15.000 diputados. Aportamos datos no solo del propio diputado, su profesión, filiación o legislaturas en las que fue diputado, sino también de los documentos de donde hemos extraído esa misma información. Además, los acompañamos con retratos del parlamentario y de las obras que, en su caso, haya escrito o haya participado y estén en el catálogo de la Biblioteca.

Fondo histórico de la Biblioteca del Congreso de los Diputados

Introducción

La Biblioteca del Congreso tiene un fondo antiguo de más de 40.000 ejemplares. Consideramos fondo antiguo al publicado e ingresado en la Biblioteca con anterioridad a 1943. Destacamos como piezas más singulares dos códices, ocho incunables, 248 impresos del siglo XVI, 651 ejemplares del siglo XVII y 2.325 documentos del siglo XVIII, sumando un conjunto de más de 3.000 ediciones anteriores al siglo XIX.

El fondo del siglo XIX constituye una proporción mucho mayor, llegando a reunir hasta 24.123 entradas.

La procedencia original de los ejemplares es diversa, siendo frecuente entre los anteriores al siglo XIX un origen conventual. Entre las instituciones religiosas con más presencia en los fondos documentales del Congreso se encuentran el Convento de los Carmelitas Calzados, el de San Gil, el de San Hermenegildo, los Capuchinos del Prado o el Real Convento de Atocha. La mayor parte de estos fondos se incorporaron entre 1812, cuando se autorizó a la Biblioteca de Cortes a incorporar fondos de conventos suprimidos, y los años posteriores a la Ley de desamortización de 1836.

La Biblioteca de Cortes albergó valiosas colecciones de manuscritos, como la de don Luis de Salazar y Castro, legada al Monasterio de Montserrat de Madrid en 1734, o la de los Reales Estudios de San Isidro de Madrid, ambas incautadas por Gallardo y posteriormente entregadas a la Real Academia de la Historia en el siglo XIX. 

Libro de Horas al uso de Roma, folio Libro de Horas al uso de Roma, folio

Destacamos por su valor los dos Libros de Horas:

El Libro de Horas al uso de Roma, escrito e iluminado en Flandes en el siglo XV, contiene ilustraciones en la decoración de iniciales, ornamentación en los márgenes y escenas religiosas pintadas. El segundo Libro de Horas perteneció a los Infantes don Antonio, don Fernando y don Carlos, hijos de Carlos III y Carlos IV, y le faltan las primeras páginas. De origen francés, corresponde a la segunda mitad del siglo XV. Su decoración incluye escenas de los Evangelistas y orlas con motivos vegetales y seres fantásticos.

Ocho incunables:

El libro más antiguo de esta colección es el Fascículus temporum, de Werner Rolevinck, una cronología ilustrada de la historia del mundo con grabados xilográficos del Arca de Noé, la Torre de Babel y el Templo de Jerusalén. El ejemplar del Congreso corresponde a la segunda edición veneciana del impresor alemán Erhard Ratdolt. Aunque la edición de 1481 no difiere mucho de las anteriores, presenta variaciones en los textos añadidos al final y en el número de grabados. El ejemplar proviene del Convento del Carmen de la Observancia de Madrid.

De especial interés es la Biblia latina en folio impresa en Venecia en 1483 por Johann Herbort de Seligenstadt, que presenta el trazado caligráfico de las iniciales y dibujos en el lugar de algunas de ellas. Herbort se especializó en obras de gran extensión con ilustraciones hechas a mano, dibujos detallados trazados a pluma aplicando técnicas de sombreado. El ejemplar estuvo en el siglo XVII en el Convento de San José de Toledo, pasando luego al Real Convento de San Gil de Madrid, y en el XIX al Congreso de los Diputados.

Folio del  Fascículus temporumFolio del Fascículus temporum

El único incunable español de la colección es una edición en folio de los Usatges de Barcelona e Constitucions de Cathalunya, realizada en el siglo XV. Dentro del territorio francés, procede de Lyon la obra De consolatione Philosophiae de Boecio, junto con otros textos escolares de Quintiliano y un Pseudo-Boecio. El ejemplar perteneció a Estanilaus Suorat en 1655 y en el siglo XVIII estaba en el Convento de Capuchinos del Prado de Madrid. Destaca la encuadernación en piel marrón con broches y decoración mudéjar y gótico-mudéjar en las tapas. Solo hay cuatro ejemplares de esta edición en bibliotecas españolas y no se encuentra en bibliotecas extranjeras como la British Library.

Dentro de los postincunables, libros producidos por las mismas imprentas del siglo XV en los primeros años del XVI, destacan dos volúmenes con comentarios escolares a Aristóteles. Estos libros fueron impresos en Venecia por Bonetus Locatellus en 1501 y 1507, y contienen los comentarios de Santo Tomás de Aquino y Petrus de Alvernia.

La Biblioteca del Congreso tiene una muestra significativa de libros impresos en el siglo de expansión de la imprenta. La mayoría de los libros conservados en la Biblioteca del Congreso están escritos en castellano, con un 20% en latín. Los temas más destacados son la historia religiosa y profana, los textos humanísticos, las leyes, las matemáticas y la literatura.

En el siglo XVII, en España, disminuye la calidad de los materiales utilizados. Sin embargo, en países del Norte de Europa aumenta significativamente la producción de libros editados. La proporción de libros españoles en la Biblioteca del Congreso aumenta, aunque el número de los impresos en el extranjero sigue prevaleciendo, representando el 60%. La balanza se equilibraría aún más si contasen los libros en castellano o catalán editados fuera de España, sobre todo contando aquellas obras de españoles editadas en latín fuera del país y los libros impresos en América.

Fragmento de una balda del fondo antiguo de la BibliotecaFragmento de una balda del fondo antiguo de la Biblioteca

La mayoría de las ediciones existentes en la Biblioteca provienen de la imprenta de Madrid, pero los tesoros bibliográficos más relevantes de este siglo corresponden a ediciones del resto de Europa. Este es el caso de textos jurídicos como el Corpus Iuris Civilis de Lyon de 1618, o canónicos como Decreto de Graciano y las Decretales de Gregorio IX de París de 1612.

En el ámbito nacional destacan tratados políticos como El gobernador cristiano de Juan Márquez, que contradice a Maquiavelo, o los Tres tratados de Hernando de Mendoza, que combaten la corrupción entre los Virreyes de Nápoles. Igualmente, la obra de Alonso Núñez de Castro, Séneca impugnado de Séneca en cuestiones políticas y morales, y el libro de Cristóbal de Benavente y Benavides, Advertencias para reyes, príncipes y embajadores. Asimismo, el libro de emblemas de Andrés Mendo, Príncipe perfecto y ministros ajustados.

El terreno literario castellano es, hasta cierto punto, fecundo, con obras como las Rimas de los Argensola, las Obras de Gracián, las Obras poéticas ilustradas por Joseph Pellicer y Tobar de Anastasio Pantaleón de Ribera, entre otras.

En el siglo XVIII, el libro experimenta un período de gran calidad en cuanto a materiales, tipografía y grabados. La Biblioteca del Congreso posee una cantidad considerablemente mayor de libros de esta época en comparación con los siglos anteriores, ya que en la formación de las Bibliotecas de Cortes los libros podían adquirirse directamente de los libreros. 

La Biblioteca del Congreso tiene una gran colección de impresos del siglo XIX debido a que su adquisición confluye con el uso creciente de los materiales por parte de los parlamentarios, provocando el predominio de obras de legislación y contenido político y social. Destaca la colección de folletos del siglo XIX, que refleja la historia de España en esa época.

Tomos de la Biblia Complutense conservada en el fondo antiguoTomos de la Biblia Complutense conservada en el fondo antiguo

En la Biblioteca del Congreso hay libros representativos de años conflictivos como la Teoría de las Cortes de Francisco Martínez Marina, el Código de comercio de 1829 y la Representación hecha a Fernando VII en defensa de las Cortes de Álvaro Flores Estrada. En este sentido, el fondo antiguo de la Biblioteca se convierte en reflejo de los esfuerzos de la sociedad novecentista por interpretar la historia con obras como la Historia general de España de Modesto Lafuente, ilustrada con cromolitografías o, en la historia contemporánea, con la Historia de la guerra civil y los partidos liberal y carlista de Antonio Pirala, en su segunda edición impresa por Francisco de Paula Mellado en Madrid en 1868-69. 

De afán literario se hallan obras de gran valía como la edición ilustrada de los Episodios nacionales de Benito Pérez Galdós, realizada por Enrique y Arturo Mélida, o La revolución y la novela en Rusia y La cuestión palpitante, de Emilia Pardo Bazán, ambas en la Biblioteca. En la literatura europea se hallan ejemplares de lujo como la traducción de Fausto de Goethe, realizada por Guillermo English, revisada y prologada por el diputado Juan Valera en Madrid en 1878 e ilustrada por el pintor y escultor alemán August von Kreling. Destaca por su gran tamaño, tipografía cuidada, xilografías y encuadernación de tela estampada. 

Publicaciones periódicas

En la Biblioteca del Congreso de los Diputados se encuentran publicaciones periódicas que datan del siglo XVIII y la primera mitad del XIX. Entre ellas se halla el Mercurio histórico y político, una adaptación española del Mercure historique publicado en La Haya desde 1686 o El Jardinero de los Planetas y Piscátor de la Corte, un anuario que mezclaba datos astronómicos y sociales. 

Entre las obras del siglo XIX que han pertenecido al Congreso, el Semanario patriótico, fundado por Manuel José Quintana, destaca por convertirse en el órgano político de la lucha contra los franceses. Entre los periódicos literarios más célebres se encuentra El pobrecito hablador del Bachiller Juan Pérez de Munguía, pseudónimo de Mariano José de Larra.

Revistas ilustradas como El Museo Universal y La ilustración española y americana, así como revistas satíricas como La Flaca. Esta colección incluye publicaciones extranjeras de legislación y administración, y revistas de organismos internacionales.

Caricatura del periódico La Mosca roja Caricatura del periódico La Mosca roja

Actualmente, la Hemeroteca Municipal de Madrid custodia los periódicos diarios del siglo XIX entregados por el Congreso de los Diputados en 1933, entre los que se encuentran las colecciones de El Diario Español, La Iberia, La Correspondencia de España, El Diario de Barcelona, El Imparcial y Las Provincias, así como periódicos extranjeros como The Times y periódicos oficiales como las Gacetas de Puerto Rico, de la Habana y de Manila. 

La Biblioteca también reúne una valiosa colección de mapas y planos, cuyos ejemplares más antiguos se encuentran en un volumen que incluye ciudades europeas como Lisboa, Maastricht y Palermo, así como uno de Argel grabado en Roma por Marius Cartarus alrededor de 1580. La colección contiene, asimismo, mapas del siglo XVIII, como el del Puerto de Mahón grabado por Manuel Salvador Carmona en 1786 o, del siglo XIX, el mapa del Estrecho de Gibraltar grabado en Roma por Francisco Pomeras en 1816, además de algunos planos del proyecto de reforma de la Puerta del Sol de Madrid en 1860.

Fondo moderno de la Biblioteca del Congreso de los Diputados

La Biblioteca del Congreso cuenta con un fondo moderno que incluye ediciones desde 1943 hasta la actualidad. Es una colección de un marcado carácter jurídico

La temática de las obras incorporadas ha evolucionado desde el derecho estricto a todo un arco de disciplinas, desde económicas, políticas, sociales, e históricas, a científicas y tecnológicas.

La biblioteca conserva y difunde más de 550.000 libros, revistas, artículos de revista y analíticas en todo tipo de soportes e idiomas. Cuenta con un catálogo en línea en donde se describe todo su fondo documental. El medio digital amplía la colección con obras nacidas digitales y otras nacidas en papel y digitalizadas posteriormente. 

Bibliografía sobre la Biblioteca del Congreso de los Diputados

García Ejarque, Luis.
La Biblioteca nacional española de Cortes y su último Reglamento /Luis García Ejarque. -- En: Homenaje a Justo García Morales : miscelánea de estudios con motivo de su jubilación / [autores, Francisco Javier Aguirre González ... et al.]. -- Madrid : ANABAD, 1987. -- P. [191]-217. -- ISBN 84-505-4822-5.
Texto completo
García Muñoz, Monserrat.
Educación y bibliotecas en el primer liberalismo español : el Reglamento de bibliotecas provinciales y la Biblioteca Nacional de Cortes (1811-1838) /Monserrat García Muñoz. -- En: Revista De Las Cortes Generales -- N. 88 (1er. cuatrim. 2013). -- p. 233-297.
Texto completo
Gonzalo, Miguel Ángel.
Materiales para una bibliografía / Miguel Angel Gonzalo, Mateo Maciá.. -- En: Revista de las Cortes Generales. -- N. 23 (2º cuatrim. 1991). -- p. 191-303.
Texto completo
Gonzalo, Miguel Ángel.
Materiales para una bibliografía : segunda actualización / Miguel Ángel Gonzalo, Mateo Macía. -- En: Revista de las Cortes Generales. -- N. 45 (3er. cuatrim. 1998). -- p. 291-309.
Texto completo
Herrero de Padura, Mercedes.
Los espacios arquitectónicos del Archivo y de la Biblioteca del Congreso de los Diputados / Mercedes Herrero de Padura. En: Revista de las Cortes Generales. -- N. 100-101-102 (1er, 2º y 3er cuatrim. 2017). -- p. 451-532.
Texto completo
Herrero de Padura, Mercedes.
La base de datos "Bibliografía de Diputados" de la Biblioteca del Congreso de los Diputados / Mercedes Herrero de Padura, Alicia Martín González.  -En: Revista de las Cortes Generales, -- N. 64 (1er. Cuatrim. 2005). - p. 425-456.
Texto completo
Herrero Gutiérrez, Rosario.
Las bibliotecas parlamentarias y el público / Rosario Herrero Gutiérrez. -En: Revista de las Cortes Generales, -- N. 21 (3er. Cuatrim. 1990). - p. 295-315.
Texto completo
López Alsina, María del Carmen.
La Biblioteca del Congreso de los Diputados / Mª del Carmen López Alsina, Alicia Martín González. -- En: Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas. Sección de Bibliotecas Parlamentarias. Conferencia Internacional (9ª. 1993. Madrid). Novena Conferencia Internacional de la Sección de Bibliotecas Parlamentarias de la IFLA , Congreso de los Diputados, 18-19 de agosto de 1993. -- [S.l. : s.n., 1993]. -- P. 33-59. 
Texto completo
Maciá, Mateo.
40 años de documentación parlamentaria en el Congreso de los Diputados / Mateo Maciá Gómez. -- En: Revista de las Cortes Generales. -- N. 105 (3er. cuatrim. 2018). -- p. 339-356.
Texto completo
Martín González, Alicia.
La biblioteca del Congreso de los Diputados / Alicia Martín González. -- En: Revista de las Cortes Generales. -- N. 18 (3er. cuatrim. 1989). -- p. 227-267.
Texto completo
Martín González, Alicia.
Bibliografía de derecho parlamentario español contemporáneo / [elaborado bajo la dirección de Manuel Gonzalo, por Alicia Martín González, Carmen Rastrollo Rojas ; con la colaboración de África García de la Oliva]. -- Madrid : Congreso de los Diputados, Departamento de Publicaciones, 1996. -- 409 p. 
Texto completo
La Regencia del Reyno se ha servido dirigirme el siguiente Decreto, Don Fernando VII ... y en su ausencia y cautividad la Regencia del Reyno ... sabed, Que las Córtes ... deseando que se cumpla ... su soberana resolucion de 12 de marzo de 1811 ... decretan: artículo 1º, Los impresores y estampadores de la Corte entregarán dos exemplares de todas las obras y papeles que se impriman para la Biblioteca de las Córtes ... [Recurso electrónico]. -- [S.l.] : [s.n.], [1813?].
Texto completo
Salavert, Vicente.
La Biblioteca del Congreso de los Diputados : notas para su historia (1811-1936) / Vicente Salavert.. -- [Madrid] : Congreso de los Diputados, 1983. -- 244 p., [4] p. de lám. col. ; 21 cm. 
Texto completo
El Sr. secretario del Despacho de Gracia y Justicia me dice en este dia lo siguiente, Con fecha de 28 de este mes me dicen los secretarios de las Córtes lo que sigue, Las Córtes Generales y Extraordinarias han tenido á bien resolver que no se proceda á la venta de libros y manuscritos resultantes de represalias y confiscos en todos los pueblos de la monarquía, sin pasar antes nota de ellos á la biblioteca de Córtes para entresacar los que convengan ... / Hacienda.. -- [S.l.] : [s.n.], [1812?].
Texto completo