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DS. Senado, Pleno, núm. 13, de 25/01/2024
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PLENO


PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. PEDRO MANUEL ROLLÁN OJEDA


Sesión extraordinaria núm. 10


celebrada el jueves, 25 de enero de 2024


ORDEN DEL DÍA






ACTAS




Lectura y aprobación, si procede, del acta de la
sesión anterior, celebrada los días 19 y 20 de diciembre de
2023.







REFORMA CONSTITUCIONAL




DICTÁMENES DE COMISIÓN




Proposición de Reforma del artículo 49 de la
Constitución Española.


600/000001
discapacitado; revisión de la
Constitución


Constitucional





SUMARIO


Se abre la sesión a las once horas y treinta y cuatro
minutos.






MINUTO DE SILENCIO EN RECUERDO DE LAS ÚLTIMAS VÍCTIMAS
DE LA VIOLENCIA MACHISTA.






MINUTO DE SILENCIO EN RECUERDO DE LAS ÚLTIMAS
VÍCTIMAS DE LA VIOLENCIA MACHISTA.


550/000055



La Cámara, puesta en pie, guarda un minuto de
silencio.









ACTAS





LECTURA Y APROBACIÓN, SI PROCEDE, DEL ACTA DE
LA SESIÓN ANTERIOR, CELEBRADA LOS DÍAS 19 Y 20 DE DICIEMBRE DE
2023.



Se aprueba el acta.









REFORMA CONSTITUCIONAL




DICTÁMENES DE COMISIÓN





PROPOSICIÓN DE REFORMA DEL ARTÍCULO 49 DE
LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA.


600/000001

Constitucional


El señor presidente informa a la Cámara de la
ordenación del debate.


En turno a favor intervienen el senador Morera
Catalá y la señora Delgado Gómez, del Grupo Parlamentario Izquierda
Confederal (Más Madrid, Eivissa i Formentera al Senat, Compromís,
Agrupación Socialista Gomera y Geroa Bai), y el señor Amores García, del
Grupo Parlamentario Socialista.


En turno en contra hace uso de la palabra la
señora Gómez Enríquez, del Grupo Parlamentario Mixto.


El señor Jerez Juan consume un turno a
favor.


En turno de portavoces intervienen la señora
Caballero Martínez, por el Grupo Parlamentario Mixto; la señora Barcos
Berruezo, el señor Ferrer Martínez y el señor Chinea Correa, por el Grupo
Parlamentario Izquierda Confederal (Más Madrid, Eivissa i Formentera al
Senat, Compromís, Agrupación Socialista Gomera y Geroa Bai); la señora
Beltrán de Heredia Arroniz, por el Grupo Parlamentario Vasco en el Senado
(EAJ-PNV); el señor Cleries i Gonzàlez, la señora Da Silva Méndez y el
señor Armas González, por el Grupo Parlamentario Plural en el Senado
Junts per Catalunya-Coalición Canaria-Agrupación Herreña
Independiente-Bloque Nacionalista Galego; la señora Bideguren Gabantxo y
el señor Reniu Vilamala, por el Grupo Parlamentario Izquierdas por la
Independencia (Esquerra Republicana-Euskal Herria Bildu); el señor
Magdaleno Alegría, por el Grupo Parlamentario Socialista, y la señora
García Rodríguez, por el Grupo Parlamentario Popular en el Senado.


El señor presidente informa a la Cámara de que
el plazo de diez minutos para la emisión del voto electrónico remoto por
los senadores debidamente autorizados, de una votación final sobre el
conjunto, se abre desde ese momento, las trece horas y cuarenta y nueve
minutos, hasta las trece horas y cincuenta y nueve minutos.


Asimismo, recuerda que la votación presencial
de esta iniciativa tendrá lugar una vez finalizado este plazo, cuando sea
anunciado por la presidencia.


Se suspende la sesión a las trece horas y
cuarenta y nueve minutos.


Se reanuda la sesión a las catorce horas y cinco minutos.


El señor presidente informa a la Cámara de que, de conformidad
con los artículos 167.1 de la Constitución y 156.1 del Reglamento del
Senado, para la aprobación de la reforma constitucional se requerirá la
mayoría favorable de tres quintos de los senadores en una votación final
sobre el conjunto. Dado que la Cámara está integrada actualmente por 265,
la mayoría de tres quintos es de 159 senadores.


Se aprueba la proposición de reforma con el siguiente resultado
votos emitidos, 257; a favor, 254; en contra, 3.


El señor presidente informa a la Cámara de que, una vez
definitivamente aprobada por las Cortes Generales la Proposición de
Reforma del artículo 49 de la Constitución Española, en el día de mañana
se hará pública la apertura de un plazo de quince días, que concluirá el
día 12 de febrero de 2024, dentro del cual una décima parte de los
miembros del Senado podrán requerir, mediante escrito dirigido a la
presidencia, la celebración de un referéndum para la ratificación de esta
reforma constitucional, conforme a lo previsto en los artículos 167.3 de
la Constitución y 157 del Reglamento del Senado.


Se levanta la sesión a las catorce horas y ocho minutos.








Se abre la sesión a las once horas y treinta y cuatro
minutos.


El señor PRESIDENTE Señorías, muy buenos días. Se abre la
sesión.


Comenzamos la primera sesión plenaria correspondiente al
periodo de sesiones del año 2024. En primer lugar, quiero darles a todos
una efusiva bienvenida, es una alegría poder verlos nuevamente aquí.






MINUTO DE SILENCIO EN RECUERDO DE LAS ÚLTIMAS VÍCTIMAS
DE LA VIOLENCIA MACHISTA.






MINUTO DE SILENCIO EN RECUERDO DE LAS ÚLTIMAS
VÍCTIMAS DE LA VIOLENCIA MACHISTA.


550/000055



El señor PRESIDENTE En otro orden de cosas mucho
menos gratificante, debemos seguir condenando de manera enérgica la
violencia machista y recordando a las mujeres víctimas de violencia
machista que han sido asesinadas desde el último pleno, celebrado el
pasado día 19 de diciembre de 2023. Se trata de Choumicha, mujer de 38
años, asesinada el pasado día 29 de diciembre, y de Ana, asesinada en la
provincia de Málaga el pasado día 12 de enero. Además, dos menores de
edad han sido asesinados por su progenitor en la provincia de Barcelona.
Nuestra solidaridad, nuestro cariño, nuestro apoyo a sus familiares y a
los amigos de todas y cada una de las víctimas de violencia machista. Ya
son 1239 las mujeres asesinadas desde el año 2003, primer año desde el
que se tienen las citadas estadísticas. Desde el Senado seguiremos
combatiendo esa lacra social hasta erradicarla.


Señorías, les solicito que se pongan en pie para
guardar un minuto de silencio.


La Cámara, puesta en pie, guarda un minuto de
silencio.


El señor PRESIDENTE Gracias, señorías.









ACTAS





LECTURA Y APROBACIÓN, SI PROCEDE, DEL ACTA DE
LA SESIÓN ANTERIOR, CELEBRADA LOS DÍAS 19 Y 20 DE DICIEMBRE DE
2023.



El señor presidente lee los puntos 1. y 1.1.


El señor PRESIDENTE Pregunto a los portavoces de
los respectivos grupos parlamentarios si tienen alguna observación o
comentario. (Pausa). ¿No? (Pausa).


¿Puede aprobarse consiguientemente por
asentimiento? (Asentimiento).


Queda aprobada por asentimiento.









REFORMA CONSTITUCIONAL




DICTÁMENES DE COMISIÓN





PROPOSICIÓN DE REFORMA DEL ARTÍCULO 49 DE
LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA.


600/000001

Constitucional


El señor presidente lee los puntos 2., 2.1.
y 2.1.1.


El señor PRESIDENTE Comienza el debate sobre
el conjunto del dictamen de la comisión. Informo a sus señorías que
proceden hasta dos turnos a favor y dos turnos en contra expuestos en
forma alternativa y la intervención de los portavoces de los grupos
parlamentarios, según la Norma Interpretativa de la Presidencia del
Senado del 17 de abril de 1985. Los turnos a favor y en contra se
producirán, en su caso, de forma alternativa y solo podrán atribuirse a
senadores pertenecientes a distintos grupos parlamentarios.


En turno a favor tiene la palabra, por parte
del Grupo Parlamentario Izquierda Confederal, el senador Morera.


El señor MORERA CATALÀ Muchas gracias, señor
presidente.


Hoy es un día bonito, hoy es un día alegre, hoy
es un día que nos reconcilia con la vida y, antes de nada, quiero mandar
un saludo muy entrañable al presidente de la ONCE, al amigo Miguel
Carballeda, que nos acompaña desde la tribuna de invitados; hola, Miguel.
Mi hija Carme y su hijo Héctor son amigos y, a partir de hoy, la
Constitución española no dirá que son unos disminuidos, tienen diferentes
capacidades, y eso, de verdad, nos llega al corazón. Por tanto, Miguel,
esa lucha que habéis hecho, Luis veo al presidente de Cermi, a Luis Cayo
, esa lucha que habéis llevado adelante con tanto tesón hoy llega a ramos
de bendecir. Y es un día alegre porque nos sentimos más representados,
con una Constitución para todos los colectivos de personas que tienen
diferentes capacidades. Enhorabuena por vuestro trabajo y también por
nuestros hijos.


Y si es un día bonito por esto, debo decir
nuestro grupo va a votar a favor evidentemente que tengo aquí la carta
que me enviaste, Luis, siendo presidente de las Cortes Valencianas, que
decía así quizás los señores senadores y señoras senadoras no la
conozcan «El movimiento Cermi en la Comunidad Valenciana, como bien
sabe, es uno de los sectores de la sociedad organizada que respalda
activamente la demanda de reintegración efectiva del derecho civil
valenciano, reivindicación que, por adhesión, hace suya y comparte el
Cermi estatal». Si el Cermi comparte la reivindicación, no de Compromís,
sino la reivindicación de toda la sociedad valenciana, expresada a través
de más de 500 ayuntamientos que manifestaron su voluntad en una moción;
si lo expresaron las diputaciones provinciales; si lo expresaron
colectivos como el Cermi, sindicatos, asociaciones profesionales, los
empresarios; si dijeron que sí y lo expresamos a través de las Cortes
Valencianas en una decisión absolutamente mayoritaria a excepción de un
solo grupo, que no hace falta citar porque está en contra de la autonomía
; si nos expresamos de forma correcta y positiva para reivindicar el
derecho civil valenciano y si el Cermi dijo que lo veía correcto y como
una vía positiva, ¿qué nos ha pasado? ¿Por qué no hemos recogido esta
reivindicación y hemos aprovechado el momento para mejorar nuestra
Constitución incorporando la enmienda que presentó Compromís, Àgueda Micó
en el Congreso, y yo, en nombre de mi grupo, aquí en el Senado, que es la
enmienda de la Associació de Juristes Valencians, y aquí está su
presidente, que nos acompaña, José Ramón Chirivella? ¿Qué nos ha pasado?
¿Por qué no hemos tramitado esta enmienda? Después, legítimamente, cada
senador, cada senadora, podía haber expresado su voto a favor o en
contra. Eso es normal, correcto, constitucional, pero tengo dudas sobre
la constitucionalidad, por parte de la Mesa, de no haber tramitado
nuestra enmienda tanto en el Congreso como en el Senado.


Así, y siguiendo los cauces que nos otorga el
Reglamento, presentamos un recurso de reconsideración, un recurso que
supongo que la Mesa habrá tratado, pero ayer, en la Comisión
Constitucional del Senado intenté explicar por qué entendemos que el
Senado no puede modificar la Constitución vulnerando la Constitución.
¿Cómo vamos a cambiar la Constitución vulnerando los derechos de los
senadores y de las senadoras y, en el Congreso, de los diputados y de las
diputadas? ¿Qué estamos haciendo? ¿Vamos a hacer un nuevo caso como el
del diputado Alberto Rodríguez? ¿Vamos a dañar el prestigio del Congreso
y del Senado hoy impidiendo la votación de esta enmienda que viene con el
aval de toda la sociedad valenciana? Y esto nos lleva a una reflexión
importante. (Pronuncia palabras en valenciano). Si nosotros realizamos un
trabajo para conseguir la recuperación efectiva del derecho civil
valenciano que, por cierto, tiene que ver, y mucho, con la discapacidad,
porque ya en su día legislamos tratos muy positivos para estos colectivos
a través de la Ley del Impuesto sobre Sucesiones en los testamentos para
beneficiar por parte del testador a estos colectivos ; si nuestra
recuperación del derecho civil y actualización ya la hicimos en las Corts
Valencianes con unas inmensas mayorías y tiene identidad respecto al
tema que estamos tocando porque la recuperación de esa capacidad
normativa de la que hoy se nos priva aquí favorece a esos colectivos ; si
nosotros hacemos todo este trabajo correctamente, constitucionalmente,
siguiendo la vía que nos marca la legislación, y llegamos aquí al Senado
y nos dan un portazo; si nos dan un portazo en todas las narices por unas
decisiones inconstitucionales (Pronuncia palabras en valenciano), ¿qué
hemos de hacer? ¿Qué camino nos queda?, ¿lo que vimos ayer en la puerta
de Fitur el amiguismo el enchufismo? Se reúnen cuatro presidentes de
comunidades autónomas, fondo de nivelación y no sé qué historias.
(Rumores). ¿Ese es el modelo a seguir el enchufismo, el amiguismo?
(Protestas). De pena, porque el presidente Mazón se cargó en unos
comentarios con el presidente de Castilla-La Mancha todo el trabajo por
evitar la discriminación en el modelo de financiación, que nos perjudica.
(Rumores). Sí, señorías del PP, no hay igualdad en la Constitución.
(Protestas). No somos iguales.


El señor PRESIDENTE Señorías.


El señor MORERA CATALÀ No somos iguales.
Ustedes tratan al pueblo valenciano como a un pueblo disminuido. Eso es
lo que han hecho ustedes con esta decisión. (Protestas). Sí, sí, nos
tratan como si fuéramos un pueblo inferior, en financiación, en inversión
pública territorializada (Protestas), y ahora dándonos un portazo


El señor PRESIDENTE Ruego silencio,
señorías.


Prosiga, senador.


El señor MORERA CATALÀ dándonos un portazo,
impidiendo, en contra de la voluntad del pueblo valenciano expresada en
las Corts, recuperar el derecho civil valenciano que está en nuestro
estatut. Pero he comenzado diciendo que es un día bonito (Protestas), no
para el pueblo valenciano.


El señor PRESIDENTE Señorías, ruego
silencio.


El señor MORERA CATALÀ Y estamos contentos
porque la Constitución y nos hubiese gustado un día de mayor alegría
para todos pone fin a un tema que no se acaba solo con la reforma de
este artículo, sino que todas las políticas públicas y privadas deberían
caminar hacia la plena inclusión, todas, no solo la reforma de la
Constitución, que es la piedra angular, sino todas las reformas.


Por tanto, nuestro grupo votará a favor y
lamentamos que, una vez más, se hayan puesto ustedes de acuerdo en contra
de los intereses del pueblo valenciano.


El señor PRESIDENTE Gracias, señoría.


Corresponde compartir el turno de palabra, por
parte del Grupo Izquierda Confederal, a la senadora Delgado.


La señora DELGADO GÓMEZ Muchas gracias, señor
presidente.


Señorías, hoy puede ser un gran día, como decía
la canción. De hecho, desde Más Madrid consideramos que va a ser un gran
día porque, por primera vez, se reforma nuestra Constitución en un
sentido social para ensanchar los derechos de toda la ciudadanía. Esta
reforma es el resultado de una lucha histórica de las personas con
discapacidad en su reconocimiento pleno por ley. La modificación de este
artículo no es solo el cambio a un término más inclusivo o el cambio de
una palabra y desterrar la abominación de la palabra «disminuidos»; es
algo que va a obligar a todos los poderes públicos a reconocer a las
personas con discapacidad sus derechos y su autonomía. Y esto va mucho
más allá de las palabras. Sí, señorías, porque esto crea realidades y,
sin duda, es una victoria de toda la sociedad española por el respeto y
la inclusión ni más ni menos que de más de cuatro millones de personas en
este país. Lo de hoy es un paso más, pero, aunque nos parezca increíble
yo diría que alucinante , los logros han sido muy recientes, demasiado
recientes, ya que hace nada, en 2018, se reformó la LOREG para cambiar el
derecho al sufragio de todas las personas con discapacidad. Increíble,
esto sucedió antes de ayer. Y en 2020, hace solo cuatro años, se modificó
el Código Penal para abolir la esterilización forzosa de personas
incapacitadas judicialmente. Terrorífico, sí, pero sucedía hasta antes de
ayer mismo, señorías.


Lo que se va a votar hoy aquí demuestra que es
posible modificar la Constitución, que no es un texto inamovible ni
inmutable, porque yo les digo a ustedes una cosa, señorías, que el miedo,
el miedo siempre ha sido muy mal consejero, ya que si hay voluntad
política todo es posible, todo se puede conseguir, y esto lo sabemos las
personas que ya llevamos unos cuantos años en política. Pero por eso
también deberíamos dar pasos para ampliar los tipos de discriminaciones
que recoge el artículo 14 de nuestra carta magna, para reconocer esas
otras condiciones y circunstancias personales o sociales de las que
habla, poner nombre a esas otras discriminaciones que generan y están
generando desigualdades muy profundas. Es la hora, por ejemplo, de añadir
«por orientación sexual e identidad o expresión de género», para pasar a
ser el sexto país del mundo que lo contempla en su texto constitucional.
No olvidemos que fuimos uno de los primeros países en el mundo que
legalizó el matrimonio igualitario y lo regulamos para que hicieran uso
de él todas, todos y todes. Por cierto, felicidades a los novios de
Valencia, señorías del Partido Popular. Con este añadido al artículo 14
podremos ir dejando atrás las agresiones LGTBIfóbicas; también lograremos
que las personas trans sean reconocidas como se merecen, sin que sus
vidas sean cuestionadas y despedazadas en boca de todos En boca de
todos, ¿les suena?, es también un programa de televisión de forma
cobarde, mísera y miserable.


Lo que se va a votar hoy aquí demuestra que es
posible modificar la Constitución, que no es un texto inamovible ni
inmutable, porque yo les digo a ustedes una cosa, señorías, que el miedo,
el miedo siempre ha sido muy mal consejero, ya que si hay voluntad
política todo es posible, todo se puede conseguir, y esto lo sabemos las
personas que ya llevamos unos cuantos años en política. Pero por eso
también deberíamos dar pasos para ampliar los tipos de discriminaciones
que recoge el artículo 14 de nuestra carta magna, para reconocer esas
otras condiciones y circunstancias personales o sociales de las que
habla, poner nombre a esas otras discriminaciones que generan y están
generando desigualdades muy profundas. Es la hora, por ejemplo, de añadir
«por orientación sexual e identidad o expresión de género», para pasar a
ser el sexto país del mundo que lo contempla en su texto constitucional.
No olvidemos que fuimos uno de los primeros países en el mundo que
legalizó el matrimonio igualitario y lo regulamos para que hicieran uso
de él todas, todos y todes. Por cierto, felicidades a los novios de
Valencia, señorías del Partido Popular. Con este añadido al artículo 14
podremos ir dejando atrás las agresiones LGTBIfóbicas; también lograremos
que las personas trans sean reconocidas como se merecen, sin que sus
vidas sean cuestionadas y despedazadas en boca de todos En boca de
todos, ¿les suena?, es también un programa de televisión de forma
cobarde, mísera y miserable.


Señorías, hoy estamos en este pleno del Senado
demostrando que, si se quiere, se puede. No lo duden ustedes ni por un
minuto. Es posible con voluntad de acuerdo y, además, es de justicia. Nos
hace más fuertes y ensancha nuestra democracia. Y la prueba es la reforma
que sale hoy adelante gracias a todos estos colectivos, gracias a su
lucha, gracias a su coraje y a su persistencia, como el Cermi. Gracias a
todas, todos y todes ustedes porque, de verdad, la semántica importa,
porque de lo que no se habla no existe, y esto lo sabemos muy bien
ciertos colectivos en este país.


Finalizo diciendo, señorías, que el tiempo, sin
duda alguna, es ahora. Seamos valientes y continuemos reformando nuestra
carta magna, porque poder se puede, para que deje de existir cualquier
tipo de discriminación absolutamente indecente en este país. Bravo, bravo
por todas, por todos y por todes ustedes, porque hoy desaparece una
aberración de nuestra Constitución que nunca debió estar incluida. Me
emocionáis. Adelante siempre con vuestra lucha, compañeras.


El señor PRESIDENTE Gracias, señoría.


Por el Grupo Parlamentario Socialista le
corresponde el uso de la palabra al senador Amores García.


Senador Amores, tiene la palabra.


El señor AMORES GARCÍA Gracias,
presidente.


Quiero comenzar pidiendo disculpas por mi voz y
por si en algún momento no me entienden alguna palabra.


Señorías, quiero comenzar con una frase de una
cita que me acompaña desde hace ocho años. Esta cita es de Martin Luther
King y dice lo siguiente «Si no puedes volar, entonces corre; si no
puedes correr, entonces camina; si no puedes caminar, entonces
arrástrate, pero sea lo que sea que hagas, sigue moviéndote hacia
adelante». (Aplausos). Hoy es un día en el que damos un paso adelante y
para mí es un privilegio poder intervenir. Gracias a Juan Espadas por
esta oportunidad.


Hoy la Constitución elimina un término
totalmente ofensivo, un cambio que va a hacer que la Constitución hoy
represente a más personas que ayer. Este cambio espero que anime a más
instituciones a cambiar términos tan ofensivos y desfasados. Mañana
mismo, el ayuntamiento que presido va a cambiar, después de muchos años,
normativas municipales que contienen términos de este tipo. Queremos que
este tipo de lenguaje desaparezca de todas las normativas. El otro día
veía a través de la televisión a Miguel Carballeda y Luis Cayo, que hoy
también nos acompañan, celebrando emocionados este cambio. Hoy, en
vuestro nombre, quiero hacer un homenaje a la sociedad civil que no ha
parado de reivindicar este cambio hasta que, por fin, lo ha conseguido.
(Aplausos).


Yo hace ocho años era incapaz de imaginar lo
que significaba la discapacidad. Llegó a mi vida de repente, sin avisar.
Señorías, yo también me creía invencible. En esa época no miraba la
discapacidad de la misma forma que la veo hoy y, por eso, emprendí la
misión de hacer ver a la gente que se cree normal que algún día la vida
le puede dar un giro total, a ellos o a sus familias les puede cambiar la
vida en un momento. Por eso, señorías, nuestra obligación es adelantarnos
y legislar para conseguir la igualdad real de todos los españoles, tengan
la capacidad que tengan. Accidentes, enfermedades o simplemente el paso
de los años nos harán perder las capacidades que teníamos. Por eso, el
que no lo tenga hoy, que lo espere, porque algún día, por fin, van a
entender que un pequeño obstáculo puede convertirse en un muro
infranqueable una escalera para acceder a una institución pública, un
restaurante que no tiene un baño adaptado o simplemente un pequeño
escalón en una acera que me impide transitar en libertad y en igualdad
con el resto de las personas. Pequeños desafíos cotidianos que implican
renuncias mucho más dolorosas de lo que algunas personas pueden llegar a
creer.


Señorías, les voy a contar una pequeña historia
personal. Hace un año y medio asistí a la presentación de la escuela de
fútbol base de mi pueblo, La Roda, en Albacete. Los compañeros de mi hijo
que estaban allí, al día siguiente le dijeron «Estuvo ayer tu padre y
habla como un viejo». Se pueden imaginar el enfado con el que llegó Iván
a casa. Por eso es importante que la sociedad, la política y los medios
de comunicación den voz a las personas mayores, a las personas con algún
tipo de dificultad (Aplausos), para que estas voces no suenen a viejo ni
a algo raro, sino como algo normalizado, algo habitual. Yo veo a niños y
niñas, a mujeres que tienen que escuchar diferentes tipos de voz, porque
realmente lo que importa es el mensaje y no la forma de decirlo.
(Aplausos).


Señorías, les voy a contar una pequeña historia
personal. Hace un año y medio asistí a la presentación de la escuela de
fútbol base de mi pueblo, La Roda, en Albacete. Los compañeros de mi hijo
que estaban allí, al día siguiente le dijeron «Estuvo ayer tu padre y
habla como un viejo». Se pueden imaginar el enfado con el que llegó Iván
a casa. Por eso es importante que la sociedad, la política y los medios
de comunicación den voz a las personas mayores, a las personas con algún
tipo de dificultad (Aplausos), para que estas voces no suenen a viejo ni
a algo raro, sino como algo normalizado, algo habitual. Yo veo a niños y
niñas, a mujeres que tienen que escuchar diferentes tipos de voz, porque
realmente lo que importa es el mensaje y no la forma de decirlo.
(Aplausos).


En esa época conocí a Gema Canales, una niña
con parálisis cerebral, a la que un médico le negaba un comunicador
aumentativo por el simple hecho de que temía que no iba a ser capaz de
utilizarlo. Hoy Gema se comunica perfectamente a través de una pantalla
mediante su mirada. Por eso, hoy aquí es el momento de pedirles una cosa
no neguemos a nadie la posibilidad de comunicarse, de expresar su
pensamiento, de expresar sus sentimientos, de comunicarnos sus emociones,
no dejemos a nadie sin la posibilidad de comunicarse, que es lo que nos
diferencia del resto de seres vivos. No neguemos a nadie esa posibilidad
de compartir; al final la sociedad es de todos, la mía, la nuestra. La
sociedad o es de todos o no será. (Aplausos).


Señorías, se dice que lo que no se nombra no
existe. Las palabras importan, y yo añadiría  lo que se nombra de forma
indigna es un ataque a la dignidad de las personas. Hoy aquí, en las
Cortes Generales, en el templo de la palabra de nuestra democracia, no
solo desterramos una palabra denigrante para las personas como yo;
restauramos la dignidad de millones de personas. Nuestra Constitución,
desde hoy, nos nombra por lo que somos, no por el presunto menor valor
que tenemos. Cuando el hombre pisó la Luna, dijo «Un pequeño paso para
el hombre; un gran paso para la humanidad». Hoy aquí hacemos al revés
damos un gran paso en nuestra historia, pero un pequeño paso para las
personas con discapacidad. No nos conformamos, queremos seguir dando más
pasos; hablamos de empleo, hablamos de acceso a la vivienda, hablamos de
ocio, de cultura, de deporte; hablamos, en definitiva, de todos los
ámbitos de la sociedad, una sociedad con las mismas obligaciones, pero
también con los mismos derechos.


Y, señorías, hoy les digo alto y claro que no
puedo entender que alguien vote en contra de este cambio en la
Constitución. No puedo entenderlo. No valen excusas, no vale mirar los
intereses partidistas por encima de la sociedad a la que representamos.
Quizá piensen que esto es un ejercicio de dureza en una legislatura dura
que implica no hacer concesiones. Yo les digo que la que es dura es mi
vida. Me levanto cada mañana, como hacen miles de personas con
discapacidad, con ganas de comerme el mundo, con ganas de trabajar, con
ganas de cambiar la realidad de las personas, sobre todo de aquellas que
tienen más dificultades. En realidad, me levanto con ganas de hacer
aquello para lo que me pagan, con ganas de representar a la gente. Hoy
tengo el honor de hacerlo con mis palabras y mi voz de joven viejo para
representar a los ciudadanos, a la ciudadanía de este gran país que es
España. Sé que algún día, quienes hoy voten en contra, se darán cuenta
del inmenso error que cometieron. El tiempo, como siempre, será el único
juez de sus actos y todos sabemos cuál será el veredicto.


Hoy pienso en Belén, en Isa, en José Ángel, en
Estela, en Mario, en Mari Carmen, en Pablo, en Domingo, en Manuel y en
Mercedes, a la que un accidente en moto le cambió la vida en solo unos
segundos. Hoy pienso en los niños y niñas del Colegio de Educación
Especial Virgen de los Remedios de La Roda, y les digo ni minusválidos
ni disminuidos ni subnormales ni retrasados ni discapacitados. Desde hoy
su país, y la norma fundamental que lo rige, los ve como los veo yo, como
personas. (Aplausos).


Hace cinco años comencé un discurso con una
frase «No dejen que la vida les golpeé para vivirla como merece.» Hoy
termino diciéndoles Señorías, no dejen que la vida les golpeé para
trabajar por esas personas a las que representamos y, sobre todo, nunca
más les pongan etiquetas. (Aplausos). A muchos les sorprendería saber de
lo que somos capaces, incluso de promover desde la sociedad civil el
primer cambio en la Constitución de contenido social de nuestra
democracia y hacer que salga adelante. Eso, señorías, tiene un nombre
cambiar el mundo. Si somos capaces de hacer algo así, somos capaces de
todo.


Muchas gracias. (Fuertes y prolongados aplausos
de sus señorías puestas en pie).


El señor PRESIDENTE Para el turno en contra le
corresponde el uso de la palabra, por parte del Grupo Mixto, a la
senadora Gómez Enríquez, por un tiempo máximo de quince minutos.


La señora GÓMEZ ENRÍQUEZ Gracias, señor
presidente.


Ante todo, quiero dar la bienvenida a todas las
personas que nos visitan hoy.


Señorías, el momento político que vivimos no es
el más oportuno para reformar la Constitución, ya que tenemos un Gobierno
muy débil, sometido a los caprichos ilegales de sus socios; un Gobierno
que nos miente continuamente, que parece ser que quiere que a España le
vaya mal, y que se tira a los brazos de los enemigos de nuestra nación
para romperla y para generar conflictos en la sociedad. Esta modificación
constitucional es necesaria, sí, pero no reúne las circunstancias de
urgencia con la que se está tramitando, pues el cambio que solicitan
lleva muchos años incorporado a nuestro ordenamiento jurídico a través de
la legislación aplicable. Está totalmente superado. Han hurtado el debate
sin previo diálogo, sin acuerdos. Y fíjense si era tan urgente que llegan
a impulsarla veinte años después de la petición de las asociaciones. ¿Por
qué no lo han hecho antes? ¿A qué se deben estas prisas tramitando esta
reforma constitucional por el procedimiento de urgencia? Este Gobierno
pretende disfrazar su debilidad con consensos como el que estamos
viviendo aquí, camuflado de buenas y altruistas intenciones como si solo
fuese un cambio terminológico, cuando en realidad es toda una declaración
de intenciones la ideología política. Supone la quiebra del principio de
igualdad y la consagración de la ideología de género en nuestra
Constitución. Les pido que no se queden en la superficie, sino que
ahonden y profundicen en la cuestión.


Señorías, el momento político que vivimos no es
el más oportuno para reformar la Constitución, ya que tenemos un Gobierno
muy débil, sometido a los caprichos ilegales de sus socios; un Gobierno
que nos miente continuamente, que parece ser que quiere que a España le
vaya mal, y que se tira a los brazos de los enemigos de nuestra nación
para romperla y para generar conflictos en la sociedad. Esta modificación
constitucional es necesaria, sí, pero no reúne las circunstancias de
urgencia con la que se está tramitando, pues el cambio que solicitan
lleva muchos años incorporado a nuestro ordenamiento jurídico a través de
la legislación aplicable. Está totalmente superado. Han hurtado el debate
sin previo diálogo, sin acuerdos. Y fíjense si era tan urgente que llegan
a impulsarla veinte años después de la petición de las asociaciones. ¿Por
qué no lo han hecho antes? ¿A qué se deben estas prisas tramitando esta
reforma constitucional por el procedimiento de urgencia? Este Gobierno
pretende disfrazar su debilidad con consensos como el que estamos
viviendo aquí, camuflado de buenas y altruistas intenciones como si solo
fuese un cambio terminológico, cuando en realidad es toda una declaración
de intenciones la ideología política. Supone la quiebra del principio de
igualdad y la consagración de la ideología de género en nuestra
Constitución. Les pido que no se queden en la superficie, sino que
ahonden y profundicen en la cuestión.


Señorías del Grupo Popular, no se pueden fiar
de las verdaderas intenciones del mitómano de la Moncloa, y aún menos
teniendo los socios que tiene, sabiendo cuáles son sus propósitos. Les
han metido un gol en su propia puerta y luego vendrán los
arrepentimientos. Han tenido la oportunidad de corregir su incomprensible
actuación de la semana pasada en el turno de enmiendas del Senado y han
optado por no hacer nada, por no presentar nada. Díganme, ¿en qué se
benefician en el día a día las personas discapacitadas con este cambio?
Dicho cambio no compensa el daño que, con la legislación propuesta, se
infiere a las personas con discapacidad. Por un lado, la reforma en
tramitación, y con vistas de ser aprobada hoy, tiene repercusiones
indirectas en dos ámbitos sustanciales que afectan al derecho a la vida,
como son el aborto y la eutanasia, porque consagra la discriminación en
las leyes eugenésicas del aborto y la eutanasia, la justifican.
Justificará que una persona con discapacidad pueda ser excluida desde el
minuto uno antes de nacer, y justificará también la exclusión de aquellos
que no pueden dar un consentimiento válido por no ser autónomos,
facilitando así la petición de eutanasia en vez de promover los cuidados
paliativos. Perjudica a las personas con discapacidad más necesitadas de
protección, ya que elimina el amparo que contenía el texto actual. Por lo
tanto, toda esta situación también perjudica a las familias. Y, por otro
lado, consagra en la Constitución la ideología de género, discriminando a
las personas con discapacidad por sexo al contemplar una asistencia
especial a las mujeres.


Vox no puede pasar por alto la hipocresía de
unos grupos parlamentarios que niegan la puesta en marcha de una ley para
los enfermos de ELA y grandes dependientes por suponer, dicen, un coste
de 38 millones de euros. Señorías, de verdad, qué manera más ruin y baja
el tener que usar los sentimientos, las emociones, las condiciones
físicas e intelectuales de las personas para realizar cambios de
términos, unos términos de carácter muy sensible que son usados como
llave para abrir una caja de Pandora llamada Constitución. Esta apertura,
disfrazada de una aparentemente inocente modificación del artículo 49, es
un caballo de Troya de una siniestra ideología a la que se han sumado el
resto de los grupos parlamentarios, salvo Vox. ¿Me pueden decir por qué
les merece la pena consagrar en la Constitución la ideología de género,
discriminando a las personas con discapacidad por sexo? Esto es fulminar
el artículo 14 de la Constitución española, la igualdad de todos los
españoles con independencia de raza, sexo y condición. Es lamentable,
señor Bolaños, e injusto que las personas más necesitadas de amparo y más
merecedoras de humanidad sean el instrumento de este gran resbalón.


Y termino mi intervención diciendo y pensando
que un héroe es un individuo extraordinario que encuentra la forma de
perseverar y resistir a pesar de los obstáculos.


Muchísimas gracias.


El señor PRESIDENTE Gracias, señoría.


En turno a favor le corresponde el uso de la
palabra al senador del Grupo Parlamentario Popular Jerez Juan.


El señor JEREZ JUAN Muchas gracias, señor
presidente.


Señorías, iniciamos el debate sobre la reforma
del artículo 49 de la Constitución española para continuar el proceso que
concluirá con la tercera reforma que experimentará nuestra norma
fundamental en cuarenta y cinco años de vigencia, una circunstancia que
confirma el éxito de los legisladores constituyentes en su propósito de
otorgar a la norma permanencia en el tiempo y convertirla en un elemento
esencial de convivencia y en un elemento esencial de libertad, a pesar de
los violentos embistes desestabilizadores que habitualmente recibe. Las
dos reformas anteriores de la Constitución española vinieron impuestas
por exigencias de la Unión Europea; sin embargo, esta reforma nos viene
impuesta por una exigencia moral hacia las personas con discapacidad, una
deuda moral que nos interpela, y nos interpela a todos para resolver
definitivamente una injusticia social cuarenta y cinco años después.


Señorías, iniciamos el debate sobre la reforma
del artículo 49 de la Constitución española para continuar el proceso que
concluirá con la tercera reforma que experimentará nuestra norma
fundamental en cuarenta y cinco años de vigencia, una circunstancia que
confirma el éxito de los legisladores constituyentes en su propósito de
otorgar a la norma permanencia en el tiempo y convertirla en un elemento
esencial de convivencia y en un elemento esencial de libertad, a pesar de
los violentos embistes desestabilizadores que habitualmente recibe. Las
dos reformas anteriores de la Constitución española vinieron impuestas
por exigencias de la Unión Europea; sin embargo, esta reforma nos viene
impuesta por una exigencia moral hacia las personas con discapacidad, una
deuda moral que nos interpela, y nos interpela a todos para resolver
definitivamente una injusticia social cuarenta y cinco años después.


Y, señorías, es verdad, es cierto tenemos una
deuda moral con todas las entidades que día a día trabajan en favor de
las personas con discapacidad. Su abnegación y su compromiso social han
derribado muros y han construido puentes hacia una sociedad más justa y
hacia una sociedad más inclusiva. Y también es cierto que tenemos una
deuda moral con esas 4 300 000 personas con discapacidad y con
esas 4 300 000 personas que se integran en las familias o familiares que
otorgan atención y cuidado a sus seres queridos. Y a ellas y a ellos, a
la sociedad civil, al Cermi y a quienes conviven con la discapacidad les
corresponde este éxito legislativo nada más y nada menos que modificar
la Constitución española. A todos ellos, palabras de gratitud, de
profundo respeto y de mayor, si cabe, admiración. (Aplausos).


Señorías, fue y sigue siendo nuestra norma
fundamental un texto que abrió caminos, que fue precursor y fue avanzado
a su tiempo; fue y sigue siendo una Constitución que abordó la
discapacidad como un deber público objeto de especial atención en el
marco de un Estado social. Ha sido nuestra ley fundamental la que ha
impulsado el amplio desarrollo normativo en esta materia durante toda la
etapa democrática, con leyes de todos los partidos con responsabilidades
de gobierno. Sin embargo, han pasado cuarenta y cinco años desde su
aprobación y, hoy, la natural evolución social de los tiempos, interpela
al legislador a modificar el artículo 49; y no lo interpela para reparar
la tarea de un constituyente que otorgó a todos los españoles los mismos
derechos y las mismas libertades recogidas en el Título I, sino para
reparar las consecuencias de la inacción del legislador actual, que ha
mantenido demasiado tiempo la palabra «disminuido» vigente. Es cierto,
señorías, que la palabra «disminuido» lleva aparejada una connotación
semántica que hemos tolerado y que hemos consentido demasiado tiempo en
el marco de nuestra norma fundamental. Una palabra que tiene una carga
peyorativa que estigmatiza, minimiza y reduce las capacidades de las
personas. Señorías, nombrar las cosas hace que las cosas cobren realidad,
que existan, y nombrarlas correctamente es una cuestión de educación y de
respeto. Si a las cosas hay que llamarlas por su nombre, a las personas
hay que llamarlas por lo que son, personas, porque no hacerlo así hiere,
porque no hacerlo así duele y porque no hacerlo así ofende. Y es que a lo
largo de cuarenta y cinco años nos hemos permitido calificar como
disminuidos a las personas con discapacidad sin reflexionar lo suficiente
sobre el dolor emocional que dejan las palabras (Aplausos), porque detrás
de cada palabra hay una persona, detrás de cada palabra hay una familia
esperanzada, detrás de cada palabra hay una persona que sueña, una
persona que lucha, una persona que se supera y que aspira a ser
reconocida como un ser humano de incalculable valía. Eso es lo que hay
detrás de cada palabra, y si el uso del lenguaje correcto y formalista es
muy importante, más lo es actuar en consecuencia porque una cosa son las
palabras y cuestión distinta son los hechos. Quiero decir con esto que no
nos podemos parar, que no nos podemos detener en la semántica que se
desprende de las palabras, sino que hay que activar políticas y hay que
activar medidas que avancen hacia la integración real y efectiva de las
personas con discapacidad. La inclusión no se reduce a un acto de
generosidad literal, sino que la inclusión representa un acto de justicia
e igualdad social en el que nos tenemos que implicar todos.


Señorías, a lo largo de la historia
democrática, pero especialmente durante los últimos diez años, el apoyo a
las personas con discapacidad ha representado un espacio común de
encuentro, de concentración entre formaciones políticas distintas, con
idearios diferentes. Sucedió con la modificación del Código Penal para
abolir la esterilización forzosa de personas incapacitadas judicialmente;
sucedió con la reforma de la Ley General de derechos de las personas con
discapacidad, para regular la accesibilidad cognitiva; sucedió con la
reforma reciente de la legislación civil y procesal para el apoyo a las
personas con discapacidad en el ejercicio de su capacidad jurídica, y
también sucedió con la aprobación de la ley que permitió la ampliación
del derecho al sufragio a todas las personas con discapacidad. Todos
estos avances no son más que unas muestras de hasta dónde puede llegar la
política del consenso. Sin embargo, a pesar de acumular todo este acervo
colectivo que nos engrandece como sociedad, tenemos que lamentar hoy que
en ese lugar de encuentro no estemos todos; no estemos todos. Hay quien
no se quiere considerar parte de ese consenso básico. Ese consenso amplio
que representó la primera reforma de todas hace treinta y dos años,
lamentablemente, no se reproducirá treinta y dos años más tarde. Algún
día alguien tendrá que explicar a esas 4 300 000 personas con
discapacidad lo que han hecho hoy. Alguien tendrá que explicar a esas
personas que hoy dejarán de llamarse lo que nunca fueron disminuidos. Y
alguien tendrá que explicar a esas personas que hoy ellos no han estado a
su lado. No han estado ahí. (Aplausos).


Señorías, a lo largo de la historia
democrática, pero especialmente durante los últimos diez años, el apoyo a
las personas con discapacidad ha representado un espacio común de
encuentro, de concentración entre formaciones políticas distintas, con
idearios diferentes. Sucedió con la modificación del Código Penal para
abolir la esterilización forzosa de personas incapacitadas judicialmente;
sucedió con la reforma de la Ley General de derechos de las personas con
discapacidad, para regular la accesibilidad cognitiva; sucedió con la
reforma reciente de la legislación civil y procesal para el apoyo a las
personas con discapacidad en el ejercicio de su capacidad jurídica, y
también sucedió con la aprobación de la ley que permitió la ampliación
del derecho al sufragio a todas las personas con discapacidad. Todos
estos avances no son más que unas muestras de hasta dónde puede llegar la
política del consenso. Sin embargo, a pesar de acumular todo este acervo
colectivo que nos engrandece como sociedad, tenemos que lamentar hoy que
en ese lugar de encuentro no estemos todos; no estemos todos. Hay quien
no se quiere considerar parte de ese consenso básico. Ese consenso amplio
que representó la primera reforma de todas hace treinta y dos años,
lamentablemente, no se reproducirá treinta y dos años más tarde. Algún
día alguien tendrá que explicar a esas 4 300 000 personas con
discapacidad lo que han hecho hoy. Alguien tendrá que explicar a esas
personas que hoy dejarán de llamarse lo que nunca fueron disminuidos. Y
alguien tendrá que explicar a esas personas que hoy ellos no han estado a
su lado. No han estado ahí. (Aplausos).


Señorías, lo dijimos ayer y lo queremos repetir
hoy esta reforma persigue una sociedad todavía más inclusiva, pero no
solo inclusiva desde el presente que a cada uno nos ha tocado vivir, sino
también desde el presente y el futuro que todavía nos queda por vivir.
Porque todos somos potenciales personas con discapacidad, y desde esta
visión de largo alcance, desde esta perspectiva sensata y empática con
las personas con discapacidad, debemos también abordar esta reforma. Las
circunstancias pueden cambiar para cualquiera de nosotros porque la vida
de cada uno está condicionada a lo que le pueda suceder mañana, porque la
fragilidad es consustancial a la experiencia humana. Por lo tanto,
señorías, seamos también conscientes de que en esta vida la adversidad
puede presentarse en cualquier momento y puede presentarse también en
forma de discapacidad. Y lo puede hacer, como se ha dicho aquí, sin
avisar. Y si esa discapacidad nos llega a cualquiera de nosotros, el
Estado social que recoge nuestra Constitución deberá estar ahí para
proporcionarnos la atención, para proporcionarnos acompañamiento y para
proporcionarnos la ayuda necesaria, más allá de las palabras, más allá de
la semántica. Por lo tanto, se trata de tejer una red de compromiso
inclusivo con las personas con discapacidad, pero también con nosotros
mismos y con la sociedad que representamos. Se trata de tejer una red de
compromiso con aquellas personas que hoy son personas con discapacidad y
también con aquellos que lo seremos el día de mañana.


Señorías, de la mano de las entidades y
familias vamos a reescribir hoy un nuevo capítulo, el próximo capítulo de
nuestra historia como sociedad. Nuestra Constitución es el espejo de la
sociedad que somos y el propósito de la sociedad que aspiramos ser una
sociedad más justa, una sociedad más solidaria, una sociedad de iguales
en la que nadie sea más que nadie. En definitiva, una sociedad más
integradora, unida y cohesionada también en nuestras diversidades.


Y termino. Felicidades a todas las entidades en
defensa de las personas con discapacidad por sus aportaciones.
Felicidades a las personas con discapacidad por sus esfuerzos de
superación constante y a sus familias por su dedicación, sacrificio y
entrega. Y felicidades también a las personas que en el futuro seremos
personas con discapacidad, porque esto no va solo de hoy, sino también de
mañana. Y a todos ustedes ya solo me queda decirles, con profundo
orgullo, pero también con profunda emoción, que ha sido un auténtico
honor.


Muchísimas gracias. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE Señorías, me comentan que
no se hará uso del segundo turno en contra. Consiguientemente, empezamos
el turno de portavoces.


Le corresponde el uso de la palabra, por el
Grupo Parlamentario Mixto, a la senadora Caballero Martínez.


La señora CABALLERO MARTÍNEZ Gracias, señor
presidente.


Buenos días a todos y a todas.


En primer lugar, quiero decir que es para mí un
honor y me produce una enorme satisfacción participar en este debate de
reforma de la Constitución como senadora de Unión del Pueblo Navarro, un
partido defensor de nuestra Constitución y defensor de los derechos y
libertades que en ella se consagran. Porque precisamente esta
modificación del artículo 49 viene motivada en la defensa de los derechos
de las personas con discapacidad, de su dignidad y de un trato
igualitario. Y se hace para desechar una terminología antigua y
anacrónica que excluía o discriminaba a una parte de la sociedad en razón
de su vulnerabilidad, cuando la realidad de nuestro país y del conjunto
del ordenamiento jurídico ya había desechado y superado esta terminología
con creces.


Es cierto que nuestra Constitución, en su
momento, fue pionera a la hora de querer reconocer los derechos de las
personas con discapacidad, mencionando expresamente en un artículo su
necesidad de protección y de atención. Estamos seguros de que el
legislador lo hizo con la mejor de las intenciones, pero, desde luego,
hoy la denominación «disminuidos» resulta altamente ofensiva y no es
aceptable en ningún caso. Y las palabras con las que nos definimos son
importantes. Sabemos de la importancia del lenguaje y no da igual una
cosa que otra, así que valoramos también el hecho de haber sido capaces
de consensuar una nueva redacción en un tema tan sensible, puesto que
vamos a concluir un trato más justo y digno para las personas con
discapacidad. De hecho, esta es la primera reforma social de la
Constitución y la tercera en cuarenta y cinco años de vigencia, y nace,
como se ha dicho, precisamente de las reivindicaciones de las entidades,
de asociaciones de familiares de personas con discapacidad, que llevan
años reclamando este trato más digno, en línea con la Convención de
Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, que
se aprobó en 2006, que ratificó España en 2008, y que supuso todo un
cambio de visión y tratamiento de estas personas. Primero todos somos
personas, y después viene nuestra condición. Por tanto, la modificación
del artículo 49 no solo es un cambio de término, sino un cambio de
enfoque. Es justo decir que España fue uno de los primeros países en
abordarlo, y ello conlleva la modificación del ordenamiento jurídico
preciso. Por eso, las grandes modificaciones legislativas de nuestro país
en los últimos diez años han tenido que ver con la discapacidad, por
ejemplo, la ampliación del derecho al voto o la eliminación de la
esterilización forzosa. Y teníamos pendiente esta adecuación en la
Constitución, a la que hoy en esta Cámara ponemos fin, aunque ha llevado
demasiado tiempo por distintas razones. Queda, desde luego, trabajo por
delante para hacer efectivo el artículo 49 en su totalidad, porque no
solo demanda un cambio de lenguaje, sino también políticas que garanticen
la plena autonomía personal y la inclusión social de las personas con
discapacidad, políticas de empleo y desarrollos legislativos
(Rumores).


Es cierto que nuestra Constitución, en su
momento, fue pionera a la hora de querer reconocer los derechos de las
personas con discapacidad, mencionando expresamente en un artículo su
necesidad de protección y de atención. Estamos seguros de que el
legislador lo hizo con la mejor de las intenciones, pero, desde luego,
hoy la denominación «disminuidos» resulta altamente ofensiva y no es
aceptable en ningún caso. Y las palabras con las que nos definimos son
importantes. Sabemos de la importancia del lenguaje y no da igual una
cosa que otra, así que valoramos también el hecho de haber sido capaces
de consensuar una nueva redacción en un tema tan sensible, puesto que
vamos a concluir un trato más justo y digno para las personas con
discapacidad. De hecho, esta es la primera reforma social de la
Constitución y la tercera en cuarenta y cinco años de vigencia, y nace,
como se ha dicho, precisamente de las reivindicaciones de las entidades,
de asociaciones de familiares de personas con discapacidad, que llevan
años reclamando este trato más digno, en línea con la Convención de
Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, que
se aprobó en 2006, que ratificó España en 2008, y que supuso todo un
cambio de visión y tratamiento de estas personas. Primero todos somos
personas, y después viene nuestra condición.






Por tanto, la modificación
del artículo 49 no solo es un cambio de término, sino un cambio de
enfoque. Es justo decir que España fue uno de los primeros países en
abordarlo, y ello conlleva la modificación del ordenamiento jurídico
preciso. Por eso, las grandes modificaciones legislativas de nuestro país
en los últimos diez años han tenido que ver con la discapacidad, por
ejemplo, la ampliación del derecho al voto o la eliminación de la
esterilización forzosa. Y teníamos pendiente esta adecuación en la
Constitución, a la que hoy en esta Cámara ponemos fin, aunque ha llevado
demasiado tiempo por distintas razones. Queda, desde luego, trabajo por
delante para hacer efectivo el artículo 49 en su totalidad, porque no
solo demanda un cambio de lenguaje, sino también políticas que garanticen
la plena autonomía personal y la inclusión social de las personas con
discapacidad, políticas de empleo y desarrollos legislativos
(Rumores).


El señor PRESIDENTE Ruego que bajen el tono de
las conversaciones que se celebren en el interior de la sala, señorías,
para poder escuchar a quien tiene el uso de la palabra.


Muchas gracias.


Prosiga, senadora.


La señora CABALLERO MARTÍNEZ Gracias, señor
presidente.


Decía que queda trabajo por hacer, que quedan
políticas que realizar en su totalidad y que quedan desarrollos
legislativos pendientes, como sabemos y como hemos visto en esta Cámara,
como la ley ELA, que se alargan demasiado en el tiempo, a pesar de la
voluntad mayoritaria que ya hemos expresado todos en diversas
ocasiones.


En conclusión, la reforma del artículo 49 va
más allá de la modificación legislativa; representa una llamada a la
sociedad para adoptar un lenguaje inclusivo y reconocer la diversidad en
su máxima expresión. Es un paso fundamental hacia una sociedad que ha de
valorar y respetar las diferencias, garantizando que todos los
ciudadanos, independientemente de sus capacidades, puedan ejercer
plenamente sus derechos. Por todo ello, sin extenderme más, anuncio
nuestro voto a favor de esta modificación en el Senado, igual que lo
hicimos en el Congreso.


Nos congratulamos con todos los que lo han
hecho posible. Quiero reconocer expresamente el trabajo de Cermin y de
todas sus entidades asociadas, el trabajo de tantas familias que se
involucran día a día en sacar adelante a sus hijos con dificultades y en
defender sus derechos. Y también quiero agradecer y reconocer el impulso
a esta normativa que dio nuestro diputado de UPN, Íñigo Alli, que fue una
parte muy activa en este proceso y en otras reformas legislativas en
favor de estas personas. Quiero aprovechar también para saludar a todos
los que están aquí acompañándonos desde la tribuna, felicitarles a todos,
y especialmente a los navarros que han venido aquí, que hoy se han
desplazado desde Cermin Navarra, Mariluz; desde la Fundación Atena,
Arantxa y Ainhoa; desde Aspace, David y Rafa, y desde Amimet, a
Margarita. Quiero felicitarles a todos. Que disfrutéis de este logro, que
es muy muy vuestro.


Y acabo diciendo que, desde luego, para
nosotros hoy nuestra Constitución es mejor, es más justa tras esta
reforma, y también creo que es más fuerte, más allá de cambios o reformas
que se pueden anhelar y que también nosotros, en UPN, anhelamos y
demandamos, como la supresión de la disposición transitoria cuarta. Hoy
somos conscientes de que no tocaba; hoy tocaba estar en este acuerdo por
respeto a todas esas personas y ponernos de acuerdo en lo importante en
aprobar esta modificación, evitando otros debates.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE Gracias, señoría.


Por el Grupo Parlamentario Izquierda
Confederal, le corresponde el uso de la palabra a la senadora
Barcos.


La señora BARCOS BERRUEZO Gracias, presidente.
Eskerrik asko, presidente jauna.


Acometemos hoy, efectivamente, una reforma de
la Constitución del 78 que debíamos, que debían las Cortes a la sociedad,
la reforma del artículo 49, para desterrar ya era hora la palabra
«disminuidos», para desterrarla, como ya lo ha hecho el conjunto de la
sociedad desde hace décadas por la percepción que de las personas que
componemos esta realidad social tenemos nosotras mismas. Es una
percepción inclusiva, una percepción ambiciosa en el futuro que nos
debemos y, sobre todo, y esto es importante, rigurosa terminológica y
conceptualmente, en el espejo que, de una comunidad, debiera ser su
arquitectura legislativa.


Acometemos hoy, efectivamente, una reforma de
la Constitución del 78 que debíamos, que debían las Cortes a la sociedad,
la reforma del artículo 49, para desterrar ya era hora la palabra
«disminuidos», para desterrarla, como ya lo ha hecho el conjunto de la
sociedad desde hace décadas por la percepción que de las personas que
componemos esta realidad social tenemos nosotras mismas. Es una
percepción inclusiva, una percepción ambiciosa en el futuro que nos
debemos y, sobre todo, y esto es importante, rigurosa terminológica y
conceptualmente, en el espejo que, de una comunidad, debiera ser su
arquitectura legislativa.


Las personas con discapacidad se merecían, y
nos lo merecemos el conjunto de la sociedad, esta reforma por dos
cuestiones la primera, porque es así, porque son personas y personas con
discapacidad; y, la segunda, y con la misma legitimidad, por la fuerza de
su empeño, por la constancia con la que las entidades que las
representan, que os representan, han mantenido la exigencia de esta
reforma, a pesar de la tozudez con la que las fuerzas mayoritarias de las
Cortes han mantenido su estrategia de inmovilidad.


Sin embargo, no nos podemos quedar en la mera
satisfacción de la modulación lingüística. Si realmente creemos en la
reforma que hoy acometemos, tenemos que asumir el compromiso de equidad
y, en definitiva, el compromiso de las políticas públicas que desde esta
Cámara también diseñamos para con esa equidad reconocida en la reforma,
que hoy zanjamos, de este artículo 49.


Yo también quiero saludar hoy a la
representación de todas estas entidades, y al empeño, como insistía en mi
discurso. Pero no solamente eso, no solo saludaros, no solo daros las
gracias, sino también escuchar lo que desde esta tribuna nos habéis dicho
hoy. Y quiero incidir con ello en este discurso y en nombre de Geroa Bai,
porque en este sentido es absolutamente obligado recordar la reforma
inmediatamente anterior a la que hoy aprobamos, la reforma del
artículo 135 de la Constitución, en aquel agosto de 2011, que consagra la
prevalencia de la estabilidad presupuestaria en las actuaciones de las
administraciones públicas. Y no estoy hablando de hipotéticos, es que han
pasado más de diez años y sabemos perfectamente lo que esta reforma ha
supuesto en recortes a las políticas sociales, en recortes a las
diferentes discapacidades que pueblan nuestra sociedad.


Señorías, hoy vamos a votar a favor de algo
debido el reconocimiento en la Constitución de la realidad de las
personas con discapacidad. Pero será inútil en gran medida si no
resolvemos aquella reforma de agosto de 2011. La reforma del artículo 49
queda coja si no reformamos el artículo 135, porque no hay reconocimiento
a la discapacidad si no hay valentía y suficiencia financiera para
financiar las políticas públicas que la atienden. Es el compromiso.


Y, por supuesto, nuestro voto será afirmativo
hoy.


Gracias, presidente.


El señor PRESIDENTE Gracias, señoría.


A continuación, hará uso de la palabra,
compartiendo el turno, el senador Ferrer Martínez.


El señor FERRER MARTÍNEZ Gracias, señor
presidente.


Es un orgullo y un honor para este senador
participar en la primera reforma social de la Constitución española, una
reforma que entendemos necesaria, igualitaria, de justicia y a la que
mostramos nuestro más absoluto respeto; un respeto que, en opinión de
este senador, ha faltado en relación con las propuestas que se han
planteado por parte tanto de este senador, en relación con la
modificación del artículo 69.3 de la Constitución española para que
Eivissa y Formentera tengan cada una su escaño en el Senado, como por mi
ilustre compañero, el senador Morera, para incorporar el derecho civil
valenciano. Pero el Partido Popular, evidentemente, ha votado en contra
de estas dos enmiendas y estamos en esta situación totalmente anómala,
desde mi punto de vista.


Después de leer el acta de la Comisión
Constitucional celebrada ayer, no puedo estar más de acuerdo, con
pequeños matices, con los portavoces de cada uno de los grupos respecto
de la presente reforma del artículo 49. En especial, con las palabras de
defensa tanto del senador Morera como de la senadora Barcos. Pero me
habría gustado que la empatía, que comparto totalmente, y que se mostró
con un colectivo que supone aproximadamente el 10 % de la población del
Estado español, se hubiera tenido también con el cien por cien de la
ciudadanía pitiusa.


El artículo 69.3 es incongruente en sus propios
términos respecto de Eivissa y Formentera. Es una anomalía, es un error,
es una injusticia, como lo era la dicción del artículo 49, que ahora
reformamos. Es una injusticia democrática, es una desigualdad manifiesta
cuya actualización no solo ha contado con la unanimidad de los partidos
en Formentera, sino también en los del Parlament balear y en los de esta
propia Cámara. La reforma del artículo 49 era una necesidad social, como
se ha dicho aquí, de justicia social. Y que Eivissa y Formentera cuenten
cada una con su escaño en el Senado es una necesidad democrática que
iguala a nuestros territorios con el resto de los territorios insulares
del Estado español. El veto a la reforma del artículo 69.3 de la
Constitución española es ir contra los acuerdos unánimes, incluso como el
que se dio en esta Cámara en el año 2009. Los adalides del cumplir con la
palabra vetan, negando con su propia palabra, la igualdad de nuestras
islas.


El artículo 69.3 es incongruente en sus propios
términos respecto de Eivissa y Formentera. Es una anomalía, es un error,
es una injusticia, como lo era la dicción del artículo 49, que ahora
reformamos. Es una injusticia democrática, es una desigualdad manifiesta
cuya actualización no solo ha contado con la unanimidad de los partidos
en Formentera, sino también en los del Parlament balear y en los de esta
propia Cámara. La reforma del artículo 49 era una necesidad social, como
se ha dicho aquí, de justicia social. Y que Eivissa y Formentera cuenten
cada una con su escaño en el Senado es una necesidad democrática que
iguala a nuestros territorios con el resto de los territorios insulares
del Estado español. El veto a la reforma del artículo 69.3 de la
Constitución española es ir contra los acuerdos unánimes, incluso como el
que se dio en esta Cámara en el año 2009. Los adalides del cumplir con la
palabra vetan, negando con su propia palabra, la igualdad de nuestras
islas.


Ahora que las fotos de Fitur son tan
comentadas, cuando acabe este pleno y salgan corriendo para Ifema y se
pongan a posar para hacerse las fotos con las autoridades de Eivissa y de
Formentera porque seguro que irán al stand , explíquenles que nosotros
no merecemos los mismos derechos políticos que el resto de los
territorios insulares del Estado español. Hagan justicia por la puerta de
atrás, por la puerta de delante, por la puerta que sea, pero háganla.
Está en sus manos, y yo se lo recordaré.


Gracias.


El señor PRESIDENTE Gracias, senador.


Le corresponde el uso de la palabra al senador
Chinea Correa.


El señor CHINEA CORREA Gracias,
presidente.


Buenos días, señorías.


Aprovecho también para saludar a los invitados
e invitadas que nos acompañan aquí hoy, en esta casa, desde la tribuna.
Va por ustedes.


Obviamente, desde mi partido, Agrupación
Socialista Gomera, vamos a votar a favor de esta reforma del artículo 49
por la sencilla razón de que se trata de una exigencia democrática y
social de primer orden, señorías, que ya se ha demorado bastante en el
tiempo por ese triste hábito que tenemos en la clase política de este
país de convertir los asuntos relativos a la Constitución en una batalla
constante. Señorías, si seguimos así siempre saldrán perdiendo, por un
lado, la credibilidad de la Constitución española y, por otro, aquellos
colectivos que solo pretenden ver reflejados los derechos propios de un
Estado moderno como es el nuestro. Este es el caso de las personas con
discapacidad, de esos más de cuatro millones de españoles y españolas que
aspiran a algo más que a tener reflejada su realidad diaria de un modo
lingüísticamente más apropiado. Por tanto, nosotros también queremos
dejar claro que entendemos esta reforma como un punto de partida y no
solamente de llegada, y esto lo puede ser en varios aspectos. Por
ejemplo, el hecho de alcanzar un acuerdo tan mayoritario en la redacción
del artículo 49 en todo su contenido nos puede servir, señorías, como
argumento para la propia reflexión, y es que la democracia española es
capaz de alcanzar acuerdos en asuntos estratégicos, relacionados incluso
con preceptos recogidos en nuestra ley fundamental, y quizá sea el
momento más adecuado para recordar que el entendimiento no es un
imposible, señorías, y que no estamos tan divididos como nuestro debate
político cotidiano nos hace pensar.


Como decía, desde ASG nos congratulamos por el
acuerdo alcanzado por los dos grupos mayoritarios en ambas Cámaras, por
el Grupo Parlamentario Popular y por el Grupo Parlamentario Socialista,
para continuar por esa senda del diálogo que haga posibles otros
objetivos que, al ser definidos como cuestiones de Estado, exigen amplios
acuerdos. Es algo que debemos agradecer al colectivo relacionado con la
discapacidad, a esos conciudadanos y conciudadanas a los y las que hace
referencia este nuevo artículo, porque el hecho de recoger, por fin, su
cobertura en el Estado social supone la oportunidad de abrir una nueva
pedagogía cívica del diálogo entre las distintas fuerzas políticas. Es
verdad que el combate político está bien y, además, es necesario en una
democracia madura como la nuestra, pero la lucha constante, permanente y
artificial devalúa el debate y nos aleja del interés general.


Señorías, el interés general de la sociedad es
el motivo por el que estamos hoy aquí, y por ello quiero señalar una
cuestión más que en mi tierra, en Canarias, entendemos perfectamente por
nuestra condición de insularidad y lejanía, y es que la política social
no es completa si en ella no se pone el acento en la igualdad, y no solo
en la igualdad de derechos, como recoge este nuevo artículo 49, sino en
la igualdad en el acceso a los recursos de política social de los
colectivos más vulnerables. Como digo, les propongo que abramos una nueva
reflexión hoy aquí, en esta casa, sobre las políticas de atención a la
discapacidad, su situación actual en este país y las posibilidades para
mejorar su eficacia bajo los principios no solo de igualdad, sino también
de equidad, para evitar otra amenaza para la credibilidad de nuestro
sistema político que es, señorías, el incumplimiento de los derechos
legalmente consagrados en nuestra carta magna. Así que vamos a ponernos
en marcha y llenar de contenido el articulado de la Constitución
española. Eso, señorías, sí puede ser y es una verdadera, valiosa y útil
lección de patriotismo.


Señorías, el interés general de la sociedad es
el motivo por el que estamos hoy aquí, y por ello quiero señalar una
cuestión más que en mi tierra, en Canarias, entendemos perfectamente por
nuestra condición de insularidad y lejanía, y es que la política social
no es completa si en ella no se pone el acento en la igualdad, y no solo
en la igualdad de derechos, como recoge este nuevo artículo 49, sino en
la igualdad en el acceso a los recursos de política social de los
colectivos más vulnerables. Como digo, les propongo que abramos una nueva
reflexión hoy aquí, en esta casa, sobre las políticas de atención a la
discapacidad, su situación actual en este país y las posibilidades para
mejorar su eficacia bajo los principios no solo de igualdad, sino también
de equidad, para evitar otra amenaza para la credibilidad de nuestro
sistema político que es, señorías, el incumplimiento de los derechos
legalmente consagrados en nuestra carta magna. Así que vamos a ponernos
en marcha y llenar de contenido el articulado de la Constitución
española. Eso, señorías, sí puede ser y es una verdadera, valiosa y útil
lección de patriotismo.


Con orgullo dejo constancia hoy aquí de mi voto
favorable a la reforma.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE Gracias, señoría.


Por el Grupo Parlamentario Vasco, le
corresponde el uso de la palabra a la senadora Beltrán de Heredia.


La señora BELTRÁN DE HEREDIA ARRONIZ Eskerrik
asko, presidente jauna.


Hoy, con este debate en el Senado, se dará por
cumplido el trámite para la reforma del artículo 49 de la Constitución,
actualizándolo tanto en lo que se refiere a la terminología como al
contenido, en línea con lo establecido por la Convención sobre los
derechos de las personas con discapacidad, de 2006, que fue ratificado
por España en 2008. Como legisladores llegamos tarde, muy tarde;
dieciséis años han tenido que pasar para que finalmente se corrija en la
Constitución una expresión anacrónica y ofensiva, como es la de
disminuidos físicos, sensoriales y psíquicos, con la que se refiere a las
personas con discapacidad. Y es de justicia reconocer que ha sido gracias
al impulso de la sociedad civil. Es a las asociaciones y organizaciones
de personas con discapacidad y a sus familiares a quienes hoy
especialmente hay que agradecer su labor incesante no solo para
visibilizar las necesidades específicas de un colectivo que representa a
más de cuatro millones de personas en España, sino también por el trabajo
que hacen en favor del reconocimiento de sus derechos y, sobre todo, del
de ejercitarlos en condiciones de igualdad y libertad. Hay que
agradecerles y hay que felicitarles también porque han conseguido que, en
estos tiempos de relación convulsa, Partido Socialista y Partido Popular
se hayan puesto de acuerdo para tramitar esta reforma de la Constitución,
e incluso que conformen un bloque para vetar cualquier posibilidad de
ampliar el debate a otros aspectos que pueden ser de interés de los
grupos parlamentarios en relación con la más que necesaria reforma
constitucional.


Nuestro grupo, el Grupo Parlamentario Vasco,
votó favorablemente esta reforma en el Congreso y así lo vamos a hacer
hoy también aquí, en el Senado, porque consideramos que es una cuestión
de justicia y de respeto a la dignidad inherente a toda persona, más allá
de las capacidades o de las diferencias. Pero también es cierto que nos
habría gustado que se hubiese aprovechado esta ocasión para debatir otras
cuestiones que, desde nuestro punto de vista, exigen igualmente una
adecuación y un encaje constitucional con los actuales tiempos políticos
y sociales. Son cuestiones como el reconocimiento pleno de los derechos
históricos del pueblo vasco y su derecho a decidir libre y
democráticamente sobre su futuro, o sobre la inviolabilidad de quien
ostenta la Corona, o sobre la supresión del tutelaje del Ejército sobre
la unidad del Estado. Pero a la vista de la decisión que se adoptó en la
Mesa del Congreso, que ya vislumbró un acuerdo táctico entre el Partido
Popular y el Partido Socialista de no admitir a trámite ninguna enmienda,
y estimando, como así hemos podido constatar, que la Mesa del Senado no
se iba a desviar tampoco de aquella decisión, nuestro grupo ha renunciado
a presentar cualquier enmienda.


Esta será, como ya se ha dicho, la tercera
reforma de la Constitución en sus cuarenta y cinco años de vigencia. Las
dos anteriores fueron a iniciativa del Gobierno la primera, en 1992 para
reconocer el derecho a sufragio de las personas extranjeras en las
elecciones municipales, consecuencia del Tratado de Maastricht; y la
de 2011, derivada del Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la zona euro,
que modificó el artículo 135. Tan solo tres reformas en cuarenta y cinco
años de vigencia, algo que cabría interpretar como el blindaje al que se
somete a la carta magna; y solo cuando el Partido Popular y el Partido
Socialista lo deciden se puede debatir sobre cualquier propuesta de
modificación, e incluso sin reparos para tramitarla por el procedimiento
de urgencia. (Rumores). Qué duda cabe que


El señor PRESIDENTE Senadora Beltrán,
permítame que la interrumpa un segundo.


Señorías, se va incrementando ligeramente, pero
de forma sostenida en el tiempo, el tono con el que se mantienen las
conversaciones en el interior del salón de plenos. Les ruego, por favor,
que bajen el tono y que, si tienen que mantener una conversación más
acalorada, lo hagan en el espacio oportuno.


Prosiga, senadora.


La señora BELTRÁN DE HEREDIA ARRONIZ Gracias,
presidente.


Qué duda cabe de que el cambio en la
terminología es importante, porque el lenguaje nunca es aséptico. La
Unesco, en 1991, en sus recomendaciones para el uso inclusivo del
lenguaje me voy a permitir traerlo aquí decía «El lenguaje no es una
creación arbitraria de la mente humana, sino un producto social e
histórico que influye en la percepción de la realidad». Y añadía «Al
transmitir socialmente al ser humano las experiencias acumuladas de
generaciones anteriores, el lenguaje condiciona nuestra visión del
mundo». De ahí la importancia de adecuar la terminología a la realidad de
una sociedad que avanza en el reconocimiento de las personas como sujetos
de derechos por encima de las habilidades, capacidades o diferencias
individuales. Por cierto, señorías, ¿se han dado cuenta de lo difícil que
es encontrar en la Constitución una sola referencia a la mujer como
sujeto de derecho?


Eliminar del texto constitucional el término
«disminuido» es un paso importante, y así lo han manifestado y lo han
reclamado desde todas las asociaciones que integran a las personas con
discapacidad, y no solo porque estigmatiza, discrimina y es ofensivo para
las personas a las que se dirige, sino porque con ello, y sobre todo,
también se dignifica a toda la sociedad. Al margen del cambio
terminológico, también hay que destacar la modificación del contenido y
la estructura del artículo 49, porque ello supone un paso significativo
en cuanto a que es el reflejo de una sociedad comprometida con la
diversidad, que apuesta por la inclusión frente a la integración, que
sitúa a las personas en el centro de los derechos y que exige a los
poderes públicos derribar los obstáculos que impidan ejercitarlos con
plenitud e igualdad. Con la nueva redacción también se acomoda mejor el
artículo 49 a la concepción y promoción de no discriminación e igualdad
efectiva que reconoce el artículo 14 y a la que insta también el
artículo 9, en su apartado segundo, de la Constitución.


No obstante, también habría que señalar que,
aunque hasta este momento no se haya producido esta modificación
terminológica, eso no ha sido impedimento para que a lo largo de los
últimos años se hayan introducido cambios en el ordenamiento jurídico y
haya habido un importante desarrollo legislativo, tanto en el ámbito
estatal como autonómico, adaptados y sustentados en los principios de la
Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad. Voy a
recordar algunos la reforma de la legislación civil y procesal para el
apoyo a las personas con discapacidad en el ejercicio de su capacidad
jurídica; la reforma del Código Penal para prohibir las esterilizaciones
no consentidas; se ha modificado la Ley de la Jurisdicción Voluntaria
para permitir que las personas con discapacidad que contraigan matrimonio
lo puedan hacer en igualdad de condiciones; la Ley del Tribunal del
Jurado, para garantizar su participación sin exclusiones, o la Ley
Orgánica del Régimen Electoral General, la Loreg, para garantizar el
derecho al sufragio de todas las personas con discapacidad. Es decir, no
cabe duda de que se van dando pasos, pero si la igualdad formal en
términos jurídicos es importante, sobre todo es importante que se
traslade de forma efectiva a la vida real, al día a día, que sigamos
impulsando políticas para la promoción, inclusión y desarrollo de la
autonomía personal de las personas con discapacidad. Hay que seguir
trabajando para derribar esas barreras que les impiden el pleno ejercicio
de sus derechos y libertades y de todas sus capacidades. Porque,
señorías, no están reclamando más derechos, no están reclamando derechos
específicos, lo que nos están demandando es el derecho a ejercitarlos en
igualdad de condiciones que el resto de la ciudadanía y hacerlo con
absoluta y plena libertad.


Eskerrik asko.


El señor PRESIDENTE Gracias, señoría.


Por el Grupo Parlamentario Plural, le
corresponde el uso de la palabra al senador Cleries.


El señor CLERIES I GONZÀLEZ Moltes gràcies,
president.


Desde Junts per Catalunya queremos saludar
cordialmente a todas las entidades sociales que hoy nos acompañan. Hoy,
para nuestro grupo, es un honor participar en esta reforma del
artículo 49 de la Constitución porque corrige la falta de sensibilidad y
de respeto a las personas con discapacidad que contiene el actual texto
constitucional. El artículo 49 de la Constitución habla aún, en pleno
siglo XXI, de disminuidos. Es una espera injustificada de muchos años
para este cambio. Los que ahora lo cambian se deberían haber espabilado
un poco antes, mucho antes.


Desde Junts per Catalunya damos nuestro apoyo a
esta reforma porque plantea, por primera vez, hablar de personas, de
personas con discapacidad. Esto significa poner en valor la capacidad de
cada persona, también sus otras capacidades. Manifiesta que son titulares
de derechos en condiciones de libertad y de igualdad real y efectiva. Es
decir, se habla de ciudadanía plena. Por tanto, estamos hablando, en este
cambio, de personas y de ciudadanos. Se afirma la obligación de
garantizar la plena autonomía personal y la inclusión social de las
personas con discapacidad en entornos universalmente accesibles, todas
ellas cuestiones básicas para vivir en igualdad. Se atienden las
necesidades específicas de las mujeres y niñas con discapacidad; por
primera vez se incluye la perspectiva de género, que también es muy
importante. Y todo ello enmarcado en la protección prevista en los
tratados internacionales ratificados por el Estado español. No es
solamente un cambio de palabras, es un cambio de paradigma para promover
el respeto y la dignidad de todas las personas.


Desde Junts per Catalunya damos nuestro apoyo a
esta reforma porque plantea, por primera vez, hablar de personas, de
personas con discapacidad. Esto significa poner en valor la capacidad de
cada persona, también sus otras capacidades. Manifiesta que son titulares
de derechos en condiciones de libertad y de igualdad real y efectiva. Es
decir, se habla de ciudadanía plena. Por tanto, estamos hablando, en este
cambio, de personas y de ciudadanos. Se afirma la obligación de
garantizar la plena autonomía personal y la inclusión social de las
personas con discapacidad en entornos universalmente accesibles, todas
ellas cuestiones básicas para vivir en igualdad. Se atienden las
necesidades específicas de las mujeres y niñas con discapacidad; por
primera vez se incluye la perspectiva de género, que también es muy
importante. Y todo ello enmarcado en la protección prevista en los
tratados internacionales ratificados por el Estado español. No es
solamente un cambio de palabras, es un cambio de paradigma para promover
el respeto y la dignidad de todas las personas.


Quiero destacar, porque esto muchas veces se
olvida, el compromiso en las políticas sociales del catalanismo. Así,
en 1982, Ramón Trías Fargas, diputado y senador, fue el impulsor de la
Lismi en el Congreso, que promovió la inserción laboral de las personas
con discapacidad, hasta entonces sin protección legal y amparadas
exclusivamente por sus familiares o por asociaciones sociales. Esta
modificación constitucional demuestra el carácter obsoleto y rancio de la
Constitución española. Se le nota el paso de los años y la falta de
voluntad de adaptarla. Esta Constitución, que pretendía ser una puerta
abierta a la libertad y a la democracia, para Cataluña ha acabado siendo
una losa inmensa que nos han puesto encima para frenar la libertad y la
democracia. (Continúa su intervención en catalán).


Pero quiero acabar, señorías y personas de la
sociedad civil que hoy nos acompañan, diciendo que para Junts per
Catalunya hoy es un motivo de gozo (Continúa su intervención en
catalán).


El señor PRESIDENTE Senador Cleries, le ruego
use el castellano, si es usted tan amable.


Muchísimas gracias.


El señor CLERIES I GONZÀLEZ Sí, sí. Acabo,
presidente.


(Termina su intervención en catalán).


El señor PRESIDENTE Gracias, senador
Cleries.


Le corresponde el uso de la palabra a la
senadora Da Silva.


La señora DA SILVA MÉNDEZ Muy buenos
días.


Gracias. Muchísimas gracias, de corazón.
Muchísimas gracias. Gracias por vuestra lucha. Gracias por vuestra
constancia. Gracias por empujarnos, por empujarnos con la sociedad para
este cambio.


El lenguaje sí importa, es la expresión del
pensamiento y es el vehículo comunicativo más poderoso con el que
contamos. El lenguaje no es neutral y puede marginar, discriminar o
denigrar. Por eso es importante incorporar el lenguaje inclusivo, y no se
entiende que a estas alturas permanezca la palabra «disminuido» en la
Constitución. Las organizaciones y asociaciones que trabajan en el campo
de la discapacidad llevan más de veinte años reivindicando la eliminación
de esta terminología. Se ha tardado demasiado en corregir un término tan
ofensivo. Desde el BNG admiramos su esfuerzo, su lucha, y no solo en este
tema, sino en pro de la inclusión social, de la igualdad y de la
necesidad de avanzar en políticas que ofrezcan las mismas oportunidades
para participar en todos los ámbitos de la sociedad. Desde luego, uno de
los factores que contribuye a acortar el largo camino hacia la igualdad
es el lenguaje. Lo que hoy aprobamos profundiza en valores democráticos y
se alinea con la Convención de la ONU sobre los derechos de las personas
con discapacidad.


Es conocido que el BNG cuestiona la
Constitución porque no responde al modelo territorial real, está caduca y
es obsoleta en muchos aspectos que hoy no se tratan. Pero no queremos
entrar en ellos, porque no es justo dedicar nuestro tiempo a otros que no
sean los auténticos protagonistas del momento que estamos viviendo el
movimiento cívico de personas con discapacidad, a quienes también
saludamos, como en el caso de Cogami, Cermi, Cocemfe u ONCE,
organizaciones con las que llevo trabajando muchísimos años y que saben
que comparto la emoción de este momento. Las palabras importan, pero es
imprescindible acompañarlas de políticas de igualdad real. Es importante
reconocer el espacio público como un derecho fundamental al mismo nivel
que la sanidad y la educación. El espacio público es de todos y todas, y
todos y todas deben poder disfrutarlo y usarlo. Son necesarias
modificaciones legislativas para garantizar la accesibilidad de la
vivienda; las personas no pueden estar confinadas en sus viviendas porque
no sean accesibles.


Y no puedo terminar esta intervención sin
aludir a la violencia machista, que se ceba doblemente con las mujeres
con discapacidad. El 40,4 % de las mujeres con discapacidad son víctimas
de violencia machista según el estudio de la Fundación ONCE. Es aterrador
y hay que erradicarlo. Esta reforma reconoce un derecho, un derecho para
avanzar, pero sobre todo nos da el deber de trabajar por la igualdad real
a un ritmo más rápido, y también otro deber no consentir ningún
retroceso. Hoy es un día de celebración para los colectivos que trabajan
con la discapacidad, pero es un día imprescindible para todas las
demócratas. Nuevamente, muchísimas gracias por vuestro trabajo.


Y finalizo mi intervención dedicándosela a dos
personas que no han podido vivir la alegría y la emoción de este momento
a mi hermana Eva y a mi hermano Manuel.


Moitas grazas.


El señor PRESIDENTE Gracias, señoría.


Le corresponde el uso de la palabra al senador
Armas.


El señor ARMAS GONZÁLEZ Gracias, señor
presidente.


Señorías, quiero dar las gracias también al
senador Amores. Muchas gracias.


Mi partido, Agrupación Herreña Independiente,
también se sumará hoy a la reforma constitucional del artículo 49. Lo
hacemos por convencimiento y por justicia. Es justo que dejemos atrás una
terminología despectiva, excluyente e insensible, que históricamente ha
utilizado términos como «subnormal» o «inválido», por no recordar otras
lindezas lingüísticas al referirnos a las personas con discapacidad.
(Rumores). Hoy, utilizar estos términos nos produce terror, nos sacude y
nos debe avergonzar


El señor PRESIDENTE Senador Armas, permítame
que le interrumpa un segundo.


Señorías, les ruego encarecidamente que
tengamos la oportunidad tanto de escuchar a todas y cada una de sus
señorías, a quienes están haciendo uso de la palabra, como que todos y
cada uno de los invitados que nos honran con su presencia puedan escuchar
a todas y cada una de las personas que hacen uso de la palabra desde la
tribuna.


Prosiga, senador Armas.


El señor ARMAS GONZÁLEZ Muchas gracias,
presidente.


Me alegra que el término «persona con
discapacidad» haya logrado el consenso de todos, del Cermi de manera
especial, que viene a poner voz a los más de cuatro millones de afectados
y a los ciudadanos en general, representados aquí por todos nosotros.
Estoy convencido de que esto es lo que quiere la sociedad española,
porque hoy, especialmente en estos asuntos, somos más inclusivos, más
respetuosos y más sensibles que antes. A los jóvenes, y especialmente a
los niños de hoy, que representan a la sociedad del futuro, les debemos
esta rectificación.


Señorías, vengo de la escuela y he podido vivir
a diario en los últimos cursos cómo niños y niñas, nuestros hijos y
nuestros nietos, van por delante de nosotros. He comprobado cómo mis
queridos alumnos Alberto y Alicia son tratados con absoluta normalidad
por sus compañeros porque saben que todos tienen capacidades diferentes,
y eso lo ejercitan a diario en el aula. Me alegro también por jóvenes
como Bea, como Ángel, como Gustavo o como Omar, quienes, a pesar de no
haberlo tenido nada fácil en su infancia, son hoy referentes y orgullo de
sus familias y vecinos. Ellos poseen valiosas capacidades, como las
sociales, que otros ni soñamos. A todos ellos, a Omar, a Bea, a Ángel, a
Gustavo, a Alicia, y a Alberto también, al igual que a otros cuatro
millones y medio de ciudadanos, les irá mejor en su vida a partir de
ahora como personas con discapacidad. También le irá mejor a toda la
sociedad española.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE Gracias, señoría.


Por el Grupo Parlamentario Izquierdas por la
Independencia, le corresponde el uso de la palabra a la senadora
Bideguren Gabantxo.


La señora BIDEGUREN GABANTXO Gracias,
presidente.


Señorías, egun on guztioi.


Cuando me propusieron para ser senadora,
sinceramente, lo último que me imaginaba era que iba a tener la
oportunidad de intervenir en un debate de reforma constitucional, porque
desde su aprobación, antes de que yo naciera, nos han dejado muy claro
que la carta magna era intocable. Solo ha tenido dos reformas, ambas
impulsadas por la Unión Europea, y no se ha modificado ni una sola vez en
estos cuarenta y cinco años para adaptarla a las realidades cambiantes de
la sociedad. Para algunas personas es un texto sacralizado; para otras,
fosilizado, y esto, señorías, en cualquier país con cultura democrática
es una anomalía. No hay más que mirar alrededor y observar las veces que
Alemania, Francia, Bélgica, Portugal o Suecia han reformado su
constitución. Es evidente que una reforma constitucional no debilita la
democracia, sino todo lo contrario. Por tanto, ojalá tengamos pronto
otras modificaciones de esta ley de leyes, que también son muy
necesarias. Y no es ningún sacrilegio, señorías, porque las leyes deben
modificarse de acuerdo con las circunstancias y con las demandas
populares. Y hay que corregir el lenguaje de género y reforzar la
protección de ciertos derechos. Y hay que revisar el papel de la Corona y
también el papel del Ejército. Y hay que contemplar una realidad
plurinacional, que es la que tenemos. Y también el derecho a decidir. Son
demandas que existen, estas y otras, y que se deben afrontar como en
cualquier país democrático.


Cuando me propusieron para ser senadora,
sinceramente, lo último que me imaginaba era que iba a tener la
oportunidad de intervenir en un debate de reforma constitucional, porque
desde su aprobación, antes de que yo naciera, nos han dejado muy claro
que la carta magna era intocable. Solo ha tenido dos reformas, ambas
impulsadas por la Unión Europea, y no se ha modificado ni una sola vez en
estos cuarenta y cinco años para adaptarla a las realidades cambiantes de
la sociedad. Para algunas personas es un texto sacralizado; para otras,
fosilizado, y esto, señorías, en cualquier país con cultura democrática
es una anomalía. No hay más que mirar alrededor y observar las veces que
Alemania, Francia, Bélgica, Portugal o Suecia han reformado su
constitución. Es evidente que una reforma constitucional no debilita la
democracia, sino todo lo contrario. Por tanto, ojalá tengamos pronto
otras modificaciones de esta ley de leyes, que también son muy
necesarias. Y no es ningún sacrilegio, señorías, porque las leyes deben
modificarse de acuerdo con las circunstancias y con las demandas
populares. Y hay que corregir el lenguaje de género y reforzar la
protección de ciertos derechos. Y hay que revisar el papel de la Corona y
también el papel del Ejército. Y hay que contemplar una realidad
plurinacional, que es la que tenemos. Y también el derecho a decidir. Son
demandas que existen, estas y otras, y que se deben afrontar como en
cualquier país democrático.


Hoy la mayoría votaremos a favor de esta
modificación del artículo 49 de la Constitución. Se propone modificar una
terminología desfasada y adecuarla a la Convención de Nueva York sobre
los derechos de las personas con discapacidad. Es una modificación
necesaria, eso es incuestionable, pero, señorías, España ratificó esa
convención hace dieciséis años. Es vergonzoso e inasumible, pues, que se
haya demorado tanto tiempo. Y no ha sido precisamente por el desacuerdo
político, porque hemos visto diferentes debates aquí, en el Senado, y
también en el Congreso, y cada iniciativa se había aprobado por
unanimidad; por tanto, no era por diferencias políticas. Estas
incomprensibles demoras, este decalaje entre la demanda popular y la
recepción normativa provoca desarraigo político, entre otras cosas. Por
tanto, es necesario, señorías, hacérselo mirar. Pero estamos de acuerdo
en que la palabra «disminuido» es un término inapropiado, peyorativo,
discriminatorio y que estigmatiza a las personas, como se ha dicho aquí
reiteradamente. Es una palabra que afecta a la identidad y a la
autoestima de las personas. Así pues, hay que modificar la ley cuanto
antes. (Rumores). Es hora de saldar esta deuda


El señor PRESIDENTE Senadora, si me lo
permite.


Yo sé que se ha reiniciado el periodo de
sesiones y que sus señorías tienen muchas experiencias que compartir. Si
vemos que durante el desarrollo de la sesión necesitamos hacer un receso
de diez o quince minutos, la presidencia no tendría inconveniente. Por lo
tanto, reitero que, por respeto a quien está en el uso de la palabra y,
por supuesto, también hacia todos los que nos honran con su visita y su
presencia, guardemos el debido respeto.


Prosiga, senadora.


La señora BIDEGUREN GABANTXO Gracias,
presidente.


Es hora de saldar la deuda con las personas que
tienen una discapacidad y también con sus familias. Y quiero poner en
valor la lucha incansable de estas asociaciones que trabajan en favor de
los derechos de las personas con discapacidad. Estos días he podido
conversar con algunas de estas personas y lo que me transmiten es que el
lenguaje es importante, cómo no, pero no es suficiente. Muchas veces se
les da la razón, pero su día a día, su vida, no cambia. Por tanto,
señorías, hoy damos un paso necesario, pero me gustaría concluir con una
última observación y reivindicación. Aunque la Constitución haya quedado
obsoleta, numerosas leyes y reglamentos han ido avanzando en el trato a
favor de las personas con discapacidad. El problema, pues, es que esas
leyes y esos reglamentos no se cumplen. Posiblemente haya que mejorar
algunas leyes y crear otras, pero sobre todo hay que cumplirlas. Y esto
va unido a dar prioridad a esta cuestión en los presupuestos de las
diferentes instituciones y a hacer políticas públicas eficaces. Es decir,
la terminología es importante, pero hoy en día las personas con
discapacidad tienen problemas, por ejemplo, para moverse en el transporte
público de manera autónoma. Aunque haya leyes que obliguen a la
Administración a garantizar la accesibilidad, aunque haya informes del
Defensor del Pueblo denunciándolo, siguen sin cumplirse las leyes que
tenemos en vigor. Por tanto, señorías, ojalá esta reforma no sea mera
cosmética y sí un impulso para tomar medidas que garanticen
definitivamente un trato efectivo a las personas con discapacidad.


Nada más, muchas gracias. Eskerrik asko.


El señor PRESIDENTE Gracias, señoría.


Le corresponde el uso de la palabra al senador
Reniu.


El señor RENIU VILAMALA Gràcies,
president.


No quiero empezar sin antes mostrar nuestro
reconocimiento a las asociaciones, organizaciones no gubernamentales,
actores, y muy especialmente a los familiares de personas con
discapacidad, por toda la labor realizada de forma callada y constante,
así como por el éxito del que hoy son protagonistas. Gracias, gracias, y
también, por favor. Gracias por todo lo realizado. Y, por favor,
continúen con esa labor que están realizando, continúen con esa presión
que en estos momentos ha dado sus frutos.


Por lo demás, hoy es pertinente recordar a sus
señorías que, como dijo Crozier en 1979, no se cambia la sociedad por
decreto. Efectivamente, cambiar una palabra no hace cambiar la realidad,
sino que el uso de unas u otras palabras o conceptos responde a cambios
en la forma de percibir e interpretar esa realidad o de la voluntad de
expresarla de forma diferente, y así contribuir a una evolución general
de la mentalidad que permita transformar esa realidad. Para quienes
valoren las referencias académicas, que en ese sentido también recuperen
los trabajos de Noam Chomsky. Por ello, en el ámbito de la discapacidad
hemos vivido cambios en el uso del lenguaje y en la aceptación de la
diferencia que han ido acompañados de una evolución hacia la inclusión
social.


Más allá del debate, hoy sabemos que lo más
importante es hablar de las personas, de sus necesidades, de sus anhelos,
de los obstáculos que los poderes públicos debemos remover para su plena
inclusión, máxime cuando el proceso de envejecimiento en nuestras
sociedades ha puesto en un primer plano no solo la necesaria atención a
los colectivos más jóvenes o la inclusión de la indispensable perspectiva
de género, como hace efectivamente esta reforma constitucional, sino
también la intersección entre envejecimiento y discapacidad, una
situación en la que todos y todas deberemos centrar nuestros esfuerzos no
en el futuro, sino en el presente más inmediato. De lo que estamos
hablando en el fondo es de un tema que tiene que ver directamente con la
dignidad de las personas y, más allá de la dignidad, con la igualdad, la
equidad, a fin de cuentas, con la libertad en sentido profundo, pero
también en sentido práctico.


Con esta tercera modificación de la
Constitución española dejaremos de lado definitivamente un término
connotado peyorativamente, ofensivamente, e incluso deshumanizante para
un número elevado, elevadísimo, de conciudadanos y conciudadanas. Así, la
discapacidad deja ya de ser un tabú lingüístico para permitir centrar los
esfuerzos de los poderes públicos en perseguir la igualdad social de
todas y todos. Obviamente, lo importante no son las diferencias que
tengamos entre nosotros, sino que las diferencias en las capacidades no
comporten en ningún momento la discriminación, la explotación laboral, la
minorización, la deshumanización, el abandono o la indiferencia. Para que
ello sea posible y dicha modificación del texto constitucional realmente
sea relevante, es preciso que este cambio vaya acompañado de unos
presupuestos generales del Estado que realmente permitan la inclusión
social de todas las personas, unos presupuestos que, entre otras
herramientas, garanticen de una vez por todas que la Ley de dependencia
esté bien financiada, que se cumpla el porcentaje obligatorio de personas
con discapacidad trabajando en grandes empresas, que estén plenamente
integradas en las administraciones públicas, que las empresas que prestan
servicios públicos les tengan en cuenta en la configuración de estos, y
tantas otras cuestiones.


No quiero finalizar nuestra intervención sin
hacer mención al proceso seguido en esta reforma, una tercera reforma
constitucional; de hecho, es la primera realmente promovida desde dentro,
ya que las otras dos vinieron impuestas desde fuera. Es una reforma,
decía, realizada, en este caso sí, a toda prisa y blindada por los dos
grandes partidos, excluyendo al resto de formaciones al no mostrar la más
mínima capacidad de diálogo hacia fuera de este bloque del régimen
del 78; un excelente ejemplo de la aluminosis política que hace años
aqueja al edificio del 78.


Como decía anteriormente, votaremos
favorablemente a la reforma propuesta por cuanto dejamos atrás un tabú
lingüístico y avanzamos, pero ello no evita la constatación de la
persistencia de un gran tabú político que les impide ponerse al día en
cuestiones tan relevantes como la plurinacionalidad en todas sus
vertientes. En cualquier caso, ustedes sabrán.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE Gracias, señoría.


Por el Grupo Parlamentario Socialista, le
corresponde el uso de la palabra al senador Magdaleno.


El señor MAGDALENO ALEGRÍA Muchísimas gracias,
señor presidente.


Muy buenos días tengan, señorías.


Hoy compartimos todos el inmenso honor de
debatir la primera reforma social de la Constitución y, si me lo
permiten, deseo compartir con ustedes, como profesor de Derecho
Constitucional, que es una satisfacción personal participar en la reforma
de la norma fundamental que nos define como sociedad y regula nuestra
convivencia pacífica y democrática. Hoy, señorías, es un día de alegría,
porque es un día histórico, porque reformamos el artículo 49 de la
Constitución para avanzar, para adecuar la realidad jurídica a la
realidad política y social de nuestro país, en este caso concreto para
eliminar la palabra «disminuidos» y sustituirla por el sintagma «personas
con discapacidad».


Además, y no por ello menos importante,
regulamos el deber de los poderes públicos de impulsar la autonomía
personal e inclusión social de las personas con discapacidad, velando
especialmente, señorías, por las necesidades específicas de las mujeres y
los menores. Señorías, hoy, sin duda, estamos haciendo un acto de
justicia, claramente tardío, que se corresponde con el reconocimiento de
la dignidad y de la igualdad de las personas con discapacidad en nuestra
norma fundamental. Mi grupo quiere agradecer hoy al Cermi y al resto de
asociaciones de personas con discapacidad hoy aquí presentes muchas de
ellas, como se ha citado, de mi comunidad, de la Comunidad Foral de
Navarra el impulso de esta reforma y su trabajo con y para las personas
con discapacidad. Y es que creemos que vuestro trabajo es esencial no
solo para hacer un país más justo y mejor, en el que vale la pena
convivir, sino también para alcanzar una democracia más fuerte y
mejor.


Señorías, la calidad de las democracias
constitucionales también se mide por la vitalidad de sus movimientos
asociativos y por su capacidad de influir en la sociedad. Hoy el Cermi ha
demostrado que el camino vale la pena, que se puede dignificar la calidad
de vida de las personas y, por tanto, mejorar la sociedad desde los
movimientos asociativos. Hoy eliminamos la palabra disminuidos de la
Constitución, porque no respeta ni la dignidad ni la igualdad de más
de 4,5 millones de españolas y de españoles y, por qué no decirlo, porque
sencillamente este término no se ajusta a la realidad, como nos ha
demostrado hoy aquí el senador Juan Ramón Amores. Juan Ramón, en nombre
del Grupo Parlamentario Socialista, quiero decirte que muchas gracias por
tu ejemplo personal y por tu ejemplo político. (Aplausos). Compañero,
dignificas la política.


Señorías, con esta reforma no estamos
realizando un mero cambio lingüístico, ni tratamos de ser políticamente
correctos, como algunos han dicho; estamos realizando un cambio simbólico
y un avance social, dejamos atrás una concepción paternalista y clínica
de la discapacidad y avanzamos hacia la plena autonomía y la inclusión de
las personas con discapacidad.


Hoy, la gran mayoría de formaciones políticas
aprobaremos la primera reforma de la Constitución, y decimos la gran
mayoría porque la extrema derecha ha anunciado que votará en contra. Vox
rechaza una reforma que habla de igualdad, que habla de integración. Una
reforma, señorías, que establece que los poderes públicos atenderán
particularmente las necesidades específicas de las mujeres con
discapacidad, dado que la extrema derecha rechaza la igualdad de género y
niega la violencia de género, que, por cierto, como demuestran los
estudios, sufren en mayor medida las mujeres con discapacidad. Y sí,
señorías de Vox, se lo voy a decir alto y claro la violencia de género
existe en nuestro país y mata a las mujeres. Dejen ya de negar la
realidad y de poner palos en las ruedas. (Aplausos).


Por decisiones como estas hoy le pedimos al
señor Feijóo que rectifique en su alianza del retroceso con el señor
Abascal y se abra a nuevos acuerdos de país en beneficio de la mayoría
social como el que hoy hemos alcanzado. ¿Por qué, señorías, el consenso
de hoy tiene que ser la excepción durante esta legislatura? Señorías,
nosotros, por el contrario, el Grupo Parlamentario Socialista, creemos
firmemente en el debate político, en la negociación y en los acuerdos
entre diferentes, siempre basados en el contraste de pareceres bien
pensados y sopesados. Jamás hemos creído en una verdad única, más bien al
contrario, entendemos como hemos hecho hoy que hay que partir del
disenso y llegar a acuerdos políticos que beneficien a la gran mayoría de
ciudadanas y de ciudadanos. Esto es en nuestra opinión lo útil, y lo
demás es solo falsa política que sirve para polarizar y
enfrentarnos.


Señorías, la lealtad constitucional no se
obtiene con la amenaza del Código Penal; por el contrario, fortalecemos
la adhesión a la Constitución cuando dignificamos la vida de la
ciudadanía y generamos, como hoy, mediante la intervención de los poderes
públicos, oportunidades reales para desarrollar las potencialidades y
proyectos vitales de los ciudadanos. Y es que a veces, señorías, cuando
adoptamos una decisión tiene mayor trascendencia de lo que puede parecer
a primera vista. Hoy, a juicio del Grupo Parlamentario Socialista,
estamos reconociendo el papel trascendental del Estado social en el
disfrute efectivo de los derechos fundamentales. Establecemos la
necesidad de las políticas públicas para hacer posible la plena autonomía
personal y la inclusión social de las personas con discapacidad.


Señorías, la lealtad constitucional no se
obtiene con la amenaza del Código Penal; por el contrario, fortalecemos
la adhesión a la Constitución cuando dignificamos la vida de la
ciudadanía y generamos, como hoy, mediante la intervención de los poderes
públicos, oportunidades reales para desarrollar las potencialidades y
proyectos vitales de los ciudadanos. Y es que a veces, señorías, cuando
adoptamos una decisión tiene mayor trascendencia de lo que puede parecer
a primera vista. Hoy, a juicio del Grupo Parlamentario Socialista,
estamos reconociendo el papel trascendental del Estado social en el
disfrute efectivo de los derechos fundamentales. Establecemos la
necesidad de las políticas públicas para hacer posible la plena autonomía
personal y la inclusión social de las personas con discapacidad.


Señorías, la Constitución jamás debe de ser
patrimonializada por unos para excluir a otros, sobre todo a base de
lecturas parciales e interesadas de su contenido. No debemos olvidar que
las madres y los padres de la Constitución partieron de una realidad
innegable no todos partimos de las mismas condiciones, ni disponemos de
los mismos recursos económicos. Por ello, definieron a nuestro país, en
primer lugar se lo recuerdo , como un Estado social y además democrático
de derecho, y también establecieron en un artículo muy importante el
artículo 9 de la Constitución que nos corresponde a nosotros, señorías,
como poderes públicos, garantizar que la igualdad y la libertad de los
ciudadanos y de los grupos en los que se integran sean reales y
efectivas. Y a modo de ejemplo de esto, la igualdad de oportunidades y la
meritocracia real del conjunto de la sociedad solo se garantiza a través
de centros públicos de enseñanza de calidad y la concesión de becas para
desarrollar las vocaciones de las personas, independientemente de su
capacidad económica. Con ello, señorías, no solo estamos haciendo un acto
de justicia social para esas personas en concreto, sino que nos estamos
beneficiando como conjunto de la sociedad, pues estamos disponiendo de
todo el talento que está en cada uno de nosotros para volcarlo en el
avance social del colectivo. Y es que, señorías, las sociedades más
felices son las más justas y cohesionadas. Cuando la Constitución regula
y refleja los anhelos y valores de la sociedad, es cuando cumple su
función de integración política.


Señorías, la adhesión y la lealtad
constitucional se consiguen con una Constitución y una sociedad justa.
Construyendo una sociedad inclusiva y justa, sin dejar a nadie atrás,
también protegemos a nuestra democracia constitucional frente a aquellos
proyectos autoritarios que hoy nos amenazan. (Aplausos). La lealtad
constitucional de los ciudadanos se gana también cuando se reconoce y se
integra la diversidad y el pluralismo que está presente en nuestra
sociedad.


Concluyo, señorías. Hoy estamos realizando un
avance histórico al reformar el artículo 49 de la Constitución. No
obstante, el Grupo Socialista considera que también deben seguir otros
cambios para seguir avanzando como sociedad. Creemos que resulta
necesario el reconocimiento de nuevos derechos fundamentales y reforzar
la protección constitucional de otros derechos ya reconocidos. Defendemos
la necesidad también de reformar el Senado para que sea lo que dice la
Constitución, una auténtica cámara de representación territorial, y
abordar una reforma de nuestro país en clave federal para su mejor
articulación, y, por supuesto, incluir el reflejo de la integración en la
Unión Europea de nuestro país.






Y pretendemos nuevas reformas, señorías,
porque consideramos que esta es la mejor forma de proteger y preservar
nuestra Constitución, haciendo lo que estamos haciendo hoy actualizar el
código de valores y aspiración de la sociedad, y de esta manera
conseguiremos la integración política. En este sentido, James Madison
sostuvo «La supervivencia de una forma de gobierno debe hallarse en la
utilidad que pueda suponer para las generaciones futuras; si dicha
utilidad no existe, se deberá cambiar».


Señorías, hoy hemos llegado tarde con las
personas con discapacidad; no hagamos lo mismo con otras justas y
necesarias reivindicaciones presentes en la gran mayoría de la sociedad,
para que la Constitución no pierda su aceptación social y su fuerza
normativa.


Muchísimas gracias. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE Por el Grupo Parlamentario
Popular, le corresponde el uso de la palabra a la senadora García
Rodríguez. (Aplausos de las señorías del Grupo Parlamentario Popular en
el Senado).


La señora GARCÍA RODRÍGUEZ Señor presidente,
señorías, en nombre de mi grupo parlamentario tengo el honor de defender
esta Proposición de Reforma del artículo 49 de la Constitución española;
una modificación que responde a un solo pacto, al pacto con los más de
cuatro millones de personas con discapacidad que viven en España. Y si
digo que me siento honrada por esta tarea no es por usar una mera fórmula
retórica, sino que lo digo porque los que me conocen que muchos estáis
hoy ahí sabéis que gran parte de mi vida política la he dedicado
precisamente a las políticas sociales y a avanzar en derechos para las
personas con discapacidad. (Aplausos).


Pero, además de por el contenido, también me
honra defender esta iniciativa por el alcance de la reforma
constitucional que hoy debatimos, por lo mucho que representa en términos
de convivencia, de democracia y de justicia social y, por supuesto,
también por la forma en la que lo hemos hecho, fruto de la negociación,
del consenso, con luz y taquígrafos, sin otro interés que el de las
personas con discapacidad, y usando el trámite legislativo correcto,
sometiendo el texto a informes preceptivos, entre otros el del Consejo de
Estado, algo que por desgracia se ha convertido en una verdadera
excepción desde que gobierna Sánchez, acostumbrado a hacerlo mediante
reales decretos que evitan los informes de los órganos consultivos y que
utilizan asuntos sociales de escudo para en el mismo texto incluir puntos
que dañan nuestra calidad democrática y la convivencia.


En este caso, señorías, hemos logrado que no
sea así, hemos blindado el interés general de las personas con
discapacidad por encima de cualquier mercadeo o utilización de su causa,
porque nadie merece que se le use para un interés particular. Y este fue
el compromiso de nuestro presidente Alberto Núñez Feijóo, recogido además
en el programa electoral con el que nos presentamos a las elecciones
del 23 de julio, y lo que trasladó al presidente del Gobierno en la
última reunión que tuvieron la necesidad de hacer una modificación
quirúrgica de la Constitución exclusivamente para este asunto y de la
manera más rápida y urgente posible para su aprobación definitiva en el
mes de enero. Y así ha sido, un ejemplo de las políticas que construyen
la España que funciona, de la política que propone y practica el
presidente Feijóo, simplemente para una cosa, para mejorar la vida de las
personas. (Aplausos).


Estamos hablando de más de cuatro millones de
hombres y mujeres que en España viven con algún tipo de discapacidad,
pero no solo de ellos, sino también de sus familias y de las asociaciones
que les dan soporte y ayudan. Lo que hacemos hoy es un acto de justicia
para todos ellos, con la reivindicación de centenares de asociaciones que
en nuestro país centran sus esfuerzos en procurar que las personas con
discapacidad vean efectivamente reconocidos sus legítimos derechos y, por
tanto, reciban todo el apoyo que se merecen por parte de los poderes
públicos. Asociaciones como las que hoy nos acompañan en esta sesión,
otras no han podido estar. Yo quiero hoy abrazaros cordialmente y daros
un aplauso muy cariñoso. (Aplausos). Gracias a Luis Cayo, a Fernando, a
Alberto, a Jesús, a Ana Peláez, a Elena, de Castilla y León, a Pilar, a
tantas y tantas personas que estáis hoy aquí, y muy especialmente al
Cermi. Os damos la sincera enhorabuena por el trabajo realizado, Luis. Os
trasladamos toda la fuerza posible para seguir mejorando la sociedad, y
os decimos claramente que aquí está el Partido Popular con las puertas
abiertas siempre para escuchar vuestras reivindicaciones y atenderlas.
(Aplausos).


Quiero también reconocer y alabar el esfuerzo,
el tesón y el amor de las familias de las personas con discapacidad.
Ellas son las que sufren los desvelos, las que aparcan sus carreras
profesionales por cuidar de sus hijos y las que sienten en el alma como
un puñal que se les clava en el pecho cuando se refieren a un ser querido
en términos peyorativos. Porque las palabras no son solo palabras, se
piensa como se habla y se habla como se piensa. Por eso es tan importante
desterrar de nuestro vocabulario y de nuestra legislación conceptos que
construyen una realidad injusta y que dañan gravemente la convivencia.
Les pido que hagamos un ejercicio de ponernos en la piel o en los zapatos
de una persona con discapacidad, que tiene serias dificultades en su día
a día y que, además, se encuentra con que nuestra ley suprema les otorga
un calificativo que no merecen; un ejercicio que nadie está libre de que
se convierta en realidad en cualquier momento de su vida, porque podemos
sufrir un accidente o una enfermedad sobrevenida. Seguramente todos
conocerán algún caso de cerca. Todos tenemos un compañero de trabajo, una
tía, un hermano, una prima o un amigo que tiene algún tipo de
discapacidad. Alguien, por ejemplo, como Vicky Bendito, a quien quiero
agradecer especialmente su labor. Una persona que no entiende de
dificultades, sino de retos, que nos emocionó a todos contando lo que
ella ha sufrido en sus propias carnes desde su etapa escolar y lo que
sintió al leer en público el artículo 49 de la Constitución española.
Gracias a todas las personas con discapacidad, a Vicky, por vuestra
iniciativa, por no rendiros jamás y por seguir exigiéndonos hasta estar
hoy aquí.


Esta reforma es vuestra reforma, la de todas y
cada una de las personas con discapacidad, de vuestras familias, de las
asociaciones, porque nace de vosotros, de ese constante ejemplo de
dignidad y de superación que ofrecéis a toda la sociedad y del que tanto
tenemos que aprender. Aquí ningún partido nos podemos atribuir la autoría
de la iniciativa, ni decir que unos se suman al carro de otros. Eso es
falso. Los protagonistas no somos nosotros hoy, y no lo debemos ser. Esta
causa no merece ser politizada, sería muy injusto; injusto para todos
nosotros, pero sobre todo injusto con las personas con discapacidad, sus
familias y las asociaciones. Esta reforma no es producto de ningún
trabajo de ingeniería política, no implica que la sociedad tenga que
amoldarse a una reforma fraguada a sus espaldas. Todo lo contrario, esta
reforma de la Constitución es la primera que viene avalada por una clara
y expresa demanda compartida por nuestra sociedad civil. Por tanto,
máxima legitimidad de origen para esta reforma constitucional que no
puede ser más acorde con el espíritu que fraguó el alumbramiento de
nuestra Constitución y que, además, es social por partida doble, por su
objeto y por su origen.


Esta reforma es vuestra reforma, la de todas y
cada una de las personas con discapacidad, de vuestras familias, de las
asociaciones, porque nace de vosotros, de ese constante ejemplo de
dignidad y de superación que ofrecéis a toda la sociedad y del que tanto
tenemos que aprender. Aquí ningún partido nos podemos atribuir la autoría
de la iniciativa, ni decir que unos se suman al carro de otros. Eso es
falso. Los protagonistas no somos nosotros hoy, y no lo debemos ser. Esta
causa no merece ser politizada, sería muy injusto; injusto para todos
nosotros, pero sobre todo injusto con las personas con discapacidad, sus
familias y las asociaciones. Esta reforma no es producto de ningún
trabajo de ingeniería política, no implica que la sociedad tenga que
amoldarse a una reforma fraguada a sus espaldas. Todo lo contrario, esta
reforma de la Constitución es la primera que viene avalada por una clara
y expresa demanda compartida por nuestra sociedad civil. Por tanto,
máxima legitimidad de origen para esta reforma constitucional que no
puede ser más acorde con el espíritu que fraguó el alumbramiento de
nuestra Constitución y que, además, es social por partida doble, por su
objeto y por su origen.


Pero los beneficios de esta modificación
constitucional no se limitarán al ámbito de las personas con
discapacidad, también va a beneficiar al conjunto de la sociedad
española, una sociedad que es abierta e integradora y que así, gracias a
esta reforma, podrá sentirse reafirmada en su compromiso con los valores
constitucionales de libertad, de justicia e igualdad. Hoy, la
Constitución española se parece más a la sociedad española que ayer.
Además, nos acercamos también más a la normativa internacional, a la
Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, aprobada
por la ONU en 2006 y vigente en España después de 2008, que ha supuesto
un antes y un después. Así, actualmente, esta expresión está consagrada
en nuestra legislación y solo nos faltaba incorporarla a nuestra ley
suprema, la Constitución. Por ello no entiendo que alguien no pueda votar
a favor de esta reforma, que es buena para las personas con discapacidad,
que es buena para nuestra sociedad y es buena para reafirmar nuestro
compromiso con la Constitución.


Hoy, por fin, las Cortes Generales vamos a
enmendar esta asignatura pendiente, y esta sí que es una buena noticia,
por otra parte, algo tan infrecuente hoy en día. Esta reforma no pretende
acentuar las diferencias, sino reducirlas. No viene a separar, sino a
unir. No busca alzar muros ni barreras, sino remover obstáculos. Tampoco
dará lugar a tratos desiguales ni a privilegios, sino que nos permitirá
avanzar a todos los españoles en igualdad. Para dialogar sobre los
problemas reales de los españoles, ahí estará el Partido Popular. Para
negociar con luz y taquígrafos y no en despachos oscuros y sin dar
información, ahí estará el Partido Popular. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE Ruego vaya finalizando,
señoría.


La señora GARCÍA RODRÍGUEZ Para mejorar la
calidad de nuestra democracia, ahí estará el Partido Popular. Y para
modernizar y fortalecer nuestra Constitución, ahí estará el Partido
Popular. Esta reforma no es un medio para otro fin, sino un fin en sí
mismo, y su finalidad declarada es la que es; no hay ningún propósito
oculto.


Y voy concluyendo. (Rumores). Voy concluyendo.
Esto sirve para recordarnos que existe un camino del que nunca jamás
deberíamos apartarnos, un camino balizado por el principio de lealtad a
nuestra Constitución, con su letra y con su espíritu. Hoy, casi todos los
partidos políticos del arco parlamentario nos vamos a poner de acuerdo
por un motivo tan valioso como es la actualización y el refuerzo de la
protección constitucional de los derechos de las personas con
discapacidad y sus familias. Ojalá, señorías, esto que parece
excepcional, vuelva pronto a ser normal. Les aseguro que desde el Partido
Popular vamos a trabajar para ello.


Muchas gracias. (Fuertes y prolongados aplausos
de las señorías del Grupo Parlamentario Popular en el Senado, puestas en
pie).


El señor PRESIDENTE Gracias, señorías.


Finalizado el debate se procede, a
continuación, a abrir el plazo de diez minutos para emitir el voto
electrónico remoto por los senadores debidamente autorizados para una
votación final sobre el conjunto, desde este momento, que son las trece
horas y cuarenta y nueve minutos, hasta las trece horas y cincuenta y
nueve minutos. Asimismo, les recuerdo que la votación presencial tendrá
lugar una vez finalizado este plazo cuando sea anunciado por la
presidencia.


Se suspende la sesión.


Se suspende la sesión a las trece horas y
cuarenta y nueve minutos.


Se reanuda la sesión a las catorce horas y
cinco minutos.


El señor PRESIDENTE Señorías, vamos a reanudar
la sesión.


Les ruego vayan tomando asiento.


Procedan a cerrar las puertas.


Señorías, una vez reanudada la sesión vamos a
proceder a la votación final sobre el conjunto. De conformidad con los
artículos 167.1 de la Constitución y 156.1 del Reglamento del Senado para
la aprobación de la reforma constitucional se requerirá la mayoría
favorable de tres quintos de los senadores en una votación final sobre el
conjunto. Dado que la Cámara está integrada actualmente por 265, la
mayoría de tres quintos es de 159 senadores.


Comienza la votación. (Pausa).


Efectuada la votación, dio el siguiente
resultado votos emitidos, 257; a favor, 254; en contra, 3.


El señor PRESIDENTE En consecuencia, queda
definitivamente aprobada por las Cortes Generales la Proposición de
Reforma del artículo 49 de la Constitución española. (Fuertes y
prolongados aplausos de sus señorías puestas en pie, dirigidos a la
tribuna de invitados).


En el día de mañana se hará pública la apertura
de un plazo de quince días, que concluirá el día 12 de febrero de 2024,
dentro del cual una décima parte de los miembros del Senado podrán
requerir, mediante escrito dirigido a la Presidencia, la celebración de
un referéndum para la ratificación de esta reforma constitucional
conforme a lo previsto en los artículos 167.3 de la Constitución y 157
del Reglamento del Senado.


Comprendo el júbilo y la celebración. Señorías,
mi más sincera enhorabuena.


Se levanta la sesión.


Eran las catorce horas y ocho minutos.