Grabado incluido en la Memoria histórico-descriptiva del Palacio del Congreso de los Diputados" 1856. Fuente: Congreso de los Diputados
El palacio del Congreso de los Diputados se edificó en la Carrera de San Jerónimo entre 1843 y 1850 en el solar que ocupaba la antigua Iglesia del Espíritu Santo, declarada en ruinas en 1841, diseñado por el arquitecto Narciso Pascual y Colomer (1808-1870), quien, más allá del diseño y supervisión de la construcción del edificio, abarcó la toma de decisiones acerca de los programas iconográficos adecuados para la ornamentación y los artistas que debían participar en el proyecto. La responsabilidad institucional fue compartida tanto por la Comisión de Obras como por la Comisión de Gobierno Interior y contó con el asesoramiento de otras instancias como la entonces denominada Academia de Nobles Artes de San Fernando e incluso, en determinados aspectos, del propio Gobierno.
El 10 de octubre de 1843 se colocó la primera piedra coincidiendo con el cumpleaños que daba la mayoría de edad a Isabel II y, solo siete años más tarde, en octubre de 1850 tenía lugar la solemne inauguración del edificio.
En 1856 la Comisión de Gobierno Interior del Congreso publicó una Memoria Histórico-Descriptiva, de la que existe edición facsímil, para dar cuenta del proceso de la construcción del edificio.
El proyecto definitivo presentado por Pascual y Colomer mostraba un edificio cuya fachada principal, que daría a la Carrera de San Jerónimo, estaría centrada por un pórtico hexástilo de orden corintio al que se accedería por una escalinata flanqueada por dos esculturas representando leones. El mencionado pórtico estaría rematado por un frontón con relieves alegóricos, y a ambos lados se situarían dos cuerpos laterales de fachada resueltos como en los palacios renacentistas italianos, con cuerpos horizontales bien diferenciados a pesar del inconveniente de la pendiente, que rompía la necesaria simetría del conjunto. Todo venía a estar supeditado al espacio central: el Salón de Sesiones, hoy conocido como Hemiciclo. Las dimensiones del salón se fijaron con arreglo al número de Sres. Senadores y Diputados que asistían a las sesiones regias.
Memoria Histórico-Descriptiva del Nuevo Palacio del Congreso de los Diputados. Fachada principal. Fuente: Congreso de los Diputados
En interior, frente al Hemiciclo, destaca el Salón de Conferencias o "pasos perdidos", cuya decoración combina grutescos de raigambre renacentista con imágenes tanto metafóricas como históricas a cargo del pintor Vicente Camarón (1803-1864). En el centro de los cuatro costados de la bóveda Camarón desarrolló la alegoría de las partes del mundo, contemplando solo los cuatro continentes consagrados por la tradición iconográfica europea: Europa, Asia, África y América. Estas alegorías están acompañadas por otras tantas matronas representando la Justicia, la Religión, la Abundancia y la Ley, a su vez flanqueadas de otras figuras, jeroglíficos de la Fe, la Caridad, la Fuerza, la Virtud, o símbolos del Premio y el Castigo, entre otros conceptos que debían inspirar e invitar a la reflexión. Para la franja inmediatamente inferior se encargaron una serie de cuadros alegóricos a Isidro Lozano, Germán Hernández y Francisco Aznar sobre los reinos de León, Castilla, Aragón y Navarra y el Principado de Cataluña, las provincias de Jaén, Sevilla, Granada, Córdoba, País Vasco, Valencia, Murcia y Canarias y grandes ríos españoles. En las cuatro esquinas del Salón de Conferencias se situaron cuatro bustos en mármol de Carrara concebidos a la romana de los Sres. Conde de Toreno, D. Agustín Argüelles, D. Francisco Martínez de la Rosa y D. Juan Álvarez y Mendizábal a los escultores D. José Piquer, D. Sabino Medina, D. Ponciano Ponzano y José Grájera con la colaboración del arquitecto del Congreso, Narciso Pascual y Colomer. Más tarde se dedicó una franja intermedia a perpetuar las efigies de diputados notables a través de la fórmula de la medalla apoyada en fuentes renacentistas que a su vez reinterpretaban las formas clásicas.
Salón de Conferencias, también llamado “de pasos perdidos”. Fuente: Congreso de los Diputados
Joaquín Espalter (1809-1880) es el encargado de realizar la decoración al temple de los despachos de la Presidencia de la Cámara. Para el antedespacho, Espalter dedica una serie de composiciones puramente ornamentales al descanso y a una alegoría de la Música, a su vez evocadora de conceptos como armonía, cultura, elevación espiritual o belleza. En el centro de cada uno de los cuatro lados de la bóveda del despacho del Presidente se disponen alegorías de las virtudes cardinales que deben adornar al Presidente, alternándose con cuatro figuras sedentes que representan las fases que deben vertebrar el proceso de elaboración de las leyes: el Pensamiento, el Estudio, la Escritura y la Entrega de las Leyes.
Carlos Luis Ribera (1815-1891) se incorpora para realizar el techo del anfiteatro del Salón de Sesiones con la técnica del encausto. Según la Memoria Histórico-Descriptiva, el conjunto comprende cinco grandes cuadros históricos y 21 figuras alegóricas. Los cuatro primeros expresan la historia de la legislación, y uno la Apoteosis de Los Españoles célebres, y se identifican como "legisladores de la época romana", "legisladores de la época goda", "legisladores de la época aragonesa" y "legisladores de la época de la restauración". El quinto cuadro ocupa el medallón central de la bóveda y comprende a Isabel II acompañada del Cid, Colón, Saavedra Fajardo, Campomanes, Jovellanos, Cervantes, Lope, Juan de Herrera, Velázquez, Berruguete, Luis Vives, Francisco Salinas y Juan de Mariana.
Pintura mural del Salón de Conferencias por Vicente Camarón. Detalle Alegoría de la Abundancia. 1859. Fuente: Congreso de los Diputados
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Relieve en bronce y mármol de Castelar por Mariano Benlliure. Medallón con la efigie de Emilio Castelar y dos bajorrelieves que representan el comercio, la industria, el trabajo y los artistas, poetas y filósofos con el Partenón al fondo. 1904. Salón de Conferencias. Fuente: Congreso de los Diputados
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Pintura mural de la bóveda del Salón de Sesiones por Carlos Luis Ribera. 1850-53. Fuente: Congreso de los Diputados
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Flanqueando a este medallón central, otras dos composiciones en forma de luneto aludían a las virtudes cardinales -prudencia, justicia, fortaleza y templanza-. A su vez, en los espacios que quedaban entre las imágenes principales, entre paños de grutescos cuidadosamente dispuestos, se hace alusión al origen geográfico de la soberanía popular mediante los blasones de las ciudades representadas en las Cortes.
Alternándose con ellos, y al pie de las enjutas, aparecen figuras alegóricas representando, entre otros conceptos, los de la Diligencia, la Pureza, la Perseverancia y la Meditación, que se alzan sobre la franja perimetral en donde aparecen los emblemas de la Arquitectura, Escultura, Pintura, Música, Poesía, Historia, Magistratura, Filosofía, Teología, Gobierno, Arte militar, Navegación, Agricultura, Comercio, Medicina, Química y Matemáticas.
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Detalle del Medallón central que representa la Alegoría de España. Fuente: Congreso de los Diputados
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Detalle de la Alegoría de la fortaleza y la templanza. Fuente: Congreso de los Diputados
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Detalle de la Alegoría de época renacentista. Fuente: Congreso de los Diputados
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Detalle Legisladores de la época de la Restauración. Fuente: Congreso de los Diputados
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Detalle de la Alegoría de época medieval. Fuente: Congreso de los Diputados
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Detalle Legisladores de época aragonesa. Fuente: Congreso de los Diputados
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Detalle de la Alegoría de época goda. Fuente: Congreso de los Diputados
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Detalle Legisladores de época goda. Fuente: Congreso de los Diputados
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Detalle de la Alegoría de época romana. Fuente: Congreso de los Diputados
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Detalle Legisladores de época greco-romana. Fuente: Congreso de los Diputados
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Detalle de la Alegoría de época griega. Fuente: Congreso de los Diputados
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Detalle de la Alegoría de la prudencia y la justicia. Fuente: Congreso de los Diputados
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Los Sres. D. Antonio Gisbert y D. José Casado del Alisal se encargaron de los dos cuadros grandes del Salón de Sesiones; el primero sobre las Cortes de Valladolid del año 1295 y el segundo de las Cortes Generales de Cádiz de 1810. Sobre estos dos cuadros se situarían dos composiciones triangulares a cargo también de Carlos Luis Ribera. Una de ellas representa a un ángel mostrando el evangelio a un creyente, mientras que la otra representa a Moisés con las tablas de la ley, parangonando así las leyes divinas y las humanas.
El juramento de los primeros Diputados a Cortes en 1810 en la Iglesia Mayor parroquial, en la Isla de León, Cádiz, por José María Casado del Alisal. 1862. Salón de Sesiones. Fuente: Congreso de los Diputados
En el nivel de los dos grandes cuadros de historia se sitúan dos estatuas en sendas hornacinas, a cargo de José Pagniucci (1821-1868) y Andrés Rodríguez, representando respectivamente a Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, cuyo reinado sería uno de los temas favoritos de la pintura de historia por considerarse su reinado una de las cotas más elevadas de la historia de España, así como por el favorecedor paralelismo con la reina Isabel II. Y cuatro Cariátides realizadas por el escultor Sabino Medina (1812-1888) que hablan del presente a través de alegorías que se refieren a los aspectos en que debe sustentarse la excelencia y el progreso del país: las Ciencias, el Comercio, la Marina y la Agricultura.
Durante el franquismo, en 1966 y 1971, se realizaron obras de reforma interior del Palacio de las Cortes, intentando paliar las limitaciones del edificio, y se levantó parcialmente un piso sobre parte de su primitiva altura. Al no solucionar con ello los problemas de espacio de la Cámara, la expropiación en 1975 de los inmuebles del número 35 de la Carrera de San Jerónimo, el número 3 de la calle Floridablanca y el número 10 de Zorrilla dan cuenta de la primera ampliación. Un edificio básicamente funcional, de reminiscencia clásica, que quedó integrado dentro del complejo legislativo a través de la proyección de un puente sobre la calle Floridablanca.
Estatua en mármol blanco de la Reina Isabel la Católica por José Pagniucci y Zumel. Salón de Sesiones. 1860-62. Fuente: Congreso de los Diputados
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Estatua en mármol blanco del Rey Fernando el Católico por Andrés Rodríguez. Salón de Sesiones. 1860-62. Fuente: Congreso de los Diputados
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Aspecto del Salón de Sesiones anterior a las sucesivas reformas del siglo XX. Fuente: Congreso de los Diputados
Con la llegada al trono de Juan Carlos I en 1975 y la aprobación de la Constitución Española tres años más tarde, se abrió en nuestro país una nueva etapa democrática que supondría para la vida de la Cámara una multiplicación de la actividad parlamentaria, lo que haría evidente la necesidad de contar con mayor espacio.
Posteriormente, se acometería la rehabilitación de un edificio situado frente al Congreso, en la plaza de las Cortes número 9, para albergar a los grupos parlamentarios. Para ello se proyectó un salón de actos con capacidad para ciento cincuenta personas, numerosos despachos, dos grandes salas de reuniones, una estancia de relación rodeada de terrazas, una biblioteca y una pequeña cafetería. La vivienda preexistente, de planta romboidal, fachada neo-barroca en esquina y con remate en tres templetes, sirvió a Mariano Bayón, arquitecto del proyecto, para meter un edificio dentro de otro.
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Palacio del Congreso de los Diputados y primeras ampliaciones.
Extraído del libro “El Patrimonio Histórico Artístico del Congreso de los Diputados”. Pág. 166
Ello no resolvió los problemas de capacidad de la Cámara por lo que tuvo lugar una segunda ampliación de la mano de la adquisición de los edificios que comprendían la manzana generada por la intersección de la Carrera de San Jerónimo y las calles Floridablanca, Zorrilla y Cedaceros. Un grupo de arquitectos-urbanistas catalanes, María Rubert de Ventós, Josep Parcerisa y Oriol Clos, son los encargados de organizar un edificio en dos cuerpos volumétricos distintos. El cuerpo bajo, de mayor sobriedad y adosado a la primera ampliación, está decorado siguiendo la relación de huecos del antiguo Palacio. El alto es un gran volumen revestido por un muro cortina de vidrio que ondula hacia la Carrera de San Jerónimo y forma una afilada arista de nueve plantas en el tramo de la calle Cedaceros. La distinción entre ambos volúmenes se corresponde con un sentido dual: el cuerpo bajo, de estilo histórico heredero de la arquitectura italianizante de Pascual y Colomer, es la zona de representación; por el contrario, el cuerpo alto defiende un diálogo con la arquitectura moderna y queda ocupado por numerosos despachos. Como principales elementos, la segunda ampliación daba al Congreso de los Diputados una nueva sala de lectura para el Archivo con acceso a los depósitos, una zona mayor de prensa, radio y televisión, nuevas salas de Comisiones -entre las que destaca la Sala Internacional con capacidad para doscientas veinte personas-, ampliación de garaje y una nueva cafetería.
Segunda ampliación del Congreso de los Diputados.
Extraído del libro “El Patrimonio Histórico Artístico del Congreso de los Diputados”. Pág. 168
Tras constatar que las ampliaciones efectuadas hasta la fecha no habían sido suficientes para solventar la falta de espacio, se adquirieron dos nuevos edificios situados frente al Congreso: las sedes del Banco Exterior de España, situada en los números 36-38 de la Carrera de San Jerónimo, y del Banco de Crédito Industrial, ubicada en el número 40 de la misma calle. Los edificios fueron rehabilitados por el estudio de arquitectura Cano Lasso. Los grupos parlamentarios, pudieron trasladarse a su nueva ubicación en 2006. Esta última ampliación dotó al Congreso de los Diputados de unos veintidós mil metros cuadrados más para el desarrollo de sus funciones albergando, además de los despachos de diputados, nuevas salas de reuniones y de ponencia, una planta a disposición del Gobierno, la Junta Electoral Central y la tienda.
Antiguos edificios del Banco Exterior de España (izquierda) y del Banco de Crédito Industrial (derecha), que conforman, respectivamente, la tercera y cuarta ampliación. Fotografías extraídas del libro El Patrimonio Histórico Artístico del Congreso de los Diputados, editado en 2011 por el Congreso de los Diputados. Pág. 169.
La construcción del Palacio del Congreso de los Diputados no solo era entendida como una empresa de finalidad puramente práctica -la de dar cobijo a la actividad de los parlamentarios- sino también como una forma de mecenazgo que debería servir para impulsar y promover lo mejor de la creatividad nacional.
La pintura de historia tiene un papel significativo en las colecciones artísticas del Congreso de los Diputados en sus inicios, con la intención de crear un programa iconográfico de sentido didáctico (estampas, pinturas y esculturas sobre momentos, personas o situaciones ejemplares), que permitiese que cualquier visitante con cierta cultura tomase consciencia de la trascendencia política e histórica del lugar en que se encontraba. Lo mismo ocurre con las representaciones románticas de la diversidad peninsular entre siglos. Imágenes de España, de su gente y de sus costumbres, pero también de sus monumentos y sus paisajes. Señas de identidad nacionales en el Romanticismo que empiezan a apreciarse con la llamada Escuela Española, el deseo de incorporarse a las tendencias modernizadoras.
Pintura mural del Salón de Conferencias. Detalle de la ciudad de Córdoba por Isidoro Lozano. 1859-61. Fotografía extraída del DVD “El Congreso de los Diputados”, pág.257.
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Los comuneros de Castilla por Antonio Gisbert Pérez. 1860. Congreso de los Diputados. Fotografía extraída del libro “El Patrimonio Histórico Artístico del Congreso de los Diputados”, pág. 81.
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Detalle de El compromiso de Caspe por Dióscoro Teófilo de la Puebla Tolín. 1867. Fotografía extraída del DVD “El Congreso de los Diputados”, pág.288.
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Mariana Pineda en capilla, 1862, por Juan Antonio de Vera. Fotografía extraída del libro "El Patrimonio Histórico Artístico del Congreso de los Diputados", pág. 83
Destacan las pinturas relativas a la vida en la Cámara, como los cuadros de Eugenio Lucas Velázquez (Escena Parlamentaria en el Salón del Congreso de los Diputados) o la de Asterio Mañanós (Lectura de un proyecto de Ley en el Salón de Sesiones).
Lectura de un proyecto de Ley en el Salón de Sesiones (detalle). 1908, por Asterio Mañanós. Fotografía extraída del libro “El Patrimonio Histórico Artístico del Congreso de los Diputados”, pág. 87
No obstante, hay un conjunto que evoca la importancia de las aportaciones individuales a la vida parlamentaria: la Galería de Presidentes del Congreso de los Diputados, iniciada en 1872 con los retratos realizados por Antonio Gisbert a los que fueron presidentes del Congreso, D. Francisco Javier Istúriz y D. José María Calatrava, y a la que siguieron todos los que fueron Presidentes desde el año 1834, en cuya fecha comenzaron a ser elegidos por toda una Legislatura, empezando por Lázaro Dou, "el primer Presidente de las Cortes elegido por sus miembros en la historia de España". Ello daría como fruto un importante conjunto de pinturas destinado a reflejar, no solo la Historia, sino también la evolución del género del retrato en España a lo largo del siglo XIX -Gisbert, Casado del Alisal, Federico de Madrazo, Esquivel, Dióscoro de la Puebla, Rosales, etc. -, y del siglo XX -Pinazo, Sorolla, López Mezquita, Romero de Torres, Anselmo Miguel Nieto, Álvarez de Sotomayor, etc., lo que dará lugar a una galería compuesta por 69 Presidentes, incluyendo el retrato de D. Patxi López.
Retrato de D. Ramón Lázaro de Dou y Bassols, 1915, por Juan Antonio Benllure. Fotografía extraída del libro “El Patrimonio Histórico Artístico del Congreso de los Diputados”, pág. 102.
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Retrato de D. Francisco Javier de Istúriz y Montero, 1872, por Antonio Gisbert. Fotografía extraída del libro “El Patrimonio Histórico Artístico del Congreso de los Diputados”, pág. 103.
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Retrato de D. Alejandro Mony Menéndez, 1872 por JoséCasado del Alisal. Fotografíaextraída del libro “El Patrimonio Histórico Artístico del Congreso de los Diputados”, pág. 108.
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Retrato de D. Práxedes Mateo Sagasta, 1884 por José Casado del Alisal. Fotografía extraída del libro “El Patrimonio Histórico Artístico del Congreso de los Diputados”, pág. 113.
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Retrato de D. Emilio Castelar y Ripoll, 1901, por Joaquín Sorolla. Fotografía extraída del libro “El Patrimonio Histórico Artístico del Congreso de los Diputados”, pág. 117.
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Retrato de D. Antonio Cánovas del Castillo, 1896, por Ricardo de Madrazo y Garreta. Fotografía extraída del libro “El Patrimonio Histórico Artístico del Congreso de los Diputados”, pág. 119.
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Retrato de D. José Canalejas y Méndez, 1906 por Joaquín Sorolla. Fotografía extraída del libro “El Patrimonio Histórico Artístico del Congreso de los Diputados”, pág. 123.
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Retrato de D. Álvaro de Figueroa y Torres, Conde de Romanones, 1912, por José María López Mezquita. Fotografía extraída del libro “El Patrimonio Histórico Artístico del Congreso de los Diputados”, pág. 124.
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Retrato de D. Melquiades Álvarez, 1923, por Nicanor Piñol. Fotografía extraída del libro “El Patrimonio Histórico Artístico del Congreso de los Diputados”, pág. 127.
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En 1920 José María Sert pintó una serie de imágenes en sanguina titulada Alegoría de las Ciudades Españolas, que representa un determinado concepto del paisaje y del paisanaje español. Inicialmente realizada por encargo del Marqués de Salamanca, y posteriormente perteneciente a la colección del Banco Exterior de España, esta serie ocupa hoy un importante lugar en el conjunto del patrimonio histórico artístico del Congreso de los Diputados, tanto por su calidad artística como por su significado.
Cuenca. 1920, Por José María Sert, Serie “Alegoría de las ciudades españolas”. Fotografía extraída del libro “El Patrimonio Histórico Artístico del Congreso de los Diputados”, pág. 139
A partir de 1982, con la democracia ya plenamente consolidada después del fallido golpe militar de Tejero, cuando el Congreso pudo dedicar una parte de su energía al mecenazgo y a la promoción de las artes. Un momento de aperturismo a las artes y de impulso para la pintura contemporánea española en el que están representados una parte verdaderamente significativa de los artistas que conforman el panorama artístico español del siglo XX: la Escuela de París, la Escuela de Vallecas, artistas vinculados a la generación abstracta de los años cincuenta, artistas vinculados a la vuelta a la figuración en años sesenta, artistas vinculados a la renovación plástica de la década de los setenta, la nueva figuración madrileña, artistas vinculados al retorno a la pintura en los años ochenta y el arte español último.
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Multitud-Iceberg, de Antonio Saura (1983). Fotografía extraída del libro “El Patrimonio Histórico Artístico del Congreso de los Diputados”, pág. 187.La misión, por Jose Manuel Broto (1988). Fotografía extraída del libro “El Patrimonio Histórico Artístico del Congreso de los Diputados”, pág. 197.
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Catorce Rostros, de Antonio Saura (1983). Fotografía extraída del libro “El Patrimonio Histórico Artístico del Congreso de los Diputados”, pág. 187.
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Paisaje, por Juan Manuel Díaz Caneja . Fotografía extraída del libro “El Patrimonio Histórico Artístico del Congreso de los Diputados”, pág. 181.
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Estructura metálica I, por Pablo Palazuelo (1984). Fotografía extraída del libro “El Patrimonio Histórico Artístico del Congreso de los Diputados”, pág. 205.
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Tarjeta de invitación para la apertura de la Fundació Joan Miró en Barcelona, por Joan Miró (1975). Fotografía extraída del libro “El Patrimonio Histórico Artístico del Congreso de los Diputados”, pág. 215
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Pintura, por Joan Miró (1978). Fotografía extraída del libro “El Patrimonio Histórico Artístico del Congreso de los Diputados”, pág. 215.
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Gregorio Peces-Barba Martínez Los ponentes de la Constitución Española, por Hernán Cortes (2009). Fotografía extraída del libro “El Patrimonio Histórico Artístico del Congreso de los Diputados”, pág.276.
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Gabriel Cisneros Laborda Los ponentes de la Constitución Española, por Hernán Cortes (2009). Fotografía extraída del libro “El Patrimonio Histórico Artístico del Congreso de los Diputados”, pág.276.
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Miguel Herrrero y Rodríguez de Miñón. Los ponentes de la Constitución Española, por Hernán Cortes (2009). Fotografía extraída del libro “El Patrimonio Histórico Artístico del Congreso de los Diputados”, pág.276.
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Miquel Roca Junyent Los ponentes de la Constitución Española, por Hernán Cortes (2009). Fotografía extraída del libro “El Patrimonio Histórico Artístico del Congreso de los Diputados”, pág.276.
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José Pedro Pérez Llorca Los ponentes de la Constitución Española, por Hernán Cortes (2009). Fotografía extraída del libro “El Patrimonio Histórico Artístico del Congreso de los Diputados”, pág.276.
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Jordi Solé Tura Los ponentes de la Constitución Española, por Hernán Cortes (2009). Fotografía extraída del libro “El Patrimonio Histórico Artístico del Congreso de los Diputados”, pág.276.
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Manuel Fraga Iribarne Los ponentes de la Constitución Española, por Hernán Cortes (2009). Fotografía extraída del libro “El Patrimonio Histórico Artístico del Congreso de los Diputados”, pág.276.
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Datos extraídos de la obra "El Patrimonio histórico artístico del Congreso de los Diputados", de María Dolores Jiménez-Blanco Carrillo de Albornoz e Inés Vallejo Ulecia. Ed. Congreso de los Diputados, 2011. Créditos Fotográficos: Manuel Francisco Álvarez Pérez de Velasco y Oronoz Fotógrafos.
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