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DS. Cortes Generales, Comisiones Mixtas, núm. 63, de 24/06/1997
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DIARIO DE SESIONES DE LAS



CORTES GENERALES



COMISIONES MIXTAS



Año 1997 VI Legislatura Núm. 63



DE LOS DERECHOS DE LA MUJER



PRESIDENTA: DOÑA MARIA ISABEL SAN BALDOMERO OCHOA



Sesión núm. 12



celebrada el martes, 24 de junio de 1997,
en el Palacio del Senado



ORDEN DEL DIA:



Contestación del Gobierno a las siguientes preguntas:



--De doña Cristina Alberdi Alonso, del Grupo Parlamentario Socialista del
Congreso de los Diputados:
* Sobre las actuaciones previstas por el Instituto de la Mujer contra la
publicidad sexista (S. 683/000008; C. D. 181/000515) (Página 1260)



* Sobre las previsiones del Gobierno acerca del traslado de la sede del
Instituto de la Mujer en la calle Almagro, de Madrid, así como sobre la
desaparición de la revista «Mujeres» (S. 683/000022; C. D. 181/000545)
(Página 1263)
*
*
*
*



Página 1260




--De doña María Cristina Almeida Castro, del Grupo Parlamentario Federal
Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya del Congreso de los Diputados:



* Sobre las instrucciones dadas para que en las negociaciones con los
sindicatos y los empresarios se tenga en cuenta la necesidad de adoptar
medidas de acción positiva en la contratación laboral para evitar la
excesiva desigualdad en la precariedad laboral entre hombres y mujeres,
así como en la desigualdad de las condiciones salariales (S. 683/000013:
C. D. 181/000523) (Página 1264)



* Sobre la creación de la figura específica de la Inspectora de la
Igualdad dentro de las inspecciones de trabajo, así como la existencia
dentro de los Comités de Empresa o Delegados de Personal de una Consejera
o Consejero representante de la igualdad (S. 683/000014; C. D.

181/000524) (Página 1266)



* Sobre la regulación de forma más apropiada del trabajo de los empleados
y empleadas de hogar para considerarlos como trabajadores por cuenta
ajena (S. 683/000016; C. D. 181/000526) (Página 1268)



Comparecencia, a petición del Grupo Socialista del Congreso de los
Diputados, del Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Excmo. Sr. don
Javier Arenas Bocanegra, para informar:



--Acerca de la posición de España sobre la reforma del Tratado de la
Unión Europea, en relación con la mujer (S. 711/000081; C. D. 213/000238)
(Página 1270)



--Sobre el III Plan de Igualdad de oportunidades de la mujer (S.

711/00086; C. D. 213/000248) (Página 1279)



--Designación de los miembros de la Ponencia para analizar el problema
del tráfico internacional de mujeres, niños y niñas, y proponer
soluciones al mismo (S. 573/000003; C. D. 158/000018) (Página 1289)



Se abre la sesión a las once horas.




La señora PRESIDENTA: Buenos días, señorías. Se abre la sesión.

Antes de comenzar con el orden del día, quiero dar la enhorabuena, en
nombre de la Mesa, especialmente a todas las mujeres del Partido
Socialista, sean miembros o no de esta Comisión, por haber conseguido que
un gran número de mujeres pueda participar a partir de ahora en sus
órganos de decisión.

Estamos absolutamente seguras de que todas las mujeres que en España nos
dedicamos a la política, y desde luego las que formamos parte de esta
Casa o del Congreso de los Diputados, nos sentimos muy cerca de ellas y
estamos orgullosas de que hayan conseguido estar presentes en esas tareas
en tan buen número y en tan buena cantidad y calidad.

Todas las mujeres estamos, no solamente felices, sino también
agradecidas, por haber sido ellas las que han conseguido que las mujeres
podamos estar cada día más y mejor en lo que es nuestro trabajo, nuestro
derecho y nuestras ganas de servir a todos los ciudadanos y ciudadanas.

Así, para todas las mujeres que pertenecen a ese Partido, y para el
propio Partido Socialista que ha sabido tomar esa decisión, vaya nuestra
enhorabuena. (La señora Riera Madurell pide la palabra.)
Tiene la palabra la señora Riera.




La señora RIERA MADURELL: Señora Presidenta, permítame que en dos
palabras agradezca sus cariñosas palabras. Tenga por seguro que vamos a
trabajar para todas las mujeres, al igual que estoy segura que ustedes,
las que pertenecen al Partido Popular, también lo harán. Las apoyaremos a
todas en su lucha para que dentro de su Partido obtengan también buenos
resultados en este sentido.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias. En ello continuaremos.

Cuántas veces hemos dicho que tenemos más cosas que nos unen que cosas
que nos desunen. Creo que entre todas conseguiremos muchas cosas buenas e
importantes.

Ruego a la señora Letrada que compruebe la asistencia de los señores
Senadores y Diputados.




Por la señora Letrada se procede a la comprobación de las señoras y de
los señores Senadores y Diputados presentes y representados.




La señora PRESIDENTA: Consulto a las señoras portavoces si el acta que se
les ha entregado puede ser aprobada. (Pausa.)
Queda aprobada, por asentimiento. Muchas gracias.




-- CONTESTACION DEL GOBIERNO A LAS SIGUIENTES PREGUNTAS DE LOS DIPUTADOS:



-- DE DOÑA CRISTINA ALBERDI ALONSO, DEL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA
DEL CONGRESO



*SOBRE LAS ACTUACIONES PREVISTAS POR EL INSTITUTO DE LA MUJER CONTRA LA
PUBLICIDAD SEXISTA (S. 683/000008; C. D. 181/000515)



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La señora PRESIDENTA: Nos acompaña hoy la señora Secretaria General de
Asuntos Sociales, doña Amalia Gómez, a quien damos la bienvenida, por
cortesía parlamentaria, pero también porque, como siempre, todos los
grupos parlamentarios la reciben con muchísimo gusto.

Doña Cristina Alberdi Alonso, del Grupo Parlamentario Socialista, formula
una pregunta para contestar en esta Comisión sobre las actuaciones que se
tienen previstas por el Instituto de la Mujer contra la publicidad
sexista.

La señora Alberdi tiene, pues, la palabra.




La señora ALBERDI ALONSO: Muchas gracias, señora Presidenta. Bienvenida a
la Comisión, una vez más, doña Amalia Gómez, Secretaria General de
Asuntos Sociales y responsable de los temas de la mujer del Gobierno.

La pregunta viene en relación con un cierto aumento que hemos percibido
de la publicidad sexista durante el último año en los medios de
comunicación, así como en relación con nuestra preocupación, desde la
oposición, de que exista, como creemos que debe de existir, una
continuidad con los instrumentos que ya dejamos en marcha en la anterior
etapa derivados de la puesta en práctica del III Plan de Igualdad, que
eran el Observatorio de la Publicidad y el Consejo Asesor --perteneciente
al Instituto-- de la Publicidad. Estos dos instrumentos eran muy útiles
para conocer en qué medida se estaba produciendo publicidad sexista y en
qué medida podía darse una autorregulación por parte de los empresarios y
personas que deciden en materia de publicidad, al tiempo de en qué medida
el Instituto de la Mujer estaba haciendo uso de la facultad que le
atribuye la Ley de Publicidad vigente en su artículo 3, que es uno de los
instrumentos también previstos en el III Plan de Igualdad que se puso en
marcha en la anterior Legislatura.

Precisamente, como refuerzo de esas tres actuaciones que se llevaban a
cabo, tenemos, por un lado, las resoluciones que se incorporaron en la
plataforma de Pekín relativas a la imagen de las mujeres y que
establecían muy claramente las obligaciones y las medidas que los
Gobiernos debían de adoptar para impulsar la participación de las mujeres
en la elaboración de directrices profesionales y códigos de conductas u
otros organismos apropiados de autorregulación --el Consejo Asesor--, así
como para fomentar esa imagen equilibrada, y no estereotipada, de las
mujeres en los medios de comunicación.

Me permito destacar tres aspectos de las medidas que han de adoptar los
Gobiernos y que figuran en el objetivo estratégico de la plataforma de
Pekín para fomentar una imagen de las mujeres equilibrada, y sin
estereotipos, en los medios de comunicación. Hay muchas, pero me permito
destacar tres. Una es la relativa a la obligación de los Gobiernos de
fomentar la investigación y la aplicación de estrategias informativas,
educativas y de comunicación orientadas a promover imágenes equilibradas
de las mujeres y las niñas y de sus múltiples papeles en la sociedad.

Otra que destaco, de las múltiples que se establecen --todas ellas
figuran entre las medidas que han de adoptar los Gobiernos a fin de
cumplir con el objetivo que he mencionado--, es la medida 243:
desarrollar programas de formación y sensibilización sobre asuntos de
género para los y las profesionales de los medios de comunicación con el
fin de que se utilicen y se fomenten en los medios imágenes equilibradas,
plurales y no estereotipadas sobre las mujeres. Y la última que me
permito destacar es la de sensibilizar a los medios de comunicación para
que se abstengan de presentar a las mujeres como seres inferiores y de
explotarlas como objeto sexual y bien de consumo, y para que, en su
lugar, las presenten como seres humanos creativos, que participan y
contribuyen activamente en el proceso de desarrollo.

Con posterioridad a la plataforma de Pekín y en el mismo mes de
septiembre, se aprobó en el Consejo de Ministros de Trabajo y Asuntos
Sociales de la Unión Europea la resolución sobre imagen de la mujer. Su
título es «El tratamiento de la imagen de las mujeres y de los hombres en
la publicidad y en los medios de comunicación» y es de fecha 29 de
septiembre de 1995. Se hizo bajo la Presidencia española de la Unión
Europea y, gracias al impulso de la plataforma de Pekín, se logró aprobar
esta resolución. En ella, que es enormemente interesante --no voy a dar
lectura de su totalidad, ni muchísimo menos--, se invita a los Estados
miembros de la Unión Europea a que fomenten esa imagen diversificada, a
que emprendan iniciativas tendentes a difundir esa imagen y que se hagan
campañas informativas que apoyen y promuevan órganos de autorregulación
voluntaria --que sería ese Consejo Asesor--, que también se investigue el
trabajo que se hace desde las agencias publicitarias --que sería también
el trabajo del Observatorio de la Publicidad-- y que, además, se conceda
especial importancia a los valores en el ámbito de la educación y de la
formación.

Por tanto, tenemos tres instrumentos que están avalados por estas
resoluciones, internacionales unas y otras del ámbito de la Unión
Europea, y que entran de lleno en esos instrumentos del Observatorio de
la Publicidad y del Consejo Asesor, así como en el artículo 3 de la Ley
de Publicidad.

Por eso, en nombre del Grupo Parlamentario Socialista, preguntamos a la
responsable de la igualdad entre hombres y mujeres del Gobierno de la
nación qué medidas piensa tomar el Gobierno para seguir trabajando en esa
línea y, en la medida de lo posible, impulsar y apoyar aún más toda esta
materia.

Muchas gracias, señora Presidenta.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Alberdi.

Tiene la palabra la señora Secretaria General.




La señora SECRETARIA GENERAL DE ASUNTOS SOCIALES (Gómez Gómez): Con
muchísimo gusto, respondo a su pregunta.

Como muy bien se ha referido al Observatorio de la Publicidad en una
exposición de motivos muy detallada
y completa, éste se crea en el año 1994, se consolida en el año 1995
y hasta el año 1996, como su señoría sabe, se reúne dos veces, y la media
de llamadas al teléfono



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900-191010 es de unas 53 llamadas al mes. Asimismo y evidentemente, es
necesario impulsar no sólo el Consejo Asesor, formado por profesionales y
que, en realidad, sólo ha actuado dos veces, sino --lo que está recogido
en el Plan de Igualdad de la Mujer, que, a su vez, se recoge del Plan de
Acción de Pekín, así como de la IV Carta Comunitaria-- los objetivos que
usted mencionaba de la resolución de septiembre de 1995.

Se trata de impulsar esos mecanismos mejorándolos, dotándolos de
facilidad en los estímulos --respecto de lo que creo que estará su
señoría de acuerdo conmigo en que es lo que hay que potenciar-- para que
dicho Consejo Asesor funcione y mejore su operatividad. Así, hasta este
momento, en el año que llevamos de Gobierno, el Instituto de la Mujer, de
«motu propio», ha presentado ocho denuncias ante campañas concretas. Uno
de estos casos es el relativo a la revista «Hablan» por la perpetuación
de estereotipos basados en el sexo y denigrantes para las mujeres.

En segundo lugar, un folleto de Alcampo sobre juguetes distribuidos
durante las Navidades en el que se hacía una clara discriminación de
juguetes para niños y niñas. También hemos de hablar de Prenatal, del
famoso anuncio que reza que detrás de una gran persona hay una gran
mujer; de «Master school», o sea, de la autoescuela Venecia y de su
anuncio en prensa en el que aparecía un texto discriminatorio que hacía
referencia a las diferentes tarifas que se cobraban a hombres y mujeres;
de Mitsubishi Motors» de Mitsubishi Motors, que también tenía un anuncio
con el siguiente texto: «Estimado Hugh, la próxima vez que quiera pasar
un rato memorable con una señorita en un coche y no desee ser
sorprendido...»; y la campaña de cigarrillos Reig en la que aparecía una
mano con un cigarrillo; campaña que he solicitado que se retire.

Estoy de acuerdo con su señoría, como no podía ser menos, en que tenemos
que mejorar los instrumentos y, sobre todo, impulsar los estímulos.

También sería muy bueno para el desarrollo de los planes de igualdad en
los organismos autónomos hacer una campaña con el movimiento asociativo
de mujeres porque, indudablemente, si sólo es obligación de las
administraciones autonómicas y estatal nos estaremos limitando a lo que
es la burocracia y no a darle un sentido a esta campaña que no sólo debe
erradicar estos anuncios --en esto coincido con usted--, sino que han de
hacer saber a los responsables de campañas publicitarias que estamos
dispuestas, si es necesario, a boicotear los productos que utilicen
imágenes sexistas y estereotipadas de la mujer. En algunos casos, no son
sólo estereotipadas y sexistas, sino vejatorias para algunas mujeres,
pues siempre aparece la idea de triunfo asociada a una mujer «yogurina».

Asimismo, a las mujeres con discapacidad o a las mujeres que tenemos la
suerte de que nos sienta bien todo lo que tomamos se nos asocia con la
idea de fracaso frente al triunfo, frente al éxito o frente a lo que es
la propia existencia de la mujer.

Puede usted estar tranquila que de aquí a septiembre, porque como usted
sabe el mes de julio es un mes muy bueno porque al no haber trabajo
parlamentario se puede dedicar a la elaboración de diseño, insistiremos
para que se logre este objetivo que, repito, comparto con usted. En esta
Comisión estamos abiertos a cualquier tipo de propuesta que pueda
incentivar este trabajo.

Muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Secretaria General.

Tiene la palabra la señora Alberdi.




La señora ALBERDI ALONSO: Muchas gracias, señor Presidente.

Quiero decirle a la Secretaria General que sería bueno que se conociera
más lo que está haciendo el Instituto porque uno de los aspectos que
destacan en Pekín es, precisamente, el que se informe y se tome
conciencia en la sociedad. Entonces, si no se da suficiente publicidad o
conocimiento público a la actuación que tenga como consecuencia la
retirada de un anuncio, la sociedad no toma conciencia. Ese es un trabajo
que tiene que ir no sólo a los medios, sino a la sociedad para que ésta
sepa que se está en contra de esa publicidad sexista y que se actúa de
acuerdo con lo que los organismos internacionales han pedido a los
gobiernos que realicen.




La señora PRESIDENTA: Gracias.

Tiene la palabra la señora Secretaria General.




La señora SECRETARIA GENERAL DE ASUNTOS SOCIALES (Gómez Gómez): Muchas
gracias, señora Presidenta.

Estoy totalmente de acuerdo con usted. Quiero decirle que la carta que
escribí y la que me envió el responsable de aspectos comerciales de Reig
donde me decía que retiraba la campaña fueron remitidas a la Presidenta
de la Comisión con el fin de que se la hiciera llegar a todas sus
señorías. Estoy de acuerdo con usted en que debe conocerse nuestra labor
continuada. Por lo tanto, intensificaremos la divulgación.

Gracias.




La señora PRESIDENTA: Gracias.

Está a disposición, por supuesto, de toda la Comisión la carta que la
Secretaria General le envió a esta Presidenta pidiendo la retirada de la
campaña, así como la contestación que le dio el responsable de la misma.

De todas maneras, quiero decir a la Comisión que muchas veces hemos
hablado, sobre todo la Mesa y los portavoces, de que denunciar las
campañas les da más publicidad. Quiero que recordemos, concretamente, el
anuncio de Prenatal. Se estuvo días y días en los medios de comunicación
hablando de aquello.

La señora Alberdi y la señora Secretaria General parece que están de
acuerdo con lo que se debe hacer. Por lo tanto, esta Presidencia no tiene
absolutamente nada más que decir, salvo que la Mesa acatará, desde luego,
tantas cosas como se acuerden en esta Comisión.




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-- SOBRE LAS PREVISIONES DEL GOBIERNO ACERCA DEL TRASLADO DE LA SEDE DEL
INSTITUTO DE LA MUJER EN LA CALLE ALMAGRO, DE MADRID, ASI COMO SOBRE LA
DESAPARICION DE LA REVISTA «MUJERES» (S. 683/000022; C. D. 181/000545)



La señora PRESIDENTA: La señora Alberdi, del Grupo Parlamentario
Socialista, hace una pregunta sobre las previsiones del Gobierno acerca
del traslado de la sede del Instituto de la Mujer en la calle Almagro, de
Madrid, así como sobre la desaparición de la revista «Mujeres».

Tiene la palabra la señora Alberdi.




La señora ALBERDI ALONSO: Muchas gracias, señora Presidenta.

El motivo de que nuestro Grupo parlamentario formule esta pregunta se
debe a que ha llegado a nuestro conocimiento, aunque no tenemos
confirmación, la idea de que el Ministerio estaba reorganizando sus sedes
y que iban a trasladar la sede de Almagro a otro lugar de Madrid. La sede
del Instituto de la Mujer de Almagro ha sido emblemática para las mujeres
feministas y para los colectivos y no sólo la sede donde está la propia
oficina, sino también la otra sede que está un poco más abajo, en el
número 28, que es donde está lo que llaman «hotel de asociaciones», que
es donde las asociaciones pueden acudir, tener encuentros, hacer
jornadas, etcétera. No me estoy refiriendo sólo al traslado de la sede de
la oficina, que está en el número 30, sino a las dos.

Querría, entonces, que nos explicara, si efectivamente se produce ese
traslado, en qué términos se hace y de qué forma porque para nosotras es,
desde luego, un referente importante porque Almagro ha sido un lugar
histórico para los grupos de mujeres. Si el Instituto se trasladara a una
sede nueva que tuviera un referente, que fuera un sitio emblemático o que
fuera, digamos, como nuestra casa, sería muy positivo porque Almagro, qué
duda cabe, tiene sus pegas; pero si se trata simplemente de un traslado a
una oficina perdida esto no sería bueno.

Por lo tanto, respecto de la primera parte de la pregunta, queremos
conocer en qué términos se va a producir este traslado. La segunda parte
de la pregunta alude a la revista «Mujeres». La revista «Mujeres» ha
tenido su significado desde la creación del Instituto y es un órgano de
difusión para que se conozcan las jornadas y los encuentros nacionales e
internacionales. También ha servido para conocer las resoluciones de los
tribunales. Había una parte que siempre se dedicaba a ese aspecto. Se
ocupaba, además, de las nuevas asociaciones y las redes de mujeres. Para
los grupos feministas y otros colectivos de mujeres es muy importante
conocer cuáles son las nuevas asociaciones o las nuevas redes o lo que
está pasando en Europa. La revista dedicaba mucho espacio a todas las
resoluciones que se adoptaban en Europa, a las medidas, a las directivas,
a cómo se transponían y en qué términos se transponían. La revista es un
referente importante para las mujeres. Por eso, preguntamos por estos dos
aspectos a la Secretaria General de Asuntos Sociales.

Muchas gracias, señora Presidenta.

La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Alberdi.

Tiene la palabra la señora Secretaria General.




La señora SECRETARIA GENERAL DE ASUNTOS SOCIALES (Gómez Gómez): Muchas
gracias, señora Presidenta.

Con muchísimo gusto paso a responder esta pregunta. Efectivamente, el
Instituto de la Mujer se va a trasladar a Condesa de Venadito. Usted sabe
que el edificio de Condesa de Venadito reúne todas las condiciones de
ubicación y no solamente para ese «hotel de mujeres» al que usted se
refería. Era la antigua sede de la Dirección General de Acción Social,
Menor y Familia. Es un edificio funcional y tiene un salón de actos
amplio y enorme. Como usted comprenderá, al ser la Dirección más grande
en cuanto a personal, cubre sobradamente las necesidades de espacio y de
trabajo.

La razón del traslado no es sólo, señorías, de austeridad, de recortar
gastos, sino que se trata de racionalizarlos porque, como usted sabe, la
actual sede de Almagro costaba cerca de 100 millones de pesetas. Costaba
84 millones de pesetas la sede de Almagro 36 y 14 millones la biblioteca
de la calle Caracas. De esta manera nos encontramos con un dinero, cien
millones al año, que no es que se vayan a ahorrar, pero que, como usted
puede comprender, bien merecen una nueva ubicación porque, como usted
sabe muy bien, la anterior estaba fragmentada, tenía espacios pequeños,
con un ascensor de escasa movilidad, no había funcionalidad para
reuniones --solamente existía un salón en la parte baja de la sede de
Almagro que no da capacidad para más de 80 personas--, etcétera. Por lo
tanto, repito, se trata de ahorrar cien millones de pesetas puesto que
con la ubicación que se le va a dar en Condesa de Venadito se cumplirían
ampliamente los objetivos de funcionalidad.

Yo comparto con usted --y, además, lo comprendo, puesto que usted ha
tenido una intervención muy importante en el Gobierno anterior en la
política de mujeres-- el aprecio sentimental por la calle Almagro, pero
creo que hoy las Comunidades Autónomas tienen ya sus organismos de
igualdad y, por lo tanto, su ubicación es un referente de igualdad para
las mujeres de cada Comunidad. Por otra parte también, poco a poco en los
ayuntamientos se están creando áreas de igualdad y el referente más
cercano es ya, primero el ayuntamiento, luego la Comunidad Autónoma y,
por último, por supuesto --y yo creo profundamente en ello--, la
referencia del Estado.

En cuanto a la revista «Mujeres», yo comparto con usted que ha tenido una
gran importancia en la divulgación cuando no existían los organismos de
igualdad. Sin embargo, en la actualidad cada Comunidad Autónoma tiene su
revista de divulgación. De hecho cada programa europeo --y usted también
lo conoce-- tiene como obligación, incluso va implícito en las normas de
su desarrollo, el que existan publicaciones que difundan no sólo el
programa, sino que sensibilicen sobre el mismo y lo impulsen.

La idea que nosotros tenemos es doble: por una parte, crear una revista
de asuntos sociales para que los temas



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de mujer los conozcan los demás sectores que integran la competencia de
esta Secretaría General y, por otra, en este momento estamos tratando de
analizar el diseño de un boletín, que sería fundamentalmente para
difusión de resoluciones, de jornadas --como las que se han celebrado, y
que han sido muy interesantes, en Toledo respecto a Inspección de Trabajo
y Mujer--, etcétera. En definitiva, pensamos que hay que adaptar los
instrumentos de difusión a las nuevas necesidades teniendo en cuenta, por
supuesto, la existencia de una red de publicaciones autonómicas que hace
cinco o seis años no existía y que van a ocuparse de las políticas
concretas de distinto nivel o de distinta velocidad de cada Comunidad en
función de sus propios programas de igualdad.

Todo esto no significa poner fin a un modelo, sino adaptar la difusión y
ubicación a una realidad que no es la que había hace cinco años.

Muchísimas gracias.




La señora PRESIDENTA: Gracias, Secretaria General.

Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra la señora Alberdi.




La señora ALBERDI ALONSO: Muchas gracias, señora Presidenta.

A la vista de las explicaciones de la Secretaria General, nuestro Grupo
lamenta desde luego el traslado de Almagro, pero confía en que, si
efectivamente la sede de Condesa de Venadito es como dice la Secretaria
General, pueda irse consolidando un nuevo referente allí. Vamos a darle
ese margen de confianza de que pueda ser, efectivamente, un referente
para todas nosotras y para todos los grupos de mujeres, porque el
referente estatal sigue siendo muy importante ya que implica toda la
presencia en organismos internacionales, específicamente toda la
presencia a nivel europeo, y es también el referente emblemático, porque
con independencia de que exista ese trabajo a nivel autonómico --como lo
hay, y cada vez mejor-- y a nivel de ayuntamiento, la referencia del
Gobierno de la nación es muy importante.

En cuanto a la revista «Mujeres», cabe decir lo mismo. Es decir, si hay
una reestructuración y de una forma transversal en una revista de asuntos
sociales aparece el tema de mujer, es conocido y se practica esa
integración del tema de mujer en otros, estaríamos en la línea, incluso,
de lo que marcó la Conferencia de Pekín. Hacemos votos para que sea así
y, desde luego, damos a la Secretaria General ese margen de confianza,
pero requiriéndole muy firmemente desde nuestro Grupo la necesidad de ese
impulso y de ese referente a nivel estatal.

Muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Alberdi.

Tiene la palabra la señora Secretaria General.




La señora SECRETARIA GENERAL DE ASUNTOS SOCIALES (Gómez Gómez): Muchas
gracias, señora Presidenta.

Le agradezco ese margen de confianza porque su señoría sabe muy bien,
desde la responsabilidad que tuvo en estos temas, que no se puede bajar
la guardia. Yo le digo sinceramente que el traslado a Condesa de Venadito
--usted conoce las instalaciones-- va a permitir un mejor trabajo.

Desde luego comparto con usted la necesidad de que el Estado sea el
referente no sólo ya en los órganos internacionales y europeos, sino para
continuar impulsando el refuerzo de los países del sur Mediterráneo, y
estamos trabajando en ese sentido. La transversalidad de Beijing es lo
que ha llevado a esa decisión, dado que al existir revistas --como usted
sabe-- en los órganos de igualdad nosotros podíamos servir un poco de
estímulo, de recordatorio, de impulso, de aceleración de los acuerdos de
Beijing y de la difusión de los temas de mujer a través de una revista
transversal. Yo también confío y le digo que voy a luchar con todas mis
fuerzas porque así sea.

Gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Secretaria General.




-- DE DOÑA CRISTINA ALMEIDA CASTRO, DEL GRUPO PARLAMENTARIO FEDERAL
IZQUIERDA UNIDA-INICIATIVA PER CATALUNYA, DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS,
SOBRE:



*LAS INSTRUCCIONES DADAS PARA QUE EN LAS NEGOCIACIONES CON LOS SINDICATOS
Y LOS EMPRESARIOS SE TENGA EN CUENTA LA NECESIDAD DE ADOPTAR MEDIDAS DE
ACCION POSITIVA EN LA CONTRATACION LABORAL PARA EVITAR LA EXCESIVA
DESIGUALDAD EN LA PRECARIEDAD LABORAL ENTRE HOMBRES Y MUJERES, ASI COMO
EN LA DESIGUALDAD DE LAS CONDICIONES SALARIALES (S. 683/000013; C. D.

181/000523)



La señora PRESIDENTA: Doña Cristina Almeida Castro, del Grupo
Parlamentario Federal Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, del
Congreso de los Diputados, ha hecho una pregunta al Gobierno sobre las
instrucciones dadas para que en las negociaciones con los sindicatos y
los empresarios se tenga en cuenta la necesidad de adoptar medidas de
acción positiva en la contratación laboral para evitar la excesiva
desigualdad en la precariedad laboral entre hombres y mujeres, así como
la desigualdad de las condiciones salariales. La señora Almeida tiene la
palabra.




La señora ALMEIDA CASTRO: Muchas gracias, señora Presidenta.

La verdad es que la preguntita llega un poco tarde porque ya están
consolidados los acuerdos, pero yo creo que no es malo que recordemos
estas cosas.

Es verdad que se hacen planes de igualdad, que estamos haciendo políticas
y que se tiene que ir controlando



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la transversalidad de esas políticas. Por ello, en un momento tan
importante como es la negociacion entre empresarios y sindicatos --y
puesto que es una realidad que las mujeres no tienen una representación
de alto nivel dentro de los sindicatos, aunque aquí hemos tenido
compareciendo las representantes de las Secretarías de la Mujer tanto de
UGT como de Comisiones Obreras, etcétera-- debe quedar muy claro por
parte de los Gobiernos la necesidad de que en cualquier política de
acuerdo tiene que estar incluida la transversalidad de la igualdad. No es
que tenga que injerirse en las políticas o en los pactos, sino que tiene
que enmarcar unas directivas que recuerden que hay una parte a
cumplimentar, y yo creo que eso es muy importante para revitalizar las
políticas de igualdad.

Yo siento que esto no se haya hecho públicamente y me consta que muchas
de las mujeres de la Secretaría han estado presionando. Habíamos hecho la
pregunta para forzar a intervenir y para decir que esto no puede ser
ajeno cuando sabemos que influye tantísimo. He de decir que algunos de
estos acuerdos --que a mí me van a costar algo-- han beneficiado la
situación de las mujeres: el contrato de fijo discontinuo que vuelve a
reaparecer, el contrato a tiempo parcial con Seguridad Social creo que va
a propiciar que las mujeres no se queden tan abandonadas, pero me parece
importante esa idea de marcar la diferencia y de que se vea que se están
haciendo políticas de igualdad en cualquier fenómeno del país.

Yo siento que la pregunta haya llegado tan tarde porque ahora no podremos
decir nada, pero que en cualquier caso lo tengamos como una línea de
actuación, que ante cualquier negociación, ante cualquier cosa que vaya a
afectar al conjunto de los trabajadores, se tengan en cuenta las
políticas de acción positiva, se lleve a cabo el recordatorio de la
igualdad y de la situación en la que se encuentren las mujeres --el paro,
la precariedad en el empleo, la economía sumergida, la temporalidad, la
falta de cotización del tiempo parcial y la diferencia de salario--,
porque todo eso tiene que ser objeto de vigilancia.

Me parecía que en este caso, al ser la primera vez que se trataba de
alcanzar de una forma tan decidida el acuerdo, hubiera sido muy
importante haber tenido esa presión. Por eso hicimos la pregunta, con la
intención de animarla a usted, pero como ya se han animado todos y ha
llegado tarde sólo nos queda decir que queremos mantenerla para que sirva
de referencia.

Y me van a perdonar que aproveche este turno --porque antes no me ha
dejado hablar la Presidenta y no puedo callármelo-- para decir que en las
campañas de publicidad siempre nos queda la duda de que al final hacemos
publicidad a los anunciantes, pero si hacemos publicidad a los castigos
que se les ponen aprenden más. Es decir, que puede haber una publicidad
muy bonita --como en el caso del queso de tetilla-- y todo el mundo se
refiera a ella, pero si hay una sanción cunde el ejemplo, y si se retiran
campañas y se informa cunde el ejemplo en los publicistas y en todos. Por
lo tanto, aunque tengamos el riesgo de la publicidad, también tiene a
favor el descubrir que en las campañas se pueden dar palos y que se lo
piensen un poco más.

Respecto al asunto de Condesa de Venadito, aunque está al lado de mi
casa, me parece un poco aislado para ser un centro de opinión de las
mujeres. Puede que estemos haciendo un mal servicio, pero eso me lo callo
porque no me toca a mi preguntar, pero tenía que decirlo, no podía
callármelo.

Gracias.




La señora PRESIDENTA: La señora Almeida, como siempre, usa, nunca abusa,
de su posesión de la palabra.

Tiene la palabra la señora Secretaria General.




La señora SECRETARIA GENERAL DE ASUNTOS SOCIALES (Gómez Gómez): Muchas
gracias, señor Presidente.

Yo creo que es bueno que, por lo menos en esta Comisión, podamos dar un
ejemplo a los hombres de que no se ha hecho el hombre para la ley, sino
la ley para el hombre. Por eso me parece muy bien --permítanme esta
opinión-- no sólo la actitud de la Presidenta, sino también el uso
inteligente del turno de la señora Almeida.

Yo creo que hace bien en mantener la pregunta porque es verdad que la
labor de los agentes sociales y, en este caso, también el tacto desde del
Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales en este tema han sido
importantes. Estoy de acuerdo con usted en que no hemos sabido
publicitarlo, de alguna manera por no injerir o por no estropear o
dificultar un pacto y una reforma del mercado laboral que era
interesante. En este caso creo que se ha subordinado lo que podría ser la
difusión de estos datos, que ahora ya se puede hacer, al final de una
negociación delicada y a usted le honra mucho su actitud personal en
cuanto al bien común y al interés general. Igualmente reconozco que
tampoco se han difundido --y ya me comprometo a mandarlo a la Presidencia
de la Comisión-- unas jornadas interesantísimas sobre Inspección de
trabajo y mujer que, organizadas por el Instituto de la Mujer, han tenido
lugar en Toledo.

Yo estoy de acuerdo con su señoría en que en los planes de igualdad, en
las políticas que materialicen esos planes, si no tenemos una especie de
complicidad sana entre las mujeres que están en la oposición y las
mujeres que están en el partido del Gobierno, el ritmo de avance será más
lento. Y será más lento porque, como usted ha dicho muy bien, según están
hoy los formularios de la Inspección de trabajo es muy difícil hacer un
seguimiento con los instrumentos que tenemos parar hacer cumplir la
legalidad.

Por lo tanto, repito, en ese sentido creo que las conclusiones de Toledo
han sido muy valientes. Desde el Gobierno, desde el Instituto de la Mujer
hay la voluntad firme de que estos acuerdos no sean solamente una
declaración de intenciones o un marco que quede ahí, sino que sean de
verdad una posibilidad para que las mujeres en el campo de lo laboral
avancen. Desde luego, ya saben que desde esta Secretaría General, como he
dicho, no hay preocupación por el «copyright», ni por la denominación de
origen. Yo creo que desde el feminismo, desde la búsqueda de la igualdad,
cualquier sugerencia, cualquier valoración



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que sea útil se va a aceptar porque creo que en esto debemos estar todas
unidas. Le agradezco que haya mantenido la pregunta porque esto sirve de
recordatorio a todos y a todas los que tienen que hacer la realidad.

Muchas gracias, señora Almeida.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Secretaria General.

Tiene la palabra la señora Almeida.




La señora ALMEIDA CASTRO: Muchas gracias, señora Presidenta.

Simplemente quiero decir que debemos tomar nota para que haya alguna
manifestación pública tanto por parte de esta Comisión como por parte del
Gobierno, que es el que puede dirigir este tipo de acciones de igualdad.

Si no lo recordamos nosotras mismas, no se asimilan fácilmente y no
asimilan nuestras peticiones. Por tanto, sí quiero que se tenga en
cuenta. No he hablado de la Inspectora de la igualdad porque lo haré en
la próxima pregunta.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Almeida.




-- SOBRE LA CREACION DE LA FIGURA ESPECIFICA DE LA INSPECTORA DE LA
IGUALDAD DENTRO DE LAS INSPECCIONES DE TRABAJO, ASI COMO LA EXISTENCIA
DENTRO DE LOS COMITES DE EMPRESA O DELEGADOS DE PERSONAL DE UNA CONSEJERA
O CONSEJERO REPRESENTANTE DE LA IGUALDAD (S. 683/000014; C.D. 181/000524)



La señora PRESIDENTA: También su señoría ha hecho una pregunta al
Gobierno sobre la creación de la figura específica de la Inspectora de la
Igualdad dentro de las inspecciones de trabajo, así como la existencia
dentro de los Comités de empresa o delegados de personal de una consejera
o consejero representante de la igualdad.

Señora Almeida, tiene su señoría la palabra.




La señora ALMEIDA CASTRO: Muchas gracias, señora Presidenta.

Usted nos va a dar información sobre las jornadas de Toledo, pero también
hemos participado en numerosas jornadas. La última en la que estuve fue
en Valencia. Se trataba de una situación de acoso con una inspectora de
trabajo porque allí la jefe de la delegación era una mujer. Es verdad que
las sanciones y una serie de temas que están a nivel de la Inspección de
Trabajo están muy generalizados, pero hay unos específicos que tienen que
ver mucho con la igualdad, que no es solamente una igualdad aparente,
sino que tiene que ser una igualdad real. Hay unas discriminaciones que
cada vez están más encubiertas porque ya las discriminaciones directas
son más difíciles de mantener, pero, pese a todas las declaraciones de
igualdad, las mujeres cobran entre un 30 y un 50 por ciento menos de
salario que los hombres.

Las situaciones de acoso no revisten una investigación muy clara porque
no están definidas y será otra de las acciones que hagamos dentro del
Estatuto de los Trabajadores. Hay que definirlo como tal y hacerlo entre
iguales. Nos parece muy importante que se empiece a pergeñar esa figura
de la Inspectora de la Igualdad, formada y preparada precisamente para
descubrirla. Es una especificidad que, además, es una obligación del
artículo 9 de la Constitución y de todos los compromisos internacionales,
¡qué le voy a decir a la señora Secretaria General!, pero es verdad que
no está bien configurada.

Esta mujer con la que hablamos en Valencia mantenía que era muy
importante que la formación de ese personal tuviera unos cauces distintos
a los que tiene normalmente la Inspección de Trabajo, por oposición,
etcétera. A mí me gustaría que eso fuera ligado también a su
identificación en los comités de empresa y a propiciar que hubiera un
representante, un delegado o delegada para la vigilancia de la igualdad,
para la integración en la igualdad.

Nos gustaría saber si el Gobierno tiene previsto, bien a partir de estas
jornadas o bien como propósito, la creación de esta figura tanto en la
Inspección de Trabajo como en la organización que puedan tener los
representantes de personal dentro de las empresas. Nos parece que sería
una animación tanto a ellos como a ellas para que ni justifiquen la
desigualdad, ni tengan que someterse a no denunciar por no tener amparo
suficiente en sus pretensiones. Creo que facilitaría la integración en la
igualdad y, por eso, se lo preguntamos.

Muchas gracias, señora Presidenta.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Almeida.

La señora Secretaria General tiene la palabra.




La señora SECRETARIA GENERAL DE ASUNTOS SOCIALES (Gómez Gómez): Muchas
gracias, señora Presidenta.

Respecto a la primera parte de su pregunta, usted sabe que en el proyecto
de ley ordenadora de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, que se
ha remitido recientemente a las Cortes, no está prevista formalmente esta
figura. (La señora Almeida Castro: Haremos la enmienda.) Es verdad que en
algunas inspecciones provinciales de Trabajo existen personas
específicamente encargadas de hacer ese seguimiento. En cualquier caso,
en la Dirección General de Empleo no existe ninguna previsión respecto a
esta figura legal.

Yo le comentaba las conclusiones de Toledo porque sí se llegó al
compromiso de un seguimiento específico de lo que podría ser la
discriminación por razón de sexo. Pero ello no quiere decir que estemos
bajando la guardia en el sentido de buscar, dentro del marco de las
posibilidades actuales de coordinación con el Departamento de Inspección
de Trabajo y de Empleo y con los agentes sociales,



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si no la figura, sí asegurar la función que, en definitiva, comprenderá
su señoría que es lo que más nos importa.

Por lo que se refiere a la segunda parte de su pregunta, usted conoce muy
bien que no hay ninguna Directiva comunitaria que establezca la
obligatoriedad de crear un consejero o una consejera dentro de los
comités de empresa. Sin embargo, hay un llamado --se lo digo
textualmente-- código de conducta sobre las medidas para combatir el
acoso sexual que es un anexo a la Recomendación de la Comisión de las
Comunidades Europeas del año 1991 y dice textualmente: Se recomienda a
los empresarios que nombren a una persona encargada de proporcionar
asesoramiento y asistencia a los trabajadores objeto de acoso sexual y,
cuando sea posible, con la función de ayudar a resolver cualquier
problema, ya sea por vía oficial o extra oficial. Como usted comprenderá
la creación de esa figura de consejera afecta a la organización interna
de los comités y, por tanto, es una medida que debe de adoptarse dentro
de las organizaciones sindicales.

Lo que sí quiero decirle, señoría, es que desde la Secretaría General y
desde el Instituto de la Mujer se ha trasladado al Ministerio de Justicia
la propuesta, que yo creo que ha sido muy bien acogida, relativa a una
modificación de lo que es la descripción del delito sexual, en el sentido
de una pregunta que usted ya me hizo en otra comparecencia, para que sea
en función de iguales y no de superior a inferior. Si usted recuerda, en
aquella comparecencia yo me lancé al ruedo y le dije que, incluso,
solicitábamos la modificación del Estatuto de los Trabajadores,
precisamente en ese sentido, porque hay una especie de tutela desde la
empresa a lo que deba ser el seguimiento del acoso sexual. Aquí no se
trata de una tutela, sino de la exigencia de un derecho, de un
instrumento que garantice los derechos y en ese camino estamos, señora
Diputada.

Muchas gracias, señora Presidenta.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Secretaria General.

Tiene la palabra la señora Almeida.




La señora ALMEIDA CASTRO: Muchas gracias, señora Presidenta.

Yo le iba a hablar de las directivas y del código de conducta, porque en
él lo que se ve son medidas precisamente para evitar estas cosas y, entre
esas medidas, antepone la situación de la vigilancia, de la prevención y
figuras que, además, ayuden a la denuncia, apoyen, porque, si no, el
aislamiento de alguien que se ve sometido a esta situación es una parte
del delito de acoso que supone una injusticia.

De todas maneras, nosotras estamos obligadas por la Constitución, que en
el artículo 9 obliga a los poderes públicos a remover todos los
obstáculos que impidan la igualdad y la dignidad de las personas. Esos
obstáculos son, muchas veces, la falta de ayuda y de apoyo. Por tanto, la
obligación no se debe tanto a una Directiva que ya se transpone y es
obligatoria, sino también a nuestro derecho interno, que está muy
vinculado al artículo 14 de la Constitución, y a la necesidad no sólo de
amparar, sino también de vigilar la consecución de la igualdad. Creo que
son dos cuestiones en las que nos podemos apoyar, y si la ley se plantea,
nos encargaremos de presentar las enmiendas oportunas para introducir esa
figura de inspección , porque yo ya estoy harta de la creación de figuras
como forma de aislarnos o de discriminarnos o de meternos en un gueto.

Cuando no se quieren crear las figuras y nos quieren igualar, salimos
perjudicadas; cuando nos quieren vigilar, salimos beneficiadas. Por
tanto, a mí no me importa estar en el gueto de la observación si ello me
lleva a la liberación, y no estar en el gueto del desconocimiento, donde
me están haciendo cada vez más sumisa. Creo que sacar los problemas a la
luz y crear la necesaria vigilancia es una forma de hacer consciente a la
sociedad de que los problemas existen y de que tenemos que darles una
respuesta, en lugar de dar por supuesta la igualdad de todos ante la ley
cuando sabemos que no se está dando en el caso de las mujeres.

Espero que si la ley viene, la oposición presente las enmiendas
correspondientes y trabaje sobre ello. Nos gustará que nos remita la
documentación de las jornadas para poder ir trabajando también en los
aspectos de la inspección con vistas a estas enmiendas.

Muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Almeida.

La señora Secretaria General tiene la palabra.




La señora SECRETARIA GENERAL DE ASUNTOS SOCIALES (Gómez Gómez): Señoría,
estamos de acuerdo en la necesidad de la función, y le pediría un tiempo
de rodaje para ver hasta qué punto somos capaces de conseguir el objetivo
con los instrumentos que hay, perfeccionados y mejorados. Yo creo que lo
que nos separa es su insistencia sobre la figura, pero nos une la
urgencia de la función. Por tanto, yo le rogaría que nos concediera ese
tiempo, que no es de confianza, sino de observación. Y coincido con usted
en preferir el gueto de la reivindicación a la frustración de sufrir la
discriminación. Estoy totalmente de acuerdo, pero le ruego que nos dé
usted un tiempo para ver si todas las reflexiones y las medidas que se
van a poner en práctica a partir de las jornadas de Toledo sirven para lo
que estoy segura de que todos deseamos.

Muchísimas gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Secretaria General. (La
señora Sainz García pide la palabra.)
¿Para qué me pide la palabra, señora Sainz?



La señora SAINZ GARCIA: Para una cuestión de orden. Si me permite, he
escuchado una petición de la autora de la pregunta a la Secretaria
General de Asuntos Sociales para que nos envíe unos documentos. Nosotros
nos sumamos a esa petición para que la documentación, con las
conclusiones, nos sea remitida a todos los grupos.




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La señora PRESIDENTA: Señora Secretaria General, tiene la palabra para
contestar a la petición de la señora Sainz, del Grupo Parlamentario
Popular.




La señora SECRETARIA GENERAL DE ASUNTOS SOCIALES (Gómez Gómez):
Normalmente, cuando la señora Almeida, o cualquier portavoz, pide algo,
lo pide para todos. Yo había pensado que la documentación era para todos,
porque Dios me libre, como mujer, de incurrir en la discriminación de las
mujeres. Una feminista no puede hacer eso.




La señora PRESIDENTA: Gracias, señora Secretaria General; gracias, señora
Sainz.




-- SOBRE LA REGULACION DE FORMA MAS APROPIADA DEL TRABAJO DE LOS
EMPLEADOS Y EMPLEADAS DE HOGAR PARA CONSIDERARLOS COMO TRABAJADORES POR
CUENTA AJENA (S. 683/000016; C. D. 181/000526)



La señora PRESIDENTA: Señora Almeida, su señoría también tiene una
pregunta sobre la regulación de forma más apropiada del trabajo de los
empleados y empleadas de hogar para considerarlos como trabajadores por
cuenta ajena.

Tiene su señoría la palabra.




La señora ALMEIDA CASTRO: Muchas gracias, señora Presidenta.

La verdad es que nos gustaría saber si esta cuestión está siendo
considerada en las previsiones de Gobierno. Nosotros vamos a dar la
batalla, y además no es una cuestión muy comprendida ni siquiera por los
sindicatos ni por los trabajadores. Pero ya llega el momento en que
tenemos que plantearnos que hay un régimen que se ha llamado de trabajo
de las empleadas de hogar que se incorporó al Estatuto de los
Trabajadores en un régimen especial y que origina una serie de
diferencias con respecto a los trabajadores del sistema general que
afectan, fundamentalmente, a las mujeres. Y yo creo que las está
afectando por una consideración de desvalorización, incluso, de
determinados trabajos. Es verdad que la dependencia familiar y todas esas
cosas llevaron a no querer darles el carácter de trabajadores por cuenta
ajena, pero es que hoy está perjudicando a muchas mujeres que están
dedicadas a esta actividad. Además, tengo que decir que cuando los
hombres se dedican a esta actividad, lo trascienden todo. Es decir, si
ellos limpian cristales por fuera de las casas, están en la regulación de
empleados de oficina y servicios o edificios públicos; nosotras los
limpiamos por dentro, y estamos en el régimen de empleadas de hogar, con
lo cual no estamos trascendiendo nada. Si una es asistenta, está aquí, y
si el otro asiste, pues es mayordomo y entra en otra trascendencia
general.

Nosotros creemos que este trabajo, que todavía tiene un claro sentido
personal, debería tener un carácter de cooperativa o servicios de
limpieza, en lugar de suponer una relación tan directa, y por eso
trabajaremos para que sea considerado más como autoempleo que como un
trabajo servil, porque tiene todavía esa consideración. Pero yo creo que
hoy, más que a un régimen especial, la situación está llevando a una
economía sumergida, sin derechos, en la que, al no tener determinados
servicios, se renuncia a la exigencia de Seguridad Social, se oculta el
derecho al trabajo, lo que lleva a que las mujeres que han estado toda la
vida en esa situación no tengan ni paro ni pensiones, etcétera, porque no
se han producido las cotizaciones necesarias.

A nosotros nos parece que se impone un avance desde la regulación de
1985. Hoy se han normalizado esas situaciones, y las mujeres que ejercen
este trabajo tienen que sacar adelante, muchas veces en condiciones de
soledad, a sus hijos o las cargas familiares y están más habituadas a
lanzarse a fregar que ellos, aunque estén en paro, y están sacando a las
familias adelante en una situación de irregularidad que a nosotros nos
parece que tenemos que intentar solucionar. Me gustaría saber si,
precisamente porque ha habido estudios y jornadas y las mujeres se han
movilizado y están más organizadas, el Gobierno ha pensado en la
modificación de este régimen que empezó en 1985 y que se ha demostrado
que hoy es discriminatorio y favorecedor de una economía sumergida que
perjudica a los derechos, que es un poco de pan para hoy, hambre para
mañana, inseguridad para los accidentes, para la invalidez y para los
derechos sociales.

Yo creo que tendríamos que dar la vuelta a este régimen y universalizar
el régimen general, y no mantenerlo separado por tratarse de mujeres.

Muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Almeida.

La señora Secretaria General tiene la palabra.




La señora SECRETARIA GENERAL DE ASUNTOS SOCIALES (Gómez Gómez): Gracias,
señora Presidenta.

Tiene usted razón. Esta era la pregunta más difícil de la mañana, porque
a mí me pasa, como a usted, que me cuesta mucho trabajo edulcorar lo que
no se puede edulcorar.

Indudablemente, para las personas que trabajan en las que se llaman
labores domésticas --comparto con usted que el nombre es lo de menos:
asistentas, etcétera--, se plantea ya de origen, en algunos casos, una
situación irregular en cuanto a la cotización a la Seguridad Social. No
todas están, no todas trabajan las mismas horas, y hay incluso un factor
que usted conoce muy bien, que es la presencia de muchísimas mujeres
inmigrantes irregulares en este ámbito.

Es un problema complejo que estoy segura de que le quitaría el sueño a la
anterior Ministra, que está con nosotros aquí hoy, doña Cristina Alberdi,
como a mí me produce preocupación. Yo tengo que decirle, señora Almeida,
que no es fácil --y usted lo sabe--, porque el punto cuatro de los Pactos
de Toledo exige que bajo el



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criterio de igual acción protectora, debe ser semejante la aportación
contributiva. Eso lo han suscrito todos los partidos políticos. Es muy
difícil decir que vamos a resolver el problema en tres días, porque, como
usted sabe muy bien por ser experta en derecho laboral, su solución no es
fácil.

¿Qué es lo que está haciendo el Gobierno? En primer lugar, estamos
tratando de ver cuáles serían las posibilidades de modificar el «status»,
para poder modificar también el tipo de cobertura de Seguridad Social. Yo
creo que este es el camino más inteligente, porque, tal y como está
contemplado su «status» actual, y con los Pactos de Toledo por medio,
sería un acto de voluntarismo decir que se va a resolver en tres días.

Porque se trata de un marco de trabajo a tres bandas: empleo, Seguridad
Social, Asuntos Sociales, desde el punto de vista de la reivindicación de
la dignidad de un empleo que también la merece.

Yo le digo que no es fácil, que estamos en ello, y, por un ejercicio de
responsabilidad, tengo que decirle que estamos en los inicios de abordar
una solución para el problema. Pero no es fácil, porque incluso gran
parte del colectivo de mujeres --no los hombres-- que están en esa
situación, por compartir situaciones familiares que podrían verse
negativamente influidas por un cambio de «status» en las rentas
familiares, plantean problemas. Y cuando hablamos con asociaciones de
mujeres que agrupan a este colectivo, vemos que también tienen miedo
porque piensan que les va a modificar la renta que suman a la de su
marido, y eso crea problemas. Verá usted que le estoy diciendo la verdad.

Por lo tanto, estamos estudiando qué es lo que podemos hacer, porque,
desde luego, esta situación no se puede sostener, en primer lugar, porque
significa una desigualdad de derechos ante otros trabajadores; en segundo
lugar, porque no está dignificado como trabajo, sobre todo cuando lo
realiza la mujer; y, en tercer lugar, porque lleva mucho tiempo esperando
y hay que empezar a buscar soluciones. En este sentido, cualquier
sugerencia que sea viable, que se ponga encima de la mesa, pero ya digo
que estamos tratando de buscar lo que podríamos llamar una comisión
intergrupo, porque, como usted sabe muy bien, es un problema muy
complicado.

Le agradezco la pregunta porque airear las cosas de vez en cuando parece
que aviva la imaginación de todos.

Muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Gracias, señora Secretaria General.

La señora Almeida tiene la palabra.




La señora ALMEIDA CASTRO: Yo le confieso que no quería avivar su
imaginación, lo que quiero es avivar su capacidad de legislar, porque en
el Gobierno se puede legislar, aquí se puede pedir, pero ahí se tiene que
legislar.

Soy consciente de las dificultades y no me vale que el miedo de los que
están sumisos pueda llevarnos a no regular derechos, porque es verdad que
tienen miedo por la falta de regulación general. Desde el punto de vista
tributario se podría ver el modo de desgravar las cuotas de la Seguridad
Social, todas esas cosas que ahora no se hacen y que, por supuesto, no
compensa ni a unos ni a otros. ¿Cómo se pueden establecer unos niveles
mínimos de renta? Un montón de situaciones que hoy no hagan de esta
economía una economía sumergida, que soy consciente, como en el resto de
las economías sumergidas, que producen un bienestar inmediato, pero es un
perjuicio tanto a la ciudadanía como a ellas mismas. Lo hemos visto en
los temas de Ardystil, los temas del calzado, cómo suponen también
enfermedades por la falta de control que existe en economía sumergida. En
esto ocurre igual. Las condiciones de trabajo, los accidentes, la
osteoporosis, todo un montón de situaciones que se están dando y que, al
no tener ese control legal, está perjudicando a un montón de cosas.

Por lo tanto, cada vez se tiene que ir a un sistema más contributivo. La
igualación se puede dar en todos los sitios, el resto de las pensiones
será en orden a los salarios establecidos, pero es verdad que se puede
dar una capacidad contributiva --que aquí ya la hay-- de menor calidad, y
que la tendremos que ir buscando.

Yo lo que creo es que se ha caído en que esto se hacía como una cuestión
para mujeres sin darles esa valoración de verdaderas trabajadoras y que
fuese como una especie de uso familiar. Hoy incluso muchas piensan que
las mujeres somos explotadoras, como si las empleadas de hogar sólo nos
sirvieran a las mujeres y no tuviéramos que tenerlas porque encima
tenemos que servir, que estar y que trabajar fuera, pero siempre se
profundiza. La consideración de que sea un derecho a ese trabajo podría
hacer que luego tuviera un carácter mucho más laboral que el familiar que
hoy tiene, que parece que es de uso y consumo de poder tirar y no de
generar derechos.

Creo que hay que trabajar y sé que las comisiones de la mujer de los
sindicatos han celebrado jornadas sobre esto, tienen estudios y no sería
malo que se creara, desde el punto de vista de su Ministerio, una
subcomisión, algo para que pudiéramos trabajar en ese tema o, incluso, lo
propondríamos para trabajar en esta misma Comisión y ver cómo podemos
sacar iniciativas para empezar a afrontarlo, ya que afecta a muchísimas
mujeres y, además, afecta a una consideración de la sociedad que impide
que todas las mujeres tengan un criterio, porque las mujeres que hacen
estos trabajos, unas por cuenta ajena, otras sin cuenta ajena, pero con
todas las cuentas en nuestra contra, también las hacen, y con una cierta
desvalorización.

Valorar esos trabajos no es ya una consecuencia de lo de las cuentas
satélites de Pekín, pero sí de lo que son las necesidades de la sociedad
y sería muy importante para la visión global de la corresponsabilidad de
hombres y mujeres en esas tareas. Al tener esta importancia, creo que
merecería la pena hacer el esfuerzo de llevarlo a cabo, y ya le digo, los
sindicatos van a la peseta de los trabajadores por cuenta ajena, pero
nosotras también somos trabajadoras por cuenta ajena y queremos tener
derecho a



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nuestras pesetas, a nuestra pensión, a nuestro desempleo y a nuestros
derechos pasivos el día de mañana.

Muchas gracias, señora Presidenta.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Almeida. La señora
Secretaria General tiene la palabra.




La señora SECRETARIA GENERAL DE ASUNTOS SOCIALES (Gómez Gómez): Usted
conoce muy bien que hay un acuerdo entre el Instituto de la Mujer y los
sindicatos para trabajar en este tema, acuerdo que se cerró con Almudena
Fontecha y con María Jesús Vilches. En ese sentido se está empezando a
trabajar y usted lo sabe.

Creo que sí hace falta la imaginación. Usted me ha recordado que mi deber
es el de legislar, pero muchas veces las innovaciones no son el resultado
de la imaginación loca, sino de una imaginación para ver de qué manera
encuentra coartada y que todo el mundo entre por donde debe entrar.

Estoy totalmente de acuerdo en que habría que trabajar más en lo que es
la desgravación, y creo que siempre ha habido el temor a que el
incremento de la contribución a la Seguridad Social echara para atrás a
muchas mujeres.

Desde luego es un tema en el que se va a trabajar desde el Instituto con
los sindicatos y con organizaciones no gubernamentales. En una de las
varias mesas que se van a crear como acuerdo del Ministro con un grupo de
mujeres, fue la plataforma de mujeres que estuvo viendo al Ministro
recientemente, y en una de las cinco mesas se puede introducir como
subtema el tema de mujer y empleo. Ya sabe que no es un tema fácil, pero
ya le digo que vamos a poner todo lo mejor para que no venga yo dentro de
tres meses a decirle a usted: estamos donde estábamos. Hay que pensar en
el incremento de la cotización, en la modificación del «status» y, desde
luego, en las desgravaciones fiscales. En esos tres puntos sí se puede
avanzar. Otra cosa es el golpe final, pero empezaremos haciendo camino.

Quiero dar las gracias por el tono crítico, pero constructivo y cortés de
sus intervenciones.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias.

Señora Secretaria General, este período de sesiones termina hoy con este
Pleno y estamos seguras de que a partir de septiembre la vamos a tener
otra vez entre nosotras, donde será, como siempre, muy bien recibida. Se
suspende la sesión por diez minutos. (Pausa.)



-- COMPARECENCIA, A PETICION DEL GRUPO SOCIALISTA DEL CONGRESO DE LOS
DIPUTADOS, DEL MINISTRO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES PARA INFORMAR: --
ACERCA DE LA POSICION DE ESPAÑA SOBRE LA REFORMA DEL TRATADO DE LA UNION
EUROPEA EN RELACION CON LA MUJER (S. 711/000081; C.D. 213/000238.)
La señora PRESIDENTA: Señorías, continuamos la sesión con la
comparecencia del Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, don Javier
Arenas Bocanegra, a quien, como siempre, le damos la bienvenida. Sabe su
señoría que en esta Comisión siempre es especialmente bien recibido;
sobre todo, por su condición de Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales.

El Grupo Parlamentario Socialista ha pedido su comparecencia para que
informe sobre dos cuestiones distintas. Por tanto, señor Ministro, si no
tiene inconveniente, podemos dividir su intervención, ya que estamos
pendientes de la llegada de la diputada que va a llevar la segunda parte
de su comparecencia. En esta Comisión intentamos hacer las cosas de forma
que conduzcan al mismo sitio, aunque vayamos por caminos diferentes.

Insisto, pues, en que, si al señor Ministro le parece oportuno, puede
comenzar por la primera parte de su comparecencia, que va a ser llevada
por la señora Arnáiz de las Revillas, para dar así tiempo a que llegue la
portavoz de la segunda parte de la misma.

Sin más preámbulos, tiene la palabra el señor Ministro, para informar
sobre la reforma del Tratado de la Unión Europea en relación con la
mujer.




El señor MINISTRO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES (Arenas Bocanegra):
Muchas gracias, señora Presidenta.

Señoras Senadoras y Diputadas, comparezco en esta Comisión a solicitud
del Grupo Parlamentario Socialista.

La primera parte de mi intervención se refiere a la posición española en
lo que significa la reforma del Tratado de la Unión Europea. Empezaré
diciendo que tanto el Gobierno anterior como el actual han considerado
que las insuficiencias en los mecanismos previstos en el Tratado actual
para garantizar la igualdad efectiva de hombres y mujeres obligaban a
España a tener un protagonismo muy especial, no sólo en el ámbito
interno, sino en el ámbito comunitario y desde la perspectiva de la
reforma del Tratado de la Unión.

En nuestra opinión, tanto el Tratado de la Unión Europea, como el Acuerdo
sobre política social, en sus artículos 2 y 6, circunscriben dicha
igualdad entre hombres y mujeres al ámbito laboral. Por tanto, resulta
imprescindible establecer nuevos planteamientos que permitan a la mujer
alcanzar la igualdad en todos los ámbitos de la vida política, económica,
cultural y social, y ejercer sus derechos y su «status» de ciudadana
europea de una forma completa, real y efectiva.

Como saben, tanto las instituciones comunitarias en sus distintos ámbitos
--Comisión Europea, Comisión de Asuntos Sociales y Empleo y Comisión de
Derechos de la Mujer del Parlamento Europeo--, como numerosos foros
internacionales que tratan esta materia, han puesto de manifiesto, a
través de diversos documentos elaborados sobre el funcionamiento del
Tratado de la Unión desde la perspectiva de la Conferencia
Intergubernamental de 1996, la necesidad de proceder a la reforma del
Tratado en los aspectos relativos a la mujer y a la igualdad de
oportunidades con respecto al hombre.




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Haciéndose eco de esas inquietudes de las instituciones comunitarias y de
los foros internacionales relativos a la problemática de la mujer, el
Gobierno elaboró una propuesta que coincide básicamente con el criterio
expresado en los documentos redactados por dichas instituciones y foros,
y que se traduce en la incorporación al Tratado de la Unión Europea de
aspectos o cuestiones que, a través de otras vías --la jurisprudencia, el
derecho privado, etcétera--, ya forman parte de la cultura democrática
europea.

La actuación del Gobierno español durante toda la Conferencia
Intergubernamental sobre la reforma del Tratado de la Unión Europea en
relación con la mujer se ha traducido en cuatro propuestas concretas, que
han sido discutidas en el reciente Consejo de Amsterdam para la
elaboración de un nuevo proyecto de Tratado de la Unión.

Estas cuatro propuestas son relativas a las siguientes cuestiones. En
primer lugar, una nueva política comunitaria para promover la igualdad de
oportunidades. En segundo lugar, la ampliación el artículo 119 del
Tratado de la Comunidad Europea a otros aspectos distintos de la política
laboral. En tercer lugar, medidas de promoción para la participación
equilibrada de las mujeres y los hombres. Y, en cuarto lugar, la cláusula
general de no discriminación.

En cuanto a la primera propuesta concreta que he apuntado, y con motivo
de la Conferencia Intergubernamental, España consideró prioritario
establecer una nueva política comunitaria que persiga como fin específico
la promoción de la igualdad de oportunidades en el acceso al empleo, la
remuneración, las condiciones de trabajo, la protección social, la
educación, la formación y la promoción profesional. Desde luego, al
Gobierno le resulta absolutamente imprescindible la participación de las
mujeres en la construcción europea, si queremos que dicha construcción
tenga toda la legitimidad democrática y conlleve que la ciudadanía no sea
una palabra vacía de contenido.

Con esta finalidad, se propuso la inclusión de un nuevo apartado i) en el
artículo 3, así como la adición de un nuevo artículo, el 116.a), en el
Tratado de la Unión Europea. La primera modificación a la que me he
referido responde a la necesidad de extender la política de igualdad de
oportunidades entre las mujeres y los hombres a todos los ámbitos de la
vida política, económica, social y cultural. La segunda de las
modificaciones, la adición al artículo 116.A, persigue la doble finalidad
de obligar a los Estados miembros y a las instituciones comunitarias a
reconocer y a afirmar la necesidad de hacer efectivo el principio de
igualdad en todos los órdenes, así como instar al Consejo a que adopte,
previa consulta del Comité Económico y Social, acciones que apoyen y
complementen la política llevada a cabo por los Estados miembros, además
de las recomendaciones que estime oportunas. Esta propuesta, con las dos
modificaciones apuntadas, no fue incluida como tal propuesta en el
proyecto de tratado de Amsterdam. Sin embargo, la posición española se
recoge bastante, en dos puntos consensuados con los Quince, sobre el
texto del proyecto que se firmará en el próximo otoño, a través de las
siguientes modificaciones.

Primera, consideración de la igualdad de hombres y mujeres como nuevo
objetivo de la Comunidad. Segunda, inclusión de los objetivos --entre
comillas--, eliminar desigualdades y promover la igualdad entre el hombre
y la mujer en todas las políticas comunitarias. Este es el balance,
señorías, de la primera propuesta que planteó el Gobierno con esa
resultante final. Tengo que reconocer que en este balance sobre la
primera propuesta no podemos manifestar, como en todas las políticas de
igualdad, ningún tipo de triunfalismo, aunque creo que se ha producido un
avance notoriamente positivo.

Segunda propuesta. Ampliación del artículo 119 del Tratado de la
Comunidad Europea a otros aspectos de la política laboral. Por lo que se
refiere a la segunda propuesta concreta, a ésta a la que me he referido,
el Gobierno español se propuso con ella incluir en el citado precepto
otros aspectos de la política laboral, además del retributivo, como es el
caso del empleo y demás condiciones de trabajo.

Otra importante modificación en el texto del artículo 119, propuesta por
nuestro país, consiste en sustituir la expresión «mismo trabajo» por
«trabajo de igual valor» que, como saben todos ustedes, viene siendo una
reivindicación hace mucho tiempo que, al final, nos permite que se evite
identificar «mismo trabajo» con puesto o categoría profesional del
trabajador, identificación que se ha producido hasta la fecha, y que ha
tenido como consecuencia muchísimas discriminaciones directas e
indirectas para la mujer.

En este sentido, precisamente, se manifiestan, hablando de estas
discriminaciones, tanto la Directiva del Consejo 75/117 relativa a la
aplicación del principio de igualdad de remuneraciones entre trabajadores
masculinos y femeninos, como numerosas sentencias de los tribunales de
Justicia de las Comunidades Europeas. Esta propuesta fue tomada en
consideración, y así, la nueva redacción del artículo 119, en la línea de
la propuesta española, incorpora la referencia a la igualdad de
retribución por un trabajo de igual valor e incluye también un nuevo
apartado sobre medidas que ofrezcan ventajas concretas destinadas a
facilitar al sexo menos representado el ejercicio de actividades
profesionales o a evitar o compensar algún impedimento en sus carreras
profesionales. En mi opinión, señorías, esto supone una nueva base
jurídica para asegurar la igualdad de oportunidades en asuntos de empleo
y ocupación y, sin duda, un paso adelante.

Tercera propuesta. Medidas de promoción para la participación equilibrada
de las mujeres y los hombres. España ha apoyado la propuesta austriaca,
medidas de promoción para la participación equilibrada de las mujeres y
los hombres. Responde al convencimiento del Ministerio de Trabajo y
Asuntos Sociales de que es necesario utilizar medidas de acción positiva
para promover la igualdad de oportunidades. Por eso, nuestro país apoyó
la propuesta austriaca de hacer posible la adopción de tales medidas de
acción positiva cuando se produzca infrarrepresentación tanto de las
mujeres como de los hombres. Y es que



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las acciones positivas, en mi opinión, no deben ser discriminatorias,
pues sólo pueden basarse en un tratamiento igualitario de las personas
que se encuentran en una situación desfavorable similar, y ello con
absoluta independencia del sexo de pertenencia. Esta propuesta, que
supone dar legitimidad a las acciones positivas, ha sido incluida en la
modificación del artículo 119 a la que he hecho referencia anteriormente.

Cuarta propuesta. Cláusula general de no discriminación por razón de
sexo. La cuarta propuesta española pretende introducir en el Tratado de
la Unión Europea una cláusula de no discriminación en todas las
circunstancias que, en principio, pueden provocar comportamientos
discriminatorios entre los que cabe incluir, indudablemente, los del
sexo. Esta propuesta española ha sido tomada en consideración, y así se
ha producido la introducción de una cláusula general de no discriminación
en la que figura el sexo como circunstancia generadora de comportamientos
discriminatorios, más concretamente esta inclusión se ha producido en el
artículo 6.a).

En resumen, señorías --y también se me había solicitado que esta primera
comparecencia fuera breve porque tenemos pendiente la segunda, aunque ya
me comunican que, solventados los problemas aéreos, la señora portavoz se
encuentra con nosotros--, tenemos que hacer una valoración positiva de
los resultados de la Cumbre de Amsterdam. Me parece que, en los últimos
años, nuestro país ha sostenido en Europa una posición de vanguardia en
todo lo que han significado posibles modificaciones legales que nos hagan
avanzar en el camino, no ya de la igualdad de derechos, sino de la
igualdad de hecho, pero, a veces, para ese camino de la igualdad de
hecho, son imprescindibles, no sólo normas en el ámbito interno, sino muy
especialmente en la Europa que estamos construyendo. Por lo tanto, el
Gobierno hace una valoración positiva de los resultados de la Cumbre, en
absoluto triunfalista. Quedan asignaturas pendientes. No se han cumplido
ni hemos conseguido que prosperen todas las posiciones del Gobierno
español, pero sí un buen número de ellas. Yo les garantizo, señorías, que
si en los últimos años hemos estado en una posición de vanguardia en las
instituciones europeas con respecto a la igualdad de oportunidades, no
tengan duda de que España y el actual Gobierno siguen estando en esa
posición de vanguardia con otros países europeos.

Muchas gracias, señora Presidenta.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Ministro.

Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra la señora Arnáiz
de las Revillas.




La señora ARNAIZ DE LAS REVILLAS GARCIA: Con la venia de la Presidenta.

Bienvenido, Ministro. Muchas gracias por sus palabras y por el proceso
negociador en el que usted ha participado. Tenemos constancia de que ha
estado apoyando todos los asuntos relativos a la igualdad, sin entrar en
concreciones muy precisas, ya que eso le ha correspondido al señor Elorza
como representante del Ministro de Asuntos Exteriores, pero sí tenemos
constancia de que en el Consejo de Ministros Europeos usted se ha
encargado del «mainstream», como se comprometió en esta Comisión en su
primera comparecencia.

Cuando adoptamos esta iniciativa lo hicimos con unas expectativas --hace
mucho tiempo que la presentamos-- de lo que para España había supuesto en
nuestra evolución política el seguimiento de los planes de igualdad
españoles, que también hemos llevado a cabo en España, para el proceso de
evolución que hemos tenido las mujeres en nuestro país. Y también con una
preocupación porque, en este momento, tanto los criterios de convergencia
como el pacto de estabilidad y todos los criterios de disciplina
presupuestaria están produciendo que se haya reducido a la mitad el
dinero destinado por el Parlamento Europeo al IV Plan de Oportunidades de
las Mujeres con la excusa de que no es competencia de la Comisión. Eso
nos preocupa porque supone una involución en lo que ha sido la actitud, a
lo largo de todo este tiempo y porque, evidentemente, la convergencia
tiene unos precios, y sospechamos que esos precios los vamos a pagar una
de las partes más vulnerables y más débiles, que somos las mujeres.

Mujeres que, en principio, somos dos tercios de los dieciocho millones de
parados que hay en la Unión Europea, y sólo un tercio del mercado de
trabajo, y estoy hablando de términos europeos porque, como el Ministro
sabe mejor que nadie, no le tengo que hablar de las magnitudes que hay en
España. Por lo tanto, supone un hito imprescindible y una prioridad, no
sólo para esta Comisión, sino supongo que para el Gobierno y, desde
luego, para el Partido Socialista, el priorizar estas políticas de
igualdad y llevarlas a la Conferencia Intergubernamental para la reforma
del Tratado de Maastricht.

Nosotros hemos hecho alarde de todo un consenso para el Ministro. El
Ministro es beneficiario de todos los consensos posibles. Es, si me
permite decirlo, un Ministro privilegiado. Tiene el consenso europeo, por
parte del Partido Socialista; tiene el consenso feminista, porque las
mujeres estamos intentando buscar los puntos de encuentro más que las
diferencias, y tiene el consenso del Pacto de Toledo, con lo cual es un
Ministro privilegiado. Y curiosidades de la vida, es una de las personas
que menos consenso ha propiciado, al menos cuando era portavoz en
Andalucía, pero parece que los aires de Madrid le sientan bien y que la
política tiene estas paradojas.

Hemos hecho alarde de ese consenso para no disminuir el papel que España
debe tener en el conjunto de todo el proceso negociador. Nosotros no
vamos a llamar pedigüeño al señor Elorza, ni al señor Aznar ni al
Ministro. Al contrario, vamos a decirles que cumplan con su obligación y
que consigan que España tenga el papel que le corresponde dada su
presencia internacional, y dentro de las propuestas que tradicionalmente
ha mantenido.

Cuando he leído las conclusiones de la Presidencia del Consejo Europeo de
Amsterdam, en el anexo a dichas conclusiones me he encontrado con que el
consenso del que el Grupo Popular había hecho alarde no había servido
para mucho. Porque, como reconocía en esta misma



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Comisión la señora Gómez, los cambios de gobierno no deben implicar
retrocesos en lo que son políticas seguras y compartidas. Y en esa
confianza estábamos. Pero aquí se ha producido un retroceso, Ministro,
porque la enmienda que el Grupo Socialista presentó al dictamen de la
Conferencia Intergubernamental se había aceptado en un 90 por ciento por
parte del Gobierno excepto en el punto de dotar al Consejo Europeo de los
instrumentos y competencias para combatir los casos de discriminación por
algunas de las razones antes citadas dentro de la Unión Europea, entre
las cuales estaban las de discriminación por sexo. Excepto en este punto
de la enmienda socialista al documento del Gobierno, todos los demás
puntos fueron aceptados: procedimientos para los supuestos de violación
grave por parte de un Estado miembro, de los principios que permiten la
suspensión de determinados derechos a un Estado miembro que no cumpla la
no discriminación por razones de raza, sexo, edad, religión o minusvalía;
desarrollar en el Tratado de la Unión Europea el principio de igualdad
hombre-mujer; e integrar en el acuerdo sobre política social, anejo al
Protocolo número 14, incorporando al mismo el principio de igualdad de
sexos, que deberá extenderse en todas las condiciones laborales.

Todos estos puntos, excepto el instrumental, fueron adoptados en la
Comisión de la Unión Europea, en el informe que la subcomisión especial
de seguimiento encargada de estudiar y discutir el proceso abierto para
la Conferencia Intergubernamental emitió en un dictamen, del cual sólo se
descolgó Izquierda Unida ya que fue consensuado por todos los partidos
políticos.

Pero es que en esos puntos aparecen una serie de principios que luego no
se recogen en las resoluciones de la Presidencia. Es verdad que pueden
recogerse algunos en los anexos, y que otros se posponen para el mes de
octubre. Pero confiábamos verdaderamente en que se recogieran dada la
movilización que por primera vez ha habido en Bruselas de mujeres de
todos los Parlamentos e incluso han asistido miembros de esta Comisión.

Además, se decía qué procedimiento había que seguir por parte de todos
los países, y también hubo consenso entre todas las participantes de los
distintos partidos que fuimos allí. Y en ese procedimiento, en el cual se
justificaban las razones por las que había que estar muy alerta y se
emitían una serie de mandatos dadas las resoluciones que había habido y
las posibilidades que se tenían, no se colman las expectativas que
teníamos.

Ahora mismo no queremos pronunciarnos definitivamente de un modo
derrotista, pero esperamos que en octubre se enmiende algo, porque para
nosotras el texto que el informe de la subcomisión puso sobre la mesa es
de mínimos. Ya había habido bastantes recortes.

Nosotras pensamos que el Gobierno, el señor Aznar, el Ministro de Asuntos
Exteriores, el señor Elorza, en todo el proceso que haya que seguir
tienen que hacer valer esta prioridad. Sabemos que hay otras prioridades,
como la de asilo, etcétera. Pero para la Europa social, para la Europa de
las ciudadanas y de los ciudadanos, la prioridad es ésta y el riesgo es
éste. Y pedimos al Ministro encargado del «mainstream» de poner las pilas
al Gobierno que asuma este compromiso, que lo asuma en esta Comisión y le
instamos a que comparezca una vez que concluya el proceso, --puesto que
es previsible que antes de enero de 1998 no se pongan en marcha estas
disposiciones-- para decirnos definitivamente cómo han quedado las
resoluciones.

Como le digo en las conclusiones de la Presidencia y en el anexo a las
mismas no hay ni una sola referencia a los puntos del documento español.

No están las referencias expresas. Han desaparecido en varios de los
apartados, y se han generalizado. Por ejemplo, se habla de la dimensión
social en general, de la cohesión regional de la política de competencia,
del desarrollo de las pequeñas y medianas empresas, de la protección del
medio ambiente, de la salud, de los derechos de los consumidores y se cae
la no discriminación, que sí estaba en nuestro documento, y de los demás
temas habla en genérico.

Cuando se habla de las prioridades respecto al empleo y de la reducción
de los niveles de desempleo existente, se dice que son inaceptablemente
altos, en particular en lo que respecta a los jóvenes, a los desempleados
de larga duración y a los desempleados poco cualificados. Aquí también
desaparece la referencia a las mujeres y a la discriminación laboral.

Otra de las recomendaciones que daba la Unión de Mujeres Parlamentarias
en Europa era que el tratamiento de los textos no fuera neutro, porque
eso contribuía a «invisibilizar» a las mujeres. Y el tratamiento es
absolutamente neutro: habla de «los trabajadores»; no se refiere en
ningún momento a «las trabajadoras»; no especifica las condiciones más
duras de éstas, y tampoco sé --y eso quiero que me lo aclare el
Ministro-- si la protección jurídica suficiente para que, a instancia de
parte, las instituciones europeas puedan responder de la no
discriminación. Hay una resolución sobre la protección de la no
discriminación de forma que haya esa protección jurídica, ya que lo que
es el avance en el derecho positivo no es suficiente para lo que nosotras
esperábamos y a lo que aspirábamos.

Muchas gracias, señora Presidenta.

Muchas gracias, señor Ministro.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Arnáiz de las Revillas.

Por el Grupo Parlamentario Mixto, tiene la palabra la Senadora Costa i
Serra.




La señora COSTA I SERRA: Muchas gracias, señora Presidenta.

Muchas gracias por su presencia ante esta Comisión, señor Ministro. Bien
es cierto, y ya se ha dicho, que para la eficacia de las iniciativas que
promueven la igualdad entre hombres y mujeres debe garantizarse que
exista una actuación conjunta y en sintonía de las acciones iniciadas en
el marco de la Unión Europea, que es de lo que estamos hablando en estos
momentos. Y las medidas serán eficaces en tanto en cuanto sean
coordinadas dentro de este marco europeo, y, más aún, en un contexto más
amplio



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como es el internacional. Y dentro de esta internacionalidad debemos
centrarnos, y hay diversos aspectos que son fundamentales, en el empleo,
en la educación, en la protección social, etcétera. Y es imprescindible
que España esté en todos estos foros internacionales al más alto nivel en
todos los temas que puedan afectar a la igualdad entre hombres y mujeres.

La reciente puesta en marcha de este III Plan de Acción para la Igualdad
de Oportunidades entre Hombres y Mujeres, precisamente de acuerdo con el
IV Plan Comunitario, es un reto importante para todas las mujeres y para
todas las políticas de igualdad. Y dentro de Europa, también tenemos la
obligación de impulsar y dar a conocer en otras partes del mundo acciones
tendentes a esta igualdad. Estoy pensando en estos momentos,
precisamente, en países de América Latina y del Magreb, y en muchos
otros.

Nos congratulamos de que el actual Gobierno haya mantenido toda una serie
de puntos y que se hayan hecho estas propuestas en Amsterdam, que ya se
habían reivindicado desde el anterior Gobierno, para modificar el Tratado
de la Unión Europea, como, por ejemplo, la que recoge --que ha dicho aquí
el señor Ministro-- una cláusula general que prohíba la discriminación y
que la ampliación se dé en todas las áreas; una cláusula que recoja la
participación equilibrada de la mujer en todos los ámbitos de la vida
pública.

Y por otra parte, tal y como recoge el III Plan, debemos trabajar para
incrementar esta participación española en los organismos comunitarios e
internacionales, potenciando nuestra presencia en los programas y
proyectos de la Unión Europea y en estos organismos internacionales.

También deberíamos intentar que toda la información que se genere en el
seno de la Unión Europea se transmita a todos los Estados miembros de una
forma eficaz y rápida. Por último, compartimos en parte la valoración
positiva que hacía el señor Ministro de las propuestas que se habían
mantenido por parte de España a pesar de no poder ser triunfalistas,
esperando que en un futuro podamos mejorar el proyecto y las resoluciones
de cara a este otoño/invierno.

Desde el Grupo Parlamentario Mixto ofrecemos nuestra colaboración para
poder influir en las políticas europeas en todo aquello que persiga la
igualdad entre hombres y mujeres. Muchas gracias, señora Presidenta.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Costa i Serra.

Por el Grupo Parlamentario Catalán en el Senado de Convergència i Unió,
tiene la palabra la señora Solsona.




La señora SOLSONA I PIÑOL: Muchas gracias, señora Presidenta.

Muchas gracias, señor Ministro por comparecer una vez más ante esta
Comisión, sobre todo para informarnos de los resultados del Tratado de la
Unión Europea respecto a los temas relacionados con la igualdad de
oportunidades, máxime cuando es de gran interés para esta Comisión puesto
que, como ya se ha dicho, una delegación de la misma estuvo en el Senado
de Bruselas para tratar precisamente sobre los temas referentes a la
igualdad de oportunidades.

Nos es grato, pues, haber oído de su señoría los resultados de esta
Conferencia, sobre todo en lo que respecta al ámbito laboral en relación
a la igualdad de retribución por un trabajo de igual valor, tema que fue
muy discutido en la reunión del Senado belga y en la que participamos.

Asimismo, nos congratulamos porque con motivo del «Debate del Estado de
la nación», nuestro grupo presentó una moción, juntamente con su Partido,
que fue transaccionada precisamente en estos términos.

Nos ha sido muy interesante oírle decir que fue aceptada la proposición
austriaca sobre la acción positiva referente a aquellos temas en los que
todavía la mujer está discriminada. En este sentido, han sido unas
noticias muy gratas, como también lo fue cuando las expertas en Bruselas
--no las políticas-- nos dijeron que España era uno de los países más
avanzados en cuanto a política de oportunidad --como ha dicho la Senadora
representante del Partido Socialista-- de mínimos.

Esta Comisión nos obliga ahora a presentar iniciativas para que estos
mínimos se hagan efectivos y a usted, señor Ministro, y a su Gobierno les
toca hacerlas efectivas para así lograr lo que todos estamos intentando,
como es un política y una sociedad más justa para las mujeres.

Nada más y muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Solsona i Piñol.

Por el Grupo Parlamentario de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya,
tiene la palabra la señora Almeida Castro.




La señora ALMEIDA CASTRO: Muchas gracias, señora Presidenta. Muchas
gracias, señor Ministro, por su comparecencia. Sobre el tema de la
revisión del Tratado, en el que estamos empeñados desde hace bastantes
años, queremos que la experiencia y a lo que usted se ha referido como
cultura democrática --yo diría cultura democrática y de igualdad, porque
no siempre van equiparadas las dos cosas-- se incorpore a este ámbito.

Creemos que tanto el artículo 119 del Tratado, de la Unión Europea como
la reforma del artículo 6 del Tratado de Maastricht dejaban sin
incorporar una serie de temas que ya son cultura democrática.

Para nosotros es fundamental que las acciones de igualdad implicaran la
corresponsabilidad en el conjunto de las necesidades sociales, no sólo en
el ámbito laboral, porque ese ámbito está determinado por la maternidad,
por no compartir las tareas domésticas, por las distintas
responsabilidades en el cuidado de uno o de otro, ya que todo eso había
supuesto una serie de discriminaciones por las que estábamos luchando
para que se aplicaran en todos los ámbitos.

En la formulación se ha ido mucho el aspecto laboral pero no al de la
familia, que es donde se producen muchas discriminaciones. Por lo tanto,
muchas veces la no discriminación genérica «invisibiliza» --como se ha
dicho aquí-- a las mujeres; nos pone en el grado de discriminación



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de la ciudadanía en general, no en la ciudadanía de mujeres, que son
cosas distintas. Cuando nos engloban en lo genérico no ganamos nunca las
mujeres, nos gusta más estar en lo específico, porque es ahí donde se
tiene que hacer la verdadera reforma del Tratado.

De lo que nos ha dicho --que son cuestiones interesantes--, sobre la
reforma que se pretende hacer --hoy nos han distribuido el informe de
Bruselas, además, una parte está en francés, por lo que todavía no lo
conozco-- si estamos preocupadas por lo que pueda pasar.

Nuestro Grupo --como se ha señalado-- ha sido muy critico con Maastricht;
es decir, de afinidad pero con eso no nos vamos a liberar de tener que
buscar las políticas de igualdad, por lo que las vamos a exigir estemos a
favor o no de Maastricht. Es más, estamos también a favor de una Europa,
pero que socialmente sea avanzada. En este camino hacia Europa, a una
Europa puramente economicista, las mujeres vamos de lado. Es decir,
cuando todo el mundo quiere discutir los términos del PIB, etcétera, las
mujeres salimos perdiendo siempre. Por lo tanto, hay que introducir
elementos de transformación social en esta idea de Europa que se está
cuestionando. Estamos en un momento importante en donde el empleo, los
derechos de la ciudadanía tienen que ser también una parte de la
construcción de esa Europa social y ahí es donde las mujeres tenemos un
protagonismo muy importante porque estamos en la base de la
transformación social de una Europa que reconozca derechos de ciudadanas
y de ciudadanos.

Por lo tanto, se tendría que especificar mucho más. La idea de llevar la
cultura democrática, que es la cultura de la solidaridad
intergeneracional, de la corresponsabilidad en las tareas domésticas,
tiene que tener una confluencia en las políticas sociales. La
participación equilibrada --y todo eso que sé que ha sido conflictivo--,
la democracia paritaria, de las que se ha hablado en la Conferencia de
Nueva Delhi, en la de Seúl, en la de Grecia, donde estamos viendo la
aportación de energía política, económica, social y cultural de las
mujeres, es lo que está creando una Europa diferente. Hoy la creación de
empleo en la Unión Europea proviene de autoempleo de mujeres en más de un
32 por ciento, de empresariado femenino. Eso quiere decir que hay un
grado de participación que es muy importante como energía a esa
Comunidad, y necesitamos tener el reflejo en las políticas comunitarias
de esa aportación de las mujeres. Todo eso tiene que ser reconocido
porque, si no, la Comunidad Europea se va a quedar corta y más antigua
que nada. Es importante ese reconocimiento, que todavía no he visto,
porque hay una tendencia --que me gustaría destacar-- a entender superada
la desigualdad primaria en nuestra comunidad. En la Comunidad Europea
podemos tener unas situaciones más aparentes con respecto a otros países,
pero tenemos una situación de discriminación en la propia Comunidad. Eso
es lo que tenemos que plantear, no en función a otros países, sino en
función de la construcción europea y de la desigualdad ciudadana de las
mujeres en Europa. Eso tendría que estar mucho más reflejado. Sé que es
muy difícil hacerlo mientras no se transformen la coyuntura política y la
participación democrática en la propia Comunidad, cosa que no está tan
claro, ya que esto de la igualdad queda muy bien como teoría, pero
llevarlo a la práctica es muy difícil.

Habría que insistir más en eso. Considero positivo la inclusión de esta
cláusula general de no discriminación, pero creo que es demasiado general
y la tenemos que centrar un poco.

La participación equilibrada entre hombre y mujer tiene que tener también
una proyección de compromiso, que me parece muy importante. Tendremos que
pensar cómo se hace, si por norma electoral, etcétera, porque hay que
empezar a hacerlo ya de una manera directa, no como una pretensión de
haber si hay un poco de suerte y tenemos una participación más
equilibrada. Eso se puede conseguir muy fácil siempre que haya fuerza
legal para hacerlo y que se diga que no se puede discriminar, que hay que
ir a esa reforma electoral o que en la representación pública tiene que
haber hombre o mujer, porque eso es generar democracia y enriquecerla.

El tema de las mujeres cambiará de carácter la reforma del Tratado de la
Unión si de verdad se hace con ese sentido de integración de derechos de
la ciudadanía, porque detrás de nosotras van muchas cosas, y todas esas
cosas representando derechos e igualdad cambia la sociedad y cambia el
conjunto de la Comunidad Europea.

Por lo tanto, le diría que no he visto una concreta especificidad, que me
parece que se intenta ir con ese ánimo de darlo por cumplido lo que nos
ha costado que se pudieran dar sentencias como la del Tribunal de
Luxemburgo, en contra de la acción positiva. Hacer acción positiva se
entendía como discriminación, lo que ha dado lugar a que esto se quitara.

Hay que llegar a ese caso concreto, porque para nosotras es muy
importante que la cultura no se convierta en una forma indiscriminada de
igualdad, sino de potenciar que la igualdad sea acabar con la
discriminación, que son dos cosas distintas. Ahí es donde hay que
presentar batalla.

En la reunión de octubre de la Conferencia Intergubernamental vamos a
intentar que salgan iniciativas de respaldo de los proyectos de esta
Comisión, que me imagino que se habrá tratado en Bruselas, pero no hemos
tenido información hasta ahora; vamos a intentar que salga una iniciativa
a través de todos los Parlamentos para que esto sea una cuestión
definitoria de una Europa social y avanzada. Mientras nosotras no estemos
ahí, no va a ser avanzada, y no lo digo porque vosotros no lo seáis, pero
la mitad se queda fuera y, por tanto, sin la mitad no se puede hacer nada
completo ni avanzado.

Yo pediría que el Gobierno español, que alguna vez muestra esa idea
--aunque vaya avanzado-- de pensar que ya no existen los mismos problemas
y que la discriminación parece ser positiva para la otra parte, retome el
tema de acción positiva para acabar con la discriminación porque, pese a
la vanguardia que, según todos, somos, hemos sido una retaguardia durante
mucho tiempo, con muchas cosas en contra, y superar esa situación
requiere aquí, más que en ningún sitio, acciones positivas. Que conste
que también las tienen que hacer en Francia,



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donde la participación de mujeres era inexplicablemente bajísima, donde
se había llegado a un 6 por ciento de participación de mujeres. Nosotras
seguimos presentando batalla.

Creo que se está empezando a despertar --como se ha despertado hoy-- con
la participación en el nuevo Gobierno francés de muchas mujeres, y
también está pasando en Inglaterra, donde había muy poca participación de
mujeres. Eso puede generar una nueva dinámica en Europa, en la que no se
vaya marcha atrás, sino hacia adelante.

En nombre del Grupo que represento le diría que una Europa que no sea de
ciudadanos y de ciudadanas es una Europa incompleta. En ese sentido la
batalla política tiene que ser para generar esa igualdad de
oportunidades, de participación, de decisión y de corresponsabilidad.

Muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Almeida.

Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra la señora Sainz.




La señora SAINZ GARCIA: Muchas gracias, señora Presidenta.

Señor Ministro, bienvenido una vez más a esta Comisión. Quiero
agradecerle, en nombre del Grupo Parlamentario Popular, sus
comparecencias --se puede decir en plural--, importantes, sin duda, para
esta Comisión por su contenido.

Es para nuestro Grupo una satisfacción saber que España defendió el
principio de igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres como pilar
básico en la construcción de la Europa comunitaria y de las políticas
europeas. Sabemos, después de su intervención y por las noticias que nos
habian llegado, que ha habido avances importantes en la Cumbre de
Amsterdam, como usted ha manifestado, si bien todo lo que España había
propuesto no fue recogido.

Es de justicia --y es importante que quede recogido en el «Diario de
Sesiones»-- reconocer que la Comunidad Europea ha contribuido a un marco
europeo en favor de la igualdad de las mujeres y de los hombres con la
adopción de muchísimas directivas, aproximadamente siete, de muchas
recomendaciones, resoluciones, y también con la elaboración de cuatro
planes de acción positiva, que sirven de marco para los diferentes planes
y programas que se dan en los distintos países miembros.

Estas medidas han servido de estímulo y de base a todos los países y
también a España para sus diferentes programas, primero, con el fin, en
España ya superado, de adaptar la legislación nacional, garantizando esa
igualdad, y ahora tratando de conseguir el objetivo de una igualdad real.

La revisión del Tratado ofrecía la oportunidad de poder dotarse de los
medios para luchar contra esa desigualdad entre mujeres y hombres, que
existe todavía en la sociedad europea. Las mujeres, también las de
nuestro Grupo, pero creo que se puede generalizar, coinciden con el
Gobierno en la gran importancia que tiene la emergencia de una Europa
social, que pueda adquirir una mirada más humana y, por tanto, más
solidaria y más justa, donde los ciudadanos y las ciudadanas de Europa
puedan vivir en libertad y en igualdad. Sin duda, los insuficientes
mecanismos que existian en el marco europeo y en los tratados para
garantizar esa igualdad se han paliado con esa reforma prevista y
comprometida.

Es importante para nuestro Grupo, y así queremos que quede constancia,
que se recoja la igualdad de oportunidades entre los hombres y las
mujeres en varios de los artículos. En concreto, en el artículo 2.º,
donde figura expresamente que la Comisión tendrá como misión que la
igualdad entre los hombres y las mujeres y la elevación del nivel y de la
calidad de vida, la cohesión económica y social sea realmente
fundamental.

Importante es también para nuestro Grupo que se haya incorporado en el
artículo 3.º un nuevo párrafo en donde, en todas las actividades
contempladas, la Comisión se fijará el objetivo de eliminar las
desigualdades y de promover la igualdad entre hombres y mujeres. Sin
duda, uno de los objetivos de España era introducir, como se nos ha
dicho, la cláusula de no discriminación. Esta cláusula tiene reflejo en
uno de los artículos, en el 6.º a), de no discriminación por razón de
sexo y era, repito, fundamental.

Era también fundamental, y lo han dicho ya portavoces que me han
precedido en el uso de la palabra, introducir todo lo relativo a la
igualdad laboral. La sustitución de la expresión del «mismo trabajo» por
«trabajo de igual valor», tomado en consideración en el artículo 119,
extendido, por tanto, al principio de igual de retribución de
trabajadores y trabajadoras para un mismo trabajo, para un trabajo de
igual valor. Por tanto, señor Ministro, señora Presidenta, para nosotros
es fundamental el trabajo impulsado en esta reforma por nuestro Gobierno.

Hacemos también una valoración positiva de la Cumbre de Amsterdam que,
sin duda, hará avanzar en ese objetivo común de todos los países europeos
de la igualdad de hecho. Coincidimos con el señor Ministro también en que
no podemos ser triunfalistas, porque no se aceptaron todas las propuestas
españolas. Sin duda es una satisfacción conocer cómo España y su política
de la igualdad ha sido valorada como de vanguardia y, por tanto,
positivamente, por el resto de los países. Sabemos que España ha tenido
un peso importante y un papel fundamental en parte de los logros de estas
reformas.

La Unión Europea debe asegurar la aplicación del Tratado, el respeto del
derecho fundamental a la igualdad de mujeres y de hombres. Repito, y con
ello termino, si no se ha recogido íntegramente la propuesta española de
incluir incluso algunos nuevos artículos que recogieran el principio de
igualdad de oportunidades en todos los órganos, ese artículo 3.º aprobado
sí hace referencia a algo fundamental, a la promoción de la igualdad de
oportunidades en todos los ámbitos que desarrolle la Unión Europea, por
lo que se puede afirmar que, si bien no recogida en su totalidad, la
propuesta española ha sido aceptada en parte y, sin duda, valoramos muy
positivamente todo



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el impulso que a un tema fundamental para construir una Europa mejor, una
Europa solidaria y una Europa más justa, ha tenido como líder al Gobierno
español.

Muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Sainz.

Tiene la palabra el señor Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales.




El señor MINISTRO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES (Arenas Bocanegra):
Muchas gracias, señora Presidenta.

Quiero agradecer, en primer lugar, la intervención de todas las
portavoces: de la señora Arnáiz, de la señora Costa, de la señora
Solsona, de la señora Almeida y de la señora Sainz, y el tono
constructivo en todas ellas. ¿Por qué? Porque España, como en ningún otro
país de Europa, se ha venido haciendo en los últimos años una política de
consenso básico en torno a la desigualdad de oportunidades en relación
con la mujer, que es una política que le viene muy bien a la sociedad
española.

Tengo que decirles que cuando el Gobierno español plantea propuestas en
el ámbito comunitario, en el ámbito europeo, no tienen la misma
fortaleza, en absoluto, si cuentan o no con el consenso básico de los
grupos parlamentarios y de las organizaciones que están preocupadas y
trabajando por la igualdad en el ámbito de nuestra sociedad. La señora
Arnáiz aludía a nuestra condición de paisanos andaluces y a nuestra
convivencia en el Parlamento de Andalucía. No me voy a referir a esa
condición, pero sí voy a decirle que me parece básico, de cara al futuro,
que en las líneas fundamentales se mantengan niveles mínimos de consenso
entre todas las fuerzas políticas y que, sobre todo, España mantenga,
independientemente del Gobierno que esté, el grado de sensibilidad y de
liderazgo que está teniendo en la Unión Europea en esta materia. Tengo
que reconocer ante ustedes que no existe la misma sensibilidad en todos
los países de Europa con respecto a la desigualdad, y ese es un hecho más
que evidente.

Y tengo que coincidir con la señora Almeida necesariamente en que, aunque
no podemos hacer ningún tratamiento igual en la Unión Europea con
respecto a otros continentes y a otros países --porque en Europa hemos
avanzado mucho--, todavía en Europa se mantiene una desigualdad primaria,
y tenemos que partir de eso.

Varias de ustedes han hecho referencia a lo que significa el empleo. En
mi opinión la Unión Europea en el plano político, en el plano
institucional puede ser un éxito, pero, desde luego, si no está vinculada
al empleo, será un fracaso.

Respecto a las prioridades, tengo que decir que la prioridad del Gobierno
español en el ámbito de la Unión Europea y del Tratado era y sigue siendo
el empleo, y me parece que también estamos contribuyendo decisivamente a
la igualdad de oportunidades si nuestra prioridad es ésa, porque todos
sabemos que la mujer todavía se encuentra con gravísimas
discriminaciones, no sólo a la hora de acceder al mercado de trabajo
--que es uno de los sectores más desfavorecidos en el ámbito comunitario
y todas las líneas comunitarias, incluida la Cumbre de Essen, nos
impulsan a políticas de discriminación positiva en favor del acceso de la
mujer al mercado de trabajo--, sino durante la relación laboral, y muy
especialmente en los planos salariales.

Hoy viene un informe, que habrán visto algunos de ustedes en un periódico
prestigioso de amplia difusión en una Comunidad y también en España, «La
Vanguardia», donde aparecen unas cifras francamente escalofriantes, que
nos llevan a pensar que las políticas que hagamos en favor del empleo son
también políticas en favor de la igualdad de oportunidades. Pero no
debemos quedarnos ahí, sino profundizar en las condiciones laborales y en
los tratamientos salariales.

En ese sentido quiero anticipar a la Comisión que muy pronto el
Ministerio elaborará una propuesta, que queremos discutir con los grupos
parlamentarios, y muy especialmente con las organizaciones sindicales y
las organizaciones empresariales, porque muchos de esos capítulos de
discriminación salarial tienen su marco no en la regulación de las leyes,
sino en el de la negociación colectiva. En ese aspecto los sindicatos y
los empresarios tienen mucho que decir.

Tenemos en este momento, además, un problema de información, porque la
Cumbre hace muy poco tiempo que ha terminado. Señora Almeida, a mí me
pasa como a usted, soy de Olvera y con el francés y el inglés me manejo
como manejo, pero voy avanzando notablemente. Pero tenemos ahí un
problema de información básica, quizá este debate lo podamos hacer con
más profundidad porque es probable que los niveles de información en este
momento no sean los mismos, y así se ha planteado en alguna de las
intervenciones.

Lo que he dicho que se ha conseguido es lo que se ha alcanzado a estas
alturas del debate. Tenemos ahí la frontera de otoño y, por supuesto,
señora Arnáiz, estoy dispuesto y encantado de comparecer después de otoño
en esta Comisión para explicar los resultados definitivos.

Creo que no debemos quitarle valor a lo que se ha conseguido que, en mi
opinión, es mucho, pero, desde luego, no es todo. El hecho de que podamos
hablar en el día de hoy de que uno de los objetivos del Tratado sea la
igualdad de hombres y mujeres cuando antes no era ni un objetivo dentro
del Tratado, me parece un avance importante. ¿Eso supone lo mismo que
haber conseguido una política específica para la igualdad de
oportunidades? No, sin embargo, es importante que exista el objetivo. El
que en el artículo 3 se haya planteado entre los objetivos la eliminación
de desigualdades y promover la igualdad entre el hombre y la mujer, es un
avance positivo.

Estoy de acuerdo con la señora Almeida en que en cualquier país en el que
se hable de cláusula general de no discriminación estamos avanzando en
favor de la igualdad de oportunidades, lo que sucede es que en
determinados países, especialmente en el ámbito europeo, cuando se ponen
en marcha medidas de discriminación positiva, puede surgir una
interpretación jurisdiccional



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que condene una medida de discriminación positiva al amparo de la
cláusula general de no discriminación. Pero creo que a estas alturas del
debate nos queda mucho por andar. Es buena la cláusula general y en
determinados países, especialmente en Europa, debemos tener mucho cuidado
en la combinación de las medidas de discriminación positiva con las
cláusulas generales de no discriminación que pueden ser planteadas por
los hombres ante cualquier supuesto.

Finalmente, me permitirán que ponga de manifiesto el que deba estar
contento porque hayamos conseguido la valoración del trabajo por igual
valor, porque viene siendo una reivindicación histórica, de hace mucho
tiempo, que no podemos despreciar en absoluto.

Señora Presidenta, agradezco las intervenciones, el tono, el esfuerzo
constructivo y quiero decirles que de triunfalismos nada. Comprenderán
ustedes, además, que un Ministro de Trabajo --que yo lo soy, aparte de
Ministro de Asuntos Sociales-- triunfalista en España no puede durar
durante mucho tiempo con las tasas de paro que tenemos, pero el
triunfalismo es enemigo del optimismo y, desde luego, creo que la
valoración que hay que hacer es optimista, sin rayar en absoluto en la
autocomplacencia.

Muchas gracias, señora Presidenta.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Ministro. (La señora Arnáiz
de las Revillas García pide la palabra.)
Señora Arnáiz, he consultado a todas las portavoces si querían intervenir
y me han indicado que no, pero, sobre todo, tenemos una pequeña
emergencia y desearía, si les parece bien --además porque es competencia
de esta Presidenta--, suspender cinco minutos la sesión.

Se suspende la sesión por cinco minutos. (Pausa.)



La señora PRESIDENTA: Señorías, se reanuda la sesión. La señora Arnáiz me
ha dicho que quería dirigirse al Ministro durante unos momentos a pesar
de que las demás portavoces no habían solicitado su turno para
intervenir.

Tiene la palabra la Senadora Arnáiz.




La señora ARNAIZ DE LAS REVILLAS GARCIA: Supongo que este privilegio se
podrá achacar también a que haya sido yo quien propone la iniciativa.

Pero solamente quiero intervenir durante tres minutos.

Señor Ministro, en primer lugar quiero pedirle que, si puede, me responda
a lo de la protección jurídica. Creo que esa garantía es importante antes
de que pasemos a la protección cualitativa, es decir, al Derecho positivo
y al avance en el reconocimiento de las acciones de igualdad.

En segundo lugar quiero decirle que en el juego político hay unas reglas,
y cuando yo le digo que usted va a tener el consenso y que va a seguir
teniéndolo --y garantizado además por el Grupo Socialista en esta
Comisión-- en relación con el cumplimiento del Pacto de Toledo, con la
presencia de España en la construcción europea y en todo lo que se
refiere al feminismo, no se lo digo para que usted se sienta cómodo. Es
posible que, como consecuencia, usted se sienta cómodo, pero yo hago esto
por un sentido de responsabilidad y por conseguir unas metas en las que
estoy comprometida.

Pero yo le pediría al Ministro que, puesto que tiene ese consenso y
puesto que está llevando a cabo unas políticas en las que los avances de
los años pasados han sido importantes, reconozca que está usted de alguna
manera durante todo este año haciendo uso de los beneficios de la
política anterior. Es decir, que está usted, señor Ministro, viviendo de
las rentas, y le vamos a seguir apoyando para que continúe viviendo de
las rentas. Pero no vaya usted a cambiar de opinión.

Usted ha dicho que en octubre va a haber una negociación. Pues yo quiero
que en esa negociación tenga usted la misma actitud que hoy tiene ante el
consenso que hoy le prestamos, tenga la misma firmeza, y no piense
entonces que va a haber retrocesos porque ya le he dicho que el documento
que hemos presentado es un documento de mínimos.

Yo comprendo que se puede estar unas veces más para allá y otras más para
acá, pero para nosotras esto es innegociable, y aunque no constituyamos
ningún poder fáctico o no tengamos precisamente los problemas más
acuciantes o más prioritarios, debe recordar que somos la mitad de la
población. Por eso mismo quiero que usted, que es el Ministro encargado
del «mainstream», me conteste si esto lo tiene claro y si tiene claro
también el tema de la protección.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Arnáiz.

Tiene la palabra el señor Ministro.




El señor MINISTRO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES (Arenas Bocanegra): En
cuanto al tema de la protección, lo tengo claro. Eso no está cerrado,
señora Arnáiz, pero a pesar de eso lo tengo muy claro. Si estuviera
cerrado ese tema le hubiese hablado de ello dentro de los capítulos a los
que me he referido desde esos cuatro aspectos. Pero repito que lo tengo
clarísimo.

Quiero hacerle solamente tres consideraciones. La primera de ellas se
refiere a que estamos hablando de una negociación multilateral en el seno
de la Unión Europea, y cuando usted habla de documentos de mínimos para
España, resulta que hay otros países que no consideran que esos sean
precisamente documentos de mínimos, y lo cierto es que estamos hablando
de una negociación entre muchos países europeos. Tenga usted en cuenta
todo eso, la valoración de un documento de mínimos por parte de España y
tenga en cuenta que también hay otras valoraciones de documentos de
mínimos por parte de otros países de la Unión Europea.

En segundo lugar, me ha planteado su señoría lo de las políticas
transversales, pero yo prefiero hablar de transversalidad porque no
pronuncio bien la expresión inglesa que usted acaba de utilizar, y eso
que la he intentado aprender y la suelo ensayar cada vez que tengo que
venir a esta Comisión. (Risas.) Pero en realidad, como le digo, yo
prefiero hablar de las políticas transversales porque me sale más rápido,
más ligero, además de que así no



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tengo que entrar en consideraciones sobre si tengo mejor o peor inglés.

En cualquier caso, estoy absolutamente de acuerdo con su señoría.

En lo de la protección jurídica también estoy completamente de acuerdo
aunque, repito, no está totalmente cerrado.

En tercer lugar, quiero decirle que en política hace falta mucho coraje
para enfrentarse, pero en algunas ocasiones también hace falta mucho
coraje para poder llegar a acuerdos, y siempre que se llega a un acuerdo
es porque los firmantes tienen el coraje y la valentía de firmarlo. Por
ejemplo, ahora se ha firmado un acuerdo entre los agentes sociales,
sindicatos y empresarios, que ha sido producto del coraje y de la
valentía a la hora de firmarlo.

Cuando uno es depositario de alguna política de consenso, eso no produce
comodidad, produce mucha más responsabilidad. Téngalo absolutamente
seguro. No es lo mismo hacer políticas que tengan el respaldo de la
mayoría, lo que es legítimo, que hacer políticas que tengan el respaldo
de la inmensa mayoría o de todos, y eso que normalmente no hay políticas
que tengan el respaldo de todos, lo que considero que es muy bueno en un
sistema democrático. En ocasiones las unanimidades no son buenas. Otras
veces sí es bueno que haya unanimidad, por ejemplo, para defender la
Constitución ante quienes no defienden la libertad, los que secuestran o
los que no defienden los derechos y libertades en general.

Por último, quiero hacerle una última consideración respetuosa: no me
considero un rentista. (Risas.) Quiero decírselo con toda claridad. Yo no
estoy viviendo de las rentas del pasado. He mantenido las políticas
anteriores que consideraba positivas y he modificado dentro de mi
Departamento las que no consideraba positivas. Porque, como dije siempre,
cuando se llega al Gobierno no se llega precisamente para cambiarlo todo,
porque hay cosas del Gobierno anterior que se han hecho bien y que hay
que respetar. No todo se ha hecho mal.

Y hablando de empleo, yo siempre distingo entre el empresario, que crea
empleo, el especulador, que se hace rico en media hora, y el rentista,
que no arriesga. Pues bien, yo no estoy en la categoría de los rentistas;
trabajo una barbaridad. Pero, desde luego, nunca voy a proponer
modificaciones de cosas que estén bien hechas o que se hayan hecho bien.

Eso nunca, porque eso no va ya en contra de la política, es que va en
contra del sentido común que, como usted sabe, a veces en la política es
el menos común de los sentidos. Muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Ministro.




-- SOBRE EL III PLAN DE IGUALDAD DE OPORTUNIDADES DE LA MUJER (S.

711/000086; C. D. 213/000248)



La señora PRESIDENTA: El Grupo Parlamentario Socialista también ha
solicitado la presencia del señor Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales
para que informe sobre el Plan de Igualdad de Oportunidades de la Mujer.

Tiene de nuevo la palabra el señor Ministro.




El señor MINISTRO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES (Arenas Bocanegra):
Muchas gracias, señora Presidenta.

Efectivamente, el Grupo Parlamentario Socialista había solicitado de este
Ministro dos cuestiones en la comparecencia. La segunda de ellas, tal y
como viene reflejado en el orden del día, es la que se refiere al III
Plan de Igualdad de Oportunidades entre hombres y mujeres, mujeres y
hombres 1997-2000.

Querría empezar esta comparecencia planteando que este III Plan de
Igualdad de Oportunidades significa un paso más con respecto al I y al
II. En mi opinión, en la elaboración del III Plan de Igualdad de
Oportunidades no se ha observado que existan grandes discrepancias en
cuanto a las concepciones. Siempre que se plantea un plan, especialmente
si se refieren a la igualdad de oportunidades --lo verán si estudian las
hemerotecas de los planes anteriores--, hay críticas en torno a la falta
de concreción del Plan, de compromisos financieros en el tiempo. Pero, en
cualquier caso, creo que no se ha producido un debate de fondo en torno
al mismo porque, en mi opinión, el III Plan de Igualdad de Oportunidades
responde absolutamente a los grandes compromisos internacionales que se
habían adquirido en el pasado y que se han mantenido en la etapa del
actual Gobierno.

Yo señalaría dos grandes principios rectores de actuación del III Plan de
Igualdad de Oportunidades: el primero, sin duda, tiene fundamento
constitucional. La verdad es que la Constitución Española habla
específicamente de la mujer en dos únicas ocasiones; una, en el artículo
32, para afirmar la igualdad jurídica en el matrimonio y otra, en el
artículo 39, para proteger la maternidad, pero también, afortunadamente,
hay una referencia en el artículo 14, al plantear la igualdad fundamental
de todos los españoles ante la ley, y se dice que esa igualdad ha de
alcanzarse sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de
nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra consideración.

Creo que es importante porque considero que siempre que hablemos de la
política de igualdad de oportunidades tenemos que engancharla del
precepto constitucional y del respaldo constitucional, como explicaré
posteriormente.

Durante siglos la situación social y política de la mujer ha estado
sometida a una enorme distancia en la igualdad jurídica y real respecto a
los hombres. Esto, no sólo ha ocurrido en la cultura española, sino en la
occidental y de forma más grave incluso en otro tipo de culturas. Yo soy,
señorías, de los convencidos de que la sociedad europea ha tardado
demasiado tiempo en tomar conciencia clara de la sinrazón que ha
conducido al sacrificio injusto de generaciones completas de mujeres.

Cabría recordar, a título de muestra, que en la primera mitad de este
siglo una gran proporción de mujeres europeas todavía no tenían derecho
al voto y sus derechos constitucionales no estaban equiparados a los de
los hombres. De eso hace poco



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mas de 50 años y, sin embargo, yo creo que el siglo XX, sobre todo en la
segunda mitad, será considerado como un siglo de gran avance para la
igualdad.

Pero yo apelaba a la Constitución al principio para decir que el III Plan
de Igualdad de Oportunidades en absoluto parte de la igualdad de
oportunidades como una concesión, sino que parte absolutamente de la
concepción de tal igualdad como un derecho constitucional.

El segundo principio rector, que se deriva del anterior que acabo de
expresar, y que guía todo el significado del Plan, es cómo se considera
el hecho de ser mujer en la frontera del Siglo XXI. Sólo el mero hecho de
serlo no puede significar bajo ningún concepto un obstáculo, una barrera
o un déficit. Para el Gobierno de España una mujer discriminada por el
mero hecho de ser mujer, no es solamente un dato estadístico en
consecuencia, sino que constituye un incumplimiento constitucional.

Además, una mujer marginada en razón de su condición es, en mi opinión,
no solamente un disparate cultural sino un atentado a los derechos
humanos fundamentales.

Yo tengo que reconocerles que me gustaría no comparecer el día de hoy
para explicar el III Plan de Igualdad de Oportunidades entre hombres y
mujeres porque tales Planes ya fueran innecesarios, porque la igualdad
real fuera un hecho asumido y defendido por todos los ciudadanos
españoles, pero desgraciadamente no es así, es precisa la intervención de
la sociedad y de los poderes públicos y la elaboración de este III Plan.

Es necesaria una acción global que favorezca la igualdad de oportunidades
y que erradique hábitos y costumbres existentes todavía, que son
contrarios a los que sostienen la mayoría de los ciudadanos y que, por
supuesto, se reflejan en el espíritu y en la letra de nuestra
Constitución.

Este conjunto de principios son rectores de este III Plan de Igualdad de
Oportunidades. Tengo que decir a sus señorías que ha contado con la
participación de las organizaciones no gubernamentales especializadas y
que es el primero que va a contar con estas ONG en su evaluación.

En este III Plan de Igualdad de Oportunidades, que fue impulsado por el
Ministerio desde los primeros días de formación del nuevo Gobierno y que
comenzó su proceso de elaboración en octubre del año 1996, se han tenido
en cuenta los siguientes elementos: En primer lugar, un diagnostico sobre
la situacion real de la mujer en España. En segundo lugar, la evaluación
del II Plan. En tercer lugar, y lo decía al principio de esta
intervención, la plataforma de acción suscrita por España en la
Conferencia Mundial de Mujeres de Pekín, el IV Programa Comunitario,
aprobado por la Unión Europea en diciembre de 1995 y, como decía al
principio, la aportación de ONG, organizaciones sindicales,
organizaciones empresariales, Comunidades Autónomas y del conjunto de los
distintos Departamentos del Gobierno.

Yo creo, señorías, que es legítimo hacer críticas a la elaboración del
III Plan de Igualdad de Oportunidades, pero me parece que en el pasado
ningún Plan ha contado con un proceso de consulta tan exhaustivo como el
presente.

Los ejes fundamentales del Plan han sido cuatro. Primero, es un Plan que
desarrolla medidas específicas dirigidas a combatir discriminaciones por
razón de sexo y a aumentar la presencia de las mujeres en todos los
ámbitos de la vida social.

Segundo --lo decía anteriormente--, aplica el principio de
transversalidad, que pretende asegurar la integración del propósito de
alcanzar la igualdad y que concreta en todas y cada una de las políticas
ejecutadas al conjunto de las administraciones públicas.

Tercero, es un Plan, en mi opinión, que intensifica la cooperación con
las Comunidades Autónomas para rentabilizar al máximo las políticas que
se apliquen en la equiparación de la mujer.

Y, por último, creo que es un Plan --como he dicho anteriormente-- que se
ha hecho contando con la sociedad y muy especialmente con las
organizaciones no gubernamentales.

Como saben, la estructura del III Plan de Igualdad de Oportunidades sigue
la que se planteó en la Plataforma de Acción, aprobada en la Conferencia
de Pekín. Tiene diez áreas, 25 objetivos, 192 medidas, explicitando
concretamente su aplicación, seguimiento y evaluación en un período de
1997 al año 2000.

Como ya saben sus señorías, las áreas que se contemplan en el III Plan
son las siguientes: educación, salud, economía, empleo, poder y toma de
decisiones, imagen y medios de comunicación, medio ambiente, violencia,
exclusión social, mujeres rurales y cooperación.

Permítanme, y seguro que me lo van a agradecer, que evite la prolijidad
de tener que detallarles el contenido específico de cada área. Ya ha
comparecido en el Parlamento la Secretaria General de Asuntos Sociales y
la Directora General del Instituto de la Mujer para explicar el mismo.

Pero sí señalaré algunas cuestiones que, en mi opinión, son novedosas y
que pueden suponer avances importantes.

Se promueve la creación de un fondo de garantía de pensiones. Quiero
detenerme en este punto para decir que tengo el compromiso de
presentación de esa ley en el Parlamento. Ante una pregunta parlamentaria
que en su día me formuló la señora Almeida tengo que decir que estoy
fuera de plazo en el cumplimiento de ese compromiso y sí quería informar
a la Comisión de que el proyecto de ley está finalizado, está
discutiéndose en este momento en el ámbito del Gobierno y está pendiente
de la evaluación económica definitiva y de saber también si la
articulación de las medidas que plantea se van a llevar a cabo en torno
al Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales o del Ministerio de Justicia,
que también está muy implicado en la aplicación. Por tanto, mantengo el
compromiso. Estoy fuera de plazo en su cumplimiento. El proyecto está
hecho y se está discutiendo dentro del Gobierno y pido excusas a sus
señorías y a la señora Almeida por estar fuera de plazo, pero si alguna
vez les encomiendan alguna Cartera dentro de un Gobierno, tardarán unos
meses en comprender los tiempos de la Administración. Existe ese
voluntarismo del principio de pensar que en la Administración las cosas
se pueden hacer en uno o



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dos meses y hacen falta al menos seis para que desaparezca ese
voluntarismo. En cualquier caso, ahí está el compromiso y el
reconocimiento de que estoy fuera de plazo.

Otro punto es el incremento gradual de las pensiones de viudedad, que
está contenido también dentro de los acuerdos con sindicatos y
empresarios, que se está desarrollando en una Ley aprobada recientemente
por el Senado; se elabora por primera vez --me parece importante-- un
programa específico destinado a las mujeres rurales, comprometiéndose el
Gobierno a reflejar en las estadísticas, en primer lugar, los trabajos
que realizan estas mujeres y su aportación a la economía --hasta ahora no
hay estudios serios sobre esa materia--; establecer ayudas específicas a
mujeres empresarias de este ámbito; desarrollar programas de formación,
capacitación y asistencia técnica y crear un observatorio de igualdad de
oportunidades. Asimismo se propone el estudio de la modificación de la
legislación laboral, de modo que se imposibilite la extinción de la
relación laboral durante el disfrute del permiso de baja maternal o de
despido por causa directa del embarazo o del disfrute de permisos
parentales.

También me quiero detener en este punto para hacerles una reflexión en el
seno de la Comisión. Ha habido alguna opinión muy directa, como todas las
suyas, planteada por la Secretaria General de Asuntos Sociales. Creo que
esta cuestión hay que estudiarlo con profundidad y analizar todas las
consecuencias, porque, en ocasiones, medidas que se adoptan con la mejor
voluntad pueden tener efectos económicos para la contratación global de
la mujer, y hay que prever también las reacciones de los creadores de
empleo en el mercado de trabajo.

Se incrementan los cursos de formación para mujeres, especialmente en los
nuevos yacimientos de empleo previstos y las nuevas tecnologías; se
establecen ayudas financieras para estimular la creación de empresas; se
propone la modificación del articulado correspondiente del Código Penal
con el fin de endurecer las penas relativas a los delitos relacionados
con el abuso sexual; se propone un programa específico para fomentar la
participación activa de las mujeres en las políticas medioambientales y
de desarrollo sostenible. Sin duda alguna, no todas las medidas
contenidas en este Plan pueden presentar a estas alturas el mismo grado
de desarrollo por el escaso tiempo que tiene de vigencia.

Señorías, por una parte creo que es un Plan que tiene una duración que
abarca cuatro años, y no cabe duda de que cuatro años constituyen un
tiempo que permite que se vayan desarrollando las medidas específicas que
en él se plantean. Por otra parte, hay medidas dentro del Plan que, por
su propio carácter, exigen para su desarrollo la competencia de otros
ministerios, de las Comunidades Autónomas y de la Federación Española de
Municipios y Provincias.

Deseo manifestar, como lo hacia al principio, que tenemos la tranquilidad
de haber desarrollado exhaustivamente su proceso de discusión, y que
también hemos sometido el Plan al conjunto de las Comunidades Autónomas
que, globalmente, hicieron una valoración positiva de él. Alguna
Comunidad puso una objeción, y otra expresó su voto en contra por tener
una discrepancia de fondo con los contenidos del mismo.

Quiero añadir que el Ministerio ha aceptado el 80 por ciento de las
sugerencias que se han hecho por las organizaciones no gubernamentales, y
que se ha aceptado el 85 por ciento de las sugerencias de las Comunidades
Autónomas.

Finalmente, en mi opinión, el III Plan de Igualdad de Oportunidades no
debe concebirse en absoluto como algo cerrado, sino como algo dinámico,
que pueda cambiarse en el tiempo, aceptando la sugerencia que con la
mejor intención, sin duda alguna, van a plantear las Comunidades
Autónomas, los grupos parlamentarios y las organizaciones no
gubernamentales.

Muchas gracias, señora Presidenta.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Ministro.

Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra la señora Martín
i Vigil.




La señora MARTIN I VIGIL: Gracias, señora Presidenta.

En primer lugar, debo disculparme ante todas y todos ustedes por mi
retraso en acudir a la Comisión. Como muy amablemente ha referido ya el
Ministro, han sido imponderables en los medios de transporte, pero, en
todo caso, miraré de resarcir, aunque sea en una pequeñísima parte, esa
distorsión que haya podido producir en el Ministro y en toda la Comisión,
tratando de condensar mi intervención al máximo de mis capacidades y, por
otra parte, decir aquello que ha motivado nuestra petición de
comparecencia.

Voy a partir de la que creo que es la última expresión del señor Ministro
al que, por descontado, yo también agradezco su comparecencia, su tono y
la expresión de valoración y de preocupación que le merece la cuestión
que ocupa a esta Comisión. Y voy a empezar por ella, quizá, porque es una
expresión esperanzadora y de compromiso importante, desde nuestro punto
de vista, la que ha hecho el Ministro al decir que este no es un plan
cerrado, que es un plan que puede y debe enriquecerse a partir de la
participación de las aportaciones de las Comunidades Autónomas que tienen
competencia en la materia y de los grupos parlamentarios y de las
organizaciones no gubernamentales para iniciar esta mi intervención.

El Ministro también ha dicho que este III Plan ya ha sido debatido
--porque ha sido presentado-- en esta Comisión y en otros ámbitos
parlamentarios, con importantes representantes del Ministerio en la Mesa.

Tanto la señora Secretaria General como la señora Directora General no
han escatimado tiempo, esfuerzo y voluntad para explicar el Plan en esta
misma Comisión, y no es ningún desaire ni que no reconozcamos su mérito a
estas responsables lo que nos ha motivado para pedir la comparecencia del
Ministro sobre la misma cuestión, pero entenderán que la razón de esta
petición no es otra que la



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de requerir al primer responsable ministerial para que sea él también
quien, con sus palabras y sus compromisos, se comprometa, implicando así
a la más alta instancia del Gobierno en una cuestión que a nosotras nos
parece fundamental, muy importante, y que casa absolutamente, por otro
lado, con los planteamientos que han hecho todos los grupos
parlamentarios que han intervenido. Por tanto, no tendré más remedio,
aunque intentaré hacerlo de forma --digo-- muy abreviada, que repetir
algunas consideraciones que nuestro Grupo hizo en la presentación del
Plan, que son consideraciones, efectivamente, críticas. Se podrían
resumir diciendo, por una parte, que el proceso ha sido erróneo --y
fíjense en que digo erróneo, no incorrecto, y muchísimo menos,
improcedente-- o bien de ocasión perdida. De entrada, no abundaré mucho
en ese apartado porque me parece que la última expresión del Ministro
puede abrir un camino de esperanza en cuanto a la restitución de lo que,
a nuestro entender, ha sido una falta cualificada de participación, tanto
de las Cortes Generales representadas en esta Comisión como también de un
gran número de colectivos feministas que se expresaron a través de una
propuesta concreta de todos los grupos para que se recogieran
determinadas propuestas que, a nuestro entender, o no han sido recogidas
o lo han sido de forma genérica. En segundo lugar, y enlazando con el
término genérico, reiteraré también la consideración que nuestro Grupo
hace de este III Plan, que es la consideración de planteamiento
excesivamente genérico, la misma terminología del Plan escrito creo que
conduce a hacer esta valoración. Hay una proliferación importante de
términos como se intentará, se impulsará, se fomentará y otros sinónimos.

Eso dificulta la evaluación, dificulta la concreción de los agentes o
responsables de cada uno de los objetivos y, a nuestro modo de ver, anula
la concreción de medidas que, en nuestra opinión, debe acompañar siempre
a todos los objetivos que se plantean en el Plan. En ese sentido,
resumiendo, decíamos y decimos, que ese III Plan tiene carencias
importantes, incluso con respecto al II Plan que ya no está vigente, y
que en este momento es el penúltimo. Tiene también algunas cuestiones que
podríamos llamar carencias o que no se ajustan a los marcos obligados a
los que también se ha referido el Ministro y otras portavoces, como el
marco suscrito y comprometido en la IV Conferencia de las Naciones Unidas
para la Mujer, que se celebró en Pekin, y también el Plan comunitario que
se nos acaba de explicar con detalle. Por lo tanto, creo que lo más
importante es decir que entendemos que el Plan hay que desarrollarlo
abundando en su concreción, con un mayor grado de receptividad, y que el
Plan debe considerar que la Comisión Mixta para los Derechos de la Mujer
debe ser en muy buena parte un ámbito de evaluación y de seguimiento del
mismo, por lo cual nosotros, en una proposición no de ley ya presentada
pero que no se ha visto todavía y que, de alguna manera, forma parte o
concreta nuestra intervención de hoy, pedimos, además de solicitar una
serie de medidas concretas en cada una de las áreas que esperamos que se
estudien con sensibilidad y con espíritu de receptividad, la
comparecencia sistemática, sin que haya de ser por eso una comparecencia
que agobie o que reitere innecesariamente, del Ministro en esta Comisión
para ir siguiendo conjuntamente los pasos que se vayan dando, no sólo en
su aplicación, sino también en ese desarrollo o en ese planteamiento de
plan no cerrado que el Ministro nos decía y que nosotros creemos.

El Ministro se ha referido a una cosa que está en el orden del día,
porque es de actualidad, por lo que se ha comprometido en la Cumbre de
Amsterdam y también por lo que hoy nos ofrece en cuanto al panorama del
Estado español concretamente un medio de comunicación escrito que él
mismo ha citado, el diario «La Vanguardia», que dice, señalándolo con
datos y con medidas, que, en el Estado español, las mujeres perciben como
media un tercio menos de salario que los varones. Y eso no viene dado
sólo por la variable de que las mujeres perciban menos salario por el
mismo trabajo, que también se da, sino por otra componente que creo que
es digna de estudiar y de tener en cuenta a la hora de aplicar soluciones
y compromisos en este III Plan, y es que las mujeres, todavía, ocupan
puestos de menor relevancia en cuanto a equiparación salarial. Al menos,
eso es lo que yo he deducido de una primera lectura del estudio que trae
hoy «La Vanguardia» y me sirve como ejemplo para señalar que en este III
Plan habría que concretar más medidas en ese sentido, aunque realmente
existe un objetivo, una voluntad, un espíritu. Pero habría que concretar
medidas en cuanto a compromiso de Ministerios y de departamentos
ministeriales, de responsables que tengan que llevarlo a cabo, y de
cuantificación prespuestaria. No olvidemos que sin dicha cuantificación
presupuestaria las cosas no se pueden resolver. A veces, incluso con
cuantificación presupuestaria las cosas tienen dificultad en su
resolución. Pero, como muy bien decía el Ministro, primero hay que tener
voluntad política --eso no lo ha dicho, pero se entiende implícitamente
en todas sus intervenciones--; segundo, hay que tener coraje, y tercero,
habrá que tener recursos, que tienen que estar medidos y explicitados
negro sobre blanco para poder después evaluar realmente hasta dónde se ha
llegado en los objetivos y en los compromisos. Por lo tanto, ese apartado
de la mujer en el trabajo remunerado me sirve como ejemplo de cuestión a
subsanar en el III Plan.

Y en esa misma línea señalo también la inexistencia en el mismo de una
cuestión que fue compromiso de todos los Estados que firmaron la
plataforma de acciones de la IV Conferencia de Pekin --entre ellos, el
Estado español--: la contabilización del trabajo no remunerado de las
mujeres. Esa también es una laguna que señalamos, y lo haremos con más
concreción cuando se vea en esta Comisión la proposición no de ley que
hemos presentado, que propone una serie de medidas concretas para cada
una de las áreas que conforman el III Plan, y esperamos que sea recibida
con interés, con seriedad y con esa sensibilidad que se expresa siempre.

Hay otra cuestión que también nos preocupa como carencia y como
inconcreción en el III Plan y es el apartado referido a la educación,
entendiendo, como lo hacemos nosotras, que la educación es, si no la
cuestión más importante,



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sí de las más importantes que pueden favorecer la resolución de la
desigualdad de oportunidades. Y claro, cuando se habla de transversalidad
--como le gusta decir al Ministro, y a mí también-- en lugar de agenda o
«mainstream», ese término que no nos sale bien a algunas y algunos de
nosotros, pues hay cosas que están en la actualidad política y social de
nuestro pais que nos preocupan y nos conducen a proponer medidas
concretas en el apartado de educación y, más específicamente, en
coeducación.

Cuando se subvencionan colegios que segregan a los alumnos y alumnas por
un sistema de género, aunque eso tenga algún tipo de explicación y
seguramente el Ministro querrá darla o la Ministra de Educación insistirá
en aportarle, quizá haya que introducir medidas en el III Plan, que, en
definitiva, es el instrumento más importante de que nos hemos dotado
desde hace tiempo para subsanar la desigualdad de oportunidades entre
hombres y mujeres, que, afortunadamente, hemos reconocido todos y todas,
y los Gobiernos anteriores, creando este instrumento y plasmándolo en dos
planes para la igualdad que han resultado eficaces, porque lo indican sus
dos evaluaciones.

También el Gobierno actual ha tenido ese punto de partida, y
probablemente intente mejorarlo, pero reconocerá que quizá haga falta esa
concreción que apuntaba el Ministro y a la que nosotras queremos
colaborar, no sólo con esta intervención de hoy, que debe ser útil para
la reflexión y el compromiso, sino en la propuesta de medidas concretas
que hacemos en la proposición no de ley que ya está presentada y que
suponemos que se verá en la próxima Comisión.

Hay otras cuestiones que creo que fundamentan nuestra crítica y nuestra
preocupación. En todo caso, es verdad que me he comprometido a la mayor
brevedad. Es verdad que el objetivo principal de la petición de esta
comparecencia es pulsar la sensibilidad del Ministro, comprometerla y
abrir paso a esa participación que dé lugar, no a un nuevo plan, porque
ya sé que a eso no podríamos llegar formalmente, pero sí a ese mismo plan
más cualificado, con más contenido, con más mecanismos de evaluación, de
compromiso y de posibilidades de seguimiento por parte de todos los
ámbitos que tienen la obligación de hacerlo, pero muy especialmente, y
por lo que a nosotros respecta, de esta Comisión Mixta.

Muchísimas gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Martín i Vigil.

Por el Grupo Parlamentario de Convergència i Unió, del Congreso de los
Diputados, tiene la palabra la señora Amorós.




La señora AMOROS I SANS: Ante todo, muchas gracias, señora Presidenta, y
muchas gracias, señor Ministro, por comparecer en esta Comisión, al igual
que otros miembros de su Ministerio, para explicarnos o hacernos entender
lo que es el III Plan.

Pero el III Plan de Igualdad es simplemente un programa básico en el que
todos tenemos que mirarnos para poder llegar a unas conclusiones. Y aquí
entraría mi pregunta: Qué actuaciones y qué iniciativas va a tener el
Gobierno a partir de este III Plan en materias como pueden ser la
sensibilización para promover que una parte del permiso parental la
disfrute el padre, pero a nivel mediático, es decir, que tienen el
derecho y la obligación y la satisfacción de poder disfrutar de la
crianza del bebé.

También quiero preguntarle por un colectivo muy desprotegido, el de
aquellas mujeres que habiendo dejado su actividad laboral para dedicarse
durante unos años al cuidado de la familia, por circunstancias
determinadas vuelven a incorporarse al mercado laboral. Pero no formulo
la pregunta para que me diga cuántas subvenciones va a recibir la
empresa, sino en lo que se refiere a qué actuaciones para la formación de
este colectivo se van a hacer desde el Ministerio, porque muchas mujeres,
habiendo tenido formación, ésta ha quedado obsoleta, y otras no llegaron
a adquirirla.

Otro tema que a mi Grupo y a esta Diputada le preocupa es el de las niñas
inmigrantes de otras culturas. Niñas que, como usted bien sabe, en muchos
casos, al tener su primera menstruación, son retiradas de la escuela.

Quisiera saber cómo se va a intentar desde el Ministerio que estas niñas
que están en el Estado y en el territorio español puedan tener las mismas
libertades que cualquier niña nacida de padres españoles.

Otra de las preocupaciones que tiene esta Diputada es la cuestión de la
mujer rural, pero no en el sentido de que se la tenga en cuenta como
empresaria, sino en el de que muchas veces soporta una importante carga
social, pues cuida a los ancianos, cuida de los hijos y, además, a veces
en condiciones muy precarias, por ejemplo, porque el autobús escolar, en
vez de parar delante de su granja, para a un kilómetro y tiene problemas
para poder llevar a los niños a la escuela. Me gustaría saber qué tipo de
actuaciones, qué tipo de ayudas van a hacerse desde el Ministerio para
poder hacer más fácil, en lo posible, la vida a estas mujeres.

Nada más, señor Ministro. Muchas gracias, señora Presidenta.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Amorós.

Tiene la palabra la señora Almeida.




La señora ALMEIDA CASTRO: Muchas gracias, señora Presidenta.

Señor Ministro, la verdad es que estamos dándole vueltas al tema del
Plan. Yo tengo que decirle una cosa, y es algo que he dicho a las
compañeras del Grupo Parlamentario Socialista, y es que yo he sido
Diputada en dos legislaturas en las que han «tocado» planes de igualdad,
la de 1989-93 y ésta en la que estamos.

Ya fui crítica por la forma de hacerse el Plan de Igualdad anterior,
porque me parecía que deberíamos haberlo discutido en el Parlamento. Pero
fue un avance, y el otro día lo explicaba bastante bien Carlota Bustelo
en una reunión que tuvimos aquí en el Senado y a la que asistieron más de
600 mujeres: ni siquiera estaban previstas las posibilidades



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de acceso, porque se llenó la sala y no entró ni la mitad de la gente que
vino. Explicaba que el I Plan fue un compromiso de Gobierno de tomar
nota. El siguiente fue un acuerdo de Consejo de Ministros. Y éste podría
haber sido un acuerdo del Parlamento. ¿Por qué? Porque es verdad --y yo
siempre lo he mantenido-- que las políticas de igualdad no son políticas
de los gobiernos, son políticas de las mujeres, políticas de la
globalidad del Estado y, por lo tanto, cuanto más consenso tengan, como
hemos visto hoy y lo ha dicho la portavoz del Grupo Parlamentario
Socialista, más capacidad de trabajo tienen. En esto hubo una parte
bastante oscura, con eso de las prisas; el 8 de marzo o se publicó --ni
siquiera se trató en esta Comisión, aunque sólo fuera para darle un
consejo--, y no nos podemos quedar pegadas en esto. Nunca se han hecho
planes de la evaluación global de la consulta y del consenso, sino de las
intenciones de los gobiernos.

Aquí se han escuchado cosas y muchas se han quedado fuera. En esta
reunión de mujeres el otro día se estuvo hablando de estos temas y se
señalaron muchas deficiencias. Algunos lo calificaron como «carta a los
Reyes Magos» aunque lo dicen con un deseo de buenas intenciones, pero así
no podemos estar. Para el año 2000 quedan tres años y no se puede ir
diciendo: vamos a ir, vamos a fomentar, sino haciendo. La gran cuestión
es que concretar todo eso no es tan fácil, y no lo es cuando en el Plan
no está contemplado a qué Ministerios compete; qué medidas les
corresponde tomar a cada uno de ellos; cuáles se tienen que comprometer;
en qué plazos van a ir unas y en qué plazos deben ir otras porque, si no,
tenemos muy buenas intenciones pero ninguna concreción.

Usted ha dicho que está fuera de plazo traer el fondo. Está fuera de
plazo todo el Parlamento desde hace 20 años, los que llevamos de
democracia. Estas leyes se han presentado en todas las legislaturas. Con
que las haga, yo me quedo contenta, pero no es por mí, porque yo no tengo
que ir al fondo a pedir mi pensión, sino por la cantidad de mujeres que
están en situación de pobreza porque las cargas familiares no tienen
ninguna salida. A ésas son a las que hay que pedir perdón, a las que se
les dice que van con retraso, porque a las que subsistan las tendremos
que dar un premio de supervivencia. No se puede hacer así, hay que tener
una concreción de ideas. Yo no voy a reprochar --es verdad que me parece
que todas son medidas de buena voluntad-- pero hay que incorporarlas a la
legislación y a la concreción. Precisamente desde que empezó el Plan
hemos venido haciendo preguntas sobre qué cosas tenemos que resolver
como, por ejemplo, qué se hace con el servicio doméstico.

Usted ha hablado de las mujeres en el ámbito rural. Hubo una Carta de
igualdad de oportunidades en el mundo rural, que no era un documento
oficial de imposición pero sí una aspiración del conjunto de las mujeres
que tenía que ver con la calidad de vida, con su propio proyecto
empresarial, con las posibilidades de trabajo de ese mundo, porque hoy es
muy importante buscar la calidad de vida y no dejar desértica esas zonas.

Por lo tanto, tiene que haber un compromiso de concreción de todas esas
líneas y de actuación legal porque, si no, queda muy bonito escrito pero
no queda nada hecho.

A mí me preocupa que en estos años que nos quedan para entrar en el año
2000 con compromisos internacionales, con compromisos en Pekín, con
estrategias en Nairobi desde 1985, todavía estén pendientes aquí la
transcripción de muchas directivas. Están los temas de maternidad, y
estamos leyendo lo de los despidos. No me puede decir --como hizo la
Secretaria General-- que se ha aprobado que no se puede despedir a una
mujer que esté embarazada. Efectivamente, nadie pone en la carta de
despido: queda usted despedida por embarazada, o no te renuevo el
contrato porque te has quedado embarazada, etcétera, pero, al final, te
despiden por estar embarazada y no hay ninguna salida.

La transcripción de la Directiva de paternidad podría solucionar estos
temas de la prohibición del despido, así como los permisos parentales, en
el sentido de que las cuatro semanas que correspondan a los hombres no
sean sustituidas por las de las mujeres, porque de esa forma las tienen
que cumplir, al empresario se le van los dos, etcétera. Es decir, hay
situaciones que van a ayudar a visualizar que las obligaciones familiares
son de ambos, no sólo de las mujeres.

Todo ello se requiere ponernos a legislar, por lo que en vez de ser un
recordatorio de penas de lo que ha sido el Plan, en vez de ser un deseo
de buenas intenciones, tenemos que hacerlo realidad. Asimismo, debemos
fijarnos unas metas. El Ministerio debería decir: de estas líneas
queremos estas metas; en dos años queremos esto; para los cuatro, esto
otro, porque es muy importante reflejar esa situación y dar ánimos según
vayan saliendo leyes.

Por mi parte, en lo que podamos hacer presentaremos iniciativas legales
aunque, como siempre, por mucha voluntad que tenga una si no consigue el
compromiso del Gobierno para que las traiga nos quedamos sin ellas. En
cualquier caso, me parece muy importante empezar ya a concretar medidas
que se reflejen en la sociedad --y no quiero hablar de lo que sucede en
las cárceles--. Yo tengo relación con Instituciones Penitenciarias y
estoy viendo cómo crean trabajo para las mujeres en las cárceles, donde
están la mujeres haciendo peluquería y cosiendo sábanas y ninguna tiene
una formación que les permita prosperar. Esas situaciones las tenemos que
ir concretando en lo económico y en lo legal. En ese sentido, me gustaría
que empezara a ser realidad el Plan. Paso por hecho todo lo que ha estado
mal a cambio de que se pueda concretar y hacer bien en el futuro.

Muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Almeida.

Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra la señora Sainz.




La señora SAINZ GARCIA: Muchas gracias, señora Presidenta.

Muchas gracias de nuevo, señor Ministro, por comparecer en una larga
mañana en esta Comisión Mixta para



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hablarnos del III Plan, programa básico del Gobierno, del que nuestro
Grupo --como no podía ser menos-- comparte todos sus criterios y lo
apoyamos. Además, nos alegramos de que el Gobierno tenga como objetivo
prioritario --como claramente ha quedado de manifiesto de sus palabras--
impulsar las acciones para conseguir esa igualdad de oportunidades que
clamamos todos los grupos porque, en definitiva, es una de las
asignaturas pendientes de nuestra sociedad, para que podamos de verdad
compartir esa legalidad con la realidad vivida, acabando con esa
disparidad entre las leyes y la sociedad.

Por otro lado, también se le ha evaluado su grado de sensibilidad. Creo
sinceramente, con modestia, que si hoy también se evaluaba el grado de
sensibilidad del señor Ministro, usted ha obtenido la máxima
calificación, porque a lo largo de su exposición incluso he oído
manifestaciones espontáneas de determinados grupos con expresiones
claramente importantes y agradables que a todas las mujeres nos gusta
escuchar.

Ya manifestamos en su momento nuestra satisfacción a la Directora del
Instituto de la Mujer porque en unos meses el Gobierno elaborase ese III
Plan en línea con los compromisos electorales del Partido Popular
asumidos con la sociedad española cuando se presentó a las elecciones y
porque, además, por primera vez se hubiese --como usted nos ha
recordado-- sometido a un amplio proceso previo de consultas con
diferentes organizaciones no gubernamentales, con las Comunidades
Autónomas, con sindicatos, etcétera, produciéndose un consenso básico,
como usted ha dicho repetidas veces. Lógicamente no podía ser total
porque, afortunadamente, el pluralismo político habla también de
diferencias si bien, como es evidente, en los temas relativos a la
igualdad entre hombres y mujeres el acuerdo domina sobre las diferencias,
de ahí que haya existido un acuerdo fundamental sobre la filosofía del
Plan --que quedó puesto de manifiesto en la comparecencia de la Directora
del Instituto de la Mujer--, que se sustenta, además, en el hecho de que
muchas medidas mantienen una continuidad lógica --que usted ha
resaltado-- con las del II Plan.

Efectivamente, no podía ser de otra manera, porque se trata de objetivos
que en el Plan anterior no se habían alcanzado. Por lo tanto, la eficacia
de los anteriores planes, si lo medimos en términos de objetividad,
veríamos que se ha quedado a mitad de camino, como a lo mejor no podía
ser de otra manera y, en definitiva, han tenido que ser retomados en ese
III Plan. Aunque el Gobierno del Partido Popular ha supuesto un cambio
importante en determinadas políticas, siempre apoyó las políticas de
igualdad de derechos y de oportunidades entre hombres y mujeres, porque
es básico para una sociedad democrática.

Señor Ministro, nuestro Grupo siempre manifestó la necesidad de avanzar y
seguir avanzando de una forma decidida. Avanzar supone continuar con
intensidad en determinadas acciones: en el área de la educación, en el
área de salud y marcarnos nuevas líneas de actuación --como se ha hecho
en este Plan--, porque en la etapa de un gobierno anterior en algunas
cuestiones incluso se retrocedió, como podemos comprobar por las
estadísticas de empleo o en las diferencias salariales.

Por lo tanto, señor Ministro, este Plan continúa con acciones que deben
ser mantenidas --y nos congratulamos de que así sea--, y aplica nuevos
principios como el de «mainstream» de integración o transversalidad que,
por otra parte --y es una satisfacción poderlo decir-- nuestro Grupo
defendió más allá de esa expresión que a veces resulta difícil
pronunciar, y que es fundamental, junto con esas políticas puntuales,
para asegurar el principio de igualdad.

Nos parece muy acertado que el Gobierno esté intensificando la
cooperación con las Comunidades Autónomas, que ha llevado a firmar
convenios con todas ellas, que está preparando addendas próximas para la
firma y la rentabilización de unas acciones del III Plan que tienen que
ser colectivas.

Es, por tanto, continuista en aquello que el anterior Gobierno no
alcanzó; refuerza acciones antes esbozadas, y entra también en nuevos
objetivos, como puede ser el del empleo y el del acceso de la mujer al
empleo. Valoramos también positivamente las acciones contenidas en
distintas áreas.

Me permitirá también que le diga que nuestro Grupo tiene confianza en que
se cumpla porque, sin duda, hay voluntad política de hacerlo, como ha
quedado de manifiesto en sus palabras, y usted es el representante máximo
de este plan. Afortunadamente, algunas profecías que se lanzaron sobre la
actuación del Gobierno no se han cumplido: hay colaboración del Instituto
con las organizaciones no gubernamentales, y hay, sin duda, un
presupuesto que, a pesar de las restricciones en un marcado presupuesto
de austeridad y de reducción del gasto público, se ha mantenido. Por
tanto, habla de ese compromiso evidente, claro, real y palpable.

Se ha tachado por varios representantes de diversos grupos, y tengo que
hacer referencia a ello, al tercer plan de inconcreto; se ha dicho que
tenía un porcentaje importante de inconcreción. Tendría que recordar las
palabras que dije cuando compareció la Directora del Instituto de la
Mujer. Sobre determinados verbos cuestionados, como: impulsar, fomentar,
promover, me tomé la molestia, señor Ministro, de recontar el número de
verbos similares que había en el II Plan de Igualdad, y resulta que entre
las cien actuaciones y objetivos que aparecían, cuarenta y cuatro se
movían en esos verbos que ellos califican de inconcretos. Realmente si
hay inconcreción en este Plan, ésta se ha reducido, porque en el II Plan
había mucha más. También tengo que decir que mucha inconcreción tendrá
que existir, porque, cuando por ejemplo el II Plan se proponía un
objetivo, que era el reparto del trabajo en el hogar entre el hombre y la
mujer, no podemos hablar más que de cierta inconcreción en las medidas
que se proponían. Lo que sí está claro es que esa cuestión no se
soluciona con las leyes, no es cuestión de leyes que el hombre ayude y
colabore en las tareas del hogar con la mujer. Creemos que no se trata
tanto de una cuestión teórica o práctica, de concreto o de inconcreto,
sino de conseguir unos resultados que nuestro Grupo aguarda con



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esperanza que se alcancen en todas las áreas: educativas, de sanidad, de
empleo, etcétera. No voy a entrar en cada una de ellas.

Coincido con algo que he oído a los sindicatos en esta Comisión, en
valorar positivamente que haya acciones de estudio de situaciones para
marcar mejores estrategias en temas conflictivos, que han sido incluso
objeto de preguntas anteriores: la economía sumergida, la situación de
las empleadas del hogar, las formas atípicas del empleo, cuestiones
espinosas que hablan de discriminación real de la mujer. Confiamos, por
tanto, en que sea un instrumento útil para el cambio que es necesario en
esa situación de desigualdad.

En el Plan hay, sin duda, esas medidas inconcretas, que se pueden achacar
en algún caso, pero que son necesarias. Pero estamos seguros de que todas
ellas, y eso es lo fundamental, van orientadas a conseguir ese objetivo
mayor: la igualdad, lo que es fundamental. La desigualdad existe, eso es
evidente. No sé, señor Ministro, si usted habrá heredado esa desigualdad
de las rentas del anterior Gobierno, como aquí se ha dicho, pero se ha
encontrado con ella, y no por arte de magia. Lo que sí es cierto es que
el número de paradas en España es muy grande, superior al de otros países
europeos, y usted, como principal representante de la política de trabajo
y de empleo, se ha encontrado con ello. Ese es uno de los temas que
sufrimos las mujeres españolas. Nuestro grupo espera mucho de la política
de empleo que, con acierto reconocido, está llevando a cabo este
Gobierno.

Consideramos que la creación de empleo es un objetivo social fundamental
y sabemos que afecta de una manera muy importante, en una magnitud de
primer orden, a la mujer. Sabemos que conseguirlo exige aplicar medidas
laborales y económicas que el Gobierno está abordando con acierto, y
específicas también, como están recogidas en este tercer plan, pero que
no voy a enumerar. Para avanzar, hay que dar impulso al cambio que las
mujeres queremos: una sociedad sin discriminación.

En este empeño, y con ello termino, señor Ministro, señora Presidenta,
tiene toda la colaboración de nuestro Grupo, y estoy segura, como de
alguna manera ha quedado de manifiesto, que ese es el denominador común
de trabajo de esta Comisión de mujeres y de hombres que, en definitiva,
trabajan por conseguir una sociedad más justa, más solidaria y más libre
para todos, hombres y mujeres. Muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Sainz.

Tiene la palabra el señor Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales.




El señor MINISTRO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES (Arenas Bocanegra):
Muchas gracias, señora Presidenta.

Al igual que hice anteriormente, quiero agradecer las intervenciones de
las distintas portavoces de los grupos parlamentarios, ya que todas ellas
me parecen más que correctas en su contenido y en su forma.

A la senadora Martín quiero decirle que no esperaba sus disculpas,
porque, en cualquier caso, Iberia es quien tiene que pedirlas, y que uno
ha padecido las impuntualidades del Puente Aéreo cuando vivió una etapa
en Barcelona. Todos hemos comprendido el pequeño retraso en su llegada.

Quiero hacer una primera consideración, que también hacía a la señora
Almeida, aunque la «motorola» ha estado muy presente en toda la sesión.

El otro día llegamos al máximo, porque un periodista en una rueda de
prensa me hizo una pregunta, le empecé a contestar, le sonó la motorola y
se puso a hablar a través de ella, pero me decía: siga, siga, después
tomo nota. Y yo dije. Hasta aquí podíamos llegar. (Risas.).

Decía que la señora Almeida ha hecho una consideración que creo que
todos tenemos que compartir. Si ustedes recurren a la hemeroteca,
comprobarán que todos los planes, y muy especialmente los de igualdad de
oportunidades, han sido tachados de inconcretos, de que tenían demasiada
declaración de intenciones, y de que los objetivos eran muy globales. Eso
es rigurosamente cierto, lo que también es cierto es que los tres planes
han ido ganando en concreción. Al analizar los tres planes, creo que el
III tiene infinitamente mayores concreciones que el segundo, y también
tengo que decir que el II tiene bastantes más concreciones que el I.

Una segunda consideración, en los planes anteriores también se produjeron
grandes polémicas en cuanto a su debate porque, como la señora Almeida
dice, este plan se ha discutido con las organizaciones no gubernamentales
y con las Comunidades Autónomas, pero no se ha traído al Parlamento, lo
que se podía haber hecho. Los anteriores planes tuvieron críticas porque
no se habían discutido en el ámbito de las Comunidades Autónomas, de los
ayuntamientos o en el ámbito de las organizaciones no gubernamentales.

Creo que todo lo que sea debatir y dialogar, hay que hacerlo hasta la
extenuación.

¿Qué quiere decir eso? Que el diálogo con respecto al III Plan no se debe
declarar cerrado, como le he dicho a la Senadora Martín. El diálogo tiene
que estar abierto; el plan es mejorable y se tiene que perfeccionar día a
día. ¿Por qué creo esto? Lo grave hubiera sido que en esta comparecencia,
algunas o todas las portavoces que han intervenido, hubieran dicho: este
plan que ha presentado el Gobierno incumple de forma flagrante las
consideraciones de la Conferencia de Pekín o el IV Programa de Acción
Comunitaria. Ahí tendríamos un problema político de primera magnitud,
porque significaría que algunos grupos parlamentarios consideraban que
había habido un retraso o un incumplimiento de las conclusiones
internacionales que hemos compartido. Se dice por parte de algunos grupos
parlamentarios: hay que discutirlo más. Lo que dice el Gobierno y este
Ministerio es que vamos a seguir discutiéndolo.

He dicho anteriormente en mi intervención que se han aceptado un 80 por
ciento de las sugerencias de las ONG y un 85 por ciento de las
sugerencias de las Comunidades Autónomas, algunas de ellas, como es el
caso de Extremadura, coinciden con la preocupación de la señora



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Amorós por el planteamiento que se hace de las mujeres en el ámbito
rural. La Comunidad extremeña consideraba que el plan tenía que incidir
mucho más en el ámbito rural. Yo también comparto que muy especialmente
en las periferias de las ciudades, que no debemos olvidarlas, y que en
los ámbitos rurales, dependiendo de las Comunidades Autónomas es donde se
está produciendo una mayor desigualdad de la mujer en el hábitat, en el
acceso a la formación y a la educación. No debemos olvidar las periferias
de las ciudades, donde están apareciendo unos problemas espectaculares,
en ocasiones más graves que los de algunos ámbitos rurales, que han
tenido en los últimos años un progreso inmediato.

Por tanto, diálogo ha habido. Siempre puede ser este diálogo mayor, y
vuelvo a declarar que el plan está abierto para que lo sigamos haciendo
entre todos. Compartimos lo manifestado en Pekín, así como el IV Programa
de Acción Comunitaria.

Lo más importante es que hagamos cosas, y ¿cómo hay que hacer las cosas?
A impulso del Gobierno y de los Grupos parlamentarios. El que en esta
Comisión comparezcan el resto de miembros del Gabinete, a mí, como
Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, me parece excepcionalmente bien,
porque todo lo que sea comparecencia de los miembros del Gabinete
significa un avance en la transversalidad, y nos equivocaremos si el
único Ministerio que asume retos con respecto al Plan de Igualdad de
Oportunidades es el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Eso será un
profundo error que nos sitúa en contradicción con el propio plan.

Ha dicho también una portavoz en su intervención: concrétese mas a qué
Ministerio le toca. La verdad es que no hay que hacer muchos esfuerzos
para saber a qué Ministerio le tocan las políticas educativas,
sanitarias, o en relación con la modificación legal penal que hay que
introducir con respecto a los abusos sexuales, porque ahí está el
Ministerio de Justicia interviniendo con toda claridad, así que cada vez
que venga un Ministro o un Secretario de Estado a comprometerse en esta
Comisión de Igualdad de Oportunidades, tendrá su aplauso, pero también
tendrá el aplauso del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, porque
están contribuyendo a la transversalidad.

Le quiero decir también --y me parece un asunto importante-- que hubo una
reunión en su día --lo ha contado la señora Almeida-- en el Senado con
600 mujeres; posteriormente, con representantes de esas 600 mujeres tuve
una reunión de tres horas y media en la que recogí todas las
preocupaciones que se plantearon en el Senado. Aquí hay una decisión que
les quiero trasladar porque es mia exclusivamente. Yo tomé la decisión de
que el Plan se aprobara en la fecha que se aprobó; esa decisión es mía y
pueden ustedes criticarla y aguantaré la critica, pero es mía, y tomé esa
decisión teniendo en cuenta también las consideraciones que se hubieran
hecho si no se aprobaba el III Plan. Yo no podía aceptar bajo ningún
concepto --y se lo digo a ustedes en confianza-- que un cambio de
gobierno supusiera la interpretación para algunos de que el Gobierno
renunciaba a la política de igualdad de oportunidades. (Suena un teléfono
inalámbrico en la sala.) Llevamos ya once motorolas (Risas.), he contado
once, en todas las comisiones pasa igual, ahí estamos empatados hombres y
mujeres; cuando vaya usted en el AVE verá a los hombres colgados del
teléfono todo el tiempo.

Continúo con lo que le decía. La decisión de aprobarlo ese día es cierto
que fue mía. Es rigurosamente cierto que en el Consejo Rector del
Instituto de la Mujer, donde hay una serie de organizaciones, la mayoría
de las organizaciones sindicales apoyaron el Plan de igualdad, pero es
verdad que por parte de la representante del «lobby» europeo a mí se me
planteó atrasar la aprobación para entrar en un proceso de diálogo. Tomé
la decisión de no atrasarla, porque, primero, la gran sugerencia era
incorporar al Plan los aspectos de la Conferencia Intergubernamental, y
se incorporaron, pero luego no había ninguna sugerencia que afectara a
los contenidos de Pekín ni del IV Programa de Acción Comunitaria. En ese
sentido tomé la decisión porque creo --y perdonen la insistencia-- que el
Plan es una cuestión abierta que tenemos que ir planteándonos todos los
días.

Estoy radicalmente de acuerdo en la contabilización que ha planteado el
trabajo no remunerado, que es una cuestión que no hemos hecho hasta
ahora, y también totalmente de acuerdo con que las discriminaciones
salariales tienen algo que ver en la negociación colectiva, pero mucho
que ver en los tipos de empleo. Cuando hemos aprobado los dos Decretos
que desarrollan el acuerdo de sindicatos y empresarios, el mayor
incentivo que se plantea en ellos es para las mujeres que aspiran a ser
contratadas en sectores donde hay subrepresentación, que sigue siendo la
asignatura pendiente. No vamos a poder aspirar a una equiparación
salarial si no tenemos una equiparación en los puestos de trabajo.

La señora Amorós ha planteado la cuestión relativa a la mujer en el
ámbito rural. Vamos a desarrollar, al menos, 10 programas relativos a ese
ámbito que espero que podamos presentar dentro de algún tiempo.

Luego ha expuesto los problemas de sensibilidad pública en torno a los
permisos parentales. La parte que menos me preocupa del Plan es la de
formación, información y sensibilización, porque es una parte para la que
hay medios económicos, y se ha hablado antes por la Senadora Martín de la
voluntad política y de los medios económicos. ¿Qué pasa con los años que
lleva esperando la Ley de garantía de pensiones que recordaba la señora
Almeida? Que al final en muchos casos tropieza no con la voluntad
política, sino con la concreción presupuestaria. En los aspectos de
sensibilidad, de información y de formación las concreciones
presupuestarias están planteadas y eso lo vamos a resolver positivamente.

El asunto de la inmigración nos sigue preocupando extraordinariamente.

Hay planes específicos que este año vamos a subvencionar en el marco de
las subvenciones del IRPF. Quiero decirles-- porque es una noticia muy
buena-- que este año se ha producido un incremento en peticiones de
subvenciones para IRPF por encima del 20 por ciento, y que el Ministerio
internamente, en reuniones con las ONG, ha declarado todos los aspectos
de inmigración



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como programas prioritarios para atender con las subvenciones de 1997.

Vamos a estudiar también la transcripción de la Directiva de paternidad
que ha planteado la señora Almeida. Coincido al cien por cien en que es
muy difícil que tengamos un debate a fondo sobre objetivos y sobre
conclusiones. Si todos firmamos los compromisos internacionales, el
debate real que tenemos encima de la mesa es concreción y hechos, y ahí
hay que pedir cuentas al Gobierno que tendrá que responder, me parece que
democráticamente hay que pedir cuentas a los grupos parlamentarios, y
también hay que hacerlo a las distintas organizaciones que están
implicadas.

Finalmente, quiero agradecer la intervención de respaldo de la señora
Sainz en todos sus contenidos y principios, y decirle que ha tocado un
tema al que soy especialmente sensible.

No saben sus señorías los índices de fraude que tenemos en el colectivo
de las empleadas de hogar en España; no lo saben bien sus señorías. Y yo
no he dado con la tecla, pero les voy a poner un ejemplo que me parece
espectacular: nadie podrá dudar que en los últimos 25 años se ha
producido una incorporación muy importante de la mujer al mundo del
trabajo en España, manteniendo todavía cuotas de absoluta
subrepresentación con respecto al hombre, pero nadie puede dudar que el
porcentaje de parejas o de matrimonios en los que trabajan los dos es
infinitamente superior al de hace 25 años. Pues les llamará la atención
si les digo que en estos momentos el índice de afiliadas al régimen
especial de empleadas del hogar es inferior al que teníamos hace 25 años.

Por tanto, tenemos ahí economía sumergida y un fraude extraordinariamente
importante.

Sería muy positivo recibir sugerencias. Todos los días estoy activando la
Inspección de Trabajo para los problemas de discriminación. Saben que
recientemente ha habido una reunión importante de 150 inspectores en
Toledo, pero en el caso de empleadas del hogar me encuentro con que los
inspectores de trabajo no pueden desarrollar su función inspectora.

En consecuencia, quiero llamar la atención de la Comisión porque en
materia de empleadas del hogar estamos sufriendo una situación de fraude
y de economía sumergida espectacular que redunda siempre en perjuicio de
las trabajadoras y trabajadores.

Muchas gracias, señora Presidenta.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Ministro.

Las señoras portavoces me piden un minuto.




La señora MARTIN I VIGIL: tiene la palabra.




La señora MARTIN I VIGIL: He apuntado cuál era nuestro objetivo en la
petición de esta comparecencia y, por lo tanto, no me voy a parar en las
discrepancias, que también puede haberlas, me parece que no ha lugar y
que, en todo caso, desviarían el interés de todas o de la mayoría de las
portavoces que se han expresado aquí, que es el de mejorar el III Plan.

Estoy absolutamente de acuerdo con todo lo que el señor Ministro ha
expresado, que va en la línea de mejorar ese III Plan y de reconocer el
papel que puede y debe jugar esta Comisión en su seguimiento y en sus
aportaciones. Estoy absolutamente de acuerdo en ese espíritu de
transversalidad, en la preocupación por la transversalidad que se ha
expresado. La señora Amorós hablaba de temas que, en definitiva, se
pueden insertar en cuanto a lo que yo apuntaba sobre el apartado de
educación.

Estoy de acuerdo también con la portavoz de Izquierda Unida-Iniciativa
per Catalunya, la señora Almeida, aunque ella dice que estamos dándole
vueltas al Plan. Yo algunas veces doy vueltas en el aire, como esta
mañana, pero, por lo que respecta al III Plan, creo que estamos tocando
tierra y avanzando. En este sentido las mujeres, con nuestras
aportaciones, con la reiteración, con la expresión de nuestros análisis
en diferentes ámbitos, en diferentes momentos, conseguimos avanzar.

Respecto a la intervención de la señora Sainz, tampoco voy a entrar en
algunos elementos de discrepancia que se pudieran dar a partir de sus
expresiones. En mi modesta opinión creo que su intervención es de
exagerada autocomplacencia respecto del Plan, pero, en todo caso, creo
que esta autocomplacencia perjudica seriamente el avance de las mujeres,
no al resto de los grupos o de las personas que pensamos de diferente
manera.

Por último, agradezco muy sinceramente al señor Ministro su
comparecencia, así como el sentido, el contenido y la forma que le ha
dado.

Asimismo, quiero decirle, a modo de petición, que nos gustaría que con el
mismo énfasis, la misma sinceridad --seguro-- que expresa y la misma
reiteración de su insatisfacción como Ministro de Trabajo mientras haya
un solo desocupado, una sola desocupada, creo que como Ministro de
Asuntos Sociales también expresará su insatisfacción mientras la igualdad
de oportunidades entre las personas no sea un hecho.

Muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Gracias.

La señora Solsona tiene la palabra.




La señora SOLSONA I PIÑOL: Muchas gracias, señora Presidenta, espero de
su benevolencia que me permita, al hilo de la primera intervención del
señor Ministro, hablar de la participación equilibrada, simplemente para
decir que en esta tendencia de representación paritaria en los lugares de
decisión, nuestro Grupo, como todos los grupos, se adhiere a la
felicitación a las compañeras del Grupo Parlamentario Socialista y
esperemos que los demás partidos podamos tender también a esta
representación paritaria en lugares de decisión.

Quiero agradecer al señor Ministro una vez más su comparecencia así como
su buena voluntad en todos los temas referentes a la igualdad de la
mujer.

Muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Gracias, señora Solsona.

Tiene la palabra la señora Almeida.




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La señora ALMEIDA CASTRO: Yo no voy a felicitar más al Ministro para que
no se ponga tonto, pero síme apetece felicitar a las compañeras del
Partido Socialista por su inclusión en esa paridad de menos a más o de
más a menos que, en cualquier caso nos parece positiva. Además, eso debe
animarnos a todas para que, si estamos en puestos de decisión, sepamos
decidir también de otra manera.

Muchas gracias. (La señora Sainz García pide la palabra.) Tiene la
palabra la señora Sainz.




La señora SAINZ GARCIA: Muchas gracias, señora Presidenta.

No pensaba intervenir, pero puesto que he sido directamente aludida
quiero decirle simplemente a la portavoz del Grupo Parlamentario
Socialista que el avance de las mujeres tal vez fue frenado a causa de
políticas de futuro que no resultaron todo lo eficaces que deberían haber
sido. Pero, desde luego, ese avance nunca será frenado porque la portavoz
del Grupo Popular considere un éxito importante el III Plan que, por
supuesto, apoya.

Pensamos que, dependiendo de su eficacia, podamos hablar de avance o no
de la mujer.

Eso lo remitiremos a un tiempo próximo del que esperamos y deseamos sea
mejor para la mujer.

Muchas gracias.




La señora PRESIDENTA: Gracias, señora Sainz.

Tiene la palabra el señor Ministro.




El señor MINISTRO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES (Arenas Bocanegra):
Simplemente quiero agradecer las intervenciones finales de las distintas
portavoces.

Desde mi Ministerio también felicitamos a las mujeres miembros del
Partido Socialista que han sido elegidas en el Congreso Federal. Me
parece que es una buena noticia para todos que se incremente la presencia
de mujeres en todos los órganos de decisión de toda la sociedad y también
de los partidos políticos.

La señora PRESIDENTA: Muchísimas gracias, señor Ministro.

Hemos empezando la sesión felicitando a las mujeres del Partido
Socialista, y también nos adherimos a lo expresado por el señor Ministro
al tiempo que nos alegramos de que su señoría también comparta también
nuestra felicitación.

Le damos las gracias en esta Comisión en la que siempre será bien
recibido.




-- DESIGNACION DE LOS MIEMBROS DE LA PONENCIA PARA ANALIZAR EL PROBLEMA
DEL TRAFICO INTERNACIONAL DE MUJERES, NIÑOS Y NIÑAS, Y PROPONER
SOLUCIONES AL MISMO (S. 573/000003; C. D. 158/000018)



La señora PRESIDENTA: Hay un último punto del orden del día para designar
a las personas que van a componer la Ponencia sobre el tráfico de
mujeres, niños y niñas.

Las propuestas que tiene esta Presidencia son las siguientes: por el
Grupo Parlamentario Popular, señora Sainz, señora Delgado y señora Díaz
Villegas. Por el Grupo Parlamentario Socialista, señora Riera, señora
Martín i Vigil y señora Del Campo. Por el Grupo de Convergència i Unió,
señor Varela y señora Amorós. Por parte del Grupo Parlamentario Mixto,
señora Costa y señora De Boneta. Por parte de Izquierda Unida-Iniciativa
per Catalunya, señora Aramburu y señora Almeida.

¿Están de acuerdo todos los grupos en la designación de estas personas?
(Pausa.)
Me indica la Letrada que tal vez nos convendría para el día 10 de
septiembre que hicieran llegar a esta Presidencia o a la Letrada las
propuestas de comparecientes para poder empezar los trabajos de esta
Ponencia. (Pausa.)
Muchas gracias. Felices vacaciones.

Se levanta la sesión.




Eran las catorce horas y treinta minutos.