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DS. Congreso de los Diputados, Pleno y Dip. Perm., núm. 28, de 17/11/1993
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CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
PLENO Y DIPUTACION PERMANENTE
Año 1993 Núm. 28 V Legislatura
PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. FELIX PONS IRAZAZABAL
Sesión Plenaria núm. 26
celebrada el miércoles, 17 de noviembre de 1993
Página
ORDEN DEL DIA:



Dictámenes de Comisión sobre iniciativas legislativas:



--Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado para
1994. «Boletín Oficial de las Cortes Generales», Serie A,
número 27.1, de 1 de octubre de 1993 (continuación) (número de
expediente 121/000013) (Página 1146)



(Continúa el orden del día en el «Diario de Sesiones» número
29, de 18 de noviembre de 1993).




SUMARIO



Se reanuda la sesión a las nueve y cinco minutos de la mañana.




Proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado para 1994
(continuación) (Página 1146)



Sección 01, 02 y 03 (Página 1146)



En defensa de las enmiendas presentadas a la Sección 03
interviene el señor González Blázquez, del Grupo de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya. Comienza solicitando la
devolución de esta Sección al Gobierno al considerar la escasa
atención presupuestaria que se presta al Tribunal de Cuentas,



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en una concepción errónea del mismo como si fuera un organismo
subsidiario del Poder ejecutivo. A juicio de Izquierda Unida,
el Tribunal de Cuentas debería tener una mayor relación
directa con el Parlamento, con suficientes competencias y
recursos para desarrollar una eficaz fiscalización de la
ejecución del Presupuesto. Si se desea que este Tribunal
ejerza una auténtica labor de fiscalización, ágil, eficaz y
rigurosa, no hay más remedio que dotar presupuestariamente, de
una forma adecuada, al Tribunal. De lo contrario podría ser
una institución que elabore los informes tarde, y algunas
veces mal, por falta de recursos. La independencia del
Tribunal será menor cuanto menores sean los recursos y los
medios que se pongan a su disposición.

Presentan una segunda enmienda parcial relativa a los gastos
de seguridad realizados por alguna empresa privada, por
entender que la seguridad del Tribunal de Cuentas debe estar
al cargo de las Fuerzas de Seguridad del Estado. En turno en
contra interviene, en nombre del Grupo Socialista, el señor
Gimeno Marín, informando en relación con la última de las
enmiendas defendidas por Izquierda Unida que la dotación
presupuestaria para 1994 ha disminuido con respecto a la de
1993 en lo que se refiere a las partidas para financiar
empresas de seguridad privada al haberse aumentado la dotación
de las Fuerzas de Seguridad del Estado en este Tribunal. Añade
que las características de las instalaciones del Tribunal
aconsejan, en determinadas circunstancias y casos, utilizar
estas empresas de seguridad privada.

En cuanto a la enmienda de totalidad, fundamentada en la
escasa dotación presupuestaria del Tribunal, se podrá decir
que casi todas las partidas del presupuesto, y no sólo las
referentes al Tribunal de Cuentas, son insuficientes. El
enmendante sabe también que la iniciativa presupuestaria en
este caso corresponde al propio Tribunal, sin que, por otra
parte, la eficacia o no del mismo dependa exclusivamente de
las dotaciones presupuestarias. Alude a los medios personales
necesarios para realizar la labor encomendada al Tribunal,
señalando que se trata de personal cualificado que no siempre
es fácil de seleccionar, como lo demuestra el que
habitualmente queden vacantes algunas de las plazas
convocadas. En todo caso, el enmendante no debe tener recelo y
atribuir el retraso en los informes del Tribunal a cuestiones
presupuestarias.

Concluye afirmando que la dotación presupuestaria establecida
la consideran suficiente, creciendo por encima de lo que lo
hacen las demás partidas del presupuesto relativas a otros
organismos de la Administración.

Replica el señor González Blázquez, duplicando el señor Gimeno
Marín.




Secciones 04, 05 y 08 (Página 1148)



El señor Presidente informa que no se han presentado enmiendas
a las mismas.




Sección 13 (Página 1148)



El señor Ministro de Justicia (Belloch Julbe) presenta la
Sección, afirmando que, como tuvo ocasión de explicar en la
Comisión de Justicia, es propósito del Ministerio elaborar una
reforma en profundidad de la Administración de Justicia. La
pregunta clave en este momento es determinar si es posible y
resulta creíble abordar este tema en profundidad en el marco
de unos presupuestos restrictivos. Señala que en los años
anteriores el énfasis en materia de justicia se había puesto
en el incremento de los medios materiales, en particular de su
capítulo VI, mientras que de cara al año 1994 se va a poner
más bien en el modelo procesal, en el modelo organizativo de
la Justicia. De aquí que traten de afrontar una reforma en
profundidad de la Ley Organica del Poder Judicial, Ley de
Enjuiciamiento Civil, de la propia Ley de Demarcación y Planta
y en general del conjunto del sistema procesal. Piensan que es
buen momento para abordar este proceso, en primer lugar porque
en pocas ocasiones ha existido un diagnóstico tan unánime
respecto de cuáles son los problemas reales de la justicia y,
en segundo lugar, porque seguramente, haciendo de la necesidad
virtud, resulta procedente en este momento no abordar en el
fondo las reformas más sencillas, aquellas que sólo dependen
de fondos presupuestarios, para tener que abordar las más
complejas y más difíciles y, en su opinión, las más urgentes,
precisamente aquellas que requieren, aconsejan y en muchos
casos exigen un altísimo consenso de las Cámaras.

Con lo expuesto no pretende decir que la Justicia tenga la
adecuada dotación de medios personales, porque no es cierto,
ni que si tuviera mayor presupuesto no podrían hacer muchas
cosas que, evidentemente, sí podrían hacer. Lo que afirma es
que, partiendo de la solidaridad con la situación económica
actual, reflejada en unos presupuestos restrictivos, la
obligación política del Ministerio de Justicia es la de tratar
de preparar un modelo organizativo y procesal capaz y
eficiente en su día para que las inversiones en materia de
justicia, tanto cuantitativa como cualitativamente, sean las
más rentables.

En cuanto a las enmiendas presentadas a esta Sección, expone
que, después de examinarlas con cuidado, quiere dejar
constancia de que en su mayor parte obedecen a problemas
serios que tiene la Administración de Justicia, lo que
demuestra el alto grado de conocimiento de los problemas de la
justicia



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y la elevada sensibilidad de los señores Diputados por estos
problemas, lo que agradece particularmente. En todo caso,
informa a la Cámara de que las líneas maestras de los
presupuestos de esta Sección se basan en tres puntos
fundamentales que son: primero, la limitación presupuestaria
del Estado; segundo, la contención del gasto de personal en el
caso del Ministerio de Justicia es relativa, y, tercero, la
consolidación del gasto existente y saneamiento de las deudas,
líneas maestras que se desarrollan a lo largo de diversos
capítulos, como trata de explicar a continuación. En defensa
de las enmiendas del Grupo Popular interviene el señor Padilla
Carballada, que manifiesta que dos de ellas son de devolución:
una de totalidad de la Sección y otra referida al Programa
142A, relativo a Tribunales de Justicia y al Ministerio.

Justifica la enmienda de totalidad a la Sección en una
inadecuación general del gasto a los amplios objetivos
previstos en la memoria explicativa, una falta de racionalidad
en la distribución del gasto y una inadecuada previsión
presupuestaria para atender no sólo a las necesidades
existentes en el ámbito judicial sino también a los objetivos
que se han fijado al respecto, por todo lo cual tildan a éstos
de falta de claridad, de escasa credibilidad, de poca
seriedad, de no adecuación a la consecución de los fines a los
que deben estar ordenados y de insuficiencia y falta de
responsabilidad. Diría incluso de falta de coordinación con el
órgano de Gobierno del Poder Judicial. Agrega que cualquier
parecido entre la memoria de necesidades y lo que se diseña en
estos presupuestos no es más que un mero ejercicio de
voluntarismo. Hay que considerar también los antecedentes, lo
que ha sucedido anteriormente, y sobre este particular
considera que si en algunas de las áreas de la Administración,
en algunos de los servicios públicos, la insatisfacción llega
a cotas severas es precisamente en la Administración de
Justicia. A la vista de ello deben considerar si estos
presupuestos que se presentan cambian el rumbo de lo que ha
sido la acción de la Administración de Justicia, la acción
política, la gestión política. Expone diversas consideraciones
en torno a la labor desarrollada sobre este particular en los
últimos ejercicios, así como a los datos realmente
escalofriantes de asuntos pendientes en muchos tribunales,
todo lo cual justifica, a su entender, la enmienda de
devolución. La señora Aguilar Rivero defiende las enmiendas de
Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya. Comienza señalando
que a estas alturas del debate presupuestario han podido
comprobar que no existe ninguna sensibilidad, ni voluntad
política ni racionalidad por parte del Partido Socialista y
del Gobierno para aceptar las propuestas necesarias y lógicas
provenientes de otros grupos parlamentarios, por lo que es
difícil seguir debatiendo con la esperanza de que en algún
momento se produzca esa sensibilidad, necesaria para acoger
algunas de las propuestas de otros grupos que consideran
imprescindibles.

En relación a la Sección 13 han presentado enmiendas que
agrupa en tres bloques, el primero de los cuales hace
referencia a la devolución del conjunto de la Sección, otro
bloque trata de programas específicos y un tercer bloque alude
a actuaciones concretas que, desde su punto de vista, son
absolutamente imprescindibles para hacer avanzar y progresar a
la Administración de Justicia.

Añade que, en su opinión, el presupuesto de la Sección no es
concordante con el programa y las propuestas que el señor
Ministro realizó en Comisión, pues se trata de un presupuesto
continuista y a la baja, mientras que las propuestas del señor
Ministro las calificaría de rupturistas en el sentido de que
manifiesta una decidida voluntad de acometer un cambio
profundo en la Administración de Justicia, de lo que se
desprende la necesidad de un mayor nivel presupuestario para
esta Sección. Para Izquierda Unida es justamente éste el
momento, después de la voluntad expresada por el señor
Ministro, de acometer en profundidad la reforma de la
justicia, de incrementar los presupuestos de esta Sección, en
cuanto que se trata de una asignatura pendiente y, al
contrario que en otros capítulos del presupuesto, apuestan
decididamente por un incremento presupuestario. Cree que todos
los grupos parlamentarios coinciden en que la justicia
necesita un cambio sin mayor demora, que no puede seguir como
está actualmente y que para ello hay que simultanear una mayor
dotación presupuestaria con una modificación de las normas
procesales, no resultando suficiente que se les hable de que
el cambio de la justicia va a venir fundamentalmente a través
de la modificación normativa.

Añade que en esta Sección y con este tratamiento
presupuestario no cabe el pacto de Estado por la justicia que
el señor Ministro ofreció a los grupos parlamentarios, debido
a la falta de dotación. Lo que les interesa es la consecución
de una justicia eficaz, que en este momento no tenemos, y de
una justicia cercana a los ciudadanos en un momento en que lo
único que se produce por parte de la ciudadanía es una
desconfianza manifiesta en relación con la Administración de
Justicia. Estos son los motivos y consideraciones
fundamentales que han movido a su Grupo Parlamentario a
presentar la enmienda de devolución de la Sección, por creer
que el objetivo del Pacto de Estado no es posible con estos
Presupuestos. Concluye haciendo referencia a las enmiendas
parciales presentadas a la Sección.




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El señor Gatzagaetxebarría Bastida defiende las enmiendas del
Grupo Vasco (PNV). Anuncia que no repetirá lo expuesto con
anterioridad en el debate de Comisión, al que se remite en
estos momentos. Sí desea destacar, no obstante, la enmienda
1.186, relativa a la formación del personal al servicio de la
Administración de Justicia en lo referente a las lenguas
oficiales distintas al castellano. El señor González Lizondo,
del Grupo Mixto, se limita a resaltar la enmienda destinada a
que se realicen determinadas inversiones dentro de los órganos
judiciales en la Comunidad de Valencia, habida cuenta de que
en la sesión del día anterior dio por defendidas sus enmiendas
a esta Sección. En turno en contra de las enmiendas a la
Sección 13 interviene, en nombre del Grupo Socialista, el
señor Pérez Mariño, que anuncia la oposición de su Grupo tanto
a las enmiendas de totalidad como a las parciales presentadas
a esta Sección. Expone que no deja de ser complicado que, por
una parte, se les esté solicitando desde casi todos los
sectores de la sociedad y de los grupos que se hagan unos
presupuestos restrictivos, porque así lo exige la coyuntura
política, y al mismo tiempo se les pide que gasten más en
todos los Ministerios. Si a eso se unen los intereses
localistas que piden para sus determinadas necesidades más
dinero, se comprenderá que se encuentran en una especie de
contradicción inevitable en la que realmente no saben qué
hacer, si gastar más o restringir. Sin embargo, como parece
que lo sensato y racional ha sido hacer unos presupuestos
restrictivos al Ministerio de Justicia, no le cabía otra
posibilidad más que actuar como lo ha hecho. Aun así, debe
destacarse que este Ministerio es de los que más aumentan su
gasto en relación con el ejercicio anterior, concretamente un
6,63 por ciento, atendiendo a esa prioridad de necesidades de
la Administración de Justicia. Agrega que todos los que se
ocupan desde hace tiempo de estos temas conocen que si el
problema se resolviera dotando de más medios, así se haría,
pero los problemas de la justicia no son únicamente de falta
de medios sino también de la existencia de unas leyes
obsoletas y complicadas, que han llevado al Ministro, desde la
toma de posesión de su cargo, a hacer hincapié en la necesidad
de reformar las leyes procesales adecuándolas al tiempo
actual, para lo que es necesario dotar a la Administración de
Justicia de más medios. Rechaza las acusaciones de poco
creíbles e irresponsables referidas a estos presupuestos e
incide en algunas de las consideraciones expuestas por el
señor Ministro en relación con la labor a realizar a la vista
de la situación presente, afirmando que no se van a regatear
esfuerzos para intentar mejorarla, como ya se ha mejorado
espectacularmente en los últimos años. Replican el señor
Padilla Carballeda, la señora Aguilar Rivero y el señor
Gatzagaetxebarría Bastida, duplicando el señor Pérez Mariño.




Sección 18 (Página 1164)



El señor Ministro de Educación y Ciencia (Suárez Pertierra)
presenta los presupuestos de la Sección, afirmando que, al
igual que en las demás secciones, hay que situarlos en el
contexto de una crisis económica de contención del gasto
público, con el objetivo fundamental de reducir el déficit. De
ahí que los presupuestos de Educación y Ciencia tengan un
incremento total de sólo 16.000 millones respecto de la cifra
del año anterior, con términos porcentuales que representan un
1,55 por ciento de aumento. Puede afirmarse que se trata de un
presupuesto de contención, pero suficiente para abordar
algunas prioridades, mientras que en otros aspectos se puede
mantener el ritmo necesario en su aplicación. Se procura
mantener el equilibrio necesario entre los diversos niveles
educativos, aun siendo conscientes de que hay niveles que
precisan seguir creciendo mientras que en otros puede hablarse
de adaptación o mejora de su funcionamiento. Añade que la
calidad del servicio público en educación es una de las
preocupaciones que en estos presupuestos se trata de recoger y
de cara a la corrección de desigualdades, todas las partidas
experimentan un incremento, con especial relevancia en las
relativas a transporte escolar, comedores y escuelas-hogar.

Destaca seguidamente los programas que han merecido una
atención más prioritaria por parte del Departamento y las
áreas y políticas sectoriales afectadas, resaltando numerosas
cifras encaminadas al cumplimento de esos objetivos. El señor
Ollero Tassara defiende las enmiendas del Grupo Popular. Alude
a la coincidencia de este debate con las manifestaciones que
hoy se están viviendo en la Universidad y en la educación en
general. Pensaba que el señor Ministro iba a enviar algún
mensaje a una sociedad que está preocupada, pero comprueba que
se ha equivocado. El señor Ministro se ha limitado a resaltar
algunas partidas tan decisivas, por ejemplo, como la del
transporte escolar. Con afán de colaboración, debe manifestar
al señor Ministro que les preocupa su actitud de repliegue en
un momento en que los problemas salen ya a la calle, sin que
envíen mensajes mínimamente esperanzadores a la sociedad. El
señor Ministro ha hablado de la falta de dinero ante la
necesidad de reducir el déficit, frente a lo cual tiene que
decir que lo que hay que reducir es



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el déficit en la calidad de la enseñanza, que es lo que
debería preocupar realmente al señor Ministro. Supone, además,
una miopía enorme no darse cuenta de que en un momento de
crisis la educación es una palanca que nos puede sacar de
ella. Alude a debates habidos en ejercicios anteriores en
relación con el tema educativo, para concluir afirmando que,
con los recursos escasos de que se dispone en materia de
enseñanza, es imposible llegar a ningún acuerdo positivo.

Analiza algunas partidas destinadas a enseñanza básica,
formación profesional, Universidad e investigación, señalando
que en la situación en que se encuentran estas enseñanzas no
tiene sentido aparentar que no pasa nada cuando lo que se
precisa justamente es más coraje, más iniciativa, dejar de
esconderse y dar la cara transmitiendo un mensaje de esperanza
al país, aunque sea sin dinero.

El señor González Blázquez defiende las enmiendas del Grupo de
Izquierda Unida y expone que su enmienda a la totalidad de la
sección tiene poco que ver con las razones y argumentos
planteados por la derecha, ya que en su grupo apuestan por
otro modelo de educación. Añade que por muchos esfuerzos que
haga el señor Ministro para explicar la viabilidad de este
presupuesto para afrontar las reformas en curso sabe
perfectamente que ello no es posible. Las reformas eran
progresistas y por ello las apoyaron, pero se encuentran ahora
con unos presupuestos condicionados por el apoyo de otros
grupos que no tienen el mismo concepto de la educación que
Izquierda Unida. Analiza seguidamente las partidas destinadas
a algunas enseñanzas en las que se producen disminuciones
reales respecto del ejercicio anterior, mientras que en
materia de tasas se sigue una política errática que ha
provocado la lógica protesta de los estudiantes. Frente a esta
situación, según los cálculos realizados por Izquierda Unida,
si se produjese un incremento del 7 por ciento en el
presupuesto de la Sección, podrían arreglarse muchas cosas al
disponer de los recursos suficientes para atender muchas de
las necesidades presentes y de las reformas emprendidas. El
señor Mur Bernad, del Grupo Mixto, defiende las enmiendas 24,
27 y 28, que van encaminadas a resolver algunas carencias
históricas de la Comunidad de Aragón debido a los déficit
acumulados y promesas incumplidas. Rechaza, por otra parte, la
calificación de suficientes dedicada a estos presupuestos por
el señor Ministro de Educación y Ciencia.

El señor González Lizondo, del Grupo Mixto, defiende la
enmienda 2.180, destinada a la construcción de un circuito de
velocidad en Cheste (Valencia). En nombre de Coalición Canaria
defiende la enmienda presentada el señor Mardones Sevilla,
atribuyendo a la misma un carácter simbólico y que se refiere
a la dotación suficiente en las subvenciones al desplazamiento
de los equipos deportivos del archipiélago que participan en
las competiciones estatales. En turno en contra de las
enmiendas a la Sección 18 interviene el señor Nieto González,
en representación del Grupo Socialista, exponiendo que pueden
compartir algunas de las preocupaciones expuestas por el
portavoz de Izquierda Unida en la defensa de las enmiendas de
totalidad, e incluso también con las expuestas por el portavoz
del Grupo Popular en relación con la necesidad de mejorar la
calidad del sistema educativo, que es en lo que actualmente
están y lo que posibilita este presupuesto, debiendo continuar
en esta línea hasta su finalización, de acuerdo con las
previsiones de la propia ley.

También comparten algunas preocupaciones del portavoz de
Izquierda Unida en relación con las prioridades en educación,
aunque, dicho esto, la realidad es que, después de escuchar a
los enmendantes a la totalidad de la Sección, se ha quedado
sin conocer las alternativas que ofrecen los grupos
parlamentarios, especialmente el Grupo Popular, y sobre todo
cómo se financiarían presupuestariamente esas alternativas en
caso de existir. El Grupo Popular ni siquiera ha dicho cuáles
son sus prioridades educativas, en el supuesto de que las
tenga.

En cuanto a Izquierda Unida, presenta una serie de sugerencias
concretas, pero bastante deslavazadas, desde su punto de
vista, y que no mejoran el tratamiento que se contiene en los
presupuestos. En consecuencia, considera que estas dos
enmiendas a la totalidad no aportan nada, por lo que el
presupuesto en Educación, tal y como ha sido presentado por el
señor Ministro, es un presupuesto limitado pero suficiente,
tiene unos objetivos claros y marca unas prioridades claves
para nuestro sistema educativo y por ello merecerá el apoyo
del Grupo Socialista. Concluye fijando la posición del Grupo
Socialista respecto de las enmiendas parciales presentadas por
diversos grupos de la Cámara.

Replican los señores Ollero Tassara, González Blázquez y
González Lizondo, duplicando el señor Nieto González.




Sección 14 (Página 1179)



El señor Ministro de Defensa (García Vargas) presenta el
presupuesto de la Sección, manifestando que



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el mismo presenta un crecimiento moderado del 6,3 por ciento
con respecto al del ejercicio anterior, que, aunque modesto,
debe resaltarse por coincidir con una política de rigor
presupuestario que toda la Cámara comparte y que no permite
grandes esfuerzos prácticamente en ningún capítulo, por lo que
la defensa no podía ser ninguna excepción. En todo caso, se
trata de un presupuesto que sigue siendo inferior si se
relaciona con el PIB y la media de gasto que realizan nuestros
aliados dentro de la OTAN o de la UEO. Expone que en el
presupuesto de la Sección el esfuerzo de mejora más apreciable
se centra en el incremento de la profesionalización de
nuestros ejércitos y también en la mejora de sus medios,
aunque destaca el primer aspecto habida cuenta de los diversos
debates habidos en la Cámara sobre la necesidad de caminar al
ritmo más rápido posible hacia el 50 por ciento de
profesionalización que entre todos han decidido. De ahí que no
comprenda algunas de las enmiendas referidas precisamente a
este punto concreto. En cuanto a material y mantenimiento, se
realiza también un esfuerzo importante, con un crecimiento
presupuestario del 9,8 por ciento frente al 2,4 que se produce
en materia de personal. Expone las grandes cifras de las
partidas que integran la Sección, para concluir afirmando que
las mismas representan un importante esfuerzo, dado el marco
general de dificultades presupuestarias y económicas que vive
nuestro país, así como el resto de los países occidentales y
prácticamente todos los países del mundo. Con estos
presupuestos estima que se podrá mantener lo que es más
imprescindible, es decir, los programas de modernización y los
programas de profesionalización de las Fuerzas Armadas.

En defensa de las enmiendas del Grupo Popular interviene el
señor López Valdivielso, señalando que, una vez más, tienen
que decir al señor Ministro que lo que dice en sus discursos
tiene muy poco que ver con lo que luego es la realidad de cada
día, pues en casi nada se parecen sus buenos deseos a las
realidades de las que el señor Ministro es responsable. Expone
que no avanzamos absolutamente nada y que nuestras capacidades
defensivas y la situación de nuestras Fuerzas Armadas son cada
día peores, ya que cada año que pasa los presupuestos que se
aprueban son también peores y más preocupantes. En realidad,
con el presupuesto para el año 1994 se les acompaña una
memoria triunfalista que no se corresponde con la realidad de
las cifras de la Sección, que tienen un crecimiento del gasto
para la Defensa que supone la mitad del crecimiento global del
total de los presupuestos. Continúa manifestando que han
presentado una enmienda a la totalidad de la Sección porque se
encuentran con unos presupuestos continuistas y que no
responden a las necesidades de nuestra defensa ni de nuestras
Fuerzas Armadas. Es un presupuesto que no supone ningún cambio
de tendencia, sino una simple consolidación de los recortes
que el Departamento viene sufriendo en los últimos años,
situación que no puede en absoluto justificarse aludiendo a la
difícil coyuntura por la que atraviesa nuestra economía, de la
que, por otra parte, es el Gobierno socialista el único
responsable. En todo caso, el principal problema no es tanto
lo que se gasta sino en qué se gasta, y en este sentido tiene
que afirmar que se gasta mal y cada día peor, con una
constante burocratización de nuestro gasto militar, en tanto
que se reduce el destinado a la profesionalización y
modernización de las Fuerzas Armadas con profundos cortes en
los presupuestos de los tres ejércitos. Podría facilitar datos
o hacer referencia a las manifestaciones que los jefes de
Estado Mayor de los tres ejércitos hicieron en su
comparecencia en la Comisión en relación con la situación de
sus respectivos ejércitos, pero no lo va a hacer, limitándose
a dejar claro que con este presupuesto es imposible conseguir
el modelo deseado de Fuerzas Armadas, ejecutar el modelo
diseñado en el acuerdo parlamentario de 1991. Con esta
política presupuestaria nos encontramos de hecho en estos
momentos con unas Fuerzas Armadas ficticias, con unidades que
existen sobre el papel pero que en la realidad prácticamente
no son operativas, hasta el punto de que si se produjese una
agresión su capacidad de reacción sería prácticamente nula,
aunque sabe que tales manifestaciones le desagradan al señor
Ministro.

Contesta el señor Ministro de Defensa (García Vargas),
replicando el señor López Valdivielso y duplicando el señor
Ministro.

El señor Romero Ruiz defiende las enmiendas del Grupo
Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya. Con referencia a la
enmienda de totalidad que presentan a la Sección señala que no
tiene el mismo significado que la enmienda del Grupo Popular,
ya que, a pesar de la crisis económica, del desempleo y de los
recortes en las prestaciones sociales, los presupuestos de
Defensa aumentan en un 6,3 por ciento respecto a los del año
anterior, crecimiento que no responde a la necesidad de
remediar las carencias de la defensa nacional sino que está en
función de los intereses de una serie de sectores y de una
política que no es la adecuada desde el punto de vista de la
situación europea e internacional.

Analiza algunas de las partidas más importantes que integran
la Sección, manifestando que se trata



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de un presupuesto que responde a un modelo de seguridad
anclado en posibles amenazas exteriores y a decisiones tomadas
por terceros, ajenas a nuestra realidad y a nuestros intereses
nacionales. Considera que con el vigente modelo la reducción
del gasto militar es algo realmente difícil, haciéndose cada
día más patente la necesidad de transformar este modelo de
ejército y dotar a España de unas Fuerzas Armadas no
sobredimensionadas sino adecuadas a lo previsto en el artículo
8.º de la Constitución. Agrega que su enmienda va en la línea
del compromiso electoral contraído por Izquierda Unida de
reducir los gastos de Defensa al uno por ciento del PIB, en
lugar de acercarlo al 2 por ciento, como plantea el Gobierno
teóricamente. Termina exponiendo el contenido de algunas de
las enmiendas parciales que han formulado tendentes a la
reducción de algunas partidas presupuestarias, afirmando que
su propuesta es realista y adecuada a la crisis y dificultades
que vive nuestro país.

El señor Zabalía Lezamiz manifiesta que después de escuchar la
intervención del señor Ministro han reconsiderado sus
enmiendas a esta Sección y decidido retirarlas. En turno en
contra de las enmiendas a la Sección 14 interviene el señor
Moya Milanés, en nombre del Grupo Socialista, manifestando que
prácticamente no se referirá a las grandes magnitudes del
presupuesto de Defensa para el próximo año porque éstas ya se
han puesto de relieve en la intervención del señor Ministro.

Solamente desea resaltar los seis objetivos principales que el
Gobierno plantea para este año y que son: primero, frenar la
caída presupuestaria, aunque sea modestamente; segundo,
permitir acometer la primera fase del cambio retributivo de la
tropa y de la marinería profesional; tercero, ajustar al
máximo los gastos corrientes de los ejércitos en beneficio de
las inversiones en modernización de las Fuerzas Armadas;
cuarto, mejorar sensiblemente el mantenimiento del armamento,
material e infraestructuras; quinto, mantener el esfuerzo
económico en investigación y desarrollo del Departamento, y
sexto, consolidar el programa de modernización de las Fuerzas
Armadas. Todos estos objetivos tienen su traslación numérica,
que ha sido precisa y puntualmente expresada en las magnitudes
a las que el señor Ministro ha hecho referencia en la
presentación del presupuesto.

Procede, a continuación, a exponer la posición del Grupo
Socialista en relación con las enmiendas de totalidad,
rebatiendo las principales manifestaciones de los enmendantes
y subrayando las contradicciones en que han incurrido.

Replican los señores López Valdivielso y Romero Ruiz y duplica
el señor Moya Milanés.




Se procede a las votaciones de las enmiendas debatidas a lo
largo de la sesión de la mañana, así como a votar el dictamen
de las Secciones 01, 02, 03, 04, 05, 08, 13, 18 y 14, que son
aprobadas.




Se suspende la sesión a las dos y veinticinco minutos de la
tarde.




Se reanuda la sesión las cuatro de la tarde.




Sección 12 (Página 1194)



El señor Ministro de Asuntos Exteriores (Solana Madariaga)
presenta los presupuestos de la Sección, manifestando que la
misma está imbuida de los mismos principios que adornan a
todos los Presupuestos Generales. Si tuviera que definirlos
con dos adjetivos, diría que están caracterizados por el rigor
y por la coherencia. Rigor en cuanto que se trata de unos
presupuestos compatibles con las obligaciones que España tiene
en su política exterior, pero también compatibles y coherentes
con el conjunto de las prioridades que en política económica
España tiene en estos momentos. Analiza los distintos
capítulos que integran la Sección y termina señalando que ésta
tiene un crecimiento muy por encima de la media de los
Presupuestos Generales, superando el 32 por ciento, incremento
que está fundamentalmente relacionado con los compromisos
internacionales, es decir, cuotas a organismos
internacionales, operaciones de mantenimiento de la paz y
ayudas u operaciones voluntarias a organismos internacionales.

El señor Rupérez Rubio defiende las enmiendas del Grupo
Popular, resaltando el hecho paradójico de que, respecto a
esta Sección, Gobierno y oposición vienen repitiendo durante
los últimos años prácticamente lo mismo, es decir, la
parquedad de medios de la Sección. El Grupo Popular expresa su
preocupación por esta escasez de medios que se observa al
comparar los porcentajes que suponen los presupuestos para el
Ministerio de Asuntos Exteriores de otros países de nuestra
propia zona y los destinados por España, considerando los
datos correspondientes harto significativos. Por otra parte, y
a pesar del aumento de estos presupuestos por la razón
señalada por el señor Ministro, la realidad es que Asuntos
Exteriores contará en el año 1994 con muchos menos medios de
los ya escasos con que contaba en los años anteriores, de lo
que es buena prueba la reducción del 40 por ciento en materia
de inversiones, a pesar de contar con una red exterior
deficiente y necesitada de múltiples



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mejoras. También destaca la reducción significativa de los
fondos dedicados a formación y el recorte del 23 por ciento,
que califica de brutal, en el programa dedicado a cooperación
para el desarrollo.

Concluye aludiendo a las cuotas destinadas a operaciones de
paz, destacando los costos de las mismas y afirmando que sólo
un resultado efectivo en el mantenimiento de la paz
justificaría el empleo de tan cuantiosos medios materiales. El
señor Espasa Oliver defiende las enmiendas de Izquierda Unida-
Iniciativa per Catalunya. Aclara que no han presentado
enmienda de totalidad a la Sección, pero que ello no significa
una plena identidad de políticas con la que practica el
Gobierno en muchos temas. En cuanto al incremento de estos
presupuestos, que tan brillantemente ha presentado el señor
Ministro, desea subrayar que todo él desaparece con la
devaluación de la peseta. El propio Ministro ha aclarado algo
que ya conocían, y es que tal incremento se debe a cuotas a
organismos internacionales y a gastos en operaciones de
mantenimiento de la paz, con las que su Grupo está de acuerdo
cuando son justas. Que el aumento en cuestión no se produce en
la realidad lo demuestra el capítulo destinado a cooperación
al desarrollo, donde se mantiene el mismo porcentaje en
relación a nuestro PIB. Lamenta que se produzca una
disminución de estas partidas sobre las que justamente todos
los grupos parlamentarios se han pronunciado en favor de su
aumento.

Concluye haciendo referencia a las dos enmiendas parciales que
tienen presentadas, una pidiendo un aumento de 500 millones
para consolidar y aumentar el mapa consular y otra solicitando
un incremento de 400 millones para ayudar a los consejos de
emigrantes.

En turno en contra de las enmiendas a la Sección 12 interviene
el señor Martínez Martínez (don Miguel Angel), que destaca el
notable grado de aceptación que se produce en líneas generales
respecto de estos presupuestos, coincidencia que también se
corresponde con el grado de consenso que, afortunadamente, hay
entre las distintas fuerzas políticas en materia de política
exterior. Coincide también con los demás grupos en considerar
cortos estos presupuestos, no insuficientes, para sacar todo
el jugo al potencial que la actuación de España en la escena
internacional tiene en estos momentos. Son probablemente unos
presupuestos de circunstancias y con cara y corazón de
circunstancias los aceptan. Son los presupuestos de las
circunstancias que vive el país y desde el Grupo Socialista
los asumen razonable, responsable y solidariamente,
convencidos de que son los mejores posibles, pero sobre todo
comprometidos para hacer que sean suficientes, aun siendo
cortos, para hacer frente a los retos que tiene planteados
España en sus acciones exteriores. Alude al importante
incremento presupuestario de esta Sección, con análisis de
algunas de las partidas que la integran, manifestando que las
razones expuestas por los enmendantes les parecen poco
convincentes como para que puedan ser apoyadas.

Replican los señores Rupérez Rubio y Espasa Oliver, duplicando
el señor Martínez Martínez (don Miguel Angel).




Sección 20 (Página 1206)



El señor Ministro de Industria y Energía (Eguiagaray Ucelay)
presenta la Sección, manifestando que procurará realizar el
análisis de alguna de las cifras de este presupuesto y de las
razones que aconsejan o hacen posible que éstas sean
finalmente las consignadas. Sin entrar en un análisis profundo
de la política industrial, por no ser éste el momento, sí
considera conveniente decir, en cambio, que dicha política
industrial no puede ser hecha en discrepancia, ni siquiera en
falta de consonancia, con la política general del Gobierno.

Personalmente es de los que creen que la política industrial
es una parte de la política general y global económica del
Gobierno y desde este planteamiento global es desde el que
cree que se puede abordar con corrección lo que son los
presupuestos contenidos en la Sección 20. Expone algunos datos
comparativos entre las cifras contenidas en estos presupuestos
y las correspondientes al ejercicio anterior, analizando
seguidamente diversos capítulos de la Sección, con exposición
de algunas cifras de los mismos, afirmando que la actual
política industrial española se inscribe en el contexto de una
creciente internacionalización y globalización que caracteriza
la actividad económica y muy especialmente en el mercado
interior comunitario. Ello comporta el respeto a la
legislación y a las directrices comunitarias, la anticipación
a los procesos de integración europea y el fomento de la
participación de las empresas españolas en los diversos
programas comunitarios.

El objetivo perseguido a medio plazo por la política
industrial es el establecimiento de un entorno macroeconómico
y microeconómico que fomente la competitividad de las
empresas, mejorando las dotaciones y potenciando aquellos
factores de los cuales está más necesitado nuestro tejido
industrial. En el largo plazo, el objetivo no puede ser otro



Página 1143




que asumir la internacionalización de la industria española en
base a una mayor capacidad de acreditar su competitividad
internacional, de manera que las empresas industriales
españolas puedan ganar de forma continuada no sólo cuotas de
mercado doméstico sino, sobre todo, cuotas de mercado
exterior. Para conseguir estos objetivos la estrategia
industrial diseñada supone la combinación de un conjunto de
actuaciones tendentes a promocionar esos factores de
competitividad, con medidas dirigidas especialmente a aquellos
sectores industriales que, por su vulnerabilidad, necesitan
hoy de un tratamiento especial para afrontar la competitividad
internacional, como son los sectores de la siderurgia, naval y
textil.

El señor Gamir Casares defiende las enmiendas del Grupo
Popular. Coincide con el señor Ministro en que la política
presupuestaria de gasto en el sector industrial tiene que
estar en concordancia con el resto de la política industrial
y, al final, con el resto de la política macroeconómica. Sin
embargo, cree que se puede decir, sin ninguna acritud y
juzgándola por los resultados, que el resultado de la política
industrial del Gobierno socialista es realmente preocupante
por la creación de paro que ha supuesto y que a todos inquieta
por ser el gran problema de la sociedad. Expone diversas
cifras sobre la evolución del paro en los últimos diez años,
afirmando que se trata de una crisis diferenciada en la
industria española, mucho más grave y que no tiene que ver
nada con lo que está ocurriendo en Europa. Alude también a las
medidas encaminadas al fomento de la pequeña y mediana empresa
y a las destinadas a fomentar la competitividad de nuestra
industria, especialmente de aquellas empresas localizadas en
regiones que presentan una especial vulnerabilidad de cara al
mercado único europeo.

Termina mencionando la reiterada frase atribuida a los
gobiernos socialistas que decía que la mejor política
industrial era la que no existía, afirmando que tal política
industrial ha conducido a una desindustrialización del país, a
un incremento del paro no parangonable con el resto de Europa
y a la creación de una fábrica de parados industriales, debido
precisamente a esa política industrial que sí ha existido. El
señor García Fonseca defiende las enmiendas del Grupo
Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya. Comienza aludiendo a
una información del Ministerio de Industria y Energía sobre
productividad industrial, información recibida esta misma
mañana y que en lo fundamental dice que en el segundo semestre
del año 1993 se produce, por primera vez, un descenso del 2,2
por ciento de los costes laborales unitarios mientras que los
precios industriales crecen un 1,7 por ciento, con lo que el
desfase de que se viene hablando entre costes laborales y
precios industriales se produce en sentido favorable a los
precios, por segundo trimestre consecutivo. Parece conseguirse
así lo que el Gobierno reiteradamente manifiesta de reducir
los costes salariales para incrementar la competitividad. Esto
ha ocurrido, sin embargo, en unos trimestres que no han
brillado precisamente por una incidencia positiva en la
creación de empleo. Pero sucede que el Gobierno dice que esto
no es aún suficiente y sigue insistiendo en el tema de la
moderación salarial como factor decisivo para la
competitividad, en base a un dato falso como es el que los
costes salariales unitarios españoles crecen por encima de la
media europea. Facilita algunas cifras sobre el particular, a
la vista de las cuales considera que la realidad es
absolutamente contraria a las tesis que el Gobierno socialista
maneja y en base a las cuales mantiene sus durísimas medidas
para la mayoría de la población.

Concluye manifestando al señor Ministro que ni siquiera
coinciden en cuanto a las cifras globales del presupuesto, ya
que mientras el Ministro habla de un crecimiento del 5 por
ciento de la Sección con respecto al año anterior a él le sale
un decrecimiento del 0,9 por ciento al eliminar los servicios
que antes prestaba el Ministerio de Industria y ahora ya no
presta. El señor Albistur Marín, del Grupo Mixto, defiende la
enmienda presentada al Programa 542-E de investigación y
desarrollo tecnológico, solicitando un incremento de 300
millones para el mismo, a fin de subsanar la falta de
información y difusión de los programas de este Centro, tan
relacionado con la pequeña y mediana empresa. El señor Olarte
Cullén, del Grupo de Coalición Canaria, solicita que se den
por defendidas las enmiendas presentadas y que sean
posteriormente sometidas a votación.

En turno en contra de las enmiendas interviene, en nombre del
Grupo Socialista, el señor Sáenz Lorenzo, señalando que
algunos de los elementos que han estado incidiendo
negativamente durante algún tiempo en la política industrial
se han corregido en buena medida, como la bajada de los tipos
de interés en los últimos meses y la propia valoración de la
peseta, en estos momentos mucho más ajustada de lo que ha
estado anteriormente. Alude también al tema de los costes
laborales al que se ha referido el señor García Fonseca,
afirmando que si se da validez a todas las cifras que constan
en el documento mencionado por el enmendante lo que ponen de
manifiesto es que los costes laborales unitarios de la
industria, a lo largo de los últimos años, han sido muy
elevados y sólo en los últimos trimestres disminuyen
significativamente.




Página 1144




Hay algunos otros indicadores en los últimos meses que pueden
entenderse que predicen un cambio de tendencia a una mejora de
la competitividad en el sector de la industria de cara al
futuro, pero no se pueden lanzar las campanas al vuelo, puesto
que la situación es de crisis profunda y lo que hay que hacer
es afrontarla llevando a cabo una serie de políticas
industriales acertadas.

Alude a algunas otras cuestiones expuestas por los enmendantes
y termina expresando su desacuerdo con las enmiendas
presentadas a la Sección por las razones que más ampliamente
fueron expuestas en el debate de Comisión. Replican los
señores Gamir Casares, García Fonseca y Albistur Marín,
duplicando el señor Sáenz Lorenzo.




Sección 15 (Página 1221)



El señor Ministro de Economía y Hacienda (Solbes Mira)
presenta los presupuestos de la Sección. Señala que con
ocasión de la presentación de los Presupuestos Generales tuvo
ocasión de exponer los grandes objetivos presupuestarios para
el año próximo, dedicando una especial atención a la
importancia que el Gobierno daba a la reducción del gasto,
que, evidentemente, no ha sido uniforme en todas las partidas.

El presupuesto del Departamento de Economía y Hacienda ha sido
diseñado de manera que contribuya también a esta política de
reducción del gasto del Estado, con una fuerte caída de más
del 22 por ciento respecto al presupuesto de liquidación del
año anterior.

A continuación se refiere a los distintos capítulos que
integran la Sección, destacando las principales cifras de los
mismos, extrayendo la conclusión de su carácter fuertemente
restrictivo si se analiza el presupuesto consolidado del
Departamento, de sus organismos autónomos y de la Agencia
Tributaria. Puede afirmarse que los presupuestos del
Ministerio han sido diseñados de acuerdo con una política de
fuerte austeridad en el gasto público, con la finalidad de
favorecer la política de racionalización y de reducción del
mismo y de promover así las condiciones necesarias para
favorecer la reactivación económica y la generación de empleo.

El señor Montoro Romero defiende las enmiendas del Grupo
Popular, manifestando que solicitan la devolución de esta
Sección al Gobierno por entender que existe un incorrecto
funcionamiento del Ministerio de Economía y Hacienda en la
actualidad y que va a prorrogarse en el año 1994. Este
incorrecto funcionamiento se deriva de una deficiente
organización, de una mala estructuración del Ministerio, que
estos presupuestos perpetúan para años venideros si no se hace
algo para atajar el problema.

Expone que el Ministerio de Economía debería transmitir una
imagen de mayor austeridad en el gasto, de mayor recorte de
algunos de sus gastos de funcionamiento y también una mayor
eficacia en la consecución de sus programas clave básicos, a
la vez que se configura de una manera más moderna, más
apartidista, más alejada de los planteamientos políticos y, en
definitiva, más profesional. Considera que la reorganización
recientemente realizada es claramente insuficiente. En
relación con las enmiendas de su Grupo afirma que el espíritu
de las mismas es demandar al Ministerio una mayor contención
del gasto y la reducción de la partida de compras, más
concretamente de estudios, al no decirse en qué consisten
tales estudios. Formula algunas otras objeciones a diversos
programas de esta Sección, pidiendo incluso la devolución de
varios de ellos, para concluir afirmando que realiza una
crítica sustantiva a los presupuestos del Ministerio, una
crítica de contenidos, de calidad de sus acciones, de
condición de sus programas, que va más allá de lo que revelan
las cifras y respecto de las que, en vez de leerlas, le
hubiera gustado que el señor Ministro hiciera una evaluación
de su eficacia, que consiste en los logros hasta ahora
alcanzados y ciertamente éstos son muy escasos.

El señor Mur Bernad, del Grupo Mixto, defiende la enmienda
número 29 al programa 724, por la que proponen la aportación
de 1.000 millones para el plan especial de la provincia de
Teruel.

El señor Frutos Gras defiende la enmienda del Grupo de
Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya. Manifiesta que la
defensa que ha hecho el Ministro de esta Sección debe tener
algo que ver con la tecnocracia, pero no tiene nada que ver ni
con la política ni con un análisis sobre la situación
económica del país.

En relación con las enmiendas presentadas a esta Sección, la
1.431 pretende aumentar en 4.000 millones los 17.000 de la
Dirección General de Incentivos Regionales para hacer frente a
la previsión del plan de actuación económica de la región de
Murcia. Una segunda enmienda pretende dedicar 200 millones
para un programa informático, para un nuevo censo en los
consulados que facilite la incorporación a este censo de todos
los emigrantes. En turno en contra de las enmiendas
interviene, en representación del Grupo Socialista, el señor
Martínez Sanjuán. En relación con la enmienda de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya señala al señor Frutos que los
presupuestos dirigidos concretamente



Página 1145




a incentivos regionales no están regionalizados sino que se
trata de un presupuesto global y, después, cada comunidad
autónoma gestiona sus proyectos. Sobre la enmienda relativa al
censo, se reafirma en lo expuesto en Comisión, en el sentido
de que toda la política dirigida al sector de emigración
reside fundamentalmente en el Ministerio de Asuntos Exteriores
y no en el de Economía y Hacienda, ni en el Instituto Nacional
de Estadística. Al señor Mur Bernad le manifiesta que lo mejor
que podría hacer después de escuchar esta intervención es
retirar su enmienda, por la sencilla razón de que el señor Mur
no ha encontrado la partida correspondiente que figura en el
programa 732, por un importe de 960 millones para la finalidad
pedida. En cuanto al señor Montoro, que dice que el
presupuesto de esta Sección es incorrecto en el
funcionamiento, porque no incorpora austeridad, le extraña tal
afirmación cuando en relación con el gasto ejecutado en 1993
supone una disminución en torno al 20 por ciento. Se trata de
uno de los pocos ministerios a los que no se podrá acusar por
el Grupo Popular de no dar ejemplo, de no hacer unas cuentas
públicas ejemplarizantes. Es un presupuesto inferior al de
ejecución del año anterior, con lo que está dando un ejemplo
en materia de contención del gasto. Respecto a que debería ser
un Ministerio más profesional y apartidista, afirma que,
profesional, seguro que lo es, y apartidista, también, en la
medida en que el Ministro no es militante del Partido
Socialista. El que no le gusten determinadas partidas y
programas lo considera lógico hasta cierto punto, aunque
lamentablemente no tiene tiempo para explicar el desarrollo de
todas esas partidas y programas citados por el señor Montoro.

Replican los señores Montoro Romero, Mur Bernad y Frutos Gras,
duplicando el señor Martínez Sanjuán.




Sección 16 (Página 1230)



Presenta los presupuestos de la Sección el señor Ministro del
Interior (Corcuera Cuesta), exponiendo las líneas generales de
los mismos, que profundizan en las ideas apuntadas el año
anterior para los presupuestos todavía vigentes, esto es,
austeridad y mantenimiento del nivel de prestación de
servicios. Expone que es un presupuesto bastante restrictivo
en determinados conceptos, pero que deja margen para seguir
asegurando el normal desenvolvimiento de los derechos de los
ciudadanos. El señor Baón Ramírez defiende las enmiendas del
Grupo Popular, negando operatividad y eficacia al presupuesto
presentado para hacer frente a las tres grandes áreas
encomendadas a este Ministerio.

Interviene de nuevo el señor Ministro del Interior (Corcuera
Cuesta), replicando el señor Baón Ramírez y duplicando el
señor Ministro. Continúa la defensa de las enmiendas
presentadas a la Sección, interviniendo los señores Ríos
Martínez, del Grupo Parlamentario de Izquierda Unida-
Iniciativa per Catalunya; Zabalía Lezamiz, del Grupo
Parlamentario Vasco (PNV), y González Lizondo, del Grupo
Mixto, contestándoles, en nombre del Grupo Socialista, el
señor Rodríguez Zapatero.

Se procede a las votaciones de las enmiendas debatidas
anteriormente, así como del dictamen correspondiente a las
Secciones 12, 20, 15 y 16, que son aprobadas.




Sección 24 (Página 1240)



Presenta los Presupuestos de la Sección la señora Ministra de
Cultura (Alborch Bataller).




En defensa de las enmiendas presentadas a la Sección
intervienen los señores Cortés Martín, del Grupo Popular;
Alcaraz Masats, del Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya; González de Txábarri Miranda, del PNV: Mur Bernad y
Albistur Marín, del Grupo Mixto, y Mardones Sevilla del Grupo
de Coalición Canaria, contestándoles, en representación del
Grupo Socialista, el señor Clotas i Cierco. El señor Homs i
Ferret, del Grupo Catalán (Convergència i Unió) presenta dos
enmiendas transaccionales en relación con otras tantas
enmiendas del Grupo Vasco (PNV).

Replican los señores Cortés Martín, Alcaraz Masats, González
de Txábarri Miranda, Mur Bernad, Albistur Marín y Mardones
Sevilla, duplicando el señor Clotas i Cierco.




Sección 25 (Página 1256)



Presenta los Presupuestos de la Sección el señor Ministro de
la Presidencia (Pérez Rubalcaba).

En defensa de las enmiendas presentadas a la Sección
intervienen los señores Cisneros Laborda, del Grupo Popular, y
López Garrido, del Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya. Les contesta, en nombre del Grupo Socialista, el
señor Jerez Colino.




Se suspende la sesión a las once y cincuenta minutos de la
noche.




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Se reanuda la sesión a las nueve y cinco minutos de la mañana.




DICTAMENES DE COMISION SOBRE INICIATIVAS LEGISLATIVAS:



--PROYECTO DE LEY DE PRESUPUESTOS GENERALES DEL ESTADO PARA
1994 (Número de expediente 121/000013) (Continuación)



El señor PRESIDENTE: Se reanuda la sesión.

Concluido el debate relativo a los textos articulados de los
proyectos de ley, corresponde, según la ordenación acordada,
pasar al debate de las secciones. No hay enmiendas presentadas
a la Sección 01 ni a la Sección 02. Sí las hay a la Sección
03, y son las presentadas por el Grupo Parlamentario de
Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya.

Tiene la palabra el señor González.




El señor GONZALEZ BLAZQUEZ: Muchas gracias, señor Presidente.

Voy a defender las enmiendas números 1.391, de devolución y
1.584. Retiramos en este momento la enmienda número 1.263, que
hacía referencia a una reducción de la partida de 90 millones
de pesetas.

Entiende mi Grupo, señor Presidente, señorías, que de la
escasa atención presupuestaria que merece para el Gobierno,
como también en este caso para otros grupos de la oposición,
el Tribunal de Cuentas, pudiera nacer la concepción, a nuestro
juicio errónea, que de dicho Tribunal se tiene como si fuera
un organismo subsidiario del poder ejecutivo. A nuestro
juicio, el Tribunal de Cuentas debería tener mayor relación
directa con el Parlamento como colaborador de las Cortes
Generales, con suficientes competencias y recursos para
desarrollar una eficaz fiscalización de la ejecución del
presupuesto. El Tribunal de Cuentas, según nuestra opinión,
debería ser un órgano parlamentario cuya función consistiera
en la fiscalización de la actividad económica y financiera del
sector público, con criterios de legalidad, eficiencia,
economía y equidad. Deberían revisarse los procedimientos de
fiscalización, de la Memoria y del informe anual, al objeto de
que pudieran servir de base para la evaluación de la actividad
económica del sector público. El Tribunal de Cuentas, señor
Presidente, debería agilizar su entrega a las Cortes
inmediatamente después de vencer el correspondiente ejercicio.

También según nuestra opinión, el Tribunal de Cuentas debería
fiscalizar a las corporaciones locales, aunque fuera por
delegación, en los tribunales de cuentas de las comunidades
autónomas. Si queremos, en suma, que este Tribunal ejerza una
auténtica labor, una auténtica función de fiscalización ágil,
eficaz, además de rigurosa, no hay más remedio que dotar
presupuestariamente de una forma adecuada a esa importante
labor que nosotros le queremos encomendar. De lo contrario, el
Tribunal de Cuentas podría ser una institución que funciona al
ralentí, que elabora los informes tarde y algunas veces, por
falta de recursos, mal y que no pudiera servir para nada más
que para justificar la existencia de una institución necesaria
en democracia. La independencia, señor Presidente, señorías,
será menor cuanto menores también sean los recursos y los
medios que pongamos a su disposición. Si ustedes, señores del
Gobierno, me dicen que es suficiente con lo presupuestado,
habremos de entender que los responsables que ustedes han
puesto al frente del Tribunal de Cuentas no sirven, porque a
esta Cámara están pendientes de llegar informes de
fiscalización muy importantes, retrasos que nosotros --que
somos, ciertamente, bien pensados-- habíamos achacado a la
escasez de medios. De ahí, señor Presidente, señorías, nuestra
enmienda a la totalidad. Hay que ser generosos con el Tribunal
de Cuentas para exigirle después que cumpla con su obligacion,
y de ahí también que incluso hayamos retirado la enmienda que
pretendía detraer de los cargos directivos una cantidad de
dinero que en nuestro, tal vez equivocado, convencimiento de
su escasa eficacia creíamos que se debía a ellos. Vamos, pues,
a confiar que no es así, que es la falta de presupuesto.

En cuanto a nuestra enmienda 1.584, se refiere a los trabajos
realizados por otras empresas de seguridad. Nosotros
entendemos que deben suprimirse, porque la seguridad del
Tribunal de Cuentas debería estar a cargo de las Fuerzas de
Seguridad del Estado. Si en algunos casos es necesario
encargar funciones de seguridad a empresas privadas, en este
caso, dada la importancia del Tribunal, entendemos que
deberían ser las Fuerzas de Seguridad del Estado, como decía
antes, los encargados de dicha seguridad. Nada más, señor
Presidente. Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor González.

¿Turno en contra? (Pausa.)
Por el Grupo Socialista, tiene la palabra el señor Gimeno.




El señor GIMENO MARIN: Gracias, señor Presidente.

Voy a contestar con brevedad a las dos enmiendas defendidas
por el portavoz de Izquierda Unida. La última de ellas hacía
referencia al tema de la utilización de las Fuerzas de
Seguridad del Estado en el propio Tribunal. Simplemente le
quiero indicar que la dotación presupuestaria de 1994 respecto
a la de 1993 ha disminuido las partidas para financiar
empresas de seguridad privada, pero S.S. debe saber que la
dotación de las Fuerzas de Seguridad del Estado durante el año
anterior, y como consecuencia también durante éste, en el
propio Tribunal se ha incrementado.




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Me parece que las propias características de las instalaciones
del Tribunal en cuanto a edificios aconsejan, en determinadas
situaciones y en determinados casos, la utilización de
empresas de seguridad privada. A nosotros no nos parece ningún
planteamiento problemático que se combine la utilización de
Fuerzas de Seguridad del Estado con empresas de seguridad
privadas.

Respecto a su enmienda de totalidad, que usted fundamenta,
además de en otras consideraciones, en la escasa dotación
presupuestaria e intentar implicar al conjunto de los grupos
en la misma, yo le diría que de casi todas las partidas
presupuestarias, no solamente de este organismo, sino de
todos, podría decirse que son insuficientes. En todo caso, es
su Grupo, y no los demás, el que ha presentado una enmienda de
totalidad.

La responsabilidad de los presupuestos es de esta Cámara, pero
usted sabe también que la iniciativa presupuestaria en este
caso ha correspondido, y corresponde, al propio Tribunal.

También le quiero indicar que la eficacia o no del propio
Tribunal no sólo depende de las dotaciones presupuestarias,
que, sin duda, son importantes. ¿Por qué le digo esto? Porque
una función como la del Tribunal, con la cualificación que
precisa y exige, fundamentalmente, en lo que se refiere a
medios de personal, no se puede resolver, sólo con un hecho
voluntarista de decidir que haya más personas, que haya más
auditores o letrados que sean capaces de realizar una función,
sino que depende de más consideraciones. La asimilación de
personal cualificado y su evolución en cuanto a eficacia en el
tiempo depende también de que exista ese personal, y le puedo
indicar, y usted lo sabe, que ni siquiera se han podido cubrir
siempre las plazas que se precisan y que se han ofertado a la
sociedad para que sean cubiertas. El Tribunal, ante esa
situación, ha preferido en determinados momentos convocar
movimientos de plazas dentro del conjunto de las
administraciones públicas, pero ese problema no sólo existe
para el Tribunal, sino que en ocasiones también existe para el
conjunto de las administraciones públicas. No tenga usted
ninguna duda de la función del Tribunal ni tenga recelos sobre
si el retraso de sus actuaciones se debe o no a cuestiones
distintas de las presupuestarias. Creo que lo que se está
produciendo --se ha producido, afortunadamente-- es el
incremento de la actividad del Tribunal, que se produce por
varios tipos de fenómenos: uno, por la propia incentivación de
la Cámara a través de la Comisión de Relaciones con el
Tribunal de Cuentas; dos, por la incentivación a la actuación
del Tribunal y de esta Cámara en Pleno, que ha dado lugar a un
crecimiento importante de su actividad, y tres, cuestión que
también contribuye al incremento de la actividad, el
incremento de la actividad del conjunto de las
administraciones públicas.

Usted ha planteado el volumen de tareas de enorme importancia
de este Tribunal; yo comparto con usted esa preocupación y la
preocupación porque el Tribunal sea un instrumento de las
Cortes Generales para fiscalizar al sector público. Nos parece
de enorme importancia conseguir ese objetivo; tan importante
nos parece, que ya se ha anunciado --así lo hemos hecho y lo
ha hecho también el Gobierno-- nuestra voluntad de estudiar
algunas de las cosas que S.S. planteaba, que tienen qu ver,
más que con la dotación presupuestaria, con modificaciones en
el funcionamiento del propio Tribunal, con el hecho de que el
Tribunal de Cuentas participe de las medidas de impulso
democrático, ya que, en definitiva, es un instrumento de las
Cámaras. No es un instrumento del Gobierno, sino de las
Cámaras, que tiene que ser potenciado y utilizado para
conseguir la mayor transparencia posible del sector público,
una fiscalización correcta del mismo, para que pueda ser
utilizado por el Congreso de los Diputados, las Cortes
Generales en su conjunto. Por tanto, yo le diría que la
dotación presupuestaria nos parece la suficiente; crece por
encima de lo que crecen las partidas presupuestarias en otros
organismos de la Administración --crece el 6,4 por ciento--.

Las dotaciones para personal vienen condicionadas por las
posibilidades de crecimiento de las plantillas de personal,
que no sólo dependen de la voluntad de decidir que haya más
auditores o letrados, por poner un ejemplo concreto, sino de
otras circunstancias, y nosotros, el Grupo Socialista, lo
hemos dicho en la Comisión Mixta de Relaciones con el
Tribunal, hemos ofertado, y el Gobierno también lo ha hecho,
nuestra voluntad de llegar a un acuerdo para conseguir,
mediante las modificaciones legislativas que sean necesarias,
fundamentalmente la ley de funcionamiento del propio Tribunal,
mejorar el funcionamiento, la eficacia, la agilidad de ese
instrumento tan necesario para las Cortes Generales.

Muchas gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Gimeno.

Tiene la palabra el señor González.




El señor GONZALEZ BLAZQUEZ: Muchas gracias, señor Presidente.

Pongo de manifiesto --y en eso creo que estamos de acuerdo--
que hay importantes retrasos en los envíos de las
fiscalizaciones del Tribunal de Cuentas, y eso tiene dos
lecturas: una, o no tiene los suficientes medios para
funcionar, y otra, los responsables que ustedes han puesto al
frente del Tribunal de Cuentas no son todo lo eficaces que
debieran ser.

Nosotros preferimos entender y entendemos que quizás hay una
escasez de medios y recursos, y por eso creemos que el
Tribunal de Cuentas debe tener una dotación presupuestaria
adecuada. No implicamos al resto de los grupos; nosotros
hacemos una lectura de la no presentación de enmiendas a esta
sección y entendemos



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que a lo mejor es el desinterés. Es una mera especulación,
pero puede pensarse eso.

No quisiera poner ejemplos de los importantes retrasos y de
los informes concretos que están pendientes de venir a esta
Cámara, que están aprobados hace cuatro o cinco años y no
llegan, y yo creo que no llegan por falta de personal y
medios; prefiero pensarlo así, y además es así. Por tanto, de
ahí nuestra enmienda de devolución a la totalidad.

En cuanto a los trabajos realizados por otras empresas de
seguridad (enmienda 1.584), ya sé que han disminuido, pero yo
pido su supresión. Hay organismos cuya seguridad hay que
encomendar necesariamente a las Fuerzas de Seguridad del
Estado, y eso lo ha reconocido el propio Tribunal de Cuentas;
lo que ocurre es que a lo mejor tiene que encargar esa
seguridad a empresas privadas porque ustedes no dotan de
suficiente personal a las Fuerzas de Seguridad del Estado.

Muchas gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor González.

Tiene la palabra el señor Gimeno.




El señor GIMENO MARIN: Muchas gracias, señor Presidente.

Quiero indicarle al portavoz de Izquierda Unida que, en
nuestra opinión, no son posibles esas dos lecturas que él hace
para valorar la lentitud o no lentitud, el retraso o la
eficacia del propio Tribunal. No es problema de los que están
al frente del Tribunal ni es problema de dotación
presupuestaria. Fíjese como se lo plantearía. Al Grupo
Socialista le gustaría conseguir del conjunto de los grupos en
esta legislatura --y creo que así lo hemos manifestado
posiblemente todos los grupos-- que el Tribunal de Cuentas,
que es un órgano de las Cámaras, un instrumento de las Cortes
Generales, fuera un instrumento potenciado por las Cortes
Generales y --por supuesto el Grupo Socialista asume toda la
responsabilidad que le corresponde como Grupo mayoritario--
fueran las Cámaras las que tuvieran que empezar a percibir en
el Tribunal un instrumento, diría yo, como si fuera la
dirección de estas propias Cámaras, porque es un instrumento
del conjunto. Yo le diría --e insisto mucho en ello-- que
muchos de los problemas relativos a las deficiencias del
Tribunal tienen mucho que ver con las decisiones que nosotros
aquí mismo tomamos. Aquí mismo hemos dicho y hemos anunciado
que hay que cambiar la Ley de Funcionamiento del Tribunal. Yo
creo que no existen los retrasos que usted dice, por las
razones que parece que intenta intuir de los cuatro años que
cita. Se ha avanzado mucho en el último ejercicio en la
remisión de fiscalizaciones a esta Cámara --el Tribunal ha
anunciado que va a llegar también la fiscalización del año
1990--, y le quiero indicar que algunos de los retrasos se
producen porque la propia Ley de funcionamiento introduce
dificultades formales para que pueda hacerse de otra manera y
más rápidamente. A lo mejor lo que se tendría que hacer es
modificar la Ley de funcionamiento, que lo hemos dicho todos
los grupos, para conseguir agilizar el funcionamiento del
propio Tribunal y dotarle de los instrumentos que le permitan,
por ejemplo, que una cuenta general del Estado no tenga que
estar esperando hasta que se colocan las cuentas de las
empresas públicas con formas de sociedades anónimas, que
tienen que esperar mucho más tiempo, para poder ser
fiscalizadas porque los informes no llegan. Le quiero indicar
que hay muchos aspectos que, sin ninguna duda, se pueden
mejorar, pero, le vuelvo a insistir, creo que no es problema
de dotación presupuestaria, aunque siempre es deseable más
dotación presupuestaria para casi todo. Le reitero la oferta
de nuestro Grupo, que creo es lo importante, o así lo valora
nuestro Grupo, para llegar a un compromiso con todos los
grupos y en esta Cámara para que sea posible mejorar el
funcionamiento y se hagan las modificaciones legislativas
necesarias para que el Tribunal de Cuentas sea un instrumento
de las Cortes Generales que contribuya a conseguir eso que
queremos todos: la transparencia en las cuentas públicas y la
eficacia en el gasto público. Muchas gracias, señor
Presidente.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Gimeno.

No hay enmiendas a las secciones 04, 05 y 08.

Pasamos a la sección 13. Para la presentación del presupuesto
de la sección 13, tiene la palabra el señor Ministro de
Justicia.




El señor MINISTRO DE JUSTICIA (Belloch Julbe): Me corresponde
presentar la sección 13 de los Presupuestos Generales del
Estado, relativa al Ministerio de Justicia.

Como tuve ocasión de explicar en la Comisión de Justicia e
Interior, es propósito del Ministerio abordar una reforma en
profundidad de la Administración de Justicia. La pregunta
clave en este momento es determinar si es posible, si resulta
creíble, en definitiva, abordar una reforma en profundidad de
la justicia en el marco de unos presupuestos restrictivos. A
esa pregunta voy a tratar de responder. Walter Benjamín,
hablando de las artes, decía que una de las características de
ellas ha sido siempre crear exigencias que en ese momento no
son capaces de satisfacer, crear nuevas exigencias, en
definitiva. Yo creo que ese mismo criterio puede aplicarse al
ámbito de las reformas reales en materia de justicia
se caracterizan por crear nuevas exigencias de los ciudadanos.

Se podría decir que, estructuralmente, yo diría, incluso,
afortunadamente, siempre la demanda de justicia es superior a
la oferta de justicia.

En los años anteriores, el énfasis en materia de justicia



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se había puesto en el incremento de los medios materiales, en
particular de su capítulo VI. De algún modo, el énfasis se
ponía en seguir la flecha marcada por la Ley Orgánica del
Poder Judicial y la Ley de Demarcación y Planta. Sin embargo,
el énfasis del Ministerio de Justicia para el año 1994 se va a
situar más bien en el modelo procesal, en el modelo
organizativo de la justicia. De alguna manera, más que la
flecha, lo que nos va a preocupar es el arco y los arqueros;
de ahí que tratemos de afrontar una reforma en profundidad de
la Ley Orgánica del Poder Judicial, de la Ley de
Enjuiciamiento Civil, de la propia Ley de Demarcación y Planta
por imperativo legal y, en general, del conjunto del sistema
procesal.

Pensamos que es un buen momento para abordar ese proceso, por
dos razones: en primer lugar, porque en pocas ocasiones ha
existido un diagnóstico tan unánime respecto de cuáles son los
problemas reales de la justicia; ese diagnóstico común en
torno a los problemas debería facilitar el impulso codificador
que propone el Ministerio de Justicia. En segundo lugar,
porque seguramente haciendo de la necesidad virtud resulta
procedente en este momento no abordar en el fondo las reformas
más sencillas, aquellas que sólo dependen de fondos
presupuestarios, para tener que abordar las más complejas, las
más difíciles y, en mi opinión, las más urgentes, precisamente
aquellas que requieren, que aconsejan y que en muchos casos
exigen un consenso altísimo de las Cámaras.

No pretendo decir con lo anterior --sería una absoluta falta
de realismo-- que la justicia tenga la adecuada dotación de
medios personales y humanos, porque eso no es cierto; tampoco
quiero decir que si tuviéramos mayor presupuesto no podríamos
hacer muchas más cosas, porque, evidentemente, las podríamos
hacer y, además, de manera eficiente. Lo que digo es otra
cosa; lo que digo es que, partiendo de la solidaridad con la
situación económica actual que se refleja en unos presupuestos
restrictivos, la obligación política del Ministerio de
Justicia no se agota, no se puede agotar con la elemental
obligación de gestionar mejor, sino que estamos obligados a
tratar de preparar un modelo organizativo y procesal capaz y
eficiente en su día para que las inversiones en materia de
justicia, tanto cuantitativas como cualitativamente, sean las
más rentables.

Por otro lado, fuera de algunos aspectos concretos que
entrarán pronto a esta Cámara, reformas parciales y urgentes,
tanto lo que es la Ley Orgánica del Poder Judicial en su
conjunto, y no la reforma parcial y urgente, como la Ley de
Enjuiciamiento Civil, SS.SS. saben que suponen un proceso
lento y que, además, quiero que sea serio, riguroso y
participativo y que, por lo tanto, no puede pretenderse
seriamente que sus resultados se produzcan antes de finales de
1995 o principios de 1996. En definitiva, en esas materias no
prometo, sería absurdo, que haya un texto normativo vivo en la
realidad social hasta esas fechas.

Mis colaboradores y yo hemos examinado con cuidado las
enmiendas presentadas por sus señorías. Sin perjuicio de hacer
alusión en el curso de mi intervención a las más
significativas, de manera general quiero dejar constancia de
que, en nuestra opinión, la mayor parte --para decir
exactamente la verdad-- de las enmiendas presentadas obedecen
realmente a problemas serios que tiene la Administración de
Justicia, a preocupaciones serias y sólidas, lo cual evidencia
no sólo el grado de conocimiento que SS.SS. tienen en materia
de Justicia, lo cual se podía dar por supuesto, sino también
el alto grado de sensibilidad de SS.SS. en torno a los temas
de la Justicia, lo que yo agradezco particularmente.

Las líneas maestras del Presupuesto se basan fundamentalmente
en tres puntos. En primer lugar, la limitación presupuestaria
al gasto del Estado; en segundo lugar, la contención del gasto
de personal, que, sin embargo, concretamente en el Ministerio
de Justicia es sumamente relativa por razones obvias, a las
que aludiré, y, en tercer lugar, la consolidación del gasto
existente, el saneamiento de las deudas. Esas tres líneas
maestras se desarrollan a lo largo de los diversos capítulos.

El Capítulo I, como saben SS.SS., constituye nada menos que el
74,7 por ciento del total del Presupuesto. Ciertamente, fuera
de las limitaciones generales que afectan al conjunto de los
funcionarios públicos, éste es un capítulo que, como SS.SS.

saben, no puede reducirse, sino que necesariamente tiene que
incrementarse de manera paralela al incremento de los juzgados
y tribunales. Es verdad, sin embargo, que en ese capítulo se
han consolidado 5.520 millones de pesetas correspondientes a
gastos ya realizados del año 1993 y alguno previsto para el
año 1994. El Capítulo II experiementa un crecimiento notable,
concretamente el 18 por ciento. Creo que eso requiere una
explicación, porque, desde un punto de vista aparente, se
podía sostener que el Capítulo II es el más adecuado para
realizar restricciones en períodos de crisis económica. Para
explicarlo, les indicaré algunos datos que seguro que SS.SS.

ya han percibido. En primer lugar, les propondría que
excluyeran los conceptos relativos a Administración de
Justicia «stricto sensu», es decir, juzgados y tribunales, los
relativos a instituciones penitenciarias «stricto sensu»,
centros penitenciarios y objeción de conciencia. Si excluyeran
esas tres categorías del conjunto del Capítulo II se
encontrarían con que, en efecto, hay una reducción de dicho
capítulo del 5,43 por ciento.

Si examinan los dos primeros conceptos --juzgados y tribunales
e instituciones penitenciarias--, comprobarán que el 70 por
ciento del incremento corresponde a un único concepto: gastos
telefónicos. Para comprenderlo, simplemente hay que tener en
cuenta que no se trata de atender sólo a los gastos
correspondientes a 1994, sino consolidar deudas pendientes de
ejercicios anteriores; concepto, por otro lado, que, como



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SS.SS. saben, está vinculado por el artículo 8 de la Ley
General Presupuestaria, pese a lo cual debo dejar constancia
que al Ministerio de Justicia le preocupan los actuales gastos
en materia telefónica y que, por lo tanto, desde que llegamos
se creó una comisión en el seno de su Secretaría para llegar a
unas líneas de control eficaz del gasto telefónico en relación
y en colaboración con la Compañía Telefónica. Por otro lado,
respecto del tema de instituciones penitenciarias, ustedes
saben mejor que yo que el Programa 144, Instituciones
Penitenciarias, siempre ha sufrido desequilibrios constantes,
algunos de los cuales son justificados, puesto que obedecen a
variables que no es posible precisar, como es el número de
internos o el incremento cualitativo o cuantitativo de la
asistencia penitenciaria. Sin embargo, en este presupuesto
tratamos de nuevo de consolidar deudas, como en el caso
anterior, y tratamos de mantener ese programa dentro de un
equilibrio razonable con las modificaciones que pueden
producirse por los datos que he indicado. Respecto a la
objeción de conciencia, que sería el tercer capítulo que
explicaría el incremento, me parece evidente que sus
necesidades en esta materia son obvias, y han sido puestas de
relieve por SS.SS. en muchas ocasiones a través de las
diversas técnicas de control parlamentario.

En definitiva, el saneamiento, la consolidación del gasto,
constituye una de las razones clave para que, efectivamente,
se haya producido ese incremento del 18 por ciento en el
capítulo II, pero no es la única. Saben que durante los años
anteriores se habían producido notables esfuerzos en materia
de inversiones y, consiguientemente, en nuevas instalaciones.

En el ámbito del Ministerio de Justicia, por lo menos, es
manifiesto que cualquier incremento masivo a un capítulo VI,
se traduce, automáticamente, en incrementos del capítulo II,
es decir, el incremento neto de instalaciones judiciales
genera necesariamente incremento neto en los gastos de
mantenimiento. También he de decir que allí donde sí era
posible --aunque realmente se ha hecho de una manera drástica-
- abordar reducción de gasto corriente se ha hecho, y se ha
hecho hasta el punto de que se ha reducido el 50 por ciento de
todos los gastos correspondientes a servicios generales del
Ministerio de Justicia. Por tanto, se ha reducido el 50 por
ciento en temas como atenciones protocolarias, reuniones y
conferencias, estudios y trabajos --lo cual es un problema
ciertamente en materia de justicia--, también en cuestiones
como materialde oficina, publicidad, propaganda, dietas,
transportes, etcétera; en todos estos conceptos, que eran los
que se podían abordar dentro del espíritu de unos presupuestos
restrictivos, la reducción verificada implica el 50 por ciento
del presupuesto del año anterior.

El capítulo IV, transferencias corrientes, se beneficia de un
incremento del 24 por ciento, y las materias a que se dedica
ese incremento se explica por sí solo. El concepto más
importante alude, concretamente, al turno de oficio y a la
asistencia letrada al detenido, en que el incremento es
absolutamente necesario, absolutamente justificado, y
esperemos que sea suficiente, puesto que la Cámara, a través
de muchas intervenciones de diversos grupos, ha puesto de
relieve siempre la importancia de atender a ese servicio. Los
otros conceptos importantes aluden a la creación de la agencia
de datos, que supone un volumen de 300 millones de pesetas, y
también a la objeción de conciencia, cuestión, en mi opinión,
tan obviamente importante y trascendente que no creo que
requiera de mayores explicaciones. El resto de las partidas
del capítulo aludeal incremento de las subvenciones a los
juzgados de paz. Respecto al capítulo VI, es evidentemente el
gran afectado por estos presupuestos restrictivos, hasta el
punto de que, contemplado aisladamente, supone nada menos que
una reducción del 45 por ciento de su presupuesto. Mi
obligación es decirles qué va a ser posible con esa reducción
del capítulo VI y qué es lo que no va a ser posible. Pues no
va a ser posible iniciar todos los edificios previstos en los
planes plurianuales para el año 1994, y se va a ver afectado
seriamente el proceso de informatización judicial. ¿Qué
podremos hacer? Las siguientes cosas. Podremos continuar la
construcción de 29 edificios con un total de 201 órganos
judiciales; podremos iniciar algunos nuevos, como Mahón, Gijón
o Pamplona; podremos mantener la inversión en instituciones
penitenciarias, y la podremos mantener porque, como ustedes
saben, la Sociedad de Infraestructuras y Equipamientos
Penitenciarios gestiona, con recursos propios la construcción
de instalaciones penitenciarias, de suerte que ese capítulo no
se va a ver reducido, lo que evidencia, por otro lado, unas
prioridades del Gobierno. De hecho, si incluyéramos estos
gastos dentro del conjunto del capítulo VI, lo cual en técnica
presupuestaria no es correcto, supondría que la reducción, en
vez del 45 por ciento, bajaría a ser del 20 por ciento. O sea,
mantendremos la inversión en instituciones penitenciarias.

Podremos, y lo estamos intentando, además, realizar políticas
de convenios con comunidades autónomas y también con
administraciones territoriales de ámbito provincial o inferior
a la provincia para que dentro de marcos de convenio podamos
llegar a afrontar, solidaria y conjuntamente, esfuerzos de
inversión en materia de instalación de juzgados, y algunas de
las negociaciones están prosperando en ese terreno.

Finalmente, debemos gastar, como es obvio, selectivamente y
mantener unas prioridades absolutamente objetivas. Para ello
serán decisivos los informes o las opiniones que al respecto
elabore el Consejo General del Poder Judicial. Debo referirme
a los aspectos que más han preocupado a sus señorías. Les ha
preocupado, esencialmente --lo he visto en particular a través
de las enmiendas



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del Partido Popular y también de otros grupos parlamentarios--
el tema de los juzados de lo contencioso-administrativo, la
creación de los 112 juzgados de lo contencioso-administrativo.

Y yo comparto la evidencia de que constituye una prioridad
para esta legislatura la efectiva puesta en funcionamiento de
esos 112 juzgados.

No hay partida presupuestaria para el año próximo. ¿Por qué no
la hay? Yo creo que por dos razones bastante obvias, en mi
opinión. La primera, que es necesario abordar normativamente
el marco competencial de los juzgados de lo contencioso-
administrativo, y ahí sí que asume el Ministerio de Justicia
el compromiso de presentar a esta Cámara, en este año, ese
marco normativo competencial de dichos juzgados.

En segundo lugar, por una razón tan importante o más que la
anterior, y se lo digo incluso desde mi experiencia como
antiguo vocal de formación del Consejo General del Poder
Judicial: no se puede afrontar esa reforma con verdaderas
esperanzas de éxito si no logramos tener jueces y magistrados
especialistas en materia contencioso-administrativa. Desde
esta óptica, el Ministerio de Justicia apoyará toda iniciativa
del Consejo General del Poder Judicial para afrontar
seriamente el proceso de selección y formación de esos jueces
y magistrados especialistas. Ese es el trabajo que se puede
hacer en el año 1994, y posteriormente tendremos que ir a la
introducción gradual y progresiva y a la implantación efectiva
de todos y cada uno de los órganos indicados.

Otro tema para mí también importante es el del jurado.

Efectivamente, tampoco hay partida específica, y para
entenderlo hay que partir de un hecho evidente: el Ministerio
de Justicia se comprometió ante la Comisión de Justicia e
Interior a presentar, en la primavera del año que viene, la
correspondiente ley del jurado, que espera, por otro lado, que
pueda insertarse dentro de la política general del pacto de
Estado que este Ministerio propone. Está claro, y lo saben
SS.SS. mejor que yo, que el proceso de tramitación
parlamentaria, aunque fuera afortunado y no planteara
cuestiones particularmente graves, duraría un período, cuando
menos, de seis meses. En definitiva, el esfuerzo
presupuestario, en lo esencial, en todo lo que supone gastos
de mantenimiento --que es el capítulo fundamental del jurado--
, se va a tener que realizar con cargo a los presupuestos de
1995. Ojalá la tramitación fuera más rápida y tuviéramos que
adoptar medidas excepcionales. Respecto a la objeción de
conciencia, en el conjunto de capítulos de la Sección se
comprueba que hay un incremento del 127 por ciento en esta
materia; pero sinceramente creo que es uno de los temas en que
a lo mejor nos quedamos cortos, y lo debo decir a la Cámara.

Estamos abordando una reforma urgente en el tratamiento de la
prestación social sustitutoria, que constituye una cuestión
central, pero al mismo tiempo estamos estudiando un proyecto
de reforma en profundidad de los mecanismos de control y de
realización de la prestación social sustitutoria. El día que
ese programa esté cerrado puede ser que las previsiones se nos
queden cortas. Para terminar, es muy posible que SS.SS., en el
ejercicio legítimo de sus competencias, varíen, amplíen o
modifiquen algunas de las partidas. Yo me limito a sostener
que, en mi opinión, sinceramente, los presupuestos
correspondientes a la Sección 13 constituyen una razonable
ponderación, un razonable equilibrio entre dos criterios: uno,
manifiestamente el de restricción presupuestaria del gasto;
otro, el de oportunidad en la fijación de las prioridades y
programas. En todo caso, utilizando una sabia fórmula del
foro, todo lo anterior se entiende, salvo el mejor parecer de
sus señorías.

Nada más.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Ministro.

Enmiendas del Grupo Popular. Tiene la palabra el señor
Padilla.




El señor PADILLA CARBALLADA: Gracias, señor Presidente.

Señorías, a quienes, como es mi caso, somos nuevos en la plaza
y participamos por primera vez en una discusión sobre
presupuestos, nos sorprende y nos ha sorprendido inicialmente
el desarrollo de este debate, pues lo que ingenuamente
intuíamos extramuros que se desarrollaría sobre un análisis de
partidas, sobre el examen de los programas fundamentalmente,
se ha desvelado distinto, y se descubre que es un debate que,
para cumplir su fin, cabalmente tiene que analizar, al tiempo
que esos aspectos técnicos del presupuesto, lo que es el
proyecto de acción política que se persigue, las prioridades,
los objetivos, en definitiva, la articulación de los números
que han de ser soporte de unas soluciones concretas que tienen
un antecedente inmediato, lo que ha sucedido en cada una de
las esferas de la Administración y en cada institución, y como
fin, tiene el garantizar la continuidad regular de cuanto ha
funcionado satisfactoriamente, diseñando actuaciones
apropiadas para remediar las disfunciones y corregir los
desajustes, orientando y dando soporte a las medidas precisas
para mejorar el funcionamiento de los servicios y organismos
públicos, cuyo balance puede considerarse que ha sido
deficiente. El debate de los presupuestos tiene una
importancia central en el crecimiento de la democracia. En él
se intenta orientar, de la mejor manera posible, el uso que el
poder va a hacer del dinero de todos, y en qué condiciones
podemos apoyar o no con nuestras rentas los proyectos
concretos que por medio del presupuesto presenta el Gobierno a
nuestra consideración. En esos términos debe plantearse el
debate y a esos términos me



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voy a ceñir en mi intervención, que tiene como fin defender
las diecisiete enmiendas presentadas por el Grupo Popular a la
Sección 13, correspondiente a Justicia. De ellas, dos son de
devolución; una de la totalidad de la Sección, y otra relativa
al Programa 142A, que se refiere a Tribunales de Justicia y al
Ministerio. Como dije en el debate en la Comisión de
Presupuestos, la enmienda de totalidad obedece a que, en lo
que a esta Sección se refiere, apreciamos una inadecuación
general del gasto a los amplios objetivos previstos en la
memoria explicativa, una falta de racionalidad en la
distribución del gasto, una inadecuada previsión
presupuestaria para atender no sólo a las necesidades
existentes en el ámbito judicial, sino también a los objetivos
que se han fijado al respecto, y por eso tildamos a estos
presupuestos de falta de claridad, de escasa credibilidad, de
poca seriedad, de no adecuación a la consecución de los fines
a los que deben estar ordenados, de insuficiencia y de falta
de responsabilidad. Y todavía diría yo más, de falta de
coordinación con el órgano de gobierno del Poder Judicial.

Cualquier parecido entre la memoria, la relación de
necesidades que de acuerdo con la Ley Orgánica del Poder
Judicial tiene que elevar al Gobierno el Consejo General del
Poder Judicial para el siguiente ejercicio, y lo que se
diseña, que es, en definitiva, lo que se puede llevar a cabo,
cual es el guión que resulta de estos presupuestos,
ciertamente no es más que un mero ejercicio de voluntarismo.

Pero decía que un presupuesto no es algo que llega a la
realidad sin tener un antecedente necesario, y ese antecedente
necesario es ciertamente lo que ha sucedido, no podemos
olvidarlo. Además, si este presupuesto es continuista, así lo
reconocía incluso el portavoz del Grupo Socialista en la
Comisión de Presupuestos, si tiene un elemento fundamental de
continuismo, habrá que considerar que el balance de lo que ha
sucedido es satisfactorio o bueno para quien lo presenta a
esta Cámara y pide el apoyo para el mismo, pide, en
definitiva, la confianza en lo que estos presupuestos van a
permitir llevar a cabo.

Entiendo que si en alguna de las áreas de la Administración,
si en alguno de los servicios públicos la insatisfacción llega
a cotas severas, es precisamente en el de la Administración de
justicia. Señor Ministro, le recordaba el portavoz de mi Grupo
en su comparecencia ante la Comisión de Justicia un dato
fundamental, y es que el 79,3 por ciento de los españoles
considera el funcionamiento de la justicia como malo o muy
malo en relación a este derecho fundamental que es el de la
satisfacción rápida y eficaz de sus pretensiones.

En definitiva, lo que yo entiendo que debemos analizar con
responsabilidad y seriedad es si estos presupuestos cambian el
rumbo de lo que ha sido la acción de la Administración de
justicia, la acción y la gestión política, y, en definitiva,
los mimbres de una gestión eficaz de esa Administración de
justicia. Naturalmente, si partimos del dato, que usted
reconoció en esa misma comparecencia, de que existe una crisis
en la justicia, lo que tenemos que pensar es en unos
presupuestos que de verdad tengan los elementos necesarios
para ser los presupuestos que den solución a la misma. De esa
crisis se viene hablando, ciertamente, desde hace tiempo. Por
muchos se ha dicho que era una crisis de crecimiento, y
efectivamente ha habido un desarrollo importante. Se recordaba
expresamente en el debate de presupuestos del año pasado la
existencia de un crecimiento importante en el área de la
justicia. Ha habido una multiplicación de los medios en
algunas esferas, y ha aumentado notoriamente la plantilla de
jueces y magistrados después del diseño que pudiera estar
integrado por la Ley Orgánica del Poder Judicial de 1985 y la
Ley de Demarcación y Planta de 1988. Sin embargo, a estas
alturas de 1993, esa Ley de Demarcación y Planta no ha
concluido su desarrollo.

El programa general que diseñaba la Ley Orgánica del Poder
Judicial ha demostrado su ineficacia y su torpeza. Y, lo que
es más importante, la buena utilización, la utilización
razonable --la óptima sabemos que muchas veces es una utopía--
de todo eso que tiene el Estado, que tiene la Administración
de justicia en este caso, y que tiene el gobierno del Poder
Judicial en sus manos, en función precisamente de los
elementos negativos de esa Ley Orgánica del Poder Judicial
hacen que sea no solamente muy difícil, sino de una imposible
realización, como de imposible realización es ese objetivo de
aprovechar suficientemente los medios de los que se dispone
para proporcionar a los ciudadanos una justicia buena y
eficaz. Porque ciertamente --y decíamos que arrancábamos de lo
que ha sucedido-- tenemos que ver cómo experimentados
magistrados --lo sabe usted bien, señor Ministro-- pasan sus
horas buscando modos de remediar su inactividad en comisiones
de servicio y en ayudas a sus compañeros, ya que aquellas
salas de lo civil y de lo penal de los tribunales superiores
de justicia, en el diseño que resultó de esa Ley Orgánica del
Poder Judicial vigente, no propician el desarrollo de una
actividad jurisdiccional razonable por parte de estos
magistrados, que naturalmente ninguna culpa tienen de haber
accedido a estos cargos judiciales.

Como ya se recordaba en el debate del año pasado, los juzgados
de instrucción, que son un elevado número de órganos
jurisdiccionales, después de las últimas reformas, y sobre
todo después de la introducción del proceso penal abreviado,
han quedado también, en muchos casos, vaciados de contenido en
lo que debe ser la actividad jurisdiccional de sus titulares,
y todavía está por ver una reconsideración, por parte de quien
tiene que tener la iniciativa a este respecto, de un
aprovechamiento eficaz de todos esos medios materiales y
personales, para, en definitiva, intentar poner orden



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en ese auténtico desbarajuste en que se ha convertido la
justicia después de esa acción legislativa no encaminada, o
por lo menos no encaminada con acierto, a coordinar la
estructura judicial en estos últimos años. Podría darle datos
que perfectamente conoce el señor Ministro y que solamente
pueden sembrar la inquietud de aquel que los examina. Por
ejemplo, trajeron ustedes, obra de aquel denominado --usted lo
sabe-- equipo habitual del Ministerio de Justicia, un
precipitado proyecto de reforma procesal a esta Cámara el año
pasado, que vio la luz en el «Boletín Oficial del Estado» y
que tenía, entre otros objetivos --lo sabemos usted y yo y así
se exponía-- el aligerar, entre otras, la carga competencial y
de atraso de algunos tribunales, pero fundamentalmente del
Tribunal Supremo, y muy particularmente, entre otros aspectos
finalísticos de la norma, de su Sala de lo Civil. Pues bien,
frente a los 5.510 asuntos con que había terminado la Sala de
lo Civil del Tribunal Supremo el ejercicio de 1991, concluye,
en aplicación ya esta nueva norma, con 6.731 en 1992.

Conocemos perfectamente los datos escalofriantes de muchos
tribunales. Naturalmente, la guinda se la lleva la
jurisdicción contencioso-administrativa con esos cerca de
120.000 recursos pendientes de decisión al terminar el año
1992. Véase que son 120.000 recursos en 1992, pero que eran
108.000 en 1991, de manera que la progresión es notoria pese a
todas las medidas de apoyo, pese a todas las medidas de
esfuerzo que, con la indicación del Consejo General del Poder
Judicial, se llevaron a cabo a lo largo de 1992.

Frente a todo esto --y es una de las enmiendas fundamentales,
como hoy a recordado el señor Ministro, en la que pedimos que
se articule ya la puesta en funcionamiento de una previsión de
juzgados unipersonales de lo contencioso-administrativo--;
frente a todo esto; repito, se nos dice que hay que determinar
las competencias de estos órganos, porque no lo están en la
Ley Orgánica del Poder Judicial. Pero creo que en estos casos
también hay que hablar de responsabilidad política, porque
alguien será el culpable de que, desde 1985 hasta aquí --y
estamos en 1993--, no se haya desarrollado esa previsión
necesaria, imprescindible para la puesta en funcionamiento de
estos órganos. Entre tanto, señor Ministro, los litigantes
contencioso-administrativos tienen que soportar una de las
situaciones, después de la de privación de libertad en los
procesos penales, quizá más gravosa para quien tiene que
impugnar judicialmente una decisión que estima no ajustada a
derecho, porque tienen que soportarla después de que se
ejecute la misma, en virtud del principio de ejecutividad de
las resoluciones administrativas y, por tanto, es una
situación de soporte a sus expensas personales o económicas de
los actos administrativos irregulares para evitar que se
paralice la actividad administrativa y la acción de los
organismos públicos.




El señor PRESIDENTE: Señor Padilla, le ruego concluya.




El señor PADILLA CARBALLADA: Sí, señor Presidente.

Pues bien, en este presupuesto que se somete a la
consideración de esta Cámara, señor Ministro, no encontramos,
en modo alguno, los mimbres para cambiar el rumbo; no
encontramos los elementos que nos permitan abordar la solución
a esa crisis de la justicia que usted mismo reconocía en su
comparecencia ante esta Cámara. Este es el motivo de nuestra
enmienda de devolución de toda la Sección, y también es el
motivo de nuestra enmienda de devolución del Programa 142.A
porque esa disminución de cerca del 45 por ciento, que usted
mismo anunciaba en relación con el capítulo de inversiones,
entendemos que es una política de abandono de la acción
necesaria para desarrollar una ultimación de las previsiones
de la Ley de Demarcación y Planta.

Sabe usted mejor que yo el estado en que se encuentran muchos
órganos jurisdiccionales. Es cierto que los medios materiales
no son la clave para que se pueda poner por esa sola acción
inversora, remedio a la situación que en este momento
atraviesa la justicia española. Pero siendo eso cierto, es
evidente que este presupuesto es necesario y que naturalmente
lo que no puede haber son órganos jurisdiccionales penales en
los que se tienen que sortear entre los titulares de los
mismos los días que pueden ejercer su función jurisdiccional
porque el número de salas que existen en los mismos es
limitada.

Señor Ministro, yo creo que los problemas, la acción y las
decisiones políticas tienen que encararse, como dice una
expresión muy constructiva de nuestro idioma, y, por tanto,
tienen que mirarse de frente. Ha hablado usted de que el tema
del jurado podrá ser abordado después del proyecto que espera
remitir a esta Cámara en el curso del año próximo. Nos ha
hablado de la objeción de conciencia, cuestión a la que hemos
planteado una enmienda porque no creemos que haya posibilidad
de cumplir con ese programa que se esboza de incorporación de
esos objetores en el curso del ejercicio próximo; creemos que
hay una incapacidad y una imposibilidad por parte de la
Administración en este punto, como ha puesto ya de manifiesto
en los ejercicios pasados, para desarrollar un programa
coherente respecto de estos objetores de conciencia. Por
tanto, ese gasto previsto no será efectivamente consumido.




El señor PRESIDENTE: Señor Padilla, le ruego que concluya.




El señor PADILLA CARBALLADA: Termino, señor Presidente.

El Ministerio de Justicia ha puesto de relieve una y



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otra vez una enorme incapacidad gestora, incluso una enorme
incapacidad para administrar su propio presupuesto.

Quisiera decirle, y termino ya, dos cosas. Una, que los
convenios deben ser cumplidos. Ese es el motivo de dos de
nuestras enmiendas. En 1992, concretamente el 23 de marzo --lo
tengo a la vista--, su antecesor en la cartera de Justicia,
don Tomás de la Quadra-Salcedo, suscribió un convenio con el
Consejo General de la Abogacía. La cantidad presupuestada para
la dotación del turno de oficio y asistencia al detenido,
usted lo sabe perfectamente, no cumple ese convenio. Decía don
Antonio Pedrol un día, con la imaginación que siempre
caracterizaba sus intervenciones, que las letras que firman
los ministros también deben ser cumplidas a su vencimiento.

Pues hemos de decirle que este presupuesto, por parte del
Ministro de Justicia, tampoco da cumplimiento a esta letra.

Hablaba de encarar los problemas. Que no sea como esas salas
de jurado que hemos visto, en las que dicho jurado, esa
participación del pueblo en la Administración de la Justicia,
se situaba a las espaldas del Tribunal y de los encausados;
miremos los problemas de cara.

Quería terminar diciéndole que si es verdad, como dijo alguien
con acierto, que la ley es poderosa, pero la necesidad es más
poderosa todavía, ciertamente este presupuesto no será, porque
sea ley y sea poderoso, el que resuelva los problemas y las
necesidades, porque las necesidades, ciertamente, señor
Ministro, son más poderosas.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Padilla.

Enmiendas del Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya. Tiene la palabra la señora Aguilar.




La señora AGUILAR RIVERO: Señor Presidente, señorías, a estas
alturas del debate presupuestario, cuando nuestro Grupo
Parlamentario ha tenido la oportunidad de comprobar que no hay
ninguna sensibilidad, que no hay ninguna voluntad política y,
lo que es más, no hay lógica alguna en este debate de
presupuestos ni racionalidad por parte del Partido del
Gobierno, el Partido Socialista Obrero Español, para aceptar y
admitir las propuestas, por otra parte necesarias, que
provienen de otros grupos parlamentarios, es difícil seguir
debatiendo con la confianza suficiente de que en algún momento
se va a tener esa sensibilidad necesaria para acoger algunas
propuestas, absolutamente imprescindibles, de los diferentes
grupos parlamentarios. En relación a la Sección 13, de
Justicia, once son las enmiendas que el Grupo Parlamentario
Federal de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya ha
presentado. Son tres bloques de enmiendas: un primer bloque de
devolución del conjunto de la Sección, otro bloque referido a
programas específicos, a los que el propio señor Ministro, en
comparecencia en la Comisión de Justicia ya había aludido, y
un tercer bloque de actuaciones concretas que, desde nuestro
punto de vista, son absolutamente imprescindibles en este
momento para hacer avanzar y progresar a la Administración de
justicia. En este aspecto, nosotros creemos que el presupuesto
de Justicia no es concordante con el programa, con las
propuestas que el Ministro de Justicia realizó en su
comparecencia en la Comisión.

Tenemos ciertamente un presupuesto continuista, diríamos
nosotros, a la baja, mientras que las propuestas del señor
Ministro de Justicia eran claramente propuestas que nos
atreveríamos a calificar de rupturistas, en el sentido de
manifestar una voluntad decidida de acometer un cambio
profundo en la Administración de justicia. De esa propuesta
que el señor Ministro formulaba en el ámbito de la Comisión de
Justicia se desprende, cómo no, la necesidad de un mayor nivel
presupuestario, de un presupuesto más alto en lo que se
refiere a la Sección de Justicia. Para nosotros, para el Grupo
parlamentario de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya,
éste precisamente es el momento, después de haber manifestado
esa voluntad decidida para acometer en profundidad la reforma
de la justicia, de incrementar la Sección 13, de incrementar
todo lo relativo a Justicia. En otros momentos nosotros, en el
debate de presupuestos, hemos hablado claramente de la
minoración de otras secciones presupuestarias. En el ámbito de
la justicia, estamos diciedo que es una asignatura pendiente,
pero nos parecía que había voluntad política para acometerla
y, desde ese nivel, habíamos apostado decididamente por un
incremento presupuestario.

Creo que todos los grupos parlamentarios coincidimos en que la
justicia necesita un cambio, que ya no puede aguantar más como
está y para conseguirlo hay que simultanear dos cosas, desde
nuestro punto de vista, absolutamente imprescindibles. Por una
parte, una mayor dotación económica de medios a través de los
presupuestos --éste es el momento de hacerlo-- y, por otra,
lógicamente, la modificación de las normas procesales. Pero
ambos elementos tienen que guardar un equilibrio, cosa que no
se produce en este momento. No es suficiente con que se nos
diga que el cambio de la justicia va a venir fundamentalmente
de la modificación normativa. A esa modificación normativa ha
de acompañarle, lógicamente, la dotación de medios. Y eso no
lo consigue la Sección 13, en el ámbito de los presupuestos
para 1994. En esta Sección --se lo tenemos que decir con
claridad, señor Ministro-- no cabe el pacto de Estado por la
justicia que usted ofreció a los grupos parlamentarios. No es
posible con este tratamiento presupuestario ese pacto de
Estado. Usted, pues, nos tendrá que decir desde esta tribuna,
cuáles son los elementos que



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en ese ámbito de pacto de Estado desaparecen sencillamente
porque no son dotados, ni previsiblemente tan siquiera, en los
presupuestos generales del Estado. El señor Ministro ha
aludido a la necesaria solidaridad del Ministerio de Justicia
en unos momentos como éstos, en unos momentos de crisis. Pues
bien, nosotros también planteamos, junto al elemento de la
solidaridad, el necesario elemento de la corresponsabilidad de
todo el Gobierno con lo que es un hecho evidente y es que la
Administración de justicia hoy, en este país, todavía es una
asignatura pendiente y no hay corresponsabilidad en relación
al Ministerio de Justicia por parte de los otros componentes
que conforman el Gobierno del estado español. Nosotros creemos
que, por nuestra parte, ha habido una manifestación de
voluntad. Ya hemos dicho desde nuestro Grupo parlamentario en
más de una ocasión, señor Ministro, que no dudamos de su buena
voluntad, pero que detrás de la voluntad no hay nada más. No
se va a abordar en profundidad la reforma de la Administración
de justicia, porque han renunciado en los presupuestos
generales del Estado a dotarle de cuantías suficientes para
que la voluntad alcance unas cotas de credibilidad también
suficientes y nos pusiéramos a dialogar en torno a ese
necesario --nosotros lo creemos así--pacto de Estado por la
justicia. En definitiva, lo que nos interesa es la consecución
de una justicia eficaz que, en este momento, no tenemos, una
justicia cercana a los ciudadanos, porque en este momento lo
único que se produce por parte de la ciudadanía es una
desconfianza manifiesta en relación con la Administración de
justicia.

Estos son los elementos fundamentales que han movido a nuestro
Grupo Parlamentario a presentar la enmienda de devolución a la
Sección 13; creemos que el objetivo político del pacto de
Estado no es posible con estos presupuestos que se han
asignado a la referida sección 13. En otro orden de cosas, yo
decía al inicio de mi intervención que hay otro bloque de
propuestas en nuestras enmiendas. Hemos presentado dos
enmiendas cuya no admisión por parte del Partido Socialista
Obrero Español, créanme, dice muy poco en su favor. Esa no
admisión habla de la falta total de voluntad para aceptar nada
que provenga de otros grupos parlamentarios, en este caso del
nuestro, habla de la falta de sensibilidad y habla del
perjuicio claro que ha ocasionado al conjunto de los
ciudadanos de este país el pacto político-económico que
ustedes han realizado con otros grupos de la Cámara para
actuar con una mayoría absoluta, en los presupuestos generales
del Estado, que no le han otorgado los ciudadanos. Lo único
que les ha importado en esta coyuntura es alcanzar, a costa de
lo que sea, esa mayoría absoluta con Convergència i Unió y con
Coalición Canaria. Parece que el resto de los grupos de la
Cámara no hemos hecho propuestas racionales, propuestas
necesarias que merezca la pena asumir para mejorar
sensiblemente estos presupuestos. Nosotros creemos que se han
instalado más en la coyuntura que en la lógica de la cultura
del diálogo en torno a unos presupuestos que, desde nuestro
punto de vista, en función de la correlación de fuerzas de la
Cámara, es a lo que venían obligados.

Las dos enmiendas a las que hago referencia son la retiva al
jurado y la relativa a la creación de un programa concreto que
hemos presentado para la creación de juzgados de primera
instancia de lo contencioso-administrativo. La primera, la
relativa al jurado, desde nuestro punto de vista, es de total
coherencia. Se ha anunciado la ley del jurado, acompasémosla,
por lo menos en los presupuestos generales del Estado, con un
gesto que permita que nos creamos que vamos a tener la
oportunidad de debatir una ley del jurado; no sólo de
debatirla, sino de ponerla en marcha. No nos vale a nosotros
ahora que el señor Ministro y el portavoz del Partido
Socialista Obrero Español vengan a decirnos que la puesta en
marcha será en 1995 y que, por tanto, en ese momento quedará
reflejado en los presupuestos generales del Estado. Nosotros
pensamos que hay elementos de la ley del jurado que se pueden
poner perfectamente en marcha si imprimimos un buen ritmo a
esa cultura de diálogo y de necesario acuerdo en torno a la
ley del jurado en 1994 y que, al menos, tenían que haber
tenido un gesto que acompasara su manifestación de voluntad
política admitiendo la enmienda o proponiendo una enmienda
transaccional que nos permitiera decir que de verdad va a
haber en este país en las próximas fechas una ley del jurado.

La segunda enmienda se refiere a los juzgados de primera
instancia de lo contencioso-administrativo. El señor Ministro
ha planteado su preocupación. Me parece que en ella hemos
coincidido prácticamente todos los grupos parlamentarios.

Saben ustedes que tenemos en torno a los 140.000 recursos
pendientes de resolver, saben que es un tema tremendamente
importante. Pues bien, ¿por qué no acompasarlo con una
propuesta presupuestaria? ¿Cuáles son las razones del Partido
Socialista Obrero Español, cuáles son las razones del señor
Ministro para no querer abordar, ni tan siquiera con una
partida presupuestaria suficiente, este tema a través de los
presupuestos generales del Estado? Yo decía antes que nosotros
estamos de acuerdo con que son dos los elementos que vienen a
definir la reforma de la justicia, pero no es suficiente la
modificación normativa; acompáñenle de una dotación
presupuestaria suficiente. Si éste es un tema que preocupa al
señor Ministro --y no voy a dudar de su palabra, manifestada
momentos antes en esta Cámara--, acompásenlo con propuestas
presupuestarias. Hagan una propuesta de presupuesto que nos
permita abordar de una vez por todas la situación ya
insostenible y catastrófica que se



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vive en el ámbito de lo contencioso-administrativo en relación
al conjunto de la Administración de justicia.

Hay otro bloque de enmiendas que presenta el Grupo
parlamentario de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya que
incide también en el ámbito de las instituciones
penitenciarias.

Nosotros --lo hemos manifestado con ocasión del debate de la
interpelación sobre instituciones penitenciarias en esta
Cámara-- creemos que el plan de amortización ha fracasado y
que hay que revisarlo. Por eso hemos incluido una enmienda que
supone ni más ni menos que una partida concreta, no
excesivamente grande para iniciar una revisión del plan de
amortización y adecuar nuestros centros penitenciarios
básicamente a los objetivos esenciales de la reeducación y la
reinserción. En estos momentos creemos que ese plan no
responde a esos objetivos esenciales y fundamentales.

Por otra parte, hemos propuesto actuaciones concretas en
centros penitenciarios. Hay un compromiso político por parte
del Partido Socialista Obrero Español, que reiteró su portavoz
en la Comisión de Justicia, sobre el centro penitenciario de
Las Palmas. Nada se dice en los presupuestos generales del
Estado. Siguen ustedes jugando con el doble lenguaje. Por una
parte se va a la Comisión de Justicia y se dice: ya es un
centro, hay un compromiso político público por parte del
Partido Socialista Obrero Español; lo vamos a acometer el
próximo año ya en los presupuestos generales del Estado.

Ahora, sencillamente, no aparece; acaso porque una vez más se
estaba practicando demagogia cruda, pura y dura.




El señor PRESIDENTE: Señora Aguilar, le ruego que concluya.




La señora AGUILAR RIVERO: Voy concluyendo, señor Presidente.

También hemos presentado una enmienda sobre la edificación de
órganos judiciales en Cartagena y Murcia, que, curiosamente,
estaba prevista en los presupuestos de 1993, no se acometió su
ejecución y ahora ya ni tan siquiera aparece en los
presupuestos de 1994. Cuando concurre una de estas
circunstancias, que uno de los objetivos se margina o
simplemente deja de serlo, hay que explicar en esta Cámara por
qué ya no se va a acometer algo que estaba previsto para 1993
y que desaparece incluso como objetivo en el presupuesto de
1994. Como no ha habido razón alguna para ello, hemos hecho
una enmienda para mantenerlo. Hay también una enmienda muy
importante relativa a la formación profesional de los
funcionarios de Justicia. Si queremos una justicia eficaz, si
queremos un cambio profundo en la Administración de justicia,
hay que adecuar la formación profesional de los funcionarios.

Garanticémoslo a través de los presupuestos generales del
Estado. A nadie se les escapa que, además de los dos
elementos, presupuesto y modificaciones normativas, hay un
tercer factor fundamental, el de los funcionarios de la
Administración de justicia, que tenemos que conseguir que cada
vez tengan una más amplia formación profesional, como un
elemento esencial. No vale hablar de la formación en sus
distintas vertientes sólo en campaña electoral; hay que
materializarel hecho de la formación como un elemento
cualitativamente necesario e imprescindible en este momento en
el ámbito de la Administración de justicia.




El señor PRESIDENTE: Señora Aguilar, le ruego concluya.




La señora AGUILAR RIVERO: Concluyo, señor Presidente.

Por último, hay una enmienda dirigida a recuperar el nivel
inversor de 1991, es decir, de tres años atrás en relación a
los presupuestos de 1994, en materia de tribunales de justicia
y Ministerio Fiscal. Pensamos que es imprescindible para
impulsar su funcionamiento recuperar, al menos, los niveles
inversores que teníamostres años atrás.

Estas, básicamente, son las propuestas de Izquierda Unida-
Iniciativa per Catalunya a la Sección 13, que nos parecen
absolutamente necesarias en el ámbito de la Administración de
Justicia desde una perspectiva solidaria. Son perfectamente
posibles y, de verdad, señoresdel Partido Socialista Obrero
Español, señor Ministro, además de votar los presupuestos
generales del Estado de manera continuada con Convergència i
Unió y con Coalición Canaria, créanme, no va a pasar nada,
absolutamente nada, porque pongan una pequeña dosis de
racionalidad y acepten enmiendas de otros grupos, en este caso
del Grupo parlamentario Federal de Izquierda Unida-Iniciativa
per Catalunya, para dar el impulso absolutamente necesario a
la Administración de justicia, que, con estos presupuestos que
ustedes han presentado, créanme, es un impulso frustrado de
partida.

Nada más y muchas gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señora Aguilar.

Encarezco a SS.SS. que se ajusten a los tiempos previstos para
este debate que requiere más que ningún otro de la
contribución de los que intervienen para su buen desarrollo.

Enmiendas del Grupo Vasco (PNV).

Tiene la palabra el señor Gatzagaetxebarría.




El señor GATZAGAETXEBARRIA BASTIDA: Gracias, señor Presidente.

Intervengo brevemente para hacer referencia a las enmiendas
que ha presentado nuestro Grupo. Quiero indicar que no voy a
reproducir el debate planteado en Comisión; me voy a remitir a
lo expuesto ya en el debate que la semana pasada tuvimos en
Comisión. No obstante, nuestro Grupo quería recalcar la
enmienda



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número 1.186, sobre la formación del personal al servicio de
la Administración de justicia, en lo relativo a las lenguas
oficiales distintas del castellano. Sabe el señor Ministro
que, efectivamente --y ha salido en los medios de comunicación
la semana pasada--, hay un atasco impresionante en la Sala de
lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de
Justicia en Cataluña, donde la falta de medios materiales o de
formación en lengua catalana, por ejemplo --lo mismo ocurre en
el País Vasco, o puede ocurrir en Galicia--, está planteando
que la Sala de Gobierno promueva que las actuaciones se
realicen en lengua distinta del catalán, es decir, en
castellano. En definitiva, ¿qué es lo que pasa? Que el
personal auxiliar de los jueces y magistrados, el personal de
oficiales, de auxiliares, de secretaría no dispone de una
capacitación suficiente en las lenguas oficiales distintas del
castellano en las respectivas comunidades autónomas. Entonces,
los asuntos judiciales se atascan, puesto que los documentos
administrativos --fundamentalmente este tipo de cuestiones se
suscita en recursos de naturaleza contencioso-administrativa,
al devenir frente a actos de un poder público, de una
administración pública, municipal o autonómica-- se han
realizado en esa lengua. Los jueces y magistrados no disponen
de ese conocimiento y el personal que ha de auxiliarles
tampoco está capacitado suficientemente para hacer la
traducción de estos documentos. Nuestro Grupo Parlamentario es
sensible a esta cuestión. Conocemos cuál es la problemática en
el País Vasco, en Galicia, en Cataluña y creemos que hay que
hacer un esfuerzo. Por ello hemos presentado una enmienda en
la que crearíamos una partida de 60 millones para formar
adecudamente al personal al servicio de la Administración de
justicia en esta comunidades autónomas con lengua oficial
distinta del castellano, que serían el gallego, el catalán, el
valenciano y el euskera. Señor Presidente, yo creo que el
Grupo mayoritario de esta Cámara aceptó una enmienda, también
relativa a esta cuestión complementaria, que era la 1.187,
donde nosotros pedíamos que dentro de la Sección 13 se
plasmara esta cuestión. Se plasma la cuestión pero no se crea
una partida con dotación presupuestaria. Luego parece que
estamos de acuerdo en la filosofía pero no en su aplicación.

Si verdaderamente no dotamos con suficiente dinero la
formación en estas lenguas distintas del castellano, vamos a
seguir teniendo los mismos problemas. Yo quería transmitir al
señor Ministro de Justicia, que conoce esta cuestión
perfectamente porque ha ejercido su labor jurisdiccional en la
Comunidad Autónoma del País Vasco, que el personal al servicio
de la Administración de justicia quiere verdaderamente
formarse en las lenguas oficiales que existen distintas del
castellano, y yo creo que tienen que hacer un esfuerzo para
que eso se produzca. Existe una demanda por parte de los
diferentes sindicatos en la materia, tanto el Sindicato
Independiente de Justicia como Comisiones Obreras, ELA y UGT.

Señor Ministro, yo espero que el Gobierno tenga la
sensibilidad suficiente para que se aborde esta materia, que
usted conoce que es importante en esas comunidades autónomas.

Nada más y muchas gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Gatzagaetxebarría.

Las enmiendas presentadas por el señor González Lizondo
se dieron por defendidas ayer.

Señor González Lizondo.




El señor GONZALEZ LIZONDO: Muchas gracias, señor Presidente.

Efectivamente así es, pero le pediría un minuto nada más,
aprovechando la presencia del señor Ministro. Señor Ministro,
mis enmiendas van única y exclusivamente destinadas a una
inversión dentro de los órganos judiciales en la Comunidad
Valenciana, una inversión entre 20 y 50 millones de pesetas en
los distintos juzgados.

Yo quiero hacer una llamada de atención al señor Ministro,
porque posiblemente todavía no haya tenido tiempo de
percatarse de algunos problemas. Concretamente en la ciudad de
Valencia existen unos juzgados de lo penal, con celdas en los
bajos, en unas casas particulares, en un edificio que está en
el centro de Valencia; el ayuntamiento colaboró con el
Ministerio porque se trataba de un tema circunstancial, que
iba muy rápido. Esa rapidez no se está dando; por el
contrario, se han eliminado las inversiones que estaban
prescritas en la ciudad de Valencia para construir, inclusive,
la primera ciudad de la justicia, donde el ayuntamiento iba a
colaborar y todos estábamos predispuestos.

Yo le pido, por favor, señor Ministro, que averigue esto y que
considere esta serie de enmiendas, que pretenden única y
exclusivamente corregir los desequilibrios que hay en la
Comunidad. Sé que en todas partes hay necesidades, pero allí
hay sitios en los que los muebles --lo comentaba el otro día--
son de la Guerra de Cuba o inclusive más antiguos. Hay
archivadores que se tienen que abrir con patadas. Es
necesario, de verdad, una actuación por parte de su Ministerio
y yo le ruego --puesto que nuestras enmiendas no van a tener
la acogida que debían-- que tome muy en consideración lo que
acabo de decirle, sobre todo lo relativo a esos juzgados que
se encuentran en el centro de la ciudad, que era algo
transitorio y que no queremos que se haga perenne.

Gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor González Lizondo.




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¿Turno en contra? (Pausa.)
Por el Grupo Socialista, tiene la palabra el señor Pérez
Mariño.




El señor PEREZ MARIÑO: Señoras y señores Diputados, voy a
oponerme en este trámite a las enmiendas a la totalidad del
Grupo Popular y del Grupo Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya y a las enmiendas parciales presentadas por el resto
de los grupos de la Cámara.

No deja de ser complicado que, por una parte, se nos esté
solicitando desde casi todos los sectores de la sociedad y de
los grupos políticos que se hagan unos presupuestos
restrictivos porque así lo exige, parece ser, la coyuntura
política --no hay economista ni sector social que no lo haya
dicho así-- y, al mismo tiempo, en todos los ministerios se
nos pide todos los días que se gaste más. Si a eso unimos los
intereses localistas que piden para sus determinadas
necesidades más dinero, nos encontramos con una especie de
contradicción inevitable en la que no sabemos qué hacer:
gastar más o restringir. Como parece que lo sensato y racional
ha sido hacer un presupuesto restrictivo, al Ministerio de
Justicia no le cabía otra posibilidad. A pesar de todo, debe
señalarse que es de los ministerios que más aumenta su gasto
en relación con el año anterior. En concreto para este año se
aumenta el gasto en un 6,63 por ciento con respecto a 1993 y,
en cuanto al aumento del gasto, se pasa, del séptimo lugar que
ocupábamos el año anterior, al sexto. Es decir, que, dentro de
esa prioridad de necesidades que tiene el Estado, hemos dado
una prioridad importante al Ministerio de Justicia.

Además, todos los que nos ocupamos desde hace bastante tiempo
de estos temas, sabemos que si el problema fuera dotar de más
medios, ninguno de los señores y señoras Diputados debía dudar
de que se haría así. Pero los que hemos estado en la
Administración de justicia en diversos lugares nos hemos
preguntado muchas veces si no es más cierto que en la
Administración de justicia, que tiene unos males endémicos,
unas leyes obsoletas, complicadas de resolver, porque haya más
medios no se resuelven todos los problemas. Por ello, el
Ministro, desde que tomó posesión de su cargo, ha dicho y ha
hecho hincapié en que lo necesario para reformar la
Administración de justicia es realizar una serie de reformas
procesales. Y para realizar las reformas procesales, para
poner las leyes procesales antiguas en el tiempo actual, de
compleja realización por otra forma, no es necesario para nada
una dotación de más medios. Es más, si dotásemos de más medios
a la Administración de Justicia, como se pretende con algunas
enmiendas, creo que incurriríamos en un despilfarro. No
podemos devolver, sin más, unos presupuestos del Ministerio de
Justicia cuando, realmente, sólo se nos dice que son poco
creíbles e irresponsables. Quisiera saber dónde está la
irresponsabilidad cuando, en el presupuesto del Ministerio de
Justicia, más del 74 por ciento es para pagar a funcionarios,
a jueces, magistrados, funcionarios administrativos, etcétera.

Sería bastante insensato que se devolviera y no se gastase ese
dinero. En lo único en que se puede poner un pero en este
presupuesto es en si se quiere invertir más o no, si se quiere
sacar de otras partidas de la Administración del Estado,
porque, si no se saca de otras partidas de la Administración
del Estado, éste es un presupuesto modélico y lo es porque el
Ministro ha hecho especial hincapié, en su manifestación y en
las anteriores comparecencias que ha realizado, en que la
reforma de la Administración de justicia no pasa por mayores
dotaciones económicas.

Hay dos enmiendas, que han repetido el Grupo Popular e
Izquierda Unida-Iniciativa por Cataluña --e Izquierda Unida
decía que eran especialmente graves--, referentes a la falta
de dotación presupuestaria, tanto para la futura puesta en
funcionamiento del jurado como para los juzgados de los
contencioso-administrativo. Yo, que soy nuevo en estas lides,
he comprobado lo que SS.SS. ya habrán comprobado hace mucho
tiempo, que aquí no se escucha. No se escucha porque todo el
mundo viene con los papeles ya preparados y no se contesta
realmente a lo que se dice. Pero el señor Ministro, hace un
rato, explicó, respecto a los juzgados de lo contencioso-
administrativo, que aún no sabemos la competencias que van a
tener y que es preferible, en un alarde de sensatez, formar a
los que van a ejercer esa jurisdicción que ponerla en marcha
sin haber formado a los jueces y magistrados; es decir, hacer
jueces y magistrados especialistas. Los que llevamos tiempo en
esto de la Administración de justicia sabemos que formar en
urbanismo, en problemas del suelo, en problemas de la
vivienda, a un juez generalista, es algo relativamente
complejo y lleva tiempo. Si hiciéramos un alarde de gasto y
pusiéramos mañana los 112 ó 152 juzgados de lo contencioso-
administrativo en funcionamiento y no hubiéramos formado
previamente a los jueces nos encontraríamos con una
jurisdicción cuantitativamente más grande, pero
cualitativamente mucho peor. Decía también el señor Ministro
en su comparecencia que él, desde la experiencia que había
tenido en formación en el Consejo General del Poder Judicial,
sabía muy bien que eso no se puede hacer así. No se puede
hacer. Y si, por una vez, queremos tener una justicia más
sensata, racional y ordenada, es necesario que pensemos en
esta Cámara cuáles van a ser las competencias de esos juzgados
de lo contencioso-administrativo, dónde se van a establecer,
qué van a controlar. ¿Van a llevar el urbanismo de la
Administración local? ¿Van a llevarlo todo? ¿Van a controlar
las comunidades autónomas? ¿Cuáles son las competencias que
van a tener? Porque, mientras tanto, no sabemos realmente el
número



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que se precisa de estos juzgados para arreglar la jurisdicción
contencioso-administrativa. Además, al hilo de la jurisdicción
contencioso-administrativa puede haber una importante dosis,
perdóneseme la expresión, de cierta irresponsabilidad. Se
dice: hay 112.000 asuntos pendientes. Evidentemente que los
hay, eso quiere decir que hay una litigiosidad importante por
parte de los ciudadanos respecto a la Administración, pero lo
que no se nos ha dicho aquí es la rotación que tienen esos
asuntos ni cuántos se han resuelto en lo que va de año por los
tribunales superiores de justicia. Así podríamos saber si
efectivamente la justicia ha mejorado en la resolución de los
asuntos contencioso-administrativos. Indudablemente, la
jurisdicción contencioso administrativa es una jurisdicción
que ha crecido porque el ciudadano tiene una litigiosidad
mucho mayor con las administraciones y hay que poner solución,
pero esa solución se ha puesto en parte --hay que mejorarla--
con la Ley de medidas urgentes de la reforma procesal, que
entró en vigor el pasado año. Decía el representante del
Partido Popular que la aplicación de esa ley no ha resuelto
los problemas de casación del Tribunal Supremo en materia de
la jurisdicción de lo contencioso-administrativo. No podía ser
menos porque, si no recuerdo mal, entró en vigor en abril del
pasado año, no es retroactiva y por tanto mal podía solucionar
los problemas. Si con una ley se arreglasen los problemas
endémicos de atrasos del Tribunal Supremo, realmente
encontraríamos una fácil solución.

Con la futura ley del jurado pasa lo mismo. Señora
representante de Izquierda Unida, si se hubiera asignado una
partida presupuestaria para la ley del jurado, institución que
no sabemos cómo va a ser ni cuántos asuntos va a llevar,
diríamos que era señal de una mala administración por parte
del Ministro, porque, con poco dinero, encima se reservaba una
cantidad que no sabía ni cuándo la iba a utilizar. Tendremos
que esperar a que ustedes puedan opinar sobre qué ley del
jurado quieren, porque si no estaría el señor Ministro
prefigurando un jurado sin haberles escuchado. Cuando ustedes
y toda la Cámara opinemos sobre qué ley de jurado queremos, si
vamos a incluir los homicidios o los asesinatos, el cohecho o
los delitos de los funcionarios cometidos en el ejercicio de
sus funciones, entonces realmente sabremos cuánta dotación
presupuestaria necesitamos, porque no es lo mismo elaborar una
ley del jurado para que lleve cuarenta y cuatro asuntos al año
que para que lleve cuatrocientos cuarenta. La dotación
presupuestaria es especialmente diferente. Se nos decía por su
representante en Comisión que se debía reflejar algo para
llamar la atención y se vea la voluntad. ¿Le parece mayor
voluntad que ofrecerle un pacto de Estado en este tema con el
señor Ministro, decirles que quiere escuchar su opinión y no
prefigurar para nada? No cabe otra posibilidad con la ley del
jurado si queremos ser medianamente responsables. Existen
enmiendas de Izquierda Unida sobre la no instalación de algún
centro penitenciario en Murcia y Cartagena. Efectivamente
estaban previstos anteriormente, y es posible que algunos de
ellos no se vayan a construir, y es posible que algunos no se
vayan a construir porque hay una oposición municipal --me
estoy refiriendo en concreto al caso de Cartagena-- que va a
impedir de hecho que el Ministerio lleve a cabo su
construcción, y por eso no se incluyen aquí. Lo que no podemos
hacer es discutir otra vez en este momento el proyecto o
módulo penitenciario establecido por el Ministerio de
Justicia. El Ministerio de Justicia ha establecido un modelo
con 15 módulos de aproximadamente 1.050 internos, y no la
cárcel que ustedes pretenden de 350. Y ustedes saben cuáles
son las razones: por un problema de abaratamiento de los
costes, de aproximadamente un 40 por ciento, y se lo hemos
dicho en Comisión a su compañero, señora representante de
Izquierda Unida; abarata el 40 por ciento en seguridad; supone
que se pueden establecer los elementos que usted citaba de
reeducación y reinserción; ¡claro que se pueden establecer!,
porque con 15 módulos se divide la población penitenciaria en
grupos de aproximadamente 72 personas, lo que permite cumplir
con todos los objetivos que la Constitución y la Ley General
Penitenciaria establecen. Y además porque ello se discutió
aquí en esta Cámara, y no podemos todos los días volver atrás.

Y este es el modelo, que además es de las pocas cosas que
exportamos en esta materia: exportamos tecnología
penitenciaria, porque no es un mal modelo el establecido para
esas cárceles, que no son macrocárceles, porque dentro se
hacen 15 subdivisiones. El representante del Partido
Nacionalista Vasco presenta una enmienda que yo creía había
quedado aclarada en Comisión. Pretende una dotación de 60
millones para poder impartir cursos de idiomas a los
funcionarios de la Administración de justicia. Ya está
previsto que dentro de los 150 cursos especiales que se van a
realizar se impartan cursos de idiomas para los funcionarios.

Es probable que no sean suficientes, es probable que después
de transcurrido ese tiempo haya muchos funcionarios que no
hayan aprendido el idioma cooficial propio de su comunidad y
es probable, por tanto, que cree algún atraso. La
cooficialidad de varios idiomas en una comunidad, no le quepa
la menor duda al representante del Grupo Vasco, puede suponer
retrasos, pero eso es algo que hemos de pagar por la riqueza
de tener varios idiomas oficiales en una comunidad.

Indudablemente cuando se pretende traducir toda la
documentación que obra en un determinado procedimiento, y el
juez, por ejemplo, no conoce la lengua de la comunidad y la
documentación está en esa lengua, eso puede suponer algún
retraso, pero algún tributo hemos de pagar por la riqueza
lingüística que tenemos en este país.

Al señor González Lizondo, al que aunque en este momento no se
encuentra en el hemiciclo sí quiero



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responder para que quede constancia en el «Diario de
Sesiones», he de decirle que al Ministro de Justicia le
gustaría arreglar todos los problemas relativos a los locales
que existen en estos momentos en los distintos órganos
judiciales españoles, que no son ni la mitad de malos de lo
que él ha dicho. En cualquier caso, no se puede realizar esa
política catastrofista de decir que se están cayendo, porque
el que no conociera la realidad judicial española, oyendo al
señor González Lizondo, podría pensar que realmente nos
encontrábamos en la época que relataba Pérez Galdós, en el
terror en la Administración de justicia de 1820, con los
funcionarios metidos --nos decía-- en una especie de sótano de
un piso. Pues no están así, señor González Lizondo; no están
así porque los que conocemos los centros judiciales de este
país sabemos que se ha logrado tal cambio en los últimos
tiempos que hoy son en general, aunque con alguna excepción,
unos centros dignos. Además, esas excepciones la resuelve el
Ministerio de Justicia estableciendo un orden de prioridades,
porque es una función específica del mismo, de acuerdo con los
fondos destinados a inversiones y mantenimiento de las
instalaciones judiciales.

Si aquí viniéramos con el localismo que puede representar a
veces el decir: «yo quiero que en mi juzgado o en mi pueblo se
arregle tal cosa...», olvidando lo de los demás, estaríamos
realizando un acto de insolidaridad. El Ministro tiene que
velar, lógicamente, por que todos esos órganos funcionen bien
y nosotros confíamos en su buen criterio, como no podía ser
menos, entre otras muchas razones por su larga experiencia y
bien hacer en cuestiones de Administración de justicia que le
reconocen todos los grupos. En consecuencia, sabemos que,
cuando decida priorizar las inversiones en la mejora o en la
adquisición de nuevos locales, lo estará haciendo basándose
puramente en criterios de racionalidad; por eso se ha referido
a Gijón, Mahón y algún otro ejemplo que no recuerdo en este
momento, como órganos judiciales que, a pesar de que no se
aumenta el gasto en inversiones, se van a construir en el año
1994.

En definitiva, señoras y señores Diputados, el presupuesto del
Ministerio de Justicia, como decía el señor Padilla, es
continuista, como no podía ser menos, porque hay que seguir
pagando a todos los funcionarios de la Administración de
justicia y a todos los jueces que suponen el 74 por ciento. Es
continuista porque hay que seguir consolidando los gastos de
las inversiones realizadas, pero es absolutamente novedoso, no
tanto en las partidas presupuestarias sino en el uso que se
quiere hacer de las mismas, en el control que se va a realizar
de las mismas, en la gestión que se va a realizar. Como habrán
escuchado o leído hace unos días, es propósito del Ministro de
Justicia implantar por primera vez en España relojes para
poder controlar la asistencia de los funcionarios; figúrese,
señor Padilla, usted que ha ido mucho por los tribunales, lo
que supone esa medida, no sabe usted la trascendencia que
tiene. Esta reforma no viene reflejada en los presupuestos,
pero el Ministerio de Justicia va a ejercer un control para
que sus funcionarios trabajen las 37 horas y media
establecidas en el convenio y no las 23 que se decía que
trabajan en los juzgados de la Plaza de Castilla. ¿Le parece a
usted poco cambio? No saben ustedes, señoras y señores
Diputados, lo que va a suponer para la Administración de
justicia española que se cumplan las jornadas de 37 horas y
media, ya que, por esa vía, vamos a elevar la productividad
por lo menos en un tercio. Pero eso, claro, no viene reflejado
en los presupuestos, porque no es una partida presupuestaria;
sin embargo es una mejora de gestión que, no les quepa la
menor duda a todos los señores Diputados, va a realizar este
Ministerio.




El señor PRESIDENTE: Señor Pérez Mariño, le ruego concluya.




El señor PEREZ MARIÑO: Ahora mismo, señor Presidente.

Además, se va a hacer lo más importante que se puede hacer y
es, con los mismos medios, llevar a cabo la reforma procesal,
aumentar la productividad, racionalizar la gestión y
racionalizar realmente el resultado. Yo no sé si dentro de un
año, si estamos en este hemiciclo las mismas personas,
podremos ofrecer un resultado, pero estén seguras SS.SS. de
que el Ministerio de Justicia, día a día hasta ese año que
viene, no va a descuidar un minuto en mejorar la gestión de la
Administración de justicia. No le podría prometer el
resultado, ni creo que tampoco el Ministro, pero no le quepa
la menor duda de que este Ministerio de Justicia no va a
trabajar 37 horas y media, sino todas las horas del día para
mejorar la gestión con esos fondos públicos. Confíe, señor
Padilla, en que la gestión va a mejorar en este Ministerio,
porque estoy seguro de que con esa confianza usted va a
acertar, y confíen las señoras y señores Diputados en que no
se va a malgastar una sola peseta de los presupuestos. Son
unos presupuestos ajustados, pero vamos a tratar de sacarles
jugo hasta la última peseta en aras de algo que a nosotros no
nos divierte nada, que es el estado actual de la
Administración de justicia, sin decir para nada que se ha
mejoradomuchísimo, porque en los últimos años se ha mejorado
de una forma espectacular, pero no le quepa la menor duda de
que vamos a intentar mejorar, porque en la Administración de
justicia nunca vamos a estar contentos. Muchas gracias,
señoras y señores Diputados. (Varios señores Diputados: ¡Muy
bien! ¡Muy bien!)



El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Pérez Mariño.

Tiene la palabra el señor Padilla.




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El señor PADILLA CARBALLADA: Señor Presidente, señor Ministro,
señor Pérez Mariño, la verdad es que escuchando primero la
intervención del señor Ministro y después la del portavoz del
Grupo Socialista, uno se pregunta si el Gobierno que desde
1982 ha presidido Felipe González es el mismo del que forma
parte el señor Belloch. Parece que sí porque están sentados en
aquella parte de la Cámara y por ello supongo que,
efectivamente, eso es así. En fin, que después de diez años de
Gobierno socialista se nos diga que lo que va a mejorar es la
gestión o los criterios de gestión evidentemente, no deja de
sorprendernos.

Señor Ministro, estoy sorprendido de que en este debate, en el
que se analiza lo que es el programa del Ministerio de
Justicia y también de la Secretaría de Estado de Asuntos
Penitenciarios, esté ausente su Secretario de Estado, que,
además, es Diputado de esta Cámara, lo que creo que pone de
relieve que parece que S.S. está poco acompañado a la hora de
defender esos criterios de gestión que tan fervorosamente nos
ha expuesto el señor Pérez Mariño, al que ya sabemos que no le
falta fervor, aunque otra cosa es la eficacia, pero le puedo
asegurar que el fervor no se lo discuto.

Me decía el señor Pérez Mariño que la Ley de reforma procesal
entró en vigor en abril. No lo desconozco. También me ha
reconocido que voy bastante por los juzgados. Deténgase a ver
los recursos que ingresaron en la Sala Primera de lo Civil
desde abril hasta la fecha y el número de recursos en los que
se ha seguido el trámite de admisión, y verá cuántos recursos
no se han tramitado y, por lo tanto, en qué medida ha operado
esta previsión de sacarse papel de en medio de esa reforma que
nos trajo precipitadamente el denominado equipo habitual, que
en nada tuvo en cuenta todos aquellos materiales para la
reforma procesal a cuyos estudios, con una dirección general
incluida, dedicaron esfuerzos importantes los equipos
ministeriales dirigidos por los señores Ledesma, Múgica y de
la Quadra Salcedo. Hay una realidad evidente. Sabe usted mejor
que yo que si se aplicara la legislación procesal de una forma
rigurosa, por ejemplo, en un tipo de proceso en el que están
inmersos importantísimos intereses de muchos españoles y
multitud de pequeños intereses económicos pero que suman
grandes cantidades, como son los juicios de faltas,
ciertamente sería difícil mantener que mucho más del 50 por
ciento de esos procesos no estarían en una situación teórica
de prescripción, si no fuera porque la diligencia de la
Administración judicial impide que se produzca ese fenómeno de
la prescripción. Usted sabe bien a qué me refiero y,
ciertamente ésa es una realidad que después de la reforma
operada por la Ley Orgánica del Poder Judicial con la
supresión de la justicia de distrito no ha mejorado, sino que,
claramente, ha empeorado. Quisiera que tuviese en cuenta,
señor Pérez Mariño --que se ha estudiado mejor ahora las
enmiendas y, por tanto, la Sección-- que usted en la Comisión,
sobre la enmienda que nosotros presentábamos frente a los
1.800 millones de pesetas de previsión por gastos telefónicos
de la Secretaría de Estado de Asuntos Penitenciarios y que el
Secretario de Estado reconoció que obedecían a insuficiencia
de ejercicios anteriores, nos manifestaba, con ese fervor en
la defensa, que era porque los presos y penados tenían que
tener alguna oportunidad de comunicarse. Naturalmente, creo
que esa oportunidad la deben tener, pero la seriedad del
presupuesto queda de relieve cuando el propio Secretario de
Estado y el Ministro nos nos están hablando de presupuesto de
liquidación. Dice usted que este es un presupuesto continuista
para mejorar. Pienso que lo que nos han explicado en gran
parte y que además justifica la imputación de falta de
seriedad que hacíamos sobre este presupuesto es que,
efectivamente, en gran parte es un presupuesto de liquidación
y, desde luego, si están ustedes liquidando ejercicios
anteriores a través de este presupuesto, poco van a poder
aportar para una mejor gestión de la organización y de la
administración judicial.

Termino diciendo que S.S., sobre nuestras enmiendas, al
principio, se ha debatido en una azarosa pregunta sobre si se
pretende por un lado que se invierta más y por otro que se
gaste menos... En nuestras enmiendas, señor Pérez Mariño, no
pedimos ni una sola peseta más. Hay una enmienda,
efectivamente, de supresión de gastos corrientes y la enmienda
número 516 concretamente, en la que pedimos que el costosísimo
gabinete del señor Ministro de Justicia entre también en una
vía de ahorro, porque, naturalmente, 72.717.000 pesetas como
gastos de ese gabinete nos parece una cantidad totalmente
desproporcionada, y, además, pedimos la supresión de esa
partida por esa razón.




El señor PRESIDENTE: Señor Padilla, le ruego concluya.




El señor PADILLA CARBALLADA: Termino, señor Presidente.

De manera que nuestras enmiendas en ningún caso generan gasto.

No puede usted mantener tranquilamente que los edificios
judiciales en España se encuentran si no en una situación
óptima, en una situación razonable. Le podría contar,
concretamente, el caso que puede usted comprobar cuando
quiera, del Juzgado de Carballino en el que el techo se
desplomó y pasadas bastantes horas todavía no había habido
ningún responsable del Ministerio de Justicia que se ocupara
de qué se hacía con ese Juzgado, con el archivo, con las
instalaciones, de adónde se iban los funcionarios judiciales.

Eso es así.

Quisiera finalizar haciendo una breve alusión...




El señor PRESIDENTE: Señor Padilla, le ruego concluya.




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El señor PADILLA CARBALLADA: Termino, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: No puede ser, señor Padilla, no puede
ser. Este debate tiene sus características, sus exigencias,
sus limitaciones y les ruego a todos que las comprendan y que
contribuyan a poderlas satisfacer.




El señor PADILLA CARBALLADA: Concluyo, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Brevísimamente.




El señor PADILLA CARBALLADA: Brevísimamente. Nada más para
hacer una alusión a nuestras enmiendas en relación con las
transferencias para el turno de oficio...

El señor PRESIDENTE: No, señor Padilla, lo siento mucho, no
tiene la palabra.




El señor PADILLA CARBALLADA: Muchas gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Señora Aguilar.




La señora AGUILAR RIVERO: Gracias, señor Presidente.

Ciertamente, por parte del Grupo Parlamentario de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya estamos sorprendidos por la
intervención del portavoz del Partido Socialista Obrero
Español, que no ha contestado a los grupos, sino que ha
intentado contentar al señor Ministro. Tanto es así que ha
puesto en la defensa de la Sección 13, referida a Justicia,
mucho más ardor que el propio Ministro. No nos cabe la menor
duda de que el señor Ministro quería tener más recursos y de
que considera que estos presupuestos no son, como los ha
calificado el señor portavoz del Partido Socialista Obrero
Español, modélicos. Se confunde, señor Pérez Mariño, su
intervención con la defensa de la propia persona del Ministro,
y yo creo que hace un flaco servicio con esta actitud al señor
Belloch, que no necesita desde nuestro punto de vista defensa
porque tiene nuestra entera consideración y credibilidad de
momento. Efectivamente, estamos de acuerdo con usted en una
cosa que planteaba, y es que aquí no se escucha; y,
lógicamente, usted y el Partido que representa no han
escuchado absolutamente nada, no han atendido a ni una sola de
las razones que por parte de nuestro Grupo hemos ofrecido en
la defensa de nuestras enmiendas, sencillamente porque no
están dispuestos a modificar ni a aceptar absolutamente nada.

Yo creo que se debería partir de ahí en el debate, es decir,
de que ustedes hubieran manifestado con claridad que no iban a
aceptar nada, que no había ninguna voluntad por su parte de
modificar para mejorar la Sección 13, de Justicia y que, por
consiguiente, no había lugar ni tan siquiera al esfuerzo de
realizar un debate, porque, como digo, no hay voluntad ninguna
de modificar para avanzar en esta Sección, que era la voluntad
política que a través de nuestras enmiendas quedaba plenamente
de manifiesto.

Voy a hacer referencia a tres cuestiones muy rápidamente. En
primer lugar, no nos diga más que el plan de amortización se
discutió en esta Cámara y que ya no podemos volver atrás. Esta
Cámara aprobó un plan de amortización que ni tan siquiera en
materia de instituciones penitenciarias ustedes pueden
gestionar, que ha devenido en un fracaso, y es obligación
política de esta Cámara volverlo a traer para modificarlo,
para reconsiderarlo, para mejorarlo y adecuarlo a las
necesidades que tiene en estos momentos el ámbito de
instituciones penitenciarias. No nos ponga más la excusa de
que algo que se discute aquí no puede volver a la Cámara,
porque es absolutamente imprescindible que algunas cuestiones,
no sólo el plan de amortización, vengan de nuevo a la Cámara
no para volver atrás, sino para modificar aquellas
deficiencias de que adolezcan y avanzar y progresar. Ese es
nuestro objetivo. No vea, por consiguiente, las razones donde
no están. En relación con el tema contencioso-administrativo,
tan importante y de tal preocupación para los grupos
políticos, en este caso para el nuestro, no nos vuelva a decir
que hay que determinar primero las competencias. Aquí tiene
que haber una concepción global a partir de un problema y de
una situación ciertamente desastrosa que acaece en el ámbito
de lo contencioso-administrativo; y por lo menos, yo le podría
contestar a usted que, en el ámbito de lo contencioso-
administrativo, antes de ver qué competencias de más le
podemos dar, digamos que ya van a llevar a efecto las que en
estos momentos tienen los tribunales superiores, y, por tanto,
dotémosles de presupuesto. No se trata de paralizar la
posibilidad de acometer esta problemática de los Presupuestos
Generales del Estado para 1994 en aras a que hay que discutir
después qué competencias o no van a tener; ya parece que hay
unas competencias que de hecho deben tener, que son las que en
estos momentos ejercen los tribunales superiores, y, por
tanto, dotémosles de presupuesto y avancemos, no paralicemos
una vez más la Administración de justicia. Si es que no
quieren acometer este problema para que no haya y no se pueda
ejercer un control exhaustivo sobre la Administración,
díganlo; digan si éste es el problema de fondo que subyace en
esta propuesta que le hemos formulado. Y le reitero que el
tema del jurado es un gesto político, un gesto que tendría que
acompasarse presupuestariamente con la manifestación de
voluntad de que vamos a tener en los próximos tiempos una ley
del jurado.

Por último, creo que de su intervención se desprende una
contradicción evidente. Por una parte, cuando



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nos habla del ámbito de lo contencioso-administrativo nos
habla de la formación. También les hemos hecho, señores del
Partido Socialista Obrero Español, una propuesta de enmienda
para la formación profesional de todos aquellos que conforman
la Administración de justicia, y ustedes, aunque en su
intervención reconocen que la formación es un elemento
esencial, se niegan, incluso aceptándolo, a recoger esa
enmienda en los Presupuestos Generales del Estado. Yo lamento
que una vez más hayan frustrado la posibilidad de comenzar el
diálogo en torno al pacto de Estado por la justicia a través
de los Presupuestos Generales del Estado. Nada más y mucha
gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señora Aguilar. El señor
Gatzagaetxebarría tiene la palabra.




El señor GATZAGAETXEBARRIA BASTIDA: Gracias, señor Presidente.

Para contestar brevemente al representante del Grupo
Socialista, indicándole que el tema no ha quedado
suficientemente claro, porque, efectivamente, el planteamiento
que usted hace es de que existe una previsión dentro de los
objetivos de que, entre los 150 cursos especiales de formación
del personal al servicio de la Administración de justicia, se
encuentran englobados los cursos para el aprendizaje de
idiomas diferentes del castellano que son oficiales en las
respectivas comunidades autónomas. Ese argumento se lo acepto,
señor Pérez Mariño, pero yo quería que bien usted o bien el
señor Ministro que está aquí presente nos informaran de
cuántos, dentro de esos 150 cursos, van a ser los que se
dediquen a la formación de las lenguas oficiales distintas del
castellano; cuántos y con qué dotación presupuestaria, porque
ustedes en la previsión que hay en la Sección 13, página 124,
asignan para el año 1994, según leo, 180 millones. Yo le
sugeriría al señor Ministro que mantenga informado a nuestro
Grupo Parlamentario, porque estamos dispuestos a colaborar ya
que nos interesa mucho esta cuestión, de cuántos cursos se van
a hacer y qué dotación se va a destinar a este fin, porque --
repito-- estamos interesados en conocer tal información y en
colaborar con el Ministerio en ese objetivo, que es común para
todos, de formar al personal al servicio de la Administración
de justicia en otras lenguas distintas del castellano
oficiales en las respectivas comunidades autónomas. Nada más y
muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Gatzagaetxebarría.

Tiene la palabra el señor Pérez Mariño.




El señor PEREZ MARIÑO: Gracias, señor Presidente.

El representante del Grupo Popular me achacaba fervor, y como
lo tomo como un calificativo agradable, lo acepto con buen
gusto. A partir de ahí, hacía una enumeración con tintes
relativamente catastrofistas de cuál era la situación de la
justicia en España. Hablar de la Ley de medidas urgentes de
reforma procesal --que yo sé que es un asunto tedioso para
tratar en este momento y quizás inoportuno-- dejando caer el
gravísimo problema de la casación civil y olvidándose de lo
que ha mejorado la Sala Segunda del Tribunal Supremo en los
recursos de casación penal, olvidándose de lo que ha mejorado
la justicia penal, por ejemplo en Madrid, y olvidándose,
respecto a lo que S.S. decía, sobre los juicios de faltas, en
Madrid, de cuál es la reducción de tiempo de tramitación
media, me parece que es traer a la Cámara medias verdades que
cada uno sabrá juzgar, porque no podremos realizar ningún tipo
de pacto de Estado ni ninguna política constructiva si no
somos capaces de aceptar que no está nada mál lo que se ha
hecho en los últimos años en la Administración de justicia,
aun aceptando que falta mucho por hacer. Decía el señor
Padilla que se extrañaba de que el actual Ministro de Justicia
estuviera en el mismo Gobierno de Felipe González y se
preguntaba si era otro. A mí esta especie de esquizofrenia
también me extraña, porque el señor Padilla, con fe de
converso, se olvida de que hace aproximadamente un año el
Grupo Popular proponía la supresión del Ministerio de
Justicia, Ministerio que, por otra parte, parece que ahora es
el que más favores presupuestarios debería de tener. Dice el
señor Padilla que estos presupuestos son unos presupuestos de
liquidación. Señor Padilla, liquidación sólo en el tema, como
se ha dicho, de pagar los recibos telefónicos pendientes. De
los 216.000 millones aproximadamente que representa el
presupuesto del Ministerio de Justicia, los recibos
telefónicos pendientes no llegan a 1.000 millones. Por eso,
por una partida que representa menos del 0,5, llamarlos
presupuestos liquidacionistas entiendo que no es más que una
especie de ardid dialéctico para hablar en la Cámara.

Veo que le preocupa el problema del Juzgado de Carballino,
pero recuerde usted cómo estaba el Juzgado de Carballino hace
quince años y cómo está ahora. Con respecto a la preocupación
que manifestaba, quiero asegurarle que la próxima vez que se
caiga un techo el Ministerio procurará tener allí lo más
rápidamente posible --usted hablaba de unas horas-- a un
funcionario para decir qué se hace con el archivo.

Por lo que respecta a lo manifestado por la representante de
Izquierda Unida, intento no confundir al señor Ministro de
Justicia con el Ministerio de Justicia ni con el magistrado
que fue. Sin embargo, creo que no se puede realizar una
separación tajante, porque para la gestion que tiene
encomendada hemos de atender a sus antecedentes, lógicamente.

Por eso tenemos una confianza especial en lo que va a realizar
ese Ministerio. Después señalaba usted que los Juzgados de lo
contencioso-administrativo deberían tener las competencias que
tienen en la actualidad los tribunales superiores.




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Pero los tribunales superiores se componen de tres miembros,
son órganos colegiados, y los juzgados de lo contencioso-
administrativo son órganos unipersonales. ¿No le parece a
usted que debemos reflexionar sobre si es posible que una sola
persona paralice, por ejemplo, un plan general de ordenación
urbana, con los problemas que esto puede tener para una
población, como la construcción y otros? ¿A usted le parecería
bien que el juez de lo contencioso-administrativo --y lo
pregunto porque no sé si es bueno o malo-- pudiera paralizar
el plan general de ordenación urbana de Madrid? Es posible que
haya que hacerlo, pero, en cualquier caso, hay que pensarlo,
porque es algo de una trascendencia especialmente notoria.

Dice usted que no se ha dedicado dinero alguno a formación. Me
permito recordarle que debe leer la Sección 08 de estos
presupuestos, referida al Consejo General del Poder Judicial,
en la que se destinan a formación de jueces, magistrados y
secretarios judiciales más de 800 millones de pesetas. (La
señora Aguilar Rivero hace gestos de denegación.) Perdone,
señora representante de Izquierda Unida, veo por sus gestos
que le parece que no es así, pero me permito recordarle que en
el Centro de Estudios Judiciales se realizan cursos de
formación, que figuran en la Sección 13, presupuesto del
Ministerio de Justicia. Por tanto, cuente con que hay una
partida amplísima, como no la ha habido históricamente hasta
el año pasado, en los Presupuestos Generales del Estado, para
formación y que este año asciende, por ambos conceptos, a
aproximadamente 1.000 millones de pesetas. Es una partida para
formación, cuando sabe usted que, históricamente, a lo largo
de los siglos, no se ha gastado una peseta en formación de
jueces y magistrados nunca; que los jueces y magistrados no
han dispuesto de un libro ni de una biblioteca; que éste es un
elemento novedoso en formación. Por eso, es por lo que le
señalábamos la no puesta en práctica en este año de los
juzgados de lo contencioso-administrativo.




El señor PRESIDENTE: Señor Pérez Mariño, le ruego concluya.




El señor PEREZ MARIÑO: Un segundo, señor Presidente.

Por último, me refiero a lo manifestado sobre el plan de
amortización de instituciones penitenciarias y los módulos
previstos. Es cierto que se pueden discutir, pero lo que yo le
decía es que, por una mínima operatividad, no podemos discutir
en cada momento lo que ya ha sido aprobado. Podemos volver a
replantearnos las cárceles que queremos, todos los días, pero
también en los presupuestos hay que replanteárselas. Habría
que olvidar los presupuestos y volver otra vez a los problemas
de cuál es nuestro modelo. Y eso, desde un punto de vista
ordenado, racional, no es posible; a eso me refería.




El señor PRESIDENTE: Le ruego concluya, señor Pérez Mariño.




El señor PEREZ MARIÑO: En cuanto a la enmienda del Grupo Vasco
--y termino, señor Presidente, en 15 segundos-- al Ministerio
no le es posible la programación de los cursos, pero no me
cabe la menor duda de que el Ministerio tratará, dentro de
esos 150 cursos, de dedicar los que sean necesarios y posibles
para ese menester.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Pérez Mariño.

Concluido el debate relativo a la Sección 13, Ministerio de
Justicia, pasamos a la Sección 18, Ministerio de Educación y
Ciencia. Para la presentación del presupuesto de esta sección,
tiene la palabra el señor Ministro de Educación y Ciencia.




El señor MINISTRO DE EDUCACION Y CIENCIA (Suárez Pertierra):
Señor Presidente, señorías, el presupuesto del Ministerio de
Educación y Ciencia para el ejercicio económico de 1994 en
esta Sección 18, hay que situarlo en el contexto de una crisis
económica y de contención del gasto público, que tiene como
objetivo fundamental reducir el déficit. (El señor
Vicepresidente, Beviá Pastor, ocupa la Presidencia.) Por ello,
el proyecto de presupuesto prevé una cifra global de un billón
75.146,6 millones de pesetas para mi Departamento. Esto supone
un aumento de más de 16.000 millones de pesetas respecto a la
cifra del año pasado, que en porcentaje representa el 1,55 por
ciento de incremento. Si tenemos en cuenta las cifras de
algunas transferencias en materia de centros de régimen
especial y determinadas instalaciones deportivas, el
incremento en términos homogéneos sería del 1,61 por ciento.

Se puede afirmar que el proyecto de presupuesto que se
presenta es de contención, pero suficiente para abordar
algunas prioridades, mientras que otros aspectos pueden
mantener el ritmo necesario en su aplicación. El proyecto de
presupuesto trata de mantener el equilibrio necesario entre
los diversos niveles educativos, si bien somos conscientes de
que hay niveles que precisan seguir creciendo, mientras que en
otros, más que de crecimiento propiamente dicho, se puede
hablar de adaptación o de mejora de su funcionamiento. En este
sentido, se hace un esfuerzo en educación secundaria y en
Formación Profesional, que experimenta un crecimiento absoluto
de 9.553,7 millones de pesetas e, igualmente, en política de
investigación y desarrollo, cuyas inversiones se sitúan un
poco por encima de los 37.000 millones de pesetas.

La calidad del servicio público de la educación es otra de las
preocupaciones que el proyecto de presupuesto trata de recoger
al destinar 10.495 millones de pesetas a tal fin. La
consolidación de la elevación de los módulos



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económicos de los centros concertados para dar cumplimiento al
pacto suscrito en materia de analogía de retribuciones y otros
componentes, arroja una cifra de 5.217 millones.

Por último, y sin ánimo de ser exhaustivo respecto a la
corrección de desigualdades, todas las partidas experimentan
un incremento, siendo especialmente importante la del
transporte escolar, que crece por encima de un 10 por ciento;
las de comedores y escuelas-hogar, con un 4 por ciento; las de
educación permanente de adultos, en un 1,4 por ciento; y el
capítulo de becas, que merece mención especial, en un 2,4 por
ciento. Tras estas consideraciones voy a centrar mi
intervención en aquellos programas que han merecido una
atención más prioritaria por parte de mi Departamento,
agrupándolos por áreas según las políticas sectoriales a las
que están afectos. Comenzando por las enseñanzas básicas y
medias, considero que es un presupuesto capaz de desarrollar
de forma satisfactoria la aplicación de la LOGSE, a lo largo
del año 1994, en el que se ha dado una mayor importancia a
aquellos programas específicos considerados más prioritarios
para el cumplimiento de los objetivos establecidos, entre los
que cabe destacar los cinco siguientes: Primero, continuar la
implantación de la educación primaria. Segundo, proseguir la
anticipación de la educación secundaria obligatoria. Tercero,
impulsar la reforma de la Formación Profesional. Cuarto,
mejorar la calidad del sistemaeducativo. Y quinto, contribuir
a compensar las desigualdades sociales.

La implantación de la educación primaria tiene unas
repercusiones económicas sensiblemente inferiores a las
previstas en relación con la etapa de educación secundaria
obligatoria. Por esta razón, se puede afirmar que los
Presupuestos de 1994 permiten cumplir los objetivos previstos.

No hay que olvidar que en esta etapa ya está escolarizado el
cien por cien de los alumnos, y que las modificaciones que es
preciso realizar en los centros educativos son escasas. El
esfuerzo mayor debe hacerse en la formación de los profesores,
en los materiales educativos, y en la preparación y formación
de los profesores especialistas.

En relación con la formación de profesores, hay que resaltar
el enorme esfuerzo que en este campo se ha hecho en los
últimos años. En 1987, el presupuesto destinado a formación
fue de 1.938 millones de pesetas; el previsto para 1994,
asciende a 10.520 millones de pesetas. El número de
participantes en cursos de formación, en 1987, fue de 25.000
profesores; el previsto para 1994, es de 96.000. Son datos
suficientemente elocuentes del esfuerzo que permanentemente se
ha venido haciendo en este ámbito. En relación con la
ampliación de profesores especiales, hay que señalar que la
dotación de puestos de trabajo para el curso 1993-1994, es de
5.971 profesores de inglés, 2.235 de francés, 4.724 de
educación física y 1.500 de música, lo que demuestra el avance
que en este campo se viene produciendo. El Ministerio de
Educación continúa con su política de incorporar de forma
progresiva nuevos institutos que impartan la educación
secundaria obligatoria. Durante el curso 1993-1994, la
previsión es que cien centros se incorporen a este proceso,
sobre los 334 centros que hoy ya están realizando esta
anticipación. Estos institutos cuentan con las aulas de
tecnología, el equipamiento necesario y los departamentos de
orientación correspondientes. También hay que señalar que los
presupuestos contemplan el módulo económico de concierto para
el primer ciclo de la educación secundaria obligatoria, lo que
va a permitir a los centros concertados que lo deseen, de
acuerdo con las condiciones que se establezcan, incorporarse
también a este proceso de anticipación.

El Gobierno va a continuar la reforma de la Formación
Profesional y va a aprobar, como ya se ha dicho en esta
Cámara, la gran mayoría de las nuevas titulaciones a lo largo
del curso 1993-1994. También se han incluido en el proyecto de
presupuestos los compromisos adquiridos en el programa
nacional de Formación Profesional, 13.000 millones para
infraestructura y equipamiento, 3.000 millones para plantillas
docentes, 3.000 millones para prácticas en centros de trabajo,
800 millones para programas de garantía social y 1.200
millones para programas de formación del profesorado. Ya se ha
hecho mención a la partida presupuestaria destinada a
formación del profesorado, más de 10.000 millones de pesetas.

Hay que destacar también que se cumplen los compromisos
retributivos adquiridos con los profesores, que se destinan
más de 4.000 millones para ampliación de plantillas en
secundaria y que se incluye la convocatoria de 2.200 nuevas
cátedras para el curso que viene. Al mismo tiempo, se amplía
sensiblemente el capítulo destinado a gastos de funcionamiento
en los centros docentes, de tal manera que se incrementa el
13,65 por ciento en primaria y el 8,14 por ciento en
secundaria. Este aumento permitirá a los centros disponer de
más recursos para mejorar su oferta educativa.

Otro de los aspetos estrechamente relacionados con la calidad
de la enseñanza es el relativo a la evaluación. El proyecto de
presupuestos contempla la puesta en marcha del Instituto
nacional de evaluación y calidad, así como la ampliación por
parte de la Inspección Educativa del programa de evaluación de
los centros docentes. Las políticas destinadas a compensar las
desigualdades sociales son también una prioridad en estos
presupuestos. Se amplían sustancialmente las cantidades
destinadas a los profesores integrantes en la zona rural, un
13,65 por ciento, aumentándose los profesores especialistas en
la misma, y se incrementan notablemente --960 millones de
pesetas-- las cantidades destinadas



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al transporte escolar; todo ello, con el objetivo de atender
con más recursos a los alumnos que viven en pueblos con escaso
número de habitantes. He señalado, y reitero, que el
presupuesto presentado es suficiente para abordar los
objetivos previstos para el desarrollo de la reforma en el
próximo curso. Debo reconocer, sin embargo, que para la
implantación de la etapa de educación secundaria obligatoria,
cuya generalización aún no está prevista para el curso
próximo, es preciso realizar un esfuerzo adicional
presupuestario en los años sucesivos, para cumplir los
objetivos señalados en la memoria económica que se presentó en
su momento a este Parlamento. Vayamos a la política
universitaria y científica. Dentro del ámbito de la política
de universidades e investigación cabe destacar que, en los
presupuestos de 1994, aumenta la financiación pública para el
funcionamiento de las universidades del ámbito de gestión del
Ministerio de Educación y Ciencia, que se sitúa en 124.739,7
millones de pesetas. Ello supone 3.449 millones de pesetas
sobre los créditos iniciales de 1993, lo que equivale a un
incremento del 2,8 por ciento. Esta cifra viene a consolidar
la financiación final del presente año.

Respecto a las inversiones, los Capítulos VI y VII suman
13.493 millones de pesetas, frente a 19.900 millones del año
anterior. Pero ello no va a impedir el desarrollo de las
inversiones previstas, ya que en el caso de universidades
ubicadas en regiones 1 y 2 de Feder que, por tanto, pueden
recibir subvenciones con cargo a los fondos estructurales de
la Comunidad Europea, los programas operativos en marcha
contemplan una financiación de 3.195 millones de pesetas, con
lo que la cifra total para inversiones en 1994 ascendería a
17.408 millones. Además, durante el año 1993 se vienen
generando fondos adicionales a los presupuestos en dichos
programas, por una cuantía de 1.761 millones de pesetas. Esta
cantidad está llegando a las universidades este año y es
posible que pueda aumentar en 1994, con lo cual llegaríamos a
niveles de financiación similares a los que estamos teniendo
para las universidades en 1993.

Por lo que se refiere a becas, están contempladas en la cifra
global de becas y ayudas al estudio que, como anteriormente he
dicho, experimenta un aumento del 2,4 por ciento. Dentro de
este capítulo se destinan específicamente 13.500 millones de
pesetas al pago de las tasas de aquellos alumnos becarios y no
becarios que reúnan determinados requisitos y que están
exentos del abono de las mismas, con un aumento que representa
1.748 millones de pesetas. Por su parte, el gasto global en
programas de investigación dentro del Ministerio crece un 1,1
por ciento, aunque este incremento debe desglosarse. Esta
continúa siendo una política prioritaria para el Gobierno. Es
preciso destacar que los mayores crecimientos se experimentan
en los programas incluidos dentro del Plan Nacional de I+D,
cuyo presupuesto global de 31.388,3 millones de pesetas en el
presente año, pasa a 32.679,3 millones en 1994. Es decir, el
incremento global es del 4,1 por ciento en estos programas
competitivos que afectan a todo el sistema de ciencia y
tecnología. El proceso de descentralización del Consejo
Superior de Investigaciones Científicas, que pretende una más
amplia distribución geográfica de sus recursos, hoy día muy
concentrados en Madrid, prevé inversiones sobre todo en
regiones objetivo 1 y 2 de Feder, en las que está prevista una
financiación importante para 1994 procedente de los fondos
estructurales de la Comunidad Europea. Tanto es así que, a
pesar de la disminución presupuestaria, el Consejo invertirá
en el Capítulo VI un ocho por ciento más que en el año 1993,
utilizando parcialmente estos fondos estructurales. Por otra
parte, esperamos retornar 16.000 millones de pesetas
procedentes del programa marco y 17.600 millones de pesetas de
fondos estructurales que, sumados a los 32.600 previstos en
los presupuestos del Ministerio de Educación par investigación
científica y técnica en el marco del Plan Nacional de I+D, sin
duda van a permitir el próximo año que el sistema español de
ciencia y tecnología desarrolle ampliamente sus actividades,
sobre todo en investigación más aplicada, más cercana a la
innovación tecnológica, tan importante para el sector
productivo español. En el tercero y último de los ámbitos de
responsabilidad de este Ministerio, la política deportiva,
quiero destacar que aunque sus partidas presupuestarias
experimentan una disminución, la voluntad política del
Gobierno no es otra que retomar, cuando la situación lo
permita, el esfuerzo que a lo largo de estos años se ha venido
realizando en la materia. Dentro del capítulo de inversiones
en instalaciones deportivas se pueden resaltar los siguientes
aspectos. En primer lugar, una referencia al plan del
Ministerio de instalaciones deportivas en centros escolares.

Este plan, que tiene como objetivo dotar a los centros
escolares públicos dentro del ámbito de gestión del Ministerio
de instalaciones deportivas, ha supuesto, en los últimos seis
años, una inversión de 58.000 millones de pesetas entre la
Administración central, corporaciones locales y comunidades
autónomas, de los cuales 23.000 millones corresponden al
Consejo Superior de Deportes. Queda un 31 por ciento a
aplicar, que se hará a un ritmo más lento a lo largo de los
próximos años. Por su parte, el programa de instalaciones
deportivas propias tiene como objetivo dotar a España de los
centros de alto rendimiento necesarios para la preparación de
los deportistas de alto nivel. Dentro de esta programación, a
lo largo de 1994 se abordarán las segundas anualidades del
centro de altura de Sierra Nevada, estando garantizada su
utilización para la celebración de la copa del mundo de esquí
de 1995 y



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en la propia sede del Consejo, tal como estaba programado.

Hasta el momento, se han firmado convenios con 20
universidades para la realización de instalaciones deportivas.

Estos convenios suponen la inversión por parte del Ministerio
de 4.200 millones de pesetas, sobre un total de inversión de
7.400 millones. La diferencia se refiere a la aportación de
las comunidades autónomas y las propias universidades. En 1994
se abordarán las diversas anualidades comprometidas y se
estudiará la firma de nuevos convenios para el año siguiente.

Es voluntad política del Ministerio completar la inversión en
el conjunto de universidades, acomodándola a la realidad
presupuestaria en los próximos años.

Finalmente, he de decir que el presupuesto destinado a los
deportes escolar y universitario no sufre prácticamente
variaciones con respecto a 1993, con el objetivo de mantener
la actividad existente. Por ello, los distintos programas
puestos en marcha en años anteriores: campeonatos de cadetes,
programa 2.000, participación en competiciones
internacionales, escuelas deportivas universitarias, ayuda a
equipos federados, campeonatos de España universitarios o
interuniversitarios, no van a sufrir modificaciones que les
afecten. Sobre la financiación a las federaciones deportivas y
otras entidades deportivas, el objetivo básico es también el
mantenimiento de la actividad. Ello exige un estudio riguroso
de la realidad de cada federación deportiva, de manera que
aquéllas sobre las que se ha basado el éxito del deporte
español no vean alterado su ritmo en su preparación para los
próximos Juegos Olímpicos. Por otra parte, el mantenimiento
del programa ADO-92, destinado a la preparación de nuestros
deportistas para Atlanta-96, permite asegurar las becas
necesarias para la dedicación de estos deportistas.

Obviamente, señorías, el presupuesto no es el que más nos
gustaría tener para el deporte español, pero estamos seguros
de que con una gestión más eficaz podremos mantener la
actividad sin que la actual situación produzca una notable
alteración de la misma, así como recuperar el ritmo inversor
de los últimos años en cuanto a la situación --esperemos sea
pronto-- mejore. Señorías, quiero finalizar la presentación de
esta Sección 18 resaltando lo que ya puse de manifiesto al
principio de mi intervención. El Ministerio de Educación y
Ciencia sigue teniendo un fuerte peso específico en el
conjunto de los Presupuestos Generales del Estado,
encontrándose entre los principales centros gestores del
presupuesto, con un 6,5 por ciento de participación en el
mismo, siendo el cuarto departamento ministerial en
participación. La política educativa sigue siendo prioritaria
para el Gobierno socialista.

Considero, por tanto, que son unos presupuestos contenidos,
como la realidad actual de nuestra nación exige, pero que son,
a su vez, suficientes para atender adecuadamente la demanda
escolar en los distintos niveles educativos, para poder
reforzar las prioridades de actuación que nos hemos marcado y
para, en suma, consolidar un sistema educativo de calidad que
responda a las necesidades sociales de la realidad española.

Nada más y muchas gracias, señor Presidente, por su
benevolencia.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor
Ministro. Para la defensa de las enmiendas presentadas a esta
Sección 18 por el Grupo Popular, tiene la palabra el señor
Ollero.




El señor OLLERO TASSARA: Señor Presidente, señorías, la
verdad, señor Ministro, es que estaba un poco intrigado por el
cambio de calendario que se ha producido, que ha hecho que el
debate de esta sección en vez de mañana tenga lugar en esta
mañana, coincidiendo, como bien sabe S.S., con manifestaciones
convocadas con motivo de los problemas que está viviendo hoy
día la universidad y la educación en general.

Yo he sido tan ingenuo que pensaba que usted quería resaltar
el papel de este hemiciclo y enviar aquí algún mensaje a esa
sociedad que está preocupada y que está viviendo esas
convulsiones, pero veo que no, que me he equivocado. Usted,
con la resignación obligada, dados los presupuestos que tiene
que defender, se ha limitado a resaltar algunas partidas,
algunas tan decisivas como la del transporte, que ha citado
dos veces.

Yo no sé si va a cometer usted la desatención de ahora, en el
pasillo, referirse a esa situación que hay en la calle, lo
cual dejaría a este hemiciclo en muy mal lugar. No sé incluso
si realmente el único problema es estar esta tarde en Sevilla
viendo el fútbol, habiendo evacuado este trámite. No sé
realmente por qué estamos hoy aquí. Como puede intervenir
seguramente en cualquier momento, podría aclararlo. Señor
Ministro, con el afán de colaboración que sabe que tengo con
usted, debo manifestarle que nos preocupa su actitud de
repliegue. Han pasado ya los famosos cien días y al Ministro
de Educación parece que se le ha caído el Ministerio encima.

Surgen los problemas, salen a la calle. El Ministro utiliza
como interlocutores a algunos de sus subordinados, que, por
cierto, lo hacen con más voluntad que fortuna, pero el
Ministro no asoma, no manda mensajes mínimamente
esperanzadores a la sociedad, no parece tener iniciativa
alguna.

Sus colaboradores, por ejemplo, van diciendo que un alumno
universitario cuesta tanto para luego, por escrito, que es
cuando hay que comprometerse, decir que realmente no saben lo
que cuesta --se lo han dicho a este Diputado por escrito--;
otro de sus colaboradores, don Octavio de Toledo, recuerda que
la subida de las tasas se condicionó a que se mantuvieran las
inversiones.




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Pues bien, este año las inversiones en universidades son un 40
por ciento menos que el año pasado y han subido ustedes las
tasas. Con defensores así, usted no necesita enemigos.

Yo creo que debería tomar la iniciativa, debería arriesgar un
poco y debería trasladar a la sociedad un mensaje esperanzador
para que la sociedad sepa que hay un Ministro de Educación. En
un momento difícil, de acuerdo, pero que lo hay, que tiene
ideas, que está dispuesto a llevarlas a cabo, y no alguien que
se siente víctima de los disparates de sus antecesores y que
con estar vivo se considera ya afortunado. Me preguntan en la
universidad qué pasa con la actualización de la LRU. ¿No dijo
el señor Ministro que lo iba a consensuar con los demás
grupos? Yo les digo la verdad; con el señor Ministro he
hablado dos veces, dos días, que he tenido la deferencia de
acercarme a su escaño. Sabe usted que es así. Estamos
esperando --y estamos ya en noviembre-- que ese consenso
empiece a funcionar. ¿O es que son palabras que no están
destinadas a hacerse realidad?
Señor Ministro, le deseo iniciativa, porque, de lo contrario,
usted se va a convertir no en un Ministro, sino en un bombero
apagando fuegos todo el día. Y uno, que es aficionado a los
toros, sabe que lo del bombero-torero es pura parodia. Un
ministro-bombero también lo es. Usted no debe serlo. Me consta
que tiene categoría personal, conocimiento suficiente de los
problemas para no serlo. Resístase a serlo, tome la iniciativa
y preséntenos algo capaz de ilusionar a alguien. Dice usted
que no hay dinero porque hay que reducir el déficit. Yo le
digo, señor Ministro, que tiene que haber más dinero porque
hay que reducir el déficit. En primer lugar, hay que reducir
el déficit de calidad de enseñanza, que es lo que le debe
preocupar a usted como ministro. Además, es una miopía enorme
no darse cuenta de que en un momento de crisis la educación es
una palanca que nos puede sacar de la misma. Por tanto, tiene
que haber dinero porque hay crisis. Transmita eso a sus
compañeros que le dejan solo hoy aquí, transmítaselo porque el
país se está jugando mucho en esta situación, señor Ministro.

Ya en su día, al empezar la Logse, el entonces portavoz del
Grupo Parlamentario Popular, señor Fernández-Miranda, dijo
aquí bien claramente estas afirmaciones: «Es una frivolidad
carente de realismo que se intente convencer a la sociedad
española de que se puede presentar un plan decenal» --ya, por
supuesto, ha aumentado cinco años-- «sin la ley de
financiación que lo hará posible». Y decía a su antecesor, el
señor Solana: «Usted no ha sido capaz de conseguir el respaldo
serio y decidido del Gobierno. Está usted solo en el banco
azul.» El señor Solana no está sólo en el banco azul. El señor
Solana se ha ido al Ministerio de Asuntos Exteriores, como el
señor Rubalcaba ha salido como alma que lleva al diablo rumbo
a otro ministerio. Y usted es ahora el que está solo en el
banco azul.

¿Qué contestaba el señor Solana ante esa intervención del
señor Fernández-Miranda? Como siempre, no había problema.

«Hemos presentado una memoria» --nunca se había presentado una
memoria, fíjese señor Ministro--, «en la que se dice lo que
hemos calculado que nos va a costar la reforma.» Cualquier
parecido entre esa memoria y lo que incluyen estos
presupuestos, señor Ministro, es pura coincidencia. Pero es
que además la reforma está suponiendo un coste añadido. Lo que
ya exigía el recuperar la calidad de enseñanza se ve ahora
sobrecargado por una serie de reformas estructurales que
podrían perfectamente haberse o evitado o aplazado. Los
recursos escasos de que se dispone según usted,
inteligentemente destinados, hubieran posibilitado mejoras de
calidad de enseñanza que con esta reforma ambiciosa y pobre a
la vez es imposible que llegue a ningún puerto positivo. ¿Qué
es lo que está ocurriendo? En la enseñanza básica se mantiene
lo mismo que había, pero con un claro desconcierto: los mismos
profesores, los mismos alumnos, las mismas aulas y ni una
peseta más. Es curioso que hayan sido precisamente los
representantes del sector concertado --es curioso-- los que
hayan hecho números para decirle a usted que se necesitan
25.000 millones de pesetas para tomarse en serio su reforma y
que usted les da 90 millones de pesetas. ¿Qué está ocurriendo
(porque, al fin y al cabo, el sector concertado es un 30 por
ciento de nuestro sistema educativo) en el sector estatal? Los
presupuestos lo dicen claramente. El señor Marchesi dijo aquí
que lo único que se iba a hacer era rehabilitar y
reacondicionar lo existente para asumir así el cambio
producido de edades entre EGB y primaria. Pues los
presupuestos, en reposición en infantil y primaria, bajaron en
1992 un 30 por ciento respecto al año anterior, bajaron en
1993 un 20 por ciento más respecto al año anterior y bajan
este año un 22 por ciento más respecto al año anterior --ni
siquiera en readaptación de aulas se hace un esfuerzo-- y,
mientras, el Consejo Escolar del Estado le dice a usted que le
insta a que se modifique sustancialmente su política
presupuestaria en materia educativa para garantizar que pueda
abordarse con éxito la mejora del sistema educativo. También
le dice que la credibilidad de la correcta aplicación de la
reforma requiere esa revisión al alza. Usted sabe que no la ha
habido; al contrario, en muchos puntos es claramente
regresiva. La formación profesional sigue embarrancada. Las
familias de títulos siguen igual. Ustedes prometieron que en
junio de 1993 ya estarían entregadas las 23 familias de
títulos. Lo dicen sus memorias que nos entrega con colorines -
-ésta es una modesta fotocopia en blanco y negro--. Pues bien,
estamos en noviembre de 1993 y ustedes han sacado una de las
23 familias y han anunciado dos. Esa es la situación de la FP,
así estamos.

Así, evidentemente, no puede haber reforma alguna. Pero,
además, parece que es sólo el Gobierno el que sufre



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la crisis y se olvida de que los ciudadanos la sufren también.

A usted, que ha hablado aquí de desigualdades, yo le pregunto:
¿Qué pasa con las desigualdades? Yo le digo que el señor
Marchesi afirmó en Comisión, en este mismo trámite
presupuestario, que no habrá este año convenios para que sea
gratuita la educación infantil. Dicho de otro modo: sólo el
que tenga dinero podrá ir a la educación infantil; en el
sector estatal, la educación infantil sólo está cubierta en un
40 por ciento en algunos tramos de edad. Esa es la igualdad,
señor Ministro. La igualdad es que --he afirmado y repito-- el
número de becas previsto para el año 1994 es inferior al
previsto para el año 1992. Me reafirmo en lo que digo. De
221.000 becas para la Universidad en el año 1992 a 216.000 en
el año 1994. En enseñanzas medias, de 550.000 en el año 1992 a
462.000 en el año 1994. Estas son las becas previstas. Usted
me dirá que no se dieron tantas, y esa es otra explicación que
está pendiente. ¿Por qué no se dieron tantas? ¿Es que ustedes
en el año 1992 se volvieron locos y ofrecieron becas sin
ninguna necesidad o es que ustedes están condicionando las
becas a unos requisitos tales que acaban por no dar siquiera
las que ofrecen? Esa es la realidad. Pero yo me reafirmo en
que ustedes presupuestan menos becas que hace dos años. Esa es
la realidad en un momento de crisis, señor Ministro. La
Universidad. En la Universidad ustedes han animado a una
reforma de titulaciones y luego les dicen a las universidades
que mucho cuidado, que los nuevos títulos, todos ellos, con
coste cero. Esto es una ceremonia de la confusión. Y los
módulos objetivos de capacidad, señor Ministro, que tiene que
realizar el Consejo de Universidades que usted preside, siguen
sin venir a esta Cámara. Yo comprendo que usted hoy, en el
fondo, se haya venido por aquí para olvidarse que tiene a los
estudiantes en la calle. Pero, en el fondo, a S.S. esas
manifestaciones le traen bastante sin cuidado, por una razón
muy simple: porque usted sabe que no es realmente la forma de
protesta eficaz la que se está llevando a cabo. Usted sabe que
el día que de verdad los estudiantes le van a poner entre la
espada y la pared es el día en que hagan una huelga a la
japonesa, es el día en que los estudiantes de este país
decidan todos ellos ir a clase. Ese día los fotógrafos van a
hacer su agosto. Sin necesidad de esa huelga a la japonesa, ya
esta semana ha habido fotografías de cómo se da clase en
nuestra Universidad, sentados en el suelo. Yo animaría a los
universitarios --porque creo que es una propuesta
constructiva-- a que se propusieran un día, el que quieran,
quizá el próximo 25 que han anunciado, no salir a la calle,
por favor, sino quedarse todos en el aula, si caben. Así está
la Universidad, señor Ministro. Pero como usted sabe que no va
por ahí la huelga está tranquilo. Quizá alguna asociación
cercana a usted se está encargando de que las huelgas sean en
la calle. Que las hagan en las aulas, que intenten sentarse,
si caben. En investigación todo lo que encontramos es que, por
fin, parece que estamos decididos a competir con nosotros
mismos, porque con Europa, no. Después de un trienio en que
los presupuestos de I+D de nuestro país tuvieron incrementos
del 29, 34, y 20 por ciento --durante los años 1988 a 1990--,
en el último trienio hemos tenido retrocesos, menos este año
que se avanza un punto. Este año hemos decidido competir con
nosotros y mejorarnos a nosotros mismos, pero a Francia, a
Inglaterra, a Italia, a esos, ni nos lo planteamos. Es más
presumimos de que somos tan pobres que tenemos fondos Feder.

Dos veces ha hecho referencia hoy aquí a los fondos Feder. Muy
bien, que nos sigan dando limosna, señor Ministro, que gracias
a eso vamos a subsistir. (Rumores.) Por lo visto somos ese
tipo de país y queremos seguir siendo ese tipo de país. Yo
estaré orgulloso con usted el día en que usted, Ministro de
Educación, pueda decir aquí: «Hemos avanzado tanto en
investigación, que no nos dan un duro de los fondos Feder.»
Eso es lo que algún día deberíamos poder decir y en eso, creo,
que deberíamos colaborar unos y otros. (Rumores.) Esta es la
situación, señor Ministro. Ante esta situación, como
comprenderá, no tiene sentido aparentar que no pasa nada, no
tiene sentido intentar plantear unas enmiendas de detalle, por
aquí o por allí. Se puede hacer como aire testimonial, y lo
hemos hecho en la Universidad de La Rioja, la última
universidad creada, entre otras cosas, para marcar las grandes
y ofensivas diferencias con otras universidades recientes que,
no se sabe por qué --o sí se sabe por qué--, tienen unos
incrementos presupuestarios espectaculares. Por eso lo hemos
hecho. Pero no nos queremos perder en el testimonialismo.

Señor Ministro, yo, por un lado, le compadezco porque usted es
la víctima de una grave irresponsabilidad: la de aquellos que
metieron a este país en una reforma absolutamente faraónica,
sin comprometerse --como se pidió desde nuestro Grupo--,
primero, a hacer los números y, después a garantizar
políticamente el cumplimiento de esos números. Eso no se ha
hecho. Yo creo, señor Ministro, que como representante de los
ciudadanos estoy en condiciones de pedirle, por favor, un
poquito más de coraje, un poquito más de iniciativa, deje de
esconderse, dé la cara y transmita un mensaje de esperanza a
este país, aunque sea sin dinero.

Gracias, señor Presidente.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Para la defensa de las
enmiendas del Grupo de Izquierda Unida, tiene la palabra el
señor González Blázquez.




El señor GONZALEZ BLAZQUEZ: Gracias, señor Presidente.

No tema el señor Ministro que no voy a hacer uso del recurso
fácil de recordarle lo que está ocurriendo hoy en la calle,
aunque estoy legitimado para hacerlo porque



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mi Grupo apoya esas movilizaciones aquí y en la calle, ya que
está en sintonía con las demandas. No voy a hacer uso de ese
recurso fácil ni tampoco voy a utilizar en esta tribuna esas
manifestaciones y condenarlas después fuera. Señor Ministro,
con esto también quiero dejar claro que nuestra coincidencia -
-coincidencia en haber presentado una enmienda a la totalidad-
- tiene poco que ver, en sus argumentos, con los de la
derecha. Nosotros, señorías, apostamos por otro modelo de
educación y aunque coincidimos instrumentalmente en la
enmiendaa la totalidad, ésta se basa, obviamente, en otras
razones.

Por muchos esfuerzos que usted realice, señor Ministro, para
explicar la viabilidad de este presupuesto para afrontar las
reformas en curso, usted y yo sabemos que no es posible. Está
claro que usted tiene unos condicionantes políticos para
llevar a cabo estas reformas, que evidentemente son
progresistas --por eso fueron y serán apoyadas por nosotros--.

Sus intenciones eran buenas, su programa electoral era bueno,
pero tuvieron que hacer unos presupuestos con determinados
apoyos y esos señores que les apoyan --se lo he dicho muchas
veces, señor Ministro; se lo volveré a recordar-- no tienen el
mismo concepto de la educación que tenemos usted y yo. Con
esos señores las divergencias son profundas, motivo por el que
ustedes han tenido que sacrificar un desarrollo de la
educación, apoyada por recursos presupuestarios, en favor de
esos pactos.

Señor Ministro, le voy a recordar lo que le he venido
repitiendo insistentemente en otros momentos: la cuantía de
los recursos destinados a gasto público educativo disminuirá
en pesetas reales en un 1,9 por ciento respecto a 1993. El
porcentaje del producto interior bruto dedicado a gasto
público educativo vuelve a retroceder por cuarto año
consecutivo. No se cumplirá, insisto, con la disposición
adicional tercera de la Logse, en la que se afirmaba que el
gasto público en educación debería ser equiparable al de los
países comunitarios. Se volverá a incumplir la memoria
económica que acompaña a la Logse, y esto es muy grave para el
próximo curso 1994-1995, que tendrá un valor simbólico para
toda la etapa de educación primaria. Las cifras destinadas a
transferencias a universidadesvuelven a sufrir decrementos.

Las transferencias de capital decrecen en un 34,2 por ciento,
según nuestros cálculos; las transferencias corrientes suben -
-si se puede llamar subida-- en un 1,05 por ciento.

Respecto a las becas, su programa más significativo, el de
becas y ayudas, se incrementa en sólo un 2,4 por ciento. El
número de alumnos que disfrutará de las becas universitarias
sube el 0,8 por ciento; la beca de colaboración se reduce; las
becas de transporte y comedor continúan también su tendencia a
la reducción y el resto de las becas están incluidas dentro de
la misma filosofía: congelación del número de beneficiarios e
incremento por debajo de la inflación. Hay reducciones
notables también, señor Ministro, señor Presidente, señorías,
en la cuantía de los programas de formación del profesorado,
enseñanzas universitarias, formación de personal, enseñanzas
deportivas, etcétera; hay incrementos por debajo de la
inflación prevista en el resto de los programas en educación
infantily primaria, en educación secundaria, formación
profesional, educación especial, educaciones artísticas,
educación compensatoria, permanente y a distancia. Sólo hay
dos programas con incremento por encima del IPC: servicios
complementarios y enseñanzas especiales.

Estos datos, señor Ministro, no los ponemos de manifiesto para
--como se dice vulgarmente-- meter el dedo en el ojo; es
evidente que en una situación de crisis económica y de
reducción del gasto público es muy difícil cumplir con los
compromisos derivados de una memoria económica, pero el
Gobierno incumplió estos compromisos en los años 1990 y 1992 y
no era esa la situación. Las inversiones y los fondos que
denunciamos no se reclaman sin más, sino porque se necesitan
para alcanzar unos objetivos ligados a la reforma educativa,
inversiones para remodelar los espacios en unos centros
educativos que, construidos para los planes de estudio de
1970, carecen de gimnasio, aula de música, plástica,
informática, etcétera, y no cumplen los requisitos mínimos que
la propia Logse fija; para gastos corrientes, para dotar a los
centros de los recursos financieros necesarios para poder
hacer frente a una concepción de enseñanza activa y basada en
la autonomía curricular y de gestión de centros; para
personal, para incorporar a las plantillas de los centros los
especialistas en música, educación física, idioma, apoyo,
etcétera. Le decíamos en otro momento, señor Ministro, que si
el Gobierno no puede cumplir con las cantidades y plazos de la
memoria económica debe al menos, para mantener su
credibilidad, señalar los nuevos plazos vinculados a las
nuevas cantidades y dar a conocer la situación en la que se
está respecto de los objetivos que se persiguen. Es decir, no
es lo mismo, en nuestra opinión, que no se remodelen los
centros que el que no se sepa cuál es el calendario que el
Gobierno se da para esta remodelación y cuál va a ser, en
definitiva, la red de centros de primaria y secundaria. No
todos los centros cuentan con los especialistas necesarios
para impartir los nuevos planes, pero tampoco sabemos cuántos,
si los tienen, ni si todos los centros de más de 16+4 unidades
ya los tienen o no. En los presupuestos no se nos ofrecen
datos ni sobre el número de centros que los poseen ni sobre el
número de especialistas que van a formar. Esta situación,
señorías, señor Presidente, se repite en la enseñanza
universitaria, por ejemplo, en la financiación, en los módulos
objetivos o en la puesta en práctica de las nuevas carreras.

Las universidades tienen autonomía y, como parte de ella,
autonomía financiera, pero el Gobierno no debate la cuantía de
la subvención



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sobre la base de cualesquiera criterios racionales; los
rectores no saben, hasta que se promulga el proyecto de ley de
presupuestos de cada año, la cuantía a la que asciende la
subvención.

Sobre las tasas, la otra gran fuente de financiación de las
universidades, también mantiene el Ministerio de Educación y
Ciencia, a nuestro juicio, una política errática. Después de
poner en los objetivos de los presupuestos de 1985 que las
tasas se irían acercando suavemente a los costes reales,
abandonan esa política y firman un acuerdo con los estudiantes
para mantener en pesetas constantes el precio de las tasas.

Ahora, a pesar de que en los vigentes presupuestos de 1993 se
preveía una subida de como mucho el 10 por ciento, el Gobierno
se ha descolgado con incrementos muchísimo mayores que han
provocado la lógica protesta de los estudiantes. Por otro
lado, el mismo Gobierno que solicita por la vía de los hechos
un incremento del desembolso que realizan los alumnos en las
tasas, congela en pesetas reales las becas y repite para 1994
las mismas cantidades con las que las subvencionó en 1992 y
1993, pidiendo además que cubran los costes derivados de las
nuevas carreras. Nuestros técnicos, señor Ministro,
evidentemente con menos recursos que los suyos, han hecho unos
números y han venido a deducir que si el presupuesto de
educación del territorio MEC se incrementara en un siete por
ciento o, lo que es lo mismo, si añadiéramos al incremento que
ya aparece en el actual proyecto de ley de presupuestos 56.000
millones de pesetas (un poco más de lo que costó la colección
Thyssen), se podrían arreglar muchas de estas situaciones. Se
podrían dedicar recursos casi suficientes para la dotación de
especialistas en idiomas, plástica, música, educación física,
etcétera; se podrían dedicar recursos casi suficientes para
los gastos de funcionamiento previstos e imprescindibles en la
concepción de una enseñanza activa y basada en la autonomía
curricular; se podrían dedicar también recursos casi
suficientes al incremento de las tasas de escolarización y a
la dotación de los espacios recogidos en el Real Decreto de
Requisitos Mínimos; se podría también tener recurso
suficientes para una política compensatoria, de acuerdo con el
título de la Logse dedicado a este fin (educación infantil,
corrección de desigualdades, etcétera); se podrían tener
recursos suficientes para incrementar tanto el número de becas
(en especial universitarias y dentro de éstas las de movilidad
territorial) como la cuantía de las mismas; y se podrían tener
recursos casi suficientes para efectuar inversiones
universitarias creando nuevos puestos de enseñanza.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Señor González
Blázquez, concluya, por favor.




El señor GONZALEZ BLAZQUEZ: Concluyo ya, señor Presidente,
haciendo referencia y dando por defendidas el resto de las
enmiendas, en las que no consumo mayor tiempo porque obedecen
a compromisos adquiridos ya en otros ejercicios por el
Gobierno. Pero sí me permito detenerme 30 segundos nada más en
el tema de las enmiendas referidas a la UNED.

Sabe usted, señor Ministro, que la cuantía de las
transferencias corrientes para las universidades --como he
dicho anteriormente--, incluidas en el proyecto de ley de
presupuestos para 1994, se fijaron antes de la modificación
que el Ministerio de Educación y Ciencia ha llevado a cabo en
su Orden Ministerial sobre tasas y, a la vista de la reducción
de esos ingresos que afectan a todas las universidades, pero
fundamentalmente a la UNED, la situación para esta última se
manifiesta especialmente grave. Esta universidad, como todos
sabemos, se dedica a los alumnos desfavorecidos socialmente y
su presupuesto depende en más del 50 por ciento de las tasas,
por ello creemos que deben tener en cuenta fundamentalmente
esas dos enmiendas que pretenden mantener para la UNED el
mismo incremento en las transferencias corrientes que para el
resto de las universidades, así como también el mismo
incremento en las transferencias de capital. Doy por
defendidas, como ya he dicho anteriormente, el resto de las
enmiendas relativas a los compromisos adquiridos por el
Gobierno en la Comunidad Autónoma de Murcia, en la Comunidad
Autónoma de Aragón y en la Comunidad Autónoma de Castilla-La
Mancha.

Muchas gracias, señor Presidente.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Muchas gracias, señor
González Blázquez.

Por parte del Grupo Mixto han presentado enmiendas a esta
Sección el señor Mur Bernad y el señor González Lizondo.

Para la defensa de sus enmiendas, tiene la palabra el señor
Mur.




El señor MUR BERNAD: Muchas gracias, señor Presidente.

Señoras y señores Diputados, señor Ministro, intervengo en
nombre del Partido Aragonés para defender tres enmiendas,
números 24, 27 y 28, presentadas a la Sección 18. Son
simplemente una muestra de las muchas que pudiéramos haber
presentado, ya que, como dije en el debate de las enmiendas a
la totalidad de los Presupuestos Generales para 1994, estos
Presupuestos no nos convencían en su globalidad, pero había
algunas secciones específicas que nos convencían mucho menos
todavía, y recuerde, señor Ministro, que una de ellas era la
del Ministerio de Educación y Ciencia. Ya entonces hacía
hincapié en un sector de la enseñanza, que era la enseñanza
universitaria, que por aquellos días estaba de moda en el
distrito de Zaragoza, debido a las movilizaciones y a las
protestas, y recuerdo que



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le dije: «Tiene usted a los estudiantes soliviantados y en la
calle, señor Ministro». Pues bien, hoy parece ser que los
estudiantes están más soliviantados y también en la calle, lo
cual demuestra que en su Ministerio las cosas no van bien, a
pesar de la buena voluntad que ha puesto a la hora de defender
los presupuestos del Ministerio, que ha reconocido que eran
presupuestos de crisis y para el ajuste. También tiene gracia
que la crisis y el ajuste de unos presupuestos donde, a
nuestro juicio, se gastan tan mal muchos miles y miles de
millones de pesetas, lo que sería fácilmente evitable, tenga
que reflejarse precisamente en los presupuestos de Educación,
que consideramos básicos y fundamentales si queremos, de
verdad, preparar una sociedad para el futuro, para la
competitividad, en definitiva, una sociedad ilusionada por lo
que aquí estamos haciendo. Creo, señor Ministro, que ajustar
los presupuestos en su Ministerio no tiene ninguna gracia y a
lo mejor es usted la primera víctima, pero lo que no entiendo
es por qué usted ha manifestado que los presupuestos eran
suficientes. Creo que nunca son suficientes, pero menos en
este caso, y al decir que los presupuestos son suficientes
está evitando un argumento que seguramente va a utilizar
muchas veces cuando a lo largo de la legislatura o del próximo
ejercicio le recriminemos tantas y tantas carencias como va a
tener el Ministerio. Como normalmente suelen poner la excusa
económica a muchas de las propuestas que se hacen desde los
Grupos de la oposición, usted no va a poder decir que no tiene
dinero, porque ha dicho que estos presupuestos eran
suficientes. Me parece un grave error, porque usted sabe,
además, que eso no es cierto. Hemos presentado las enmiendas
desde la visión de un partido político que opera en territorio
MEC, y ésta ya es una diferencia sustancial. No es lo mismo
ver los presupuestos de su Ministerio desde aquellas
comunidades autónomas que tienen transferidas las competencias
a verlo desde ese territorio MEC. A lo mejor se ha acuñado esa
frase con un tono lejano o incluso hasta con algún tinte
despectivo, y es verdaderamente preocupante. Nos preocupa
porque, además, tenemos la intención --y parece que el
Gobierno también-- de dejar de ser territorio MEC, por lo
menos parcialmente, en los años venideros. Ahí es donde nos
preocupa la situación preexistente de todo el panorama de su
Ministerio en la Comunidad Autónoma de Aragón. Verdaderamente,
hay déficit históricos, déficit acumulados, promesas
incumplidas y problemas que ustedes no van a resolver y nos
tememos que nos transfieran la educación sin resolver esos
problemas. De ahí que la primera de mis enmiendas, que además
tiene otro fundamento, la número 24, pretende una aportación
de 2.000 millones de pesetas más para la Universidad de
Zaragoza, para la construcción, ampliación y adaptación de
centros universitarios. Sabe además, señor Ministro, que había
el compromiso del Gobierno autónomo de Aragón de firmar un
convenio con la Universidad y de aportar, sin tener ninguna
competencia, responsabilidad ni obligación, una cantidad
similar a la que aportara el Ministerio, que parece ser que
era de 2.000 millones de pesetas. Lógicamente, no lo hemos
visto por ningún sitio en su presupuesto y queremos que quede
constancia de que el Ministerio debería aportar estos dos mil
millones de pesetas, primero, por justicia y, segundo, por
rentabilidad, porque si el Gobierno de Aragón pone lo mismo
que ponga el Ministerio, su inversión se duplica
automáticamente. Sabe usted cuál es la situación de la
Universidad de Zaragoza mejor que yo, posiblemente, porque es
su obligación. Sabe usted las demandas y las peticiones que se
han planteado, porque hay, ya no digo la necesidad de ampliar
edificios, instalaciones, la de trasladar y ampliar el campus
a Huesca y a Teruel... Simplemente, hay cosas tan perentorias
como la de poder evitar las goteras que se dan en algunas
facultades, la de reparar edificios que se han hundido
recientemente y en los que no se pueden dar clases. En
definitiva, hay un gran caos en esa universidad, a la que no
le vendrían mal estos 2.000 millones de pesetas que ahora
solicitamos y que, junto a los del Gobierno de Aragón, podrían
ser una buena inyección para el ejercicio próximo.

La enmienda número 27 tiende a obtener unos recursos pequeños
para la educación secundaria y la formación profesional. A
nosotros nos preocupa la formación profesional. Ustedes han
hecho de ella una especie de objetivo prioritario, pero luego
lo que ocurre...




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Vaya concluyendo.




El señor MUR BERNAD: Voy terminando, señor Presidente. Lo que
ocurre es que no lo ponen en los presupuestos y,
evidentemente, cualquier idea, si no tiene consignación
presupuestaria, se queda en una simple promesa. Por fin, la
enmienda número 28, lo que pretende es, simplemente
aportaciones para la educación infantil y la educación
primaria, que, a nuestro juicio, también es una obligación
derivada de la reforma, pero que no cuenta con la consignación
precisa. Por todo ello, señor Ministro, le pido que recapacite
y le pido al Grupo Socialista que apoye alguna de estas
razonables enmiendas que hemos presentado hoy, porque, en
definitiva, lo que nos guía a todos es lograr que un
Ministerio tan importante como el suyo tenga medios económicos
para poder funcionar.

Muchas gracias.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor Mur.

Para la defensa de su enmienda tiene la palabra el señor
González Lizondo.




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El señor GONZALEZ LIZONDO: Sí, señor Presidente. Muchas
gracias.

La enmienda número 180 va destinada a la posible construcción
del circuito de velocidad en Valencia, en Cheste,
concretamente. Creo que todos lo saben, contando con la
presencia del señor Ministro lo recordaremos. Los grandes
campeones españoles de la especialidad motociclista y a nivel
internacional, durante muchos años, son valencianos: Champi,
Herreros, Tormos, son muchos y desde hace muchos años, desde
los tiempos de César, Gracia, Paco González... Desde hace ya
casi cincuenta años es una especialidad en la que hemos
ocupado un puesto importante del ranking, dándole nombre al
motociclismo español. Existen una serie de circuitos en
distintos puntos, en distintos sitios patrocinados o
copatrocinados por el Gobierno y nosotros entendemos y creemos
que un deporte que se practica por miles de valencianos podría
contar con una subvención para la posible construcción de otro
circuito más, porque no sobran en España, no hay excesiva
cantidad de circuitos. Creemos que podría ser una buena idea
el que se echara una mano a este deporte que además está
teniendo un auge importante en todas partes y --vuelvo a
repetir--muy especialmente en mi tierra, para que contara con
un circuito más para poderlo practicar.

Yo espero, y me gustaría que la sensibilidad del señor
Ministro pudiera llegar quizá a soprendernos, aunque esta
enmienda parece ser que no lleva aprobación, la posible firma
de un acuerdo, de un pacto con el Gobierno valenciano, con las
autoridades valencianas, mediante el cual se pudiera llegar a
la construcción de este circuito que, francamente, creo
importante e interesante. La ubicación y las razones que se
han expuesto son válidas. Muchas gracias.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Para la defensa de la
enmienda de Coalición Canaria, tiene la palabra el señor
Mardones.




El señor MARDONES SEVILLA: Con la venia, señor Presidente.

Señorías, Coalición Canaria a esta Sección correspondiente al
Ministerio de Educación y Ciencia, por razones de tener
transferidos y estar fuera de la competencia territorial del
Ministerio de Educación y Ciencia los aspectos estatutarios
correspondientes, trae una enmienda aquí que, pese a su
pequeña cuantía, trata de tener un sentido simbólico. Se
refiere a que exista una partida dotada suficientemente en la
subvención al desplazamiento de los equipos deportivos que
participan desde el Archipiélago canario en las competiciones
estatales. Señorías, el grado de facilidad del transporte
terrestre que tienen los equipos de cualquier actividad
deportiva --y me estoy refiriendo a veces a las que tienen un
gran sentido pedagógico, pero tienen una debilísima y muy
pobre estructura financiera y económica-- en el territorio
peninsular, la gran alternativa de medios de transporte,
incluso de uso propio, no es gravoso para estos clubes que
puedan participar en las competiciones estatales a lo largo y
a lo ancho de todo el territorio peninsular del Estado
español, pero desde Canarias hay que pagar billete de Iberia y
entonces estos costes de desplazamiento para participar en
competiciones estatales son verdaderamente penosos.

Nuestra enmienda pretende que se aumente la dotación que
existe en el proyecto que ha presentado el Gobierno
escuetamente de 199 millones a 390.000 pesetas, porque con
esto no se llega al verano para pagar los desplazamientos de
los equipos canarios en las competiciones regionales y en
otras, porque no es un concepto de un capítulo reservado
solamente a la Comunidad Autónoma de Canarias, sino, por
ejemplo, cualquier equipo del Archipiélago balear que quiera
jugar en Canarias o viceversa --por poner unos ejemplos de uso
imprescindible del transporte aéreo--, igual que equipos
modestos del territorio peninsular que quieran participar en
competiciones estatales que corespondan jugarse en el
Archipiélago canario. Quiero señalar que hay actividades
deportivas de ámbito estatal en las que equipos del
Archipiélago canario renuncian a participar en las mismas,
porque no les llega su presupuesto para pagar los billetes de
desplazamiento en Iberia para la competición peninsular.

Nosotros habíamos puesto una cifra alrededor de los 300
millones de pesetas, la cuantía es muy pequeña, pero es el
simbolismo del uso de la participación en un sentido estatal y
que no sufra más el concepto de lejanía y de distanciamiento
el archipiélago canario, que quiere sentirse unido al resto
del territorio del Estado por solidaridad, y no solamente en
conceptos puramente enunciativos muy prosopopéyicos con
relación a la política, sino en lo tangible del día a día, que
el ciudadano tenga la sensación de que participa también
dentro del concepto de Estado y dentro del concepto de unidad
en los aspectos, en este caso, deportivos. Este es el alcance
de nuestra enmienda, por el cual yo pediría la consideración
presupuestaria que, vuelvo a decir, en cualquier caso es
meramente simbólica por la cuantía que se maneja, pero de una
gran trascendencia y proyección en lo sensitivo para el
deportista y el ciudadano que percibe que su equipo está
también dentro de las ligas nacionales y estatales.

Nada más y muchas gracias, señorías.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Muchas gracias, señor
Mardones. Para la defensa de las enmiendas del Grupo
Parlamentario Vasco (PNV), tiene la palabra el señor González
de Txábarri.




El señor GONZALEZ DE TXABARRI MIRANDA: Gracias, señor
Presidente. Quiero comunicar a la Presidencia que las
enmiendas que el Grupo Vasco presentó



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a esta Sección 18 fueron o admitidas por el Grupo Socialista o
transaccionadas o, en su caso, retiradas por este Grupo. Nada
más y muchas gracias.

El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Muchas gracias, señor
González de Txábarri. Para un turno en contra, tiene la
palabra el señor Nieto.

El señor NIETO GONZALEZ: Señor Presidente, señorías, en primer
lugar y antes de entrar en el análisis de las enmiendas tanto
de totalidad como parciales que se mantienen vivas en la
Sección 18, quisiera felicitar al portavoz del Grupo
Parlamentario conservador de la Cámara, porque yo creo que ha
conseguido superarse en su intervención con respecto a
intervenciones anteriores e incluso en esa carrera o
competición que mantiene con algunos de sus compañeros
portavoces de otras comisiones por lanzar, con palabras
huecas, acusaciones en algunos casos que tienen cierta
irresponsabilidad, pero entraré en ello en su momento. La
Sección 18, que es la correspondiente al Ministerio de
Educación, mantiene vivas en estos momentos treinta y nueve
enmiendas, de las cuales dos lo son de totalidad y el resto
son parciales; por lo tanto, hay dos grupos que son los que
han pedido la devolución de esta Sección al Gobierno. El resto
de los grupos de la Cámara, evidentemente, aunque algunos de
ellos han hecho enmiendas parciales, aceptan globalmente el
contenido de la dotación presupuestaria que aparece en la
Sección. Es más: quisiera decir también en este trámite que en
el debate en Comisión fueron aceptadas dos enmiendas que el
Grupo Parlamentario Vasco consideró importantes y, además, se
retiraron en el trámite de Comisión dieciocho enmiendas, por
parte del Grupo Parlamentario Vasco, y una enmienda a la
totalidad, por parte de Izquierda Unida; Izquierda Unida ya
había presentado dos enmiendas de devolución utilizando
criterios o justificaciones distintos en cada una de ellas.

Por lo tanto, nos encontramos en este trámite con dos
enmiendas de totalidad que hay que analizar y valorar
realmente en su contenido.

Voy a entrar, en primer lugar, en estas dos enmiendas, y
quisiera señalar que, tras las intervenciones de los
Portavoces del Grupo Parlamentario Popular y de Izquierda
Unida, puedo compartir con ellos, especialmente con la
intervención que ha tenido el Portavoz de Izquierda Unida,
alguna de sus preocupaciones, ciertas preocupaciones que ha
manifestado sobre la necesidad de mejorar la calidad del
sistema educativo, sobre la necesidad de aplicar en tiempo y
forma la LOGSE, la Ley que debe llevar a cabo la reforma en
profundidad de nuestro sistema educativo, en lo que estamos,
lo posibilita este presupuesto y debemos continuarlo hasta su
finalización, de acuerdo con las previsiones de la propia Ley.

También quisiera decir que comparto algunas de las
preocupaciones manifestadas especialmente por el señor
González, en nombre de Izquierda Unida, sobre la consideración
del gasto en Educación como un gasto prioritario para este
Gobierno y para cualquier gobierno. Son, por lo tanto, algunas
de las preocupaciones que, insisto, quiero reconocer y
compartir con los que han intervenido, especialmente con la
intervención que ha tenido el Portavoz de Izquierda Unida. Sin
embargo, dicho esto, la verdad es que, después de oír las dos
intervenciones, me he quedado sin conocer cuáles son las
alternativas de cada uno de estos dos grupos políticos y
especialmente cuál es la alternativa del Grupo Parlamentario
Popular. Pero no solamente cuáles son sus alternativas o cuál
es la alternativa del Grupo Popular, sino, en el supuesto de
que la hubiere, de qué forma financiaría el Grupo
Parlamentario Popular, presupuestariamente, cómo financiaría
esa alternativa. Me he quedado sin conocer también de forma
especial cuáles son las prioridades educativas para el Grupo
Parlamentario Popular y también, en el supuesto de que
tuvieran alguna prioridad en materia educativa, cómo las
financiaría; salvo una, que es la de siempre, salvo la
extensión de la gratuidad al sector público en el área de la
educación no obligatoria. Es una insistencia permanente por
parte del Grupo Parlamentario Popular que obedece,
evidentemente, a un planteamiento programático de este
Partido, y no quiero pensar que es un planteamiento que
obedece a criterios clientelares que defiende el grupo en esta
Cámara, pero es verdad que ésa es la única procupación, y
tampoco dice cómo lo financiaría. Me he quedado, señorías, sin
conocer cuáles son las recetas que para el momento presente --
que es un momento difícil desde el punto de vista económico--
ofrece la derecha de esta Cámara para financiar la educación
de nuestro país, para señalar unas prioridades educativas en
nuestro país, para presentarnos una política educativa
alternativa para este país, que ellos dicen continuamente
tener y que nunca la exponen.

En lo que respecta a la enmienda de Izquierda Unida, nos
presenta una serie de alternativas, con una serie de
sugerencias concretas, bastante deslavazadas desde mi punto de
vista, que consideramos que no mejoran el presupuesto; no
mejoran la alternativa que se diseña en el presupuesto; no
mejorarían --en el supuesto de incorporar alguna de las
propuestas que nos hace Izquierda Unida-- el presupuesto que
el Gobierno ha traído a esta Cámara, que pediré al final de mi
intervención --y lo hago ahora-- que sea apoyado por los
diversos grupos políticos que la componen. Señorías, el Grupo
Parlamentario Popular lo único que nos ha presentado ha sido
una enmienda de totalidad, acompañada de otras siete
«enmiendas de totalidad» --si ustedes quieren, entre comillas-
-a los siete programas más sustanciosos del presupuesto, que,
insisto, nada vienen a aportar al presupuesto, ni vienen



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a dibujar un presupuesto alternativo que podamos contrastar
con el presupuesto que ha presentado el Gobierno en esta
Cámara. Por tanto, señorías, van a permitirme que les lea
algunas de las justificaciones que el Grupo Popular presenta,
para no decir nada. Dice que es un presupuesto que no permite
asegurar una enseñanza de calidad. Yo les preguntaría: ¿qué
medidas proponen ustedes para asegurar una enseñanza de
calidad, cuáles? Dennos una enumeración. ¿Cómo la financiarían
ustedes? Dicen que la irresponsabilidad es la nota
característica de este presupuesto; que no cuenta con la
dotación suficiente para realizar las reformas educativas.

¿Cuál sería para el Grupo Popular la dotación suficiente? ¿De
qué partidas deberíamos sacar los recursos para atender esa
dotación suficiente, en el supuesto de que pusieran una cifra
sobre el papel? A continuación, en la argumentación, en la
justificación de la enmienda dan una serie de datos que a mí
me han dejado preocupado. No sé si son datos errados o
falseados, pero, en cualquier caso, no son ciertos. Para
justificar su enmienda dicen que el presupuesto de Educación
ha pasado del 4,1 en el año 1993 al 3,8 en el año 1994. No es
cierto. El presupuesto de educación en el año 1993 significaba
el 7,2 por ciento del presupuesto y en el año 1994 viene a
representar el 6,5. Por tanto, señorías, consideramos que
estas dos enmiendas de totalidad (con argumentaciones
distintas, con fondos distintos, una de ellas sin ofrecer
absolutamente nada, la otra ofreciendo alternativas parciales
que consideramos que no vienen a mejorar el presupuesto sino
que lo empeorarían, como es el caso de la propuesta de
Izquierda Unida) no aportan nada y consideramos que el
presupuesto de Educación, tal como está presentado y
coincidiendo con el señor Ministro en que es un presupuesto
contenido, pero suficiente, tiene unos objetivos claros y
marca unas prioridades que van a permitir llevar adelante una
serie de cuestiones claves para nuestro sistema educativo, que
son --lo decía el señor Ministro en su intervención y tengo
que coincidir plenamente con él en los objetivos que se
marcaba-- la aplicación de la Logse, la mejora de la calidad
de la enseñanza, la compensación de desigualdades, la
investigación, la financiación pública de las universidades
del territorio MEC para su funcionamiento y el profesorado.

Son, por tanto, cuestiones que están marcadas como
prioritarias por este presupuesto, que tienen la dotación
presupuestaria suficiente, aunque contenida, para llevarlas
adelante y, por consiguiente, consideramos que este
presupuesto es un presupuesto razonable en una situación de
crisis, en una situación presupuestaria global. No olvidemos
que el presupuesto del Ministerio de Educación, como el de
cualquier otro ministerio, es una pieza más que tiene que
encajar en el presupuesto global del Estado; presupuesto
global del Estado que hay que entender no como una suma de
ministerios, sino como un conjunto. Y en ese conjunto el peso
del Ministerio de Educación nos parece que sigue siendo
importante. Esto indica que el Gobierno sigue considerando
prioritaria la educación en su acción política y, por tanto,
en una situación de crisis, con un presupuesto muy ajustado,
le da una dotación justa, contenida, pero suficiente para
llevar a cabo lo que son las líneas de política educativa
fundamentales o prioritarias, como son las que enumeraba hace
un momento. Por otro lado, por parte del Portavoz del Grupo
Parlamentario Popular (no hubiera querido entrar en ello, pero
creo que ha sido algo, desde mi punto de vista, bastante
grave) se ha estado hablando de temas de actualidad, aunque
esos temas de actualidad sean muy importantes; se ha estado
hablando de temas que nada tienen que ver con el presupuesto y
que me parecen muy bien como entradilla a un debate
parlamentario alrededor de una sección como la que estamos
viendo en estos momentos, pero no se pueden hacer alguna de
las afirmaciones que se han hecho. Yo creo que el Diputado
Ollero ha intentado ser un diputado incendiario y de esa forma
ha tratado de convertir después al Ministro de Educación --han
sido sus palabras-- en un ministro bombero. Yo creo que el
Diputado incendiario que ha intervenido en nombre del Grupo
Popular ha hecho una afirmación que a mí me ha dejado perplejo
y tremendamente preocupado. He creído entender que ha estado
incitando a perfeccionar la huelga de los estudiantes. Creo
que hacer una afirmación de ese tipo en esta Cámara, en el
momento en que estamos debatiendo la Sección del Ministerio de
Educación, es de una tremenda irresponsabilidad, de una
tremenda gravedad. Yo creo que no se puede incitar a
perfeccionar la huelga de los estudiantes desde esta tribuna
en un día como hoy. Desdse luego, me remito a lo que decía al
principio: creo que se está superando a sí mismo o se está
superando en esa carrera de despropósitos con alguno de los
portavoces de su Grupo, a ver quién dice la palabra más
altisonante, quién dice --y perdónenme la expresión-- la mayor
machada a la hora de hablar sobre cualquier tema.

El segundo grupo de enmiendas, señor Presidente. --y con esto
termino--, corresponde una serie de enmiendas parciales
presentadas por varios grupos que han sido defendidas una por
Izquierda Unida, la referida a la UNED...




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Señor Nieto, vaya
concluyendo.




El señor NIETO GONZALEZ: Termino, señor Presidente.

Nosotros, aunque consideramos que la enmienda 1.548, que pide
el incremento de 360 millones de pesetas para subvencionar a
la UNED, puede tener cierta lógica, creemos que no encaja por
una razón, y así se



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lo decimos al Grupo de Izquierda Unida. Mire, señor González,
el presupuesto de la Universidad Nacional de Educación a
Distancia depende, alrededor de un 50 por ciento, de la
recaudación de tasas. Esta es una Universidad atípica y la
recaudación de tasas para la UNED significa mucho más que para
el resto de las universidades. Por tanto, teniendo en cuenta
esto, he de decirle que el incremento autorizado en las tasas
para el presente curso va a incidir muy positivamente en el
presupuesto de esta Universidad para el año 1994. Por tanto,
esa pequeñísima reducción que se ha producido en la subvención
nominativa, en relación con el resto de las universidades del
MEC...




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Señor Nieto, termine
ya.




El señor NIETO GONZALEZ: Termino, señor Presidente. Esa
pequeñísima reducción, repito, no va a afectar al presupuesto
de la UNED. Respecto a las otras enmiendas, las presentadas
por el Grupo Mixto y Coalición Canaria quiero decir que alguna
de ellas la veo razonable, la defendida por el señor Mardones,
no tanto las otras. Las defendidas por el señor Mur y por el
señor Lizondo son enmiendas, especialmente la del señor
Lizondo, poco razonables y tremendamente insolidarias con el
resto del territorio. Por tanto, no vamos a votar a favor de
ellas. Vamos a votar en contra de todas las enmiendas que se
han mantenido vivas en este trámite. Nada más, señor
Presidente. Muchas gracias.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Para turno de réplica,
tiene la palabra el señor Ollero.




El señor OLLERO TASSARA: Señor Presidente, señorías, la verdad
es que he rejuvenecido unos años porque hacía ya muchos años,
afortunadamente, que no oía hablar de la huelga como algo
perverso. Eso es algo que en mi adolescencia sí lo he oído
alguna vez; me temo que al señor Nieto se le quedó en el oído
y aún sigue pensando que la huelga no es un derecho
fundamental. Lo curioso es que ha sido oírlo y el señor
Ministro se ha ido; el que se ha declarado en huelga ahora es
el Ministro. Eso sí me preocupa, me preocupa que tengamos un
Ministro de Educación que está ausente cuando estamos
debatiendo su presupuesto. Esa huelga es la que sí me
preocupa, la otra es un derecho fundamental. No lo olvidemos
porque, si no, vamos a acabar no se sabe dónde.

Nos preocupa que se haya dicho aquí por el señor Ministro que,
con estos presupuestos, los objetivos, sin embargo, se acaban
cumpliendo. Nos preocupa porque nos tememos que la razón de
que tengamos estos presupuestos, el convencimiento al que ha
llegado el Gobierno es de que, en Educación, se dé el dinero
que se dé, siempre se sale adelante.

Tenemos aquí al Ministro, que ha interrumpido su huelga, con
lo cual se restablece el orden constituido, según el señor
Nieto. (Protestas en los escaños del Grupo Socialista.)
Señor Ministro, decía que me preocupaba que para usted los
objetivos de su Ministerio se pueden cumplir con estos
presupuestos porque eso lleva a sus colegas de Gabinete a la
convicción de que, se dé el dinero que se dé, al final, la
Educación funciona igual. A la Educación se le aplica esa
famosa teoría de «donde comen cinco, comen ocho», y se va
hacia adelante. Eso no es muy bueno.

A nosotros, que tenemos unas prioridades que hemos querido
reflejar en siete enmiendas, aunque algunos no se dan cuenta -
-han llegado a confesarlo aquí--, siete enmiendas que reflejan
esas prioridades, nos preocupa esta situación. Nos preocupa,
señor Ministro, porque supongo que usted lo sabrá, que haya
padres de familia que hacen huir a sus alumnos de la reforma;
nos preocupa que la anticipación de la reforma en muchos
institutos se debe a que el instituto donde experimentalmente
se estaba llevando a cabo se queda vacío y ha habido que
extenderla a todos los demás para conseguir redistribuir al
alumnado. Ustes debe saber que eso está ocurriendo.

Nos preocupa que usted hable de anticipar la reforma de la
enseñanza concertada cuando le están diciendo desde la
enseñanza concertada que necesitan 25.000 millones y usted les
da 90; usted les está invitando a la chapuza, y eso no se debe
hacer, eso va en contra de la calidad de enseñanza. Nos
preocupa que sólo el 22 por ciento de los alumnos de formación
profesional tengan prácticas en las empresas, cuando ustedes
hablan todo el santo día de la formación profesional en las
empresas como si ya estuviera hecha, y está por empezar.

Nos preocupa que aumenten los alumnos en las universidades sin
que aumenten, misteriosamente, los gastos de funcionamiento.

Nos preocupa que usted no mande de una vez los módulos
objetivos de capacidad de los centros, que esta Cámara ha
solicitado por práctica unanimidad. Se nos invita a jugar a
las enmiendas, se nos invita a que pongamos unos numeritos a
esas enmiendas en las que hemos echado para atrás siete
programas que son la reforma misma. Señor Ministro, ¿por qué
no ponemos números aquí? Porque esos números están ya aquí, en
esta Cámara. En esta Cámara hay enmiendas del Grupo Socialista
cuantificadas sobre esos programas, que ustedes no aceptan. En
esta Cámara hay siete enmiendas del señor Solana, siete.

Porque el señor Solana dijo que tenía una memoria muy bonita
en colorines y en esa memoria se hablaba de unos dineros. En



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el Presupuesto de 1991 se decía que en 1994 había que dedicar,
sólo en inversiones, a infantil y primaria 2.281 millones más
de los que usted dedica. Eso es una enmienda. ¿Por qué no se
compromete a aceptarla? Yo ya sé que han dado la consigna a
los nuevos de que no salgan aquí así caigan chuzos de punta,
lo sé, pero saque los pies del plato de una vez, suba aquí y
dígame por qué no acepta 2.281 millones más en inversiones en
infantil y primaria, que, según el señor Solana, eran
imprescindibles para hacer la reforma. Porque se ha perdido el
40 por ciento de lo previsto. ¿Por qué no acepta 9.600
millones en secundaria que el señor Solana preveía para 1994 y
suponen el 58 por ciento de lo que ha quedado realmente luego?
¿Por qué no acepta aumentar 13.000 millones los presupuestos
de Universidad que, según el señor Solana en 1991, había que
invertir en 1994? De lo contrario, perdemos el 80 por ciento.

Si usted se compromete a aceptar esto o a aceptar los 9.000
millones más que el señor Solana anunció para 1994 en el
Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y el problema
está en que a usted no le dejan presentar las enmiendas, las
presentamos nosotros, pero, eso sí, comprométase a que las va
a aceptar. Ahora bien, jugar a las enmienditas no. Aquí se ha
planteado algo que temo que le pueda hacer efecto porque usted
es nuevo. Se ha planteado de dónde sacamos el dinero. Mire
usted, estoy en tan buen plan que se lo voy a explicar. Hay
una partida secreta --no sé si lo sabe usted, señor Ministro--
en esta Cámara, tan secreta que es extraparlamentaria, una
partida que supera los dos billones --bon «b» de buen
provecho--, y es la partida de lo que excede el déficit
respecto a lo que aquí estamos ahora discutiendo. Al final se
van a gastar dos billones más, insisto, de lo que aquí estamos
diciendo que se va a gastar. Pues a cuenta de esos dos
billones pida usted 35.000 millones para lo que le he dicho,
nada más. El resto que se lo gasten en decisiones
electoralistas (porque en Andalucía hay elecciones en 1994) y
en esas coaliciones de fin de semana que no nos salen gratis a
ninguno. Si usted se compromete a eso, le presento las
enmiendas. Muchas gracias. (Aplausos en los bancos del Grupo
Popular.)



El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Para un turno de
réplica, tiene la palabra el señor González Blázquez.




El señor GONZALEZ BLAZQUEZ: Muchas gracias, señor Presidente.

Yo voy a ser muy breve, porque voy a replicar solamente a lo
sustancial. No he venido aquí a divertirme; he venido a
discutir los presupuestos. Estoy de acuerdo con el señor Nieto
en que algunas de mis exposiciones o mis propuestas podían
parecer deslavazadas, y es que estoy tan harto de repetir
continuamente las mismas cosas e insistir en lo mismo, que
algunas veces doy por hecho que ustedes las saben. De todas
formas, no ha faltado alternativa en mi propuesta, y
alternativa cuantificada.

Yo les he dicho que si el presupuesto de educación del
territorio MEC lo incrementáramos en un siete por ciento o, lo
que es lo mismo, añadir al incremento que ya aparece en el
actual proyecto de ley 56.000 millones de pesetas, podríamos
atender muchas de las necesidades precisas para la reforma. Le
voy a concretar. Nosotros nos hemos puesto como objetivo el
cumplimiento de la Logse. Por ejemplo, a los gastos de
funcinamiento previstos e imprescindibles en la gestión de
centros, destinaríamos 4.332 millones de pesetas, que son los
millones que la memoria de la Logse preveía para este año; al
incremento de las tasas de escolarización y a la dotación de
los espacios de requisitos mínimos, así como al equipamiento
inmobiliario, destinaríamos 8.695 millones, que faltan en el
actual proyecto para cumplir con la memoria de la Logse; para
una política compensatoria, de acuerdo también con el Título
de la Logse dedicado a escuela infantil, corrección de
desigualdades, se destinarían 5.000 millones de pesetas,
etcétera. Es decir, estamos fijando como objetivo la Logse,
que es la Ley que nosotros hemos apoyado por ser progresista y
es la que más nos preocupa en cuanto a su cumplimiento. Luego
sí hay alternativa.

Yo creo, igualmente, que hay recursos en el Estado de donde
sacar esos 56.000 millones de pesetas, que no serían
suficientes porque nunca nada es suficiente, pero sí podrían
cubrir algunos de los objetivos previstos para el próximo año.

Muchas gracias, señor Presidente.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor
González Blázquez. Tiene la palabra el señor González Lizondo.




El señor GONZALEZ LIZONDO: Gracias, señor Presidente.

Señorías, señor protavoz del Partido Socialista, cuando
ustedes intentan lanzarse a una dinámica, con un determinado
Diputado porque no les gusta, emplean ustedes unas armas, pero
no se dan cuenta de que luego se les van a girar. Usted se ha
permitido el lujo de decir aquí: «sobre todo porque son
insolidarios». Y tacha usted de insolidarios tanto al Partido
Aragonés como a Unión Valenciana porque presentamos enmiendas
para nuestras provincias o nuestras comunidades. Ustedes han
aprobado en estos presupuestos una serie de enmiendas que
presenta otro partido nacionalista, Convergència i Unió, y a
mí me parece muy bien porque su obligación es presentar --les
estoy aplaudiendo, señor Homs-- enmiendas para defender a su
comunidad. Lo mismo que se está hablando de otros grupos



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parlamentarios que al parecer también han obtenido una serie
de prebendas, como Coalición Canaria, a la que felicito porque
me parece igualmente muy bien, ya que tiene obligación de
defender a su pueblo, y usted me lo quita a mí; usted me quita
a mí el derecho de que yo pida para mi tierra una serie de
subvenciones, 800 millones en deportes. ¡Qué barbaridad!, me
dice su señoría. (Un señor Diputado del Grupo Socialista:
¡Pide lo que quieras!) Sí, señorías, digan ustedes lo que les
dé la gana, pero ésa es la realidad. La única realidad es que
aquí, cuando se tiene fuerza política, se saca «es munyas, com
diguem mosatros», y cuándo no, pues nos tocas bola, y entonces
se te acusa de todo. Pero cuando hacen falta esos votos, ¡qué
grandes son ustedes!, ¡qué bien lo hacen!, ¡qué equilibrados!,
¡qué manera de presentar las cosas!, ¡con qué criterio!, ¡con
qué óptica!, ¡qué extraordinarios!, ¡maravillosos! (Rumores.)
Esa es la única realidad.

Pero, señor mío, no venga usted con esas historias, cuénteme
lo que le dé la gana, diga usted que no, pero no me llame a mí
insolidario cuando en estos presupuestos estamos viendo lo que
hay. Y, vuelvo a repetir, tenemos una sola enmienda en
deportes, una sola, y me dice usted que es completamente
insolidario. ¡Por el amor de Dios! No diga usted esas cosas,
sea un poquito más serio. Tiene usted muchos argumentos, es
usted un parlamentario válido, por tanto no emplee una cosa
tan frugal, tan sencillota.

Además, le han dicho: «Tú lo que tienes es que tacharlo de
insolidario porque es la moda; ahora hay que decir que
solamente pide para Valencia.» Pues mire usted, tendré que
pedir para Alicante, para Castellón y para Valencia porque es
mi tierra. Porque ustedes, en vez de esa reforma electoral que
quieren hacer para que entre las dos mayorías se chupen el
huevo, tendrían que hacer otra en la que todos representemos a
todos, pero mientras la circunscripción sea provincial,
lógicamente tendremos la obligación de patear, conocer y venir
aquí a traer los problemas de cada una de nuestras
circunscripciones, además de que en muchas de mis enmiendas,
en muchísimas, hablábamos de temas de toda España, de
distintas comunidades, por ejemplo, la referente al Iryda, a
la que ustedes hicieron una transaccional, cuando precisamente
los que menos teníamos éramos nosotros, la Comunidad
Valenciana. Había 10.000 millones pendientes para el resto de
España y la enmienda fue nuestra. Hubo otras también.

Hagan ustedes el favor de ser más serios y no entrar por una
dinámica que, desde luego, no es la lógica ni la adecuada ni
es de recibo. Muchas gracias.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Tiene la palabra el
señor Nieto.




El señor NIETO GONZALEZ: Mire, señor González Lizondo --voy a
empezar por el final--, no solamente considero que su enmienda
sea insolidaria, sino que la estimo tremendamente insolidaria.

Y me explico. Usted pide que se dote con 800 millones de
pesetas una partida para la construcción de un circuito de
velocidad en Cheste, Valencia. Me parece muy bien: Pero yo
creo que conviene que la Cámara y todo el mundo sepa de dónde
saca usted el dinero. (Un señor Diputado: ¡Del sueldo!) Y
usted saca ese dinero de un crédito del proyecto
88.24.105.901, cuyo importe es de 817 millones de pesetas.

Saca usted de ahí, repito, 800 millones de pesetas. ¿Sabe
usted cuál es la finalidad de ese crédito de donde usted
pretende sacar el dinero? Pues la finalidad es acometer las
obras propiedad del Consejo Superior de Deportes referida a la
construcción de los centros de alto rendimiento de Madrid y
Sierra Nevada. La desaparición prácticamente total de la
partida --la deja usted en 17 millones-- la verdad es que
imposibilitaría continuar con estas obras que están iniciadas,
y desde luego yo creo, señor González Lizondo, que son muy
necesarias para el deporte de alta competición en el conjunto
de España. Por tanto, insisto, su enmienda es tremendamente
insolidaria, no sólo insolidaria. Respecto a las otras
cuestiones planteadas, decía el señor González, de Izquierda
Unida, que consideraba que debería haber más dinero para el
presupuesto de Educación. Yo estoy convencido de que el
Ministro de Educación también desearía que hubiese más dinero
para su Ministero. Yo también comparto esa opinión, lo que
pasa es que el presupuesto es el que es. El presupuesto del
Estado es un conjunto, como le decía, y dentro de ese conjunto
encaja una parte, que es la dotación para el Ministerio de
Educación, y ya le he dicho en mi intervención --también lo ha
dicho el Ministro en la suya-- que es un presupuesto
contenido, pero que pensamos que con el dinero suficiente como
para afrontar aquellos programas, aquellas actuaciones que se
consideran prioritarias para sacar adelante la política
educativa, que, en algunos aspectos, usted, su Grupo y el mío
comparten, como es la puesta en marcha de la reforma educativa
que apoyamos en su día, cuando se tramitó en esta Cámara.

Por tanto, es cierto que sería conveniente más presupuesto,
pero, insisto, consideramos que es suficiente.

Usted decía que la LOGSE no se iba a poder aplicar. Señor
González, hasta el momento se ha aplicado sin mayores
problemas, sin ningún trauma. Yo creo que se ha ido aplicando
adecuadamente. Se puso en marcha la educación infantil; se han
puesto en marcha durante dos cursos escolares los dos primeros
tramos de la educación primaria y, desde luego, con el dinero
que existe en estos presupuestos no habrá ningún problema para
poner en marcha el tercer tramo, para poner en marcha la
anticipación de la reforma en centros de secundaria y para que
existan en los centros escolares ya inmersos en la reforma, la
dotación en profesores especialistas, recursos para
funcionamiento, etcétera.




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Por consiguiente, quisiera despejarle esa duda. Considero que
muy ajustados, pero los presupuestos van a ser suficientes
para poner en marcha esta parte de la reforma. Termino con la
intervención del señor Ollero. No se me enfade, señor Ollero,
pero yo creo que usted ha querido dar el espectáculo hoy aquí
y casi lo ha conseguido, pero no del todo. Es algo que
habitualmente quiere hacer.

Por lo que ha dicho hoy y por lo que dice otras veces, usted
es un sofista, pero un sofista flojo, permítame que se lo
diga. (Risas.) Porque sofistas los hay con cierta solera, y
usted es de los flojos. Nunca dice nada. Ya que ha estado
hablando de huelga hoy, yo creo que está usted en huelga
permanente de ideas, de propuestas. (El señor Ollero Tassara:
Tengo fama de eso.--Rumores.) Se pasa permanentemente en
huelga tanto cuando interviene en el Pleno de la Cámara como
en la Comisión. Permanentemente en huelga de ideas. (Un señor
diputado del Grupo Popular: Se equivoca.) Es una suma de
chascarrillos, de sugerencias que intentan ser graciosas, pero
nada más, señor Ollero. Y en vez de hablar del presupuesto, se
dedica a hablar de otras cosas. Hoy a mí de verdad que me ha
desagradado tremendamente, como demócrata de siempre, como
defensor del derecho de huelga como derecho constitucional
(Rumores.), como defensor del derecho de huelga como un
derecho de cualquier colectivo desde siempre, que usted haya
subido a esta tribuna un día que teníamos que hablar del
presupuesto de Educación a dar consignas para perfeccionar la
huelga. Esa, de verdad, era la preocupación, la inquietud que
le transmitía. Creo que ha sido un ejercicio de
irresponsabilidad. Además, ya nos hemos enterado de dónde
quiere sacar el dinero o parte de ese dinero que quiere
emplear para subvencionar la gratuidad en los tramos de la
enseñanza no obligatoria; ya sabemos de dónde quiere sacarlo.

Quiere sacarlo de la cantidad que se está destinando por este
Gobierno a políticas sociales, como atención al desempleo,
pensiones, etcétera. Eso es lo que usted ha dicho, y nosotros
no podemos compartir su criterio de que el dinero deba salir
de esas partidas. Esas partidas tienen que cumplir su
finalidad y no otra. Nada más, señor Presidente, y muchas
gracias. (Varios señores diputados: ¡Muy bien!--Rumores.)



El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Finalizado el debate
de la Sección 18, Ministerio de Educación, vamos a iniciar el
debate de la Sección 14, de los Presupuestos generales del
Estado, correspondiente al Ministerio de Defensa. Para la
presentación del presupuesto de esta Sección, tiene la palabra
el señor Ministro de Defensa.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (García Vargas): Señor
Presidente, señorías, subo a esta tribuna para presentar el
presupuesto para las Fuerzas Armadas para 1994. Este
presupuesto, que debatirán SS.SS. a continuación, presenta una
inflexión moderada al alza con respecto al aprobado para 1993.

Presenta un crecimiento del 6,3 por ciento, que es un
porcentaje verdaderamente modesto, pero que se tiene que
entender dentro de la política de rigor presupuestario que
toda la Cámara comparte. La situación económica no permite que
hagamos grandes esfuerzos prácticamente en ningún capítulo y,
por tanto, Defensa no va a ser una excepción. Este presupuesto
sigue siendo inferior, como conocen perfectamente SS.SS. --
tanto si lo relacionamos con los gastos totales del Estado
como si lo relacionamos con el producto interior bruto--, al
que, como media, realizan nuestros aliados dentro de la OTAN o
socios dentro de la Unión Europa Occidental.

En este presupuesto, el esfuerzo de mejora más apreciable se
centra en el incremento de la profesionalización de nuestros
ejércitos, también sobre la mejora de sus medios. Pero quiero
destacar, sobre todo, el primero de estos dos puntos, porque
en muy diversas ocasiones hemos debatido en esta Cámara sobre
la necesidad de cumplir, a un ritmo lo más rápido posible, los
acuerdos obtenidos aquí en junio de 1991; por tanto, caminar
al ritmo más vivo que podamos hacia ese 50 por ciento de
profesionalización que decidimos entre todos.

Para el año 1994 se convocarían, como conocen perfectamente
SS.SS., 3.000 plazas más, e incluso las retribuciones de esta
tropa o marinería profesional se equipararían a la
proporcionalidad de funcionarios --tal como estaba también
previsto-- en una primera fase. Esta equiparación completa se
realizaría en dos ejercicios --primero, 1994; segundo, 1995--
y, con ello, haríamos más atractivo el alistamiento como
profesionales y cumpliríamos ese compromiso de llegar al 50
por ciento antes de que acabe la década presente. Debo decir,
señorías, que no comprendo algunas o alguna de las enmiendas
que se refieren precisamente a este punto concreto. No
entiendo que se pueda enmendar el que se produzca este 20 por
ciento de la mejora en las retribuciones --tal como habíamos
acordado entre todos, tal como se ha reclamado en muy diversas
ocasiones, incluso con veladas acusaciones al Gobierno de no
cumplir sus compromisos en este terreno--, precisamente en
favor de que mejoren otras partidas, cuya incidencia sobre la
operatividad de las Fuerzas Armadas es ciertamente discutible.

El segundo bloque sobre el que se hace un mayor esfuerzo es el
de material y sostenimiento. Hay un crecimiento en este bloque
del 9,8 por ciento frente al 3,4 por ciento que se produce en
personal. Por primera vez en los últimos ejercicios se
invierte la tendencia, que parecía dirigirse a un mayor peso
del personal y a uno menor de los medios y sistemas de armas.




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Sumariamente se pueden resumir los criterios que han presidido
la elaboración de este presupuesto con esas grandes cifras,
con esas grandes tendencias. En primer lugar, potenciar la
inversión frente a los gastos corrientes. La inversión crece
un 15 por ciento, mientras que los gastos corrientes crecen el
2,95 por ciento.

En segundo lugar, dentro de la inversión, adquiere una mayor
importancia que en ejercicios anteriores el programa de
modernización, que comprende tanto las dotaciones de medios
como la obra de infraestructura. La modernización se
incrementa en un 26 por ciento, y dentro de este programa
global de modernización, de inversiones en infraestructura,
significa el 80 por ciento del total. En tercer lugar, se
produce un aumento en los gastos de mantenimiento del 6,75 por
ciento. Es una cuantía superior, ligeramente, a la del
crecimiento del presupuesto y, naturalmente, a la de la
inflación prevista. Sigue siendo una partida muy ajustada, que
obligará a seguir haciendo grandes esfuerzos de organización y
ahorro. Ya se han adoptado, en los dos últimos ejercicios,
medidas de reorganización en talleres, maestranzas y
arsenales, que han permitido ahorros considerables en el
mantenimiento de los sistemas de armas y en el mantenimiento
en general. En cuarto término, los gastos corrientes
experimentan una tasa de crecimiento que sobre todo es
apreciable en el vestuario, que crece un 36 por ciento, y en
la alimentación, que crece un 9,2. El resto permanece estable.

Por último, las partidas asignadas a investigación y
desarrollo tienen un crecimiento muy moderado, del 1,4 por
ciento, puesto que el esfuerzo más grande se quiere hacer en
modernización, atendiendo a compromisos plurianuales, en
muchos casos ya contraídos con anterioridad.

En el capítulo de personal hay que destacar que el peso sobre
el presupuesto disminuye desde el 54,8 que tenía en el año
1993, al 53 que tendrá en 1994. Acabo de decir que crecen los
gastos de alimentación --con una asignación que se situará en
4,75 pesetas día-- y, sobre todo, hay un incremento de las
tracciones de campaña y se atienden las mejoras requeridas por
unidades especiales, personal embarcado y otros casos
similares.

En el vestuario, el equipo básico del combatiente se
cuantifica en 50.000 pesetas, y se prevén recursos especiales
para equipos de combate y grupos de carácter especial,
reponiendo también la reserva, que se había disminuido a lo
largo de 1992 y se está disminuyendo a lo largo de 1993. Por
ello, esta partida relativa al vestuario crece el 36 por
ciento que antes mencioné. Respecto al funcionamiento, el
presupuesto es ciertamente modesto, es muy ajustado. El
combustible permanece estable, con la excepción del
combustible para la Armada, en el que se va a producir una
reducción a cargo de las reservas actuales. Aquí hay que
insistir en algo que produce confusión, y es el concepto de
reserva de guerra. Ese concepto, señorías, estaba referido a
la situación anterior al año 1989, cuando todavía estaba
vigente el concepto de guerra fría, todavía no había caído el
muro de Belín y, por tanto, la amenaza era sustancialmente
superior a la amenaza actual, que es ciertamente reducida,
afortunadamente para todos. Por tanto, no se puede mantener
inmovilizada la misma cantidad de combustible que había con el
concepto de guerra anterior, cuando establa plenamente vigente
la amenaza de la Unión Soviética. Ello quiere decir que
convene revisar --y esto se está empezando a llevar a cabo en
la mayor parte de los países aliados-- ese concepto de reserva
y adaptarlo a las circunstancias actuales, cuando la amenaza
es ciertamente pequeña. Los demás gastos de funcionamiento se
tienen que reducir, siguiendo la política global del
presupuesto del Estado para 1994, con una mayor modestia en
todos los que se refieren a material no inventariable, a
protocolo, a publicaciones o a dietas. Es un criterio que se
aplica con carácter general a todos los capítulos y,
naturalmente, también al Ministerio de Defensa. En cuanto a
los gastos de mantenimiento, crecen por encima del 6 por
ciento de los de material y del 11 por ciento los de
infraestructura, porcentajes ciertamente modestos. Sin
embargo, el esfuerzo en modernización es sustancialmente
mayor. El aumento del 26 por ciento que experimenta
globalmente no es el idóneo, el que quisieran el Ministerio de
Defensa y el Gobierno. En todo caso, permite que crezca un 39
por ciento en el Ejército de Tierra, un 28 por ciento en La
Armada, y menos, un 7 por ciento, en el Ejército del Aire. Eso
permite también que se destinen 26.000 millones de pesetas a
buques, 25.800 a nuevos aviones y helicópteros, 24.700 a
electrónica, comunicaciones e informática, 15.000 a sistemas
de misiles, 11.000 a infraestructura, y el resteo es para
partidas relativas a medios acorazados, vehículos, armamento
ligero, munición, etcétera.

Como decía, en el Ejército de Tierra la modernización mejora
sustancialmente, pasa de 23.000 millones este año a 33.000 el
año próximo; en La Armada, de 33.000 a 43.000 millones, y en
el Ejército del Aire, de 27.000 a 29.000 millones solamente,
pero aquí hay que tener en cuenta los gastos incluidos en I+D
del futuro avión de combate europeo. Casi todos estos importes
corresponden a compromisos contractuales de vigencia
plurianual, bien adquiridos en ejercicios anteriores, bien en
el presente. Por lo tanto, seguirán pesando sobre los
presupuestos de ejercicios próximos.

Todos ellos son programas de importes muy elevados, son
programas caros. Piensen SS.SS. que sólo cuatro de ellos,
cuatro programas de La Armada --aviones Harrier, cazaminas,
nuevas fragatas y el buque de transporte



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AOR-- significan el 85 por ciento del total de la asignación.

Sin embargo, eso no quiere decir que no se vayan a decidir
programas nuevos, aparte de los ya comprometidos, puesto que
en 1994 está previsto que se inicie la modernización de los
aviones F-1, o de los Hércules-130, o que continúen los
programas de adquisición de radio-teléfonos tácticos o
sistemas de radares. Referente a la obra nueva, este programa
de modernización se va a concretar en un importe de 9.000
millones de pesetas, la mitad de los cuales están adscritos al
Ejército de Tierra.

He mencionado antes que los programas de I+D crecerán muy
modestamente. Dentro de estos programas, el que tiene un peso
mayor es el relativo al avión de combate, el EFA-2.000, y con
un peso sustancialmente inferior están los proyectos básicos
del INTA, lo concerniente a medidas de guerra electrónica,
cobertura de radar, etcétera. También se prevén recursos para
las fases de definición de la nueva fragata F-100 y para el
avión de transporte europeo, conocido por las siglas FLA. En
el presupuesto no están identificados probables programas de
adquisición en «leasing» o de alquiler de sistemas de armas ya
en uso. Debo confesar ante SS.SS. que no comprendo que se
oigan voces que critiquen que nuestras Fuerzas Armadas
adquieran sistemas de combate que están ya en utilización en
otros países. ¿Dónde vivimos, señorías? ¿Cuántas de SS.SS. no
han comprado en alguna ocasión un automóvil de segunda mano?
¿Cuántas compañías aéreas compran sistemáticamente sus
aeronaves exclusivamente en las fábricas que los producen?
Esto no es ningún desdoro, señorías, y no puedo entender las
críticas que se han oído a este respecto después de lo dicho
en la Comisión de Defensa por los Jefes del Estado Mayor de
los diferentes Ejércitos. No puedo entender las críticas que
se han dirigido a la adquisición de sistemas de armas que ya
están en uso. ¿Qué sistemas de armas han tenido nuestros
ejércitos a lo largo de su historia, especialmente en la
historia reciente? ¿De dónde venían los aviones, los barcos,
los destructores, los aviones de caza? De Estados Unidos,
después de haber estado en servicio durante largos años.

¿Cuándo han tenido nuestros ejércitos sitemas de armas de la
última generación, adquiridos directamente, sino en el último
decenio? Por tanto, no comprendo, señorías, que se pueda hacer
esa crítica que me parece poco sensata en un país con una
economía modesta, como es el nuestro.

El presupuesto, señorías, significa un esfuerzo, dado el marco
general de dificultades presupuestarias y económicas que vive
nuestro país y que vive el resto de los países occidentales,
prácticamente todos los países del mundo. Con ello podremos
mantener lo que es más imprescindible: los programas de
modernización y los de profesionalización.

En los otros aspectos, las Fuerzas Armadas actuarán en
coherencia con lo que es su naturaleza y su forma de ser; lo
harán bien con el presupuesto que SS.SS. les asignen y no se
lamentarán, actuarán con profesionalidad y actuarán siempre
obteniendo el máximo rendimiento de los recursos que esta
Cámara les asigne. Muchas gracias, señor Presidente.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor
Ministro. Para la defensa de las enmiendas presentados por el
Grupo Popular, tiene la palabra el señor López Valdivielso.




El señor LOPEZ VALDIVIELSO: Señor Presidente, el señor
Ministro debería empezar sus discursos diciendo: En un lugar,
de cuyo nombre no quiero acordarme..., aunque quizá fuese
suficiente un simple y sencillo: Erase una vez... y acabar
diciendo: Colorín, colorado, este cuento se ha acabado. Y es
que, una y otra vez, escuchamos de boca del señor Ministro,
por ejemplo, que España debe reequilibrar su capacidad
militar, actualmente limitada, con la de otros países aliados;
o que tenemos que encaminarnos con prudencia al 2 por ciento
de gasto militar sobre el PIB... Estas frases las dice y las
repite el señor Ministro. Estas, en concreto, las dijo el 28
de septiembre: Es necesario conseguir unas Fuerzas Armadas
reducidas, pero más profesionales, mejor dotadas, mejor
adiestradas, con más movilidad... Palabras como estas o
parecidas se las he oído en multitud de ocasiones.

Yo, señor Ministro, aplaudo sus discursos, he tenido la
oportunidad de hacerlo en sentido estricto en múltiples
ocasiones y otras no le he aplaudido porque no venía al caso o
porque incluso hubiese estado mal visto que le hubiese
aplaudido algunos discursos en esta Cámara. Pero el problema
es que, una vez más, tengo que decirle que tiene muy poco que
ver lo que dice usted en sus discursos con lo que luego se
hace en la realidad del día a día, que en nada o casi nada se
parecen sus buenos deseos con las realidades de las que, como
Ministro, es S.S. responsable, y que una cosa son sus
discursos, insisto, y otra cosa la realidad. Y es que, señor
Presidente, no avanzamos absolutamene nada y nuestras
capacidades defensivas y la situación de nuestras Fuerzas
Armadas son cada día peores; cada año que pasa, cada
presupuesto que se aprueba son peores y más preocupantes.

Nos presentan para 1994 un presupuesto sobre el que una
triunfalista memoria dice que la aplicación de los recursos y
la estructura del gasto se ha orientado a la consecución de
unas Fuerzas Armadas más profesionales y a la consecución de
unas Fuerzas Armadas más tecnificadas y mejor dotadas. Se nos
habla de ruptura de la tendencia de años anteriores, de
crecimiento en términos reales, de crecimiento con respecto al
PIB, porque se pasa del 1,24 al 1,26, lo que supone un aumento



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del 0,02 por ciento. ¿Sabe, señor Presidente, cuando
llegaríamos al 2 por ciento a este ritmo? Pues en el año 2031,
es decir, dentro de treinta y siete años, señor Ministro.

Por otra parte, el crecimiento del gasto en Defensa supone la
mitad del crecimiento global de los Presupuestos Generales del
Estado para 1994. En todo caso, si comparamos el proyecto de
presupuestos del año 1994 con los créditos definitivos de
1993, lo que se produce es una disminución de más de 105.000
millones de pesetas. Pero es que, además, señor Presidente,
señor Ministro, se da una circunstancia gravísima en relación
con los presupuestos de 1994, y que pedimos que se nos
confirme o se nos desmienta, que se nos diga claramente si es
así o no. Según nuestras noticias, se ha comunicado a los
cuarteles generales que durante 1994 no habrá créditos
incorporados por valor superior al 10 por ciento de la
diferencia entre las obligaciones reconocidas y los pagos
realizados al 31 de diciembre de 1993. Esto supone, según el
avance de liquidación que nos han proporcionado, que, siendo
esa diferencia de más de 92.000 millones, sólo se incorporarán
9.200 millones en 1994 y el resto, 83.000, tendrán que ir con
cargo a los créditos para 1994. Dígase claramente si esto es
así porque, si es verdad, resulta que el capítulo VI,
inversiones, sufriría una reducción real para el año próximo
del 22,8 por ciento, lo que supondría, señor Ministro, la
prueba más palpable y más rotunda de que estos presupuestos,
como los de otros años, son una mentira y un engaño; díganos
si es así o no, porque, si es así, estos presupuestos son
mentira, y si no es así, retiro lo dicho y le agradezco la
aclaración.

Nosotros hemos presentado una enmienda a la totalidad porque
consideramos que estamos ante unos presupuestos, en contra de
lo que ustedes dicen, continuistas y que no responden a las
necesidades de nuestra defensa ni de nuestras Fuerzas Armadas.

El presupuesto de Defensa para 1994 no representa un cambio de
tendencia, sino una simple consolidación de los recortes que
el departamento viene sufriendo en los últimos años, y esta
situación no puede en absoluto justificarse aludiendo a la
difícil coyuntura por la que atraviesa nuestra economía, de la
que, por otra parte, son ustedes los únicos y por el momento
impunes responsables, porque, por un lado --como tantas hemos
repetido--, el esfuerzo en Defensa ha pasado del 2,04 por
ciento del PIB en 1982 al 1,26 por ciento en 1994, y por otro
lado, porque, en términos presupuestarios, la prioridad
otorgada por el Gobierno a la defensa ha pasado, en esos
mismos años, del 11 por ciento del total de los Presupuestos
Generales del Estado a apenas el cuatro por ciento, de este
año. Y tampoco puede justificarse este lamentable panorama
argumentando que es la tendencia generalizada en Europa tras
el fin de la guerra fría; ese argumento ya no sirve, porque se
da la circunstancia de que el esfuerzo medio en defensa que
realizan nuestros aliados europeos de la NATO es prácticamente
el doble del que realizamos nosotros, siendo España el país de
la NATO que menos gasta en defensa en proporción a su riqueza,
si excluimos Luxemburgo, que prácticamente no tiene ejército.

Y, además, somos el segundo país, sólo detrás de Bélgica, que
mayores reducciones ha sufrido en los últimos años en cuanto a
su presupuesto de Defensa. Todo esto, señor Presidente, lo
sabe mejor que nadie el señor Ministro de Defensa y lo saben
también muchas de SS.SS., al menos los que pertenecen a la
Comisión de Defensa, como también mejor que nadie sabe el
Ministro de Defensa cuál es la situación real de nuestras
Fuerzas Armadas y cuál sería nuestra capacidad de respuesta si
nuestra seguridad o nuestros intereses vitales se viesen
amenazados. También este año tenemos que decir que el
principal problema, en todo caso, no es tanto lo que se gasta
como en qué se gasta. Señor Presidente, se gasta mal --esto lo
hemos dicho muchas veces--, y cada día se gasta peor, porque
hay una constante burocratización de nuestro gasto militar,
como lo demuestra el hecho de que, mientras que el programa de
administración general se ha multiplicado por tres en 1984, el
de potenciación y modernización de las Fuerzas Armadas se ha
reducido casi un 24 por ciento en el mismo período, y mientras
que los presupuestos del Ejército de Tierra, de la Armada y
del Aire han sufrido profundos recortes, el presupuesto del
órgano central se ha multiplicado por cuatro y ha pasado de
representar el 12,02 por ciento en 1984 al 27 por ciento de
hoy. Ya sé que me va a decir que ahí se incluyen partidas de
I+D. Pues muy bien, le quito esas partidas, pero, aun así, el
órgano central consume el 20 por ciento del presupuesto, más
que el Ejército del Aire y más que la Armada.

La mala programación y gestión de los recursos ha hecho, señor
Ministro, que la mayor parte de las reducciones que se han
venido produciendo se hayan realizado a costa de la capacidad
inversora del departamento. Sólo en los tres últimos años la
capacidad adquisitiva de las Fuerzas Armadas se ha reducido
prácticamente a la mitad en términos reales, y la caída de la
inversión acumulada está teniendo, además, otros efectos, que
son muy negativos y desastrosos, podríamos decir, en nuestro
sector industrial de la Defensa. Entre los años 1988 y 1992,
la facturación del sector al Ministerio de Defensa ha caído en
más del 50 por ciento y se han perdido más de 10.000 puestos
de trabajo, lo que supone casi la tercera parte de la
plantilla existente en aquel año, estando hoy todo nuestro
sector industrial de la defensa prácticamente en riesgo de
desaparición.

Podríamos dar muchos más datos y comparar muchas cifras,
podría hacer referencia a las manifestaciones que los Jefes de
Estado Mayor de los tres Ejércitos



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hicieron en su comparecencia ante la Comisión de Presupuestos
sobre la situación de sus respectivos ejércitos, pero, en vez
de eso, es mi deseo, señor Presidente, hacer algunas
reflexiones finales.

Todo esto nos preocupa mucho, todas las cifras, los miles de
millones, los porcentajes sobre el PIB, pero lo que nos
preocupa por encima de todo es que con estos presupuestos, en
particular, y con la política del Gobierno, en general, en
esta materia, se está produciendo un creciente y peligroso
desequilibrio entre el modelo de Fuerzas Armadas que queremos
desarrollar, los recursos que se asignan para ello y la forma
en que se asignan. Señor Ministro, con estos presupuestos es
imposible conseguir el modelo deseado, es imposible avanzar
hacia la consecución de ese modelo. Y esta afirmación no
admite paliativos. Tratar de llevar a cabo, tratar de ejecutar
el modelo que diseñó el acuerdo parlamentario de 1991 con esta
política presupuestaria nos aboca al fracaso y supone que
tendremos que seguir disponiendo de unas Fuerzas Armadas
huecas, carentes de toda capacidad operativa y que consumen
todos los recursos de que disponen en su mera subsistencia. Su
política presupuestaria, la política presupuestaria
desarrollada por el Gobierno desde 1989 y el consiguiente
empeoramiento de la estructura y de la eficacia de nuestro
gasto militar hace que nos encontremos en estos momentos con
unas Fuerzas Armadas ficticias; y lo repito otra vez,
ficticias. Las unidades existen sobre el papel, pero, en
realidad, se encuentran prácticamente no operativas, de tal
forma que, en caso de que se produjese una agresión, como he
dicho antes, su capacidad de reacción sería hoy prácticamente
nula. Sé, señor Presidente, que esta afirmación no sólo no es
compartida por el señor Ministro, sino que incluso le
desagrada. Pues lo lamento, señor Ministro, porque es la
realidad, le guste o no le guste; y digo más, le guste o no a
algunos de nuestros generales, porque otros muchos y, desde
luego, quienes viven y sufren el día a día de las unidades,
tantos y tantos oficiales, tantos y tantos suboficiales, saben
que esto es así y que tenemos razón. Esto, señor Presidente --
y lo digo porque el señor Ministro suele malinterpretar mis
palabras--, salvando la capacidad profesional y los valores de
quienes integran las Fuerzas Armadas. Porque, señor
Presidente, señor Ministro, a nosotros ni usted ni nadie nos
gana ni nos da lecciones sobre el respeto que tenemos por
nuestras Fuerzas Armadas y por las misiones que la sociedad
les encomienda. Precisamente, entre otras razones, por ésta es
por la que no podemos admitir los presupuestos que hoy, señor
Ministro, ha defendido ante esta Cámara. Nada más y muchas
gracias.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor López
Valdivielso. Tiene la palabra el señor Ministro de Defensa.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (García Vargas): Muchas gracias,
señor Presidente.

Su señoría ha preguntado si los programas plurianuales podrán
ser atendidos en virtud de ese límite del 10 por ciento de las
incorporaciones y la respuesta es que sí podrán ser atendidos.

Es decir, aunque existe ese límite, obviamente los compromisos
contraídos, sobre todo en programas plurianuales de carácter
internacional, se tendrán que atender. Los compromisos se
atenderán. Por lo tanto, señoría, una de las afirmaciones que
ha hecho, dentro de la calentura que usted ha sufrido al subir
a la tribuna, como le sucede en algunas ocasiones cuando habla
de estos temas, como es la de que es mentira, retírela, por
favor, retírela. Y no se caliente, porque estos asuntos se
deben tratar con un poco más de frialdad. Y, señoría, ya que
tiene que corregir esa afirmación de mentira, porque el
Ministerio de Defensa no miente, yo no miento, retire ya de
paso esas afirmaciones poco sensatas que ha hecho de «Fuerzas
Armadas huecas; carentes de toda capacidad operativa,
ficticias; sobre el papel; capacidad de reacción nula». No me
molestan a mí; me molestan, en todo caso, por vergüenza ajena,
por ver que un partido que quiere gobernar trata así a sus
Fuerzas Armadas, porque esto no lo dice nadie en ningún país
del mundo. Criticará al Gobierno y dirá que esto no se hace
así, que esto se hace de la otra manera, que esto lo pueden
corregir, pero no descalifica de esa manera a sus Fuerzas
Armadas; no lo hace, porque son algo más serio de lo que usted
alcanza a comprender. Las Fuerzas Armadas van más allá. Y,
además, para que S.S. entienda un poquito de la materia,
cuando dice Fuerzas Armadas y compara con el año 1982,
simplemente repase cuáles son las capacidades en material
actuales, comparadas con las de hace diez años. Compárelas,
señoría, que tiene datos del Ministerio de Defensa. Lo que
ocurre es que usted se encuentra siempre en la misma
situación, por otra parte, bastante habitual en su Grupo.

Cuando el Gobierno no le da información, prepotencia; cuando
el Gobierno le da información, les entra una especie de
timidez, como si se sintieran incómodos de que se les informe
de que se les hace partícipes y, entonces, tienen que tirar
los pies por alto, como si tuvieran miedo a reconocer que
algunas de las cosas que les decimos, la inmensa mayoría, son
razonables. Como si, por conocerlas y por participar en lo que
son grandes asuntos nacionales, ustedes se sintieran incómodos
y tuvieran que tirar los pies por alto.

Conoce la información sobre el material de todos los
Ejércitos. No me compare lo que está sucediendo ahora con la
nada. Compáreme los barcos de ahora con los buques que había
hace diez años, los aviones con los de hace diez años, las
unidades que existían sobre el papel, porque eran veintidós
brigadas para un país con



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cuarenta millones de habitantes, con las quince actuales.

Compare con datos concretos, que yo se los voy a dar, y usted,
además, ya los conoce. Y no haga usted una demagogia barata a
costa de algo serio. A mí no me ofende, le tendría que ofender
a usted mismo, a su Grupo, igual que ofende, queriendo
halagarles --ése es el problema--, a los propios miembros de
las Fuerzas Armadas. Porque a nadie le gusta oír que trabaja
en una institución hueca, carente de toda capacidad operativa.

Simplemente fíjese en lo que ocurre en las actuaciones
internacionales españolas. Tenemos el mismo número de barcos
que tiene Alemania o que tiene Inglaterra, superior incluso al
de Francia, en el embargo del Adriático, o tenemos los mismos
medios, comparativamente, que otros países. Sea un poco más
prudente, un poco más sensato y mida mejor sus palabras, o, si
no, que su Grupo le aconseje hacerlo así.

Muchas gracias. (El señor López Valdivielso pide la palabra.)
El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Señor López
Valdivielso.

El señor LOPEZ VALDIVIELSO: Gracias, señor Presidente.

Lo retiro porque ya le dije, por delante, que estaba dispuesto
a retirarlo si usted me desmentía esto. Pero no se haga
ilusiones, hay muchísimas cosas de los presupuestos de otros
años, y lo demuestran las liquidaciones, que no tienen nada
que ver con lo que ustedes dicen y aprueban. O sea que retiro
esto en concreto, pero sobre todo lo demás me reservo a ver
qué pasa con la liquidación de estos presupuestos, dentro de
un año.

Sabía que iba usted a malinterpretar mis palabras. Yo no ataco
a las Fuerzas Armadas, yo no me meto con las Fuerzas Armadas,
yo me meto con la política de su Departamento. Y si en otros
parlamentos no se dicen, desde la oposición, las cosas que se
dicen aquí, es porque, a lo mejor, en otros países no se lleva
la nefasta política de Defensa que llevan ustedes aquí. A lo
mejor, por eso, la oposición no tiene que hacer este tipo de
pronunciamientos. Y si yo digo que nuestras Fuerzas Armadas no
están operativas, señor Ministro, no están operativas. Y si
digo que nuestra capacidad de reacción es prácticamente nula,
es prácticamente nula. Y si digo que nuestras unidades existen
sobre el papel, existen sobre el papel, pero no cualquier
unidad. Ha oído usted hablar de la Bripac, ¿verdad? Una unidad
de elite del Ejército de Tierra adscrita a las FAR. ¿Usted
sabe cuál es la cobertura de efectivos que tiene con respecto
a la plantilla la Bripac? Primera bandera, el 27,5 por ciento.

Segunda bandera, el 34,2. Tercera bandera, el 62 por ciento.

Sin embargo, ¿sabe qué cobertura tiene el Cuartel General de
la Bripac? El 168 por ciento. Esto es una unidad no operativa,
señor Ministro, aquí y en cualquier sitio. No malinterprete
usted nuestras palabras. Nosotros no tenemos nada en contra de
las Fuerzas Armadas, sino en contra de su política.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Señor Ministro.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (García Vargas): Precisamente,
para resolver esa falta de cobertura del total de las
plantillas, ustedes dicen que no se aplique lo que el Gobierno
propone, que es subida de retribuciones de profesionales para
hacer atractiva esta profesión a los jóvenes españoles; que,
en lugar de aumentar el 40 por ciento, se aumente el 20. Es
decir, que aplicando su razonamiento, conseguiríamos el número
de profesionales que hemos acordado aquí, exactamente en el
doble de años que propone el Gobierno. Una manera muy
inteligente de cumplir con esas plantillas teóricas que usted
acaba de mencionar.

Muchas gracias.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor
Ministro. Para la defensa de las enmiendas del Grupo
Parlamentario de Izquierda Unida, tiene la palabra el señor
Romero.




El señor ROMERO RUIZ: Señor Presidente, señorías, el portavoz
del Grupo Parlamentario Popular ha subido a la tribuna para
defender su enmienda a la totalidad y ha dicho que el Ministro
debería iniciar su intervención en defensa de los mismos,
diciendo: En un lugar... --supongo que es una cita cervantina-
-, en un lugar de La Mancha, o no quiero acordarme de este
presupuesto. Yo le voy a hacer una cita de una letra de un
cante flamenco, que dice así: Fui a la casa de las penas y
allí no me admitían a mí, porque mi pena era más grande que
todas las que había allí. (Rumores.) Eso quiere decir que cada
uno enfoca su enmienda a la totalidad de acuerdo con el
pensamiento político, con las características programáticas
que ha defendido ante los electores.

Desde luego, la enmienda de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya no tiene el mismo significado que la enmienda del
Partido Popular y su crítica a los presupuestos de Defensa, ni
coincide tampoco con las opiniones del Gobierno, porque, a
pesar de la crisis, del desempleo, de los crecientes recortes
de prestaciones sociales, los presupuestos de Defensa aumentan
un 6,3 por ciento con respecto al pasado año. Este crecimiento
no responde a la necesidad de remediar las carencias de la
seguridad nacional, sino que, por el contrario, está en
función de los intereses de una serie de sectores y de una
política que no está adecuada, desde el punto de vista de la
situación europea e internacional.

Hay un problema grave, que es la reconversión, las
exportaciones, el mercado de la industria de la Defensa.




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Y hay que abordar con rigurosidad su reconversión y adaptarla
por parte del Gobierno a un modelo ligado a un entramado
institucional nuevo, dedicado a reconocer lo que significa hoy
una industria moderna para la Defensa, y no a amparar y a
sostener un entramado internacional obsoleto y poco acorde con
una visión progresista de la actual situación mundial. Las
cifras de los últimos años son muestra de la enorme dificultad
que se plantea a la hora de reducir racionalmente los gastos
militares, a causa de la hipertrofia del aparato militar,
tanto desde el punto de vista material, como desde una
perspectiva interna y adecuada de distribución de los recursos
profesionales y de su composición de mandos y cuadros. Así, el
53,3 por ciento del presupuesto se dedica a gastos de personal
que, dada su estructura, están en una situación de reducción,
de reorganización. El hecho es que más de la mitad del
presupuesto --gastos de personal más gastos corrientes, bienes
y servicios-- sólo admite recortes de carácter marginal. Es
necesario mantener, por tanto, ese apartado del gasto.

El otro gran apartado de los presupuestos corresponde a las
inversiones reales. Presuponen un 29 por cientodel
presupuesto, con un aumento del 16,2 por ciento con respecto a
los anteriores presupuestos. Este aumento, tras tres años de
disminución, es fruto del sobredimensionamiento del aparato
militar efectuado en el período1982-1989. El problema estriba,
con el vigente modelo de Defensa, en que un fuerte recorte
impediría el mantenimiento y la operatividad de la ingente
cantidad de material militar que se acumuló en todo ese
período anteriormente citado. Aun así, es necesario recordar
que en el conjunto de las inversiones reales del Estado, más
de una quinta parte, el 22,6 por ciento, va destinada a
Defensa, lo que en época de grandes recortes de prestaciones
sociales de todo tipo, parece inadmisible. La estructura del
presupuesto, el 68,2 por ciento, se dedica a gastos de
personal y gastos en bienes corrientes y servicios, y nos
presenta una situación en la que nosotros, Izquierda Unida-
Iniciativa per Catalunya, no compartimos el modelo que estos
presupuestos consagran, que es un modelo mixto basado
fundamentalmente en el servicio militar obligatorio y, por
tanto, corregido en parte profesional hacia la baja.

El actual presupuesto responde a un modelo de seguridad
anclado en unas percepciones de la amenaza y superditado a
decisiones tomadas por terceros, ajenas a nuestra realidad y a
nuestros intereses nacionales, desde el punto de vista de la
defensa y de la política que debemos defender y armonizar en
la Unión Europea en el espacio de defensa y de seguridad
europeo, al que debemos contribuir con nuestras opiniones, con
nuestro diseño, con nuestras propuestas. Con el vigente
modelo, la reducción del gasto militar, manteniendo un nivel
aceptable de la operatividad de las Fuerzas Armadas, es una
tarea realmente difícil. Cada día se hace más patente la
necesidad de transformar el modelo de ejército, dotando a
España de unas Fuerzas Armadas no sobredimensionadas, sino
adecuadas a lo previsto en el artículo 8 de la Constitución
española, olvidando viejas teorías acerca de la seguridad.

Este nuevo modelo profesional reducido y no ofensivo no sólo
permitiría mantener un gasto militar mucho menor, sino que
también haría posible una mejor planificación del sector
industrial de la defensa con la posibilidad de drenar recursos
para abordar los necesarios procesos de reconversión y de
diversificación de un sector industrial, hoy poco competitivo
con amenazas graves, obsoleto en su aparato de producción.

El comentario acerca de nuestra propuesta de reducción y de
supresión de algunas partidas es claro y es notorio. Tenemos
que adecuar nuestra propuesta al compromiso electoral
contraído por Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya de
reducir los gastos de Defensa en España a un uno por ciento
del producto interior bruto y no de acercarlo al dos por
ciento, como plantea el Gobierno teóricamente, aunque en los
presupuestos se sitúa este año en una cantidad que no alcanza
el 1,30 y como plantea el Partido Popular. Dentro de nuestra
propuesta de reducción del presupuesto, merece la pena
comentar algunas de nuestras enmiendas por sus especiales
características. Es necesario que se sitúen en esta enmienda a
la totalidad y en las enmiendas parciales agrupadas desde la
1.408 a la 1.422. Una reducción que nosotros situamos de
42.500 millones de pesetas, con tres propuestas de reducción
que suponen el 72,3 por ciento de la misma, una reducción
sustancial de 9.228 millones de lo previsto a invertir en el
EFA, porque es un programa que nosotros creemos que hay que
extender en su calendario, incluso hay una discusión en
Alemania y en otros socios del proyecto, discutiendo a fondo
este tema y su viabilidad. Y nos puede ocurrir como en otros
proyectos que hemos participado como socios de otros países de
nuestro entorno, que se abandonen después de invertir
cantidades enormes en su investigación en los prototipos en
las primeras andaduras de los mismos, como ha sucedido en la
industria naval y en otros programas abandonados
posteriormente. Supresión del programa de compra de nuevos
aviones AV-88 plus Harrier. Estas aeronaves estarían
integradas en un grupo de combate, aunque nosotros no
entendemos que España deba tener una fuerza oceánica
susceptible de ser proyectada fuera de nuestro espacio natural
marítimo porque vulnera nuestro espacio de defensa no
ofensiva, situado en 11.912 millones.

Supresión de un avión de transporte aéreo medio y potenciación
de la industria de CASA y de su capacidad y de sus modelos
para dotar a nuestras Fuerzas Armadas del material necesario
de producción propia. También de los gastos reservados que no
hay quien controle en el Ministerio de Defensa ni en otros
lugares;



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no se conoce bien su destino y utilización. Carecemos todavía
en España de una comisión parlamentaria adecuada para
controlar las actividades de los servicios y el manejo de los
fondos.

Supresión de las partidas referentes a la guerra química o
bacteriológica con 120 millones, que se asignan aquí porque
España es firmante del Convenio de París y entendemos que debe
abandonar cualquier tipo de proyecto de investigación al
respecto.

Estas son, en general, nuestras propuestas de reducción para
acercarnos a un 1,1 por ciento, de manera escalonada, del
producto interior bruto, que es lo que Izquierda Unida-
Iniciativa per Catalunya considera que deben ser nuestros
gastos en materia de Defensa.

Los presupuestos del Gobierno para gastos de Defensa de
857.849 millones de pesetas para el año que se inicia suponen
un aumento importante, junto con una cantidad dedicada a la
investigación militar superior a la dedicada a la
investigación civil, proporcionalmente hablando. Se incluye en
esta tesis que los presupuestos militares, según los expertos,
no son los que explica el Ministerio de Defensa en concreto,
sino que comprenden las clases pasivas militares, la Guardia
Civil, que tienen carácter y naturaleza militar, y las
contribuciones de España a la OTAN y a la UEO, que pedimos con
nuestras enmiendas, como es natural, que se supriman. Por
tanto, es necesario que, desde el punto de vista de los gastos
en I+D, situemos los siguientes datos: año 1993, I+D aplicado
o de carácter civil, 136.707 millones; en el año 1994, serán
139.320 millones, que en pesetas constantes representa en
realidad una subida del 1,9 por ciento, pero si le aplicamos
la inflación supone un pérdida de recursos destinados al I+D
de carácter civil. El I+D de carácter militar, en el año 1993,
tenía asignados 45.423 millones de pesetas; en el año 1994
tiene asignados 46.523 millones, un 2,4 por ciento de
porcentaje de subida. El total de I+D, en general, en España,
en el año 1993, uniendo el de carácter civil con el de
carácter militar, era de 182.130 millones de pesetas, y en el
año 1994 es de 185.843 millones de pesetas. En conjunto, hay
una subida de un 1,8 por ciento, es decir, supone una pérdida
si queremos acercarnos en materia de I+D y de investigación a
los países más desarrollados de nuestro entorno. Por tanto, es
necesario que se vea que una gran parte del I+D se dedica a la
investigación de carácter militar. (El señor Presidente ocupa
la Presidencia.) Termino planteando que las partidas del
Ministerio de Asuntos Exteriores en OTAN, UEO y continuando
con las operaciones para el mantenimiento de la paz --a lo que
Izquierda Unida está comprometida, para que esas misiones se
desarrollen y se extiendan-- suponen, en esta contribución en
concreto, un aumento importante para el año 1994, al ser 1.299
millones de pesetas los que se asignan como contribución a
dichos organismos.

Repito, y con eso termino, señor Presidente, que la propuesta
de Izquierda Unida es una propuesta realista, adecuada a la
crisis y a las dificultades que vive nuestro país y a un
modelo de defensa que nosotros defendemos, con un Ejército no
sobredimensionado sino pequeño y profesional, potenciando un
armamento y una línea de investigación que cumplan con las
necesidades de nuestra defensa, con nuestro papel en Europa.

Desde luego, las reducciones son drásticas en todos los países
del antiguo bloque del Este, son drásticas en Estados Unidos,
son muy importantes en todos los países europeos, mientras que
en España este año vamos --para utilizar un término militar--
con el paso cambiado.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Romero.

Enmiendas del Grupo Vasco (PNV). Tiene la palabra el señor
Zabalía.




El señor ZABALIA LEZAMIZ: Gracias, señor Presidente.

Nuestro Grupo Parlamentario ha estudiado los razonamientos que
sobre las partidas presupuestarias ha expuesto el señor
Ministro y, en este sentido, hemos considerado nuestras
enmiendas a la reducción de inversiones y a la modernización
de las Fuerzas Armadas. Teniendo en cuenta que no queremos
interferir en los compromisos adquiridos por el Ministerio,
hemos creído conveniente retirar las enmiendas presentadas a
la Sección 14, Defensa. Nada más y muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Zabalía.

Turno en contra. Por el Grupo Socialista, tiene la palabra el
señor Moya.




El señor MOYA MILANES: Gracias, señor Presidente.

Señorías, prácticamente, no me referiré a las grandes
magnitudes del presupuesto de Defensa de este año, porque en
la intervención del señor Ministro ya se han puesto de relieve
las mismas, no sólo comparativamente con el presupuesto del
año 1993 sino entre sí, dentro de las diferentes composiciones
internas. Solamente quisiera recalcar que los objetivos
principales del presupuesto que el Gobierno presenta este año
serían fundamentalmente seis. En primer lugar, frenar la caída
presupuestaria de los últimos años. Es verdad que, modesta
pero indudablemente, supone iniciar una senda de recuperación
para ir avanzando en ese compromiso que en el año 1991
adoptamos de ir hacia una tendencia en torno al 2 por ciento
del PIB. En segundo lugar, permitir acometer la primera fase
del cambio retributivo de la tropa y marinería profesionales.

A este respecto hay una enmienda del Grupo Popular, a la que
luego me referiré cuando haga el repaso de cada



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una de ellas. En tercer lugar, ajustar al máximo los gastos
corrientes de los Ejércitos en beneficio de las inversiones de
modernización de las Fuerzas Armadas. En cuarto lugar, mejorar
sensiblemente el mantenimiento del armamento, material e
infraestructura. En quinto lugar, mantener el esfuerzo
económico en investigación y desarrollo del departamento.

Finalmente consolidar el programa de modernización de las
Fuerzas Armadas. Todo esto tiene su traslación numérica, que
ha sido precisa y puntualmente expresada en las magnitudes a
las que el señor Ministro ha hecho referencia en la
presentación del proyecto del presupuesto. Por eso yo voy a
entrar directamente en el análisis y en el comentario de las
enmiendas que cada uno de los grupos ha presentado aquí esta
mañana y en las valoraciones que ha realizado durante el
debate.

Yo creo que la intervención del representante del Grupo
Popular se basa fundamentalmente en tres pilares. En primer
lugar, ha hecho un canto, quizá no sea la palabra adecuada,
pero ha puesto el énfasis, como viene siendo habitual en su
Grupo, en la insuficiencia global del presupuesto de Defensa.

En segundo lugar, ha hecho también, de manera enfática, una
referencia a lo que él llama mala redistribución interna de
los gastos de Defensa, centrándola específicamente en los
gastos relativos al órgano central, de los que pretende
detraer cantidades para inversiones reales en los tres
Ejércitos. Finalmente hay un tercer pilar, que es la
retribución de la tropa profesional. Yo creo que este es el
resumen de los tres bloques de enmiendas que presenta el Grupo
Popular.

Yendo al primer punto, la insuficiencia global del
presupuesto, a la que hacía referencia S.S., no es decir mucho
afirmar que el presupuesto es insuficiente o que es modesto.

Tienen ustedes que decir algo más. Tienen ustedes que decir
cuánto quieren subirlo hoy y ahora. Tienen ustedes que decir
cómo compaginan esa eventual subida con la política de
reducción del déficit público que ustedes pregonan. Tienen
ustedes que decir por qué en el programa electoral y en la
campaña electoral de tan sólo hace cuatro meses, no ofertaron
un aumento del gasto en defensa. Por tanto, todo esto tienen
también que decirlo; no basta con afirmar que es insuficiente.

Yo creo que lo que les pasa a ustedes en este terreno es que
hay un importante desfase, entre la grandilocuencia del
discurso y, luego, la escasa enjundia de las enmiendas
particulares que presentan. A mí me parece que la discrepancia
que ustedes tienen en su política de defensa con la nuestra
está inflada por razones y estrategias ajenas a la propia
política de defensa. Ustedes compartieron y siguen
compartiendo el modelo mixto que aprobamos aquí en el Congreso
en el año 1991. Ustedes no presentaron enmiendas de totalidad
al proyecto de ley de plantillas de hace escasamente unos
días. Ustedes reconocen en privado y en campaña electoral que
una política de reducción del déficit público y la crisis
económica no permiten ir mucho más allá en gastos en defensa,
pero cuando vienen aquí a la tribuna se olvidan de todo eso,
echan una soflama y hacen un discurso grandilocuente que
después tampoco lo traducen en sus enmiendas particulares.

Porqué ¿cuáles son sus enmiendas particulares?
Fundamentalmente yo creo que hay dos o tres apartados en sus
enmiendas. El primero es el referente a la redistribución, que
ustedes consideran inadecuada, de los gastos y de la
composición interna; pero luego eso lo limitan ustedes
exclusivamente al órgano central. En total presentan ustedes
22 enmiendas a este apartado, la gran mayoría del bloque de
enmiendas, donde ustedes hacen unas rebajas importantes en el
órgano central, para atribuírselas a distintos sistemas de
armas en los diferentes Ejércitos. Ya le ha dicho el señor
Ministro que, en este afán y en esta obsesión que tienen por
reducir los gastos del órgano central y que creo que ustedes
están polarizando de manera exclusiva sobre unos supuestos
gastos en una burocracia excesiva, deben saber --usted mismo
ha reconocido parte pero no todo-- que ese 27 por ciento del
gasto del órgano central incluye el I+D, los programas de
investigación y desarrollo, pero también prácticamente 100.000
millones de pesetas para gastos de personal de reserva. Si
quitan eso y el I+D, el presupuesto del órgano central es
escasamente del 10 por ciento del total. Por tanto, no jueguen
con las cifras, digan la verdad y digan también que ese
presupuesto del 10 por ciento es el mínimo imprescindible para
acometer una serie de reformas pendientes, del tipo de
infraestructuras, de mobiliario, de enseres, de
comunicaciones, etcétera, que son completamente necesarios
para el normal funcionamiento de las Fuerzas Armadas. Esto del
órgano central lo llevan a gastos operativos de Fuerzas
Armadas y a inversiones reales. Me parece bien, pero fíjense
que en gastos operativos el presupuesto aumenta un 7 por
ciento y en inversiones reales un 15 por ciento. En el segundo
bloque de sus enmiendas van a las retribuciones de tropa
profesional. Aquí, mi Grupo no les entiende porque ustedes
critican y tratan de rebajar un crédito de aproximadamente
unos 5.000 millones para la primera fase del cambio
retributivo, que en definitiva lo que pretende es colocar a la
tropa y marinería profesional en su conjunto con unas
retribuciones adecuadas y adaptadas a las necesidades de hoy.

A ustedes eso les parece mal, pero les parece mal después de
que hace tan sólo unos meses, muy poco tiempo, nos lo
exigieron de una manera vehemente. Ustedes han exigido muchas
veces una actualización de las retribuciones de tropa y
marinería profesionales, incluso han dicho en varias ocasiones
que el que estén bien pagados debe servir de estímulo y de
incentivo para que haya



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más tropas profesionales. También han puesto muchas veces el
acento enfáticamente en la necesidad de tener una tropa
profesional retribuida. Pues bien, cuando acometemos eso y
damos presupuesto para eso, rebajan ese presupuesto y nos
critican esa medida.

Creo que no estaría mal recordar que S.S., en el debate de
presupuestos del año pasado y en otros debates de Comisión, ha
dicho al Grupo Socialista que estaba muy bien que el Gobierno
se fijase esa tasa de profesionalización del 55,4 por ciento,
pero que luego el tiempo iba a demostrar que el Gobierno ni
iba a dedicar fondos necesarios ni las plazas iban a salir
anualmente al ritmo al que están saliendo ni iba a haber
consignación de gasto para retribución adecuada del personal.

Pues mire, las plazas van saliendo adecuadamente, el gasto
está consignado y ustedes, sorprendentemente, se oponen a eso.

La verdad es que no lo entiendo y espero alguna explicación
por parte de su Grupo.

Luego, entran en otros temas menores que, viniendo de su
Grupo, tampoco se entienden demasiado. Critican el capítulo de
gastos reservados, que sube solamente un 4,5 por ciento, de un
presupuesto que ya era modesto en el año 1993; el capítulo de
solemnidades, protocolo y atenciones sociales, que se rebaja
en un 25 por ciento --no sé si pretenden una rebaja mayor--, y
en ese sentido creo que sus enmiendas no responden
sinceramente el discurso grandilocuente y catastrofista que
han realizado aquí esta mañana. En relación con el Grupo de
Izquierda Unida, yo me encuentro, siempre que oigo al señor
Romero, con una sensación un tanto extraña. El señor Romero
defiende un modelo profesional determinado. Yo siempre le he
dicho que respeto el modelo profesional de Ejército que
ustedes defienden, pero hoy me atrevo a decirle algo más, que
probablemente no se lo he dicho en otras ocasiones, que estoy
empezando a creer que ustedes tampoco defienden el modelo de
Ejército profesional. Le voy a decir por qué. Miren ustedes.

Ustedes, en el presupuesto que presentan incurren, a mi
juicio, en una serie de contradicciones que yo creo que
ustedes deben aclarar algún día. En primer lugar, ustedes
quieren gastar sensiblemente menos en defensa, pero propugnan
un modelo más caro. En segundo lugar, critican el declive de
la industria de armamento nacional y, a su vez, le reducen la
cartera de pedidos. Ustedes quieren invertir menos y, a la
vez, mantener todo el empleo en las empresas dedicadas a
armamento. Ustedes hablan de defensa no ofensiva, de armamento
no ofensivo, y no concretan ni qué están diciendo ni cómo se
puede asegurar una defensa eficaz prescindiendo de la
capacidad de respuestas. En tercer lugar, dicen que quieren
estar en el mundo y en Europa, y quieren que nos salgamos de
la OTAN, que no paguemos la contribución a OTAN; que nos
salgamos de la UEO, que tampoco paguemos la contribución de la
UEO. Ponen no sé cuántas condiciones a la entrada en el futuro
Euroejército. Ustedes deberían saber que los países que están
en la OTAN quieren seguir y los que no están quieren entrar, y
ustedes --originales siempre-- quieren que nos vayamos.

Finalmente, ustedes quieren un ejército profesional y dicen
textualmente que muy cualificado, bien dotado, muy preparado
técnicamente y altamente profesionalizado, y yo les hago
simplemente dos reflexiones. La primera, para qué quieren
ustedes eso si luego no
lo quieren usar si luego no quieren que actúe en el marco de
la OTAN, si luego no quieren que actúe en el marco de la UEO,
si van a poner condiciones leoninas para integrarse en el
Euroejército, si siempre ponen peros a las misiones
internacionales. ¿Para qué quieren ese ejército profesional
que luego no se saben dónde lo van a utilizar ni para qué lo
quieren emplear? No es verdad además que quieran ese ejército
profesional. Yo no quiero hacer un juicio de intenciones, pero
sus enmiendas desmienten eso. Desmienten eso por una razón muy
sencilla. De las veintitantas enmiendas que ustedes han
presentado, 19 iban destinadas a rebajar y en algunos casos a
suprimir --en total unos 30.000 millones de pesetas-- los
gastos en I+D y los gastos en programas de modernización de
las Fuerzas Armadas, es decir, en todo aquello que hace a un
ejército estar mejor dotado, ser más eficaz, más tecnificado y
más profesionalizado, y es precisamente en esas partidas donde
ustedes hacen hincapié para que se rebajen. Por tanto, sus
enmiendas desmienten su propio discurso. Por eso yo me atrevo
a pensar que su modelo de ejército profesional es más bien una
vía de escape para oponerse al modelo mixto, pero que tampoco
acaban de creérselo del todo, porque...




El señor PRESIDENTE: Señor Moya, le ruego concluya.




El señor MOYA MILANES: Ya termino.

Ustedes en cada una de las enmiendas parciales referentes a
esto tratan de rebajar o, en su caso, de suprimir programas
que ya están en marcha como helicópteros Superpuma EFA-2000,
mantenimiento de material, fragatas, de las que quieren
suprimir los elementos de combate que las definen como
sistemas de defensa: quieren dejar a la flota sin su sistema
de apoyo aéreo en las enmiendas relativas a los aviones AV-8B,
etcétera. Quiero decir, por tanto, que su discurso es un
discurso que puede quedar bien para la galería, puede usted
sintonizar con gente que pueda estar en esa onda, pero luego a
la hora de la verdad ustedes presentan unas enmiendas que no
llevan a eso. Sus enmiendas llevan sinceramente a un modelo de
ejército desarmado, a un modelo de ejército sin capacidad
disuasoria y a un modelo de ejército que no tenga que
intervenir nunca en ningún sitio.




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Termino simplemente agradeciendo al Grupo Vasco la retirada de
sus enmiendas, porque ello supone conectar con la sensibilidad
y el esfuerzo que el presupuesto de Defensa ha hecho en las
inversiones en las Fuerzas Armadas, en los programas de
modernización, como el propio representante del Grupo Vasco ha
reconocido. Nada más y muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Moya.

Tiene la palabra el señor López Valdivielso.




El señor LOPEZ VALDIVIELSO: Gracias, señor Presidente.

Señor Moya, ¿cómo es posible que a estas alturas me pregunte
usted cuál es el gasto que queremos en Defensa? ¿Cómo es
posible que a estas alturas no se haya enterado de cuál es la
cifra? Es la misma que quiere usted, la misma que quiere el
Ministro de Defensa: el 2 por ciento del PIB. ¿A qué ritmo?
Eso habrá que discutirlo. Desde luego no de aquí a 37 años,
señor Ministro. Dice el señor Moya que hemos presentado
enmiendas poco importantes. Le diré que, de entrada, una a la
totalidad y me parece que he dado argumentos más que
suficientes para su justificación. ¿El resto de las enmiendas?
¡Parece usted nuevo, señor Moya! Ya sabemos que no se pueden
presentar enmiendas que no supongan más que pequeños retoques,
cambios, pero con una intención muy clara, que ésa veo que sí
que la ha captado: reducir el gasto administrativo y mejorar o
incrementar la actividad de las Fuerzas Armadas. Y hoy le veo
a usted muy torpe --y en eso está igual de torpe que el señor
Ministro-- porque tampoco ha entendido nuestra enmienda sobre
la remuneración de la tropa profesional. Se produce un aumento
del 40 por ciento, y está escrito en la justificación de la
enmienda: lo que decimos es que, dada la situación de las
Fuerzas Armadas, dado que están ustedes incumpliendo
sistemáticamente la Ley del servicio militar, que dice que hay
que mejorar la cantidad que perciben los soldados para sus
gastos, en vez de producir un aumento en un solo año del 40
por ciento, hagámoslo en dos, que tampoco pasa nada, porque la
remuneración de la clase de tropa profesional a ustedes el año
pasado les parecía más que suficiente; luego si era suficiente
el año pasado, no hay por qué subirla de golpe el 40 por
ciento. Nosotros proponemos que se incremente el 20 por ciento
este año, el 20 por ciento restante al año que viene, de
manera que el resto vaya a mejorar lo que se asigna a los
soldados de reemplazo. ¿Ha entendido ya, señor Moya, cuál es
el sentido de la enmienda? Yo creo que dicen que no entienden
nada porque es lo único que pueden decir, porque no pueden
desmentir ni una de las afirmaciones que más o menos caliente
pueda yo hacer en esta tribuna. Que el presupuesto se ha
reducido en términos reales un 25 por ciento en los últimos
cuatro años y que las Fuerzas Armadas han reducido su
capacidad inversora en el 50 por ciento es indiscutible.

Ha hablado el señor Ministro también de cifras. ¿En qué
quedamos? ¿Los presupuestos se ajustan a la realidad o no?
Dice el señor Ministro que no va a haber problema de
combustible. Pues cuando yo leo las partidas para el Ejército
de Tierra, para la Armada o para el Ejército del Aire veo que
sí hay mucho menos para combustible y para municiones; una
cuarta parte, por ejemplo, que en el año 1990 para la Armada y
cinco veces menos de combustible. Para mantenimiento, 30 por
ciento menos que en 1992. Este año no les he oído hablar de
priorización, posiblemente porque es una palabra que ya han
quemado ustedes, pero, ¿qué es priorizar? ¿Reducir el 50 por
ciento en términos reales las partidas para mantenimiento?
Yo dramatizo lo menos que puedo y antes he dicho que no quería
referirme a palabras pronunciadas por otras personas, pero voy
a decir algunas porque lo ha sacado el señor Ministro. Decía
el Jefe del Estado Mayor del Ejército: Estamos utilizando en
ejercicios de tiro las reservas de guerra. Bueno, ahora el
señor Ministro dice que no, que eso de las reservas de guerra
ha cambiado. Pues explíqueselo al JEME y no me lo explique a
mí. El Jefe del Estado Mayor de la Armada dijo textualmente:
Estamos en unos niveles tan bajos de adiestramiento que un
marinero difícilmente aprende lo suficiente en nueve meses
como para defenderse a sí mismo. El Jefe del Estado Mayor del
Aire: Estamos en número de aviones descaradamente por debajo
de lo que deberíamos; vamos a seguir volando en régimen de
planeo acercándonos peligrosamente al suelo. Y no me diga que
lo saco del contexto, porque si leemos el contexto, es todavía
mucho peor. O sea, que esto no lo digo yo ni lo dice nuestro
Grupo; lo dicen los Jefes de los Estados Mayores de cada uno
de los Ejércitos. Y digo más, el Secretario de Estado en su
última comparecencia en el Senado y hablando de gastos de
funcionamiento, dijo: Con respecto a éstos, en principio vamos
a mejorar con arreglo al año anterior, que fue una catástrofe.

Parece ser que el señor Secretario de Estado también se
calienta cuando se refiere a la situación de nuestras Fuerzas
Armadas. Se ha ofendido mucho el señor Ministro porque he
dicho que había mentiras en el presupuesto. Bueno, pues no hay
tiempo para dar aquí sumas y restas de miles de millones, pero
si examinamos la liquidación de 1992 con los datos que nos da
de 1993, tenemos 49.000 millones menos en potenciación de las
Fuerzas Armadas y 97.000 millones menos en inversiones. Por
eso digo que estos presupuestos son mentira o no responden a
la realidad. He hablado de qué pasaba en la Bripac como
ejemplo de lo que es una unidad operativa. ¿Cómo estarán todas
las demás? De 3.481 paracaidistas que tendríamos que tener
tenemos 910.




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Racionalidad. Hace muy poco hemos hablado de generales, ha
estado muy de moda como consecuencia de la Ley de plantillas.

El 61 por ciento de nuestros generales están en Madrid. Eso es
racionalidad y eso no supone que estemos escasos de generales,
digo yo. Cuando tenemos más almirantes que barcos, cuando
tenemos un general prácticamente por cada dos aviones de
combate, esto, señor Moya, no es desde luego un ejemplo de
unas Fuerzas Armadas operativas, y por eso es por lo que
criticamos no solamente estos presupuestos sino toda su
política presupuestaria, porque hasta aquí nos han llevado
ustedes, me caliente o no me caliente.

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor López Valdivielso.

Tiene la palabra el señor Romero.




El señor ROMERO RUIZ: Señor Presidente, señoras y señores
Diputados, el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista ha
dicho que nosotros no defendemos un ejército profesional, que
si lo hiciésemos, tendríamos que defender unas enmiendas a los
presupuestos con unas partidas más altas porque es más caro el
modelo profesional. Ha dicho que nosotros no defendemos la
industria nacional del armamento dedicada a la defensa en
general y que tampoco queremos estar en Europa ni estar en el
mundo; en definitiva, que nosotros proponemos un ejército que
no estaría en condiciones de asegurar la defensa nacional ni
de jugar un papel en Europa y en el mundo.

Esos argumentos que ha empleado el portavoz del Grupo del
Gobierno para descalificar nuestras enmiendas no tienen ningún
rigor, ninguno. ¿Por qué es más caro un ejército profesional?
¿Qué modelo es más caro? Hay muchos modelos de ejército
profesional. Claro que es muy caro un modelo de ejército
profesional de 200.000, de 250.000 o de 300.000 hombres,
dotado de un armamento y con unos gastos que lo hagan
excesivamente caro. Pero no es más caro un ejército
profesional de 90.000 componentes, que es el que necesita
nuestro país para asegurar lo que especifica el artículo 8 de
la Constitución española. No es más caro, eso no es verdad.

En cuanto a la industria del armamento es necesaria una
reconversión. Desde el Atlántico a los Urales hay 20.000.000
de personas que viven directa o indirectamente de la industria
del armamento. Todo el mundo ha puesto en marcha planes de
reconversión y creación de puestos de trabajo alternativos,
estudios para que la industria de carácter militar pase a
trabajar en áreas de servicios y de atención a tareas de
carácter civil. Por eso es necesario que se tome nota de este
tema, que no se compre fuera cuando tengamos una tecnología
adecuada y se defienda la industria nacional, porque en este
país no se ha perdido sólo el mercado exterior; lo grave para
nuestra economía es que se pierde el mercado interior y que
vienen cosas de fuera porque aquí no tenemos la capacidad
suficiente para atender nuestra demanda, en este sector y en
otros. Por eso es muy importante defender la industria
nacional con políticas adecuadas. Se ha abandonado, se ha ido
desmantelando y se ha hecho una política de desastre
relacionada con una industria que debe tener las dimensiones
adecuadas para el modelo de defensa, pero también para nuestro
carácter de país con personalidad propia en el marco de la
unidad europea. El armamento debe ser defensivo. Hay armamento
de carácter ofensivo. Y señor Moya, en el mundo se puede estar
sin ir del bracete de los Estados Unidos y de la OTAN. En el
mundo se puede estar sin pertenecer a la OTAN. ¡Hombre, por
favor! ¿Qué dice usted?: queréis estar en el mundo y no
queréis estar en la OTAN ¡Pues claro que no queremos estar en
la OTAN! Lo hemos dicho en el programa electoral, se lo hemos
dicho a la opinión pública española. No nos hemos caído del
caballo como el señor González, que se cayó del caballo
promoviendo el ingreso en la OTAN y diciendo que era una
maravilla, cuando había dicho que estaba en contra en un
momento determinado. ¿Queremos que haya un Euroejército en
Europa? ¡Claro! Pero para intervenir de acuerdo con unos
intereses democráticos y no por intereses de grandes potencias
en el Tercer Mundo ni en ningún otro lugar. Esa es nuestra
posición.

Los presupuestos de Defensa venían disminuyendo en España.

Iban ustedes por un camino adecuado en estos tres últimos
años. Del 1,8 por ciento se pasó al 1,2 por ciento. Este año
lo incrementan ustedes. No suben en ningún país de Europa, en
ningún país del mundo, los presupuestos de defensa. En España
suben este año, un año en el que hay recortes sociales, un año
en el que no se garantiza todavía la cláusula de revisión de
las pensiones, un año en que se producen agresiones a las
prestaciones sociales, un año en el que hay muchas
dificultades en nuestro país. El Gobierno de España,
encabezado por el señor González Márquez aquí presente en la
jornada de hoy, sube los presupuestos de Defensa, cuando no
suben en ningún país europeo, y recorta las prestaciones
sociales y los derechos de los trabajadores. Esa es la
posición de ustedes. No descalifiquen nuestro modelo. Digan
que no están de acuerdo con él, pero está fundamentado, cuenta
con el asesoramiento de expertos, no sólo civiles sino
militares, y es un presupuesto para conseguir un ejército
defensivo y adecuado a las necesidades de nuestro país. Por
tanto, no tiene ninguna razón para decir que nosotros no
queremos cumplir con un ejército el papel que se nos ha
asignado en España y en Europa.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Romero.




El señor Moya tiene la palabra.




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El señor MOYA MILANES: Señor Presidente, intervengo brevemente
para responder a las réplicas del portavoz del Grupo
Parlamentario Popular y del Grupo Parlamentario Federal de
Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya. El señor López
Valdivielso nos ha acusado de contradicciones y ha hecho una
referencia explícita a la enmienda que ellos presentan a la
retribución de tropa y marinería profesional. Yo querría
decirle algo, porque no se lo dije anteriormente, y es que, lo
vistan ustedes como lo vistan, están proponiendo para el
presupuesto de este año una sustancial reducción para esa
retribución de la tropa profesional. Han dicho ustedes...




El señor PRESIDENTE: Ruego silencio a sus señorías.

Tiene la palabra, señor Moya.




El señor MOYA MILANES: Han dicho ustedes una cosa, señor López
Valdivielso. Nos preguntan por qué no hacemos la subida en dos
años. Léase usted el presupuesto: Se va a hacer en dos años.

Lo que ustedes quieren es que se haga en cuatro o en seis, al
ritmo de la enmienda que presentan, pero lo que pretende el
presupuesto es hacer una subida para este año y, otra, para el
próximo año; en dos años. Con su enmienda, no serían dos años,
sería más tiempo.

Hay una contradicción flagrante en esa argumentación que
ustedes realizan, porque nos echan en cara que vamos muy
lentos en ese caminar hacia ese 2 por ciento del PIB. Nos
dicen: «Van a tardar muchos años». Pero ustedes, en un momento
en el que estamos acelerando ese ritmo en materia de tropa
profesional, que es fundamental, donde vamos rápidos, nos
dicen: «No, vayan ustedes más lentos». Esa es la realidad. Nos
piden ustedes rapidez y cuando aceleramos el ritmo en un tema
esencial nos replican: «No, no vayan ustedes tan deprisa». A
ver si aclaran sus propias contradicciones. Al señor Romero yo
le diría que mi aseveración de que ustedes tampoco creen en el
ejército profesional no es algo que yo haya querido referir
gratuitamente a un juicio de intenciones. Es que su modelo,
ese modelo que dicen defender, no sólo no está de acuerdo con
el nuestro, es que no está de acuerdo con sus propias
enmiendas, que es lo que he tratado de decirle. Si ese modelo
de ejército profesional debe centrarse, para que sea tal como
ustedes mismo reconocen explícitamente, en un ejército más
dotado, más tecnificado y más profesionalizado, el grueso de
sus enmiendas va dirigido precisamente a los capítulos de
inversiones reales, a I+D --investigación más desarrollo-- y a
programas de modernización de las Fuerzas Armadas, que son
precisamente los capítulos que le dan a un ejército la
impronta de ejército más capacitado, más moderno y mejor
dotado. Ustedes no resuelven esa contradicción, y no es que se
contraponga conmigo o con mi modelo, es que, además, se
contrapone con sus propias enmiendas.

Dicen ustedes que quieren estar nuevamente en el mundo. Yo no
he dicho que ustedes, por no querer estar en la OTAN, no estén
en el mundo. Si ustedes defienden un modelo de ejército que
tenga que decir algo en Europa, que tenga que decir algo en el
mundo, no se entiende muy bien por ninguna mente medianamente
sensata que ustedes digan que el corolario de todo eso es que
hay que salirse de la OTAN, que hay que salirse de la UEO; y
que si se está en el Euroejército, que eso no sea ni en el
marco de la OTAN, ni en el marco de la UEO. ¿Pues en qué marco
va a ser, señor Romero? Ustedes me dicen: «Podemos querer
estar globalmente» ¡No, no! Globalmente, no. Ustedes piden la
supresión de las partidas relativas a las cuotas por parte del
Gobierno español a organismo como la OTAN, y la UEO. ¿Es que
quieren estar en un club sin pagar la entrada, sin pagar la
cuota? Aclárense también en eso, señor Romero.

Quiero agradecer el consenso que en torno a este presupuesto
de Defensa ha concitado a una buena parte de los grupos de la
Cámara, porque no está sólo el Grupo Parlamentario Socialista,
está el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió),
está también el Grupo Parlamentario Vasco (PNV), que ha
expresado a través de su portavoz la retirada de sus
enmiendas; y está también, como ha manifestado el portavoz del
Grupo Parlamentaro de Coalición Canaria, su propio Grupo.

Quiero decir que me congratula poder manifestar que un
presupuesto, para un aspecto tan importante como es la defensa
nacional, haya concitado un consenso suficientemente amplio y
representativo de los grupos de esta Cámara.

Nada más y muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Moya.

Concluido el debate de esta sección, vamos a proceder a las
votaciones. Votación relativa al dictamen de la Sección 01.

Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 337; a favor, 332; abstenciones, cinco.




El señor PRESIDENTE: Queda aprobado el dictamen.

Votación relativa al dictamen de la Sección 02.

Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 337; a favor, 335; abstenciones, dos.




El señor PRESIDENTE: Queda aprobado el dictamen.




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Votamos las enmiendas del Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa
per Catalunya a la Sección 03.

Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 337; a favor, 16; en contra, 314; abstenciones,
siete.




El señor PRESIDENTE: Quedan rechazadas las enmiendas.

Votación relativa al dictamen de la Sección 03.

Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 336; a favor, 319; en contra, 16; abstenciones, una.




El señor PRESIDENTE: Queda aprobado el dictamen.

Votación relativa al dictamen de la Sección 04.

Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 336; a favor, 335; abstenciones, una.




El señor PRESIDENTE: Queda aprobado el dictamen.

Votación relativa al dictamen de la Sección 05.

Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 337; a favor, 337.

El señor PRESIDENTE: Queda aprobado el dictamen.

Votamos el dictamen de la Sección 08.

Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 337; a favor, 337.

El señor PRESIDENTE: Queda aprobado el dictamen.

Pasamos a votar la Sección 13.

Votamos, en primer lugar, las enmiendas del Grupo Popular. (La
señora Aguilar Rivero pide la palabra.)
Tiene la palabra la señora Aguilar.




La señora AGUILAR RIVERO: Solicito que se voten en bloque
separado las enmiendas del Grupo Popular números 510, 511 y
512. El resto se votarían en otro bloque.

Gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Votamos las enmiendas del Grupo Popular
números 510, 511 y 512 a la Sección 13.

Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos 337; a favor, 158; en contra, 173; abstenciones,
seis.




El señor PRESIDENTE: Quedan rechazadas las enmiendas.

Votamos las restantes enmiendas del Grupo Popular a la Sección
13. Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 337; a favor, 139; en contra, 176; abstenciones, 22.




El señor PRESIDENTE: Quedan rechazadas las enmiendas.

Enmiendas del Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya. (El señor Fernández-Miranda y Lozana pide la
palabra.)
Tiene la palabra el señor Fernández-Miranda.




El señor FERNANDEZ-MIRANDA Y LOZANA: Gracias, señor
Presidente. Solicitamos votación separada de las enmiendas
1.390, 1.395, 1.555 y 1.557, y el resto en otro bloque.

Gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Fernández-Miranda.

Votamos las enmiendas 1.390, 1.395, 1.555 y 1.557, del Grupo
de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, a la Sección 13.

Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 338; a favor, 155; en contra, 177; abstenciones,
seis.




El señor PRESIDENTE: Quedan rechazadas las enmiendas.

Votamos las restantes enmiendas del Grupo de Izquierda Unida-
Iniciativa per Catalunya a la Sección 13.

Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 338; a favor, 15; en contra, 177; abstenciones, 146.




El señor PRESIDENTE: Quedan rechazadas las enmiendas.

Enmiendas del Grupo Mixto, del señor González Lizondo.

Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 338; a favor, cinco; en contra, 179; abstenciones,
154.




Página 1193




El señor PRESIDENTE: Quedan rechazadas las enmiendas.

Enmiendas del Grupo Vasco (PNV). (El señor Fernández-Miranda y
Lozana pide la palabra.)
Tiene la palabra el señor Fernández-Miranda.




El señor FERNANDEZ-MIRANDA Y LOZANA: Gracias, señor
Presidente. Solicitamos votación separada de las enmiendas
1.100, 1.111 y 1.112, y el resto en otro bloque.

Gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Fernández-Miranda. (La
señora Aguilar Rivero pide la palabra.)
Tiene la palabra la señora Aguilar.




La señora AGUILAR RIVERO: Gracias, señor Presidente.

Queremos solicitar votación separada de la enmienda 1.185.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señora Aguilar.

Votamos las enmiendas 1.100, 1.111 y 1.112 del Grupo Vasco
(PNV). Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 338; a favor, ocho; en contra, 314; abstenciones,
16.




El señor PRESIDENTE: Quedan rechazadas las enmiendas.

Señora Aguilar, la enmienda 1.185 está retirada. No ha sido
mantenida ni, por tanto, defendida en el debate por lo que no
se puede votar. Tiene la palabra la señora Aguilar.




La señora AGUILAR RIVERO: Señor Presidente, nos gustaría
preguntar al portavoz del Partido Nacionalista Vasco qué
enmienda ha sido, si la 1.185 ó 1.186, la que han mantenido en
el debate de esta mañana del Pleno. Ha habido una que asumió
el dictamen de la Comisión y, otra, que se ha mantenido en el
debate plenario. Me gustaría que el Grupo nos aclarara esta
situación.




El señor PRESIDENTE: Señora Aguilar, S.S. pide la votación
separada de la enmienda 1.185 y esta enmienda ha sido retirada
o no ha sido mantenida. La Mesa no puede decir cuál es. (El
señor Gatzagaetxebarría Bastida pide la palabra.) Tiene la
palabra el señor Gatzagaetxebarría.




El señor GATZAGAETXEBARRIA BASTIDA: Señor Presidente,
efectivamente en las enmiendas presentadas por el Grupo
Parlamentario Vasco a la Sección de Justicia había una
enmienda duplicada con relación a los objetivos que se prevén
en la enmienda 1.185. No recuerdo en este momento si es la
1.189 la que estaba duplicada (Risas.), pero creo que S.S.

tiene razón, que la enmienda 1.185 está retirada porque existe
una enmienda idéntica, aprobada por unanimidad en el debate
que hubo en Comisión la semana pasada. En este momento no le
puedo decir si es la 1.185, porque no tengo el texto de la
sesión. (Rumores.)



El señor PRESIDENTE: ¡Silencio, señorías! Señora Aguilar y
señor Gatzagaetxebarría, como comprenderán, si SS.SS. no saben
qué enmienda es la que quieren que se vote, no podemos
proceder a la votación separada. (Rumores.) Tiene la palabra
el señor Gatzagaetxebarría.




El señor GATZAGAETXEBARRIA BASTIDA: Señor Presidente, vamos a
aclarar esta pequeña controversia. Efectivamente, usted tenía
razón; la enmienda 1.185 se encuentra retirada, pero la número
1.187 es la que se encuentra incorporada en el dictamen
aprobado en Comisión la semana pasada por los grupos
parlamentarios.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Gatzagaetxebarría.

(La señora Aguilar Rivero pide la palabra.)
No hay enmienda a votar separadamente, señora Aguilar.

Votamos las restantes enmiendas del Grupo Vasco (PNV) a la
Sección 13. Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 338; a favor, ocho; en contra, 173; abstenciones,
157.




El señor PRESIDENTE: Quedan rechazadas las enmiendas.

Votación correspondiente al dictamen de la Sección 13.

Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 338; a favor, 177; en contra, 146; abstenciones, 15.




El señor PRESIDENTE: Queda aprobado el dictamen.

Votaciones relativas a la Sección 18. Enmiendas del Grupo
Popular. Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 338; a favor, 139; en contra, 178; abstenciones, 21.




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El señor PRESIDENTE: Quedan rechazadas.

Enmiendas del Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya. (El señor Fernández-Miranda y Lozana pide la
palabra.)
El señor Fernández-Miranda tiene la palabra.




El señor FERNANDEZ-MIRANDA Y LOZANA: Gracias, señor
Presidente. Solicitamos votación separada de la enmienda
1.473.




El señor PRESIDENTE: Votamos la enmienda 1.473 del Grupo de
Izquierda Unida. Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 338; a favor, 155; en contra, 177; abstenciones,
seis.




El señor PRESIDENTE: Queda rechazada.

Votamos las restantes enmiendas del Grupo de Izquierda Unida.

Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 338; a favor, 15; en contra, 314; abstenciones,
nueve.




El señor PRESIDENTE: Quedan rechazadas.

Procedemos a votar, a continuación, las enmiendas del Grupo
Mixta, del señor Mur. Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 338; a favor, cuatro; en contra, 177; abstenciones,
157.




El señor PRESIDENTE: Quedan rechazadas.

Votamos las enmiendas del Grupo Mixto, del señor González
Lizondo. Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 337; a favor, tres; en contra, 177; abstenciones,
157.




El señor PRESIDENTE: Quedan rechazadas.

Vamos a votar las enmiendas del Grupo de Coalición Canaria.

Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 388; a favor, seis; en contra, 310; abstenciones,
22.




El señor PRESIDENTE: Quedan rechazadas.

Votación relativa al dictamen de la Sección 18.

Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 335; a favor, 177; en contra, 152; abstenciones,
seis.




El señor PRESIDENTE: Queda aprobado.

Votaciones correspondientes a la Sección 14.

Enmiendas del Grupo Popular.

Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 338; a favor, 139; en contra, 191; abstenciones,
ocho.




El señor PRESIDENTE: Quedan rechazadas.

Votamos las enmiendas del Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa
per Catalunya. Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 338; a favor, 16; en contra, 314; abstenciones,
ocho.




El señor PRESIDENTE: Quedan rechazadas.

Votación relativa al dictamen de la Sección 14.

Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 338; a favor, 182; en contra, 144; abstenciones,
una.




El señor PRESIDENTE: Queda aprobado el dictamen.

El Pleno se reanudará a las cuatro de la tarde.

Se suspende la sesión.




Eran las dos y veinticinco minutos de la tarde.




Se reanuda la sesión a las cuatro de la tarde.




El señor VICEPRESIDENTE (López de Lerma i López): Señorías, se
reanuda la sesión.

Vamos a debatir las enmiendas presentadas a la Sección 12,
Ministerio de Asuntos Exteriores. Tiene la palabra el señor
Ministro de Asuntos Exteriores.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Solana Madariaga):
Muchas gracias, señor Presidente.

Con sumo gusto defiendo la sección correspondiente al
Ministerio de Asuntos Exteriores.

Lógicamente, la sección está imbuida de los mismos principios
que adornan a todos los presupuestos generales del Estado y,
si tuviera que definirlos con dos objetivos, diría que están
caracterizados por el rigor y por la coherencia. Rigor, es
tanto en cuanto, lógicamente, hacemos unos presupuestos
compatibles con las obligaciones que España



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tiene en su política exterior, pero compatibles también con el
conjunto de las prioridades que, en política económica, España
tiene en este momento. Por hacer un análisis, aunque sea
somero, de los distintos capítulos del presupuesto, diría lo
siguiente: En primer lugar, en relación con el capítulo 1 éste
crece de media un 11,5 por ciento. Crece más que la media de
los presupuestos generales del Estado, y lo hace por una razón
que SS.SS. entenderán perfectamente: los procesos de
devaluación de nuestra moneda, la peseta, traen consigo unas
obligaciones en salarios y en compra de bienes y servicios,
tanto en el capítulo 1, como en el 2, que tienen que tener ese
aumento en relación con la media de los presupuestos
generales. Por tanto, el capítulo 1 crece más que la media de
los presupuestos generales del Estado. El capítulo 2, salvando
lo que acabo de decir, es un presupuesto que se mantiene en
términos nominales y, por tanto, tiene un proceso de
contención paralelo al que tienen los presupuestos generales
del Estado. Una palabra sobre el capítulo 4. El capítulo 4
tiene, fundamentalmente, dos elementos que me gustaría
resaltar. El primero es un aumento muy importante --que es el
que hace que los presupuestos generales de la sección tengan
el crecimiento más alto, creo, de todos los presupuestos
generales, por encima del 30 por ciento--que corresponde a la
salida al encuentro de los compromisos que España tiene con
los organismos internacionales. Las contribuciones de España a
los organismos internacionales suben un cien por ciento --es
decir se doblan--, fundamentalmente en tres direcciones. La
primera, las cuotas que tiene España, los compromisos con los
organismos internacionales. En segundo lugar, la puesta a
punto de las operaciones de mantenimiento de la paz, y, en
tercer lugar, aquellos extremos que tienen que ver con las
contribuciones de carácter voluntario que España hace en la
cooperación internacional. Por tanto, sobre las obligaciones
con los organismos internacionales, España cumple con todos
ellos, multiplicándose por dos los gastos y haciendo que el
conjunto de los presupuestos generales del Estado para la
Sección correspondiente crezca un 32,5 por ciento.

El segundo gran paquete, al que me gustaría hacer referencia,
es la cooperación internacional. Ciertamente, la cooperación
en sentido estricto tiene una disminución en los presupuestos
correspondientes al año 1994, pero no es grande sino que lleva
a una cantidad, en términos absolutos, de dos mil y pico
millones de pesetas, que creemos que se puede compensar, y
hacerlo dignamente, con los esfuerzos debidos a una mayor
coordinación en todas las instancias de las distintas
administraciones públicas. En segundo lugar, porque una parte
importante de nuestra cooperación en el año 1994, haciendo el
mismo volumen de cooperación, será más económica, y en tercer
lugar, porque algunas de las cuestiones a las que he hecho
referencia, y que tienen que ver con la cooperación
multilateral, están subsumidas en lo que acabo de decir sobre
las cuotas de operaciones de mantenimiento de la paz. Me
gustaría hacer una reflexión sobre ello porque en la mañana de
ayer, en la mañana de hoy y en la mañanade mañana, en el
ámbito de la cooperación de la OCDE se van a cambiar,
seguramente, algunos de los criterios de cooperación, para
incluir una parte de lo que se da en llamar hoy operaciones de
mantenimiento de la paz como cooperación internacional. Por
tanto, salvando estas cuestiones, creo que se puede decir que
en el capítulo 4 y, por consiguiente, en una de las partes más
importantes del presupuesto correspondiente al Ministerio de
Asuntos Exteriores, el esfuerzo que se realiza este año es de
gran importancia. Insisto en que tiene un incremento por
encima del cien por ciento y, por tanto, España sale al
encuentro de los compromisos internacionales con generosidad,
incluso en momentos de una cierta dificultad económica.

Paso muy brevemente, señor Presidente, a lo que tiene que ver
con el capítulo 6 que, como SS.SS. saben, tiene todo su
enfoque en las inversiones. Ciertamente, ese capítulo
disminuye un poco, de acuerdo con el rigor con el que estamos
manteniendo todas las secciones de los presupuestos. Sí les
querría decir a SS.SS., los que me escuchen, que nos va a
permitir, incluso con esa disminución en las inversiones,
hacer frente a las obligaciones de despliegue de nuestro
servicio exterior, punto primero; y punto segundo, cumplir
todos los acuerdos y todas las derivaciones que tiene la firma
de los acuerdos de Schengen. Hemos creído defender todo
aquello que está ligado a los compromisos de Schengen, como
acabo de decir, y por tanto, aunque tendremos que hacer una
pequeña ralentización de algunas de las inversiones, en
aquello que es más preocupante en este momento de nuestro
servicio exterior, de nuestro despliegue, que tiene que ver
con seguridad y comunicaciones, toda la planificación que
habíamos hecho en el pasado se podrá mantener. Por tanto,
señor Presidente, reitero una vez más que la Sección
correspondiente al Ministerio de Asuntos Exteriores tiene un
crecimiento muy por encima de la media de los presupuestos
generales del Estado, un poco más del 32 por ciento, y que ese
incremento está fundamentalmente relacionado con los
compromisos internacionales, que tienen tres partes, y me
gustaría subrayarlas: cuotas a los organismos internacionales,
operaciones de mantenimiento de la paz y ayudas u operaciones
voluntarias a organismos internacionales. Seremos capaces de
mantener nuestro nivel de cooperación internacional, y yo creo
que saldremos bien parados respecto al despliegue de nuestro
servicio exterior, de acuerdo con las inversiones. Por
consiguiente, vuelvo a decir, como decía al principio, que es
un presupuesto que viene acompañado de esos dos objetivos:
rigor, por una parte, hacernos solidarios, lógicamente,



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con el conjunto de los presupuestos generales del Estado en
estos momentos de dificultad económica, y coherencia, por otra
parte, en tanto en cuanto los compromisos de España se
mantienen en su totalidad.

Yo creo, señorías, señor Presidente, que con esto hago una
defensa de la Sección correspondiente a los presupuestos
generales del Estado, que, insisto y debo agradecer al
Gobierno, tiene un crecimiento muy por encima de la media de
los presupuestos generales del Estado.

Gracias, señor Presidente.




El señor VICEPRESIDENTE (López de Lerma i López): Gracias,
señor Ministro. Para defender las nueve enmiendas que mantiene
el Grupo Parlamentario Popular, la primera de ellas la número
499, que lo es a la totalidad, tiene la palabra el señor
Rupérez.




El señor RUPEREZ RUBIO: Señor Presidente, señor Ministro, yo
tengo la impresión de que, cuando llega la discusión de esta
Sección 12 de los presupuestos generales del Estado, la
correspondiente al Ministerio de Asuntos Exteriores, nos
encontramos con una situación que tiene algo de paradójico, y
es que ustedes en el Gobierno y nosotros en la oposición,
durante los últimos años, venimos diciendo casi lo mismo. Lo
que quiere decir que el Gobierno, suavemente en este caso, se
queja de la parquedad de los medios puestos a su disposición y
la oposición lo que hace es precisamente subrayar la escasez
de esos medios.

Mi intervención va a intentar poner de relieve cómo esa visión
relativamente rosácea que el señor Ministro nos transmite
sobre los medios puestos a su disposición realmente no
corresponde a la realidad, y desde ese punto de vista
comenzamos por expresar una preocupación, preocupación que, en
primer lugar, se observa al comparar los porcentajes de lo que
suponen los presupuestos para el Ministerio de Asuntos
Exteriores de otros países de nuestra propia zona, por ejemplo
en Francia, Bélgica o Alemania. Francia dedica un 1,01 por
ciento del presupuesto al Ministerio; Alemania, un 0,80 por
ciento y Bélgica un 0,74 por ciento. En España estamos más o
menos en el 0,50 por ciento. Pero por si los datos
comparativos con el exterior no fueran suficientes, los
nuestros propios resultan harto significativos. En 1983, la
participación percentual de la Sección 12 de los Presupuestos
en el global de los mismos era de un 0,53 por ciento; este
año, repito, es el 0,50 por ciento, y hemos descendido a
niveles realmente preocupantes. Como seguramente recordará el
señor Ministro, el año pasado estábamos en el 0,42 por ciento.

Pero es que, además, dice el señor Ministro que hay una
recuperación, que está entre el 32 y el 34 por ciento. Es
puramente ilusoria, por lo que el mismo señor Ministro ha
dicho, y es que el aumento, que supone unos 25.000 millones de
pesetas, está en su integridad destinado a satisfacer cuotas
nuevas y viejas, que notables atrasos ha habido al respecto,
debidas a las organizaciones internacionales. La primera
paradoja de este presupuesto que ahora examinamos es que, a
pesar del aumento y por la razón señalada, la acción exterior
del Estado, por lo menos aquélla cuya presupuestación está
incluida en esta Sección 12, Ministerio de Asuntos Exteriores,
contará en 1994 con muchos menos medios de los ya escasos
previstos para ejercicios en años anteriores.




El señor Ministro dice que va a sufrir algo la inversión.

Sufre exactamente un 40 por ciento respecto a las cantidades
previstas o a la inversion del Ministerio en el año pasado. El
señor Ministro dice que calcula que esa inversión, esa pérdida
de la inversión, no va a afectar los programas o la capacidad
operativa del Ministerio. La cantidad es exactamente un 40 por
ciento y empiezan a surgir dudas de lo que sea el
mantenimiento de esa capacidad operativa.

Hay un argumento que nos parece enormemente poderoso y
respetable, que es el de que al fin y al cabo esto es lo que
hay; pero cabe añadir una preocupación y una recomendación. La
preocupación es que nuestra red exterior, que nosotros ya
sabíamos deficiente y necesitada de múltiples mejoras, siga
exactamente como está, que es tanto como decir que vaya a
peor. Y la recomendación es que las disponibilidades, que son
efectivamente escasas, resulten administradas con un sentido
de la eficacia y de la proporción entre el coste y la
rentabilidad, que no siempre ha sido modélica y que, incluso,
en casos aislados ha sido un mal ejemplo justamente de lo
contrario. En ese panorama, que ciertamente es de penuria casi
extrema, no dejan de sorprender algunos datos funcionales. Me
podría referir a lo que supone, por ejemplo, la reducción
significativa de los fondos dedicados a formación, pero quería
concentrar mis reflexiones sobre el programa dedicado a
cooperación para el desarrollo. Este programa sufre un
recorte, que no dudamos en calificar de brutal, de un 23 por
ciento. De manera que los 16.000 y pico millones
presupuestados para 1993, quedan reducidos a 12.546 previstos
para 1994.

Este es el terreno que merece un especial y apesadumbrada
consideración, que es precisamente el de la cooperación al
desarrollo, porque, al fin y al cabo, y el señor Ministro lo
ha subrayado, y nosotros lo subrayamos en múltiples ocasiones,
es el terreno donde, de una manera más precisa, se pone de
relieve la capacidad de actuación de la acción exterior del
Estado y es precisamente donde, dejando de lado el tema de las
inversiones, sufre un recorte más considerable. Las cifras
quedan reflejadas. Pero el Gobierno en este terreno, como en
otros, puede escudarse en la situación de crisis generalizada
para justificar la minusvaloración de la



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partida correspondiente. Incluso no serán pocos los que
estimen que en período de vacas flacas esta partida, por su
propia esencia, contiene mucho de generosa solidaridad con las
necesidades del exterior y que es de las que primordialmente
pueden ser recortadas. No es esa ciertamente nuestra
reflexión. A lo mejor tampoco es la del Gobierno. Lo que pasa
es que los hechos son los que son e, incluso, con
independencia de los sentimientos más o menos simplificadores
a los que la misma crisis induce, cabe recordar al Gobierno el
flagrante incumplimiento de sus propios requisitos en este
terreno de la cooperación al desarrollo. Dice el Gobierno en
la memoria explicativa de la partida correspondiente a esta
Sección que de lo que se trata es de la consecución del
crecimiento económico y la mejora de las condiciones sociales
de los pueblos iberoamericanos, del mundo árabe y del resto de
los países en vías de desarrollo, como justificación última de
la actividad cooperativa. Además, de manera específica señala
que España reconoce y asume el objetivo de las Naciones Unidas
de destinar el 0,7 del PIB para ayuda oficial al desarrollo.

Dice también que se lleva a cabo un impulso importante de las
actividades de las organizaciones no gubernamentales de
desarrollo. Igualmente se dice que se trata de mantener y
desarrollar la posición de España como país donante,
recordando que, al fin y al cabo, tendríamos que alcanzar por
lo menos ese límite, ya no del 0,7 por ciento, sino del 0,35
por ciento del PIB, que es la cantidad fijada por la OCDE para
entrar a formar parte de la Comisión correspondiente de ayuda
al desarrollo. Añade la memoria de objetivos que se trataría
de mantener el incremento en términos absolutos que permitan
superar el 0,2/0,3 por ciento correspondiente a 1992. Se dice
también sobre Guinea Ecuatorial que el plan marco llega en
1994 a su año decisivo y el compromiso político de España
requiere un apoyo en forma de cooperación imprescindible en un
país de las características y situación social y económica y
cultural como Guinea Ecuatorial.

Estos son alguno de los intentos, de los objetivos, que el
propio Gobierno se marca para cumplir, en este caso concreto
en la Sección 12, algunas finalidades básicas de la política
exterior cuantificadas en el presupuesto correspondiente. Pues
bien, frente a esas bienintencionadas declaraciones, con el
presupuesto de 1994 en la mano resulta que el porcentaje del
PIB dedicado a cooperación por el desarrollo se reduce, según
nuestros cálculos provisionales --posiblemente sea menos--, al
0,21 por ciento; no estamos ni siquiera en el 0,24 del año
pasado, y ciertamente no estamos ni en el 0,7 ni en el 0,35.

Las organizaciones no gubernamentales dedicadas a finalidades
de desarrollo ven reducida de manera sustancial su
presupuestación. Incluso se ha producido un dato que conoce
seguramente el señor Ministro, que fue un olvido en una de
esas actividades fundamentales, que era el Consejo Federal del
Movimiento Europeo. La cantidad asignada para la cooperación
con Guinea Ecuatorial disminuye de los 2.019 millones que
teníamos fijados para el año 1993 a los 1.699 millones con que
se encuentran en 1994. Me podría decir el señor Ministro que
eso responde a la última planificación política, pero no es
así, porque hemos visto cuál es la finalidad política. Me
diría el señor Ministro, en función de los acontecimientos que
se están produciendo en estos momentos, que eso podría
responder a alguna finalidad política. Responde, pura y
simplemente, a una incapacidad presupuestaria, que en el fondo
revela también una falta de capacidad política para cumplir
con los propios compromisos que el Gobierno se fija a sí
mismo.

Desde nuestro punto de vista esos datos revelan la fragilidad
congénita de estos presupuestos para el Ministerio de Asuntos
Exteriores. En el terreno de la cooperación para el
desarrollo, como en general en todo el territorio de la acción
exterior española, la grandilocuencia de los objetivos queda
dramáticamente deslucida por la cortedad de los medios, y casi
por la confesión implícita de que nos movemos en el siempre
resbaladizo espacio del quiero y no puedo.

En el fondo, ¿por qué no se nos ha presentado ante las Cámaras
una descripción de nuestras acciones exteriores que
respondiera honestamente a los objetivos alcanzables con los
medios disponibles? Es necesario tener en cuenta que la
reducción cuantitativa pone en evidencia una creciente
irracionalidad interna. Así, seguimos manteniendo una costosa
estructura burocrática para repartir cantidades disminuidas
entre un número creciente de receptores.

Ello se pone de manifiesto si tenemos en cuenta que de los
12.546 millones de pesetas presupuestados para ayuda
internacional en el año 1994, sólo 6.000 serán dedicados
realmente a programas para el desarrollo, mientras que el
resto está destinado exclusivamente a la cobertura del
aparato, cada vez más pesado, burocrátido destinado a tales
efectos. Hasta tal punto, señor Ministro, que nos preguntamos
seriamente si con estos presupuestos no se está produciendo
una alteración grave de la misma noción de la cooperación
española al desarrollo y lo que en el fondo estamos
contemplando es una alteración cualitativa muy profunda y muy
pensada a largo plazo, y no únicamente a corto plazo, de esa
actividad de desarrollo. Nos gustaría que el señor Ministro
nos pudiera tranquilizar al respecto, porque sería preocupante
contemplar una alteración de los fines fundamentales de la
política exterior española a través de este tipo de
reducciones presupuestarias. No quisiera acabar sin referirme
a tres aspectos adicionales, a alguno de los cuales ha
mencionado el señor Ministro, que nos parecen enormemente
relevantes



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en el conjunto presupuestario que ahora resumimos.

El primero tiene que ver con las operaciones de paz de las
Naciones Unidas y su traducción cuantitativa en estos
presupuestos. En efecto, de los más de 37.000 millones de
pesetas presupuestados en 1994 para satisfacer las cuotas a
organismos internacionales, prácticamente la mitad, es decir,
más de 18.000 millones de pesetas, cubren las debidas por
operaciones de mantenimiento de la paz. Todo ello tiene una
traducción numérica cuando menos curiosa, ya que no
abiertamente desmesurada. En 1994 casi el 40 por ciento del
presupuesto español para asuntos exteriores está destinado a
satisfacer cuotas internacionales, y más de un 18 por ciento
de ese mismo presupuesto es el que cubre nuestra participación
en las operaciones de las Naciones Unidas para el
mantenimiento de la paz.

Sabemos --el señor Ministro lo ha recordado-- que detrás de
esas cifras se esconden atrasos, y sabemos también que, aunque
aquí no corresponda, para compensar esa misma situación a esas
cantidades habría que añadir, porque al fin y al cabo
corresponden también a las obligaciones que el Estado tiene,
las que el mismo Ministerio de Defensa aporta para la
cobertura directa de nuestras actividades en el caso de
Bosnia-Herzegovina y que, si no recordamos mal, se acercan a
los 6.000 millones de pesetas. Queremos subrayarlo por varias
razones. La primera, y evidente, porque las operaciones de
mantenimiento de la paz que la ONU patrocina son tan caras
como a veces necesarias. La segunda, no menos evidente, aunque
a veces tienda a olvidarse, es que sólo un resultado efectivo
en la creación o mantenimiento de la paz justifica el empleo
de esos cuantiosos medios materiales. Incluso todos nos
preguntamos a veces, y no encontramos fácilmente la respuesta,
hasta qué punto o en qué cantidad explica también la pérdida
de vidas humanas propias y ajenas.

Nosotros, que estimamos positivas las experiencias hasta ahora
adquiridas en estas funciones, querríamos llamar la atención
sobre el presente y sobre el futuro de la utilidad en unos
costes que deben ser sistemáticamente contrastados con el
parecer de las Cámaras legislativas y con el más amplio de la
opinión pública. Querría, en segundo lugar, referirme --ya que
a medios escasos nos estamos refiriendo-- a ciertas prácticas
administrativas en las que el Ministerio de Asuntos Exteriores
incurre, que, teniendo su origen en la relativa indigencia del
departamento, acaban, sin embargo, en el despilfarro. Es bien
sabido, y el señor Ministro lo sabe perfectamente, que desde
hace ya varios años el Ministerio de Asuntos Exteriores se
desparrama por esta capital del Reino en al menos 17
direcciones diferentes, correspondientes a otros tantos
alquileres y otros tantos locales no siempre ocupados. Es
urgente poner fin a este estado de cosas, incluso procediendo
a una urgente racionalización de los gastos correspondientes,
aun antes de que la anunciada nueva sede del departamento sea
practicable a todos los efectos. En último lugar, y en esa
perspectiva de racionalizar los gastos limitados por los
escasos medios, querría subrayar la trascendencia que
otorgamos a un dato fundamental que el Gobierno parece
ignorar: la imprescindible unidad de la acción exterior
española. Unidad que se rompe cuando un buen número de
departamentos ministeriales de tales ministerios no aceptan
compartir instalaciones y servicios comunes; cuando
multiplican sus propios sistemas de comunicaciones; cuando no
coordinan sus acciones con el propio Ministerio de Asuntos
Exteriores. Ello contribuye a esa paradójica situación en
donde el despilfarro y el mal uso de los escasos medios
disponibles reducen todavía más la eficacia de estos últimos.

En el fondo, y con ello acabo, señor Presidente, los
presupuestos de la Sección 12, en el marco de los Generales
del Estado, son un acabado ejemplo de tales defectos, cuya
exposición hemos realizado con el interés que nos merecen los
temas relativos a la acción exterior española y la demostrada
voluntad que nos anima para que en ella confluyan
consensuadamente principios e intereses. Pero también con la
preocupación de observar las discordancias e incapacidades de
esta versión cuantificada de la política exterior española,
hoy como en años anteriores, que se nos trae a esta Cámara y
que explica las enmiendas presentadas por el Grupo Popular a
la Sección 12 y que doy en este trámite por defendidas.

Gracias, señor Presidente.




El señor VICEPRESIDENTE (López de Lerma i López): Gracias,
señor Rupérez. El Grupo Parlamentario Vasco (PNV) mantiene la
enmienda número 1.147. (Pausa.) Se da por decaída.

Pasamos a las enmiendas que mantiene el Grupo Parlamentario
Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya.

Para su defensa tiene la palabra el señor Espasa.




El señor ESPASA OLIVER: Gracias, señor Presidente.

Señoras y señores Diputados, antes de pasar a la defensa de
nuestras dos enmiendas es imprescindible, también por cortesía
parlamentaria, puntualizar lo que ha sido la presentación por
parte del Ministro. En este sentido, nuestro Grupo no ha
presentado una enmienda de totalidad puesto que entiende que
las coincidencias o divergencias que podamos tener con la
política exterior de este Gobierno y de su titular es mucho
mejor sustanciarlas en debates políticos, sea en la Comisión,
sea en el Pleno, sobre temas concretos. Aunque después me
referiré a ello, la infraestructura o el soporte económico de
la acción exterior es evidente que tiene una relación, pero no
es una relación suficientemente significativa. Por esta razón
decidimos no presentar



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enmienda de totalidad, sin que esto implique, como se verá a
lo largo del curso parlamentario, una plena identidad de
políticas con la que practica el Gobierno en muchos temas. En
otros, cuando podemos nos gusta estar formando parte de una
política de Estado, siempre y cuando coincida, al menos, con
los principios que rigen nuestro programa y nuestras
propuestas de política exterior. Yendo a la presentación del
Ministro, quisiera subrayar, como ha hecho mi ilustre
predecesor, que el incremento que nos ha presentado tan
brillantemente el Ministro todo él desaparece con la
devaluación de la pesetas. El mismo se ponía la venda antes
que la herida cuando nos venía a recordar o a darnos la pista
que ya conocíamos, que ya sabíamos: cuotas a organismos
internacionales, gastos en operaciones de mantenimiento de la
paz. Por cierto, nosotos no vamos a ser cicateros, como otros
Grupos Parlamentarios, sobre si estas operaciones cuestan
demasiado o demasiado poco en vidas humanas. Por supuesto que
toda pérdida de una vida humana es deplorable, pero las
decisiones políticas cuando son justas, cuando son necesarias
hay que mantenerlas y uno no puede a mitad de camino empezar a
dudar. Por tanto, en el tema de las operaciones y de la
justeza de las mismas en los términos actuales, nosotros
mantenemos nuestras posiciones. Sí es cierto, señor Ministro,
que el incremento que nos ha venido a señala se le va
prácticamente todo en la devaluación de la pesetas y en el
mantenimiento de los compromisos externos. Ahí está el famoso
incremento que usted ha venido a presentar y que tantas veces
ha repetido que daba las gracias al Gobierno por habérselo
permitido mantener, que no es cierto y, por tanto, no es bueno
que usted como titular del departamento pretenda dejarlo
impreso en el «Diario de Sesiones» como un incremento en el
funcionamiento y en la cuantía de los gastos del Ministerio,
cuando no es así.

Como ejemplo un botón, el de la cooperación al desarrollo, y
dentro de ella el del porcentaje que dedicamos a la misma
respecto a nuestro producto interior bruto. Aquí, como decía
el señor Rupérez, y quiero sumarme a sus palabras, no seguimos
la propuesta en la medida que nos habíamos comprometido
doblemente. Recuerdo que el Presidente del Gobierno, en la
Conferencia de Río, solamente prometió que España triplicaría
el gasto en cooperación al desarrollo. No sólo no lo ha
triplicado, sino que lo ha disminuido. Por tanto, es un
incumplimiento grave del Presidente del Gobierno de lo dicho
ante la Conferencia de Río.

Segundo incumplimiento. En la Ponencia que firmamos y votamos
todos por unanimidad, nos comprometimos a una determinada
deriva de lento crecimiento, creo recordar que era el 0,35
para el año 2000, y después el propio Gobierno incumple los
acuerdos de una Ponencia y del voto de este plenario.

Estas son formas que no podemos compartir. No se puede pedir
el consenso, señor Ministro, para determinadas actuaciones,
para crear una doctrina básica compartida por todos los Grupos
de cooperación al desarrollo, entendida como política de
Estado, en la que no hay partidismos; tiene usted el apoyo de
los Grupos, pero después usted y su Gobierno o su Gobierno y
usted, no lo sé, rompen este consenso y unilateralmente
disminuyen de forma importante esta ayuda al desarrollo
haciendo bajar el porcentaje del PIB y no sólo no
acercándonos, sino alejándonos, aunque sea en unas decimas,
del famoso 0,7 por ciento. Por tanto, quería dejar bien
sentadas estas cuestiones. Una última cosa respecto a su
valoración del presupuesto, respecto al pago de las cuotas de
organismos internacionales. Nos parece muy bien que estemos
intentando ponernos al día en las mismas; por tanto, en la
primera parte, la parte económica, de acuerdo con usted. Lo
que no nos parece tan bien es que no seamos más capaces de
mantener una posición más independiente en estos organismos
internacionales cuando somos de los pocos países, y lo
sabemos, que cumplimos con nuestros deberes. Me estoy
refiriendo, por ejemplo, a la poca energía que usted y su
Gobierno ponen en señalar cómo Estados Unidos, que tiene
muchas más deudas con Naciones Unidas, una y otra vez impone a
Naciones Unidas, impone al Consejo de Seguridad, las llamadas
«operaciones de mantenimiento de la paz» --para ser benévolos,
Somalia, Haiti-- y nosotros --y no digo sólo nosotros-- no nos
erigimos de alguna forma en defensores del derecho
internacional, de los principios de la Carta de Naciones
Unidas, de la aplicación del Capítulo V, etcétera. Tanto más
cuando, además, somos puntuales contribuyentes a este conjunto
de organismos internacionales, y tomo el de Naciones Unidas
como ejemplo del que, a nuestro parecer, es un excesivo
seguidismo en política internacional que S.S. y su Gobierno
hacen respecto a la política internacional de Estados Unidos,
por cierto, en la época Clinton cada vez más desastrosa y
errática; Haiti, Somalia, es un clamor en las revistas
especializadas, entre los tratadistas internacionales, la
deriva absotulamente errática de la administración Clinton en
sus relaciones con Naciones Unidas y con las operaciones de
mantenimiento de la paz en el mundo, y el ejemplo más
sangrante y flagrante sería Somalia y lo que parece ser
silencio o seguidismo a veces por parte de nuestra política
exterior. Eso lo discutiremos con mayor profundidad en la
Comisión de Exteriores cuando veamos estas operaciones,
cuandorecapitulemos y repasemos cuál ha sido nuestra posición
y actitud en el conflicto de Yugoslavia, de Bosnia-Herzegovina
y en tantos otros que iremos viendo en la comisión. Respecto a
las dos enmiendas que mantenemos vivas, señores diputados, una
de ellas, la 1394, supone un incremento de 500 millones, para
consolidar y si fuese posible ampliar el mapa consular; la
otra, la 1393, supone



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un incremento de 400 millones para ayudar a los consejos de
emigrantes. España ha pasado a ser fundamentalmente un país de
emigración a ser un país de inmigración. Nuestro grupo ha
concentrado todas las enmiendas referentes a la inmigración en
el departamento de Interior y todas las referentes a los
problemas ligados a la emigración española en el departamento
de Exteriores. Esta es la razón de las dos enmiendas que
mantenemos vivas y quiséramos, si fuera posible, que las dos,
o alguna de ellas, tuviesen buena acogida por parte de la
mayoría que está aprobando estos presupuestos, o que hubiese
alguna propuesta de enmienda transaccional para mejorar la
situación de nuestros compatriotas en el extranjero. Si
tuviésemos que elegir alguna de ellas como más importante,
como más vital para los intereses de estos compatriotas
españoles en el extranjero, creemos que sería la de los
consejos de emigrantes. La ayuda a los consejos de emigrantes
es más dinámica, más funcional, la otra implica gastos de
inversión o mantenimiento de edificios que comprendemos que
quizá desde una visión más global desde el Ministerio pueda
tener alguna racionalidad; pero en todo caso ayudar a los
consejos de emigrantes creemos que es una labor importante,
porque ellos lo esperan, ellos lo desean y quieren sentirse
vinculados y partícipes de la vida política española, en
general de todos los beneficios que les debe dar el ser
españoles o ahora ciudadanos de la Comunidad y uno de estos
beneficios y derechos también es el de sentirse vinculados a
la vida política española, poder ejercer el derecho a voto
cuando sea necesario y, en definitiva, gozar de todas las
ayudas que les puedan prestar los consulados españoles en el
exterior.




El señor VICEPRESIDENTE (López de Lerma i López): Gracias,
señor Espasa. ¿Turno en contra? (Pausa.)
Tiene la palabra el señor Martínez.




El señor MARTINEZ MARTINEZ (Don Miguel Angel): Gracias, señor
Presidente. Señoras diputadas, señores diputados, vamos a
argumentar en contra de las enmiendas que ha presentado la
oposición, defendiendo también, por tanto, los presupuestos de
la Sección 12, en coincidencia con la presentación del
Ministro de Asuntos Exteriores, a quien damos las gracias por
su contribución. De entrada, quisiera destacar, porque me
parece muy importante, el notable grado de aceptación que se
produce en líneas generales en estos presupuestos, con alguna
excepción también notable, coincidencia que yo creo se
corresponde con el grado de consenso que existe,
afortunadamente, entre las distintas fuerzas políticas, y hay
que agradecer por ello el esfuerzo que realizan los distintos
portavoces y los partidos, coincidencia en los planteamientos
de nuestra política exterior, como política de Estado, pero
también incluso coincidencia en la manera como esa política
exterior se viene poniendo en práctica por el Gobierno
socialista.

Probablemente hay otra coincidencia que se da también entre
todos los grupos, me atrevería a decir incluso coincidencia
con el propio Ministro, que quizá lo formule menos, y esa
coincidencia es, yo creo, que no nos gustan estos
presupuestos; ciertamente no nos gustan en la cantidad que
destinan, nos parecen cortos, no digo insuficientes, digo
cortos para las necesidades, cortos para sacar todo el jugo al
potencial que la actuación de España en la escena
internacional tiene en estos momentos. Son, probablemente
nunca mejor dicho, unos presupuestos de circunstancias y con
cara y corazón de circunstancias los aceptamos. Son los
presupuestos de las circunstancias que vive el país y desde el
Grupo Socialista, conociendo y asumiendo las dificultades que,
como digo, vive el país, los asumimos razonablemente,
responsable y solidariamente, convencidos de que son lo mejor
posible pero, sobre todo, comprometidos a hacer que sean
suficientes, aun siendo cortos; suficientes para hacer frente
a los retos que tiene planteados España en su acción exterior,
con el reto añadido de unos recursos francamente limitados.

Dicho lo anterior, hay varias consideraciones para centrar la
cuestión, consideraciones a las cuales ya, en algún caso, se
ha referido al señor Ministro. En primer lugar, por más que
afirmemos que son cortos, es necesario reconocer paladinamente
también que los presupuestos del Ministerio de Asuntos
Exteriores reciben un impulso muy notable, un incremento muy
significativo. Pasan de 71.000 millones de pesetas a 95.000
millones, es decir, un incremento de casi el 33 por ciento o,
en términos relativos, retomando un dato al que se ha referido
el portavoz del Partido Popular, pasamos del 0,43 al 0,50 por
ciento del conjunto de lo presupuestado.

Sobre eso, a su vez, hay que hacer algunas matizaciones en las
que también coincidiremos con otros portavoces. Efectivamente,
la devaluación de la peseta afecta notablemente a un
presupuesto que se gasta en gran parte fuera de España; lo que
pasa es que esto no se recordaba cuando aunque
presupuestábamos en pesetas, ello suponía un mayor potencial
de gasto porque no había devaluación, sino revaluación.

También es cierto que el aumento más notable se concentra en
cubrir los compromisos que España tiene en organismos
internacionales y no sólo en cuotas --que se repite una y otra
vez--, sino también en la participación en operaciones de paz.

Desde este momento, aunque no voy a insistir luego, sí quiero
llevar a la reflexión de todos ustedes en qué medida la
contribución que España hace al mantenimiento de la paz en lo
presupuestable y en lo que no es presupuestable, porque se
trata del esfuerzo y la vida de algunos españoles, no es
también



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una contribución a la ayuda para el desarrollo. Nosotros
preferiríamos encauzarla de otro modo, con otros mecanismos,
pero probablemente esa es una ayuda de carácter previo para
que pueda producirse desarrollo. Esa cooperación nuestra la
pongamos o no dentro, no la estamos computando, pero no cabe
duda que es un esfuerzo de España que es clave en la
cooperación y condición previa a un futuro desarrollo en los
países con los que se está cooperando: El gasto en El
Salvador, el gasto en Bosnia, el gasto de lo que puede suponer
nuestra contribución a lo que se hace por la paz en Camboya,
etcétera.

Todo eso es cierto, como es cierto también que estos
presupuestos representan un notabilísimo esfuerzo en la
selección de prioridades, estratégicas y operativas, como van
a plantear la exigencia también de un esfuerzo mayor de
racionalización, de eficacia, de rentabilidad y de
productividad, por utilizar conceptos que están de moda.

Productividad y rentabilidad en los recursos disponibles para
mantener a España en el rango de responsabilidad, es decir, en
el papel que ha llegado a cumplir en los asuntos mundiales y
que --no lo olvidaremos aunque sólo sea a efectos del «Diario
de Sesiones»-- es un papel llegado a cumplir bajo la acción de
este Gobierno, sin precedentes en ningún período anterior y
que, sin duda, todos los grupos de la Cámara aspiramos a
consolidar e, incluso, a profundizar.

Querría en este momento dedicar unos instantes al estudio más
pormenorizado de la atribución o distribución de los recursos,
que nos permita discernir cuál es el camino seguido, por un
lado, en la responsabilidad de contener el gasto general --
algo que todos nos reclaman--, pero también en el camino
seguido dentro de la preocupación de mantener los perfiles y
las señas de identidad de la acción de España en el mundo,
donde ha habido que separar los compromisos que eran
absolutamente ineludibles de proyectos que, aun manteniéndose
en nuestra intención, pudieran retrasarse, o actuaciones que
pudieran postergarse en su ejecución. Creo que lo más
destacado en los incrementos corresponde al programa 132.B,
Acción diplomática multilateral. Respecto a las cuotas
atrasadas a organismos internacionales, España no debe ser
morosa porque también es una manera de predicar con el ejemplo
y de decirles a los Estados Unidos y a los demás que no pagan
que nosotros sí estamos pagando. Esa será la mejor manera; no
ir con una pancarta delante de tal o cual embajada, sino estar
nosotros fuera de las listas de morosos. Cuotas a organismos
internacionales, las de 1994, pero, sobre todo, las
operaciones de mantenimiento en la paz, en las que España debe
seguir en primera fila. En este capítulo pasamos de 14.000 a
casi 40.000 millones; notable incremento. Tenía razón el señor
Rupérez cuando ha dicho que es casi hasta sorprendente que el
42 por ciento de nuestro presupuesto se vaya en este tipo de
compromisos. Así es. Pero nosotros queremos destacar con ello
la prioridad que a esta actuación se da por parte del
Gobierno; prioridad con la que coincide el Grupo Socialista.

Crece también significativamente el presupuesto del Instituto
Cervantes, hasta el punto de que no ha habido enmiendas en el
sentido de incrementar ese presupuesto. Igualmente crece,
aunque más modestamente --el 5,55 por ciento--, la acción
diplomática en las Comunidades Europeas, con la perspectiva de
una presidencia no lejana, y la acción consular, también
preocupación notable nuestra por lo que tiene que ver con los
intereses de los españoles en el exterior, con un crecimiento
del 5 por ciento.

Baja notable y desgraciadamente en lo que se refiere a la
cooperación, teniendo también que citar aquí la consideración
de que ningún grupo (algunos han planteado esto como algo
preocupante, algo grave, con lo que nosotros coincidimos) ha
presentado enmiendas de incremento considerable. Habrá que
asumir que se coincide en que no hay más cera que la que arde,
y que la cera que arde está bien atribuida. En otro orden de
cosas, es cierto que se produce un parón muy notable, quizá
preocupante también, en lo que a inversiones se refiere. Estas
preocupaciones, señor ministro, las voy mencionando en nombre
del grupo para que de ellas quede constancia en el «Diario de
Sesiones» y sepamos que lo que estamos haciendo es retrasando
y postergando compromisos porque no hay más remedio, pero no
olvidando ni borrando lo que es el compromiso socialista, el
compromiso de nuestro partido, desde el Gobierno y desde el
grupo, para la realización de un programa que se cumple en una
legislatura.

Hecho este análisis de la valoración de presupuestos, quiero
argumentar, en relación con las enmiendas presentadas, de
manera más directa. De totalidad hay dos. Una presentada por
el Grupo Popular al conjunto de la Sección, que ha sido
defendida aquí, tal como de ello se tendrá constancia en el
«Diario de Sesiones», y otra del mismo Grupo Popular al
programa 134.A, de cooperación. Respecto de la primera, las
pocas razones que hemos escuchado no nos parecen convincentes,
aunque creo que tampoco parecen convincentes a quien las
expone, entre otras cosas porque nosotros tenemos un
privilegio en este ámbito, y es que quien habla por el Partido
Popular conoce la realidad del presupuesto de la Sección por
lo menos igual de bien que el que más; por tanto no cabe hacer
una enmienda a la totalidad si no es para el ejercicio de
hacerse presente, pero no para reubicar, redistribuir, cambiar
de manera notable lo que por el Gobierno se ha presentado.

Ellos saben que posiblemente no lo harían de manera muy
diferente, y, desde nuestro grupo, me atrevería a decir que
creemos no lo harían mejor. De ahí la incongruencia que puede
darse



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al enmendar a la totalidad en clave de devolución, presentando
luego enmiendas parciales que no establecen diferencia alguna
en la orientación y en las prioridades, si bien es cierto que
las cantidades disponibles obligan a un plus de atención, de
concentración y de eficacia. Nosotros hubiéramos esperado otro
tipo de enmiendas. Aunque en Comisión dijimos que coincidíamos
en señalar que los recursos asignados a la cooperación son muy
limitados, son insuficientes, no hemos oído ni un solo
argumento sobre cómo se distribuirían mejor los que hay aquí
atribuidos, ni hemos oído argumentos para incrementar los
presupuestos. Cuando el Partido Popular nos habla de los
presupuestos de cooperación diciendo que son insuficientes,
teniendo luego la posibilidad de enmiendas parciales para
incrementar en todo aquello que ellos estimaran que los haría
suficientes, nos encontramos con una enmienda parcial de 15
millones de pesetas, destinados a que las organizaciones no
gubernamentales pudieran actuar de manera superior a la que se
les propone con cantidades infinitamente superiores y, además,
se nos dice que esos 15 millones se detraigan de las becas y
viajes de los estudiantes que también participan en los
programas de cooperación.

Las demás enmiendas parciales que el Partido Popular ha dado
por defendidas creo que también necesitan algún argumento; son
las enmiendas números 503 a 507. Aquí tengo que decir que no
se ha producido un trabajo serio como el que nosotros
hubiéramos esperado sino más bien una cierta chapuza, primero,
porque se presentan como si fueran al Capítulo 4 aunque
probablemente se refieren al Capítulo 2, puesto que pretenden
se disminuyan las partidas de gastos de bienes y servicios.

Aquí nos encontramos ante la jugada o la operación del Partido
Popular de decir que se ahorran 800.000 millones de pesetas.

Desde el Ministerio de Asuntos Exteriores vamos a ahorrar
1.100 millones y, entonces, ¿de dónde se detraen esos 1.100
millones? Se detraen de electricidad, de alquileres, de
embajadas, de material de oficina, de teléfonos, de
comunicaciones... Creo que no merece mucho más comentario,
entre otras cosas por el privilegio a que antes me refería, de
que el señor Rupérez sabe mejor que yo lo fundado de nuestra
redacción en esta materia y que no se puede recortar en estos
capítulos. Si desde el Partido Popular se quería recortar el
presupuesto, podían haber mostrado una actitud distinta que
marcara propioridades políticas en el recorte. Si dijera:
vamos a suprimir las operaciones de mantenimiento de la paz, o
vamos a suprimir la cooperación con Guinea, o vamos a suprimir
actuaciones del Instituto Cervantes. ¡Qué se yo!, algo que
marcara una diferencia entre lo que nosotros ofertamos y lo
que ofertarían ellos; pero lo único que se nos dice es que se
recorte un poquito. Queridos colegas del Grupo Popular, la
verdad es que los Presupuestos que estamos discutiendo esta
semana y más los Presupuestos de la Sección 12 a mí me parece
que este año no son precisamente una falda larga, una falda
que se pueda recortar; más bien yo me atrevería a decir que
son una minifalda que está justito en el decoro. Hubiera
esperado del PP una propuesta para alargar la suya, pero la
verdad es que lo que se nos sugiere, que es recortar la
minifalda hasta los niveles de la provocación, no puede sino
tomarse como un ejercicio de estilo y nosotros, naturalmente,
vamos a votar en contra por responsabilidad y para evitar
sencillamente que la infraestructura operativa del ministerio
entre en crisis en el espacio de unos meses. Señor Presidente,
nosotros teníamos entendido que el Grupo Vasco (PNV) había
retirado o iba a retirar su enmienda porque así nos lo había
indicado. No parece que haya sido así. En cualquier caso,
quería decir que su enmienda 1.147 tendía a recortar 317
millones en gastos de mantenimiento y, por los argumentos que
también hemos expresado, eso no nos parecía posible.

Entro en las dos enmiendas de Izquierda Unida, referidas al
ámbito de la emigración, en la que el Grupo Socialista tiene
una especial sensibilidad por todo tipo de razones e incluso
yo diría que un especial cariño. Si es cierto que coincidimos
en la preocupación por el campo de la emigración, la verdad es
que no coincidimos en la prioridad sobre todo de su enmienda
1.393. Ustedes piden que se ofrezcan 500 millones para
devolver la condición de consulados a las agencias consulares
de Nimes, Basilea y Bremen.




El señor VICEPRESIDENTE (López de Lerma y López): Señor
Martínez, le ruego vaya abreviando.




El señor MARTINEZ MARTINEZ (don Miguel Angel): Lo cierto y
verdad, como dije a su compañero que defendió la enmienda en
Comisión, es que nosotros entendemos que el mapa consular
tiene que irse adaptando al mapa de la colonia española y no
consideramos una prioridad reponer estos consulados en todo su
funcionamiento.

En cambio, la segunda enmienda, como le decía a su compañero
en Comisión, iba a exigir por nuestra parte un esfuerzo y
quiero señalarle que nosotros estamos en condiciones de
ofrecer una transaccional desgraciadamente no por la cuantía
que ustedes solicitan y que probablemente superaría la
capacidad de absorción del propio ministerio para la atención
de los Consejos de Residentes, pero sí elevar en 37,5 millones
la partida actual, llevándola hasta 100 millones.

No sé, señor Presidente, si la enmienda de Esquerra
Republicana de Cataluña ha desaparecido. Si ha sido retirada,
afortunadamente no tengo que referirme a ella. Quiero terminar
con dos afirmaciones. La primera para tranquilizar la
preocupación, quizá legítima, de



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algún otro grupo de que por parte del Grupo Socialista se haya
perdido interés o énfasis en seguir profundizando en el tema
de la ayuda a la cooperación. La cooperación es algo que los
socialistas llevamos en el corazón, yo diría que por
principios, por ideología, por práctica y por tradición. Son
las fuerzas socialdemócratas en el mundo entero las que han
puesto en marcha los programas importantes de cooperación. Es
el Gobierno socialista el que ha racionalizado y ha hecho
pasar una cooperación que estaba en el 0,07 a una cooperación
que está por encima del 0,2 y seguimos en el compromiso, señor
Espasa, de ampliarlo hasta la cifra de 0,7 o más en el espacio
que el Presidente del Gobierno se dio, que no era en esta
legislatura, sino hasta final de siglo. Seguimos en ese
compromiso, ¿cómo no vamos a seguir en ello? Ha sido obra del
Gobierno socialista racionalizar, dar estructuras a la
cooperación y, desde luego, desde aquí ratificamos que
seguimos absolutamente en ese compromiso hasta conseguir las
metas señaladas y, por otra parte, consensuadas por todos en
el documento aprobado el año pasado. Termino como empecé, en
el sentido de que el Grupo Socialista va a apoyar los
presupuestos de la Sección 12 y pedimos, además, al resto de
los grupos un esfuerzo para votarlos también positivamente.

Nos parecen unos presupuestos razonables, pero está claro,
queridos colegas, señor Ministro, utilizando un símil del
automovilismo deportivo, que estos presupuestos no son para
hacer una vuelta rápida. Estos presupuestos son, apenas para
mantener el ralentí y llegar justitos, sin quedarnos parados
en el circuito, hasta el próximo repostaje.

Respecto al próximo repostaje queremos realizar precisamente
una afirmación. En primer lugar, para terminar, queremos
refirmar nuestro compromiso de contribuir desde el Parlamento
a que ese tremendo reto que supone seguir en la pista y llegar
al repostaje con tan escaso carburante, se haga realidad. En
segundo lugar, queremos manifestar aquí nuestra esperanza,
nuestra fundada esperanza, nuestra confianza en el ministro y
en el Gobierno de que para años sucesivos, cuando la situación
sea menos apremiante --que lo será--, se produzca, por fin, el
reconocimiento y el impulso presupuestario que necesita y
viene echando en falta el Ministerio de Asuntos Exteriores,
para poder cumplir más desahogadamente en todo su potencial la
tarea que le corresponde en la acción internacional a España
como un país que ha llegado a colocarse en la primera fila de
la comunidad mundial. Por tanto, necesitamos los recursos
correspondientes para defender los intereses de España en la
esfera internacional y, además, para influir adecuadamente,
cualitativa y cuantitativamente, como todos queremos, para
llegar a construir un mundo en paz, un mundo en cooperación y
un mundo donde impere el Estado de Derecho. Señor Presidente,
queridos colegas, muchas gracias.




El señor VICEPRESIDENTE (López de Lerma i López): Gracias,
señor Martínez. Para una mayor información he de decirle que
la enmienda 1.147, del Grupo Parlamentario Vasco (PNV), a que
hacía referencia a S.S., no es que haya sido retirada, sino
que no ha sido mantenida, es decir, ha decaído al no ser
defendida. La enmienda de Esquerra Republicana de Cataluña,
del Grupo Mixto, no ha sido mantenida para su defensa en el
Pleno.




El señor MARTINEZ MARTINEZ (don Miguel Angel): ¿Ha decaído?



El señor VICEPRESIDENTE (López de Lerma i López): Por
supuesto. Para un turno de réplica tiene la palabra el señor
Rupérez.




El señor RUPEREZ RUBIO: Gracias, señor Presidente.

Parece que el señor Martínez quiere atribuirnos cualidades de
modistos y humildemente tengo que decirle que el Partido
Popular no goza de esa excelente capacidad de modisto, y menos
para intentar cubrir --que parece es su intención-- las
vergüenzas del Gobierno. El Gobierno suele bastarse solito
para cubrir esas vergüenzas y bastante hacemos en algunas
ocasiones --y el señor Ministro perfectamente lo sabe-- para
ayudar a cubrir esas vergüenzas. En cualquier caso, no es
nuestro papel alargar las faldas o dejarlas más cortas. Si
están cortas es exclusivamente porque el Gobierno las deja
cortas, y punto. Nuestra preocupación y nuestra tarea no es
alargarlas, sino manifestar nuestra preocupación por que esas
faldas están cortas. No es tanto que estén cortas (como
evidentemente están cortas como ustedes mismos lo reconocen
preocupadamente, y en eso estamos todos de acuerdo), sino que,
además, este libro no se tiene en pie (Mostrando el Libro Rojo
del Ministerio de Asuntos Exteriores.) y esa es la
preocupación que nos separa. Este libro tiene dos partes
claramente diferenciadas, una, que es la memoria de objetivos
y, otra, que es la cuantificación de las posibilidades para
cumplir esos objetivos. Les puedo decir, señor Martínez y
señor Ministro --si el señor Ministro quisiera hacernos caso--
, que la definición de los objetivos que se contienen en este
libro, que nosotros en gran parte compartiríamos, corresponden
casi a las aspiraciones, planteamientos y objetivos de una
potencia casi alta, casi gran potencia, y los medios que se
ponen al servicio de esos objetivos son, desgraciadamente, los
que son: una cantidad mínima de los Presupuestos Generales del
Estado para cumplir de manera absolutamente imposible unos
objetivos que son realmente muy loables, muy plausibles, muy
altos, pero imposibles de cumplir con este tipo de
planteamientos.




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No se trata tampoco de ocultar esas vergüenzas; si a lo mejor
incluso comprendemos que lo que hay es lo que hay y punto.

Pero no nos digan que vamos a hacer una política exterior que,
«mutatis mutandis», sería una política exterior de otros
tiempos imperiales; no es eso. Vamos a procurar acomodar lo
que podemos hacer, los medios con los que contamos a los
objetivos que podemos realizar este año. Yo les digo, señor
Martínez, señor Ministro, que esos objetivos aquí reflejados,
como acabo de decir, con estos medios no se pueden cumplir. El
Gobierno está incurriendo en gravísimas contradicciones
consigo mismo y nos produce una cierta vergüenza que sea así.

Efectivamente, en esta Cámara todos nos hemos puesto de
acuerdo para decir que en un determinado año vamos a llegar al
0,7 por ciento y que vamos a mantener un progresivo aumento de
las cuotas destinadas a la cooperación, pero eso no se produce
y va en demérito del Gobierno, de esta Cámara y de nosotros
mismos.

Esta misma mañana hemos contemplado un debate sobre temas muy
parecidos referidos precisamente a la Defensa. De nada sirve
que el Gobierno o el señor Ministro de Defensa acepten un
compromiso en esta Cámara diciendo que en un momento
determinado vamos a llegar al 2 por ciento del PIB, de nada
sirve que en esta Cámara digamos que un determinado momento
vamos a llegar al 0,7 por ciento en la ayuda al desarrollo si
resulta que, año tras año, mientras duren los Gobiernos
socialistas, lo reducimos. Esa es la verdad de las cosas y no
tiene nada que ver con las faldas cortas o largas; eso es,
desgraciadamente, lo que está en el presupuesto. Pregunto más,
y le pregunto al señor Ministro, no a usted, señor Martínez,
cuyo corazón desbordante por la cooperación al desarrollo ya
conocemos. Con estos datos lo que parece estar queriendo decir
el Gobierno es que la tendencia, la misma concepción de la
política exterior, en lo que es el capítulo de ayuda al
desarrollo, se quiebra de manera grave. No es ya una reducción
cuantitativa, sino cualitativa; es un cambio de modelo y eso a
nosotros nos preocuparía enormemente. A nosotros nos parece
bien que nos pongamos al día en las cuotas que debemos. Si nos
hubiéramos puesto al día en su momento no estaríamos ahora
pagando las sobretasas, que provienen precisamente de la
devaluación de la peseta. Esa es responsabilidad del Gobierno;
no de las faldas nuestras o de las suyas, es responsabilidad
del Gobierno. Si el año pasado se hubieran pagado a tiempo
esos atrasos, no estaríamos en este momento pagando un 25 por
ciento más de esas cuotas. Dígase lo que se diga, y estando
satisfechos de que se cumpla con los atrasos debidos, es
absolutamente insólito que un presupuesto de un Ministerio de
Asuntos Exteriores de Europa contenga un 40 por ciento de la
cantidad global dedicada exclusivamente al pago de cuotas
internacionales y un 18 por ciento para operaciones de
mantenimiento de la paz. Me van a permitir el señor Ministro y
el señor Martínez alguna reflexión al respecto. Podemos
cambiar esas cantidades de sitio. Hace muy poco tiempo, cuando
yo hacía públicamente esta reflexión alguien me decía: ¿Por
qué no lo meten ustedes en el presupuesto de Defensa? Da lo
mismo; si sale de los bolsillos de todos los españoles. Ahora
me dice usted: Metámoslo en cooperación al desarrollo.

¡Hombre!, habría que hablar al respecto. Aunque tengo --lo
tenemos en el Grupo-- el máximo respeto y la máxima
satisfacción por lo que estamos haciendo en Bosnia-
Herzegovina, no creo que los soldados españoles, ingleses,
franceses o canadienses estén haciendo cooperación al
desarrollo. Hay que llamar a las cosas por su nombre. Eso es
otra cosa, posiblemente incluso más importante en un momento
determinado, pero no es cooperación al desarrollo. De manera
que no nos intentemos satisfacer diciendo que hemos reducido
el 23 por ciento en cooperación al desarrollo pero tenemos que
contentarnos con la presencia de nuestros soldados en Bosnia-
Herzegovina, porque ésa no es la razón ni puede serlo. Esa
sería una razón para intentar honestamente --yo le presumo la
honestidad al señor Martínez-- variar el punto de vista sobre
una situación grave. Este año el Gobierno reduce en un 23 por
ciento las cantidades destinadas a cooperación al desarrollo y
eso es grave. A nosotros nos parece muy bien lo que estamos
haciendo en Bosnia, nos parece muy bien que se siga haciendo,
pero ustedes saben, señor Martínez y señor Ministro, que
siendo un importante objetivo de la política exterior
española, incluso recibiendo, como estamos recibiendo y no nos
importa reconocerlo porque es para todos un tinte de gloria,
las consecuencias favorables de esas acciones para la política
exterior española, tenemos que ser conscientes, primero, de lo
que esto nos cuesta. Lo tenemos que saber todos nosotros y se
lo tenemos que decir a los españoles. Lo que nos cuesta en
dinero y lo que nos cuesta en vidas, aun diciendo vale la
pena, pero vale la pena y valdrá la pena, y los españoles
comprenderán que vale la pena si efectivamente conseguimos
eficacia en la acción, si efectivamente conseguimos que los
bosnios, los croatas y los serbios dejen de matarse, si
efectivamente conseguimos que haya paz en Bosnia-Herzegovina,
porque nos podemos encontrar en una situación en la que
digamos que son muchos los dineros y demasiadas las vidas, y
no vale la pena. Entonces no vale el argumento de decir que la
política exterior española es capaz de mantener a soldados en
Bosnia-Herzegovina, porque sería un pobre resultado. Al fin y
al cabo otros también mantienen soldados en otras partes del
mundo; mantienen los ucranianos y los nepalíes y los
paquistaníes y tantos otros. Creo que esta es una reflexión
que al aire de este debate presupuestario deberíamos realizar.




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Quiero decirle, señor Martínez, que desgraciadamente no
conozco tan bien como el señor Ministro de Asuntos Exteriores
las entretelas de este presupuesto. Las conocemos bastante
bien, pero por eso precisamente hemos puesto el énfasis allí
donde nos parecía que debe ser puesto. Con toda la
preocupación y también con todas las recomendaciones, se
pueden ahorrar muchas de las cosas que en este momento se
producen, se puede mejorar el funcionamiento de Asuntos
Exteriores, se pueden limitar determinados gastos, se pueden
limitar determinados alquileres, se puede realizar una acción
española que incluso con los medios, pocos, de los que
desgraciadamente disponemos, sin embargo, se evite el
despilfarro. Estas y no otras son las razones profundas que
nos han llevado a presentar estas enmiendas, en el
entendimiento, naturalmente, que a nosotros lo que nos importa
al fin y al cabo es que la acción exterior española, la acción
de seguridad española reciba por parte de propios y ajenos el
mérito, la consideración y el aplauso que nosotros querríamos
para ella.

Muchas gracias, señor Presidente.




El señor VICEPRESIDENTE (López de Lerma i López): Gracias,
señor Rupérez. Tiene la palabra el señor Espasa.




El señor ESPASA OLIVER: Gracias, señor Presidente.

Respecto a la presentación de enmiendas en el debate que hemos
celebrado, quiero señalar una y otra vez la perplejidad que
nos producen las intervenciones de otros grupos
parlamentarios, como la que se acaba de producir, sobre esta
duda hamletiana de si España debe estar presente o no en las
operaciones de paz en Bosnia-Herzegovina en función del coste
o en función de otras políticas de intervención. Parece que el
señor Rupérez, que lo ha defendido y sostenido en otros foros
y en la Comisión, era partidario de una intervención mucho más
drástica por parte de los Estados Unidos, y esta es la forma
en que se acercaría a la paz en Bosnia-Herzegovina. Nosotros
no compartimos este criterio y en esta cuestión somos
partidarios de mantener la política de Exterior y de fuerzas
de mantenimiento de la paz, tal y como se ha diseñado en
Bosnia-Herzegovina, y nos sorprende constantemente ver esta
actitud dubitativa del sí pero no, no pero sí, del Partido
Popular. Respecto a nuestras enmiendas, señor Martínez,
aceptamos la transaccional que nos ofrece, aunque realmente es
escaso, como magro es todo el presupuesto --y usted mismo lo
reconocía--, pero menos es nada. Por tanto, aunque sean sólo
treinta y siete millones y medio, como es un incremento
respecto a lo que nosotros proponíamos, vamos a aceptar la
enmienda transaccional. Por tanto, señor Presidente,
retiraremos nuestra enmienda en favor de la transaccional. No
quisiera terminar sin añadir un pequeño granito de arena a la
polémica textil que el señor Martínez ha protagonizado. Estoy
seguro de que el señor Martínez, cuando hablaba de faldas
cortas o largas, se estaba refiriendo a faldas escocesas
puesto que, de otra forma, en una persona como él, culta como
es, me extrañaría muchísimo que hubiese perdido sus
referencias culturales al marxismo para caer en referencias al
mero machismo. Por eso pienso que las faldas del señor
Martínez eran escocesas. (Rumores.)



El señor VICEPRESIDENTE (López de Lerma i López): Gracias,
señor Espasa. Tiene la palabra el señor Martínez.




El señor MARTINEZ MARTINEZ (don Miguel Angel): Señor
Presidente, quiero dar las gracias, en primer lugar, a los dos
colegas por el tono que recoge algo que nosotros hemos dicho
ya en la introducción de nuestra intervención, que es que no
se aprecian diferencias fundamentales. A veces a grupos de la
oposición, incluso a grupos de Gobierno, les produce una
cierta angustia la coincidencia. Como he dicho en otras
ocasiones, siento gran satisfacción cada vez que coincidimos
en algo. Por tanto, no me molesta ni siquiera me escuece
coincidir con ustedes, porque creo que es lo que necesita el
país, que coincidamos en todo y declaremos nuestra
satisfacción por ello. Dice el señor Rupérez que, leyendo la
memoria de los presupuestos que ha presentado el Gobierno,
sobre todo en lo que a cooperación se refiere, se observa la
definición de una serie de objetivos en los que todos
coincidimos. A mí me parece que eso es lo fundamental de lo
que se ha afirmado aquí. Además, el señor Rupérez dice algo
todavía más importante que yo creo que le honra a él y que
honra también al Gobierno y es que coincidimos, porque lo que
se afirma en ese documento es lo que ha manifestado de foma
consensuada y unánime la Cámara; luego el Gobierno recoge y
hace suyos los objetivos que el Parlamento define para la
actuación de España en materia de cooperación.

En segundo lugar nos dice que los medios son insuficientes, y
además afirma el propio señor Rupérez que es que no hay más
tela. Entonces, cuando no hay más tela, ¿qué es lo que
procede? Procede vestir bien con la tela que tenemos, y yo
creo que, efectivamente, con esa tela (el «kilt» es largo en
general, no sé lo que conocerá el señor Espasa de Highlands
pero, en realidad, el «kilt» es una falda larga que puede
recortarse y, además, se viste con ropa interior, por tanto,
no es ése el problema) hay que vestir digna y decorosamente no
las vergüenzas, sino la política que queremos realizar
consensuadamente por parte de todos. Señor Rupérez, cuando
usted dice que esto es imposible, si no estuviéramos en este
tono que yo creo que es muy razonable, yo podría decirle que a
lo mejor sería imposible para



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ustedes. Para nosotros es posible, con esa poca tela, hacer
una buena falda. Usted dice que no se puede hacer, que es
imposible. Lo cierto y verdad es que para nosotros
probablemente también sería muy difícil hacerlo. Yo creo que
sólo será posible cumplir los objetivos con estos presupuestos
si todos, absolutamente todos los que estamos de acuerdo con
esos objetivos, arrimamos colectiva y solidariamente el
hombro, ustedes y nosotros, incluso los demás, y a partir de
ahí yo creo que será más fácil conseguirlo. En cualquier caso,
nos acercaremos más, mucho más, a la consecución de esos
objetivos que todos compartimos.

Hay otra cosa en la que no quiero caer. Yo no quiero decir que
como los recursos son muy cortos, recortemos nuestras
aspiraciones. No, señor; no, señor, porque yo sé aquello de
que jugador de chica es perdedor de mus, y como jugador de
chica es perdedor de mus y yo no quiero perder al mus, le voy
a jugar a grande, que es lo que ha venido haciendo este
Gobierno a lo largo de 10 años; jugar a grande, y además
ganando el mus en una, en otra y en otra partida. Eso es lo
que he querido decir, aunque quizá la metáfora que he empleado
sea más utilizada por unos que por otros que viven más
apegados a la tierra que pisan. (Risas.) Lo que no es
correcto, señor Rupérez, es decir que, año tras año, el
Gobierno socialista ha venido reduciendo el presupuesto de la
cooperación, porque no se ajusta a la realidad. Puede haber
una disminución en este año (por primera vez en 10), pero
desde luego con el compromiso de remontarlo. Y el argumento
que yo le he dado se podía entender o no, pero cuando yo digo
que lo que estamos gastando en operaciones de defensa de la
paz son unos recursos que también tienen que ver con la
cooperación, eso va a misa, y si no es cooperación al
desarrollo es cooperación previa al desarrollo, porque usted
me dirá qué cooperación al desarrollo se ha podido plantear en
El Salvador antes de pacificarlo. Por tanto, son unas
inversiones necesarias para que en esos países pueda iniciarse
ese desarrollo que también queremos afrontar. A mí me parece
verdad el argumento. Si el año pasado no nos hubiéramos
endeudado, no tendríamos que pagar ahora atrasos. Lo que pasa
es que el año pasado se plantearon operaciones de defensa de
la paz que absorbieron todo lo que nosotros teníamos
presupuestado, de acuerdo con ustedes y con toda la Cámara,
para pagar cuotas y como ha habido que meterse en operaciones
de defensa de la paz muy importantes, teniendo que elegir, no
se ha podido cumplir con el pago de cuotas, que también eran
de obligado cumplimiento. Es verdad que, en cualquier caso --
yo estoy de acuerdo con usted--, es mejor pagar en el momento
y, a lo mejor, el procedimiento hubiera debido ser pedir un
crédito extraordinario para operaciones de defensa de la paz,
ante lo que nadie se hubiera sentido ofendido ni nadie se
hubiera opuesto. Yo no estoy de acuerdo con el señor Espasa en
su perplejidad porque no veo en el Partido Popular ni en el
señor Rupérez grandes dudas respecto de lo que debemos hacer
en Bosnia. Sí creo que es importante, más que plantear
permanentemente si hoy o algún día el gasto en recursos y en
vidas es excesivo, afirmar que el gasto en recursos y en vidas
por la paz de un país cercano, siendo considerable, es poco y
que, aunque sea mayor, lo vamos a seguir asumiendo y
afrontando. Más claro será esto que no plantear que quizá en
algún momento no podamos, no debamos, porque traduce también
con más claridad, ante la opinión pública, cuál es la política
que queremos llevar adelante en un tema como éste en el que
parece razonable que la opinión pública, menos conocedora de
los temas, se pregunte: ¿Y a nosotros qué se nos ha perdido
allí?, como ya hay quien se lo plantea. Nosotros tenemos la
obligación --porque conocemos la responsabilidad de España, el
beneficio que para España conlleva actuar como se está
actuando-- de hablar con mucha claridad y decir que, aun con
más gastos y más vidas, seguiremos asumiendo esa
responsabilidad. Juguemos en todos los demás frentes para que
no haya que utilizar esos recursos en ese tipo de gastos ni,
desde luego, que poner en peligro la vida de nuestros
soldados.




El señor VICEPRESIDENTE (López de Lerma i López): Señor
Martínez, vaya concluyendo.




El señor MARTINEZ MARTINEZ (Don Miguel Angel): Termino, señor
Presidente. No estoy de acuerdo con que haya despilfarro,
señor Rupérez. Me parece que eso no se ha podido cuantificar.

Creo que el Ministerio de Asuntos Exteriores es uno en los que
se gasta con más esfuerzo de racionalización, de sentido
común, incluso de prudencia, y lo sabe su señoría mejor que
otros, porque los profesionales ponen mucho cuidado en cómo
gastan. Por último, quería decir al señor Espasa que nuestra
contribución es modesta, es menor de lo que hubiéramos
deseado, pero también, volviendo a la tela, hay la que hay y,
en cualquier caso, señor Espasa, efectivamente menos da una
piedra. Pedrada es alguna de las enmiendas que se nos
presentan. Porque si esa pedrada hubiera sido lo que se
hubiera aprobado, no se hubiera podido gastar el dinero con el
que algunos intentan aquí presentar un cambio en los
presupuestos. Creo que es un incremento sustancioso, en
cualquier caso. Muchas gracias, señor Presidente.




El señor VICEPRESIDENTE (López de Lerma i López): Gracias,
señor Martínez. Terminado el debate de esta Sección, pasamos a
la número 20, Ministerio de Industria y Energía. Para la
presentación de esta Sección tiene la palabra el señor
Ministro de Industria y Energía.




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El señor MINISTRO DE INDUSTRIA Y ENERGIA (Eguiagaray Ucelay):
Señor Presidente, señorías, en la presentación de la Sección
20 del presupuesto trataré de hacer un análisis de algunas
cifras y de algunas de las razones que hacen posible que éstas
sean las cifras finalmente consignadas en los presupuestos
para 1994. Quisiera empezar por decirles que no es mi
intención hacer, en este momento, una especie de análisis
sobre todos y cada uno de los extremos que sin duda podrían
ser útiles, convenientes y agradables de debatir, desde el
punto de vista de una política industrial. Bien recientemente
hemos tenido ocasión de hacer una parte de este debate en la
Comisión de Industria, con alguna amplitud, y no quisiera --
salvo que ustedes lo exijan--hacer un debate en profundidad
sobre cuáles son los fundamentos, desde el punto de vista
teórico, y también las actuaciones, desde el punto de vista
instrumental, de una política industrial en un período como
éste. Sí me parece, en cambio, que debo decir algo que es
evidente y que forma parte de una declaración de principios
fundamental.

La política industrial no puede ser hecha en discrepancia ni
siquiera en falta de consonancia con la política general del
Gobierno. Creo que tiene bastante poco sentido, aun cuando uno
se encuentre de vez en cuando en la vida con las
reinvindicaciones permanentes de actuaciones sobre
determinadas empresas, sectores o áreas de actividad
industrial que a veces significan contradicciones flagrantes
con un planteamiento global de política económica. Señorías,
yo soy de los que creo que la política industrial es una parte
de la política general y global económica del Gobierno y,
además, una política que se puede entender, en este período
que estamos viviendo, como una política no ya con
discrepancias o con falta de sincronía con la política
macroeconómica general sino, por el contrario, plenamente
armoniosa con la política macroeconómica general. Sin duda
alguna, desde el punto de vista industrial, es verdad que una
política macroeconómica que tenga como objetivo básico, además
de la generación de empleo, en última instancia,
instrumentalmente conseguir un descenso en el déficit público
y, a partir de ahí, una contribución al descenso de los tipos
de interés, es algo que tiene, naturalmente, muchísimo que ver
con las orientaciones y con las necesidades de nuestro propio
tejido industrial. Como lo es también el que seamos capaces de
mantener una política de tipo de cambio como la que en este
momento existe, que asimismo será un factor de armonía entre
las exigencias de la industria de nuestro país y las
exigencias de la política macroeconómica, tal como está
diseñada.

Por tanto, dentro de este planteamiento global, desde una
perspectiva que pretende ser, obviamente, coherente con el
planteamiento general, es desde la que creo que se puede
abordar con corrección lo que hoy son los presupuestos
contenidos en la Sección 20, para contribuir a eso que tantas
veces he llamado una política industrial activa, en un período
de recesión económica, que contribuya a generar una mayor
competitividad de nuestro tejido industrial en el corto, en el
medio y en el largo plazo. No obstante, me permitirán SS.SS.

que haga, en una primera parte de esta intervención, algunas
clarificaciones desde el punto de vista numérico, tal vez por
ayudarles a interpretar algunas de las cifras y,
posteriormentee, algunas otras consideraciones desde el punto
de vista político. Quisiera hacer algunas aclaraciones dado
que del año pasado a éste se han producido modificaciones
orgánicas en el Gobierno, especialmente en lo que hace
referencia al Departamento de Industria, que anteriormente era
de Industria, Energía, Turismo y Comercio y que en este
momento es Departamento de Industria y Energía. Es importante
a los efectos de poder comparar las cifras del año pasado con
las de éste y tener una impresión cabal de ellas.

Por tanto, habría que contemplar como base de partida, a los
efectos de la comparación, los créditos que figuraban en los
presupuestos de 1993 para Industria y Energía con los de 1994.

Naturalmente, todas las comparaciones se pueden hacer desde
distintas perspectivas, fundamentalmente tres. Una de ellas es
hablar del presupuesto del Ministerio de Industria y Energía
sin considerar incluido en el mismo las transferencias a sus
organismos autónomos ni los presupuestos de los mismos, en
cuyo caso tendríamos un presupuesto de 185.846 millones de
pesetas, que, comparado con el equivalente de 1993, de 175.311
millones, significaría un crecimiento, para 1994, de un seis
por ciento. Una segunda consideración, si quieren, es examinar
el presupuesto del Ministerio incluyendo en el mismo las
transferencias a los organismos autónomos. En este caso
ascendería a 197.260 millones, esto es, un 5,2 por ciento más
respecto de los 187.442 millones de pesetas del año 1993.

Finalmente, en una comparación que me parece la más cabal, si
analizamos el presupuesto total consolidado, o sea, el
presupuesto del Ministerio más sus organismos autónomos, pero
neto de transferencias internas, las cuantías totales serían
de 193.297 millones de pesetas para 1993 y 202.955 para 1994,
lo que arrojaría un crecimiento, en términos consolidados, tal
y como les he referido, de un 5 por ciento.

Permítanme también, por darles alguna aproximación a algo que
forma parte de este esfuerzo de coherencia en relación con los
capítulos generales de los presupuestos, que les señale, en la
distribución por capítulos, que el presupuesto del Ministerio
de Industria se incrementa en el capítulo 1 en un 2,3 por
ciento, lo que supone prácticamente la consolidación del
incremento salarial de 1993, así como el originado por la
adscripción al Departamento del personal del Ministerio de
Economía y Hacienda antes perteneciente a la estructura de
Campsa. En segundo lugar, por lo que hace



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referencia al capítulo 2, éste disminuye los gastos en bienes
y servicios corrientes en un 3,6 por ciento, configurando de
nuevo algo que se ha puesto de relieve en diversas ocasiones:
el reflejo de una política que quiere ser también austera en
este Ministerio. En tercer lugar, el capítulo 4 experimenta un
incremento del 5,3 por ciento, básicamente debido al aumento
de las siguientes actuaciones que les pormenorizo muy
brevemente. Las empresas mineras con contrato-programa --
Hunosa, Figaredo y La Camocha--, por 1.111 millones de
pesetas, y la inclusión de una dotación de 1.900 millones de
pesetas a favor del ICO como previsiones, en cumplimiento de
lo dispuesto en el acuerdo de la Comisión Delegada del
Gobierno para Asuntos Económicos relativo a las empresas de
fertilizantes, a fin de hacer frente a los eventuales
quebrantos derivados de las líneas de crédito arbitradas para
tratar de resolver el problema de las industrias de
fertilizantes del Grupo Fesa-Enfersa. En cuarto lugar, el
capítulo 6, por el contrario, tiene una disminución neta nada
menos que de un 35,5 por ciento, lo cual no me parece
sustancialmente grave. En el Ministerio de Industria, las
inversiones reales tienen bastante que ver con la dotación
interna de equipamiento y bastante menos que ver, por el
contrario, con una actuación sobre el conjunto de la economía
y de las empresas. Por tanto, hemos desinvertido, si quieren
ustedes, en relación con otros años, en estudios, proyectos y,
sobre todo, tareas de consultoría externa. En quinto lugar,
hemos hecho un esfuerzo en el capítulo 7, que es el que, sin
duda alguna, experimenta, cualitativa y cuantitativamente, el
mayor de los incrementos, un 6,4 por ciento. Este es el
capítulo que fundamentalmente corresponde a todo el conjunto
de medidas de apoyo, vía transferencia, a los sectores
económicos. Considerando exclusivamente el capítulo 7
significa que el 55,8 por ciento del total de estos capítulos
de los que implican apoyo a las empresas ha tenido un
crecimiento notable respecto de años anteriores, lo que deriva
fundamentalmente de los apoyos establecidos en términos
cuantitativos a empresas como Minerosiderúrgica de Ponferrada,
la Agencia Europea Espacial, las primas a la construcción
naval y notablemente el esfuerzo tecnológico realizado a
partir de la política que desde el CDETI se quiere poner en
marcha, a partir de este año, en continuación de esfuerzos
anteriores.

Les daba estas aproximaciones estrictamente contables, o si
quieren cuantitativas, por que tengan una aproximación cabal
al contenido del presupuesto, que sin duda alguna este año
tiene más dificultades para ser analizado como consecuencia de
las modificaciones orgánicas experimentadas. Ciertamente, no
quisiera que esta intervención mía fuera una intervención
estrictamente contable o cuantitativa. Quisiera hacer la
referencia también a alguno de los fundamentos, a partir de lo
que les he dicho, de lo que quiere ser la política industrial
en este período. Una política en consonancia con el conjunto
de la política global y macroeconómica que se traza en estos
presupuestos, pero una política que, a la vez de haber hecho
una afirmación por un mayor grado de preocupación, de
actividad, de relación con el mundo de las empresas, con el
mundo de la industria, no obstante tiene que atenerse también
a unas cifras que ciertamente cualquiera de ustedes desearía
superiores, salvo por el riesgo de superar las restricciones
globales presupuestarias que, para la coherencia de la misma
política económica, el Gobierno se ha trazado.

La actual política industrial española, señorías, se inscribe
en el contexto de una creciente internacionalización y
globalización que caracteriza la actividad económica, y muy
especialmente en el mercado interior comunitario. Ello
comporta el respeto a la legislación y a las directrices
comunitarias, la anticipación a los procesos de integración
europea y el fomento a la participación de las empresas
españolas en los diversos programas comunitarios. Asimismo,
esta política está teniendo en cuenta otros aspectos de
creciente importancia a nivel internacional, como son las
cuestiones medioambientales, la interrelación, cada vez más
importante, entre la política de competencia y la política
industrial y un fenómeno bien reciente, pero no por ello menos
significativo: la regionalización del comercio mundial. El
objetivo, por tanto, a medio plazo perseguido por la política
industrial ha sido el establecimiento de un entorno
macroeconómico y microeconómico que fomente la competitividad
de la empresa, mejorando las dotaciones y potenciando aquellos
factores de los cuales está más necesitado precisamente
nuestro tejido industrial. En el largo plazo, el objetivo no
puede ser otro que el asumir una realidad que tiene lugar
entre nosotros y en el mundo, que es la internacionalización
de la industria española en base a una mayor capacidad de
acreditar su competitividad internacional. Las actuaciones
realizadas han consistido hasta ahora, y lo van a consistir
también en el futuro, en la generación de nuevas y en la
potenciación de algunas de las existentes ventajas
competitivas de nuestro país, que permitan a las empresas
industriales españolas ganar de forma continuada (El señor
Presidente ocupa la Presidencia.) no sólo cuota de mercado
doméstico, sino, sobre todo, cuota de mercado también
exterior. Sólo de esta forma me parece plausible, probable y
razonable defender una política industrial que tome en cuenta
no sólo el inmediato plazo, sino, fundamentalmente, la tarea,
la lucha y la competencia por un tejido industrial sólido en
el futuro.

En función de estos objetivos, señorías, la estrategia
industrial que hemos diseñado supone la combinación de todo un
conjunto de actuaciones, de las llamadas horizontales, de
carácter general, tendentes a promocionar esos factores de
competitividad con medidas



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dirigidas a aquellos sectores industriales que también, por su
especial vulnerabilidad, necesitan hoy un tratamiento especial
para afrontar la competencia internacional, como son
notablemente sectores como los de la siderurgia, el sector
naval, el textil, en concreto, aquejados o sometidos en este
momento a reglas específicas de competencia también en la
Comunidad. Desde esta perspectiva, el Ministerio de Industria
y Energía está promoviendo, como saben, un conjunto de planes
que tienen como finalidad, en primer lugar, contribuir a la
modernización de la base industrial española, mediante la
implantación de un nuevo marco institucional competitivo y, en
segundo lugar, favorecer la adaptación permanente de la
industria a los cambios estructurales y a las exigencias
derivadas del nuevo contexto en el que se inserta la economía
española. El conjunto de las medidas encaminadas a esta
finalidad, que no es otra que globalmente la defensa y la
ganancia en competitividad de nuestra empresa, tienen como
objetivo fundamental mantener o ampliar determinadas ventajas
ante el reto que supone la incorporación de España en el
Mercado Unico Europeo, con un conjunto de medidas dirigidas a
todos los sectores industriales y que consisten en dotar a las
empresas de las herramientas necesarias que les permitan
alcanzar un mayor grado de eficacia.

Hay que citar así, y de una manera especial, las dirigidas a
promocionar la investigación y el desarrollo, el diseño, la
calidad, la seguridad, la protección de la propiedad
industrial, el medio ambiente, la internacionalización de la
empresa española y la cualificación técnica e industrial de
sus propios directivos, de sus propios agentes económicos. A
estas medidas habría que añadir las que persiguen el
fortalecimiento y el crecimiento de las pequeñas y medianas
empresas, sobre lo que he tenido ya la ocasión de pronunciarme
en esta Cámara con alguna profusión y con alguna incluso
reiteración del conjunto de medidas que formaban parte de los
Presupuestos para el año 1994 y de otras medidas que, no
requiriendo en este momento expresión presupuestaria, están,
sin embargo, formando parte de un nuevo diseño de una política
que hace un especial énfasis en la idea del apoyo a las
pequeñas y medianas empresas, que, como saben ustedes,
constituyen el 99,8 por ciento de nuestro tejido industrial.

A tal fin, el Instituto de la Pequeña y Mediana Empresa
Industrial (IMPI), dependiente del Ministerio, está
constituido como centro dinamizador que aplique todo el
conjunto de medidas de apoyo a la pequeña y mediana empresa en
materia de acceso a la financiación, a la concentración y
cooperación entre las empresas, a las infraestructuras de
servicios y cooperación transnacional y a los programas
comunitarios. Dentro de este conjunto saben que forma parte de
una manera especialmente significativa algún proyecto de ley,
como es el de las Sociedades de Garantía Recíproca, pendiente
de tramitación precisamente en esta Cámara.

Asimismo, me parece importante, aunque no tenga un reflejo
presupuestario dentro del Ministerio de Industria, poner de
manifiesto una parte de las medidas que se contienen dentro de
la Ley Financiera que acompaña al proyecto de Ley de
Presupuestos sobre un régimen especial de protección a las
pequeñas y medianas empresas, tanto en el Impuesto de
Sociedades como en determinadas modificaciones sobre el
Impuesto de Actividades Económicas o el de Patrimonio,
destinadas también al fomento de la creación de empleo.

Adicionalmente al conjunto de actuaciones de carácter
horizontal, más todas aquellas que tienen un destinatario
fundamental, que son las pequeñas y medianas empresas, el
Ministerio ha diseñado --y está contenido en las previsiones
presupuestarias-- una serie de medidas sectoriales específicas
que, de acuerdo con las directrices comunitarias, tienen el
carácter excepcional y transitorio que aconsejan las reglas de
competencia comunitaria, pero cuya finalidad es la mejora
también de la competitividad de aquellas empresas localizadas
en regiones que presentan una especial vulnerabilidad ante la
consecución del Mercado Unico Europeo. Las principales
actuaciones contempladas en este capítulo se centran
fundamentalmente en las medidas de adaptación a la competencia
internacional y de diversificación en zonas con implantación
de la industria textil y de la confección, así como de
aquellas otras dirigidas a dos sectores de larga tradición en
reconversión industrial, como son el sector siderúrgico y el
sector naval. Por último, quiero señalarles que existen
acciones de apoyo de carácter general, como la política de
promoción regional, que es un esquema también fundamental de
una política industrial bien concebida, mediante el esquema de
incentivos regionales y las deducciones fiscales a la
inversión contempladas en la Ley 39/1992, de 29 de diciembre,
de Presupuestos Generales para 1993, y los avances
introducidos en la mejora de la formación de los recursos
humanos. Permítanme, no obstante, a partir de estas premisas
generales, señalarles algunas de las medidas específicas que
en estos presupuestos, dentro de la Sección 20, merecen, a mi
juicio, ser reseñadas.

En primer lugar, medidas relativas a los sectores industriales
que incluyen, en primer término, el plan de I+D, como novedad,
para el sector aeronáutico, fundamentalmente para los
programas Airbus y CASA-3000.

En segundo lugar, las medidas de adaptación a la competencia
internacional y de diversificación de zonas por implantación
de industria textil y de la confección, fundamentalmente en lo
que se refiere al plan de competitividad textil, cuyos
objetivos y medios concretos



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están de acuerdo con la iniciativa Rete de la Comunidad
Económica Europea. En tercer lugar, medidas de fomento
relativo a las pequeñas y medianas empresas que incluyen, en
primer lugar, un programa específico de incentivos para
pequeñas y medianas empresas basado en una estrategia de
incentivos financieros y fiscales, préstamos preferentes del
ICO, subsidio de tipo de interés para alta tecnología,
préstamos globales del BEI, dotación de un fondo de capital-
riesgo en el ICO, acceso de las pequeñas y medianas empresas a
los mercados de valores, titulación de préstamos y otros
créditos y medidas fiscales de fomento fiscal a la inversión y
de apoyo al lanzamiento de nuevas actividades empresariales.

En el área de los programas de competitividad de la empresa
industrial se configura, igualmente, un paquete ordenado de
actuaciones que hagan posible la mejora de la competitividad
en general de la empresa española. Estos programas
instrumentan, de un lado, un conjunto de actuaciones dirigidas
a todos los sectores, como les decía hace un momento, y, de
otro lado, un conjunto de actuaciones de tipo sectorial que
resulte del apoyo necesario a aquellos sectores industriales
especialmente vulnerables a la competencia internacional.

Entre las actuaciones de carácter horizontal les quiero
destacar, fundamentalmente, las siguientes: a) La adaptación
de la empresa industrial española al mercado único. b) Los
programas de cualificación técnica e industrial de la empresa.

c) La cooperación entre empresas en el ámbito nacional e
internacional. e) Los programas internacionales de I+D a cargo
del CEDETI. f) El Plan de actuación tecnológica e industrial,
el PATI 2, que tiene su anualidad en los presupuestos para
1994, pero que forman parte de una programación a cuatro años
por un importe, como recientemente ha aprobado el Gobierno, de
180.000 millones de pesetas destinados a elevar la I+D
precisamente en las empresas con todos sus programas
específicos, como son el programa específico para la
electrónica (PEIN), el Plan de Infraestructura Tecnológica
(PIT), el Plan de Automatización Avanzada (Pauta) y los Planes
para Tecnologías Químicas y Avanzadas. g) La promoción del
diseño industrial. h) El fomento de la calidad y la seguridad
industrial. i) La regulación y protección de la propiedad
industrial. j) El programa industrial y tecnológico
medioambiental. No puedo dejar de referirme al área de la
energía y de los recursos minerales, donde por lo menos me
gustaría destacar, dentro del conjunto de los programas
existentes, aquellos que tienen que ver con el plan de ahorro
y eficiencia energética, la cogeneración, la sustitución de
energías y las energías renovables. Igualmente, el Plan de
promoción de la calidad del servicio en el suministro de
energía eléctrica y aquellos otros dirigidos a la
investigación y el desarrollo tecnológico, medioambiental,
energético y minero y la explotación minera.

Por terminar esta presentación de los aspectos instrumentales
presupuestarios de una política industrial que, no sólo tiene
que tomar en cuenta las previsiones presupuestarias, sino
otros instrumentos que no siempre tienen un reflejo de
carácter presupuestario, sí me gustaría destacarles algo que
les he dicho al comienzo de mi intervención.

La política industrial de este Gobierno se pretende, incluso,
en un marco de austeridad presupuestaria con una reducción del
gasto de los Presupuestos Generales no financieros en relación
con la previsión de liquidación de los Presupuestos para 1993
y, sin embargo, con un crecimiento en términos reales del
presupuesto del Ministerio de Industria. Es obvio que esto
forma parte de ese mensaje del que se quiere dotar también a
la sociedad y a la propia industria de que, con independencia
de que la política macroeconómica tiene que ser capaz de
generar el clima preciso para una reactivación económica, es
obvio que tiene que haber también una contribución específica
desde el Ministerio de Industria a esta reactivación y a
coadyuvar a la resolución de algunos de los problemas de
competitividad de nuestra industria. De ahí ese crecimiento,
al que antes me he referido, del presupuesto de 1994 comparado
en 1993 en el entorno del 5 ó 6 por ciento, depende de cuál
sea la cifra que tomen ustedes en consideración, y que me
parece que expresa bien a las claras el que, no obstante el
esfuerzo de austeridad presupuestaria, la prioridad por la
reducción del déficit y el énfasis puesto en algunos gastos
sociales y de infraestructuras, también la política industrial
ha merecido una prioridad, la que es en este momento posible,
en la política presupuestaria del Gobierno.

En efecto, el presupuesto del MINER se incrementa en un 6 por
ciento respecto de los 175.311 millones de pesetas en
condiciones homogéneas de 1993. Por capítulos presupuestarios,
como ya les he dicho anteriormente, se produce una disminución
del 3,6 por ciento en los capítulos II y VI, reflejando una
austeridad presupuestaria que hace posible dedicar algunos de
los escasos recursos a otras atenciones que tienen mucho más
que ver con los intereses de las empresas y con un esfuerzo
que obviamente tiene que ver con los programas a los que
anteriormente me he referido, fundamentalmente la atención a
la continuidad en los procesos de reconversión de algunos
sectores y con un énfasis muy importante en todos aquellos
programas que han de poner de manifiesto una ganancia de
competitividad de nuestras empresas industriales en el futuro.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Ministro.

Enmiendas del Grupo Popular. El señor Gamir tiene la palabra.




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El señor GAMIR CASARES: Señor Presidente, señorías, voy a
defender la enmienda de totalidad del Grupo Parlamentario
Popular a la Sección 20 y englobaré en esa defensa las
enmiendas a la totalidad a programas y la defensa de enmiendas
concretas a efectos de votación.

El Ministro tiene razón al decir que la política
presupuestaria de gasto en el sector industrial tiene que
estar en concordancia con el resto de la política industrial y
con el resto de la política macroeconómica. Es muy difícil
opinar, juzgar sobre esta política de gasto público industrial
si no se la engloba en el resto de la política económica
porque una misma política presupuestaria de gasto industrial
sería adecuada o inadecuada según cómo sea el resto de la
política industrial, según incluso cómo sea el resto de la
política macroeconómica.

Como primera afirmación creo, y lo digo sin ninguna acritud y
juzgándola por sus resultados, que la política industrial del
Gobierno socialista es realmente negativa en
desindustrialización y es negativa en creación de paro. Aparte
de que los hechos sean tozudos, a veces unas pocas cifras nos
ahorran centenares de palabras. Por ejemplo, en el período que
va desde 1982 hasta la actualidad, en España el sector
industrial ha caído en relación al PIB en seis puntos,
aproximadamente; en Europa la mitad. En este último año nos
encontramos con que es cierto que el PIB ha disminuido en un
punto. Pues bien, la industria, según los indicadores que
tenemos, ha podido caer hasta el 7,3.

A todos nos preocupa especialmente el paro; es el gran
problema de nuestra sociedad. Cuando hablamos de paro en la
economía en general, desde los bancos socialistas se nos suele
decir: Es cierto que ha aumentado el paro en 1.200.000 --me
refiero a cifras redondas-- parados desde que el socialismo
está en el gobierno, pero también es cierto que hemos creado
un millón de empleos; lo que pasa es que la población activa
ha crecido en 2.200.000, cifras más o menos aproximadas. Ahora
bien, ese argumento ni siquiera es posible en el sector
industrial, porque en el mismo desde 1982 a 1992 no se creó ni
un solo empleo; se destruyeron 200.000 puestos de trabajo.

Pero lo más radical es lo ocurrido en este último año. Desde
el segundo trimestre de este año, cogiendo un año para atrás,
se han destruido 300.000 empleos: el 10 por ciento de los
empleos industriales se han destruido en un solo año. Esto no
tiene nada que ver con la sociedad postindustrial ni con nada
parecido; esto no tiene nada que ver con lo que está
ocurriendo en Europa. Esto tiene que ver con una crisis
diferencial en la industria española, mucho más grave que la
crisis que tiene lugar en la industria europea. Esa crisis
diferencial tiene que ver con la política del Gobierno
socialista durante estos últimos años --desde 1982 a la
actualidad--. Desearía recordar esa concordancia que planteaba
el señor Ministro, entre la política presupuestaria industrial
y el resto de la política económica. Recordemos con breves
pinceladas cómo ha ido el resto de la política económica y sus
efectos sobre la industria.

Empecemos por recordar, una política, defendida realmente con
constancia desde el banco azul, la política de tipo de cambio
sobrevalorado que llevaba a que había años en que los precios
industriales en fábricas no podían subir más del 1,2 ó el 1,3,
mientras que los precios de los servicios subían más del 10
por ciento, lo cual estrangulaba a la industria. Ha sido muy
citada la frase referida al Gobierno socialista de que sólo
aciertan cuanto rectifican. Ahora hay que modificarla en parte
y decir que sólo aciertan cuando les obligan desde fuera a
rectificar, porque el Gobierno quería esa política de tipo de
cambio sobrevalorado. El mismo día que el Presidente del
Gobierno decía que no había que devaluar, el mismo día, se le
obligaba desde fuera a devaluar, una de las tres veces; por
ello, alguna vez en broma --y siento que no esté presente-- he
tenido que comentar que Solchaga devaluaba bastante peor que
Boyer, quizá porque le obligaban desde fuera a hacer algo en
contra de lo que él realmente quería. Ese tipo de cambio
sobrevalorado ha masacrado a la industria, como lo ha hecho el
diferencial de tipos de interés. Se podrá decir que los tipos
de interés han bajado. En la mejor forma de medirlos, el
diferencial de tipos de interés entre España y Europa es aún
de dos puntos y estamos hablando de un sector especial; el
sector industrial es un sector abierto al exterior, que
compite con importaciones o que exporta. Otros sectores a lo
mejor pueden soportar estos diferenciales de tipos de interés
con menos problemas, como podían soportar el problema del tipo
de cambio, pero el sector industrial no puede, porque no puede
transmitir a precios ese incremento en sus costes financieros.

Es difícil seguir bajando el diferencial --y subrayo la
palabra diferencial-- en tipos de interés entre España y
Europa, por otra parte de la política económica, por la
política fiscal, por el déficit público, por la necesidad de
financiar ese inmenso déficit público, y esa excepcional deuda
pública actual (entre paréntesis voy a dar un dato: en el año
1982, España era el segundo país, después de Luxemburgo, con
menor deuda pública de toda Europa. Hoy no ocupa precisamente
ese lugar). Cerremos el paréntesis. La financiación de esa
deuda pública impide disminuir el diferencial de tipo de
interés.

Este es el contexto en el que se mueve la política
presupuestaria e industrial en su parte fiscal-monetaria. Como
también se mueve en el hecho de que la financiación de la
Seguridad Social afecta de manera muy negativa a la política
industrial. Resumiendo, en grandes cifras, diré que en Europa
la Seguridad Social se financia de la siguiente manera:



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el 50 por ciento desde los presupuestos y el 50 por ciento
restante con las cuotas. Estoy resumiendo y simplificando. En
España la proporción es el 70 por ciento desde cuotas y el 30
por ciento desde los presupuestos. Este sistema discrimina y
dificulta extraordinariamente la competitividad de nuestro
tejido industrial. No solamente es cierto, como decía Felipe
González, que este sistema crea paro; es que, además,
disminuye claramente la competitividad en los sectores
abiertos al exterior, como es el sector industrial. En ese
marco en el que nos encontramos, en esa concordancia, a la que
hacía referencia con tanta razón el Ministro, de la política
presupuestaria de gasto industria con el resto, es en la que
tendríamos que comentar la política presupuestaria industrial.

La coherencia exigida por el Ministerio también nos obliga a
analizar la política de empresa pública del Gobierno
socialista. Perdonadme que haga un pequeño juego de manos al
respecto, y no es una broma, porque el tema es demasiado
serio. El pequeño juego de manos es que el anterior Ministro
socialista --y perdonadme que utilice la mano derecha--decía
que con los dedos de una mano le bastaba contar las empresas
industriales que podían quedarse en el sector público; al
actual Ministro le sobra un dedo pero al revés; ha dicho que
había sólo cuatro empresas que hacía falta privatizar y que
una de ellas una parte estaba ya privatizada. Como cinco más
cuatro son nueve (El señor Gamir Casares levanta
alternativamente su mano derecha y su mano izquierda.) y como
hay muchas más empresas públicas industriales, no me sale la
cuenta. Me podríais decir, con razón: «Ministro posterior
quita Ministro anterior; lo que vale es lo que dice el
Ministro posterior». Vale; pero resulta que, simultáneamente
el Diputado que utiliza normalmente ese escaño (Señalando el
escaño del Presidente del Gobierno), don Felipe González,
reitera una y otra vez que el Estado es muy mal empresario.

Eso me suena más a algo de la mano derecha --la del anterior
Ministro-- que a esta mano izquierda del actual Ministro de
Industria.

Yo creo que no hay ninguna claridad, que se transmite
auténtica confusión en la política de privatización y empresa
pública desde el banco azul, desde las filas socialistas.

Es en este contexto en el que hay que plantearse el
presupuesto de gasto de la Sección 20. Además, nos encontramos
con un presupuesto curioso, un presupuesto en el cual el
Ministro ha puesto la venda antes de la herida y lo ha hecho
con razón. Los documentos que ha editado el Gobierno sobre el
presupuesto de gasto de la política industrial son curiosos.

Aquí tenemos un primer documento, importante: Presentación del
Proyecto de Presupuestos Generales del Estado de 1994,
Ministerio de Economía y Hacienda. Dice que el presupuesto en
Industria y Energía se incrementa en 1994 con respecto a 1993
en un 1,3 por ciento. Más documentos: «Diario de Sesiones» de
la Comisión de Industria, Energía y Turismo, con la
comparecencia del Ministro de Industria y Energía, donde el
Ministro nos habla del seis por ciento. La cifra real es el
cinco por ciento, si lo medimos de la forma en que hay que
hacerlo, consolidando e incluyendo organismos autónomos. Hoy
lo ha venido a reconocer el señor Ministro, no diciendo
exactamente lo mismo que se decía aquí (Mostrando el «Diario
de Sesiones».) e indudablemente muy diferente a lo que se
decía aquí (Mostrando el documento de presentación del
Proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 1994.) Lo
que decía aquí está equivocado, y nos preocupan estos errores,
porque si ya ni siquiera en los documentos oficiales del
Ministerio de Economía se dan estas cifras bien, si se cometen
estos errores, ¿cómo luego van a salir bien las cuentas si de
entrada empiezan tan mal?
Paso a puntos más concretos --concretos aunque algunos de
ellos nos han llevado a presentar enmiendas a la totalidad de
algunos de los programas--. Por ejemplo, la Escuela de
Organización Industrial. Creemos que ha hecho una gran labor y
que ha tenido una función que cumplir. Pero la pregunta es:
¿Debe seguir haciendo la misma función ahora? Ahora el sector
privado está realizando una gran función en el mismo campo.

Sumemos la cantidad que nos hemos gastado los contribuyentes
españoles en transferencias de capital y en gasto corriente en
la Escuela de Organización Industrial. Se dice a veces que se
necesita subsidiar algunos programas. ¡Bueno! Privaticemos la
Escuela de Organización Industrial y, si hay programas
especiales, que se explique muy claramente que hay que
subsidiarlos. Hagamos un concurso entre las empresas privadas
o la privatizada Escuela de Organización Industrial a ver
quién desarrolla ese programa subsidiado que tiene un valor
social mayor que el privado, por ejemplo.

Uno de los políticos --y hablo en otro tono-- más importantes
de la democracia española fue Francisco Fernández Ordóñez.

Siendo Ministro de Hacienda, decía que los presupuestos debían
ser de cristal. No se refería a que al caerse se pudieran
romper, sino a que se viera muy bien a través de ellos, que
fueran transparentes, que no escondieran nada dentro.

Yo no sé si son presupuestos de cristal en los que todo queda
muy transparente, cuando, por ejemplo, en el programa 721, en
la remuneración de altos cargos, de cada 10 pesetas, tres
aparecen para la retribución básica y siete para otras
retribuciones que no se especifican. ¡Cuidado! Cuando se habla
de personal laboral no ocurre ese fenómeno, no hay en otras
retribuciones grandes cantidades, sólo cuando se trata de
altos cargos. Hemos presentado una enmienda que no solamente



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es simbólica, sino que supone una denuncia sobre este aspecto.

En la réplica comentaré que estaríamos dispuestos a plantear
alguna enmienda transaccional. Depende de la respuesta que se
nos dé desde el lado socialista. El presupuesto de Industria
tiene dos partes: la explotación minera y reconversión y
reindustrialización, que es la mitad, y el resto. Pues en el
resto de los programas, programas de I+D, de calidad y
seguridad industrial, de competitividad, nos encontramos con
que hay un sesgo curioso. En ellos crece mucho menos, en
algunos incluso cae, la parte dedicada al sector privado y,
sin embargo, se incrementa mucho la parte dedicada al sector
público. Cojamos uno, calidad y seguridad industrial,
incremento para el sector público, 82 por ciento; caída al
sector privado, 25 por ciento.




El señor PRESIDENTE: Señor Gamir, le ruego concluya.




El señor GAMIR CASARES: Sí, señor Presidente.

En el caso de que se conteste que hay un programa de pequeñas
y medianas empresas y que crece la parte del sector privado,
dada la recomendación del señor Presidente me reservo para la
réplica la respuesta a ese argumento. Concluyo diciendo que ha
flotado sobre este hemiciclo, a menudo, la frase de que desde
los gobiernos socialistas se decía que la mejor política
industrial es la que no existe. Ha flotado y ha sido negada
recientemente. También se puede aplicar aquel adagio italiano
que dice: «se non e vero e bene trovato», si no es verdad está
muy bien hallado; pero puede que sea falsa la frase, puede que
realmente se haya realizado una eficaz y activa política
industrial combinada con la política macro, cuyos resultados
eficaces han sido una desindustrialización de este país, un
incremento del paro no parangonable, en absoluto, con el resto
de Europa, y la creación de una magnífica fábrica de parados
industriales, debida, precisamente, a esa política industrial
que sí ha existido.

Gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Enmiendas del Grupo de Izquierda Unida-
Iniciativa per Catalunya.

Tiene la palabra el señor García Fonseca.




El señor GARCIA FONSECA: Señor Presidente, señor Ministro,
señoras y señores Diputados, quiero empezar, quizá de una
forma un tanto atípica, por lo más inmediato, no tanto de lo
que se ha dicho en esta Cámara cuanto de datos concernientes
al tema global que hoy debatimos, y que personalmente acabo
prácticamente de recibir.

Me refiero, en primer lugar, a una información del Ministerio
de Industria y Energía, nota sobre productividad industrial.

La he recibido esta mañana enviada por motorista, explicitado
así en la carta. Es decir, es de la mayor inmediatez; no sé si
actualidad. Voy a referirme a lo sustancial de lo que dice,
porque me parece que es enormemente pertinente en este
contexto de debate que estamos celebrando ahora, y enormemente
expresivo de lo que es la política, el pensar, el desiderátum
en cuanto a política industrial del Gobierno.

Dice que en el segundo trimestre de 1993 se produce, por
primera vez, un descenso de los costes laborales unitarios,
situándose la tasa de variación sobre el mismo período del año
anterior en el menos 2,2 por ciento. Por su parte, los precios
industriales crecen el 1,7 por ciento, también en esa tasa
interanual, con lo que el desfase que se viene analizando
entre costes laborales y precios industriales se produce en
sentido favorable a los precios por segundo trimestre
consecutivo. Parece que el Gobierno, por fin, consigue lo que
reiteradamente una y otra vez manifiesta y que, desde luego,
se convierte en el núcleo de su política industrial y
económica, y es que si queremos competir tenemos que reducir
los costes salariales unitarios o los costes laborales en
general, cualquiera que sea el concepto que se utilice para
expresarlo. Parece que esto se ha logrado en los dos
trimestres que llevamos, que no han brillado precisamente por
que este dato haya tenido algún tipo de incidencia positiva en
el empleo; ya sé que
es poco tiempo, pero al menos podía notarse algún síntoma. Y
el Gobierno, no contento con lograr esto, que inmediatamente
voy a pasar a glosar desde el punto de vista de mi Grupo (y no
sólo de mi Grupo, sino con datos que trascienden con mucho a
los que nosotros podamos elaborar), dice que no es suficiente.

¡Faltaría más!, si es el eje de su política, y resulta que
estamos en el fondo del pozo, o no se sabe todavía si en el
fondo del todo, pero indudablemente en el pozo.

Hablando de los salarios nominales, medidas como ganancia del
trabajador que han generado claramente su ritmo de aumento,
dice: Esta relativa moderación de los salarios es el factor
que más ha contribuido al descenso de los costes laborales
unitarios, sin que esto quiera decir que la contención de
dichos salarios nominales haya alcanzado su óptimo, puesto que
sigue resultando excesiva y perjudicial para el empleo en la
actual coyuntura de recesión.

Ustedes, señor Ministro, señores del Grupo Socialista que
coincidan con esta posición, y formalmente coinciden todos --
en la realidad es otra cosa quizás--, son insaciables, porque
siguen erre que erre en el tema monográfico de que los
salarios son el factor decisorio en la competitividad o no
competitividad de nuestros sectores productivos, y
particularmente el de nuestra industria, y llevamos un
semestre en el cual esta «ratio» es claramente favorable a sus
deseos y todavía hay que seguir apretando la tuerca.




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Sin entrar en más consideraciones al respecto, lo que quiero
decir una vez más, porque no sé si será la quinta, la sexta o
la enésima que lo repito en esta Cámara, es que el dato básico
de partida, señor Ministro --escúcheme esto por favor-- es
falso, y ya se lo he dicho, insisto, en más de una ocasión. Es
decir, el afirmar --lo afirman ustedes y lo afirman estos
señores de la derecha-- que los costes salariales unitarios
españoles crecen por encima de la media europea es una trampa
tan burda que yo creo que hay que echarle valor, por no decir
morro --con la expresión popular--, para seguir una y otra vez
expresándolo aquí, porque el truco de almendruco es pura y
simplemente que ustedes no deflactan y hablan de lo nominal,
pero lo nominal pertenece a la estratosfera, y lo real es lo
real, lo real es lo deflactado. Entonces, si nos atenemos a
los costes salariales unitarios deflactados, señores de la
derecha, señor Ministro y señores socialistas, resulta que las
cuentas salen exactamente al revés. Sobre base cien en el año
1980, los costes salariales unitarios reales de España en 1991
son el 83,6, es decir, que hemos perdido de cien a 83,6. Y la
medida europea de los Doce, el 93,3, lo que quiere decir que
todos los trabajadores europeos han perdido realmente poder
adquisitivo. Los costes salariales reales de los trabajadores
europeos, señor Ministro, han descendido, pero los costes
salariales reales de los trabajadores españoles han descendido
9,7 puntos más, y la fuente, señores de la derecha, señor
Ministro --en este caso los junto--, es «Economie Européenne»
número 50 --se lo he repetido en más de una ocasión--, que es
una fuente de la propia Comisión Europea. Por tanto, no se
trata de ningún dato elaborado en el insidioso grupo técnico
que asesora al Grupo Parlamentario de Izquierda Unida, que
busca por todos los medios encontrar las cosquillas al
Gobierno, aunque sea falseando las estadísticas. No, son datos
comunitarios, y datos que no niega nadie en Europa.

¿A qué viene, entonces, seguir hablando de costes salariales
unitarios nominales? ¿Qué significa eso? Como no sea una
maniobra ideológica en el sentido estricto del término, es
decir, como discurso que encubre y falsea la realidad para
acallar al personal, al que ustedes están apretando una y otra
vez el cinturón. Si quiere le doy otro dato, aunque no tenga
que hablar de ninguna cifra del presupuesto, porque realmente
las cifras de su presupuesto son tan escasas que en dos
minutos lo podría despachar.

Con otra consideración, con otra «ratio», vamos a buscar una
fórmula distinta de comparación. Busquemos otra moneda
unitaria que nos permita comparar los salarios de los
distintos países europeos, por ejemplo, marcos alemanes. En
marcos alemanes, señor Ministro, en 1990 --desgraciadamente no
tengo los datos de 1993-- Alemania tenía 37,88; esos eran los
costes salariales en la industria de 1990 en Alemania. En
España, 21,88, la mitad. ¿Cómo pueden explicar ustedes estos
datos? No me extraña que realmente se evadan al submundo o
subcielo, como lo quieran llamar, de la realidad nominal, que
caigan ustedes en ese nominalismo grosero, porque ciertamente
la realidad es tan contraria a las tesis que ustedes afirman y
en las que sostienen sus medidas durísimas para la mayoría de
la población, que obviamente de alguna forma las tienen que
camuflar.

Señor Ministro, nuestros trabajadores cobran la mitad que los
trabajadores alemanes, y la media europea de los Doce,
incluyendo países como Grecia, Portugal, Irlanda y el nuestro
mismo, es 24,80, es decir, tres puntos más que la nuestra en
marcos. ¿Cómo es posible que ustedes sigan erre que erre,
repito, en el último informe --por llamarlo de alguna manera y
al que ustedes nos remiten por vía de urgencia--, insistiendo
monográficamente en el mismo tema? Además, su conclusión única
y fundamental es que, a pesar de que incluso en términos
nominales se ha mejorado, hay que seguir insistiendo en lo
mismo, y dejan ustedes, obviamente, de lado todos los demás
factores que están influyendo en nuestra competitividad. Dejan
ustedes de lado los costes financieros, dejan ustedes de lado
los tipos de cambio, los tipos de interés, las inversiones o
el gasto en I+D, dejan ustedes de lado la organización de
nuestras empresas, las estructuras comerciales, etcétera. Y
dejan ustedes de lado, si de la inflación se trata --y la
inflación desde luego es un factor importante incluso a la
hora de escoger la «ratio» de medida de los costes laborales--
, y sin meter mano de una vez al sector servicios, señor
Ministro. Porque aquí hay dos paganos, que son los sectores
más productivos: la industria y la agricultura. Y los
servicios --dígase la banca, dígase las telecomunicaciones,
etcétera-- ahí campean por sus fueros, y ustedes, señor
Ministro, al que es realmente el sector causante de la
inflación, y en gran medida de los desequilibrios
macroeconómicos, lo tratan con guante de seda. Este era el
primer dato.

El segundo dato es mucho más anecdótico, pero quizá no menos
expresivo e igualmente reciente, es decir, caliente todavía.

Lo recibí esta mañana y quizá otros Diputados también lo
habrán podido recibir, y es la carta de una investigadora,
doña María Luisa Martínez Frías, directora del ECEMC. Es la
segunda carta que yo recibo de ella, y supongo que otros
Diputados tambén lo habrán recibido, al menos los que
pertenezcan a la Comisión Mixta de Investigación y Desarrollo
Tecnológico. La vez anterior se dirigía a nosotros y
simplemente nos pedía dinero a los Diputados --podría valer
para ello el 10 por ciento del señor González Lizondo--
individualmente --que no al Gobierno--; ahora ya nos pide una
contribución y nos comunica la creación de una fundación para
Investigación sobre defectos congénitos



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--tiene un currículum interesante, al menos sobre el papel-- y
nos dice que esta iniciativa fue motivada porque, debido a la
crisis, el programa de investigación de Estudio Colaborativo
Español de Malformaciones Congénitas, que venimos
desarrollando desde hace 17 años con gran éxito, no podrá
tener la ayuda necesaria que durante estos años hemos venido
recibiendo del Ministerio de Sanidad y Consumo. Obviamente no
es un Ministerio, pero a continuación me voy a referir al tema
de I+D de su Ministerio.




El señor PRESIDENTE: Señor García Fonseca, le ruego concluya.




El señor GARCIA FONSECA: Concluyo muy brevemente diciendo al
señor Ministro, que ni siquiera en cifras globales
coincidimos. Usted dice que se ha incrementado un 5 por ciento
el presupuesto de Industria con relación al del año anterior,
y yo he hecho las exenciones adecuadas, es decir, he quitado
algunos servicios que antes prestaba su Ministerio y ahora no,
y hay un incremento prácticamente nulo, de un 0,9 por ciento.

Pero no voy a entrar en eso.

Señor Ministro, como portavoz de mi Grupo --y puesto que he
consumido mi tiempo en esta primera intervención
introductoria, en la réplica abundaré un poco más en ello--
quería sobre todo referirme a dos temas de presupuestos que
nos parecen pertinentes y relevantes. Uno es el de
investigación y desarrollo y el otro el del sector público.

Estas cuestiones son relevantes por su incidencia en la
competitividad o en la marcha general del sector, pero lo son,
además, por tratarse de dos subsectores en los que cabe, en
buena medida, un grado de incidencia importante de la
actuación del Estado. Simplemente quiero decirle que en el
tema relativo a la investigación y desarrollo ustedes siguen
en el pozo o en el declive que iniciaron en el año 1991. En
estos tres últimos años el presupuesto en investigación y
desarrollo, en la época precisamente de crisis, ha decrecido
en un 30 por ciento. Le voy a dar unos datos en cuanto...




El señor PRESIDENTE: Señor García Fonseca, le ruego concluya,
por favor.




El señor GARCIA FONSECA: En cuanto a la empresa pública, me
decía el señor Presidente que no se me ocurriera citar a San
Pablo, pero una cita bíblica en latín sí cabe, «Nec
nominetur», ni lo nombran ustedes, ni en la Ley de Industria
ni, coherentemente con ello, en los Presupuestos Generales. No
aparece para nada ninguna referencia al sector público, cuando
resulta que es en ese sector público donde de hecho se da el
conjunto, el «holding» de empresas más importante y, por
tanto, con más capacidad de hacer frente al reto de un mercado
de trabajo. Nada más y muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor García Fonseca.

Para defender las enmiendas del Grupo Mixto tiene la palabra
el señor Albistur.

El señor ALBISTUR MARIN: Señor Presidente, solamente voy a
presentar la enmienda referida al Programa 542.E, de
investigación y desarrollo tecnológico, que tiene un contenido
mucho más testimonial que realmente efectivo en cuanto a los
300 millones de pesetas de incremento que se solicita en ella.

Durante los años que nos han precedido con la existencia de
este tipo de programas, todo lo que ha estado relacionado con
el acceso de la pequeña y mediana empresa a la investigación y
desarrollo tecnológico o al apoyo de centros y laboratorios
para realizar y experimentar con productos de esa pequeña y
mediana empresa, ha sufrido un desconocimiento, una falta de
información y una necesidad de difusión de los programas.

Remediar esto es el objetivo fundamental de la enmienda, sobre
todo en un momento crisis como el actual, y además como medida
preventiva para los momentos en que se pueda producir
cualquier tipo de expansión que pueda afectar a esa pequeña y
mediana empresa.

Nada más.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Albistur.

Enmiendas del Grupo de Coalición Canaria. Tiene la palabra el
señor Olarte.




El señor OLARTE CULLEN: Quería tan sólo, señor Presidente, que
se den por defendidas, lo cual supongo que será un motivo de
alegría general para las señoras y señores componentes de la
Cámara. Solicito también que se voten posteriormente, lo cual
supongo que no será motivo de tanta alegría para nosotros por
el previsible resultado.

Muchas gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Olarte.

Para turno en contra, por el Grupo Socialista tiene la palabra
el señor Sáenz Lorenzo.

El señor SAENZ LORENZO: Muchas gracias, señor Presidente.

Señoras y señores Diputados, voy a consumir un turno en contra
de las enmiendas planteadas por los distintos grupos
parlamentarios y, por tanto, a favor del presupuesto de la
Sección 20, Ministerio de Industria y Energía. En el
planteamiento crítico, de debate de totalidad de esta Sección,
que ha hecho el señor Gamir ha vuelto a exponer temas de
política económica, temas de política fiscal, que,
efectivamente, inciden de un forma muy directa en la política
industrial, en la competitividad de las industrias y, por
tanto, en su situación. Son elementos, como la valoración de
la peseta y los tipos



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de interés, que han sido ampliamente debatidos en estos días
en los capítulos fiscales y generales del presupuesto. Desde
mi punto de vista, lo que habría que discutir en este momento
son las partidas presupuestarias de la Sección 20, que se
refieren no a la política macroeconómica, que está definida en
los planteamientos básicos del presupuesto, sino a cómo se
inscriben, en ese planteamiento de un presupuesto
relativamente restrictivo, las actuaciones de política
industrial compatibles con nuestra pertenencia a la Comunidad
Económica Europea.

No ha sido ésta la orientación básica del debate, pero sí
puedo señalar que algunos de los elementos que han estado
incidiendo negativamente durante algún tiempo en la política
industrial se han corregido en buena medida, los tipos de
interés han bajado significativamente en los últimos meses y
la valoración de la peseta está en estos momentos mucho más
ajustada de lo que ha estado. Evidentemente, los momentos de
devaluación de la peseta se pueden, más o menos, elegir, pero
lo que no se puede nunca es anunciarlos, señor Gamir. Si
queremos que haya menos movimientos especulativos de los que
ya han incidido tan repetidamente en estas valoraciones en los
últimos meses, parece lógico tener que negar el momento, no
anunciarlo en ningún caso, y, desde los poderes públicos, no
aceptar, cuando hay rumores, la posibilidad de que se lleve a
cabo una actuación, que, insisto, de aceptarla, significaría
la elevación de los movimientos especulativos. En este terreno
también ha entrado el señor García Fonseca, haciendo mucho
hincapié en el tema de los costes laborales. Desde nuestro
punto de vista, hay muchos elementos de política económica que
inciden en la política industrial. Dentro de una crisis
generalizada en toda Europa de los sectores industriales,
dentro de una disminución del peso en la política económica de
los países del sector industrial y dentro de una situación
específica de España, en la cual el peso de la política
industrial es mayor que el que tiene en otros países
industriales, hay muchos factores que inciden en una situación
de crisis. En nuestro país, uno de ellos es, sin duda alguna,
los costes salariales. El señor García Fonseca ha esgrimido un
documento, que a mí también me ha llegado en el mismo día de
hoy. Si le da usted validez en algunas cifras, déle validez en
todas ellas, porque lo que efectivamente pone de manifiesto
este documento es que los costes laborales unitarios de la
industria a lo largo de los últimos años han sido muy
elevados, y solamente en los dos últimos trimestres disminuyen
significativamente, también en términos reales, y como
salarios reales, porque esa serie está incluida en el
documento que se nos ha remitido. Este es uno de los factores
que inciden más significativamente, desde nuestro punto de
vista, en la crisis y en la situación de pérdida de
competitividad de nuestro sector industrial. ¿Junto con otros
factores? Indudablemente, y que supone, además, que hay
algunos indicadores en los últimos meses que pueden entenderse
como que predicen un cambio de tendencia, una mejora de la
competitividad, una mejor situación del sector industrial de
cara al futuro. Pero tampoco queremos lanzar las campanas al
vuelo, en modo alguno, puesto que la situación es de crisis
profunda y creo que lo que tenemos que hacer es afrontarla --
estos presupuestos pretenden afrontarla disminuyendo el
déficit--, disminuyendo esos efectos negativos de altos tipos
de interés o de alta valoración de la peseta y llevando a cabo
una serie de políticas industriales.

Ha habido aquí un debate sobre cuál era el crecimiento del
Ministerio. Yo tengo mis propias cifras, he comparado datos
homogéneos y lo que me da en presupuestos consolidados es una
diferencia del 5 por ciento cuando incluimos los organismos
autónomos, y una diferencia del 6 por ciento si no incluimos
en ese cómputo dichos organismos autónomos; por tanto, dentro
de unos presupuestos restrictivos, un crecimiento, en términos
reales, del papel de la industria para llevar a cabo una
política activa en la industria. El representante del Grupo
Parlamentario Popular vuelve a hablar de que la mejor política
industrial es la que no existe. Nos lo vienen repitiendo en
todos los debates. Creo que serán ustedes los que piensan eso,
porque reiteran esa tesis y nosotros hemos venido negándola
sistemáticamente; la han venido negando el Ministro anterior,
y el Ministro actual, en los debates parlamentarios, en el
Pleno y en las comisiones. Pero insisto que vuelven ustedes a
reiterarlo. Será que esos son sus planteamientos (El señor
Gamir Casares hace signos negativos.), porque son ustedes los
que una y otra vez lo ponen encima de la mesa, planteamiento
distante de la posición política de nuestro Grupo y de la
posición política del Gobierno de llevar a cabo, en momentos
de crisis, una política activa, lógicamente compatible con el
marco en que nos movemos, que es un marco comunitario, y que
necesita, para los apoyos públicos, el que los programas se
acuerden en el marco de la Comunidad Económica Europea.

Esta política activa no solamente tiene que reflejarse en los
presupuestos, sino también en la cooperación y la coordinación
entre las instituciones que tienen competencias en la materia;
esta política se plantea en el marco de estos presupuestos con
dos actuaciones principales, una de las cuales podríamos
llamarla de reconversión y reindustrialización en aquellos
sectores en que hay planes y programas en los que la Comunidad
Económica Europea nos dice que se pueden introducir fondos
públicos, y para ello tienen que llevarse a cabo planes y
programas de reconversión y reindustrialización, como son el
sector siderúrgico, el sector de la construcción naval o el
sector del carbón energético.




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Efectivamente, esos programas se llevan una parte
significativa del presupuesto, con un plan, el de la
siderurgia, que está pendiente de ser aprobado por la
Comunidad Económica Europea, con un nuevo código de ayudas
para el carbón que se va a aprobar para entrar en vigor a
principios del próximo año y con primas a la construcción
naval.

Pero también hay otra parte del presupuesto que va dirigida a
programas horizontales y a programas sectoriales que
pretenden, fundamentalmente, mejorar la competitividad del
sector industrial. Nosotros pensamos que para mejorar esta
competitividad por una parte hay que moderar el crecimiento de
los salarios --nos parece un elemento importante, y por eso
estamos haciendo mucho hincapié en ello en la negociación con
los representantes de los trabajadores-- y al mismo tiempo hay
que apoyar, en el marco que establece la Ley de Industria, la
modernización de nuestro sistema productivo, haciendo hincapié
especial en lo que significa investigación y desarrollo e
innovación tecnológica.

Estoy de acuerdo con el señor García Fonseca en que este es un
punto clave de cara al futuro, de cara a esa modernización,
puesto que la mejora de la competitividad del sector
industrial, en buena medida, está relacionada con el nivel de
innovación tecnológica que se pueda introducir. Lo que pienso
es que el Gobierno español, en los últimos años, está haciendo
un esfuerzo significativo en esto, y buena prueba de ello es
el crecimiento de los fondos destinados a innovación
tecnológica, que es del 14 por ciento, frente al 7,8 por
ciento de media de la Comunidad Económica Europea, lo que hace
que, aunque estemos todavía lejos en porcentajes del PIB de lo
que dedican los países líderes a nivel industrial, como pueden
ser Japón o Estados Unidos (el primero en torno al tres por
ciento y el segundo el 2,75 de su PIB, mientras que España
está en el 0,9 por ciento), nuestro ritmo de crecimiento sea
mayor que el del resto de los países europeos. Por tanto, yo
creo que lo que tenemos que hacer es mantener ese esfuerzo, y
estos presupuestos lo hacen, porque, justamente, el programa
de promoción de desarrollo tecnológico, con 47.000 millones de
pesetas, es uno de los más importantes del presupuesto y crece
a un ritmo del 6,5 por ciento, ritmo positivo dentro de unos
presupuestos moderados en el gasto y relativamente
restrictivos.

Programas de desarrollo tecnológico que tienen distintas
formas en su planteamiento: plan de infraestructura
tecnológica; programa de acción tecnológica e industrial; el
PATI, cuya segunda parte ha sido presentada en fechas
recientes; programas internacionales de I+D a través del
CDETI; programas de participación en proyectos aeroespaciales;
programas de calidad y seguridad; apoyo al diseño, programa
industrial y tecnológico medioambiental; apoyo a la
internacionalización; programas sectoriales, como puede ser el
programa RETEX; programas referidos a la disminución de los
costes energéticos; programas de ahorro que yo creo que son
muy importantes y que van dirigidos a esa mejora de la
competividad. El señor Gamir nos decía que hay disminución de
estos programas. Siento no estar de acuerdo con ese
planteamiento. Sí que hay algunos programas que disminuyen,
pero eso depende del ritmo y de la maduración de cada uno de
ellos. Efectivamente, S.S. se ha fijado en el programa de
mejora de la calidad y seguridad, que es un programa que
finaliza este año, que se pondrá de nuevo en marcha el año
próximo, que requiere un mecanismo administrativo que es una
orden ministerial, la aprobación de la Comunidad Económica
Europea, y que, por tanto, se supone que en ese primer año va
a tener un menor gasto, pero que al año siguiente va a tener
que aumentarse significativamente. Es decir, hay programas en
los que se disminuye el gasto y hay otros programas en los que
se mantiene e incluso se incrementa, dependiendo de la madurez
y de la fase de desarrollo en que se encuentren.

Yo no estoy de acuerdo en que se disminuya el apoyo a las
empresas privadas, puesto que todos estos programas que he
señalado van fundamentalmente dirigidos a las mismas, sobre
todo a las pequeñas y medianas empresas, y justamente ese
incremento (el más significativo de todos los programas) del
17 por ciento va destinado a un programa para la pequeña y
mediana empresa que efectivamente es poco elevado en su
cuantía pero que justamente pretende que estas pequeñas y
medianas empresas, que son las que mayor empleo proporcionan
en nuestro país --y si queremos preservar el empleo será a las
que tengamos que prestar una especial atención--, participen
en esos programas de mejora de la calidad, de introducción de
nuevas tecnologías y de modernización. Para ello hace falta
información, cooperación con las comunidades autónomas y poner
a su disposición el acceso a estas ayudas y a estos apoyos
públicos; por eso es por lo que el programa dedicado a la
pequeña y mediana empresa aumenta significativamente --el que
más lo hace de todos los programas del Ministerio--, el 17 por
ciento. Además, existen algunas actuaciones complementarias,
facilitando créditos blandos, subvencionando tipos de interés,
y está en tramitación en esta Cámara una ley de reforma de las
sociedades de garantía recíproca, justamente para apoyar el
saneamiento financiero en momentos de crisis de esta pequeña y
mediana empresa. La orientación de esos programas va
fundamentalmente dirigida a la pequeña y mediana empresa, y
sobre todo a la empresa privada.




El señor PRESIDENTE: Señor Sáenz Lorenzo, le ruego que
concluya.




El señor SAENZ LORENZO: Voy a tratar de concluir rápidamente,
señalando que otro tema reiterativo en estos



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debates es el papel del sector público empresarial. Señoría,
su Grupo seguramente plantearía un plan de privatizaciones. El
Gobierno español no ha planteado ni va a plantear un programa
de privatizaciones. Se ha saneado el sector público. Ha habido
empresas que han pasado al sector privado, pero yo creo que
hay dos tipos de privatizaciones, que hay que distinguir
claramente: las empresas que han pasado a ser controladas por
el sector privado --empresas del sector textil, empresas del
sector de alimentación, empresas del sector de la automoción--
y las empresas que, manteniendo su control en el sector
público, han pasado a entrar en el mercado de valores para
financiarse, que han vendido acciones, como puede ser Endesa o
Repsol. Yo creo que estas empresas se privatizan pero
manteniendo la vocación de seguir gestionándolas, porque,
desgraciadamente, nuestro país no tiene grandes consorcios
industriales privados. Los grandes consorcios industriales son
el INI, por una parte, y el Instituto Nacional de
Hidrocarburos, por otra, y parece que habría que preservar su
papel y su posible internacionalización, dado que tienen
tamaño suficiente para jugar un papel también en el seno de la
Comunidad Económica Europea. Por tanto, el planteamiento del
Gobierno es muy pragmático, se privatiza o no en función de
razones económicas y no en función de razones ideológicas. No
hay contradicciones en esto. Respecto a las enmiendas
parciales que se han presentado...




El señor PRESIDENTE: Señor Sáenz Lorenzo, le ruego que
concluya.




El señor SAENZ LORENZO: Muy rápidamente.

La Escuela de Organización Industrial ha jugado un papel
importante. Pensamos que debe seguir jugándolo --se
autofinancia cuando compite con la empresa privada--, pero
también, por la normativa legal, tiene que cumplir otros
papeles que son deficitarios.

Las enmiendas de Izquierda Unida van dirigidas a aumentar los
fondos...




El señor PRESIDENTE: Señor Sáenz Lorenzo, es imposible que,
habiendo transcurrido el tiempo de su turno, intente ahora
empezar a rebatir las enmiendas de Izquierda Unida. El tiempo
es igual para todos. Le ruego concluya.

El señor SAENZ LORENZO: Estamos en desacuerdo con esas
enmiendas. Ya, en el debate de totalidad, he señalado cuáles
son las razones del desacuerdo e igual nos pasa con las
enmiendas de otros grupos, que han sido defendidas brevemente.

Por mi parte, nada más. Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Sáenz Lorenzo.




El señor Gamir tiene la palabra.




El señor GAMIR CASARES: Gracias, señor Presidente.

Señor Sáenz Lorenzo, no me ha contestado. Primero, es
indudable, como ha dicho muy bien el señor Ministro, que la
política presupuestaria industrial tiene que enmarcarse y
tiene que relacionarse con el resto de la política económica.

La misma política de gasto industrial es buena o es mala,
dependiendo del resto de la política fiscal, financiera,
monetaria, etcétera; hay que interrelacionarla, como muy bien
ha dicho el señor Ministro, antiguo profesor --creo-- de
Política Económica y de Estructura Económica, que conoce estos
temas.

Segundo, dice su señoría que algún elemento se ha corregido,
como el tipo de cambio. No, perdón. Algún elemento les ha
obligado a ustedes a corregirlo, porque estaban diciendo lo
contrario, estaban defendiendo el mismo día no solamente que
no había que devaluar, sino la postura doctrinal de que había
que mantener la peseta alta y los tipos de cambios altos. Eso
dañó extraordinariamente a la industria española y desde fuera
les obligaron a rectificar sobre esa política. Yo no he dicho,
perdone, que ustedes hayan dicho que la mejor política
industrial es la que no existe. Les he dicho que lo acepto,
que acepto que no lo hayan dicho, porque creo que han hecho
una política industrial activa y muy eficaz, una política
industrial cuya mezcla con la política macro ha llevado a un
proceso de desindustrialización y a ese récord de la
destrucción de 300.000 empleos en el último año. ¡Claro que
hay política industrial negativa para el país, una política
activa industrial en este campo! Es lo que le he dicho.

Yo no hablo de disminución de los programas. Alguno de ellos
ha disminuido, sí, quizá por falta de programación adecuada,
pero lo que le he dicho es que hay un sesgo en lo que se
dedica al sector privado y al sector público. Y lo hay porque
siguen siendo importantes la competitividad, la calidad y el
I+D para el sector privado. Tiene usted muy claramente
calculado el más y el menos para ambos sectores en los papeles
presentados relacionados con este Presupuesto. Pequeña y
mediana empresa. Si realmente quieren ayudar a la pequeña y
mediana empresa, hagan otra política de financiación de la
Seguridad Social, porque a la pequeña y mediana empresa es a
la que le cuesta más la política que ustedes están haciendo de
financiación de la Seguridad Social. Por peseta producida
utilizan más trabajadores y trabajadores de sueldo menor,
luego es la que paga más esos costes. No hagan la política de
este año, que sigue incrementando
las cuotas de la Seguridad Social, vía trabajadores, o de
años pasados, que lo hacían vía empresarios. Disminuir las
cuotas en la Seguridad Social



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es una política eficaz para las PYMES y no un incremento, en
términos absolutos, poco importante del presupuesto. O cojan
ustedes la política del Partido Popular, sobre la pequeña y
mediana empresa; ahí tienen una política auténticamente
eficaz, de ayuda, de impulso de la pequeña y mediana empresa.

Privatizaciones. Sigue sin haberme contestado. Quizá lo deje
todo para su último turno, al que yo ya no puedo replicarle.

Pero sigue sin haberme contestado. Yo he puesto el ejemplo de
las dos manos. Un ministro decía que con cinco empresas
públicas le bastaba y que todas las demás eran privatizables,
y otro ha dicho que sólo había que privatizar cuatro. Y,
además, el Presidente del Gobierno dice que el Gobierno, el
Estado, es muy mal gestor. No entiendo cómo se compatibiliza
eso con que digan que quieren seguir nombrando políticamente
al presidente de la empresa, que es lo que me dice cuando
argumenta que quieren seguir teniendo el control político de
esa empresa, que siguen queriendo tener la mayoría. Si es mal
gestor el Estado, sus problemas de mal gestor, como Estado, se
derivarán en los nombramientos políticos de presidentes de
empresas públicas que realice. Para terminar, quiero decirle
que yo no he discutido la utilidad pasada en la Escuela de
Organización Industrial, pero creo que, como tantas otras
entidades que han hecho su función pública de iniciativa, de
lanzamiento, hoy la sociedad, la sociedad civil ha recogido
esa función y podrían pasar sus actividades a la sociedad
civil. Y si hay que hacer algunos programas en los cuales haya
que subvencionar, subvencionémoslos y conozcamos claramente
qué es lo que estamos subvencionando al respecto, pero el
protagonista de su realización, como empresario, puede ser la
sociedad civil. Dicho esto, acabaré añadiendo que el gran
problema de la política industrial en nuestro país --y dejo a
salvo al actual Ministro que lleva muy poco tiempo en el
cargo-- es que, en general, los ministros de Industria de los
gobiernos socialistas no han tenido un peso político. Quizá,
también dejo aparte un par de años de algún ministro, al
principio, con una política, que tendríamos que revisar muy a
fondo, sobre reconversión. Y esa falta de peso político de los
ministros de Industria en los gobiernos socialistas ha hecho,
en lenguaje vulgar, que les metan muchos goles en política
industrial o en política macroeconómica, que afecta
negativamente a la industria; que no sean capaces de influir
en una política de tipo de cambio, de tipo de interés, de
financiación de la Seguridad Social, etcétera, más
convenientes para la industria.

Probablemente, lo que hace falta es un gobierno distinto, con
un Ministro de Industria que realmente pueda conseguir cambiar
el cauce de lo que está ocurriendo en la industria española.

Nada más y muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Gamir.

Tiene la palabra el señor García Fonseca.




El señor GARCIA FONSECA: Señor Presidente, señoras y señores
Diputados, señor Ministro, voy a intervenir muy
telegráficamente para, aunque pierda coherencia la exposición,
abarcar el mayor número posible de puntos, en los cinco
minutos que me quedan.

Señor Sáenz, he leído todo. Dígame usted la página en la que
se habla de costes salariales unitarios reales. A usted, al
Ministro y a toda la bancada les pregunto: ¿Son o no ciertos
los datos que he citado, del número 50 de «Economía Europea»,
de la Comisión Europea? ¿Son o no son ciertos? Dos preguntas.

Usted dígame la página donde se hable de costes salariales
unitarios reales, no nominales, y, en general, contésteme si
lo que he dicho en cuanto a costes salariales unitarios reales
es o no cierto. En cuanto al tema que he podido abordar, señor
Ministro, yo he reconocido que usted --y sigue usted en el
nominalismo-- emplea un lenguaje distinto de su antecesor y, a
mi entender, más positivo, me suena mejor. Usted habla ya de
política industrial activa y de algunas otras, pero se queda
en puro nominalismo, y no es porque a usted le falte o no
voluntad, es que su Ministerio no tiene capacidad. No es que
no exista una política industrial activa, es que con estos
presupuestos y con las funciones que, de hecho, tiene su
Ministerio no hay capacidad para ello, no es posible.

Simplemente un dato. Los programas que podrían sustentar una
política industrial activa --calidad y seguridad industrial,
competitividad, el PATI, el Plan de Acción Tecnológica
Industrial-- suman no llega a 20.000 millones, no llega al 18
por ciento de esto más lo que su Ministerio es
fundamentalmente, que es un Ministerio reconversor, yo diría
más bien reestructurador. No cabe, no hay posibilidad. Usted
tendrá buena voluntad pero ningún medio para hacer una
política industrial activa. En cuanto al I+D, Investigación y
Desarrollo, al que me refería antes, yo no sé cómo mira el
señor Sáenz los datos. El doctor Quintanilla, afín a su Grupo,
ex colega y compañero de sus bancos, hace tres años ya decía
que con los presupuestos en I+D pasaba como con Alicia en el
País de las Maravillas, que cuanto más corría más quieta se
quedaba, en relación al contexto europeo. Eso lo decía hace
tres años, y desde hace tres años a esta parte --yo no sé si
SS.SS. lo ven (El señor García Fonseca muestra un gráfico a la
Cámara.), pero el gráfico es inequívoco, es una curva que
termina en punta y con un declive que ni los Picos de Europa--
se ha reducido el 30 por ciento de los gastos en I+D. No hable
usted del 0,9 por ciento del PIB en I+D porque ésa fue la
promesa que hicieron ustedes, que para 1990 íbamos a llegar al
1 por ciento, y actualmente estamos en el 0,67 por ciento, y
si incluye usted los gastos de las empresas



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privadas y los de las comunidades autónomas, suponiendo que
sigan ese incremento habitual que ustedes, de alguna forma,
deducen, a partir del 20 por ciento famoso, etcétera,
estaríamos en el 0,70 por ciento; es decir, en 1993 los gastos
en I+D serían del 0,70 por ciento, en el mejor de los
supuestos, en relación al producto interior bruto, cuando
ustedes habían prometido el 1 por ciento para 1990. Es así; no
me hagan ustedes gestos que no tienen ningún sustento
estadístico. Más datos. Para el Plan Nacional de Investigación
lo previsto para 1994 eran 30.000 millones; lo presupuestado
son 19.000. ¿Quieren más datos? Ustedes dicen: Es que lo que
no nos llega por los presupuestos nos llega de los retornos
europeos. Mayor mentira, o mejor dicho, mayor falsedad, o
llámelo como quiera. Mayor error. Porque somos deficitarios en
los retornos. De un 8 por ciento que cotizamos los retornos no
llegan al 5 por ciento y eso supone que nosotros contribuimos
con 13.500 millones de pesetas, en el caso más favorable, a
la investigación y desarrollo de otros países europeos, lo
cual significa que lo equivalente al 70 por ciento
de nuestro Plan Nacional de Investigación lo aportamos para
que investiguen ellos, como diría el señor Unamuno.

Termino ya. Me hubiera gustado hacer alguna referencia al
sector energético. De lo dicho por el señor Ministro en cuanto
a planes de ahorro y eficiencia energética, absolutamente
nada. Ustedes habían previsto gastar 190.000 millones en 10
años. En cuatro años han gastado ustedes 30.000; este año
8.183. ¿Para cuándo piensan ustedes llegar a los 190.000
millones que habían comprometido para un plazo de 10 años para
ahorro y eficiencia energética? Todo lo que se gasta en
ahorrar es un gasto que repercute favorablemente desde el
punto de vista económico.

El señor PRESIDENTE: Señor García Fonseca, le ruego concluya.




El señor GARCIA FONSECA: Concluyo ya, señor Presidente, porque
para decir todo lo que me apetece no me bastaría, ni mucho
menos, con el tiempo que su benevolencia, al máximo, pudiera
dar de sí.

Por tanto, señor Sáenz, respóndame a alguna de las preguntas
concretas que le he hecho y, si no tiene respuesta, por favor,
retire la afirmación. Señor Ministro, aunque sea de forma tan
apretujada, razones de sobra le hemos dado, y sobre ellas
seguiremos debatiendo, para expresarle que nuestra oposición a
estos presupuestos no se basa en ningún tipo de enemistad
personal, obviamente; no se basa en ningún a priori de Grupo
de oposición por sistema; se basa pura y simplemente en que
nuestros análisis no coinciden con los de ustedes y creemos
que sí coinciden más con la realidad. Nada más. Muchas
gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor García Fonseca.

Señor Albistur.




El señor ALBISTUR MARIN: Gracias, señor Presidente.

Si no se perdiera tanto el tiempo en diálogo de sordos, por no
referirme a un diálogo que suelen tener entre sí unos sabrosos
peces que se cenan a la brasa y con ajillo, podía haberme
contestado el señor representante del Partido Socialista
dándome alguna razón respecto a por qué rechaza acercar las
inversiones en I+D a las necesidades de innovación tecnológica
a las empresas. Me parece que el tema es suficientemente
serio. Nada más. Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Albistur.

Señor Sáenz Lorenzo.




El señor SAENZ LORENZO: Señor Albistur, le he respondido al
hablar de las enmiendas del señor García Fonseca. Pienso que
sí hay suficiente dinero para I+D. Lo que pasa es que en su
intervención ha hablado de pequeña empresa y no localizaba la
enmienda porque su enmienda no habla de pequeña y mediana
empresa, habla de I+D. Ahora sí, en su segunda intervención,
habla de I+D y se corresponde con la enmienda que realmente ha
presentado. La respuesta se la he dado al señor García Fonseca
en mi intervención. Señor Gamir, yo pediría a su Grupo que en
los próximos presupuestos sea usted el portavoz del tema
económico. Dice usted que la misma política de gasto
industrial es buena o mala, según sea la política
macroeconómica. Pero es que la que estamos discutiendo, en
este momento, en la Sección 20 es la política de gasto
industrial. Si usted quiere discutir la política
macroeconómica, me parece muy bien, pero no es éste el
momento, es en la discusión global de los presupuestos. ¿Que
influye mucho en la política industrial? Indudablemente. ¡Cómo
lo vamos a negar! ¡Cómo va a negar ningún portavoz que los
datos de los planteamientos básicos de la política económica
influyen en la política industrial! Pero aquí lo que estamos
discutiendo es el gasto de la política industrial y no ha
dicho usted ni una palabra sobre si está de acuerdo, si está
en desacuerdo, si cree que hay que cambiar los programas, si
cree que es insuficiente, si es mejor que no existan
programas. Yo le tengo que decir que sigue usted empeñado en
hacer un debate que hemos estado haciendo esta semana
reiteradamente en esta Cámara. Cuando se habla de política
macroeconómica hay que hablar de política macroeconómica y
cuando se habla de los programas de política de gasto
industrial, hay que hablar de los programas de política de
gasto industrial.

Yo no estoy de acuerdo con S.S. cuando habla de que las
empresas públicas están mal gestionadas. Justamente



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hay dos empresas públicas, que han acudido al mercado de
valores, que están muy bien valoradas en él y que tienen una
gestión excelente. A mí me gustaría que hubiera también
grandes empresas privadas en nuestro país capaces de tener
tamaño suficiente para jugar un papel a nivel internacional.

Sería bueno que eso ocurriera. Los consorcios industriales que
hay, el INI y el INH, son públicos. Eso es lo que tiene
nuestro país, por tanto, debemos cuidarlo y más cuando está
bien gestionado. Empresas como ENDESA o REPSOL yo creo que en
estos momentos son modelos de gestión, señor Gamir, y su
valoración en el Mercado de Valores lo demuestra de una forma
fehaciente.

No estamos ni por la privatización sistemática ni por aumentar
el tamaño del sector público, pero yo creo que la posición del
Gobierno y de nuestro Grupo es defender los intereses
industriales de nuestro país.

Señor García Fonseca, en este documento, en la misma página en
la que se habla de costes laborales unitarios en la industria,
en la última de las columnas, habla de salarios reales y da la
serie de los últimos años. Por tanto, sí que está en este
documento. Se ha dado un importante crecimiento de los
salarios en nuestro país. Si se comparan cifras absolutas con
las de la Comunidad Económica Europea, efectivamente respecto
de algunos países estamos más bajos, pero en crecimiento somos
uno de los países que en los últimos años ha crecido más en
sus costes salariales, y eso está incidiendo porque también
estamos a un menor nivel de competitividad, desde el punto de
vista tecnológico.

Cuando hablo del 0,9 del PIB estoy refiriéndome no solamente a
investigación y desarrollo del sector público, sino también
del sector privado, y nos parece muy importante en este
momento; una de nuestras preocupaciones es que hay poca
participación del sector privado en actividades de
investigación y desarrollo. Nos parece importante que cada vez
esa participación sea mayor y el porcentaje de participación
del sector privado es mucho menor que el que se produce en
países más desarrollados que el nuestro. Por tanto, puede no
haber una discrepancia de fondo en las cifras, aunque lo que
sí que le digo es que para el crecimiento en los últimos años
me reitero en la cifra del 14 por ciento, crecimiento muy por
encima de los de la Comunidad Económica Europea. Yo no sé
cuáles son las sumas que hace el señor García Fonseca, pero
sólo en el Programa de promoción de desarrollo tecnológico hay
47.357 millones de pesetas, solamente en ese programa que
crece, como he dicho antes, un 6,5 por ciento. Su señoría
habla de cifras más bajas. Yo no sé cómo las obtiene.

Nada más. Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Sáenz Lorenzo.

Concluido el debate correspondiente a la Sección 20, pasamos
al debate de la Sección 15.




¡OJO, VA LADILLO
EN PARRAFO ANTERIOR!



Sección 15



Para la presentación del presupuesto de esta sección, tiene la
palabra el señor Ministro de Economía y Hacienda.




El señor MINISTRO DE ECONOMIA Y HACIENDA (Solbes Mira): Muchas
gracias, Presidente.

Señorías, con motivo de la presentación ante esta Cámara de
los presupuestos generales del Estado tuve ocasión de exponer
los grandes objetivos presupuestarios para el próximo año.

Dediqué una especial atención en aquel momento a la
importancia que el Gobierno daba a la reducción del gasto,
que, evidentemente, no ha sido uniforme en todas las partidas
y que se ha aplicado con criterios diferenciales en función de
cada uno de los capítulos presupuestarios de referencia. (El
señor Vicepresidente, Beviá Pastor, ocupa la Presidencia.)
El presupuesto del Departamento de Economía y Hacienda ha sido
diseñado de tal forma que contribuye a esta política de
reducción de gastos del Estado. El presupuesto de gastos no
financieros para el año 1994, sin incluir organismos autónomos
ni a la Agencia Tributaria, asciende a 198.286 millones de
pesetas, lo que supone una ligera disminución, un 0,06 por
ciento, en relación con el presupuesto inicial del año 1993, y
una fuerte caída de más del 22 por ciento respecto al
presupuesto de liquidación.

Esta reducción es suficientemente gráfica respecto a esa
austeridad y reducción de gastos operativos del Estado. Pero
me gustaría hacer alguna referencia en función de los
diferentes capítulos.

En gastos de personal, con una dotación de 32.499 millones, se
produce un aumento del 3,2 por ciento en relación con las
cifras iniciales del año 1993. Ello es fundamentalmente debido
a, por una parte, que en dicho año no se incluyó el incremento
de 1,89 de las retribuciones de 1993, que no venían en el
inicial. Además, también se produce una reducción del 19 por
ciento si lo comparamos con el presupuesto de liquidación. No
se programan en ningún caso aumentos por efectivos de
personal.

Por otra parte, y de forma coherente con la política de fuerte
reducción de gastos de funcionamiento de servicios, los gastos
del capítulo 2 experimentan una reducción de 582 millones de
pesetas, es decir, prácticamente un siete por ciento respecto
a 1993. En algunos casos concretos hay partidas que tienen
reducciones del 25, 50 y hasta del 70 por ciento.

En transferencias corrientes, con una dotación de 7.531
millones de pesetas, aumenta el gasto en un 6,3 por ciento en
relación con el presupuesto inicial de 1993, debido, sobre
todo, al aumento de las transferencias a la Agencia Tributaria
con las siguientes finalidades: financiar la oferta pública de
empleo de 1993 y hacer frente a los pagos a realizar a la
Fábrica de Moneda y a la Telefónica como consecuencia del
nuevo sistema informático. El resto de transferencias
corrientes



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disminuyen, excepto en el Centro de Gestión Catastral y en el
Instituto Nacional de Estadística.

Las inversiones reales del departamento van destinadas al
funcionamiento operativo de los servicios, por lo que
experimentan reducciones en torno al 30 por ciento, excepto en
el caso de las inversiones en informática presupuestaria que
no sufren esta minoración, ya que se pretende el próximo año
implantar un nuevo sistema de información contable en la
Administración.

Las transferencias de capital del departamento que financian
las inversiones reales de organismos autónomos y de la Agencia
Tributaria, así como las subvenciones para localización
industrial en las zonas aprobadas por el Gobierno, se reducen
en un 22 por ciento en relación con las cifras iniciales de
1993, y en un 38 por ciento respecto a la liquidación de dicho
año. Por último, los gastos financieros del departamento
ascienden a 227.431 millones de pesetas y representan el 53,4
por ciento de los gastos totales, creciendo ligeramente en
torno a un 3,8 por ciento en relación con el presupuesto
inicial del año 1993. Esa subida, sólo circunstancial, se debe
al aumento de los préstamos para financiar las pérdidas de la
Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación, para
cubrir el seguro de crédito a la exportación, por las pérdidas
sufridas y el deslizamiento de la peseta en relación con las
divisas más fuertes. A pesar de ello, el Ministerio también ha
aplicado un plan de austeridad en otro tipo de gastos, como
son las compras de acciones de sociedades estatales, incluido
Telefónica, los préstamos al Instituto de Crédito Oficial para
financiar operaciones FAD y también el resto de partidas que
se mantienen invariables respecto al año anterior. En
definitiva, el carácter fuertemente restrictivo de los
presupuestos del Ministerio se manifiesta también si
analizamos el presupuesto consolidado del departamento, de sus
Organismos autónomos y de la Agencia Tributaria. Así, el
presupuesto inicial para el año 1994 asciende a 452.218
millones de pesetas, lo que supone un ligero crecimiento del
2,2 por ciento en relación con las cifras de 1993. Este ligero
aumento se debe, como ya hemos dicho anteriormente, al
crecimiento del capítulo 8, Activos financieros, debido a los
préstamos de CESCE y a un ligero incremento en el presupuesto
de la Agencia Tributaria. En cualquier caso se trata de un
incremento muy por debajo del 10,1 por ciento en que aumentan
las operaciones no financieras del presupuesto consolidado del
Estado en su conjunto, incluyendo los organismos autónomos,
los entes públicos y la Seguridad Social.

En conclusión, podemos afirmar que los presupuestos del
Ministerio de Economía y Hacienda para el año 1994 han sido
diseñados de acuerdo con una política de fuerte austeridad en
el gasto público, con la finalidad de favorecer la política de
racionalización y reducción del mismo y de este modo promover
las condiciones necesarias para la reactivación económica y la
generación de empleo. Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor Ministro.

Para defender las enmiendas presentadas por el Grupo Popular,
tiene la palabra el señor Montoro.




El señor MONTORO ROMERO: Gracias, señor Presidente.

Cuando el señor Ministro de Economía sube a la tribuna con
intención de devaluar un debate, lee los datos, en este caso
los de los presupuestos generales del Estado. El Grupo
Parlamentario Popular presenta una enmienda a la totalidad de
la Sección 15, Ministerio de Economía y Hacienda; es decir,
solicita la devolución al Gobierno de esta sección, por
entender que existe un incorrecto funcionamiento del
Ministerio de Economía en la actualidad, que va a prolongarse
en el año 1994. El incorrecto funcionamiento se deriva de una
deficiente organización, de una mala estructuración del
Ministerio que estos presupuestos generales del Estado
perpetúa para años venideros, si no se hace algo para atajar
este problema.

Es evidente, como el mismo señor Ministro nos advertía, que el
papel del Ministerio de Economía en estos momentos de crisis
económica es crucial, es absolutamente clave. El Ministerio de
Economía es algo así como el buque insignia del conjunto de
naves de la flota del Gobierno que está navegando en un mar
cargado de tempestades. El Ministerio de Economía es el
sustrato donde se asienta el planteamiento de la política
económica general del país, nace en ese sustrato, en ese
armazón y tiene --hay que pedírselo-- un efecto ejemplarizante
sobre el conjunto de la sociedad, sobre los agentes económicos
y, por supuesto, sobre el resto de la Administración, hasta el
punto de que el Ministerio de Economía debería convertirse en
algo así como el emisor de la disciplina que falta al resto
del sector público, el látigo de la Administración, si quiere
una expresión algo más vulgar. Eso es algo que no apreciamos
en estos presupuestos.

El Ministerio de Economía debería transmitir una imagen de
mayor austeridad en el gasto, en definitiva, de mayor recorte
de algunos de sus gastos de funcionamiento. Debe transmitir
una mayor eficacia en la consecución de sus programas claves,
básicos, y debe también protagonizar una reorganización que le
conduzca hacia una configuración más moderna, más apartidista,
más alejada de los planteamientos políticos y, en definitiva,
más profesional.

Comenzando por la valoración que nos merece lo que debe ser la
reorganización del Ministerio, tengo que decir que entendemos
que la que ha hecho recientemente



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el Ministerio es claramente insuficiente, además de que no
deja de ser paradójico que se haga una reorganización
exactamente el mismo día en que entra en esta Cámara la ley de
presupuestos, necesitando, por tanto, corregir esos
presupuestos a través de una enmienda presentada por el Grupo
Parlamentario Socialista. Además, entendemos que en esa
reorganización hay un elemento como es el del retroceso en la
descentralizació administrativa, en definitiva, el centralizar
decisiones para intentar ahorrar gastos, que es en lo que
consiste esta reorganización, sin que veamos un ahorro de
costes realmente significativo e importante. Por no referirnos
a otra reorganización que el señor Ministro de Economía ha
protagonizado desgranando el Ministerio de Economía con la
creación de un Ministerio de Comercio, que en definitiva es
una nueva forma de generación de gasto público en un momento
en el que en la política económica no tiene razón de ser
abrirlo en tantas ramas, en tantas articulaciones; lo que se
debe procurar es hacerlo más efectiva. Además, el Ministerio
de Economía es la sede, y no podemos olvidar esto, de cuerpos
de la Administración de la máxima cualificación --lo que
pudiéramos llamar cuerpos de elite en el sentido más positivo
de la expresión, no en el sentido clasista--, y esos cuerpos
se encuentran devaluados, desmotivados por lo que ha sido la
instalación de una mentalidad absurdamente igualitarista en el
Ministerio en la gestión de ese personal, aparte de la
presencia de asesores cuyo único tributo que ofrecer a la
sociedad española es precisamente el tener una alta
calificación política o tener un bagaje político detrás.

Por tanto, la reorganización que ha habido de reducción de
altos cargos debería haber sido mucho más amplia y haberse
llegado también a una clarificación de las remuneraciones que
percibe el personal del Ministerio, por ejemplo, evitando esa
práctica, como demandamos en nuestras enmiendas, de completar
remuneraciones a través de consejos de empresas públicas. El
Ministerio de Economía tiene el problema de acoplar, de
armonizar lo que son las dos grandes facetas de la política
económica, me refiero a lo que es la faceta puramente de
economía con lo que es la faceta de hacienda. Advertimos que
hay un desacoplamiento entre esas dos facetas, hay falta de
armonía; falta de armonía que no viene precisamente de esta
última época, la que protagoniza el señor Ministro de
Economía, sino que ya se daba con toda rotundidad en el
anterior Gobierno socialista, en el Ministerio dirigido por el
señor Solchaga.

Por tanto, el espíritu de nuestras enmiendas es demandar al
Ministerio una mayor contención de gasto. Le pedimos que haga
un esfuerzo, que lo haga en forma de reducción de las
transferencias corrientes, en ese 2 por ciento que está
contenido en nuestras enmiendas 555 a 558, y también
solicitamos del Ministerio la reducción de la partida de
compras, en concreto la reducción de estudios, porque no nos
han precisado en qué consisten esos estudios, de los que por
lo visto el Ministerio puede prescindir con gran facilidad,
puesto que ya hay una reducción respecto de lo que venía
siendo el gasto habitual del Ministerio en esta partida.

Pedimos también a este Ministerio, en aras a ese ejemplo que
debe dar al conjunto de la Administración, un mayor control
del gasto público y cegar el recurso al crédito ampliable,
como está haciendo el Ministerio regularmente en partidas que
deberían ser objeto de una presupuestación bastante más
precisa y, por tanto, no debería acudirse a esta forma de
crecimiento del gasto público, que es uno de los causantes, en
definitiva, del desbordamiento del gasto público, del déficit
público y del aumento de la deuda en nuestro país.

Ganar eficiencia en los programas es la solicitud que hacemos
en nuestras enmiendas. En aras a ese objeto es por lo que
reclamamos el voto positivo para ellas, porque entendemos que
están funcionando deficientemente programas que son básicos,
que son claves en la formulación, en la organización y en la
aplicación de la política económica en España. Entendemos que
es muy deficiente el programa de previsión y política
económica, en el que se están registrando fallos garrafales en
la expresión de objetivos macroeconómicos, fallos que van
mucho más allá de lo estrictamente tolerable. El último de
ellos se puso de manifiesto en el programa de convergencia que
construye un escenario de recuperación, de reactivación
económica, olvidando --y en este caso no hablo de un olvido
estrictamente político, sino también técnico-- que estábamos
abocados a una crisis tan grave como la que padecemos
actualmente. Pedimos también una rectificación del programa de
planificación, presupuestación y política fiscal, porque lo
que estamos entendiendo, y de ahí viene la crítica a este
programa, es que el presupuesto está mal concebido, hay una
mala presupuestación en España; en eso hay un incumplimiento
de lo que es una obligación prioritaria del Ministerio de
Economía, es decir, no hay una auténtica expresión de los
costes que tienen los servicios públicos que se ofrecen a los
españoles. Eso es grave en sí, eso hay que corregirlo, motivo
por el que solicitamos que se devuelva este programa para su
reconsideración y, en definitiva, para que no vuelvan a
explicarse errores que no tienen otra justificación más allá
de la voluntad estrictamente política. Igualmente pedimos la
devolución del programa relativo a control interno y
contabilidad pública, que ha permitido un auténtico
descontrol, un efectivo desbordamiento del gasto público, con
admisión de técnicas de contabilidad que no es que sean
ilegales, son irregulares; con la admisión de esos
procedimientos contables extrapresupuestarios o incluso de
operaciones



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más allá de los presupuestos que ya no sabemos dónde situar,
quizá haya que llevarse ese tipo de operaciones fuera de
balance que se practican a otras actividades fuera del sector
público, pero en las que el sector público está incurriendo
también; quizá haya que buscarles un domicilio tributario
distinto, quizá haya que domiciliarlas en las Islas Caimán. La
contabilidad pública en estos momentos es un problema para
todo el país. Hay un velamiento de la auténtica dimensión del
déficit público y un velamiento de las cuentas que hacen dudar
de la veracidad incluso de cómo están volcando las cuentas
públicas a la contabilidad nacional. Pedimos la devolución del
programa denominado de aplicación del sistema tributario
estatal, porque constatamos que sigue existiendo un gran
fraude fiscal en España que, desde luego, no atribuimos a la
falta de eficacia de los funcionarios que trabajan en la
Inspección, sino a la mala organización y, obviamente, al
deficiente régimen tributario que padecemos y que es motivo
directo del fraude, junto a otras razones, como es la propia
crisis económica, las dificultades económicas, que acaban
siendo motivo fundamental de la economía sumergida.

Pedimos la devolución del programa de defensa de la
competencia porque entendemos que está reducido a la
elaboración de informes de carácter técnico, sin que haya una
actuación eficaz para intentar neutralizar el efecto
inflacionista que procede de esas actividades, de ese núcleo
inflacionista que son los servicios en España. Además de
elaborar esos informes técnicos para el Gobierno por parte del
Tribunal de la Competencia --por cierto, informes que
reclamamos continuamente desde estos escaños para su
conocimiento--, lo que hace falta es una mayor actividad en
defensa de la competencia, desde el convencimiento de que así
lograremos una mayor eficacia en la lucha contra la inflación.

Los dos últimos programas del Ministerio, cuya devolución
solicitamos en sendas enmiendas, son, en primer lugar, el
programa de gestión de la deuda de la tesorería del Estado
ante la situación de endeudamiento a corto plazo, todavía
excesivamente volcada a corto plazo, quizá desde una
convicción de que los tipos de interés iban a flexionar,
cuando es la propia deuda pública la que lo está impidiendo.

Además, en el capítulo 9 de los presupuestos, en la variación
de pasivos financieros, advertimos una infravaloración que
entendemos que debe ser corregida en ese programa. Es extraño
que la previsión de liquidación del año 1993 sea superior al
crédito asignado para el año 1994 en la variación de estos
pasivos financieros, en definitiva, amortizaciones de deuda
pública.

Por último, solicitamos la devolución del programa de
incentivos regionales a la localización industrial, porque
vemos que los resultados alcanzados son muy deficientes. No
hay acortamiento en las distancias de desarrollo entre
regiones españolas, no vemos avances efectivos. Por ello
solicitamos la devolución de este programa, para su
reconsideración y para que consiga más eficacia.

El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Señor Montoro, termine
ya.




El señor MONTORO ROMERO: Estaba terminando ya, señor
Presidente. En suma, hacemos al presupuesto del Ministerio de
Economía una crítica sustantiva, una crítica de contenidos, de
calidad de sus acciones, de condición de sus programas, que va
más allá de lo que revelan estas cifras, unas cifras que el
Ministro ha vuelto a leernos, la mayor parte conocidas. Lo que
nos hubiera gustado escuchar del Ministro es una evaluación de
la eficacia de esas cifras. Si la eficacia consiste en los
logros hasta ahora alcanzados, éstos son muy escasos.

Nada más, muchas gracias.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor
Montoro. Para la defensa de su enmienda, tiene la palabra el
señor Mur Bernad.




El señor MUR BERNAD: Muchas gracias, señor Presidente.

Intervengo para defender la enmienda número 29 presentada por
el Partido Aragonés, que afecta a la Sección 15, Ministerio
Economía y Hacienda; Servicio 23, Dirección General de
Incentivos Económicos Regionales; programa 724, incentivos
regionales a la localización industrial, y que propone aportar
mil millones de pesetas para el plan especial de la provincia
de Teruel. Como SS.SS. conocen, en especial los que están más
interesados en el desarrollo económico de zonas deficitarias,
como es la provincia de Teruel, ya cuando se revisó la Ley del
Fondo de Compensación Interterritorial el propio Gobierno de
Aragón y el Ministerio de Economía entendieron que, si bien
las razones estadísticas impedían una segregación de lo que
era la provincia de Teruel de las cifras estadísticas de toda
la Comunidad Autónoma, para evitar esa discriminación que
sufre dicha provincia, en el propio texto de la Ley del Fondo
de Compensación se hablaba de buscar fórmulas compensatorias
para la provincia de Teruel con el fin de lograr incentivar un
plan especial de reindustrialización de la citada provincia.

Este plan se ha ido demorando por diversas causas. El Gobierno
de Aragón ha estado siempre dispuesto a aportar una cantidad
de 1.000 millones de pesetas para que este plan pudiera
empezar a funcionar, pero lo que se necesita es que el
Gobierno de la nación aporte una cantidad similar con el fin
de tener un fondo económico que pudiera empezar a paliar las
deficiencias que dicha provincia



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de Teruel, en cuanto a despegue en inversiones regionales,
tiene respecto a otras provincias españolas.

Como no lo hemos visto en los presupuestos para 1994, a pesar
de esa declaración expresa que figura, no sólo como
declaración política, sino en la propia exposición de motivos
de la Ley del Fondo de Compensación, es por lo que, pensando
que ha sido un olvido del Ministerio o del Gobierno socialista
con ese compromiso contraído desde el Gobierno de Aragón y por
los Diputados socialistas de la provincia de Teruel, hemos
presentado esta enmienda para que sirva de recordatorio y para
que, con su aceptación, se haga realidad la posibilidad de que
ese plan especial de Teruel sea algo más que una mera
formulación teórica y pudiera ser una realidad práctica por
contar con la dotación presupuestaria, no diré que suficiente,
pero sí necesaria para comenzar a marchar.

Si esta enmienda no merece el apoyo de SS.SS., muy
especialmente de los Diputados socialistas, habrá que entender
que para ellos el plan especial de Teruel es, simplemente, una
formulación teórica en época electoral y que de nada sirven
los compromisos adquiridos si no van acompañados de la
dotación económica correspondiente.

Nada más. Muchas gracias, señor Presidente.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor Mur.

Para la defensa de las enmiendas del Grupo Parlamentario de
Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, tiene la palabra el
señor Frutos.




El señor FRUTOS GRAS: Señor Solbes, usted convertirá al señor
Solchaga en un peligroso izquierdista, además de en un actor
excelente, porque la defensa que ha hecho de la sección 15
debe tener algo que ver con la tecnocracia, pero no tiene nada
que ver, en absoluto, ni con la política ni con un análisis
del debate sobre la situación económica del país.

Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya no tiene enmienda a
la totalidad de la sección 15. Presentamos ya en su momento la
enmienda a la totalidad de los presupuestos porque
pensábamos --seguramente mal, quizá lo tengamos que revisar
para el próximo año-- que nos entraría la melancolía de tener
que hacer los mismos debates siempre con las mismas respuestas
por parte del Gobierno.

Tenemos dos enmiendas, seguramente de poca importancia ante la
magnitud de los fracasos de todo tipo, incluso fracasos en la
necesidad de un impulso hacia la solidaridad. Hemos visto cómo
aquí prácticamente se destrozaba cualquier pequeña enmienda,
que debía tener su partida presupuestaria, como, por ejemplo,
un aumento, aunque fuera moderado, del 0,7 por ciento del
producto interior bruto para dedicar a alguna política de
solidaridad y de racionalidad, entendiendo que nuestros
problemas son los problemas del tercer mundo, y que si los
problemas del tercer mundo se arreglan permitirán una mejor
solución de los nuestros, etcétera. Con una caída del producto
interior bruto, con un fuerte descenso en los bienes de
equipo, con casi un 9 por ciento de disminución de la
inversión, con un retroceso del valor añadido, con un récord
mínimo en la utilización de la capacidad industrial (no llega
al 70 por ciento) y con una reducción de 800.000 personas de
población ocupada, con todo esto y bastante más hubiera sido
necesario que un presupuesto con más de 400.000 millones de
pesetas hubiera intentado jugar un papel en el conjunto de la
economía, un papel más activo, en definitiva, que es lo que
hemos planteado en el conjunto de nuestras enmiendas y la
enmienda a la totalidad. No lo han hecho, no lo hacen ahora
tampoco, ni en intervención general --dedican prácticamente
cuatro chavos, calderilla-- ni en programación, planificación,
ni en proyectos de políticas activas, ni en modernizar
estructura productiva, a partir de incentivos adecuados, ni en
relación a la pequeña y mediana empresa, que ya la hemos
debatido aquí hasta el cansancio y el aburrimiento. Por tanto,
el mercado, como siempre, decidirá. Mientras tanto ustedes, y
aquí yo he venido a defender esto, ahorran, no sé para qué
ahorran, no sé para qué futuro del país ahorran, pero en todo
caso ahorran.

Paso a defender las dos enmiendas muy brevemente. Una de
ellas, la enmienda número 1.431, pretende aumentar en 4.000
millones los 17.000 millones de la Dirección General de
Incentivos Regionales, sacándolos de una partida y
colocándolos en otra, para hacer frente a las previsiones del
plan de reactivación económica de la región de Murcia, que
garantice al mismo tiempo la correspondencia con los fondos de
la Comunidad Europea (los FEDER, de Incentivos), y superar la
crisis de sectores endógenos de la región, como son la
conserva y el sector agroalimentario en general. La política
que hay detrás de estos 4.000 millones que se piden de aumento
a los 17.000 millones de la partida son para nuevos
asentamientos, modernización, ligado a otros créditos para una
política de marcas, etcétera; una política que va ligada
también con alguna otra enmienda que defenderemos en la
Sección relativa a comercio. El sector conservero --muy
importante en la región y creemos que en el conjunto del
Estado-- como elemento exportador está a punto de desaparecer
de la tradición y pasar ya a la historia; será la historia de
Murcia, la historia de España, pero en definitiva también en
eso habremos fracasado. Por tanto, se trataría de potenciar lo
que es todavía, aunque sea parcialmente, un patrimonio
económico productivo sólido, de una región especialmente
castigada por un tipo de crecimiento enfermizo que ha
potenciado la crisis. No es necesario recordar lo que ha
ocurrido con otros sectores industriales en Murcia, como el de
fertilizantes, etcétera, y defender que el índice de
desarrollo humano



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de la región no decrezca y que tampoco crezca el índice de
paro, que ya es muy importante, uno de los más elevados en la
región; una región, además, castigada porque no tiene un
índice de salarios y de rentas, muy importante en relación al
conjunto del Estado.

Por lo tanto, como la ley de incentivos se creó para sectores
endógenos de cada región, nos parece que este aumento que
pedimos, sacándolo de otra partida, serviría para lo mismo.

Finalmente, pedimos que se dediquen 200 millones de pesetas
para un programa informático en los consulados que facilite la
incorporación al mismo de todos los emigrantes. Es una
enmienda, si usted quiere, de bajo relieve, pero en todo caso
nos parecía interesante que hombres y mujeres que han tenido
que salir por motivos económicos de España tuvieran las
máximas facilidades para incorporarse al proceso político
económico y social español. Muchas gracias.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Para un turno en
contra, tiene la palabra el señor Martínez Sanjuán.




El señor MARTINEZ SANJUAN: Gracias, señor Presidente.

Para exponer la postura del Grupo Parlamentario Socialista en
la defensa del Presupuesto de la Sección 15 y fijar también la
posición respecto a las enmiendas, tanto de totalidad como
parciales, que han presentado los diferentes grupos
parlamentarios.

Por ir en sentido inverso a las intervenciones de los señores
portavoces, me referiré en primer lugar a la intervención del
señor Frutos, de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya.

La verdad es que desde la tribuna y a lo largo de varios años
escuchando intervenciones respecto a los presupuestos del
Ministerio de Economía, lo que he oído esta tarde no lo había
oído nunca. Tengo que reconocer que el señor Frutos ha sido
auténticamente original al decir que el Presupuesto del
Ministerio de Economía, con 451.000 millones de pesetas,
debiera ser un elemento dinamizador, activo, del desarrollo
económico y del crecimiento económico del país. Este
presupuesto tiene fundamentalmente dos partidas, como ha sido
históricamente así, en el presupuesto de un ministerio de
carácter horizontal, el presupuesto de un ministerio de
carácter de servicio y de gestión fundamentalmente de la
política de ingresos y pagos de la Administración pública y un
presupuesto en el que quizá la partida más importante, como
decía el ministro, es la partida de activos y pasivos
financieros que fundamentalmente trata de incorporar una
cantidad de dinero a través de las empresas de patrimonio en
la reactivación o en la participación del sector público en
las diferentes empresas que residen en el presupuesto del
Ministerio de Economía, en la Dirección General del
Patrimonio. No es un presupuesto inversor y, en la medida en
que no lo es, por muchos cuatrocientos y pico mil millones de
pesetas que se gaste, no puede atribuirse al Ministerio de
Economía un papel dinamizador de la vida económica. Así que
quizá esta interpretación habrá que revisarla en los próximos
años, porque desde luego hay que reconocer que no la había
oído. No voy a entrar, señor Frutos, a hacer una valoración de
alguna interpretación que usted ha hecho respecto a la
política económica global. No tendríamos tiempo. Ya fue el
debate de totalidad y su grupo parlamentario defendió sus
planteamientos, que no comparte el Grupo Parlamentario
Socialista, y quizá no tendríamos tiempo para discutir las
variables económicas, el cuadro macroeconómico, las
perspectivas de futuro que tiene este país, en qué medida este
presupuesto consolida o va en la buena dirección de conseguir
un despegue económico, cómo creemos que realmente se puede dar
una situación distinta en los próximos meses y cómo el
presupuesto global del Estado --no el presupuesto del
Ministerio de Economía-- puede contribuir a ello. Con relación
a dos enmiendas parciales que ha presentado S.S., tengo que
decirle, señor Frutos, que habiendo oído al señor Ríos
defender en la Comisión el tema de los 4.000 millones de
pesetas para la región de Murcia, me quedo más con la
intervención del señor Ríos que con la suya, quizá porque puso
más ardor en la defensa de su tierra, de su circunscripción
electoral, y porque quizá puede conocer mejor su
planteamiento. No obstante, le quiero decir, señor Frutos, que
los presupuestos dirigidos concretamente a incentivos
regionales, como bien conoce S.S., no están regionalizados, no
se establece un cupo dentro de los 17.500, de los 21.000, o de
los 30.000 a fin de que fueran dirigidos éstos para Murcia,
éstos para La Rioja, éstos para Castilla y León o éstos para
otra comunidad autónoma, sino que es un presupuesto global y
cada comunidad autónoma gestiona sus proyectos. En estos
momentos me he interesado en conocer la situación de Murcia,
dentro de los incentivos regionales, y solamente hay nueve
proyectos pendientes de estudio, tres concretamente pendientes
de pago y no todos ellos tienen relación con el tema del
desarrollo endógeno, de que S.S. hablaba y también el señor
Ríos en la Comisión; de la modernización del sector
agroalimentario, del sector de las conservas, porque como dije
al señor Ríos en la Comisión, una parte de estos incentivos
también puede ser dirigida a través del Feoga-Orientación,
donde se establecen presupuestos para la modernización de las
industrias agroalimentarias.

Con relación a la enmienda sobre el censo relacionado con los
emigrantes del exterior, me reafirmo en lo que le dije en la
Comisión. El Presupuesto de los organismos consulares, que es
donde reside toda la acción consular, toda la política
dirigida al sector de la emigración,



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reside fundamentalmente en el Ministerio de Asuntos Exteriores
y no en el Ministerio de Economía y Hacienda, ni en el
Instituto Nacional de Estadística. De todas formas, le digo lo
mismo. El Gobierno tiene interés en hacer una gran campaña no
de programas informáticos, porque el problema no es hacer un
programa informático que aglutine a los emigrantes que están
en el exterior o la gente que, nacida en el exterior, se
considera o es española, sino que el problema básicamente es
de información para ese acto voluntario de que todas las
gentes que viven en el exterior, siendo españolas, vayan a las
oficinas consulares a solicitar su censo. Primero hagamos eso,
después ya haremos el programa informático que realmente se
pueda coordinar en esa línea. Pero, además, les decía en
Comisión, que todos los gastos necesarios para completar el
censo electoral es una partida ampliable y que no va a haber
ningún problema con este presupuesto para poder hacer una
política eficaz que trate de incorporar todos los emigrantes
al censo electoral. Al señor Mur le tengo que decir que lo más
sensato que podría hacer, después de escuchar mi intervención,
es retirar la enmienda número 29, referida a la incorporación
de 1.000 millones de pesetas para Teruel, por la sencilla
razón de que el señor Mur no ha encontrado la partida
correspondiente que está incluida en el presupuesto de la
Sección 32, concretamente en la aplicación 3210, Programa
911.D, código 751, por importe de 960 millones de pesetas,
precisamente para dar cumplimiento al acuerdo entre la
Diputación General de Aragón y el Gobierno de la nación para
financiar proyectos de creación de riqueza en la comarca de
Teruel. No está en el presupuesto de la Sección 15, porque no
es el lugar, señor Mur, sino que está residenciado en la
Sección 32 el compromiso firmado por el Gobierno, por importe
de 960 millones de pesetas. Como creo que lo que S.S.

pretendía era que se hiciera realidad y que se visualizara esa
partida y ese compromiso entre el Gobierno de Aragón y el
Gobierno de la nación, creo que lo más sensato, señor Mur, es
que retire su enmienda porque ya está incluida en los
Presupuestos Generales del Estado. En cuanto a la intervención
del señor Montoro, tengo que reconocer que estoy satisfecho de
haberle oído hablar, desde la tribuna, sobre los Presupuestos
Generales del Estado. Hasta hace poco tiempo lo leíamos en los
artículos que, cuando discutíamos los Presupuestos Generales
del Estado, nos dirigía a todos los diputados a través del
Instituto de Estudios Económicos, que leíamos con mucha
atención, donde daba las recomendaciones oportunas respecto al
futuro de las cuentas públicas, pero esta vez lo hemos oído de
viva voz. Le tengo que decir, señor Montoro, que me ha
defraudado un poco. Porque esas cosas que antes desde la
objetividad del informe nos transmitía a los diputados
respecto a qué debía ser el presupuesto, no he visto que lo
haya defendido ardientemente, siendo portavoz económico de su
grupo parlamentario en el debate que su propio grupo está
haciendo en relación a los Presupuestos Generales del Estado.

Ha dicho del presupuesto que es incorrecto en el
funcionamiento porque no incorpora austeridad. Si este
presupuesto del Ministerio de Economía no incorpora austeridad
a las cuentas públicas, que baje Dios y lo vea, porque desde
luego con relación al gasto ejecutado o que se va a terminar
de ejecutar en el año 1993, comparado con el presupuesto para
1994, la disminución del gasto es aproximadamente en torno al
20 por ciento. Este Ministerio es de los pocos que no podría
acusar el Grupo Parlamentario Popular de no dar ejemplo, de no
hacer unas cuentas públicas ejemplificadoras. El capítulo 1 --
como decía el Ministro en su intervención-- se congela; el
capítulo 2, disminuye; el capítulo 4, diminuye; el capítulo 7,
prácticamente se mantiene y las inversiones se reducen. Este
presupuesto es inferior realmente al presupuesto de ejecución
del Ministerio de Economía y Hacienda del año 1993, y S.S. lo
sabe; luego, está dando ese ejemplo de lo que entendemos debe
ser la política de gasto público: una política de contención
del gasto, sobre todo en determinadas partidas, para
disciplinar el gasto público en aquello que no es fundamental
para mantener la actividad económica en el año 1994. Decía que
no le basta la reorganización que ha emprendido el Ministerio
con el decreto de primeros de octubre y que debe ir más allá,
porque --decía-- este Ministerio debe ser más apartidista y
más profesional. Profesional, seguro que es y, apartidista, en
la medida en que el Ministro de Economía --lo ha dicho él
mismo, no descubro absolutamente nada-- no es militante del
Partido Socialista Obrero Español, no podrá acusarnos de que
el Ministerio de Economía y Hacienda sea un ministerio donde
los altos cargos, incluido el ministro, hagan una política
plenamente partidista. No ha utilizado bien el argumento, pero
no por la razón que le acabo de dar, sino porque usted sabe
positivamente que el Ministerio de Economía y Hacienda, como
tantos otros Ministerios, no es un ministerio partidista.

Decía S.S. que no le gustaban determinadas partidas y que la
política de falta de armonía era evidente en el ministerio. No
voy a tener tiempo para explicarle el desarrollo de todas las
partidas y todos los programas políticos que se incorporan al
presupuesto de las diferentes direcciones generales del
Ministerio de Economía y Hacienda, pero no puede decir S.S.

que el presupuesto incluye una política burocrática y una
política poco comprometida. En política fiscal el Gobierno
podrá ser criticado o no (ya lo han hecho ustedes cuando se ha
discutido el Título VI o la Sección 06 del debate de
presupuestos) pero establece un sistema de contención de la
política fiscal, una política que apuesta



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por el desarrollo económico, que apuesta por la incentivación
económica, que apuesta por una política de congelación de la
presión fiscal individual, que apuesta por la lucha contra el
fraude fiscal, que está apostando por una reorganización
importante de la Agencia Estatal Tributaria con programas
específicos...

El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Señor Martínez
Sanjuán, vaya terminando.




El señor MARTINEZ SANJUAN: Voy terminando, señor Presidente.

Este Gobierno apuesta por la lucha contra el fraude fiscal. No
es casualidad, leyendo los periódicos de estos días, lo que
está pasando en tantos y tantos puntos de este país. Esto no
es por una cuestión voluntarista ni por arte de birlibirloque,
sino que hay políticas de inspección, hay políticas de lucha
contra el fraude fiscal, no dude S.S. y, además, estoy seguro
de que en este sentido el Gobierno va a tener el apoyo de toda
la Cámara, no sólo del Grupo Parlamentario Socialista.

Decía S.S. que la política de presupuestación, de
planificación, no le gusta. Su señoría conoce lo que ha pasado
con la planificación, la presupuestación, con la extrapolación
de resultados económicos y elaboración de cuadros económicos
en estos últimos meses y en estos últimos años. No es que me
conforme con ese refrán de que mal de muchos, consuelo de
tontos, ni mucho menos; pero España no es una isla en la
planificación, en los resultados económicos, en el desarrollo
de lo que está pasando.

Qué casualidad, su grupo parlamentario, o usted, dice que no
se cree los resultados ni la elaboración del cuadro
macroeconómico. Yo estos días estoy leyendo informes,
evolución de cuadros, perspectivas del Fondo Monetario
Internacional, de la Comunidad Económica Europea, de grupos de
expertos de cinco sabios alemanes, de grupos privados de
bancas extranjeras, y prácticamente todos coinciden en dos
cosas: que se va a producir una reactivación económica en los
países de la Comunidad Económica Europea y que también se va a
producir en España esta reactivación, entre un punto y punto y
medio por ciento. El Gobierno ha presupuestado un crecimiento
económico del 1,3. Yo estoy convencido de que al terminar el
año no podrá S.S. venir otra vez aquí, a esta tribuna,
diciendo: se equivocaron ustedes. El tiempo lo dirá, tenemos
tiempo suficiente para ir viendo; pero hay signos de que la
reactivación de determinados sectores, en la formación bruta
de capital, en la licitación de obras públicas, en la
construcción, etcétera, se está produciendo.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Termine, señor
Martínez Sanjuán.




El señor MARTINEZ SANJUAN: Por último, señor Presidente, y
termino, tengo que decir que la argumentación que ha hecho
S.S. en la crítica a los diferentes programas de gastos ha
aportado poco en relación a lo que defendió en la Comisión y
como creo que ya le contesté allí, me reservo para un segundo
turno por si S.S. aporta alguna novedad que no haya escuchado
anteriormente.

Muchas gracias, señor Presidente.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor
Martínez Sanjuán. Para turno de réplica, el señor Montoro
tiene la palabra.




El señor MONTORO ROMERO: Gracias, señor Presidente.

Señorías, ante todo, señor Martínez Sanjuán, tengo que
agradecerle las amables palabras que ha tenido para mi
anterior trayectoria profesional y para el crédito que le
merece el Instituto de Estudios Económicos, pero tengo que
decirle también que esos sabios consejos, que emanaban de esta
reconocida institución, no han sido seguidos, en absoluto, por
la política económica del Gobierno socialista. A usted le
gustaban unos informes y después desconocía en lo sustancial
tanto las proyecciones económicas que sustentaban estos
informes, como las recomendaciones que emanaban de ellos. En
fin, ahora tenemos un nuevo informe del Instituto de Estudios
Económicos, que no ha sido elaborado por mí y que insiste en
los argumentos en que insisten otros expertos en España. A lo
largo de este Pleno, dedicado al debate de presupuestos,
tendremos ocasión de ir a la validez de los informes de estos
expertos sobre proyecciones económicas.

Quiero insistir en que el Ministerio de Economía y Hacienda
tiene que ser un ejemplo de austeridad, de eficacia, y, en
definitiva, un ejemplo de institución desde la que se debe
hacer un planteamiento de política económica renovadora en
España. Esto no se percibe en los presupuestos. La defensa que
usted ha hecho, supliendo el papel del señor Ministro que no
ha querido hacerla directamente, es la defensa, en definitiva,
de la continuidad, está en el continuismo; no me habla de
realidades. ¿Cuál es la realidad de la lucha contra el fraude?
¿Cuál es el éxito de esas proyecciones ecónomicas? ¿Cuál es el
éxito de la implantación de incentivos regionales a la
industrialización? ¿Dónde están esos programas en acción?
¿Dónde está el éxito de la presupuestación, de la
planificación, con unos presupuestos que se desvían en 2,5
billones de pesetas? ¿Dónde está la disciplina de este
presupuesto cuando está protagonizado por el señor Ministro de
Economía, que no deja de recurrir a esa técnica de créditos
ampliables, técnica nociva que ha llevado al desbordamiento
sistemático del gasto público? ¿Dónde está esa
profesionalización?



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¿En que el señor Ministro de Economía no tiene carné del
Partido Socialista? ¿Esta es la profesionalización? ¿Esta es
la presencia de la tecnoestructura en este Ministerio? Mire,
obras son amores, y aquí, lo que estamos valorando son
realizaciones. Estamos en una crisis económica que exige
acciones de Gobierno y no actitudes verbales; actitudes
verbales ya hemos tenido bastantes, hemos oído hablar mucho de
políticas económicas renovadoras y hemos oído hablar hasta el
punto de llegar al máximo escepticismo al respecto. Hace falta
actuación, y eso es lo que esperábamos, básicamente, de este
Ministerio, evaluando sus programas de acción, que
consideramos, en lo sustancial, incorrectos, por eso, porque
ha dominado, en definitiva, una voluntad política sobre la
profesionalidad de los técnicos del Ministerio. Esto lo está
aplastando y lo sigue haciendo el actual equipo de Gobierno,
aunque no tenga carné del Partido Socialista. Pero eso no es
lo fundamental; lo fundamental es que se produzca ese cambio
de política económica, que se produzca la corrección de la
política económica que, como ya he insistido en otras
ocasiones desde esta tribuna, ha estado mal planteada y mal
diseñada. Es muy triste que desde ese ministerio, del que
tienen que nacer la disciplina y el control, asistamos a una
carencia de esa disciplina y de ese control. Voy a acabar este
turno leyendo una cita de autoridad, una cita del profesor
Barea Tejeiro, experto funcionario público, con altas
responsabilidades de Gobierno en ocasiones, y reputado
profesor universitario en estos momentos, que en su trabajo de
análisis sobre los Presupuestos Generales del Estado
recientemente publicado --yo lo leía ayer mismo--, dice lo
siguiente: El nuevo Gobierno ha perdido la ocasión de mostrar
que quiere una absoluta transparencia en las cuentas públicas
y que se recobre la confianza en el presupuesto. Junto a la
plausible decisión de sanear el pasado, debió adoptar las
medidas oportunas para mostrar que esto no volvería a suceder
en el futuro; medidas que, como ya hemos repetido hasta la
saciedad, consisten en aprobar unos principios contables
públicos, que tienen que nacer de ese ministerio --apostillo,
y sigo con la cita textual--, que den la imagen fiel de la
actividad económica de los entes públicos y en ajustar la Ley
General Presupuestaria, en cuanto a las modificaciones
presupuestarias, a un nuevo entorno de mayor disciplina
presupuestaria.

Estas son las acciones que, en definitiva, estamos reclamando
de este Ministerio de Economía y que en absoluto observamos en
la presentación de los presupuestos del Ministerio, ni en las
actitudes del Gobierno, por una parte, y del Partido
Socialista, por otra, cuando se rechazan nuestras iniciativas
de introducir estos elementos necesarios de austeridad,
eficacia y rigor.

Muchas gracias, señor Presidente.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Muchas gracias, señor
Montoro. Señor Mur.




El señor MUR BERNAD: Gracias, señor Presidente.

Muy brevemente para replicar al portavoz del Grupo Socialista
y agradecerle que me haya ilustrado que en la sección 32 hay
una partida para cumplir el compromiso del plan especial para
la provincia de Teruel. Sin embargo, he de decirle que este
plan lleva un año de retraso, en este ejercicio 1993 ya tenía
que haberse puesto en marcha; por tanto, existe un déficit
acumulado de una anualidad que, por parte del Gobierno
central, suponen 980 millones de pesetas. Por eso mi enmienda
dice literalmente lo siguiente: Aumento «1.000 millones:
aumento del Plan Especial para la provincia de Teruel». Ya sé
que hay 980 millones, ¡faltaría más que ustedes incumplieran
por segundo año consecutivo el compromiso! Lo que pretendo con
la enmienda y con el aumento de los 1.000 millones es
recuperar el tiempo perdido y recuperar los 1.000 millones de
pesetas que ustedes han dejado de invertir este año. Por
tanto, señor portavoz del Grupo Socialista, no me pida que
retire la enmienda y reconsideren ustedes la posibilidad de
apoyarla. Nada más. Muchas gracias.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor Mur.

Señor Frutos.




El señor FRUTOS GRAS: Muy brevemente, señor Presidente.

Señor Martínez Sanjuán, seguramente tiene usted razón al decir
que me he equivocado de debate, que el Ministerio de Economía
y Hacienda no es dinamizador, ni tiene carácter de servicio,
ni tiene un presupuesto inversor; sólo le ha faltado decir al
señor ministro que iban a cerrar el Miniterio de Economía y
Hacienda para ahorrar porque, claro, yendo por ese camino,
sería lo mejor.

Reconozca, señor Martínez, que tenemos motivos suficientes
para sentirnos como aquellos personajes de Shakespeare, ciegos
conducidos por locos. Esta mañana los señores del banco de la
derecha defendían el derecho de huelga y resulta que un
representante teórico de la izquierda sociológica defendía, no
el recorte del derecho de huelga, pero sí una matización
importante al derecho de huelga. Por tanto, comprenda que
estemos un poco desorientados en el debate de estos
presupuestos; yo estoy muy desorientado puesto que es la
primera vez que discuto unos presupuestos.

Finalmente he de decir que sabemos que no están regionalizadas
estas partidas, sin embargo, señor Martínez Sanjuán, le
aceptamos 4.000 millones no regionalizados



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del conjunto de la partida, entendiendo naturalmente que
Murcia, que a lo mejor tiene una necesidad superior a otras
regiones por el tipo de industria que tiene (conservera,
etcétera), pueda acceder a estos fondos, entre otras cosas
porque tenemos otra enmienda, que defenderemos próximamente,
en la cual también se pide una reactivación de la posibilidad
exportadora y por tanto ayudas para el comercio exterior. En
este caso también Murcia actúa de avanzada puesta que tiene un
problema específico más importante que otras.

Muchas gracias, señor Presidente.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor Frutos.

Señor Martínez Sanjuán.




El señor MARTINEZ SANJUAN: Muchas gracias, señor Presidente.

Señor Frutos, posiblemente se encuentre perplejo ante este
debate, pero me reafirmo en que este ministerio es un
ministerio orientador, un ministerio de servicios, un
ministerio que lleva la política de los ingresos y de los
gastos, es un ministerio que hace funcionar al resto de las
administraciones públicas. No es un ministerio reactivador de
la política económica en el sentido que podría tener un
ministerio inversor como pueden ser los Ministerios de Obras
Públicas, de Agricultura, o de Industria. En ese sentido, no
es un ministerio que trate de aportar lo que S.S., en su
primera intervención, ha dicho. Es un ministerio que va a
luchar contra el fraude fiscal; es un ministerio que va a
controlar el gasto público; es un ministerio que va a
gestionar la deuda pública para que cueste menos a esta
generación y a generaciones futuras la financiación de la
deuda acumulada; es un ministerio que va a impulsar políticas
de eficacia en la Administración; un ministerio que va a
impulsar programas de gastos en la Intervención General del
Estado, que incorpore la eficacia en los servicios; en
definitiva, en ese sentido, creo que va a ser un ministerio
con un presupuesto muy eficaz para mejorar la calidad de vida
de los españoles y las cuentas públicas.

Al señor Mur le tengo que decir que el hecho de que en el
presupuesto del año anterior haya una cantidad en torno a los
1.000 millones de pesetas y que tienen los proyectos
aprobados, aunque no se hayan ejecutado, no significa, como
S.S. bien debe conocer desde el punto de vista de
funcionamiento parlamentario y presupuestario, que esas
cantidades desaparezcan de los presupuestos, sino que se
incorporan como remanente de ejercicios anteriores y no hace
falta estar presupuestando cada cada año el dinero no gastado
y comprometido de ejercicios anteriores. Me parece muy bien
que S.S. quiera quedar bien en Teruel, pero yo le digo a usted
y a los turolenses que no hace falta esta enmienda porque este
Gobierno, con los acuerdos firmados con los Diputados
Generales de Aragón, tiene el dinero suficiente para cumplir
los compromisos con el Gobierno de Aragón. Por último, quiero
decirle al señor Montoro que su turno de réplica ha sido un
torrente de preguntas que empezaba por dónde y para qué se
hace una política de incentivos regionales. Pues para ir
acortando los desequilibrios que S.S. conoce entre diferentes
regiones de España a través no solamente de incentivos
regionales, sino a través del Fondo de Compensación y a través
de políticas vertebradoras territoriales. ¿Dónde está la
disciplina del gasto? En el compromiso, en la eficacia que
queremos implicar a la política fiscal y a la política
monetaria este año en el control del presupuesto y en la
medida reactivadora de la actividad económica.

Le diría, señor Montoro, en relación a lo que S.S. me hablaba
de su época anterior: ¿Dónde está su modelo de control del
gasto público cuando presentan enmiendas que suponen más gasto
público al presupuesto del Estado del año 1994? (El señor
Montoro Romero hace signos negativos con la cabeza.) Usted me
dice que no con la cabeza. No se ha tomado el tiempo de sumar
todas las enmiendas y todas las disminuciones de ingresos y de
gastos para ver exactamente dónde está. ¿Dónde está su
política de disminución de los ingresos públicos con su modelo
de reforma fiscal? Por último, le diría: ¿dónde está realmente
su modelo alternativo cuando decía que el modelo del Grupo
Popular respecto a los presupuestos para el año 1994 era que
crecieran menos de lo que iba a crecer la inflación prevista
en el año 1994? Le voy a dejar incluso un margen de maniobra.

Nosotros apostamos por un 3,5 por ciento; supongamos que sea
un 4. Suponiendo que sea el 4 --y le doy medio punto de
ventaja--, con relación al presupuesto del año 1993, su modelo
alternativo sería un presupuesto de 28 billones 630.000
millones de pesetas, billón y medio menos de pesetas que el
presupuesto consolidado del conjunto del gasto público
español. Yo no he oído a lo largo de lo que llevamos de debate
parlamentario de dónde iban a reducir ustedes billón y medio
de pesetas de gasto público para hacer verdad ese modelo
alternativo de presupuestación y de gasto público del Partido
Popular. No lo he oído y va a terminar este debate
parlamentario sin oírlo. Realmente su modelo no es un modelo
alternativo, su modelo no existe como tal y es un modelo
absolutamente irreal, hecho de castillos en el aire y que no
responde realmente a lo que suponen los intereses del país ni
a los reales retos que tienen presentados la economía y la
sociedad española.

Muchas gracias, señor Presidente.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Muchas gracias, señor
Martínez Sanjuán. Finalizado el debate de la Sección 15 de los
Presupuestos Generales del Estado, referida al Ministerio de



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Economía y Hacienda, vamos a pasar a debatir la Sección 16.




¡OJO, VA LADILLO
EN EL PARRAFO ANTERIOR!



Sección 16



Para la presentación de los presupuestos de esta Sección tiene
la palabra el señor Ministro del Interior.




El señor MINISTRO DEL INTERIOR (Corcuera Cuesta): Señor
Presidente, señoras y señores Diputados, hace un año comparecí
ante SS.SS. para exponerles las líneas maestras de un
presupuesto todavía tributario de los esfuerzos que antes
habíamos hecho para afrontar con éxito los numerosos problemas
inherentes a la celebración de los acontecimientos de 1992.

Presentaba un presupuesto para 1993 con un ejercicio de vuelta
a la normalidad presupuestaria, manteniendo un nivel adecuado
en las prestaciones de los servicios que corresponden al
Ministerio del Interior. (Rumores.)



El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Un momento, señor
Ministro. Ruego a SS.SS. que guarden silencio, por favor.

Continúe, señor Ministro.




El señor MINISTRO DEL INTERIOR (Corcuera Cuesta): Hablé
entonces, señorías, de una línea de austeridad que para el
Ministerio del Interior era de especial relevancia, por
contraste con el notable esfuerzo presupuestario del ejercicio
anterior, diría que de ejercicios anteriores. Hoy debo exponer
a SS.SS. las líneas generales de un presupuesto que profundiza
en las ideas apuntadas para el todavía vigente, esto es,
austeridad y mantenimiento del nivel de prestación de
servicios. Señalaría que es un presupuesto bastante
restrictivo, sin duda, en determinados conceptos, pero que nos
deja un margen para, con un ejercicio de muy atenta
administración, seguir asegurando el normal desenvolvimiento
de los derechos de los ciudadanos. Esto quiere decir que al
ser las tres grandes áreas a cubrir por este departamento las
de Seguridad Ciudadana, Protección Civil y Seguridad Vial, el
Ministerio del Interior ha tenido que optar por hacer un
ajuste en conceptos no vinculados directamente a esos bloques
de actividad. Esto se ha acompañado de un importante esfuerzo
para preparar una gestión especialmente rigurosa, para
mantener un nivel adecuado en la prestación de los servicios
que directamente percibe el ciudadano y, al propio tiempo,
vamos a intentar el máximo ahorro posible en los temas
domésticos, en los temas internos. Como datos que enmarquen la
exposición más detallada que seguirá, quiero indicar que en el
capítulo 6, inversiones reales, se produce una disminución
para todos los servicios y para los organismos autónomos
Dirección General de Tráfico y Patronato de Casas de la
Guardia Civil. Al propio tiempo, tiene lugar un aumento del
18,13 por ciento en el capítulo 2, gastos corrientes en bienes
y servicios, que se debe a la consignación presupuestaria de
10.000 millones de pesetas adicionales para hacer frente a la
deuda acumulada con Telefónica. (Rumores.) Paralelamente, en
este mismo capítulo, se producen importantes reducciones.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Un momento, señor
Ministro. Señorías, por favor, ocupen sus escaños y guarden
silencio. Continúe, señor Ministro.

El señor MINISTRO DEL INTERIOR (Corcuera Cuesta): Importantes
reducciones en determinados créditos tales como protocolo,
menos 25 por ciento; adquisición de prensa, revistas y libros,
menos 61 por ciento; material de oficina, menos 50 por ciento;
publicidad y propaganda, menos 32 por ciento. En todo caso,
hay que señalar que tales disminuciones no afectarán, en
ningún caso, a créditos fundamentales para la adecuada
prestación de los servicios, como es, por ejemplo, algo que
está de moda, el caso de los combustibles. A continuación,
señorías, haré un breve desglose de las acciones más
significativas de las tres grandes áreas antes aludidas, para
dar una visión más clara de hacia dónde y en qué medida
dirigiremos nuestro esfuerzo el próximo año. En cuanto a
Seguridad Ciudadana se produce una disminución de los gastos
en inversiones reales, resultado lógico del esfuerzo realizado
en ejercicios anteriores. Correlativamente a esta iniciativa
clara de contención del gasto público, pretendemos desarrollar
una política de aumento sostenido en la incorporación de
nuevos efectivos a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del
Estado, de mantenimiento de los aspectos esenciales de los
gastos corrientes, como el caso antes citado, e incluso la
posibilidad de corrección de algunos defectos casi endémicos y
de la minoración en inversiones reales a que antes aludí, que,
no obstante, nos permitirá cerrar el ciclo iniciado en los
años inmediatamente anteriores a 1992, consolidando una
importante infraestructura. Por lo que respecta a Protección
Civil, señorías, se continuarán las acciones iniciadas en los
ejercicios anteriores, entre las que cabe destacar la
adquisición y distribución a las administraciones autónomas y
locales de vehículos para la lucha contra incendios --712
millones de pesetas--; la red de alerta a la radiactividad,
cuya finalización y puesta en marcha está prevista para 1994,
con una última anualidad de 323 millones de pesetas; y la
iniciación del nuevo proyecto «Número de llamada de emergencia
único para toda Europa», en cumplimiento de los compromisos
adquiridos con la Comunidad Económica Europea, cuya inversión
para 1994 es bien cierto que es escasa. En cuanto a la escuela
de protección civil, otro de los grandes proyectos en marcha y
cuya puesta en funcionamiento ha recabado en muchas ocasiones
el Parlamento, es intención del Ministerio proceder a su
inauguración y apertura



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antes de que finalice este año, una vez terminada la primera
fase de edificación. Por último, y en cuanto a la tercera gran
área de acción, la Seguridad Vial, seguiremos trabajando para
consolidar la tendencia a la baja de los indicadores de
siniestralidad de las carreteras españolas, en este momento un
5,5 por ciento por debajo de 1992, que fue el gran año en la
inflexión del número de accidentes y, sobre todo, de muertos
en nuestras carreteras, con el incremento en la dotación de
los sistemas integrados para la gestión de tráfico
interurbano, con una inversión de 2.536 millones de pesetas;
acceso a grandes ciudades --Málaga, Valencia y Zaragoza--, con
una dotación de 3.950 millones de pesetas; y educación e
información a través de medios masivos de comunicación, con
una inversión prevista de 2.000 millones de pesetas.

No obstante esta visión global que acabo de exponer a SS.SS.,
no quisiera concluir mi intervención sin ofrecerles
información acerca de algunas actuaciones concretas a
desarrollar por el Departamento a lo largo del próximo
ejercicio y que tienen una repercusión presupuestaria.

Mantenimiento de la oferta de empleo público para el acceso a
las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Se prevé la
convocatoria de no menos de 2.500 plazas de Guardia Civil,
1.200 para la escala básica del Cuerpo Nacional de Policía y
60 de la escala ejecutiva de dicho cuerpo. Teniendo en cuenta
que la oferta pública de empleo va a descender como
consecuencia de un presupuesto ciertamente austero, creo que
SS.SS. deben tener en consideración que en las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad del Estado se continúe con un esfuerzo de
ampliar su dotación para prestar un mejor servicio al conjunto
de los ciudadanos.

Continuaremos el despliegue del servicio marítimo de la
Guardia Civil con la creación de una nueva base en Huelva, que
se sumaría a las de Barcelona, Murcia, Almería, Algeciras, La
Coruña, Cantabria y Málaga, y la dotación --bien es cierto que
modesta-- de presupuestos para poder seguir adquiriendo alguna
embarcación que nos permita una mayor dotación de medios a
estas sedes que acabo de señalar. Continuación de las
actuaciones marcadas dentro de los planes de emergencia
nuclear. Por una parte, se incrementarán las subvenciones a
corporaciones locales para la creación de infraestructura,
cuyo importe para 1994 será de 387 millones de pesetas. Se
pretende, en colaboración con la agrupación de municipios de
áreas de centrales nucleares, la fijación de las carencias en
los municipios afectados y la programación temporal para su
cobertura. Por otra parte, se crea un nuevo concepto para la
celebración de convenios con la Compañía Telefónica, a fin de
instalar este servicio en las áreas antes mencionadas.

Dentro del plan de modernización de las administraciones, y
entre otras actuaciones, el Ministerio del Interior continuará
con la mejora del servicio al ciudadano en la expedición y
renovación del documento nacional de identidad y la puesta en
funcionamiento de centros de información administrativa
integrada. Asimismo, y dentro de este plan de modernización,
se está realizando, creo, un gran esfuerzo en el tratamiento
de la problemática de los extranjeros en España a través de
actuaciones que, desde el punto de vista presupuestario, se
están concretando en la apertura de nuevas oficinas únicas de
extranjeros y centros de internamiento (bien es cierto que con
mayor dotación presupuestaria podríamos ir a una mayor
velocidad), con lo que ello implica tanto de aplicación y
tramitación de procedimientos administrativos, como de velar
por el más estricto respeto a los derechos de estas personas.

Como les decía, por no desviarme de un enfoque presupuestario
de estos temas, daré a SS.SS. los siguientes datos. Después de
haber abierto y estar en pleno rendimiento las oficinas de
Alicante, Almería, Gerona y Santa Cruz de Tenerife, está
previsto la apertura, en los próximos meses, de las de
Barcelona, Madrid, Murcia y Las Palmas, con un coste de
inversiones y gastos corrientes de 537 millones de pesetas. En
cuanto a los centros de internamiento, entrarán en
funcionamiento en breve los de Murcia y Tarifa y se ampliará
el de Las Palmas. Creo, por tanto, señorías, que aun dentro de
esa austeridad indudable, a la que aludí al principio de mi
intervención, con el presupuesto que hoy les presento podemos
cumplir de un modo adecuado con las obligaciones del
Ministerio del Interior durante el próximo año 1994, e incluso
me atrevo a plantear a SS.SS. que es posible abordar alguno de
los problemas de los funcionarios de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado en la línea de ir cumpliendo los acuerdos
con ellos suscritos, fundamentalmente con los sindicatos, en
lo que tiene que ver con algunos aspectos de sus niveles
retributivos y, más concretamente, con los niveles que tienen
las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que, como SS.SS.

saben, son por ejemplo más bajos, en cuanto a su retribución,
que los de las policías locales. Muchas gracias.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Por el Grupo Popular,
para la defensa de sus enmiendas, tiene la palabra el señor
Baón.




El señor BAON RAMIREZ: Señor Presidente, señorías, si los
presupuestos del Estado son la expresión económica de un
compromiso político, ciertamente vinculante, para aportar
soluciones en las tres áreas importantes, en otra también, del
Ministerio del Interior, Sección 16, entiendo que este debate
debe ser eminentemente político. Así lo sostengo, no porque
niegue legitimidad al presupuesto sino porque negamos
operatividad



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y eficacia a este presupuesto para hacer frente a los
problemas fundamentalmente en estas tres amplias áreas que ha
mencionado el señor Ministro. Quiero huir en este mi turno de
los lugares comunes en los que ustedes suelen inscribir lo que
nosotros hacemos como oposición sistemática, lo de la censura
al Gobierno porque sí. Y quiero hacerlo no sin recordar la
frase de un amigo --y es una buena definición de la oposición-
- que dice: Al Gobierno, como a los espárragos, hay que
podarlos todos los días para que no se crezcan ni amarguen. En
ese sentido, yo quiero insistir en los tres puntos relevantes
sobre los que justificamos nuestra enmienda de totalidad a
este presupuesto.

Primero, inadecuación del gasto presupuestado, más de 511.000
millones de pesetas de no consolidado, especialmente en
inversiones reales, al logro de los objetivos previstos o
funciones esenciales del Ministerio: dar seguridad a los
españoles, como componente hoy de la calidad de vida.

Segundo, importantes deficiencias técnicas en la elaboración y
presentación del presupuesto puestas de relieve, por ejemplo,
en la dispersión del gasto destinado al mismo objetivo, así
como en la opacidad de muchas partidas y en los centros del
gasto (Rumores.) Todo ello denuncia una vieja y anquilosada
estructura organizativa y renuncia, por otra parte, o parece
que renuncia al modelo policial que tenemos que establecer.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Un momento, señor
Baón. Reitero a SS.SS. que ocupen sus escaños y guarden
silencio, por favor. Puede seguir, señor Baón.




El señor BAON RAMIREZ: Gracias, señor Presidente.

Y digo que es una renuncia, o puede ser una pausa o un
aplazamiento de este modelo policial más ajustado a nuestras
necesidades, aunque la verdad, en este sentido, le debo
preguntar al Ministro del Interior si está de acuerdo con las
enmiendas 244 y 245, de Convergència i Unió (lo dicen todos
los medios de comunicación y lo vamos a ver cuando estudiemos
la Sección 32) por las cuales va a asumir el Estado deudas
contraídas por la policía autonómica de Cataluña de los años
1991, 1992 y 1993. En cualquier caso, eso pone en duda el
modelo policial y, por supuesto, también la mala
estructuración del presupuesto. ¿Y eso por qué? Porque no
sabemos. Evidentemente en la Sección 32 se habla de 10.500
millones de pesetas, y luego en la suya para formación, según
un convenio, de 300 millones. ¿Por qué esa dispersión? ¿Por
qué asumir deudas de otros ejercicios? Ese es el pago que
vamos a hacer? ¿Esa es la definición del modelo policial? Yo
quiero, señor Ministro, que lo explique, porque a lo mejor
sería necesario un crédito extraordinario para debatir el
sistema de financiación de los mozos de escuadra, de la
policía de la Comunidad catalana, o una ley de financiación;
pero lo que no se puede hacer es meterlo de rondón, con
nocturnidad.

Tercer aspecto grave: Falta de previsión real en cuanto a
gastos en conceptos importantes. Es decir, no existe
correlación, salvo en el pago de la nómina de personal (que
está muy ajustada, es el 81 por ciento del presupuesto, y no
nos podemos mover ahí), entre lo presupuestado y lo gastado.

Pero si el objetivo prioritario, señor Ministro, en el área de
seguridad ciudadana --como no podía ser menos-- es el de
reducir los niveles de delincuencia, procede que nos
preguntemos: ¿Aprecia la sociedad española que ha mejorado su
seguridad? Dicho de otra manera, ¿se han reducido los niveles
de delincuencia? Esa es la pregunta que hay que hacer, y no un
enunciado, como ha hecho hoy aquí, de propósitos, como yo
digo, literarios. Por supuesto que habrá que reforzar toda la
estructura con modificación legislativa, pero esa es la
respuesta que estoy buscando y es la que buscan nuestros
compatriotas. En cualquier caso, mi respuesta a si decrecen
las tasas de criminalidad, rotundamente no. La sociedad puede
advertir que el Ministro del Interior es un peleón, es muy
resultón, es buen polemista --hay que decirlo así--, pero eso
no cambia en absoluto el panorama de inseguridad existente; no
lo cambia, señor Ministro. Las empresas de seguridad siguen
siendo un importante negocio. En barrios y urbanizaciones se
organizan autodefensas, una especie de somatenes fuera de la
ley; eso ocurre. Es difícil salir por la noche sin el temor,
sin ese alto riesgo a que te peguen el tirón o el atraco. Sí,
señor Ministro. Y además hay que verlo en la televisión. La
televisión pública y la privada están haciendo sus programas
estelares con espacios dedicados a sucesos, como «Código uno».

Desde luego, la resignación de los ciudadanos, cierta
aceptación fatalista o acostumbrarse con el crimen y con el
delito no implica, en absoluto, un reconocimiento a una labor
eficaz, de modo alguno. Entiendo que las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado no hacen una labor con resultados
razonablemente buenos. No por nada, no por falta de formación
o por falta de entusiasmo; no, no. Porque están mal dirigidos,
porque advierten las deficiencias de la organización. En
cualquier caso, también cunde el desánimo. Habría que
preguntarle qué es del acuerdo marco, que es lo que se
preguntan muchos guardias. ¿Qué ha sido de las promesas bajo
la euforia del 92? ¿Dónde están? Convendrá conmigo, señor
Ministro, que los componentes de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado, en el ejercicio de 1994, van a ser
víctimas por doble motivo. Porque van a sufrir en sus
economías familiares una congelación salarial que va a afectar
a todos los funcionarios y, asimismo, porque tendrán que
achicar los delitos que como consecuencia de una crisis
general produce una mayor tasa de delincuencia. En ese sentido
sufren una doble tribulación.




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El presente presupuesto enfatiza sobre la garantía para la
sociedad lo que constituye la labor policial en sus aspectos
preventivo, de investigación y de represión de la
criminalidad. Pues bien, sin ánimo de hacer un cruce
dialéctico de estadísticas ni de matemáticas, sí debo decirle
que las cifras no casan. No me voy a pasar en las cifras
absolutas. No quiero entrar a discutir con usted si son buenas
las estadísticas de la Fiscalía General del Estado o las suyas
del Ministerio, que ya me dirá cómo las obtiene. Voy a hablar
de otra cosa distinta, de la tasa de impunidad. Tanto sus
cifras como las del Fiscal superan el 60 por ciento; en un
caso el 69 por ciento y en el otro el 66 por ciento. ¿De
tamaña impunidad podemos deducir eficacia policial contra el
crimen? De dos de cada tres delitos que se cometen no se
conoce al autor. ¿Eso es eficacia policial, señor Ministro? Si
en 1994 reducimos los gastos y usted ha dicho que hay que
profundizar en las líneas del año anterior, profundizar en esa
austeridad --de ahí que los presupuestos sean restrictivos, lo
acaba de decir--, lo que sí es cierto es que no me gustaría
leer lo que he leído el sábado pasado, que en un cuartel de
Alcalá de Henares no se ha podido atender al robo en una
empresa porque no había combustible, que un empleado de esa
empresa tuvo que ir al cuartel a recoger a dos números de la
Guardia Civil para llevarlos al lugar del crimen y que
posteriormente dos números más tuvieron que ir en autobús. No
quiero hacer un ejercicio irresponsable, pero lo que sí es
cierto es que si falta lo más elemental para el funcionamiento
ordinario de los servicios, ¿cómo podemos hablar de
austeridad? Austeridad en otras cosas; austeridad en no pagar
la policía autonómica a Cataluña; pero austeridad en gasolina
para que se hagan las rondas como corresponde a una buena
custodia de la paz pública...

Señor Ministro, cuando el riesgo de ser víctima de un hecho
delictivo es tres a uno frente al riesgo que tiene el que
perpetra el delito, el delincuente, a ser arrestado, no se
puede decir que hay seguridad. Aquí no hay seguridad ciudadana
porque, en cualquier caso, prevalece el riesgo de inseguridad
sobre la paz pública. Paso a referirme al programa de la lucha
contra la droga. Las actuaciones policiales distan mucho de
ser razonablemente eficaces. Digo esto ateniéndome a las
estadística. No quiero ser profuso en el manejo de las
estadísticas y abrumarles, pero, señor Ministro, sí debo
decirle una cosa. Su señoría ha confiado y hasta porfiado
sobremanera en la eficacia de la Ley de seguridad ciudadana
que lleva su apellido. Es una ley que vulnera en varios
aspectos, en nuestra opinión, la Constitución y parece que no
hay duda que el artículo 21 pueda ser anticonstitucional. Como
le tumbe ese precepto, lo que sí es cierto es que el Tribunal
Constitucional va a abrir un mecanismo de destitución. No vea
en mis palabras ningún juicio de intenciones, pero entiendo
que como tiene vergüenza torera --no en balde ejerce la
gestión de los asuntos taurinos del Estado-- cumplirá con la
palabra que dio de dimitir. No quiero insistir y ya digo que
no lo tome como un juicio de intenciones. Voy a limitarme a
demostrarle que en materia de droga no se ha prosperado porque
el número de detenidos ha descendido poquísimo. Hubo más
detenidos en 1991 que en 1992, un 3 por ciento de diferencia;
y si nos atenemos a las muertes, ha habido una muerte menos
este año que estamos contemplando, en 1992, porque son las
únicas estadísticas que tenemos, 817 frente a 816. En cuanto a
decomisos ha aumentado. Su Ministerio suele hacer sinónimo de
eficacia el número de decomisos y lo entiendo, porque
parcialmente es así.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Señor Baón, termine.




El señor BAON RAMIREZ: Voy terminando, señor Presidente.

Entiendo que es así, señor Ministro, lo que sí es cierto es
que también puede presuponer --y es otra interpretación-- que
circula mucha más droga y en ese sentido creo que España es
una autopista.

Me voy a referir, finalmente, al programa de seguridad vial.

No se preocupe, señor Presidente. No quiero ampliación de
tiempo, voy a hacerlo muy rápidamente.

El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Ya ha concluido su
tiempo, señor Baón.

El señor BAON RAMIREZ: Es curioso que se haya acentuado en el
programa 222B, que afecta a seguridad vial, el objetivo
educacional y preventivo. Eso es falso y le voy a decir por
qué, porque usted hace lo de las avestruces, muchas veces, que
da las voces en un sitio y pone los huevos en otro. La memoria
que acompaña al programa 222 B enfatiza --y lo recoge de la
Ley de Bases de 1989-- que se va a poner mucho más interés en
la prevención y en la educación. Eso es falso,
presupuestariamente es rotundamente falso. Hasta tal punto es
falso, señor Ministro, que si la Dirección General de Tráfico,
el organismo superior de tráfico, el organismo 101 se nutre de
tasas y multas, ¿cómo puede prever usted que van a cometer más
infracciones los españoles si hay un incremento en las multas
de un 30 por ciento? Está descargando usted la mano en la
medida represiva policial. ¿Por qué si no ha aumentado el
parque de automóviles? Porque es un elemento recaudatorio y no
es un elemento disuasorio sólo.

Entiendo --y lo sabe, señor Ministro-- que en materia de
seguridad vial lo importante es el factor humano y el factor
humano es no hacer esas campañas escarbando en el miedo o, por
lo menos, atenuarlas llevando --como ha prometido y ha dicho
aquí-- la educación vial a todos los niveles educativos. Eso
no es verdad. Y no es verdad en ese sentido que una legión



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de jóvenes entre 15 y 35 años queden inválidos. Este año al 11
de este mes llevamos 3.493 accidentes graves con 4.137
muertos.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Señor Baón, termine,
ya ha concluido con creces su tiempo.




El señor BAON RAMIREZ: Termino, señor Presidente, ahora mismo.

¿Cuál es el coste económico? ¿Cuál es el núcleo cesante de
futuro? Un periódico hablaba el otro día de 700.000, nunca de
los 98.000 millones de pesetas que reputa su Ministerio que es
la pérdida, en absoluto. Lo que sí le digo es que la carretera
sigue siendo la trampa mortal de mucha gente y, así, sin
atender al factor humano, sin hacer caso a la literatura de la
memoria de la seguridad vial, poniendo énfasis en la educación
vial, así evidentemente no saldremos del fondo estadístico en
el que estamos sumidos en toda la Comunidad Económica Europea.

Muchas gracias.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Tiene la palabra el
señor Ministro del Interior.




El señor MINISTRO DEL INTERIOR (Corcuera Cuesta): Gracias,
señor Presidente. Señorías, no intervengo para abrir ningún
debate; simplemente es para responder a una alusión que tiene
que ver, creo recordar, con la vergüenza torera. No dude el
señor Diputado que creo que yo he sido siempre muy coherente
con aquello con lo que me comprometo, pero debieran ser usted
y sus compañeros un poquito más cuidadosos, no vaya a ser que
mi vergüenza torera se pueda comparar con la ausencia de
vergüenza torera de ustedes (Rumores.); porque, señorías,
respecto de una decisión que tome el Tribunal, aquellos que
tantas cosas han dicho de tantos artículos es probable que se
tengan que desdecir más de lo que yo tenga que hacerlo.

Puestos a tomar decisiones, espero que en las mías me sigan
ustedes; lo dudo. (Rumores.--Aplausos en los bancos del Grupo
Socialista.)



El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor
Ministro. Tiene la palabra el señor Baón.




El señor BAON RAMIREZ: Gracias, señor Presidente.




El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Tiene dos minutos,
porque realmente no ha habido ninguna contradicción.

Exclusivamente dos minutos, señor Baón.

El señor BAON RAMIREZ: Señor Ministro, evidentemente no voy a
dar una larga cambiada, en absoluto, y me voy a ceñir. Usted
apostó, porfió y puso sobre esos preceptos y la virtualidad de
esos preceptos de la «Ley Corcuera», Ley que lleva su nombre,
y con esto no quiero ofenderle en absoluto (Risas.), el
énfasis en que con eso se arreglaba la delincuencia y la lucha
contra el tráfico de drogas, y no es verdad. Tengo los datos
estadísticos para contrastarlos con usted, y lo he hecho ahí
someramente, después de ser reiteradamente llamado al tiempo
por el señor Presidente, para decirle que no tiene razón.

Nosotros no hemos porfiado ni hemos puesto como moneda de
cambio nuestra dimensión (Fuertes rumores.); nosotros
entendemos que es una medida extraordinaria, excepcional y
dijimos que era ineficaz, y se está demostrando. En este
sentido me gustaría, porque no lo ha hecho usted en el turno
anterior, que usted nos convenciese por ósmosis, no por
percusión, no por voluntarismo, no por querer hacer, porque
así no arreglamos el tema de la criminalidad en España ni las
tasas de inseguridad ciudadana que tenemos; así no arreglamos
nada.

En ese sentido, señor Ministro, le puedo formular un deseo:
que Dios le guarde, pero que no le aumente (Aplausos en los
bancos del Grupo Popular.)
El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor Baón.

Tiene la palabra el señor Ministro.




El señor MINISTRO DE INTERIOR (Corcuera Cuesta): Gracias,
señor Presidente. Señoría, dos cosas. Simplemente he tratado
de contestar a una alusión que no tenía que ver con el debate,
pero como el señor Diputado ha hablado en términos taurinos,
de dar largas cambiadas, creía haberle entendido que luego se
iba a arrimar. No se arrima usted al morlaco. (Risas.) Es
cierto, habrá sido una revolera, pero ha parecido más una
larga cambiada. Mire usted, señoría, el efecto positivo o
negativo de las normas se ve con el tiempo; a ésta a la que
usted ha hecho referencia se le exigían aspectos beneficiosos
o perjudiciales casi antes de haber sido aprobada por el
Parlamento. Hace muy poquito tiempo que ha sido aprobada por
este Parlamento. En cualquier caso, creo que sigue siendo una
herramienta útil. Pero más allá de eso, su alusión no ha sido
por eso. Sus alusiones han sido para pedirme a mí coherencia,
que he dicho y he defendido que, en mi opinión, es plenamente
constitucional. A eso usted aportó otra opinión contraria que
yo respeto, y es que había muchos artículos
inconstitucionales. Bien, vamos a esperar a ver lo que ocurre.

Yo ya le he dicho que seré coherente si se declara algo
inconstitucional, pero estoy seguro de que usted también,
seguro de que si alguna o muchas de las cosas que usted y
alguno de sus compañeros han dicho que eran inconstitucionales
resulta que no lo son,



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hombre, no digo yo que vayan de rodillas a algún sitio, pero
alguna disculpa habrá que dar.

Muchas gracias. (Aplausos en los bancos del Grupo Socialista.)
El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor
Ministro. Para la defensa de las enmiendas del Grupo
Parlamentario de Izquierda Unida, tiene la palabra el señor
Ríos.




El señor RIOS MARTINEZ: Señor Presidente, señorías, dada la
hora que es, el tema que es y los hábitos que nos ha dejado el
debate anterior, voy a intentar hablar del presupuesto del
Ministerio del Interior, que me ha correspondido por mi mala
cabeza en esta tarde.

No soy de los que piensa que los derechos de los ciudadanos se
pueden garantizar con más policía, con más elementos de
seguridad. Pero sí me gustaría hacer referencia
fundamentalmente a tres razones por las que hemos presentado
una enmienda a la totalidad y a las razones que nos lleva a
plantear que esta sección tenga más recusos para hacer frente
con más eficacia a sus obligaciones. Tres serían los niveles
para poder plantearse argumentos. Uno, el de medios humanos.

¿Existe suficiente personal? Nosotros creemos que con el
personal que presenta el proyecto es suficiente, pero hay que
avanzar en un proceso de coordinación de los dos actuales
cuerpos con que cuenta la seguridad del Estado; avanzar hacia
una estructuración civil de esos dos cuerpos. No digo que uno
de ellos, la Guardia Civil, pase de golpe y porrazo a entrar
de lleno en ese proceso, de democratización, pero sí
iniciarlo. También sería bueno iniciar el camino para cumplir
esa sentencia que se ha producido y legalizar los instrumentos
de participación de los funcionarios que se dedican a esa
tarea, que tengan derechos para poder plantear
reivindicaciones y organizarse.

En todo caso, con esos recursos debiera plantearse esa
coordinación de los dos cuerpos a que corresponde la seguridad
del Estado.

Nosotros creemos que debería hacerse más énfasis en la
política de protección civil. A su vez, debe haber una
relación diferente de los cuerpos de seguridad del Estado con
los ciudadanos. No voy a calificar la ley anterior. Creo que
tampoco está siendo un hábito el uso de la posibilidad que esa
ley daba a nuestros cuerpos de seguridad del Estado. En todo
caso, la sentencia dejará en su lugar cada una de sus
posibilidades.

Se nos pide que votemos a favor 511.000 millones de pesetas
para un programa concreto. ¿Es suficiente esa cuantía? ¿En qué
se debe corregir? Son las preguntas que planteamos.

Nosotros creemos que se debe corregir fundamentalmente en los
medios y las infraestructuras que se ponen en manos de esos
cuerpos. Por tanto, proponemos la sustitución de esta sección
por otra que recoja esa teoría que planteamos. Sería bueno
también facilitar y mejorar la coordinación de las Juntas de
seguridad, que en teoría debieran servir para acercar los
distintos elementos que participan en la seguridad ciudadana,
como son las fuerzas locales.

Nuestra propuesta, por tanto, es incrementar en 500 millones
el programa 222-A y en 500 millones el programa 222-B.

La última enmienda que hemos presentado intenta sustituir el
actual CERA, el censo electoral de residentes ausentes, por un
censo consular auténtico. Proponemos que nuestros emigrantes
estén censados y destinar una partida para ello. No sé si el
tiempo que he utilizado ha servido para acercar nuestras
posiciones sobre este Ministerio. Otro compañero lo podría
haber hecho bastante mejor que yo, pero, dada la hora y lo que
se nos viene encima, creo que es suficiente. Nada más, señor
Presidente, señorías. (Varios señores diputados: ¡Muy bien!)
El señor VICEPRESIDENTE (Beviá Pastor): Gracias, señor Ríos.

Para defender las enmiendas del Grupo Parlamentario Vasco
(PNV), tiene la palabra el señor Zabalía.




El señor ZABALIA LEZAMIZ: Gracias, señor Presidente. Nuestro
Grupo parlamentario da por defendidas las enmiendas
correspondientes a esta sección.

El señor VICEPRESIDENTE (Bevía Pastor): Muchas gracias, señor
Zabalía. Para la defensa de su enmienda, tiene la palabra el
señor González Lizondo.




El señor GONZALEZ LIZONDO: Gracias, señor Presidente.

Señorías, muy rápidamente. Señor Corcuera, de las enmiendas
que he presentado solamente ha quedado una viva. Las otras
tres hacían referencia a la necesidad de una serie de
comisarías. Creo que usted conoce y domina la situación.

Sabida su sensibilidad frente a la inseguridad ciudadana, no
dudo que posiblemente alguna de dichas enmiendas pueda usted
recogerla. La enmienda que ha quedado viva y que voy a
defender es la número 189, al organismo Jefatura de Tráfico.

Tratamos de seguridad vial. Lamentablemente, en el año 1991
apareció en Valencia el Plan Felipe, Plan que se llamó así
porque, al parecer, el Presidente del Gobierno había dotado
con 17.000 millones de pesetas a Valencia para accesos;
accesos que luego no los hemos visto reproducidos. Lo que sí
hemos visto ha sido cómo una serie de gastos en obras como el
«by-pass», y otras que se encuentran dentro de él,
correspondían a



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las obras que se hicieron con motivo de la riada del año 1957.

Lo que yo pido ahora en mi enmienda, señores socialistas,
señor Ministro, es fundamental para Valencia.

Lamentablemente --y no por culpa de nadie, sino porque las
circunstancias lo han creado--, tenemos la famosa ruta del
«Bakalao», una ruta en la que, desgraciadamente, todos los
fines de semana un serie de jóvenes encuentran la muerte en
accidentes de circulación. Yo pido que tengan ustedes
sensibilidad y se den cuenta de que esa serie de accesos para
la ciudad de Valencia que se encuentran pendientes son
imprescindibles y necesarios. Por tanto, sin querer hacerles
perder más tiempo, espero de SS.SS. la sensibilidad suficiente
para que sea aprobada esta enmienda que ha quedado viva.

Muchas gracias.




El señor VICEPRESIDENTE (Bevía Pastor): Muchas gracias, señor
González Lizondo. Para turno de réplica, el señor Rodríguez
Zapatero tiene la palabra.




El señor RODRIGUEZ ZAPATERO: Gracias, señor Presidente.

Señoras y señores Diputados, intervengo para consumir un turno
de apoyo al contenido de la sección 16 del proyecto de Ley de
Presupuestos Generales del Estado, así como de oposición al
conjunto de las enmiendas que se han planteado. (Fuertes
rumores.)
Empezando por la última de las defendidas...




El señor VICEPRESIDENTE (Bevía Pastor): Un momento, señor
Rodríguez Zapatero. Es imposible poder seguir el debate por
parte de aquellos Diputados o Diputadas que realmente desean
seguirlo. Ruego de nuevo a SS.SS. que ocupen sus escaños y
guarden silencio.

Puede continuar, señor Rodríguez Zapatero.




El señor RODRIGUEZ ZAPATERO: Gracias, señor Presidente.

Advierto que las circunstancias horarias harán que sea lo más
breve posible. Quiero matizar al señor González Lizondo que
hay una
previsión presupuestaria en el proyecto 90.60.101.9072,
de acceso a grandes ciudades, con una anualidad prevista para
el año 1994 que se considera suficiente.

En relación con las enmiendas del Grupo de Izquierda Unida, la
sinceridad en la exposición de su portavoz, que prácticamente
no ha hecho más que una breve referencia a dos enmiendas de
una variación de 1.000 millones de pesetas, me libera de
entrar más a fondo en otra consideración. El mismo ha
reconocido, como decía hace un momento, que la defensa de su
enmienda a esta sección no era la que más le agradaba. Desde
ese acto de sinceridad me libera, repito, de entrar en más
profundidades sobre algunas de las consideraciones de orden
muy general, muy alejadas de lo que es el contenido estricto
de la sección 16 en el orden presupuestario, que inciden en
alguna cuestión de las que se han planteado. Cuestión
diferente es la intervención del señor Baón (Rumores.), del
Grupo Popular. Digo que es una cuestión diferente porque le ha
puesto un énfasis ya habitual en él, y la verdad es que, como
casi siempre pasa en el debate presupuestario, ha tenido que
hacer una desviación hacia la Ley de Seguridad Ciudadana para
intentar sostener aquí una posición que tuviera una cierta
enjundia política y que obligara a un debate de mínimo
contenido, porque con el texto de sus enmiendas es realmente
imposible sostener una enmienda a la totalidad, porque es una
plena incoherencia fundamentar una enmienda a la totalidad a
la Sección 16, porque hay pocas inversiones y luego, en las
enmiendas parciales, no proponer ni una enmienda que promueva
una nueva inversión, ni una sola. Es más: han hecho ese
esfuerzo poco imaginativo y a veces técnicamente incorrecto
porque no han descendido a qué proponían la reducción de un
gasto de un dos por ciento en una serie de transferencias que
no significa nada. Por consiguiente no hay en el contenido de
sus enmiendas algo que sustente el discurso que luego ha
planteado aquí, que es un discurso, por otra parte, bien
conocido, pero que esconde, y es a lo único que le quiero
hacer referencia, aparte de alguna burda anécdota a las que no
nos tiene acostumbrados el señor Baón, esconde un cierto
intento de alarma irresponsable al hacer la evaluación de
nuestros índices de seguridad ciudadana --debería de hacer una
referencia a un informe reciente de la Organización de las
Naciones Unidas sobre la seguridad ciudadana en España-- o
también una cierta alarma irresponsable cuando ha hablado del
problema de la droga, de evaluar cómo va ese problema grave en
la sociedad por el número de detenidos o desde una perspectiva
como la que ha apuntado aquí. Y siempre he visto que al
análisis del Ministerio del Interior, lo cual a lo mejor es
plenamente coherente con la trayectoria ideológica del señor
Baón, hace referencia a los problemas de crimen, a los
problemas de seguridad ciudadana, en una vertiente muy
concreta. Debería alguna vez tener presente que este
Ministerio, el Ministerio del Interior, es ante todo el
garante de los derechos y de las libertades cívicas, no sólo
de los que prevén contra la seguridad ciudadana, y debería
hacer una reflexión sincera cuando intenta hacer una enmienda
a la totalidad de carácter político y decir que este
Ministerio es un garante real y eficaz de las libertades y los
derechos públicos, que hoy no son objeto ni siquiera de debate
en ningún momento en la sociedad española. Ese es el primer
objetivo de este Ministerio, evidentemente, no por imposible
en una sociedad como la actual, el acabar con la delincuencia
de manera absoluta, aunque los datos (Memoria del Fiscal o
Memoria del Ministerio del Interior) van en una dirección



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positiva, nunca satisfactoria, pero sí positiva. Al igual que
lo que se ha manifestado en relación con el Programa de lucha
contra la droga, que, por cierto, en un presupuesto
restrictivo como es éste aumenta su dotación este año en el
Ministerio del Interior y sabe, además, que hay un aumento de
la dotación en el Plan Nacional de Lucha contra la Droga.

Sabe, además, que en este tema que se ha puesto aquí hoy como
elemento de confrontación política hay en otros ámbitos de la
Cámara una actitud de pleno consenso para abordar quizá una de
las cuestiones que más preocupan a la sociedad española.

Por tanto, menos alarma irresponsable, más objetividad en el
análisis de cómo son los márgenes de ejercicio de los derechos
públicos y de las libertades en la sociedad española hoy y un
poco más de coherencia, que siempre la tienen en este terreno
bastante mal a la hora de plantear las enmiendas. Este es un
debate de presupuestos, no es un debate sobre el estado del
Ministerio del Interior, y su enmienda dice que la Sección 16
debe ser devuelta porque se invierte poco. Sus enmiendas
concretas no proponen ni una nueva inversión, sólo una
reducción del gasto, que, además, el invento mayor son los
10.000 millones de la deuda del Ministerio con la Compañía
Telefónica Nacional de España, y proponen por cierto un
crédito extraordinario, que sería, por tanto, la misma
situación. En definitiva, creo que bajo ese manto ideológico,
que ya he tenido ocasión de señalar otras veces que subyace en
la concepción del Ministerio del Interior y de lo que es el
margen de seguridad y libertad en nuestro país, hay una
deficiencia notoria, aunque ha mejorado algo en relación con
el año pasado, respecto a la articulación de lo que debe ser
una enmienda a la totalidad y sus coherentes enmiendas
parciales de marcar una alternativa, que a lo mejor la tiene
usted en el terreno taurino, lo dudo frente al Ministro, pero
desde luego no en lo que es el terreno de la política de
Interior. Gracias.




El señor VICEPRESIDENTE (Bevía Pastor): Muchas gracias, señor
Rodríguez Zapatero.

Señor González Lizondo, ¿había solicitado la palabra?
(Denegaciones.) Finalizado, pues, el debate de la Sección 16,
vamos a pasar a la votación. (El señor Presidente ocupa la
Presidencia.)



El señor PRESIDENTE: Votaciones correspondientes a la Sección
12. Enmiendas del Grupo Popular.

Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 336; votos a favor, 137; en contra, 177;
abstenciones, 22.




El señor PRESIDENTE: Quedan rechazadas las enmiendas.

Enmiendas del Grupo de Izquierda Unida, excepto la 1.393.

Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 336; a favor, 14; en contra, 178; abstenciones, 144.




El señor PRESIDENTE: Quedan rechazadas las enmiendas.

Enmienda transaccional presentada en relación con la enmienda
1.393, de Izquierda Unida, a la Sección 12.

Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: Votos
emitidos, 335; a favor, 188; en contra, tres; abstenciones,
144.




El señor PRESIDENTE: Queda aprobada la enmienda transaccional.

Votamos las enmiendas del Grupo Vasco (PNV). (El señor Zabalía
Lezamiz pide la palabra.)
Tiene la palabra el señor Zabalía.




El señor ZABALIA LEZAMIZ: Señor Presidente, nuestro Grupo
parlamentario desearía, si es posible, retirar la enmienda
viva que queda, la 1.191, a esta Sección número 12.

Gracias.




El señor PRESIDENTE: La enmienda que aparece en la
documentación como mantenida por su Grupo para esta Sección es
la 1.147.




El señor ZABALIA LEZAMIZ: Efectivamente, señor Presidente, es
la 1.147; la 1.191 está aprobada.

Gracias.




El señor PRESIDENTE: Retirada la enmienda del Grupo Vasco
(PNV), pasamos a votar el dictamen de la Sección 12.

(Rumores.)
¡Silencio, señorías!
Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 336; a favor, 182; en contra, 139; abstenciones, 15.




El señor PRESIDENTE: Queda aprobado el dictamen.

Votaciones relativas a la Sección 20.

Enmiendas del Grupo Popular. (El señor Ríos Martínez pide la
palabra.) Tiene la palabra el señor Ríos.




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El señor RIOS MARTINEZ: Señor Presidente, solicitamos votación
separada de la enmienda 774.




El señor PRESIDENTE: Votamos la enmienda número 774, del Grupo
Popular. Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 337; a favor, 156; en contra, 175; abstenciones,
seis.




El señor PRESIDENTE: Queda rechazada la enmienda.

Votamos las restantes enmiendas del Grupo Popular.

Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 335; a favor, 137; en contra, 176; abstenciones, 22.




El señor PRESIDENTE: Quedan rechazadas las enmiendas.

Votamos las enmiendas del Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa
per Catalunya. (El señor Fernández-Miranda y Lozana pide la
palabra.)
Tiene la palabra el señor Fernández-Miranda.




El señor FERNANDEZ-MIRANDA Y LOZANA: Gracias, señor
Presidente. Solicito votación separada de la enmienda 1.496.

(Rumores.) Gracias señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Señorías, guarden silencio.

Votamos la enmienda 1.496, del Grupo de Izquierda Unida-
Iniciativa per Catalunya. Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 336; a favor, 153; en contra, 177; abstenciones,
seis.




El señor PRESIDENTE: Queda rechazada la enmienda.

Votamos las restantes enmiendas del Grupo de Izquierda Unida-
Iniciativa per Catalunya.

Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 331; a favor, 14; en contra, 174; abstenciones, 143.




El señor PRESIDENTE: Quedan rechazadas las enmiendas.

Votamos la enmienda del señor Albistur, del Grupo Mixto.

Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 337; a favor, ocho; en contra 177; abstenciones,
152.




El señor PRESIDENTE: Quedan rechazadas las enmiendas.

Enmiendas del Grupo de Coalición Canaria. (El señor Fernández-
Miranda y Lozana pide la palabra.)
Tiene la palabra el señor Fernández-Miranda.




El señor FERNANDEZ-MIRANDA Y LOZANA: Solicitamos votar por
separado las dos enmiendas que quedan vivas.

Gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Enmienda 1.240, del Grupo de Coalición
Canaria. Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 337; a favor, 161; en contra, 173; abstenciones,
tres.




El señor PRESIDENTE: Queda rechazada la enmienda.

Enmienda 1.241, del Grupo de Coalición Canaria.

Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 336; a favor, 23; en contra, 172; abstenciones, 141.




El señor PRESIDENTE: Queda rechazada la enmienda.

Votación del dictamen de la Sección 20.

Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 337; a favor, 177; en contra, 160.




El señor PRESIDENTE: Queda aprobado el dictamen.

Votaciones relativas a la Sección 15.

Enmiendas del Grupo Popular.

Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 337; a favor, 140; en contra, 177; abstenciones, 20.




El señor PRESIDENTE: Quedan rechazadas las enmiendas.

Enmiendas del Grupo Mixto, señor Mur.

Comienza la votación. (Pausa.)



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Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 337; a favor, 146; en contra, 173; abstenciones, 18.




El señor PRESIDENTE: Quedan rechazadas las enmiendas.

Enmiendas del Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya. (El señor Fernández-Miranda y Lozana pide la
palabra.)
Tiene la palabra el señor Fernández-Miranda.




El señor FERNANDEZ-MIRANDA Y LOZANA: Solicito votación
separada de la enmienda 1.432.

Gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Votamos la enmienda 1.432, del Grupo de
Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya.

Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 336; a favor, 151; en contra, 176; abstenciones,
nueve.




El señor PRESIDENTE: Queda rechazada la enmienda.

Restantes enmiendas del Grupo de Izquierda Unida.

Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 337; a favor, 14; en contra, 178; abstenciones, 145.




El señor PRESIDENTE: Quedan rechazadas las enmiendas.

Votación relativa al dictamen de la Sección 15.

Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 336; a favor, 177; en contra, 154; abstenciones,
cinco.




El señor PRESIDENTE: Queda aprobado el dictamen.

Votaciones relativas a la Sección 16.

Enmiendas del Grupo Popular.

Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 336; a favor, 138; en contra, 177; abstenciones, 21.




El señor PRESIDENTE: Quedan rechazadas las enmiendas.

Enmiendas del Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya. (El señor Fernández-Miranda y Lozana, pide la
palabra.)
Tiene la palabra el señor Fernández-Miranda.




El señor FERNANDEZ-MIRANDA Y LOZANA: Señor Presidente,
solicito votación separada de la enmienda 1.436.

Gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Votamos la enmienda 1.436, del Grupo de
Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya.

Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 337; a favor, 14; en contra, 177; abstenciones, 146.




El señor PRESIDENTE: Queda rechazada la enmienda.

Restantes enmiendas del Grupo de Izquierda Unida.

Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 336; a favor, 150; en contra, 176; abstenciones, 10.




El señor PRESIDENTE: Quedan rechazadas las enmiendas.

Enmiendas del Grupo Vasco, PNV.

Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 335; a favor, ocho; en contra, 309; abstenciones,
18.




El señor PRESIDENTE: Quedan rechazadas las enmiendas.

Enmiendas del Grupo Mixto, señor González Lizondo.

Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 337; a favor, siete; en contra, 180; abstenciones,
150.




El señor PRESIDENTE: Quedan rechazadas las enmiendas.

Votación correspondiente al dictamen de la Sección 16.

Comienza la votación. (Pausa.)



Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos
emitidos, 336; a favor, 181; en contra, 154; abstenciones,
una.




El señor PRESIDENTE: Queda aprobado el dictamen de la Sección
16.




¡ÇOjÇO!, LADILLO



Pasamos al debate correspondiente a la Sección 24. (Rumores.)
Señorías, guarden silencio, ocupen sus escaños y si



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van a abandonar el hemiciclo, háganlo con diligencia. (Risas.)
Para la presentación del presupuesto de la Sección 24, tiene
la palabra la señora Ministra de Cultura.




La señora MINISTRA DE CULTURA (Alborch Bataller): Señor
Presidente, señorías, el presupuesto del Ministerio de
Cultura, como el conjunto de los Presupuestos Generales del
Estado, se caracteriza, como no podía ser de otro modo, por
asumir, desde la solidaridad, el momento de recesión económica
en que se halla nuestra economía.

Determinados por el Gobierno como gastos prioritarios los
gastos sociales (pensiones, desempleo, sanidad, educación y
vivienda), que crecen a la par que las inversiones en
infraestructuras, al resto de los capítulos presupuestarios se
les ha exigido responsabilidad en la contención del gasto. En
ese sentido, el monto presupuestario de la Sección 24, que
aunque de forma sintética tengo la satisfacción de presentar a
SS.SS., se ha traducido, «grosso modo», en el mantenimiento de
un nivel de gasto similar al ejecutado en el pasado ejercicio,
en coherencia con el planteamiento general al que acabo de
referirme. No estamos, por consiguiente, como se ha dicho, ni
ante la Cenicienta o los restos de un presupuesto que por
algún sitio habría que cortar, ni ante partidas
presupuestarias equiparables a las de una situación
tercermundista. Y les ahorro la referencia a los países con
los que retóricamente, que no verosímilmente, se ha equiparado
el presupuesto del Ministerio de Cultura.




Sección 24



Bien al contrario --y es la primera idea que quiero subrayar
ante SS.SS.--, la dotación presupuestaria de esta Sección se
corresponde y es coherente con la política económica que
subyace en el conjunto de los presupuestos de 1994, y que no
es otra que la de dar una respuesta de solidaridad a la
recesión económica, sobre la base de no hipotecar el futuro a
través del incremento irresponsable de la deuda pública. En
unos momentos como los que estamos viviendo, en los que se han
producido transformaciones socioeconómicas de gran calado y de
las que la globalización de la economía es un fiel reflejo, no
valen las viejas recetas hechas a base de la expansión del
gasto público, con independencia del grado de competitividad
del propio sistema productivo. Y si esto ciertamente no es
aplicable a todos los gastos públicos de idéntica forma, en el
caso de las políticas culturales cada vez se hace más
necesario, desde todos los puntos de vista, reequilibrar el
peso de lo que constituye la contribución pública y la
participación privada en el desarrollo de dichas políticas,
otorgando a esta última un papel cada vez más relevante.

Cuando presenté las líneas maestras de la política de mi
Departamento manifesté a los miembros de la Comisión de
Educación y Cultura de esta Cámara --y lo reitero ahora porque
lo considero como una nota definitoria de esta Sección
presupuestaria-- que en este nuevo equilibrio entre la
sociedad civil y las instituciones públicas, el protagonismo
de estas últimas se debe cifrar primordialmente en coordinar,
favorecer e impulsar iniciativas sociales, sin olvidar, por
supuesto, que la cultura es un bien público irrenunciable que
el Estado debe salvaguardar.

Tal vez alguien pudiera pensar que este planteamiento cuadra
mal con el notable esfuerzo presupuestario que representan los
3.200 millones dedicados al fondo de protección a la
cinematografía, cantidad prácticamente idéntica a la
presupuestada para el pasado ejercicio. A mi juicio, por el
contrario, con tal apoyo, que tiene su explicación en razones
de índole histórica y cultural, a lo que se tiende es a
propiciar que el sector sea cada vez más autosuficiente, lo
que a su vez permitirá romper el círculo vicioso según el cual
de una parte se viene asociando de forma automática cultura --
y el cine constituye una parte importante de ésta-- con más
dinero público, a la vez que raramente se conectan las
inversiones privadas en cultura con las respuestas de
rentabilidad razonable, cuando la realidad es que hoy la
cultura, en general, y lo audiovisual, en particular,
constituyen fuentes importantes de riqueza y son unos
extraordinarios instrumentos de intercambio de ideas y
tecnología. Coherente con la política económica de los
Presupuestos Generales, el presupuesto de Cultura es, en
segundo término, un presupuesto austero. Comprometido
positivamente en la reducción de la deuda pública, está
concebido en su distribución interna para hacer frente a los
compromisos ya contraídos en materia de infraestructuras
culturales, así como para sostener las unidades de producción
cultural en un nivel digno. Los recortes con que éstas se han
visto afectadas se han aplicado a aquellas partidas cuyos
gastos tenían una repercusión externa menor, como se evidencia
en el hecho de reducir en un 13 por ciento los gastos de
funcionamiento de los servicios centrales y de los organismos
autónomos del Ministerio. Por contra, se han mantenido
prácticamente al mismo nivel de esfuerzo presupuestario las
líneas de intervención pública de mayor incidencia social,
como por ejemplo el ya aludido fondo de protección a la
cinematografía o las inversiones en archivos estatales y
nacionales, así como en bibliotecas públicas de titularidad
estatal, o, en fin, las transferencias de capital para la
construcción de la red de auditorios. Todas estas partidas --
insisto-- se mantienen prácticamente en el mismo nivel de
esfuerzo presupuestario. En otros supuestos, como es el caso
de las inversiones previstas en los museos nacionales y
estatales o en las ayudas para el fomento de la música y la
actividad teatral, se producen ciertamente recortes. En todo
caso, con las dotaciones previstas en los créditos gestionados



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por la Dirección General de Bellas Artes, fundamentalmente
seremos capaces de atender todos los compromisos derivados de
las obras actualmente iniciadas. En sintonía con este carácter
comprometido en la reducción del déficit, que informa, como
les he señalado, a todo el presupuesto de Cultura, se halla el
propósito, que tiene también su correspondiente reflejo
presupuestario, de introducir nuevos modelos de gestión en las
unidades públicas de producción cultural.

En un momento como éste, además de propiciar, como nos
proponemos, la complementariedad de sectores como el turístico
y el cultural, resulta de todo punto imprescindible que la
gestión pública de la cultura se haga de forma más eficiente,
y para ello se ha reforzado muy significativamente la
correspondiente partida presupuestaria de formación de
profesionales en el ámbito de gestión cultural. Como ven,
señorías, estamos ante un presupuesto, el del Ministerio de
Cultura, que tiene, si lo vemos en su conformación interna,
elementos de continuidad en lo que se refiere a la asunción de
compromisos contraídos en materia de infraestructuras
culturales, pero que tiene también otros elementos, algunos
explícitos en el propio presupuesto y otros complementarios al
mismo, a partir de los cuales se puede hablar de una inflexión
hacia un proyecto cultural en el que la propia dinámica social
constituya el referente primordial para la actuación de los
poderes públicos en este campo.

No es la primera vez que me lo habrán oído decir públicamente,
pero quiero reiterarlo ahora ante esta Cámara: 1994 es, a esos
efectos, un año de reflexión y tránsito en lo que les propongo
de consensuar el diseño de un proyecto cultural
suprapartidario y de carácter plural, con un horizonte de 10
años a la hora de establecer conjuntamente las prioridades de
las actuaciones a seguir por las distintas administraciones
públicas.

En este tramo avanzado del desarrollo autonómico, en el que el
proceso de transferencias en materia de cultura se ha
completado en la práctica totalidad, resulta imprescindible
hacer un alto en el camino para complementar esfuerzos y
corregir desequilibrios o subsanar errores, en los que sin
duda habremos incurrido los diferentes responsables políticos.

En mi ánimo no hay, cuando les propongo este acuerdo por un
proyecto de cultura plural para España, otra intención que la
de asumir conjuntamente su diseño. Estoy convencida de que una
cultura como la española, que nace de la diversidad idiomática
y cultural que la constituye, sólo será una realidad
verdaderamente integrada cuando seamos capaces de conocernos a
partir de las singularidades que se dan en ella, y para ello
es imprescindible el intercambio entre las mismas y no el
aislamiento en la exclusividad de lo propio. A esta tarea de
conocernos más y mejor seguiré dedicando mis mejores
esfuerzos.

Ante esta situación de cierta transitoriedad en que se mueven
los presupuestos del Ministerio de Cultura para el año 1994,
tanto en lo que se refiere a las perspectivas de una
participación más activa de la sociedad en el desarrollo de su
cultura como en el paréntesis que hemos abierto en el
Ministerio para concebir, conjuntamente con las comunidades
autónomas y los ayuntamientos, un proyecto cultural a 10 años
vista; en estas circunstancias, digo, y en un contexto de
recesión económica nacional e internacional, señorías, llama
la atención, cuando menos, pretender, como algún grupo
argumenta en sus enmiendas, que se producen duplicidades de
servicios públicos en programas como el de bibliotecas o el de
conservación y restauración de bienes culturales, música,
museos, promoción del libro y publicaciones culturales o
cinematografía, y que, a renglón seguido, se diga que la
calidad de ciertos certámenes musicales, por poner un ejemplo,
requiere una mayor contribución del Estado para su desarrollo.

Es evidente que ambos planteamientos no casan, y que es
obligado, en materia de cultura, que las diferentes
administraciones nos coordinemos y nos complementemos para que
el servicio de la cultura, como deber y atribución del Estado,
sea una realidad lo más universal posible y lo menos
discriminatoria, territorialmente hablando.

Tampoco parece que en estas condiciones presupuestarias a las
que acabo de hacer referencia se pueda proyectar una supuesta
política cultural alternativa a la del Gobierno, si ésta se
basa en disminuir ciertos gastos corrientes que no dejan de
ser simbólicos y que, además, el Gobierno ya ha recortado
previamente, como les he señalado.

Por otra parte, el pretendido hincapié en la conservación del
patrimonio, a costa de la disminución en transferencias de
capital o en inversiones dedicadas precisamente a salvaguardar
una de las manifestaciones de éste, como es la propia obra
plástica contemporánea, no deja de ser un cierto planteamiento
retórico. Planteamiento que quizá olvida que nuestra
responsabilidad con el patrimonio incluye también el
compromiso con el presente.

Manifesté en mi comparecencia en Comisión, y lo reitero ahora,
que un programa que se precie de tal para el mantenimiento,
actualización y conservación de nuestro rico patrimonio, debe
plantearse en un horizonte temporal medio, no de hoy para
mañana, y con el concurso de todas las administraciones. En
ese empeño ya estamos trabajando con el conjunto de las
comunidades autónomas y con los ayuntamientos. Empeño que,
desde luego, abro, como no podía ser de otro modo, al concurso
de SS.SS. para que, entre todos y por encima de clientelismos
de campanario, diseñemos este programa con una cierta
perspectiva.

Finalmente, quisiera hacer alusión a todas esas enmiendas,
ciertamente legítimas, pero que al no traspasar



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el marco de la propia circunscripción difícilmente se pueden
calificar de alternativas al proyecto del Gobierno, y ello
aunque a veces se recurra al expediente de una enmienda a la
totalidad, con una motivación tan genérica como poco útil de
la necesidad de una dotación presupuestaria adecuada. ¿Hay
alguna de SS.SS. que podría fijar esa cantidad idílica, como
si ello no guardara relación alguna con las disponibilidades
reales de nuestra economía? No quiero alargarme más y concluyo
retomando el hilo inicial de mi intervención. Tenemos unos
presupuestos de Cultura que son solidarios con el momento de
recesión que vivimos y que abren un paréntesis para
reflexionar sobre el futuro cultural que queremos para nuestra
sociedad. No les pido que los compartan plenamente, pero sí
quisiera que todos hiciéramos un esfuerzo para que su
rentabilidad fuera máxima y la repercusión en la sociedad lo
más extensa posible. Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señora Ministra.

Enmiendas del Grupo Popular. Tiene la palabra el señor Cortés.




El señor CORTES MARTIN: Señor Presidente, el Grupo Popular ha
pedido la devolución de la Sección 24 del proyecto de
presupuestos, y la intervención de la señora Ministra, a pesar
de lo brioso y entusiástico de su lectura, no ha sido
suficiente, y bien lo lamentamos, para hacernos cambiar de
opinión. La política de este Gobierno en materia cultural
sigue teniendo tres grandes defectos. Por un lado, falta de un
proyecto cultural, tanto del Ministerio de Cultura como del
Gobierno en su conjunto; por otro, hay una preocupación casi
obsesiva por el corto plazo y el interés electoral, y hay,
además, una incapacidad del Ministerio para la administración
cultural, alarmante en algunos casos.

A lo largo de esta década, ya larga, se puede ver que en
algunos momentos ha habido buenas intenciones, pero no han
podido o no han querido mantenerlas. Una vez que ya han
aparecido en los medios de comunicación, nunca más se ha
sabido en muchos de estos casos. Y alguien podrá pensar en la
Cámara que estoy recurriendo a una licencia retórica pues
vamos a intentar probar con algunos ejemplos bien relevantes
que no es así.

En 1985, señor Presidente, el Gobierno trajo a la Cámara, y
aquí se aprobó con un consenso muy amplio, la Ley del
Patrimonio Histórico Español. La propaganda oficial presentó
esta Ley como la tabla de salvación del patrimonio, y, aunque
mejorable, era un texto aceptable, con la única condición de
que se aplicase. Refiriéndonos sólo a aspectos que tengan una
relación directa con el debate presupuestario, porque hay
incumplimientos de enorme importancia en otros campos sobre
los que hablaremos en el momento y en el lugar oportunos, la
Ley de Patrimonio Histórico Español contemplaba y contempla,
entre otras cosas, dos medidas: unas de fomento --acceso
preferente al crédito oficial para las restauraciones,
etcétera-- y principalmente el uno por ciento cultural para
todas las obras públicas de más de 100 millones de pesetas,
excluidas las de Defensa. Al mismo tiempo, planteaba también
un inventario y un registro de bienes muebles, instrumentos
imprescindibles para proteger nuestro patrimonio del expolio y
la exportación ilegal, tal y como ordena de forma expresa la
Constitución, como competencia exclusiva del Estado, por mucho
que ahora --y ya explico qué es lo que se ha hecho en este
terreno-- el Ministerio de Cultura diga que esto es
competencia de las comunidades autónomas. La Constitución dice
de manera taxativa que la protección del patrimonio histórico
español del expolio y la exportación ilegal es competencia
exclusiva del Estado, y para eso hay que tener algo más que
buena voluntad y algo más que decir que vamos a conseguir que
en Bruselas o en la Comisión se cierren fronteras. No es esa
la fórmula. Los instrumentos incluso se conocen, están en un
texto legal, lo que pasa es que no se tienen la capacidad ni
la voluntad de llevarlos a la práctica, y desde luego en estos
presupuestos no se avanza en esa dirección.

¿Qué ha ocurrido con las medidas de fomento? Pues bien, en el
caso de estas medidas de fomento ni una sola se ha
desarrollado, y lo digo en estos momentos y en este debate.

Pero, señor Presidente, en febrero de 1991 se lo dijo a este
Diputado, en respuesta a una pregunta escrita, el propio
Gobierno, respuesta en la que se comprometía dicho Gobierno a
abordar próximamente esas medidas. Ahora bien, a estas alturas
de la década y de la noche no vamos a aburrir a la Cámara
hablando de uno o más de los incumplimientos de los
compromisos solemnemente adquiridos por los gobiernos
presididos por don Felipe González. Algo se podría hacer en
estos presupuestos, pero no se ha hecho, nada se hace en esta
dirección. Yo no sé cuántas de SS.SS. recuerdan lo que se dijo
del uno por ciento cultural cuando se trajo la Ley del
Patrimonio Histórico. Se hizo con una enorme habilidad,
apropiándose además de algo que no había traído el Gobierno
socialista, sino que ya se estaba aplicando y que habían
introducido en España los gobiernos de la UCD. El uno por
ciento cultural, junto con el Reina Sofía, fueron las dos
grandes hazañas del paso por el Ministerio de don Javier
Solana.

Señor Presidente, desde la entrada en vigor de la Ley sobre el
Patrimonio Histórico Español, las inversiones públicas no han
hecho más que aumentar. El Ministerio de Cultura, en los
informes anuales que presentaba, como era su obligación por
ley, al Consejo de Ministros --y aquellos que no ha ocultado a
la Cámara, que son muchos--, se quejaba de que no se
respetaban el espíritu ni la letra de la Ley. En 1991, por
coger una secuencia corta, las previsiones presupuestarias
para el



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Ministerio de Cultura, derivadas del uno por ciento cultural,
eran de 400 millones de pesetas; en el año 1992, aumentando
las inversiones, de 200 millones de pesetas; en el año 1993,
señor Presidente, 120 millones de pesetas. Ya, en este año, la
señora Ministra de Cultura ha batido todas las marcas que
habían logrado sus antecesores a la hora de demostrar poco
peso y poca influencia política en el seno del Gabinete. La
previsión para este año, señoras y señores Diputados, es de 50
millones de pesetas para el Ministerio de Cultura, derivado
del uno por ciento cultural. (La señora Ministra de Cultura,
Alborch Bataller, hace signos negativos.) No diga que no la
señora Ministra. Va a tener la oportunidad de volver a
intervenir porque, si no, leemos los presupuestos o pedimos a
cualquiera que lo haga. Yo me limito a leer lo que dice el
proyecto de presupuestos. Si SS.SS. y la señora Ministra,
antes de decir que no, dicen que simplemente se vea con una
sola obra de 5.000 millones de pesetas se daba por cubierta
esta cantidad, tendremos ocasión de darnos cuenta de que
resulta inaceptable que se traiga a esta Cámara esa previsión
presupuestaria, a la misma Cámara que aprobó, con gran
acuerdo, la Ley del Patrimonio Histórico Español.

La señora Ministra dijo en su comparecencia en Comisión, y no
ha dicho nada en su actual intervención --y estoy seguro de
que, a pesar de que le hayan dado instrucciones de que no
intervenga, va a intervenir más veces para decir lo que está
diciendo ahora con gestos tan gentilmente--, dijo --repito--
que éste iba a ser uno de sus caballos de batalla. El hecho de
que haya salido tan mal parada de este primer lance creo que
no le quita la razón. El hecho de que en el Consejo de
Ministros, a pesar del ardor con que, estoy seguro, ha
defendido esta posición, no le hayan hecho caso, no le quita
la razón que tenía entonces. Y espero que nos explique ahora
por qué sólo tenemos aquí 50 millones de pesetas.

Tenía razón la señora Ministra, porque es verdad que el
patrimonio histórico es el más necesitado de todos los
sectores sobre los que ejerce su competencia el Ministerio de
Cultura. El más necesitado y también el peor tratado por los
sucesivos gobiernos socialistas.

Nuestras enmiendas, señor Presidente, van en esa dirección.

Voy a dar sólo unos datos a la Cámara, aunque podría dar más,
pero basta con mirar con atención los presupuestos, cosa que
puede hacer cualquiera de SS.SS. El plan de catedrales y el
plan de monasterios fueron dos proyectos aireados a los cuatro
vientos. Se plantearon en 1989 con consignación presupuestaria
a partir de 1990 y razonablemente con vocación de continuidad.

En la intervención de la señora Ministra, que hemos escuchado
con tanta atención, ha dicho que es deseable que se planteen
estas medidas con un horizonte temporal medio. Estamos
completamente de acuerdo y en esto, como en otras cosas, si
usted es capaz de convertir en realidad lo que dice en
declaraciones, sabe, señora Ministra, que nos tendrá de su
lado, porque, ya le he dicho muchas veces, que sus adversarios
no los va a tener en el Grupo Popular, los va a tener en el
Ministerio de Hacienda y en los bancos socialistas, como los
han tenido sus antecesores.

Usted tenía poca experiencia en esto; yo, que ya llevaba una
legislatura más aquí, se lo he advertido lealmente, porque
sabe que la aprecio sinceramente. Pues bien, en 1990 se
consignaron para el plan de catedrales, señor Presidente, 173
millones de pesetas. En 1991, 365; en 1992, 199 y 133 en el
año 1993. ¿Cuánto se consigue en los presupuestos para 1994?
67 millones de pesetas. Este es el horizonte temporal medio en
el que pretende la señora Ministra que se atiendan las
catedrales de España.

Vayamos a los monasterios. La evolución es la siguiente desde
1990; 175 millones, 219, 234, 187 y 72 en el presupuesto para
el que la señora Ministra nos pide el apoyo.

Vamos a seguir. Ciudades patrimonio de la humanidad, que
siguen siendo patrimonio de la humanidad, que hay incluso
nuevas ciudades incluidas en este listado. En el año 1989, 324
millones; 170, en 1990; 106, en 1991; 49, en 1992; 99, en
1993. Señor Presidente, la consignación que se contempla para
este año, no me atrevo a calificarla por temor a ser llamado a
la debida observancia a la cortesía parlamentaria por S.S.

Señoras y señores Diputados, la consignación para las ciudades
patrimonio de la humanidad en los presupuestos de este año, en
ese horizonte temporal medio para el que pide apoyo la señora
Ministra para esos proyectos, es de tres millones de petas,
para todas las ciudades patrimonio de la humanidad. A mí me
parece que esto, cuando menos, es una burla. Una burla a la
Cámara, a las ciudades patrimonio de la humanidad y a las
ofertas que se piden de colaboración, como aquí se dice.

Nuestras enmiendas son forzosamente testimoniales, dada la
escasez de los presupuestos del Ministerio de Cultura y van en
la dirección de corregir esta tendencia equivocada. Proponemos
incrementos en el plan de catedrales, en el de monasterios, en
las ciudades patrimonio de la Humanidad y en los recintos
históricos, igualando, fíjese, las previsiones que el propio
Gobierno había hecho el año pasado y mejorándolas en algunos
casos.

En todos estos casos, como en otros referentes a los museos,
de los que luego hablaré, las bajas provienen de las
previsiones del Reina Sofía. Sabe la Cámara, está en el
«Diario de Sesiones», que discrepamos del diseño, de los
límites temporales, de muchos criterios de selección, de
colección, de selección de adquisiciones, del Museo Nacional
Centro de Arte Reina Sofía. Pero éste es un debate
presupuestario; lo hemos tenido en otros sitios y lo
continuaremos teniendo. Nosotros queremos decididamente que en
España haya



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un museo nacional de arte moderno y contemporáneo, pero si
planteamos una reducción del presupuesto del Reina Sofía no es
porque nos parezca excesivo en sí, aunque podía utilizarse de
otra forma; sería bueno a lo mejor que hubiese más dinero. El
presupuesto del Reina Sofía no es excesivo, señoras y señores
Diputados, es desproporcionado, y voy a dar simplemente tres
datos, sólo tres; podemos dar más si la señora Ministra quiere
que ampliemos el debate.

Hablo del presupuesto de reparaciones. El Reina Sofía,
inaugurado tres veces, tres, la última antes de las anteriores
elecciones, tiene un presupuesto de reparaciones de 169
millones de pesetas para este año. El Museo del Prado, goteras
incluidas, 43 millones de pesetas. Nótese si hay o no
desproporción. El resto de los museos nacionales de
titularidad estatal, que son cerca del centenar, tiene un
presupuesto de 108 millones de pesetas; 169, el Reina Sofía,
sólo reparaciones. Publicaciones: 52 millones el Reina Sofía;
8 millones el Museo del Prado; 10, todos los del sistema
nacional de museos. Suministros: 940, el Reina Sofía; 510, el
Museo del Prado; 644, todos los demás museos de titularidad
estatal que están en toda la geografía nacional, sobre los que
tiene responsabilidad directa el Ministerio de Cultura en
cuanto a la titularidad; en algunos no la tiene en la gestión;
en muchos, además, la tiene también en la gestión. Creo que
los datos son suficientemente elocuentes, y que conste que
nosotros cuando se hacen las cosas bien estamos de acuerdo y
ofrecimos un acuerdo sobre museos. En la comparecencia, la
señora Ministra dijo que lo aceptaba; el señor Subsecretario
lo volvió a reiterar. Cuando las cosas se hacen bien, como se
hacen en el Museo del Prado, no se verá en la Cámara que haya
debate político por parte de este Grupo, y reiteramos nuestra
oferta, y eso lo tiene que saber la Cámara y la nación.




El señor PRESIDENTE: Señor Cortés, le ruego concluya.




El señor CORTES MARTIN: Señor Presidente, sí, voy terminando.

Me dirán también que pedimos una reducción en las previsiones
del Reina Sofía, en la partida de adquisiciones, y que el
Prado ya tiene un presupuesto, fruto de un legado muy
generoso. Esto enlaza directamente con lo que planteamos al
hablar del patrimonio histórico. Es una cuestión de
prioridades y ésta es la opción que hay que hacer cuando se
administra o se decide sobre recursos escasos. Reducimos el
presupuesto de adquisiciones del Reina Sofía en 215 millones,
dejando 250, no a cero, porque nos parece que lo responsable
es optar por el patrimonio histórico. Recuerdo los tres
millones para las ciudades patrimonio de la humanidad, los 67
para todas las catedrales de España, los 72 para todos los
Monasterios. Con ello no emitimos un juicio sobre la
valoración que nos merece el arte abstracto frente al gótico o
el románico; optamos entre lo que se puede perder para siempre
y lo que, en el peor de los casos, se puede adquirir en otra
coyuntura, a lo mejor menos favorable, pero que también podría
ser menos caro; no necesariamente.

Esa es la razón de nuestra opción por el patrimonio histórico.

Si se cae o se deteriora irreversiblemente uno de nuestros
grandes monumentos, no tiene remedio. Si se deja de comprar
este año una obra de un artista vivo, se puede hacer otra vez,
o, lo que sería más razonable, otros lo harán, y un Gobierno
moderno e inteligente, y no dogmático y cargado de prejuicios,
lo que hace es crear unos mecanismos fiscales y de otro tipo
para favorecer el mecenazgo, las donaciones, las daciones en
pago, cosa que seguimos sin tener en este país. Han tenido
once años para hacerlo y hasta que no han perdido la mayoría
absoluta, cuando ya no tienen más remedio, parece que va a ser
posible que no impida el Grupo Socialista que haya en España
una ley de mecenazgo. Señor Presidente, voy concluyendo.




El señor PRESIDENTE: No, señor Cortés, no se trata de que vaya
concluyendo, sino de que concluya.




El señor CORTES MARTIN: Concluyo, señor Presidente, en un
minuto. Decía al principio de mi intervención que, junto con
una falta de proyecto coherente, buscando sólo salir al paso,
el Ministerio de Cultura ha mostrado una incapacidad grave
para la administración cultural.

La señor Ministra nos dirá que ella y una buena parte de su
actual equipo estaban en otra cosa; sin embargo, el
responsable de su nombramiento lo fue también el de sus
antecesores. Voy a plantear sólo un ejemplo porque no dispongo
de tiempo. Quiero hablar del Teatro Real.




El señor PRESIDENTE: Señor Cortés, la técnica de ir
concluyendo la conoce la Presidencia, pero es un proceso que
no se ajusta a las limitaciones de este debate. Le ruego
concluya, no que inicie el tratamiento de otra cuestión.




El señor CORTES MARTIN: Señor Presidente, lo único que pido es
el mismo tratamiento que han tenido otras secciones, donde
todos los demás han podido excederse cuatro o cinco minutos.

Yo sólo llevo tres.




El señor PRESIDENTE: Señor Cortés, le ruego concluya.




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El señor CORTES MARTIN: Concluyo, señor Presidente, hablando
del Teatro Real y nada más.




El señor PRESIDENTE: No, del Teatro Real, no. (Protestas en
los bancos del Grupo Popular.)
Señor Cortés, cuando le llamo la atención para que concluya es
para que haga un esfuerzo de conclusión, no de seguir tratando
otros temas.




El señor CORTES MARTIN: Señor Presidente, concluyo diciendo
que en el Teatro Real hay en estos momentos...




El señor PRESIDENTE: Señor Cortes, no tiene la palabra.

(Rumores en los bancos del Grupo Popular.)



El señor CORTES MARTIN: Gracias, señor Presidente. Comprendo
que puede molestar...




El señor PRESIDENTE: Señor Cortés, lo siento mucho. (Rumores y
protestas en los bancos del Grupo Popular.)



El señor CORTES MARTIN: Señor Presidente, no se ha hecho en
ninguna de las intervenciones que ha habido en esta Cámara. No
obstante, no polemizo con la Presidencia. (El señor Lapuerta
Quintero: ¡Qué abuso!)



El señor PRESIDENTE: No lo haga, señor Cortés. (Aplausos en
los bancos del Grupo Popular.)
Enmiendas del Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya. Tiene la palabra el señor Alcaraz.




El señor ALCARAZ MASATS: Con la venia, señor Presidente.

Señoras y señores Diputados, el seguimiento que estamos
haciendo de las declaraciones de la señora Ministra es
riguroso, en función de las que hizo acto seguido de la toma
de posesión. Empezamos a sumarlas en cuanto a contenidos
literarios y a contenidos aritméticos y nos sumaban, en
principio, cien mil millones de pesetas aproximadamente.

Incluso el señor Linde dijo en Comisión que posiblemente
superaban esta cantidad, con independencia de las cuantías que
se podían dedicar a la cultura, a nivel autonómico o a nivel
municipal.

Pues bien, los Presupuestos Generales de 1994 con respecto a
cultura suponen 3.407 millones menos que en el ejercicio de
1993 en sus inicios. Es decir, nos encontramos ante un
presupuesto de 52.000 millones de pesetas, más 14.000 millones
de la colección Thyssen, cuyo pago se hace a través de Cultura
y no se distribuye en otras partidas, en otras secciones o en
otros programas. Nos encontramos ante un presupuesto que
supone el 0,25 del total de los presupuestos generales del
Estado de 1994, parecido al presupuesto marroquí, por ejemplo.

Incluso hay candidaturas en Guinea que ofrecen más del 0,25,
de cara a las próximas elecciones, con respecto a cultura.

No hay dinero, se dice. En principio lo que falta es la
concepción de la cultura, que retrocede mucho en ciertos
grupos en épocas de crisis económica, como retrocede lo
público. Y la cultura es lo público por antonomasia. La
cultura, en los tiempos de cólera, paga el pato, como si a
usted le hubiera dicho el señor Solbes: No hay dinero. La
imaginación al poder. Esfuércese usted, a ver lo que puede
hacer sin dinero. Y le aseguro que se puede hacer en este
momento y en esta sociedad bastante poco. Tampoco hay dinero
porque no se cumple la Ley de Patrimonio Histórico, que decía
que había que dedicar a cultura el uno por ciento de las
inversiones de todos los Ministerios en créditos por encima de
cien millones de pesetas, con dos opciones: Hacer obras de
tipo cultural y así calificadas o mandar el dinero
directamente al Ministerio de Cultura. Ninguna de las dos
opciones se ha tomado y esto hubiera supuesto de 4.000 a 5.000
millones de pesetas.

Por eso no hemos podido ni hemos querido hacer enmiendas
parciales, excepto recoger algunas de tipo provincial, porque
sin esta cantidad, sin el cumplimiento de la Ley de Patrimonio
Histórico no valía la pena esforzarse. Con cuatro o cinco mil
millones se hubiera podido dar una alternativa real a muchos
de los presupuestos de las partidas que aquí aparecen bastante
capitidisminuidas.

¿Cómo se gasta este dinero? Voy a aludir a las grandes
partidas, no a las pequeñas, que son importantes pero mucho
menos que los pilares en los que se asienta la política de
gastos del Ministerio de Cultura. Catorce mil millones en la
colección Thyssen. Cinco anualidades. De esos 14.000 millones,
4.400 son intereses, en un préstamo sindicado por Argentaria.

Sin comentarios. Es una herencia que usted recibe, como recibe
el Teatro Real, pero lo hace pasivamente, sin resolverse en
algún grado.

19.000 millones en personal. Cuatro mil millones en el Teatro
Real que, al final, va a suponer un coste de 16.000 millones
de pesetas. (Un señor Diputado: Menos.) Sí, dicho por el
Subsecretario en la Comisión.

La subvención al cine se mantiene, pero aquí quiero hacer un
inciso, puesto que efectivamente también esto se discutió en
la Comisión a lo largo y ancho de aquella larguísima y muy
interesante reunión de la Comisión que tuvimos en torno a los
presupuestos. El cine y la cultura nacionales están en
peligro, en un peligro próximo cuyo horizonte temporal termina
el 15 de diciembre próximo. Le voy a leer un párrafo de una
carta que han dirigido prácticamente todos los sectores
interesados al Presidente del Gobierno, don Felipe González,
que hasta ahora no se ha dignado contestar: No tenemos tiempo,



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señor Presidente --dicen--. El próximo día 15 de diciembre la
industria audiovisual europea, si el Gobierno español no
adopta junto al Gobierno francés una posición firme de
defensa, sufrirá una derrota histórica de incalculables
consecuencias para la cultura, la forma de expresión
audiovisual de los doce países y los puestos de trabajo de
miles y miles de personas integrados en un sector que antes de
esta situación presentaba los mejores indicadores de creación
potencial de empleo. La ayuda al cine, por tanto, no sirve
para nada. La ayuda a la producción nacional audiovisual y
cultural no sirve para nada si no hacemos frente de una manera
o de otra al artículo 14 que se ve venir de los acuerdos del
GATT, que pueden cerrarse el 15 de diciembre. Urge una
reacción, voy a utilizar un adjetivo que le puede, en algún
sentido, sorprender, patriótica, una reacción patriótica de
impulso soberano que hasta ahora no se ha producido en el
señor Presidente del Gobierno, don Felipe González Márquez,
pidiendo la cláusula de excepción, de exclusión cultural al
artículo 14 del GATT. Ni siquiera, repito, ha contestado la
carta de estos afectados que acabo de citar --son todos y no
tengo que citar a ninguno--; ni siquiera ha actuado con la
decisión de Francia, que incluso ha nombrado un embajador
itinerante, que está recorriendo los doce países pidiendo
solidaridad para la exclusión, la excepción cultural del
artículo 14. Cultura, a tenor de la rueda de prensa del otro
día, parece haber hecho una apuesta corta pero seria. Cultura
no lucha con decisión por la excepción cultural porque no
cree, a mi juicio, en el respaldo definitivo del Gobierno, del
Presidente y de una serie de ministros afectados. Cultura, en
todo caso, está luchando por un decreto de especificidad, de
blindaje, de protección de la cultura y la producción
audiovisual española, protegiendo, por tanto, los intereses
nacionales, ya que no se puede, ya que no se ha optado por
luchar contra el artículo 14 y pedir la excepción, la
exclusión cultural. Nosotros hemos optado por luchar a favor
de la excepción cultural. Mi compañero Ramón Espasa ha pedido
una comparecencia, en el Pleno, del Gobierno. Yo mismo he
presentado una proposición no de ley en la Comisión muy
parecida a la que ha presentado el Grupo de Convergència i
Unió pidiendo que el Gobierno adopte una posición y luche por
la excepción cultural, puesto que las consecuencias pueden ser
muy duras. Hemos optado por la lucha en favor de la excepción
cultural, pero si usted saca a flote ese Decreto ya tiene
dieciocho votos del Grupo Federal de Izquierda Unida-
Iniciativa per Catalunya. Si usted, naturalmente, saca a flote
un real decreto con tres condiciones. Con los contenidos que
tenía el borrador que usted entregó, y después recogió, a
todos los afectados, pero que ellos conocen a fondo, lo
fotografiaron con la mirada como si fuesen japoneses. Con esos
contenidos, primera condición.

Segunda condición, antes del 15 de diciembre, porque después
ya no se puede regular, no se puede reglamentar, no se puede
legislar nada. La tercera condición es la trasposición
rigurosa de la directiva televisión sin fronteras. Está a
punto de llegar al Consejo de Ministros y cuyo contenido no
conocemos. Si su rueda de prensa responde a esta situación, si
la respuesta de don Felipe González fundamentalmente, o de los
otros ministros afectados, del Consejo de Ministros, va en esa
dirección, antes del 15 de diciembre, acompañado de la
directiva, en función de los contenidos que conocemos,
nosotros estamos dispuestos a apoyar ese Decreto como mal
menor, aunque seguiríamos diciendo que lo mejor hubiera sido
la cláusula de excepción cultural.

Se ha dicho que no hay dinero. Nosotros hemos dicho que no se
cumple la Ley. Cuando no se cumple la Ley, ésta hay que
aplicarla. Lo que pasa es que caen los individuos que tienen
poca fuerza en la sociedad. El Gobierno no cumple la Ley de
Patrimonio Histórico y aquí no pasa nada, nadie se
escandaliza. Eso, por una parte; serían 4.000 ó 5.000 millones
de pesetas. Otra cosa, ¿por qué no denunciamos y renegociamos
la colección Thyssen? No fue votada en tiempo y forma; incluso
el PNV, en una de sus enmiendas, pide la renegociación. No
estaba en la Diputación Permanente que aprobó el Decreto de la
colección Thyssen. Convergència i Unió votó en contra,
Izquierda Unida también. Votaron a favor el Partido Popular,
el PSOE y el CDS; votaron a favor sin conocer el contrato,
votaron a favor el 23 de junio en la Diputación Permanente,
pocos días antes de que se renovara esta Cámara y sin esperar
una cosa que es urgente, el contrato, y que contenía una
cláusula suspensiva. Los contratos se enviaron el 7 de julio;
sin conocer ese contrato que contiene una cláusula suspensiva
por dos años, se votó.

Hay un ciudadano suizo, el señor Alexandre, que todavía no ha
firmado el contrato, está embargado sin pagar impuestos,
sometido al derecho inglés, no al español, pagado en las
Bermudas para que no haya liquidación de impuestos ni allí ni
en Suiza ni en España. Eso hay que denunciarlo y renegociarlo,
porque, además, esa colección, cuando no hay postores y se
saca a la vez no tiene que valer el precio que ha costado,
usted lo sabe, porque el mercado pegaría un bajón. No había
otro postor excepto el Estado español. Se compró mal y es
difícilmente demostrable que es constitucional y legal, en
función de algunas cosas que yo he dicho aquí y que amplié en
la intervención en la Comisión. He pedido una comparecencia de
la Ministra para hablar, para discutir, para debatir sobre la
posibilidad de denunciar y renegociar este contrato, porque, a
nuestro juicio, no es legal y, utilizo unas palabras del señor



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Roca: Es difícilmente constitucional. Está en el «Diario de
Sesiones» expresado así, y estoy de acuerdo con él, lo siento
por él. Termino con una serie de consideraciones políticas. No
podemos apoyar los presupuestos porque son insuficientes y
porque desde nuestro punto de vista de la defensa de la
cultura, incluso en tiempos de cólera, y de la defensa de lo
público, no son razonables. El 0,25 por ciento del total de
los presupuestos, en este país moderno, y la modernidad y la
cultura de la imagen ha sido lo que hasta ahora ha primado, no
se corresponde ni siquiera con esa cultura afortunadamente
superada. No podemos apoyarlos porque tienen 3.407 millones
menos que los presupuestos de 1993. Pensamos que no se ha
podido, no se ha sabido o no se ha querido luchar
suficientemente en el Consejo de Ministros. Y esperemos que la
imaginación no vaya a través de privatizar servicios, como en
el Reina Sofía, o privatizar servicios a través de
contratación de actividades con empresas, cosa que también se
hace a veces en el Ayuntamiento de Madrid; no compartimos ese
modelo. Esperemos que no sea a través de patrocinios como, por
ejemplo, en Sevilla, donde posiblemente podremos ver dentro de
poco un cuadro de Valdés Leal con un rótulo debajo que diga:
«Cuadro restaurado de Valdés Leal patrocinado por Coca-Cola».

Eso podremos verlo dentro de muy poco, señora Ministra.

No nos interesa tampoco esa respuesta que ustedes dan cobrando
la entrada en los museos, aludiendo a una posible sentencia
del Tribunal de Luxemburgo. No, eso sería una discriminación
incluso constitucional, porque muchas autonomías y
ayuntamientos en los museos dependientes de estas entidades no
cobrarían la entrada y no se superarían las posibilidades de
discriminación a las que ustedes han aludido.

El señor PRESIDENTE: Señor Alcaraz, le ruego concluya.




El señor ALCARAZ MASATS: Termino, señor Presidente.

Nosotros pensamos que la propia estructura de este Ministerio
hace ver que ustedes mismos están cuestionando la existencia
del Ministerio de Cultura porque ni siquiera se coordinan las
comunidades autónomas, me refiero, al menos, a la etapa
anterior. Hay un cuestionamiento del Ministerio de Cultura --y
termino, señor Presidente--, como también hay un principio de
cuestionamiento de la calidad, digámoslo así, en la atmósfera
del Museo del Prado. Hay que recordar que Azaña dijo que el
Museo del Prado era más importante que la Monarquía y la
República juntas. Baja mucho el presupuesto. Esto puede tener
consecuencias serias. Apoyaremos ese decreto-ley si se produce
antes del 15 de diciembre en los términos expresados y
acompañado de una trasposición rigurosa de la directiva de
televisión sin fronteras.

Le repito lo mismo que le dije, aludiendo a un poeta
metafísico: que la realidad no le estropee una bella historia.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Alcaraz.

Enmiendas del Grupo Vasco (PNV). El señor González de Txabarri
tiene la palabra.

El señor GONZALEZ DE TXABARRI MIRANDA: Gracias, señor
Presidente. Quisiera que la intervención que realizamos en
defensa de estas enmiendas que presenta el Grupo Vasco a esta
Sección 24, correspondiente al Ministerio de Cultura, fuese
rigurosa en sus propios planteamientos. Agradezco a la señora
Ministra las respuestas que anticipadamente nos ha dado en la
presentación de su sección. Sigo insistiendo en que el propio
Ministerio, desde el principio del debate de presupuestos, ha
seguido sin entender cuál es el trámite parlamentario que se
exige o que es normal en la defensa de cada una de las
posiciones. Se entendía que el Ministerio debía mantener sus
propias posturas, los grupos defender nuestras enmiendas y
que, en un segundo turno, se nos contestara. Nos encontramos
otra vez con que se nos contesta antes de haber defendido las
propias enmiendas. Señora Ministra, las propuestas que realiza
el Grupo Vasco, en orden a la mejora de este presupuesto del
Ministerio de Cultura, tienen unas líneas básicas claras, una
criteriología básica, que voy a intentar resumir. El Grupo
Vasco quisiera que el Ministerio de Cultura tuviera un
presupuesto que corresponde a un Estado que es plurinacional,
pluricultural y plurilingüístico. Observamos que no es así.

Quisiéramos que el presupuesto del Ministerio de Cultura fuese
el de un Estado autonómico, donde las 17 comunidades autónomas
tienen competencias exclusivas en el área cultural y se
entiende razonable que el Estado tenga un Ministerio de
Cultura que deba intervenir en el fomento de la propia
cultura. Nos gustaría que el presupuesto del Ministerio de
Cultura, además, fomentara la participación cultural de los
agentes sociales, creando un marco fiscal que favoreciera la
acción cultural. Usted nos vuelve a repetir que están
trabajando en ello y se nos anuncia que próximamente el
Consejo de Ministros puede aprobar, por fin, la ley de
mecenazgo. Pero, a la hora de presentar las enmiendas, a la
hora de este debate, no estamos en ese momento. Seguimos sin
incentivos fiscales en materia cultural y por los datos que
tenemos al día de hoy la ley de mecenazgo no sale de su
letargo. Nos gustaría, en consecuencia, que el propio
Ministerio de Cultura extendiera sus ámbitos de actuación, y
ahí están los propios datos de la territorialización del gasto
del Ministerio de Cultura, que están objetivados.




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Quizá valga el ejemplo de lo que está sucediendo en este
momento. Prácticamente todos los ciudadanos del Estado están
viendo en este momento el partido de fútbol que está jugando
la selección. Pues el entrenador es del PNV, seis jugadores
son vascos y otros cinco de otras comunidades autónomas. Todos
en un mismo empeño. Esto es lo que no entiende el Ministerio
de Cultura. Si tuviéramos que ir a la metáfora desde los
propios presupuestos del Ministerio de Cultura, el Real
Madrid, justo, justo y Camacho de entrenador. Esa sería la
selección de fútbol. Y ahí es donde están ustedes muy
pillados, porque si éste es un Estado autonómico, si éste es
un Estado plurinacional, si éste es un Estado
plurilingüístico, si éste es un Estado pluricultural y ustedes
tienen unas competencias exclusivas que la propia Constitución
les ordena, no pueden venir con este presupuesto, señora
Ministra.

Lo que intentamos nosotros es enriquecer el debate, no hacer
política de campanario. ¿Cómo puede decir que con las
enmiendas que presenta el Grupo Vasco hacemos política de
campanario? Yo se lo he oído. Algún asesor en el Ministerio de
Cultura tiene orejas --con todo respeto--, porque antes de
leer lo que los grupos plantean ya está predispuesto a
entender lo que los propios dicen. No, hombre, no. A la
ilustración llegamos los vascos hace muchos siglos. Esas fases
ya las hemos superado. Yo creo que presentamos una alternativa
válida. Acepte usted que éste es un Estado pluricultural y que
esa es una responsabilidad. Con esos números, esos argumentos
y esos objetivos, difícilmente. Ese es el debate. La metáfora
de la selección creo que es muy ajustada en tono y en hora. No
se puede venir con el Real Madrid ni con Camacho de
entrenador. En materia deportiva, se actúa de otra manera.

Estamos todos en el mismo empeño. Y Clemente de entrenador...

Ahí está la clave. Desde esa perspectiva de la Comunidad
Autónoma Vasca, el Partido Nacionalista Vasco presenta una
serie de enmiendas. Usted sabrá que los Diputados somos
Diputados de circunscripción y que esa es nuestra labor. Aquí
se está convirtiendo en un hábito decir: es que ustedes sólo
ven lo suyo. Para eso nos pagan. Uno es Diputado por
Guipúzcoa. ¡Qué le vamos a hacer!, y de la Real. (Risas.) Por
ello, nos gustaría que el Ministerio de Cultura entendiera que
no se puede hablar de política cultural, que hay que hablar de
políticas culturales, en plural. Desde esa perspectiva están
presentadas las enmiendas del Grupo Parlamentario Vasco, para
que el Ministerio pueda actuar en las materias de su exclusiva
competencia, para que actúe en programas de proyección
internacional, que son de su competencia, y esté allí donde
haya programas de proyección internacional, para que defienda,
ante las instituciones europeas, con la debida intensidad,
programas europeos que tienen su sede en el Estado, como el
programa Media, y para que cumpla los compromisos adquiridos
en planes de su propia competencia. No me diga que es serio
que vaya usted a San Sebastián, nos cuente todas las
maravillas de inversión que va a realizar el Ministerio de
Cultura y después, presupuesto tras presupuesto, Semprún más
Solé Turá más la señora Alborch, nos encontremos con que lo
que se dice en las ruedas de prensa no tiene el soporte debido
en los Presupuestos Generales del Estado. Eso no es política
de campanario, es una criteriología básica que entendemos que
está bien explicada.

Para terminar, señor Presidente, quisiéramos que esto que no
hemos venido consiguiendo de los distintos interlocutores del
Ministerio de Cultura en muchos años (no se entienda que el
problema es de ahora, es una trayectoria curiosa esta de no
querer la pluralidad, justo en el Ministerio de Cultura,
porque admito que hay otros Ministerios, como el de Educación
y Ciencia, lo entiende perfectamente, y curiosamente es el
Ministerio de Cultura el que sigue sin entenderlo),
quisiéramos, desde la conocida sensibilidad cultural que
reconocemos al Grupo Socialista o del talante cultural plural
que compartimos con el Grupo Catalán, que estas enmiendas
tengan la mejor de las consideraciones.

Nada más. Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor González de Txabarri. Por
el Grupo Mixto, hay enmiendas de los señores Mur, González
Lizondo y Albistur. Tiene la palabra, en primer lugar, el
señor Mur.




El señor MUR BERNAD: Gracias, señor Presidente.

En nombre del Partido Aragonés, intervengo para defender dos
enmiendas presentadas a la sección 24, Ministerio de Cultura.

Son dos enmiendas muy concretas y, quizá, no muy importantes
en la cuantía, pero sí por su significado. Quiero felicitar a
la señora Ministra de Cultura por los esfuerzos que ha tenido
que hacer a la hora de presentar un presupuesto de su
departamento evidentemente exiguo para tantas y tantas
necesidades como todavía tiene su Ministerio. Un Ministerio
que creo que lo mejor que puede hacer es descentralizar toda
su labor cultural y, por tanto, todas sus inversiones. En ese
sentido de la descentralización de las inversiones --sabemos
lo importante que es el Museo del Prado, y a todos nos
preocupa--nos gustaría también que algún dinero se invirtiera
fuera de Madrid, fuera del centralismo, y se tuvieran en
cuenta aquellas necesidades que están en comunidades
autónomas. Además, en un ejemplo que debería cundir y
aumentar, de colaboración con las propias comunidades
autónomas, invertir cantidades para el patrimonio histórico-
artístico, como las que resultan de las dos enmiendas que yo
ahora estoy defendiendo y pidiendo a SS.SS. que, en su
momento, sean apoyadas.




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La primera de ellas es para una inversión en la catedral de
Tarazona, por importe de 200 millones de pesetas, en el Plan
Nacional de Catedrales; ese Plan Nacional que también la
señora Ministra ha recordado y que tanto tiempo lleva abierto
y sin terminarse de cerrar, y algunas de nuestras catedrales
de este Plan a lo mejor se nos caen antes de que le lleguen
las necesarias inversiones.

La catedral de Tarazona, afortunadamente, fue objeto de una
primera inyección económica, que sirvió precisamente para
mantenerla en pie y para que sea posible seguir invirtiendo
como yo pido en esta enmienda. Por otra parte, la otra
enmienda que yo presento en este momento lo que pretende
también es que el Ministerio de Cultura invierta en la
Catedral de La Seo, de Zaragoza; una inversión que también
debe llevarse a cabo en colaboración con el Gobierno de
Aragón, que ha invertido muchos cientos de millones de
pesetas, es una obra muy importante, como la señora Ministra
conoce; es una joya, yo creo del máximo valor artístico y
arquitectónico, para la que hace falta mucho dinero durante
muchos ejercicios. En este momento, creo que sería una buena
aportación que su Ministerio dedicara una pequeña partida,
como yo solicito, para que esas obras no se interrumpan y para
que la finalización, después de tantos esfuerzos, de la
rehabilitación de la Catedral de La Seo, de Zaragoza, ese
magnífico monumento, sea una realidad en un breve espacio de
tiempo, para que pudiera ser abierta al público, cosa que
ahora no es posible, debido a las obras que se eternizan (ya
sabemos que la iglesia es eterna, las catedrales también), y
ser contemplada en todo su esplendor y en toda su belleza.

Estas son las dos enmiendas que son significativas en sí
mismas, sobre todo por lo que también querrían decir de
inversión fuera de aquellas obligaciones que el Ministerio
tiene en Madrid, y por lo que supondrían de colaboración con
el resto de administraciones.

Nada más y muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Mur.

Enmiendas del señor González Lizondo. (Pausa.-- Un señor
Diputadeo de los bancos del Grupo Socialista: ¡No está! ¡No
está!)
Tiene la palabra el señor Mur.




El señor MUR BERNAD: Señor Presidente, solicito que se den por
defendidas en sus propios términos.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Mur. (Rumores.)
Silencio, señorías.

Tiene la palabra el señor Albistur.




El señor ALBISTUR MARIN: Gracias, señor Presidente.

De las tres enmiendas que mi Coalición ha presentado, la 225,
que hace referencia a las transferencias al Festival de Cine
de San Sebastián, donde se pedía un incremento de 20 millones
de pesetas para mantener los compromisos contratados por el
Ministerio de Cultura en la constitución de la Sociedad
Anónima Festival del Cine de San Sebastián --donde un director
general del INAE colaboró de forma generosa, yo diría que muy
eficaz, para poder sostener bajo su nueva fórmula el Festival
del Cine--, se me ha comunicado que se va a aceptar la del
Partido Nacionalista Vasco, donde esta cantidad de 20 millones
realmente se incrementa a 30 millones. Me sumo a esa enmienda,
a la del Partido Nacionalista, y retiraría la que he
presentado, en el supuesto de que posteriormente sea aceptada.

Por lo tanto, con esas condiciones, haría la retirada de esta
enmienda.

Respecto a las otras dos enmiendas, la 226 se refiere a la
construcción de auditorios de música, donde se pide y se
propone incrementar la partida en 300 millones de pesetas. La
mantengo y quiero insistir en razones que ya han sido
expuestas por el señor González de Txabarri. Debo insistir en
que he sido testigo de la participación del Ministerio en la
propuesta de jurado para el concurso público que se abrió para
la construcción del auditorio de San Sebastián, así como en la
selección del proyecto definitivo, que todavía está durmiendo
en el despacho de un ilustre arquitecto español, y también de
todos los compromisos contraídos por los Ministros anteriores,
tanto del señor Semprún como de los que después le han
seguido. Existe un compromiso del anterior Ministro de Cultura
para aportar cerca de 1.800 millones de pesetas. Este
auditorio está tardando mucho en realizarse. Es necesario
precisamente para mantener los festivales y la atención a la
demanda cultural que existe en nuestra tierra, y consideramos
que el Ministerio debería hacer un esfuerzo, junto con las
otras instituciones --Ayuntamiento, Diputación y Gobierno
vasco-- para que se inicie el convenio para su construcción,
así como que se den los pasos para la aprobación definitiva
del proyecto. La enmienda 227 se refiere a una aportación de
25 millones de pesetas a la quincena musical de San Sebastián,
uno de los treinta festivales de Europa. Forma parte de la
Asociación de Ciudades Europeas de la Música, y tiene un
arraigo internacional importante y precisa también de un
compromiso por parte del Ministerio de Cultura para su
desarrollo y para su presencia como un evento internacional.

Esa es mi demanda y espero que sea atendida con generosidad.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Albistur.

Por el Grupo de Coalición Canaria, tiene la palabra el señor
Mardones.




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El señor MARDONES SEVILLA: Señor Presidente, señorías, la
enmienda de Coalición Canaria, señora Ministra, referida a una
partida de 25 millones de pesetas, en este caso al Cabildo
Insular de Tenerife, para las obras de construcción del
auditorio insular, tiene más bien un carácter simbólico.

Comprendo lo exiguo del presupuesto del Ministerio de Cultura,
pero creemos que hay comunidades autónomas en las que la
lejanía, la peculiaridad del propio hecho insular y su
incorporación a la cultura producen una serie de connotaciones
que requieren un apoyo de solidaridad, lo que hacen que esta
enmienda trascienda la propia exigüidad que tiene su cuantía,
porque, parafraseando un poco lo que decía el Diputado del
Grupo Vasco, esto no es que no dé para política de campanario,
sino que no da ni para campana. Queremos que tenga un valor de
compromiso entre el Ministerio de Cultura y las instituciones
propias del archipiélago canario, en este caso de los
Cabildos, sobre todo para reforzar un hecho concreto, y es que
está siendo costeado fundamentalmente por la Administración
pública canaria y concretamente por su Gobierno autónomo,
incluso con los anteriores presidentes don Lorenzo Olarte o de
don Jerónimo Saavedra, por citar algunos de distintas fuerzas
políticas que la del actual Presidente. ¿Para qué? En este
momento para tener, en primer lugar, una de las orquestas
sinfónicas mejores que existen dentro del territorio nacional,
tanto en Las Palmas de Gran Canaria como en Santa Cruz de
Tenerife. En segundo lugar, para tener en este momento, señora
Ministra, uno de los mejores festivales europeos de música de
primavera en Canarias, no sólo español sino europeo. Por
tanto, pedimos esta vinculación presupuestaria en cantidades
tan exiguas, vuelvo a decir aquí para que no se confunda,
porque a veces cuando hemos debatido aspectos de la colección
Thyssen-Bornemisza se nos han salido los ceros del papel. Aquí
solamente se piden 25 millones de pesetas.

Quisiera que este tema fuera objeto de reflexión, porque va
más allá de lo que es un puro compromiso de inversión
material. Tiene una lectura de sensibilidad con una comunidad
autónoma que se define a veces con postulados nacionalistas,
pero que entiende que hay un patrimonio común de la cultura
española, europea y universal, y queremos que esté presente el
Ministerio de Cultura, porque ni siquiera a la institución
administrativa del Gobierno de la nación le quisiéramos negar
la posibilidad de participar con cualquier cifra simbólica en
los presupuestos. Sabe la señora Ministra, o tendrá ocasión de
conocer, cuál es el presupuesto total con que afronta el
Cabildo Insular todo el coste del auditorio y, por tanto, verá
el significado cultural, político, social o de vinculación que
tiene esta modestísima, pero valiosa enmienda.

Nada más y muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Mardones.

¿Turno en contra? (Pausa.)
Por el Grupo Socialista, tiene la palabra el señor Clotas.




El señor CLOTAS CIERCO: Señor Presidente, señora Ministra,
señorías, voy a consumir un turno en defensa del presupuesto
del Ministerio de Cultura y en contra de las distintas
enmiendas que han sido defendidas. Aunque muy brevemente
quisiera decir, en el mismo sentido que lo ha expresado la
señora Ministra, que el presupuesto de Cultura para este
próximo año tiene algunas características que lo hacen
singular pero, a la vez, es un buen proyecto presupuestario.

Es un proyecto, sin duda, de mínimos, pero es solidario con
una situación que exige de muchos de los departamentos, sobre
todo los que no se dedican al gasto social directamente, ese
esfuerzo de austeridad y de solidaridad. Y lo hace, señorías,
con el buen criterio de reducir hasta el máximo los gastos --
como, por ejemplo, los gastos de funcionamiento interno del
Ministerio y de los organismos autónomos-- que tienen menos
repercusión social y respetando aquellos otros que por sus
características tienen una mayor repercusión social.

Es un presupuesto que mantiene en líneas generales una
continuidad con el anterior, así como todos los compromisos
adquiridos por el Ministerio en una etapa anterior.

Finalmente, es un presupuesto, señorías --puesto que la señora
Ministra ha explicado bien las características y mi obligación
es contestar a los portavoces--, que, como la señora Ministra
ha dicho, permite una cierta transición, porque esperamos que
en el próximo ejercicio podamos contar con algunos ingresos
distintos para la cultura, como los que la ley de mecenazgo --
a la que alguno de los anteriores intervinientes ha hecho
referencia--, que estuvo ya en esta Cámara, pero debido a la
disolución no permitió que siguiera su tramitación, pueda
aportar a futuros ejercicios del Ministerio de Cultura. El
Grupo Socialista se siente de acuerdo y satisfecho con esta
propuesta que es, sobre todo, solidaria, seria y rigurosa.

Contestando a los distintos intervinientes, quisiera decirle
al representante del Grupo Popular, señor Cortés, que ha
reducido --como suele hacer-- su intervención a hablarnos de
un problema: la protección del patrimonio y de la futura ley
de patrimonio. (Varios señores Diputados del Grupo Popular
pronuncian palabras que no se perciben.) Señor Cortés, debemos
aprovechar el tiempo que tenemos. La protección del patrimonio
es bastante coherente con la posición ideológica que él
representa, que es la derecha, que suele reducir la cultura a
la conservación



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del patrimonio (Rumores.) No digo que no sea importante la
conservación del patrimonio, pero hay otros temas importantes.

No podemos olvidar el cine, la lectura, las bibliotecas, los
archivos, no se puede reducir todo el discurso a la protección
del patrimonio.

Como no voy a tener tiempo de contestar a muchas cosas al
señor Cortés, le quiero señalar que tuvimos que reformar la
Ley de Propiedad Intelectual porque no se respetaba y, por lo
tanto, perjudicaba a los creadores culturales. No hubo un gran
apoyo del Grupo Popular para reformar esa Ley y para que
pudiera aplicarse debidamente en beneficio de la creación
cultural. Dice, en cambio, el señor Cortés que no se está
aplicando la Ley de Patrimonio Histórico, y no es cierto. Se
está aplicando, lo que ocurre es que no es la primera vez que
hay que decir desde esta tribuna que confunde conceptos, que
la partida que aparece en los presupuestos no es la
definitiva, porque no se sabe en este momento. Se lo ha dicho
la señora Ministra y todos los ministros que la han precedido
se lo han tenido que explicar en la Comisión. Por otra parte,
también sabe el señor Cortés --quizá es algo que no se hizo
bien en la ley y que algún día podemos modificar-- que el
Ministerio de Cultura no es el único gestor de ese uno por
ciento, sino que los distintos ministerios gestionan lo que
les corresponde de las obras que realizan en virtud de sus
presupuestos. Por tanto, no comparto su criterio. En la
intervención del señor Cortés, año tras año, hay lo que yo
llamaría fobias. Una de esas fobias es el Museo Nacional Reina
Sofía. Este año ha dicho que no está en contra, y yo celebro
que sea así porque de la lectura de las enmiendas no se deduce
esto. El Reina Sofía está sufriendo una disminución --me
parece que éste es el tercer ejercicio que sufre disminución--
bastante importante en su presupuesto y lo que propone el
Grupo Popular es cerrarlo, ya que no habría manera... (Varios
señores Diputados del Grupo Popular: ¡No! ¡No!) Con las cifras
exactas de las enmiendas habría que cerrar. Yo creo que el
señor Cortés no conoce bien lo que es el proyecto, la realidad
del Reina Sofía. Lo ha demostrado aquí. Nos ha hablado de un
presupuesto para reformas; no hay presupuesto para reformas,
no hay presupuesto para manutención de 56.000 metros
cuadrados. Hay presupuesto... (El señor Cortés Muñoz pronuncia
palabras que no se perciben.) Perdón, señor Cortés hay
presupuesto para pagar una deuda con la constructora Huarte
que se refiere a obras anteriores, pero no hay presupuesto
para reformas en este año. No puedo dedicar más tiempo a esto,
porque me pasará como al señor Cortés, que no podré atender
otras intervenciones.




El señor Alcaraz se ha referido muy poco al tema que nos
ocupa: el problema de los presupuestos del Ministerio de
Cultura para el próximo año. Se ha referido a otras cosas muy
diversas, como la colección Thyssen, que hoy no es más que un
compromiso adquirido que hay que respetar y del que yo me
siento muy orgulloso como español porque creo que fue
realmente un triunfo lo que se consiguió con la adquisición de
esa importante colección; se ha referido al problema del GATT
y de la excepción cultural, y quizá no le he entendido, pero
me parece que él no ha seguido bien el problema, porque el
Gobierno español está defendiendo, junto con el francés, la
excepcionalidad. Si la señora Ministra y el Ministerio de
Cultural están previendo la posibilidad de que no salga aquí
esa excepcionalidad, sino lo que se llama la especificidad,
que nos obligaría a quedarnos tal como estamos en un momento
dado, el Ministerio de Cultural hace muy bien, previendo,
repito, esa posibilidad, que seguramente tiene más partidarios
que la excepcionalidad, en preparar la situación lo mejor que
pueda para que el día 15 de diciembre, si se produce una
decisión que no es la que desearíamos, estemos en la mejor de
las situaciones para defender nuestro cine y nuestra industria
audiovisual. Ha hablado también de la directiva de televisión,
que ni siquiera corresponde al Ministerio de Cultura, y quiero
decirle al señor Alcaraz que me extraña que pida unos
presupuestos menos solidarios. Comprendo que es una tentación
pedir siempre más, pero cuando estamos en un momento como el
presente creo que hay que entender las razones de estos
presupuestos, que afectan de determinada manera al Ministerio
de Cultura y así hay que asumirlo. Respecto a las enmiendas
del Grupo del PNV, quisiera decirle alguna cosa al señor
González de Txabarri. Desde luego, no voy a entrar en un
debate constitucional sobre lo que representamos los que
estamos en esta Cámara; creo que nuestra representación tiene
un carácter algo distinto o, al menos unas consecuencias algo
distintas de las que él ha señalado. De todas maneras quiero
señalarle que en sus enmiendas hay algunas de supresión. Se
llaman de supresión porque suprimen una serie de conceptos de
los presupuestos que no responden exactamente a las palabras
que nos ha dicho aquí, porque creo que de ninguna manera puede
imaginar el señor González de Txabarri que las Cuevas de
Altamira, por ejemplo, no son una responsabilidad
constitucional plena del Ministerio de Cultura y propone,
entre otras muchas cosas, suprimir un crédito por el cual el
Ministerio de Cultura cumple sus obligaciones respecto a las
Cuevas de Altamira. O, en otro caso, el catálogo
bibliográfico, otra competencia clara de protección del
patrimonio que tiene también el Ministerio de Cultura
constitucionalmente.

Sin embargo, es cierto que otras enmiedas en las que pide
mayor ayuda para acontecimientos culturales, algunos tan
importantes como el propio Festival de Cine de San Sebastián,
naturalmente nos merecen una consideración distinta. Y
haciendo el esfuerzo que él sabe que a este Grupo le gusta
hacer en aras de la cultura,



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vamos a decirle que sí a algunas de sus propuestas,
concretamente a tres de ellas. Quiero señalar que lo hacemos,
de acuerdo también con el Grupo Catalán (Convergència i Unió),
que aceptará estas enmiendas transaccionales que le propongo;
son transaccionales en el caso del Festival de Cine de San
Sebastián, no porque cambie la cantidad que proponía el Grupo
del PNV, sino porque cambian los conceptos en los que causa
baja esa cantidad. En cambio, sí se rebaja la cantidad de la
enmienda 1.605 para el festival de cortometrajes de Bilbao a
10 millones de pesetas en la transaccional, y a 30 millones la
cantidad para la temporada de ópera de Bilbao, cuando el Grupo
proponente pedía 70 millones. Esas son las tres
transaccionales que presentamos a las enmiendas del Señor
González de Txabarri. (El señor Diputdo hace entrega del texto
de las enmiendas transaccionales a la Presidencia.) Debo decir
al señor Mur que la catedral de Tarazona está en el plan de
catedrales, no dotada en la medida que él solicitaba, pero
creo que responde a ese criterio de continuidad que yo
señalaba y de cumplimiento de los compromisos adquiridos.

Estos presupuestos no paran absolutamente nada. En cuanto a la
otra enmienda, quiero señalarle que una vez más se está
queriendo reducir el presupuesto del Museo Nacional Reina
Sofía que, como ya decía antes, no admite reducciones.




El señor PRESIDENTE: Señor Clotas, le ruego concluya.




El señor CLOTAS CIERCO: Al señor Albistur ya se le ha
notificado la intención de nuestro Grupo de aprobar esa
enmienda que, de alguna manera, afecta a una de las suyas, la
que se refiere al festival de San Sebastián. Finalmente, al
señor Mardones, representante de Coalición Canaria, quiero
agradecerle muchos de los conceptos que ha vertido, porque
creo que son muy serios y que realmente demuestran una actitud
que yo aprecio. No podemos aceptar ninguna de sus enmiendas
(son tres), todas ellas apreciables y con solución, menos la
que se refiere al auditorio, que hasta que no se haya firmado
el correspondiente convenio entre la Comunidad Autónoma, el
municipio y el Ministerio es difícil instrumentar un crédito
sin que tenga ese soporte del convenio. Las otras enmiendas,
sobre todo la que se refiere a la ayuda al Centro de Arte
Atlántico, se pueden viabilizar a través de peticiones,
respondiendo a la normativa que el Ministerio tiene
establecida para repartir entre las entidades que lo solicitan
los recursos que, si no son muy abundantes, desde luego
existen para este tipo de ayudas, tanto a los museos como a
otras entidades culturales.




El señor PRESIDENTE: Le ruego concluya, señor Clotas.




El señor CLOTAS CIERCO: Sí, señor Presidente, termino mi
intervención comunicando a la Presidencia que, en el trámite
de comisión, se aprobaron dos enmiendas del Grupo Socialista,
las números 1.096 y 1.095, que contenían un error respecto al
concepto en el que debían incluirse esas enmiendas. La 1.096,
en lugar del concepto 485 debe decir 489; y en la 1.095, el
concepto 483 debe ser sustituido por el 483.09.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Clotas. (El señor Homs i
Ferret pide la palabra.)
Señor Homs.




El señor HOMS I FERRET: Gracias, señor Presidente.

Para anunciar dos enmiendas transaccionales que nuestro grupo
tiene la intención de proponer a dos enmiendas del Grupo
Parlamentario Vasco.




El señor PRESIDENTE: Adelante, señor Homs.




El señor HOMS I FERRET: Muy brevemente, pues, señor
Presidente, para comunicar a la Cámara nuestro deseo de
proponer al Grupo Parlamentario Vasco dos enmiendas a esta
Sección de Cultura. Concretamente, a la enmienda 1.600, del
Grupo Parlamentario Vasco, quisiéramos plantear una
transaccional reduciendo en cinco millones la partida que
ellos proponen. Esta es una enmienda que va destinada a
subvencionar a Eusko Ikaskuntza, que es la Sociedad de
Estudios Vascos, entidad de larga tradición en el País Vasco,
con más de 75 años de existencia y que ha hecho una labor
fundamental en la promoción de la cultura vasca. Creemos que
es una enmienda muy positiva y, por ello, planteamos esta
transaccional para que pueda ser objeto de aprobación por
parte de la Cámara; enmienda que compartimos con el Grupo
Socialista.

La segunda enmienda transaccional que proponemos va dirigida a
la enmienda 1.601, del Grupo Parlamentario Vasco, que propone
la subvención a la Real Sociedad Vascongada de Amigos del
País. Nosotros planteamos una reducción de la partida que el
Grupo Vasco consigna, que es de 30 millones, y proponemos 10
millones para que se destinen a esta entidad. La Real Sociedad
Vascongada de Amigos del País es también una sociedad muy
significativa, cualitativamente importante por su labor
cultural en el País Vasco y creemos positivo que se admita o
se considere por esta Cámara esta asignación. Es una enmienda
que también compartimos con el Grupo Socialista y ambos grupos
desearíamos que fuera considerada por la Cámara y que pudiera
ser apoyada unánimemente.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Homs.

Señor Cortés.




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El señor CORTES MARTIN: Señor Presidente, el portavoz
socialista ha defendido el proyecto de presupuestos del
Ministerio de Cultura y ha dicho, entre otras cosas, que en
este proyecto se ha intentado reducir al máximo los gastos.

Voy a replicarle, señor Presidente, en ese sentido, con el
ejemplo del Teatro Real, y no hablando en esta intervención,
como tampoco lo hice en la anterior, de cine, de teatro, de
música, ni de cooperación cultural, por la sencilla razón de
que no hemos presentado enmiendas a ninguno de esos programas
y, si me hubiese referido a ellos, señor Clotas, el señor
Presidente, con muy buen sentido y haciendo uso correcto de su
autoridad, me hubiese impedido que siguiese hablando sobre
esos extremos porque estamos en un turno de defensa de las
enmiendas que han presentado los grupos, y a esos puntos
nosotros no hemos presentado ninguna enmienda. Discrepamos del
proyecto del Ministerio de Cultura esencialmente en estas
cuestiones que afectan al patrimonio, a los museos, a los
archivos, a las bibliotecas, y sobre eso es sobre lo que hemos
hablado, ateniéndonos a lo que dice el Reglamento y a las
instrucciones de la Presidencia. Por tanto, voy a replicarle,
como decía, en el sentido apuntado de que el Ministerio de
Cultura ha reducido al máximo los gastos, tomando como ejemplo
el caso del Teatro Real. El caso del Teatro Real, señor
Presidente, a nuestro juicio, es la cumbre del desatino --por
usar una palabra suave--, de la política cultural socialista
en reñida competencia, eso sí, con el «Reina Sofía».

En estos momentos, señor Presidente, no conocemos, pese
haberlo pedido --probablemente no lo conocemos porque tampoco
lo sabe el Gobierno--, cuáles son las previsiones de
explotación de ese futuro Teatro de la Opera. Tampoco se ha
nombrado un gerente que trabaje en la preparación de la puesta
en funcionamiento de una maquinaria tan compleja como es ésta;
sin embargo, sin saber de qué ingresos se va a disponer para
programar, cosa que parecía razonable, ni cuál va a ser la
explotación de ese teatro (la señora Ministra no tiene ninguna
responsabilidad personal, ustedes sí, solidaria y ella
también, solidaria y retrospectiva), a finales de 1989 se ha
nombrado un director musical del Teatro Real --repito-- a
finales de 1989; un teatro que, en el mejor de los casos, va a
empezar a funcionar en 1995, cuenta, desde finales de 1989,
con un director musical, según la información del propio
Gobierno enviada, eso sí, tarde, porque, aunque se comprometió
el señor Subsecretario que la enviaba a las 24 horas, la envió
siete días después, cuando ya había terminado el plazo de
presentación de enmiendas, y es una de las razones por las que
no hemos presentado una enmienda a este punto. Pues bien, este
director musical, según la información del Gobierno, tiene un
contrato laboral eventual, que encaja difícilmente en nuestra
legislación laboral, y una retribución anual de 22 millones de
pesetas. (Varios señores Diputados del Grupo Popular: ¡Qué
barbaridad!) Ha oído bien la Cámara, excluido el señor
González Lizondo, que, como acostumbra, no está presente, pero
el resto de la Cámara ha oído bien (Aplausos en los bancos del
Grupo Popular.); 22 millones de pesetas un señor que es
director musical de un teatro que, en el mejor de los casos y
sólo si se cumple esta vez --cosa que no se ha cumplido nunca-
- lo que ha dicho la señora Ministra y lo que ha dicho el
señor Subsecretario, empezará a funcionar en el año 1995. (Un
señor Diputado: ¡Qué vergüenza!) ¿Puede explicar alguien
señora Ministra (y sepa que tiene la ventaja, aunque no tenga
experiencia, de que tiene turno, el Presidente no se lo puede
impedir, aunque le hayan dado instrucciones de que no hable),
qué hace este señor desde el año 1989? (Un señor diputado del
Grupo Socialista: No, hombre, no.) Yo comprendo que a ustedes
les moleste mucho porque votaron eso. Ustedes lo han apoyado.

Sí, hombre, sí, ustedes lo han apoyado. La señora Ministra,
no; la señora Ministra no estaba aquí. Comprendo que esto
puede molestar, aunque seguro que el señor Clotas nos da una
explicación, si la señora Ministra no interviene. No sé si la
señora Ministra es consciente de que en el caso de que sea
cierta la información, y que sea atinado que eso es un
contrato laboral eventual, se puede convertir en fijo si es
que no lo ha hecho ya, que es posible y si es verdad lo que ha
dicho el Gobierno. ¡Cuidado! yo manejo siempre en esta tribuna
datos facilitados por el Gobierno. Termino, señor Presidente.

Señor Clotas, cuando dijo usted que iba a hablar del Reina
Sofía, pensé que a lo mejor tenía que volver a
contraargumentar. Todos los problemas se han quedado en una
cuestión de manutención. Sinceramente lo único que espero
entienda es por qué hemos presentado otra enmienda para que
haya una mayor dotación de libros, incluidos los diccionarios,
en las bibliotecas públicas. Muchas gracias, señor Presidente.

(Aplausos.)



El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Cortés.

Señor Alcaraz.




El señor ALCARAZ MASATS: Gracias, señor Presidente.

Señora Ministra, con amigos como el señor Clotas, no necesita
usted enemigos. (Risas.)
Dice el señor Clotas, como uno de sus argumentos fundamentales
a la hora de defender la Sección tal como viene de la
Comisión, que es solidaria con una situación general y dice
que es solidaria con gastos sociales. Es decir, aquí aparece
la concepción seca y burocrática del señor Clotas cuando no
incluye la cultura en gastos sociales. No se da cuenta de lo
que está opinando, no se da cuenta que este año ha subido el
Ministerio de Defensa de representar el 1,2 por ciento
respecto



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al PIB, el 1,3 por ciento. ¿Esa es la solidaridad a que se
refiere el señor Clotas?
Ha tenido otra intervención que yo no acabo de entender. Ha
dicho que posiblemente después habrá ingresos distintos para
Cultura cuando se apruebe la Ley de Mecenazgo, pero la Ley de
mecenazgo, son exenciones fiscales, algo que el Estado deja de
cobrar; y, en todo caso, aunque cobrara algo el Estado, ¿eso
iría directamente a Cultura o iría a Hacienda, que después
haría los presupuestos de determinada manera? No he entendido
en absoluto lo que quería decir. (Risas.-- Rumores.) Es que se
equivocaba, señora Diputada. Respecto a la Ley del Patrimonio
Cultural y a la aplicación del 1 por ciento, para no
extenderme más, recomiendo al señor Clotas que lea la página
1345 de la comparecencia en Comisión del señor Linde, donde
muestra su gran preocupación por la aplicación de la Ley del
Patrimonio, que, en el año 1993, hubiera supuesto 4.000
millones de pesetas y que en años sucesivos podría suponer esa
cifra o una mayor. Le recomiendo que lea esa página y que
conteste a través de la intervención del señor Subsecretario
del Ministerio. Colección Thyssen. Señor Clotas, yo he hablado
de la colección Thyssen porque supone el 25 por ciento del
presupuesto de cultura, y usted se ha picado porque fue quien
defendió esa compra, sin presencia del contrato, en la
Diputación Permanente, el 23 de junio de 1993.

Usted dice que el Gobierno español está defendiendo la
excepcionalidad cultural. Lo vamos a ver este viernes cuando
se trasponga de una u otra manera, con rigor o sin él, la
directiva europea sobre televisión sin fronteras. En segundo
lugar, le voy a decir lo que opina la inmensa mayor parte de
los representantes autorizados, de verdad, en este tema.

Hablan de la indefinida posición gubernamental española ante
el implacable calendario de conversaciones en torno al GATT.

Firman esta carta, dirigida al señor Presidente del Gobierno,
la Federación de asociaciones de productores audiovisuales
españoles; la Academia de las Artes y de las ciencias
cinematográficas de España; la Fundación pro-cine; la
Asociación de directores de fotografía; la Sociedad General de
Autores de España; Artistas e intérpretes, sociedad de gestión
de España; Asamblea de directores y realizadores
cinematográficos de España; Asociación profesional de
directores de arte, de cine y de televisión; entidad de
gestión de derechos de productores audiovisuales de España, y
Unión de actores. Señor Clotas, ellos opinan que el Estado
español no está defendiendo la excepción cultural.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Alcaraz.

Señor González de Txabarri.




El señor GONZALEZ DE TXABARRI MIRANDA: Gracias, señor
Presidente. En primer lugar, quiero agradecer, tanto al Grupo
Socialista como al Grupo Catalán las enmiendas transaccionales
que han sido propuestas, que acogen las enmiendas
fundamentales que presentaba el Grupo Vasco a esta Sección del
Ministerio de Cultura. Creo que por este camino podemos
avanzar. Siguiendo con la metáfora anterior, la selección va
ganando y parece que por este camino el Ministerio de Cultura
también puede avanzar debidamente. Quisiera someter a la
consideración de la Presidencia que las enmiendas números
1.600 y 1.601, referidas a dos instituciones de hondo
contenido y de gran tradición cultural en el país, como son la
Sociedad de Estudios Vascos y la Real Sociedad Vascongada de
Amigos del País, pudiesen ser votadas por unanimidad en la
Cámara. Someto a decisión de los grupos esta consideración,
por entender que son dos instituciones de larga tradición y de
un trabajo académico riguroso y serio. Y, sin más por mi
parte, congratularme de este espíritu que el Gobierno mantiene
en otros ministerios y espero que a corto plazo pueda ser
también adoptado por el Ministerio de Cultura. Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor González de Txabarri.

Señor Mur.




El señor MUR BERNAD: Gracias, señor Presidente.

Brevemente, para agradecer al señor Clotas lo ilustrativo de
su intervención. Resulta que yo pido una dotación económica
para obras en la catedral de La Seo, detrayendo esa pequeña
cantidad, que luego, además, se aumenta por aportaciones del
Gobierno de Aragón, de la partida de adquisición de obra nueva
del Museo Reina Sofía y el señor Clotas, con un espíritu
centralista digno de mejor causa y en contra de lo que yo
intentaba alabar como comportamiento de la señora Ministra, me
dice que no es posible aceptar mi enmienda porque al Reina
Sofía no se le puede quitar ni una peseta. Muchas gracias y
tomamos muy buena nota.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Mur.

Señor Albistur.




El señor ALBISTUR MARIN: Gracias, señor Presidente.

La verdad es que debería estar agradecido al representante del
Grupo Socialista por haber dicho que ya me han comunicado la
aceptación de la enmienda, pero, de alguna forma, no tengo más
remedio que dejar constancia de la falta de cortesía
parlamentaria, cuando se puede transaccionar con un grupo una
enmienda similar a la que uno propone y a este uno ni siquiera
se le propone. Ya sabemos que el Grupo Mixto parece que es la
hez de la tierra; es una lástima que en este



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caso, de alguna forma, ha tenido usted que aceptar la
enmienda. Se establece hasta una especie de lucha de clases en
este tema y, lamento tener que decirlo, en esta forma; porque
con esta pérdida de sensibilidad ni siquiera me ha respondido
a otras dos enmiendas que tenía presentadas. Lamento mucho
tener que recordárselo, pero no tengo ninguna gana de agriar
el debate, y a estas horas de la noche mucho menos, sino más
bien poder festejar las cosas, pero si de verdad no tiene
interés el Ministerio de Cultura en los compromisos que
públicamente han contraído y publicado los ministros que han
precedido a la actual señora Ministra (la señora Ministra,
estando en San Sebastián este verano, también ha manifestado
la sensibilidad por realizarlos), me parece ciertamente
preocupante no nombrarlos ni siquiera contestarlos.

Nada más. Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Albistur.

Señor Mardones.




El señor MARDONES SEVILLA: Muchas gracias, señor Presidente.

En primer lugar, señor Clotas, nosotros ya habíamos retirado
en el trámite de Comisión dos de las enmiendas, quedando viva
nada más la que he expuesto de dotación de 25 millones para el
auditorio de música en Santa Cruz de Tenerife. En segundo
lugar, le expreso mi reconocimiento por esa especie de
comprensión que ha tenido, que supongo deja una puerta abierta
para su reconsideración posterior, al menos en el trámite en
el Senado. En otro caso, no tendrían sentido esas expresiones
aquí. Eso espero.

Nada más y muchas gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Mardones.

Señor Clotas.




El señor CLOTAS CIERCO: Gracias, señor Presidente.

Con mucha brevedad, para que podamos ir todos a celebrar el
acontecimiento que esperamos. (Risas.--Rumores.) Yo lo espero;
espero que gane España. Quiero decir al señor Cortés, en
primer lugar, que creo que no tiene una idea clara de lo que
es la programación de un gran teatro de la ópera. Si al señor
Cortes le extraña que un teatro que estaba previsto que se
abriera antes tenga un responsable musical cuando en los
teatros europeos se programa hasta con más de cinco años, es
que realmente no sabe o tiene la intención de confundir a las
personas que saben de estas cosas. No extraña a nadie, no creo
que haya habido un solo teatro europeo o mundial importante
que no haya tenido un director musical muchísimo tiempo antes
de abrir sus puertas. (La señora Martínez Saiz: ¡Pero no con
contratos eventuales!). Al señor Alcaraz, representante de
Izquierda Unida, quiero decirle que me extraña que él confunda
el gasto cultural con el gasto social. Yo no lo confundo, y sé
que en el gasto cultural hay también una parte de gasto
social, pero no es lo mismo. El seño Alcaraz ha insistido en
sus temas; ha insistido en negar legitimidad a la Diputación
Permanente que aprobó los créditos de la colección Thyssen --
no lo entiendo, francamente--, y ha insistido en el tema de la
negociación del GATT. En ese tema yo le tengo que decir que
todo el mundo sabe que la actitud del Gobierno español ha sido
favorable a la excepción cultural, y la señora Ministra lo ha
dicho con una claridad meridiana, pero no solamente la señora
Ministra de Cultura, sino que también el Ministro de Comercio
ha defendido eso en foros donde ha sido el único Ministro
europeo que ha intervenido para defender esa tesis, ya que ni
siquiera lo ha hecho el Ministro de la República Francesa.

Al señor González de Txabarri le agradezco sus palabras.

Al señor Albistur quiero decirle que tiene razón, no me he
referido a sus dos enmiendas sobre la quincena musical y el
auditorio. Me parece que no le he dicho que al auditorio le
ocurre como a otro auditorio para el que también se había
pedido una dotación, pero, al no existir todavía el convenio
firmado entre las distintas administraciones, es bastante
difícil que ese crédito sirviera para alguna cosa. No lo he
hecho por ahorrar tiempo ya que el que nos conceden los turnos
establecidos no es excesivo para contestar a tantísimas cosas
como se suscitan en las distintas intervenciones de los
portavoces.

Al señor Mardones simplemente decirle que ya sé que esas
enmiendas no estaban vivas, pero lo he dicho a título de
ejemplo, porque el señor Mardones ha presentado tres enmiendas
basadas en las tres instituciones que probablemente tienen
mayor prestigio y que puede decirse no son simplemente de
Canarias, sino que son de todos los españoles. Por eso he
recordado sus tres enmiendas. Ya sé que sólo se mantenía una
viva y, lamentablemente, este portavoz no está en disposición
de aceptarla, aunque como he dicho, creo que es una enmienda
subsanable por otras vías. Nada más, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Clotas. (Fuertes y
prolongados rumores.--Varios señores diputados del Grupo
Popular: ¡Que salga la señora Ministra!--Continúan los
rumores.).

¡Silencio, señorías!
Pasamos al debate de las enmiendas de la Sección 25.

Para la presentación del presupuesto de la Sección 25 tiene la
palabra el señor Ministro de la Presidencia. (Rumores.)
¡Silencio, señorías!



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El señor MINISTRO DE LA PRESIDENCIA (Pérez Rubalcaba): Señor
Presidente, señorías, subo a esta tribuna para presentar el
presupuesto de gastos e ingresos, correspondiente a la Sección
25, Ministerio de la Presidencia, del proyecto de Presupuestos
Generales del Estado para 1994. Comenzaré por indicar que en
esta Sección se incluyen los presupuestos de gastos de una
institución básica del Estado, la Presidencia de Gobierno,
que, junto con el Gobierno, como órgano colegiado se regula en
el Título IV de nuestra Constitución. (Rumores.) La Sección
incluye también...




El señor PRESIDENTE: Un momento, señor Ministro.

Señorías, ruego guarden silencio. (Pausa.)



El señor MINISTRO DE LA PRESIDENCIA (Pérez Rubalcaba): Muchas
gracias, señor Presidente.

La Sección, decía, incluye también los gastos correspondientes
a la Vicepresidencia del Gobierno y al Ministerio de la
Presidencia de reciente creación, a través de la fusión de dos
ministerios, el Ministerio del Portavoz y el Ministerio de
Relaciones con las Cortes, una de cuyas funciones, me refiero
al Ministerio de la Presidencia, ese justamente establecer la
relación entre el Gobierno y las Cortes Generales, tal y como
se regula en el Título V de nuestra Constitución.

Las funciones de todos estos órganos, que dan sentido a la
existencia de esta Sección, están descritas en la normativa
vigente, desde la Ley 10/1983, de organización de la
Administración del Estado, modificada con posterioridad por
algunas normas con rango reglamentario, hasta el Real Decreto
1483, del año 1993, que regula la estructura del Ministerio de
la Presidencia. Se configuran en estas disposiciones órganos
colegiados directamente relacionados con la acción del
Gobierno, el Consejo de Ministros, la Comisión o comisiones
delegadas y la Comisión de Secretarios de Estado y
Subsecretarios que estudia los asuntos a tratar por el Consejo
de Ministros, cuyos presupuestos de gastos los de todos estos
órganos, se incluyen también en esta Sección 25.

Finalmente, en el desempeño de sus funciones, Presidente y
Vicepresidente están asesorados por un conjunto de órganos:
Secretaría General de la Presidencia, Secretaría General de la
Vicepresidencia, Gabinete de la Presidencia, cuyos
presupuestos de gastos se incluyen también en esta Sección.

Dos son las características fundamentales que se pueden
apuntar en relación con el presupuesto correspondiente a la
Sección 25. En primer lugar, la austeridad, en consonancia con
la que rige para el conjunto de los Presupuestos Generales del
Estado que estamos discutiendo en esta Cámara. En segundo
lugar, la coherencia, por tanto, la suficiencia para cubrir
las funciones y los objetivos de los distintos organismos que
acabo de mencionar, en especial los del Ministerio de la
Presidencia, que ya tuve ocasión de exponer con detalle hace
algunas semanas a aquellas de SS.SS. que forman parte de la
Comisión Constitucional.

Esta austeridad tiene lógicamente un reflejo cuantitativo en
estos presupuestos. Así, si se compara el presupuesto de 1994,
con el de 1993 y esta comparación se hace naturalmente en
términos homogéneos, veremos que se reduce el presupuesto del
Ministerio, el conjunto de la Sección, en 306 millones de
pesetas o, lo que es lo mismo en términos porcentuales, en el
1,28. Decía para llegar a esta cifra hay que comparar los
presupuestos de forma homogénea, lo que exige hacer dos
operaciones muy sencillas: en primer lugar, agregar en el
presupuesto de 1993 las secciones 25 y 28, correspondientes a
los dos ministerios cuya fusión ha dado lugar al Ministerio de
la Presidencia; en segundo lugar, descontar del presupuesto,
de la Sección 25, para el año 1994, los gastos
correspondientes al contrato-programa del Estado con
Televisión Española, 26.600 millones de pesetas, que se
incluyen este año por primera vez en este Ministerio y que,
como SS.SS. saben porque ha sido objeto de debate en esta
Cámara, corresponden a los gastos de Radio Nacional, de la
Orquesta y Coros de Radiotelevisión Española y del Instituto
Oficial de Radiotelevisión Española. Haciendo, pues, estas dos
sencillas modificaciones se pueden comparar de forma homogénea
presupuestos de 1993 y presupuestos de 1994, y se llegaría a
la conclusión cuantitativa y cualitativa que acabo de exponer:
un presupuesto que se reduce; un presupuesto, por tanto,
austero en consonancia con las características que se suponen
para los Presupuestos Generales del Estado de 1994. Es, lo
decía anteriormente, un presupuesto suficiente, un presupuesto
que tiene algunas prioridades que lógicamente se manifiestan
también cuantitativamente de forma modesta, como corresponde a
unos presupuestos de las características que acabo de
describrir; un presupuesto suficiente para cubrir los
objetivos a que me vengo refiriendo, en buena parte porque se
incrementa la autofinanciación de algunos de los organismos
autónomos que dependen del mismo en un ejercicio, entiendo,
que compagina la solidaridad de estos organismos con la
austeridad presupuestaria que se predica, así como la eficacia
en el cumplimiento de sus funciones. Es el caso del Centro de
Investigaciones Sociológicas, cuyo presupuesto de ingresos
pasa de 79 a 182 millones de pesetas; es el caso del
Patrimonio Nacional, cuyo presupuesto de ingresos se estima va
a ser de 1.912 millones de pesetas, en el año 1994, cifra que
se puede comparar con los 1.792, presupuesto de ingresos para
1993; o es el caso del «Boletín Oficial del Estado» que, como
SS.SS. conocen, se autofinancia y que envía los excesos de sus
ingresos o el superávit al Tesoro,



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superávit que para el año 1993 está previsto en 1.000 millones
de pesetas, y que para el año 1994, en los presupuestos que
estamos discutiendo, pasa a 2.000 millones de pesetas, un
dato, entiendo, de más valor si se tiene en cuenta que el
«Boletín Oficial del Estado» va a ver reducido su presupuesto
de gastos para el año 1994 en el 4,8 por ciento.

En relación con las prioridades me limitaré a señalar dos: una
correspondiente al presupuesto de gastos o, mejor dicho, a la
subvención del Estado para el presupuesto del Centro de
Estudios Constitucionales, que crece el 4 por ciento, reflejo
de los objetivos que a este organismo se han encargado en
relación con estudios y debates en lo que el Gobierno ha
denominado política de impulso democrático; y, en segundo
lugar, la Agencia EFE, cuyo contrato con el Estado se
incrementa en el año 1994, fundamentalmente por dos razones:
para actualizarlo (era un contrato que no se actualizaba desde
el año 1988), y para reflejar, finalmente, en él los objetivos
y las funciones que la Agencia EFE está cubriendo de forma
creciente fundamentalmente en los países Iberoamericanos.

Termino, señor Presidente, señorías, reiterando que se trata
de un presupuesto austero, en consonancia con la austeridad
que informa todos los presupuestos para 1994; un presupuesto
suficiente para desarrollar los objetivos que el Ministerio y
los distintos órganos, cuyos gastos se reflejan en el mismo,
tienen encomendados; y, finalmente, un presupuesto coherente
con los objetivos y, sobre todo, con las prioridades del
ministerio, que acabo brevemente de exponer. Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Ministro.

Enmiendas del Grupo Popular. Tiene la palabra el señor
Cisneros.




El señor CISNEROS LABORDA: Con su venia, señor Presidente.

Quiero empezar agradeciendo al Ministro de la Presidencia,
señor Pérez Rubalcaba, lo muy pedagógico de su exposición, y
que tampoco ha estado lastrada de excesivos ejercicios de
autocomplacencia, de suerte que también, además, el enfoque
que ha dado a su propia intervención me sirve muy bien de
asidero, de andamiaje, para razonar el sentido de nuestras
enmiendas, que no es tanto o específicamente atañen a unas
modulaciones cuantitativas como a determinadas cuestiones de
principio que subyacen tras el esquema presupuestario de su
departamento. Voy a intentarlo, señor Presidente, casi voy
concluyendo (Risas.) mediante el recurso no ya a la brevedad,
sino a la más expectativa síntesis, combatiendo así o
intentando combatir el comprensible sentimiento de melancolía
de quien debe dirigirse a la Cámara en circunstancias tan
impropicias cuando toda la atención nacional está
razonablemente concitada muy lejos de aquí, en torno a la
hermosa emoción colectiva del fútbol, que me temo que es ya
uno de los únicos o principales factores de vertebración y
solidaridad capaces de sustentar una emoción nacional por
encima de intereses, ideologías, clases y orígenes
territoriales. Y en ello coincidirá, sin duda, un madridista
casi tan fervoroso como yo, como es el señor Pérez Rubalcaba.

La melancolía es también el sentimiento al que inexorablemente
condenan los empeños baldíos, los esfuerzos inútiles. Hace
años, en un debate similar por estas fechas, sugerí que
calificar de testimonial una determinada enmienda no pasaba de
ser un sarcasmo, pues frente a la mayoría socialista de la
época todas las enmiendas acababan por tener tal carácter. Más
llamativo o menos inteligible resulta que, tan sustancialmente
modificado el paisaje parlamentario, pueda producirse el mismo
resultado incluso en iniciativas tendentes a contener el gasto
público o a enriquecer las posibilidades de fiscalización de
las Cámaras o a reequilibrar el juego de los poderes,
neutralizando la preeminencia abusiva del Ejecutivo,
objetivos, en fin, que en nada empecen la cacareada
gobernabilidad y que se encaminan simplemente a restituir en
su esplendor la fisonomía del régimen parlamentario que nos
dimos libremente en 1978. Pero, en fin, allá cada cual con su
convergente responsabilidad.

La oposición popular tiene presentadas siete enmiendas,
números 1.011 al 1.017, a la Sección 25, Ministerio de la
Presidencia; seis de ellas parciales y una a la totalidad de
la sección. Dos hacen referencia a la minoración en cuatro
millones del concepto 22.7.06, Estudios y trabajos técnicos,
en el programa 112A, Presidencia del Gobierno, y a la
supresión de la dotación de poco más de tres millones para la
misma finalidad en el programa 126A, Infraestructuras para
situaciones de crisis y comunicaciones especiales.

No tengo más remedio, señor Pérez Rubalcaba, que ser
recurrente con respecto a lo manifestado en otros presupuestos
en relación a estos mismos conceptos. Porque el afán de saber
y la voluntad de ilustración son encomiables, pero es
paradójico que una Presidencia del Gobierno, orlada por un
auténtico gabinete bis de asesores ministeriales, auxiliada en
su proximidad por un excelente Centro de Estudios
Constitucionales, con disponibilidad de un Centro de
Investigaciones Sociológicas capaz de acometer las más
refinadas exploraciones sociales, legítimamente facultada para
recabar de las secretarías generales técnicas y del vastísimo
elenco de organismos de estudios dispersos a todo lo largo y
ancho de las distintas administraciones central e
institucionales los dictámenes y asistencias sobre los más
varios ramos del conocimiento humano, es sorprendente, digo,
que requiera una dotación presupuestaria específica para
trabajos singulares que nadie, al parecer, sino sus
superespecializados autores, están en condiciones



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de acometer. Y como a la sorpresa se añade la sospecha,
desgraciadamente nada gratuita ni temeraria, sino fundamentada
en experiencias anteriores, de que esta dotación ha servido en
ocasiones para la compensación sutil de servicios a estudiosos
o intelectuales con alguna afinidad orgánica con el poder,
comprenderán SS.SS. nuestras reservas. Por cierto, señor
Ministro, le ruego que aleccione a su subordinado el señor
Zabalza sobre un cumplimiento más cabal y menos atenido a la
literalidad mezquina de las obligaciones contraídas de
información con esta Cámara. Que me disculpen los
parlamentarios más veteranos que sin duda la conocerán, pero
no me resisto a relatarles aquella historia, probablemente muy
conocida de todos, de aquel Diputado inglés que recorría su
circunscripción con su ayudante en su coche, se perdió por un
camino de la campiña rural, vieron a un labrador, un campesino
y le pidió al ayudante que se acercase hasta él y le
preguntara que dónde estaban. Le preguntaron y el campesino
respondió, desde fuera del vehículo: En un coche. Y el
Diputado británico dijo: Es un modelo de contestación
parlamentaria; es verdadera, es escueta y no suministra
ninguna información de la que no se dispusiera ya previamente.

Pues bien, en cumplimiento de la obligación asumida ante la
Comisión de Presupuestos, he recibido una información sobre el
empleo de este concepto presupuestario de estudios y trabajos
técnicos, para el presente ejercicio, consistente en una mera
relación de personas físicas y en otra relación de cantidades
sin ninguna especificación sobre el estudio o el trabajo
técnico llevado a cabo ni sobre su extensión y
características, justificación, oportunidad, autoridad
encargante, etcétera. Es decir, dispongo de alguna información
más, pero no mucha más que la del colega británico de la
historieta y, en todo caso, manifiestamente insuficiente.

Otras tres enmiendas parciales, éstas ya de alguna entidad
económica, proponen a minorar en 106, 200 y 288 millones de
pesetas, respectivamente, sendos proyectos de inversión
conexos con los celebérrimos e inacabables superproyectos
plurianuales de ordenación del recinto de La Moncloa.

Señorías, nunca me he acogido al fácil beneficio de la
demagogia ni, desde luego, voy a hacerlo a estas alturas. En
anteriores debates presupuestarios expusimos, primero, que
éramos conscientes de la extrema modestia, rayana casi en la
menesterosidad, en que hubieron de desarrollar su función los
primeros presidentes democráticos. Segundo, que no queríamos
regatear los medios precisos para el cumplido decoro de la
función representativa de la sede presidencial. Lo que
pretendemos, sin éxito, es que se llegue a evaluar con algún
viso de certeza el coste global final de las obras de La
Moncloa y el plazo verosímil de su conclusión. Si es que la
propia conducta del Gobierno corre en nuestro auxilio; si es
que al primer recorte inversor --ocurrió hace dos años y me
temo que va a volver a ocurrir éste-- son las obras de La
Moncloa, como es lógico, las primeras sacrificadas; si es que
tampoco este año van a ejecutar efectivamente las inversiones
previstas. Con lo que está cayendo y teniendo en cuenta, sin
movernos de la propia sección, las clamorosas insuficiencias
inversoras --hay una insuficiencia, señor Pérez Rubalcaba,
confiéselo, reconózcalo, no hay suficiencia en el caso del
Patrimonio Nacional--, parece que una correcta ordenación de
prioridades aconsejaría modular el ritmo inversor del
alhajamiento de La Moncloa a los austeros imperativos del
presente, como nuestras enmiendas postulan. Argumentaré
conjuntamente la enmienda de totalidad con la parcial que
postula la rebaja de unos 1.200 millones de pesetas en el
llamado contrato-programa del Estado con la Agencia Efe.

Primero vaya por delante que nuestro Grupo valora
favorablemente la restauración del Ministerio de la
Presidencia, que ha supuesto la amortización de una cartera
ministerial y otros más modestos recortes orgánicos. Sin
embargo, permítame observar, señor Pérez Rubalcaba, que a la
luz de su proyección presupuestaria creemos que no se han
explotado suficientemente las posibilidades de estilización
orgánica, de adelgazamiento burocrático que la nueva realidad
deparaba. Si el Ministerio de la Presidencia, con reducidas
competencias específicas de relaciones con las Cortes,
secretariado y portavocía del Gobierno, es el órgano staff
típico del propio Presidente, nos parece desproporcionado el
elenco de altos cargos de gabinete, secretaría y
asesoramiento, casi casi todo un shadow cabinet, pero no de la
oposición sino del poder, directamente dependientes del
Presidente y el Vicepresidente del Gobierno y que están
extraídos del esquema orgánico de su Ministerio. Esta es una
objeción radical, de principio, que encuentra en el debate
presupuestario la ocasión de denunciar los factores espúreos
de criptopresidencialismo que, en nuestra opinión, se han
venido sedimentando a lo largo de todos estos años.

En segundo término, el Grupo Popular no está dispuesto a que
concluya esta legislatura sin que se dé alcance a una
transformación casi revolucionaria de los mecanismos de
información presupuestaria, control de ejecución del
presupuesto, vigilancia permanente de las desviaciones del
gasto público. Suya es, desde luego, en exclusiva la
responsabilidad del desbocamiento. Nos sentiríamos dispuestos
a asumir la corresponsabilidad del embridamiento si es que la
mayoría acreditase una voluntad mínimamente seria y eficaz de
emprenderla. Las enmiendas más ambiciosas de nuestro Grupo a
otras secciones o al articulado de este proyecto de ley en tal
sentido han sido rechazadas. Alguna menor se ha tomado en
cuenta, pero lo cierto es que en su vertiente de relaciones
con las Cortes, señor Ministro, ninguna previsión orgánica o
presupuestaria permite



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deducir esa voluntad gubernamental de hacer copartícipe al
Parlamento de la lucha contra el déficit.

Tercero, el CIS. Nada tenemos que objetar ni a la solvencia
científica ni a la capacidad gestora ni al tratamiento
presupuestario de este centro en este año. Nuestro único
empeño es que sea efectivamente el Centro de Investigaciones
Sociológicas del Estado y no del
Gobierno; que nada permita por acción u omisión la utilización
no ya privilegiada, sino ni siquera preferente, del rico
material de información social allegado por el CIS; que la
disponibilidad de sus trabajos no tenga nunca que volver a ser
objeto de pronunciamientos de la jurisdicción electoral.

Sabemos que el Decreto de noviembre de 1990 y, sobre todo, la
Orden Ministerial del pasado marzo pretenden regular el
principio de igualdad de acceseo al banco de datos del CIS. La
experiencia ha acreditado que no es suficiente, sobre todo
porque el CIS realiza fundamentalmente trabajos cuantitativos
y subcontrata la realización de estudios cualitativos cuyo
conocimiento puede más fácilmente restringirse o demorarse.

Nuestro Grupo tiene presentada una proposición de ley que
incorpora una mejor y mayor vinculación del CIS a las Cortes
Generales. En este punto, la enmienda de totalidad a la
Sección 25 entiéndala como si tuviera un cierto carácter
suspensivo respecto a la consecución de aquella mejora
orgánica. Subvención a RTVE. No tenemos objeción de principio
a los 26.600 millones de pesetas que el presupuesto de la
sección dedica a sostener la Orquesta y Coros de
Radiotelevisión Española, el Instituto Oficial de
Radiotelevisión y Radio Nacional de España. Pero esta ausencia
de objeciones queda enervada, por supuesto, por la no
concurrencia de Radio Nacional en el mercado publicitario.

Cualquier paso en esa dirección quebrantaría radicalmente el
fundamento de la subvención, articulada, por cierto, a través
de un contrato-programa en cuya gestión, según se lee en la
propia memoria de la sección, para nada interviene el propio
Departamento. Conocida la situación de Radiotelevisión
Española nos estremece materialmente esta declaración de
inhibición e intentaremos suplirla por medio del pertinente
control parlamentario.

El señor PRESIDENTE: Seños Cisneros, le ruego que concluya.




El señor CISNEROS LABORDA: Termino, señor Presidente, porque
es el último punto.

La asistencia de los presupuestos a la Agencia EFE (eso no nos
lo ha dicho en las referencias de austeridad, contención,
proporcionalidad, etcétera, el señor Ministro) ha
experimentado un crecimiento verdaderamente salvaje, desde
3.965 a 5.155 millones de pesetas, y no nos puede satisfacer
la explicación de que la dotación estaba congelada desde 1988.

¿Por qué lo fue? ¿Por pura imprevisión gestora o por una duda
razonable respecto a la licitud de esta subvención, disfrazada
en forma de contrato de prestación de servicios, a la luz de
las exigencias comunitarias? ¿Cómo se han salvado estas
temidas objeciones? En todo caso, el importe quiebra en el
momento más inoportuno cualquier pauta razonable. También le
digo que no estamos en contra de la existencia de la Agencia
EFE como agencia de bandera, de instrumento de política
cultural, informativa e incluso de influencia diplomática.

Pero teniendo una situación cuasi monopolística en el mercado
nacional interior y disponiendo de un privilegiado instrumento
de trabajo, como es la herramienta de la lengua castellana,
segundo idioma de comunicación del mundo, ¿no cabe temer que
hayan sido errores de gestión lo que explique su abultada
dependencia de los presupuestos públicos? En todo caso, esa
dependencia reclamaría, con la mayor intensidad, con el mayor
vigor, unos principios de objetividad, imparcialidad y
neutralidad política que, en todo caso también, en el
ejercicio de nuestra función de control parlamentario
lucharemos por hacer observar.

Muchas gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Cisneros.

Enmienda del Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya. Tiene la palabra el señor López Garrido.




El señor LOPEZ GARRIDO: Señor Presidente, señoras y señores
Diputados, vamos a defender la enmienda 1.560, al capítulo 6,
correspondiente al ente público Patrimonio Nacional. No hemos
presentado una enmienda de totalidad a esta sección, pero nos
hemos fijado en un detalle muy importante que creo que conecta
con la discusión que hemos tenido anteriormente en relación
con la sección correspondiente al Ministerio de Cultura,
porque se refiere a una omisión muy significativa dentro de
esta Sección 25, Ministerio de la Presidencia, y que, como
digo, representa también una línea lamentable, desde nuestro
punto de vista, de poco interés por la cultura en sentido
amplio en estos presupuestos para 1994. Una degradación de lo
cultural en general en estos presupuestos que, en cuanto al
Ministerio de la Presidencia, se manifiesta y se proyecta en
la cifra que se prevé para el Patrimonio Nacional. Un ente
público que el señor Ministro nos decía hace un momento que
tiene unos ingresos previstos de 1.900 millones y lo entendía
como un triunfo, como algo que ha aumentado las capacidades
del Patrimonio, que luego no se ha reflejado, sin embargo, en
las cifras previstas para inversión real, porque nuestra
enmienda se refiere a la cifra raquítica prevista para la
inversión real dentro del Patrimonio Nacional. Hay solamente
1.200 millones y nuestra enmienda propone un aumento de 900
millones en lo que es el núcleo central de conservación y
restauración del Patrimonio Nacional, que es el capítulo de
inversiones reales.




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La verdad es que en unos presupuestos restrictivos como éstos,
este capítulo 6, de inversiones reales, ha batido el récord
del recorte: nada menos que un 33 por ciento respecto al año
pasado. En 1993, 1.800 millones para inversiones; en 1994,
1.200 millones para inversiones. Y eso que decía el señor
Ministro que el Ministerio de la Presidencia experimenta una
reducción de 300 millones. Es decir, que la reducción de
inversiones en Patrimonio Nacional representa el doble de lo
que supone el conjunto de la reducción para el Ministerio de
la Presidencia. Es el capítulo más importante para la
conservación y restauración del patrimonio nacional. Desde
luego, a diferencia de una de las características que señalaba
el señor Ministro de estos presupuestos para la Sección 25,
hay que decir claramente --y yo creo que debe admitirlo-- que,
desde luego, en cuanto a inversiones para el Patrimonio
Nacional es claramente insuficiente. Usted decía que este es
un presupuesto suficiente. Nosotros le decimos que en
inversiones en Patrimonio Nacional es claramente no
suficiente. El patrimonio nacional, como ustedes saben --pero
conviene repetirlo, para que quede ese recordatorio en el
«Diario de Sesiones»--, está compuesto por bienes histórico-
artísticos de incalculable valor. Es un patrimonio
arquitectónico, por un lado, compuesto de palacios como nada
menos que el Palacio Real, el Palacio de la Zarzuela, el
Palacio del Pardo, el de Aranjuez, La Granja y Riofrío. O
monasterios como el de El Escorial, Las Descalzas Reales, La
Encarnación, Santa Isabel, Iglesia del Hospital del Rey, Las
Huelgas, en Burgos, el Monasterio de Santa Clara en
Tordesillas, El Colegio Loreto de Madrid y el Panteón de
Hombres Ilustres o la Basílica de Atocha, entre otros grandes
monumentos, palacios y monasterios. Junto a otros muchos
edificios tan conocidos como La Casita del Príncipe, La Casita
del Labrador en Aranjuez y La Casita de Arriba y Abajo de El
Escorial. Pero, además, el patrimonio nacional encierra
bosques de tanta riqueza ecológica como el monte de El Pardo o
el bosque de Riofrío, y jardines tan bellos como los de La
Granja, los jardines de Aranjuez o los jardines del Campo del
Moro, junto al Palacio Real. Asimismo, el patrimonio nacional
tiene --siguiendo una expresión que acabo de escuchar sobre
catálogos--, un verdadero catálogo --porque está catalogado--
de obras, bienes y muebles artísticos que están dentro de
estos monumentos, que en estos momentos me parece que llegan a
130.000; patrimonio bibliográfico y documental, pinturas,
esculturas, etcétera, repito, de incalculable valor. En suma,
tenemos en el patrimonio nacional, seguramente, la parte de
nuestro patrimonio histórico más significativa, la que ofrece
al exterior la imagen más conocida de nuestro país y gran
parte de su riqueza ecológica. Para todo esto, en estos
presupuestos, se nos dice que van a ir 1.200 millones de
inversión real; una cantidad absolutamente inaceptable. No es
posible que el próximo año haya, en absoluto, una restauración
del patrimonio nacional, ni siquiera conservación. Hay que
tener en cuenta que, según la memoria que tengo aquí del
patrimonio nacional para 1992, que hace un estudio comparativo
de los últimos cinco años, el 65 por ciento de la inversión
real se destina a restauración. No va a haber para
restauración con esta cifra. Esto significa, evidentemente,
una degradación inevitable del patrimonio nacional. La
evolución de las inversiones ha sido claramente descendente y
ha caído en picado desde 1990. En 1990 había 3.000 millones de
pesetas para inversión real. Hay 1.200 millones en este
presupuesto. En tres años ha bajado a la tercera parte.

Creemos, sinceramente, que debe recuperarse la inversión en
infraestructuras del patrimonio nacional. Esta enmienda
permite hacerlo así, permite recuperarlo sin suponer, en
absoluto, una quiebra del equilibrio presupuestario. Es una
enmienda que tiene un contenido mucho más cualitativo que
cuantitativo, por eso solicitamos de esta Cámara apoyo para
ella, que no es sino la expresión del interés por la cultura
que debe tener, ante todo, el Parlamento que representa a
nuestro país. Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor López Garrido.

Para turno en contra, por el Grupo Socialista, tiene la
palabra el señor Jerez.




El señor JEREZ COLINO: Señor Presidente, señorías, contesto
primero al portavoz del Grupo Popular, que cumple una
tradición de enmienda a la totalidad que creo que quizás
hubiera sido un elemento muy positivo este año, a raíz de sus
propias declaraciones diciendo que le parecían interesantes
los cambios habidos en el Ministerio de la Presidencia y
razonando que la enmienda a la totalidad se presentaba por dos
elementos fundamentales, uno de ellos el tremendo crecimiento
de este Ministerio y, otro, el crecimiento de la Agencia EFE.

Yo sé que usted conoce muy a fondo, primero, lo que eran los
dos ministerios a los que sustituye éste y, después, todo lo
que se mueve alrededor de estas partidas. Por tanto, usted
conoce perfectamente que esa subida del ciento y pico por
ciento que plantea, en rigor y comparando cantidades
homogéneas --lo decía el Ministro cuando hacía su exposición--
no es así. Supone en cantidades homogéneas un descenso de 305
millones. Pero si explicamos lo que pasa con la Agencia EFE,
el descenso real de presupuestos es de 1.500 millones de
pesetas. Por tanto, la verdad es que yo creo que usted mismo
sabe que no es cierta su primera razón como se expresa en su
justificación de la enmienda a la totalidad. Estoy convencido
de que esa razón no es un elemento importante a la hora de
decir: Tenemos razones para presentar la enmienda a la
totalidad. Pero, además,



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es que no solamente hay ese ahorro sino que algo por lo que
ustedes han clamado durante mucho tiempo y es la disminución
de eventuales, que también se produce en esta reorganización.

Y algo más, altos cargos se eliminan, no solamente el Ministro
que usted ha dicho sino un subsecretario y dos directores
generales. Usted habla de 5.600 millones en la Agencia Efe
cuando en la realidad son 5.155 millones en la totalidad. Yo
creo que por un error (deben ser esos duendes que se meten en
los sistemas informáticos) disminuye en casi 600 millones de
pesetas. Pero aunque sea una enmienda concreta la Agencia Efe
merece meterla en la respuesta a esta enmienda a la totalidad.

Yo creo que usted sabe, estoy convencido de que lo sabe, que
la Agencia Efe ha tenido un estancamiento desde 1988. En 1989,
alrededor de 3.800 millones --creo recordar-- y en 1993,
alrededor de 3.900 millones; podemos decir que un
estancamiento sin hacer ninguna exageración. Y este
estancamiento se produce por un método de subida y de
ampliación de capital por la dirección del Patrimonio, sistema
que compensaba y cumplía la Ley de Sociedades Anónimas, pero
que, como usted sabe, la Dirección General de defensa de la
competencia de las Comunidades establece que no debe ser usado
ese camino y es necesario compensar la situación patrimonial
que se presenta para poner al día los atrasos de años
anteriores. Y ahí es donde se debe el incremento que en estos
momentos experimenta la Agencia Efe. Sin ese incremento
estaríamos propugnando la desaparición de la Agencia Efe y no
creo que SS.SS. estén en esa dirección. Pero es que hay más a
favor de la Agencia Efe, y es que el porcentaje de
autofinanciación aumenta porque aumenta el número de clientes,
en función de una mejora de la calidad y de la expansión que
se está produciendo en la Agencia Efe; expansión que, además,
tiene un elemento muy interesante para toda la Cámara que se
produce en Iberoamérica, que creo que es algo en lo que todos
estamos o debemos estar de acuerdo. Por eso digo esto de que
es cumplir un rito anual que respetamos, como no podía ser de
otra manera, y que posiblemente sea la razón última de que no
gustan estos presupuestos.

En cuanto a las siguientes enmiendas, en todas se produce un
descenso que afecta no a las infraestructuras solamente de las
situaciones de crisis y comunicaciones especiales, que tienen,
como usted sabe, comunicaciones muy singulares en función de
las mallas a las que afecta, que dejaría en casos
determinados, en casos de situaciones muy concretas en una
situación de indefensión a la parte cerebral de todo el Estado
y que supondría un problema grave que usted la descienda sin
caer en algo importante, como es que el descenso que ha hecho
ya de austeridad --lo decía el Ministro-- en esta sección
respecto a la anterior está en el 37 por ciento. Le diré más.

En las secciones que usted propone baja se realizan de 700
millones de pesetas en una magnitud que en estos momentos es
de 1.300 millones de pesetas. Como usted comprenderá, con una
baja media del 40 por ciento, que en sus enmiendas propugnan
una baja mayor, estamos intentando decir que se paralicen los
servicios porque hay algo que no nos gusta. Y le diré más.

Somos un país que en lo estrictamente dedicado a la
presidencia es de los que menos en Europa, si tenemos en
cuenta que por presidencia estamos metiendo partidas que
realmente no corresponden a la estricta presidencia. Como
decía el representante de Izquierda Unida, de esos 23.000 y
pico millones de pesetas hay 9.016 metidos en el Patrimonio,
como hay 5.155 millones en la Agencia Efe y 5.600 en el
«Boletín Oficial del Estado». Si resta usted, verdaderamente
es complicado decir y justificar una cantidad tan pequeña
dedicada estrictamente a los menesteres de Presidencia. En los
estudios estamos ya afinando mucho. Es bueno que veamos que
esta Cámara no solamente habla de miles de millones, sino de
unidades de millones. En cuanto a los estudios se proponen
bajas de ocho a cinco millones en uno, y otro que tiene tres
millones y algo, la nulidad. Entiendo, señorías, que los
estudios tienen como fin la posibilidad de carencias que
pudieran tener no sólo estudios distintos, sino incluso
métodos de estudio distintos. Esto lo conoce usted porque
ocurre en el CIS, sobre el que yo quisiera que SS.SS., desde
este momento, cuando se refieran a la no información del CIS,
dijeran en qué caso concreto, porque sabe usted que el CIS
tiene un banco de datos público de más de 30.000 estudios, que
no sólo habla de esto que tanto nos preocupa a todos de las
tendencias electorales, sino de datos para el conocimiento de
la situación de nuestro pueblo en éste y en otros momentos
determinados y que pueden utilizar todos. Vamos a hacer un
servicio a uno de los centros que está reconocido
internacionalmente con calidad científica y dejemos ese
«pressing» para ver si lo asfixiamos. Digamos en qué
situaciones concretas, de ahora en adelante, el CIS no da la
información que se le pide. Ahí tendrán razón, pero no estemos
trabajando en temas de pasado, con situaciones de sospecha que
no benefician al CIS. Y hay más.

Usted sabe que en el CIS se decía que no sólo son trabajos de
principio a fin, sino métodos de trabajo para facilitar el
contraste desde otras ópticas. Lo mismo le pasa a esta
posibilidad de estudio tan pequeña. No sólo es conocer el
estudio desde un departamento del Estado, sino desde otras
fuentes para poder contrastar esos estudios con distintos
métodos. Estamos hablando, entre todos, de ocho millones de
pesetas. Me parece, señoría, que es un poco decir primero la
intención --voy a intentar hacer enmiendas y enmienda a la
totalidad-- y luego la búsqueda de dónde justifico esa
situación. Respecto al enmendante de Izquierda Unida, me
parece que es la enmienda 1.560. Efectivamente, estamos



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hablando de un Presupuesto global de 9.016 millones de
pesetas, con una cantidad de patrimonio que usted ha enumerado
parcialmente. No sólo es el monte, sino que tiene 1.500
hectáreas de jardines e incluso atiende actuaciones como la
fábrica de tapices y otras, incluso colecciones de abanicos y
de lámparas y muchas más situaciones. También sabe la
inversión que se ha venido realizando, porque esto no llega
aquí de un punto neutro, no pasamos de diez años a acá de nada
a esta situación concreta. Yo le diría que más de 170.000
millones de pesetas se han ido invirtiendo en los últimos años
en este tipo de actuaciones. Eso es importante, porque a veces
nos creemos que empezamos en una situación cero y
efectivamente se arregla, pero yo le diría algo más. Si usted
me presentara los presupuestos e incrementara en 900 millones
de pesetas lo que usted propone, desde los bancos de la
oposición yo le diría también con razón que hacía falta más
dinero, ya que esto tiene tendencia al infinito en función del
criterio de perfección que nosotros creamos en los monumentos.

Por tanto, me parece que tiene usted razón, desde el punto de
vista de que es necesario.¡Claro que es necesario!
Efectivamente, es necesario. En ningún caso le puedo quitar la
razón de la necesidad. Lo que pasa es que tenemos que no
perder de vista, sobre todo el Grupo que apoya al Gobierno, la
visión global de los presupuestos en una situación de crisis.

Se intenta en estos Presupuestos mantener a mínimo la
situación de conservación, y en cuanto a restauraciones, las
que sean inminentes, claras y absolutamente necesarias para no
avanzar, pero no degradar. En esa idea se está, con lo cual
también le diría a usted que ante un monumento en el que
debido a su situación hubiera de intervenir de manera
excepcional, usted sabe, como yo, que el Gobierno actuaría de
manera excepcional en esos casos. Por tanto, reconociendo la
austeridad, reconociendo que tiene usted razón, que
novecientos millones de pesetas vendrían muy bien en estos
momentos para esa partida, tenemos que decirle en todos esos
conceptos que, pese a todas esas razones, no podemos apoyar
esa partida, porque creemos que ser austeros supone recortar
en todo y esta partida puede ser incorporada en cualquier
caso. ¡Claro que sí! Por eso le vuelvo a repetir que, si usted
la presenta, 900 más. Tanto es así que en la Comisión, su
compañero me decía que eran 9.000 millones y me pareció
razonable. Nos ha hecho usted un descuento de 8.200 millones
de pesetas de la Comisión al Pleno. Por tanto, fíjese S.S. si
se han moderado de entonces a acá. Por lo tanto, con ese
reconocimiento de que la historia hace falta y con dolor de
corazón, porque, evidentemente, muchas veces, cuando se
defienden posturas de opciones y se dice cuál es la más
importante y cuál menos, hay que dolerse de que eso ocurra,
pero le tenemos que decir que no.

Gracias, señor Presidente, señorías.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Jerez.

Tiene la palabra el señor Cisneros.




El señor CISNEROS LABORDA: Señor Jerez, buen Diputado, yo le
agradezco y reconozco el esfuerzo benemérito de preparación de
una intervención para este ejercicio supuestamente de réplica
o contradicción parlamentaria. Lamento que no haya extendido
ese esfuerzo hasta la mínima cortesía de escucharme. Porque
cuando mañana tenga ocasión de coger en los cajetines el
«Diario de Sesiones», lea mi intervención y la confronte con
la suya, verá S.S. que ha hecho el ejercicio maniqueo de
atribuirme cosas que no he dicho ni remotamente. No me he
referido a ellas ni de forma alusiva, porque no he hecho el
menor comentario sobre la magnitud o el incremento o la
consideración exhorbitante de la dotación del Ministerio de la
Presidencia. En absoluto. Tengo el testimonio del resto de los
compañeros de la Cámara y del señor Ministro.

Primero, el Ministerio de la Presidencia nunca tendrá,
obviamente, en un debate presupuestario una significación
determinante, porque sus cifras, por razón de sus
competencias, nunca tendrán una proyección macroeconómica
susceptibles de que nos escandalicemos, ni mucho menos. Lo que
ocurre es que, precisamente por su naturaleza, lo que sí
depara, pienso, es la oportunidad para un debate político
sobre la propia concepción del departamento. Eso es lo que
modestamente y sin éxito respecto al nivel de su audiencia he
intentado razonar. He dicho que han sido cinco las razones --
que no voy a reproducir-- las que fundamentaban, en nuestra
opinión, la enmienda de totalidad por esa objeción a la
concepción del departamento; he reconocido lo que tenía de
recorte de gastos, he reconocido el decrecimiento del gasto y
he lamentado que ese proceso no se hubiera llevado a sus
últimas consecuencias, no se hubiera profundizado o avanzado
más en él con una estilización o con un adelgazamiento de los
aparatos que están dando asistencia al Presidente del
Gobierno, que sí que creo que son hiperbólicos. Porque el
Derecho comparado, señor Jerez, sabe S.S. que sirve para casi
todo, pero decir, como ha dicho usted, que habría que echar
mano de Ortega, o se hace literatura o se hace precisión o se
calla uno. La afirmación de que el Ministerio de la
Presidencia es el Ministerio de esa naturaleza más pequeño de
Europa es una afirmación puramente literaria, que no se
sostiene ni en el Derecho comparado ni en la comparación
presupuestaria, aunque usted ha invocado argumentos
ciertamente tan singulares como el de citar el «BOE» cuando la
publicidad de las normas legales (que, por otra parte, no le
cuesta nada, venturosamente, al contribuyente español



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y que, además, no va a ganar 2.000 millones de pesetas el año
que viene, sino bastante más, como va a ganar más de 1.000
millones de pesetas este año, previsiblemente) es una función
típica y específica del Ministerio de la Presidencia. Las
situaciones de los patrimonios reales o nacionales afectados a
la Corona son muy heterogéneas y el caso del Reino Unido es
pintoresquísimo, porque se van desagregando a través de
distintos departamentos ministeriales. En todo caso, la
pretensión de invocar en su auxilio el Derecho comparado
creo --permítame, señor Jerez-- que no ha sido feliz.

Sí queda en pie, efectivamente, la objeción de la agencia Efe,
a la que usted se ha referido casi en los mismos términos que
yo he anunciado. ¿Por qué se produjo la congelación desde el
año 1988? Si es la cifra que hemos dicho (por cierto, no la he
inflado artificialmente. Insisto, mañana o pasado tendrá
ocasión S.S. de comprobarla en el «Diario de Sesiones») ¿Por
el temor a unas reglas de competencia de la Comunidad Europea,
sólo en Derecho societario? ¿Cree S.S. que sólo en Derecho
societario? ¿Cree S.S. que a través del expediente de esta
subvención enmascarada en forma de un contrato de prestación
de servicios (que no se sabe específicamente en qué consisten
tales servicios y que, en todo caso, yo he reclamado que lo
fueran al servicio del Estado) vamos a eludir o a soslayar
esos peligros de competencia desleal que puede seguirse del
carácter público de la Agencia? Ojalá lo consigamos. Nuestro
Grupo, desde luego, tiene algún temor, alguna reserva. Muchas
gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Cisneros.

Tiene la palabra el señor López Garrido.




El señor LOPEZ GARRIDO: Gracias, señor Presidente.

Yo siento que, a pesar de haber rebajado nuestra petición en
8.100 millones de pesetas de la Comisión aquí, el Grupo
Socialista sea inflexible y mantenga el carácter de
presupuesto pétreo que se podría deducir de la intervención
del señor Jerez, con lo cual parece que da igual que se hagan
propuestas razonables o no; se rechazan las razonables y las
menos razonables y eso genera; para el futuro, un ansia de
hacer propuestas más bien irrazonables o demagógicas porque, a
lo mejor, tienen más rentabilidad política, ya que las
razonables tampoco se atienden. Sinceramente, creo que en este
caso a ustedes se les ha ido la mano en la rebaja; al pasar de
1.800 millones a 1.200 millones en inversión real en
patrimonio nacional va a impedir cualquier tipo de
restauración y siquiera una mínima conservación; es una
barbaridad. Esto supone una rebaja desmesurada y
desproporcionada, puesto que no tiene proporción con la rebaja
que han sufrido otras secciones y programas en este
presupuesto.

Los datos que yo poseo ponen de manifiesto que en 1988 había
destinados a inversiones reales en patrimonio nacional 1.600
millones; luego fue subiendo algo y después bajó en picado,
como decía anteriormente, hasta los 1.200 millones actuales.

Esto es incongruente en cuanto a patrimonio nacional, puesto
que otras partidas sí que han tenido un constante ascenso; por
ejemplo, las partidas de personal, de gastos corrientes, de
subvenciones a comunidades religiosas, etcétera. En el caso de
las inversiones, que es lo más importante, han tenido una
bajada impresionante. Además, estos bienes --no lo olvidemos--
son bienes que generan ingresos, entre otras cosas porque hay
mucha gente que visita estos monumentos. En la memoria que
poseo del patrimonio nacional referente a 1992 se prevén unos
900 millones de ingresos. Si el patrimonio nacional se va
degradando de forma irreversible, es evidente que no se
produirán estos ingresos; hay una influencia económica de
estos bienes en el sector, por ejemplo, de la industria
turística, aparte de su valor intrínseco artístico. No es
posible aceptar que en 1988 se dedicaran 1.600 millones a
inversión y que hoy se dediquen 1.200 millones. Hay una rebaja
de 400 millones respecto a lo que había en 1988.

Creo que lo que nosotros pedimos, que es, más o menos, dejarlo
en dos tercios de lo que se estipuló en 1990, es una propuesta
muy razonable, muy medida y lo menos que se puede pedir para
mantener a duras penas el patrimonio nacional. Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor López Garrido.

Tiene la palabra el señor Jerez.




El señor JEREZ COLINO: Gracias, señor Presidente.

Señor Cisneros, la verdad es que a veces uno peca de ingenuo.

Si usted tiene un texto en las propuestas de enmiendas a la
totalidad en el que se dan las razones con las cifras y,
además, en su intervención incide en que hay enmienda a la
totalidad y no añade usted nada nuevo, entiendo --a lo mejor
es una ingenuidad de este parlamentario-- que usted mantiene
las razones que figuran en el texto, y yo he hablado de las
razones que figuran en el texto por un plan importante, que
creo que es mucho más interesante ser conceptista y no empezar
a perdernos en elucubraciones de distinto tenor. Por eso le he
contestado a esto añadiendo algunas cosas de su intervención,
y constará en el «Diario de Sesiones». La razón que invoca era
precisamente un ciento veintitantos por cien de subida en la
Sección 25. (El señor Cisneros Laborda pronuncia palabras que
no se perciben.) No diga sí; eran lo menos quince líneas y ésa
es la razón primera, por lo menos por orden de colocación, y
la segunda es la Agencia Efe. Le he dado las dos razones en
esa dirección; no diga que me he salido por la



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tangente. Le he contestado rigurosamente a lo que usted ha
planteado. En las otras enmiendas está usted en la misma
dirección, y hay que asumir, cuando se dice que no se quiere
poner esa subida a la Agencia Efe, que eso, en esa
circunstancia, llevaría a la desaparición de la Agencia Efe.

Usted podrá dudar de si la Dirección General de la Competencia
de las Comunidades Europeas va a aceptar o no la situación que
se plantea en estos momentos, que yo creo que sí la va a
aceptar, aunque podrá establecerse --aunque usted creee que no
y yo creo que sí--, pero eso es el fondo del debate sobre las
enmiendas que usted ha planteado. Por eso le decía, para dar
una salida, puesto que, evidentemente, no es razonable lo que
plantea como enmienda a la totalidad, por lo menos desde mi
punto de vista --desde el suyo entiendo que sí y lo respeto--,
le decía, repito, que era seguir una costumbre, como en la
enmienda a la totalidad primero está la intención y luego la
búsqueda de las razones. Creo que ese es el método que usted
ha seguido. Si usted es una persona seria y honesta --y estoy
convencido que lo es--, en el fondo me estará diciendo que sí,
que ha seguido ese camino. Yo leí en la primera comparecencia
que usted aplaudía la reforma y la reorganización que se
producía. Además, decía usted: Y si hubiera ahorro económico,
estupendo. Iba a decir miel sobre hojuelas, pero es una
expresión de mi tierra: imagino que usted diría otra con
significado parecido. Por tanto, yo entendía que con esas
cosas, como las cumple, como hay ahorro de altos cargos, como
hay ahorro económico, y como hay ahorro de eventuales, que es
uno de los problemas, por lo que he leído en las
intervenciones, que les preocupaba, pensaba que sería otro el
motivo. Y ha sido por ahí, no me he ido fuera.

No le he contestado a usted a la crítica en el patrimonio
porque era una enmienda de Izquierda Unida y no suya, y ha
sido por eso. Le pido disculpas; quizá me he podido dirigir a
S.S. a la hora del patrimonio y no me he dirigido. Pero nada
más. Si ha habido otra cosa, le pido disculpas, señoría. En
cuanto a Izquierda Unida, estoy convencido --y lo he dicho en
la primera intervención--, no puedo dudar de la racionalidad
de la propuesta, pero no es un problemas de intransigencia, es
un problema de responsabilidad. ¡Qué más quisiéramos nosotros,
señoría! Porque no dudará --creo que no dudamos nadie en esta
Cámara-- que la sensibilidad hacia los monumentos nacionales
la tiene S.S., la tiene su Grupo, la tengo yo y la tiene mi
Grupo. Por tanto, sólo a través de la responsabilidad puede
uno entender que diga que no a una subida que creo razonable.

A veces, en sus debates, da la impresión que somos insensibles
y que no queremos que eso se produzca. Lo que pasa es que
tenemos que moderar los plazos, tenemos situaciones que,
evidentemente, nos preocupan. Por eso le decía que ante la
situación excepcional de un monumento nacional importante
tendríamos que ir, sin otra alternativa, a presentar un
crédito extraordinario, que estoy convencido que SS.SS.

aprobarían. Pero esa es la situación. A ningún Gobierno le
agrada quitar algo de lo que tiene sensibilidad para hacer.

Por tanto, no lo mire desde la intransigencia, sino desde la
responsabilidad, que yo creo que ese es el camino. Y siento
que no se produzca porque es razonable su enmienda,
efectivamente, como lo sería por la cantidad de 9.000 millones
que se propuso en la primera ocasión. Nada más, señor
Presidente.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Jerez.

Queda concluido el debate relativo a la Sección 25.

El Pleno se reanudará mañana, a las nueve de la mañana, con el
debate correspondiente a la Sección 17, y continuará con los
debates relativos a las secciones 21 y 29.

Su suspende la sesión.




Eran las once y cincuenta minutos de la noche.