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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 169, de 15/04/1994
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CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
COMISIONES
Año 1994 V Legislatura Núm. 169
DE ESTUDIO SOBRE LA INTERVENCION DEL BANCO ESPAÑOL DE CREDITO
PRESIDENTE: DON JUAN MUÑOZ GARCIA
Sesión núm. 5
celebrada el viernes, 15 de abril de 1994



ORDEN DEL DIA:
Comparecencias:
--De la señora Secretaria de la Federación de Banca de Comisiones Obreras
(Paredes Gil), para informar de cuestiones relacionadas con su cargo. A
solicitud del Grupo Parlamentario Federal IU-IC. (Número de expediente
219/000114) (Página 5336)
--Del señor Secretario de la Federación de Banca de la Unión Genereal de
Trabajadores, UGT (Díez Gómez), para informar de cuestiones relacionadas
con su cargo. A solicitud del Grupo Parlamentario Federal IU-IC. (Número
de expediente 219/000115) (Página 5341)
--Del señor Secretario de la Federación de Trabajadores Independientes
del Crédito, FTIC (Barriocanal Arnaiz), para informar de cuestiones
relacionadas con su cargo. A solicitud del Grupo Parlamentario Federal
IU-IC. (Número de expediente 219/000116) (Página 5341)



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--Del señor firmante de la Auditoría de la empresa Price-Waterhouse
(Tejerina Castellanos), para informar de cuestiones relacionadas con su
cargo. A solicitud de los Grupos Parlamentarios, Vasco-PNV (número de
expediente 219/000106) y Popular (número de expediente 219/000100)
(Página 5348)



Se abre la sesión a las nueve y treinta y cinco minutos de la mañana.




COMPARECENCIAS:



--DE LA SECRETARIA DE LA FEDERACION DE BANCA DE CC. OO., D.ª MARIA JESUS
PAREDES GIL, A PETICION DEL G. P. IU-IC, PARA INFORMAR DE CUESTIONES
RELACIONADAS CON SU CARGO. (Número de expediente 219/000114.)



El señor PRESIDENTE: Comienza la sesión.

Primer punto del orden del día, comparecencia de la Secretaria de la
Federación de Banca de CC. OO., D.ª María Jesús Paredes Gil, a petición
del Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya.

El desarrollo de la comparecencia será: en primer lugar, la intervención
del portavoz solicitante de la misma; a continuación, la de los demás
representantes de los grupos, y la compareciente responderá a las
cuestiones que les hayan sido planteadas a lo largo de las
intervenciones, cerrando los turnos de palabra. Es decir, que en este
tipo de comparecencias el procedimiento es el inverso a cuando se trata
de otras en las que los comparecientes tienen conocimiento de la materia
para la que se solicita la misma. Por tanto, en primer lugar, tiene la
palabra, en nombre del Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya,
el señor Espasa.




El señor ESPASA OLIVER: En primer lugar, quiero saludar la presencia de
la Secretaria de la Federación de Banca de Comisiones Obreras, señora
Paredes, en esta Comisión, como después tendremos también la de otros
ilustres representantes de los trabajadores del Banco Banesto.

Señora Paredes, entrando rápidamente en materia, quisiera plantearle una
serie de preguntas para que usted pueda ilustrar a esta Comisión sobre
cuál es la opinión de las personas que usted representa a través de la
organización sindical a la que pertenece. Son cuestiones que me parece
que atañen tanto al proceso que ha sufrido el Banco en su totalidad, como
--y no es poco importante, al menos para nosotros-- al porvenir que este
proceso pueda implicar para los propios trabajadores y profesionales del
Banco. En este sentido es en el que le planteo las siguientes seis
cuestiones:
En primer lugar, ¿cuál es su valoración del contenido del convenio
firmado con el Presidente provisional de Banesto, es decir, el convenio
por el que se acuerdan determinadas decisiones y provisiones sobre el
personal del Banco hasta junio o julio del año 1995, si no estoy
equivocado? ¿Cuál es su opinión sobre la persistencia de la marca durante
cuatro años, sobre la necesidad de no producirse reestructuraciones
drásticas, según reza en el cuaderno de ventas y según nos informó
personalmente a esta Comisión el propio Gobernador del Banco de España
como avance de lo que sería el pliego de condiciones y cuaderno de
ventas?
En segundo lugar, ¿qué opinión tienen sobre los acuerdos tomados por los
administradores provisionales a propósito del fondo de pensiones, de su
dotación, de su futura externalización y de las periodificaciones para
las provisiones que deben producirse en este fondo de pensiones?
En tercer lugar, ¿cuál es la situación y cuál es su juicio y su criterio
sobre los créditos existentes para compra de acciones por los
trabajadores y profesionales de Banesto? En esta Comisión esto ha sido
calificado de autocartera fáctica, aunque no jurídica, del Banco, ¿cuál
es la impresión de su central sindical sobre esta cuestión?
En cuarto lugar, ¿cómo está y cuál es el futuro del proceso de
sindicación de acciones de estos propios trabajadores? ¿A qué cotas se
llegó antes de la Junta General de Accionistas? ¿Se continúa en este
proceso, se va a continuar? ¿Se va a plantear la posibilidad de presencia
en el Consejo de Administración de trabajadores como trabajadores --que
es una vieja reivindicación de los trabajadores, lo sabemos-- pero
también como accionistas minoritarios, si el volumen de sindicación fuese
relevante?
En penúltimo lugar, ¿qué tipo de entidad de crédito cree usted, desde su
libre opinión, que es más indicada para optar a Banesto: en función quizá
del tamaño, de la estructura federal del mismo, del volumen de recursos,
de los resultados y del estado de saneamiento?
Por último, quiero preguntarle si como central sindical piensan emprender
acciones civiles o penales contra los antiguos gestores de Banesto.




El señor PRESIDENTE: La señora compareciente responderá a todas las
intervenciones al final de las mismas.

¿Grupos que desean intervenir o fijar posiciones. (Pausa.) Por el Grupo
de Coalición Canaria, tiene la palabra el señor Mardones.




El señor MARDONES SEVILLA: Voy a ser muy breve, señor Presidente, porque
estaban en nuestra lista de posibles preguntas las que ha realizado el
portavoz de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, a las que nos
sumamos porque las consideramos de muy alto interés. Por



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tanto, complementando las mismas y agradeciendo la comparecencia de la
Secretaria de la Federación de Banca de Comisiones Obreras, quiero
preguntarle si ustedes, antes de abrirse todo este proceso en diciembre
con la anterior dirección de Banesto, habían tenido a nivel sindical
algunos contactos, tanto a iniciativa del sindicato como por parte de la
alta dirección de Banesto. También quisiera saber si encuentran que los
aspectos laborales que puedan derivarse de los nuevos acuerdos y
convenios pueden, de alguna manera, satisfacer lo que es el pliego de
condiciones en donde se les garantiza a ustedes tanto la permanencia de
plantilla como cualquier otra reforma laboral que hubiera.

Otra pregunta que le hago es si ustedes llevan coordinadamente esta
defensa sindical de los intereses del personal de Banesto con otras
entidades sindicales, UGT, sindicatos de banca independientes, etcétera,
y si entienden que esta coordinación está siendo también eficaz y
respetada por la actual dirección de Banesto.

En último orden, complementando una de las preguntas que ha hecho el
portavoz de Izquierda Unida, aunque ustedes no tomen una iniciativa de
demanda ante los juzgados contra la anterior dirección, en cualquiera de
los expedientes o recursos que ante la Magistratura correspondiente
entablen contra la anterior dirección, ¿entienden que deben personarse en
ese mismo sumario permanentemente?



El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Vasco (PNV), tiene la palabra el señor
Zabalía.




El señor ZABALIA LEZAMIZ: Quiero dar también la bienvenida a la señora
Paredes y agradecerle su presencia ante esta Comisión. También quisiera
que supiera, y dejar constancia de ello, que la postura de nuestro Grupo
Parlamentario desde el primer momento en que se conoció la situación del
Banco fue, entre otros aspectos, de apoyo y de defensa de los intereses
de los trabajadores, que para nosotros era uno de los temas más
importantes. También deseamos que la entidad, sea cual sea su
destinatario, mantenga los acuerdos y los puestos de trabajo. Es una de
nuestras mayores preocupaciones.

Al margen de estas cuestiones, quisiera hacerle una serie de preguntas
que están relacionadas con el pasado, el presente y el futuro. Por lo que
respecta al pasado, me gustaría saber si conocían la situación real de la
entidad. En tal caso, ¿cuáles fueron las actuaciones de su sindicato ante
la propia dirección del Banco? ¿Denunciaron la situación en algunos
estamentos, tanto públicos como privados? ¿Cuáles fueron las actuaciones
de su sindicato con respecto a esa situación, si es que verdaderamente
detectaron que había un peligro en la continuidad y futuro del Banco?
Por lo que respecta al presente, nos gustaría saber cuáles son los
términos de los acuerdos alcanzados con la nueva dirección y si han
pactado reducción de plantillas. ¿Existen, por otra parte, acuerdos para
la próxima negociación colectiva que vayan a tener, es decir, si ya están
prefijados algunos acuerdos para la próxima negociación colectiva?
¿Están, por otra parte, de acuerdo con las regularizaciones contables que
se han efectuado en el plan de pensiones que figura en el Plan de
Saneamiento? En este apartado me gustaría saber si conocen el número de
empleados en situación de excedencia en el Banco y en el Grupo a fecha
diciembre de 1993.

Por lo que respecta al futuro, me gustaría saber qué opina su sindicato
sobre el Plan de Saneamiento, cómo ve precisamente el futuro de la
entidad. Ante la nueva etapa que se presenta, ¿cuáles serían sus
preferencias en cuanto a los nuevos propietarios y al equipo de gestión o
administradores que, en estos momentos, todavía no se conocen?



El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Catalán (Convergència i Unió), tiene la
palabra el señor Sánchez i Llibre.




El señor SANCHEZ I LLIBRE: En primer lugar, también quiero dar la
bienvenida a la señora María Jesús Paredes Gil por su asistencia a la
Comisión de seguimiento del Banco Español de Crédito.

Para no repetir las preguntas que han hecho los compañeros que me han
precedido en el uso de la palabra, y muy brevemente, me voy a referir a
cuatro cuestiones básicas. En primer lugar, si piensan pedir
responsabilidades al anterior equipo gestor --pregunta que ya ha sido
efectuada por el señor Espasa-- y, también, si ustedes piensan iniciar
actuaciones judiciales contra el equipo de auditores que hizo el folleto
de ampliación de capital del Banco y auditó los ejercicios 1991 y 92. En
segundo lugar, nos gustaría que nos pudiera explicar, muy brevemente, si
les han satisfecho las condiciones que han acordado con la nueva
dirección para solucionar la situación de los créditos concedidos por el
Banco para la compra de acciones, y si encuentran posibilidades de
poderlas amortizar en los plazos y en los tipos de interés que se han
acordado. Por último, quisiéramos su valoración del plan de saneamiento
propuesto por el nuevo equipo gestor del Banco Español de Crédito.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Popular, tiene la palabra el señor
Sanz.




El señor SANZ PALACIO: Yo también le doy la bienvenida, señora Paredes, y
le agradezco su presencia en esta Comisión. En primer lugar, quisiera, en
breves palabras, decirle cuál ha sido la posición que ha tenido el
Partido Popular en relación a la crisis de Banesto, que ha sido una
actitud de responsabilidad, porque se trataba de no disminuir el valor
patrimonial de la entidad y su corporación, lo que hubiera perjudicado a
los accionistas y a los trabajadores y habría producido una pérdida seria
de puestos de trabajo. Se trataba, en suma, de establecer las bases para
que hubiera un relanzamiento de Banesto y que los trabajadores
continuaran en sus puestos de trabajo.

Le voy a formular dos bloques de preguntas, uno en cuanto a los
trabajadores accionistas y otro en cuanto a trabajadores simplemente; son
preguntas muy concretas. Primer bloque de preguntas relativas a
trabajadores accionistas. Primera pregunta: ¿Cree usted que los
trabajadores entraron voluntariamente en el accionariado? Porque nos han



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llegado noticias de que algunos entraron mediante una serie de pagas
extras a cambio de acciones o por insinuaciones de suscripción, etcétera.

Segunda pregunta: ¿Cuál ha sido el coste para los empleados accionistas?
Es decir, ¿qué volumen suscribieron en pesetas, cuántos empleados han
sido afectados, cuántos y por qué importe global suscribieron créditos
para la compra de Banesto? Tercera pregunta: ¿Conoce usted cuál fue el
volumen de acciones propias de Banesto pignoradas en garantía de los
préstamos u operaciones concedidas a los titulares de ellos? Cuarta
pregunta: ¿Los empleados de Banesto tenían instrucciones de sugerir a los
clientes de activo de la entidad la compra de un porcentaje de acciones
para que las operaciones fueran otorgadas? Usted sabe que, cuando se
concede una operación de descuento comercial, de préstamo o de crédito,
los bancos suelen exigir lo que en el argot bancario se denominan
compensaciones. Es a este punto al que me refiero y si conoce cuál ha
sido el volumen de afectados por esta operativa. Quinta pregunta: ¿Conoce
usted si hubo sugerencias o imposiciones de algún tipo de los antiguos
gestores? Sexta y última pregunta de este bloque: ¿Ha habido por parte de
los actuales gestores de Banesto alguna negociación específica sobre este
tema? ¿Ha habido pacto de condonación, suavización, en qué términos se ha
planteado?
En cuanto a los trabajadores simplemente --muy brevemente, señor
Presidente--, primera pregunta: ...




El señor PRESIDENTE: Tengo que hacer una advertencia. Estas
comparecencias eran de un ámbito --la Mesa de la Comisión así lo
decidió-- muy concreto, reducido, y establecimos un tiempo breve. Pero,
dada la cantidad de cuestiones que están planteando, inevitablemente, y
no quiero coartarles en las preguntas que tengan interés, vamos a romper
por completo la planificación establecida, de tal manera que,
probablemente, el Secretario de la Federación de Banca de UGT y el de la
Federación de Trabajadores Independientes del Crédito tengan que
comparecer juntos, porque, si no, no va a ser posible respetar los
tiempos. Por tanto, extiéndanse lo que quieran, pero vamos a cambiar el
orden del día para que la comparecencia siguiente se produzca en torno a
las diez y media y sea ya conjunta, porque, si no, no vamos a poder
cumplir, ni de lejos la previsión.

Con esta advertencia, que no era llamarle la atención, ni mucho menos,
porque las preguntas son muy pertinentes, continúe, señor Sanz.




El señor SANZ PALACIO: Las preguntas son muy concretas, por lo que
también espero concreción en las respuestas por parte de la señora
Paredes.

Primera pregunta de este segundo bloque: ¿Tenía conocimiento o
información el comité de empresa sobre la adecuada situación financiera y
contable de la empresa, tal como exige la ley de Sociedades Anónimas?
Segunda pregunta: ¿En qué momento se dieron ustedes cuenta del «bluff
boom» de Banesto? Tercera pregunta: ¿Qué conversaciones tuvieron con los
antiguos gestores de Banesto al respecto? Cuarta pregunta: ¿Qué
cuestiones de tipo social tienen planteadas al actual equipo gestor?
Quinta pregunta: ¿Cuál es la situación actual de la plantilla y qué
previsiones tienen? Sexta pregunta: ¿Es cierto, o conoce usted, que se
van a rescindir contratos temporales en alguna empresa de la corporación
industrial? Séptima y última pregunta: ¿Cuál es el alcance de los pactos
con el nuevo equipo gestor?



El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Socialista, tiene la palabra la señora
Aroz.




La señora AROZ IBAÑEZ: Quiero sumarme, en representación del Grupo
Socialista, a la bienvenida a la Secretaria de la Federación de Banca de
Comisiones Obreras y agradecer su presencia en esta Cámara. Nuestro Grupo
no había solicitado la comparecencia, pero quisiera aprovechar su
presencia en esta Comisión para hacer una brevísima consideración y
formularle dos preguntas.

En relación a la primera --porque nos parece importante que pueda
transmitirla a los empleados de la entidad a los que usted representa en
esta comparecencia-- quisiera señalar nuestra valoración positiva con
respecto a lo que ha sido la actuación de las instituciones y del actual
equipo gestor en las decisiones que se han tomado y, de una manera muy
particular, en relación al plan de saneamiento, porque creemos que da
respuesta a objetivos de tipo general, en relación con el sistema
bancario en su conjunto y en relación con el futuro del Banco, pero
también a algo que era una preocupación para nosotros, a los intereses de
los tres colectivos afectados: los depositantes, los empleados de la
entidad y los accionistas.

En relación a las preguntas, aunque sean coincidentes con las que ya se
han formulado --ésta es la desventaja de intervenir en último lugar--,
quisiera formularle dos que a nuestro Grupo le interesan. Primera
pregunta. En esta Comisión se recibió un escrito del comité de empresa de
fecha 18 de marzo con las cláusulas que deberían acordarse para
salvaguardar en el futuro los derechos laborales y económicos de los
trabajadores que estaba explicitado en este escrito, ¿el protocolo --que
creo que ya se ha firmado-- responde y recoge suficientemente las
cláusulas que estaban contenidas en este escrito?
En relación a los créditos --cuestión que ya se ha planteado aquí en la
última comparecencia del Presidente de Banesto, el 11 de marzo-- se nos
dijo que todavía no se había hecho una propuesta aunque sí se había hecho
a los clientes. La segunda pregunta que le formulo es si por parte de la
entidad se ha realizado ya una propuesta crediticia que sea satisfactoria
también para los empleados.




El señor PRESIDENTE: Para contestar a todas estas cuestiones planteadas,
tiene la palabra la señora Paredes.




La señora SECRETARIA DE LA FEDERACION DE BANCA DE CC. OO. (Paredes Gil):
En primer lugar, quiero agradecerles el que me hayan permitido poder
comentar con ustedes las dudas o sugerencias que tienen, así como
agradecer de antemano --porque somos conscientes de ello los trabajadores
y los sindicatos-- que cuando se



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abrió la crisis prácticamente todos los grupos, aparte de sentir
preocupación por la entidad tenían una preocupación expresa por los
trabajadores y por la continuidad de los puestos de trabajo. Por tanto,
vaya por delante el agradecimiento sincero de todos nosotros por la
preocupación que el Parlamento manifestó en torno a este tema.

Voy a ir desgranando preguntas, no sé si me quedará alguna, pero quiero
hacer dos consideraciones previas. La primera es que hay determinadas
informaciones que nosotros no tenemos, por la realidad del papel que
juega el movimiento sindical en nuestro país. También quiero pedir
disculpas de antemano si hay alguna pregunta que no puedo contestar, pero
me parece que el señor Sáenz ha comparecido en esta Comisión y algunas de
ellas con toda seguridad él las podrá contestar mejor que yo.

Nosotros estamos satisfechos con el protocolo de empleo y esperamos que
tenga continuidad. Es un protocolo --tampoco nos vamos a engañar--
genérico, de voluntades, es un compromiso de una voluntad del Banco y
nuestra de que las cosas se hagan de manera ordenada. ¿Quiere esto decir
que el volumen de plantilla actual se va a mantener a futuro? Seguramente
no; va a haber bajas incentivadas, va a haber prejubilaciones, y mantener
todos los contratos temporales será tremendamente difícil. Hay la
voluntad de hacerlo, pero no existe el compromiso cerrado de que si la
plantilla de Banesto son en este momento 16.122 trabajadores, a futuro
van a seguir siendo como mínimo estos 16.122 trabajadores. No teníamos
esa pretensión los sindicatos, nos parecía que no se puede pedir a una
empresa que está en quiebra mejor situación o más ventajas que a una que
tiene beneficios, estos compromisos no se dan en ningún banco, ni en
ninguna de las empresas de este país, creo, pero en este sentido sí hay
una voluntad de no hacer expedientes de regulación, de no utilizar
medidas traumáticas contra el empleo a la hora de acometer el saneamiento
de la entidad. Por eso estamos satisfechos, esperamos que a futuro se
pueda mantener y, digo, siendo conscientes de que va a haber algo de
pérdida de empleo. ¿Cuánta pérdida de empleo? La menor posible. En este
sentido, también existe el compromiso del nuevo equipo de gestores y,
desde luego, de los sindicatos que defendemos los intereses de los
trabajadores para que la pérdida sea la menor posible.

Respecto al tema de fondos de pensiones he de decir, primero, que en
cuanto al plan de saneamiento la cifra que se cerró en torno al agujero
ustedes son perfectamente conocedores de que es una cifra política. El
agujero del Banco se cierra en un momento determinado y el plan de
saneamiento se ajusta a esta cifra política. Por tanto, yo entiendo,
modestamente, que seguramente hay contingencias que ni siquiera están
recogidas. El acuerdo es un acuerdo que inyecta las cantidades que
ustedes ya conocen y que lo que pretende es que, desde un punto cero, el
Banco empiece el saneamiento, pero no son cifras perfectamente acabadas
de una contabilidad perfecta.

En cuanto al tema de fondos de pensiones --y ahí meto esta cifra
también-- nosotros no tenemos el estudio actuarial. Ustedes también son
conocedores de que los fondos de pensiones son internos, se va a discutir
la ley del seguro próximamente en este Parlamento, la banca espera
conseguir la excepción de que sus fondos sigan estando administrados
internamente por los gestores, y yo creo que lo de Banesto ilustra lo que
deberían ser a futuro los fondos de pensiones de los trabajadores. En
este sentido, creo que no es pedir ninguna anormalidad el que los fondos
sean externos, en todo caso sería homologarnos con los países de nuestro
entorno, y que, efectivamente, fueran propiedad de quienes son, que son
los trabajadores. Nosotros aspiramos a que los fondos sean externos en
Banesto y en todo el sector. ¿Por qué no hemos exigido al señor Sáenz,
aprovechando la vulnerabilidad del Banco, esta premisa? Porque no nos
parecía adecuado. Nos parece que se debe discutir en el contexto general,
nos parece que los fondos de pensiones deben ser externos porque, si no,
el riesgo de que al final el Estado tenga que acudir otra vez a atender a
una entidad en dificultades y tenga que atender, también, la contingencia
del fondo de pensiones se puede producir, y, además, porque no es
razonable que esté en la cuenta de resultados de la entidad, porque no se
funciona así en ninguna parte del mundo. Entonces, aprovechando la
comparecencia, les ruego que tomen en consideración cuando se discuta la
ley del seguro esta realidad, que la banca no debe tener excepciones como
no las van a tener otros sectores.

En cuanto a los créditos de compra de acciones, todavía está sin negociar
con el Banco en qué condiciones se van a pagar y qué tipo de contingencia
real va a tener para los propios trabajadores. Esto por una razón:
primero, porque para nosotros eran prioritarias otras cosas, por tanto no
culpabilizamos al señor Sáenz de que no se haya producido; nos parecía
más importante el cerrar el plan, el que la Junta saliera lo más
tranquilamente posible, y a futuro discutir estos problemas que tenemos
pendientes. Los créditos tienen dos tipos de consideraciones, porque los
créditos vienen de hace muchos años, no sólo desde la gestión del señor
Conde, es decir, con gestores anteriores también había créditos, hay
algunos que todavía están vivos, y es una práctica que también se da en
otros bancos, no con la generosidad que en éste, pero es una forma
natural de que los trabajadores tengan acciones; en diferentes ocasiones
se ha accedido a esa posibilidad bien a través de regalo o bien a través
de compra con nuestro dinero o con créditos más baratos. Nosotros
entendemos, por tanto --y esto es así--, que hay una parte de los
créditos que son salario diferido, o sea que a la hora de dar
determinadas condiciones, a la hora de fijar el salario anual del
trabajador, se tenía en cuenta que se le daba el crédito en unas
determinadas condiciones. Este es un tema pendiente que nos preocupa
mucho porque es muy importante, abarca prácticamente a toda la plantilla,
y esperamos en el futuro, como digo, encontrar una solución.

¿Qué banco debe comprar Banesto? A nosotros nos llamó la atención que,
cuando el Banco entra en crisis, con bastante beligerancia algunos grupos
parlamentarios dijeran que la Banca pública, no ¡por Dios! Nos parece que
no debemos satanizar el sector público ni tampoco elevarlo a los altares.

Yo creo que hay que hablar de él en la dimensión y en la realidad que
tiene empresa por empresa, no analizar el sector público como un todo, y
que como ahora



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está de moda que el Estado no tenga un papel importante en las empresas
todo es pecado. Nosotros entendemos que no, que Argentaria --y en este
sentido hemos hecho las declaraciones-- debía concurrir como un
competidor más a la compra de Banesto. Porque si es verdad que la puja va
a ser transparente y se va a hacer a mercado rabioso, es decir, el que
más ponga en la puja se va a llevar la entidad, no entendemos por qué la
Banca pública, que está bien gestionada, que cumple todos los ratings de
rentabilidad, beneficio y recursos propios, tendría que estar excluida de
esa puja. A mayor abundamiento, en cuanto al plan de saneamiento ustedes
conocen que el Banco de España, a través del Fondo, va a poner una
cantidad muy significativa para sanear el Banco. No veríamos razonable,
por tanto, que si el Banco va a entrar en rentabilidad a corto plazo,
como es deseable y creemos que es posible, no puedan revertir en el
Estado esas posibles ventajas. Nosotros no magnificamos el tema de la
Banca pública, pero sí pensamos --como decía--, porque cumple todos los
coeficientes de manera razonable y también porque Banesto es muy
complementario con Argentaria, que debería ser un competidor como otro
cualquiera.

Hablando de complementariedades, creemos que el Banco público tiene dos
ventajas. La primera es que el señor Luzón ha hecho declaraciones
abiertas en relación a la estructura de la marca y de lo que es
interesante mantener. Hablaba en torno al 90 por ciento de la red y el
90/95 por ciento del empleo, más o menos. A nosotros nos parece bien y
que a la hora de que se produzca la venta el comprador que sea tenga en
cuenta que se está comprando una empresa que tiene seres humanos dentro
y, por tanto, queremos que cuando se haga la puja se tenga en cuenta esta
realidad. La Banca pública, como ustedes también conocen, tiene una red
pequeña en cuanto al auténtico fondo de comercio de Banesto, que es la
red rural. La Banca pública tiene Caja Postal, que es muy pequeña, y el
Banco Exterior, que el segmento de negocio que cubre es de renta
media-alta. Por tanto, sería complementario dentro de la estructura
federada que tiene la Banca pública, pero como decía, como las
condiciones van a ser a mercado rabioso, nosotros lo que hemos planteado,
hemos defendido y desde luego defendemos es que no debe estar excluida
Argentaria de los posibles compradores, no sería razonable.

Los bancos son empresas que trabajan sobre todo con la imagen. La cuenta
de resultados no sólo depende de la gestión, depende también de la
proyección que la entidad da al conjunto de los ciudadanos y de la
seguridad que tienen los ciudadanos en ella. En este sentido, a nosotros
los escándalos no nos gustan mucho y, éramos conocedores de que Banesto
tenía dificultades, como todo el mundo, pues había datos de la realidad
que lo marcaban así. Por ejemplo, uno de los datos es que a Banesto se le
prestaba el interbancaria y a sólo un día. No es razonable que esto pase
con una entidad grande, etcétera. Nosotros habíamos hablado un par de
veces como mínimo con el antiguo Presidente, planteándole la preocupación
que teníamos sobre una serie de problemas. El señor Conde ha sido
especialista siempre en buscar huidas hacia adelante. En este sentido
siempre se hablaba de la conspiración de la Administración contra él,
auténtico defensor de la sociedad civil. De alguna manera es muy difícil
hablar de los problemas del Banco partiendo, como decía antes, de que
nosotros tenemos los datos que tiene el conjunto de la sociedad, o sea,
tenemos el balance que se presenta a todo el mundo, no conocemos
auténticamente las tripas de esta entidad ni de ninguna otra.

Cuando se produjo el acuerdo con la Morgan nosotros lo felicitamos. Uno
de los problemas serios que tenía el Banco y que todo el mundo conocía
era el relativo a los recursos propios, y la operación de la Morgan
podía, de alguna manera, permitir superar ese problema. Además, el Banco
de España, antes de la intervención, pactó con el señor Conde, como es
bien conocido, un calendario de saneamiento para determinadas
contingencias. En este sentido, nosotros dimos por bueno, porque debe ser
así, que las instituciones de este país funcionan. El Banco de España
pactó un calendario con Banesto, con el señor Conde, y nosotros
defendimos que el calendario se cumpliera. Incluso recuerdo que en aquel
momento había un problema de huida de depósitos y en una rueda de prensa
expliqué al conjunto de los ciudadanos que la situación estaba
controlada, que no había problemas, que este Banco tenía calendarios de
saneamiento --como otros bancos han tenido en otros momentos-- y que, por
tanto, la situación estaba controlada.

Respecto a la sindicación de las acciones, diré que el acuerdo de
sindicación es de dos años. La sindicación, como ustedes, no es una
figura del derecho societario, sino la voluntad de unas partes.

Normalmente, los acuerdos de sindicación se suelen hacer por grupos
grandes para garantizar el control de las empresas y, en este sentido, es
singular o, mejor dicho, novedoso el que pequeños accionistas busquen
esta forma de agrupamiento para defender sus intereses. Seguramente es
posible porque los trabajadores tienen intereses en común que en el caso
de otros pequeños accionistas sería difícil delimitar, salvo el del
propio dividendo de las acciones. Nosotros conseguimos algo más de un
punto. Las presiones del nuevo equipo gestor fueron muy fuertes en
relación al plan de saneamiento, ya que se ligaba el futuro de la entidad
a que el señor Sáenz tuviera una mayoría cualificada y no conseguimos, ni
muchísimo menos, llegar al techo de aspiración que teníamos. La
sindicación sigue abierta. Hubo trabajadores que no nos dieron su
confianza para esta junta y la están depositando ahora, entre otras
razones porque nosotros teníamos un objetivo para esta junta y que va a
seguir siendo el objetivo estratégico para el futuro. El objetivo era
mantener el empleo y ahora la sindicación se mantiene hasta ver qué es lo
que pasa con el nuevo propietario y qué futuro vamos a tener, cómo se va
a perfilar el futuro de la entidad. Es decir, que se mantiene la duración
de la sindicación durante dos años y luego ya veremos si la prorrogamos o
no.

No hay acuerdos de negociación colectiva respecto al futuro con Banesto.

Nosotros tenemos un convenio colectivo sectorial y, por tanto, Banesto
entra dentro de la negociación colectiva del sector. Sí hay una serie de
problemas específicos que se van a tener que abordar en la entidad;
todavía no hemos discutido cierres de sucursales o en qué



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medida se va a perfilar la reordenación de la entidad, cosa que siempre
tiene que ver con la gestión. Por tanto, creo que en el futuro tendremos
que enfrentarnos a negociaciones de este tipo y espero que a otras más
bonitas. A este efecto se ha creado una comisión de seguimiento del
protocolo, que se firmó en su momento, y esperamos que en ella se dé una
información detallada y que colabore, en la medida de lo posible, a
colocar el Banco en la senda de rentabilidad lo más rápidamente posible.

En relación con los trabajadores accionistas, diré que hay varios
paquetes de acciones. Unos entraron voluntariamente porque pensaban que
era negocio --hay que decirlo con tranquilidad--, y los más en momentos
de apuro de la entidad, que no ha sido esta última etapa. Cuando el
intento de OPA del Banco de Bilbao a Banesto se soltó un paquete muy
significativo a los trabajadores y también antes de este momento. Por
tanto, las acciones se han comprado en varios tramos. Siempre se han
ofrecido a los clientes --imagino que es así, porque se hace en todo el
sector--; se les ha sugerido, porque de otra manera no sería legal, que
cuando se da un crédito o se hacen determinadas operaciones con la
entidad el comprar acciones de la propia entidad es una buena inversión.

Esto se hace en todo el sector. Creo que éticamente no es razonable, pero
legalmente sí es posible y, en este sentido, Banesto ha tenido un
comportamiento muy parecido al del resto del sector. Todos los bancos
sugieren a sus clientes, sobre todo a los que tienen ahorrillos, la
posibilidad de invertir en la entidad porque piensan que es un valor que
va a tener rentabilidad, que es interesante, etcétera, y en esta voluntad
los directores de Banesto imagino o, mejor dicho, tengo la certeza, han
ofrecido acciones a los clientes.

Me referí antes a este tema, pero lo veo preguntado otra vez. El comité
de empresa tiene la información que tiene; la información que tiene es la
información legal. Tiene la cuenta de resultados, tiene informaciones
específicas trimestrales, pero siempre en relación con la cuenta de
resultados que se define. Por tanto, nosotros disponemos de la
información que tenían los accionistas y que se tiene en cualquier
empresa, que, como se ha podido observar en esta ocasión, parece ser que
no es la auténtica porque, desde luego, en las cuentas de resultados no
aparecían las pérdidas de la entidad.

Nosotros no vamos a entablar ya más acciones legales. Comisiones Obreras
en esta ocasión en exclusiva pidió la intervención del Fiscal General del
Estado. Pensábamos que había indicios constitutivos de delito penal. Yo
tuve una entrevista con el señor Fiscal y me dijo que las diligencias
iban avanzando y que los delitos «de cuello blanco», como todos
conocemos, tienen dificultades de concreción y comentamos que sería
interesante que se fijara un fiscal específico para abordar este tema. A
nosotros nos dolería bastante que la novedad de otros temas, con la
importancia que tienen, como el del señor Rubio, etcétera, solaparan este
tipo de problema. Pensamos que a quien corresponde determinar ya si ha
habido responsabilidades es al Fiscal y a la judicatura de este país a
posteriori. Nosotros pensamos que sí las ha habido y habría que actuar en
consecuencia. Y respecto de la acción social, ustedes conocen que la
junta la asumió y nosotros, en tanto que accionistas, participamos de esa
decisión, como no podía ser de otra manera.

Yo no sé si se van a rescindir contratos de la Corporación industrial. Sí
sé que hay un interés general en el sector, y en particular de Banesto,
de que más que contratos individuales de determinadas empresas se pongan
a la venta determinadas empresas de los grupos industriales que se
considera que no son de interés para el sector financiero. En este país
de capitalismo poco solvente es quizá una preocupación que cuando los
bancos sueltan grupos industriales de cierta enjundia casi siempre van a
parar a manos de multinacionales. No me gustaría hacer un discurso
chovinista, pero me duele tremendamente que el patrimonio acumulado del
país durante muchísimos años, cuando los bancos tienen dificultades, lo
suelten. Yo creo que la Banca debe y puede, según en qué casos, estar
comprometida con la industria, y en todo caso, todos deberíamos de ser
cuidadosos a la hora de tomar esta decisión porque las repercusiones son
para el país, no sólo para la empresa. Yo no llevo temas sindicales de
los grupos industriales y, por tanto, desconozco en qué situación está el
empleo de las empresas y qué futuro tienen.

Del montante total de los créditos de los trabajadores no me acuerdo
ahora mismo, pero me parece que estaba en torno a 45.000 millones en su
momento; no tengo el dato certero. Hay que descontar lógicamente el
quebranto que ha tenido cada acción. El volumen de cada uno es muy
irregular. Hay trabajadores que tienen 15 millones de pesetas, que han
metido todos los ahorros y se han comprometido con la empresa hasta el
final, y otros para los que el sistema de créditos es más modesto: unos
han comprado con créditos y otros han comprado con dinero de su bolsillo.

Este es un tema del que tienen que informarnos ahora, cuando empecemos a
negociar los créditos.

No sé si he contestado adecuadamente. Si alguien quiere alguna aclaración
con sumo gusto, si puedo, la daré.




El señor PRESIDENTE: ¿Algún miembro de la Comisión desea alguna
aclaración? (Pausa.)
Muchas gracias, señora Paredes, por su concisión, claridad y
disponibilidad. Tenga la seguridad de que su comparecencia ha sido muy
útil, entiendo, para los miembros de esta Comisión.

Vamos a suspender la sesión durante unos minutos.




Se reanuda la sesión.




--DEL SECRETARIO DE LA FEDERACION DE BANCA DE UGT, D. JORGE DIEZ GOMEZ, A
PETICION DEL G. P. IU-IC, PARA INFORMAR DE CUESTIONES RELACIONADAS CON SU
CARGO. (Número de expediente 219/000115.)



--DEL SECRETARIO DE LA FEDERACION DE TRABAJADORES INDEPENDIENTES DEL
CREDITO (FTIC), D. SANTIAGO BARRIOCANAL ARNAIZ, A PETICION DEL G. P.

IU-IC,



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PARA INFORMAR DE CUESTIONES RELACIONADAS CON SU CARGO. (Número de
expediente 219/000116.)



El señor PRESIDENTE: Señorías, se reanuda la sesión con la comparecencia
del Secretario de la Federación de Banca de UGT, don Jorge Díez Gómez, a
petición del Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa por Cataluña, y con la
comparecencia del Secretario de la Federación de Trabajadores
Independientes del Crédito, don Santiago Barriocanal, a petición del
mismo Grupo Parlamentario.

En este caso, el desarrollo de las comparecencias tendrá lugar en los
mismos términos que la anterior, es decir, planteando las preguntas por
parte de los señores miembros de la Comisión, y responderán, al final de
las mismas, los dos Secretarios. En la medida que ellos lo estimen
conveniente, podrán insistir en las mismas cuestiones, o si entienden que
están de acuerdo en lo que ha manifestado ya uno de ellos, pueden
obviarlo.

En este sentido, y conociendo ya estas normas, por el Grupo peticionario,
Izquierda Unida-Iniciativa por Cataluña, tiene la palabra el señor
Espasa.




El señor ESPASA OLIVER: En primer lugar, quiero saludar la presencia de
los señores Díez y Barriocanal en esta Comisión. Nuestro Grupo solicitó
su comparecencia, junto con la de la Secretaria de Comisiones Obreras,
señora Paredes, a la que acabamos de escuchar, porque creíamos importante
e interesante conocer la opinión de los trabajadores de Banesto, un
conjunto de trabajadores y profesionales, más de dieciséis mil, que están
representados a través de sus centrales sindicales, de las que conocemos
que, al menos en Banesto, trabajan de forma coordinada y conjunta. Por
tanto, creíamos que era muy importante, repito, conocer sus opiniones
sobre algunos extremos del plan de saneamiento y de las vicisitudes
sufridas por Banesto que afectan más especialmente a los trabajadores y
también porque nos interesaba conocer sus opiniones generales --alguna de
ellas de tipo económico e incluso político-- sobre lo que ha acontecido y
lo que pueda acontecer en Banesto. En este contexto paso a formularles
las siguientes preguntas.

Primera, qué valoración hacen ustedes del convenio firmado por parte de
los trabajadores con el Presidente provisional de Banesto respecto de la
continuidad de los puestos de trabajo, y qué les parecen a ustedes los
requisitos que se han incluido en el pliego de condiciones y en el
cuaderno de ventas, tales como la persistencia de la marca, al menos
durante cuatro años y la no posibilidad de reestructuraciones drásticas,
en el futuro de Banesto.

En segundo lugar, qué opinión tienen sobre las dotaciones, provisiones y
periodificaciones de estas provisiones para el fondo de pensiones de los
trabajadores, y qué opinión tienen sobre la necesidad de externalización
del mismo fondo de pensiones en el futuro.

Tercera pregunta. Qué opinión tienen sobre el volumen total de créditos
para acciones de trabajadores del propio Banco (en esta Comisión hemos
llegado a la conclusión de que ésta es una forma de autocartera fáctica,
aunque no jurídica), cuál es el volumen, cómo está y cuáles son las
posibles vías de negociación para reducir los créditos y en qué medida se
va a producir la amortización de los mismos por parte de los
trabajadores.

En cuarto lugar, cómo sigue el proceso de sindicación de acciones.

Sabemos del mismo hasta la Junta General de Accionistas, y nos gustaría
conocer qué perspectivas tienen ustedes en el futuro de mantenerlo, de
ampliarlo y de utilizarlo incluso como posibilidad de presencia de los
trabajadores con acciones sindicadas en el Consejo de Administración como
agrupación minoritaria de accionistas.

En quinto lugar, nos gustaría conocer su opinión sobre el tipo de entidad
de crédito que creen más indicada para la viabilidad futura de Banesto en
cuanto a tamaño, posible estructura federal o no del Banco, volumen de
recursos, resultados y estado de saneamiento del mismo.

Por último, quisiera saber si piensan adoptar acciones civiles o penales
distintas de las ya adoptadas en la Junta General de Accionistas contra
los antiguos gestores, en tanto que centrales sindicales, como agentes
sociales que son ustedes.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo de Coalición Canaria, tiene la palabra
el señor Mardones.




El señor MARDONES SEVILLA: Voy a ser muy breve, porque vuelvo a repetir
que las cuestiones que considerábamos importantes para nosotros las ha
expuesto el portavoz del Grupo Parlamentario Federal de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya, señor Espasa. Solamente voy a hacer una
pregunta a ambos comparecientes, al mismo tiempo que les agradezco su
amabilidad y la asistencia aquí.

Cuando por la firma correspondiente se realizó el denominado cuaderno de
venta, que han retirado ya las entidades interesadas en la licitación,
¿recibieron ustedes una solicitud de información por parte de los
redactores de dicho cuaderno de venta de la postura de los trabajadores
de las distintas entidades sindicales que defienden sus intereses dentro
del grupo laboral de Banesto? También me gustaría saber si ustedes
aportaron alguna información que después haya sido recogida en la manera
en que ustedes la expresaron en este cuaderno de venta.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Vasco (PNV), tiene la palabra el señor
Zabalía.




El señor ZABALIA LEZAMIZ: Quiero agradecer también la presencia del señor
Díez y del señor Barriocanal, y formularles algunas preguntas. Pero
previamente quiero dejar constancia, como he hecho en la anterior
ocasión, de que la postura de nuestro Grupo Parlamentario, desde el
primer momento en que ocurrieron los hechos de Banesto, fue de
preocupación por la entidad, por el sistema financiero, y
fundamentalmente por el futuro de los trabajadores. También quiero
manifestarles nuestro deseo de que, al final, la entidad pueda mantener,
por una parte, los acuerdos que han podido ser alcanzados con ustedes o
con



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los trabajadores, y, por otra, defender, en lo posible, los puestos
futuros de trabajo.

Nos gustaría saber --y voy a intentar no ser repetitivo--, por lo que
respecta al proceso que ha sufrido la entidad en todos estos últimos
tiempos y que ha desembocado en la situación que conocemos, qué nivel de
conocimiento tenían ustedes de la verdadera situación del Banco.

¿Conocían datos o eran conscientes de lo que iba a ocurrir? En tal caso,
¿hicieron algunas actuaciones, tuvieron contactos a nivel privado o
público denunciando o advirtiendo sobre este peligro?
En cuanto a los acuerdos a que han llegado con los actuales gestores,
¿creen que son suficientes y que su cumplimiento está, en cierto modo,
asegurado?
Por otra parte, ¿están de acuerdo con el plan de saneamiento, y
concretamente con los nuevos cálculos actuariales que se han realizado
para la regularización contable del plan de pensiones?
Otro dato que me gustaría saber, si ustedes lo conocen, es el número de
empleados en situación de excedencia en el Banco al 31 de diciembre de
1993.

Respecto al futuro de la entidad, quisiera conocer, muy brevemente, cuál
es su opinión sobre el contenido del plan de saneamiento y su criterio
sobre lo que para ustedes puede ser la mejor solución en cuanto a los
nuevos propietarios y nuevos gestores del Banco; es decir, qué opinión
tienen de que pueda ser la banca privada, la banca pública, o ambas a la
vez, las que al final se hagan cargo del Banco.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Catalán (Convergència i Unió), tiene la
palabra el señor Sánchez i Llibre.




El señor SANCHEZ I LLIBRE: También quiero agradecer, en primer lugar, la
presencia aquí, en la Comisión de seguimiento de Banesto, de los señores
Jorge Díez y Barriocanal. Nuestro Grupo se felicita por el desarrollo que
ha tenido, desde un punto de vista laboral, toda la intervención, por
parte del Banco de España, en el Banco Español de Crédito, porque hasta
la fecha las expectativas de conservación de puestos de trabajo se han
conseguido, no ha habido regulaciones. Parece ser que tampoco hay
regulaciones a la vista; en todo caso habrá indemnizaciones pactadas,
pero las perspectivas en cuanto al futuro comprador del Banco Español de
Crédito, y desde un punto de vista laboral, son que hay expectativas de
consolidar los puestos de trabajo actuales, aunque es posible que existan
unas pequeñas indemnizaciones pactadas. Por tanto, nuestra felicitación,
repito, que también la hacemos extensiva a ustedes, por esta
consolidación de los puestos de trabajo.

Quiero sumarme a las consideraciones y a las preguntas que han hecho mis
compañeros parlamentarios que han intervenido recientemente, y para no
ser repetitivo solamente quiero hacerles una pregunta muy concreta.

Aunque en España no existe jurisprudencia respecto a las
responsabilidades civiles presentadas por personas externas contra las
auditorías, quisiera saber si sus sindicatos y sus organizaciones van a
pedir responsabilidades a los auditores de las cuentas del Banco Español
de Crédito en los años 1991 y 1992.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Popular, tiene la palabra el señor
Sanz.




El señor SANZ PALACIO: En primer lugar, quiero darles las gracias a los
señores Díez y Barriocanal por su presencia en esta Comisión de
seguimiento de Banesto.

En segundo lugar, quiero explicarles muy brevemente cuál ha sido la
actitud del Partido Popular en relación al caso Banesto, que ha sido una
actitud de responsabilidad, la misma responsabilidad que compartimos con
ustedes, como representantes sindicales, para tratar de no ahondar en la
gravedad de la crisis, no perjudicar la ya delicada situación de Banesto
y no dañar al sistema financiero, ya de por sí bastante debilitado en
cuanto a su credibilidad y en cuanto a su solvencia en el contexto
internacional. Se trataba, en suma, de no disminuir el valor patrimonial
de Banesto y su corporación industrial, lo que hubiera perjudicado, sin
duda, tanto a los accionistas como a los trabajadores y, por tanto,
hubiera repercutido en una pérdida de puestos de trabajo.

En este contexto, y deseando el relanzamiento de Banesto como medio para
conservar los puestos de trabajo y el reequilibrio de este sistema, les
haré una serie de preguntas agrupadas en dos bloques: unas, en cuanto a
la doble condición que tienen muchos trabajadores, que son a la vez
trabajadores y accionistas, y otras en cuanto a su condición exclusiva de
trabajadores.

En cuanto al bloque de trabajadores accionistas, la primera pregunta es:
¿creen ustedes que los trabajadores entraron voluntariamente en el
accionariado de Banesto? Esta pregunta viene formulada en tanto en cuanto
tenemos entendido, según las noticias que nos han llegado, que alguna
paga extra de Banesto ha sido efectuada mediante la entrega de acciones y
también que algunos directivos, sobre todo mandos intermedios de Banesto,
han recibido insinuaciones por parte del anterior equipo gestor para la
suscripción de acciones de la entidad.

Segundo punto. ¿A su juicio, conocen cuál ha sido el coste para los
empleados accionistas? Es decir, ¿qué volumen suscribieron en pesetas,
cuántos empleados han sido aceptados, cuántos y por qué importe global
suscribieron créditos para la compra de Banesto?
Tercera pregunta. ¿Conocen ustedes cuál fue el volumen de acciones
propias de Banesto ignoradas en garantía de los préstamos u operaciones
concedidas a los titulares de ellos?
Cuarta pregunta. ¿Los empleados de Banesto tenían instrucciones de
sugerir a los clientes la compra de un porcentaje de acciones de la
entidad para que las operaciones fueran otorgadas? Me refiero a que
cuando hay operaciones de descuento comercial, préstamo o crédito a
determinados clientes se les dice lo que en el argot bancario se conoce
como el tema de compensaciones, que unas veces es por cuentas de ahorro,
otras animándoles a suscribir acciones de la entidad, etcétera. ¿Conocen
cuál es el volumen de afectados por esta operativa?



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Quinta pregunta. ¿Conocen cuáles fueron las sugerencias o imposiciones de
los antiguos gestores?
Sexta y última pregunta de este bloque. ¿Ha habido por parte de los
actuales gestores de Banesto alguna negociación específica sobre este
tema, es decir, ha habido algún pacto de condonación, suavización en la
amortización o en el pago de intereses de los préstamos y en qué términos
está planteado?
Segundo bloque de preguntas, en cuanto a los trabajadores. El Comité de
Empresa, porque la Ley de Sociedades Anónimas así lo dice, ¿tenía
conocimiento, información sobre la adecuada situación financiera y
contable de la empresa? La segunda pregunta, consecuencia de la anterior,
y que es muy importante, es: ¿En qué momento se dieron ustedes cuenta del
«boom» de Banesto? Tercera: ¿Qué conversaciones tuvieron con los
anteriores gestores del Banco?
En cuanto al nuevo equipo gestor, cuarta pregunta: ¿Qué cuestiones de
tipo social tienen planteadas al actual equipo gestor? Quinta pregunta
--y es preocupación del Grupo Popular, así como también supongo de los
otros grupos--: ¿Cuál es la situación actual de la plantilla? ¿Qué
previsiones tienen? Sexta pregunta: ¿Es cierto que se han o se van a
rescindir contratos temporales en alguna empresa de la corporación
industrial? Séptima y última pregunta: ¿Cuál es el alcance de los pactos
con el nuevo equipo gestor?



El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Socialista, tiene la palabra la señora
Aroz.




La señora AROZ IBAÑEZ: En nombre del Grupo Socialista, quiero sumarme
también a la bienvenida y agradecer la presencia de los secretarios
generales de banca de la Unión General de Trabajadores y de Trabajadores
Independientes de Crédito.

Quisiera, muy brevemente, hacer una consideración y una sola pregunta.

Para nuestro Grupo es importante expresar, y que ustedes puedan
transmitirlo a los empleados de la entidad a los que representan, nuestra
valoración de lo que ha sido el proceso, valoración positiva que
realizamos de las decisiones que se han tomado por parte de las
instituciones y por parte del actual equipo gestor de Banesto en este
proceso, y en especial en relación al plan de saneamiento, que creemos
que, además de dar respuesta a objetivos de carácter general y del
sistema financiero en su conjunto, responde también a unos fines que
nuestro Grupo consideraba prioritarios, como son el dar adecuada
respuesta a los intereses de tres colectivos afectados por esta crisis:
los depositantes, los trabajadores y los accionistas.

La pregunta que quiero formularles creo que, aunque sea coincidente con
intervenciones de otros grupos, es obligada, en la medida en que a esta
Comisión se le dirigió un escrito, por parte del Comité de Empresa de
Banesto, en relación a determinadas cuestiones que deberían ser acordadas
para salvaguardar, en el futuro, los derechos laborales y económicos de
los trabajadores. Con relación a este escrito que fue presentado en esta
Cámara la pregunta es si el protocolo que se ha firmado resulta
satisfactorio en cuanto a las cuestiones que los trabajadores habían
planteado en su momento y que hicieron llegar a esta Cámara.




El señor PRESIDENTE: Para contestar a las preguntas, en primer lugar,
tiene la palabra el Secretario de la Federación de Banca de UGT y, a
continuación, el Secretario de la Federación de Trabajadores
Independientes del Crédito.




El señor SECRETARIO DE LA FEDERACION DE BANCA DE UGT (Díez Gómez): Buenos
días. En primer lugar, yo quisiera agradecer también, en nombre de la
Unión General de Trabajadores, el llamamiento que hacen los grupos
parlamentarios para interesarse por este problema, ampliar información y,
lógicamente, conocer la evolución de la situación de Banesto.

Hay una cuestión previa, que yo creo que es importante, que es el grado
de comunicación que ha existido entre los sindicatos a la hora de abordar
este problema, que se ha reflejado en un acuerdo de unidad de acción
significativa por parte de los sindicatos que en este momento están
compareciendo y que ostentamos más del 90 por ciento de la
representatividad de los trabajadores. En este sentido, yo creo que ha
habido un acuerdo ejemplar, modélico, y hemos priorizado siempre el
futuro de la entidad, el futuro de los puestos de trabajo.

Quiero decir también que hay una pregunta que es recurrente y que se ha
producido en varias ocasiones, en cuanto a si había conocimiento por
parte de los sindicatos de la situación de Banesto. Yo creo que, con
anterioridad al estallido de este asunto, había posiciones sindicales
algo diferenciadas. Yo tuve ocasión de intervenir en la Junta General de
Accionistas anterior y ya denuncié, creo que con datos bastante
significativos, la evolución negativa de la entidad y el comportamiento
del gestor Mario Conde y de su equipo. Y no sólo eso, nosotros hemos
intentado, sistemáticamente y durante bastante tiempo, hablar con Mario
Conde, con el equipo de gestión de Mario Conde, para trasmitirle nuestra
preocupación por la evolución de la entidad, pero con resultados
negativos. Por tanto, por lo menos mi sindicato sí tenía conocimiento de
que la situación se iba deteriorando a pasos agigantados a medida que
avanzaba el tiempo.

Voy a intentar contestar, en términos bastante generales, a una serie de
preguntas que se han hecho y que creo que van a ser complementarias con
la valoración que hagamos todos los representantes sindicales a partir de
este punto.

La valoración del convenio, del acuerdo laboral --es la primera pregunta,
y también es recurrente, que han hecho algunos de ustedes--; lógicamente
tiene que ser positiva. Creo que todas las acciones que han llevado a
cabo los sindicatos han ido encaminadas a conseguir ese acuerdo laboral.

En ese sentido, nos hemos topado con una resistencia importante por parte
de la propia entidad a la hora de comprometerse por escrito. El
Presidente --en varias ocasiones y en varias reuniones que hemos
mantenido con él-- nos ha trasmitido su voluntad de hacerlo así, pero la



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negociación ha sido más dura de lo que se pensaba en un principio y creo
que el resultado es bueno pero corto en el tiempo. Es decir, el período
del acuerdo tiene una vigencia hasta junio de 1995 y entendemos que el
tiempo de recuperación de la entidad, tanto de su credibilidad como de su
funcionamiento, va a exigir más. Por tanto, inequívocamente, no dudamos
de que el acuerdo se va a cumplir, pero sí entendemos que la entidad que
opte a la compra de Banesto no sólo debe cumplir ese acuerdo, sino que
debe tener una voluntad de futuro de continuar con la plantilla de
Banesto.

En cualquier caso, creo que nosotros planteamos ese acuerdo en unos
términos muy razonables. Entendíamos que hay una serie de ajustes que el
Banco tendrá que hacer en el futuro, debidamente consensuados y
debidamente hablados, para que, sin recurrir a procedimientos que
nosotros, los sindicalistas, llamamos traumáticos, podamos ir
reconduciendo la situación del Banco. Creo que, en ese sentido, ha habido
una sintonía absoluta entre todos los sindicatos y que no hemos actuado
de una forma cerril, sino todo lo contrario, hemos comprendido que la
viabilidad y el futuro de la entidad están por encima de todo.

Sobre esto hay una pregunta, a continuación, que habla de la persistencia
de la marca. Yo creo que es absolutamente fundamental para conseguir ese
objetivo que la marca siga existiendo. Hay una importante coincidencia
entre los clientes y en el conjunto de los trabajadores para que esa
marca, repito, siga existiendo, y pienso que sería una equivocación no
continuar en esa posición. En cualquier caso, también ha sido un
denominador común de la posición sindical, lo hemos reclamado siempre
como cosa razonable para continuar con el Banco.

Se ha hablado también del proceso de sindicación de acciones, y en esto
quiero ser absolutamente claro. El proceso de sindicación de acciones no
contenía elemento alguno fuera de lo que es la defensa de los intereses
de los trabajadores. Es decir, no perseguía la consecución de una cuota
de poder en el Banco ni nada por el estilo. Simplemente creo que es un
mecanismo bastante útil para conseguir los objetivos de defensa de los
intereses de los trabajadores, y más cuando aproximadamente el diez por
ciento del capital social pertenecía a los trabajadores de la entidad.

Por tanto, éste es un tema que quiero dejar suficientemente claro: no se
perseguía objetivo alguno estratégico o de participar en la gestión del
Banco en un futuro, sino la defensa, única y exclusiva, de los intereses
de los trabajadores.

En ese sentido, creo que nos ha servido, en el terreno estrictamente
sindical o laboral, para comunicarnos con los trabajadores, lo que ha
hecho que para la petición de su colaboración nos hayamos desplazado por
todas las plazas, por todas las oficinas, y ello con un doble sentido:
por un lado solicitar su ayuda, pero, por otro, transmitirles ánimo y
confianza en el futuro de la entidad. Ese es un papel importante que
tienen que cumplir los sindicatos, no la función sindical estrictamente.

Creo que hemos hecho un trabajo exhaustivo que ha servido para
reconfortar a los trabajadores y para que tomasen confianza en una
situación muy delicada, con un futuro muy incierto, y, en consecuencia,
considero que este tipo de acciones ha sido muy positivo.

Se habla también de qué tipo de entidad de crédito puede asumir la
responsabilidad de Banesto, y aquí también voy a ser muy claro, yo creo
que cualquier entidad, sea pública o sea privada, debe tener la opción de
compra de Banesto, no priorizo eso. Lo que sí priorizo es que la entidad
que se haga cargo de Banesto tiene que mantener o tiene que ser lo
suficientemente dúctil como para quedarse con la plantilla de Banesto y
negociar con los trabajadores ese futuro. En esa línea se están barajando
varias entidades, porque casi todas han comprado el soporte informático
para ver cómo estaba la entidad, y quiero decir que, desde nuestro punto
de vista, hay bancos que se complementan o que pueden complementarse
mejor con Banesto. En ese sentido, independientemente de su carácter
público o privado, creo que hay dos entidades que cumplen por encima de
las demás dichos criterios, como pueden ser Argentaria y Banco de
Santander. Sin lugar a dudas, tanto por la implantación como por el tipo
de negocio son dos entidades que pueden acoplarse mejor que otras al
marco de un sistema financiero con tremendos problemas, donde ha habido
un proceso de fusiones inacabado con repercusiones muy negativas, que
todavía no sabemos dónde van a acabar, y entendemos que mostrar un mínimo
de racionalidad en este tema sería pensar en estas dos opciones, pero,
repito, sin tener en cuenta si es público o privado, sino los que
garanticen mejor el futuro de la entidad y el futuro de los trabajadores.

Ha habido algún tipo de preguntas por parte del representante del Partido
Popular referentes a la situación actual de la plantilla, a que si el
comité de empresa tenía conocimiento de lo que estaba ocurriendo.

Respecto a la información que se da al comité de empresa, yo no sé en
otras entidades, pero en Banesto, y en la mayoría de las entidades
financieras, no es una información que exceda de lo que marca la ley, es
decir, no hay una comunicación excesiva. Se cumple la ley, evidentemente,
yo no voy a decir que no sea así, pero la comunicación en ese sentido es
deficitaria; no puedes prejuzgar una situación por la comunicación de la
empresa. Evidentemente, siempre hay contactos informales entre los
responsables sindicales y las entidades, pero en el marco formal que se
le reclama como comité de empresa creo que ha cumplido el papel
estrictamente legal, pero no ha ido más allá.

En cuanto a si ha habido conversaciones con el antiguo equipo, yo creo
que ya he contestado un poco. Ha habido un alto grado de incomunicación.

El señor Conde empezó bien, comenzó con una política de puertas afuera,
pero creo que, al final, su comportamiento ha sido bastante baladí,
porque no lo ha mantenido, y a medida que la situación de la entidad ha
ido deteriorándose la comunicación ha sido bastante escasa. Respecto a si
hemos tenido o vamos a tener contactos con el nuevo equipo, creo que hay
que resaltar que en ese sentido sí ha habido un gran contacto. Desde
luego, el futuro será absolutamente incierto, va a depender mucho de
quiénes sean los gestores y quién tenga la capacidad de esa
interlocución. En cualquier caso, yo creo que el futuro equipo gestor
tiene que hablar



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necesariamente con los agentes sociales, porque la situación que hay es
una situación delicada de futuro.

Se ha hablado también de las acciones y del compromiso que tienen algunos
empleados en eso. El representante del Grupo Popular ha preguntado si ha
habido algún tipo de presión por parte de los empleados o directores del
Banco a la hora de acompañar algunas operaciones de carácter financiero
con la venta de acciones, si no he entendido mal. En cuanto a la primera
cuestión, diré que es verdad que ha habido un, digamos, ofrecimiento, más
o menos matizado pero sistemático, a los trabajadores para participar en
el accionariado de Banesto. Esto se ha hecho en un gran porcentaje de
casos facilitándoles créditos más o menos blandos --más o menos blandos
en su momento, porque, con la bajada sostenida de los tipos de interés,
ahora mismo están bastante caros-- y ha hecho que muchos compañeros de
Banesto hayan comprometido su patrimonio, sus ahorros, en un nivel
importante. Esto no lo han hecho uno ni dos, sino muchos, y tienen esa
doble condición: trabajador y, al mismo tiempo, pequeño ahorrador.

Nosotros estamos en negociaciones con el Banco para atemperar el impacto
de la crisis de Banesto sobre sus propias economías. Quiero decir que, a
este respecto, creo que hay buena predisposición, lo digo sinceramente,
pero es un tema que está por desarrollar y, por tanto, ahora me
resultaría imposible decir cómo va a quedar.

En cuanto a la segunda cuestión, tengo que manifestar que acompañar un
crédito con acciones es una política bastante generalizada en el conjunto
del sistema financiero, no es sólo de Banesto, y quiero excluir en ello
de toda responsabilidad tanto a los empleados como a los propios
directores. Cuando se hace una operación de crédito o cualquier otro tipo
de operación se suele acompañar con algo relativo a seguros, compra de
acciones, etcétera.

No sé si me queda alguna pregunta por responder. Creo que he contestado
en lo sustancial a lo que se preguntaba y tampoco quiero extenderme mucho
más. Acabaré diciendo que los trabajadores estamos unidos; vamos, con
toda seguridad, a defender bien los intereses de los trabajadores y vamos
a ser garantes de todo ese proceso de una forma racional, comprendiendo
que se tienen que asumir algunas veces muchas responsabilidades, cosa que
no vamos a dejar de hacer.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Díez.

Tiene la palabra el señor Barriocanal.




El señor SECRETARIO DE LA FEDERACION DE TRABAJADORES INDEPENDIENTES DEL
CREDITO (Barriocanal Arnaiz): Intentaré no repetir lo que mi compañero,
el señor Díez, ha dicho en la valoración global que ha hecho respecto a
las preguntas que le han formulado.

Quiero agradecerles el interés que SS. SS. han tenido al citarnos para
que pudiéramos aportarles los datos que, insisto, a través de sus
preguntas, intentaremos ampliarles.

La verdad es que los sindicatos, con carácter general y en este caso
concreto, tenemos una carencia total y absoluta de información en muchos
aspectos. Una de las preguntas que se ha hecho es, por ejemplo, si tanto
en el tema de auditorías como en el del cuaderno de ventas o en otro tipo
de documentos habíamos participado, qué participación habíamos tenido los
sindicatos. No hemos tenido ninguna participación, y no porque no
tuviésemos ganas o no quisiéramos intervenir, sino, sencillamente, porque
no se nos ha requerido para ello. Podíamos haber aportado más o menos, no
lo sé, pero la cuestión es que nuestra participación ha sido nula
completamente. Y no lo digo por este caso concreto, porque en asuntos
acaecidos anteriormente en el sector financiero, como pueden ser temas de
exclusiones, de absorciones, etcétera, los sindicatos hemos sido
relegados a veces a un papel de información meramente, en la vertiente de
que se puede o se quiere informar de determinados temas. En este caso
concreto, mucho más todavía y, posiblemente, con mucha más reserva; a
veces como si fuesen temas de Estado. En ese sentido, valoramos mucho más
positivamente el esfuerzo que hubo que hacer, como decía, primero, para
poder reconducir planteamientos unilaterales sindicales coincidentes en
este tema concreto con Banesto y acoplar los diferentes intereses de los
tres sindicatos en una sola dirección, el tema de empleo, que era el
prioritario.

A partir de ahí, necesariamente, con esa carencia de información y
teniendo que luchar prácticamente en solitario, en una situación confusa,
en una situación, a veces, incluso artificial, como era no saber quién
iba a tener en su día la titularidad del banco, etcétera, tuvimos que
meternos en el empeño de, al menos, intentar garantizar lo que los
trabajadores mínimamente requerían, como era una cierta estabilidad de
ese empleo que en esos momentos tenían, sobre todo en una situación, en
este país, de deterioro del empleo, lo cual yo creo que redunda mucho más
en la valoración positiva de ese pacto. Mientras que en otros sitios hay
que estar negociando, a lo mejor, para salvar parte del empleo, nosotros,
al fin y al cabo, en este tema concreto, hemos conseguido, inicialmente,
que ese empleo, en su línea general, quede a salvo.

Dicho eso, lo que no queremos certificar tampoco es que el futuro esté
garantizado a través de este pacto. El futuro será lo que tenga que ser y
dependerá evidentemente muy mucho de las circunstancias que concurran en
el nuevo propietario que se quede con el banco. Con ello hilo un poco
esta pregunta con la que hacían SS. SS. de quién puede ser el que mejor
garantice o el que mejor esté situado.

Yo también estoy de acuerdo, en principio, con lo manifestado por el
señor Díez. A nosotros no nos preocupa tanto y cuanto el carácter de la
entidad, si es que la competencia es en igualdad de condiciones. A partir
de ese momento estaríamos de acuerdo en que puede ser una empresa
participada públicamente o una empresa estrictamente privada. Y de esa
valoración también nos sale el mismo dato. No es por ser excluyentes con
respecto al tercer--parece ser-- participante con más fuerza, que puede
ser el Bilbao-Vizcaya; nuestro sindicato entiende que el proceso de
fusión del Bilbao y el Vizcaya no está al cien por cien cerrado y nos
parece un poco fuerte el cuerpo que hay que absorber de Banesto. ¿Esto
quiere decir que lo



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puede hacer o no? Me imagino que dependerá de sus gestores, los cuales
incluso han estado en este momento gestionando el propio banco objeto de
la intervención.

Argentaria con sus temas y Santander con los suyos pueden, de alguna
forma, y no desde una perspectiva egoísta, como puede estar pensando en
estos momentos algún trabajador, muy típico también de España; decir:
cuanto más pública sea la empresa, más carácter de funcionario tiene y
más seguridad en el empleo. Yo creo que eso sería una maldad fomentarlo.

Yo creo que no es así. Yo creo que hay que tomar como referencia la
propia situación de la empresa y la gestión que han venido haciendo estas
empresas.

El Santander parece que está más limpio --entre comillas-- de problemas
estructurales que Argentaria, al estar metido en un grupo con varias
empresas, con características hasta cierto punto diferentes. En cualquier
caso, aparentemente, según el cuaderno de ventas, la subasta es a precio,
con lo cual esto será lo que tenga que decidir fundamentalmente, insisto,
siempre y cuando no se instrumenten o introduzcan factores que no sean la
igualdad en la competición con respecto a esa venta.

Las acciones de los empleados. Primero, es un tema sin resolver, es un
tema en el que tenemos un cierto compromiso con el actual Presidente,
Alfredo Sáenz, de, en su momento, resolverlo. Y digo en su momento
porque, lógicamente, parecía que no era momento antes de la Junta. Podían
darse determinadas condiciones de agravio entre los colectivos de
accionariado; sin embargo, el compromiso sigue existiendo. Que lo
logremos de aquí a antes de que se produzca la venta definitiva, es la
intención de los sindicatos y en ese sentido ayer precisamente tuvimos
una reunión para que empezasen los representantes internos de las
federaciones en el banco a intentar negociar este tema. el compromiso
existe. ¿Cómo se puede resolver? Evidentemente, es complicado. Es
complicado porque ni todos tienen lo mismo, ni han participado en lo
mismo, ni arrancan de la misma situación. Ese es el principal problema.

No es buscar una solución, que creemos que se puede intentar. Yo creo, a
título particular y desde un punto de vista jurídico, que el acta de
intervención del propio Banco de España reconocía una dependencia entre
crédito y acciones y pienso que es el marco donde tendría que moverse
fundamentalmente la negociación que se pueda llevar a cabo. No se puede
deslindar el crédito con el valor de la acción no el valor del crédito
con lo que representa, en su momento, el valor de la acción. A partir de
ahí, evidentemente, van a existir, insisto, condicionamientos fuertes,
porque no estamos hablando de un accionariado trabajador que arranque de
una fecha concreta. Estamos hablando de que se produce un movimiento
fuerte en el accionariado a partir de una fecha, pero eso no quiere decir
que hubiese colectivos, dentro de esos trabajadores, que ya vienen siendo
accionistas del banco, con unas características sencillas y normales,
incluso sin basarse en créditos, sino como inversión privada en un
momento dado. A partir de una fecha concreta en que se produce una
ampliación fuerte, del orden de más de 40.000 millones de pesetas, lo
cual es importante, sí entra casi un 80 o un ochenta y tantos por ciento
de plantilla, nuevos y antiguos, en razón de su antigua propiedad de
acciones, a través de créditos concedidos por el banco.

Además, un hecho curioso. Tampoco en estos momentos se puede decir que la
presión fue de tal magnitud que el empleado se vio obligado en líneas
mayestáticas a tener que suscribir o a tener que comprar. Yo me acuerdo
de un apunte curioso. Al mismo tiempo que Banesto hacía esta operación de
esta macroampliación con respecto al trabajador, el Banco Central lo
hacía también, y creo recordar que por la misma cuantía. La diferencia es
que Banesto, con respecto a su plantilla, cubre totalmente las
necesidades de las acciones emitidas en 24 horas, e incluso tiene que
llegar al prorrateo entre los trabajadores porque algunos tenían
demasiado interés en la compra, mientras que al Central le costó bastante
más, y cuado digo «costó» lo pongo entre comillas, poder colocar los
35.000, 40.000 millones, en esta operación paralela de colocación de
acciones, con respecto a sus trabajadores. Este tema no se puede juzgar
desde un punto de vista totalmente unitario. Hay un planteamiento
diferente y hay unas fechas concretas que marcan diferencias ostensibles
en cómo era la situación del accionariado trabajador antes de una fecha y
después de ella.

Otro tema sobre el que SS. SS. han preguntado es el grado de conocimiento
que teníamos los sindicatos con respecto a la situación de Banesto.

Siempre pasa lo mismo. Todo el mundo resulta que conocía el tema Banesto.

Lo increíble es que hasta que el Banco de España interviene, nadie había
hecho nada. Había indicios, situaciones, comportamientos, «ratios», no
por información, evidentemente, del Banco. Como decía mi compañero, la
información que llega a los comités, y estamos hablando de decenas de
comités, no de uno, en que, a lo mejor, sería más fácil pedir
información. No es la misma información la que se remite al comité de
Castellana 7 que al Comité de Cuenca. Tendría que ser la misma, pero son
datos distintos, no porque el Banco no cumpla la obligación estrictamente
estatutaria de proporcionar esa información. Es una información lo más
acoplada posible al artículo del estatuto correspondiente y en Cuenca, en
Granada, en Almería, no se va a solicitar mayor información. En
Castellana 7, en las oficinas principales de Barcelona, de Madrid y de
Sevilla, quizá hay mayor inquietud. Por eso digo que el grado de
conocimiento, por un lado, de la representación estricta de los
trabajadores de Banesto es prácticamente nula.

La información que podíamos tener las federaciones por encima de esta
información estaba basada en indicios, insisto. Y está claro que no es lo
mismo la fecha meses antes de la ampliación que después. Primer punto.

Segundo punto. Los datos que las federaciones o, por lo menos, mi
sindicato podría tener. En febrero de 1993 yo tuve una conversación
oficial con el señor Conde, a nivel de Banesto, en la cual le mostré
determinadas inquietudes, que quedaron disipadas automáticamente.

Reconozco mi incultura en el tema financiero, pero se me proporcionó un
informe de J. P. Morgan. Con ese informe costaba mucho, y yo no digo a un
sindicato. Yo imagino que si estos gestores, con este informe, fueron



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capaces de montar la operación de ampliación de acciones, yo no tengo por
qué disculparme al haberme creído el informe de J. P. Morgan, porque
imagino que, a partir de mi nivel bajo, otros muchos especialistas en
este país y fuera de él lo creyeron. Con eso no estoy diciendo si el
informe de J. P. Morgan, desde mi punto de vista, era falso o no era
falso. Lo que sí que está claro es que en el mes de mayo o de abril, en
que ese informe se publica y se manda a la prensa, a diversos estamentos
--ese libro, por cierto, está muy bien hecho y muy bien editado--, se
ponen los datos. Creo recordar incluso que se comparaba con el resto de
los bancos españoles, un tipo de información que proporcionaba ese
documento Morgan, en el que se reconocía siempre que Banesto era el
tercer banco es discordia sobre los dos primeros, que me parece que eran
Santander y Popular, en determinado tipo de «ratios» y de rentabilidad,
etcétera, y con propensión al crecimiento para situarse en una línea.

Ante eso, insisto: lo que se podía haber hecho desde el punto de vista
sindical, con respecto a la mejor o peor marcha de Banesto, antes de esa
fecha, quedaba hasta cierto punto un poco suavizado, mitigado y callado
cuando se publica todo esto, cuando se hace la ampliación. Evidentemente,
después del verano, una vez realizada la operación, ya sí que hay más
datos, lo suficientemente importantes, para saber que Banesto tenía
serios y graves problemas, aunque también hay que reconocer que en las
Navidades anteriores, hace un año, también había tenido serios y graves
problemas, que es cuando los sindicatos sí que tenemos conocimiento, por
lo menos el mío, de que había una situación en Banesto, no solamente rara
y poco clarificada, sino con propensiones hacia un futuro realmente
grave. Otra cosa es que, en mitad de ese camino, entre finales de 1992 y
finales de 1993, se produce un hecho, que es realmente el más importante:
el informe Morgan y la ampliación automáticamente, con todo el éxito,
entre comillas, que supuso la ampliación en sí para los gestores en este
aspecto concreto.

Han preguntado también SS. SS. sobre acciones civiles. Los sindicatos
apoyamos en la Junta la acción de responsabilidad civil que se pidió y en
este momento no tenemos ninguna intención o acuerdo de ampliar dicho
campo de actuación.

Creo recordar que se ha hecho una pregunta, me parece que por el
representante del PNV, con respecto a si sabíamos el número de
excedentes. Yo tengo un dato, pero tampoco quiero afirmarlo al cien por
cien, porque estamos hablando de excedentes puros y ustedes saben que en
estos momentos en la banca, como en otras muchas empresas, se utiliza el
término «excedencia para contemplar, a lo mejor, contratos de
prejubilación. En cualquier caso, el dato global que yo tengo es de 3.300
trabajadores. Lo que pasa es que, insisto, no sé si es excedencia pura.

Yo creo que ante el dato que tengo, de 3.300, tiene que estar contemplada
una gran cantidad de empleados en situación de prejubilación, en esa
clase de excedencia especial.

No sé si me he dejado algo. Imagino que sí, que me habré dejado temas
concretos por responder, al margen de haber intentado globalizar, por
respeto hacia ustedes y al tiempo. Si hubiese alguno, imagino que SS. SS.

podrían perfectamente volver a repreguntar. He intentado sintetizar lo
más posible las preguntas que ustedes han hecho.




El señor PRESIDENTE: Gracias. Entiendo que SS. SS. se dan por
satisfechas. Vamos a suspender la sesión brevemente. Muchas gracias a
usted.




Se reanuda la sesión.




--DEL FIRMANTE DE LA AUDITORIA DE LA FIRMA PRICE-WATERHAUSE, A PETICION
DEL G. P. VASCO Y DEL G. P. POPULAR, PARA INFORMAR DE CUESTIONES
RELACIONADAS CON SU CARGO. (Números de expedientes 219/000106 y
219/000100.)



El señor PRESIDENTE: Señorías, se reanuda la sesión, en este caso con la
comparecencia de don Antonio Tejerina, firmante de la auditoría
Price-Waterhouse, a petición del Grupo Vasco (PNV) y del Grupo Popular.

En primer lugar, intervendrá el compareciente para exponer el objeto de
la comparecencia y, a continuación, los representantes de los grupos, y
habrá réplicas y contrarréplicas si hubiere lugar. Dándole la bienvenida
a esta Comisión a don Antonio Tejerina y agradeciéndole su presencia en
nombre de todos, tiene la palabra.




El señor FIRMANTE DE LA AUDITORIA DE LA FIRMA PRICE-WATERHOUSE (Tejerina
Castellanos): Señor Presidente, señorías, en primer lugar, quiero
agradecerles la oportunidad que me brindan de colaborar con esta Comisión
no permanente sobre la intervención del Banco Español de Crédito,
manifestándoles mi mejor disposición para todo lo que SS. SS. estimen
conveniente.

He tenido conocimiento de los temas que interesan a esta Comisión en lo
que se refiere a Banesto y, fundamentalmente, de las cuestiones que han
suscitado a los anteriores comparecientes y, por ello, centraré mi
exposición haciendo referencia a los aspectos que estimo interesan más a
sus señorías. Me referiré en concreto a qué es lo que nuestra firma
audita en Banesto, al informe de auditoría del 31 de diciembre de 1992,
al aumento de capital del año 1993, al acuerdo de intervención y cierre
de 1993, a la auditoría de 1993 y a un enlace entre las auditorías del
año 1992 y del año 1993.

Debo empezar haciendo una precisión inicial cuál es que Price-Waterhouse
no audita todo el Grupo Banesto. En realidad, auditamos el Banco y el
Grupo financiero nacional, así como las subsidiarias financieras más
significativas a nivel internacional, con excepción de la sucursal de
Bruselas que está auditada por otra firma y el Banco Totta y Açores, que
se audita por la firma Arthur Andersen. Por otra parte, la holding de la
Corporación Industrial de Banesto y buena parte de las sociedades
participadas también están auditadas por Arthur Andersen, al igual que la
compañía de seguros La Unión y el Fénix. El grupo Oasis está auditado por
la compañía Coopers and Lybrand.




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Lo anterior es particularmente significativo ya que, como bien saben SS.

SS., al integrar los resultados de las sociedades que cuelgan del Banco
dependemos de terceras firmas, lo que potencialmente hace menos ágil y
fácil la situación, a diferencia de lo que sucedería si todo el Grupo
Banesto estuviera auditado por una única firma.

Esta situación en lo que respecta a la pura elaboración de las cuentas de
Banesto no tuvo, hasta 1990, una trascendencia muy significativa habida
cuenta de la utilización hasta esa fecha de la cotización bursátil como
elemento base de la valoración contable. No obstante, como consecuencia
del cambio normativo aplicable para las entidades financieras con la
publicación de la circular 4/1991 del Banco de España, el método para
integrar los resultados de las sociedades del Grupo varió sensiblemente y
se produjo una diferencia fundamental en el tratamiento de las cuentas
del Grupo.

Sólo he de añadir en este tema la importancia trascendental que tuvo en
las cuentas de la Corporación y, por tanto, en las del Banco, las
valoraciones de activos y la identificación de fondos de comercio
efectuadas por empresas independientes y refrendadas por los auditores
intervinientes en cada caso, que fueron las que se tuvieron de soporte al
cambio de tratamiento contable, al que antes he aludido, motivado por la
publicación de la mencionada circular 4/1991.

Como SS. SS. seguramente imaginarán, auditar un grupo como Banesto no es
tarea fácil ni sencilla, por la complejidad que conlleva el número de
documentos que hay que manejar y la cantidad de información que se
suministra, y aún puede complicarse algo más si existen retrasos en la
entrega de información o situaciones similares. Como referencia
destacada, teniendo en cuenta la calificación profesional de quien lo
expresa, quiero reflejar lo manifestado en el número 4 del Plan de
actuación del Banco de España, de 23 de noviembre de 1992, que indica que
los inspectores del Banco de España han encontrado numerosas dificultades
para obtener la información necesaria en orden a poder evaluar el
contenido económico de algunas operaciones que afectaban a la situación
patrimonial de Banesto y los resultados de su actividad, concretadas en
notables retrasos en la entrega de informaciones solicitadas y en el
carácter claramente incompleto de las mismas y, a veces, en la no entrega
de la información.

En cualquier caso, estimo que lo que más interesa a SS. SS. es nuestro
informe de auditoría correspondiente al ejercicio cerrado al 31 de
diciembre de 1992. Como bien saben ustedes, este informe se vio influido
por el plan de actuación antes citado, de fecha 23 de noviembre de 1992,
que nos fue comunicado por los administradores de Banesto en febrero de
1993. Permítanme SS. SS. que en este punto haga una pequeña reflexión
acerca de lo que hace el auditor y de lo que de él se espera por el
público en general, el cual en muchos casos considera que el auditor debe
realizar actuaciones que no son las reguladas por la legislación
aplicable.

La actividad de auditoría tiene por objeto, como saben ustedes, verificar
si las cuentas anuales que han sido formuladas por los administradores y
no por los auditores muestran la imagen fiel del patrimonio, de la
situación financiera y de los resultados de una empresa. Ahora bien, como
sin duda conocen también SS. SS., la imagen fiel de una empresa se
determina en base a un marco de referencia. Es decir, que habida cuenta
que la imagen fiel es el resultado de aplicar consistentemente los
principios contables para expresar la realidad económica de las
transacciones realizadas, la empresa deberá ajustar sistemáticamente la
contabilidad y sus cuentas anuales a los principios contables y legales
que le sean aplicables. Así, la imagen fiel puede cambiar según varíe el
marco de referencia que resulte de las disposiciones aplicables en cada
caso concreto.

En el caso de Banesto, y para exponer a SS. SS. cuál ha sido nuestra
actuación como auditores, es fundamental indicar que el marco de
referencia aplicable para conseguir la imagen fiel del patrimonio al 31
de diciembre de 1992 fue la conjunción de una serie de normas, la última
de las cuales fue la norma segunda, apartado 9, de la circular 4/1991. De
acuerdo con dicha norma, a Banesto le eran aplicables, para definir su
imagen fiel, los extremos contenidos en el Plan de actuación de 23 de
noviembre de 1992. Es importante destacar que la autoridad monetaria está
autorizada para llevar a cabo esta modificación normativa cuando ello
resulte preciso de acuerdo con un plan de saneamiento aprobado
específicamente para una entidad, añadiéndose en la circular 4/1991 que
la entidad a la que se refiera el Plan deberá hacer publicar esta
circunstancia en su memoria, circunstancia que se cumplió en Banesto,
donde al producirse el cambio en el marco de referencia, tanto la entidad
auditada como nosotros en nuestro informe, hicimos pública esa
circunstancia.

Como SS. SS. conocerán y pueden comprobar en el párrafo 2 de nuestro
informe de auditoría del ejercicio de 1992, cumplimos con la normativa
legal aplicable cuando dijimos: En nuestra opinión, en base a nuestro
examen y a los informes de los auditores, las cuentas anuales adjuntas
expresan en todos los aspectos significativos la imagen fiel del
patrimonio y de la situación financiera del Banco, de conformidad con
principios y normas contables generalmente aceptadas para entidades de
crédito en España, aplicados uniformemente, que excepcionalmente permiten
al Banco de España autorizar tratamientos específicos como los que se
describen en la nota 3.

¿Y qué es lo que se expone en la nota 3? La nota 3 se inicia diciendo: En
la preparación de las cuentas anuales se han seguido los principios de
contabilidad y las normas de valoración establecidas en la circular
4/1991. No se ha dejado de aplicar ningún principio contable obligatorio
que tenga un efecto significativo en las cuentas anuales, considerando lo
previsto en el apartado 9 de la norma segunda de la citada circular, que
permite tratamientos como los mencionados en los apartados d) y J) de
esta nota. Claramente se dice en el apartado d) citado que el Banco de
España ha prestado su conformidad a un Plan de Actuaciones que abarca
varios ejercicios, añadiéndose que, considerando el citado Plan y
conforme a lo dispuesto en el apartado 9 de la norma segunda de la
circular 4/1991, la provisión para insolvencias satisface lo requerido
por la normativa del Banco de España. Asimismo en el apartado j) de la



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nota 3, se indica, al hablar del plan de pensiones, que para la cobertura
del incremento de los compromisos devengados derivados del cambio de
hipótesis actuariales, que asciende a 33.000 millones de pesetas
aproximadamente, el Banco de España, de acuerdo con el apartado 9 de la
norma segunda de la circular 4/1991, ha dado su conformidad a un plan de
dotaciones a realizar por Banesto para cubrir dichos compromisos en un
plazo de ocho años.

Con el deseo de hacer más comprensible todo lo anterior, puedo reiterar
que si Banesto hubiera aplicado un plan de dotaciones a ocho años y no
hubiera existido el Plan de actuación, los auditores deberíamos haber
hecho constar una salvedad en nuestro informe, puesto que la entidad no
hubiera cumplido con el marco de referencia aplicable a las entidades
financieras en general. Sin embargo, como los principios aplicables y la
imagen fiel han cambiado en ciertos extremos como consecuencia del Plan
de actuación, el auditor sólo debería haber llamado la atención si no
hubiera cumplido lo establecido en este nuevo marco.

Por último, quiero manifestar a SS. SS. que la tan repetida norma
segunda, apartado 9, de la circular 4/1991 obliga a hacer pública la
circunstancia de la existencia de un plan, pero no la cuantificación de
magnitudes, como puede comprobarse con la lectura de dicha norma. Esta
facultad normativa para modificar normas contables es posible también
para otros organismos, como es el caso del Instituto de Contabilidad y
Auditoría de Cuentas.

El segundo hito que estimo interesa a SS. SS. es el relativo al aumento
de capital que efectuó Banesto en 1993. Dicho aumento de capital estaba
dividido en tres tramos, de los cuales el tercero nunca llegó a hacerse
efectivo y, como bien saben SS. SS., para el segundo tramo solicitó el
Consejo de Administración de Banesto la exclusión del derecho de
suscripción preferente, lo que dio lugar, de acuerdo con el artículo 159
de la Ley de Sociedades Anónimas, a la emisión por parte de
Price-Waterhouse de un informe no con la finalidad de animar a los
inversores o de respaldar la inversión, sino con el único objetivo, según
establece la ley, de preservar los intereses de aquellos antiguos
accionistas que, como consecuencia de la exclusión del citado derecho de
suscripción preferente, no tenían la oportunidad de suscribir dichas
acciones.

Para la citada ampliación de capital existieron y se facilitaron dos
bloques de información, siendo el primero y el más importante de ellos el
llamado folleto informativo y estando constituido el segundo
fundamentalmente por el informe de los administradores, en el que se
justificó detalladamente la propuesta y el tipo de emisión de acciones y
el informe de los auditores sobre la citada exclusión del derecho de
suscripción.

En el primero de los documentos, y como SS. SS. habrán podido observar al
examinar el mencionado folleto informativo, Price-Waterhouse no tiene
participación alguna, ya que es un documento que preparan los
administradores y únicamente se adjunta a nuestro informe de auditoría
del ejercicio cerrado al 31 de diciembre de 1992 que, como ya he
comentado anteriormente, claramente llamaba la atención sobre la
situación especial en que se encontraba la entidad como consecuencia de
la aplicación del Plan de actuación.

En nuestro informe de auditoría de 1992 no sólo podía leerse el párrafo 2
antes comentado, la nota 3 de la Memoria y principalmente sus apartados
d) y j), sino que en la nota 4 de la Memoria se hacía asimismo referencia
al compromiso de la entidad de no repartir como dividendos un porcentaje
superior al 50 por ciento de los beneficios netos de cada ejercicio,
previéndose mantener dicha política mientras persistieran los compromisos
para el Banco señalados en la nota 3. Es decir, Banesto cumplió de esta
forma con la última de las medidas incluidas en el ya mencionado Plan de
actuación.

Además de ello, quiero manifestar a SS. SS. lo que seguramente habrán
comprobado en el capítulo II del folleto informativo en el que, como
datos relativos a las gestiones antiguas, se ofrecía información sobre el
dividendo y beneficio por acción, en la que se advierte el fuerte
descenso de ambos en el año 1992. Asimismo, y también conforme habrán
podido comprobar SS. SS., me remito al anexo 3 del capítulo V del folleto
informativo, donde se manifestaba cómo las cuentas de pérdidas y
ganancias de Banesto de 1991 y 1992 registraban una fuerte disminución
del beneficio, un aumento de las previsiones por insolvencias y de los
gastos de explotación superiores a los de la media de la Banca,
destacando igualmente el incremento de las previsiones para riesgos y
cargas en el balance a 31 de marzo de 1993; rasgos que se repetían en las
cuentas del grupo consolidado.

En síntesis, entendemos que el folleto informativo contenía suficiente
información para que los futuros adquirientes de acciones pudieran
conocer la situación del Banco, y en lo que se refiere al informe
especial emitido por Price-Waterhouse sobre exclusión del derecho de
suscripción preferente, que, como SS. SS. habrán leído, evaluó la
adecuación de los factores utilizados por el Consejo de Administración
para la determinación del tipo de emisión propuesto para las acciones,
también realizó un examen de la documentación que soportaba los métodos
de valoración utilizados por la sociedad y las bases de cálculo. A tal
respecto he de manifestarle lo siguiente. El método de valoración que
empleó el Consejo para estimar el valor de las acciones fue el de
descuento de los dividendos futuros esperados, considerándose dicho
método como el más adecuado por los siguientes motivos. No era
aconsejable el valor de cotización bursátil en aquel momento, ya que
estaba afectado por las expectativas creadas por el anuncio de la entrada
de importantes inversores. Tampoco se consideraba como un método útil el
del valor patrimonial neto ajustado. Por último, como no se trataba de
valorar el Banco desde una perspectiva de toma de control, se consideró
como método más conveniente el descontar el flujo de dividendos esperados
por acción. El método de valoración se basó en la proyección a futuro del
negocio y resultados de una entidad en marcha, viniendo condicionados
dichos resultados por el entorno económico general, la evolución del
sector bancario y la actuación específica de Banesto, es decir, la
gestión de su Consejo y teniendo en



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consideración las limitaciones existentes respecto a la política de
dividendos.

Abundando en el tema, como SS. SS. habrán leído en el informe especial
que estamos comentando, nuestro trabajo se basó en las cuentas anuales
del ejercicio cerrado al 31 de diciembre de 1992, que ya hemos analizado,
teniendo en cuenta todos los aspectos significativos contenidos en dichas
cuentas, así como en la obtención de un escrito facilitado por la
dirección de la sociedad, en el que se nos comunicó que se habían puesto
en nuestro conocimiento todas las hipótesis, datos e informaciones
relevantes, así como en las preguntas formuladas a la dirección de la
sociedad sobre acontecimientos importantes que pudieran haber afectado de
forma significativa a la sociedad y a la evaluación de la adecuación de
los factores utilizados para la determinación del tipo de emisión
propuesto para las acciones, y un examen de la documentación que soportó
los métodos de valoración utilizados por la sociedad y las bases de
cálculo. Nuestro informe termina indicando que los factores utilizados
por el Consejo de Administración de Banesto en la determinación del tipo
de emisión para las nuevas acciones y los métodos de valoración en los
que se basaron, fueron considerados adecuados en las circunstancias
explicadas, así como adecuadamente expuestos en el informe de
administradores que se adjuntó, y justificaron el tipo de emisión
propuesto a la aprobación de la Junta General.

Permítanme SS. SS. que haga referencia al último párrafo de nuestro
informe, donde se dice: Ha sido preparado, únicamente a los fines
previstos en el artículo 159 de la Ley de Sociedades Anónimas, por lo que
no debe ser utilizado para ninguna otra finalidad.

Sólo quiero insistir, señorías, que lo que debe quedar muy claro es que
el auditor no es quien propone la ampliación de capital, ni quien la
autoriza, ni quien la lleva a cabo, ni quien la recomienda, siendo su
única misión, y sólo en el caso de exclusión del derecho preferente de
suscripción, el emitir un informe con el único objetivo de preservar los
derechos de los antiguos accionistas, a los que se va a privar de
suscribir las nuevas acciones. El paso siguiente fue, como bien saben SS.

SS., el acuerdo dictado por el Comité Ejecutivo del Banco de España, en
sesión de 28 de diciembre de 1993, ordenando la sustitución provisional
del Consejo de Administración de Banesto.

Con el fin de reforzar la idea del deterioro de 1993, en dicho informe se
indica que los trabajos de inspección realizados en Banesto a lo largo de
1993 han puesto de manifiesto, en forma progresiva, una mayor gravedad de
la situación patrimonial de la entidad y una capacidad de generación de
recursos muy escasa. Ello ha hecho inevitable el fracaso del plan
propuesto, de la recomposición imprescindible de los recursos propios y
de la cobertura de los saneamientos contemplados en el Plan de actuación.

Quería indicar a SS. SS., con el fin de facilitarles la mayor información
posible, que, previamente al acta comentada, tuvimos una reunión con la
dirección de Banesto el día 17 de diciembre, en la que manifestamos las
líneas maestras de las materias que habían sido identificadas por
nosotros y que tendrían efecto sobre nuestro informe de auditoría para
1993. El contenido de dichas materias tenía su origen en el ya comentado
deterioro producido durante el año 1993, manifestándonos el representante
del Banco que no se celebraría la habitual reunión con el comité de
auditoría para comentar el trabajo que habíamos realizado, previo al
informe de las cuentas que se cierran al 31 de diciembre de cada año.

Como SS. SS. conocen, el Banco de España indicó, en su acuerdo de 28 de
diciembre de 1993, que la situación detectada era de tal magnitud que las
necesidades de dotaciones y saneamientos ascendían, en su conjunto, a
503.000 millones de pesetas, cifra que se elevó a 605.000 millones de
pesetas, según se desglosa en la documentación aportada a la Junta
General de 26 de marzo, referida al balance de situación cerrado al 31 de
diciembre de 1993.

Concretamente y para que SS. SS. vean clara la correlación entre nuestro
informe correspondiente al ejercicio del año 1992 y las cifras contenidas
en el informe entregado por nosotros a Banesto con referencia a la
situación de 31 de diciembre de 1993, he de manifestarles lo siguiente:
Con respecto al fondo de pensiones se pasó de una cifra de 33.000
millones de pesetas a 77.000 millones de pesetas, a finales de 1993,
consecuencia de la aplicación, en este segundo caso, de hipótesis
actuariales más conservadoras, así como debido a la existencia de un buen
número de prejubilaciones producidas durante el ejercicio de 1993 y por
la inclusión de la dotación correspondiente al personal del Banco de
Madrid, consecuencia, en este último caso, del contrato de compraventa
que establecía que el comprador podía derivar este personal y compromisos
hacia la entidad vendedora.

Dentro de las previsiones globales por desvalorización de la cartera, de
185.000 millones de pesetas, hay que citar 88.000 millones de pesetas,
que es el efecto en Banesto de las pérdidas incurridas por la Corporación
Industrial durante 1993, corroboradas por el informe preliminar de sus
auditores, así como la minusvalía que se produce por la diferencia entre
el valor en libros de Banesto y el precio de venta estimado para el
porcentaje que el Banco tenía en La Unión y el Fénix Español, que
ascendía a 31.000 millones de pesetas, importe que incluye la corrección
retroactiva de las cuentas formuladas a 31 de diciembre de 1992.

Asimismo, hay que incluir 38.000 millones de pesetas procedentes de
minusvalías, consecuencia de la diferencia del valor de la cartera
representada por entidades financieras residentes en el extranjero, por
pérdidas del ejercicio, y otros 28.000 millones de pesetas derivados de
minusvalías procedentes de la diferencia de valor de las financieras
nacionales, sociedades instrumentales y otras entidades.

Sin duda, el apartado más importante por su cuantía económica es el de la
morosidad. Es importante como consecuencia de los impagados que se han
producido a lo largo del año y del deterioro de la solvencia de muchos de
los deudores, relativamente grandes, que tiene el Banco. Debido a la
profundidad y alargamiento de la crisis económica, muchos deudores se
quedaron sin recursos para afrontar el pago, continuando la presión a la
baja de los precios inmobiliarios, lo que hizo que las garantías
hipotecarias, de las que Banesto por su cultura crediticia es



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altamente dependiente, vieran reducida su cobertura. Aunque la cifra es
grande es posible explicar un quebranto de 228.000 millones de pesetas
para un volumen de riesgo, incluyendo avales, de casi tres billones de
pesetas, que han sufrido de manera sensible la situación de recesión,
debido a esa cultura crediticia del Banco, en la que tradicionalmente se
buscaba obtener garantías inmobiliarias o de otros activos, en vez de
iniciar estrategias de salida cuando se detectaban créditos que podían
ofrecer problemas en el futuro.

Como consecuencia también de gastos deducibles y activos capitalizados
que han debido ser ajustados por diversos motivos como, por ejemplo,
cambio de criterio de amortización de gastos amortizables, instalaciones
de locales arrendados, contingencias fiscales y otros, hay que incluir, a
finales de 1993, 42.000 millones de pesetas. Querría recordarles las
manifestaciones que el señor Presidente de Banesto realizó en tal sentido
en su comparecencia ante esta Comisión acerca del gran deterioro sufrido
por el Banco durante 1993, especialmente en la segunda mitad de dicho
año, que afectó no sólo a la cartera de crédito sino, especialmente, a la
Corporación.

Ya hemos hecho referencia anteriormente a este rápido deterioro económico
al comentar la correlación de cifras entre nuestro informe del ejercicio
cerrado al 31 de diciembre de 1992 y el de 1993. En este punto me
gustaría destacar, conforme se refleja en el acuerdo del Banco de España,
que el citado deterioro de la inversión crediticia tuvo su origen en
diversas causas, imputables a la inadecuada gestión de la entidad, entre
las que se destacaron las siguientes: La existencia de algunas
operaciones singulares, el fuerte crecimiento de la inversión crediticia
en los ejercicios anteriores a 1993 y ciertas deficiencias relativas a
los sistemas de control interno.

Hay que incluir en la cifra que estamos analizando de 605.000 millones de
pesetas los 20.000 millones que corresponden a las pérdidas arrastradas
del ejercicio de 1993.

Por último, y en lo que se refiere a nuestra relación y actuación con el
nuevo equipo gestor, me gustaría señalar que ha estado presidida por los
principios de eficacia, celeridad y total colaboración, habiendo
mantenido nuestra habitual independencia y profesionalidad. Prueba de
ello son las palabras que el señor Gobernador del Banco de España
pronunció ante SS. SS. en su segunda comparecencia ante esta Comisión
cuando al referirse al informe del auditor externo, dijo: Ha sido una
tarea muy compleja porque, aunque la huella dejada por el paso de la
inspección del Banco de España en Banesto y la plena colaboración de los
nuevos gestores del Banco han facilitado la tarea del auditor, éste se ha
esforzado por penetrar en operaciones de gran complejidad y frecuentes
ramificaciones internacionales, y ha encontrado en ocasiones dificultades
para determinar las pérdidas o ganancias de algunas empresas en fechas
muy cercanas al cierre del último ejercicio.

Permítanme SS. SS. que manifieste mi orgullo como profesional al recordar
estas palabras del señor Gobernador, que sirven de contrapunto a otros
comentarios pronunciados en algunos casos por quienes ni siquiera han
tenido la paciencia de leer completos los informes que enjuiciaron, con
olvido de la independencia, de la integridad y de la objetividad que
preside la actuación profesional de un auditor de cuentas, así como
cierto desconocimiento de las normas que regulan la actividad de
auditoría, confundiendo al auditor con un investigador o con un vigilante
de la modalidad económica. Estas tres cualidades de independencia,
integridad y objetividad las hemos mantenido tanto con la entidad
auditada como con cualquier otro organismo relacionado con el control o
vigilancia de las entidades financieras o con la función de auditoría.

Señor Presidente, señorías, espero haber contribuido a cumplir el
objetivo que tiene esta Comisión y estoy a su total disposición para
contestar a cualquier pregunta que tengan por conveniente formularme
dentro de los límites a los que estoy obligado en función de lo dispuesto
por el artículo 13 de la Ley de Auditoría de Cuentas, como SS. SS. bien
conocen, que se refiere al secreto profesional.

Muchísimas gracias por su atención.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Tejerina. ¿Qué grupos desean
intervenir? (Pausa.) Por el Grupo Parlamentario Vasco (PNV), tiene la
palabra el señor Zabalía.




El señor ZABALIA LEZAMIZ: Muchas gracias, señor Tejerina, por comparecer
hoy ante esta Comisión y por las explicaciones que nos ha dado.

Intentaría ser breve, pero el contenido y la importancia hacen que surjan
demasiadas preguntas cuyas respuestas considero que la sociedad debe
conocer.

Empiezo por decirle que conozco la profesión de auditores. En
consecuencia, conozco en cierto modo las limitaciones y la forma de
trabajar, que en algunos casos excede la responsabilidad de las propias
posibilidades que puede tener un auditor. Pero hay que tener en cuenta
que a partir de la reforma mercantil, con la Ley del Mercado de Valores,
de las sociedades anónimas y, sobre todo, de la Ley de Auditoría de
Cuentas, hay un giro importante en la responsabilidad y profesionalidad
de la auditoría en España.

La propia Ley de Auditoría, en su exposición de motivos, deja constancia
de la relevancia de algunos conceptos en los estados contables que creo
importante recordar. En primer lugar, la máxima transparencia en la
información económico-contable de la empresa. En segundo lugar, permitir
un preciso y riguroso conocimiento de su situación económico-patrimonial
y financiera. En tercer lugar, establecer las técnicas de revisión y
verificación que permitan conseguir un alto grado de certeza, permitiendo
dar una opinión responsable sobre la contabilidad en su conjunto y sobre
circunstancias --y subrayo la palabra circunstancias-- que, afectando a
la vida de la empresa, no estuvieran recogidas en dicho proceso.

Como decía, reconozco las limitaciones en la actuación de los auditores:
por una parte, limitaciones internas en cuanto a la precisa colaboración
de los gestores de la empresa en cuanto a la documentación e información
que proporcionan a los propios auditores y, por otra parte, limitaciones
externas de acontecimientos relacionados con el mercado, la situación del
sector y la crisis económica, que



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están influyendo de forma permanente, y muchas veces directamente, en la
situación patrimonial de la empresa.

Hay un tema, muy importante para mí, que es uno de los núcleos centrales
de todo el problema: el establecimiento de la imagen fiel. Ya nos ha
dicho qué es, desde el punto de vista de la normativa vigente y las
limitaciones que tiene, el establecer la imagen fiel; creo recordar que
precisamente en el proyecto de ley que se debatió en esta Cámara el
establecimiento de la imagen fiel fue uno de los puntos más
controvertidos entre la posición del Gobierno y la de los propios
profesionales de la auditoría. Nosotros propugnábamos establecer la
expresión una imagen fiel en vez de la expresión la imagen fiel, porque,
indudablemente, la imagen fiel quiere decir que existe sólo una imagen
fiel de la empresa y, sin embargo, considerábamos que esta expresión era
excesivamente delimitativa para el establecimiento de los estados
financieros, que en ciertos momentos podrían dar como resultado, no sólo
una imagen fiel, sino varias, dependiendo de, digamos, la amplitud de la
auditoría que se estaba realizando. Este fue un tema muy debatido y, al
final, yo creo que desgraciadamente para el ejercicio de la profesión,
quedó establecida la expresión de la imagen fiel y hay que atenerse a
eso. Este es el punto de partida que yo creo que hay que tener en cuenta.

Refiriéndome concretamente a lo que ha sido, digamos, la actuación
auditora en el caso de Banesto, yo creo que hay una conclusión clara, que
es precisamente la que está sacando la sociedad: los auditores no han
detectado la verdadera situación de la entidad. Los informes de auditoría
creo que distan mucho de reflejar la imagen fiel y verdadera del Banco. A
este respecto quiero subrayar el hecho de que ha habido dos cuestiones
que usted ha planteado y en las que me gustaría detenerme. La fijación
del deterioro, según yo interpreto de sus declaraciones, está centrada en
el año 1993, y yo creo que es claro que el deterioro del Banco Español de
Crédito no está producido por actuaciones del año 1993, sino por un
proceso, que viene de hace muchos años, de continuo declive y mala
gestión del Banco. Por tanto, creo que no es propio determinar que el
deterioro del Banco se ha producido en el año 1993, sino que ese
deterioro viene de años anteriores.

Hay otra cuestión que también quiero resaltar: la alusión, en cierto
modo, a las dificultades de acceso a la documentación, que yo decía antes
que era una de las limitaciones importantes que tienen los auditores: la
buena voluntad de los gestores en cuanto a proporcionar datos y ayuda
para llevar a efecto una auditoría y la información que presenten. Y,
como usted sabe perfectamente, en el artículo 3.º de la Ley de Auditorías
ya se recoge que las empresas o entidades auditadas estarán obligadas a
facilitar tanta información como fuera necesaria para realizar los
trabajos de auditoría de cuentas y, asimismo, que quien o quienes
realicen los trabajos estarán obligados a requerir cuanta información
precisen para la emisión del informe de auditoría de cuentas. Si en este
caso ustedes tuvieron dificultades de acceso a información, si tuvieron
dificultades en el desarrollo de su trabajo por, digamos, no colaboración
de los equipos gestores o empleados del Banco y si esa falta de
información u obstaculización de su labor fue importante, tendrían que
haberlo reflejado como salvedad en los informes de auditoría.

A partir de aquí surgen una serie de preguntas que me gustaría que las
aclarara dentro de sus posibilidades, y si en algún momento hago alguna
redundancia en alguna explicación que usted ya ha dado, le agradecería
que profundizara al máximo en la explicación.

¿Por qué el Banco de España es capaz de detectar la situación real y no
los auditores? ¿Por qué el nuevo equipo gestor en un mes de trabajo
consigue, en mayor o menor medida, establecer la verdadera situación
patrimonial de la empresa y no los auditores en tantos años?
No sé cuál es, en el caso de ustedes, la forma de trabajo en la auditoría
del Banco Español de Crédito, pero sí suele ser bastante habitual el que
el auditor esté permanentemente en contacto con el cliente para ir
corrigiendo determinadas cuestiones, desde el punto de vista precisamente
contable y administrativas, para que al final ello redunde en una mayor
facilidad para establecer el informe de auditoría y, sobre todo, para
evitar que puedan surgir salvedades que podrían haber sido corregidas en
el transcurso del trabajo realizado. En este sentido me gustaría saber
cuál ha sido la fórmula de trabajo de ustedes en la auditoría con el
equipo de Banesto, si eran unos trabajos que estaban realizándose
permanentemente en contacto con los departamentos correspondientes del
banco o si simplemente se limitaban a hacer la auditoría a final de año.

También me gustaría hacer una serie de preguntas que están relacionadas
con organismos e instituciones y, concretamente, con el propio Banco
Español de Crédito. ¿Desde qué ejercicio están ustedes auditando la
entidad y por cuántos años tienen firmado el contrato de auditoría?
¿Tienen ustedes con el Banco Español de Crédito otras relaciones o
contratos para desarrollar servicios profesionales independientemente de
la propia auditoría?
Vuelto a preguntar, porque creo que es importante, si en la realización
del trabajo ustedes han encontrado colaboración satisfactoria o no tanto
del personal como de los gestores.

Con relación al Banco de España, ¿conocían el proceso de inspección que
estaba realizando el Banco de España desde hace 18 meses en esta entidad?
¿Habían tenido ustedes contacto con el Banco de España para aclarar o
requerir información sobre la situación del banco? ¿Han conocido o
conocían ustedes los resultados de esta inspección?
Por lo que respecta a su relación con la Banca J. P. Morgan, ¿qué tipo de
relación profesional mantienen con esta firma? ¿Son ustedes sus
auditores? ¿Tienen contratado otro tipo de servicios también con la Banca
Morgan? En segundo lugar, en caso de que ustedes sean los auditores --que
me conta-- de la Banca J. P. Morgan, ¿cómo reflejan en los estados
financieros auditados a esta firma la participación en Banesto y el
estado o situación de éste en su contabilidad?
Este, en principio, sería el paquete de cuestiones y preguntas que quería
hacerle de tipo general y, ahora, me gustaría entrar en cuatro cuestiones
puntuales de los estados financieros del banco.




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Por una parte, me voy a referir a las inversiones crediticias y
provisiones por insolvencias. Desde el año 1989 al año 1991 las
inversiones crediticias crecen en un 40 por ciento, manteniéndose en los
años 1992 y 1993, tras un leve descenso. Los deudores a plazo, vista y
varios representan entre un 65 y un 68 por ciento, teniendo en cuenta
que, a corto plazo, las obligaciones del banco se sitúan en un
porcentaje, sobre la cartera de clientes, entre un 50 y un 60 por ciento,
lo que hace que, a simple vista, el riesgo de la entidad en inversiones
crediticias sea muy alto y a corto plazo. Sin embargo, la dotación neta a
provisiones hasta el año 1993 apenas representa el 1 por ciento del saldo
de la cuenta de deudores, y en 1993, con el plan de saneamiento, se
establece una dotación, ya más ajustada a la realidad, que representa
casi un 10 por ciento. Automáticamente surgen una serie de cuestiones y
cabría preguntar: ¿Qué criterios para la calificación de riesgo de
deudores se establecían? ¿Por qué se ha mantenido tan baja la provisión
por insolvencias? Algún año, incluso, la dotación sólo cubría los
fallidos del propio ejercicio. En las notas del balance, en este
capítulo, se detallan con generalidad los criterios empleados por el
Banco, no dando opinión sobre los mismos por parte de los auditores e
indicando en algún ejercicio --o en todos, yo creo-- que son suficientes.

¿Por qué no han sido más explícitos en este capítulo?
¿Por qué no reaccionan cuando el Banco de España establece un plan más
acelerado de dotación de insolvencias en el año 1992, plan que propugnaba
incluir los rendimientos extraordinarios, todos los rendimientos
extraordinarios a partir de esta fecha hasta el 31 de diciembre de 1994?
En ese momento por lo menos ustedes sí tenían conocimiento de que no se
estaba dotando suficientemente o con criterios de prudencia, muy
importantes en la labor de auditoría y de contabilidad.

¿Cómo es posible que lo que no se detectó en todos estos años haya sido
detectado y valorado, y me refiero ahora al desfase patrimonial de
605.000 millones, como necesidades para provisiones y saneamiento y se
haya llegado a la conclusión de todo esto en menos de un mes?
¿En base a qué encuentran ahora razonables las estimaciones efectuadas
por los actuales gestores en el saneamiento de la cartera de créditos, en
la que se han tenido que establecer unas provisiones en banca comercial
de 165.000 millones y en banca corporativa internacional de 116.000
millones? Estamos hablando de unas cantidades enormemente importantes.

Y en este capítulo de morosidad quisiera hacerle dos preguntas concretas.

¿Han detectado préstamos concedidos a terceros para adquisición de
sociedades como, por ejemplo, el caso de Totta y Açores? Y, ¿se han
incluido en provisiones? Y la segunda pregunta es: ¿existen contratos de
préstamo de servicios de Banesto con empresas del Grupo o con terceros?
La segunda parte de este análisis se refiere a la cartera de valores. La
cartera de valores está realizada, y en su informe lo exponen, con unos
criterios contables que son los que están establecidos oficialmente e
impuestos por las normas de contabilidad y auditoría de cuentas, tanto
para los fondos públicos, como para los títulos de renta fija, como para
los títulos de renta variable. Al parecer, el saneamiento en este
capítulo viene motivado por el quebranto de la Unión y el Fénix que, como
usted ha dicho, ha sido o es auditada por la firma Arthur Andersen y por
la corporación Banesto, con lo que ha venido a apuntar alguna limitación
de responsabilidades por la intervención de otros auditores. Pero también
hay que tener en cuenta que hay que cerciorarse, por parte del auditor
del Grupo, de que, en cierto modo, los informes de auditoría de otros
auditores tienen que ser veraces y, si tienen dudas, tendrían que
investigar sobre ello porque, indudablemente, y en un caso como el de
Banesto, influyen o pueden influir decisivamente en la marcha del Banco y
de la organización central.

De acuerdo con esto, y concretamente sobre el tema de la cartera de
valores, es curioso que se haya establecido una nueva valoración por
nueva información que ustedes dicen que poseen (es decir, antes no tenían
información que ahora tienen), por una información obtenida en otros
países y por nuevas estimaciones de saneamiento. Me gustaría que
precisara un poco más estos aspectos que ustedes han manifestado al
establecer en el plan de saneamiento la valoración de la cartera de
valores, que representa un saneamiento, según lo que proponen, de 185.000
millones de pesetas. Por tanto, resumiendo este capítulo, ¿qué controles
se habían establecido en las auditorías de los años anteriores para dar
como buenas las valoraciones de la cartera de valores presentadas por los
antiguos gestores?
Por lo que respecta al plan de pensiones, también, como es normal y
habitual, se fundamentan ustedes en los principios contables para
establecer la valoración del plan de pensiones y en sus opiniones
manifiestan en todos los años que, al 31 de diciembre, los bancos del
Grupo tienen cubierta la totalidad del valor actual de los compromisos ya
materializados con el personal pasivo y del valor actual, a esta fecha,
de los compromisos potenciales devengados con el personal activo. En
todos los años, digo, hasta el 31 de diciembre.

En el año 1992, en relación a los cálculos actuariales realizados con
tipos de interés del 8 por ciento y tablas de mortalidad PM 73 ó 70,
hacen referencia a las exigencias del Banco de España... (Perdón, señor
Presidente, le estoy viendo que me incita a que acelere, y yo voy a
intentar hacerlo; lo que pasa es que tiene que entender que éste es un
capítulo muy importante.)



El señor PRESIDENTE: El Presidente lo entiende perfectamente pero, pese a
todo, le pido concisión.




El señor ZABALIA LEZAMIZ: Bien. Intentaré ser conciso y rápido al máximo.

Decía que hacen referencia a la exigencia del Banco de España, por lo que
se refiere a este ejercicio 1992, de aplicar tipos del 7 por ciento y
tablas de mortalidad GR 80. Este cambio de hipótesis actuarial implica un
aumento de cobertura de 33.000 millones de pesetas, apuntando que el
Banco está estudiando diversas alternativas de cobertura para reducir los
compromisos de forma significativa.




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Al final ¿qué está pasando? Que ustedes, indudablemente, están actuando
de acuerdo con la normativa, con las exigencias, con los requisitos y
recomendaciones del Banco de España y, como digo, de las normativas
existentes, pero si en algún caso a un auditor no le satisface toda la
información y la aplicación de la normativa existente porque intuye (y
ésta es una de las funciones más importantes de los auditores: intuir;
precisamente el profesional tiene que saber que existen cosas que no
están a la vista, de acuerdo con la documentación que tienen) que no es
suficiente para establecer una imagen fiel, vuelvo a repetir, tienen que
ponerlo de manifiesto, o tienen que hacer las actuaciones precisas para
poder determinar cuál es la verdadera situación patrimonial de la
empresa. Este es uno de los aspectos que no veo ni en los informes de
auditoría ni en la exposición que usted ha hecho.

En la auditoría, como digo, del año 1993, recogen la aprobación, por
parte del Banco de España, del plan de dotaciones a realizar en un plazo
de 8 años, hasta el año 2000, y aplican estudios actuariales con un
interés del 6,5 por ciento y mortalidad GR 80. Es decir, van
estableciendo permanentemente unos planes actuariales cada vez más
prudentes, porque están viendo cuál es la situación. La pregunta que le
quiero hacer, para resumir esto, es la siguiente: Considerando que el
cambio de sistema actuarial, cada vez más prudente, implica un cambio
cuantitativo importante en las previsiones para las contingencias y,
consecuentemente, para la imagen patrimonial, ¿por qué no se refleja en
el informe de auditoría como salvedad?
Finalmente, en el último apartado de este capítulo, al tratar de otros
ajustes dentro del plan de saneamiento, ajustes de activos y pasivos
realizados, ustedes establecen que en este epígrafe se incluyen otros
ajustes --me refiero ahora al plan de saneamiento-- que obedecen
conceptualmente a varias partidas que han agrupado con el propósito de
simplificar el documento y que son las siguientes: activos que pueden
estimarse de difícil realización a los precios contabilizados,
modificación del criterio de reconocimiento contable de ciertos gastos
amortizables y de estructura, corrección de la amortización de las
instalaciones de locales arrendados, diferencias en los valores asignados
a los bienes adjudicados, provisiones identificadas de acuerdo con un
criterio de prudencia para contingencias fiscales futuras... Señor
Tejerina, estos aspectos son propios de una labor de auditoría, que al
parecer se realiza en el año 1993, pero no se contemplan como tenidos en
cuenta en las auditorías anteriores, porque dicen que sus comprobaciones
no han incluido hasta entonces un análisis detallado de la documentación
soporte, y además dicen que su estimación sobre estos ajustes está basada
únicamente en el examen conceptual de documentos del Banco. Esos
documentos y esos aspectos tenían que haber sido contemplados en su
momento, y no en el año 1993. Todo ello demuestra que en los ejercicios
anteriores ha existido una falta de rigor de auditoría muy importante.




El señor PRESIDENTE: Señor Zabalía, ahora sí le tengo que pedir máxima
brevedad.




El señor ZABALIA LEZAMIZ: Entonces mi pregunta en este capítulo es,
simplemente, la siguiente. Estas nuevas estimaciones han ocasionado una
provisión adicional de 42.000 millones de pesetas. Me gustaría que nos
aclarara cuáles son estos ajustes, si en algún momento hay algunas
cantidades llamativas que pueden entrar dentro de este capítulo de
ajustes de activos y pasivos realizados en el plan de saneamiento.




El señor PRESIDENTE: A continuación, tiene la palabra, en nombre del
segundo peticionario de la comparecencia, por el Grupo Popular, el señor
Del Burgo.




El señor DEL BURGO TAJADURA: Después de esta magnífica intervención del
representante del Grupo Nacionalista Vasco, señor Zabalía, que yo creo
que ha centrado, desde el punto de vista técnico, perfectamente la
cuestión y ha formulado preguntas enormemente importantes e interesantes,
yo quisiera hacer alguna valoración política y empezar diciéndole al
señor Tejerina que no debiera estar tan orgulloso como profesional de los
halagos que le pueda realizar el Banco de España en esta materia y en
este tema en concreto, porque lo triste en todo este asunto es que, al
final --y estamos viéndolo en todas las comparecencias desde que comenzó
esta Comisión--, resulta que nadie tiene la culpa de nada: el Banco de
España no tiene la culpa, la Comisión Nacional del Mercado de Valores no
tiene la culpa, nadie tiene la culpa.

Señor Presidente, le ruego que no haga comentarios con la cabeza, porque
su deber de imparcialidad se lo impide.




El señor PRESIDENTE: Es la espontaneidad del señor Presidente, no lo vea
como otra cosa.




El señor DEL BURGO TAJADURA: Aquí nadie tiene la culpa de nada, digo, y
entonces nos encontramos con que el ciudadano, que tenía confianza en un
ordenamiento jurídico que precisamente le dice que le garantiza que toda
la actividad financiera está sujeta a controles que le van a permitir
tener confianza en lo que se le diga, se ha visto frustrado. Por tanto,
señor Tejerina, yo le ruego que no tome tan al pie de la letra esas
manifestaciones del Banco de España.

Supongo que cuando ustedes conocieron que el 23 de noviembre de 1992, el
Banco de España envió a Banesto un escrito de observaciones que contenía
importantes correcciones de la información contable proporcionada por
esta entidad al Banco de España --y, en concreto, hablaba de la necesidad
de reclasificar créditos dudosos por importe de 120.199 millones de
pesetas-- se produciría una enorme conmoción, o preocupación por lo
menos, en cuanto a cómo reflejarlo en la auditoría a 31 de diciembre de
1992, siendo ése un dato esencial.

Yo quisiera que tuviera un rasgo de sinceridad. Comprendo que para el
señor Tejerina, hay un artículo, que es el 11 de la Ley de Auditorías,
que le estará pesando, desde que el asunto Banesto ha estallado, como una
auténtica losa. Ese artículo se refiere a que los auditores de cuentas
responderán directa y solidariamente frente a las empresas



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o entidades auditadas y frente a terceros por los daños y perjuicios que
se deriven del incumplimiento de sus obligaciones. También creo que ese
artículo 11 ha pesado en toda la comparecencia de usted aquí, porque me
da la impresión de que ha sido una comparecencia a la defensiva; no ha
sido una comparecencia de quien tiene las cosas extraordinariamente
claras y que afirma con rotundidad que su actuación ha sido
manifiestamente clara, sino que ha venido, desde el principio, a decir:
Tenemos que hacer unas observaciones previas...; esas observaciones
previas son que todo el Grupo Banesto no lo auditamos nosotros...; que
tampoco el Grupo empresarial lo auditamos nosotros...; que, por
consiguiente, dependemos en parte de lo que nos hagan otros... Ha
empezado diciendo eso. Luego, ha terminado incluso diciendo algo que
tampoco se le ha pedido: No somos investigadores..., no somos vigilantes
de la honradez de una gestión; nosotros nos remitimos simplemente a lo
que es lo nuestro. Pero lo suyo es que, realmente, el informe de
auditoría tiene que reflejar la imagen fiel, y resulta que nos ha
pretendido hacer creer, señor Tejerina --yo soy un absoluto ignorante en
cuestiones de auditoría y en ese tipo de cuestiones, pero la verdad es
que me resulta muy duro de creer--, que, al final, toda la situación de
Banesto, con el agujero de 605.000 millones de pesetas detectado en
diciembre de 1993, se ha producido en el año 1993; es decir, la carga de
la prueba es para el año 1993. Como el año 1993 no lo hemos auditado
nosotros todavía o, si lo hemos auditado, ya lo hemos auditado con
arreglo a los nuevos datos, aquí no pasa nada; en el año 1992 no se podía
saber lo que estaba pasando en Banesto. Pero eso no es verdad, señor
Tejerina.

Yo le quiero preguntar si, cuando ese informe de 23 de noviembre de 1992
llegó a sus manos, ustedes tuvieron contactos o negociaciones con el
señor Conde, como Presidente y responsable de la entidad en aquellos
momentos, para ver cómo ese asunto quedaba reflejado en el informe de
auditoría. Yo, que no soy experto financiero, pero que algún conocimiento
del Derecho tengo, lo que puedo decir es que de la propia lectura del
informe, hecha por una persona que no tiene que pedir auditoría para
saber si la auditoría que le presentan es correcta, simplemente sabiendo
leer, se interpreta que el número 2 del informe de auditoría que ustedes
firman el 26 de abril de 1993 induce a confusión, señor Tejerina. Porque
resulta que el Banco de España está diciendo que hay una morosidad
verdaderamente preocupante, y ustedes eso no lo reflejan con claridad,
sino que, al revés, lo enmascaran. Se enmascara en el punto 2, cuando
ustedes dicen: En nuestra opinión, en base a nuestro examen y a los
informes de otros auditores, las cuentas anuales adjuntas expresan, en
todos los aspectos significativos, la imagen fiel del patrimonio y de la
situación del Banco Español de Crédito y del Grupo consolidado Banesto a
31 de diciembre de 1992 y 1991..., y de los resultados de sus
operaciones..., y de los recursos obtenidos y aplicados durante los
ejercicios anuales terminados en dichas fechas..., y contiene la
información necesaria y suficiente para su interpretación y comprensión
adecuadas (no hacen ustedes salvedades ninguna), de conformidad con
principios y normas contables generalmente aceptadas para entidades de
crédito en España, aplicados uniformemente y, excepcionalmente (es decir,
aunque eso sea una excepción, estamos dentro de la mayor normalidad),
permiten al Banco de España autorizar tratamientos específicos como los
que se describen en la nota tres. Por tanto, el que lea esto con buena fe
y no tenga, repito, el asesoramiento de un auditor para que le diga cómo
debe interpretarse lo que dice el auditor de Banesto, dice: todo está
normal. En nuestra opinión, aquí no hay ninguna salvedad; simplemente se
remiten a la nota tres, y en la nota tres, que es algo que permite el
Banco de España también con absoluta normalidad, no se dice más que hay
que hacer una provisión de 52.898 millones de pesetas sin ninguna
valoración de demérito sobre la cuestión, sino simplemente como un asunto
normal, y se omite la cifra fatídica de 120.199 millones de pesetas, que
si se hubiera dicho con toda claridad --y no ahí, sino en el punto dos--
a los accionistas y a los terceros interesados se les habría levantado la
señal de alarma de que algo estaba pasando en Banesto. Y, desde luego,
eso no se desprende, señor Tejerina, de la auditoría.

Por consiguiente, le pediríamos que nos dijera exactamente cuál fue la
actitud del señor Conde con relación a este tema, si les hizo alguna
sugerencia o manifestación, si ustedes se prestaron a ella. Claro, ya sé
que no me lo va a decir, lógicamente, porque si me lo dice ahora,
naturalmente, la Asociación de Defensa del Accionista tiene el pleito
ganado, y no me lo va a decir usted. Pero alguien tiene que tener
responsabilidades, señor Tejerina, es que aquí no las tiene nadie, porque
ustedes, en la auditoría del año 1993, cuando se han hecho ya con las
bendiciones del Banco de España y después de la intervención, ustedes
ahora tienen toda la documentación al parecer, disfrutan de las máximas
facilidades para hacerlo, y ustedes han presumido de ello, de que ahora,
por fin, hay una colaboración estrechísima entre la nueva dirección del
Banco y ustedes. Y yo le pregunto: ¿Es que en el año 1992 no tenían esa
colaboración estrechísima? Y si no la tenían, ¿por qué no lo dijeron?
¿Por qué no lo denunciaron?
Eso hay que ponerlo en un informe de auditoría, lo dice la Ley. Por
tanto, señor Tejerina --y con esto termino--, menos orgullo profesional y
más rigor. Explíquelo usted bien porque, si no, mucho me temo que la
profesionalidad de Price Waterhouse, si no se nos dice la verdad, va a
quedar en entredicho. (El señor Mardones Sevilla pide la palabra.)



El señor PRESIDENTE: Por el Grupo de Coalición Canaria, tiene la palabra
el señor Mardones.




El señor MARDONES SEVILLA: Gracias, señor Presidente.

Entro directamente a realizar las preguntas, muy pocas, dado el amplio
abanico exhaustivo de los dos compañeros Diputados que me han precedido
en el uso de la palabra.

Señor Tejerina, cuando aquí se produce la primera comparecencia, en el
mes de diciembre, del señor Gobernador del Banco de España surge una
preocupación en este Congreso de los Diputados, coincidente con la
preocupación



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del Gobernador del Banco de España, sobre el problema de la credibilidad
del sistema financiero español, y nosotros, los responsables políticos,
nos posicionamos en esa misma idea de velar interna y externamente por la
credibilidad del sistema financiero de nuestro país. Pero, claro, la
credibilidad del sistema financiero frente a cualquier posible
perturbación que realice un determinado personaje o consejo de
administración de una entidad no está solamente sustentada por esa
credibilidad propia, sino que hay una serie de instituciones, como en
este caso son fundamentalmente, por un lado, el Banco de España y, por
otro lado, el instrumento que la ley española pertinente concede a las
firmas de auditoría. Por tanto, las firmas de auditoría van a tener un
grado de responsabilidad en la credibilidad del sistema financiero
español, porque si esa credibilidad queda de alguna manera sometida a una
especie de sombra, quien también va a sufrir la falta de credibilidad es
o la empresa de auditoría o el sistema de auditorías que rige en este
momento en nuestro país. Mi pregunta, por tanto, va en esta dirección:
¿Usted cree que, a la vista de los hechos acaecidos en las auditorías y
lo hecho y lo acaecido en el Banesto del señor Mario Conde y de su
Consejo de Administración, es exigible que nos replanteemos la
modificación de los procedimientos de auditorías, en primer lugar, la Ley
que en España regula este tema, para aumentar el grado de exigencia de
garantías? ¿Usted cree que para las empresas auditoras, si están
aplicando un mismo modelo o sistema de análisis o de investigación a
firmas normales, a empresas que no están dentro de circuitos financieros
--una entidad de seguros, una empresa de fabricación de automóviles,
cualquiera que sea su nivel de patrimonio accionarial--, cuando se llega
a la banca, y sobre todo a uno de los grandes bancos, no será demasiada
materia --por poner algún calificativo-- para aplicar una misma
sistemática de análisis de auditorías? O sea, ¿habría que cambiar al
menos la sistemática y normativa de auditorías en España cuando se
refieren a bancos, a entidades financieras que incluso tienen dentro de
ellas una corporación industrial --como en este caso la de Banesto--, que
hace que sea un hueso duro de roer? Con esto no estoy poniendo ninguna
limitación de capacidad profesional a ninguna empresa auditora española,
sino a la sistemática y normativa con que tienen que hacerse las reglas
de análisis en este tipo de entidades.

En segundo lugar, usted, en su intervención, llega un momento en que para
tratar de justificar ese quebranto en la rentabilidad del patrimonio de
Banesto habla de la morosidad de los créditos y hace un apartado en esa
morosidad para deudores altos. No ha empleado el término --por lo menos
no se le ha oído-- «de dudoso cobro», como podían haber estado
calificados. En la auditoría, ¿por qué de alguna manera no dijeron lo que
ustedes consideraban que estaba en simple morosidad, con el calendario en
la mano, de lo que era ya verdaderamente dudoso cobro? Porque ustedes en
la auditoría --y usted lo ha dicho hoy en su comparecencia aquí, señor
Tejerina-- dijeron que como se había producido ya una crisis económica en
el mercado inmobiliario, las bajas del valor de los inmuebles lesionaban
entonces las garantías hipotecarias si los créditos eran hipotecarios. He
pensado que todos estos deudores altos, que estaban en morosidad o en
créditos de dudoso cobro, tenían todos garantías hipotecarias sobre
bienes inmuebles que sufrieron la repercusión al desplomarse ese mercado.

¿Es que ustedes no observaron que Banesto utilizaba o no utilizaba bien
sociedades de valoración de inmuebles? Usted sabe que hay una legislación
que dictó en su momento el Ministerio de Economía y Hacienda
estableciendo normas para el que solicita un crédito bancario con
garantía hipotecaria, y la valoración siempre ha sido una queja de los
solicitantes de estos créditos con garantía hipotecaria, ya que las
entidades que podían realizar de una manera voy a llamar oficial, en
nombre de la banca o de las cajas, estas valoraciones periciales del
valor en mercado del inmueble, lo hacían siempre a la baja, y ahí se han
encontrado ustedes con valoraciones periciales de precios en alza, porque
ha ocurrido y ocurre --espero que cada vez con menos frecuencia-- que a
determinados solicitantes de créditos con garantía hipotecaria se les
valora a la baja el valor de su inmueble, y a otros se les supervalora,
sencillamente para esa cobertura hipotecaria que es la que después
contrae alto riesgo.

¿Nos gustaría saber por qué en la auditoría ustedes no analizan (esto fue
también motivo de una reflexión del señor Gobernador del Banco de España
en su comparecencia en diciembre) la presencia agresiva del Banesto de
Mario Conde en el mercado de productos financieros nuevos con productos
de alto riesgo, por ejemplo la denominada cuenta Banesto. Bastaba el
simple hecho de que cualquier empleado o funcionario domiciliase la
percepción de sus haberes en cuenta corriente, esta cuenta Banesto, para
que encontrase, según los anuncios, una inmediatez de créditos casi con
aval personal, créditos con garantía personal exclusivamente y no
inmobiliaria, lo que, dado el volumen de este producto financiero,
introdujo también una vulnerabilidad del quebranto que después ustedes,
como resultado, digamos aséptico, presentan en su auditoría.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Catalán (Convergència i Unió), tiene la
palabra el señor Sánchez i Llibre.




El señor SANCHEZ I LLIBRE: Quiero agradecer de antemano la presencia del
señor Tejerina en su comparecencia en la Comisión sobre la intervención
del Banco Español de Crédito.

Quiero empezar mi intervención diciendo que he escuchado atentamente la
exposición del señor Tejerina y si no tuviéramos ninguna información
histórica respecto de la documentación y de los acontecimientos que se
han producido en una de las primeras entidades de crédito financieras de
España, llegaríamos a la conclusión de que los 600.000 millones de
agujero, los 600.000 millones de diferencias patrimoniales que ha
detectado la inspección y que ustedes también han confirmado en su
auditoría del año 1993, se han producido justamente en los últimos seis
meses de dicho año. Cómo es posible que en seis meses en una entidad de
esta envergadura, con informes auditados anteriormente por parte de su
compañía, se haya producido un agujero de esta magnitud. Como ha aducido
en su



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intervención, seguramente estarán motivados por la crisis del sector
industrial, por la cuestión de las insolvencias. En fin, ha dado una
serie de explicaciones y, por lo que he entendido, en seis meses hemos
llegado a un agujero de 600.000 millones de pesetas, que ha producido la
quiebra de Banesto y la posterior intervención del Banco de España.

Nuestro Grupo de Convergència i Unió en diferentes intervenciones que
hemos tenido, tanto en la Comisión de Economía como también en la
Comisión de seguimiento sobre la intervención de Banesto, hemos
manifestado que aquí existía una falta de fiabilidad en la información y
que, lógicamente, existían unas responsabilidades importantes que han
motivado esta quiebra del Banco Español de Crédito; responsabilidades
que, lógicamente, en su mayor parte habría que exigirlas al equipo gestor
de dicho Banco, y yo en ningún momento de mi intervención quisiera darle
el máximo de responsabilidades a su firma. Es evidente que las
responsabilidades de la gestión y del resultado final de dicha entidad
nadie las quiere. Nosotros se las formulamos al Presidente de la Comisión
Nacional del Mercado de Valores. Después voy a dar lectura de lo que está
transcrito en el «Diario de Sesiones», de las manifestaciones del señor
don Luis Carlos Croissier. También hemos formulado preguntas al
Gobernador del Banco de España. También ha podido suceder --y aquí no
hemos tenido la oportunidad de verlo-- que por inducción, ya que algunos
grupos extranjeros se lanzaron abiertamente a esta ampliación de capital,
otros 40.000 accionistas nuevos y muchos accionistas viejos pudieron
efectuar yo diría que la ampliación de capital más importante que ha
existido en España, de 100.000 millones de pesetas, con un resultado
espectacular y en pocos meses. Desde Convergència i Unió pensamos que
alguien debe tener la responsabilidad de los resultados finales del Banco
Español de Crédito; responsabilidad que, por cierto, ninguna entidad
quiere, lógicamente, confirmar.

Respecto a las manifestaciones del señor don Luis Carlos Croissier,
Presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, las voy a leer
porque pienso que también tienen su jugo. Decía lo siguiente a raíz de la
pregunta de Convergència i Unió sobre el porqué la Comisión Nacional del
Mercado de Valores no consultó al Banco de España cuando autorizó la
ampliación de capital. El señor don Luis Carlos Croissier dijo que no
tenía ninguna obligación, que no estaba previsto en la ley consultar al
Banco de España, a pesar de que en esos momentos ya había una segunda
inspección del Banco de España en la entidad. Dijo lo siguiente: Siempre
que haya unos administradores dispuestos a manipular la contabilidad de
sus empresas y siempre que existan unos auditores que no sean capaces de
ponerlo de manifiesto, nos podremos encontrar con unos folletos que
contengan inexactitudes, distorsiones o falsedades sobre la auténtica
información de la situación de la empresa.

Entiendo que aquí hay una clara alusión a que ustedes, como auditores de
Banesto, tienen una cierta responsabilidad por no haber sabido detectar
esta información, fiable, transparente, de la situación patrimonial y
que, lógicamente, ha inducido a que 40.000 accionistas nuevos, más otros
antiguos, fueran a una ampliación de capital de 100.000 millones de
pesetas.

La primera pregunta que le voy a formular es delicada, pero, viendo la
situación patrimonial de Banesto del año 1992 y comparándola con la
situación patrimonial del año 1993, nosotros no entendemos cómo este
agujero no llegó a ser detectado por su firma, porque 600.000 millones de
pesetas son muy difíciles de esconder o de pasar por alto, a pesar de las
dificultades de información que quizás tuvieran, pero --repito-- 600.000
millones de pesetas es mucho dinero. Primera pregunta: ¿Discutieron
ustedes con el Banco de España el borrador del informe de la auditoría
del año 1992? En caso de que no hubieran puesto este borrador del informe
de la auditoría del año 1992 en conocimiento del Banco de España, ¿cómo
es posible que su equipo, de reconocido prestigio y con una consolidación
importante en nuestro país, no hubiera podido detectar este agujero que
nos ha llevado a una situación límite dentro de la credibilidad de
nuestro sistema financiero? No hace falta más que recordar los artículos
que salieron en «The New York Times» y en el «Herald Tribune», según los
cuales la futura credibilidad del sistema financiero español dejaba
bastante que desear. También quiero preguntarle hasta qué punto, según
los límites vigentes en su profesión, no pudieron llegar a detectar dicho
agujero.

Hay una segunda pregunta, que también la ha comentado en su brillante
intervención el portavoz del Grupo Nacionalista Vasco, señor Jon Zabalía,
referida a la imagen fiel de la compañía, que usted también nos lo ha
manifestado en su intervención. La pregunta es la siguiente. Teniendo en
cuenta las directivas comunitarias que existen respecto a los auditores
de cuentas, teniendo en cuenta la Ley de Sociedades Anónimas española y
teniendo en cuenta las advertencias del Banco de España sobre las
cuestiones de provisión de insolvencias, saneamiento de carteras y plan
de pensiones, ¿ustedes notaron alguna diferencia entre la imagen real y
lo establecido por toda la normativa antes mencionada? Si ustedes la
encontraron y no la manifestaron, quizá podríamos encontrar la
explicación del porqué de la brusca aparición del agujero de los 600.000
millones de pesetas.

Otro tema importante que preocupa a nuestro Grupo de Convergència i Unió,
y pienso que también ha preocupado a la opinión pública porque ha llenado
muchas páginas en los diferentes medios de comunicación, es la
participación oficial en el Banco Totta y en el Banco Acores, auditoría
que usted ya nos ha dicho que no realizan directamente, pero que nosotros
entendemos que sí deben de tener alguna referencia de la consolidación de
las cuentas. Oficialmente hay una participación del 22 por ciento, pero
sabemos que realmente supera el 50 por ciento. ¿Cómo es que no lo
detectaron? ¿Quiere decir esto --en caso de que lo pueda contestar-- que
los consejeros que firmaron las cuentas mintieron, no dijeron la verdad?
También nos gustaría conocer la carta de manifestaciones que ustedes
siempre exigen a las direcciones de las entidades financieras cuando
hacen alguna auditoría o algún trabajo de este tipo, porque entendemos
que quizá encontraríamos la explicación de estas dudas en dicha carta.




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Después tengo tres preguntas de carácter general. En primer lugar,
¿cuáles son las contingencias fiscales que se podrían desprender del
balance auditado del año 1992? En segundo lugar, si es posible, nos
gustaría saber cuáles son las transacciones de carácter sensitivo que
ustedes detectaron en su trabajo, hasta diciembre de 1992 --que
comentaron con la dirección, suponemos--, referidas a los pagos no
soportados, a las transacciones no documentadas y a las evaluaciones
subjetivas. Por último, nos gustaría saber si ustedes tenían conocimiento
de si existían, mientras ustedes estaban auditando Banesto, otras firmas
de auditorías haciendo lo mismo.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya, tiene la palabra el señor Espasa.




El señor ESPASA OLIVER: Quiero agradecer la presencia en la Comisión del
señor Tejerina y pasar rápidamente, por mor de la utilización más eficaz
posible del tiempo de esta Comisión, a hacer alguna consideración y sobre
todo a realizar algunas preguntas, que no van a ser muchas puesto que en
el plano técnico me siento plenamente identificado --con toda sinceridad
diría que superado-- con la exhaustividad y precisión con que mis
antecesores, especialmente los representantes del Partido Nacionalista
Vasco, del Partido Popular y de Convergència i Unió, le han formulado
preguntas técnicas sobre las auditorías, pero no quisiera dejar pasar la
ocasión de hacerle alguna pregunta y, sobre todo, alguna consideración.

Básicamente, en su intervención inicial --que hemos seguido con la máxima
atención posible--, en esquema, nos viene a decir lo siguiente: Miren
ustedes, en la auditoría de 1992, que es la crucial --porque el gran
cambio se produce entre 1992 y 1993, y, además, la de 1992 sirve para el
folleto de ampliación, en cuanto a cuentas no en cuanto a supresión del
derecho preferente de suscripción--, nosotros nos atenemos a la famosa
norma segunda de la circular 4/91 y a la nota tres, es decir, existe un
plan acordado entre Banesto y el Banco de España y esto configura o
contamina --dígase como se quiera-- toda nuestra auditoría. Nuestra foto
queda fijada por la existencia del plan, tantas veces repetido, de 23 de
noviembre de 1992. Este ha sido un poco el esquema --si me permite la
expresión-- de su defensa, en tanto que la opinión pública y muchos
comisionados --y yo mismo lo he dicho-- estamos absolutamente perplejos
respecto a cómo se puede haber producido lo que mis compañeros han dicho
ya repetidamente, cómo puede haber existido un trabajo profesional serio
--que sabemos que existe-- por parte de los auditores y no detectar unos
agujeros financieros tan importantes. Y usted viene a decirnos que porque
existía el plan de actuación del 23 de noviembre de 1992. En cuanto a la
auditoría de 1993, como ya tenemos un acceso fácil y regular a todas las
novedades que han descubierto los inspectores del Banco de España y los
nuevos gestores, ahí está la nueva auditoría.

La primera perplejidad que produce --y lo han dicho mis antecesores-- es
la de saber dónde estaba la verdad. ¿Cuándo valía su firma, señor
Tejerina, en 1992 o en 1993? ¿Vale exactamente lo mismo en las dos
ocasiones? ¿Dice exactamente lo mismo? Ya sé que ésta, más que pregunta,
es un juicio de valor, pero es el que se hace la mayoría de la opinión
pública. Usted ha hecho una descripción minuciosa, exacta y pormenorizada
de lo que es la legalidad, pero tengo que decirle que la legalidad, a
veces, no es toda la realidad; y que el mero cumplimiento de la legalidad
--y subrayo lo de mero cumplimiento de la legalidad-- a veces puede
llegar a enmascarar la propia realidad, puede desacreditar a las leyes o
a la legalidad, y puede desacreditar a quienes las han de cumplir, en
este caso a los auditores. Creo que todos debemos esforzarnos, y nosotros
como cuerpo legislador más aún, en ir, siempre que se pueda, más allá de
la mera legalidad para llegar a la realidad que las leyes pretenden
configurar, esto es, que un informe de auditoría pueda ser fiable.

En cierto modo, su forma de descripción del problema --y la de otros
comparecientes, pero especialmente la suya porque quizá la gente confiaba
excesivamente en las auditorías-- me recuerda aquella deliciosa anécdota
inglesa en la que se encuentran dos amigos, uno sabe que el padre del
otro ha muerto y le dice: ¿Cómo fue eso, qué le pasó a tu padre? Y el
otro le contesta: Simplemente, se produjo el hundimiento de una
plataforma en una ceremonia pública. Lo que había sucedido es que el
padre del interpelado había sido ahorcado en una prisión inglesa.

(Risas.) Este hundimiento de la plataforma en una ceremonia pública me
recordaba un poco esta minuciosa y legalista descripción de la realidad
que usted nos ha hecho, dejando al margen lo que ha sido la realidad que
los hechos nos han demostrado.

Dicho esto, quizá la única pregunta que merecería la pena formular por mi
parte para no repetirme, ya que las preguntas que tenía preparadas las
han formulado prácticamente mis compañeros, sería la siguiente. Si
ustedes se sienten ahora tan defraudados y engañados por los antiguos
gestores, puesto que usted nos ha dicho: recuerden que los auditores
auditamos lo que los gestores nos presentan; es evidente que se ha
producido un quebranto de confianza en la figura de la auditoría en
general, en la firma que usted representa y no sé si en usted mismo, pero
en todo caso en la firma, no personalicemos, pues bien, yo pregunto: ¿por
qué no se querellan ustedes contra los antiguos gestores por este engaño
tan terrible que les ha producido quebranto en su imagen como empresa
auditora? Respecto a otras comparecencias en esta Casa se ha dicho muchas
veces que quien calla otorga, pero sería bueno saber si es que ustedes
piensan querellarse por este engaño, porque este engaño les va a
producir, y yo creo que les ha producido, un quebranto en su imagen.

En cuanto a preguntas más concretas, repito, las han hecho prácticamente
todas mis compañeros, yo quisiera simplemente considerar que he leído con
atención la querella que contra ustedes ha formulado la Asociación para
la Defensa de los Accionistas, y muchos de los hecho que allí se relatan
me parecen absolutamente correctos, y se viene a decir en esta querella
que ustedes podrían haber incurrido en un delito previsto en el artículo
528 del Código Civil,



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esto es, complicidad en estafa. La estafa, como usted sabe, es cuando se
produce engaño bastante para inducir a error a otros, a terceros. En la
medida en que la auditoría forma parte del famoso agujero no conocido que
quiere taparse con la ampliación de capital, etcétera, ustedes podrían
estar incursos en lo previsto en el artículo 528.

Y para no redundar en preguntas que han hecho mis compañeros, voy a
formular una última, no relevante pero creo que sí importante. Si mi
memoria no falla, los contratos de auditoría se deben realizar entre tres
y nueve años, según prescribe no sé si la ley o el reglamento (El señor
Zabalía Lezamiz: La ley.), pero creo que es así. Me gustaría saber por
cuántos años tenían ustedes el contrato con Banesto y, si puede decirlo y
no es quebrar el secreto profesional, las minutas que cobraban.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene al
palabra el señor Pérez Segura.




El señor PEREZ SEGURA: En atención al tiempo consumido en esta sesión, en
primer lugar, a título de cortesía, quería expresar en nombre del Grupo
Socialista la valoración que damos a su presencia en esta Comisión e
inmediatamente referirme a que el sistema empleado de intervenciones de
los grupos ya ha puesto en evidencia que se está produciendo una
verdadera auditoría en esta sesión a la actuación de la compañía
auditora, en este caso de Banesto. Por tanto, y por lo que pueda servir a
modo de conclusión de las intervenciones de los otros grupos y por si el
señor Tejerina, en su caso, lo puede utilizar como colofón de su
respuesta, quisiera sólo plantear un par de cuestiones genéricas.

Se ha demostrado a lo largo de toda la reunión de la Comisión que es
evidente que los informes correspondientes a los ejercicios anteriores al
año 1993 reflejaban una determinada normalidad, en palabras del señor Del
Burgo, en cuanto al patrimonio y a la situación económico-financiera de
Banesto, que no obedecía a la imagen fiel de esta compañía bancaria pero
sí era concordante en términos generales con la documentación vertida por
los antiguos rectores, si bien también se nos ha explicitado que sobre
todo en el informe correspondiente al año 1992 se advirtió que esta
normalidad no dejaba de ser relativa normalidad, puesto que ya existían
unas advertencias por parte del Banco de España que indicaban la
necesidad de efectuar determinadas actuaciones correctoras. Cabe aquí
señalar, y yo creo que es un punto importante a tener en cuenta, que las
actuaciones de los antiguos rectores fueron contestadas incluso en el
seno del propio Consejo de Administración, según la documentación que
tenemos; que determinados consejeros llegaron a calificar los informes
vertidos de verdadero efecto escaparate de la situación real y
patrimonial de Banesto, y que eran conducentes a realizar una operación
de maquillaje que enmascarase la verdadera situación económico-contable.

Aquí sólo cabría decir que este efecto escaparate, este maquillaje,
comportaba, como efecto secundario, la mayor aportación al Fondo de
Garantía de Depósitos, y ahora, al menos, servirá para algo.

También se ha constatado que este orden de cosas continuaba vigente hasta
que sucedieron diversas circunstancias, entre ellas, inspecciones del
Banco de España y el preceptivo informe del ejercicio de 1993 para la
Junta de Accionistas, que desvelaban que en este lapso de tiempo se
produjo un verdadero derrumbe del castillo de naipes que los antiguos
gestores de Banesto habían montado.

La cuestión concreta a plantear, y reconozco que puede ser dura de
recibir, es la siguiente: ¿puede una firma de auditorías tan prestigiosa
como Price-Waterhouse no detectar tan enormes diferencias entre la
situación económico-financiera y patrimonial, una situación de normalidad
--repito palabras del señor Del Burgo-- y una quiebra técnica que produjo
la intervención del Banco de España, en la que los recursos propios,
incluso las reservas, no pueden hacer frente a los desajustes financieros
y, por tanto, no realizar en sus informes ninguna advertencia, aunque no
sea plenamente fundamentada, de las situaciones precedentes, por muy
maquillados que estuviesen los estados de situación del Banco, que,
presumiblemente, obedecían a ejercicios de ingeniería contable dignos de
constar en los anales de la materia? Y hago esta pregunta contando con
que fuera muy dificultosa la colaboración en cuanto a la información de
los técnicos o de toda la plantilla de Banesto, cosa que si realmente es
así no consta en ningún momento en los informes de auditoría presentados
por Price-Waterhouse.

Hay otra cuestión que es obligado plantear. Aquí no sólo ponemos en
cuestión la actuación de una compañía de auditorías, sino que realmente
puede estar en cuestión el sistema de auditoría privado que existe en
este país, y nadie en sus cabales puede cuestionar la importancia de la
función encomendada por nuestro ordenamiento jurídico y económico al
oficio de auditor de cuentas, tal como resalta, al efecto, la Ley
19/1988. Y ya que por parte del señor Zabalía, que nos ha ilustrado con
sus amplios conocimientos de la materia, se ha hecho un relato de la
exposición de motivos de esta Ley, yo quisiera decir que es bien cierto
que en esta exposición de motivos se vierten toda una serie de
consideraciones sobre la función del auditor, y también se dice que,
aparte de la revisión técnica de la contabilidad --que está muy
pormenorizada en la Ley 4/1991, correspondiente a criterios y normas de
contabilización--, es asimismo objeto del informe a emitir dar una
opinión responsable sobre la contabilidad en su conjunto y sobre otras
circunstancias que, afectando a la vida de la empresa, no estuvieran
recogidas en dicho proceso, y esto se encomienda al auditor. Además, en
el renglón siguiente a esta consideración se dice que «la auditoría de
cuentas es, por tanto, un servicio que se presta a la empresa revisada y
que afecta e interesa no sólo a la propia empresa, sino también a
terceros que mantengan relaciones con la misma, habida cuenta...»,
etcétera. Responsablemente hemos de tener en cuenta que entre estos
terceros se encuentran los intereses públicos, puesto que los intereses y
los dineros públicos tienen que incorporarse al plan de saneamiento de
esta entidad bancaria.

Por tanto, yo creo que por el buen nombre de la profesión de los
auditores, y también para tranquilidad de los ciudadanos de este país,
habría la necesidad de preguntarse



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si acaso esta Ley no es suficiente para garantizar una información
fidedigna de las empresas, una imagen fiel, tal como se ha dicho, de las
empresas, o cabe, a criterio de la firma auditora que comparece, una
reforma de dicha Ley para que estas cosas no vuelvan a suceder. Porque si
no fuera así, si no fuera necesaria la modificación de esta Ley --y sin
dudar de los criterios de profesionalidad y objetividad concurrentes en
la profesión--, podría suceder que en la intervención, en concreto en los
informes antes aludidos, no se hubiera ajustado la actuación de la
empresa exhaustivamente al cometido que por ley viene prescrito y, por
tanto, existiría una razonable duda de que a su comportamiento se le
pudieran imputar graves responsabilidades.




El señor PRESIDENTE: Para contestar a las cuestiones planteadas, tiene la
palabra el señor Tejerina.




El señor FIRMANTE DE LA AUDITORIA DE LA FIRMA PRICE-WATERHOUSE (Tejerina
Castellanos): Señorías, tengo aquí un montón de preguntas y voy a ver si
soy capaz de agruparlas por diferentes capítulos.

Empezaré insistiendo en algo que me parece fundamental, que se deduce de
las intervenciones de SS. SS. y que yo creo que SS. SS. conocen, y es
cuál es el papel del auditor y qué limitaciones tiene. Evidentemente,
cuando el auditor trabaja lo hace de acuerdo con unas normas, las
llamadas normas de auditoría generalmente aceptadas y estas normas
implican que el auditor, lógicamente, no realiza el cien por cien de las
transacciones. Es, por tanto, responsable de cumplir unas normas, y esas
normas de carácter general son aquellas correspondientes a la integridad,
independencia, objetividad, formación, etcétera: normas de ejecución de
trabajo, de procedimientos a aplicar, y las normas del tipo de informe.

Desde luego, eso lo que implica es que el auditor trabaja en base a
muestreos, y de lo que sí es responsable es de ajustar esos muestreos en
función de su confianza en el funcionamiento en el sistema.

Evidentemente, yo creo, y no es por desviarme a una cosa de tipo general,
que esto hay que entenderlo muy bien para saber enmarcar lo que es el
trabajo de auditoría.

La auditoría, hecha de acuerdo a estas normas, indudablemente --y no voy
a defender aquí a la profesión-- ha ayudado muchísimo a la transparencia,
claridad y uniformidad del sistema de información financiera, no
solamente en España sino en otros países. Estas normas que se están
aplicando en España no difieren de las normativas de auditoría que es
están aplicando en los países más avanzados, y me puedo referir a los
Estados Unidos de América, con los estándares de auditoría, o a las
propias normas contenidas en los institutos internacionales europeos, me
refiero al Ifaco o a otros. Es decir, en cuanto a la forma de trabajar de
un auditor aquí con respecto a otros países --era una de las preguntas--
entiendo que el sistema es bastante homologable.

A lo que el auditor sí está obligado --y aquí voy a entrar ya en el tema
de lo que es el objetivo de la auditoría definido en la Ley 19/1988 que
se ha citado aquí-- es a manifestarse sobre si unas cuentas anuales son o
no imagen fiel, de acuerdo con las normas contables que son aplicables, y
con ello ya entro en la intervención del señor Zabalía, bastante
documentada y con un buen nivel profesional, que demuestra un
conocimiento importante de lo que son las auditorías. Es un tema
fundamental, por tanto, saber qué es imagen fiel y no confundirlo con que
una empresa esté bien, esté ganando dinero o no lo esté ganando. Imagen
fiel es el reflejo de una situación estática en que una empresa presenta
unas cuentas de acuerdo con las normas contables que le son aplicables, y
el auditor es responsable de que se hayan tenido en cuenta esas normas en
los aspectos más importantes para construir dichas cuentas anuales, que,
en definitiva, son un poco el resumen estático de los logros de un
gestor, lo cual no quiere decir que sean buenos o malos, son esos logros
del gestor.

En el caso que nos ocupa, indudablemente las reglas son parte fundamental
para saber si las cuentas de 1992 eran regulares (digo regulares porque
se habían seguido esos principios, aplicables o no), y qué pasa después
con las cuentas de 1993 al hacer el enlace.

En una parte fundamental de mi intervención yo he usado mucho la
expresión marco de referencia. Creo que el marco de referencia aplicable
para entidades financieras en España son las normas contenidas en la
Circular 4/1991, y los auditores no podemos salirnos de ellas. Y estas
normas que contempla la Circular 4/1991 admiten los planes de actuación
en situaciones especiales de las entidades. Por tanto, no podemos olvidar
que ese marco de referencia debe contemplar esa situación especial y esas
normas de actuación emitida por el Banco de España, que, evidentemente,
aplicadas por la entidad en todos sus aspectos más importantes y en la
forma en que dice la norma, no tienen por qué desviar las cuentas anuales
de ese objetivo de ser imagen fiel del patrimonio, de los resultados y de
la situación financiera.

Entrar en otras valoraciones, sobre si estas normas aplicables se pueden
comparar con normas de otros países, me parece que sería hablar de cosas
que no tendrían valor real, porque la ley en España nos condiciona a
todos. En este caso sí podría comentar algo respecto a las normas
convencionales, y es que cuando unas provisiones se echan hacia adelante,
como en el tema de pensiones, se salen de las normas de contabilidad
admitidas, hablando de forma general, y hay que ponerlo de manifiesto,
eso sí lo dice la propia Circular 4/1991, y se indica, repito, que se
ponga de manifiesto por parte de la entidad en su Memoria, y si el
auditor cree que es insuficiente esa información debería decirlo. En la
Circular 4/1991 a lo que no se obliga es a cuantificar el efecto de esa
desviación, como ya lo he indicado antes, sino a manifestar el hecho que
está ocurriendo, sin cuantificarlo, insisto.

En ese sentido, en la auditoría del año 1992 que se está poniendo en
cuestión, la firma entendió, en su momento, que se cumplía con los
requisitos mínimos de información, de acuerdo con la regularidad vigente
en España para entidades financieras; con esos requisitos mínimos de
información de los que el auditor es responsable, y en caso contrario
debe manifestarlo en su informe.




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En su intervención, el señor Zabalía me ha mencionado aspectos concretos,
de detalle, como por qué hablamos de un criterio de calificación de
deudores tan bajo. Yo entiendo, porque es competencia del auditor --y en
caso contrario debería pedírsenos responsabilidades--, que todo aquello
que puede tener un efecto significativo en las cuentas anuales --sea por
deudores o sea por otra partida--, que puede tener efecto significativo
con respecto a patrimonio, resultados y situación financiera, lo debemos
decir; deberíamos decir en lo que se desvía de acuerdo con la imagen fiel
de ese marco de referencia aplicable.

Nosotros entendemos, de acuerdo con esa circunstancia y con esa llamada
de atención importante que se hace, que el informe no resulte claro. A
veces no son fácil de entender nuestros informes, y se nos puede acusar
de que los auditores usamos un lenguaje demasiado técnico, incluso
estamos muy condicionados en ese lenguaje por la propia normativa de la
auditoría que nos permite desviarnos muy poco del mismo por el efecto
negativo tan tremendo que puede tener dicho informe en caso de que se
interpretara mal. Por eso se intenta medir mucho las palabras, y a veces
éstas no son bastante inteligibles para todo el mundo. Quizá los
auditores deberíamos de reflexionar un poco sobre producir informes con
mayor claridad. Indudablemente, éstos están muy condicionados por las
normas en su estructura, e incluso en su propia nomenclatura por la
normativa que emana de las corporaciones profesionales, en el caso de
España el ICAC (Instituto de Contabilidad de Auditoría de Cuentas).

Insisto en que, en 1992, la firma que represento, en función de las
circunstancias, de la información disponible y aplicando los métodos de
auditoría a que nos obliga la profesión, ha emitido un informe que para
nosotros es el informe de Banesto, y que refleja lo que es nuestra
opinión sobre si esas cuentas anuales eran o no imagen fiel de la
situación financiera, de los resultados y del patrimonio de la entidad de
acuerdo con las normas aplicables en España.

Dice que si al auditor no le satisface la normativa tendría que decirlo.

Pero es que el auditor yo creo que no es quién para decir si le satisface
o no una determinada normativa. Si hay una normativa en España, intentar
desviarse de la misma es muy difícil, porque sería enjuiciar lo que es la
imagen fiel y puede haber muchas imágenes fieles, depende de la normativa
aplicable. Manifestando cuál es la mejor o la peor yo creo que
entraríamos en discusiones bastante complicadas.

¿Cómo es posible que en el año 1993 se produzcan los deterioros? Yo
empezaría diciendo que, desde luego, la velocidad con que se pueden
producir deterioros en la banca, en comparación con otras empresas, es
muchísimo mayor, porque existe un problema fundamental (y ya me estoy
metiendo en temas de negocio), que es la confianza en el mercado, y
cuando se pierde esa confianza en el mercado, la velocidad de caída en la
banca, la velocidad en que una crisis económica puede afectar a algo tan
sensible como es la capacidad de personas o entidades a satisfacer sus
créditos, es muchísimo mayor que en otro tipo de empresas. Desde luego (y
lo he dicho en mi exposición), nosotros entendemos que una gran parte del
quebranto patrimonial (que se inicia en 1992, y que en el plan de
actuación del Banco de España se dice que hay una serie de problemas que
se recogen ya en el informe de auditoría correspondiente), se pone de
manifiesto en el año 1993. No sé si sería insistir, señor Presidente,
volver a mi intervención previa, es decir, cuándo para nosotros se
produce el gran deterioro de las minusvalías en la cartera de valores,
cuándo se produce el gran deterioro en la morosidad, cuándo se produce
ese cambio de criterio, por qué el criterio del año 1993, respecto a
pensiones, es más conservador que el criterio del año 1992.

Evidentemente, hay circunstancias importantes que cambian en el año 1993,
incluso en pensiones, por ejemplo, la rotación, las tablas de mortalidad
últimas que se utilizan están mucho más actualizadas, está el tema del
Banco de Madrid, que incide de forma sustancial, etcétera.

Aquí se ha hablado de otras cuestiones que también quisiera aclarar.

Nosotros no somos los que hacemos las memorias. Sí nos responsabilizamos
de que la memoria tenga (y eso lo saben SS. SS.) la información mínima
necesaria, y sí somos responsables de que al menos sea el reflejo de lo
que se debe decir, usando siempre el criterio de la importancia relativa
con respecto a los parámetros fundamentales sobre los que opinamos. Es
decir, que cuando se habla del plan de pensiones del año 1992, lo dice la
entidad; nosotros sólo revisamos si esa información era suficiente para
no afectar a la imagen fiel.

Respecto a cuándo se produce el quebranto fundamental de la cartera de
valores, desde luego son las pérdidas de 1993 de las empresas
participadas las que hacen que el quebranto se ponga de manifiesto con
toda su importancia. Aparte de que determinados fondos de comercio dejan
de tener sentido, en función ya de las situaciones de pérdida de esas
entidades, porque el fondo de comercio, como cualquier otro activo, es
algo que tiene que ser susceptible de ser recuperado con recursos, y si
no hay confianza en que se pueda recuperar con recursos es cuando el
criterio de prudencia valorativa contable que debemos usar los auditores
debe hacer que eso se reconozca en las cuentas por las entidades y, en
caso contrario, ponerlo de manifiesto. Por ello, las pérdidas
fundamentales de la cartera de valores (y lo dije en mi intervención
previa) se producen el año 1993, lo que hace que se manifieste el
quebranto por la situación de deterioro continuo de estas empresas en
cuanto a su situación de rentabilidad.

En cuanto al tema de la morosidad, 120.000 millones de pesetas era la
reclasificación propuesta para morosidad en 1992. Pero eso no quiere
decir que fuera necesario provisionar esos 120.000 millones de pesetas,
es la reclasificación, y esto, ustedes, que saben cómo funcionan los
principios contables en la banca, saben que es la base para luego
establecer la provisión necesaria para cubrir la morosidad latente en esa
cifra, que ya demuestra que hay un problema, y es la cifra de
reclasificación, repito, de temas que ya están incumpliendo sus
obligaciones de pago. Es decir, que la cifra de 120.000 millones de
pesetas que S. S. ha manifestado no debe ser tomada en consideración como
base y provisionable en su cien por cien. No es así, es base de revisión
para luego calcular la reserva.




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Ahora entraré en otras cuestiones más concretas, pero insisto en la
correlación de los años 1992 y 1993; nosotros entramos en el año 1993. Y
además, cuando se dice que son actuaciones de una determinada entidad,
todos los que estamos interviniendo en el análisis de la entidad Banesto
somos los que empezamos a detectar los problemas. Yo me atrevo a decir
que dichos problemas no han sido nuevos para nadie, y por supuesto puedo
afirmar que para nosotros no lo han sido, en absoluto; a nosotros no nos
ha cogido de sorpresa nada.

En cuanto a cómo se detecta la cifra, es el resultado de todas las
instituciones que están trabajando: la propia entidad, con sus nuevos
gestores, junto con los previos; por el Banco de España, con sus
inspecciones --y luego comentaré cómo nos relacionamos nosotros con el
Banco de España--, y nosotros trabajando por nuestro lado.

Indudablemente, como son trabajos hechos con cierto rigor, existe una
similitud en las conclusiones a las que llega la entidad por su lado, el
Banco de España por el suyo y nosotros utilizando nuestros propios
procedimientos. Es decir, que no podemos hablar de que a nosotros nos
haya sorprendido; no nos ha sorprendido nada. Si cuando hicimos la
auditoría de 1993 no hubiera habido el plan de saneamiento, imagínense
qué informe de auditoría hubiésemos producido. Quiero manifestar con esto
que no estamos condicionados, en absoluto, a la entidad ni a ninguna
institución de supervisión y control, porque trabajamos con
independencia, lo cual no quiere decir que trabajando bien no coincidamos
y no haya comunicación, que evidentemente la hay, a través de la propia
entidad y autorizada por ella, entre nosotros y las instituciones de
control, que ha sido otra de las preguntas. Hay comunicación porque la
propia entidad lo pide y nosotros podemos hacerlo, siempre de la mano de
la entidad, como es lógico. Luego la ley prevé otras circunstancias donde
también deberíamos comunicarnos con las instituciones de supervisión y
control en casos especiales, pero evidentemente esa comunicación existe,
repito, y ha existido siempre en Banesto.

Referente a cuál es el tipo de contactos que tenemos con los
administradores previos después del plan de actuación del 23 de noviembre
del año 1993, que ha sido otra pregunta, cada empresa tiene sus canales
de coordinación con los auditores. En el caso de Banesto, el canal de
coordinación estaba establecido a través de la dirección de auditoría
interna, y a su vez había canales de comunicación entre auditores y
entidad a través del Consejero Delegado y del Comité de Auditoría que
existía en Banesto, y esos canales han estado funcionando, ésa es la
forma y la estructura que estaba instituida en Banesto. Evidentemente,
pueden entender que en una entidad tan compleja obtener información nunca
es fácil.

Han preguntado si ha habido obstrucción y ocultación en cuanto a la
información. Yo diría que ha habido dificultad, no puedo hablar de que
haya habido ocultación, porque si hubiera habido ocultación importante
eso hubiera sido una limitación de alcance para nosotros, como auditores,
que se tendría que haber puesto de manifiesto, y la hubiéramos valorado
como de alcance importante de cara a la posibilidad de emitir un dictamen
de auditoría sobre las cuentas anuales. Lo que sí ha habido,
indudablemente, ha sido bastante dificultad, porque es un grupo muy
complejo y porque el sistema de coordinación existente también era
bastante complejo. Es decir, yo lo quiero llamar dificultad y no
ocultación u obstrucción.

Los contactos con la entidad se produjeron antes y después del 23 de
noviembre del año 1993. Cuando se nos facilita a nosotros el plan de
actuación --creo que lo he dicho en la exposición-- es en febrero del año
1993, y, como siempre, tuvimos las reuniones --de la mano de nuestro
cliente, la entidad-- con la autoridad de supervisión y control. En este
sentido quiero decir que las comunicaciones se hacen normalmente antes y
después del cierre.

Hay otra pregunta importante sobre cómo distribuimos nuestro trabajo, que
creo que la ha formulado también el señor Zabalía. El trabajo de
auditoría no se hace de una sola vez, ni después del cierre, sino que,
sobre todo en una entidad tan compleja como Banesto, estamos casi todo el
año auditando, lo cual no quiere decir que no haya dos partes fuertes de
trabajo, una previa al cierre pero cercana a él y otra una vez que se han
emitido las cuentas anuales. Les puedo decir que en el caso de Banesto
estamos invirtiendo en la auditoría en torno a unas 15.000 horas de
trabajo al año, que se dice pronto, lo cual da lugar --por citarles un
ejemplo-- a unos 180 archivos, y calculando que cada archivo puede tener
en torno a 200 hojas, imagínense que tendremos en nuestro poder alrededor
de 36.000 hojas de trabajo relativas a la auditoría de Banesto. Es decir,
que hablando de cómo se distribuye, evidentemente, en la auditoría
siempre va a medida de la complejidad de los intereses. En este caso,
como es una entidad compleja, estamos dedicando bastante tiempo y
bastantes recursos para poder concluir y emitir esos informes.

Hablando de la credibilidad del sistema financiero español --que es otra
de las preguntas--, yo entiendo, y he dicho, que los procedimientos son
homologables; que los principios de contabilidad son homologables y que
la legislación referente a auditoría es también perfectamente homologable
a la de otros países. En este sentido, yo creo que el sistema financiero
español está a la altura del de cualquier país de los más avanzados en el
sistema supervisión y control de la información financiera.

Hay una pregunta sobre cómo este agujero pudo pasar desapercibido.

Insisto, donde se manifiesta realmente el agujero (y el fiscal hablaba de
cuándo el criterio de prudencia debe exigir que una cosa se provisione o
no) es algo que es cuestión de juicio, evidentemente; es bastante
discutible y cada uno puede tener una opinión diferente. Ahí lo que se
aplica siempre es el criterio de prudencia valorativa. Y el criterio de
prudencia valorativa es que, cuando ya se conoce que una situación puede
desembocar en una pérdida, se contabilice, y, si no, tiene que
justificarse o demostrarse que eso no es una pérdida.

Esto me lleva a una de las partidas que dentro del quebranto patrimonial
de los 605.000 millones también se ha puesto de manifiesto como una cosa
complicada, que es explicar lo referente a los 42.000 millones de
pesetas. Yo, con muchísimo gusto, y con permiso de la entidad, les
facilitaré más adelante la composición de esos 42.000



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millones de pesetas. Les puedo decir que, en concepto, son activos o
gastos amortizables, y en momentos en que una entidad puede tener
continuidad o generación de recursos se admite como principio contable
que puedan ser diferidos hacia adelante, si es que pueden tener un valor
hacia adelante, pero que en momento de deterioro económico, cuando una
empresa ya no puede asegurar por sí misma que no tiene capacidad de
producir esos recursos, evidentemente deben ser amortizados, en
principio, en su totalidad y, por tanto, llevados a la cuenta de
resultados y disminuidos del patrimonio. Pero el detalle de estos 42.000
millones de pesetas, yo, con mucho gusto y con permiso de la entidad, se
los podría facilitar.

Se ha hablado también sobre si el auditor opina, de acuerdo con la
exposición de motivos de la ley, sobre la gestión continuada en las
entidades. Evidentemente, nosotros si no decimos nada en contrario,
estamos diciendo que la sociedad está en gestión continuada, es decir,
hay unas normas de auditoría que lo condicionan. Y, desde luego, es
difícil decir, cuando se emite el informe del año 1992, en abril de 1993,
que en ese momento Banesto no estaba en gestión continuada. Yo creo que
las circunstancias que nosotros atravesábamos, por nuestro lado, y otras
instituciones por el suyo, harían afirmar que sobre Banesto no teníamos
en ese momento suficientes evidencias como para decir que no estaba en
gestión continuada. Banesto, en ese momento, con las condiciones del plan
de actuación más la ampliación de capital ya en marcha, se podría decir
que estaba en gestión continuada, aunque luego ya cambia durante el año
1993.

¿Son seis meses o no suficientes para un quebranto? Yo no hablo de un
período de seis meses; quizá es un período mayor. Pero, evidentemente
--insisto--, la velocidad de la crisis en un banco (y no solamente es el
caso de España, sino que también ha ocurrido en otros países y hay
ejemplos claros) es muchísimo mayor y también el deterioro que se
produce, y, si no, hay que pensar incluso el posible deterioro que se
puede producir después de una determinada medida de intervención;
evidentemente, es rapidísima. No voy a citar nombres de crisis bancarias
internacionales, pero los ejemplos los hay, y ha habido otros casos que
se pueden poner como ejemplo, no es exclusivo el de España, según mi
corta experiencia.

Dijeron que lo que estaba en morosidad es lo que estaba en diverso cobro.

Creo que esa pregunta está ya contestada.

Ha habido unas preguntas de detalle que, con permiso de la entidad,
también podría facilitarles por el fondo de datos; pero sobre los datos
nosotros no estamos, como saben ustedes, autorizados a revelarlos. No
obstante, como nuestra entidad no tiene inconveniente, podríamos
enviárselos.

Tampoco entienden cómo el agujero puede pasar desapercibido. Desde luego,
ya he contestado esta pregunta. Y según los límites vigentes, cómo no
llegamos a detectar el agujero, ya lo hemos hablado. La participación del
Banco Totta, que ha sido otra pregunta concreta. Puedo decirles que en la
memoria del año 1992 figura la participación, que es la que el Banco
comunica a la Comisión Nacional del Mercado de Valores; ésa es la
participación que el Banco reconoce.

La carta-manifestación de la gerencia, que es la continuación de la
pregunta. Con permiso de la entidad, tendría mucho gusto en facilitarles
una copia, pero tengo que pedir autorización a la entidad, de los años
1992 y 1993.

No puedo entrar en temas de contingencias fiscales, como ustedes
entenderán, transacciones de carácter sensitivo. Si lo autorizan también,
podría remitírselo con mucho gusto.

Qué tipo de responsabilidad tiene un auditor cuando hay otros auditores u
otros expertos, es otra pregunta. Las normas de auditoría en España dicen
claramente que hay que poner en el dictamen cuándo intervienen otros
auditores, para delimitar la responsabilidad de cada cual. Esa norma está
recogida en el propio Boletín del ICAC, del Instituto de Contabilidad y
Auditoría de Cuentas. Y en el caso de otros expertos, que pueden ser
tasadores, que se ha comentado aquí, bancos de negocio evaluando fondos
de comercio, abogados, etcétera, cada uno tiene que saber su
responsabilidad. Cuando nosotros lo asumimos, creemos que es un trabajo
hecho con rigor. La norma de auditoría del uso de trabajo de expertos se
está revisando ahora a nivel de Europa y seguramente saldrá otra, pero
creo que no va a ser muy distinta, con respecto al trabajo de otros
auditores, independientemente de que la que hay ahora marca y dilimita
cuál es la responsabilidad de cada cual.

El señor Espasa pregunta si nos sentimos defraudados por los antiguos
gestores. No soy yo quién para valorarlo; las relaciones con mi cliente
son siempre de independencia. Tratamos de sacar la información suficiente
para hacer el trabajo. No quisiera entrar a hacer valoraciones de este
tipo.

Otra pregunta es la querella de ADA. La querella está ahora en período de
prueba; no le puedo decir nada. Es una demanda de menor cuantía y no
sabemos nada.

Honorario de auditoría en los últimos años. Creo que el último ha sido en
torno a los 150 millones de pesetas por la auditoría de las cuentas
anuales. Ya les he dicho antes la carga de trabajo que eso lleva y saben
cómo se fija el honorario de auditoría, en base a las horas invertidas, y
es el propio mercado el que establece la valoración de esa hora. En este
caso, puedo decir que nuestro honorario de auditoría está en torno a los
150 millones de pesetas.

¿Cuándo empezamos a auditar Banesto? Creo que el primer año fue en 1989.

Se han producido, por tanto, informes en los últimos años. La Ley de
Auditorías condiciona desde el año 1990 los límites máximos para actuar
como auditores en un mínimo de tres y un máximo de nueve años. El último
contrato que tenemos con Banesto creo que es de tres años, prorrogable,
pero de tres años, a partir del año 1991. Por tanto, está todavía en
vigor.

¿Puede una firma tan afamada como Price no detectar una situación de
normalidad o quiebra? El informe del año 1992 ya tiene claras
advertencias de cuál es la situación de esta entidad. En el informe se
dice que hay una serie de partidas que no son normales, aunque el
carácter de excepcionalidad es lo que provoca la entrada del Banco de
España y su plan de actuación y creo que está puesto de



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manifiesto en el informe. Nosotros, en el año 1993, ya emitimos un
informe sobre el balance de situación y ahí está contemplado cuál
entendemos nosotros que es la situación. Ya he dicho que no es algo que
nos haya cogido de sorpresa.

Se ha puesto en cuestión el sistema de auditoría. Es una pregunta del
señor Pérez Segura. Creo que el sistema de auditoría es bueno, lo que no
quiere decir que no sea mejorable. Todo es mejorable, pero en el caso de
España se está trabajando con el mismo rigor y con el mismo nivel de
calidad que en cualquier otro país.

Si es suficiente la ley o cabe una reforma para evitar que vuelva a
ocurrir. Creo que la ley actual es suficiente para actuar en España y en
un tema normativo de procedimiento se sigue avanzando cada vez más.

Señor Presidente, no sé si he contestado a todas las preguntas o me he
dejado alguna. En ese caso pido, por favor, que me la vuelvan a hacer.




El señor PRESIDENTE: Las preguntas han sido muy numerosas. Muchas
gracias, señor Tejerina, por su comparecencia. Gracias a los señores
miembros de la Comisión.

Se levanta la sesión.




Era la una y cuarenta minutos de la tarde.