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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 50, de 19/10/1993
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CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
COMISIONES
Año 1993 V Legislatura Núm. 50
ASUNTOS EXTERIORES
PRESIDENTE: DON JORDI SOLE TURA
Sesión núm. 5
celebrada el martes, 19 de octubre de 1993



ORDEN DEL DIA:
Comparecencia de personalidades y funcionarios de la Administración del
Estado, al objeto de informar sobre temas relativos al proyecto de Ley de
Presupuestos Generales del Estado para 1994 (BOCG, serie A, número 27-1,
de 1-10-93. Número de expediente 121/000013):
--Del señor Subsecretario del Ministerio de Asuntos Exteriores (Cajal
López). A solicitud de los Grupos Parlamentarios: Popular (número de
expediente 212/000145) y Socialista (número de expediente 212/000109)
(Página 1416)
--Del señor Secretario de Estado para las Comunidades Europeas
(Westendorp y Cabeza). A solicitud de los Grupos Parlamentarios: Mixto
(número de expediente 212/000036), Socialista (número de expediente
212/000071), Popular (número de expediente 212/000141) e Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya (número de expediente 212/000272).

(Página 1425)
--Del señor Secretario de Estado para la Cooperación Internacional e
Iberoamérica (Dicenta Ballester). A solicitud de los Grupos
Parlamentarios: Socialista (número de expediente 212/000110) y Popular
(número de expediente 212/000143). (Página 1431)



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--Del señor Secretario General de Política Exterior (Villar y Ortiz de
Urbina). A solicitud del Grupo Parlamentario Popular (número de
expediente 212/000144). (Página 1438)
--De la señora Presidenta de la Agencia Española de Cooperación
Internacional (Ruiz-Tagle Morales). A solicitud del Grupo Parlamentario
Popular (número de expediente 212/000142). (Página 1444)
--Del señor Director del Instituto Cervantes (Sánchez-Albornoz Aboin). A
solicitud del Grupo Parlamentario Popular (número de expediente
212/000146). (Página 1447)



Se abre la sesión a las cuatro y cinco minutos de la tarde.




COMPARECENCIA DE PERSONALIDADES Y FUNCIONARIOS DE LA ADMINISTRACION DEL
ESTADO, AL OBJETO DE INFORMAR SOBRE TEMAS RELATIVOS AL PROYECTO DE LEY DE
PRESUPUESTOS GENERALES DEL ESTADO PARA 1994. (Número de expediente
121/000013.)



--DEL SEÑOR SUBSECRETARIO DEL MINISTERIO DE ASUNTOS EXTERIORES (CAJAL
LOPEZ). A SOLICITUD DE LOS GRUPOS PARLAMENTARIOS: POPULAR (número de
expediente 212/000145) Y SOCIALISTA (número de expediente 212/000109).




El señor PRESIDENTE: Señorías, vamos a dar comienzo a esta sesión de
comparecencias en relación con la tramitación del proyecto de ley de
Presupuestos Generales del Estado para 1994. La primera es la del señor
Subsecretario del Ministerio de Asuntos Exteriores, señor Cajal.

Doy seguidamente la palabra a los grupos que han presentado preguntas al
respecto para que hagan uso de su turno.

Tiene la palabra, por el Grupo Popular, el señor Rupérez.




El señor RUPEREZ RUBIO: Bienvenido a esta casa otro año más, señor
Subsecretario. Queríamos primero, y fundamentalmente, señor Subsecretario
(aunque luego a través de las subsiguientes comparecencias tendremos
ocasión de precisar alguno de los demás conceptos presupuestarios para el
año 1994 de la sección 12), hacer con usted una revisión general de lo
que es el presupuesto de Asuntos Exteriores, porque, al fin y al cabo,
por la Subsecretaría pasan las decisiones fundamentales de tipo
presupuestario. Como por otra parte tenemos ya unos buenos antecedentes
en la experiencia de sus anteriores comparecencias y de las preguntas
que, en su momento, le formulamos (incluso algunos antecedentes
doctrinales concretados sobre todo en la famosa doctrina Cajal que para
aquellos que no la conozcan supone decir que cuanto menos mejor), vamos a
ver si este año seguimos investigando cuáles son las posibilidades que
este Presupuesto ofrece a la acción exterior del Estado.

El proyecto de Presupuestos para 1994 registra, efectivamente, un
incremento de unos 23.000 millones de pesetas con respecto a 1993, con lo
cual se rompe una tendencia a la minoración que se había venido
manifestando en el curso de los últimos años, mientras que en este caso
se produce una mayoración positiva de un 32,7 por ciento con respecto al
año anterior. Hago gracia de los incidentes intermedios de las
minoraciones que se han producido en el curso del año 1993, que harían
que esta variación positiva no fuera tal.

Por otra parte, no se le oculta al señor Subsecretario, y quiero dejarlo
desde el principio muy claro, que esta variación positiva (que nosotros
acogemos, por supuesto, favorablemente), sin embargo es sólo parcialmente
positiva, en tanto en cuanto ese incremento global se destina únicamente
a atender las contribuciones de nuestro país a los organismos
internacionales. Mientras que, «a sensu contrario», excepto las
dotaciones para el capítulo 1, para los gastos de personal se asignan
cuantías similares o inferiores a las del ejercicio precedente en las
restantes partidas básicas.

Si como ya observamos en el curso de estas mismas comparecencias el año
pasado lo que se producía era que, por primera vez también en muchos
años, España estaba en retraso de pago de cuotas internacionales, el
aumento del 32,7 por ciento que contemplamos en este año simplemente se
dedica a paliar esos retrasos y a ponerse al día en las cuotas
correspondientes. No es que nos parezca mal, nos parece bien, pero
queremos subrayar y constatar que ese aumento no se corresponde, como
acabo de decir, con el aumento que nosotros hubiéramos querido contemplar
en otros gastos significativos respecto a la acción exterior del Estado.

Por eso hay una serie de preguntas que surgen en torno a este
presupuesto, que son las siguientes.

Primero, hay un capítulo significativo, como es el de arrendamientos y
otro tipo de actividades o de gastos que tienen que ser abonados en
divisas. ¿Hasta qué punto se ha previsto la erosión que las devaluaciones
de la peseta producen en estas dotaciones para el próximo ejercicio?
Una pregunta básica también y general. ¿Qué criterios ha seguido el
Departamento para elaborar estos Presupuestos? ¿Se ha contemplado, por
ejemplo, la posibilidad de seguir cerrando embajadas y consulados para
compensar la insuficiencia planteada? ¿Cómo se atenderán los pagos en el
exterior relativos a arrendamientos, comunicaciones, reparaciones y
sostenimientos varios, que,



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como digo, tienen que ser satisfechos en divisas? ¿Podemos prever que en
algunos casos el Departamento pueda querer quedar como moroso o que
incluso se pueda pensar en la paralización de todos los servicios? En
esta perspectiva cabe preguntarse si en ejercicios anteriores se ha
venido planteando una presupuestación holgada y, por tanto, ineficiente.

Este sería el primer bloque de preguntas sobre el cual pediría que el
señor Subsecretario nos aclarara la situación que previsiblemente se
pudiera producir.

En segundo lugar, querría preguntarle sobre la iniciación de las obras de
la nueva sede del Departamento, que, según algunas informaciones
aparecidas en la prensa, estará ultimada en 1995. La información que a
este respecto ha sido facilitada, aunque no está claramente recogida en
los Presupuestos de 1994, ascendería a varios miles de millones de
pesetas. Pero en esa previsión de ese gasto importante para la
construcción de la nueva sede del Departamento cabría también hacerse una
serie de preguntas importantes.

El ejercicio 1994 es, a diferencia de otros anteriores, el primero en
donde el capítulo de inversiones del Ministerio tiene una importante
minoración. ¿Cuáles son las inversiones que se han visto afectadas
precisamente con esa minoración? ¿Quiere eso decir que se ha paralizado o
ralentizado de una manera significativa el ritmo inversor que venía
manteniendo el Departamento hasta estos momento en la adquisición de
terrenos, en la edificación de cancillerías o en la construcción de
edificios para consulados, por ejemplo? ¿Cómo va a incidir en las
disponibilidades del Departamento la dotación para la ejecución del
proyecto de la sede del Ministerio? ¿Quiere decir que la dotación de los
fondos correspondientes para la construcción de esa sede va a incidir
negativamente o va a bloquear o paralizar temas tan importantes como los
relativos a la seguridad de nuestras representaciones en el exterior, o a
los aspectos también importantes de comunicaciones?
Tercera pregunta, que tiene que ver, fundamentalmente, con la política de
personal y con su manifestación presupuestaria. No es la primera vez, y
posiblemente no será la última --aunque a nosotros nos gustaría que no
fuera así--, que hayamos planteado los problemas surgidos por la
insuficiencia de funcionarios de la carrera diplomática. Debo insistir
una vez más en la paradoja de que ante tales insuficiencias, y además
permaneciendo cerrada la oferta de empleo público, se continúen abriendo
representaciones y consulados, como ha sido el caso reciente del abierto
en Bruselas ante la UEO, de las embajadas abiertas en Ucrania, en Kiev,
en Andorra, en Croacia y en Zagreb. Eso nos plantea algunas dudas que
resumiría en las dos preguntas siguientes: ¿En qué coordenadas se plantea
la política de personal respecto al servicio exterior? ¿Está previsto el
cierre en el próximo ejercicio de representaciones y consulados en el
exterior?
Cuarta pregunta, relativa a la Escuela Diplomática. En los Presupuestos
de años anteriores había una cierta partida, no importante, pero tampoco
anónima, destinada a algo tan natural en un centro académico como son las
becas y su concesión. El año 1994 no figura partida alguna para la
concesión de becas, y no entendemos esa reiteración. Ya hablamos de esto
el año pasado, y el señor Subsecretario nos dijo que se iba a procurar
paliar por otros medios esa falta de previsión presupuestaria. Nos
gustaría saber qué es lo que pasó el año pasado y qué es lo que va a
pasar este año si, efectivamente, la Escuela Diplomática y los alumnos
que a ella asistan no tienen, en sus diversas facetas, ninguna
posibilidad de contar con una beca.

Quinta pregunta, que también viene de otros años y, por lo que sabemos,
todavía sin solución. El Ministerio de Asuntos Exteriores tiene una
urgente necesidad, que es dotarse de un cuerpo de seguridad propio en el
exterior, de manera que pudiera disponer de funcionarios que, como en
otros países, pudieran atender a esa seguridad de las representaciones
exteriores de España. ¿Cuándo se va a materializar esta medida, que
seguimos opinando que es extremadamente necesaria para nuestras
representaciones?
¿Qué medidas está tomando el Departamento para garantizar un tema tan
vital como el de la seguridad, entre tanto se decida otra solución
definitiva al respecto?
Sexta pregunta, Schengen, que tampoco es nueva, ya que viene de años
anteriores. En estos mismos días hemos visto cómo se ha producido una
adicional demora para la puesta en práctica del Convenio correspondiente.

En cualquier caso, es evidente que, si no hay mayores demoras, el 1.º de
febrero de 1994 se pondrá en vigor de forma efectiva. Las preguntas son
las lógicas. ¿Las dotaciones que reflejan los Presupuestos serán
suficientes para neutralizar las insuficiencias en este terreno del
cumplimiento del Convenio de Schengen, que ya se pusieron de manifiesto
en el ejercicio anterior?
El Convenio, por otra parte, significa, entre otras cosas, un incremento
efectivo en las oficinas consulares. Dada la inexistencia de oferta de
empleo, ¿estaremos en situación de cubrir esas necesidades de ampliación
de las oficinas consulares para cumplir con Schengen? ¿Qué presupuesto se
tiene previsto para las inversiones imprescindibles a realizar y cuántos
efectivos son necesarios para su implantación en el Convenio de Schengen?
Séptima pregunta. Nos gustaría conocer cuáles son las dotaciones
disponibles en este momento existentes para la ejecución de las ayudas en
la acción consular de protección a los nacionales en situaciones que
muchas veces, como el señor Subsecretario sabe, son de carácter
absolutamente vital.

Octava pregunta, que le dirijo al señor Subsecretario «in absentia» del
Director General para Asuntos Políticos, cargo de reciente creación.

Inmediatamente tendré ocasión de recordarle al señor Subsecretario
algunas palabras que en esta misma Comisión pronunció el año pasado sobre
un nuevo organigrama del Ministerio de Asuntos Exteriores; organigrama a
favor del cual el señor Subsecretario se pronunció, incluso diciendo que
el mismo señor Ministro tenía interés en proceder a esa nueva
reorganización del Ministerio. No se ha procedido a esa reorganización, y
lo único que hemos visto, con una cierta



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perplejidad, tengo que decirlo, es la aparición de un puesto aislado de
Director General para Asuntos Políticos, sin que se alterara el resto del
organigrama del Ministerio. Nos gustaría saber cuál es el contenido y
funciones que tiene encomendadas, toda vez que la existencia de un
Secretario General de Política Exterior --que vamos a tener aquí esta
misma tarde-- con rango de Subsecretario, y las oportunas direcciones
generales de tipo geográfico, a nuestro modo de ver no justificaban esa
creación, máxime en época de estrechez y de obligada economía.

Novena pregunta. El pasado mes de agosto el Gobierno adoptó una serie de
medidas, incluyéndose entre ellas un ajuste presupuestario que afectó de
forma sensible a los créditos del Ministerio de Asuntos Exteriores. En la
comparecencia del año pasado el señor Subsecretario ya tuvo ocasión no sé
si de quejarse, pero por lo menos de poner de relieve su parecer de que
las disponibilidades eran por demás estrechas. Agradecería que me
indicara la repercusión que ese ajuste intermedio en agosto, más las
devaluaciones, supondrá en la actividad que tiene que desarrollar el
servicio exterior.

Décima pregunta. Nos gustaría saber qué medidas se han tomado o será
necesario introducir para reducir, en los casos que sea posible, y desde
luego para controlar los gastos corrientes en el Departamento,
garantizando en todo momento el funcionamiento de los servicios. Como es
evidente, esta pregunta tiene un encaje perfecto en la doctrina que lleva
su nombre, señor Subsecretario.

Pregunta número once. Ante la justeza de recursos que venimos comentando,
debe plantearse la necesaria revisión de las inversiones que vienen
realizándose en el exterior, ajustando las mismas a la realidad que en un
marco de dignidad y funcionalidad eviten los costosos desembolsos que se
han ejecutado en estos últimos años. Al parecer, según algunas
informaciones públicas (y de eso también nos gustaría conocer la
autorizada opinión del señor Subsecretario), con algún pequeño o gran
despilfarro en los casos de, por ejemplo, Santo Domingo, Varsovia, Berna,
Washington, Londres, París, Islamabad, Ankara y Méjico, y no es una
enumeración exhaustiva. ¿Qué medidas se han tomado para paliar cualquier
tipo de desajuste que se hubiera podido producir entre los presupuestos
iniciales y lo finalmente gastado? ¿Qué medidas se han tomado también
para limitar cualquier tipo de despilfarro en este tipo de obras?
Pregunta número doce. Nos preocupa enormemente, señor Subsecretario,
seguir constatando la existencia de una enorme dispersión de los
servicios exteriores de España, y no me refiero exclusivamente a los
servicios exteriores del Ministerio, sino a los de los demás
departamentos que tienen esa finalidad. Nos preocupa constatar, por
ejemplo, y es «vox populi» que eso se ha producido, que al menos dos
departamentos, concretamente el de Defensa y el de Comercio, se han
negado a sumarse a los servicios diplomáticos en una embajada como la de
Washington en la construcción de la nueva cancillería. Nos gustaría saber
qué tipo de medidas se han tomado para evitar lo que es manifiestamente
un despilfarro que en estos momentos --en cualquier momento-- este Estado
no se debe permitir, y cuáles son las medidas que en el futuro se
adoptarán para impedir este tipo de situaciones, que perjudican
claramente el servicio exterior de la nación.

Finalmente, y también en este mismo sentido, aunque no tenga que ver con
una directa manifestación presupuestaria, nos gustaría no pedir
información, pero sí instar al señor Subsecretario para pedir de todos
los funcionarios en el exterior, diplomáticos y no diplomáticos, un
cumplimiento estricto y enormemente funcional de sus deberes. No voy a
hacer mención de ningún caso en particular o individualizado, porque
seguramente están mucho más claramente en la mente del señor
Subsecretario que en las nuestras, pero sí tenemos noticias de algunas
ocasiones en donde la misma funcionalidad de los diplomáticos pudiera ser
claramente mejorada. Nos gustaría que, desde ese punto de vista, y
también en función de lo que es al final una aplicación estricta de los
Presupuestos y de los medios disponibles, se tuviera en cuenta.

Quisiera en esta misma onda preguntarle sobre alguna de las cosas que
tuvimos ocasión de contemplar el año pasado. Por ejemplo, las
domiciliaciones múltiples del Ministerio de Asuntos Exteriores en la
capital del Reino. Hace dos años habíamos llegado a una enumeración casi
exhaustiva en donde había cerca de 30 direcciones diferentes en donde se
multiplicaba el Ministerio de Asuntos Exteriores en esta capital. Nos
imaginamos que eso tendrá que encontrar algún tipo de paliativo en el
momento en que esté acabada la sede nueva del Departamento. En cualquier
caso, nos gustaría saber si se ha tomado alguna medida para que esa
costosa lista de domicilios, y consiguientemente de arrendamientos, haya
sido suprimida, o al menos reducida en el curso de los últimos meses. Nos
llegan noticias, por ejemplo, de que se había adquirido un local en la
calle de Goya que, por diversas razones, o no está siendo utilizado, o lo
está siendo de manera insuficiente con respecto a sus posibilidades. Eso
revierte muy negativamente sobre las mismas disponibilidades materiales
del Departamento.

Exactamente el año pasado el señor Subsecretario hacía mención de un
total de 17 locales, ocho de ellos en propiedad y nueve de ellos en
alquiler, aparte de la sede central del Ministerio. Decía también el
señor Subsecretario que las previsiones con que operaban el año pasado
(se refería al año 1992), con respecto a los Presupuestos de 1993, de
disponer del edificio del Tesoro en la Plaza de Benavente, se habían
visto aplazadas por problemas de traslados de otros departamentos
ministeriales, y se temía que hasta otoño de 1993 no se podría contar con
ese edificio. Yo me temo que tampoco en el otoño de 1993 se pueda contar
con ese edificio.

Decía el señor Subsecretario, refiriéndose a algunas de las preguntas que
hace un año le formulábamos sobre las representaciones en el exterior,
que estaban a punto de finalizarse las obras de acondicionamiento del
edificio de la nueva cancillería en Washington. Añadía que se atrevería a
decir que quedaban por delante tres obras importantes que no podrían
acometerse hasta principios de



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1994: la nueva embajada en Berlín, la embajada en Tokio y la de Rabat. Me
gustaría saber qué ha sido de las actividades inmobiliarias del
Ministerio al respecto.

Hablaba el señor Subsecretario hace un año también de las disposiciones
que se habían adoptado ya para cubrir las necesidades del servicio de
seguridad en el exterior. Nuestras noticias son que desde hace un año
nada significativo se ha hecho. En cualquier caso, me gustaría saber cuál
es el rendimiento de la actividad al respecto en el curso de los últimos
meses.

Me he referido al tema de Schengen, que también tratamos el año pasado.

Me he referido al tema de la reestructuración del organigrama del
Ministerio, que ha quedado en una pequeña agua de borraja, porque
introducir una nueva dirección general de utilidad dudosa, a nuestro modo
de ver, no es especialmente significativo.

Sin embargo, de lo que sí me congratulo es de que el señor Subsecretario
el año pasado nos lanzaba una llamada relativamente angustiada diciendo:
Aprovecharía para pedir al partido que representa S. S. (S. S. era yo en
ese caso), y también, por supuesto, a todos los aquí presentes, que
echaran una mano al Ministerio de Asuntos Exteriores en este tema, porque
para finales del año próximo tendremos probablemente déficit en
compromisos internacionales, en cuotas, en términos generales, en torno a
los 7.500 millones de pesetas. Yo creo que con la colaboración de todos
hemos conseguido que el señor Ministro de Hacienda ablande su corazón, y
por lo menos en este capítulo importante del pago de las cuotas
internacionales se haya cubierto, creo que satisfactoriamente (me
pregunto y le pregunto al señor Subsecretario) las cuotas de este año y
las cuotas debidas de unos años anteriores.

Finalmente, algunos pequeños detalles sobre planes en el exterior.

Constatábamos el año pasado que se habían cerrado dos embajadas en Africa
(Liberia y Sudán); no sé si está previsto el cierre de otras embajadas
también en el mismo Continente africano. Decía el señor Subsecretario que
estaba considerando la posibilidad, hace un año, de abrir en el segundo
semestre del año 1993 una embajada, bien en Kazajstán, bien Uzbekistán.

Nos da la impresión de que nada de eso se ha hecho. Me gustaría saber
cuáles son los planes al respecto. También se refería al cierre del
consulado en Bremen, al cierre de Nimes, al cierre de Hendaya, al cierre
del consulado de Metz, y del de Rotterdam y, sin embargo, la apertura del
consulado en Bombay y el reforzamiento del consulado en San Salvador de
Bahía. Me gustaría obtener algunas precisiones sobre lo que haya ocurrido
con esos gastos relativamente importantes de cierre y de apertura de
representaciones diplomáticas y consulares en el exterior.

Estas son las preguntas que quería formular.




El señor PRESIDENTE: En representación del Grupo Socialista, tiene la
palabra el señor Curiel.




El señor CURIEL ALONSO: Quiero expresar, en nombre de nuestro Grupo,
nuestro agradecimiento por la presencia del señor Subsecretario, señor
Cajal, en unas comparecencias que, a nuestro juicio, deben tener el
objetivo de obtener una impresión general, un criterio general desde el
punto de vista de los responsables políticos, en este caso el Ministerio
de Asuntos Exteriores, de cuál es la concordancia que existe entre el
esfuerzo presupuestario y las grandes líneas de fuerza que informan la
acción exterior del Gobierno y, por consiguiente, el esfuerzo del
Ministerio de Asuntos Exteriores.

Nos parece más importante obtener una visión de fondo de los problemas
políticos, del esfuerzo y de las líneas de actuación del Ministerio y
saber cuáles han sido y cómo coordinamos, cómo concordamos esas líneas
políticas, esos grandes vectores políticos con el esfuerzo presupuestario
del Gobierno en este caso concreto. Por eso, señor Cajal, nuestro
criterio general sería solicitarle precisamente esa información.

En un momento sin duda de especial relevancia del papel de España en la
acción exterior, en un momento también, sin duda de cambios trascendentes
en todo el mapa europeo y mundial, es evidente que el papel exterior de
nuestro país adquiere especial importancia, como la ha adquirido ya
durante estos últimos años, y no es extraño, como el propio señor Rupérez
ha reconocido, que estemos ante un esfuerzo presupuestario --lo ha dicho
el señor Rupérez también textualmente-- parcialmente positivo. A nosotros
nos parece realmente positivo el esfuerzo que han hecho el Gobierno y el
propio Ministerio a la hora de establecer esa concordancia entre las
líneas generales de la acción exterior de España y nuestro esfuerzo
presupuestario. En ese contexto nos gustaría que el señor Cajal nos
expusiera, lógicamente, las prioridades que ha tenido el Presupuesto, ya
que todo Presupuesto es una decisión de prioridades, evidentemente,
porque estamos hablando de recursos escasos. Por consiguiente,
quisiéramos conocer las prioridades y, por qué no, también las
dificultades del Ministerio a la hora de establecer toda la acción del
año 1994 en la tarea de la política exterior de España. Esa sería la
pregunta fundamental. Sin duda habrá tiempo suficiente para debatir
enmiendas concretas y suscitar dificultades para intentar solventarlas.

Me gustaría, señor Cajal, decirle dos cosas para terminar. Hay una
pregunta concreta en relación al tema del IVA que sale en los
presupuestos del Ministerio de Asuntos Exteriores a la hora de
contabilizar, por ejemplo, la construcción de edificios fuera de España.

Quisiéramos saber si el retorno de ese IVA es al presupuesto del que sale
o es a otro. Es una cuestión que nos gustaría conocer exactamente, porque
de ahí se pueden derivar debates significativos en torno a la misma.

En todo caso, quiero reiterarle el respaldo con el que va a contar por
parte de este Grupo en ese esfuerzo, creo que mayoritariamente reconocido
por la opinión pública, presupuestario del Gobierno en relación con
Asuntos Exteriores, y su esfuerzo también en ese papel significativo de
nuestro país en el concierto internacional.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Cajal.




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El señor SUBSECRETARIO DEL MINISTERIO DE ASUNTOS EXTERIORES (Cajal
López): Señorías, voy a tratar de contestar a las preguntas del señor
Rupérez con la mayor brevedad posible, sin hacer mayor hincapié en la
llamada doctrina Cajal, que llevada a sus últimas consecuencias puede ser
efectivamente nefasta.

Es cierto que el anteproyecto del Presupuesto correspondiente al año 1994
ha sufrido un incremento de algo más del 32 por ciento en relación con el
Presupuesto inicial de 1993, y es cierto que el grueso de ese incremento
se lo lleva el capítulo 4, que pasa de poco más de 25.000 millones del
año 1993 a algo más de 50.000 para 1994. El grueso de estos 50.000
millones, concretamente 37.500, va destinado al pago de cuotas.

Quisiera hacer una breve referencia a este tema, porque me parece que es
importante. Efectivamente, como ha señalado su señoría, hablamos el año
pasado de esta cuestión, en la comparecencia del mes de octubre, y su
señoría ya puso de manifiesto su preocupación, legítima y que por
supuesto todos compartíamos, por la necesidad de regularizar los
compromisos financieros de España, tanto más cuanto que iba a ser miembro
permanente del Consejo de Seguridad; parecía que no se compadecía, por
decirlo así, esa situación de deuda con una responsabilidad adicional no
ya sólo como miembro de Naciones Unidas, sino como miembro del Consejo de
Seguridad. En ese esfuerzo tengo que agradecer el respaldo que en este
sentido ha recibido el Ministerio de Asuntos Exteriores de las fuerzas
políticas, obviamente del Partido Socialista y también del Partido
Popular, y la comprensión del Ministerio de Hacienda.

No es menos cierto, porque negarlo sería negar la evidencia, que ese
incremento enmascara, en cierto modo, lo que es un incremento que parece,
en cifras absolutas, considerable o muy importante en el presupuesto de
Exteriores, y a la hora de la verdad lo que sucede es que lo que con una
mano se recibe con otra se pasa a Naciones Unidas. Esto podría dar lugar
también a una reflexión (que no es para este momento y a la que ha hecho
mención, creo, no hace mucho el propio Presidente Clinton) sobre el
notable crecimiento de las actividades de Naciones Unidas en particular
en el campo de las operaciones de mantenimiento de la paz y si realmente
las facturas que pasa la organización a los Estados miembros no empiezan
a ser excesivamente gravosas. Pero, en fin, éste es otro tema.

Ha habido un pequeño incremento en el capítulo 1, correspondiente a
gastos de personal, porque lleva consigo la actualización de las
retribuciones de los funcionarios en el exterior. Es cierto que ha habido
una práctica inamovilidad en el capítulo 2 y una reducción notable en el
capítulo 4 en inversiones.

En la elaboración del presupuesto, el Ministerio ha seguido las
directrices de austeridad y rigor presupuestario marcadas por el
gobierno. Ha procurado, simultáneamente, salvaguardar aquellas
aplicaciones presupuestarias que se consideraban prioritarias, urgentes o
particularmente sensibles, empezando por las cuotas a Naciones Unidas, y
cuando hablo de cuotas a Naciones Unidas me refiero a las voluntarias,
obligatorias y también a las contribuciones por participación en las
operaciones de mantenimiento de la paz, y ya he hecho referencia a ello,
con la deuda acumulada a lo largo del año 1993 hay previsiones hechas
para 1994 hasta donde es posible hacerlas, porque como su señoría sabe
Naciones Unidas o el Consejo de Seguridad se embarca en operaciones de
mantenimiento de la paz en función de las crisis que van surgiendo. Ello
quiere decir que es muy difícil prever, y menos con relativa distancia
temporal, nuevas crisis y, consecuentemente, nuevas operaciones en las
que pueda embarcarse Naciones Unidas.

Dicho lo anterior, añadiré que de los 37.500 millones que van por este
concepto se cubrirán en torno a los 12.500 correspondientes a deudas de
este año 1993, y en torno a 25.000 millones irán a cubrir operaciones de
mantenimiento de la paz y cuotas, tanto obligatorias como voluntarias. No
puedo asegurar que con eso estemos a cero a 31 de diciembre, pero, como
digo, es difícil prever la totalidad de las operaciones de mantenimiento
de la paz. Digo lo anterior porque, en relación con el presupuesto de
37.000 millones que he mencionado, las operaciones de mantenimiento de la
paz se van a llevar 18.700 millones, lo cual no deja de ser una cantidad
muy importante frente a 16.446 millones que serían las contribuciones
obligatorias, más dos mil trescientos y pico contribuciones voluntarias.

En cuanto a los arrendamientos y otros gastos a pagar en el exterior,
obviamente en relación con el año que viene no cabe prever que se
produzcan reducciones como consecuencia de devaluaciones. Mi capacidad de
previsión no llega a tanto. El año 1994 se ha previsto un presupuesto por
el concepto de arrendamientos de cerca de tres mil millones de pesetas,
con un incremento de 470 millones sobre 1993. Además, en los
arrendamientos no cabe morosidad, sobre todo en los que hay que pagar en
el exterior por razones obvias, como tampoco cabe morosidad en el pago de
comunicaciones, teléfonos, facturas de telex, etcétera.

En otros gastos corrientes el criterio que se ha seguido, tanto en los
últimos meses de este año --como consecuencia del ajuste a que ha hecho
referencia S. S.-- como respecto de 1994, es un criterio de rigor y de
austeridad. Se han dado instrucciones severas para reducir los gastos en
comisiones de servicio, y en comunicaciones se ha impuesto con mayor
rigor la necesidad de minorar, por ejemplo, las llamadas telefónicas, las
comunicaciones que no sean oficiales, etcétera.

En relación con la apertura y cierre de embajadas y consulados, a la que
ha hecho referencia S. S. tanto en su primera pregunta como, si no me
falla la memoria, al final de su intervención, efectivamente, el año
pasado, como se había previsto, se ha producido al cierre de tres
consulados generales, que se han convertido en agencias consulares:
Bremen, Basilea y Nimes, cuyas competencias han sido asumidas
respectivamente por los consulados generales en Hamburgo, Berna y
Montpellier; se había procedido al cierre de las embajadas primero en
Liberia y luego en Sudán; se abrió, a caballo de 1992-1993, la



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representación permanente en la UEFO, y se ha abierto la embajada en
Zagreb y la embajada en Andorra. Debo decir que el Ministerio ha
realizado un esfuerzo considerable, porque esto se ha hecho con cargo a
sus propios recursos, sin inyecciones adicionales, por decirlo así, por
vía presupuestaria.

Para el año que viene está previsto, en principio, la apertura de dos
embajadas, una de ellas podría ser Kazajstán, ya que hay un gran vacío en
el despliegue exterior de España en las antiguas repúblicas de la Unión
Soviética y es posible que debamos abrir una embajada en Oriente Medio,
esta apertura motivada no sólo por razones de reciprocidad, sino porque
también hay considerables perspectivas comerciales, y parece que es
preciso apoyar, con una presencia diplomática aunque sea muy reducida,
esas posibilidades que podrían alcanzar varios cientos de millones de
dólares.

Se va a proceder, probablemente, al cierre de tres consulados en países
comunitarios. No se procedió a la apertura del consulado general en
Bombay y vamos a intentar abrirlo este año. Salvador de Bahía se abrió
por razones puramente coyunturales, para atender la Cumbre
iberoamericana, y consecuentemente se ha vuelto a desactivar. Es un
consulado que está en manos de un canciller, y lo que se hizo fue enviar
a un funcionario diplomático durante una temporada.

No se contempla, por el momento, la supresión de embajada alguna, por lo
menos este año.

También tengo que decir, hablando de las cuotas, que es verdad que somos
morosos, pero aunque quizá mal de muchos no sea necesariamente consuelo,
debo decir que la situación, prácticamente invariada desde septiembre a
esta parte en relación con los países deudores con Naciones Unidas, está
encabezada por Estados Unidos, que en septiembre debía 785 millones de
dólares y, aunque ha hecho un pago importante, ha generado nuevas deudas,
con lo cual la situación es prácticamente la misma, seguido de la
Federación Rusa, Japón, Ucrania, Sudáfrica, Brasil, Italia, Bielorrusia y
a continuación España, seguida de Alemania a corta distancia. Son los
diez deudores más importantes.

Respecto a la nueva sede, yo también he leído algún comentario en la
prensa, y la verdad es que me ha llamado la atención francamente por el
poco rigor profesional con que estaba redactado, aunque sólo sea porque
no se tomaran la molestia de preguntar al Ministerio, cosa que creo que
debe hacer todo periodista profesional.

Efectivamente, recordará S. S. que hablamos de este tema y usted
mencionaba --creo recordar-- las palabras disfuncionalidad, ineficacia y
quebranto económico que suponía la dispersión del Ministerio. Yo anuncié
entonces que el Ministro de Asuntos Exteriores, señor Solana, estaba
empeñado en llevar adelante esta idea, y la verdad es que me satisface
poder decir que este proyecto está en marcha.

Sin embargo, querría hacer algunas precisiones, y aunque voy a intentar
ser breve, prefiero perder unos minutos para tratar de explicar este
tema.

El nuevo Ministerio de Asuntos Exteriores se va a edificar en un solar
que ocupaba un antiguo convento de monjas (que fue desafectado, imagino
yo, y destruido) en el triángulo que forman las calles Padre Damián y
Fray Bernardino de Sahagún. Este es un solar que tiene unos 15.000 metros
cuadrados, se prevé una superficie construida total de 74.000 metros
cuadrados en tres bloques idénticos de ocho plantas y se calcula que
habrá unas ochocientas plazas de garaje.

Este solar había sido adquirido por la Dirección General de Patrimonio en
su momento, y la Subdirección General de Edificios Administrativos de esa
Dirección General tenía proyectado construir ahí unos edificios
administrativos --concretamente estos tres-- que iban a ser destinados al
Ministerio de Obras Públicas. Es decir, que los edificios que se iban a
construir allí estaban afectos al Ministerio de Obras Públicas.

El 5 de mayo pasado, después de una serie de gestiones que habíamos
iniciado ya incluso cuando tuvo lugar la comparecencia de octubre pasado,
se procedió a la desafectación de ese proyectado edificio, que pasó de
Obras Públicas al Ministerio de Asuntos Exteriores. Esta desafectación la
hizo, en esa fecha que he mencionado, la Junta de Coordinación de
Edificios Administrativos de la Dirección General de Patrimonio, a la que
por parte de Exteriores se presentó un informe explicando la dispersión y
los problemas que teníamos de todo tipo que justificaban ir a un nuevo
edificio.

El Ministerio de Asuntos Exteriores no ha gastado cinco céntimos en este
proyecto, ni probablemente los va a gastar hasta 1995; es decir, que la
cantidad presupuestada, que en total, incluido IVA, se cifra en unos
7.300 millones de pesetas, será asumida por la Dirección General de
Patrimonio en su totalidad. A esta cantidad, que es lo que supone el
anteproyecto, puede ser preciso añadir alguna otra cifra, puesto que hay
que adaptar lo que era un edificio destinado a un cometido especial a las
necesidades de un ministerio. Digo que era un edificio destinado a un
cometido especial porque iba a ser dedicado a albergar dos direcciones
genrales y una secretaría general, dependientes entonces del Ministerio
de Obras Públicas. Al pasar ahora a tener un destino distinto y, por
decirlo así, más ambicioso, como es albergar un ministerio completo,
probablemente haya que añadir alguna cantidad. Es decir, que, repito, el
Ministerio de Asuntos Exteriores --y esto tiene que ver con la
presupuestación-- no va a pagar cinco céntimos, porque el edificio o los
edificios administrativos le serán entregados completos, esto es,
construidos y con su equipamiento básico: fontanería, instalación
eléctrica, iluminación, climatización, etcétera.

A partir de 1995 --habrá que presupuestarlo el año que viene-- tendremos
que iniciar algunas instalaciones que afectan directamente al presupuesto
de Exteriores, como es la telefonía propiamente dicha, las comunicaciones
internas del Ministerio, que S. S. conoce muy bien, informática y
seguridad. Se calcula que, a ritmo normal de trabajo --turnos de ocho
horas diarias, porque se puede acelerar, pero, obviamente, cuesta más
caro--, el complejo estará terminado en la primavera de 1996, y desde



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entonces hasta finales de ese mismo año se tratarían de integrar en esos
tres bloques, digamos, tripas a que he hecho referencia y se procedería,
naturalmente, al amueblamiento y al traslado físico del Ministerio.

El Ministerio de Asuntos Exteriores conservaría, y así está previsto y
aceptado, el viejo edificio del Palacio de Santa Cruz, el Palacio de
Viana, el edificio de la calle Reyes Católicos, es decir, el ICI
--antiguo Instituto de Cultura Hispánica--, y la Escuela Diplomática.

Tengo que agradecer la comprensión del Ministerio de Obras Públicas y el
respaldo y el apoyo que en todo momento nos ha dado la Dirección General
de Patrimonio.

Consecuentemente --y en relación con la pregunta que me ha hecho S. S.--,
no ha habido ni hay repercusión alguna de este proyecto sobre el
anteproyecto de Presupuesto de 1994; no hay ralentización alguna en
compras, en edificios, en seguridad ni en comunicaciones. Habrá que
presupuestar determinadas cantidades, que en cierto modo vendrán dictadas
por la evolución del ritmo de construcción y por los requerimientos
técnicos de los responsables de la dirección técnica de las obras. Estas,
como quizá sepa ya S. S., se han iniciado en lo que es la explanación del
solar; se iniciaron antes del verano, y la primera fase está culminada,
pero no voy a entrar en detalles técnicos que, si S. S. quiere, se los
puedo pasar en su momento.

En cuanto al número de funcionarios, suficiencia e insuficiencia, y
apertura y cierre de embajadas, le diré que en este momento, hablando de
funcionarios de la carrera diplomática, somos exactamente 693, a los que
se sumarán, a partir de primeros de enero, 20 secretarias y secretarios
de embajada que en este momento están en el curso de prácticas en la
Escuela Diplomática; es decir, que para esas fechas, y teniendo en cuenta
que se va a producir una nueva jubilación a finales del mes de noviembre,
habrá 712 funcionarios, de los cuales, al servicio del Ministerio de
Asuntos Exteriores propiamente dicho, estaremos 624, puesto que, según
los últimos datos que me han sido facilitados --obviamente ésta es una
situación cambiante--, hay 19 funcionarios diplomáticos excedentes
voluntarios y 49 que están en servicios especiales, en otros ministerios
o en Moncloa, Zarzuela, etcétera.

En 1994 se van a producir 11 jubilaciones, pero esperamos que ingresen
los 15 diplomáticos y diplomáticas que cubrirán las 15 plazas que se han
convocado, puesto que la oposición, que se inició antes del verano, está
en marcha.

Al igual que dije el año pasado, el catálogo del Ministerio está
prácticamente cubierto. No ocurre así, efectivamente, en el exterior.

Estamos intentando, aunque es una tarea complicada porque, efectivamente,
no andamos sobrados de recursos humanos --por lo menos a nivel de
funcionarios diplomáticos--, evitar que proliferen las embajadas
bipersonales, y cuando se produce apertura de nuevas embajadas, o
eventualmente de algún consulado, tratamos de cubrir esta nueva demanda
mediante el cierre de otras representaciones --en su momento, las dos
embajadas que mencioné o los consulados que también he mencionado-- o
desconcentrando puestos de alguna representación en el exterior, es
decir, aligerándola de personal si se considera, por una u otra razón,
que el personal en catálogo es excesivo.

Se producen también --más bien con cuentagotas, pero también se da--
reingresos de funcionarios. A lo largo de este año han reingresado tres
funcionarios, y en los últimos doce meses, prácticamente desde la
anterior comparecencia hasta la fecha, han reingresado un total de ocho
entre diplomáticas y diplomáticos, aunque, como digo, en 1993 han sido
tres.

Respecto a las becas de la Escuela, y me temo que me estoy extendiendo en
exceso...




El señor PRESIDENTE: Perdone que le interrumpa, señor Cajal, pero
deberíamos intentar terminar esta comparecencia en un cuarto de hora como
máximo, para no complicar el horario previsto.




El señor SUBSECRETARIO DEL MINISTERIO DE ASUNTOS EXTERIORES (Cajal
López): Decía que respecto a la Escuela Diplomática, es cierto --el año
pasado ya se suscitó-- que hay un concepto para ayudas de estudio que
estaba cifrado en algo menos de ocho millones de pesetas, pero el año
pasado desapareció y éste también. Ese concepto iba destinado,
básicamente, a becas de investigación y a viajes de estudio para los
alumnos de la Escuela. Las becas propiamente dichas, es decir, para
alumnos, sobre todo extranjeros (los participantes en el curso de
estudios internacionales, subsisten y corren a cargo de la Agencia de
Cooperación), son 31, fundamentalmente para alumnos hispanoamericanos,
aunque también hay algunos de países africanos, y otras 19 becas para
alumnos de Europa central y oriental que corren a cargo de la Dirección
General de culturales. Efectivamente, la Escuela Diplomática debería ser
dotada con mayores medios, y yo creo que en el presupuesto del 94 vamos a
hacer un esfuerzo en tal sentido. El propio Ministro, señor Solana, tiene
un interés muy especial en impulsar las actividades de la Escuela, lo que
no quiere decir que la Escuela no cumpla un papel digno. En relación con
el Cuerpo de seguridad hay quizás una cierta confusión en los términos.

El Ministerio no tiene ni creo que tenga nunca un cuerpo de seguridad
propiamente dicho adscrito como tal al Ministerio porque parece ser que
técnicamente es muy complicado. De lo que se trató en su momento fue de
que funcionarios o miembros de los Cuerpos de Seguridad del Estado, tanto
de la Policía Nacional como de la Guardia Civil, pudieran ocupar puestos
en el catálogo del Ministerio de Asuntos Exteriores en nuestras
representaciones en el exterior. Esta ha sido una tarea compleja, y,
efectivamente, no ha salido adelante. Admito que voy a decir lo mismo que
ya dije el año pasado, que trataremos que el año que viene así sea. Pero,
dicho esto, que no exista tal Cuerpo de seguridad en el exterior, no
quiere decir que un buen número de embajadas no estén debidamente
protegidas, tanto por lo que se pueda llamar una protección puramente
fáctica o estática como por protección de servicios de seguridad,



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primero porque en algunos sitios esa seguridad la suministra el país ante
el cual está acreditada la representación de que se trate y segundo
porque hay miembros de Policía Nacional y de la Guardia Civil adscritos a
determinadas embajadas y consulados, en este momento un total de unos
cincuenta, porque hay personal que está adscrito fijo a determinadas
representaciones y otro que es enviado en función de las situaciones de
crisis que puedan plantearse. Hay cincuenta miembros, como digo, de
Policía Nacional y Guardia Civil, y ello supone un gasto en comisiones de
servicio que en lo que va del año 1993 supera los 210 millones de
pesetas. El año 1992 fueron 318 millones.

Si se crearan puestos fijos en quince o diciséis embajadas y consulados,
que es lo que estaba previsto en su momento, supondría un gasto en torno
a los 376 millones de pesetas. Pero, además de eso, se han realizado y se
siguen realizando obras de seguridad en las distintas representaciones,
y, como verá S. S., a pesar de ciertas restricciones presupuestarias y un
mayor rigor y austeridad, estos temas que son sensibles se preservan. En
el año 1992 se invirtieron en obras de seguridad 581 millones, en 1993 se
calcula que van a ser 463 y en 1994 están previstos casi 526 millones de
pesetas.

Voy a tratar de ir más deprisa.

En el tema de Schengen, yo creo que efectivamente el aplazamiento no es
que vaya a resolvernos los problemas, puesto que realmente estábamos
preparados para hacer frente a este compromiso, complejo por otra parte,
a partir del próximo 1.º de diciembre. El hecho de que se haya aplazado
la entrada en vigor de Schengen entre los nueve países miembros a febrero
no da más, si acaso, que un cierto respiro y poder hacer las cosas con
algo más de sosiego. Pero las dotaciones previstas son suficientes y no
presentan, como digo, problema alguno. Se han invertido ya en Schengen,
en lo que a Exteriores se refiere, porque, como S. S. sabe, Schengen
afecta también al Ministerio del Interior y al Ministerio de Justicia,
300 millones de pesetas, y queda pendiente una cantidad pequeña que se
calcula en 40 millones para comunicaciones y en 70 millones para
mantenimiento, que figuran en el anteproyecto del presupuesto del año que
viene, es decir, un total de 110 millones. Luego, hay otra partida
importante, que también está prevista para el año que viene, que son unos
200 millones de pesetas, que habrá que abonar a la Fábrica Nacional de
Moneda y Timbre, que es la responsable de la elaboración de los visados
Schengen, que deben ponerse en los pasaportes de aquellos súbditos de
terceros países a quienes se exigirá el visado.

En cuanto a los efectivos en el tema Schengen, antes de la entrada en
vigor, como es lógico, se han tomado determinadas medidas en algunos
países, concretamente en los países del Magreb. No afecta tanto esto al
personal diplomático como al personal administrativo, tanto funcionario
como no funcionario, muchos de ellos personal laboral local. Se ha
reforzado prácticamente la totalidad de los consulados en Marruecos,
Túnez y Argelia, no en otros lugares, y se tratará de ir haciendo frente
a estas responsabilidades a medida que las circunstancias lo exijan o lo
aconsejen.

La protección de los nacionales yo creo que está bastante cubierta si
tenemos en cuenta circunstancias normales. Se ha icrementado algo la
cantidad que estaba prevista para el año pasado: de 650 millones ha
pasado a 691 ó 692 millones. Sería insuficiente si se produjeran
situaciones dramáticas y más bien de carácter masivo en algún país porque
hubiera que proceder a una repatriación masiva por una crisis política,
pero no parece que haya mayores problemas.

Sobre el cargo de director político, yo creo, señoría, que esto tiene que
ver algo con el organigrama, naturalmente. Si el Ministro de Asuntos
Exteriores no ha juzgado oportuno proceder a una reforma más profunda del
organigrama, sus buenas razones tendrá --no sé si son razones de fondo o
razones de coyuntura--, pero debo decir que la creación de la dirección
política es una necesidad que parece que era preciso acometer. Digo esto
porque como S. S. ya sabe, yo soy el primer Secretario General de
Política Exterior que ha tenido España, y a los pocos meses de ocupar ese
puesto, a finales del 85, una de las primeras cosas que le dije al
Ministro Fernández Ordóñez es que había que crear un director político y
desligar el director político de la figura del Secretario General de
Política Exterior o eventualmente de un secretario de Estado de Asuntos
Exteriores. Lo que yo percibía en aquel momento se ha agudizado
manifiestamente con el tiempo por una razón muy sencilla, porque las
actividades que desarrolla el director político han ido en aumento de una
manera casi excepcional, y esto se va a incrementar más precisamente de
ahora en adelante. Esta ha sido la razón por la que esta figura se haya
creado en este momento. Por un lado, la puesta en marcha de la política
exterior y de seguridad común y la participación en una multiplicidad de
foros que tienen que ver con la arquitectura europea, CSCE, UEO, OTAN,
aconseja la creación y la especialización de la figura del director
político --figura consagrada ante los socios comunitarios-- que libere a
su vez al Secretario General de Política Exterior de unos compromisos
ineludibles como acompañar al Ministro de Asuntos Exteriores, acudir a
los comités políticos, a los copos, etcétera. El año 1995, como S. S.

sabe, en el segundo semestre, España asume por segunda vez la presidencia
de la Comunidad; en el primer semestre ya tenemos que participar en la
troika. Esto, por un lado. Por otro lado, desde el punto de vista
económico o presupuestario, esta creación de la figura del director
político ha ido acompañada de la supresión de un nivel 30, que
preexistía, que era el del Director General Adjunto de Política, con
rango de Subdirector general, y, además, ha ido acompañada de una pequeña
reforma en las direcciones generales de Servicio Exterior y en la de
Relaciones Económicas Internacionales ha sido suprimida una subdirección
general. En resumen, el Estado se ha ahorrado 700.000 pesetas.

Respecto al ajuste y control de los gastos corrientes, 1993 ha tenido un
ajuste de 5.300 millones de pesetas acordado por el Consejo de Ministros
creo que en agosto.




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Obviamente, ese ajuste planteó problemas, como es lógico, al Ministerio
--desconocerlo significaría que nadábamos en la abundancia y que nos
sobraba el dinero y nuestro presupuesto no estaba mal calculado--, y lo
que hemos tratado de hacer, una vez más, ha sido preservar aquellos
conceptos o aquellos gastos de mayor urgencia y de mayor sensibilidad y
apretarnos el cinturón en los gastos corrientes a los que he hecho
referencia anteriormente. Por otra parte, hay que tener en cuenta que
prácticamente el 50 por ciento de esa minoración o de ese ajuste fue
absorbido por Cooperación en términos generales y por el Cervantes, y del
50 por ciento restante, una gran parte, 1.400 millones aproximadamente se
dedujeron de inversiones. Es cierto que el capítulo de inversiones ha
sufrido no una paralización pero sí una ralentización, que también se
refleja en el presupuesto para 1994. Esto tiene que ver con la pregunta
número 11 que S. S. ha formulado sobre inversiones y también sobre las
grandes obras de algunas embajadas que ha mencionado y con la no
presencia de algunas oficinas sectoriales. Voy a tratar de contestar a
estas tres preguntas en una sola respuesta.

A mediados de los años 80 el Ministerio de Asuntos Exteriores inició una
política, quizá también al hilo de una época de mayor bonanza
presupuestaria, una política de inversión fuerte, por un lado, en la
adquisición de nuevos edificios, es decir, abandonando los arrendamientos
y yendo a la propiedad, y sobre todo, de mejora de las cancillerías, que,
como S. S. sabe, eran impresentables en la mayor parte de los casos.

Quizás en aquel momento se pecara en algunos casos de una excesiva
generosidad, por decirlo así, y se fue a unas cancillerías excesivamente
grandes, también en parte porque se quería ir a unas cancillerías
integrales que agruparan a la totalidad o, por lo menos, a la mayor parte
de las oficinas sectoriales que pudieran estar en el país o en la capital
de que se tratara. Es cierto que en algunos casos, como digo, se pecó de
ambicioso y es cierto que algunas oficinas sectoriales, por razones que
yo no estoy en condiciones de explicitar, no se integran en las
representaciones, en las cancillerías, es el caso de Washington; habría
que preguntar, señoría, al Ministerio de Defensa o al Ministerio de
Comercio. Obviamente, el Ministerio de Asuntos Exteriores no aprecia esta
dispersión, es una realidad, y en los momentos en que vivimos sería de
desear que estuviéramos todos bajo el mismo techo, sin que ello suponga
que Exteriores pretende ningún tipo de liderazgo, por decirlo así, más
que del que la unidad de acción en el exterior aconseja.

La pregunta número 13, señoría, confieso que no la he entendido. No sé a
qué se refiere con el cumplimiento de deberes. Le agradecería que me lo
explicitara. No sé si he ido contestando prácticamente a casi todo, pero
temo las iras del señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: El señor Presidente normalmente no tiene iras.




El señor SUBSECRETARIO DEL MINISTERIO DE ASUNTOS EXTERIORES (Cajal
López): Respecto a la domiciliación o el despliegue en Madrid, no ha
habido novedades, y no las habrá puesto que confiamos en trasladarnos o
mudarnos en 1996 en los términos que he mencionado. El edificio de Goya
no se ha ocupado todavía porque se está terminando de amueblar o de hacer
las separaciones o los paneles; creo que se ocupará a finales del mes de
noviembre. Va a ir la Dirección General de Consulares íntegra y algún
servicio más, y lo que desaloja Consulares permitirá un cierto desahogo
de zonas del Ministerio que, como S. S. sabe, están en pésimas
condiciones en cuanto a lo que se llama sanidad y seguridad en el
trabajo. Por supuesto, el edificio del Tesoro nunca prosperó y ya no
prosperará. Yo creo que esta situación se va a prolongar hasta 1996.

Por último, refiriéndome al comentario o a la pregunta que ha hecho S. S.

sobre el IVA, es cierto que las obras que realiza el Ministerio de
Asuntos Exteriores en el exterior, sobre todo en los países comunitarios,
generan un Impuesto sobre el Valor Añadido que es devuelto por el
Ministerio de Hacienda o de finanzas de turno y que el Ministerio, tal
como están las cosas, hoy por hoy, paga, devuelve, ingresa en el Tesoro.

Eso supone que de una obra de 1.000 millones de pesetas (en ese caso el
IVA, según el tipo de obra que sea, es el 10 o el 12 por ciento)
Exteriores de su presupuesto devuelve al Tesoro, ingresa en el Tesoro
100, 150 millones de pesetas, que obviamente nos vendría muy bien que no
tuviéramos que devolver y que nos generara crédito. Esta es la realidad.

Yo creo que de la explicación que he tratado de dar se deduce que, dentro
de una situación de austeridad, el Ministerio de Asuntos Exteriores
dispone de los medios humanos, no solamente diplomáticos por supuesto, y
de los recursos necesarios para cumplir más que dignamente su función. Es
verdad que en algunos extremos hemos de hacer frente a situaciones
complicadas, que hemos de apretarnos el cinturón, pero, en conjunto, no
creo que debamos hacerlo más de lo que el conjunto de la sociedad
española. Creo que en ese caso, como es lógico, todos hemos de arrimar el
hombro.

Para 1995 sí habrá que prever partidas presupuestarias, y aprovecho esta
oportunidad para adelantarlo, no ya sólo con vistas a la nueva sede del
Ministerio sino para la presidencia española. Ya hay una experiencia,
pero, obviamente, con vistas al segundo semestre de 1995 habrá que hacer
una presupuestación no ya sólo rigurosa desde el punto de vista de
técnica presupuestaria sino algo más generosa desde el punto de vista de
los dineros.




El señor PRESIDENTE: Yo creo que deberíamos terminar aquí esta
comparecencia dado el retraso horario que llevamos y acumulación de
comparecencias.

Por consiguiente, le libero de la tarea y le doy las gracias al señor
Cajal por su comparecencia.




El señor SUBSECRETARIO DEL MINISTERIO DE ASUNTOS EXTERIORES (Cajal
López): Es un placer.




El señor MARTINEZ MARTINEZ (don Miguel Angel): Señor Presidente,
modestamente quería señalarle



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que el Presidente de la Comisión de Defensa ayer invitó a café a los
miembros de la delegación e incluso a agua, por supuesto con cargo a la
Cámara. Yo entendería que sería razonable y un gesto por parte de esta
Mesa muy de apreciar, incluso por el señor Subsecretario que se va ahora,
pero sería una buena idea que nos sirvieran café y agua para continuar la
sesión.




El señor PRESIDENTE: Deben ser por mis raíces ancestrales, señor
Martínez, por lo que no me he ocupado de eso.




El señor MARTINEZ MARTINEZ (don Miguel Angel): Yo no querría que
quedáramos peor que la Comisión de Defensa a ese respecto.




El señor PRESIDENTE: La Comisión nunca quedará peor que ninguna otra. De
modo que café, copa y puro.




--DEL SEÑOR SECRETARIO DE ESTADO PARA LAS COMUNIDADES EUROPEAS
(WESTENDORP Y CABEZA). A SOLICITUD DE LOS GRUPOS PARLAMENTARIOS: MIXTO
(Número de expediente 212/000036), SOCIALISTA (Número de expediente
212/000071), POPULAR (Número de expediente 212/000141) E IZQUIERDA
UNIDA-INICIATIVA PER CATALUNYA (Número de expediente 212/000272).




El señor PRESIDENTE: Pasamos a la comparecencia del señor Secretario de
Estado para las Comunidades Europeas, don Carlos Westendorp, a quien doy
la bienvenida. Voy a conceder la palabra por el orden de solicitudes de
comparecencia. Veo que no hay presente ningún miembro del Grupo Mixto,
por lo que tiene la palabra, en nombre del Grupo Socialista, el señor
Curiel.




El señor CURIEL ALONSO: Señor Presidente, nuestra petición al señor
Westendorp es de solicitud de los criterios generales del Departamento en
cuanto a las previsiones presupuestas y, lógicamente con ello, sobre las
prioridades en cuanto a la acción política que mantiene el Ministerio.




El señor PRESIDENTE: En nombre del Grupo Popular, tiene la palabra la
señora Tocino.




La señora TOCINO BISCAROLASAGA: Sean mis primeras palabras de gratitud,
en nombre del Grupo Popular, por la presencia esta tarde del señor
Westendorp para que nos aclare algunas dudas que se nos plantean sobre
los llamados flujos financieros de España en las Comunidades Europeas. En
el anexo de estos flujos empieza hablándose de una especie de análisis de
lo que significa ese régimen de financiación de la Comunidad a través de
los reglamentos y decisiones, incluso se hace un análisis de lo que
significa por parte del Tratado de Maastricht el Tratado de la Unión,
próximo ya a su ratificación. Quizá se pone demasiado en relación, casi
en una relación de causalidad, este Tratado de la Unión con el paquete
Delors II. Nosotros entendemos que quizá no sea del todo correcto ligar
el paquete Delors II al Tratado de la Unión, puesto que la revisión del
reglamento financiero del presupuesto de las Comunidades Europeas estaba
ya pendiente antes del Tratado de Maastricht y, por tanto, esa reforma
incluía ya un incremento del presupuesto comunitario, que era el paquete
Delors II.

Por otra parte, en las explicaciones generales que se nos dan,
concretamente cuando se habla de cuáles serían los principios aducidos
como objetivos que justifican este presupuesto, notamos que se hace
excesivo hincapié, y nos parece que es una interpretación bastante libre,
cuando se dice concretamente que uno de los elementos clave es ni más ni
menos que el tema de la cohesión. Estamos un poco saturados ya de ver en
estos últimos tiempos cómo cada uno de los distintos Gobiernos, de los
distintos Estados en definitiva, utiliza a veces los conceptos clave pero
interpretando cada uno como tal concepto clave, y la cohesión económica y
social es importante, pero también hemos oído decir que la solidaridad
precisamente no implica únicamente dinero. Por tanto, nos ha sorprendido
la terminología empleada en este análisis en el anexo cuando se habla de
la pretendida unión política. Ya comprendemos que no es despectivo, pero
nos ha sorprendido un poco que desde el Gobierno español se hable de la
pretendida unión política precisamente hoy, cuando estamos por una parte
celebrando ya la ratificación definitiva por parte de Alemania y, por
tanto, la próxima entrada en vigor del Tratado e, inclusive, el reciente
discurso del Canciller Kohl en el Senado francés, donde si hizo hincapié
en algo, no fue precisamente en la pretendida unión política, sino que
dijo que uno de los asuntos estelares iba a ser todo lo que se refiriera
a la unión política. No entramos en si eso encubre el que habida cuenta
de que la Unión Económica y Monetaria parece que no puede ir tan deprisa
como se hubiera deseado, quizás ahora haya que hacer más hincapié en la
unión política. En cualquier caso, queremos advertir que en un
presupuesto que se tiene que enfocar desde el rigor y la seriedad, nos
parecía conveniente que el Gobierno cuidara un poco más la terminología
empleada, porque creemos que no debe ser del todo correcta.

En el mismo sentido y al señalar el Gobierno como uno de los objetivos
que justifican este presupuesto el aumento de la actividad exterior de la
política comunitaria y no tener más explicaciones posteriormente, nos
gustaría que el señor Secretario de Estado nos explicara qué se quiere
decir con esto, es decir, cómo se traduce este incremento de la actividad
exterior y si es algo que esté aumentando los costes, porque esto nos
parecería un poco complicado de compaginar con lo que significa el
mercado interior.

En esas explicaciones que se dan en el anexo no acabamos de ver, porque
creemos que no se ha precisado con suficiencia, la posición española en
el caso concreto de la reforma que se hizo de la importancia relativa al
recurso IVA, es decir, no sabemos si esto ha beneficiado o no a España.

Me estoy refiriendo concretamente a esa



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reforma que se llevó a cabo en el Consejo de Edimburgo en donde se
modificó la estructura presupuestaria y se señaló un tipo uniforme
aplicable a la base IVA que se reducía al 1 por ciento y con un
tratamiento especial para los países llamados de la cohesión. Queremos
saber si realmente esto ha beneficiado o no a España.

Tampoco tenemos ninguna referencia, aunque se puede decir que esto
entraría un poco más en el campo de las tendencias presupuestarias, de
cuál es la posición del Gobierno español con relación al famoso aunque
olvidado --parece-- en este momento quinto recurso. Nos gustaría conocer
su opinión, señor Westendorp.

Pasando ya concretamente a la aportación española al presupuesto general
de las Comunidades Europeas, aunque somos conscientes de que el ejercicio
de 1993 todavía no se ha cerrado, sí nos gustaría saber cómo se ajusta lo
presupuestado con lo ejecutado al día de hoy, advirtiendo que,
efectivamente, el ejercicio no ha terminado, pero quisiéramos tener una
orientación de lo que podrían representar las desviaciones de ejecución,
más que nada porque nos van a servir para conocer cuál podría ser la
evolución de las previsiones que ahora estamos haciendo para 1994.

En cuanto a partidas concretas, señor Secretario de Estado, no acabamos
de ver cuál es la razón por la que se ha desglosado y se separa la
aportación española al Fondo Europeo de Desarrollo, al FED, que en sí
mismo entendemos que resulta una aportación de la Comunidad y que, por
tanto, debería sumarse a lo que se ha llamado en el cuadro 2 aportación
española, porque nos da la impresión que son aportaciones
extrapresupuestarias para el presupuesto de la Comunidad, pero creemos
que no son extrapresupuestarias para el presupuesto español. En este
sentido, nos gustaría saber concretamente cómo se controla este Fondo
Europeo de Desarrollo, es decir, cómo se realizan los retornos por esta
vía para España, y puesto que los programas FED están abiertos a concurso
público, nos gustaría saber cuántas empresas españolas han participado en
estos dos últimos ejercicios en los programas FED, cuántas empresas
acudieron a licitación o concurso para alguno de esos programas y si
además el Ministerio de Asuntos Exteriores o inclusive algún otro
Ministerio ha desarrollado actividades de información para que las
empresas interesadas pudieran conocer el alcance y el contenido de estos
proyectos y pudieran presentarse. También nos gustaría saber,
comparativamente, qué lugar ocupa España en este tipo de programas FED
dentro de la Comunidad.

Notamos también que se ha hablado con cierta complicación, no quiero
decir oscurantismo, en ese informe, en la página 11, de la contribución
de España al FED, que este 1994 --dice-- irá destinada a financiar el
tramo final del sexto programa FED y el tramo inicial de séptimo, pero,
en cambio, no se dice nada de que en este mismo período se vayan a
realizar modificaciones, que tenemos entendido que pueden ser muy
importantes en la estructura de dicho Fondo, habida cuenta de lo que
recientemente escuchamos al Comisario Marín en función de que en este
momento el contexto en el que se mueve la relación entre los países ACP y
la Comunidad Europea es muy distinto al que dio origen, en un principio,
al primer Convenio de Lomé y tampoco hemos podido entender nada en estos
presupuestos.

Pasando a los gastos Feoga-garantía en España, nos gustaría saber qué
puesto ha ocupado España hasta el ejercicio 1992. Sabemos que en 1992
ocupamos el lugar cuarto, pero no sabemos qué puesto ocupábamos antes ni,
por descontado, tampoco tenemos noticia de qué puesto hemos ocupado en
función de lo que hemos recibido en los meses que van de 1993. Nos
gustaría conocer también qué países han recibido mayores percepciones por
este concepto, teniendo en cuenta que España es un país cuya agricultura
es fundamental en nuestra economía nacional, y la posición relativa de
nuestro país con otros países cuyos productos agrícolas son también
fuertemente competitivos para nuestra agricultura.

Hay un tema sobre el que querríamos algo más de información, señor
Westendorp, y es sobre los gastos cofinanciados con cargo al
Feoga-garantía en lo relativo a las medidas de acompañamiento.

Concretamente, sabemos que se refieren a cofinanciar gastos de proyectos
que hagan alusión tanto a medio ambiente como a forestación de tierras
agrícolas y a jubilación anticipada. Nos gustaría que nos informara de
qué cantidades va a destinar la Comunidad a España; cómo se van a
distribuir por tipo de medidas y qué posición relativa ocupa España en
relación con los demás países comunitarios en estas ayudas.

Por otra parte, siempre ve que preguntamos cómo se va a proceder a la
información a los sectores posibles sujetos de estas ayudas y de qué
forma se llevaría a cabo la aprobación y la ejecución de los programas
que fueran aprobados y se pusieran en marcha aquí en España. Por último,
y puesto que algunos de ellos hacen relación a la protección del medio
ambiente, nos gustaría saber qué relación van a guardar o qué
limitaciones pueden tener estos fondos del Feoga-garantía con el Fondo de
Cohesión, en la medida en que pudieran interferir con temas de medio
ambiente o inclusive quizá también con los fondos sociales, en la medida
en que hablamos en estos fondos Feoga-garantía de posibles programas de
jubilación anticipada.

Hay otro apartado --y procuro ir, cómo ve el señor Presidente, bastante
rápida-- referente a los fondos estructurales. Ya es sabido en esta
Cámara que, desde luego, una de las grandes batallas de nuestro Grupo ha
sido siempre para tener mayor información y poder acceder a un mayor
control sobre cómo se distribuyen estos fondos estructurales y no
queremos dejar pasar la ocasión sin decir que esta batalla sigue siendo
nuestra batalla y por eso la planteamos aquí y ahora de nuevo. Teniendo
en cuenta que el objetivo principal de estos fondos es, precisamente,
fortalecer esa base productiva de las regiones menos desarrolladas, nos
gustaría saber si existe alguna previsión de los programas a presentar
por este concepto en el año 1994, porque nos imaginamos que, desde luego,
no vamos a acudir a la Comisión con lo primero que nos encontremos encima
de la mesa y, por eso, nos gustaría



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saber qué prioridades existen en este sentido y si, de alguna forma,
estas prioridades se pueden desglosar por fondos; si hay alguna
preferencia a determinadas comunidades autónomas e inclusive cómo van a
incidir en la negociación y ulterior formación de los llamados marcos
comunitarios de apoyo. Siempre, señor Westendorp, nos gustaría conocer la
posición relativa de España en cuanto al retorno de cada uno de estos
fondos con relación a los demás países comunitarios e incluso querríamos
que nos dijera qué dinero estamos actualmente perdiendo por falta de
programas y de proyectos, porque sabemos que esto, en algunas ocasiones,
ha llegado a producirse por defectos de forma y no se ha llegado a
tiempo. Quisiéramos saber si tanto la industria española como toda la
Administración, a sus distintos niveles, están lo suficientemente
informadas para tener la posibilidad de presentarse con programas para
conseguir estas ayudas.

Pasamos al Fondo de Cohesión, Fondo de Cohesión que, desde luego, es un
instrumento financiero muy importante pero sobre el que nos gustaría
advertir que hay que hablar con extremada prudencia, y no porque España
no esté beneficiándose ya de una parte de este Fondo de Cohesión, pero sí
porque cuando se habla de todas las partidas y de todas las cuantías que
se van a percibir bajo el concepto de Fondo de Cohesión hasta el año 1999
y teniendo en cuenta todo lo que está ocurriendo en la Comunidad Europea,
en primer lugar, que la entrada en vigor del propio Fondo de Cohesión en
sí mismo todavía está pendiente, se ha retrasado más de lo previsto
--estamos utilizando un instrumento financiero temporal, como hemos
tenido ocasión ya de hablar de ello en varias ocasiones en esta Cámara--,
nos gustaría ser tremendamente rigurosos y no echar las campanas al vuelo
--y en algunas ocasiones nos ha parecido que había un excesivo
triunfalismo por parte del Gobierno al hablar siempre de los Fondos de
Cohesión--, porque, como digo, falta todavía tiempo para que entre en
vigor el instrumento definitivo; hace falta no solamente la ratificación
del tratado, la entrada en vigor, sino además la aprobación del
presupuesto comunitario y el reglamento de creación de ese fondo, pero el
definitivo, que entendemos va a ser muy similar al temporal que estamos
manejando. Jurídicamente y cuidando un poco las formas, nos gustaría ser
en esto un poco prudentes o un poco más estrictos. Inclusive, la propia
naturaleza de la cohesión, el mismo concepto de cohesión parece que
podría, no digo quedar en entredicho, pero ser sometido a revisión una
vez que, por una parte, se amplíe la Comunidad Europea, como está
previsto, en el año 1995 y, desde luego, con la importante modificación
que se puede producir con la conferencia intergubernamental del año 1996.

Quisiéramos saber, puesto que este Fondo de Cohesión es un fondo de
carácter nacional, qué criterios o principios pretende seguir el Gobierno
para determinar las prioridades en los proyectos que se presentan e,
incluso, qué zonas o comunidades puedan tener preferencia para suscitar
esta financiación o sobre qué criterios y, en definitiva, qué mecanismos
se propone adoptar el Gobierno para asegurar ese equilibrio regional en
la distribución de este fondo que, además, sea compatible con los
objetivos generales de dicho fondo. Por otra parte, nos gustaría tener
información de cómo ha hecho el Gobierno el cálculo de las cantidades a
percibir por España, qué parte se pueda referir definitivamente a medio
ambiente y qué parte a redes de transporte, porque tenemos noticia de que
la Comunidad Europea, e incluso aquí mismo, en España, el Comisario de
Presupuestos, han denunciado, no vamos a decir que criticado, que había
quizás excesivos programas por parte de España referentes a
infraestructuras y muy pocos proyectos referentes a medio ambiente; y hay
algo que todavía parecía más grve, y es que muchos de esos proyectos o
algunos por lo menos carecían de los llamados estudios de impacto
medioambiental, y sobre esto insistía el Comisario de Presupuestos que
era imprescindible para la adjudicación de las ayudas. Nos gustaría saber
concretamente cuáles han sido las razones para este dejémoslo en lapsus
del Gobierno, para no presentar los proyectos con todos los sacramentos,
con todos los requisitos necesarios y qué porcentaje de proyectos
presentados han podido ser rechazados por falta de estos estudios de
impacto medioambiental. Voy terminando, señor Presidente. Nos gustaría
saber cuántos proyectos han sido presentados hasta ahora para este Fondo
de Cohesión. Sabemos incluso que en la cuantía nos pasamos, lo cual nos
parece, en cierta medida, aceptable, porque ya vendrán los recortes de la
Comunidad Europea, pero quisiéramos conocer qué porcentaje de estos
proyectos del Fondo de Cohesión han sido presentados.

Por último, quiero decir que necesitaríamos alguna aclaración más sobre
un sector excesivamente sensible, el referente al presupuesto de la
Comunidad Europea del Acero y del Carbón, porque tenemos la impresión,
por lo que hemos podido analizar en estos presupuestos, que más que
aclarar, se nos oscurece bastante el panorama, y no sólo por la situación
tan preocupante que tiene en este momento todo el asunto de la acería,
por no recordar los sectores tan sensibles en España como son el del
acero y el del carbón. No acabamos de entender muy bien qué es lo que se
quiere decir en estos presupuestos con relación a las ayudas; por eso nos
gustaría un poco más de información, que nos aclarara, por ejemplo, cómo
se controlan esas ayudas cofinanciadas al sector de la siderurgia de este
presupuesto CECA y si se conceden ayudas a otro tipo de sectores o de
actividades del ámbito CECA y si, por ejemplo, en la minería del carbón
hay algún tipo de ayudas concretamente que estén siendo cofinanciadas por
España.

Por último, señor Westendorp, queríamos hacer una pregunta, y es que
hemos comprobado cómo el presupuesto de su Secretaría de Estado pasa de
2.189 millones de pesetas para 1993 a 2.302 millones. La verdad es que le
felicitamos porque en una época de recesión haber conseguido este aumento
nos parece que es para felcitarle, pero nos sorprende que una gran parte
vaya destinada a aumentos del gasto de personal, lo cual nos puede
parecer un poco contradictorio con otras congelaciones que se proponen.

Concretamente si el gasto de personal va a



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experimentar un crecimiento, según hemos calculado, del 12,58 por ciento,
nos sorprende bastante que, por ejemplo, los gastos corrientes (que
pensamos que deberían tenerse en cuenta, máxime cuando desde el Palacio
de la Trinidad también habrá que echar una mano a las proximas elecciones
al Parlamento Europeo y estamos también en un año en el que entra en
vigor el Tratado de Maastricht) se reduzcan en 54 millones, el
equivalente a un 5,92 por ciento.

En esta misma línea, también nos ha sorprendido la subvención que desde
el año 1978 su Secretaría estaba concediendo al Consejo Federal Español
del Movimiento Europeo curiosamente y sin ninguna explicación este año se
haya cancelado. Esta subvención, por otra parte, era casi más bien
simbólica. Entonces, quisiéramos saber cuáles son las razones que han
motivado esta cancelación para tratar de ver la posibilidad de que, por
las razones antes aducidas de que estamos en un año especialmente europeo
y como prolegómeno para lo que decía el señor Subsecretario hace un
momento de lo que va a ser la segunda presidencia de España, este Consejo
Federal Español del Movimiento Europeo pudiera tener su subvención.

Muchas gracias, señor Presidente, y gracias, señor Secretario de Estado.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora Tocino. Le agradezco su
velocidad, pero debo decirle también que la celeridad ha servido para
introducir más preguntas por minuto.

Tiene la palabra el representante del Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa
per Catalunya, señor Vázquez.




El señor VAZQUEZ ROMERO: Gracias, señor Presidente.

Obviamente, algunas de las preguntas que yo quería formular pueden ser
redundantes, y las que lo sean en exceso las evitaré.

La primera ya ha sido formulada, es conocer el criterio general de
elaboración de estos presupuestos por esta Secretaría de Estado y las
prioridades políticas que conlleva, así como la explicitación de los
objetivos que se engloban en ese llamado aumento de actividad de España
en el exterior y en concreto en la Comunidad, en el marco de esta
aparente elevación de los presupuestos globales del Departamento de
Exteriores que, como hemos visto en la comparecencia anterior, va
prácticamente en exclusiva dedicado al pago de contribuciones
obligatorias de España a organismos internacionales, fundamentalmente a
la ONU, y a satisfacer los atrasos en el pago de estas obligaciones en
ejercicios pasados.

A mí me parece que un problema no resuelto adecuadamente es la
información correcta a los interesados, a la sociedad española en su
conjunto, respecto a la forma de acceso a los fondos estructurales en su
conjunto, tanto Feoga-garantía, como al propio Feder, etcétera. Hay una
necesidad, yo creo, de utilizar recursos en facilitar el acceso a los
interesados, a la sociedad española, a este tipo de financiación por
parte de la Comunidad.

Una última pregunta, para no ser redundante, que seguramente agradecerá
el señor Secretario de Estado, es, si se puede llamar así, cuál es la
rentabilidad, en términos de flujo financiero, en términos de retorno, de
la inversión que significa esta partida de los presupuestos para esta
Secretaría de Estado respecto a lo que a través de esos presupuestos
revierte en el Estado español. Es decir, ¿es realmente rentable, y hasta
qué apunto lo es, esa partida presupuestaria para lo que significa
retorno de presupuestos por parte de la Comunidad hacia el Estado
español?
Nada más y muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Vázquez.

El señor Secretario de Estado, Westendorp, tiene la palabra.




El señor SECRETARIO DE ESTADO PARA LAS COMUNIDADES EUROPEAS (Westendorp y
Cabeza): Gracias, Presidente.

Señorías, antes que nada yo querría aclarar una cuestión, y es que las
competencias de la Secretaría de Estado, que está integrada dentro del
Ministerio de Asuntos Exteriores, en relación con las Comunidades
Europeas, como todos saben, es una competencia de coordinación de los
distintos departamentos a la hora de fijar posiciones del Gobierno
español en las Comunidades Europeas; pero muchos de los temas aquí
suscitados son competencia de otros departamentos, y concretamente, en la
elaboración del presupuesto, lo que se refiere al capítulo 10, relaciones
económicas financieras entre España y las Comunidades Europeas, es
competencia del Ministerio de Hacienda. No obstante, dicho esto,
intentaré responder a todas las cuestiones que me han sido presentadas y
sobre aquellas de las que no disponga de datos porque en este momento no
los tenga, con mucho gusto les haré llegar a SS. SS. la respuesta por
escrito a la mayor celeridad posible.

En lo que se refiere a la pregunta del señor Curiel sobre prioridades del
Departamento, es decir de la Secretaría de Estado dentro del Ministerio
de Asuntos Exteriores, el tema de las Comunidades Europeas, tengo que
decirle --y lo mismo le diría al señor Vázquez y a la señora Tocino en lo
que se refiere al presupuesto del Departamento, es decir, de la
Secretaría de Estado-- que es un presupuesto puramente limitado a una
actividad relacionada con nuestra tarea de coordinación. No es una
Secretaría de Estado inversora y, por tanto, los fondos que están
adscritos a nuestro presupuesto son en su inmensa mayoría, en un 90 por
ciento, gastos de personal, capítulo 1. Esto es por una mera asignación
dentro del presupuesto de Exteriores, porque todo el personal de la
representación permanente en Bruselas está adscrito al presupuesto de la
Secretaría de Estado.

Se ha producido, como ha dicho la señora Tocino, un aumento del 12,6 del
año 1993 al año 1994. La razón, señora Tocino, de ese aumento de gastos
de personal es muy sencilla, y es que como se trata de personal adscrito



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a la representación permanente en Bruselas, se les han tenido que
compensarse las devaluaciones de la peseta por el franco belga, divisa en
la que reciben nuestros funcionarios sus salarios. Esa compensación es la
que refleja un aumento nominal en pesetas del capítulo 1, gastos de
personal, pero no porque haya habido ningún aumento de los salarios de
nuestro personal en el extranjero.

En cuanto a la pregunta de la señora Tocino relativa al Consejo Federal
del Movimiento Europeo, que figuraba en el año 1993 en el presupuesto de
la Secretaría de Estado, hemos considerado que era mejor que figurara en
el presupuesto general de Asuntos Exteriores. Es decir, que antes estaba
adscrito específicamente al subcapítulo de la Secretaría de Estado y en
este momento no está en la Secretaría de Estado, entre otras razones
porque pasa un poco como ha dicho el Subsecretario con las cuotas a las
Naciones Unidas, y entonces nosotros preferiríamos, y así lo hemos
considerado, que vaya con cargo al presupuesto general de Exteriores. No
está en el nuestro, pero no quiere decir que no tenga que estar en el
presupuesto general de Asuntos Exteriores.

Hay pequeñísimo incremento, que es de 35 millones de pesetas, que en
términos absolutos es muy reducido, aunque en términos relativos es
grande, dado que el tamaño del capítulo es pequeño, en el capítulo de
inversiones reales. Hemos pasado de 40 millones a 75, y esto es
simplemente por las necesidades de reposición del equipo informático, del
tema de comunicaciones, traslado de parte de nuestras oficinas del
Palacio de la Trinidad a María de Molina, etcétera, y es una cifra que
puede parecer grande pero no lo es.

Efectivamente en este año de restricciones la Secretaría de Estado no
dispone prácticamente de ningún capítulo específico para hacer cualquier
tipo de medida de promoción, de manera que hemos pensado que en este año
tendremos que limitar nuestras actividades de cara al exterior; me
refiero de cara al exterior dentro de España, porque de cara al exterior
en el extranjero tendremos, si podemos, que asistir a los consejos de
ministros, etcétera, y para eso esperamos contar con fondos suficientes.

Esto en lo que se refiere al presupuesto de la Secretaría de Estado.

Me ha hecho la señora Tocino una serie de preguntas y también el señor
Vázquez. Les contestaré conjuntamente porque coinciden en lo que se
refiere al Fondo Europeo de Desarrollo y a los posibles retornos que
obtengan nuestras empresas. La razón de la separación del Fondo Europeo
de Desarrollo de las contribuciones y de la aportación al presupuesto
comunitario es porque estas últimas se consideran un recurso propio de la
Comunidad y por lo tanto es necesario distinguirlas de las que son
aportaciones fuera de presupuesto de la Comunidad, pero en el capítulo 10
verá que están las dos incluidas aunque con una distinta rúbrica.

El Fondo Europeo de Desarrollo sirve, como saben, para cofinanciar
determinado tipo de proyectos. Se han hecho numerosísimos folletos, se
han repartido, se han hecho contactos con las distintas empresas,
agrupaciones sectoriales, etcétera, para intentar sensibilizar a la
empresa española sobre las oportunidades que este fondo ofrece, pero
todavía los retornos no son de la altura que cabría esperar conforme a
nuestro tamaño relativo en materia industrial y de empresas de
consultoría, etcétera, y hay que seguir ejerciendo una labor sobre todo
de información con relación a estas empresas y a estos grupos de
consultorías que son las que normalmente están más interesadas. Más que
las constructoras son las consultorías las que se interesan más en España
por este tipo de proyectos en los países beneficiarios del fondo Europeo
de Desarrollo y que son básicamente los países de la Convención en Lomé.

El índice de retornos todavía es muy bajo. No tengo aquí la cifra exacta,
pero no creo que exceda del 2 por ciento. Es muy posible que estemos en
nivel medio dentro de la Comunidad, por detrás de seis o siete países,
incluso por detrás de Portugal, que tiene una presencia mayor en las
antiguas ex colonias. Por lo tanto, no tenemos un índice de satisfacción
demasiado elevado en cuanto a los retornos que tenemos del Fondo Europeo
de Desarrollo. Hay que tener en cuenta que muchas empresas no quieren
asistir a estos concursos cofinanciados porque, por la dimensión de los
proyectos, o bien son demasiado pequeños para una dimensión de empresas
constructoras y no les interesa, o bien son excesivamente especializados,
y las pequeñas y medianas empresas tienen dificultades en acudir a esos
concursos. No obstante, el índice de progresión de participación de las
empresas españolas, aunque es muy lento, permite suponer que en un futuro
podamos beneficiarnos más de esos fondos.

La señora Tocino me ha hecho una serie de preguntas, muchas de ellas se
las voy a contestar por escrito porque nos llevaría demasiado tiempo y
además en muchos casos no tengo información. Por ejemplo, sobre cuántas
empresas españolas participan en este momento no tengo información, pero
se lo podría dar con todo detalle.

La primera es por qué están tan ligados los flujos financieros España-CEE
al paquete Delors II. Con relación al presupuesto de 1994, el paquete
Delors II apenas entra en vigor; su velocidad de crucero será a partir de
1994-95. El paquete Delors II tiene que estar ligado al Tratado de la
Unión, porque si no hubiera sido por el Tratado de la Unión el paquete
financiero de los próximos siete años no se hubiera producido con las
mismas características del resultado del llamado paquete Delors II, por
la sencilla razón de que la Unión Europea tiene unas obligaciones en una
serie de ámbitos superiores a las que tenían las Comunidades Europeas.

Por ejemplo en política exterior y de seguridad común, donde hay una
serie de obligaciones ya prácticamente adquiridas para el futuro, sobre
todo de ayudas al Este y al Centro de Europa, a la ex Unión Soviética y
paralelamente para otras áreas, porque ha sido una exigencia de España,
que hubiera un equilibrio entre los aumentos para Europa Central y
Oriental y los aumentos para América Latina o el Norte de Africa. Esto
evidentemente supone un aumento de gastos de la Comunidad. Lo mismo cabe
decir de otras políticas internas de la Comunidad como puede ser el I + D
que ha crecido, aunque proporcionalmente ha crecido



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menos que otras políticas. ¿Cuáles son las políticas que han crecido más
en términos presupuestarios? La política que más ha crecido, en términos
presupuestarios, comparativamente es la de la cohesión económica y
social. De ahí esa mención que se hace en los presupuestos a la cohesión
económica y social, porque hemos pasado de una participación de en torno
al 75 por ciento en agricultura, 15 por ciento fondos estructurales o
política de cohesión, a una proporción en la que la agricultura pasa a
tener apenas el 55 por ciento y las políticas estructurales alcanzan ya
el 30 por ciento de la actividad de la Comunidad.

Por lo tanto, el paquete Delors II está sumamente influido por el Tratado
de Maastricht, por una parte, ya que al perfeccionar el Acta Unica a
través de una Unión Económica y Monetaria exige el reforzamiento de la
cohesión económica y social y, además, porque en una negociación de esta
envergadura una de las banderas de las que España enarboló, no la única,
fue la del aumento de los fondos destinados a cohesión económica y
social, con unos resultados que a la vista de todos están. Lo que pasa es
que ya no es necesario insistir más en ello. No se preocupe la señora
Tocino que si yo puedo evitar volver a hablar de los fondos de cohesión,
lo haré. Lo único que tendrán que hacer los ministerios interesados es
recibirlos y gastárselos lo mejor que puedan. Eso espero que se haga.

Ahora iré sobre este tema.

Modificación del Impuesto del Valor Añadido, del cambio y del quinto
recurso. Todavía en 1994 no está incluido porque no está produciendo unos
efectos inmediatos y a corto plazo. Esos efectos se producirán más en los
años 1995 y 1996. En cuanto al quinto recurso es una mera hipótesis de
trabajo. Como S. S. sabe, el quinto recurso, que es una aspiración de
muchos países o de algunos --no voy a exagerar-- y del Parlamento
Europeo. Sería un recurso en el que el Parlamento Europeo actuaría como
verdadero parlamento, es decir, como un parlamento que autoriza el
establecimiento de un determinado impuesto. Sin embargo, no hay
unanimidad en la Comunidad y hay varios países que se oponen todavía a la
introducción de ese quinto recurso. Por lo tanto, no puede figurar en los
presupuestos porque no existe el quinto recurso. Yo no diría que las
perspectivas sean demasiado optimistas en cuanto a que ese quinto recurso
pueda ponerse en vigor en los próximos meses. Yo diría que incluso
tardará hasta años.

En cuanto al Feoga también le daré información de qué puesto ocupaba
España hasta 1992. A medida que España se ha ido integrando cada vez más
en la política agrícola comunitaria, donde teníamos un período
transitorio de siete años en unos casos, de diez años en otro --entramos
en la Comunidad en 1986--, es lógico que nuestro beneficio del
Feoga-garantía fuera menor si no teníamos una integración plena en las
políticas comunitarias. A medida que han transcurrido siete años en unos
casos y se han adelantado los períodos transitorios con ocasión del
mercado interior en enero de 1993, y, por lo tanto, ya existe una plena
integración de nuestra agricultura en la comunitaria, el salto de
recepción de fondos del Feoga-garantía por parte de España en los dos
últimos años ha sido espectacular, hasta el punto de que en este año 1994
esperamos unos ingresos de unos 400.000 ó 450.000 millones de pesetas.

Estos ingresos han ido aumentando por razones de nuestra mayor
integración, pero también por razón del juego de los componentes
agrimonetarios, es decir de la relativa devaluación de la peseta frente a
las otras monedas que forman parte del cesto ecu. De la misma manera que
nuestros agricultores reciben más dinero en pesetas por los mismos ecus
que supone la protección comunitaria, los alemanes que han revaluado el
marco reciben menos marcos en relación con los mismos ecus. Por lo tanto,
el tema planteado en este momento en el Consejo de Agricultura es para
intentar resolver este problema creado coyunturalmente por las
devaluaciones.

Los fondos estructurales, el Fondo de Cohesión y su relación con el medio
ambiente. Efectivamente, el informe de impacto medioambiental se está
haciendo desde hace algunos años en España. Pero hay una serie de
proyectos, a los que se ha referido el Comisario Schmidhuber cuando vino
a España, que se habían realizado conforme a la legislación anterior y,
por tanto, no tenían un informe de impacto medioambiental, porque no era
preceptivo incluirlo en los fondos estructurales. De ahí que el Comisario
Schmidhuber, en pura ortodoxia comunitaria, exija que esos proyectos
contengan un informe de impacto medioambiental. El problema es que son
proyectos que estaban realizados ya antes, incluso ya iniciados, y ahora
se pretende que la Comisión de las Comunidades Europeas confinancie con
España, en un porcentaje que sería en torno al 85 por ciento ellos y el
15 por ciento restante España. Como esos proyectos estaban ya avanzados,
si hubiéramos tenido que incorporar el informe de impacto medioambiental,
que no lo tenían porque no se exigía entonces, el resultado, si
aplicábamos la ortodoxia pura, hubiera sido que estos proyectos se
podrían perder y tendríamos que presentar otros nuevos. Dado que el año
está terminando, estamos intentando por todos los medios subsanar este
requisito y tener en cuenta los informes de impacto medioambiental para
los proyectos que se presenten en el futuro.

En cuanto a los proyectos del Fondo de Cohesión, hay que distinguir el
impacto medioambiental concretamente en estos proyectos del porcentaje de
medio ambiente que tienen los proyectos del Fondo de Cohesión. Como S. S.

sabe, el Fondo de Cohesión sirve para infraestructuras de transporte y
para medio ambiente. En rigor, el Tratado de la Unión no establece en
ningún sitio el porcentaje que deben tener uno y otro. De los proyectos
que se han presentado por parte de España a la aprobación del Fondo de
Cohesión se puede considerar que tienen carácter medio ambiental en torno
a un 40 por ciento y como infraestructura de transporte pura en torno a
un 60 por ciento. Pero esto no quiere decir que los proyectos de
infraestructura de transporte no contengan, como es preceptivo, el
informe de impacto medioambiental, sino que el otro 40 por ciento se
puede considerar proyectos de infraestructura medioambiental pura.

Básicamente son la depuración de aguas, proyectos de costas, la lucha



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contra la desertización y la deforestación. Este es el grueso de los
proyectos del Fondo de Cohesión.

El Fondo de Cohesión entrará en vigor en cuanto lo haga el Tratado de la
Unión. Deberá tener un procedimiento distinto al seguido para aprobar el
instrumento financiero, que se hizo en aplicación de un artículo
«passe-partout», un artículo comodín, que es el 235, porque no existía el
Tratado de la Unión, y ahora se hará conforme al artículo 130 b) del
Tratado dela Unión, que exige un procedimiento también similar, por
unanimidad. Su aprobación no ofrecerá ningún problema, puesto que será un
calco, como S. S. muy bien ha previsto, del actual instrumento
financiero.

En cuanto a los fondos estructurales, me preguntaba S. S. cuándo se van a
presentar. El Gobierno ha aprobado hace muy poco el Plan de desarrollo
regional, que constituye la base fundamental para presentar en la
Comunidad los correspondientes marcos comunitarios de apoyo y, a partir
de ahí, los distintos programas integrados de los fondos estructurales.

Esto se ha enviado recientemente a Bruselas y, por tanto, todo el
procedimiento empezará a partir de ahora, pero ya retomará todos aquellos
proyectos que en este momento están sobre el telar, por así decir.

El porcentaje de utilización de los fondos estructurales por parte de
España es el más alto de los países de la cohesión, como S. S. conoce. En
ningún momento hemos tenido que devolver algún dinero comprometido por no
poder realizar el proyecto, cosa que no ha ocurrido en otros países. Pero
es indudable que en algunos momentos, sobre todo a finales de año o
cuando existe un solapamiento de períodos --como está ocurriendo este
año, que el Tratado de Maastricht no ha entrado en vigor y sí estaba la
anterior reglamentación--, se pueden producir algunos desajustes en el
tiempo. Lo que no se utiliza en un determinado año no puede utilizarse al
año siguiente, como norma general. Pero en el caso que nos ocupa en este
momento del período de transición sí se pueden retomar al año siguiante.

Por tanto, yo confío en que no haya ninguna falta de utilización de
ningún proyecto por parte española.

Eso es básicamente lo que puedo decir a SS. SS. en este momento, pero me
comprometo a hacerles llegar por escrito aquella información que no haya
podido suministrarles. (La señora Tocino Biscarolasaga pide la palabra.)



El señor PRESIDENTE: Señora Tocino, si no es una cuestión muy urgente,
deberíamos intentar recuperar el horario previsto.




La señora TOCINO BISCAROLASAGA: Seré muy breve, señor Presidente.

Concretamente, la partida de la ayuda al Consejo Federal Español del
Movimiento Europeo nos parece correcto que se haya sacado de la
Secretaría de Estado, pero no hemos sido capaces de encontrarla tampoco
en la parte general de los presupuestos referente al Ministerio de
Asuntos Exteriores. Por eso he pedido la palabra, para no tener que
acudir al señor Lobatón a que me lo explique.




El señor PRESIDENTE: El señor Westendorp tiene la palabra.




El señor SECRETARIO DE ESTADO PARA LAS COMUNIDADES EUROPEAS (Westendorp y
Cabeza): Es una partida que justificaría una enmienda, en caso de que no
estuviera, que no lo sé.




El señor MARTINEZ MARTINEZ (Miguel Angel): Yo sí sé que no está.




La señora TOCINO BISCAROLASAGA: Por eso no la he encontrado.




El señor PRESIDENTE: Constatamos que hay acuerdo entre los dos grupos
parlamentarios para establecer que no está. Damos por cerrado el tema.

Agradezco al señor Westendorp su presencia y vamos a proseguir con el
orden del día.




--DEL SEÑOR SECRETARIO DE ESTADO PARA LA COOPERACION INTERNACIONAL E
IBEROAMERICA (DICENTA BALLESTER). A SOLICITUD DE LOS GRUPOS
PARLAMENTARIOS: SOCIALISTA (número de expediente 212/000110) Y POPULAR
(número de expediente 212/000143).




El señor PRESIDENTE: Después de haber demostrado al señor Martínez que
esta Comisión no queda por debajo de ninguna otra, invito al señor
Dicenta, Secretario de Estado para la Cooperación Internacional e
Iberoamérica, que suba a la mesa.

Al señor Secretario de Estado le formulan preguntas el Grupo Socialista y
el Grupo Popular. Por el Grupo Socialista, tiene la palabra el señor De
Puig.




El señor PUIG I OLIVE: Puesto que se da la circunstancia del breve tiempo
que el Secretario de Estado lleva ocupándose de este Departamento, quizá
no estemos en condiciones de exigirle el detalle que a un Secretario de
Estado más veterano se le podría exigir, pero sí quisiéramos, para
conocimiento público y esclarecimiento del temario, que nos diera una
panorámica general del cuadro económico de su Departamento en estos
presupuestos; siquiera una aproximación a lo que van a ser estos
presupuestos y a la valoración política que este cuadro le merezca.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Popular, tiene la palabra el señor
Robles.




El señor ROBLES FRAGA: Señor Secretario de Estado para la Cooperación
Internacional e Iberoamérica, le agradezco en nombre de mi Grupo su
primera intervención y su presencia en esta Cámara.

Desgraciadamente a usted le toca bailar con la más fea porque la dotación
presupuestaria para 1994 de su flamante Secretaría de Estado sufre una
sensible reducción



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respecto del ejercicio de 1993. Preparando esta intervención, he ojeado
las declaraciones de su predecesor en esta misma Comisión en las que
aseguraba que esta disminución no se iba a producir. Esta disminución se
ha producido y es del orden del 24 por ciento respecto del año anterior.

Si a esto añadimos el ajuste presupuestario del pasado mes de agosto,
desearía conocer en qué medida estas disminuciones inciden o hacen
peligrar los proyectos y programas que debe desarrollar su Secretaría de
Estado de este ejercicio presupuestario.

El año pasado, el Diputado de nuestro Grupo y actual portavoz, señor
Rupérez, formulaba sus preocupaciones y preguntas respecto a la promoción
y difusión cultural en el exterior ante la justeza que ya se detectaba en
el presupuesto de su Departamento, de su Secretaría de Estado. Es
evidente que existe un cierto conflicto entre la Dirección General de
Relaciones Culturales y Científicas y el Instituto Cervantes, en el que,
por un lado, se realiza una promoción del idioma, sin duda loable y digna
de encomio y, por otro, una también loable y digna de encomio política de
promoción cultural de carácter genérico.

El Ministerio de Asuntos Exteriores, al que está adscrito el Instituto
Cervantes, participa en el Patronato pero no dirige, o por lo menos no
controla de la misma manera que la Dirección General de Relaciones
Culturales y Científicas las prioridades del Instituto Cervantes, en
cualquier caso en mucha menor medida que con respecto a la Dirección
General de Relaciones Culturales y Científicas; sin embargo, es evidente
que ante la limitación de disponibilidades presupuestarias parece lógico
y coherente, y desde luego económicamente más eficaz, refundir ambas,
aumentando sin duda el control del Ministerio y de su Secretaría de
Estado sobre el Instituto Cervantes, para llegar a una supresión de esta
Dirección General, de tal manera que se unan sus medios a los mayores y
más grandes de los que dispone el Instituto Cervantes. Mi pregunta es si
no sería esto, desde su punto de vista, más lógico y cómo se podría
reorganizar la labor de proyección cultural de España en el exterior.

Nuevamente ha de plantear mi Grupo la cuestión de la política de
cooperación con Guinea Ecuatorial que también depende de su Departamento,
máxime en este ejercicio en el que de nuevo se reducen las dotaciones
presupuestarias. Si en este año 1994, en que entrará en aplicación el
cuarto plan marco con Guinea Ecutorial, la cooperación debe servir para
promover el desarrollo en Guinea, para desarrollar la democracia y para
promover los intercambios con España, sólo cabe hablar en 1993 y pensando
ya en 1994 de un estrepitoso fracaso de la política de cooperación con
Guinea, lo que, sin duda, obliga a un replanteamiento en profundidad del
sentido político de la política misma y del gran esfuerzo de cooperación
que realiza nuestro país con ese país de Guinea Ecuatorial. Desde luego,
la situación es cada vez peor. Tenemos, sin duda, preocupaciones serias
sobre el futuro político de Guinea Ecuatorial y sobre la eficacia y el
sentido actual de nuestra política con ese país.

Existe un importante pilar de la cooperación que es aquel que se lleva a
cabo a través de las organizaciones no gubernamentales, las ONG, y
resulta paradójico, especialmente para mi Partido y para mi Grupo, que
creen en el papel importante de la sociedad civil, en el esfuerzo que
realiza la nación entera para promover el desarrollo, para promover el
aumento de las relaciones con España en otras zonas del mundo, que se
registre una disminución importante en las dotaciones que se destinan a
estas organizaciones. Es todavía más paradójico cuando dentro de la
filosofía de su Secretaría de Estado esta participación de las
organizaciones no gubernamentales parece desempeñar un papel fundamental.

Esta disminución también es una segunda disminución, pues en el
presupuesto anterior de nuevo se reducía la cantidad que se canalizaba a
través de su Secretaría hacia la actividad de las organizaciones no
gubernamentales. La pregunta es si su Secretaría de Estado tiene previsto
regular estrictamente la asignación de subvenciones para evitar, no
solamente los sesgos, sino las dudas que estas concesiones puedan
producir, y me gustaría que concretase los criterios que debe seguir su
Secretaría de Estado para administrar esa disminución presupuestaria para
remediar o remendar esta grave situación que plantea, sin duda, la
disminución a que hago referencia.

También me gustaría saber si existe un sistema de control de la ejecución
de los proyectos que llevan a cabo esas organizaciones no gubernamentales
y si está dispuesto a presentar en esta Comisión una memoria de ejecución
de lo que realizan con el dinero público esas organizaciones no
gubernamentales.

Esta disminución presupuestaria se plantea también en distintos aspectos,
contenidos todos ellos en los presupuestos que estamos debatiendo. En
1994 se reduce a 200 millones de pesetas la cantidad destinada a
equipamientos, a fomentar el acceso en los países subdesarrollados de los
medios económicos, técnicos y culturales que les permitan alcanzar
progresivamente su desarrollo. También se plantea una reducción
importante de las dotaciones que figuran para ayuda alimentaria, que
pasan de 1.800 a 1.000 millones, y las destinadas a becas, que también
sufren una importante disminución de 1.400 a 1.200 millones.

Existen varias preguntas, fundamentalmente es la misma para las tres
cuestiones, y es la de qué criterios sustentará su Secretaría de Estado
para racionalizar esa aplicación de estas disponibilidades cada vez
menores, de modo que se garantice la deseable eficacia que debe dirigir
la aplicación de estos recursos, y si no considera el señor Secretario de
Estado que sería coherente replantear los objetivos de cooperación y
dotarlos de créditos que garantizasen su eficiencia y eficacia y posponer
aquellos que por limitaciones excepcionales, de tipo presupuestario, no
parece aconsejable acometer en este ejercicio.

Me permito también hacerle una pregunta sobre el destino de la ayuda
alimentaria que, sin duda, en el pasado no ha estado concentrada en los
países más atrasados, incluso ha sido destinada a países de renta media.

Me gustaría conocer su criterio sobre este asunto.

Otra cuestión que suscita nuestro interés se refiere a aquellos programas
que inició y no concluyó la Comisión



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Nacional para la Conmemoración del V Centenario. Nos gustaría conocer la
situación actual de los mismos y de qué dotaciones presupuestarias se
dispone para continuarlos o culminarlos.

También nos gustaría saber el grado de desarrollo de aquellos programas
aprobados en la II Cumbre Iberoamericana y que se encomendaron a su
Secretaría de Estado con la identificación y dotación presupuestaria que
permite su materialización. En este mismo lugar, el año pasado su
predecesor afirmaba que existía un objetivo, compartido, por otra parte,
con grandes sectores de nuestra sociedad y de nuestra vida política, que
era llegar en un plazo razonable a ese objetivo del 0,7 por ciento del
PIB, destinado a programas de cooperación o ayuda al desarrollo. Sin
duda, año tras año, escuchamos buenos deseos, pero tras un estancamiento
en el año anterior (en 1993 fue del 0,23 o del 0,24 por ciento), nos
gustaría saber cómo va a quedar para el año 1994, y de qué manera esta
disminución del presupuesto del Subsecretario de Estado afecta al
objetivo de aumentar nuestro porcentaje del producto interior bruto.

Estamos lejos, sin duda, un año más, más lejos si consideramos que se
produce un retroceso, del 0,35 por ciento establecido por la OCDE para
los países que forman parte del Comité de Ayuda al Desarrollo, en el que
España está «gratis et amore», es decir, por la cara, porque no llegamos
al 0,35, y desde luego este año todavía menos. En su día se aseguró por
parte del Gobierno que se nos había dejado entrar porque lo estábamos
haciendo bien y porque año a año nos íbamos acercando. Sin duda, este año
no nos estamos acercando, al contrario, nos alejamos todavía más.

La Secretaría de Estado ofrece siempre cifras sobre lo programado y no
sobre lo ejecutado. Me gustaría saber si su Secretaría de Estado está
dispuesta por fin a hacer entrega a esta Cámara de las memorias de
ejecución que se presentan todos los años ante la OCDE, entre otras cosas
porque nos consta que las cifras contrastadas de ejecución son inferiores
a lo manifestado por el Ministerio de Asuntos Exteriores en los
documentos que todos conocemos.

Otra cuestión que tiene que ver con el importante esfuerzo realizado en
los últimos años, no solamente por el Gobierno sino por la sociedad
entera, en cuanto a la cooperación española es la que se refiere a una
solicitud que ha hecho nuestro Grupo en varias ocasiones: la del estatuto
del cooperante. Hace tiempo que se viene demandando una norma que regule
de manera definitiva, que clarifique y establezca claramente este
estatuto del cooperante. Me gustaría que de una manera concreta, y
evitando cualquier posible evasiva de anteriores ocasiones, pudiera
responder sobre la necesidad de establecer este estatuto.

Existe un área que afecta de manera importante al esfuerzo español de
ayuda al desarrollo, que es el de los Fondos de Ayuda al Desarrollo. Sin
duda, su Secretaría de Estado, que participa en la Comisión
Interministerial, no controla estos Fondos de Ayuda al Desarrollo, y eso
a pesar de que parece discutible en algunos casos que estos fondos sirvan
efectivamente para ayudar al desarrollo y no para otras cosas. Existe un
reciente informe del Tribunal de Cuentas sobre este asunto, que usted sin
duda conoce --espero que lo conozca más que su Ministro, que aseguró en
un pleno reciente que no había leído el documento, y creo que ha habido
tiempo para que el Departamento lo analice--; en este informe se
manifiesta la existencia de retrasos, falta de rendición de cuentas,
concurrencia de subvenciones públicas, multiplicidad de controles,
contabilización de operaciones realizada de manera discontinua, defectos
e irregularidades en la gestión y concesión de créditos; incluso se
afirma que se han formalizado concesiones de créditos por cuantías
superiores a los recursos disponibles. Este es, además, un informe que
tiene cierta actualidad pues, aunque no hay alusiones concretas a ninguna
situación irregular, se mencionan ciertos créditos que no parecen muy
ajustados a los principios que deben regir los Fondos de Ayuda al
Desarrollo, y concretamente un crédito a Venezuela, relativo a un
suministro de azúcar en 1989, por 50 millones. En definitiva, nos movemos
en una normativa excesivamente genérica que suscita la preocupación del
Tribunal de Cuentas.

La Comisión Interministerial en realidad no la preside usted, ni siquiera
participa usted en la comisión financiera, que es la que realiza de hecho
la labor de esta Comisión Interministerial. No se ha cumplido, por tanto,
la disposición que exige que sea la Comisión Interministerial la que
controle la ejecución de cada operación y evalúe los resultados de la
misma. El Tribunal de Cuentas llega a sugerir la necesidad de una ley
general de subvenciones que aclare y haga más concreta la normativa en
este terreno.

Es mi opinión que la Secretaría de Estado para la Cooperación
Internacional e Iberoamérica necesita una seria reestructuración. No creo
que sea usted la persona que en realidad se ocupa de la cooperación
española, si me permite esta licencia parlamentaria. Me gustaría saber de
qué manera se supervisan los programas de cooperación técnica ejecutados
por otros ministerios, si es que existe una manera de control o si es que
se ajustan estos programas a las prioridades establecidas por su
Secretaría de Estado. Me gustaría saber, incluso, de qué manera se
efectúa un seguimiento de los programas ejecutados por organismos
internacionales y financiados con cuotas españolas, y de qué manera su
Secretaría de Estado efectúa el seguimiento de la cooperación comunitaria
realizada con fondos españoles. Recientemente hemos escuchado las
explicaciones del Secretario de Estado de Relaciones de Asuntos Europeos,
que es quien se ocupa de seguir esta cooperación comunitaria realizada
con fondos españoles. De manera que tampoco es la Secretaría de Estado
para la Cooperación Internacional e Iberoamérica la que se ocupa de esto.

De los 12.546 millones sólo 6.000 se dedican a programas de ayuda al
desarrollo, y nos encontramos con una costosísima estructua burocrática,
con una gigantesca dispersión administrativa, con una superestructura,
que hace lo que hacía el Instituto de Cultura Hispánica, una



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subdirección general y el programa de ayuda alimentaria englobado en la
Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales.

La creación de Secipi sin duda se justificó en un intento lleno de
optimismo y de buena intención, con el fin de unificar, potenciar la
cooperación internacional de España, aumentar el esfuerzo de cooperación
internacional de España, ordenar los esfuerzos y aprovechar mejor los
dineros públicos y el esfuerzo privado de la cooperación española al
desarrollo. Este objetivo, sin duda, no se ha cumplido. La Secretaría de
Estado de Cooperación Internacional no controla los Fondos de Ayuda al
Desarrollo. Me gustaría conocer cómo se controlan las actividades de
otros ministerios, pero me da la impresión de que se ha desperdiciado, en
el relevo efectuado en esa Secretaría de Estado, un buen momento para
reducir una estructura sobredimensionada y para administrar mejor los
escasos recursos de que se dispone, en definitiva, para alcanzar de
manera más eficaz los objetivos marcados por el Gobierno y por esta
Cámara.

No estamos hablando sólo de un esfuerzo fallido de reestructuración de su
Secretaría de Estado, que en un principio parecía estar también en el
origen de su llegada a esta Secretaría de Estado. Me parece que la
frasecita de su predecesor el año pasado en esta Comisión, diciendo que
este año no sería un año sabático de la cooperación, se ha convertido en
algo mucho más grave. Me gustaría que usted me tranquilizase sobre este
aspecto, porque su nombramiento más que un regreso al pasado me parece un
regreso al futuro, es decir, una especie de salto adelante en el que una
Secretaría de Estado que debía y necesita ser reformada, se quede donde
está y refuerce lo que no nos gusta ver en la política exterior y en la
política de Estado de nuestro país. Creemos necesario reiterar la
necesidad de una mayor transparencia, de una mayor presencia de
procedimientos reglados en todas las actuaciones de la Secretaría de
Estado, y más cuando los recursos son cada vez más escasos, y más cuando,
precisamente, por la difícil situación económica que atraviesa nuestro
país, es necesario administrar mejor los recursos públicos.




El señor PRESIDENTE: Señor Robles, vaya terminando.




El señor ROBLES FRAGA: Me gustaría ver también que su Secretaría de
Estado se guía por criterios de mayor transparencia y claridad en la
administración de estos fondos públicos y que por fin podemos ver una
Secretaría de Estado que de verdad se ocupe de la cooperación y no de
otras cosas.




El señor PRESIDENTE: Para responder a las preguntas formuladas, tiene la
palabra el señor Secretario de Estado para la Cooperación Internacional e
Iberoamérica, don José Luis Dicenta.




El señor SECRETARIO DE ESTADO PARA LA COOPERACION INTERNACIONAL E
IBEROAMERICA (Dicenta Ballester): Señorías, voy a tratar de responder a
todas las preguntas que me han sido formuladas a lo largo de estas dos
intervenciones, empezando por hacer una breve síntesis, de acuerdo con la
petición del señor Puig, de lo que es la realidad presupuestaria de la
Secretaría de Estado.

La Secretaría de Estado contará en 1994 con un presupuesto, que luego
desglosaré parcialmente para que vean los diversos capítulos, que no es
muy inferior al de años anteriores. El Ministerio tiene un presupuesto de
95.308 millones de pesetas, lo cual supone un incremento de 23.488
millones respecto al año anterior. De este presupuesto, la Subsecretaría
cuenta con 75.762 millones de pesetas, la Secretaría de Estado de las
Comunidades Europeas con 2.302 y Secipi con 3.132 millones. Esto, si lo
trasladamos a una evolución presupuestaria de lo que ha sido el
desarrollo del presupuesto del MAE (del Ministerio de Asuntos Exteriores)
en los años 1992 a 1994, supone que el Ministerio ha pasado de 73.240
millones de pesetas en 1992 a 95.308 en 1994; la Subsecretaría, de 51.318
millones a 75.762 y Secipi de 4.556 a 3.132 millones, lo cual quiere
decir que hay un recorte del 2,67 por ciento en la Secretaría de Estado.

En programas presupuestarios del Ministerio, lo que aquí puede interesar,
desde el punto de vista de esta Secretaría de Estado, son los programas
134 A y B, cooperación para el desarrollo y cooperación para la promoción
y difusión cultural, en los que para 1994 se presupuestan en cooperación
para el desarrollo 1.443 millones de pesetas, es decir, aproximadamente
cien millones menos que en el año 1993, lo cual supone una reducción
presupuestaria del 6,5 por ciento.

En el Programa 134 B, cooperación, promoción y difusión cultural, se
presupuestan 1.689 millones de pesetas, lo que supone casi quince
millones de pesetas más que en el año 1993 y, por tanto, un incremento
respecto a este último año del 0,89 por ciento. Y en transferencias a
organismos y entes, Programa 800 X, se presupuestan 14.112 millones de
pesetas, lo cual supone una diferencia de 1.765 millones de pesetas
menos, es decir, un 11 por ciento menos que en el año anterior de 1993.

En las transferencias a organismos y entes, se transfieren a la Agencia
Española de Cooperación, en el año 1994, 10.819 millones de pesetas y al
Instituto Cervantes 3.293 millones de pesetas. Estas dos cifras suponen
reducciones, también respecto al año 1993, del 12 y del 4,8 por ciento
respectivamente. Esto en cuanto a las transferencias a organismos y
entes. Si a estas transferencias les añadimos los recursos propios de
estos dos organismos, tenemos que entre organismos y entes, el
presupuesto será para la Agencia Española de Cooperación de 11.103
millones de pesetas y para el Instituto Cervantes de 4.185 millones de
pesetas. Es decir, que hay un recorte serio para la Agencia de un 26 por
ciento respecto al año 1993 y, en cambio, hay un incremento para el
Instituto Cervantes de casi un diez por ciento, exactamente del 9,85 por
ciento.

Los programas de la Secretaría de Estado para la Cooperación
Internacional y para Iberoamérica, de la Agencia



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Española de Cooperación Internacional y del Instituto Cervantes, tienen,
pues, en el año 1994, los siguientes presupuestos: en el Programa 03134
A, cooperación para el desarrollo, 1.443 millones de pesetas. En el
Programa 03134 B, de cooperación, promoción y difusión cultural, 1.689
millones de pesetas. Y, por último, en el Programa 03800 X,
transferencias a organismos y entes, 14.112 millones de pesetas. Un
total, pues, de 17.245 millones de pesetas, que supone una merma respecto
al año anterior de un 9,7 por ciento.

Creo que sería demasiado prolijo que siguiera dándoles más datos del
presupuesto y de los distintos capítulos del presupuesto, tanto de la
Secretaría de Estado como de la Agencia o del Instituto Cervantes. Por
tanto, creo que de esta forma, salvo que se solicite mayor información,
doy una visión panorámica de lo que son los presupuestos para el año
1994, presupuestos en los que, como han visto, hay reducciones, y algunas
serias, a las que habrá que hacer frente de alguna forma, pero hay otros
capítulos, en cambio, en los que no solamente no hay reducciones, sino
que se producen incrementos.

En relación con las preguntas que me formulaba el señor Robles, respecto
a la repercusión del ajuste presupuestario en la Secretaría de Estado, he
de decir que no niego, ni voy a negar aquí, que en la Secretaría se va a
producir un ajuste presupuestario que, evidentemente, no es al cien por
cien al alza, sino que hay sectores en los que hay recortes, como he
dicho, de importancia y que, por tanto, habrá que absorber de alguna
forma o redistribuir, de manera que la posibilidad de seguir haciendo
cooperación siga permanente y viva. Quiero empezar diciendo que no vamos
a dejar de hacer cooperación, no vamos a recortar ni a disminuir la
cooperación de una manera sensible y sí vamos a mantenerla y, en la
medida de lo posible, mantenerla en los sectores tanto geográficos como
temáticos en que la cooperación pueda ser más necesaria, más útil y más
efectiva.

El presupuesto específico de Secipi, que se destina a múltiples sectores,
porque va, como ustedes saben, a las ONG y a la cooperación científica,
cultural y técnica y a becas, baja muy poco, escasamente en un 0,43 por
ciento. Baja en cambio, como he dicho antes, más sensiblemente el de la
Agencia, en un recorte de casi un 27 por ciento y, en cambio, puede
mantener cifras de acción no dificultosa el Instituto Cervantes.

¿Qué podemos hacer mientras tengamos un presupuesto recortado o
disminuido? Yo creo que todo menos ser pesimistas. Pienso que podríamos
actualizar, por ejemplo, las líneas directrices en cooperación que se
aprobaron en el año 1987 por el Consejo de Ministros y adecuarlas al
informe que aprobó esta Cámara en noviembre del año 1992. Creo también
que se puede revitalizar la Comisión Interministerial, a la que usted,
señor Robles, aludía, de cooperación internacional y el PACI, de
indudable importancia en cuanto a lo que es el seguimiento de un programa
o de un proyecto de cooperación internacional; revitalizar tanto la
Comisión Interministerial como el PACI, con el objeto de coordinar los
esfuerzos de toda la Administración de una manera más efectiva y de
convertir al PACI en un instrumento de planificación y no en un
instrumento, como es actualmente, meramente estadístico, que incluya
incluso una cierta planificación plurianual de la ayuda oficial al
desarrollo, estableciendo una serie de objetivos de futuro. Creo que
podemos, como dije al principio, establecer unas prioridades geográficas
y sectoriales que permitan conseguir niveles de impacto importantes en
aquellos países que consideremos que más necesitan la ayuda al desarrollo
española. Se pueden aumentar también los esfuerzos que se han venido
haciendo hasta ahora en el tema de las desgravaciones fiscales, de las
que es un ejemplo la ley del mecenazgo. También se puede organizar o
facilitar, en el marco de la ley de cooperación, que podemos y que
deberíamos estudiar, y si es posible aprobar, la contratación del
personal que trabaja en cooperación.

Creo que estos proyectos son suficientes como para que la vida activa de
la cooperación de la Secretaría de Estado, a pesar de los recortes, que
no podemos negar, se vea complementada en sectores que tienen la máxima
importancia. Anteriormente, he oído que varios Diputados aludían a la
necesidad de una ley de cooperación o de una ley del cooperante.

Posiblemente, son dos ausencias importantes a las que habrá que hacer
frente y habrá que discutir en el seno de esta Cámara las ventajas y los
inconvenientes de la elaboración de una ley del cooperante y de una ley
de cooperación que pueda actualizar, poner al día, lo que es la
cooperación también desde el punto de vista jurídico.

Me ha preguntado el señor Robles acerca de la relación entre el Instituto
Cervantes y la Dirección General de Relaciones Culturales. Creo
sinceramente que el Cervantes es un magnífico instrumento, de una alta
cualificación, para proyectar la política cultural española al exterior y
desarrollar una acción intensa en el terreno tanto de la lengua como de
la cultura. Creo que es el gran proyecto de política cultural exterior
que se ha producido en los últimos tiempos, pero lo evidente es que el
Cervantes no hace, ni puede hacer, toda la política exterior del Estado,
porque la vocación del Cervantes no es ésa, la vocación del Cervantes es
básicamente lingüística y lo que no hace, ni debe hacer, el Cervantes es
una política cultural bilateral porque no representa formalmente al
Estado español, por la inmediatez de la localización geográfica de los
lugares donde se ubican los institutos Cervantes y porque el Cervantes
tampoco tiene un alcance universitario. De manera que, como el Cervantes
además no cubre el amplio mundo de las relaciones culturales
multilaterales, el Cervantes tiene una función muy específica,
básicamente lingüística y también cultural, y la Dirección General de
Relaciones Culturales, a través de sus agentes en el exterior, tiene una
función claramente diferenciada, a mi entender.

El hecho cierto es que no hay ningún país de los Doce en el que haya
instituciones similares al Instituto Cervantes, llámese el British
Council o el Goethe Institut o cualquiera otra similar, donde se haya
suprimido una dirección general similar a la Dirección General de
Relaciones Culturales y Científicas, como es la de nuestro Ministerio



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de Asuntos Exteriores, por el hecho de que funcione, paralelamente y
complementando la acción de esas direcciones generales, un Goethe
Institut o un British Council.

De manera que yo sí trataría, y creo que lo trataremos de la mejor manera
desde el principio, de mantener la armonía que ya existe entre Instituto
Cervantes y centros culturales españoles, para que la acción cultural que
realizan los institutos Cervantes y los agentes culturales españoles del
Ministerio de Asuntos Exteriores, agregados culturales, oficinas
culturales, etcétera, tengan la mayor sintonía posible y se apoyen el uno
al otro porque, repito, lo que está dando a estos representantes, eso sí,
de nuestra acción cultural exterior el Estado español con los institutos
Cervantes es un instrumento excelente del que deben usar y en el que
deben apoyarse para mejorar aún más nuestra acción cultural en el
exterior.

Paso a contestar a la pregunta sobre la política de cooperación en
Guinea, pregunta en la que hay muchas connotaciones. Posiblemente, una
buena parte de quienes le hemos oído compartimos muchas de las cosas que
ha dicho el señor Robles, pero lo que tenemos que hacer con Guinea
Ecuatorial, y lo que estamos haciendo, es esperar, de momento, a que se
cumpla el segundo programa de cooperación con Guinea Ecuatorial. Con
Guinea Ecuatorial terminamos nuestro segundo programa, 1990-1993, en
diciembre de 1993. Adelantarme yo ahora a decir aquí qué es lo que se va
a hacer con Guinea, cuando además en este ínterin quedan todavía unas
elecciones generales por medio, qué reprogramación o reestructuración con
Guinea va a hacerse, resultaría muy aventurado por mi parte, ya que,
además, como decía el señor Puig, y ustedes lo saben muy bien, hace muy
pocas semanas que he tomado posesión de esta Secretaría de Estado. Sería
muy pretencioso por mi parte decirles que ya tengo un programa de
reestructuración de la cooperación con Guinea y, además, lo tengo antes
incluso de saber lo que va a pasar con las elecciones y de saber cuál va
a ser el final de este segundo plan de cooperación con Guinea, que
termina en diciembre, dentro de pocos meses.

Es evidente que hubo más problemas en este segundo programa de
cooperación. En el plan marco de cooperación con Guinea de 1986 a 1989
los problemas fueron menos, los resultados fueron más satisfactorios, la
normalidad en la gestión de los programas fue mayor, en cambio, sí ha
habido más problemas, más dificultades, más aristas, en este segundo
programa, de 1990 a 1993. Sin embargo, es cierto también, y quiero
subrayarlo, que el segundo plan marco de cooperación se aprobó de acuerdo
no solamente con las prioridades que al Gobierno guineano le definieron
determinados organismos internacionales, sino de acuerdo también con las
recomendaciones que los señores Diputados hicieron en el Congreso en el
año 1988, además de apoyarnos en un trabajo de consultoría hecho por la
Universidad de Barcelona y en la propia experiencia que tenía la
Administración de los resultados, del desarrollo y de la gestión del
primer plan. De manera que en el segundo plan se abordaron básicamente
los sectores que considerábamos, y consideramos, que más pueden favorecer
a una población como la guineana, en una situación muy difícil: la
formación de recursos humanos, la cooperación cultural, la cooperación
sanitaria, el apoyo y el asesoramiento institucional, la cooperación
económica y financiera. No podemos decir de una manera tajante que ha
sido un fracaso, que ha sido rotundamente negativa esa cooperación; sí
podemos decir que ha sido una cooperación complicada, difícil, con
aristas, con fricciones, pero no me atrevería a anticipar cuál debería
ser la nueva reestructuración de la cooperación entre España y Guinea.

Como saben ustedes, en el nuevo presupuesto, en el presupuesto de 1994,
se han aprobado para Guinea 1.699 millones de pesetas, es decir, 300
millones de pesetas menos de los que se aprobaron en el presupuesto del
año anterior.

Paso a continuación a contestar a su pregunta, señor Robles, sobre las
subvenciones a las ONG. Organizaciones no gubernamentales en las que yo
creo que todos los aquí presentes, desde luego el Secretario de Estado
que les habla sí, tenemos una extraordinaria confianza, muchas esperanzas
depositadas, porque posiblemente es una de las vías de acercamiento a la
cooperación práctica, a la cooperación real más importante de que dispone
cualquier secretaría de estado de cooperación o cualquier cooperación que
se trate de hacer. Las ONG llegan a lugares a donde no llega fácilmente
una cooperación oficial y las ONG, por consiguiente, van a seguir
recibiendo todo el apoyo que se les ha dado hasta ahora.

De hecho, el presupuesto de las ONG en 1994 va a experimentar una
reducción prácticamente nula. El presupuesto ordinario de las ONG prevé
una reducción de tan sólo un 1,5 por ciento respecto del presupuesto de
1993, es decir, una reducción de unos 10 millones y confiamos en que el
presupuesto que procede de la cuota del IRPF para fines sociales no
disminuya tampoco, sino que más bien aumente, especialmente desde el
momento en que a partir de 1992 es la Secipi, la Secretaría de Estado,
quien gestiona ya no el 15 por ciento como antes, sino el 20 por ciento
del total de esa cuota. Por lo tanto, ni siquiera los importantes
recortes presupuestarios de este año 1994 en Secipi, en la cooperación,
van a suponer una reducción importante de los fondos destinados al
programa respecto a los de 1992.

En el año 1994 se reducirá en 200 millones de pesetas exactamente el
presupuesto para equipamientos.

Me hacía usted también una pregunta, señor Robles, sobre la ayuda
alimentaria. La ayuda alimentaria experimenta un descenso de 1.800 a
1.000 millones de pesetas. ¿Qué vamos a hacer? Vamos a tratar de hacer lo
siguiente. En primer lugar, atender todos los compromisos que tenemos
pendientes de este año 1993 y que no han sido ejecutados como
consecuencia del recorte que se produjo en agosto de 1993, que es una
cifra que asciende a unos 530 millones de pesetas. En segundo lugar,
vamos a llevar a cabo la aportación que debemos hacer a la reserva
alimentaria internacional de emergencia del Programa Mundial Alimenticio
de la FAO, que son 200 millones de pesetas, y luego queda un remanente de
270 millones de pesetas con el que llevaremos a cabo aquellas acciones
que estimemos pertinentes y que puedan resultar de



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mayor utilidad. Lo cierto es que al recortar la ayuda alimentaria se está
incidiendo en un sector en el que el recorte está más justificado, no
porque no sea importante, que es muy importante, que es prioritariamente
importante, sino que está muy justificado porque la ayuda alimentaria es
un instrumento que admite los recortes temporales con una flexibilidad
mayor que la que tienen los apartados presupuestarios que se destinan a
financiar programas y proyectos de carácter plurianual.

Su siguiente pregunta me hablaba de las becas. Me preguntaba por la
reducción en becas. En cuanto a becas hemos tenido una reducción, pero en
la Dirección General de Relaciones Culturales y Científicas la reducción
de las cantidades atribuidas a becas supone, en el concepto 491 del
Programa 134 B, un 1,5 por ciento, reducción que, después de algunos
reajustes que conduzcan a la reordenación del sector, va a permitir que
se cumplan enteramente todos los compromisos internacionales que en este
orden de ideas tiene el Gobierno español.

Criterios de la Secretaría de Estado para garantizar la eficacia.

Replantear créditos que sean eficaces. Yo diría que la Secretaría de
Estado, pese a las críticas que desde algunas posiciones han llegado a
ella, no es, en absoluto, un modelo de ineficacia. Yo creo que cuando se
parte de una base cero tan recientemente como la Secretaría de Estado lo
hizo, hace escasamente siete años, y con unos medios que nos son
especialmente los más generosos del mundo, la eficacia es muy importante,
y se lo puedo decir con toda honestidad porque he vivido el fenómeno de
la cooperación española no desde la Secretaría de Estado. Desde la
Secretaría de Estado no sé si seré yo o no quien haga la cooperación, le
aseguro que voy a tratar de ser yo más que otros, pero yo, que he vivido
desde el exterior, tanto en la embajada de España en Lima como en la
embajada de España en Bogotá, lo que son los resultados de la
cooperación, la cooperación en vivo y en directo, puedo asegurarle que
una buena parte de la cooperación que se hace en el exterior, con
críticas, porque siempre las críticas deben existir, y con fallos, es una
cooperación eficaz, que atiende a los sectores prioritarios, a los
sectores donde la cooperación puede ir dirigida con mayor eficacia y con
un mayor grado de --perdóneme la palabra-- partenariado. Donde se ha
encontrado una contraparte capaz de asimilar esa cooperación, de ponerla
en ejecución con la cooperación española, se ha hecho y se ha hecho bien.

También podrán decir que se puede hacer mejor y que hay países que lo
hacen mucho mejor. Efectivamente, hay países que tienen más dinero y que
tienen más experiencia, pero yo no creo que la cooperación se esté
haciendo con ineficacia o con pérdidas notables de los dineros que a ella
le dedicamos.

Me ha preguntado por la ayuda alimetaria y el destino que se da a esta
ayuda alimentaria, por entender que muchas veces no ha ido destinada,
quizá, a donde debería haber ido. La verdad es que yo no soy un experto
en definir si donde ha ido la ayuda alimentaria es a donde debería ir,
pero le voy a decir exactamente a dónde ha ido. La ayuda alimentaria en
el año 1993 ha ido destinada a países como Mauritania, donde se ha
enviado trigo; a Egipto, donde se ha enviado aceite; a Argelia, a los
refugiados saharauis en Argelia, a los que se les ha enviado aceite,
pasta alimenticia, leche en polvo y azúcar; a Cuba, donde se ha enviado
leche en polvo, igual que a Perú; a Nicaragua, donde se ha enviado arroz;
a la República del Salvador, donde se ha enviado aceite; a la República
de Honduras, donde se han enviado frijoles, y luego, dentro del PMA, ha
ido nuestra ayuda alimentaria a la ex Yugoslavia, a Angola (cereales), a
los refugiados en Kenia, y más cereales a Cuba.

¿Son los puntos más acertados para enviar una ayuda alimentaria que
tampoco es ilimitada? Pues, la verdad, no le puedo contestar, pero yo no
creo que «a priori», simplemente por la lectura de los lugares a donde
esa ayuda se ha destinado, y del contenido de la ayuda misma, sea
descalificable el lugar y el destino que se le ha dado.

Para 1994 tenemos, como dije antes, menos ayuda alimentaria, 800 millones
menos, una ayuda de 1.000 millones de pesetas, y les puedo adelantar que
esta ayuda tendrá como receptores los países a los que no se les pudo dar
ayuda alimentaria en 1993 porque se vieron afectados por los recortes
presupuestarios de agosto de 1993, que van a ser Angola, Mozambique,
Filipinas, Burkina Fasso y la República Dominicana.

Por último, les añadiré que España contribuye con 10.000 toneladas de
equivalente en cereal a la reserva alimentaria de emergencia del Programa
Mundial de Alimentos de la FAO, cuyo coste es difícil de determinar
porque varía en función del precio internacional del trigo y de la
cotización del dólar.

La siguiente pregunta se refería a los programas de la Comisión Nacional
V Centenario, que, como ustedes saben, se extinguió por el Real Decreto
1.629/1992, de 29 de diciembre, que decía: «El Consejo de Ministros
determinará los programas que hayan de seguir ejecutándose con
posterioridad a la supresión de la Comisión Nacional.»
El Consejo de Ministros, a principios del año 1993, determinó los
programas que permanecerían con posterioridad a la supresión de la
Comisión Nacional V Centenario, y en el caso específico del ICI, el
Instituto de Cooperación Iberoamericano, se le encomendaron los
siguientes programas: ciencia y tecnología para el desarrollo --el
Cited--, que es un programa que se lleva a cabo con la Secretaría
permanente de la Cicyd; el programa de preservación del patrimonio
cultural en Iberoamérica, en el que colaboran el Ministerio de Cultura y
el Inem; el programa de cooperación con organizaciones indígenas y
afroamericanas, y el programa de artesanía iberoamericana, en el que
también interviene el Ministerio de Industria.

Para todos estos programas hay unas cantidades que creo que es ocioso
desglosar, pero si quieren ustedes se las menciono muy rápidamente: para
el Cited, 150 millones, a los que hay que añadir una cifra idéntica que
aporta la Cicyd; en el caso del patrimonio de cultura, 200 millones, más
los gastos de personal con cargo al capítulo 1 de la Agencia, por un
importe de 80 millones, y las



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aportaciones de la Dirección de Relaciones Culturales --25 millones--,
del Ministerio de Cultura --100 millones--, y del propio Inem; en total
algo más de 1.000 millones. Luego hay unos programas de apoyo a las
organizaciones indígenas que no tienen presupuesto especial, que se
financian, por tanto, caso a caso, y para el programa de artesanías se
cuenta con un mínimo de 15 millones, al que se suman las aportaciones del
Ministerio de Industria.

En cuanto a los programas de la Segunda Cumbre Iberoamericana, como
ustedes saben fueron aprobados en Madrid, y son el programa de becas
Mutis, el programa del fondo indígena, el de Seguridad Social y el Plan
Regional de Inversiones en el ámbito de la salud, porque los programas
antiguos, los veteranos, los de la Primera Cumbre, como eran el de
preservación de patrimonios históricos, el de ciencia y tecnología o el
de protección del medio ambiente, ésos se siguen financiando con cargo a
los presupuestos ordinarios. Por tanto, limitándome a los de la Segunda
Cumbre, que es sobre lo que he sido preguntado, ha habido un importante
recorte para estos programas en el año 1993, en agosto, en que se
recortaron 684 millones de pesetas. En cualquier caso, se reservó el
dinero suficiente para que el programa de becas Mutis pudiera ponerse en
marcha.

Se ha iniciado también, a través de la Secretaría General de Seguridad
Social, el programa de la elaboración de un código de Seguridad Social, y
se enviará el 50 por ciento de la cantidad comprometida a la Organización
Panamericana de la Salud para que lleve a cabo el Plan Regional de
Inversiones en el ambiente de salud. El resto de la entrega se aplazará
hasta 1994 por razones obvias.

Me ha preguntado también sobre el alcance del 0,7 del PIB para la
cooperación. No llegamos al 0,35, es verdad, y lo cierto es que nos
gustaría a todos llegar, pero la verdad también es que no somos los
peores, porque si es cierto que no llegamos al 0,35 también lo es que
partimos del 0,14 por ciento en el año 1989, y en este momento estamos en
el 0,27, mientras que países como Holanda, que en el año 1989 tenían un
0,94, en el año 1992 está en un 0,83, es decir, que han ido hacia atrás;
o Italia, que de un 0,42 en el año 1989, ha llegado en 1992 a un 0,31,
por tanto, a una cifra muy próxima a la cifra española del 0,27. La media
de los países del CAD, según nuestras últimas cifras, es de un 0,33 por
ciento. Nosotros, repito, estamos en un 0,27 por ciento, lejos,
indudablemente, de alcanzar esa deseada meta del 0,7, pero en un proceso
inexorable de avance, no ha habido detención y, repito, de un 0,14 se ha
pasado a un 0,27 en cuatro años.

Finalmente, ha preguntado sobre créditos FAD y un informe del Tribunal de
Cuentas, si no recuerdo mal. Debo decirle que no he leído ese informe, de
manera que le aseguro que, una vez que lo haya leído, contestaré a esa
pregunta por escrito, pero sí le puedo dar, si le interesan, las cifras
de créditos FAD que han sido aprobadas para este año 1994 y que ascienden
en total a 80.000 millones de pesetas. Este es un aumento respecto a las
cifras aprobadas en 1983, y si bien es cierto que una buena parte de
estos fondos está sujeto ya a compromisos anteriores, en general con
países iberoamericanos y del norte de Africa, se va a complementar este
epígrafe con la cofinanciación y proyectos especiales, para lo cual ha
habido una dotación de 5.000 millones en 1994 y de 15.000 en 1995.

Esto es todo lo que le podría decir respecto al tema de los créditos FAD,
porque, como digo, no he leído ese informe, desconozco su contenido y no
podría sino garantizarle, señor Robles, que trasladaré por escrito debida
respuesta, lo antes posible, a esta pregunta.

Creo que con esto he contestado prácticamente a todas las preguntas que
me han planteado SS. SS., no sé si hay alguna que me haya dejado en el
tintero.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Robles por un minuto.




El señor ROBLES FRAGA: Veo que en ese Ministerio nadie se ha leído el
informe del Tribunal de Cuentas, lo cual es, por otra parte,
sorprendente, porque se refiere a algo que afecta muy directamente a la
acción de nuestro país en ayuda al desarrollo. Yo rogaría que ese informe
fuera tenido en cuenta, que fuera leído, de la misma manera que nos lo
hemos leído los Diputados del Partido Popular y sin duda los del Partido
Socialista y otros partidos, porque señala errores, deficiencias, lagunas
y contradicciones muy serias que afectan a los Fondos de Ayuda al
Desarrollo. Y sin duda también me gustaría que, después de habernos
recordado --cosa que no es difícil porque viene en los documentos
presupuestarios-- que hay una reducción en lo que es la política de
cooperación, en lo que es la actividad de la Agencia Española de
Cooperación Internacional, del 27 por ciento, mayor de la calculada por
mí, se nos dijera de qué manera ese 27 por ciento va a afectar a los
objetivos, a los programas y proyectos de cooperación de esa Secretaría
de Estado, pregunta fundamental sobre la que creo no haber obtenido
respuesta alguna, porque todo lo demás no ha sido sino dar vueltas
alrededor de este espinoso y grave problema, que es el de una reducción
real del esfuerzo de ayuda oficial al desarrollo y de la actividad de la
Secretaría de Estado de Cooperación.




El señor PRESIDENTE: Damos por terminada esta comparecencia. Agradezco
mucho a don José Luis Dicenta su presencia en esta Mesa y le saludo,
aunque sea «a posteriori», porque creo que es su primera comparecencia
parlamentaria como Secretario de Estado.




--DEL SEÑOR SECRETARIO GENERAL DE POLITICA EXTERIOR (VILLAR Y ORTIZ DE
URBINA). A SOLICITUD DEL GRUPO POPULAR. (Número de expediente
212/000144.)



El señor PRESIDENTE: Señorías, vamos a continuar esta sesión de
comparecencias. Invito al señor Secretario General de Política Exterior,
don Francisco Villar, a ocupar la Mesa, y le doy la bienvenida.

Hay presentadas unas preguntas por parte del Grupo Popular. Tiene la
palabra el señor Rupérez.




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El señor RUPEREZ RUBIO: Gracias al señor Secretario General de Política
Exterior por su presencia otro año más.

En la memoria presupuestaria de la sección 12 aparece la figura del
Secretario General de Política Exterior, y usted mismo lo sabe, definida
con caracteres y perfiles que hacen de esa figura y de ese puesto uno de
los claves de la Administración Exterior del Estado. Desde ese punto de
vista, aparte de que se dedican un número importante de páginas en dicha
memoria para describir exactamente cuáles son las funciones de la
Secretaría, se comienza diciendo que en el ámbito político, la Secretaría
General de Política Exterior desempeña las funciones de asesoramiento y
asistencia al Ministro de Asuntos Exteriores y contribuye a la
elaboración, propuesta y ejecución de la política exterior. Es en este
contexto significativo donde voy a procurar situar las preguntas de tipo
presupuestario que nos sugiere la presentación de este documento para el
año 1994.

En primer lugar, uno de los programas cuya realización corresponde a la
Secretaría General de Política Exterior es el de acción diplomática
bilateral. Acción diplomática bilateral que constituye uno de los
aspectos fundamentales de toda la acción exterior del Estado y que este
año conoce una reducción significativa del 3,5 por ciento sobre los
Presupuestos inicialmente previstos para 1993. La primera pregunta, la
más general y la más significativa, al Secretario General, es: ¿Cómo cree
el Secretario General que esta reducción afectará al cumplimiento de los
fines de nuestra política exterior? Tengo que decir al respecto que esta
memoria, una vez más, realiza un ejercicio político presupuestario
realmente complicado. Supone la descripción de una serie de objetivos de
la política exterior española que tomados en su desnudez harían pensar en
una voluntad realmente de presencia muy intensa en el mundo, mientras
que, por otra parte, en un contexto concreto de acción exterior y en un
contexto de las dificultades presupuestarias económicas en las que nos
movemos, nos encontramos con recortes importantes que hacen que esa
declaración de propósitos, más o menos lírica, quede notablemente
reducida en sus capacidades concretas de puesta en práctica.

Segundo. Un año más se produce un incremento de los arrendamientos y una
disminución de la inversión. A nosotros nos parece que eso es una
política que puede producir ahorros a corto plazo, pero a la larga es una
mala política presupuestaria. Es más, la inversión para la mejora de
nuestra red de delegaciones, que el año pasado alcanzaba una cifra de
5.500 millones de pesetas, reconocida ya entonces como muy escasa, se
reduce este año a 3.000 millones, casi un 50 por ciento menos. La
pregunta consiguiente es: ¿Qué delegaciones van a experimentar algún tipo
de mejora y qué proyectos han debido cancelarse o aplazarse este año por
falta de recursos dentro de esas funciones de asesoramiento y asistencia
al Ministro de Asuntos Exteriores, y de elaboración, propuesta y
ejecución de la política exterior que corresponde al Secretario General
de Política Exterior?
En tercer lugar, sabemos que las transferencias al exterior, como
consecuencia del pago de cuotas a organismos internacionales, se
multiplican este próximo año por tres con respecto a lo presupuestado en
el pasado ejercicio. Sabemos que esa cantidad global pasa de los 12.000
millones de 1993 a 37.500 millones de este año. Parte de este fuerte
incremento se debe a la morosidad que se había acumulado en el
Departamento de Exteriores el año pasado y que, dicho sea de paso, las
devaluaciones de nuestra moneda han venido a agrandar. ¿No cree el señor
Secretario General, sin embargo, que empieza a haber una cierta
desproporción entre la capacidad económica real de la economía española y
el importantísimo esfuerzo que realiza en soportar financieramente todo
tipo de instituciones internacionales y de fines de estas organizaciones?
¿No cree que quizá en el contexto de las Naciones Unidas convendría que
España realizara, de acuerdo y en conjunto con otros países, una revisión
de las funciones de las Naciones Unidas y consiguientemente de los costes
de algunas de sus actividades para racionalizar esos esfuerzos económicos
que nos afectan a nosotros y a otros países.

Al mismo tiempo, y desde un punto de vista puramente unilateral, España
también debiera revisar las contribuciones que se realizan, por lo menos
en el plano puramente voluntario, a algunas de las organizaciones que en
este momento aparecen listadas en la memoria del Ministerio como
beneficiarias de tales cuotas. ¿No cree que algunas de esas
contribuciones voluntarias podrían ser significativa o parcialmente al
menos reducidas para evitar que esa parte que corresponde a un aumento de
nuestras cuotas al exterior quede también reducida y consiguientemente
abierta su utilización para otras finalidades de la acción exterior?
En relación con esta cuestión nos gustaría aclarar un tema --cuyas
responsabilidades presupuestarias está a caballo entre esta Comisión y la
Comisión de Defensa-- relativo al coste del despliegue de las tropas
españolas en el territorio de la antigua República Yugoslava, de
Bosnia-Herzegovina, durante 1993. En un principio parecía que este
despliegue iba a ser sufragado exclusivamente con fondos de procedencia
española, pero posteriormente se ha sufragado también con fondos de las
Naciones Unidas. Nos gustaría saber cuál es la distribución de esos
fondos en el año 1993, qué es lo que pasará en el año 1994, y cuál es
actualmente el saldo deudor de las Naciones Unidas con nuestro país por
nuestra participación en diversas operaciones de paz.

En quinto lugar, una pregunta genérica, pero que corresponde a la
Secretaría General de Política Exterior, sería la relativa al
replanteamiento de nuestra presencia exterior. ¿La Secretaría General
tiene planes elaborados al efecto respecto a ese replanteamiento? ¿Tiene
planes previstos, por ejemplo, sobre la posibilidad de la participación o
de la creación, en el contexto de la Comunidad Europea, de embajadas en
donde estuvieran simultáneamente representados varios países, con el
consiguiente ahorro que se podría producir para todos los países
interesados en este tipo de representación diplomática? Por el contrario,
¿qué nuevas delegaciones diplomáticas,



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representaciones diplomáticas o consulares piensa clausurar y cuáles cree
necesario que se abran en el futuro?
Con relación a la creación de una nueva Dirección de Asuntos Políticos, y
aunque hemos tenido ocasión de tener algún tipo de intercambio de
opiniones al respecto con el señor Subsecretario, dado que esa Dirección
de Asuntos Políticos pertenee en el organigrama directamente a la
Secretaría General, nos gustaría saber qué competencias diferenciadas
tiene esa Dirección de las que son las de su propia Secretaría General, y
cuál es la distribución de competencias entre la Secretaría General y la
Dirección ahora recién creada.

Nos gustaría saber también qué cantidad se dedica en el Presupuesto de
1994 a los consejos de residentes en el exterior.

Finalmente, una clarificación relativa al párrafo que en la memoria se
refiere textualmente al desarrollo del papel operativo de la Unión
Europea Occidental y, consiguientemente, de la participación de España en
ese desarrollo operativo. Nos gustaría saber qué es lo que el Secretario
General entiende por el desarrollo del papel operativo de la UEO.




El señor PRESIDENTE: El señor Villar tiene la palabra para responder.




El señor SECRETARIO GENERAL DE POLITICA EXTERIOR (Villar y Ortiz de
Urbina): Voy a tratar de contestar de la forma más breve posible
(teniendo en cuenta, sobre todo, el retraso que ustedes llevan conforme
al horario previsto) a las preguntas efectuadas por el señor Rupérez.

En primer lugar, me ha preguntado sobre la posible incidencia o
repercusión, entiendo, de la reducción que ha experimentado el programa
Acción diplomática bilateral en relación con nuestra acción general en el
exterior en ese terreno bilateral, por lo que se refiere a los objetivos
de política exterior que aparecen en la memoria del Presupuesto, y si en
estos recortes o esta reducción no va a incidir negativamente en nuestra
presencia en el exterior para atender a estos objetivos. Creo haber
entendido en estos términos la pregunta de su suñoría.

La verdad es que, según los datos que poseo, la reducción que ha
experimentado el programa 132. A, denominado Acción diplomática
bilateral, o que va a experimentar en el presupuesto de 1994 en relación
con el de 1993, es inferior a la que ha señalado S. S., va a ser una
reducción sólo del 2,39 por ciento. De manera que en una coyuntura
difícil de presupuesto reducido en buena parte de las partidas creo que
por lo que se refiere a este programa concreto esa reducción es bastante
pequeña. Y al ser bastante pequeña, como se refiere fundamentalmente a
los gastos de personal, material, infraestructura, etcétera, de nuestras
representaciones en el exterior, no debería afectar negativamente a la
actuación de nuestras embajadas, de nuestras representaciones.

Evidentemente, en algunos aspectos concretos esta pequeña reducción va a
suponer que nuestras representaciones y los funcionarios del servicio
exterior tendrán que apretarse ligeramente el cinturón, pero están
acostumbrados a ello, lo harán y seguirán trabajando con la misma
eficacia. Desde luego, no creo que esta pequeña reducción vaya a suponer
una menor eficacia en el desempeño de sus funciones. En la medida en que
estas representaciones españolas en el exterior tienen encomendada, entre
otras muchas funciones, las de impulsar, coordinar y fomentar la acción
(que por otra parte realizan otros muchos agentes, públicos y privados,
para desarrollar la política exterior española), creo que lo van a poder
hacer adecuadamente y que estos objetivos generales, sin duda ambiciosos,
unos a corto, otros a medio y otros a largo plazo, van a poder seguir
efectuándose.

Me preguntaba, en segundo lugar, por la cuestión relativa al incremento
en arrendamiento y a la, por el contrario, disminución o reducción en
partidas destinadas a inversiones, y si le podía informar sobre qué
delegaciones iban a poder, a la vista de esta situación, experimentar
mejoras y qué proyectos deberían aplazarse.

Teniendo en cuenta que aunque evidentemente este programa está, desde el
punto de vista de los objetivos, encuadrado en la Secretaría General de
Política Exterior --me refiero todavía al programa de Acción diplomática
bilateral--, pero por lo que se refiere a medios personales y materiales
para su ejecución, y por tanto también todo lo relativo a la gestión de
los créditos correspondientes no es competencia de la Secretaría General
de Política Exterior, sino de la Subsecretaría, si me permite le traspaso
esta pregunta al señor Subsecretario para que por escrito le pueda hacer
llegar la contestación sobre cuáles son los planes y proyectos que con
motivo de la reducción, sobre todo en los créditos relativos a
inversiones, van a tener que sufrir un cierto aplazamiento.

Me ha preguntado S. S., en tercer lugar, varias cuestiones en relación
con el pago de cuotas que nos corresponden y de las contribuciones, tanto
obligatorias como voluntarias, a numerosos organismos internacionales que
han sufrido un incremento. Su señoría se ha referido a alguna de las
causas de ese incremento (hay otras que me gustaría comentar), y ha
preguntado si no existe una desproporción entre la actual capacidad
económica de nuestro país y los esfuerzos que estamos haciendo en apoyo
de las actividades de estas organizaciones internacionales a las que
contribuimos mediante nuestras cuotas.

A continuación me ha preguntado por la posibilidad de contribuir a una
revisión profunda de las Naciones Unidas, incluida una racionalización de
sus recursos, de sus medios, teniendo en cuenta el coste cada vez más
elevado de muchas de estas actividades y operaciones, y la posibilidad,
también, de revisar algunas de nuestras cuotas o contribuciones. Voy a
tratar de contestar a todas estas preguntas de manera global.

En el Presupuesto correspondiente al año 1994, que se está examinando en
estos momentos por la Comisión, hay, como puede observarse, un fuerte
incremento en la partida destinada al pago de nuestras cuotas y
contribuciones a organismos internacionales. Este fuerte incremento de la
partida aparece recogido en el Programa 132. B, Acción diplomática
multilateral, y, en su



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conjunto, supone un incremento superior al 181 por ciento en relación con
el crédito asignado el año 1993. Si bien no todo el crédito asignado a
este programa, sí podemos decir que la inmensa mayoría corresponde
exclusivamente al pago de cuotas o contribuciones, puesto que también
aquí se incluyen los gastos de personal, infraestructura, material,
etcétera, de las representaciones españolas ante los respectivos
organismos internacionales; esa inmensa mayoría, por supuesto, de la
asignación corresponde simplemente al pago de cuotas y contribuciones, y
S. S. creo que además se ha referido a la cifra concreta, que es de
37.500 y pico millones de pesetas. Efectivamente, es un incremento
importantísimo, y voy a tratar de explicar las causas fundamentales.

En el año 1992, por primera vez, después de haber estado durante casi una
década pagando y contribuyendo puntual y totalmente a todas las
organizaciones internacionales de las que España forma parte,
lamentablemente la partida asignada en nuestro Presupuesto fue
insuficiente, y no pudimos hacer frente a todos nuestros compromisos
internacionales, por primera vez, como digo, después de haber estado
muchos años entre la pequeña minoría de países que venían cumpliendo
puntual y totalmente con estos compromisos. Se debió, en primer lugar, a
los recortes experimentados también en estas partidas, en estos créditos
en el presupuesto de Ministerios --evidentemente esta causa se repitió
también el año 1993--, y se debió al incremento del presupuesto de
algunos organismos internacionales pero, sobre todo, a la auténtica
explosión que han experimentado desde el punto de vista presupuestario de
coste las llamadas operaciones de paz, las operaciones de mantenimiento,
en algún caso de imposición, de la paz de Naciones Unidas.

Esto hizo, como digo, que la asignación fuera insuficiente, que no
pudiéramos atender a todos nuestros compromisos y que, por tanto, una
buena parte de estos compromisos, de las cuotas y contribuciones
correspondientes, tuviéramos que pasarlas al presupuesto de 1993 que, en
gran parte, hubo de destinarse en lo que se refiere a esta partida
concreta, precisamente al pago de los atrasos de 1992. Naturalmente, esto
produjo que nuestra deuda con los organismos internacionales, y
fundamentalmente con Naciones Unidas y, en particular con las operaciones
de mantenimiento de la paz de Naciones Unidas, fuera en aumento y en
estos momentos, como ahora precisaré con más detalle, sea bastante
importante.

A las razones apuntadas con anterioridad (recortes en el presupuesto,
aumento en el presupuesto de algunos organismos internacionales y, por
tanto, la contribución española), en el caso de las operaciones de
mantenimiento de la paz hay que señalar, como decía antes, el aumento
realmente espectacular que, a partir de 1992, se produce en estas
operaciones de mantenimiento de la paz fundamentalmente, pero no sólo de
Naciones Unidas; incremento no sólo en términos cuantitivos sino en
términos cualitativos; es decir, no sólo aumenta el número de operaciones
de manera importantísima. Después de haber estados congeladas durante
décadas prácticamente en unas ocho operaciones, a partir de ese momento y
en los años inmediatamente anteriores a 1992, se multiplican y en estos
momentos hay 17 operaciones importantísimas. El aumento no sólo es
cuantitativo, es también cualitativo. Es decir, en Naciones Unidas se
empiezan a lanzar y a poner en marcha operaciones de mantenimiento de la
paz de inmensa envergadura y de inmensa complejidad, que suponen un coste
elevadísimo. Me voy a limitar a citar la operación de Camboya,
tremendamente costosa, pero otras también como la operación en la antigua
Yugoslavia, la operación en Namibia con anterioridad. Estas son, sin
duda, las más costosas pero hay otras también que suponen un incremento,
en relación con operaciones anteriores, realmente enorme. De manera que,
como digo, nos encontramos este año con este grave problema, que por
supuesto lamentamos, de incurrir en una fuerte deuda con Naciones Unidas,
sobre todo por lo que se refiere a operaciones de mantenimiento de la
paz.

Hay otros dos elementos que incidieron también en el aumento de la deuda,
desde las sucesivas devaluaciones, teniendo en cuenta que el pago de casi
todas, de la práctica totalidad de nuestras cuotas y contribuciones a
organismos internacionales se hacen en divisas extranjeras, pero también,
y por lo que se refiere al caso específico de las operaciones de
mantenimiento de la paz, el hecho de que con anterioridad a 1992 habíamos
pasado del grupo de países de la escala llamada C en Naciones Unidas,
países en vías de desarrollo, el grupo B, países desarrollados. Era una
situación realmente absurda y anómala que España se encontrara en el
Grupo C, países en vías de desarrollo, que pagaba sólo una cuota
simbólica a las operaciones de mantenimiento de la paz porque esta escala
se había hecho en el año 1961 y desde entonces no se había revisado. Por
razones evidentes, se tomó la decisión de pasar al grupo que nos
correspondía, al grupo de países desarrollados, teniendo en cuenta, como
sin duda S. S. sabe, que España es el noveno contribuyente al presupuesto
de la organización conforme a los baremos ordinarios fundamentalmente de
renta nacional en precios de mercado.

Por todas esta razones, como digo, este año nos encontramos con una deuda
acumulada considerable. Los últimos datos que han proporcionado
oficialmente Naciones Unidas por lo que se refiere a la deuda y sobre los
que también me preguntaba S. S., creo recordar en su quinta pregunta --y
paso ya a contestarla en este momento--, corresponden a finales del
pasado mes de agosto, 25 de agosto concretamente. En esos momentos
nuestra deuda con la Organización era ligeramente superior a los 21
millones de dólares. Esta deuda en su totalidad corresponde a operaciones
de mantenimiento de la paz. Es decir, que ya en el mes de agosto habíamos
hecho efectiva nuestra couta al presupuesto ordinario de la Organización.

España en ese momento, a finales de agosto, ocupaba el noveno lugar en la
lista de países deudores, que equivale, por tanto, al lugar que ocupamos
en la lista de contribuyentes al presupuesto ordinario de la
Organización.

Es, por tanto, éste un problema que descontado el elemento factor de las
devaluaciones que ha sufrido la



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peseta, obviamente afecta a todos los países de la Organización, puesto
que las causas del incremento espectacular en los costes de las
operaciones de mantenimiento de la paz evidentemente ha afectado a todos
los países, en mayor o menor medida, según el prorrateo de la cuota que
nos corresponde, y esto hace que la casi totalidad de los países en este
momento se encuentren con un problema similar al nuestro y tratando de
resolverlo de una forma o de otra.

Debo decir que, a finales de agosto del año pasado, fecha en la que, como
he indicado a S. S., España era el noveno deudor con esta cantidad, tan
sólo siete países estaban al día en el pago de sus deudas a la
Organización, a Naciones Unidas, y que, por supuesto, los grandes
deudores eran en ese momento, y continúan siéndolo, naturalmente, Estados
Unidos, que en ese momento adeudaba cerca de 800 millones de dólares; la
Federación Rusa, por encima de los 500 millones de dólares; Japón, por
encima de los 100 millones de dólares; etcétera.

En todo caso, para resolver esta situación, que lamentamos, y no por el
hecho de estar acompañados de la inmensa mayoría de los países que se
encuentran también en una situación de deuda en relación con Naciones
Unidas, sobre todo con estas operaciones a las que tanto esfuerzo está
dedicando España, la sociedad española, nuestras Fuerzas Armadas,
etcétera, se va a hacer un esfuerzo especial para tratar de ponernos al
día en el año 1994, y ésta es la razón precisamente de que se haya
asignado una cantidad y de que el incremento de la partida destinada al
pago de cuotas y contribuciones sea tan importante. Con este incremento,
como le digo, señoría, creo que estaremos en condiciones en el año 1994,
primero, de ponernos al día y de hacer frente a toda la deuda --la
totalidad de la deuda-- que tenemos con Naciones Unidas, básicamente con
operaciones de mantenimiento de la paz, pero no sólo; también, teniendo
en cuenta las insuficiencias presupuestarias de 1992 y 1993, en 1993
hemos tenido que dejar de pagar nuestra cuota ordinaria obligatoria a
determinados organismos internacionales. Todo esto lo vamos a saldar el
año 1994 y al mismo tiempo creo que estaremos en disposición de hacer
frente a los pagos correspondientes a las cuotas y contribuciones del
propio año 1994. Por tanto, salvo imprevistos, pasaríamos de nuevo a
formar parte de la pequeña minoría de países que están al día en el pago
de sus cuotas, de sus contribuciones a los organismos internacionales y,
en concreto, a Naciones Unidas. En estos momentos de la Comunidad
Europea, para que S. S. tenga una referencia adicional, creo que tan sólo
el Reino Unido está al día y los demás países, en función de la cuota que
les corresponde, tienen también deudas proporcionales superiores a la
nuestra.

¿Habría que hacer esfuerzos por racionalizar el enorme coste que está
suponiendo alguna de las actividades de Naciones Unidas y, en concreto,
las operaciones de mantenimiento de la paz? Por supuesto que sí. Estoy de
acuerdo con S. S. y, de hecho, es un tema de enorme complejidad, pero
está empezando ya a estudiarse en Nueva York por los órganos
correspondientes. Es una cuestión que obviamente no puede resolverse por
una mera racionalización presupuestaria, burocrática o administrativa; es
una cuestión que ha de abordarse desde un punto de vista político y esto,
en definitiva, supone una operación de enorme calado, puesto que, por una
parte, las demandas que se están haciendo a Naciones Unidas son realmente
abrumadoras desde hace unos años en este terreno de operaciones de
mantenimiento de la paz y, por otro, los mismos Estados que transmiten o
formulan estas demandas abrumadoras a Naciones Unidas no ponen o no
pomenos los medios suficientes para atender estas demandas.

La situación, pese al esfuerzo que vaya a hacer España en el año 1994, no
se va a solucionar porque me temo que no van a ser muchos los países que
sigan nuestro ejemplo y el déficit en operaciones del mantenimiento de la
paz de Naciones Unidas va a seguir siendo muy importante; por tanto,
habrá que tomarse esta cuestión muy en serio y tratar de recortar, en el
sentido de ser mucho más modestos en los objetivos, de no hacer todas las
operaciones que nos gustaría, de no tratar de acudir a todos los lugares
del mundo donde están ocurriendo conflictos, tragedias y enfrentamientos
porque sencillamente no tenemos los medios para hacer frente a todas
estas demandas, a todas estas exigencias, ni mucho menos.

Para terminar con esta pregunta, y por lo que se refiere a una revisión
unilateral por parte de España de las cuotas y contribuciones
voluntarias, tengo que decirle que por lo que se refiere a las cuotas
obligatorias, obviamente, no cabe hacer ningún tipo de revisión; pagamos
la cuota que nos corresponde, conforme a los diferentes baremos o escalas
de los distintos organismos internacionales de que formamos parte. Por lo
que se refiere a las contribuciones voluntarias hoy día, a pesar del
esfuerzo notable que hemos hecho a partir, fundamentalmente, del año
1983, puesto que hasta este año las poquísimas contribuciones voluntarias
que daba España eran puramente simbólicas o inexistentes; a pesar de este
enorme esfuerzo que se está haciendo en relación con las contribuciones
voluntarias, éstas representan una parte muy pequeña de nuestas
contribuciones a organismos internacionales. En concreto, por lo que se
refiere al presupuesto del año 1994, la cantidad asignada para
contribuciones voluntarias no llega a 2.400 millones de pesetas, cuando
la cantidad global --como veíamos-- de contribuciones es de 37.500
millones; por tanto, es una cantidad pequeña y dicha cantidad puedo
asegurarle a S. S. que está perfectamente aquilatada; que hemos revisado
y revisamos todos los años la cuantía de nuestras contribuciones a los
distintos programas y fondos; que tenemos muy en cuenta la eficacia y la
finalidad de estos programas y fondos; que de hecho ya la inmensa mayoría
de estas contribuciones voluntarias está concentrada en media docena de
programas y fondos fundamentales de Naciones Unidas, que desarrollan
todos ellos --y estoy convencido de que S. S. estará de acuerdo conmigo--
una misión fundamental desde el punto de vista humanitario, de ayuda al
desarrollo, etcétera. Básicamente casi la mitad de nuestras
contribuciones voluntarias va a ir destinada al programa



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para el desarrollo de Naciones Unidas que realiza programas muy eficaces
en más de cien países y el resto, la inmensa mayoría, va a quedar
repartida entre el programa mundial de alimentos, la oficina del alto
comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados, Unicef, el
organismo para la asistencia a los refugiados palestinos, etcétera; todos
ellos programas y fondos muy cualificados que desarrollan una gran labor
en el terreno humanitario o de la ayuda al desarrollo.

Me ha preguntado también S. S. por el coste del despliegue de nuestras
Fuerzas en Bosnia y si este coste debemos afrontarlo nacionalmente o debe
afrontarse con cargo a fondos o presupuesto de Naciones Unidas.

Probablemente S. S. me hace la pregunta porque cuando se decide lanzar
esta operación, coincididendo más o menos con la Conferencia
Internacional de Paz para la antigua Yugoslavia, en Londres, teniendo en
cuenta la gravísima situación presupuestaria, el déficit al que antes yo
hacía alusión por parte de Naciones Unidas y probablemente también a
razones en este momento de prioridad política, el Secretario General de
Naciones Unidas fue tremendamente remiso a montar esta operación. Los
países occidentales que presionamos para que pudiera montarse y pudieran
enviarse tropas de paz a la antigua Yugoslavia tuvimos que acceder en ese
preciso momento, en Londres, a asumir cada uno el coste de los
contingentes que pensábamos enviar. Al cabo de los meses se comprobó que
esto estaba bien como solución de emergencia para salir del paso, pero
que por una serie de razones no era conveniente consolidar este
precedente; no es conveniente que en operaciones de mantenimiento de la
paz los países que aportan contingentes tengan encima que asumir el coste
pleno de sus contingentes; demasiados costes de otro tipo asumen o
asumimos. Después de arduas negociaciones hubo un acuerdo para pasar
también la operación Unprofor, de Yugoslavia, al sistema general de una
cuenta que se prorratea entre todos los miembros de la organización. Este
es el sistema que rige en estos momentos y que va a regir el año que
viene por lo que se refiere a los contingentes de Unprofor.

¿Qué ocurre? Que Naciones Unidas (y esto no es privativo de esta
operación, sino de todas las operaciones de Naciones Unidas de
mantenimiento de la paz) reembolsa a los países que contribuyen con
contingentes, con fuerzas, con tropas, con observadores, con policía,
etcétera, sólo determinada parte de los gastos, conforme a unos baremos
que están establecidos desde hace bastante tiempo; pero hay una parte de
los gastos que obviamente los tienen que asumir --y éste es el caso en
todas las operaciones sin excepción del mantenimiento de la paz-- el país
que contribuye con fuerzas o con observadores.

Al saldo deudor ya me he referido y a nuestra voluntad y a nuestra
creencia de que vamos a liquidarlo en el curso de los próximos meses.

Me ha formulado algunas preguntas más sobre planes de despliegue
diplomático, posibilidad de establecimiento de embajadas comunes,
entiendo, para los países de la Comunidad Europea y planes de apertura o
cierre de nuevas embajadas.

Empezando por la segunda parte, en estos momentos tenemos en estudio,
pero no hay tomada decisión definitiva, abrir si es posible una o dos
embajadas en el curso del año 1994; una de las dos muy probablemente se
establezca en la República de Kazakstan, en Alma Ata. En estos momentos,
después de haber cerrado últimamente nuestras embajadas en Liberia y en
Sudán, no tenemos previsto el cierre de ninguna embajada. Creemos que la
reducción --el ahorro que podía producirse si se cierra alguna embajada
no compensaría los beneficios que se obtienen manteniéndolas abiertas y
consideramos que el despliegue de embajadas o misiones que en estos
momentos tenemos es más o menos el adecuado, con algún pequeño ajuste,
sobre todo para atender la realidad de los nuevos países surgidos por la
desintegración de la antigua Unión Soviética, pero de momento, y teniendo
en cuenta también las limitaciones presupuestarias a corto plazo, por lo
que se refiere a las repúblicas surgidas de la antigua Unión Soviética,
después de haber abierto recientemente una embajada en Ucrania, sólo
contemplamos abrir probablemente una embajada en Kazakstan, en Alma Ata.

En cuanto a la posibilidad de abrir embajadas comunes, éste es un tema
tremendamente complicado sobre el que se viene debatiendo desde hace años
en el seno de la Comunidad y de sus Estados miembros y no se ha llegado a
ningún acuerdo; no hay voluntad, hoy por hoy, de abrir una embajada
común. Hay algunas experiencias que están únicamente en embrión para
utilizar servicios comunes, pero estamos viendo que incluso esto está
resultando mucho más complicado de lo que parece. Llevamos años tratando
de ponernos de acuerdo para el establecimiento de un gran complejo con
servicios comunes para nuestras respectivas embajadas en la nueva capital
de Nigeria, en Abuja, y todavía hay algunos poblemas por resolver; por
tanto, este complejo con servicios comunes no ha podido inaugurarse, no
está todavía en funcionamiento.

Hay experiencias piloto de algún país comunitario que de manera bilateral
o trilateral están utilizando servicios comunes en algunos nuevos países
para sus embajadas y parece que no están dando mal resultado del todo,
pero se trata de experiencias muy modestas, son servicios comunes pero no
embajadas comunes porque las experiencias que se han efectuado en ese
terreno de embajadas comunes han resultado más bien un fracaso.

Me preguntaba también S. S. por la diferencia de competencias entre el
puesto de nueva creación de la Dirección General de Asuntos Políticos y
mis propias competencias como Secretario General de Política Exterior. En
realidad, el nuevo Director General de Asuntos Políticos está
directamente bajo mi autoridad, está enmarcado por tanto en la Secretaría
General de Política Exterior, y las razones fundamentales que nos han
llevado a la creación de este puesto, que en definitiva viene a sustituir
el puesto que ya figuraba en el organigrama de la Secretaría General de
Política Exterior de Director Adjunto de Asuntos Políticos --lo que se ha
hecho ha sido elevarlo y darle rango de director general--, son, en
primer lugar, el lanzamiento ya inminente, dentro de unos días, de la
política exterior y de seguridad común tan pronto como



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entre en vigor el Tratado de la Unión Europea, que va a suponer un
incremento muy notable de las actividades y de las reuniones en este
marco de la política exterior de seguridad común. Por tanto, el Director
de Asuntos Políticos será el representante de España a partir de ese
momento en el comité político de la PESC (Política Exterior de Seguridad
Común) y será el coordinador, bajo mi dirección naturalmente en el
ministerio, de toda nuestra actividad relativa a la PESC, es decir, de la
coordinación de los treinta y tantos grupos de trabajo de la antigua
cooperación política que ahora se trasladan, algunos de ellos
refundiéndose con los grupos paralelos del Consejo, a la PESC. Aparte de
esto, va a tener otra área de competencias, también bajo mi dirección,
que me parece importante en esta nueva coyuntura y es la coordinación de
nuestra participación en todos aquellos organismos que conforman lo que
venimos llamando últimamente nueva arquitectura europea política y de
seguridad.

La segunda razón fundamental para su creación ha sido no sólo atender una
necesidad ya inmediata como es el lanzamiento de la PESC, sino tener
dispuesto y preparado en el ministerio un mecanismo institucional
orgánico y adecuado para hacer frente a las responsabilidades de nuestra
próxima presidencia comunitaria que, en realidad, en el terreno de la
PESC empezará a notarse a partir del 1.º de enero de 1995 --está a la
vuelta de la esquina--, puesto que en ese momento entramos ya en la
troika y el nuevo director político tendrá que estar plenamente
disponible para permanecer la mayor parte del tiempo fuera de Madrid
atendiendo las necesidades del llamado diálogo político con terceros
países. En estos momentos, la comunidad y sus Estados miembros han
institucionalizado ya un diálogo político regular una, dos, tres o cuatro
veces al año con veintitantos terceros países o grupos de países.

Me preguntaba por la cantidad asignada a los consejos ya residentes en el
exterior. Esto es competencia de la Dirección General de Asuntos
Consulares y en definitiva del Subsecretario del Ministerio, a quien
trasladaré esta pregunta para que se la pueda contestar por escrito
puesto que no está encuadrada en el área de mi competencia.

Finalmente, por lo que se refiere al desarrollo del papel operativo de la
UEO y el papel de España en la misma, he de decir que España ha venido
participando, desde el primer momento, como sin duda conocen SS. SS., en
el llamado desarrollo del papel operativo de la UEO que tiene varias
vertientes. En primer lugar, hemos participado intensa y activamente en
el establecimiento y desarrollo todavía en marcha de una célula de
planeamiento que ya está situada en Bruselas, en la nueva sede de la UEO,
desde que se trasladó de Londres a Bruselas y que funciona junto al
Secretariado Internacional y los representantes permanentes ante esa
organización. En esta célula de planeamiento, por cierto, hay un coronel
español que está al frente de una de las más importantes secciones de la
misma.

Otro aspecto importante en el desarrollo operativo de la UEO, obviamente,
es la identificación de fuerzas que se ponen a disposición de la
organización de la UEO. En estos momentos, la mayoría de los socios de la
UEO han identificado ya o han comunicado a la organización y a los socios
qué fuerzas asignan a la organización; nosotros todavía no lo hemos
hecho, esperamos hacerlo pronto, y estamos a la espera de que el
Ministerio de Defensa, el Estado Mayor conjunto identifique estas
fuerzas.

Creo que con ello he contestado o tratado de contestar a todas las
preguntas que me ha hecho S. S.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Villar.

Damos por terminada esta comparecencia, agradezco al señor Villar su
intervención y le autorizo a que se ausente de esta Mesa.




--DE LA SEÑORA PRESIDENTA DE LA AGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACION
INTERNACIONAL (RUIZ-TAGLE MORALES). A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO
POPULAR. (Número de expediente 212/000142.)



El señor PRESIDENTE: Señorías continuamos la sesión y ruego a doña Ana
Ruiz-Tagle, Presidenta de la Agencia Española de Cooperación
Internacional, que se incorpore a la Mesa. (Pausa.)
Doy la bienvenida a doña Ana Ruiz-Tagle en su primera comparecencia
parlamentaria como Presidenta de la Agencia Española de Cooperación
Internacional y concedo la palabra al Grupo Parlamentario Popular, que ha
presentado la solicitud de comparecencia.

El señor Robles Orozco tiene la palabra.




El señor ROBLES OROZCO: Bienvenida, señora Presidenta.

Voy a intentar ser lo más escueto en mi exposición y en las preguntas,
debido a lo avanzado de la hora y a que, además, en alguna medida hemos
podido recibir información sobre los temas de cooperación en una anterior
comparecencia.

Como ya hemos expresado anteriormente, ha habido un recorte importante en
el ámbito de la cooperación exterior, que afecta lógicamente de manera
muy importante a la Agencia de Cooperación, como un instrumento
fundamental para la cooperación exterior. Este recorte, si no me
equivoco, está cifrado en torno al 25,6 por ciento del presupuesto; el
año 1992 ascendía a 14.925 millones y ha habido un recorte de unos 3.822
millones, lo que supone, por tanto, que este año vamos a disponer de
11.103 millones. Evidentemente, esto, a mi juicio, afecta de forma
importante a la capacidad de cooperación de la Agencia y me gustaría
saber qué programas se van a ver afectados en estos recortes y si va a
llevar parejo un recorte de gastos burocráticos o administrativos que
compensen la capacidad ejecutiva de la Agencia.

En la misma línea, se reduce el gasto de personal laboral de 1.252
millones a 1.056. Esto es de suponer que afecte también al número y a la
capacidad y calidad de los cooperantes y me gustaría saber si en este
sentido puede aportarnos alguna información sobre cómo va a



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afectar a los cooperantes, en cuanto a número y calidad, este recorte de
personal laboral.

Hay un tema realmente significativo en una partida que tradicionalmente
ha sido importante en la Agencia, como es la ayuda alimentaria. Este año
hay un proyecto de recorte de 900 millones de pesetas y me gustaría saber
qué criterios justifican la reducción de este capítulo tan importante de
la ayuda alimentaria en los presupuestos de la Agencia.

Sabe también la señora Presidenta que en diferentes trámites
parlamentarios hemos venido hablando de la cooperación con Guinea
Ecuatorial, evidentemente es un tema controvertido, que este año también
sufre una reducción considerable, pasa de 2.019 a 1.699 millones de
pesetas. Me gustaría saber qué valoración hace la Presidenta de la
Agencia de este recorte, qué significado tiene, qué va a suponer la
orientación de este recorte o a qué programas se va a ver afectado este
recorte.

Hay otra pregunta referida a las cantidades presupuestarias relacionadas
con los institutos que forman parte de la Agencia. Nos gustaría saber
cómo van a ser dotados o cómo se van a ver afectados los institutos de la
Agencia de Cooperación.

Saltando a otro bloque de preguntas interrelacionadas entre sí, voy a
plantear algunas cuestiones sobre los fondos de ayuda al desarrollo. Nos
gustaría conocer si el Gobierno ya ha establecido los criterios para la
administración de estos fondos para el año en curso para los créditos
FAD; cuál ha sido el montante y si ha sido superior a los recursos
disponibles en 1993; si la devolución de los intereses y comisiones
percibidas en 1993 por los FAD van a incrementar la dotación global para
este año 1994; si se han reflejado las cuentas de las operaciones del FAD
en la contabilidad de la Administración General del Estado, y qué medidas
ha adoptado el Gobierno para evitar la excesiva concentración de
funciones en la administración de los FAD. En la línea de lo que hemos
preguntado en la anterior comparecencia --si en este caso la Presidenta
de la Agencia ha tenido tiempo para leerse el informe--, desearíamos
saber si se ha puesto en marcha algún sistema de control, tal y como
recomienda el informe del Tribunal de Cuentas. Igualmente, nos gustaría
conocer qué cantidad de estos fondos está refinanciada en esta fecha y
cuánto se calcula que tendrá que ser refinanciado en el año 1994.

Por último, y enlazando con lo anterior, desearíamos saber qué medidas ha
adoptado el Gobierno para dar cumplimiento a las recomendaciones del
informe del Tribunal de Cuentas.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la
palabra el señor De Puig.




El señor DE PUIG I OLIVE: Muchas gracias por su presencia, señora
Presidenta de la Agencia Española de Cooperación Internacional. Yo
quisiera hacer una sola pregunta relacionada con los Presupuestos, me
parece que es la pregunta de fondo, que es requerirle una valoración del
papel que puede realizar la Agencia como instrumento complementario de la
política de cooperación a partir del presupuesto del que dispone en este
momento, porque hemos oído que ha habido recortes y quisiera conocer esa
valoración. Como es sabido, en muchos países ese tipo de agencias existen
y realizan un trabajo. A veces está sobre la mesa el debate de si debe
vehicularse alguno de estos servicios a través de una agencia como ésta y
quisiera conocer su valoración, las posibilidades reales de cumplir con
el cometido que le corresponde a esta Agencia con el presupuesto que se
le ha asignado.




El señor PRESIDENTE: Para contestar a los interpelantes tiene la palabra
la señora Ruiz-Tagle.




La señora PRESIDENTA DE LA AGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACION INTERNACIONAL
(Ruiz-Tagle Morales): Señorías, me es muy grata esta comparecencia en la
Comisión desde este lado de la Mesa, porque mi experiencia en esta Casa
siempre ha sido donde están SS. SS. y, en consecuencia, es éste mi primer
debut. Quisiera contestar debidamente a las preguntas que me han
formulado los señores diputados en relación con los Presupuestos y el
programa de la Agencia Española de Cooperación Internacional.

Voy a contestar al Diputado señor Robles, pero vaya por delante --lo
lamento-- que de sus dos bloques de preguntas, uno no es competencia de
la Agencia y no es mi responsabilidad de gestión, me refiero a todo lo
relacionado con los créditos FAD. Ya ha salido este asunto esta tarde
aquí. Lo sé porque he estado de oyente en la comparecencia del Secretario
de Estado, que ha contestado en la parte que también a él le
correspondía. No tenemos inconveniente en trasladar todo ese bloque de
preguntas a la Secretaría de Comercio para que debidamente, si es
necesario, se contesten todas y cada una de las que se han vertido con
respecto a este tema, que veo que preocupa con especial interés.

Me van a permitir SS. SS. que haga una pequeña introducción para
justificar cómo la Agencia que ahora me honro presidir, después de sufrir
este recorte de un 27 por ciento --que con el recorte que ya hubo en
agosto no asciende a ese tanto por ciento--, puede cubrir una gestión y
qué se puede hacer con estos presupuestos respecto a las líneas
determinantes de la cooperación española, los programas y los proyectos.

Es un tópico, pero a mí me gustaría decirlo una vez más, máxime cuando
estamos hablando de cifras presupuestarias, que en poco menos de una
década, España pasó de ser un país receptor a ser un país donante. Todo
esto lo hemos ido reflejando en una serie de esfuerzos realizados tanto
en líneas de penetración de cooperación como en cantidades que han ido
«in crescendo» en los presupuestos, desde que en 1989 se crea la Agencia.

El año 1993 es cuando cae el presupuesto de la Agencia, precisamente
cuando estamos en una situación de recesión económica en la que hay que
ajustar los programas, los proyectos y las cifras presupuestarias y S. S.

sabe que es en cooperación --no sólo aquí en España, sino también en
otros países de nuestro entorno, con mayor



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experiencia en cooperación-- donde se reducen las primeras cifras.

Decía que teníamos un presupuesto, en el año 1993, de 15.000 millones de
pesetas, que hay un recorte presupuestario en agosto en el Ministerio, en
el Departamento de Exteriores, de 5.000 millones y que afecta a la
Agencia en 2.534 millones. Con lo cual, SS. SS. me podrán preguntar, en
base a este presupuesto ejecutado a cuya gestión me enfrento, cómo vamos
a distribuir --y ésa era una preocupación del Diputado señor Robles--
este presupuesto para que los gastos generales, los gastos de
funcionamiento y los gastos de personal nos permitan salvar las líneas
fundamentales de un programa de cooperación importante, al nivel que nos
corresponde por el lugar que tenemos en Europa.

Señoría, este presupuesto está distribuido --después desglosaremos las
cifras-- en programas y proyectos, que es el ámbito de cooperación de los
tres Institutos que lo llevan a cabo, en un 38,16 por ciento; para Guinea
Ecuatorial, en un 13,73 por ciento; en becas y ayudas de formación, que
también es una línea importante, en un 11,11 por ciento; en ayuda
alimentaria, en un 3,80 por ciento (ahí ha habido una caída --después
hablaré de ello, si quiere, ha sido ya objeto de contestación por parte
del Secretario de Estado; no tengo inconveniente en referirme a otros
argumentos, aunque no quiero cansar a SS. SS.--), y en ayuda de
equipamiento, ayuda de emergencia. Sin embargo, en gastos de personal y
gastos de funcionamiento, incluyendo lo referente a los costos de la
Oficina Técnica de Cooperación, que, como muy bien saben SS. SS., incluye
no sólo los gastos de personal sino incluso parte de los proyectos o
programas que se realizan, entre esos dos capítulos, que están
comprendidos en los capítulos uno y dos, suman el 22,7 por ciento, con lo
cual estamos salvando un 76 por ciento de los programas o proyectos, en
todos aquellos objetivos o líneas de la cooperación para justificar unos
presupuestos que se presentan en esta Cámara.

Yo diría algo más al respecto. Este reajuste presupuestario debido a la
recesión económica nos ha obligado a hacer un replanteamiento también en
las líneas directrices de cooperación. Sabemos que ahora hay que actuar
más bien por áreas geográficas y por áreas temáticas. Por áreas
geográficas hemos distribuido los proyectos, como saben SS. SS., en una
mayor medida en Iberoamérica, donde tenemos una presencia de un 45 por
ciento; en Africa, en la parte de Guinea, Angola y Mozambique; y en los
países árabes. En lo que hace a áreas temáticas, en aquellos países con
menos nivel de desarrollo insistimos en la ayuda educativa y sanitaria.

El Secretario de Estado, refiriéndose a Guinea, decía que nuestros
proyectos y programas siempre han ido al área sanitaria y educativa, lo
que justifica por sí solo esa línea de penetración, aunque haya que
replantearla. En los países más desarrollados hemos abierto estas líneas
a un nivel tecnológico, económico e institucional.

En el informe que se aprobó en esta Cámara, en noviembre del año pasado,
que fue votado por la unanimidad de los grupos parlamentarios, se
establecía que uno de los instrumentos de la cooperación bilateral,
fundamentalmente eran los tratados generales de amistad y cooperación,
que nacieron como apoyo político y económico.

Dentro de esos programas tenemos que resaltar los de cooperación
empresarial, así como los programas políticos en lo que hace referencia a
modernización del Estado, a reforma de sistemas judiciales y a
asesoramiento en materia de procesos electorales. Señorías, todos estos
programas son mucho más baratos que los de ayuda de asistencia
humanitaria o de asistencia educativa, porque estamos realizando ahí una
línea de cooperación. Cuando este organismo tiene que ejecutar las
políticas que se diseñan en cooperación, el país receptor tiene que
cooperar. Para programas de reforma de sistemas judiciales tenemos varios
convenios con el Consejo del Poder Judicial y con estos países, sobre
todo en el área iberoamericana. Son programas de reducido coste, lo que
nos permite seguir en esta línea y, sin embargo, hacer cooperación a
pesar de la reducción presupuestaria.

Añadiría a la ayuda bilateral la ayuda multilateral, pero no por los
créditos que usted decía, señor Robles, sino por nuestra aportación a la
Comunidad Europea, a los organismos financieros y a los no financieros.

Respecto a esto, trabajamos con mayor eficacia técnica y coordinación.

Por último, me gustaría decir que a través de la Agencia realizamos
también la labor de impulsar, como se ha dicho aquí esta tarde, todos los
trabajos de las organizaciones no gubernamentales. A través de la
Comunidad Europea y de la Agencia, como organismo impulsor y coordinador,
podemos poner en marcha muchos proyectos y programas que las
organizaciones no gubernamentales presenten, para lograr una ayuda de los
fondos comunitarios, con lo cual buscamos un retorno. Igualmente sucede
con el porcentaje que dedican las comunidades autónomas a cooperación.

Contesto a su primera pregunta en el sentido de que los objetivos de
cooperación están centrados, en el presupuesto de 1994, geográfica y
sectorialmente, en los países de un cierto nivel de desarrollo, en una
atención comercial y financiera y, en los países de medio nivel de
desarrollo, en una ayuda asistencial y política.

Su señoría me preguntaba cuáles eran los gastos burocráticos a que
ascendían todos estos programas y proyectos. Cree S. S. que tenemos para
gastos de personal 2.169 millones de pesetas, como aparece en el capítulo
uno. En gastos corrientes aparece la cifra de 3.500 millones, pero sólo
corresponde a personal un 7 por ciento, que es lo que va incluido dentro
de la Oficina Técnica de Cooperación. Los programas de los tres
Institutos, Instituto de Cooperación Iberoamericana, Instituto de Países
en Desarrollo y del Mundo Arabe, tienen una cantidad asignada. El ICI, en
1993 tenía 1.948 millones y en 1994, 1.090 millones.

Me hacía S. S. una segunda pregunta sobre cómo vamos a reducir el
personal cooperante. Creo --y así se establecía también en el informe de
la Ponencia-- que en cooperación se requiere una cierta profesionalidad.

No se puede establecer un programa de personal cooperante



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para, al año siguiente, liquidar todas esas personas que se han formado
en un mundo tan complicado como es el de la cooperación. Nosotros tenemos
un sistema de contratación con este personal que es la contratación
laboral eventual. En la medida de lo posible, se va a seguir con este
sistema y no va a afectar a la nómina del personal cooperante; sólo
afectará en aquellos supuestos en que las oficinas se reduzcan, pero no
se cierren, o no se corte esa línea de cooperación.

Me gustaría tratar ahora de la ayuda alimentaria, porque S. S. me lo
preguntaba aunque ha sido contestado por el Secretario de Estado. Habrán
observado que ha habido un recorte, una caída importante, y S. S. se
preguntará por qué. El programa de la ayuda alimentaria nos permite
recortes temporales con mayor flexibilidad que si afectara a otro tipo de
programa, porque es un problema de cooperación y, muchas veces, cuando se
cortocircuita una línea de cooperación, después es muy difícil volverla a
abrir. La partida relativa a la ayuda alimentaria nos permite, en
momentos de crisis y de reducción de gastos, hacer frente a los
compromisos que dejamos pendientes en agosto debido al recorte. Los
países a los que se destina la ayuda de 530 millones ya se han dicho aquí
esta tarde, son: Angola, Mozambique, Filipinas, República Dominicana,
todavía nos queda un total de 200 millones para el programa mundial de
alimentos, y con 270 millones podemos atender a una serie de países
necesitados cuya asignación no está realizada.

Con respecto a Guinea, aunque es un problema que ya ha salido, insistimos
en él. A todos nos preocupa, es un tema abierto, que tiene dos fechas:
unas elecciones, y finales del presente año 1993, que es cuando se cumple
ese segundo programa de cooperación. Hemos disminuido la partida
presupuestaria en 100 millones. No sabemos, con los 1.600 millones que
quedan, qué se va a hacer en el programa que se ponga en marcha. Quizá
debamos mantenerlo abierto, porque dependiendo de cómo vaya la situación
política, la línea de cooperación también sufrirá alguna incidencia. Me
gustaría decirle, señoría, que el trabajo de cooperación que se hace en
Guinea es fundamentalmente de ayuda asistencial, educativa y sanitaria.

Siempre hay la posibilidad de observar que es un trabajo que actúa sobre
la población, salvado el hecho de que estamos en una situación política
en la que hay que esperar y que, a lo mejor, supone un replanteamiento.

No puedo añadir más que las palabras del titular del Departamento de
Asuntos Exteriores en su comparecencia, sobre el problema de Guinea.

Me preguntaba S. S. cómo van a afectar los recortes presupuestarios en
los programas o proyectos y cómo van a incidir fundamentalmente en los
tres Institutos que coordina la Agencia, aunque yo creo que ya ha sido
contestado. Todavía no hemos hecho la distribución de proyectos y
programas, como es lógico. Va a incidir recortando aquellos proyectos o
programas donde no cortemos esa línea de cooperación, pero insistiendo en
aquellos que nos permiten tener una presencia en los países desarrollados
de reformas electorales, de apoyo electoral, de reforma del sistema
judicial, con lo que esa política queda cubierta.

Lo que sí hemos hecho es reducir bastante. Hemos reducido en
publicaciones, porque entendíamos que en un momento de crisis
presupuestaria, es una línea que puede quedar menos cubierta para después
seguir incidiendo en ella. También hemos recortado en ayuda al fondo de
equipamiento, porque teníamos un remanente, ahí ha habido una caída
importante, no me lo ha dicho S. S. Este era uno de los proyectos que
estaba bastante dotado en el presupuesto anterior, porque, repito,
teníamos un remanente sin utilizar que nos permitía este año cubrir los
compromisos con Costa Rica y con Perú.

Me parece que con esto quedan contestadas todas las preguntas.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora Ruiz Tagle por su presencia
aquí.

Damos por terminada esta parte de la sesión.




--DEL SEÑOR DIRECTOR DEL INSTITUTO CERVANTES (SANCHEZ-ALBORNOZ ABOIN). A
SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR. (Número de expediente
212/000146.)



El señor PRESIDENTE: Señorías, vamos a continuar con la última de las
comparecencias solicitadas.

Invito a don Nicolás Sánchez-Albornoz, Director del Instituto Cervantes,
a acompañarnos en la mesa. (El señor Rupérez Rubio pide la palabra.)
Tiene la palabra el señor Rupérez.




El señor RUPEREZ RUBIO: Observamos que alguno de los comparecientes suben
acompañados de algún acompañante. No es que tengamos inconveniente en que
así sea, sino que nos gustaría saber de quién se trata. Sabíamos quién
acompañó al Subsecretario, no hemos sabido quién ha acompañado a la
señora Presidenta, nos gustaría saber quién acompaña a don Nicolás.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Sánchez Albornoz.




El señor DIRECTOR DEL INSTITUTO CERVANTES (Sánchez-Albornoz Aboin): Por
lo que a mí me toca, me acompaña el Secretario General, don Javier López
Facal.




El señor PRESIDENTE: Doy la bienvenida a don Nicolás Sánchez-Albornoz en
nombre de la Mesa, y doy la palabra al portavoz del Grupo Parlamentario
Popular que ha presentado una pregunta.

Tiene la palabra el señor Rupérez.




El señor RUPEREZ RUBIO: Sea usted bienvenido, don Nicolás, a esta sesión
de la Comisión de Asuntos Exteriores donde examinamos, de una manera
preliminar, los presupuestos del Departamento. Una vez más



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--es ya la tercera vez--, tenemos ocasión de tener este tipo de contacto
y lo vamos a aprovechar para hacer algunas preguntas que nos parecen
relevantes a los efectos de la comprensión más adecuada de la parte que
le corresponde en los presupuestos de este año, y naturalmente también en
ese contexto examinar las posibilidades, las carencias y el futuro de esa
Institución que a nosotros nos merece tan profundo aprecio e interés como
es el Instituto que usted mismo preside.

Lo primero que deseamos constatar es cuáles son las cuantías globales del
presupuesto que, en este año, están fijados para el Instituto. Son algo
mejores que el año pasado, se elevan a 4.185 millones, suponen un cierto
incremento, pero (recordando las propias palabras del señor
Sánchez-Albornoz, hace un año, en esta misma ocasión) están muy lejos de
los 15.000 millones de pesetas anuales que en su comparecencia de hace un
año declaró que eran necesarios para cumplir las tareas que él entiende
debe realizar el Instituto Cervantes. De manera que la primera pregunta
se impone sola. ¿En qué medida esta cantidad de 4.185 millones le
permitirá llevar a cabo los objetivos del Instituto y desarrollar, al
mismo tiempo, su plan de expansión?
La segunda pregunta tiene que ver con el futuro y también, ligeramente,
con el inmediato pasado del Instituto. El Instituto recibió una
transferencia de unos 37 centros culturales --si no recuerdo mal el
número--, y de ellos tuvimos noticia, este mismo año, de que 10 habían
sido cerrados por decisión del propio Instituto. Eran, concretamente, los
centros de Bagdad, Copenhague, Oslo, Amberes, Ginebra, Sofía, Oporto,
Nueva York y Beirut. Este cierre fue narrado con cierta espectacularidad
por algún medio de comunicación, incluso describiendo cuáles habían sido
los sentimientos que en las comunidades más directamente afectadas habían
producido esos cierres. Por ejemplo, recuerdo una página de «El País»,
correspondiente al 16 de mayo de 1993, donde se decía que en Beirut la
decisión del cierre había sido recibida con incredulidad y desazón. Había
algunas referencias, como, por ejemplo: La decisión de clausura
decepciona a los afectados y provoca polémica en la Administración. Se ha
hablado de Bagdad como primera víctima, etcétera. Querríamos saber cuáles
fueron las razones que explicaron el cierre de esos centros culturales,
qué ahorro --si alguno se buscaba-- produjo el cierre y qué utilidad
--nos imaginamos que algún razonamiento de utilidad estaba detrás de la
decisión del cierre-- ha reportado a los fines generales del Instituto.

En tercer lugar, es evidente que el plan quinquenal --que usted mismo,
señor Presidente del Instituto Cervantes, había diseñado-- sufre con este
presupuesto un nuevo retraso de, al menos, un año. ¿Considera que el plan
quinquenal, que usted diseñó en el mismo momento en que tomaba posesión
de su cargo directivo del Instituto, continúa vigente pese al retraso o,
por el contrario, ha comenzado a trabajar ya sobre otras hipótesis de
desarrollo del trabajo del Instituto?
En cuarto lugar, querría referirme a algunos temas relacionados con la
política de personal del Instituto. El Instituto ha llevado a cabo, según
sabemos, una importante reconversión de su personal que, en algunos
casos, ha llegado a producir situaciones que calificaríamos de
paradójicas, y en algunos casos también, si no nos equivocamos --nos
gustaría equivocarnos--, unos gastos de personal relativamente elevados.

En ese sentido, querríamos saber qué ha sido de las sedes de El Cairo y
Alejandría respecto a los problemas planteados por la reconversión de
personal, si esta reconversión de personal indica una voluntad por parte
del Instituto de hacer tabla rasa de la situación que se había heredado
por parte de los centros culturales, qué coste supone esa política de
personal y cómo se justifican los 1.000 millones de incremento que hay en
este capítulo de personal respecto al presupuesto del año 1993.

En quinto lugar, en el plan de expansión del Instituto, el año pasado se
presupuestaban unos --ya muy escasos-- 621 millones para inversión. Este
capítulo de inversiones se reduce, todavía más, hasta llegar a los 380
millones. ¿En qué medida esta significativa reducción del plan de
expansión y de las inversiones del Instituto cancela o retrasa la
inauguración de nuevos centros o el acondicionamiento, que nosotros
entendemos imprescindible, de algunos de los existentes?
En sexto lugar, el año pasado el señor Sánchez-Albornoz nos transmitió su
voluntad de que el Instituto generara recursos propios. ¿Qué recursos ha
sido capaz de generar el Instituto en 1993 y cuáles espera recabar en
1994?
También querríamos saber cómo, en este momento de evidente penuria
presupuestaria, que ya se añade a otros momentos de penuria
presupuestaria sobre todo en materia de cooperación cultural, qué medidas
de rigor en la ejecución del gasto está realizando el Instituto.

Nos gustaría saber cuáles son los objetivos primordiales del Instituto en
el ejercicio 1994, en función de los datos presupuestarios con los que
contamos, y cómo se van a atender esos planes. Porque contemplando cuáles
son las minoraciones de algunas de las partidas, uno se pregunta cuál va
a ser la vida normal o de crucero del Instituto. Por ejemplo, la
minoración en inversiones es del 25 por ciento y la minoración en
reparación de inmuebles, si no nos equivocamos en nuestros cálculos,
supera el 50 por ciento. Qué objetivos son los que ya estaban marcados y
que, sin embargo, tienen que ser paralizados en función de esas
minoraciones, y cómo se va a garantizar la necesaria adecuación de
inmuebles que, en muchos casos, como antes decía, son absolutamente
indispensables.

Por último, una pregunta muy concreta. Hemos visto que la consignación
destinada a cooperación científica, técnica y cultural ha sido reducida
de 150 millones a cinco millones de pesetas. Es una reducción que actúa
sobre cantidades que pueden ser consideradas como no muy importantes,
pero es una reducción tan brutal que no deja de llamar la atención. Por
eso quería dirigir la pregunta.

En cualquier caso, don Nicolás, es para nosotros enormemente
satisfactorio tenerle de nuevo aquí. Le puedo



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asegurar que en la medida en que nosotros podamos, que desgraciadamente
no es todavía en la medida en que puede el Gobierno, procuraremos
atenderle y asistirle en la realización de su tarea, que nos parece
absolutamente fundamental para lo que es una concepción de la política
exterior de España en el sentido más amplio de la palabra.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la
palabra el señor Martínez.




El señor MARTINEZ MARTINEZ (Miguel Angel): Nosotros también, cómo no,
queremos saludar con singular alegría la presencia del señor
Sánchez-Albornoz que, por otra parte, es viejísimo amigo, compañero de
muchas compañías, entre otras de colegio, de algún que otro exilio
europeo y transatlántico. Por lo tanto, estamos muy contentos de la
oportunidad que se nos da de charlar con él en este trámite. Quizá sería
bueno que se repitiera la experiencia.

Desde el Grupo Socialista tenemos también un enorme aprecio e interés por
el Instituto Cervantes, tanto que fue iniciativa del Gobierno nuestro el
crear la institución, probablemente porque respondía a un cierto vacío,
generado sobre todo por el hecho de que hubiera ascendido a primera
división nuestro país dentro de la comunidad internacional. Cuando
estábamos en segunda o en tercera, quizá, eso no era tan necesario...




El señor RUPEREZ RUBIO: Pido la palabra para una cuestión de orden.

(Rumores.)



El señor PRESIDENTE: Está en el uso de la palabra el señor Martínez.




El señor RUPEREZ RUBIO: Es que quería saber si el Grupo Socialista había
pedido la comparecencia del señor Sánchez-Albornoz.




El señor PRESIDENTE: El uso que estamos siguiendo en esta sesión, señor
Rupérez, es que el Grupo que ha pedido una comparecencia hace uso de la
palabra en primer lugar, pero cualquier Grupo puede pedirla también y se
la concedemos.




El señor RUPEREZ RUBIO: Si me lo permite, señor Presidente, no ha sido la
práctica...




El señor PRESIDENTE: Sí, a lo largo de toda la sesión.




El señor RUPEREZ RUBIO: No es lo que consta en el documento de la
Comisión de Asuntos Exteriores que tenemos en nuestro poder.

Efectivamente, habían pedido la comparecencia del Subsecretario, el Grupo
Popular y el Grupo Socialista; del Secretario de Estado, el Grupo Mixto,
el Grupo Socialista, el Grupo Popular y el Grupo de Izquierda Unida; del
Secretario de Estado para la Cooperación Internacional, el Grupo
Socialista y el Grupo Popular; del Secretario General de Política
Exterior, el Grupo Popular; de la Presidenta de Agencia Española de
Cooperación, el Grupo Popular; y del Director del Instituto Cervantes, el
Grupo Popular, no el Grupo Socialista.




El señor PRESIDENTE: Estoy de acuerdo con usted. Yo he dicho que el Grupo
que ha pedido la comparecencia es el que habla en primer lugar, cosa que
es lo que acaba usted de realizar hace un momento, pero todos los grupos
presentes en esta Comisión tienen derecho a pedirla también y se la
concedo.




El señor RUPEREZ RUBIO: Es una práctica nueva que nosotros recibimos como
tal, pero que conste que es una práctica nueva.




El señor PRESIDENTE: Como usted comprenderá, señor Rupérez, ésta no sé si
es práctica nueva o vieja, pero creo que es la única que corresponde.

Estamos aquí para discutir de presupuestos, no estamos para que un grupo
se imponga sobre otro. No creo que se trate de eso. En definitiva, puede
ocurrir que un Grupo, en este caso el Socialista, en otro caso puede ser
el suyo o cualquier otro, tenga algo que decir, algo que añadir, a medida
que se desarrolla una comparecencia. Evidentemente, en este caso, el
señor Director del Instituto Cervantes, o cualquier otro de los que han
efectuado su comparecencia, puede utilizar su derecho a contestar
previamente a las preguntas que usted ha formulado, y después de la
respuesta puede darse la palabra a otro Grupo. En esta ocasión, lo que he
hecho ha sido dársela directamente porque se me ha pedido, pero nada más.




El señor RUPEREZ RUBIO: Señor Presidente, si me lo permite, no era ese
nuestro entendimiento.

Nosotros entendemos que este es un trámite tasado, como la mayor parte de
los trámites que se producen en las comisiones de esta Cámara; trámite
tasado que, como otros trámites, está sometido, naturalmente, a la
voluntad de los grupos en pedir las comparecencias o en realizar todas
aquellas iniciativas que están previstas reglamentariamente. El decir que
está tasado quiere decir que los grupos hablan en función de las
iniciativas que han tomado, no en función de las iniciativas que no han
tomado. En este caso concreto entiendo que el único Grupo que ha tomado
la iniciativa de pedir la comparecencia del señor Sánchez-Albornoz somos
nosotros. A mí me parece muy bien que hable cualquier otro Grupo, y
nosotros nos atenemos a la decisión presidencial, pero que conste que, a
nuestro parecer, esto supone una alteración significativa de lo que es la
tasación de los trámites.

En su momento, no quiero insistir más al respecto, creo que sería bueno
pedir la opinión técnica que al respecto tiene la letrada de la Comisión,
porque nos parece que, en cualquier caso, no tiene precedente. Creemos
que responde a una cierta ruptura de lo que son los aspectos
reglamentarios de la sesión.




El señor PRESIDENTE: Señor Rupérez, no sé si



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corresponde o no a una ruptura. Yo entiendo la Presidencia como un
ejercicio de una cierta autoridad muy flexible, porque creo que lo que
nos interesa es que en sede parlamentaria todos los grupos puedan
expresar lo que desean al respecto.

Si usted considera que aquí ha habido una infracción del Reglamento, debo
decirle que no hace mucho, en la sesión anterior, nosotros pactamos
perfectamente otra infracción del Reglamento. Por ejemplo, en relación
con las comparecencias de Ministros, decidimos que en vez de que tomasen
la palabra los Ministros directamente podríamos, en alguna ocasión,
hacerlo al revés. Esto no está previsto en el Reglamento, sin embargo, lo
adoptamos a sugerencia de usted mismo. De modo que me pareció bien, me
pareció que era correcto. Quizá el Reglamento necesite alguna vez una
interpretación elástica, siempre y cuando se cumpla lo que entiendo que
es el objetivo fundamental: que podamos tener una discusión civilizada,
una discusión tranquila, en la que haya la mayor posibilidad de agotar
los turnos de palabra y de concederlos a quien por una razón u otra no
los haya pedido pero que, en alguna ocasión, juzgue conveniente pedirlo.

Si usted considera que esta es una infracción del Reglamento, de lo cual
no estoy completamente seguro, podemos someterlo a las consideraciones
que usted quiera. Hasta ahora este es el criterio que he seguido y pienso
que es el más razonable. ¿Puede esto alargar la sesión? La sesión se
alarga por otras razones. ¿Puede esto desatar un diálogo no querido, no
deseado? Aquí se trata de que cada Grupo pueda interpelar no a otro
Grupo, sino a la persona que, en este caso, nos acompaña en la Mesa. Este
es mi criterio, no lo he discutido, evidentemente, con la propia Mesa,
pero si no me equivoco sí lo hemos discutido, incluso con usted mismo,
antes de empezar la sesión, cuando he dicho que haríamos una cosa
flexible de modo que cualquier Grupo que quiera intervenir pueda hacerlo
después de que se haya contestado, y no he encontrado ninguna respuesta
contraria. Por eso lo he hecho hasta ahora, y no en esta ocasión, sino
que en la anterior comparecencia ha ocurrido exactamente lo mismo y en la
anterior también. Hasta ahora no me ha parecido que haya habido alguna
alteración, por así decirlo, del orden parlamentario.




El señor RUPEREZ RUBIO: Reservo la opinión de mi Grupo.




El señor PRESIDENTE: De todas maneras, puesto que he dado la palabra a un
Diputado, sigue en el uso de ella.




El señor MARTINEZ MARTINEZ (don Miguel Angel): Entendemos desde el Grupo
Socialista que ésta es la manera normal; en todas las comparecencias
intervienen los grupos parlamentarios, no así en las preguntas, pero sí
en las comparecencias, y ésta es una comparecencia que se desarrolla con
el Reglamento de las comparecencias.

En cualquier caso, quiero decir que el esfuerzo que se realiza en los
presupuestos en relación con el Instituto Cervantes entendemos que es
insuficiente, aunque, sin embargo, es relevante, tomando como punto de
referencia el conjunto de los Presupuestos Generales del Estado, incluso
los presupuestos del Ministerio de Asuntos Exteriores. Nuestra
preocupación, señor Director, es que el Instituto no se quiebre, que siga
avanzando, si bien puede ser necesario ralentizar el ritmo, pero, desde
luego, que no se quiebre y que se mantenga ese caminar hacia adelante.

La verdad es que la pregunta que nosotros queríamos hacer al señor
Sánchez-Albornoz, fundamentalmente, es si él prevé, dentro de las
dotaciones presupuestarias, que sea posible mantener el plan de expansión
y cómo es posible mantenerlo en las condiciones actuales. ¿Cómo va a ser
capaz de compaginar, por un lado, lo que yo entiendo que es la presión
internacional, es decir, la demanda? Nosotros, que somos de los que, por
razón de nuestras actividades, recorremos los países donde el Instituto
tiene sus centros, comprobamos que hay una creciente demanda
internacional, una creciente presión para que los servicios del Instituto
sean eficaces, sean más amplios que aquellos que se ofrecen. ¿Cómo
compaginar también el papel protagonista que España juega en la escena
internacional? ¿Cómo compaginar la propia voluntad --entiendo yo-- de
quienes están en la dirección del Instituto con las limitaciones
presupuestarias que imponen una situación general en la que hay realmente
que apretarse el cinturón?
Yo querría aprovechar esta oportunidad también, señor Presidente, para
indicar que sería bueno que la Cámara y los parlamentarios tuviéramos un
conocimiento más directo de la actuación del Instituto y que, por lo
tanto, sería deseable que cuando delegaciones de la Cámara visitasen
países donde el Instituto Cervantes tiene centros que están en
funcionamiento, fuera norma el que parte del programa de la delegación en
cuestión fuera una visita al Instituto Cervantes. Yo creo que eso daría
información y motivaría a los colegas de los distintos grupos para que,
cuando llegase el momento del trámite parlamentario, con mejor
conocimiento de causa, pudieran apoyar, presionar incluso con vistas a
dotaciones presupuestarias más satisfactorias para llevar a cabo la labor
del Instituto.

Esto era lo que queríamos decir y agradezco una vez más al señor
Presidente esta oportunidad de tomar la palabra como se ha hecho en el
curso de este mismo debate, sin que ello irritara a ninguno de los
representantes de otro grupos parlamentarios.




El señor PRESIDENTE: El señor Sánchez-Albornoz tiene la palabra para
contestar a las preguntas y hacer las consideraciones que crea
pertinentes.




El señor DIRECTOR DEL INSTITUTO CERVANTES (Sánchez-Albornoz Aboin): Antes
que nada, quiero agradecer a SS. SS. por haberme convocado y darme la
oportunidad de explicar algunas de las labores realizadas por el
Instituto Cervantes en este último año y quiero



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agradecerles además la buena disposición que tienen --los grupos así se
han expresado-- en favor del Instituto Cervantes.

Su señoría me preguntaba sobre el plan de expansión trazado el año
pasado, que preveía la constitución de nuevos centros en un plazo de
cuatro o cinco años. El Instituto trazó este plan el año pasado porque
creo que era obligación del Instituto mostrar al Gobierno y también a las
Cámaras que tenía unas ideas claras de por dónde había que expandir la
red que se había transferido, que, a nuestro juicio, y a juicio de todos
los demás, parecía insuficiente. Ahora bien, el Instituto no genera los
fondos necesarios para cumplir este plan, depende de las atribuciones, de
los recursos que le asigna el Gobierno y las Cámaras, y es evidente que
en la situación actual la crisis o la recesión económica no permiten
realizar este plan.

El presupuesto presentado a las Cortes contempla un incremento, que ha
señalado S. S., y quiero destacar que es positivo porque me temo que
otras administraciones han tenido un recorte. ¿Que es insuficiente esta
cantidad para cumplir el plan de expansión previsto en un principio y en
términos quizá teóricos, sin conocer las posibilidades reales de la
Hacienda? Cierto es, pero, por otro lado, establece unas cuantías
suficientes como para seguir la reordenación de los centros anteriores.

El Instituto se ha visto obligado, por razones más que nada
intelectuales, a cerrar centros, pero no todos los que ha citado S. S.,
puesto que en la lista aparecían Nueva York y Beirut, y Nueva York sigue
siendo un centro activo, insuficiente porque la falta de locales no
permite realizar la enseñanza, que es uno de los cometidos normales de
los institutos, pero el centro de Nueva York cuenta con una excelente
biblioteca abierta al público, y se ha creado en la gran oferta de
bibliotecas de Nueva York un hecho muy especial y es que reúne toda la
literatura española e hispanoamericana contemporánea de los años 50 en
adelante, que es la que suele faltar, tanto en la Biblioteca Pública de
Nueva York como en las demás bibliotecas, y aparte realiza, en
cooperación con las universidades, actos culturales importantes. En el
caso de Beirut la prensa recogió un cierto malestar con respecto a un
posible cierre, que es cierto que se contempló, pero la conclusión fue la
condensación de dos centros que existían en dos zonas diferentes de la
ciudad debido a la división producida por la guerra civil. Durante el
período de la guerra civil se abrió una antena en otra zona y, restaurada
la paz, parecía improcedente esta división y se han concentrado todas las
actuaciones en el centro original. De modo que ha habido un proceso de
concentración, pero no de supresión de este centro.

Los demás centros han sido cerrados y no lo han sido por razones
económicas. El ahorro que ha supuesto este cierre es de 85 millones. Lo
cierto es que estos centros no estaban en condiciones de operar. Algunos
eran unos centros nominales como, por ejemplo, el caso de Bagdad, que
desde la guerra del Golfo no reunía ninguna actividad ni parecía el
momento oportuno para seguir desarrollando actividades. En otros casos
eran centros, en edificios alquilados o propios, que no realizaban
tampoco ninguna actividad y que su puesta en marcha hubiera obligado a un
desembolso muy grande que parecía lógico destinar a centros que ya tenían
una actividad y que prometían un desarrollo. No es un cierre definitivo o
un abandono de ciertas ciudades, sino que es un repliegue y esperamos que
cuando las circunstancias mejoren podamos reinstalarnos en algunos de los
puntos de los cuales nos hemos retirado. Si de algún consuelo sirve, diré
que esta política no es exclusiva del Instituto Cervantes, sino que el
Instituto Goethe, de mayor tradición y de mayores recursos, ha cerrado
también 27 centros en 1993.

En cuanto al plan de expansión, diré que sigue vigente como un plan
estratégico, pero la falta de recursos para invertir en la adquisición o
alquiler de edificios nos ha hecho operar de otro modo y, quizá, no
siguiendo las prioridades que se habían establecido. El año próximo --y
con esto contesto también a la pregunta del grupo socialista-- esperamos
abrir centros en Toulouse y en Brasilia, que proceden de otros organismos
del Estado. Hemos conseguido transferencias de otros organismos del
Estado al Instituto Cervantes, las asumimos y abriremos centros en estos
lugares. Contamos incluso con que la finalización del edificio de la
embajada en Varsovia, que está prevista para principios del año, nos
permita disponer de un local, quizá no todo lo amplio que requeriría un
Instituto Cervantes, pero sí lo suficiente como para empezar las
actividades en Polonia, país del Este europeo en el que no tenemos una
buena representación.

Aparte de centros producto de transferencias de otras administraciones,
estamos negociando en Estados Unidos con grupos empresariales que están
dispuestos voluntariamente a proporcionarnos locales, concretamente en
Chicago y en San Antonio, aunque la fórmula todavía no está fijada. Esto
supongo que, de alguna manera, contesta la pregunta sobre patrocinio. Es
evidente que estas cesiones de edificios o reunión de fondos para la
cesión de un edificio suponen un patrocinio, que además será cuantioso.

No puedo asegurarles si las negociaciones terminarán pronto, en 1993 o
cuándo, pero esto indica, por lo menos, la línea en la que nos movemos.

Que el plan no se puede cumplir, es cierto, pero acabo de presentar a la
última reunión del Patronato, que se celebró en Aranjuez hace unos días,
una propuesta que ha sido aprobada: la creación de centros asociados;
centros privados existentes cuya gestión la llevarían a cabo aquellos que
ya tienen estos centros y el Instituto inspeccionaría, velaría por ellos
e impondría sus propios programas y exámenes. Esto podría ayudar a una
mayor enseñanza y una mayor presencia del Instituto en el mundo, sin
aumentar las imputaciones a nuestro presupuesto.

En cuanto a la pregunta sobre personal, diré que no se ha hecho tabla
rasa, como algunos pueden pensar, del cien por cien de las personas. El
Instituto ha realizado un proceso de selección de personal con una oferta
pública de estos puestos, con el objetivo de dotar mejor cualitativamente
a estos centros. Uno de los requisitos que se exigían era una titulación,
que no siempre los profesores anteriores tenían, y también una dedicación
plena. La



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red transferida constaba de demasiadas personas en arrendamientos de
servicios a tiempo parcial y el objetivo es contar con un personal más
calificado, más profesionalizado y, a ser posible, a tiempo completo, lo
que no excluye que para cubrir demandas ocasionales o hasta tanto esté
establecida claramente la demanda en un lugar no se recurra a este tipo
de contratación.

Lo cierto es que se ha efectuado un proceso de selección de personal y lo
que puedo señalar es que las personas que han sido seleccionadas, entre
un 75 y un cien por cien en la mayoría de los casos, era personal que ya
existía antes y que reunía las condiciones de calidad que se habían
impuesto en estas convocatorias. Al reducirse la cantidad de personal que
antes tenían los centros a un núcleo más profesionalizado y de mayor
dedicación, evidentemente ha habido personas de dedicación incompleta que
no han entrado en la selección, han quedado fuera y reconozco que esto
produce malestar en esas personas, que el resultado ha sido un equipo de
mayor dedicación y de mayor profesionalización.

Los casos que S. S. citaba de El Cairo y de Alejandría, supongo que están
relacionados sobre todo con los directores. La política que el Instituto
ha aplicado y que piensa seguir aplicando en el futuro es que los
directores no deben permanecer demasiado tiempo en un lugar, una regla
que por lo demás se aplica en instituciones equivalentes; es decir, un
director puede estar cuatro años, pero la rotación de personal es útil ya
que el personal se considera de este modo adscrito a los objetivos del
Instituto Cervantes, mientras que una perpetuación, como en algunos casos
ha sucedido de hasta 20 años, establece una distancia muy grande con
respecto a la institución y les hace responder a situaciones locales más
que al plan general. En estos casos, personas que llevaban un tiempo muy
largo han sido transferidas a otros lugares y sustituidas por otras.

El incremento de 1.000 millones en el capítulo 1 significa la nómina de
todo el personal incorporado. Hay personal nuevo en bibliotecas, además
de administradores que no tenían la mayor parte de los centros y jefes de
estudio. Esto es lo que incrementa los gastos del capítulo 1, aparte de
una mejora en las remuneraciones del personal dedicado a tiempo completo
que antes estaban en arrendamiento de servicio a tiempo parcial. Ese es
quizá el incremento más notable que han sufrido los presupuestos y creo
que ello responde a un punto muy importante, y es que si bien no
tendremos tantos centros, los que tengamos estarán mejor calificados. Yo
creo que se ha hecho un esfuerzo en la calificación de los centros que
por lo menos compensa la incapacidad que en este momento existe para
cumplir el plan en su expansión ideal.

Recojo con gran satisfacción la propuesta de los grupos parlamentarios,
sobre todo los de la Comisión de Cultura, cuando viajen y visiten los
centros del Instituto Cervantes. Espero que sea así y los podamos
recibir. Asimismo, espero que podamos recibir más visitas de la Comisión
en la propia sede, que me temo que sea poco conocida por la mayor parte
de los miembros de la Comisión.

En cuanto a inversiones, último punto, que se me había escapado, quiero
señalar que la cifra final es de 841 millones, la cual permitirá cubrir
las obras proyectadas para 1994. Lo que no podremos hacer --hay que
reconocerlo-- es adquirir locales, pero por lo menos mejoraremos nuestra
infraestructura.

En resumen, yo diría que, en la situación en que nos encontramos, este
plan de expansión no puede proseguir, y esto por las circunstancias de
todos conocidas, pero en este período estamos introduciendo una
estructura sólida y una calificación de las actividades y del personal
que nos permitirá en el futuro partir sobre una base mucho más sólida.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Sánchez-Albornoz.

¿Alguna petición de palabra? (Pausa.)
Damos por terminada esta comparecencia y, con ella, el conjunto de las
mismas que ha celebrado esta Comisión.

Muchas gracias, señor Sánchez-Albornoz, reciba nuestro agradecimiento.

Se levanta la sesión.




Eran las nueve y cinco minutos de la noche.