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DS. Congreso de los Diputados, Pleno y Dip. Perm., núm. 200, de 12/07/2022
cve: DSCD-14-PL-200 PDF



CORTES GENERALES


DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS


PLENO Y DIPUTACIÓN PERMANENTE


Año 2022 XIV LEGISLATURA Núm. 200

PRESIDENCIA DE LA EXCMA. SRA. D.ª MERITXELL BATET LAMAÑA

Sesión plenaria núm. 193 (extraordinaria)

celebrada el martes,

12 de julio de 2022



ORDEN DEL DÍA:


Juramento o promesa de acatamiento de la Constitución por nuevos señores diputados ... (Página4)


Comunicación del Gobierno.


- Comunicación del Gobierno en la que solicita la celebración de un debate de política general sobre el estado de la Nación. 'BOCG. Congreso de los Diputados', serie D, número 484, de 7 de julio de 2022. (Número de expediente 200/000001)
... (Página5)


Corrección de error ... (Página66)



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SUMARIO


Se abre la sesión a las doce del mediodía.


Juramento o promesa de acatamiento de la Constitución por nuevos señores diputados ... (Página4)


La señora doña María Fernández Pérez y el señor don Onofre Miralles Martín adquieren la condición plena de diputadas al prestar acatamiento a la Constitución.


Comunicación del Gobierno ... (Página5)


Comunicación del Gobierno en la que solicita la celebración de un debate de política general sobre el estado de la Nación ... (Página5)


El señor presidente del Gobierno (Sánchez Pérez-Castejón) comienza su intervención recordando que el primer debate sobre el estado de la nación se celebró en 1983. Entonces España era una democracia joven, con una economía débil y un escaso
peso internacional, pero cuarenta años más tarde, tras superar momento difíciles, es la cuarta economía de la Unión Europea y pertenece al club de las democracias más consolidadas del mundo.


Hoy también hay dificultades: la guerra en Ucrania, la alta inflación y las consecuencias de una terrible pandemia.


El último debate sobre el estado de la nación se celebró el 2015 y, en circunstancias normales, esta sería la oportunidad ideal para explicar a la ciudadanía las medidas económicas y sociales que se han llevado a cabo en los últimos años y
que han supuesto un salto hacia delante en la modernización de España, pero prefiere centrarse en lo que está mal y en las medidas que se están adoptando para solucionarlo.


Señala que el gran reto hoy de España es la inflación. Para solucionarla primero hay que hacer un buen diagnóstico y afirma que la mayoría de estudios y organismos técnicos indican que el desbocado crecimiento de los precios ha sido
provocado por el encadenamiento de dos perturbaciones internacionales únicas en la historia reciente: la pandemia y la guerra en Ucrania. Seguidamente desarrolla con más detalle el proceso inflacionista como consecuencia de estos dos factores.


A continuación señala las razones por las que España ha tomado partido en el conflicto ucraniano: defender Europa es la mejor estrategia para defender España, somos un país pacifista y no puede haber equidistancia entre el agresor y el
agredido.


Incide en qué medida puede verse afectada España por las restricciones de energía en la zona euro. Considera que España se verá menos afectada que otros países porque es menos dependiente del gas ruso gracias a nuestra apuesta decidida por
las energías renovables y a la diversificación de nuestros proveedores de gas. Así y todo, se verá afectada debido a la desaceleración de economías como la norteamericana y la alemana, a pesar de que España está creando empleo y de calidad, los
sectores más estratégicos de nuestro país están funcionando ya casi a pleno rendimiento y los fondos europeos están teniendo un impacto real sobre nuestra economía. Explica que la guerra nos obligará a impulsar aún más la independencia energética:
tendremos que reforzar la apuesta firme por las renovables y el autoconsumo, y deberemos mejorar la eficiencia y el ahorro energético.


En cuanto a la inflación, asegura que no hay una solución instantánea y mágica, y que el primer paso que hay que dar es conocer nuestras fortalezas para apoyarnos en ellas. Y señala la creación de empleo, la fortaleza de las inversiones, la
competitividad de nuestras exportaciones o el turismo.



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Afirma que su compromiso es rotundo para defender el interés de la mayoría social, para defender a la clase media y trabajadora. En este sentido, señala seis ejes de actuación:


En primer lugar, apoyar a Ucrania.


En segundo lugar, proteger a los ciudadanos, la industria y las empresas, y detalla una serie de medidas: prolongar la bonificación del carburante, extender la limitación de la subida del alquiler, establecer descuentos en el IVA
energético, reforzar el IMV y elevar las pensiones no contributivas, prorrogar las ayudas a los sectores económicos más afectados, fomentar el transporte público y apoyar a la vivienda.


En tercer lugar, asegurarse de que las consecuencias de la guerra se repartan de forma justa y equitativa, que no recaigan sobre los más vulnerables. Para ello se va a poner en marcha un impuesto sobre los beneficios extraordinarios de las
grandes empresas energéticas, y un impuesto excepcional y temporal a las grandes entidades financieras.


En cuarto lugar, continuar alentando a los agentes sociales que logren alcanzar un pacto de dividendos y rentas, para conseguir un acuerdo entre los trabajadores y las empresas que permita contener la subida de los precios y repartir de
forma justa los costes y los beneficios de la actual crisis. En este sentido el Gobierno se compromete a revalorizar las pensiones conforme al IPC y continuar con la subida del SMI, y a financiar ayudas a hogares y pymes, y pide a las grandes
empresas que hagan lo mismo, que cualquier beneficio suplementario derivado de esta situación revierta en los trabajadores y en los consumidores que están soportando el azote de esta crisis.


En quinto lugar, continuar modernizando el país: reforzando el Sistema Nacional de Salud, reforzando nuestra autonomía alimentaria, avanzando en la independencia energética, impulsando la educación y estableciendo planes estratégicos para
el desarrollo económico de Ceuta y Melilla. Señala que hay que afrontar el reto inmediato pensando también en el largo plazo, y para ello debemos entender que la digitalización, la transición ecológica o el reforzamiento del espacio de defensa
europeo y atlántico no son medidas contrarias a la prosperidad económica o al bienestar de los españoles; al contrario, son esenciales para garantizarlos ahora y en el futuro. Considera que la universidad debe ser el corazón de la modernización de
España y para ello se ampliará la política de becas y se impulsará la rebaja de las tasas universitarias. Asimismo, afirma que se aumentará la inversión en Defensa para crear industria y empleos en España al tiempo que nos aseguramos de que nunca
una autocracia se atreva a interferir con las libertades, la democracia y el bienestar material de los españoles y los europeos. Y asegura que somos el Estado miembro más avanzado en la ejecución de los fondos europeos, y pone dos ejemplos
concretos: facilitar la digitalización de las empresas y convocar proyectos para el vehículo eléctrico y conectado.


En sexto lugar, defender la democracia y las conquistas civiles y sociales.


Para llevar a cabo todo ello son necesarias las propuestas de todos, que se compromete a estudiar y a integrar, con la sola condición de que sean realistas y factibles.


Quiere trasladar a los ciudadanos que se superará la situación actual, igual que se han superado otras peores, y asegura que hará todo lo posible para contener la inflación, para paliar sus efectos sobre los más vulnerables y para intentar
doblegarla a nivel nacional, europeo e internacional.


Seguidamente se refiere al confinamiento de hace dos años debido a la pandemia y cómo hoy las hospitalizaciones están controladas, a pesar del aumento de contagios que estamos sufriendo, y las calles están llenas de vida, y señala que España
es un ejemplo mundial de vacunación y de solidaridad en la donación de vacunas, para lo cual ha sido necesario la confianza para enfrentar grandes desafíos y el apego a la justicia social.


Asegura que con esa misma confianza en nosotros mismos como país y con el mismo ánimo de justicia social a la hora de responder a cualquier crisis que suframos podemos doblegar la inflación.


A continuación enumera medidas aprobadas conjuntamente entre el Ejecutivo y el Legislativo durante estos difíciles y complejos años; medidas que asegura que han traído dignidad, haciendo de España un país mejor y más preparado frente a las
adversidades. Agradece a los representantes de la sociedad civil, a los agentes sociales, a los colectivos, a las ONG y a las organizaciones sectoriales su voluntad



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para llegar a acuerdos, para pactar, y también reconoce el papel que ha desarrollado el Estado autonómico y local, demostrando que la cogobernanza es un instrumento inmejorable para dar respuestas eficaces a los problemas de la ciudadanía.


Termina su intervención repitiendo que tenemos un grave problema con la inflación, como el resto de Europa y del mundo, pero afirma que los fundamentos de España son sólidos: tenemos instituciones que funcionan; un tejido empresarial que
funciona; profesionales que hacen su trabajo; y contamos con una ciudadanía instruida, consciente de sus derechos y comprometida con sus obligaciones. Y asegura que, cuando todo esto pase, España y Europa saldrán fortalecidas.


Se suspende la sesión a la una y veinticinco minutos de la tarde.


Se reanuda la sesión a las cuatro de la tarde.


Interviene la señora Gamarra Ruiz-Clavijo, del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso.


Contesta el señor presidente del Gobierno (Sánchez Pérez-Castejón).


Replica la señora Gamarra Ruiz-Clavijo y duplica el señor presidente del Gobierno.


Interviene el señor Abascal Conde, del Grupo Parlamentario VOX.


Contesta el señor presidente del Gobierno (Sánchez Pérez-Castejón).


Replica el señor Abascal Conde y duplica el señor presidente del Gobierno.


Intervienen los señores Asens Llodrà y Echenique Robba, del Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común, que acumulan en este turno su turno de réplica.


Contesta el señor presidente del Gobierno (Sánchez Pérez-Castejón).


Interviene el señor Rufián Romero, del Grupo Parlamentario Republicano.


Contesta el señor presidente del Gobierno (Sánchez Pérez-Castejón).


Replica el señor Rufián Romero y duplica el señor presidente del Gobierno.


Se suspende la sesión a las ocho y cuarenta y cinco minutos de la noche.


Se abre la sesión a las doce del mediodía.


La señora PRESIDENTA: Muy buenos días, señorías. Se abre la sesión.


JURAMENTO O PROMESA DE ACATAMIENTO DE LA CONSTITUCIÓN POR NUEVOS SEÑORES DIPUTADOS.


La señora PRESIDENTA: Con carácter previo al examen del orden del día, vamos a proceder al juramento o promesa de acatamiento de la Constitución conforme al artículo 20.1.3.º del Reglamento.


En sustitución de don Pedro Quevedo Iturbe, pregunto a doña María Fernández Pérez si jura o promete acatar la Constitución.


La señora FERNÁNDEZ PÉREZ: Sí, juro.


La señora PRESIDENTA: En sustitución de doña Macarena Olona Choclán, pregunto a don Onofre Miralles Martín si jura o promete acatar la Constitución.


El señor MIRALLES MARTÍN: Por España, sí, juro. (Aplausos).


La señora PRESIDENTA: Doña María Fernández Pérez y don Onofre Miralles Martín han adquirido la condición plena de diputados. Enhorabuena. (Aplausos).



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COMUNICACIÓN DEL GOBIERNO:


- COMUNICACIÓN DEL GOBIERNO EN LA QUE SOLICITA LA CELEBRACIÓN DE UN DEBATE DE POLÍTICA GENERAL SOBRE EL ESTADO DE LA NACIÓN. (Número de expediente 200/000001).


La señora PRESIDENTA: Señorías, comenzamos con el punto relativo a la comunicación del Gobierno para el debate de política general sobre el estado de la nación.


Tiene la palabra el señor presidente del Gobierno. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Sánchez Pérez-Castejón): Muchas gracias, señora presidenta.


Señorías, quisiera dar la bienvenida a estas Cortes Generales a las presidentas autonómicas que veo que nos acompañan en este debate tan importante y también a los representantes de los sindicatos y de los agentes sociales que tanto han
hecho durante estos dos años y medio de pandemia por nuestro país. Gracias por estar presentes en este debate sobre el estado de la nación -un momento muy importante de la vida parlamentaria de nuestro país-, debate que se celebró por primera vez
en la historia de nuestra democracia en septiembre de 1983. También quisiera dar la bienvenida a los senadores y a las senadoras, que pertenecen también a las Cortes Generales, a este su debate.


Decía que el primer debate sobre el estado la nación se celebró en septiembre de 1983, y por aquel entonces nuestro país era una débil democracia con una economía también muy frágil y con un escaso peso internacional. Hoy, cuarenta años más
tarde, somos la cuarta economía de la Unión Europea, pertenecemos al club de las democracias más consolidadas del mundo, jugamos un papel protagonista en la construcción europea y mostramos a nuestros aliados, como hicimos durante la pasada Cumbre
de la OTAN, lo que realmente es España: un país solvente, solidario, moderno y comprometido con la paz.


Cuando uno mira hacia atrás, es fácil cometer el error de pensar que ese espectacular progreso era inevitable y que España estaba llamada a seguir la senda de desarrollo que otros países europeos siguieron antes que nosotros, pero no es así,
no había nada escrito, todo estaba en el aire, y quienes tienen suficiente edad o memoria saben que en aquellas décadas también hubo retrocesos y momentos decisivos en los que España estuvo a punto de desmoronarse. Pero no lo hizo, España superó
todas las adversidades -un intento de golpe de Estado, el terrorismo y las diversas crisis económicas-, se impuso, señorías, a todos los obstáculos y prosperó a un ritmo que pocos países pudieron igualar en aquel periodo, y lo hizo -esto es lo
importante- porque, a pesar de todas las discrepancias, de todos los miedos y de todos los tropiezos, los españoles nunca perdimos la confianza en nosotros mismos. Los españoles hemos sabido estar juntos cuando los problemas han amenazado nuestra
convivencia desde la llegada de la democracia. Hoy la historia nos convoca de nuevo y lo hace con adversarios y con adversidades propias de una época que creíamos ya superada. Los tanques vuelven a marchar sobre Europa, la inflación vuelve a los
dos dígitos y la incertidumbre vuelve a entrar de lleno en los hogares de una España, una Europa y un mundo que comenzaban, afortunadamente, a superar la peor pandemia de los últimos cien años.


Me gustaría decirles a los ciudadanos y a las ciudadanas que soy plenamente consciente de las dificultades cotidianas de la mayoría de la gente; sé que el salario cada vez da para menos, que cuesta llegar a fin de mes y que la cesta de la
compra es más cara; sé que los españoles y las españolas están dejándose la piel para sacar adelante a sus familias, a sus empresas y sus trabajos; sé que la escalada de los precios está haciendo aún más difícil lo que antes ya era difícil -pagar
el alquiler o la hipoteca de un piso, tener hijos y cuidarlos, emprender o mantener un negocio y ahorrar para cualquier imprevisto-, y sé que, por culpa de la inflación, muchos de nuestros ciudadanos están teniendo que posponer proyectos futuros que
ya llevan mucho tiempo parados. Lo sé y me hago cargo porque llevamos más de dos años de grandes sacrificios personales, familiares y económicos y porque, lo más grave, hemos sufrido la pérdida irreparable de miles de vidas humanas como
consecuencia de la COVID, vidas de personas que necesitábamos, que queríamos y que echamos en falta cada día, vidas que no podremos olvidar mientras vivamos. (Aplausos). Y ahora, a todo este sufrimiento, un hombre, Vladímir Putin, ha añadido
despiadadamente el desastre de la guerra. Por tanto, comprendo la angustia, la frustración y el enfado de todos, porque también es el mío, y me hago cargo del estado de ánimo de la gente. De nuevo un desgraciado cúmulo de acontecimientos nos ha
castigado y, de nuevo, nos toca reunirnos y luchar juntos contra la adversidad.


Señorías, este es el primer debate que se celebra sobre el estado de la nación en más de un lustro, el último se hizo en el año 2015, y muchas cosas han cambiado desde entonces. Me permitirán la broma: el



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Poder Judicial no ha cambiado desde el año 2011 como consecuencia del bloqueo del principal partido de la oposición. (Aplausos). Muchas cosas han cambiado desde entonces. En circunstancias normales, esta sería la oportunidad ideal para
explicar a la ciudadanía las medidas económicas y sociales que hemos llevado a cabo en estos últimos años. Eso es lo que quisiera hacer y es lo que haría cualquier gobernante en unas circunstancias normales, porque, a pesar de los errores que
hayamos cometido en este periodo tan accidentado y muy por encima de los desajustes que se hayan manifestado en el primer Gobierno de coalición de la historia reciente de nuestra democracia, lo cierto, señorías, es que hemos cosechado avances
indiscutibles. En apenas dos años y medio, este Ejecutivo ha respondido a la peor pandemia del último siglo de la historia de la humanidad; ha tenido que hacer frente a adversidades naturales como el volcán de la isla de La Palma y, al mismo
tiempo, ha impulsado una agenda de modernización de nuestro país. Estoy convencido de que, cuando se despeje la espesa niebla que han provocado la pandemia y la guerra de Putin en Ucrania, seremos más conscientes de ello. También sé que las
actuales condiciones no son normales, que ahora eso está en un segundo plano para la ciudadanía -porque, cuando uno sufre una dolencia grave en una parte de su cuerpo, no quiere oír hablar de lo sano que tiene el resto-, que los españoles no quieren
oírnos hablar de lo que va bien ni de lo que hemos hecho bien, que quieren que nos centremos en lo que está mal y que les expliquemos, sobre todo, qué medidas estamos adoptando para solucionar los problemas y eso es, señorías, lo que voy a hacer
hoy.


Voy a hablarles del presente y del futuro, no del pasado, y voy a hacerlo con la honestidad que una sociedad libre y madura, como es la sociedad española, reclama y merece. Y no me voy a ir por las ramas: el gran reto que hoy tiene España
se llama inflación. Señorías, una inflación tan elevada como la que sufrimos es una enfermedad grave de nuestra economía porque empobrece a todos y porque afecta especialmente a los colectivos más vulnerables. Las facturas se disparan, los ahorros
pierden valor y cuesta cada vez más, como he dicho antes, llegar a fin de mes. No hace falta que les contemos a los españoles y a las españolas los terribles efectos de esta inflación disparada porque los conocen tan bien como nosotros, pero sí es
importante que compartamos un buen diagnóstico acerca de cuáles son las causas de esta elevación tan descontrolada de los precios, porque sin un diagnóstico certero y claro será siempre difícil tratarla.


Nuestros ciudadanos tienen dos opciones, deben elegir en qué creen: en el diagnóstico del curandero o en el diagnóstico de los médicos especialistas. (Rumores). El curandero no tiene conocimientos científicos ni tampoco dispone de datos
ni pretende curar la enfermedad, sino beneficiarse de esa enfermedad. El curandero nos dice que la inflación es culpa del Gobierno, que la ha provocado el Gobierno a base de subir el salario mínimo interprofesional o de fomentar las energías
renovables y que, por tanto, con otro Gobierno esto no hubiera sucedido. Este diagnóstico le resultará convincente a algunos porque es sencillo y porque viene a reafirmar prejuicios ideológicos bien arraigados en nuestro país, sobre todo en algunos
sectores, y muy propagado por potentes altavoces mediáticos como, por ejemplo, que subir el salario mínimo interprofesional perjudica la marcha de la economía y la creación de empleo, que el impulso a las energías renovables es contrario a la
prosperidad o que los gobiernos progresistas -gobiernos de izquierdas- no gestionamos bien la economía, y se distraen en cosas innecesarias, sobre todo en momentos de crisis, como mejorar la vida laboral y los derechos laborales de nuestros
trabajadores y trabajadoras o fomentar la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres. Pero lo cierto es que no hay una sola institución internacional ni nacional seria ni un solo estudio empírico que avale las tesis del curandero. Si
nuestros ciudadanos, además, lo piensan un instante, se darán cuenta de cuán absurda es esta tesis, porque, si la inflación actual es culpa del Gobierno de España, ¿por qué hay ocho países de la zona euro y más de sesenta y cinco países en el mundo
que registran ahora mismo una inflación mayor que la española? Y si el Gobierno gestiona tan mal la crisis energética (muestra un gráfico), ¿por qué somos, junto con Portugal, uno de los países de la Unión Europea con los precios mayoristas de
electricidad más bajos de toda la Unión Europea? (Aplausos).


Señorías, lo que nos dicen los médicos especialistas de la economía y lo que nos dicen además la mayoría de los estudios de los organismos técnicos es que el desbocado crecimiento de los precios ha sido provocado por el encadenamiento de dos
perturbaciones internacionales únicas en la historia reciente: la primera, la pandemia y, la segunda, la guerra de Putin en Ucrania. Todos recordaremos cómo la pandemia nos obligó a encerrarnos en nuestras casas y a detener durante semanas nuestra
actividad económica de golpe. ¿Qué hizo esto? Esto hizo que muchas familias ahorrasen más de lo habitual y terminado, en consecuencia, el confinamiento esas mismas familias de España, de Europa y del resto del mundo se lanzaron a consumir, lo que
permitió también una reactivación de nuestra economía. El problema



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es que hubo sectores, tanto dentro como fuera de nuestro país, que no estaban preparados para satisfacer esa demanda repentina. Hablamos de fábricas, minas, puertos y redes comerciales que se habían detenido bruscamente como consecuencia de
los confinamientos en todo el mundo y a las que les resultó difícil retomar su actividad al ritmo que exigía la demanda, especialmente porque muchas estaban en países que tardaron en recuperar la normalidad -recordemos que China hace escasas semanas
ha vuelto a confinar a millones de seres humanos- o en países que aún están vacunando -y no digo con las dosis de refuerzo, sino con las primeras dosis que nosotros, afortunadamente, ya tenemos en nuestro cuerpo- para recuperarla.


A este problema se unió el hecho de que, como la pandemia cambió también nuestros hábitos de vida y de compra, empezamos a demandar más algunos productos que antes; empezamos a gastar más en alimentación; empezamos a consumir más
electricidad y empezamos a reformar nuestras viviendas, y lo cierto es que muchas cadenas de producción no fueron capaces de satisfacer ese incremento tan súbito de la demanda. Todas estas distorsiones hicieron que las cadenas de valor en el mundo
empezaran a acumular problemas y retrasos, y nuestros ciudadanos y nuestras ciudadanas -durante aquellos meses o incluso ahora- los han visto y los han padecido: dificultad para conseguir determinados materiales y productos que vienen de fuera
como, por ejemplo, los chips; puertos colapsados con mercancías que aguardan a ser distribuidas -recordemos lo que ha pasado hace escasas semanas en el puerto de Shanghái- o las largas listas de espera para hacerse con una lavadora, un coche o una
bicicleta. La escasez hizo que los precios aumentaran al tiempo que subían también los costes de la energía por el aumento extra de la demanda en todo el mundo, un aumento del precio de la energía aún mayor -ahora lo sabemos- por los preparativos
de la guerra de Putin, quien hace un año -y ya lo dije además en esta tribuna- redujo a mínimos históricos las reservas de gas ruso en Europa. Y así, señorías, los precios empezaron a incrementarse en todo occidente a mediados del año 2021.
Simplemente, para que tengamos una foto de cuál ha sido la evolución tan explosiva de los precios a lo largo de estos últimos meses, les digo que la inflación española pasó del 0,5 % a principios del año 2021, al 6,5 % a finales del año 2021, al
tiempo que la inflación europea llegaba al 5,3 %.


En esta situación tan anómala y tan delicada nos encontrábamos cuando el pasado 24 de febrero del año 2022 Putin invadió Ucrania e inició una guerra que ya ha desplazado de su hogar a más de doce millones de seres humanos. Para que nos
hagamos una idea de la magnitud de la tragedia que se está viviendo en Europa, son más millones de desplazados que los desplazados de Francia durante toda la Segunda Guerra Mundial. El estallido de este conflicto ha agravado rápidamente el problema
de la inflación en Occidente debido a la enorme importancia que Rusia y también Ucrania tienen en el suministro mundial de gas y petróleo, pero también de cereales y granos. Solamente doy un dato para que los ciudadanos sepan exactamente cuál es la
envergadura del desafío que tenemos por delante: antes del conflicto, Rusia era el mayor exportador de petróleo del mundo y el tercer productor de petróleo del mundo por detrás de Estados Unidos y Arabia Saudí. Para que nos hagamos una idea de
cuál es el impacto que está teniendo toda esta guerra y las sanciones sobre nuestra economía europea, el gas natural ruso representó en el año 2021 el 45 % del total de las importaciones de gas y casi el 40 % de la demanda de la Unión Europea. Solo
un país, Rusia: el 45 % de importaciones y el 40 % de la demanda del conjunto de la Unión Europea. Y en cuanto a los mercados agrícolas, Rusia y Ucrania han llegado a proveer conjuntamente -quédense con estas cifras- una tercera parte del trigo
del mundo, un 20 % del maíz y un 80 % del aceite de girasol. En algo más de cuatro meses, repito, en cuatro meses, como consecuencia de todas estas perturbaciones, el precio del petróleo se ha incrementado en un 13 % en los mercados
internacionales, el del gas en un 100 %, el del trigo y el del maíz en casi un 45 % y el del arroz en un 24 %. Y debido al doble impacto de la energía y los alimentos, la inflación española ha pasado del 6 % al 10 % y la europea al 9 %.


¿Qué quiero decir con todo esto, señorías? Que, como ven, la inflación no es un mal endémico exclusivo de nuestro país, sino un problema que está afectando a todo el planeta y, de hecho, los datos indican que la inflación ha aumentado
bruscamente en el 75 % de las economías desarrolladas. Para que se hagan una idea (muestra un gráfico), España -aparece en rojo- es uno de los países con alta inflación -también el resto-, pero muy lejos de la inflación que están teniendo otros
países de economías europeas. Señorías, la guerra tiene tanta responsabilidad en esta espiral de precios que un análisis detallado de los componentes de la cesta de la compra, tanto de España como de Europa, nos indica que solo la energía y los
alimentos básicos explican el grueso de la inflación de estos últimos meses. Mientras que en España ese porcentaje es de un 62 % -la media europea es del 55 %- en Italia es de un 58 %, en Holanda y Alemania de un 50 % y en Francia de un 46 %. Se
podrá preguntar por qué en España es de



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un 62 % mientras que la media europea es de un 55 %. Nuestro país es especialmente sensible a la subida de los precios de la energía, entre otras cuestiones porque comparativamente los hogares españoles gastan una mayor proporción de
nuestra renta en productos energéticos y lo mismo ocurre con nuestras empresas, que son más intensivas que otras europeas en el uso de energía. Esta es la principal razón por la que, ante este escenario de encarecimiento energético, la inflación en
nuestro país es algo superior a la de nuestros vecinos europeos.


Me gustaría también trasladar a los ciudadanos que decir que la inflación es un fenómeno internacional causado por la pandemia y por la guerra no es echar balones fuera, sino hacer un diagnóstico honesto y realista de la enfermedad que
estamos padeciendo en Europa. Y es esencial que todos lo sepamos, pero no para eximir a nadie de ninguna responsabilidad. El Gobierno está dispuesto a asumir toda su responsabilidad y a aplicar las mejores soluciones al problema de la inflación,
pero no estamos dispuestos a aplicar soluciones falsas, engañosas y, menos aún, injustas. (Aplausos).


En la crisis financiera de la pasada década, los españoles padecimos precariedad, incertidumbre y desesperanza por la codicia de unos pocos y por la ceguera de una supuesta ortodoxia económica que, por desgracia, vuelve a asomar en los
cenáculos conservadores que exigen sacrificios para todos menos para la minoría que ellos representan. Lo que me gustaría trasladar a nuestros conciudadanos es que hoy sufrimos por otros motivos. Sufrimos porque vivimos las secuelas de un
confinamiento con el que salvamos millones de vidas pero que, evidentemente, tienen sus repercusiones económicas y porque vivimos las consecuencias de la guerra de Putin y de las sanciones que la comunidad internacional aplica a Rusia por haber
violado la legalidad internacional.


Una pregunta legítima que pueden hacerse nuestros ciudadanos es por qué España toma partido en este conflicto si estamos asumiendo este coste en forma de un encarecimiento del precio de la vida. Hay quienes piensan que España no debería
tomar partido en ese conflicto, como hubo quienes pensaban que no debíamos haber antepuesto la salud de la ciudadanía a la economía durante los peores meses de la pandemia. Quienes piensan de ese modo olvidan tres cuestiones fundamentales que me
gustaría compartir con todos nuestros ciudadanos.


En primer lugar, olvidan que no participar en el esfuerzo bélico no nos libraría de las consecuencias económicas de la guerra, al contrario, nos aislaría del resto de países con los que compartimos valores, principios e intereses y, en
consecuencia, nos obligaría a capearlas en solitario. Porque, pensémoslo, si no accedemos a la petición de los polacos, rumanos, estonios, alemanes y letones -por citar algunos ejemplos de países amenazados como consecuencia de la invasión de Putin
en Ucrania- cuando nos piden solidaridad para que les ayudemos en la disuasión al agresor, ¿qué legitimidad tendríamos para pedir solidaridad cuando la necesitemos? (Aplausos). La presidenta de la Comisión Europea dijo en España hace un año que
nuestro país fue el corazón de Europa por la ejemplar repatriación de afganos y afganas que huían de los talibanes. Entonces, respondí a la presidenta de la Comisión Europea que España es europeísta no por interés, sino por convicción. Por tanto,
señorías, me gustaría trasladar a los ciudadanos que defender a Europa es la mejor estrategia para defender a España.


En segundo lugar, no olvidemos que España es un país pacifista. Nuestra historia y nuestra forma de convivir son pacíficas y salimos a la calle contra cualquier violación de la legalidad internacional, se llame Irak o se llame Ucrania. El
orden internacional ya no responde -me lo han escuchado decir en alguna otra ocasión- a la lógica de la división entre comunistas y capitalistas como en la Guerra Fría, sino al choque entre quienes respetan y quienes violan la legalidad
internacional y los derechos humanos. Y uno de los principios fundamentales que se está viendo violado por Putin en Ucrania es uno de los pilares más importantes del orden internacional basado en reglas después de la Segunda Guerra Mundial: el
respeto a la integridad territorial y la soberanía nacional y, por tanto, al derecho a decidir libremente y sin coacciones el futuro de cada sociedad. Señorías, la paz no viene sola, hay que alcanzarla y no podemos permitir que nos la arrebaten.


En tercer lugar, también me gustaría compartir con sus señorías que no hemos de olvidar que no puede haber equidistancia entre el agresor y el agredido. España siempre va a contribuir a la resolución pacífica de los conflictos por la vía
diplomática, siempre lo ha hecho y también durante esta guerra, pero, mientras tanto, España y Europa tienen un deber moral para con el pueblo ucraniano. Si todos toleramos lo que le han hecho hoy a Ucrania, cada uno de nosotros y cada una de
nosotras estaremos siempre al albur de que nos pueda ocurrir lo mismo. Además, quiero recordar a los españoles que si hay una población en el mundo y en Europa que sin duda alguna tiene mucho que decir, que pensar y que recordar en esta guerra en
Ucrania es la española. Quiero decir a todos los españoles que ahora mismo hay europeos



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-militares, pero también civiles, mujeres y hombres como nosotros- combatiendo y muriendo en las calles de Ucrania. Aunque nuestros medios de comunicación ya apenas dediquen portadas a la guerra o incluso nosotros en nuestras conversaciones
familiares y en nuestras conversaciones en el bar y en las oficinas ya no hablemos de ella como hablábamos al principio, la guerra continúa. Y lo que los ucranianos están haciendo es luchar por su nación, pero también por nosotros; están luchando
por el destino del pueblo ucraniano, pero también por el destino de Europa y lo están haciendo para defender su soberanía y sus derechos, pero también nuestra soberanía y nuestros derechos, nuestra seguridad y nuestra democracia. Precisamente por
ello, las demás naciones europeas tenemos un deber moral que cumplir. Además, esto es algo que los españoles, si miramos hacia atrás en nuestra historia democrática y en nuestra memoria, mejor que nadie deberíamos comprenderlo. Hace casi noventa
años, la decisión de los países aliados de no intervenir en España condenó a nuestro país a cuatro décadas de retraso, de ostracismo y de dictadura fascista. El destino nos brinda hoy la posibilidad de no cometer en Ucrania ese error que otros
cometieron con España. Nos brinda la oportunidad de estar en el lado correcto de la historia, y es ahí donde estamos y donde estaremos. (Aplausos).


Nuestro país ha donado ya más de 50 millones de vacunas contra la COVID-19 -somos de los países que más vacunas hemos donado del conjunto de la comunidad internacional- porque somos un país solidario y porque sabemos que la batalla contra la
pandemia se gana o se pierde a nivel global. Ocurre lo mismo con el atropello que Putin está cometiendo en Ucrania. Debemos ser solidarios, ayudar al agredido y condenar y aislar al agresor. Los ucranianos están en el frente usando rifles y
granadas para detener el atropello invasor y nosotros desde aquí, desde España, como también nuestros hermanos desde otras partes de Europa, debemos respaldar su sacrificio, aunque de una forma diferente, con el apoyo logístico que prestamos al
pueblo ucraniano y, sin duda alguna, también imponiendo fuertes sanciones económicas a Putin, unas sanciones que están dañando seriamente ya a la economía rusa y que son, a día de hoy, la principal herramienta que tenemos para poner fin a la guerra
sin contribuir a una escalada bélica. El precio que tenemos que pagar por formar parte de esta comunidad internacional y, sobre todo, de esta Europa que defiende sus valores y su democracia y el precio que tenemos que pagar por formar parte de esta
defensa contra el autoritarismo es la incertidumbre económica que viven nuestros conciudadanos y la inflación. El frente de guerra en Ucrania es la barrera que sostiene la libertad, los derechos humanos y el progreso. ¿Cómo no vamos a defendernos?


La pregunta que se pueden hacer los españoles -y que estoy dispuesto a responder- es qué va a pasar en los próximos meses. La única verdad es que nadie tiene una respuesta segura porque, señorías, hay muchas incógnitas. La principal es que
todo va a depender de lo que dure esta guerra y, por eso, esperamos que pronto la diplomacia sustituya a las bombas. También, va a depender de la evolución de economías muy importantes en la economía global, como es la china, rehén de su estrategia
frente a la COVID-19, como también de la buena marcha o la mala marcha de la economía estadounidense o de la economía europea y, sobre todo, de la economía alemana. Dependerá también, señorías, de si Putin decide cortar o no el suministro del gas
hacia Europa y dependerá de lo eficaces que sean las medidas que se adopten a nivel global, a nivel europeo y a nivel nacional, para evitar que el aumento de los precios desemboque en una espiral inflacionista.


No podemos descartar nada, y mucho menos que Putin decida cortar el gas a Europa como otra arma de guerra. Europa, en consecuencia, puede sufrir restricciones de energía, y esto, evidentemente, va a tener un impacto sobre la economía
española y europea. Y la pregunta que nuestros ciudadanos se pueden hacer es cómo puede verse afectada España en este caso. La buena noticia es que España es menos dependiente del gas ruso que otros. Gracias a nuestra apuesta decidida por la
independencia energética, sobre todo por las energías renovables y por la diversificación de nuestras fuentes de suministro de gas, nuestro país está mucho mejor preparado que otros, pero eso no significa que no nos vaya a afectar esta situación,
porque puede hacerlo al menos de dos formas distintas. Por un lado, la desaceleración de economías como la norteamericana y como la alemana, unida al mantenimiento de las sanciones que estamos imponiendo a Putin hasta que termine la guerra, harán
que la economía española crezca en los próximos meses menos de lo esperado. Pero, a día de hoy, también hay que reconocer que España está creando empleo más que nunca, empleo de calidad, los sectores estratégicos de nuestro país están funcionando
ya casi a pleno rendimiento y los fondos europeos están teniendo ya un impacto real muy positivo sobre nuestra economía. Como pueden ver, no ando con rodeos. Quiero hablar claro a la gente y no voy a disimular los riesgos ni tampoco voy a adornar
la situación tan compleja que están atravesando Europa y España, pero



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tampoco voy a entregarme a un catastrofismo sin base. Invito a los españoles a desconfiar de quienes ofrecen falsos remedios a enfermedades reales. (Aplausos).


Por otro lado, la guerra nos va a obligar a impulsar aún más la independencia energética. Tendremos que reforzar la apuesta firme por las renovables y por el autoconsumo y deberemos mejorar la eficiencia y el ahorro energético. Habrá que
hacerlo porque, aunque nuestro país, España, tenga un suministro diversificado menos dependiente de Rusia, nuestros hermanos europeos, no; y si Putin corta el grifo del gas, deberemos responder unidos también a esta agresión. No somos europeos
porque recibamos fondos de Europa. Somos europeos porque compartimos valores con Europa y queremos compartir nuestro futuro con Europa. Somos europeos a las duras y a las maduras.


Esta crisis nos vuelve a brindar la oportunidad de demostrar como españoles a Europa que no solo estamos aquí para ser ayudados, como lo fuimos durante la pandemia; también queremos y podemos ayudar cuando Europa necesita a España, porque
España es ahora un país fundamental de la Unión. Por eso estamos pidiendo, por ejemplo, desbloquear las interconexiones energéticas con el resto de Europa para ayudar a paliar las consecuencias de la gran dependencia que tiene Europa de las
importaciones rusas. Es la oportunidad de mostrar al mundo que los españoles somos europeístas no por interés, sino por convicción, porque creemos que la solidaridad entre países es la mejor manera de progresar y de evitar que se repitan los
errores y los horrores del pasado. Por eso, quiero ser claro: deberemos adoptar medidas de ahorro energético y quiero ser también más preciso aún: habrá que impulsar medidas como incrementar el teletrabajo, fomentar el transporte público, bajar
un poco la temperatura de nuestra calefacción o subirla en el aire acondicionado. Nada que atente contra nuestro modo de vida, pero sí acciones que nos permitan defender nuestros valores y nuestro modo de vida cuando se ve atacado. Podemos hacerlo
y lo vamos a hacer. (Aplausos). Esto en lo que se refiere a las consecuencias de la guerra en el suministro energético.


En lo que respecta a la inflación, me gustaría decirles a nuestros conciudadanos que la situación se resolverá de un día para otro, que existe una solución instantánea y mágica, pero no es cierto. Nadie puede acabar con este problema de la
noche a la mañana, ningún presidente, ningún Gobierno, desde luego, ninguna oposición. Hagamos caso a los médicos especialistas para tratar esta enfermedad, como hicimos también para atajar la pandemia de la COVID. No crean a quienes afirman que
puede resolverse de un plumazo la escala inflacionista que afecta a nuestra economía, como a la mayoría de las economías europeas y mundiales. ¿No hay nada que hacer, entonces?, se pueden preguntar los ciudadanos. Sí, claro que sí; hay que hacer
muchas cosas y vamos a ir a por todas desde el Gobierno de España. Hay que empezar por conocer nuestras fortalezas para apoyarnos en ellas; por ejemplo, la pujanza de nuestra economía, cuyo exponente más visible, más realista para nuestros
conciudadanos, es la creación de empleo. La fortaleza de las inversiones, la competitividad de nuestras exportaciones, el tirón de un sector -el turismo- que se vio fuertemente amenazado como consecuencia de la COVID. Hay otros factores, junto a
estos, que pueden ayudar, como la paulatina recuperación que estamos viendo ya de las cadenas de suministro que arrancan en Asia, la respuesta que está dando el Banco Central Europeo, y también importantes medidas europeas y nacionales que hemos
puesto en marcha gracias al liderazgo conjunto de Portugal y España, como es el tope del gas, que ayudarán a enfriar los precios. De hecho, señorías, los principales organismos internacionales se expresan con la cautela del científico y, de media,
calculan -repito, de media- que España terminará el año con una inflación del entorno del 6,5 %. Aunque, insisto, hay que tomar estas proyecciones con mucha cautela. Como he dicho antes, todo va a depender de cómo evolucione la guerra.


Señorías, nadie puede predecir con seguridad el futuro, pero eso no significa que tengamos que limitarnos a esperar a que llegue ese futuro. Ni lo hemos hecho antes con la pandemia ni lo vamos a hacer ahora con la inflación. Actuamos con
contundencia cuando dispusimos de evidencias científicas frente a la COVID e impulsamos la vacunación con todas las fuerzas. Más de un 90 % de nuestros conciudadanos están ya vacunados con la pauta completa. Ahora, toca hacer lo mismo frente a la
inflación, y mi compromiso es rotundo: iremos a por todas para defender el interés de la mayoría social. Me voy a dejar la piel para defender a la clase media y trabajadora de nuestro país. (Fuertes aplausos).


Soy el presidente de un país acostumbrado a luchar contra la adversidad y que sabe cuál es el secreto del éxito: la unidad, la resistencia y la esperanza. En concreto, hay seis ejes de actuación que estamos resueltos a impulsar. El
primero, vamos a continuar apoyando a Ucrania en su lucha por la libertad. Abogamos por la vía diplomática, pero, mientras llega, vamos a seguir ayudando a Ucrania y vamos a seguir castigando a Putin para que este conflicto acabe cuanto antes, para
que Ucrania recupere su soberanía y su integridad territorial y para que Europa viva segura.



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En segundo lugar, vamos a ir a por todas para proteger a nuestros ciudadanos, a nuestras empresas y a nuestra industria. Fíjense en este gráfico: desde que empezaron a subir los precios, en septiembre del año pasado, España ha movilizado
cerca de 30 000 millones de euros, es decir, un 2,3 % de nuestro producto interior bruto. Somos, junto con Grecia y Lituania, el país que más recursos ha destinado desde hace un año a esta parte a luchar contra la inflación y sus efectos sobre la
clase media trabajadora de nuestro país y los colectivos más vulnerables. Hemos logrado, además, avances históricos en Bruselas, como la reciente excepción ibérica para limitar el precio del gas, algo que estimamos va a reducir la factura de la luz
que pagan aquellos hogares que están en el mercado regulado entre un 15 y un 20 % a lo largo de este año. Pero lo que es más importante: esta medida va a ser una barrera protectora durante todo un año ante potenciales subidas adicionales del
precio del gas derivadas de los cortes hipotéticos y más que previsibles que Putin pueda infligir a la economía europea. Y hemos conseguido algo muy importante y que me han escuchado decir cada vez que he tenido ocasión de comparecer ante ustedes,
y es que la Comisión Europea va a presentar este otoño una profunda reforma del mercado eléctrico, y esto va a tener unos efectos muy positivos en los hogares y también en las empresas españolas, como también, por extensión, en las empresas y los
hogares europeos.


En definitiva, estamos liderando el cambio energético en Europa y lo estamos haciendo de la mano de otros gobiernos europeos de distintos signo. Y vamos a hacer más. Estamos haciendo más. El real decreto ley que se someterá en los
próximos días a su deliberación y también a su convalidación articula un potente paquete de ayudas para proteger a la clase media trabajadora y a los colectivos más vulnerables de nuestro país. Las medidas las conocen, estimamos que van a permitir
contener la inflación en 3,5 puntos, es decir, no sería hoy del 10 %, sino casi de un 14 o 15 % si no existieran estas medidas, y las conocen ustedes. Vamos a prolongar hasta el 31 de diciembre la bonificación al carburante; vamos a extender la
limitación de la subida del alquiler; vamos a descontar el IVA energético del 21 % al 5 % en el resto de los impuestos a la electricidad, que supone una rebaja total del 80 % de los impuestos del recibo; la ayuda de los 200 euros; reforzar el
ingreso mínimo vital; elevar las pensiones no contributivas; prorrogar las ayudas a los sectores económicos más afectados por la situación, como es el transporte, el sector agrario, el sector pesquero, las industrias gasintensivas. Y vamos a ir
más allá. Iremos a por todas, como les he dicho antes, ya estamos fomentando el transporte público con medidas sin precedentes en nuestro país. Como saben, el real decreto ley de convalidación incluye un descuento del 50 % en los abonos de viaje
de los trenes de cercanías y rodalies de titularidad del Estado; la Renfe, para entendernos. Pues bien, hoy les anuncio que vamos a dar un paso más allá. Les anuncio que el Gobierno bonifica el 100 % de todos los abonos de varios viajes para los
trenes del servicio público de cercanías, rodalies y media distancia operados por Renfe. (Aplausos). Vamos a pasar del 50 % al 100 % de bonificación de todos los abonos de varios viajes para los trenes del servicio de cercanías, rodalies y media
distancia operados por Renfe. Los abonos para varios viajes serán gratuitos desde el 1 de septiembre al 31 de diciembre de este año. (Un señor diputado: ¡Ah, bueno!). Y, como saben, también estamos bonificando el 30 % de los abonos de transporte
urbano y metropolitano, y esperamos que las comunidades autónomas puedan complementar este enorme esfuerzo que está haciendo la Administración General del Estado hasta el descuento de un 50 o un 60 %.


También vamos a hacer más en materia de vivienda. Hemos traído a esta Cámara la primera ley de vivienda de nuestra democracia. Estamos limitando la subida de los alquileres, como saben ustedes, y hoy les anuncio que desbloquearemos de
inmediato la Operación Campamento para la construcción de hasta 12 000 viviendas en la ciudad de Madrid, un 60 % de las cuales serán viviendas públicas. (Aplausos).


En tercer lugar, vamos a asegurarnos de que las consecuencias de la guerra se repartan de forma justa, de forma equitativa, que no recaigan sobre todo y de nuevo -como pasó durante la crisis financiera- en los más vulnerables, por eso hemos
aprobado este plan de respuesta. Este Gobierno no va a tolerar que haya empresas o individuos que se aprovechen de la crisis para amasar mayor riqueza a expensas de la mayoría, porque las dificultades de la mayoría no pueden ser las alegrías de una
minoría. Y, por eso, vamos a poner en marcha, como quiero expresarles a continuación, un impuesto sobre los beneficios extraordinarios de las grandes empresas energéticas, que recaudará 2000 millones de euros al año durante los próximos dos años.
(Fuertes aplausos). Un impuesto excepcional a las grandes empresas energéticas que estará en vigor en el año 2023 y el año 2024, que afectará a los beneficios extraordinarios obtenidos en el año 2022 y el año 2023 por los grupos dominantes en el
sector eléctrico, gasista y petrolero.



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Del mismo modo, les anuncio, señorías, que el Gobierno aprobará un impuesto excepcional y temporal a las grandes entidades financieras que ya se están empezando a beneficiar de las subidas de tipos de interés. (Aplausos). Este impuesto a
las grandes entidades financieras tendrá una duración de dos años y se estima que podremos recaudar en torno a 1500 millones de euros al año. Se habla a menudo de los beneficios caídos del cielo, pero en realidad no son tales; los sobrebeneficios
no caen del cielo, salen del bolsillo de los consumidores que pagan los recibos. Y este Gobierno no va a permitir que el sufrimiento de muchos sea el beneficio de unos cuantos. (Aplausos).


En cuarto lugar, vamos a continuar alentando a los agentes sociales para que logren alcanzar un pacto de dividendos y de rentas; un acuerdo entre los trabajadores y las empresas que permita contener la subida de los precios, hacer un
reparto justo de los costes y los beneficios de la actual crisis. Creo que el Gobierno, honestamente, está haciendo todo lo que está en su mano para paliar los efectos de la inflación, primero, con ese compromiso de revalorizar las pensiones
conforme al IPC; segundo, con el compromiso de continuar subiendo el salario mínimo interprofesional -tal y como nos pide la Carta Social Europea-, y tercero, gracias sobre todo al buen comportamiento de nuestra economía, la mayor recaudación se
está destinando a cubrir las necesidades sociales generadas por la guerra, a financiar las ayudas a hogares y a pymes. Fíjense, de enero a mayo de este año los ingresos tributarios del Estado han crecido 15 500 millones de euros respecto al mismo
período del año pasado, es prácticamente el mismo coste de los dos reales decretos leyes de medidas para paliar los efectos de la guerra de aquí al 31 de diciembre de este presente año. (Aplausos). Por eso, pedimos a las grandes empresas que hagan
lo mismo, pedimos a las grandes empresas que cualquier beneficio suplementario derivado de esta situación revierta en los trabajadores y en los consumidores que están soportando el azote de la inflación. Pedimos a las grandes empresas que cualquier
beneficio indirecto de esta situación no engorde ni las cuentas de beneficios ni tampoco los sueldos de sus altos directivos. Fíjense, las empresas incorporan, afortunadamente, cada vez más a su gestión criterios de sostenibilidad; hacen gala de
su compromiso, que se denomina ESG -siglas que responden en inglés a las palabras de medio ambiente, compromiso social y gobernanza-. Pues bien, este es el momento de probar el compromiso social de las grandes empresas, es el momento de demostrar
que trabajan para crear valor para sus accionistas y también para crear valor a su sociedad. Así lo hicieron muchas durante la pandemia y ahora de nuevo la sociedad, la mayoría social, necesita el compromiso social de las grandes empresas.


Este Gobierno no hará como hicieron los gobiernos del Partido Popular en anteriores crisis, en la crisis financiera, ser débil con los fuertes y fuertes con los débiles. (Aplausos). No elegimos gobernar, señorías, no elegimos gobernar en
situaciones críticas, como las que generó primero la pandemia y ahora la guerra. Pero, en medio de las peores turbulencias, tenemos clara cuál es la ruta y las prioridades. Gobernaremos para sacar adelante a nuestro país guiándonos por el interés
general y gobernaremos para la mayoría social de España. Y cuando sea preciso elegir, estaremos del lado de quienes más necesitan el auxilio de los poderes públicos, aunque al hacerlo, evidentemente, incomodemos a los más poderosos. Este es mi
empeño, quiero ser claro. Vamos a ir a por todas, porque no hay nada más poderoso que el esfuerzo colectivo de una nación. Que absolutamente nadie olvide esta premisa. (Aplausos).


Este Gobierno ha defendido siempre y defenderá siempre a la gente de a pie. Vamos a poner la economía y el Estado al servicio de la mayoría social, como ya lo hicimos durante la pandemia, con la puesta en marcha del ingreso mínimo vital,
los ERTE, las transferencias a los autónomos, los miles de millones de euros en ayudas a las pequeñas y medianas empresas que salvaron una gran parte de nuestra economía, de nuestro tejido productivo en los peores momentos de la pandemia. Porque,
además, no es solamente una cuestión de justicia social -que también-, es que la política que se está realizando sobre la base de la equidad, la igualdad y la justicia social es la política económica más eficaz. Hemos demostrado que la salida de la
crisis con solidaridad y con justicia social es más rápida, además de más justa. Solamente quiero compartir con nuestros conciudadanos tres datos contundentes que certifican esto que estoy diciendo.


Miren, en el año 2012 la caída de 3 puntos del producto interior bruto destruyó 519 000 puestos de trabajo; es decir, un 3 % del total de empleos. En 2020, con una caída no de 3 puntos del producto interior bruto, sino de 10 puntos del
producto interior bruto, el empleo solo se redujo en 1,6 %. El segundo dato que me gustaría compartir con todos ustedes para reforzar este argumento de que la política económica basada en la solidaridad y la justicia social no solamente es más
equitativa, sino también más eficaz, es que en la anterior crisis financiera se tardaron más de diez años en recuperar los niveles de empleo previos a la crisis financiera. En esta ocasión lo hemos conseguido en tan solo quince meses. En dos años



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se han recuperado los niveles de desigualdad previos a la pandemia gracias a las medidas de protección social. En la crisis financiera se tardaron no dos años, sino once años. La respuesta progresista a la crisis no es solo más equitativa,
sino mucho más eficaz que el neoliberalismo por el que clama la derecha. (Aplausos).


En quinto lugar, al tiempo que damos una respuesta solidaria y justa al alza de los precios, vamos a seguir modernizando nuestro país, porque cada vez que hay una crisis España sufre más que las economías de nuestro entorno. Siempre se
repite el mismo patrón; se repite porque nuestro país tiene carencias estructurales severas -esto nos lo dicen todos los organismos internacionales y todos los organismos serios de nuestro país-, carencias en su modelo productivo, carencias en la
formación del capital humano, en el mercado laboral -que ya estamos empezando a corregir-; carencias que desde el inicio de mi Presidencia estamos abordando con el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, con el Proyecto España 2050, con
las más de ciento cincuenta leyes y decretos que hemos aprobado desde enero de 2020, y con muchas más que vamos a aprobar en el año y medio que nos resta de legislatura. De hecho, les quiero anunciar que este mes de julio vamos a continuar
reforzando el Sistema Nacional de Salud. Saben ustedes que vamos a proceder a la estabilización de más de 67 000 profesionales sanitarios de todo el Sistema Nacional de Salud, pero también les anuncio que vamos a crear el Centro Estatal de Salud
Pública para mejorar la gestión de las emergencias sanitarias. (Aplausos). No vamos a olvidar las lecciones de la pandemia, vamos a reforzar la salud pública en nuestro país. (Fuertes aplausos).


Vamos a reforzar también nuestra autonomía alimentaria y, por ello, les anuncio que vamos a presentar una nueva y mejorada PAC para impulsar el campo español. Les anuncio que vamos a continuar avanzando en esa independencia energética con
la que está comprometida el Gobierno de España con las siguientes medidas: en primer lugar, estamos destinando cerca de 1000 millones de euros nuevos para que la gente pueda adquirir placas solares, bombas de calor y vehículos eléctricos. En
segundo lugar, vamos a impulsar el ahorro y la eficiencia energética en la Administración pública a través del plan recientemente aprobado por el Gobierno, dotado con 1000 millones de euros. Vamos a aprobar un nuevo plan dotado con 200 millones de
euros para el despliegue de autoconsumo en edificios públicos, como pueden ser, por ejemplo, los centros de salud, los colegios, las instalaciones deportivas. Se van a premiar, precisamente, aquellas instalaciones que compartan una parte de su
energía con viviendas, con comercios de su entorno, lo que se llama el autoconsumo colectivo. Y también estamos realizando una inversión sin precedentes para garantizar que Canarias y Baleares sean territorios plenamente descarbonizados. Estamos
destinando 700 millones de euros del Plan de Recuperación de Europa para el programa Islas 100 % renovables; 100 % renovables, no nuclear y no centrales térmicas. (Aplausos).


Señorías, como saben, la educación pública, la Formación Profesional y la Universidad son pilares fundamentales de nuestro país, y, desde luego, lo son de este Gobierno. Por ello, quiero anunciarles que vamos a dar un impulso nuevo -creo
que muy ilusionante- al sistema educativo de nuestros hijos en las escuelas con la incorporación del aprendizaje de un nuevo idioma. Se habla mucho de aprender nuevos idiomas, pero se nos olvida el más importante de todos: el idioma del presente y
del futuro, que es la programación y la robótica. Les anuncio que aprobaremos el Programa Código Escuela 4.0, para que los casi 6 millones de alumnos y alumnas de Educación Infantil, Primaria y ESO en España puedan desarrollar su competencia
digital de manera general y, en concreto, en pensamiento computacional, la programación y la robótica. (Aplausos).


España vuelve a atravesar una nueva ola de calor. Transmito la solidaridad y el compromiso del Gobierno de España con los afectados por los incendios que estamos viendo y de los que estamos siendo testigos, de nuevo, en la península ibérica
durante estos últimos días. Estas temperaturas extremas y los fenómenos meteorológicos adversos son propios de la emergencia climática que vive el planeta, y la península ibérica, evidentemente, no es ajena a ellos. Por tanto, lo que vamos a hacer
es redoblar nuestros compromisos con más recursos para prevenir y luchar contra los incendios. En ese sentido, les anuncio que aprobaremos un nuevo marco regulador estatal básico del personal de prevención y extinción de incendios, en colaboración
con todas las administraciones públicas implicadas, que nos permita ser más eficaces en la lucha contra los incendios. (Aplausos).


No quiero olvidarme de dos territorios muy queridos de nuestro país, como son Ceuta y Melilla, a los que vamos a destinar recursos y aprobaremos dos planes estratégicos para el desarrollo económico y social de estas dos importantes ciudades
autónomas de nuestro país. Porque el reto, señorías, no es salir de la crisis por el mismo lugar por el que entramos, sino avanzar y no retroceder. El verdadero desafío es



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salir mejor de lo que entramos en esta crisis -como hicimos también con la COVID-, con una economía y con un Estado del bienestar más prósperos, más sostenibles y más resistentes que antes. Debemos afrontar el reto inmediato, pensando
también en el largo plazo. En ese sentido, debemos entender que la digitalización, que la transición ecológica, que el reforzamiento del espacio de defensa europeo y atlántico no son medidas contrarias a la prosperidad económica o al bienestar de
nuestros compatriotas; al contrario, son esenciales para garantizarlos ahora y en el futuro. Por eso, hacemos de la transición ecológica no solo un frente para adaptarnos y mitigar las consecuencias del cambio climático sobre nuestro país y para
evitar una catástrofe medioambiental que hundiría la calidad de vida de nuestros hijos, de las generaciones que están por venir. Lo hacemos también porque es la mayor oportunidad que ha tenido España en décadas para reindustrializarse, para generar
nuevos puestos de trabajo en territorios que hasta ahora no tenían esas oportunidades, para garantizar la soberanía energética que está poniendo Putin en cuestión y en riesgo en toda Europa, y para hacer de nuestro país, por primera vez en su
historia, no un país importador de energía, sino un país exportador de energía verde. (Aplausos). Digitalizamos nuestro tejido productivo porque solo así lograremos las ganancias de productividad necesarias para seguir aumentando salarios, para
reducir las jornadas laborales y para crear empleo de calidad. Ambas transiciones, la transición energética y también la transformación digital, necesitan de la investigación, del desarrollo y de la innovación. La Universidad debe ser el corazón
de la modernización de nuestro país y, por ello, ampliamos la política de becas e impulsamos una rebaja de las tasas universitarias.


Señorías, a lo largo de estos últimos días hemos visto todos cómo se ha debatido mucho y muy ampliamente sobre el diseño de las políticas de becas en distintas administraciones, y quiero ser claro y firme en esta cuestión: el Gobierno de
España apuesta por las becas para activar el ascensor social y no para perpetuar desigualdades. (Aplausos). Gracias al compromiso del Ejecutivo, España cuenta hoy con la mayor partida de su historia en becas: 2134 millones de euros, que van a
llegar a más de un millón de estudiantes de nuestro país. Pero también -como he dicho- aquí vamos a ir a por todas, por eso les anuncio que todos los estudiantes mayores de 16 años que hoy disfrutan de una beca recibirán una nueva beca
complementaria de 100 euros mensuales. Esta beca la recibirán, de septiembre a diciembre, cerca de un millón de estudiantes en toda España, porque queremos garantizar la igualdad de oportunidades. Para ello, queremos ayudar a las familias para que
ningún joven se vea obligado a abandonar sus estudios por necesidad. (Fuertes aplausos). Nadie tiene que dejar sus estudios por problemas económicos en nuestro país.


Señorías, la educación, la sanidad, la transición ecológica, la digitalización son pilares de un gobierno que defiende, día a día, la justicia social, la igualdad de oportunidades y el progreso, y nuestro compromiso es irrenunciable: vamos
a convertirlos en la base de la España que nos merecemos.


Señorías, aumentamos nuestra inversión en defensa para crear industria en todos y cada uno de los territorios de nuestro país, empleo en todos y cada uno de los territorios de nuestro país, al tiempo que nos aseguramos que nunca, jamás, una
autocracia se atreva a interferir en las libertades, la democracia y el bienestar material de los españoles y de los europeos. Para afrontar estos ambiciosos retos vamos a seguir impulsando el plan de recuperación, otro ejemplo del que nos debemos
sentir orgullosos como país. Mañana, precisamente, se va a cumplir un año desde que el Consejo Europeo aprobó definitivamente nuestro plan, y ya podemos hacer un primer balance, que pienso sinceramente que es muy positivo.


Durante la pandemia, en una situación muy compleja, muy difícil, fuimos capaces de elaborar un plan que todas las instituciones europeas, tanto el Consejo como la Comisión, reconocen como uno de los más ambiciosos en reformas y también en
inversiones de los presentados por el resto de Estados miembros. Hemos creado un verdadero plan de país en el que no solamente está involucrado el Gobierno de España, lo están los gobiernos autonómicos y los ayuntamientos, que gestionan -no lo
olvidemos- más del 50 % de estos fondos, y también, lógicamente, los agentes sociales, empresarios y sindicatos. Y debemos estar orgullosos porque somos, con diferencia, de largo, el Estado de la Unión Europea más avanzado en la ejecución de los
fondos europeos, como recientemente se volvía a poner de manifiesto con la aprobación por parte de la Comisión Europea del segundo desembolso de 12 000 millones de euros, que llegarán a España durante este verano. Se trata de que los fondos -me lo
han escuchado decir muchas veces y yo también se lo he escuchado a sus señorías- lleguen al 95 % de nuestro tejido empresarial, que es sobre todo el de las pequeñas y medianas empresas de nuestro país.


Permítanme simplemente dar dos ejemplos de qué impacto tan positivo están teniendo ya en las pequeñas y medianas empresas la gestión y ejecución de estos fondos europeos. En primer lugar, una de las prioridades que, saben ustedes, fijamos
en el plan de recuperación es la digitalización de todas las



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empresas españolas, y para ello el Gobierno de España puso en marcha lo que se llama el programa del Kit Digital. Pues bien, este dato creo que es muy ilustrativo del esfuerzo que estamos haciendo en conjunto las empresas y la
Administración General del Estado. Una de cada dos empresas de nuestro país de las que tienen entre diez y cuarenta y nueve empleados y empleadas ya ha solicitado las ayudas, y estoy seguro de que en los próximos meses vamos a superar esta cifra.
En segundo lugar, la convocatoria de proyectos para el Vehículo Eléctrico y Conectado, que se ha cerrado con la presentación de trece proyectos, va a movilizar una cantidad extraordinaria, 12 000 millones de euros entre inversión pública e inversión
privada. En estos proyectos las pequeñas y medianas empresas de nuestro país representan el 55,7 % de las entidades participantes, es decir, más de 180 pequeñas y medianas empresas, tal y como está ocurriendo con todos los proyectos estratégicos,
los que hemos denominado PERTE, que deben incluir a las grandes empresas, lógicamente, pero también a las pequeñas y medianas empresas de todos los territorios de nuestro país.


Estamos poniendo en marcha por fin una verdadera política industrial -no la hubo con el Gobierno conservador- con el objetivo de recuperar nuestra autonomía estratégica y para no perder el tren de las industrias del futuro y fortalecer los
sectores en los que ya somos líderes. Y lo vamos a hacer en estrecha colaboración con el sector privado; de hecho, ya lo estamos haciendo. Y con ese espíritu de colaboración hemos diseñado once proyectos estratégicos que ya hemos puesto en marcha
en ámbitos como el del coche eléctrico, que antes he comentado, pero también de las energías renovables y el hidrógeno verde, el sector aeroespacial, la agroindustria, la economía circular o la medicina de vanguardia, por citar algunos de estos
proyectos estratégicos. Y hay resultados que ya se van concretando y que son buenos para nuestro país, como es, por ejemplo, el anuncio de la construcción de dos gigafactorías de baterías, una en la Comunidad Valenciana, en Sagunto, y otra en
Extremadura, que van a crear miles de puestos de trabajo y van a asegurar un futuro brillante para nuestra industria del automóvil. (Aplausos). Otras inversiones importantes que muestran la confianza en la modernización de la economía española que
estamos emprendiendo todas las administraciones, también con el sector privado, es, por ejemplo, la inversión de farmacéuticas para montar el principal centro de fabricación de vacunas RNA en España o los anuncios de grandes empresas tecnológicas de
crear grandes hubs digitales en nuestro país. Otros frutos tardarán algo más en recogerse, pero van a llegar. Quiero destacar entre ellos los miles de proyectos ya lanzados, el proyecto para la producción de chips y de semiconductores en nuestro
país, un proyecto que está dotado con una inversión pública muy importante, 12 000 millones de euros, y que tiene por objeto que nuestro país se convierta en un lugar en el que se pueda diseñar, procesar y fabricar un elemento clave para el futuro
de nuestra economía. Pero, señorías, no nos conformamos, y por eso vamos a dar un paso más con la aprobación de leyes que van a impulsar aún más la modernización de nuestra economía. Como saben, vamos a aprobar en breve la ley de movilidad
sostenible, pero también les anuncio que aprobaremos una nueva ley de industria y una ley de mecenazgo. Estamos ya construyendo el futuro, mirando hacia adelante, no nos vamos a detener y, por tanto, tengo una mala noticia que darles a quienes
trabajan día a día por colocarnos palos en las ruedas, por negar evidencias y por celebrar el derrotismo. Pese a su intensa actividad, sepan que no vamos a parar y que les esperamos en el futuro. (Aplausos).


Debemos salir de esta crisis más fuertes de lo que entramos. Mucha gente me dice que este Gobierno de coalición progresista se ha enfrentado a pruebas muy duras -una pandemia, un volcán, fenómenos meteorológicos adversos propios de la
emergencia climática que vive el planeta y ahora una guerra en Europa-, y es cierto, pero quisiera que cada cual se preguntara en su fuero interno qué hubiera sido de este país si hubieran gobernado otros estas adversidades. (Rumores). Creo que es
una pregunta pertinente, señorías, porque tenemos la experiencia de la crisis financiera y tenemos la experiencia de la COVID. Cada cual puede preguntarse qué sucedería si estuvieran al frente del país quienes en otras crisis, como la financiera,
nunca apostaron por los ERTE y sí por el despido libre (aplausos); si estuvieran en el Gobierno quienes, en lugar de fortalecer el Estado del bienestar, lo debilitaron abriendo las puertas a su privatización; si estuvieran en el Ejecutivo quienes
en medio de la crisis financiera fomentaron la desigualdad y cargaron todos los sacrificios sobre los más débiles y los más indefensos; si hubieran estado al frente del Gobierno quienes en medio de las penurias de las mayorías consintieron extremos
insólitos de corrupción y de inmoralidad entre los gestores de las carteras económicas y laborales (aplausos), quienes consintieron comportamientos ilícitos entre los máximos responsables políticos de las Fuerzas Armadas y de la seguridad del
Estado. Esto, señorías, no son historias del pasado -lo estamos volviendo a ver en los medios de comunicación a lo largo de estos últimos días y horas-, son enseñanzas del pasado reciente que ilustran las disyuntivas del presente.



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En sexto lugar, vamos a defender la democracia y las conquistas civiles y sociales. La reciente revocación del derecho de las mujeres estadounidenses a decidir libremente cuándo ser madres y cuándo no, nos alerta de la amplitud y la
profundidad del movimiento reaccionario que recorre el mundo. La sentencia del Tribunal Supremo de Estados Unidos es producto de una mayoría conservadora y demuestra cuánto esfuerzo y tiempo cuestan las conquistas sociales y civiles, y cómo en un
suspiro se puede perder lo conseguido y retroceder un siglo. España, señorías, no es inmune a esta amenaza, muchas de las conquistas en derechos y libertades -la ley de eutanasia, la ley de interrupción voluntaria del embarazo, por citar solamente
dos- están recurridas en el Tribunal Constitucional por quienes siempre han votado en contra de estos avances. ¿Por qué no retiran estos recursos? ¿Por qué bloquean la renovación del Tribunal Constitucional y del Consejo General del Poder
Judicial? ¿A qué intereses obedecen? Desde luego, no a la mayoría social de España, que aplaude todos estos avances en derechos y libertades. Flaco favor hacen a la Constitución y al correcto funcionamiento de nuestra democracia. Su bloqueo no
tiene ninguna justificación. No aceptan el veredicto de las urnas, esta es la verdadera explicación, y lo que tratan es de revocar conquistas civiles y sociales sin que los ciudadanos lo hayan decidido con su voto mayoritario. (Aplausos). Nuestra
respuesta, serena pero firme, será continuar con nuestra agenda de avances en derechos y libertades. Empezamos garantizando la universalidad del sistema de salud pública, aprobamos la ley Rhodes contra el abuso de menores, la ley del sí es sí para
garantizar la libertad sexual, la ley de eutanasia, la nueva Estrategia de Salud Mental, la ley -llamada también Zerolo- de igualdad de trato y no discriminación, y espero, señorías, que este Parlamento apruebe en breve la primera ley de vivienda de
nuestra democracia, la reforma de la ley de interrupción voluntaria del embarazo y la ley que garantiza los derechos de las personas LGTBI. (Aplausos). También me gustaría y pido a esta Cámara que apoye la ley de memoria democrática, que nos
permita reconocer a todas las víctimas, condenar el golpe de 1936 y la posterior dictadura, y reivindicar nuestro mejor patrimonio, la Transición, la Ley de Amnistía y la Constitución española. (Aplausos).


Pero también en materia democrática y de derechos civiles tenemos que ir más allá, porque queremos que España avance. Les anuncio que próximamente aprobaremos, para luchar contra la corrupción, una ley de protección del informante que
denuncie esos casos de corrupción, una ley integral contra la trata y la explotación de seres humanos, la ley contra la discriminación racial, la nueva ley de secretos oficiales y una ley para regular la actividad de los lobbies. En definitiva,
señorías, nos aguarda todo un camino de avances en derechos, que pido a sus señorías que continúe con la definitiva abolición de la prostitución en nuestro país. (Aplausos). Porque España avanza siempre, señorías, cuando hay gobiernos de progreso;
nadie puede mencionar ni un solo ejemplo de un avance en derechos y libertades que haya venido de la mano de un Gobierno de la derecha -en cuarenta años; han tenido tiempo-; al contrario, cuando gobiernan lo que hacemos es retroceder o poner
espadas de Damocles con esos recursos en el Tribunal Constitucional a la ley de interrupción voluntaria del embarazo o la ley de eutanasia, y cuando están en la oposición se bloquea el funcionamiento democrático, como está ocurriendo con la
renovación de los órganos constitucionales.


En resumen, señorías, solidaridad con Ucrania, protección de nuestros compatriotas contra la inflación, reparto justo de la guerra y avance en la agenda de transformaciones económicas y sociales que necesita y demanda nuestro país.


Pero para que estos esfuerzos funcionen necesitaremos algo más. Necesitaremos, en primer lugar, propuestas de todos y de todas, propuestas que me comprometo a estudiar y a integrar con la sola condición de que sean realistas y factibles.
Durante la pandemia, y ahora con la guerra, el Gobierno ha trabajado para lograr la mayor unidad posible. Hace pocos meses propuse a la oposición alcanzar once consensos básicos para el correcto funcionamiento de nuestra democracia, entre ellos
cumplir con las obligaciones que la Constitución nos mandata, reformar el artículo 49 de la carta magna, acordar una política de seguridad y de defensa común, no hablar mal de España fuera (aplausos), consensuar una política energética verde o
aprobar conjuntamente medidas para paliar las consecuencias económicas y sociales de la guerra, y el caso es que aún no he recibido respuesta. Por eso, vuelvo a tender mi mano a la derecha democrática -repito, a la derecha democrática- para
alcanzar acuerdos acerca de la respuesta colectiva a los efectos de la guerra y para superar cuanto antes esta anomalía que mantiene en una situación irregular a nuestras principales instituciones constitucionales. Necesitaremos diálogo y sobre
todo el tesón de nuestros ciudadanos y ciudadanas; a todos ellos les quiero trasladar la convicción de que vamos a superar esta situación, al igual que hemos superado otras previamente. Ni este Gobierno ni Gobierno alguno en la tierra puede lograr
que se reduzca de un plumazo esta elevada inflación. Nadie



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puede por sí solo, pero lo que sí puedo hacer es asegurar a nuestros conciudadanos que haremos todo y más para contener la inflación, para paliar sus efectos sobre los más vulnerables y para intentar doblegarla, tanto a nivel nacional como
europeo e internacional. Y mientras conseguimos contener los precios, haremos también todo para que prosiga la senda de crecimiento y de creación de empleo en nuestro país.


Señorías, hace poco más de dos años me dirigí a nuestros ciudadanos desde el Palacio de la Moncloa para anunciar el inicio de un confinamiento sin precedentes en nuestra historia. En aquellos días y en los meses que les siguieron la COVID
avanzaba como una avalancha imparable que amenazaba con llevarse por delante a todo el país, pero no lo hizo. Hoy, las hospitalizaciones están controladas, aunque hayan aumentado, lógicamente, como consecuencia de la ola de contagios que ahora
estamos sufriendo, pero nuestras calles están llenas de vida y las mascarillas apenas cubren ya nuestras sonrisas. Se habla mucho de la vacunación y de la ciencia en la respuesta frente a la COVID, y es cierto. España es un ejemplo mundial de
vacunación y de solidaridad en la donación de vacunas. Sin embargo, para poder superar con razonable éxito una crisis sanitaria tan grave como la que sufrimos con la COVID, se precisaron dos elementos fundamentales que caracterizaron la respuesta
de España frente a esta pandemia: en primer lugar, la confianza para enfrentar grandes desafíos, y, en segundo lugar, nuestro apego a la justicia social. Si los españoles han respondido como pocas naciones en Europa o en el mundo a la vacunación
es por la confianza que tienen en sus instituciones, en especial en nuestro sistema de salud y en nuestros profesionales sanitarios; a ellos y ellas nuestra gratitud eterna. (Aplausos). Y junto a la confianza, la justicia social, porque, a
diferencia de lo que ha ocurrido en otros países, si en España ha habido paz social durante la pandemia es por tener un Estado del bienestar que ha garantizado el acceso universal y gratuito a la vacuna frente a la COVID y porque ha habido un
reparto más equilibrado de las consecuencias económicas y sociales de la pandemia. Y con esa misma confianza en nosotros mismos como país y con ese mismo ánimo de justicia social a la hora de responder a cualquier crisis que suframos, podemos hacer
frente a la inflación. Suele decirse que en épocas de incertidumbre crece la desconfianza ciudadana en la política, y escuchando algunos de los debates que hemos tenido a lo largo de esta legislatura motivos no les faltan para desconfiar, porque a
lo largo de estos dos años y medio si ha sobrado algo han sido insultos y ruido; una crispación que si hace algo es socavar la convivencia y alimentar a los reaccionarios que nunca creyeron en la democracia. Con todo, quisiera recordar a los
ciudadanos que, a pesar de las merecidas críticas, este mismo Congreso de los Diputados ha aprobado medidas que han salvado vidas, empresas y empleos; que en este, su Parlamento nacional, se han sacado adelante conquistas sociales y civiles que han
hecho de nuestro país un país mejor; que con nuestros aciertos y con nuestros errores sus representantes públicos han -hemos- tratado de apoyar el inmenso esfuerzo que han hecho nuestros compatriotas para superar todas las adversidades. Y si se ha
hecho es porque sus representantes públicos no viven de espaldas a la realidad, sino que conocen -conocemos- sus problemas porque tenemos familiares, amigos o conocidos que padecen sus mismos sufrimientos y sus mismas angustias. (Aplausos).


Quisiera recordar a los españoles que, pese al ruido y los altos decibelios de los debates parlamentarios, en esta misma Cámara se aprobaron estados de alarma que salvaron cientos de miles de vidas durante lo peor de la pandemia; que se
convalidaron reales decretos leyes para poner en marcha los créditos ICO, los ERTE, las ayudas directas a los autónomos, la política de protección social y el apoyo a nuestro sistema sanitario, reales decretos leyes que protegieron y salvaron vidas,
empleos y empresas; que se han sacado adelante leyes que han reducido la precariedad laboral, que han protegido sus pensiones, que han hecho posible un final digno de la vida, que han promovido la educación y la formación profesional de nuestros
jóvenes, que han impulsado la igualdad entre hombres y mujeres; leyes útiles para hacer frente al cambio climático, para proteger a nuestra infancia, para impulsar la cultura, para amparar a los más vulnerables con la creación del ingreso mínimo
vital, para reforzar nuestros servicios públicos y dar estabilidad a sus profesionales. Podría continuar y continuar enumerando avances aprobados conjuntamente entre el Ejecutivo y el Legislativo durante estos difíciles y complejos años, avances
que si han traído algo a nuestro país ha sido dignidad, haciendo de España un país mejor y más preparado frente a las adversidades. (Aplausos).


Quisiera en este punto agradecer también a los representantes de la sociedad civil que nos acompañan, a los agentes sociales, a los colectivos, a las ONG y a las organizaciones sectoriales su voluntad para llegar a acuerdos, para pactar,
porque sobre esa voluntad se han cimentado muchas medidas del Gobierno y muchas leyes importantes, como la ley de pensiones o la ley laboral, y algo semejante debe decirse de nuestro Estado autonómico y local. A nadie puede quedarle duda después de
la pandemia de que la



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cogobernanza es un instrumento inmejorable para dar respuestas eficaces y equitativas a los problemas de la ciudadanía. El título VIII de nuestra Constitución funciona, y gracias a él vamos a poder trabajar de manera más eficaz y equitativa
contra la despoblación de algunas zonas de nuestro país, devolviendo servicios básicos al mundo rural, descentralizando algunos organismos de nueva creación, como el Centro Nacional de Investigación y Almacenamiento de Energía, en Cáceres, o el
Centro de Procesamiento de Datos de la Seguridad Social, en Soria.


Lo he dicho antes, el título VIII de nuestra Constitución funciona, y con tesón y con diálogo vamos a continuar trabajando por el reencuentro entre catalanes y por reducir la brecha emocional que separa a aquellos catalanes que se quieren
separar de España del resto de sus hermanos españoles. No hay tarea más noble en política que trabajar por la convivencia.


Quisiera, en fin, decir a nuestros ciudadanos que la democracia funciona. Que pese a sus imperfecciones, a sus interminables y a veces -muchas veces, por desgracia- broncos debates, la democracia es el instrumento más formidable de progreso
y cohesión de nuestras sociedades. Y en este punto quisiera agradecer a los grupos parlamentarios que apoyaron todos los avances que hemos logrado en estos años tan difíciles. (Aplausos).


Señorías, en solo veinte meses -veintiséis meses para ser más exacto- España ha recuperado el crecimiento económico y ha superado los niveles de empleo que tenía antes de que estallara la pandemia, y ha logrado corregir íntegramente la
desigualdad en ingresos salariales que esta provocó. El futuro es incierto, es verdad. Atravesamos un área de turbulencias es evidente. Debemos conocer los riesgos, afrontarlos con tesón y con esperanza, no con miedo. Las mismas calles que
vivimos desiertas en la pandemia rebosan hoy la alegría y la vitalidad que merecen y necesitan nuestros compatriotas.


Fíjense, cada vez que la sociedad se enfrenta a una dificultad o a una crisis aparecen siempre los mismos: los traficantes del miedo, los profetas de la catástrofe, que sostienen que todo está mal, que el país se hunde; no analizan los
problemas, sino que los distorsionan para extender el miedo y así mercadear con sus falsas soluciones. Un gran presidente estadounidense, un gran reformista social, lo advirtió hace casi un siglo. Dijo textualmente lo siguiente: Solo debemos
tener miedo al miedo. Los profetas del desastre solo buscan sacar tajada del miedo social. Así que atendamos a la razón y a los hechos, porque hoy en España hay más gente con empleo que en ningún momento de nuestra historia, y gracias a la reforma
laboral España ha batido su récord de contratos indefinidos, casi ocho de cada diez asalariados. También tenemos un salario mínimo un 40 % más alto del que tenían nuestros trabajadores hace diez años. El turismo, la producción industrial o la
venta de viviendas, todos son sectores que muestran tendencias positivas. Y en paralelo, a España están llegando ya los casi 80 000 millones de euros que hemos logrado de los fondos europeos, los fondos Next Generation, un dinero que nos está
permitiendo modernizar nuestras industrias, mejorar la formación de nuestro capital humano y crear a su vez nuevos empleos. Tenemos un grave problema de inflación, sin duda alguna, como el resto de Europa y el resto del mundo, y esto no es un
consuelo, es una realidad a tener en cuenta para corregir el problema. Pero los fundamentos de España son sólidos. Tenemos instituciones que funcionan, tenemos un tejido empresarial que funciona, tenemos profesionales que hacen su trabajo,
contamos con una ciudadanía instruida, consciente de sus derechos y comprometida con sus obligaciones. Por eso, les pido a nuestros conciudadanos que no permitan que les roben la confianza. No duden de la capacidad de España para sobreponerse a
esta prueba, porque somos un país resistente, combativo, que se crece ante la adversidad y que saca lo mejor de sí mismo en las peores circunstancias. Cuando ha tenido que elegir, España siempre ha elegido avanzar y, a pesar de las discordias y de
las dudas, los españoles y las españolas siempre encontramos la forma de superar las crisis y de mejorar en ellas. Así hemos construido nuestra historia y así vamos a construir nuestro futuro.


Nuestra democracia, nuestra economía y nuestro Estado del bienestar son mucho más fuertes que cualquier obstáculo que se oponga y, sin duda alguna, nuestro proyecto europeo es mucho más fuerte que la autocracia de Putin. Tenemos el
privilegio de vivir en uno de los países más desarrollados y preparados del mundo. En mi opinión, y pese a las carencias, tenemos la inmensa fortuna y el privilegio de vivir en el mejor país del mundo. Podemos superar esta prueba, como hicimos
frente a la COVID, y vamos a superarla. Hemos de ser capaces de confiar en nuestras fuerzas. Hemos de sacudirnos el temor al miedo y, si lo hacemos, estoy seguro de que avanzaremos. Y cuando todo esto haya pasado, que pasará, España y Europa
saldrán fortalecidas de esta prueba.


Gracias. (Prolongados aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Socialista, del Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en



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Común y de los miembros del Gobierno, puestos en pie.-Aplausos del señor presidente del Gobierno dirigidos a su grupo parlamentario).


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor presidente.


Se suspende la sesión hasta las 16 horas.


Muchas gracias.


Era la una y veinticinco minutos de la tarde.


Se reanuda la sesión a las cuatro de la tarde.


La señora PRESIDENTA: Muy buenas tardes, señorías.


Se reanuda la sesión. Ocupen sus escaños, por favor.


Señoras y señores, les recuerdo que las personas que ocupan la tribuna de invitados no pueden hacer ninguna manifestación ni de aprobación, ni de desaprobación, ni de ninguna otra conducta, de acuerdo con el Reglamento de la Cámara.
(Rumores).


Reanudamos la sesión con la intervención de los representantes de los grupos parlamentarios. (Rumores). Les pido silencio, por favor.


En primer lugar y en nombre del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, tiene la palabra la señora Gamarra Ruiz-Clavijo. (Aplausos).


La señora GAMARRA RUIZ-CLAVIJO: Presidenta, señorías, un 12 de julio, como hoy, a las cuatro de la tarde, como ahora, aparecía el cuerpo de Miguel Ángel Blanco aún con un hilo de vida. (Aplausos). Su pulso se apagaba, pero el de la nación
española latió más fuerte que nunca. Todos los demócratas españoles mantuvimos la tenue esperanza de que ETA no hubiera culminado su amenaza y de que su vida pudiera salvarse. No fue así, pero eso lo supimos la madrugada del día 13.


En su recuerdo quiero comenzar mi intervención guardando en mi tiempo un minuto de silencio. (Las señoras y los señores diputados y los miembros del Gobierno guardan un minuto de silencio, puestos en pie.-Aplausos).


El nombre de Miguel Ángel Blanco lo dio Muñoa, concejal en Eibar de la entonces Herri Batasuna. Sí. Ya estaban en las instituciones: Herri Batasuna, hoy Sortu, integrada en EH Bildu, cuyos miembros ni condenan ni colaboran para esclarecer
los 379 asesinatos terroristas sin resolver.


Miguel Ángel Blanco fue asesinado por ser concejal del Partido Popular, como antes y después lo fueron tantos otros políticos del Partido Popular, del Partido Socialista y de UPN, en esa estrategia del terror que la denominaron socializar el
sufrimiento.


Hoy sabemos, porque la justicia y el Estado de derecho siguen actuando, que Kantauri, Mikel Antza, Anboto e Iñaki de Rentería, como jefes del comando político, habían dado la orden directa y expresa. En concreto, ordenaron poner toda la
fuerza posible en levantar a un concejal del Partido Popular. Pero ETA fue derrotada por la Policía, la Guardia Civil y la sociedad española. ETA empezó a morir el día de la rebelión cívica de la nación española por el asesinato de un joven que
había nacido en mayo del 68.


Esta es la historia de nuestra democracia. Ese fue el verdadero inicio del fin de la banda terrorista ETA. Esa es la verdadera memoria colectiva que los demócratas debemos honrar y a la que nunca debemos renunciar (aplausos), porque
memoria democrática es recordar que en España hubo quienes mataron y extorsionaron a miembros de las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado, a mujeres, a niños, a políticos, a empresarios, a trabajadores de todo tipo, e incluso, señora Aizpurua,
a algunos que antes habían sido de los suyos, como Yoyes.


Porque memoria democrática es recordar que hubo quien resistió, que hubo quien tuvo que empezar una nueva vida lejos de su tierra, que hubo quien no pagó un impuesto revolucionario. Hubo quien no dejó de escribir y de expresar sus ideas,
profesores que no dejaron de dar la cara, como el recientemente fallecido Fernando García de Cortázar. Hubo quien siguió buscando a Ortega Lara hasta que consiguió liberarlo. Hubo quien cuando asesinaron a su compañero de partido dio un paso al
frente sabiendo que lo iban a asesinar, como Manuel Zamarreño, y lo asesinaron, o quién protegió en Orio a unos jóvenes del Partido Popular, a pesar de no ser de su partido, y quizás eso fue lo que le costó la vida.


Porque memoria democrática es recordar que Miguel Ángel Blanco no reposa en la tierra que le vio nacer, porque los que no le dejaron vivir tampoco le dejaron descansar. (Aplausos). Y siguen sin dejarnos vivir en paz, como demuestra la
condenable -no por Bildu- agresión en Pamplona del pasado jueves a concejales y policías.



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Desde estas Cortes, sede de la soberanía nacional, nosotros, el Partido Popular, reafirmamos nuestro compromiso de seguir defendiendo la necesidad de memoria, de reparación y de justicia. (Aplausos). Por eso, ese mismo espíritu de rebelión
cívica que alimentó a los españoles hace 25 años es el que hoy nos sitúa enfrente de su Gobierno, señor Sánchez, desde que solo para resistir escogió el camino de los pactos indignos. Nos sitúa enfrente de su Gobierno cuando convierte a Bildu en
notario de la Transición y de su mano arroja un manto de ignominia sobre los gobiernos de Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo-Sotelo y Felipe González. (Aplausos). Ninguno de los tres, ninguno, ni el resto de los protagonistas de la Transición se
merecen lo que usted ha pactado con Bildu: poner en jaque el relato de la Transición ejemplar, según palabras de la propia portavoz de Bildu. Por eso, trasladamos a los españoles que la derogaremos y que recuperaremos el espíritu de la Transición
(aplausos), porque si hubo alguien que hizo todo lo posible por intentar que la Transición y la democracia descarrilaran fue ETA, y con ellos no se les entrega la memoria.


Señor Sánchez, escuche la voz de escritores, como la de Andrés Trapiello, que le dicen claramente: sabemos que de todas las facultades la de la memoria es la menos democrática. Recuerdan los individuos, cada uno lo suyo, no los pueblos, no
los territorios, no algunas élites políticas o académicas, y menos aún por razones sectarias.


El Partido Popular está a favor del reconocimiento de las víctimas, de todas las víctimas, pero intentar reescribir la historia de España de la mano de Bildu es una de las mayores inmoralidades inimaginables y algo para lo que usted no tenía
mandato de los españoles, porque se presentó a las elecciones afirmando directamente lo contrario. ¿O no se acuerda ya que dijo que no pactaría con Bildu y que estaba dispuesto a repetirlo hasta veinte veces? ¿Lo recuerda, señor Sánchez? ¿Lo
diría hoy, aunque solo fuera una vez más aquí? (Aplausos). Una mentira presente que quiere llevar, reescribiendo la historia, también al pasado. Usted y la mentira, síntesis de esta legislatura, balance de su gestión.


También afirmó que no indultaría a los condenados por el procés, y lo ha hecho. Afirmó que traería a Puigdemont. Y hoy la pregunta es: ¿impulsará reformas para modificar los delitos de sedición y rebelión? Se lo están pidiendo otros de
sus socios. ¿Va a ceder para seguir resistiendo? ¿Con qué nuevas cesiones nos va a sorprender el viernes, tras su reunión con Aragonès? Le recuerdo que le están pidiendo detener la vía judicial y la represión, que, según sus socios, está
recibiendo el movimiento independentista. Se lo traduzco: se llama independencia y amnistía.


El problema es que tampoco hoy podemos fiarnos de sus respuestas. Porque si hay un logro identificable en su Gobierno es precisamente la devaluación total de la palabra dada. Ha llegado el momento de devolver su valor al compromiso
político. Que los ciudadanos puedan volver a confiar y el Partido Popular está dispuesto a cumplir con la palabra dada. (Aplausos).


Señor presidente, es la primera vez que se celebra este debate desde que llegó al Gobierno en junio del 2018, lo que refleja todo lo anómalo que envuelve sus años de presidencia. Anómalo es que el debate esté emparedado entre cuatro
reformas legislativas. Anómala es una forma de gobernar con más de 120 reales decretos leyes y con más de 50 leyes bloqueadas en su tramitación. Anómalo es hacer oídos sordos a los informes del Consejo de Estado y verse desautorizado
reiteradamente por el Tribunal Constitucional. Anómalo es el deterioro al que ha sometido a las instituciones. Desde que usted gobierna, hemos visto cómo una ministra de Justicia ha pasado directamente a ocupar la Fiscalía General del Estado. ¿De
quién depende la Fiscalía? Pues eso, señor Sánchez. Desde que usted gobierna, hemos visto cómo hay un dirigente socialista al frente del CIS que, incluso, escribe libros sobre usted. Desde que usted gobierna, hemos visto cómo destituye a todo
aquel que le es incómodo: la directora del CNI, el general Pérez de los Cobos e incluso el intento hacia el presidente del INE antes de que se fuera. Este es usted. Señor Sánchez, aunque usted desea máximos poderes con mínimos controles, no
olvide que en la democracia parlamentaria es el Congreso quien controla al Gobierno y no olvide tampoco que pronto los ciudadanos le controlarán a usted.


Señor presidente, este debate sobre el estado de la nación tiene que ser el debate sobre el estado de los ciudadanos y somos una nación cuyos ciudadanos hoy soportamos una inflación de más de un 10 %. Y no somos culpables de ello ni es
nuestra responsabilidad, como nos ha dicho en el día de hoy. La inflación es el virus más cruel que puede afectar a la economía de las familias porque no vacía solo la cartera, también los saldos de la cuenta corriente. Es el impuesto mayor, el
más injusto y el más regresivo porque afecta más a quien menos tiene. Es el mayor recorte a los ahorros, ya que valen un 10 % menos. Una nómina de 1000 euros pasa a tener la capacidad de compra de una de 900 del año pasado. Los mileuristas han
dejado de serlo. En el día de hoy ha llegado a afirmar que la culpa de la inflación la tiene el consumo, cuando usted debiera saber que el consumo ha caído en el último año. La



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inflación no solo es responsabilidad del señor Putin, también de usted, señor Sánchez. De sus políticas o, mejor dicho, de la falta de ellas. Se lo demostraré.


El año pasado, mucho antes de la invasión de Ucrania, la inflación ya estaba en el 6,5 %, mientras que en la eurozona estaba en el 5 % y en Portugal en el 2,7 %. Entonces, ustedes se empeñaban en decir que era transitoria y, en lugar de
tomar medidas, hacían declaraciones. En febrero estábamos ya en el 7,6 %, y no había comenzado la guerra. Pues no ha sido transitoria, y sus errores de previsión y su falta de capacidad la estamos pagando todos los españoles. ¿Por qué si España
depende menos del gas ruso que Alemania nuestra inflación es dos puntos superior? ¿Por qué Portugal tiene una inflación menor que España, un 9 %? ¿Por qué la de Francia es casi la mitad? Sin contar con que usted encontró un país donde la
inflación española era inferior a la de la zona euro. El factor diferencial es usted y su caótico Gobierno. Están más ocupados en resolver sus diferencias internas que en resolver los problemas de los españoles, y este es el gran problema.
(Aplausos). Por eso el problema es usted y esto solo lo tenemos en España. No se necesitan excusas, se necesitan medidas y reformas, y hoy hemos podido ver que usted no tiene ninguna, poco más de algún parche.


Señor Sánchez, mientras, sus arcas están cada vez más llenas como consecuencia de la inflación, 15 500 millones de euros de recaudación más este año. (Rumores). Esto sí que son los beneficios que les caen a ustedes del cielo de la
inflación. Y, mientras, las despensas de las familias están cada vez más vacías. Además, son el Gobierno de la OCDE que más ha subido la presión fiscal cuando otros países bajan los impuestos. Mientras su Ejecutivo se desborda en 22 ministerios,
apretados en el banco azul, de más de 800 asesores que no caben ni en los despachos de la Moncloa, los españoles tienen que prescindir de lo más básico. ¿Para qué? Para pagarle a usted su macrogobierno. ¿Hasta cuándo tiene intención de que su
Ejecutivo sea una losa para los españoles? ¿No va a plantear ni una sola medida de reducción del gasto improductivo, comenzando por su macrogobierno? En la España del 2022, llenar el coche de gasolina, encender el aire acondicionado o la
calefacción en invierno o pagar los gastos de la vivienda se han convertido para cientos de miles de familias en un artículo de lujo. Con esto, ¿no se les cae la cara de vergüenza de pedir a los españoles que ahorren en aire acondicionado en plena
ola de calor mientras pagan el Gobierno más grande y más caro de la historia? (Aplausos). Hay familias que tienen que elegir entre comer o arreglar la lavadora. Que no pueden afrontar el cambio de cualquier imprevisto, como unas ruedas del coche
que están gastadas. Esa es la realidad que refleja un dato, el de que casi el 30 % de los españoles están en riesgo de pobreza y el 44 % de los hogares con una madre sola, según la encuesta de condiciones de vida del INE.


Ante esta realidad contrastada y su acreditada incapacidad, hoy también demostrada, ¿por qué no se deja ayudar? El presidente de mi partido le ha pedido que solicite en Europa que se elimine de forma transitoria el impuesto de
hidrocarburos. ¿Por qué no lo hace? Los españoles están pagando más de 2 euros el litro, y usted ha recaudado solo en un año 676 millones de euros más a través de este impuesto, un 15 % más. Son máximos históricos con subidas de 30 céntimos que
han absorbido la ayuda de 20 céntimos. Es decir, hacen falta otras medidas. El presidente de mi partido le ha propuesto rebajar el IVA de la electricidad y del gas al 5 %. ¿Por qué no lo hace también para el gas? Han recaudado ya 5500 millones
de euros más solo a través del IVA. Hay margen, señor Sánchez. El presidente de mi partido le ha pedido que ajuste la tarifa del IRPF para que la inflación no penalice dos veces a los españoles. ¿Por qué no lo hace? Si la clase media y las
rentas bajas son un 10 % más pobres no pueden mantenerles los impuestos como si no pasara nada. (Aplausos).


Señor Sánchez, la gente que está angustiada, que le da la espalda, que pide otro Gobierno, no vive en áticos de lujo ni fuma puros habanos. Son los que tendrán que esperar hasta diciembre para poder cobrar los 200 euros que aprobó hace
apenas quince días. Los que todavía no han cobrado el bono del alquiler de 250 euros que usted anunció el pasado octubre. O todos aquellos que siguen esperando a que les llegue el ingreso mínimo vital desde hace ya más de dos años.


Es verdad, señor Sánchez, que son gente poderosa, muy poderosa. Porque no hay nada más poderoso que el voto de un ciudadano. (Aplausos). Son personas poderosas que no entienden que en vez de un Gobierno tengamos y paguemos tres. Que no
entienden que una buena medida se retrase porque la propuso el Partido Popular y, mientras, hayan pagado de su bolsillo 200 millones de euros. Que no toleran que se califiquen de formidables los datos del paro cuando somos el país con más desempleo
de toda Europa. Esas personas tan poderosas son millones de españoles con nombres y apellidos. No hay casa ni bar en cualquier rincón de España donde no estén hablando justamente de esto, de por qué usted no acepta la mano tendida del Partido
Popular. (Aplausos). Son la clase media y las rentas bajas que no



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pueden pagar la misma cesta de la compra de hace unos meses: la docena de huevos que costaba 1 euro hace un año les cuesta 1,58. El litro de leche ha pasado de 0,63 a 0,95. Que tiene que recortar los días de vacaciones y que no puede
afrontar un gasto imprevisto. Esa es la gente poderosa que le dio la espalda en Andalucía y que hoy no le debería dejar dormir, pero usted les ha quitado los sueños. Somos los españoles los que debemos 6000 euros más porque usted ha disparado la
deuda hasta casi 300 000 millones de euros. Somos más pobres que en 2019. Somos los españoles los que vamos a tener que pagar 780 euros más de media al año en la hipoteca por la subida de los tipos de interés. Son ese 30 % de jóvenes que no
encuentra un empleo o, si lo encuentra, está por debajo de la cualificación de su formación. El 40 % de los universitarios no cotiza como universitarios, porque España hoy es un país más desigual y los españoles tienen más riesgo de caer en la
pobreza que cuando usted llegó a la Moncloa.


Sus políticas sociales han fracasado, señor Sánchez, y la cruda realidad es que va a dejar España mucho peor que la encontró. Y el primer mandamiento para un buen gobernante es dejar las cosas mejor que como las encontró. (Aplausos).


Somos la cuarta economía del euro, pero también somos uno de los pocos países de la Unión Europea que aún no ha recuperado el nivel de crecimiento de antes de la pandemia. Nuestra caída fue la mayor de la OCDE y la recuperación es la más
débil, porque sus políticas no funcionan y nos ponen en el vagón de cola de la recuperación económica. Caímos un 10,8 %, la mayor caída de la zona euro y, tras fallar en todas sus previsiones de crecimiento en 2021 y 2022, todavía no hemos
recuperado el nivel de crecimiento prepandemia, y no lo haremos hasta el tercer trimestre del 2023. Sí, señor Sánchez, hasta el tercer trimestre del 2023, dos años más tarde que el resto de los países de nuestro entorno. ¿Y por qué? Porque, como
por ejemplo recoge Funcas, somos el país cuyo Gobierno menos ha ayudado de forma directa a su tejido productivo. Mientras usted habilitaba 7000 millones -1800 ni se han gastado-, Alemania habilitaba 50 000; Francia, 20 000; e Italia, 11 000,
ampliables a 25 000. ¿Ve lo que falla? Usted, su Gobierno y la falta de ayudas.


Usted en su manual de mal gobernante ante cada crisis ha hecho siempre lo mismo, lo hizo con la pandemia y lo ha vuelto a hacer con los efectos de la guerra de Ucrania. Lo primero, la negación de la realidad, negando la existencia, así no
busca salida al problema. Apenas tendrá efectos en España nos dijeron tanto con el COVID como con la invasión de Ucrania, exactamente las mismas palabras. Hoy nos ha hablado usted del diagnóstico y la evidencia científica. ¿Todavía no recuerda
que no ha aparecido el comité de expertos que le guiaba a usted? (Aplausos). ¿O es que era solo el doctor Simón?


El segundo criterio, la improvisación. Cuando el tsunami ya estaba encima improvisaba medidas que iban rectificando a golpe de espasmo propagandístico. Todavía se recuerda la centralización de compras al inicio de la lucha contra la
pandemia o cómo las medidas del último real decreto anunciadas hace apenas quince días, que aún no han sido convalidadas, ya no tienen efecto. Tarde y mal, este es el sello de su Gobierno y de su política.


La tercera de las cuestiones es la evasión de la responsabilidad. Usted nunca tiene ninguna. Primero, durante la pandemia, las responsables eran las comunidades autónomas. Hoy hemos descubierto que de la inflación y del coste de la
energía la responsabilidad la tienen única y exclusivamente los ciudadanos, usted ninguna.


El cuarto de los criterios, la manipulación, como ha sucedido con las estadísticas y los registros para ocultar el fracaso de sus políticas. Sucedió con las cifras de fallecidos por COVID y ahora con los datos del PIB que proporciona el
INE, cuya metodología, como no le gustan los resultados, la va a cambiar.


Y el quinto punto, la propaganda. Los españoles recuerdan perfectamente 'Salimos más fuertes', 'No vamos a dejar a nadie atrás' o 'Hemos vencido al virus', eslóganes tan falsos como su Gobierno. Hoy nos ha enseñado el último: Iremos a por
todas. Parece que este es el mantra que nos perseguirá las próximas semanas, pero detrás, señor Sánchez, la nada.


Las crisis les sobrepasan y lo peor es que nunca se han dejado ayudar. No lo hicieron en el pasado cuando les propusimos la ley de pandemias o una regulación de los estados de alarma y no se dejan ayudar ahora cuando les proponemos bajadas
de impuestos, contención del gasto improductivo -60 000 millones de euros, señor Sánchez, y ni una sola medida nos ha contado hoy-, reducción de la burocracia o una buena gestión de los fondos europeos.


Y lo mismo sucede con la sanidad. En lugar de atajar los problemas, como es el grave déficit de especialistas de medicina de familia y comunitaria, usted saca pecho única y exclusivamente por cumplir indicaciones de la Unión Europea. Hoy
en la mayor parte de España faltan médicos y este verano solo se cubrirá el 30 % del personal en vacaciones. (Rumores). Estos son los problemas y las preocupaciones de



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la España real a los que ustedes les dan la espalda. El médico, el centro de salud, el consultorio. (Aplausos). Señor Sánchez, hay alternativa y se la ofrecemos para que usted la pueda poner en marcha de manera inmediata. Le proponemos
reforzar el sistema de elección de las plazas MIR para que se puedan cubrir todas las ofertadas, le proponemos crear la especialidad de medicina de urgencias y emergencias, y también le proponemos ampliar el número de plazas de formación de medicina
de familia e impulsar nuevos instrumentos para poder cubrir esa necesidad. Porque, señor Sánchez, las cuentas de este año eran los mismos cuentos que los años anteriores. Los mismos cuentos que cuando presentó el cuadro macro, unas cuentas que hoy
son más ficticias que nunca, cuando la realidad es más dura que nunca. No han cumplido jamás sus previsiones. Desde el año 2018, han gastado mucho más de lo previsto y crecido mucho menos de lo anunciado. Tienen la mayoría de los fundamentos de
nuestra economía absolutamente desequilibrados.


Pueden ahora tratar de maquillar las estadísticas del INE como si fuese el CIS, pero, del mismo modo que Tezanos no pudo tapar la mayoría absoluta del Partido Popular en Andalucía, sus estadísticas no van a poder tapar las facturas que día a
día tienen que pagar los españoles ni que los contratos son cada día más precarios, aunque en los registros aparezcan como indefinidos. Tras desaparecer por imperativo legal los contratos de obra y servicio y encarecerse el resto de los temporales,
¿qué es lo que ha ocurrido? Pues, simple y llanamente, que se han incrementado un 700 % los fijos discontinuos. Señor Sánchez, ¿usted le diría a un antiguo trabajador con un contrato de obra y servicio, ahora fijo discontinuo, que su contrato es
indefinido si solo trabaja dos meses al año? Esto no es serio. (Aplausos). Y mientras, seguimos siendo el país de la Unión Europea con la mayor tasa de paro y la segunda mayor tasa de paro femenino y juvenil. Uno de cada cuatro parados en Europa
es español. Esto no es formidable.


Es la primera vez que en España se incrementa el empleo y, en cambio, también aumentan la pobreza y los españoles en riesgo de pobreza. ¿A qué cree que se debe, señor Sánchez? Por mucho maquillaje que le ponga, lo precario precario es y lo
temporal temporal es. Necesitamos empleo de verdad, porque, además, las pensiones no las garantiza el BOE, sino el empleo de calidad y bajar la inflación. Por cierto, señor Sánchez, ¿qué día va a presentar el presupuesto del año 2023? (Rumores).
Confiamos en que no haga como su predecesor, el señor Zapatero, que se fue sin presentarlos en el año 2012. Usted parece que se ha empeñado en superarlo absolutamente en todo.


Señores del Gobierno, uno de los grandes problemas que tenemos es que se están estrangulando nuestros sectores productivos como consecuencia de la energía. ¿Cómo va a funcionar el mercado energético en nuestro país si desde que gobiernan ha
habido más de 960 disposiciones normativas? Con el enorme problema de escasez de energía que tenemos, su Gobierno ataca al gas, a la nuclear, a la térmica, al carbón, al petróleo o a Argelia, que es nuestro principal proveedor, se revierte el
gaseoducto desde Marruecos y financiamos a los consumidores de Francia. ¿Cree usted que así vamos a pagar un precio asequible por la energía? Ayer supimos que en el primer semestre las importaciones de gas argelino se han desplomado un 41 % y que
las compras de gas ruso se han incrementado, convirtiendo a Rusia en nuestro segundo proveedor de gas, después de Estados Unidos. ¿Puede explicarnos cómo es posible que, mientras Europa está luchando por deshacerse de la dependencia energética de
Rusia, usted lo haya convertido en el segundo proveedor de gas de España? (Aplausos). ¿Es esto compatible con las sanciones a Rusia por la guerra de Ucrania de las que usted mismo nos ha hablado hoy? Y el problema no es mayor gracias a que
Estados Unidos nos vende gas del fracking, luego presumirá de compromiso climático.


Señor Sánchez, es urgente sustituir la intransigencia energética de este Gobierno por una política energética que facilite la transición hacia la descarbonización, pero cumpliendo el trilema energético, es decir, cumpliendo los compromisos
climáticos, seguridad del suministro y precios asequibles para la energía. Las cinco centrales nucleares y los siete reactores producen en nuestro país el 20 % de la electricidad, más barata que el resto y sin emisiones. ¿Por qué se empeña en
cerrarlas antes de lo necesario en esta nueva situación? La Comisión y el Parlamento Europeo van a impulsar el gas y la nuclear como energías verdes, súmese, tenemos ahí una oportunidad de bajar el recibo de la luz. Hoy pagamos una media de 303
euros megavatio/hora, en 2015 el precio medio fue de 50 euros megavatio/hora. Hoy pagamos seis veces más. Señor Sánchez, usted nos sale muy caro a los españoles. (Aplausos).


¿Va a escuchar las propuestas en materia de energía que le ha hecho el presidente de mi partido? ¿Va a hacer algo útil para que los españoles no veamos los precios aún más disparados, además, cuando llegue el otoño? La verdadera excepción
ibérica es que España tiene un Gobierno que por sectarismo no ha parado de tomar decisiones equivocadas, y el resultado es una energía más cara y menos segura que



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la de la mayoría de nuestros vecinos europeos. El colmo del disparate es que los españoles estemos subvencionando y, por tanto, financiando a los franceses, y que aquellas empresas con las que competimos estén financiadas por nosotros.
Esto es un auténtico disparate.


Señor Sánchez, estamos también ante el mayor problema de seguridad en Europa desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, ante una evidente tormenta económica de imprevisibles consecuencias, y lo hacemos con el Ejecutivo más desunido y
dividido. Ahí está nuestra debilidad como país, no se engañe, ahí está una de las claves. Se pelean por la construcción de fragatas, por enviar armas a Ucrania, por el presupuesto en defensa, por ser parte de la OTAN y organizar una cumbre
mientras se manifiestan contra ella. En cualquier caso, para plasmar el compromiso con la OTAN del 2 % del PIB en defensa para 2029 es necesario aprobar, y por tanto pactar, un compromiso de gasto plurianual, que no solo afectará a esta
legislatura, sino que afectará también a las siguientes. Por ello, le planteamos que lo traiga y que lo abordemos, pero con carácter plurianual. ¿Está dispuesto a ello? Esto es lo que haría un gobernante serio y responsable. Nosotros, sí
queremos blindar la seguridad de los españoles. Su Gobierno, señor Sánchez, ha provocado la mayor crisis en nuestra política de vecindad. ¿Con qué? Con el bandazo en la política hacia el Sáhara, que ha puesto en riesgo el suministro de gas y que
ha propiciado que Argelia retirara hace meses a su embajador. Y sobre todo esto, señor Sánchez, no le hemos escuchado ni una sola palabra, no ha hecho usted ni un minuto de autocrítica.


Señor Sánchez, el Gobierno Frankenstein no da más de sí, es un proyecto fallido y agotado. Su incapacidad les impide, incluso, gestionar con generosidad y con solidaridad lo que significan los fondos europeos. Hasta mayo se han ejecutado
única y exclusivamente 2048 millones de euros, es decir, el 7,2 % de lo presupuestado para este ejercicio. Sus ministros ni tan siquiera son capaces de decir cuánto han ejecutado ellos. Lo que sí que le podemos trasladar es que el impacto en el
PIB ha sido nulo. Por tanto, estamos ante otra oportunidad perdida, pero no la suya, sino la de la economía española, porque esto significa el futuro de un país y el futuro de las próximas generaciones. (Aplausos).


En lugar de aceptar nuestra propuesta de que sean liderados por una autoridad profesional e independiente, usted ha optado por la discrecionalidad del reparto a dedo. Pues, señor Sánchez, ni eso le va a salvar, eso será perjudicial para
España y, por tanto, para los españoles. El balance es que ni un solo de los proyectos está en funcionamiento; los fondos no llegan a familias y empresas; no se dialoga con autonomías ni con ayuntamientos ni con el resto de partidos de esta
Cámara; y hasta ahora, se ha limitado a rescatar proyectos de los cajones de los ministerios.


Y llegamos al penúltimo capítulo en su manual de resistencia. En lugar de corregirse tras el varapalo electoral, emprende una huida hacia delante, a través de la ocupación total de las instituciones. Ya lo hizo con la Fiscalía, con el CIS
y con Correos, donde puso al frente a su propio jefe de gabinete, y ahora lo hace con el CNI, el INE (rumores) e, incluso, con empresas estratégicas como Indra, a la que usted le ha causado unos perjuicios incalculables. Y, por supuesto, con la
justicia, a la que permanentemente erosionan, presionan y tratan de manipular con reformas y contrarreformas; la última, la del Consejo General del Poder Judicial, que nos ha hecho tramitar este mismo Pleno esta semana y que se niega a pactar.
Haga caso a lo que dice Europa, que es lo mismo que dice la Comisión de Venecia, nuestra Constitución y el sentido común. Para el Partido Popular la alternativa pasa por la regeneración de las instituciones, por generar más separación de poderes.
Este es un objetivo inaplazable para que España tenga una mejor democracia. (Rumores).


La señora PRESIDENTA: Silencio, por favor.


Señora Gamarra, tendría usted que ir terminando, por favor.


La señora GAMARRA RUIZ-CLAVIJO: Voy terminando, presidenta. (Rumores).


La señora PRESIDENTA: Silencio, por favor.


La señora GAMARRA RUIZ-CLAVIJO: Y eso hay que hacerlo desde la unidad de las fuerzas políticas centrales, por lo que sería esperable una rectificación por su parte. Es lo que demandan los españoles, pero como usted ha decidido no cambiar
de rumbo, serán los españoles los que cambien de Gobierno. Se lo han anunciado con Castilla y León, con Madrid y con Andalucía y, cuando usted les devuelva la voz, lo harán con toda España. Un nuevo Gobierno para recuperar la centralidad, la
moderación, la concordia, la unidad, la estabilidad y una agenda reformista; un Gobierno que devuelva las esperanzas y la confianza a los españoles; un Gobierno que fortalezca las bases de nuestra democracia desde la mirada compartida,



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tanto a lo que hemos hecho como a todo aquello que nos queda por hacer; un Gobierno que quiera convocar a la inmensa mayoría de los españoles para mirar juntos al futuro. Y eso, señor Sánchez, no es usted. Esto es lo que pueden esperar
los españoles de un Gobierno presidido por Alberto Núñez Feijóo, porque sí hay alternativa.


Muchas gracias. (Fuertes y prolongados aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, puestos en pie.-Varios señores diputados: ¡Bravo!).


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Gamarra.


Le agradezco que haya querido dedicar parte de su tiempo al reconocimiento y a la memoria de las víctimas del terrorismo y a todos los diputados y diputadas por su expresión en ese minuto de silencio, de la misma manera que también yo lo
agradecí el día 27 de junio, día que, unánimemente y por ley, esta Cámara decidió dedicarlo al reconocimiento y a la memoria de las víctimas. Pero me permito recordarle que la ordenación del Pleno y la ordenación de los debates y, por tanto, los
minutos de silencio se plantean en la Junta de Portavoces (rumores), y agradecería que, por lealtad al procedimiento y al funcionamiento habitual en esta Cámara, así continuara siendo. Muchísimas gracias. (Aplausos.-Rumores). Silencio, por favor.


Tiene la palabra el señor presidente del Gobierno. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Sánchez Pérez-Castejón): Muchas gracias, señora presidenta.


Gracias, señora Gamarra.


Me permitirá el señor Feijóo que me dirija a la portavoz, que me ciña, por tanto, al Reglamento, y no me dirija a usted. (Rumores.-Varios señores diputados: ¡Oooh!). Es el mínimo decoro, no entiendo muy bien el porqué de la protesta.


La señora Gamarra ha hecho un discurso muy propio del Partido Popular de hoy, que es el de ayer, el de anteayer, el de siempre. El Partido Popular no ha cambiado a lo largo de estos años y mucho menos ha cambiado, efectivamente, cuando
hablamos -como usted ha reivindicado- de la figura de Miguel Ángel Blanco. Nosotros también hacemos nuestra su figura, como hacemos nuestras las de todas las personas que por desgracia fueron asesinadas por la banda ETA o fueron víctimas de ella y
de todo tipo de terrorismo. (Aplausos). La señora Gamarra hacía una reflexión, una reivindicación de la memoria democrática y esta, efectivamente, tiene que recordar, como no puede ser de otra manera, a las víctimas del terrorismo, pero también,
mal que les pese a ustedes, a las víctimas de la dictadura franquista. (Aplausos).


Señoría, usted ha iniciado su intervención haciendo un reproche genérico -genérico la verdad es que ha sido todo- sobre la rendición de cuentas de este Gobierno, diciendo poco menos que no hemos rendido cuentas a lo largo de esta
legislatura, y quiero traerle simplemente algunos datos -algunos otros se los corregiré-, pero a lo largo de esta legislatura, como presidente del Gobierno, he comparecido en diecisiete ocasiones. Simplemente por comparar con la anterior
Administración, el señor Rajoy compareció durante dieciséis ocasiones y no diecisiete, como es mi caso. (Rumores).


La señora PRESIDENTA: Silencio, por favor.


El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Sánchez Pérez-Castejón): El Gobierno ha tenido que hacer frente a doscientas treinta comparecencias frente a las ciento treinta y una comparecencias del Gobierno anterior; en definitiva, señorías, creo que
hemos rendido y estamos rindiendo cuentas con todas aquellas iniciativas legislativas que estamos poniendo en marcha y todos los debates que hemos tenido. Aquí se ha hecho referencia por parte de la señora Gamarra -todos lo recordamos- a los
distintos debates sobre el estado de alarma para poder responder con eficacia a la crisis de la COVID-19.


La señora Gamarra también dice que no estamos haciendo una utilización correcta, a su juicio, de las instituciones públicas. Yo creo que el principal reproche que podríamos hacer a la señora Gamarra es que nosotros no hemos puesto al frente
del Tribunal Constitucional a un militante del Partido Popular, tampoco hemos puesto al frente de la Radiotelevisión Española a un militante del Partido Popular (rumores) y, señorías, no hemos bloqueado nunca la renovación del Consejo General del
Poder Judicial ni del Tribunal Constitucional (continúan los rumores). Al contrario, ustedes llevan tres años bloqueando importantes pilares para el funcionamiento correcto de nuestra democracia, y lo que le pediría, como he hecho en mi primera
intervención, señora Gamarra, es que ustedes desbloqueen la renovación de estas principales



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instituciones constitucionales, que cumplan con el mandato constitucional y por fin tengamos un Tribunal Constitucional y un Consejo General del Poder Judicial renovado y plenamente legitimado (aplausos). Si no, más allá de sus excusas
distintas y variopintas a lo largo de estos tres años, podremos pensar que ustedes tienen otros intereses que a lo mejor se asemejan y mucho a los del Partido Republicano en Estados Unidos. (Rumores). Porque ahora mismo hay recursos, sí, ustedes
han recurrido prácticamente todo: han recurrido la ley de eutanasia, han recurrido la ley de interrupción voluntaria del embarazo, han recurrido ustedes leyes muy importantes en nuestro país como la ley educativa y otras tantas. Por tanto, podemos
pensar, señorías, que ustedes, por la puerta de atrás, lo que quieren es revocar muchas de estas conquistas sociales y civiles (rumores) que han sido aprobadas por los representantes legítimos de los españoles y españolas en estas Cortes.
(Aplausos).


Por eso, apelo a la responsabilidad constitucional del Partido Popular y apelo, en definitiva, a que ustedes, de una vez por todas, saquen de esta injustificada parálisis y bloqueo al Consejo General del Poder Judicial y al Tribunal
Constitucional. Lo he dicho en mi primera intervención: tiendo la mano al Partido Popular para que podamos lograr este acuerdo, para que podamos cumplir con la Constitución y, en definitiva, también para que podamos extender esos acuerdos a unos
consensos básicos, que, por cierto, yo le propuse al señor Feijóo en mi reunión en Moncloa hace ya unos cuantos meses. Le propuse cosas tan sencillas y de sentido común como, por ejemplo, renovar el Consejo General del Poder Judicial y el Tribunal
Constitucional; reformar el artículo 49 de la Constitución para acabar con el término disminuido a la hora de referirse a las personas con distintas capacidades. Le propuse también que volvieran al pacto antitransfuguismo que ustedes rompieron
precisamente con el Gobierno en Murcia. Le propuse también, señoría, que pudiéramos llegar a un acuerdo sobre la política de seguridad y defensa. Le propuse también llegar a un acuerdo sobre la respuesta conjunta a las consecuencias económicas y
sociales de la guerra -usted poco o nada ha dicho en su intervención; luego me referiré más en detalle a ello-. Le propuse también, señorías, que no habláramos mal de España fuera, algo que, por desgracia, ustedes continúan haciendo. En
definitiva, creo que hemos puesto encima de la mesa propuestas que son de sentido común, razonables, que ayudarían en un contexto tan difícil como el que estamos viviendo para recomponer la unidad, recomponer de alguna manera muchos de los consensos
que, por desgracia, ustedes han roto cuando llegaron a la oposición. Por desgracia no tengo respuesta. No sé si el señor Feijóo en un momento dado podrá dar una respuesta definitiva a esto, pero me gustaría, señorías del Grupo Parlamentario
Popular, que pudiéramos llegar a algunos acuerdos que creo que son básicos y esenciales para la buena marcha de nuestra democracia en un momento en el que, efectivamente, los ciudadanos lo que quieren es que los representantes políticos sumemos, nos
unamos y trabajemos conjuntamente para sortear las distintas crisis que durante estos años hemos padecido.


La señora Gamarra vuelve a decir que el principal causante de la inflación es Pedro Sánchez, que el problema de la inflación se llama Pedro Sánchez y que, por tanto, en el momento en el que Pedro Sánchez no esté al frente del Gobierno de
España, las cosas serán distintas y, evidentemente, podremos resolver el problema de la inflación. Mucho me temo, señorías -y es lo que he señalado a lo largo de mi primera intervención-, que la cuestión es mucho más compleja, y ustedes, además, lo
saben. Utilicé el término del curandero, pero, en definitiva, saben ustedes perfectamente cuáles son las razones de la inflación. Saben ustedes, a diferencia de lo que han dicho algunos representantes del Partido Popular a lo largo de estas
semanas, que no es España el país con mayor inflación de Europa ni de la zona euro. Aquí, por ejemplo, están los datos, señorías. (Muestra un gráfico.-Rumores).


La señora PRESIDENTA: Silencio, por favor.


El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Sánchez Pérez-Castejón): Estamos hablando, señorías, de que tenemos una inflación muy inferior a la que tienen otros países europeos. (Continúan los rumores).


La señora PRESIDENTA: Silencio, por favor.


El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Sánchez Pérez-Castejón): Por tanto, señorías, yo creo que es importante, a la hora de plantear el debate del estado de la nación, que seamos conscientes de cuál es el origen de la evolución de los precios.
Lo he explicado antes, señorías. En más de un 65 %, en el caso de España todo tiene que ver con la evolución de los precios de la energía y con la evolución de los precios de los alimentos.


Señorías, si nos detenemos a pensar en cuáles son las respuestas que hemos planteado por parte del Gobierno de España a lo largo de estos meses, entran de lleno en cómo desde el Gobierno de



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España podemos amortiguar las consecuencias económicas y sociales del alza de los precios. Lo hicimos a nivel europeo. Antes he hecho referencia a ello y usted también ha hecho referencia. No entiendo tampoco por qué ustedes están en
contra del tope al precio del gas que genera electricidad en nuestro país. (Rumores). Creo que es una muy buena medida. Si vemos cuál es la evolución del precio diario del mercado mayorista (muestra un gráfico), esta es España y esta es Portugal,
estamos con unos precios de en torno a 158, 141 en el caso del coste del ajuste; y, en cambio, estamos muy por debajo de países como Austria, Francia, Italia, Finlandia, el Reino Unido o Países Bajos, que, por desgracia, no tienen esta medida que
sí tenemos nosotros.


Señorías, lo digo porque tenemos que plantear soluciones a nivel europeo y tenemos que plantear soluciones a nivel nacional. A nivel europeo lo estamos haciendo con la fijación del tope del precio del gas en la península ibérica. Lo
estamos haciendo también al promover una reforma del mercado eléctrico para que, como me han escuchado en muchas ocasiones decir a los españoles, podamos desacoplar la evolución del precio del gas a la evolución de la factura de la luz. Lo estamos
haciendo también junto a otros países con Gobiernos distintos -conservadores y liberales, también socialdemócratas- para fijar un precio al tope del gas en el conjunto del mercado energético. Yo creo que estas son las medidas que deberían contar
con su apoyo, entre otras cuestiones, porque son medidas que apoyan gobiernos del Partido Popular a escala europea. Sin ir más lejos, lo propone, por ejemplo, un Gobierno conservador como es el Gobierno griego; lo propone un Gobierno -digamos-
conservador, pero también con otras formaciones políticas como es el Gobierno belga; lo propone también el Gobierno italiano y lo propone también un Gobierno de centroizquierda como es el Gobierno de España.


A nivel nacional, señorías, creo que es importante poner las cosas en su sitio. Ustedes vuelven a repetir que el Gobierno de España poco hace para amortiguar las consecuencias económicas y sociales de la guerra en el ámbito de la inflación.
Yo creo que se equivocan, señorías. Lo estamos haciendo, por ejemplo, cuando planteamos, de un año a esta parte, un importante paquete de ayudas para los sectores afectados, para la clase media trabajadora y también para los colectivos más
vulnerables de en torno a 30 000 millones de euros. Estamos hablando de 2,3 puntos del producto interior bruto. Como les refería en mi primera intervención, somos, después de Lituania y de Grecia, el país de la Unión Europea que más ayudas está
poniendo en marcha precisamente para amortiguar los efectos de la guerra en la evolución de los precios, que creo, señorías, que es lo que de verdad importa a los españoles.


Lo he dicho en mi primera intervención: vamos a hablar de cuál es el principal desafío que tiene la economía española y, por tanto, nuestra sociedad, que es la inflación; vamos a ver cuál es el diagnóstico de la evolución de la inflación;
y, en tercer lugar, cuáles son las medidas que estamos poniendo en marcha para paliar los efectos de la inflación. Señorías, las medidas las he puesto encima de la mesa. Hemos propuesto, entre otras cuestiones, prolongar hasta el 31 de diciembre
la ayuda a los carburantes con 20 céntimos de euro el litro de gasolina o de gasoil, también hemos congelado el precio del butano hasta el 31 de diciembre. He anunciado que vamos a aumentar al cien por cien la bonificación de los abonos de viaje en
Renfe, en rodalies y también en media distancia. Hemos planteado prolongar hasta finales de este año las ayudas sectoriales al transporte, al sector agrario, al sector pesquero. Hemos planteado también un aumento del ingreso mínimo vital y de las
pensiones no contributivas. Hemos planteado una rebaja de un 80 % en los impuestos vinculados con la factura de la luz.


En definitiva, señorías, lo que nos falta por saber, después de todas estas propuestas que hemos puesto encima de la mesa desde el Gobierno de España, es cuál va ser la posición del Partido Popular. ¿Ustedes van a aprobar o no van a aprobar
estas medidas?, ¿las van a aprobar o no, señoría? Me gustaría que nos dijeran si sí o si no. (Rumores). ¿Ustedes las van a aprobar o no, las van a convalidar o no las van a convalidar? ¿Ustedes están de acuerdo o no en crear un impuesto a las
grandes energéticas de este país? ¿Ustedes están de acuerdo o no en poner un impuesto a las grandes corporaciones financieras en nuestro país? (Aplausos). Eso es lo que nos falta todavía por saber.


En muchas ocasiones, por desgracia, ustedes dan supuestas lecciones de economía y nos vienen a decir poco o menos que nosotros lo que hacemos es ideología con la economía y que no somos científicos y rigurosos como ustedes, aparentemente,
cada vez que gobiernan o hablan de economía. El problema, señorías, no es tanto que España sufra una crisis como está sufriendo toda Europa y todo el mundo derivada de la decisión unilateral de una persona de transgredir la legalidad internacional,
como es Putin, y de poner patas arriba todo el mercado energético y todo el mercado alimentario en el mundo. El problema no es que tengamos esta guerra y que suframos sus consecuencias; el gran riesgo es que ustedes



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gobiernen con una respuesta como la que dieron durante la crisis financiera y no como la que precisamente estamos dando nosotros a la luz de la experiencia de la pandemia y, ahora, de la guerra.


Fíjense en algunos datos que creo que son bastante elocuentes. Durante la pandemia, señorías, el Gobierno de España ha estado protegiendo rentas de la clase media trabajadora y lo vamos a seguir haciendo con la inflación. Durante la
pandemia destinamos 270 000 millones de euros en ayudas y garantías a las pequeñas y medianas empresas de nuestro país. De ellos, 24 000 millones de euros fueron expresamente a proteger a los empleos, a las empresas, a través de los ERTE; 140 000
millones de euros en avales ICO, y 11 000 millones de euros en ayudas directas a los trabajadores autónomos. En recursos públicos a la sanidad, a la dependencia, a la educación -ustedes lo saben, lo sabe también el señor Feijóo porque hemos tenido
ocasión de poder hablar al respecto en las conferencias de presidentes- hemos transferido, no como se hizo en anteriores crisis, sino también con transferencias directas, recursos económicos a las comunidades autónomas y a los ayuntamientos,
precisamente, para poder hacer frente al embate de la COVID-19. Nosotros no nos desentendimos de la respuesta a la pandemia; al contrario, trabajamos conjuntamente con las comunidades autónomas, con los ayuntamientos y con los agentes sociales en
dar una respuesta conjunta a la pandemia.


Hemos logrado, asimismo, unos fondos europeos que yo creo que son muy positivos para nuestro país. Ustedes se empeñan en continuar diciendo que no se están ejecutando los fondos. Incluso le escuché decir al señor Feijóo el otro día que no
conocía a nadie que hubiera recibido fondos europeos cuando estaba visitando una empresa que había recibido fondos europeos. (Risas y aplausos). Pero, más allá de eso, señorías, solamente quiero dar unos datos. El 27 de junio la Comisión emitió
el informe favorable para realizar el segundo desembolso de 12 000 millones de euros y, por tanto, vamos a ser los primeros en justificar este segundo desembolso. Eso tiene mucho que ver con la tarea legislativa que estamos haciendo de
modernización y transformación de nuestro país. Para que se hagan una idea todas sus señorías, entre 2021 y 2022, España va a recibir 37 000 millones de euros. Esto quiere decir que en un solo año y medio desde la aprobación del plan, España habrá
recibido más de la mitad de la financiación que nos corresponde hasta el año 2026. Esto solamente es posible -conviene recordarlo de nuevo- como consecuencia del cumplimiento de los hitos y los objetivos que España se ha marcado y que están
justificando, precisamente, estos desembolsos anticipados. Y no solamente esto, fíjese, en solo doce meses desde la aprobación del plan, hemos autorizado más de 35 000 millones de euros de los presupuestos de 2021 y 2022. Con las más de
ochocientas convocatorias de inversiones resueltas por la Administración General del Estado hasta el 31 de mayo, el plan de recuperación ya financia, por un importe de más de 10 100 millones de euros, más de 28 000 proyectos de toda España en los
que participan más de 19 000 empresas, más de 5500 entidades locales y más de 2000 universidades y centros tecnológicos.


Trato de ser preciso y concreto, señorías, sobre todo para desmontar esa falacia que ustedes vienen diciendo de que no estamos gestionando los recursos económicos provenientes de los fondos. Las comunidades autónomas ya han recibido más de
15 500 millones de euros en transferencias, que se suman a los 10 000 millones de euros recibidos por los fondos React. Le quiero recordar, señoría, que los fondos React y los fondos europeos Next Generation fueron fondos que luchó el Gobierno de
España y, por desgracia, no contó con el apoyo del principal partido de la oposición. (Aplausos).


Por tanto, el problema, señorías, no es que España sufra una crisis; el desafío es cómo respondemos a esa crisis, si respondemos, como decía antes, con justicia social y con solidaridad o respondemos como ustedes hicieron durante la crisis
financiera. Ustedes hicieron una reforma laboral que hay que recordar que planteó, por ejemplo, un contrato temporal con un periodo de duración de un año, con un despido libre, y que fue un Gobierno progresista en el año 2018, cuando llegamos
después de la moción de censura, el que derogó esa norma. Ustedes plantearon esa reforma laboral, ustedes plantearon recortes en las políticas sociales y plantearon también una política fiscal injusta que perjudicó a las clases medias trabajadoras
con subidas de cincuenta impuestos y tasas y una amnistía fiscal que fue considerada inconstitucional por parte del Tribunal Constitucional.


Y quiero simplemente recordar -porque usted antes ha hecho referencia a ello cuando hablaba de que efectivamente lo que tenemos que hacer es hacer avanzar a nuestras sociedades- que la tasa de paro en 2018, cuando llegamos al Gobierno, era
de un 16,74 % y hoy es de un 13,65 % (un señor diputado: Con trampas), tres puntos menos de paro (aplausos); que el paro juvenil estaba por encima del 36 % en el año 2018 y que hoy está en el 30 %; que en 2018 había 8,7 millones de mujeres
afiliadas a la Seguridad Social y hoy hay 9,5 millones de mujeres afiliadas a la Seguridad Social; que en 2018 el



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salario mínimo interprofesional era de 735 euros y ahora está en 1000 euros; y que la pensión media de jubilación en 2018 era de 1083 euros y hoy es de 1253 euros, es decir, al mes son 181 euros más, señoría. Lo que quiero decirle es que,
con todo, es decir, con una pandemia y las consecuencias económicas y sociales de la guerra, este Gobierno, sin duda alguna, ha protegido a las clases medias trabajadoras y también ha protegido a los colectivos más vulnerables. (Aplausos).


Usted antes hacía referencia precisamente a la desigualdad y a la pobreza, que es uno de los principales problemas que tiene nuestro país, la desigualdad y la pobreza. Yo siempre pongo el caso más elocuente, que es el de nuestros niños y
niñas. Nuestro país, por desgracia, sufre una pobreza infantil que supera los 2,5 millones de niños y niñas. Nosotros lo que hemos hecho ha sido aprobar un ingreso mínimo vital que lo que hace es, para que se haga una idea -además, los datos los
tiene mal-, que 1,3 millones de personas ya estén recibiendo el ingreso mínimo vital en nuestro país, de los cuales, más de un 40 % son niños y niñas. Simplemente quiero decirle que, según la Fundación La Caixa -nada sospechosa de ser
paracomunista-, durante la crisis desencadenada por la pandemia el escudo social desplegado por el Gobierno de coalición progresista evitó que la desigualdad en España creciera un 80 %. Por tanto, hemos recuperado los niveles de desigualdad previos
a la pandemia y todo eso ha sido gracias a una política que precisamente no ha utilizado la ideología neoliberal, sino que ha utilizado una ideología progresista para hacer frente a esta crisis, efectivamente, con solidaridad y con justicia social.


La señora Gamarra poco menos que viene a decir que somos un Gobierno radical, que somos un Gobierno, en fin, que tenemos unos aliados... El problema, señorías, si lo piensan ustedes bien, es que ustedes no pactan con nadie. (Un señor
diputado: Sí, ¡contigo!). Bueno, sí, pactan con alguien, con estos señores que tienen a la derecha, con la ultraderecha es con los únicos que pactan. (Rumores). Sí, sí. Fíjense, nosotros hemos pactado con los gobiernos europeos los fondos
europeos, el tope del gas; hemos sacado adelante ciento cuarenta iniciativas legislativas aprobadas con diferentes grupos en esta Cámara; hemos celebrado veinte reuniones de la Conferencia de Presidentes durante la pandemia en las que ha estado
presente el señor Feijóo. Ya me hubiera gustado que el señor Feijóo hubiera convocado al menos una reunión con los alcaldes de Galicia cuando era presidente de la Xunta de Galicia. (Aplausos). Pero, bueno, no hemos tenido suerte. Yo he celebrado
veinte conferencias de presidentes, y hemos acordado quince consensos con los agentes sociales que nos han permitido reformas tan importantes como la reforma laboral o también la reforma de las pensiones. Por tanto, no entiendo muy bien por qué
ustedes dicen lo que dicen. Al contrario, ustedes lo que han hecho ha sido no arrimar el hombro, ni frente a la pandemia ni en la guerra; ustedes no me han dicho qué van a hacer con los once acuerdos que le he planteado al nuevo líder del Partido
Popular; han roto todos los gobiernos autonómicos que tenían con Ciudadanos; han votado en contra de todos los acuerdos sociales que hemos traído a esta Cámara. Ustedes no es solamente que no pacten con nosotros, que no pacten con nadie, es que,
además, votan en contra de todo lo que pactan los demás.


Señoría, es verdad que usted ha hecho referencia a la apelación o a la crítica que hago de los poderes económicos. Insisto, me gustaría saber exactamente, señoría, si en su dúplica va a tener a bien decirnos qué van a hacer con el impuesto
a las grandes energéticas y también con el impuesto a las grandes entidades financieras, si los van a aprobar o no. (Aplausos). Pero quisiera decirle, señoría, que en política fiscal ustedes están planteando las típicas cosas que hace la derecha
cuando está en la oposición. Cuando ustedes están en la oposición -me lo ha escuchado decir muchas veces el señor Maroto en el Senado-, bajan todos los impuestos y, cuando están en el Gobierno, suben todos los impuestos. Les recuerdo simplemente
que el Partido Popular cuando estaba en el Gobierno tuvo el mayor récord de subida, por ejemplo, en el impuesto sobre la renta de las personas físicas; la mayor subida nunca registrada del IVA se hizo con gobiernos del Partido Popular; más de
sesenta subidas de impuestos, entre los años 2011 y 2013, cuarenta subidas de impuestos, y esa amnistía fiscal a la cual antes hacía referencia. Para que ustedes se hagan una idea, España, señorías, tiene el puesto dieciocho en recaudación fiscal
en la Unión Europea y ocupamos el puesto número veinte en recaudación por el impuesto sobre sociedades. En definitiva, lo que quiero decir con eso, señorías, es que tenemos mucha tarea que hacer en el ámbito de la reforma fiscal. Por cierto, este
es un Gobierno que ha hecho mucho en el ámbito de la reforma fiscal para luchar por la justicia fiscal: hemos aprobado el impuesto sobre transacciones financieras, hemos aprobado un impuesto para las grandes corporaciones digitales, acabamos de
anunciar un impuesto para las grandes entidades financieras y, por supuesto, vamos a hacer lo propio con las grandes entidades energéticas de este país.



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Tampoco me ha dicho nada usted, señoría, sobre las becas. ¿Están de acuerdo o no están de acuerdo con las políticas de redistribución o, por el contrario, con las políticas de no redistribución y de consolidación de la desigualdad en
nuestro país? Porque de alguna manera eso es lo que explica que ustedes estén justificando decisiones como puede ser la que se está planteando por algún Gobierno del Partido Popular. Y la pregunta que me gustaría hacerle, señoría, es la siguiente:
después de esta beca para ricos, ¿ustedes qué van a plantear? ¿Un Imserso para millonarios en Bora Bora con cargo al erario público? (Varias señoras y señores diputados: ¡No, no!-Aplausos.-Protestas). ¿Unos cheques de combustible para los yates?
En fin, señorías, creo que ya va siendo hora de que reivindiquemos la fortaleza del Estado del bienestar y la política de redistribución, y no precisamente lo que ustedes están haciendo, que es, o bien recortar las políticas de bienestar, o bien
abrir las puertas a su privatización.


Señorías, hablan ustedes de disciplina fiscal; de hecho, me reprochan que no seamos disciplinados desde el punto de vista fiscal. Simplemente, le quiero recordar que entre el 2021 y el año 2022 hemos registrado la mayor caída del déficit
público, de un 10 a un 6 %, y también lógicamente hay que resaltar la evolución de la deuda pública, que ahora mismo está en un 117,7 % como consecuencia de los trabajos de disciplina fiscal y de consolidación que estamos haciendo en nuestras
cuentas públicas.


Señorías, creo que poco más podemos decir de la intervención de la señora Gamarra. La verdad es que no ha habido propuestas. La verdad es que solamente ha habido evasivas en cuanto a cuáles son las propuestas que pone el Partido Popular
encima de la mesa para hacer frente a la inflación. (Protestas).


La señora PRESIDENTA: Silencio, por favor.


El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Sánchez Pérez-Castejón): Por tanto, espero que en su réplica, señoría, nos aclare un poco más qué quiere hacer o cuáles son las propuestas del Partido Popular para hacer frente a esta crisis.


Hay incluso datos que no coinciden, señorías. Al final, ustedes superan en infundios al señor Casado. El otro día escuchaba decir a un portavoz del Partido Popular acreditado que los datos de empleo habían sido los peores de toda la serie
histórica en el mes de junio y no es cierto, señorías; estos han sido los mejores datos, salvo los de los años 2005 y 2021. Ustedes falsean los datos de empleo y también los de crecimiento económico, señorías. Ustedes dicen que somos el país que
menos crece de la Unión Europea cuando somos un país que crece por encima de Francia, de Italia o de Alemania. Ustedes dicen que tenemos la inflación más alta de Europa, cuando no es cierto, señorías. En definitiva, no es que tengamos la inflación
más alta de Europa, es que sufrimos la oposición que más miente de toda Europa. (Aplausos). Este es el problema que tenemos desde el inicio de esta legislatura.


Señorías, me da pena que ustedes mezclen a ETA con el debate sobre la memoria democrática. El Partido Socialista ha sido un partido que a lo largo de estos más de cuarenta años de historia democrática ha tratado de que el terrorismo sea una
política de Estado y, por tanto, de que no entre en la confrontación partidista, lo que flaco favor le hace a la memoria de las víctimas y, sin duda alguna, a sus familiares. Nosotros, cuando el presidente Zapatero era líder de la oposición,
pusimos encima de la mesa el pacto antiterrorista. Entonces los gobernantes del Partido Popular lo tacharon de un conejo sacado de la chistera, pero definitivamente fue lo que acabó con ETA: la unidad de todos los partidos políticos y no usar el
dolor de las víctimas. Dado que ustedes se ponen así y que poco menos que infieren que yo soy una persona que no tiene en consideración la memoria de las víctimas, les quiero recordar a usted, señora Gamarra, y también a la bancada del Grupo
Parlamentario Popular que quienes realmente han utilizado el dolor de las víctimas del terrorismo con fines espurios han sido precisamente los dirigentes del Partido Popular. (Aplausos.-Protestas). Quien utilizó el mayor atentado terrorista con
fines espurios, engañando a la ciudadanía española para ganar unas elecciones, fue el Partido Popular un 11 de marzo. (Aplausos.-Protestas.-Un señor diputado: ¡Exhumación!). Y, desgraciadamente, el Partido Popular lo que hace es parapetarse
detrás de ETA y del dolor de las víctimas de ETA para negar el deber moral de la derecha... (Rumores y protestas).


La señora PRESIDENTA: Silencio, por favor.


El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Sánchez Pérez-Castejón): ... de asumir que el Estado tiene que exhumar los cuerpos de las víctimas de la Dictadura franquista y también condenar el golpe de Estado de 1936 y la Dictadura franquista.
(Aplausos). En España, señorías, hay todavía 114 000 desaparecidos forzosos. Somos, después de Camboya, el país del mundo con mayor número de desaparecidos.



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(Protestas). Sí, señorías. Y el Partido Popular cuando gobernaba hacía gala del incumplimiento de la memoria histórica, hacía gala de no poner ni un solo euro para el cumplimiento de la ley de memoria histórica: paralizó las exhumaciones
de fosas comunes, no actualizó el mapa de fosas, paralizó el estudio de la localización de nuevas fosas e ignoró las proposiciones en esta Cámara de distintos grupos parlamentarios y también de organismos internacionales -como, por ejemplo, Naciones
Unidas- para hacer políticas de memoria democrática. Señorías, desde luego nosotros reivindicamos la Transición, la Ley de Amnistía y la Constitución española, y reivindicamos la memoria de todas las víctimas, las víctimas de ETA y las víctimas de
la Dictadura franquista. (Aplausos.-Protestas).


La señora PRESIDENTA: Silencio, por favor.


El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Sánchez Pérez-Castejón): En todo caso, señorías, lo importante es el debate económico, lo importante son las propuestas que hemos puesto encima de la mesa para hacer frente a esta evolución de la inflación
y realmente me gustaría saber, señora Gamarra, cuáles son sus propuestas y si ustedes van a convalidar el real decreto ley y van a apoyar o no las medidas que ponga en marcha el Gobierno de España. (Aplausos de las señoras y los señores diputados
del Grupo Parlamentario Socialista y de los miembros del Gobierno, puestos en pie).


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor presidente.


En nombre del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, tiene la palabra la señora Gamarra Ruiz-Clavijo. (Aplausos).


La señora GAMARRA RUIZ-CLAVIJO: Gracias, presidenta.


Señor Sánchez, la verdad es que le he visto flojo, tengo que confesárselo. (Risas.-Aplausos). Ya estamos acostumbrados a que usted no cumpla su palabra y, para empezar, ha quedado claro. Ha dicho que no se iba a referir al señor Feijóo,
pero no ha podido usted resistir la tentación de hacerlo.


Señor Sánchez, comenzando por el final, se equivoca de enemigo. El Partido Popular hace mucho tiempo que condenó el franquismo, no tenga usted ninguna duda. (Rumores). Los que no condenan el terrorismo son sus socios y se llaman Bildu.
(Aplausos). Le diré una cosa, cuando menos mantenga un poco de respeto hacia una fuerza política que no solo ha luchado contra el terrorismo, sino que además se ha dejado muchas vidas por el camino por luchar contra el terrorismo. (Aplausos).
Creo que eso merece un mínimo de respeto, porque, ya no es que nos iguale a nosotros con Bildu, es que usted nos humilla poniéndoles a ellos por encima de nosotros. (Varias señoras y señores diputados: ¡Ahí, ahí!-Aplausos). No se equivoque, señor
Sánchez, no se equivoque. Creo que es importante este debate sobre cuestiones que han ido sucediendo durante esta legislatura, porque el Estado de derecho sigue funcionando y sigue avanzando. Hay 379 atentados terroristas sin resolver. Yo le
invito a que a partir de ahora sin arrepentimiento y sin colaboración no se conceda ningún beneficio penitenciario. (Varias señoras y señores diputados: ¡Muy bien!-Aplausos). Con eso estaría usted demostrando que está a la altura de lo que se
necesita.


Vayamos a otras cuestiones. También le recomiendo que vea usted quiénes están criticando la ley de memoria democrática. No es solo el Partido Popular, porque aquí de lo que estamos hablando es de lo que significó la Transición, que es lo
que usted está cuestionando dejando en manos de Bildu que la Transición llegue hasta finales del año 1983. Recapacite, reflexione; creo que la historia de España lo merece. (Aplausos).


Pasemos a las cuestiones económicas. Ha preguntado usted qué vamos a hacer en relación con su real decreto. Señor Sánchez, yo creo que es importante que quede claro que es usted quien gobierna; por poco tiempo, pero es a usted a quien le
corresponde contestarnos a nosotros las preguntas. Lo que sí le puedo plantear es lo siguiente. El gran problema que hay cuando hablamos de un real decreto es que usted ha cambiado el 'no es no' que practicó en la oposición por el 'sí o sí', es
decir, lo que dice usted, sea bueno para los españoles o sea malo para los españoles, y nosotros con eso no nos conformamos. Nos pregunta usted qué vamos a hacer. Usted ha presentado una bajada del IVA al 5 % que ya le planteamos hace meses; si
la hubiera puesto en práctica en aquel momento, los españolitos se hubieran ahorrado 200 millones de euros de sus bolsillos. (Rumores). ¿Y por qué no la aplica y la extiende al gas, por ejemplo? (Rumores).


La señora PRESIDENTA: Silencio, por favor.



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La señora GAMARRA RUIZ-CLAVIJO: Otra cuestión. Usted ha admitido una de las propuestas que le hacíamos también hace unos meses, que es esa ayuda directa para aquellos que tienen menos ingresos, esos 200 euros. Yo lo que le pido es que
haya una buena gestión de esa ayuda, porque ya se empieza a hablar de que será en diciembre cuando se cobre; las ayudas tienen que ser efectivas en el momento en que se necesitan, no anunciarlas, aprobarlas y, luego, que los ciudadanos tengan que
esperar. ¿Qué es lo que le planteamos ahí? Algo que creo que es importante: deflactar los tramos del IRPF. ¿Por qué? Porque hay clase media y rentas bajas que con la inflación no pueden, pero usted sigue recaudando y no lo tiene en cuenta. Ahí
tiene una propuesta para que mejoremos ese real decreto. ¿Por qué no la acepta? Ahí hay algunas cuestiones sobre las que podemos hablar. Porque, claro, usted ha puesto cara de bueno, nos ha dicho aquí que nos escucha y nos ha preguntado qué
propuestas le hacemos, pero todos los españoles saben que ha recibido usted una propuesta de plan económico con medidas puntuales sobre las cuales no solo no hemos recibido respuesta, sino que no quiere sentarse a hablar de ellas; para que ni tan
siquiera puedan tramitarse ha bloqueado el proyecto de ley en el cual podrían introducirse vía enmiendas. Este es usted, el que ni tan siquiera permite que se mejoren las medidas que son meros parches que usted aprueba y propone. (Aplausos). Eso
es lo que nosotros queremos hacer, y queremos ir más allá, señor Sánchez. Ha hablado usted de distintos pactos que planteó al presidente del Partido Popular. Usted recibió propuestas. ¿Y qué hemos recibido nosotros? La ignorancia; ni tan
siquiera: O.K., lo he recibido, nos vemos. Tiene el plan económico, pero además tiene un pacto de Estado en seguridad y defensa y un pacto de Estado de Justicia. ¿Por qué no podemos hablar también de energía? Y además ha recibido una propuesta
para abordar la reforma del artículo 49 con garantías en lo que significa la desaparición del concepto de 'disminuido'. (Aplausos). Ahí están, si quiere usted podemos abordarlas, por nosotros no será.


Además, señor Sánchez, cuando hablamos de seguridad o de defensa, ¿con quién va a aprobar esas medidas? ¡Si hemos podido leer en distintos medios de comunicación el guirigay que se produce en sus consejos de ministros para aprobar estas
medidas! Esto es impensable en cualquier país serio. En un país serio no hay un Gobierno de coalición donde una parte del Gobierno hace oposición a la otra parte del Gobierno; suele haber una unidad, sobre todo en las políticas de Estado, y esto
falta en su Gobierno, lo cual ya demuestra qué tipo de Gobierno tenemos.


Nos pregunta usted qué vamos a hacer en relación con los nuevos impuestos de los que usted ha hablado. Esperaremos a conocer la letra pequeña. La sensación que yo he tenido hoy es que ni tan siquiera todos los miembros de su Consejo de
Ministros conocen los detalles de los nuevos impuestos que usted ha anunciado aquí. (Risas.-Aplausos). Cuando menos, sería bueno que todos sus ministros conocieran esos impuestos de los que habla. Cuando nos lleguen, los analizaremos. Pero
podemos hablar de lo que ya está ocurriendo y de lo que ya está aplicándose en este país en materia fiscal. Usted ha recaudado 15 500 millones de euros y lo ha hecho a través del IVA y del IRPF; es decir, esto afecta a quien menos tiene. ¿Por qué
no hablamos de esto también? Yo creo que es importante que sea aquí desde donde busquemos ayudar a la clase media y a la clase trabajadora en nuestro país, fundamentalmente a quienes peor lo están pasando. Señor Sánchez, yo creo que a usted le dan
mal los datos, porque habla usted del ingreso mínimo vital y de 1,3 millones de personas; pero es que ustedes anunciaron que 2,3 millones de personas iban a recibir el ingreso mínimo vital y muchos todavía lo están esperando. (Aplausos). También
todos aquellos a los que usted les prometió en octubre el bono del alquiler lo están esperando todavía. ¿Cuánto van a esperar? ¿Un año? ¿Un año de alquiler? Usted es una fábrica de generar frustraciones.


Podemos hablar también del precio de la luz. Me ha hablado usted del precio mayorista. Pues, yo le voy a hablar del precio minorista, este (muestra varias facturas de la luz), el de las facturas, el que reciben los españoles todos los
meses, la prueba del algodón. La prueba del algodón dice que el que pagaba 207 euros hoy paga 312 en el mismo mes y que una empresa que pagaba 3494 euros en el mismo mes ha pagado 19 541. (Aplausos). Este es el precio minorista, esta es la
realidad del precio de la energía en nuestro país. (Aplausos.-Denegaciones del señor presidente del Gobierno, Sánchez Pérez-Castejón). Sí, señor Sánchez; sí, señor Sánchez. Se las haré llegar para que vea qué es lo que reciben los españoles.


Como siempre, usted busca confundir dos crisis distintas, la de 2007 y la actual. Tengo que recordarle que en 2007 gobernaban ustedes. (Aplausos). Además, ya que le gusta a usted hablar tanto de las recetas que se aplican, le diré quién
practicó el mayor recorte de derechos que se ha llevado a cabo durante una crisis económica: el Partido Socialista y, concretamente, con usted como diputado.



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(Aplausos.-Rumores). En la bancada del Grupo Popular no encontrará un solo diputado que haya votado a favor de congelar las pensiones a los pensionistas, y usted votó a favor. Usted fue un diputado que también bajó a los funcionarios su
sueldo; sí, les recortó los sueldos. (Protestas). Usted fue un diputado que en el año 2010 recortó el presupuesto en 35 000 millones de euros. ¿En qué, señor Sánchez? En partidas que tenían que ver con el Estado del bienestar. Esos fueron
ustedes. Así que lecciones, las justas; sobre todo, porque recordamos muy bien -y los españoles también- el país que recibimos. Cuando llegamos al Gobierno tuvimos que gestionar un país en el que había 250 000 autónomos menos, 222 000 pymes
cerradas, 3,5 millones de parados, 82 000 millones de euros en facturas sin pagar y un déficit del 9 %. Eso es lo que nosotros gestionamos y los españoles recordamos perfectamente el sacrificio que tuvimos que hacer todos para sacar este país
adelante. (Aplausos). A los españoles lo que sí les podemos decir es que lo volveremos a hacer, señor Sánchez; lo volveremos a hacer. (Aplausos).


Ha hablado de la reducción del déficit público que están llevando a cabo, pero, señor Sánchez, no sea trilero, que es una de sus especialidades. El déficit público se puede reducir con cargo a ingresos por más recaudación o se puede reducir
con cargo al descenso del gasto improductivo. ¿Cuál ha elegido el señor Sánchez? Como no podía ser de otra manera, reducir con cargo a ingresos por más recaudación. ¿De dónde viene esa recaudación, señor Sánchez? Pues de toda la sociedad
española y, fundamentalmente, del IVA y de la inflación. Es ahí donde se está recaudando más. ¿Por qué no se compromete usted hoy aquí? ¿A qué? A reducir el déficit público. ¿Con cargo a qué? Con cargo a la reducción del gasto improductivo.
¿Es posible que vayamos a terminar este debate sobre el estado de la nación, con la inflación que están sufriendo los españoles, con los precios de la energía que tenemos, y que usted no se vaya a comprometer a reducir el gasto improductivo,
comenzando por su macrogobierno? (Aplausos). Eso es lo que haría...


La señora PRESIDENTA: Señora Gamarra, tiene usted que terminar, por favor.


La señora GAMARRA RUIZ-CLAVIJO: Voy terminando, presidenta.


Esto es lo que haría, señor Sánchez, un Gobierno responsable y un Gobierno con alma. Un Gobierno con alma, con corazón y con inteligencia sí habría tomado esas decisiones.


Ha comenzado usted preguntándonos por el Consejo General del Poder Judicial. Ahí tiene una propuesta, la tienen encima de la mesa. Parece que a ustedes lo único que les interesa es llevar a cabo una reforma para devolverse a sí mismos la
posibilidad de nombrar nuevos magistrados en el Tribunal Constitucional. ¿Qué problema tienen ustedes en que la ley que quieren tramitar esta semana no se tramite así y abordemos otra serie de compromisos? ¿Por qué no devolver todas las
competencias que tenía el Consejo General del Poder Judicial y hacer que las vacantes se puedan cubrir, que los pleitos que están pendientes se puedan sustanciar, que las fianzas que están depositadas y que necesita el tejido económico y empresarial
puedan devolverse? Con eso demostraría usted que le importa la justicia y que no le importa controlar a la justicia.


Muchas gracias. (Varias señoras y señores diputados: ¡Bravo, bravo!-Prolongados aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, puestos en pie).


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Gamarra.


Tiene la palabra el señor presidente del Gobierno. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Sánchez Pérez-Castejón): Muchas gracias, señora presidenta.


Señora Gamarra, usted pide respeto y yo le pido respeto a nuestros ciudadanos y que no les llame españolitos. (Aplausos). No les llame españolitos, se merecen un respeto. Merecemos una oposición diferente, señorías, una oposición
diferente a la que hemos tenido durante estos difíciles años, tanto durante la pandemia como durante la crisis de la guerra.


Claro que hay dos formas de salir de la crisis, señoría, claro que la hay. (Rumores.-El señor Garcés Sanagustín: ¡Y usted habla de insultar a los españoles!).


La señora PRESIDENTA: Silencio, por favor.


Señor Garcés, silencio, por favor.



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El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Sánchez Pérez-Castejón): Ustedes hablan de ese exceso de recaudación del Gobierno de España por esos 15 000 millones de euros que derivan fundamentalmente del crecimiento económico y de la creación de
empleo. (Risas y protestas). Pero esos 15 000 millones de euros, señorías, es lo que está revirtiendo este Gobierno de España para la protección de familias, de empresas y de industrias de aquí al 31 de diciembre. (Aplausos). Digan si van a
votar o no a favor de estas medidas, digan si van a votar o no a favor de extender estas medidas hasta el 31 de diciembre. Porque hasta ahora, señorías, ustedes han votado que no a todas las medidas en defensa de la clase media trabajadora de
nuestro país. (Aplausos). Y, al igual que nosotros lo estamos haciendo, le pedimos a las grandes entidades financieras y a las grandes empresas energéticas que aporten también de esos 'sobrebeneficios' para proteger a la clase media trabajadora y
a los colectivos más vulnerables de nuestro país.


Señorías, más allá de cuál sea la definición técnica de estos dos nuevos impuestos, me gustaría que el Partido Popular subiera a esta tribuna y dijera que está a favor de la justicia fiscal y que está a favor de aprobar estos dos impuestos
tan importantes para la justicia fiscal y la redistribución de las políticas sociales en nuestro país. (Aplausos). Si no, señorías, podemos pensar todos que el Partido Popular al final aquí defiende otros intereses. Usted, señoría, me ha
escuchado preguntar en muchas ocasiones qué intereses defiende el Partido Popular. Me ha escuchado preguntar en muchas ocasiones cómo es posible que en políticas e incluso en avances sociales en derechos que son transversales y que benefician no
solamente a las personas que puedan votar progresista, sino también a la gente que puede votar a opciones como el Partido Popular y otras -como subir el salario mínimo interprofesional, como hacer una reforma laboral que ha hecho que ahora mismo
ocho de cada diez contratos que se firman en nuestro país sean indefinidos, como aprobar que tengamos una revalorización de las pensiones conforme al IPC- sea tan difícil que ustedes voten a favor. ¿Por qué es tan difícil, señoría?


El otro día me quedé pasmado (rumores) con la declaración que hizo un dirigente del Partido Popular, un vicepresidente de un Gobierno autonómico del Partido Popular. Dijo textualmente que una pareja con dos hijos que ingresa más de 140 000
euros merece ayuda porque la situación económica es difícil y esas familias tienen difícil llegar a fin de mes. Esto es pura empatía, señora Gamarra, pura empatía; es la expresión de un corazón noble. (Aplausos). El problema es que ese mismo
dirigente, cuando le afearon las tasas de pobreza allí donde gobierna con un informe de Cáritas, se rio de ese informe y dijo: ¿Dónde están los pobres en la comunidad? (Aplausos). El problema, señorías, es que en España solo hay un 5 % de
familias que tienen rentas anuales por encima de los 100 000 euros y el 95 % restante no llega a esos 100 000 euros, señorías. ¿A quiénes defienden ustedes? Allí donde gobiernan, ¿qué intereses defienden? (Aplausos). Señorías, ustedes defienden
los intereses de una minoría selecta, de un 5 % de privilegiados; no defienden al 95 % de la clase media trabajadora. Por eso, cuando llegan al Gobierno, en lugar de hacer lo que prometen cuando están en la oposición, que es bajar el IVA, que es
bajar el IRPF y que es bajar el impuesto sobre sociedades a las pequeñas y medianas empresas, lo que hacen es subir el IVA, subir el IRPF, subir el impuesto sobre sociedades a las pequeñas y medianas empresas y hacer amnistías fiscales para las
grandes fortunas de este país. (Aplausos). Afortunadamente, ya no podrán hacerlo, porque ya están prohibidas por ley esas amnistías fiscales.


Señoría, usted ha llegado a decir que lo volverán a hacer. Señor Feijóo, ¿lo van a volver a hacer todo? ¿De verdad? ¿Todo lo que hicieron? ¿Todo lo que hicieron lo van a volver a hacer? Creo, señorías, que deben hacer una reflexión y
que deben contribuir con soluciones, con propuestas y con diagnósticos honestos a los desafíos que tiene la sociedad española por delante. El desafío que tienen las sociedades como la nuestra, efectivamente, es la inflación; tienen el desafío del
empleo; tienen el desafío de la desigualdad. Tenemos que extraer lecciones de la pandemia, pero también de la crisis económica derivada de la guerra. Tenemos que reforzar el Estado del bienestar y no recortar las políticas del Estado del
bienestar. Por cierto, señoría, el próximo lunes se van a empezar a tramitar muchas de las ayudas que usted antes ha comentado. Por cierto, señora Gamarra, usted tendría que tener los datos un poquito más claros, mucho más claros sin duda.
(Rumores).


La señora PRESIDENTA: Silencio, por favor.


El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Sánchez Pérez-Castejón): Se lo digo porque me hace mucha gracia. (Risas y rumores). Usted llega y dice, señora Gamarra, que si rebajamos el IVA -señora Gamarra, ¿me escucha? (la señora Gamarra
Ruiz-Clavijo está conversando en ese momento con el señor Núñez Feijóo)- se va a recaudar más, pero resulta que la Junta de Andalucía ya ha pedido al



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Gobierno de España la compensación por la rebaja del IVA que ha planteado el Gobierno de España. (Aplausos). Es que no hay por dónde cogerlo. Es que no hay por dónde cogerlo, señoría.


Me habla de desbloquear el Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional, pero basta ya de excusas, señora Gamarra. Ustedes, cada vez que están en la oposición, bloquean la renovación del Consejo General del Poder
Judicial y del Tribunal Constitucional. En esta ocasión, en esta legislatura, se llevan la palma, porque son tres años los que llevan bloqueando con todo tipo de excusas la renovación de estas instituciones constitucionales. Y yo les pido hoy
aquí, señora Gamarra, señor Feijóo, que de una vez por todas cumplan con la Constitución (aplausos) y permitan la renovación del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional. Es que no tienen excusa. Y si tienen una excusa, es
precisamente tratar de revocar por la puerta de atrás conquistas sociales que hoy ustedes han recurrido en el Tribunal Constitucional.


Poco más se puede decir de la intervención de la señora Gamarra. Volveré por un instante a hablar del terrorismo, simplemente para recordarle que ETA fue derrotada hace diez años y que no importa que la derrota de ETA se produjera bajo la
dirección política de un Gobierno socialista, con José Luis Rodríguez Zapatero y el vicepresidente del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba. (Aplausos). Da igual, porque ustedes siguen con la misma matraca. A ustedes no les importa, porque no pasa
el tiempo por ustedes. No importa que el Gobierno de Aznar llamara a ETA con el glorioso nombre de movimiento vasco de liberación nacional. Y veo que en lo que se refiere a ese uso partidista del terrorismo, el nuevo Partido Popular continúa la
clásica tradición del Partido Popular.


Y tengo una duda: ¿ese Rubalcaba, señorías, al que ustedes invocan en sus discursos y en sus tuits de homenaje, es el mismo Rubalcaba al que ustedes llamaban cómplice de ETA, agente encubierto de ETA, encubridor de ETA? (Aplausos).
Porque, si es el mismo, me gustaría traer unas palabras del señor Rubalcaba justamente en esta tribuna en el debate del estado de la nación del año 2005. Espero que escuchen, y deseo ver qué cara se les pone, porque el señor Rubalcaba decía lo
siguiente desde esta tribuna: Cuando ustedes, señores del Partido Popular, están en la oposición, inmediatamente buscan el rédito en materia antiterrorista. Llevan unos meses en la oposición y ya han vuelto a las andadas. Y seguía el señor
Rubalcaba: Ayer oímos el discurso más duro, más descalificador, más insidioso, más injusto y más desleal de los que en esta Cámara se han oído pronunciar por ningún líder. Nunca nadie dijo las barbaridades que el señor Rajoy dijo ayer. Nadie
nunca se expresó con tanta dureza y con tanta injusticia contra un Gobierno democrático en materia de lucha contra ETA. Nunca antes en esta Cámara oímos decir a nadie que el Gobierno estaba traicionando a los muertos; se supone que también a los
socialistas muertos. Pues bien, desde 2005, señorías, ustedes continúan por este mismo camino. Lo más curioso es que si entonces usaron a las víctimas muertas de ETA, después usaron a las víctimas socialistas de ETA y ahora llegan a utilizar al
propio Alfredo Pérez Rubalcaba, fallecido, que les denunció por usar el terrorismo de forma partidista, como ustedes están haciendo. (Prolongados aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Socialista y de los miembros
del Gobierno, puestos en pie.-Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común).


Y ustedes hablan de moderados. Han vuelto a las andadas una década después del final de ETA, con ETA, como hacen siempre que están en la oposición. Abusaron de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, creando una policía política
para destruir a sus adversarios políticos: a Unidas Podemos, al independentismo y al Partido Socialista Obrero Español. Abusan de la Constitución a diario desde hace mil días, porque van cambiando de pretexto para incumplir de nuevo con sus
obligaciones constitucionales, y tenemos que aguantar sus lecciones de constitucionalismo y de españolismo. (Una señora diputada: ¡Muy bien!-Aplausos). Abusaron de Radiotelevisión Española, nombrando a un militante del Partido Popular para
manipular la radio y la televisión. Abusaron y abusan de la justicia, obstaculizando su acción mediante la destrucción de pruebas que les pedía el juez, nombrando al frente del Tribunal Constitucional a un militante del Partido Popular o bloqueando
ahora la renovación de los órganos. Y dice la señora Gamarra, señorías, que lo volverán a hacer. Yo creo que esto, efectivamente, es una lección no del pasado, sino, como decía antes, del presente y de la disyuntiva a la que nos enfrentamos en los
debates que tenemos con el Partido Popular.


En todo caso, señorías, desde la moderación y desde el respeto... (Rumores.-Risas). Sí, no solamente ustedes son moderados, señorías. Desde la moderación y desde el respeto, como he dicho en mi primera intervención a lo largo de la
mañana, tiendo la mano a la derecha democrática para renovar los órganos constitucionales, para dar una respuesta común a los efectos económicos y sociales de la guerra



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y también para lograr esos once artículos que propuse al líder de la oposición cuando tuvimos ocasión de poder vernos, entre otros, también, sin duda alguna, la reforma del artículo 49 de la Constitución. (La señora Moraleja Gómez:
¡Transparencia!). A ver si de una vez por todas el Partido Popular muestra sentido de Estado...


La señora PRESIDENTA: Señora Moraleja, silencio, por favor.


El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Sánchez Pérez-Castejón): ... no solamente cuando está en el Gobierno, sino cuando está en la oposición. (Prolongados aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Socialista y de
los miembros del Gobierno, puestos en pie.-Aplausos de las señoras y de los señores diputados del Grupo Parlamentario de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común).


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor presidente.


Por el Grupo Parlamentario VOX, tiene la palabra el señor Abascal Conde. (Aplausos).


El señor ABASCAL CONDE: Muchas gracias. (Rumores).


La señora PRESIDENTA: Perdón, señor Abascal.


Señorías, les pido silencio, por favor.


El señor ABASCAL CONDE: Es verdad, señor Sánchez, cuidado con los curanderos, son los falsos doctores (aplausos), esos que echan la culpa a los demás de la crisis financiera, mientras ellos, durante esa misma crisis, eran consejeros nada
más y nada menos que de Caja Madrid. (Aplausos).


Señorías, ni debate, ni Estado, ni nación. Afrontamos una sesión con un Gobierno y unos socios de investidura incapaces de ponerse de acuerdo en lo que es el Estado y en lo que es la nación. Parece un fácil juego de palabras, pero viene al
caso para ilustrar esa extraña alianza, esa macedonia, en palabras del señor Sánchez, que decía que le quitaría el sueño, cuando lo cierto es que el sueño y los sueños se han volatilizado en millones de hogares españoles durante su Gobierno,
mientras usted viene aquí, a este debate sobre el estado de la nación, y utiliza la mitad de la intervención para hablar de la nación ucraniana, de la nación rusa, de la nación china y del Tribunal Supremo de los Estados Unidos. Tampoco se puede
decir que los señores y las señoras del banco azul y las mayorías que lo sustentan sean demasiado amigos de los debates. Es decir, ni Estado, ni nación, ni debates, porque, a la vez que hablan de tolerancia, ustedes no aceptan la libre
confrontación de ideas y argumentos, y hemos visto que eso que llamaban la nueva política se ha quedado en una mezcla de propaganda, de desinformación, de demonización del adversario, de manipulación e incluso, en ocasiones, de violencia contra la
oposición instada y ejercida desde el Gobierno. (Aplausos).


Entre gritos y subvenciones, este Gobierno, con ayuda de buena parte de los medios de comunicación, va decretando debates cerrados y llama reaccionarios a los que nos oponemos. Claro que reaccionamos. Ya querrían ustedes que nos quedásemos
parados y callados. Incluso han tratado de convertir en debates prohibidos los muy cuestionables principios que han inspirado toda su acción política. Y no, señor Feijóo -aprovecho para saludarle y para darle la bienvenida-, tampoco son debates
estériles, como usted ha dicho en alguna ocasión. Discúlpeme, porque sé que no puede responderme, pero créame que se lo digo con todo respeto y con toda humildad. No son debates estériles. La izquierda dice que hay debates prohibidos y, muchas
veces, ustedes dicen que esos debates son cortinas de humo y son debates estériles solo porque no quieren confrontar con la izquierda, pero la izquierda al final hace avanzar su agenda política. (Aplausos). No sirve esa postura que en realidad
solo busca ocultar que se nos está prohibiendo debatir sobre cuestiones esenciales que tienen consecuencias directas sobre el bienestar de las personas y también consecuencias directas sobre la economía, sobre la seguridad y sobre los derechos y las
libertades más básicos. Es más, este Gobierno, según el Tribunal Constitucional, ante los recursos planteados por VOX, ha vulnerado gravemente en tres ocasiones los derechos y las libertades de los españoles. (Aplausos). Lo ha hecho impunemente,
pero siguen sentados en el banco azul. Ha subido esta mañana a la tribuna a decir que las sentencias del Tribunal Constitucional o los recursos que se plantean son espadas de Damocles. ¿Cómo reivindica la Constitución, diciendo que el Tribunal
Constitucional, que vela por la legalidad, es una espada de Damocles? Tampoco es estéril que se le exijan responsabilidades a este Gobierno, por mucho que pueda resultar incómodo que solo VOX en esta Cámara se opusiera a aquel atropello a la
legalidad que representó el estado de excepción encubierto.



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Como ustedes pueden suponer, nosotros no vamos a aceptar que poderes públicos ni poderes privados decreten la clausura de los debates, es decir, el fin de la democracia. Tampoco vamos a fingir que en realidad esos debates no importan,
porque creemos que nuestro deber es representar a millones de españoles que saben que la ruina que les acecha no es fruto de la casualidad ni es fruto exclusivo de una epidemia o de una guerra, sino fundamentalmente del sectarismo -muchas veces con
formas totalitarias- que han impuesto unos gobernantes muy preocupados por agendas mundiales, como la del pin de la Agenda 2030 que usted lleva hoy en la solapa y que llevan todos los poderosos del mundo -que ahora dice que le vigilan y le
persiguen-, y por su propia agenda personal, que no consiste en otra cosa que en obedecer a los dictados de los que apuestan por esas agendas. (Aplausos). Pero siempre se olvidan de los intereses de los españoles, siempre se olvidan del interés de
España, y ese, señor Sánchez, es el estado de la nación.


Más allá de las concreciones que cada uno de nosotros exponga a lo largo del día de hoy en distintas áreas del Gobierno, como la economía, como los servicios sociales o como la política internacional, lo cierto es que la situación de España
es muy grave, y corre el riesgo de ser dramática si continúan en las instituciones aquellos que ni las sirven ni las respetan y solo las utilizan para sus objetivos personales y de sectarismo ideológico. (Aplausos). Y créanme que esta realidad que
constato no me alegra, a pesar de que estoy seguro de que va a ser la antesala y la causa de su salida del poder. La lamento profundamente. Lamento, señor Sánchez, aunque no lo crea, la oposición tan dura que nos hemos visto obligados a hacerle.
Lamento que desde el primer día usted engañase a los españoles estableciendo un pacto que había prometido que no se produciría. Yo sé que le molesta que le recuerde esto en todas mis intervenciones, pero estoy en la obligación moral de hacerlo
porque afecta a la legitimidad como gobernante. ¿Es legítimo que un político, veinticuatro horas después de las elecciones, haga exactamente lo contrario de lo que prometió a los electores? Esta Cámara tendrá que reflexionar sobre ello.


Del mismo modo, lamento que los que trataron de romper la unidad nacional con un golpe separatista hayan sido indultados por este Gobierno. Y denuncio que aquel proyecto del anterior vicepresidente de incorporar a ETA a la dirección del
Estado se haya llevado hasta el extremo casi pornográfico de que sea precisamente Bildu quien se atreva a dictar la memoria de los españoles (aplausos), y que sea precisamente el lehendakari Sánchez quien haya utilizado Ermua para blanquear y
legitimar su propósito en un tristísimo acto en el que han chapoteado en la indignidad. Yo estoy seguro de que muchísimos socialistas comparten esto igual que nosotros. Este es un gobierno sostenido en la mentira, en la mentira de la memoria
histórica, olvidando, por ejemplo, a Calvo Sotelo -y lo digo en la víspera del crimen que le asesinó y que desencadenó la Guerra Civil, por cierto, cometido por milicias socialistas escoltas de un ministro (aplausos)-, y un gobierno sostenido en la
mentira del blanqueamiento a ETA, usando estos días nada más y nada menos que la figura de Miguel Ángel Blanco, cuyo aniversario de muerte también celebramos hoy. Son crímenes cometidos, uno, por un Partido Socialista y, el otro, por una
organización terrorista separatista y socialista. Ustedes son los émulos del viejo y criminal Frente Popular, señorías. Esos crímenes que quieren borrar no van a lograr que se olviden con ninguna ley sectaria y totalitaria que aprueben en esta
Cámara. Tampoco ese debate es estéril ni corresponde a ningún trauma de aquellos que hemos sufrido en primera persona los ataques de una banda criminal y mafiosa. Es simple sentido común. Es simplemente entender que quienes han dedicado y todavía
dedican toda su vida política a destruir España con todos los medios a su alcance no son aptos para defender los intereses de España y de los españoles, por muy socios suyos que sean. Y no me parece que esté diciendo ninguna barbaridad, porque el
hecho de que quieran romper España es algo que han dicho abierta y públicamente en este hemiciclo. Por eso, señor Sánchez, por ese pacto con los que voluntariamente se alejan de la concordia nacional, con los que han jurado aquí mismo volver a
pisotear la Constitución, usted va a dejar una España arruinada, enfrentada, deteriorada institucionalmente e internacionalmente debilitada. Por eso mismo ETA, en su versión parlamentaria, les presta su apoyo, porque esa España dividida, débil y
enfrentada es exactamente lo que llevaban décadas buscando.


Es cierto -y lo digo también lamentándolo- que en ocasiones el señor Sánchez se ha encontrado más aliados que los extremistas que siempre le avalan. Por ejemplo, me refiero a las leyes climáticas, ese terrible error que los españoles pagan
todos los meses en sus facturas energéticas, en la cesta de la compra y en la escasez de empleo digno y estable. Señorías, ese pacto verde nos ha llevado a una situación de emergencia energética. Solo algunos fanatismos religiosos muy extremos han
llegado al sinsentido de ustedes la ley, que consiste en renunciar a explotar nuestros recursos naturales, los de nuestra nación, aunque sea a costa de la ruina de los ciudadanos. (Aplausos). Por supuesto que es



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bueno y deseable seguir incrementando las fuentes de energía renovables -¿quién duda de esto?, absolutamente nadie en esta Cámara-, pero es una irresponsabilidad mayúscula imponer una transición energética a costa del bienestar y de la
prosperidad de los ciudadanos, además, siempre de los más humildes. Señorías, en España hay gas, hay carbón, hay litio y, probablemente, hay petróleo en aguas canarias y hay tecnología muy avanzada para continuar, y no solo para continuar, sino
para ampliar con toda seguridad el programa nuclear. Sin embargo, ustedes han prohibido por ley en esta Cámara acceder a esos recursos, incluso han celebrado las voladuras de las centrales térmicas en un momento crítico de escasez. Ha sido como
verles aplaudir el incendio de campos de trigo en un momento de hambruna. Es un absoluto disparate, aunque es cierto que en eso ustedes solo hacían seguidismo de otros gobiernos europeos. La señora Merkel pasará a la historia como la gobernante
que decidió que el suministro energético industrial y alimentario del continente pasase a depender de la voluntad de líderes y de gobiernos muy lejanos y en ocasiones muy hostiles, como estamos viendo ahora. Y hoy las consecuencias las pagan los
ucranianos en sus carnes y los europeos en sus bolsillos. (Aplausos). Pero ni siquiera ahora que países europeos están rectificando a toda velocidad, como Alemania y Austria, que están abriendo nuevas centrales de carbón; ni siquiera ahora que
Bruselas ha decretado la energía nuclear y el gas como energías verdes, ni siquiera ahora se han dignado ustedes a derogar las leyes que impiden nuestro desarrollo económico y la prosperidad de nuestra patria.


Por eso venimos aquí, no a que usted nos interpele, a interpelarle a usted, a pedirle que rectifiquen, que lo hagan hoy mejor que mañana, que vuelvan a la senda del sentido común, que vuelvan junto a los intereses del pueblo español y que
abandonen esas oligarquías de fortunas obscenas, que no renuncian a sus lujos ni a sus excesos, que portan en la solapa el mismo pin que usted, que siempre consiguen eludir todos los sacrificios y que a la vez pretenden convencer a los europeos de
que debemos vivir peor mientras sus cuentas de resultados, eso sí, no dejan de incrementarse. Solo a través de la censura y de la desinformación se puede mantener ese rumbo absurdo que nos obliga a dejar de producir lo que necesitamos mientras se
lo compramos, arruinándonos, a quienes contaminan sin límite muy lejos de aquí y vuelven a contaminar para traerlo hasta aquí. Son ustedes unos expertos en exportar la contaminación y en exportar el empleo. (Aplausos). Solo desde el sectarismo se
puede seguir defendiendo un rumbo que arruina a los europeos, que los debilita internacionalmente, que compromete nuestra seguridad y que, además, como es evidente y estamos viendo, no supone el más mínimo beneficio para la salud del planeta. ¿De
verdad no hay entre los líderes de izquierda en esta Cámara alguien que se extrañe de la absoluta coincidencia de los postulados en este tema con las grandes fortunas empresariales y personales del mundo? ¿De verdad nadie tiene la honradez de
preguntarse por qué los discursos más enloquecidos del fanatismo climático que hemos escuchado tantas veces en esta tribuna son los mismos, literalmente los mismos que les oímos a los grandes banqueros, a los CEO de las grandes multinacionales y a
los grandes fondos de inversión? ¿Nadie en esta Cámara se lo plantea?


Todavía no entienden por qué los trabajadores en toda Europa -y acaba de pasar también en Andalucía- les están dando la espalda absolutamente en todo el continente. (Aplausos). Es muy sencillo, porque cada vez más europeos y más españoles
constatan y sufren las consecuencias de esas ideas de oligarquías y de poderosos que ustedes, al parecer, comparten, pero que no se atreven o no quieren contradecir. Consecuencias que no son elucubraciones abstractas de un diputado en esta tribuna,
sino que son realidades como el estado de la nación que preside el señor Sánchez, donde la deuda pública está en el 117 % y la inflación en el 10 %; la inflación que ustedes están aprovechando para recaudar y para esquilmar a los españoles y que es
el peor impuesto contra las clases medias y contra las clases trabajadoras. (Aplausos). La energía, ya sea la gasolina, el gasoil, el gas o la electricidad, se ha duplicado en algunos casos. Usted viene aquí con unas tablas falsas, hablándonos
del coste mayorista de la energía, pero no dice cuánto cuesta en los hogares. Estos son datos de la Comisión Europea, señor Sánchez. (Muestra un mapa). Este es el precio más alto, en rojo -en rojo siempre mal-, y en verde están los precios más
bajos de la energía en los hogares de toda Europa. (Rumores.-Aplausos). Esta es la realidad, señor Sánchez, no los números que usted trae aquí para mentir y para confundir. También es verdad que los jóvenes cobran hoy la mitad de lo que cobraban
los jóvenes en 1980, y eso los que tienen trabajo, porque tenemos el paro juvenil más alto de Europa.


Decía usted que de vez en cuando conviene mirar atrás. Pues lo vamos a hacer con un ejemplo, porque la memoria no es solo para las guerras de siglos pasados. En el año 1997, un alquiler costaba el 46 % de una pensión media, hoy es el 103 %
de la pensión media. Y mientras, los impuestos abusivos arrebatan a los trabajadores una buena parte de los ingresos; después de esa confiscación, tienen que



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llenar la cesta de la compra o alumbrar sus hogares y volver a pagar impuestos con cada gota de gasolina que consumen o con cada plato que llenan para sus hijos. Y cuando el contribuyente, exhausto y arruinado, ya sea empresario, autónomo,
funcionario o asalariado por cuenta ajena, se queja, todavía queda desfachatez suficiente para decirle que tiene que pagar 20 000 millones de euros en políticas de igualdad para la señora Montero y para sus decenas de asociaciones de amigos, amigas
y 'amigues'. (Aplausos). ¿Cuál es el plan exactamente, señor Sánchez y señora Montero, que ya no está? ¿Hacer a todos los españoles igual de pobres?


Recuerdo que en el 2015 usted expresó su deseo -lo digo textualmente- de ser recordado como el político que arregló la economía en España. En la primera parte del enunciado tengo que darle la razón, usted será recordado, por eso puede estar
tranquilo, pero me temo que no por lo que pretendía. Es más, cuando usted habla sube el pan: ha subido aquí a anunciar medidas para recaudar 1500 millones adicionales de la banca, y a los veinte minutos ha provocado pérdidas para los pequeños
ahorradores y un espanto para los inversores por valor de 6000 millones de euros. (Aplausos). Ese es usted, señor Sánchez.


Usted ha traído la ruina, y ante ese panorama lamento que solo un gobierno autonómico, el de Castilla y León, se haya atrevido a recortar subvenciones a organizaciones patronales y sindicatos para destinarlo a emergencias sociales. Quiero
felicitar al Partido Popular por haber cumplido su acuerdo de Gobierno, porque todos los españoles necesitan ver que en este momento de dificultades, ante la gravedad de la situación, hay políticos conscientes de que hay que recortar gastos
superfluos y dedicarlos a lo importante. Les animo a que sigan este mismo rumbo en otras instituciones. (Aplausos). También les animo a que dejen de obstaculizar la derogación de la Ley de Memoria Histórica en Castilla y León y su sustitución por
una ley de concordia, tal y como estaba pactado, y que hagan lo mismo, si les parece bien, en Andalucía. Porque claro que hay que recortar el dinero malgastado en patronales, en sindicatos y en partidos, en organizaciones que no defienden a los
trabajadores. Resulta evidente, con lo que estamos contando y con el panorama que están padeciendo los españoles, que la paz social no puede comprarse sobornando a unas organizaciones para sujetar las legítimas protestas de los ciudadanos, que ven
que su despensa se vacía mientras la política engorda hasta lo grosero y se expande hasta llegar a meterse en nuestras casas, en nuestras conciencias, en nuestra memoria y hasta en la biología si es necesario, como con esa ley trans que trae la
señora Montero y que ha puesto en pie de guerra a las feministas de toda la vida, que ven que ahora, caprichosamente, un hombre puede adquirir la condición de mujer, muchas veces un hombre joven o un niño sin la madurez suficiente, que acabará, como
en otros países, cuando haya tomado decisiones irreversibles por la confusión a la que ustedes le han llevado para hormonarse o mutilarle, denunciando a los gobiernos que lo propiciaron. Ustedes deberán ser responsables personales, con su
patrimonio, de las indemnizaciones millonarias que el Estado tendrá que pagar y que ya están siendo reclamadas en otros países. (Rumores.-Aplausos).


Tampoco este es un debate estéril, señores del Partido Popular, es un debate importante. Si están dispuestos a ser firmes en este tema, les rogaría que también tuvieran el compromiso de derogarlo si tenemos ocasión de hacerlo. Creo que
solo con esa firmeza podremos construir una alternativa real, con nuestras legítimas diferencias, amplias en algunos aspectos, pero una alternativa que sirva para dar a los españoles lo que reclaman, y es la expulsión de este Gobierno y de todas las
políticas que este Gobierno ha traído. Nosotros, desde luego, nos comprometemos formalmente a hacerlo; nos comprometemos a derogar toda la porquería legislativa extremista que se ha traído a esta Cámara y las ilegalidades separatistas. No nos va
a temblar el pulso. (Aplausos). Lo vamos a derogar todo en cuanto tengamos ocasión. Derogaremos todas las leyes sectarias alejadas de los intereses de los españoles y de todo consenso que se han impuesto durante estos años, desde la ley del
suicidio climático a las leyes de rapiña fiscal; desde la ley de promoción brutal del aborto a la ley de eutanasia; desde la ley de reforma educativa a la de memoria histórica, que, por cierto, recurriremos al Tribunal Constitucional para que
tenga otra espada de Damocles, porque ataca a la libertad de conciencia, a la libertad de expresión y a la libertad de cátedra. También las leyes transversales de género, que han acabado con la igualdad real de hombres y mujeres, creando algo tan
sorprendente en el mundo como tribunales especiales para hombres, a la vez -y ya se lo conté en la moción de censura- que han posibilitado que el hombre pueda caprichosamente declarar que es una mujer. ¿De verdad no aciertan a ver el sinsentido?
Creo que no es estéril oponerse a este error, por mucha fuerza que parezcan tener los equivocados. De hecho, la fertilidad de la política democrática se demuestra cuando mediante el debate y la confrontación de argumentos y el voto se pueden
deshacer los errores o las necedades que la propaganda o la fuerza habían convertido en ley, como ha pasado durante estos años de zapaterismo y sanchismo.



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He citado ya en dos ocasiones como ejemplo la ley de memoria histórica, ese grave error que ustedes van a convertir, de la mano del brazo político de ETA, en memoria democrática. Democrática, con ETA; ley de memoria etarra, más bien.
Algunos creen que los papeles lo aguantan absolutamente todo, pero no sorprende, porque ustedes están instalados en la mentira política, igual que sus ascendientes políticos. Es como cuando el bloque soviético levantó un muro en mitad de Europa,
que era algo absolutamente sin precedentes en la historia, para impedir que sus ciudadanos pudieran huir, y ustedes le llamaron muro de protección antifascista. Pero, en fin, más allá de las manos nada blancas con quienes ustedes traen este
proyecto, ¿de verdad creen que profanar tumbas es tarea de un gobierno? ¿De verdad creen que la situación de España requiere buscar agravios fratricidas de guerras de otro siglo o de otro milenio, mejor dicho? ¿O más bien es que el señor Sánchez
requiere, para mantener sus mayorías parlamentarias, conceder cualquier cosa, y que no se hable de lo que verdaderamente preocupa a los españoles? ¿De verdad es necesario tener que escuchar en España a un locutor de radio del Grupo Prisa, empresa
rescatada por gobiernos de uno y otro signo, diciendo que hay que volar una basílica cristiana y que, a ser posible, hay que hacerlo en domingo? ¿Se han vuelto todos ustedes locos? ¿De verdad tanto ejercicio de memoria no les ha enseñado que hay
que expulsar de la vida pública a los que sueñan con el retorno al odio y a la violencia? ¿Ustedes creen que es medianamente serio destruir la cruz más alta del mundo para darse un gustazo sectario? Por nuestra parte, ya lo saben ustedes, porque
se lo hemos dicho muchas veces, reconstruiremos todo lo que destruyan y levantaremos todo lo que derriben, desde la economía hasta las cruces. (Aplausos).


Lamentaba al principio de mi intervención todos los sufrimientos que los españoles están padeciendo como consecuencia del peor Gobierno posible en un momento internacionalmente tan complejo y lamento también no haber podido apoyar las
medidas que ha tomado el Gobierno (risas del señor presidente del Gobierno), pero creo que, vistos los efectos de tantas medidas y de tantos anuncios, ya nadie dudará de que hemos acertado y que vamos a seguir acertando no apoyando a este Gobierno,
de que acertamos hace mucho tiempo en las previsiones que hicimos en la moción de censura, que, tristemente, se han ido cumpliendo una detrás de otra.


Y lo mismo sucede con el panorama internacional. En ese trastorno de personalidad política que padece este Gobierno, hemos visto, en esta misma legislatura, cómo el Gobierno traía ilegalmente a un enemigo declarado de Marruecos y reclamado
por distintos tribunales por delitos muy graves. Nos enteramos también por Marruecos que el señor Sánchez, sin preguntar ni a su Gobierno ni al Parlamento ni a su partido, ha cambiado de un plumazo la posición histórica sobre el Sáhara. Esto no
había sucedido nunca en la España democrática. Cuando trajo al líder del Frente Polisario consiguió que Marruecos lanzase una avalancha migratoria, que sufrieron nuestros guardias y los vecinos de Ceuta y de Melilla. Cuando, inesperadamente, dio
la voltereta diplomática -reconozca que soy generoso llamando diplomacia a lo que usted hace- provocó otra avalancha, esta vez porque Argelia abrió la frontera para llevar la presión a Marruecos, y de nuevo el problema acabó en Melilla, en los
españoles, en los guardias y en los policías que defienden la frontera.


Señorías, Marruecos tiene la obligación de defender sus intereses, y nosotros no podemos criticarle por ello. El hecho de que España, por ejemplo, no haya tomado represalias, como debería haber hecho, contra algunos países europeos que han
acogido terroristas y golpistas del golpe del año 2017, no quiere decir que Marruecos u otros países, ante agravios similares, se queden de brazos cruzados. Y, ahora, después de la pirueta, es Argelia quien ejerce la presión y, por desgracia, tiene
una forma muy efectiva de hacerlo, por culpa del insensato pacto verde, que nos ha convertido en dependientes y que impide explotar nuestros recursos. En resumen, han creado ustedes un problema fronterizo, un problema humanitario y un problema
energético, todo a la vez. Algún día sabremos por qué lo ha hecho, pero es evidente que ese cambio de postura no obedece a los intereses de España.


¿Hay que tener una buena relación con Marruecos? Por supuesto. En cuanto Marruecos reconozca, sin matices, la españolidad de Ceuta, de Melilla, de Canarias y de las aguas territoriales. (Aplausos). Buenas vallas hacen buenos vecinos. Y,
hablando de la valla y de la presión migratoria, celebro haberle oído por primera vez una denuncia clara respecto a las mafias de la inmigración. Creo que ya era hora, aunque le falta entender que esas mafias existen, precisamente, porque operan
con la colaboración de ONG españolas, las mismas que ustedes riegan con subvenciones. Esas mafias, señor Sánchez, no existirían si España mandase el mensaje claro a toda África de que quien entre ilegalmente será devuelto, que nunca podrá
regularizar aquí su situación y que nunca recibirá una ayuda social, porque hay que acabar con ese efecto llamada que todos ustedes perpetúan. Es el mejor anuncio para las mafias que



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trafican con seres humanos, y por fin - llevo años reclamándoselo- usted se ha decidido a denunciarlas. Pero la pregunta es si se va a atrever a acabar con las mafias. ¿Se va a atrever a acabar con el efecto llamada, del que viven? ¿Se va
a atrever a acabar con las subvenciones a las ONG que colaboran con ellas? Estoy seguro de que no.


Otra pregunta para la bancada de la izquierda, igual que en el tema climático. ¿No han reflexionado nunca sobre esa coincidencia suya con los poderosos, con esos enormes oligopolios, que quieren abaratar los salarios a costa de una
inmigración masiva? ¿No van a defender nunca los intereses de los españoles, que ven cómo descienden sus salarios reales y la seguridad en sus barrios? Porque, señor Sánchez, aunque a algunos se nos está haciendo tan largo, en realidad no hace
tanto tiempo que está usted en la Moncloa, y yo recuerdo que antes de su Gobierno, del lenguaje inclusivo, de leyes de género, de pasos de cebra de colorines y de 20 000 millones de igualdad, en España no se había normalizado ese crimen horrendo y
aberrante de las violaciones en manada, pero ahora hay semanas en las que nos enteramos de varias. Hoy las mujeres, con este Gobierno, tienen más miedo que antes. ¿Esto tampoco les merece ninguna reflexión? ¿Por qué las mujeres gozan ahora de
menos seguridad que antes de que usted llegase al poder? Lamento también que ante un crimen tan repugnante, que estoy seguro que a todos escandaliza en esta Cámara, no seamos capaces de tomar medidas conjuntas. Hay que elevar las penas, pero la
izquierda siempre prefiere hablar de reinserción, y ya siento la coincidencia, pero gran parte de estas salvajadas las cometen individuos que nunca deberían haber entrado en España. (Aplausos). ¿No podemos dejar de pintar arcoíris en los pasos de
cebra y procurar que esos criminales que desprecian tanto a las mujeres como a los homosexuales vuelvan a las cárceles de sus países y no vean nunca más la luz del sol, como ha propuesto, por cierto, ahora, en Francia, no la señora Le Pen, sino el
señor Macron? (Aplausos). Parece que no, que es al revés. Ustedes publican justo en este momento amables tutoriales del Ministerio de Asuntos Exteriores explicando a quienes están en España cómo pueden cancelar los antecedentes penales para
acceder a la nacionalidad española. A nosotros nos parece que no es el mejor camino para recuperar la seguridad de tantos barrios de España, señor Sánchez.


Tampoco ha elegido bien para procurar nuestra defensa global, es decir, nuestra política de defensa, porque, a pesar de sacarse muchas fotos con los líderes de la OTAN, ha sido incapaz de conseguir que esa organización proteja a nuestras
ciudades africanas, pero ha sido muy capaz de conseguir que sus medios acólitos digan que lo ha conseguido, a pesar de que no aparece en ningún texto y no hay ningún compromiso. Además, tampoco ha logrado usted despejar la desconfianza que su
Gobierno produce en muchas cancillerías. Créanme, y se lo digo con conocimiento de causa, por muchas fotos que le regalen, nadie olvida que en su Gobierno y en la mayoría parlamentaria que lo sustenta tiene usted a enemigos declarados de la Alianza
Atlántica. Tiene usted en su Gobierno a integrantes del Grupo de Puebla, que debería llamarse el cartel de Puebla, que, por ejemplo, mantiene secuestrada a la expresidente de Bolivia Jeanine Áñez (aplausos), y tiene usted en su Gobierno a enemigos
declarados de Occidente.


En este tema de defensa le reconozco otra vez esa agilidad sorprendente para las piruetas. Decía usted, cuando estaba en la oposición, que había que cerrar el Ministerio de Defensa y, ahora, asume de repente la propuesta de VOX de subir el
gasto de defensa hasta el 2 % del producto interior bruto. Pues bienvenido, de nuevo, a la extrema derecha trumpista o cualquiera de las etiquetas que usted, su Gobierno y sus medios nos habían puesto. (Aplausos). Bienvenido a la xenofobia, por
denunciar la inmigración ilegal y las mafias. Bienvenido al franquismo y a la autarquía, por reconocer que no es sensato incrementar la dependencia energética, industrial y alimentaria y depender de países inestables. Bienvenido, también, a la
chinofobia. ¿Se acuerda usted de lo que se reía de mí en la moción de censura cuando yo le advertía de la amenaza que suponía China? Bienvenido al centralismo opresor, con ese plan estatal que pretende combatir los incendios o con ese centro de
coordinación en materia de salud. Bienvenido a la defensa de Polonia, a la que usted había demonizado brutalmente. Y bienvenido también, señor Sánchez, a las conspiranoias. ¿Se acuerda usted de esos movimientos raros que hacía en esta tribuna
cuando le hablaba de las coincidencias de los poderosos con su discurso respecto a China, inmigración o género? Debería usted recuperarlas para contarnos quiénes son esos poderes oscuros, esos contubernios que dice que le persiguen. De verdad,
¿quiénes son? ¿Quizá el duopolio televisivo que ha regado con subvenciones? ¿La patronal que acude rauda a su rescate? Señores con puro, decía. ¿Es Felipe González? ¿Es Indra? Del indracidio y del asalto a las empresas e instituciones ya
hablaremos en otro momento.


En cualquier caso, señor Sánchez, y concluyo, si se siente usted amenazado políticamente, lo único que le pedimos es que no decrete otro estado de excepción encubierto, porque me temo que es capaz. Lo más razonable es que dimita, no porque
haya oscuras conspiraciones contra su persona, sino porque



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España necesita cuanto antes que ustedes se vayan para recuperar la sensatez y para combatir la ruina que nos dejan. Para ello España no necesita que ustedes sean relevados, simplemente, como algunos creen y quieren (risas del señor
presidente del Gobierno), España necesita una alternativa completa a todas sus políticas. Cuando ustedes no estén, España recuperará los debates, el Estado y la nación. Usted ha dicho en su primera intervención que va a estudiar todas las
propuestas que los grupos le hemos hecho. Nosotros le hemos hecho quince propuestas. Nos vale con que estudie una, la de que se marche.


Ha venido usted aquí con un discurso confrontacional, agresivo, sectario...


La señora PRESIDENTA: Señor Abascal, tiene usted que terminar.


El señor ABASCAL CONDE: Concluyo inmediatamente.


Ha venido usted aquí con un discurso confrontacional, agresivo, sectario y de reproche permanente y nos dice, falsamente, que apela a la unidad entre todos y que estemos juntos frente a la adversidad. La adversidad es usted, señor Sánchez.
(Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario VOX, puestos en pie).


La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Abascal.


Tiene la palabra el señor presidente del Gobierno. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Sánchez Pérez-Castejón): Muchas gracias, señora presidenta.


Señor Abascal, yo creo que después de haber escuchado a lo largo de esta tarde al Partido Popular y a VOX queda claro que la principal preocupación que tienen la derecha y la ultraderecha en nuestro país, el gran problema que tiene España es
ETA. Después de diez años de su desaparición, el gran problema que tiene la democracia española es ETA.


El señor Abascal me reprocha que el Gobierno de España esté comprometido con la Agenda 2030. No entiendo por qué ustedes se oponen a objetivos tan nobles como poner fin a la pobreza, como reforzar la salud pública en nuestro planeta, como
garantizar la educación de nuestros menores, como hacer frente a un desafío común que tiene la humanidad como es el cambio climático. Realmente, señoría, partiendo de las premisas de las que usted ha partido en su intervención, hay poco que
debatir, porque usted plantea un mundo, un planeta o un país completamente distintos a la España real que tenemos, señoría.


Me reprocha que haya hablado de Rusia, que haya hablado de Ucrania, que haya hablado también de la evolución china, de su economía, o que haya hablado también de los potenciales riesgos que tiene la economía estadounidense o la economía
europea. No lo entiendo, señoría. Creo que tendríamos que hacer entre todos un debate sosegado, nada rencoroso, nada polarizador. (Rumores). No creo que lo haya hecho en mi intervención, en absoluto, señoría. No creo que lo haya hecho. Creo
que he tratado de dar una visión, y compartirla con los ciudadanos, de cuáles son las causas de la evolución de la inflación en nuestro país y en Europa, de cuáles son los riesgos a los que nos enfrentamos durante los próximos meses, de cuáles son
las obligaciones, los deberes, no solamente económicos, sino también morales, que tiene España, y, a partir de ahí, plantear soluciones.


Señorías, estamos ya bastante acostumbrados a escuchar al señor Abascal y a su grupo parlamentario, y las soluciones han brillado por su ausencia. No sabemos cuáles son las soluciones. Bueno, sí, efectivamente, que yo me marche, pero, más
allá de eso, no hay mucho más. Creo que los españoles se merecen tener un debate sobre propuestas, sobre medidas, para poder contrastar qué opciones tienen ustedes o ponen encima de la mesa para resolver el problema de la inflación o resolver las
múltiples tareas que tenemos en nuestro país.


El señor Abascal lo que viene a decir de alguna manera es que ellos son los que defienden a la clase media trabajadora de nuestro país, a los colectivos vulnerables, incluso le he escuchado a usted referirse a VOX como un partido obrero, y
que aquellos que llevamos el pin de la Agenda 2030, aquellos que creemos en el multilateralismo somos unos globalistas, que estamos al servicio -parece ser- de unas oligarquías que solamente usted conoce. Bueno, sí, está el señor Soros, que cada
vez que puede lo saca en las redes sociales. Pues eso, que nosotros defendemos a la oligarquía y el señor Abascal y el Grupo Parlamentario VOX defienden a los trabajadores, a la gente de a pie. Eso es en teoría, eso es en la superficie, señor
Abascal, porque, luego, cuando vamos al tema, vemos que usted vota en contra de las distintas reformas que ha planteado este Gobierno. Por ejemplo, ha votado en contra de una reforma laboral acordada entre los agentes sociales y el Gobierno de
España, que ha traído cosas



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buenas para este país, señoría, y lo digo con todos los respetos y con toda la consideración a su grupo parlamentario. Fíjense, en los seis primeros meses de 2022 se han firmado 2 218 000 contratos indefinidos más que en el mismo periodo
del año 2019 y 3 635 000 contratos temporales menos, reduciendo, en consecuencia, la abusiva rotación laboral. Los más beneficiados con ello han sido aquellos colectivos que han sufrido la precariedad laboral de manera recurrente a lo largo de
estos últimos años. Fíjese, en junio del año 2022 el 41,3 % de los contratos firmados por mujeres han sido indefinidos, mientras que en junio del año 2019 representaban el 8,3 % del total; el 43 % de los contratos firmados por jóvenes menores de
treinta años ha sido indefinido, cuando en junio de 2019 representaban el 7,4 %. Es decir, un 41 % de contratos indefinidos firmados por mujeres en este mes de junio, frente al 8,3 % del total en junio del año 2019 y un 43 % de los jóvenes en junio
del año 2022 frente al 7,4 % en julio del año 2019. ¿Qué quiero decir con esto? Que si realmente ustedes fueran un partido obrero, como se autocalifican, deberían haber votado a favor de esta reforma laboral y haber reconocido el trabajo tanto de
sindicatos como de empresarios de llegar a ese acuerdo. (Aplausos). Realmente, señoría, esto es lo que deberían haber hecho. Deberían haber aplaudido la subida del salario mínimo interprofesional, deberían haber aplaudido la revalorización de las
pensiones y no deberían plantear cosas como plantean ustedes en su programa electoral, como es reducir el despido a veinte días por año trabajado o plantear soluciones de privatización de las pensiones.


Fíjense, yo niego la mayor, señoría. Usted saca pecho -y yo lamento mucho que el Partido Popular se haya visto arrastrado en Castilla y León a estas tesis-, pero yo lamento mucho que ustedes identifiquen gasto superfluo con gasto vinculado
al diálogo social, porque creo honestamente que el diálogo social ha salvado muchas empresas y muchos empleos a lo largo de la pandemia. Lo ha hecho. Han sido quince acuerdos los que hemos logrado con los agentes sociales, con los sindicatos y los
empresarios durante estos dos años y medio de pandemia, acuerdos tan importantes como, por ejemplo, poner en marcha los ERTE para tres millones y medio de trabajadores; transferencias a trabajadores autónomos, un millón y medio de trabajadores
autónomos, la mitad que están afiliados al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos en la Seguridad Social; los avales ICO, que hemos puesto en marcha para rescatar a muchísimas empresas, o también el fondo SEPI, que ha logrado rescatar a muchas
empresas como consecuencia de la pandemia. No entiendo por qué ustedes vinculan al gasto superfluo algo que es bueno para garantizar la paz social en nuestro país, a no ser que, en efecto, ustedes lo que no quieran sea paz social, sino polarizar a
la sociedad, insuflar miedo social y, de alguna manera, que sus tesis ganen fuerza en el debate público. Creo, señorías, como le he dicho en otras muchas ocasiones, señor Abascal, que eso no va a ocurrir, porque la mayoría social de este país no
está en sus tesis. (Aplausos).


Usted me reprocha, señoría, que hayamos propuesto un impuesto a la banca y usted me reprocha la evolución de la Bolsa en estas últimas horas. ¿Usted recuerda cuáles son las principales portadas de los diarios económicos en nuestro país a lo
largo de esta semana? Que como consecuencia del cambio de la política monetaria del Banco Central Europeo, los dividendos y también, lógicamente, los beneficios de las grandes entidades financieras en el año 2021 y en el año 2022 son
extraordinarios. Me resulta extraño que un partido que se dice obrero como el suyo esté en contra de poner un impuesto a la banca, a las grandes entidades de nuestro país. Primero, porque el Estado, durante la crisis financiera, realizó un rescate
al sector bancario que ha tenido un coste, según los datos del Tribunal de Cuentas, de 66 577 millones de euros. En segundo lugar, porque, como he dicho antes, el alza de los tipos de interés ya está produciendo una subida en los márgenes de las
entidades de crédito. Simplemente le doy algunos datos. En el primer trimestre del año 2022, los beneficios de los grandes bancos han aumentado aún más respecto al año anterior, que ya fue bastante. Para que se hagan una idea, en el año 2021 solo
los cinco grandes bancos de nuestro país ganaron casi 20 000 millones de euros, lo que supone un 45 % más que en el año anterior, y en este primer trimestre del año 2022, los beneficios de los grandes bancos han aumentado aún más, y pongo el caso
del Banco Santander, con más de un 58 % respecto al año anterior, el del BBVA, con más de un 59 % respecto al año anterior, el de Caixa, con más de un 22 % respecto al año anterior, y el de Sabadell, con más de un 100 % respecto al año anterior.
¿Qué problema tienen ustedes, señorías, en que también las grandes entidades financieras de nuestro país arrimen el hombro y echen una mano para poder proteger a las familias, a las empresas y a las grandes industrias? (Aplausos). ¿Qué problema
hay? No creo que tenga que haber debate. Creo, además, señoría, que sería positivo que de esta Cámara -ya sé que con ustedes es mucho más complicado- saliera un gran acuerdo unánime, de todas las fuerzas parlamentarias, para aprobar ese impuesto a
la gran banca y, por supuesto, también a las grandes empresas energéticas de nuestro país.



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Usted trata de insuflar miedo, señoría. Ese es su discurso, ese es su objetivo, su estrategia política. Es verdad que tenemos un problema con la inflación, lo he dicho antes en mi intervención. Pero también creo que es importante -lo
subrayaba en mi primera intervención- dar importancia a cuáles son los fundamentos de nuestra economía. Estaba viendo aquí, por ejemplo, simplemente para que lo tengan ustedes en cuenta a la hora de analizar la situación de nuestra economía, que
España va a ser una de las economías que más va a crecer en Europa a lo largo de este año y del siguiente. Sí, más de un 4 % en el año 2022 y por encima también de la media europea en el año 2023.


Hablaba usted, señoría, de la inmigración, que siempre es un tema recurrente en su partido. Simplemente le daré algunos datos en torno a esto del efecto llamada que usted siempre plantea. En relación con la migración irregular, en el año
2018, cuando nosotros llegamos al Gobierno, habían llegado a España 64 298 migrantes irregulares y 41 945 migrantes en el año 2021, es decir, un 65,24 % menos. En términos estacionales, el número de llegadas irregulares en junio del año 2022, que
siempre es un mes complicado, fue de 14 071, menor al número de llegadas irregulares de junio de 2018, cuando llegamos al Gobierno, que fue de 17 300. En relación con la migración regular, quiero decirle que en España, de acuerdo con la estadística
de migraciones del Instituto Nacional de Estadística, hay 5 417 883 extranjeros sobre una población de 47 millones de habitantes. Es decir, el 11,42 % de la población inscrita en el padrón continuo es extranjera, frente al 88,58 % que tienen la
nacionalidad española. Si usted se molesta en leer a un premio princesa de Asturias del año 2019, Alejandro Portes, que es sociólogo y profesor de una universidad afamada en Estados Unidos, la de Princeton, y autor de un estudio sociológico muy
importante, el más importante hecho en España sobre integración de la llamada segunda generación de hijos inmigrantes, que es una agendación de nuevos españoles, verá que la conclusión de este estudio, que es muy interesante y que me gustaría
compartir con sus señorías, es que los nuevos españoles están integrados; que se han demostrado las bajas experiencias de discriminación, los altos niveles de autoidentificación con el país, que no diferencian a los hijos inmigrantes nacidos en
España de los hijos españoles; que la nacionalidad no es determinante, es su clase social, y que la clave es el estatus socioeconómico de la familia y el género del joven, no la nacionalidad, señoría. Lo que quiero decir con esto es que, frente a
sus discursos del odio, afortunadamente, en nuestro país hay una amplísima mayoría de la sociedad española que abraza la diversidad de nuestro país. (Aplausos).


Sobre la ley de cambio climático, el problema que tenemos siempre usted y yo al hablar de esto, señor Abascal, o el común de los mortales en nuestro país cuando escuchamos esto del fanatismo climático, la religión climática, en fin, todos
los epítetos que le pone a este desafío global que tiene la humanidad, que es la adaptación y la mitigación del cambio climático, es que usted no hace caso a la evidencia científica. (Risas). No sé por qué se ríen, porque es cierto que no hacen
caso a la evidencia científica. ¿También los científicos, que anualmente en el panel de expertos de Naciones Unidas dicen que hay un problema de cambio climático, que estamos ya muy por encima de esos 2 grados a final de siglo, son personas que no
cuentan con su aval, son personas que consideran que no son solventes, señoría? Porque si esa es la cuestión, evidentemente es muy difícil debatir con usted. Al igual ocurrió con la COVID, cuando usted arrojaba dudas sobre la efectividad de la
vacuna, sobre la contribución de la ciencia. (El señor Abascal Conde hace gestos negativos). Sí, claro que sí señoría, usted lo ha hecho. Bueno, hasta incluso en las redes sociales ha circulado un vídeo en el que dice que no existió
confinamiento. (El señor Espinosa de los Monteros de Simón: ¡Eso lo ha dicho usted!-El señor Abascal Conde hace gestos negativos). Sí, sí, su partido político. En todo caso, señoría, volviendo al cambio climático, este es un Gobierno que cree en
el compromiso por las energías renovables, este es un Gobierno que cree que España tiene una gran oportunidad de convertirse en una potencia exportadora de energía verde y este es un Gobierno, señoría, que, desde luego, va a contribuir, en la medida
de nuestras posibilidades, a crear alternativas a la importación de gas ruso.


Señoría, ustedes, dicen ser aquellos que defienden a la clase media trabajadora de nuestro país. Yo no sé si es ir contra las élites decir que la despoblación, como les he escuchado decir, se debe a que los españoles y españolas ya no creen
que el único fin del sexo sea la reproducción. No, señoría, eso es hacer el ridículo de manera colosal. (Aplausos). La pregunta, señor Abascal, que habría que hacerse es de qué museos salen ustedes. (Risas.-Aplausos). ¿De qué museos salen? ¿Es
ir en contra de las élites atacar al feminismo, como hace usted en sus intervenciones? Nosotros estamos muy orgullosos del feminismo como movimiento transformador, que no abrazan solamente las mujeres, sino muchos hombres de nuestro país. ¿Es ir
en contra de las élites atacar al feminismo en todas sus manifestaciones, negar la violencia de género, como hacen ustedes, o rechazar el derecho



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a la interrupción voluntaria del embarazo por parte de las mujeres? Eso es ir contra la mitad de las personas de nuestro país, señoría. Eso es lo que ustedes hacen.


Sobre la Ley de Memoria Democrática, ya sé que no le voy a convencer a usted, señoría, pero permítame decir que sobre la Transición la exposición de motivos dice cosas como que 'la vigente Constitución se fundamentó en un amplio compromiso
social y político para la superación de las graves y profundas heridas que había sufrido la sociedad española durante la guerra y los cuarenta años de dictadura franquista. Este consenso fue el espíritu de nuestra transición política y ha sido la
base de la época de mayor esplendor y prosperidad que ha conocido nuestro país'. ¿Qué objeción tiene usted con cómo define esta exposición de motivos la transición democrática en España? Dice la exposición de motivos de la Ley de Memoria
Democrática que 'la Transición asumía el legado democrático y de dignidad que varias generaciones de españolas y españoles habían forjado en torno a la defensa de la democracia, la lucha antifascista en Europa y la recuperación de las libertades
individuales y colectivas en nuestro país'. ¿Qué objeción tiene usted a este texto, señoría? Dígame qué objeción tiene a que, sobre la Ley de Amnistía, en esa exposición de motivos se diga lo siguiente: 'El primer Parlamento elegido
democráticamente desde el final de la Guerra aprobó la Ley 46/1977, de 15 de octubre, una reclamación histórica de la oposición antifranquista [...] y esta ley tuvo por virtud amnistiar todos los delitos de intencionalidad política e infracciones de
naturaleza laboral y sindical'. La exposición de motivos reconoce la Ley de Amnistía, la voluntad de reconciliación y de construcción de una sociedad democrática avanzada. ¿Qué tienen ustedes en contra de este texto, señorías? ¿Qué tienen ustedes
en contra de declarar ilegal, como hace el artículo 1.3 del proyecto de ley, el régimen surgido de la contienda militar iniciada con dicho golpe militar? Díganme qué tienen ustedes en contra de lo que dice el artículo 16 de este proyecto de ley que
está en las Cortes Generales que dice textualmente lo siguiente: 'Corresponderá a la Administración General del Estado la búsqueda de personas desaparecidas durante la Guerra y la Dictadura, sin perjuicio de las competencias de otras
administraciones públicas relacionadas con dicha actividad'. ¿Qué problema tienen ustedes en que el Estado asuma, en primera persona, la exhumación de los cadáveres de las víctimas de la dictadura franquista, en un país que se estima tiene un total
de 114 000 desaparecidos durante ese tiempo? Para que nos hagamos una idea, son muchos más desaparecidos que en países como Colombia, que reconoce 70 000 desaparecidos, como Argentina, con 30 000 desaparecidos, o Chile, con 3400 desaparecidos.
Creo que tenemos un deber moral todos con las víctimas del franquismo y, por supuesto, espero que las Cortes Generales refrenden esta Ley de Memoria Democrática. (Aplausos).


No quiero entrar -yo sé que usted lo busca, señoría- en ese tono bronco que usted tiene. Usted ha dicho algo muy grave, que, por supuesto, se respeta, no podía ser de otra manera, desde esta tribuna. Usted me ha dicho todo tipo de
barbaridades, y no voy a recordarlas, pero usted ha utilizado el término porquerías legislativas -porquerías legislativas, señoría- y ha puesto como ejemplo la Ley de Memoria Democrática, ha puesto como ejemplo la ley de eutanasia, ha puesto como
ejemplo la ley de interrupción voluntaria del embarazo. Yo solamente quiero decir que, aunque les pese, Madrid acaba de celebrar el pasado fin de semana una gran fiesta del Orgullo, y para quienes se pregunten por qué hay que seguir celebrando el
Orgullo ustedes son la respuesta. (Aplausos). Hay que seguir celebrando el Orgullo. ¿Sabe por qué, señor Abascal? Hay que seguir celebrando el Orgullo para devolverles a ustedes al armario, al armario de la historia. (Un señor diputado: Muy
bien.-Aplausos).


Muchas gracias señor presidente.


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor presidente.


Por el Grupo Parlamentario VOX, tiene la palabra el señor Abascal Conde. (Aplausos).


El señor ABASCAL CONDE: Le agradezco mucho ese tono bajito, de disimulo, que usted ha empleado y más en contraste con el que ha utilizado hoy contra la señora Gamarra.


Si tuviera que hacer un resumen de lo que usted ha dicho, me quedaría con esa frase de que 'deberían habernos aplaudido', de que deberíamos haberle aplaudido; ya sabemos que eso es lo que a usted le gusta. Lo siento, no hemos apoyado sus
medidas y no le hemos aplaudido, y es muy simple, señor Sánchez, es porque, tras una lectura muy rápida de la realidad, los españoles están hoy peor que antes de que usted aprobase sus medidas. Por muchos datos falsos que usted nos traiga aquí, hay
más inflación después de sus medidas, hay menos ahorros y hay más dificultades para llegar a final de mes. Por cierto, desde el año 2019 no se ha creado empleo privado, solo se ha creado empleo público, destruyéndose empleo privado en España.
(Aplausos).



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Está usted, como siempre, con la ciencia. Hoy venía con lo de los curanderos y pensaba echárnoslo encima hasta que le he dicho que los curanderos eran falsos doctores. Pero, claro, hoy nos ha traído una solución mágica, que es la de bajar
la calefacción y bajar el aire acondicionado, es decir, más frío en invierno y más calor en verano. ¿Esa solución es de especialista, de doctor o de curandero? Lo que ha hecho con esa solución es describir exactamente la situación que usted mismo
predijo antes de su llegada al poder si tenía que pactar con Podemos, es decir, la situación de cartillas de racionamiento, que en este caso afectan a la energía porque es la propuesta que usted ha traído para los hogares españoles. (Aplausos).


Yo no le he reprochado que hubiera hablado de otros problemas del mundo, evidentemente vivimos en un mundo interconectado, pero ha dedicado la mitad de su intervención en el debate del estado de la nación a hablar de otras naciones que no
eran la española. Por cierto, ha hecho una defensa apasionada de la soberanía de la nación ucraniana, yo le animo a que intente lo mismo con España (aplausos), aunque sé que tiene dificultades, teniendo en cuenta quienes son sus socios.


Ha venido aquí a contar una mentira o, algo peor, una media verdad. Ha dicho que España es uno de los países europeos que menos depende del gas ruso, bien; lo que no ha dicho es que en mitad de la guerra España ha multiplicado por cuatro
su dependencia del gas ruso. ¿Usted cree que esto contribuye al final de la guerra, esa guerra que según usted es la causa de todos los males? (Aplausos).


Hoy ha venido a esta Cámara a intentar que no se hablase del debate del estado de la nación, sino de un montón de ocurrencias y fuegos de artificio que usted traía, que podrían resumirse con la frase ¿quién da más? Ha venido aquí, por
ejemplo, a proponer que a los jóvenes se les regalen migajas que son arrebatadas a sus padres por unos impuestos abusivos. Usted ha venido aquí a decir que va a combatir los beneficios extraordinarios de las eléctricas, muy bien. ¿Y los beneficios
extraordinarios del Estado a costa de la inflación? ¿Esos no los va a combatir? (Aplausos). Porque podía usted dejar el dinero en el bolsillo de los españoles en vez de emplearlo en sobornos con la excusa de garantizar la paz social. Podía usted
reducir su Gobierno, con tantos ministros y ministras y con tantos asesores; podía reducir el gasto político y el gasto ideológico; podía reducir la asignación a partidos, a sindicatos y a organizaciones patronales. Eso nunca está en la agenda
del señor Sánchez, del Partido Socialista y de la izquierda; en vuestra agenda lo único que está es apretar más a los españoles. (Aplausos).


Según usted, la solución es traer aquí una batería de leyes ideológicas extremas -porque ha anunciado una cantidad impresionante de leyes que va a traer en otoño- para generar confrontación en la sociedad española. Es usted el que la busca
-aunque luego baje la voz en esta tribuna- con medidas bolivarianas en todos los aspectos que traen más confiscación, más impuestos y, siempre, más gasto público que tiene que pagar la sociedad española, esa misma sociedad que no llega a final de
mes, esa misma sociedad que tiene dificultades para atender a sus familias y que cada mes, en cada plato que tiene que llevar a su casa y en absolutamente cualquier movimiento que haga en su vida cotidiana se ve extorsionada por un Estado cada vez
más voraz. Ha venido usted con una serie de medidas bolivarianas que tienen un único objetivo, que no es resolver el problema de los españoles, sino arañar unos pocos votos a Podemos. No hay más que ver la cara que tenían sus socios -entre
perplejos, sorprendidos y enfadados- cuando usted ha anunciado en esta tribuna como propias medidas que ellos vienen reclamando. Su único objetivo es la competencia con ese lado del hemiciclo para ver si obtiene unos pocos votos más. Usted no está
pensando en los españoles, sino en ver cómo se sostiene un rato más en el poder.


Señor Sánchez, usted ha dicho esta mañana que no venía a hablar del pasado, pero usted ya forma parte del pasado. Todas sus mentiras, todas sus palabras, sus proyectos, incluso muchos de los que ha dicho hoy aquí, pertenecen a un tiempo que
España necesita superar. Usted está de salida, si es que no está fuera ya. Usted ha demostrado a su partido, a sus votantes, a este Parlamento, a sus socios internacionales y a los españoles que no tiene palabra, que ha mentido, que miente y que
está dispuesto a mentir para estar un minuto más en el poder. Y el problema ya no son sus mentiras, que las damos por descontadas, el problema, señor Sánchez, es que cada vez que usted habla -como le he dicho antes- sube el pan literalmente.
Mientras usted hablaba hoy en la tribuna, los españoles, los pequeños ahorradores, se hacían más pobres por el desplome de la inversión y de los ahorros que tienen muchas familias; cada minuto que está usted en la Moncloa los españoles viven peor.


Nosotros venimos aquí a decir lo que pensamos de usted, pero también a dar soluciones, como llevamos haciendo toda esta legislatura. Venimos a decir que España necesita reformas urgentes y profundas y no los fuegos artificiales que hoy
hemos visto. España necesita urgentemente un Gobierno



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que expulse de las instituciones a los que pretenden destruir la nación. España necesita urgentemente la derogación de toda la legislación sectaria y recuperar la igualdad de los españoles ante la ley y en todo el territorio nacional y
expulsar de la política a aquellos que pretenden dividirnos y enfrentarnos. España necesita que los padres puedan elegir la educación de sus hijos y que nuestra lengua común deje de estar perseguida. Usted ha venido hoy aquí a hablar de la lengua
digital, ya podía hacer que muchos niños que en España no pueden estudiar en español puedan, en primer lugar, hablar la lengua común. (Aplausos). España necesita una rebaja drástica de los impuestos y la eliminación de todo el gasto político e
improductivo y el de la propaganda ideológica a la que antes me refería. España necesita una separación real de poderes, no que ustedes se repartan el Consejo General del Poder Judicial y el Tribunal Constitucional, sino que sean los jueces los que
elijan a los jueces. Necesita independencia de los poderes, empezando por la judicatura y siguiendo por la Fiscalía General del Estado, que ya sabemos de quién depende. España necesita recuperar la soberanía energética y para ello tiene que
derogar toda la legislación y los acuerdos internacionales que impidan que recuperemos esa soberanía. España necesita que se proteja a su campo y a su industria, impidiendo la competencia desleal de terceros países. España necesita -aunque ustedes
nunca hablan de ello, porque lo han impedido- un plan hidrológico nacional que contemple la interconexión de todas las cuencas, la extensión del regadío y el aumento de la absorción de CO2. (Aplausos). En definitiva, España necesita una política
exterior firme y fiable, sin las piruetas a las que usted nos acostumbra, y necesita una política de defensa que garantice nuestra seguridad, muy especialmente en Ceuta, Melilla y Canarias, cosa que usted no ha logrado a pesar de celebrar aquí la
cumbre de la OTAN. España necesita recuperar sus fronteras, deportar a los ilegales, acabar con el efecto llamada y aceptar únicamente una inmigración ordenada y asimilable culturalmente. España necesita, en definitiva -se lo vuelvo a decir, que
sé que le gusta-, que usted se marche y que entre todos construyamos una alternativa de emergencia para hacer frente a la ruina que usted ha traído y nos deja, una España y una alternativa que solo responda a la agenda de los intereses de España.
Ya puede dejar de suspirar.


Muchas gracias. (Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario VOX, puestos en pie).


La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Abascal.


Tiene la palabra el señor presidente del Gobierno. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Sánchez Pérez-Castejón): Muchas gracias, señora presidenta.


Señoría, se le ha hecho larga esta réplica. (Risas).


Sobre la inflación, yo creo que hemos puesto encima de la mesa un paquete de medidas que ya he recordado en la primera intervención. Somos, después de Grecia y Lituania, el tercer país de la Unión Europea que más recursos está destinando a
amortiguar los efectos de la inflación en nuestros ciudadanos. Estamos hablando de más de dos puntos del producto interior bruto desde hace un año. El nuevo paquete de medidas -que espero que se pueda convalidar mañana, que creo que es cuando se
votará su extensión al 31 de diciembre del año 2022- es una gran oportunidad para que ustedes demuestren un compromiso con las clases medias trabajadoras de nuestro país y también con las personas más vulnerables. No entiendo muy bien por qué usted
continúa diciendo que estamos esquilmando -según su expresión- a la clase media trabajadora de nuestro país, cuando he explicado tanto en mi primera intervención como también en la intervención que he tenido en respuesta a sus planteamientos que hay
15 500 millones de euros más de recaudación, fruto del crecimiento económico y de la intensa creación de empleo en nuestro país; 15 500 millones de euros que, para que se haga usted una idea, es más o menos lo que nos va a costar la extensión de
todas estas medidas hasta el 31 de diciembre del año 2022. Por tanto, creo que estoy dando respuesta a su principal preocupación. Esos 15 000 millones de euros de recaudación extra que tenemos como consecuencia del crecimiento económico es lo que
estamos destinando a prolongar hasta el 31 de diciembre las ayudas al sector del transporte, al sector agrícola, al sector pesquero, a los 20 céntimos de euro, a la congelación del precio del butano o a cuestiones como, por ejemplo, la rebaja de un
80 % de los impuestos vinculados con la factura de la luz, el ingreso mínimo vital y las pensiones no contributivas. En fin, yo creo, señoría, que no tiene usted razón en esta crítica, como en otras muchas, y desde luego creo que tiene usted que
hacérselo mirar.


Me deja muy sorprendido que diga que no se ha creado empleo privado en nuestro país y, además, lo asevera. Según datos no míos, sino de la Seguridad Social -espero que se los crean- quien lidera



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precisamente la creación de empleo en nuestro país es el empleo privado, un 94 % del total, un incremento de casi 910 000 nuevos empleos vinculados al sector privado. (Aplausos).


Plantea que todas las medidas que he expuesto en mi primera intervención son bolivarianas. No sé si son gobiernos bolivarianos también el Gobierno francés, el Gobierno italiano, el Gobierno alemán y otros tantos gobiernos que hay en Europa,
pero vuelve usted a la carga con la cuestión de los impuestos. Yo leía la portada de Expansión (lo muestra), que no creo que sea un medio de comunicación de referencia progresista, donde se expone que 'Los tipos al alza impulsan el beneficio de los
bancos'. Efectivamente, los bancos cotizados están teniendo una capitalización muy importante a lo largo de estos últimos meses y una evolución en la bolsa también muy importante como consecuencia del endurecimiento de la política monetaria. Es
decir, creo que, al igual que usted falsamente reprocha al Gobierno de España no volcar recursos económicos extra para proteger a la clase media trabajadora y a los más vulnerables en nuestro país, por la misma razón tendremos también que pedir a
las grandes entidades financieras y a las grandes corporaciones energéticas que arrimen el hombro y que contribuyan a apoyar a las familias y a las empresas de nuestro país. Este es un cuadro yo creo que bastante interesante (muestra un gráfico) ya
que muestra que las empresas de energía en España duplican el promedio de beneficios de las empresas europeas. Esta es la media de la Unión Europea, un 10,8, y esto es España, un 20,1. Estamos hablando de que los beneficios de las empresas
energéticas españolas duplican los de las europeas. Y si nos vamos a la evolución de la cotización de las empresas energéticas españolas (muestra otro gráfico), estamos viendo un diferencial acumulado del 40 %. Es decir, señoría, el mismo
argumento que usted utiliza para que el Estado, como está haciendo, vuelque 15 000 millones de euros de recaudación extra para proteger a las familias, a las empresas y a las industrias vale también para las grandes entidades financieras y las
grandes empresas energéticas. Eso es lo que estamos haciendo, señoría. Por tanto, no entiendo por qué ustedes se oponen a la aprobación de estos impuestos, aunque, evidentemente, me temo que ustedes se oponen a la aprobación de estos impuestos
porque representan precisamente a ese gran capital y no a la clase media trabajadora de nuestro país. (Aplausos).


Hay algo que ustedes, y la derecha también, utilizan de manera recurrente y es decir que España tiene un 14 % de gasto superfluo. De hecho, ustedes lo cifran en 60 000 millones de euros que el Estado podría ahorrar a las familias. Lo ha
dicho usted y lo ha dicho la señora Gamarra también en sus intervenciones. Hay que puntualizar varias cosas: en España no hay gastos superfluos, lo que puede haber son ineficiencias. Evidentemente, un gasto superfluo es crear becas para ricos,
para familias de más de 140 000 euros; eso no es otra cuestión desde luego. (Aplausos). En todo caso, a lo que voy, que existan ineficiencias -no gastos superfluos- es evidente, pero el debate es si son el 14 % del gasto público, es decir, los 60
000 millones de euros. Yo he preguntado de dónde sale esta cifra de los 60 000 millones de euros, que es un dato tan sorprendente como falso, señor Abascal y señorías del Partido Popular. Este es un artículo que sale de un think tank de la
patronal CEOE, del Instituto de Estudios Económicos del año 2022, que, a su vez, lo toma de la versión preliminar de un artículo académico con muchas carencias metodológicas que acabó siendo rechazado. En la versión corregida, la que sí fue
aceptada y publicada, ese dato del 14 % ya no aparece, ya no son 60 000 millones de euros. De hecho, en este informe España no figura con un 14 % por debajo de la media de eficiencia de la OCDE, sino con un 7 % por encima. Es decir, ustedes lo que
hacen es ignorar voluntariamente la versión revisada del artículo y han preferido utilizar el borrador rechazado porque se adapta mucho mejor a su argumentario, que es precisamente decir que el gasto público es gasto superfluo. Para denunciar las
ineficiencias del Estado actual toma los datos del año 2013 al año 2017, años, por cierto, en los que gobernó el Partido Popular, e ignora los del periodo 2006-2007, años en los que gobernó el Partido Socialista y en los que el gasto público aumentó
y España se situó entre los países más eficientes de la OCDE. Ustedes están diciendo que hay un gasto superfluo de un 14 %, lo han dicho en muchas ocasiones, 60 000 millones de euros, también lo ha dicho el Partido Popular. Espero que ya de una
vez por todas, aunque haya sido una explicación un tanto concreta, abandonen esta cantinela de que hay un 14 % de gasto superfluo y realmente entremos en el debate. (El señor Espinosa de los Monteros de Simón: No hemos dicho eso). Pueden existir
ineficiencias y estamos abiertos a revisar esas ineficiencias. De hecho, nosotros hemos aprobado leyes para revisar el gasto público, también hemos potenciado la AIReF para hacer estudios sobre el gasto público y su eficiencia, pero lo que no es
ineficiente es apoyar el diálogo social, tanto a nivel estatal como a nivel autonómico. Desde luego nosotros, señoría, vamos a seguir apostando por el diálogo social, por el acuerdo entre los sindicatos y los empresarios, y lamento mucho que tanto
ustedes como el Partido Popular se hayan visto arrastrados precisamente a estigmatizar algo que garantiza la paz social y que



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hace que las reformas trasciendan la legislatura porque, a fin de cuentas, lo que hacemos es plantear reformas con el gran consenso entre sindicatos y empresarios. (Aplausos).


Poco más puedo decir de su intervención, salvo que, como decía al final de mi primera intervención de la mañana, ustedes no nos van a arrebatar la confianza ni van a insuflar miedo social. Este es un país resistente, es un país combativo,
este es un país que sale de las crisis, como hemos demostrado con la COVID, y que vamos a hacerlo también respecto a esta guerra injusta e ilegal de Putin en Ucrania, pero, desgraciadamente, lo haremos de nuevo sin su ayuda y sin su colaboración.


Usted, en un alarde de cinismo -si me permite esta expresión- ha venido a decir en su primera intervención que lamentaba mucho que no pudiéramos haber llegado a acuerdos en esto y en lo de más allá. Ustedes han sido el único grupo
parlamentario que cada vez que hemos descolgado el teléfono para llamar a los grupos y tratar de acordar medidas contra la pandemia y contra la guerra ni tan siquiera han tenido la poca vergüenza de ponerse al teléfono. (Aplausos). Con lo cual,
señoría, está todo dicho.


En todo caso, señoría, no se inquiete, lamento tener que decirle que la legislatura va a durar hasta finales del año 2023 y que aspiraré a ganar y a que ustedes continúen en la oposición. (Aplausos.-Aplausos de las señoras y los señores
diputados del Grupo Parlamentario Socialista y de los miembros del Gobierno, puestos en pie).


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor presidente.


Por el Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común, tiene la palabra el señor Asens Llodrà. (Aplausos).


El señor ASENS LLODRÀ: Presidenta, señorías.


Mis primeras palabras son para usted, señor presidente. En su última comparecencia le pedimos otros portavoces y yo valentía y que recuperase la iniciativa política, y usted hoy lo ha hecho. Hoy ha habido el cambio de guion, un golpe de
timón progresista, que le veníamos reclamando hace tiempo. Por tanto, se lo agradecemos. (Aplausos). Hasta hace poco muchos decían que era imposible, como era imposible este Gobierno de coalición o subir el ingreso mínimo vital a 1000 euros o la
reforma laboral. Creo que ese es el camino, presidente. Sigamos haciendo posible lo imposible, lleguemos lo más lejos que se ha llegado nunca, porque eso es lo que espera la gente de nosotros. (El señor vicepresidente, Rodríguez Gómez de Celis,
ocupa la presidencia).


En mi intervención de balance voy a ir un poco más lejos que usted, voy a proponer algo diferente. Usted ha dicho que no iba a hablar del pasado, yo voy a hablar del pasado distópico, voy a hacer un ejercicio de distopía. Pesadillas como
El cuento de la criada o Black Mirror nos permiten pensar el presente. Yo les invito a que imaginen la España que no fue, pero que podría haber sido si la moción de censura contra M. Rajoy no hubiera prosperado, y que podría ser en el futuro si no
lo evitamos.


Capítulo 1 de la distopía, La corrupción contraataca. El PP, después de la moción, continuaría gobernando a pesar de ser condenado por corrupción, continuaría al saqueo. Ganaría las elecciones, pero tendría que pactar con VOX y se
anunciaría el primer Gobierno reaccionario de coalición de la democracia. La primera medida sería la ley de enemigos de la patria, con la que muchos de los que están aquí no estarían porque se habría ilegalizado sus partidos. Esa es una de las
medidas estrella de VOX.


Capítulo 2, Llega la pandemia, el ministro de Sanidad -quizá usted, señor Smith- bautizaría el COVID como virus chino. España entraría en el pódium de los contagios y de los fallecidos porque no se aprobaría el estado de alarma -hoy usted,
señor Abascal, ha dicho que eso era un estado de excepción encubierto- y, en lugar de a científicos, consultarían a negacionistas. El vicepresidente -quizá Espinosa de los Monteros- en lugar de un ingreso mínimo impulsaría una suerte de ayuda o de
becas para los ricos -o sea, lo que hace Ayuso en Madrid- y una reforma para blindar los contratos basura. Subiría la temporalidad y el paro y se generaría no un escudo social, sino un gran agujero social. ¿Cómo sería ese agujero? No hace falta
ponerle mucha imaginación al asunto, solo hace falta ver lo que hizo el Partido Popular cuando gobernaba España en 2008, en la anterior crisis, o lo que hace ahora donde gobierna: Andalucía, Juan Moreno despidió en plena sexta ola a 8000
sanitarios; Madrid, Ayuso despidió a 6000; Galicia, el moderado Feijóo -hoy aquí presente- despidió a 900 docentes y cerró uno de cada diez colegios públicos.


Volvamos a la distopía. Capítulo 3, Vuelve el 'A por ellos'. El Gobierno reaccionario rechazaría los indultos a los independentistas, las autonomías estarían amenazadas, en Cataluña TV3 cerrada, la Generalitat bajo el 155, en Barcelona
volverían los disturbios y los porrazos, en Madrid las banderas en los balcones y, otra vez, la policía patriótica. El ministro de Interior fabricaría pruebas compulsivamente



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-como hizo su antecesor, el ministro de las cloacas, el señor Fernández Díaz- contra los adversarios políticos, esos adversarios -no voy a repetir aquí los insultos- de los que hablaba Villarejo con la señora Cospedal mientras esta se hacía
fotos con el señor Feijóo. Señor Feijóo, la careta de moderado se le cayó cuando metió a VOX en el Gobierno de Castilla y León, pero ahora, cuando no condena y no se distancia de las prácticas mafiosas de su partido, se le empieza a caer la careta
de demócrata. (Aplausos). Me sabe mal dirigirme a usted porque no puede hoy intervenir, pero el PP de usted, el PP nuevo, se parece mucho al viejo.


Sobre esto, quiero también trasladar unas palabras de apoyo a un compañero que, como nuestra formación, ha sido víctima de las cloacas, del acoso mediático y de la difamación, a Pablo Iglesias. Las fake news son una auténtica amenaza a la
democracia. (Aplausos).


Volvamos a la distopía. Capítulo 4, Llega la invasión de Putin a Ucrania. ¿Qué haría el Gobierno con VOX para paliar los efectos de la guerra? Eso también es fácil de imaginar, solo hace falta ver lo que han votado aquí. No habría
reducciones en la factura de la luz, en la gasolina o en los bonos de transporte y las empresas energéticas se forrarían a costa de la ciudadanía.


Capítulo 5, La España en blanco y negro. El Ministerio de Igualdad -que llevaría meses cerrado porque eso es lo que pide VOX- se sustituiría por el ministerio de la familia. ¿Qué habría pasado en ese contexto con el derecho al aborto?
Revocado, como en Estados Unidos. Ángel Hernández -¿lo recuerdan?- estaría en la cárcel por ayudar a morir dignamente a su mujer. La educación sexual estaría borrada del programa educativo, como propone la señora Olona. Las mujeres tendrían más
miedo a denunciar a sus agresores, el colectivo trans sería invisibilizado y el matrimonio igualitario perseguido, como ahí donde gobierna hoy la extrema derecha.


Capítulo 6, La nostalgia franquista. En esa distopía, este jueves el Gobierno reaccionario aprobaría la ley de memoria nacional, en vez de una ley de memoria democrática. Franco volvería con honores al Valle de los Caídos, los ministros de
ese Gobierno irían a misas en honor al dictador como hizo hace poco Casado y la Fundación Francisco Franco volvería a recibir ayudas públicas, a pesar de exaltar el genocidio de media mitad del país real.


Señorías de la derecha, esa pesadilla distópica, que lo es para muchos, es para ustedes un sueño. Su visión de España es tan estrecha, es tan pequeña, que caben muy pocos. Lo vuelvo a recordar: les sobramos 26 millones de personas, el
mismo número que querían fusilar esos exmilitares que hablaban en su chat y de los que la señora Olona dijo que eran de los suyos.


En la realidad no ha pasado eso, han pasado tres años de Gobierno progresista, y, en vez de esas distopías, se han construido utopías de lo cotidiano. Repasemos qué ha pasado con los capítulos de la distopía en la realidad. Capítulo 1, se
llamaría Escudo social. Si con Rajoy hubo precariedad, devaluación salarial, recortes, privatizaciones, despidos y desalojos masivos, ahora hay un escudo social que, con nuevos derechos como los ERTE, el ingreso mínimo vital o el derecho a enfermar
sin ser despedido, protegería a millones de personas. Se suspenderían los desalojos, se otorgarían -como se han otorgado- ayudas sin precedentes para los autónomos y se blindan pensiones y servicios públicos. Si con Rajoy nos costó la corrupción
90 000 millones de euros al año -repito, 90 000 millones de euros-, ahora se va a aprobar una ley de transparencia y el dinero público va al Estado del bienestar. Si entonces se rescataron los bancos, ahora se rescata a la gente. (Aplausos).


Capítulo 2, El diálogo. Los independentistas recuperaron la libertad con los indultos, volvió la política, en vez de la confrontación, bajó la temperatura nacionalista en España y se reestablecieron las relaciones con Cataluña. En ese
punto quiero interpelarle a usted, señor presidente, a usted y al presidente de la Generalitat, con quien se va a reunir este viernes. Les pediría a ustedes dos responsabilidad y valentía. Responsabilidad para no desaprovechar un momento histórico
y valentía para ir más lejos de lo que hemos ido hasta ahora. Y eso pasa, a nuestro entender, inevitablemente, por plantear acabar con ese delito predemocrático, ese delito obsoleto, como es el delito de sedición, y como venimos reclamando desde
hace mucho tiempo.


Capítulo 3, la reforma laboral. Hemos aprobado por primera vez una reforma que recupera derechos y pone en el centro la negociación colectiva. Yolanda, sin ti, sin tu perseverancia y la lucha sindical, ahora no tendríamos esa reforma en
las cifras récord en afiliación de la Seguridad Social, en contratos indefinidos, en la bajada del paro. (Aplausos). Estamos orgullosos de ese legado que lleva tu firma. Gracias por tu trabajo.


Capítulo 4, la España de los derechos. Se ha aprobado una ley de solo sí es sí, el derecho al aborto se ha ampliado. Irene, también a ti, gracias. Gracias a ti y a la lucha social del movimiento feminista hemos



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logrado derechos que eran inimaginables hace un tiempo. Gracias por una ley trans que nos coloca en la vanguardia internacional. (Aplausos).


Señorías, quédense con esas medidas. No caigan en la trampa del ruido de la derecha. La única foto de la vergüenza es la del yate y el narcotraficante con el señor Feijóo.


Capítulo 5, la memoria democrática. Señora Gamarra, la verdad es que lamento que el mismo consenso que hemos visto hoy de toda la Cámara cuando usted ha pedido un minuto de silencio, el mismo consenso de apoyo a las víctimas del terrorismo,
no sea posible con las víctimas del franquismo. Creo que eso es una anomalía que nos distingue del resto de Europa.


Lo cierto es que, a pesar de ustedes, vamos a aprobar este jueves una ley que reconoce el derecho a la reparación y a la justicia. Por tanto, gracias Martina, Enrique y a todos los que lo habéis hecho posible. Se lo debíamos, se lo
merecían las hermanas Puig Antich, los maestros depurados, quienes están todavía en las cunetas, nuestros abuelos y abuelas que se alzaron contra el fascismo, los exiliados, Antonio Machado, Alberti, Joan Oliver, Cernuda, María Zambrano, Clara
Campoamor, quienes fueron asesinados o murieron en las cárceles franquistas, Lluís Companys, Las Trece Rosas, García Lorca, Miguel Hernández. Se lo merecían también nuestros padres, nuestras madres, que en la larga noche del franquismo se partieron
la cara para traernos la democracia, los torturados Agustina Martínez, Antonio Molina, María Salvo, Enric Pubill, Carlos Slepoy, Marcos Ana, Chato Galán. (Aplausos). Esta gente forma parte de nuestro ADN democrático. Esta gente forma parte del
ADN de la democracia. Y tenemos la obligación de recordarlos, que no olvidarlos, porque fueron ellos quienes nos permitieron ganar el presente y que nos van a permitir ganar el futuro, porque ese Gobierno distópico con los nostálgicos del
franquismo no es imparable. Sí que es posible, pero para pararlo necesitamos la potencia de la mayoría progresista. Necesitamos marchar juntos, a pesar de las diferencias, instaurar un sí se puede no maximalista, sino concreto, tangible, donde
cada victoria señala el camino de la siguiente.


Por eso, señor presidente, ese bloque histórico de investidura no es un mal menor, es el futuro, es su condición de posibilidad. Hoy ha mirado usted a la izquierda y se lo agradecemos, pero algunas veces hemos creído que miraba demasiado a
la derecha. Y cuando pasa eso, las cosas se tuercen. Dice que no, pero alguna vez sí y ahora le pondré dos ejemplos. Primero, con la inflación más alta en cuarenta años, con una sociedad cada vez más estresada, con olas de calor más recurrentes,
intensas, como la que ahora viene, con el precio de la cesta disparado, la gente no necesita tanques, la gente no necesita un decreto de la guerra. La gente necesita decretos, cien decretos sociales como los que ha anunciado hoy aquí (aplausos),
porque tras la inflación están los beneficios de las eléctricas y de los poderes económicos.


Aumentar el gasto militar no va a bajar el IPC ni va a mejorar la vida de la gente. El desbloqueo que usted hoy ha anunciado de las viviendas públicas en Madrid está muy bien, lo celebramos, ¿pero sabe qué es lo que creemos nosotros que
mejoraría realmente la vida de la gente? Aprobar ya la ley de vivienda, regular el precio del alquiler a nivel estatal, a todas nuestras ciudades. Gracias, por tanto, a toda la sociedad civil organizada, que empuja en esa dirección. Gracias
también Ione, porque esa es para nosotros la solución.


Segundo error de estos últimos días, y lamento tener que recordárselo, porque treinta y siete personas muertas en Melilla, lo siento, pero no es una operación bien resuelta. Se lo ha dicho mucha gente: es la masacre más grave que se ha
producido en estos cuarenta últimos años en la frontera. Es inaceptable, debe investigarse, porque nos lo pide además Europa, la ONU, Amnistía Internacional. Esas treinta y siete personas tenían el mismo derecho a huir del horror que los
ucranianos que llegan a nuestras ciudades. Tenían el mismo derecho, por cierto, a un minuto de silencio. No lo voy a pedir, pero llamo la atención, porque cuando nosotros pedimos minutos de silencio por las mujeres asesinadas no se nos dio, y
hemos visto hoy cómo el Reglamento se aplica a unos y a otros no. (Aplausos). En todo caso, está bien que la presidenta lo haya admitido.


Señor presidente, más allá de eso, nosotros necesitamos más no al presidente del acuerdo con Marruecos, sino al presidente orgulloso de salvar vidas en el Mediterráneo, las vidas del Aquarius. Nosotros necesitamos al presidente de hoy, que
planta cara a las eléctricas.


Como dije al inicio, hoy recuperamos la iniciativa política, pero ese último sprint también tenemos que hacerlo en la agenda democrática y territorial. Queda solo un año para empezar a dibujar un nuevo pacto territorial que reconozca la
España plurinacional. Queda un año para aprobar una nueva ley del CNI o de los secretos oficiales, para que nunca más ningún diputado de esta Cámara sea espiado. Queda un año para acabar con la ley mordaza o el legado antidemocrático del Partido
Popular. Queda un año para aprobar una ley de libertad de expresión, para que nunca más ningún rapero tenga que ir a la cárcel.



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En su última comparecencia le hice una pregunta. Se la repito: ¿qué legado quiere usted dejar del Gobierno de coalición? ¿Qué legado quiere dejar? Suárez es recordado por la Transición. González, a pesar de todo, por la modernización de
España. Aznar por la guerra, la mentira y el pelotazo urbanístico. Zapatero por sacarnos de la guerra y los derechos civiles conquistados. Rajoy por la corrupción y los recortes. ¿Cómo queremos ser recordados nosotros? ¿Por la primera reforma
laboral que recuperó derechos o por el 2 % del gasto militar? ¿Por la primera ley del cambio climático o por no derogar la ley mordaza? ¿Por avanzar hacia una España plurinacional o por una mesa de diálogo fallida? ¿Cómo queremos ser recordados?


Termino. Decía Hannah Arendt que el futuro es por definición un océano de inseguridad y la esperanza, la promesa, alas para imaginar islas de seguridad en esa incertidumbre.


Este pasado viernes, con Yolanda Díaz, despertó una promesa, una chispa de esperanza (rumores), como la que hemos visto hoy en su discurso, señor presidente, una chispa en medio de la oscuridad distópica de la derecha y la extrema derecha,
una chispa para soñar más utopías cotidianas, porque seguimos soñando y nos tomamos muy en serio nuestros sueños. Solo así...


El señor VICEPRESIDENTE (Rodríguez Gómez de Celis): Señoría, debe ir finalizando, por favor.


El señor ASENS LLODRÀ: ... la chispa se convertirá en llama, y la llama en una España mejor. Nosotros sabemos qué legado queremos, qué España queremos. ¿Y usted, señor presidente?


Muchas gracias. (Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común y de algunos miembros del Gobierno, puestos en pie).


El señor VICEPRESIDENTE (Rodríguez Gómez de Celis): Muchas gracias.


Tiene la palabra el señor Echenique Robba, que, al igual que el señor Asens, acumula en este turno su réplica.


El señor ECHENIQUE ROBBA: Gracias, señor presidente.


Señorías, señor presidente del Gobierno, después de siete años, esta Cámara recupera la tradición parlamentaria del debate sobre el estado de la nación. Hasta ahora, este debate se había llevado a cabo en condiciones de bipartidismo, de un
bipartidismo casi perfecto. Nunca había habido un debate del estado de la nación con Unidas Podemos, con Podemos en esta Cámara, y es un honor para mí tomar la palabra por primera vez en este debate. Y pretendo llevar a cabo humildemente un
análisis útil de cómo ve mi grupo parlamentario el estado de la nación, que, humildemente y a mi modo de ver, debería llamarse, a lo mejor, el estado de España, porque, al fin y al cabo, nuestro país alberga más de una nación, más de una
nacionalidad (aplausos), como pone la Constitución española, que es lo mismo.


Yo, desde el principio, le quiero decir, señor presidente, que valoramos muy positivamente el discurso que ha hecho, los anuncios que ha hecho y el giro que ha llevado a cabo el Gobierno. Lo valoramos muy positivamente y lo celebramos.
Llevamos meses ya diciendo que, después de un tiempo en el cual entendemos que el Gobierno ha lanzado algunos mensajes que desorientaban al electorado progresista sobre algunos temas, tocaba reorientar el rumbo del Gobierno y tocaba recuperar el
ritmo de los avances y de las medidas valientes. Y usted, señor presidente, ha hecho eso hoy aquí, con algunas medidas que llevamos pidiéndolas mucho tiempo, como bajar más el bono de transporte -un anuncio muy positivo que ha hecho usted hoy- o
establecer impuestos extraordinarios a las petroleras y a las grandes eléctricas. Como digo, nosotros lo celebramos. Somos gente insistente -alguna ministra nos ha llamado, con cariño, cabezones-. Efectivamente, lo somos, pero también sabemos
reconocer cuándo se acierta, y usted hoy ha acertado en su discurso y en sus anuncios, señor presidente. Y ha acertado porque las medidas que ha anunciado no solamente van a servir para proteger a la mayoría social de nuestro país, además, mirando
de frente a los privilegios de los poderosos, sino que también sirve para recuperar la iniciativa política del Gobierno. Nosotros, como el Grupo Socialista, como usted, señor presidente, estamos preocupados por el avance reaccionario, y queremos
que se revalide este Gobierno en 2023, y pensamos que lo que ha ocurrido aquí hoy aumenta las posibilidades de que volvamos a tener un Gobierno de coalición después de 2023. También me voy a referir a algunos puntos en los que tenemos puntos de
vista diferentes, pero quería empezar por la valoración global, porque es verdaderamente positiva.


Entrando ya al debate del estado de España, tenemos que empezar -usted lo ha hecho así, y creo que con acierto- por el estado del mundo. Efectivamente, a principios de 2020 sufrimos la peor pandemia



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en cien años. Esto nos llevó a tener que confinar el país, acertadamente, salvando cientos de miles de vidas, lo cual, obviamente, provocó la mayor caída del producto interior bruto en tiempos de paz que había visto nuestro país, como es
evidente en un parón en la economía como iba a causar el confinamiento. Luego, en muy pocos meses y gracias a la ciencia, tuvimos vacunas para una enfermedad nueva, gracias a la investigación científica y a la tecnología. Esto produjo una fuerte
recuperación económica en nuestro país. Y cuando estábamos en esa senda, lamentablemente, Putin, el aliado de VOX en España, decidió iniciar una invasión de Ucrania en suelo europeo. ¿En qué contexto se produce esta invasión? Se produce en un
contexto global de pérdida de hegemonía de Estados Unidos. Poco a poco, Estados Unidos deja de ser el único hegemónico mundial. El tablero internacional se convierte básicamente en un tablero bilateral entre dos grandes potencias, Estados Unidos y
China, con Estados Unidos, como digo, perdiendo paulatinamente esa hegemonía. En este escenario, Putin decide invadir Ucrania y, después de una primera fase más agresiva, las tropas rusas se repliegan al Dombás y también al corredor que haya entre
el Dombás y la península de Crimea. Y en esta nueva fase más lenta de la guerra, lamentablemente, las tropas rusas van ganando terreno día a día.


Muchos analistas dicen que esta guerra va a durar tiempo, y esto no son buenas noticias. No son buenas noticias porque ha causado unos efectos económicos muy negativos, que usted ha descrito muy bien en su intervención. Los altos precios
de la energía y la falta de materias primas nos llevan a tener, por primera vez en mucho tiempo, una inflación de dos dígitos. Ante esta situación, el Gobierno de España ha tomado medidas importantes, medidas valientes. Pero ante una situación
como esta, ante una crisis causada por causas exógenas fundamentalmente, como usted ha comentado, rápidamente las administraciones se encuentran con ciertos límites materiales. Estamos viendo cómo el Banco Central Europeo habla de subir tipos,
pero, claro, al no ser una inflación causada por un exceso de la demanda, sino por una contracción de la oferta, no está claro hasta qué punto una subida de tipos va a poder contenerla. Estamos viendo cómo incluso el país más poderoso de Europa,
Alemania, ve con temor que pueda haber escasez de gas en los próximos meses. Como digo, estamos hablando de causas exógenas. El Gobierno está haciendo mucho, pero hay límites materiales cuando la crisis viene de fuera y este es el caso.


Por eso, y aquí es donde quiero insistir, la única medida realmente eficaz -si se me permite- para evitar el abismo económico es la paz. Creo que esto es una absoluta obviedad, que cuanto antes llegue la paz, mejor. Por eso, nuestro grupo
parlamentario siempre pone encima de la mesa la necesidad de que se alcancen rápidamente acuerdos de paz. Porque también hay un debate que yo creo que es espurio. Se habla de si la geoestrategia, la política internacional, se mueve por principios
o se mueve por intereses. Yo creo que se mueve por ambas. No tenemos que simplificar el debate. En parte se mueve por principios y, en parte, por intereses. Y creo que hacer un análisis de a quién beneficia que se alargue la guerra es bastante
sencillo. No parece que las sanciones económicas hayan quebrado a Rusia, Estados Unidos se está convirtiendo en el primer exportador de gas natural a Europa y, por primera vez en muchos años, el euro ha bajado tanto que ha alcanzado la paridad con
el dólar. Y a quien seguro que le va mal que se alargue la guerra es, en primer lugar, al pueblo ucraniano y, en segundo lugar, a la Unión Europea. Creo que no estoy diciendo nada incorrecto si digo esto. Por eso, ¿qué pensamos nosotros que debe
hacer el Gobierno de España en esta situación? Teniendo en cuenta que España no está en guerra, sino que está sufriendo las consecuencias económicas de una guerra, nosotros pensamos que, en primer lugar, hay que hacer todos los esfuerzos posibles
por la paz y, en segundo lugar, destinar todos los recursos públicos que podamos a proteger a la población y no a aumentar el gasto en armamento. (Aplausos). Como digo, no estoy diciendo nada nuevo que no supiera antes.


Volviendo a los anuncios que ha hecho hoy usted aquí, como digo, los valoramos muy positivamente. Simplemente, desde la lealtad, quiero proponerle alguna medida más que pensamos que podría ayudar en la misma dirección. Pensamos que hay que
fortalecer la sanidad pública, la educación pública y los servicios sociales. Usted ha anunciado acabar con la interinidad y la temporalidad de decenas de miles de profesionales. Eso está muy bien, pero nosotros también pensamos que hay que
aumentar el número de profesionales. Por eso le hemos propuesto que se habilite un fondo estatal para que las comunidades autónomas se puedan acoger a él y puedan incrementar sus plantillas en atención primaria, en el sistema público de salud
mental y, en el ámbito educativo, en las escuelas infantiles. Pensamos que sería una buena idea. También pensamos que sería buena idea acelerar la ley de familias con una ayuda de 100 euros por crianza por cada niño y con un permiso de cuidados,
para que la gente pueda pedir un permiso laboral cuando tenga que cuidar a un familiar. Pensamos que hay que aumentar la inversión en conciliación, en



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el Plan Corresponsables, y que hay que seguir esa senda muy positiva de aumento de la inversión en dependencia. También pensamos que sería buena idea atacar directamente la pérdida de poder adquisitivo de las capas más vulnerables de la
población aumentando el salario mínimo interprofesional, aumentando las pensiones no contributivas inmediatamente o subiendo el IPREM, entre otras medidas. Y celebramos, como digo, los dos nuevos impuestos que usted ha comentado aquí hoy, pero
también pensamos que habría que hacer en esta legislatura una reforma fiscal integral para poder sufragar toda esta inversión pública de forma estructural.


Y le digo esto por una valoración muy positiva de lo que ha anunciado usted aquí hoy y, además, por la lealtad hacia el Gobierno de coalición. Nosotros pensamos que el Gobierno de coalición es un logro del 15M, del movimiento feminista, de
las mareas por la sanidad pública y de las mareas pensionistas. Recuerdo en esta Cámara a nuestro grupo parlamentario gritando 'Sí se puede' cuando ganamos la moción de censura y recuerdo, señor presidente, a mi grupo parlamentario gritando 'Sí se
puede' cuando le investimos presidente del Gobierno. Nosotros queremos una coalición fuerte y por eso le hacemos este tipo de propuestas y somos a veces muy muy cabezones.


A muchos les gustaría que este Gobierno se rompiera y trabajan arduamente para que eso sea así, como se autodestruyeron los gobiernos de las derechas en Madrid, en Murcia, en Castilla y León o en Andalucía, pero eso no va a pasar. Nosotros
vamos a trabajar, como hemos hecho siempre, para hacer a este Gobierno más fuerte, y pensamos que el paso que se ha dado aquí hoy va en esa dirección. Por eso celebramos, como digo, su discurso y por eso le hacemos algunas propuestas adicionales y
le decimos que entendemos que hay que desbloquear la ley de vivienda y también la ley mordaza, que lleva más tiempo vigente después de la moción de censura que durante el Gobierno de Rajoy. Yo creo que deberíamos acabar de desbloquearla ya, señor
presidente. (Aplausos). Y me refiero a esta ley porque el estado de la nación, el estado de España, también hay que evaluarlo en términos democráticos, desde nuestro punto de vista, no solamente en términos económicos, y ahí, señor presidente, la
cosa está bastante más negra.


Este mismo fin de semana hemos escuchado unos audios en los que un poderoso periodista, el señor García Ferreras, hablando con un mafioso, con Villarejo, pero también con el jefe de la Brigada Antiterrorista y con el señor Casals, reconoce
haber publicado una noticia falsa sabiendo que era falsa contra Pablo Iglesias a un mes y medio de las elecciones. Y hoy nos hemos desayunado nuevos audios en los que habla de usted también, señor presidente, habla de que le va a calzar una hostia.
Perdón por el vocabulario, pero es esto lo que se dice en estos audios. Yo creo que mucha gente progresista piensa que esto es una grave amenaza para la democracia. Pensamos que el que la gente vaya a votar un domingo electoral cuando se está
difundiendo información falsa con intoxicaciones desde grandes cadenas de televisión es un problema democrático, y nos encantaría trabajar conjuntamente con el Partido Socialista para desactivar y para luchar contra esta intoxicación mediática que
hace muchísimo daño a la democracia. (La señora presidenta ocupa la Presidencia). Yo soy de Podemos y por eso no tengo miedo de decir públicamente el nombre de Antonio García Ferreras para que conste en acta. Hay gente muy poderosa que no se
presenta a las elecciones y creo que lo tenemos que decir en este Parlamento. (Aplausos).


Esa basura falsa de Granadinas la fabricó Eugenio Pino, uno de los miembros de la policía patriótica del señor Fernández Díaz, pero unos días antes conocimos unos audios de la señora Cospedal, que era secretaria general del PP, además de
ministra de Defensa y de jefa política del ejército, pidiéndole basura falsa a Villarejo contra mi formación política. Y aquí voy a la segunda amenaza a la democracia, señor presidente, el PP. Hay toda una corriente de opinión que nos intenta
convencer de que como el señor Feijóo habla bajito es un señor muy moderado y, además, nos intenta convencer de que por algún tipo de derecho de nacimiento el PP es un partido de Estado, pero, claro, esto no se sostiene en los hechos, esto no es
verdad. Con el tema de Cospedal, secretaria general hasta hace muy poco del Partido Popular y ministra de Defensa, conspirando con mafiosos, el señor Feijóo ha dicho que aquí no pasa nada. Esto suena mucho al señor Mariano Rajoy negando la Gürtel;
es decir, no parece que haya cambiado gran cosa con el señor Feijóo al frente. (Aplausos). ¿Es moderado no condenar esos audios? ¿Es política de Estado? ¿Eso es lo que hace un partido de Estado, utilizar las fuerzas y cuerpos de Seguridad del
Estado, los fondos reservados, el Ministerio del Interior y el Ministerio de Defensa para intentar destruir a sus adversarios políticos? ¿Eso lo hace un partido de Estado? Yo tengo mis dudas, señor presidente.


Hemos visto también atacar con paladas de ataques machistas a la ministra de Igualdad por reunirse con la ONU y con la Casa Blanca para poner en valor que España está a la vanguardia de los derechos feministas. (Rumores.-Aplausos). El
señor Feijóo ha llegado a hablar de que la ministra estaba haciendo



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turismo, cuando él tiene fotos haciendo turismo con Marcial Dorado en Canarias, en Portugal, en los Picos de Europa... ¿Es esto de Estado? ¿Es moderado tener estas fotos? (Aplausos). No lo sé, yo diría que no.


Por no mencionar -que usted no lo ha mencionado-, señor presidente, el Consejo General del Poder Judicial. Vamos para cuatro años de bloqueo del Consejo General del Poder Judicial. El compañero Enrique Santiago un día dijo desde la
tribuna, y yo estoy de acuerdo con él, que es un comportamiento sedicioso por parte del Partido Popular. Es más que inconstitucional, ya es tan obsceno que directamente es un ataque a la democracia. (Rumores). ¿Es eso lo que hace un partido de
Estado? ¿Parasitar durante más de tres años el órgano de gobierno de los jueces? Yo creo que eso no es moderado ni es de Estado, señor presidente. Y, de hecho, creo que algo deberíamos hacer la mayoría progresista para evitar que esta legislatura
acabe sin renovar el Consejo General del Poder Judicial. (Aplausos).


Por último, el señor Feijóo le acusó a usted de querer intentar llevar a cabo un fraude electoral, que es lo que dijo Trump en Estados Unidos y lo que acabó con una marabunta y con una horda de ultraderechistas asaltando el Capitolio y
asesinando a policías. (Rumores). Yo no sé si esto es muy moderado o es política de Estado por parte del Partido Popular. Yo diría que no, señor presidente. (Aplausos).


Y acabo. Señor presidente, el Gobierno tiene el reto de afrontar este momento decisivo en nuestro país recuperando la iniciativa y tomando medidas valientes, como ha anunciado usted aquí, y yo creo que usted sabe que eso solo puede hacerse
con la mayoría de la investidura. Ha hablado de curanderos, acertadamente, y ha hablado de apoyarse en el conocimiento científico. Yo creo que si algo es un hecho científico, es que el PP ni es moderado ni es un partido de Estado, y creo que lo
hemos comprobado ya demasiadas veces, señor presidente. (Rumores.-Aplausos). Y creo que decir que es moderado o que es un partido de Estado, primero, tiene el peligro de que la cosa acabe como acabó en Andalucía, que no es algo muy halagüeño, pero
es que además es mentira; además, es mentira.


Recientemente, el señor Abascal en una entrevista decía una cosa muy curiosa. Venía a decir que una de las victorias ideológicas de VOX era que ahora mucha gente piensa que el PP es moderado. Le faltó añadir: cuando en realidad son igual
de ultraderechistas que nosotros. (Risas). Esto le faltó añadir al señor Abascal. Yo le pido, señor presidente, que no caigamos en la trampa del señor Abascal, que saquemos las medidas que tenemos que sacar en esta segunda mitad de la
legislatura, con la mayoría de izquierdas, con la mayoría de investidura. Y que no hace falta que le siga tendiendo la mano al PP, ya hemos comprobado que nunca la va a coger, de hecho, creo que cada vez que usted se la tiende más bien en lo que
piensan es en cortársela.


Muchas gracias, señor presidente. (Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común y de varios miembros del Gobierno, puestos en pie).


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Echenique.


Tiene la palabra el señor presidente del Gobierno. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Sánchez Pérez-Castejón): Muchas gracias, señor Asens y señor Echenique, por sus palabras.


Por recoger el guante del señor Asens, más que pensar en cómo queremos ser recordados, creo que lo importante es que este Gobierno no olvida para quién gobierna, y es para la clase media trabajadora y para los colectivos más vulnerables.
Digo esto porque es verdad que uno de los componentes de nuestro ADN, como formaciones políticas progresistas de izquierdas, es el inconformismo, reivindicar siempre algo más, yo creo que esto es muy importante. Usted ha hecho referencia a las
utopías y yo me sumo a ellas, y también ha reconocido usted el trabajo de algunos ministros y ministras de Unidas Podemos en el Gobierno de España. Yo vuelvo a recordarle, y lo digo además con todo el respeto, que para mí, desde luego, todos los
ministros y ministras son ministros y ministras del Gobierno de España, da igual su afiliación política, ya sea el Partido Socialista o Unidas Podemos, y, desde luego, tanto Yolanda como Irene, como Ione, como Alberto y como todos y cada uno de los
ministros y ministras del Gobierno de España cuentan con mi apoyo y con mi reconocimiento, faltaría más. Porque al final, señor Asens, me parece que sin duda alguna... Por cierto, también el señor Subirats, ministro de Universidades. (Risas y
aplausos). Este es el problema que uno tiene, ministro, lo importante es que he tenido reflejos y lo he dicho.


En todo caso, lo que quiero decirle es que, en muchas ocasiones, en las izquierdas subrayamos más nuestras diferencias que nuestras conquistas conjuntas, que yo creo que son muchas y creo que hay que ponerlas en valor. Se dice: un giro a
la izquierda. No es un giro a la izquierda. Yo creo, señorías, que si



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uno analiza de verdad con objetividad, seguro que con errores y con las dificultades que hemos tenido en estos tiempos tan complejos, todas las políticas que hemos puesto en marcha han sido políticas en favor de la clase media trabajadora de
nuestro país. Si se fija, incluso sabiendo eso nuestro adversario, el Partido Popular y la ultraderecha, más el Partido Popular que la ultraderecha, evita la crítica sobre el contenido de muchas de estas políticas, porque sabe que forman parte de
un sentido común mayoritario que trasciende hasta incluso a los propios ciudadanos -digamos- de afiliación progresista; lo he dicho en muchas otras ocasiones. Creo que subir a 1000 euros el salario mínimo interprofesional es algo que aplauden no
solamente los votantes de izquierdas, sino que estoy convencido de que también muchos votantes de otras formaciones políticas. El que se revaloricen las pensiones conforme al IPC también es una conquista social de la izquierda para la mayoría
social de nuestro país. El que aprobemos una ley de eutanasia, el que actualicemos la ley de interrupción voluntaria del embarazo o aprobemos -miro a la ministra de Derechos Sociales- una ley importante como es la ley Rhodes para defender a los
niños y niñas y a los adolescentes de todas las formas de violencia son contribuciones de la izquierda que hacemos a la mayoría social de este país.


Si se fija, al fin y al cabo, la crítica que nos hacen la derecha y la ultraderecha es con quién sacamos adelante muchas de estas leyes. Siempre ponen los ejemplos de los nacionalismos periféricos, cuando en realidad la pregunta de vuelta
que tendríamos que hacerle a la derecha es por qué ellos son incapaces de votar este tipo de leyes. (Aplausos). Esta es la cuestión. Y, si no lo hacen, es porque defienden otros intereses, y en esto creo que estamos de acuerdo ambos.


Digo eso porque, por ejemplo, cuando hemos planteado el impuesto a las grandes empresas energéticas o también a las entidades financieras, en realidad, no son sino pasos coherentes que hemos venido dando desde el principio de la legislatura.
Este es un Gobierno, además, de los primeros del mundo, señor Asens, que aprobó un impuesto a las grandes corporaciones digitales, incluso antes de lo que había establecido la OCDE o antes que muchos países de la Unión Europea, fuimos de los
primeros. Fuimos de los primeros también en aprobar un impuesto a las transacciones financieras y, evidentemente, ahora anunciamos estos dos impuestos. Creo que realmente son propuestas coherentes con la política fiscal que ha venido manteniendo
el Gobierno de España desde el principio de la legislatura. Creo que lo que hacen no es girar hacia un lado o hacia otro, sino reafirmar un camino que hemos emprendido desde el principio de la legislatura en la justicia fiscal para tener justicia
social. Efectivamente, hemos tenido grandes avances en el ámbito de los ERTE, de los ICO, de los autónomos o del ingreso mínimo vital. Antes, en respuesta al Grupo Parlamentario Popular, daba algunos datos, pero creo que también es importante
poner en valor que la solidaridad y la justicia social son más equitativas y más eficaces en la respuesta a las crisis. No obstante, le voy a dar un dato más.


En la anterior crisis financiera, la de la pasada década, se destruyeron 3,6 millones de empleos y el paro llegó hasta el 27 %; es decir, hubo más de 6 millones de personas desempleadas en el primer trimestre del año 2013. En la crisis
financiera, España necesitó once años y diez meses, es decir, doce años, para volver al nivel de empleo que teníamos en el año 2008. Acuérdese de cuáles eran las críticas y los comentarios que hacía la derecha, que hablaba de que íbamos a tener 6 o
7 millones de parados como consecuencia de la caída de 10 puntos del producto interior bruto, y, antes al contrario, en quince meses, no en doce años -como sí ocurrió durante la crisis financiera a consecuencia de la respuesta que se le dio-, España
recuperó el nivel de afiliación previo, y hoy, dos años después, hay 1 millón de afiliados más a la Seguridad Social que antes de la pandemia. Y esto es algo que la derecha, por mucho que trate de falsear y retorcer los datos, no puede dejar de
reconocer porque, a la postre, son datos reales que afectan al día a día de nuestros conciudadanos.


Tanto usted como el señor Echenique hablan de la defensa y de la seguridad y nos dicen que no se puede invertir más en defensa y menos en justicia social. Yo creo que podemos hacer ambas cosas y creo que además es nuestro deber hacerlo. Lo
he dicho en mi primera intervención, creo, en primer lugar, que con independencia de lo que pasara por parte de España, al final, las consecuencias económicas y sociales de la guerra las íbamos a sufrir y que si no damos una respuesta solidaria y
responsable a aquellos aliados, no ya de la OTAN, sino también de la Unión Europea, que nos están pidiendo aumentar su capacidad de disuasión para que el agresor, en este caso Putin, no entre en su territorio y viole, por tanto, la soberanía
nacional y su integridad territorial, nos haríamos un flaco favor a nosotros mismos si no respondiéramos a esa llamada de solidaridad. Y creo, en segundo lugar, señoría, que es nuestro deber, sobre todo de las fuerzas de izquierdas, que tenemos la
experiencia de lo que ocurrió hace noventa años en nuestro país, cuando los países aliados dejaron a la intemperie y abandonaron a España y nos sumieron



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en una dictadura fascista durante cuarenta años, en una época oscura, como usted bien ha comentado antes; nosotros, la izquierda, tenemos aún un mayor deber, una mayor responsabilidad moral con aquellas personas que ahora mismo en Ucrania
están perdiendo la vida o están defendiendo su nación frente a un agresor, como es en este caso Putin.


En ese contexto, señoría, este Gobierno es un Gobierno que ha apoyado la justicia social y las políticas públicas vinculadas con las políticas sociales, y podemos y debemos apostar por la seguridad y por la defensa de nuestro país. Señoría,
el mundo ha cambiado el pasado 24 de febrero. Desgraciadamente es así, y no es por nosotros. Lo he dicho en muchas ocasiones: Ucrania no era un riesgo, no era una amenaza para Rusia. Rusia lo que quiere ahora en Ucrania es lo mismo que ha hecho
en Bielorrusia, tener gobiernos títeres, gobiernos que oprimen a sus conciudadanos, gobiernos que persiguen a personas por su ideología y por sus creencias, que las encarcelan, que las torturan, que las matan; gobiernos, en definitiva, que no
respetan la voluntad popular, la libertad o las ansias de libertad de sus conciudadanos. Nosotros, señoría, no podemos permanecer al margen, sobre todo desde la izquierda española, y creo que tenemos que abrir un debate sosegado, sereno, pero
también honesto con nosotros mismos y con nuestros ciudadanos sobre la necesidad de mejorar y aumentar nuestras capacidades de disuasión. Nadie quiere atacar a nadie, señoría. Si se fija, lo hemos dicho en otros muchos debates. Siempre hay
guerras, conflictos bélicos entre dos sistemas políticos diferentes: entre autocracias y democracias. Nunca ha habido, a lo largo de la historia, guerras entre democracias. Piénselo. Y si es así, señoría, lo que tendremos que hacer es aumentar
nuestra capacidad de disuasión precisamente para que estos autócratas no violen un principio fundamental que nos echó a la calle cuando Estados Unidos vulneró el principio de integridad territorial e invadió un país como Irak, pues ahora mismo
tenemos que hacer lo propio con Ucrania. (Aplausos). Creo, señoría, que esto es algo que tenemos que reflexionar.


Sobre la migración, lamento mucho que usted haya hecho mención a esas declaraciones que ya he dicho públicamente en otras muchas ocasiones en entrevistas que fueron declaraciones que hice antes de conocer lo que luego posteriormente
conocimos. Pero me sirve también este reproche que me hace para volver a recordar cuándo hice esas declaraciones y, evidentemente, lo que he dicho posteriormente cuando he conocido esas imágenes. En todo caso, señoría, este Gobierno ha sido un
Gobierno que entre las primeras decisiones que tomó -usted reivindicaba el Aquarius- después de la moción de censura una fue recuperar la universalidad de la sanidad pública para los inmigrantes irregulares, ya que precisamente quebró esa
universalidad la anterior Administración del Partido Popular. Hemos puesto en marcha medidas como la modificación del reglamento para mejorar las capacidades de incorporación laboral de los menores extranjeros no acompañados; o, gracias al buen
hacer de SASEMAR, a lo largo de estos últimos cuatro años hemos rescatado a 128 000 personas, seres humanos, en las costas atlánticas y mediterráneas. Somos de los pocos países, por no decir el único país -creo- de Europa que no necesita del apoyo
de las ONG para garantizar que nuestros servidores públicos rescaten en el mar a aquellas personas que estén en riesgo de perder la vida.


Todo eso tampoco nos tiene que sustraer de la exigencia de señalar a los verdaderos culpables, y los verdaderos culpables son las mafias, señoría. Usted me podrá decir, y yo lo comparto con usted, que lo que ocurrió en la frontera con la
Ciudad Autónoma de Melilla es el último capítulo de una tragedia que empieza a muchos kilómetros de distancia y muchos meses antes. He puesto el ejemplo en algunas entrevistas que he dado a lo largo de estas semanas de Sudán, un país que tuvo una
renta per cápita en el año 2020 de 300 o 400 euros al año cuando estamos hablando de que en Europa en esos años había una renta per cápita superior a los 30 000 euros al año. Con lo cual, la distancia es tan enorme, tan sideral, que es evidente que
un país que ha tenido un golpe de Estado, que sufre hambrunas, que sufre persecución contra aquellas personas que no piensan como el régimen, que está sufriendo también la desertificación producto del cambio climático, lo que tiene que hacer y lo
que hace con razón es buscar otras oportunidades, y buscan esas oportunidades en Europa.


Yo siempre he defendido, tanto en el Consejo Europeo como en la Cumbre de Rabat, auspiciada por Naciones Unidas, como en todos los foros en los que he hablado de la política migratoria de España, que la política migratoria no puede ser una
cuestión 'securitaria'. No tenemos que hablar solamente de la defensa de nuestras fronteras, que, por cierto, también es una responsabilidad del Gobierno de España, señorías; hay imágenes que creo que tienen que ser condenadas por nosotros. No se
pueden atacar con palos, con hachas o con garfios las fronteras de nuestro país. No debemos ni podemos permitir, tampoco desde la izquierda, que eso al final sea una bandera que solamente tenga la derecha. Nuestra responsabilidad es defender las
fronteras de nuestro país y también es reconocer -echo en falta que



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también usted lo diga- el trabajo de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, que también fueron heridos como consecuencia de este violento intento de asalto a la valla. Y esto no significa que yo no reconozca el drama humanitario que
hay detrás de esta migración irregular, pero creo, como decía antes, que el fenómeno de la migración es tan complejo, tan vidrioso desde el punto de vista de las perspectivas, que un análisis serio tiene también que llevarnos a reconocer que el
Gobierno de España tiene una visión completa de un fenómeno complejo como es el de la migración (aplausos), de ayudar a los países de origen, de ayudar a los países en tránsito y también de integrar a aquellos migrantes que lleguen a nuestro país,
ya sea de forma regular o de forma irregular, y eso es lo que estamos haciendo. Lo hemos hecho con las modificaciones del reglamento de la ley de extranjería; lo estamos haciendo también, señoría, con proyectos que creo que son muy interesantes no
solamente con África, sino también con Latinoamérica, de migración regular circular para que, efectivamente, las personas que vuelven a sus países, vuelvan con más formación, con capacidad económica para poder emprender negocios y tener un
desarrollo económico en esos países. En definitiva, señoría, claro que todo ser humano es un migrante; las generaciones pasadas fueron migrantes, las generaciones futuras serán migrantes, y nosotros nos debemos a esa migración. Señoría, quiero
decir que esas declaraciones las hice sin conocer las imágenes, que, desde luego, las lamento, faltaría más; pero creo que si hacemos un análisis serio, sosegado y honesto desde la izquierda, tenemos que reconocer que este Gobierno es un Gobierno
que está haciendo cosas francamente buenas por la migración en nuestro país y también más allá de nuestro país. (Aplausos).


Sobre Cataluña, usted apelaba a la responsabilidad y también a la audacia o la valentía. Creo que hemos tomado medidas en ese sentido. Espero que podamos convocar la mesa cuanto antes. Sobre la modificación legal que usted me ha dicho, yo
siempre he manifestado lo mismo. El Gobierno de España siempre ha manifestado que una de las principales lecciones que tenemos que extraer del año 2017 es que tenemos que homogeneizar la tipificación de determinados delitos en las grandes
democracias europeas. El Gobierno de España está abierto a hacerlo, pero tenemos que ser conscientes, señoría, de que yo no veo a día de hoy una mayoría parlamentaria para sacar adelante una reforma que, sin duda alguna, yo desde el principio -y no
me escondo- creo que hay que hacer y que antes o después tendremos que hacer en nuestro país.


Al señor Echenique le agradezco el tono de sus intervenciones y las propuestas que hace Unidas Podemos. Me comentan que, en relación con la ley de vivienda, está en tramitación parlamentaria ahora mismo y estamos con las enmiendas de los
grupos, también del Grupo de Unidas Podemos. Creo que ya negociamos bastante antes de aprobar el anteproyecto de ley en el Consejo de Ministros, a ver si podemos sacarla cuanto antes.


En relación con el juego limpio, con la Kitchen y con lo que usted ha comentado -efectivamente yo he conocido hoy que también he sido objeto de algunas conversaciones-, le digo que, por mi parte, toda la solidaridad con las víctimas que han
sido objeto de desinformación y de campañas de este tipo; tienen toda mi solidaridad, faltaría más. Además, como hemos comentado en algunas ocasiones recordando las conclusiones de la comisión Kitchen, creo que tanto el independentismo catalán
como Unidas Podemos como también el Partido Socialista fuimos objeto del trabajo de una policía mal llamada patriótica, que fue utilizada precisamente por la derecha para perseguir a adversarios políticos y también para obstaculizar la investigación
de la justicia ante casos de corrupción que afectaban a su partido. Creo -y usted ha dicho bien- que el silencio de la oposición en estos casos tan graves que estamos viendo ahora mismo en los medios de comunicación es una seria advertencia también
para los ciudadanos de nuestro país. Porque el que no pidan perdón, el que no condenen estas conductas significa que si llegan alguna vez al Gobierno podrán volver a hacer lo mismo. Creo que eso tiene que ser una llamada de atención para el
conjunto de la ciudadanía española y, sin duda alguna también, una llamada a la responsabilidad del Partido Popular para que digan hoy, aquí y ahora que nunca jamás van a volver a ponerse en manos de personajes como Villarejo.


Gracias. (Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Socialista y de los miembros del Gobierno, puestos en pie).


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor presidente.


Por el Grupo Parlamentario Republicano, tiene la palabra el señor Rufián Romero. (Rumores). Señorías, por favor, guarden silencio.


El señor RUFIÁN ROMERO: Debate sobre el estado de la nación, una frase y tres mentiras. La primera, porque esto no es un debate. Un debate en el que algunos de ustedes incluso traen las réplicas



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escritas no es un debate de ideas, es una lectura de guion. La segunda, porque ¿qué nación? Aquí lo único que es único es un Estado que tiene y que, de hecho, retiene diferentes naciones o sensibilidades nacionales. (Aplausos); y lo dice
su Constitución. Y la tercera es Estado como sinónimo de situación. Una nación es su gente, y aquí, señorías, se habla muy poco sobre el estado, sobre la situación de la gente; sobre el estado, sobre la situación de la vida de la gente, porque,
señorías, vivir se ha puesto muy difícil en este país el último año.


Señor presidente, enhorabuena, hoy se ha levantado de izquierdas. Enhorabuena. (Risas y aplausos). Usted hoy ha venido a vendernos, a darnos grandes titulares en pos de un futuro mejor. Yo hoy le vengo a dar datos de un presente que es
mucho peor. Señor presidente, en el último año, la luz ha subido un 107 %; la gasolina, un 53 %; las cebollas, un 50 %; los pañales, un 36 %; los huevos, un 35 %; la merluza, un 30 %; el salmón, un 29 %; las patatas, un 25 %; la leche, un
23 %; el arroz, un 22 %; el aceite, un 21 %; el butano, un 20 %; el tomate, un 18 %; el pan, un 12 %; el cordero, un 11 %; el pollo, un 10 %; y el melón, un 102 %. Señor presidente, hoy la gente es 3000 euros más pobre que hace un año. Hoy
hay un 57 % de la población que no come tanto y tantas veces como debiera. Hoy hay un 33 % de pobreza infantil. Hoy hay un 28 % de pobreza juvenil. Hoy hay un 30 % de la población que ya nunca compra ropa. Hoy hay un 15 % de la población que no
puede poner el aire acondicionado en verano y la calefacción en invierno. Hoy, señor presidente, el 96 % de las limpiadoras tiene ansiedad y el 40 %, depresión. Hoy, tres de cada cuatro trabajadores no tiene un convenio ligado al índice de
precios. Hoy, el 88 % de las empresas no tiene representación sindical. Hoy solo hay un inspector de trabajo por cada 25 000 trabajadores, 25 000. Hoy dos de cada tres pensiones es inferior a 1000 euros. Hoy la brecha de género salarial es ya
del 36 %. Hoy hay 33 000 personas que viven cada día en la calle. Hoy el 94 % de la población cree que vamos a ir peor, y creo que tienen razón. Hoy hay once suicidios al día en este país. Pero hay más datos: hoy, en este país también hay cinco
grandes multinacionales eléctricas que se reparten cuatro veces más beneficios que nunca: 10 000 millones de euros al año. Hoy, los millonarios en este país son más millonarios que nunca, concretamente, 6 millones de euros al día; y hoy,
veintitrés grandes multinacionales pagan menos impuestos que un autónomo. Este, señor presidente, es el estado de su nación. (Aplausos).


Señor presidente, la normalidad hoy para mucha gente no son las leyes, no es lo que decimos aquí, no es lo que debatimos aquí, no es lo que discutimos aquí, no es lo que aprobamos aquí. La normalidad para mucha gente no es lo que pasa en el
Congreso; la normalidad hoy para mucha gente es lo que paga en el súper. No llegamos a la gente. Para que todo el mundo lo entienda, lo que decimos aquí suena por la megafonía del Club del Gourmet, mientras la gente camina por los congelados del
súper. He aquí el drama. Y mientras, la mala alimentación, los dulces, los congelados, la diabetes y el sobrepeso son ya la normalidad para mucha gente. Y, señor presidente, que sea normal no es normal. No es normal que hoy comer carne y pescado
fresco o que hoy comer fruta y verdura de temporada sea algo infinitamente más caro que comerse un bollycao o unas patatas congeladas. Y no es precisamente porque los agricultores y los jornaleros de este país cobren más. Si una democracia se basa
en la mayoría del dinero y no en la mayoría de las necesidades corrientes de la gente, simplemente no es una democracia. Y este, señor presidente, también es el estado de su nación. (Aplausos).


Señor presidente, la desigualdad es una batalla entre clases que siempre, siempre, siempre ha perdido la clase trabajadora. 'Quiero ir a por todas', lo ha dicho usted. Queda muy bien: ¡Vamos a por todas! ¿Quiere ir a por todas? Le
instamos a trabajar desde ya en un nuevo sistema fiscal basado en la justicia, porque lo contrario a la pobreza no es la riqueza, es la justicia, y la justicia ni es temporal ni es extraordinaria, como casi todas las iniciativas que usted hoy ha
presentado aquí. La justicia o es permanente o no es, y solo hay tres maneras de conseguir una justicia social, tres maneras: redistribuyendo, redistribuyendo y redistribuyendo. Señor presidente, en los últimos quince años, en este país se ha
recaudado por IRPF y por IVA un 30 % más y, a la misma vez, se ha recaudado por impuesto de sociedades un 40 % menos. Los datos cantan. Es urgente un nuevo sistema fiscal justo que no sea tan duro con las familias y que no sea tan laxo con las
empresas. Es urgente, en definitiva, para que todo el mundo lo entienda, que en este país, de una vez por todas, paguen un poco menos las familias y un poco más las grandes empresas. (Aplausos).


Por cierto, el señor Feijóo no está aquí, pero seguramente le podrán dar el recado, porque yo no le voy a ignorar, como ha hecho el presidente Sánchez. Ustedes, con el señor Feijóo a la cabeza, vienen a decir aquello de que aquí se pagan
muchos impuestos. Contra según qué relato, datos. Señorías de la derecha, ¿saben que España es la cuarta economía de la Unión Europea, pero la decimoctava en recaudación? ¿Saben que en España se dejan de recaudar cada año 68 400 millones de
euros? ¿Saben que España



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es el tercer país más desigual de la Unión Europea? ¿Saben que en España el 75 % de los impuestos los pagan las familias? ¿Y saben que en España los últimos diez años los millonarios se han multiplicado por cinco? ¿Lo saben? Sí que es
cierto que en este país se pagan muchos impuestos, pero no lo hacen los cienmileuristas y los comisionistas que ustedes defienden; lo hace la clase trabajadora que ustedes ignoran. (Aplausos).


Un apunte sobre política internacional, y aquí vuelvo a dirigirme a los dos, porque en esto piensan igual y hacen lo mismo. Señor Sánchez y señor Núñez Feijóo -no está, pero seguro que le podrán pasar el recado-, ustedes no pueden
reaccionar a lo que pasa en el mundo o a lo que pasa en la frontera de Ceuta y Melilla como los ricos de una urbanización de ricos a la que de repente entran los pobres. Esa no es una política internacional seria, no lo es. Unas preguntas para los
dos, para el PSOE y para el PP, porque en esto hacen lo mismo. Señorías del PSOE y del PP, ¿por qué 130 africanos asaltando la valla son una mafia y 130 000 ucranianos desplazados son una causa? ¿Por qué? (Aplausos). Señorías del PP y del PSOE,
¿por qué matar a palos -¡a palos!- y a balazos en la frontera sur de Europa es menos grave que matar a bombas en un centro comercial de Ucrania? ¿Por qué? Señorías del PP y del PSOE, ¿cuál es la diferencia entre Putin masacrando a ucranianos y,
por ejemplo, Erdogan masacrando a kurdos? (Aplausos). ¿Cuál es la diferencia? Ya respondo yo a la primera pregunta: porque los primeros son rubios y con los ojos azules y los otros no. (Aplausos). Ya se lo digo yo: porque necesitaban a
Marruecos como vigilante de seguridad de la valla aun a costa del Sáhara. Por cierto, mire, señor presidente. (Coloca tres balas sobre la tribuna de oradores). ¿Sabe qué son? Son balas que ha recogido mi compañera María Dantas en la frontera de
Ceuta y Melilla con las que mataron a treinta y siete personas. (Aplausos). Son balas. (El señor presidente del Gobierno, Sánchez Pérez-Castejón: No voy a dejar que me llames racista). Usted no, la Gendarmería marroquí, y usted dijo que no
estaba tan mal. (El señor presidente del Gobierno, Sánchez Pérez-Castejón: No me llames racista.-Protestas). Usted dijo que no estaba tan mal. (El señor presidente del Gobierno, Sánchez Pérez-Castejón: No me llames racista. ¡No me llames
racista!).


¿Por qué el aumento del 2 % en defensa que les pide Estados Unidos es tan importante? ¿Es para proteger a la gente o para contentar a la OTAN? ¿Por qué es? Se lo digo yo: porque a cambio de todo ello la OTAN considera a Ceuta y Melilla
territorio de la OTAN y, por lo tanto, ante cualquier amenaza a la integridad territorial -y leo textualmente (hace el gesto de comillas con los dedos)- entrará la OTAN. Eso vale para un salto a la valla y para un referéndum de autodeterminación,
por cierto. (Aplausos). Pero es que además, si sumamos todas las partidas en defensa que ustedes ocultan desde hace casi cuarenta años en diferentes ministerios sin que prácticamente nadie proteste, estamos hablando de un gasto anual -por ejemplo,
este año- de 21 623 millones de euros en defensa, que ya es casi el 2 % del PBI -¡casi!, es un 1,8 %- que le pide la OTAN. Por lo tanto, es mentira, señorías, es mentira que se requiera un esfuerzo militar extra. De hecho, España ya es el séptimo
importador/exportador mundial de armas. En España se venden armas por valor de 3300 millones de euros al año. Sí que es cierto -y lo digo yo como representante de izquierdas- que en este mundo ningún país puede garantizar ya su seguridad por sí
solo y que el derecho a la autodefensa es sagrado, pero esta fiebre atlantista responde únicamente a un solo objetivo, al objetivo anhelado por Estados Unidos desde hace muchos años de tener un mundo polarizado con una Europa 'otanizada'; un mundo
polarizado supuestamente entre democracias y dictaduras. Pero, eso sí, el Mundial de Fútbol en Qatar. (Aplausos).


Señor presidente, señorías del Gobierno, ¿se han preguntado alguna vez por qué a ustedes, tras tantas medidas aprobadas estos años, les pisan los talones electoralmente un señor que es famoso por hacerse fotos con un narco en un yate y un
señor que va de boina verde pero que no ha hecho ni la mili? ¿Se lo preguntan? ¿Se preguntan por qué no rentabilizan lo que legislan? ¿Se lo preguntan? Se lo digo yo, porque es sencillo y cruel. Primero, porque son muy rácanos. Son muy rácanos
en lo que hacen, y las medidas que hoy ha anunciado el presidente así lo atestiguan; y, por ejemplo, el hecho de que solo hayan cumplido el 36 y el 42 % de los presupuestos en Cataluña y en el País Valencià, respectivamente, también lo atestigua.
Segundo, sobre todo por la brutal -¡brutal!- contaminación mediática que sufre este país; una contaminación que también atenta, como cualquier otra, a la salud pública. Señorías, un país en el que cada día se le dice a la gente cuando sale un rato
a comprar el pan que una feminista de baja por tener la regla le okupará el piso, lo convertirá en una clínica abortista, le cambiará el sexo a sus hijos y hará lesbianas a sus hijas con una peli de Buzz Lightyear y una foto de Irene Montero es un
país en el que un Gobierno decente jamás jamás jamás rentabilizará lo que legisle. ¡Jamás! (Aplausos). Señor presidente, no es casual que la ciudadanía esté expuesta cada día a mentiras que coinciden exactamente



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con la agenda de la derecha y de la ultraderecha; mentiras sobre delitos, sobre política, sobre servicios, sobre impuestos, sobre inmigración. No es casual que la gente sepa mucho más sobre el Falcon o los viajes de Irene Montero que sobre
lo que pactaron durante veinticinco años siete constructoras como si fueran un cartel. (Aplausos). No es normal y solo responde a una fórmula que ha hecho ganar a la ultraderecha en todo el mundo, desde Bolsonaro hasta Ayuso: fachas en la calle,
guerra judicial y mentiras en la tele. Y este también es el estado de su nación, señor presidente.


Por cierto, señorías de Unidas Podemos, todo nuestro apoyo frente a los audios publicados del señor Villarejo. Se lo dice alguien que representa al movimiento político del independentismo, que está en 5.º de represión judicial, mediática y
policial. De hecho, ¿ven a esa señora de ahí? (Señala a la señora Pozueta Fernández). Es Bel Pozueta, de Bildu. ¿Ven a esa señora de ahí? (Señala a la señora Bassa Coll). Es Montse Bassa, de Esquerra Republicana. Respectivamente, son la madre
y la hermana de personas que están injustamente en la cárcel por causa de los mismos que a ustedes les persiguen hoy. (Aplausos). Ojalá ahora cada vez que digamos aquello de que los siguientes son ustedes nos hagan caso.


Propuesta, señor presidente; y espero que la tenga en cuenta, porque ha dicho que las tendría en cuenta. Alberto Coronel ya lo ha comentado en El Salto estos días. Señor presidente, igual que se legisla contra la contaminación ambiental
porque no nos deja respirar de forma sana, igual que se legisla en contra de la contaminación acústica porque no nos deja dormir de forma sana, deberíamos legislar en contra de la contaminación mediática porque no nos deja pensar de forma sana.
Mentir, falsear y manipular en una tertulia debería tener las mismas consecuencias que tiene para una empresa un vertido o una emisión de CO2, porque de la mentira nace el odio, señorías, y del odio nacen monstruos. Un claro ejemplo es el
ectoplasma del franquismo y del cuñadismo social que es VOX. (Aplausos). VOX, aparte de ser el partido del cuarto cubata, es una enorme maquinaria de resentimientos y de odios engrasados desde hace años en algunos medios de comunicación. Otro
claro ejemplo, como usted ha dicho, señor presidente, es Estados Unidos. El Tribunal Supremo de Estados Unidos acaba de dictar tres de las sentencias más reaccionarias de su historia: la primera, a favor de portar armas sin control de la
Administración; la segunda, en contra del aborto (un señor diputado: ¡Bravo!), y la tercera a favor de las emisiones contaminantes. Han puesto el reloj cien años atrás. La fórmula, señorías, es clara: individualismo reaccionario,
fundamentalismo machista y anarquismo de extrema derecha. Señorías, señor presidente, no son solo Putin y China quienes amenazan a las democracias del mundo, también y en igual medida es la desinformación. Le insto, señor presidente, a que legisle
en contra de la contaminación mediática, tal y como merece, porque este también es el estado de su nación, porque esta nación a veces, en lugar de ser una democracia, ha sido una platocracia. (Aplausos).


Pero hace falta mucho más, señor Sánchez -y, me atrevo a decir, señora Díaz- para frenar al señor Feijóo y al señor Abascal. Hace falta mucho más que sonreír mucho, decir que todo va a ir bien y, sobre todo, intentar todo el rato hablar sin
molestar a nadie. Hace falta mucho más y ese algo más es militar en la utilidad. Las izquierdas necesitamos como respirar militar en la utilidad, militar en la vida de la gente, y eso tiene un nombre: llenar neveras. Necesitamos llenar la nevera
a la gente y, a partir de ahí, que sea lo que sea. Militar en la utilidad, señorías, es militar en lo más importante de la vida de la gente, en lo más útil, en lo más compartido. Pero ¿qué es lo más útil? ¿Qué es lo más compartido? ¿Qué es lo
que todo el mundo quiere que vaya bien, piense lo que piense, vote lo que vote? Tres cosas: escuela, trabajo y familia. En definitiva, aprender, trabajar y querer, amar. ¿Quién está en contra de esto? Nadie. Si somos capaces de militar y de
hacer políticas en esto, seremos capaces de frenarles.


Uno, escuela, aprender. Escuela pública y de calidad, porque la sociedad, señorías, señor presidente, se iguala desde la escuela y porque los derechos para que no sean privilegios tienen que ser públicos desde la guardería, para que no
valga lo mismo que un club de polo, hasta la universidad y más allá (aplausos), para que, por ejemplo, nadie deje de ser juez, médico, dentista o lo que quiera ser simplemente porque no puede permitirse unas oposiciones de cuatro o cinco años.
Señor presidente, si la democracia es el mecanismo que tiene la clase trabajadora para limitar los privilegios de los poderosos, se necesita mucha más democracia, por ejemplo, para que la hija de un jornalero sea juez que la que necesita el hijo de
un juez.


Por cierto, un apunte respecto a esto, respecto a la escuela: la lengua; a algunos de ustedes les encanta este tema. Ni el castellano está perseguido en Cataluña -de hecho, lo llevo hablando un rato y no me está costando mucho, señorías
(risas y aplausos)- ni el catalán es patrimonio exclusivo del independentismo. (Aplausos). Lo repito, ni el castellano está perseguido en Cataluña ni el catalán es patrimonio exclusivo del independentismo. O entendemos esto o le hacemos un flaco
favor a una lengua que merece ser protegida y no rendir vasallaje al castellano.



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Dos, trabajo, trabajar. La vida, señorías, señor presidente, no puede ser -no es- trabajar toda la semana e ir al supermercado el fin de semana. Eso no es la vida. Señor presidente, la vida en este país no puede ser ver a tus hijos menos
que a tus jefes. Eso no es la vida. Necesitamos idear políticas que repartan mejor las horas de trabajo, trabajar menos para trabajar todos; políticas, en definitiva, que vayan mucho más allá del ingreso mínimo vital; políticas que incentiven
jornadas laborales más cortas y que aseguren las necesidades más básicas de la ciudadanía; en definitiva, políticas que vayan encaminadas, por ejemplo, a una renta básica universal por el simple hecho de ser ciudadano, una renta que estimularía
enormemente el consumo interno y que le daría una libertad brutal a la gente, por ejemplo, la libertad de decirle a un jefe explotador y a su trabajo precario: ¡No! He aquí la potencia de una renta básica universal.


Por cierto, un apunte respecto a esto. La reforma laboral tiene una prensa extraordinaria, y yo me alegro. En Esquerra Republicana estamos encantados, enormemente felices, de que cada mes haya más indefinidos en este país; se lo puedo
asegurar, señora ministra, estamos encantados. Estamos encantados de que en este país cada vez más gente tenga esa seguridad vital, y le digo por experiencia que se va a dormir uno mucho más tranquilo siendo indefinido que siendo temporal. Ahora
bien, ¿de qué vale eso si te pueden despedir con las mismas condiciones que cuando eras temporal? ¿De qué vale eso? Y eso simplemente porque hubo quien prefirió a la CEOE que a Esquerra Republicana. (Aplausos). Contra el relato, datos: casi 9,5
millones de personas cobran menos de 1000 euros al mes, y eso que la reforma laboral es increíble; el 50 % de los contratos en este país son parciales, y eso que la reforma laboral es increíble; hay una media del 40 % de paro juvenil en este país,
y eso que la reforma laboral es increíble. Varios grupos hemos presentado una iniciativa para intentar ampliar la reforma laboral. Estoy convencido, señora ministra, de que usted va a estar de acuerdo y nos va a ayudar, porque antes de 'sumar' hay
que escuchar. (Aplausos).


Tres, familias, querer, amar, que todo el mundo pueda amar a quien quiera amar, como quiera amar y cuando quiera amar, y con orgullo. El reconocimiento y el avance en derechos civiles son cruciales y queda muchísimo por hacer. Por cierto,
señorías de la derecha y de la ultraderecha, ni el divorcio te obliga a divorciarte, ni el matrimonio homosexual te obliga a ser homosexual, ni la eutanasia te obliga a morir, ni el aborto te obliga a abortar. Los derechos no obligan a nada; las
derechas, sí. Lo contrario al aborto no es la vida; es la trastienda sucia de una tienda, por ejemplo. A ustedes no les interesa la vida, a ustedes lo que les interesa es el control del cuerpo de las mujeres. (Aplausos).


Acabo con dos declaraciones de intenciones. La primera, yo soy un convencido de que la patria es el otro y de que Cataluña sobre todo es el nombre de un lugar del planeta. Yo soy un convencido de que la independencia no presupone nada, de
que la independencia de Cataluña o dels països catalans no presupone nada, de que pueden ser repúblicas libres o iguales o no serlo. Lo que les puedo asegurar es que, si depende de Esquerra Republicana, lo serán. (Aplausos). Yo soy un convencido
de que ser independentista no te hace mejor catalán o catalana, que tan catalán y catalana es un independentista, un autonomista, un federalista o un mediopensionista, y forma parte de nuestra responsabilidad así decirlo y gobernar así. (Aplausos).
Pero sobre todo soy un convencido de que en democracia se puede hablar y se debe hablar de todo, tal y como les obliga, por cierto, señor presidente, el Consejo de Europa en la Resolución 2831 de junio del año 2021. Yo siempre defenderé la mesa de
diálogo y de negociación, porque Esquerra Republicana no habla con el PSOE porque seamos lo mismo. Esquerra Republicana habla con el PSOE porque somos diametralmente diferentes, porque es nuestro trabajo, porque a eso nos comprometimos y, sobre
todo, porque no hay alternativa. (Aplausos). Por cierto, espero que ustedes no sigan haciendo matemáticas y vuelvan a la senda de la política, como, por ejemplo, en la ley de memoria democrática, que no le gusta al señor Felipe González; llámenlo
X.


La utilidad de Esquerra Republicana en este Congreso es clara: gracias a la negociación y al voto de Esquerra Republicana se han mantenido y se han revalorizado las pensiones; gracias a la negociación y al voto de Esquerra Republicana, se
ha prohibido el despido durante las bajas; gracias a la negociación y al voto de Esquerra Republicana, se ha aprobado una ley de muerte digna; gracias a la negociación y al voto de Esquerra Republicana, se ha reforzado la lucha contra la violencia
machista; gracias a la negociación y al voto de Esquerra Republicana, se ha protegido a la infancia; gracias a la negociación y al voto de Esquerra Republicana se ha aprobado una ley de ciencia; gracias a la negociación y al voto de Esquerra
Republicana, se ha dignificado la situación de los interinos; gracias a la negociación y al voto de Esquerra Republicana, se han retirado medallas a asesinos y a fascistas en este país; gracias a la negociación y al voto de Esquerra Republicana,
se han ampliado y prorrogado cientos de ayudas que han salvado la vida de cientos de personas; gracias a la negociación y al voto de Esquerra Republicana, se ha



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subido dos veces el salario mínimo interprofesional y se ha aprobado un ingreso mínimo vital, y, gracias a la negociación y al voto de Esquerra Republicana y también al esfuerzo de instituciones catalanas, nacionales e internacionales, nueve
personas hoy duermen en su casa y no en una celda.


Señorías, nada en política es gratis y quien diga lo contrario simplemente (da un golpe en la tribuna) miente.


Muchas gracias. (Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Republicano, puestos en pie).


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Rufián.


Señor Rufián, lamentablemente, ya tenemos precedentes en la Cámara de uso de diversos objetos en la tribuna y tengo que reiterar lo mismo que he hecho en otras ocasiones. La fuerza del parlamentarismo, la fuerza de la libertad de expresión,
radica en el uso de la palabra. Por eso, le insto, así como insto al conjunto de diputados y diputadas, a que hagan uso exclusivo de ella en la tribuna, también por el decoro de esta Cámara y, sobre todo, por el respeto de todos sus miembros.


Muchas gracias. (Aplausos).


Tiene la palabra el señor presidente del Gobierno.


El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Sánchez Pérez-Castejón): Muchas gracias, señora presidenta.


Señor Rufián, le reconozco en algunas ocasiones su brillantez parlamentaria, pero creo que hoy se ha equivocado, y se ha equivocado gravemente, señoría. La mera exhibición de balas en este hemiciclo es un error imperdonable, un error
imperdonable precisamente en este hemiciclo. (Aplausos). Ni siquiera con fines probatorios, ni siquiera como truco efectista. El Congreso no es una corte penal, señoría, no lo es; es el templo de la palabra. Aquí entraron balas -sí, señoría,
entraron balas-, están en los techos de este hemiciclo y fueron traídas por golpistas. Se ha equivocado, señoría, se ha equivocado. (Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Socialista y de los miembros del Gobierno,
puestos en pie).


Vuelve a darme el carné de izquierda. Se lo agradezco; se lo agradezco. Usted es el que expide carnés de izquierda. Me da ese reconocimiento en el día de hoy. Ojalá usted también se hubiera levantado de izquierda y hubiera votado a
favor de la reforma laboral, señoría. (Aplausos). ¡Qué obsesión tiene usted con la vicepresidenta segunda del Gobierno de España! Ella no se puede defender. Tengo que hablar yo aquí porque ella no puede intervenir. Si usted tiene algo que
debatir con la señora Díaz, hágalo con ella. ¡Qué obsesión tiene usted en decir que la señora Díaz y el Gobierno de España prefirieron hacerse una foto con la CEOE y no con Esquerra Republicana! Nos la hicimos con los sindicatos, señoría, con la
Unión General de Trabajadores, con Comisiones Obreras y con los empresarios. (Aplausos). Además, señoría, le diré una cosa: si un diputado del Partido Popular no se hubiera equivocado, no tendríamos hoy el 80 % de contratos indefinidos.
(Aplausos). Así que, señoría, en efecto, aplíquese el cuento y milite en la utilidad. (Aplausos).


Por cierto, señoría, para mí, como secretario general del Partido Socialista Obrero Español y como presidente del Gobierno de España, de un Gobierno de coalición progresista, tan importantes son los refugiados de Ucrania como los refugiados
de Afganistán y como todos los migrantes que estamos salvando en las costas de España, en la costa atlántica o en la costa mediterránea, gracias al compromiso de los servicios públicos. (Aplausos). Así pues, señoría, por favor, no vaya por ese
camino.


Usted dice que tenemos que hablar de los problemas de la gente. Yo creo, señoría, que he hablado de cuál es el principal problema de la gente; a lo mejor lo he hecho con poco éxito, dada su intervención. He dicho textualmente que no iba a
hablar de lo bien que van las cosas ni tampoco de lo que hemos hecho hasta ahora, que íbamos a hablar del presente y del futuro. He tratado de hacer un diagnóstico pedagógico y, además, he utilizado el símil del médico especialista y del curandero
para explicar cuál es el origen de la evolución de la inflación en nuestro país y también en Europa. He utilizado informes del Fondo Monetario Internacional, del Banco de España, de la OCDE y de la Comisión Europea para explicar que más de un 60 %
de la evolución de los precios en nuestro país proviene del shock energético y también del shock alimentario que ha provocado, uno, la pandemia y, dos, la guerra de Putin en Ucrania. Creo, señoría, que este es un análisis honesto de cuál es la
situación. He dicho que no iba a hablar de las cosas que están bien, sino de las cosas que van mal y de cuáles son las soluciones que ha puesto encima de la mesa o que va a proponer el Gobierno de España a sus señorías para que puedan ser
convalidadas.



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He hablado de las cosas que estamos haciendo a nivel europeo como, por ejemplo, el tope del gas en la península ibérica; o de la reforma del mercado eléctrico que hemos propuesto a la Comisión Europea y que, por fin, parece que se va a
abrir camino en el otoño de este año; o de todas las ayudas que estamos poniendo en marcha de un año a esta parte para proteger precisamente a las familias, a las empresas y a la industria de nuestro país. Lo he dicho antes, y creo que he sido
elocuente también al recordar que, después de Lituania y Grecia, España es el país que más recursos económicos está destinando a proteger a las familias: más de 30 000 millones de euros. ¿Es suficiente? Es evidente que no tenemos una varita
mágica para poder resolver de la noche a la mañana el problema de la inflación, que vamos a necesitar respuestas a nivel multilateral, a nivel europeo y también a nivel nacional, y ahí invito a su grupo parlamentario a ayudarnos a apoyar muchas de
las medidas que estamos poniendo en marcha. Desde luego, señoría, he hablado de la reforma fiscal y de las medidas que hemos puesto encima de la mesa y que hemos anunciado en el debate del estado de la nación; o también de las bonificaciones al
cien por cien de rodalies, de cercanías y de la media distancia en las empresas que son titularidad del Estado; o del 30 % que también vamos a poner en marcha para las comunidades autónomas y los ayuntamientos. Creo, señoría, que estamos
desplegando una política social bastante fuerte, bastante potente, para el desafío que tenemos por delante, que es el de la inflación.


Le he dicho antes, señoría, que, desde luego, nosotros hemos apostado siempre por la paz, por la vía diplomática, pero, miren, no hay más que escuchar lo que ha dicho públicamente el señor Lavrov, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, en
la reciente cumbre multilateral del G-20 en Bali. Ha dicho que ellos quieren ganar la paz sobre el terreno. Por tanto, la posición ahora mismo del Gobierno de Putin y de Lavrov, de Rusia, en Ucrania es total, es firme: lo que quieren es continuar
con la invasión. Y creo que, como fuerza progresista, usted convendrá conmigo en que lo que tenemos que hacer es estar con el agredido y, por tanto, que se respete la legalidad internacional.


Sobre las propuestas, señorías, qué quiere que le diga. Sobre becas. Habla usted de las becas de justicia. Hemos aprobado precisamente becas para que los jóvenes que no tienen recursos puedan opositar a jueces y a fiscales, y hemos sacado
hace poco la convocatoria de las mismas.


Sobre las sobre las jornadas laborales. He hecho referencia a la apuesta del Gobierno de España por la digitalización para aumentar la productividad y, en consecuencia, reducir las jornadas laborales. Sobre la renta básica, a la que usted
ha hecho referencia, sabe que este Gobierno ha aprobado un ingreso mínimo vital, sobre todo para las familias más vulnerables y, en especial, para los niños y niñas que están sufriendo la pobreza.


Y sobre la justicia fiscal, como antes he comentado a otros intervinientes, este es un Gobierno coherente en su propuesta fiscal. Vamos a aprobar un impuesto a las entidades financieras, un impuesto también a las empresas energéticas, un
impuesto que hemos aprobado a determinados servicios digitales, las transacciones financieras. También, hay que recordar que en el presupuesto general del Estado de 2021 establecimos un tipo mínimo efectivo del 15 % en el impuesto sobre sociedades
para las grandes empresas. Además, en el presupuesto general del año 2021 se elevaron dos puntos los tipos aplicables a las rentas del trabajo superiores a 300 000 euros y tres puntos a las rentas de capital a partir de los 200 000 euros en el
impuesto sobre la renta de las personas físicas.


¿Se podrá decir que tenemos que hacer más? Sin duda alguna. Estaremos dispuestos a escuchar cuáles son sus propuestas, pero lo que no se puede negar, señorías, es que este Gobierno es de izquierdas, es progresista y milita en la utilidad.


Muchas gracias, señora presidenta. (Aplausos.-Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Socialista y de los miembros del Gobierno, puestos en pie).


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor presidente.


Por el Grupo Parlamentario Republicano, tiene la palabra el señor Rufián Romero.


El señor RUFIÁN ROMERO: Gracias.


Señor presidente, no se enfade. (El señor presidente del Gobierno, Sánchez Pérez-Castejón: No me enfado). Yo no tengo absolutamente nada en contra de nadie, pero es que esto no es un debate sobre el estado de los políticos o sobre
nuestras relaciones, esto es un debate sobre el estado de la nación, de lo que ustedes consideran que es la nación. Yo he intentado hablar de lo que creo que le importa a la gente, porque, repito, creo que hay muchísima gente -y no siempre es culpa
de ustedes, ya lo he dicho, es culpa también de la contaminación mediática, y creo que estos días se está notando- a la que no le llega, no le llega lo que aquí hacemos, y guste más o guste menos, se tiene que hablar.



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Creo que son rácanos. Son rácanos en algunas cosas que aprueban, en algunas cosas que hacen, y he puesto el ejemplo de reforma laboral, pero no porque yo le tenga manía a nadie, sino porque la reforma laboral tenía unas mayorías para
intentar llegar a aquello que durante diez años un montón de grupos parlamentarios de izquierdas prometimos que se haría (aplausos), y hubo quien decidió que había que hacerlo con la CEOE y con Ciudadanos. Por cierto, entiendo que ahora Ciudadanos
es de izquierdas, ¿no?


Mesa de diálogo y de negociación. Usted, señor presidente, le ha dedicado literalmente una frase al conflicto político -y es empírico, no es debatible; son lentejas- que todavía vive el Estado español con Cataluña, porque, guste más o
guste menos, hay dos millones de personas, hay una mayoría en el Parlament de Catalunya que es lo que es y que vota lo que vota, y eso, una de dos, o se dirime con jueces, con Policía y a palos, que ya se ha intentado y no funciona (aplausos) -no ha
habido ningún independentista que haya dejado de ser independentista por meter en la cárcel a Oriol Junqueras-, o por la vía negociada, la vía del diálogo, que nosotros apoyamos y que nosotros defendemos. Y hay algo que también es empírico, ni
siquiera es una advertencia ni es una amenaza, y es que el fracaso de la vía que nosotros representamos, el fracaso de la vía de la negociación, no es un fracaso del independentismo, no es un fracaso de Esquerra Republicana; sería un fracaso
nuevamente de la izquierda española, ¡nuevamente! No han aprendido nada de Zapatero, no han aprendido nada. La historia nos demuestra que cada vez que ustedes fracasan el independentismo sube. ¡Es que no aprenden! Cuando nosotros les decimos
'siéntense', 'negociemos', 'hablemos', es porque es la única vía posible. Que ustedes vayan arrastrando los pies, que ustedes nos digan primero que hay elecciones en Castilla, que después hay elecciones en Madrid, es responsabilizarnos de sus votos
en Burgos. Nosotros no les responsabilizamos de nuestros votos no sé dónde, porque forma parte de nuestra responsabilidad como políticos y como políticas, como representantes públicos, ser parte de la solución y no ser parte del problema.
(Aplausos). Usted, ¿cómo quiere pasar a la historia? ¿Quiere pasar a la historia como aquel que intentó solucionar el conflicto político que empíricamente viven Cataluña y España o como un -permítame que lo diga- presidente socialista más? De
usted depende.


Además, fíjese en algo. Si hay elecciones otra vez -elecciones generales, cuando las haya- y esta gente no suma para ser mayoría absoluta -que está por ver-, es bastante probable que, si se pone a mirar, a Bildu le vaya igual o mejor, al
PNV le vaya igual o mejor, a Más País le vaya igual o mejor, a Compromís le vaya igual o mejor, y a nosotros, no sé, pero igual mantenemos el tipo. Ustedes son un partido histórico con un local en cada pueblo. Es bastante probable que mantengan el
tipo. Todo depende del espacio político que representa hoy en día la señora Yolanda Díaz. Todo depende de eso. Pero si ustedes no son capaces de darle a la población de Cataluña -y me atrevo a decir de Euskadi- soluciones, esta gente les pasará
por encima. Si nosotros no somos capaces de darles soluciones no solamente en lo nacional, sino en lo social, como le decía; si nosotros no somos capaces de llenarle la nevera a la gente, esta gente nos ganará izando banderas, simplemente. Así
que, yo no tengo nada en contra de nadie, simplemente le intento ser claro y que todo el mundo me entienda.


Muchas gracias. (Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Republicano, puestos en pie).


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Rufián.


Tiene la palabra el señor presidente del Gobierno.


El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Sánchez Pérez-Castejón): Muchas gracias, presidenta.


Gracias, señor Rufián. Le agradezco el tono de esta réplica, de verdad. Lo agradezco porque creo que es más constructivo de lo que hemos tenido en la primera de sus intervenciones. Le agradezco que lo haya corregido (aplausos), porque
creo que, efectivamente, se puede ser duro en las intervenciones sin faltar al respeto a la persona y a la Cámara. Y ya está. Ahí lo dejamos. Creo que, efectivamente, la sobreactuación no es buena.


Sigue obsesionado con la reforma laboral, y realmente creo que no tiene ninguna razón de ser el voto contrario de Esquerra Republicana a una buena reforma laboral, una buena reforma laboral para muchos trabajadores y trabajadoras -ahí están
los datos-, también para los jóvenes y las mujeres.


Sobre la mesa de diálogo, quiero decirle que ha habido una reunión de la consejera de Presidencia de la Generalitat de Catalunya con el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, donde se ha llegado a un acuerdo metodológico sobre cómo tiene
que funcionar y trabajar la mesa de diálogo. Yo creo que hay un elemento muy importante. Usted ha hablado de la desjudicialización, pero no ha hecho referencia a algo que me parece fundamental, y es que en ese acuerdo metodológico empecemos a
trabajar en acuerdos



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concretos, en pasos concretos que puedan ir acercando las distancias, que ahora mismo, efectivamente, son muy grandes entre ustedes y nosotros. Nosotros estamos presentes -el Gobierno de coalición en su conjunto- en esa mesa de diálogo, y
hay que reconocer, señor Rufián, que es difícil ir a una mesa de diálogo con dos Gobiernos, uno de coalición -el Gobierno de España, que está presente- y otro de ustedes, con solamente una parte, no las dos. Por eso, yo, públicamente, siempre he
pedido a la otra parte del Govern de la Generalitat de Catalunya, en este caso, a Junts per Catalunya, que apueste por esta mesa de diálogo y que se incorpore a ella. Yo reconozco a Esquerra Republicana su valentía a la hora de participar en esta
mesa de diálogo. Ahora bien, me gustaría que entre todos fuéramos capaces de empezar a alcanzar acuerdos concretos, plausibles para el conjunto de la sociedad catalana y también para el conjunto de la sociedad española.


Señor Rufián, me gustaría hacerle una petición, y es que esa demanda de diálogo que, lógicamente, usted plantea al Gobierno de España, también la tengan ustedes en Cataluña, y que hablen con la otra parte de catalanes y catalanas que no
creen en las tesis independentistas. (Aplausos). Desde luego, señor Rufián, nosotros siempre vamos a apostar por el diálogo, y espero que podamos llegar dentro de poco a un acuerdo y podamos celebrar esa mesa de diálogo.


Nada más. Muchas gracias, señora presidenta. (Aplausos.-Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Socialista y de los miembros del Gobierno, puestos en pie).


La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor presidente. Muchas gracias, señorías.


Se suspende la sesión hasta mañana a las nueve.


Eran las ocho y cuarenta y cinco minutos de la noche.


Corrección de error.-En el Diario de Sesiones número 199, correspondiente a la sesión plenaria número 192, celebrada el jueves 30 de junio de 2022, en la página 45, tercera votación, donde dice: '... abstenciones, 91 más 9 votos
telemáticos, 108'; debe decir: '... abstenciones, 91 más 9 votos telemáticos, 100'.