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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 593, de 17/06/2014
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CORTES GENERALES


DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS


COMISIONES


Año 2014 X LEGISLATURA Núm. 593

ECONOMÍA Y COMPETITIVIDAD

PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. SANTIAGO LANZUELA MARINA

Sesión núm. 55

celebrada el martes,

17 de junio de 2014



ORDEN DEL DÍA:


Comparecencia del señor gobernador del Banco de España (Linde de Castro), para presentar el informe anual del Banco del España. Por acuerdo de la Comisión de Economía y Competitividad. (Número de expediente 212/001648)... href='#(Página2)'>(Página2)



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Se abre la sesión a las once de la mañana.


El señor PRESIDENTE: Señorías, se abre la sesión.


Como ustedes conocen, hoy solo hay un punto en el orden del día, que es la celebración de la comparecencia del señor gobernador del Banco de España para presentar el informe anual del banco. Tiene usted la palabra, señor gobernador.


El señor GOBERNADOR DEL BANCO DE ESPAÑA (Linde de Castro): Señor presidente, comparezco ante esta Comisión con motivo de la presentación del informe anual del Banco de España correspondiente al año 2013. En mi intervención comenzaré
repasando el contexto económico internacional para seguidamente exponer la evolución de la economía española, caracterizada por una recuperación gradual de la actividad y por avances en el proceso de ajuste interno. Posteriormente trataré aspectos
relacionados con la situación y las perspectivas del sistema bancario, y acabaré mi intervención con algunas reflexiones sobre los retos a los que se enfrenta nuestra economía para consolidar un crecimiento sostenible.


En 2013 la economía mundial creció en torno a un 3%, un registro ligeramente inferior al del ejercicio precedente, si bien mostró un perfil de recuperación progresiva que se espera se mantenga a lo largo de 2014. El área del euro inició una
fase de recuperación en el segundo trimestre de 2013, empezando entonces a superar la fase de recesión en que estaba situada desde finales de 2011. Esta recuperación ha estado marcada por el fortalecimiento de las economías desarrolladas y, en
particular, de Estados Unidos, donde se han mantenido las expectativas de progresiva normalización de las condiciones monetarias y un menor empuje de las economías emergentes, en cuyo centro está la moderación del crecimiento en China. A este menor
empuje han contribuido, por un lado, el cambio hacia un modelo de crecimiento en China más moderado, lo que, debido a su menor demanda de materias primas y a su implicación en las cadenas de producción mundiales, ha incidido en un menor crecimiento
del resto de las economías emergentes. Por otro lado, las expectativas de normalización en las condiciones financieras globales han determinado una menor afluencia de capitales hacia algunas economías emergentes poniendo al descubierto en ellas
vulnerabilidades ligadas a su dependencia de la financiación exterior. En cualquier caso, la flexibilidad cambiaria o los muy importantes volúmenes de reservas les ha permitido afrontar en mejores condiciones que en periodos pasados este episodio
de reversión de los flujos de capitales. En definitiva, este nuevo panorama muestra una mayor certidumbre sobre la recuperación de la economía global y una transición de los focos de incertidumbre desde las economías desarrolladas, en particular
desde las del área del euro, hacia las emergentes. En el ámbito de la evolución de los precios la actual fase de recuperación se está caracterizando por la ausencia de presiones inflacionistas en las principales economías avanzadas, con la
excepción de Japón, llegándose a registrar tasas de inflación significativamente por debajo de los objetivos fijados por sus bancos centrales. A esta evolución contribuyeron la holgura que persiste en los mercados laborales, los bajos niveles de
utilización de la capacidad productiva y la moderación de los precios de las materias primas, en particular del petróleo.


La ausencia de presiones inflacionistas ha facilitado el mantenimiento de un tono acomodaticio de las políticas monetarias a nivel global, con los tipos de interés oficiales anclados en niveles muy cercanos a cero y medidas extraordinarias
de suministro de liquidez todavía en vigor. Esta orientación de la política monetaria ha propiciado que los tipos de interés a largo plazo de las economías avanzadas permanezcan en niveles muy reducidos al tiempo que se registran valoraciones muy
generosas en algunos mercados financieros. De hecho, algunas cotizaciones se sitúan en máximos históricos en un contexto en el que la búsqueda de rentabilidad por los inversores parece estar jugando un papel predominante con respecto a otras
consideraciones más basadas en el valor fundamental de estos activos. Este escenario de los mercados monetarios y financieros internacionales tiene riesgos, ya que es susceptible de sufrir cambios bruscos ante la aparición de expectativas sobre
retirada de estímulos monetarios o, lo que es lo mismo, sobre mejoras sostenibles en las tasas de crecimiento que aconsejen políticas monetarias menos expansivas.


A lo largo de 2013 la economía española fue mostrando cierto dinamismo y a partir del tercer trimestre hubo tasas positivas de crecimiento del PIB. Esa trayectoria ha continuado en 2014, de modo que el año podría finalizar en línea con las
previsiones que anticipó el informe de proyecciones de la economía española del Banco de España, publicado en marzo, es decir, con un crecimiento de un 1,2 % en promedio anual. Esta recuperación ha sido visible también en el mercado de trabajo. El
ritmo de instrucción de puestos de trabajo se fue atenuando a lo largo de 2013 hasta mostrar una leve creación de empleo en los últimos meses del ejercicio. Esta mejoría ha ido reforzándose en los meses transcurridos de 2014.



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Conforme a los últimos datos disponibles correspondientes al mes de mayo, el número de desempleados registrados en las oficinas de los servicios públicos de empleo descendió en casi 112.000 personas, situando la tasa de variación interanual
en el 6,5 %, una caída de 0,8 puntos porcentuales, superior a la registrada en abril. Por su parte, los afiliados a la Seguridad Social aumentaron en este mes en 198.000 personas, un 1,6 % en tasa interanual, cuatro décimas por encima del
crecimiento registrado en el mes anterior, acumulando cuatro meses consecutivos de crecimiento.


El cambio de tono de la economía española ha resultado de la confluencia de factores externos e internos; empezaré por los primeros. En primer lugar, el repunte de actividad y de comercio mundial en la segunda mitad de 2013 y el retorno
del área del euro al crecimiento económico configuraron un entorno favorable para nuestras exportaciones. En segundo lugar, también han tenido un impacto favorable en el crecimiento las medidas adoptadas por los Gobiernos de los Estados miembros de
la unión monetaria en el ámbito de la consolidación fiscal y la aprobación de reformas estructurales, particularmente visibles en aquellas economías que estaban sometidas a tensión financiera. Los programas de apoyo a Grecia, Irlanda, Portugal y
Chipre registraron también una evolución favorable. De hecho, Irlanda y Portugal han salido ya de sus respectivos programas de ayuda financiera sin recurrir a ningún mecanismo precautorio adicional. Por su parte, Grecia registró en 2013 un
superávit fiscal primario, lo que es un indicador de la reconducción de sus cuentas públicas. Pero los retos pendientes son todavía importantes, como ha puesto de manifiesto la Comisión Europea en la revisión anual del ejercicio sobre
desequilibrios macroeconómicos dentro del área.


La actuación del BCE está contribuyendo a configurar un entorno favorable para la recuperación. Desde el inicio de la crisis la política monetaria ha adoptado -como ya he dicho- un tono fuertemente acomodaticio, que se ha acentuado tanto en
2013 como en los meses transcurridos de este año, 2014. En el frente convencional los tipos de interés oficiales se han recortado en tres ocasiones desde enero del año pasado. Fruto de ello las operaciones principales se han situado a efectos
prácticos en su cota mínima, el 0,15 % anual, y la remuneración -creció en los bancos, por sus depósitos en el eurosistema- se sitúa tras las recientes decisiones adoptadas el pasado 5 junio en territorio negativo, menos 0,1 %, lo que debe promover
una mayor inyección permanente de liquidez en los mercados. Asimismo, en el ámbito de la liquidez, en la reunión del Consejo de Gobierno, celebrada el pasado 5 junio, se ha decidido extender la política actual de satisfacer plenamente todas las
peticiones de las entidades al menos hasta diciembre de 2016. También se ha decidido suspender la externalización de la liquidez generada por las compras de activos realizadas en el marco del programa del mercado de valores; de este modo, el BCE
da continuidad y recorrido a la política de provisión generosa de liquidez, de fondos líquidos, adoptada desde casi el comienzo de la crisis.


Por último, en el terreno de las medidas no convencionales, y tras la adopción el pasado año de una política de indicaciones sobre la orientación futura de la política monetaria, forward guidance -la terminología en inglés-, en este mes de
junio se han dado importantes pasos adicionales. Por una parte, se ha anunciado la realización de una serie de operaciones singulares de financiación a largo plazo, que han sido diseñadas con el objetivo explícito de promover el crédito bancario a
empresas y familias. Por otra parte, se ha decidido intensificar los trabajos ya en marcha, que permitirán diseñar un marco para las compras de ABS, asset-backed securities, por parte del BCE; son titulizaciones, claro. El objetivo de estas
compras es mejorar el funcionamiento del mecanismo de transmisión de la política monetaria, que todavía se ve negativamente afectado por la segmentación de los mercados financieros que la crisis trajo consigo.


El giro de la economía española no hubiera sido posible si no se hubiera mantenido y profundizado el proceso interno de ajuste. Así, en 2013 se avanzó en la corrección de desequilibrios en los ámbitos de competitividad, consolidación
fiscal, endeudamiento del sector privado y reforma del sistema financiero. Pasaré a detenerme brevemente en estos desarrollos; en primer lugar, la competitividad. La continuación del proceso de moderación de los costes laborales, de los precios,
permitió acumular nuevas ganancias de competitividad a lo largo de 2013. De acuerdo con los indicadores disponibles, basados en costes laborales unitarios, se habría cerrado ya la brecha abierta desde nuestra incorporación al euro. El proceso de
devaluación interna está ejerciendo un efecto favorable sobre nuestros intercambios comerciales con el exterior. El año se cerró con nuestro primer superávit de cuenta corriente desde 1997. Con todo, la excesiva dependencia que seguimos
manteniendo de la energía importada y el persistente déficit de la balanza de rentas, debido a nuestro elevado endeudamiento exterior, impidieron que la mejoría fuese más acusada. En segundo lugar señalaré la consolidación fiscal. En el ámbito de
las cuentas públicas, una vez descontados los efectos extraordinarios de las ayudas a las instituciones financieras, 2013 se cerró con



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un déficit del 6,6 % del PIB, una décima por encima del objetivo fijado, en un entorno macroeconómico marcado por la debilidad cíclica y por el aumento de los pagos por intereses. El esfuerzo del ajuste fiscal realizado ha sido muy
significativo, como muestra la evolución del saldo primario estructural, saldo ajustado de ciclo y excluyendo el pago de intereses, que registró una corrección de 1,2 puntos porcentuales del PIB. El año 2013 fue el primer ejercicio completo de
aplicación de los mecanismos de la Ley de estabilidad presupuestaria y sostenibilidad financiera aprobados en 2012. Además, se tomaron medidas para mejorar la sostenibilidad de las pensiones públicas, el factor de sostenibilidad y el índice de
valorización.


En tercer lugar me quiero referir al desendeudamiento privado y a la evolución del crédito bancario. La situación cíclica de la economía española y la experiencia histórica disponible apuntan a que serán necesarios todavía algunos
trimestres más de crecimiento económico antes de que, a nivel de agregado, el crédito vuelva a mostrar tasas positivas de crecimiento; no obstante, quiero resaltar que en 2013 ya se han registrado síntomas de mejoría en este ámbito. Desde mediados
de 2013 el crédito a las empresas se viene contrayendo a tasas cada vez menores; un cambio que ha comenzado a percibirse también en el caso de los hogares desde comienzo de los 2014. Los análisis más desagregados que viene llevando a cabo el Banco
de España respaldan la idea de que la contracción de las deudas a nivel agregado está siendo compatible con una recomposición de las mismas hacia aquellas empresas que están en situación de mayor solidez y, por tanto, en mejor disposición para
canalizar fondos haciendo unas inversiones que se traduzcan en más crecimiento y más empleo.


Ahora me quiero referir a la evolución del sector bancario español. El ejercicio 2013 supuso para el sector bancario español la culminación de una importante reforma en el marco del programa de asistencia financiera, acordado con las
autoridades europeas e iniciado en 2012 y que, como saben, concluyó el pasado enero. Esta reforma ha supuesto el saneamiento, la recapitalización y la restructuración del sector. En un entorno macroeconómico y financiero complejo, que requería el
ajuste de los desequilibrios acumulados en la anterior fase del ciclo, el sector bancario español ha demostrado notable capacidad de adaptación. Repasaré brevemente algunos de los parámetros básicos que describen la evolución de nuestros bancos, en
particular los cambios en la estructura de sus balances, la evolución de la morosidad y los resultados de la banca para, posteriormente, destacar la importancia en el actual contexto de las medidas de preservación de capital. En primer lugar se
encuentra la estructura del balance de las entidades. Durante el pasado ejercicio el sector bancario acometió una significativa reducción en el tamaño de su balance, así como un cierto cambio en su estructura. Por el lado del activo persistió la
reducción del crédito al sector privado. Esta reducción fue, no obstante, compatible con un incremento en su peso relativo dentro del total balance, en tanto que otras partidas del activo, como los depósitos con bancos centrales y con entidades de
crédito, así como la operativa de derivados, se contrajeron a tasas muy superiores. A su vez, por el lado del pasivo se observó una cierta recomposición a favor de los depósitos del sector privado, prosiguiendo la disminución de los recursos
tomados del eurosistema. Además, el sector también ha incrementado los fondos propios que ganan importancia relativa en su balance. En cuanto a morosidad, los activos dudosos del sector privado continuaron aumentando a lo largo de 2013. Este
incremento y la ya mencionada reducción del crédito explican el crecimiento que se observó en la ratio de morosidad. Su aumento también estuvo afectado por el ejercicio de reclasificación de las carteras de préstamos refinanciados, que se realizó
en 2012 siguiendo las indicaciones del Banco de España. En todo caso, hay que señalar que la morosidad bancaria tiene un claro componente cíclico. En este sentido, en línea con el inicio de la recuperación de la economía, los datos más recientes
relativos a los primeros meses de 2014 muestran una ligera reducción de los activos dudosos en términos intermensuales. Cabe esperar que esta tendencia se consolide a medida que se vaya afianzando la recuperación económica. Finalmente hablaré de
los resultados. Los resultados consolidados obtenidos por el sector bancario en el ejercicio 2013 han alcanzado una cifra positiva de 11.000 millones de euros, tras las fuertes pérdidas registradas en 2012 motivadas principalmente por el gran
esfuerzo de provisiones que tuvieron que ser realizadas por las entidades. Aunque las provisiones siguen detrayendo una parte importante de los resultados del sector su importancia relativa fue en 2013 menor que la registrada un año antes. En esta
situación toma mucha importancia la evolución de márgenes y la eficiencia bancaria. La evolución de las provisiones que acabo de mencionar ayudó a compensar el descenso de los márgenes que se produjo en la cuenta de resultados en 2013 en relación
con el ejercicio 2012. Así, en un contexto de reducción del volumen de actividad y bajos tipos de interés, en 2013 el margen de intereses que recoge la diferencia entre ingresos y costes financieros devengados se redujo cerca de un 10% en tasa
interanual.



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A lo largo de 2013 las entidades españolas han persistido en sus esfuerzos para incrementar su eficiencia, reajustando su capacidad operativa mediante la reducción del número de empleados y de oficinas en los negocios en España, que han
registrado desde los niveles máximos alcanzados en 2008 caídas del orden del 20 y 25 % respectivamente. En un entorno en el que subsisten elementos que presionan a la baja los resultados, como son la disminución de la actividad crediticia, la
reducción de tipos de interés y las todavía elevadas necesidades de provisiones, las entidades han de perseverar en la reducción de sus costes operativos y las ganancias de eficiencia.


A lo largo de 2013 el sector bancario reforzó su solvencia. Así, la ratio de capital principal agregada del conjunto de entidades de depósito registró un 11,5% a finales de año, lo que supone un aumento de algo más de 2 puntos porcentuales
con respecto al nivel de 2012. Desde una perspectiva de medio y largo plazo, el sector bancario debe mantener su política de preservación de capital. Por una parte, la recuperación económica es todavía incipiente y persiste un grado de
fragmentación en los mercados financieros del área del euro. Por otra, la nueva normativa de solvencia, que entró en vigor en Europa el pasado mes de enero implantando los requerimientos de la corte de Basilea III y cuyo desarrollo debe ser
completado todavía, exige, entre otras cuestiones, niveles de capital más elevado y mayor calidad del mismo. A esta conveniencia de preservar capital, de reforzarlo y de reforzar los medios de solvencia responde el hecho de que el Banco de España
renovase el pasado mes de febrero su recomendación de que las entidades limitaran sus políticas de dividendos con cargo a los resultados del ejercicio.


Concluiré mi intervención con algunas reflexiones sobre los retos para nuestra economía y el papel de la política económica. Nuestra economía se encuentra en el camino de afianzar el crecimiento, pero los efectos de la crisis en términos de
desempleo y de endeudamiento de los sectores residentes han sido de gran magnitud y su absorción requerirá tiempo. Las mejoras de competitividad y la reducción del endeudamiento privado deben continuar, y ello debe hacerse en un entorno de baja
inflación en la zona euro y de un tipo de cambio del euro muy apreciado, lo que representa una dificultad añadida. En el ámbito de las políticas nacionales quisiera destacar que el margen para instrumentar políticas de demanda es reducido. Entre
estas, me detendré con algún detalle en los retos que enfrenta la política fiscal.


Como ya he señalado, los avances en la corrección de los desequilibrios fiscales a nivel europeo han sido significativos. Los datos correspondientes a 2013 muestran, sin embargo, que seis años después del inicio de la crisis económica diez
países de la Unión Europea mantenían déficits públicos superiores al 3 % del PIB y que los niveles de endeudamiento público se sitúan en máximos históricos en muchos países miembros. Superada la fase de inestabilidad financiera y bancaria la
necesidad de saneamiento de las finanzas públicas seguirá condicionando la política económica de Europa en los próximos ejercicios, aunque los ajustes planeados sean de menor magnitud que los ya realizados. En el caso español el esfuerzo de
consolidación pendiente es todavía muy significativo. De acuerdo con la última actualización del programa de estabilidad, la reducción planeada del déficit público entre 2014 y 2017 es de 5,5 del PIB y alcanza los 6,4 puntos de PIB en términos de
disminución del déficit primario. La culminación del proceso de consolidación fiscal debe seguir siendo un objetivo prioritario de la política económica en España. Es un esfuerzo necesario para mantener la confianza de los agentes económicos,
seguir avanzando en la normalización de la financiación y restaurar el margen de maniobra de la política presupuestaria. El cumplimiento de los objetivos resulta crucial para contener primero y reducir después la ratio de deuda pública de PIB. Hay
que subrayar la dificultad de quebrar la tendencia creciente del endeudamiento público cuando este ha alcanzado niveles elevados y las perspectivas de crecimiento económico e inflación son moderadas. Si el tipo de interés de la deuda es superior al
tipo de crecimiento nominal de la economía, la proporción de deuda pública sobre PIB crece de modo inercial, incluso en situación de equilibrio entre ingresos y gastos públicos. Este efecto surge de la presión que genera la carga de intereses
derivada del alto endeudamiento, que no puede ser contrarrestada por el crecimiento del PIB real y de la inflación. Por eso, en esta situación para evitar el aumento de la deuda no basta con alcanzar un equilibrio en el saldo público global, sino
que se requiere lograr y mantener superávits primarios considerables, es decir, descontando la carga de intereses, algo especialmente difícil en un entorno de bajo crecimiento y baja inflación. Además, hay que tener en cuenta los efectos negativos
a corto plazo sobre el crecimiento económico del propio ajuste fiscal, que contribuye al incremento inercial de la deuda antes señalada. En un contexto de mejora de las perspectivas económicas es de prever que al contrario de lo ocurrido en los
últimos años la reducción del déficit público se vea favorecida por una evolución más positiva de los ingresos impositivos, una reducción de aquellos gastos más ligados al ciclo económico, en particular las prestaciones por desempleo. Sería
deseable que los esfuerzos de contención del gasto vinieran



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acompañados por un diseño de gastos e ingresos públicos que ayude a asegurar una mejor contribución del sector público a la actividad económica y a elaborar un ajuste de carácter más duradero.


En relación con el gasto público se han desarrollado ya distintas actuaciones en materia de empleo público en los sectores sanitario y educativo de reforma de la Administración local y de racionalización del sector público, entre otras, que
deberían seguir generando ahorros en los próximos años. En línea con las recomendaciones del Consejo Europeo este proceso ganaría en profundidad y coherencia si estuviese acompañado de una evaluación y revisión del gasto público en las que, dado el
grado de descentralización de nuestras administraciones públicas, hay que contar con la colaboración activa de las comunidades autónomas. Entre las distintas partidas de gasto público, la relativa a las pensiones guarda una especial importancia,
tanto por su elevado peso como por los retos a los que se enfrenta su sostenibilidad en el medio plazo. Los avances en este terreno han sido significativos como resultado de las distintas reformas aprobadas; en particular en 2011 se extendió la
edad de jubilación y el periodo de cálculo de la base reguladora y en 2013 se procedió a la definición del denominado factor de sostenibilidad en la introducción del índice de revalorización de las pensiones. Estas medidas ayudaron a mitigar las
presiones a medio plazo derivadas del envejecimiento de la población. El siguiente paso debería consistir en desarrollar los mecanismos que incrementen el ahorro para la jubilación, de forma que permitan complementar en el futuro las pensiones
públicas financiadas mediante el sistema de reparto. Por el lado de los ingresos públicos, de acuerdo con las conclusiones de la comisión de expertos, que entregó su informe el pasado mes de marzo, y de las recomendaciones de los organismos
internacionales, se hace necesario acometer una reforma que subsane los problemas que se han hecho visibles durante la crisis. Entre ellos destacan su relativamente escasa capacidad recaudatoria, la existencia de tipos impositivos legales elevados
que conviven con tipos efectivos reducidos, como resultado de la proliferación de beneficios fiscales, y la presencia de un sesgo hacia la imposición más distorsionadora para el crecimiento económico y el empleo, esto es, la que recae sobre trabajo
y capital. Dado este diagnóstico, las propuestas de la comisión de expertos y de las instituciones internacionales coinciden en la necesidad de aumentar el peso de la imposición indirecta, que permita acometer reducciones de la imposición sobre el
trabajo, en particular de las cotizaciones sociales, y también reducir la imposición sobre las rentas de capital. Además, la comisión sugiere la eliminación de bonificaciones, deducciones y exenciones fiscales y avanzar hacia una mayor neutralidad
entre los instrumentos de ahorro. Estas mismas recomendaciones subrayan la importancia de que los cambios impositivos que se introduzcan además de mejorar la eficiencia no pongan en riesgo la necesaria consolidación fiscal.


El proceso de consolidación fiscal ha estado acompañado de una serie de reformas cuyos efectos empiezan a percibirse o se percibirán pronto. La mayor sensibilidad cíclica de los precios ha propiciado una corrección del desfase de
competitividad de nuestra economía, a la vez que la mayor flexibilidad del marco laboral ha favorecido sin duda la moderación salarial. También se observa un cambio en el papel que desempeña la inflación basada en el proceso de determinación de
costes y rentas. Este cambio se verá reforzado por la aplicación de la Ley de desindexación de la economía, que entró en vigor el pasado mes de enero. Los efectos en términos de la creación de empleo son más incipientes pero resultan prometedores.
Es previsible que como consecuencia del mayor grado de flexibilidad del marco laboral la ocupación crezca a tasas que, aunque moderadas, sean relativamente elevadas en relación con el avance en el producto. También es ineludible llevar a cabo
reformas que permitan incrementar la competencia. Los avances en ese terreno han sido también significativos -podemos mencionar la Ley de Emprendedores, la Ley de Garantía de la unidad de mercado y la Ley Concursal-, pero hay que reconocer que en
algunos casos su implementación efectiva se enfrenta a dificultades y retrasos.


El señor PRESIDENTE: Antes de dar la palabra les quiero recordar que hoy van a intervenir todos los portavoces de los distintos grupos, por lo que les rogaría que en la medida de lo posible se ajustasen a los tiempos para poder ceñirnos al
horario previsto.


En primer lugar, por el Grupo Socialista, tiene la palabra don Valeriano Gómez.


El señor GÓMEZ SÁNCHEZ: Señor gobernador, por supuesto en primer lugar quiero agradecer su presencia hoy aquí -creo que es su tercera comparecencia desde su nombramiento como gobernador del Banco de España-, y lo hace en un momento en el
cual la economía española observa, analiza desde diversos ámbitos su comportamiento durante el último año, 2013. También fue un mal año para nuestra economía; el PIB real cayó un 1,2 % durante 2013. Es verdad que la recesión terminó al final del
periodo, al final de 2013, pero el final de la recesión no implica el comienzo de la instalación sostenida de la



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economía en la senda de la recuperación. La destrucción de empleo durante 2013 fue menos intensa que la del año 2012, pero continuó. La ocupación ha caído en 2013 un 2,8 % como media anual, hay alrededor de 300.000 empleos menos como media
anual durante 2013 de los que había en un aciago 2012. Ya tuvimos ocasión de analizarlo en su anterior comparecencia el año pasado por estas fechas. Es verdad que en 2012 el empleo cayó en 850.000 efectivos, pero el suelo, el fondo es ahora mucho
más profundo de lo que lo era en el año 2012; hay 1,2 millones de ocupados menos en este momento de los que había en diciembre del año 2011. Y aunque los datos de contabilidad nacional sobre el empleo equivalente a tiempo completo arrojan un
conjunto enorme de dudas -al menos para mí-, también se sigue destruyendo empleo a través de esa variable. Por cierto, quiero aprovechar para resaltar una enorme contradicción en este tipo de datos que quería suscitar aquí aprovechando su
comparecencia; en el primer trimestre del año 2014 -que acabamos de concluir, es el último dato disponible- el empleo equivalente a tiempo completo ha crecido en 21.500, hay 21.500 empleos más durante el primer trimestre de 2014 equivalentes a
tiempo completo, una suerte de construcción que viene a decir qué es lo que pasaría si todo el empleo lo consideráramos empleo a tiempo completo. Dice la contabilidad nacional que habría crecido en el primer trimestre en 21.500 empleos, pero la
encuesta de población activa dice que en el primer trimestre de 2014 se han destruido nada menos que 184.600 empleos, y de ellos 176.000 han sido empleos a tiempo completo. Además también se ha destruido empleo a tiempo parcial; se ha destruido
masivamente empleo a tiempo completo y algo también a tiempo parcial. Alguien tendrá que explicar a qué se deben este tipo de contradicciones entre una y otra fuente de evolución del empleo.


El tercer lugar, es cierto que tenemos una situación de la afiliación a la Seguridad Social -la otra forma habitual de medir el comportamiento del empleo- que arroja un resultado con datos menos negativos durante el año 2013. En 2013 se
perdieron 85.000 afiliados, y es verdad que en el año 2012 se perdieron nada menos que 787.000, prácticamente diez veces más. ¿Pero sabe cuál es el problema, señor gobernador? El problemas es que los ingresos tampoco mejoran; incluso con el buen
comportamiento de la afiliación durante estos primeros cinco meses conocidos del año 2014 los ingresos no mejoran, siguen bajando, y lo que está detrás es un proceso de devaluación salarial intenso, que es como usted sabe bien el peor antídoto
contra la situación de nuestro sistema de Seguridad Social. Nuestro sistema de Seguridad Social tiene retos de medio y largo plazo, pero su peor enemigo es una devaluación salarial que se está trasladando a las bases de cotización, y que está
reduciendo los ingresos incluso en presencia de aumentos significativos -de carácter estacional en un caso y también de mejoras no estacionales en otro- durante los cinco primeros meses del año. O sea que en 2014, habiendo crecido en 400.000 los
afiliados prácticamente en estos primeros cinco meses respecto de la situación existente en enero todavía siguen bajando los ingresos al sistema de la Seguridad Social. Este es el principal enemigo de nuestro equilibrio financiero en el sistema de
pensiones, más allá de los restos de medio y largo plazo.


Un mercado de trabajo, señor gobernador, además absolutamente en crisis, también institucional, sí, porque la negociación colectiva que prácticamente cubría alrededor de 11 millones de personas al finalizar el año 2011 hoy apenas es capaz de
cubrir a 7 millones de trabajadores. Hay 4 millones de trabajadores que ya no son cubiertos por ningún tipo de convenio colectivo. Así que los que preconizan esa forma de desregulación también de nuestro mercado de trabajo, impidiendo el papel de
protección -que es también de equilibrio, de cohesión y de competitividad en términos de igualdad entre empresas-, están logrando en efecto que prácticamente un 40% de los trabajadores hoy no tengan protección de convenio colectivo frente a los que
existían hace solo dos años, no hace diez, ni doce, insisto, hace solo dos años. En dos años un 40 % menos.


También hay problemas legales, no pequeños, en el análisis y en la sustanciación del despido colectivo, como consecuencia entre otras cosas de haber pensado que una simple desaparición de la autorización administrativa haría fluir los
despidos en la forma en que se suponía que fluirían a partir de ese momento, como si la autorización administrativa fuera el principal impedimento para el despido colectivo. Y ahora vemos también que el papel de la autoridad judicial está
cumpliendo con su responsabilidad, invitando a que sean la negociación y el diálogo las formas de cubrir este tipo de situaciones cuando las empresas lo exigen.


Por último, hay una crisis institucional que también vive el mercado de trabajo en el sistema de protección por desempleo. Señor gobernador, hoy hay en términos reales un 40 % de trabajadores cubiertos por algún tipo de protección por
desempleo respecto del conjunto de los desempleados, casi 6 millones de desempleados, y algo más de 2.300.000 protegidos por algún tipo de prestación por desempleo. Esta es una de las tasas más bajas de los últimos treinta años. La primera gran
huelga general en este



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país se hizo en 1988, y lo que perseguían los sindicatos convocantes era que la tasa de cobertura se situara en el 48 %. Hoy la tenemos en términos reales en el 40%.


Desde el punto de vista financiero -algo que obviamente ha cubierto una buena parte de su intervención- nosotros creemos por supuesto que hay un cambio evidente en el comportamiento del Banco Central Europeo, un cambio que comienza a ser
especialmente visible y con resultados apreciables a partir del verano del año 2012, desde el momento en que nuestro banco central comienza de verdad a parecerse a un banco central europeo, porque hasta ese momento, después de prácticamente cuatro
años intensos de crisis, uno echaba de menos y se preguntaba dónde estaba nuestro banco central, aquel que defendiendo los bonos soberanos de los países que conforman la moneda única defiende al mismo tiempo la moneda única, porque esa era la forma
de defender la moneda única, impedir la ruptura del euro sobre la base de defender la posición de las deudas soberanas del conjunto de los países que conforman la moneda única. Por consiguiente hay un factor de cambio que está en la base de todo lo
bueno que le ha sucedido a la eurozona desde el verano de 2012, un factor de cambio que tiene que continuar, y que ha visto continuidad también en las últimas decisiones del Banco Central Europeo, decisiones apreciables, sí, pero en nuestra opinión
todavía insuficientes. Aunque no está de más recordar que lograr una senda que permita la devaluación efectiva del euro durante un periodo de tiempo continuado es una de las condiciones para nuestra recuperación. Pero quiero decir que la otra
condición -en un área que ya presenta un superávit inmenso- no es solo continuar con la devaluación, aumentando nuestro superávit; no, la otra vía de trabajo en materia de política económica es lograr el crecimiento de la demanda interna de los
países centrales. No tiene ningún sentido pensar en la devaluación si su resultado es una política de empobrecimiento del vecino, que al final será insostenible en términos de equilibrios en el conjunto de la economía mundial. Un menor esfuerzo
fiscal -usted lo ha señalado en su intervención- el realizado en el año 2013, a pesar de destacar, como lo ha hecho, la reducción del déficit público. Pero ese menor esfuerzo, esos 2 puntos menos de PIB, es lo que explica entre otras cosas ese
mejor comportamiento relativo de la economía española en el año 2013 respecto de lo sucedido en el año 2012.


Y por último, el tercer gran factor del comportamiento del sector exterior. Atención, señor gobernador, esto está cambiando, los datos del primer trimestre del año corriente, de 2014, lo que nos vienen a indicar es que el crecimiento de las
exportaciones se ha detenido y comienza a ser preocupante el aumento de nuestras importaciones. Este gran halago al crecimiento, a la mejora de nuestra competitividad y a la consiguiente mejora de nuestro saldo exterior deberíamos revisarlo entre
todos a la luz de los últimos datos, porque en presencia de mejoras de competitividad obtenidas vía reducciones salariales estamos obteniendo en el primer trimestre del año 2014 el peor resultado del saldo entre exportaciones e importaciones
obtenido durante la crisis. Por ahí tenemos también un buen indicador de que no es la reducción salarial sistemática y prolongada la que nos asegura un mejor saldo en nuestra balanza por cuenta corriente.


Señor gobernador, estamos en una fase de la recuperación todavía frágil, apoyada en factores exógenos en gran medida, pero con dos elementos que comprometen nuestro desarrollo, nuestro potencial de crecimiento a largo plazo. Usted no lo ha
señalado, pero me permito recordarle que en los cinco últimos trimestres nuestra población activa se ha reducido en 480.000 personas, en casi medio millón de personas está la reducción de nuestro potencial de crecimiento, porque también nuestra
población activa es un potencial para el crecimiento a medio y largo plazo. Hay 1.500.000 trabajadores menos a tiempo completo en los dos últimos años, y apenas 296.000 trabajadores más a tiempo parcial. Así será muy difícil equilibrar en el corto
plazo las cuentas de nuestro sistema de Seguridad Social, destruyendo mucho empleo a tiempo completo y creando a tiempo parcial, en forma de no compensación, un tercio aproximadamente del empleo que se destruye a tiempo completo. Así lo que haremos
será seguir incrementando el déficit anual de nuestro sistema de Seguridad Social.


Por último, unas breves palabras respecto a algunos aspectos importantes del modelo de salida de la crisis en España y en el conjunto de Europa. Cuando uno compara nuestra situación, la de hoy con respecto a la existente hace solo cuatro
años, cuando comenzó a imponerse en el conjunto de Europa esta visión de la austeridad como única forma de salir de la situación creada hasta entonces -mayo de 2010-, lo que uno observa es un balance enormemente desolador, lo que observa es una
duplicación del tamaño de las deudas públicas en el conjunto del continente, lo que observa es un crecimiento del desempleo en estos cuatro años en el conjunto de la eurozona de casi seis millones de personas, y lo que observa en el caso español es
que esa duplicación de la deuda ha sido incluso mayor. Hoy tenemos casi un cien por cien de deuda pública. Permítame la broma: no sé si la prostitución nos arreglará, en cuanto a su visión estadística,



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que lleguemos a ese cien por cien o no. Pero estamos ahí en una situación en la que en solo cuatro años esta política, este giro hacia la austeridad nos ha hecho nada menos que duplicar, más que duplicar el tamaño de nuestra deuda pública,
una deuda pública que ha crecido en casi 300.000 millones en los dos últimos ejercicios. Por si teníamos alguna duda respecto al resultado de esta política, nos basta con contemplar lo que ha sido 2013. Ha bastado una cierta relajación de los
objetivos fiscales para que la economía comenzara a recuperar un cierto tono, especialmente visible a lo largo de la última parte del año 2013.


Permítame unas palabras finales respecto del crédito. Usted ha dicho que se observa una mejoría, pero fíjese cómo lo ha dicho: se observa una mejoría porque la contracción del crédito es cada vez menor. Es decir, que seguimos con un
crédito que se contrae a lo largo del tiempo. Dos años después del rescate financiero en España la contracción del crédito sigue vigente. Los últimos datos -datos del Banco de España- son contundentes a este respecto. El crédito para actividades
productivas a los sectores no residentes presenta en todas sus variables crecimientos negativos. Es verdad que menos negativos que los de los dos trimestres anteriores. Llegamos a estar en un menos 20 % y ahora estamos en un menos 14 %. Llegamos
a estar en la financiación de la industria en un menos 14 % y ahora estamos en un menos 10 %, pero seguimos con un crédito que se contrae, y es difícil pensar en una recuperación sostenida con un conjunto de crédito que es cada vez menor, y sigue
siendo cada vez menor después de todo lo que ha caído a lo largo de 2012 y primera parte de 2013.


Segundo, respecto a sus apreciaciones, especialmente aquella que se ha referido al gasto en desempleo, en este momento el conjunto de riesgo público de nuestras administraciones públicas con el sistema financiero supera los 300.000 millones
de euros. Esto es el doble de todo lo que ha gastado la sociedad española en desempleo durante la crisis. Lo que ahora ya se puede considerar como dinero gastado, seguramente difícil de recuperar -habrá que ver de qué forma se recupera al conjunto
de la sociedad española de ese gasto ya producido en la práctica-, se puede acercar a los 150.000 millones de euros, es decir, todo lo que hemos gastado en desempleo durante la crisis. En estas circunstancias, con una tasa de cobertura al desempleo
tan baja como la que hoy ya tenemos, más que pensar en este tipo de preocupación respecto al volumen del gasto habría que pensar de qué forma hoy recuperamos ese nivel de cobertura tan insuficiente en el ámbito de la protección por desempleo en
presencia de una política activa que es prácticamente insignificante. Hoy, por las reducciones en el gasto en política activa que se han producido en este tiempo, tenemos menos gasto en desempleo y menos gasto en política activa. Esta es la peor
de las combinaciones posibles a este respecto.


El señor PRESIDENTE: Vaya terminando, por favor.


El señor GÓMEZ SÁNCHEZ: Termino ya. Hemos escuchado esta misma mañana una declaración por parte del presidente de la Comisión Europea, y me gustaría comentarla. La pregunta es siempre la misma: ¿qué hizo la Comisión Europea -me gustaría
una apreciación por su parte a este respecto- en medio de esa inundación de dinero procedente del centro de Europa, de las economías acreedoras, en busca de ganancias insostenibles, financiando procesos de expansión inmobiliaria, en España y en
otros países europeos, que sabían perfectamente la Comisión Europea y las propias entidades prestamistas que eran insostenibles? ¿Y qué hizo el propio Banco Central Europeo, que objetó incluso, como usted sabe bien, el establecimiento de nuestras
provisiones dinámicas en la economía española antes incluso de 2004, cuando más estaba creciendo la burbuja inmobiliaria? Escuchar este tipo de afirmaciones creo que merece por su parte hoy, en su comparecencia en esta Comisión, alguna reflexión al
respecto.


Señor gobernador -termino ya-, hace más de ochenta años un economista bien conocido, John Maynard Keynes, afirmó en una frase bien citada desde entonces lo siguiente: que los hombres prácticos creen ser ajenos a cualquier influencia
intelectual, y a menudo son esclavos, víctimas de algún economista difunto -decía entonces Keynes-. Cuando uno oye estas palabras ochenta años después sabemos que tenía razón, pero no solo en relación con esos hombres prácticos a los que él se
refería, sino también si las aplicáramos al ámbito de los responsables de nuestras instituciones europeas, y al de muchos de los responsables de nuestro Banco Central durante esta aciaga crisis, en la que ya entramos en nuestro sexto año
consecutivo.


El señor PRESIDENTE: Vuelvo a recordarles, por favor, que observen bien el tiempo de sus intervenciones, porque si no se nos va a alargar mucho la sesión.


Por el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió), tiene la palabra el señor Sánchez i Llibre.



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El señor SÁNCHEZ I LLIBRE: En primer lugar, quiero agradecer la comparecencia del gobernador del Banco de España en esta Comisión para que nos pueda explicar y analizar cuáles son los aspectos relevantes del informe del Banco de España
respecto al ejercicio del año 2013. Mi intervención se va a centrar en algunos aspectos de este informe, y al mismo tiempo intentaré contextualizarlo con algunas reformas importantes que se han puesto en marcha a través del Banco Central Europeo, y
con estas dos comparaciones intentar saber cuál es la posición del gobernador del Banco de España.


Respecto a los últimos acontecimientos que se han producido desde el Banco Central Europeo para implementar mecanismos que den fluidez y liquidez de crédito a todo el tejido empresarial de las pequeñas y medianas empresas europeas, y también
españolas, nosotros creemos que son medidas interesantes y relevantes, y nos congratulamos de que haya sido el Banco Central Europeo la primera institución europea en plantear mecanismos y alternativas orientadas a las políticas activas de
crecimiento. Todos aquellos mecanismos que van en la dirección de dar fluidez de crédito a las pequeñas y medianas empresas y al tejido industrial no dejan de ser mecanismos activos de crecimiento, ya que en definitiva esto va a plantear
crecimiento en la actividad económica, y al mismo tiempo va a generar puestos de trabajo. También nos congratulamos de que haya sido el Banco Central Europeo el que haya puesto en marcha estas políticas de crecimiento, pero lamentamos que no haya
sido el Gobierno del Partido Popular, que desde hace dos años está gobernando, y a pesar de los reiterados planteamientos y reivindicaciones de este y otros grupos parlamentarios, quien haya sido capaz de poner encima de la mesa políticas activas de
crecimiento y haya tenido que ser el Banco Central Europeo como principal impulsor de estas políticas activas de crecimiento.


Yendo a la decisión del Banco Central Europeo de implementar estos 400.000 millones de euros, que tendrán que ir forzosamente a incrementar la liquidez del tejido empresarial de las economías de los países menos favorecidos de la Unión
Europea, quisiéramos plantearle aquí algunas dudas que tenemos al respecto. Por descontado que aplaudimos que haya sido el Banco Central Europeo quien haya puesto en marcha estas medidas de liquidez, pero al mismo tiempo quiero hacer una reflexión
al gobernador del Banco de España. Usted sabe, señor gobernador, que el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió) desde hace cinco años -usted no estaba entonces, pero sí está desde hace aproximadamente dos- ha venido reclamando al Banco de
España y a las entidades de crédito españolas que pusieran en marcha un coeficiente de crédito para dar liquidez a las pequeñas y medianas empresas, ya que entendíamos que sin liquidez es imposible el crecimiento, la recuperación económica, y la
generación de empleo. Se nos ha dicho siempre que el planteamiento de un coeficiente de crédito era totalmente imposible e impensable. Ahora ve, señor gobernador, que aquella reivindicación reiterada de nuestro grupo parlamentario de estos últimos
cinco años de que se pusiera en marcha un coeficiente de crédito obligatorio para que -decíamos entonces- una parte de los recursos provenientes de recursos del Banco Central Europeo y de los 40.000 millones del rescate pudieran utilizarse para
implementar en las bancas nacionales un coeficiente de crédito que se pudiera aplicar a las pequeñas y medianas empresas. En este caso no ha sido ni el Banco de España ni las entidades financieras españolas quienes han hecho caso de esta reiterada
posición de Convergencia i Unió, por lo que si nos hubieran hecho caso se hubieran salvado muchas empresas y muchos puestos de trabajo que se han desperdiciado a través de esta crisis económica, y repito que ha tenido que ser el Banco Central
Europeo quien, a través de sus mecanismos de fluidez de crédito, haya implementado un mecanismo de coeficiente de crédito para todas las entidades financieras de la Unión Europea. Por lo tanto bienvenidas sean estas políticas activas de
crecimiento, y bienvenida sea esta reivindicación de Convergencia i Unió de que finalmente en España el coeficiente de crédito -dicho con otras palabras- vaya a ser obligatorio para que todos estos flujos monetarios que vayan a venir a las entidades
financieras españolas no vayan a depósitos al Banco Central Europeo, sino que tengan que ir forzosamente a las pequeñas y medianas empresas. Desde esta perspectiva, señor gobernador, nos gustaría que nos aclarara dos cuestiones. La primera, es que
hoy todavía, a pesar de las excelentes noticias económicas que se leen en los diferentes medios de comunicación, el crédito no fluye con potencia hacia el tejido industrial español, básicamente pymes y autónomos, y nos gustaría saber cuál va a ser
el calendario y su valoración, y si a lo largo de este segundo semestre va a ser efectivo que las pymes y los autónomos vayan a disponer de estos famosos coeficientes de crédito que va a implementar el Banco Central Europeo, y que finalmente una
parte importante de estos 400.000 millones, la parte que corresponda a España, vaya directamente a las pequeñas y medianas empresas.


Otra cuestión del informe del Banco de España hace referencia a los tipos de interés. Nos gustaría saber cuál es su valoración. Según el informe del Banco de España las pymes españolas tienen un tipo



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de interés que está 5 puntos por encima del euro. Consideramos que este es un diferencial muy importante con la bajada que hay de los tipos de interés, y nos gustaría saber cuál es su posición. Al igual que nos gustaría saber su valoración
respecto a los diferenciales que existen entre los tipos de interés que conceden las entidades crediticias a las grandes compañías y los tipos de interés que conceden a las pequeñas y medianas empresas. Respecto a esta cuestión el Banco Central
Europeo dice que en el año 2013 España va a ser el país donde el diferencial de tipos de interés entre lo que se le puede aplicar a una pequeña y mediana empresa o a una gran compañía es muchísimo más grande.


Qué valoración hace de las medidas anunciadas la semana pasada por el Banco Central Europeo con las que posiblemente se va a contribuir a una depreciación del euro frente al dólar. Es evidente que las exportaciones en el primer trimestre
del año 2014 han experimentado un leve descenso, debido a que las economías emergentes en los diferentes países del mundo han experimentado cierta desaceleración, y nos gustaría saber si las últimas medidas que ha aplicado el Banco Central Europeo
van en la dirección de una relajación del euro frente al dólar, lo cual motivaría un incremento de las exportaciones, no solo en España, sino en el resto de países de la Unión Europea.


También nos preocupan las crecientes desigualdades que han existido en los últimos años, concretamente en los años de crisis, en la población y en España. Creemos que algunas de estas desigualdades sociales que existen en nuestro país
tienen como consecuencia los diferentes esfuerzos de consolidación fiscal que ha hecho la Administración Central y que han tenido que hacer forzosamente las comunidades autónomas, que como sabe tienen competencia exclusiva en aquellos aspectos que
hacen referencia a educación, servicios sociales y sanidad. Si hacemos un breve análisis de cuál es el porcentaje de la población que existe en España que esta viviendo por debajo del umbral de pobreza, vemos que las cifras son realmente
preocupantes y, al mismo tiempo, también son relevantes, 1 de cada 5 personas en España está por debajo del umbral de pobreza, esto con los datos del INE, y si hacemos una comparación o extrapolación de cuál sería el índice de pobreza en España o de
población que está viviendo por debajo del umbral de pobreza en España respecto a los indicadores europeos, llegaríamos casi al 30 %. Por lo tanto, los datos son preocupantes, existe una paulatina desaparición de la clase media española, por
diferentes motivos que ahora no vamos a analizar; y estos datos que son relevantes y preocupantes quizás merecerían un debate sobre políticas sociales, aunque no es esta la Comisión adecuada, pero ha existido un esfuerzo de consolidación fiscal muy
importante por parte de las comunidades autónomas, que han hecho un ejercicio casi temerario de consolidación de sus déficits fiscales y han contribuido en un 52% a reducir el déficit fiscal estructural del Estado español, en un 52 %, mientras que
el Estado español, la Administración central solo lo ha hecho en un 5 %. Esta es una cuestión que nos preocupa y en este sentido le preguntamos si usted cree que un reparto de los esfuerzos de la consolidación fiscal que no tenga en cuenta los
gastos que necesitan cubrir las comunidades autónomas para preservar el Estado del bienestar puede explicar este mayor crecimiento de la desigualdad en España, esta paulatina desaparición de la clase media en España y este crecimiento alarmante de
la población española que vive por debajo del umbral de la pobreza.


Respecto al rescate bancario, solamente le plantearé dos cuestiones. ¿Sabe usted cuál va a ser el coste del saneamiento bancario para los contribuyentes, cuando se haya producido el saneamiento de todas las entidades crediticias que han
estado nacionalizadas o que han participado en el rescate bancario de los 40.000 millones, de los 100.000, que se utilizaron por parte de la economía española? ¿Qué opinión le merecen las recientes declaraciones del presidente de la Comisión
Europea, el señor Durão Barroso, sobre la institución que usted gobierna, en las que responsabilizaba al Banco de España de la crisis desatada en España ante los errores importantes cometidos por la supervisión del sector financiero? Nos gustaría
saber su opinión.


Para intentar adaptarme al tiempo que me da la presidencia, doy por finalizada mi intervención.


El señor PRESIDENTE: Por el Grupo de La Izquierda Plural, tiene la palabra el señor Garzón.


El señor GARZÓN ESPINOSA: Gracias al señor gobernador por su comparecencia, por la oportunidad de compartir sus reflexiones con nosotros y nosotros con usted. Usted ha hecho un análisis meteosat de la situación del empleo, un análisis
macroeconómico que no ha bajado a lo concreto, particularmente nos preocupa que no haya hablado de la calidad del empleo, porque se ha hecho un análisis puramente cuantitativo en términos de subidas o bajadas del desempleo -a nuestro juicio, muy
sesgado-, pero no hemos hablado de la calidad, y al final lo que nos parece preocupante es la estrategia de la política económica que tiene el Gobierno con sus ayudas de las instituciones supuestamente independientes para



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llegar a un horizonte social y económico, y ese horizonte social y económico estará definido por algún tipo de empleo, y ese tipo de empleo, por lo que estamos viendo en la trayectoria de creación del escaso empleo que está teniendo lugar,
es un tipo de empleo precario que nos retrotrae a situaciones históricas de menor garantía de los derechos laborales, no solo de los derechos laborales en términos jurídicos, sino también en términos cuantitativos de la cantidad de salario que se
recibe y en las condiciones en las que se tiene.


No sé si usted comparte lo que dijo Mario Monti aquella vez que habló de que era muy aburrido tener un trabajo fijo y que había que ser aventurero, dirigiéndose a los jóvenes. Usted mismo, si quiere, puede hacer la valoración, pero a mí lo
que me interesa es si usted comparte el fondo de esa propuesta, es decir, si vamos a una sociedad donde es un privilegio tener un trabajo estable e indefinido. Porque al final eso es muy importante, es lo que nos va a definir como sociedad política
y no solo como meros recursos humanos que se asignan a una entidad productiva o no. La desigualdad, de la que ha hablado otro portavoz, la desigualdad social, la desigualdad también tiene su origen en la desigualdad económica; la desigualdad
económica no deja de ser una desigualdad en el poder y, por lo tanto, también es un reflejo de la crisis de democracia, es un reflejo de que esas desigualdades van calando en otros aspectos de la vida social. Y si vamos asistiendo a una
precarización del trabajo concreto, al final lo que tenemos es un incremento de las desigualdades, porque no afecta esa precarización a todos por igual, afecta especialmente a los más jóvenes, afecta especialmente a la gente más desfavorecida, pero
no afecta a sectores de la población que siguen enriqueciéndose a pesar de que sigamos a nuestro juicio en una crisis grave, gravísima, sin precedentes históricos en nuestra democracia desde el año 1978, y a pesar de esa crisis hay unos sectores
minoritarios que se han seguido enriqueciendo y que incluso han seguido consolidando posiciones de poder económico.


Segundo tema, el Banco Central Europeo. El Banco Central Europeo ha reaccionado tarde, mal y otra vez para los de siempre; tarde, porque nos parece hipócrita que lo que ayer estaba mal hoy esté bien, nos parece hipócrita que lo que durante
mucho tiempo hemos defendido de una ayuda por parte del Banco Central Europeo a unas políticas de expansión o de estímulo que fueron claramente proscritas en años anteriores ahora parezcan la solución. El propio Banco Central Europeo dijo en
palabras de Draghi que se pondrían en marcha las políticas que se tuvieran que poner para salvar el euro, lo dijo cuatro años más tarde de empezar la crisis económica, cuando esa inacción tuvo consecuencias económicas y sociales. Ahora nos
encontramos en una situación parecida, se ponen en marcha políticas heterodoxas con respecto al punto de referencia que había en el Banco Central Europeo, pero que no terminan de profundizar. ¿Y cuál es el problema que nosotros vemos y cuál es la
pregunta que le hacemos a usted? Es ¿cuál es el riesgo a su juicio, a juicio de la entidad del Banco de España, de la creación de una nueva burbuja financiera, de la creación de una nueva burbuja financiera en términos muy claros de política
económica, es decir, de teoría económica? Porque al final toda esta cantidad de dinero, de liquidez, que está inundando el sistema financiero no baja a la economía real, y usted lo acaba de decir al manifestar claramente que seguimos sin que el
flujo de crédito llegue a la economía real, a las pequeñas y medianas empresas o al conjunto de la ciudadanía. Y si se inunda el sistema financiero, pero no llega a la economía real, eso lo que produce, por una cuestión puramente aritmética, es una
burbuja financiera, en determinados mercados y no se sabe en cuáles, pero desde luego produce una inflación de activos financieros, una inflación de activos financieros que tiene su repercusión también en la desigualdad social y económica, porque en
este país no todo el mundo tiene acciones, fondos de inversión o es partícipe de actividades especulativas en un mercado que se está hinchando. La mayoría de esta sociedad solo vive de las rentas del trabajo, por lo tanto, no percibe ni va a
sentir, ni mucho menos, esa inyección de liquidez del Banco Central Europeo, que, sin embargo, es como una persona que esté en el casino dando más monedas a la ludopatía de determinadas entidades.


Hay un problema de fondo, no es una cuestión de avaricia de los bancos, no es que los bancos sean buenos o sean malos, es que hay un fundamento económico, es que si estamos aplicando políticas de austeridad, de recorte, en la economía real,
naturalmente que un banco cuyo propósito es tener beneficios, tener ganancias, no va a prestar a aquellas entidades que no van a poder garantizar la devolución del préstamo, y si tenemos un mercado interno totalmente hundido es imposible que las
pequeñas y medianas empresas puedan tener garantía suficiente de llevar a cabo una inversión, porque no es un problema de oferta, es un problema de demanda, y esto ya no es solo una cuestión que se tenga en cuenta desde la teoría económica
alternativa, como puede ser por ejemplo la marxista, sino que es que el propio keynesianismo impugna esa posibilidad. La trampa de la liquidez en la que estamos viviendo actualmente



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creo que se pone muy de relieve en este momento concreto de la economía, es un momento en el que se inflan los mercados financieros porque no tiene una vía de escape hacia la economía real, porque el problema es de demanda en el mercado
interno, y esa austeridad está agravando ese problema, está agravando ese problema. Y usted ha citado los costes laborales unitarios y el relato típico que intenta culpabilizar en última instancia a los salarios, y supuestamente a su alto nivel,
del problema de competitividad en España. Pero también sabe usted que la cuota del sector exportador en España ha sido de las que mejor se ha mantenido en las últimas décadas a pesar de los costes laborales unitarios, de cómo han ido creciendo en
términos nominales, porque en términos reales, como es igual a la participación de la renta, han ido descendiendo. La competitividad no tiene su causa, su problema, en los salarios, y cuando seguimos aplicando las mismas recetas volvemos a los
mismos problemas, y los mismos problemas son naturalmente esa demanda totalmente insuficiente en el mercado interno junto con la generación de burbujas financieras en esos mercados.


Otro tema, desahucios. Nosotros queremos saber el número de desahucios concretos, un desglose, porque creemos que el Banco de España tendrá suficiente información, de la cantidad de desahucios y de la tipología que tienen porque, aunque
haya dejado de estar en la agenda política mediática el tema de los desahucios, estamos asistiendo, según informaciones, entre ellas las del Consejo General del Poder Judicial, a un incremento del nivel de los desahucios y también a un cambio
cualitativo, incluso tenemos ya lo que llaman desahucios de segunda generación, gente que ha entrado en una trampa de la que es imposible prácticamente salir. Se han ido boicoteando determinadas leyes y medidas como las de la Junta de Andalucía en
la Consejería de Fomento, gobernada por Izquierda Unida, que impidió 3.200 desahucios en solo un año y se han ido boicoteando esas medidas en aplicación, por cierto, de informes que eran de la Sareb, que eran de determinadas instituciones que decían
que aquella ley vulneraba las posibilidades de beneficio del sistema financiero, obviando la otra contraparte que son, en última instancia, las personas.


Termino preguntándole sobre la reforma fiscal. Usted ha hablado de déficit público, de la necesidad de convertir y de respetar lo que es el déficit público y ese proceso, y sin embargo, se ha anunciado recientemente una reforma fiscal
basada fundamentalmente en rebajar los impuestos a las grandes empresas. Si rebajamos los ingresos, especialmente a aquellas unidades que más posibilidades tienen de tributar en un sistema bastante viciado porque sabemos perfectamente que una cosa
es el tipo nominal y otra cosa es el tipo efectivo y, aunque se baje al 25 % el tipo nominal, el tipo efectivo para algunas multinacionales está en torno al 5 %, claramente no se va a la raíz del problema. En principio parece contradictorio bajar
los impuestos en un momento en el que se dice que se quiere luchar contra el excesivo déficit público y llegar a un déficit de tipo cero. Algo falla en ese cuadrante, salvo que estemos hablando de mayores recortes en el gasto público. Por tanto,
es mi intención como representante de nuestro grupo preguntarle al respecto de una reforma fiscal en un momento concreto como este junto con el relato que yo he descrito previamente.


El señor PRESIDENTE: Por el Grupo de Unión Progreso y Democracia tiene la palabra el señor Anchuelo.


El señor ANCHUELO CREGO: También deseo comenzar dando la bienvenida al gobernador del Banco de España y agradeciéndole su intervención que nos resume las conclusiones de uno de los mejores servicios de estudios que hay en nuestro país, que
es el servicio de estudios del Banco de España.


Nuestro diagnóstico del momento cíclico que atraviesa la economía española coincide a grandes rasgos con el del propio Banco de España. Creemos que tras seis años de caídas del PIB y del empleo y una de las peores crisis económicas de
nuestra historia, la economía por fin ha tocado fondo. Ha tocado fondo en el PIB el año pasado y está con unos trimestres de retraso, como suele suceder, tocando ahora fondo en el empleo y esto, por supuesto, nos alegra sinceramente y sin ningún
tipo de reservas. Sin embargo, compartir esta realidad y alegrarnos de ella no implica, como he insistido en otras intervenciones, compartir el relato político que se construye alrededor de ella. Se construye un relato político que podríamos
encuadrar en el género de la literatura infantil donde hay un caballero de refulgente armadura que llegó al Gobierno, se encontró un terrible dragón que asolaba el país, lo ha vencido en solitario en dura lid y ahora, en consecuencia, merece, por
supuesto, la mano de la princesa y habitar en el castillo para siempre, sobre todo esto último, habitar en el castillo para siempre. Sin embargo, en este relato el dragón fue alimentado y criado por el propio caballero y en este relato la victoria
es una victoria pírrica en la que creemos que los méritos del caballero no son tantos y hay méritos ajenos que tienen mucho más que ver con el resultado.



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Me explicaré. Muchas de las políticas del Gobierno si acaso han entorpecido la recuperación, el aumento del coste de la energía, las fuertes subidas impositivas. Tal vez la medida que más se puede relacionar con una mejora de la
competitividad es la única que el Gobierno no quiere reconocer como propia, que es la caída de los salarios. Hoy mismo hemos visto datos del INE que reflejan esa caída de los salarios. Por cierto, usted en el informe habla de moderación salarial
muy eufemísticamente, y mi primera pregunta es: ¿están cayendo o no los salarios en España? Un informe de su propio banco reconoce incluso que el efecto puede ser mayor que el que recoge el INE por el llamado efecto composición. ¿Cuál es la
importancia de ese efecto composición?


A nuestro modo de ver, con este tocar fondo de la economía tienen que ver mucho más las medidas tomadas a nivel europeo de aplazar un par de años el cumplimiento del objetivo de déficit, el respaldo del Banco Central Europeo a la deuda
periférica y la propia duración de la crisis tras seis años de caídas, un 26 % de paro, y más de un 30 % de paro en muchas comunidades autónomas. Prueba de esto es que la mejora está teniendo lugar en toda la periferia europea y no solo en España.


Un último ejemplo de este mayor protagonismo de las instancias europeas frente a las domésticas lo hemos tenido en los últimos días. El Gobierno ha anunciado un plan de crecimiento que ha pasado casi inadvertido en el que enumera una serie
de medidas inconexas y sin apenas recursos que recuerdan mucho a medidas del anterior Gobierno socialista, a la Ley de Economía Sostenible y, sin embargo, el Banco Central Europeo sí ha tomado medidas de mucho calado penalizando con un tipo de
interés negativo la facilidad de depósito o condicionando en el futuro la liquidez a la banca al crédito a familias y empresas, una medida que Unión Progreso y Democracia veía con buenos ojos hace tiempo y que tarde pero, por fin, llega. Esto me
conduce a otra pregunta que quería formularle. Usted ha hablado de la fragmentación y de la difícil transmisión de la política monetaria. ¿En qué medida cree que estas medidas del Banco Central van a contribuir a mejorar el crédito en nuestro país
dada esta situación de fragmentación? ¿Vigilará el Banco de España que esta repercusión de las medidas en España sea equilibrada, es decir, que no se repercuta en bajada de tipos de interés en los depósitos de los ciudadanos, pero se repercuta
menos en bajada de tipos de interés en los créditos? Usted mismo ha hablado de que los bancos tienen un problema en su margen de tipos de interés. No pueden aprovechar para recomponer su margen de tipo de interés repercutiendo estas medidas sobre
los depositantes, pero no sobre los créditos. ¿Vigilará el Banco de España para evitar este peligro?


Pese a este tocar fondo de la economía, son muchas las vulnerabilidades y muchas las amenazas que Unión Progreso y Democracia sigue contemplando y que nos preocupan. En primer lugar, la propia debilidad de la recuperación en España y en el
conjunto de la zona del euro; la situación deflacionaria y por eso precisamente ha intervenido el Banco Central Europeo, por esa debilidad de la recuperación y el alto desempleo en nuestro país que, por el fenómeno de la histéresis, tiene el
peligro de convertirse en estructural. Hay muchos parados que van perdiendo la cobertura, hay muchos parados sin formación y ese desempleo cíclico puede convertirse en desempleo permanente, estructural, si no se mejoran las políticas activas y las
políticas de formación, como propondremos la próxima semana en el Pleno, por cierto.


Nos preocupa la elasticidad de las importaciones a la recuperación. Usted mismo ha hablado del fuerte componente energético. ¿Cree que esa elasticidad de las importaciones es ahora más baja o cuando repunte el PIB repuntarán las
importaciones? Nos preocupa el alto nivel de deuda pública. Se aproxima al cien por cien en niveles que no veíamos desde hace un siglo en España. Nos preocupa que el déficit público siga siendo elevado y que el esfuerzo, como usted ha señalado,
se ha aplazado, pero sigue pendiente un esfuerzo en los años inmediatos. Esto me ha llevado a una pregunta importante y le rogaría que en su segunda intervención, por favor, me la respondiese. El Banco de España propugna un mayor uso de la
imposición indirecta que nosotros no compartimos, pero, si ustedes opinan de política fiscal, querríamos saber su opinión sobre la posibilidad de una bajada del IRPF sin más medidas compensatorias. ¿Es compatible eso con el cumplimiento de los
objetivos de déficit público? ¿Es posible bajar el IRPF sin más y que eso no repercuta sobre el déficit público?


Desde el inicio de la legislatura mi grupo ha intentado proponer sus alternativas, que van en la línea de una mayor ambición reformista. Creemos que este espacio de tiempo que da el Banco Central Europeo y la mejora de las primas de riesgo
no debería llevar a una relajación en las reformas, sino a una mayor ambición en las reformas. Las reformas de las administraciones públicas tienen mucho camino por delante: fusión de ayuntamientos, supresión de diputaciones y supresión de
organismos innecesarios en las administraciones territoriales. Creemos que el mercado de trabajo debería implantar el contrato único



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indefinido; creemos que hace falta una reforma energética que tenga en cuenta el coste de generación de la energía; creemos que la unidad de mercado interno está pendiente de completarse; creemos que hay que luchar contra la corrupción,
que también tiene importantes efectos económicos. Es cierto que el Gobierno ha tocado todos estos temas, pero también es cierto que no ha solucionado ninguno de ellos. Se ha tocado cada una de estas cuestiones, pero sin cambiar radicalmente la
situación, en nuestra opinión.


Quiero concluir con cuatro cuestiones concretas, más relacionadas directamente con las competencias del Banco de España. En primer lugar -algún interviniente anterior también lo ha señalado-, ¿cuál va a ser el coste para el erario público
del rescate a la banca? Esta es una cuestión fundamental que los ciudadanos tienen derecho a saber. Hace unas semanas el Tribunal de Cuentas presentó un informe de fiscalización del FROB, donde hablaba de 108.000 millones de euros de recursos
públicos comprometidos, aclarando que ese no era el coste del rescate y ofreciéndose a hacer un nuevo informe en el que se calculase el coste del mismo. Mi grupo presentó una propuesta de resolución pidiendo que se hiciese ese informe y el grupo
mayoritario votó en contra, lo que indica, negro sobre blanco, que no parece tener mucho interés en que se sepa el coste del rescate bancario. Eurostat, al calcular el déficit de cada año, reconoce unas pérdidas de unos 48.000 millones. ¿Cuál cree
usted que es el coste hasta ahora del rescate bancario, porque hay entidades que ya se han vendido, que se han privatizado e implican unas pérdidas que ya se han asumido? No es una curiosidad personal de mi grupo, sino algo que la sociedad española
tiene derecho a saber, en nuestra opinión. En segundo lugar, el papel del Banco de España en el origen de la crisis. Ayer el señor Durão Barroso y el señor Botín hablaban sobre la cuestión. ¿Cree que esos problemas que señalaba el señor Barroso
se han resuelto? A nosotros nos preocupa, por ejemplo, que los inspectores del Banco de España sigan con sus reivindicaciones de una mayor independencia, de una mayor conexión entre sus informes y lo que llega a la cúpula de la entidad. En tercer
lugar, la impunidad de los que hundieron las cajas de ahorros. En su opinión, ¿ha hecho el Banco de España, el FROB, todo lo posible para combatir esa impunidad, que a nosotros nos preocupa desde el inicio de la legislatura y por eso presentamos la
querella en el caso Bankia? Y en cuarto y último lugar, el Servicio de Reclamaciones del Banco de España. Aparece en el informe que las reclamaciones aumentaron en 2013 un 246 %, reclamaciones que dan lugar a resoluciones que no son vinculantes y
que solo en un 18 % de los casos llevan a alguna acción correctora de la entidad. Nosotros hemos presentado una proposición no de ley y una enmienda a la Ley de Supervisión y Solvencia pidiendo que las resoluciones puedan ser vinculantes de forma
voluntaria, así como que haya alguna penalización a las entidades que de forma sistemática incumplen y no corrigen, incluso estudiando la unificación del Servicio de Reclamaciones del Banco de España con el de la CNMV y la Dirección General de
Seguros. En este caso, el grupo mayoritario ha sido receptivo con enmiendas transaccionales en esa dirección. Se podían estudiar estas cuestiones. ¿Usted qué opina? ¿Se pueden estudiar? ¿Qué se podría hacer para evitar que estas resoluciones
que dan la razón a los ciudadanos no tengan efectos prácticos al final? Esto es todo por mi parte.


El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Vasco, PNV, tiene la palabra el señor Azpiazu.


El señor AZPIAZU URIARTE: En primer lugar, quiero agradecer al gobernador su comparecencia y sus explicaciones. Reconozco que todavía no he tenido tiempo de leer detenidamente el informe del Banco de España, pero sin ninguna duda lo haré.


Podemos coincidir, señor gobernador, en que la situación de la economía española es mejor que la de hace un año, al menos aparentemente, y quisiera hacer hincapié en esta cuestión de aparentemente. La troika parece que se ha calmado un
poco, que ya no está ejerciendo una presión tan directa; la prima de riesgo ha bajado y parece que lo peor de la crisis ha pasado ya y, en términos económicos estrictos, hemos salido ya de la recesión y usted mismo apuntaba que previsiblemente este
año la economía crecería un 1,2 %, que no es mucho, pero algo es algo, es decir, un 1,2 % después de la que ha caído estos años atrás tampoco es para dar pasos importantes en la recuperación. Sin embargo, a pesar de algunos datos positivos, existe
una tasa de paro que supera el 25 % y el 50 % en el caso de los jóvenes. Las desigualdades son crecientes, las prestaciones públicas están cada vez más recortadas por la política que se ha seguido estos años en materia sanitaria o educativa, por
ejemplo, y estas cuestiones nos indican que aún tenemos sufrimiento para rato. Es cierto que la alarma mediática no es tan grande y que de vez en cuando aparece algún dato positivo del que el Gobierno a veces hace excesiva gala; no obstante,
insisto en que todavía tenemos crisis y sufrimiento para rato. En definitiva, no sabemos si el ogro del que hablaba el señor Anchuelo está definitivamente muerto o simplemente dormido o aturdido, por lo que



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tenemos que estar muy vigilantes para que no vuelva a ponerse otra vez en marcha y demos pasos hacia atrás.


¿Por qué digo esto? Porque, como usted ha comentado, todavía tenemos pendientes una serie de recortes que continuarán en materia social, en materia de I+D, en infraestructuras, porque Europa así nos lo va a seguir exigiendo. Además, usted
ha comentado que es bueno que esto sea así. El déficit público y el endeudamiento son un objetivo claro de vigilancia por parte de la Unión Europea y la pregunta que me gustaría hacerle es cuándo cree que vamos a alcanzar tasas de paro similares a
la media europea o similares a la que teníamos en el año 2007, que tampoco eran para echar cohetes. Estaban en torno al 8 %, es decir, esto en un país medianamente desarrollado les parece una tasa de paro excesivamente elevada. Y,
desgraciadamente, no creo que sea hacer economía de ficción si decimos que al menos nos queda por delante una década más, que unida a la casi década que llevamos va a suponer el tiempo equivalente al de una generación, no sé si una generación
perdida del todo, pero desde luego perdida en parte.


Sinceramente, hemos visto que tampoco el Banco de España y el Gobierno han hecho gran cosa para salir de la crisis, nada distinto de seguir a pies juntillas la exigencia de una Europa cuyos intereses económicos, desgraciadamente, no
coincidían con los nuestros. El resultado del 25 de mayo reciente se debe, en mi opinión, en gran parte a que Europa, sus instituciones, el Consejo, la Comisión, el Banco Central, el Banco Europeo de Inversiones, el Eurogrupo, el Ecofín, porque
instituciones no faltan, no han estado a la altura de las circunstancias. Tengo la impresión de que Europa ha dado la espalda a la crisis y los ciudadanos le han dado la espalda a Europa. Yo creo que la eurofobia, el euroescepticismo y la elevada
abstención experimentada en parte responde también a la respuesta de Europa a la crisis económica. Y ahora, después del batacazo electoral europeo, el señor Rajoy habla tímidamente de políticas de crecimiento por primera vez, de una forma novedosa,
y se saca un plan de la chistera de no sé cuántos miles de millones que no es más que una pose, humo y un intento de lavado de cara tras el fracaso electoral. Tengo la impresión de que es puro trilerismo presupuestario y no un impulso económico de
verdad. Hasta el Banco Central Europeo se ha dado cuenta de la realidad económica y política en la que estamos metidos; se ha dado cuenta del riesgo de deflación, del bajo crecimiento económico y de que a este ritmo de crecimiento tenemos
sufrimiento desgraciadamente para mucho. ¿Cree usted, señor gobernador, que la situación real es más grave que la que percibimos el común de los mortales a través de los medios, que a veces se quiere poner en valor más de lo que sus propios datos
indican la situación económica? ¿Y por qué el Banco Central Europeo tiene ahora el apoyo alemán y el del Bundesbank, que hasta ahora no lo tenía? ¿Es por economía o por política, por los resultados electorales que he comentado? Tengo la impresión
de que la realidad económica de Europa, y en concreto la española, es más preocupante de lo que se nos quiere transmitir. Hay quienes hablan de japonización y auguran un largo sufrimiento. ¿Qué opinión tiene usted en este sentido?


El Banco Central se saltaba de alguna forma lo que consideraba la ortodoxia con estas medidas. ¿Quién se lo ha permitido? Se ha adoptado -creo que ya se ha comentado aquí- la rebaja de los tipos de interés hasta prácticamente el cero por
ciento, así como medidas para proporcionar liquidez al sistema y para que lleguen a las familias y a las empresas. Además se dice que si estas medidas son insuficientes, se adoptarán otras con posterioridad para que efectivamente tengan un impacto
positivo en la economía. Está bien. ¿Por qué tan tarde? Se suele decir que más vale tarde que nunca, pero ¿por qué tan tarde? ¿Por qué ahora, insisto, Alemania da el visto bueno a estas medidas cuando antes lo impedía? ¿Por qué ahora, cuando
estamos a niveles máximos de paro y pobreza, cuando las inversiones públicas y privadas en infraestructuras y en I+D son tan bajas que están lastrando el crecimiento y la salida de la propia crisis?


Dentro de poco, como bien sabe, señor gobernador, nos vamos a adentrar en el debate presupuestario, un presupuesto que seguirá bajo las exigencias que nos va a imponer la Unión Europea, un presupuesto que tendrá un menor déficit público y
por lo tanto recortes adicionales; un presupuesto que, en opinión de nuestro grupo, en lugar de ayudar a que salgamos de la crisis, nos va a poner trabas a esta recuperación. Pues bien, señor gobernador, con una Europa rácana y poco decidida y con
una falta de instrumentos en el interior, aparte de poner un cirio gordo y rezar, ¿cómo podemos salir de la crisis, cuáles son las propuestas del Banco de España? Es una Europa en la que está ocurriendo como en el fútbol, Alemania y Holanda someten
a Portugal y a España. Esto pasa en la política y está pasando también -será casual- en el fútbol -igual no es tan casual-. En ese sentido me interesa mucho su opinión.


Por otro lado, la Unión Europea y el propio Banco de España están inmersos en un profundo cambio en el ámbito financiero y bancario, un cambio que a muchos se nos antoja excesivamente lento, pero cambio al fin y al cabo, el de la unión
bancaria, el del MUS, el del MUR y otras muchas siglas que parece



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que se utilizan para dar la impresión -es verdad además- de que se dan pasos en un sentido positivo para afrontar en el futuro de una manera más adecuada una crisis financiera, si la hubiera. Dentro de poco vamos a tener nuevos stress test
que nos van a dar la situación de cuál es la salud y solvencia de muchas entidades financieras, la de la mayoría de las entidades españolas y la de la minoría de las alemanas, para que se sepa quién manda efectivamente en Europa. Es verdad que en
general, salvo honrosas excepciones, como las cajas de ahorros de Euskadi -permítame que me ponga cierta medalla-, el ejemplo de las cajas del Estado español ha sido bastante bochornoso. Los ciudadanos han tenido que salir al rescate y salvamento a
pesar de la mala situación en la que se encontraban estos mismos ciudadanos. Hemos asistido a la resolución de problemas privados con recursos públicos y todavía, como ya se ha dicho aquí, muchos de los responsables directos de aquellos
desaguisados están como si el asunto no fuera con ellos. Señor gobernador, según su experiencia e información, ¿qué espera de los resultados de los stress test? ¿Va a hacer falta seguir ampliando capital en las entidades financieras
redimensionando su tamaño, ajustando plantillas, utilizando más dinero público? ¿Cuándo cree que se va a estabilizar el sistema financiero?


Otra cuestión que nos importa mucho a todos los ciudadanos es qué parte del dinero público -del rescate, para entendernos- se va a recuperar y cuánto se va a perder. Lo han dicho también otros portavoces, pero esta es una cuestión realmente
importante, es decir, saber cuánto nos va a costar el salvamento de las entidades financieras. Tampoco nos podemos olvidar de los que han sufrido directamente las consecuencias de las nefastas gestiones de estos responsables, de los desahucios, de
los desahuciados, de todas aquellas familias que han perdido sus viviendas habituales por la crisis económica y a veces por condiciones impresentables de las propias hipotecas, como las cláusulas que se han declarado ya abusivas. ¿Qué valoración
hace de ello? Tampoco nos olvidamos de los preferentistas, muchos de los cuales han perdido su dinero mediante engaños, que han sido estafados y les han robado, legal o ilegalmente, pero les han robado sus ahorros. ¿Cómo cree usted que puede
acabar este tema de las preferentes?


Otra cuestión a la que se han referido otros portavoces anteriormente es qué opina de las declaraciones del señor Durão Barroso, que ha responsabilizado de la burbuja inmobiliaria y de la crisis al propio Banco de España. ¿Qué nos puede
decir en este sentido? Como bien sabe, desde hace bastante tiempo los propios inspectores del Banco de España están denunciando esta cuestión, están denunciando que en su opinión no se ha hecho lo que se debía en su momento para haber atemperado el
impacto de la crisis. En mi opinión es una crítica demoledora. Usted es ajeno porque no era responsable en aquellos momentos, pero no puede ni debe dar la espalda. Creo que, como institución, hay que afrontar y asumir los errores, insisto, aunque
usted no haya sido directamente el responsable.


El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Mixto, tiene la palabra el señor Larreina.


El señor LARREINA VALDERRAMA: Yo también quiero agradecer en nombre de mi grupo, de Amaiur, la comparecencia del gobernador del Banco de España, del señor Linde, su intervención y la información que nos ha trasladado. Tengo que decirle que
el informe del Banco de España es al final en cierta forma un tanto autocomplaciente. Efectivamente, hay datos positivos que no se pueden negar, pero hay que ponerlos en su contexto, en el sentido de que son datos menos malos, es decir, estamos
menos mal que hace un año, lo cual es positivo, pero tiene el peligro de que nos enroquemos en el dato positivo de que todo empieza a ir bien y de que nos olvidemos de los déficits estructurales que tiene la economía española. Creo que el informe
del Banco de España obvia, no trata dos de los principales déficits estructurales de la economía del Estado español y que lastran esta economía. Al final este crecimiento, estos datos positivos no son fruto de las actuaciones del Gobierno, de las
actuaciones de la política del Gobierno, sino que son fruto del rebufo de la economía de la Unión Europea. La Unión Europea ha empezado a ir mejor y está arrastrando a la economía del Estado español, pero desde luego insisto en los déficits
estructurales, dos de los cuales no contempla su informe y creo que son clave para abordar la situación y dar realmente la vuelta a la economía del Estado español.


En primer lugar, no veo que haya un análisis de la desigualdad económica creciente que se está produciendo en el Estado español, y es un déficit que lastra la economía, porque va directamente de entrada a la demanda, es decir, constriñe la
demanda, el crecimiento de la desigualdad impide que crezca la demanda. Ese es ya un elemento negativo para la economía. Por otro lado, ese crecimiento de la desigualdad lleva a la necesidad de abordar mayores recursos públicos precisamente para
dar solución o dar respuesta a las situaciones de extrema pobreza y de desatención. Por ejemplo, el incremento de los



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parados de larga duración, que lleva consigo un incremento de la pobreza en muchas familias, está lastrando la economía del Estado español. El otro déficit importante que no trata tampoco su informe y sobre el que creo que sería importante
hacer un análisis a fondo para ver las causas y las soluciones, igual que en el ámbito de la desigualdad, es el del fraude fiscal.


La causa de los desequilibrios fundamentales que se producen en el seno de la economía del Estado español, que usted ha señalado con total certeza además, y bien señalado, es decir, esa preocupación por el déficit público que no acaba de
encarrilarse, esa preocupación por una deuda pública que sigue creciente, y que son elementos que lastran la economía, la causa de esos desequilibrios no está por el lado del gasto, está fundamentalmente por el lado del ingreso. No quiero decir con
esto que haya que actuar sobre el gasto, aunque hay ámbitos en los que se puede avanzar bastante, por ejemplo, en la racionalización del gasto público, pero indudablemente el problema fundamental está en el ingreso. Los datos de Eurostat son
'tumbativos'. Cuando la recaudación del IVA sobre el porcentaje del producto interior bruto coloca al Estado español en el puesto número veintiocho de los veintiocho Estados de la Unión Europea, hay algo que no cuadra, hay un desequilibrio
evidente. Ese no es el puesto que corresponde a la economía del Estado español en su actual dimensión. Cuando vemos que el puesto que ocupa sobre el porcentaje del producto interior bruto la recaudación del impuesto sobre sociedades está alrededor
del veinte o veintidós de los Estados de la Unión Europea, hay algo que no cuadra tampoco. El único elemento que está por encima de la media y que está solamente en el lugar que debería ocupar es la recaudación por el impuesto sobre la renta de las
personas físicas, que está en el puesto doce o trece de los Estados de la Unión Europea. Eso sí puede estar en su lugar. Lo otro no está en su lugar e implica un desequilibrio importante en la economía del Estado español que hay que abordar y creo
que el Banco de España haría bien en analizar y buscar también soluciones en ese ámbito.


Usted se ha referido a la reforma fiscal, que se está planteando en el sentido de aumentar los impuestos indirectos, de aumentar los tipos de IVA, y por ahí no va a venir el incremento de la recaudación. Puede venir de forma totalmente
insuficiente, pero eso no es atacar el problema. Por otro lado, propone rebajar los tipos tanto en el impuesto sobre la renta a las personas físicas como en el impuesto sobre sociedades. Yo diría que ahora mismo los tipos son indiferentes, los
tipos nominales me refiero. Lo importante son los tipos efectivos, que están por los suelos y no dependen de los tipos nominales. Bajando los tipos nominales difícilmente se van a incrementar los tipos efectivos. Indudablemente sí hay medidas que
pueden ser importantes en la desaparición de incentivos fiscales, etcétera, pero creo que no se aborda el elemento fundamental, que es el fraude fiscal, que es tremendamente injusto, que ataca no solo a las bases de la economía sino a las bases de
la justicia social y que además incrementa -como decía antes- la desigualdad, que es otro gran desequilibrio. Lo que tenemos es que hay un grupo de ciudadanos y empresas que cada vez tienen más fondos, que cada vez son más ricos y, por otro lado,
va aumentando el número de personas que cada vez son más pobres. Creo que ese es un elemento que desequilibra totalmente la economía del Estado español y que hay que abordar.


Hay otros puntos que tampoco comparto en el análisis de su informe cuando siguen insistiendo en la línea del Gobierno de que la competitividad se va a lograr por la reducción de los costes laborales. La realidad demuestra que no. Mi país,
Euskal Herria, que tiene un alto componente exportador, tiene los costes laborales más altos del Estado español y sin embargo en el último año han seguido creciendo las exportaciones. Es decir, la competitividad no está en los costos laborales. La
competitividad tiene que ir por otros caminos. Tiene que ir por el camino del incremento del valor añadido, del incremento de la innovación, etcétera. Ese es el camino para aumentar la competitividad. Centrar la lucha por la competitividad en la
reducción de los costes laborales es incrementar la desigualdad y por lo tanto profundizar en los déficits estructurales de la economía del Estado español.


Hay otro tema que usted ha citado en el informe y al que me quiero referir, que es la restructuración del sector financiero. Había necesidad de abordarlo, pero es importante señalar que no está claro cómo se abordó ni está clara la
efectividad de esa restructuración. Indudablemente, se han reducido las situaciones problemáticas, pero habría que hacer -como han señalado otros portavoces- un análisis y un informe sobre el costo real de esa reducción, de esa restructuración del
sector bancario.


Por otro lado, todos estamos preocupados -usted también y el resto de los portavoces lo han señalado de forma unánime- porque al final el crédito no está llegando a la economía real, es decir, persisten las dificultades, persisten las
limitaciones. Ahí hay un elemento muy importante del que se ha prescindido de forma muy negativa -y eso no responsabilidad usted ni del actual Banco de España, viene de atrás-, que es la liquidación del modelo de las cajas de ahorros. Con la
disculpa -real, por otra



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parte- de la mala gestión de ciertas cajas, al final se ha acabado con un modelo cuyo principal objetivo social, su obra social -ahora se habla mucho de la necesidad de salvaguardar la obra social de las cajas-, era precisamente el apoyo a
la economía real, más que las actividades que se conocen como obra social, que son importantes también, pero la principal obra social de las cajas era el apoyo a la economía real, poder aportar crédito en condiciones razonables a las familias, a los
autónomos, a las pequeñas y medianas empresas. La restructuración ha llevado a la desaparición de ese modelo de entidad financiera que era muy importante precisamente para esa economía real. Es un asunto sobre el que hay que hacer una reflexión,
incluso en el sentido de qué hay que cambiar para que puedan volver a estar en el mercado este tipo de entidades financieras, de control social, con una misión social importante.


A este respecto tengo otra preocupación y es que el proceso de privatización que se está impulsando, precisamente con las entidades financieras que funcionaban -y me estoy refiriendo, en el caso de mi país, a Kutxabank-, me parece que es muy
negativo. Además, creo que se está haciendo en dirección contraria a los argumentos que se querían dar. Se decía que el peligro era la politización. Pues bien, la politización ahora es máxima. Es más, se está produciendo una privatización dando
la espalda a los impositores -me estoy refiriendo ahora mismo al caso de Kutxabank-, a las entidades fundadoras y, al final, se está privatizando en unas fundaciones bancarias que están controladas por los partidos políticos. No hay más que ir a la
hemeroteca para ver que los miembros de esos patronatos están nombrados por partidos políticos, pero, además, el futuro de esas entidades se ha puesto sin ningún tipo de control en manos de esas quince personas de los patronatos. Creo que ahí el
Banco de España debería ejercer un control especial para garantizar que no se repitan los errores del pasado, precisamente donde no se habían producido en el pasado. Es un elemento de preocupación y habría que ir -es una reflexión que hay que poner
encima de la mesa, y con esto acabo, señor presidente- a un cambio de la legislación para promover entidades de crédito y financieras con control social y con misión social, bien por la vía de cooperativas de crédito, bien recuperando la figura de
las cajas, precisamente para que puedan cumplir con esa función social que creo que es básica para la recuperación de la economía del Estado español y para alcanzar esos niveles de competitividad y de eficiencia financiera, pero con una misión
social que contribuya a reducir la desigualdad y también que contribuya a reducir el resto de los desequilibrios sociales. Quiero agradecer de nuevo su comparecencia.


El señor PRESIDENTE: Por último, en turno de portavoces, tiene la palabra por el Grupo Popular el señor Martínez-Pujalte.


El señor MARTÍNEZ-PUJALTE LÓPEZ: Muchas gracias, señor gobernador, por su comparecencia. Una vez al año tenemos ocasión de recibirle en esta Comisión de Economía. Cuando en otra ocasión comparece en la Comisión de Presupuestos el debate
es, entre comillas, sobre el entorno macroeconómico en que se mueve el presupuesto y la credibilidad de las propias cifras que presenta el Gobierno. En esta comparecencia tenemos la oportunidad de tener un debate entre los grupos políticos con su
presencia sobre temas que realmente no afectan mucho al Banco de España. En cualquier caso, es de agradecer que usted esté presente en estos debates de los grupos sobre la situación económica.


Me voy a referir a cuatro cosas: coyuntura y evolución de la economía española; los riesgos para consolidar el cambio de ciclo; las medidas del BCE -que me parecen muy importantes y sobre las cuales le han hecho usted varias preguntas- y
lo que pueden suponer para apoyar la recuperación económica; me referiré también al sector financiero español, sobre todo a su proceso de reestructuración, y quiero añadir -y algunos portavoces lo han hecho- la protección del consumidor.


Estamos en la sala Internacional, no se ve la calle y cualquiera que nos oiga y haya oído a los portavoces anteriores puede suponer que hace dos años vivíamos en una situación idílica -por lo que han planteado algunos portavoces-, que en
España se estaba estupendamente bien, que las familias vivían en un nivel de igualdad extraordinario, que no se había perdido ningún puesto de trabajo, que España tenía una consideración internacional extraordinaria y podíamos afrontar nuestros
compromisos de pago, y que a lo largo de estos dos años todo se ha venido abajo y ahora todo es un desastre, la situación es penosa, esto va mal -como decía el portavoz del PSOE-, se ha destrozado el mercado de trabajo... Hombre, estamos en el
momento en el que estamos y mi grupo sabe que hay todavía personas que lo pasan mal, familias a las que les tiene que llegar el proceso de recuperación económica. Llegan a decir que todo se ha hecho fatal en estos dos años porque hay más parados
que hace dos años, cuando ya incluso la curva va mejor. Pues sí, hay más parados que hace dos años, como decía don Valeriano Gómez, pero solo en el año y tres meses que él fue ministro el incremento del número de parados fue igual



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que el de estos tres años, el mismo. Probablemente esto no es atribuible a don Valeriano Gómez, probablemente, pero es una realidad, y no reconocer que ahora estamos mejor que hace dos años es dar la espalda a lo que se vive en la calle.


Hoy estamos mejor que hace dos años. Hace dos años, en verano de 2012, nos fuimos creyendo que España estaba al borde de la quiebra, creyendo que España no podía cumplir sus compromisos de pago, pensando que España tenía riesgos ciertos de
tener que ser ayudada para afrontar sus compromisos de pago; que podíamos, como se decía, ser rescatados; con una prima de riesgo que impedía el acceso a los mercados de todas las empresas, de todas las administraciones locales y autonómicas, y el
Estado tenía muchísimas dificultades para acudir a los mercados. Eso es lo que sucedía hace dos años. ¿Por qué? Porque los ciudadanos o los mercados creían que el euro no era irreversible, porque España no había cumplido en 2011 su compromiso de
déficit público, y eso se reflejó en los meses subsiguientes, porque los mercados no confiaban en que las administraciones públicas pudieran hacer frente a la situación que tenían. Razones, muchas, y lo cierto es que hoy, dos años después, el
debate es distinto. Estamos hablando de si la confianza va a seguir existiendo, de si es real la situación en que el bono español a diez años tiene un mejor tipo de interés que el bono americano a diez años, si eso es verdad, si eso es mantenible,
si la recuperación se va a afianzar o no, cuándo va a llegar esta a los ciudadanos. Eso es así porque los datos son distintos, porque donde había crecimiento negativo hay crecimiento positivo, donde se estaba destruyendo empleo se está
incipientemente creando empleo, donde había una prima de riesgo de seiscientos y pico hay una prima de riesgo en el entorno de ciento veinte. Los datos son distintos. Hoy las administraciones viven en otro mundo. Hoy se puede pensar en recuperar
nuestra senda de consolidación fiscal a base de mejorar los ingresos, de mayor actividad económica, de reforzamiento de la actividad económica, de menos presión en el gasto social. Se puede hablar de recuperar la senda de consolidación
presupuestaria sin que necesariamente la consolidación sea a base de recortes, porque hace dos años solamente se podía ajustar el déficit con recortes del gasto, solamente, porque la actividad económica estaba decreciendo, porque los ingresos
estaban cayendo y porque el gasto social estaba aumentando como consecuencia del deterioro del empleo.


Hoy es distinto y no reconocerlo es una equivocación de los grupos. Cuando se decía que había brotes y no los había era una equivocación y cuando se dice que esto es un desastre es otra equivocación que no conduce a nada, que no conduce a
mejorar la situación de los españoles, a los que hay que hacer llegar el proceso de recuperación cuanto antes, porque es verdad que en España hay muchas familias a las que todavía la recuperación no les ha llegado, porque es verdad que hay empresas
que tienen dificultades para acceder al crédito cuando tienen negocios viables, porque siendo eso verdad solo se conseguirá avanzar con un proceso de confianza, de mejora de las expectativas, de creer en nuestro proyecto. Por supuesto que hay
riesgos y a ellos me quiero referir. En este debate que tenemos -que en ocasiones es casi académico- veo un riesgo en la baja inflación. Casi todos los procesos de crecimiento que yo estudié en la facultad y que he conocido se han agilizado, se
han reforzado con unas inflaciones medianamente más elevadas. No digo una inflación que perjudique a los ciudadanos, pero sí una inflación que haga que anticipen sus decisiones de consumo, que ayude a cortar el apalancamiento. Lo que hay que
pensar es cómo se hace eso o cómo va a ser el crecimiento sin inflación y si eso requiere medidas adicionales. Es una buena reflexión que hay que hacer y creo que las medidas del Banco Central Europeo en esa línea -luego me referiré a ello- van en
la buena dirección.


Ahora bien, también me planteo -y quizás es otra reflexión que podemos hacer- si realmente hay un problema de liquidez o un problema de competitividad. ¿Tenemos un problema de liquidez, que no hay liquidez, y aumentando la masa monetaria
vamos a ir mucho mejor, o es un problema de competitividad? Decía el señor Garzón en una frase rotunda, como si fuera la verdad absoluta: no tenemos un problema de oferta, tenemos un problema de demanda. Cuando hablo con responsables de las
empresas me dicen que la presión de la competencia de China, la presión de los países emergentes a veces les complica la vida y que a veces no es un problema de demanda, sino de que la oferta europea o la española no es capaz de competir en un mundo
globalizado con esos mercados. Esta es una reflexión que hay que hacerse, porque es otro de los riesgos que hay que plantearse. No hablaríamos tanto de competitividad si estuviéramos en la Europa o en los países de hace cincuenta años,
autárquicos, cerrados y con unos niveles de aranceles que no nos abrieran al mundo. Ahora eso no es así, ni nunca más va a ser así, porque no creo que haya nadie en esta sala que se posicione en favor de la vuelta a la autarquía. Por tanto, en
unos mercados globalizados, tenemos que ser competitivos, pero no competitivos el de Murcia con el de Albacete: el de Murcia con el que está en China, en la India, en un país emergente o en Alemania.



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La competitividad te hace pensar que a lo mejor no es solo un problema de demanda, sino que en esta situación hay que cualificar la oferta permanentemente.


La consolidación de las cuentas públicas es otro riesgo, por supuesto, usted lo ha mencionado y nosotros queremos seguir trabajando en ella, pero creemos que el entorno de consolidación es distinto y que con más actividad económica es más
fácil el proceso de consolidación de las cuentas públicas. Creo que el proceso de consolidación de las cuentas públicas tiene una base de sentido común que es, como dicen en mi pueblo, no transferir las púas a otro -entendiendo por otro, otra
generación-, sino que cada uno pague lo suyo; esa base luego hay que llevarla a la práctica y es más fácil hacerlo y buscar el equilibrio con un proceso de mayor actividad económica. En este sentido, y me refiero ya al tercer punto, las medidas
del Banco Central Europeo son muy importantes; unas son de carácter muy mecánico y otras para inyectar liquidez al mercado. A veces pienso que no había un problema de liquidez porque lo que yo estaba observando en los últimos trimestres -quizá con
una mentalidad de analista más que de político- era que cuando había subastas de dinero público había una demanda importantísima para esas subastas. A lo mejor no había un problema de liquidez. Había alguna comunidad autónoma que tenía cerrados
los mercados, que había acudido a los mercados y había obtenido dinero a unos tipos razonables. ¿Es solo un problema de liquidez? Como decía, también hay unas medidas para hacer llegar, a través de desincentivos a las entidades, el crédito a las
empresas.


Por último me voy a referir al sistema financiero español. Respecto a lo que ayer dijo el señor Barroso -a lo mejor soy poco correcto políticamente-, que venga el que fue presidente de Portugal a decirnos lo que tenemos que hacer, por lo
menos yo lo pongo en cuarentena, porque si tanto sabía lo podía haber aplicado siendo el presidente de Portugal. Digo que es políticamente poco correcto porque el gobernador al que se estaba refiriendo y los comentarios a los que se estaba
refiriendo no tienen nada que ver ni con el PP en el Banco de España ni con el PP en el Gobierno, no tienen nada que ver. Yo soy respetuoso con mi país, y que alguien venga a Santander a decirnos que lo hemos hecho mal, solo por la frase, sin
ningún sustento, me parece mal. Creo que los profesionales del Banco de España son profesionales como la copa de un pino, son extraordinarios y no tiene ningún sentido que lo hicieran mal en Bancaja o en Caja Sur y que lo estuvieran haciendo
extraordinariamente bien en el Banco Santander o en el BBVA, porque son los mismos inspectores. Entonces, no es verdad, independientemente de que yo no coincido con el señor Fernández Ordóñez en la solución que dio a los problemas financieros
españoles; no coincido porque creo que él tenía un apriorismo contra las cajas de ahorros; no coincido en las soluciones que fue buscando a las cajas de ahorros; no coincido en las soluciones que se daban ni en la manera de plantearlo. Pero
decir que el Banco de España tuvo la culpa. Piénseselo tres veces. Y mire que sería fácil que yo hoy aquí dijera que sí, era MAFO, era del PSOE, pero lo que digo es que tengamos la fiesta en paz.


En España ha habido un proceso de restructuración financiera similar, aunque con un decalaje posterior, y yo hubiera preferido que fuera con un decalaje anterior, al de otros países europeos. Quizá si no se hubiera retrasado y se hubiera
abordado en el momento preciso; quizá si en los primeros momentos no se hubieran utilizado instrumentos que no sirvieron para nada, como los SIP, de infausta memoria, o la no instrumentalización a través de mecanismos que ha habido que poner;
quizá si se hubiera hecho la recapitalización de las entidades cuando la hicieron otros países europeos no se hubiera hablado de lo mismo. Creo que en estos dos últimos años se ha abordado un proceso de reestructuración serio y en España tenemos
que sentirnos al menos, iba a decir orgullosos, aunque me parece una palabra un poco fuerte, pero sí satisfechos con unas entidades financieras que funcionan extraordinariamente bien. Más de la mitad del sistema financiero español no ha tenido
ningún problema. Ya me gustaría que otros países hubieran dicho lo mismo. El sistema financiero español está siendo observado -excepto entidades pequeñísimas- por el Banco Central Europeo. Ya me gustaría que todo el sistema financiero alemán
fuera tan transparente como el nuestro, y lo que pido es que a partir de ahora, que vamos a estar inspeccionados por el Banco Central Europeo, al menos se consiga una cosa, y es que todas las reglas sean para todos los países. Pido -y usted está en
el board del Banco Central Europeo como gobernador- que las reglas sean similares y que no haya ninguna duda de que eso es así, porque a veces puede ser así y no parecerlo. Creo que en los dos últimos años se ha hecho un esfuerzo de restructuración
de nuestro sistema financiero y que estamos en condiciones de que el sistema financiero español sea ahora mismo un elemento dinamizador de la economía. Es imposible crecer, crear empleo y tener bienestar sin sistema financiero. Creo que el sistema
financiero, siendo esencial, es además un instrumento de riesgo porque coge dinero de ciudadanos y se lo presta a otros ciudadanos que tienen que hacer un negocio y



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devolver el dinero para dárselo a los ahorradores, y es esencial que eso funcione bien, que haya en las entidades instrumentos de medición del riesgo para conceder créditos, que haya unas condiciones claras.


Esta crisis nos ha enseñado algo y es que el Banco de España -y no es una crítica al Banco de España- tiene como objetivo prioritario en lo que se refiere a las entidades financieras que estas sean viables, fuertes, que estén bien
financiadas. Pero creo que eso no debe ocultar el debido respeto a los consumidores. Para que las entidades financieras sean sólidas no se puede caer en que se comercialicen productos de una manera no muy transparente, que se den créditos de
manera un poco alegre; ese respeto al consumidor hay que trabajarlo. Independientemente del tono y de que se haya dicho que lo que se ha hecho en estos dos últimos años es malísimo y que lo que se hizo hasta 2011 era extraordinario y vivíamos en
el país de Alicia y sus mil maravillas, se han dicho algunas cosas por parte de los grupos que yo creo que son muy positivas y que se pueden recoger. Una de ellas es que hay que trabajar más para que, garantizando la viabilidad y la fortaleza de
las entidades financieras, también se trabaje en la defensa de los consumidores en el futuro, y creo que el Banco de España tiene que jugar un papel importante en este campo.


Quiero agradecer su comparecencia, que me parece muy oportuna, y le pido que responda a las cuestiones que he planteado, sobre todo en lo referente a nuestra posición en Europa. (Aplausos.-El señor Gómez Sánchez pide la palabra).


El señor PRESIDENTE: Señor Gómez.


El señor GÓMEZ SÁNCHEZ: Yo no suelo, como saben bien los miembros de la Comisión, hacer alusiones personales respecto de nadie, pero ya que las ha hecho el señor Martínez-Pujalte, quiero recordarle dos o tres cosas solo.


El señor PRESIDENTE: Señor Gómez, ¿lo podemos hacer al final?


El señor GÓMEZ SÁNCHEZ: Sí, por supuesto.


El señor PRESIDENTE: Señor gobernador, tiene usted la palabra para contestar a los portavoces.


El señor GOBERNADOR DEL BANCO DE ESPAÑA (Linde de Castro): Como decía antes, es mi tercera comparecencia en esta Comisión y no tengo sino agradecimiento por el tono, la inteligencia y la calidad de las observaciones y críticas, de forma que
para mí es un privilegio estar aquí.


Como otras veces hemos hecho, mejor que responder a lo que ha dicho cada portavoz aludiré a los temas que han tocado varios portavoces y luego quizá iré a los que han tocado de modo especial algunos de ellos. A todos nos interesa saber cuál
es la situación de nuestra economía en este momento, en qué posición coyuntural estamos y cuál es la realidad de esa recuperación en términos de empleo, algo fundamental para todos, y en términos de evolución del crédito, que son las grandes
preocupaciones que todos tenemos.


En cuanto a empleo, yo no puedo discutir con el señor Gómez, que es un gran experto en la materia, como todos sabemos. Mucho de lo que aquí se ha dicho es cierto, pero es también cierto que hay una recuperación. Podemos discutir sobre su
calidad, su fortaleza o su continuidad, pero me parece claro que hay una recuperación en el sentido de que la afiliación ha subido, de un tipo o de otro pero ha subido, el empleo ha subido y el desempleo ha bajado. Eso es indiscutible. Podemos
entrar a analizar los componentes y cómo se explica esa evolución, pero me parece que esa mejora es clara y que estamos mejor que hace dos o tres años. Eso es claro. Se trata de que esa recuperación se consolide y se afiance. Ese es el gran
problema que tenemos. En el Banco de España lo que hacemos es constatar que esa mejora es una realidad, pero el tono del informe, como todos ustedes saben, es muy moderado y prudente. No queremos lanzar las campanas al vuelo ni nos parece que lo
que ahora tenemos justifique un optimismo muy grande. No. Modestamente se puede afirmar que la situación ha mejorado.


Desde el punto de vista de la coyuntura, hay otro tema fundamental que es el crédito. El informe del Banco de España es también muy prudente y moderado, en el sentido de que las tasas de caída están siendo cada vez menores, pero yo he dicho
en mi exposición que no podemos esperar el paso a tasas positivas rápidamente. No creemos que eso se vaya a producir y lo decimos con toda claridad. El ajuste que estamos sufriendo en nuestra economía es muy profundo, como he dicho muchas veces;
los desequilibrios que se acumularon fueron muy grandes, y salir de esos desequilibrios es un proceso muy difícil, como me parece que todos reconocen, porque se está produciendo en una situación de bajo



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crecimiento europeo y de tipo de cambio fuerte, ya que el euro está a un tipo de cambio fuerte. Es verdad que una parte muy importante de nuestra exportación se hace en euros, por lo que el tipo de cambio del euro no nos afecta, pero para
el resto sí que nos afecta. El tipo de cambio del euro es fuerte y nos vendría muy bien un tipo de cambio más depreciado, evidentemente.


En cuanto a los tipos de interés que se pagan en España también hay cierta mejora. Es verdad que es lenta, pero está habiendo una tendencia a un ajuste que no existía hace algunos meses. La dificultad de tener crédito, el hecho de que
sigamos en tasas negativas, no debe ocultar otra cosa que es real, y es que muchas empresas están teniendo crédito neto positivo. Si no, entre otras cosas, no podríamos explicar la evolución de la exportación. La actividad exportadora tiene detrás
una actividad productiva, bien sea en bienes o en servicios, que normalmente se sustenta con crédito en gran parte, de forma que es verdad que en los agregados aún tenemos tasas negativas, aunque sean cada vez menores, pero eso no debe ocultar otra
realidad indiscutible, y es que muchas empresas tienen más crédito que antes. En los análisis que hemos hecho en el Banco de España se puede ver que las empresas que tenían una menor carga de intereses, una menor carga financiera, tienen más
crédito que las que tenían más carga financiera. Es decir, las empresas que tienen un proyecto más sólido tienen más capacidad de acceder al crédito y demandan más crédito que las que tenían una posición más difícil porque tenían un mayor
endeudamiento y un mayor apalancamiento. En conjunto, no podemos echar las campanas al vuelo, en absoluto el tema está resuelto, pero creo que todo apunta a que se está produciendo una corrección. No me atrevo a decir cuándo va a acabar esa
corrección, pero todo indica que en el año 2014 puede producirse un cambio de signo en esta evolución.


Ahora querría aclarar bien las medidas del Banco Central Europeo, que es muy importante. ¿Por qué se ha hecho ahora y no se hizo antes? ¿Por qué ha tardado? La explicación es sencilla. El BCE es el banco central de diecisiete países
soberanos, tiene que tener en cuenta el conjunto de los países y tener un juicio sobre el conjunto de la economía del euro. Los datos básicos que han llevado a tomar estas decisiones son la evolución de la inflación y el crecimiento. Ningún
experto piensa que hay un riesgo de deflación -eso sería lo más grave-, pero sí hay -eso lo ha dicho claramente el presidente del BCE, el señor Draghi, varias veces en sus comparecencias mes a mes- un riesgo de mantenimiento de un tipo de inflación
muy bajo mucho tiempo. Es decir, existe el riesgo de que la zona euro entrase en una época larga de bajo crecimiento y baja inflación. Eso es lo que al final ha llevado a tomar esta importante decisión, no tanto, que también, por las rebajas del
tipo de la subasta ordinaria del 0,25 al 0,15, cuanto por el paso a tipo negativo en la facilidad de depósito -nunca había ocurrido eso en los años de existencia del euro- y sobre todo por la medida de la nueva financiación a largo plazo, a cuatro
años, que tiene unas características específicas que quiero explicar bien.


La base de cálculo de esta facilidad es que, como saben, los bancos pueden pedir hasta un 7% de la base que se considera para ese cálculo, que son unos créditos que tienen las entidades en vigor, pero excluyendo las hipotecas a las familias
para la compra de vivienda. Eso se hace de modo muy expreso y muy consciente para que esta facilidad no contribuya de ningún modo, directo ni indirecto, a un nuevo rebrote de una burbuja inmobiliaria. Esa es la idea básica. Lo que se quiere es
que esta facilidad sirva para estimular el crédito a empresas y familias, pero no dirigido específicamente al sector de compra de viviendas para familias. La base de cálculo es esa, la base de créditos, todos los créditos menos los que acabo de
indicar. Los bancos pueden pedir hasta un 7 % de esa base. Esto es complejo de implementar porque la contrapartida para estas operaciones del BCE van a ser los grupos consolidados. No van a ser las entidades individuales que ahora son
contrapartida de la política monetaria, sino que hay que consolidar los grupos para tener una idea consolidada del balance y el crédito de cada entidad. Esto va a representar un trabajo muy largo, que hace que esta nueva ventanilla no pueda abrirse
hasta el mes de septiembre, porque el BCE está preparando toda la mecánica, que es muy compleja, para poner en marcha este sistema. La idea es que cuando se abra la ventanilla en septiembre, los bancos podrán pedir lo que quieran dentro de su
máximo, y al cabo de dos años se hará una especie de examen. Si un banco que estaba dando crédito ha empezado a dar menos crédito, ese banco tendrá que devolver lo que ha pedido en el primer momento. Tendrá un período de dos años. Al cabo de dos
años hay una especie de examen y si esa entidad no ha cumplido con el hecho de mantener el crédito o aumentarlo, tendrá que devolver la cantidad que ha pedido. Si un banco tiene una tasa negativa, no tendrá que devolver el crédito si su tasa
negativa es menos negativa. Es un juego un poco complicado. Los bancos cuya tendencia era creciente tienen que mantener su crédito, no bajarlo. Para decirlo de modo gráfico, basta con que den un euro más de crédito para que no tengan que devolver
el crédito que pidieron en el momento inicial, y si un banco



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estaba desapalancando, se estaba desendeudando, estaba bajando, basta con que baje menos rápidamente. Esa es la idea del BCE, que es correcta, porque tenía que combinar, por una parte, qué hacer con los bancos que estaban dando crédito cada
vez más, y qué hacer con los bancos que estaban desapalancando y reduciendo. Había que meter a los dos en la ventanilla, cada uno con un criterio distinto. La idea es que esto sirva para que los bancos den más crédito, tanto los que daban ya más
crédito como los que estaban en crédito decreciente, pero esto no es un coeficiente, yo no lo llamaría así. Es una condición para que el BCE no pida la amortización de la cantidad obtenida en el primer momento porque no se fija una cantidad en
concreto. Se dice: si usted pide lo que pida -un banco pedirá 3.000, otro 2.000, o lo que sea-, lo que le pido a usted es que dentro de dos años, cuando yo examine su comportamiento en el mercado de crédito, usted me pueda demostrar que ha dado
más crédito o que no ha aumentado su tasa negativa sino que la ha disminuido. Esa es, un poco compleja, la instrumentación de esta operación. Estas cosas son complicadas pero son así.


El BCE nunca había montado una operación de este tipo. Es nuevo y con tantos centenares de contrapartidas es una operación difícil. Creo que estará en marcha como muy tarde en septiembre o quizá un poco antes. ¿Esto qué garantiza?
Claramente es una financiación muy barata porque va a ser al tipo básico de la subasta más un margen muy pequeño y, además, si uno cumple las condiciones, es a cuatro años, a plazo muy largo. Todo hace pensar que para un tesorero de un banco o de
un grupo consolidado, es una financiación barata que estimulará que actúe en el mercado de crédito con más agilidad y con más interés que en otro caso. El BCE con esto hace lo más que puede hacer. Más allá no puede ir. Estos son los tres grandes
temas.


Quería hacer también un comentario sobre la austeridad. Creo que llamar austeridad a introducir un arreglo o un ajuste fiscal cuando estamos en un déficit público del 11 % y en un déficit de cuenta corriente del 10 %... No creo que eso sea
austeridad, creo que es otra cosa. Ningún país puede vivir -y menos en el marco de la unión monetaria- con un déficit público del 11 % y con un déficit corriente del 10 %, es imposible. Eso lo puede hacer un país que esté en un marco distinto,
pero un país como España, que está dentro de la unión monetaria, tiene que aplicar sus reglas y no creo que nadie esté defendiendo que España salga de la unión monetaria, con lo cual, ese ajuste yo no lo llamaría austeridad. Eso no es austeridad,
es otra cosa. Es un ajuste a la realidad económica que España debe cumplir de modo necesario si quiere mantenerse en la unión monetaria. Eso es así de sencillo.


Ahora iría a unas cuestiones particulares. El señor Garzón ha hecho un comentario muy interesante porque es un tema importante. El riesgo de una nueva burbuja financiera. No quiero predecir nada ni quiero ser alarmista en absoluto, pero
el mundo entero -no solo España sino todo el área euro y el conjunto de países desarrollados, incluyendo Estados Unidos, el Reino Unido y la zona euro- está viviendo una época de un enorme volumen de liquidez. Naturalmente eso, que seguramente ha
sido la forma de frenar la gravísima crisis que empieza en el año 2008, tiene también sus problemas. Nada es gratis en esta vida. De forma que haber generado esa enorme cantidad de liquidez también tiene sus problemas y efectivamente es un tema
del que ahora se habla en los foros internacionales en reuniones a las que asisto en diversas instituciones y es un problema. No creo que estemos en esa situación, pero hay un riesgo potencial en relación con la enorme masa de liquidez que existe
en el mundo y con la necesidad de que eso se corrija, porque antes o después hay que corregirlo, eso es indiscutible. No creo que estemos en una burbuja pero hay un riesgo, aunque no sea muy grande, de que vuelva a haber un riesgo de ese tipo en
cuanto a los precios de los activos financieros.


Querría mostrar mis matizaciones sobre la relación entre competitividad y costes laborales. Naturalmente, la capacidad de competencia de una empresa no depende solo de sus costes laborales, esto es una verdad clarísima, pero desconectar por
completo la evolución de los costes laborales unitarios y la competitividad, verdaderamente no tiene sentido. Es algo indiscutible que en España -que es el caso que conocemos mejor-, entre el año 2001 y 2008, de modo sistemático, los costes
laborales unitarios crecen más deprisa que los alemanes y que los de la media europea, con diferencia. Ese es uno de los factores que nos lleva a un déficit corriente del 10 % del PIB. La competitividad no depende solo de los costes laborales, por
supuesto que no, es evidente, pero sí de modo muy importante de los costes laborales. Creo que eso es una verdad, a mi entender, indiscutible. Un país no puede mantener su competividad frente al exterior si no controla la evolución relativa de sus
costes laborales. Me parece que es una verdad muy clara.


La reforma fiscal. Como he dicho en mi intervención, y también lo comenta el informe anual, en el Banco de España estamos muy de acuerdo con el informe del comité de expertos y con lo que ha dicho



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el Fondo Monetario, no tenemos una opinión original sobre el tema. Nos parece, efectivamente, que somos un país donde hay que tratar mejor fiscalmente el trabajo y las rentas de capital, porque eso es lo que favorece el crecimiento;
creemos que hay que incrementar la imposición indirecta, somos el país que menos recauda en imposición indirecta del área euro, no sé si el que menos o uno de los que menos; en definitiva, hay que hacer un ajuste fiscal que mejore el ahorro, que
estimule el ahorro y trate mejor el trabajo y las rentas del capital, y eso pasa de alguna forma por retocar la imposición indirecta, porque es muy importante que ese ajuste fiscal no amenace la consolidación y el cumplimiento de los objetivos de
déficit con la Unión Europea.


Querría dar una respuesta muy rápida -al final hablaré de desahucios o hablaré de protección al consumidor- en relación con una observación del señor Anchuelo. Yo le diría que, si bien es cierto que hace dos años, cuando yo comparecí aquí
por primera vez, en julio de 2012, había algunas tensiones o ciertas tensiones en el Banco de España en relación con los inspectores, yo le puedo decir, y creo que nadie me va a desmentir, que eso ha desaparecido por completo, esa situación se ha
resuelto de modo absoluto y nuestro cuerpo de inspectores está participando en este momento con absoluta dedicación y con todo entusiasmo en todo lo que es la puesta en marcha del SSM. Como seguramente sabe, el Banco de España y sus inspectores
estamos teniendo una participación muy importante en la puesta en marcha del SSM. Son noticias públicas, no cuento ningún secreto: de los cuatro directores generales hay uno español, nuestro antiguo director de supervisión; de los subdirectores,
hay 2 personas que vienen del Banco de España; en total de los 109, a día de hoy, porque estas cifras cambian todos los días porque esto está en marcha, de los 109 -directores generales, subdirectores, jefes de departamento, división y asesores,
son 109-, hay 30 españoles, y todos ellos salvo uno o dos vienen del Banco de España. Me parece que es una demostración clara de la calidad y de la entrega de nuestros inspectores. De forma que en este momento le invito a que venga al Banco de
España a preguntar qué tensiones hay. No hay ningún problema en este momento, es todo lo contrario, están realmente participando con enorme interés y enorme dedicación y enorme trabajo en esta nueva tarea tan importante para nosotros.


Los consumidores y las hipotecas. Sobre hipotecas el Banco de España ha publicado hace muy poco su estadillo donde se completa ya todo el año 2013, y más no podemos hacer en cuanto a esfuerzo de transparencia, lo publicamos en la página web
del Banco de España, la última es del 28 de enero, comprende todo el año 2013 y ahí hay mucho detalle de lo que nosotros podemos hacer. Esta estadística que ahora era un poco excepcional, como es ya rutinaria, es ya rutina estadística, la vamos a
incluir de modo rutinario, de modo ya permanente, en el boletín estadístico del Banco de España. En cuanto a transparencia en materia de ejecuciones hipotecarias no podemos ir más lejos, esto es lo que nos da la banca.


En materia de reclamaciones, yo creo que efectivamente es un tema muy importante. Últimamente, el Banco de España ha reformado y reforzado nuestro departamento de reclamaciones, esto también está publicado en la página web del Banco de
España. Realmente la avalancha de reclamaciones ha sido enorme. Como se recoge en el informe anual, en sus páginas 139-140, el año pasado recibimos exactamente 35.185 reclamaciones cuando el volumen normal venía siendo de 9, 10 o 12. El Banco de
España, con sus medios habituales, se ha encontrado ante la incapacidad de hacer frente a esta masa enorme de reclamaciones. Por tal razón hemos hecho un concurso para que una firma de abogados nos ayude a gestionar esta enorme cantidad de
reclamaciones, lo que no quiere decir, como alguna vez se ha dicho, que hemos dado la decisión sobre estas reclamaciones a esta firma de abogados. ¡Nada más lejos de la realidad! Esta firma nos ayuda en la tramitación, en la organización y en la
clasificación de esa enorme masa de reclamaciones, que son del orden de cien al día por día natural, pero por supuesto que esa firma no toma ninguna decisión, las decisiones son del Banco de España. Este tema es muy importante.


El Banco de España es partidario de que la banca tome un papel más activo en esto. Hay modelos en el extranjero, por ejemplo, el modelo británico, que a nosotros nos interesa mucho, y en el que la banca asumiría un papel más protagonista y
más activo en esta materia. Vamos a hablar con la banca y a mejorar nuestra actividad todo lo posible. Pondremos los medios que podamos poner, pero creo que la banca tiene que mostrar más interés y comprometerse más en el tratamiento con los
consumidores. Es un tema muy importante y vamos a hacer lo posible para que, en colaboración con la banca y las entidades de crédito, esto sea factible.


En cuanto a las fundaciones y en relación con el comentario del señor Larreina, he de decir que estamos preparando esa norma. Como todos sabemos, hay tensión en el asunto del fondo de reserva de las fundaciones, asunto que estamos
estudiando, si bien no hay todavía una decisión al respecto.



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En cuanto a los stress test, quiero reiterar que estamos tranquilos, que nuestra banca está bien preparada, pero que esto no está acabado y hay que esperar hasta el último momento para estar seguros de la situación. Nosotros lo vemos con
tranquilidad, nuestra banca ha pasado unas pruebas muy duras y ha tenido una gran capacidad de adaptación y pensamos que las cosas van a ir bien.


Querría también aclarar que el hecho de que tanta parte de la banca española pase a la supervisión unificada europea y que en volumen el número de entidades de otros países que pasen sea menor no ha dependido de ninguna influencia política,
sino que en el BCE se han establecido unos criterios, unos baremos, y los bancos que pasaban esos baremos entraban en la supervisión única y los que no, no. No es un tema de influencia política, sino de tamaño de entidades. En España ha habido,
como todos sabemos, una gran consolidación bancaria que ha provocado que el tamaño sea muy grande y que muchas empresas bancarias, muchos bancos, entren en el mecanismo único. Pero, insisto, no ha sido resultado de juegos políticos en absoluto, ha
sido un juego aritmético más que otra cosa.


No querría acabar sin aludir a algo a lo que se han referido todos o casi todos los portavoces, que son las responsabilidades del Banco de España en la crisis. Con permiso del presidente, y si tenemos tiempo, puedo leer algunos párrafos de
lo que dije en mi primera comparecencia aquí en el año 2012. En primer lugar quiero decir que nadie es más consciente de los problemas que ha habido que el Banco de España. En esa intervención yo dije cosas como que evidentemente no podemos
atribuir toda la responsabilidad por el deterioro de la confianza en nuestro sistema bancario a la coyuntura internacional o a nuestra recesión. Yo decía: Voy a entrar ahora en un terreno que sé bien que es delicado y que me expongo a ser
malinterpretado: lo ocurrido en nuestro sistema financiero desde el punto de vista de supervisión y de las responsabilidades del Banco de España. En los años de la burbuja inmobiliaria y financiera, que acaba en 2008, existía una especie de
euforia no solo en España, que llevaba a no ver o a no querer ver los riesgos que se estaban acumulando. Era como si nadie quisiera prever escenarios de recesión, de subidas de tipos de interés o de colapsos de financiación. Podemos concluir que
se actuó con poca decisión o de modo insuficiente o inadecuado. Me refería a que las fusiones frías, los SIP, quizá no hayan dado el resultado que se estimaba. También decía que la provisión anticíclica que inventó el Banco de España y que se
enfrentó a muchas dificultades de todo orden en el área internacional ayudó a paliar la crisis, pero no a resolverla porque la crisis fue demasiado grave, aparte de que, como se ha mencionado, el banco tuvo enormes dificultades en que esa provisión
fuese aceptada internacionalmente.


Hay otro párrafo en que yo decía que muchos estarían de acuerdo en que el defecto principal de aquella norma -la norma anticíclica- era su timidez y su insuficiencia para contener el crecimiento excesivo de crédito. Decía: Quizá el Banco
de España tenía que haber sido aún más heterodoxo de lo que entonces le acusaban que era. Luego yo afirmaba que realmente nadie previó la segunda recesión y después decía: Hay que reconocer que en el Banco de España no tuvimos éxito en lo que
ahora se llama supervisión macroprudencial. No nos enfrentamos, con una decisión que ahora entendemos que hubiera sido necesaria, al gran aumento de nuestro endeudamiento y después a la contención y corrección del fortísimo deterioro en sus
balances bancarios, consecuencia del estallido de la burbuja y de la recesión. El hecho de no ser el único supervisor europeo al que puede hacerse este reproche no es un consuelo.


Quiero decir entonces que el Banco de España es totalmente consciente, yo creo que más que nadie, de los problemas que se produjeron y de las insuficiencias que pudo haber en la supervisión bancaria. También tengo que decir -no quiero
polemizar con nadie y con todo el respeto para todas las personas, por supuesto- que simplificar la crisis española en los errores del Banco de España realmente es poco útil y explica muy poco las cosas. Si medimos lo que uno se equivoca y uno no
se equivoca, hay que medirlo de alguna forma porque, si no, estamos en un terreno muy subjetivo. Si intentamos objetivizar esta cuestión -cómo medir los errores de un supervisor-, se pueden medir viendo qué le ha costado a ese país resolver los
problemas, qué ha costado en cada país. Aquí tengo una estadística reciente de la Comisión Europea, no es del Banco de España, es una estadística oficial del Banco de España y existe una tabla donde se recoge lo que ha costado en cada país. Es una
tabla que lleva por título, es verdad que solo incluye del año 2008 hasta el año 2012, Total 2008-2012 recapitalisation and asset relief, recursos públicos invertidos en recapitalización y en alivio de activos o en tratamiento de activos. Voy a
leer algunas cifras. Alemania se gastó en este concepto 144.000 millones de euros; Irlanda, 65.000, y es un país mucho más pequeño; Grecia, 37.000; España, 88.000 e Inglaterra, 123.000. En términos de PIB, que también es muy importante, por
supuesto, tenemos que Bélgica se gastó el 10,7 % del PIB, Irlanda -simplemente estoy leyendo este cuadro- el 40 %, Grecia el 19 %, Portugal se gastó el 6 % y España se gastó el 8,4 %. En resumen, si medimos los errores de supervisión por lo que ha
costado el rescate,



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tenemos que realmente no estamos tan lejos ni de la media europea ni del conjunto de otros países que han decidido gastarse, tanto en proporción de PIB como en cifras absolutas, cantidades muy superiores. Esta tabla pone las cosas en su
sitio y no es necesario elaborar mucho más. Simplemente atribuir a los errores del Banco de España en aquellos años la magnitud de nuestra crisis es realmente una simplificación, insisto, muy poco útil.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor gobernador. (El señor Gómez Sánchez pide la palabra).


Señor Gómez.


El señor GÓMEZ SÁNCHEZ: Solo una aclaración para el señor Pujalte ya que ha insistido en lo que ocurría en una época en la que fui ministro. Yo insisto ahora en una época en la que soy portavoz de economía del Grupo Socialista y lo que he
dicho -por cierto, conviene aclarar que 350.000 fueron los empleos perdidos en el 2011- es que se perdieron 900.000 en el 2012 y se perdieron otros 300.000 en el 2013, y que teníamos una tasa de cobertura del 70 % en el 2011 y que la tenemos hoy, en
términos reales, en el 40 %, y que había 11 millones de trabajadores con convenio colectivo en el 2011 y que hoy hay 7 millones. No lo digo yo, lo dicen las estadísticas, las buenas estadísticas, por cierto, del Ministerio de Trabajo. Así es que,
señor Pujalte, yo no me encontré siendo ministro con Alicia en ningún momento -la del país de las maravillas-, pero siendo portavoz de economía del Grupo Socialista sigo sin encontrarla y espero encontrarla algún día, ojalá que sea pronto.


El señor PRESIDENTE: En cualquier caso le quiero decir que lo de las alusiones afortunadamente en esta Comisión no se suele pedir porque el nivel que hay no ataca entre los portavoces ni el decoro ni la dignidad; en este caso era una
inexactitud, al parecer, lo que quería aclarar el señor Gómez. (El señor Martínez-Pujalte López pide la palabra).


Señor Martínez-Pujalte, puede contestar.


El señor MARTÍNEZ-PUJALTE LÓPEZ: Señor presidente, no creo que don Valeriano Gómez tenga ninguna duda respecto al aprecio que le tengo y a lo que pienso de él. Lo único que he dicho es que cuando él empezó a ser ministro en España había,
en el tercer trimestre del 2010, 13.819.000 ocupados y cuando él dejó de ser ministro, en el cuarto trimestre del 2011, había 13.153.000, 700.000 menos y había 4,5 millones de parados cuando él empezó -según la estadística del INE- y, en el cuarto
trimestre del 2011, 5.287.000. Son cifras del INE. Pero con esto no quería decir que él tuviera la intención de crear un solo puesto de trabajo menos o un parado más, sino que las circunstancias económicas de ese momento eran las que eran, de un
crecimiento exponencial de los puestos de trabajo. Pero, señor presidente, afortunadamente se adelantaron las elecciones de marzo de 2012 a noviembre de 2011, los ciudadanos dieron otra mayoría y no era más que un mero elemento comparativo, para
nada censurar la actividad del señor Gómez al frente del Ministerio de Trabajo; lo que sí es evidente es que, según mi apreciación, hoy estamos algo mejor que entonces.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias al señor gobernador.


Se levanta la sesión.


Eran la una y cincuenta minutos de la tarde.