Argitalpenak

DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 378, de 16/07/2013
cve: DSCD-10-CO-378 PDF



CORTES GENERALES


DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS


COMISIONES


Año 2013 X LEGISLATURA Núm. 378

CULTURA

PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. JUAN MANUEL ALBENDEA PABÓN

Sesión núm. 16 (extraordinaria)

celebrada el martes,

16 de julio de 2013



Página


ORDEN DEL DÍA:


Comparecencia del señor subsecretario de Educación, Cultura y Deporte (Benzo Sáinz), para informar sobre la política en materia de tauromaquia. A propuesta del Gobierno. (Número de expediente 212/001003) ... href='#(Página2)'>(Página2)



Página 2





Se abre la sesión a las once de la mañana.


El señor PRESIDENTE: Vamos a dar comienzo a la Comisión, que tiene un único punto del orden del día, que es la comparecencia del subsecretario de Educación, Cultura y Deporte, don Fernando Benzo, para informar sobre la política en materia
de tauromaquia.


Dándole la bienvenida y sin más preámbulos, tiene la palabra el señor subsecretario.


El señor SUBSECRETARIO DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTE (Benzo Sáinz): Comparezco hoy ante ustedes como el alto cargo del Gobierno que tiene asumidas las competencias en materia de asuntos taurinos dentro del Ministerio de Educación, Cultura
y Deporte, con la finalidad fundamental de manifestar el apoyo de nuestro ministerio a la iniciativa legislativa popular que 590.000 ciudadanos han puesto en marcha para que la fiesta de los toros sea reconocida por este Parlamento como patrimonio
cultural. Yo creo que esta iniciativa tiene un enorme valor por muchas razones. En primer lugar, tiene un enorme valor por su propia naturaleza, es decir, porque no viene propuesta ni por el Gobierno ni por ningún grupo parlamentario, porque viene
propuesta directamente por los ciudadanos. Tiene valor también porque, salvo que me equivoque, creo que es la primera iniciativa legislativa popular admitida a trámite que se centra en el reconocimiento de un fenómeno cultural. Por ello, yo creo
que lo que se está debatiendo no solamente tiene un valor jurídico o político, sino que realmente tiene un valor histórico y social.


Dividiré en varios bloques mi intervención. En todo caso, la primera cuestión que querría analizar es cuál es la causa última de esta iniciativa. En mi opinión, la causa principal es que la ciudadanía española en su gran mayoría considera
la tauromaquia como parte de su identidad cultural y de una tradición de conocimientos, de actividades y de manifestaciones culturales comunes a una inmensa mayoría de los pueblos y de las ciudades de nuestra geografía. Lo primero que hay que
afirmar para intentar situar en su adecuada dimensión a la tauromaquia es que la misma no es ni mucho menos un fenómeno cultural menor ni minoritario. Según las estadísticas taurinas oficiales que publica el Ministerio de Educación, Cultura y
Deporte, en el año 2012 se celebraron en España 1.997 festejos taurinos reglados. La asistencia a estos espectáculos supuso un 8,5% de la población, es decir, aproximadamente 4 millones de personas. Si a ello añadiésemos las personas que también
asisten a festejos de carácter no reglado pero que giran en torno a la figura del toro, nos encontraríamos con que indudablemente existe un apoyo social, un auténtico interés por la tauromaquia entre los ciudadanos de nuestro país y también entre
los extranjeros que nos visitan. Esa es la primera afirmación a la hora de fijar esa dimensión de la tauromaquia. La tauromaquia hoy en día es un fenómeno con un gran arraigo popular, con un considerable respaldo y con una presencia en sus eventos
muy superior incluso a la de otras manifestaciones culturales.


El segundo aspecto al que quería hacer una rápida referencia para centrar cuál es la magnitud de la tauromaquia es su dimensión de industria cultural. Proteger la tauromaquia no es solamente proteger una manifestación cultural, es también
proteger una industria con un volumen económico y de negocio de la máxima relevancia, una industria de la que forman parte actualmente 9.501 profesionales oficialmente registrados, 1.398 empresas ganaderas de reses de lidia y 43 escuelas taurinas, a
lo que deberían añadirse las empresas organizadoras de los festejos y la interrelación que existe con la industria turística y con la industria alimentaria. Por tanto, el volumen de negocio, el volumen de puestos de trabajo y el volumen de capital
que conforman la tauromaquia la convierten de hecho en una de las principales industrias culturales de nuestro país, con ingresos sensiblemente superiores a otras industrias culturales.


El tercer elemento al que me gustaría hacer referencia y que también nos permite completar esa visión de lo que es la tauromaquia es su importancia ecológica. Gracias a la tauromaquia se ha preservado y protegido la riqueza genética del
toro de lidia, garante a su vez de la preservación de un ecosistema único en el mundo como es la dehesa, un auténtico ejemplo de biodiversidad. Las tradiciones vinculadas a la cría del toro de lidia son, por tanto, también parte de nuestra
tradición cultural. Por tanto, como punto de partida yo creo que estos tres elementos definidores de la tauromaquia -en primer lugar, su dimensión e implantación social; en segundo lugar, su carácter de industria cultural y, en tercer lugar, su
dimensión ecológica- constituyen, a mi juicio, elementos objetivos e irrefutables de la trascendencia y de la envergadura del fenómeno taurino y nos permiten entender que no hablamos en absoluto de una cuestión menor.


Estamos, por tanto, ante una realidad indiscutible, y es que la tauromaquia es riqueza, y sobre todo y muy especialmente la tauromaquia es riqueza cultural. Ello nos lleva a una segunda cuestión, que es en realidad la pregunta clave que
subyace en esta iniciativa legislativa popular y la pregunta que ha inspirado, que ha sobrevolado sobre todas las comparecencias que sobre esta cuestión ha habido en esta Comisión.



Página 3





A la postre, la pregunta es muy simple: ¿es la tauromaquia cultura? A esa pregunta, a pesar de que han comparecido ya expertos sin duda con mucho mejor conocimiento y fundamento del que yo pueda aportar, permítanme que ofrezca también
algunas reflexiones. Con carácter general me gustaría decir que se puede estar a favor o en contra de los toros, pero a mi juicio lo que es importante es que ambas posiciones deben basarse en un debate de naturaleza puramente cultural, no creo que
deban basarse en un debate político. La distorsión del debate se produce, a mi juicio, cuando la tauromaquia se quiere convertir en argumento ideológico, en arma política, en símbolo identitario o en instrumento de confrontación partidista. Esa es
la gran distorsión. Ya sea a favor o en contra, los argumentos a esgrimir deben quedar al margen de una mera confrontación partidista porque honestamente creo que lo contrario a eso distorsiona el debate, nos conduce a una trampa en la que ya no
nos aproximamos a la tauromaquia como ese fenómeno cultural que es, sino como un elemento más de la reivindicación o la autoafirmación política, partidista o identitaria. Sinceramente, creo también que eso no es justo ni correcto a la hora de
afrontar honestamente un debate sobre la tauromaquia y sobre el fenómeno taurino. Como ya se ha dicho en anteriores ocasiones, el debate no puede ser si la tauromaquia es de derechas o de izquierdas, si la tauromaquia es nacionalista o
antinacionalista o si la tauromaquia es un símbolo de una determinada identidad política o no. La pregunta, insisto, es si la tauromaquia forma parte o no de nuestro patrimonio cultural común y, como tal, cómo y en qué medida debemos y podemos
protegerla y fomentarla.


Al margen de esa necesaria despolitización de la cuestión y estando como estamos en sede parlamentaria, yo creo que es interesante recordar qué grupos políticos han defendido ese carácter cultural de la tauromaquia y, por tanto, qué nivel de
consenso hay en esta cuestión. Permítanme subrayar en este sentido que no solo desde el actual Gobierno defendemos esa consideración de la tauromaquia como cultura, ese planteamiento ya ha sido consagrado anteriormente, ya fue consagrado, ya fue
reconocido por el anterior Gobierno del Partido Socialista. El actual jefe de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, en su anterior responsabilidad como ministro del Interior, ya afirmaba que el Gobierno del entonces presidente José Luis Rodríguez
Zapatero estaba totalmente de acuerdo -cito literalmente- en que las competencias sobre los toros fueran trasladadas del Ministerio del Interior al Ministerio de Cultura, y así se lo manifestó a los representantes del sector en una reunión que
mantuvo con ellos el 13 de octubre de 2010. Anteriormente, la también entonces ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, indicó el 27 de julio de 2010 que los toros -también cito literalmente- son cultura y que tienen pleno sentido y vigencia
como arte de representación de la vida y como -una frase especialmente acertada y bonita- un ritual que nos enfrenta a dilemas de la existencia muy profundos. Esta decisión a favor del carácter primordial de cultura en la tauromaquia se reflejó
además en el Real Decreto 1151/2011, de 29 de julio, en el que se afirmaba en su exposición de motivos que el Gobierno anterior entendía -también es cita literal- la tauromaquia como una disciplina artística y un producto cultural y que, por tanto,
las competencias del Estado en orden a su fomento y protección tienen su correcta ubicación en el Ministerio de Cultura, algo que así se ha mantenido con el actual Gobierno en cuanto que, como ven, las competencias taurinas residen en el actual
Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.


Pues bien, está claro que existe un consenso mayoritario en su consideración de patrimonio cultural, en términos al menos puramente parlamentarios una abrumadora mayoría así lo considera, una mayoría que no solo la forma el actual grupo
parlamentario mayoritario, sino también el principal grupo de la oposición y aquellos otros grupos que en su momento han dado su apoyo a la tramitación de esta iniciativa legislativa popular. En definitiva, la tauromaquia no está contemplada ya ni
por el actual Gobierno ni por el anterior ni por diferentes grupos parlamentarios como un mero espectáculo más. Se trata de una manifestación cultural del pueblo español de muy honda tradición reconocida como disciplina artística, porque el toreo
cumple con todos los requisitos para engrosar la lista de las llamadas bellas artes. Aunque sea un detalle menor, buena prueba de ello, desde el punto de vista de la Administración, es que desde hace ya muchos años cuando se conceden las medallas
de Bellas Artes se concede medalla a una personalidad del mundo taurino y también refuerzo de ese tratamiento semejante al de otras bellas artes es el hecho de que desde este año se ha convocado y se ha fallado por vez primera el Premio Nacional de
Tauromaquia. Por cierto, aunque sólo sea por curiosidad, quisiera aportar un dato al respecto de la vinculación de la tauromaquia con la cultura. En la encuesta de hábitos culturales 2010-2011 a la que antes he hecho referencia, se constata que
existe una fuerte interrelación entre la asistencia a los toros y otras actividades culturales. Así, en dicha encuesta se pone de manifiesto que el colectivo de la población que asiste a espectáculos taurinos visita más los museos, lee, asiste al
teatro y acude a conciertos de manera mucho más asidua que el resto de la población, entre 6 y 11 puntos porcentuales más que la



Página 4





media. Digo esto simplemente porque rompe radicalmente con un tópico interesado que dibuja con un trazo grueso cómo es el aficionado taurino. El aficionado taurino no es ni minoritario ni avejentado ni de escaso nivel cultural. El público
que asiste a la fiesta de los toros es un público culto que tiene un mayor interés también por otras manifestaciones culturales además de las taurinas.


Admitida así la naturaleza cultural de la tauromaquia, el siguiente paso en mi reflexión se centra en apuntar qué supone ese reconocimiento, esa naturaleza, en términos puramente jurídicos. Pues bien, en primer lugar, hay que acudir al
preámbulo de la Constitución, donde literalmente se dice que, en uso de su soberanía, la nación española proclama su voluntad de proteger a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de sus derechos humanos, sus culturas y tradiciones,
lenguas e instituciones. Ello se liga con el artículo 44 de la Constitución cuando consagra el derecho de todos al acceso a la cultura. El ejercicio de ese derecho hay que vincularlo a una idea fundamental en el debate que estamos manteniendo, que
es la idea, el principio, de la libertad. La libertad real, la libertad en su más pleno sentido, parte del respeto, respeto por igual a los argumentos de los detractores y de los defensores de la tauromaquia, pero respeto por encima de todo a la
innegable riqueza de un patrimonio cultural que debe descargarse de prejuicios y lastres ideológicos, de instrumentalización y de una utilitarista demagogia simbólica para devolverle en su plenitud, desprovista de tantas distorsiones, su auténtica
riqueza. El principio más elemental, más primario, que debe regir toda manifestación cultural, no sólo la tauromaquia, es la libertad, porque privar de libertad a cualquier manifestación artística, a cualquier manifestación cultural, es privarla de
su propia esencia, es transformarla y pervertirla para convertirla exclusivamente en un eslogan, en un mero panfleto. Cualquier manifestación cultural cuando se infecta de tentaciones radicales o de tentaciones adoctrinadoras o simplemente se
transforma en un argumento electoralista o en un pretexto propagandístico pierde de inmediato su identidad natural. Por ello, la tauromaquia, como cualquier otro arte, debe respirar en libertad, porque la cultura nunca debe ni prohibirse ni
imponerse. Desde el poder político lo que hay que hacer con la cultura es fomentarla y protegerla, y sólo desde la libertad y una vez contemplada, como digo, en toda su riqueza, hay que aceptar cada juicio individual, respetando por igual a quien
aprecia su belleza y a quien opta por el rechazo, del mismo modo que cualquier otra expresión cultural despierta el elogio o la crítica, despierta el aprecio o el desprecio. Ese aprecio o desprecio a la tauromaquia, respetables insisto tanto el uno
como el otro, deben sentirse, deben expresarse, deben sustentarse en criterios artísticos y culturales, no en argumentos ideológicos o políticos.


Retomando la idea que antes he expresado, la responsabilidad que tienen los poderes públicos de proteger y fomentar la cultura, querría como tercer eje de esta intervención describir, al menos en líneas generales, las acciones que está
llevando a cabo el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte en relación con ese deber de fomento y protección de la tauromaquia. Con ello, no me desvío del objeto del debate, no me desvío del tratamiento de la iniciativa legislativa popular que
es el objeto de esta Comisión, por cuanto entiendo que la política pública que estamos desarrollando desde el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte en realidad complementa y refuerza recíprocamente el contenido de esta iniciativa legislativa
popular y, por tanto, ambas líneas de acción están íntimamente vinculadas. La Ley 10/1991, de 4 de abril, sobre potestades administrativas en materia de espectáculos taurinos, establece que la Administración General del Estado podrá adoptar medidas
destinadas a fomentar y proteger las actividades a las que se refiere la presente ley, en atención a la tradición y vigencia cultural de la fiesta de los toros. A tales fines precisamente se han orientado las principales medidas ya tomadas desde el
ministerio y que intentaré narrar lo más brevemente posible.


En primer lugar, se ha llevado cabo la reactivación de la Comisión Consultiva Nacional de Asuntos Taurinos, que se reunió por primera vez el pasado 25 febrero tras nada menos que catorce años sin haberse reunido. En la misma, se propuso la
suma de esfuerzos entre las diferentes administraciones públicas y los principales actores del sector en la búsqueda de medidas que actualicen, protejan y promuevan la tauromaquia. En este sentido, lo que se aprobó fundamentalmente fue la puesta en
marcha de los trabajos dirigidos a la elaboración de un plan nacional de fomento y protección de la tauromaquia, que deberá ser presentado al pleno de la comisión antes de finales de 2013 y que en este momento, si sus señorías así lo quisieran, me
ofrezco para presentarlo ante esta Comisión. Con ese fin, el pasado 6 junio se publicó en el Boletín Oficial del Estado la orden ministerial por la que se modifica el reglamento de organización y funcionamiento de la Comisión Consultiva Nacional de
Asuntos Taurinos, en la que se refuerza la figura de la comisión ejecutiva para hacer más dinámico y más operativa la puesta en marcha de estas medidas y de estas políticas públicas que queremos desarrollar. En la reunión de la nueva comisión
ejecutiva, que pude presidir el pasado 10 de mayo y en la que participaron representantes de las



Página 5





comunidades autónomas, de la Federación Española de Municipios y Provincias y de los sectores del mundo del toro, se acordó a su vez la creación de cinco grupos de trabajo específicos para abordar los problemas más demandados por los
diferentes sectores profesionales y que ya han empezado a funcionar. Esos grupos de trabajo acordados son los siguientes. Primero, un grupo para la reforma de la normativa taurina. Segundo, un grupo para el análisis económico de la fiesta.
Tercero, un grupo para la elaboración de un código de recomendaciones sobre la redacción de pliegos de contratación y la ejecución de los mismos por las empresas adjudicatarias. Cuarto, un grupo para el estudio de una nueva regulación de las
escuelas taurinas y, quinto, un grupo sobre comunicación en materia taurina. En todos los grupos están representados todos los agentes, todos los actores del sector taurino, están representadas las comunidades autónomas y, evidentemente, la
Administración General del Estado. Como digo, el fruto del trabajo de estos grupos dará como resultado ese plan nacional de fomento y protección de la tauromaquia al que antes me refería. Esa es la estrategia y, por tanto, el camino que ha
diseñado nuestro ministerio para asumir la competencia que tiene atribuida en asuntos taurinos.


Dicho esto, quiero a continuación centrarme en el texto de la iniciativa legislativa popular que, al final, es lo que motiva mi comparecencia en esta Comisión. Como ya he afirmado en mis primeras palabras en esta intervención, el Ministerio
de Educación, Cultura y Deporte apoya por entero los objetivos enunciados en esta iniciativa legislativa popular por los motivos que he venido exponiendo. No obstante, también es cierto que, con el fin de garantizar el mejor logro de dichos fines,
quisiera realizar algunas consideraciones referidas directamente al texto de esta iniciativa legislativa popular y que buscan fundamentalmente su mejora jurídica. En primer lugar, considero que el nombre de tauromaquia, el concepto de tauromaquia,
entiende mejor que el de fiesta de los toros el objeto de protección y fomento que quiere proteger la iniciativa legislativa popular. La proposición de ley se refiere siempre a la fiesta de los toros, sin acotar si en este concepto se incluyen sólo
los espectáculos taurinos celebrados por profesionales del toreo o si se extiende al conjunto de los espectáculos taurinos y fiestas de toros con tradición en España, e incluso otros elementos importantes de la comúnmente denominada fiesta, como
puede ser la actividad de las escuelas de tauromaquia o la cultura y actividades profesionales y artesanales ligadas a la crianza del toro de lidia en el campo. Desde el ministerio consideramos que la tauromaquia comprende tanto los conocimientos
como las actividades que están vinculadas al toro y tanto desde el punto de vista artístico como desde el punto de vista creativo o productivo, incluyendo en este último sentido la crianza y selección del toro destinado a cualquier espectáculo
taurino y muy especialmente al destinado a la lidia en las corridas de toros. Así, entendemos que el concepto de tauromaquia no sólo incluiría todo lo referido a la corrida de toros moderna y al arte de lidiar, sino también toda manifestación
artística y cultural vinculada a la misma. Quisiera también destacar que este conjunto de conocimientos y actividades tienen un carácter de manifestación cultural inmaterial y, por tanto, debe ser encuadrado dentro de las medidas de protección
específicas de este tipo de bienes. El concepto de patrimonio cultural inmaterial es fundamental a la hora de definir de qué estamos hablando cuando hablamos de tauromaquia.


En segundo lugar, hay otra segunda apreciación en cuanto al texto de la iniciativa. Quisiera destacar que debe avanzarse en que la iniciativa legislativa popular sea absolutamente rigurosa con el reparto de competencias establecido en el
bloque de constitucionalidad, de tal manera que bajo el principio de colaboración entre todas las administraciones públicas establezca de manera taxativa y fundamentada las competencias que puede ejercer la Administración del Estado sobre la
materia. En este sentido, nosotros entendemos que es muy importante reforzar la naturaleza, la entidad de la Comisión Consultiva Nacional de Asuntos Taurinos. Es decir, lo que pretendemos es que dicha comisión se convierta en un auténtico foro de
debate de toma de decisiones, pero, sobre todo, de colaboración entre las diferentes administraciones implicadas. Como bien establece la doctrina del Tribunal Constitucional, en materia de cultura existe una competencia estatal y una competencia
autonómica, en el sentido de que más que un reparto de competencia vertical, lo que se produce es una concurrencia de competencias ordenada a la preservación y estímulo de los valores culturales propios del cuerpo social desde la instancia pública
correspondiente. Al Estado lo que le compete es la preservación del patrimonio cultural común, especialmente en aquello que precise de tratamientos generales o que hagan necesaria esa acción pública cuando el acceso a dicho patrimonio y el libre
ejercicio de la actividad cultural pudieran no lograrse, quedando así los ciudadanos desprotegidos. Por tanto, este elemento es fundamental. El diseño, no ya del contenido de la iniciativa legislativa popular sino de todas las medidas que se
pueden adoptar en esta materia, debe hacerse con rigor jurídico y con pleno respeto al bloque de constitucionalidad, al reparto constitucional de competencias en esta materia.



Página 6





Por último, y en tercer lugar, yo creo que el texto de esta iniciativa legislativa popular debería concretarse también en medidas; en medidas que supongan una apuesta de deberes, una asunción de compromisos, en medidas que puedan ser
encomendadas desde la propia iniciativa legislativa popular al Gobierno de la nación y, por tanto, también a la Administración, al Poder Ejecutivo, entre las que cabría enumerar las siguientes. En primer lugar, la posible aprobación de planes
estratégicos en materia taurina, como el plan nacional de fomento y protección de la tauromaquia que hemos puesto en marcha; en segundo lugar, la actualización de la normativa taurina a través de ese marco de colaboración que debe ser, como decía
antes, la Comisión Consultiva Nacional de Asuntos Taurinos; en tercer lugar, el impulso de normas y actuaciones que fomenten el principio de unidad de mercado, la responsabilidad social y la libertad de empresa en el ámbito de la tauromaquia, en
consideración a los beneficios económicos, sociales y medioambientales que esta actividad genera, y por ultimo, el impulso y fomento de todos aquellos mecanismos de transmisión de los conocimientos y actividades artísticas, creativas y productivas
que confluyen en la corrida de toros y en el arte de lidiar.


Concluyo ya, señorías. No quiero extenderme más, solo quiero decir que medio millón de ciudadanos han querido elevar a su Parlamento el debate sobre la riqueza cultural de la tauromaquia y el debate de la riqueza que representa la misma
para un país y el Gobierno no puede permanecer ajeno a ese debate. Desde el comienzo de esta legislatura, como he venido exponiendo, el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte viene trabajando en sentar las bases para fomentar y proteger de
manera efectiva una de las más antiguas y ricas manifestaciones culturales de nuestro país y lo hemos hecho -quiero insistir en ello- desde el respeto a dos principios fundamentales: en primer lugar, la libertad y la igualdad de todos para acceder
y para ejercer la tauromaquia sin injerencias innecesarias de los poderes públicos, y en segundo lugar, desde el respeto y la participación de todas las opiniones en el debate que sobre el buen ejercicio de la tauromaquia se ha generado en la
sociedad española. Decía Miguel de Unamuno en una de sus citas más célebres que la libertad que hay que dar al pueblo es la cultura. Pues bien, la tauromaquia es fundamentalmente cultura. El pueblo español ejercerá su libertad, ya sea asistiendo,
participando y fomentando la tauromaquia, o bien, si así el propio pueblo lo decide en el ejercicio de su libertad, dejando que esa cultura vaya desapareciendo. Los poderes públicos solo debemos intervenir para garantizar el derecho efectivo de
acceso a la cultura que libremente quieran los ciudadanos desde el respeto a sus derechos fundamentales.


Les deseo un bueno trabajo para mejorar en lo posible el texto de la iniciativa. Estoy a su disposición para aquellas cuestiones que se planteen. Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor subsecretario, por su brillante intervención.


Vamos a iniciar el turno de portavoces. Por el Grupo Mixto, tiene la palabra el señor Salvador.


El señor SALVADOR ARMENDÁRIZ: Señor subsecretario, en primer lugar, quisiera darle la bienvenida a esta Comisión y agradecerle sus palabras, su intervención y su comparecencia. He de decirle que no he encontrado en su exposición ningún
motivo de oposición como para poderle hacer alguna pregunta o crítica, porque yo comparto sus apreciaciones y su valoración positiva de la dimensión global del fenómeno del toro -de la fiesta del toro, de la tauromaquia como queramos llamarle- en su
versión cultural, social, económica, ecológica, laboral, medioambiental, etcétera. Por tanto, brevemente reiteraré algunas de las cosas que he ido diciendo en las comparecencias que han precedido a la suya. La primera es que comparto con usted que
el mundo del toro supone objetivamente un bien de interés cultural y que, por tanto, el Estado puede decidir declararlo así; cuando además son casi 600.000 ciudadanos los que nos piden que lo hagamos, pues creo que tenemos el derecho y la
obligación de debatirlo, de discutirlo y al final decidir si queremos que así sea. Mi opinión personal y la de mi partido es que lo hagamos así. Yo desearía en ese camino que pudiéramos llegar a un amplio consenso, no solo del partido que apoya al
Gobierno, sino de más grupos para que esta normativa que resulte de este estudio y de nuestra valoración pueda contar con el máximo apoyo de los grupos y así finalicemos este camino con una normativa -pongámosles comillas- constitucional. Usted lo
ha dicho en su intervención, pero a mí me gustaría decir dos cosas. En primer lugar, que evitemos las posibles causas de inconstitucionalidad que pudieran basar un recurso y que en las comparencias anteriores algunos grupos y comparecientes han
apuntado. No me extenderé porque seguramente le preguntarán sobre ellos. Y en segundo lugar, como usted decía, que encontremos una fórmula que sea armónica, respetuosa o compatible -llamémoslo como queramos- con las distintas legislaciones
autonómicas que hoy por hoy regulan el fenómeno o los espectáculos taurinos; distintas reglamentaciones tanto en seguridad, como en salud, etcétera. Así que yo más allá de agradecerle su



Página 7





intervención y las explicaciones que ha dado sobre el trabajo que a futuro hará la comisión consultiva o sobre los planes que esperan poner en marcha, que me parece interesante porque es verdad que más allá de la normativa el Gobierno
debería marcarse unos objetivos con medidas concretas, quería pedirle a los comisionados que intentemos llegar a un consenso y que no haya otros debates que no tienen que ver con este que nos despisten, que nos entretengan o que nos impidan trabajar
juntos en este tema, porque en este caso además tenemos el mandato explícito de esos casi 600.000 españoles que nos han pedido tomar una postura y regular este fenómeno para protegerlo y fomentarlo. En todo caso, quiero trasladarle una cuestión
personal, un cierto escepticismo, porque como usted decía muy bien en sus palabras finales, esto es una fiesta. Si es algo, es una fiesta y al final es el pueblo el que decide si le merece la pena, si le da un valor a todo esto de lo que hablamos,
de la tauromaquia, en función de la fiesta y de lo felices que nos hace poder disfrutar de esta fiesta, y son ellos los máximos no responsables, pero en fin..., si deja de vivir en el corazón del ciudadano, por mucho que nosotros intentemos darle el
oxígeno que a nosotros nos gustaría que tuviera, pues será inútil. Yo espero que con el esfuerzo, con el ánimo de la ciudadanía y con la inteligencia que nosotros podamos poner en la norma que finalmente resulte de aquí, hagamos de esta fiesta una
fiesta de la que nos podamos sentir muy orgullosos.


El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario de PNV, tiene la palabra el señor Agirretxea.


El señor AGIRRETXEA URRESTI: Señor subsecretario, quiero agradecerle también su intervención. Yo soy muy crítico con su intervención, soy muy crítico con la iniciativa popular y soy muy crítico con todo este tema porque me da la sensación
de que es todo una especie de montaje en torno a un tema, y lo digo desde el principio, tal y como dije cuando se presentó y se admitió a trámite en el Congreso la posición de mi partido. Este no es un debate de toros sí, toros no. No voy a entrar
en ese juego ni en esa dinámica en estos momentos. Aquí lo que me ha extrañado -aunque no me extraña a estas alturas- es que su intervención coincida plenamente con la iniciativa popular, porque el Gobierno si lo tenía tan claro podía haber
presentado él mismo también esta iniciativa y no sé por qué hasta ahora no ha sido así. Hay una pregunta que está por encima y que es la siguiente: ¿si en su momento Cataluña no hubiera legislado en torno a este tema se hubiera dado este paso o
hubiera quedado tal y como está desde un planteamiento de espectáculo taurino con la legislación existente y sin modificación alguna? No se puede hacer un debate en torno a un tema cuando lo que se quiere es otro. Me explico. Tanto su
intervención como la propia iniciativa popular -eso es lo que a mi grupo le hace estar en contra- parten de una premisa, y a partir de un supuesto hay una consecuencia lógica total y definitiva tal y como dice. Parten de un concepto que es que la
fiesta de los toros es un hecho cultural incuestionable. Lo dice con una afirmación rotunda que en un texto legislativo pocas veces he visto y, a partir de ahí -ya que da por hecho eso- hace una consecuencia lógica, es decir, si es un hecho
cultural incuestionable tiene que ser tratado como cultura; por lo tanto tiene que ser protegido; por lo tanto tiene que ser promocionado; por lo tanto no puede ser cuestionado porque es un tema cultural. Además, si es cultural, ha de ser
legislado por todos los poderes que tienen capacidad para legislar en materia cultural, esto es, no solamente las comunidades autónomas. Parte de un supuesto en el cual, en todo el enunciado, no hay ningún argumentario que demuestre que los toros
son un hecho cultural incuestionable. Puedo incluso estar de acuerdo en que lo sean o no, pero esa es otra cuestión. Se parte de una afirmación y esa afirmación después tiene la consecuencia lógica que reviste toda la iniciativa popular o toda la
primera parte.


Por otra lado, ustedes dicen que esto no es un tema identitario. Todo el preámbulo de esta iniciativa no es más que una afirmación identitaria de unos elementos culturales que los promotores ponen como comunes, con los cuales yo no me
siento en absoluto identificado, con conceptos que podemos ir desgranando de unidad, de bien cultural común, de hechos de la nación española, etcétera. Señala: carácter cultural indiscutible, acervo cultural común, actividad enraizada en nuestra
historia. ¿En la de quién?, ¿en qué historia?, ¿qué es enraizada? Podemos discutir de muchas cuestiones, afirmaciones que hacen ustedes o los autores de la iniciativa popular que en el fondo -me da la sensación- lo que pretenden es lo que he
dicho antes. Si no hubiera ocurrido lo que ha ocurrido en Cataluña seguramente no hubiera existido esta iniciativa popular y los toros hubieran seguido estando como un espectáculo, tal y como son, y a partir de ahí se hubiera legislado sobre la
base de lo que se está legislando. Mi grupo es crítico con los argumentos que utiliza la iniciativa popular porque yo personalmente sigo pensando que con las competencias, tal y como están en estos momentos distribuidas, en cada comunidad autónoma
es libre de poder legislar en torno a este tema. El asunto es: ¿cómo que en Cataluña no ocurre -digo Cataluña porque es dónde se ha dado este hecho-?, ¿cómo podemos hacer que Cataluña no pueda



Página 8





prohibir esto? Convirtiéndolo, de ser puramente un espectáculo festivo-taurino, en bien cultural por lo cual ha de ser protegido; por lo cual podemos nosotros también legislar en torno a este tema. El debate también ha surgido por ahí.


Una cuestión personal. No sé si hay muchos bienes culturales en el mundo que acaben con la muerte de un animal, pero no voy a entrar en el debate llamémosle animalista o ecologista o de si hay derechos humanos o derechos de los animales,
porque ese sería el debate de toros sí, toros no. Este no es ese debate y lo dije en su momento. Esto es si los toros son un bien cultural o no lo son. Incluso gente que puede estar a favor y que le gustan los toros puede defender que no son un
bien cultural, que son un espectáculo y que no tiene por qué ser considerado como tal sin necesidad de recurrir al concepto de bien cultural, porque eso incurre también en otras necesidades y en otras cuestiones que son las de que puede ser
legislado por otras instituciones administrativas -es decir, el Gobierno del Estado- y que a su vez tiene la obligación de ser promocionado, protegido, subvencionado, etcétera. Mi espíritu crítico con esta legislatura, que no cambia en absoluto con
la posición que mantuvo mi grupo en el momento en que se presentó, por tanto, no es una cuestión de que le haga o no preguntas sino de mostrar mi posición en torno a este tema. Quiero que quede claro que no es una cuestión de toros sí, toros no por
un planteamiento que hasta ahora se haya podido hacer, sino por qué surge esto, cuál es el objetivo de esta iniciativa popular. Me parece muy bien recurrir a que son 600.000 españoles los que la han presentado y por lo tanto eso tiene su
importancia. Claro que la tiene, pero siempre que lo presenten. Porque me acuerdo de una frase del señor Rajoy cuando dijo: son más los que no se han apuntado. Se trataba de una cuestión de otra índole, pero si nos vale para una cosa que nos
valga para todo. Tiene fuerza, tiene importancia y que las iniciativas populares la tienen, pero siempre, no solo cuando conviene.


Esta es la posición de mi grupo y supongo que será rebatida y criticada pero quiero que quede clara.


El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario de La Izquierda Plural tiene la palabra el señor Yuste.


El señor YUSTE CABELLO: Señor subsecretario, bienvenido a esta Comisión en su estreno, aunque parece que ya no va a ser la última vez. Esta comparecencia en realidad no es la primera suya sino la undécima del ciclo de comparecencias de
expertos. En ese sentido quiero expresarle la sorpresa de mi grupo por ese hecho; creía que iba a hablar sobre lo que estaba haciendo el Gobierno con respecto a la tauromaquia y ha venido a hablar exactamente de la iniciativa legislativa popular
que se está tramitando. Es un hecho sin precedentes que el Gobierno opine sobre una iniciativa legislativa popular que se está tramitando. No sé si comparece usted para fijar la posición del Gobierno porque no la fijaron bien los portavoces del
Grupo Popular o para corregir lo que otros no supieron defender la semana pasada con sus comparecencias, pero en todo caso la sensación que nos queda es que a partir de hoy queda claro que pasamos de una ILP a una ILPP o ILG, una iniciativa
legislativa del Partido Popular o gubernamental.


Ha empezado formulando una pregunta concreta: ¿forma parte o no de nuestro patrimonio cultural común la tauromaquia? Le quiero responder con toda claridad. A juicio de nuestro grupo parlamentario un espectáculo que consiste en torturar a
un animal hasta matarlo no tiene nada que ver con la Educación ni con la Cultura ni con el Deporte. Otra cosa -me dirá usted- es que haya obras artísticas que se han inspirado en las corridas de toros como se inspiran cada día en cualquier
actividad humana. Hay obras artísticas que se han inspirado en las corridas de toros, no se lo voy a negar; por supuesto que las hay y eso son obras artísticas y esas obras sí que forman parte de la cultura. Otra cuestión, si el constituyente
hubiera querido consagrar la tauromaquia en la Constitución española de 1978 lo habría hecho, y no lo hizo. Tengamos también ese dato en cuenta cuando estamos hablando de estas cosas. Hablaba usted de algunas cuestiones que está haciendo su
Gobierno y el Gobierno anterior, que ya sabemos que pensaba de estas cosas lo mismo que ustedes. Hablaba de la Medalla de Bellas Artes. Debe ser la Medalla de Bellas Artes entregada al mundo de la tauromaquia la única en la que un premiado de años
anteriores la rechaza porque no le gusta el premiado en años posteriores. -Eso dice mucho del gremio-. En todo caso me interesa más la mención que ha hecho al Premio Nacional de Tauromaquia. Lo pregunté el otro día y no se me ha respondido
-seguro que usted me lo sabe responder-, por qué ese Premio Nacional de la Tauromaquia está dotado con 30.000 euros en una flagrante discriminación con respecto a los premios nacionales verdaderamente culturales, como el Premio Nacional de
Literatura y otros que están premiados solo con 20.000 euros, discriminación que no logro comprender y que seguro que usted me sabe explicar. Fíjese si es actividad cultural la tauromaquia que, según ustedes, debe ser la única actividad cultural
cuya política no está gestionada por el secretario de Estado de Cultura, sino específicamente por



Página 9





el subsecretario que hoy nos acompaña, lo que es un dato relevante en cuanto a la anomalía cultural de esta actividad cultural que es la tauromaquia y que ustedes se empeñan en culturizar.


Antes de formularle una batería final de preguntas, quería matizarle sobre dos cuestiones a las que ha aludido. En primer lugar usted ha dicho que no es una actividad minoritaria, que los que acuden a estos festejos acuden a otros actos
culturales también. Según la última encuesta -usted tiene el dato ahí- solo el 8% de los encuestados reconoce haber asistido a algún festejo taurino en 2011, por consiguiente, no son grandes masas, un 8% es muy minoritario, e incluso está por
debajo del número de personas que han acudido a exposiciones, es decir, está en los puestos finales del ranquin de actividades. Respecto de la cuestión ecológica que usted planteaba, la semana pasada varios comparecientes demostraron que la dehesa
puede sobrevivir aunque no hubiera toros de lidia. Es más, llegaron a plantear la posibilidad de que los toros de lidia sobrevivirían aunque no hubiera corridas de toros, por lo tanto, estamos hablando de asuntos que al menos son todavía
discutibles. Querría preguntarle, señor subsecretario, cuántas veces se ha reunido usted en estos últimos meses con los promotores de la iniciativa legislativa popular, ¿ha negociado con ellos las líneas rojas del Gobierno con respecto del
contenido de esta iniciativa?, ¿ha negociado el contenido de las enmiendas que va a presentar el Grupo Popular con los promotores de la ILP? Sería bueno que respondiera con sinceridad a estas cuestiones para poder entender todo lo demás. Respecto
de la ILP a la que usted se ha referido, concretamente querría saber si tienen intención de corregir el preámbulo y específicamente los datos inexactos en materia económica que aparecen en el mismo, inexactos por exagerados, tanto los datos
económicos como de empleo. Le recuerdo que Carlos Núñez, el representante de la Mesa del Toro en esta misma sala la semana pasada reconoció que, como nosotros advertimos en el debate de toma en consideración, hablar de que el mundo del toro
aportaba el 2,4% al PIB nacional era una barbaridad, que estaríamos hablando aproximadamente del 0,001, por lo tanto, esa cifra debería ser corregible. Me gustaría que nos aclarara esa cuestión. Se habla de 200.000 empleos y yo pregunté si podrían
ser desglosados, pero los expertos que comparecieron no supieron responder a mis preguntas porque no tenían datos para aclarar esa cuestión. Me gustaría que usted nos dijera si todo el mundo del toro llega a esos 200.000 empleos.


La segunda cuestión respecto del contenido de la ILP es si van a corregir ustedes los problemas de inconstitucionalidad. Usted sabe que la mayoría de los juristas vinieron a coincidir en que la Administración General del Estado solo puede
declarar bien de interés cultural, saltándose competencias autonómicas, si el bien cultural a proteger es un servicio público, un patrimonio nacional o si está en riesgo de expoliación. Eso es lo que concluyeron la mayoría de los juristas; no es
el caso porque el señor Núñez, representante de la Mesa del Toro, ya advirtió que las corridas de toros no estaban heridas de muerte, ni mucho menos, sino que gozaban de buena salud, por lo que se ponía en duda ese riesgo de expoliación,
imprescindible para que pudiera ser declarado BIC por parte de la Administración General del Estado. La tercera cuestión es si su Gobierno va a proteger a los menores de edad en la línea de lo que apunta la legislación educativa en cuanto a que la
educación debe formar a las personas, a la infancia y a la adolescencia, a protegerlas de la violencia gratuita, etcétera. Es decir, si el Gobierno va a cumplir con eso porque parece que meter el mundo de la tauromaquia en los colegios -bueno, sí
que lo sabemos-, resulta normalmente contradictorio con los principios y valores que están consagrados en la legislación educativa. En cuarto lugar, ¿va a dispersar su Gobierno los escasos recursos destinados a la cultura para rescatar a la
tauromaquia?, ¿esa es la voluntad de su Gobierno? Espero, y concluyo ya, que cuando lleguen aquí otras iniciativas legislativas populares -no digo ya con medio millón de firmas como esta, sino quizá con muchas más, por ejemplo, con millones de
firmas, que defiendan justo lo contrario de lo que defiende esta- las respeten al menos igual, que las traten con el mismo cariño y con la misma delicadeza porque por higiene democrática sería lo deseable.


El señor PRESIDENTE: No sé si la señora Surroca aunque no ha estado presente desea intervenir.


La señora SURROCA I COMAS: Sí, señor presidente, voy a intervenir.


El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra.


La señora SURROCA I COMAS: Señor subsecretario, en primer lugar quiero disculpar mi ausencia y no haber podido seguir atentamente su exposición pues por problemas ajenos a mi voluntad no he podido estar presente al inicio de la Comisión.
Por ello, y también porque sería una falta de respeto formularle preguntas respecto de una exposición que usted ha realizado y que no he podido escuchar, simplemente me voy a limitar a marcar dos cuestiones. Me comprometo, como no puede ser de otra
manera, a leer



Página 10





atentamente su exposición y en todo caso ya tendremos ocasión de hablar de esta cuestión a lo largo de la tramitación parlamentaria de la iniciativa legislativa popular.


Por lo que me ha podido comentar algún compañero, usted ha hecho una defensa de esta iniciativa legislativa popular. Nosotros desde el primer momento ya hemos manifestado el posicionamiento de Convergència i Unió, que no es otro que
defender las competencias de la Generalitat de Catalunya, defender la voluntad del pueblo de Catalunya que se ha expresado en este caso a través del Parlament de Catalunya de forma clara mediante una ley. Qué mejor forma de expresar lo que quiere
un pueblo sino haciéndolo a través de sus representantes. Por lo tanto, nosotros vamos a mostrar nuestra oposición básicamente desde el punto de vista competencial. El Estado no tiene competencias en la materia. Así, los comparecientes, los
juristas que asistieron a esta Comisión la semana pasada prácticamente de forma unánime reconocieron que las competencias del Estado eran limitadísimas y que era incluso dudoso que en algunos aspectos se pudiera incidir en la forma en que
actualmente está redactada esta iniciativa legislativa popular, entrando ya en la exposición de motivos de la misma y por no decir respecto de todo el articulado. En este sentido -algún compañero también le ha insistido en ello- quisiera saber qué
puntos de esta iniciativa ustedes tienen intención de rectificar. Alguno de los comparecientes, si no recuerdo mal, era el propio promotor de la iniciativa legislativa popular, reconoció que en alguna reunión que habían mantenido en el ministerio
ya se les había anunciado que habría algunos aspectos que serían modificados. Nos gustaría, si no lo ha expuesto, que nos explicara qué puntos concretos serán rectificados de esta iniciativa. Es muy importante saber si esta proposición ustedes la
han debatido en los correspondientes foros con las comunidades autónomas, cuáles han sido los resultados, si hay algún tipo de coordinación al respecto con las comunidades autónomas, cuál ha sido el posicionamiento del ministerio o de la
subsecretaria en este caso en relación con esta cuestión. También me gustaría que nos expusiera el planteamiento de las otras comunidades autónomas, en concreto, si se ha hablado sobre esta cuestión con la Generalitat de Catalunya, y si en el caso
de que prosperara me imagino que se han planteado qué va a suceder con la legislación aprobada en Catalunya desde su perspectiva. Tengo clarísimo qué es lo que tiene que suceder, pero quería saber cuáles son las intenciones o los planteamientos del
Ministerio de Educación, Cultura y Deporte al respecto. Por otra parte, hay un aspecto de esta iniciativa legislativa popular que nos preocupa y es cuál es la pedagogía que se pide en la iniciativa que se tiene que realizar respecto a la
tauromaquia en las escuelas. El compañero que me ha precedido en el uso de la palabra también ha hecho mención de ello. ¿Este es uno de los puntos que se pretende mantener?


En principio, estas serían las cuestiones que le quería plantear: por un lado, el posicionamiento de Convergència i Unió, que desde el primer momento ha sido claro y, por otra parte, alguna duda sobre cómo ha sido esa tramitación o cuál es
el posicionamiento del Ministerio de Educación y Cultura en relación con la redacción actual, cuál ha sido la coordinación con las comunidades autónomas y si se ha hablado de este tema.


El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Socialista, señor Torres Mora.


El señor TORRES MORA: Comparece hoy, en el mes de julio, en una sesión extraordinaria de la Comisión de Cultura, el señor subsecretario del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Comparece en unas fechas muy taurinas y comparece para
hablar de toros. Agradecemos la comparecencia del señor subsecretario justo cuando acaban las fiestas de San Fermín, cuando los aficionados a la fiesta están celebrando todavía la victoria de un torero del norte, de Iván Fandiño y comentan aún la
faena de Padilla, dos toreros importantes. Cuando todavía está esto en la calle, viene el subsecretario del ministerio a hablarnos de toros. Lo que ocurre es que, puestos a que viniera a comparecer estos días alguien del Gobierno, nos hubiera
gustado que hubiera comparecido otro miembro del Gobierno, en lugar de permanecer en el burladero, y que se hubiera defendido en el ruedo del hemiciclo de las gravísimas acusaciones que se le hacen. (Rumores). Dicho esto, agradecemos muchísimo su
comparecencia.


Usted ha manifestado que apoya enteramente la iniciativa, luego ha dicho no obstante y después ha dicho mejora jurídica. Bueno, vamos a ver en qué queda ese no obstante y esa mejora jurídica, pero estoy convencido de que no son palabras
dichas sin valor sino que suponen la voluntad de modificar un texto que nosotros, en el debate de la toma en consideración, manifestamos que como texto, en su textualidad, era bastante mejorable, bastante. Cada uno tiene su propia tradición
intelectual y formativa. Yo pertenezco al ámbito de las ciencias sociales y tengo la concepción de cultura que me explicaban en las clases de Antropología Social de tercero de Sociología. Cultura tiene un significado muy amplio, mucho. Se emplea
cultura casi como la oposición a lo natural: lo que no es natural es cultural, por tanto, llamamos cultura



Página 11





técnicamente a muchísimos comportamientos humanos que simplemente no pertenecen al orden de la naturaleza. Casi todo lo humano es cultural y, por tanto, los toros o el fútbol son actividades culturales; no son naturales, son fruto de la
cultura humana. Otra cosa distinta es que tengamos que considerar esas actividades como bienes de interés cultural. Ciertamente, influyen y cambian aspectos nuestros como el lenguaje, y se ha dicho aquí cómo el lenguaje taurino se introduce en la
práctica cotidiana y forma parte de nuestras expresiones; también el lenguaje del fútbol se introduce en nuestras expresiones y forma parte de los comentarios: le han metido un gol -se dice-, como se dice también no se esconda en el burladero. Se
emplean términos que son parte de la cultura. Por tanto, los toros, desde ese punto de vista, son cultura. Otra cosa distinta, insisto, es que deban ser un bien de interés cultural. Usted ha dicho aquí que la Comisión consultiva de asuntos
taurinos llevaba catorce años sin reunirse, lo cual demuestra cuál era el ambiente del Gobierno y de las instituciones respecto a este tema. No era un tema de interés general particularmente, y la prueba es que el Gobierno no estaba en eso. Los
Gobiernos de distintos partidos se han ocupado de muchísimas cosas, pero curiosamente de esto no, y probablemente porque no era un problema. Esto ha aparecido o emergido como problema a raíz de una votación en el Parlament de Catalunya. Si le digo
la verdad, no sé si es muy prudente prohibir algo cuando en una votación hay 60-40, a lo mejor no es muy prudente, pero fue una decisión del Parlament de Catalunya que el Partido Popular impugnó ante el Tribunal Constitucional y estamos esperando la
sentencia del Tribunal Constitucional. Más allá de eso, no deberíamos avanzar y lo sensato es esperar a ver qué dice el Tribunal Constitucional, pero nos encontramos con una iniciativa firmada casi por 600.000 ciudadanos, y eso fue lo que nos llevó
a abstenernos; por cortesía a una iniciativa de casi 600.000 personas, lo sensato era que entrara aquí y discutirla. Eso es lo que vamos a hacer y la vamos a modificar. Nosotros estamos abiertos, hemos escuchado con muchísimo respeto todas las
posiciones.


Mi compañero el señor Yuste le preguntaba con quién se ha visto usted para negociar la posición del Gobierno. Me parece legítimo que usted, que tiene que gobernar, se vea con las asociaciones taurinas -nos hemos visto con muchas personas,
con gente diversa-. Mi compañero Yuste le ha preguntado por eso y yo le preguntaría si se ha visto usted con las otras, con las animalistas. ¿Se ha reunido usted también con las animalistas? Porque aquí en el Congreso hemos escuchado a todos y
sería bueno que usted nos dijera si se ha visto con los defensores de la ILP y con los detractores de la ILP, que también están, que también son ciudadanos y que también tienen su idea sobre todo esto, porque tenemos que gobernar para unos y para
otros, y aquí tendremos que llegar a algún tipo de acuerdo, si es posible, sobre todo esto. Pero el promotor de la ILP hablaba de la verdad -además de la libertad, de la verdad- y de mirar a las cosas de frente. Me gustaría mirar esto de frente y
no esconder que hay una parte importante de la sociedad que tiene serias dudas sobre el carácter -ellos dicen cultural, de bien cultural- de la tauromaquia. Están ahí y no podemos mirar para otro lado, también tenemos que escucharlos y tenerlos en
consideración. En mi intervención en la toma en consideración dije que la posición de los socialistas era no prohibir y no promover. También dijimos que no había que hacer invasión competencial en este tema, y en ninguno. También dijimos que no
estábamos de acuerdo con que esto fuera un elemento de pedagogía con menores de edad y en el sistema educativo. Seguimos sin tener claro cuál va a ser la posición del Gobierno y del Partido Popular en todo esto. Ahora se inicia un proceso.
Insisto en que me parece que estas urgencias veraniegas podrían dedicarse a otras cosas. Por ejemplo, hubiera estado muy bien que alguien del ministerio hubiera venido para explicarnos el peligro y los problemas serios que tenemos en el ámbito de
la cultura como consecuencia de la subida del IVA cultural y de la cantidad de personas que están dejando de ir al cine o al teatro. Quizá hubiera sido un debate más urgente todavía que el de esta iniciativa legislativa popular, que podríamos
haberla visto en septiembre.


El señor PRESIDENTE: Señor Torres Mora, le agradecería que fuera terminando.


El señor TORRES MORA: Acabo, señor presidente.


Ustedes tienen una responsabilidad muy importante en esto. Tienen la mayoría absoluta y han generado expectativas en el mundo taurino que pasan por que la apoyan por entero y ahora vamos a ver qué matices hacen. Le diría que en el punto
medio está la virtud y que debieran ir pensando cómo llegar a ese punto medio. Por supuesto, alguna cornada o algún rasponazo nos vamos a llevar en esto, pero este es nuestro oficio. Alguna herida sacaremos pero, si es posible, el triunfo consiste
en que la mayoría de los ciudadanos -no solamente el consenso de los grupos parlamentarios, sino el consenso de la ciudadanía- sea la que se imponga. Usted y yo sabemos que hay un consenso en la ciudadanía y en torno a ese consenso tendríamos que
establecer el consenso de la política.



Página 12





El señor PRESIDENTE: En representación del Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra el señor Ruano.


El señor RUANO GÓMEZ: Señor presidente, señor subsecretario, señorías, quiero en primer lugar agradecer al señor subsecretario su presencia hoy aquí en esta Comisión de Cultura en un momento de su agenda ciertamente muy exigente desde el
punto de vista parlamentario, ya que esta misma tarde hay un Pleno extraordinario del Congreso de los Diputados en el que, entre otros asuntos, debatiremos una ley de su departamento. A pesar de esta ardua e intensa labor política, hoy por la
mañana comparece aquí también para exponer la visión de su departamento sobre la iniciativa legislativa popular referente a la tauromaquia. Por tanto, gracias nuevamente.


Como ya habrá tenido ocasión de conocer el señor subsecretario, la semana pasada se celebraron en esta misma Comisión de Cultura una serie de comparecencias de distintos expertos propuestos por los diversos grupos parlamentarios. Una serie
de personalidades que tuvieron a bien exponernos su punto de vista sobre la petición formulada por más de medio millón de ciudadanos españoles acerca de la tauromaquia. Quiero expresarle en primer lugar que todas y cada una de ellas, favorables o
no a esta iniciativa legislativa, señalaron el carácter cultural de la tauromaquia; incluso aquellos que se oponían más radicalmente a esta iniciativa legislativa avalada por más de medio millón de ciudadanos y ciudadanas españoles. Por lo tanto,
permítannos ya desde el primer momento decir que existe un consenso en cuanto a reconocer la dimensión cultural del hecho social que nos ocupa. Otra cosa distinta es que se considere más o menos oportuno, más o menos pertinente, llevar a cabo en
nuestros días esta tarea legislativa que para algunos comparecientes, como también para algunos de los portavoces, se ha considerado como extemporánea. En este sentido, si se me permite una acotación, al portavoz señor Yuste -si no le he entendido
mal- le parece poco significativo que un 8,5% de los españoles haya manifestado que ha asistido a algún espectáculo taurino. No sé cómo de significativo le puede parece que Izquierda Unida obtenga menos de 7% de los votos de los españoles en unas
elecciones generales. (El señor Yuste Cabello: ¡Anda que no ha llovido! Hace año y medio). Sin embargo, señor Yuste, esta iniciativa legislativa tiene toda la legitimidad, porque es una parte considerable del propio pueblo español el que nos la
demanda; y a ellos y a sus inquietudes y peticiones nos debemos los representantes políticos. Por tanto, quiero decirles que el Grupo Parlamentario Popular asume esta tarea desde el compromiso y desde la responsabilidad que nos compete como
legisladores.


Señorías, señor subsecretario, los comparecientes nos han expresado sus opiniones, consideraciones y recomendaciones. Desde el Grupo Parlamentario Popular podemos afirmar que, tras escucharlas, vamos a tenerlas todas ellas bien presentes en
las enmiendas que plantearemos al texto inicial. Porque el texto inicialmente presentado puede y debe ser mejorado. Desde el Grupo Parlamentario Popular nos comprometemos a su mejora para que muchas de las buenas ideas y sugerencias expresadas en
esta Comisión de Cultura durante la semana pasada sean tenidas en cuenta en el texto legislativo que sobre la tauromaquia, entendida como patrimonio cultural, se desarrolle en las Cortes Generales.


Finalmente, también queremos expresar nuestra clara voluntad de diálogo que el Grupo Parlamentario Popular mantendrá en torno a esta iniciativa legislativa, que es competencia de esta Comisión de Cultura y que desde el Grupo Parlamentario
Popular deseamos consensuar con el conjunto de todos y cada uno de los grupos parlamentarios de esta Cámara. Estoy seguro de que la consideración de la cultura como política de Estado, tanto por parte del Grupo Parlamentario Popular como por parte
del Gobierno de España, es un principio que a sus señorías les consta que venimos acreditando en esta legislatura.


Concluyo ya. En relación, pues, con la iniciativa legislativa avalada por más de medio millón de españoles referente a la tauromaquia, la posición del Grupo Parlamentario Popular se articulará sobre tres ejes. Primero, la consideración de
la tauromaquia como patrimonio cultural, como así lo han expresado incluso aquellos comparecientes contrarios a esta iniciativa legislativa. Segundo, la necesidad de presentar enmiendas con el objeto de mejorar el texto inicial y perfeccionarlo en
todo cuanto sea posible. Y, tercero pero no por ello menos importante, la voluntad del Grupo Parlamentario Popular de realizar todo ello desde el consenso y desde el acuerdo que caracterizan la actuación del Gobierno de España y del Grupo
Parlamentario Popular en cuanto a la consideración de la cultura como política de Estado.


Gracias, señor subsecretario. Gracias, señorías, por su atención y su consideración. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Para dar respuesta a todas las intervenciones que ha habido, tiene la palabra el señor subsecretario.



Página 13





El señor SUBSECRETARIO DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTE (Benzo Sáinz): Supongo que es pura casualidad el hecho de que haya habido exactamente seis intervenciones, pero la verdad es que me siento como esos toreros que salen a la plaza a
enfrentarse ellos solos con los seis toros de una corrida. Intentaré hacer la mejor faena posible.


Voy a ir contestando a algunas de las cuestiones que se han ido planteando e intentaré no reiterar lo que ya he dicho en mi intervención. En primer lugar, señor Salvador, lo que usted ha expresado como escepticismo yo lo he expresado en mi
intervención como una defensa de la libertad que, como decía, es un principio que a mi juicio debe inspirar toda decisión que se tome en esta materia. ¿Escepticismo o libertad en cuanto al futuro de la tauromaquia? Al final, por mucho que nos
empeñemos unos u otros, la cultura fluirá en libertad; siempre fluye en libertad y siempre encuentra el camino y al final será el pueblo, los ciudadanos, los que decidirán si la tauromaquia tiene un futuro o no con su apoyo y con su respaldo. Eso
estará siempre por encima de las decisiones políticas que podamos tomar unos u otros prohibiendo, fomentando, protegiendo o haciendo cualquier otra cosa. Como decía aquella película de dinosaurios, la vida se abre camino. Creo que la cultura
también se abre camino si eso es lo que quiere la gente. Por lo demás, estoy completamente de acuerdo en que hay que buscar -y eso lo reiteraré en la réplica a varias de las intervenciones- una fórmula armónica que equilibre las competencias que
pueda tener el Estado en esta materia con el pleno respeto a las competencias autonómicas sobre la misma.


En segundo lugar, en cuanto a la intervención del señor Agirretxea, dice que no hay argumentos que demuestren que los toros sean un hecho cultural. Tampoco hay argumentos que demuestren que no lo son. En todo caso, estoy completamente de
acuerdo con usted en que estamos en un debate que no es toros sí o toros no. Lo que estamos planteando es cuál es la naturaleza del fenómeno taurino, si es cultura o no lo es. Aquí no estamos para prohibir ni para imponer toros sino para decidir
qué consideración le damos desde un punto de vista normativo, desde el punto de vista de las administraciones públicas y de los poderes públicos. Usted entiende que no hay, como digo, argumentos suficientes que demuestren que es un hecho cultural.
Yo en mi intervención he dado una serie de argumentos que hacen que entienda que sí supone un hecho cultural. Formando parte usted de una comunidad autónoma en la que el año pasado se celebraron cuarenta festejos taurinos, es decir, que tiene una
amplia y sólida implantación la fiesta de los toros, yo creo que la tauromaquia forma parte del patrimonio cultural español y también del patrimonio cultural vasco, pero eso es algo discutible y en lo que hay argumentos para una cosa y para otra.


En cuanto a algo que también se ha dicho en todas las intervenciones, que el Estado no puede entrar a legislar en materia taurina, no es exactamente así. En mi intervención he dado una explicación de lo que entiendo que son competencias no
verticales sino de concurrencia y cuándo el Estado puede entrar a legislar. En todo caso, reitero que la Ley 10/1991, de 4 de abril, sobre potestades administrativas en materia de espectáculos taurinos, ya decía que la Administración General del
Estado puede adoptar medidas destinadas a fomentar y proteger las actividades a las que se refiere la presente ley en atención a la tradición y vigencia cultural de la fiesta de los toros. Existe un ámbito de actuación dentro del Estado, sin
perjuicio de que busquemos esas fórmulas armónicas a las que hacía referencia el señor Salvador.


Intento contestar a las cuestiones planteadas por el señor Yuste, que es quizá quien me hace más preguntas de manera directa. Procuraré no saltarme ninguna de ellas. Si no, me lo señala posteriormente. En primer lugar, me dice que le ha
sorprendido que venga aquí a hablar de la iniciativa legislativa popular y no de las políticas del ministerio. Quizás me he equivocado en mi planteamiento. Yo he contado las políticas que estamos haciendo en el ministerio y he pedido disculpas o
he dicho que creo que venía al caso, pero entendía que el objeto de esta comparecencia era centrarme sobre todo en la iniciativa legislativa popular. En todo caso, en mi intervención ya he contado las líneas estratégicas que se están siguiendo.


En segundo lugar, nos dice que el constituyente no consagra la tauromaquia como una manifestación cultural, como un fenómeno cultural. En realidad, y salvo que me equivoque, el constituyente no consagra expresamente ningún fenómeno cultural
ni ninguna manifestación cultural, con lo cual lo que sería un poco extraño sería que la única expresión de una manifestación cultural que se hubiese hecho en el texto constitucional fuese la tauromaquia. Eso sería francamente llamativo.


En tercer lugar, me dice que le sorprende que el Premio Nacional de la Tauromaquia esté dotado con 30.000 euros y dice que es el único premio nacional dotado con esa cantidad. Con 30.000 euros está dotado el Premio Nacional de Danza, el
Premio Nacional de Músicas Actuales, el Premio Nacional de Fotografía, el Premio Nacional de Restauración, el Premio Nacional de Conservación, el Premio Nacional del Circo, el Premio Nacional de la Televisión, el Premio Nacional del Juguete y el
Premio Nacional de la



Página 14





Moda. Por cierto, el Premio de las Letras Españolas está dotado con 40.000 euros. Es cierto que quizás haya que hacer una ILP referida al mundo del cómic, porque está dotado solamente con 20.000 euros. Pero la dotación del Premio Nacional
de la Tauromaquia es la misma que la de todos estos que le acabo de enumerar, con lo cual no entiendo muy bien a lo que se refiere.


Me dice que le sorprende que sea el subsecretario el que venga a hablar de la tauromaquia y no sea el secretario de Estado. En primer lugar, viene la Secretaría de Estado de Cultura o viene el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte
porque para mi desgracia soy subsecretario de Educación, de Cultura y de Deporte. Digo para mi desgracia por el volumen de trabajo, pero la que está aquí es la Secretaría de Estado de Cultura porque yo soy el subsecretario del secretario de Estado
de Cultura. En todo caso, si nos ponemos en rangos administrativos, las artes escénicas y de la música las define un director general del Inaem, que tiene menos rango que la persona que está aquí ahora sentada. O sea que, por razón de rango, que
venga un subsecretario no está del todo mal.


También me dice que no le parece mucho que el 8,5% de la población asista a espectáculos taurinos. Puede parecerle mucho o poco. Ojalá la gente acudiera más a las manifestaciones culturales. En todo caso, le diré que ese 8,5% es superior
al público que asiste a espectáculos como la ópera, la zarzuela, la danza y la música clásica. A título personal le diré que soy especialmente aficionado a la zarzuela, incluso más probablemente que a los toros, con lo cual lo que espero es que
también desarrollemos fomento y protección de otras manifestaciones culturales que tienen menos asistencia que la tauromaquia y que ninguno discutiríamos que son efectivamente manifestaciones culturales.


Me pregunta cuántas reuniones he mantenido con los promotores de la iniciativa legislativa. Aparte de acompañarles físicamente porque me los presentaron el día que se debatió la toma en consideración de la iniciativa, he mantenido una única
reunión con los promotores y en ella no he negociado absolutamente nada. Los promotores de la iniciativa tenían la inquietud de por qué se estaban retrasando estas comparecencias, por qué se estaba retrasando la tramitación, y simplemente por
calmar su inquietud los recibimos y dentro de mi limitado conocimiento de los trámites parlamentarios traté de explicarles el proceso que iniciábamos con estas comparecencias, toma en consideración de enmiendas y posible plazo de aprobación. Pero
más allá de decirles que no estábamos del todo de acuerdo con el contenido de la iniciativa legislativa, en esa única reunión que he mantenido con ellos no negociamos textos concretos, si es a eso a lo que se refiere.


Siguiente cuestión. Me habla de corregir el preámbulo. No solo el preámbulo. Nosotros estamos estudiando ahora mismo jurídicamente, y con bastante trabajo por parte de la Abogacía del Estado del ministerio y de los servicios jurídicos del
ministerio, la totalidad del texto de la iniciativa legislativa. Se nos han planteado dudas sobre ese texto, dudas que también mencionaba la señora Surroca en cuanto a la posible constitucionalidad de todo ello, en cuanto a la posible legislación
por parte del Estado de materias relacionadas con la iniciativa... En fin, un repaso a todo el contenido. Ahora mismo estamos en fase de estudio, tratando de respetar, como he dicho en mi intervención, con el máximo rigor el bloque de
constitucionalidad. Lo que no queremos en ningún caso es entrar en una guerra jurídica, en una disputa de competencias autonómicas y estatales ni nada que se le parezca. Por tanto, estamos estudiando todo ello y cuando llegue el momento de las
enmiendas propondremos al Grupo Parlamentario Popular aquellas observaciones o posibilidades que nos parezcan oportunas, y no solo del preámbulo, sino de la totalidad del texto.


Me puedo dejar alguna otra cuestión. Si es así, me lo dice posteriormente. Me habla de la protección a los menores de edad y la posibilidad de meter en los colegios la tauromaquia. Esa es una de las cuestiones, por ejemplo, en las que no
estamos de acuerdo con el contenido del texto de la iniciativa. No se trata de llevar a los colegios la tauromaquia. Yo hablaba antes de que se establezcan mecanismos para la transmisión de los valores culturales de la tauromaquia a las futuras
generaciones, pero por no enredar el debate que vamos a vivir todos esta tarde, que ya es de por sí bastante complicado, no se preocupe, que no va a haber una asignatura de tauromaquia ni nada que se le parezca en los centros escolares. Bastantes
problemas tenemos con la Lomce para enredarlo todavía más. No se trata de llevarlo a los colegios, sino de que, si entendemos que es cultura, esa cultura debe ser transmitida a las siguientes generaciones, lo cual se puede hacer de muchas maneras y
no necesariamente en absoluto metiéndola en el sistema escolar. No se trata de eso.


Igual me estoy saltando alguna cuestión. Por último, creo que ha hecho mención a los recursos económicos que se destinan a las políticas de tauromaquia. Se lo voy a decir muy claramente. Esos recursos son cero. El único dinero que en los
Presupuestos Generales del Estado se dedica a la tauromaquia son los 30.000 euros del Premio Nacional de Tauromaquia, que, insisto, más allá de los



Página 15





ajustes presupuestarios que se puedan hacer en el próximo ejercicio, creemos que no debemos reducir para no discriminar este premio respecto a los muchos otros que antes le he enumerado. Más allá de eso, todos estos grupos de trabajo que le
he mencionado, todos los trabajos que estamos realizando, no implican gasto público alguno y, por si acaso me lo quiere preguntar luego, ni siquiera implican pago de la más mínima dieta a las personas que asisten a estos grupos, con lo cual la
respuesta, al margen de la dotación del Premio Nacional de Tauromaquia, es exactamente cero.


Señora Surroca, usted hace referencia a cosas que todavía están por delimitar: qué enmiendas vamos a presentar, cómo vamos a respetar. Le reitero el principio general. Lo que no queremos es proponer nada que invada competencias autonómica
o enredarnos en la ILP ni en cualquier otra medida que podamos proponer en el futuro en el desarrollo de los trabajos que estamos haciendo. Lo que no queremos en absoluto es entrar en una guerra competencial. Entendemos que el Estado sí tiene un
margen pequeño de actuación sobre los asuntos taurinos, al hilo de lo que he dicho en mi intervención, que usted tendrá posteriormente ocasión de leer, ese margen pequeño que supone la existencia de competencias concurrentes entre Estado y
comunidades autónomas en determinados casos, pero no pretendemos en ningún caso invadir competencias autonómicas.


En cuanto a los temas de la legislación catalana, ya lo digo desde ahora. Mi filosofía o mi aproximación a esta iniciativa legislativa popular no es en absoluto desde el punto de vista de la legislación actualmente vigente en Cataluña ni es
ni la hemos entendido en ningún momento como una iniciativa legislativa contra Cataluña, ni nosotros vamos a desarrollar una política de tauromaquia cuya orientación sea ir contra nada. Lo que queremos es fomentar y proteger algo que entendemos que
es cultura, no ir contra nada. Lo que queremos es proteger la cultura, como he dicho durante mi intervención, desde un principio fundamental de libertad y desde esa máxima fundamental que es entender, en todo caso, que la cultura nunca debe
prohibirse, debe dejarse ejercer en libertad. No es un planteamiento contra nada en absoluto, no es la forma en la que nos estamos aproximando en estos trabajos.


Al señor Torres Mora también le indico que el hecho de que diga que apoyamos la iniciativa legislativa popular, pero hay que corregirla y precisarla jurídicamente no es una contradicción. Sin duda apoyamos el espíritu de la iniciativa.
Estamos todos de acuerdo -lo han dicho ustedes en sus intervenciones y lo he reiterado varias veces- en que el texto de la iniciativa hay que mejorarlo en muchos sentidos. En primer lugar, hay que mejorarlo para que no haya problemas
competenciales; en segundo lugar, en cuestiones como las que hemos apuntado antes del sistema educativo y cómo se transmiten los conocimientos de la tauromaquia. El apoyo que he manifestado en las primeras palabras de mi intervención es al
espíritu del reconocimiento de que la tauromaquia es cultura y que si es cultura no hay ningún problema en que pueda ser declarada de una u otra manera un bien de interés cultural y que pueda recibir una protección especial. Entiendo por las notas
que he tomado que ha hecho alguna referencia a Cataluña, le reitero lo que he dicho anteriormente, no planteamos esta cuestión como un enfrentamiento con nadie, lo planteamos como una política pública más de defensa de una manifestación cultural.
En todo caso, estoy de acuerdo con usted, hay que buscar un punto intermedio, hay que buscar soluciones que sean válidas sin agredir. Estoy haciendo un continuo canto a la libertad pero también en mi intervención -lo dije desde el principio- ese
canto a la libertad va unido a un canto al respeto. Hay que respetar absolutamente todo y, por tanto, no tomaremos medidas que no busquen ese punto intermedio, que no busquen soluciones que acaben en agresiones a alguien. También ha mencionado
usted que su posición es básicamente no prohibir y no promover. Yo estoy en ese punto intermedio en un 50% con usted, estoy de acuerdo en no prohibir pero considero que hay que promover.


Por último, al portavoz del Grupo Parlamentario Popular le doy las gracias por sus palabras. Nuestro deseo es, como en todo por otra parte, que hubiera consenso sobre esta materia. Creo que no es tan difícil encontrar consenso sobre esta
cuestión. En todo caso, ojalá lo haya y, para ello, proporcionaremos y aportaremos al grupo parlamentario que apoya al Gobierno nuestra visión de cuáles serían las enmiendas que se deben presentar al texto para mejorarlo jurídicamente y para
hacerlo más efectivo. Lo que esperamos es que esas enmiendas, con su buen hacer parlamentario, permitan llegar a consensos en esta cuestión. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Si algún grupo quiere añadir algo tiene dos minutos. (Pausa).


Damos por finalizada la sesión agradeciendo al señor subsecretario su comparecencia. Les deseo a todos buenas vacaciones.


Se levanta la sesión a las doce y veinticinco minutos del mediodía.


http://www.congreso.es Calle Floridablanca, s/n. 28071 Madrid


D. L.: M-12.580/1961 CONGRESO DE LOS DIPUTADOS Teléf.: 91 390 60 00


Edición electrónica preparada por la Agencia Estatal Boletín Oficial del Estado - http://boe.es