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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 532, de 14/03/2006
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CORTES GENERALES


DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS


COMISIONES


Año 2006 VIII Legislatura Núm. 532

NO PERMANENTE DE SEGUIMIENTO Y EVALUACIÓN DE LOS ACUERDOS DEL PACTO DE TOLEDO

PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. JUAN MORANO MASA

Sesión núm. 17

celebrada el martes, 14 de marzo de 2006



ORDEN DEL DÍA:


Comparecencia del señor secretario de Estado de la Seguridad Social (Granado Martínez) para informar sobre el informe sobre el fondo de reserva de la Seguridad Social. A petición del Gobierno. (Número de expediente 212/001022.) ... href='#(Página2)'>(Página 2)


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Se abre la sesión a las diez y treinta minutos de la mañana.



El señor PRESIDENTE: Vamos a dar comienzo a la sesión de la Comisión, que consta de un único punto del orden del día: comparecencia del secretario de Estado de la Seguridad Social para informar sobre el informe sobre el fondo de reserva de
la Seguridad Social. Don Gonzalo Granado, sea bienvenido y tiene la palabra para contarnos lo que quiera.



El señor SECRETARIO DE ESTADO DE LA SEGURIDAD SOCIAL (Granado Martínez): Lo primero que tengo que hacer en esta comparecencia es presentar mis disculpas a SS.SS. por una serie de incidentes, absolutamente involuntarios y lamentables, que
ha podido perjudicar el conocimiento por SS.SS de los temas que van a ser objeto de tratamiento en la reunión de hoy de la Comisión. Debido a un problema de registro en la Cámara, me consta que la documentación ha llegado tarde y de mala forma.
Intentaré compensar en la medida de lo posible estas anomalías con un relato un poco más extenso de lo que hubiera sido mi intención inicial. Si alguna de las cuestiones no pudieran ser aclaradas hoy por estas incidencias absolutamente
involuntarias y lamentables, me comprometo a hacerles llegar toda la información necesaria, de tal manera que su conocimiento sobre la gestión de nuestro fondo de reserva de la Seguridad Social sea lo más exhaustivo posible.



Como saben ustedes, la Ley Reguladora del Fondo de Reserva establece la obligación de que el Gobierno presente a las Cámaras, en el plazo de seis meses una vez terminado el ejercicio, un informe sobre la gestión del fondo, informe que
lógicamente se presenta en unas fechas mucho más cercanas al cierre de ejercicio, en el mes de enero, y cuenta entre sus contenidos con la información pertinente sobre los aspectos relevantes de gestión del fondo de reserva en el ejercicio
precedente.
A 31 de diciembre del año 2005, el fondo de reserva de la Seguridad Social alcanzó la cifra de 27.184,97 millones de euros, entendiéndose incluida en esta cifra los intereses devengados en el mes de diciembre del ejercicio 2005, que
fueron abonados el 3 de enero de 2006 en la cuenta del fondo. Esto supone en términos de relación con el PIB del año 2004 un 3,25; con el PIB estimado por el programa de estabilidad para el ejercicio 2005, un 3,02 por ciento; y con la nómina de
pensiones del ejercicio 2005, supone casi seis mensualidades. Por actualizar la información de SS.SS., como bien saben, el día 10 de febrero de 2006 el Consejo de Ministros, una vez cobradas las cotizaciones correspondientes al mes de enero y
abonada la paga relativa a la desviación de inflación a los pensionistas españoles, aprobó una nueva dotación al fondo de reserva por valor de 3.700 millones de euros, con lo cual el fondo de reserva de la Seguridad Social, entre rendimientos de
cupones vencidos y las dotaciones realizadas, a fecha de hoy, tiene 31.207 millones de euros; pero a 31 de diciembre de 2005 la dotación del fondo era de 27.184,97 millones de euros. Si vemos la cifra de dotaciones aprobadas por sucesivos acuerdos
del Consejo de Ministros en los respectivos ejercicios, dotaciones que lógicamente se realizan sobre el excedente, sobre el superávit de la Seguridad Social del ejercicio anterior, en el año 2005 incorporamos el superávit del 2004. Eso sí, en los
intereses de los valores del fondo de 2005 -y en otros ejercicios anteriores sucede lo mismo-, vemos una tendencia creciente desde los 600 millones a los 7.000 de dotaciones del citado año 2005. Una vez aprobada la ley reguladora, se incorpora un
nuevo recurso al fondo, que son los excedentes que obtienen en la contingencia de la incapacidad temporal por enfermedad común la Mutuas de Accidentes de Trabajo y de Enfermedades Profesionales, las Mateps. A los 25.172.915.657 euros de dotaciones
acordadas por Consejo de Ministros, habría que añadir por tanto 25.000.467.055 euros del excedente derivado de la ejecución de las mutuas de la contingencia de incapacidad temporal por enfermedad común; esto hace, grosso modo, un total de 25.198
millones de euros de dotaciones realizadas al fondo.



En cuanto a los rendimientos endógenos del fondo, rendimientos netos globales de los valores en los que lógicamente se ha invertido el fondo de reserva, nos encontramos con que 1.927,93 millones corresponden a cupones; 120,36 millones a los
intereses de la cuenta tesorera del fondo, en donde están los activos líquidos no invertidos; 16,76 millones de rendimientos implícitos y 78 millones de ajustes negativos por amortización de activos. Como ustedes saben, se trata de ajustes
contables. Nosotros tenemos que contabilizar los valores del fondo siguiendo los principios de mayor prudencia y rigor contable al valor más desfavorable de la media del último trimestre, de la media del ejercicio o del valor de negociación el día
31 de diciembre, aunque ejecutamos siempre la cartera de valores en la que está invertido el fondo a vencimiento, es decir, no hacemos una gestión activa de cartera, no compramos ni vendemos valores del fondo; si el día 31 de diciembre el valor de
negociación de los valores de fondo es inferior al valor al que fueron adquiridos, tenemos que ajustar contablemente una amortización negativa de la depreciación del valor. Esos son los 78 millones que lógicamente se irán anulando en la medida en
que la cartera a vencimiento incorpora rendimientos positivos y nunca negativos. En total, los rendimientos netos del fondo se sitúan en 1.986,59 millones de euros.



Por señalar los mismos datos que comentábamos en ejercicios anteriores medidos ejercicio por ejercicio, nos encontramos con cómo han ido evolucionando las dotaciones hasta los 25.198 millones de euros. Los rendimientos netos también ha ido
evolucionando de manera creciente en relación con el importante incremento de la dotación del fondo, y los ajustes por amortización de activos, esos ajustes negativos que fueron realizados


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sobre la liquidación del 2003 al 2004, del 2004 y 2005 y sobre la liquidación del 2005 en el ejercicio de 2006, simplemente tienen un valor contable.



En cuanto a la evolución del fondo de reserva, en términos absolutos, seguimos con porcentajes de crecimiento anuales respecto del ejercicio anterior cercanos al 40 ó 50 por ciento, con una práctica utilización del superávit del sistema de
Seguridad Social que es susceptible de ser incorporado a las dotaciones al fondo a esta finalidad. La recomendación de la ley reguladora de destinar mayoritaria y prioritariamente el excedente de Seguridad Social al fondo de reserva se está
cumpliendo de manera exigente en el sentido de que prácticamente estamos en el cien por cien del excedente destinado en el fondo de reserva. Por lo que se refiere a la distribución de activos en función del vencimiento de los mismos, nos
encontramos con que aproximadamente el 15 por ciento de los activos del fondo está invertido a corto plazo (periodos de duración inferiores a año y medio); la zona de 3 años recoge el 35,28 por ciento de los activos del fondo; la de 5 años, el 27
por ciento; y la de 10 o más años, el 23 por ciento. Como veremos después, esto da una duración a la cartera del fondo que se mueve en los 4 años.



El comité de gestión del fondo de reserva adoptó el criterio, a partir de 2004, de comenzar a invertir parte de los activos del fondo en deuda extranjera. ¿Por qué tomamos esta decisión? El criterio aprobado por la anterior Administración
mantenía una cierta prudencia a la hora de invertir en deuda española, que era consultar al Banco de España sobre el momento en el cual nuestra tenencia de valores de la deuda española podía someter a algún tipo de perturbación a los mercados. En
el desarrollo de este criterio se fijan dos instrucciones básicas: primera, que el fondo de reserva no tuviera nunca más de un 10 por ciento de una determinada referencia; una segunda, que la tenencia de valores de deuda española sobre el stock de
deuda pública del Tesoro que podía someter a interferencias la gestión de la deuda del Tesoro era del 7 por ciento.
Como ustedes saben, hubiéramos sobrepasado este tanto por ciento a finales de 2004 o comienzos de 2005. Para ilustrar a SS.SS. de
si tuviéramos que actuar solamente sobre la deuda del Tesoro del Reino de España en qué medida nuestra actuación pudiera ser perturbadora, señalaré qué invirtiendo las dotaciones del fondo previstas en el ejercicio 2005, más los cupones y los
diferentes rendimientos que obtiene el fondo, en el año 2006 deberíamos efectuar compras por valor de 11.500 millones de euros. Si comprábamos 11.500 millones de euros de deuda española estaríamos generando una fuerte perturbación en el mercado.
Por esta razón pasamos a comprar valores de deuda extranjera, con los criterios de que fueran en todo caso valores negociados con absoluta liquidez en los mercados internacionales de deuda, primando las referencia best mark, las que nos parecerían
más útiles a efectos de liquidez y de solvencia, distinguiendo entre países que tuvieran la máxima solvencia y acreditación de sus valores de deuda por parte de las agencias internacionales, y evidentemente limitándonos a la zona euro, por no tener
la Tesorería General de la Seguridad Social ni la Dirección General del Tesoro la estructura necesaria para asumir la gestión de riegos de cambio de los valores del fondo de reserva de la Seguridad Social.
Cumpliendo estas condiciones, estamos
comprando deuda de la Republica de Alemania, del Estado francés y de los Países Bajos. A finales del año pasado teníamos comprados en deuda extranjera 5.500 millones de euros; en la actualidad hemos llegado a tener más de 10.000 millones de euros.
Por decisión del comité de gestión del fondo de reserva, la deuda extranjera nunca superará el 50 por ciento de los valores del fondo. Tengo que señalar que la deuda extranjera, que tiene la misma rentabilidad que la deuda española -no es una
decisión de rentabilidad-, que por la diversificación de las compras supone una mínima disminución del riesgo de gestión, nos aporta una gran capacidad para efectuar nuestras inversiones en activos de la dotaciones del fondo de reserva sin perturbar
los mercados, que es uno de los criterios de gestión del fondo que estamos utilizando: no producir compras masivas de ningún activo ni concentrarnos en unos activos de una manera tal que al final la fecha de vencimiento coincida y nos obligue a
realizar desinversiones e inversiones masiva en cortos periodos de tiempo. Por concretar a fecha 31 de diciembre lo que estaba describiendo de deuda por país, la deuda alemana era de 1.800 millones de euros y un porcentaje muy similar de Francia y
de Países Bajos, 1.854 y 1.829 respectivamente. En valor nominal, las cifras oscilan en los mismos parámetros. En el supuesto de que decidiéramos mantener nuestras inversiones localizadas en estos tres países deberíamos incrementar nuestra
presencia en deuda alemana y francesa, probablemente comprando algo menos de deuda de los Países Bajos, para mantener una proporción adecuada en cuanto al volumen de deuda de cada país. Respecto a la variación de los activos financieros, los
activos invertidos en el fondo de reserva a final año, han tenido un crecimiento muy espectacular sobre todo en los 2 últimos años. Nuestro criterio es mantener en la cuenta tesorera una dotación mínima del fondo, porque no tenemos ninguna
previsión de disposición de los activos del fondo. Teniendo en cuenta los bajos tipos de interés que en estos momentos están presentes en nuestro mercado, tener liquidez en la cuenta corriente del fondo únicamente produce menor rentabilidad.



Los rendimientos de los activos financieros abonados al fondo de reserva, como ustedes ven, son lo que ya habíamos comentado con anterioridad y se ajustan con toda precisión a las cantidades presupuestadas. Los rendimientos del fondo de
reserva tienen el tratamiento, a todos los efectos, de ingreso presupuestario de la Tesorería General de la Seguridad Social, lo cual quiere decir que cuando en el presupuesto analizamos una previsión de dotación al fondo, ya están incluidos los
rendimientos que producen los propios activos financieros del fondo.



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Los rendimientos a cuenta corriente han disminuido el año 2005 sobre el 2004 fruto de una menor presencia de dotaciones del fondo dentro de la cuenta corriente y de una mayor inversión en activos financiaros de las dotaciones del fondo. Los
rendimientos netos globales del fondo de reserva, explícitos e implícitos y netos son clasificados de otra manera.
En cuanto a la tasa de rentabilidad de los activos financieros del fondo de reserva, nos encontramos con una tasa del 3,366, es
decir, 336 puntos básicos. Es una tasa muy coherente con la presencia de las dotaciones del fondo de reserva únicamente en activos de renta fija en manos del sector público, de administraciones dentro de la Unión Europea. Si analizamos la TIR de
los fondos de pensiones o de los planes de ahorro que están invirtiendo en el mismo tipo de activos que el fondo de reserva español, nos encontramos con que su TIR es más o menos la misma, con la diferencia de que nuestro rendimientos netos son muy
superiores porque no tenemos en cuenta ni gastos de gestión ni comisiones. En el momento en el que el mercado de valores tiene un comportamiento positivo en la renta variable, evidentemente es un valor algo más bajo que el de fondos que invierte en
renta variable, de la misma manera que cuando se puso en marcha el fondo de reserva el comportamiento de la renta variable era muy negativo.
Comprueben la TIR al cierre del ejercicio económico de todos los activos financieros, en cartera ponderada
sobre el valor nominal. Por cierto que este año, si han leído el informe, hemos empezado a seguir el criterio de valoración de nuestra rentabilidad, que es el que utilizan comúnmente todos los fondos de reserva y fondos de pensiones privados. Es
decir, valoramos nuestros activos a precios de mercado a la fecha en la que se realiza la valoración y no utilizamos el criterio promedio de dividir la duración de la cartera entre el periodo en que ésta se mantiene, etcétera. El cambio de criterio
es para facilitar la comparación. Estamos utilizando ahora el criterio que utilizan comúnmente los fondos de pensiones de todo el mundo para facilitar la comparación de la rentabilidad del fondo de reserva español. Evidentemente, un cambio de
criterio de estimación de la rentabilidad ni alza ni baja la propia rentabilidad, sino que es una manera de presentar las cifras. Utilizando el criterio de la TIR al cierre del ejercicio económico, nos encontramos con que la tasa de rentabilidad
está bajando hasta el año 2005, fruto de la disminución continuada de los tipos de interés, tanto a corto como a medio y largo plazo; a partir del año 2005, comenzamos con una inversión de la tendencia a tener mayores rentabilidades. Esto es
especialmente perceptible en la rentabilidad de la cuenta corriente. SS.SS. podrán comprobar cómo la rentabilidad de la cuenta corriente ha sido superior en 2005 que en 2004, es decir, hemos invertido esa tendencia continuada a la bajada de los
tipos de interés. En estos momentos nuestra cuenta corriente del fondo de reserva tiene una rentabilidad pactada por el Banco de España que es el Eonia menos 7 puntos básicos, unas siete centésimas de punto, que es una rentabilidad similar a la del
ejercicio 2004; no hay demasiadas diferencias con las del ejercicio 2004 y precedentes, en las que se calculó siguiendo otro criterio diferente.



La rentabilidad acumulada del fondo de reserva en términos anualizados, las rentabilidades de los años 2000 al 2005 descompuestas en términos anualizados, nos lleva a una rentabilidad acumulada del 4,92 por ciento, que ha disminuido algo en
relación con los ejercicios 2003 y 2004, consecuencia también de la disminución de los tipos de interés. Y si descomponemos las rentabilidades por cuenta corriente y la rentabilidad de los activos financieros, no encontramos con que, si ven ustedes
la gráfica del ejercicio 2005, ha habido una disminución de la TIR de los activos financieros y un mantenimiento de la rentabilidad de la cuenta corriente, que hace que la rentabilidad acumulada sea algo inferior. En cuanto a la inversión
susceptible de realizar en el ejercicio 2006, nos encontramos con que hay una dotación presupuestaria de 6.266 millones. El Gobierno, como ya he comentado, ha hecho una primera dotación el día 10 de febrero de 3.700 millones y, aprovechando las
circunstancias, hemos invertido los rendimientos producidos en el primer trimestre del año. Las inversiones se han cerrado ya desde la fecha en la que el comité de gestión acordó los criterios de inversión y estos momentos, fruto de esa
recomposición de los activos del fondo, la presencia de deuda extranjera es notablemente mayor, y hemos llegado a superar el 30 por ciento. Creo recordar que hemos pasado del 33 por ciento en deuda extranjera, y nuestros objetivo es situarnos en un
50 por ciento.



La segunda dotación del fondo, que se ha aprobará una vez pagados a los pensionistas la paga extraordinaria de junio y que supondrá también el momento adecuado para invertir los rendimientos producidos en el segundo trimestre del fondo,
supondrá una nueva inversión a lo largo del ejercicio que seguirá los criterios definidos por el comité de gestión e intentará, en la medida de lo posible, tener el menor efecto perturbador en el mercado de la deuda del Tesoro del Reino de España.
Como un punto de referencia añadido, esta misma situación de elevado nivel de inversiones se va a reproducir durante los ejercicios de 2007 y 2008.
Como es una situación que va a ser permanente en los próximos años, porque el fondo de reserva ha
alcanzado ya un importe impresionante y va a seguir creciendo, el comité de gestión que tuvo lugar en el mes de febrero de este año, adoptó el criterio de preparar una serie de modificaciones legislativas para agilizar la gestión del fondo, permitir
una gestión más adecuada al volumen actual del fondo, que no era el que estaba previsto cuando se configuró en el año 2000, ni siquiera el que estaba contemplado en la ley reguladora. Esperamos que los trabajos de los equipos de la Intervención
General de la Seguridad Social, de la Tesorería General de la Seguridad Social y de la Dirección General del Tesoro estén concluidos al finalizar el mes de abril del año en curso, así como esperamos


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hacer una presentación de esos trabajos a los interlocutores sociales y a esta Comisión en la primera o segunda semana de mayo del año en curso para conocer cuál es el grado de aceptación de las propuestas del Gobierno, tanto entre los
interlocutores sociales como entre los grupos parlamentarios, para si es suficiente, proceder a la presentación del oportuno proyecto de ley durante este periodo de sesiones en la Cámara.



El bloque de propuestas que están en estos momentos en discusión hace referencia a los criterios de gestión del fondo. Como ustedes saben, buena parte de los fondos de reserva de Seguridad Social de todo el mundo combina el criterio de
gestión de los órganos directores del fondo con la externalización de parte de sus decisiones de manera pública y transparente, pero en favor de gestores de naturaleza privada; con los criterios de inversión de los activos del fondo, así como con
la composición de los órganos directivos del fondo y la afectación de los excedentes públicos a las dotaciones del mismo. Aquí seguimos teniendo un pequeño problema, y es que a pesar de que las mutuas de accidentes de trabajo y enfermedades
profesionales tienen excedentes muy cuantiosos en todos los ejercicios, una muy pequeña parte de los mismos va a nutrir las dotaciones del fondo. Estamos discutiendo con las mutuas una serie de modificaciones legislativas que permitirían que una
parte mayor del excedente de las mutuas -no significativamente pero sí algo mayor- nutriera las dotaciones del fondo de reserva. Como es lógico, aunque es un tema ya resuelto a mi juicio satisfactoriamente en la actual legislación, estamos
examinando el momento en el que podrá producirse la disposición de los activos del fondo y cómo regular de una manera más precisa la disposición de los activos del fondo. Hay cuestiones menores en estos momentos en la legislación, que probablemente
podrán aclararse poniendo en relación la ley reguladora del fondo con la legislación en materia de estabilidad presupuestaria.



Por ir concluyendo esta presentación inicial, las magnitudes más representativas acerca de la gestión del fondo de reserva de la Seguridad Social, rentabilidad de los activos de renta fija, la TIR, ya lo hemos comentado, descendente entre
60, en el año 2004, y 3,37 en 2005, fruto de la disminución de los tipos de interés; rentabilidad de cuenta corriente, la misma o ligeramente superior; la rentabilidad anual, en términos acumulados, del fondo de reserva de Seguridad Social ha
pasado de 5,18 por ciento a finales de 2004 al 4,92, en 2005; la concentración de la inversiones del 5,68 al 6,48 por ciento; la duración de las mismas de 4,12 a 4,06 años; la duración modificada, 3,98 en 2004 y 3,94 en 2005. El criterio del
comité de gestión es que la duración de la cartera del fondo debe oscilar entre tres años y medio y 5 años. Es el criterio que nos parece más razonable, teniendo en cuenta que no hay ninguna previsión de disposición de los activos del fondo durante
los próximos 7 u 8 años.
Evidentemente la duración de la cartera puede prolongarse o disminuirse algo más en función de cuáles sean las fluctuaciones de los tipos de interés en el mercado, pero puede jugar con el criterio de rentabilidad, porque no
es imprescindible tomar decisiones en función de criterios de disposición. Como ya he comentado con anterioridad, la cuantía del fondo ha crecido un 40 por ciento de 2004 al 2005. El crecimiento de 2006 respecto a 2005 será básicamente similar.
La distribución del fondo en cuanto a activos, saldo activos financieros invertidos, es básicamente similar, mantenemos en cuenta un poco más del 1 por ciento del total de la distribución del fondo, y la duración de la cartera se ha hecho en unos
parámetros similares, disminuyendo ligeramente la deuda a corto y a largo en función de criterios estrictos de rentabilidad.



En cuanto a país emisor, ya hemos comentado cómo, a 31 de diciembre, el reparto entre Alemania, Francia y Países Bajos era básicamente similar, con muy pequeñas fluctuaciones. Por comentar brevemente la gestión del fondo en los dos primeros
meses del ejercicio 2006, la dotación es de 3.700 millones el 10 de febrero; la materialización se realiza el 15 de febrero; las inversiones se efectúan de 15 de febrero a 15 marzo, plazo que habíamos dado al Banco de España, pero ya están
concluidas. Y nuestra previsión es que se produzca una segunda dotación, en junio de este año, un poquito superior a la de febrero, con lo cual nuestro fondo de reserva acabaría el ejercicio aproximadamente en 35.500 millones de euros, que sería
equivalente a algo menos de 7 mensualidades de nuestra nómina pública de sistema de pensiones en lo que se refiere al nivel contributivo, es decir, sin contar las pensiones no contributivas y la Lismi.



Quiero darles las gracias por su atención y quedo a la disposición de SS.SS. para facilitarles oralmente o, si no estuviera en mi mano, por escrito y en el plazo más breve posible, la ampliación de los datos que SS.SS. tengan a bien
preguntarme.



El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Popular tiene la palabra el señor Echániz.



El señor ECHÁNIZ SALGADO: Nos encontramos con esta comparecencia, a solicitud del Grupo Parlamentario Popular, un año más, para que los responsables actuales del fondo de reserva de la Seguridad Social den cuenta de las actuaciones en el
último ejercicio y de la situación a 31 de diciembre pasado, en una, si me permiten, labor de control parlamentario del Gobierno más importante por su objeto, que no es otro que velar por el fondo de reserva, por la hucha del sistema de Seguridad
Social. Lo hacemos también no solo porque hace 6 años el Gobierno del Partido Popular tomara la iniciativa política de crear y dotar este fondo de reserva de la Seguridad Social, inexistente antes del año 2000, sino porque dejamos ordenado y
legislado el fondo incluyendo la disposición que obliga a los responsables a informar de su evolución anual. Este ejercicio de responsabilidad tuvo su continuidad en la revisión de las recomendaciones


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del Pacto de Toledo, que también efectuamos con otros grupos de esta Cámara en octubre de 2003. Quiero poner de manifiesto que el fondo de reserva es una de las pocas cuestiones que el Gobierno actual no ha derogado de la anterior etapa,
afortunadamente para todos. Es el mejor ejemplo de que cuando no se gobierna desde la radicalidad ni desde el revisionismo radical, como ha ocurrido con la derogación inmediata de la LOCE (la Ley Orgánica de Calidad de la Educación), del Plan
Hidrológico Nacional, de Pacto antiterrorista o de tantas otras cuestiones, y se actúa, desde nuestro punto de vista, del sentido común, del sentido de Estado, con responsabilidad, con prudencia y en beneficio de todos los ciudadanos y no solo de
unos pocos, cuando no se instigan enfrentamientos sino que se persevera en los acuerdos, aunque no los inventara el Grupo Socialista, a ustedes y sobre todo a la sociedad española les va mucho mejor.



Señorías, permítanme una breve aunque obligada alusión a la remisión del preceptivo informe al que se refiere la disposición adicional tercera del Ley Reguladora del Fondo de Reserva, a pesar de aceptar -lo digo desde ya- las disculpas tanto
del secretario de Estado como del jefe de gabinete del ministro, que me telefoneó en la tarde de ayer, pues estoy seguro de que no es responsabilidad de estas dos personas, de estos dos responsables. Me van a permitir que ponga en evidencia que no
parece muy de recibo que el ministro Caldera venga en persona a traer el informe al Parlamento hace más de un mes, el día 10 de febrero de este ejercicio exactamente, y que el portavoz del principal grupo de la oposición recibiera el mismo ayer por
la tarde, tras pedir que si no llegaba el informe, cómo es lógico, se retrasara la comparecencia por imposibilidad material de estudiar su contenido y de formular una opinión con rigor, así como cuestiones, preguntas e interrogantes al
compareciente. Que el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales venga a traer personalmente el informe a la Cámara el 10 de febrero, cuestión que, como todas SS.SS.
conocen, no es en absoluto necesaria, y que sin embargo a los diputados nacionales
miembros de esta Comisión se les haga llegar tarde el informe, el día anterior a la comparecencia, es decir el 13 de marzo, día de ayer, con un mes y pico de diferencia, creo que es una buena demostración de que al ministro le importa más la
fotografía que el Parlamento y quienes los componen, porque si la foto y su presencia para traer el informe, repito, no son necesarias, su registro en la Cámara y su distribución oportuna sí lo son. Para un responsable político como el señor
Caldera, que sigue siendo miembro de esta Cámara y que por tanto conoce muy bien su funcionamiento, el respeto a esta institución, a lo que representa, y desde luego a la labor de sus miembros, estos hechos deberían por lo menos se tan importantes
como su diligencia para venir a hacerse la fotografía. Aprovecho para manifestar que es difícil de entender que el ministro responsable del área, un hombre que ha pasado en esta Cámara 12, 14 o 16 años, no haya comparecido todavía antes esta
Comisión, a pesar de las múltiples e insistentes solicitudes de diversos grupos. Esto nos hace preguntarnos por qué no viene el ministro, por qué viene a traer un informe en mano, que no es su función, informe que podría traer un mensajero, porque
ni siquiera registra el documento, y sin embargo no viene a comparecer, que sí es su función y sí es su obligación política y parlamentaria.



Señorías, austeridad, visión de futuro, saneamiento de la Tesorería General de la Seguridad Social desde un déficit del 0,72 por ciento del producto interior bruto en 1994, análisis de los problemas estructurales de la Seguridad Social,
cumplimiento de las recomendaciones del Pacto de Toledo, reformas estructurales de la economía, políticas activas en la reducción del déficit, de la inflación, de la deuda, de la generación de empleo, de la reducción de los tipos, aumento de la
generación de empleo, de la confianza, de nuevas oportunidades, reformas fiscales, revisión del poder adquisitivo de la pensiones por ley, transferencia de la Sanidad a las comunidades autónomas, creación del fondo de reserva y todo su entramado
legal, fueron algunos ingredientes y recetas que utilizamos en la última década, que han permitido grandes avances a la sociedad española, despejar nubarrones de etapas anteriores y producir sin duda un cambio real en la política social. Eso,
señorías, es lo que vamos a seguir reclamando: prudencia, rigor, solvencia, rentabilidad en la gestión del fondo y huir de tentaciones y de cantos de sirenas que piden destinar este dinero a políticas que se deben financiar con impuestos.
Es, en
definitiva, perseverar en lo que sabemos que es bueno, en la línea adecuada.



Señor secretario de Estado, señor Granado, usted que conoce muy bien el sistema y su gestión, explíquele al señor Caldera que el fondo no garantiza per se la viabilidad del sistema de pensiones y su salud financiera, como ha declarado; que
no dé mensajes que pueden ser falsos o equivocados a la sociedad. El fondo de reserva está para solventar picos coyunturales de déficit en las cuentas de la Seguridad Social, pero no para garantizar la viabilidad del sistema. La viabilidad del
sistema se garantiza con unos ingresos adecuados y unos menores gastos. Señor Granado, explíqueselo al ministro porque es muy importante que el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, responsable máximo de la Seguridad Social, entienda esto y lo
comprenda; por que, si no, produce una enorme preocupación e inquietud en la sociedad, especialmente en los agentes económicos, que saben de qué va esto, y estoy seguro de que será capaz de entenderlo en un par de tardes.



Señorías, voy a hacer una pequeña referencia a la Seguridad Social y a su futuro, oportuna cuando hablamos de un elemento como el fondo de reserva.
A pesar del superávit actual, el sistema de pensiones español no resistirá, si no se
reforma, el impacto del envejecimiento de la población. En los últimos 30 años el número de personas mayores de 65 años en nuestra sociedad se ha duplicado, ya son cerca de 7 millones, un 16,6 por ciento del total de nuestra población. Situación


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que se ha visto agravada por lo que se ha venido en llamar el envejecimiento del envejecimiento, es decir, el incremento del colectivo de octogenarios, personas de 80 años y más, que se duplicó en solo 20 años y que supone ya cerca de 2
millones de personas, es decir, un 4,6 por ciento de nuestra población, casi la tercera parte de los que son mayores de 65 años, y que se va a intensificar en el futuro, a partir del 2020, con la incorporación a la jubilación de la generaciones del
baby boom de finales de los años cincuenta. Si a esta realidad le sumamos nuestros reducido índice de natalidad, por debajo de 1,2 hijos por pareja, se está provocando una inversión de la pirámide demográfica con una disminución de la población en
edad de trabajar, en la que ni la aportación de los inmigrantes en este momento es capaz de compensar.
Estamos llegando a una situación en la que cada vez hay menos cotizantes y, sin embargo, más perceptores de prestaciones, lo que sin duda pone en
riesgo gravemente la sostenibilidad del sistema, a pesar del fondo de reserva.



La OCDE, a través del informe Live longer, work longer ha advertido ya de que si no se toman medida el número de jubilados por trabajador se va a duplicar en las próximas cinco décadas, para llegar en 2050 a un solo empleado por cada persona
jubilada. La OCDE solicita también en sus informes que los subsidios a la jubilación anticipada sea eliminados y se creen mayores incentivos para retener a los trabajadores mayores en el mercado laboral. El demoledor informe de los expertos
comunitarios, encargado por el Comité de Política Económica de la Unión Europea, que se debatió el pasado 14 de febrero en el Ecofin, con la presencia de nuestro ministro de Economía, el señor Solbes (el informe de los expertos del Ecofin, de la
Unión Europa por tanto), duda de la viabilidad de los sistemas de pensiones de seis países de los veinticinco de la Unión Europea, y entre esos seis figura España. Está en Internet, lo podemos ver hoy mismo. Augura para España un incremento del
gasto provocado por la evolución demográfica que alcanzará el 7,1 punto por ciento del PIB nacional, y anuncia que se reducirán a la mitad las personas en activo por cada jubilado. Por todo ello, señorías, es indispensable -y lo hemos comentado en
algunas ocasiones en esta Comisión- reformar nuestro sistema de pensión, cuestión que está atascada, desde nuestro punto de vista, desde hace demasiado tiempo en las mesas de diálogo con los interlocutores sociales. Hasta la República Federal
Alemana hace escasas fechas, con su nueva coalición gubernamental, ha decidido ya elevar la jubilación a 67 años a partir del 2012, poco a poco, eso sí, incorporando un mes cada año. Y Gran Bretaña ha encargado también un informe al respecto. Pero
esto será sin duda un camino que deberán recorrer todos los países de la Unión Europea, y de una forma muy especial el nuestro, el Reino de España, que de acuerdo con la proyecciones demográficas de Euroestat, repito, se convertirá antes de mediados
de siglo en el de mayor proporción en toda la Unión Europea de personas ancianas, con un 35,6 por ciento, y, en consecuencia, uno de los que tendrá que soportar un mayor incremento del gasto en pensiones, que podría pasar del actual 9, 4 por ciento
del productor interior bruto a más del 16 por ciento en 2040, es decir, dentro de poco más de 30 años. Señorías, es un elemento de reflexión. Nuestro grupo ha pedido, en el seno de la Comisión del Pacto de Toledo, que se debata sobre este tema en
profundidad, sobre las reformas necesarias de la Seguridad Social, porque entendemos que es esencial tomar medidas ya, ahora que podemos hacerlo sin demoras.



Después del estudio del documento y al hilo de la intervención del secretario del Estado, quisiera formularle algunas preguntas en relación con el fondo del asunto para que las pueda responder en su contestación ulterior. Son preguntas
sencillas pero muy importantes desde nuestro punto de vista.



En primer lugar, el año pasado en su comparecencia el señor secretario de Estado, dijo que presentaría este año a la Cámara la corrección de los escenarios presentados a esta Comisión en la revisión del Pacto de Tolero de octubre de 2003.
Ha pasado un año completo y nos gustaría saber, señor secretario de Estado, cuándo piensa remitir dichos estudios a esta Cámara. Nos parece un elemento esencial para hacer las previsiones necesarias respecto de las preocupaciones lógicas que en
este momento tiene los grupos de esta Cámara.



La segunda pregunta es si ha resuelto que la parte del fondo de reserva que está invertida en renta extranjera, como ha puesto de manifiesto en su intervención, computa ya en reducir la deuda pública española en Euroestat. El año pasado
dijo que no era así y que estaban haciendo gestiones para intentarlo. Si no es así, qué es lo que ha ocurrido para que este año no haya podido hacer esa gestión y en qué situación estamos respecto a Euroestat.



En tercer lugar el límite propuesto por el fondo de reserva del Banco de España en cuanto al grado de concentración del total de deuda del Tesoro en circulación era, como usted muy bien sabe y ha puesto de manifiesto en su intervención, del
7 por ciento, para evitar interferencias en el mercado de deuda español. Sin embargo, el informe actual predice -no sé exactamente en qué página- que sea el 8,5 por ciento. Le gustaría conocer a mi grupo por qué se ha procedido a este cambio de
criterio, este incremento de 1,5 puntos respecto a la posibilidad de endeudarnos en el mercado del Reino de España.



En cuarto lugar, teniendo en cuenta que el criterio de mantenimiento del saldo en caja en cuenta corriente de fondo de reserva en el Banco de España es una mensualidad para hacer frente a las obligaciones en pensiones, en nóminas, en
desempleo, en prestaciones familiares, etcétera cuánto supone actualmente una mensualidad en relación con todas estas obligaciones, también para hacer una análisis de si la gestión del fondo en lo que se refiere a los depósitos en cuenta corriente
es la adecuada o no lo estamos haciendo bien.



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En quinto lugar, señor secretario de Estado, el año pasado usted anunció en esta Comisión la creación de un grupo de trabajo compuesto por miembros del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales y del Ministerio de Economía y Hacienda, para
reflexionar sobre el carácter de la inversiones, la duración de la cartera, el sentido, los criterios, la posibilidad de invertir un porcentaje (cito textualmente) muy reducido en activos privados, la posibilidad de diversificar el riesgo que supone
un solo gestor, etcétera. Me gustaría saber -algo ha dicho pero no ha concretado en su intervención- si podría transmitir a esta Cámara cuáles son la conclusiones un año después de ese grupo de trabajo, en la medida en que anuncia que puede traer
un documento a la Cámara a partir del mes de mayo que se convierta en modificaciones legislativas de la ley del fondo de reserva, especialmente después de que el Tribunal de Cuentas, como usted bien conoce, pidiera una gestión más activa del fondo
que mejorara el rendimiento medio del 4,45 por ciento al que, restando la inflación media del 3,3 por ciento de los 3 últimos años, deja un rendimiento real neto un poco mayor de 1 punto, una cifra que para cualquier analista económico puede ser
pequeña para un volumen económico tan grande como el que en este momento tiene el fondo de reserva.



En sexto lugar, nos gustaría saber si van a incorporar al fondo de reserva español los excedentes de la mutuas de la gestión de las contingencias de accidentes de trabajos y enfermedades profesionales, no solo el excedente de los excedentes
de la gestión de la contingencia de incapacidad temporal. Lo ha dicho S.S., pero no me ha quedado claro si va a ser posible incorporarlos al fondo, cuestión que para este grupo sería enormemente interesante, y si van a promover una modificación de
la legislación en este sentido.



En séptimo lugar, y este mismo orden de cosas, si ha contemplado invertir parte del fondo de reserva en deuda pública de la comunidades autónomas, cuestión que está en el centro de debate y encima de la mesa.



En octavo lugar, el año pasado el secretario de Estado relató que disponía de pocos funcionarios que soportaran desde la Dirección General del Tesoro y la Tesorería General de la Seguridad social todos los trabajos de gestión del fondo de
reserva. Tras la propuesta al Ministerios de Administraciones Públicas de incrementar los efectivos para crear una unidad de gestión del fondo con -creo recordar que dijo- retribuciones y estatus adecuados a la responsabilidad que asumían, a esta
Cámara les gustaría conocer qué avances nos puede anunciar en esta matera que hayan mejorado la capacidad de las estructuras administrativas de nuestra Administración General del Estado para gestionar este fondo.



En noveno lugar, tras la refinanciación el año pasado de las ficticias deudas de la Seguridad Social, creo que a 10 años mas fruto de los préstamos realizados en la primera mitad de los años noventa para financiar la sanidad antes de que
fuera transferida y, desde luego, antes de la separación de las fuentes de financiación, en lugar de buscar otra solución que desde nuestro punto de vista hubiera sido más solvente para el estado contable de la Seguridad Social y el balance ¿nos
podría decir cuál es, señor secretario de Estado, el statu quo de esa importante cuestión en este momento, que no nos parece nada baladí?


En décimo lugar, nos gustaría saber por qué en el año 2004 hubo cinco reuniones del comité de gestión y, sin embargo, en 2005 ha habido únicamente tres, casi la mitad. ¿Es que es menos necesario convocar el comité de gestión, invertir cada
menos tiempo con el objeto de rentabilizar mejor nuestra situación del fondo? ¿Es que lo hacen con menos reuniones? ¿Es que son capaces de hacerlo de forma más ágil? Me gustaría conocer cuál el es motivo, porque me parece sorprendente que el
número de reuniones se haya reducido casi a la mitad, de cinco a tres.



En undécimo lugar, ¿podría decirnos que porcentaje del superávit de la Seguridad Social se ha destinado cada ejercicio desde el 2000 hasta el 2005 al fondo de reserva? Le sugiero que en ejercicios posteriores incluya este gráfico en el
informe, porque yo creo que es muy importante y no entendemos muy bien porqué está. Es un dato interesante y nos gustaría conocer qué porcentaje, en estos cinco o seis ejercicios, se ha dedicado a otras cuestiones, y sobre todo -si está en
condiciones de decirlo, probablemente sí- a qué se han dedicado esos porcentajes que no se han destinado al fondo de reserva.



En duodécimo lugar, ¿cuándo va a comenzar el Gobierno de España a poner en marcha las recomendaciones del Pacto del Toledo de 2003 en aquellas cuestiones que tienen que ver con la consolidación y mejorar la sostenibilidad de nuestros sistema
público de Seguridad Social? Sin duda hay muchas cosas atascadas en las mesas de diálogo, pero el Gobierno tiene la responsabilidad de gobernar. En este momento hay que tomar medidas importantes que mejoren la situación de nuestro sistema público
de pensiones de cara al futuro.



En decimotercer lugar, nos gustaría saber cuándo van a traer al Parlamento la necesaria reforma de la Seguridad Social, en un escenario como el actual, donde hay desequilibrios en alguna variables macroeconómicas, especialmente en el déficit
por cuenta corriente, con un repunte de la inflación y con el anuncio de un incremento previsible de los tipos que puede ralentizar nuestra economía. Aunque al fondo le venga muy bien, puede ralentizar en general nuestra economía disminuir la
capacidad de generar empleo, especialmente en los escenarios adversos. Repito la necesidad de adelantar reformas que están atascadas en esa mesas sociales, en la medida en que los españoles no pueden esperar a que haya un acuerdo y hay que actuar.
Para eso están el Gobierno y el Parlamento.



En decimocuarto y último lugar, auque quizá es la más importante, ¿a qué ritmo, señor secretario de Estado, están creciendo, por una parte los pagos de la Seguridad Social y por otra los ingresos de la Seguridad Social? En los pagos y los
ingresos de las Seguridad Social está el


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meollo de la cuestión. Esto lo más importante, lo que más nos preocupa, la base y el futuro del fondo de reserva para los próximos años.



Señor secretario de Estado, le doy las gracias por anticipado por sus respuestas a estas catorce cuestiones, que le ruego, si es posible, responda en el mismo orden en que han sido formuladas para facilitarnos también a los grupos su
seguimiento y el control parlamentario de sus respuestas.



El señor PRESIDENTE: Señor secretario de Estado.



El señor SECRETARIO DE ESTADO DE LA SEGURIDAD SOCIAL (Granado Martínez): Antes de contestar a sus preguntas, me permitirá el señor Echániz que haga algún comentario a algunas de las cuestiones que ha señalado.
Comparto básicamente el
diagnóstico del señor Echániz, pero le pediría a su grupo parlamentario -se lo digo con todo respecto- que fuera coherente con ese diagnóstico. Si están convencidos de que este país tiene un problema como el resto de Europa de envejecimiento de la
población, de que el sistema de pensiones tiene que gobernarse teniendo en cuenta este factor y de que lo que hace falta son reformas globales, sería de agradecer que una semana sí y otra no, no votaran a favor de cuestiones parciales que reforman
la Seguridad Social a trocitos, generando incrementos de gasto. Esto que a usted le parece -estoy seguro, como también lo estoy de que al señor Azpiroz y a los responsables de su grupo con más directo protagonismo en temas de política social se lo
parecerá también-, algo inadecuado es lo que están haciendo día sí y día no en el Congreso de los Diputados y en el Senado. El señor Campuzano se ríe y yo me sonrío con él. Vamos a hacer entre todos posible, como siempre se ha hecho en España
entre los grupos políticos y los interlocutores sociales, ese marco general de reforma, no descuadrando el sistema atendiendo a cuestiones que pueden ser importantes desde un punto de vista parcial pero que al sistema le vienen mal globalmente
hablando. Un día tenemos que computar los periodos del servicio militar para el cálculo de la pensiones, otro día tenemos que mejorar las pensiones de los prejubilados anteriores al acuerdo de 2001... Ustedes, como diputados, siempre son pródigos
en el gasto, es la tentación típica del parlamentario. Y no lo digo con ningún matiz peyorativo, porque después de haber sido 18 años senador sería bastante estúpido por mi parte intentar buscarle alguna reminiscencia peyorativa a esta cuestión.
Como creo que ustedes tiene un buen diagnostico de la situación, que es un diagnóstico compartido por el Gobierno, por los interlocutores sociales y por gran parte de la sociedad española, yo le pediría que se apliquen sus propios consejos, que
permitan que haya un reforma global de la Seguridad Social que sea el diseño global de la Seguridad Social el que anime las necesarias reformadas, y no la iniciativas concretas y parciales para satisfacer reivindicaciones absolutamente lógicas y
justas de colectivos concretos.
Porque por la vía de dibujar desde veinte puntos de vista un caballo hacemos, como decía Napoleón, un camello, que es un caballo dibujado por un comité. Si intentamos producir la reforma global de la Seguridad
Social a través de medidas parciales, que son siempre de incremento de gasto, no le estamos haciendo ningún favor al sistema. Primera cuestión: absoluta coincidencia en cuanto al diagnóstico, petición de una cierta congruencia, seño Echániz, yo
también estoy en mi papel. En segundo lugar, vamos a ver si somos capaces de no alarmar a las sociedad española. Lo digo porque ustedes a veces de quejan, y probablemente tengan razón, de que en alguno de los diagnósticos o de la transmisiones de
información que ha intentado hacer esta secretaría de Estado -yo mismo, en primera persona- a veces se ha producido un impacto alarmista.
Tampoco debemos intentar que esa sea la conclusión de la sociedad española sobre la situación de nuestro
sistema de pensiones. Por ejemplo, el demoledor informe al que ha hecho referencia S.S., el del comité de política económica de la Unión Europea, de hace diez días, refleja para España, de acuerdo con las previsiones presentadas por el actual
Gobierno, un gasto en pensiones del 15,7 por ciento del PIB para el año 2050. Pero es que el informe de hace 3 años, cuando ustedes eran Gobierno, decía que el gasto en pensiones del Reino de España en el año 2050 iba a ser del 17,3 por ciento. Yo
no sé por qué S.S. considera demoledor un informe que habla del 15,7 del gasto en pensiones y no consideró mucho más demoledor un informe que apreciaba un gasto muy superior hace 3 años. Nosotros nunca dijimos que el informe de hace 3 años fuera
demoledor, señor Echániz, revise las hemerotecas, porque el hablar de informes demoledores es algo que en el sistema de protección social no viene bien a nadie, porque al final la gente lo que hace es asustarse. ¿Tenemos un problema? sí. ¿Cómo
está evolucionando? Parece que bastante bien. Somos el único país de la Unión Europea que el comité de política económica considera que va tener un gasto en pensiones menor en el PIB en relación a los informes producidos hace 3 años. Somos el
único país en el que se aprecia una evolución positiva del gasto en pensiones, porque la riqueza nacional crece más que el gasto en pensiones, a pesar de que el gasto en pensiones va a crecer mucho, no solo fruto del envejecimiento de la población,
sino de determinadas medidas legislativa que han supuesto un crecimiento diferencialmente superior de las pensiones mínimas. Incorporando un crecimiento mayor que el previsto hace 3 años de las pensiones mínimos, nuestro gasto en pensiones en
relación con el PIB va a ser inferior. Y si el informe de comité de política económica es demoledor ahora, hace 3 años era catastrófico. Entonces nadie dijo que era catastrófico y también mirábamos el informe en Internet. Yo les pediría que no
jueguen a hacer alarmismo, porque como aquí, a fin de cuentas, todos los grupos parlamentarios hemos tenido alguna responsabilidad, el alarmismo es inadecuado.



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Es verdad que tenemos un problema de envejecimiento de la población. Señor Echániz, las estadísticas de Euroestat que ha citado tienen como referencia los datos de 2002 y 2003.



Es un poco difícil compartir la idea de que un país como España, que comparte el mismo idioma -me estoy refiriendo al castellano y no al resto de las lenguas oficiales del Estado- con una comunidad de cientos de millones de personas, vaya a
contemplar la evolución inexorable de la pirámide demográfica sin tener en cuenta flujo migratorio alguno y deje sin cubrir puestos de trabajo con personas que los pueden ocupar y que van a poder integrarse perfectamente en la sociedad española sin
los problemas idiomáticos que normalmente vienen con los flujos migratorios.
(La señora vicepresidenta, Pin Arboledas, ocupa la Presidencia.) ¿Qué quiero decir con esto? Señor Echániz, me cuesta mucho creer que este país alguna vez vaya a tener el
mismo porcentaje de pensionistas que de activos. En este momento la proporción en España de activos ocupados en relación con pensionistas es la más baja de toda la Unión Europea.
Estamos en una tasa de dependencia -que es como se llama el concepto
en la jerga interna de los sistemas de protección social- de 2,6. En España hay 2,6 trabajadores activos ocupados por cada pensionista. Somos el país que tiene la tasa de dependencia más baja de Europa. La relación activos ocupados sobre
pensionistas es la más alta de Europa y tendremos un problema en el futuro, sin duda, pero no va a ser tan dramático como que lleguemos a una proporción de uno a uno. No va a ser esa la proporción en ningún caso. La proporción estadística de un
Estado más desfavorable dice que en el año 2050 nuestra ratio de dependencia será de 1,3. Y esto sería dramático, en efecto, porque en el año 2050 tendríamos la misma proporción que tiene Alemania en la actualidad. Esa sería la proporción que
tendríamos en el año 2050 si no hacemos las reformas necesarias y si no somos capaces de gobernar el envejecimiento de la población, porque el envejecimiento de la población es algo inexorable; también políticas más definidas de apoyo a las
familias como las que se han puesto en marcha a través de la Ley de igualdad, o a través de la corrección de los desequilibrios en materia de beneficios fiscales para las familias con menores ingresos que se ha contemplado en el anteproyecto de
impuesto sobre la renta de las personas físicas. Tenemos que hacer políticas familiares más activas, de ayuda sobre todo a las familias con menores ingresos, de ayuda a las mujeres para que puedan conciliar su vida personal y laboral, de ayuda a
las parejas para que puedan conciliar su vida personal y laboral, su vida familiar y laboral, y tenemos que hacer políticas de reparto de los beneficios fiscales más equitativas. Con todo esto y con políticas de igualdad generales probablemente
consigamos que la tasa de natalidad en este país se adecue a los deseos de las familias españolas, porque en estos momentos las familias españolas tienen menos hijos de los que quisieran tener. Evidentemente, señor Echániz -usted lo sabe-, no somos
partidarios de políticas natalistas en el sentido de imponer a la gente una natalidad no deseada, pero sí de que las familias españolas puedan tener los hijos que quieran. Y con todo esto el envejecimiento será menor que el contemplado en los
escenarios más desfavorables. La evolución de la riqueza y del empleo en nuestro país es tremendamente positiva, estamos en el mejor escenario de la Unión Europea pero tenemos problemas. Por eso lo que ha dicho la Unión Europea es que somos un
país de riesgo medio, con un presente muy optimista y con un futuro sometido a tensiones demográficas importantes que no pueden gobernarse solamente desde el punto de vista migratorio sino desde otros puntos de vista. Y a eso nos hemos dedicado.
Nos hemos dedicado también a mejorar los ingresos del sistema, a incrementar las bases mínimas de cotización, a llegar a acuerdos con sectores como los autónomos o los agrarios para intentar evitar la infracotización de algunas partes del colectivo
de cotizantes, acuerdos como los implementados en la última Ley de presupuestos de reforma de la gestión de la incapacidad temporal, que ese sí era un problema y en el que, por cierto, la herencia recibida es menos amable de la que tan enfáticamente
ha descrito el señor Echániz pero a la que no me voy a referir porque, entre otras cosas, no me considero heredero a beneficio de inventario: lo que no me gusta lo cambio y lo que me gusta lo acepto. En ese sentido algunas cosas ya hemos cumplido
de lo que decía el informe del Pacto de Toledo, por ejemplo, en materia de dependencia, de incapacidad temporal o de corrección de las situaciones de menor correspondencia entre aportaciones y prestaciones.
Es verdad que en estos momentos hay una
negociación muy amplia y muy intensa con los interlocutores sociales que ha dado frutos inmediatos en materia, por ejemplo, de enfermedades profesionales o de accidentes de trabajo. Hemos alcanzado un acuerdo que está a falta de cierre de unos
flecos mínimos con los interlocutores sociales para modificar la estructura tarifaria de la Seguridad Social en materia de accidentes de trabajo o para modificar el plan de prevención de riesgos que se hace con cargo a las cuotas de Seguridad
Social, o para modificar el catálogo de enfermedades profesionales que esperamos firmar en los próximos días. Y probablemente el mes que viene lleguemos a un acuerdo, si se cumple nuestro deseo y nuestra previsión, sobre una estructura más adecuada
y más equitativa de nuestra normativa en materia de regulación general de prestaciones públicas, en lo que se puede decir coloquialmente que es la reforma de las pensiones. En todo caso va a ser un acuerdo de reforma necesariamente moderado, entre
otras cosas, porque todos sabemos que un acuerdo sobre pensiones en nuestro país va a ser sobre flujos, nunca sobre stocks, es decir, nunca va a afectar a los sectores pensionistas.
Estamos hablando de cómo el acuerdo va a reformar el sistema de
pensiones sobre la base de que va a afectar paulatinamente a los pensionistas que ingresan en el sistema, y a estos paulatinamente, como digo, nunca a los ocho millones de pensionistas. No


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estamos en una situación económica que nos obligue a hacer reformas tan de calado como han tenido que abordar Alemania, Bélgica, Portugal y otros países. Eso no está en nuestro escenario.



Paso a contestar las preguntas del señor Echániz. Me da la sensación de que respecto a la gestión del Fondo de Reserva tampoco encuentran elementos demasiado críticos. Le agradezco que aunque sea simplemente por asumir sin demasiadas
críticas los actuales parámetros de gestión parece que lo estamos haciendo debidamente. La primera cuestión era la corrección de los escenarios del Pacto de Toledo. O su señoría no me entendió bien o yo no me expliqué debidamente, sin duda sería
lo segundo, porque ya hemos entregado ese documento que es el informe de estrategia.
Los escenarios que ustedes presentaron en el año 2002 a la Comisión del Pacto de Toledo son los que luego presentaron en el informe de estrategia ante la Unión
Europea el año 2002, y nosotros hemos presentado nuevos escenarios en el informe de estrategia ante la Unión Europea en el año 2005. Ese es el documento de corrección de los escenarios. En ese sentido la actualización de los mismos ya está
realizada hasta el año 2050, o sea que esto ya está hecho.



Me pregunta si las compras de deuda extranjera reducen el porcentaje de deuda pública española en Eurostat. También hay una cierta confusión.
Evidentemente, que tengamos valores de deuda de los países de la Unión Europea no disminuye el
monto total de la deuda española en circulación por parte del tesoro público. Lo que nosotros indicamos es que estábamos haciendo gestiones con Eurostat para que al tiempo que se reflejaba cuál era el porcentaje de deuda española en relación con el
PIB hubiera una anotación que dijera: No obstante, hay instituciones públicas del Reino de España, como es el Fondo de Reserva, que tienen determinados valores, determinadas posiciones en deuda extranjera que simplemente si hubieran querido reducir
deuda española lo hubieran hecho por el mismo importe. Y según mis noticias Eurostat le ha contestado al Ministerio de Economía -aunque es la Secretaría de Estado de Economía la que lógicamente monitoriza, controla esta cuestión- en sentido
favorable, en el sentido de que cuando se haga una referencia a la deuda pública del Reino de España habrá una anotación a pie de página que diga que España tiene el cuarenta y tantos por ciento de su deuda en relación con su PIB pero también tiene
un uno por ciento del PIB invertido en valores de deuda extranjera. O sea que en ese sentido creo que no que va a haber demasiados problemas. ¿Por qué hemos pasado del 7 por ciento de la deuda pública del Reino de España al 8,5? Fue una decisión
en el sentido de que no nos parecía adecuado tener un techo que estuviera demasiado cerca de la realidad. Cuando tomamos esta decisión a principios de 2005 existía el riesgo de que pasáramos del 7 por ciento; de hecho habíamos pasado del 7 por
ciento a finales de 2004 simplemente por el crecimiento de los valores del fondo. Nuestro criterio es que nunca vamos a llegar al 7. De hecho, mantener el 50 por ciento de la deuda en el Reino de España y el 50 por ciento de la deuda en países de
la Unión Europea nos hace pensar que nunca vamos a llegar al 7, pero tampoco descartamos que en un determinado momento, en función de criterios de rentabilidad, pueda ser necesario retomar posiciones en deuda española, porque la deuda del resto de
los países de la Unión Europea está en estos momentos en criterios de rentabilidad algo inferiores a los de la deuda española, no tanto porque tenga tasas de rentabilidad diferentes sino porque tiene más gastos de gestión, y aunque los gastos de
gestión no son muy importantes y no están imputados en la gestión del fondo, sino que los asume directamente la tesorería general de la Seguridad Social con cargo a su presupuesto, es verdad que tenemos algunos centenares de miles de euros de gastos
de gestión por estar manteniendo posiciones en deuda extranjera que nunca tendríamos en deuda española.



Me pregunta su señoría cuál es actualmente el importe de una mensualidad de pensiones. Le voy a dar la cifra de marzo, la mensualidad abonada en febrero, que es 4.983 millones de euros, la última mensualidad de pensiones y gastos de
protección familiar abonada por la tesorería general de la Seguridad Social. Si nos limitamos solamente a pensiones públicas y descontamos la protección familiar probablemente estemos en 4.800 millones de euros, que es básicamente de lo que
estábamos hablando cuando hablábamos de casi seis mensualidades, los 27.000 millones del fondo a 31 de diciembre, casi siete mensualidades, los 31.200 millones del fondo en la actualidad. Algunas de las conclusiones del grupo de trabajo se han
puesto en marcha este año, por ejemplo, la compra de valores en deuda extranjera. Otras de las decisiones se han llevado por la necesidad de dar rango legal al texto que esperamos tener concluido en abril y que esperamos poder presentarles en mayo,
porque entendemos que en todo caso es necesario que la modificación de la Ley reguladora del Fondo de Reserva se realice con algún grado de acuerdo entre los grupos parlamentarios. Pensamos con toda sinceridad que no es un tema relevante de la
agenda política de los grupos en cuanto al enfrentamiento partidario y que es posible obtener un grado de consenso entre los grupos parlamentarios que sea razonable.



La rentabilidad acumulada en los activos del fondo es mayor que la rentabilidad acumulada de los fondos de pensiones privados que invierten sus activos en renta fija. Si hacen la comparación desde el año 2000 al año 2006 de los fondos de
pensiones que han invertido sus activos en renta fija -no me estoy refiriendo a renta fija en valores en manos del sector público, sino en renta fija-, verán que nuestra rentabilidad acumulada es mayor. Y esto sin tener en cuenta que deberíamos
hablar de rentabilidad neta, por tanto descontando gastos de gestión y comisiones, en cuyo caso estaríamos muy por encima de la rentabilidad de los fondos privados de pensiones. Ahora bien, ¿es mayor, ejercicio a ejercicio, a la rentabilidad que
puedan tener fondos de pensiones con criterios de diversificación de cartera más amplios?


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Ahí ya entramos en la comparación. ¿Nuestra rentabilidad en relación con los fondos de pensiones del resto del mundo está en la banda alta o en la banda baja? Tenemos un esquema de gestión muy prudente, que fue el que le dieron al fondo
sus configuradores; es muy prudente. Esto nos lleva a que tengamos mayor seguridad, probablemente mayor solvencia y algo menos de rentabilidad. ¿Estamos en la media de lo que es el esquema de gestión de los fondos de reserva en el mundo? No.
Estamos en un extremo. Hay fondos de reserva de la Seguridad Social que tienen prohibido comprar valores de deuda pública, como es el irlandés, y nosotros tenemos el cien por cien en valores de deuda pública. Hay fondos de pensiones que solo
invierten en renta variable. Nosotros solo invertimos en renta fija y del sector público, también de la Unión Europea y del euro, porque no asumimos riesgo de cambios; o sea que tenemos un sistema de gestión desplazado mucho hacia la solvencia y
hacia la seguridad. Sin duda alguna somos de los fondos de reserva, si no el que más, más seguros del mundo. ¿Podemos obtener una mayor rentabilidad? A nuestro juicio sí, y probablemente en estos momentos existan instrumentos financieros que nos
permitan gozar de la misma solvencia y de la máxima seguridad creciendo sin poner en peligro esos conceptos, pero creciendo algo más en rentabilidad.



En cuanto a los excedentes de las mutuas, como bien saben sus señorías, la Ley reguladora del Fondo de Reserva establece que va a dicho fondo el exceso de excedentes de las mutuas en la contingencia de enfermedad común. En estos momentos
tenemos una regulación muy prolija de las reservas de las mutuas. Hay cinco reservas diferentes. Hay una provisión de contingencias en tramitación. Creemos que se puede simplificar la normativa y que haya un porcentaje fijo de los excedentes de
las mutuas, una vez dotadas adecuadamente las reservas mínimas consideradas necesarias para que las mutuas puedan realizar bien su trabajo, que pueda haber un porcentaje fijo del excedente global de las mutuas que vaya al Fondo de Reserva de la
Seguridad Social, sin poner nunca en cuestión que cada una de las mutuas debe tener reservas suficientes para garantizar a sus mutualizados las prestaciones que administra, y también sabiendo que el sistema de Seguridad Social es una garantía. En
ese sentido estamos discutiendo ya una reforma razonable que a nuestro juicio debe ser pactada con el sector, con los interlocutores sociales, y llegar al Parlamento en un ambiente de cierto consenso inicial que el Gobierno tiene que mantener, y
esto evidentemente tendrá su traducción en una modificación de las normas legales que, ya digo, esperamos acordar con todos los agentes tanto políticos como sociales y corporativos.



Respecto a la posibilidad de invertir en deuda de las comunidades autónomas, ya fue suscitado este tema, creo recordar, por el portavoz señor Campuzano hace un año. En principio no tenemos una posición de partida contraria a invertir en
deuda de comunidades autónomas si tiene las ratios de solvencia, de seguridad y de rentabilidad que nos hemos trazado en nuestros estándares, es decir, en sector público del Reino de España, en euros. En ese sentido no tenemos un criterio pero
apreciamos dos tipos de dificultades. Una primera dificultad es la de que todavía no han llegado al nivel mínimo de solvencia que requerimos para nuestras inversiones; la deuda de las comunidades autónomas no tiene la misma calificación crediticia
que tiene en los mercados internacionales la deuda de otros países que se mueven en la zona euro o la deuda que tienen las instituciones estatales del Reino de España. Y una segunda cuestión es la de que esto debe hacerse de manera pacífica y no
generar debates territoriales, porque es evidente que al tener diferente calificación crediticia la deuda de las distintas comunidades autónomas, si mantenemos un criterio de estandarización fijo y permanente, al final lo que nos va a suceder es que
vamos a poder invertir en deuda de dos o tres comunidades autónomas pero no en deuda de las 17 comunidades autónomas de España. La Seguridad Social quiere mantenerse lo más lejana de los debates territoriales; lo digo con toda franqueza. Además,
ustedes entenderán que esto no sea una posición de este Gobierno, es una posición de sentido común que han mantenido todos los gobiernos y que mantendrán los gobiernos que sucedan al presente. ¿Ustedes creen, de verdad, que el Parlamento podría
aceptar unánimemente que la Seguridad Social invirtiera parte de los activos del Fondo de Reserva en deuda pública emitida por dos o tres comunidades autónomas? ¿Esto no iba a ser entendido como un agravio por los responsables del resto de las
comunidades aunque su deuda pública tenga una calificación crediticia inferior? Si ustedes piensan que debemos hacerlo y están de acuerdo lo haremos. En principio nos mantenemos en una posición de cierta prudencia y decimos que, como no queremos
generar debates territoriales, francamente no contemplamos en un escenario de futuro la posibilidad de invertir en deuda de únicamente una o dos comunidades, partiendo de la base de que en la actualidad ninguna alcanza los estándares que exigimos y
de que en el futuro más cercano es posible que haya una o dos comunidades que los alcancen, pero que es muy difícil que las 17 comunidades alcancen esos estándares.



Respecto a las unidades administrativas, les puedo decir con cierta satisfacción que la Cecir, la Comisión de retribuciones y control de incentivos de las administraciones públicas, aceptó la propuesta que había sido formulada por la
Seguridad Social y que en ese sentido existe ya una unidad administrativa de gestión del Fondo de Reserva, dirigida por la subdirectora de Gestión del Fondo de Reserva y Pagos de la tesorería general de la Seguridad Social que me acompaña en esta
sesión, que nos ha aceptado un incremento de plantilla de 11 ó 12 personas y en estos momentos estamos cubriendo esas plazas sabiendo que hay un problema añadido que es el que tiene la Función pública con carácter general, y es que con nuestro
esquema retributivo por muy generosos,


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entre comillas, que podamos ser, con las retribuciones pagadas en el sector público, encontrar funcionarios especializados en la gestión de valores no es fácil, y encontrar funcionarios especializados en la gestión de valores que acepten las
retribuciones que les ofrecemos en el sector público es más difícil todavía porque son la mitad o la tercera parte que las que se les ofrecen en el sector privado. Estamos cubriendo esas plazas como podemos, pero tenemos ya una unidad
administrativa mucho más amplía que la que yo me encontré en marzo de hace dos años y que era de dos personas con no demasiada formación.



Respecto al balance patrimonial de la Seguridad Social, remitiré el último informe elaborado por la Intervención General de la Seguridad Social a los portavoces de la Comisión y a su presidente, que básicamente es el mismo que existía hace
dos años, porque los préstamos que tenemos contabilizados como tales en nuestro balance son los mismos, no ha habido un incremento ni una disminución. Es verdad que la Ley de presupuestos lo que ha hecho ha sido prorrogar diez años más el préstamo
que vencía el año 2006, que es exactamente lo que se hizo en 1999, en 2000, en 2001, en 2002, en 2003 y en 2004 en las sucesivas leyes de presupuestos. Señor Echániz, no me eche la culpa de que haga lo que hicieron sus ministros, que la Seguridad
Social siga haciendo en el año 2006 lo que hicieron los sucesivos gobiernos del Partido Popular en los años anteriores. ¿Que es perfectamente posible diseñar desde el punto de vista de la Seguridad Social una mejor solución? Sin duda. Estoy
seguro de que mis antecesores en la Secretaría de Estado de Seguridad Social hubieran preferido una solución diferente, como yo la prefiero en la actualidad; estoy seguro de que mis antecesores se pelearon con sus colegas del Ministerio de Economía
y Hacienda como yo me peleo en la actualidad. Al final, el Ministerio de Economía y Hacienda busca lo mejor no solo para el interés de la Seguridad Social sino para el interés conjunto del sector público español, y hasta ahora no hemos encontrado
otra fórmula que no sea la de la prórroga de los préstamos. Sin embargo, desde el punto de vista de Seguridad Social no tendríamos ningún problema en la condonación de los préstamos sanitarios o en la anulación de los préstamos sanitarios porque
siempre se ha entendido que el Estado ha dado un préstamo porque no podía financiar al cien por cien una política que era responsabilidad suya: la asistencia sanitaria en función de la separación de fuentes. Los préstamos son los mismos que había
hace dos años, con la misma cuantía.
Únicamente hemos amortizado un préstamo del Banco de España al servicio público de empleo y que debíamos amortizar nosotros, el préstamo del INEM. Perdón, hemos acabado de pagar los intereses del año 2005 y
ahora estamos amortizando el principal del préstamo que todavía queda hasta diez años, pero el balance patrimonial no ha tenido modificaciones por la parte del pasivo y en la parte del activo crece lo que ha crecido el Fondo de Reserva.



¿Por qué se ha reunido menos el Comité de gestión en el año 2005 que en el año 2004? Precisamente porque en el año 2005 estaba reuniéndose un grupo de trabajo que ha asumido parte de las encomiendas que el Comité de gestión le había hecho
en el año 2004. El número de reuniones de los años 2000, 2001, 2002, 2003 y 2004 han sido siempre parecidas. Lo excepcional, lo extraño desde el punto de vista de la frecuencia estadística es lo que sucedió en el año 2004, en que ha habido más
reuniones de las previstas.
Luego nos reunimos dos o tres veces al año simplemente para tomar decisiones de inversión y haciendo caso a las recomendaciones del Tribunal de Cuentas. Hemos intentado acortar los plazos de toma de decisiones lo más
posible, acortar los plazos de materialización de las dotaciones y acortar los plazos de inversión, y en cierta medida hemos conseguido acortar algo los plazos en el sentido de las recomendaciones que nos daba el Tribunal de Cuentas.



Respecto al porcentaje de nuestro superávit destinado al Fondo de Reserva, lo que dice la Ley reguladora del fondo, que el señor Echániz conoce tan bien como yo, es que una vez determinado el superávit de la Seguridad Social hay que hacer
una determinación en términos de materialización de caja. Por un lado separamos la parte no contributiva del sistema y, por otro lado, separamos del superávit todos los derechos devengados reconocidos pero que no se han realizado efectivamente. Le
voy a poner un ejemplo. A 31 de marzo de este año, las comunidades autónomas regularizan, por los convenios de razón contable que tenemos con ellas, todas las cotizaciones que nos han ido efectuando con unas entregas a cuenta en el ejercicio 2005.
Esto significa que unos derechos que tenemos reconocidos en el año 2005 no van a ser derechos realizados hasta marzo de 2006. Esto nos pasa con otro tipo de derechos, aplazamientos, etcétera, que al final corregimos los derechos reconocidos y no
realizados. La corrección que puede suponer aproximadamente una minoración de 1.100 millones de euros. También reducimos la parte de dotaciones ya efectuadas porque los cupones de los activos de la cuenta tesorera del fondo figuran como ingreso en
el presupuesto de la tesorería general de la Seguridad Social pero se incorporan automáticamente a la cuenta del fondo, nunca salen de allí en el mismo ejercicio en que se vienen produciendo. Realizadas esas actuaciones, el superávit de la
Seguridad Social que se ha incorporado al Fondo de Reserva el año 2004, el año 2005 y el que se incorporará el año 2006 coincide prácticamente con el cien por cien, el superávit real de Seguridad Social. Es decir, no hay ni una parte del superávit
que va a otro sitio, no hay un incremento de las posiciones de tesorería de la Seguridad Social porque hay una parte de superávit que la Seguridad Social mantiene en su cuenta de tesorería. La determinación provisional de efectos de incorporación
al Fondo de Reserva que realizó la Intervención General de la Seguridad Social eran 7.400 millones el año 2005 y lo que hemos incorporado en febrero de 2006 son 3.700 millones y vamos a incorporar el restante


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50 por ciento. En alguna ocasión hemos podido producir alguna confusión, y lo digo porque si no caemos en la cuenta de que los intereses de los activos del fondo son también ingresos presupuestarios, y que están dentro del superávit general
de Seguridad Social, podemos dar la sensación de que los intereses van al margen del superávit y que deben calcularse como añadidos al superávit, cuando esa no es la realidad. Los intereses son parte del superávit de la Seguridad Social, también
los intereses de las cuentas del Fondo de Reserva porque en cumplimiento de la Ley General Presupuestaria todos los ingresos del Estado deben tener naturaleza presupuestaria; no debe haber ingresos del Estado que queden fuera del presupuesto. En
alguna ocasión hemos podido ofrecer alguna confusión o a veces incluso hacer alguna interpretación errónea, pero en estos momentos estamos en el cien por cien. Únicamente mantenemos un colchón de algunos centenares de millones de euros porque la
Ley General Presupuestaria nos indica que en el caso de tener una ampliación de créditos (y en Seguridad Social siempre que se produce desviación de inflación hay que hacer una ampliación de los créditos de pensiones para pagar a los pensionistas la
inflación no prevista inicialmente en el presupuesto) deben financiarse con superávit de ejercicios anteriores, y nosotros siempre dejamos algunos centenares de millones de euros en caja para que puedan financiar la desviación de inflación que pueda
producirse en un ejercicio. Pero si analizamos la evolución desde el año 2000 al 2006 del superávit de la Seguridad Social, calculado como dice que debe calcularse la ley reguladora, nos vamos a encontrar con que ese superávit supone 35.500
millones de euros y al final de este ejercicio nos vamos a encontrar con una dotación del Fondo de Reserva básicamente similar.



En cuanto a las recomendaciones del Pacto de Toledo, ya he hecho referencia a algunas cuestiones que hemos abordado y todos los meses entran en esta Cámara propuestas de reforma de la Seguridad Social presentadas por el Gobierno. La Ley de
dependencia es un cumplimiento de recomendaciones del Pacto de Toledo y la Ley de igualdad tiene propuestas de modificaciones normativas en materia de Seguridad Social porque se modifica el régimen de la asistencia familiar en materia de Seguridad
Social. En ese sentido permítame que le diga, señor Echániz, que tanto el ministro de Trabajo como yo mismo somos perfectamente conscientes de la necesidad de hacer ese tipo de reformas, pero también somos absolutamente conscientes de la necesidad
de que esas reformas cuenten con el apoyo unánime de los interlocutores sociales, como se han hecho casi siempre las reformas en España, no así en el año 2001, pero vamos a buscar ese acuerdo unánime.



Respecto a la última pregunta que me ha hecho sobre pagos e ingresos, le puedo facilitar los datos que esta misma mañana la subdirectora de pagos de la tesorería general de la Seguridad Social me ha hecho llegar en términos de caja; en
términos de obligaciones y derechos no se lo puedo hacer llegar porque es la Intervención General de la Seguridad Social, que es nuestro centro directivo contable, la que facilita esa información, pero no hay ninguna dificultad porque cuelga esos
datos en la página web de Seguridad Social, o sea que esos datos los pueden ver, con el periodo inevitable de retraso, en la página web de Seguridad Social. En términos de pagos, en el mes de febrero de este año los pagos han crecido el 6,47 por
ciento. Perdóneme porque lo estoy buscando. Tengo aquí dos cifras, un 6,47 y un 8,48, así que prefiero hacérselo llegar por escrito. En cuanto a los ingresos, los cobros de recaudación líquida han crecido en términos globales un 9,05 por ciento.
Si hacemos referencia a cobros en relación también con las transferencias recibidas del Estado, etcétera, la cifra bajaría algo. Le voy a dar globalmente las cifras de cobros y pagos por hacer una referencia más precisa. En cualquier caso, los
cobros y los pagos están evolucionando como suele ser habitual, los pagos en relación con las previsiones presupuestarias y los cobros algo por encima. Sabe usted que somos muy cicateros a la hora de hacer previsiones de cobros porque entendemos
que debe ser esa la seña de identidad de la casa y al mismo tiempo el comportamiento del gestor, y los cobros van algo por encima de las previsiones presupuestarias siempre y los pagos se atienen a las previsiones presupuestarias de manera bastante
escrupulosa. ¿Estamos en un momento en el cual los cobros empiezan a ser ya inferiores a los pagos? Pues no. La evolución de cobros y pagos va bastante favorablemente. ¿Estamos en un momento en el cual vayan a seguir produciéndose incrementos
tendenciales entre cobros y pagos? Ya no, ya estamos en meseta muy claramente. Los pagos crecen a buen ritmo y los cobros a un ritmo sostenido, pero no vamos a seguir viendo en ejercicios sucesivos el superávit de la Seguridad Social
porcentualmente superior; no. En los últimos cuatro años estamos en el uno por ciento del PIB, décima arriba, décima abajo, que es donde podemos estar. En ese sentido no hay diferencia, no hay tampoco ninguna variación. Me parece que he
contestado a las preguntas que podía contestar salvo esta última que le ofreceré la información más razonada.



Me gustaría terminar con una última consideración sobre la finalidad del Fondo de Reserva, porque el señor Echániz ha dicho que este es un fondo destinado a compensar los picos coyunturales del sistema. Si lo que quiere decir es que no es
el principal estabilizador del sistema, esto es así. El principal estabilizador del sistema son las cotizaciones y el gran estabilizador del sistema de Seguridad Social es la buena marcha de la actividad económica. Si la actividad económica va
bien el sistema va bien, y si va mal el sistema de protección social va a ir mal. Pero tampoco hay que disminuir el papel del fondo porque precisamente la ley que ustedes aprobaron en la legislatura pasada dice que se dispondrá de los activos del
fondo en una situación de déficit estructural. No estamos hablando de una situación coyuntural. El Fondo de Reserva tampoco es que sirva; esto sí era el fondo que se creó en el año 2000, que tenía una previsión


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de una dotación inicial de 600 millones de euros, una dotación máxima de 6.000 y que estaba prevista para una coyuntura en concreto, pero cuando se configura la Ley reguladora del fondo ya se le dota al mismo de un carácter estructural más
importante. Estamos hablando de 3 ó 4 puntos del PIB, ya no estamos hablando de cuestiones coyunturales. Una cuestión coyuntural es un desfase por razón de tiempo o de lugar muy faible, que dirían los franceses, muy débil. No. Estamos hablando
ya de problemas estructurales. El sentido que tiene el Fondo de Reserva es permitir al gestor afrontar durante años sucesivos un periodo de tiempo suficientemente largo de déficit, con cargo al fondo, que le permita hacer las reformas necesarias
para que el sistema no se vea comprometido estructuralmente. El sentido del fondo es más estructural y menos coyuntural, y yo creo que mi ministro hace bien en destacar que cuando el fondo crece y es capaz de garantizar cinco o seis años de déficit
sostenido del sistema de Seguridad Social español le está dando la posibilidad de hacer las reformas inexorables de una situación crítica sin que tenga un grave peso para los afiliados a la Seguridad Social, para los pensionistas, etcétera. Es
decir que sí es un puntal de primera magnitud del sistema, y en ese sentido hay que agradecer a los interlocutores sociales que en el año 2000 hicieran la propuesta al Gobierno, el del año 2000, y éste aceptó la puesta en marcha de un instrumento
muy notable, un instrumento que me gustaría recordar que el día 14 de marzo de hace dos años tenía 15.000 millones de euros de dotación y que ahora tiene 31.200 millones de euros. Es decir que aun reconociendo que en este tema seamos sus
discípulos, señor Echániz, reconozca que somos unos discípulos aventajados. En solo dos años de gestión del fondo hemos conseguido duplicar la dotación que ustedes pusieron en marcha los cinco primeros años de gestión del fondo. Y en ese sentido
creo sinceramente que usted tiene que reconocer que no estamos haciendo tan mal las cosas en el Fondo de Reserva como, al parecer, las hacemos en la política general de este país, que está dada a una cierta exuberancia de calificativos.



La señora VICEPRESIDENTA (Pin Arboledas): Tiene la palabra el señor Echániz por unos minutos.



El señor ECHÁNIZ SALGADO: Muchas gracias, señor Granado, por su intervención y por aclararme muchas de las dudas que he planteado a lo largo de mi intervención.



Quisiera brevísimamente hacer referencia a algunas cuestiones que me parecen muy importantes. Me pedía al inicio de su intervención que nuestro grupo fuese coherente. Solo puedo manifestarle -y testigos tiene, el Grupo Parlamentario
Socialista- que si no fuéramos responsables las cosas hubieran sido muy distintas en los últimos dos años. Descuide en ese sentido que si hay grupos que en este momento están haciendo demandas particulares son precisamente muchos de los que están
recortando la acción del Gobierno, es decir sus socios, no el Grupo Parlamentario Popular, y si no fuera por el Grupo Parlamentario Popular muchas de esas iniciativas hubieran llegado a término y hubieran producido enormes problemas para la
Seguridad Social, y precisamente por coherencia y responsabilidad el Grupo Parlamentario Popular siempre va a trabajar en la misma línea que lo ha hecho en los últimos años tanto desde el Gobierno como desde la oposición.



Decía usted que hace tres años las previsiones para el año 2050 eran más preocupantes que en la actualidad respecto a lo que significa el informe del Ecofin. Precisamente si en este momento son algo menos preocupantes, aunque preocupantes
-y no desvíe la responsabilidad que en este momento existe en los órganos de la Seguridad Social, del Ministerio de Trabajo-, es porque se han adoptado algunas medidas y, por tanto, le animo a que siga impulsando medidas dentro del ámbito de las
recomendaciones del Pacto de Toledo con mayor celeridad, si cabe, para que estos problemas y estas nubes en el futuro puedan ser despejadas de una forma razonable para nuestra sociedad.



Hay una cuestión a la que no me ha respondido, y es el cambio de criterio contable. Los cambios de criterios contables, aunque sea para facilitar la comparación con fondos de pensiones de otros países, a veces complican la comparación con
tus propias situaciones previas y, por tanto, la mejora en la comparación con fondos de carácter internacional con otros parámetros no nos impide comparar con lo que se ha hecho, porque al final perdemos un poco el pie respecto a la capacidad de
analizar los datos de forma eficaz.



Decía que propuestas de reforma de la Seguridad Social está haciendo el Gobierno de forma casi permanente, y precisamente a eso me refería. Creo que las reformas que se plantean en el ámbito del sistema de Seguridad Social tienen que ser de
carácter integral, general, de forma coherente y no parcial, y ser posible por consenso. Por tanto, en ese sentido tenemos que poner en marcha reformas estructurales globales del sistema, y no pequeños parches que vamos poniendo cada día en este
Parlamento aprobando cuestiones de carácter procedimental menor. Y desde luego que no les inmovilice no conseguir un acuerdo absolutamente unánime, porque los ciudadanos españoles piden que si es por acuerdo mucho mejor, pero que tomen medidas, que
para eso está el Gobierno, no solo para llegar a acuerdos sino para tomar medidas que sean buenas para los ciudadanos en cualquier caso.



Le agradezco que me remita los datos de pagos e ingresos con criterio contable de caja, de devengo si puede ser también en este momento, especialmente de los últimos meses, porque eso al final le da a la Cámara una fotografía de la evolución
del sistema y si vamos a ser capaces de tener superávits en el futuro que doten el Fondo de Reserva. Por tanto, me parece que es un dato enormemente importante que sería bueno incorporar al


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informe, y si me lo hace llegar en los próximos días se lo agradezco de forma muy notable.



Por último, coincido en la definición que hace del Fondo de Reserva, no puede ser de otra manera, lo dice la ley. Si me recomendaba al principio que no hiciéramos mensajes alarmistas en este ámbito de la Seguridad Social, desde luego no es
nuestra intención, nunca ha sido la intención de este grupo parlamentario, sí llamar la atención sobre aquellas cuestiones que nos parecen trascendentes de cara al futuro y donde hay que trabajar. Pero tampoco pueden hacerse mensajes complacientes.
Por eso he dicho y repito ahora que los mensajes del ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, lejos de mostrar un panorama como el que hay en este momento de cierta preocupación por el futuro, no de alarmismo pero si de preocupación responsable,
tampoco pueden ser de complacencia que hagan que los agentes sociales empiecen a demandar cuestiones que en este momento están fuera de la agenda y que pueden ser fruto de un discurso demasiado complaciente.



Les agradezco que hayan tomado buena nota, que sean discípulos y además aventajados, y les deseo que sigan siendo unos magníficos discípulos aventajados porque no solo será bueno para el Grupo Parlamentario Popular y para este grupo de
diputados en la Comisión del Pacto de Toledo sino -lo más importante- para todos los españoles.



La señora VICEPRESIDENTA (Pin Arboledas): Tiene la palabra el señor secretario de Estado.



El señor SECRETARIO DE ESTADO DE LA SEGURIDAD SOCIAL (Granado Martínez): Ya he conseguido hacerme con las cifras. La recaudación líquida en febrero del año 2006 en términos de caja ha crecido un 9,05 por ciento; ha pasado de 7.570 a 8.255
millones de euros, incluyendo la recaudación que hacemos, porque en términos de caja también recaudamos las cuotas de desempleo, del Fogasa, etcétera. Y los pagos han crecido el 8,48 por ciento, incluidos los del Fondo de Reserva, pues también se
ve afectado por la evolución de su dotación de 3.500 a 3.700 millones y han pasado de 10.134 millones a 10.994 millones, el 8,48 por ciento. Están los 3.500 millones del año pasado y los 3.700 millones de este año de dotación al Fondo de Reserva de
febrero. El año pasado un periodista pensó que estábamos pagando 2.000 millones más de lo que cobrábamos. No. Es que hemos llevado 3.700 millones al Fondo de Reserva, si no los pagos ordinarios serían 7.200 y los ingresos ordinarios también, los
de recaudación, en los que no están contempladas las transferencias del Estado, que son las presupuestadas.



Y en cuanto a cambio de criterio, simplemente quiero hacer un matiz levísimo pero que me interesa que quede constancia en el 'Diario de Sesiones'. No es un cambio de criterio contable, es un cambio de criterio estadístico, que no es lo
mismo. La contabilidad del Fondo de Reserva de la Seguridad Social es una cuestión que atañe a la Intervención General de la Seguridad Social. Nosotros únicamente hemos cambiado una manera de presentar la rentabilidad de los activos del fondo, y
cuando hemos cambiado el criterio lo hemos hecho reconstruyendo toda la serie estadística. ¿Cuál es el sentido? Simplemente utilizar el mismo criterio que se utiliza en otros fondos de pensiones para permitir la comparación Fondo de Reserva
respecto de otros fondos de pensiones. (El señor presidente ocupa la Presidencia.) Es simplemente determinar el valor que tiene un activo y nosotros estamos utilizando el valor de negociación, el valor que tiene en los mercados negociados el activo
en el momento en que se realiza la valoración, y no estamos utilizando el criterio a vencimiento, con lo cual aparentemente la rentabilidad es algo inferior.
Nos parecía razonable que si los reguladores piden a los fondos de pensión seguir
criterios de máxima prudencia y rigor contable a la hora de hacer sus estimaciones también fueran esos los criterios seguidos por el Fondo de Reserva.



El señor PRESIDENTE: En nombre del Grupo Parlamentario de Convergència i Unió tiene la palabra el señor Campuzano.



El señor CAMPUZANO I CANADÉS: En abril de 2005 empecé mi intervención agradeciendo al señor Echániz y al Grupo Popular la iniciativa de solicitar la comparecencia del secretario de Estado para hablarnos del informe anual sobre la evolución
del Fondo de Reserva, y mi grupo reitera ese agradecimiento porque nos permite que la previsión de la disposición adicional tercera de la Ley del Fondo de Reserva vaya más allá de la simple presentación del documento a la Cámara, y que además
conlleve este debate que estamos realizando a lo largo de esta mañana.
Quizás en la perspectiva de modificación de la ley en la que el Gobierno está trabajando sería razonable que en su redacción se contemplase ya la comparecencia del secretario de
Estado, no a solicitud de los grupos parlamentarios, que la presentación del informe anual fuese acompañada de la comparecencia del Gobierno en esta Comisión.



El debate que han mantenido el señor Granado y el señor Echániz durante cerca de dos horas ha puesto de manifiesto otra cuestión que no es menor.
El éxito del Pacto de Toledo, que es compartido por todos, es haber asociado a todas las
fuerzas políticas en una misma política durante once años, porque estábamos convencidos de que una sociedad moderna, eficaz y orientada hacia la cohesión social exigía que el sistema de protección social respondiese a la idea del consenso. Yo creo
que los grupos en eso estamos siendo históricamente generosos con los diversos gobiernos, primero con los gobiernos del PSOE, luego con los gobiernos del Partido Popular y en la actualidad con el Gobierno del PSOE. Esta comparecencia de hoy, en
parte derivada de una discusión sobre el funcionamiento y las reformas del sistema, la ha planteada el señor Echániz porque, entre


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otras razones, el Gobierno ha trasladado a los agentes sociales un documento sobre sus líneas de reforma de la Seguridad Social pero no lo ha querido compartir con esta Comisión. Luego el señor Granado le decía al señor Echániz: Ustedes no
se quejen de nada cuando constantemente me están planteando cuestiones que implican aumento de gasto. Y yo me reía.
Pero si el Gobierno pide contención propositiva a los grupos parlamentarios, los grupos parlamentarios le pedimos discutir sobre
las reformas que necesita el sistema, porque si no mi grupo se siente muy poco implicado en la acción gubernamental en esta materia. Y si además a los grupos parlamentarios, incluido el suyo, nos llegan preocupaciones reales de colectivos
ciudadanos que hoy con las pensiones que cobran no pueden llegar a final de mes, usted estará de acuerdo conmigo en que nuestra obligación, ante su falta de voluntad de discutir con nosotros, es recoger esas preocupaciones ciudadanas y trasladarlas
a esta Cámara, lo cual es legítimo. Si el Gobierno desea menos proposiciones de los grupos se nos debe asociar más en la marcha del sistema. Por tanto, ojalá usted comparezca pronto en esta Comisión para hablarnos de ese documento que ha
trasladado a los agentes sociales. Además, tenemos cuestiones importantes, cuestiones vinculadas con situaciones de desigualdad o de falta de equidad en el sistema que hoy afectan a importantes sectores de la sociedad, y tenemos cuestiones de
futuro que no son menores. Mi grupo comparte con usted que no debemos caer en el alarmismo. Tenemos un excelente instrumento de reforma política del sistema de protección social que es el Pacto de Toledo y tenemos instrumentos para garantizar el
futuro del sistema, pero eso exige también la capacidad de iniciativa del Gobierno para poner en marcha las reformas necesarias. Estamos cruzando el ecuador de la legislatura. La reforma del mercado de trabajo está aparentemente bloqueada.
Leíamos en una entrevista al ministro Solbes en un medio de comunicación escrito, creo que este fin de semana, que después de la reforma del mercado de trabajo vendría la reforma del sistema de pensiones. Los meses van pasando, las dificultades en
el diálogo social se mantienen y los problemas en el corto plazo en términos de iniquidad del sistema y de falta de igualdad y las cuestiones de fondo están ahí planteadas. Por tanto, también es razonable que los grupos que no estamos asociados a
la acción del Gobierno le reclamemos decisiones respecto a las reformas que se deben hacer. Por eso creo que el debate de esta mañana era necesario.



Entrando en la cuestión estrictamente del Fondo de Reserva tengo que hacer tres consideraciones. Una la planteé en el debate de abril del año pasado -también la ha planteado el señor Echániz y el señor Granado le ha contestado- y es la
posibilidad de que las decisiones de inversión del Fondo de Reserva contemplasen los títulos emitidos por las comunidades autónomas. En el debate del año pasado el señor Granado me respondió: En este sentido no creo que quepa descartar a priori
nada, ni títulos de las comunidades autónomas que tengan la mayor solvencia, el mayor rigor y la mayor liquidez. Hoy nos ha dicho que ninguna comunidad autónoma tiene el nivel mínimo de solvencia que exige el Fondo de Reserva. Me gustaría que nos
explicase esa afirmación en relación con lo que dijo en abril del año pasado. Ha dicho además que entiende que esa decisión en relación con títulos emitidos por comunidades autónomas no sería pacífica. En el año 2006, con un desarrollo
importantísimo del Estado de las autonomías, hay que tener madurez política por parte de todos para ser capaces de abrir el sistema de la Seguridad Social, en este caso del Fondo de Reserva, al modelo de Estado que nos hemos dotado, y ello pasaría
también por contemplar el artículo 8 de la Ley del Fondo de Reserva, donde se habla de la comisión de seguimiento, e igual que están presentes los agentes sociales que estén presentes los gobiernos autonómicos. ¿Es que son menos Estado los
gobiernos autonómicos que los agentes sociales o creemos que la presencia de las comunidades autónomas en la comisión de seguimiento del fondo iba a ser causa de conflicto territorial? Creo que expresa una mentalidad muy poco acorde con la apuesta
que aparentemente el Gobierno está haciendo estos días en la Comisión Constitucional de asumir como un valor en positivo el reparto del poder político en España y el reparto del poder político que implica estar presente en ese fondo. No es
razonable pensar que solo podemos asociar a estas políticas a los agentes sociales y no podemos asociar a las comunidades autónomas, ni es razonable pensar que el ahorro que de hecho supone el Fondo de Reserva para los trabajadores y para los
empresarios no tenga también en cuenta una dimensión territorial. No es razonable, y creo que de manera pacífica, tranquila y consensuada con los agentes sociales y con esta Cámara en los próximos tiempos habrá que avanzar en la vinculación de las
comunidades autónomas con las políticas de la Seguridad Social y específicamente con la presencia en el Fondo de Reserva, tanto en términos de participación en la Comisión de seguimiento como en términos de la compra de la participación en los
correspondientes títulos emitidos por los gobiernos autonómicos. Con tranquilidad y sin buscar conflictos debíamos avanzar en ello y además podríamos observar que en otros modelos de Estado menos descentralizados que el español existen mecanismos
de participación de los entes territoriales en fórmulas similares a las que tiene el Fondo de Reserva, asociando la inversión pública en determinados territorios a los excedentes del sistema de protección social. Por ahí podemos avanzar, sin querer
convertir eso en un elemento de confrontación política, con muchísima tranquilidad, mi grupo en todo caso está en esa línea. Es más que razonable pensar que el Fondo de Reserva no puede ser ajeno a la estructura territorial del Estado, a no ser que
consideremos que la estructura territorial del Estado per se es fuente de conflicto, que es un engorro que tenemos que aguantar porque ya se sabe lo que hicimos en 1977, y como estoy seguro de que el señor Granado no comparte


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esa idea, habrá que buscar fórmulas para asociar los gobiernos autonómicos a la gestión del fondo.



Por otro lado, creo que la Unión General de Trabajadores le ha trasladado que, en relación con la modificación de la legislación reguladora del fondo, se debería abordar el problema de la devolución de los préstamos del Estado a la Seguridad
Social. Me gustaría conocer qué posición tiene el Gobierno en relación con esta cuestión, si la contempla en la posible modificación de la legislación del Fondo de Reserva. En el debate de abril usted y yo coincidíamos -y en abril del 2005 no
éramos tantos los que coincidíamos- en que la financiación de la futura Ley de Dependencia no debería asociarse al sistema contributivo sino que debería ser, como finalmente figura en el proyecto de ley, una política financiada a cargo de los
Presupuestos Generales del Estado. Creo que ha sido una buena decisión la que ha tomado el Gobierno, de las pocas cuestiones que mi grupo comparte del anteproyecto de Ley de atención a la Dependencia, respecto a la no financiación basada en
cotizaciones de la Seguridad Social, pero la propia Ley de Dependencia abre la vía de vinculación posible de recursos que provengan de la Seguridad Social a través de la recuperación de los préstamos del Estado a la Seguridad Social para
posiblemente financiar la puesta en marcha del sistema de dependencia. Me gustaría saber si tienen previsto avanzar legislativamente o reglamentariamente en alguna otra dirección.



Finalmente, respecto a la previsión de modificación de la legislación para dotarla de una mayor rentabilidad, incorporando elementos profesionales independientes, definiendo con mayor precisión las actuaciones, etcétera, yo les planteo que
si ustedes tienen previsto ampliar la orientación de estas dotaciones hasta instrumentos de carácter privado, que no sé si así lo contemplan, para garantizar una mayor rentabilidad, quizá sería necesario que incorporasen a la gestión del fondo desde
esa perspectiva criterios social y ambientalmente responsables. Creo que ahí hay una tendencia abierta en el conjunto de las sociedades europeas y que el sector público, si optase por esa ampliación de los recursos en los que se invierten los
recursos del propio fondo, seria bueno que lo tuviese en cuenta.



No tengo nada más, que añadir compartiendo con usted que no debemos caer en el alarmismo, que hoy las cosas están razonablemente bien orientadas, pero que efectivamente no nos podemos instalar en la convicción de que nuestro sistema no
necesita reformas. Nuestro sistema necesita reformas.
En 1993, 1995 y posteriormente en 2003 tuvimos la capacidad de marcar líneas, y hoy esas líneas que marcamos en 2003 se deben implementar. Han pasado dos años de legislatura y el núcleo duro
de las recomendaciones del año 2003 está pendiente de desarrollo, por lo que mi grupo le insta a avanzar en el desarrollo de las recomendaciones del Pacto de Toledo de la pasada legislatura.



El señor PRESIDENTE: Señor secretario de Estado.



El señor SECRETARIO DE ESTADO DE LA SEGURIDAD SOCIAL (Granado Martínez): El señor Campuzano y yo somos antiguos conocidos y nos interpretamos muy bien. A lo mejor lo que digo es una obviedad, pero se trata de que todos hagamos lo que
constitucionalmente estamos en la obligación y en el deber moral de hacer, de tal manera que todos salgamos beneficiados. Es evidente que no está en discusión no solo la capacidad sino, ya digo, la obligación moral de un grupo parlamentario de
presentar iniciativas para resolver los problemas de la gente, que para eso estamos aquí. Pero, claro, todo esto debe ser perfectamente compatible con una visión de conjunto, porque a lo mejor resulta que resolvemos los problemas de tantos
colectivos que al final generamos un problema mayor. Todas las decisiones en política están guiadas por el principio del mal menor o del mayor beneficio, si usted lo quiere llamar así, Y en Seguridad Social, evidentemente, el sistema de protección
social es un juego de equilibrios entre prestaciones, control, aportaciones, recursos, y en eso nos movemos todos.



En mi opinión el problema de las reformas es que para ser útiles tienen que tener un grado de consenso que evite la posibilidad de efectos perversos. En año 2000 hubo aquí una reforma que tuvo aspectos positivos, desde mi punto de vista, y
aspectos negativos. No voy a entrar en la valoración de unos y otros, porque es una reforma que protagonizó el anterior Gobierno, que pactó con un sindicato, Comisiones Obreras, y con la CEOE, con otro sindicato no lo pactó, y la reforma en sí
misma tuvo desde mi punto de vista, algunos efectos positivos y otros negativos. Por ejemplo, un efecto negativo, fue que disminuyó la edad de jubilación de los españoles, en un entorno en el que, si hablamos del envejecimiento de la población,
todos sabemos que tenemos que hacer posible que en sociedades más envejecidas la gente también prolongue la vida laboral y que el sistema sea proactivo en la prolongación voluntaria de la vida laboral de los individuos y ayude a los individuos a
tomar la decisiones correctas. Eso es lo debe hacer el sistema. Tuvo otros efectos positivos, pues puso en marcha una serie de incentivos muy potentes y razonables para intentar que los trabajadores españoles se mantuvieran en activo a partir de
los 60 años, etcétera, pero fueron insuficientes. Tenemos que ser capaces de diseñar reformas que tanto social como políticamente trabajen en una dirección definida. O sea, tenemos que capaces de prever efectos perversos a la vez que efectos
directos. Tenemos que ser, en este sentido, capaces de no generar en la gente el cansancio de las reformas de las pensiones, la fatiga de las reformas, es decir, la sensación de que cada dos años vamos a tener que hacer algo, porque esto al final
acaba generando una incertidumbre espantosa en la población. Tenemos que ser capaces de pactar política y socialmente un conjunto de reformas que a la gente la mantengan en


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la tranquilidad de saber que no va a ser necesario adoptar nuevas reformas en un periodo de tiempo suficiente. Además creo que las fuerzas políticas españolas y los interlocutores sociales han dado muestras de generosidad, todas, no
solamente los grupos que están en la oposición al Gobierno, porque aquí en el Gobierno y en la oposición ya hemos estado todos en todas partes. El conjunto de las fuerzas políticas y sociales pueden conseguir la reforma que el país necesita, y el
Gobierno está en ello, pero tampoco es imprescindible que nos entre una prisa escénica, y digamos que hemos pasado el ecuador de la legislatura y es necesario hacer esto rápidamente, etcétera. Sobre todo porque estamos hablando de una reforma que
va a actuar sobre los flujos, no sobre el stock, del sistema, es decir, va a actuar inevitablemente sobre una parte muy parcial del sistema, y conviene que lo hagamos bien.



En cuanto a la deuda de las comunidades autónomas y el Fondo de Reserva nosotros estamos manteniendo unos criterios, por ejemplo, a la hora de invertir en deuda extranjera: la triple A, la liquidez... Hay países con una deuda muy solvente
y con las máximas garantías crediticias, como Finlandia. ¿Pero qué pasa? Pues que el mercado de la deuda finlandesa absorbe poca capacidad de compra y de venta. Nosotros tenemos ya un Fondo de Reserva con una dotación muy fuerte, hacemos nuestras
previsiones, las actualizamos e intentamos en la medida de lo posible ir mejorando en el ámbito de nuestras proyecciones, pero también necesitamos tener la absoluta seguridad de que en un momento dado, si algún efecto imprevisible que nosotros no
hemos sido capaces de proyectar nos fuerza a tener la disposición de activos del fondo, tengamos la liquidez suficiente. Eso parece razonable. En ese sentido, con las comunidades autónomas tenemos un problema de liquidez por tamaño, por dimensión.

¿Cuál es el porcentaje de deuda pública de una comunidad autónoma que el mercado estaría en disposición de absorber si por una razón equis, y o zeta fuera necesario disponer de los activos del fondo? Pues ahí ya tenemos un primer problema. También
está el problema de decir podemos si a un país que no y a una comunidad autónoma que sí con el mismo estándar.
Nosotros preferimos, en la medida de lo posible, ser rigurosos y mantener el estándar de máxima calificación, que hoy por hoy ninguna
comunidad autónoma todavía alcanza, la triple A todavía no la alcanza. Y luego es verdad que hay un problema territorial. Es decir, si compramos deuda de una comunidad autónoma y no la compramos de las otras 16, deberíamos estar en condiciones de
asegurar entre todas la fuerzas políticas presentes en este Parlamento que no se incorpora como un elemento más a un debate territorial que está alcanzando ribetes absolutamente inaceptables, permítame que se lo diga. Nosotros nos conformamos, con
no empeorarlos como decía Albert Camus cuando le preguntaban qué había hecho para solucionar los males del mundo. Nosotros no queremos empeorar nada, se lo digo con absoluta franqueza. En ese sentido, en la medida en que podamos no contribuir a un
debate que está llegando al límite de que desde las operaciones mercantiles hasta las compras de productos alimentarios se juzgan territorialmente, no queremos que la gestión de la Seguridad Social entre en ese rondó, por decirlo de alguna manera.



En cuanto a la presencia de los gobiernos autonómicos en los órganos de gestión del Fondo de Reserva, señor Campuzano, cada año me sale usted con una nueva. (El señor Campuzano i Canadés: Ya lo dije el año pasado.) El año pasado ya lo
dijo. Nosotros somos partidarios de aplicar el principio de competencia. Las comunidades autónomas tienen sus competencias y el Gobierno de la nación tiene las suyas, permítame que las diga que en el ámbito de sus competencias el Gobierno de la
nación es el representante de la administración pública de los órganos de gestión del Fondo de Reserva, ni los ayuntamientos ni las comunidades autónomas ni otros organismos porque no está en el ámbito de sus competencias. Yo imagino que su
comunidad autónoma y la demás no estarían de acuerdo en que la Seguridad Social participara en órganos en los que la Seguridad Social no tiene competencias. Fíjese, hay un organismo en el ámbito del Ministerio de Trabajo que es el que regula las
relaciones del ministerio con las comunidades autónomas para la prevención de riesgos laborales, que es la Comisión Nacional de Salud y Seguridad Laboral. Pues en esa comisión nacional no está presente la Seguridad Social, ni estuvo presente en la
época del Gobierno socialista no en la época del Gobierno del Partido Popular ni en la actual época del Gobierno socialista. Y nosotros decimos que puesto que tenemos que pagar las pensiones de accidente de trabajo y de enfermedad profesional nos
gustaría estar presentes en esa comisión. Y las comunidades autónomas dicen: No, porque usted no tiene competencias en esto. Entonces, señor Campuzano, yo acepto el principio de si la Seguridad Social no tiene competencias a nuestro juicio sí las
tiene y seguimos defendiendo estar presentes en la Comisión Nacional de Salud y Seguridad Laboral, pero le acepto como argumento de autoridad que si no tenemos competencias no estemos presente en la Comisión Nacional de Salud y Seguridad Laboral.
Pero como las comunidades autónomas en principio no tienen competencias en cuanto a la gestión de los fondos de Seguridad Social, permítame que le diga que no contemplamos en estos momentos en modo alguno la presencia de gobiernos autonómicos en los
órganos de gestión del Fondo de Reserva. Además, creo que esto no es óbice ni obstáculo para que los gobiernos autonómicos tengan toda la información precisa de lo que la Seguridad Social hace y gestiona en un tema que, evidentemente, aunque no les
competa, sí les interesa mucho.



En cuanto a la devolución de los préstamos del Estado a la Seguridad Social, la posición del Gobierno es la fijada en la Ley de Presupuestos.
Los préstamos sanitarios se van a ir prorrogando conforme vayan venciendo. El Estado no va a
exigir la devolución de los préstamos sanitarios a la Seguridad Social, la Seguridad Social


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entiende que tampoco le sería exigible la devolución de estos préstamos porque afectan a una materia que desde la separación de fuentes es competencia financiera del Estado, y el Estado, a través de la legislación, provee de recursos de
naturaleza tributaria a las comunidades autónomas para gestionar la asistencia sanitaria de la Seguridad Social. Si esos recursos son insuficientes en alguna medida, el Estado debería dar fondos a la Seguridad Social para devolver los préstamos al
propio Estado, con lo cual tendríamos una pescadilla que se muerde la cola, sin demasiado sentido ni jurídico ni económico. Por lo tanto, estimamos que ese es un tema cerrado. Es verdad que nosotros tenemos, pero no de ahora, sino desde hace más
de seis años en nuestro balance patrimonial una serie de deudas, no préstamos, con el Estado, que son el cupo vasco y la aportación navarra de algunos ejercicios que la Seguridad Social no abonó al Estado, que ahí están. Han vencido los primeros en
el año 2005 y en estos momentos no está en la agenda política ni de la Seguridad Social ni del Ministerio de Economía y Hacienda plantearse la devolución de ese préstamo a corto plazo.



Tomo nota, porque me parece muy interesente, de su aportación a los criterios social y ambientalmente responsables en cuanto a la gestión de activos del fondo. Evidentemente, cuando presentemos el proyecto de ley de modificación o los
criterios del Gobierno sobre la modificación del Fondo de Reserva veremos si entra en el encaje de nuestras decisiones abrir el fondo a la intervención privada, y, si así fuera, a los criterios que S.S. defiende y que me parecen muy razonables.
Pero estamos hablando todavía de algo que está en el futuro imperfecto y no está en el presente, y cuando tengamos que presentar los criterios del Gobierno veremos si tienen encaje las propuestas de S.S. o incluso si tienen aplicación práctica con
las determinaciones que tomemos. (El señor Campuzano pide la palabra.)


El señor PRESIDENTE: Sí, señor Campuzano.



El seño CAMPUZANO I CANADÉS: Señor Granado, agradezco su respuesta, pero, fíjese, si usted busca la expresión en los tres artículos en los que se hace referencia a las organizaciones sindicales en la Constitución española, verá que ninguno
de estos tres artículos hace ninguna referencia a la Seguridad Social. Y si va al artículo 149.17 de la Constitución encontrará que en este artículo, en el que se atribuye al Estado la competencia de la Seguridad Social, se incorpora también la
participación de las comunidades autónomas en la gestión de la Seguridad Social. Por algo será que el legislador constituyente asoció las comunidades autónomas al sistema de protección social, y por algo será que en el Estatuto de Autonomía de San
y en el Estatuto de Autonomía del País Vasco se contempla la participación en la gestión de la Seguridad Social de los gobiernos catalán y vasco. Por alguna cosa será. Por tanto, está el tema ahí, estaba en la Constitución, está en la Constitución
y está en los estatutos de autonomía hoy vigentes. Por eso yo no veo tanta lejanía respecto a las previsiones del actual marco legal. Si asociamos a eso, a la gestión del fondo a través de la Comisión de seguimiento y en la intervención del 7 de
abril así lo comenté a sindicatos y organizaciones empresariales, que en ningún articulo de la Constitución quedan asociadas a la gestión de la Seguridad Social, sería razonable que en la Comisión de seguimiento, si hay empresarios y sindicatos,
pudiese haber gobiernos autonómicos. ¿O es que son menos Estado? ¿O es que los consejeros autonómicos no pueden opinar sobre las inversiones y la evolución del Fondo de Reserva, como hacen los agentes sociales? Yo creo que hay que tener una
visión positiva de la presencia de las comunidades autónomas en un Estado compuesto, descentralizado, de corte cuasi federal, como el que tenemos, en el que estamos avanzando y en el que pretendemos avanzar. No creo que eso sea empeorar más las
cosas. Yo lo entiendo a usted, porque se han encontrado con una oposición que ha decidido quemar media España en relación con la tramitación del Estatuto de Autonomía, eso lo entiendo, y como se ha mentido, se ha manipulado, se ha hecho escarnio,
etcétera, entiendo su prudencia de hoy, aquí. Pero cuando el Estatuto catalán se apruebe, razonablemente esta próxima primavera, y sea refrendado por el pueblo catalán y el sentido común vuelva, yo creo que sería razonable abordar entre todos estas
cuestiones, entre todos, y eso, incluye lógicamente, al Partido Popular, porque estoy seguro de que los consejeros autonómicos del Partido Popular, los consejeros de la Comunidad Valenciana, los consejeros de Madrid, los consejeros de las Islas
Baleares van a tener el mismo interés que el Gobierno catalán o el Gobierno vasco en participar de la gestión, del seguimiento, del asesoramiento del Gobierno en el seguimiento del Fondo de Reserva. Ha sido el propio señor Echániz quien hoy, en
esta comparecencia, ha hecho referencia a esa compra por parte del fondo de la deuda emitida por las comunidades autónomas. Hay un espacio para el consenso en esta materia, y mi grupo, sin prisa, va a trabajar en esa línea, y en el debate que vamos
a tener cuando ustedes presenten la ley de reforma del fondo lo vamos a plantear.



Finalmente, y termino, estoy con usted en que hemos de evitar la fatiga de la reformas; pero le insisto en la necesidad de asociar el Parlamento a este proceso de reformas. En esta legislatura al Gobierno le ha faltado capacidad de
asociarnos a todos en el desarrollo de la recomendaciones de 2003. Porque en su intervención anterior usted hablaba, creo que contestando al señor Echániz, de las leyes, y la Ley de la Dependencia va a llegar a esta Cámara sin acuerdo con el
principal grupo de la oposición ni con mi grupo, y no se lo atribuyo a usted, pero sí a su ministro. Esa ley tan importante, que supone, en palabras del Gobierno, el desarrollo de la cuarta pata del Estado de bienestar, llega a esta Cámara sin
haber sido pactada, discutida con el principal grupo de la oposición ni con el tercer grupo de la Cámara, y


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nos parece que esa no es la buena dirección para hacer las reformas que se necesitan en España en los próximos años en el terreno social.



El señor PRESIDENTE: Señor Granado.



El señor SECRETARIO DE ESTADO DE LA SEGURIDAD SOCIAL (Granado Martínez): Dos minutos, señor presidente, no abuso más. Señor Campuzano, usted es un liberal, ¿no?, de Convergència, yo me considero un liberal de izquierdas, y nunca he visto
mucha diferencia entre la socialdemocracia y los liberales de izquierda, me sitúo en el terreno de los liberales americanos. (El señor Campuzano i Canadés: Somos muy parecidos.). Pero, como liberal, señor Campuzano, no me ponga usted a la
sociedad civil y a las relaciones de las administraciones en el mismo plano porque es un disparate. Las relaciones de las administraciones son de cooperación, hay conferencia, sectoriales en los temas que son de competencia compartida, pero las
administraciones entre sí ni se siguen ni se persiguen, al menos no deben seguirse ni perseguirse. Que una Administración haga seguimiento de otras en un órgano de participación institucional vinculado a la sociedad civil es mistificar las cosas,
porque al final ¿qué hacemos? ¿La Seguridad Social sigue a las comunidades autónomas en los temas de bienestar social, que tanto afectan a la Seguridad Social? ¿Metemos a la Seguridad Social en los órganos sectoriales de cooperación que tiene la
Consellería de Igualdad de Oportunidades, Familia y Bienestar Social de la Generalitat o de todas las comunidades autónomas ponemos a las comunidades autónomas a seguir lo que hace la Seguridad Social en la gestión del Fondo de Reserva? No. Las
relaciones entre administraciones están guiadas por el principio de cooperación y de colaboración leal, y esto no es seguirse los unos a los otros. Cada uno hace lo que le toca, como antes decíamos de los grupos parlamentarios, el Gobierno y la
oposición, y todos procuramos el interés general. No tiene nada que ver la participación de la sociedad civil en relación con la actividad gubernativa y con las relaciones entre las diferentes administraciones.



Usted ha suscitado el tema del Estatut de Cataluña, y permítame que le diga que le agradezco que me dé pie para decir que yo estoy absolutamente encantando con el artículo 165 de la ponencia del Estatut, que hace referencia a que la
Generalitat de Catalunya ejerce sus funciones en materia de Seguridad Social con absoluto respeto al principio de unidad económico-patrimonial de la Seguridad Social y a la solidaridad financiera, como los principios que inspiran el funcionamiento
de la Seguridad Social en España. Es muy importante que en una ley del bloque de constitucionalidad se haya dado respaldo normativo al criterio de unidad de caja que se lleva manteniendo en la Seguridad Social en los últimos veinte años en este
país, y que además se haga en una ley como el Estatuto de Cataluña es fundamental y servirá para deshacer sin duda algunos equívocos. A mí me gusta muchísimo más el texto actual de la ponencia de reforma del Estatut de Catalunya que el Estatut de
Sau, permítame que se lo diga. En este sentido, creo que hay un avance muy notable en el respeto a la unidad de caja de la Seguridad Social en el texto actual de proyecto de Estatut, y precisamente ese respeto a la unidad económico-patrimonial de
la Seguridad Social es el que me anima a decirle que una manera de respetar esa unidad económico-patrimonial es respetar que exista una gestión unificada económica y patrimonial de la Seguridad Social y también del Fondo de Reserva. Por eso vamos a
seguir manteniendo que sea la administración de la Seguridad Social la que gestione los fondos, sin perjuicio de todas las participaciones del entorno de la sociedad civil, pero en el ámbito de lo que es la sociedad civil. Probablemente tiene usted
mucha razón, porque es un lugar común, cuando dice que el Gobierno siempre tiene dificultades en asociar a la oposición a sus planteamientos políticos. Pero entenderá usted que le diga que la responsabilidad en este tema siempre es compartida.
Usted, que ha sido tan descriptivo de algunas posiciones políticas de algunos de los grupos de la oposición en esta Cámara, entenderá que le diga que también es verdad que en esta legislatura pactar leyes es algo más difícil que en otras, me parece
que esto no es noticia, seguro que los colegas de los medios de comunicación no lo van a poner porque lo sabe todo el mundo. Seguro que es muy fácil pactar la leyes desayunándonos cada mañana con lo que nos estamos desayunando. En fin, seguro que
hay responsabilidad nuestra por lo que enmendaremos nuestros errores, pero, señor Campuzano, no nos ponga más penitencias de las que el cuerpo puede aguantar.



El señor PRESIDENTE: Doña Isabel López i Chamosa tiene la palabra.



La señora LÓPEZ I CHAMOSA: En primer lugar doy la bienvenida al secretario de Estado a esta Comisión y le agradecezco su comparecencia y también su actitud respecto a la documentación, y a lo que nos ha dicho al inicio.
También agradezco
la de don Julio Pérez, que demuestra un talante de diálogo y facilita la labor a esta Cámara y a estos diputados. Pero entenderá que yo matice una cuestión, y se lo digo al señor Echániz para que él la tenga en cuenta, que la sabe, pero se lo digo
por si lo había olvidado. Él sabe que la Ley 28/2003, del Fondo de Reserva, dice en su disposición adicional tercera que el Gobierno presentará a las Cortes Generales un informe anual sobre la evolución y composición del Fondo de Reserva de la
Seguridad Social. Punto, se acabó, no dice absolutamente nada más. Y el Real Decreto 337, que desarrolla esa ley, en su artículo 5.1 apartado 2 dice que el Ministerio de Trabajo elevará el informe anual al Gobierno, y el Gobierno a las Cortes
Generales, en el primer semestre del ejercicio siguiente. Estamos en el primer trimestre del ejercicio siguiente y es evidente que el ministro lo había elevado a esta Cámara.
Pero en aras de facilitar el trabajo de estos


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diputados es de agradecer no solo que se nos haya hecho llegar sino además el talante. Señor Echániz, no haga usted aspavientos, este es el cuarto secretario de Estado con el que comparto debates sobre Seguridad Social, los compartí con el
señor Aparicio, con el señor Camps y con el señor Castelló, y el que está hoy aquí es el primero que nos envía la documentación con anterioridad, aunque sea un día antes, pues los anteriores la traían consigo bajo el brazo cuando venían a esta
Comisión.
Por lo tanto, este avance es de agradecer.



Hay dos o tres cosas que me gustaría decirle. Yo creo que la gente del Partido Popular y, como no podía ser menos, su portavoz aquí tienden a reescribir la historia. Es decir, lo que ha sucedido en los últimos años en nuestro país no les
gusta, y entonces lo que hacen es reescribirlo en función de los intereses propio del PP. Porque el señor Echániz decía, de la gestión del Gobierno del PP, que han sido seis años de iniciativa política y de gobernar desde la racionalidad. Y decía:
Cuando se mantienen leyes como la del Fondo de Reserva se producen los buenos resultados que se ha producido; cuando se hace lo que se ha hecho el la LOE y el Plan Hidrológico, se crea lo que crea. Señor Echániz, la reforma de la Ley de Educación
la hizo el PP por ordeno y mando contra todo el mundo, contra la comunidad educativa, contra los partidos y demás. El Plan Hidrológico tres cuartos de lo mismo. (El señor Echániz Salgado: Una manifestación de un millón de personas.) Y,
lógicamente, no le debe extrañar que el Partido Socialista, que llevaba en su programa electoral la reforma y derogación del Plan Hidrológico y la LOE, haya cumplido sus compromisos electorales ya que los ciudadanos le han dado su voto para que
pudiera cumplir con su programa electoral. A lo mejor lo que le extraña tanto es que el Gobierno esté cumpliendo con su programa electoral, cosa que en los últimos años no era lo habitual.



Ha hablado usted también de las reformas de los seis años del Gobierno del PP en los temas de Seguridad Social, y la mayor reforma de la Seguridad Social llevada a término en esta democracia se hizo en el año 1985 y la hizo un Gobierno
socialista, y esa reforma fue la que dio pie a todo lo que vino después respecto a la Seguridad Social. Además, en el año 1995, el Pacto de Toledo, firmado por todos los grupos parlamentarios, marcaba las líneas por las cuales había de llevarse la
reforma de la Seguridad Social en el futuro. Y aquí haría referencia a lo que decía el señor Campuzano, o entendemos lo que es Pacto de Toledo y cómo funciona, o nos equivocamos. Porque si el Pacto de Toledo es que en esta Cámara debatimos las
reformas necesarias, vemos lo que hay que hacer, los plasmamos en un documento, lo aprobamos en Pleno y le decimos al Gobierno: por aquí han de ir las reformas, luego habrá que darle tiempo al Gobierno para que eso lo ponga en práctica. Porque si
lo aprobamos inmediatamente y luego a los meses siguientes o al año siguiente ya estamos planteando lo contrario, no hemos entendido lo que significa el Pacto de Toledo, ya que ese es el procedimiento: primero hacemos aquí las recomendaciones,
luego le decimos al Gobierno que reforme, pero que además consensue esas reformas con los agentes sociales. Esto es lo que está haciendo en estos momentos el Gobierno socialista. Respecto a si se han hecho reformas en el año 2002, en 1998 y demás,
no voy a entrar, en ello pero es verdad. Cuando hicimos la reforma de la ley, gradual y flexible, durante eldebate que el Grupo Socialista dijo compartíamos, y compartimos, la gradualidad de la jubilación y fomentar medidas que voluntariamente
hagan que la gente permanezca más en el puesto de trabajo, pero algunas de las consecuencias que posteriormente se ha demostrado que no eran las que se pretendían ya no las compartimos, y lo dijimos. Cuando decía que los grupos que dan soporte al
Gobierno son los que traen a esta Cámara reformas continuadas parciales de la Seguridad Social, en algún aspecto tiene razón, pero no olvide S.S. que la última que se hizo en la Comisión de Defensa la trajo el Partido Popular y que se ha aprobado
en la Comisión de Defensa una proposición no de ley que afecta a la Seguridad Social, que, de llevarse a término, le metemos un palo al sistema. Fue en la Comisión de Defensa porque ni siquiera son capaces de ponerse de acuerdo en que la Comisión
donde han de venir todos los temas de Seguridad Social es esta. Por lo tanto, tenemos que ser coherentes con nuestra forma de actuar.



Comparto con el secretario de Estado que no podemos alarmar a la gente.
¿Se imaginan ustedes que saliera el ministro Caldera diciendo que la Seguridad Social va bien, pero que o realizamos reformas o no podemos aguantar esto? ¿Se imaginan
lo que eso significaría? ¿Qué dirían entonces? Que estamos creando alarmismo. No me lo quiero ni imaginar. Yo creo que el ministro está haciendo el discurso que hay que hacer y el secretario de Estado de la Seguridad Social está negociando con
los agentes sociales el alcance de las reformas, de acuerdo con las recomendaciones que hemos hecho del Pacto de Toledo. Tenemos la herramienta del Pacto de Toledo, que habla de analizar esa situación cada cinco años. Para afrontar cualquier
reforma o cualquier situación tenemos el tiempo y la herramienta, y lo podemos hacer.



Hay algo que me gustaría repetir porque me lo habrán oído muchas veces. Se equivocaron los que dijeron que en el año 2000 la Seguridad Social estaba en bancarrota. Se equivocaron esos mismos que lo volvieron a decir en el 2004. Y ahora
esos mismos que se equivocaran en 2000 y en 2004 nos dicen que en el 2050 estaremos en la situación que describen.Como dice mi gran compañero y amigo José Antonio Griñán, la ventaja que tienen los que hacen esas previsiones es que cuando se
comprueba que son falsas están criando malvas. Esa es la realidad, y a las pruebas me remito. La situación de la Seguridad Social es buena. ¿Para dormirse en los laureles? No, porque necesitamos que se mantenga. Tanto S.S. como el secretario
de Estado lo decían: lo mejor para la Seguridad Social es el crecimiento económico,


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la estabilidad en el empleo, la creación de empleo, para lo cual este Gobierno está trabajando.



Para no cansarles mucho, sólo me resta añadir que la mejor satisfacción es que aquí apenas se ha hablado del informe del fondo de reserva.
Evidentemente porque para hablar de él hay que felicitar a los gestores, decir que estamos en el buen
camino y que lo estamos haciendo bien. Y como eso no es lo habitual en este Parlamento, por eso estamos debatiendo sobre otra situación. Pero permítame que mi grupo sí diga que es una buena gestión. Yo no sé si son discípulos aventajados, pero lo
que sí puedo decir es la suerte que tienen los ciudadanos de tener estos gestores. Vaya por delante esa felicitación.



No quería dejar pasar la ocasión de referirme a debatir en esta Cámara las propuestas los agentes sociales. Es decir, estar en una mesa de negociación afrontando temas de la Seguridad Social como están haciendo, y venir aquí a hablar
abiertamente de todos esos temas, porque dificultaría muchísimo las negociaciones. Porque si usted viene aquí y nos dice cuál va a ser su posición en la negociación, al siguiente día los agentes sociales, (yo si estuviera en su lugar, lo haría) le
dirían que no hace falta que les cite, bastaría que leyeran el 'Diario de Sesiones' y les mandaran la respuesta por escrito. Hemos de ser coherentes, hemos de dar tiempo a que se pongan de acuerdo, en el convencimiento de que será un buen acuerdo,
y tiempo tendremos de discutir, cuando esto se transforme en propuesta de reforma y venga a esta Cámara, no solo entre nosotros sino con la Seguridad Social, las reformas que de común acuerdo, todos podamos votar al final y. Por lo menos en
Seguridad Social seguimos manteniendo un consenso que en otros temas es prácticamente imposible, no solo hablar, ni siquiera opinar.



El señor PRESIDENTE: Señor secretario de Estado.



El señor SECRETARIO DE ESTADO DE LA SEGURIDAD SOCIAL (Granado Martínez): Quiero agradecer a la diputada López i Chamosa su intervención. Me dan cierta nostalgia las aportaciones de la diputada, porque me recuerdan cuando yo era
parlamentario. Evidentemente estamos cada en un sitio diferente y le agradezco muchísimo sus palabras.



El señor PRESIDENTE: Sin nada mas, señor Granados, querido amigo, esta es tu casa, agradecemos tu comparecencia y tu presencia.



Se levanta la sesión.



Era la una y diez minutos de la tarde.