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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 356, de 10/10/2005
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CORTES GENERALES


DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS


COMISIONES


Año 2005 VIII Legislatura Núm. 356

PRESUPUESTOS

PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. JESÚS MARÍA POSADA MORENO

Sesión núm. 9

celebrada el lunes, 10 de octubre de 2005



ORDEN DEL DÍA:


Comparecencia cuatrimestral del señor secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos (Fernández Ordóñez) acordada por la citada Comisión, para informar sobre:


- El grado de ejecución de los Presupuestos Generales del Estado y la evolución de sus principales magnitudes, previa remisión del informe correspondiente. (Número de expediente 212/000735.) ... (Página 2)


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Se abre la sesión a las nueve y treinta y cinco minutos.



El señor PRESIDENTE: Señorías, comenzamos esta reunión de la Comisión de Presupuestos con la comparecencia cuatrimestral del secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos. Quiero aludir muy sucintamente a que esta Comisión estaba
convocada para el martes 6 de octubre, pero recibí como presidente un escrito de los grupos de la Cámara (Popular, Convergència i Unió y Grupo Vasco) que consideraban que no había transcurrido el tiempo suficiente para estudiar los datos que había
mandado la Secretaría de Estado y pedían, por tanto, una suspensión de la Comisión. Se celebró una reunión de Mesas y portavoces y tras su intervención la Mesa consideró unánimemente que era conveniente estudiar más a fondo esos datos. Por eso
tenemos hoy la reunión de la Comisión con -leo textualmente- la comparecencia cuatrimestral del secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos, acordada por la citada Comisión, para informar sobre el grado de ejecución de los Presupuestos Generales
del Estado y la evolución de sus principales magnitudes, previa remisión del informe correspondiente. Dándole la bienvenida, como siempre, tiene la palabra el señor Fernández Ordóñez.



El señor SECRETARIO DE ESTADO DE HACIENDA Y PRESUPUESTOS (Fernández Ordóñez): Comparezco nuevamente ante esta Comisión para dar cuenta de la ejecución de los Presupuestos Generales del Estado con datos, como ustedes han visto en el informe,
correspondientes hasta el mes de agosto, de los ocho primeros meses. Como puede imaginar, estoy encantado de venir para contarles que la ejecución del presupuesto va extraordinariamente bien, que los datos que tenemos son francamente buenos y que
vamos a cerrar el año mejor no solo de lo que habíamos previsto nosotros sino de lo que todo el mundo había previsto. Esta comparecencia coincide con la presentación del proyecto de presupuestos para 2006, que ha sido remitido a esta Cámara esta
semana. Habrá tiempo a lo largo de esta semana -esta misma tarde comparezco en esta Comisión por ese motivo- para tratar el tema. Intentaré no mezclar los dos debates. Sí quiero poner de relieve que tanto los datos que hoy les voy a ofrecer sobre
la ejecución como las previsiones presupuestarias comparten las mismas características que han venido marcando nuestra política presupuestaria, que es la estabilidad y el rigor tanto en la programación como en la posterior ejecución del gasto.
Conviene recordar que hace un año, cuando estábamos elaborando los presupuestos, algunos decían que eran excesivamente voluntaristas y optimistas en las previsiones de ingresos y vaticinaban que el déficit público en 2005 sería muy superior al que
preveíamos en las cuentas. Es verdad que todavía es pronto para saber cómo vamos a cerrar el ejercicio, pero los datos de ejecución que han podido examinar SS.SS. en el informe remitido muestran que fuimos muy prudentes al estimar los ingresos y
que la ejecución del presupuesto de 2005 no solo va a cumplir con el objetivo de estabilidad presupuestaria que nos habíamos marcado sino que con toda seguridad lo mejorará. Por tanto, quiero reiterar que el Gobierno sigue apostando por la
estabilidad como elemento que garantiza el equilibrio en nuestra economía y crea un marco de seguridad y de confianza para los agentes económicos.



Para comenzar, y como he hecho en otras ocasiones, voy a hacer un esbozo breve del contexto económico en que ha tenido lugar la ejecución presupuestaria de estos ocho primeros meses del año y luego entraré en las cifras de ejecución. La
evolución de la economía española se enmarca en una evolución de la economía internacional que sigue mostrando un fuerte dinamismo, aunque no se extienda con carácter general a todas las economías. Las últimas cifras publicadas por el Fondo
Monetario Internacional en su Worls Economic Outlook, presentado en la Asamblea de Whasington este año, da un crecimiento del 4,3 al conjunto de la economía mundial y prevé para el año 2006 otro 4,3 por ciento, cifra notable si la vemos con cierta
perspectiva. Las políticas económicas de la mayoría de los países siguen siendo alentadoras del crecimiento dado que hay una moderación en las tasas de inflación, aunque existen diferencias según las economías. Lo más notable es que este dinamismo
de la economía mundial se ha mantenido en un contexto de fuertes subidas del petróleo, lo que evidencia que hasta el momento el impacto de los movimientos del precio del petróleo sobre la actividad global está siendo muy moderado.
Si ustedes
examinan la curva de crecimiento del precio del petróleo verán que tan solo a principios de 1999 estábamos en torno a los 10 dólares el barril, que en 2000 subió a los treinta y tantos dólares, que a principios de 2004, cuando llegó el nuevo
Gobierno, el barril estaba en torno a los 30 dólares y hoy está en torno a los 60 dólares el barril.



¿Cómo está la economía española? La economía española está situada en ese grupo de economías desarrolladas que están teniendo los mejores resultados en los últimos años. De hecho, a lo largo de este año ha intensificado aún más su ritmo de
crecimiento, situándose la tasa de variación interanual del PIB en el segundo trimestre en el 3,4 por ciento, una décima más que en el trimestre previo y es la mejor cifra de crecimiento desde el segundo trimestre de 2001. En comparación con
nuestros socios europeos, la economía española mantiene un diferencial positivo de crecimiento de 2,3 puntos porcentuales. Si se compara con la zona euro, incluso si metemos los países emergentes, que son los de mayor crecimiento, estamos 2,1
puntos por encima. Este crecimiento de la economía española continúa estando apoyado en un crecimiento de la demanda interna que sigue estabilizado en tasas elevadas. Lo que es interesante del último periodo es que está apoyado cada vez más en la


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demanda de inversión en capital fijo y hay una cierta desaceleración muy suave del consumo final. El fuerte crecimiento de la inversión de bienes de equipo es lo más notable a lo largo de este año y desde finales del año pasado, porque
estamos con un crecimiento ya de dos dígitos, el 10,4 por ciento anual, acelerado sobre el trimestre anterior, magnitud que, como ustedes saben, no se registraba desde la década de los noventa. La construcción sigue notando un ritmo de avance
importante, aunque más atemperado. El avance anual ha sido del 5,8 por ciento, y el gasto en consumo final de los hogares está estabilizado en un consumo interanual del orden del 4,8 por ciento. El consumo de las administraciones públicas es más
moderado que el consumo privado. Las administraciones públicas tienen un crecimiento del 4,6 por ciento frente al 5,5 por ciento que tuvieron el trimestre anterior. La demanda externa ha mejorado ligeramente su comportamiento en el segundo
trimestre, ya que la detracción negativa ha sido de 2,6 puntos frente a los 2,7 del primer trimestre, gracias a la evolución más favorable de las exportaciones en el segundo trimestre. En efecto, la exportación de bienes y servicios ha registrado
un crecimiento positivo del 1,9 por ciento, repuntando el dato desfavorable que registró el primer trimestre del año del menos 1,9 por ciento. Esta recuperación de la exportación se ha producido en todos los componentes, tanto en bienes como en
servicios, incluido también el turismo, y esta favorable evolución de la exportación ha compensado el impulso que siguen mostrando las importaciones, que están creciendo en el segundo trimestre en un 8 por ciento. Desde el punto de vista de la
oferta se ven aportaciones positivas del crecimiento en todas las actividades, excepto la agraria y la pesquera, cuyo valor añadido bruto retrocedió un 1 por ciento respecto a un año antes debido probablemente a la negativa incidencia de la sequía
sobre diversos cultivos, especialmente los cereales. En cuanto a las ramas no agrarias, el mayor ritmo de aumento es en la construcción, que continúa siendo el 5,7 por ciento, siguiendo los servicios con un 4 por ciento, la energía con un 3,6 por
ciento y, en último término, la industria, que todavía registra un aumento positivo pero inferior al 1 por ciento. Los servicios de mercado están creciendo a mejor ritmo que los de no mercado, es decir, lo que es privado sigue creciendo más que lo
público; los servicios de mercado crecen al 4,3 por ciento y los de no mercado al 3,2 por ciento.
El empleo sigue teniendo una evolución francamente positiva. Según la EPA, en el segundo trimestre el número de empleados aumentó -solo en el
trimestre- en 402.000 personas, de tal forma que en los últimos 12 meses se han creado 897.000 empleos. La tasa interanual de crecimiento de la ocupación sube casi un punto, se coloca en un 5 por ciento, de forma que el número de ocupados en el
segundo trimestre del año se situó casi en 19 millones de personas. Como ustedes saben, hemos bajado por primera vez a una tasa de paro inferior a dos dígitos, cosa que no sucedía desde hace muchísimos años porque el número de parados ha seguido
descendiendo; en el último trimestre descendió en 154.000 personas y en los 12 meses ha caído en unas 204.000 personas. Y todos estos datos, que son de EPA, son equivalentes en términos de contabilidad nacional y de afiliaciones a la Seguridad
Social que, aun descontando los efectos de regularización, dejan el crecimiento de los afiliados en tasas superiores al 3 por ciento. En lo referente a precios, el dato último, el del flash de septiembre, eleva la inflación al 3,7 por ciento,
aumento de cuatro décimas que, como ustedes saben, se ha producido prácticamente en toda la Unión Europea en ese mes, y el índice de precios industriales también registra un aumento mensual del 0,8 por ciento, colocando la tasa interanual en el 4,9
por ciento y, por tanto, aumenta sobre el trimestre anterior. La inflación subyacente -no tenemos los datos del flash- casi sorprendentemente sigue reduciéndose y el último dato que tenemos de variación interanual es el 2,4 por ciento, con lo cual
el diferencial con respecto al IPC se coloca en datos históricos, lo que evidentemente es una buena noticia.



Una vez analizado el contexto macroeconómico paso a hablar de la ejecución del presupuesto. Lo primero que quiero destacar -y lo hago siempre que vengo aquí-, señorías, es que voy a hablar de las cuentas del Estado, por tanto de lo que es
más pequeño dentro de las administraciones públicas, del 7,7 por ciento del PIB. Saben ustedes que tenemos un Estado fuertemente descentralizado, probablemente de los más fuertes del mundo en cuanto a descentralización del gasto, lo que significa
que las administraciones territoriales tienen, quitando Seguridad Social, más de dos veces y media -casi tres veces- el gasto del Estado. Lo digo porque creo que son interesantes los focos que estamos poniendo sobre la ejecución del Estado, pero lo
importante que está pasando no está pasando aquí sino fuera, y desgraciadamente -y lo digo con claridad- no se están trasladando los focos que tenemos a nivel del Estado a nivel de comunidades autónomas. Este fin de semana he hecho el experimento
de ver qué es lo que dan las comunidades autónomas en cuanto a ejecución y realmente es muy poco. Aquí estamos dando todos los meses una cantidad de datos inmensa y extraordinaria; hemos aumentado, como saben, en todo el proceso de transparencia
los datos, pero he podido examinar cuatro comunidades, País Vasco, Andalucía, Cataluña y Valencia y -ójala me equivoque- el único que da datos mensuales es Cataluña, que da cuatro folios; el País Vasco no da datos mensuales sino trimestrales, solo
ha dado dos datos de ejecución, y Andalucía y Valencia, que yo haya visto, no dan nada de ejecución. Hay una cierta descompensación entre el interés y el foco que colocamos en la ejecución del Estado y, sin embargo, en la Administración general y
no del resto. Dicho esto, que creo que es importante tenerlo en la cabeza para saber qué es lo que debemos hacer, les voy a contar lo que ha pasado en los ocho meses. La segunda precisión que siempre hago es que la estacionalidad de la ejecución
del presupuesto es tal que examinar algo que sea distinto de un año lleva siempre


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a problemas de interpretación. Muchos gastos, fundamentalmente los gastos de inversión, se producen casi en un 50 por ciento en los dos o tres últimos meses del año, por tanto lo que decimos que haya sucedido hasta agosto es casi
irrelevante, pero podemos hablar de ello sabiendo que tienen ustedes en la cabeza esa cautela. En los dos primeros cuatrimestres de este año el Estado ha obtenido un superávit en términos de contabilidad nacional de 7.300 millones de euros, lo que
representa el 0,8 por ciento del PIB y una notable mejoría respecto a las mismas fechas del año pasado, concretamente 7.143 millones de mejoría. Por tanto, y aunque cualquiera podría decir que las cuentas públicas van muy bien, prefiero ser
cauteloso y analizar los datos con ciertas reservas, puesto que antes de que acabe el año no sabremos cuál es el resultado real.
Hemos visto que otros años por estas fechas las cuentas públicas arrojaban saldos positivos, pero posteriormente, por
el propio funcionamiento del presupuesto por el que la ejecución del gasto se concentra en el último trimestre, dichos saldos positivos acababan cambiando de signo. Además, hay que tener en cuenta que en el último trimestre de este año tendremos
que hacer frente a algunos gastos que presentan diferencias respecto al año pasado como, por ejemplo, el anticipo de los 1.300 millones de euros que vamos a transferir a las comunidades autónomas como consecuencia del acuerdo adoptado en materia de
gasto sanitario. Recuerden ustedes que una décima del PIB es en torno a 900 y pico millones de euros. Por tanto, estamos hablando de una cifra muy importante que inmediatamente aparecerá como déficit del Estado y como superávit de las comunidades
autónomas si lo utilizan en reducción de deuda o en alguna otra cosa que no sea aumento de gasto. Por otro lado, tenemos la liquidación del recurso del PNB y la liquidación del sistema de financiación autonómico correspondiente al año 2003, que
este año es notablemente superior al que pagamos el año pasado. Concretamente, la liquidación que se va a pagar a comunidades autónomas, tanto por presupuesto de gastos como de ingresos, es del orden de un 47 por ciento superior a la pagada el
2004. Una vez visto todo esto, y teniendo en cuenta el buen comportamiento de la recaudación impositiva en lo que va de año, de la que en unos momentos les voy a dar detalles, lo que está claro es que la previsión inicial del déficit del Estado que
teníamos en menos 0,4 por ciento del PIB y que incluimos en los presupuestos va a ser sensible y notablemente mejorada. Como pueden ver ustedes, cumpliremos la promesa que hicimos el año pasado cuando decíamos que el déficit que se produjo en el
Estado estaba motivado en gran medida por una serie de circunstancias totalmente atípicas, como fue la asunción de deuda de Renfe y el pago de la deuda de Andalucía, superadas las cuales y no repetidas este año se vería claramente que nuestra
política de defensa de estabilidad y de mejora de resultados de las cuentas públicas sería reflejado en las propias cuentas.



Hasta ahora me he estado refiriendo al superávit en términos de contabilidad nacional, que es el más representativo, teniendo en cuenta, como ustedes saben, que es el que utiliza la metodología de la Unión Europea y que, por tanto, permite
hacer comparaciones homogéneas con otros países; pero tengo que referirme al déficit de caja del Estado. En el déficit de caja del Estado en el periodo que estamos analizando, es decir, en esos ocho primeros meses, el superávit ha sido de 2.400
millones de euros frente a un déficit de 3.900 millones en el año 2004.
Esta importante mejoría del déficit de caja hay que matizarla, evidentemente, por lo que significa pasar de caja a contabilidad nacional. No voy a entrar en mucho detalle.
Las cuestiones metodológicas están explicadas perfectamente en el documento, pero quizá el principal factor es la diferente contabilización de los gastos por intereses.



Por lo que se refiere a necesidad de endeudamiento, el Estado ha tenido -por decirlo así- una necesidad de endeudamiento positiva, término que ha sido traducido en el informe por capacidad de endeudamiento que me parece una aberración que
debemos cambiar, pero cómo llevamos quince años teniendo necesidad de endeudamiento ya no sabemos cómo llamar a tener algo que llamamos en el informe -en mi opinión de forma absolutamente incorrecta- capacidad de endeudamiento. No es capacidad de
endeudamiento, al revés, es capacidad de financiación, pero como utilizamos el término de capacidad de financiación para lo que es la tesorería estamos buscando un término. Lo mismo pasó con el informe de la Intervención que, como ustedes saben,
siempre estaba titulado déficit del Estado y aparecimos dos o tres trimestres diciendo déficit del Estado cuando había superávit; lo hemos cambiado y hemos puesto saldo de las operaciones del Estado.
Esto de estar veinte o veinticinco años con
déficit hace que ahora estemos cambiando los términos. Pues bien, eso que de forma aberrante llamamos capacidad de endeudamiento son casi 5.400 millones de euros, que es muy superior a la necesidad de endeudamiento del año pasado, que eran 2.100
millones. En cuanto a los instrumentos de financiación utilizados, se vuelve al recurso a la deuda interior negociable, instrumentada en bonos y obligaciones. No obstante, la financiación neta obtenida a través de bonos y obligaciones ha sido solo
de 900 millones de euros cuando en el mismo periodo de 2004 tomamos 8.000 millones de euros. Este buen comportamiento de las cuentas públicas nos permite continuar con nuestro objetivo de seguir reduciendo la ratio de deuda sobre el PIB, que es
capital. Este es el objetivo y en la presentación de los presupuestos el vicepresidente lo ha subrayado. Ahora estamos muy bien, pero para poder sortear los momentos en los que la situación cambie lo capital es arrancar con una situación de deuda
sobre PIB muy baja que nos permita de alguna forma traspasar y atravesar los momentos malos sin tener que recurrir a congelaciones de funcionarios, disminución de no sé qué, disminución de gastos sociales, etcétera; creo que


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es capital. Lo que estamos acumulando ahora en plan hormiga es poder pasar tranquilamente los momentos malos. Realmente la reducción de deuda sigue siendo muy importante. Nosotros estimamos que en este 2005 ya podrá situarse el total de
las administraciones públicas en un 44 por ciento y en el caso del Estado en torno al 35 por ciento. Si ustedes examinan -pueden acercarse a Eurostat- cómo está el resto de los países europeos, verán la posición realmente favorable que tenemos en
cuanto a situación de deuda en España y que significa simplemente ver el futuro con tranquilidad y, por tanto, introducir más y más confianza en los agentes económicos.



Entro en el detalle de la ejecución de presupuestos de ingresos, y hablaré de ingresos totales antes de la transferencia a las administraciones territoriales porque así damos una mejor idea de cómo están evolucionando los ingresos. Hasta
finales del mes de agosto la recaudación no financiera ha ascendido a 110.513 millones de euros, lo que supone un aumento del 14,9 por ciento respecto a la recaudación registrada en el mismo periodo de 2004. Destaca el comportamiento de los
ingresos impositivos, que hasta agosto tienen un crecimiento del 16,2 por ciento.
No obstante, hay factores erráticos que conviene tener en cuenta y que elevan esta tasa por encima de lo que sería su evolución homogénea. Les digo dos, los más
importantes. En primer lugar, dos puntos de este crecimiento se deben al retraso de casi 600 millones que estamos realizando en las devoluciones del IVA. Las devoluciones del IVA este año están teniendo un retraso y luego si quieren comentamos el
porqué, ya que me parece algo enormemente positivo porque es todo el tema del control exhaustivo que estamos haciendo. Por otra parte, el incremento experimentado de 1,5 puntos se debe a que las comunidades autónomas han adelantado el ingreso de
retenciones de IRPF, y estamos hablando casi de 1.000 millones de euros. Por tanto, si reducimos simplemente estos dos factores llegamos a un crecimiento todavía notable, pero evidentemente muy lejano del 16 por ciento, del 12,5 por ciento.
Nosotros consideramos que ese es más o menos el crecimiento de los ingresos en términos homogéneos. ¿Qué sucede? En gran parte creo que este crecimiento refleja dos cosas, aunque es muy difícil saberlo: en primer lugar, la buena situación
económica y, en segundo lugar, los efectos de la lucha contra el fraude, de ese boca a boca que está dando resultados muy notables.
Piensen ustedes simplemente en la primera parte, en la parte de la evolución económica. El PIB sigue creciendo en
el segundo trimestre por encima del 7 por ciento en términos nominales, y he dicho que el 3,4 por ciento en términos reales. Ese dato del segundo trimestre es el mejor dato de crecimiento desde el año 2001, por tanto la economía está notablemente
bien, la inversión en bienes de equipo crece al 10,4, las exportaciones mejoran y los puestos de trabajo siguen aumentando. No es extraño, pues, que los ingresos vayan bien.



En términos homogéneos los ingresos directos están creciendo del orden de un 15,9 por ciento. En el IRPF la recaudación enero-agosto ha crecido un 16 por ciento y si homogeneizamos, quitamos las retenciones de comunidades autónomas, nos
quedamos con una tasa del 13 por ciento que, insisto, es una tasa que sigue siendo notable. Todos los componentes crecen y las retenciones de trabajo, que es un buen indicador de cómo está el empleo, están creciendo al 11,4 por ciento. Por lo que
respecta al impuesto sobre sociedades, los ingresos sumaron hasta final de agosto 18.858 millones, un 28,4 por ciento más que en igual periodo del año anterior. De nuevo, si hacemos el cálculo en términos homogéneos hay que bajar esa tasa, pero
continúa en tasas notables, del orden del 21,6 por ciento. Es evidente que todo esto refleja de nuevo la excelente situación de los beneficios de las sociedades. Los beneficios de las sociedades cotizadas crecieron en 2004 el 15,1 por ciento y
hasta el segundo trimestre de este año están creciendo al 23,3 por ciento. Por tanto, el reflejo en el impuesto sobre sociedades es evidente. En impuestos indirectos los crecimientos son algo menores, del 11,8 por ciento, y el IVA tiene un
crecimiento aparente espectacular del 15,8 por ciento, pero en realidad en términos homogéneos está creciendo el 11,1 por ciento. En el IVA de importaciones verán que caen las cifras un 6,8 por ciento mientras el de interiores aumenta un 24 por
ciento y, aunque parece incoherente con la situación que estamos teniendo de crecimiento de importación, se debe a que se ha producido un traslado del IVA de importación al IVA de operaciones interiores por el cambio introducido en la deducibilidad
en la misma autoliquidación de las cuotas por operaciones asimiladas a la importación. Por tanto, si quitamos esto y eliminando este efecto, el IVA de importación está creciendo al 15 por ciento y en cambio el de operaciones interiores al 9,6 por
ciento, que es más coherente con la evolución económica que estamos observando. En impuestos especiales el crecimiento es del 1,8 por ciento; el impuesto sobre hidrocarburos está creciendo el 0,9 por ciento; el consumo de hidrocarburos está
creciendo más que este 0,9 por ciento, está creciendo el 2,3 por ciento. La razón por la cual la recaudación de hidrocarburos va peor que el consumo es porque está habiendo una traslación del consumo de productos con impuestos altos, gasolinas, a
consumo de productos con impuestos más bajos, como el gasóleo; por eso nos da el 0,9 en vez del 2,9. El impuesto sobre el tabaco experimenta un crecimiento moderado del 2,9. Tasas, precios públicos y otros ingresos tienen un crecimiento
espectacular pero se debe exclusivamente al comportamiento de los ingresos por diferencias de cambio en operaciones de endeudamiento al exterior. Los ingresos patrimoniales del Estado caen espectacularmente por los beneficios del Banco de España.
Por segundo año el resultado de beneficios del Banco de España no se parece en nada a las previsiones que nos dio el banco, y esto significa nada menos que una disminución de 1.000 millones de euros en los beneficios del Banco de España. Por tanto,
lo único que va negativo en este momento desde el punto de vista de los ingresos


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y sobre todo en función de las previsiones son los beneficios del Banco de España.



Voy a entrar en el presupuesto de gastos y operaciones financieras. Los créditos iniciales crecen lo que estaba previsto en el presupuesto, del orden del 6,2 por ciento, ligeramente por debajo del PIB, y las modificaciones de crédito que se
han hecho son todas cubiertas por el fondo de contingencia menos las correspondientes al aval de Argentina (este desgraciado aval que cuando nadie dio dinero a Argentina el Gobierno le dio 1.000 millones de euros y que estamos pagando ahora), que ha
supuesto del orden de casi 700 millones. El porcentaje de ejecución del presupuesto del Estado se ha situado en un 59,8 por ciento, lo que supone en estos ocho meses un descenso de 0,8 puntos respecto a 2004. Sin embargo, la ejecución va
notablemente bien este año; probablemente, en cuanto a gastos, será la mejor de los últimos cinco años. Sin embargo, ¿por qué en lo que llevamos de tiempo está por debajo? Fundamentalmente por el cambio de Renfe, por el cambio de la ADIF, que
deja de pagarse por transferencias de capital, por tanto es instantáneo, y pasa a pagarse por capítulo 6; también por las transferencias a la Unión Europea, que se han pagado pero no se han imputado a presupuesto. Luego, si quieren, entramos en
detalle en este tema de la inversión, pero realmente va notablemente mejor que en los últimos años. En cuanto a caja, hay un aumento del 7,9 por ciento, de los cuales hay unos 4.700 millones de ejercicios cerrados.



Voy a entrar un poco en detalle en la ejecución y con esto yo creo que ya puedo dar por acabada esta introducción. En el capítulo de gastos de personal las obligaciones reconocidas han aumentado el 6 por ciento, que tiene un componente
importante que es el de prestaciones sociales. ¿Por qué? Por la paga de desviación del IPC. Si quitamos esto los gastos de personal están en torno a lo que preveíamos, en torno al 4,9 por ciento, pero el pago de desviación por IPC a clases
pasivas hace que los gastos de personal se hayan elevado al 6 por ciento. Los gastos corrientes en bienes de servicio descienden el 5,5 por ciento. Este descenso respecto al año anterior, como saben ustedes, también estaba esperado y
fundamentalmente se debe a menores gastos electorales. El 2004 fue un año de más elecciones; los gastos electorales son una buena parte de los gastos y por tanto se mueven con el ciclo electoral, por eso descienden en relación con el año anterior
el 5,5 por ciento. Los gastos financieros aumentan el 7,5 por ciento, pero se debe exclusivamente al diferente calendario de vencimiento porque la idea es cerrar el año como teníamos previsto. Las obligaciones reconocidas se cerrarán
aproximadamente con la misma cifra del año anterior y si hay mayores pagos es por mayores pagos de ejercicios cerrados, que tenemos aproximadamente unos 850 millones que quedaron pendientes en el 2004, pero no son precisamente los gastos financieros
los preocupantes en este momento. Las transferencias corrientes aumentan el 4,5 por ciento. Lo más notable de las transferencias son las que se realizan a comunidades autónomas, se han pagado hasta ahora 18.190 millones, y a corporaciones locales,
7.400 millones. Por supuesto aumentan notablemente las transferencias a la Seguridad Social por todo el aumento de los complementos de pensiones mínimas. Hay otras transferencias que no son muy importantes pero que están creciendo, que son todas
las de becas, que están creciendo un 6,3 por ciento, es decir, 1,5 puntos por encima del crecimiento de las obligaciones no financieras, y las transferencias realizadas a la Agencia de Cooperación Internacional y al Consejo de Investigaciones
Científicas, que han experimentado crecimientos aproximados al 27 por ciento. Aunque en el presupuesto este año se ha dado un mayor impulso a la investigación y a la ayuda al desarrollo, ya el año pasado lo dimos, como ustedes saben, y esto
evidentemente se está reflejando en la ejecución. Las inversiones reales se han situado en 3.280 millones, es decir, han crecido un 11,8 por ciento más que en agosto del año pasado. El porcentaje de ejecución ha sido inferior. Realmente, si
quitamos la tradicional transferencia de capital a Renfe, que ha pasado a la ADIF y que evidentemente a lo largo del año se corregirá, el porcentaje de realización del capítulo de inversiones se sitúa en el 39,1 por ciento, es decir, 1,8 puntos por
encima del año pasado, o sea que está notablemente mejor. Si ven el detalle, el resto de los programas de fomento van notablemente bien. El programa de creación de infraestructuras de carreteras aumenta un 27 por ciento; la ejecución es por tanto
de un 52 por ciento del presupuesto frente al 45 por ciento del año 2004 y el 46 por ciento del año 2003. El de conservación de infraestructuras de carreteras aumenta un notable 16 por ciento, con una ejecución del 43,5 por ciento el año 2005
frente a un 42 el año 2004 y un 37 el año 2003. El de infraestructuras de transporte ferroviario es el que les digo que va retrasado por la transferencia. En medio ambiente las obligaciones reconocidas aumentan el 28 por ciento y el porcentaje de
ejecución aumenta 7 puntos. Todos los programas excepto el de costas, por el cambio de programación, aumentan notablemente. El de gestión de infraestructuras del agua aumenta el 35 por ciento, con una ejecución que es casi 12 puntos superior a la
del año pasado, y el de calidad del agua también aumenta notablemente. Las transferencias de capital son 3.312 millones, un 5,3 por ciento menos que en 2004. Esto es justamente la otra contrapartida de las transferencias a Renfe. Como antes
hacíamos transferencias a Renfe vía transferencias de capital que ahora han pasado a capítulo 6, por eso se produce el descenso en transferencias de capital.



Hasta aquí, señorías, los aspectos que quería comentarles y que encuentro más significativos en cuanto a la ejecución en estos ocho primeros meses del año. Estoy a su disposición para cualquier aclaración.



El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Fernández Ordóñez.



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Pasamos ahora a las intervenciones de los grupos, que yo sugiero que sean de diez a quince minutos. Tiene la palabra la portavoz del Grupo Popular, señora Báñez.



La señora BÁÑEZ GARCÍA: Bienvenido, señor secretario de Estado. Le agradecemos una vez más su comparecencia en esta Comisión, en esta ocasión para comentarnos el avance de ejecución a agosto de 2005 de los Presupuestos Generales del Estado
para este año. Permítame, señor secretario de Estado, que le haga una pequeña puntualización en este caso al presidente. Ha comentado al inicio de esta sesión el presidente que el retraso de esta comparecencia se debió a la petición por parte de
varios grupos de esta Cámara porque no pudimos estudiar con precisión las cifras en tiempo. Yo quería hacer esta puntualización porque ese no es el motivo de la petición de suspensión de esta Comisión, sino, muy al contrario, porque no se
respetaron los tiempos reglamentarios de remitir con antelación de 48 horas, según el Reglamento del Congreso, la documentación a esta Cámara por parte del Gobierno para que se pudiese realizar en tiempo y forma esta comparecencia. Hecha esta
precisión y esperando que se tome nota por parte del Gobierno para que estos episodios no se repitan en el futuro, empezaré a comentar la ejecución y los datos que nos ha dado el señor secretario de Estado esta mañana.



Señor secretario de Estado, el Grupo Parlamentario Popular lamenta no compartir su análisis sobre la economía española y no lo hacemos porque la economía española va como va en el tercer trimestre del año. Aunque compartimos que el
crecimiento es superior a la media comunitaria, usted convendrá con nosotros que su estructura no es sana como se demuestra por el insostenible saldo negativo exterior, del 7,8 por ciento del PIB, y por un diferencial de precios preocupante con
relación a la media comunitaria. El IPC español se ha disparado; el IPC armonizado de septiembre es del 3,7 por ciento y probablemente termine el año muy cerca del 4 por ciento, como ya ha señalado Funcas entre otros analistas, y más de un 1,5 por
ciento por encima de la media de la eurozona. Como es una diferencia crónica, la pérdida de competitividad de la economía es apreciable e inquietante y puede constituir y está constituyendo una severa amenaza para sostener el actual crecimiento.
Señorías, la inflación es el primer aviso del mal rumbo de la política económica. A la hora de valorar el problema de los precios no sirve culpar a la escalada del precio del petróleo, que también es más caro en toda Europa, porque, descontado el
punto que suma el coste energético, la inflación española sigue al menos más de un punto por encima de la europea. Por tanto, se requieren medidas estructurales que incidan en la competencia y en la escalada de costes, incluidos los salariales una
vez que la política monetaria nos viene impuesta desde el Banco Central Europeo. Una de las tareas de este Gobierno debería ser crear las condiciones para una mejor política de precios. Señor secretario de Estado, se requiere más audacia a la hora
de reformar, liberalizar y modificar las condiciones de competencia.



Otro problema relevante -como le he comentado al principio- lo refleja el déficit exterior, que no presenta síntomas de rectificación, sino muy al contrario, estamos batiendo récords mundiales y ya estamos por delante de Estados Unidos, y
es de sentido común que un déficit exterior como el que padece nuestra economía tenga consecuencias y pase pronto factura. El coste energético explica una parte de ese déficit y la atonía de las economías vecinas, sobre la que ha girado
tradicionalmente nuestro comercio exterior, explicaría otra parte. Pero eso no es suficiente para explicar el elevado déficit de conjunto, aunque en esa coyuntura sí que habría que buscar mercados alternativos, precisamente los protagonistas del
crecimiento de la economía mundial; me estoy refiriendo a Estados Unidos y las nuevas y grandes economía asiáticas, cada día más abiertas al comercio mundial y en las que España debería ser más protagonistas.
Por otro lado, la parte sustancial del
déficit de pago tiene que ver con la constante pérdida de competitividad de nuestra economía. Señor secretario de Estado, nuestra competitividad está por los suelos. Según el Fondo Monetario Internacional hemos pasado del puesto 23 al puesto 29 en
el ranking de competitividad del año 2005. Señorías, España, si no corrige este problema de competitividad, lo acabará pagando. La demanda interna crece al 6 por ciento, muy por encima de lo que lo hace el PIB, al 3,4 por ciento, es decir,
compramos casi el doble de lo que producimos y como no lo producimos evidentemente lo compramos a los de fuera y además a crédito. La política económica tiene la obligación de ayudar a cerrar cuanto antes esta brecha entre la demanda y la oferta
española.
Para ello, ha de aumentarse significativamente el ahorro nacional, empezando por el sector público, que debería plantear objetivos mucho más ambiciosos en términos de superávit de sus cuentas y generalizar este ahorro al conjunto de las
administraciones públicas. Además, se debe incentivar el ahorro familiar, que está por los suelos. La reducción de la fiscalidad en vivienda o los planes de pensiones no son precisamente la mejor receta para apoyar el ahorro de nuestras familias.



Por otro lado, deberíamos obsesionarnos por aumentar la capacidad de oferta nacional, incrementando el número de empresas, mejorando la calidad y gama de productos y servicios, y satisfacer a nuestros consumidores con lo que quieren para que
no tengan que comprarlo fuera.
Es decir, saber competir mejor especialmente en nuestro mercado español pero también llegando a los mercados internacionales. Por tanto, el apoyo a la empresa española pasa por reformar profundamente el impuesto de
sociedades, crear un marco de relaciones laborales moderno, dedicar muchísimos recursos a la educación y a la formación, dedicar esfuerzos y recursos a la política comercial y también a la turística. Si España no coloca la competitividad como el
primer punto de su


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agenda política nuestro futuro a medio plazo se verá claramente incierto.



Tampoco el clima económico en lo que se refiere a la confianza está en una situación favorable. No ha dejado de caer la confianza y existe un hondo pesimismo por esa pérdida de confianza de los inversores internacionales en España en el
que, sin duda, tiene mucho que ver la política de inestabilidad institucional que está generando el Gobierno del señor Rodríguez Zapatero como también la intromisión del Gobierno en las necesidades de las empresas y la ausencia clara de reformas.
Los indicadores de confianza en la situación económica están empeorando cada día. La semana pasada se publicó el último realizado por el instituto Opina para el Instituto de Crédito Oficial; con datos de septiembre, el índice de confianza de los
consumidores ha caído 4,7 puntos respecto a agosto. El índice sobre la situación actual de la economía cae 6,8 puntos, el más bajo desde el año pasado, que coincide además con el índice de expectativas, que es también el peor desde el cuarto
trimestre de 2004. Parece que el instituto Opina no es sospechoso de que defienda las políticas del Partido Popular.



Además no dicen nada sobre la necesaria reforma fiscal que anunciaron a bombo y platillo y que después el mismo vicepresidente económico ha aplazado a 2007. Sí han dicho algo, han subido los impuestos para financiar la sanidad y se ha
anunciado alguna figura impositiva nueva, como una figura de tipo medioambiental con la que nos hemos desayunado alguna mañana. Por cierto, me gustaría que el señor secretario de Estado nos aclarase algo sobre esta nueva figura medioambiental de
política fiscal que va a introducir el Gobierno.



Tampoco hay nada nuevo en cuanto a reformas del mercado del trabajo, que incide en todas las empresas que exportan, y tampoco se plantean medidas serias de impulso tecnológico. Señor secretario de Estado, con respecto al mercado de trabajo
nos ha hecho una defensa del número de empleos que se han creado este año, de lo que este grupo se alegra. Pero de lo que no nos alegramos tanto es del terrible nivel de temporalidad que existe en el empleo en nuestro país. Estamos subiendo las
tasas de temporalidad en España desde que gobierna hace año y medio el Partido Socialista a cotas que eran desconocidas en años anteriores. Le voy a dar unos datos: en 1982 la temporalidad estaba en el 18 por ciento; cuando llegó el Partido
Socialista, como siempre lo hace, subió la temporalidad, la dejaron en 1996 en el 34 por ciento. Con ocho años del Partido Popular se bajó al 30 por ciento, que es como se la encontró el Gobierno de Rodríguez Zapatero.
En tan solo año y medio
hemos vuelto otra vez al 33 por ciento, esa es la temporalidad del conjunto de los sectores. La temporalidad juvenil está por encima del 60 por ciento en estos momentos, algo que a este grupo le preocupa mucho, como a los sindicatos y a las
organizaciones sociales.
Esperemos que el Gobierno tome medidas para que esto no se siga produciendo porque crear empleo pero empleo precario con esos niveles de temporalidad tan altos no nos va a llevar a nada bueno. Hoy me gustaría saber -porque
se hace eco la prensa de las negociaciones de los agentes sociales sobre la reforma del mercado de trabajo- cómo ve el Gobierno esa reforma que parece que no va a llegar muy lejos. La reforma la piden los empresarios, los agentes económicos y
sociales de forma perentoria, es buena para nuestra economía y para su futuro, pero creemos que el Gobierno debería -respetando por supuesto de los acuerdos de los agentes sociales- poner más empeño y más ganas para que este acuerdo llegue en un
corto plazo a buen fin. Si a esto añadimos que este Gobierno no entiende el presupuesto como un verdadero instrumento de la política económica, o no puede por su debilidad y condicionamiento de las mayorías parlamentarias, nos encontramos con un
presupuesto para 2006 que ha sido fuertemente contestado por los analistas y los agentes económicos y, por supuesto, no es el que necesita en estos momentos la economía española.



Una vez hecha esta introducción, señor secretario de Estado, me gustaría analizar algunos datos que ha dado sobre la ejecución del presupuesto de 2005 hasta agosto de este año. Los ingresos tributarios crecen, lo que es una buena noticia
para todos, pero al Grupo Popular le gustaría saber qué parte de ese incremento se debe a la elevada inflación que está padeciendo nuestro país. ¿Podría hacer una estimación del efecto que ha tenido el elevado crecimiento del deflactor del PIB en
la generación de ingresos tributarios? Si el deflactor del PIB está en el 4,3 por ciento mientras el PIB nominal ha crecido un 7,7 por ciento durante el segundo trimestre, el Gobierno está aprovechando la inflación para recaudar, sin importarle los
problemas que esa inflación y esta situación conlleva. Por tanto, señor secretario de Estado, me gustaría que hiciese una estimación de la influencia que tiene esa inflación en el incremento de ingresos que estamos teniendo a lo largo del año.



También, desgraciadamente, en 2005 se ha producido, como ya ocurriera en 2004, una disminución de los préstamos del Estado destinados a financiar proyectos de I+D respecto al año anterior. ¿Qué nos podría decir sobre esto? La ejecución se
sitúa en el 39 por ciento aproximadamente, lo que representa un nivel muy bajo para nuestro grupo parlamentario; además, de la cantidad ejecutada, más del 61 por ciento supone proyectos en programas de defensa -601 millones-; por tanto, la tan
aireada política de apoyo a la I+D parece que únicamente va dirigida a llenar titulares de periódico, porque lo de mejorar la productividad que ustedes dicen parece que no lo tienen muy en cuenta. Es más, señor secretario de Estado, nos gustaría
que nos enviara toda la información de que dispone el Gobierno sobre los proyectos de I+D presentados. Me gustaría conocer los proyectos que se han iniciado este año, qué empresas los han presentado, a qué empresas se ha subvencionado, cuál ha sido
el montante total de la política de I+D que se está ejecutando realmente y, además, que, si es posible, nos enviara estos datos por comunidades autónomas.



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Y, hablando de préstamos, le diré que los préstamos en infraestructuras tampoco se han ejecutado prácticamente, como aparece en la página 59 del libro de ejecución. Las inversiones en fomento han sido de tres puntos menos que el año pasado
y en medio ambiente han caído siete puntos. ¿No eran todas estas políticas las que hacían posible el cambio de patrón de crecimiento y favorecían la productividad? Pues, como diría el refranero español, largo me lo fiáis, señor secretario de
Estado.



El señor PRESIDENTE: Señora Báñez, le ruego que vaya terminando.



La señora BAÑEZ GARCÍA: Estoy terminando, señor presidente.



Otro punto que llama la atención es que un Gobierno que presume de potenciar la ayuda al desarrollo únicamente haya ejecutado el 25,19 por ciento de los créditos destinados al Fondo de Ayuda al Desarrollo. Esto supone una caída de más de 38
puntos porcentuales en comparación con el mismo mes del año pasado. Además, los créditos destinados a este fondo no se han incrementado con respecto al año 2004 y, junto a esto, hay que destacar que le ejecución de los fondos para inversiones en el
exterior asciende al cero por ciento; es decir, no se ha ejecutado absolutamente nada, lo mismo que ocurrió el año pasado. En el total de activos financieros, los créditos ejecutados, al igual que ocurrió en 2004, se sitúan en el entorno del 39
por ciento.



Antes de terminar, me gustaría hacer dos precisiones. En primer lugar, quisiera que el secretario de Estado nos aclarara algo que nosotros no vemos fácil de conjugar. En la página 139 del libro amarillo de los presupuestos de este año
-perdone que me refiera a este libro ya, lo hago porque lo conocemos todos porque ha sido presentado en esta Cámara- se prevé un déficit del 0,34 por ciento a 31 de diciembre, mientras que la ejecución a 30 de agosto, según el documento que nos ha
presentado esta mañana, supone un superávit del 0,8; es decir, un déficit a 31 de diciembre del 0,34 por ciento, que se reconoce en el libro amarillo, y en la ejecución a fecha de agosto un superávit del 0,8 por ciento. ¿Puede explicarme cómo van
a casar estas dos magnitudes?


Por último, y muy importante, el presidente del Gobierno anunció en una comparecencia con los medios la semana pasada que con toda probabilidad habrá un superávit del Estado para el año 2005. ¿Qué nos puede decir sobre esto? En principio
parece que solo se puede deber a dos motivos: el aumento de ingresos o la disminución del gasto. Quizá no se están ejecutando todos los programas previstos; los constructores han denunciado el frenado que existe en la licitación pública en este
país.
Esperamos su respuesta porque, como digo, nos ha sorprendido la noticia del probable superávit del Estado para el año 2005.



El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió), tiene la palabra el señor Vilajoana.



El señor VILAJOANA ROVIRA: En primer lugar, agradecemos su comparecencia, señor secretario de Estado y, en segundo lugar, nos adherimos a lo expresado por la portavoz del Grupo Popular en el sentido de que solicitamos el aplazamiento porque
recibimos el documento el lunes a mediodía, lo que no nos permitió hacer el análisis adecuado para atender esta comparecencia. En cualquier caso, le agradecemos su presencia hoy aquí y la información que nos ha facilitado.



Por otra parte, felicidades, señor secretario de Estado, porque estamos manteniendo el objetivo de estabilidad y, además, reduciendo el déficit acumulado. Desde este punto de vista, la situación es magnífica y, además, está en la línea de
lo que siempre ha solicitado Convergència i Unió; es decir, creemos que la estabilidad es un objetivo positivo para el desarrollo de nuestra economía. También estamos claramente de acuerdo en que el crecimiento del PIB en un 3,4 está claramente
por encima del crecimiento europeo, que lamentablemente está creciendo un 1,6 y, por tanto, es una de las economías más lentas respecto a la economía mundial.
Pero también es cierto, señor secretario de Estado, que la inflación no está en los
niveles que todos deseamos, ya que está en 3,7 por ciento. Es cierto que el empleo está creciendo de una forma clara, pero aquí también surge no un problema, pero sí la comparación entre el incremento de puestos de trabajo, que se sitúa sobre el 5
por ciento, con un crecimiento del PIB del 3,4. Aquí hay una pérdida de productividad clara, que es uno de los problemas que tiene nuestra economía y, por tanto, indirectamente una pérdida de competitividad. Si a esto le añadimos el déficit
exterior, que se sitúa por encima del 6 por ciento, provocado claramente por una Europa y un sistema euro que nos da todo el crédito que necesitamos -y desconocemos hasta dónde puede crecer esto, estamos en una situación nueva; en anteriores
situaciones, con un déficit del tres y pico empezábamos a hacer devaluaciones, movimientos de estabilidad, etcétera, y ahora estamos en el seis y pico y parece ser que la cosa se mantiene; vamos creciendo, pero no sabemos hasta dónde podemos
llegar-, yo creo que valdría la pena plantearse hasta dónde podemos llegar. Por otra parte, incrementamos los ingresos vía impuestos por encima del 19 por ciento; es decir, más del triple del crecimiento del PIB. Me gustaría que me aclarara por
qué está ocurriendo esto. Y en el fondo hay otra cosa que nos preocupa: que todo esto quiere decir que estamos introduciendo más presión fiscal en el sistema, que, digamos, el sistema está pagando más dinero de lo previsto. Nosotros hemos
solicitado más de una vez una reforma fiscal que, por ejemplo, bajara el impuesto sobre sociedades, que está creciendo un 28,4 por ciento y seguro que nos hubiésemos podido permitir una bajada en este sentido, que hubiese redundado en más
competitividad por parte de


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las sociedades que en estos momentos están luchando y que tienen dificultades de competitividad.



Respecto a la mejora de la competitividad, siempre se ha dicho que hacen falta más inversiones en desarrollo e innovación, más inversiones en infraestructuras, más inversiones en educación. Aunque usted dice que esto es normal y que ya
invertiremos en infraestructuras o ya cumpliremos el plan en el último trimestre, nos preocupa que el nivel de ejecución al mes de agosto esté situado en el 36,1 por ciento. Usted nos dice que llegaremos a situaciones similares a las del año pasado
pero entendemos que en estos momentos las inversiones en infraestructuras son clave y que no podemos permitirnos el lujo de no cumplirlas. En I+D, lo ha dicho ya la portavoz del Grupo Popular y a nosotros también nos preocupa, el 61 por ciento de
los 978 millones de euros prestados lo han sido a proyectos de defensa y solo se han dedicado 370 millones de euros a proyectos no ligados a defensa. Nos gustaría saber si el Gobierno cree que esta es una línea que se debe mantener en el futuro.
Ligado a este tema del déficit comercial, nos preocupa que los préstamos a la Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación se hayan reducido por segundo año consecutivo. Entendemos que el Gobierno debería potenciar estas ayudas para
permitir que la economía española pudiera evolucionar positivamente en sus exportaciones. Usted nos ha dicho que está mejorando pero entendemos que este es un elemento clave en nuestra evolución económica.



Globalmente, señor secretario de Estado, nos gustaría, en primer lugar, que nos explicara más claramente este incremento en la recaudación impositiva y esta diferencia entre ese incremento de recaudación y el crecimiento del PIB, por qué
está tan separado, qué ocurre, aparte de que a las empresas les vaya bien, que hayan reducido los gastos, etcétera, pero, repito, un crecimiento del 28,4 del impuesto de sociedades nos parece un incremento muy significativo. ¿Por qué no se
aprovecha esta situación para hacer una reducción en este impuesto como se había planteado y que, según dijo el presidente hace unos días en un desayuno, se aplaza hasta 2007? En segundo lugar, en esta ejecución de las inversiones en
infraestructuras ¿puede usted afirmar hoy que se va a cumplir lo presupuestado a final de año, lo que nos parece un elemento determinante para la mejora de la competitividad del país? En tercer lugar, las inversiones en I+D+C; realmente están
funcionando al nivel que deberían funcionar? ¿Es razonable que el 60 por ciento se dedique a proyectos de defensa? y finalmente, ¿por qué estamos reduciendo por segundo año consecutivo los préstamos a la Compañía Española de Seguros de Crédito a
la Exportación, cuando entendemos que otro elemento claro a potenciar en nuestra economía es la exportación de nuestras empresas?


El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Socialista tiene la palabra su portavoz, el señor Saura.



El señor SAURA GARCÍA: En primer lugar, queremos agradecer la presencia en esta Comisión del secretario de Estado de Hacienda. También querría, en nombre del Grupo Parlamentario Socialista, felicitar al Gobierno en relación con la
ejecución del presupuesto y los datos que ha presentado esta mañana.



Antes de hablar de la ejecución del presupuesto nos gustaría hacer algunas puntualizaciones. Me consta que el secretario de Estado y mi grupo parlamentario no han tenido ningún problema en retrasar la comparecencia que había programada la
semana pasada; es más, tengo que decir que el secretario de Estado ha comparecido en torno a 10 veces y la información siempre ha venido en tiempo y forma. Desde ese punto de vista, no hay ningún problema, ningún reproche, todo lo contrario, y yo
me preguntaría en voz alta cuántas veces el Gobierno del Partido Popular en la anterior legislatura no aportó la documentación en tiempo y forma. Fueron muchas ocasiones, según me consta, y el Grupo Parlamentario Socialista no tuvo ningún problema
en comparecer en esa Comisión aunque la información llegase con retraso. No obstante, como decía anteriormente, el secretario de Estado no tuvo ningún problema en retrasar la comparecencia por razones obvias, por razones de respeto parlamentario,
pero es que también los números son abrumadores.



Hablando del presupuesto, a mí me gustaría que analizáramos todo lo que decimos en la Comisión de Presupuestos en todo momento. ¿Se acuerdan de lo que dijo la portavoz del Grupo Popular en la Comisión de Presupuestos el año pasado en
relación con el presupuesto de 2005? Llegaron a decir que los ingresos estaban inflados en torno a 7.500 millones de euros.
Aquí vamos cambiando el discurso en función de lo que nos interesa, pero vamos a recordar lo que dijeron y los ríos de
tinta que se generaron a partir de las expresiones de los portavoces del Grupo Popular. Hablaron de lo inflado que estaba el presupuesto, que las estimaciones de crecimiento no se ajustaban a la realidad y que por tanto eso iba a provocar que los
ingresos no se ajustaran a lo previsto. Y ahora resulta que de eso nada, porque no solo se han cumplido sino que han estado por encima de las previsiones del Gobierno en relación con los ingresos.
Ahora cambian el discurso. El año que viene
analizaremos lo que han dicho este año en relación con el presupuesto de 2006. Me gustaría que quedara claro lo que dijeron en relación con este presupuesto en lo que respecta a las estimaciones de ingresos.



El señor secretario de Estado nos ha dicho que los ingresos tributarios crecen a razón de una tasa del 12,5 por ciento. La portavoz del Grupo Popular dice que le gustaría que nos estimara en parte eso a qué corresponde en relación con la
inflación. Como hay mucha inflación, eso afecta a los ingresos; es decir, que nos estimara qué parte tiene que ver con la inflación. Está muy bien que se pida ese análisis, pero ese análisis no se hizo anteriormente. Y digo más, en agosto de
2003 los ingresos crecieron a una tasa del 7,3 por ciento y en agosto de 2004


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los ingresos crecieron a una tasa del 7,1 por ciento; ahora, en términos homogéneos, del 12,1 por ciento. ¿La inflación ha crecido mucho más en este año que en los años anteriores? Ahí están los datos. Está bien que hagamos estimaciones
con relación a cuánto supone la inflación, pero es que en los años anteriores, en agosto, prácticamente era la mitad el crecimiento de los ingresos tributarios.



En relación con las obligaciones reconocidas, se han incrementado en agosto un 6 por ciento menos que el crecimiento nominal del producto interior bruto. ¿Y lo qué dicen los portavoces del Grupo Popular en relación con lo que el sector
público estatal crece en la economía, lo intervencionistas que son los socialistas, y que ahora el sector público estatal crece más que la economía, etcétera? No, no es verdad porque, en agosto, las obligaciones reconocidas lo hace a una tasa de un
6 por ciento y el PIB a una tasa superior. Estoy tratando de demostrar las cosas que se dicen porque luego la realidad no demuestra nada, más bien lo contrario.



Quiero hablar de las transferencias, que a nuestro grupo le parecen bien porque además va en la dirección de lo que figura en nuestro programa electoral. La transferencia a la Seguridad Social crece a una tasa del 18,2 por ciento por los
complementos a mínimos de las pensiones, las becas crecen a una tasa del 6,3 por ciento, la ayuda al desarrollo crece en torno a un 27 por ciento y las transferencias a I+D crecen en torno al 27 por ciento. Eso tiene que ver con lo que ha dicho el
Gobierno socialista en relación con la política social, con el cambio de modelo de crecimiento. Ahora habla del Partido Popular. A buenas horas, después de haber convivido con todo un ciclo económico de crecimiento. A buenas horas se habla de que
la composición del crecimiento no es la adecuada.
El déficit por cuenta corriente empieza a ser negativo, señorías, no en el año 2004, que ya fue importante, ni en 2003, sino en el año 1998. A buenas horas hablamos de que la composición del
crecimiento tiene que ser distinta.



A mi grupo y a mí nos gustaría hablar de las inversiones reales. Hay un dato que pasa desapercibido y es cómo crecen los créditos comprometidos.
Prácticamente crecen un 12 por ciento. Hablamos de ejecución del presupuesto y a veces se nos
olvida hablar de los créditos obligados, de las obligaciones de crédito de este presupuesto y es importante porque, si hemos dicho que las obligaciones reconocidas del conjunto del presupuesto crecen al 6 por ciento, las de las inversiones reales
crecen el doble, el 12 por ciento, mucho más que la economía. Estos datos son importantes y hay que tenerlos encima de la mesa. Las inversiones reales crecen el doble que el conjunto del presupuesto y crecen mucho más que la economía, pero es que
las obligaciones reconocidas del Ministerio de Fomento se incrementan en un 20,5 por ciento y las del Ministerio de Medio Ambiente un 27 por ciento. Ahora hablaremos del porcentaje de ejecución, pero me parece importante poner estos números encima
de la mesa desde el punto de vista del modelo de crecimiento, de lo que aporta el sector público estatal a ese cambio del modelo de crecimiento de la economía española. Si hablamos del porcentaje de ejecución, dice la portavoz del Grupo Popular que
agosto le parece bajo, el 39,1 por ciento en términos homogéneos, pero es que en el año 2004 la ejecución fue de prácticamente dos puntos menos que en agosto de 2005. Si ahora es bajo, en 2004 debería ser más bajo, dos puntos menos. Lo digo para
que nos aclaremos todos los que estamos aquí asistiendo a esta comparecencia del secretario de Estado de Hacienda. La ejecución del Ministerio de Medio Ambiente, por ejemplo, es del 32,3 por ciento. De acuerdo con la expresión de la portavoz del
Grupo Popular, es bajo, pero en agosto de 2004 fue del 25,2 por ciento. Evidentemente, es bastante más bajo en agosto de 2004 que en agosto de 2005. Y en el Ministerio de Fomento también es bajo, pero es más alto que en agosto de 2004 si,
evidentemente, lo hacemos en términos homogéneos. Quitamos esa transferencia que anteriormente se hacía a Renfe y que aparecía en el presupuesto como ejecutado inmediatamente. Ahora no. Ahora, como Renfe es Renfe Operadora, no se transfiere
inmediatamente y no se gasta ipso facto, sino que hay que gastarlo a lo largo de todo el presupuesto. En términos homogéneos, la ejecución en el Ministerio de Fomento es mayor que en agosto de 2004. Pues bien, estos datos de ingresos y de gastos,
estos datos de ejecución por el lado de los ingresos y de los gastos nos llevan a una ejecución del equilibrio presupuestario, del déficit del Estado, que va a ser -lo ha dicho el secretario de Estado- mejor de lo presupuestado a finales de 2005.
Los ciudadanos de este país tienen que saber que el nuevo Gobierno de España maneja las cuentas públicas de forma adecuada, que hay certidumbre, que hay estabilidad presupuestaria, que los ingresos van mejor que los del año pasado, que los gastos,
la ejecución especialmente en lo referido a lo social y a las inversiones, van mejor que el año anterior y que por tanto las cuentas públicas son sanas y están equilibradas.



El señor PRESIDENTE: Como han podido escuchar, al principio de mi intervención he hablado de este incidente procedimental que ha retrasado la comparecencia del secretario de Estado a fin de que fuese recogido en el 'Diario de Sesiones',
pretendiendo dar una visión equilibrada que satisfaga a todos los grupos. No ha sido así y tanto el Grupo Popular como el Grupo Socialista han matizado mis palabras. Pues bien, les rogaría que abandonáramos ya este tema meramente procedimental y
nos centráramos en lo importante, que es la comparecencia del secretario de Estado.



Para contestar a los grupos, tiene la palabra el secretario de Estado.



El señor SECRETARIO DE ESTADO DE HACIENDA Y PRESUPUESTOS (Fernández Ordóñez): Sin ánimo de abrir este tema, señor presidente, puesto que el señor Saura ya ha dicho que yo mismo lo


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pedí, ya que me parece razonable poder leer las cosas antes de hablar sobre ellas, quizá sea interesante tener algún tipo de diálogo, pues haber facilitado el informe con los datos de julio se podía haber hecho dos semanas antes. Si la
Intervención hizo el esfuerzo de dar los datos hasta agosto es porque de alguna forma se piensa que es mejor tener ocho meses. Yo creo que no deberíamos buscar solo el cumplimiento formal de las obligaciones, sino tener la máxima información. A mí
me parece que es lo correcto y no cumplir y tener el tema 48 antes. Y quizá lo mejor sea fijar conveniente y separadamente la comparecencia para cuando se tengan los últimos datos. Esto debería ser lo óptimo y no solo cumplir, que en mi opinión no
es cumplir, aunque sea hacerlo formalmente.



Voy a entrar en el fondo de los temas. La portavoz del Grupo Popular ha hablado largo y tendido de la situación económica y ha dicho cosas interesantes que merecen ser subrayadas y comentadas. Se ha centrado sobre todo en la estructura
desequilibrada de nuestro crecimiento, cuestión que comparto totalmente. El portavoz socialista con un poco de sorna decía que a buenas horas. Pues son buenas. Si el Partido Popular durante algún tiempo estuvo diciendo España va bien y no decía
nada más y nosotros estamos diciendo España va bien, pero, ojo, esto está desequilibrado, esto tiene problemas, esto hay que cambiarlo y hay que hacer una política de productividad, pues son buenas horas a las que se entra en esto, porque España va
bien, pero tiene problemas a medio plazo, por lo que bienvenido al club de los que pensamos que la economía española tiene problemas, aparte de que vaya extraordinariamente bien.
Están señalados por todos, y yo mismo me he dedicado a hacerlo desde
la oposición, no durante ocho años, pues a lo largo de los dos primeros años del Gobierno popular el equilibrio se mantuvo, había una situación económica equilibrada, con superávit corriente e inflación baja, pero con aquella bajada de impuestos
espectacular que añadió leña al fuego entramos en esa senda de desequilibrios: exterior, inflación, etcétera.
La portavoz del Grupo Popular decía que la inflación es algo crónico. No, no es algo crónico, sino algo con lo que llevamos seis años
-no ha sido verdad hasta que a mediados del Gobierno del Partido Popular comenzó ese repunte importante- y que, desgraciadamente, tenemos ahora, si bien es cierto que no creo que nadie que hubiera visto el petróleo a 30 dólares, con una inflación
del 3,1, hubiera pensado que, subiendo a 60 dólares tuviéramos el 3,7. Esto es algo que nos ha sorprendido a todos no solo en la economía española, sino en la economía mundial, es decir, la economía mundial no ha reflejado ni en pérdidas de
actividad ni en exceso o evolución negativa de la inflación, lo que todo el mundo hubiera esperado.



El señor Vilajoana también se ha referido al déficit exterior. Sin duda es un indicador posible de pérdida de competitividad, pero no solo. La demanda interna está creciendo en España notablemente más que en el resto de nuestros socios, y
este es un componente del déficit exterior. En economía el déficit corriente es la diferencia entre la inversión y el ahorro, es decir, o bien hay mucha inversión o bien hay poco ahorro, pero cuando se examina lo que sucede en la economía española,
no hay tan poco ahorro. Si comparamos los datos de ahorro del PIB con el resto de la economía europea, está por encima de la media. Lo que se está produciendo en la economía española es un proceso intensísimo de inversión, inversión
fundamentalmente residencial, pero también en bienes de equipo. Lo que está haciendo la economía española es invertir de una forma absolutamente extraordinaria. Se recomienda vagamente un mayor superávit. Ya hemos visto que este año -luego lo
hablaremos, porque yo creo que el presidente del Gobierno tiene razón- vamos a acabar con un superávit claro en las administraciones públicas. Observando no solo la evolución del Estado sino la de los distintos componentes y aunque es verdad que
faltan tres meses, creo que no nos vamos a equivocar si afirmamos que vamos a tener un claro superávit en las cuentas públicas.



Dice la portavoz del Grupo Popular: mayor superávit. ¿Qué es lo que está diciendo?, porque habla de mayor superávit, pero no dice qué gastos hay que bajar. ¿Qué está diciendo? ¿Que hay que subir los impuestos? Yo estoy en contra. Si
usted está proponiendo subida de impuestos, yo creo que esto no es lo que le viene bien al país. Si no dice qué gastos hay que bajar, pero dice que hay que tener mayor superávit, evidentemente está diciendo que hay que subir los impuestos, aunque
no dice cuáles. Yo creo que no es el momento de subir los impuestos, ni tampoco de aprovechar la buena situación -como se hizo en otras coyunturas e incluso en algún momento, curiosamente, gobernando el Partido Socialista- para aumentar los gastos
públicos notablemente, o de hacer lo que se hizo en el siguiente periodo, cuando se aprovechó, creyendo que esta era una situación de enorme bonanza, para reducir la recaudación fiscal de una forma notable, lo que añadió leña al fuego. Es un
momento de prudencia; es un momento en el que no se deben subir impuestos, tal como entiendo que usted está diciendo -porque si no dice qué gastos va a bajar, está diciendo que hay subir impuestos-, ni reducir la recaudación.



¿Qué estamos haciendo en el terreno impositivo? Bajar moderadamente los impuestos, deflactar la tarifa. El señor Vilajoana sabe lo que presentamos en los presupuestos del año pasado para el impuesto sobre sociedades, la rebaja que hicimos
a las pymes, cuando propusimos ampliar el cómputo al cual se aplica el tipo reducido de pymes y ampliar la cantidad a partir de la cual se utiliza el tipo. Creo recordar que el Grupo de Convergència apoyó nuestra propuesta. Por supuesto, estamos
pensando en la reforma del impuesto sobre sociedades, pero de forma prudente, no creyendo que esto es algo para siempre.



La portavoz del Grupo Popular ha hablado de la confianza, citando al instituto Opina, que me merece todos los respetos. En este tema lo mejor es utilizar los datos de Eurostat. ¿Por qué? Primero, porque es un método que se aplica a todos
los países y nos permite ver perfectamente


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cómo está evolucionando la confianza en España en relación con los otros países. Es verdad que después del atentado de Madrid, la confianza empezó a caer en España, y con la subida de precios del petróleo, prácticamente se tiró un año por
debajo de la confianza en Europa, pero desde principios de este año está por encima y lo tienen ustedes en la web de Eurostat. Es evidente que está por encima de la zona euro y del conjunto de la Unión Europea. Además, es lógico. Los datos que
tenemos de la evolución económica indican confianza, confianza y confianza. Cuando el consumidor está metiéndose en compras de vivienda a cincuenta años; cuando está consumiendo fundamentalmente bienes duraderos, porque no está consumiendo
alimentos, sino comprando coches; cuando los empresarios están aumentando la inversión y cuando en el resto de Europa no está aumentando la inversión, ¿eso qué es? Eso es confianza, confianza y confianza. Otra cosa es que sean demasiados
confiados y tengamos que pensarlo, pero la situación es de una confianza máxima. Los datos de inversión extranjera directa empezaron a caer, como usted sabe, dos años antes de que el Partido Popular dejara el Gobierno. Desde el año 2003, la
inversión directa cayó de forma notable. El primer año cayó casi un cien por cien, pero este último año, el año 2004, ha caído un 36 por ciento, que es una cifra notable, pero menor que la anterior e inferior a la caída en el conjunto de la Unión
Europea, que es del menos 38 por ciento.
¿Qué refleja esto? Seguramente refleja dos cosas: una, que los flujos de inversión directa están yendo a los países emergentes, como China, y dos, que dentro de Europa, donde menos caen es en España. En
lo que llevamos de año, por los datos del Banco de España, la caída continúa desacelerándose; calculo que debe estar en torno al 12 por ciento.



Por otro lado, la confianza la refleja la Bolsa. Le voy a dar unos datos.
Cuando el señor Aznar llegó al Gobierno, en marzo de 2000, el índice de la Bolsa estaba en 12.585; cuando se fue, estaba en 9.258. Es decir, quién metiera 10
millones en la Bolsa, se encontró que tenía 7; había perdido 3 millones de pesetas. Cuando entra el señor Zapatero, la Bolsa está en 9.258 y ahora está en 10.813; es decir, el que metiera 10 millones tiene hoy 11,7, ha ganado 2 millones. A lo
mejor la Bolsa no indica confianza, pero estos son los datos, esta es la evolución.



En cuanto al mercado de trabajo, coincido con usted en la importancia de las reformas del mercado de trabajo. Espero que el diálogo social dé frutos. El Gobierno está trabajando, el secretario de Empleo está reuniéndose todos los días con
sindicatos y empresarios y sería bueno que diéramos un paso en este sentido, no tanto -en la línea que usted dice- en la creación de empleo, porque es difícil crear más empleo que el que está creando la economía española. ¿Cuántos empleos puede
crear la Unión Europea este año? ¿Un millón de puestos de trabajo? Pues bien, el 80 por ciento se han creado en este país, que debe estar en torno a un 10 por ciento de la población. Es espectacular. Nadie puede decir que en cuanto a creación de
empleo España no esté teniendo uno de sus momentos más dulces y más dorados.



El señor Vilajoana decía: Cómo crece el 5 por ciento el empleo, al 3,4, hay una caída en la productividad. Ahí hay un efecto composición. Es evidente que la entrada de inmigrantes está produciéndose en los niveles más bajos de
productividad y, por tanto, al sumar, la productividad total cae. Lo importante es saber qué está produciéndose en los puestos claves industriales y de servicios. Estamos recogiendo gente que evidentemente está entrando en trabajos como ayuda a
ancianos y otros en los que la productividad, evidentemente, no es comparable con la que puede existir en la industria o en los servicios. Dicho esto, no quiero rebajar ni un minuto lo que para nosotros fue la crítica al anterior Gobierno, que fue
su olvido absoluto de la productividad. Sería absurdo que ahora, cuando ustedes dicen que la productividad es importante, yo dijera que no. La productividad es importante, ya lo decíamos nosotros. Recuerdo a mi antecesor, el señor Montoro,
diciendo: La productividad, nada; es el empleo. No señor, la productividad es muy importante, la productividad es la clave del crecimiento del empleo en el futuro.



Dicho esto sobre la economía, pasamos a la ejecución. Evidentemente, los ingresos van muy bien. ¿Por qué? Pues habrá que analizarlo, porque no es fácil, ya que el incremento es realmente notable. ¿La inflación? Como ha señalado el señor
Saura, el PIB nominal, metida toda la inflación, crece un 7,7, mientras que los ingresos están creciendo al 12,5. Es decir, hay que explicar 5 puntos más allá del crecimiento real y de la inflación.
¿Qué será? Serán muchas cosas. No me atrevo a
decirlo ahora, pero probablemente estamos creciendo algo más de lo que estamos creciendo.
Esto es algo que el Instituto Nacional de Estadística nos dice periódicamente. Pasan tres años y nos dice: Hemos crecido algo más de lo que habíamos
pensado. Segundo, se está creciendo en sectores que están permitiendo aumentos muy importantes. Yo creo que el sector inmobiliario es clave, porque está teniendo crecimientos muy superiores al 3,7 de la inflación, está teniendo crecimientos de
precios por encima del 20 por ciento, lo que inmediatamente genera ingresos, por ejemplo, en el IVA. Es espectacular cómo están creciendo los ingresos propios de las comunidades autónomas. En lo que llevamos de año, están creciendo mucho más que
los ingresos del Estado, están creciendo casi al 20 por ciento. Hay comunidades, como la murciana y parte del arco mediterráneo, que están teniendo crecimientos del 50 por ciento, derivados fundamentalmente del sector inmobiliario.



Sin ser inmodesto, yo diría que algo debe tener que ver lo del fraude fiscal. Hemos iniciado un programa contra el fraude fiscal que está llegando, boca a boca, a todo el mundo, todo el mundo conoce estas salidas de la Inspección y la gente
paga. Hoy venía un excelente artículo en El País sobre qué estamos haciendo contra el fraude, pero el titular se centraba en lo que estamos obteniendo como resultado del control y lo más interesante


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de lo que estamos obteniendo en la lucha contra el fraude no es el resultado del control, sino lo que la gente está pagando que no pagaba antes, y esto debe ser una parte muy importante. ¿Suficiente para decirlo y analizarlo ahora? No sé,
esos cinco puntos requieren un estudio. Aunque hemos tenido poca presencia en la prensa con el tema del fraude, el hecho de que los empresarios y los agentes empiecen a saber que las declaraciones se están mirando con lupa, que los inspectores
están saliendo, que se está empezando a tomar medidas desde el punto de vista de la recaudación y no solo de la gestión, está llevando a un boca a boca de que esto va en serio. Yo creo que eso está teniendo unos resultados fantásticos, porque la
recaudación de impuestos aumenta sin que subamos los impuestos, incluso bajándolos ligeramente, y éste es el mejor objetivo que tenemos que tener. Tenemos que reducir el déficit. ¿De qué forma? Siendo contenidos en los gastos. El señor Saura
señalaba que el crecimiento de los gastos está incluso por debajo del PIB y los ingresos están creciendo sin que subamos los impuestos. El mejor de los mundos, porque la gente individualmente no paga más, paga algo menos; pagan algo menos las
pymes, pagan algo menos los individuos con la deflactación de la tarifa y, sin embargo, los que no pagaban están pagando más. Yo creo que debemos felicitarnos por ello porque este es el mejor de los mundos.



Ha hablado también de la ejecución de inversiones reales y de I+D+I. Algo le ha contestado el señor Saura, pero se lo voy a reiterar. Respecto a las inversiones reales, cuando uno quita el efecto de la transferencia de capital a Renfe, el
porcentaje de realización a 31 de agosto es el 39,1, que es muy superior al del año pasado y parecido al del año 2003, y por fijarnos en un año medio del Gobierno del Partido Popular, el 2002, el porcentaje de ejecución era el 31,96; es decir, son
casi ocho puntos por encima de la gestión del Gobierno popular. ¿Cuál es nuestra previsión? Nuestra previsión es que a final de año vamos a estar muy por encima de la media de ejecución de los años de la anterior legislatura. No voy a hablar del
año 2004, porque pudiera pensarse que parte de la gestión es del propio Gobierno socialista y usted, señor Saura, ha comparado las cifras con las del año 2004; voy a compararlas con las de 2002, que es el año medio de la legislatura, cuando no hay
ni la aceleración de las elecciones ni los problemas de haber tomado el Gobierno, sino que es un año medio. Por ejemplo, en Fomento llevamos una ejecución del 40,5, cinco puntos por encima de la del año 2002; en Medio Ambiente está en el 32,3 por
ciento y el porcentaje de realización de 2002 estaba en el 23, casi 10 puntos. Por tanto, yo creo que esto va francamente bien. Además, como señalaba el señor Saura, no estamos hablando de un crecimiento normal de los créditos, sino de un
crecimiento que dobla el de los créditos normales. Un crecimiento mucho mayor de los créditos podría haber llevado a rebaja en la ejecución, pero no ha sido así. Los créditos crecen el doble y la ejecución aumenta, es decir, todo va bien,
sinceramente no hay vuelta de hoja.



En I+D+I, igualmente, según los datos que tenemos, en el Estado, el año pasado, la ejecución fue un 57 y este año era un 58. El señor Vilajoana preguntaba concretamente por los préstamos. En general, los préstamos del capítulo 8 este año
también van mejor. En el año 2004 íbamos con una ejecución del 23,2 y este año vamos con el 28,8, es decir, cinco puntos por encima. Y en el caso concreto de los préstamos de I+D+I, se ha doblado la concesión de préstamos, se ha pasado de 74
millones de euros a 151 millones de euros.



La representante del Partido Popular preguntaba qué va a pasar a final de año. Yo soy cauto pero, siendo cauto, cada mes que pasa mejoramos nuestras perspectivas. Usted ha señalado lo que metimos en los presupuestos, que está elaborado a
lo largo de los meses de julio y agosto -lo aprueba el Consejo de Ministros en la última semana de agosto o principios de septiembre-, donde ya decíamos que vamos a tener una ejecución mejor y mejor que la que hemos visto ahí. ¿Por qué? Por varias
cosas. En administraciones públicas, es evidente que la previsión del 0,7 en Seguridad Social era muy conservadora. Estamos en un superávit próximo o por encima del 1 por ciento, el problema que tenemos es qué va a suceder con la desviación del
IPC, porque evidentemente puede ser una cifra importante que reduzca el superávit de la Seguridad Social, pero aunque haya una desviación importante del IPC, el resultado va a ser mucho mejor que el esperado. Y en el Estado, lo mismo. ¿Por qué?
Porque van mejor los ingresos y porque van mejor los gastos, es decir, así como la ejecución de todo el presupuesto de gastos va bien, especialmente la de inversiones, la ejecución en gastos financieros va muy bien en el sentido en que va muy mal y
vamos a tener unos resultados bastante mejores de lo esperado. Y si los ingresos van bien, eso nos va a dar, sin duda, unos resultados mejores que los esperados y mejores, como señala la representante del Partido Popular, que la previsión de
presupuestos.



El señor Vilajoana se ha referido también al impuesto sobre sociedades. Es evidente que estamos trabajando en eso, aunque tenemos que tener en perspectiva que es importante reducir el déficit y tener una situación de estabilidad por encima
de todo, y seguiremos trabajando. Como sabe, estamos elaborando una reforma del impuesto sobre sociedades, que espero que les parezca bien, que plantea la reducción de deducciones y de tipos.
La verdad es que lo que uno aprende cuando examina los
impuestos de sociedades en el resto de Europa es que una cosa es lo que se dice y otra, lo que se hace. En nuestro impuesto sobre sociedades, el tipo normal está en el 35 por ciento y, sin embargo, el que efectivamente pagan los empresarios está en
el 29; el impuesto alemán, después de las rebajas, está en el 25 por ciento -que parece inferior al español-, pero debido a sus comunidades autónomas, länders y todo eso, lo que pagan los empresarios es el 38. O sea que, al final, los tipos
efectivos importan también y hay que estudiarlo porque todos los recargos que se dejan introducir llevan a todo esto.



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Por lo que se refiere al tema de créditos de exportación a Cesce, como usted sabe, a Cesce se le da lo que pide, es decir, si los empresarios están utilizando esas vías -como usted sabe, pueden utilizar otras, pueden hacer otras y pueden ir
a otros países donde no necesiten ese tipo de seguros-, lo que se les da es lo que necesitan. Probablemente, entiendo yo, la estructura de las exportaciones está girando a menor utilización de Cesce, pero yo le diría que no hay ningún aspecto
restrictivo, en absoluto, en relación con Cesce. Aunque no lo ha mencionado usted, es verdad que hay una menor utilización del FAD este año. Habrá visto -si no, lo veremos esta tarde- que en los presupuestos hemos previsto un aumento de FAD muy
importante, casi de 300 millones de euros, pero esos 300 millones los va a gestionar Exteriores porque pensamos que la gestión de Exteriores, al tener menos ataduras en cuando al INSS y en cuanto a vinculación que el propio comercio, va a permitir
una mayor utilización de los créditos. La ejecución en la Agencia de Cooperación está creciendo del orden de casi un 30 por ciento, o sea que no hay demasiado problema.



Creo que he dado una vuelta a todo lo que se me ha planteado, señor presidente.



El señor PRESIDENTE: Como muy bien dice el Reglamento no hay turno de réplica. Lo que vamos a hacer es un turno de insatisfacciones, como se decía en tiempos. Ese turno no debe exceder de los cinco minutos y aquí sí seré estricto en
exigir el tiempo.



Por parte del Grupo Popular, tiene la palabra la señora Báñez


La señor BÁÑEZ GARCÍA: Señor Saura, usted nos ha dicho que el Gobierno maneja las cuentas. Eso es precisamente lo que le preocupa al Partido Popular. Porque, si ustedes no nos dijeron la verdad o toda la verdad sobre cómo iba la ejecución
del presupuesto el año pasado, obviamente las previsiones sobre la ejecución real del presupuesto, al final, son distintas. Lo importante no es la previsión que hiciera esta diputada del Partido Popular, lo importante es lo que está haciendo el
Gobierno para corregir los desequilibrios de la economía. Que tengamos más ingresos es mejor para todos. Habría que ver por qué. Ya ha apuntado el señor secretario de Estado en qué puede estar ese incremento de ingresos, que por cierto sube la
presión fiscal según su propia teoría, pero ese es otro cantar. Como decía, los desequilibrios de la economía española existen y nosotros lo vamos a denunciar. Lo importante no es que existan o no, lo importante es corregirlos. Y este Gobierno,
que ha hablado de cambios en el patrón de crecimiento y de cambios en la estructura de ese crecimiento de la economía y que harían muchas cosas, entre ellas una gran política para mejorar la productividad, no pone en marcha reformas.
Además, hay
cosas que se dicen por parte del vicepresidente económico que a mí me gustaría recordar esta mañana. El señor Solbes dijo: el precio del petróleo bajará. Lo dijo el año pasado cuando estaba a 40 dólares.
Hoy ronda los 70 y los perjudicados somos
todos. Un 20 por ciento más al llenar el depósito del coche. No le digo nada sobre lo que opinan los transportistas o los agricultores, a los que se les encarecen los precios. También dijo el año pasado que se aumentarán las exportaciones porque
los países europeos remontarán el vuelo. Pues bien, el déficit exterior de España sigue subiendo y hoy es el mayor del mundo, ya lo he anunciado antes. Otra de las perlas que dijo el señor Solbes es que la inflación se corregirá sola. Pues bien,
llevamos más de doce meses con el diferencial de inflación respecto a la Unión Europea por encima de un punto y acabaremos el año, como también comenté al principio de mi intervención, en el 4 por ciento, según Funcas. Por no hablar de la otra
afirmación que hizo el vicepresidente sobre que los presupuestos de 2005 eran los de la competitividad. Pues bien, nuestra competitividad está por los suelos y hemos bajado esos seis puestos en el ranking según el Fondo Monetario Internacional.
Por eso, señorías, este Gobierno es el responsable de la política económica y es el que tiene que corregir los desequilibrios y no dejar de hacer, o no hacer nada, como dice el vicepresidente en sus declaraciones, y que esto vaya continuamente a
peor.



Señor secretario de Estado, si van tan bien los ingresos, ¿por qué no aportan ustedes más, desde el Estado, a la financiación de la sanidad, que es un problema muy grave que tenemos en todas las comunidades autónomas de España? Hagan una
aportación mayor al fondo de suficiencia y tendrán mayores recursos. También podrían, ustedes que son tan defensores de no hacer nada con la política fiscal y, sin embargo , suben los impuestos en este presupuesto para financiar la sanidad, dar
marcha atrás en esa decisión, aportar más, porque tenemos más ingresos gracias a lo que pagamos todos los españoles, y devolver ese dinero al sistema para que todos tengamos una mejor sanidad.



Perdone que insista, señor secretario de Estado, pero creo que no ha dado respuesta a una cuestión que para nosotros es fundamental. Hace sólo 13 días ustedes han dado una previsión de los resultados al final de año, en la que el Estado
tenía un 0,4 por ciento de déficit y concretamente el jueves, el presidente habló de previsible superávit en el Estado, por cierto, sin Seguridad Social. ¿En qué nos están engañando, señor secretario de Estado? ¿Qué hay en esa afirmación del
presidente que no ha contado a los ciudadanos españoles. Concrétenos algo más, porque algo tendrá este Gobierno, y usted que es el secretario de Estado, que decir.



El señor PRESIDENTE: Señor Vilajoana.



El señor VILAJOANA ROVIRA: El señor secretario de Estado, ha satisfecho bastante bien mis dudas o preguntas. Pero es cierto, y en ese sentido estoy de acuerdo con lo que dice la portavoz del Grupo Popular, que a nivel de financiación
autonómica el tema de la sanidad es grave y aunque están encima de la mesa propuestas


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concretas, objetivamente está demostrado que la hemos financiado mal hasta ahora y tenemos un déficit importante y se podrían aprovechar estos ingresos para intentar equilibrar más este tema.



Creo que también tendríamos que aprovechar estos superávit para hacer inversiones más concretas en temas importantes que mejorarían la competitividad y la productividad, como son las infraestructuras, sobre todo en zonas de comunidades, de
países, de naciones que están creciendo adecuadamente y que son motores de esta economía sobre los que la sociedad civil está demandando más inversiones en infraestructuras.
Concretamente en los presupuestos del año que viene no vemos este esfuerzo
especial inversor más que en proyectos -y estoy hablando concretamente de Cataluña- que vienen del pasado, que se han ido retrasando por razones diversas, como podía ser el caso del tren de alta velocidad, y no vemos inversiones en nuevos proyectos
que, sin duda, mejorarían esta competitividad que se reclama por parte de la sociedad.
Este sería el comentario entre el pasado y el futuro. Le agradezco la claridad en la explicación que ha dado sobre este incremento de impuesto.
Es verdad que
las sociedades han hecho un esfuerzo de mejora de estructura, de sus costes, pero es sorprendente el incremento y puede ser, como usted decía, que se deba a que se ha eliminado el fraude, pero esto supone globalmente más presión fiscal. Creo que
este tema hay que tratarlo, como usted decía, con prudencia. Un conjunto de economías europeas está haciendo un esfuerzo en cuanto a reducir el impuesto de sociedades, sería positivo que este esfuerzo lo hiciéramos nosotros en la línea -como ya se
ha hecho- de la pequeña y mediana empresa y en sociedades que están invirtiendo en proyecto de alta tecnología. Creo que este tipo de política ayudaría a crecimientos a medio y largo plazo que son necesarios.



El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Saura.



El señor SAURA GARCÍA: La portavoz del Partido Popular se ha dado cuenta en su segunda intervención de que la ejecución del presupuesto es excelente. No ha contraargumentado los argumentos del secretario de Estado o del propio portavoz de
presupuestos del Grupo Parlamentario Socialista. No. No ha hablado de la ejecución de los ingresos, de los gastos, del déficit, sino que ha hablado de Solbes, vicepresidente del Gobierno, del precio del petróleo, de la inflación, del déficit
exterior.
Aquí hemos venido a hablar de la ejecución del presupuesto a agosto del año 2005. De eso es de lo que hemos venido a hablar. Ella misma se ha dado cuenta y ha demostrado en su segunda intervención que la ejecución del presupuesto por el
lado de los ingresos, de los gastos, con relación al saldo, es correcta y adecuada y no hay fallas y, por tanto, no hay críticas. Si algún ciudadano ha podido ver este debate habrá llegado a la conclusión de que, desde el punto de vista de las
cuentas públicas, las cosas están claras y, además, son cuentas públicas saneadas. Es de eso de lo que hemos venido a hablar hoy aquí. No del precio del petróleo, no de la inflación. Hemos venido a hablar de la ejecución del presupuesto.



Con relación a lo que dijeron, Rajoy nos dijo: se cuadran los ingresos a martillazos. Evidentemente no. La señora Báñez en su comparecencia aquí en la Comisión de Presupuestos dijo: nosotros hacíamos muy bien los presupuestos. No
hacíamos unos presupuestos voluntaristas con unos ingresos hinchados de antemano. Los datos demuestran que cuando hicieron esas previsiones en relación con el presupuesto de 2005 se equivocaron, no hicieron un análisis correcto de las previsiones
de los ingresos y los gastos del nuevo Gobierno de España, es evidente. Ahora podemos hablar de la evolución del precio del petróleo, podemos hacer una comparecencia sobre la evolución del precio del petróleo y sobre la inflación cuando venga el
secretario de Estado de Economía, pero hoy tenemos al secretario de Estado de Hacienda hablando de la ejecución del presupuesto de 2005.



Con relación a la financiación sanitaria, dice la portavoz del Partido Popular que son insuficientes los 4.400 millones de euros que el Gobierno de España ha puesto encima de la mesa para la financiación sanitaria, que tenía que haber
aportado más el Gobierno para resolver el déficit de la financiación sanitaria. Podemos estar de acuerdo, pero 4.400 millones es más que cero. ¿O no? ¿4.400 millones es más o no que cero? (Risas.) Porque evidentemente el Gobierno anterior para
mejorar la financiación sanitaria puso cero en todos los ítems, en todos los elementos que conforman la financiación sanitaria, para mejorar y para actualizar la población, para actualizar el fondo de suficiencia, para actualizar las entregas a
cuenta, para tener en cuenta a los extranjeros con relación a la población que hay en cada una de las comunidades autónomas. Para todo eso, cero; y este Gobierno, 4.400 millones. Es insuficiente, pero es mayor que lo que aportó el Gobierno
anterior a la mejora de la financiación sanitaria.



Término señor presidente. Lo que ha quedado claro esta mañana es que la marcha de los ingresos va bien, que la ejecución del presupuesto es superior a la de los ejercicios anteriores y que el saldo presupuestario del Estado es mejor que el
que se produjo en ejercicios anteriores.



El señor PRESIDENTE: Para concluir la comparecencia tiene la palabra el secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos.



El señor SECRETARIO DE ESTADO DE HACIENDA Y PRESUPUESTOS (Fernández Ordóñez): Es verdad que la gente se equivoca en las previsiones y que lo del precio del petróleo ha llevado a cantidad de equivocaciones, y no solo por parte del
vicepresidente. Recuerdo las declaraciones de otra ex comisaria europea, Loyola de Palacio, que decía que el precio del petróleo


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caería inexorablemente como consecuencia de la guerra de Irak. Pues mire, no. Se equivoca todo el mundo, porque no es algo fácil. Creo que era Empédocles, señor presidente, el que decía que el mundo se divide en dos cosas, en lo que
depende de nosotros y en lo que no depende de nosotros.
Lo bueno es concentrarse en lo que depende de nosotros, porque el precio del petróleo desgraciadamente no depende de nosotros, y podemos equivocarnos o no; no depende de nosotros y, por
tanto, lo que tenemos que hacer es adaptarnos y tratar de mejorar, y lo que sí depende de nosotros son los gastos y los ingresos públicos, y eso es lo que tenemos que hacer.



Se nos señala que podríamos, ya que tenemos este enorme excedente de ingresos, aumentar la financiación de la sanidad. La decisión que se ha tomado es muy correcta y la verdad es que pediría no pasar, como decía antes el portavoz señor
Saura, de no van a tener ustedes ingresos a ahora gástenselo todo en dos días. Las declaraciones que más me han preocupado de todas han sido las del presidente de su partido, que decía que eso era dinerillo o calderilla -no recuerdo cuál era la
expresión-. No puede ser, no podemos decir que 1.600 millones de euros es dinerillo. Cada euro es importantísimo. No pasemos de la imprudencia de decir que van a tener muchos ingresos, lo que no es verdad porque la estimación era prudente, a
hacer imprudentes declaraciones diciendo que es dinerillo. Vamos a estar tranquilos y ser serios ante una situación que felizmente es muy positiva.



El tema de la financiación de la sanidad, como hemos demostrado, se debe en gran parte al problema que tiene el anterior sistema de retraso en recoger por parte de las comunidades autónomas los frutos del crecimiento. ¿Qué problema tiene el
sistema actual, el de 2001? Que los ingresos correspondientes a las comunidades autónomas están aumentando notablemente como están aumentando sus gastos como consecuencia de más emigración y de más problemas, pero no los ven hasta dentro de dos
años.
Muchos de los problemas percibidos por la sanidad autonómica es porque no ven los ingresos, están viendo los problemas pero no los ingresos. Y ¿que vamos a hacer? Vamos a preparar una ley para que no suceda lo que está sucediendo ahora, que
es que cuando los ingresos van bien yo me quedo la parte correspondiente al Estado y también la correspondiente a la comunidad autónoma y no se la doy hasta dentro de dos años. Vamos a preparar una ley por la que la liquidación autonómica sea
coherente con el movimiento de los ingresos. Si tengo más ingresos y son suyos, porque la mayoría de los ingresos que tenemos son suyos, hay que dárselos inmediatamente, porque estamos dando una impresión de que el Estado está muy bien y las
comunidades autónomas están muy mal, y no es verdad. ¿Eso a qué nos ha llevado? A que, como señala el señor Saura, en 15 meses vamos a transferir a las comunidades autónomas 4.400 millones de euros que, a 900 y pico millones, una décima, es casi
0,4 ó 0,5 puntos del PIB, que es una barbaridad. Eso es importante; eso es dinero, que es suyo, en definitiva, y que lo deben administrar -esperemos- razonablemente, porque uno de los problemas es que hablamos mucho de financiación del gasto y no
del gasto. Nadie habla del gasto ni de desacelerar el gasto, que es clave y fundamental para resolver ese problema, y no solo la financiación.



En infraestructuras, señor Vilajoana, estamos haciendo lo que se debe hacer, que es aumentarlas, y quizás más de lo que la situación económica del sector de la construcción indicaría. A pesar de ser un momento en que está explotando el
sector de la construcción, estamos manteniendo gastos en infraestructuras que doblan el crecimiento del presupuesto del Estado.
No se puede decir que no se está haciendo un esfuerzo en infraestructuras muy notable -si viniera un responsable del
fondo, diría: están ustedes invirtiendo demasiado en infraestructuras-, pero es verdad que el país está creciendo y que tiene una confianza enorme, y probablemente si somos optimistas hay que invertir en infraestructuras, porque las posibilidades
de crecimiento de este país son magníficas.



Acabo con lo que señalaban de la presión fiscal. ¿Qué es lo que está aumentando? La recaudación sobre el PIB. ¿Y esto es malo? No es malo en la medida en que estamos bajando los impuestos individuales, de las empresas y de los
individuos. Significa que los que no pagaban están pagando, y de esto hay que alegrase y es positivo. ¿Qué estamos haciendo? Lo que estamos haciendo es, en una situación muy boyante y muy favorable, mantener la sobriedad. Estas situaciones lo
que llevan en general, y lo hemos visto en el pasado, es a emborracharse, a embriagarse, a pensar que es permanente, y entonces o bien aumentamos los gastos, si uno es más inclinado a aumentar los gastos, o bien disminuimos los ingresos y llenamos
los bolsillos de los españoles para que aumente la inflación como hemos visto en el pasado. ¿Qué estamos haciendo? Tener un mantenimiento, una política sobria no emborrachada, no embriagada. ¿A qué lleva? A mantener los gastos con el crecimiento
del PIB. El año pasado era un 6,2 por ciento y este año lo que viene en el presupuesto es un 7,6 por ciento que, si quitamos el efecto de Televisión Española, está también por debajo, en torno a un seis y pico (por tanto, hay un crecimiento de
gastos muy moderado) y si sin subir los ingresos dejamos jugar los estabilizadores automáticos, pues muy bien, porque lo que conseguimos con eso es reducir la deuda, y si reducimos la deuda lo que hacemos es estar preparados para cuando vengan mal
dadas. Esto es lo que tenemos que hacer: cuando vienen bien, no emborracharnos, sino prepararnos para que si algún día -ójala nunca- vienen mal dadas, el país y la Hacienda pública puedan responder ese momento.



El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Fernández Ordóñez.



Se levanta la sesión.



Eran las once y treinta minutos de la mañana.