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DS. Cortes Generales, Comisiones Mixtas, núm. 21, de 28/11/2000
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DIARIO DE SESIONES DE LAS CORTES GENERALES



COMISIONES MIXTAS



Año 2000 VII Legislatura Núm. 21



PARA LA UNIÓN EUROPEA



PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. JOSEP BORRELL FONTELLES



Sesión núm. 4



celebrada el martes, 28 de noviembre de 2000, en el Palacio del
Congreso de los Diputados



ORDEN DEL DÍA:



Comparecencia del señor secretario de Estado de Asuntos Europeos (De
Miguel y Egea) para informar sobre:



- El próximo Consejo de Niza. A petición propia. (Número de
expediente del Congreso 214/000031 y número de expediente del Senado
711/000067) ... (Página 392)



- El Consejo europeo que se ha de celebrar en Niza. Acordada por la
Comisión Mixta para la Unión Europea. (Número de expediente del
Congreso 213/000232 y número de expediente del Senado 711/000067)
... (Página 392)



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Se abre la sesión a las doce del mediodía



COMPARECENCIA DEL SEÑOR SECRETARIO DE ESTADO DE ASUNTOS EUROPEOS (DE
MIGUEL Y EGEA), PARA INFORMAR SOBRE:



- EL PRÓXIMO CONSEJO DE NIZA. A PETICIÓN PROPIA. (Número de
expediente Congreso 214/000031 y número expediente Senado 711/000067)



- EL CONSEJO EUROPEO QUE SE HA DE CELEBRAR EN NIZA, ACORDADA POR LA
COMISIÓN MIXTA PARA LA UNIÓN EUROPEA. (Número de expediente Congreso
213/000232 y número expediente Senado 711/000067)



El señor PRESIDENTE: Señores diputados, diputadas, senadoras y
senadores, señor secretario de Estado, henos aquí con algún retraso
sobre el horario inicialmente previsto, posteriormente modificado, y
desde la intención de la Presidencia, notificado a los miembros de la
Comisión para adaptarnos a la agenda del señor secretario de Estado
compareciente. Lamento que algunos miembros de esta Comisión no hayan
recibido, parece ser, la notificación en tiempo y forma, pero me
consta que los servicios de la Cámara han aplicado las instrucciones
que yo les di para que todo el mundo intentase estar al corriente de
que la reunión en vez de celebrarse a las diez y media se celebraría
a las doce, para dar tiempo a que el secretario de Estado regresase
de Luxemburgo. Lamento los inconvenientes que esto haya podido
representar para todos aquellos que no fueron debidamente advertidos,
mejor dicho que sí lo fueron pero que no recibieron la advertencia en
el tiempo que inevitablemente ello representa para nuestros trabajos.

El orden del día es conocido. ¿Hay algún observación sobre el orden
del día? (Pausa.) Si no la hay, para intentar recuperar el tiempo del
que no disponemos, pasamos rápidamente, al primer punto que es la
comparecencia del Gobierno, en este caso del secretario de Estado,
para informar sobre el próximo Consejo Europeo de Niza.




El SEÑOR SECRETARIO DE ESTADO PARA ASUNTOS EUROPEOS (De Miguel y
Egea): Señor presidente, quisiera empezar pidiendo formalmente
excusas a esta Comisión mixta y a la Cámara por este retraso, que
desde luego ha sido debido a un malentendido, un malentendido que es
imputable a nosotros, por lo que veo. No sé por qué tuve siempre la
idea de que la comparecencia era a las doce y por eso me permití
decirle al presidente que podía acompañarle en su viaje a Luxemburgo.

Hoy tenía que haber continuado con él a Roma y le dije que no, que a
Roma no podía ser; pero
si hubiera sabido que era a las diez y media y aun sabiendo que podía
haber estado aquí a las diez y media, hubiera dicho al presidente
que, naturalmente, siendo prioritaria la comparecencia, podía haberse
buscado otra persona que le acompañara a Luxemburgo. A mí me pareció
que era compatible mi deber de acompañar al presidente en un viaje
bilateral con el venir aquí a comparecer, y la verdad que ha sido al
llegar aquí cuando me he enterado que en realidad el horario estaba
previsto a las diez y media. Hasta ayer mismo por la mañana en que me
fui, estaba convencido que era a las doce, pero indudablemente es
algo que se debe imputar a una falta de información por nuestra
parte, y por eso pido excusas.




El señor PRESIDENTE: No se preocupe, secretario de Estado, seguro que
todo el mundo comprende y acepta sus razones, no vamos a abrir un
debate sobre eso ahora.




El SEÑOR SECRETARIO DE ESTADO PARA ASUNTOS EUROPEOS (De Miguel y
Egea): Sí quiero decir que reitero mi petición de excusas y además
reitero que, de haber sabido que era a las diez y media de la mañana,
hubiera pedido al presidente que me excusara de acompañarle y se
hubiera buscado a otra persona, porque es evidente que comparecer
precisamente en estas circunstancias ante la Comisión Mixta, es
prioritario sobre otras tareas importantes mías, como son las de
acompañar al presidente del Gobierno. Creo que esto es más importante
y el presidente naturalmente, lo hubiera comprendido, porque él me lo
dijo. Fue un deseo mío de poder hacer compatibles las dos cosas
creyendo que era posible. Lamento este retraso.

También, señor presidente, trataré de hacer la comparecencia y mis
respuestas lo más cortas posibles, para que dé tiempo no solamente a
hacer esta comparecencia sino también a poder responder las preguntas
que están planteadas.

Naturalmente, yo mismo pedí comparecer para explicar todo lo que está
en juego en este momento ante este Consejo de Niza. Es evidente que,
como todo el mundo sabe, este Consejo trata de resolver algunos de
los temas que quedaron pendientes en el Consejo Europeo de Amsterdam,
fundamentalmente los dos temas que quedaron pendientes, que son la
reponderación o el peso de los votos en el Consejo y la composición y
el tamaño de la Comisión. A esta agenda se añadieron luego otros
temas, que de alguna manera también se derivan de Niza, como es el
tema del paso a mayorías cualificadas, la mejora del sistema de
cooperaciones reforzadas y algunos otros retoques institucionales en
los órganos de la Unión.

La verdad es que después del Consejo Europeo de Feira, la Presidencia
francesa ha tomado con fuerza la preparación de la Conferencia y hubo
un Consejo



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Europeo importante, informal, en Biarritz, donde se hizo ya un primer
encuentro entre los jefes de Estado y de Gobierno sobre los temas que
se llevan discutiendo en la Comisión preparatoria y también en el
Consejo de Asuntos Generales y en los cónclaves que se han convocado
al efecto.

El Consejo Europeo de Biarritz era un Consejo de etapa, no trataba de
buscar ningún tipo de acuerdo y es evidente que los consejos
informales primero, no tienen conclusiones, y en segundo lugar su
objeto no es llegar a acuerdos parciales porque es imposible -todo el
mundo sabe que nada está acordado hasta que todo está acordado-, sino
tener un encuentro cara a cara de los protagonistas del Consejo
Europeo, que son los jefes de Estado y de Gobierno, asesorados de sus
ministros de Asuntos Exteriores, para evaluar los intereses en
presencia, los puntos fundamentales que separan y los puntos
fundamentales que tienen que ser la base de un compromiso. En este
sentido, el Consejo Europeo de Biarritz, que fue como se dice en
lenguaje diplomático extraordinariamente franco, que es una manera de
decir que fue tenso, produjo ya una primera aproximación sobre cuáles
iban a ser los grandes problemas que iba a enfrentar la Presidencia
para lograr un acuerdo en Niza.

De todos estos temas, quisiera decir que fue opinión del Gobierno
español desde el principio, y esto ha sido confirmado en Biarritz,
que de todos los temas todo lo que concierne a los votos en el
Consejo -y digo todo lo que concierne para no definirlo-, ya sea
reponderación o doble mayoría el camino que se elija, es el elemento
clave de esta conferencia. Si hubiera un acuerdo en eso, si se puede
lograr un compromiso en ese tema, es muy posible que restantes los
elementos de los otros asuntos de que he tratado entren claramente en
su sitio y se pueda conseguir un acuerdo rápido. Nosotros pensamos
que si no hay un acuerdo en este tema del Consejo no habrá Niza,
porque no creo que se pueda aprobar el resto del paquete dejando esto
pendiente para después.

Naturalmente, aquí se trata de hacer un ejercicio para equilibrar el
peso de la población en la toma de decisiones, sobre todo en un
proceso y en un momento en el que se está pasando a una
generalización de la toma de decisiones por mayoría cualificada. La
mayoría cualificada, naturalmente, debe implicar que detrás de cada
mayoría cualificada haya un elemento suficiente de población que
avale, puesto que a lo largo de las diferentes ampliaciones, y muy
particularmente si las ampliaciones continúan extrapolando el modelo
original, que fue el modelo Benelux-Alemania-Italia-Francia, llegaría
un extremo en que se podrían tomar decisiones por mayoría cualificada
que no vendrían avaladas más que, a lo mejor, por un tercio o menos
de la mitad de la población de la Unión.

Se trata de llegar a reequilibrar ese sistema, en el cual la toma de
decisiones tenga el componente de
Estado, puesto que esto es una sociedad de Estados, pero al mismo
tiempo que el componente población dentro de los Estados sea también
valorado, cosa que naturalmente ha perdido, como todos sabemos y como
lo dije también en la última ocasión que tuve la oportunidad de
comparecer ante esta Comisión mixta.

Naturalmente, hay dos sistemas. Hay un sistema que parece es el
preferido y del que más se ha hablado, que es el tema de la
reponderación de votos, es decir tomar los votos actuales y
reponderar de manera sustancial para ampliar el abanico de
diferencias entre los más poblados y los menos poblados y establecer
una mayor diferenciación respecto a la población, y existe también el
sistema de utilizar las dobles mayorías, es decir que con la
reponderación actual o sin ninguna reponderación, nada más que un
voto un Estado, más luego dar votos en función de la población o en
función de la mayoría de los Estados miembros.




La mayor parte de los países grandes o más poblados se inclinan, y
España también, por un sistema de reponderación sustancial, lo cual
sería más sencillo en el sentido de que la toma de decisiones
seguiría siendo como se va haciendo hasta ahora, pero naturalmente
con unas magnitudes mayores. Hay varios sistemas encima de la mesa.

Es evidente que los países menos poblados son partidarios de una
reponderación más simbólica, más cosmética, y los países más poblados
desean un reponderación más amplia.

El número de países que abogan por el sistema de doble mayoría, que
al principio en Amsterdam era prácticamente la mayoría de los menos
poblados, ha disminuido; sin embargo esta situación cambia, porque
hemos visto que en los últimos días incluso la propia Alemania se ha
inclinado por la posibilidad de estudiar un sistema de dobles
mayorías. Hay algunos, como por ejemplo Dinamarca o Luxemburgo, que
lo han defendido desde el principio. Hay otros que lo han defendido
al principio y que lo han negado después, como es el caso de Holanda
y Bélgica. Es decir, que en este momento la situación es muy voluble,
yo creo que no se puede ni se debe descartar ningún tipo de solución,
y debo decir que el Gobierno de España no la descarta. Así como el
Gobierno piensa que una reponderación sería más sencilla, más
efectiva y seguramente llevaría a un sistema más ágil de toma de
decisiones, nosotros en principio no tenemos ninguna posición en
contra de un sistema de doble mayoría, siempre y cuando las dobles
mayorías reflejen realmente ese elemento de población que a nosotros
nos interesa preservar, sobre todo porque desde el momento en que con
la última ampliación se perdió la situación de España, que fue
negociada en su día, de ser un país que no tenía el número idéntico
de votos de los países grandes, pero tenía una fuerza equivalente a
la de los países grandes en las minorías de bloqueo a la hora de
tomar decisiones.




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Por tanto, si esa situación se puede salvar también por el sistema de
doble mayoría, pues hágase; pero entonces habrá que no solamente
tener un sistema de doble mayoría que sea factible, sino también
retocar perfectamente todo lo que son minorías de bloqueo, en función
de un objetivo, que en el fondo para España no es solamente recobrar
el statu quo ante, es decir lo que teníamos en 1986, que perdimos a
partir de la última ampliación, que hemos reivindicado en Ioánina y
que hemos reivindicado en Amsterdam, sino quizá adaptarnos a una
nueva situación en la que hay un mayor número de países miembros. La
minoría de bloqueo que tenía España antes, como consecuencia de su
arreglo institucional, era que se bloqueaba el Consejo con un grande
y un pequeño, hoy día eso sería una aspiración irrealista; la
aspiración realista sería de tres grandes, cualquiera entre los cinco
grandes, en el entendido de que España negoció un estatus de grande
cuando entró dentro de la Unión Europea y por tanto no es algo que
tenemos que reivindicar, puesto que ya lo tenemos: tenemos dos
comisarios en la Comisión y teníamos cuando entramos un poder
equivalente al de un grande en el sentido de voto del Consejo. La
aspiración realista sería -repito- que tres de cinco, puedan tener la
minoría de bloqueo suficiente para parar cualquier iniciativa.




En este tema, naturalmente, hay dos problemas. Uno la confrontación
de los dos sistemas, que a nosotros nos parece fácilmente salvable si
se negocia; y en segundo lugar, el problema que existe entre la
coherencia del propio concepto de la reponderación. Si la
reponderación se hace precisamente porque se quiere considerar el
número de habitantes de cada país, hay que ser coherente con todo eso
desde arriba hasta abajo y hacer una diferenciación que algunos
países, o más bien un país grande niega. Es evidente que hay un país
de los grandes que tiene mayor población que el resto, que es
Alemania con 83 millones de habitantes; luego está un segundo grupo,
que tiene alrededor de 58 millones (57/58) y luego está España, que
tiene 40 millones. También descolgada del grupo de los países
medianos, más o menos de 10 millones de habitantes, está el caso de
los Países Bajos. La obstinación de mantener el grupo de cabeza con
el mismo número de votos resta coherencia al ejercicio, puesto que si
23 millones de votos no cuentan para diferenciar a Francia de
Alemania, pues no se puede seguir en el razonamiento hacia abajo,
tampoco 19 millones, por la misma regla, bastarían para diferenciar a
España del grupo de Italia, Reino Unido y Francia. Por tanto, la
posición generalizada es que eso, lo que se llama el descuelgue, es
decir que haya una diferenciación entre los diferentes países
respecto al número de habitantes, es la única solución coherente
y lógica para imponer un sistema de reponderación amplio. Si hay un
bloqueo en ese planteamiento, será muy difícil hacer una
reponderación, puesto que naturalmente los países menos poblados
argumentarán que
si 23 millones no diferencian a Alemania y a Francia, pues 10
millones que hay de diferencia entre Luxemburgo y Bélgica tampoco
tendrían por qué diferenciar a Luxemburgo y a Bélgica. Es decir, se
pierde la coherencia. Ahí está el primer escollo.

El segundo escollo es una posición realmente muy negativa de algún
país respecto a la consideración del sistema de doble mayoría. Yo no
digo que todos los sistemas de doble mayoría sean buenos, pero no hay
por qué cerrarse a la posibilidad de encontrar una solución por esa
vía si esa vía logra los objetivos que se quieren lograr. También
tenemos el caso de algún país que de ninguna manera aceptará el
sistema de dobles mayorías, porque eso sería también reconocer la
superioridad demográfica de algunos países sobre otros. Yo creo que
ese es el gran escollo que habrá que salvar, y me parece a mí que la
Presidencia francesa va a tener la pesada responsabilidad de resolver
esos escollos, precisamente cuando las posiciones francesas están en
el origen de los grandes escollos que existen para resolver estos
temas de votos en el Consejo.

Con relación a la Comisión, ha habido un debate muy duro llevado por
la Presidencia francesa, insistiendo en la necesidad de reducir el
número de miembros de la Comisión, y también una posición muy
explicable de la mayor parte de los Estados miembros y sobre todo de
los menos poblados, de los más pequeños, de mantener un comisario en
la Comisión, de no perder el derecho a tener un comisario. Nosotros
creemos que la solución tiene que estar en algún punto entre esos dos
extremos. Es evidente que llevar al extremo una Comisión de diez
miembros diez o doce miembros, como ha propuesto la Presidencia
francesa, plantea unos problemas realmente muy graves respecto a la
mayor parte de los países que tienen aspiración de tener un
comisario; pero también y al mismo tiempo tenemos que reconocer que
en una Comunidad ampliada a treinta miembros, tener un Colegio de
Comisarios de 30 personas supone algunos problemas graves respecto a
la capacidad de gestión de ese órgano.

Parece que en este momento se abre camino una solución de compromiso
por la cual se limitaría el número de comisarios, lo cual permitiría
a todos los países miembros mantener un comisario, incluso a partir
del año 2005, a una primera hornada de países que pudieran entrar en
la Unión, y se plantearía a partir del año 2010 un criterio de
rotación, puesto que ya se está hablando de 20 ó 25 comisarios.

Naturalmente, España y los países que tienen dos comisarios están
dispuestos a aceptar todo esto y a hacer ese sacrificio, aunque
supone una gran diferencia institucional de tener dos a tener uno, a
condición de que el resultado de la reponderación o de los votos en
el Consejo sea suficientemente satisfactoria, si no será muy difícil
lograr un acuerdo ahí. Por eso digo que si hay acuerdo en el Consejo
encajará bien cualquier fórmula que sea razonable respecto a la
Comisión, así



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como en los casos de mayoría cualificada. En el paso a mayoría
cualificada hay un gran paquete de artículos donde las posiciones de
los países miembros están cruzadas, pero es muy posible que se
desbloqueen en el momento que hayan voluntad política y en el momento
que las cosas empiecen a encajar.

Es evidente también que ahora hay cuatro o cinco temas que presentan
dificultades muy grandes en un número muy grande de países, como son
fundamentalmente aquellos temas que se refieren a la fiscalidad, los
que se refieren a la armonización de los regímenes de Seguridad
Social, los que se refieren a todo lo que son fronteras exteriores
-el levantamiento de fronteras exteriores, visados e inmigración-, lo
que se refiere al poder de la Comisión para negociar acuerdos
comerciales en materias de servicios y también, naturalmente, todo lo
que se refiere a los recurso propios y todo lo que se refiere a la
cohesión económica y social.

Ahí yo debo decir que el documento de la Presidencia en este momento
es un documento que recoge todas esas inquietudes y con el cual
nosotros verdaderamente no tenemos graves problemas, porque hay
algunos de estos temas en los cuales cabe hacer una fragmentación. Es
decir, en la fiscalidad puede ser que algunas partes de esa
fiscalidad, sobre todo lo que corresponde a la fiscalidad indirecta o
lo que corresponde a la lucha contra el fraude, puede pasar a mayoría
cualificada; sin embargo habrá grandes dificultades de que el paquete
de fiscalidad directa pase a mayoría cualificada. No lo digo por la
posición española, sino por la posición de muchos países, por ejemplo
y por citar el último que está en los periódicos, Luxemburgo, después
de todo lo que ha pasado ayer y anteayer, sobre la fiscalidad del
ahorro en el Consejo del Ecofin, y también el Reino Unido. Ahí podría
ir dando datos de países con posiciones irreductibles en diferentes
temas.

Francamente creo que habrá un gran avance en la mayoría cualificada y
se quedarán circunscritos esos temas, que por tener especiales
sensibilidades o por tener carácter, como lo llaman cuasi
constitucional, no va a haber un gran progreso; pero también tenemos
que pensar que todos estos temas están sujetos a la madurez del
sistema y a la evolución: cosas que hace diez años parecía imposible
que pudieran pasar a mayoría cualificada, ahora van a pasar sin
ningún problema, y cosas que nos parecen ahora imposibles, pues a lo
mejor dentro de diez o de quince años pasarán. Es una cuestión de
cómo va evolucionando el sistema.

En el tema de las cooperaciones reforzadas, el documento de la
Presidencia contiene un compromiso que es prácticamente aceptado por
todos. Donde hay mayores dificultades es en el segundo pilar, y
España ha hecho una propuesta específica para llevar a cabo las
cooperaciones reforzadas en ese segundo pilar. Efectivamente, hay
muchos países neutrales, países no comprometidos en coaliciones
militares, que tienen problemas sobre todo en lo que se refiere a la
política de
defensa, y exigen algunas condiciones más estrictas, menos flexibles
en la cooperación en el segundo pilar que en el primer pilar, y yo
creo que en eso no es difícil de encontrar una formulación. Así como
en el primer pilar se va a flexibilizar el sistema de Amsterdam,
naturalmente siempre sometido a unos principios, en los cuales la
delegación española insistió particularmente desde el primer día de
que la cooperación reforzada del primer pilar no contribuyera a
fragmentar lo que es la base común, la base única sobre la que está
construido el edificio comunitario, que son las políticas comunes,
las cuatro libertades, fundamentalmente el mercado interior.

Salvaguardando eso a nivel de principios, se puede flexibilizar sin
duda el desencadenamiento de las cooperaciones reforzadas en el
primer pilar. En el tercer pilar no hay problema de ningún tipo,
porque está funcionando perfectamente, y en el segundo pilar hay esa
situación, que en nuestra opinión es fácilmente salvable poniendo
condiciones más duras.

Quedan dentro de este ejercicio algunos cambios que se van a
introducir en instituciones europeas, fundamentalmente el Tribunal de
Justicia, que sale claramente reforzado; el Parlamento Europeo, en el
cual hay unas opciones, pero con cualquiera de las opciones a España
no le afecta al número de diputados, y por tanto es un tema en el
cual España tiene una posición muy neutral; naturalmente hay algunos
países, que pierdan algún diputado y van a ser muy militantes en
ello, pero nosotros por suerte, estamos fuera de esa debate, porque
el número de diputados españoles se mantiene inalterable en
cualquiera de las fórmulas que se han barajado. Hay también un
reforzamiento del Tribunal de Cuentas; es decir todo este tema de la
adaptación de las instituciones no supone problema mayor.

Quizá los dos últimos temas que quedan de tipo institucional son
aquel que ya mencioné, creo recordar, que era la posibilidad de
introducir en el artículo 7 del Tratado un mecanismo para prevenir
situaciones como aquella que se produjo en Austria a principios de
este año. Había en un momento dado una resistencia muy fuerte de dos
o tres países, fundamentalmente Dinamarca, Irlanda y Reino Unido,
pero hay un acuerdo casi generalizado para introducir este mecanismo,
y estos tres países en este momento están teniendo una posición más
abierta, lo cual hace pensar que si hubiera un acuerdo general
seguramente no tendrían inconveniente en ir hacia delante en esa
fórmula, que es una fórmula preventiva de información, no es la
fórmula drástica y terrible del artículo 7, que es casi la expulsión
del Estado miembro por falta de respeto a los principios
fundamentales de la Unión, sino una etapa previa, en la que cuando
hay un tipo de desviación, como la que se registró en Austria, existe
un mecanismo por el cual hay un sistema de información y de
advertencia.

Por último otro tema, que se refiere a la Carta de los Derechos
Fundamentales. Diversos países, la Comisión y también el Parlamento
Europeo desean que haya



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una mención, puesto que ya hay un acuerdo de que la Carta de los
Derechos Fundamentales se proclame en el Consejo Europeo de Niza,
pero dicen que aunque la introducción de esta Carta de los Derechos
Fundamentales en los textos de los tratados es una cosa que se ha
dejado para el proceso posterior, para el proceso posNiza, se pide
que haya una mención en el artículo 6 en la que se diga que esta
Carta de los Derechos fundamentales por lo menos orienta e inspira,
sean los principios fundamentales o los principios generales del
Derecho comunitario.

España no tiene absolutamente ningún problema con esta adición al
artículo 6, puesto que el propio presidente Aznar ya dijo que
nosotros estábamos plenamente de acuerdo en incorporar la Carta de
Derechos Fundamentales a los tratados, incluso ahora mismo si fuera
necesario hacerlo, y por tanto si estamos dispuestos a incorporarla a
los tratados ahora, tanto más el que haya una mención de tipo general
sobre la validez de los principios en ella consagrados. Sin embargo,
los países que tienen todavía grandes reticencias, que hay muchos, a
la incorporación de la Carta a los tratados, creen que hacer una
mención en el artículo 6 es una especie de antesala a la imposición
posterior que va a tener lugar en ese proceso que se abre, que es el
último elemento de este Consejo Europeo en el campo institucional,
que este Consejo Europeo pretende dar una indicación para cómo va a
seguir la reflexión comunitaria en todos los temas pendientes, pero
fundamentalmente en tres temas que han sido pedidos por varios
Estados miembros, particularmente por Alemania, que son la
incorporación de la Carta de Derechos Fundamentales al Tratado, el
segundo tema que es la llamada simplificación de los tratados,
simplificar, unificar y refundir todos los textos fundamentales en
algo que sea más coherente y más legible, y en tercer lugar entrar en
lo que se llama en alemán der kompetenz katalog, el catálogo de
competencia, la definición de cómo son las atribuciones de
competencias, tanto a nivel nacional como a nivel regional dentro de
la Unión y respecto a la Unión Europea, y al mismo tiempo ahondar en
todo lo ya se ha hablado del principio de subsidiariedad.

Con esto se cierra todo el tema institucional que naturalmente
ocupará la mayor parte del tiempo de este Consejo, que yo creo ya
tiene pinta de ser el más largo de la historia de la Unión, puesto
que se inaugura el día 7 con una Conferencia Europea. Los jefes de
Estado y Gobierno de todos los países candidatos a la ampliación se
darán cita por la mañana del día 7 en Niza, esa mañana la ocupa todo
la Conferencia Europea. El Consejo propiamente dicho empieza después
del almuerzo del día 7, porque hay un almuerzo de Conferencia
Europea, está previsto que dure los días 7, 8 y 9, y ya la
Presidencia francesa ha advertido que nadie debe dejar las
habitaciones, porque muy posiblemente el domingo lo pasaremos allí
también, con lo cual creo que ahí, señor presidente, vamos a batir
todos los récord.

Creo que en el Consejo Europeo habrá otros temas además. El tema de
la política europea de seguridad, y defensa, todo el tema de la
evaluación del objetivo global, el headline goal la definición y
puesta en marcha de capacidades de la Unión Europea sobre los
aspectos civiles de las gestiones de crisis, sobre todo cómo
desplegar policías, es decir no militares; luego el acuerdo para la
creación de estructuras políticas y militares permanentes; pues a
medida que la UEO se va absorbiendo, hay que crearlas en el seno del
Copsi ahora el Consejo de Política de Seguridad; luego el acuerdo del
sistema de consultas permanentes entre la Unión Europea y la OTAN; y,
naturalmente, la incorporación de todas las funciones de la UEO a la
Unión Europea. Todos estos documentos están en este momento, además
contienen todo lo que son consultas con países terceros para
situaciones de crisis, y todo esto forma el paquete de avance de
desarrollo de los artículos de Amsterdam sobre la Política de
Seguridad y Defensa.

También va a haber una mención, y esto me imagino que interesa a
algún parlamentario de esta Cámara, sobre las regiones
ultraperiféricas, pues sabemos que con Francia se termina esta ciclo
de dos presidencias seguidas con regiones ultraperiféricas, Portugal
y Francia, y a pesar de que por retrasos en el Consejo no se ha
logrado plenamente hacer el desarrollo total de todo lo que era el
artículo 299 del Tratado de Amsterdam, finalmente todo está ya
prácticamente sobre la mesa y a punto de acordarse. El Consejo
Europeo de Niza quiere retomar el tema, puesto que se dijo en Feira
que en Niza se volvería a hacer un balance de cómo va el desarrollo
del artículo 299 sobre regiones ultraperiféricas.

También está el capítulo de empleo y asuntos sociales, el famoso
paquete Otoño 2000, que son las directrices de políticas de empleo de
los Estados miembros, el informe conjunto sobre el empleo en el año
2001 y las recomendaciones de la Comisión relativas a la aplicación
de las políticas de empleo en los Estados miembros. Yo creo que
además el Consejo Europea va a tratar algún otro tema, como por
ejemplo el de la seguridad marítima, tristemente de actualidad
después del nuevo accidente marítimo, que ya ha probado que la
legislación sobre el doble casco incluso tiene también riesgo, puesto
que este barco que se hundió tenía doble casco y a pesar de tener
doble casco ha constituido una gravísima amenaza para el medio
ambiente. Estimo que habrá una reafirmación sobre toda la posición de
la Unión Europea después del reciente fracaso de la Conferencia sobre
el cambio climático. La Presidencia francesa quiere hacer también una
declaración sobre el deporte, la importancia del deporte y el impacto
del deporte sobre algunas de las políticas comunes, fundamentalmente
la política de la competencia, y yo creo que eso será todo, pero
naturalmente lo evidente es que el paquete institucional y el paquete
de reforma de los Tratados llevará la mayor parte del tiempo.




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Con esto, presidente, creo que ya he consumido más tiempo del que me
corresponde, y naturalmente me someto a las preguntas de los grupos.




El señor PRESIDENTE: Estoy sugiriendo al secretario de Estado que en
la medida que su comparecencia sustituye a la del ministro, a su vez
la comparecencia del ministro sustituye al informe que el Gobierno
tiene que remitir a la Cámara antes del Consejo, y en la medida que
seguramente, no ha tenido tiempo para exponer todos los aspectos de
su documentación, podría quizá dejarla para que se incorporase en
acta como documento añadido y se repartiese a los señores portavoces
si así lo desean.

Abrimos ahora el turno de portavoces y tiene la palabra el portavoz
del Grupo Socialista.




El señor ESTRELLA PEDROLA: Creo que el presidente ejerce bien su
papel institucional sugiriéndo al Gobierno que aproveche el recurso
de la intervención leída por el secretario de Estado para cumplir con
la obligación que tiene de remitir un informe a la Cámara antes de un
Consejo.

No sé si con eso políticamente nos podemos dar por satisfechos, yo
creo que no. Como no nos podemos dar por satisfechos del deterioro
generalizado que ha habido con relación a situaciones anteriores
similares a la actual, el secretario de Estado lo ha vivido
personalmente, y yo creo que convendrá conmigo en que el grado de
relación Gobierno-Parlamento, Gobierno-grupos parlamentarios ha
sufrido un deterioro considerable. Estamos muy lejos de las
situaciones previas a consejos europeos, en las que el ministro, en
ocasiones también el secretario de Estado, mantenía reuniones con los
grupos parlamentarios, bien en el ámbito de la Comisión o bien en un
ámbito privado.

Después de escuchar al secretario de Estado, tengo que decir que mi
grupo sería incapaz de votar una posible resolución de esta Comisión
en la que se intentara expresar un apoyo a la posición de España en
el Consejo de Niza, porque nada hemos escuchado por parte del
secretario de Estado en cuanto a las posiciones españolas, nada que
no sepamos en algo por los medios de comunicación, pero nada en lo
que son posiciones políticas de España.

Está claro que España aspira a conseguir lo más posible, va a sus
intereses, y el secretario de Estado se ha referido concretamente a
todo lo que es la aritmética del poder europeo, en eso va a contar el
Gobierno con nuestro apoyo; pero contaría con un apoyo mucho más
firme si por una parte eso estuviera inserto en un proyecto de España
en Europa y un proyecto de Europa, por tanto y sobre todo si hubiera
habido esa comunicación fluida que se había producido ante cumbres
anteriores y muy especialmente cuando se ha planteado la reforma de
los tratados.




No tengo que recordar que cuando la cumbre de Amsterdam, cuando la
reforma de los tratados en Amsterdam, hubo una subcomisión que estuvo
trabajando durante seis meses. Probablemente es culpa nuestra, todos
los grupos parlamentarios tenemos que resolver nuestras propias
deficiencias, pero tengo que decir también que entonces sí hubo un
extenso informe por parte del Gobierno, donde había una visión de los
objetivos políticos generales y una puesta en coherencia de esos
objetivos políticos generales con las posiciones de España ante los
distintos temas de la agenda.

Aquí prácticamente en algunos temas ni siquiera sabemos las
posiciones de España. Me voy referir muy brevemente y lo voy a hacer
esencialmente por cortesía al presidente, porque creo que en esta
reunión, que estaba convocada a las diez y media de la mañana, no se
puede pretender que la Comisión, empezando a las doce, sustancie todo
el orden del día que tenemos. Pido al presidente que fije una hora,
que me atrevería a sugerir en torno a las catorce treinta, para poner
fin al orden del día de esta Comisión. Por tanto, muy rápidamente.

Creo que el secretario de Estado no ha situado los problemas antes
los que nos encontramos. Todo esto de Niza tiene que ver con que la
Unión Europea se enfrenta con un proceso de ampliación que va a
cambiar profundamente el carácter de la Unión Europea, y si no se
entiende así es que se está en la política de la pequeñas cosas. La
verdad es que no parece que exista correlación entre lo muy limitado
que se plantea en el Consejo de Niza y la magnitud de los retos que
plantea la ampliación, con lo cual no hoy, pero inmediatamente
después de Niza, tendremos que abordar en esta Comisión esos retos
que nos plantea la ampliación.

El secretario de Estado ha hablado de esa interrelación sutil que
existe entre distintos elementos de la agenda. Yo creo que eso lo
entendemos todos. Es un elemento de negociación facilitar la posición
a favor en un ámbito si se consiguen avances en otro. Parece ser que
existe un objetivo español, no tanto de estar en términos absolutos
en el grupo de los más, sino de estar en una posición que permita
formar parte de una minoría de bloqueo formada por tres países
llamados grandes o más poblados, y como objetivo general eso parece
lógico. Lo que pasa es que el ministro expresaba eso de otra manera y
decía: España aspira a estar entre los cinco grandes, a ser uno de
los cinco grandes. El secretario de Estado nos explicaba ahora cómo
España es hoy a esos efectos uno de los tres grandes, con lo cual no
creo que vayamos a ganar mucho con los objetivos fijados por el
ministro. Pero es que además de esos objetivos fijados por el
ministro a mí me preocupa una cosa, y es que no refleja una reflexión
sobre el lugar de España en Europa sino una expresión sobre el sitio
de España en Europa. No sobre el lugar y sobre el papel de España en
Europa, sino sobre el sitio que queremos nos corresponda en un
listado ordenado de mayor a



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menor. Creo que eso refleja unas miras políticas bastante estrechas.

Parece lógico que cualquier formato -el Gobierno se inclinaba
inicialmente por la doble mayoría- que refleje una posición que a
España le permita formar parte de una minoría de bloqueo sería
saludable. El secretario de Estado hablaba no hace mucho de otro
ámbito, que es el eventual pase de la unanimidad a la mayoría
cualificada en decisiones relativas por ejemplo a fondos, y, sin
decirlo expresamente señalaba que el Gobierno no vería mal, no
tendría inconveniente, no haría bandera de mantener la capacidad de
esos fondos y que España podría incluso contemplar aceptar la
eventualidad de prescindir de determinados fondos. Eso parece
inevitable si se produce una ampliación con los recursos actuales, y
es la tesis del Gobierno, pero yo me pregunto si es el precio que el
Gobierno está dispuesto a pagar por formar parte de una minoría de
bloqueo. Me gustaría que se nos dijera así, porque en una negociación
al final se paga un precio. Hasta ahora no sabemos qué precio está
dispuesto a pagar el Gobierno por mantener el estatus de estar entre
los grandes y formar parte de una minoría de bloqueo. Si es el que ha
insinuado el secretario de Estado en unas recientes declaraciones,
pues que se nos diga y lo valolaremos.

En cuanto a las cooperaciones reforzadas, conceptualmente yo creo que
hay que expresarlas como el derecho de avance, y alguien lo ha hecho
así. El secretario de Estado ha hecho referencia a la propuesta que
hizo el Gobierno español, la única que ha hecho, el único documento
que conocemos del Gobierno español con relación a la Conferencia, y
no sé si ese documento refleja la posición del Gobierno con relación
a las cooperaciones reforzadas, sobre todo en el segundo pilar. Y me
explico:
Hay otros países que han presentado propuestas sobre cooperaciones
reforzadas (Italia y Alemania), que iban bastante más lejos en el
segundo pilar de lo que iba la propuesta del Gobierno español, y que
planteaban, por ejemplo, no solamente como hace el Gobierno español,
cooperaciones reforzadas en el ámbito de misiones Petersberg de
gestión de crisis, no solamente cooperaciones reforzadas en materias
que afectasen a una acción común o a una posición común, sino que
contemplaban con otra posible configuración, con otro posible umbral
de miembros participantes la eventualidad de que se avanzase más en
el ámbito de la política de seguridad y defensa y que un grupo de
países pudiera acordar una cooperación reforzada en ámbitos que no
fueran necesariamente los contemplados por una acción común o por una
posición común. Eso es lo que refleja la propuesta germano-italiana.

Sí, eso es lo que refleja literalmente, con dos opciones, la primera,
la que esté en el ámbito de una acción común, una posición común, con
una composición en torno a cuatro o cinco miembros; la segunda, ocho
miembros para cuestiones que no sean una opción común o una
posición común. Entiendo que se trataría por ejemplo de cooperación
para fortalecer las capacidades de defensa, eso no es una misión
Petersberg, va más allá de las misiones Petersberg, y yo no sé
realmente la posición del Gobierno. Tampoco sé si la posición del
Gobierno es que cree necesario que la cooperación reforzada en
política de seguridad y defensa requiera la unanimidad del Consejo,
porque eso es lo que ha propuesto el Gobierno. Otros países han
propuesto que no exista ningún requisito diferente para las
cooperaciones reforzadas en el segundo pilar. El Gobierno español se
ha distinguido, probablemente porque coincide en ello con otros
países.

En la composición de la Comisión yo creo que básicamente estamos de
acuerdo. Entiendo que se apunta a diferir al futuro, a un futuro
donde previsiblemente los actuales gobernantes que van a firmar el
acuerdo, la reforma del Tratado en Niza no estarán en el Gobierno,
con lo cual pueden adoptar hoy decisiones que otros deberán gestionar
en el futuro. No tenemos nada que objetar. Nos parece lamentable que
no haya voluntad política para incorporar la referencia a la Carta en
el artículo 6 del Tratado.

En cuanto al pase a la mayoría cualificada, no sabemos qué posición
tiene el Gobierno. El secretario de Estado ha dicho hay países que se
oponen, por tanto en cuatro grandes ámbitos no existe acuerdo. Yo no
sé si España está con ellos o no está con ellos, porque en esta
cuestión del pase a mayoría cualificada es muy difícil ser neutral,
porque se está tratando de si es posible construir una Europa más
eficaz, creíble en el horizonte de la ampliación y con los mecanismos
actuales de toma de decisiones. Si se apuesta por la profundización
de Europa, se apostará con el calendario y con los plazos que se
establezcan, por ir al pase de la unanimidad a la mayoría
cualificada, se estará en minoría a la hora de decidirlo y se
conseguirá o no se conseguirá la unanimidad para cambiarlo, pero la
verdad es que lo que ha hecho el secretario ha sido describirnos las
posiciones.

En definitiva, señor presidente, la agenda está por venir. En Niza se
van a adoptar decisiones que sin duda son muy importantes, y habrá
que ver las consecuencias que podría tener un eventual fracaso de
Niza, que yo creo que nadie desea nadie desea tampoco que en Niza se
produzca un mal acuerdo, pero entiendo que el criterio este de
diferir decisiones va a dotar de viabilidad a Niza.

Por ejemplo, a mí me gustaría que hubiese una declaración expresa por
parte del Gobierno de que el Gobierno se sigue sintiendo comprometido
con lo que se denomina el método comunitario, porque estamos viendo
que el Gobierno está protagonizando, a veces parece que está
impulsando actuaciones, líneas de acción que precisamente van en
detrimento del método comunitario, y a la Presidencia portuguesa me
remito. Yo no sé si España se compromete o no se compromete, pero no
se puede estar en los dos sitios a la vez.




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Tampoco sé si cuando el Gobierno español dice que desea una Comisión
fuerte, cosa que dicen absolutamente todos los gobiernos de la Unión
Europea, lo dice con vocación de comprometerse en un fortalecimiento
real de los poderes del presidente, de comprometerse con una Comisión
que no esté siendo ninguneada por el Consejo, en definitiva si se
compromete con un proyecto europeo serio. El secretario de Estado ha
hecho referencia a las tareas futuras también, lo que algunos llaman
la reordenación y simplificación de los tratados, de los siete
tratados que tenemos, que otros querrían llevar más lejos y producir
lo que denominan una Constitución europea, que evidentemente no tiene
nada que ver con la Constitución de un Estado nación, pero que aunque
no quepa en las definiciones del Derecho comparado para el común de
los ciudadanos quizá la expresión Constitución es bastante
inteligible.

En ese horizonte de la ampliación queda también, un compromiso claro
por parte del Gobierno, que tampoco hemos escuchado, en torno al
objetivo de la cohesión. La cohesión no es exclusivamente, ni mucho
menos, los recursos; la cohesión no es en absoluto que se dote
financiación para que los países más pobres se acerquen a los que son
menos. La cohesión afecta a muchos más elementos que tienen que ver
con la ciudadanía, que tienen que ver con las políticas y con los
recursos destinados a ciencia y tecnología, etcétera. Eso también es
cohesión. La verdad es que la política de cohesión no va a ser eficaz
ni creíble si los medios financieros que se le destinan no están a la
medida de estos desafíos, no lo digo yo, lo dice el comisario
Barnier, y yo no sé si el Gobierno es consciente de eso. Me da la
impresión de que no, de que el Gobierno se aferra a las perspectivas
financieras de Berlín y piensa ni siquiera que en el horizonte de un
par de años habrá que revisarlas. A mitad del período hay que hacer
una revisión de esa mitad del período, sí, señor secretario de
Estado, se contempla la eventualidad de una revisión de esas
perspectivas financieras, porque han pasado muchas cosas en Europa y
ahí tenemos los Balcanes por ejemplo.

En definitiva, señor presidente, creo que ha sido una sesión de
aliño, como ha sido una faena de aliño la del Gobierno a lo largo de
la Presidencia francesa, en un momento tan importante como el de la
conferencia de Niza que va a reformar el Tratado de la Unión Europea,
o los tratados, tampoco sabemos, y lo tendremos que abordar
inmediatamente después al comienzo del próximo período de sesiones,
qué objetivos se va a plantear la Presidencia española. Sobre eso mi
grupo traerá iniciativas a esta Comisión, para que desde el mes de
febrero estemos trabajando en ello.




El señor PRESIDENTE: El portavoz de Convergència i Unió, señor
Guardans, tiene la palabra.




El señor GUARDANS I CAMBÓ: Querría empezar intentando ser comprensivo
con los problemas de agenda del secretario de Estado, pero hasta
cierto punto, porque la realidad es que no vamos a someter al
secretario de Estado y a sus servicios administrativos a un careo con
los servicios de la Cámara, pero lo cierto es que esta comparecencia
se había fijado hace ya cierto tiempo, que es tremendamente difícil
reunir a esta Comisión, lo cual no es responsabilidad del secretario
de Estado, pero simplemente hace más grave lo que va a ocurrir hoy, y
es la necesidad de modificar muy probablemente el orden del día
porque va a ser prácticamente imposible ventilar el orden del día tal
como está planteado. Eso a lo mejor en otra Comisión no es grave pero
en esta en un caos. Por tanto se pueden entender, se pueden aceptar
las excusas del secretario de Estado, pero querría decirle con toda
la seriedad, porque no tengo otra posibilidad, no puedo hacer otra
cosa, dando por válida la explicación, que exija a sus servicios
administrativos una aclaración precisa de lo que ha ocurrido hoy
aquí, porque nos ha costado mucho convocarle a usted hoy, porque está
usted compareciendo aquí en parte por problemas de agenda suyos, en
parte por problemas de la propia Comisión y con una especie de
representación múltiple: está usted sustituyendo al ministro de
Asuntos Exteriores en su comparecencia previa al Consejo Europeo,
está usted sustituyendo a una reunión de la subcomisión de
seguimiento de la Conferencia Intergubernamental, que se hubiera
reunido esta semana y no se ha llegado a reunir porque como venía el
secretario de Estado qué sentido tenía que viniera el secretario
general a explicarnos lo que venía a explicarnos usted, y también
está usted, evidentemente, compareciendo a título propio.

Sé que no es más que una imagen esta triple acumulación, pero intento
transmitirle que esto no puede quedar en una simple excusa y yo le
ruego que seriamente aclare usted con sus servicios, con los
servicios de la Cámara, y con los órganos de la Presidencia, qué es
exactamente lo que ha ocurrido hoy aquí, porque esta Comisión está
perdiendo el respeto que se había ganado, por muchas razones, esta no
es más que una, y en el fondo derivan en buena parte de su carácter
mixto, al cual este grupo más de una vez ha manifestado ya sus
críticas más claras por las dificultades que tiene para trabajar.

En segundo lugar y en cuanto a lo que es la propia comparecencia y el
marco en que se sitúa, yo comparto, no sólo aquí sino en otros
puntos, buena parte de la intervención del portavoz socialista en un
sentido, y es que estamos muy lejos de la sensación de implicación
que habíamos tenido en el pasado con procesos similares al que
estamos viviendo ahora. Eso tiene desde luego una ventaja, desde este
grupo parlamentario no recibirá usted críticas de primera mano, pero
tiene evidentemente un inconveniente, tampoco va a recibir apoyos de
primera mano. Con el debido respeto, permítame



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utilizar una expresión coloquial, van ustedes a su aire, van ustedes
absolutamente a su aire. Es una opción, es una forma de gobernar
distinta de la que usted mismo ha protagonizado en el pasado, y
simplemente permite que este grupo también vaya a su aire y, por
tanto está a la espera, a verlas venir y a saber qué va ocurrir
después de conferencia, y a la luz de lo que salga de esta
conferencia fijar su posición.

Este grupo parlamentario se considera observador de todo este
proceso, y entiendo que los demás grupos parlamentarios también. A
diferencia de lo que está ocurriendo en el resto de los parlamentos
europeos, donde los responsables políticos que acudan a Niza lo hacen
cargados moralmente con su Parlamento detrás, ustedes no, ustedes hoy
por hoy no. No es que acudan enfrentados a su Parlamento, tampoco es
eso; pero hoy por hoy no acuden ustedes a la cumbre de Niza con la
legitimidad que les da haber buscado la complicidad de esta Cámara,
no la tienen, la de este grupo no la tienen, oposición tampoco, eso
lo dejo bien claro. Sencillamente, estamos de observadores, de
pacíficos observadores, de gente que contempla un partido de fútbol
al cual se le está dejando entrar en general, ni siquiera en tribuna.

Si a ustedes eso les fortalece políticamente de cara a su negociación
o les debilita es algo que tendrán que medir, y que mida usted,
insisto, no sólo contemplando lo que ocurre en el Parlamento francés,
en la Cámara de los Comunes o en el Parlamento italiano, sino
midiendo o comparando con la propia experiencia de la que usted mismo
ha sido protagonista. Insisto: nos consideramos absolutamente ajenos
a este proceso. Hubo un día una reunión informal con el
vicepresidente primero del Gobierno que nos convocó; se nos dieron
una serie de informaciones ese día, y desde entonces nada más. Este
grupo no ha sabido nada más, y quiero creer que los demás tampoco,
salvo que estemos en un supuesto de discriminación flagrante. Por
tanto crítica no, apoyo tampoco. Van ustedes por libre, y como dicen
los mexicanos a uno lo que le pide el cuerpo es decir que les vaya
bonito. Cuando acabe la conferencia, usted nos cuenta, y en función
de eso fijaremos nuestra posición.

Sé que ahí hay una parte de responsabilidad de esta Cámara, en la
cual mi grupo no tiene mayoría absoluta precisamente, y de esta
propia Comisión; también de dificultades de agenda, y dificultades de
reunir y para que esa subcomisión que en su momento se creó funcione;
hay una serie de dificultades objetivas; pero la voluntad política
del grupo mayoritario y del Gobierno en este caso ha brillado
absolutamente por su ausencia para conseguir que todos nos
sintiéramos un poco implicados en este proceso, por tener información
de primera mano y no llegar a la situación en la que estamos, que
evidentemente usted comparece, y como está con «Diario de Sesiones» y
con prensa en la sala pues nos va explicando cosas con una frialdad
que es la misma con que explicaría en cualquier mesa redonda a
la que le hubiera invitado un instituto de estudios europeos de
carácter universitario: Hay un país que dice; hay otro país que pide.

Es una información política que yo entiendo bastante devaluada,
porque, efectivamente quizá en este carácter que tiene este tipo de
comparecencias, usted no se puede comprometer más, pero la realidad
es que en términos políticos nos hace muy difícil saber exactamente
cuál es la posición de España, saber cuál es la posición real de los
demás países para entender mejor las debilidades de España o las
fortalezas de España. ¿Que otros podemos tener otras fuentes de
información? Sí. Si no, apañados estábamos. Existe Internet, existen
nuestros propios contactos, pero no creo que los grupos de esta
Cámara tengamos que tener mucha más información por cualquier otro
lado que por parte del propio Gobierno al que se supone que en este
punto -y lo digo bien claro-, queremos apoyar.

Por tanto poco voy a decir. Algunas de las cuestiones que ha
planteado el portavoz socialista yo las comparto en su perspectiva.

Muy concretamente esa referencia al método comunitario. En su momento
el Gobierno español se oponía frontalmente a la cooperación reforzada
y nosotros decíamos que cuidado, porque efectivamente era cierto que
en algunos ámbitos tenía mucho sentido que existiera esa cooperación
reforzada. Ahora da la impresión a veces de que nos estamos pasando
por el otro lado, y que de repente, no estrictamente en lo que se
refiere a cooperación reforzada en sentido más amplio, el Gobierno
español se apunta a esos planteamientos que están intentando
desmontar lo que se ha venido en llamar el método comunitario, y eso
no se hace tanto por activa sino por pasiva, porque sencillamente es
hacia donde vamos, a base de construcción de políticas y órganos de
decisión de esas políticas que se estructuran en satélite alrededor
de un eje común, que quedaría limitado prácticamente al mercado
interior y poco más.

Exagero un poco la situación actual, pero no el riesgo hacia el que
vamos. Y ahí querríamos saber exactamente dónde está España y si
España está formalmente comprometida con la preservación del método
comunitario. Y eso tiene que ver con el propio papel de la Comisión.

Decía el portavoz socialista, y tiene razón, que la retórica de decir
queremos una Comisión fuerte es algo que es unánime; nadie se atreve
a decir que no quiere una Comisión fuerte, porque eso no es
políticamente correcto. ¿Hasta qué punto querer o no una Comisión
fuerte se traduce en decisiones políticas, en compromiso político?
Eso está por ver en el caso concreto de España hoy. Eso está, en
parte, en juego en la próxima Conferencia Intergubernamental. En la
medida en cómo quede esa Comisión, dependerá la mayor o menor fuerza
de su presidente y, por tanto, el peso que pueda tener.

Usted conoce probablemente mejor que yo, porque habrá tenido ocasión
de leerlo con detalle (yo también,



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pero quiero decir que lo habrá comentado con más gente), una
propuesta de Comisión europea que una prestigiosa revista, The
Economist -no creo que esto se considere publicidad- publicaba hace
dos o tres semanas. Colocaba dentro y, como suele hacer, sin firma, o
sea, asumiendo la paternidad el equipo de redacción de la revista,
una propuesta de Comisión europea. Esa propuesta de Comisión europea
no es más que lo que hace una institución privada, muy respetable,
muy prestigiosa, pero privada. Para ser británica no está mal, pero,
evidentemente, a años luz de lo que debería ser nuestra visión. La
Comisión europea recibe un papel de administración de lujo; una
administración de lujo cualificadísima, fuerte como administración,
pero una pura administración de lujo; un aparato administrativo bien
preparado, más o menos bien financiado, al servicio de ideas que
proponen otros y que en el fondo diseñan otros y que deciden otros.

Eso está ahí y eso no es sólo propio de The Economist, hay más gente
con esa idea. Evidentemente, en ese punto concreto no es donde
estaría España. Siempre hemos oído las palabras de cómo la Comisión
ha sido defensora de España en tantos casos y en tal y cual
circunstancia. En este momento nos gustaría escuchar un compromiso
muy superior respecto de la fuerza política de la Comisión, y no sólo
del incremento presupuestario, etc., y de la propia reorganización,
sino del peso político que la Comisión tiene que tener en el conjunto
de las estructuras de la Unión.

En cuanto al resto, al juego entre la unanimidad y la mayoría
cualificada, etc., tenemos una cierta idea de por dónde están las
posiciones españolas. Nosotros más de una vez hemos subrayado que
aceptaríamos un paso casi general a la mayoría cualificada.

Entendemos que hay algunos puntos donde eso habría que hacerlo con la
debida prudencia, y entendemos también que eso dependerá de cómo
quede la propia reponderación de votos en el Consejo. Pero vemos con
menos recelo, por comentarios que hemos tenido en otras ocasiones, el
paso de muchas cuestiones de la unanimidad a la mayoría cualificada,
aunque entendemos, por ejemplo, que el hecho de que cohesión pase de
unanimidad a mayoría cualificada sólo es admisible si pasan los
recursos propios. Ese es un tipo de razonamiento que nos parece
correcto.

Termino, señor presidente. Insisto, no sé si el tono suena a crítica,
pero no es eso. Lamentamos no haber dispuesto de más información. El
señor secretario de Estado tiene la ventaja o el inconveniente de que
no tiene que ir a preguntar a nadie más sobre cómo se hacían las
cosas antes. Puede simplemente repasar su agenda, ver cómo era hace
dos años, o en la conferencia anterior, ver qué tipo de relaciones
tenía con los grupos y cómo están las cosas hoy, y usted mismo se
dará cuenta de que están muy lejos de como estaban.

El señor PRESIDENTE: La siguiente en intervenir es la portavoz del
Grupo de Entesa Catalana.




La señora CID PAÑELLA: Con mucha brevedad porque, como ya ha quedado
patente, poco es el tiempo que tenemos en el día de hoy. De todas
formas, mis palabras irían a profundizar más en los argumentos que se
han expuesto hasta este momento.

Señor secretario de Estado, le diré que soy nueva en esta Comisión,
pero que de todas maneras me alegra saber que en la anterior
legislatura funcionaba de otra forma. Realmente me ha sorprendido
muchísimo que una situación como la actual pudiera darse y la poca
implicación que los grupos (en este caso, personalmente, hablo por
mí, mi grupo) tienen en un hecho tan importante como la cumbre de
Niza, sobre la que hace un momento nos ha hecho una exposición
descriptiva y nos ha explicado el escenario sobre el que se va a
desarrollar. Sin embargo, no hemos tenido ocasión de escuchar el
papel, el guión que va a seguir el Gobierno español: qué estrategias,
qué es lo que está dispuesto a negociar, qué es lo que no está
dispuesto a negociar.

Lo que le diría es que hemos echado en falta un espacio común de
implicación por parte de este grupo en un tema tan importante como el
que se va a tratar durante este próximo mes. No entro a hacer más
consideraciones sobre estos temas. Esperaremos a ver qué pasa en la
cumbre de Niza y con posterioridad pediremos explicaciones sobre las
distintas posiciones que el Gobierno haya tomado en todas las
decisiones que le afecten.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra la portavoz del Grupo Mixto.




La señora LASAGABASTER OLAZÁBAL: Creo que es también obligado hacer
mención a la situación actual, puntual del día de hoy, relación al
procedimiento y trabajos de esta Comisión. Ciertamente, debemos
aceptar, como no podemos hacer de otra manera, las excusas del
secretario de Estado. Me alegra que hayan sido suficientemente
detalladas, porque lo primero que esta diputada, portavoz de su
grupo, en este caso el Grupo Mixto, pensó es que no era admisible que
unilateralmente el Gobierno determine a qué hora, cuándo y cómo se va
a reunir esta Comisión, eso no es admisible en ningún caso. Por eso
digo que me ha alegrado que fueran unas explicaciones detalladas. En
la medida en que responden a un malentendido del Gobierno, tengo que
aceptarlo como tal. Creo, lógicamente, en la buena fe de la
explicación. Pero yo creo que esto nos tiene que servir para dos
cuestiones:
En primer lugar, para admitir que el Gobierno, como todo ser humano,
se puede equivocar en su faceta de personas, pero debe subsanar el
error. Y, por tanto, la primera consecuencia es que si realmente no
se procede a llevar a cabo la culminación de todos los trabajos



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previstos hoy, debe comprometerse de manera clara, concreta y firme a
volver a esta Cámara en fechas próximas, que no sustituya a ninguna
otra sesión de esta Comisión, y subsanar lo que no ha podido ser por
razones de ese malentendido. Creo que ese es un compromiso que debe
adquirir, o, como ese refrán tan castellano que dice: quien no tiene
cabeza tiene pies. Lo que no parece razonable, como digo, es que es
el segundo día que el Gobierno pretenda dejarnos sin comer. El
viernes pasado también tuvimos una Comisión a mediodía y no parece
razonable este procedimiento de hacer las cosas apresuradamente. Por
tanto, pediría ese compromiso, si es que no se pueden desarrollar los
trabajos con la normalidad y con la reflexión y tranquilidad
necesarios.

En segundo lugar, si es un malentendidolo doy por bueno
-malentendidos tenemos todos-, pero también rogaría al Gobierno que
tuviera la misma flexibilidad cuando los malentendidos son de otros
grupos, incluso minoritarios, con los que no se tiene tanta
flexibilidad como la que tenemos ahora. A algunos a lo mejor les
suena a música celestial, pero esto es lo que está pasando día tras
día en este Congreso de los Diputados.




Otra consideración que también es de orden y procedimiento de los
trabajos. Quizá no era una cuestión de la que íbamos nadie, ninguno
de los portavoces, a hablar, pero al final yo creo que ha sido la
gota que ha colmado el vaso. Independientemente de la diversidad de
opiniones ideológicas de cada uno de los que formamos los distintos
grupos parlamentarios, no creo que estamos llevando bien el
desarrollo de esta Comisión y que, además de nuestros errores -cada
uno verá la responsabilidad que tiene en función del peso que tiene-,
lo cierto es que tampoco el Gobierno nos está ayudando a que esta
Comisión trabaje y funcione correctamente.

Lo han recordado otros portavoces. Hemos vivido situaciones bastante
más fructíferas en cuanto al desarrollo de un trabajo conjunto,
independientemente de las distintas opiniones que cada uno tengamos
en cada uno de los temas. Hago un llamamiento al Gobierno para
retomar esa colaboración conjunta. No es admisible que de esta
cuestión se haya hablado poco, tarde y mal, y, cuando se ha hablado,
normalmente ha sido a instancias de los grupos parlamentarios.

Podremos justificar elecciones, podremos justificar mil cosas más,
pero realmente no ha habido un intento serio de llevar a cabo
trabajos concretos de intercambio de reflexiones correctas. Y yo creo
que, siempre lo hemos dicho, no se trata de menoscabar el trabajo de
negociación que tenga que llevar a cabo el Gobierno en la cumbre o en
el consejo, sino de tener los mejores resultados para todos. El
secretario de Estado sabe perfectamente cómo se puede hacer teniendo
en cuenta esa consideración, lo hemos hecho antes y rogaría que
volviéramos a retomar todos. Trato de ser positiva, trato de mirar
hacia
adelante, no podemos seguir en esta situación en esta Comisión,
porque creo que es muy importante.

Entrando en materia, lógicamente, como resultado de todo lo anterior,
lo que nos ha hecho el secretario de Estado es una descripción muy
detallada del documento de 3 de noviembre que en este caso la
Presidencia ha presentado. Es un buen documento descriptivo, donde
aparece claramente cuáles son las distintas situaciones o los
distintos puntos que se van a tratar. Todos sabemos, porque tenemos
el consejo de Biarritz cercano, que se van a tratar en lo que es la
Conferencia Intergubernamental de Niza.

Es evidente que hay, si no recuerdo mal, 47 puntos previstos a examen
para la extensión a la mayoría cualificada. Por ejemplo, hubiera sido
interesante conocer con detalle, en cada uno de estos 47 puntos, cuál
es la posición del Gobierno. Sí es cierto que nos ha anunciado
y somos conocedores de cuáles son las dificultades o los pensamientos
del Gobierno en relación a algunas de estas medidas, como el fondo de
cohesión u otras relativas a cohesión económica y social; pero
hubiera sido, por ejemplo, un buen ejercicio saber, y a lo mejor
quizá no en esta Comisión pero sí en otros ámbitos y foros, cuál es
la posición del Gobierno en materias muy diversas, a lo mejor de
distinta naturaleza, pero todas ellas yo creo que de importancia.

Hay 47 puntos establecidos para ese examen, si no estoy equivocada,
en ese documento de la Presidencia del 3 de noviembre. Y hay algunas
cuestiones que no le voy a preguntar ahora, pero sí me parecen de
interés, algunas más que otras, y algunos temas que hablan de reglas
aplicables a fondos estructurales, fondo de cohesión, acciones
específicas para la situación económica y social fuera de los fondos
estructurales, etcétera.

Hay otros temas, quizá de menor calado, pero me hubiera gustado saber
exactamente qué es lo que se piensa de procedimientos civiles, de
temas relativos a mejorar sistemas de notificaciones trasfronterizas
de actos judiciales y otras muchísimas cosas que están dentro de esa
primera cuestión, mi primera gran cuestión, que es el paso a la
mayoría cualificada. Le vuelvo a señalar que quizá hubiéramos podido
hacerlo en otro lugar.

Otra cuestión es el tema de cooperaciones reforzadas. Aquí no voy a
señalar lo que ya ha sido una cuestión de cambio sustancial en la
posición del Gobierno. En este caso sí que se puede constatar y
contrastar de las palabras de los distintos representantes del
Gobierno, ya sea del ministro de Asuntos Exteriores o ya sea de su
persona en otras ocasiones, Así como también de la documentación
escrita de la que hemos tenido conocimiento, cuál ha sido la posición
del Gobierno ante la cumbre de Feira y cuál es la posición del
Gobierno en la actualidad, pues en una serie de meses ha habido un
cambio sustancial. Quizás también hubiera podido ser de interés para
esta Cámara, para los grupos parlamentarios, conocer ese cambio, que
yo entiendo sustancial.




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Hay otra tercera gran cuestión que hace referencia al tema de la
Comisión. Es verdad que estas tres cuestiones, el tema de la
composición de la Comisión, el tema de la ponderación de votos del
Consejo y el tema de la distribución de escaños en el Parlamento
europeo, aparecían en blanco en ese documento de la Presidencia.

Curiosamente, esas páginas en blanco van a dar lugar a que haya o no
resultados positivos en Niza, en Göteborg, o donde se trasladen los
trabajos a posteriori. Como decía, en esas páginas en blanco que
usted nos ha descrito, además de lo que más o menos aparece en los
medios de comunicación, vemos que, está todo interconexionado y que,
en el tema de la Comisión puede haber una pequeña solución, siempre y
cuando vaya, lógicamente, en relación al resultado final y a la
ponderación de votos del Consejo.

Como opinión, yo diría que política, sí me parece lógico pensar que
los Estados miembros puedan plantear su necesidad de tener una
presencia, al menos en la actualidad, sin perjuicio, como decía el
secretario de Estado, de que en otros momentos posteriores -ya sea en
la primera fase o en la segunda- se pueda modificar o se pueda llevar
a otros términos la composición de la Comisión. Parece lógica la
reivindicación -lo entendemos y comprendemos- de cada uno de los
Estados miembros respecto a su presencia en la Comisión.




El tema clave ha estado en el Consejo. Tradicionalmente ha estado
siempre en la representación en el Consejo. La impresión que yo
tengo, a lo mejor no es acertada, es que de Biarritz a la fecha ha
habido cambios sustanciales, eso es lo que parece. También nos
hubiera gustado saber los cambios sustanciales a la hora de defender
cuestiones, especialmente en algunos países, en relación a esa
reponderación, por una parte, o doble mayoría, por otra.

Hemos ido leyendo en los periódicos la posición de Alemania, la
posición de Francia, con la gravedad, creo yo, o al menos la
dificultad de ser Presidencia. No creo que nos vaya a decir más sobre
este tema, porque probablemente no pueda. En todo caso, sí nos
hubiera gustado saber cuál ha sidola posición del Gobierno cara a las
distintas hipótesis que en este momento están encima de la mesa.

Deduzco que a estas alturas tendrá también una reflexión respecto de
qué va a hacer en cada una de las hipótesis que se planteen.

Podríamos entrar en otros temas que yo creo que son de interés en
esta conferencia. me alegro que haya hecho referencia a la
distribución de escaños del Parlamento europeo. Era una cuestión
sobre la que iba a preguntar. Desconocía cuál era la relevancia que
podía tener para el Estado español, cosa que realmente nos
preocupaba, especialmente por una cuestión interna de establecimiento
del sistema electoral, que entendemos -ya lo hemos planteado varias
veces- no es, desde nuestro punto de vista, acorde con el espíritu
del Estado de las autonomías. En cualquier caso, nos alegra que
no se produzca ningún cambio en cualquiera de las hipótesis que se
están barajando en esa distribución de escaños.

Otras cuestiones sí que creo también son importantes. Por ejemplo, el
tema de la carta de derechos fundamentales. Es verdad que hay además
un claro compromiso del Congreso de los Diputados respecto a cuál
debe ser la posición que debe mantener el Gobierno en ese compromiso
de que sea vinculante y que se solicite se incluya en los tratados.

Pero vamos a ver qué es lo que da de sí. En definitiva, también hay
otra serie de grandes cuestiones que me parecen importantes.

Resumiendo: Primero, en relación a la cuestión de orden que nos
ocupa, sí me gustaría que después de esta última intervención de los
grupos supiéramos exactamente en dónde estamos en la ordenación de
trabajos del día de hoy y qué compromisos o qué vamos a decidir en
esta Comisión.

Segundo: En relación al procedimiento de desarrollo de los trabajos
de esta Comisión, en la parte que nos corresponda, ya lo discutiremos
entre los grupos parlamentarios; pero, en lo que corresponde al
Gobierno, sí rogaría retomara el espíritu y la manera, el modo de
trabajo que teníamos en anteriores legislaturas, en especial en la
anterior legislatura, que conoce bien el señor De Miguel, y que yo
creo que fue, cuando menos, bastante más correcto, no sé si lo más
óptimo, pero bastante más correcto que lo que estamos observando y lo
que estamos viendo en esta legislatura.

Y tercera cuestión: Agradezco las informaciones. El Gobierno no nos
da más pistas porque entiende que con ello se menoscabaría la
negociación. Yo creo que no es así. Acepto esa posición, pero
volvemos a estar en una descripción. Hemos conocido simplemente el
documento de la Presidencia más los añadidos que hemos podido leer en
los medios de comunicación. Difícilmente podemos posicionarnos al
respecto, porque desconocemos cuál va a ser realmente, con contenido
concreto y detalle, la posición del Gobierno en cada una de las
hipótesis que en este momento están encima de la mesa.

Con ese compromiso del Gobierno de venir en otro momento con rapidez,
con agilidad, a tratar de este tema, estaría dispuesta a llevar a
otro momento la comparecencia que había pedido para esta reunión. Lo
único que me apena es que sé que es un tema por el que el secretario
de Estado siente, como yo, total y absoluta debilidad y le apenará
también profundamente no poder hablar hoy de esta materia.




El señor PRESIDENTE: El señor Mardones tiene la palabra.




El señor MARDONES SEVILLA: Disculpe mi ausencia por haberse
modificado el horario de esta Comisión y estar en la Junta de
Portavoces. Seré muy breve.




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Agradezco aquí la presencia una vez más del secretario de Estado,
señor De Miguel, y centrar mi intervención en hacerle dos preguntas
o, más bien, una pregunta y una reflexión.

Acaba de estar las semanas pasadas en Canarias, dando una
conferencia, el director general del grupo de interservicios. Ya nos
anunció públicamente que a la agenda de Niza iría, en lo que afecta
al archipiélago canario, posiblemente el pronunciamiento sobre el
informe del Consejo, ya aprobado por el Parlamento europeo, sobre el
artículo 299.2 del Tratado, que hace referencia a las regiones
ultraperiféricas. Quisiéramos saber si el señor secretario de Estado
tiene información al respecto, en esta situación ya de antesala al
Consejo de Niza, porque usted es buen conocedor de la expectativa que
esta materia genera en nuestro archipiélago canario. Esperábamos
también que, por ser Francia país con territorio ultraperiférico
(Martinica, Guadalupe y Reunión), la Presidencia francesa no
escatimaría, entendemos nosotros, ningún medio para que la cumbre de
Niza acepte el informe del Parlamento europeo, y fije la entrada en
vigor del artículo 299.2 del Tratado de Amsterdam sobre las regiones
ultraperiféricas y lo que se deriva del mismo para Canarias.

Como ya expresé al director general, en la Comunidad Autónoma de
Canarias consideramos muy importante que prevalezca, perviva y que
sobreviva el grupo de interservicios, porque hemos encontrado
siempre, tanto el Ministerio de Economía, el de Hacienda o
Agricultura, pero también el Gobierno autónomo de Canarias, en ese
grupo un interlocutor muy buen conocedor de las peculiaridades
económicas, del régimen económico y fiscal de Canarias, los aspectos
de los planes específicos, como el Poseican, etcétera. Nos
interesaría que este interlocutor perviva, porque el desarrollo del
artículo 299.2 del Tratado implica una serie de mantenimiento de
líneas de compromiso político, social y, sobre todo, presupuestario,
con los fondos de la Unión Europea; que de una manera definitiva, lo
que llamamos en Canarias el estatuto permanente, se encuentre
aprobado después de la celebración de la cumbre de Niza.

Y la última cuestión es si en la cumbre de Niza va a obtenerse una
respuesta ya mucho más concreta al desarrollo de toda la estructura
de defensa de la Unión Europea, con los compromisos que tienen que
adquirir los distintos países para situar sus órganos militares y
civiles, o civiles y militares mixtos, en la dirección de todas las
situaciones de crisis.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el portavoz del Grupo Popular.




El señor MARTÍNEZ CASAÑ: Mi grupo parlamentario se da por satisfecho
con la información recibida por el secretario de Estado en su
comparecencia en representación del ministro, previa a la cumbre de
Niza, y, por lo tanto, da por cumplido el trámite parlamentario de
esta Comisión Mixta.

A mi grupo parlamentario, señor presidente, no le cabe ninguna de los
esfuerzos que desarrolla el Gobierno para defender los intereses de
España y sus aportaciones al proceso de construcción europea, como
siempre lo ha hecho, y, por lo tanto, le ruega transmita al ministro
su apoyo incondicional en esta negociación. Estamos convencidos, como
ha dicho el presidente del Gobierno, que es esencial que en los
asuntos comunitarios, los asuntos de la construcción europea como
política de Estado, seamos todos capaces de conjugar esfuerzos para
mayor beneficio de nuestros ciudadanos y de nuestro país, y por ello
estamos seguros que la tradicional y excelente disposición para la
colaboración del ministro y de su equipo quedarán patentes en las
próximas semanas.




El señor PRESIDENTE: Han intervenido todos los grupos parlamentarios.

Ha habido una sugerencia de poner una hora límite a nuestros trabajos
de hoy. Yo no sé si habiéndolos recortado por el principio debemos
recortarlos por el final. ¿Cuál es la disponibilidad de tiempo, señor
secretario de Estado?



El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ESTADO DE ASUNTOS EUROPEOS (De
Miguel y Egea): Señor presidente, mi disponibilidad es hoy, como
siempre, total. Yo no tengo más que una cita a las cinco y media con
los representantes de todas las comunidades autónomas. Puedo parar,
puedo estar aquí hasta las cinco y media y después, cuando termine
con todas las comunidades autónomas para explicarles el consejo de
Niza, puedo seguir hasta la hora que usted quiera. (Rumores.)
Le agradecería mucho al portavoz del Grupo Socialista, que ha sido el
más acerbo en sus críticas, que por lo menos me escuche. Yo tengo
aquí un problema, lo he explicado y he pedido excusas; hemos empezado
esta sesión con una hora y media de retraso, culpa que yo asumo.

Quiero que alguno de los diputados que me conocen de antiguo diga si
alguna vez he llegado tarde a alguna sesión o si he dado algún
pretexto para no comparecer en cuatro años largos que llevo de
secretario de Estado. Nunca. Hoy hay un problema de desfase de hora y
media. Esa hora y media yo estoy dispuesto a recuperarla aquí hasta
el momento que SS.SS. quieran. ¿Que no les conviene a sus señorías?
Ya he pedido excusas por la hora y media de retraso; no me reprochen
ahora el que yo esté dispuesto a seguir aquí hasta las cinco y media
de la tarde. Eso en primer lugar.

En segundo lugar, me dicen que hay que comparecer de nuevo. Yo estoy
dispuesto, con las limitaciones únicas de algunas obligaciones
ineludibles que tengo, como, por ejemplo, asistir a un consejo de
mercado interior el viernes y asistir a dos reuniones, con el
presidente Chirac una y con el presidente Aznar otra,



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mañana miércoles. Salvo el domingo, que tengo que estar en un
cónclave, el sábado estoy a disposición y el viernes también. El
lunes estoy en un consejo de asuntos generales, pero el martes día 5
estoy disponible, y el 6, Día de la Constitución, también estoy
disponible; el 7 no, porque estoy en el consejo de asuntos generales.

Eso lo digo porque quiero que quede bien claro, pero, sobre todo,
porque creo, señor presidente, que aquí hemos estado más tiempo
hablando del procedimiento y la forma que hablando de la sustancia,
porque todos los grupos políticos lo han dicho y todos han recordado
los tiempos pasados. Y me han dicho, y yo se lo agradezco, que no
comprenden cómo antes yo estaba muy disponible y hablábamos mucho, y
ahora menos. Yo soy el mismo de siempre y estoy a disposición de esta
Cámara siempre. Quiero recodar que estoy aquí a iniciativa propia.

Fui yo el que dijo que quería comparecer la última vez. Estaré aquí
cuantas veces esta Comisión o la que corresponda me quieran convocar.

El Ministerio de Asuntos Exteriores y yo mismo hemos pedido la
creación de una subcomisión para el seguimiento puntual y técnico de
todos estos temas, y no ha habido manera. Y la última reunión de esa
subcomisión, que teníamos convocada para el día 26 la desconvocó esta
misma Comisión Mixta.

Lo que quiero decir es que comprendo esa falta de información que SS.

SS. han expresado, pero soy el mismo de siempre, estoy siempre a
disposición, convóquenme todas las semanas y vendré. Se han hecho
comparaciones con otros parlamentos. A mis colegas de Francia, el
Reino Unido y de Italia les convocan con más frecuencia. Estoy
esperando que me convoquen. Está lo primero en mi agenda, no me tiene
más que convocar esta Comisión Mixta y vendré todas las veces que
sean necesarias. Pero no me digan que es una voluntad del Gobierno el
no dar información porque yo estoy a su disposición.




El señor PRESIDENTE: Señor secretario de Estado, perdone que le
interrumpa, porque le había dado la palabra para que nos explicara su
disponibilidad de tiempo en el día de hoy, no para que reprochara a
los grupos parlamentarios las consideraciones que usted estima
oportunas. Si desea hacerlo, lo podrá hacer en su turno de réplica;
pero le había concedido la palabra para que nos dijera su
disponibilidad en el día de hoy. Ha quedado clara que es hasta las
cinco y media de la tarde. Habida cuenta que hay un Pleno a las
cuatro, no podemos prolongarla hasta esta hora. Supongo que todo el
mundo querrá recuperar energías para poder aguantar el Pleno después,
por lo que no podemos prolongarla más allá de las tres. ¿Les parece
las tres una hora suficiente? No hay ninguna razón para levantar
antes, por lo tanto tenemos tiempo hasta las tres de la tarde. A esa
hora levantaremos la sesión para tener tiempo de comer y empezar el
Pleno a las cuatro.

Y ahora el secretario de Estado tiene la palabra. Señores portavoces,
tienen ustedes oportunidad de expresar sus puntos de vista, si lo
desean, apelando a las cuestiones de orden, pero les ruego que no
formen un conciliábulo al margen del desarrollo normal del trabajo de
la Comisión.

Señor portavoz del Grupo Socialista, tiene la palabra.




El señor ESTRELLA PEDROLA: No es un conciliábulo, son consultas
políticas.

Creo que hay que mantener la normalidad. Es decir, hemos expresado
nuestra queja por la alteración del comienzo de la sesión, como hemos
expresado muy firmemente nuestra queja porque aquí lo que se dice es
que comparece el ministro de Asuntos Exteriores. Lo que ha pedido
esta Comisión es que comparezca el ministro de Asuntos Exteriores y,
con todo el respeto al secretario de Estado y con todo el afecto,
entendemos que esto quizá es una prueba más de que, no nosotros, no
el secretario de Estado, sino al Gobierno parece que le sienta mal la
mayoría absoluta y que realmente alguien debe decir en Moncloa:
tenemos un problema.

Dicho esto, mi propuesta sería la siguiente: hay que recortar el
orden del día, no podemos ir a uña de caballo. Está claro que
tendremos que tener una próxima sesión a lo largo del mes de
diciembre. Si el secretario de Estado y nuestras réplicas no se
extienden excesivamente, podríamos abordar la comparecencia que tiene
pedida la señora Lasagabaster, que creo que puede sustanciarse en
aproximadamente veinticinco minutosmedia hora, en media hora
aproximadamente. (La señora Lasagabaster Olazábal: ¿Todos?) Es un
tema sobre el que hemos tenido un debate muy largo en el Pleno. Pero,
en todo caso, con el objetivo de acabar antes de las tres de la
tarde. Si se va a retirar esa comparecencia, y se mantienen las
preguntas, me gustaría saberlo, porque hay diputados de mi grupo
implicados a los que tendría que avisar.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra la señora Lasagabaster.




La señora LASAGABASTER OLAZÁBAL: En este caso, como soy autora de la
comparecencia, no le pido por esa razón la palabra. No voy a decirle
nada al señor secretario de Estado, me parece que no es lo que hay
que hacer en este momento. En todo caso, sí quería decir que la
solicitud de comparecencia está pedida desde mayo. Esta portavoz
quiere recalcarlo.




El señor PRESIDENTE: No es una cuestión de orden, señora
Lasagabaster.




La señora LASAGABASTER OLAZÁBAL: Lo digo para que tengamos todos
claro de cuándo se piden las cosas, y aquí hay las mayorías que hay.




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El señor PRESIDENTE: No es una cuestión de orden, señora diputada.

Tendrá usted ocasión de contestar al secretario de Estado en su turno
de intervención.




La señora LASAGABASTER OLAZÁBAL: Alos efectos oportunos, si sólo la
comparecencia debe sustanciarse en 25 minutos para todos los grupos
parlamentarios, incluida la información del secretario de Estado,
entiendo que es imposible. Jamás una comparecencia ha durado 25
minutos y, por tanto, la llevaríamos a otra reunión.




El señor PRESIDENTE: No perdamos más tiempo en cuestiones de orden,
si les parece bien. Vamos a continuar con la comparecencia relativa a
los temas de Niza. Se levantará la sesión a las tres, cualquiera que
sea el estado procesal de las cuestiones, y antes vamos a seguir con
los temas de Niza. No empezaremos ninguna nueva cuestión del orden
del día, habida cuenta de la posición de la diputada que ha pedido la
comparecencia y las dificultades que puede haber para pedir que
vengan ahora diputados que tienen que formular preguntas. No se
preocupen, que el tema de Niza nos tiene que llevar de sobra hasta
las tres de la tarde. Por lo tanto, seguimos con Niza con hora límite
las tres de la tarde.

Adelante, señor secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ASUNTOS EUROPEOS (De Miguel y Egea):
Pido excusas por haber confundido un punto de orden con la respuesta
a algunos de los reproches que me han hecho los grupos
parlamentarios. Ahora, que es mi turno, quiero decirles que me duelen
esos reproches, de los que tomo buena nota, porque creo que soy una
persona que ha estado siempre disponible y que está siempre
disponible (Un señor diputado: No es personal.) Ya lo sé, pero
personalmente yo respondo, como no puedo por menos, de...




El señor PRESIDENTE: Les ruego que no entren ustedes en un diálogo,
por favor.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ASUNTOS EUROPEOS (De Miguel y Egea):
Digo que no solamente he estado siempre disponible, sino que lo sigo
estando y, por lo tanto, estoy a su disposición, señor presidente.

Vamos a ir rápidamente a los temas de Niza. Quisiera salir al paso
respecto a la crítica de que el Gobierno no tiene un proyecto sobre
España en Europa. Sí lo tiene. Y la prueba es que el Gobierno es
particularmente activo en todos los frentes. Hemos sido muy
particularmente activos en todos los grandes temas, además de la
Conferencia Intergubernamental, que son los pilares básicos de la
Unión Europea hoy. Estamos particularmente activos en todo el tema de
la unión económica
y monetaria y somos muy conscientes, además, de que la moneda única
entrará en vigor en nuestra Presidencia. Estamos particularmente
activos en toda la cooperación de seguridad, justicia y libertad, que
es el desarrollo más importante del tercer pilar, del paso del tercer
pilar al primer pilar. Estamos particularmente activos en todos los
temas de defensa y seguridad, y estamos totalmente alineados con las
posiciones más progresistas en el tema de seguridad y defensa.

Estamos también en todo lo que son las conclusiones del Consejo de
Lisboa, es decir, en la creación de empleo y el mercado interior.

Seguimos ocupando el segundo puesto en trasposición de directivas de
mercado interior, y esa es la mejor manera de mostrar con efectos
prácticos de gobierno cuál es el compromiso con lo que es la verdad
de la Unión, que es la creación de un gran espacio de mercado en
donde funcionen las cuatro libertades. Con el gran tema de la
ampliación tenemos un compromiso importante, que lo hemos
manifestado. Y precisamente ahora, en el informe de la Comisión sobre
la estrategia de la adhesión, nosotros hemos aceptado la posibilidad
de poder concluir las primeras negociaciones de ampliación en el
período 2002, en el período de la Presidencia.

Me parece que eso es tener un proyecto para Europa. Naturalmente, en
este tema de Amsterdam, de la continuación de la Conferencia
Intergubernamental y de los arreglos institucionales, hemos estado
siempre participando con absolutamente todos los socios en la
búsqueda de fórmulas, y la posición española no se ha distinguido
precisamente por levantar ninguna animosidad ni por incomprensión con
respecto a las posiciones de otros países miembros, la prueba es que
en el tema de la reponderación de votos en el Consejo, como es
lógico, estamos asociados al grupo de los países más poblados, pero
hemos tenido siempre mucha comprensión con los países menos poblados
y no tenemos ningún problema con ellos. A pesar de que defendemos la
reponderación sustancial, tenemos una posición abierta también a las
dobles mayorías, cosa que no tienen otros países.

En el tema de la Comisión tenemos una posición flexible que concilie
la necesidad de tener una Comisión reducida y al mismo tiempo que se
mantenga el derecho de cada país a tener su comisario. Y en cuanto
a la mayoría cualificada, mantenemos naturalmente, nuestra posición con
respecto a algunos temas delicados, como son los que hemos mencionado
de ordenación del territorio en política del agua, la fiscalidad, la
armonización de la Seguridad Social o los fondos de cohesión.

Tranquilícese, diputado Estrella, el Gobierno no está vendiendo nada
por nada. Nosotros no hemos cambiado nunca nuestra posición. Hasta el
momento, nunca, en ningún momento, ni el presidente, ni el ministro,
ni yo, ni en el grupo preparatorio, España nunca ha concedido que
vaya a abandonar la unanimidad en lo que a la cohesión económica y
social se refiere;



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no lo hemos concedido. Otra cosa es que las circunstancias, como
decía el diputado Guardans. En caso de que hubiera un pacto en el que
los recursos propios fueran por mayoría cualificada, entonces
podríamos empezar a pensar si tenemos que tener la necesaria
flexibilidad para que también los fondos estructurales vayan por
mayoría cualificada. Pero eso no está ni planteado, y, por lo tanto,
la preservación de ese capítulo no está en absoluto ni comprometida
ni vendida y, además, nosotros no tenemos que pagar aquí ningún
precio; como ningún país tiene que pagar ningún precio, tenemos que
tener un compromiso. Solamente hay un precio que nosotros y los demás
países grandes hemos dicho que estamos dispuestos a pagar, que es
perder un comisario; es el único precio, que ya es bastante, por
tener una ponderación importante, interesante, suficiente, en el
Consejo.

En cuanto a las cooperaciones reforzadas, decía la diputada
Lasagabaster que ha habido un cierto movimiento. Naturalmente que ha
habido un cierto movimiento, cuando nuestros socios han empezado a
admitir lo que nosotros decíamos siempre, que en el primer pilar
tenía que quedar bien claro que el mercado interior, las políticas
comunes y las cuatro libertades no quedaban comprometidos, que era lo
que a nosotros nos preocupaba. Y en el momento en que nos han dado
esas garantías hemos sido mucho más flexibles. A nosotros lo que nos
interesaba era preservar eso, como les interesa a la mayor parte de
los países, debo decir.

En el tema de la cooperación reforzada en materia de defensa, señor
Estrella, yo creo que ha tenido una ligera confusión: Alemania e
Italia no han propuesto una cooperación reforzada, lo que han
propuesto es un cambio en el Tratado con respecto a la política de
defensa. Y le debo decir, señor Estrella que España no tiene ningún
problema con ese cambio en el Tratado, porque nosotros siempre hemos
dicho que iremos, en política de seguridad y defensa, tan lejos como
vaya el que vaya más lejos. Pero si nosotros no hemos tomado ninguna
iniciativa en ese campo es porque es opinión generalizada que, a lo
mejor, por querer ir demasiado lejos en el desarrollo de seguridad y
defensa podemos encontrar dentro de la Unión algunos países (Austria,
Suecia, Finlandia, Irlanda, incluso Dinamarca) a los que esos nuevos
desarrollos les pueden causar más problemas de los que resuelven y
que pueden incluso comprometer una futura ratificación del Tratado.

Cuando los neerlandeses, por un lado, o italianos y alemanes nos han
propuesto los textos, hemos dicho: De acuerdo, nosotros aquí no
tenemos ningún problema; pero habrá que ver cuál es el pulso de la
Unión, porque incluso Francia tiene problemas con algunos de esos
desarrollos. Por lo tanto, una cosa era nuestra propuesta de
facilitar las cooperaciones reforzadas en el segundo pilar y otra
cosa son las propuestas de ir más allá de Amsterdam en el tema de
seguridad y defensa. Por eso nuestra cooperación reforzada se refiere
únicamente a
las misiones Petersberg, porque el diputado Estrella conoce
perfectamente que en el Tratado de Amsterdam las únicas acciones
militares que se contemplan son las acciones de mantenimiento de la
paz, las misiones Petersberg, y por eso nuestra cooperación reforzada
va ahí, porque no puede ir a otra cosa.

Usted me dice que los alemanes van más lejos. Claro, pero es que
ellos quieren modificar Amsterdam. Y si quieren modificarlo, señor
diputado, nosotros no tenemos ningún problema; nosotros no tenemos
ningún problema en ir tan lejos como vayan los alemanes y los
italianos en sus propuestas, lo que pasa es que nos tememos que
algunos países no van a estar de acuerdo. Por lo tanto, si al final
cristaliza un compromiso en ir más lejos de lo que va Amsterdam en
seguridad y defensa, tenga la seguridad, señor Estrella, de que la
delegación española estará ahí. Y si no hemos tomado más iniciativas
es porque hemos advertido a nuestros socios: cuidado, que esto
levanta, de hecho, sensibilidades en países que el diputado Estrella
conoce muy bien, precisamente por sus responsabilidades
parlamentarias.




Una Comisión fuerte. Naturalmente que todo el mundo habla de una
Comisión fuerte, pero nosotros nunca hemos hablado de una Comisión
fuerte porque va de suyo. Nosotros hemos dicho que haya una Comisión
que asuma plenamente las atribuciones que le conceden los tratados,
que parece poco pero es mucho. Algún día el Consejo tendrá que
reconocer de verdad la primacía de la Comisión en el poder de
iniciativa legislativa y la primacía de la Comisión como guardiana de
los tratados, es decir, como vigilante de que las cosas se apliquen,
incluso aunque sea necesario imponer sanciones en los asuntos para
los que tiene atribuciones y competencias, como son, por ejemplo, las
políticas comunes: la política comercial, la política agrícola, la
política de pesca, la política de competencia. Ese es un tema
importante, lo que pasa es que, como dice el diputado Estrella, hay
algunos países que están hablando todos los días de una Comisión
fuerte y luego le niegan a la Comisión la posibilidad de entrar en un
tema de fusiones y concentraciones, por ejemplo. Pero entre esos
países no está España, que nunca ha puesto en entredicho los poderes
de la Comisión, sino todo lo contrario. Nosotros siempre decimos lo
mismo: que la Comisión sea la Comisión del Tratado de Roma, que las
atribuciones que le asigna el Tratado se respeten plenamente. Y con
eso tendremos una Comisión fuerte, no hace falta decirlo. Si a la
Comisión se le respetan sus competencias, será fuerte.

Decía el diputado Estrella: Bueno, es que esto parece una faena de
aliño. Yo le digo que podemos entrar en muchos temas, pero, como es
evidente, hay algunos temas propios de la negociación que merecen, a
lo mejor, una consideración más técnica y un debate con los grupos
parlamentarios en un foro más restringido. Y yo digo: estoy abierto a
tener ese tipo de debate y



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sigo estándolo. Y me van a decir: Pero Niza va a pasar. Bueno, Niza
va a pasar, pero la construcción europea no se termina en Niza, vamos
a seguir. Hagámoslo, hagámoslo para la ampliación, hagámoslo para el
posNiza, hagámoslo en todo momento, porque, en ese sentido, el
Ministerio de Asuntos Exteriores -y hablo en nombre del ministro- y
yo mismo, desde luego, estamos totalmente dispuestos a entrar en ese
debate técnico ya más especializado y más concreto sobre ciertas
cosas, cosas que a lo mejor pueden entrañar posiciones de negociación
que conviene estudiar en un ambiente más restringido, en el cual no
haya una publicidad de las mismas, porque es evidente que estamos en
una negociación y que, naturalmente, todas las personas que negocian
con nosotros están muy atentas a las cosas que decimos y no vamos a
desvelar algunas de las cartas, a pesar de que, francamente, todos
los temas de esta Conferencia Intergubernamental están bastante
abiertos.

Con respecto al método comunitario, yo quisiera decir que ha sido
precisamente este Gobierno, y España en particular, la que está
manteniendo este método comunitario. Siempre hemos dicho que no hay
que desechar el método comunitario. Nos sorprendieron
extraordinariamente algunas de las afirmaciones hechas, por ejemplo,
por el ministro Joschka Fischer, que dijo que el método comunitario
había que desecharlo. Claro que el señor Joschka Fischer ya ha
rectificado y recientemente, ante el Parlamento belga, ha dicho que
hay que volver al método comunitario. Nosotros ni hemos dicho que hay
que desecharlo ni hemos dicho que hay que volver, es que estamos en
él, porque nos parece que la Unión no es una vía precisamente de
creación de Derecho primario permanente, sino para utilizar los
grandes principios que están en los tratados para desarrollar Derecho
secundario y, con las iniciativas de la Comisión y con la
jurisprudencia del Tribunal, ir creando esa plataforma de intereses
comunes, que es lo que ha hecho a la Unión Europea llegar adonde
está. Por eso nosotros decimos que el pos-Niza es importante, pero
que parte del pos-Niza no es solamente el debate de la simplificación
de los tratados, una parte importantísima del pos-Niza es terminar
las tareas que tenemos pendientes: la unión económica y monetaria, el
espacio de seguridad, justicia y libertad, las conclusiones del
Consejo de Lisboa sobre la creación de empleo y el paso a la sociedad
de la información, los desarrollos en materia de seguridad y defensa
y, sobre todo y ante todo, la ampliación, porque haciendo una buena
negociación de ampliación se está haciendo verdadera construcción
europea. Y no nos debemos olvidar que los tratados de adhesión de los
países candidatos son tratados de Derecho primario, en los cuales se
puede construir y se puede modificar el Derecho primario, como de
hecho se hizo en el Tratado de Adhesión de España, en el que hay
cambios institucionales que se hicieron a propósito o como consecuencia
de la negociación con España y Portugal. Nosotros pensamos
que como consecuencia de la negociación con los países con los que
estamos en negociación se pueden también cambiar los tratados y se
pueden hacer grandes innovaciones sin necesidad de tener que
inventarnos siempre una agenda teórica de lo que la Unión necesitaría
para el futuro, porque pensamos que lo que la Unión necesita para el
futuro se va descubriendo andando y se descubre precisamente en ese
gran proyecto de solidaridad que son las negociaciones.




Naturalmente, se han mencionado otros muchos temas. En el tema de la
Carta de los Derechos Fundamentales, señora Lasagabaster, hemos
tenido, por suerte, un amplio consenso político. Creo que el debate
que ha tenido lugar dentro de la Convención (en la que ha habido
representantes de este Congreso, representantes del Parlamento
Europeo y además una persona designada por el presidente del
Gobierno, una persona de tan acreditado prestigio como el señor
Rodríguez Bereijo, anterior presidente del Tribunal Constitucional)
nos ha dado la oportunidad de poder ir acompañando este proceso y
tener un grado de información grande. En este sentido, la posición
del Gobierno no hace más que traslucir la posición yo creo que de
todos los grupos políticos en España, que no ven ningún problema en
esa Carta de los Derechos Fundamentales, sino todo lo contrario, y no
tenemos tampoco ningún problema en que se integre en los tratados.

Hasta ahí en este momento no vamos a llegar, porque hay varios países
que no quieren; pero si, como desea el Parlamento Europeo, se hace
una mención en el artículo 6 del Tratado, nosotros, naturalmente, no
nos vamos a oponer.

Lamento que no esté el señor Mardones, si no le hablaría sobre
regiones ultraperiféricas. Si acaso viene, luego se lo diré. Y
quisiera también, francamente, agradecer las palabras de apoyo que he
recibido del señor Martínez Casañ, que me reconfortan, porque la
verdad es que esta mañana me he sentido un poco abandonado por los
diputados que durante tantos años me han acompañado en estos avatares
comunitarios. En cualquier caso, sepan que yo estoy siempre a su
disposición y que, naturalmente, continuaremos con el debate.




El señor PRESIDENTE: Va a haber un nuevo turno de intervención de los
portavoces y les ruego a todos que esta vez no insistan en el tema
del por qué y el cómo, y que se concentren, como estoy seguro que
será su intención, en el tema de fondo, porque el secretario de
Estado ya no puede presentar más razones y excusas de lo que ha
hecho.

El portavoz del Grupo Socialista tiene la palabra.




El señor ESTRELLA PEDROLA: Aceptadas las excusas del secretario de
Estado. No es un problema personal, es un problema del Gobierno. Yo
creo que elGobierno tiene un problema y a eso hacíamos referencia



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los distintos portavoces cuando hablábamos de situaciones anteriores
similares a ésta, a eso hacíamos referencia cuando, leyendo la
convocatoria de este orden del día, el ministro de Asuntos Exteriores
pide comparecer, cosa que nos parece que entra en la lógica que se ha
seguido en procesos anteriores, y la propia Comisión acuerda que
comparezca el ministro de Asuntos Exteriores.

Yo no sé si nos encontramos en una situación en la que el ministro de
Asuntos Exteriores no domina los temas comunitarios como los dominaba
su antecesor y quizá eso le hace sentirse inseguro y prefiere no
venir aquí, a este escenario, o su agenda está tan dispersa y
ocupada, incluidos algo más que los fines de semana en Cataluña, que
le impide estar en un momento como éste. No voy a insistir en ello,
trasládese la queja. Yo creo que la reflexión que tenemos que hacer
todos es que no es un buen precedente que el Gobierno, ante un
Consejo Europeo donde se va a debatir la reforma de los tratados, no
haya tenido la oportunidad de comparecer, porque ni siquiera ha
producido un documento en torno al cual articular un debate, lo ha
reconvertido el presidente, con muy buena voluntad y buen hacer, en
la intervención del secretario de Estado, pero no ha llegado
realmente un documento en torno al cual podamos articular un debate
en el que al final se exprese el respaldo y el calor de los grupos
parlamentarios a lo que el Gobierno tendrá que hacer en Niza. Y eso
hay que lamentarlo. Uno puede interpretar que es que al Gobierno le
sienta mal la mayoría absoluta, y probablemente sea así.

Proyecto europeo. Sin duda, el Gobierno tiene lo que denomina
proyecto europeo, lo ha expresado el secretario de Estado, la Unión
Europea es un espacio de mercado en el que funcionan las cuatro
libertades, punto. Mírese luego el «Diario de Sesiones», porque eso
es lo que ha dicho el secretario de Estado, además nosotros creemos
que el proyecto... (El señor secretario de Estado de Asuntos Europeos:
Esa es una parte.) No, lo ha dicho así, muy específico. No me voy
a extender, pero para nosotros es mucho más. Y cuando hablamos de tener
proyecto político o carecer de proyecto político nos estamos
refiriendo a lo que ha dicho el secretario de Estado y a muchas más
cosas, que es precisamente la visión del papel político de la
construcción política de Europa, la visión de los cuatro fundadores:
la construcción de un espacio público europeo, la creación de una
sociedad civil europea, en definitiva, la Europa de los ciudadanos.

Es una visión de la cohesión en sus tres dimensiones esenciales, y
eso es algo que vamos a tener que abordar en el momento en que
entremos a hablar de la ampliación, porque va a producir cambios
tremendos, que son la cohesión en la dimensión nacional, en la
regional y en la social. Todos son elementos de un proyecto político,
como lo es también, evidentemente, el dotarse de una política
exterior y de seguridad, ámbito en el que, por suerte o por desgracia,
una de las enseñanzas de Kosovo ha sido precisamente el
acelerar algo de una manera más rápida de lo que algunos podíamos
esperar hace escasamente tres años.

Posición del Gobierno. Yo creo que si tuviéramos que resumir la
posición del Gobierno a la luz de la última intervención del
secretario de Estado, que ha hecho un esfuerzo para intentar
transmitirnos cuáles son las posiciones del Gobierno, el lema sería:
España sin problemas, el Gobierno no tiene problemas con casi nada de
lo que pueda acordarse en Niza. Con la mayoría de los escenarios que
se pueden producir en Niza, bien porque triunfen las tesis que
quieren avanzar y profundizar más, o bien porque se bloqueen esos
avances y esa profundización, el Gobierno se sentirá cómodo. Por eso
dice el secretario de Estado correctamente que la posición española
no despierta animosidad, salvo recientemente en Biarritz, cuando se
estaba tratando una cuestión en la que el Gobierno sí que tiene unos
objetivos muy claros que, lógicamente, y eso lo comprendemos
perfectamente, son contradictorios con los de otros países menos
poblados de la Unión. Y habrá que buscar la fórmula que, dejándose
todos algunos trozos de piel en el camino, permita la insatisfacción
general, que es la manera de decir que todos los deseos
y aspiraciones han sido satisfechos. Ese es el proceso comunitario.

Quizá lo que ocurre es que el Gobierno no está contribuyendo -es la
apreciación que tenemos- con elementos que le sitúen como un
interlocutor, no diré privilegiado, pero como un interlocutor con
cierta capacidad de maniobra en los distintos debates que se están
produciendo. Está muy centrado en algunos aspectos muy concretos y
eso lleva, si son ciertas las informaciones de la práctica totalidad
de los medios de comunicación, a lo que vimos, la imagen de unas
disputas, de un enconamiento entre el presidente del Gobierno y el
primer ministro de Portugal. Yo no sé si eso se produjo o no, pero
esa es la imagen que se traduce, muy distinta de la que se traduce de
la relación del primer ministro italiano con otros primeros ministros
de la Unión Europea.

El Gobierno se siente cómodo si se va más allá de Amsterdam, pero el
Gobierno también se sentiría cómodo si no se va más allá de
Amsterdam. Esa ha sido, señor secretario de Estado, la política de
los Gobiernos del Partido Popular: no tener posición, llegar a un
ámbito multilateral, esperar a que se formase una posición común,
habitualmente por consenso, mínimo común denominador, y apropiársela,
subirse en ella y enarbolarla como la posición que se ha defendido,
el gran triunfo de la acción exterior de España. Y creo que aquí
estamos, con todo el elemento de distorsión que supone estar hablando
de la aritmética del poder, en esa misma inercia.

Yo creo que tendremos que hablar, y mucho, de la ampliación, lo ha
dicho el secretario de Estado. No hadicho nada de los fondos,
entiendo que porque prefiere



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no entrar ahora en ese debate (por fondos me refiero al presupuesto
comunitario). Ha expresado una reflexión haciendo suya la del
portavoz del Grupo de Convergència i Unió, que yo creo que
compartimos todos los grupos: las alteraciones de los procesos de
toma de decisiones debieran de afectar al conjunto de las medidas que
tienen que ver con financiación, tanto los fondos de cohesión como
los recursos propios. Esa parece una posición irreprochable, pero me
gustaría saber cuál es la posición del Gobierno español, si es
partidario de que en los recursos propios se vaya a la mayoría
cualificada, si va a trabajar para que se vaya a la mayoría
cualificada en recursos propios o no, si simplemente está también sin
problemas, no despertando animosidad y esperando a ver si alguien
hace que se muevan las cosas. Porque, claro, por mucho que el
Gobierno se empeñe en sostenella y no enmendalla con las perspectivas
financieras, la realidad es que en esa ampliación que el Gobierno
está dispuesto a acelerar, que el Gobierno dice que ha dejado muy
clara (no voy a entrar ahora en ese debate, no sabemos cuál es el
escenario preferido del Gobierno), tenemos que explicar a nuestros
ciudadanos que hay una apuesta por un proyecto político de una Unión
ampliada, que debe ser al mismo tiempo, piensa mi grupo, una Unión
más fuerte, más cohesionada, y que esa ampliación nos va a suponer
aumentar la población en un 30 por ciento y la superficie en un 35,
va a aumentar el PIB en tan solo un 7 por ciento, va a reducir la
media del PIB por habitante en un 18 por ciento, va a establecer una
diferencia entre las regiones más ricas y las más pobres de la Unión
en 27 puntos por encima de la situación actual y la mayoría de los
países candidatos tienen un nivel de prosperidad por habitante
alrededor del 40 por ciento de la Unión ampliada. Esa es la situación
y, evidentemente, ante eso la aritmética del poder, que es muy
importante, las decisiones sobre si la Comisión es a 20, etcétera,
son instrumentales para tener una Unión Europea que pueda funcionar
con respeto al Tratado de Roma, adaptándose en todo aquello que sea
necesario y avanzando en la construcción a través del método
comunitario, no a través de acciones unilaterales, en las que el
Gobierno a veces ha tenido algunas veleidades. Esa es la realidad.

Pero, en fin, de eso, señor secretario de Estado, creo que tendremos
que hablar mucho, largo y tendido en el futuro, porque al Gobierno
español le va a corresponder protagonizar durante su Presidencia una
buena parte de ese proceso.

Habrá que abordar inmediatamente después de Niza el debate sobre esa
definición de las competencias, habrá que definir quién hace qué.

Porque tiene elementos de subsidiariedad, pero puede tener también
elementos de redefinición de las funciones, incluso de las
denominaciones de los órganos actuales, con objeto de fortalecer el
método comunitario. No hay en eso discrepancia, porque, la verdad, no
conocemos si el Gobierno, además de sentirse cómodo con cualquier
opción, tiene alguna posición. Pero vamos a tener tiempo; nuestro
grupo, por supuesto, estará encantado de reunirse con el Gobierno
cada vez que el Gobierno nos convoque. Yo creo que este método de
trabajo en la Comisión, en una Comisión con 40 miembros, con el
componente ritual que tiene debido a que se da por entendido que está
abierta permanentemente, no es en absoluto un ámbito adecuado para el
seguimiento cotidiano de los temas comunitarios, para articular con
el Gobierno y los grupos parlamentarios unas posiciones de España
ante los distintos temas de la agenda europea. La Comisión tiene su
misión, tiene su tarea de control del Gobierno, de debate sobre temas
importantes, porque también sirve de proyección a la sociedad, pero
no puede ser en absoluto el ámbito (y el portavoz del Grupo de
Convergència i Unió lo decía muy claramente) donde podamos esperar
que el Gobierno nos va a decir qué piensa, por ejemplo, de si tal
país o tal otro está preparado para la adhesión. Evidentemente, no
sería responsable por parte del secretario de Estado decírnoslo aquí.

Por lo tanto, la mayor parte de la información que se recibe,
permítame la expresión, no es relevante o por lo menos no es
información que contribuya a nuestra formación y a nuestro
conocimiento, porque ya la hemos conocido por otras fuentes. Ese es
quizá el problema, y es un problema que nos atañe a nosotros, pero
desde luego le atañe al Gobierno, al que instaría a que tomase la
iniciativa de restablecer la relación que tenía con los grupos
parlamentarios cuando el Partido Popular no tenía mayoría absoluta.




El señor PRESIDENTE: Señor Guardans, tiene la palabra.




El señor GUARDANS I CAMBÓ: Yo querría pedirle, de entrada, al
secretario de Estado que no personalizara las críticas, porque no
tiene mucho sentido, es decir, no son críticas a la persona, son
críticas a una responsabilidad que hay que asumir y que,
efectivamente, este portavoz mantiene, no tanto ya la que hace
referencia al día de hoy, que no voy a reabrir, siendo dócil con las
recomendaciones de la Presidencia, sino al tema de fondo, porque el
tema de fondo me preocupa mucho más, y lo sabe. Me preocupa la
gravísima falta de comunicación del Gobierno con este Parlamento en
todo lo que hace referencia a su Ministerio, no sólo a su Secretaría
de Estado, sino a su Ministerio, la falta de sintonía con el
Parlamento y la dificultad de trabar consensos cuando falta esa
comunicación. Y eso, que afecta a otras áreas de Asuntos Exteriores,
que no vienen al caso, también está empapando un área en la que
habitualmente no había pasado. No se lo tome como una crítica
personal ni lo resuelva, señor secretario de Estado, diciendo que
usted, por su parte, encantado de venir cuando se le pida, porque el
tema es mucho más profundo, es de mucho más calado. Es un tema de
voluntad política, es un tema donde algo tendrá



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que decir también el grupo mayoritario de la Cámara, pero no sólo, y
se trata de que el Gobierno quiera y sienta la necesidad de sentirse
apoyado o no. Yo no sé si es consecuencia directa de la mayoría
absoluta, yo no estoy aquí para descubrir las causas, no lo sé, no sé
si un psicólogo político o un sociólogo podría decirlo. La realidad
es esta: ustedes se sienten seguros actuando solos y sin consultar y
sin informar, y antes eso no era así. Y, según tengo entendido, ni
siquiera con la mayoría absoluta de PSOE en el área de política
exterior era así ni en la construcción era así. Y hoy es así, van
ustedes por libre. No se lo tome como crítica personal, pero me doy
por satisfecho si el hacerlo personal le hace comprender que este
portavoz le dice con toda la franqueza que considera que este grupo,
y por tanto los demás grupos y la Cámara, a la que algunos dedicamos
nuestras energías, no están siendo tenidos en consideración. (El
señor vicepresidente, Soravilla Fernández, ocupa la Presidencia).

Es verdad que hay problemas de reglamento. Usted decía, y sólo quiero
tratarlo por encima porque no hay tiempo, no hay tiempo hoy y no hay
tiempo en general, que van a aparecer flecos en esta Conferencia,
flecos que van más allá de lo institucional, porque yo sigo sin saber
dónde estamos, sigo sin entender exactamente la posición en
cooperación reforzada, sigo sin saber cuál es la posición de España
en esa posible reforma de los mecanismos de sanción, y no voy a hacer
una check list de cuestiones, porque hubiera preferido que fuera al
revés, que España se pronunciara sobre los temas que hay sobre la
mesa. El portavoz socialista se lo ha descrito como si simplemente no
fuera con nosotros. Es verdad, hay una sensación de que no vamos a
crearnos problemas y si alguien dice algo que nos guste, o que al
Gobierno español le guste, pues se le votará a favor y, si no, en
contra. No, no creo que pueda desarrollarse así la Conferencia. En
todo caso, no sabemos exactamente cuál es la posición.

Es verdad que el grueso de la Conferencia se dedicará
a institucional, pero es que hay temas que por sí solos se hubieran
merecido comparecencias y sesiones de trabajo e información de enorme
profundidad. Concretamente, este grupo parlamentario tiene pedida una
comparecencia, que, evidentemente, se desarrollará después de Niza, y
este grupo no ha tenido inconveniente en que pasaran otras delante.

Pero, claro, la integración de la UEO en la Unión Europea es un tema
sobre el que este Parlamento podría ser informado y no ha sido
informado, porque, evidentemente, pasa detrás. Se dice siempre: y
también se va a integrar la UEO en la Unión Europea. Bueno, de qué
forma, cómo se está desarrollando eso. Todos lo sabemos, yo mismo y
varios de los que estamos aquí porque somos miembros de la Asamblea
Parlamentaria de la UEO y como miembros de la Asamblea Parlamentaria
de la UEO tenemos un montón de información, pero como miembros de
esta Cámara no hemos recibido información
sobre lo que está ocurriendo con la UEO respecto de la Unión Europea
y, por tanto, es un tema objeto de esta Comisión. Se nos dice que va
a ir a Exteriores, pero tampoco ha ido porque es la Unión Europea
quien absorbe. Nada, hoy no había tiempo. Bueno, pues no sé cuándo
hay tiempo. El problema es de fondo, de falta de información, de
falta de comunicación, que en muchos casos se podría resolver con
documentación, de la que carecemos. Yo, como portavoz, y lo puedo
decir, con doble gorro, de Asuntos Exteriores y de la Unión Europea,
no he recibido ni un solo papel del Gobierno sobre el tema de la UEO
y la Unión Europea, nada, absolutamente nada; todo lo que sé lo he
conocido por Internet y por la prensa y porque soy miembro de una
Asamblea, pero el Gobierno no tiene por qué saber la información que
yo recibo formalmente. Es un ejemplo, señor secretario de Estado, de
cómo las cosas no van y de cómo en este caso es difícil llegar a
formar consenso. En cuanto a la seguridad marítima, es un tema para
hablar con más detalle.

Por tanto, termino como empezaba. Aquí hay un problema de fondo, hay
un problema que efectivamente afecta a esta Cámara y en el que esta
Cámara tiene que asumir su responsabilidad, no esta Comisión, la
Cámara, la Comisión hace lo que puede con los instrumentos que le
dan, y en la Cámara los grupos son los que son y tienen las medidas
que tienen. Pero hay una parte que afecta al Gobierno, y si el
Gobierno tiene voluntad política de que algo salga adelante, sale, en
política social, en empleo, en inmigración, en sanidad o en marcarse
el tanto de que se está estudiando la violencia doméstica contra las
mujeres. Y si al Gobierno le interesa que en esta Cámara haya algo
que funcione, funciona. Porque aquí a veces hablamos como si no
existieran los partidos políticos y el Ejecutivo y el Legislativo
estuvieran en el siglo XIX, y no están en el siglo XIX, señor
secretario de Estado, no lo están. Resulta que el presidente del
Gobierno algo tiene que decir de cómo se desarrollan las cosas en la
Mesa de la Cámara y en la mayoría, y si el Gobierno tiene interés en
que esta Cámara participe en el proceso de construcción europea y
sepa cómo funciona, tiene instrumentos para hacerlo, y , si no
quiere, no. Y esto no va dirigido a don Ramón de Miguel Egea, sino al
secretario de Estado de Política Europea.




El señor VICEPRESIDENTE (Soravilla Fernández): Señora Lasagabaster,
tiene la palabra.




La señora LASAGABASTER OLAZÁBAL: No voy a entrar en más
consideraciones de las que aquí se han oído, que comparto con los dos
portavoces anteriores. Yo creo que se puede sacar algo positivo
siempre y, llegados a este punto, vamos a ver qué podemos hacer cada
uno de los grupos parlamentarios, la Cámara y el Gobierno para darle
la vuelta a esta situación.




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Nos ha hecho un relato detallado de las grandes cuestiones de la
Conferencia Intergubernamental. Conocemos cuáles son los grandes
temas y problemas y, más o menos, las posiciones que se perfilan, por
lo menos públicamente, de los distintos Estados miembros, vuelvo a
señalar, las que se perfilan públicamente, no sé si son las reales o
son las planteadas para negociar, y lo mismo nos ocurre con las del
Gobierno español, que, como bien ha señalado, lógicamente no va a
entrar en la dinámica de cada una de las hipótesis porque no quiere
enseñar las cartas. Con lo cual, llegados a este punto, poco más
podemos decir. Me veo incapacitada para saber exactamente en qué
puedo discrepar o en qué puedo estar a favor, porque no lo sé, no
tengo más información, y esto no da más de sí, cosa que es bastante
curiosa; hemos hecho tablas, curiosísimo. Entonces, yo sí voy a ir un
paso más allá, vamos a ver que no podemos hablar de nada, cosa algo
increíble, vamos más allá. ¿Qué puede pasar el lunes, cuando supongo
que tendrán que salir de las habitaciones del hotel, digo yo, salvo
que quieran hacer un invierno estilo la Costa Azul? ¿Qué va a pasar?
Evidentemente, no es un drama, yo creo que hay que relativizar las
cosas, pero dada la situación en la que estamos, vamos a hacer
reflexiones. Porque aquí la pregunta sería si quedarían solamente
pendientes los flecos para una siguiente fecha, no sé si en Göteborgh
o donde toque: ¿Se podrían incluir en el orden del día más cuestiones
para facilitar la negociación? Primera pregunta. ¿Debiera haber sido
así anteriormente? Segunda pregunta.

Algunos planteaban que sólo los flecos ya son un problemón, y lo
comparto, pero, a lo mejor, como elemento de negociación, nosotros
nos cuestionábamos la posibilidad de estudiar que se trataran más
cuestiones en esa Conferencia Intergubernamental que a lo mejor
podrían servir de ejes que movieran los grandes problemas que ya
están pendientes desde Amsterdam. Es decir, ¿qué va a pasar?, vuelvo
a decir que sin que esto sea un drama, evidentemente, y relativizando
las cosas. ¿Entraríamos entonces en una nueva Conferencia con nuevo
orden del día, en el sentido de que se pondrían nuevas cuestiones
sobre la mesa? Porque en ese caso creo que debiéramos empezar a
estudiar claramente qué cuestiones podrían suscitarse, y en este
caso, lógicamente, cada grupo parlamentario tiene elementos que le
parecen relevantes para poder tratar en un Conferencia
Intergubernamental. ¿Habría que replantearse cuáles son las
cuestiones, dado que no han surgido como se preveía en Niza, que es
necesario reformar para un mejor funcionamiento de las instituciones
cara a la ampliación, que todavía no se han suscitado en esta
Conferencia y que algunas hay? Cuarta cuestión.

Quinta reflexión. ¿Debiéramos volver a hablar, como reflexión más
profunda, a nivel no solamente de gobiernos, de conferencias, sino
también de parlamentos, sobre método comunitario,
intergubernamentalización de los trabajos constantes, posibilidad de
ampliación y cómo puede afectar a las reformas institucionales, qué
posibilidad hay, en esa fase de ampliación, de recurrir a determinadas
reformas? Ya sé que estoy haciendo hipótesis de futuro, pero de futuro
de semana que viene o de dentro de dos semanas. En el día de hoy, desde
mi punto de vista, no dan más de sí las reflexiones para Niza, pero
me parecería relevante que, a la vista de lo que ocurra -esperemos
que termine bien- nos planteáramos ya una reflexión seria. Y en este
caso sí pediría al Gobierno que la reflexión sobre cómo articular o
cómo prever la resolución de las cuestiones que han estado pendientes
fuera recíproca.

En fin, creo que, siendo positiva, volviendo al principio, vamos a
hacer de la necesidad virtud y ver cómo podemos arreglarlo en un
intercambio de información más fluida de lo que ha sido hasta el
momento.

En cuanto a la segunda cuestión de la comparecencia, pues ya nos dirá
el presidente que ejerce ahora o el presidente que pueda ejercer en
el momento, qué es lo que hay que hacer, estoy a expensas de lo que
diga la Presidencia, sin ningún tipo de problema. Pero, en todo caso,
aunque quizá sea coincidencia, supongo que hablará usted de esto a
las cinco y media con las comunidades autónomas. Me hubiera gustado
conocer su opinión antes.




El señor PRESIDENTE: El señor Martínez Casañ tiene la palabra.




El señor MARTÍNEZ CASAÑ: Quiero simplemente hacer una rectificación.

Mi grupo parlamentario es escrupulosamente respetuoso con la ley de
funcionamiento de esta Comisión y, como es lógico, defendía desde el
primer momento la comparecencia del ministro en este trámite previo,
tal como está establecido. Pero tengo que decir que la decisión de
Mesa y Portavoces fue que, si bien se convocaba al ministro, si el
ministro no podía asistir, esta Comisión aceptaría la comparecencia
del señor secretario de Estado. Y tengo que decir también que me
consta no sólo la excelente preparación y dominio de los temas sino
también la gran habilidad en los asuntos comunitarios del ministro de
Asuntos Exteriores. Creo que todos los portavoces parlamentarios
estarán de acuerdo conmigo en que el señor Piqué, en lenguaje
taurino, es una primera espada, y no creo que a nadie se le pueda
ocurrir de verdad que le dé ningún tipo de miedo este coso taurino.

Lo que sí es cierto es que el señor Piqué tiene el suficiente sentido
común para saber que asuntos ineludibles le impedían estar hoy en
esta reunión, en esta Comisión y que, por lo tanto, excepcionalmente,
podía venir en su lugar el secretario de Estado.




El señor PRESIDENTE: Señor Secretario deEstado.




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El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ASUNTOS EUROPEOS (De Miguel y Egea):
Brevemente, presidente. Le agradecería al diputado Estrella que
cuando me cite no me cite parcialmente. Porque yo digo cosas, pero si
él las trocea... Yo he hablado del proyecto del Gobierno, que me parece
que es bien conocido, y no puedo entender que me diga «no, es que el
Gobierno lo que tiene que tener en cuenta es la ciudadanía europea».

Me gustaría saber quién es el Gobierno que ha tomado la iniciativa
del desarrollo más importante de la ciudadanía europea, que son
precisamente las iniciativas que nosotros pusimos en Amsterdam para
el desarrollo del tercer pilar; quién fue el protagonista, quién
convocó el Consejo Europeo de Tampere y quién esta hoy en la
vanguardia del desarrollo de la cooperación policial, cooperación
judicial y cooperación en materia de asilo, inmigración, visados,
etcétera, que son todas dimensiones irrenunciables de la ciudadanía
europea que califican ese concepto de ciudadanía europea que se
introdujo en Maastricht en el año 1992. Que me haga ese reproche el
diputado Estrella, me parece sorprendente, porque que parece que
verdaderamente no sabe dónde está, no sabe lo que está pasando hoy en
día en la Unión, francamente.




Que me diga que toda la política del Gobierno es asegurar el mercado
interior y la seguridad de las cuatro libertades... Pues yo quisiera
decirle que la política de empleo que ha llevado este Gobierno le ha
hecho crear más puestos de trabajo en España que en todo el resto de
la Unión, y los puestos de trabajo y la lucha contra el desempleo
creo que era la prioridad de la Unión desde hace tiempo y que
nosotros la hemos convertido no solamente en una prioridad sino en
una realidad, haciendo además propuestas y tomando iniciativas.

Y creo que además es reconocido por todos que las conclusiones del
Consejo de Lisboa son precisamente uno de los documentos más
importantes en la construcción europea de los últimos años, y no
quiero recordar al señor Estrella el protagonismo que tuvo el
Gobierno español en el desarrollo de la Cumbre de Lisboa. De la misma
manera que me sorprende que pueda dar crédito a informaciones de
prensa, en el sentido de que el señor Guterres y el señor Aznar se
hayan enfrentado en un Consejo, cuando es bien sabido no solamente la
amistad sino también la complicidad que ambos tienen en la
construcción europea.

No, no voy a seguir, pero decir aquí que si el Gobierno está aislado,
mal, porque está aislado, y si el Gobierno está cómodo, mal, porque
está cómodo... Vamos a ver, cómo se puede acertar con el señor
Estrella.

Yo le diré que el Gobierno...




El señor PRESIDENTE: Le rogaría que no se refiriera al señor
Estrella, porque vamos a tener que abrir
otro turno de réplicas a la excesiva presunción de sus respuestas,
señor secretario.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ASUNTOS EUROPEOS (De Miguel y Egea):
No, es que el diputado Estrella utiliza todo esto para hacer un
ariete de crítica al Gobierno que no tiene ninguna justificación. Y,
por lo tanto, yo, que represento aquí al Gobierno, tengo que
responderle y le tengo que decir que en la Conferencia
Intergubernamental tenemos nuestras posiciones, tenemos nuestras
ideas, tenemos, por desgracia, nuestro principal problema, que es
precisamente el de la reponderación de los votos. Es una herencia del
pasado, porque si se hubiera resuelto en Ioannina no estaríamos
debatiendo esto ahora. Como no se resolvió en Ioannina, tuvimos que
ir a Amsterdam. En Amsterdam no se resolvió. Tuvimos en aquel momento
que ponernos frente a todos para conseguir la declaración número 50 y
ahí también fuimos objeto de crítica, porque nos pusimos frente a
todos.

Es decir, que España está ahí y el Gobierno está tratando de negociar
sus intereses dentro de la Conferencia Intergubernamental. Pero los
intereses de este Gobierno son no solamente los que nos afectan a
nosotros y al bienestar de este país, no a este Gobierno sino
a España entera, sino también cualquier acuerdo que sea bueno para
Europa será bueno para España. Siempre lo hemos dicho. Y, por lo
tanto, ahí está ese margen del compromiso que todo Gobierno
idealmente debe hacer en una Conferencia Intergubernamental, saber
buscar el equilibrio entre la defensa de lo que son las posiciones
que cada país debe defender, porque tiene que defender sus propios
derechos y su propia situación, y lo que es bueno para el conjunto de
los países europeos.

Y por eso creo que nosotros, tanto en el tema de ponderación de votos
en el Consejo, como de composición de la Comisión, como de mayorías
cualificadas, como de cooperaciones reforzadas, hemos tratado desde
el principio de conciliar esos dos grandes temas: cómo defender
nuestro interés y cómo hacer un compromiso que sirva a los demás,
porque esa es la manera de construir Europa. Y desde luego, si el
tratar de conciliar y buscar compromisos es algo que es criticable,
también tengo que reprobarlo, tengo que decir que no es así.

Con respecto a las perspectivas financieras, que tanto le gusta al
señor Estrella hablar de las perspectivas financieras... (El señor
Estrella Pedrola: No, al Grupo Socialista.) Perdón, al Grupo
Socialista, le diré que cualquier apertura de las perspectivas
financieras en este momento el Gobierno considera que tiene graves
riesgos de ir en detrimento de todo el capítulo de cohesión económica
y social. Y por lo tanto, si se reabren las perspectivas financieras
(en este momento no está planteado), es evidente que la cohesión
económica y social, no digo que vaya a salir malparada, pero estará



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en riesgo. Pensamos que cuanto menos se toquen las perspectivas
financieras hasta el final, que es el año 2006, mejor. Yo no digo que
no haya que hacerlo, a lo mejor habrá que hacerlo; pero, desde luego,
no vamos a, voluntariamente, pedir que se revisen las perspectivas
financieras, porque sabemos que precisamente son los fondos de la
cohesión económica y social los que estarán visados para reducirlos.

Con respecto a lo que se ha dicho de que quizá este no sea el ámbito
más adecuado para hablar de estos temas, de nuevo reitero mi
ofrecimiento para tratar estos temas en el ámbito que el presidente o
SS.SS. deseen. Por mi parte estoy dispuesto a contestar a todas las
preguntas y dar todos los detalles que se puedan dar, dentro de los
márgenes de una cierta discreción, que es normal, porque en estas
sesiones públicas no se puede hablar de absolutamente todos los
detalles de una negociación.




¿Qué va a pasar si hubiera un fracaso en Niza? Francamente, no creo
que vaya a haber un fracaso en Niza. Creo que hay voluntad política
suficiente para hacer esos compromisos y para llegar a esos acuerdos,
y, desde luego, por parte de España, siempre defendiendo al máximo
nuestros intereses, estamos dispuestos a hacer todo el esfuerzo que
sea necesario, porque comprendemos que es muy importante terminar
esto para pasar al gran objetivo de la Unión, que son las
negociaciones de ampliación. Pero, en el caso de que no se terminara
(y yo ya he dicho claramente cuál es la posición española, y es que
no creemos que nosotros pudiéramos aceptar que se troceara la agenda,
es decir, terminar mayorías cualificadas y terminar otras cosas y no
terminar la reponderación del voto), si no hay una solución
satisfactoria para los votos en el Consejo, no habrá nada. Creo que
esa es la posición de varios países, pero desde luego es la posición
de España. Por lo tanto, si no se resuelve eso, no habrá soluciones
parciales de otros temas y todo el paquete pasará al siguiente
Consejo Europeo, que es el que está programado en Göteborgh.




No creo que haya nada nuevo, en el sentido de tomar iniciativas
nuevas. Yo creo que lo que seguirá es que la nueva Presidencia tomará
la negociación donde ha quedado. Es evidente que después de tres días
de debates en Niza en muchas cosas habrá acuerdos, que quedarán
cerrados ahí y a la espera de que haya acuerdo en lo que falta, pero
la nueva Presidencia retomará las cosas como están, tratará de buscar
nuevos compromisos en lo que falte y tratará de buscar un acuerdo
sobre el paquete de Colonia, que es lo que hay ahora, en el próximo
Consejo Europeo.

No creo que nadie tenga voluntad de que ese paquete se extienda o que
se abra a otras cuestiones, francamente no lo creo. Eso lo único que
haría sería prolongar la Conferencia Intergubernamental, que es
precisamente lo que no deseamos. Pero, en fin, en este tipo de
escenarios, aunque no está mal pensar en ellos, no es muy
realista pensar que la situación esté tan mal como para que no pueda
haber un acuerdo en Niza. Pienso que habrá un acuerdo en Niza, y si
no hay un acuerdo en Niza, seguramente será por poco y, por lo tanto,
habrá que continuar con el mismo planteamiento.

Y luego, la ampliación de la agenda está en el posNiza, sobre esos
temas que el diputado socialista ha mencionado, que es todo el
catálogo de competencias, que es un tema particularmente importante,
más importante para algunos países que para otros. Precisamente, para
aquellos que tienen competencias cedidas es más importante, porque
hay países que tienen sistemas centralizados de Gobierno en los
cuales esos temas no se plantean; pero hay una serie de países en
Europa, que todos sabemos cuáles son, entre los que se cuenta España,
para los que ese tema es muy importante. Y no es solamente el
catálogo de competencias, sino que, como decía el portavoz
socialista, hay otros muchos temas muy importantes y necesarios para
el futuro de la Unión, y algunos peligrosos, como un deseo, no
ocultado por algunos, de renacionalizar competencias comunitarias,
posición en la que, francamente, en principio, la delegación española
tendría una posición muy negativa, porque nosotros creemos que no hay
que dar pasos atrás en la construcción europea.

Y yo creo que con esto puedo terminar, señor presidente, después de
haber abusado de la paciencia de todo el mundo.




El señor PRESIDENTE: En absoluto, señor secretario de Estado. Creo
que hay que agradecer a pesar de todo al secretario de Estado su
esfuerzo por ponernos al día de los trabajos previos a la
convocatoria de la Conferencia de Niza. Probablemente, el incidente
que se ha producido esta mañana ha sido una gota que ha colmado un
vaso y que ha venido a sumarse a otros incidentes posteriores, fruto
de los problemas de coordinación que tiene una Comisión de estas
características. Hago una llamada a la cortesía parlamentaria para
que todos salgamos de aquí al menos tan amigos como lo éramos ayer,
no diré esta mañana, faltaría más, ¿verdad? Las posiciones que se
manifiestan no son personales, las del diputado Ao la diputada B no
son sino las de sus grupos parlamentarios, de igual manera que las
posiciones que expresa el portavoz del Gobierno no son más que las
del Gobierno, que merecen el respeto desde la discrepancia legítima y
lógica de los grupos parlamentarios. Incluso la discrepancia entre
los portavoces de los grupos parlamentarios, tan amigos ellos en esta
Comisión, no son sino el fruto de las inevitables tensiones que se
producen cuando nos enfrentamos a problemas de agenda, a veces
irresolubles por las propias características de ser mixta esta
Comisión y de tener siempre compromisos exteriores los miembros del
Gobierno. Hago, pues, una llamada a la buena voluntad, que
intentaremos plasmar en la próxima reunión



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de los portavoces de la Comisión para sentar las bases de una mayor
coordinación futura.

Muchísimas gracias y mucho éxito al Gobierno español en la Cumbre de
Niza. (La señora Lasagabaster Olazábal pide la palabra.)
Perdón. Señora Lasagabaster.




La señora LASAGABASTER OLAZÁBAL: Por cuestión de orden, supongo que
tendremos que manifestar los solicitantes de las comparecencias,
aunque somos gente bastante flexibles, como demostramos normalmente,
y esta es una ocasión en que nuevamente lo tenemos que demostrar, que
lógicamente lo relegamos a otra Comisión, con el compromiso implícito
entiendo que ha venido dado por las palabras del secretario de
Estado, de que atenderá esta petición en cuanto próximamente traslade
esa posición al Partido Popular en el Congreso y Senado, para que no
haya ningún tipo de dificultad en proceder a la convocatoria de la
Comisión,
y, vuelvo a señalar, en un día en que, curiosamente, después de
un año, creo, que sin reuniones, se da la coincidencia de que hoy se
reúnen las comunidades autónomas también para este tema.




El señor PRESIDENTE: Señor Estrella, tiene la palabra.




El señor ESTRELLA PEDROLA: A los solos efectos de que conste en acta,
en nombre de mi grupo parlamentario el deseo de que se mantengan para
un próximo orden del día de una Comisión a celebrar en el mes de
diciembre las preguntas que estaban pendientes. Me estaba haciendo
gestos el letrado de que era un trámite necesario.




El señor PRESIDENTE: Se levanta la sesión.




Se levanta la sesión a las dos y cuarenta y cinco minutos de la tarde.