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DS. Cortes Generales, Comisiones Mixtas, núm. 9, de 27/06/2000
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DIARIO DE SESIONES DE LAS CORTES GENERALES



COMISIONES MIXTAS



Año 2000 VII Legislatura Núm. 9



PARA EL ESTUDIO DEL PROBLEMA DE LAS DROGAS



PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. JUAN MORANO MASA



Sesión núm. 2



celebrada el martes, 27 de junio de 2000, en el Palacio del Senado



ORDEN DEL DÍA:



Ratificación de la celebración de las comparecencias acordadas por la
Mesa y Portavoces de la Comisión en su reunión de 20 de junio de 2000
... (Página 68)



- Aprobación, en su caso, de la delegación a favor de la Mesa a la
que hace referencia la Resolución de la Presidencia de la Cámara, de
2 de noviembre de 1983, en relación con el artículo 44 del Reglamento
del Congreso de los Diputados. (Número de expediente del Senado 652/
000001 y número de expediente del Congreso 151/000002) ... (Página 68)



- Comparecencia del Delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre
Drogas para informar acerca de las líneas generales de actuación de
la Delegación del Gobierno para el citado Plan en esta legislatura.

(Número de expediente del Senado 713/000008 y número de expediente
del Congreso 212/000033) ... (Página 68)



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- Contestación a la pregunta de doña María Zoila Riera i Ben, del
Grupo Parlamentario de Convergència i Unió, sobre las medidas para
impulsar las políticas de prevención y lucha contra las drogas de
diseño. (número de expediente del Senado 683/000001 y número de
expediente del Congreso 181/000067) ... (Página 102)



Se abre la sesión a las once horas y diez minutos.




El señor PRESIDENTE: Señorías, buenos días.

Se abre la sesión.

Vamos a iniciar en este maravilloso marco con el que nunca soñamos la
Comisión Mixta para el Estudio del Problema de las Drogas.




RATIFICACIÓN DE LA CELEBRACIÓN DE LAS COMPARECENCIAS ACORDADAS POR LA
MESA Y PORTAVOCES DE LA COMISIÓN EN SU REUNIÓN DEL DÍA 20 DE JUNIO DE
2000.




El señor PRESIDENTE: El primer punto del orden del día es la
ratificación de la celebración de las comparecencias acordadas por la
Mesa y portavoces de la Comisión en su reunión del día 20 de junio de
2000. ¿Están sus señorías de acuerdo? (Asentimiento.)
Queda ratificada.




APROBACIÓN, EN SU CASO, DE LA DELEGACIÓN A FAVOR DE LA MESA A LA QUE
HACE REFERENCIA LA RESOLUCIÓN DE LA PRESIDENCIA DE LA CÁMARA, DE 2 DE
NOVIEMBRE DE 1983, EN RELACIÓN CON EL ARTÍCULO 44 DEL REGLAMENTO DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS. (Número de expediente del Senado 652/
000001 y número de expediente del Congreso 151/000002.)



El señor PRESIDENTE: El segundo punto del orden del día es la
aprobación, en su caso, de la delegación a favor de la Mesa a la que
hace referencia la Resolución de la Presidencia de la Cámara, de 2 de
noviembre de 1983, en relación con el artículo 44 del Reglamento del
Congreso de los Diputados, que dice: Primero. De conformidad con lo
establecido en la Resolución de la Presidencia del Congreso de los
Diputados, de 2 de noviembre de 1983, se delega en la Mesa de la
Comisión las facultades a que se refiere el artículo 44 del
Reglamento del Congreso de los Diputados. Segundo. El rechazo de
solicitudes de comparecencia exigirá el acuerdo unánime de los
miembros de la Mesa, quedando abocada por la Comisión la decisión en
caso contrario. ¿Se aprueba? (Asentimiento.)
COMPARECENCIA DEL DELEGADO DEL GOBIERNO PARA EL PLAN NACIONAL SOBRE
DROGAS, PARA INFORMAR ACERCA DE LAS LÍNEAS GENERALES DE ACTUACIÓN DE
LA DELEGACIÓN DEL GOBIERNO PARAEL CITADO PLAN EN ESTA LEGISLATURA.

(Número de expediente del Senado 713/000008 y número de expediente
del Congreso 212/000033.)



El señor PRESIDENTE: Pasamos al punto siguiente del orden del día que
es la celebración de la comparecencia del Delegado del Gobierno para
el Plan Nacional sobre Drogas para informar acerca de las líneas
generales de actuación de la Delegación del Gobierno para el citado
Plan en esta legislatura.

Damos la bienvenida a la Comisión a nuestro ilustre amigo y
compañero, don Gonzalo Robles, Delegado del Gobierno para el Plan
Nacional sobre Drogas, quien tiene la palabra.




El señor DELEGADO DEL GOBIERNO PARA EL PLAN NACIONAL SOBRE DROGAS
(Robles Orozco): Muchas gracias, señor Presidente.

Señorías, comparezco ante la Comisión Mixta Congreso-Senado para el
estudio del programa de las drogas para explicarles lo que van a ser
las líneas de trabajo y actuación de la Delegación del Gobierno para
el Plan Nacional sobre Drogas en los próximos cuatro años, que tiene
que partir y fundamentarse en lo que ha sido, por una parte, nuestro
trabajo durante los últimos cuatro años en la Delegación del Gobierno
para el Plan Nacional sobre Drogas y, sobre todo, en lo que ha sido
el trabajo del último período, cuando se elaboró y aprobó la
Estrategia Nacional sobre Drogas, que, como sus señorías saben,
presenté precisamente en esta Comisión terminando el último período
de sesiones de la pasada legislatura. Y, como digo, tiene que ser así
porque esta Estrategia Nacional sobre Drogas es la refundación del
Plan Nacional sobre Drogas, es decir, prácticamente es lo que debería
llamarse el segundo plan nacional sobre drogas, y es así también
porque esta Estrategia Nacional ha supuesto un proceso largo de
trabajo, de elaboración, en el que ha participado un número
importante de técnicos, de profesionales y, lo que es más relevante,
un número creciente de organizaciones implicadas en la lucha contra
las drogas, todas las administraciones autonómicas, a través de la
Conferencia



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Interautonómica, de la Conferencia Sectorial, la Federación de
Municipios y Provincias, las organizaciones sociales, todos los
actores que forman parte del Plan Nacional sobre Drogas y, por
último, como saben, esta Comisión tuvo ocasión de conocer y
participar en los contenidos de la Estrategia, que fue aprobada por
el Consejo de Ministros de finales de diciembre de 1999.

Por tanto, forzosamente ese documento de trabajo tiene que ser el
punto de partida para esta legislatura, documento ampliamente
consensuado y ampliamente participado, que ha llevado más de un año
de trabajo, en el que ha habido seis borradores distintos de esta
Estrategia Nacional, que ha supuesto la refundación del Plan Nacional
sobre Drogas y que, además, está en línea y coherencia con las
estrategias de las organizaciones internacionales, a la que debemos
tener como punto de referencia. Así, la Asamblea Extraordinaria de
Naciones Unidas ya marcó una estrategia general, que, por tanto, el
Gobierno español, como firmante de la Convención, tiene que cumplir,
de manera que no es casualidad que los años 2003 y 2008 sean el punto
de referencia para nuestra Estrategia Nacional. Tampoco puedo olvidar
que, recientemente, en la última Cumbre de Jefes de Estado y de
Gobierno de la Unión Europea ha sido aprobado el Plan de Acción
Europeo, en el que España ha participado muy activamente. Hemos
encontrado muchos puntos de sintonía entre el Plan europeo de lucha
contra las drogas y la Estrategia Nacional. Todo esto hace, como
digo, que hoy la Comisión tenga que partir del análisis de esta
Estrategia Nacional sobre Drogas.

Por lo tanto, como les decía, voy a intentar explicar cuáles son en
estos momentos los principales objetivos que queremos conseguir a
través del cumplimiento de la Estrategia Nacional sobre Drogas.

Tengo que decirles que, lógicamente, la Estrategia se irá plasmando
en diferentes planes de acción. Nuestra intención es que cada año
haya un plan de acción que desarrolle la Estrategia Nacional sobre
Drogas, de manera que los diferentes proyectos que cada año se pongan
en el calendario se irán conociendo a través de las acciones del
Gobierno, a fin de que puedan concretarse las acciones que marca la
Estrategia Nacional.

La Estrategia Nacional sobre Drogas tiene una parte fundamental, que
son las políticas preventivas, y esta Estrategia Nacional se va a
fundamentar prioritariamente en la prevención de los consumos, en sus
consecuencias, con especial atención al alcohol, al tabaco, a los
consumos de carácter recreativo, todo ello en coherencia con el
trabajo que hemos iniciado, en los últimos años.

Entre las grandes metas que plantea la prevención cabe destacar, en
primer lugar, el ofrecer a la población información suficiente sobre
los riesgos del consumo del tabaco y de otras sustancias que pueden
generar dependencia, así como poner en marcha medidas de
control sobre la publicidad, la promoción de bebidas alcohólicas, el
tabaco y que protejan fundamentalmente a los menores de edad. En
segundo lugar, potenciar la formación del personal docente de
Educación Primaria y Secundaria sobre problemas relacionados con el
consumo de drogas. En tercer lugar, lograr que la mayoría de los
escolares al finalizar la Educación Obligatoria hayan recibido
información objetiva suficiente y formación adecuada sobre las
consecuencias del uso y el abuso de drogas y adquirido habilidades
suficientes para abordar su relación con las mismas. Por tanto, la
Estrategia propone una generalización progresiva de la prevención
escolar. Por último, se trataría de estimular e implementar
estrategias preventivas en la población laboral. Así pues, estos son
los tres ámbitos, el escolar, el familiar y la población laboral, de
actuación prioritaria.

Hay también objetivos en lo que se refiere a la reducción del daño.

La Estrategia contempla el incremento y la mejora de aquellas
intervenciones dirigidas a reducir los daños y los riesgos
ocasionados por los consumos de drogas, fundamentalmente en aspectos
sociales y de salud. Y, en este sentido, caben señalar como objetivos
más destacados, en primer lugar, el procurar que la mayor parte de la
población drogodependiente pueda acceder a programas de reducción del
daño, especialmente los programas de intercambio de jeringuillas,
sexo más seguro y consumo de menos riesgo; en segundo lugar,
implantar programas de educación sanitaria tendentes a la reducción
del daño por el consumo del alcohol, el tabaco y otras drogas,
especialmente, se impulsarán estos programas asociados al consumo de
alcohol en relación con los accidentes de tráfico y la violencia; en
tercer lugar, impulsar la calidad de los programas de reducción del
daño, su coordinación funcional con la red asistencial del Sistema
Nacional de Salud y, en cuarto lugar, diversificar la oferta de los
programas de reducción del daño en los centros penitenciarios
mediante iniciativas tales como la extensión de los programas de
intercambio de jeringuillas.




Hay también, otros objetivos en cuanto a la asistencia e integración
social, y una de las principales apuestas de la Estrategia consiste
en garantizar la plena asistencia ambulatoria a los drogodependientes
en el ámbito de su Comunidad o ciudad autónoma y dentro del área de
salud de su residencia. Igualmente, en esta Estrategia se contempla
que, cumplidas las necesidades de cobertura universal asistencial, se
preste atención a las desigualdades y, muy especialmente, a aquellos
colectivos de drogodependientes que no contactan con las redes
asistenciales. Así, entre los objetivos más importantes
destacaríamos, en primer lugar, mejorar el abordaje terapéutico de
las personas que tienen problemas con el consumo del alcohol y el
tabaco, las nuevas drogas y los nuevos patrones de consumo; en
segundo lugar, impulsar los programas de detección precoz e
intervención temprana dirigidos a menores con problemas de



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consumo de drogas y a los hijos de los adictos; en tercer lugar,
garantizar la atención a las personas detenidas o integradas en
prisión con problemas relacionados con el consumo de drogas; en
cuarto lugar, promover la integración laboral de los
drogodependientes, facilitando su incorporación a la sociedad
mediante la calidad de los programas de reinserción social.

A estos efectos, los planes autonómicos sobre drogas y los municipios
de más de 20.000 habitantes tendrán programas de formación y empleo
normalizados o específicos para drogodependientes. Una de las
novedades que plantea, por lo tanto, la Estrategia Nacional como
objetivo es la incorporación activa de los municipios de más de
20.000 habitantes a través de la formulación de un plan municipal
sobre drogas en todos y cada uno de los municipios españoles.

Otros objetivos importantes de la Estrategia Nacional se sitúan en el
área de la investigación y de la formación. En cuanto a la
investigación, la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre
Drogas actuará en dos vertientes: consolidando la investigación sobre
drogodependientes a nivel estatal e incentivando la investigación
aplicada en las Comunidades y ciudades autónomas. La formación, por
su parte, debe entenderse como un proceso continuo, en tres niveles
básicos: la formación de pregrado, la formación de postgrado
universitario y la formación continuada para los profesionales de las
drogodependencias y los servicios sociales generales. Esta última
dimensión afecta de modo muy directo a un colectivo importante. Y
como objetivos concretos vamos a dar los siguientes pasos: con
carácter general, garantizar la formación básica, especializada y
continua de los universitarios y de los profesionales, así como el
acceso a la documentación, creación y desarrollo de centros y equipos
de investigación aplicada en materia de drogodependencias; en segundo
lugar, la creación de un instituto nacional de investigación y
formación sobre drogas dependiente de la Delegación del Gobierno, con
funciones de impulso y mejora de la calidad de los programas en esta
materia; en tercer lugar, puesta en marcha de una red autonómica de
puntos focales de documentación, con la utilización de las nuevas
tecnologías para el acceso a la información.

En cuanto a la evaluación y los sistemas de información, también la
Estrategia plantea nuevos objetivos. La Estrategia prevé el diseño de
un sistema de evaluación que permita la detección precoz de las
desviaciones en los objetivos marcados, a fin de generar las acciones
correctivas pertinentes. Por otro lado, la puesta en marcha del
Observatorio Español sobre Drogas ha supuesto la existencia de un
organismo clave a la hora de contar con información fidedigna y
actualizada sobre el fenómeno de las drogodependencias y poder obrar
en consecuencia. Nuestro principal objetivo es evitar que las
generaciones más jóvenes se sientan atraídas por el consumo de las
sustancias como el
alcohol y otras drogas creyendo que de esta forma pueden experimentar
sensanciones que les hagan más interesante la vida. De ahí nuestra
incidencia en la prevención y en la promoción de valores y estilos de
vida incompatibles con ese consumo, al tiempo que no podemos
escatimar una respuesta asistencial profesionalizadas y eficaz a
todas las personas que han sucumbido a la adicción a las drogas.

Hay también en la Estrategia, como ustedes conocen bien, una serie de
objetivos a conseguir en el ámbito del control de la oferta. La
producción, el desarrollo y la aplicación de las nuevas formas
jurídicas y la constante revisión de las mismas constituye una
condición básica para garantizar una respuesta institucional ante el
tráfico de drogas. El objetivo básico de la intervención en el marco
normativo consiste en dotar a las instituciones de las armas legales
para combatir el crimen global, el tráfico de drogas, el blanqueo de
capitales y, en general, cualquier manifestación directa o indirecta
relacionada con tales conductas. Lógicamente, los ámbitos de
intervención sobre el marco legal se distribuyen en tres áreas: el
marco penal, el marco procesal y el marco administrativo.

Las propuestas de adaptación del Código Penal tienen como ejes
fundamentales el desarrollo de un tipo delictivo que permita la
incriminación por pertenencia a grupo delictivo organizado o
participación en sus acciones delictivas dentro de la Unión Europea,
con independencia del país o territorio de la Unión donde actúe o
tenga base dicha organización, la reformulación de las penas por
tráfico de drogas que no causen grave daño para la salud en relación
con el volumen de la sustancia que se intervenga, la revisión de la
consideración como morada de los domicilios sociales o de ciertas
dependencias de los mismos a los efectos penales y procesales
relacionados con las diligencias policiales de entrada y registro, y
el desarrollo de un tratamiento penal diferenciado para personas que
colaboren con la Justicia en la persecución del tráfico de drogas,
así como el perfeccionamiento de las figuras legales del arrepentido
y del testigo protegido.

En lo que se refiere a la revisión y mejora el marco procesal de
actuación de los Cuerpos de Seguridad, se establecen como áreas de
reflexión el desarrollo de la prueba de indicios como medio básico de
inculpación por el delito de blanqueo de capitales, la mejora de la
regulación de las actuaciones de entrada y registro, la mejora de la
regulación del secreto de las comunicaciones y de los procedimientos
y mecanismos legales para la interceptación de las mismas, la
regulación del tratamiento de los bienes incautados a los
narcotraficantes; es decir, la reforma de la Ley de Fondo que con la
experiencia se demuestra que necesita algunas reformas que mejoren su
eficacia y los objetivos que pretendía cumplir.

En el marco administrativo se pretende una mejora general de normas
que faciliten el acceso rápido y efectivo



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de los Cuerpos de Seguridad a las fuentes de información, el control
de aeronaves, vehículos particulares y embarcaciones, el control de
los precursores asentando la implantación de una red de enlaces
policiales para la fiscalización de dichas sustancias; es decir, una
serie de normas que mejoren también la eficacia en el ámbito
administrativo.

Queremos, por lo tanto, que el Plan Nacional se convierta en un grupo
de asesoramiento del Poder Legislativo para que podamos remitir a
esta Cámara y a los diferentes grupos nuestras opiniones y
sugerencias trabajando conjuntamente con el Ministerio de Justicia
que tiene encargada la competencia de instar y de promover ante el
Parlamento las modificaciones legislativas, así como, como miembro
que es el Ministerio de Justicia de la Comisión Interministerial del
Plan Nacional sobre Drogas, promover en esta Cámara los grupos de
trabajo necesarios y las propuestas sobre cambios legislativos que
nos ayuden a mejorar nuestra eficacia frente a los delitos de crimen
organizado.

También se trata de mejorar la eficacia en lo que se refiere a la
operatividad de los Cuerpos de Seguridad. En los últimos cuatro años
el número de operaciones de los Cuerpos de Seguridad del Estado ha
crecido de una forma muy importante. La eficacia en las operaciones
policiales también. Pero es verdad que nos encontramos cada día con
nuevas formas delictivas, con cambios en los modus operandi de las
organizaciones criminales. Por lo tanto, hay que seguir
permanentemente con ese proceso de mejora y de organización.

Habrá una segunda fase de reorganización de los Cuerpos de Seguridad
en lo que fueron las UDYCOs y los EDOAs. Nos proponemos -como digo-
abordar una segunda fase que nos permita que la UDYCOs y los EDOAs se
adapten a las nuevas necesidades y muy especialmente en lo que se
refiere a la creación de un servicio central de inteligencia para
estas dos unidades especializadas que permita la captación de la
información, el análisis de la información y, por tanto, una labor de
inteligencia importante vinculada a estas dos formas específicas de
trabajo frente al crimen organizado procedente de la droga.

Sobre estos temas estamos trabajando, así como en la mejor cobertura
de las fronteras exteriores españolas, lo que serían los territorios
de las islas españolas, la costa española, y en la mejora de nuestra
cobertura y nuestra protección exterior. Por supuesto -como no podía
ser de otra forma-, queremos sacar provecho de todo lo que han sido
las figuras aprobadas en la última legislatura: el agente encubierto,
la entrega vigilada y la reforma -como he dicho hace un momento- de
la Ley del Fondo.

En este aspecto cobra un especial interés lo que significa la
cooperación internacional. Hemos creído mucho en ello en los últimos
cuatro años. Se ha hecho un esfuerzo importante de presencia
española, de funcionarios de enlace españoles en todas las zonas
sensibles
para nuestro país, Iberoamérica, norte de África y Europa, y
vamos a seguir en esa dirección, potenciando la red propia de enlaces
españoles en todos estos países, cooperando con los servicios de
inteligencia de los países con los que tenemos objetivos comunes y
participando también en los organismos multilaterales de trabajo en
la lucha contra la droga, especialmente en la OEA y lo que es
Naciones Unidas y la Unión Europea.

Estas son las líneas generales de la Estrategia Nacional que ustedes
conocen, que forzosamente tienen que ser el punto de partida y de
orientación por respeto a la coherencia del trabajo que hemos hecho
entre todos, no sólo la Delegación del Gobierno, sino también las
Comunidades Autónomas y el propio Parlamento, pero esto se va a
concretar en un Plan de acción.

En términos reales, nos quedan cuatro o cinco meses de este año en
curso, de este año 2000, pero hemos elaborado unas primeras líneas de
trabajo en este Plan de acción. El Plan de acción, por lo tanto,
tiene medidas previstas en el ámbito de la prevención, en el ámbito
de la oferta y en el de la asistencia.

Como cosas concretas del Plan de acción que en este momento van a dar
contenido a la Estrategia Nacional está la renovación del Convenio de
colaboración que la Delegación del Gobierno tenía y tiene con el
Ministerio de Educación. Por lo tanto, pretendemos renovar ese
Convenio de colaboración con el Ministerio de Educación y adaptarlo a
la nueva situación en la cual en este momento el Ministerio de
Educación ha transferido todas las competencias a las Comunidades
Autónomas. Actualmente ya no hay territorio MEC, sino que lo que
quedan son otro tipo de competencias al Ministerio de Educación, de
impulso, de organización, de determinadas actividades, pero -como
saben ustedes- en los primeros años de transferencias hay una
posibilidad de trabajo conjunto con las Comunidades Autónomas que han
recibido esas transferencias. Nosotros queremos que el plan que se ha
desarrollado en los últimos cuatro años en el territorio MEC y que ha
supuesto la implementación de un programa de salud en el territorio
del Ministerio de Educación pueda seguir desarrollándose lógicamente
con la participación y la voluntad de las Comunidades Autónomas.

En todo caso, hay un trabajo que hacer en el ámbito de la
reglamentación de la formación de pregrado y de postgrado. Estamos
trabajando con el Ministerio de Educación y este Convenio -como digo-
va a tener un contenido inmediato. También se trata de dar
continuidad a las diferentes acciones que tenemos con otros
Ministerios como es el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales en lo
que se refiere al IRPF, a los contenidos y a las acciones que se
pueden hacer a través del IRPF; y de realizar otra serie de acciones
que tenemos con el Instituto de la Juventud o con el Instituto de la
Mujer para llenar de contenido los convenios que en este momento
están con otros ministerios y dar salida a laslíneas generales que en
este momento marca la Estrategia



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Nacional sobre Drogas. Vamos a continuar, por tanto, con las acciones
de concienciación social en lo que se refiere a las campañas y a las
acciones en los colegios y con las familias.

En este momento está cerrándose la Comisión Nacional de Prevención
Laboral que va a concretarse en una primera acción. Hay un acuerdo
entre sindicatos, empresarios y la Delegación del Gobierno que va a
permitir concretar una de las estrategias que nos planteaba la
Estrategia Nacional y era precisamente la prevención laboral.

Les puedo ya anunciar que en breves fechas se van a poner en marcha
las primeras acciones de carácter preventivo en el ámbito laboral con
dos sectores muy concretos, el sector marítimo y el sector del
transporte por carretera. Van a ser acciones desarrolladas
conjuntamente por estos tres estamentos: sindicatos, empresarios y la
propia Delegación del Gobierno.

Hay otro convenio que nos va a permitir en este momento desarrollar
las políticas de prevención familiar y se va a hacer fundamentalmente
con el Colegio de Psicólogos. Por supuesto, seguiremos con toda la
política de profundización y estudio del fenómeno básicamente del
ocio y de los consumos de drogas.

En el ámbito de la reducción de daños vamos a prolongar nuestro
trabajo conjunto con el Plan Nacional sobre el Sida que ha dado un
excelente resultado en lo que se refiere a la formación de talleres
para los profesionales que trabajan en centros de drogodependencias.

Ese va a ser otro instrumento.

También estamos renovando nuestro Convenio con el Colegio Oficial de
Farmacéuticos para seguir impulsando el papel y la participación
activa en las oficinas de farmacia en la reducción del daño y muy
especialmente en lo que va a significar la puesta en marcha de nuevos
instrumentos terapéuticos que el Ministerio de Sanidad está a punto
de autorizar.

En el ámbito de la asistencia y la reinserción social es evidente que
las organizaciones sociales van a seguir teniendo un importante
papel. Vamos a seguir, por tanto, potenciando las líneas de trabajo y
muy especialmente vamos a trabajar en el ámbito penitenciario.

La experiencia de estos años es positiva y todas las unidades
penitenciarias han tenido sus unidades de tratamiento. Hay
experiencias positivas como la unidad terapéutica de Soto del Real y
nuestro deseo es generalizar en este momento que todas las
Comunidades Autónomas dispongan al menos en cada una de ellas de una
unidad terapéutica modelo Soto del Real y que se extiendan los
programas de intercambio de jeringuillas basándose en la experiencia
de Basauri que en este momento es positiva.

Se va a renovar también el Convenio con el Instituto Nacional de
Empleo para seguir utilizando las posibilidades que nos dan las
escuelas taller, las casas de oficio, el Plan FID y los talleres de
empleo en todo lo que es la intercalación de los toxicómanos.

En el ámbito de la investigación y la formación, la medida concreta
más visible e importante va a ser la creación del Instituto Nacional
de Investigación y Formación en un plazo reducido de tiempo, y, como
les he dicho hace un momento, en el ámbito de la oferta se trata de
elaborar un modelo de análisis para la confección de un mapa estatal
de situación que nos permita avanzar en el conocimiento tanto del
tráfico a gran escala como del tráfico a escala más reducida, un
modelo de evaluación de las operaciones policiales antidroga y que,
por tanto, permita después desarrollar una dirección estratégica de
estas operaciones; crear un grupo de trabajo sobre el seguimiento de
la jurisprudencia y la doctrina, que va a ser también inmediato, y la
constitución de un Observatorio del seguimiento de las nuevas
tecnologías. Se trata, como saben ustedes, de que los Cuerpos de
Seguridad de Estado y otras instituciones dispongan de la información
suficiente sobre las tecnologías y sus aplicaciones, siempre con un
carácter preventivo, de forma que cuando cualquier producto que
aparezca en el mercado pueda ser usado por el crimen organizado, los
Cuerpos de Seguridad tengan instrumentos suficientes para hacer
frente a esta amenaza. Hay una serie de grupos de trabajo y de
reflexión sobre reformas legislativas que están en marcha y de los
que les iremos informando a ustedes puntualmente.




Esto es básicamente, señorías, lo que en este momento estamos
haciendo: desarrollar la Estrategia Nacional que va ser la línea de
trabajo de los próximos cuatro años, concretándose en un Plan de
acción anual que ustedes irán conociendo y que va a ser la forma de
desarrollar puntualmente todas las acciones que plantea la Estrategia
Nacional sobre Drogas.

No puedo terminar sin hacer referencia a la coherencia y a la
confluencia de objetivos que hay entre la Estrategia Nacional sobre
Drogas y el Plan de Acción Europeo, aprobado sólo hace unos días y,
por tanto, de alguna manera España se siente vinculada no sólo por el
trabajo que hemos realizado en el desarrollo de ese Plan Europeo
sino, lógicamente, por nuestro interés en el desarrollo de esas
acciones.

Muchas gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Delegado.

Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra la Diputada
doña Carmen Romero.




La señora ROMERO LÓPEZ: Gracias, señor Presidente.




Es obligado dar la bienvenida cuando comparece por primera vez en
este caso el Delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre
Drogas, pero en esta ocasión no le podemos dar los cien días de
cortesía que suelen darse a un Gobierno cuando empieza una nueva
legislatura. Usted ha empezado su legislatura, señor



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Robles, con una salida de tono política que ya va a convertirse en lo
que es su norma: su doble estrategia política. Una es la que nació
hace ya tiempo del informe de la Ponencia de 1995, cuando
consensuamos una estrategia en materia de drogas y que se encuadra en
las líneas de estrategia 2000-2008, que hoy nos ha vuelto a desgranar
con algunas medidas nuevas que no estaban antes anunciadas y que se
engloban en los planes de acción de la Unión Europea. Otra es la que
usted pone sobre la mesa en los medios de comunicación cuando hace
caso a oscuros consejeros o a mandatos explícitos de su Ministro o de
su Gobierno. Éste ha sido el caso de su última comparecencia con
motivo de la presentación de la famosa encuesta Salir de marcha. Ya
pasó igual cuando compareció con la señora Isel Rivero para
culpabilizar a la música de rock en la comparecencia del Gobierno con
motivo de la Asamblea de Naciones Unidas. En aquella ocasión usted le
preparaba un camino, no se sabe cuál, al discurso del Presidente del
Gobierno. Ahora, esta encuesta con la que usted inicia su
comparecencia, aunque usted cree que el Parlamento son los medios de
comunicación, viene acompañada de otra encuesta de la Ministra de
Educación para redondear su ofensiva conservadora. Esta generación a
la que ustedes llevan formando en estos cuatro años ha sido reflejada
en los medios de comunicación como una generación ignorante y beoda,
por cierto, mejor preparada en los centros públicos.

Debe ser que se pone nervioso, señor Robles, cada vez que tiene que
comparecer ante las Cortes. Usted ha dado ya unas cuantas ruedas de
prensa, ha anunciado ya unas cuantas medidas, la mayoría de ellas no
son nuevas, salvo algunas que usted acaba de desgranar hoy que sabe
positivamente que están en el borde constitucional, usted las ha
propuesto en aras a la reflexión, ni siquiera vamos a entrar en ese
debate si los instrumentos habituales no funcionan. La última de esas
medidas acaba de aparecer en el periódico ABC para elevar la edad
legal para beber alcohol a los dieciocho años. Parece dar la
impresión de que usted desesperadamente busca antes de llegar aquí el
huevo de Colón.

Generar alarmismo, señor Robles, es su segunda estrategia. Aquí no
puede concertar más con los centros privados como en la red sanitaria
para las listas de espera, porque ni siquiera ha asumido la red
sanitaria en muchos de los servicios que debería asumir en el futuro
y que usted mismo anuncia en el documento de Estrategia para el 2008.

No es un problema en este caso de negocio privado, todavía. Quienes
le asesoran sencillamente creen que las medidas liberalizadoras que
hoy el Gobierno pone sobre la mesa tienen también su complemento en
estas políticas a las que hay que dejar caer.

Primero se demoniza y se culpabiliza a los jóvenes, después se
recortan los presupuestos. Cuatro años de gobierno les han dado los
índices más negros que usted podría esperar, después de que gracias
al acuerdo para el programa de reducción de daños encauzáramos el
problema de la heroína. No hay control de la oferta, hay un
incremento de la oferta. No voy a citar al Observatorio Geopolítico
de Drogas en Francia que llamaba a España portaaviones de la droga,
le voy a citar simplemente las cifras del Cuerpo Nacional de Policía,
que estimaba en decomiso de heroína en 1988, 325 kilos, y en 1999,
952 kilos; en el caso de la cocaína, en 1998, 6.213 kilos, y en 1999,
14.136 kilos; en el caso de las famosas pastillas, las drogas de
síntesis, en 1998, 83.000 decomisadas, y en 1999, 241.586. Incluso
con aumento de plantilla, que no dudo que pueda haberse producido -el
Cuerpo Nacional de Policía sabe en qué medida-, ¿en tres veces se ha
incrementado la plantilla para que en tres veces se incrementen en
muchos casos los decomisos? ¿O en tres veces se ha multiplicado el
horario de la plantilla actual para que ése sea el índice de los
decomisos?
Operaciones contra el crimen organizado. El balance que hace el
Cuerpo Nacional de Policía, que está publicado por la Dirección
General, es que de siete operaciones, cuatro se refieren a obras de
arte, que, por cierto, parece que tienen una gran eficacia en ese
terreno, de lo cual me congratulo, pero sólo una se refiere a
blanqueo de droga en Colombia y ninguna hace referencia al famoso
nido de narcotráfico, tachado así por el Presidente del Gobierno, es
decir, el territorio de Gibraltar.

Estos son los resultados de la Oficina Central de Estupefacientes,
donde están los resultados de las UDYCOs y los EDOAs, por no hablarle
de otras operaciones de decomisos referidos a la Guardia Civil que,
como sabe, se especializa sobre todo el los tráficos de hachís y en
otras sustancias, pero no así en lo que se refiere al blanqueo de
dinero procedente del narcotráfico.

Fíjese, en la Comisaría de Villagarcía hay veces que no tienen más
que un policía de noche y un Zeta y el Pleno de Algeciras ha
demandado sucesivamente una comisaría en esa zona. Oubiña se pasea
con carné falso porque iba a viajar realmente con su identidad, y es
increíble la respuesta del Ministerio del Interior en el Pleno del
Congreso.

Contra el blanqueo de capitales tienen ustedes atascado e inoperante
el servicio ejecutivo, mirando para otro lado la Agencia Tributaria,
sin fiscales expertos financieros en la Fiscalía contra las drogas,
sin presentar en el Parlamento el estudio jurídico de la Abogacía del
Estado que la Comisión de Economía pidió, donde se planteó por parte
de todos los Grupos unánimemente el estudio para impedir las
actuaciones de las sociedades en Gibraltar.

Al Gobierno se le cae Gibraltar en la Cumbre de Feira. La amistad con
el Reino Unido sin duda produce réditos personales, pero no para
nuestro país, no para Gibraltar, no para lo que nos trae entre manos
que es, precisamente, la lucha contra el narcotráfico y contra el
blanqueo de capitales en determinadas zonas por todos conocidas.




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El Gobierno no tiene iniciativas en ese campo. No hace falta más que
seguir los teletipos para ver que la OCDE está planteando sanciones a
los paraísos fiscales; el Gobierno francés está planteando sanciones
y, además, España es un refugio de mafiosos.

Ustedes han aplicado procedimientos expeditivos de expulsión para
inmigrantes, pero no para mafiosos; y, aunque no vamos a hablar aquí
de extradición, es muy posible hablar de expulsión a otros países.

También hay que tener en cuenta las declaraciones del Alcalde de
Palermo; paraíso de mafiosos. No hay control de la oferta, señor
Robles, y aunque la demanda surge también por otras razones,
indudablemente, dónde no hay, no se puede comprar.

En relación con el control de la oferta de las drogas legales, el
Gobierno anterior avanzó en cuanto a la publicidad en la televisión.

¿Por qué ustedes no han dado pasos en los medios escritos? ¿Van a
esperar a que lo haga el representante de la Philip Morris, que ha ya
desistido de esa publicidad en Estados Unidos, donde han presentado
esa demanda a las tabaqueras? Esa es una cuestión que también está en
estudio en la Junta de Andalucía, pero no hay ninguna iniciativa en
ese sentido por parte del Gobierno. A lo mejor podrían ahorrarse el
copago, que tanto va a perjudicar a muchos ciudadanos. Las tabaqueras
ya han pagado muchos miles de millones de pesetas en Estados Unidos.

¿Por qué no anticipan las líneas directivas que otras Comunidades
Autónomas ya han anticipado? Las medidas a las que se refería en el
ABC ya existen en otras Comunidades Autónomas y, además de las que
ustedes bien se encargan de reprochar a las Comunidades Autónomas y a
los ayuntamientos, ¿por qué no hace el Gobierno de la nación lo que
le corresponde en esa materia?
En el plano asistencial y de reinserción, usted tiene unos retos
plasmados en el documento de Estrategia para 2003 y para 2008.

!Anticípelos! Usted sabe que necesita un presupuesto extra. ¡Exíjalo!
Le vamos a apoyar. También hay puntos negros ahí, sabe que se han
incrementado las muertes por sobredosis, aunque sea poco, pero ha
cambiado la tendencia. ¿Es que el presupuesto del Fondo va a ser el
que supla lo que los presupuestos habituales no cubren? Vamos a
volver al debate de la Ley del Fondo, ¿lo recuerda? Fue usted quien
se refirió entonces a que la Ley del Fondo no va a suplir lo que los
Presupuestos Generales del Estado tienen que establecer para las
necesidades de esta problemática. ¿Qué hubiera ocurrido con la
Comunidades Autónomas y con las organizaciones no gubernamentales si
no hubiera existido el Fondo? Por cierto, ese Fondo sólo dispone de
la tercera parte de los bienes que se decomisan por parte de las
Fuerzas de Seguridad, se decomisan hasta tres veces más según los
datos aportados por los informes policiales.

Los retos también son mezquinos, señor Robles, para los drogadictos
en la cárcel. ¿Cree que podemos esperar a 2003 para llegar al 30 por
100 en el programa
de jeringuillas en las cárceles? ¿Le parece que ese es un reto
ambicioso? Aunque se les prive de libertad no se les puede privar del
derecho a la salud y, por tanto, hay que ser más ambicioso también en
ese programa de intercambio de jeringuillas y en el programa de
reducción de daños.

Señor Robles, ¿ha valorado lo que puede suponer la reciente sentencia
del Supremo? Si con el actual Código Penal -que ustedes incumplen- no
se está llevando a cabo el cumplimiento alternativo, ¿qué puede
ocurrir si la jurisprudencia que se ha iniciado en el Supremo se
generaliza? ¿Qué podría ocurrir entonces? ¿Qué van a hacer ustedes?
¿Qué tienen previsto? ¿Qué tienen en marcha? De los sentenciados por
drogadicción, el 50 por 100 han cumplido menos de dos años de condena
y, según los datos, más del 80 por 100 la cumple en la cárcel. Estos
son datos de la prensa cuyo titular era: Sólo el 5 por 100 de los
toxicómanos condenados disfruta de medidas alternativas a la prisión.

Por tanto, se supone que para el otro 15 por 100 deberán tenerse en
cuenta algunos módulos terapéuticos, que bien pueden considerar los
jueces que pudieran estar cumpliendo algún objetivo. Las
organizaciones no gubernamentales saben que no, saben que salvo la
comunidad terapéutica de Soto del Real, el resto no llega ni con
mucho. Señor Robles, la comunidad terapéutica de Soto del Real es la
única experiencia para cumplir lo que dice el Código Penal, que deben
tener un cumplimiento alternativo. ¿Sabe cómo se financia esa
comunidad terapéutica de Soto del Real? También con la ayuda del
Fondo, gracias a que Proyecto Hombre ha conseguido la ayuda del
Fondo. El Gobierno no ha destinado nada en sus presupuestos.

Hablemos de la prevención, señor Robles. Su gran reto cuando llegó
era generalizar en la población escolar los programas preventivos,
pero es su gran fracaso. En 1997, 1998 y 1999, según dice el balance
de 1999 del Ministerio del Interior -que también da el balance del
Plan Nacional sobre Drogas-, hay 255 centros escolares que han
recibido el Programa «Construyendo salud», y cualquier provincia
tiene más de 3.000 centros escolares. ¿Cree, de verdad, que con los
presupuestos que tiene, el incremento que han tenido y lo que está
previsto, van a llegar a generalizar la prevención en los centros
escolares?
Señor Robles, hay que tener voluntad política y usted no la tiene
cuando prefiere la estrategia de crear alarma social, la que conduce
a culpabilizar a los jóvenes y a recortar presupuestos. Por cierto,
¿cómo han hecho el documento de Estrategia 2000-2008 sin haber
consultado antes la famosa encuesta «Salir de marcha»? ¿Se puede
cambiar en meses una estrategia que ustedes han diseñado para el
2008? Usted no tiene la serenidad que se requiere para este período,
le ha dado la deriva histérica. Si esa es su intención, no siga,
señor Robles. ¡Váyase!
La página web del Partido Popular es otra deriva histérica, para
denuncias anónimas y ustedes la retiraron.




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Por ese camino no siga, ¡váyase! Su etapa ha sido mezquina en
presupuestos y si no tiene voluntad para afrontar estos retos,
!váyase, señor Robles!
Gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora Diputada.

Tiene la palabra el señor Delegado del Gobierno.




El señor DELEGADO DEL GOBIERNO PARA EL PLAN NACIONAL SOBRE DROGAS
(Robles Orozco): Muchas gracias, señor Presidente.

Señoría, tengo que reconocer que la parte que más gracia me ha hecho
de su intervención ha sido la de «¡váyase, señor Robles!», porque
aunque me recuerda otras cuestiones que, evidentemente, no vienen al
caso, tiene aspectos graciosos.

En primer lugar, yo he venido a esta Comisión sin ningún tono
histérico y sin ningún derrotismo de antemano, sino al revés; con una
ilusión renovada no solamente por la confianza que el Gobierno de
nuevo ha depositado en mí para desarrollar estos cuatro años de
trabajo, sino también por unos resultados electorales muy recientes,
con los que da la impresión de que los ciudadanos han juzgado las
políticas que se han llevado a cabo, y no da la impresión de que lo
hayan sido en el mismo tono que usted apunta, pero, en todo caso,
repito, con una ilusión renovada.

Señorías, he venido aquí a explicarles una vez más los contenidos de
la Estrategia y la coherencia de esos contenidos con el conjunto de
los organismos internacionales en los que España está trabajando.

Creo que su señoría conoce bien que esa Estrategia, como no podría
ser de otra forma en un Estado de las Autonomías como el nuestro,
fuertemente descentralizado en lo político y en lo administrativo, es
del Estado español. No es una Estrategia exclusivamente de la
Delegación del Gobierno, donde por tanto sería imposible desarrollar
determinados objetivos si no fuese con el concurso y el acuerdo de
las Comunidades Autónomas, de los ayuntamientos, de las
organizaciones sociales, sino de todo el Estado español. Esto se va a
ir plasmando en un plan de medidas que va a ir desarrollando esta
Estrategia, que tiene ocho años de vigencia, pero que cada año
habremos de especificar en puntos concretos.

Por tanto, he venido a hablarles de futuro y de estos cuatro años de
trabajo que, lógicamente, tiene un fundamento inmediato en el trabajo
que hemos realizado a lo largo de estos cuatro años. Yo pensé,
señoría, que era en lo que no íbamos a centrar, porque creo que en la
anterior legislatura cada vez que he comparecido en esta Comisión o
que ustedes me han llamado, hemos tenido tiempo de analizar todas y
cada una de las cosas que hemos venido haciendo en los últimos cuatro
años. Prácticamente ya he contestado o hecho observaciones en mis
comparecencias anteriores a muchas de las cuestiones a las que usted
ha hecho referencia. Pero no
pensé que íbamos a iniciar la legislatura con una crítica a todo lo
anterior, aunque no fuese más que por la lógica metodológica -valga
la redundancia- de que hemos tenido unas elecciones, ha habido unos
resultados electorales concretos, y en este momento el procedimiento
es que el Gobierno comparezca para contarles nuestros proyectos. No
obstante, no tengo ningún inconveniente en contestar a lo que usted
ha planteado en cuanto pueda suponer un punto acertado o equivocado
de análisis sobre lo que va a ser nuestro trabajo en los próximos
años.

Señoría, creo que no ha sido ninguna salida de tono contar las cosas
como son. Yo siempre he pensado que las cosas hay que decirlas y
contarlas para que se pueda generar el debate en la sociedad, pues
estamos en una sociedad plural, viva, dinámica, en donde no se hace
todo a golpe de decreto, ni de proyecto, ni siquiera de ley, sino con
la participación de todos. Y en este tema de las drogas, en donde se
trata muchas veces de cambiar valores, actitudes, de generar
consensos en la sociedad, primero tenemos que partir del conocimiento
de la realidad. Si uno oculta la realidad, difícilmente va a poder
después aplicar coherentemente las políticas adecuadas.




Yo recuerdo siempre como anécdota que siendo portavoz de la oposición
en esta misma Comisión, en alguna ocasión cuando se les preguntaba a
responsables de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias
sobre la situación de las drogas en las cárceles, la contestación más
frecuente era negar la evidencia. Por tanto, cuando se les preguntaba
qué van a hacer ustedes en las cárceles para solucionar este
problema, como la contestación era que oficialmente no hay droga en
las cárceles, lógicamente y en coherencia con aquella contestación no
había que hacer nada, porque si no había drogas en las cárceles no
había que hacer nada. Eso lo he tenido que escuchar yo en esta
Comisión, señoría, como usted bien sabe. Desde luego, yo no seguiré
ese camino, porque me parece absolutamente disparatado, equivocado y
hasta esperpéntico.

Por tanto, cuando haya éxitos que presentar los presentaremos, pero
cuando haya déficit también lo contaremos, porque solamente sabiendo
cuál es la situación podemos tomar las medidas adecuadas para
hacerlo. Creo sinceramente que no ya en los últimos cuatro años, sino
la tendencia general en nuestro país es que se han producido datos
para la esperanza y el optimismo en algunas cuestiones. Hay una
tendencia extraordinariamente positiva en la incidencia de la heroína
en nuestro país, y eso es indiscutible. Creo que hay datos muy
positivos en cuanto al aumento de la percepción del riesgo y factores
de protección que manifiestan en este momento los adolescentes. Por
ejemplo, se ha invertido la tendencia en los consumos de pastillas,
lo que no significa que tengamos que bajar la guardia y que ya esté
hecho todo el trabajo, entre otras razones porque todos los años hay
nuevos adolescentes que se



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enfrentan precisamente ante el reto de su maduración, de sus salidas
nocturnas, de tantas y tantas cuestiones, pero la tendencia se ha
invertido. Hay datos positivos también, por ejemplo, respecto al
consumo de alcohol. Ahora bien, es verdad que también en los
preadolescentes, en los chicos de catorce y quince años, se producen
en este momento fenómenos de consumo de sustancias que hay que
analizar y estudiar y, por tanto, diseñar estrategias adecuadamente.

Esto es lo que hemos contado estos días dando los datos oficiales, no
de una encuesta o de ningún estudio nuevo. Si usted hubiera tenido la
oportunidad de leer los datos con tranquilidad se daría cuenta de que
lo que se ha contado en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo,
en un curso de cocaína que se ha celebrado por la Delegación del
Gobierno allí, son datos que estaban ya publicados en las diferentes
encuestas del Plan Nacional sobre Drogas. Lo que se ha hecho en un
contexto de un seminario específico de cocaína es juntar todos los
datos de todos los estudios de que dispone el Plan Nacional sobre
Drogas sobre cocaína y facilitarlos a los medios de comunicación y a
los estudiantes o asistentes al curso de una forma sistematizada.

Pero no había ni un solo dato nuevo que usted no conociera, porque ya
estaban todos publicados en los diferentes estudios y encuestas del
Plan Nacional.

Otra cuestión es que se haya mezclado con la publicación de un
informe que ha hecho algún medio de comunicación, no equivocando los
datos, sino comparando datos incomparables. Es decir, usted no puede
comparar los datos extraídos de una población general con los datos
de una población específica. No se pueden comparar los estudios
hechos con una población general de chicos entre catorce y dieciocho
años escolarizados en todos los colegios de España con una encuesta
hecha a chicos que van a un determinado sitio de diversión o
discoteca. Por tanto, los datos son absolutamente dispares, y es como
si usted se marcha ahora a Las Barranquillas y pregunta a las
personas de allí sobre el consumo de heroína, evidentemente los datos
sobre el consumo de heroína se disparan. En definitiva, no es que
sean datos equivocados, es que simplemente la metodología del informe
ha mezclado datos que no se pueden mezclar, y que informan sobre
hechos completamente distintos. Unos datos informan sobre la
situación en la población general y otros sobre la situación de
jóvenes que tienen un modelo determinado de ocio y van a un
determinado sitio a divertirse los fines de semana.

En todo caso, lo importante de la publicación del estudio es la
reflexión sobre el tema. Creo que es bueno que durante estos días se
haya hablado del asunto, se haya vuelto a reflexionar, se hayan hecho
comentarios, haya llegado información a los padres, haya permitido el
debate en asociaciones. A mí eso me parece extraordinariamente
positivo. Estamos en un Estado de opinión y, por lo tanto, creo que
es muy bueno que las
cosas lleguen a la opinión pública y se reflexione sobre ello.

Sinceramente, la experiencia de estos últimos años es que cuando
empezamos a hacer esto mismo, hace cuatro años, recuerdo que las
primeras veces que vine a esta Comisión y desde algunas otras
instituciones se decía que qué sentido tenía que en aquel momento
nosotros habláramos con tanta profusión, por ejemplo, de las
pastillas, de las drogas de síntesis. Que no era para tanto y que no
sabíamos si era el camino adecuado. Creo que después de cuatro años
la estrategia nos ha dado la razón: ha crecido el nivel de
información, ha crecido el nivel de rechazo a las pastillas, ha
crecido la percepción del riesgo y, curiosamente, ha bajado el
consumo. Me parece que, por lo tanto, no es un mal camino que
provoquemos el debate y la información. Esta es mi respuesta a esa
salida de tono en el punto de partida.

Por tanto, no se trata de generar alarmismo, pero tampoco de ocultar
los datos. Creo que la reflexión es el punto en el que tenemos que
estar. Hay datos muy positivos sobre la tendencia de los consumos en
los últimos años, pero que necesitan de reflexión y aportar las
políticas adecuadas. Por consiguiente, ni estoy nervioso, señoría, ni
formo parte de ninguna ofensiva conservadora, que yo no veo por
ninguna parte. Simplemente veo el sentido común de cómo se deben
hacer las cosas.

Usted ha hecho algunas afirmaciones sobre el control de oferta,
francamente muy desatinadas, porque los datos siempre hay que
tomarlos en su globalidad y depende de cómo uno esté dispuesto a
interpretarlos. Usted interpreta que el aumento en la eficacia
policial en nuestro país significa que hay más oferta de drogas. Si
eso no lo pone en comparación con los datos de los consumos, a lo
mejor podría llegar a ese análisis equivocado, pero como en cualquier
ley de la oferta y la demanda y del mercado, no parece muy razonable
que cuando estén bajando determinados consumos, por ejemplo, hubiera
más oferta.

Dígame qué sentido tendría en un mercado como el español, donde la
heroína se encuentra en claro retroceso, que las cantidades
incautadas fueran más importantes porque existiera un mayor consumo,
como usted ha dicho. Si resulta que hay menos consumidores y se ha
producido una mayor aprehensión de heroína por las Fuerzas de
Seguridad, da la impresión de que lo que ha habido es un aumento en
la eficacia. Si yo fuera un traficante de heroína no estaría
inundando un mercado que sé que no va a ser capaz de absorberla en
este momento. Simplemente, por la ley de la oferta y la demanda, no
parece razonable lo que usted ha dicho.

Lo que ha ocurrido, y usted no ha citado, es que el año pasado una
operación en la lucha contra la heroína llamada «carro» fue no
solamente histórica en nuestro país sino también en los países
occidentales. Si usted sigue, como supongo, los medios de
comunicación, se habrá dado cuenta de que fue una operación espectacu
lar



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en todos los sentidos, por la cantidad, por las organizaciones
implicadas, por la información que se obtuvo, etcétera, y que desde
su inicio ha habido una secuencia importante de operaciones
vinculadas a la lucha contra la heroína. Y ello, en las estadísticas
del Cuerpo Nacional de Policía y de la Oficina Central Nacional,
significa muchas más operaciones y un número creciente de cantidades
incautadas de esta droga.

Sería bueno que nos pusiéramos de acuerdo en que lo importante no son
las cantidades sino cuántas operaciones realizan los cuerpos de
seguridad frente a determinados grupos delictivos, porque en un
momento determinado podemos aprehender 5.000 kilos de cocaína, pero
no quiere decir que volvamos a encontrar esa cantidad; puede que los
carteles se asocien para mandar un determinado número o que cambien
de estrategia. Lo importante no es la cantidad, repito, sino el
número de operaciones.

Le puedo dar unos datos para que compruebe la tendencia de la
eficacia de los cuerpos de seguridad desde el año 1996. En este año,
el número de incautaciones o decomisos fue de 64.000; en el año 1997,
79.000; en el año 1998, 82.000 y en el año 1999, 91.000. Es decir,
cada año se ha producido un aumento en el número de operaciones, de
decomisos, realizados por los cuerpos de seguridad y coherentemente,
más actuaciones policiales, más eficacia e, insisto, usted debe
relacionarlo con las cifras del consumo.

Ha hecho también referencia en un tono equivocado, a mi juicio, a la
eficacia y profesionalidad de los cuerpos de seguridad. Pienso que
parte de un punto de error porque usted tiene como interlocutores en
el Cuerpo Nacional de Policía a algunos informadores con una visión
muy parcial. Convendría que primero se leyera usted las estadísticas
oficiales y después, en reuniones con los miembros de esos cuerpos,
comprobara las diferentes fuentes. Sólo en el último fin de semana,
ya que ha citado el caso de Laureano Oubiña, se ha detenido a
organizaciones formadas por personas tan conocidas; tampoco se ha
referido a Charlín, que acaba de ser detenido en una operación
importante, ni a la red desmantelada en Algeciras, con el tráfico de
hachís; ni ha mencionado los helicópteros, etcétera. Todas estas son
operaciones importantísimas y puede dar la impresión de que no hay
una eficacia como la que realmente existe.

En cuanto al blanqueo de capitales y a Gibraltar, afirma que no sólo
no ha habido avances, sino retrocesos. He de decirle que en este
período de tiempo -y no puede desconocerlo porque ha aparecido en la
prensa- se ha producido un acuerdo importantísimo con el Reino Unido
que va a facilitar -como ya lo está haciendo- una cooperación en el
ámbito policial sin precedentes, no solamente por la presencia de
funcionarios españoles y británicos en lo que llamamos puntos
calientes de información, sino porque han desaparecido
obstáculos como los que se producían en el tema de las
comisiones rogatorias. Por tanto, en la práctica se están dando unas
facilidades de trabajo que antes no existían. Insisto, es un
documento público que todo el mundo ha podido leer en la prensa y no
sé cómo puede llegar usted a esas conclusiones. Yo, por el contrario,
considero que hemos avanzado.

En cuanto al blanqueo de capitales, fíjese si tendremos un buen
sistema que el día 1 de julio, es decir, inmediatamente, España
presidirá el Grupo de Acción Financiera Internacional, donde vamos a
liderar por un tiempo las políticas internacionales.

En el ámbito de la demanda, ha hecho usted algunas referencias que
merece la pena comentar. No se puede ignorar que estamos en el Estado
de las autonomías, que existen competencias transferidas a las
Comunidades Autónomas y que cuando hablamos de la aplicación concreta
de los programas de prevención es impensable diseñar una estrategia
en el Estado español que no afecte al Estado de las autonomías. En
todas y cada una de las Comunidades Autónomas tiene que producirse el
acuerdo, el impulso y la ayuda necesaria para que se pueda realizar.

Usted parte de otro error conceptual, que es el hecho de que el Plan
Nacional tiene que disponer de los fondos necesarios para llevas
a cabo los programas de prevención cuando existe una consejería en cada
Comunidad Autónoma en materia educativa, que es la encargada de su
aplicación por ley, porque no estamos hablando de programas
especiales, sino del desarrollo de la LOGSE, a través de una
asignatura que se llama Educación para la Salud y que forma parte del
currículum de los estudios. Por tanto, se trata de que cada Comunidad
Autónoma en el ámbito de su competencia sea capaz de desarrollar este
tema, tal como lo han apoyado las Comunidades Autónomas. ¿Qué ha
hecho la Delegación? Determinar la metodología, los estudios, los
modelos y la base científica que compete al Plan Nacional sobre
Drogas para aportarlo a las Comunidades Autónomas, a las consejerías
de educación, con el fin de que dispongan de ese proyecto. Hoy ya
tenemos un modelo, no solamente diseñado científica y
metodológicamente, sino aplicado en cuatrocientos centros en el
territorio MEC donde ha habido grupos de control y donde sabemos
cuáles han sido los resultados obtenidos. He de decirle que no es el
único modelo de lo que se trata es de que sea uno u otro, el objetivo
que marca la estrategia nacional es que todos los chicos y chicas de
quinto y sexto curso de educación primaria puedan tener acceso a una
formación reglada.

Señorías, con relación a los presupuestos, me gustaría no pasar por
alto algo que cuando se leen los informes oficiales no se sostiene.

Usted ha hecho una referencia, insisto, absolutamente injusta. El
Plan Nacional sobre Drogas, entre los años 1996 y 2000 ha aumentado
en 1.900 millones de pesetas, es decir, un 42,46 porciento, con un
presupuesto de 6.227 millones de pesetas.




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Por tanto, hemos crecido en recursos, en fondos; muy diferente fue lo
que sucedió, como usted recordará, el año 1995, cuando se produjo un
recorte de 1.500 millones. Entonces estábamos debatiendo la Ley del
Fondo, y su señoría afirmó que no había ningún problema, que ese
recorte no era importante ni relevante porque para eso estaba esa
Ley, y eso figura en las actas de esta Comisión. Yo nunca he estado
de acuerdo con esa filosofía. Esa Ley se refiere a recursos
adicionales, no debería justificar ningún recorte presupuestario. Por
eso, no se ha realizado. Este aumento presupuestario al que yo he
hecho referencia es eso, un aumento presupuestario de los
Presupuestos Generales del Estado, independientemente de los recursos
que hayamos podido manejar a través de la Ley del Fondo. Y como he
dicho hace un momento, desearíamos mejorar su gestión, y para ello me
gustaría poder contar con el apoyo de los grupos parlamentarios de
esta Cámara, incluido, por supuesto, el Grupo al que usted
representa.

No es del todo cierto que al Fondo solamente llegue un tercio de lo
que se decomisa. Como usted conoce, hay diferentes vías por las que
llegan recursos decomisados al Fondo. Señoría, el Fondo prevé que
haya una serie de beneficiarios y, por tanto, los Cuerpos y Fuerzas
de Seguridad del Estado son beneficiarios del Fondo, y muchos de los
recursos que en este momento se decomisan no llegan a la Mesa del
Fondo porque los jueces, como usted sabe, señoría, tienen la facultad
de adjudicar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado los
bienes de que estamos hablando. Por tanto, hay fundamentalmente
coches y algunas embarcaciones que el juez adjudica directamente a
las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, y por eso, aunque un
coche concreto figure en los expedientes de decomiso, ese vehículo
nunca va a llegar a la Mesa porque el juez se lo ha adjudicado a
alguna Fuerza de Seguridad del Estado. Lo que sí ocurre es que cuando
se dicta una sentencia definitiva, la Mesa se tiene que ratificar
sobre si realmente ese bien se deja o no, pero lo cierto es que el
bien está ahí, señoría, independientemente de que ingrese o no un
fondo económico.

Señoría, precisamente le estoy poniendo sobre la mesa el ofrecimiento
de que nos ayuden a mejorar la Ley del Fondo. Creo que la experiencia
de la gestión de estos cuatro años demuestra que esa ley es mejorable
para llegar a cumplir el objetivo que todos perseguíamos: dotar de
mejores recursos la lucha contra la droga. Por tanto, hagamos la
reforma adecuada. Sinceramente le digo que yo estaré encantado con
ello.

A continuación quiero aportarle algunos datos. Señoría,
afortunadamente, las muertes por sobredosis siguen disminuyendo. Creo
que éste es el sexto año en que ha descendido el número de muertes
por esa causa. Considero que ése es un dato positivo, esperanzador y
a la vez coherente puesto que hay una mayor estabilización en
relación con la heroína. Por ejemplo, hay
unos mejores tratamientos para la disminución del daño, lo cual,
repito, es un dato positivo.

Usted aporta una información en la que se dice que el 30 por ciento
de las prisiones tienen como objetivo programas para el intercambio
de jeringuillas, pero a usted le parece que éste no es un objetivo
ambicioso. Pues fíjese, señoría, que hace tan sólo dos años y medio
que en España no había ni un solo centro penitenciario donde se
hiciera un programa de intercambio de jeringuillas. Este proyecto ha
resultado positivo, con lo cual en este momento ya tenemos en España
cuatro prisiones en las que se está desarrollando, proyecto que, como
usted sabe, señoría, costó desatascar a lo largo de años.

Por tanto, creo que debemos quedarnos en lo positivo. Es decir,
después de muchos años se ha puesto en marcha un programa de
intercambio de jeringuillas -y me consta que la Administración
socialista también lo intentó sin conseguirlo- que actualmente se
está generalizando ya en el conjunto de la población española puesto
que estamos todos de acuerdo en que la cuestión está en garantizar la
salud de las personas.

En cuanto a la famosa sentencia del Tribunal Supremo, quizá
convendría hacer, en primer lugar, una matización. En realidad no
estamos hablando de una sentencia sino de unas reflexiones sobre los
fundamentos de la sentencia. Por tanto, no es exactamente lo que
usted acaba de decir, señoría. Se producen unas reflexiones en el
fundamento de la sentencia por parte del magistrado, repito,
fundamentaciones y, por tanto, reflexiones que, sinceramente creo no
aportan demasiadas cosas nuevas a todas aquellas personas que llevan
muchos años trabajando en el mundo de las drogas.

Lo que realmente hace el fundamento de la sentencia es reconocer algo
en lo que creo estamos todos de acuerdo: que en los drogodependientes
o internos con problemas de drogodependencia prima el derecho a la
salud por otras circunstancias. Y es en esa filosofía en la que se ha
venido trabajando desde hace muchos años, no sólo en los últimos
cuatro. Esa es la filosofía por la que se han introducido en el
Código Penal esas posibilidades, la filosofía por la que se han
introducido los módulos de tratamiento en las prisiones, y es
asimismo la filosofía por la que en este momento muchas cosas están
en cumplimiento alternativo.

Fíjese su señoría que solamente en el Proyecto Hombre -por eso digo
que no siempre los datos de los informes publicados son los
correctos- el año pasado han cumplido 1.600 personas. Por tanto, tan
solo con los datos de Proyecto Hombre, que acaban de hacerse públicos
hace tan sólo una semana, se demuestra que esas cifras son muy
superiores y además están en una línea distinta de lo que usted acaba
de comentar sobre algo que ha aparecido publicado en prensa. Y en esa
dirección seguiremos trabajando.

Además, tengo que recordarle, en lo que se refiere a la experiencia
de Soto del Real, que nosotros apostamos por ella en su momento de
forma decidida. La



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hemos puesto en marcha durante cuatro años -es verdad que durante el
primer año con recursos de la Ley del Fondo, hay que contarlo todo-,
pero en este momento el recurso de Soto del Real está ya normalizado
con cargo a los presupuestos de la Comunidad Autónoma de Madrid y la
Agencia Antidroga.

En la Delegación existe un concepto que es el de impulsar proyectos
experimentales y hacer su evaluación, lo que hemos hecho ahora, por
ejemplo, con las salas de venopunción. Es decir, con cargo a los
presupuestos de la Delegación estamos financiando una experiencia
piloto que, de ser positiva y de desear que se generalice, cada
Comunidad Autónoma tendrá que asumir en sus propios presupuestos.

Ahora bien, como digo, la de Soto del Real no va a ser una
experiencia aislada. La estrategia nacional sobre drogas contempla
que cada Comunidad Autónoma tendrá un módulo similar al de Soto del
Real. En este momento ya estamos trabajando con Comunidades Autónomas
para que, al menos, en cada una de ellas tengamos un modelo
terapéutico similar al de Soto del Real. Yen todas las prisiones
españolas, en todas, señoría, ya hay unidades de tratamiento de
diferentes programas de drogas, a excepción de una pequeña prisión en
una isla del archipiélago canario. Solamente con el crecimiento que
se ha experimentado en los programas de metadona dentro de las
prisiones, donde ya más de 16.500 internos están con esos
tratamientos -hace cuatro años eran 2.500 internos los que estaban
dentro de ese programa- me parece, señoría, que se aprecia que la
tendencia es positiva. Y, como digo, la filosofía es que nosotros
creemos en ese modelo. Es decir, hay drogodependientes en una
situación jurídico-penal determinada y que necesitan todo el apoyo y
todo el esfuerzo posible precisamente en la línea sociosanitaria, que
es en la que nosotros estamos en este momento. Por tanto, vamos a
seguir trabajando en el cumplimiento alternativo y en esa dirección.

Por último, señoría, ha hecho usted referencia a la prevención y ha
dicho que es el gran fracaso. Yo no diría eso, pero sí estaría de
acuerdo con usted en decir que la prevención es la gran asignatura
pendiente. Por eso creo que la estrategia nacional sobre drogas pone
énfasis y esfuerzo en hacer de la prevención el pilar de las
políticas de droga en los próximos años. Creo que todos estamos de
acuerdo en que España ha conseguido un gran desarrollo en las
políticas asistenciales, que ha sido un gran esfuerzo durante los
quince años que lleva en vigor el Plan Nacional sobre Drogas, pero
también estamos de acuerdo en que hay que hacer más en políticas
preventivas.

Es verdad que en los últimos años hemos avanzado mucho en establecer
las bases científicas, metodológicas y evaluables de las políticas
preventivas, es verdad que se ha avanzado en cuestión de materiales y
en todo tipo de proyectos, pero ahora el reto es generalizar y
universalizar esa prevención, reto en el que forzosamente
contaremos con las Comunidades Autónomas, que son las que en
este momento van a tener competencias para poder aplicar esos
programas. Nosotros estaremos impulsando, apoyando e incentivando la
aplicación de estos programas -incluso también en el terreno
económico-, pero insisto en que hay que partir de la voluntad que en
este momento existe por parte de todos para poderlo hacer así.

Señoría, no hay, por tanto, que rectificar ninguna estrategia. La
estrategia es plenamente igual de válida.

Me ha sorprendido que usted haya hecho tanto hincapié mencionando ese
famoso estudio de la encuesta a la que usted llama Salir de marcha
-no sé si lo ha hecho para desarrollar después su línea dialéctica-.

En primer lugar tengo que decirle que no es ninguna novedad lo que se
dice en ese estudio. Es básicamente un estudio cualitativo que
describe un fenómeno: el consumo de los fines de semana, el ocio
vinculado a los consumos o los consumos vinculados al ocio. Este es
un estudio que financió la Delegación del Gobierno y que realizó una
entidad privada. Por tanto, los responsables en última instancia, los
autores, son personas pertenecientes a una ONG que, como le he dicho
hace un momento, trataba básicamente de analizar un fenómeno
relacionado con el mundo de la noche en determinados ambientes de
diversión tales como discotecas, etcétera. Se trataba de un fenómeno
básicamente descriptivo que no tenía pretensiones de cuantificar esa
tendencia y que, evidentemente, tiene unas diferencias metodológicas
distintas respecto de los estudios que habitualmente hace la
Delegación del Gobierno, pero no aporta ningún dato que nos haga
cambiar esa estrategia. Al revés. Salir de marcha, señoría, nos
reafirma. Otra cosa, señoría, es que usted esté confundiendo los
datos que aportamos en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo
con los datos que se publicaron sobre el supuesto estudio del Plan
Nacional sobre Drogas que, en realidad, es un estudio de IREFREA, una
entidad.

Señoría, aunque hayan coincidido en el tiempo, no son los mismos
estudios. En todo caso, los datos que se han dado en la Universidad
Internacional Menéndez Pelayo usted debería conocerlos y desde luego
todo el mundo conoce puesto que se han publicado en todos los
informes del Observatorio Español sobre Drogas. Son datos que vuelven
a incidir en el fenómeno del ocio y los consumos, y que vuelven a
explicar otra vez que el reto de los próximos años es básicamente
disociar el consumo de la diversión o viceversa, es conseguir
disminuir el conjunto de los psicoestimulantes, es decir, hacer que
baje el abuso actual de alcohol, de cocaína, de pastillas o de
marihuana. Ese conjunto de sustancias que se asocian en el
policonsumo en nuestro país es, cuantitativa y cualitativamente, lo
más relevante de los próximos años y las estrategias serán útiles
para afrontar este fenómeno.

Por lo tanto, señoría, creo que no hay que rectificarla estrategia,
sino que hay que profundizar en ella y



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desarrollarla. En todo caso, como ya le he dicho, nosotros estamos
dispuestos a corregir el rumbo cuando haga falta hacerlo. Creo que
una de las novedades importantes de la estrategia es que establece un
sistema de evaluación que nos permite medir si los objetivos se van
cumpliendo o si las medidas anunciadas responden a los objetivos
previstos. Si hay que rectificar, no se preocupe, señoría, que
seremos los primeros en hacerlo, pero al día de hoy todos los datos
que hemos presentado son coherentes y nos hacen reafirmarnos en que
la estrategia que se ha diseñado es la más adecuada para hacer frente
a los consumos de fin de semana, a los ocasionales y a los de
carácter lúdico o recreativo.

Muchas gracias, señoría.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Delegado del Gobierno.

Doña Carmen Romero, tiene cinco minutos. Se lo pido encarecidamente,
porque si no, no salimos de aquí.




La señora ROMERO LÓPEZ: Muchas gracias, señor Presidente.

A lo mejor ni siquiera me hacen falta los cinco minutos, pero sí
quiero decirle al señor Robles, puesto que el Presidente va a ser muy
exigente con los cinco minutos, a pesar de que el Delegado del
Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas haya hecho una réplica de
media hora, que lo que ha conseguido ha sido crear una gran confusión
en todo lo relacionado con los consumos.




El documento de la estrategia sobre drogas dice en algunos de sus
renglones: «No parecen apreciarse grandes cambios en el consumo de
cocaína en la población en general. Aunque según los datos más
recientes no parecen estar aumentando los consumos de alcohol, las
cifras actuales son suficientemente importantes para que merezcan
nuestra atención. La población adulta sigue siendo la que más consume
alcohol». Usted sabe que la encuesta «Salir de marcha» ha sido
realizada con informadores, que son relaciones públicas,
pinchadiscos, gerentes de los locales, policías de seguridad. Son
ellos los que han dado esa visión de los jóvenes. Y usted lo que ha
conseguido, con esa información que no ha delimitado y aclarado, es
que se genere una gran confusión en la opinión pública.

Ojalá fuera verdad lo que nos ha dicho sobre las muertes por
sobredosis, aunque, como vamos a seguir trabajando en ello y nos
queda por delante una larga legislatura, ya veremos hasta qué punto
es cierto. Pero, desde luego, ojalá fuera verdad. Yo no me he
inventado la cifra, como tampoco me he inventado todo lo que se
refiere a los tráficos. Sepa que he sacado los datos del Informe de
la Policía Nacional y que yo no tengo informadores, señor Robles.

Probablemente, esa fuera una costumbre de su grupo, pero mi grupo no
la tiene, pues acude a los documentos oficiales para informarse. Por
supuesto que era un decomiso especial el de heroína, eso ya lo sabía,
pero no ha ocurrido lo mismo con los de cocaína y drogas de síntesis,
esos sí responden a la evolución.

No es cierto lo que dice sobre módulos terapéuticos, porque no es ésa
la información que tienen las organizaciones no gubernamentales, que
son las que están trabajando en ello y las que señalan las graves
carencias que tienen los reclusos en las cárceles. Si es cierto, como
usted dice, que el Plan sobre drogas ha aumentado considerablemente
su presupuesto, ¿a qué lo han destinado? Lo que sí han conseguido es
generar en la opinión pública la sensación de que este problema no
tiene solución.

Usted ha editado en la Delegación sobre drogas cuatro libros que
llevan por título «Actuar es posible», pero no ofrece una
información, mezclada o no, con intención o sin ella, simplemente
para que la opinión pública y la sociedad española sepa los riesgos a
los que se expone. Un cargo público tiene que dar respuestas
y generar la ilusión de que actuar es posible, y usted ha conseguido
crear la opinión generalizada de que actuar no es posible.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias.

Señor Delegado, le pido también mucha brevedad.




El señor DELEGADO DEL GOBIERNO PARA EL PLAN NACIONAL SOBRE DROGAS
(Robles Orozco): Muchas gracias, señor Presidente.

Señoría, no quiero prolongar más el debate hablando de los mismos
temas, pero sinceramente creo que usted ha vuelto a poner las cosas
en su sitio. Leyendo lo que dice la estrategia, se dará usted cuenta
de que estamos diciendo exactamente lo mismo que lo que recoge la
estrategia. Si usted lee bien lo que se ha publicado sobre los
informes, verá que dice exactamente lo mismo que lo que usted acaba
de leer: que la cocaína no ha crecido en la población en general. El
dato hacía referencia, señoría, única y exclusivamente al tramo de
edad comprendido entre los catorce y los dieciséis años. Eso es lo
que decía la estrategia y eso es lo que se ha dicho ahora. Usted
podrá estar de acuerdo o no, pero no me diga que no es coherente; lo
que dice la estrategia y lo que se ha dicho en la Universidad
Internacional Menéndez Pelayo es exactamente lo mismo. Podrá usted
discrepar y creer, usted y sus compañeros, que estamos equivocados.

Están ustedes en su derecho, pero hay cosas que no son opinables, que
son científicas y se demuestran o no. Si alguien en este momento se
ríe y me dice que los datos no son ciertos, que ponga sobre la mesa
otro estudio que me convenza de lo contrario, que traiga un estudio
que demuestre que lo que yo estoy diciendo no es verdad. Uno puede
opinar sobre algunas cosas, pero si es de día es de día y si es de
noche es de noche. Hay cosas que no son opinables. Usted podrá estar
de acuerdo en si el programa es más



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acertado o no, pero los datos son cuantificables y lo que es
cuantificable se puede medir.

Por lo tanto, señoría, reafirmo todo lo dicho anteriormente. Sepa que
me ha aportado un dato extraordinario leyendo lo que dice la
estrategia, pues ha puesto de manifiesto que lo que se dice en ella
es exactamente lo mismo que lo que se ha contado durante estos días.

Insisto en que «Salir de Marcha» no es una encuesta, sino un estudio
cualitativo, descriptivo, pues se trataba de describir el fenómeno. Y
creo que el resultado obtenido es coherente con lo que venimos
diciendo durante estos años y confirma el fenómeno.

Señoría, lo que sí le digo es que no se pueden mezclar metodologías.

No se puede comparar una encuesta -como usted sabe que se hace a la
población en general- con una muestra. En España pocos estudios se
hacen con 21.000 muestras a una población escolar entre catorce y
dieciocho años; pocos estudios se hacen con una muestra de 12.000
encuestas a la población en general. Pues la encuesta a la que usted
hace referencia se ha realizado con 1.300 muestras en toda Europa y
no sólo en España. Por lo tanto, comparar encuestas de 21.000 ó
12.000 muestras con encuestas de mil y pico muestras en toda Europa
-es decir, con una finalidad no cuantitativa sino cualitativa- es un
error de quien ha diseñado ese estudio, que no se ha fijado, quizá
por falta de experiencia, en la imposibilidad de comparar.

Insisto en que yo me quedo con lo positivo, y me parece que todo lo
que se ha dicho ha sido enormemente positivo, no para generar -como
usted dice- alarma social, sino para propiciar una reflexión, una
toma de conciencia y poder derivar las estrategias adecuadas.

No deja de ser curioso, señoría, que usted me diga ahora que lo que
yo pretendo es alarmar. Eso supone un cambio radical en mi actitud de
la legislatura anterior a ésta. En la anterior legislatura su
obsesión, la de su Grupo, era decir que yo pretendía adormecer, y
ahora resulta que lo que busco es alarmar. Durante los últimos años
que he estado al frente de la Delegación he leído constantemente sus
argumentaciones sobre que la obsesión del Gobierno del Partido
Popular era adormecer a la sociedad para que termine creyéndose que
ya no existe el problema de las drogas. Pero empezamos la siguiente
legislatura diciendo que mi obsesión es alarmar para convencer a la
sociedad de que no hay solución al problema de las drogas; eso sí que
es un cambio: antes yo quería adormecerles y convencerles de que ya
no había problema y ahora, según usted, quiero alarmarles y
convencerles de que no hay solución. Pues ni lo uno ni lo otro.

Creo que hay que poner las cosas en sus justos términos y darse
cuenta de que hay datos enormemente positivos: la respuesta que
colectivamente España está dando a las drogas, el armazón
institucional que hay en nuestro país frente a las drogas, las
políticas que se desarrollan en diferentes sectores preventivos,
asistenciales o de oferta. Todo eso es positivo, igual que hay
datos positivos en cuanto al consumo, pero hay otros datos que son
menos positivos y a los que, evidentemente, tendremos que hacer
frente y para los que tendremos que desarrollar políticas adecuadas.

Es verdad que esa serie que ha editado la Delegación, que es una
serie histórica del «Actuar es posible», centra bien las cosas. Creo
que es posible actuar, que se puede movilizar a la sociedad y a las
administraciones, y que lo estamos haciendo. Los datos que reflejan
las diferentes encuestas demuestran que hay más información, que hay
más rechazo hacia los consumos, que hay más percepción del riesgo en
la mayoría de las sustancias, que hay sensación de menor
disponibilidad. Y todo eso son datos que no me los he inventado. Yo
no soy el que hace las encuestas, señoría; las hacen los
profesionales; los profesionales son los que dicen qué ítems hay que
medir y valorar. Son encuenstas que se vienen haciendo desde hace
muchos años. Antes de que yo fuera delegado ya se hacían estos
estudios en la Delegación del Gobierno. Por lo tanto, esas encuestas
miden tendencias desde hace unos años hasta ahora, y hay datos buenos
y positivos y hay otros menos buenos y menos positivos. En
definitiva, señoría, ni vamos a adormecer a la sociedad, ni vamos a
alarmarla. Simplemente vamos a movilizarla con una política colectiva
de concienciación y de prevención en los consumos y los abusos de
drogas.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Delegado.

Por el Grupo Parlamentario Mixto, tiene la palabra tiene la palabra
el Senador Dimas Martín.




El señor MARTÍN MARTÍN: Gracias, señor Presidente.




Quiero manifestar, en primer lugar, que me gustaría haber podido
participar más ampliamente en este debate tan interesante pero, por
desgracia, no he sido convocado para asistir ni a la primera sesión
de esta Comisión, celebrada el día 22, ni a esta de hoy. Hoy estoy
aquí por casualidad, porque he venido al Pleno de la Cámara y al
entrar me he encontrado en la tablilla el anuncio de la celebración
de la Comisión, y yo, raudo a la hora de cumplir con mi obligación,
me he ido al Congreso y he tenido que volver. Señor Presidente, los
que tenemos la suerte de vivir en Canarias sufrimos el inconveniente
de la lejanía, y para asistir a una comisión a las once de la mañana
hay que venir el día anterior, porque los de las islas menores no
tenemos una combinación que nos permita llegar a tiempo, y creo que
los de las islas mayores tampoco, porque el primer vuelo sale a las
ocho u ocho y pico y, además, estos días estamos sufriendo
overbooking.

Por lo tanto, como no he podido llegar a oír toda la exposición del
señor Delegado, sólo voy a hacer algunas matizaciones sobre todo en
lo que se refiere a Canarias.




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Creo que la Senadora Romero se ha encargado de hacerle a usted un
montón de reproches. Yo diré simplemente que, en Canarias, vemos con
mucha preocupación este problema, como no podía ser menos.

Antes de entrar en mi exposición, le doy la bienvenida a la Cámara
por esta primera comparecencia en esta legislatura y le felicito por
lo que supongo que es su confirmación en el cargo. Le deseo toda la
suerte del mundo. No tiene usted un problema fácil por delante. Va a
necesitar de toda la colaboración, y como este es un problema que no
tiene colores políticos supongo que todos haremos lo que esté en
nuestras manos para colaborar y para pedirle cuentas cuando llegue el
momento. En el Grupo Parlamentario Mixto sí le vamos a dar esos cien
días de gracia en esta nueva legislatura.

Toda su exposición se ha basado más que nada en la prevención del
consumo de droga. Le he oído decir poco sobre las medidas que se
piensan tomar para perseguir el tráfico. Y estamos hablando de una
zona como Canarias, altamente sensible, frontera sur de Europa,
abierta, con poco vigilancia, muy cercana a África. No hay que
olvidar que la isla de Fuerteventura está apenas a ciento y pico
kilómetros del continente africano; que si se nos cuelan todos los
días pateras con inmigrantes, más fácil será que se cuele la droga a
través de barcos pesqueros, a través de yates. Y como ustedes saben,
desde Canarias parten diariamente, sólo de la isla de Lanzarote, ocho
vuelos diarios directos con la península. Si eso lo multiplica por
todas las islas, imagínese la cantidad de pasajeros que pueden venir
a la península sin ser controlados, porque si entra en un yate, entra
en un pesquero, facturan su maleta -no tengo conocimiento de que, en
los terminales de Canarias, las maletas pasen por ningún filtro; sí
el equipaje de mano- y eso facilita que los traficantes puedan
trasladarse, no sólo a la península, sino al resto del continente
europeo a través de tantas decenas de vuelos directos que no pasan
control policial, como usted sabe, por la libre circulación de
viajeros, y se pueden trasladar libremente a cualquier otro país.

En Canarias hace falta más vigilancia. Tenemos una carencia en cuanto
a Fuerzas de Seguridad del Estado. Eso está reconocido por el propio
Ministerio del Interior. Es mucho menor el número en relación a la
población y al territorio en las islas que en la península, y ahí
debería usted incidir bastante.

Por otra parte, he visto la buena voluntad de llevar el programa de
prevención a los colegios. Usted mismo ha reconocido que la mayoría
de las competencias en esta materia están prácticamente trasladadas a
las Comunidades Autónomas. Yo me pregunto: ¿Las Comunidades Autónomas
van a asumir esa intención suya? Porque no le quepa duda de que, para
poner ese programa en marcha, habrá que tener un plantel de
profesores especializados, que costarán dinero, y me imagino que
algunas otras dotaciones para hacer llegar ese programa de
prevención, y dudo mucho de que, si el Gobierno central
no dota a las Comunidades Autónomas con un presupuesto anexo, ese
programa puede tener muy buenas intenciones pero, al final, no lograr
la efectividad que debiera tener. Porque no le quepa duda de que
usted mismo tendrá que reconocer que viene aquí con toda la buena
voluntad, expone un gran programa de intenciones, pero después de un
año, de dos, los resultados finales no están acordes con esa voluntad
que usted acaba de exponer y que estoy seguro de que ha manifestado
en otras ocasiones. (El señor Vicepresidente, Álvarez Álvarez, ocupa
la Presidencia.)
Hablaba usted de la reinserción en el mundo laboral de los
drogodependientes una vez que hayan pasado por los correspondientes
programas. Usted sabe que, en la práctica, basta que cualquier
empresario se entere de que el chico que le llega procede de la
cárcel porque ya ha cumplido su pena o que viene de un centro de
cumplir un programa, para que aquél sea rechazado. Y si usted no
consigue que las organizaciones empresariales se comprometan de
verdad -no sé con qué acuerdo- con el Gobierno para guardar un cupo
para estas personas, difícilmente van a admitirlas.

Me habría gustado venir documentado para poder hablar de cifras, pero
echamos en falta que, en los fondos de los decomisos, apenas
aparezcan bienes procedentes de Canarias. Eso lo dice incluso el
informe, que se extraña de ello. Nosotros sabemos, porque lo vivimos,
porque lo notamos, que en Canarias existe el tráfico, que el consumo
es preocupante y que tiene a una juventud destrozada. Me imagino que
tendremos ocasión de hablar de todas estas cuestiones. No me gusta
entrar en un debate sin tener datos que sean veraces. Aquí no se
puede venir con suposiciones sino con datos ciertos. En todo caso, en
Canarias vemos con preocupación especialmente la poca incidencia en
la persecución de este tráfico, cuando usted sabe que allí las
fronteras son permeables y que no son siete islas: aquí se conocen
siete, pero son ocho islas. Una, como es la Graciosa, con unas playas
espléndidas, sin organización administrativa, pero donde hay 600
habitantes y donde los yates procedentes de cualquier punto del mundo
llegan, fondean en esas playas, y no sabemos si siempre vienen a
tomar el sol o si nos traen algún regalo que después, con total
facilidad, pasan a la isla de Lanzarote y de ahí - repito- al resto
de Canarias o del continente.

Muchas gracias.




El señor VICEPRESIDENTE (Álvarez Álvarez): Gracias, señor Martín.

Para contestarle, tiene la palabra el señor Delegado.




El señor DELGADO DEL GOBIERNO PARA EL PLAN NACIONAL SOBRE DROGAS
(Robles Orozco): Gracias, señor Presidente.

Voy a responder con brevedad, para comentarle los temas que preocupan
a su señoría, que son los mismos que me preocupan a mí como Delegado
del Gobierno.




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Canarias tiene unas condiciones geográficas afortunadísimas pero,
como es lógico, también fruto de esas condiciones geográficas tiene
algunos retos o problemas complementarios. La insularidad, como usted
bien sabe, y la cercanía a las costas africanas, son un reto. El
Gobierno ha tomado nota de ello desde hace tiempo y estamos
intentando soslayar el problema en la medida en que podamos por las
dificultades presupuestarias que conlleva dotar un plan de esa
dimensión. Pero la Guardia Civil, como usted sabe, tiene un plan de
desarrollo de protección de las costas, incluyendo las islas, en
donde hay una serie de embarcaciones encargadas para dar cobertura.

Asimismo, se ha hecho un esfuerzo por parte del servicio de
vigilancia aduanera en lo que es la cobertura aérea pero,
evidentemente, señoría, no le oculto que es un punto débil, en el que
hay que hacer un mayor hincapié.

Como podrá imaginar, ésas son las condiciones en la que nosotros nos
movemos. Es como si usted me comenta -y yo le tendría que dar la
razón- que entre África y España en algunos puntos del Estrecho hay 5
kilómetros de distancia y de la misma manera que se presencia en este
momento el tráfico de seres humanos, también existe el tráfico de
drogas. Lo mismo podría comentarnos cualquier otro país. Fíjese usted
lo que significa, por ejemplo, la frontera mejicana con los Estados
Unidos y los medios tecnológicos de que dispone este país, a pesar de
lo cual hay dificultades estructurales geográficas con las que hay
que enfrentarse.




Por ello, en la lucha contra la droga, como en general contra todo el
crimen organizado, no siempre se trata de barreras físicas o
tecnológicas, sino de conseguir más información; ésta última es muy
importante en la eficacia de los cuerpos de seguridad, además de todo
lo que contribuya a poner más dificultades.

Espero que sepa su señoría que se está desarrollando paulatinamente
un proyecto para mejorar los medios materiales en las islas Canarias
de cara a la protección, no solamente en cuestión de droga, sino
también en cuanto a avalancha de tráfico de inmigrantes.

Tengo que darle la razón en relación al compromiso que tienen que
adquirir las Comunidades Autónomas. Lo que sucede es que tenemos que
empezar a ser todos coherentes. En un Estado de las Autonomías,
cuando se reciben competencias, éstas llevan ya un paquete de
financiación y cuando se admite esa competencia con ese paquete de
financiación entre sus responsabilidades está desarrollar lo que
compete por ley. Esto quiere decir que cuando uno está asumiendo el
desarrollo de la Educación está asumiendo todo lo que la ley
contempla, y también incluye la educación para la salud.

Por lo tanto, una Comunidad Autónoma tiene una obligación de
desarrollar -no es una opción- la educación para la salud como una de
las transversales que plantea la LOGSE. Podremos colaborar de todas
las formas posibles y tendremos que buscar todo lo adicional
que se quiera, pero, una vez que uno ha asumido las competencias
y la financiación, no puede ser un argumento el problema de la
financiación, porque, en todo caso, esa cuestión se debe debatir en
el momento en que se está trabajando en la transferencia con el
Ministerio correspondiente, pero una vez aceptada la transferencia
y aceptado el paquete de financiación a partir de ese momento la
responsabilidad legalmente es de la Comunidad Autónoma.

Señoría, debo decirle que estamos dispuestos a analizar y a estudiar
todas las fórmulas adicionales que sean necesarias y, de hecho, lo
estamos haciendo. Cuando se aplica un modelo determinado, aunque sea
en el territorio MEC, y se transfiere, cuando se diseñan modelos a
cargo de los presupuestos del Gobierno central, cuando se hacen
estudios de evaluación, son formas de colaborar con una Comunidad
Autónoma, y entre todos tenemos que estar de acuerdo en que si
estamos diseñando un modelo de Estado hay que ser coherentes con él.

Por lo tanto, cuando se asume una competencia uno tiene que saber que
la está asumiendo y luego no vale decir: no la puedo realizar porque
no tengo los medios suficientes. No sé en qué momento procedimental
habría que haber hablado eso, pero si usted ha asumido las
competencias de la gestión sanitaria, ha aceptado las competencias en
materia educativa, tiene que saber que entre sus obligaciones está
desarrollar esta materia.

La reinserción de los drogodependientes es, evidentemente, uno de los
grandes temas que tienen una enorme dificultad. Conoce su señoría que
desde que llevamos trabajando en ello todos los años tenemos un deseo
de mejorar los instrumentos de integración. El que usted ha definido
sería el ideal, pero en un mundo como el nuestro, de relaciones
fluidas entre empresarios y sindicatos, en donde funciona la libertad
de empresa, es prácticamente inviable. ¿Qué sistema se ha escogido?
Se la elegido la discriminación positiva, de forma que, conociendo
realmente en términos prácticos cuál es el perfil del
drogodependiente básicamente heroinómano que requiere este tipo de
programas, se ha llegado a un acuerdo con el Instituto Nacional de
Empleo, de forma que se han reservado plazas donde el Gobierno lo
puede llevar a cabo, que es en las escuelas-taller, los talleres de
empleo. De ese modo lo que se está haciendo es facilitar la formación
y la capacitación profesional, así como la incorporación al trabajo a
través de este convenio que tiene el Instituto Nacional de Empleo con
la Delegación del Gobierno. Ha permitido ir incorporando una serie de
proyectos a un número creciente de drogodependientes y, como he
señalado, vamos a renovar ese convenio con el Instituto Nacional de
Empleo para seguir incorporando personal por esa vía, sabiendo que es
un proceso lento, complicado y probablemente con déficit, pero es el
más eficaz en estos momentos para lareincorporación de los
drogodependientes.




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Al leer su señoría el informe del Fondo, que es el que remitimos a la
Cámara, le ha llamado la atención un dato que a nosotros también nos
preocupa, y es por qué no llegan en la misma proporción al fondo
bienes de determinados lugares y audiencias cuando hay un número
importante de actuaciones policiales en las que previamente se han
decomisado una serie de bienes que luego no terminan de llegar. Puede
haber diferentes razones, entre otras, que la ley es bastante nueva,
que muchas veces se produce un desconocimiento por parte de los
tribunales sentenciadores y todo eso se va corrigiendo. En última
instancia nos ha parecido bueno apuntar este dato, que a nosotros
también nos ha saltado a la vista, que lógicamente necesita un
análisis o incluso una explicación por parte de los órganos
jurisdiccionales correspondientes de cómo y por qué, por ejemplo, en
Canarias, llegan tan pocos bienes al fondo.

Muchas gracias, señoría.




El señor VICEPRESIDENTE (Álvarez Álvarez): A continuación, tiene la
palabra el representante del Grupo de Coalición Canaria, señor
Rodríguez.




El señor RODRÍGUEZ DÍAZ: Señor Presidente, señor Robles, señorías, en
primer lugar, esta mi primera intervención de la Comisión Mixta sea
también para saludar al señor Delegado y transmitirle nuestros
mejores deseos de éxito, porque en esta tarea son los éxitos de todos
nosotros y de todos los españoles.

En esta materia tan delicada que nos ocupa nadie puede desear que una
persona al frente de una responsabilidad como ésta fracase, al margen
de que podamos compartir o no estrategias, metodologías o resultados.

Desde Coalición Canaria, tanto con este Gobierno como con el
anterior, les deseamos los mejores éxitos en ese trabajo. (El señor
Presidente ocupa la Presidencia.)



Debo reiterar, como han hecho algunos compañeros, mis disculpas por
el retraso, debido a la lejanía que sufrimos y las dificultades de
estos días en temas de avión, que alcanza no sólo a las islas menores
sino también a las mayores, y que hoy hemos sufrido, yo al menos
personalmente. Esa idea de condiciones favorables -que, señor
Delegado, no nos confundamos, son puramente climatológicas, porque en
todo lo demás son dificultades, por lo menos para los que vivimos en
las islas Canarias-, y esa visión un poco folklórica, distorsionan
muchas veces la realidad de nuestra situación.




A pesar de todo, leeré posteriormente con mucho interés su
intervención en esta Comisión cuando se publique en el «Diario de
Sesiones». Asimismo, debo decirle que, como se trata de mi primera
comparecencia en esta legislatura, la intervención no va a incidir en
aspectos demasiados concretos, sino que se va a basar en mi
preocupación para que su mandato durante los próximos años sea lo más
fructífero posible. De entrada
debo decirle que a mí personalmente me gustaría que este tipo de
comparecencia tuvieran lugar con relativa frecuencia, no para hacerle
a usted perder el tiempo ni a nosotros, sino porque del mutuo
contacto y de la exposición de nuestras preocupaciones, informaciones
y de las suyas probablemente se derive no sólo un mejor conocimiento
del problema, sino que si usted es abierto, todos tendremos algo que
decir sobre esto con experiencia muy diversa, en algunos casos pobre
pero también bien intencionada, y espero que usted esté dispuesto
a aprender y a recoger iniciativas y propuestas de todos nosotros, lo
mismo que nosotros le escucharemos con muchísima atención.

Como todos sabemos, tanto en materia de droga como en otros aspectos,
están definidos algunos ámbitos de actuación que podríamos resumir en
represión, prevención, tratamiento, rehabilitación y reinserción.

Por lo que a la represión se refiere -cuestión que me produce un
prurito por la sola expresión de la palabra, aunque creo que en este
tema no nos tiene que asustar hablar de represión del delito, del
tráfico, del blanqueo de capitales-, es fundamental la coordinación
de todos aquellos organismos, fuerzas, departamentos que tengan algo
que decir, y no nos podemos quedar solamente en aspectos muy
parciales, como los estrictamente policiales, y ya usted se ha
referido al financiero y algunos otros, que quizá en algunos ámbitos
no se han afrontado de una forma tan coordinada como fuera necesario.

Con respecto a la prevención, me preocupa algo a lo que usted también
se ha referido. Si algo hay multidisciplinario o multidireccional es
precisamente la prevención y, prácticamente, sólo he oído hablar de
lo que son los programas de educación para la salud, dejándolo además
en la responsabilidad de las Comunidades Autónomas.

No voy a entrar en el debate sobre las transferencias porque se
presta bastante a la demagogia. Decir que si negociaron mal éstas,
allá las Comunidades Autónomas que lo transfirieron mal, creo que es
una actitud escapista y poco generosa, y me extraña que adopte usted
esta actitud respecto de este tema. Si en algún momento histórico se
hizo alguna transferencia con claras insuficiencias -sobre todo, en
aquellas que se negociaron hace bastantes años, especialmente en los
aspectos de educación, porque las sanitarias fueron posteriores, y
pudo haber fallos-, no nos podemos escudar en que se hizo mal. Desde
todos los ámbitos, no sólo el autonómico, sino también desde el
Gobierno Central, si alguna transferencia fue mal dotada, debemos
tratar de que ahora esté bien y no existan excusas para que ningún
nivel de la Administración del Estado pueda alegar la falta de fondos
para afrontar estas tareas. Y digo además que la prevención no es
sólo la educación para la salud. Hay otros ámbitos también muy
importantes, como el de los medios de comunicación,incluso, el de las
corporaciones locales y el de las



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organizaciones no gubernamentales, así como la colaboración también
de la iniciativa privada, el mecenazgo, etcétera, nivel que también
debería afrontarse.

Respecto al tratamiento y la rehabilitación, no voy a incidir más en
esta cuestión. La evolución de las tendencias está ahí y hay que
tenerla en cuenta no sólo respecto a la prevención, sino también en
cuanto al tratamiento y la rehabilitación. Es cierto que están
cambiando muchas tendencias en el consumo, idea que, en general,
comparto con usted, por lo que creo que no hay que bajar la guardia,
pero tampoco hay que aumentar la alarma social, ya que podría ser
contraproducente. Tenemos experiencias de informaciones sobre
prevención y educación para la salud mal llevadas y que han producido
el efecto contrario al deseado, sobre todo, en niveles de educación
primaria y secundaria. Por tanto, si no se afrontan adecuadamente,
pueden ser contraproducentes.

Me preocupa bastante el aspecto de la reinserción -cuestión ya
tratada-, no solo la social, sino la laboral. Y tengo que decirle que
no solo hay experiencias en las escuelas-taller y talleres de empleo,
sino que en algunas Comunidades Autónomas, incluso antes de las
transferencias de las competencias del INEM -a través de los
institutos de formación y empleo de algunas Comunidades Autónomas que
tienen está competencia transferida, pero incluso antes-, mediante
los convenios INEM-corporaciones locales, y ya ahora en las
Comunidades Autónomas con competencia transferida, se abordan
programas en colaboración con las corporaciones locales referentes a
cupo de empleo para toxicómanos en proceso de rehabilitación, no sólo
de presos, sino de drogodependientes tratados en los centros de
atención, que están dando muy buenos resultados.

No obstante, no creo que este tipo de actuaciones deban limitarse
solamente, como también ha dicho ya algún compañero de esta Comisión,
a los convenios con las corporaciones locales. Por el contrario, hay
que implicar también a la iniciativa privada en dichos convenios,
porque da sus resultados. Son resultados limitados, que hay que
valorarlos en su propio contexto, incluso de la tipología psicológica
de las personas inmersas en estos programas, afrontándolo con
realismo. Por tanto, la iniciativa privada, que se encuentra en un
buen momento económico, debe colaborar también con los proyectos
sociales de este tipo. Los Gobiernos, sobre todo, el Gobierno del
Estado, debe implicar a la iniciativa privada, a las organizaciones
empresariales en esta materia, porque da sus resultados. De hecho, en
corporaciones locales concretas -y yo puedo hablar con conocimiento
de causa- hay experiencias de muy buena rentabilidad, quizá mejores
que respecto a otros tipos de colectivos de marginación social.

Por otro lado, se ha hablado de presupuestos, cuestión que me parece
importantísima, ya que pretender que sin presupuestos pueda abordarse
este problema es absurdo, e insisto en este punto lo referido a las
transferencias.

En Canarias, por ejemplo, es un problema específico,
candente, como seguro que lo es en todas las Comunidades Autónomas
-no voy a decir que el de Canarias sea mayor, aunque se dan
situaciones muy concretas, como puede verificar el Senador por
Lanzarote en el municipio de Arrecife, por una serie de condiciones,
que no dependen sólo de las corporaciones locales, ni insulares, ni
siquiera de la Comunidad Autónoma, y que todos conocemos-, que hay
que tratarlo con medidas también presupuestarias específicas. Por
tanto, la colaboración con las Comunidades Autónomas, las
corporaciones locales y las organizaciones no gubernamentales, con
las condiciones de control y homologación precisas, debe partir
también, en el ámbito presupuestario, no sólo del Plan Nacional, sino
de los presupuestos generales. Y, a este respecto, estoy seguro de
que cuando se debatan los presupuestos contará con el apoyo de todos
los Grupos Parlamentarios, ya que hará falta un esfuerzo específico
para el Plan Nacional sobre Drogas.

Me gustaría también incidir -y brevemente, porque no quiero
extenderme más de lo necesario en esta primera intervención- en que
éstas son políticas a medio y largo plazo. No sé, señor Delegado, si
le estoy aburriendo y espero que no sea así, pero tenga en cuenta que
el que prometa que va a acabar con el problema de la droga a corto o
medio plazo está absolutamente equivocado o intenta engañarnos y yo
creo que a estas alturas a pocos nos pueden engañar con promesas
fáciles. Por eso también repito que no envidio la situación en que se
encuentra. No obstante, en la medida de nuestras posibilidades, aun
con la crítica y el control necesarios, va a tener nuestra ayuda.

Usted entiende mucho más que nosotros de esto, aunque no por eso nos
vamos a callar, y sí vamos a intentar ayudarle y, en la medida en que
podamos, haremos posible esa colaboración y esa información. A este
respecto, aunque los tiempos y las situaciones hayan cambiado, creo
que pueda ser interesante leer y estudiar la historia, por ejemplo,
sobre la lucha y represión contra el consumo de tabaco entre los
siglos XVI al XVIII, lo que nos puede dar idea de lo que no se debe
hacer y por dónde no deben ir las cosas. Seguro que usted lo conoce,
pero puede ser muy interesante.

También quisiera decir que hay aspectos que quizá no toque
directamente el Plan Nacional sobre Drogas, pero, respecto a la lucha
contra el consumo de alcohol y, en otro ámbito muy diferente, contra
el tabaco, habitualmente sustancias muy consumidas -y aunque sé que
tienen un tratamiento muy diferenciado, ya que el tabaco conlleva
políticas diferentes, adoptadas desde el Ministerio de Sanidad, con
resultados muy tímidos, nos pueden ayudar a seguir incidiendo
positivamente al respecto-, quisiera hacer una llamada de atención
sobre todo por lo que se refiere al consumo de alcohol entre jóvenes,
que, a pesar de que los estudios sobre lastendencias puedan decir lo
contrario, me resulta preocupante



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y es un tema que conozco muy de cerca por el ámbito de la
administración local en el que trabajo y por mi condición
profesional.

Para terminar y como también le dije al inicio de mi intervención, me
gustaría que su presencia en esta Comisión, dentro de lo que permitan
su trabajo y el nuestro, fuera relativamente frecuente y que,
convocando su comparecencia con el tiempo suficiente y sin tener
prisas, pudiéramos dedicar alguna sesión más a analizar a fondo estos
aspectos.

Insisto en nuestra disposición a colaborar en todo lo que sea
preciso. Es un problema que nos atañe a todos, del cual no digo que
no se deba hacer política, porque política hay que hacer con todo, ya
que aquélla recae sobre todos los aspectos de la actuación humana y,
por supuesto, es tarea de todas las administraciones públicas, pero
no es un ámbito para hacer demagogia. En ese sentido, contará con
toda nuestra colaboración, también con nuestro seguimiento y nuestra
crítica, si fuera necesario, pero -insisto- con nuestra honesta y
leal colaboración, porque a todos nos preocupa mejorar los resultados
del Plan Nacional sobre Drogas y, por su puesto, de su Delegación.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Senador.

Antes de que conteste el señor Delegado del Gobierno, quiero decir a
los Senadores Froilán Rodríguez y Dimas Martín que, efectivamente, ha
habido un defecto de comunicación. Les pido disculpas por ello y
espero que no vuelva a ocurrir.

Gracias.




El señor DELEGADO DEL GOBIERNO PARA EL PLAN NACIONAL SOBRE DROGAS
(Robles Orozco): Gracias.

Señoría, en primer lugar, quiero agradecerle muy sinceramente su tono
en la intervención, su ofrecimiento de colaboración, así como las
reflexiones que ha realizado sobre lo que debe ser en el futuro, en
esta legislatura, la actuación del Plan Nacional sobre Drogas.

Tenga la certeza, señoría, de que no solamente no me aburre, sino que
he escuchado muy atentamente todo lo que usted ha dicho. Y le he
escuchado, lógicamente, con la responsabilidad y también la
preocupación que requieren sus reflexiones.

Estoy muy de acuerdo con que es un gesto de madurez el no generar
unas expectativas infundadas, como también es un gesto de madurez no
ejercer un pesimismo infundado. Como siempre, creo que la virtud está
en la moderación y en el centro.

Creo que hay motivos suficientes para sentir que las políticas que se
han venido aplicando no ya en España sino, en general, en la
comunidad internacional sí dan sus frutos. Soy totalmente contrario a
ese pesimismo que algunas veces se nos trasmite sobre que no es posible
hacer más y no se han conseguido objetivos. Eso no se sostiene
con un análisis riguroso y serio de los resultados que se han ido
consiguiendo en las políticas de consumo o de cooperación
internacional. Otra cosa muy distinta es que el fenómeno siga siendo
extraordinariamente importante, que sean políticas que hay que
aplicar con constancia y perseverancia, pero seguramente, no sé si a
medio o a largo plazo, se obtendrán mejores resultados.

Las políticas que se están aplicando en España, en coherencia con las
políticas internacionales, están dando sus frutos. Hay motivos
suficientes para pensar que la constancia da resultados. Eso sí, no
hay que generar la falsa expectativa de que ésta es una cuestión que
de la noche a la mañana se va a arreglar porque alguien va a sacar la
varita. En ese equilibrio nos vamos a mover y seguramente nos vamos a
ocupar de hacerlo.

Estamos de acuerdo en que sigue habiendo datos, a pesar de las
tendencias en positivo, que continúan siendo preocupantes. Que haya
en este momento datos positivos del crecimiento de la percepción del
riesgo en los abusos del alcohol o de las drogas sintéticas, que haya
un dato positivo, por ejemplo, en el menor consumo, no significa que
el abuso del alcohol de los fines de semana no siga siendo lo
suficientemente relevante e importante como para que centre,
prácticamente, un porcentaje altísimo de las políticas que hagamos
los próximos años.

Como he dicho hace un momento, hay que saber que hay cosas que van a
formar parte del tronco común de la educación que cualquier chico o
chica va a tener en nuestro país y en cualquier país desarrollado en
los próximos años porque probablemente las generaciones presentes y
futuras van a saber que van a convivir con las drogas y que, por
tanto, van a formar parte de su cultura, de sus lugares de encuentro,
que van a tener que saber manejarlas, rechazarlas, convivir con ellas
y, en definitiva, integrarlas que no aceptarlas en sus modos de vida.

Eso significa que la sociedad ha de aceptar que tiene que plantearse
esto como un hecho estructural y no coyuntural. Hemos aceptado que en
algún momento cuando se produce el boom de la explosión de los
consumos en España y surgen todas las respuestas institucionales
alguien construye la idea de que esto va a ser pasajero. Existe una
especie de melancolía permanente que consiste en pensar que seguimos
alargando el proceso. Y quien construyó la idea de que esto iba a ser
algo pasajero no estaba en la verdad. Este es un fenómeno estructural
de las sociedades occidentales probablemente del siglo XXI que va a
convivir con muchas otras formas de nuestra vida y que se entronca
con una sociedad competitiva, hedonista, etcétera. Esta es la
expresión de un fenómeno desafortunado de las sociedades en las que
nos toca vivir. Por lo tanto, tendremos que educar a las generaciones
presentes y futuras enesa situación y tendremos que crear
instrumentos para



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minimizar el daño y el riesgo que suponen realmente las ofertas y las
demandas de drogas en los próximos años. Estoy, por tanto, de acuerdo
con su preocupación.

No voy a entrar, porque no creo que sea el momento procedimental, en
si las Comunidades Autónomas tienen o no competencias, pero sí quiero
decirles que en este caso no hay ninguna intención por parte de
ninguna administración ni ningún responsable político de jugar al
ratón y al gato y hurtarnos responsabilidades, sino que hay voluntad
por parte de todos de coger el toro por los cuernos y de poner desde
nuestro nivel de responsabilidad y de competencias todo lo que
podamos poner.

Por lo tanto, haya o no transferencias, haya o no en ese momento una
responsabilidad directa, todos tenemos un compromiso. Eso es lo que
significa la aprobación de la Estrategia Nacional que hemos hecho en
el mes de diciembre, un compromiso colectivo de todos los españoles,
de todo el Estado español para hacer frente a este problema de las
drogas.

Estoy muy de acuerdo también en que no es una competencia exclusiva
de la Comunidad Autónoma en cuanto a la aplicación de la educación
para la salud. Hay otras muchas esferas de actuación: las familias,
los medios de comunicación y la prevención en el mundo laboral. Y
solamente haciendo congruente todos los espacios de prevención
podremos realmente ir avanzando de una forma tangible.

Señoría, termino agradeciéndole sus reflexiones con las que estoy muy
de acuerdo y quiero decirle, por supuesto, que estoy a su disposición
para que podamos venir cuantas veces sean necesarias a la Comisión o
cuantas veces usted quiera requerir de la Delegación cualquier
información que para su estudio pueda serle útil.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Delegado.

Por el Grupo Parlamentario de Izquierda Unida, tiene la palabra la
Diputada doña María Luisa de Castro.




La señora CASTRO FONSECA: Muchas gracias, señor Presidente.

Señorías, señor Delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre
Drogas, en nombre del Grupo Parlamentario Federal de Izquierda Unida,
le agradecemos su presencia en esta Comisión.

Tengo que manifestarle que estoy sorprendida del debate de esta
mañana, pues venía yo aquí con otro espíritu. Pensaba yo que esta
Comisión desprovista de competencias legislativas tenía objetivos muy
concretos que eran de debate y elaboración. Y, la verdad,
francamente, señor Robles, permítame decirle que me ha sorprendido su
actitud arrogante, su optimismo exultante y su defensa a ultranza de
las políticas del Gobierno.

Pensaba yo que venía usted aquí a hacer un ejercicio de humildad
que en el tema de la droga siempre es conveniente, a compartir con
nosotros y con nosotras, los Diputados y Diputadas y Senadores
responsables de otros grupos políticos, las inquietudes, los posibles
avances o los posibles retrocesos.

Es una mala actitud porque, además, usted sabe bien que en temas
sobre la droga -decía el Senador que me ha precedido en el uso de la
palabra- no hay que hacer demagogia. Desde luego, esta Diputada se
compromete a no hacer demagogia en esta Comisión jamás. Hay que
procurar establecer las bases para el consenso porque es un tema en
el que deberíamos trabajar por consenso. Y su actitud está, desde mi
punto de vista, desde mi percepción personal, de piel y de mente muy
alejada para que se cree el caldo de cultivo propicio para que haya
en la Comisión esa actitud que, por otra parte, sería deseable.

Muy brevemente -yo sí le voy a dar a usted los cien días de gracia-
voy a darle algunos apuntes que son de interés para que usted los
tenga en cuenta. Dice usted que se van a preocupar de que la escuela
aborde el tema de la educación en materia de drogas y que también se
van a preocupar de hacerlo desde un supuesto programa, no creo que
desde una asignatura -de esto podríamos hablar largo y tendido- que
se llamaría educación para la salud.

Después de que las mujeres y los profesionales de la atención
primaria de salud hemos venido reivindicando históricamente la
educación para la salud desde la escuela, la respuesta del Partido
Popular, antes en la oposición y ahora en el Gobierno, siempre ha
sido la misma, es decir, una actitud pacata de preservar la inocencia
de los niños, de decir: ¡Por Dios, por Dios, por Dios, ya aprenderán
cuando sean mayores! Me alegro de que ustedes hayan cambiado este
punto de vista porque -como bien debería saber usted- el mejor
antídoto contra el miedo es la información. Es verdad que en el tema
de las drogas todos tenemos miedo, unos porque somos padres y, por
tanto, educadores, otros porque salimos a la calle a pasear y algunas
de las personas que tienen problemas con las drogas generan a su vez
problemas de inseguridad ciudadana. Es verdad que hay que combatir el
miedo con la información, pero a mí me da más miedo su propuesta, y
le voy a ser sincera. Porque, ¿qué programas de educación para la
salud tienen previstos? ¿Cómo se va a trabajar en este tema en la
escuela? Creo, señor Robles, que de lo que se trata es de trabajar
sobre la cultura del abuso y no del uso, porque las drogas han sido
elementos de integración social en todas las culturas y los
verdaderos problemas de las drogas se han empezado a plantear con el
trasvase cultural y con el abuso.

Podemos seguir eternamente discutiendo sobre quien tiene la verdad en
este tema y jamás llegaremos a un acuerdo si no somos un poquito más
humildes y sino somos capaces de poner en la picota las políticas



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que hemos venido desarrollando, no en España, sino en el mundo, con
escasos resultados, permítame que se lo diga, con escasos resultados.

Y se lo digo yo que además de ser Diputada hago voluntariado social
desde hace treinta años en el tema de las drogas y que he trabajado
profesionalmente en el tema.

No me coinciden los datos que usted da para nada con la realidad
cotidiana, pero tampoco me coinciden con el Plan Regional de Drogas
de Madrid, donde claramente se dice que ha aumentado el consumo de
cocaína en una ciudad como Madrid. Y no creo que haya demasiadas
diferencias, señor Robles, entre Madrid y Barcelona, las grandes
ciudades que hemos convenido en llamar los políticos.

Tampoco como ciudadana me cuadra porque todo el mundo sabe que la
cocaína desde hace ya más de catorce años está circulando de una
manera absolutamente normal en la noche de todas las grandes
ciudades, en las fiestas, y no precisamente encontramos ahí el perfil
de toxicómano que empezó a consumir, por ejemplo, heroína, sino que
se consume en las clases medias, en las clases medias altas, en las
clases bajas. Porque la cocaína, que inicialmente tenía un perfil de
consumo de gente con nivel de rentas altas, ha pasado a ser una droga
que consume todo el mundo, incluso los propios dependientes de la
heroína que, generalmente, como usted debería saber, son
politoxicómanos.

La cultura del abuso incluye la cultura del abuso farmacológico y del
abuso alimentario y yo creo que por ahí es por donde habría que
trabajar. Yo no estoy dispuesta, de ninguna manera, a que trabajemos
en la línea de algunas ONGs subvencionadas por las distintas
administraciones del Estado, que luego sacan manuales terroríficos
donde dicen cosas que no sólo no son suscribibles sino que, como bien
sabe, en el tema de las drogas cualquier desacierto es un desatino y,
por tanto, en materia de coordinación institucional yo no le voy a
dar un cero, porque yo soy una mujer generosa, pero creo que deberían
ustedes revisar la coordinación institucional, porque mientras usted
mantiene este discurso, en ayuntamientos gobernados por el Partido
Popular se multa sistemáticamente a los bares donde se encuentran
fumadores de hachís, por poner un ejemplo bien concreto, y esto tiene
efectos perversos clarísimos. Es decir, el hachís huele y, en
consecuencia, es fácil detectar dónde se consume, pero no huelen las
drogas de diseño, ni las de síntesis, ni las químicas, y de alguna
manera, desde estas instituciones, con este tipo de criminalización
a los consumidores de drogas blandas como el hachís, se está fomentando
y potenciando el consumo de drogas duras, y esto lo digo desde la
responsabilidad política que me asiste y desde mi condición de ex
Concejala reciente del Ayuntamiento de Madrid.

También asistimos a la doble moral permanente de este discurso que
luego se traduce en que los mismos que hacen el discurso patrocinan
actividades culturales
de todo tipo con alcohol y con tabaco. Tengo ejemplos concretos, no
quiero hacer partidismo de esto, y lo pongo encima de la mesa para
que ustedes lo consideren y lo tengan en cuenta. Por tanto, menos
optimismo y más coordinación institucional.

Me sorprende notablemente que no hable usted de los sistemas de
evaluación, y cuando habla lo hace usted alejado absolutamente de lo
que es una actitud intelectual sana que es instalarse en la duda. Los
sistemas de evaluación no resisten en una buena cantidad ni el más
mínimo grado de análisis científico. Le podría poner a usted
ejemplos, pero por no incurrir en el partidismo los voy a omitir en
esta primera sesión, y cuando tengamos un ambiente más coloquial, y
cuando todos pongamos encima de la mesa nuestras cartas y
manifestemos que lo que queremos es resolver el problema, entonces
será el momento de hacer un análisis que se acerque a la realidad,
porque si nos estuvieran escuchando las madres y padres de los
afectados, sus hermanos, su entorno inmediato y los propios
afectados, creo que tendríamos que callar porque tendrían que
rectificarnos a casi todos. Le repito, me sorprende que no hable de
los sistemas de evaluación. Y permítame que le diga que se están
gastando billones de pesetas en políticas de prevención y de
asistencia en el terreno de las drogas y que los resultados, señor
Robles, no son buenos, y decir que son buenos es seguir gastando
dinero público en políticas que no están dando los resultados
apetecidos, y yo sé que el Partido Popular y todos los aquí presentes
tenemos la misma voluntad política, que es acabar educando en el uso,
y no en el abuso, al conjunto de la sociedad.

Tampoco le he oído hablar de la educación sanitaria de los médicos de
atención primaria, porque no están entrenados para abordar estos
problemas, y porque todo son redes paralelas, pero la red sanitaria
pública tiene la obligación de asumir este problema, desde la red
sanitaria y pública tiene que existir el abordaje adecuado a estas
cuestiones, y no le he oído yo a usted hablar de la formación de los
médicos de atención primaria que, por desgracia, y le repito, no la
tienen para el abordaje de estas cuestiones.

Tengo que decir alto y claro que esas encuestas que se publican y que
tienen que ver con la conducta del colectivo de los jóvenes son un
error en materia de políticas de prevención de drogas y que no se
puede satanizar a un colectivo social como son los jóvenes por dos
razones: una, porque no es verdad que esa encuesta sea extrapolable
al conjunto de la población juvenil, y, otra, porque los que hemos
trabajado y trabajamos en materia de prevención sabemos que eso nunca
se debe hacer en materia de drogas. Ponga usted contra la pared al
colectivo y verá cómo acaban todos consumiendo, que es el objetivo
contrario al que perseguimos desde las políticas de prevención.

Yo creo que usted mismo, en unas declaraciones que hacía el otro día,
ponía en evidencia el fracaso de las



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políticas prohibicionistas, y a mí esto es lo que me interesa poner
encima de la mesa. Yo sé que no se puede abordar el tema de la
legalización desde un sólo país, pero también sé que se pueden y se
deben poner en marcha nuevas estrategias y que hay que abordar nuevas
políticas que nos permitan al menos abrir debates institucionales y
sociales sobre la posibilidad de legalizar determinadas sustancias
como el hachís con el ánimo de correr el riesgo -por qué no- de saber
qué es lo que pasa, porque ya llevamos muchos años corriendo el
riesgo de aceptar las políticas prohibicionista sin que el tema haya
mejorado en absoluto, porque sí es verdad que ha bajado el consumo de
heroína, pero ha bajado después de muchísimos años de la gran
tragedia de los jóvenes españoles con la heroína porque los propios
jóvenes han visto a qué conduce la heroína, no por las políticas que
hemos hecho desde las instituciones, sino porque de lo que se ve se
aprende. Sin embargo, está subiendo el consumo de otras drogas menos
conocidas, y usted dice que baja, y a mí me gustaría que dejara de
decir que sus informaciones son científicas, porque para que yo
pudiera darles un mínimo de credibilidad a sus estadísticas tendría
que saber cuáles son los parámetros con los que se funciona, sobre
qué sectores poblacionales se actúa, etcétera. Yo creo que hay que
abandonar esa actitud de arrogancia y hay que venir con el ánimo que
comentaba el Senador que me ha precedido en el uso de la palabra,
porque yo creo que éste es un tema grave, de interés general.

Poco ha hablado usted de la persecución del tráfico y del blanqueo de
dinero, y aquí sí que señalo que se han realizado poquísimos avances,
y que esta Diputada conozca, ni siquiera los bancos están dando la
información sobre el blanqueo de capitales. Por tanto, tenemos un
largo camino por recorrer.

También se ha olvidado usted de una cosa muy importante, señor
Robles, que es el marco familiar, porque, mire usted, la mayor
influencia en el crecimiento integral de un ser humano la ejerce el
marco familiar. La escuela es importante, pero lo más importante y lo
que determina la escala de valores de un ser humano fundamentalmente
radica en su familia. Por tanto, no nos ha contado usted en absoluto
cómo va a intervenir en este marco familiar para potenciar esos
valores que acaben con la cultura del abuso. Tampoco nos ha dicho
cómo va a intervenir en el marco familiar para educar a los padres,
que a su vez tienen la obligación de educar a sus hijos desde la
responsabilidad y la coherencia. Y yo creo que éste también es un
tema importante.

Tampoco nos ha hablado usted de dispositivos de apoyo socio-
sanitarios a las familias afectadas y, francamente, tengo que decirle
que en capitales tan importantes como Madrid estos dispositivos de
apoyo a las familias, no a los toxicómanos, brillan por su ausencia,
y usted sabe, igual que yo, que cuando un hijo enferma, enferma toda
la familia y, por tanto, es conveniente
que desde las instituciones se garantice ese apoyo socio-
sanitario a las familias que tienen este problema.

Por tanto, señor Presidente, señor Delegado, señorías, no es éste un
tema para la arrogancia ni para el optimismo, éste es un tema para
trabajar honestamente, con apertura de miras, con un actitud
intelectual sana, instalándose en la duda respecto a las políticas
que venimos poniendo en marcha que, por otra parte, no son tan
diferentes. Hay bastante seguidismo institucional en las políticas
sobre drogas y no creo que ustedes estén haciendo nada que no hagan
otros, están haciendo políticas que se llevan haciendo muchos años,
prácticamente desde 1986 hasta ahora, con un escaso éxito.

Por lo tanto, señorías, lo que nos queda es sencillamente trabajar, y
trabajar para acertar. Desde esa convicción y desde ese propósito,
quiero que tenga la absoluta seguridad de que va a contar con el
apoyo del Grupo Parlamentario Federal de Izquierda Unida, para
avanzar en el análisis, en la elaboración y en el debate de nuevas
políticas que vengan a dar nuevas respuestas a los nuevos retos que
nos están planteando las drogas, porque no estamos hablando hoy de
las drogas como lo hacíamos hace treinta años, ya que también el
mercado de las drogas plantea nuevos retos, señor Delegado del
Gobierno.

Con esa voluntad política de consenso y de honestidad, hay que
trabajar para nuestros chavales, para nuestros niños y niñas, para
nuestros adolescentes y para los que no son tan adolescentes, porque
parece que aquí sólo se drogan los jóvenes, pero aquí se drogan todos
los segmentos de la población. Aquí no solamente se drogan los
lumpen, aquí se drogan todas las clases sociales. La droga es un tema
de todos y entre todos tenemos que encontrar soluciones reales que
vengan a dar respuesta a las demandas de los ciudadanos afectados.

Por favor, dejemos de hacer publicidad de las políticas
gubernamentales, porque esta es una tarea de todas y de todos, y
porque sus políticas han mamado de la experiencia profesional y
política de otros que les han precedido y los que vengan detrás
desgraciada o afortunadamente tendrán que hacer lo mismo.

Nada más y muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora Diputada.

Tiene la palabra el señor Delegado del Gobierno.




El señor DELEGADO DEL GOBIERNO PARA EL PLAN NACIONAL SOBRE DROGAS
(Robles Orozco ): Gracias, señor Presidente.

Señoría, me ha ilusionado mucho que al empezar su intervención me
haya concedido cien días de gracia, y aunque después he visto que, a
lo largo de la misma, los ha ido usted reduciendo y me los ha dejado
en el 50 por ciento, en todo caso, comprendo el tono constructivode
su intervención.




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Tengo que decir que en mi vida privada procuro no ser nada arrogante,
porque no es una de las cosas que me gustan, e intento trasladar ese
estilo también a mi vida pública. Por lo tanto, siento haber
transmitido esa impresión porque no era mi intención aunque, eso sí,
lógicamente tengo que defender las políticas del Gobierno. Sería
incongruente por mi parte que no defendiera las políticas del
Gobierno porque, en ese caso, lo más coherente sería no estar en él.

Con ilusión y con esperanza fundada he procurado transmitir cuál va a
ser nuestra línea de trabajo, y yo creo que no hay que confundir la
ilusión y la esperanza que uno tiene cuando asume una responsabilidad
con un optimismo infundado, ni mucho menos con una actitud arrogante.

Esa es la actitud con la que en este momento empezamos esta
legislatura; es decir, con la ilusión y con la esperanza de aportar
cosas y espero que al final de la legislatura hayamos logrado en
estos temas tan delicados algunos avances de los que nos podamos
sentir todos satisfechos.

Usted ha hecho referencia a la LOGSE, porque supongo que a eso se
refiere cuando habla de los programas de educación para la salud.

Señoría, no se trata en este momento de que yo lo haya manifestado
ya, no se trata de que hayamos descubierto la pólvora, es que existe
una ley de educación y en ella ya se contempla como una obligación el
desarrollo de la educación para la salud. Es una ley que nosotros
estamos, lógicamente, obligados a cumplir y, por tanto, a
desarrollar. La educación para la salud es una asignatura transversal
-no troncal- que contempla la LOGSE y en ese sentido hay que
desarrollarla. En su día hubo debates sobre qué era más conveniente,
si una asignatura transversal o una troncal, pero es evidente que a
estas alturas todos, independientemente de que pensemos que el
sistema educativo está lo suficientemente cargado como para cargarlo
con muchas troncales, hemos descubierto la enorme dificultad que
significa desarrollar las transversales y que la transversalidad
requiere retos importantes. En cualquier caso, no es el debate de
hoy; es lo que tenemos y, por tanto, hay que desarrollar este modelo
y llenarlo de contenido. Asimismo, la experiencia de estos años nos
dice que todo lo que no sea dar al profesorado una formación de
pregrado significa después tener que movilizar muchos recursos, mucho
esfuerzo y no siempre con los resultados que nos hubiera gustado.




Su señoría ha hablado de su preocupación sobre qué programas vamos a
hacer en cuanto a la educación para la salud. Le puedo tranquilizar
diciendo que España tiene ya una larga experiencia al haber diseñado,
constatado y contrastado también con el conjunto de expertos
internacionales nuestros programas, que están entre los mejores en
cuanto a la calidad de la educación para la salud en los colegios en
nuestro país. Por lo tanto, son programas desarrollados por
profesionales, muchos de ellos constatados por la evidencia y, en
todo caso, le
puedo garantizar que con el rigor que requieren este tipo de
trabajos. En lo que sí empezamos a discrepar usted y yo es en lo
relativo a qué es lo que tienen que abordar estos programas.

Evidentemente, un programa de educación para la salud no va a abordar
exclusivamente el problema de las drogas, supone una educación
sanitaria mucho más amplia.

Sobre el uso o el abuso de las drogas, también la experiencia nos
dice que cuanto menos se usen, mucho mejor. En un concepto amplio de
salud, en este momento de lo que se trata, claramente, es de retrasar
la edad de contacto con las drogas y, si es posible, que nunca se
produzca ese contacto. porque si usted es profesional de la salud
debe saber que existen sustancias que desarrollan patologías,
independientemente de la adicción o no, de la toxicidad o no; es
decir, desarrollan patologías que de otra manera nunca se habrían
desarrollado. Podríamos estar de acuerdo o discutir sobre si puede
educarse sobre el uso o el abuso del alcohol, que es una sustancia
incorporada a nuestra cultura, pero a estas alturas -y por la
experiencia que tenemos en materia de toxicomanías- a nadie se le
ocurriría hacer una política sobre el uso racional de la cocaína. A
mí me parece que pocos profesionales defenderían un uso racional de
la cocaína, no existe racionalidad alguna en el uso de la cocaína y
el que la usa tiene todas las papeletas no sólo para desarrollar una
adicción sino también, probablemente, para desarrollar problemas
físicos y psíquicos de una trascendencia capital. Por lo tanto, hay
sustancias sobre las que no hay discusión; no hay uso racional de la
heroína, no hay uso racional de la cocaína y no hay uso racional de
las metaanfetaminas, porque cualquier uso provoca inmediatamente un
problema orgánico y físico importante. Sobre esta cuestión
precisamente hemos estado discutiendo y formándonos en la Universidad
Internacional Menéndez Pelayo hace unos días, donde hemos contado con
profesionales y científicos nacionales e internacionales que trabajan
sobre este tema, y hemos aprendido mucho sobre las reacciones del
cerebro ante el estímulo de recordar lo que significa la cocaína,
etcétera. Por lo tanto, no hay discusión sobre este tema porque me
parece que no hay posibilidad de formar sobre el buen uso de la
cocaína.

También tengo que discrepar sobre si ha habido o no escasos
resultados. Me alegra que usted admita que, por lo menos, hay escasos
resultados, porque si son escasos es que hay algunos, lo que
significa que no todo lo haremos tan mal y que estas políticas
también dan algunos resultados. Le voy a cambiar el adjetivo porque
creo que los resultados no son escasos sino que son enormemente
positivos. Este año Naciones Unidas ha hecho algo que yo echaba en
falta hace tiempo, en su informe anual ha presentado un balance
histórico de lo que significa y de por qué se sigue en todo el mundo,
en este momento, una política que llamamos no de represión sino de
fiscalización; la política de fiscalización



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acaba de cumplir cien años y, por tanto, ya tenemos una visión
histórica lo suficientemente importante para saber si esa política,
que perseguía unos objetivos concretos, ha servido o no para algo. Y
uno no puede perder el norte sobre qué es lo que perseguía esa
política: reducir la disponibilidad de sustancias tóxicas en el mundo
-por lo tanto, reducir el número de consumidores- y que los impactos
para la salud fueran los menores posibles. Si uno toma los datos que
este año ha aportado Naciones Unidas, se da cuenta de que la
fiscalización ha reducido extraordinariamente la disponibilidad de
sustancias en el mundo, a pesar de que las cifras que nos dan todos
los días los medios de comunicación siguen pareciéndonos
espectaculares, y lo son; pero es que si uno ve las cifras que se
manejaban hace sólo un siglo, por ejemplo, respecto a los derivados
opiáceos en todo el mundo, se dará cuenta de que estaban
multiplicados por cien. Y si uno ve solamente los consumidores de
derivados opiáceos que había en determinadas regiones del mundo, se
da uno cuenta de que se ha conseguido reducir de forma importante el
número de adictos y de consumidores.

En definitiva, ¿qué hemos conseguido? En la medida en que ha
disminuido el número de consumidores de una forma espectacular, hemos
conseguido proteger la salud de mucha gente que tenía una cultura,
por ejemplo, del opio y de todos sus derivados. ¿Podemos decir que la
política es redonda y que se han cumplido los plazos en los tiempos y
en la forma que hubiéramos querido? Probablemente no, pero después de
un siglo de trabajo en este tema, indiscutiblemente la salud de este
planeta está mucho más protegida cuanta menos disponibilidad de
drogas hay en el mercado y cuanta menos gente accede a los consumos
de estas drogas. Luego eso admitirá, lógicamente, todos los matices
que se quieran poner, pero nunca hay que perder de vista este tema.

Por tanto, no creo que los resultados sean escasos, sino
razonablemente positivos, pero sí creo, sinceramente, que son
mejorables. Lo que no me parece es que en este momento tengamos que
echar las campanas al vuelo, pensar que ya está todo hecho y que esto
no es revisable. Creo como usted que hay que tener una actitud de
inquietud intelectual, no de instalarse permanentemente en la duda
porque ello lleva a la parálisis, sino de tener un equilibrio
razonable de dudas intelectuales que nos ayuden a todos a revisar
nuestras estrategias. Por eso he citado la evaluación, pero
probablemente lo que suceda -con todo respeto se lo digo- es que
usted no me prestaba en ese momento la atención suficiente.

Precisamente he citado como una de las novedades de esta estrategia
todos los mecanismos de evaluación, de los que ha carecido hasta
ahora el Plan Nacional sobre Drogas. Se trataba de hacer muchas
cosas, España ha hecho muchas cosas en drogas, y ahora debemos tener
la exigencia y el rigor de evaluar lo que hacemos y saber realmente
si esa evaluación nos
impulsa a seguir esa dirección o, por el contrario, hay que cambiar
el rumbo.

Por tanto, una de las estrategias fundamentales va a ser desarrollar
los instrumentos de evaluación de todas aquellas iniciativas o
experiencias que ponemos en marcha. Por eso cuando damos datos de
consumo lo hacemos también con este rigor. No son datos que nos
inventemos, sino estudios publicados y de libre acceso. Su señoría
puede conocer la metodología, el sesgo, la muestra, porque están
publicados. A esta Comisión se le envía periódicamente toda la
documentación que la Delegación emite y, además, existe una página o
un servidor donde todo el mundo, no solamente sus señorías, pueden
acceder a todos estos estudios y están explicadas las metodologías.

Creo que estamos en el tronco de las metodologías adoptadas por todos
los organismos internacionales y los más prestigiosos organismos de
estudios epidemiológicos. Nosotros tenemos un buen sistema de
estudios epidemiológicos que nos da datos fiables. Como usted sabe,
en epidemiología sobre todo nos importa medir las tendencias. Yo sé
que los medios de comunicación siempre quieren traducir las
tendencias a números. Y cuando uno dice que el 2,1 por ciento de los
jóvenes de catorce a dieciocho años ha experimentado con drogas,
inmediatamente preguntan cuántos jóvenes. A mi en este momento desde
el punto de vista de estudio epidemiológico me interesa ver si la
tendencia es a crecer o a disminuir el consumo. Esto es lo que en
este momento básicamente pretendemos medir.

De ahí que nosotros hayamos aportado no tanto valores absolutos como
las tendencias que se observan, más allá de la impresión que cada uno
de nosotros podamos tener y sin quitarle ningún ápice de
transcendencia a lo que estamos hablando. Cuando digo que la
tendencia que se observa en este momento respecto de las drogas
sintéticas es una curva descendente, no estoy tratando de decir que
ya está hecho todo lo que hay que hacer sobre dichas drogas;
simplemente digo que a principios de los años noventa el crecimiento
era espectacular en los consumos de drogas sintéticas y que ha
llegado un momento en que hay un punto de inflexión. Y que
actualmente en vez de seguir creciendo la curva empieza a bajar. Eso
no significa que usted salga mañana a la calle y no vaya a haber
oferta de drogas sintéticas, no es ese el planteamiento y usted bien
lo sabe. En definitiva, queremos medir las tendencias de lo que hoy
se está produciendo.

Por cierto, aprovecho para decir que hay que distinguir entre los
datos que aportan algunas entidades, ONGs, o incluso algunos
organismos que se ocupan del tratamiento de las personas, y los datos
de consumo. Estos días ya hemos vuelto a ver cómo se confundía los
datos de tendencia de consumo con los análisis de la población que se
somete a tratamiento. Es decir, si una determinada ONG, que se dedica
al tratamiento de drogodependientes, hace públicas sus estadísticas o
su



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memoria, es referida a la población que tienen en tratamiento,
y cuando hacen pública la edad de iniciación en el contacto con las
drogas se refieren, lógicamente, al colectivo que ellos están
tratando. Igual que he dicho al principio de mi intervención que no
se podían comparar los datos epidemiológicos de la población en
general que hace la Delegación del Gobierno, con los datos de la
encuesta que ha citado hoy doña Carmen Romero de una entidad para un
colectivo determinado, que es el que acude a los after hour, el que
accede a determinado tipo de consumo. No podemos comparar dos
poblaciones que tienen un sesgo completamente distinto. Lo mismo que
no podemos comparar los datos referidos a gente que está en
tratamiento con los de ciudadanos, que podrán tener o no actitud de
consumo, porque no son comparables ambas poblaciones.

Tengo que discrepar con usted en otro punto porque, primero, en
España no existe ninguna criminalización del hachís. En España a
nadie se le criminaliza por consumir hachís, puesto que usted sabe
que el consumo no está penalizado. Por tanto, hablando con propiedad
no puede existir criminalización puesto que no existe penalización al
consumo. Lo que existe en España es una sanción administrativa cuando
se consume en público. Y desde luego también discrepo, porque no hay
ningún dato que lo apunte, en que la sanción administrativa a un
chico o chica que esté consumiendo hachís en público signifique en
ese momento incitarle a que consuma otro tipo de sustancia. Yo no
conozco esa realidad, ni a ningún chico o chica al que porque se le
haya sancionado por consumir hachís le estemos incitando a consumir
cocaína u otras sustancias. Más bien creo que muchas veces se ha
producido una información que desconocían los familiares. Usted ha
citado hace un momento la importancia de la familia. Cuando estamos
hablando de un chico o chica mayor de edad una sanción administrativa
tiene poca transcendencia desde el punto de vista de la información,
más bien es una forma de disuadir, si es que es posible. Pero cuando
estamos hablando de menores de edad y a muchos padres en España les
llega a casa el boletín de la sanción administrativa, créame, porque
es una cuestión que conozco bien, es la forma en que muchos se
enteran de que sus hijos tienen un problema. Muchos de ellos
agradecen sinceramente que de esa forma se estén enterando de que
tienen un problema, porque si no es así no lo sabrían, siempre que
aceptemos entre todos que consumir drogas es un problema.

Este año el 12 por ciento de las demandas de tratamiento en España se
ha producido por derivados del cannabis. Por tanto, cuando alguien se
pone en contacto con una red para demandar tratamiento es porque está
aceptando previamente que tiene un problema. O sea, yo no voy al
médico, señoría, si no acepto previamente que tengo un problema. Por
tanto, de los que hoy se ponen en tratamiento en España, que son
bastantes, al menos el 12 por ciento lo hacen porque toma conciencia
de que se ha pasado de rosca consumiendo con los derivados
del cannabis. Por tanto, son conscientes de que tienen un problema.

Usted podrá argumentar que hay otros muchos que toman porros que no
sienten todavía esa necesidad, pero hace tan sólo seis años casi ni
había demanda de tratamiento. Si frivolizamos sobre lo que significa
el consumo del cannabis haremos una generación que consuma y que
dentro de seis o siete años demande un tratamiento.

Hace diez años yo era Diputado en esta Comisión y se hablaba ya
entonces de los consumos de la cocaína. Había una gran polémica sobre
los efectos de la cocaína porque no estaba produciendo unos efectos
inmediatos, y se decía que no era tan importante porque no se estaba
localizando a través de la red de tratamiento a personas que
consumieran cocaína. De ahí se derivaba la consecuencia de que la
cocaína no iba a ocasionar daños a la salud. Diez años después, el 25
por ciento de las demandas de tratamiento es debido a la cocaína.

Además, como usted conoce y supongo es profesional de la salud, hay
muchas personas entre treinta y cinco y cuarenta y cinco años que
están pasando por las urgencias hospitalarias, no demandando un
tratamiento de cocaína, pero sí presentando crisis importantes
cerebrovasculares o cardiovasculares por el uso de cocaína. Por
tanto, no hay que quitar importancia a las cosas que realmente la
tienen y hay que poner las cosas en su sitio.

Usted se ha referido a la normalización de la asistencia y de la
integración. Estoy de acuerdo. Uno de los objetivos que hay que
perseguir es la normalización en la atención a los drogodependientes,
la mayor integración posible en la red del Sistema Nacional de Salud
y ser inteligentes para aprovechar todo lo bueno que tiene haber
creado una red específica de drogas que surgió porque hace quince
años la red normalizada de salud no estaba en condiciones o no quería
atender a los toxicómanos. Lo cierto es que España cuenta hoy con más
de mil centros específicos de tratamiento, con un colectivo
importantísimo de profesionales que hay que aprovechar, es lo que
hemos definido como el circuito terapéutico en donde, partiendo de la
atención primaria, siguiendo a los niveles intermedios y a los
niveles especializados, se va a integrar por cada Comunidad Autónoma
ese circuito terapéutico integrando las redes específicas de drogas
en las redes del Sistema Nacional de Salud, y manteniendo lo general
y lo específico en drogodependencia.

En todo caso, este objetivo se va a coordinar con los temas de
formación. Usted se ha referido a la importancia de la formación de
los médicos de atención primaria, lo que compartimos totalmente. Por
ello, está prevista la creación del instituto de investigación y
formación y, como le he dicho, uno de los objetivos de esta última es
que todas las carreras universitarias, tanto en el ámbito de la salud
como en el de la educación, dispongan de una formación de pregrado
que permita a estos profesionales tener la capacidad suficiente



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en el desarrollo de su actividad en el ámbito de la drogodependencia.

Pretendemos, por tanto, que el citado instituto no solamente se
dedique a la formación continuada de los profesionales, sino a instar
y desarrollar la formación de posgrado y la de pregado, que es el
gran déficit que en este momento tienen las áreas de salud y de
educación.

Usted ha afirmado que las encuestas son un error y que sólo sirven
para generalizar. Creo que cuando se leen con suficiente rigor, se
comprueba que no es ésa su intención. Usted ha terminado su
intervención hablando de los drogodependientes, con una expresión en
la que afirma que la cocaína se consumía por la clase media alta y
que hoy se droga todo el mundo. Ha sido una afirmación que podrá
usted revisar en el acta. Sé que no ha sido su intención decir que en
España todo el mundo se droga, porque estaríamos dando la sensación
de que somos un país de drogadictos. No es verdad esta situación.

Pero hay veces que todos coloquialmente utilizamos expresiones que no
son las más afortunadas. Cuando se hace pública una encuesta sobre
consumo, se quiere definir un perfil y explicar a la población qué
está sucediendo, para que todo el mundo asuma su responsabilidad.




Usted ha hecho un llamamiento a la familia, que comparto plenamente.

A los padres también hay que explicarles hoy cuál es el fenómeno, el
modo de diversión de sus hijos, la situación en que se encuentran,
que lo conozcan más y mejor, porque los medios de comunicación nos
ayudan a comunicar con las familias. Hoy se produce un gran debate
sobre la participación de la familia en todo este proceso y no
solamente en lo referente a las drogas. Estoy deseoso de escuchar sus
aportaciones. Saben ustedes que hoy diseñamos escuelas de familias,
escuelas de padres, hay materiales, guías, acabamos de distribuir una
guía de gran difusión y muy sencilla para los padres españoles,
etcétera, pero en una sociedad moderna como la nuestra, donde
afortunadamente cada vez más trabajan el padre y la madre, aunque con
la mejor de las voluntades disponen de poco tiempo, hemos de ser
capaces de tener la imaginación suficiente para saber cómo acercar la
información y la formación a las familias españolas para que con las
nuevas tecnologías, con los nuevos medios, etcétera, todo el esfuerzo
que estamos realizando -que créame es mucho- con las escuelas de
padres y familias estemos llegando a un conjunto de la población más
importante.




Para terminar, señor Presidente, quiero referirme al blanqueo de
capitales. Es injusto decir que los bancos en España no están
colaborando. La memoria anual del servicio ejecutivo de la Comisión
de Prevención del blanqueo de capitales atestigua lo contrario de lo
que usted ha manifestado. Empezó con menos de 100 comunicaciones
anuales de operaciones sospechosas de blanqueo de capitales remitidas
por los propios bancos y hoy tenemos casi 1.000. Además, le puedo
decir
que la experiencia de estos años nos demuestra que de esas
informaciones han surgido operaciones muy importantes en esta lucha.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Delegado.

Tiene la palabra la señora Castro.




La señora CASTRO FONSECA: No voy a hacer un turno de réplica -le
agradezco que me dé la palabra-, pero sí dos matizaciones que me
parecen convenientes.




En primer lugar, quiero agradecer al señor Delegado del Gobierno para
el Plan Nacional sobre Drogas su interpretación de mi intervención.

He de decirle que no estamos tan alejados; la cuestión del
alejamiento tiene que ver con actitudes de enrocamiento cultural que
también están presentes en todos nosotros, aquí no se libra nadie.

Desde ese punto de vista, señor Robles, quiero decirle que convivir
con las drogas es un problema; con algunas drogas, matizo, porque
tengo derecho a ello y es mi punto de vista. En eso podemos ponernos
de acuerdo, pero en lo que no nos vamos a poner de acuerdo es en las
soluciones. Usted piensa que con las políticas de prohibición se
resuelven los problemas y yo no me lo creo. Además, he tenido la
oportunidad de ver durante treinta años cómo no hemos sido capaces de
atajar los problemas que plantean, amén de que existan otros retos
porque se habla de las dependencias y de las drogas malditas, que son
las de fuera, mientras que se habla poco de las propias y no se habla
nada de nuevas formas de dependencia que están apareciendo, a las que
nos tendremos que referir en esta Comisión. No voy a abrir debates
nuevos por respeto a los compañeros y compañeras que tendrán cosas
que hacer, igual que yo, que tengo una comisión a las catorce horas y
además alguno no ha intervenido todavía.

En segundo lugar, yo no he afirmado que todos los españoles se
droguen. Lo que he dicho es que no solamente se drogan los jóvenes,
sino un amplio sector de la sociedad; es decir, esta cuestión no
tiene que ver con la edad solamente ni con el poder adquisitivo. Eso
es lo que ha dicho esta Diputada y lo que me gustaría que constara en
acta, porque es lo que he querido explicar.

Nos queda mucho tiempo, seguiremos debatiendo sobre ello y lo
importante es el compromiso de trabajar desde la honestidad personal
y política. Sé que usted tiene que venir a defender las políticas del
Gobierno, y yo no le digo que no, sino que no ponga tanta pasión y
escuche las opiniones del resto de representantes del pueblo español,
que también puede que tengan cosas importantes que decir.

Nada más. Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias.

A continuación tiene la palabra doña Zoila Riera i Ben.




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La señora RIERA I BEN: Gracias, señor Presidente.




Señor Robles, ante todo, como es preceptivo, quiero darle la
bienvenida en nombre de mi Grupo Parlamentario de Convergència i Unió
y felicitarle además por haber sido confirmado en su cargo en esta
nueva legislatura y porque, evidentemente, mucho debe confiar el
Gobierno en usted, ya que no tiene una tarea fácil, socialmente es
dura, y en la que es más fácil medir los fracasos que los éxitos. Por
tanto, enhorabuena y ánimo, tiene cuatro años por delante.

Quisiera, con ánimo constructivo, hacer algunas matizaciones que voy
a intentar resumir muchísimo sobre su intervención inicial porque, a
estas horas del debate y después de que hayan intervenido cinco
portavoces de otros grupos, muchas cosas serían reiterativas.

Anticipo que hay aspectos que puedo compartir con casi todos, algunos
los puedo matizar o discrepar. Voy a centrarme en cuestiones que me
preocupan y quisiera que ahora, que nos encontramos en el principio
de una nueva legislatura, sirviesen de marco de reflexión para
comprobar, si es posible, que en lo sucesivo las reuniones de esta
Comisión vayan por otros derroteros.

Señor Robles, nosotros pensamos que estamos corriendo el riesgo de
que esta Comisión, que es de estudio para la problemática de la
droga, se convierta en algo así como en un segundo CIS, en un centro
donde unos y otros, en función de ser gobierno o ser oposición,
pongamos una serie de estadísticas sobre la mesa y digamos si hay más
o menos personas que consumen determinado tipo de droga, si el
crecimiento se da en un sector o en otro... Mire, señoría, seguramente
todos y cada uno de los estudios que se publican en los medios de
comunicación son verdades a medias porque, como usted mismo ha
comentado en réplica a algún portavoz, muchas veces estas
informaciones son ciertas, eso sí, teniendo en cuenta el sector que
han analizado y el tipo de población sobre el que se ha hecho la
muestra, pero tampoco son toda la verdad afortunadamente, me
atrevería a añadir de modo personal.

Hay temas que me preocupan muchísimo, por ejemplo, cómo va a ser el
Gobierno capaz de contrarrestar determinadas informaciones. Tengo
aquí una fotocopia de un diario importante de tirada nacional (La
señora Riera i Ben lo muestra a la Cámara.) diario que, otra parte,
debo decir con toda sinceridad no es precisamente afín a su Grupo
político. Por tanto, no le estoy acusando a usted de haber mandado
hacer este titular, ni mucho menos. En todo caso, se trata de un
medio importante, con una amplia difusión, que publica una
información un domingo, día en que, como todos sabemos, se leen
especialmente los periódicos. El titular es grande y dice así: Noches
de alcohol y drogas. Y después aparecen unos datos que atribuyen a un
estudio inédito del Plan Nacional sobre Drogas. Los datos de ese
estudio, según este diario, son los siguientes: el 41
por ciento de los jóvenes entre quince y veintinueve años se ha
metido alguna vez una raya de cocaína. El 37 por ciento, algo más de
tres millones, ha bailado bajo los efectos del éxtasis. Uno de cada
tres menores se emborracha una vez por semana.

Y no sigo, señorías. Creo que es suficiente. Señor Robles, reitero
que no le responsabilizo a usted de titulares de periódicos que,
evidentemente, usted no ha dictado, pero sí creo que el Gobierno, y
usted como responsable del Plan Nacional sobre Drogas, tiene que
implementar políticas que acoten estos titulares.

Señor Robles, como persona que tiene una responsabilidad en la vida
política de nuestro país, y como madre de familia que soy -las dos
cosas no son incompatibles-, me preocupan muchísimo estos titulares
en los medios de comunicación. A ver si nos va a pasar que a medida
que vamos haciendo reflexiones más o menos científicas sobre el alto
consumo de productos tóxicos y el alto consumo de drogas entre la
población joven, ese 47 por ciento que no ha consumido drogas se
siente marginado y le incitamos sin querer al consumo. Porque, no
olvidemos, señor Robles, que nuestros jóvenes son víctimas hoy día
básicamente de un tipo de fenómeno sociológico por el que se sienten
grupo, por decirlo de algún modo, especialmente a través del consumo.

Ésa es la cultura en que estamos instalados. Los jóvenes se sienten
cómodos en su ambiente si llevan determinadas zapatillas,
determinados pantalones tejanos, compran determinados vehículos y
comen determinados menús. Estamos en un tipo de sociedad -es un
fenómeno que resulta muy complejo a la hora de estudiarlo pero es
así- en la que los jóvenes quieren sentirse iguales a los otros
jóvenes.

A mí me preocupan mucho estas estadísticas porque me parece que con
ellas se corre el riesgo de conseguir el efecto contrario al que
supongo se persigue: advertir a la población, concienciar a los
padres, a los Gobiernos, a las escuelas de que estamos ante una
situación que, cuando menos es preocupante. Porque, ¿qué va a pensar
un joven de entre quince y veintinueve años que no se siente
reflejado en esta encuesta? ¿Pensará que es un bicho raro y que lo
que tiene que hacer es homologarse con la gente de su edad? ¿Pensará
que no puede salir a las discotecas sin colocarse con unas cuantas
pastillas? ¿Por qué hago estas reflexiones en voz alta, que es lo que
son, puesto que no pretendo hacer ninguna tesis doctoral? Las hago
porque creo que en este punto es donde el Plan Nacional sobre Drogas
debe actuar. Señor Robles, a mi Grupo Parlamentario no le interesa
que convirtamos estas sesiones de la Comisión Mixta para el estudio
del problema de la droga en un debate sobre estadísticas en relación
con quién lo hacía mejor, cuándo teníamos más cocainómanos, si antes
o ahora, si el consumo de heroína sube o baja, o si tenemos más
o menos decomisos de drogas de síntesis, etcétera. No nos interesa
este debate.




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Creo con toda sinceridad que su Gobierno, al igual que seguro que lo
intentó el anterior Gobierno de la nación, hace lo que sabe y lo que
puede hacer. Y presumo, por descontado, y pienso, además, que debemos
presumirlo todos los grupos parlamentarios, que todos los Gobiernos
de cualquier formación política, más todos los grupos parlamentarios
que estamos representados en esta Cámara y que más o menos podemos
estar a veces en situaciones de pura y dura oposición o de una cierta
complicidad con el Gobierno de turno estamos por esa misma labor.

Es decir, estamos ante un fenómeno sociológico que nos preocupa, y de
la mejor manera que sabemos intentamos luchar contra este fenómeno e
intentamos educar a nuestra sociedad para que viva en salud, para que
disfrute de la salud y para que nuestros jóvenes especialmente se
alejen de costumbres, de hábitos de vida que son perjudiciales para
la salud. Y para actuar en función de estas políticas, que estoy
segura son las que compartimos todos, los Gobiernos, en este caso el
del Partido Popular, debe tomar medidas que afecten a la oferta,
medidas que afecten a la prevención y medidas que afecten a evitar un
daño mayor.

Usted ha expuesto en su intervención unas cuantas medidas de éstas,
pero me ha sonado a cosa ya sabida, a algo déjà vu, lo que por otra
parte también es lógico puesto que no se inventan políticas a
propósito de este tema ni cada quince días ni cada tres meses, como
es lógico, señor Robles, que siendo usted el mismo responsable de la
anterior legislatura no dé bandazos espectaculares de un año para
otro, ya que de ser así tampoco se entendería.

Creo con toda sinceridad, señor Robles, que debemos avanzar en otros
sentidos. No puede ser que determinados debates se den en los medios
de comunicación y no se produzcan ni en esta Comisión, ni en general
en el Parlamento que es donde deben darse. A mí me habría gustado
oírle hablar, señor Robles, de lo que piensa el Gobierno sobre lo que
estos días podemos ver en los medios de comunicación. ¿Piensan elevar
la edad para que esté autorizado consumir alcohol de los dieciséis a
los dieciocho años? ¿Sí o no? ¿Piensan ser más restrictivos con los
horarios nocturnos para que en determinadas zonas -no es el caso de
Madrid- pueda haber libertad de horarios prácticamente total por la
noche? ¿Creen ustedes que es posible encontrar medios de publicidad
no explícita sobre programas de drogas, maneras más sutiles con las
que seamos capaces de educar en la salud? ¿No es objeto de reflexión
que, por ejemplo, estemos viviendo estos días, de una manera que me
impide salir de mi asombro, que programas de determinadas cadenas de
televisión privadas logren convertirse en líderes de audiencia,
programas que estarían catalogados por la mayoría de nosotros como
telebasura y que alguien vende como programas pseudocientíficos de
estudios sociológicos, y que a pesar de ser muy contrastados y haber
estado en todas las tertulias,
etcétera, se ha conseguido, para hablar bien o mal, que sean
los programas más vistos de televisión? ¿No tendría esto que
conducirnos a un tipo de reflexión y a preguntarnos si realmente
estamos afrontando el problema de prevención de drogas de forma
adecuada para educar a la población en salud y si estamos haciendo
todo lo que hoy en día puede hacerse? ¿Estamos convencidos de que los
medios de comunicación, sobre todo los audiovisuales, están
trasladando modelos saludables e imitables? ¿No tenemos en muchos
casos una doble moral y, por un lado, nos vanagloriamos de
determinadas políticas de prevención de drogas y del dinero que se va
a invertir en campañas de publicidad como la que dice «Si bebes, no
conduzcas» o «Diviértete sin drogas», pero al mismo tiempo estamos
atiborrando a nuestra población con unas pautas de conducta que son
antisociales?



¿No es objeto de reflexión la cantidad de violencia que se está
consumiendo, sobre todo, en los medios audiovisuales? ¿Alguien
sensato puede pensar que es posible que una persona normal -cuando
utilizo el término normal me refiero a que no esté sometida a fuertes
presiones de toxicomanía como el alcohol u otras sustancias- pueda
admitir con tanta normalidad las conductas violentas que se están
dando en nuestra sociedad? ¿Estamos invirtiendo recursos donde
realmente hay que invertirlos, o nos estamos contentando con
programas que, además, hay quien opina que no son efectivos?
Usted sabe, señor Robles, que algunos sociólogos apuntan que los
programas propagandísticos de lucha contra la droga, como el de «Si
bebes, no conduzcas» o «Diviértete sin drogas», no son efectivos. Hay
sociólogos que opinan esto. No voy a entrar a valorar -no es mi
papel- si tienen razón o no, pero sí que pienso que puede constatarse
un efecto sociológico: que determinados fenómenos se consiguen
popularizar -como he dicho antes- con programas que se convierten en
líderes de audiencia y calan muchísimo en la población y, en cambio,
determinados programas de propaganda para habituar a la gente en
buenos hábitos de salud no consiguen hacer mella. ¿Estamos haciendo
las cosas bien? ¿Qué piensa hacer el Gobierno, señor Robles, para
luchar contra un fenómeno que se da parejo como es el de la nueva
esclavitud en el sector de las mujeres más jóvenes y pobres de la
sociedad, que son obligadas a prostituirse iniciándolas en el consumo
de la droga? Estos días se están celebrando en Madrid unas jornadas
-aún continúan-, patrocinadas por la Comunidad de Madrid, sobre el
tráfico de mujeres y la inmigración. Era espeluznante -ayer tuve la
oportunidad de asistir a estas jornadas durante todo el día- ver cómo
existe una relación directa -directísima- entre el inducir a la
prostitución a chicas que a veces no llegan ni a lacategoría de
adolescentes, que son niñas, iniciándolas



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en el consumo de las drogas. ¿Qué vamos a hacer, señor Robles? ¿Qué
piensa hacer el Gobierno? ¿Nos vamos a quedar impasibles, vamos sólo
a criminalizar a las pobres muchachas que caen en estas redes, o
vamos a plantearnos si deberíamos criminalizar a los usuarios, a los
clientes de estas redes? ¿Vamos a ser valientes, señor Robles, en las
políticas de prevención? Se ha comentado antes, lo ha dicho usted y
yo lo comparto y lo celebro, que las Comunidades Autónomas tenemos
amplias competencias en materia de prevención de drogas y en materia
de salud. Me he permitido traer unos folletos que la Consellería de
Cataluña ha publicado y editado y que serán difundidos entre la
población de más riesgo. Éste, que estaría enfocado a programas de
reducción del daño, dice: «Una xuta amb menys problemes», o lo que es
lo mismo «Una chuta con menos problemas», y pretende que la gente que
sigue inyectándose lo haga en condiciones más higiénicas y de menos
riesgo. Hay otros folletos dirigidos a las personas que están en las
cárceles y que son toxicómanos para inducirles a que se acojan
a programas de salud. ¿Estamos haciendo esfuerzos las Comunidades?
Pienso que cada una lo hace en la medida de sus posibilidades, pero
no hay que engañarse, señor Robles, no vayamos a invertir ahora los
papeles. No sea que yo, que soy miembro de un grupo nacionalista y
muy recelosa de las competencias que tenemos las Comunidades
Autónomas, tenga una visión más completa que la que usted tiene. Está
muy bien que cada Comunidad tenga sus competencias y que seamos
celosas de ellas, ya sea en materia de salud o de educación, pero
estos programas requieren de una importante inyección de dinero por
parte del Gobierno, porque milagros no hacemos, y en estos temas no
caben los compartimentos estanco. En Cataluña se ve mucho la TV3,
pero también Televisión Española, Telecinco y otras cadenas. Por lo
tanto, estamos conformes con que cada Comunidad Autónoma asuma sus
responsabilidades y se le exija en función del traspaso competencial
correspondiente, pero hay que tener cuidado porque en esta materia no
puede haber políticas estanco; lo que hagamos en Cataluña incide en
el resto del Estado y lo que se haga en éste incide también en
Cataluña. No hay compartimentos estanco en estos temas e incluso las
connivencias, como sabe usted, señor Robles, van mucho más allá de lo
que podría ser el territorio del Estado español. Hay que hacer
políticas como las que se están implementando en Europa y hay que
desarrollar políticas que sumen esfuerzos de lo que se está haciendo
en los países de nuestro entorno.

Para terminar, señor Robles, voy a recordarle brevemente el inicio de
esta exposición. Al comienzo de esta legislatura es la primera vez
que esta Comisión se ha reunido y ahora tendremos el impasse del
verano, pero sería deseable que, cuando nos volvamos a reunir en el
mes de septiembre -y espero que lo hagamos con más
frecuencia de lo que viene siendo habitual-, el Gobierno fuese capaz,
basándose en lo datos, de extraer conclusiones para, a partir de las
mismas, discutir sobre posibles políticas. Si convertimos esta
Comisión en un foro en el que nos decimos quién lo hace mejor o peor
y en un lugar donde nos pasamos las estadísticas por delante para
decir a quién le salen mejor, flaco favor haremos a las políticas de
lucha contra la droga.

Como siempre y como es cultura de mi grupo parlamentario, diré que
aspiramos a ser capaces, por encima de las discrepancias políticas,
de desarrollar políticas de consenso en materia de droga. Políticas
en las que cada uno pueda aportar lo que considere conveniente, es
decir, en las que seamos capaces de sumar y aunar voluntades. En
Cataluña lo estamos consiguiendo, y lo digo con satisfacción. Lo
hemos conseguido en legislaturas donde mi Gobierno, el de
Convergència i Unió, tenía mayoría, y en legislaturas como ésta en la
que estamos en precario y que, por lo tanto, la fuerza de otras
formaciones políticas resulta determinante para hacer de este tema
cuestiones de confrontación y erosión política. Afortunadamente, en
Cataluña el consenso prima por encima de toda confrontación, y pienso
que si alguna cosa tendríamos que extrapolar y copiar por ser bueno
sería este criterio. Según mi experiencia personal, se ha seguido en
el Congreso de los Diputados y en el Senado cuando hemos debatido
sobre políticas de droga. Pienso que ése es el ánimo que nos tiene
que guiar en este tema y que usted, señor Robles, como máximo
responsable, tiene que ser el que incentive que esto sea posible.

Nada más y muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señora Diputada.

Señor Delegado del Gobierno, tiene la palabra.




El señor DELEGADO DEL GOBIERNO PARA EL PLAN NACIONAL SOBRE DROGAS
(Robles Orozco): Muchas gracias, señor Presidente.

Señoría, quiero agradecer el tono de su intervención, porque nos
ayuda a todos a reflexionar y a avanzar en un espíritu constructivo
sobre las políticas de drogas. Intentaré brevemente también, dado lo
avanzado de la hora, comentar algunas de las cuestiones a las que
usted ha hecho referencia.

Nuestro interés a la hora de dar a conocer algunos aspectos de las
tendencias sociológicas no es el de abrir un debate entre los
responsables políticos. Eso no tiene ningún interés para nosotros. Lo
que sí tiene interés es abrir un debate en la sociedad, y que en una
sociedad como la nuestra, plural, rica, participativa, todos los
actores de lo que hemos llamado el Plan Nacional, que no es la
Delegación del Gobierno, sino que es el conjunto de administraciones,
de organizaciones, puedan realmente interiorizar ese debate y
ayudarnos a todos a impulsar políticas. Seríamos poca cosa si
solamente nos competiera, si solamente pensáramos que una tarea



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tan ingente como es la de modificar actitudes, valores en el tema de
las drogas lo pudiéramos realizar desde las administraciones. Por eso
yo creo que es importante implicar a la sociedad en este debate que
tiene que ser de todos.

Deseo aclarar, y de forma definitiva, la cuestión a la que usted ha
hecho referencia, publicada en un artículo que salió en algún medio
de comunicación, y que creo que, de forma suave, ha intentado
explicar. Creo que no ha habido mala fe por parte de nadie, y no hay
ningún dato que no sea verdad. El problema surge cuando esos datos se
mezclan -digamos- como en la mayonesa: sin capacidad de que los
elementos tengan congruencia entre sí pero, al final, sale un
producto. Lo que ha sucedido aquí es que ha habido diferentes fuentes
de información. Había una idea preconcebida de montar una información
sobre el fenómeno de las noches y de los consumos. Se han encontrado
con mucha información y, al final, eso se ha mezclado sin darle
congruencia, y lo mismo han aparecido datos, que se referían a una
población general, que han aparecido datos que se referían a una
población específica, y se han elevado a categoría de población
general cosas que eran específicas. Creáme que, por nuestra parte, no
ha habido más responsabilidad que la de haber facilitado con
transparencia datos que están en el servidor de la Delegación del
Gobierno; que todo lo que hay sale y está en la Delegación del
Gobierno. Lo que sucede es que cuando se cogen y se mezclan,
etcétera, al final eso hay que hacerlo con una cierta agudeza. E
insisto en que tampoco ha habido mala fe por parte de ningún medio.

Lo que ha habido es interés por mostrar una realidad. Eso sí, quizá
habría estado bien haber contado con algún sociólogo experto que les
hubiera aconsejado sobre cómo comparar datos procedentes de muestras
completamente distintas. Los datos, por tanto, no se corresponden con
el equilibrio de lo que debería ser la población general, pero yo no
tengo una visión tan negativa, fuera de lo que son en este momento
los datos que nos hayan podido asustar, a los que estamos en el día a
día.Usted sabe que la dinámica de la información es tan potente que
probablemente dentro de unos días nadie se acordará de si estábamos
hablando del 10, del 15 o del 30 por ciento, pero sí estoy seguro de
que, en la sociedad, habrá quedado la reflexión de que en este
momento existe un problema sobre el que hay que trabajar, y que lo
importante ahora es ser capaz de cambiar nuestro imaginario social de
lo que en España era un drogadicto hasta hace dos, tres, cuatro años
-no lo sé exactamente, pongámonos de acuerdo cuando queramos-, que
era básicamente un heroinómano, población marginal, deteriorada,
seguridad pública, cuando hoy sabemos que, tanto desde el punto de
vista cuantitativo como cualitativo, cuando hablamos de
drogodependencias hoy ya no estamos hablando de un heroinómano, no
estamos hablando de seguridad ciudadana, estamos hablando del
fenómeno de la cultura, del ocio,
de los consumos de los fines de semana y de otra situación.

Quedémonos con la parte positiva de todo el debate, que ha
significado una reflexión, un aldabonazo para que se hayan producido
en cadena una serie de acciones,y eso me parece importante.

Siempre queda el análisis de las personas que piensan que, por el
hecho de que se publiquen algunas informaciones o se hable del tema,
se pueda estar incitando al consumo. Creo sinceramente, señoría, que
muchos de los jóvenes en nuestro país conocen perfectamente cuál es
la realidad en las noches de diversión de los fines de semana, y
muchísimos jóvenes, y una inmensa mayoría de ellos, que conviven con
esa situación, no consumen. Es una incitación mucho mayor al consumo
estar compartiendo el mismo lugar y los mismos sitios de gente que
consume, y le puedo asegurar que hay muchísimos -insisto: la inmensa
mayoría de los jóvenes no consumen- que, a pesar de tener la presión
de su grupo, de sus iguales, de sus afines, del espacio en el que
están, a pesar de eso, afortunadamente, no consumen. Y ha salido una
información que no les aporta gran cosa -créame- a la mayoría de los
jóvenes españoles porque ya conocen esa situación. Es curioso que los
que más se pueden asustar o alarmar son lógicamente los que no
conocen esa realidad social, normalmente los padres o los adultos
que, a lo mejor, ya no vamos a los mismos lugares y sitios a los que
va gente más joven. No tenga duda de que no va a incitar al consumo,
de que no ha hecho que conozcan nada de lo que no conocieran sino, al
revés, creo que ha servido para otro sector completamente distinto
que más bien es el que pertenece a los padres, para que sean éstos
los que se acerquen al conocimiento de una forma de diversión que,
probablemente, a no ser que salgan, como ellos, y vayan a esos mismos
lugares, no conocen.




Esta misma discusión sobre este tema, señoría, lo tuvimos al comienzo
de la legislatura pasada, y fue precisamente con las drogas de
síntesis, una de las cuestiones sobre la que usted ha preguntado hoy,
y ya aprovecho para decirle esto.

Al principio de la legislatura pasada, lanzamos una serie de
objetivos, de prioridades y de informaciones sobre las drogas de
síntesis. Incluso se publicó una monografía por primera vez en España
sobre los consumos de síntesis que iba en la misma dirección que lo
que hace en este momento el estudio de Idefrea. Fue un estudio hecho
por la Universidad de Granada, que hablaba del perfil de los
consumidores de la droga de síntesis, del perfil de las noches donde
había droga de síntesis, y todo este debate se produjo exactamente
igual. Cuatro años después, no sólo no hay más consumidores de
pastillas, sino que lo que sí que hay es mucha más información. Si
cogemos la encuesta -que insisto en que se puede estudiar con
profundidad- lo que vemos es que ha crecido el nivel de información,
ha crecido el nivel de percepción del riesgo también



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del consumo ocasional y, por lo tanto, curiosamente, como le he
dicho, da la casualidad de que como consecuencia del aumento de todo
eso que los expertos llaman factores de protección ha empezado a
disminuir el consumo. Al principio se decía: Esto incitará al
consumo. No; yo creo que hablando, informando y lógicamente
continuando esto con proyectos de prevención, lejos de conseguir más
consumo lo que logramos es, al contrario, más disuasión del consumo.

En efecto, señoría, creo que, como usted ha dicho, hay que partir de
la base de que todos tenemos buena fe. Lo creo así. Todos los
gobiernos que ha tenido España han hecho de buena fe todo lo que han
podido y todo lo que han sabido, y lo creo sinceramente, y no me han
dolido prendas al reconocerlo cuando hemos sustituido el primer plan
nacional por el segundo, más allá de las palabras, que son siempre
una base. He procurado tener los gestos suficientes con los
responsables políticos del anterior plan nacional como para que se
entendiera que esto era una acción de continuidad y que en un asunto
como el de la droga, en el que lo que importa es llevar una política
de Estado, como en tantas cosas, lo importante es que sepamos que
todos actuamos de buena fe. Partamos de esa buena fe con la que todos
lo estamos haciendo.

El hecho de que a usted no le hayan sonado muchas medidas nuevas
indica la congruencia de que se ha elegido al mismo responsable y la
misma política de continuidad. Pero eso no significa que no tengamos
que profundizar y generalizar algunas cuestiones en las que, hasta
ahora, nos habíamos movido en el terreno de lo concreto, de lo
coyuntural, y que necesitan un impulso. De algunas cosas hemos
hablado: del tema penitenciario, de prevención en los colegios, de
las familias, del Instituto de Investigación y de Formación, cosas
que a todos nos interesa hacer. O de políticas nuevas, que sí que lo
van a ser. Por ejemplo, no hemos hablado hasta ahora de políticas de
reducción del daño en sustancias en las que pensábamos que no era
posible como, por ejemplo, el alcohol. Cuando hablábamos de política
de reducción del daño, nos referíamos siempre a la heroína, pero no a
la reducción del daño del alcohol. Podremos hacer políticas para la
reducción del daño del alcohol. O como usted ha mostrado una serie de
folletos respecto a otras sustancias. Hace unos meses, casi en plena
campaña electoral, explotó una polémica en Cataluña sobre unas
políticas de reducción del daño que había puesto en marcha el Plan
Nacional sobre Drogas, la Delegación del Gobierno, en colaboración
con el Ayuntamiento de Barcelona y con una ONG catalana. En aquel
momento comprendo que, al que no fuera un experto, al que no fuera
conocedor del día a día, le resultara extraño que estuviéramos
haciendo, por ejemplo, políticas de reducción del daño respecto a la
cocaína y a las pastillas. Y esto me sirve para profundizar en lo que
usted decía. Podemos, por lo tanto, hacer política de reducción del
daño con las pastillas.

¿Por qué? Pues porque hay un lugar, un espacio y un grupo de
personas que están consumiéndolas, y sí nos podemos dirigir, a través
de mediadores, a hacer políticas de reducción del daño con las
pastillas. Creo que se explicó a la opinión pública y que se entendió
al final lo que se pretendía hacer, y en esa dirección seguiremos
también planteando cuestiones.

Por lo tanto, sí hay cosas nuevas en la Estrategia como, por ejemplo,
el intentar que en todo el Estado español la edad de consumo del
alcohol sea a partir de los dieciocho años. Hay Comunidades Autónomas
que ya lo han hecho, y queremos que el resto también lo haga. Por eso
se ha llevado a la Estrategia Nacional. Y que toda la legislación y
la normativa nacional vaya en esa misma dirección.

Por lo tanto, hay que reflexionar también en la cuestión de los
horarios. Yo lo he dicho estos días, y creo que me he mojado hasta
casi más de lo que un responsable político podía decir. Considero
personalmente que los lugares de diversión, los horarios de diversión
y las edades a las que algunos jóvenes salen a divertirse necesita
una reflexión por parte de la sociedad española y que de ahí se
deriven las tomas de regulación, como usted quiera llamar, que cada
administración debe hacer, pues hay ordenanzas municipales que nos
pueden ayudar, hay competencias de las Comunidades Autónomas y
también es verdad que hay competencias del Gobierno central. Lo que
no se puede hacer son cosas dispares. Si no hay un acuerdo entre el
ayuntamiento donde se va a aplicar, la Comunidad Autónoma y el
Gobierno central, tendremos lo que ninguno queremos, que es la famosa
fallida operación, como usted recordará, de la famosa noche cacereña.

Eso es lo que nadie queremos, porque ese efecto fue absolutamente
perverso. Por lo tanto, lo que hay que hacer es primero generar la
reflexión y el acuerdo básico para que lo podamos hacer.

Hoy el concepto de juventud es amplísimo y lo mismo llamamos joven a
un chaval de catorce años que a un chico de veinte, y no sólo se lo
llamamos sino que comparten los mismos lugares, el mismo sitio y las
mismas horas. Yo personalmente considero que es un disparate que un
chico de catorce años esté en los mismos tiempos, en los mismos
horarios y en los mismos sitios que una persona que ha tenido el
tiempo, la oportunidad, las circunstancias de poder experimentar,
formarse y adquirir habilidades precisamente para enfrentarse a una
situación que probablemente un chico con trece años no va a tener.

Hay que hacer entre todos un esfuerzo común y la responsabilidad es
de nosotros, como padres, de lo que tengamos que hacer con cada uno
de nuestros hijos. Por lo tanto, habrá que trabajar sobre esto.

Efectivamente, señoría, el tema de las campañas es muy discutible.

Hay opiniones para todos los gustos, se piensa que pueden ser mejores
o peores. La experiencia es que una campaña sólo no es una acción
preventiva.Todos estamos de acuerdo en que si las campañas



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no van acompañadas de acciones de prevención realmente en familia, en
escuela y en otros sectores se quedan cortas. Por ello, las campañas
hoy no se diseñan exclusivamente como unas políticas preventivas sino
como soporte para otra serie de acciones.

Estoy absolutamente de acuerdo con usted en que hay cuestiones de
mucho más calado, pero también estará usted de acuerdo conmigo en que
desde el ámbito específico de las drogas podemos aportar reflexiones,
apoyar determinados programas pero, señorías, sinceramente hay cosas
que superan con mucho el área de drogas.

En todo caso, la droga funcionaría ahí como un síntoma del fenómeno,
pero cuando estamos hablando del papel que juegan hoy los medios
privados de comunicación, el contenido de determinados programas, los
valores que se transmiten a través de esos programas, etcétera, le
puedo decir que nosotros vamos a hacer cosas y estamos trabajando con
las productoras de televisión -ni siquiera son las cadenas- que hoy
están poniendo en marcha muchas de estas series y miniseries para
intentar convencer en el ámbito de la reflexión personal de empresas
absolutamente independientes y privadas de que se puede hacer mucha
labor de política educativa y preventiva de forma positiva. Ya
estamos trabajando en esa dirección, pero comprenderá su señoría que
tiene que partir desde el convencimiento general de todos de que hay
que hacerlo así. Nosotros estamos muy preocupados en esa dirección,
pero algo de eso incluso supera nuestro ámbito de actuación.

Respecto a si lo estamos haciendo bien o mal, lo observaremos con los
mecanismos de evaluación. El Plan Nacional va a tener un mecanismo de
evaluación y por lo tanto irá corrigiendo los defectos.

Sobre las demás cuestiones, debo decirle que estoy plenamente de
acuerdo y me alegra muchísimo que desde el Grupo al que usted
representa, con un sentimiento nacionalista fuerte, se nos demande
más coordinación y más presencia al Estado. Efectivamente, esto es
perfectamente compatible con el respeto al ámbito de competencia de
cada Comunidad Autónoma y considero que lo estamos haciendo. Por
ejemplo, estamos siendo respetuosos con aspectos como el lenguaje, la
cultura, y sabe usted que todas nuestras campañas están en los
idiomas oficiales del Estado español. Es decir, si diseñamos modelos
de intervención, estamos ofreciendo siempre la colaboración, como en
este caso, a la Generalitat de Cataluña; si producimos un CD
educativo estamos haciéndolo de la mano de ellos.

También le puedo decir, señoría, que otras veces a mí me gustaría que
hubiera mucha más implicación de algunas instituciones de Comunidades
Autónomas, porque por el simple hecho de que la iniciativa parta del
Gobierno de la nación inmediatamente ponen como algo refractario, en
el sentido de que les gusta la idea pero como no es de ellas entonces
no participan. Créame que algo de eso también sé, y me parece
lamentable
que en una cuestión como ésta, en la que muchas veces se trata
incluso de ofrecer materiales, instrumentos, por el simple hecho de
que no surge desde el ámbito de la Comunidad Autónoma en este momento
está suponiendo un freno, y seguramente muchos padres, madres y
chicos no saben que no tienen acceso en este momento a un CD
educativo por el simple hecho de que en la Comunidad Autónoma no ha
surgido ese proyecto. Considero sinceramente que alguien debería
pedir también responsabilidades de por qué un material que es en este
momento de fácil distribución no llega a lugares donde la
responsabilidad de la distribución no es en este momento del Gobierno
central sino de la Comunidad Autónoma.

En todo caso, nosotros vamos a seguir en ese afán de cooperar,
colaborar y coordinar.

Señoría, muchísimas gracias por el tono de su intervención y espero
que a lo largo de estos años podamos seguir aportando ideas por el
bien de la lucha contra la droga.

Gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Delegado.

Ahora le toca el turno de intervención al Senador don Joan Sabaté
Borràs, de Entesa Catalana de Progrès, que reglamentariamente tendría
que haber intervenido antes de Convergència. Pido disculpas a este
Grupo Tiene la palabra su señoría.




El señor SABATÉ BORRÀS: Gracias, señor Presidente.




Por mi parte entiendo el error y no hay más problemas, si
Convergència i Unió así lo entiende.

Señor Delegado, en nombre de nuestro Grupo, quería darle la
bienvenida en el Senado en esta su primera comparecencia ante esta
Comisión.

De su intervención inicial diría que estaba cargada de buenas
intenciones, que en gran medida compartimos y seguramente todos los
Grupos, pero hemos echado en falta una mayor concreción en cuanto a
los medios para actuar en la materia que nos ocupa, sin duda de mucha
importancia.

Ha aludido usted en la respuesta a la señora Romero, portavoz del
Grupo Socialista, a los presupuestos, pero no ha entrado en el
detalle ni ha concretado con qué medios se va a contar para la
aplicación del Plan Nacional.

Asimismo, dentro del doble campo de actuación del plan en el aspecto
de la prevención, aparte del de la represión del tráfico, coincidimos
en la importancia, entre otros, del factor educativo, sobre todo en
el de la educación de los jóvenes en la edad escolar. Es un tema al
que se ha aludido ya en diferentes intervenciones y usted ha dado
respuesta.

Nos gustaría una mayor concreción en cuanto a los medios porque, sin
duda, la actuación a nivel escolar,



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tanto en la formación del propio profesorado, incluso a nivel de
pregrado, como usted ha señalado, o la propia formación de los
alumnos, sea con asignaturas troncales o transversales -que sería un
debate que tampoco procede en esta Comisión-, está necesitada de un
esfuerzo presupuestario importante, precisamente por el volumen del
alumnado y, en definitiva, de la ciudadanía a la que va dirigida este
tipo de política de prevención.

Ha hablado usted también en el campo de la información en edad
escolar de la transferencia de competencias de las Comunidades
Autónomas, y que el grado de competencias que tiene en este momento
el Ministerio es escaso. En este punto sí desearíamos un mayor grado
de concreción, pues hemos visto una cierta esperanza, una buena
voluntad de coordinar políticas, pero hemos echado en falta una mayor
concreción en cuanto a qué va a hacer el Gobierno, en este caso
usted, como Delegado del Gobierno, precisamente hacia las Comunidades
Autónomas con competencias plenas, si es que piensan impulsar algún
tipo de políticas, si van a hacer alguna propuesta, si han entrado en
contacto, si van a coordinar este tipo de actuaciones. Porque -y
coincido con la portavoz de Convergència i Unió- estoy convencido de
que esto no va en detrimento de las competencias autonómicas. Al ser
un tema de esta importancia, por su magnitud y porque afecta al
conjunto del Estado, sería bueno que desde el Gobierno y desde la
Delegación del Gobierno se hiciese algún tipo de propuesta de
coordinación.

En cuanto a la represión propiamente dicha -que es un término que,
como se ha dicho anteriormente, a lo mejor no suena bien pero es
necesario y es así-, a la hora de valorar -y ha habido una polémica
en distintas intervenciones- si realmente ha disminuido el volumen
del tráfico o no, etcétera, seguramente es muy difícil, casi me
atrevería a decir que es imposible valorar exactamente el volumen y,
en todo caso, también es muy difícil valorar los incrementos.

Seguramente lo que hay -se ha aludido ya a ello- son cambios en el
consumo y ello puede crear también una distorsión en la percepción
que se pueda tener a nivel oficial de cuál es realmente el volumen
del problema. Pero sí es cierto -y estará de acuerdo conmigo-, sin
hacer alarmismos, que hay una percepción social de que el problema de
la droga y del tráfico de la droga sigue siendo importante. Incluso,
hay una cierta percepción de que el problema fuese en aumento. Yo no
me atrevo a discutir con usted las cifras y espero que no sea así,
pero, en cualquier caso, en determinados ámbitos sí hay esta
percepción.

Igualmente, existe una percepción social de falta de eficacia en el
combate contra las mafias, en definitiva, contra los grupos
organizados en el tráfico, no por falta de voluntad, seguramente,
pero sí es cierto que hay una cierta falta de medios que posiblemente
se podría enmendar o mejorar con una mayor disposición de personal
y medios materiales y, por tanto, en definitiva, de
presupuestos, como antes aludía. Es necesario hacer ese esfuerzo.

Seguro que no vamos a acabar con el problema ni en un día, ni en una
semana, ni en un año, pero sí se puede controlar y reducir, cuestión
para lo que sería necesario ese mayor esfuerzo que le reclamo.

Finalmente, en cuanto al ya aludido tema -por lo que no quiero
extenderme más sobre él, dada la hora en que nos encontramos-
referente a las drogas toleradas por nuestra sociedad, debido a
hábitos culturales, como son el alcohol y el tabaco, es un problema
real el hecho de que en determinados locales -y hace un momento
aludía usted en su intervención a esta cuestión- conviven jóvenes de
distintas edades pero que englobamos bajo ese término de juventud. En
ese sentido, sí cabría un mayor esfuerzo de las administraciones para
controlar el acceso a esos locales por parte de los adolescentes, que
son los que realmente están en una edad de mayor riesgo por esa falta
de formación y capacidad de percepción del riesgo real que están
corriendo. Hay una excesiva tolerancia, señor Delegado, en el acceso
a este tipo de locales, que creo que sucede en prácticamente todas
las ciudades del territorio estatal y que seguro que es imputable a
la actitud de distintas administraciones. En cualquier caso, creo que
sería bueno un esfuerzo del Gobierno por impulsar un mayor control,
que la sociedad agradecería y, especialmente, los padres.

Gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señoría.

Tiene la palabra el señor Delegado del Gobierno.




El señor DELEGADO DEL GOBIERNO PARA EL PLAN NACIONAL SOBRE DROGAS
(Robles Orozco): Muchas gracias, señor Presidente.

Señoría, muchas gracias por su intervención.

Contesto también brevemente. En primer lugar, creo que a la hora de
aplicar la política de la educación para la salud a través de esta
transversal, hay que hacer un esfuerzo coordinado respecto de
diferentes acciones, que no se ciñe solamente el desarrollo de la
transversalidad, sino que supone también trabajar con las
deficiencias que hemos visto que el sistema tiene en su aplicación;
por ejemplo, por lo que se refiere al profesorado, la experiencia de
estos años nos demuestra que todo el esfuerzo que se ha hecho en
cuanto a la formación posgrado tiene carencias importantes. Por
tanto,en estos momentos hay que practicar políticas que quiere llevar
a cabo este Instituto de Formación y que vamos a poner en marcha, así
como acuerdos con el Ministerio de Educación para la formación de
pregrado, sin dejar, por supuesto, de hacer aquel esfuerzo, que en
este momento es imprescindible, ya que no tenemos otro sistema más
que, precisamente, motivar a los profesores a través de la formación
posterior, el reciclarlos y ofrecerles cursos, ya que son la pieza
fundamental.

Otra cuestión importante es la referente a los materiales que se
tienen que usar. A este respecto creo que



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durante estos años hemos hecho un esfuerzo espectacular, creando
buenos materiales, rigurosos, evaluados, es decir, que pueden
considerarse ya como unos materiales educativos acreditados. Y en
estos momentos cualquier Comunidad Autónoma tiene ya sus materiales,
sus propios instrumentos.

Asimismo, creo que también hay que entrar en el campo de las nuevas
tecnologías. Hay que acercar la información y la formación a los
jóvenes de forma atractiva, para lo que hemos trabajado mucho en el
tema de materiales informáticos vinculados a la educación para la
salud, y en estos momentos tenemos ya instrumentos, soportes que
vamos a generalizar en los próximos años -y, prácticamente, cualquier
colegio en España dispone ya de acceso a Internet, además de
cualquier ordenador que sea capaz de leer un CD-, lo que nos permite
contar con unas posibilidades de las que no disponíamos hasta la
fecha. Hoy se puede diseñar un modelo de formación en educación para
la salud que sea al mismo tiempo formativo y de entretenimiento, es
decir, un chico puede estar entreteniéndose con un juego de ordenador
y formándose al mismo tiempo. Estos objetivos ya los estamos
desarrollando y los hemos puesto a disposición de las Comunidades
Autónomas.

En el ámbito de nuestras competencias hemos ofrecido a las
Comunidades Autónomas el diseño conjunto, por ejemplo, de las
campañas de concienciación social, de forma que no sea una
imposición, es decir, que algo se diseñe pensando en la Delegación
del Gobierno, sino que también participen otros sectores.

Precisamente, existe una Comisión Nacional formada para el diseño de
las campañas de concienciación social y cada Comunidad Autónoma ha
entrado en el nivel de implicación que ha querido entrar y poniendo
también los medios que ha sido capaz de poner. Y puedo decir que al
respecto hay resultados estupendos, en una labor en la que la
Comunidad Autónoma no sólo ha participado, sino que ha puesto a
disposición los recursos de los medios públicos de que dispone. Así,
en la Comunidad Autónoma de Andalucía existe un nivel de coordinación
estupendo, donde la titularidad de la cadena de televisión, que es
Canal Sur, está colaborando en una campaña que no es ni nuestra ni
suya, sino de todos, y lo mismo la firma la Junta de Andalucía que la
firma el Plan Nacional sobre Drogas, porque, al final, lo que importa
es que el señor que está en Andalucía, el chico, el padre, etcétera,
vea la campaña, la firme quien la firme. Y si lo tenemos que firmar
33, lo firmamos 33, pero lo importante, al final, es no privar a
nadie de ese esfuerzo realizado.

No obstante, tengo que decir también, con toda sinceridad, que no
estamos en ese mismo nivel de desarrollo con todas las Comunidades
Autónomas. Hay Comunidades Autónomas -insisto- que son recelosas
a que eso sea así. Francamente, creo que en una materia de esta
naturaleza no tendría que haber ninguna razón para que esto
sucediese, pero sucede.

No obstante, vamos a seguir en este tipo de actuaciones. Lógicamente,
voy a hacer todo lo posible por elevar el nivel de medios durante
estos años, pero puedo decirle que el Plan Nacional tiene un
presupuesto específico, es decir, un presupuesto que ha ido creciendo
todos los años y que dispone de recursos adicionales, como es la Ley
del Fondo. Asimismo, hay un acuerdo en la estrategia nacional de
forma que garanticemos el mantenimiento de todo lo que hasta ahora
existía y que todo el aumento de los recursos que se produzcan vía
presupuestaría o vía Ley del Fondo vaya destinado al cumplimiento de
los nuevos objetivos. Por tanto, con esta fórmula no se complica la
vida a ninguna administración que recibe fondos del Plan Nacional,
pero todos los objetivos nuevos irán sobre la base de esa
financiación adicional que en estos momentos estamos intentando
conseguir.

Finalmente, comparto con usted que el debate sobre los adolescentes,
horarios y lugares es una de las cuestiones en la que durante los
próximos años tendremos que hacer un mayor esfuerzo de concreción.

Muchas gracias, señoría.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Delegado del Gobierno.

Por fin -todo llega-, tiene la palabra el portavoz del Grupo Popular,
don Jesús Manuel Pérez Corgos.




El señor PÉREZ CORGOS: Muchas gracias, señor Presidente.

Quiero comenzar dando la bienvenida a esta Comisión al señor Delegado
del Plan Nacional sobre Drogas en esta VII Legislatura y agradecerle
la información sobre la estrategia, información que ya nos había
facilitado al final de la anterior legislatura pero que hoy nos
reitera. Además, es una información sobre la que no he vislumbrado
ningún tono arrogante ni soberbio, sino consecuente, como tampoco he
visto ni a usted ni al Partido Popular en ninguna deriva histérica.

Histerismo en el Partido Popular, de ninguna manera. Nosotros no
tenemos en perspectiva ningún problema ni complicación congresual que
nos haga perder los nervios o que nos produzca una alteración
nerviosa de esa magnitud. Y deriva, tampoco. Creo que usted lo ha
dicho. Los electores han mostrado que navegamos con buen rumbo. Claro
que, si hubiese sido de otra manera, posiblemente yo hubiera
utilizado ese consejo que los manuales de supervivencia en la mar dan
a los náufragos y hubiese empleado todos los medios a mi alcance para
llamar la atención de quienes navegasen en las cercanías.

Ha dicho algo muy importante al comienzo de su intervención y es que
esta estrategia nace del consenso, y nace del consenso entre las
diferentes fuerzas políticas que gobiernan en las administraciones en
toda España, es decir, que, si acertamos, acertamos todos, y, si nos
equivocamos, nos equivocamos todos, incluidas



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las organizaciones no gubernamentales, incluidos los sindicatos y las
organizaciones empresariales. Pero hay más y es que la estrategia
nacional coincide plenamente con la estrategia europea, que acaba de
ser aprobada en Santa María de Feira. Por tanto, si acertamos,
acertamos todos los europeos y, si nos equivocamos, nos equivocamos
nosotros, se equivocan los socialistas de Jospin, los de la tercera
vía, o los socialdemocrátas de Schröeder.

Evidentemente, todo es mejorable. Y ejemplos se nos están dando
constantemente. Ni usted ni yo, señor Delegado del Gobierno, votamos
a favor el Código Penal en vigor, y el Consejo General del Poder
Judicial nos está advirtiendo de que debemos modificar los artículos
202 y 203 del Código Penal, ya que la redacción actual dificultaría
la actuación de los agentes cuando el propietario del establecimiento
se negara a colaborar o impidiera de alguna manera esa actuación.

Debemos estar de acuerdo en que hemos de conseguir mantener el
consenso, un consenso fundamental en la política sobre un tema que
preocupa a todos los ciudadanos y que estos nos lo agradecerán. Por
tanto, procuraremos alcanzar esos consensos si todas las fuerzas
políticas están de acuerdo en ello.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Diputado.

Tiene la palabra el señor Delegado del Gobierno.




El señor DELEGADO DEL GOBIERNO PARA EL PLAN NACIONAL SOBRE DROGAS
(Robles Orozco): Muchas gracias, señor Presidente.

Muy brevemente quiero agradecer al portavoz del Grupo Parlamentario
Popular - como no podía ser de otra forma- sus palabras y su apoyo.

Quiero decirles que, efectivamente, al final de esta intervención,
habrá muchas cuestiones que podrán aportar todos los grupos. Al igual
que en la Legislatura anterior sería bueno que los grupos tomaran la
iniciativa de proponer las reformas, los estudios y los proyectos
necesarios porque estoy convencido de que si pensamos muchos
seguramente nos irá mejor. Este no es un asunto en el que tengamos
que fomentar algún tipo de exclusivismo, sino al revés. Tenemos que
fomentar la participación. Créame que cuanto más conozco este tema
más me he de acercar con modestia, con mucha prudencia y con el deseo
de escuchar a todos y de coger lo mejor de cada uno que tenga que
aportar algo.

Por lo tanto, lo que va a hacer la Delegación durante estos años es
impulsar un proyecto, que es el que hemos consensuado entre todos.

Hemos de tener no sólo las puertas, sino la mente muy abierta para
todas las iniciativas, proyectos, sugerencias y cosas que vayan
surgiendo por el bien, básicamente, de la salud de los españoles, que
es en lo que en este momento estamos trabajando.

Muchísimas gracias. Estoy a su disposición.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Delegado del Gobierno.




CONTESTACIÓN A LA PREGUNTA DE DOÑA MARÍA ZOILA RIERA I BEN, DE
CONVERGÈNCIA I UNIÓ, SOBRE LAS MEDIDAS PARA IMPULSAR LAS POLÍTICAS DE
PREVENCIÓN Y LUCHA CONTRA LAS DROGAS DE DISEÑO. (Número de expediente
del Senado 683/000001 y número de expediente del Congreso 181/
000067.)



El señor PRESIDENTE: Pasamos al punto siguiente del orden del día si
doña Zoila lo tiene a bien. Pregunta que formula la Diputada doña
María Zoila Riera i Ben, de Convergència i Unió.




La señora RIERA I BEN: Muchas gracias, señor Presidente.

Señor Robles, sabe usted que estamos especialmente preocupados por el
problema de las drogas de síntesis. Lamentablemente, en Cataluña en
estas fiestas de San Joan -que están enraizadas en nuestra cultura
popular y que son fiestas en las que la gente sale a la calle, pues,
por decirlo así, normalmente son días de verbena en familia donde
grandes y pequeños comparten unas horas muy mágicas-, en una
población cerca de Barcelona, este fin de semana, en medio de la
fiesta, hemos tenido que lamentar una muerte por una ingesta de
sobredosis de pastillas y, en concreto, de la que se llama
Mitsubishi.

Es un hecho puntual, pero que nos alerta sobre una problemática que a
mi Gobierno en Cataluña le preocupa especialmente, que preocupa,
evidentemente, a su Grupo parlamentario porque hoy mismo, en este
periódico que es de hoy, se publica: «El Partido Popular -les leo
textualmente- pide un nuevo plan para el éxtasis». Esto es en
Cataluña.

Intervengo con el ánimo, señor Robles, de que podamos ayudarnos
mutuamente y no -como decía usted antes- de interpretar que las
competencias tienen que ser celosas, de tal forma que se pueda decir
«aquí no entres», sino al revés, que cada uno con sus responsabilidad
seamos capaces de ayudarnos y de implementar políticas que sirvan
para conseguir el fin que nos proponemos.

Quisiera preguntarle: ¿Qué tiene pensado su Dirección General en este
nuevo período ? Me refiero muy especialmente a la problemática de las
drogas de síntesis. Son drogas muy asequibles para la gente joven.

Son baratas. Comentaban a raíz de este lamentable suceso que, por
ejemplo, estos días de fiesta por 1.500 pesetas, casi menos de lo que
vale una entrada a una discoteca, era posible que cualquier chaval o
muchacha tuviese tres o cuatro pastillas. Estamos hablando de
importes mínimos, pues ya pronto valdrá más ir a buscar una aspirina
a un bar.




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La accesibilidad que tienen las hace especialmente peligrosas. Ya no
hace falta disponer de importantes recursos. Además, se están
vendiendo y se están asociando como un elemento más de diversión; o
sea, es el antieslogan del «Diviértete sin drogas» porque los que
promueven estas costumbres, los traficantes de estas sustancias, de
alguna manera las están promocionando como algo consustancial a la
propia diversión y, además, dicen que son inofensivas.

Se están produciendo también estos días situaciones que nos tendrían
que alertar de hasta qué punto la falta de conciencia de mucha gente
que tiene negocio en torno de estas redes puede incentivar e
estimular un alto consumo de estas sustancias. Usted sabe que uno de
los efectos que tienen son los llamados golpes de calor. Se ve que,
incluso, se fomenta la manera de que los golpes de calor sean más
acusados y que en determinados recintos cerrados de diversión se pare
de vez en cuando el aire acondicionado para fomentar más este clima
estresante y para que se solucione la angustia que provoca este
ambiente consumiendo más pastillas, entrando así en un círculo
vicioso.

Evidentemente, sin querer hacer alarmismo ni mucho menos, la
facilidad con que pueden adquirirse estas sustancias, el bajo coste
que tienen y el hecho de que se venden casi como si fuesen caramelos
inofensivos hace que estén al alcance de sectores de la población muy
jóvenes. Hoy día -como decía usted antes- los criterios de juventud
abarcan desde los catorce años hasta los veinte largos, pero ya no
tienen, a veces, ni catorce años porque estas drogas se fomentan de
manera inconsciente como una cosa que se toma más o menos como un
café. Los riesgos son muy altos porque la falta de conciencia de que
son muy graves, de que pueden matar -como ha sido en este caso-
fomenta el uso y abuso de manera incontrolada.

Por eso, quiero preguntarle, entre las políticas que usted como
Director general piensa implementar durante estos cuatro años que
tenemos por delante, ¿hay algunas que sean muy explícitas con
referencia a las drogas de síntesis? Nada más y muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señora Diputada.

Tiene la palabra el señor Delegado del Gobierno.




El señor DELEGADO DEL GOBIERNO PARA EL PLAN NACIONAL SOBRE DROGAS
(Robles Orozco): Muchas gracias, señor Presidente.

Señoría, efectivamente, ésta es una de las sustancias que nos
preocupa extraordinariamente, pero en asociación con las otras
sustancias que se integran en la diversión. Es el conjunto de los
psicoestimulantes y probablemente unos tienen relación con otros y,
si me apuran, no solamente la sustancia, sino el contexto en el que
se hacen y el modelo de diversión. Probablemente un chico no
consumiría una pastilla sentándose simplemente en un círculo de
amigos a charlar. Se consume una pastilla en el contexto de una noche
que
necesita determinados estimulantes para poder aguantar esa noche, la
siguiente y la siguiente, y en un contexto en el que hay un
determinado tipo de música y de diversión.

Con esto quiero explicar que cuando nosotros hacemos una serie de
estrategias de prevención no solamente estamos pensando en la
sustancia en concreto, sino en el fenómeno que hay que combatir.

Usted ha citado varias veces, por ejemplo, las campañas que decían
«Diviértete sin drogas» o «A tope sin drogas». Lo que han querido
centrar estas campañas evidentemente no es sólo la disuasión de un
consumo, sino cuál era el problema al que la sociedad española se
estaba enfrentando en este momento, que era el modelo de diversión
con los consumos.

Por lo tanto, podemos combatir las pastillas, pero tenemos que
combatir la cocaína y tenemos que combatir el abuso del alcohol y el
cannabis y -si me apuran ustedes- tenemos que entrar, de verdad, en
la reflexión que estamos haciendo esta mañana que es la de ver qué
pasa con los horarios nocturnos, qué pasa con las edades de los
jóvenes que van a divertirse a esos sitios. Usted decía hace un
momento que jóvenes son entre catorce y veinte años. Hoy joven se es
entre catorce y cuarenta. Usted y yo somos jóvenes. Es un concepto
amplio de juventud donde hoy están conviviendo y compartiendo
espacios personas que no tienen el mismo nivel de maduración y de
formación. Sobre eso es sobre lo que hay que hablar y sobre lo que
hay que decidir: qué horarios vamos a poner, qué personas, cómo se va
a limitar ese tema. Por supuesto que va a seguir habiendo estrategias
específicas. Si algún problema tuve como Delegado al principio de la
anterior legislatura fue precisamente diseñar campañas de información
específicas sobre pastillas, tanto en reducción del daño que le he
explicado, por ejemplo con asociaciones catalanas, como en políticas
informativas.

Se han hecho monografías, folletos y acciones y se han incorporado en
las políticas de prevención, se ha hablado tanto de alcohol como de
pastillas y se va a seguir haciendo, pero en un contexto en el que la
prevención va a abordar básicamente el fenómeno del por qué se
produce. Tan importante es en este momento que hagamos prevención
sobre las pastillas, como que tomemos las medidas que tengamos que
tomar sobre el fenómeno de los consumos del fin de semana o ese
modelo de diversión que se ha desarrollado.

Los datos -como decía hace un momento- hoy son mejores que hace unos
años, a pesar de la desgraciada muerte de este chico ¿Por qué? No
tanto porque haya bajado un 1 por ciento o un 0,1 por ciento, sino
porque lo que los expertos consideran que es un factor de protección
ha mejorado, y es que hay más percepción del riesgo, hay más
información, hay más gente que consumía que ha dejado de consumir.

Pero esto no es suficiente, y sobre todo no está hecho todo lo que
hay que hacer.




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Por tanto, vamos a seguir profundizando en los estudios, en los
trabajos, en las campañas específicas y en la incorporación de estas
sustancias de forma concreta y realista, porque, permítame que le
diga que con ser muy desgraciada y desafortunada la muerte de este
chico, que es lo más desafortunado que a una persona le puede
suceder, hay otros problemas mucho más cercanos y extendidos cuando
se consume droga de síntesis. Y, si me apuran, fíjense lo que les
digo, es muy impactante en un momento determinado la muerte, y
probablemente va a servir para hablar estos días en los medios y para
reflexionar, pero la evidencia que tienen la inmensa mayoría de los
chicos que salen una noche a divertirse y que conocen a otros chicos
que toman pastillas no es la de que se van muriendo por las esquinas.

Por tanto, no podemos construir una prevención basada en el alarmismo
que no se fundamenta en la verdad.

Insisto, así como el deterioro físico que producía la heroína era muy
visible, y es verdad que hay una generación en la que muchos,
desgraciadamente, han fallecido, muy pocos chicos y chicas van a
fallecer por tomar pastillas, seamos realistas. El caso de este chico
ha sido un episodio dramático y fatal, probablemente con
complicaciones personales que ya determinará la propia autopsia y que
yo estaré encantado de facilitárselo. Pero lo que sí va a ser mucho
más frecuente es que cuando lleven seis y siete años conociendo a un
grupo de chicos que toman pastillas los fines de semana, se darán
cuenta de que son chicos que se vuelven agresivos, que pierden
normalmente el ritmo de los estudios, que tienen problemas de
adaptación social, que tienen problemas de poder trabajar con
continuidad en un sitio porque no se concentran y que a algunos de
ellos se les desencadena una patología psiquiátrica que de otra
manera no se desencadenaría.

Hoy, cuando hablamos con homólogos de países europeos, que tienen la
experiencia de haber pasado por esto antes que nosotros, como los del
Reino Unido, dicen que se encuentran con una generación de chicos que
tomaron y toman pastillas abusivamente y que no tienen problemas
orgánicos serios, lo que tienen son problemas psicológicos profundos
y que, por tanto, van a dar otro tipo de patologías distintas a las
de ahora. Pensábamos que un chico drogadicto era el que estaba tirado
en un portal, pero dentro de unos años no vamos a ver a chicos
tirados en un portal, los vamos a ver dentro de las familias, con
serios y profundos problemas psicológicos.

Este es otro debate que hay que plantear: cambiar en la mentalidad de
los españoles que cuando hablamos de drogas no simplemente hablamos
de eso, y que no siempre va asociada a la idea de dependencia, que es
otra idea equivocada. El debate, como ustedes recordarán, es si el
cannabis tiene más o menos problemas adictivos psicológicos o
físicos, y ahora es al revés si las pastillas generan más o menos
dependencia física o psíquica. Pero además de si provoca dependencia
física
o psíquica, la pastilla de por sí es tóxica para el organismo.

Nosotros hemos realizado estudios con el Instituto de Investigación
Biomédica de Barcelona que inequívocamente demuestran que un chico
que esté tomando pastillas de forma más o menos habitual los fines de
semana termina teniendo problemas de riñón, de hígado, de depósitos
de toxinas a nivel neurológico y que, por tanto, daña
irreversiblemente el sistema neurológico. Eso no es algo que se va a
ver de forma inmediata, sino que va a tener consecuencias a medio y
largo plazo. Por tanto, también es importante que cuando hablamos de
prevención y de tratamiento sepamos que ya los efectos no van a ser
los mismos.

Usted lo ha dicho, hoy van a ser más accesibles y más baratas. Ningún
chico va a robar el bolso a otra persona para comprar una pastilla.

Por tanto, ¿qué han querido hacer nuestras campañas? Han querido
trasladar a la opinión pública la nueva situación de las drogas que
nos vamos a encontrar porque si yo no reflexiono y no tomo conciencia
de que el problema que voy a tener hoy no es el de la heroína sino el
de las pastillas, ¿por qué me voy a preocupar y por qué voy a tomar
decisiones en esa dirección si no lo percibo como un problema de esa
situación? Eso es lo que han querido hacer las campañas y en lo que
vamos a seguir trabajando.




Por tanto, va a haber acciones específicas sobre drogas de síntesis
pero en un contexto en el que no sólo se trata de hablar de la
sustancia sino del fenómeno por el que se produce ese tipo de
consumos y en qué contexto se producen durante los fines de semana.

Ésa va a ser básicamente la estrategia de los próximos años.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Delegado.

Tiene la palabra la señora Riera i Ben.




La señora RIERAI BEN: Quiero agradecerle, señor Robles, sus
explicaciones y, compartiendo básicamente el punto de vista que usted
expone, inquirirle para que bajo su responsabilidad no abandone este
tema porque si siempre en materia de toxicomanías la prevención tiene
que ser parte básica de cualquier debate que tengamos y de cualquier
planteamiento político de lucha contra la droga, lo es más en un
sector como éste de las drogas de síntesis, que por estas
características que he expuesto, y que su señoría reconoce: el coste
que tienen tan asequible, la manera tan inofensiva en que se
presentan y que están al abasto de una población muy joven, más que
nunca necesitan, sin alarmismo, de campañas de información. Comparto
lo que usted ha dicho de que, por desgracia, esta lamentable muerte
no va a servir para que todo el mundo asocie que el tomarse una
pastilla es sinónimo de muerte, evidentemente que no, pero es
importante que aquí se ejerzan y que se promuevan por parte de quien
tiene responsabilidades y competencias campañas de formación, de
educación hacia los jóvenes, hacia las familias, que es indispensable
que



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sean conscientes para poder detectar aquellos casos donde haya esta
predisposición a este uso y conozcan la manera de actuar, qué hacer
en los casos en que se detecta, y hacia las escuelas.

Señor Robles, permítame que muy brevemente le haga una reflexión. En
estos momentos en que se debate muchas veces la idoneidad o no de la
reforma que se hizo de la LOGSE, en la que hay opiniones para todos
los gustos, yo, en nombre de mi Grupo Parlamentario, y con las
responsabilidades que tenemos en el Gobierno de la Generalitat,
quiero dejar constancia de una cuestión que hoy por hoy para nosotros
es clarísima. Nosotros defendemos y seguiremos defendiendo el modelo
de la LOGSE en lo que tiene de esencia, que es asegurarnos de que la
educación se garantiza para todos los chicos y chicas de este país
hasta los dieciséis años, que es la edad que hemos considerado que
están autorizados para ir a trabajar, y por tanto buscar un
paralelismo total entre la etapa de escolarización, de educación y la
etapa en que pueden incorporarse al trabajo, y que esta experiencia,
que en Cataluña ya la tenemos por haber sido la primera Comunidad en
que se implantó la LOGSE, por sí sola, sin más connotaciones, vale
mucho dinero.

Yo quiero sensibilizarles a ustedes para que tengan muy presente que
el gasto que tiene la LOGSE para implementar los programas de
dotación hasta los dieciséis años, lleva aparejado que esto se
circunscriba en todos los centros de educación, básicamente públicos,
que son los que se ven afectados muchas veces por tipos de población
con más dificultades añadidas, que se realicen grandes esfuerzos y
que haya profesores de refuerzo que ayuden a solucionar problemas
puntuales: el de las toxicomanías y el de actitudes que a veces rayan
la delincuencia. Se trata de un problema añadido que tienen hoy día
los profesores de los centros de enseñanza públicos y privados, pero
insisto, básicamente los públicos, y es necesario que el Gobierno sea
muy sensible a este tema, porque si no dimensionamos hasta qué punto
necesita de recursos, vamos a hacer fracasar entre todos, y
básicamente el que tiene responsabilidad del Gobierno, una reforma
que tenía y que tiene mucho de positivo en el ámbito de la escuela,
ya que tenemos la oportunidad de tener a los jóvenes, los chicos y
las chicas hasta los dieciséis años escolarizados; es en este ámbito
donde básicamente tenemos que trabajar mucho en campañas de
prevención. Ni los padres ni los maestros han nacido enseñados o
preparados para atajar estos problemas, necesitan ayudas específicas,
necesitan de profesores de refuerzo, de psicólogos,
de terapeutas, etcétera, y esto significa mucho dinero. Además
de reconocer las competencias que las Comunidades Autónomas tenemos
en esta materia, es importante que el Gobierno asuma la necesidad de
inyectar dinero a las Comunidades para que podamos implementar estos
programas. Esa es la principal obligación que tenemos todos cuando
hablamos de materia de prevención.

Permítame que haya hecho este enlace entre política de droga y
educación, pero es que me parece que cualquier otro planteamiento
sería perverso de inicio, porque si hablamos de prevención y de
educación no podemos olvidar que, hoy por hoy, uno de los principales
elementos -no el único porque la familia y el entorno social también
son muy importantes, como recordaba antes la portavoz de Izquierda
Unida- es la escuela, que está jugando un papel determinante para
poder detectar estos fenómenos y reeducar a aquellos jóvenes que
estén en situaciones equivocadas.

Le pido la ayuda del Gobierno y su compromiso, como Delegado del
Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, para sensibilizar a los
Ministerios a los que compete porque todo esto significa muchos
recursos. España va bien, la economía pasa por un buen momento y
tenemos que ser capaces de aprovecharlo. Mi Grupo espera que podamos
seguir celebrando durante muchos años esta coyuntura y le deseamos
muchos éxitos a su Gobierno en el campo de la economía, pero no
olvidemos que hay que aprovechar estas circunstancias de viento
norte, de viento favorable y que tenemos la obligación de poner
dinero en aquellos sitios en los que es indispensable para hacer
buenas políticas de educación y de sanidad, al fin y al cabo,
aquellas políticas que tienen que garantizar que los ciudadanos
y ciudadanas del conjunto del Estado español, que los jóvenes de hoy
sean hombres y mujeres de provecho para la sociedad de mañana.

Nada más y muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora Diputada. ¿Desea
intervenir el señor Delegado del Gobierno? (Pausa.)
En ese caso, sólo me queda dar las gracias a don Gonzalo Robles,
Delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas.

Se levanta la sesión.