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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 359, de 06/11/2001
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CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 2001 VII Legislatura Núm. 359



ECONOMÍA Y HACIENDA



PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. SANTIAGO LANZUELA MARINA



Sesión núm. 31



celebrada el martes, 6 de noviembre de 2001



ORDEN DEL DÍA:



Comparecencia del señor secretario general de Comercio Exterior
(Utrera Mora), para informar sobre la Conferencia Ministerial de la
Ronda de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y las
perspectivas de lanzamiento de una nueva ronda comercial global. A
petición del Gobierno. (Número de expediente 212/000824.) . . .

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Se abre la sesión a las diez y diez de la mañana.




El señor PRESIDENTE: Buenos días, señorías. Se abre la sesión.

El único punto del orden del día es la comparecencia del secretario
general de Comercio Exterior, para informar sobre la Conferencia
Ministerial de la Ronda de la Organización Mundial del Comercio (OMC)
y las perspectivas de lanzamiento de una nueva ronda comercial
global. Para ello tiene la palabra el señor secretario de Comercio
Exterior.




El señor SECRETARIO GENERAL DE COMERCIO EXTERIOR (Utrera Mora): Es
para mí un honor volver a esta casa después de más de un año de
dedicación a mi nueva responsabilidad como secretario general de
Comercio Exterior y, en concreto, una dedicación también exclusiva en
los últimos meses, o casi exclusiva, a las cuestiones relativas a la
Organización Mundial de Comercio.

Quizá una reflexión previa es que la Secretaría de Estado de Comercio
y Turismo, encargada precisamente de las relaciones comerciales
internacionales, de las relaciones comerciales internas y también del
sector turístico, encuentra en la Secretaría General de Comercio
Exterior el organismo que tiene específicamente encomendadas las
funciones de negociación de las reglas de comercio internacional, de
comercio exterior, así como todas las relaciones bilaterales con los
países, la gestión de la deuda internacional y las relaciones con los
organismos internacionales. Pues bien, específicamente dentro de las
cuestiones relativas a la Organización Mundial de Comercio, como
ustedes saben, el próximo día 9, esta misma semana, y hasta el día
13, el órgano supremo, el órgano soberano de la Organización Mundial
de Comercio, celebra la conferencia ministerial, que ya hace tiempo
se decidió, por ofrecimiento de Qatar, que se reuniera en su capital,
Doha. Así, a pesar de las dudas que se han ido planteando en las
últimas semanas, se han mantenido este lugar y las mismas fechas,
porque se ha entendido que resultaba necesario dar una señal clara de
que las cosas siguen como debían de seguir, como estaban programadas,
por tanto se mantiene fecha y lugar, y, además, porque la coyuntura
económica internacional hace más necesaria que nunca la celebración
de esta conferencia ministerial y, si es posible que, como punto
principal de la agenda de esta conferencia ministerial, se constituya
el lanzamiento de una nueva ronda comercial, de una nueva ronda de
negociaciones para la liberalización del comercio internacional.

Queremos llamarle, y así está discutido ronda del desarrollo. Se le
ha también denominado la ronda del Milenio. También se ha pretendido
que fuera, y es de hecho, la primera ronda negociadora que se
realizaría dentro del seno de la Organización Mundial de Comercio,
puesto que, como luego tendremos ocasión de desarrollar, hasta
ahora las ocho rondas anteriores lo han sido en el seno del GATT, del
Acuerdo de Aranceles y Comercio. Las expectativas para la ronda son
más amplias que las anteriores, porque junto a los temas clásicos del
comercio (la liberalización, reducción de aranceles, la eliminación
de barreras comerciales, etcétera) incluiría también los denominados
nuevos temas del comercio, la relación del comercio con aspectos tan
importantes como el medio ambiente, la competencia, la inversión,
aspectos sociales, etcétera. Por tanto, nos encontramos en un momento
que para algunos es histórico, para otros en todo caso importante, en
el que tanto la actividad económica internacional, y la ralentización
de la coyuntura económica internacional, como la importancia que
otorgan sobre todos las sociedades más desarrolladas a esos temas que
confluyen con el comercio y que lo hacen más eficiente y posiblemente
más equilibrado, todas estas consideraciones deberían de entrar a
formar parte, bien de la negociación o bien de las agendas de trabajo
a proponer en esta conferencia ministerial.

Junto a esto otro aspecto añadido y también de importancia capital
dentro de esta Conferencia Ministerial sería la decisión sobre las
denominadas medidas de aplicación, es decir, las medidas que
facilitarían para los países menos avanzados el aplicar los acuerdos
o desarrollar la aplicación de los acuerdos alcanzados en la ronda
Uruguay. La aplicación -implementation, en terminología anglosajona-
significa precisamente eso: concesiones unilaterales por parte de los
países más avanzados a favor de países en vías de desarrollo, y que
para éstos sea por un lado más fácil la aplicación de los acuerdos ya
alcanzados en la ronda anterior, la Uruguay, pero al mismo tiempo
también para que adquieran la capacidad que permita íntegramente la
aplicación de aquellos acuerdos, puesto que nos encontramos con
países que ni por capacidad organizativa, ni administrativa, ni
siquiera tecnológica, pueden cumplir todos y cada uno de los acuerdos
alcanzados en las rondas anteriores. Por tanto, está orientada al
desarrollo, aplicación como llave que ha de facilitar o ha de
permitir que se lance la nueva ronda para atraer la confianza de los
países en vías de desarrollo y la insistencia por parte de la Unión
Europea, y de España al formar parte y a tener posición común la
Unión Europea, por alcanzar una agenda lo más amplia posible y que
incluya esos nuevos temas a los que hemos hecho referencia, que
acompañan, que son correlativos, que complementan y mejoran las puras
y simples consideraciones de naturaleza comercial.

Permítanme hacer una breve exposición de la historia del sistema
multilateral de comercio, porque entiendo que de esta historia
podemos sacar conclusiones para tener una justa valoración de lo que
se espera de esta conferencia ministerial y de la posible ronda
globalque nazca de esta próxima conferencia ministerial



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de Doha. En primer lugar señalaré que el sistema multilateral de
comercio actual tiene apenas poco más de cincuenta años. Encuentra
sus orígenes en el año 1946, en la Carta de La Habana, que pretendía
crear una organización nueva, la Organización Internacional de
Comercio, que junto al Fondo Monetario y junto al Banco Mundial
constituirían los tres pilares del nuevo orden económico
internacional. No fue posible la creación de esta organización entre
otras cosas, y principalmente, porque no fue ratificada su creación
por prácticamente ningún país, y lo que se hizo por la vía
posibilista es formular un acuerdo general, es decir, no una
institución, no una asociación de países, sino simplemente un
acuerdo, un acuerdo provisional sobre comercio y aranceles, el
denominado GATT. El GATT tiene su nacimiento en 1947 y su vigencia a
partir del 1 de enero de 1948. Desde entonces se han realizado ocho
rondas comerciales, la primera en Ginebra, la última la denominada
ronda Uruguay. Un primer rasgo de estas rondas comerciales, a
excepción de las primeras, que fueron muy breves, es que las últimas
han exigido, han necesitado, han requerido prolongar dos períodos de
tiempo para concluir los acuerdos de esas rondas. Concretamente la
ronda Uruguay se extiende desde el año 1966, en que se landa en Punta
del Este, hasta el año 1994, la conferencia Marrakech, que da además
lugar al nacimiento de la Organización Mundial de Comercio.

Por hacer muy sucintamente una reflexión sobre los principales rasgos
en todas estas rondas negociadoras, hay que señalar que en las cinco
primeras se fueron consolidando dos mecanismos de negociación. Lo que
se hacía como práctica usual, como procedimiento de actuación, es que
los países demandantes realizaban peticiones, producto por producto,
a los países que habían de hacer las concesiones de tipo arancelario.

Estas peticiones eran fundamentalmente de reducción de arancel, o
bien eran de consolidación del nivel existente de arancel o, en su
caso, de fijación de un techo máximo de incremento de arancel. En
definitiva, países demandantes que solicitaban de otros países la
fijación de unos niveles, de unos techos máximos o la consolidación
al nivel que entonces tuvieran de los aranceles. El país
administrador, proveedor o que recibía la demanda, caso de
concederla, exigía una ventaja de valor equivalente en algún otro
producto que había de concederle el país demandante. De esa forma,
las concesiones que se realizaban los países uno a uno o, si se
prefiere por pares, en las negociaciones, al final se
multilateralizaban, es decir, todas puestas juntas se aplicaban al
resto de los países de acuerdo con la cláusula principal de
funcionamiento del GATT, la cláusula de nación más favorecida. De tal
forma que esos acuerdos singulares bilaterales entre los países,
inmediatamente eran aplicables, una vez que se concluía la ronda
negociadora, a toda la comunidad, a todos los países que suscribían
el acuerdo de aranceles, el GATT. Este,
desde luego, era un procedimiento muy lento y complejo. Funcionó bien
al principio, cuando había mucho que hacer en materia de reducción
arancelaria y sobre todo cuando había un catálogo muy amplio de
bienes no sensibles, fundamentalmente estamos hablando de bienes
industriales, que entonces no se había procedido a la liberalización
del comercio agrario.

A partir de la sexta, la denominada ronda Kennedy de los años
sesenta, del año 1964 al año 1967, se cambió la metodología para la
liberalización, la reducción arancelaria, y básicamente la reducción
media de aranceles en productos industriales que se alcanzó, del 30
por ciento, lo fue sobre la base de reducciones lineales en los
aranceles, de tal forma que el nuevo arancel resultante de la
negociación venía a ser un porcentaje por un coeficiente a
determinar, que podía depender y variar dependiendo de los productos,
sobre el arancel anterior; así se conseguían importantes rebajas
arancelarias y se evitaba la discusión producto a producto, sobre
todo, como estamos diciendo, cuando ya habíamos entrado en los
productos sensibles, muy sensibles en algunos casos, siempre de
naturaleza industrial. La ronda Kennedy, estuvo también
caracterizada, y ahí es donde nace por primera vez en rasgos
generales, por la atención que se prestó a los países en desarrollo.

De hecho, el articulado constitutivo del acuerdo GATT se amplió con
un cuarto apartado que se titulaba Comercio y Desarrollo, y se
establecían las relaciones entre comercio y desarrollo. Se intentó
entonces que se concediera una cláusula de excepcionalidad al
principio de nación más favorecida, que permitiera a los países
desarrollados otorgar concesiones a los países en desarrollo que no
se multilateralizaran, es decir, que fueran auténticas concesiones a
esos países y sólo a esos países. No fue posible al cierre de la
ronda Kennedy, -año 1967- aplicar este principio, pero sí lo fue unos
años después, en 1971, en que el GATT autorizó a que se aplicara por
primera vez el sistema de preferencias generalizadas que le propuso
la entonces Comunidad Económica Europea. Nace así un principio
importante de las reglas comerciales actuales. Junto al principio
general de nación más favorecida, que luego detallaremos brevemente,
aparecen excepciones al mismo, y la excepción más importante es la
que establece los sistemas de preferencia a favor de algunos países o
grupos de países. Entonces, en la ronda Kennedy, se estableció que
fuera precisamente a favor de países en desarrollo, cuyas ventajas
así obtenidas no tenían que aplicarse, no tenían que extenderse
automáticamente al resto de los países desarrollados, sino que las
retenían para sí mismos esos países en exclusiva. Por último, también
dentro de la ronda Kennedy se elaboró el Código antidumping,
posteriormente revisado en las rondas Tokio y Uruguay y que, como
comentaremos después, constituye uno de los aspectos esenciales a
tratar en la conferencia ministerial y en la posible ronda comercial
que surja de esta conferencia ministerial de Doha.




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En cuanto a la ronda Tokio del año 1973 a 1979, recuérdese que son
años en los que coincide la crisis energética, la fuerte elevación de
precios del petróleo, también la crisis monetaria, el derrumbe del
sistema de Bretton Woods y también la crisis de rentabilidad o si
quieren cambio asociado a las mutaciones, a las innovaciones
tecnológicas, especialmente a la informática, que entonces empezaban
a extenderse. Fruto de todo ello nació una corriente proteccionista o
neoproteccionista que se manifestaba en la utilización abusiva de las
cláusulas del GATT. Se constituyó en el seno de esta ronda Tokio
-1973-1979- un grupo de trabajo encargado de realizar un inventario
de las barreras al comercio internacional. Este catálogo, que a
partir de entonces se ha venido manteniendo y perfeccionando, muy
importante y conocido como la Declaración de Tokio, destacó la
proliferación de multitud de prácticas proteccionistas, que podemos
resumir en cinco principales apartados.

En primer lugar la participación de los gobiernos, de los poderes
públicos, de las administraciones públicas, mediante subsidios,
empresas públicas, comercio de Estado y otros instrumentos que
perturbaban el normal funcionamiento y la competencia en los mercados
internacionales. En segundo lugar, como una segunda barrera, las
formalidades aduaneras que, convenientemente instrumentadas, podrían
dar lugar a retrasos indebidos en el despacho de mercancías y por
tanto constituirse en una auténtica barrera al comercio. En tercer
lugar, normas técnicas restrictivas que impedían que productos
hábiles para el consumo o para su utilización en muchos o en la mayor
parte de los países, cualquiera que fuera su destino, no lo fueran en
aquellos países que establecían normas, en muchos casos
discrecionales y a veces caprichosas, que se constituían simplemente
en una barrera al comercio y que no tenían en realidad relación
directa estricta con las cualidades o características de los
productos. En cuarto lugar restricciones cuantitativas. Restricciones
cuantitativas entre las que podemos incluir los acuerdos voluntarios
de restricción a la exportación, por ejemplo, la firma del acuerdo
multifibras, que fijaba cuotas a la importación de textiles en el
ámbito de los países de desarrollo, las cuotas o contingentes de
importación y toda práctica que establezca límites cuantitativos a
los flujos de comercio. En quinto y último lugar el proteccionismo
vía precios, es decir, el establecimiento de exacciones variables,
complementarias a los propios aranceles, en función de los precios de
entrada de las mercancías. Cuanto más bajos fueran esos precios, es
decir, cuanto más competitivas las producciones de un país, podría
encontrarse en el comercio internacional con exacciones cada vez más
altas que eliminaran esa competitividad, esa capacidad de
competencia, de tal forma que tendríamos una barrera adicional a la
generación de comercio.




Por otro lado, también en la ronda Tokio el sistema simple de
reducción lineal de aranceles se modificó a favor de un sistema
lineal mejorado, de tal forma que el nuevo tipo arancelario se puede
reducir, pero se hace ahora de forma progresiva. Las mayores rebajas
se practican en los aranceles más altos, de tal forma que, en un caso
general, se establecen varios tramos o tipos arancelarios -el tipo
alto, el medio y el bajo- y esos tramos tipos arancelarios se definen
horquillas y todos los aranceles incluidos en esas horquillas se
reducen en unos porcentajes que son mayores para los aranceles altos,
menores para los aranceles medios y mucho más bajos para los
aranceles que ya parten de una posición muy reducida.

En la ronda Tokio se modificó también el marco jurídico del comercio
internacional en aspectos tan relevantes como, en primer lugar, el
sistema de preferencias generalizadas, que consiguió ya unas
cláusulas de habilitación específicas, por tanto las preferencias
generalizadas, iniciadas en el año 1971, con la ronda Tokio adquieren
carta de naturaleza jurídica. En segundo lugar los acuerdos
multilaterales sobre medidas no arancelarias, en definitiva para
reducir todas esas barreras el comercio, distintas a los aranceles.

En tercer lugar las concesiones especiales para países menos
adelantados, entonces una veintena de países, en el momento presente
algo más de cuarenta países que se incluyen dentro de esa categoría
de países menos avanzados, los PMA, que reciben un tratamiento
diferenciado y mucho más favorable.

Dentro de los acuerdos multilaterales sobre medidas no arancelarias
de la ronda Tokio, hay que incluir, puesto que todavía son códigos
que se siguen aplicando y perfeccionando en las sucesivas, en la
ronda Uruguay y esperamos que también en la ronda que se lance en
Doha, los códigos de valoración en aduana, los códigos sobre compras
del sector público, los códigos sobre procedimientos para el trámite
de licencias de importación, se revisa el código antidumping de la
ronda Kennedy y el código antisubvenciones y derechos compensatorios.

Todos estos códigos establecen reglas para limitar el uso de todas
esas barreras o reglar los procedimientos, como es el caso de
antidumping, en los cuales puede establecerse ese tipo de barreras.

Asimismo, y con esto concluyo la ronda Tokio, se estableció la
posibilidad reglada de imponer medidas de salvaguardia, siempre
presentes en el comercio internacional para preservar producciones o
sectores muy sensibles, por motivos de desarrollo económico. También
este era un instrumento importante y en manos de los países en
desarrollo que, para preservar su estrategia de desarrollo económico,
podrían establecer medidas suspensivas de aplicación de los acuerdos
de liberalización de comercio imponiendo esas salvaguardias.

Llegamos por último a la ronda Uruguay, la más larga en el tiempo,
llevó más de siete años su conclusión. Se inicia con la Declaración
de Punta del Este



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(Uruguay) en el año 1986 y llega hasta el año 1994, en que se firmó
el acta final en Marrakech, entrando en vigor el 1 de enero de 1995
para aquellos países que ratificaron los acuerdos en plazo.

Los principales rasgos de la ronda Uruguay podríamos muy
resumidamente incluirlos en los siguientes apartados. En primer
lugar, por primera vez podemos hablar de un acuerdo auténticamente
omnicomprensivo o muy general, puesto que el número de países
firmantes en aquellos momentos asciende a unos 115, y también por
primera vez se incluyen dentro de las reglas de comercio y de los
acuerdos de liberalización materias que habían sido orilladas, que no
habían sido consideradas en todas las rondas anteriores. Estamos
hablando de sectores tan importantes como el sector agrícola, como el
comercio de servicios, como las relaciones de comercio e inversión,
como los derechos de propiedad. Por tanto, por primera vez, en la
ronda Uruguay se da un tratamiento general a todas las relaciones
comerciales internacionales, incluyendo no sólo o no principalmente
productos industriales, sino que se abre al comercio agrícola, a ese
sector de actividad que es el más importante en la mayor parte de los
países avanzados, como es el comercio de los servicios, las
cuestiones relativas a inversiones, inversiones directas
multilaterales extranjeras, también los derechos y la relación entre
el comercio y los derechos de propiedad. Nos estamos refiriendo a las
indicaciones geográficas, estamos refiriéndonos a todo lo que suponga
las relaciones de atribución de esos derechos de propiedad -patentes,
marcas, modelos, diseños, etcétera- en sus relaciones con el comercio
internacional.

Por otro lado también, como segundo rasgo principal de la ronda
Uruguay, se procede a una reforma institucional esencial y esa
reforma institucional supone la creación de la Organización Mundial
de Comercio, de tal forma que se pasa de un acuerdo entre partes
contratantes, que no otra cosa ha de ser el GATT en terminología
inglesa, el Acuerdo General sobre Tarifas, Aranceles y Comercio, a
una institución formada por países que no son sólo partes
contratantes. La Organización Mundial de Comercio es una institución,
tiene vocación de permanencia, pero no sustituye al GATT, sino que se
superpone al GATT: la OMC incluye al GATT como uno de los acuerdos
dentro de las reglas de comercio internacionalmente.

Muy resumidamente podemos decir que la Organización Mundial de
Comercio incluye acuerdos multilaterales. Tendríamos el GATT -el
Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio-, el GATTS -el Acuerdo
General sobre Comercio de Servicios- y el TRIP -el Acuerdo sobre
Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el comercio-.

Además, la OMC incluye acuerdos sectoriales, y dentro de esos
acuerdos sectoriales estaría el acuerdo de agricultura, el acuerdo
sobre medidas sanitarias y fitosanitarias, los acuerdos sobre
textiles y vestido, que suceden al acuerdo multifibras
de las rondas anteriores. Al mismo tiempo la Organización
Mundial de Comercio incorpora los antiguos códigos iniciados ya en la
ronda Tokio, que serían el de obstáculos técnicos al comercio, los
códigos de obstáculos técnicos al comercio, los códigos antidumping,
antisubvención y medidas compensatorias, código sobre valor en aduana
y código sobre licencias de importación. Además la OMC incorpora
nuevos instrumentos, como son el TRIMS es decir, aspectos del
comercio relacionados con medidas de inversión extranjera, las normas
de origen y las salvaguardias. A su vez, esto sería multilateral,
afecta a todos los países miembros de la Organización Mundial de
Comercio, en estos momentos 142, más la próxima, en esta misma
conferencia, incorporación de China y de los territorios autónomos de
China. Hay también acuerdos plurilaterales que no afectan a la
totalidad de los países miembros, sino sólo a aquellos países que han
decidido suscribirlos, acogerse a estos acuerdos plurilaterales por
diferencia de los multilaterales. Dentro de los acuerdos
plurilaterales tenemos el acuerdo sobre comercio de aeronaves
civiles, el acuerdo sobre compras del sector público, el acuerdo
sobre productos lácteos, el acuerdo sobre carne de bovino. Con
posterioridad a la finalización de la ronda Uruguay, pero dentro
también de la Organización Mundial de Comercio, se han perfeccionado
tres acuerdos posteriores, que serían el de liberalización de
servicios financieros, el de liberalización básica de
telecomunicaciones y el acuerdo ITA, el acuerdo sobre tecnologías de
información.

La organización, una institución, la Organización Mundial de Comercio
no es solamente un contrato entre partes, sino una institución que
incorpora a los países, y dentro de ella se administran acuerdos
multilaterales, acuerdos plurilaterales, más restringidos, y acuerdos
sectoriales, que se refieren a sectores concretos de liberalización,
en unos casos con naturaleza multilateral, en otros casos con
naturaleza plurilateral. Con esta Organización Mundial de Comercio,
que incluye no solamente los anteriores acuerdos GATT de
liberalización de comercio, sino un rango de cuestiones mucho más
amplio, relativas todas ellas lógicamente al comercio internacional y
a su liberalización, se establecen unos principios, principios
generales, que rigen el comportamiento original del GATT y
posteriormente heredados también por la Organización Mundial de
Comercio. Por hacer un muy rápido enunciado de esos principios,
presentes también en esta conferencia ministerial, como no podía ser
de otra manera, podemos resumir en cinco los principios generales que
informan el comercio internacional.

En primer lugar el principio de no discriminación, este es el
principio fundamental del GATT y también de la Organización Mundial
de Comercio, que se articula en dos normas principales; por un lado
la cláusula de nación más favorecida, definida en el articuladodel
GATT como que cualquier ventaja, favor, privilegio



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o inmunidad acordada por una parte contratante a cualquier producto
originado en o destinado a otro país, debe ser concedido
inmediatamente e incondicionalmente al mismo producto originado o
destinado a los territorios de todas las demás partes contratantes.

Obsérvese que el enunciado de este principio no deja lugar ninguno a
dudas. La cláusula de nación más favorecida exige la
multilateralización inmediata de todas y cada una de las
disposiciones, de todos y cada uno de los acuerdos alcanzados en el
seno de las negociaciones de la Organización Mundial de Comercio.

Como veremos luego, hay excepciones a esta cláusula de nación más
favorecida, excepciones por otro lado también lógicas. Las uniones
aduaneras o las zonas de libre comercio, de libre cambio, constituyen
la excepción más inmediata y desde luego la excepción también, dado
el transcurso de los acontecimientos en la esfera internacional, la
excepción más necesaria. La Unión Europea es una excepción a este
principio de cláusula de nación más favorecida, también lo es el
acuerdo NAFTA norteamericano y lo será en el futuro el ALCA o las
relaciones de la Unión Europea con Chile o la zona de librecambio
Unión Europea-Chile o, en un caso eventual, eventual en el futuro, la
Unión EuropeaMercosur. Es decir, se establecen unas zonas especiales
que han de cumplir condiciones especiales, básicamente tres. En
primer lugar, que los acuerdos regionales, no los multilaterales,
sino los acuerdos regionales, ya sean de unión aduanera ya sea de
zona de libre comercio, deben afectar a la práctica totalidad de los
intercambios o a una parte esencial de los intercambios. Se
interpreta normalmente esta regla como que un porcentaje mínimo del
90 por ciento de los intercambios dentro de la zona han de estar
recogidos dentro de la libertad de comercio en la zona aduanera o en
la zona de libre cambio. En segundo lugar, estas zonas deben de
responder a un programa encaminado a la consecución de una verdadera
zona de libre comercio o unión aduanera; lógicamente, los periodos
transitorios que se establecen pueden ser muy largos, pero el
programa ha de existir para que el GATT o la Organización Mundial de
Comercio acepte la existencia de esta excepción al principio o a la
cláusula de nación más favorecida. Y en tercer lugar, que la
contribución de esta zona aduanera o esta zona de libre comercio no
debe de ser un obstáculo para el comercio con otros países
signatarios del GATT o países miembros de la OMC; es decir, que un
arancel exterior común que se fija en una unión aduanera no debe
implican un deterioro en las relaciones comerciales ya negociadas con
terceros países: principio de no discriminación. Por tanto, se pueden
constituir zonas al abrigo de la cláusula de nación más favorecida,
pero precisamente porque son zonas de especiales relaciones
comerciales que no establecen ni entorpecen de ninguna forma, ni
limitan el comercio fuera de la zona, sino que libremente deciden en
el seno de esa unión aduanera o de esa zona de libre cambio
una integración mucho más perfecta, mucho más plena, mucho más
completa en sus relaciones de comercio.

Dentro de ese principio de no discriminación junto a la cláusula de
nación más favorecida, la segunda cláusula esencial es la de trato
nacional o principio de no discriminación interna, que quiere decir
que las importaciones, los productos bienes importados, deberán de
tener el mismo trato que los productos nacionales: no se consiente
que sobre un bien importado se establezcan impuestos distintos y
mayores que los que se establecen sobre la propia producción
nacional. Quizá en comercio, en relaciones pura o simplemente
comerciales, este principio es difícil que pueda concebirse en una
situación distinta, es decir, que un producto importado, ya sea
tornillos, leche o cualquier otro producto, por el hecho de ser
etiquetado por proceder de un tercer país, tuviera unos impuestos
distintos a exactamente el mismo producto interior. Esto resulta tan
absurdo que, como digo, en términos de puro y simple comercio o
relación comercial, nadie cuestiona este principio, pero cuando ya
estamos hablando de las relaciones del comercio con la inversión, la
inversión directa extranjera, entonces este principio adquiere carta
de naturaleza plena. Es decir, cuando se trata de empresas
constituidas, ya sea para relaciones comerciales, ya sea para
desarrollar actividades fabriles, con capital extranjero, si se
establecen cláusulas discriminatorias, tanto en cuanto a los sectores
en los que puede operar, como a los impuestos o las modalidades
impositivas que enfrentan esas empresas extranjeras a diferencia de
las empresas nacionales, ahí sí que es muy importante la vigilancia
del cumplimiento de este principio de no discriminación interna.

Junto al principio, entonces, de no discriminación, que incluye la
cláusula de nación más favorecida y el mismo trato que a los
nacionales, tendríamos un segundo principio, que sería el principio
de mercado abierto o prohibición de uso de restricciones
cuantitativas. Dicho de otra forma, aunque esto, lógicamente, es un
proceso gradual que hay que ir perfeccionando en el tiempo, puesto
que las restricciones cuantitativas existen, véase por ejemplo el
caso del textil, lo que nos indica este principio es que de forma
gradual el comercio internacional ha de regirse por un principio de
exclusiva arancelización de la protección. Es decir, que el
instrumento de protección, de legítima protección frente a las
producciones externas por parte de los países, sobre todo de los
países en desarrollo, a los cuales se les permiten cláusulas
especiales de protección, ha de basarse fundamentalmente, y en el
futuro esperemos que exclusivamente, en el establecimiento de
aranceles y no en otras modalidades, sobre todo en la modalidad de
restricciones cuantitativas, muy frecuentes en el pasado y en estos
momentos todavía vigentes en algunos sectores, normalmente en los
sectores más sensibles, obsérvese que el establecimiento de un
contingente en sentido estricto es fundamentalmente la negación



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del comercio. Cuando se establece un límite máximo, un contingente
máximo de importaciones de un bien, lo que estamos diciendo es que
negamos comercio por encima de ese límite cuantitativo máximo.

Lógicamente las instituciones o los principios que rigen las
instituciones, el GATT y la OMC, que velan por el comercio
internacional, se resisten a la aceptación de esas limitaciones
cuantitativas. Por tanto, la arancelización de la protección o que la
protección se base exclusivamente en aranceles y no en otros
instrumentos, es también un principio esencial de comportamiento del
GATT y de la OMC.

Tercer principio, la reducción progresiva de aranceles y la
consolidación de sus disminuciones, que hace referencia a los
procedimientos, procedimientos prácticos de negociación, que se han
ido aquilatando en el tiempo en las sucesivas rondas negociadoras,
que se han ido perfeccionando y que llevan a que la consolidación, es
decir que no pueda en el futuro aumentar la protección arancelaria,
sino que todas las concesiones que en cada momento se establezcan a
favor de un país que automáticamente se generaliza a todos los demás
por el principio de nación más favorecida, se convierte en un techo
consolidado, en un tope máximo que solamente tiene en el futuro una
dirección de movimiento, hacia abajo, pero nunca hacia arriba.

A estos tres se añadirían dos principios adicionales, que son
principios coherentes con los anteriores. El principio de
reciprocidad, que haría referencia no a la forma en como se negocia
sino a lo que se espera en la negociación; es decir, que una ventaja
obtenida por un país ha de tener una respuesta mediante una ventaja
de valor equivalente concedida al país primero, al país que concede
la ventaja. Y el principio de mercado, principio de mercado en
competencia, que implica la eliminación de subvenciones a la
exportación, en particular para el comercio internacional de
manufacturas. Este principio de mercado limpio o de mercado
competitivo adquiere una especial relevancia en la conferencia
ministerial próxima de Doha, puesto que estamos hablando de
generalizar este principio a los productos agrícolas.

Se habla en la declaración, que actualmente no es un documento
consensuado sino un documento de trabajo que las delegaciones de los
más de 140 países miembros de la OMC tienen que debatir, y en su caso
aprobar o no, en la conferencia ministerial del principio del phasing
out, es decir, la eliminación gradual, pero eliminación al final, de
todo tipo de subvenciones y ayudas a la exportación en los mercados
de productos agrarios. Esto supone un cambio muy importante en la
forma en como se ha instrumentado la política agrícola comunitaria y
también en la forma en como se han instrumentado las políticas
agrarias de países desarrollados, notablemente de los países más
proteccionistas, Japón y algunos otros, puesto que las ayudas a la
exportación siempre se han concebido como un medio no ya
sólo de contribuir a rentas agrícolas, sino como un medio de aliviar
los excedentes, los stocks que acumulaban las políticas de apoyo a
las producciones internas para cubrir la diferencia entre los precios
de apoyo, los precios de intervención y los precios de mercados
internacionales de esos mismos productos. Son ésas, no el apoyo
interno, sino que son ésas precisamente las ayudas a la
comercialización internacional, es decir, a dar una competitividad
que no tienen en precio las producciones de esos países mediante
apoyos públicos, ya sea en la forma de subvenciones directas, ya sea
en la forma de créditos blandos o ya sea en la forma de comercio de
Estado o cualquier otra modalidad. El phasing out lo que propone
precisamente es la eliminación, la distorsión de los mercados
internacionales mediante ayudas directas a la comercialización
internacional de los productos.

Como hemos dicho, estos principios tienen excepciones, muy
importantes en ocasiones. Ya hemos mencionado las excepciones al
principio de nación más favorecida, que serían las uniones aduaneras
y las zonas de libre comercio. Pero también hay otras excepciones
a las que me gustaría en este momento hacer referencia. Se trata de los
waivers, es decir, las excepciones que se establecen a favor de
países o grupos de países por parte de otros países. Los waivers han
sido esenciales dentro del nacimiento del régimen multilateral de
comercio. Por ejemplo, el régimen de los países África-Caribe-
Pacífico, los ACP, dentro de la política comercial de la Unión
Europea, se benefician, se acogen precisamente a waivers, a
excepciones. Esas excepciones permiten otorgar un tratamiento
favorable a esos países, bien sea en acceso a mercado, es decir,
eliminando contingentes, cuotas de importación, o bien sea eliminando
aranceles, poniendo a cero aranceles, frente al tratamiento general
que recibe el resto de países. Lógicamente, al ser una excepción, los
waivers tienen que ser aprobados por la propia Organización Mundial
de Comercio. Para ello se requiere, en su caso, una votación que, por
las reglas de votación establecidas, incorpore a más de la mitad de
los miembros y que además suponga una participación en voto muy alta.

Por tanto, como excepción, se requiere la aprobación del GATT en su
momento y de la Organización Mundial de Comercio, y estas excepciones
tienen que ver con antiguos regímenes coloniales o tienen que ver con
tratamiento preferente a zonas y países en desarrollo. Por ejemplo,
es muy importante también el waiver concedido por la OMC de Estados
Unidos a favor de los países caribeños. En definitiva, el
establecimiento de esas excepciones siempre encuentra su explicación
en mantener lazos históricos entre regiones, países, o bien promover
el desarrollo económico de algunos países, a los cuales se les
faculta para que accedan con más facilidad a los mercados de los
países desarrollados, prácticamente sin ninguna traba cuantitativa o
arancelaria, que lógicamente estos países no pueden generalizar a



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todos los demás miembros de la OMC. Por eso precisamente se pide la
excepción, se pide el waiver en el seno de la Organización Mundial de
Comercio.

Por último la Organización Mundial de Comercio incorpora, junto a
todo lo que hemos señalado, lo que se denomina el sistema solución de
diferencias. El sistema de solución de diferencias, en sus distintas
facetas o líneas de actuación, digamos por resumirlo prácticamente en
una caricatura, pero básicamente para que sea comprensible, es un
esquema de técnicas cuasi judiciales que garantizan el cumplimiento
de los compromisos asumidos por los miembros de la Organización
Mundial de Comercio. Este sistema de solución de diferencias prevé un
órgano de solución de diferencias, que es el que vela por el
cumplimiento de las normas de carácter vinculante, a su vez, un grupo
especial o panel, que dictamina sobre los conflictos que puedan
surgir entre las partes como consecuencia del incumplimiento o la
interpretación por alguna de esas partes del incumplimiento por parte
de otro país de alguna de las reglas de acceso al mercado de libre
comercio. También existe un órgano de apelación, cuyas decisiones son
muy poco ágiles en el tiempo, llevan más de un año, año y medio, las
respuestas del órgano de apelación a los dictámenes que se realizan
en los grupos especiales o en los panels. Todo esto constituye, el
sistema de solución de diferencias constituye uno de los núcleos
esenciales, puesto que vela por el cumplimiento de los acuerdos,
dentro de la Organización Mundial de Comercio. Núcleo además que ha
generado insatisfacción por la doble vía de su escasa agilidad, pero
también insatisfacción porque el procedimiento de pura represalia, es
decir, la concesión de la capacidad para establecer represalias por
incumplimiento de alguna norma de comercio, ha llevado también a un
desequilibrio entre los países. Notablemente puedo citar el caso de
Estados Unidos, que tiene represaliada a la Unión Europea por las
limitaciones a la importación de carne hormonada, perfectamente
lícita y aceptado el consumo en Estados Unidos, y no así en la Unión
Europea, y también las represalias que teníamos antes del acuerdo que
se alcanzó hace unos meses en materia del plátano, del banano. Todas
esas represalias eran aplicadas e incluso multiplicadas por el
Gobierno norteamericano a sectores que nada tenían que ver con los
sectores de los que estamos hablando, de tal forma que se difunden
las represalias sobre sectores ajenos a los conflictos. Además es
opinión general que habría que buscar mecanismos distintos a la
represalia, es decir, mecanismos de respuesta que no fueran
necesariamente represalias sino concesiones de comercio. De esta
forma, ante un incumplimiento de norma, la respuesta por parte del
país perjudicado sería una autorización por parte del sistema de
solución de diferencias para que accediera de forma favorecida al
mercado del país que ha incumplido la norma en algunas producciones.

Es decir, veríamos desde un punto de vista positivo mejorar
el acceso en lugar de establecer represalias simétricas entre los
países para cubrir el daño otorgado por el incumplimiento de normas.

Esto es así también porque algunos países -estoy pensando en el caso
de Ecuador, precisamente por el mismo dossier, el plátano, el banano,
por su menor tamaño y su menor capacidad de prescindir de
importaciones de terceros países que le son necesarias para promover
su propio desarrollo económico, piénsese en importaciones de
maquinaria, productos industriales- no tienen capacidad económica de
establecer esas represalias, de tal forma que aunque el órgano de
solución de diferencias le haya atribuido la capacidad de
represaliar, precisamente por incumplimiento de terceros países de
las normas de comercio, no la pueden ejercitar efectivamente porque
la cuantía de su comercio y la estructura de su comercio se lo
impiden, porque les resultan vitales, esenciales las importaciones
que realiza de terceros países, ya sean de productos intermedios, ya
sean de bienes de capital, como para prescindir de ellos. No pueden
prescindir de ellos, porque entonces estarían perjudicando su propio
crecimiento económico. En fin, a todo esto hay que darle una vuelta,
y uno de los puntos de la agenda de la conferencia ministerial y de
la eventual, en su caso, ronda negociadora, sería revisar los
mecanismos internos de la Organización Mundial de Comercio y
específicamente éste, el sistema de solución de diferencias.

Después de revisar lo que es la Organización Mundial de Comercio, los
principios que ha venido heredando en los algo más de cincuenta años
del sistema multilateral de comercio y de su precursor, el GATT, el
Acuerdo de Comercio y de Aranceles, permítame que haga unas
reflexiones muy sucintas, muy breves, sobre las relaciones entre
comercio y desarrollo. Entiendo que es importante esta reflexión que
yo simplemente voy a esbozar. Entiendo que es importante porque uno
de los principios, que no principio constitutivo del comercio
internacional, una de las hipótesis o premisas que han inspirado
desde hace más de 50 años la creación de reglas multilaterales de
comercio ha sido siempre que existe una estrecha vinculación entre
comercio y desarrollo económico, y que esa vinculación es positiva;
es decir, a mayor comercio mayor desarrollo, y, al mismo tiempo, que
el desarrollo requiere de mayor comercio internacional.

Sobre ese principio de comportamiento se ha construido un conjunto de
reglas de comercio internacional que nadie ha cuestionado en su
filosofía esencial. Hasta el presente todas las partes integrantes de
la Organización Mundial de Comercio, todos los foros de debate y
discusión y todos los analistas de la coyuntura económica
internacional han coincidido en la apreciación de que el comercio
libre, el comercio internacional libre multilateral, es la mejor
garantía del desarrollo futurode todos los países integrados en la
Organización Mundial



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de Comercio, es decir, en el sistema multilateral de comercio.

Siendo esto así, siendo esta la matriz ideológica sobre la que se
basa la constitución, primero, del GATT, después de la Organización
Mundial de Comercio, se escuchan en el presente voces cualificadas
que señalan que esa vinculación no es tan estrecha, e incluso en
algunos casos podría ser de signo negativo, es decir, el
establecimiento de reglas multilaterales de comercio podría estar
perjudicando a algunos países y podría estar limitando su capacidad
de desarrollo.

Esta es una cuestión esencial, esta es una cuestión importante a la
cual hay que dar respuesta. En este momento he de anticipar que mi
respuesta y la respuesta de la Secretaría General de Comercio
Exterior es que la relación entre comercio y desarrollo es muy
estrecha y que, además, esa relación es positiva. Además, existe
prueba empírica suficiente (y desde luego en España tenemos un
ejemplo principalísimo de que existe prueba empírica suficiente) para
demostrar que esa relación es estrecha y es importante. De hecho, los
grandes impulsos de la apertura de la economía española han
coincidido precisamente con las fases de crecimiento más estable y
las fases de crecimiento más rápido de nuestro país. Por ejemplo, el
plan de estabilización del año 1959, la adhesión de España a la
Comunidad Económica Europea y la culminación del mercado interior
único. Habría que añadir también la integración monetaria europea,
que está próxima, a menos de dos meses de encontrar su culminación en
la existencia física de la moneda única europea. Todos esos han sido
pasos de apertura de nuestra economía que han coincidido bien con
fases de muy rápido crecimiento de nuestro país, bien con fases como
la actual, en la que a pesar de la crisis internacional la economía
española están manteniendo unos parámetros de estabilidad y de
crecimiento muy por encima de la media de los países que nos resultan
más próximos. Por tanto, España sería un ejemplo de esa relación
entre mayor apertura comercial al exterior y crecimiento mayor
cuantitativamente y más sano y más estable cualitativamente. ¿Cuáles
podríamos enunciar como los principales mecanismos a través de los
cuales el comercio internacional se traslada hacia el desarrollo?
Podemos apuntar cinco principales. Primero, la propia presión
competitiva que el comercio internacional genera. El comercio rompe
las posiciones de dominio internas, estimula la competencia y
favorece a los consumidores, que pueden acceder a bienes más baratos
y además más accesibles. Por tanto, esa propia presión competitiva es
un factor adicional para el crecimiento, el desarrollo de actividad
en los países abiertos al exterior.

En segundo lugar (el análisis que realizan todos los observatorios
internacionales lo establece como uno de los puntos principales a
través de los cuales se estimula el desarrollo, el crecimiento
económico), la innovación tecnológica. El comercio facilita el acceso
a las nuevas
tecnologías que incorporan los nuevos productos. Facilita también el
acceso a una organización, o sea, prácticas organizativas de
distribución y de tratamiento de productos y también facilita
adquirir conocimientos logísticos como consecuencia de las
complejidades del comercio internacional, que en sí mismos incorporan
esas mejoras organizativas. Por tanto, la innovación tecnológica y
las mejoras organizativas asociadas a la innovación tecnológica y a
la propia existencia del comercio internacional sería un segundo
factor que explicaría esa relación entre comercio internacional y
desarrollo.

En tercer lugar, el aprovechamiento de las economías de escala. Sin
mercados amplios es imposible aprovechar las ventajas de las
economías de producción masivas que, sobre todo en determinados
sectores, resultan esenciales para conseguir precios y para
mantenerse en primera línea de competencia. Pues bien, las economías
de escala sólo pueden alcanzarse con mercados muy amplios. En el caso
de economías pequeñas o medianas, sería el nuestro y sería el caso de
la mayor parte de las europeas, únicamente mediante la
especialización, el patrón de especialización que permite el comercio
internacional, se pueden aprovechar esas economías de escala.

En cuarto lugar, la mayor variedad de productos, puesto que el
comercio internacional, al aumentar la oferta disponible de
productos, satisface más plenamente a los consumidores y permite, por
tanto, también ampliar el rango, la variedad de posibilidades para
promover el desarrollo.

Y en quinto lugar, también esencial en los momentos presentes, el
comercio internacional y las propias prácticas de comercio
internacional son un mecanismo esencial para la canalización del
ahorro internacional. Los propios saldos comerciales de exportación-
importación implican posiciones de ahorro, o sea, posiciones de
prestamistas o posiciones de prestario internacionales. Es decir, por
los propios saldos de comercio ya circula ahorro entre unas economías
y otras. Lo que nos demuestran las prácticas comerciales modernas
(década de los noventa y año 2000, año 2001) es que el comercio en
estado puro no existe. El comercio va cada vez más asociado o
acompañado a prácticas de inversión en el extranjero, ya sea en el
caso más simple, mediante la creación de redes de distribución, o ya
sea en los casos más complejos, mediante la creación de todo un
sistema que incorporaría la producción, el marketing, la
organización. Siendo globalizado, es decir, descentralizado
internacionalmente, genera flujos de inversión y, por tanto, flujos
de movimientos de ahorro entre las diferentes partes del mundo,
asociado, como decimos, al comercio internacional. Si estas son las
razones que podemos pensar que son importantes para explicar la
vinculación entre el comercio y el desarrollo, también podrían, y eso
así se ha hecho, apuntarse algunas otras que pueden suponer riesgos
para el desarrollo



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económico, procedentes del comercio internacional. Los riesgos harían
referencia sobre todo a una quiebra en el funcionamiento del sistema
multilateral de comercio.

Me gustaría mencionar aquí la falta de cooperación, el unilateralismo
que se produce en ocasiones, puesto que países abiertos al comercio
están expuestos a posibles prácticas desleales por parte de socios
comerciales. Pero en este caso, como digo, estamos haciendo
referencia a prácticas inadecuadas no admitidas o prácticas que
vulneran los acuerdos multilaterales de comercio. Desde luego en esas
prácticas destaca esencialmente la creación de instrumentos de
defensa comercial distintos a los puramente arancelarios que, como
decimos, son objeto de vigilancia especial, están consolidados y
difícilmente pueden utilizarse.

También, y esto sería un argumento de primera importancia a la hora
de explicar alguno de los acontecimientos recientes que se han
producido, notablemente en el sudeste asiático los años 1997, 1998
(en estos momentos se podría estar produciendo también en algunas
áreas económicas mundiales, y alguna que nos resulta muy próxima y
muy querida), la posibilidad de traslación de los shocks externos.

Efectivamente, el comercio exterior es un instrumento de transmisión
de los ciclos internacionales. Los países cerrados no aprovechan las
ventajas del comercio, por tanto, no obtienen economías de escala, no
tienen variedad de productos, no se canaliza hacia ellos ahorro -las
ventajas que antes hemos mencionado-, pero efectivamente se quedan
fuera de uno de los inconvenientes principales, y es que están fuera
de los flujos internacionales pero también de la transmisión
internacional de ciclos, de ciclos negativos, de ciclos económicos
negativos.

Una economía abierta está ciertamente más expuesta a los vaivenes del
ciclo económico internacional y este es un riesgo que hay que
considerar. La experiencia del sudeste asiático de finales de los
años noventa está muy presente en la mente de todos nosotros. Sin
embargo, también es verdad que una diversificación adecuada, tanto
sectorial como institucional, sería la mejor solución, el mejor
antídoto para evitar la transmisión o parte de los efectos negativos
de la transmisión de estos shocks externos. Por tanto, entendemos
que, puestas en la balanza las ventajas que para el desarrollo tiene
la liberalización comercial y los inconvenientes (basados sobre todo
en un mal funcionamiento de los órganos reguladores, controladores de
las normas de libertad de comercio, o por la transmisión de shocks
externos a través del comercio internacional, de la apertura
exterior) ello nos llevaría, a inclinarnos claramente por los
argumentos a favor de la liberalización como promotores de desarrollo
económico.

La experiencia que tenemos de los últimos años, de las últimas
décadas, en relación con patrones de crecimiento económico,
demuestran que efectivamente esa vinculación del comercio con el
desarrollo existe. El
patrón de crecimiento económico volcado al exterior, volcado a la
producción orientada al exterior, a la exportación, de los países del
sudeste asiático, ha sido notablemente un éxito. Estos países han
crecido más que la media mundial y han aprovechado plenamente durante
la década de los ochenta y de los noventa la mayor parte de la
ventajas del comercio internacional, aunque bien es verdad que no
estaban expuestas -y así lo demuestra la crisis final de cierre de
los noventa- a la traslación de crisis del ciclo internacional, quizá
también por un tratamiento irracional, inconsistente, de los sistemas
financieros en esos países.

Los ejemplos de China, la apertura comercial de China que se está
produciendo en los últimos años, al tiempo que su incorporación a la
Organización Mundial de Comercio, que se hará plenamente efectiva en
esta conferencia ministerial un mes después, que es el plazo
establecido en las reglas de la OMC, también ha venido acompañada de
un fortísimo proceso de crecimiento económico.

Otro ejemplo que nos resulta muy próximo es el de México. Una vez que
el acuerdo NAFTA (el Acuerdo norteamericano de libre comercio, como
un acuerdo de liberalización comercial, y sobre todo de reorientación
productiva de México hacia su mercado natural, los Estados Unidos) ha
permitido desplegar la energía exportadora de México, contemplamos
que entre el año 1990 y el año 2000 la tasa de crecimiento anual de
las exportaciones mexicanas ha sido superior al 15 por ciento, muy
por encima del crecimiento anual del total de exportaciones
mundiales, que para dicho periodo, dicho decenio, se sitúa en torno
al 6 por ciento. Por tanto, los ejemplos existen, ejemplos de
apertura exterior asociados a desarrollo económico, aunque también
los riesgos no pueden minimizarse, también existen.

Por el contrario, regiones del mundo, notablemente países
subsaharianos, África subsahariana, en los que en el último decenio
las exportaciones han crecido muy por debajo, un poco más del 3 por
ciento, del crecimiento del comercio mundial, que hemos cifrado en
torno al 6 por ciento ya mencionado, son los que han presentado un
perfil de crecimiento más deficiente, incluso de pérdida de renta, de
pérdida de actividad económica durante ese decenio. Qué duda cabe que
las razones que explican el subdesarrollo y las razones que explican
la pobreza son mucho más amplias que la pura existencia o no de
comercio internacional. Pero estadísticamente es relevante el hecho
de que siempre que hay acceso a mercados internacionales y a flujos
internacionales de capitales, se han producido incentivos al
desarrollo y al crecimiento económico. Siempre que, por el contrario,
se han adoptado estructuras de producción orientadas al interior, es
decir, ajenas a los mercados internacionales de bienes, servicios y
capitales, normalmente (he dicho siempre, pero creo que habría que
hablar de normalmente) se han producido



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procesos de involución en la dinámica del crecimiento y en muchos
casos de auténtico empobrecimiento.

Me gustaría concluir comentando alguno de los aspectos esenciales de
lo que esperamos pueda ser la conferencia, de los resultados que
puede deparar la conferencia ministerial que se inicia esta misma
semana en Doha. La primera cuestión que me gustaría hacer referencia
es al hecho de que dentro de la Organización Mundial de Comercio las
reglas, implícitas en muchos casos, no explícitas, de amplio contacto
con las organizaciones, entidades de todo tipo, pero notablemente con
la sociedad civil, para hacer efectivo el principio de transparencia
interna y externa es uno de los puntos de la agenda de trabajo de la
Organización Mundial de Comercio que se ha mantenido invariable.

Además, el directorio de la organización ha trabajado activamente
sobre ello los últimos años, sobre todo a partir del fracaso de la
conferencia de Seattle de hace dos años.

En la Unión Europea, y desde luego en España, hemos adoptado una
estrategia de comunicación muy amplia; comunicación que en el caso
español, y en el caso específicamente de la Secretaría General de
Comercio Exterior, nos ha llevado a mantener contactos con todo tipo
de organizaciones, con ONG, es decir, organizaciones no
gubernamentales en sentido muy amplio -que incluiría las
organizaciones no gubernamentales en sentido estricto-, tanto las de
desarrollo, como las de medio ambiente, como las orientadas
sectorialmente a cuestiones específicas -salud, etcétera-, como con
asociaciones de interés general, que incluirían la confederación
empresarial, las cámaras de comercio, los sindicatos, asociaciones de
consumidores, etcétera; como, en tercer lugar, con todos los
sectores, federaciones y agrupaciones empresariales exportadoras.

Esos contactos han sido continuos y nos han llevado a la celebración
de dos grandes reuniones -ahora hablamos de los tres últimos meses-,
en el mes de julio y en el mes de octubre, aparte luego de reuniones
sectoriales específicas con el sector agroalimentario, el sector
pesquero, el sector textil, etcétera. Podríamos mencionar, como
mínimo, más de dos centenares de reuniones y contactos de todo tipo,
como digo, no sólo con agrupaciones, federaciones y asociaciones
empresariales, sino también con organizaciones civiles, incluyendo
ONG de todo tipo y asociaciones de interés general -sindicatos,
patronal, empresarial, cámaras de comercio, organizaciones de
consumidores-, lo que nos han permitido, por un lado, enriquecer
nuestro conocimiento sobre la percepción social que de la
liberalización comercial y de las funciones de la Organización
Mundial de Comercio se tiene en España. También nos han servido para
conocer las inquietudes concretas de liberalización de algunos
sectores productivos y trasladar también los criterios de la
Administración, que son fruto de las intensas negociaciones y
contactos que mantenemos dentro de la Unión Europea. No hay que
olvidar que la competencia comercial es de
la Unión y que las negociaciones comerciales internacionales
corresponden a la Unión Europea y, dentro de la Unión Europea,
nosotros como parte estamos plenamente integrados.

Esa transparencia informativa se ha cumplido plenamente. Buena prueba
de ello es la multitud de contactos mantenidos y las actas y
conclusiones de las reuniones habidas. Puede hablarse de más de dos
centenares de reuniones, pero también dos centenares de instituciones
que han sido convocadas y que han asistido en su mayor parte a las
reuniones que hemos mantenido en la Secretaría General de Comercio,
donde ha habido un franco, efectivo y eficaz intercambio de puntos de
vista sobre las percepciones de todas y cada una de las
organizaciones en relación con la conferencia ministerial y la
posibilidad de lanzamiento de la ronda comercial. A este respecto,
hay que señalar que las posiciones incluyen todo rango de
posibilidades, pues desde una oposición al lanzamiento de la ronda
comercial hasta un posición favorable, y muy favorable, al
lanzamiento de la misma, de la ronda comercial en esta conferencia
ministerial. Yo me atrevería a resumir, pero ya digo que las
posiciones varían dependiendo de quien las emite, diciendo que
básicamente el consenso en la sociedad civil española es favorable al
lanzamiento de la ronda comercial, como también lo es la posición de
la Secretaría General de Comercio Exterior. Entendemos que las
oportunidades que brinda el lanzamiento de una ronda global
negociadora son mucho mayores que los riesgos que incorpora.

Las dudas en relación con la vinculación entre el comercio, la
liberalización del comercio y el crecimiento económico, han sido
básicamente despejadas y así se acepta por la mayor parte de los
miembros de las organizaciones de la sociedad civil, desde el punto y
hora que desde la Unión Europea, y también desde España, se han hecho
eficaces y efectivas señales de que se desea incorporar al tratado
multilateral de comercio a los países que han quedado orillados
cronológicamente, sistemáticamente del mismo. De tal forma que
iniciativas como la de: Todo menos armas, resumida con la
terminología EBA, adoptada por la Unión Europea, que permite el libre
acceso sin traba cuantitativa ninguna, ni arancelaria, de las
producciones de los países más pobres del planeta, de los PMA, de los
países menos avanzados, a los mercados comunitarios en todos los
sectores productivos, es una iniciativa que, orientada por un lado a
favorecer el crecimiento en esos países, también ha despejado dudas
sobre las intenciones de la Unión Europea y, en general, de los
socios comerciales de la Organización Mundial de Comercio, en
convertir el momento actual, el lanzamiento de la ronda comercial, en
una ronda orientada al crecimiento, al desarrollo y a la toma en
consideración de las circunstancias específicas y particulares de los
países más pobres.




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Como cuestión previa habría que señalar que esta intercomunicación
muy fluida, tanto de la Organización Mundial de Comercio, de la Unión
Europea, como de cada uno de los países miembros de la Unión Europa,
y desde luego de España, con la sociedad civil, más las ventajas que
se han concedido específicamente a grupos de países, como son los más
pobres, ha servido para despejar las dudas sobre la conveniencia de
lanzar una ronda comercial, aunque todavía sigue habiendo grupos e
instituciones contrarias al lanzamiento de la ronda.

Otra observación previa es que los acontecimientos recientes, sobre
todo a partir del pasado 11 de septiembre, aconsejan en mayor medida
que lo aconsejaban con anterioridad el lanzamiento de una ronda
comercial. Los mercados financieros y también la propia evolución
real de las economías occidentales y, por traslación, del resto de
los países en vías de desarrollo, demuestra claramente que se
requiere en estos momentos señales precisas de relanzamiento de
actividad que mejoren las expectativas futuras. Pensamos que las
políticas monetarias, la reducción de tipo de interés, pensamos
también que la firmeza en los principios de estabilidad
presupuestaria son ciertamente señales positivas, pero que se podían
complementar, y convendría que se complementaran, con señales
multilaterales de que la agenda internacional se mantiene y sigue
adelante además con firmeza. Entendemos que el mensaje positivo que
supondría el lanzamiento de la ronda comercial en esta semana sobre
la coyuntura económica internacional es en sí mismo un factor
importante que debemos incluir en nuestras apreciaciones actualmente.




Si me permiten, de forma resumida me voy a referir a la agenda de
trabajo, y quizá ello sirva como explicación de por qué estamos
reunidos hoy aquí, día 6 de noviembre, cuando la conferencia
ministerial se inicia el 9 de noviembre. Nosotros, desde la
Secretaría General de Comercio Exterior, estábamos valorando la
posibilidad de solicitar esta comparecencia antes del verano.

Consideramos después la posibilidad de solicitarla para el mes de
septiembre, con una agenda parlamentaria mucho más despejada. Después
pasamos a octubre y, por último, hemos decidido hacerlo en estos días
previos al lanzamiento de la conferencia. No es, créanme, un
capricho, ni desde luego falta de interés en venir al Parlamento a
explicar las cuestiones que se van a tocar en esta conferencia
ministerial. Es sencillamente que hasta los últimos días,
concretamente hasta el pasado fin de semana, 27 de octubre, no
teníamos un documento medianamente tramado, que no digo acordado,
pero sí por lo menos debatido entre los países miembros de la
Organización Mundial de Comercio, que pudiera darnos una indicación
clara de lo que podrían ser los acuerdos a alcanzar en esta
conferencia ministerial de Doha. Por eso digo que las agendas de
trabajo de los cuatro últimos meses, pero sobre todo desde septiembre,
han sido especialmente intensas en el seno de la OMC y también
en el seno de la Unión Europea, en el cual estamos nosotros
incluidos.

Si me hubieran preguntado a principios de año, meses de enero,
febrero, marzo, todos pensábamos que para antes del verano, y como
fecha tope el 30 de julio, pongamos una fecha, estaría ya
medianamente acordado un documento preliminar de conclusiones que
sirviera para trabajar durante la conferencia ministerial y que fuera
el origen o la base, el sustento de la agenda negociadora que se
establecería en la ronda de negociaciones a acordar en esta
conferencia ministerial. Esta era la previsión que todos teníamos. Lo
cierto es que según se iban acercando las fechas esa previsión se iba
alejando en el tiempo, de tal forma que cerramos el mes de julio y no
solamente no había documentos preliminares, sino que lo que
caracterizaba la posición de países de la OMC era un fortísimo
enfrentamiento entre los países contrarios con mayor vigor al
lanzamiento de una ronda comercial con los países desarrollados, pero
incluso dentro de éstos (Unión Europea por un lado, Estados Unidos-
Japón, que a su vez tampoco tenían posiciones coincidentes, por otro)
había quien mantenía también la posición favorable a la ronda, pero
concebida de una forma totalmente diferente; ronda lo más amplia
posible en el caso Unión Europea, ronda restringida a sólo ciertos
capítulos negociadores en el caso de otros países desarrollados.

En septiembre se siguió trabajando activamente. A finales de
septiembre, principios de octubre, se confeccionaron dos documentos
por el directorio de la Organización Mundial de Comercio, que eran
meros apuntes, en los que todavía había muchos espacios en blanco,
para ofrecer a la reflexión de los países miembros de la OMC la
posibilidad de consensuar sus líneas generales durante todo el mes de
octubre. En este mes de octubre se ha estado negociando sobre esos
apuntes o borradores iniciales del directorio de la OMC. A finales de
octubre, como ya digo, el día 27, el presidente del consejo general,
señor Harbinson, hizo público el documento que incluiría la propuesta
de declaración de la conferencia ministerial, en el que la
Organización Mundial de Comercio toma posición en relación con el
debate sobre una serie de cuestiones a tratar en esta conferencia
ministerial. Después de celebrar una reunión informal de ministros de
Comercio de la Unión Europea y después de mantener contactos en el
seno de los países de la Organización Mundial de Comercio durante
toda esta semana pasada, a día de hoy se trata de un documento no
consensuado -esto es importante tenerlo en cuenta- y básicamente hay
que concebirlo como un documento de trabajo que ha de servir a la
conferencia ministerial que ahora se inicia para soportar el debate
y, consecuentemente, para fundamentar, en su caso, el lanzamiento de
la ronda.

La situación actual es de incertidumbre, siempre loha sido en los
últimos meses, pero a medida que las



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fechas se iban aproximando esa incertidumbre cada vez resultaba más
apremiante, más tensa, por cuanto las fechas de la conferencia
ministerial se nos han echado encima y en estos momentos no hay
acuerdo. Las posiciones todavía se mantienen alejadas, aunque bien es
verdad que menos de lo que estaban hace dos meses, antes del mes de
agosto. Esas posiciones todavía alejadas en algunos puntos
principales, como son las medidas de aplicación, como puede ser el
acceso a medicamentos, como es la agricultura o el tratamiento del
medio ambiente, las relaciones medio ambiente-comercio, anuncian un
debate intenso durante la conferencia ministerial, unas negociaciones
que podrán dar lugar o no al lanzamiento de una nueva ronda
comercial. A esta fecha no tenemos todavía nada cerrado ni podemos
asegurar, como nunca hemos podido asegurar, que la ronda comercial
sea un hecho y que sea lanzada en esta conferencia ministerial.

Consecuentemente, la conferencia ministerial podría terminar lanzando
una ronda o no lanzando una ronda. ¿Se podría considerar como un
fracaso -lo mismo que la ronda de Seattle- caso de que no se lance
una nueva ronda comercial? Nosotros entendemos que sí, que podría
considerarse como un fracaso de las instituciones multilaterales, en
este caso de la Organización Mundial de Comercio, que no estaría a la
altura y que no habría sabido dar respuesta a las necesidades de la
coyuntura económica internacional ni tampoco a las necesidades de los
países en vías de desarrollo. Por eso precisamente entendemos que
esta ronda debe lanzarse, que esta ronda además debe estar orientada
preferentemente a las cuestiones de desarrollo económico y de acceso
a los medicamentos y que esta ronda ha de proseguir la senda iniciada
desde sus orígenes por el GATT en la liberalización del comercio
internacional. Pero a fecha de hoy, tres días antes de la conferencia
ministerial, no podemos en modo alguno afirmar que se pueda lanzar la
ronda. De ahí precisamente se deriva el que se haya retrasado en
fecha lo más posible la comparecencia ante esta Comisión
parlamentaria para poderles dar como mínimo, que es lo que estamos
haciendo ahora, las últimas ideas, las últimas cuestiones sobre las
que se va a trabajar en la conferencia ministerial.

Créanme si les digo que hace dos semanas no disponíamos de estos
documentos, puesto que son de 27 de octubre, pero es que, además, no
disponíamos de la valoración de si habría finalmente acuerdo o no en
torno a las propuestas Harbinson, es decir, en torno a las propuestas
del directorio de la Organización Mundial de Comercio de cara a la
conferencia ministerial. Ahora ya sabemos positivamente que ese
acuerdo no se ha producido, que ese acuerdo no existe, aunque también
sabemos que las posiciones se están aproximando entre los países
miembros, entre los bloques de los países miembros de la Organización
Mundial de Comercio. Por tanto, todo es posible en la próxima
conferencia ministerial.

Por detallar las cuestiones principales, permítanme que las trate con
brevedad, a resultas de que si ustedes desean formular preguntas
concretas sobre alguna de estas cuestiones, en la medida de mis
posibilidades les daré respuesta más detallada. Me gustaría resumir
las cuestiones principales que vamos a ver en los próximos días en la
conferencia ministerial en unos pocos apartados.

En el primer apartado, no por su importancia (no tiene tanta
sustancia como alguno de los apartados que veremos seguidamente, pero
sí es una condición previa, es un requisito previo, es la llave que
puede abrir o no el lanzamiento de la ronda comercial), habría que
hablar de las cuestiones de aplicación, la implementation. Es
confuso, es engañoso el término aplicación, porque parece que se está
pensando en aplicar algo. Lo que se está pensando es en el conjunto
de reglas unilaterales a favor de los países que entienden que no han
aprovechado suficientemente los acuerdos anteriores, notablemente los
de la ronda Uruguay, y que se han recogido bajo este término:
cuestiones de aplicación.

Decimos que es la llave porque hasta ahora las posiciones que tenemos
definidas, sobre todo de algunos países como India, Malasia, Egipto y
alguno de los países subsaharianos, es que o bien se hacen
concesiones unilaterales importantes o por el contrario no aceptarán
el lanzamiento de una ronda nueva cuando todavía no han obtenido los
beneficios que esperaban de la ronda de liberalización anterior, de
la ronda Uruguay. Para ser todavía más breve, diré que dentro de las
medidas de aplicación (implementation) hay dos cuestiones que por su
importancia primordial destacan sobre todas las demás. Por un lado
estaría el textil y, en segundo lugar, el acuerdo antidumping.

Aunque bien es verdad que se están cumpliendo, desde luego es el caso
de la Unión Europea y del resto de países desarrollados, yo diría que
escrupulosamente los acuerdos de la ronda Uruguay en materia de
liberalización del mercado textil, donde se establecía un periodo de
diez años para ir ampliando los contingentes y abriendo los mercados
de los países desarrollados, es lo cierto que esa apertura, que tiene
establecidos coeficientes progresivos durante estos años, se ha
producido sobre todo en las producciones menos sensibles y no así en
los productos sensibles, que por otro lado son de mayor interés de
los países productores de textil. Estos países se quejan amargamente,
con razón o sin ella, en algunos casos de que los acuerdos de Uruguay
y la forma en que están aplicando no han colmado sus expectativas de
crecimiento del mercado textil en los países desarrollados, es decir,
de acceso de sus producciones textiles a los países desarrollados.

Pero ya digo que se ha cumplido estrictamente el calendario pactado
en la ronda Uruguay. De tal forma que si en los próximos años se
produjera la apertura plena de los mercados al textil de los países
menos desarrollado, lo que pretenden estos países es adelantar esos
calendarios. Estamos hablando de adelantar dos o tres años



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como máximo. Según ellos, en las medidas de aplicación deberían
incorporarse las ventajas que se les concedan. Como paso previo al
lanzamiento de la ronda comercial habría que hacerles concesiones en
este sentido. Concesiones que, también hay que reconocer, resultan
dolorosas en algunos países desarrollados, caso de Estados Unidos y,
dentro de Europa, notablemente en el caso de Portugal, que depende
crucialmente del sector y también, por qué no decirlo, en el caso de
España.

Tenemos el acuerdo antidumping. El acuerdo antidumping es uno de los
motivos de conflicto más frecuentes en el comercio internacional. El
acuerdo antidumping establece las condiciones en las cuales los
países, notablemente países desarrollados, pueden establecer barreras
adicionales ante la presunción de que los productos de terceros
países están llegando a su mercado bajo reglas no competitivas, a
precios más bajos del coste, es decir, a precios más bajos de los que
se constatan, se registran en el mercado interior de ese país, o con
alguna otra característica que no responde a la competitividad, al
precio coste de esos productos.

El acuerdo antidumping irrita profundamente a aquellos países que
sufren la declaración de antidumping por cuanto se les somete a una
revisión continua de sus precios, de sus contabilidades y se procede
a análisis continuos de sus prácticas. También es verdad, y nosotros
hemos sufrido las agresiones del antidumping en algunas producciones
importantes, que en el comercio internacional, en las relaciones
comerciales internacionales, el dumping causa daños, a veces estragos
importantes en sectores productivos. Sectores productivos completos
pueden desaparecer, o al menos sufrir daños irreparables en cuestión
de meses si no se establecen mecanismos de vigilancia, de control y,
en su caso, de penalización de prácticas dumping por parte de
terceros países, que pueden acceder al mercado de acuerdo con las
reglas multilaterales, prácticamente de forma libre, con un pequeño
arancel, y sin embargo lo que están es subsidiando unas producciones
que llegan a unos precios sin competencia que barren la producción
nacional o, en el caso Unión Europea, la producción regional, puesto
que nuestro punto de vista, nuestro objetivo al que hemos de mirar no
es solamente la producción española, sino también la de la Unión
Europea.

Es un tema muy difícil, ha exigido muchísimos años de negociaciones y
de muchas consideraciones para llegar al acuerdo antidumping y lo que
se anuncia es, caso de lanzar la ronda comercial, que efectivamente
se va a revisar el acuerdo antidumping. No vamos a presumir, y este
sería otro de los apartados importantes de las cuestiones que hemos
de tratar, cuáles serían los resultados finales. Ahora estamos
intentando lanzar una ronda, por lo que no podemos presumir cuál va a
ser su resultado. Eso será el fruto de negociaciones, que pueden
llevar años, pero el acuerdo antidumping podría y sería en principio
objeto de revisión en la nueva ronda comercial.

El sector agricultura fue incorporado a reglas multilaterales de
comercio como tal en la ronda Uruguay y tiene un mandato propio (lo
mismo que servicios y lo mismo que una parte del acuerdo TRIP, el
acuerdo sobre propiedad intelectual) de negociación que ha obligado,
a partir de este año pasado, a iniciar la negociación en agricultura,
servicios y derechos de propiedad -notablemente el registro de
indicaciones geográficas en el caso del acuerdo TRIP, el acuerdo de
propiedad intelectual- y que se lance o no la ronda comercial, las
negociaciones mandadas, es decir, las negociaciones ya acordadas
anteriormente, se van a desarrollar en materia agrícola, en materia
de servicios y en materia de propiedad intelectual. No estamos
hablando de la necesidad de liberalización y, por tanto, del
lanzamiento de la ronda para avanzar en el comercio internacional
agrícola, sino que estas negociaciones ya tienen su propio mandato y,
consecuentemente, se van a realizar en todo caso.

Lo que incorpora la propuesta Harbinson para ser considerado en la
conferencia ministerial, en el caso de la agricultura, es una visión
más amplia. Nosotros podemos entender que se consideren factores
relevantes dentro de la agricultura para orientar el comercio
internacional más libre de productos agrícolas. Y en esto existe una
posición diferenciada por parte de la Unión Europea respecto de otros
países desarrollados integrantes de los grupos más aperturistas en
materia de agricultura, puesto que entendemos que la defensa de
mecanismos específicos de apoyo a la producción interna es parte
esencial de la política agrícola comunitaria, a la que dentro de la
Unión Europea no se quiere renunciar; que al mismo tiempo la Agenda
2000 de reforma de la política agrícola comunitaria está orientada en
la correcta dirección, es decir, se reducen los apoyos directos a la
producción, al sostenimiento de precios, y esos apoyos se orientan
fundamentalmente a políticas de rentas, políticas de ayuda a los
agricultores y de desarrollo local, que serían compatibles con la
libertad de comercio. Se establece el principio de distorsionar lo
menos posible los mercados internacionales por la vía directa e
inmediata que supone los mecanismos de subsidio o de ayuda en general
a las exportaciones. Este sería un principio esencial por parte de
los países que desean mayor libertad al comercio internacional,
principio que hay que considerar seriamente y que es oportuno. Por
otro lado, entendemos en la Unión Europa, y también en España, que no
se da peso bastante al concepto de multifuncionalidad que acompaña
siempre al sector de la agricultura; multifuncionalidad entendida
como todas las consideraciones distintas a las meramente productivas
y que incluye cuestiones de desarrollo local, de mantenimiento del
medio natural, de los espacios geográficos naturales, etcétera. Esa
multifuncionalidad ha de ser el antídoto o, si se quiere, ha de ser
el justo contrapeso a una agricultura orientada exclusivamente a
obtener eficiencia productiva. Ese



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principio de multifuncionalidad, que encuentra sus raíces tanto en la
cultura tradicional como en la necesidad de una cierta política de
ordenación del territorio rural en los países desarrollados, pero
también en los países en vías de desarrollo, entendemos que es el
concepto que, junto con los anteriormente explicados, incluida la
desaparición de los apoyos a la exportación, debería de tener un
papel similar al de todos estos principios, de tal forma que la
agricultura, en los países que pueden financiar esas políticas,
estuviera cada vez más orientada al mantenimiento de las rentas, al
mantenimiento del medio natural y al desarrollo del mundo rural.

Pues bien, las cuestiones actualmente están abiertas. El documento
Harbinson relega a un segundo plano la multifuncionalidad, cosa que
nosotros entendemos que es positiva, al tiempo que pretende mejorar
el acceso a los mercados, que el comercio internacional sea más libre
y más equilibrado, lo que puede suponer un notable avance en la
liberalización de este tipo de bienes.

Los servicios, como digo, forman también parte de esa agenda mandada,
de esa agenda que ya tiene un mandato negociador, y poco hay que
señalar en cuanto al documento Harbinson. Simplemente hay que apuntar
que se deja un blanco, un espacio en blanco, en el cual se pretende
establecer la fecha, que habrá que decidir en la conferencia
ministerial, para iniciar el proceso de negociación en servicios. El
que exista esa fecha en blanco hemos de entenderlo más por lo que no
dice que por lo que dice. Lo que no dice, pero está implícito en esa
fecha en blanco, es que la propuesta que realiza el directorio de la
Organización Mundial de Comercio consiste en que la nueva ronda
global ha de incorporar la negociación de servicios. Por si hubiera
alguna duda sobre el hecho de que se mantuviera la negociación de
servicios dentro del mandato ya realizado, dentro del mandato ya
incorporado, y por otro lado la ronda global, que afectaría a
producciones agrarias y producciones industriales, lo que se
establece en ese documento es una vinculación, y la ronda global
afectaría a todas las negociaciones, también las de servicios, que
formarían parte de esa agenda. Entendemos que eso es lo que quiere
decir el hecho de que se mantenga esa fecha en blanco.

En cuanto a productos no agrícolas, hay que destacar fundamentalmente
la preocupación, que ya se ha trasladado al sector en sucesivas
reuniones y contactos, que suscita en la administración comercial
española el tratamiento del sector pesquero. El sector pesquero,
donde efectivamente los apoyos son reducidos dentro de la Unión
Europea y más reducidos aún en el contexto internacional, podría ser
objeto de una consideración simplista del recurso y de la actividad
que desarrolla.

Nosotros entendemos que el sector pesquero actúa sobre un recurso
natural y que como tal se parece más o está más próximo a
producciones agrarias que a producciones no agrarias. Sin embargo, el
sector pesquero está incluido en los no agrarios, con lo cual ya
estaría
fuera de sitio por esa sola razón. Si se quiere dejar dentro de los
productos no agrarios, que es como actualmente está clasificado,
resulta necesario establecer mecanismos que lo diferencien, puesto
que es un sector claramente diferenciado. Esos mecanismos pasan por
aspectos puramente técnicos (que el establecimiento arancelario del
sector pesquero sea de ocho dígitos en lugar de sólo seis dígitos;
eso tiene su explicación pero no vamos a descender a ese detalle),
como que se le dé un tratamiento diferenciado y desde luego no se
recurra a una concepción simple, que significa, lo mismo que en la
fabricación de tornillos o en cualquier otro producto industrial, que
la eliminación de las subvenciones y devolver al sector a su estricta
naturaleza de competencia es la mejor forma para contribuir al
mantenimiento del recurso pesquero. Esa concepción simple llevaría,
entendemos nosotros, a una actividad pesquera fundamentalmente
depredadora; es decir, a compensar cuenta de resultados,
fundamentalmente orientada a la actividad pesquera intensa, pero al
mismo tiempo con medios técnicos, con flotas que irían envejeciendo
en el tiempo y que, por tanto, serían poco eficientes y poco
discriminatorias. Establecer esa diferenciación por especies,
recurriendo a códigos numéricos mucho más extensos que en el caso de
productos no agrícolas en general llevaría a flotas capaces de
discriminar entre especies capturadas y supondría una amenaza mayor a
los recursos naturales, es decir, a la capacidad de pesca, lo que no
ocurre con una flota tecnificada, renovada, eso sí, con capacidad
menor, como es el caso de la flota española, consecuencia de las
ayudas que se reciben de la Unión Europea.

Este es un tema que nos preocupa, porque entendemos que países como
Chile, Estados Unidos, etcétera, que se autoproclaman los amigos de
los peces, y otros que no son amigos de los peces -ahí estarían
Finlandia y algunos otros países asiáticos- lo que pretenden es tener
acceso libre o más sencillo a los mercados de consumo, a los mercados
de la Unión Europea, Estados Unidos y Japón. Nosotros entendemos que
el conjunto de todas esas tendencias podría llevar a una
sobreexplotación de recursos y no solamente al hecho de que existan
subvenciones. Dicho de otra forma, existen subvenciones que podrían
llevar a una sobreexplotación de recursos; pero existen otras
subvenciones, sobre todo las que suponen reducción de capacidad de
pesca, que son las que la Unión Europea está pagando, principalmente
a España, que favorecen el mantenimiento y la explotación racional
del recurso.

En cuanto al acuerdo TRIP de propiedad intelectual, en el registro de
indicaciones geográficas, de extensión de las indicaciones
geográficas a otros productos, actualmente vinos, bebidas
alcohólicas, espirituosas, se establece también la posibilidad de
extenderlo a otros productos, al arroz, etcétera. La cuestión
principal que dentro del acuerdo TRIP de propiedad intelectual se va
a tratar durante la conferencia ministerial, y yo diría



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que uno de los temas que más atrae la atención por parte de las
opiniones públicas mundiales, es facilitar acceso a los medicamentos.

En esta cuestión hay que señalar que hay una confluencia importante
de opiniones entre los países miembros de la Organización Mundial de
Comercio, por unas razones o por otras. Los países menos avanzados,
los más pobres entienden que dentro de su política sanitaria, allí
donde exista, pero en todo caso dentro de las atenciones necesarias
de cuidado de salud, el acceso a los medicamentos se puede convertir
en un obstáculo esencial para hacer frente a epidemias o problemas
sanitarios graves. Por otro lado, en los países desarrollados, existe
también conciencia de que facilitar el acceso a medicamentos
cruciales, medicamentos claves para mantener la salud en los países
más pobres, en los países en desarrollo, es también una obligación, o
sea, dar respuesta a esto es una obligación del sistema multilateral
de comercio. En España pensamos, junto con el resto de países de la
Unión Europea, que hay que facilitar el acceso a medicamentos, sin
ninguna restricción, sin ninguna limitación lingüística; hay que
promover el acceso a los medicamentos a los países más pobres y a los
países en vías de desarrollo para atender aquellas epidemias o
aquellas alertas sanitarias que lo justifiquen. Esto está ya previsto
en el acuerdo TRIP. Lo que se requiere es una clarificación de las
reglas de este acuerdo que permitan hacer un uso extensivo, es decir,
un uso reglado y garantizado de esa flexibilidad para poder, dentro
del acuerdo, limitar la atribución de derechos de propiedad -en este
caso de las patentes sobre los productos farmacéuticos- bien mediante
licencias obligatorias, bien mediante sistemas de doble precio, es
decir, sistemas de precios diferenciados, precios muy reducidos a
favor de los países más pobres, bien, y posiblemente sea la mejor
solución, mediante sistemas mixtos que incorporen ambos, licencias
obligatorias más precios diferenciados. En definitiva, el objetivo es
conseguir un mejor acceso, garantizar la posibilidad de acceder a
medicamentos en los países menos desarrollados. En una interpretación
demasiado restrictiva de las normas que ya actualmente existen en el
acuerdo TRIP, el de propiedad intelectual, podría pensarse que
prevalece el derecho de propiedad, la patente, sobre el derecho a la
salud. Como tal no es el caso ni es la interpretación que desde el
Gobierno español ni desde los gobiernos de la Unión Europea se hace,
esperamos y estamos convencidos que se van a conseguir notables
avances en el lanzamiento de esta ronda, se van a conseguir notables
avances en la negociación de estos aspectos de la propiedad
intelectual. Obsérvese que caso de que no se lance la ronda
comercial, o sea, caso de que no se lanzara la ronda comercial, las
negociaciones mandatadas, las negociaciones que ya tienen mandato, no
incorporarían este aspecto de la negociación del acuerdo de propiedad
intelectual, del TRIP; el mandato que actualmente está en vigor,
únicamente
alcanza, como he dicho anteriormente, a las indicaciones geográficas,
denominaciones de origen, al reglamento de indicaciones geográficas y
a la posibilidad de extender esas indicaciones geográficas a
productos distintos de los que actualmente gozan de la indicación
geográfica; pero nada se dice, porque en el momento en que se
estableció aquel mandato ésta era una cuestión que no se planteó,
respecto al acceso a medicamentos. Por tanto, para incluir en la
agenda internacional con pleno derecho un debate y unas negociaciones
de esta naturaleza, resulta necesario el lanzamiento de la ronda
comercial.

Por último, en cuanto a otros temas, que por sí solos tienen una
magnitud suficiente para dedicarles tiempo y reflexiones, se incluyen
los temas más novedosos del comercio, que serían las relaciones del
comercio con medio ambiente, las relaciones del comercio con la
competencia y las relaciones de comercio con inversiones, y por
último las relaciones de comercio y temas sociales, cuestiones
sociales. Todos estos temas, los temas novedosos del comercio, qué
duda cabe que en la medida en que el desarrollo económico es mayor se
convierten en demandas cada vez más apremiantes, más importantes para
los gobiernos y para los países, de tal forma que no es casualidad
que sea precisamente la Unión Europea la demandante de una agenda lo
más amplia posible, que incorpore consideraciones relativas a estas
cuestiones: medio ambiente, competencia e inversiones. Y tampoco es
sorprendente que sean los países más pobres, los países en vías de
desarrollo, los que se nieguen con mayor energía a la incorporación
de estos temas en la agenda de negociaciones. Las razones, por
decirlo muy resumidamente, entendemos que por un lado podría ser la
desconfianza, desconfianza de los países en vías de desarrollo a que,
so pretexto de introducir consideraciones medioambientales -piénsese
por ejemplo como una de esas consideraciones medioambientales en el
ecoetiquetado o el principio de precaución-, consideraciones de
competencia, es decir, establecer órganos de vigilancia de la
competencia, de la leal competencia, dentro de todos y cada uno de
los países miembros de la OMC, o, so pretexto de reglas de inversión,
es decir, establecer garantías de inversión o libertad de acceso de
las inversiones a la mayor parte de los sectores productivos -y estos
países pobres o países en vías de desarrollo quieren reservarse
algunos sectores para la inversión nacional y los quieren dejar fuera
de la inversión extranjera- tenemos, como digo, de estas cuestiones,
una reacción muy adversa por parte de países en vías de desarrollo,
que ven amenazas proteccionistas, el nacimiento de un nuevo
proteccionismo. Es decir, la calificación de una etiqueta, un
ecoetiquetado podría perjudicar los intereses de algunos países
exportadores que o bien no cumplen la normativa internacional en
materia de medio ambiente o, aunque la cumplan, no está claro que
puedan demostrar su cumplimiento, y entonces ellos ven ahí, por falta
de confianza, que desde los países desarrollados podrían



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cerrarse mercados, porque esos países, los países más pobres, menos
desarrollados, no incurren en los gastos, puesto que no tienen
tampoco disponibles los recursos, no incurren en los gastos
necesarios para garantizar velar por el cumplimiento de ciertos
acuerdos o establecer los mecanismos administrativos de control para
el cumplimiento de esos acuerdos. Por tanto, entiéndase que desde la
posición de países desarrollados estos son temas que, si no ahora, en
esta ronda, en el futuro han de entrar en la agenda de negociaciones
internacionales, y son precisamente los países en vías de desarrollo
los que se resisten, y algunos con muchísima energía, a la inclusión
de estos temas de competencia, de medio ambiente y de inversiones, en
las agendas negociadoras. Pero ya se incluyan en la agenda
negociadora o ya se incluyan parcialmente, la totalidad no se va a
incluir sin duda, pero ya se incluyan parcialmente o ya se incluyan
en las agendas de trabajo para preparar futuras rondas de
negociación, lo que sí es cierto es que la comunidad internacional,
representada en la Organización Mundial de Comercio, es consciente
también del interés de la Unión Europea y de otros países
desarrollados, pero es consciente de la necesidad de seguir
trabajando sobre las relaciones entre el comercio y estos otros temas
que cada vez son más importantes en las sociedades avanzadas. Por
tanto, ya veremos los resultados de esta conferencia ministerial,
pero nosotros vemos una línea de avance, quizá gradual, quizá
demasiado gradual incluso, pero una línea de avance para conseguir
que estas cuestiones relativas o conectadas con el comercio
internacional vayan adquiriendo carta de naturaleza en las reglas de
la Organización Mundial de Comercio.

Por último, con esto concluyo, señor presidente, ronda de desarrollo.

Ésta sería, en caso de lanzarse, la ronda Milenio, pero también la
ronda del desarrollo. Se han hecho, como antes señalaba, algunas
señales muy clara. Por parte de la Unión Europea, la iniciativa EBA,
la iniciativa de libre acceso, facilitar el acceso libre de las
producciones de los países más pobres a los mercados de la Unión
Europea. Pero además en todo el documento Harbinson y en las
intenciones también de los países desarrollados, destila
prácticamente en todos los apartados la intención y la voluntad de
dar un tratamiento diferenciado favorable a los países más pobres y a
los países en vías de desarrollo, ya sea en plazos para incorporarse
a los tratados, es decir, se les darían plazos más largos de
incorporación, de aplicación efectiva de los acuerdos que se
alcancen, ya sea mediante asistencia técnica, gastos que corren a
cargo de la propia Organización Mundial de Comercio o de algunos
países miembros que aportamos fondos a la Organización Mundial de
Comercio, para que permita esa mejora de capacidad técnica por parte
de los países más pobres, que por sí solos no la tienen, como además
también las medidas unilaterales, las medidas de aplicación
(implementation), las concesiones unilaterales que
se están otorgando y se van a otorgar a los países en vías de
desarrollo. Todo eso en su conjunto hace un paquete objetivamente
favorable a promover el desarrollo económico y, por tanto, no se
puede decir con certeza que ésta es una ronda orientada, sería una
ronda, caso de lanzarse, orientada exclusivamente a la pura libertad
de comercio y orientada al puro beneficio de las partes que más
comercian internacionalmente. Eso no es cierto, las intenciones, como
digo, y las realidades de lo que está establecido y de las
concesiones que ya se han hecho están orientadas precisamente a
integrar en el comercio internacional a los países que por sus
circunstancias de pobreza, por su lejanía de los centros de decisión
económica internacional o por cualquier otra razón, quedan fuera del
contexto del comercio internacional.

Señor presidente, muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Para las intervenciones de los grupos
parlamentarios, tiene la palabra, en primer lugar, la representante
del Grupo Parlamentario Socialista, señora López.




La señora LÓPEZ I CHAMOSA: En primer lugar quiero darle la bienvenida
al secretario general, agradecerle su comparecencia, su amplia
explicación, que evidentemente es bastante extensa, y realmente si
los grupos entráramos en profundidad en todos y cada uno de los temas
tendríamos que pedir que nos trajeran la cena, pero bueno, siempre
son temas interesantes. (El señor vicepresidente, Eguiagaray Ucelay,
ocupa la presidencia.)
Se hace esta comparecencia dentro de una semana donde hay una
dinámica de trabajo aquí, en el Congreso, de aquellas imparables,
largas horas de debates y demás; no sé si es el mejor momento para
hacerla, nosotros teníamos nuestras dudas. El grupo parlamentario y
el señor Pujalte insistieron mucho en hacerla, supongo que sus
motivos tendrían, pero bueno, puede usted contar con que por lo menos
la oposición hemos cumplido y hemos estado aquí con atención.

Podríamos decir, si hubiera que votar algo, que en esta ocasión
ganaríamos al grupo mayoritario que apoya al Gobierno. Alguna vez
tendríamos también que darnos esa pequeña satisfacción.

Es imposible retener todos y cada uno de los temas que nos ha
planteado. La comparecencia hablaba de que íbamos a hacer un balance
de la situación del comercio exterior. Luego, dada la cercanía de la
reunión de Qatar, lo lógico sería hablar de los temas que se van a
tratar. Luego nos ha hablado usted de unos documentos, aunque sean
documentos muy en el aire. Lamentamos un poco que nosotros no hayamos
dispuesto de esos documentos, aunque hubiera sido con dos o tres
días, para ver realmente cuáles son los temas en profundidad y qué
posiciones van a tener. Aquí podríamos realmente hablar de tres
cosas. Una, con respecto a la situación actual del mercado exterior
español a nosotros nos preocupa



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mucho la pérdida de competitividad dentro de la Unión Europea que
podamos tener, fundamentalmente por el desequilibrio que tenemos por
la inflación y demás, y también nos interesaría saber cuál va a ser
la posición del Gobierno, qué es lo que van a hacer realmente,
aunque, claro, ya sabemos que son las empresas las que compiten, pero
ustedes bien saben que en este contexto lógicamente las medidas del
Gobierno tienen que ayudar muchísimo en esta dirección. Nos ha
hablado usted de las reuniones que celebra con las organizaciones y
con los sindicatos, y nos ha hablado de varias de ellas, en las
cuales los tiene muy informados. Sólo quiero decirle una cosa, para
la próxima, por favor, incluya al Parlamento y así nos enteramos un
poco todos, porque parece ser que en esas reuniones los que faltamos
somos nosotros.

Tenemos una serie de preocupaciones como grupo parlamentario que son
fundamentalmente qué posiciones dentro de la Comunidad Europea
mantenemos en todos aquellos temas que se van a debatir en Qatar, y
además qué actuaciones vamos a llevar a término o qué, por así
decirlo, acciones podríamos poner en práctica para defender esos
criterios. Creo que en una situación como ésta lo lógico sería llevar
unas posiciones consensuadas de todos los grupos parlamentarios lo
que daría más fuerza a nuestro país a la hora de defender eso dentro,
en primer lugar, de la Unión Europea, y fundamentalmente allá. Pero
como tenemos que trabajar con lo que tenemos, y eso evidentemente es
lo que realmente tendríamos que hacer, yo le voy a plantear tres o
cuatro cosas, empezando por algunas que usted ha mencionado, por
ejemplo, la agricultura. Usted sabe que el tema de la agricultura,
bueno, qué le voy a decir yo, el tema de la agricultura para nuestro
país es fundamental. Realmente, como usted bien decía, lo ocurrido el
11 de septiembre ha cambiado absolutamente la percepción de toda la
situación mundial, eso puede hacer cambiar posiciones en algunos
temas y lógicamente, si no hemos leído mal las informaciones
aparecidas en la prensa estos días, nos hablan de un posible
preacuerdo, donde evidentemente la Unión Europea va a tener que ceder
en dos de sus temas fundamentales, uno es la agricultura, porque
parece ser que existe la posibilidad de atacar a las subvenciones de
forma no inmediata pero sí con fuerza y en un futuro muy próximo. Y
claro, como comprenderá usted, eso a nosotros nos preocupa un montón,
cuál es la posición de nuestro país y hasta qué extremo la Unión
Europea realmente va a hacer concesión en ese tema. Luego, también
por las noticias siempre, porque es de lo que realmente podemos
opinar, hablan de que, sin embargo, temas fundamentales para
nosotros, como es el medio ambiente, el objetivo de ligar el medio
ambiente al comercio mundial y a las distintas posiciones, que por el
propio contenido y la propia situación de las negociaciones vamos a
renunciar, y que a cambio sacaremos la posibilidad de hablar en una
especie de conferencia, muy en el futuro, de la
agricultura. A nosotros nos gustaría conocer en profundidad cuál va a
ser la posición del Gobierno español, no sólo con respecto a esta
conferencia, que evidentemente iremos en el paquete de la Unión
Europea, sino dentro de la Unión Europea de estos temas que para
nosotros son fundamentales.

Luego usted habla de dos temas también fundamentales para nuestro
país, como son el de la pesca y el del textil. De la pesca ya no sé
qué decirle, a los pobres pescadores no sé qué les puede pasar más,
como no se queden embarazados, entre comillas, pues ya es lo último
que les puede pasar, porque van de mal en peor. Realmente todavía no
sabemos a ciencia cierta cuáles son nuestras posiciones, cuáles son
nuestros objetivos; ni siquiera con los países de nuestro entorno
somos capaces de llegar a acuerdos, y lo único que conseguimos al
final es que nuestros pescadores estén con sus barcas amarradas y
ellos en casita, y pobres, algunos cobrando el subsidio como una
pequeña compensación, y otros apañándose como pueden. Realmente eso
es lo que necesitamos saber: qué va a suceder con el tema de la pesca
y, sobre todo, cuál es nuestra posición. Por eso le decía yo que es
tan fundamental que hable con las organizaciones, que lo ha hecho
usted estupendamente, pero que también debatamos estos temas. Claro,
que también es cierto que, aunque sea a nivel de proposiciones no de
ley o interpelaciones, estos temas se debaten en el Pleno y en
comisiones y en la agricultura y demás, pero claro, no es lo mismo
que ya establecer unas posiciones en aquellas personas que tienen,
como usted, la responsabilidad de defender estos temas a nivel
mundial y a nivel europeo.

Respecto al sector textil me toca usted la fibra sensible, porque yo
provengo del sector textil, 20 años trabajando en él, y me acuerdo
perfectamente de lo que supuso para el textil el acuerdo multifibras
y lo que sufrimos, y sobre todo al final lo que significó de pérdida
de puestos de trabajo. Yo leía hoy en la prensa, si mal no recuerdo,
la preocupación que tienen los empresarios del textil respecto a
Pakistán, porque si realmente como un acuerdo individual o unilateral
Estados Unidos decide que se le levante a Pakistán cualquier traba
que pudiera haber para que inunde el mercado en temas de textil, pues
fíjese la situación que va a sufrir sobre todo el sector de la
confección, que es uno de los más afectados. Y no le tendría yo que
explicar cómo llegan al puerto de Barcelona las importaciones en
calidad de qué y luego cómo se venden. Por lo tanto, si no diseñamos
una política real y que la cumpla todo el mundo, al final acaban
pagándolo una serie de sectores. Si a eso le añadimos que en nuestro
país no hemos diseñado una política de qué sectores queremos, cómo
los queremos y en base a qué y cómo los queremos en función del
orden, sobre todo europeo, podríamos por lo menos potenciar el
empleo, y algunos empresarios sabrían dónde estaban las expectativas.

Repito, ésas son



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cosas que nos preocupan muchísimo y realmente nos gustaría conocer la
posición que tiene nuestro Gobierno.

El acuerdo TRIP. Mire, el acuerdo, es cierto, ya está ahí hace años y
se cumple y demás. Pero claro, no nos sirven de nada las normas si
luego no se aplican. Es decir, el debate al que hemos asistido en los
últimos años con respecto a Brasil, con los genéricos contra el sida,
o África y demás, y poco menos que el lío mundial que se ha
organizado, y sin embargo ahora viene Canadá, que es un país
todopoderoso y dice: Mire, yo voy a fabricar tantas vacunas contra el
ántrax y lo voy a hacer genérico si no llego a un acuerdo. Y al final
la todopoderosa Bayer llega a un acuerdo con este país, que puede
pagar los medicamentos al precio que sea, y nadie ha movido un dedo
para que realmente los países que los necesitan, para los que los
genéricos pueden ser un alivio, como se ha demostrado en Brasil, que
la aplicación de los genéricos ha llevado a un 50 por ciento del
control del sida, los consigan; nadie hemos dicho nada. Entonces,
cuando establecemos normas, debemos partir de que realmente la
Organización Mundial del Comercio agrupa a países muy diferenciados,
con una situación que no es comparable. Yo leía aquí lo que cuesta un
medicamento de la gripe en Europa o en nuestro país, que con tres
horas de trabajo lo arreglamos, mientras que en África, por ejemplo,
podrían necesitar casi el salario de un mes. Con esas diferencias es
imposible decir realmente: Hemos hecho una norma y además la
cumplimos. Pero en esa norma luego los países que realmente tienen el
control, podríamos hablar de Estados Unidos o de otros parecidos,
¿qué hacen? Que cuando han de aplicar las normas, declarar la
emergencia sanitaria para Canadá es fácil pero para África no. Yo
estoy de acuerdo, y mi grupo parlamentario quiere evidentemente que
se establezca y se abra la posibilidad de los medicamentos, sin
ninguna duda, pero una posibilidad real que permita a los países
pobres realmente acceder a los medicamentos. ¿Cómo? Pues bien, como
usted manifestaba o haciendo los precios diferenciados o realmente la
posibilidad de que puedan declarar la emergencia sanitaria con
facilidad en función de aquellas necesidades. Según dice el mismo
informe que le mencionaba antes, entre 1975 y 1999, de 1.393 nuevos
medicamentos sólo 13 están destinados a erradicar enfermedades como
la malaria y demás, que dan en los países pobres, y ya ve usted, hay
13 de 1.393. Entonces, ¿de qué estamos hablando? Estamos hablando que
la salud y el comercio de los medicamentos, evidentemente las
patentes están bien diseñadas, evidentemente pertenecen a quien
pertenecen, pero dentro de eso hay que abrir esas posibilidades para
todos. No es posible que tengamos que esperar un 11 de septiembre
para que convulsione todo y realmente podamos abrir esas
posibilidades. Nos gustaría conocer la posición que el Gobierno va a
defender. Aprovecho para decirle que a mi grupo en su momento, una
vez pasada la cumbre, o bien en el nuevo periodo de sesiones
el año que viene, le gustaría que usted volviera a comparecer
aquí para explicarnos cuáles han sido los acuerdos, qué posiciones
hemos defendido y realmente así estar un poco más en el tema.

No ha mencionado usted, o muy de pasada, la libertad total del
comercio electrónico. Ya sabe usted que aquí había una defensa de
Estados Unidos que planteaba muchos problemas. En un momento como
este es una prioridad el tema de la seguridad. Y otros problemas como
la fiscalidad, que también estaban aquí, encima del tapete. Nos
gustaría saber cuál es en estos momentos la posición de nuestro
Gobierno. Nos gustaría saber si van a incluir o no los temas de
cooperación cuando habla de servicios y temas sociales. No he podido
calibrar en los temas sociales el paquete que realmente va a incluir.

Y hay una cuestión que también nos gustaría saber. ¿Con respecto a la
Unión Europea, nosotros compartimos todas y cada una de sus
posiciones o mantenemos alguna posición diferenciada en algún tema y
vamos a seguir defendiéndolo? También nos gustaría saber sobre todo
los créditos del FAD, que son un instrumento de ayuda al desarrollo.

En España están surgiendo críticas sobre la utilización de estos
fondos, que más se utilizan como un instrumento de apoyo a nuestras
exportaciones que como instrumento de ayuda al desarrollo. Por la
confusión que hay en la definición del fondo de ayuda y la alta
sensibilidad de estos temas, querríamos preguntar si tiene el
Gobierno algún proyecto que pueda clarificar este tema. En el pasado
teníamos entendido que no había ninguno, pero no sabemos si ahora, en
este momento, se ha planteado, porque usted también ha hecho
referencia a éstos.

La gran intervención que nos ha hecho realmente para mí ha sido muy
clarificadora; es evidente que los compañeros que hay aquí, en la
Comisión, saben mucho más de esto que yo, que soy nueva en estos
temas, pero me gustaría que nos respondiera a las preguntas que le he
formulado con el fin de aclararnos la posición del Gobierno. Y
repito, aprovecho ya para decirle que mi grupo, o usted mismo si lo
hace como en esta ocasión, para el nuevo periodo de sesiones,
solicitará tener otro debate en el tema de lo que ha significado la
reunión de Qatar, cuáles han sido nuestras posiciones y un poco
cuáles son las conclusiones y si realmente serán conclusiones que se
puedan aplicar.




El señor VICEPRESIDENTE (Eguiagaray Ucelay): En nombre del Grupo
Popular, tiene la palabra el señor Delgado.




El señor DELGADO ARCE: Señor secretario de Comercio Exterior,
bienvenido a la Comisión, bienvenido a esta casa, que es la suya y ha
sido también la suya, porque también ha ostentado la condición de
diputado hace bien pocos meses. Y nos satisface estar conociendohoy
de primera mano la posición del Gobierno



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de España, la posición que se va a mantener ante la próxima
Conferencia interministerial de la ronda de la Organización Mundial
del Comercio y las perspectivas de lanzamiento de una nueva agenda de
negociaciones.

Usted ha hecho una intervención prolija, yo creo que era oportuno
hacerlo, porque estos temas de comercio internacional, siendo como
son muy interesantes, son muy específicos y creemos que exigen una
puesta en escena, y una puesta en escena ha sido el detallar cuál ha
sido el conjunto de pasos que se han dado en los acuerdos
multilaterales y bilaterales y de todo tipo en materia de comercio:
desde La Habana, como usted puso de manifiesto, el frustrado intento
de crear una organización internacional del comercio, y las distintas
rondas negociadoras que se concluyeron y la referencia a la última,
la ronda Uruguay, a la que me referiré más adelante. Hace usted una
afirmación que el Grupo Parlamentario Popular tiene que compartir
plenamente, y así lo manifestamos, que es la vinculación entre
comercio y desarrollo. Nos parece fundamental sentar esta premisa: el
comercio internacional es importante en la proporción que contribuye
a incrementar la riqueza de los países y la riqueza de sus gentes. La
libertad de comercio no es un paradigma en sí mismo, sí lo es si está
orientada a la mejora de las condiciones de vida y de trabajo de la
población mundial. No todos, sin embargo, sostienen y están a favor
de esta libertad de comercio, como es lógico en una sociedad
democrática en la que tiene que haber distintas posturas; algunos
critican abiertamente la globalización, sin analizar que en sí lo que
esta palabra quiere decir es la integración y la interdependencia
económica del mundo. Y nosotros creemos que esta globalización ha
favorecido una gran libertad de movimientos comerciales y
financieros, ha favorecido el desarrollo de las multinacionales, que
no tienen nada de peyorativo ni de negativo, porque multinacionales
españolas están operando en el exterior y multinacionales extranjeras
están operando en España y contribuyen al desarrollo económico de los
países. Y lo cierto es que la globalización sirve para reforzar los
vínculos entre las distintas economías, para hacerlas más
interdependientes, como decía usted muy bien, para estimular la
competencia, facilitar el acceso a nuevas tecnologías, a nuevas
formas organizativas y logísticas, para que se puedan aprovechar las
economías de escala y dar salida así de una manera coherente a los
excedentes nacionales y porque en definitiva, no nos olvidemos, el
comercio internacional, como el comercio en general, se orienta a la
satisfacción de las necesidades de los consumidores, que deben ser,
en cualquier tipo de planteamiento sobre el comercio, la primera de
las referencias.

Las limitaciones a la libertad de comercio han sido tradicionales,
aún hoy existen. Se han establecido para eliminar la dependencia
económica en sectores considerados básicos para el funcionamiento
industrial. Se hizo en su día con la siderurgia, aún se hace en
algunos
países, para proteger con carácter general la industria nacional,
para proteger sectores económicos que tienen un papel relevante en la
sociedad, como puede ser el caso de la agricultura, y en muchos otros
casos simplemente para garantizar la paz social a corto plazo
protegiendo a las industrias y a sus colectivos de trabajadores. Pero
estas limitaciones de la libertad de comercio son justamente el
objetivo que motiva el nacimiento de estas organizaciones, como es la
Organización Mundial del Comercio, y el establecimiento de estas
rondas negociadoras de carácter multilateral.

Usted ha detallado cuáles son los principios de la Organización
Mundial del Comercio, no voy a repetirlos, ni mucho menos, pero sí me
voy a quedar en los objetivos que se definen en su preámbulo, que no
son otros que elevar el nivel de vida, lograr el pleno empleo,
acrecentar la producción y el comercio de bienes y servicios,
facilitar un desarrollo sostenible y que los países en vías de
desarrollo y los países menos adelantados obtengan una parte del
incremento del comercio internacional que corresponda a las
necesidades de su desarrollo económico. De modo que la Organización
Mundial del Comercio nace también, como no podía ser de otra manera,
para discriminar positivamente a aquellos países que están en vías de
desarrollo y a los países menos adelantados. La Organización Mundial
del Comercio -creada hace muy pocos años, pues fue en el año 1995,
cuando entró en vigor esta organización- es un foro muy interesante
para facilitar las negociaciones comerciales multinacionales y
también para facilitar la aplicación, administración y funcionamiento
de los acuerdos que usted relató muy detalladamente, que son el
conjunto de acuerdos desde el GATT y otros que conforman el marco
jurídico de actuación. Su función, en orden a administrar el
mecanismo de examen de políticas comerciales y de solución de
diferencias, que usted definió como un esquema de técnicas cuasi
judiciales, es una función muy muy importante, y compartimos lo que
usted nos informa hoy de que es preciso actuar sobre este esquema de
solución de diferencias, que se ha quedado un tanto obsoleto o que no
ha respondido en la realidad a lo que se esperaba.

Y vamos a la cumbre de Doha, de la capital de Qatar, en la que dentro
de muy pocos días comienza esta interesante Conferencia
interministerial. Con carácter previo, queremos congratularnos de que
la Secretaría General de Comercio Exterior haya mantenido esta ronda
amplia de negociaciones, de conversaciones con distintos
interlocutores de todo tipo, desde los que se implican directamente
en la actividad comercial, como son los exportadores, sus
asociaciones, las empresas, las organizaciones empresariales, los
sindicatos, las organizaciones no gubernamentales de todo tipo, las
organizaciones humanitarias. Era necesario conocer su opinión no sólo
sobre lo que esperan de la ronda global que se puede iniciar, sino de
cuáles han sido sus valoraciones sobre las experiencias de estos
últimos años, y sobre



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todo para conocer su opinión sobre la vinculación entre crecimiento y
desarrollo. Si no le he entendido mal, usted nos ha trasladado aquí
dos ideas básicas de la generalidad de esas 200 organizaciones.

Primero, que existe un consenso en que es necesario el lanzamiento de
una nueva ronda global, y que también ha quedado despejada cualquier
duda entre la vinculación entre comercio y desarrollo. Suponemos que
sobre esto habrá habido bastantes matices, como es lógico y natural.

Esta ronda de negociaciones, usted lo decía y nosotros lo
compartimos, viene precedida por los acontecimientos del 11 de
septiembre, que han influido en muchas cuestiones, y no sólo
económicas, de la vida de los ciudadanos y que desde luego marcan un
antes y un después y marcan también una forma de entender las
relaciones internacionales, y yo creo que hace ver todavía más a la
comunidad internacional que los países aisladamente no tienen
absolutamente nada que hacer y que las organizaciones y las
estructuras internacionales son realmente decisivas para poder
funcionar en el mundo que nos toca vivir; pero también reabren
riesgos -yo creo que esto es algo en lo que usted coincidirá- de que
surjan tendencias proteccionistas por parte de muchos países al
amparo de esta situación de incertidumbre que en algunos casos se
presenta.

No hacía falta que nos diera esa explicación de por qué esta
comparecencia tiene lugar sólo unos días antes de la cumbre de Qatar
y no ha tenido lugar hace dos meses ni hace tres meses o hace un mes
simplemente, porque es cierto, y no sólo porque usted nos lo está
trasladando aquí, sino que los medios de comunicación se han hecho
amplio eco de las dificultades que plantea el acuerdo previo sobre un
borrador de declaración que permita a los que lleguen a Qatar en
estos días empezar a trabajar sobre algo. La propuesta de Harbinson,
presidente del consejo general de la OMC, se ha conocido hace escasos
días y usted nos la ha estado trasladando en aquellos aspectos que se
refieren a los intereses generales de España. Y a ello me voy a
referir de una manera breve, porque no seré yo quien emplee tiempo
excesivo en matizaciones sobre cuestiones que creo que usted nos deja
ampliamente despejadas.

El tema de la agricultura, ciertamente, como decía la señora portavoz
del Partido Socialista, tiene mucha relevancia para España. Es un
tema que se va a negociar con independencia de que se lance o no la
ronda, porque existe ya un mandato anterior, y entendemos que hay que
enfocar el tema de la agricultura, en relación con esta cumbre, desde
dos perspectivas: el tema de la ayuda interna y el tema de las
subvenciones a la exportación. En lo que se refiere a la ayuda
interna, existen dos grandes grupos de ayudas internas en este
momento, que están catalogadas utilizando símiles semafóricos, que es
el compartimento verde y el compartimento ámbar. En el compartimento
verde estarían todas las ayudas privadas que no tienen efectos en el
mercado agrícola, como serían las que resultan de programas
gubernamentales de servicios públicos prestados por los
gobiernos y cuyos pagos no los reciben directamente los agricultores
(ahí podíamos estar hablando de acciones de formación, de ayuda
alimentaria interna), pero también estarían pagos directos a los
agricultores que no estimularan la producción, por ejemplo, para la
reestructuración de explotaciones agrarias o para situaciones de
emergencia o de catástrofe. Y después están un tipo de ayudas sobre
las que yo le quiero preguntar, que son los llamados pagos directos a
los agricultores, realizados en el marco de programas de limitación
de la producción, esto es, lo que se viene denominando como
compartimento o caja azul, que fue fruto de negociaciones bilaterales
en su día entre los Estados Unidos y la Unión Europea. Aquí se podría
incluir, entendemos nosotros, lo que son las ayudas de la política
agraria comunitaria y nos gustaría saber, si nos puede precisar, si
la Unión Europea, como nosotros entendemos que va a suceder así, va a
defender el mantenimiento de estas ayudas de la caja azul, en la
medida en que representan un instrumento útil para apoyar las
reformas de la política agraria, así como para la consecución de los
objetivos no comerciales de la agricultura, a los que me referiré un
poco más adelante. Y por lo que se refiere a las otras ayudas del
compartimento ámbar, es decir, aquellas que son ayudas directas
destinadas a los precios y a la producción agraria, ahí yo creo que
efectivamente se está por la reducción, y que todavía se insistirá
más en este tema.

Por lo que se refiere a las subvenciones a la exportación, que es uno
de los objetivos de liberalización del comercio agrícola, perseguido
sobre todo por los países menos desarrollados, menos adelantados, los
países en vías de desarrollo, nuestra pregunta es qué va a pasar con
esta remoción progresiva, este phasing out a que usted aludía. Si
efectivamente es previsible que se avance de una manera decisiva en
esta remoción progresiva o si es un tema que todavía va a quedar
pendiente en cuanto a su eliminación.

Por lo que se refiere a otros aspectos de la agricultura, nos parece
muy importante el que se incluyan en estas negociaciones que se
inicien, si se decide iniciarlas, o en su caso las que continúen como
consecuencia del mandato anterior, que se tenga en cuenta la
multifuncionalidad de la agricultura. En general la agricultura no
sólo sirve para la producción de alimentos, sino que, como usted
decía, tiene un papel importante en la preservación del entorno, en
la preservación del mundo rural, y muchas de estas ayudas están
incluidas en la llamada caja o compartimento verde. Por eso nos
gustaría saber en qué sentido cree usted que se va a producir esta
negociación de los temas no comerciales de la agricultura.

Otro tema, es el de la pesca. La pesca es indiscutible que para
España tiene una importancia decisiva y la tiene más para la
comunidad autónoma de la que estediputado es representante, que es
Galicia. Somos una



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potencia pesquera a todos los efectos, estamos en un contexto en el
que no resulta fácil, muchas veces dentro del propio seno de la Unión
Europea, darle a este sector el protagonismo que tiene, y por ello,
como usted nos explicaba, el tema de la pesca se puede plantear en
esta próxima cumbre desde dos perspectivas, desde la perspectiva del
tratamiento de las subvenciones y desde la perspectiva del acceso a
los mercados de los productos pesqueros. Parece ser que el documento
de Harbinson contiene algunas referencias explícitas a la pesca que
no son muy interesantes para nosotros y parece ser que desde la
Comisión Europea -al fin y al cabo no olvidemos que nuestra posición
es una posición integrada en la del conjunto de la Unión Europea- se
sostiene que la pesca debe tratarse en un apartado medioambiental y
no en un apartado de reglas o de normas. Nos gustaría, por tanto, que
nos precisase un poco más si este tratamiento de las subvenciones
pesqueras efectivamente debe integrarse dentro de este marco
medioambiental, porque como usted bien decía la protección de los
recursos pesqueros y el mantenimiento de ayudas y subvenciones al
sector pesquero, la renovación de la flota, incide lógicamente
después en la defensa y la protección medioambiental. También le
preguntamos sobre el impulso que se debe dar a los acuerdos
internacionales de gestión y conservación de estos propios recursos
pesqueros, que puede incluir, cómo no, también alguna ventaja de
acceso a los países extractores de los países en vías de desarrollo,
para que puedan entrar con sus productos también a los mercados de
los países desarrollados. Es decir, ¿qué formulas se pueden barajar
en este sentido? Por lo que se refiere al tema de la pesca, en
definitiva, nosotros esperamos que se defienda una posición clara de
la política pesquera comunitaria que tenga en cuenta la especificidad
de la pesca y estos aspectos que ya les he mencionado.

Por lo que se refiere al tema de los productos farmacéuticos,
efectivamente el acuerdo sobre propiedad intelectual, relacionado con
el comercio, el acuerdo conocido como TRIP, uno de los acuerdos más
importantes que se alcanzó en la ronda de Uruguay, que contempla los
derechos de propiedad intelectual, se ha encontrado en su aplicación
con un importante conjunto de obstáculos, pero también es cierto que
se han dado pasos importantes en relación con derechos de autor, con
marcas de fábrica, con indicaciones geográficas, con patentes, con
dibujos y modelos industriales. Y ahora se plantea con mucha fuerza,
y desde hace ya muchos meses, el tema de los productos farmacéuticos.

Aquí la posición del Grupo Parlamentario Popular es coincidente con
el planteamiento que la Administración española pretende desarrollar
en esta cumbre, que es el máximo acceso a los medicamentos por parte
de los países pobres, los países en vías de desarrollo, para que
puedan atender las alertas sanitarias, para que puedan luchar contra
las pandemias, contra las epidemias en general, y que esto se haga,
como bien decía usted,
con instrumentos como pueden ser las licencias obligatorias o unos
sistemas de precios reducidos en las importaciones o fórmulas mixtas.

En cualquier caso, la comunidad internacional tiene que buscar una
solución, porque no es tolerable, ni nosotros como personas ni el
mundo civilizado en el que vivimos puede consentir, que haya países
que no puedan solucionar y salvar miles y miles y millones de vidas
por cuestiones estrictamente comerciales. Y que tampoco se obvie que
lógicamente, para que puedan existir productos comerciales
y medicamentos farmacéuticos satisfactorios, se necesitan ingentes
cantidades en investigación. Estamos seguros que compaginar todo esto
será uno de los temas que se pueden y se deben solucionar o empezar a
solucionar en esta cumbre de Doha.

Y finalmente, por lo que se refiere a los nuevos temas, son de mucho
interés todos los que se refieren a las inversiones, a la
competencia, a la contratación pública, y estamos seguros que esta
ronda de negociaciones, que se define por parte de usted como la
ronda del desarrollo, puede tener un futuro prometedor. En cualquier
caso, las negociaciones multilaterales comienzan el día 9 y esperamos
que cuando concluya esta ronda de negociaciones, esta cumbre de Doha,
comparezca nuevamente ante esta Cámara; estamos seguros que las
informaciones que nos dé serán de mucha utilidad para todos los
diputados y diputadas.




El señor VICEPRESIDENTE (Eguiagaray Ucelay): Tiene ahora la palabra
el secretario general para contestar a las intervenciones de los
grupos y, eventualmente, ampliar o responder alguna de las cuestiones
planteadas.




El señor SECRETARIO GENERAL DE COMERCIO EXTERIOR (Utrera Mora):
Gracias a la diputada señora López, del Grupo Parlamentario
Socialista, y al diputado señor Delgado, del Grupo Parlamentario
Popular, por su intervención, que entiendo es clarificadora en cuanto
a las cuestiones que se formulan y al mismo tiempo inciden sobre los
temas, sobre los debates que están abiertos principalmente de cara a
esta conferencia ministerial. Por tanto, considero que todas sus
observaciones, todas ellas tienen un gran valor. (El señor presidente
ocupa la presidencia.)
Agradezco especialmente, tal como ha señalado la señora diputada, que
se haya podido celebrar esta comparecencia en esta Comisión y en esta
semana, que yo ya sabía que era una semana difícil por la multitud de
trabajos que la Comisión viene desarrollando, y que al mismo tiempo
también era una semana, por las fechas, donde se hacía especialmente
necesaria esta comparecencia, y desde mi punto de vista ha sido un
avance y ha sido importante que hayamos podido tener este intercambio
de opiniones con carácter previo a la conferencia ministerial.

Efectivamente, nosotros hemos tenido contactos muy intensos,
permanentes, con elementos



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de la sociedad civil, es decir, organizaciones no gubernamentales,
entidades de interés general, asociaciones y sectores productivos de
exportadores y también con el Parlamento. Nosotros entendíamos que
era mejor hacerlo aquí, en sede parlamentaria, y por esa razón no
considerábamos el sitio adecuado el Ministerio de Economía, o la
Secretaría General de Comercio Exterior, para que estos intercambios
se produjeran con los grupos parlamentarios. No obstante, nuestra
casa está abierta también a los grupos parlamentarios y podríamos
decir que incluso especialmente a los grupos parlamentarios, por lo
que, si en el futuro se considera adecuado por parte de los grupos,
nosotros con mucho gusto facilitaríamos acceso a reuniones,
información de todo tipo. Pero entendemos que este trámite, la
comparecencia parlamentaria en la Comisión, era un trámite
imprescindible para hacer partícipe al Parlamento, y por tanto a la
opinión pública española, de que se está trabajando en las cuestiones
de mayor interés y que se va a seguir haciendo en el futuro. De
hecho, en relación con las organizaciones y asociaciones con las que
nos hemos venido reuniendo de forma asidua y permanente, se ha
establecido también un mecanismo de información diaria puntual, desde
Doha, de tal forma que los servicios centrales de la Secretaría
General de Comercio Exterior distribuirán la información, que día a
día en esta conferencia ministerial se vaya generando, a todas y cada
una de las asociaciones, de acuerdo, lógicamente, con el aspecto
concreto de interés de cada una de ellas, de tal forma que ese
sistema de información sigue abierto, antes de Doha lo ha estado,
sigue abierto durante la celebración de la conferencia ministerial y
seguirá ciertamente abierto en el futuro, una vez que concluya la
conferencia ministerial.

La señora diputada ha hecho una serie de observaciones; permítame que
sea muy breve en cuanto a los contenidos y, si en alguno concreto
desea alguna explicación adicional, en la medida de mis capacidades y
conocimientos podríamos extender más este intercambio de información.

En primer lugar hace una reflexión con la que no estoy del todo de
acuerdo: la pérdida de competitividad que según usted se está
operando en relación con la Unión Europea como consecuencia del
diferencial de precios de España respecto a la Unión Europea. No
estoy del todo de acuerdo porque, primero, los datos de Comercio
Exterior no reflejan esa pérdida de competitividad. Los países
integrantes de la Unión Europea son destino principal de nuestras
exportaciones, lo están siendo en los últimos años, donde nuestra
participación en el comercio intraeuropeo está creciendo y no está
disminuyendo, como sugeriría una pérdida de competitividad. Y además
se da la circunstancia de que si del índice general de precios
extraemos los precios de los denominados bienes comercializables, es
decir, sacamos fuera los servicios que por su propia naturaleza no
forman parte del comercio internacional, puesto que son servicios
prestados a ciudadanos,
pues pensemos en servicios públicos -sanidad, educación,
etcétera-, que son básicamente de consumo interno y no se
comercializan internacionalmente; si nos fijamos, por tanto, en los
bienes comercializables internacionales, resulta que el diferencial
de precios no es tal y, consecuentemente, eso explicaría los
resultados de comercio con la Unión Europea, que están presentando un
perfil, en los últimos meses declinante, puesto que todo el comercio
mundial está descendiendo, y muy rápido. Prácticamente las
previsiones de crecimiento del comercio para este año han sido
rebajadas recientemente al 2,5 por ciento desde un 7 por ciento de
crecimiento real que preveían los organismos internacionales hace
algunos meses. Por tanto, dentro de esa desaceleración del comercio,
el perfil de intercambios con la Unión Europea se está comportando
satisfactoriamente. Eso nos indica que hay que ser cautelosos a la
hora de valorar pérdidas de competitividad basándonos exclusivamente
en el índice de precios general que afecta a todos los bienes, porque
incluye multitud de servicios que no son comerciables, tipo
alquileres, etcétera, que por su propia naturaleza no pueden
intercambiarse en mercados.

En segundo lugar me pregunta sobre las posiciones consensuadas con
los países de la Unión Europea e incluso si tenemos posiciones
diferenciadas en algunas cuestiones. A este respecto me gustaría
hacer dos observaciones. La primera, que efectivamente el consenso en
la Unión Europea es pleno, llevamos una posición única a esta
conferencia ministerial, y esa posición única, por otro lado, se
deriva lógicamente de la naturaleza de competencia exclusiva de la
Unión Europea de la política comercial y de la representación
comercial exterior. Bien es verdad que aquí podríamos hacer un inciso
sobre cuándo se requiere unanimidad, como sería el caso de
negociaciones que se abran a los servicios, y cuándo, por el
contrario, por simple mayoría la Comisión de la Unión Europea puede
representar a todos los Estados de la Unión Europea. Por tanto, en
unos casos simple mayoría, en otros casos mayoría ponderada y en
otros casos unanimidad, pero en todo caso la competencia exclusiva
corresponde a la Unión Europea. Por tanto, hemos de llevar y llevamos
posturas consensuadas. Posturas diferenciadas o, digamos, distintas
percepciones en algunas materias concretas, claro que las hay. Y nos
hemos estado refiriendo a la pesca, donde efectivamente -y de sus
intervenciones también derivo que ustedes lo conocen- nuestras
posiciones no son compartidas por países de la Unión Europea que
tienen intereses diferenciados y posiblemente no tengan interés
alguno o muy poco en esa actividad. Por tanto, sí existen matices y
diferenciaciones dentro de una posición común. De todas formas, y
hablando de la pesca en concreto, el mandato que la Unión Europea
llevaba a la conferencia ministerial de Seattle, que es el mismo
mandato que se mantiene para esta conferenciaministerial Doha,
calibrado, digamos, o complementado



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con el principio de flexibilidad que los países de la Unión Europea o
el mandato de flexibilidad que los países de la Unión Europea hemos
dado a la Comisión para que negocie en unos términos en los cuales se
haga posible el lanzamiento de la ronda comercial, todo ello nos da
como resultado en materia de pesca un mandato que sigue en vigor, y
es la defensa desde la Unión Europea de la peculiaridad, la
diferenciación del sector y, en segundo lugar, que sea en el seno de
la FAO y de las asociaciones regionales de conservación y gestión de
los recursos pesqueros donde se considere el sector pesquero, en
lugar de hacerlo como un puro sector más vinculado o más próximo al
industrial y, por tanto, pueden establecerse condiciones de
negociación simplistas, como las he calificado antes, en la ronda
negociadora. Digamos que en materia de pesca nuestra posición es que
el mandato que lleva la Comisión, heredado del mandato que llevó a
Seattle, ha de mantenerse y ha de trabajarse activamente a favor de
ese mandato durante la conferencia ministerial Doha; que ese mandato
incluye la diferenciación del sector, el trato separado, diferenciado
del sector, al tiempo que remitirse a los trabajos que se están
desarrollando en la FAO y a la gestión que se realiza en las
asociaciones regionales de pesca; y que todo ello en su conjunto
permita a un sector que reciba apoyos, apoyos públicos, pero al mismo
tiempo un sector en el que las consideraciones distintas a la pura
explotación de recurso o, mejor dicho, la explotación racional del
recurso, permita seguir manteniendo las políticas comunitarias,
porque también esta es política comunitaria, de apoyo al sector
pesquero.

Siendo esto así, nosotros no estamos satisfechos, como le señalaba
anteriormente, con el último documento, no con el que teníamos al
principio del mes de octubre, y por eso insisto una vez más en la
necesidad que hemos tenido de ir demorando la comparecencia
parlamentaria, que ya estaba solicitada hace algunas semanas, a la
fecha en que teníamos ya la información relevante. Frente al primer
documento Harbinson, en el que no había mención específica a la
pesca, lo cual puede entenderse como positivo pues la pesca iría
dentro del común de las negociaciones, en este segundo y último
documento que, vuelvo a repetir, no está consensuado y es un borrador
de trabajo, la pesca se incluye en un apartado, que es un apartado
que se refiere al acuerdo de subvenciones. De tal forma que,
incluyéndolo en el acuerdo de subvenciones, se resuelve una duda
previa que teníamos sobre si la pesca como gestión de un recurso
natural iría vinculada a la relación comercio medio-ambiente y si la
relación comercio- medio ambiente se mantenía en grupo de trabajo, es
decir, no en agenda negociadora sino en agenda de valoración y de
discusión, entonces demorábamos al menos por un par de años una
decisión negociadora en materia de pesca. Nos preocupa, por tanto,
que se incluya dentro de las subvenciones, porque sobre ese acuerdo
sí se va a empezar a trabajar inmediatamente
en caso de lanzamiento de ronda. Y por eso antes también hacía
referencia a esa concepción simplista de las subvenciones en el
sector pesquero como un apoyo a ampliar la explotación del recurso.

Por el contrario, nosotros lo que queremos es que, en línea con los
trabajos que se desarrollan en la FAO y en línea también con las
asociaciones gestoras de recursos, asociaciones regionales de gestión
de recursos pesqueros, se consideren las subvenciones en sus justos
términos y se valoren de acuerdo con sus méritos respectivos. Hay
subvenciones, por ejemplo las de reducción de capacidad y
modernización de flota, que sólo muy indirectamente se puede
argumentar que podrían conducir a una sobreexplotación del recurso,
sino todo lo contrario. Consecuentemente, queremos que no todas las
subvenciones se traten de la misma forma y desde esa perspectiva
simple.

En cuanto a los temas concretos, ha formulado la señora diputada
cinco: el de la pesca ya lo hemos mencionado y los otros cuatro
serían agricultura, medio ambiente, textil y TRIP, el acuerdo de
propiedad intelectual.




Respecto a la agricultura, nos pregunta que hasta dónde llegarán las
concesiones que realice la Unión Europea. Creo que el señor diputado,
el señor Delgado, en parte ha contestado a su pregunta cuando ha
llamado la atención sobre el hecho de que la cuestión es que en
agricultura las negociaciones ya están mandatadas, ya tienen un
mandato. Con ronda o sin ronda, con éxito o no de la conferencia
ministerial ya hay un mandato para proceder a la liberalización del
sector agrícola, del comercio agrícola, y desde nuestro punto de
vista, el mandato actualmente vigente por la forma en como está
redactado el mandato, y al ser menos general que el mandato que
nosotros perseguimos en la ronda global, en el lanzamiento de la
ronda global, podría resultar mucho más perturbador para los
intereses de la Unión Europea por la sencilla razón, aunque en esto
hay interpretaciones diferenciadas, pero ocurre que en el mandato
actualmente en vigor parece como si los efectos especialmente
perturbadores sobre el comercio internacional en materia de productos
agroalimentarios se derivan de las subvenciones directas a
exportación, es decir las que paga la Unión Europa, y no se
consideran, o de ese texto podría entenderse que no están incluidos
ni considerados otros instrumentos más indirectos, y por tanto menos
transparentes pero igualmente eficaces, para favorecer la exportación
de productos agroalimentarios, como serían los créditos a bajo tipo
de interés, como serían prácticas de comercio de Estado y algunas
otras. Por tanto, de seguir las negociaciones en los términos
actualmente mandatados, básicamente el resto de las partes OMC
exigirían, de acuerdo con la redacción, que habláramos
fundamentalmente de la política de subvenciones que practica casi
exclusivamente la Unión Europea y no hablaríamos del resto de
prácticas que tienen el mismo efecto, que es distorsionar



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los mercados internacionales por la vía de favorecer las
exportaciones mediante beneficios de otro tipo.

No cabe duda cabe que el lanzamiento de la ronda, y tal como está
redactado este borrador Harbinson que no es otra cosa, permitiría
ampliar el rango de negociaciones a todo tipo de instrumentos y
prácticas, no solamente las subvenciones directas que practica la
Unión Europea, sino a otras prácticas que realizan otros países,
y eso, qué duda cabe, supondría beneficios adicionales, primero porque
supondría un tope o un límite al interés manifestado por otros
países, sobre todo los países grupo Cairs, que incluye a Estados
Unidos, Canadá, Brasil, etcétera, de eliminar precisamente las
prácticas europeas pero no las suyas propias, y por otro lado porque
permitiría efectivamente que la libertad de comercio internacional de
productos agroalimentarios fuera real, fuera una realidad, que si
únicamente se elimina sólo una práctica, la europea. Por tanto, desde
ese punto de vista conviene pensar que el lanzamiento de ronda global
en materia agroalimentaria es en principio, en rasgos generales, más
ventajoso que simplemente dejar el mandato actual, que ése ya está
acordado, ése se acordó a finales de la ronda Uruguay, año 1994-1995,
y ése ya está lanzado. ¿Hasta dónde van a llegar las concesiones?
Pues mire, la Organización Mundial de Comercio es fruto del consenso
de las partes, de los países que lo integran, y consecuentemente tal
como está redactado el documento Harbinson, nosotros el aspecto más
cuestionable que encontramos es que así como se habla de eliminación
de ayudas a exportación o acceso a mercados, como grandes principios
de la política de comercio internacional, sólo en un párrafo segundo,
independiente y de alguna forma secundario a esos aspectos
principales o esenciales, se establece que se tomará en consideración
la multifuncionalidad para graduar las negociaciones. En definitiva,
hay unos principios que son principios que podríamos denominar
principios fuertes en este documento, que es un borrador de trabajo,
unos principios fuertes que son: libertad de comercio, acceso a
mercados y por tanto supresión de ayudas. Luego existiría un
principio puramente cualitativo y complementario a los anteriores,
que sería la multifuncionalidad. Nosotros quisiéramos ver, y en esa
línea va a trabajar la Unión Europea, la multifuncionalidad con el
mismo rango, con la misma consideración que el resto de principios
apuntados en el documento Harbinson.

En cuanto al medio ambiente señala, y con razón, que se aplazan al
futuro algunas de las decisiones principales en materia
medioambiental. Con razón, porque efectivamente en el documento
Harbinson las cuestiones medioambientales se refieren a un grupo de
trabajo, se tomarán en consideración, se establecen dos etapas y
algunas de estas cuestiones podrían reconsiderarse y por tanto
incorporarse a la ronda en la próxima conferencia ministerial a
celebrar dentro de dos años, por tanto
quiere decirse que no es un aplazamiento sine die, sino que se trata
de un grupo de trabajo que va a trabajar sobre estas cuestiones, va a
clarificar conceptos y si estos conceptos están maduros podrían ya
incorporarse en la agenda de la propia ronda negociadora, no en esta
conferencia ministerial sino en la próxima, que está establecido que
se celebre en dos años como máximo, en un periodo bianual. Por tanto,
el medio ambiente tendría su consideración.

Sí es verdad que, como he señalado anteriormente, el ecoetiquetado o
el principio de precaución generan mucha preocupación, sobre todo en
los países en vías de desarrollo, y esa preocupación, fruto en gran
parte de la desconfianza que estos países tienen al hecho de que no
aparezca una nueva barrera de proteccionismo internacional distinta a
las clásicas pero basada en el logro o no, en el cumplimiento o no de
estándares medioambientales, eso hace que ese rechazo no provenga
fundamentalmente de países desarrollados, y desde luego no de la
Unión Europea ni de España, sino que provenga fundamentalmente de la
otra parte en la negociación en la OMC, que serían los países en vías
de desarrollo.

En cuanto al textil, éste es un sector muy específico, que además
dentro del orden multilateral de comercio siempre ha planteado
dificultades y problemas. Efectivamente, el acuerdo multifibras fue
una solución en su momento para incorporar al libre comercio el
sector textil. Este acuerdo multifibras ha sido superado con los
acuerdos de ronda Uruguay, que establecían, pero eso ya está acordado
en la ronda Uruguay, estamos hablando de hace diez años, y ya
establecían un calendario de apertura de los mercados de los países
desarrollados a las producciones textiles de los países,
fundamentalmente en vías de desarrollo, notablemente Pakistán, India
y algunos otros que son los grandes productores mundiales de estos
productos, y ese calendario está ya establecido. Existen, quejas,
como antes señalaba, en unos casos fundamentadas y en otros casos no
tanto, de estos países en relación con los resultados prácticos que
ellos han derivado o han obtenido de los acuerdos de la ronda
Uruguay, porque señalan que efectivamente los productos más
sensibles, los que incorporan valor todavía tienen grandes
dificultades de acceso a los mercados de los países desarrollados,
precisamente por el establecimientos de contingentes, de cuotas de
importación, y entonces como una medida unilateral de aplicación,
querrían ver una mejora de acceso.

A su vez esto se ha combinado con algunos de los efectos de los
acontecimientos del 11 de septiembre y es verdad que a Pakistán,
tanto desde la Unión Europea como desde Estados Unidos, existe la
intención de otorgarle un tratamiento diferencial y por tanto aliviar
las cargas que este país sin duda ha asumido dentro de esa coalición
internacional contra el terrorismo, facilitándole el acceso al
textil. He de decir que España es favorable, repito que España es
favorable. Alguna



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información de prensa parecía sugerir que España se oponía a esa
mejora de acceso del textil pakistaní a los mercados Unión Europea y
eso quizá es que no se ha interpretado bien la posición española. La
posición española es hacerlo dentro del sistema de preferencia
generalizada droga, que así se conoce (SPG-droga), que es un sistema
para dar preferencias, para otorgar ventajas a los países
fundamentalmente del área andina y del área centroamericana, países
que tienen problemas de tráfico y producción de drogas, y
precisamente esas preferencias están vinculadas de alguna manera a
avances reales en la lucha contra esta producción y contra este
tráfico. Generalizarlo a Asia, a Pakistán en este caso, tendría como
consecuencia natural que habría que generalizarlo a muchos otros
países asiáticos, como India, como China, Vietnam, Laos, Camboya,
etcétera. Entonces, por un lado estaríamos estirando demasiado quizá
un sistema que está funcionando bien, el sistema de preferencia
generalizada droga, a un área distinta del área iberoamericana en la
que actualmente se encuentra; por otro lado las preferencias que se
quieren otorgar a Pakistán podrían en un futuro próximo quedar
diluidas, puesto que habría que otorgárselas también a otros países
próximos a Pakistán que también son intensivos, son eficientes en la
producción de las mismas cosas, en el textil, y que en definitiva al
repartir el acceso a los mercados no sólo a este país sino a otros
muchos del área, estaríamos diluyendo, estaríamos rebajando las
ventajas iniciales y selectivas que queremos dar a este país. No sé
si me estoy explicando.

Partimos de la base de que España apoya esta iniciativa
internacional. De hecho, quiero recordarle que España apoya otra
iniciativa también de calado a favor de Pakistán, la apoyó y fue
valorada en Consejo de Ministros hace unas semanas, fue propuesta en
el ECOFIN, también el ECOFIN de este mes, y ha sido remitida al club
de París, al club de deudores, de negociación de deuda de París, para
considerar una condonación adicional y generosa de la deuda exterior
pakistaní. Por tanto, formaría parte de la misma estrategia de apoyo
a este país y nosotros participamos de esa estrategia únicamente con
esa matización, que entendemos que el instrumento no es de nuestro
gusto, que no es del todo adecuado, y preferiríamos que con urgencia,
sin ánimo de retrasar las decisiones, se elaborara un reglamento
específico de preferencia para Pakistán, sin conectarlo con el
sistema de preferencia generalizada droga, que actualmente está
funcionando bien y para un área geográfica distinta y para problemas
diferentes también.

En cuanto al textil, es un problema, como digo, para los países
productores y por tanto es un problema nuestro. Por un lado está ya
acordado el acceso con un calendario a los mercados europeos y
mundiales del textil de los países en vías de desarrollo. Por otro
lado, los países productores exigen que esos calendarios se acorten
como una concesión para que ellos otorguen su consentimiento para el
lanzamiento de la ronda comercial.

En tercer lugar, hay iniciativas unilaterales específicas
a favor de algunos países, es el caso de Pakistán, productores
intensivos de textil.

En cuanto al TRIP y acceso a medicamentos, ciertamente me congratulo
de su intervención, tiene usted mucha razón en varias cosas. Primero,
no es concebible en la sociedad actual que una parte esencial de la
población del planeta no tenga acceso a medios sanitarios
y específicamente a productos farmacéuticos que puedan liberarle de
dolencias gravísimas, estamos hablando de paludismo, estamos hablando
de sida, estamos hablando de tuberculosis y de algunas otras grandes
alertas sanitarias y epidemias que sufren todos los países en
general, pero quienes tienen más dificultad para acceder a los
medicamentos sufren las consecuencias en mayor medida. Por tanto,
estamos absolutamente de acuerdo en eso.

Estamos también de acuerdo en que hay que flexibilizar, mejor dicho
hay que definir los actuales acuerdos en materia de propiedad
intelectual, hay que definir las normas de flexibilización de los
mismos, puesto que ya existe la posibilidad de flexibilización, ya
existe la posibilidad de sortear las licencias, las patentes para
acceder a los medicamentos; lo que ocurre es que las condiciones en
que esa flexibilidad ha de ejercerse y las circunstancias en las
cuales sería objetivamente admitido que esos medicamentos sean bien
producidos mediante licencias obligatorias o bien tengan que ser
intercambiados a precios reducidos, a precios especialmente reducidos
para esos países, esas circunstancias objetivas son las que tienen
que ser objeto de negociación.




En el otro sentido, y usted también lo formulaba señora diputada,
están los derechos de patente y sobre todo de estímulo a la
innovación y a la investigación. Usted ha dicho que las patentes son
una garantía, en la medida que suponen la apropiación de los
beneficios derivados de los costes de llevar a cabo investigaciones,
los derechos de patentes constituyen el estímulo a futuras
investigaciones, y esas futuras investigaciones en materia
farmacéutica son esenciales, y mucho más si los temores respecto de
la pérdida de eficacia de medicamentos frente a las nuevas epidemias
o dolencias se confirman, entendemos que esas futuras investigaciones
son parte esencial de los problemas con los cuales tenemos que
tratar. Que hay que buscar un equilibrio, es obvio. Que a favor de
ese equilibrio, pero siempre poniendo por encima, estableciendo como
prioridad la salud pública, está el Gobierno de España, eso también
es obvio, y me alegro que en esa posición coincidan los grupos
parlamentarios, puesto que ambos se han manifestado en ese sentido,
con la posición que defiende el Gobierno. Nuestra posición es que
caso de emergencia sanitaria grave, caso de epidemias y en aquellas
otras circunstancias que fruto de la negociación se vayan
determinando, se tiene que permitir elacceso a medicamentos y además
medicamentos adecuados



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en condiciones de precio, a las posibilidades de los países y por
tanto que los países más pobres si pueden y si tienen estructura
industrial los produzcan mediante licencias obligatorias, y si no
pueden producirlos que puedan adquirirlos en otros países que
mediante licencias obligatorias puedan producirlos aunque no sean
propietarios de la patente, y adquirirlos a los precios reducidos que
supondría esa producción sin patente y por tanto sin pago de
royalties asociados a la propiedad intelectual del medicamento.

Me plantea después una serie de cuestiones más concretas, aunque tan
importantes, por ejemplo, como los temas sociales. Los temas sociales
el documento Harbinson los remite, como entendemos que es lógico por
otro lado, a las discusiones y a los trabajos que se están
desarrollando en la Organización Internacional del Trabajo, de tal
forma que como regla de comercio piénsese que estamos hablando de
comercio internacional, estamos hablando de la Organización Mundial
de Comercio, no estamos hablando, y luego haré la misma reflexión
cuando hablemos de créditos FAD o cuando hablemos de otras
cuestiones, es decir estamos hablando de las reglas de comercio
internacional, no estamos hablando de apoyo o alivio a la pobreza a
través de fondos multilaterales, no estamos hablando de participación
en instituciones financieras multilaterales, tampoco estamos hablando
de las políticas bilaterales que los países tienen, como es el caso
de parte de los fondos de ayuda al desarrollo que España utiliza para
favorecer y promover el desarrollo de países pobres, estamos hablando
de las reglas internacionales de comercio, y dentro de las reglas
internacionales de comercio se considera precisamente la resistencia
de los países más pobres y de los países en vías de desarrollo, que
también perciben un nuevo proteccionismo, a que se establezca una
etiqueta, en este caso etiqueta social o etiqueta de que los
productos han sido obtenidos en procesos productivos en los que no se
ha recurrido a algún incumplimiento en materia social. Esos
incumplimientos están determinados. Los principios que la OIT
(Organización Internacional del Trabajo) ha ido aquilatando en el
tiempo, nosotros los compartimos y nosotros queremos que se vayan
extendiendo, sin embargo no son propios de las estructuras sociales
de algunos, de bastantes países miembros de la Organización Mundial
de Comercio. Por tanto, se seguirá trabajando sobre estas cuestiones,
nos referimos a los acuerdos OIT, que ahí es donde tienen que
trabajarse estas propuestas de naturaleza social, y estamos
convencidos que en el futuro se irán incorporando, precisamente como
reglas de comercio, debido al avance natural que se va a producir en
las sociedades modernas. Por tanto, tendremos que la no
discriminación del trabajo femenino, desde luego la explotación del
trabajo infantil, prohibido ya de conformidad con los acuerdos
multilaterales alcanzados, aunque bien es verdad que indicativos y de
adopción voluntaria en la Organización de
Cooperación y Desarrollo Económico. En definitiva, todo un background
muy amplio que lleva a que las formas extremas de explotación, ya
sean infantiles o de trabajo adulto, están muy limitadas y lo van a
estar más en el futuro, por la vía de los acuerdos multilaterales, de
momento voluntarios, conseguidos en el seno de organizaciones como la
OCDE. Por otro lado también la remisión a los debates de la
Organización Mundial de Comercio para ir incorporando principios,
principios comerciales, principios de comercio justo. En definitiva,
se está produciendo un avance, aunque no podemos decir que en estos
momentos la conferencia ministerial de Doha esté preparada para
incorporar plenamente las cuestiones sociales dentro de las normas
que rigen el comercio internacional.

En cuanto a los créditos FAD, poco le puedo decir. La norma que los
regula es una ley, aprobada hace ya algunos años, en la pasada
legislatura, y en esa ley se establece que los créditos FAD han de
cumplir el objetivo de promover desarrollo y por tanto han de
materializarse en suministros que promuevan el desarrollo. El uso de
esos créditos FAD está orientado de acuerdo con esa finalidad; por
tanto nosotros entendemos que es un magnífico instrumento de relación
bilateral y multilateral, porque también se canalizan fondos FAD a
través de instituciones financieras multilaterales, como es el Banco
Interamericano de Desarrollo, como es el Banco Mundial o como son
algunos otros bancos regionales de desarrollo, el Banco Africano o el
Banco Asiático, etcétera. En materia de créditos FAD se está
cumpliendo lo que está previsto legalmente para este tipo de
operaciones.




Por último, respecto al comercio electrónico he de decir que poco
avance hay que esperar durante esta conferencia ministerial. Está
incluido en el documento Harbinson, se remite el comercio electrónico
al programa de trabajo, es decir no a la agenda negociadora, con un
informe a la próxima ministerial, a la quinta, la que se celebre de
aquí a dos años, y de momento se mantiene la moratoria de imponer
derechos aduaneros a las transacciones electrónicas hasta la quinta
ministerial. Por tanto, lo que se hace es prorrogar el régimen actual
en materia de comercio electrónico, no derechos arancelarios sobre
las transacciones electrónicas.

La posición comunitaria consiste básicamente en que cuando se
establezca la fiscalidad sobre el comercio electrónico sea una
fiscalidad neutral. Se trata en definitiva de un tipo de comercio
como cualquier otro, lo único que cambia es el instrumento utilizado
en la transacción; por tanto, la fiscalidad ha de ser neutral. En
segundo lugar y en relación con esto, la posición europea es que se
trata de un servicio. Es decir, aunque se intercambien bienes,
también servicios, pero el valor añadido que aporta el comercio
electrónico, la transacción electrónica, es el servicio de que esa
precisamente con ese procedimiento electrónico con el que se realiza
la transacción. La transacción en sí misma sigue siendo



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equivalente a la que se haría con otro procedimiento y por tanto lo
que diferencia esta operación de la realizada con métodos
tradicionales es el servicio que incorpora y en definitiva así
debería considerarse el comercio electrónico. Por tanto, fiscalidad
neutral y la consideración como servicio del comercio electrónico en
la parte de valor añadido que supone la realización por medios
electrónicos de estos intercambios comerciales.




El señor Delgado me ha formulado algunas cuestiones concretas en
materia de agricultura, que yo creo han de ser objeto de reflexión,
lo son de hecho dentro de la Unión Europea y lo van a ser sin ninguna
duda en la conferencia ministerial. Nos hablaba efectivamente de la
caja ámbar, como el mecanismo o el sistema de ayudas vinculadas a
producción, que es difícilmente sostenible en un contexto de
liberalización comercial, y al mismo tiempo la cajas verde y azul. La
verde es obvio que recoge todos los paquetes de ayudas, íntimamente
vinculados a medio ambiente, desarrollo rural, que no tienen objeción
por parte de ningún país, ninguna de las partes en la OMC, por tanto
se mantendrán las ayudas de la caja verde, y la negociación se basará
precisamente en la caja azul. Es decir, algunas de las ayudas de la
caja azul, que desde luego desde la perspectiva de la Unión Europea
deben mantenerse íntegramente, sin embargo, en la perspectiva de
algunos otros países, notablemente de los países liberalizadores, el
grupo Cairs, tienen que desaparecer en su mayor parte. Por tanto, la
negociación -insisto en este argumento- yo creo que no debemos perder
de vista que ahora estamos hablando del lanzamiento de una ronda
comercial. No podemos en modo alguno prejuzgar los resultados de unas
negociaciones que todavía están por desarrollarse, que llevarán años
seguramente en su desarrollo, y que después ya veremos los resultados
de esas negociaciones en qué términos se consiguen. Por tanto, en lo
que se refiere estrictamente al lanzamiento de la ronda, las
preocupaciones en materias de agricultura que existen, pero existen
sobre todo desde la perspectiva de la multifuncionalidad, que está
vinculado a caja azul de alguna manera por parte de la Unión Europea,
nosotros entendemos que ahora lo importante es que en el lanzamiento
de la ronda quede recogido el principio de multifuncionalidad y que
después, durante las negociaciones, los países miembros de la OMC
vayan, encajando este principio de multifuncionalidad junto al
principio de libre comercio internacional y de acceso a los mercados.

De ello podrá resultar una combinación adecuado de liberalización y
de preservación del medio natural, del medio rural, que entendemos
nosotros necesariamente ha de preservar las cajas verde y azul en su
mayor parte.

Eso es todo lo que puedo señalarles. Sí insistir en que el phasing
out, el concepto de desaparición de las ayudas a exportación, de las
restituciones comunitarias a las exportaciones de productos
agroalimentarios, ésa sería una primera línea, eso es primera línea,
primera trinchera, que quedaría como fruto de la negociación, aunque
no podemos prejuzgar cuál será la negociación, que ciertamente
quedará muy cuestionada. Difícilmente se mantendrá intacta, se
mantendrá sin cambios sustanciales, porque efectivamente son ayudas
directas a productos agroalimentarios que concurren a los mercados
internacionales enturbiando los mecanismos de precios y los
mecanismos de intercambio, eso es así y como es innegable, porque es
la naturaleza de las cosas, entonces ahí tenemos una posición
negociadora débil. De todas formas, sí quiero apuntar que en el caso
de España el aprovechamiento de las restituciones a la exportación,
aunque pueda ser importante en alguna producción concreta, en su
conjunto España sólo aprovecha poco más del 3 por ciento del total de
los fondos comunitarios de pagos por restituciones dentro de la Unión
Europea. Por tanto y aunque no quiero hacer más comentarios, también
eso indica o podría indicar ciertas prioridades diferenciales
españolas en este punto concreto de negociación.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor secretario general, muchas
gracias, señorías.




Se levanta la sesión.




Eran la una y treinta minutos de la tarde.




Nota.-El presente «Diario de Sesiones» de la Comisión de Economía y
Hacienda, del martes 6 de noviembre de 2001, no guarda la relación
cronológica habitual, con el fin de no retrasar la publicación de los
«Diarios de Sesiones» ya elaborados.