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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones de Investigación, núm. 7, de 16/10/2001
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CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES DE INVESTIGACIÓN



Año 2001 VII Legislatura Núm. 7



SOBRE GESCARTERA



PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. LUIS MARDONES SEVILLA



Sesión núm. 17



celebrada el martes, 16 de octubre de 2001



ORDEN DEL DÍA:



Celebración de las siguientes comparecencias:



- Del señor director de la inspección desde 1989 a 1999 de la
Comisión Nacional del Mercado de Valores (Ibarra Iragüén) (número de
expediente 219/000288) . . . (Página 574)



- Del señor director general de entidades de la Comisión Nacional del
Mercado de Valores (Basallote Ureba) (número de expediente 212/
000808) . . . (Página 611)



- Del técnico de la Comisión Nacional del Mercado de Valores señor De
Cabo Martínez (número de expediente 212/000809) . . . (Página 657)



- Del señor ex director de promociones de la Comisión Nacional del
Mercado de Valores (Martínez Pardo (número de expediente 219/000289)
. . . (Página 663)



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Se abre la sesión a las nueve y treinta y cinco minutos de la mañana.




CELEBRACIÓN DE LAS SIGUIENTES COMPARECENCIAS:



- DEL SEÑOR DIRECTOR DE LA INSPECCIÓN DESDE 1989 A 1999 DE LA
COMISIÓN NACIONAL DEL MERCADO DE VALORES (IBARRA ARAGÜÉN). (Número de
expediente 219/000288.)



El señor PRESIDENTE: Señorías, se abre la sesión de esta reunión de
la Comisión de investigación sobre Gescartera de hoy martes 16 de
octubre. Solicitamos a los servicios de la Cámara que acompañen al
primer compareciente, don Jesús Ibarra Iragüén. (Pausa.)
Comparece ante esta Comisión la primera persona citada en la jornada
de hoy, don Jesus Ibarra Iragüén, en su condición de director de la
inspección desde 1989 a 1999 de la Comisión nacional del Mercado de
Valores. La presidencia brinda al compareciente unos primeros minutos
para hacer una exposición de su situación de competencia y
responsabilidades profesionales en la mencionada Comisión nacional
del Mercado de valores. Tiene la palabra don Jesús Ibarra.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Buenos días a todos y muchas gracias.

Brevemente paso a explicar en qué consistía mi trabajo
y concretamente las funciones de la división de inspección durante todo
el tiempo que yo estuve allí, porque desde el 22 de mayo de 1989, que
fui nombrado por acuerdo del consejo director de la división, hasta
el 29 de abril de 1999, que ingresé en la Agencia Tributaria y que es
mi cuerpo de origen, realmente las funciones siempre fueron las
mismas y siempre se desarrollaron con matices, pero siempre en el
mismo sentido y con los mismos procedimientos.

Todas las competencias para la incoación de procedimientos
sancionadores, como todos ustedes saben, radican en el consejo, el
único órgano que tiene atribuidas competencias dentro de la comisión
es el consejo, y también tenía competencia para la imposición de
sanciones por faltas graves. En el caso de faltas muy graves, como
saben ustedes, el consejo proponía al ministro y el ministro, en su
caso, decretaba la imposición de la sanción, previo informe del
comité consultivo. Era el único órgano que realmente estaba regulado,
por tanto, no existía debajo de él ningún organismo o unidad que
estuviese sometido a un procedimiento reglado, contenido en unas
normas específicas. Lógicamente, el consejo necesitaba para su
funcionamiento apoyarse en determinadas unidades administrativas.

Existían, por tanto, diversas divisiones -me imagino que se habrá
hablado ya de ello bastante en otras comparecencias-. En una primera
época, en la época de Luis Carlos Croissier, la división de emisores,
mercados secundarios, sociedades de valores e instituciones
de inversión colectiva. Con posterioridad, con la llegada de don
Juan Fernández-Armesto, emisores y supervisión, porque supervisión
englobaba las antiguas divisiones de sociedades de valores, de
instituciones de inversión colectiva y de mercados secundarios. Cada
una de estas divisiones dependía fácticamente de un consejero. La
división de inspección, sin embargo, siempre dependió directamente
del presidente, en todas las épocas, al menos desde el 22 de mayo de
1989 hasta el 29 de abril de 1999. Insisto en que se trataba de una
distribución interna de tareas y que, por lo tanto, no existía una
normativa como existe en el ámbito de la Agencia Tributaria, en la
que cada una de las direcciones tiene asignadas unas competencias,
unos procedimientos, unas formas de actuación, unos documentos en los
que tienen que plasmarse, etcétera.

El procedimiento interno de trabajo básicamente consistía en que las
divisiones formulaban el resultado de sus actuaciones al consejero
respectivo. Posteriormente, el consejero discutía con el presidente y
con el director las actuaciones realizadas en una serie de reuniones
informales. Primero, en la época de don Luis Carlos Croissier, en
esas reuniones que se han denominado consejillo que se celebraban los
viernes, y posteriormente, en la época de don Juan Fernández-Armesto,
en el día de la semana que se considerase procedente.

Como consecuencia de estas reuniones, en algunos casos el presidente
y el consejero, a la vista de lo que el director de la división les
había informado, decidían pasar el asunto a la división de inspección
¿En qué casos? Correspondería al presidente decirlo, pero pienso que
no falto a la verdad si digo que los casos eran aquellos en los que
se podía apreciar un flagrante incumplimiento de la norma, en
aquellos casos en los que existía una situación de riesgo potencial y
en algunos casos confusos en los que se requería alguna investigación
complementaria a la que originariamente habían venido realizando las
divisiones respectivas. Por tanto -es importante recalcarlo-, la
división de inspección no inicia por sí misma sus investigaciones; es
decir, trabaja por encargo. No existe un plan de inspección que los
propios técnicos de la división de inspección elaboren. Simplemente,
se limita, entre comillas, a realizar aquellas actuaciones que se le
encomienda realizar sobre la base de una serie de actuaciones.

El traspaso a la división de inspección se realizaba informalmente
también, algunas veces, con una nota del director de la división
correspondiente -a mí en este caso-, donde se me decía: de acuerdo
con lo acordado en la reunión del día tal, te adjunto documentación
relativa a determinado caso. El objetivo de la división de inspección
siempre fue el de, a la vista de lo enviado y, en su caso, de las
actuaciones complementarias realizadas, explicar a quien remitió el
encargo las distintas posibilidades que exigía o permitía la
aplicación del régimen sancionador. En definitiva, cómopodían encajar
los distintos tipos sancionadores en el



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conjunto de las actuaciones que habían sido objeto de investigación.

Siempre fue éste el cometido, el objetivo de la división de
inspección, y este informe se realizaba, al igual que el encargo del
que tenía origen, en reuniones también informales donde se comunicaba
al presidente, al consejero respectivo y también al director de quien
había surgido el encargo las distintas posibilidades en el contexto
que antes he señalado. En ese momento, por parte del presidente y
ayudado por el consejero, se podía o bien dar por finalizadas las
actuaciones, en el supuesto en que los argumentos que yo ofrecía allí
no se entendía que eran argumentos de peso como para seguir adelante
con un proceso sancionador; o bien porque se apreciaran otra serie de
circunstancias, otra serie de situaciones que si después hablamos del
caso de Gescartera merecerá la pena considerar. Se pedía ordenar por
parte del presidente, por parte del consejero, realizar actuaciones
complementarias en el supuesto de que se entendiese que no todos los
datos estaban completos como para tomar una decisión. Y, en el caso
de decidir la apertura de un proceso sancionador, en esa reunión
informal, entonces sí que la división de inspección se encargaba de
presentar formalmente la propuesta al consejo y ya en el consejo, con
la asistencia no solamente de los consejeros internos, sino también
de los consejeros institucionales, por decirlo así, del Banco de
España y de la Dirección General del Tesoro, el director de la
división era el que formulaba la propuesta. Muy brevemente, esa ha
sido siempre la función de la división de inspección, ofrecer las
distintas posibilidades que a su vez ofrecía el régimen sancionador
con respecto a los comportamientos que previamente se habían asignado
como necesarios de análisis. Nada más por mi parte.




El señor PRESIDENTE: Después de la intervención del señor Ibarra
Iragüén, tiene la palabra, por el Grupo Socialista, su comisionada
señora Costa Campi.




La señora COSTA CAMPI: Bienvenido, señor Ibarra, a esta Comisión. Le
agradecemos de antemano su predisposición -predisposición que
esperamos- para colaborar con el trabajo de estos comisionados.

Nos ha hecho una breve descripción de cuál era el funcionamiento de
la comisión en el período en el que usted estaba y nada más quería
hacerle dos preguntas relativas a este tema a fin de poder ampliar la
información o el conocimiento sobre ello. En primer lugar, quisiera
que nos explicara cuáles eran las relaciones que tenían la dirección
de inspección en la que usted estaba y la dirección de supervisión
una vez que se había abierto un expediente sancionador.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Una vez que se ha había abierto un
expediente sancionador, ninguna prácticamente, porque el expediente
sancionador suponía la adopción del acuerdo correspondiente y el
nombramiento
del instructor, que desarrollaba sus actuaciones en el régimen
de independencia que exige la Ley de Procedimiento Administrativo. El
instructor podía, en el transcurso del expediente, solicitar como
medio de prueba, porque así lo prevé la ley, determinados dictámenes
o informes de la dirección de supervisión, pero una vez que se había
acordado formalmente la incoación de un expediente sancionador, no es
que se rompiera totalmente, pero la función ya sí aparecía claramente
diferenciada, actuaba la división de inspección y la relación se
producía más en el entorno de la asesoría jurídica, porque los temas
que se estaban planteando dentro de un procedimiento eran temas
jurídicos. Es verdad que las relaciones entre supervisión e
inspección antes de la apertura de un expediente sancionador no
estaban claras. Quiero decir que, según los casos, se actúa de una
forma o de otra. Como he dicho antes, existían determinadas
actuaciones de la división de supervisión que, por lo que fuera,
antes de la apertura de un proceso sancionador o antes simplemente de
analizar la conveniencia de proceder a la apertura de un expediente
sancionador, requerían unas actuaciones complementarias en mayor
profundidad, cosa que en aquel momento la división de supervisión no
podía realizar porque llevaba a cabo una labor de gestión en el día a
día con cientos de sociedades a las cuales tenía que visitar,
analizar sus balances, etcétera. Por tanto, en algunas ocasiones,
cuando había algo (como se produjo aquí, si llegamos en su momento al
tema de Gescartera) que requería un esfuerzo adicional de horas,
etcétera, se pedía la ayuda de la división de inspección, pero
actuaba simplemente como ayuda de la división de inspección, antes
-insisto- de formular la propuesta de un expediente sancionador. Sin
embargo, una vez que el expediente sancionador estaba en marcha con
el acuerdo del consejo, ya eran el instructor y la asesoría jurídica
y, en todo caso, un apoyo técnico pericial.




La señora COSTA CAMPI: Usted ha señalado ya la intervención de los
servicios jurídicos. ¿Qué papel jugaban los servicios jurídicos
dependientes de la secretaría del consejo a la hora de tramitar un
expediente sancionador?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: A la hora de tramitar un expediente
sancionador evidentemente de consejo jurídico, porque los tipos
sancionadores no estaban ni muchísimo menos claros. No sé si
tendremos ocasión de referirnos a ellos, pero nos encontrábamos con
un régimen sancionador, el de la Ley 1988, que fue dictado con
bastante premura de tiempo, según reconocen todos los grupos
parlamentarios que participaron en aquel momento en la elaboración de
la ley. Incluso se llegó a decir que el régimen sancionador era uno
de los capítulos de la ley que merecía una más pronta modificación.

Sin embargo, han transcurrido los años y no hasido objeto de
modificación, simplemente se introdujeron



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algunos tipos, responsabilidades de personas físicas, etcétera, en el
año 1993, con motivo de la adaptación de la segunda directiva
bancaria y, luego, en la Ley 37, únicamente se hacen una especie de
retoques técnicos motivados por la conversión de sociedades y
agencias de valores en entidades de servicios. Quiero decir con esto
que nos encontrábamos muchas veces con tipos abiertos, con conceptos
jurídicos indeterminados que necesitaban ser rellenados. Por tanto,
la labor de la asesoría jurídica era una labor muy importante.

Además, piensen ustedes que no sólo en el ámbito del procedimiento
sancionador, que por lo menos teníamos una norma a la cual referirnos
que era la Ley de Procedimiento Administrativo, es que en cualquier
actuación de la división de inspección antes del procedimiento
sancionador, también después pero sobre todo antes, tampoco en la Ley
del Mercado de Valores existían instrumentos jurídicos suficientes
que regulasen con garantía todas las actuaciones de intervención e
inspección. Piensen ustedes que el único artículo que la Ley del
Mercado de Valores recoge para permitir realizar investigaciones es
el artículo 85. Es un artículo muy vago donde se dice que se podrá
requerir informaciones, pero lógicamente luego había que armar esto y
existían dudas: ¿se puede solicitar que vengan los supervisados a
sede de la comisión a entregar papeles?, ¿deben o pueden ir los
inspectores a la sede de las sociedades supervisadas?, ¿qué cosas
pueden pedir?, ¿cómo se puede documentar?
La asesoría jurídica, lógicamente, tenía un papel de apoyo, no
preponderante en cuanto directora de las investigaciones, pero sí de
apoyo a las múltiples cuestiones jurídicas que se planteaban.




La señora COSTA CAMPI: En síntesis, si no he entendido mal, quiere
decir que la interpretación de la normativa y la transmisión hacia el
consejo de esas interpretaciones que realizaba el señor Alonso Ureba
eran importantes a la hora de poder tomar decisiones sobre qué tipo
de sanciones decidía el consejo aplicar a las empresas de inversión.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Si me permite, señoría, y no quisiera
aburrirles, la posición -por lo menos lo que yo vi, y hablo hasta el
29 de abril de 1999, quiero que les quede claro porque en ese momento
ingresé en la Agencia Tributaria- de don Antonio Alonso fue la misma
que la de don José Ramón del Caño y la de don Sebastián Albella, que
fueron todos secretarios del consejo y directores de la asesoría
jurídica. Era importante, pero era una labor de apoyo, es decir, el
instructor cumplía con las funciones que la Ley de Procedimiento
Administrativo le tenía encomendadas. Por tanto, el instructor era el
que formulaba al consejo la propuesta de resolución. Lo que ocurre es
que el instructor, como he dicho antes, lo mismo que podía pedir
dictámenes periciales a la división de supervisión, ante
determinados conceptos jurídicos, ante determinadas interpretaciones,
solicitaba el apoyo de los servicios jurídicos. Pero en lo que yo vi,
señoría, por lo menos hasta el 29 de abril, a mí nunca los servicios
jurídicos me han dirigido, ni creo que a ninguno de los instructores
que yo he tenido en el ámbito de la división de inspección, nunca me
han dirigido ninguna investigación, ni me han forzado, ni llevado, ni
inducido a la realización de determinadas consideraciones jurídicas
en la propuesta. Piense usted además que el régimen sancionador no se
aplicaba a diestro y siniestro, porque no podía ser así en unas
relaciones de dominio o de tutela como las que mantenía la comisión
con sus entidades supervisadas. Estaban muy pensadas antes de la
propuesta de apertura, por lo tanto normalmente lo que se hacía luego
era encauzar jurídicamente todo eso que estaba ya muy pensado. La
asesoría jurídica tenía el papel que tenía, insisto, de apoyo, y en
mi época.




La señora COSTA CAMPI: Vamos a pasar a un conjunto de preguntas que
están relacionadas con su experiencia en la CNMV en diferentes casos.

En primer lugar, quisiera que nos explicara si usted jugó un papel
importante en la inspección de la empresa Bolsa Consulting y si le
pareció suficiente la multa que en su día se le impuso.

Dado que esta comisionada como el resto de comisionados tiene un
tiempo ajustado para realizar sus preguntas, le agradecería, en
nombre propio y de mi grupo, que pudiéramos contar con unas
respuestas muy definidas que vayan directamente a la cuestión.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Efectivamente, ese expediente se realizó por
la división de inspección creo recordar que en año 1993, referido a
los ejercicios 1992 y 1993. En aquel momento Bolsa Consulting era una
entidad no registrada, a pesar de lo cual se hizo un expediente creo
que con mucha más profundidad de la que se hizo a otras entidades no
registradas, precisamente porque se sabía que personas de Bolsa
Consulting formaban parte también de otras sociedades que estaban
registradas en la comisión, y la sanción fue de 128 millones de
pesetas, creo recordar, que era la totalidad de la cifra de ingresos
que estaban recogidas en la cuenta de resultados entre los años 1992
y 1993. No se les quitó ningún gasto. Yo creo que se puso una sanción
realmente importante y acorde con lo que se había visto de la
actuación de Bolsa Consulting.




La señora COSTA CAMPI: Para poder establecer después comparaciones
pertinentes, le pregunto por qué no se dio traslado del caso a la
fiscalía como había ocurrido con los expedientes de otras empresas de
inversión llamadas chiringuitos financieros, y también si le parece a
usted que el expediente a Bolsa Consulting siguió un cauce normal que
deduzco ya de su primera respuesta.




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El señor IBARRA IRAGÜÉN: Es que no existía ningún dato en Bolsa
Consulting que permitiese apreciar una situación ni siquiera parecida
al resto de las entidades no registradas que se estaban analizando.

En el 99 por ciento de las entidades no registradas que se
denominaban, se denominan todavía hoy, chiringuitos financieros, eran
estafas o apropiaciones indebidas. ¿Por qué? Porque lo que se ofrecía
eran operativas en mercados exteriores, concretamente en mercados de
derivados situados en países extranjeros, donde los individuos, bajo
una serie de promesas de opacidad fiscal o de otras similares,
invertían su dinero y lo perdían todo, señorías.

En Bolsa Consulting no existía nada de eso, en Bolsa Consulting había
una operativa de intermediación, de recepción y canalización de
órdenes en los mercados españoles, renta variable, renta fija,
etcétera, y ninguna actividad similar a la de las demás entidades.

Con los datos que nosotros teníamos, no tenía nada que ver.




La señora COSTA CAMPI: Vamos a pasar a la vida de Gescartera en la
comisión y al periodo inicial, es decir, al periodo 1995-1996.

Después de una visita de inspección que se realizó durante estos
meses de los años a que me he referido usted mandó un requerimiento
que fue respondido por el señor Camacho, y le voy a hacer dos
preguntas al respecto: qué impresión le dio esta respuesta, si
resultaba satisfactoria. Después, si tras la respuesta de Gescartera
a su requerimiento le pareció necesario proceder a la apertura de un
expediente sancionador, sí o no, y si propuso la apertura de dicho
expediente.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Voy a intentar ser breve, como me han
recordado antes. Lo que pasa es que las contestaciones no son siempre
tan sencillas. ¿Qué me pareció la contestación? Primero, la
contestación tampoco especialmente brillante, aunque con algunos
puntos muy dignos a tener en cuenta. El primero se refería a las
discusiones o pegas jurídicas que existían para poder apreciar
determinados tipos en las conductas de Gescartera, por ejemplo, la
operativa por cuenta propia, que era una infracción que en principio
aparecía clara, pero aparecía clara en el espíritu de la ley, que
todavía no existía toda la normativa que permitía entender como
operativa por cuenta propia no solamente la que se realizaba contra
el balance de Gescartera, sino la que se realizaba también contra las
personas físicas o con sociedades vinculadas al entramado de
Gescartera. Es decir, había algunas alegaciones de ese tipo de
carácter jurídico que merecían la pena ser consideradas.

Por otra parte, lo que había era una serie de promesas de mejora en
los procedimientos defectuosos que se habían detectado en la
compañía, porque el entorno de Gescartera, como yo lo veo en el año
1995, es un déficit organizativo importante que dificulta la
supervisión
junto con la realización de unas prácticas bursátiles de riesgo. Las
alegaciones del señor Camacho son: algunos de los procesos de los
procedimientos que dicen ustedes defectuosos se han subsanado ya.

Ustedes están analizando el año 1994 y los primeros meses del año
1995, nosotros ya para finales de 1995 y para 1996, que es cuando yo
escribo la carta, tenemos ya una serie de procedimientos en base a
los cuales se ha subsanado.

Insistían mucho en que no había quedado probado -y era cierto- por
parte de la supervisión que se hubiesen producido perjuicios
efectivos a clientes. Era una situación desordenada, de riesgo
potencial, pero digamos que no era posible cuantificar una serie de
perjuicios a clientes determinados en beneficio de otros motivados
por prácticas concretas.

También era digno de considerar un aspecto sobre el que ellos
llamaban la atención, y también la división de supervisión así lo
hizo, es que en aquel momento por lo menos las cuentas de efectivo de
los clientes estaban a nombre de los clientes y en entidades de
depósitos y las cuentas de valores estaban también situadas en
entidades habilitadas para ello. Este es un aspecto que siempre,
dentro de lo que es una gestión de carteras, parece importante.

Además ponían de manifiesto una serie de proyectos de futuro, no
solamente de mejora en los procedimientos, sino también de ampliación
de capital; se hablaba de una ampliación de capital de 100 millones
de pesetas y se hablaba también de una integración en un grupo más
amplio, el Grupo Midland, que entonces era considerado como un grupo
bastante importante, todo ello avalado por informes de auditoría.

Entonces, la contestación del señor Camacho era una contestación
digna a tener en cuenta.




La señora COSTA CAMPI: A los efectos de las conclusiones de esta
Comisión, debo entender de sus palabras que no se estaba gestionando
una cuenta global a nombre de Gescartera.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: No, en aquel momento, no; con los datos que
nosotros teníamos, no.




La señora COSTA CAMPI: Vamos a pasar a otro periodo de la vida de
Gescartera en la CNMV, que ya coincide con el periodo final de su
trabajo en la comisión.

En el momento de celebrarse el consejo, el último al que creo que
usted asistió, el consejo de 6 de abril de 1999, todavía no se había
finalizado el informe Vives, pero usted hace una referencia a él en
el consejo y se decide, a la vista de las informaciones, leo
textualmente: que, sin perjuicio de que en una próxima sesión se
examine el informe que se prepara al efecto, se incoe, y así se
decide, expediente sancionador por infracción muy grave por
obstrucción a la acción inspectora.




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Señor Ibarra, ¿qué irregularidades observó usted que dieron lugar a
que usted participara en el consejo e hiciera estas explicaciones?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: La situación que yo conocía, que dio lugar a
ese consejo de 6 de abril, era una situación absolutamente confusa.

Teníamos unas reuniones, los miércoles concretamente, la división de
inspección y la división de supervisión con don Juan Fernández-
Armesto y con el consejero José Manuel Barberán. En torno a los meses
de febrero o marzo se plantea la preocupación en aquellas reuniones,
por parte del entorno de David Vives y del consejero Barberán, de la
actuación de Gescartera, y se me comunica la existencia de un
descuadre en principio importante, en torno a unos 4.000 millones de
pesetas, de los cuales aproximadamente 1.000 millones correspondían
al Arzobispado de Valladolid. En aquel momento yo tenía una situación
personal en la que me estaba yendo de la comisión porque había
solicitado mi reingreso en la Agencia Tributaria con fecha 24 de
marzo de 1999, pero en todo caso lo que yo sé lo voy a decir, y es
esa preocupación que se me había manifestado allí.

No recibí ningún expediente ni ningún encargo formal ni informal del
tipo del que recibí en el año 1995 con el procedimiento que antes he
señalado. Se pide mi actuación de apoyo en dos reuniones que se
tienen con Gescartera y que están centradas no en el descuadre en
general, sino en la cuenta del Arzobispado de Valladolid. Yo recuerdo
como consecuencia de eso una actuación personal mía, hasta cuatro
contactos con don Antonio Camacho, a requerimiento de don David
Vives, de Luis Peigneux y del consejero Barberán, que estaban en ese
momento preocupados por la situación de descuadre y de
materialización de fondos.

La primera no recuerdo si es con fecha 26 de marzo o 29 de marzo,
pero en todo caso da lugar a una diligencia que ha sido publicada en
el diario El País y se puede mirar allí perfectamente. Si uno analiza
esa diligencia, la del 26 ó 29 de marzo, se da cuenta de que a esa
fecha poco se sabía del tema Gescartera y del posible descuadre
patrimonial, porque si usted lee esa diligencia allí se le dice al
señor Camacho que especifique cuántos fondos ha invertido el
Arzobispado de Valladolid y dónde están materializados, y el señor
Camacho responde que los fondos, además de la cuenta de Bankinter,
donde había 30 millones de pesetas aproximadamente, se encuentran en
una serie de cuentas cuyo poder de disposición no tiene Gescartera y
que se tiene que poner en contacto con el Arzobispado de Valladolid.

Pues bien, habida cuenta de la preocupación que existía se le
conmina, y así aparece reflejado en la diligencia, a que en ese mismo
momento se ponga en contacto con el Arzobispado de Valladolid y que
se envíe, vía fax o como se considere más conveniente, justificación
de los fondos y de su materialización. Estamos esperando hasta las
ocho y media de la tarde, como se
hace constar en la diligencia, y a esa hora se nos comunica que el
Arzobispado de Valladolid no puede remitir la información porque el
ecónomo o las personas responsables se encuentran en una procesión.

Así se hace constar en la diligencia. Allí estábamos David Vives,
Luis Peigneux, Jesús Ibarra, el señor Pérez Renovales y los
representantes de la compañía Gescartera. No se nos dice nada en
aquel momento, en la fecha 26 ó 29 de marzo.

Con posterioridad, y como en esa diligencia el señor Camacho se
comprometía, habida cuenta de las dificultades de acceder al ecónomo
en la procesión, a remitirnos la información en el plazo más breve
posible, hubo una segunda reunión, no recuerdo exactamente en qué
fecha pero que tuvo que ser entre ésa y el 6 de abril, en la que se
persona el ecónomo en la Comisión Nacional del Mercado de Valores, y
tenemos allí una reunión con él y con representantes de Gescartera.

La primera diligencia la redacté yo; en la segunda reunión con el
ecónomo no fui capaz de establecer ningún tipo de diligencia, porque
las respuestas del arzobispado eran cuando menos curiosas. El ecónomo
llegó a decir allí que no recordaba si había invertido 1.000 millones
o 30 millones y que en todo caso sería lo que dijera el señor
Camacho, porque él tenía mucha confianza en el señor Camacho. Era
imposible resumir en una diligencia el contenido de aquella reunión,
pero se le siguió requiriendo al señor Camacho que aportase la
documentación, en aquel momento, entiendo, la de la cuenta del
arzobispado en Gescartera, no el descuadre total; o lo que se le
estaba pidiendo específicamente, por lo menos en ese momento, era el
descuadre del Arzobispado de Valladolid, que era un cliente
significativo, efectivamente, pero no era el grueso de los clientes.

Posteriormente tuve otra reunión con el señor Camacho, que a partir
de ese momento estaba prácticamente todos los días en la comisión, y
el señor Camacho me preguntó con bastante insistencia y nervioso si
se iba a intervenir la compañía, a lo cual yo le dije que en ese
momento no estábamos inmersos en un proceso de intervención, sino que
lo único que le estábamos solicitando era un dato, por otra parte
necesario y obvio para la supervisión, como era que nos dijera
cuántos fondos se habían aportado y dónde estaban materializados, y
eso sí, le advertí de las consecuencias de no entregar ese
requerimiento.

Siguió sin entregar esa información y, por tanto, el día 6 de abril
se propone un expediente por obstrucción a la actuación sancionadora,
y me gustaría decir muy brevemente que primero se propone un
expediente por obstrucción porque yo al menos no tengo más datos,
sino estas insólitas declaraciones del Arzobispado de Valladolid y la
imposibilidad material hasta ese momento de que la estructura
administrativa de Gescartera nos comunique algo. Pero quiero decir
también que en ese momento el expediente por resistencia u
obstrucción no era simplemente algo para salir del paso



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y montar un expediente sancionador, es que el expediente por
obstrucción y sancionador era muy importante y hubiese permitido, en
un plazo de tiempo muy breve, la adopción de otras medidas. ¿Por qué
digo esto? En el expediente sancionador por obstrucción, en
principio, la sanción más acorde con una infracción de este tipo es
la revocación de la autorización, es decir, estamos hablando de algo
incluso más grave que la intervención.

En segundo lugar, también se había discutido informalmente en estas
reuniones que teníamos la posibilidad, ante ese maremágnum que no
conocíamos, de mandar el expediente al fiscal. Yo entendía que un
expediente por obstrucción puede permitir, si se remite un pliego de
cargos y se sigue sin responder a ese pliego de cargos, la remisión
al ministerio fiscal. ¿Por qué? Porque la obstrucción al organismo
supervisor es un tipo penal y ahí había un enganche mucho mayor para
mandar al fiscal del que existía simplemente con las declaraciones
del Arzobispado de Valladolid, donde yo me imaginaba que el pobre
fiscal, si simplemente le dábamos ese dato, difícilmente podía haber
actuado. Por otra parte, la resistencia u obstrucción es el contexto
normal que prevé el párrafo tercero del artículo 31 de la Ley de
Intervención y Disciplina para adoptar medidas de intervención. Por
tanto, en aquel momento, con los datos que yo tenía, mi percepción de
la situación era muy confusa. Yo no recibí el informe Vives que luego
se ha comentado aquí ni ningún expediente global, yo recibí una
petición de apoyo para actuar frente al Arzobispado de Valladolid y
en aquel momento, con los datos que había, lo único que se me ocurrió
fue proponer un expediente por obstrucción, que, insisto, hubiese
permitido la adopción de otras medidas, incluso hasta la propia
instancia a través de un tercero de la quiebra de la sociedad o de
una suspensión de pagos que se hubiese podido provocar y solicitar
por el consejo de la compañía, etcétera. Yo lo veo como una situación
de gran preocupación pero de gran confusión con respecto a lo que
estaba pasando allí.

La cuarta vez que vi a don Antonio Camacho -perdón, he dicho cuatro
veces y solamente he explicado tres- fue simplemente porque cuando se
abrió expediente por obstrucción, en lugar de remitirle por correo el
expediente, se le llamó a la comisión y se le entregó en mano.




La señora COSTA CAMPI: Si no he entendido mal sus explicaciones, la
resistencia a la acción inspectora de una entidad registrada en la
CNMV es algo especialmente grave, muy grave, y también he entendido
que ustedes hablaron de la posibilidad de dar traslado de la
situación a la fiscalía.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: En las reuniones que informalmente se
mantenían y en el ámbito de Juan Fernández-Armesto, José Manuel
Barberán, David
Vives y yo, en las que, como usted se puede imaginar, se hablaba de
todo un poco en relación con los asuntos.




La señora COSTA CAMPI: Para podernos hacer una idea comparativa, ¿nos
puede decir si usted, a lo largo de los años en los que estuvo en la
comisión, tramitó muchos expedientes a empresas de inversión por
resistencia a la acción inspectora?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Pues no, y los pocos que se realizaron
acabaron con la revocación de la autorización.




La señora COSTA CAMPI: Puestas así las cosas, quisiera hacerle
algunas preguntas para poder establecer relaciones comparativas y
valorar la situación especial que parece se va configurando de
Gescartera en la comisión. En la misma sesión a la que usted asiste,
del 6 de abril de 1999, se incoan otros expedientes sancionadores.

¿Sabe usted si dichos expedientes, alguno de ellos, creo recordar,
calificados como de falta grave, tuvieron la misma suerte que el de
Gescartera? En su larga experiencia en la comisión, ¿era normal
rebajar la calificación de las faltas con posterioridad a la apertura
de los expedientes ya calificados de la graduación? Y si esto no era
así, ¿qué es lo que usted considera que ocurrió?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: La verdad es que yo he intentado recordar, a
la vista de todo lo que se está publicando y de las declaraciones
hechas aquí, lo que sucedió hace dos años y pico, pero no tengo la
documentación en mi mano, por ejemplo, del consejo del día 6 no tengo
la documentación en mi mano. Sinceramente no recuerdo si, al margen
de Gescartera, se acordó la apertura de otros expedientes
sancionadores, no lo recuerdo. ¿Era normal rebajar las sanciones? No
era normal. Normalmente, como he dicho antes, el régimen sancionador
no era algo automático, una vez que se veían indicios de infracción,
no se abría automáticamente expediente sancionador. En todas las
épocas que yo he conocido de la Comisión, era el último recurso, el
último momento de la supervisión. Normalmente la conducta que se
proponía a la apertura del consejo tenía ya una entidad que había
sido valorada, por tanto, no era normal que se rebajara la
calificación. Sí ha sucedido en algunos casos, es decir, no era
imposible, no es caso único. Yo recuerdo, tanto en épocas de don Luis
Carlos Croissier como de don Juan Fernández Armesto, la apertura de
algún expediente sancionador por una infracción muy grave que luego
ha quedado convertida en una infracción grave, por esta dificultad a
la que me he referido antes de los tipos que existían; ahora, no era
normal, y concretamente en el ámbito de la obstrucción, entiendo que
la obstrucción existe o no y, si existe, me permito decir que es una
conducta muy grave.




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La señora COSTA CAMPI: En el caso de que se hubiera encontrado
obstrucción, que usted dice que era una situación muy excepcional,
¿se habría procedido a rebajar la sanción de muy grave a grave?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Señoría, me hace una pregunta que no le
puedo contestar, no es que no quiera, es que no puedo porque, como
digo, se parte de una situación confusa. Lo que yo conozco es que se
piden datos que son necesarios para la supervisión y no se dan, eso
es una obstrucción, ahí se cumplen los elementos del tipo. Todo lo
que ha sucedido después, los datos que se han aportado, las
explicaciones que se han dado, yo no lo he conocido, realmente no
puedo opinar.




La señora COSTA CAMPI: Señor Ibarra, le vamos a solicitar que nos
ayude a valorar, desde su formación y experiencia en la CNMV, algunos
de los aspectos que definen el caso de Gescartera, incluso después de
que usted se marchase.

En el consejo extraordinario del 16 de abril, el famoso consejo
extraordinario, al menos famoso ya en el ámbito de esta Comisión, el
señor Villegas (que es el que pasa a explicar el tema de la
inspección en el consejo, dado que usted ya está en proceso inmediato
de reintegración en la Agencia Tributaria), en dicho consejo se
amplía el expediente incorporando nuevos incumplimientos, también
calificados como muy graves, por no tomar la empresa -se lo recuerdo,
aunque supongo que ya lo tiene presente-, medidas adecuadas para
proteger los derechos de los clientes y carecer de contabilidad y
registro adecuados. Como sabrá, señor Ibarra, en dicho consejo
únicamente se requiere a Gescartera para que corrija esta situación,
incluso después de los agravantes que se desprenden del borrador
sujeto a correcciones, del informe que aquí hemos dado en denominar
el informe Vives. ¿No le parece algo atípico, en la historia que
usted conoce de la CNMV durante los años en que usted ejerció su
trabajo en el área de inspección, todo esto que ocurre y la decisión
que se toma?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Hasta el día 6 de abril, poco se sabía o por
lo menos poco se había probado fehacientemente en relación con
Gescartera; insisto en que, si no, la propuesta hubiese sido
distinta.

En el consejo del día 16 no estuve y me cuesta mucho opinar sin haber
oído y sin ver los documentos. Sobre la sensación que tuve en aquel
momento (yo seguía estando en la CNMV aunque no haya asistido al
consejo del día 16 porque hasta el día 29 no me incorporo a la
Agencia Tributaria), la verdad es que nadie me comentó ni por los
pasillos ni a nivel más o menos informal, esas tensiones que luego he
leído que se produjeron en el consejo del día 16. La idea que yo
tenía era que, habiendo un expediente por obstrucción a la actuación
de la CNMV por parte de Gescartera, la
CNMV iba a realizar un seguimiento prácticamente similar a lo que
supone una intervención porque, como he señalado antes, la propia
tramitación del expediente por obstrucción requería esto; lo que no
se puede hacer es abrir un expediente por obstrucción y fallar dos
años más tarde con lo mismo; es decir, que la percepción que yo tengo
es que no sé por qué se adoptaron estas medidas cautelares. También
es verdad que el expediente de resistencia u obstrucción permite
también la adopción de medidas cautelares que son difíciles fuera del
expediente de resistencia u obstrucción. La única sensación que yo
tengo, ya digo, sin conocer los datos del consejo del día 16 -no
conozco cómo surgen estas medidas cautelares, quién las propone, la
meditación sobre ellas, honestamente no lo sé-, y la impresión que
saqué de mi estancia todavía física allí era que existía un
expediente abierto por obstrucción, que se seguía investigando y que
la CNMV iba a hacer un seguimiento in situ de la actuación de
Gescartera. Medidas cautelares se han tomado algunas, no era
habitual, pero se han tomado algunas a lo largo de la tramitación de
expedientes sancionadores.




La señora COSTA CAMPI: Al hilo de su respuesta, le pregunto si podría
incluso haberse suspendido la actividad de Gescartera con carácter
precautorio, y si conoce usted casos en que se hayan podido adoptar
este tipo de medidas precautorias.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Señoría, como posibilidad teórica entiendo
que sí, porque la Ley de Procedimiento Administrativo con un
expediente abierto -sin un expediente abierto no-, para garantizar el
buen fin de ese expediente, permite la adopción de medidas
cautelares; lo que hay que justificar es que la medida cautelar tenga
relación con el fin que el expediente sancionador permite. Desde el
punto de vista teórico, entiendo que se puede proceder a suspender
una determinada actividad de una sociedad. De hecho, alguna vez se ha
prohibido o suspendido la actividad en mercados de derivados
extranjeros, por ejemplo, a determinadas agencias de valores o
sociedades que habían estado sometidas a un expediente sancionador,
pero le respondo como posibilidad teórica, porque como no tengo los
datos del informe Vives, de lo que pasa después del 6 de abril, no sé
responderles si, a la vista de esos datos, era procedente,
conveniente o razonable proceder a adoptar una medida de ese tipo.




La señora COSTA CAMPI: Por supuesto, y así se lo he preguntado.

En el consejo del 6 de abril, consejo al que usted asistió, ¿detectó
diferentes opiniones respecto a cómo abordar el problema de
Gescartera?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Tengo que decirle, señoría, que no. Durante
todo este período hasta el día 6 de abril mi conocimiento del tema,
insisto, es que en



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el entorno de esas reuniones de los miércoles, y siempre con David
Vives, el consejero Barberán y con Juan Fernández Armesto, yo no
informé nunca de las preocupaciones que existían en relación con
Gescartera a ninguna otra persona de otra división o a ningún otro
miembro del consejo. Cuando se decide proponer la apertura de
expediente sancionador, como he dicho antes, hay un consenso previo,
por lo menos en la época en que yo estuve siempre se actuaba así, es
decir, nadie llegaba a un consejo a proponer, sin previo aviso, la
adopción de una determinada medida. Efectivamente antes de ese
consejo del 6 de abril, yo comenté con el resto de los consejeros que
existía una actuación de obstrucción por parte de Gescartera, que,
por lo menos en mis recuerdos, en aquella época se centraba en el
tema del Arzobispado de Valladolid, y ningún consejero puso pega
alguna para nada, ni dio lugar a ninguna discusión; es decir, cuando
menos hasta la fecha del 6 de abril, el asunto Gescartera a esos
efectos fue absolutamente pacífico y no vi sensibilidades distintas
de nadie con respecto a la propuesta que estaba formulando en ese
momento Inspección, ni por parte de los que tenían la preocupación.




La señora COSTA CAMPI: Señor Ibarra, creo que usted conoció bien el
tema AVA. ¿Qué similitudes o diferencias encuentra entre la forma de
proceder por la CNMV en uno y otro caso, si es que las hay?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Vuelvo a insistir, y perdone, como solamente
tengo los datos hasta el 6 de abril, me es muy difícil opinar con
respecto a lo que ha sucedido en Gescartera. Por tanto, tengo que
hacerme eco de lo que estoy leyendo y de lo que estoy oyendo. El caso
Gescartera no se parece a ningún caso que haya tenido la CNMV a lo
largo de su historia, a mi modo de ver. No se parece a ningún caso,
entre otras razones, señoría, porque a la fecha de hoy no sabemos
dónde está el dinero ni qué es lo que ha hecho Gescartera. Ésa es una
situación realmente insólita. En todos los casos que yo he conocido,
que hubo varios durante los años 1993, 1992, 1994, etcétera, casos
fraudulentos, con quiebras de compañías, se supo lo que pasó, se supo
qué tipo de actividades, delictivas en algunos casos, habían
producido esa quiebra. En el caso de AVA también se sabía, había sido
una mala inversión por la compra de un banco en Argentina, que en su
momento se puedo criticar o no, pero el conocimiento de los hechos se
tenía. En el caso de Gescartera, me da la impresión de que no es que
existiera una confusión a la fecha de 6 de abril, es que todavía hoy,
en la actualidad, no conocemos lo que ha pasado realmente; por lo
menos, de lo que leo en los periódicos o de lo que oigo, yo no sé qué
es lo que ha pasado ni si son 18.000 millones o es otra cantidad.

La señora COSTA CAMPI: Parece sorprendente que no se haya podido
encontrar ni rastro del camino seguido por el dinero aportado.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Sí es sorprendente. Lo que pasa es que me
permito decirle, y perdón por el abuso que puede significar, que si
tuviese relación con temas de dinero negro, es un matiz muy
importante, porque tampoco lo detecta muchas veces la Agencia
Tributaria.




La señora COSTA CAMPI: Le voy a hacer una pregunta que obviamente me
puede usted contestar o no. Usted dejó el expediente a 6 de abril,
pero con su experiencia, ¿podría albergarse alguna hipótesis de que
el no hallazgo del dinero está asociado a prácticas de evasión de
dinero, a fraude fiscal, a dinero negro?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Perdone que le conteste también con una
reflexión. Es que no se puede contestar a eso. Lo que sí digo es que
a mi me sorprende mucho que un cliente se asocie, entre comillas, con
una sociedad de valores y que no diga cuál es el dinero que tiene
invertido y dónde está. A mi me extraña muchísimo. Además, reconocerá
usted que una actitud de ese tipo rompe cualquier tipo de técnica,
porque la circularización de clientes es una técnica de auditoría
perfectamente avalada, pero esa técnica de auditoría no está pensada
en función de que el cliente va a responder lo que la sociedad quiere
o por lo menos no va a dar una respuesta clara al organismo
supervisor. Es una situación insólita. ¿Cómo se explica esa situación
insólita? No me atrevería a opinar sobre eso porque no tengo ningún
dato.




La señora COSTA CAMPI: Realmente parece a todas luces sorprendente no
saber si se tienen 30 millones o 1.100. Es una cantidad lo
suficientemente clara como para que incluso los escolares que
aprenden a contar entiendan que son dos dimensiones, dos volúmenes de
dinero muy distintos. Aquí podría abrirse la puerta del dinero negro
para encontrar una explicación a esta confusión por parte del
cliente.

Señor Ibarra, para ir acabando, le quería hacer algunas preguntas por
si sus respuestas nos pueden ayudar a hacernos una idea del
funcionamiento de la CNMV. Nos ha dicho que usted ha estado
aproximadamente diez años en la Comisión Nacional del Mercado de
Valores, corríjame si me equivoco, y usted decide cambiar, dejar la
CNMV y volver a la Agencia Tributaria. ¿Por qué decide cambiar?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Es una explicación muy sencilla, señoría.

Desde el mismo momento en que ingreso en la Comisión -vengo en ese
momento de la empresa privada, de una firma de auditoría-, pienso que
voy a volver a la Agencia Tributaria. ¿Por qué? Porque entre otras
cosas, en aquel momento, en que yo



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estaba excedente y voy a la CNMV a trabajar, según la legislación,
solamente se podía estar excedente diez años, y yo tenía ya la
voluntad firme y decidida de volver a la Agencia, entre otras cosas
porque yo tenía en la CNMV un contrato de alta dirección rescindible
a voluntad con quince días de previo aviso, y presuponía que los
contratos de ese tipo no se mantienen eternamente. Por tanto, en mi
mente siempre estuvo volver a la Agencia Tributaria. En febrero de
1999, se produce la circunstancia de que se crea la Oficina Nacional
de Investigación del Fraude, se nombra jefe de la Oficina a don José
Aparicio Pérez, inspector, buen amigo mío a quien conocía desde hacía
veinte años cuando coincidimos en la delegación de Hacienda de
Bilbao, quien me propone ser su jefe adjunto y decido aceptar
inmediatamente. Es así de sencillo.




La señora COSTA CAMPI: Con la llegada del nuevo equipo a la Comisión
Nacional del Mercado de Valores en el año 1996, ¿usted percibió, en
su actividad en la dirección de inspección, algún cambio en las
directrices que recibía? También quería preguntarle si, a su juicio,
decayó la actividad sancionadora de la CNMV.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: ¿Algún cambio? Evidentemente, siempre que
cambia un presidente, hay cambios. Con la llegada de Juan Fernández-
Armesto, noté una preocupación especial por temas que no habían sido
tan relevantes en épocas anteriores. Por ejemplo, en la época de don
Juan Fernández-Armesto, se crea la unidad de vigilancia de mercados
con el objetivo de rastrear operaciones en el mercado y detectar
situaciones de utilización de información privilegiada. A Juan
Fernández-Armesto, por lo que él decía, por lo que yo hablaba con él,
le preocupaba mucho todo este tipo de prácticas de mercado,
manipulación de cotizaciones, utilización de información
privilegiada, etcétera. No se me entienda que en épocas anteriores
eso no preocupaba, porque en épocas anteriores también se rastreaban
operaciones y también hubo expedientes por utilización de información
privilegiada, pero realmente mi interpretación es que los contextos
históricos eran distintos. En la época anterior, en la época
fundacional de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, los
aspectos más relevantes eran los de solvencia y liquidez, porque
había que transformar los agentes de bolsa en sociedades de valores,
tenían que establecer procedimientos informáticos de remisión de
información a al Comisión; las bolsas cambiaron su sistema de
contratación, y toda la actuación de la CNMV o lo fundamental, el
grueso de su actuación, se tradujo en la vigilancia de esos aspectos.

Juan Fernández-Armesto hereda un mercado ya más maduro, con unos
procedimientos más establecidos, y él considera que en ese momento
hay que dar una especial relevancia a toda esta cuestión de prácticas
de mercado. Por tanto, veo diferencias,
pero absolutamente explicables de acuerdo con el contexto que viven
las dos etapas de la CNMV. Yo nunca me he sentido -y se lo puedo
asegurar, de verdad- atosigado en mi trabajo, ni por el anterior
presidente ni por el presidente don Juan Fernández-Armesto. He
discutido con ellos, entre comillas, en estas reuniones de los
miércoles con Juan Fernández-Armesto, y en alguna otra con don Luis
Carlos Croissier, pero realmente yo nunca me he sentido atosigado.

Además, si me hubiera sentido atosigado, me habría ido; estuve diez
años, y diez años es mucho tiempo para estar en un organismo donde
uno se siente atosigado. En este sentido, con ninguno de los dos
presidentes me he sentido atosigado. Eso sí, en caso de discrepancia
y cuando la banda de derecho así lo permite, tenía razón el
presidente, evidentemente, pero siempre que la banda jurídica lo
permitiese.




La señora COSTA CAMPI: Señor Ibarra, los diferentes comparecientes
que han sido miembros del consejo y otros directores de área nos han
descrito una situación de difícil entendimiento en el seno del
consejo. ¿Tenía usted algún tipo de indicio o presenció algunas de
estas discrepancias, un entorno de una cierta tensión mientras estuvo
allí?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Muchas veces en estos días me he
sorprendido, y se lo digo así, porque ¿de qué consejo estamos
hablando, del consejo famoso del 16 de abril donde los consejeros
eran los que eran? Don Juan Fernández-Armesto hereda dos consejeros
de la época de Luis Carlos Croissier, don Francisco de Vera Santana y
don José María Gondra Romero. Don Francisco de Vera Santana estuvo
casi el mismo tiempo en que estuve yo en la Comisión, hasta diciembre
del año 1998, fecha en la que entra Pilar Valiente. ¿Disensiones en
el consejo? Yo no las he visto, ni en ese consejo del 16 de octubre,
en el que no estaba ni tampoco en la época anterior. Yo siempre he
visto en la CNMV un apoyo al presidente. Siempre he visto la Comisión
Nacional del Mercado de Valores, desde el punto de vista práctico,
como un órgano presidencialista, donde el presidente ha tenido
siempre el apoyo de los miembros del consejo. Es verdad que la CNMV
de don Juan Fernández-Armesto es más abierta que la CNMV de don Luis
Carlos Croissier, pero motivado por estas razones que le estoy dando;
es decir, la Comisión tenía ya ocho años de funcionamiento, don Juan
FernándezArmesto hereda consejeros de otra época, pasado ese período
fundacional en el que todo se nuclea en torno a la voluntad del
presidente; pero yo nunca he visto disensiones en el consejo, si se
entiende por disensiones discusiones que imposibiliten la práctica
del objetivo y de los fines de la CNMV.




La señora COSTA CAMPI: Le voy a hacer ya dos preguntas finales, nada
más. Aunque ya no estuviera



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usted en la Comisión Nacional del Mercado de Valores, ¿considera
usted, con el bagaje de su conocimiento sobre el funcionamiento de la
Comisión, sobre los recursos humanos que allí había y sobre el
itinerario que deben seguir los informes, tanto en supervisión como
en inspección, que el cambio en la dirección del equipo de
supervisión, el paso del señor Vives al señor Botella, suponía un
perjuicio en el normal desenvolvimiento de esta tarea? ¿Era normal,
durante los años en los que usted estuvo, que estos cambios se
produjeran? ¿Cuál es, a su juicio, la razón que nos pudiera ayudar a
entender ese cambio del señor Vives por el señor Botella?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: La verdad es que, en la CNMV que yo conocí
en ambas épocas, es difícil entenderlo, no lo he visto en otros
casos. Normalmente, allí los directores han asumido sus competencias
en todo tipo de situaciones, mejores y peores, y cuando alguien ha
sentido que no podía desarrollar su función se ha ido. Esto de decir
-y perdónenme porque estoy hablando ya de lo que no conozco- que me
releven y que venga otro, realmente yo no lo he visto en aquella
época.

Llegando al tema concreto de la sustitución del señor Vives por don
Antonio Botella, por una parte, como le dije al comienzo de la
exposición, había casos en que la inspección se incardinaba en las
actuaciones de la división de supervisión antes de la apertura de un
procedimiento sancionador.




La señora COSTA CAMPI: Lo que nos ha planteado al principio.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Exactamente. Si el señor Vives estaba
investigando y tenía dificultades -las que fueran-, o aún sin tener
dificultades, se hubiese llamado a miembros de la división de
inspección para que tomasen las riendas o ayudasen al desarrollo de
las actuaciones; es normal, no digo el cambio de equipo, sino que
entre la división de inspección porque, entre otras cosas, la
división de supervisión tiene que seguir supervisando el mercado día
a día y allí hacía falta que hubiese personas dedicadas
específicamente a esto.

Por otra parte, Juan Fernández-Armesto nombra personalmente a Antonio
Botella jefe de la unidad de vigilancia de mercados. Es un hombre que
tiene la máxima consideración, está en la división de inspección bajo
mis órdenes, pero siendo una persona autónoma, porque la unidad de
vigilancia de mercados tenía una cierta autonomía y despachaba
directamente con el presidente. Si, dentro de las relaciones
supervisión-inspección, entra la división de inspección, ¿quién
entraría de la división de inspección? Pues Antonio Botella que era
el jefe de la unidad de vigilancia de mercados. En ese sentido, no me
parece tan raro. Si la pregunta no me la hubieran planteado como
cambio de equipo y me
hubieran dicho ¿es normal que el señor Botella, que ocupaba un puesto
de subdirector en inspección, entre en las investigaciones de
Gescartera? Pues es normal. Ahora, como cambio de equipo, que es lo
que se ha traslucido en algún momento, pues la verdad es que no lo
entiendo mucho.




La señora COSTA CAMPI: Voy a formularle una pregunta complementaria a
esta que le acabo de hacer. Usted sabe que la responsabilidad que
asume el señor Botella sustituyendo al señor Vives va asociada a unos
cambios metodológicos en el expediente, consistentes fundamentalmente
en el cambio de fecha, ¿Cuál es su criterio, como experto durante
diez años -posiblemente uno de los comparecientes que más años ha
estado en la Comisión-, sobre los efectos y las consecuencias que
tiene un cambio de fecha en un expediente, cambio de fecha que
suponía dejar una parte de la información que usted había ido
recopilando?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: También le tengo que responder teóricamente,
porque no conozco los datos concretos del caso. En principio, los
cambios de fechas no son convenientes, teóricamente, porque las
situaciones se aprecian efectivamente a una fecha determinada. El
expediente surge con motivo de unos hechos concretos a una fecha
determinada que es lo que el expediente tiene que dilucidar. En el
ámbito de un expediente por obstrucción -por eso decía antes que lo
veía como una posibilidad de actuar continuamente sobre la sociedad-,
la fecha es importante, pero también lo que sucede después porque es
verdad que se obstruye en un determinado momento pero el reproche de
la conducta a la hora de sancionarlo no es igual si, una vez
producido -pensemos que sólo se ha ocultado el tema del Arzobispado
de Valladolid, por ejemplo-, en la tramitación del expediente, se
llega a ver que todas las cuentas están claras, que la actuación de
la entidad no implica un riesgo, que no existe descuadre, etcétera;
aunque se mantenga la fecha inicial las consideraciones jurídicas
finales tendrían que valorar también todo lo que pasa posteriormente.

Teóricamente, creo que no se deben cambiar las fechas porque los
expedientes se abren a una fecha; pero desde el punto de vista
práctico, siendo un expediente por obstrucción, también hay que ver
lo que pasa después. ¿Qué ha pasado concretamente en el expediente de
Gescartera? Eso ya no lo sé.




La señora COSTA CAMPI: En cualquier caso, es útil para nosotros el
criterio que nos ha dado respecto a la inoportunidad de un cambio de
fechas en cualquier expediente.

Señor Ibarra, estoy obligada a hacerle una última pregunta, dado el
cambio que realiza en su actividad profesional. Cuando usted retorna
a la Agencia Tributaria, ¿le encargan algún tipo de informe especial
sobre



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los problemas de naturaleza tributaria que pueden tener las empresas
de inversión?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Vamos a ver, como sabe usted señoría, yo no
podría haber utilizado ningún dato del que hubiera tenido
conocimiento en el ámbito de la CNMV, muchísimo menos en la Agencia
Tributaria; no lo podría haber utilizado en ningún ámbito, pero mucho
menos en la Agencia Tributaria. Por tanto, mi actividad en la Agencia
Tributaria no tiene conexión ninguna con ninguno de los casos
concretos de los que yo haya podido tener conocimiento. Es indudable
que, como uno no puede desdoblar la personalidad, yo sabía que se
desarrollaban ciertas prácticas de carácter general en los mercados
bursátiles y que podían tener una serie de implicaciones fiscales,
por lo que he procurado, en el ámbito de la Agencia Tributaria,
investigar esas materias, pero siempre que se tratase de prácticas de
carácter general que se conocían en el mercado, que tuviesen
implicaciones de carácter fiscal y no referentes a tal o cual
contribuyente, porque no era posible.




La señora COSTA CAMPI: Nada más, muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: A continuación tiene la palabra, por el Grupo
Parlamentario Catalán de Convergencia i Unió su comisionado y
diputado señor Jané i Guasch.




El señor JANÉ I GUASCH: Señoras y señores diputados, señor Ibarra,
buenos días. Se le han hecho ya muchas preguntas. Quiero agradecerle
su comparecencia y su tono distendido hoy en esta sesión de la
Comisión de investigación. Nosotros, como grupo parlamentario -creo
que en ello estamos todos los grupos de esta Comisión- queremos
esclarecer la verdad. Su posición como conocedor de lo que ha sido la
inspección durante muchos años nos es de mucha utilidad.

Quería empezar mi interrogatorio sobre sus sucesores. Usted se va el
día 29 de abril de 1999, ¿Quién le sucede?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Me sucede en la dirección de inspección, don
Pedro Villegas.




El señor JANÉ I GUASCH: ¿Como subdirector?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Pedro Villegas fue subdirector conmigo
durante diez años, en la época del anterior presidente.




El señor JANÉ I GUASCH:¿ El señor Villegas tiene el mismo rango que
tenía usted cuando estaba de director?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Entiendo que sí. Me he desvinculado,
digamos, por razones fácticas, de
la CNMV; de hecho, no he vuelto allí nunca, más que en dos o tres
ocasiones a actos formales a los que me han invitado, pero entiendo
que sí. A Pedro Villegas le nombran director de la división de
inspección, que era el cargo en el que yo estaba. No existen unas
funciones definidas en una norma entre lo que hace inspección y lo
que hace supervisión; igual en función de una persona o de unas
circunstancias el mismo cargo hace cosas que no son exactamente
iguales en una época y en otra. En principio, que yo sepa, el cargo
es el mismo.




El señor JANÉ I GUASCH: Tengo el acta de la sesión de la CNMV, del
consejo del 13 de julio en el que finalmente se resuelve el
expediente y el señor Villegas figura como subdirector de la división
de inspección, no como director. Por eso le hago esta pregunta. Usted
era el director. ¿El señor Villegas era director o era subdirector?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Vamos a ver. También aquí hablo de lo que he
leído. Entiendo, efectivamente, que Pedro Villegas es director a
partir de un determinado momento, a partir de la salida de don Juan
Fernández-Armesto y de la entrada del nuevo presidente. Durante el
tiempo anterior, parece ser -lo he oído; habría que pedir
explicaciones a otro, porque yo exactamente no lo sé- que se convive
en una situación de interinidad, donde no se nombra director de la
división de inspección. Él llega a ser director de la división de
inspección, pero no inmediatamente después de mi salida de la CNMV.




El señor JANÉ I GUASCH: Por tanto, a usted formalmente no le sucede
nadie en su cargo de director cuando usted se va. Asume las funciones
de dirección el que ya era su subdirector. ¿Es correcto?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Eso es lo que yo entiendo que sucedió.




El señor JANÉ I GUASCH: Podríamos decir que así se daba una
continuidad casi absoluta, en el sentido de que se va el máximo
responsable de la dirección, que era usted, abandona después de casi
diez años su labor en la CNMV y le sustituye en sus funciones, aunque
no en el cargo, el que ya era su subdirector, que no pasa a ser
director sino que sigue siendo subdirector, pero, repito, pasa a
llevar las riendas de lo que había llevado usted. ¿Es así?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Es así.




El señor JANÉ I GUASCH: Por tanto, le quería preguntar si el señor
Villegas cuenta con su máxima confianza en las tareas que ha llevado
a cabo.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Sin duda, señoría. He estado trabajando con
él diez años y es un profesional



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para el cual yo no tengo más que reconocimiento, agradecimiento y
elogios. Es una persona trabajadora, competente y que ha resuelto
todos los temas que se le han encomendado de la manera más
satisfactoria. Tengo una total y absoluta confianza en don Pedro
Villegas, así lo tengo que decir.




El señor JANÉ I GUASCH: Se lo digo también porque usted ha calificado
algunas situaciones finales, cuando ya sabemos lo que ha pasado;
cuando no sabemos tantas cosas que han pasado. Por ejemplo, no
sabemos dónde está el dinero y usted dice que es una situación
insólita. También ha contestado al anterior portavoz que no era
normal que el rumbo de una inspección cambie de muy grave a grave, no
era la primera vez que sucedía, pero no era lo más normal. Quien
continua la labor inspectora es persona de su confianza, pero con
usted se inician unos expedientes con un tono y después se continúan
con un tono distinto. Esto es una evidencia.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Este es un hecho.




El señor JANÉ I GUASCH: Es un hecho.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Es un hecho que yo no soy capaz de
interpretar. En todo caso, como tengo un gran respeto, basado en el
conocimiento durante muchos años de la actividad, de la actuación de
donPedro Villegas, entiendo que se habrán apreciado hechos no
conocidos por mí en aquel momento y que la consideración jurídica de
esos hechos llevaba a adoptar la resolución. Don Pedro Villegas,
insisto, es un hombre de mucha experiencia y los instructores del
expediente eran también personas de mucha experiencia, incluso una de
ellas, creo recordar, fue el instructor de Bolsa Consulting.




El señor JANÉ I GUASCH: Usted ha leído, me imagino, porque lo hemos
hecho todos, lo que ha aparecido en el diario de la señora Giménez-
Reyna.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Si.




El señor JANÉ I GUASCH: Sabe que, en un momento dado, usted aparece
en él. Muchos comparecientes dicen: aparecer en él ya es una deshonra
para mí. En su caso yo entiendo que no. Usted aparece como la persona
que realmente puede ir a por ellos. Cuando aparece usted en el
diario, se refleja mucho nerviosismo de la autora del mismo. ¿Es
consciente de ello?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: No puedo ser consciente de la situación por
la que atravesaba Pilar Giménez- Reyna, a quien no conozco -no la he
visto nunca-, al escribir su diario. No sé las percepciones que ella
podía tener con respecto a la actuación de la división de inspección,
lo desconozco, lo digo sinceramente. Sí
hablé varias veces con el señor Camacho a lo largo de los años,
porque ya estaba en Bolsa Consulting, en Gescartera en el año 1995 y
después tuvo ciertos contactos con la CNMV. No sé qué percepción
podía tener él.




El señor JANÉ I GUASCH: Leyendo el diario, viendo cronológicamente
dónde aparece usted, ¿hay una concordancia entre sus entrevistas con
el señor Camacho y los días en que aparece su nombre en el dietario
de la señora Giménez-Reyna?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Concordancia temporal, entiendo que sí.

Entiendo que los términos en los que ella se refiere a esas reuniones
son básicamente hacia finales de marzo. Esa es la época que yo
particularmente percibo como más dura en las relaciones con Camacho.




El señor JANÉ I GUASCH: De este diario, que también nos ha ocupado
horas en esta Comisión, se niega a veces su veracidad, pero es cierto
que algunos datos son reveladores, aunque no de que sea verídico lo
que se escribió en él. Hay concordancia de fechas; mientras usted
actúa, la señora Giménez-Reyna apunta el temor ante esa actuación.

Que después podamos pensar que realmente lo que apunta no es cierto,
será la valoración que pueda hacer cada persona, pero lo cierto es
que la concordancia existe claramente y, por tanto, no va
desencaminado ese apunte de la señora Giménez- Reyna cuando en esas
fechas sitúa su nombre dentro de lo que puede ser una situación de
temor.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: En esas fechas efectivamente había una
situación de inspección grave.




El señor JANÉ I GUASCH: Muy grave.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Muy grave, sí.




El señor JANÉ I GUASCH: La calificación que hizo usted era de muy
grave.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Claro, yo entiendo que una instrucción es lo
más grave.




El señor JANÉ I GUASCH: Situémonos en esa época, 6 de abril, cuando
se incoa ese expediente, se nombran instructores del mismo y se abre
un camino que después se va a bifurcar. El camino es: vamos a ver qué
pasa con Gescartera. Se inicia con usted ese camino y se continúa no
por usted pero por una persona de la máxima confianza de usted. En
ese camino que iniciamos a partir del día 6 de abril, se producen
hechosgraves, tan graves que llegan incluso a provocar la
convocatoria de un consejo de un día para otro. El día 16 de abril se
convoca el consejo con unos indicios de que puede faltar dinero. En
ese contexto, se toman unas medidas provisionales y el señor Vives
dice y afirma



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que propuso la intervención; esa intervención no se decide pero sí
que se deciden unas medidas que pueden calificarse de duras, que no
impiden una intervención posterior y que el propio señor Vives
considere que pueden ser acertadas.

En ese contexto, ¿usted conocía que el señor Vives era objeto de
presión por parte de Gescartera, en cuanto a que se discutía por
Gescartera que no realizaba bien su labor y que les estaba
cuestionando demasiadas cosas, pidiendo demasiados requerimientos?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Hasta la fecha en que estuve en activo en la
CNMV, yo no he tenido esa percepción. Yo también he visto, porque he
estado con el señor Vives en reuniones con el señor Camacho y con el
ecónomo del Arzobispado de Valladolid, que realmente no eran
reuniones suaves.




El señor JANÉ I GUASCH: Es decir, era bueno para la CNMV que no
fueran suaves. Viéndolo a distancia, uno tiene la impresión de que,
cuando la CNMV era poco agradable con el señor Camacho (como dice
usted, eran reuniones donde estaba el señor Vives y no había una
buena relación entre ellos porque el señor Vives era muy exigente),
era bueno para la CNMV.




El señor IBARRA IRAGÜÉN. Sin duda. La exigencia en la supervisión es,
por supuesto, lo más importante en la comisión.




El señor JANÉ I GUASCH: ¿Cree justificado relevar a quien está
haciendo esa buena labor para la comisión, para el ciudadano, que
confía su dinero en una gestora, que tiene una actuación que abre
muchos indicios? Si la gestora afirma que el señor Vives no lo lleva
bien, que es muy exigente, ¿cree justificado relevarle?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: No conozco esos hechos. Si tengo que
responderle teóricamente a la pregunta de si es lógico relevar a una
persona porque está cumpliendo con su labor en términos de exigencia,
sin duda, no. Lo que no sé es si los hechos, en este caso, los que se
producen después del día 6 de abril, son esos u otros. No lo sé. Yo
no he visto campañas de desprestigio tampoco hacia el señor Vives. El
señor Vives tenía una labor muy difícil. Como he dicho antes, el
señor Vives llevaba cuatro divisiones, que antes correspondían cada
una de ellas a un director; por tanto el señor Vives tenía muchísimo
trabajo. Yo no he visto esa labor de descrédito. Manifestó aquí -lo
he leído en la prensa, porque tampoco habló conmigo de esas cosas-
que se sentía presionado, en base a lo cual deja su puesto, pero no
puedo entender tampoco esa situación. No puedo entender que se someta
a alguien a descrédito por el hecho de que cumpla su función con
rigor y exigencia. Si se me permite, tampoco puedo entender que una
persona renuncie al cargo que está desempeñando diciendo: como no me
quieren, me voy.

El señor JANÉ I GUASCH: El señor Vives tenía como jefe inmediato al
señor Barberán, que era quien se sentaba en el consejo para proponer
los temas de supervisión. He entendido, por su exposición inicial,
que usted no tenía un consejero adscrito a inspección; que ustede
dependía directamente del presidente de la comisión. ¿Es así?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Es así.




El señor JANÉ I GUASCH: Durante su mandato, por tanto, usted ha
tenido dos superiores jerárquicos, que serían el señor Fernández-
Armesto y el señor Croissier. ¿Es así?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Es así.




El señor JANÉ I GUASCH: En ambos casos, usted nos manifiesta que se
ha sentido cómodo en su trabajo.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Sí, en ambos casos.




El señor JANÉ I GUASCH: ¿Ha percibido alguna vez, durante su labor
inspectora, alguna voluntad de imprimir un trato distinto a
Gescartera con relación a cualquier otra entidad o gestora?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Yo no lo he visto.




El señor JANÉ I GUASCH: ¿Alguna indicación?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Yo no lo he visto nunca.




El señor JANÉ I GUASCH: ¿Algún interés que pueda despertar algún tipo
de...?



El señor IBARRA IRAGÚEN: Yo no lo he visto...




El señor JANÉ I GUASCH: ¿No lo ha percibido tampoco?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Tampoco lo he percibido. No lo he visto y no
lo he percibido. Como he dicho antes, las personas con las que yo
hablaba en relación con Gescartera eran don Juan FernándezArmesto,
David Vives y el consejero Barberán. Los tres, a estas alturas de la
investigación, no son sospechosos de tratar favorablemente a
Gescartera. Con el resto de las personas no hablé; no informaba. Me
sorprende alguna de las cosas que oigo porque mi contacto con el
resto de los consejeros no era habitual. Si esto fuera un expediente
sancionador, donde hay que analizar el papel de cada uno de los
miembros del consejo en función de lo que es un consejero delegado o
de lo que es el secretario del consejo, yo siempre he visto que en
asuntos de inspección y supervisión, desde 1989 hasta 1999, los
protagonistas eran: el presidente, el



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consejero de supervisión, el director de la división de inspección y
el director de supervisión. Si me habla usted del año 1995, los
responsables eran don Luis Carlos Croissier; don Francisco de Vera
Santana, como consejero de la división de inspección; don Juan
Antonio Mayorga, como director de la división de supervisión, y don
Jesús Ibarra, como director. En abril de 1999, don Juan Fernández-
Armesto, como presidente; don José Manuel Barberán, como consejero;
don David Vives, como director de la división de supervisión y Jesús
Ibarra. No en éste, sino que en ningún caso lo he visto, lo he
sentido o lo he percibido.




El señor JANÉ I GUASCH: Cuando usted, señor Ibarra...




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Hago la precisión en términos jurídicos. No
estoy diciendo que hubiese afinidades personales, mejores o peores,
entre unas personas y otras, porque no siempre nos llevamos de la
misma manera con todo el mundo.




El señor JANÉ I GUASCH: Efectivamente, no siempre nos llevamos igual
con todos.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Sin duda.




El señor JANÉ I GUASCH: ¿Percibió, subjetivamente, relaciones tensas
entre algunos miembros del consejo?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: De verdad, no lo he visto. Yo sabía, porque
ellos lo decían -concretamente, José Manual Barberán-, que él y Juan
Fernández- Armesto eran muy amigos de toda la vida, desde hacía
treinta años. En cuanto al resto de los consejeros, de los tres
consejeros restantes de abril de 1999, y de los dos que también
estuvieron con don Juan Fernández-Armesto dos años antes, nunca he
visto especiales afinidades entre ellos y en contra de. En absoluto.




El señor JANÉ I GUASCH: Teniendo el señor Barberán una fuerte amistad
con el señor Armesto -el señor Armesto presidente de la comisión, el
señor Barberán consejero responsable de supervisión, personas que
habían despachado con usted y con el señor Vives sobre Gescartera en
el año 1999; personas que han reconocido aquí que usted hablaba de
Gescartera con ellos y con ningún otro miembro del consejo-, ¿cómo se
explica que, siendo los máximos responsables de lo que al final se
decide con Gescartera, cambie tan radicalmente el rumbo de la
inspección, de la supervisión y de la catalogación de las faltas, que
pasa de ser muy grave a grave, y que todo se le aplane a Gescartera,
coincidiendo también con una operación de centrifugado y lavado de
dinero que ha llevado a cabo Gescartera
según sabemos por el diario? ¿Cómo se explica que quienes estaban en
unas reuniones previas y sabían lo grave de la situación puedan
amparar, desde la presidencia y desde el rango de consejero
responsable de supervisión, un cambio de rumbo tan importante ante
una investigación iniciada por usted y por el señor Vives?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: La única razón que veo es que precisamente
esas personas -estoy pensando ahora en el presidente y en el
consejero-, que tenían que decidir y que tenían un papel
preponderante, a lo largo de la tramitación de expediente se hacen
eco de los razonamientos jurídicos que les dicen los instructores
y quienes están actuando. No veo otra posibilidad.




El señor JANÉ I GUASCH: ¿Podían obedecer a una presión de otros
miembros del consejo que quisieran salvaguardar a Gescartera y, si
estaban en minoría, pensaran que era mejor?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Son hechos que no conozco. Sigo pensando
teóricamente en las distintas posibilidades. Conociendo el
funcionamiento de la comisión, si un presidente de la comisión -tanto
el antiguo como, después, don Juan Fernández-Armesto- estaba
convencido de una cosa y el derecho le permitía mantener ese
convencimiento, me es muy difícil imaginar que sea batido por
presiones de otros miembros del consejo. En un asunto de inspección-
supervisión, si el presidente de la comisión junto con el consejerode
supervisión, avalados por un informe técnico del director de
supervisión, están de acuerdo -y es una posibilidad clara-, con los
datos que conozco, me resulta muy difícil que un presidente más un
consejero con una propuesta de un director sean derrotados por un
acuerdo del resto de los consejeros que no tenían la especialidad ni
la especificación como para tumbar una propuesta. Todas las
propuestas que he llevado al consejo, avaladas técnicamente por mi
presidente y por el consejero, eran intumbables.




El señor JANÉ I GUASCH: Con lo que usted está afirmando, señor
Ibarra, y por su experiencia de diez años en la comisión llegaríamos
a una conclusión -si voy equivocado, le ruego que me corrija- de que
lo que se hace con Gescartera a partir del 16 de abril de 1999, de
septiembre de 1999 hasta llegar el 13 de julio de 2000 en que
finaliza el expediente sancionador e incluso se la eleva a agencia de
valores, lo que pasa con Gescartera, digo, es lo que en el fondo han
querido que pasase el presidente de la comisión, el consejero de
supervisión y el director, el señor Botella, que hacía los informes.

¿Es así para usted?



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El señor IBARRA IRAGÜÉN: Yo conozco al presidente, a don Juan
Fernández-Armesto, de dos años, y debo decir que ante una propuesta
de un consejo, ante un tema sobre el que él había mantenido especial
preocupación, con sus conocimientos jurídicos y con las posibilidades
que tenía, no creo que se dejara imponer una voluntad por un simple
acuerdo de votos, porque había otros consejeros de fuera; esto es muy
importante.




El señor JANÉ I GUASCH: Esto es importante también porque llegaríamos
a la conclusión de que se hace lo que se hace con Gescartera -que yo
entiendo como una metamorfosis-, ustedes inician un camino directo,
se bifurca hacia un horizonte mejor para Gescatera, peor para la
sociedad y para quienes confiaron allí su dinero -lo sabemos después,
cuando siempre es muy fácil-, usted ya no está; se quedan el señor
Ibarra, el señor Barberán, el señor Botella y el señor Fernández-
Armesto como máximos responsables de esta área. Entiendo yo, por el
seguimiento de las actas, que lo que se decide es a propuesta de
ellos.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: A propuesta de los técnicos, sin duda -ya
había responsables, instructores de expediente, etcétera-, pero
siempre con un voto cualificado del presidente y del consejero de
supervisión. En mi época siempre ha sido así.




JANÉ El señor I GUASCH: Debería serlo porque en un órgano colegiado
como la comisión se intenta -lo dijo el señor Fernández-Armesto aquí-
buscar actuaciones de consenso. Es siempre bueno en un órgano
colegiado eso, aunque nada evita los votos particulares, que también
los hubo. Podría valer aquí el refrán zapatero a tus zapatos: es un
órgano colegiado, pero cada cual vela por su área y, en principio, si
no hay indicio de que pasa nada extraño, los unos dan por bueno, lo
que pasa en las áreas de los otros.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Así ha sido siempre.




El señor JANÉ I GUASCH: Lo que ha pasado en Gescartera se debe a
quienes eran los responsables de actuar sobre Gescartera, que es
inspección, supervisión y el propio presidente.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Hasta el día 6 de abril doy fe de que sí,
después entiendo que también, pero no estuve allí; no lo sé. Desde
luego, hasta el día 6 de abril, siempre.




El señor JANÉ I GUASCH: Cuando usted se va y deja su puesto en buenas
manos -porque el que estaba con usted de subdirector continúa pero
hace las funciones de director, persona de su confianza-, ¿no le
llama el señor Villegas?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Nunca he hablado; si no, lo diría.




El señor JANÉ I GUASCH: No sería nada extraño, al contrario, le
honraría al señor Villegas el que, si tuviera alguna duda ante un
expediente iniciado por usted, le llamara y le dijera: Jesús, ¿cómo
lo ves?; el tema Gescartera que tú habías empezado muy duro... ¿No le
hizo nunca ningún comentario? ¿Usted se va y no recibe ningún input
más de cómo va la Comisión ni sobre los temas que usted había
iniciado?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Yo nunca he tenido ningún contacto con la
comisión. Por otra parte, en la vida, como usted sabe, uno se va de
los sitios y la gente se olvida de uno al día siguiente. Tampoco uno
es referente de nada. Yo no tuve después ningún contacto con la
comisión ni con ninguna persona, quiero decir, funcionario o miembro
del consejo. Me desligué absolutamente de la comisión. Ni he ido
físicamente y nadie me ha llamado nunca, ni por Gescartera ni por
ningún otro tema para pedirme comentario alguno.




El señor JANÉ I GUASCH: En ese contexto en el que existía -usted lo
ha dicho antes- una situación confusa, un posible descuadre de 4.000
millones de pesetas, del cual teníamos que disociar 1.075 millones de
pesetas del Arzobispado de Valladolid como ámbito sospechoso, todo
ello se resuelve en un consejo de 13 de julio de 2000. Estamos
hablando de un año y dos o tres meses después de haber iniciado la
situación más tensa. Eso sigue su curso y acaba en ese consejo del 13
de julio, consejo presidido por el señor FernándezArmesto, en el que
actúa como consejero responsable el señor Barberán y al que asiste e
informa en su condición no de director, sino de subdirector, un
estrecho colaborador suyo, el señor Villegas y se llega a unas
sanciones sorprendentes -yo estoy de acuerdo con la portavoz del
Grupo Socialista- porque no son ni de una cuantía excesiva ni de una
calificación alarmante. En esa resolución de julio de 2000 se llega a
sobreseer el expediente iniciado por usted -cuando se sobresee un
expediente quiere decirse que se almacena, que se retira, que no ha
lugar, que no se ha demostrado nada- por inexistencia de infracción
muy grave tipificada en la Ley del Mercado de Valores, por
inobservancia de la obligación de tomar las medidas adecuadas en
relación con los valores y fondos que les han confiado sus clientes,
para proteger sus derechos y evitar una utilización indebida de
aquello. Esto es justamente lo que hacía Gescartera. Gescartera
estaba demostrando una inobservancia absoluta de la obligación de
tomar las medidas adecuadas en relación con los valores y fondos que
les habían confiado sus clientes. Gescartera estaba incumpliendo esta
obligación y era evidente que ni protegía los derechos de sus
clientes, ni evitaba una utilización indebida de aquello. Lo tenía
todo para recibir



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esa infracción. Era una sanción muy grave y se decide sobreseerla.

¿Le parece lógico?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Vuelvo a repetir que la situación del 6 de
abril, que es la que yo conozco, era confusa. La confusión operaba en
todos los ámbitos: no se sabía si realmente existía un descuadre, no
se sabía dónde estaba el dinero, no se sabía prácticamente nada y,
por tanto, difícilmente podía imputárseles incumplimientos
adicionales. No se sabía dónde estaba el dinero, si estaba en valores
o en efectivo, no se sabía nada de nada. Para pronunciarse acerca de
lo que Gescartera hizo o dejó de hacer, había que saber qué es lo que
hizo o dejó de hacer y yo, a día 6 de abril, no lo sabía. Me imagino,
porque no puede ser de otra manera, que en la resolución de ese
expediente se habrá explicado, en el considerando jurídico oportuno,
el porqué del sobreseimiento de esa infracción. No conozco ese
expediente.




El señor JANÉ I GUASCH: De los datos que sí conocemos del informe del
señor Vives...




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Claro, pero yo no conocía ese informe.




El señor JANÉ I GUASCH: Esos datos que sí conocíamos nosotros, que sí
conocía el señor Villegas, porque es el que incoa el expediente, son
tan relevantes que demuestran (no que abran sospechas, sino que
demuestran) que Gescartera incumplía las obligaciones de información
a sus clientes. Eran tales que incluso hubo un cliente que cometió
una infracción de tráfico y no pagó la multa. Ya sabe lo que pasa en
estos supuestos: que las autoridades de Tráfico buscan a qué cuenta
con fondos de la persona que ha cometido la infracción cargar la
multa y el recargo. Es algo que puede pasarnos a todos. Cuando esto
sucede Tráfico se lo carga en una cuenta, pero el infractor dijo que
no era suya. Tráfico le comunica que la tenía con Gescartera y lo
pone en conocimiento de la comisión. Es un ejemplo claro de que
Gescartera no informaba de nada: un cliente no sabía qué cuentas o
qué saldos tenía. Respecto a las circularizaciones, cuando se decide
circularizar a 12 clientes -lo dice el señor Vives en su informe,
aunque usted ya no estaba-, muchos de ellos contestan sospechosamente
lo mismo, porque la respuesta pasa por Gescartera. Es tan sospechoso
que lo que contesta el cliente es lo que Gescartera quiere que,
evidentemente, hay sospechas de que está pasándose de su obligación
de tomar las medidas necesarias en relación con la información a sus
clientes.

A este grupo parlamentario y a la sociedad en su conjunto le
sorprende la decisión que se toma en julio de 2000; ese
sobreseimiento, ese guardar en el armario un expediente abierto por
usted diciendo que no hay inobservancia. Había evidencias
suficientes, con lo que ya había pasado, para percibir una
obstrucción de información,
una inobservancia y, por tanto, cabía aplicar esa infracción
muy grave. En lugar de aplicarla se decide sobreseerla. ¿Usted no
comparte esta valoración?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Si los hechos son los que usted dice y son
probados, claro que tengo que compartir con usted la afirmación. Lo
que pasa es que, hasta el final, yo tengo que seguir confiando en los
funcionarios. Si ha habido un expediente y ha habido unas
consideraciones jurídicas, habrá que analizarlas porque esos hechos
no se pueden salvar así como así.




El señor JANÉ I GUASCH: Yo entiendo que no, y se salvaron así como
así, parece ser.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: No lo sé. El señor Antonio Botella estuvo
también desarrollando una serie de actuaciones para ver la
materialización de los fondos. Para saber si se informa bien o mal al
cliente o qué se está haciendo con su dinero hay que saberlo no
solamente en un caso. La labor de supervisión es muy difícil, no vale
con decir que a un cliente le mandaron a su casa tal documento porque
con eso no monto yo un expediente. Si a mí me viene alguien de
supervisión y me dice que ha encontrado una sociedad de valores, que
le han embargado la cuenta a un cliente y resulta que el cliente no
lo sabe se me encendería la alarma y diría vamos a desencadenar un
proceso para ver qué grado de información existe. Son hechos que
tienen que ser probados suficientemente y tienen que ser muchos, no
solamente uno por que entonces volveríamos a las sospechas y no a los
indicios. Tengo que creer, porque conozco a don Antonio Botella y a
don Pedro Villegas, que hicieron su trabajo, porque siempre les vi
hacerlo, que habrían detectado los hechos que detectaran, que habrían
sido capaces de probar unos sí y otros no y sobre su resultado habrán
realizado sus consideraciones jurídicas. No conozco el expediente
pero soy incapaz de plantearme otra hipótesis. Ahora bien, si usted
me dice que son unos hechos probados: que se han llevado el dinero,
que no les han informado, etcétera, si esos son los hechos y son
probados, es difícil entender que se sobresean los expedientes.




El señor JANÉ I GUASCH: Es difícil entenderlo, lo comparte.

Cuando estuvo aquí la señora Valiente, ante algunas preguntas que se
le hacían, decía: no lo entiendo. Yo le leí algún párrafo del señor
Peigneux y le pregunté cómo habiendo esa información no se tomaron
medidas. Ella contestó: no lo entiendo. En el fondo nos están dando
la razón a abrir una vía de sospecha en el sentido de investigar
(somos una Comisión de investigación, no somos técnicos) cómo han
podido desarrollarse los hechos de esta forma, cómo el camino
iniciado por usted se bifurca. No encontramos explicación, a no ser
que obedeciera quizá a una presión externa que quisierarealmente que
esa bifurcación se produjese.




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El señor IBARRA IRAGÜÉN: Antes me lo preguntó y yo me remito a lo
mismo. Es posible teóricamente, pero mucho tuvo que cambiar la
Comisión que yo conocí, en las dos épocas, para que eso sucediera
porque no es fácil hacer eso. Estamos hablando de hechos con
calificaciones jurídicas, de cómo se presiona.




El señor JANÉ I GUASCH: Ha hecho usted anteriormente una apreciación
que me ha parecido interesante. En el caso Gescartera hay muchos
aspectos atípicos -todos coincidimos en ello- y las personas que han
actuado de buena fe como técnicos o como miembros del consejo -que
seguro que habrá muchos- yo creo que han sido víctimas de esa
situación atípica y, al final, por ese cruce de engaños o de
malentendidos, se llega a una situación que es difícilmente
explicable. Es un juego de casualidades que se producen y se llega a
lo que se llegó.

Ha dado un dato que me parece interesante, que el cliente no denuncia
a Gescartera. Estamos ante otra evidencia de lo atípico del caso ya
que ningún cliente denuncia a Gescartera. Cuando se les pide
información todos están dispuestos a colaborar al máximo, pero no
para esclarecer la verdad sino para hacer quedar bien a Gescartera.

Todos, empezando por el Arzobispado de Valladolid -usted presenció
aquella época y se acordará-, decían: si son 30, 30; si son 1.000,
1.000; lo que me diga Gescartera me va bien. ¿Usted considera es un
dato revelador el que el cliente que confía es que tiene algo que
ocultar porque depositó dinero negro?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Pudiera existir esa sospecha. No sé si, con
los datos que tenemos, puede tener la consideración de indicio y si
puede ser utilizado jurídicamente. ¿La sospecha? Efectivamente, puede
ser.

Para mí, el caso de Gescartera es totalmente atípico y no tiene nada
que ver con nada de lo que yo he conocido, entre otras cosas por
estas de situaciones, porque no es normal que los clientes no aclaren
su situación ni digan lo que han invertido.




El señor JANÉ I GUASCH: Como eso no es normal, ¿alguien de la
Comisión no debería haber notificado esa anormalidad a la Agencia
Tributaria para que investigaran esos fondos?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Al tema de la Agencia Tributaria se le ha
dado muchas vueltas. En la Comisión siempre estábamos con una doble
obligación. Por una parte, el artículo 90 de la Ley del Mercado de
Valores nos somete a un secreto profesional absoluto. Tanto es así
que no vale que la Agencia Tributaria nos haga una petición de
información basándose con carácter genérico en el artículo 112, que
es el artículo de la Ley General Tributaria que lo permite con
carácter general, sino que se necesita que la Agencia Tributaria
invoque el carácter excepcional del requerimiento. Por otra parte, lo
tiene que aprobar el ministro. Hay una
decidida voluntad de que los datos que la Comisión conoce en el
ejercicio de su supervisión no pasen a la Agencia Tributaria. Una
decisión del legislador clara y rotunda, igual que en materia del
blanqueo de dinero se concede a los bancos facultades exorbitantes,
pero no para comunicárselo a la Agencia Tributaria. Como inspector,
cuando estaba en la Comisión, siempre sentía una cierta zozobra. Yo
podía hacer lo que se podía hacer. Por ejemplo, las famosas
operaciones de Gescartera que ha venido realizando durante toda la
vida desde la época de Bolsa Consulting, desde luego claramente en el
1995, operaciones cruzadas entre clientes y concertadas entre los
dos, de tal manera que a un señor le coloco una minusvalía y a otro
señor le coloco la plusvalía; siempre al que le coloco la plusvalía
no tributa por no sé qué y al que le coloco la minusvalía compensa
ingresos que tiene por otras fuentes, es una práctica que veíamos en
la Comisión muchas veces que no tenía incidencia en el mercado, ni en
los volúmenes ni en los precios de contratación, y que solamente se
explicaba por una motivación fiscal. Ahí no podíamos comentar nada a
la Agencia Tributaria; prohibido por ley porque cometeríamos un
delito. Ahora bien, por otra parte, está la obligación de comunicar
los delitos, que también exige la Ley de Enjuiciamiento Civil y la
Ley de Enjuiciamiento Criminal. Si tuviésemos la evidencia, o por los
menos los indicios, de que se ha producido un delito fiscal -no un
engaño a la Agencia Tributaria en cuota, sino un delito fiscal-,
estaríamos en la obligación efectivamente de denunciar. Usted sabe
que es muy complicado. No es que quiera echar balones fuera, es que
el delito fiscal es fruto de una liquidación y hay que conocer una
base imponible y unas deducciones. A no ser que uno se encuentre con
3.000 millones de pesetas y unos indicios, es muy difícil denunciar.

En las dos épocas en que estuve en la Comisión vimos cosas fiscales
que no mandamos a la Agencia Tributaria porque pensábamos que no
debíamos. Si hubiésemos visto dinero negro por importe de 900
millones de pesetas o cantidad parecida, con una serie de
colaterales, seguramente lo habríamos puesto en conocimiento del
ministerio fiscal, pero aquello no pasaba de ser una mera sospecha.

En el caso de un cliente menor con una cuota tributaria
considerablemente menor, ni se nos hubiese planteado el problema.




El señor JANÉ I GUASCH: Le haré una pregunta.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: No hay comunicación entre los dos órganos
porque por ley está decidido así.




El señor JANÉ I GUASCH: Le voy a decir una pregunta, si me la
permite, no como ex director de inspección de la comisión, sino por
sus conocimientos actuales de la Agencia Tributaria: ¿Qué explicación
da usted a que se detecte ahora que faltan 18.000 millones y que



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Gescartera ante la comisión no haya barajado nunca esa cifra? Se
hablaba quizá de 8.000 millones ¿Cómo se explica usted que ahora
abierto el pastel, una vez intervenida Gescartera como agencia de
valores, ahora que está actuando la justicia, se diga que se han
evaporado, que no se sabe dónde están, no los 8.000 sino los 18.000
millones? ¿Cómo se lo explica?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Entre otras cosas, pone de manifiesto que la
intervención por sí sola no resuelve todos los problemas porque aquí
se ha intervenido y seguimos casi igual. No hay explicación. Una
explicación puede ser que gran parte de este dinero está fuera del
circuito oficial. ¿Qué quiere decir que está fuera del circuito
oficial? Que no ha pasado por cuentas corrientes de entidades
bancarias españolas.




El señor JANÉ I GUASCH: Pero si ahora se reclaman...




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Pudiera ser, como pudieran ser otras cosas
que no soy capaz de adivinar.




El señor JANÉ I GUASCH: Si ahora se reclama por parte de los clientes
afectados y la reclamación total sube a 18.000 millones, ¿el cliente
estará poniendo en evidencia que había cometido delito fiscal porque
no había declarado parte de su dinero?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Si fuera esa hipótesis, sí.




El señor JANÉ I GUASCH: Deberá actuar la Agencia Tributaria.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Sin ningún género de dudas.




El señor JANÉ I GUASCH: Le agradezco muchísimo el tono de sus
respuestas y su cordialidad. Quisiera hacerle una última pregunta. No
sé si en sus años de responsabilidad en la Agencia Tributaria ha
tenido algún contacto con el señor Enrique Giménez-Reyna.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Le he saludado tres veces en toda mi vida.

La primera vez en 1980, cuando estaba destinado de inspector en
Bilbao y él era subdirector de haciendas territoriales y nos fue a
explicar a los funcionarios el concierto económico con el País Vasco.

La segunda vez, cuando estaba de director en la Comisión Nacional del
Mercado de Valores, que don Juan Fernández- Armesto le invitó siendo
él director general de tributos, a una reunión informal para que los
directivos de la CNMV nos informase sobre la reforma del IRPF.




El señor JANÉ I GUASCH: ¿Era en el año 1990?
El señor IBARRA IRAGÜÉN: Sería en 1996 ó 1997. La tercera vez le vi
en 1999, en la escuela de Hacienda pública, haciendo yo el curso de
doctorado, que él fue de ponente. No le conozco de nada.




El señor JANÉ I GUASCH: Háblenos, pues, de la segunda de las veces.

El señor Enrique Giménez-Reyna visitó a la comisión en 1997.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Visitó la comisión en 1997, cuando la
reforma del impuesto sobre la renta de las personas físicas, invitado
por don Juan Fernánez- Armesto. Fue una reunión con los directores de
la comisión en la que explicó las líneas de la reforma tributaria
ante todos los que éramos directores en la Comisión.




El señor JANÉ I GUASCH: ¿Notó algún tipo de complicidad del señor
Giménez-Reyna con alguien en esa reunión dentro de la cúpula de la
comisión?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Particularmente, no. Me pareció normal que
el director general de tributos fuera allí. Era una reforma
importante del IRPF y en las sociedades de valores y productos
financieros que se trataban por la comisión, el tratamiento
tributario era un elemento a considerar. Don Juan Fernández-Armesto
invitó en distintas ocasiones a muchos altos cargos de la
Administración. También estuvieron allí algunos representantes del
Congreso.




El señor JANÉ I GUASCH: Dentro de sus actuales responsabilidades en
el ámbito de la Agencia Tributaria, ¿ha percibido en algún momento
alguna actuación relacionada con Gescartera?. ¿Le ha tocado directa o
indirectamente, por alguien que le comentara algo, algún aspecto
relacionado con Gescartera? Me refiero a mientras usted ha estado en
la Agencia y ha abandonado la comisión.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Nunca. Nunca antes de los acontecimientos
que ahora estamos discutiendo aquí, es decir, durante los año 1999 y
2000 no he visto nada en relación con Gescartera. Como antes he
dicho, me he preocupado de establecer algunos procedimientos de
investigación de prácticas bursátiles, que yo conocía con carácter
general, no imputable a éste o a otro, que se desarrollaban dentro de
los mercados y que tienen finalidad fiscal. Nunca he tenido una
actuación con contribuyentes en concreto.Últimamente, al hilo de todo
lo que está surgiendo, la Agencia Tributaria está realizando
determinadas actuaciones inspectoras.




El señor JANÉ I GUASCH: ¿Interviene usted en ese análisis?



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El señor IBARRA IRAGÜÉN: No, yo no intervengo. La Oficina Nacional de
Investigación del Fraude no interviene. Cuando hablamos de
contribuyentes en concreto, de personas físicas o jurídicas,
intervienen los servicios territoriales de la delegación
correspondiente.




El señor JANÉ I GUASCH: Por último, por su dilatada experiencia, diez
años de director de inspección en la comisión; por su dilatada
experiencia profesional en el ámbito tributario; por su experiencia
en el ámbito de las auditorias, porque también ha desempeñado cargos
en empresas de auditoría, usted es una persona que puede aportar
alguna respuesta o explicación a lo que ha pasado. ¿Tiene alguna? Con
esa experiencia triple en la comisión, en la Agencia Tributaria y en
empresas de auditoría, ¿cómo se explica lo que ha pasado? Dentro del
conocimiento de que había una empresa que engañaba, ¿cómo se explica
lo que ha pasado?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Una vez más, yono tengo explicación. Tengo
la sospecha -puede haber otra explicación- de que todo ese dinero no
ha pasado por las cuentas de las entidades bancarias españolas
normales y declaradas. Tengo esa sensación, pero no es tan difícil
ocultar ese dinero, tampoco son tantos 18.000 millones de pesetas.




El señor JANÉ I GUASCH: Para quien los pierde, muchos.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Para quien los pierde, mucho, cierto. No se
me interprete mal, me estaba refiriendo a dificultad o posibilidad de
ocultarlos ante una técnica auditoria, o de supervisión normal. Se
han publicado recientemente unos datos en prensa, acerca del dinero
que el Banco de España ha localizado que se ha movido a través de
cuentas de Gescartera, y tampoco salen las cuentas. Una sospecha
puede ser que parte de ese dinero ha tenido unos circuitos distintos
a los tradicionales en nuestra economía.




El señor JANÉ I GUASCH: Tendrá trabajo la Agencia Tributaria ahora en
Gescartera.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Sin duda alguna, sí.




El señor JANÉ I GUASCH: Muchas gracias por su colaboración en esta
Comisión.




El señor PRESIDENTE: A continuación, tiene la palabra, por el Grupo
Parlamentario Federal de Izquierda Unida, su comisionado el señor
Alcaraz Masats.




El señor ALCARAZ MASATS: Muchas gracias por su comparecencia, señor
Ibarra.

Al principio de sus respuestas, usted ha acotado su conocimiento de
la crisis de Gescartera entre dos
fechas aproximadamente que van del 26 de marzo al 6 de abril de 1999.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Mi actuación particular en Gescartera, sí.




El señor ALCARAZ MASATS: ¿No le parece que son fechas demasiado
próximas, que hay poco tiempo respecto a su conocimiento de la
situación de Gescartera?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: No le entiendo, señoría. ¿Qué quiere decir?



El señor ALCARAZ MASATS: Usted ha dicho exactamente, el 26 de marzo
se sabe poco de Gescartera.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: No, creo que he dicho que había reuniones
los miércoles con Juan Fernández- Armesto, en las que participaba la
inspección y la intervención, David Vives y yo, por entendernos, con
don Juan Fernández-Armesto y con el señor Barberán. En esas reuniones
de todos los miércoles -en febrero o marzo de 1999, pero no puedo
acordarme- sitúo que conozco por David Vives la preocupación que
existía en relación con el caso de Gescartera, que conozco. He dicho
también que la preocupación no solamente era por el Arzobispado de
Valladolid, sino porque aparentemente había un descuadre de 4.000
millones de pesetas, lo que pasa es que el Arzobispado de Valladolid
significaba un tanto por ciento importante de esos 4.000 millones de
pesetas. Sitúo ese conocimiento en febrero y marzo. También he dicho,
no intentando echar balones fuera porque es la verdad, que ya había
anunciado al presidente de la comisión por esas fechas, en febrero o
marzo, que me iba. Tengo los documentos aquí si alguien los quiere
ver. Mi solicitud de reingreso a la Agencia Tributaria es del 24 de
marzo; el día 15 de abril, es decir un día antes del consejo, la
Agencia Tributaria me reconoce el reingreso y el día 29 de abril tomo
posesión del cargo que hoy en día ocupo. Siempre que se planteaba
ante el presidente la situación de que alguien se iba era lógico,
porque además así lo exigía el propio contrato, que se pasara por un
período de descompresión. Es decir, no tenía sentido que a una
persona que había anunciado su marcha en un plazo relativamente breve
de tiempo se le asignaran las tareas de mayor importancia.

Ya digo que conozco de la preocupación de David Vives, del consejero
Barberán y de Juan FernándezArmesto en torno a febrero o marzo, con
esa situación personal que yo había puesto ya de manifiesto allí,
pero conozco el problema del descuadre y el problema del Arzobispado
de Valladolid. En ese contexto se me pide una actuación específica e
individual de apoyo en unas reuniones que se celebran con Antonio
Camacho y con el Arzobispado de Valladolid, a los efectos ya no del



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descuadre general, sino de la investigación del Arzobispado de
Valladolid. Lo que creo que he dicho es que tengo conocimiento de la
situación...




El señor ALCARAZ MASATS: No. Ha dicho usted que el 26 de marzo se
sabe poco de Gescartera.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Eso lo he dicho, efectivamente, y lo sigo
diciendo, porque se pone de manifiesto en la diligencia. En la
diligencia de fecha 26 de marzo los comparecientes son David Vives,
el señor Peigneux, el señor Ibarra, el señor Pérez Renovales y el
señor Camacho, y no se sabe nada, porque lo pone allí.




El señor ALCARAZ MASATS: ¿Pero no sabe usted que hay una inspección
funcionando desde un año antes como mínimo?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Sí, seguramente sí. Le digo que el señor
Vives me comunicó que existía este descuadre, pero no sé cuánto sabía
el señor Vives cuando en la diligencia de fecha 26 de marzo conmigo
demuestra saber lo mismo que yo, es decir nada.




El señor ALCARAZ MASATS: ¿En qué ocasión oye usted por primera vez la
posibilidad de que exista ese descuadre y que se pueden tomar
medidas?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Hasta el 6 de abril no la vi, pero pensando
que podía haber un descuadre, porque verdaderamente la situación era
muy rara, yo entendí el día 6 de abril que el punto de partida más
favorable para provocar incluso una intervención, en el supuesto de
descuadre real o de indicios de descuadre, era un expediente por
obstrucción. ¿Por qué? Porque para iniciar una intervención se
necesita estar en posesión de unas pruebas.




El señor ALCARAZ MASATS: ¿Cuándo plantea usted este expediente?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: El día 6 de abril.




El señor ALCARAZ MASATS: O sea, que había ambiente de intervención de
cara al consejo del 16.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Había ambiente de gran preocupación que yo
he definido como de confusión.




El señor ALCARAZ MASATS: Pero ha dicho usted que en la relación o en
la secuencia, si había que intervenir, el expediente de obstrucción
era un camino muy favorable.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Efectivamente, eso sí lo he dicho. Todo eso
hay que barajarlo. ¿Por qué lo digo? Supongamos -esto es teoría
porque los hechos
no han sucedido así- que yo monto un expediente por obstrucción,
envío inmediatamente un pliego de cargos, yo no tengo respuesta a ese
pliego de cargos por obstrucción y ya tengo los elementos suficientes
para intervenir que me exige el número dos del artículo 31 de la Ley
de intervención y disciplina. El día 6 de abril yo no tenía esos
elementos, porque el artículo 31 exige un descuadre real o unos
indicios de descuadre con una contabilidad de la cual no se...




El señor ALCARAZ MASATS: No sólo el descuadre sino obstrucción a la
información para la intervención. El artículo 31 también habla de
que, en caso de que no se pase la información requerida, también es
causa de intervención, no sólo el descuadre.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Efectivamente, el descuadre, indicios o
ausencia de contabilidad, y según el punto tercero en el ámbito o en
el contexto de un expediente se puede adoptar la medida de
intervención. Lo que quiero decir es que, a mi juicio personal, me
faltaba algo para poder adoptar una medida de intervención el día 6
de abril, porque vuelvo a repetir que era una situación insólita y
esperpéntica.

El señor ALCARAZ MASATS: ¿Usted confiaba en que esa medida la tomara
el consejo?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Eso ya no lo sé.




El señor ALCARAZ MASATS: Pero usted se reunía constantemente, al
menos usualmente, con los señores Fernández-Armesto, Barberán y
Vives.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Sí. Yo siempre pensé -y me marché de la
comisión con esa idea- que el expediente por obstrucción significaba...




El señor ALCARAZ MASATS: Pero usted se marcha el 25 de abril.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Yo me marcho formalmente el 29 de abril. Lo
que le quiero decir es que ya el día 15 se había admitido mi
reingreso en la Agencia Tributaria y, por tanto, era un período en el
que yo estaba haciendo las cajas en mi despacho y cogiendo los
papeles y cosas de estas.




El señor ALCARAZ MASATS: Pero usted se da de baja realmente en la
CNMV el 29 de abril, luego vive toda la etapa anterior al 16 y la
posterior.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Pero la vivo desde una lejanía.




El señor ALCARAZ MASATS: Vivo sin vivir en mí, como decía Santa
Teresa.




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El señor IBARRA IRAGÜÉN: Vivo sin vivir en mí, efectivamente, en una
lejanía, entre otras cosas porque me estaba trasladando al otro
sitio, no cumplía totalmente el horario de trabajo, estuve allí...




El señor ALCARAZ MASATS: Luego, si estaba allí, veía lo que se estaba
cociendo.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Sí, y he dicho a SS.SS. que yo no percibí
esa situación del día 16 de abril que aquí ha sido objeto de tantos
comentarios y nadie me lo comentó; es decir que en ese período del 6
de abril al 29 tampoco fui consciente de esto.

El señor ALCARAZ MASATS: Sí era usted consciente porque en sus
reuniones con los señores Armesto, Barberán y Vives hablaron de
mandar a la fiscalía la situación de Gescartera



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Señoría, tiene usted razón. Yo cuando le
digo que no soy consciente se lo digo siempre pensando en términos de
la ley. Me enseñaron a trabajar así y así trabajé durante diez años.




El señor ALCARAZ MASATS: Sí, artículo 31.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Efectivamente, yo pienso en el artículo 31 ó
en el artículo 99 t) de obstrucción y le digo que existía
preocupación. Yo a la fecha del 6 de abril no tenía argumentos
jurídicos para proponer una medida distinta a la de obstrucción a la
actuación de la comisión. La propia medida de obstrucción a la
actuación significaba que no sabíamos nada, que nos estaban
obstruyendo. Esta es mi versión. Y digo, además, que esa versión se
avala con la diligencia que está firmada por mí de puño y letra el
día 26 de marzo, porque si se sabía tanto y existían tantos informes
no se entiende muy bien que en términos de derecho...




El señor ALCARAZ MASATS: Pero hay mucha inspección, más de un año,
para concluir que están ustedes confusos. Es mucha inspección para
ese simple término.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Estábamos muy confusos.




El señor ALCARAZ MASATS: El 26 de marzo de 1999 estaban confusos.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Muy confusos. Estábamos tan confusos y
éramos tan conscientes de que no podíamos permanecer mucho tiempo
confusos que tres días más tarde se propuso la obstrucción.




El señor ALCARAZ MASATS: Luego se daban dos elementos de enorme
importancia: primero, que había un descuadre en torno a 4.000
millones y, segundo,
que no les pasaban a ustedes ningún tipo de información desde
Gescartera. Son dos elementos de inmensa importancia.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Efectivamente, de inmensa importancia para
abrir un expediente de obstrucción a la actuación inspectora.

Artículo 31 de la Ley de disciplina e intervención: uno. Únicamente
cuando una entidad se encuentra en una situación de excepcional
gravedad que ponga en peligro la estabilidad de sus recursos propios
o su estabilidad, liquidez o solvencia podrá acordarse la
intervención de la misma o la sustitución provisional de sus órganos
de administración y dirección.




El señor ALCARAZ MASATS: Ese artículo es nuestro libro de sueños.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Por eso digo que yo a día 6 de abril...




El señor ALCARAZ MASATS: ¿No le extrañó que el 16 de abril ese
expediente de obstrucción no sirviera de razonamiento de cara a la
medida que había que tomar con respecto a Gescartera?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Claro que me extraña, señoría, pero es que
me extraña igual por los dos ámbitos. Si me dicen: ¿y a usted no le
extraña que habiéndose abierto un expediente por infracción muy grave
se cierre en infracción grave? Pues sí me extraña. Y si me dicen: ¿a
usted no le extraña que si no se sabía nada el día 6 de abril el día
16 se supiera todo? Pues también me extraña.




El señor ALCARAZ MASATS: A mí lo que me extraña es lo que usted ha
dicho al principio: que el 26 de marzo no se sabe nada de Gescartera.

Eso es lo que me extraña.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: La diligencia está firmada por el señor
Vives, el señor Peigneux, el señor Ibarra, el señor Pérez Renovales y
el señor Camacho. En esa diligencia se le está pidiendo por primera
vez -primer documento formal que yo conozco- que justifique al señor
Camacho los fondos aportados por el Arzobispado de Valladolid y la
materialización...




El señor ALCARAZ MASATS: ¿El detonante, por tanto, son los fondos del
arzobispado?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: No. Le respondo a la pregunta de antes. Si
el señor Vives hubiese tenido constancia de dónde estaban los fondos
del Arzobispado de Valladolid no se hace esa diligencia. Eso lo
entenderán todos ustedes. La diligencia se hace porqueen ese momento...




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El señor ALCARAZ MASATS: ¿Qué hubiese ocurrido si la Mutua de la
Policía no ingresa 800 millones y no se le pueden devolver al
Arzobispado de Valladolid los 1.000 millones?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: No lo sé. Primero le contesto a lo anterior.

El detonante no fue el Arzobispado de Valladolid, lo vuelvo a
repetir. El detonante era el teórico descuadre y ese descuadre se
empezó a investigar por el cliente más significativo que era el
Arzobispado de Valladolid.




El señor ALCARAZ MASATS: Que pidió la devolución del dinero.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Parece que ser que sí. Eso no lo conozco.




El señor ALCARAZ MASATS: Eso está absolutamente confirmado.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Señoría, eso no lo conozco. He leído en la
prensa que en el informe Vives se hace esta referencia: Ayer recibí
una llamada telefónica del Banco de España donde se me dijo que el
ingreso en la cuenta del Arzobispado de Valladolid es a través de una
cuenta del Banco de España.




El señor ALCARAZ MASATS: ¿Usted estuvo el 25 de marzo en Valladolid?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: No.




El señor ALCARAZ MASATS: ¿Y en fechas posteriores?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: No. Yo no he estado en Valladolid nunca.

Solamente estuve, como he comentado aquí, en las dos comparecencias
con el ecónomo y con el señor Camacho.




El señor ALCARAZ MASATS: Pero en caso de que no se hubiera podido
devolver el dinero al arzobispado -milagrosamente llegó el dinero de
la Mutua de la Policía- hubiera estallado el escándalo de manera
inmediata.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: También le tengo que responder lo mismo que
he respondido antes, si efectivamente se puede probar fehacientemente
que a un cliente se le dan sus fondos con el dinero de otro es una
situación de máxima alarma, porque los dineros de los clientes no son
intercambiables, pero también habría que ver cuál era el
funcionamiento de todas las cuentas de Gescartera. El 6 de abril
-perdone, me gustaría saber y decir más y aclarar más- yo no sabía
(creo entender que no lo sabía porque no se me había dicho, y no se
me había dicho porque no se conocía)
cuántas cuentas utilizaba Gescartera, si tenía una, si tenía tres, si
había más que la cuenta de Bankinter.




El señor ALCARAZ MASATS: Ese es motivo suficiente par iniciar un
procedimiento rápido.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Los motivos suficientes, perdóneme...




El señor ALCARAZ MASATS: O que el ecónomo le diga: No sé si he
invertido 30 millones ó 1.000 millones.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Vuelvo a repetir otra vez, a fuer de ser
reiterativo, que esa es una declaración insólita pero difícilmente
tratable jurídicamente. Cómo monta uno un expediente de una estafa o
de una remisión al fiscal, por ejemplo, de una apropiación indebida...




El señor ALCARAZ MASATS: Yo no le estoy hablando desde el punto de
vista jurídico; yo le estoy diciendo que era imposible materializar
en ese momento las cuentas de cada cliente, incluidas las de clientes
que piden recuperar no 30 millones sino 1.000 millones.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Ya, señoría, pero es que en aquel momento no
se sabía si el Arzobispado de Valladolid había invertido 1.000
millones ó 30 millones.




El señor ALCARAZ MASATS: ¿No se sabía?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: No.




El señor ALCARAZ MASATS: ¿El señor Camacho no lo dijo nunca?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: No.




El señor ALCARAZ MASATS: ¿Y cuándo se averiguó?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Antes del 6 de abril le puedo asegurar que
no porque, si no, no hubiera propuesto yo...




El señor ALCARAZ MASATS: Pero usted se va el 29 de abril. Vamos a
correr un poquitín el telón hasta el 29 de abril.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: No, señoría. Usted repite insistentemente la
fecha del 29 de abril y yo le repetiré insistentemente la del 6 de
abril. Le digo que yo manifesté mi deseo de irme de la comisión, al
cual no puso pegas amablemente el señor presidente, en el mes de
febrero o marzo y yo pido mi reingreso en el



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mes de marzo. Es más, lo normal hubiese sido que yo me hubiese
abstenido de intervenir totalmente, porque a quien anunciaba su
marcha se le exigía que se recluyese en una esquina y que no
participase en los procesos de la comisión, porque así lo requería el
contrato. Yo no me quiero quitar de en medio pero tuve la actuación
que tuve. Ahora, también digo que de la actuación que tuve yo tengo
la sensación, por las diligencias del 26 y el 29 de marzo y por lo
que se habla en el consejo del día 6, de que no se conocía
suficientemente la situación de Gescartera.




El señor ALCARAZ MASATS: La señora doña Pilar Giménez-Reyna, que
inicia su dietario de estos días con aquello de que confío en Dios
plenamente, dice que el 25 de abril de 1999 la CNMV se va a
Valladolid a visitar al arzobispado y están con don Enrique, el
ecónomo, y que doña Pilar Valiente, el expediente queda absolutamente
limpio, resuelto, despejado y sin reservas que objetar, que me lo
dijese. ¿Qué significa el 25 de marzo que ya tuvieran por anticipado
que no va a haber intervención realmente, que el expediente queda
limpio?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: En primer lugar, ahí hay un contenido que no
es correcto. El expediente no es que esté limpio, es que se le abre
un expediente el día 6 de abril. Por tanto, no sé qué es lo que habrá
querido decir la señora doña Pilar Giménez-Reyna. Expediente limpio
no sé, el día 6 de abril se le abre expediente. Lo único que creo
recordar, si no he leído mal, es la frase esa que en un momento dado
se dice: Jesús Ibarra, o algo así, desecha la intervención, según
Antonio, en esas fechas también.




El señor ALCARAZ MASATS: Pero el 29 de marzo (estamos en tiempos en
que usted es responsable) se le lleva, según doña Pilar, a don
Enrique el ecónomo un talón de 1.005 millones. ¿No conocía usted ese
tema?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Eso yo no lo conocía.




El señor ALCARAZ MASATS: ¿Pero se le lleva realmente el talón?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Eso creo, salvo error grave de memoria, que
se ha conocido con posterioridad. Puede ser que fácticamente se le
llevara ese día, pero cuando la comisión propuso el expediente por
obstrucción a su actuación no existía la evidencia de que el
arzobispado se había llevado el dinero, salvo error grave de memoria.

No digo que no haya sido así. Ella escribiendo en su dietario...




El señor ALCARAZ MASATS: 30 de marzo, empezamos a limpiar. Cita de la
CNMV: no aceptan las
cartas del ecónomo; viene don Enrique de Valladolid; Antonio llega a
la CNMV pesimista; empezamos a limpiar; se desestima la intervención
-ya hablamos de intervención no de expediente-, me dice Antonio,
según J. Ibarra, directivo de CNMV, jefe de Antonio Botella,
encargado de la inspección de mercados. Se desestima la intervención,
dice usted.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Esa es la frase que yo antes he explicado
como una de las cuatro veces en las que yo me veo con el señor
Camacho. Dice usted que es el 30 de marzo, yo no sabría precisar esa
fecha. Efectivamente he dicho antes que el señor Camacho me pregunta
nervioso: ¿Se me va a intervenir, se me va a intervenir la compañía?
Y yo le digo: En este momento no estamos inmersos en un proceso de
intervención; en este momento usted tiene que cumplir con los
requerimientos de supervisión y dar tanto los fondos entregados por
el Arzobispado de Valladolid como la materialización de los mismos.

Si usted no entrega estos fondos se le puede abrir un expediente por
resistencia u obstrucción. Y le aviso -no quiero cansarles- de todas
las consecuencias que puede tener un expediente por obstrucción a la
actuación de la CNMV. Ese es el contexto en el que se dice.




El señor ALCARAZ MASATS: Doña Pilar añade: Pegnuex dice que quiere
ayudarnos. Da la impresión, por la respuesta que usted da, que el
señor Camacho califica como que J. Ibarra desestima la intervención,
no que usted informa sino que desestima y Pegneux quiere ayudarnos.

Da la impresión en esa etapa inmediatamente anterior al día 6, y algo
más anterior también al día 16, que la posición de usted y la de
algún otro está debilitando la posición del señor Vives.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Lamento dar esa impresión porque nada más
lejos de la realidad. Siempre he trabajado con el señor Vives
apoyándonos mutuamente; creo que él diría absolutamente lo mismo,
y cada uno hacíamos lo que podíamos de acuerdo con lo que la ley
permitía. La percepción, lo que se haya podido deducir de ese diario
no lo sé. El señor Pegneux ha estado aquí, ha estado hablando de cuál
fue su intervención. No sé si quería ayudarles o no. Desde luego las
relaciones con don Antonio Camacho, por todo lo que yo conocí, como
he dicho antes, fueron muy tensas, como no podían ser de otra manera.




El señor ALCARAZ MASATS: De todas formas, usted también ha leído en
la prensa que en un momento determinado se produce un giro en la
calificación de los asuntos de Gescartera, giro que empieza realmente
el 16 de abril de 1999. A partir de ahí el señor Vives cae en
desgracia, como también se demostrará después caen en desgracia los
señores Barberán y FernándezArmesto. No caen en desgracia los que
parecen tener mayoría en ese momento. ¿Usted asistió al debate o



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tuvo conocimiento del debate que se produjo con respecto a la
información privilegiada de Telefónica?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: No sé si ese es un tema del cual yo deba
hablar aquí en la Comisión.




El señor ALCARAZ MASATS: Le pregunto simplemente si conoció ese
debate.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: En todo caso, si se me autoriza, yo no tengo
ningún inconveniente en hablar de cualquier cosa que quieran ustedes.

Lo que sí puedo decir en términos genéricos es que indudablemente
todos los asuntos de información privilegiada, creo -salvo error
grave de memoria-, que se trataron en la comisión pasaron por mis
manos directa o indirectamente



El señor ALCARAZ MASATS: Entonces, efectivamente usted vio que allí
había como mínimo dos posiciones con respecto a ese tema, incluso
legalmente apoyadas en función de interpretaciones legislativas
diferentes.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Señorías, no quiero aburrirles a ustedes y
en algún momento mi tendencia es a aburrirles.




El señor ALCARAZ MASATS: No, no nos aburre.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Pero ya que me hace esa pregunta, yo leí con
mucho interés las declaraciones del señor Barberán con respecto a los
dos bandos en las dos concepciones distintas que existían en cuanto
a la utilización de información privilegiada, y ya que usted me lo
pregunta me gustaría hacer alguna matización meramente técnica. El
señor Barberán puso una serie de ejemplos en un tono coloquial, que
es habitual en él, pero que me gustaría precisar. El segundo ejemplo
que puso fue: es que alguien compra unas acciones a cien, sabe por
información privilegiada que las acciones no valen nada, el mercado
todavía no tiene esa información y cotizan a 80, ese señor las vende
y un bando pensaba que había perdido 20 y yo pienso que se ha ganado
80. Ningún bando, nadie en la Comisión Nacional del Mercado de
Valores ha razonado así nunca, ni en la anterior comisión de don Luis
Carlos Croissier ni en la comisión de Juan Fernández-Armesto. Ante
ese caso concreto, la Comisión Nacional del Mercado de Valores
siempre ha mantenido que había utilización de información
privilegiada y que el beneficio cuantificable era de 80. Y no es que
lo diga yo, es que está incorporado ese criterio a los expedientes de
la Comisión Nacional del Mercado de Valores.




El señor ALCARAZ MASATS:¿Cuál era realmente el debate?
El señor IBARRA IRAGÜÉN: Y no sólo eso, sino que ese criterio está
sustentado por el Tribunal Supremo, de tal forma que esa cuestión es
absolutamente pacífica. Entonces voy al primer caso. El señor
Barberán dice: Hombre, había dos concepciones, en cuanto al papel que
debía jugar la obtención de beneficio para poder sancionar una
utilización de información privilegiada; yo pensaba que la obtención
de beneficio no era importante, que lo importante era haber adquirido
teniendo información privilegiada, y había otro bando que entendía
que no, que exigía ese beneficio. Está muy simplificado el tema.

Primer punto: no es cierto que los bandos discutieran el tema del
beneficio única y exclusivamente, o no en los términos del señor
Barberán, porque el señor Juan Fernández-Armesto en el año 1998
introdujo en la Ley 37 una reforma en virtud de la cual se tipificaba
como infracción grave la utilización de información privilegiada
cuando el beneficio no superaba la cuantía de cinco millones de
pesetas. De tal forma que alguna importancia debía tener el beneficio
también para el señor Juan Fernández-Armesto y también para el señor
Barberán, con quien él se siente identificado en este concepto,
cuando ese beneficio de cinco millones de pesetas se incorpora al
tipo. Pero voy más a la cuestión de fondo. Lo que sí se discutía eran
los distintos elementos de la información privilegiada.

Efectivamente, había dos concepciones, que no eran dos bandos del
consejo, o por lo menos yo no lo percibía así. Existían dos
concepciones: una, que era la que defendía el señor Juan Fernández-
Armesto, que decía que quien estaba en posesión de información
privilegiada debería abstenerse de realizar cualquier tipo de
conducta sobre los valores sobre los que tenía información. Es decir,
que era una especie de hands off, manos fuera, de tal forma que
cualesquiera que fueran las razones, cualesquiera que fueran las
situaciones, si usted está en posesión de información privilegiada no
puede actuar, no puede comprar, no puede vender, no puede transmitir
la información, y si lo hace es sancionable. Había otros, entre los
cuales yo me cuento -y lo digo así-, con una posición más garantista,
en cierto sentido, que siempre pensamos que en la información
privilegiada había que establecer un nexo causal claro entre la
posesión de la información y la realización del comportamiento que se
derivaba de esa posesión de información. En ese sentido, el tema del
beneficio para mí, que defendía la otra postura, no era tanto si
formaba o no formaba parte del tipo, sino que el beneficio lo que
ponía de manifiesto era la intención del sujeto de utilizar la
información privilegiada. Es decir, yo no tenía dudas en construir mi
nexo causal cuando podía probar que un señor tenía información
privilegiada y que además, una vez que las acciones habían subido,
había materializado el beneficio. Pero había algunos asuntos en los
que efectivamente había dudas, pero no sólo en este país, en todos
los países, y era, por ejemplo -por no cansarles a ustedes-, un caso
típico:



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un señor realiza sistemáticamente compras de acciones del Banco de
Bilbao porque tiene mucha fe en esa compañía y además no quiere
vender ninguna acción porque lo que quiere hacer es formar un
patrimonio para dejárselo a los hijos; y en un momento del camino,
cuando ya lleva mucho tiempo comprando acciones del BBV, resulta que
además obtiene información privilegiada de un consejero del BBV y
compra acciones y no las vende porque las sigue incorporando al
patrimonio familiar. Postura de Juan Fernández-Armesto: no importa,
es utilización de información privilegiada porque ese señor, aunque
hubiese comprado de toda la vida, aunque hubiese comprado no para
enriquecerse él sino para formar un patrimonio, está actuando en
situación de ventaja frente al resto de los inversores en el mercado,
hands off, por tanto se le sanciona. Posición mía: tenía mis dudas
porque se me rompía, con una concepción más garantista, el nexo
causal. Pero no había bandos en cuanto a eso, eran opiniones de un
tipo de la ley que no tenía más que dos párrafos en el artículo 81. Y
le voy a decir más. Con el criterio de don Juan Fernández-Armesto,
porque era el suyo, se incoaron expedientes sancionadores. No voy a
hablar de temas concretos pero se incoaron. Es decir, personas que
tradicionalmente habían comprado acciones de un determinado valor,
que en un momento tienen información privilegiada y compran y no
venden, y se incoó expediente sancionador, y no se sancionó por
problemas de prueba, por otros problemas más complicados de la
información privilegiada. Quiero decir que yo no vi bandos en el
consejo de información privilegiada. La información privilegiada
estaba sometida a un debate conceptual porque, como he dicho antes,
don Juan Fernández- Armesto le daba mucha importancia a este tipo de
prácticas y por primera vez en el ámbito de la comisión se empieza a
hablar de esto con esta profundidad. Pero no había dos bandos; de
consejeros creo recordar que ninguno, porque nunca he oído hablar a
un consejero de este tema de información privilegiada, he oído hablar
a técnicos, pero es que además con el criterio que dice el consejero
Barberán, que no era aceptado, se han incoado expedientes
sancionadores. Quiero que lo tengan claro.




El señor ALCARAZ MASATS: Pero aunque no hubiese bandos ¿es posible
que a partir de precisamente de ese debate se fraccionara la
solidaridad interna o empezara la posibilidad de dos posiciones
sistemáticamente encontradas? Porque antes no se conoce esa pequeña o
gran confrontación.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: No lo creo, señoría. Además, este era un
debate...




El señor ALCARAZ MASATS: No, no. Digo que a partir de ese debate es
cuando se sistematizan las dos
posiciones que van a terminar el día 16 con un desencuentro en torno
a Gescartera.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: A mí me cuesta creerlo, de verdad, pero...




El señor ALCARAZ MASATS: Le pido la descripción solamente, no que lo
crea usted o no.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Es que el debate no lo sitúo a nivel de
consejo. Si el día 16 de abril o el día 6 de abril le hubiera tenido
que preguntar a don Luis Ramallo, a doña Pilar Valiente o al señor
Barberán cuál era su posición en cuanto a información privilegiada,
seguramente no me habrían contestado nada.




El señor ALCARAZ MASATS: Lo que le quiero decir es que, con
independencia de quién tuviera razón...




El señor IBARRA IRAGÜÉN: No, no; si no es un problema... Todavía no
está ahí.




El señor ALCARAZ MASATS: ...hay una posición que defienden los señores
Fernández-Armesto y Barberán y otra que defienden, por ejemplo, el
señor Ramallo, doña Pilar Valiente y el señor Roldán,
aproximadamente.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: No me ha entendido, señoría. Le he dicho que
no había bandos en el consejo.




El señor ALCARAZ MASATS: No, no; si no digoque sean bandos. Estoy
hablando de opiniones diferentes.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Bueno, pues opiniones. Perdón. No había
opiniones en el consejo, los consejeros no tenían opinión sobre ese
tipo de cuestiones. Las únicas discusiones que se producían lo eran
desde un punto de vista técnico. Juan Fernández-Armesto, que además
de presidente era un...




El señor ALCARAZ MASATS: Entonces ¿por qué ha declarado el señor
Ramallo que él se opuso al señor Fernández-Armesto en este tema? Lo
ha dicho textualmente, y lo tenemos en los medios de comunicación.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: ¿En qué tema?, perdone.




El señor ALCARAZ MASATS: Por ejemplo, en cuanto a Telefónica.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: ¿Ha dicho que se opuso conceptualmente a la
información privilegiada? ¿Qué creía que había información
privilegiada?



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El señor ALCARAZ MASATS: Se opuso a la posición del señor Fernández-
Armesto.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: No lo sé. No he leído esas declaraciones del
señor Ramalllo. Ese tema concretamente, y perdónenme, no era a mi
modo de ver una cuestión de información privilegiada. Pero, en fin,
sería entrar en otro debate que no sé si corresponde o no.




El señor ALCARAZ MASATS: Lo que quiero decir es que en un momento
determinado alguien puede empezar a creer -aunque sea por un soplo
divino- que representa la posición del Gobierno y alguien puede creer
que no representa la posición del Gobierno. Después esas posiciones
se encuentran enfrentadas -no hablo de bandos, son términos que se
emplean- el 16 de abril; aparecen ya cristalizándose. Por tanto, una
de esas posiciones representa, querámoslo o no, la posición del
Gobierno sobre Gescartera; se puede deducir de una forma u otra.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Usted me dice que las posiciones en torno a
la información privilegiada se nuclean en que unos pueden haber
sentido que estaban representando la opinión del Gobierno y luego eso
se traslada a Gescartera. Yo le digo que en la información
privilegiada difícilmente podía creer nadie que estaba representando
las posiciones del Gobierno porque quienes estábamos discutiendo
sobre la información privilegiada y sobre los elementos del tipo
éramos funcionarios de nivel mucho más bajo que el del consejo; eso
es lo que he dicho. Cuando estaba interpretando, yo nunca consideré
que...




El señor ALCARAZ MASATS: No, no. Permítame que le diga que ese debate
se ha tenido también a nivel de consejeros; lo sabemos por
declaraciones y le he citado una, la del señor Ramallo.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Si lo dice el señor Ramallo... Yo nunca les he
visto a los señores consejeros hablar de información privilegiada.




El señor ALCARAZ MASATS: Y trascendió a los medios de comunicación la
tensión que se vivía en ese momento en la CNMV.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Es que no sé a que se están refiriendo las
declaraciones del señor Ramallo. La cuestión de la información
privilegiada es muy compleja, tiene muchos matices; y si encima me la
relaciona usted con un asunto como el de Villalonga, ya no sé de qué
podemos estar hablando, cuál era la posición del señor Armesto, cuál
la del señor Ramallo... En fin, no sé.




El señor ALCARAZ MASATS: Ya no sabemos dónde está el balón.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Ya no sabríamos dónde está el balón,
efectivamente.




El señor ALCARAZ MASATS: Estamos jugando sin balón. La sensación que
tengo yo en esta Comisión desde hace mucho tiempo es que estamos
jugando al fútbol sin balón. De vez en cuando se pierde el balón y
regateamos al aire. No me diga usted, señor Ibarra, que llevó este
asunto, que lo comentó mil veces con el señor Fernández-Armesto, con
el que no estaba de acuerdo, no me diga usted que no hubo debate y
que no suscitó tensión en la CNMV porque no me lo voy a creer; no me
lo diga porque es increíble.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Bueno, si no se lo va a creer usted,
señoría, diga yo lo que diga, pues poco podré hacer. Lo único que le
puedo decir, de verdad -y créame-, es que yo solamente le puedo
hablar de temas técnicos de interpretación de artículos.




El señor ALCARAZ MASATS: No, no; usted discutió con el señor
Fernández-Armesto de este asunto.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: ¿De información privilegiada?



El señor ALCARAZ MASATS: Sí, sí.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: ¡Hombre, claro que sí! Porque entre otras
cosas -se lo estoy diciendo- se propone una reforma del régimen
sancionador en la Ley 37, en 1998, por la que se introduce un tipo
nuevo de información privilegiada.




El señor ALCARAZ MASATS: Pero usted ha dicho que él tenía la opinión
de que si pasaba -aunque hubiese ascendido- al patrimonio familiar
había información privilegiada, según el señor FernándezArmesto.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Correcto, le he dicho eso.




El señor ALCARAZ MASATS: Usted decía que no mantenía esa posición.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: No he dicho eso, perdóneme. He dicho que yo
no estaba tan seguro y, en todo caso, le digo que se incoaron
expedientes sancionadores por la división frente a la cual me
encontraba con el criterio de don Juan Fernández-Armesto. Esto quiere
decir que nadie estaba discutiendo. Las dos posiciones eran
razonables, la mía lo era para mí ¡qué les voy a decir! pero yo
también entendía que la posición de don Juan Fernández-Armesto era
razonable, y esa



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posición, cuando él quiso, se defendió como propia en la Comisión
Nacional del Mercado de Valores. Lo único que he dicho es que yo
sepa, que yo recuerde, era una discusión meramente técnica. Don Juan
Fernández-Armesto era abogado en ejercicio y era muy técnico, le
gustaba mucho entrar en estas cosas. Al resto de los miembros del
consejo nunca les he oído hablar acerca de los elementos que
conforman el tipo de la información privilegiada.




El señor ALCARAZ MASATS: De todas formas, a mí me confirma en la idea
de que en la CNMV se produce por decisión política la entrada de una
serie de consejeros -señor Ramallo, señora Valiente, señor Roldán
Alegre- que a partir de ese momento se confrontan en la CNMV, crean
una crisis en la CNMV que llega al 16 de abril de 1999 y esa crisis
tiene un trasunto de posiciones más o menos comunicadas -eso me da
igual- del Gobierno, que arranca en el debate sobre Telefónica y que
después trasciende al 16 de abril. Yo no me explicaba al principio
por qué se dividen las cosas y es porque el señor Rato, a mi juicio,
decide intervenir en la comisión a través de la elección de
determinados consejeros con determinada posición. Pero esta es una
opinión mía (no le pido que usted la comparta) que sigue una lógica
de los hechos, ustedes siguen otra lógica y a veces no coincidimos.

Pero los hechos son tozudos y el caso es que el 16 de abril no se
interviene, el 16 de abril el expediente de obstrucción tiene su
final -lo ve muy bien doña Pilar GiménezReyna- y a partir de ahí hay
un giro para empezar a proteger Gescartera; un giro que llega a una
serie de hitos que usted también conoce por los medios de
comunicación, como el tema de la SICAV que se anuncia y después no
tiene nunca efecto, nunca se constituye; el tema de los certificados
de La Caixa, que se conoce en diciembre de 1999 y después se reconoce
que son falsos un día después de que se denuncie lo del sello de Caja
Madrid, según creo recordar; el tema del cambio de fecha del
expediente con el cual el señor Botella cambiaba de terreno y de
naturaleza toda la investigación sobre Gescartera y, finalmente, el
tema de la transformación en agencia de valores. Es el punto de
llegada de la protección de Gescartera; se olvida todo lo que ha
pasado, incluso manteniendo en su seno certificados falsos de
entidades bancarias.

En definitiva, señor Ibarra, usted ha dicho que posiblemente el
dinero, en función de la investigación del Banco de España, haya
seguido circuitos no controlados por el Banco de España. Es una
deducción lógica. Por tanto, ¿serán circuitos que pertenezcan al Hong
Kong y Shanghai Bank Corporation? La gallina, el único banco no
controlado por el Banco de España. (Risas.)



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Siguiendo con las hipótesis y sospechas, si
ha salido el dinero de cuentas
españolas, no. Si ha ingresado en las cuentas del Hong Kong y Shangai
Bank Corporation a través de un circuito distinto, pues...




El señor ALCARAZ MASATS: ¿Puede ser una posibilidad?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Claro.




El señor ALCARAZ MASATS: Porque no conocemos, en el caso de
Gescartera, ningún banco sometido a otro Estado extranjero, excepto
el Hong Kong y Shangai. Luego no hay otra salida, tiene que ser a
través del Hong Kong y Shangai.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: U otro que no se conoce o que aparece...




El señor ALCARAZ MASATS: ¿Cómo no se va a conocer otro banco por el
que haya operado Gescartera? Sería un...




El señor IBARRA IRAGÜÉN: No lo sé, señoría. En estos momentos sigo
diciendo -y perdonen- que todavía no sabemos mucho.




El señor ALCARAZ MASATS: Pues esperemos conocerlo pronto porque si no
nos vamos a quedar en fuera de juego, siguiendo con el símil. ¿Usted
conoce si en la Agencia Tributaria se contempla la posibilidad de una
inspección a Gescartera en el plan de trabajo 1999-2000?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: No, no. De los planes de la Agencia
Tributaria, nada.




El señor ALCARAZ MASATS: ¿No ha leído usted el plan de trabajo para
1999?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: No. El del 1999, no, porque me incorporo a
partir de mayo. Para el año 2000 y para el 2001 efectivamente se
elaboran una serie de planes de inspección, pero dichos planes -si
usted los ha visto- no hacen referencia a personas o entidades
concretas. Son una serie de áreas de actuación. Es decir, ficha
programa tendente a análisis de operaciones con paraísos fiscales,
por ejemplo, porque se decida que se va a desarrollar una actuación
en esa área. Decidido eso, los propios servicios de selección en cada
delegación con procedimientos lo concretan, pero no existe un plan al
que yo haya tenido acceso donde haya visto si aparecía por allí
Gescartera o fulanito o menganito; yo desde luego no lo he visto. Los
planes de inspección son mucho más...




El señor ALCARAZ MASATS: Pero usted sabe que esos planes se van
concretando a principio de año.




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El señor IBARRA IRAGÜÉN: Sí, claro, pero se concretan piramidalmente.

Quiero decir que se eligen las áreas y después hay que concretar,
pero en esa concreción no todo viene de...




El señor ALCARAZ MASATS: En todo caso no conoce usted el de 1999.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: No.




El señor ALCARAZ MASATS: Muchas gracias, señor Ibarra.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra a continuación, por parte del
Grupo Parlamentario Vasco (PNV), su comisionado y diputado señor
Azpiazu Uriarte.




El señor AZPIAZU URIARTE: Buenos días, señor Ibarra. Voy a ser breve
porque creo que se le ha preguntado casi todo y no nos llevaría más
que a repetirnos innecesariamente.

Siempre me ha dado la impresión, por los comparecientes que han
estado aquí y por lo que se ve y lo que vamos sabiendo en esta
Comisión, de que con Gescartera se han tenido excesivas
consideraciones. Parece que se inicia un expediente en diciembre del
año 1998, Gescartera tiene una actuación de bastante obstrucción, de
desinformación, de falsificación, etcétera, y da la sensación de que
la CNMV va a donde está el señor Camacho en Gescartera y le dice: A
ver, señor Camacho, dígamelo, que usted me está engañando, sea bueno
y deme la información. La sensación es que no se es muy tajante con
Gescartera y no me explico por qué, porque yo pensaba por lo menos, y
quiero seguir pensando, que la CNMV cuando tiene sospechas de que
alguien no actúa correctamente es bastante más dura, porque en
definitiva puede ocurrir, como ha ocurrido en este caso, que afecte a
dos mil familias y que se pierdan 18.000 millones o quizá 80.000,
tampoco sabemos si son 18.000 ó son 80.000. ¿A qué cree que se debe
esto que yo puedo llamar permisividad con Gescartera?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Yo esa permisividad no la he visto mientras
he estado allí. Entiendo que se están juzgando hechos pasados con una
perspectiva actual, cuando se conocen otras cosas que han sucedido,
y todo eso puede producir también -no digo que sea así- una cierta
tergiversación.

Efectivamente, con Gescartera, puestos en el lado malvado o peor
pensado, ha sido un continuo te doy pero no te doy y no te acabo de
dar, desde siempre, porque se hace un expediente a Bolsa Consultig
donde se localiza el germen de una actuación, porque muchas de las
cosas que luego se repiten en cuanto a operativa bursátil, etcétera,
estaban en Bolsa Consulting. En el año 1995 se hace una actuación
cerca de Gescartera que en aquel momento, a la vista de una serie de
circunstancias, consideraciones,
etcétera, se entiende que no es razonable tampoco
aplicar una medida de carácter sancionador. En el año 1997 se vuelve
a ir a Gescartera y se hace una actuación de supervisión y en ese
caso -yo estaba allí-, por ejemplo, en inspección no recibí ninguna
comunicación de esa actuación, y luego en el año 1998 empieza todo y
luego finaliza. Visto así efectivamente alguien puede pensar: Ustedes
no se han enterado mucho porque lo han visto pasar y unas veces por
una cosa y otras veces por otra y porque si el artículo 31 y el
párrafo 2, y no sé qué... Esa es una forma de ver las cosas, pero si
vemos en cada momento lo que se ha hecho, con los datos que se tenían
en cada momento a mí me resulta difícil, hasta lo que conozco, que se
hubiese podido actuar de otra manera, porque la intervención siempre
es la última medida, nadie desea la intervención de la sociedad, es
el fin de la sociedad; el régimen sancionador, también; los
principios de garantía y seguridad jurídica existen, y siempre ha
sido una preocupación. Con los datos que en cada momento existían, en
1995, en 1997, en 1998, hasta lo que sé, tengo la sensación, de
verdad, aun admitiendo que apreciado en su conjunto pueda llevar a
otra actuación, tengo la sensación de que no se pudo hacer más, con
esa gran laguna que tengo y por la cual lamento no poder responderles
porque me lleva a la tramitación del expediente sancionador, a la
elevación de la agencia de valores y a todo esto que yo ya la verdad
es que no lo conozco y entonces no quiero hablar en boca de otros
funcionarios, pero consideración con Gescartera no he visto.




El señor AZPIAZU URIARTE: Visto desde el año 1995, convendrá conmigo
en que no sé si esa sensación es fundada, pero que se puede tener.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Se puede tener. Lo admito.




El señor AZPIAZU URIARTE: Además, Bolsa Consulting fue multada en el
año 1995, multa que parece ser que tampoco ha pagado.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Creo que no pagó.




El señor AZPIAZU URIARTE: No pagó, recurrió, está ahí. Desde mi
posición, ya que no conozco la Comisión y puede que la manera de
comportarse sea otra, una sociedad como Bolsa Consulting, que no
paga, que recurre, a la que se ha sancionado por problemas graves de
que pasa Bolsa Consulting a Gescartera, sociedad de cartera, que
además luego inicia un expediente para llegar hasta agencia de
valores, y lo consigue incumpliendo, obstaculizando, incluso no
cumpliendo al final las exigencias de la propia Comisión Nacional del
Mercado de Valores. En esa Comisión no está usted, pero al final el
resultado es este, lo cual es sorprendente. Está la famosa reunión
del 16 de abril, en la que sedebe preguntar al señor Vives: ¿Pero
falta el dinero?.




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Hombre, falta, falta... Tenemos aquí este famoso descuadre. Es probable
que falte. El señor Barberán creo que era el que comentaba que si se
hubiera tenido la certeza de que -igual me estoy equivocando, no sé
si era el señor Roldán- faltaba un millón se hubiera intervenido. La
duda de que faltan 4.500 millones no les da pie a intervenir. Desde
fuera y no siendo tan jurídico, esto es algo que me da miedo. Por un
millón -quien dice un millón puede decir una peseta- sí; en cambio,
4.500 millones de pesetas que puede que falten, no. Teniendoen cuenta
además que el señor Camacho a través de Bolsa Consulting ha mostrado
unos comportamientos un tanto erróneos, parece que hubiera sido
prudente haber actuado en aquel momento, aquel 16 de abril. Por eso
digo yo lo de la permisividad y este tipo de cosas.

Además, el señor Vives comentaba que él tenía la impresión, no
sabemos por qué, de que Camacho de alguna manera tenía las espaldas
cubiertas, actuaba de una manera un tanto arrogante, no informaba,
demoraba, etcétera; tenía un comportamiento un tanto atípico o un
comportamiento diferente al que suelen tener otras sociedades en
relación con la CNMV. Yo pensaba -insisto en que quiero seguir
pensándolo- que la CNMV impone, asusta, en el buen sentido de que hay
que estar a bien con la CNMV y hay que llevar las cuentas claras,
porque una sociedad que funcionaba bien no tiene inconveniente en
pasar las cuentas, en explicar cuál ha sido su comportamiento,
etcétera. Tan sólo el que quiere ocultar algo es el que les marea y
les dice que si está haciendo una sicav, que si no, que si no puede
decir... En el mundo financiero reo que sólo oculta el que quiere
engañar.

Había antecedentes. He insistido alguna vez en que cuando alguien
tiene antecedentes nos debe poner más en guardia sobre lo que puede
estar haciendo. Teníamos los antecedentes de Bolsa Consulting y
parece que todo el mundo en la CNMV estaba teniendo una exquisitez un
poco fuera de lo normal con Gescartera.




IBARRA El señor IRAGÜÉN: Insisto en que se puede tener esa
percepción, una vez conocido el resultado de desastre final, no es
injustificada. Pero yo, analizando las situaciones de cada uno de los
momentos y con lo que la ley permitía, sigo diciendo que es difícil
pensar que se podía haber actuado de otra manera. Por ejemplo, cuando
se habla tanto del consejo del 16 de abril y de las posiciones
enfrentadas o no enfrentadas, igual me permito una licencia, pero le
voy a decir que allí había un consejero, que era don Miguel Martín,
que era una persona -dentro de que todos los consejeros, por
supuesto, son absolutamente respetables y conocedores de su ambiente-
con un currículum profesional absolutamente intachable, probado a
través de mil intervenciones, mil medidas cautelares, en el ámbito
del sector bancario, que es un sector, si cabe, más complejo, al
menos tan complejo como una sociedad de valores, que dijo lo que
dijo. Quiero decir que las cosas
vistas después, con el resultado ya producido... Esto no se estaría
analizando igual si todavía no supiéramos el resultado. Con las
mismas actuaciones del señor Camacho, si no supiéramos ya todo lo que
sabemos, seguramente estaríamos en otro contexto. Eso sí lo digo, aún
reconociendo -pero creo que eso tendrá que seguir siendo siempre así-
que la adopción de medidas sancionadoras, de intervención, etcétera,
siempre ha sido el último recurso. La Comisión nunca ha visto esa
identidad que existe en el derecho penal: infracción- sanción; no.

Allí hay que hacer un ejercicio más amplio porque muchas veces la
sanción no resuelve nada, ni siquiera la intervención también.

Entiendo que se pueda producir esa sensación de permisividad.

Analizando caso a caso, y hasta que yo estoy allí, en cada uno de
ellos se podía haber hecho otra cosa, pero pienso que lo que se hizo
fue bastante razonable. De ese último período no puedo hablar.




El señor AZPIAZU URIARTE: Yo entiendo que la intervención sea el
último recurso, porque intervenir ya supone más o menos que
desaparezca la sociedad, probablemente, pero también es verdad que
hay unas garantías que hay que mantener de los inversores.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Sin duda.




El señor AZPIAZU URIARTE: En ese sentido, quería hacerle una
pregunta. Como conoce, Gescartera desde que viene de Bolsa
Consulting, es una empresa que incluso en el año 1999, cuando se
habla de la intervención o de la no intervención, parece que
gestiona, parece, un volumen de en torno a 8.000 millones de pesetas,
de los cuales 4.500 millones de pesetas no se sabe si están o no
están, si han desaparecido o no. Con ese conocimiento que tiene de
Gescartera, ¿le parece razonable que una estructura como la de
Gescartera se pueda mantener con un volumen de patrimonio gestionado
de tan sólo 8.000 millones de pesetas, una red de comerciales, toda
una estructura de personal? Por otra parte, lo que también sorprende
es que no debe haber mucha gente cualificada en el mercado
financiero. ¿A la CNMV esto no le choca? ¿La CNMV no ve si ahí hay
gente cualificada capaz de operar en los mercados internacionales, en
el mercado de renta variable o en el de renta fija para trabajar en
este campo? No parece que los números, con los márgenes que pueda
tener por gestionar patrimonios, den para el funcionamiento de la
sociedad, para el nivel de vida que parece que tiene el señor
Camacho, para pagar la red de comerciales y el resto del personal.

¿Esto puede ser motivo para intervenir la sociedad o para decir: esta
sociedad no tiene viabilidad y si la está teniendo es porque a
alguien le está faltando o a alguien le está robando? Porque, por lo
demás, no puede funcionar.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Efectivamente, la falta de viabilidad
siempre ha sido una circunstancia a



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ser considerada y la falta de medios, más que una intervención,
podría llevar a una revocación de la autorización, por ejemplo, en el
sentido de que no se cumple con el proyecto de negocio que la propia
sociedad ha ofrecido. Esta es una situación que ya se vio también en
Gescartera en el año 1995, era una de las cosas que se le imputaban.

En el año 1995, curiosamente, Gescartera tenía un volumen de
patrimonio gestionado menor, aparentemente -tampoco se sabía muy
bien-, con los datos que teníamos, que el que estaba manejando Bolsa
Consulting, al margen de los esquemas de la Comisión, una serie de
años antes. Y cuando se inscribe como Gescartera, como sociedad
gestora de carteras, dice: Yo voy a tener tantos miles, no sé si
2.000 millones. Incumplía todo eso. Y era una de las causas por las
cuales se hizo requerimiento de inspección. Planteaba una serie de
proyectos de negocio en aquel momento que estaban avalados
teóricamente por auditores, por grupos bancarios. Ante esa situación
se llega con un proyecto de negocio. No había habido riesgos graves.

¿Le vamos a quitar la autorización? Es cerrar la empresa y era
complicado en aquel momento. Luego sigue y sigue y va captando más
dinero. Siempre se ha tenido la sensación, por parte de la Comisión,
de que allí no había una organización, que aquello no era una
sociedad de valores -no quisiera decir que no era seria-
estructurada, organizada. Los fondos iban creciendo poco a poco, pero
faltaba el elemento digamos definitivo, que no fuimos capaces de
verlo en muchos años.




El señor AZPIAZU URIARTE: Además de tener poco volumen de negocio,
tenía unos clientes que tenían mucho dinero, con lo cual el riesgo
del negocio es más evidente. Si se le va el arzobispo de Valladolid y
se le va la Guardia Civil, se le cae la rentabilidad del negocio
hasta abajo. Eso es algo que la propia CNMV también debe tener en
cuenta a la hora de ver la viabilidad. Sin embargo, no sólo no
interviene o no tiene en cuenta esto, sino que encima le asciende de
categoría. Esto es lo sorprendente. ¿Quién está detrás, no sé si de
la CNMV o de Gescartera, para que esto se produzca así? El otro día
mostraba mi extrañeza porque todavía no sabemos quién es el que dijo
que la ONCE tenía que estar en Gescartera para que fuera agencia de
valores. ¿Quién? La CNMV dice que no, el Gobierno, no sabemos. ¿Quién
es el que exige a Gescartera que esté la ONCE para darle la
calificación de agencia de valores? Hay muchas cuestiones que están
en el aire. A mí me gustaría que se aclararan en esta Comisión o
cuando sea, pero que se aclararan, porque, si no, nos va a entrar un
complejo un tanto de inútiles, estar tantas horas aquí para llegar a
tan poco. Ahí poco más nos va a poder decir. A mí, lo de la
estructura me preocupa; una estructura supuestamente con un
patrimonio tan escaso, con una estructura tan grande, haberla dejado
vivir, eso es, simplemente, una pequeña responsabilidad.

El señor IBARRA IRAGÜEN: Efectivamente. Pero, si me permiten, la Ley
del Mercado de Valores no tiene tantos años de vida. Estamos hablando
de una ley del año 1988.




El señor AZPIAZU URIARTE: Sí.




El señor IBARRA IRAGÜEN: Además, el sistema que se impone en esa
disposición es absolutamente novedoso con lo que existía
anteriormente.

Todo el tema de las facultades de supervisión, de inspección
y sanción de la Ley del Mercado de Valores probablemente sea
insuficiente. Aquí sí que emito una opinión meramente personal.

Porque estas preocupaciones que usted dice, efectivamente, es lógico,
que sean preocupaciones, la estructura, etcétera. El supervisor puede
tener esa preocupación, pero luego tiene que tener algunos
instrumentos jurídicos para concretar en algo esa preocupación o si
no hay que hacer digamos un tutelaje de facto, con mucho empeño. Es
lo que se ha venido haciendo por parte de la Comisión. Quiero decir
que, probablemente, con todo esto que estamos diciendo, falte un
desarrollo de facultades de supervisión, de qué es lo que se puede
hacer, lo que no se puede hacer, al margen de los grandes temas de
intervención o no intervención, en el día a día. Porque es que hay
que haber visto las cosas, y no me quiero enrollar mucho tampoco,
pero si ustedes hubieran visto en el año 1998, 1988, l969, cuando el
principal problema era que las compañías, las sociedades de agencias
de valores remitiesen su información informatizadamente, con un
disquete, a la Comisión, para que la Comisión pudiese cuadrar las
cuentas y mirar los coeficientes y los balances. Esa fue una labor
ímproba y así se estuvo dos años. Luego vino la supervisión in situ,
porque al principio ni siquiera existía la supervisión in situ. Se
decía: Vamos a mandar inspectores allí, porque es que resulta que
igual todos los balances nos vienen cuadrados a la Comisión, pero hay
algún truco. Todo esto es un proceso largo y es verdad lo de las
preocupaciones, pero es que no es tan fácil. Porque luego, cuando el
supervisor se encuentra ante una situación de esas, hay que mirar la
ley, que es lo que yo decía antes, y sin conocer los efectos, dice:
oiga, es que no tiene clientes, es que tiene un persona mal
cualificado...




El señor AZPIAZU URIARTE: Hay que hacer una reflexión frente a la ley
y el sentido común. La ley y el sentido común pueden estar reñidos,
en este caso. Yo tenía un profesor de teoría económica en la facultad
que decía que, si la teoría no estaba de acuerdo con la realidad, era
peor para la realidad, lo cual, a mí me cabreaba mucho como
estudiante cuando tenía 17 ó 18 años. Pero aquí, por ejemplo, si la
ley está en contra del sentido común, yo, como no soy jurista, creo
que debía primar el sentido común, o por lo menos habría que



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buscar aquellos recovecos de la ley que permitan dar sentido al
sentido común, valga la redundancia.




El señor IBARRA IRAGÜEN: Yo, si me lo permite, creo que no está en
contra del sentido común, porque no puede estar. Lo que pasa es que
igual no está suficientemente desarrollada o se admiten distintas
interpretaciones. En contra del sentido común, seguro que no está,
ningún artículo, creo yo.




El señor AZPIAZU URIARTE: Voy a acabar con una simple anécdota, en
esta primera vuelta al menos. Usted ha comentado que la relación
entre los consejeros de la CNMV era una relación normal, cordial, que
no veía ese tipo de bloques, grupos.




El señor IBARRA IRAGÜEN: Yo no lo he visto; en el ejercicio de mi
función, no lo he visto. Que haya afinidades, que haya visto yo o que
haya podido intuir que fulano se llevaba bien con zutano..., pero en mi
trabajo, no.




El señor AZPIAZU URIARTE: El señor Martín lo que comentaba era que
los enfrentamientos entre consejeros eran tan conocidos en la
Comisión que él mismo tuvo que ponerlo en conocimiento del Gobernador
del Banco de España.




El señor IBARRA IRAGÜEN: Perdón, el señor...




El señor AZPIAZU URIARTE: El señor Martín. Y que él pensaba que lo
mismo que él hizo con el gobernador estando allí, posiblemente el
director general del Tesoro, que entonces era el señor Caruana,
también tenía que haber puesto en conocimiento del Gobierno ese
malestar o esa mala relación entre los consejeros, porque entendía
que eso perjudicaba al funcionamiento normal de la Comisión.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Yo simplemente iba a los consejos para los
temas de inspección y algunos de supervisión que tuviesen relación.

En 10 años en la Comisión, yo solamente he visto cuatro casos de
votos particulares de consejeros en contra de una propuesta. Esto en
mi ámbito. No sé si igual luego en otros ámbitos, si había que
aprobar o no una OPA, eso ya no lo sé. Desde luego, en mi ámbito yo
no lo he visto, señoría. De verdad, no lo he visto. He podido
apreciar, eso sí -mentiría si dijera lo contrario-, distintas
sensibilidades en distintas personas, pero en esta época y en la otra
época también. Por eso decía yo bandos, mal empleada la palabra. En
cuanto a actuaciones de personas que sistemáticamente impedían la
actuación de la Comisión porque vetaban o dificultaban lo que otros
querían, yo no lo he visto hasta la fecha en que me voy.




El señor AZPIAZU URIARTE: Muy bien. Nada más. Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE: A continuación tiene la palabra, por el Grupo
Parlamentario Mixto, el comisionado y diputado de Esquerra
Republicana de Cataluña, el señor Puigcercós i Boixassa.




El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: Señor Ibarra, muy rápidamente, le
haré una sola pregunta. Visto lo que ha llovido y visto lo que ha
pasado, ¿usted cree que pueden mejorarse los mecanismos de
supervisión y de inspección de la Comisión Nacional del Mercado de
Valores? ¿En qué tendrían que mejorar?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Yo pienso, porque he estado allí durante
diez años -igual es una opinión interesada-, que la Comisión tiene un
funcionariado ejemplar, lo que es importante y aprovechable.

Probablemente le hagan falta muchos más medios y una nueva
regulación. Sin ánimo de ser demasiado procedimentalista, definir con
mayor claridad lo que deben hacer cada una de las divisiones y cuáles
son sus competencias y cuáles son sus procedimientos, etcétera,
podría ayudar y que no exista esta especie de tótum revolútum que he
podido yo aquí manifestar de que llegaba la supervisión y luego la
inspección.

Desde luego, para mí -ya que me lo han preguntado- el tema
fundamental de la Comisión es la supervisión. Entiendo que la
supervisión es, si me lo permiten, además la asignatura pendiente de
la Comisión desde el primer día. Otras áreas de la Comisión, como son
concretamente emisores o mercados, etcétera, entiendo que están
razonablemente cubiertas. Lo mismo ocurre con el tema de presentación
de folletos, autorizaciones de OPA, incluso control de operaciones en
los mercados, etcétera. Sin embargo, el tema de la supervisión yo
particularmente creo que es un tema que necesita ser dotado de muchos
más medios. La supervisión empieza considerándose algo muy
embrionario, muy pequeñito en la Comisión. Insisto, al inicio incluso
se pensaba que no sería ni necesario desplegar un cuerpo de
inspectores que actuasen sobre las sociedades, porque pidiendo
inteligentemente información a esas sociedades en forma informática y
tratando informáticamente esa información se podía realizar una
función de supervisión sin acogotar y sin presionar a las sociedades
y mucho más eficazmente. Pero, realmente, luego los tiempos han ido
por otra parte y la supervisión ha ido creciendo poco a poco. Yo no
sé cómo está ahora exactamente, pero en mis tiempos la supervisión
tenía 20 personas, algo así, o 17, personal joven, etcétera, sin unas
directrices -no digo por sus jefes-, sin unos procedimientos o formas
de actuación. Yo creo que efectivamente el tema de la supervisión
merece una vuelta. Yo le daría una vuelta, en cuanto a medios
materiales y en cuanto a medidas de carácter legislativo. No por
tomarlas porque sí, porque creo que ese es un área muy importante. Lo
demás creo que está relativamente bien. También se podría clarificar
y concretar el régimen



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sancionador para que el principio de tipicidad y legalidad se pudiese
aplicar mejor. Con estos conceptos jurídicos que tenemos... No les
quiero cansar a ustedes. La Comisión ha hecho cuatro expedientes de
manipulación de cotizaciones, por ejemplo. Algún día puede salir
también un escándalo. Uno coge la ley y dice que se sancionará como
falta muy grave las prácticas tendentes a falsear el libre proceso de
formación de los precios. Punto. Ninguna norma de desarrollo, nada
más, no hay jurisprudencia, los precios se están interviniendo todos
los días de alguna manera, con autocartera o con no autocartera.

¿Dónde está? ¿Cuáles son las conductas reprobables? ¿Cuáles no? ¿A
dónde miramos? ¿A qué país? Es complicado. Ahí tenemos unos
problemas.

Pero mucho más importante que el régimen sancionador, que al final es
la última fase, cuando ya no hay más remedio y es necesario
aplicarlo, son las facultades y los medios de supervisión, que creo
que se quedan un poco cojos en relación con lo que por ejemplo el
Banco de España posee en relación con sus entidades o la Dirección
General de Seguros con respecto a las suyas. Me parece que ahí la
Comisión necesitaría algún tipo de modificación.




El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: Son dos cosas, porque usted añora su
negociado, pero, por lo que parece, el área de fomento también
necesitaría un plan.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: ¿El área de fomento?



El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: Claro, se pasa de sociedad de valores
a agencia de valores sin los criterios de idoneidad correctos, sin
los criterios de honorabilidad, me parece, no sé, en este caso. Y
también, otra cosa y acabo, los criterios de información bancaria y
de comprobación bancaria. Habrá que crear automatismos, porque si
hubiera mecanismos de comprobación automática de ciertas referencias
de la sociedad de valores, en este caso Gescartera, seguramente no
hubiéramos llegado hasta aquí.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: ¿Se refiere al control de la materialización
de fondos? También pudiera sorprender cómo se ha trabajado tanto.

Efectivamente, por supuesto. En lo que me dice de la Dirección de
Fomento, yo estuve 10 años, pero 8 estuve con una estructura y 2 con
otra y me acuerdo más de la primera. En la primera estaba todo unido,
la supervisión y el registro de las entidades; luego se desgajó. Le
estoy diciendo que lo haga quien lo haga, pero las facultades de
supervisión deberían permitir que, efectivamente, cuando se autoriza
a alguien a ser agencia de valores se haga cumpliendo todos los
requisitos. No deja de ser una función también de supervisión, quiero
decir. Luego se puede localizar aquí o allí o lo que fuera, pero
efectivamente es un tema
que es muy importante. Antes estaba unido en la misma y luego se
desgajó en dos divisiones.




El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: Muchas gracias, señor Ibarra. Nada
más.




El señor PRESIDENTE: Muy bien, señor Puigcercós. Tiene la palabra por
el Grupo Parlamentario Popular su comisionado y diputado, señor
Cámara Rodríguez- Valenzuela. Adelante.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: Muchas gracias, señor Ibarra,
por lo que ya empieza a ser una larga comparecencia suya. Podría
parecer que ya le habían tenido que formular todas las preguntas,
pero yo creo que todavía puede responder a alguna otra que no se le
ha formulado.

Yo voy a intentar hacerle preguntas sobre lo que usted conoce
directamente por su propia experiencia, más allá de sus opiniones,
que quizá tengan una importancia relativa; desde luego, de opiniones
personales de la experiencia que tiene usted pueden desarrollarse
conclusiones interesantes para la Comisión. Me quería detener en el
día 6. Usted dice que tiene una reunión los miércoles, a la que
acuden el señor Vives, el presidente de la Comisión Nacional del
Mercado de Valores, el señor Barberán y usted. Cuéntenos la última,
si puede. La última reunión antes de llegar al día 6 es importante,
porque determina cuáles son las razones por las que en el orden del
día se habla de la apertura del expediente sancionador.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Con toda seguridad, la última reunión que
tuve en ese miércoles o en esos días tuvo que ser en relación con la
falta de datos que teníamos para saber los fondos del Arzobispado de
Valladolid y su materialización. En ese momento yo percibo que era lo
único. Se habría estado investigando más pero era en lo que se
centraba la investigación, en el Arzobispado de Valladolid. Esto
también podía ser objeto de discusión porque alguien podía pensar -y
alguien lo dijo-: Se puede escoger otra muestra. Estáis escogiendo
una muestra que no es acertada, porque resulta que vais a un cliente
que se os ha atravesado con la declaración. Vaya usted a otro. Se
escogió el Arzobispado de Valladolid porque eran muchos fondos. La
última reacción que tuve yo es que no pudo ser otra: tenemos que
plantear un expediente por obstrucción a la actuación, porque no hay
manera de que el señor Camacho ni el Arzobispado de Valladolid nos
den los datos. Motivado por estas dos diligencias a las que he hecho
referencia antes. Si fue un miércoles, no lo recuerdo exactamente.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: Lo que sí tenemos claro es que
usted llegó a una conclusión fundamental y era que, aparte de la
confusión, había una ausencia fundamentada de datos como consecuencia



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de una obstrucción clara a la acción de la Comisión Nacional del
Mercado de Valores. Lo que quiero saber es a través de qué documento,
o si es a través de lo que le comunica el señor Vives, llega a esa
conclusión que le permite elevar esa propuesta al consejo del día 6.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Los documentos son fundamentalmente las
diligencias que se van recogiendo con el Arzobispado y con el
ecónomo; del ecónomo no se recogen diligencias, pero, en fin, los
testimonios. Había muchas personas allí, efectivamente. Yo, si mal
recuerdo, salvo error grave de memoria, el expediente por obstrucción
se funda por la negativa a aclarar la situación de la cuenta del
Arzobispado de Valladolid, no de la totalidad de los clientes. Yo
entiendo que en aquel momento no se había preguntado a más clientes
o por lo menos no se había preguntado a más clientes como se le
preguntó al Arzobispado de Valladolid.




CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: El señor ¿Y usted maneja esos días el
informe del señor Vives, que nunca fue firmado por el señor Vives?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: No, es lo que he dicho antes. Así como en el
año 1995 se me trasladó un informe de supervisión en el que se ponía
de manifiesto, blanco sobre negro, una serie de conductas, a mí no se
me traslada en esa fecha ningún documento elaborado ni por el señor
Vives ni por algún inspector de supervisión.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: Pues fíjese, se da la
circunstancia de que a usted le pasan las mismas cosas en relación
con el mal llamado informe del señor Vives, que nunca firmó el señor
Vives. Relaciona al resto de consejeros ,exceptuando aquellos que
estaban en esas reuniones de los miércoles, porque el resto de los
consejeros acude al consejo del día 6 sin saber nada de ausencia de
dinero, simplemente con el expediente sancionador al que hacía
referencia usted en este momento, y llegan al día 16 en las mismas
circunstancias en que estaba usted el día 6. Se lo digo porque tiene
importancia. Quien participa en las reuniones, que es usted, junto
con el consejero encargado y responsable de la supervisión, junto con
el presidente que tiene que coordinar las acciones de supervisión y
junto con el director, proporcionan - y usted está en esa reunión- la
misma información, la ausencia de información que después tienen los
consejeros el día 16 de abril para tomar la decisión. Esto es un
detalle importante que a usted le puede poner en la pista, al menos a
nuestro grupo le pone en la pista, de en qué circunstancias están los
consejeros, el presidente incluido, y el propio señor Vives el día
16. Usted ha dicho una cosa que, aún siendo preocupante, a nuestro
grupo le parece interesante y es que el día 6 usted tiene la
sensación de que lo único que se puede probar es la
existencia casi certificada de una obstrucción clara, pero nada más.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Nada más.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: Fundamentalmente nada más.

Además, es congruente. Es como cuando un auditor dice que no opina
porque no tiene sobre lo que opinar, no tiene artículos de juicio que
le permitan tomar opinión. Por eso se toma la acción, importante
acción, de abrir un expediente sancionador.

En esos 10 días usted dice: y también puedo aventurar que en 10 días
es muy difícil poder justificar, sobre todo cuando las
investigaciones se hacen sobre una sola cuenta de la sociedad y sobre
un solo cliente, la existencia de algo más de lo que yo tuve noticia
el día 6. Lo digo para ir colocándonos en lo que ocurre en el día 16,
porque en definitiva son demasiados ya los comparecientes que
coinciden en la inexistencia de las pruebas irrefutables -incluso el
señor Martín decía ni siquiera de indicios- que pudieran llegar a una
conclusión como, por ejemplo, la intervención. Pero usted también ha
dicho una cosa importantísima, que en términos de regatas sería casi
poder hacer una ciaboga donde no se esperaba. Aquí se ha estado
hablando muchísimo de intervención. La intervención supone
prácticamente la muerte económica, la muerte civil de las sociedades
que son intervenidas, pero usted también ha dicho con una claridad
meridiana que hay una resolución tan importante como esta que es
revocar la licencia. Si se revoca la licencia, prácticamente no se
está interviniendo, pero obviamente es una solución casi más
efectiva. Por eficacia jurídica inmediata, se le está diciendo a la
sociedad que no puede seguir trabajando más allá de la intervención.

Es lo que decía el señor Martín. Si hay indicios de existencia de
responsabilidad criminal -y vistos los hechos, de lo que se está
hablando es de que ha habido responsabilidad criminal por la
existencia de un delito, por un robo y una estafa- hay que oír
inmediatamente al ministerio fiscal, hay que poner los hechos en
conocimiento del juez. Usted me dice que pudiera haber habido otra
posibilidad, que es la revocación de la licencia como consecuencia de
la apertura de un expediente sancionador. Aquí se ha preguntado
muchas veces si se propuso o no se propuso la intervención. Usted nos
ha dicho que el día 6 propone la apertura de un expediente
sancionador, lo que lleva un proceso tasado y con una duración
determinada en el tiempo. ¿Se llega a plantear en algún momento en
esas reuniones, además de la posibilidad de intervenir, puesto que
las cosas están mal, llega a proponer la revocación de la licencia de
estos señores?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: ¡Hombre! Partiendo de la situación confusa
del día 6, insisto, en la que yo pensaba particularmente que poco más
se podía hacer



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que proponer la obstrucción, sí que se comentaba en las reuniones del
señor Vives, señor Fernández-Armesto, Barberán, que la obstrucción
además era un buen camino porque podía dar pie a una panoplia de
posibilidades. La obstrucción lo que podía hacer era fundamentar más,
ya que era una situación muy confusa de fondo y nos faltaba el
asidero jurídico; fundamentar más unas amplias posibilidades, que
iban desde la intervención hasta la suspensión temporal de
determinadas actividades o de todas las actividades, o la revocación
de la autorización. Todas estas cosas se planteaban en un contexto.

Se hablaba de revocar la autorización, se hablaba de intervención, se
hablaba de remitir al fiscal, se hablaba de todo.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: Tengo la sensación de que, de
haber venido usted antes que el señor Vives, a lo mejor esta Comisión
hubiera tenido otro tránsito. Además de intervención hubiéramos
hablado de revocación; si hubiera aparecido antes el señor Martín,
hubiéramos hablado de la posibilidad jurídica de trasladar el
expediente directamente al ministerio fiscal. Pero lo cierto y verdad
es que ninguna de las tres cosas se hizo. ¿Por qué, señor Ibarra?
Podemos tener una certidumbre más o menos meridiana de por qué no se
interviene y a nuestro grupo le acaba por parecer que probablemente
la potencia con la que se muestran quienes tenían la responsabilidad
de promover la intervención no es tal. Sin embargo también podíamos
preguntarle a usted, que era el responsable de inspección: ¿Por qué
no propuso la revocación, por qué no aceleró los trámites para que se
hubiera podido revocar? ¿Por qué el señor Villegas no tuvo una
instrucción? Yo sé que es dificilísimo, pero quiero ponerle en la
circunstancia de que, del mismo modo que hay un procedimiento que es
la intervención, que es grave, hay otro que es tan grave que es la
revocación, a la que tampoco se llega; también hay otro, que es
traspasar las actuaciones al ministerio fiscal, y tampoco se hace. No
se hace ninguno de los tres. El señor Martín nos dice que lo que
ocurre a partir del 16 de abril, más allá de otro tipo de
insinuaciones que se han realizado por parte de otros grupos
políticos, es que empieza a haber noticias tranquilizadoras. ¿Qué es
eso de noticias tranquilizadoras, según su experiencia?



El señor IBARRA ERAGÜÉN: Vuelvo a repetir que, como no estuve, me
resulta difícil hablar, pero sí le puedo decir lo que yo pensaba que
se podía haber hecho en aquel momento, cuando se abre el expediente
por obstrucción. Algo he dicho antes. El expediente por obstrucción
podía dar lugar con carácter casi inmediato a una remisión al
ministerio fiscal por un lado, a una intervención, por otro lado, y a
una revocación del acta de autorización, simplemente manifestando ya
formalmente, no con una diligencia, todas esas actuaciones que había
hecho la división de supervisión del señor
Vives, junto con las diligencias que se habían hecho, nada más
acordar el expediente sancionador, al día siguiente, pliego de cargos
que se remite con todos los hechos a la sociedad. Plazo: 20 días para
efectuar las alegaciones que estime oportunas; si no hay alegaciones
al pliego de cargos, inmediatamente formulo una propuesta, que puede
ser de revocación de autorización, porque las alegaciones al pliego
de cargos no me han sido dadas, o una propuesta de intervención,
porque a la vista de los datos que han ido apareciendo en esos 20
días procuro intervenir la compañía. Y también al ministerio fiscal.

¿Por qué? Porque el problema que yo veía, tal vez por que sea
demasiado conservador en este sentido, es que al fiscal había que ir
con un delito, evidentemente, y el delito de estafa o de apropiación
indebida pasaba por el perjuicio a un inversor y como el inversor que
yo conocía era el Arzobispado de Valladolid, que decía que estaba
encantado con esta situación, que tenía mucha fe en el señor Camacho
y todo lo que dijera el señor Camacho le parecía muy bien, a mí me
faltaba el perjudicado. Pero como había un artículo del Código Penal
que tipificaba como delito penal la obstrucción a la actuación de un
órgano supervisor y además se decía de un órgano supervisor que actúa
en un mercado organizado, con el pliego de cargos remitido y ante
falta de alegaciones consistentes, puedo decir: expediente. Esto
también es un tipo penal. Ya veré si me paro administrativamente o no
por la obstrucción. O le propongo la sanción por revocación de
autorización o bien intervengo. ¿Por qué no se hizo eso? Yo tengo una
confianza absoluta en el señor Villegas, absoluta, he trabajado con
él y es un profesional excelente. He oído que empiezan a surgir
noticias tranquilizadoras, que yo no sé cómo se perciben en el ámbito
del consejo porque yo ya no estaba, pero seguramente, no lo sé,
alguien habría dicho: Ya ha aparecido el dinero. ¡Ah! si ya ha
aparecido el dinero... No lo sé.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: Lo que parece que ocurre a
partir del 16 de abril es lo mismo que le ocurrió a usted desde el
año 1992. En 1992 Bolsa Consulting lleva aparejada la intervención de
la CNMV, una sanción muy grave, 128 millones de pesetas, el
componente total de sus ingresos, pero siguen actuando, con los
mismos administradores y dedicándose a la misma cuestión, incluso con
más fondos en poder de terceros de los que había después, en la
inspección que usted hace en 1995, como ha usted ha dicho.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: En un determinado momento, sí.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: En el año 1995, pasa
exactamente lo mismo. Tiene importancia lo que ha dicho el señor
Azpiazu. Aquí hubo algún compareciente, el señor Croissier dijo que
no tenía tanta importancia con efectos a terceros la dificultad



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en la viabilidad de la sociedad, etcétera. De hecho, existía. ¿Por
qué no se interviene en aquel momento? Tanto el señor Croissier como
usted dicen que porque no se daban datos que fehacientemente pudieran
resultar contundentes a la hora de poder explicitar una actuación o
la otra. Tanto en la inspección, porque de ahí no se deriva ningún
expediente sancionador, del año 1995, como en la intervención, porque
no se deriva ninguna existencia de ausencia de numerario o algunas de
las cuestiones que puedan hacer necesaria la intervención. Por tanto,
lo que ocurre el 16 de abril es prácticamente lo mismo que lleva
ocurriendo en la CNMV con respecto a Gescartera desde el año 1992. Mi
pregunta es: ¿Desde su experiencia, tiene noticia de algún interés
externo desde el año 1992 por parte del Gobierno de entonces en que
el expediente de Bolsa Consulting quedará así? O ¿tiene usted noticia
de que desde el año 1995, cuando era presidente el señor Croissier,
había alguna razón por la que no se interviniera o no se elevaran las
actuaciones de inspección desde el punto donde estaban? Y la misma
pregunta hago con respecto al año 1999, que la ha contestado antes.

Pero yo las quiero en el contexto de toda la época en la que usted
estaba al cargo de la inspección de la CNMV.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: He dicho antes, creo que con toda claridad,
por lo menos ha sido mi intención, que yo nunca me he sentido
atosigado por nadie, de la Comisión, por ninguno de los dos
presidentes con los que he estado y desde luego no he sentido
presiones ni directas ni indirectas del Gobierno ni nada parecido.

¡Por Dios!



El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: Nunca ¿del año 1989?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Nunca, desde el año 1989.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: Y nadie le dice, en el año 1995
o en el año 1999: Jesús, mira que esto de Gescartera tampoco es para
tanto, no te vayas a volver loco. Esto que dices tú en el informe de
1995 de que hay dudas en cuanto a la viabilidad futura de la entidad
o la vinculación financiera de la entidad, los poderes de desglose,
es verdad que es grave, pero, como aquí se nos dijo, todos los
informes de la CNMV, toda la sociedad a la que se realizan las
visitas, son no sé si dijo truculentos. ¿Alguien le dijo esto en
algún momento de su historia?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: No, no. Nadie me ha dicho nunca, de verdad,
nunca, ninguna indicación acerca de lo que debe ser grave o no grave
cuando me han pasado algún asunto. Nadie. Lógicamente, los
presidentes sí me han comentado su versión o me han podido decir:
Pues a mí lo que me parece especialmente
grave es tal conducta o es tal otra. Evidentemente, claro que sí.

Ellos tenían una visión más amplia que la mía. Pero nunca me han
dirigido la tipificación de nada. Ni antes ni ahora.

El caso del año 1995 era a mi modo de ver, con una situación
preocupante de fondo también, de difícil encaje jurídico en el
régimen sancionador, en ausencia de perjuicios concretos a inversores
y que se consideró supervisando la compañía. Pero indicaciones,
vuelvo a repetir, nunca las he tenido.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: Por tanto, las razones por las
que no se toman decisiones, desde su conocimiento, en relación a
cualquiera de las tres posibilidades que existían, era la ausencia de
datos que pudieran confirmar la apertura de cualquiera de las tres
acciones a las que hemos concluido durante estos días que se podía
llegar.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Probablemente porque los servicios técnicos
no fuimos capaces en cada uno de los momentos de encontrar las
evidencias suficientes para proponer una propuesta de este tipo al
consejo.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: Espero que, después de su
intervención, especialmente el Grupo Parlamentario Socialista, deje
de insistir en la existencia de tramas oscuras detrás de la CNMV,
para entender que debía haberse intervenido. En algún caso, con
relación a Gescartera, las mismas razones hay para explicar
actuaciones externas de la CNMV en el año 1997 o en el año 1992.

Y concluyo, señor Ibarra. Aquí se ha dicho que la acción inspectora,
la acción de supervisión de la CNMV, usted lo ha dicho, con los datos
que obraban en aquel momento, es la decisión que se pudo tomar. La
pregunta es: la decisión que se toma el 16 de abril, en el ya célebre
consejo, ¿es la más grave que se pudo tomar, además de la
intervención? Además, como dijo el señor Martín... Prefiero que
conteste para que no parezca que prejuzgo su contestación.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Se pudo tomar cualquier otra decisión de las
que se han estado comentando aquí, remisión al fiscal, revocación de
la autorización, suspensión de actividades, suspensión total, quiero
decir paralización de actividades.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: Sin embargo, se tomó la
decisión de no intervenir porque nadie lo propuso, como se ha
demostrado aquí. No obstante, lo que sí se hizo fue hacer lo que se
propuso, y que figura en el acta, que es lo que usted hizo el día 6
de abril, que es iniciar el expediente sancionador y ampliar con
medidas cautelares el día 16 de abril.




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El señor IBARRA IRAGÜÉN: Eso es lo que parece que hizo el día 16 de
abril, que yo no estaba.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: Una última pregunta. Si usted
siendo el director de inspección hubiera dicho en un arranque: ya no
puedo más; esto no hay quien lo aguante; los de Gescartera son una
pandilla de cretinos y, encima, no me dejan trabajar; presidente,
quiero dejarlo. Si se le hubiera aceptado el ofrecimiento de dejarlo,
¿considera que es un mensaje positivo para el inspeccionado? Es
decir, ¿que sea fácil el que quien está a cargo de la supervisión o
la inspección, a quejas de un inspeccionado, vea aceptado lo que en
principio pueda ser una inclinación natural de cualquier persona?
Esto es, ¿que diga: con esto no puedo; yo, lo dejo, y se le acepte?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Señoría, está haciendo una pregunta que...




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: La pregunta, en concreto, es:
¿Cómo se ve eso desde fuera, por parte de alguien que pueda ser un
aprendiz de Camacho?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: No es lógico. Cada uno ejerce su función y,
si no puede ejercerla, se va, pero no renuncia parcialmente o lo pasa
a otro, en principio.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: Es decir, lo que a usted le
hubiera gustado, de haber estado en una situación...




El señor IBARRA IRAGÜÉN: En principio, vuelvo a repetir, pero no
quiero hablar de hechos que no conozco cómo se produjo esa teórica
situación, qué es lo que pasó, cuáles son las presiones. No lo sé.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: Yo se lo explico en un segundo.

Usted le transmite al presidente de la CNMV en aquel momento lo
siguiente: Yo en mi labor inspectora, pues soy director de
inspección, me estoy encontrando con esta situación; y relata los
hechos, como la existencia de puenteos, la existencia de dificultades
para hacer la labor de inspección y la arrogancia del inspeccionado.

Usted dice: Esto no puede ser. ¿Usted no hubiera preferido, en ese
hipotético caso, que el presidente hubiera reforzado su posición
dentro de la casa en vez de facilitar la salida?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Sin duda.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: Nada más, señor presidente.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Para un segundo turno, ¿algún comisionado pide
la palabra? (Pausa.)



La señora Costa Campi, por el Grupo Socialista, tiene la palabra.




La señora COSTA CAMPI: Voy a hacer unas preguntas que van a ocuparle
muy poco tiempo, y que tienen como objetivo buscar una armonía, una
cierta coherencia en sus propias respuestas. Si no me falla la
memoria, si no el «Diario de Sesiones» nos la refrescará cuando esté
en nuestras manos, creo recordar que usted ha presentado su acción
inspectora en Bolsa Consulting, de tal manera que hoy, con los años
que han transcurrido, sigue manteniendo el criterio técnico que en su
día plasmó en el documento, en el expediente. Creo recordar que ha
citado la cantidad, una cantidad importante, con que fue sancionada,
Bolsa Consulting y, además, parecía que de la información de que
usted disponía incluso podía afirmarse que esta sanción se situaba en
los listones altos de las que a lo largo de su vida en la CNMV había
ido adoptando el consejo. Creo recordar también que usted ha dicho
que no tenían una cuenta omnibus en ese período. ¿Me equivoco?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Gescartera. Bolsa Consulting, sí.




La señora COSTA CAMPI: Y en el período 1995-1996, Gescartera no la
tenía.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: Es decir, Bolsa Consulting tenía cuenta
omnibus en los años 1992-1993. En el año 1995 no existía cuenta
omnibus.




La señora COSTA CAMPI: Es decir, a la vista de sus respuestas,
comparando con los datos que hemos ido obteniendo a través de la
documentación y de las respuestas a las comparecencias, parece que se
produce una frontera, una línea divisoria, entre el periodo en el
cual usted tuvo las responsabilidades en el área de inspección, en
general, y en particular en Gescartera, y lo que ocurre a partir del
6 de abril de 1999. Más o menos se entiende lo que ha pasado desde
1992, que creo que es el año de inicio de la historia de Bolsa
Consulting, hasta la fecha del 6 de abril del año 1999, pero a partir
del 6 de abril nada tiene sentido, porque empiezan a concurrir una
serie de cosas que no pueden adaptarse, que no encajan.

Usted nos ha dicho respecto a su trabajo, que es obviamente el que
conoce y sobre el cual puede dar opiniones rotundas, que el día 6
usted plantea, y así queda recogido en las actas, la obstrucción a la
labor inspectora que estaba realizando Gescartera. Creo recordar que
usted nos ha dicho que esta es una infracción grave, muy grave, de
las más graves que pueden plantearse en la comisión y de las más
graves que se han planteado en el consejo. Además, creo recordar que
ha dicho que esto era muy excepcional, que prácticamente no se habían
planteado que recordara usted, precedentes similares a este grado de
obstrucción de Gescartera,



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y que esto justificaba, en definitiva, lo que supongo que usted había
planteado como técnico, que se le sancionara por una infracción muy
grave.

También nos ha dicho que se había discutido la posibilidad o al menos
se había abierto el tema de ir a la Fiscalía, porque en una sociedad
de cartera, si desaparece el activo, si desaparece la cartera de
valores, quiere decir que alguien se la ha llevado, y por
consiguiente la intervención aquí adquiere unos caracteres más
inmediatos de acudir a la Fiscalía porque se ha incurrido en delitos
penales. Usted acaba de señalar también que incluso con la
confirmación de la gravedad de los hechos y de las irregularidades se
podía, y estaba dentro de su metodología de trabajo y de la lógica de
los hechos, plantear la revocación de la licencia. Todo esto es
coherente, es más, ratifica una tesis con la que internamente hemos
venido trabajando, y es que el día 6 de abril las cosas ya estaban
muy complicadas porque, como usted ha señalado muy bien, el que un
cliente incurra en el tipo de respuestas en las que incurrió el
Arzobispado de Valladolid, levanta sospechas con relación a que algo
delictivo allí se está cociendo. Por consiguiente nos encontramos, al
menos a fecha 6 de abril, con una situación singular en lo que es
toda su experiencia, toda su vida en la CVMV.

A partir del 6 de abril, la coherencia causa-efecto se diluye, y eso
es lo que justifica que esta Comisión esté aquí funcionando, porque,
si se hubiera producido el proceso lógico que describe su actuación
en Gescartera, el 16 de abril el consejo hubiera acordado cosas muy
diferentes.

Una primera cuestión que quiero plantear al respecto -sólo le quiero
plantear dos cuestiones y muy rápidamente- es si usted, cuando deja
el consejo del 6 de abril, ¿cierra de por vida ya su carpeta de
Gescartera?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: Pues sí, era difícil hacer otra cosa porque
me estaba yendo. Yo diría que ya fui al consejo haciendo un último
acto de servicio porque se me había pedido con todo el interés del
mundo.




La señora COSTA CAMPI: Pero aquí aparece el primer interrogante y la
ruptura en la secuencia lógica que se produce hasta el 6 de abril en
el consejo de la CNMV. No parece coherente, en aras de la eficacia en
el funcionamiento de una institución, que aquel que tiene el acervo,
la información, que ha realizado las diligencias y que ha planteado
tan claramente la situación, salga de ese consejo, teniendo en cuenta
que está en nómina hasta el 29 de abril, sin que al menos le sea
requerida una información, un simple estado de la cuestión de lo que
allí había ocurrido, porque su experiencia se remontaba a siete años
si seguimos la estirpe familiar de los dueños de las dos empresas.

El señor IBARRA IRAGÜÉN: Nadie me pidió nada después del día 6 de
abril. Es más, en febrero o marzo del año 1999, cuando yo le comunico
al señor Fernández-Armesto que me voy a ir de la comisión, me dice
que muy bien, y en ese momento también llevaba el señor David Vives
investigando, según las fechas que han salido, desde el 30 de
noviembre. Por tanto, era una situación habitual, en la que me dicen:
muy bien, te vas de la comisión en un plazo razonable. El plazo
razonable se cumple en un mes y desde el día 6 de abril nadie me ha
requerido ninguna información. Si me la hubieran requerido, lo mismo
que me requirieron que asistiese a la reunión con el señor Camacho y
con el ecónomo, lo hubiese hecho.




La señora COSTA CAMPI: Algo debió ocurrir, algún tipo de efecto, de
impacto se deriva de lo que usted averiguó, porque usted, no de forma
activa pero sí de forma pasiva, es excluido del hilo conductor de la
información y de los trabajos. Es decir, no parece que sea coherente,
repito, en aras del objetivo de la eficacia en la actividad, en las
responsabilidades del órgano supervisor, que el valor como acervo
informativo más importante que existe respecto a este caso no sea
consultado ni un minuto. A partir de aquí se rompe, decía, la
secuencia lógica de los hechos que usted, en cambio, sí tuvo y
presentó cuando fue el responsable de todo el caso.

A partir del 16 se cambia la persona responsable del caso.

Evidentemente compartimos que no parece sensato que esto ocurra y
puede haber variables externas que aquí han aparecido, y en las que
no quiero entrar, que pueden haber llevado a esta situación, pero es
evidente que se van presentando en los sucesivos consejos datos que
en el consejo siguiente resultaba que no estaban corroborados. Hay un
itinerario no en el sentido positivo de falseamiento popperiano, al
contrario, de demostración del error cometido en el consejo anterior
aceptando unos determinados datos. Es decir, no hay ninguna
posibilidad de establecer con criterios objetivos que se lleva a cabo
una actuación destinada a esclarecer, como usted sí lo hizo, el caso
de Gescartera.

Usted nos ha dicho que no había tensiones en el consejo, mejor dicho
que usted no era conocedor de esas tensiones. Puede ser que con otras
palabras, pero el señor Martín, a la respuesta de una pregunta del
diputado señor Alcaraz, reconoció que había tensiones e incluso esto
en su momento fue planteado por otros comparecientes. El resultado a
que nos lleva el escenario configurado por todas estas variables, que
no digo yo que sumen y que puedan ser incorporadas en un modelo
coherente con capacidad explicativa entre esas variables para dar un
resultado, es una situación en la cual indudablemente acabamos
teniendo que abrir la puerta a factores externos, a que alguien esté
incorporando criterios en los consejeros de la CNMV que hagan que lo
que es estrictamente el trabajo técnico, que es el que usted realizó,



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a partir de que usted se marcha desaparezca toda esta posibilidad de
trabajo técnico que dé lugar a conclusiones coherentes. La única
explicación, a la vista de los datos, es que hay variables de
naturaleza externa, porque no, y este es el objetivo de la Comisión,
de perfil político, que acaban influenciando en esta suma de
disparates que se inicia... ¿A que hora acaba el consejo del día 6 de
abril?



El señor IBARRA IRAGÜÉN: No recuerdo la hora exacta.




La señora COSTA CAMPI: A la hora que finaliza ese consejo, el último
al que usted asiste.

No hace falta que me conteste nada. Si tiene algo que contestar,
estaré encantada de oír sus argumentos, pero quiero explicarle que
hay una enorme contradicción entre la metodología de trabajo que
usted nos explica y que queda reflejada en la documentación, y lo que
ocurre a partir del 6 de octubre. Perdón, del 6 de abril, me han
contagiado lo de octubre.




El señor IBARRA IRAGÜÉN: No le puedo decir nada más que lo que ya he
dicho en relación a las supuestas presiones o tensiones. Es lo que sé
y, de verdad, no sé más. Todo lo que sé lo he dicho, no me he callado
nada.




El señor PRESIDENTE: ¿Ha terminado, señora Costa?



La señora COSTA CAMPI: Sí, señor presidente.




El señor PRESIDENTE: ¿Algún diputado desea hacer uso de la palabra en
el segundo turno? (Pausa.)
Despedimos al compareciente, señor Ibarra Iragüén, agradeciéndole la
colaboración que ha prestado a esta Comisión en su labor informativa.

Continuaremos en breves minutos con el próximo compareciente.




- DEL SEÑOR DIRECTOR GENERAL DE ENTIDADES DE LA COMISIÓN NACIONAL DEL
MERCADO DE VALORES (BASALLOTE UREBA). (Número de expediente 212/
000808.)



El señor PRESIDENTE: Pasamos a la siguiente comparecencia, de don
Juan Carlos Basallote Ureba, en su condición de director general de
entidades de la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Ruego a los
servicios de la Cámara que le hagan pasar a la Comisión.

Me indica el señor Basallote Ureba que no quiere hacer uso de un
primer turno explicativo de sus competencias y responsabilidades en
esa dirección general de entidades y pasamos seguidamente a las
intervenciones de los señores comisionados portavoces.

En primer lugar, tiene la palabra, por parte del Grupo Parlamentario
Socialista, su comisionado y portavoz, el diputado señor Cuevas
Delgado.




El señor CUEVAS DELGADO: Señor Basallote, bienvenido a esta Comisión.

No sé si le habrán informado previamente, si no se lo hago llegar yo
en estos momentos; sabe que está usted ante una Comisión de
investigación del Parlamento referida al llamado caso Gescartera y,
en concreto, a la actuación que usted ha tenido en su cargo y en sus
funciones en la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Quiere
decir que en esta Comisión hay una necesidad y una obligación, porque
hay responsabilidades claras y concretas en este sentido, de decir la
verdad a las preguntas que le hagan los comisionados y en concreto
las que yo le voy a empezar a hacer en este momento.

Señor Basallote, vamos a aclarar primeramente una cuestión previa,
que tiene relación con su entrada en la CNMV. ¿Me puede decir usted
cuál es la fecha en la que usted se incorpora a la Comisión Nacional
del Mercado de Valores?



El señor BASALLOTE UREBA: El 26 de octubre del año 2000.




El señor CUEVAS DELGADO: ¿Esto fue alguna convocatoria pública, algún
concurso? ¿Cómo se enteró usted?



El señor BASALLOTE UREBA: Yo entré justamente después de tener dos
entrevistas con Pilar Valiente, la entonces presidenta y, según ella
me dijo, fui nombrado directamente, no sé si ella lo plantearía o no
en consejo, lo ignoro; el nombramiento, que yo sepa, fue directo. De
hecho el contrato lo firmé yo y la presidenta. (El señor
vicepresidente, Romay Beccaria, ocupa la presidencia.)



El señor CUEVAS DELGADO: ¿Pero usted conocía previamente a doña Pilar
Valiente?



El señor BASALLOTE UREBA: Sí, hacía como año y pico, dos años o dos
años y algo, no sé precisarle exactamente, que la había conocido; al
menos había estado con Pilar en dos ocasiones.




El señor CUEVAS DELGADO: Ya , porque su actividad no tenía mucho que
ver con la Comisión Nacional del Mercado de Valores . Usted estaba
incluso geográficamente fuera de Madrid. ¿O no?



El señor BASALLOTE UREBA: Yo llegué a Madrid en septiembre del año
1991. O sea, que llevo viviendo en Madrid diez años y pico.




El señor CUEVAS DELGADO: O sea, que usted conocía a doña Pilar
Valiente y se enteró de que había



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una vacante. ¿Cómo se enteró de que había esta posibilidad de entrar?



El señor BASALLOTE UREBA: Me llamó doña Pilar y me expuso que estaban
llevando a cabo una reestructuración, que había una serie de vacantes
y que había pensado en mí para un cargo concreto. Nada más. Fue así
de rápido y de sencillo.




El señor CUEVAS DELGADO: ¿Conoció a doña Pilar Valiente por mediación
de su primo que trabajaba allí, en la Comisión Nacional del Mercado
de Valores, don Antonio Alonso Ureba?



El señor BASALLOTE UREBA: Bueno, por mediación de él exactamente no.

Cuando yo la conocí a ella fue en una comida a la que asistimos.

Estaba mi primo en aquella comida, Antonio Alonso, pero había otras
muchas personas de mi círculo y del de la pandilla de ellos, de
Antonio. Estaba Pilar, estaba más gente y tampoco le puedo concretar.




El señor CUEVAS DELGADO: Era una comida de amigos más que una... No era
una comida formal.




El señor BASALLOTE UREBA: No, formal no. Era una comida informal.




El señor CUEVAS DELGADO: Teniendo en cuenta que su anterior
experiencia profesional tenía más relación con el marketing, porque
usted trabajaba en Ponche Caballero entonces, ¿no?



El señor BASALLOTE UREBA: Sí. Yo inicié mi carrera profesional en la
Universidad de Cádiz, dependiendo directamente los tres primeros años
que estuve como profesor agregado interino en la Escuela de
Empresariales de Cádiz, del catedrático Camilo León, de la
Universidad de Sevilla. Durante tres años estuve en economía
aplicada, y en aquella época, obviamente, en segundo curso de carrera
de la Universidad, impartía clases de macroeconomía. En el primer
curso he impartido clases de microeconomía, incluso en tercero de
estructura económica. Posteriormente, estuve otros tres años que
intervine... Se lo aclaro, si le parece, para que vea cómo llegué al
mundo de la distribución.




El señor CUEVAS DELGADO: Sí, sí.




El señor BASALLOTE UREBA: Estuve seis años en la universidad. Los dos
últimos años en contabilidad financiera y economía y empresa, dos
años en investigación de mercado. En cuarto curso habíamos colaborado
en la constitución de la Facultad de Cádiz, ya desmembrada de Sevilla
en cuanto a responsabilidades, y como conocía a la gente de Sevilla y
Málaga participé en la contratación, no voy a decir decisivamente,
pero sí en cuanto al conocimiento que tenía, ya que habían
sido profesores míos. Estuve dos años en investigación de mercado.

Durante esos dos años tuve el gusto de dirigir dos cursos de
extensión universitaria muy relacionados con la distribución
comercial, a los que invitamos a referentes importantes de este país
desde el punto de vista de la investigación de mercado y desde el
punto de vista de distribución propiamente dicha, de los grandes
centros de distribución. Posteriormente, estuve un último año en
quinto de carrera. Yo estaba ya como profesor asociado, y en esos
últimos tres años lo compatibilicé con un puesto en Fernando A. De
Terry, una bodega del sector de vinos y brandys de Jerez, en el grupo
Allied Lyons, actualmente Allied Domecq. Desde esa posición abandoné
la universidad al incorporarme a Luis Caballero S.A., en mayo del año
1991, el día de san Isidro, el día 15. Mi formación, aun cuando en
sus inicios se orientó más al área financiera, los 18 ó 19 años
restantes sí que estuvo muy volcada a la gestión de recursos porque
el área de marketing estrictamente entendida parece como muy cerrada.

Todo el mundo parece que está en marketing o ha hecho algo de
marketing. Es un área bastante extensa. La investigación de mercado
es importante, las relaciones con redes comerciales y con clientes
también son importantes, y yo también tenía responsabilidad en estas
dos empresas en las relaciones internacionales, en cuanto afectaban
al desarrollo de nuevos productos en nuevos mercados. Mi formación en
un comienzo estuvo más orientada al área financiera, en una segunda
etapa estuvo más orientada al área comercial.




El señor CUEVAS DELGADO: No le preguntaba tanto sobre su gran
formación en el tema de mercados, que me imagino que la tendría, sino
en cuanto al mercado de valores, que es cosa distinta. Porque aunque
tiene la palabra mercado, es algo diferente. ¿Ahí tenía alguna
experiencia?



El señor BASALLOTE UREBA: No, en el mercado de valores ninguna
experiencia.




El señor CUEVAS DELGADO: Entonces usted se incorpora a la CNMV.

¿Usted no conocía anteriormente -estamos hablando de un asunto que se
llama Gescartera-, en estos círculos donde conoció a doña Pilar
Valiente, a don Antonio Camacho o a doña Pilar Giménez-Reyna, a las
personas que luego sí trató de Gescartera?



El señor BASALLOTE UREBA: No, no las conocía.




El señor CUEVAS DELGADO: Le he preguntado esto, porque como hay una
carta al poco tiempo de entrar usted, creo que a los tres meses,
donde trata con mucha cordialidad al señor Camacho, he pensado que a
lo mejor lo conocía previamente.




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El señor BASALLOTE UREBA: No. No lo conocía. Cada uno es como es en
esta vida, y yo obviamente tengo ese trato cordial. Lo he tenido con
él y con otras personas con las que me he relacionado en el mercado
de valores.




El señor CUEVAS DELGADO: Eso es evidente, cada uno es como es.

Cuando usted entra allí, ¿hizo algún curso acelerado del mercado de
valores o no?



El señor BASALLOTE UREBA: No. Bueno, perdóneme, yo creo que sí. En
estos casi once o doce meses, con el tren de actividad que allí había
-no sé si conocen la casa o solamente a través de Gescartera-, he
podido profundizar en la calidad técnica y en los desarrollos que se
hacen por parte de los trabajadores de la casa, y le digo que con
trabajar en la CNMV una semana o diez días tiene usted un bagaje
importante en lo básico. Tampoco yo entraba en un área en la que la
valoración de conocimiento en el área del mercado de valores fuera
definitiva, porque -al menos así me lo explicó la ex presidenta, doña
Pilar Valiente- querían un gestor. La división que yo tengo el placer
de dirigir tramita al año -y lo digo porque si no se sabe se puede
entender malamente- casi 30.000 expedientes de 961 entidades,
involucrando las de libre prestación de servicios, extranjeras con
sucursales, agencias, sociedades, gestoras de cartera, gestoras de
instituciones, gestoras de capital-riesgo. Estamos hablando de casi
9.000 instituciones de inversión colectiva que manejan un patrimonio
de más de 34 billones de pesetas, según los datos de junio. Esto
mueve casi 1.000 expedientes de cierta regularidad al año por
técnico. Manejar casi 1.000 expedientes por técnico al año, no voy a
decir que sea un tema complicado, es de mucha dedicación. Quiere
decir que si el que tiene que manejar esos 1.000 expedientes tiene
que tener una dedicación, cuando llevas un mes en la casa vives
prácticamente en la comisión.




El señor CUEVAS DELGADO: Nos deja usted...




El señor BASALLOTE UREBA: Sí, apabullados, porque si los números no
se conocen se entiende mal el trabajo de la casa.




El señor CUEVAS DELGADO: No, apabullados no. Yo iba a decir otra
cosa. Yo iba a decir que nos deja usted preocupados, porque es un
volumen muy grande de trabajo.

La autorización a Gescartera para actuar como agencia de valores fue
el 1 de septiembre de 2000 y la petición formal de inscripción en el
registro de la Comisión Nacional del Mercado de Valores fue el 2 de
enero de 2001. ¿A usted no le sorprendió la tardanza en pedir esta
inscripción? ¿La atribuye a algo?



El señor BASALLOTE UREBA: No me sorprende, porque en la norma se
prevé que esta tardanza incluso pueda sobrepasar los seis meses que
se especifican desde que se obtiene la autorización. De hecho, pilló
el mes de agosto por medio. El 13 de julio creo que es la
comunicación -tengo por aquí algunas notas- al Ministerio de
Economía, a la Dirección General del Tesoro y Política Financiera se
produce en agosto, la resolución de la orden ministerial el 1 de
septiembre, la comunicación se hace a mediados de septiembre al
interesado. Empiezan a contar fechas. Posteriormente, va usted a la
notaría para el otorgamiento público de esta escritura de
transformación. Hay mucho papeleo y mucha espera. Si usted ha
necesitado alguna vez hacer algún trámite en el notario y registrarlo
después -préstamo hipotecario u otra cosa-, no deben extrañarle estas
fechas. Sinceramente, no me extrañaron estas dilaciones.




El señor CUEVAS DELGADO: Ya nos explicó el señor Ramallo las
características del trabajo de notario, lo conocemos. Me gustaría,
entonces, que me dijera una cosa, si puede hacer memoria: el 2 de
enero de 2001, se recibe el escrito de Gescartera solicitando la
inscripción en el Registro, y el 31 de enero de 2001 requiere usted a
Gescartera para que justifique el cumplimiento de las condiciones que
se habían impuesto y que motivaron la autorización como agencia de
valores. Pasan casi 30 días. ¿Qué hace usted en este período? ¿Qué
actuaciones administrativas realizó? Si se acuerda.




El señor BASALLOTE UREBA: Sí, se lo cuento, es muy rápido. El día 2
de enero solicitan la inscripción. Cuando solicitan la inscripción,
tienen que adjuntar la documentación que acredita que se han cumplido
los requisitos o las condiciones que se establecieron para esta
autorización y para que dicha autorización pudiera ser inscrita. En
ese tiempo -plazo también normal- se recibe solamente una de las
escrituras, la de transformación, que se registra a primeros de
diciembre. Había otra escritura, de la que decían en la carta: le
adjuntamos también la de nombramientos y ceses. Cuando nosotros
confirmamos con el Registro Mercantil, como siempre, que se han hecho
las anotaciones correctamente y que el registrador no ha puesto
ninguna traba especial en cuanto al registro de esas operaciones
societarias, nos encontramos con que la escritura de nombramientos y
ceses no había pasado del despacho del notario al del registrador. A
mitad de mes pasa al registrador, que hace una serie de salvedades:
señores, ustedes quieren registrar una escritura en la que figura
como presidente un difunto, el padre del señor Camacho. Cuando
observamos esto, los técnicos de la división manifestamos en el
Registro: todavía está don José Camacho de presidente. Obviamente,
tenían que arreglar esa situación; no sé si con un difunto es más
complicado o menos. El caso es que pasaron unos



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días hasta que pudimos confirmar con el señor registrador que no
había ningún problema, que la salvedad estaba solucionada y que
podían proceder a realizar la inscripción. Esto fue a finales de
enero y yo estaba esperando prácticamente a materializar la
inscripción. De hecho, la norma -es un acto reglado- dice que, en el
plazo de un mes a partir de la solicitud, la comisión debe incluir en
su registro administrativo la nueva agencia de valores, en este caso.

Tenía 30 días desde la solicitud.




El señor CUEVAS DELGADO: ¿No hizo usted ninguna consulta con otro
departamento en ese tiempo? ¿Con los servicios jurídicos de la CNMV?
¿Lo hizo usted?



El señor BASALLOTE UREBA: Servicios jurídicos... Yo tengo un
subdirector letrado y una letrada asignados del servicio jurídico.

Con ellos, al nivel que conozco del día a día, no, porque no me hacía
falta; los técnicos de mi división estaban asumiendo este proyecto
como otro cualquiera.




El señor CUEVAS DELGADO: Si yo le creo; si usted me lo dice, yo le
creo.




El señor BASALLOTE UREBA: Es como le digo.




El señor CUEVAS DELGADO: En la carta que envía usted al señor don
Javier Sierra de la Flor, dice usted: una vez analizada la
documentación, observamos que no queda acreditado el cumplimiento de
determinados elementos que motivaron en su día la autorización... No
voy a leerle la carta entera, pero los elementos que había detectado
usted que no se cumplían eran muy relevantes; lo dice usted: entre
los que destacan, por su relevancia, los siguientes: a) participación
de la Fundación ONCE en un 25 por ciento del capital social de
Gescartera Holding; b) creación de un consejo de administración en
Gescartera Holding, previa dimisión de don Antonio Camacho Friaza
como administrador único; c) transformación de Gescartera Holding en
sociedad anónima. Y les requerían para que lo hicieran cuanto antes.




El señor BASALLOTE UREBA: Si.




El señor CUEVAS DELGADO: Esta carta se la contestan a usted, pero no
le solucionan estos problemas y sin embargo después de esto usted ya
inscribe la sociedad, ya no tiene ningún problema. Todos los
problemas que tenía aquí desaparecen, pero no se los solucionan, ¿Por
qué?



El señor BASALLOTE UREBA: Le explico tal y como nosotros lo hemos
visto en la división.

El señor CUEVAS DELGADO: Le ruego que esto lo explique con
detenimiento porque es un tema muy relevante. La inscripción de
Gescartera como agencia de valores -que está inscrita sin cumplir los
requisitos del proyecto aprobado por la CNMV- es un acto de mucha
relevancia, no sólo en esta Comisión sino en un sumario que hay
abierto y, por tanto, le ruego que sea muy preciso en esta cuestión.




El señor BASALLOTE UREBA: Vamos a tratar de explicarlo correctamente.

Cuando el consejo de la Comisión Nacional del Mercado de Valores
autoriza un proyecto, como la propia expresión indica, está
autorizando un proyecto. Cuando la orden ministerial de 1 de
septiembre, firmada por el señor Folgado, establece como condición
para que este proyecto se autorice la toma de un 10 por ciento en el
capital social de la AV por parte de la fundación ONCE...




El señor CUEVAS DELGADO: Perdone, ¿el 10 por ciento? La CNMV había
dicho el 25 por ciento, ¿no?



El señor BASALLOTE UREBA: No, no. La CNMV nunca ha hablado del 25 por
ciento. No sé de dónde toma usted este dato, pero en ningún caso...




El señor CUEVAS DELGADO: De su carta, de su escrito.




El señor BASALLOTE UREBA: No, no, no.




El señor CUEVAS DELGADO: Su escrito dice...




El señor BASALLOTE UREBA: No, mi escrito -discúlpeme, señoría- hace
mención a la carta registrada en la Comisión Nacional del Mercado de
Valores con fecha 7 de julio del año 2000 y fechada en Madrid a 3 de
julio de 2000, en la que don Antonio Rafael Camacho Friaza, consejero
delegado de Gescartera Dinero SGC -y es importante porque a mí me
guía a analizar si aparte de los requisitos o condiciones estipulados
en la orden ministerial, yo tendría que estar valorando un calendario
a posteriori, una vez que se registrara la entidad como efectivamente
hicimos- dice: Recibida la preceptiva autorización e inscripción de
la agencia de valores, en adelante AV, la cabecera del grupo
Gescartera Holding S.L. se transformará en S.A. y acompañando a esta
misma transformación se procederá a realizar las actuaciones que
siguen: transmisión del 25 por ciento del capital del holding
Fundación ONCE, tal, tal, tal; creación de un consejo de
administración en la misma sociedad, previa dimisión de don Antonio
Rafael Camacho...




El señor CUEVAS DELGADO: Luego, perdone, es el 25 por ciento, ¿no?



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El señor BASALLOTE UREBA: Perdóneme, no me he explicado yo. Digo:
recibida la perceptiva autorización e inscripción de la agencia; es
decir, previamente tiene que estar inscrita. Cuando nosotros hablamos
de un proyecto de la comisión, obviamente hablamos de un proyecto del
que hay que hacer un seguimiento. Cuando hablamos de condiciones para
el acceso a una actividad estamos hablando de unas condiciones
determinadas. La condición determinada exigida en orden ministerial
firmada el 1 de septiembre por el señor Folgado, por delegación del
ministro de Economía, fue la de la toma del 10 por ciento por parte
de la Fundación ONCE en el capital social de la AV Gescartera Dinero,
Agencia de Valores. Quiere decir esto que cuando yo hago el
requerimiento -permítame que se lo explique porque si no difícilmente
se va a entender el requerimiento- nosotros teníamos claro que había
dos bloques de actuaciones respecto a esta transformación. Un bloque
era el del segundo cuerpo de la carta que decía: con respecto a la
nueva AV, transmisión del 10 por ciento del accionariado a la
Fundación ONCE; segundo, dimisión de don Antonio Rafael Camacho
Friaza y de don José María Ruiz de la Serna -compromiso de la propia
compañía- dentro del consejo de la sociedad; tercero, nombramiento de
don José Manuel Pichel en representación de Fundación ONCE como
consejero delegado; cuarto, refuerzo de la estructura organizativa de
la compañía con la contratación laboral de personal cualificado de la
Fundación ONCE. Una vez que se inscribiera la agencia, no
previamente...




El señor CUEVAS DELGADO: Perdón, una pregunta para seguir el hilo.

¿Eso que está usted leyendo es de su carta o del escrito que manda
Gescartera?



El señor BASALLOTE UREBA: Es el compromiso de la sociedad. Es el
compromiso que materializa la propuesta.




El señor CUEVAS DELGADO: El acuerdo de la sociedad que se materializa
previamente a que la CNMV dictara la propuesta. Bien, pero pensaba
que estábamos hablando de su carta.




El señor BASALLOTE UREBA: Es que para entender mi carta hay que
descender a esta carta de condiciones o de requisitos que ellos
prometen cumplir una vez inscrita...




El señor CUEVAS DELGADO: Le voy a explicar una cosa para poder
entendernos, porque si no es imposible.




Aquí estamos analizando -ya tendremos tiempo porque a continuación
viene el responsable del expediente de transformación en agencia de
valores- exclusivamente, una vez que la Comisión Nacional del Mercado
de Valores dictamina las condiciones por las
cuales Gescartera se transforma en agencia de valores, el proceso de
inscripción en el registro. En ese contexto hay una carta suya -y le
pediría que se ciñera a esta carta porque si no no hay forma de
entendernos- en la que dice -y se la voy a leer entera porque si no
no hay forma de entendernos ya-: Nos referimos a su escrito de 2 de
enero de 2001, registro de entrada número tal, en que nos solicitan
la inscripción en nuestro registro de Gescartera Dinero Agencia de
Valores Sociedad Anónima, como consecuencia de la transformación de
Gescartera Dinero. Previamente le habían comunicado a Gescartera que
había sido aprobado en las condiciones en que había sido aprobado, lo
que usted dice del señor Folgado, que ya tendremos ocasión de
discutir esa discrepancia entre el 10 por ciento y el 25. Sigue
usted: A este respecto -o sea, al de la inscripción- y una vez
analizada la documentación por usted aportada -quiere decir que le
darían alguna documentación para cumplir esos requisitos-, observamos
que no queda acreditado el cumplimiento de determinados elementos que
motivaron en su día la autorización de la citada transformación -y
dice usted-, entre los que destacan por su relevancia los siguientes:
a) Participación de la Fundación ONCE en un 25 por ciento del capital
social de Gescartera Holding, Sociedad Limitada; b) Creación de un
consejo de administración en Gescartera Holding Sociedad Limitada,
previa dimisión de don Antonio Rafael Camacho Friaza como
administrador único, y c) Transformación de Gescartera Holding en
sociedad anónima. Usted en la carta dice: entre los que destacan.

Había más, había tomar el 10 por ciento de Gescartera Agencia de
Valores, con lo cual estamos hablando de un 33 por ciento de
Gescartera Agencia de Valores, porque Gescartera Holding tenía ya,
como usted dice, la Fundación ONCE un 25 por ciento. Usted dice esto
aquí, por favor.




El señor BASALLOTE UREBA: Yo no he dicho que tuviera un 25 por
ciento, no lo he dicho nunca.




El señor CUEVAS DELGADO: No digo que usted lo haya dicho. He dicho
que usted, transmitiendo correctamente lo que dice en la resolución
del consejo de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, que dice
exactamente esto... Si quiere se lo leo por otro lado, si quiere se lo
leo por lo que dice la Comisión Nacional del Mercado de Valores, pero
es lo mismo porque usted lo dice correctamente, dice que no se cumple
que la participación de la Fundación ONCE sea del 25 por ciento en
Gescartera Holding Sociedad Limitada, que era la matriz del grupo.

Eso lo dice usted y esta carta se la manda a Gescartera, y yo lo que
le digo es que esto no lo subsanan posteriormente y que usted lo da
por bueno. Usted ya no mantiene esta condición, porque lo que hace es
inscribir a Gescartera Agencia de Valores en el registro y eso es lo
que yo le he preguntado, no le estoy preguntando ahora por lo



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que hay que hacer; le estoy preguntando por lo que ha hecho y lo que
ha hecho está escrito y lo que quiero que usted me diga es por qué,
si usted le dice que las condiciones son estas, cuando no se dan,
cuando no le justifican esto, por qué inscribe a esta sociedad en el
registro. Eso es lo que quiero que me diga.




El señor BASALLOTE UREBA: Mire si está la carta redactada -obviamente
hay que tener un punto de vista de centralidad en las propias
actuaciones de la comisión con lo supervisado-, mire si el
supervisado tiene claro...




El señor CUEVAS DELGADO: Eso no lo entiendo, lo del punto de vista
centralizado luego me lo explica, pero primero me contesta.




El señor BASALLOTE UREBA: Lo que quiero decirle es que el supervisor
entiende perfectamente lo que le estoy pidiendo y de hecho si usted
lee la respuesta, porque la tiene obviamente, se entiende
perfectamente que ha cumplido todos los trámites para la inscripción,
como le he querido leer antes y usted ha dicho: no, refiérase
exactamente... Es que no puedo referirme, porque si me refiero se queda
en el aire la verdad y la verdad es que había dos cuerpos de
condiciones: un cuerpo para la autorización de la AV y otro cuerpo,
una vez inscrita la AV, que es un proyecto de actuaciones a futuro.

Yo no puedo decirle lo que no es, porque realmente las cosas son como
le estoy diciendo. De hecho la propuesta que eleva mi predecesor en
el cargo es exclusivamente dos líneas: proponer al ministro de
Economía y Hacienda la autorización de la transformación de
Gescartera Dinero SGCSA en agencia de valores.




El señor CUEVAS DELGADO: Por favor, eso sí que no, llevamos aquí...




El señor VICEPRESIDENTE (Romay Beccaría): Déjele terminar.




El señor BASALLOTE UREBA: Le estoy leyendo un documento y me está
usted preguntando, no tengo ánimo más que de responderle.




El señor CUEVAS DELGADO: Es interesante parar aquí, señor presidente.

Me he permitido interrumpir porque esto ya no puede ser. Aquí no
podemos confundir tanto las cosas. Ese no es el único punto, esa es
la comunicación. La transformación de Gescartera Dinero en agencia de
valores y las condiciones forman parte de un expediente, que es lo
que aprueba el consejo. No me diga usted que la notita final son las
condiciones; no son las condiciones, esas son las dos líneas de
remisión, pero lo que se aprueba es esto, que es lo que usted debería
saber. Creo que además lo sabía, porque en su carta lo explica muy
bien. Lo que ahora
mismo está diciendo no se corresponde con la realidad ni con la
verdad. Usted acaba de decir: Gescartera Dinero contesta y todos esos
requisitos los cumplen. No, mire usted, si se lo está diciendo muy
claramente. Dice: No obstante, y tal como se comentó en el día de
ayer -parece que tenían una comunicación fluida-, seguimos con el
planteamiento de dar entrada a la Fundación ONCE en el accionariado
de la sociedad holding -seguimos, pero no lo habían hecho-, así como
tomar las actuaciones que se determinaban en los escritos antes
mencionados. Seguimos, pero no lo habían hecho. Cuando usted la
inscribe no lo habían hecho. Quiero que me diga por qué, por qué lo
hizo.




El señor BASALLOTE UREBA: Es muy complicado, honradamente. Valorar un
proyecto a la inscripción es valorar un proyecto en sus
consideraciones. Señoría, lo que de verdad quiero es intentar
explicar por mi parte que lo que valoramos día a día en los distintos
proyectos que se suben al consejo de la casa, es que estamos hablando
de un proyecto. ¿De acuerdo? A partir de ahí hay una serie de
consideraciones que claramente se especifican por el afectado, que en
este caso era don Antonio Camacho, que es el que adquiría los
compromisos que subiría mi predecesor al consejo. Dijo: Una vez
autorizada e inscrita la AV... Es más, el día 1 de febrero del año 2001
provoqué una reunión, no porque fuera fluida la comunicación, que
debe serlo; entre supervisor y supervisado debe serlo porque
obviamente nosotros estamos para ayudar no a esta empresa, que
desgraciadamente no ha resultado ser como todos hubiéramos creído o
querido que fuera, pero hay otros muchos supervisados con todas las
garantías hacia el mercado y hacia la Comisión. Lo que quiero decirle
es, repito, que el día 1 provoqué una reunión en la Comisión Nacional
del Mercado de Valores. Al mismo tiempo que estaba saliendo mi
requerimiento el día 31, el señor Camacho me llamó aquella tarde para
preguntarme: qué pasa con tal, que te hemos enviado, no tenemos
noticias de que haya inscripción, etcétera. Ese fue el segundo
contacto que tuve, uno personal, los días anteriores, porque no me
cumplimentaban la escritura de nombramientos y ceses, y una
conversación telefónica el día 31, a la vez que salía el
requerimiento. Le dije: mira Antonio -por aquello de «estimado
Antonio, te acompaño copia de...»- te envío un requerimiento porque
quiero que me digas cómo está el calendario de cumplimiento de otras
consideraciones. Me dijo: hombre, eso no tiene nada que ver, porque
esa no es una obligación que tengamos nosotros que cumplir, no nos
hemos comprometido en ningún caso. Volví a decir: Antonio, mi
predecesor sube al consejo un proyecto y aunque no sea una condición
sine qua non para inscribir tu agencia, para la transformación de
gestora de cartera en agencia, quiero saber cómo va el calendario de
cumplimiento. Es mi obligación.




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Perdone que le aburra con esto, pero creo que es necesario que se lo
cuente.




El señor CUEVAS DELGADO: No me aburre, en absoluto.




El señor BASALLOTE UREBA: Quiero conocer al órgano de gobierno de la
AV, porque quiero saber y quiero hablar con el señor Pichel en
persona para que me hable de los compromisos que la ONCE mantuvo o
mantiene y quiero tener las garantías, no exclusivamente a través de
una documentación. Yo te envío la carta porque voy a oficializar, le
voy a dar carácter oficial a ese requerimiento. Quiero mantener una
reunión con el órgano de gobierno de la futura agencia. ¿Por qué?
Porque yo quería conocer exactamente si la Fundación ONCE mantenía
ese acuerdo marco o pliego de condiciones que en su caso presentó
ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores.

Durante el desarrollo de esa reunión, en la que por cierto el señor
Camacho me dijo que el señor Pichel no quería llegar a la Comisión
Nacional del Mercado de Valores, porque era muy aparatosa su llegada,
por sus condiciones, le dije: yo no tengo ningún problema en
trasladarme donde haga falta. Yo me trasladé a la sede de la calle
Moreto. No recuerdo a qué hora estuve, fue por la mañana, pero estuve
una hora con ellos departiendo y hablando sobre las condiciones a
futuro. Yo quería que me hablaran del calendario, era mi
preocupación; y eso es lo que yo quiero poner aquí de manifiesto,
señorías. Yo quería dejar claras las actuaciones de futuro, el
calendario de futuro. El señor Pichel me dijo que seguía en marcha
con todos los acuerdos que en su día firmó con el señor Camacho y que
este era un proyecto ambicioso para la Fundación ONCE porque tenía
muchas oportunidades de colocar a discapacitados en lugares o puestos
administrativos, pero no en el mercado financiero y en puestos de
gran responsabilidad. A mí me pareció, sinceramente, convincente, por
lo menos su interpretación.

Después me dijo que tuviéramos tranquilidad porque la Fundación ONCE
había entrado en el consejo de la agencia, que de hecho él era el
consejero delegado, y que él asumía la responsabilidad que le
confería, que estaban próximos a constituir el primer fondo de
pensiones porque la gestora del fondo de pensiones ya se había
constituido; a la constitución asistió con poder me imagino
suficiente el señor Pichel, como director general de la Fundación
ONCE. Hablamos de todos esos aspectos. A mí, señoría, se lo digo
honradamente, me convenció porque me mantuvo, desde luego no con
fecha... me dijo muy claro el señor Pichel: tenemos que ver cómo se van
dando los pasos y a futuro hablaremos, pero entra dentro de los
planes que habíamos proyectado en su momento.




El señor CUEVAS DELGADO: Señor Basallote, yo no estoy hablando de un
proyecto ni creo que aquí estemos hablando de un proyecto; estamos
hablando de un procedimiento reglado que trata de la inscripción de
una entidad que previamente el consejo de la Comisión Nacional del
Mercado de Valores había aprobado y había remitido al Ministerio de
Economía y éste, a su vez, había dado también la aprobación con unas
condiciones. Estamos hablando de ese procedimiento reglado. Lo siento
mucho y de verdad que lo lamento, porque creo que estamos ante una
cuestión muy seria.

Por aquí han pasado muchas personas, algunas prácticamente no han
hablado porque estaban incursas en un procedimiento judicial y se
acogían a su derecho, otras han hablado poco y las responsabilidades
han sido muy dispares. Lamento el interrogatorio que le estoy
haciendo aquí, pero creo que la situación es tremendamente delicada,
en el sentido de que, por primera vez, estamos en presencia de un
procedimiento reglado en el que las posibilidades de salirse por las
ramas son muy escasas. Estamos hablando de una situación en la que,
al final, en este proceso de transformación de Gescartera en agencia
de valores, después de lo que venía anteriormente, después de un
expediente, después de todo lo que hemos conocido en esta Comisión,
si en este procedimiento no se ha actuado correctamente, porque al
final todo el mundo se ha agarrado a las condiciones que se estaban
dando en plan benéfico para que esta sociedad saliera adelante y,
como usted ha dicho, todos queríamos que saliera adelante...




El señor BASALLOTE UREBA: No he dicho eso; no he dicho que todos
queríamos.




El señor CUEVAS DELGADO: Lo he creído entender así.




El señor BASALLOTE UREBA: Disculpe que no quería interrumpirle.




El señor CUEVAS DELGADO: Lo he creído entender así; de todas formas,
si no es así, la ventaja es que se graba y está escrito. No se lo he
dicho en plan peyorativo, sino que estamos todos empeñados en
resolver este problema. La solución del problema eran las condiciones
que se habían impuesto. Si ni siquiera esas condiciones se cumplen al
final, podemos estar en presencia de una situación grave, de una
situación que se puede calificar no sólo como de prevaricación o
tráfico de influencias sino también de complicidad o cooperación
necesaria, coautoría o encubrimiento de la estafa que en un sumario
de la Audiencia Nacional se está tramitando.




Esta parte que estamos viendo aquí a mi juicio tiene todas esas
consideraciones y tiene también la ventaja, para los comisionados que
estamos intentando esclarecer qué ha pasado aquí, de que tenemos
cuatro cartas. En un procedimiento de cuatro cartas, además de estas



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visitas que usted hacía a Gescartera para, según usted, profundizar
más en el cumplimiento, yo creo que como se profundizaba más en el
cumplimiento era con la documentación suficiente, necesaria y reglada
que acreditara que las condiciones que se habían impuesto en el
consejo de la Comisión Nacional del Mercado de Valores se cumplían.

Por eso yo le he hecho referencia a los documentos que tengo en mi
mano, y los documentos que tengo son su carta, que, efectivamente,
refleja muy bien cuál era la situación, y la carta que a usted le
envían desde Gescartera, que es una carta en los mismos términos de
las innumerables cartas que hemos conocido aquí enviadas por
Gescartera, que empiezan hablando de una cosa y terminan hablando de
otra. Dice que lo ha cumplido todo o que el único punto que no han
cumplido es uno, esta inscripción, obviamente; claro, no han podido
cumplir la inscripción, si es que no han cumplido todos los demás.

Este lenguaje, este tono es el mismo en todas, pero lo sorprendente
es que diciendo la misma carta, como le he dicho antes, que no se
había dado entrada, que no se ha podido dar entrada a la Fundación
ONCE en el accionariado, usted, a continuación, lo que haga es dar
por bueno que esto estaba hecho y notificar que una vez examinado el
expediente, se autoriza la inscripción. Eso es lo que no tiene
ninguna explicación. Como le he dicho antes que entre una actuación y
otra se puede entender de muchas maneras, se puede entender como
desconocimiento, negligencia, cooperación necesaria, lo que usted
quiera poner, usted tiene ahora la oportunidad de decirme por qué lo
hizo, porque no tengo ningún otro papel que me diga que esto se ha
cumplido, y en la documentación que hemos recibido, a día de hoy, no
hay ningún documento de ningún notario que certifique esto, y eso es
lo que quiero que me diga.




El señor BASALLOTE UREBA: Que sepa usted que yo no me siento agredido
ni interrogado. Estoy encantado, ...¡hombre! encantado... Me hubiera
gustado haber estado, sabe usted, haciendo otras cosillas,...




El señor CUEVAS DELGADO: Y a mí.




El señor BASALLOTE UREBA: Es su obligación. Yo, agredido o
interrogado, en absoluto. Que estoy aquí para intentar aportar todo,
todo lo que pueda, desde luego, desde mi conocimiento, que sobre este
tema en lo que a inscripción se refiere, en mis actuaciones no he
adolecido de desconocimiento, ninguno; de negligencia, en absoluto;
connivencia, prevaricación, en absoluto. He actuado técnicamente como
tenía que actuar. Yo no comparto su opinión en cuanto a que dice que
en la carta se pone de manifiesto que no han entrado en la agencia.

No habrán entrado en la holding, donde entrarían una vez inscrita la
agencia. En la agencia yo constaté que había entrado con un 10 por
ciento: constató el notario, constató el registrador que dijo:
adjunto certificado
del secretario del consejo de administración. Si yo tengo que
constatar por encima de lo que registra un registrador, yo no sé
adónde tenemos que llegar en ese sentido. Son las pautas que se
marcan técnicamente para llegar a ese tipo de conclusiones.

Sinceramente se lo digo: que determine la responsabilidad quien la
tenga que determinar. Yo tengo la conciencia muy tranquila sobre mi
actuación. No puedo decir: no, es que por desconocimiento, llevaba
diez minutos en la casa... No, señoría, este acto reglado es bien
sencillito, de lo primero que aprende cualquier recluta de la
comisión: sencillito, sencillito, y las condiciones estaban bien
claras: esta autorización de transformación queda condicionada a que
en el momento del otorgamiento de la escritura de transformación se
perfeccione la entrada en el capital de la nueva sociedad con un 10
por ciento del mismo de la Fundación ONCE, tal y como se describe en
la memoria que se acompaña a la solicitud. Yo tengo que actuar, como
usted ha dicho, obviamente, de manera reglada, conforme a una
autorización. Si no es que yo me lo hubiera querido saltar, nunca más
lejos de querer plantear un problema a futuro, se lo digo
honradamente; nunca más lejos de querer plantear un problema
a futuro, en la vida, y creo que he actuado, en conciencia
y técnicamente, como tenía que hacerlo: asesorado por los técnicos de
mi división, desde luego, pero yo hubiera hecho lo que se ha hecho.

¿Lo volvería a hacer en estos momentos? Señoría, después de todo lo
que he leído en la prensa, de todo lo que vengo oyendo en esta
Comisión de investigación, sinceramente, no, pero yo no tenía esa
información que tienen ustedes hoy y no sé si ustedes la tenían. Yo,
no.




El señor CUEVAS DELGADO: Sí, pero fíjese en la importancia y la
gravedad de esto que ni siquiera esto tiene que ver con la situación
de Gescartera. Aunque Gescartera no hubiera sido lo que ha sido y
hubiera sido una entidad distinta y no hubiera pasado nada de esto,
lo que yo estoy describiendo es un acto que, de forma reglada, tenía
usted que haber llevado y no lo ha llevado. Lo que yo le estoy
diciendo es que en su misma carta reclama algo, que se haga algo, y
no se hace y usted lo inscribe; o sea, que da igual. En este caso,
tiene usted hasta la buena suerte de que da igual. Eso que usted ha
dicho lo han dicho algunos comparecientes más: yo, a lo mejor ahora,
sabiendo lo que ha pasado, no lo haría. En su caso esto tampoco es
relevante, porque aunque Gescartera no hubiera tenido ningún
problema, la realidad es que usted había autorizado algo sin que se
hubieran cumplido unos requisitos que usted mismo había reclamado, y
esto tiene un nombre. Como usted dice que lo ha hecho perfectamente y
bien asesorado, me quita usted un peso de encima. Pensaba que usted
había tenido alguna distracción, y usted lo ha hecho perfectamente y
hay más que hablar.

Vamos a seguir intentando profundizar en por qué hasucedido esto y si
usted lo hizo motu proprio o le dijo



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alguien que a pesar de no tener esas condiciones autorizase. Vamos a
ver si logramos saberlo. Le voy a hacer una pregunta concreta. Usted
en esas condiciones de que habla en su carta, 25 por ciento de la
ONCE, -no voy a repetirlo- ¿me puede decir de dónde obtuvo la lista
de condiciones que debía cumplir Gescartera para que la autorización
como AV pudiera perfecionarse?



El señor BASALLOTE UREBA: De una carta a la CNMV, registrada el día 7
de julio, que la división utilizó para construir la propuesta que
subió al consejo. Esta carta, registrada el día 7 de julio, separaba
dos actuaciones. Decía -simplemente le apunto las siguientes
acotaciones-: Recibida la preceptiva autorización e inscripción de la
AV -y relata todas las condiciones de transmisión del 25 por ciento,
creación de un consejo de administración con copresidencia de la
Fundación ONCE, transformación en una SA, asunción de personalidad
jurídica de SA- y con respecto a la nueva AV los compromisos que
adquirían. Obviamente, si aquel que está instando la autorización,
solicitándola, se compromete a una serie de aspectos, honradamente,
muy claramente diferenciados, nosotros ¿cómo vamos a interpretar de
otra manera lo que el propio solicitante está manifestando?



El señor CUEVAS DELGADO: Pero ¿me está usted hablando de que usted
sacó esto de una carta de la propia Gescartera?



El señor BASALLOTE UREBA: Claro, si es quien solicita la
transformación. ¿Qué carta voy a coger señoría?



El señor CUEVAS DELGADO: Podría usted haber cogido la resolución de
la Comisión Nacional del Mercado de Valores, ¿no?



El señor BASALLOTE UREBA: Pero si es que refleja exactamente lo
mismo, señoría. La leeremos ahora con detenimiento. Yo me la he leído
muchas veces.




El señor CUEVAS DELGADO: ¿Y si no lo reflejara?



El señor BASALLOTE UREBA: ¿Si no lo reflejara quién?



El señor CUEVAS DELGADO: Vamos a ver si nos entendemos, porque yo
creo que la cosa tiene su entidad. Usted me dice que para un
procedimiento reglado, y usted es el garante de ese procedimiento,
usted tiene que cumplir la resolución de ese consejo y usted me está
diciendo ahora mismo aquí y a todos los comisionados que para cumplir
eso no hizo eso, sino que cogió una carta de Gescartera.

El señor BASALLOTE UREBA: No, yo no he dicho eso. Discúlpeme. He
dicho...




El señor CUEVAS DELGADO: Vamos a ver. Le he preguntado de qué carta
saca usted eso y dice usted que de la de Gescartera. Es que me va a
volver loco, porque esta es una cosa un poco extraña.




El señor BASALLOTE UREBA: Vamos a intentar no volvernos locos.




El señor CUEVAS DELGADO: Vamos a empezar otra vez.




El señor BASALLOTE UREBA: Digo que yo me ajusto a la autorización.




El señor CUEVAS DELGADO: Vamos a empezar otra vez la pregunta, a ver
si nos enteramos. Yo le he preguntado a usted... ya he perdido el hilo
de lo que está diciendo.




El señor BASALLOTE UREBA: ¿Lo refresco yo?



El señor CUEVAS DELGADO: Es que la cosa es difícil. Hay que estar
preparado.

Yo le he dicho que de dónde obtuvo usted esa lista de condiciones que
usted pone en su carta. Y usted me dice: de una carta del 7 de julio.

¿No?



El señor BASALLOTE UREBA: Sí.




El señor CUEVAS DELGADO: Y yo le pregunto ¿esa carta de quién es? Y
me dice usted que de quién va a ser, de Gescartera, que qué mejor
carta que la del propio solicitante. Y mi pregunta, al hilo de eso
eso, es cómo va usted a utilizar en cuanto a las condiciones de
cumplimiento para la transformación de Gescartera en agencia de
valores la carta, aunque sea lo mismo, de Gescartera. Tendrá usted
que utilizar la resolución del consejo de la Comisión Nacional del
Mercado de Valores, que, obviamente, no puede ser antes del consejo
del día 13, ¿o no?



El señor BASALLOTE UREBA: Claro. Lo que yo digo es que, señoría, lo
que yo utilicé no fue esta carta. Usted me ha dicho, ¿qué empleó para
la carta del requerimiento? Y le dije me apoyé en esto que,
obviamente, es un reflejo. Esa carta se refleja en la propuesta. Lo
que yo utilice para inscribir fue la orden ministerial que autorizaba
con una condición, y en eso me apoyé.




El señor CUEVAS DELGADO: Ah, la Orden ministerial.




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El señor BASALLOTE UREBA: Claro. ¿Cómo voy yo a basarme en algo que
no sea una orden tajante que refleja un acuerdo del consejo?



El señor CUEVAS DELGADO: ¿Y en la orden ministerial viene todo eso
que ha puesto usted en la carta? ¿Tiene usted ahí la orden
ministerial?



El señor BASALLOTE UREBA: Sí, sí la tengo, claro. En la orden
ministerial no viene esto. Digo, para inscribir me apoyé en la orden
ministerial, para requerir y decirle cómo está el calendario de las
otras consideraciones me apoyé en la propuesta, que es reflejo de esa
carta de Gescartera Dinero.




El señor CUEVAS DELGADO: Perdón, pero yo no le he preguntado ni para
requerir ni para inscribir. Yo le he preguntado que para reflejar en
su carta las condiciones que ha reflejado, en qué documento se ha
apoyado. Eso es lo que le he preguntado. ¿Es sencillo, no?



El señor BASALLOTE UREBA: Y yo le digo que para autorizar la
inscripción, para inscribirla, me apoyé en la orden ministerial, que
es lo tengo que hacer. Para requerir -porque yo les he requerido
pidiéndoles información complementaria- ...




El señor CUEVAS DELGADO: Perdóneme, no le he preguntado eso. Le estoy
diciendo que en la carta que usted envía a Gescartera -que se la he
leído ya dos veces y no se la voy a leer más, la Fundación ONCE y
tal- ¿de dónde sacó que de la Fundación ONCE se necesitaba un 25 por
ciento, de qué documento? Es lo que yo le he preguntado.




El señor BASALLOTE UREBA: De la carta de 7 de julio, que es fiel
reflejo de la propuesta que se llevó al consejo, porque se
diferencian dos bloques de actuaciones. Por eso me he ido a esa
carta, porque me ha parecido que era aclarativa y explicativa.




El señor CUEVAS DELGADO: Entonces, ¿lo de la orden ministerial lo
borramos?



El señor BASALLOTE UREBA: No me diga usted eso, hombre. Le he dicho
que la orden ministerial era la condición suficiente para inscribir.

Yo para inscribir me he apoyado en la orden ministerial, y en la
carta le requería sobre el calendario del resto de actuaciones que se
harían una vez autorizada e inscrita la agencia de valores.




El señor CUEVAS DELGADO: Vamos a ir por otro lado. ¿No cree más
lógico que usted le exigiera a Gescartera las condiciones que se
reflejaban en la orden ministerial o en lo que aprueba la Comisión
Nacional del Mercado de Valores, que tiene que ser lo mismo,
evidentemente, no? No pueden ser cosas distintas. Eso sí que tiene
que ser lo mismo ¿no? ¿Sí o no?



El señor BASALLOTE UREBA: Obviamente, en condiciones normales sí,
claro.




El señor CUEVAS DELGADO: Ah, en condiciones normales.




El señor BASALLOTE UREBA: La propuesta del consejo va al ministro de
Economía, pues tiene que ser obviamente la que dicte el ministro de
Economía.




El señor CUEVAS DELGADO: Eso es. ¿Y ahí venían esas condiciones del
25 por ciento de la ONCE?



El señor BASALLOTE UREBA: No.




El señor CUEVAS DELGADO: No venían. Entonces, ¿cómo se las exige
usted a Gescartera?



El señor BASALLOTE UREBA: Lo explico otra vez. Cuando se presenta a
la comisión un proyecto hay una serie de considerandos en el
proyecto, pasa con éste como pasa con todos, y un proyecto se
materializa de una manera o de otra, y nuestro trabajo consiste en
hacer un seguimiento de todos los aspectos derivados del proyecto.

Unos son condicionantes para autorización y otros no lo son, como
incorporar tantas personas, como abrir tantas sucursales, como otros
muchos condicionantes. Yo me creí en la obligación en aquel momento
-yo hubiera tenido que inscribir sin hacer requerimiento de ningún
tipo-, era mi obligación inscribir porque había cumplido ya todo lo
que tenía que cumplir y yo quise cerciorarme, porque en la carta de 7
de julio, a la que le he hecho mención, este señor, Camacho, decía
que iremos cumpliendo a lo largo del año 2000. Cuando todo se ha ido
retrasando, yo digo, oye, el año 2000 se ha quedado atrás. Yo quiero
que quede constancia en esta casa que aquello no se ha cumplido y que
seguimos manifestando que otra serie de condicionantes tendrán que
desarrollarse con la vida de la sociedad. Lo que pedía era un
calendario de esas actuaciones, no lo hecho con otro motivo.




El señor CUEVAS DELGADO: Permítame que le diga que este diálogo o
este intercambio que estamos teniendo es algo insólito porque usted
tiene una facilidad para desdecirse tremenda. Usted, en su carta, que
además es una carta que tiene hasta un tono -nos referimos a su
escrito y tal, a este respecto una vez analizada la documentación
queremos que cumplan- no refleja que usted no tenía que hacer esto;
es más, yo creo que lo tenía que hacer, claro que lo tenía que hacer,
pero, en fin, usted hizo la carta y lo cierto es que le contestan una
cosa totalmente distinta. Ya sé que no me va a contestar, porque no
quiere, al motivo por el cual usted da por bueno esto. Esa es la
cuestión que se tiene



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clara, pero usted contesta unas veces una cosa y otras, otra. La
pregunta única que yo le hago no es si el requerimiento, si tenía o
no tenía. No, no, yo no digo nada de eso, perdóneme que le diga, si
el proyecto, si la ONCE, si la fecha, si el año 2000, eso lo está
usted diciendo. Yo lo único que le he preguntado, que es bastante
sencillo, es si usted manda una carta en castellano, que todo el
mundo la entiende, vamos, que el de Gescartera cuando lee la carta
dice tengo que mandar esto, y entonces le escribe usted y como no lo
tiene hecho, le da usted una vuelta cambiada y le dice que el único
punto que no ha podido cumplir a nuestro pesar es que no está
inscrita. Permita que le diga que esto es un poco de broma, porque lo
demás dice que no puede cumplirlo y a usted parece que le da igual su
carta anterior y dice pues venga, vamos a inscribirla y la inscribe.

Yo le he preguntado ¿por qué? ¿Qué cambia? ¿En ese tiempo usted llega
a la conclusión de que no tiene que hacer nada de esto? Esa es la
única pregunta que yo le he hecho, porque respecto a lo demás me está
liando un poco, pues le estoy preguntando qué documentos ha utilizado
y usted me ha dicho tres documentos y no conseguimos saber nada de
esto. Aquí usted no tiene más opinión, sino que, simplemente, de una
carta a otra consideró que estaba todo hecho y que podía inscribirla
ya.




El señor BASALLOTE UREBA: En una reunión. ¿Le he contado que tuve una
reunión en la sede de Gescartera?



El señor CUEVAS DELGADO: Sí, me ha contado que tuvo una llamada y una
reunión allí. Entonces allí le dijeron que estaba todo bien y usted
volvió y la inscribió.




El señor BASALLOTE UREBA: La reunión fue el día 1, el día 5 recibimos
la carta y la primera firma hábil fue el día martes día 6, que es
cuando se inscribió. Esa fue la primera firma hábil que hubo.




El señor CUEVAS DELGADO: ¿Estuvo usted solo en la reunión o estuvo
acompañado por alguien?



El señor BASALLOTE UREBA: No, estuve con un compañero que era
inspector general de la CNMV.




El señor CUEVAS DELGADO: ¿Con un inspector general? ¿Quién era?



El señor BASALLOTE UREBA: Don Pedro Villegas.




El señor CUEVAS DELGADO: Ah, don Pedro Villegas estuvo en esa
reunión.

Bien, vamos a seguir profundizando en esta cuestión del documento. No
se si a usted la mandarían -me imagino que sí- toda la documentación.

Hay un documento
que nosotros no acabamos de tener y además tenemos una duda que
es la siguiente. El acuerdo de la Comisión Nacional del Mercado de
Valores fija unas condiciones para que se pueda producir la
autorización. Esas condiciones concuerdan bastante con lo que usted
había puesto en su carta, aunque hay otras más como que los
accionistas tengan unas ciertas características de idoneidad, los
consejos, etcétera. Esto se supone que es lo que se aprueba
posteriormente y lo que se envía al Ministerio de Economía. El
Ministerio de Economía lo aprueba sin ninguna modificación, porque
hace referencia al acuerdo de la Comisión Nacional del Mercado de
Valores, pero en su comunicación aparece sólo lo del 10 por ciento.

Entonces yo personalmente considero que quizás esa carta iba
acompañada por otra cosa más que hiciera más explícito que, además
del 10 por ciento, tenía que tener otras consideraciones. ¿Usted no
tiene otro documento? O sea ¿no le enviaron ningún expediente más
completo desde el Ministerio de Economía, no? No se si se lo
enviarían a usted desde el Ministerio de Economía o si del Ministerio
de Economía lo enviaron a la Comisión Nacional del Mercado de Valores
y desde allí se lo envió el presidente o alguien a usted, no lo sé.

¿A usted no le llegó otra documentación?



El señor BASALLOTE UREBA: No. No obstante, yo no recibí esa
documentación porque en todo caso entraría en los primeros días de
septiembre porque veo que la comunicación de mi predecesor se hace a
mediados de septiembre, exactamente el día 13. Este día, la dirección
general de fomento, que es como se llamaba antes, informa a
Gescartera Dinero SGC la autorización promovida en la orden
ministerial. Para proceder a valorar la inscripción lo único que
encuentro en los expedientes y en la documentación que pido es lo que
tienen ustedes seguramente. Creo que son tres hojas: una primera, una
cabecera, donde me dan el registro de salida, de fecha de 4 de
septiembre, y dos hojas más, que incluyen el texto de la orden
ministerial. Son tres hojas lo que yo recibo.




El señor CUEVAS DELGADO: ¿Nos puede dejar esa documentación por
favor?



El señor BASALLOTE UREBA: Sí claro, lo que usted necesite. Me quedo
sin papelillos, pero bueno.




El señor VICEPRESIDENTE (Romay Beccaría): Se los devolvemos. Hacemos
fotocopias.




El señor BASALLOTE UREBA: Estas son las tres hojas que yo recibo o
que se reciben en la división.




El señor CUEVAS DELGADO: Bien. En el momento de enviar el
requerimiento ¿no conocía usted el acuerdo marco de colaboración
empresarial suscritoentre Antonio Camacho, en representación del
grupo



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Gescartera, y José Manuel Pichel, en representación de la Fundación
ONCE?



El señor BASALLOTE UREBA: Me lo cita el señor Camacho por teléfono el
día 31 y me dice: hombre, pero si estamos actuando conforme al
acuerdo marco. Y yo le digo: ¿qué acuerdo marco, Antonio? Y él me
dice: hombre, eso lo tienes tu ahí en el expediente, es un acuerdo
que suscribimos... Yo le dije: Mira, Antonio, yo no tengo nada que
relate compromisos de tu sociedad con la Fundación ONCE; no tengo
ningún documento. Me envías una copia, por favor, que lo quiero
valorar, pero envíamela antes de reunirme con vosotros.




El señor CUEVAS DELGADO: ¿Tiene usted ese documento?



El señor BASALLOTE UREBA: Sí, lo tengo.




El señor CUEVAS DELGADO: ¿Qué fecha tiene?



El señor BASALLOTE UREBA: ¿Es un documento que dice: acuerdo-marco de
colaboración empresarial?



El señor CUEVAS DELGADO: Sí.




El señor BASALLOTE UREBA: Ese acuerdo está fechado en Madrid, a 14 de
julio de 2000.




El señor CUEVAS DELGADO: Y, claro, no se le pasó por la imaginación
ni usted cayó en que esto se aprobó el día 13.




El señor BASALLOTE UREBA: No, no me pasó por la imaginación. ¿Y qué
relevancia tiene?



El señor CUEVAS DELGADO: Si hay que cumplir una condición en un
documento que tiene fecha un día después de cuando se aprueba,
difícilmente la Comisión Nacional del Mercado de Valores pudo poner
como condición ese documento. ¿No?



El señor BASALLOTE UREBA: No sé si lo adjuntaron a la propuesta. No
lo sé. Obviamente, no se adjuntó porque o hay un error de fecha...




El señor CUEVAS DELGADO: Obviamente no se adjuntó porque la fecha es
posterior. Adjuntado no pudo ir.




El señor BASALLOTE UREBA: O hay un error de fecha...




El señor CUEVAS DELGADO: Eso es, o los días cambian. Es algo
imposible. Si el día 13 se aprueba
tenía que haber estar adjuntado antes del día 13, pero el día 14 no
pudo ser.




El señor BASALLOTE UREBA: No le puedo contestar a esto, sinceramente.




El señor CUEVAS DELGADO: Se lo digo porque es algo que siempre nos ha
extrañado, pero digamos que es de las cosas que menos nos extrañan.

Fíjese que solamente hay un día de diferencia. Como usted reconoce,
podía incluso haber estado de alguna forma. Es una de las cosas que
menos nos extrañan, otras nos extrañan mucho más.

Usted envía el requerimiento a don Javier Sierra de la Flor y remite
copia del mismo a don Antonio Camacho.




El señor BASALLOTE UREBA: Sí.




El señor CUEVAS DELGADO: ¿Esto lo hacía usted con todos a los que
escribía cartas?



El señor BASALLOTE UREBA: Con casi todos, señoría sinceramente. Eso
va...




El señor CUEVAS DELGADO: Eso va en el carácter. O sea, usted, cada
vez que escribe una carta, dice: Querido Antonio.




El señor BASALLOTE UREBA: En casi todas las comunicaciones.

Honradamente, siempre he actuado igual, no sólo en la comisión; es
una rémora de educación de la que me siento orgulloso.




El señor CUEVAS DELGADO: La verdad es que el trato que recibía el
señor Camacho en la CNMV era un buen trato porque era un hombre
bastante dadivoso.




El señor BASALLOTE UREBA: Y con cualquier supervisado también,
señoría.




El señor CUEVAS DELGADO: A lo mejor con otros no porque todos los
supervisados no se dedicaban a hacer los regalos que hacía el señor
Camacho; tenemos una lista de los mismos y hay más de uno en la
Comisión Nacional del Mercado de Valores. A usted seguramente no le
hizo ninguno porque no le daría tiempo.




El señor BASALLOTE UREBA: Porque era nuevo. (Risas.)



El señor CUEVAS DELGADO: Claro, porque era nuevo, si hubiera estado
más tiempo, seguro que le habría llegado alguno.




El señor BASALLOTE UREBA: Eso ya va en las personas, señoría.




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El señor CUEVAS DELGADO: Cinco días después de enviar el
requerimiento, es decir, el 5 de febrero, lunes, se recibe la carta
que he comentado anteriormente, suscrita por don José María Ruiz de
la Serna. ¿No tiene registro de entrada esta carta?



El señor BASALLOTE UREBA: No lo sé, voy a mirarlo. Sí, tiene registro
de entrada el día 5 de febrero. No sé de dónde tiene usted la carta;
si la tiene de la comisión o si la tiene de la agencia. Si la tiene
de la comisión, tiene un registro.




El señor CUEVAS DELGADO: Ahora que lo dice, ya no lo sé.




El señor BASALLOTE UREBA: Si la documentación la recibe de otro lado,
ya no lo sé.




El señor CUEVAS DELGADO: La tenemos que recibir de la Comisión
Nacional del Mercado de Valores, pero ya se me ha perdido hasta la
carta.




El señor BASALLOTE UREBA: Si quiere le dejo copia de la mía, señoría.




El señor CUEVAS DELGADO: Sí, aquí la tengo. Es una carta que tiene
registro de entrada. ¿Usted conoció el contenido de esta carta antes
de recibirla formalmente en la reunión esa que tuvo? ¿La reunión fue
antes o después?



El señor BASALLOTE UREBA: La reunión fue el día 1 de febrero.




El señor CUEVAS DELGADO: Antes de esta carta.




El señor BASALLOTE UREBA: Sí, sí, fue antes de la carta.




El señor CUEVAS DELGADO: Se supone que esta carta era, digamos, el
resumen de lo que ustedes hablaron como condición para que se pudiera
inscribir.




El señor BASALLOTE UREBA: Nunca lo tomé como acta de reunión, porque
de hecho se dice una serie de falsedades que no se comentaron en la
reunión. Soy consciente de que no se dijo lo que, por ejemplo, se
dice aquí en un párrafo que el señor Pichel no se comprometió a
entrar en la gestión diaria de la AV. No es lo que el señor Pichel
dijo; es una persona seria, cualificada y preparada desde mi punto de
vista. Un señor preparado, director general de la Fundación ONCE,
vicepresidente ejecutivo de otras muchas empresas dependientes del
grupo. No era un cualquiera, era un tío con mucho peso. Y él me lo
dijo expresamente: si usted no va a asumir la gestión diaria, señor,
debe usted coger otro puesto en la agencia, no el de consejero delegado,
el de contador de aviones. No lo sé, pero, desde luego, el de
consejero delegado, no.




El señor CUEVAS DELGADO: ¿Controlador de aviones?



El señor BASALLOTE UREBA: No. Contador, contador de aviones. (Risas.)
Disculpe, me refiero a otros puestos sin relevancia, no ese puesto.




El señor CUEVAS DELGADO: No, yo ya me imaginaba esta circunstancia
porque, como usted sabe, el ministro de Economía, el señor Rato, en
unas declaraciones bastante recientes reconocía que el Ministerio de
Economía tenía mucho interés en que la ONCE entrara en Gescartera.

Claro, si lo dice el ministro, fíjese si no entrara. Esto es una cosa
que tenían que cuidar, tenían que cuidar que se cumplieran estas
condiciones.

De todas formas, ¿consultó con don Antonio Alonso Ureba el contenido
de la citada carta de contestación? En la primera me imagino que
estaría de acuerdo, porque todo lo que salía de la CNMV hacia el
exterior tenía que pasar por los servicios jurídicos.




El señor BASALLOTE UREBA: ¿El requerimiento del 31?



El señor CUEVAS DELGADO: Sí, si le comentó la contestación que le dio
Gescartera por la cual usted vuelve a mandar otra carta diciendo que,
una vez examinada... Digamos que dando vía libre a la inscripción. Me
imagino que para un asunto de esta importancia estaría el máximo
responsable de los servicios jurídicos. Conocería las dos cartas, la
primera y la segunda. Con la primera estaría de acuerdo y con la
segunda, también.




El señor BASALLOTE UREBA: ¿Relevancia o no? Autorizaciones, como le
he comentado, 961 entidades registradas. La verdad le digo, me
imagino que en estos días se lo habrán comentado o lo conocen
ustedes, la estructura de la comisión es definitiva, las direcciones
de línea (entre las que se encuentra la dirección que ocupo) tienen
una total autonomía y tenemos asignado un subdirector que es letrado
de servicios jurídicos y tenemos asignado también una letrada del
servicio jurídico. Y cuando es necesario tenemos otros letrados,
otros subdirectores del servicio jurídico a los que acudimos para
resolver otro tipo de procedimientos algo más complejos. No era el
caso.

Para el requerimiento, obviamente lo vimos en la división con el
subdirector que competía al efecto y el subdirector de servicios
jurídicos que tengo, como le digo, designado; o sería la letrada,
creo que fue el subdirector. Con él lo vi allí, me acuerdo que lo
estuvimos repasando en mi mesa como otros muchos requerimientos,
porque sinceramente no es el único que sehace; diariamente se hacen
muchos requerimientos.




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En cuanto a la carta de contestación, la recibimos en la división, la
valoramos y yo no sé incluso si llegamos a hablar de esto con el
letrado que tenemos asignado, sinceramente. Creo más bien que no,
porque ya estaba previsto realizar el acto de inscripción, después de
la reunión que mantuve el día 1, estaba previsto realizar el acto. Yo
estaba esperando una contestación, pero...




El señor CUEVAS DELGADO: O sea, que los términos...




El señor VICEPRESIDENTE (Romay Beccaría): Señor Cuevas, le advierto
que ha transcurrido una hora de su tiempo, a efectos de que usted se
administre lo mejor que pueda.




El señor CUEVAS DELGADO: Lo haré lo más rápido posible, pero pensaba
que llevábamos quince minutos. Está siendo esto ameno. Bueno, seré
más rápido.

El segundo escrito es el que usted no tiene seguridad de que lo
vieran los servicios jurídicos. El primero sí, pero el segundo no.




El señor BASALLOTE UREBA: ¿El segundo es el de la inscripción?



El señor CUEVAS DELGADO: Sí, el segundo es la notificación que usted
hace: que, una vez examinada...




El señor BASALLOTE UREBA: No, seguro que no lo han visto los
servicios jurídicos. No me consta. No es normal. Es notificación de
un acuerdo. Eso nace, señoría, de una propuesta de resolución, lo que
nosotros conocemos como índice de firma. Ese índice de firma lo
valora un letrado. En este caso era un índice de firma de fecha 6 de
febrero de 2001 de 21 folios. No sé cuántos temas habría. Ese índice
de firmas lo valora un letrado, lo firma el director de la división
y, en este caso, aunque tiene delegadas estas competencias, lo eleva
al vicepresidente de la CNMV. Es decir, firma un letrado, firma el
director y, para estos índices, firma el vicepresidente de la CNMV. A
partir de ahí, las comunicaciones son prácticamente automáticas, de
la propia división. El índice pasa a manos de un administrativo, que
lo eleva, etcétera.




El señor CUEVAS DELGADO: Correcto. Volviendo a lo que nos dijo
anteriormente de que había una cosa que no era cierta en el escrito
éste, como era que la ONCE tenía que intervenir en la gestión: ¿Usted
verificó los poderes de José Manuel Pichel como consejero delegado de
Gescartera?



El señor BASALLOTE UREBA: No, no lo verifiqué ¿Cómo los poderes? No
le entiendo, pero si es consejero delegado. ¿Qué más poderes tiene
que un nombramiento
asumido y aceptado por él de consejero delegado?



El señor CUEVAS DELGADO: Tendrán ustedes que verificar algo.




El señor BASALLOTE UREBA: Lo que verifiqué es el nombramiento y la
aceptación del mismo, no el propio nombramiento.




El señor CUEVAS DELGADO: ¿O sea, que no adjuntaron los poderes que
tenía ni nada, si era verdad o mentira?



El señor BASALLOTE UREBA: ¿Los poderes en la ONCE o en Gescartera?
Señoría, disculpe.




El señor CUEVAS DELGADO: Lógicamente, en Gescartera.




El señor BASALLOTE UREBA: En Gescartera, obviamente. Si era consejero
delegado, cargo refrendado en junta general y ratificado como acto
notarial e inscrito, ¿qué tengo que mirar yo ahí, si es un
nombramiento de junta general? Hay una asunción. Él dice: conozco las
responsabilidades derivadas de mi cargo, que son muchas, son
prácticamente todas las responsabilidades.




El señor CUEVAS DELGADO: Usted sabrá lo que tiene que mirar, pero ¿no
le pareció extraño que se justificara la entrada de la Fundación ONCE
para aportar solvencia y viabilidad al grupo Gescartera y que en la
carta de Gescartera se dijese que la Fundación ONCE no iba a
intervenir en la gestión de las empresas?



El señor BASALLOTE UREBA: Ya le he dicho que eso es falso, señoría.

No es verdad y, como no es verdad, no quiero que le confundan.




El señor CUEVAS DELGADO: Pero como luego, en la carta que usted
remite, no hace ninguna referencia a esto, ni siquiera dice: todo
está bien menos en este punto, que tienen ustedes que hacer esto...




El señor BASALLOTE UREBA: Como decimos en la casa, eso va de suyo.

Eso es imposible que sea de otra manera, señoría. El consejero
delegado asume las funciones que están delegadas en esa persona.




El señor CUEVAS DELGADO: Perdóneme que le diga, pero imposible que
sea de otra manera, no, porque ha sido posible que haya sido de otra
manera.




El señor BASALLOTE UREBA: ¿Cómo que hayasido de otra manera?



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El señor CUEVAS DELGADO: Ni la ONCE está en Gescartera ni nada que se
le parezca. No me diga usted eso porque no ha sido así.




El señor BASALLOTE UREBA: Eso no es así. Tengo una copia aquí del
inventario permanente...




El señor CUEVAS DELGADO: Sobre la Fundación ONCE, aquí ha quedado
suficientemente demostrado y acreditado, lo único que hay es que el
secretario del consejo de administración de Gescartera va a un
notario y eleva a documento público el contenido de esa acta, pero el
responsable de la Fundación ONCE no firma en ningún sitio ni acepta
ni tiene ninguna acción de Gescartera.




El señor BASALLOTE UREBA: Discúlpeme, pero no coincido con ese
parecer. Yo tengo un documento aquí, entre otros muchos documentos...




El señor CUEVAS DELGADO: ¿Usted tiene el documento notarial? Pues
encantado, porque llevamos buscándolo tres meses. Se lo digo para que
lo aporte.




El señor BASALLOTE UREBA: Sí. El documento notarial está en la
escritura de transformación en la que se incluyen las cuentas de la
sociedad firmadas por el señor Pichel.




El señor CUEVAS DELGADO: ¡Ah! ¿Y eso acredita que la Fundación ONCE
se hace cargo de la gestión de Gescartera?



El señor BASALLOTE UREBA: Perdone, en el libro de inventarios y
balances de la Fundación ONCE, concretamente, en inventarios de
inversiones financieras permanentes del ejercicio del año 2000,
figura la participación de un 10 por ciento de Gescartera Dinero AV
-eso no lo digo yo, lo dice su libro de inventario de inversiones
permanentes, no estamos hablando de cualquier cosa-, así como también
la toma de participación del 20 por ciento en la gestora del fondo de
pensiones. El señor Pichel acude con poderes suficientes a la
constitución de la gestora del fondo de pensiones en el mes de
diciembre y como hay que desembolsar, acude con poderes suficientes.

Esto no es una transmisión.




El señor CUEVAS DELGADO: Perdóneme, que no estamos hablando de la
gestora del fondo de pensiones. Estamos hablando de la participación
de la Fundación ONCE en el holding.




El señor BASALLOTE UREBA: Lo que le quiero justificar es el papel del
señor Pichel, que no era cualquiera.




El señor CUEVAS DELGADO: Mire que estamos teniendo paciencia. El
presidente luego me llamará la atención por el tiempo, pero usted lía
cada cosa de forma increíble.




El señor VICEPRESIDENTE (Romay Beccaría): No, no.




El señor CUEVAS DELGADO: ¿Cómo me puede usted contestar a eso
diciendo que está en la gestora de pensiones? ¡Qué barbaridad! No
tiene nada que ver. Vamos a seguir porque ya queda poco tiempo. Ya la
cosa está un poco más clara.

El 6 de febrero, es decir, al día siguiente de la carta de Gescartera
citada anteriormente y que entra en el registro de la CNMV, el
vicepresidente de la CNMV acuerda inscribir Gescartera Dinero Agencia
de Valores en el registro de esta comisión con el número 186. Este
acuerdo del vicepresidente es comunicado por usted a Gescartera en un
escrito del 12 de febrero, con salida el 15. En un día, usted cambia
de criterio respecto de las condiciones a cumplir por Gescartera. Es
decir, se cree la carta de José María Ruiz de la Serna, se cree que
en esa carta dice la verdad y que usted estaba equivocado, prepara el
expediente administrativo para que esté completo y consigue la firma
del vicepresidente de la CNMV ¿En un día? ¿Puede explicar esto?



El señor BASALLOTE UREBA: En un día, no, señoría.

El día 1 yo materializo una visita a la agencia; me reúno con el
órgano de gobierno, que es el órgano decisor de las actuaciones y
compromisos de esa agencia para con el mercado y sus supervisores, y
me queda muy claro, señoría, que vendrá una respuesta al
requerimiento, pero tengo muy claros los aspectos derivados que eran
cómo se va a cumplir el calendario de otra serie de aspectos que se
derivaban de sus compromisos con este proyecto de autorización. Me
quedó muy claro, señoría. Le dije entonces del día 1, que no sé qué
día cae de la semana, hasta el próximo día de firma, que es un martes
o un viernes, creo que la firma cayó el 6 de febrero, que me he
parado a comprobar que es martes, luego median los días desde que yo
confirmo estos aspectos hasta el día 6. (El señor presidente ocupa la
presidencia.)



El señor CUEVAS DELGADO: ¿Esto cuándo se lo comenta al
vicepresidente, porque es el que firma?



El señor BASALLOTE UREBA: ¿Cuándo se lo comento? El día de la firma,
el mismo día 6.




El señor CUEVAS DELGADO: O sea, usted le pasa la firma y él firma sin
más.




El señor BASALLOTE UREBA: Sin más, no. ¡Bueno es el vicepresidente!
Sin más no firma el vicepresidente,



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no. El vicepresidente exige una justificación de todos los aspectos
derivados de la firma. Si fuera tan fácil firmar... No, no.




El señor CUEVAS DELGADO: De momento, no hay más preguntas.




El señor PRESIDENTE: A continuación, tiene la palabra por el Grupo
Parlamentario Catalán (Convergència i Unió) el señor Jané i Guasch.




El señor JANÉ I GUASCH: Señor Basallote, buenos días, o buenas tardes
ya. Tengo que reconocer, señor Basallote, que en esta primera parte
de su comparecencia se ha aportado poca luz o han quedado quizá
aspectos que no se perciben con claridad, por lo menos por parte de
este diputado, y creo yo que por parte de todos los que estamos en
esta Comisión; hay una percepción de que hay aspectos que no son
claros. Intentaré aclarar lo que yo he entendido de su primera parte,
y me gustaría a ver si somos capaces de poner un cierto orden al
cruce de cartas y el cruce de porcentajes que se está produciendo en
esta Comisión de hoy. ¿Es cierto, señor Basallote, que para inscribir
a Gescartera como agencia de valores únicamente había que cumplir la
Orden ministerial firmada por el señor Folgado, de fecha 1 de
septiembre de 2000?



El señor BASALLOTE UREBA: Sí, es cierto.




El señor JANÉ I GUASCH: Únicamente tenía que comprobar las
condiciones que figuraban en esa orden.




El señor BASALLOTE UREBA: Sí, es cierto, únicamente.




El señor JANÉ I GUASCH: Segunda pregunta. Aparte del seguimiento de
todo el expediente que había conseguido la aprobación y las
unanimidades del consejo de la comisión y de todos los elementos
previos necesarios, a partir del 1 de septiembre de 2000, la única
condición que usted debía comprobar era que existiera una escritura
de transformación y que hubiera entrado en el capital de la nueva
sociedad un 10 por ciento del mismo por parte de la Fundación ONCE.

¿Es así?



El señor BASALLOTE UREBA: Efectivamente, es así. Lo único que tenía
que mirar.




El señor JANÉ I GUASCH: ¿Usted qué hace para comprobar este aspecto?



El señor BASALLOTE UREBA: Como es habitual (de hecho, cuando
solicitan ya adjuntan la documentación porque las entidades saben y,
si no lo saben, en los procedimientos que se instruyen previamente se
les comunica qué tienen que hacer una vez que reciban la comunicación
de la autorización), tienen que ir a constituir
la sociedad o, en este caso, una transformación de gestora de
cartera, una operación societaria también recogida en nuestra
reglamentación. Sabían que tenían que hacer sus deberes, que son ir a
la notaría, otorgamiento de esa transformación y posteriormente
registrarla. Eso es lo que sabían ellos que tenían que hacer. Había
otra serie de procedimientos a los que se comprometieron también,
como expliqué antes, y si les parece lo cuento, que eran relevos en
el órgano de gobierno y una serie de aspectos tales como compromiso
de contratación de personal discapacitado. Eso eran temas menores,
porque lo que yo tenía que ver era que en la escritura elevada a
pública y registrada se cumplía con los requisitos que habíamos
comunicado. En concreto miramos la ampliación de capital suficiente a
capitales mínimos para poder constituirse como AV y esa certificación
del libro de acciones en la que figuraba que era poseedora la
Fundación ONCE del 10 por ciento, acciones numeradas de la 9.001 a la
10.000, creo -no me acuerdo ahora, pero por ahí iba el tema-. Esa fue
la base.

En cuanto al tema de nombramientos y ceses, al que en la carta de
solicitud ellos hacen mención diciendo: «solicitamos la inscripción y
adjuntamos la escritura de transformación y la de nombramientos y
ceses», la de nombramientos y ceses no venía con el sello del
registro, con lo cual los técnicos de la división lo pusieron en mi
conocimiento y requerimos para que se nos presentara una escritura
con entrada en registro. Como pasaban los días, diez o doce días, y
no recibíamos esa escritura -cosa que por otra parte no es anormal,
forma parte de las capacidades de la gestión de cada uno-, hablamos
con registro, con el que tenemos una relación muy cordial y fluida, y
me dijeron: Juan Carlos, no obstante no estéis preocupados con este
asunto porque le he puesto una salvedad. Es decir, vinieron - y si
ustedes lo comprueban creo que tiene dos fechas de entrada en
Registro Mercantil-, no hay ninguna pega ni ningún problema y vamos a
proceder a su inscripción en registro en cuanto superen estas
salvedades, entre las que estaba que todavía figuraba un cargo de una
persona difunta. Por eso se retrasó un poco más.




El señor JANÉ I GUASCH: Por tanto, para intentar buscar un poco de
claridad, hay un expediente de inscripción que tiene una condición,
la transformación y que en la nueva sociedad la Fundación ONCE tenga
el 10 por ciento. Cumplido esto, usted inscribe. ¿Es así?



El señor BASALLOTE UREBA: Así es.




El señor JANÉ I GUASCH: En paralelo a este procedimiento de
inscripción y sin que sea en ningún caso obstáculo para inscribir,
existe un proyecto que había presentado Gescartera ante la comisión,
proyecto en el que, según el informe que nos ha dirigido a la
Comisión,que es un documento en el que figuran todos los



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informes de la comisión al Ministerio de Economía, es relevante el
apunte 21, de 3 de julio de 2000, en el que figura lo siguiente:
«carta de Antonio Camacho en la que concreta compromiso de
condiciones como complemento de su solicitud de transformación en
agencia de valores. Los compromisos son básicamente los siguientes
-se afirma en esta documentación de la Comisión-: «primero, recibida
la autorización e inscripción de la agencia de valores, transmisión
del 25 por ciento del holding a la Fundación ONCE.» Por tanto, aquí
hay dos cosas distintas, una cosa es la inscripción, con un requisito
único, el 10 por ciento, que ustedes consideraron que ya se había
cumplido - sobre eso volveré luego, porque hay muchas dudas-, y otra
cosa distinta, complementaria pero distinta, es que una vez inscrita
hay un compromiso por parte de Gescartera de transmitir el 25 por
ciento del holding a la Fundación ONCE. ¿Es así?



El señor BASALLOTE UREBA: Así es exactamente.




El señor JANÉ I GUASCH: Entonces su carta previa a la inscripción no
se está refiriendo a un requisito para la inscripción...




El señor BASALLOTE UREBA: No, nunca.




El señor JANÉ I GUASCH: Sino que se está refiriendo a los compromisos
que Gescartera había manifestado una vez inscrita. ¿Es así?



El señor BASALLOTE UREBA: Así es.




El señor JANÉ I GUASCH: ¿Y por qué hace usted ese cruce temporal?
Usted hace un cruce temporal, señor Basallote, porque usted podía
haber hecho esa carta haciendo ese requerimiento. Usted decía: es que
yo quiero estar seguro del calendario. Pues da la impresión de que
esa seguridad la quiere tener previa a la inscripción. No le hacía
ninguna falta, porque para la inscripción sólo le hacía falta el 10
por ciento. Yo le pregunto: ¿por qué hace ese cruce temporal? ¿Por
qué, si está a punto de inscribir, realiza esa carta pidiendo ya
condiciones que deberán cumplirse con posterioridad a esa
inscripción?



El señor BASALLOTE UREBA: Señoría, es la forma de actuar y de
trabajar de cada uno. Me he obligado siempre a hacer las tareas
cuanto antes. Obviamente, se puede malinterpretar.




El señor JANÉ I GUASCH: Se ha dado lugar por parte de todos...




El señor BASALLOTE UREBA: Sí, ya lo he visto.




El señor JANÉ I GUASCH: Nos ha inducido, no únicamente al otro
portavoz, sino a una gran parte de
los que estamos aquí, a una cierta perplejidad el dar un
requerimiento antes de inscribir, no cumplir ese requerimiento
e inscribir. Son dos procesos distintos. Creo entenderlo así. Quisiera
que nos lo explicara bien para que pueda tener ese punto de luz.




El señor BASALLOTE UREBA: Exactamente, son dos procedimientos
totalmente diferentes. Como ya expliqué antes, yo para inscribir
exclusivamente necesitaba acreditar que se cumplía lo estrictamente
especificado en la orden ministerial de autorización. Es decir, desde
que yo tengo esa orden ministerial y que me aportan la escritura de
transformación, únicamente estaba esperando a confirmar con registro
que se presentaría como válido ya el apunte de nombramiento y cese de
órganos de gobierno, cosa que sí me interesaba tener clara antes de
poder inscribir. En cualquier caso, mi requerimiento no obedeció, en
ningún momento, a ningún aspecto derivado de la inscripción. Yo sabía
que le estaba hablando de concreción de un calendario a futuro,
porque estaba bien claro, de la propuesta que se llevó al consejo,
que una vez autorizada e inscrita la sociedad iban a proceder a la
toma de una serie de condiciones.




El señor JANÉ I GUASCH: ¿Qué pasa, señor Basallote, si esa claridad
que usted quería tener de que cumplirían el calendario a futuro,
calendario aportado por Gescartera y aceptado implícitamente cuando
se realiza la inscripción, si a usted no se le daba ninguna
seguridad, inscribía igualmente?



El señor BASALLOTE UREBA: Yo esto lo valoré con el letrado que tengo
asignado y con el subdirector que llevaba este trámite, que me dijo:
Juan Carlos, aun cuando tú quieres hacer ese requerimiento por ver
cómo se va a cumplir el calendario futuro, este es un acto reglado y
estamos obligados a inscribirlo en el plazo de un mes, cumplidos los
requisitos de la autorización; que sepas que estamos pidiendo un
requerimiento a más información de la que realmente estamos obligados
y tenemos derecho a reflejar.




El señor JANÉ I GUASCH: Por tanto, a usted, en el fondo, le vienen a
decir: te estás poniendo en un lugar que ahora no te corresponde.

Ahora estamos en la inscripción -vienen a advertirle-, eso en todo
caso vendrá después, por tanto, déjate ahora de si el 25 por ciento,
etcétera, porque lo que ahora se está discutiendo es únicamente el 10
por ciento.




El señor BASALLOTE UREBA: No. Eso exactamente no fue así. Yo quería
requerirles a ellos. Nadie me dijo: déjate de... No, no hubo ese tipo
de disquisición. Lo que sí que teníamos claro, desde que se recibió
la escritura de transformación correcta y confirmamos la toma de
participación del 10 por ciento por la vía que fuera, es que teníamos
que inscribir. Este es un acto reglado y yo tengo un mes a partir de
la solicitud y estaban todos los



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requisitos especificados en la orden ministerial cubiertos. A partir
de ese momento, como usted bien dice, si la carta en vez de salir
fechada el 31, sale fechada el día 10 de febrero, se acabaron todos
los problemas. Quizá, por la forma de ser que tengo o la forma de
actuar de ir avanzando en los proyectos y no dejar que se queden en
una mesa por más tiempo, quise saber cómo se había establecido ese
calendario a futuro de actuaciones. ¿Un exceso de celo? No sé.

Llamémoslo como queramos.




El señor JANÉ I GUASCH: Reconoce, señor Basallote, que este exceso de
celo ha contribuido a crear incertidumbre en lo que es un proceso
normal. Porque un proceso normal tiene que tener su iter cronológico
y es muy importante salvar siempre ese iter cronológico. El iter
cronológico era: vamos a inscribir y, una vez inscrita, vamos a
cumplir el resto de requisitos a los que Gescartera se había
comprometido de forma cierta y a través de una oferta. Creo que su
exceso de celo, como lo califica usted, ha contribuido de forma
importante a crear una confusión. ¿Está de acuerdo con esta
apreciación?



El señor BASALLOTE UREBA: Estoy de acuerdo con esa apreciación por lo
que estoy viendo, obviamente. Desde luego estoy de acuerdo con esa
apreciación.




El señor JANÉ I GUASCH: Cuando usted, señor Basallote, percibe que
esa apreciación no es sólo del diputado que antes le hablaba o del
que le habla ahora, sino que fue compartida por todos los medios de
comunicación que tuvieron acceso a sus cartas, porque han llegado a
esta Comisión, cuando usted percibe esta interpretación, ¿qué
respuesta da? Porque hace unos días que han aparecido estas cartas,
unas cartas que dan lugar a una interpretación, interpretación que
hacía el portavoz socialista e interpretación que hace este diputado
que le habla. Este diputado que le habla entiende la versión que hoy
nos está usted aportando pero, ¿no ha tardado demasiado en aportar
esta versión? Porque ya hace días que está esa percepción que
cronológicamente usted estaba exigiendo, a través de un
requerimiento, como si eso fuera para inscribir, que realmente no lo
era porque había una orden ministerial muy clara que sólo fijaba el
10 por ciento, pero se ha generado una confusión. ¿No cree que
debería de haber aclarado previamente esa confusión?



El señor BASALLOTE UREBA: Señoría, a la prensa, establecida la
Comisión de investigación, en todo caso es la Comisión de
investigación.




El señor JANÉ I GUASCH: Incluso nos podía haber enviado una nota a la
Comisión.




El señor BASALLOTE UREBA: Habré adolecido de desconocimiento de esa
posibilidad. En cualquier caso yo he entendido que en lo que era la
Comisión Nacional del Mercado de Valores nunca hubo error de
interpretación y todos lo hemos tenido claro, y posiblemente hacia el
exterior teníamos que haber transmitido de otra manera. El rigor de
la Comisión Nacional del Mercado de Valores no nos permite... Usted
dice por medio de una carta a esta Comisión, de haberlo sabido lo
hubiera hecho.




El señor JANÉ I GUASCH: Se lo pregunto, señor Basallote, porque usted
hoy nos da una versión, que yo la he entendido, yo entiendo
perfectamente la versión que usted da, que es: una cosa es la
inscripción y otra los compromisos posteriores a la misma; una
versión que concuerda con los documentos que la propia Comisión nos
ha remitido a estos diputados y que claramente dice: recibida la
autorización e inscripción de la agencia, transmisión del 25 por
ciento. Con lo cual, es un iter cronológico claro: primero autorizar,
después inscribir, después transmitir el 25 por ciento, y para
inscribir previamente que la ONCE adquiera el 10 por ciento. Ese es
el iter que se desprende de los documentos oficiales de la Comisión,
pero no el que se desprende de sus cartas, y sus cartas, señor
Basallote, abren una incertidumbre, la de que quizá usted pensó que
era necesario saber la respuesta a ese requerimiento antes de
inscribir, que era importante saberlo, y que alguien se lo quitó de
la cabeza en el iter entre su carta y la inscripción en tan sólo unos
días de diferencia. ¿Alguien le presionó? ¿Alguien le indicó que no
se metiera por ese camino, que ahora no tocaba y, por tanto, usted
desiste e inscribe?



El señor BASALLOTE UREBA: No, no, en ningún caso. Sobre este tema no
he recibido presión, ni llamada, ni comentarios. Exclusivamente a
nivel de división orientamos, y tampoco hemos valorado esto como se
ha valorado después a través de la publicación en los medios de
comunicación, no se ha valorado ese efecto negativo, honradamente.

Decisión mía desde luego como responsable de la división, comentada,
presionada, o valorada: oye, Basallote, que esos temas no; en
absoluto, nunca, nadie; faltaría a la verdad.




El señor JANÉ I GUASCH: ¿Mantenía usted una relación por parte de
otras entidades con quien iba a ser autorizado, con Gescartera?
Gescartera era una entidad que estaba siendo sujeta a un proceso de
transformación que tutelaba usted desde la Comisión. ¿Cuántos
contactos tuvo usted con responsables de Gescartera?



El señor BASALLOTE UREBA: Yo tutelé la inscripción. Contactos tres,
dos personales y uno telefónico: uno con don Antonio Camacho,
personal en las oficinas de la Comisión a mediados/finales de enero,
segundo telefónico el día 31, y el día 1 que me reúno con el órgano
de Gobierno de la agencia en su sede, en la calle Moreto, de Madrid.




El señor JANÉ I GUASCH: En ese proceso, ¿su primo era abogado de
Gescartera aún?



El señor BASALLOTE UREBA: Mi primo...




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El señor JANÉ I GUASCH: Hay dos hermanos Alonso Ureba, que los dos
son primos de usted. Uno, el asesor jurídico, secretario de la
Comisión, que ha comparecido ya en esta Comisión, y otro, que es el
hermano del primero, primo también de usted, que es el abogado de
Gescartera o asesor de Gescartera. ¿Lo era en ese momento temporal?
¿Su primo seguía siendo abogado de Gescartera?



El señor BASALLOTE UREBA: De haberlo sabido, obviamente yo me hubiera
apartado de esa autorización.




El señor JANÉ I GUASCH: No podía, porque usted tenía una obligación,
entraba dentro de su ámbito de responsabilidad.




El señor BASALLOTE UREBA: Mi ámbito de responsabilidad, pero usted
sabe que tenemos una serie de limitaciones en régimen de
consanguinidad. Yo no podría asumir unos procedimientos que
estuvieran tramitados por familiares.




El señor JANÉ I GUASCH: No lo consideró nunca así el secretario de la
Comisión, el señor Alonso Ureba, que sí que conocía que su hermano
era abogado de Gescartera.




El señor BASALLOTE UREBA: Pues mire, yo soy primo hermano de mis
primos, a mucha honra, muy orgulloso y a los que les tengo mucho
cariño, pero yo tengo mi propia personalidad y yo decido y soy
responsable de mis actuaciones.




El señor JANÉ I GUASCH: ¿Y usted hubiera decidido no intervenir?



El señor BASALLOTE UREBA: Por supuesto.




El señor JANÉ I GUASCH: ¿No intervenir en el proceso si hubiese
sabido que el abogado de Gescartera era un primo suyo?



El señor BASALLOTE UREBA: Por supuesto. Si lo hubiera sabido, no
hubiera intervenido.




El señor JANÉ I GUASCH: O sea que usted no sabía esa condición de que
su primo era el abogado de Gescartera.




El señor BASALLOTE UREBA: No, de verdad que no.




El señor JANÉ I GUASCH: El abogado de Gescartera, a quien usted
conoce, evidentemente, porque es su primo, ¿en ningún momento del
proceso de transformación, en el cual usted hace un requerimiento
como el que hizo le llama para decirle: Juan Carlos, ahora
esto no nos lo pidas porque no entra en este iter temporal? ¿En
ningún momento le llama?



El señor BASALLOTE UREBA: En ningún momento. Primero, que yo no sabía
que él, como usted está diciendo, es abogado de Gescartera, ni en
aquel momento, ni ahora, ni antes, ni durante. Dos, que aunque me lo
hubiera pedido...bueno que yo me imagino que él se pensaría si
pedírmelo o no. De todas maneras, le digo que a honra me tiene ser
familia de mis dos primos hermanos y además muy orgulloso que estoy,
pero una cosa muy diferente es cómo actuaré en mi vida profesional y
personal. Desde luego no hubiera aceptado ese tipo de presión. Yo
creo que conociéndome como me conocen, no hubieran entrado nunca por
ahí. Nunca me hubieran hablado de este tema. De hecho no lo han
hecho.




El señor JANÉ I GUASCH: Volviendo a la carta que usted envía al señor
Sierra de la Flor, 31 de enero de 2001, usted enmarca la carta dentro
de la solicitud de inscripción. Dice: Nos referimos a su escrito de 2
de enero de 2001, registro de entrada número tal, en el que nos
solicitan la inscripción en nuestros registros de Gescartera Dinero
Agencia de Valores como consecuencia de la transformación de
Gescartera Dinero. A este respecto -por tanto, ¿a qué respecto? al
respecto de la inscripción- y una vez analizada la documentación por
ustedes aportada, observamos que no queda acreditado el cumplimiento
de determinados elementos que motivaron en su día la autorización de
la citada transformación. A este respecto es para la inscripción. Lo
dice su carta. Yo creo, señor Basallote, que en esta carta quizá
usted se expresó muy mal, pero de esta carta se desprende que usted
antes de inscribir debía, de alguna forma, comprobar esos requisitos,
entre ellos el 25 por ciento, que no era un requisito para la
inscripción, pero para usted sí, porque lo pone en esta carta. ¿No
cree que esta es la interpretación lógica que, no los medios de
comunicación, todos los grupos de esta Cámara quizá hicimos al leer
esta carta? La hacía ahora el portavoz del grupo que me ha precedido.

Del texto literal de la carta se desprende una versión distinta a la
que hoy aporta usted. Quisiera que me ratificara si coincide o no
conmigo que del texto de esta carta se desprende que usted marca a
Gescartera unos requisitos para la inscripción que Gescartera no
tenía por qué cumplir, porque únicamente tenía que cumplir los de la
orden ministerial firmada por el señor Folgado.




El señor BASALLOTE UREBA: Yo manifiesto que no era ésa la intención
del requerimiento, es decir, poner un condicionante si no no
procedemos a inscribir. No es ésa la intención del requerimiento. De
hecho, en la respuesta que hace José María Ruiz de la Serna, que
todavía era director general, manifiesta los aspectos que él sabe
realmente que estamos hablando. Estamos hablando de cumplimiento de
un calendario a futuro. ¿Por



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qué? Obviamente hoy valorado, al cabo del tiempo, se puede decir que
hubo un cruce de fechas que pudiera ser malinterpretado o lo ha sido.

El objetivo que yo perseguía era: proceder a la inscripción, porque
se habían cumplido absolutamente todos los condicionantes de la
autorización, y así se comprobaron, pero desde luego yo quería tener
constancia, aportar seguridad a las actuaciones que hacemos, porque
estábamos registrando una entidad con un programa de actividad por
encima, superior, enriquecido al que tenía anteriormente, y con otra
serie de obligaciones para con la Comisión Nacional del Mercado de
Valores en cuanto a formas de presentar los estados y periodicidad en
la que tenía que presentar. Yo quería tener tranquilidad, es mi forma
de trabajar, la forma de trabajar que intento transmitir, y yo quise
transmitir y quise preguntar si el calendario al que se habían
comprometido seguía en vigor o no.




El señor JANÉ I GUASCH: Yo entiendo la versión que hoy nos explica.

Yo la he entendido perfectamente. Una cosa era inscribir, otra lo que
debo cumplir después de la inscripción. Pero señor Basallote, con
toda sinceridad, desde un punto de vista de rigor jurídico - muchos
aquí somos juristas, yo lo soy- la carta que usted envía a Gescartera
Dinero el 31 de enero no concuerda con lo que usted explica hoy, y
eso es una verdad jurídica. Después podemos dar las explicaciones que
sean. Realmente, no tenían por que cumplir todo ello para ser
inscritos, porque de los documentos de la Comisión queda claro que
sólo debían cumplir el 10 por ciento. Pero de su carta no. Fíjese
cómo no. El último párrafo de su carta es demoledor, señor Basallote.

Dice: Como consecuencia de ello -usted dice a Gescartera-, les
requerimos para que procedan en el plazo de un mes, desde la
recepción de este escrito, a efectuar las indicadas subsanaciones,
entre ellas el 25 por ciento, recordándoles de otra parte que el
presente requerimiento deja en suspenso el transcurso del plazo
legalmente previsto para la inscripción de la agencia de valores en
el registro de la Comisión. Esto es claro, riguroso y para mi sólo
permite una interpretación unilateral. Usted está requiriendo a
Gescartera para que cumpla, para ser inscrita como agencia de
valores, unas condiciones que realmente Gescartera no tenía por qué
cumplir porque eran a partir de la inscripción, porque la única que
tenían que cumplir es la del 10 por ciento. Pero para usted no, y a
usted alguien le convence después de que iba equivocado, porque lo
que queda claro es que usted con esta carta está haciendo un
requerimiento que dejará en suspenso la inscripción. Quisiera que
reflexionara sobre esto, que creo que es de un rigor jurídico claro y
la carta no deja lugar a dudas de que usted ese día, 31 de enero,
pensaba que o cumplían esas condiciones o usted no inscribía.




El señor BASALLOTE UREBA: Yo soy economista; obviamente en rigor
jurídico la interpretación y los cuerpos de la comunicación que
hacemos son cuerpos
estándares. Eso no justifica de ningún modo la redacción en todo caso
de un documento determinado. Lo que sí quisiera justificarle es lo
que le comenté antes, quizá por exceso de celo, seguro, por
convencimiento de que seguían en vigor todos los acuerdos que se
habían adoptado a futuro para desarrollar después de la inscripción,
una vez obtenida la autorización, me quise cerciorar de que todo
seguía como se había hablado. Esa es la realidad y el fundamento.




El señor JANÉ I GUASCH: Pero en aras de la inscripción. Lo dice en su
carta. Queda en suspenso la inscripción. El plazo para la inscripción
lo suspende usted a través de este requerimiento. No es una
comprobación de exceso de celo. Es para usted un requerimiento
advirtiendo: O se cumplen estos compromisos, o yo de momento no
inscribo y suspendo el plazo. Es lo que dice su carta, no lo digo yo.




El señor BASALLOTE UREBA: En cualquier caso, estamos hablando de un
calendario de cumplimiento de consideraciones una vez inscrita, como
se deduce de la propuesta y como se deduce de la carta de 7 de julio,
que yo contrasto en la reunión que mantengo en sus oficinas el día 1
y que ellos me relatan previamente a la inscripción en una
contestación a ese requerimiento. Yo entiendo y considero
suficientemente acreditadas las justificaciones, porque así se me han
explicado también en la reunión que mantuve personalmente con ellos,
encuentro acreditadas esas explicaciones y procedo a la inscripción.

Esa es la realidad. Usted dice: ¿y si no le hubieran convencido? Pues
mire usted, no sé lo que hubiera hecho, no es el caso. Podemos entrar
ahora en cuántos supuestos podríamos desgranar. Lo que sucedió es lo
que sucedió: yo quedé convencido y acreditaron verbalmente y por
escrito lo que iba a ocurrir una vez inscrita la agencia de valores,
que es lo que se deducía de mi requerimiento.




El señor JANÉ I GUASCH: Si no se lo hubiesen aclarado, ¿hubiese
inscrito?



El señor BASALLOTE UREBA: Si no me lo hubiesen aclarado, me hubiera
planteado la inscripción. Si no hubiera recibido una respuesta al
requerimiento me hubiera planteado la inscripción y hubiera subido
con este asunto al consejo o donde hubiera tenido que subir
-obviamente, el consejo es el órgano de decisión de la casa-, a
decir: Oye, no tengo respuesta, tengo que inscribir por ley y, si no
inscribo, nos van a recurrir. Nos recurrirían, desde luego, pero no
era algo que a mí me preocupara. Si hubiera habido una desconexión
total entre un requerimiento nuestro y la respuesta al mismo, le
aseguro que no hubiera procedido a la inscripción o la hubiera
retrasado; lo hubiera hecho.




El señor JANÉ I GUASCH: Señor Basallote, hay un aspecto que preocupa
a esta Comisión de investigación



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y que preocupa sobre todo, ¿sabe a quién? A la ONCE. La ONCE está
preocupada porque, si se llega a acreditar que aceptó realmente el 10
por ciento de esas acciones que la Comisión dio por buenas, puede
llegar a ser responsable civil subsidiaria en aspectos relacionados
con el fraude de Gescartera; puede, esperemos que no, porque no sería
bueno para la ONCE que sucediera esto, pero puede pasar. Por tanto,
la ONCE pone un celo extremo en demostrar que en ningún momento
aceptó ese 10 por ciento de las acciones, y así se ha manifestado en
esta Comisión. ¿Tiene usted la certeza de que aceptó ese 10 por
ciento?



El señor BASALLOTE UREBA: Yo sí la tengo. Quiero decir, que las
acciones obran en poder de... No lo sé. ¿Es falsa la certificación de
lo que figuraba en el libro de acciones? Pues allá películas con las
responsabilidades de quien haya extendido esa certificación falsa.

Yo, desde luego, y el notario que lo elevó y el registrador obrarían
de buen fe también y operaron que esa transmisión se había producido;
como regalo o a cambio de..., eso lo ignoro.




El señor JANÉ I GUASCH: Se dice que fue como donación.




El señor BASALLOTE UREBA: No lo sé; no entro en remuneraciones sobre
entradas en capital; sinceramente, no entro. En cómo se transmite, si
se intercambian... no entro. Lo constaté; lo constaté, como le digo,
con esa certificación registrada que manejamos para la inscripción, y
lo constaté con la reunión que mantuve con el señor Pichel. Con mis
declaraciones no trato de influir negativa ni positivamente, tengo
que decir la verdad; y la verdad es que yo constaté, porque él me lo
dijo en aquella reunión: Vengo en nombre de la Fundación ONCE. Si
ahora decimos otra cosa, estaría faltando a la verdad, y no puedo
faltar a la verdad aunque me pese. Qué me gustaría a mí más que no
comprometer a nadie y que nadie me dijera..., pero es la verdad.




El señor JANÉ I GUASCH: Señor Basallote, nos ha dado hoy una
respuesta, la última, que abre un matiz que justifica el texto de su
carta. Si usted admite que si no hubiese obtenido las explicaciones
no hubiera inscrito, la carta que usted dirigía a Gescartera era para
usted realmente condicionante para la inscripción. Usted quería estar
seguro y escribe esa carta en la que anuncia que paralizará la
inscripción si no se le demuestra. Va usted allí, le dan unas buenas
explicaciones, las cree adecuadas e inscribe, pero está dándome la
razón. Cuando usted escribe la carta lo hace sabiendo que puede ser
un condicionante de la inscripción la respuesta que tenga de la
misma. Usted mismo me dice: Si la respuesta no hubiese sido distinta...

Y también dice: no hubiera inscrito, hubiera elevado al consejo, me
dirían que estoy incumpliendo plazos, pero no lo veía claro.

El señor BASALLOTE UREBA: Es cierto, señoría. Ese era el sentimiento
que en ese momento tuve y la actuación que yo hubiera seguido de no
haber tenido una respuesta...




El señor JANÉ I GUASCH: No era exceso de celo, era una carta que
usted dirigía en el proceso de inscripción.




El señor BASALLOTE UREBA: Cuando he dicho exceso de celo me he
referido a que hubiera procedido la inscripción incluso sin haber
constatado otra serie de aspectos.




El señor JANÉ I GUASCH: Pero era una carta que se inscribía en el
proceso de inscripción, no en el ámbito posterior a la inscripción.




El señor BASALLOTE UREBA: Obviamente, en el proceso de inscripción.

Yo la he querido utilizar de esa manera.




El señor JANÉ I GUASCH: Nada más y muchas gracias, señor Basallote,
por su colaboración en esta Comisión.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra, a continuación, por parte del
Grupo Parlamentario Federal de Izquierda Unida, su comisionado y
diputado señor Alcaraz Masats.




El señor ALCARAZ MASATS: Muchas gracias por su... iba a decir
colaboración; por el esfuerzo que está usted haciendo, señor
Basallote. ¿Ha leído usted El Proceso, de Franz Kafka?



El señor BASALLOTE UREBA: Discúlpeme, ¿el proceso...?



El señor ALCARAZ MASATS: ¿Que si ha leído usted El Proceso, de Franz
Kafka, una novela?



El señor BASALLOTE UREBA: No sé si me lo pregunta en serio o en
broma.




El señor ALCARAZ MASATS: No, en serio.




El señor BASALLOTE UREBA: No, no lo he leído.




El señor ALCARAZ MASATS: Se lo digo porque ahora verá usted -y yo
aludiré a alguna de las cosas que aquí se han vertido, intercambiando
una serena discusión- una serie de cosas que no tienen ningún tipo de
lógica, excepto una lógica burocrática que no tiene que ver nada con
la realidad. Ahora le diré las cosas que me han chocado de todo lo
que se ha hablado aquí hasta este momento que, desde luego, no
responden para nada a ninguna lógica real. Es una lógica distinta,



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burocrática, que conduce a una serie de realidades virtuales a las
que estamos asistiendo aquí esta mañana. ¿Cuándo se viene usted a
vivir a Madrid?



El señor BASALLOTE UREBA: A mediados de septiembre de 1991.




El señor ALCARAZ MASATS: ¿En 1991? ¿Y desde 1991 hasta su ingreso en
la CNMV en qué trabaja?



El señor BASALLOTE UREBA: Soy director de marketing de una firma, de
Luis Caballero S.A., una empresa familiar radicada en el sur de
España.




El señor ALCARAZ MASATS: Y en un momento determinado conoce usted a
doña Pilar Valiente.




El señor BASALLOTE UREBA: Sí, no sé si hace año y medio o dos años...




El señor ALCARAZ MASATS: ¿En 1999?



El señor BASALLOTE UREBA: Pues no lo sé, hace dos años o año y pico.

Sí.




El señor ALCARAZ MASATS: Y la conoce usted por medio de su primo;
usted le conoce también, claro.




El señor BASALLOTE UREBA: Señoría... si me he criado con él.




El señor ALCARAZ MASATS: Como no conocía al otro primo, como no
conocía usted a don Alberto hace poco...




El señor BASALLOTE UREBA: No he dicho que no le conozca. No he dicho
eso, señoría. Lo que he dicho es que yo desconocía...




El señor ALCARAZ MASATS: Conocer es saber lo que uno hace. (Risas.)



El señor BASALLOTE UREBA: Eso no es así.




El señor ALCARAZ MASATS: ¿Conoce usted, entonces, a doña Pilar
Valiente a través de su primo don Antonio Alonso Ureba?



El señor BASALLOTE UREBA: No sé si fue a través de mi primo o en una
reunión de amigos. Eramos bastantes. No sé si seríamos... ocho o diez
parejas. No me acuerdo.




El señor ALCARAZ MASATS: ¿Una especie de pandilla?



El señor BASALLOTE UREBA: No, una pandilla no. A lo mejor he usado yo
ese ...No es una pandilla.

Antonio tenía y tiene su ámbito de amigos y yo tengo otro diferente.

Yo tengo...




El señor ALCARAZ MASATS: Pero, en un momento determinado, empiezan a
coincidir.




El señor BASALLOTE UREBA: Yo coincido con él toda la vida...




El señor ALCARAZ MASATS: Digo en esa reunión de gente, a través de la
cual conoce usted a doña Pilar Valiente.




El señor BASALLOTE UREBA: Sí, efectivamente.




El señor ALCARAZ MASATS: Estaba doña Pilar Valiente, don Antonio
Alonso Ureba, ¿y estaba también don Alberto?



El señor BASALLOTE UREBA: No, Alberto no estaba. En estos diez años
que llevo en Madrid Alberto ha venido a casa a comer con mis padres
una vez. Ese es el contacto que he tenido con él. Yo creo que no le
he visto más.




El señor ALCARAZ MASATS: ¿Estaba también el señor Roldán Alegre en
esta pandilla?



El señor BASALLOTE UREBA: No es una pandilla...




El señor ALCARAZ MASATS: Perdone, como lo ha dicho usted.




El señor BASALLOTE UREBA: No.




El señor ALCARAZ MASATS: Sí, lo ha dicho usted.




El señor BASALLOTE UREBA: Es que con la técnica Colombo que usted
utiliza... (Risas.)



El señor ALCARAZ MASATS: Lo ha dicho usted, yo no.




El señor BASALLOTE UREBA: Discúlpeme. Era un grupo de amigos; había
algún amigo mío que iba invitado allí; gente de la Comisión y gente
que estaba fuera de la Comisión.




El señor ALCARAZ MASATS: ¿El señor Roldán Alegre, por ejemplo?



El señor BASALLOTE UREBA: No, al señor Roldán Alegre le he conocido
de pasada hace seis meses. Salía yo a comer con un compañero, al
mediodía, y en la entrada del restaurante estaba el señor Roldán
Alegre y me lo presentaron. También a este señor, don José María, que
estuvo trabajando... y estuvimos no sé si un minuto o minuto y medio.




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El señor ALCARAZ MASATS: ¿Y el señor Pérez Renovales?



El señor BASALLOTE UREBA: No, no lo conozco, no tengo el gusto.




El señor ALCARAZ MASATS: Como dice usted que había gente de la
Comisión y gente que no, por favor, dígame qué gente de la Comisión
asistía a esas reuniones.




El señor BASALLOTE UREBA: Sinceramente ahora mismo no me acuerdo de
quién estaba allí y quién no estaba, no me acuerdo.




El señor ALCARAZ MASATS: ¿Ve usted como estamos en la lógica del
proceso kafkiano?



El señor BASALLOTE UREBA: Tendré que hablar con mi mujer de este tema
y decirle: ¿Te acuerdas con quién comí? No me acuerdo.




El señor ALCARAZ MASATS: Si era usual los fines de semana.




El señor BASALLOTE UREBA: No, usual no, ¿quién ha dicho eso?



El señor ALCARAZ MASATS: Como ha dicho usted en pandilla.




El señor BASALLOTE UREBA: Ya estamos con el tema, de verdad que no:
ni pandilla ni usual.




El señor ALCARAZ MASATS: Fíjese usted qué mala memoria tiene porque
esto es hace año o año y medio.




El señor BASALLOTE UREBA: Para lo que no me interesa sí. (Risas.)
Bromas aparte.




El señor ALCARAZ MASATS: Que no conste como broma, señor presidente.




El señor BASALLOTE UREBA: Que conste como broma, señor presidente.




El señor ALCARAZ MASATS: Usted conoce entonces a doña Pilar Valiente
y doña Pilar Valiente estaba en aquellos momentos precisamente de la
toma de decisión en el consejo con respecto a Gescartera hace año y
medio aproximadamente, ¿no?



El señor BASALLOTE UREBA: Cuando conocí a Pilar Valiente, que por
cierto comimos cerca los dos en la mesa, estábamos uno al lado del
otro, estaba ella ya en la Comisión Nacional del Mercado de Valores.




El señor ALCARAZ MASATS: Sí, claro, ella estaba en el consejo. ¿Quién
conoció antes a doña Pilar Valiente usted o su primo don Antonio
Alonso?



El señor BASALLOTE UREBA: Eso lo ignoro, me imagino que si estaban
trabajando en la Comisión se conocerían...




El señor ALCARAZ MASATS: ¿Entonces es que un día va usted por la
calle y de pronto ve una reunión donde está su primo y entra usted?
(Risas.)



El señor BASALLOTE UREBA: Eso no es así.




El señor ALCARAZ MASATS: Entonces explíqueme usted cómo es.




El señor BASALLOTE UREBA: Nosotros tenemos amigos comunes, pero me va
usted a disculpar, porque es gente que no está ni involucrada ni en
Comisión ni no Comisión, que no cite aquí nombres de personas. Son
amigos comunes que se han ido desarrollando en estos diez u once años
o diez y pico que llevo en Madrid, amigos comunes que no tienen nada
que ver con la Comisión. Nos hemos reunido, yo qué sé, diez veces,
seis veces, ocho veces...




El señor ALCARAZ MASATS: Pero no me diga usted que no tiene nada que
ver con la Comisión cuando de ahí sale su empleo en la Comisión.




El señor BASALLOTE UREBA: En eso tiene usted razón, posiblemente de
ese contacto mío con Pilar Valiente en esa ocasión y en una segunda
ocasión también que recuerde que hayamos coincidido posiblemente
nazca el criterio que ella se forma acerca del tipo de persona que va
a contratar. Esa es mi impresión.




El señor ALCARAZ MASATS: ¿O sea que en las reuniones que ustedes
tienen, dicharacheras y alegres, usted ahí gana terreno de cara a su
próximo empleo?



El señor BASALLOTE UREBA: No lo sé si gano o no porque ni me lo
planteaba, señoría.




El señor ALCARAZ MASATS: ¿Pero tiene usted dos entrevistas formales
con ella?



El señor BASALLOTE UREBA: Sí tuve dos entrevistas formales, sí,
previas a la contratación.




El señor ALCARAZ MASATS: ¿En la CNMV?



El señor BASALLOTE UREBA: En la CNMV sí. De hecho estaba trabajando y
me ha llamado ella y me ha dicho: Quería hablar contigo. Me ha
hablado de condiciones de trabajo y en dos ocasiones porque me dijo



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que necesitaba que le diera una respuesta rápida; ella quería tener
su equipo trabajando rápidamente y quería saber si estaba yo de
acuerdo con acceder a esa responsabilidad.




El señor ALCARAZ MASATS: Ya se había producido la resolución del
consejo, firmada por el señor Martínez Pardo, sobre las condiciones
para la transformación, todavía no inscripción, de Gescartera en
agencia de valores.




El señor BASALLOTE UREBA: Yo entré en la Comisión el día 26, esto se
desarrolló la semana anterior, fue un tema de cinco o seis días o
algo así.




El señor ALCARAZ MASATS: ¿O sea, a los seis o siete días de la
transformación?



El señor BASALLOTE UREBA: No, del 20 al 26 de octubre sería todo; del
20 al 26 de octubre en que yo me incorporo se suceden las
conversaciones con doña Pilar Valiente.




El señor ALCARAZ MASATS: ¿Usted ya es responsable como director
general de Entidades del Mercado de Valores?



El señor BASALLOTE UREBA: El día 26 asumo la responsabilidad.




El señor ALCARAZ MASATS: Exactamente no dijo eso aquí su primo.




El señor BASALLOTE UREBA: No sé lo que habrá dicho mi primo.




El señor ALCARAZ MASATS: Yo le pregunté si usted tenía algo que ver
en ese proceso y dijo que no, que usted entró mucho después o
después.




El señor BASALLOTE UREBA: Entré el día 26 y con el rigor del contrato
que podrán pedir a la Comisión, porque no lo tengo aquí, se puede
manifestar la fecha en la que entro yo a trabajar ahí, el día 26 de
octubre.




El señor ALCARAZ MASATS: ¿Conoce usted ya, claro está, porque es su
responsabilidad, las condiciones que se señalan en esa resolución
aprobada por el consejo?



El señor BASALLOTE UREBA: Sinceramente esas condiciones las conocí en
enero de 2001, que es cuando me llega la solicitud para registro. No
he conocido de Gescartera nada hasta primeros de enero de 2001.




El señor ALCARAZ MASATS: ¿Conoce usted lo del 25 por ciento en
Gescartera Holding; conoce usted
lo del 10 por ciento en Gescartera Agencia de Valores, la nueva que
se va a crear; conoce usted que distintos dirigentes de la ONCE
tienen que pasar especializados a Gescartera; conoce usted que hay
que hacer que el seguro sea útil, viable, que esté ahí de forma
segura, que asegura las inversiones en Gescartera? ¿Es una de las
condiciones que pone el consejo?



El señor BASALLOTE UREBA: El seguro contratado de 400 millones.




El señor ALCARAZ MASATS: Eso es, tiene usted buena memoria.




El señor BASALLOTE UREBA: Estamos hablando de un tema que he
refrescado mucho en estos días.




El señor ALCARAZ MASATS: Conoce usted todo esto y conoce usted
también la orden ministerial, claro.




UREBA:
El señor BASALLOTE Claro, para valorar la inscripción no tengo más
remedio que acudir a la documentación que consta en el expediente,
para poder resolver que todo se va cumpliendo.




El señor ALCARAZ MASATS: ¿Por qué en la orden ministerial sólo figura
como requisito el 10 por ciento con respecto a Gescartera agencia de
valores?



El señor BASALLOTE UREBA: Lo ignoro.




El señor ALCARAZ MASATS: ¿Por qué el señor Folgado, en este caso el
señor Rato a través de firma interpuesta, no recoge las condiciones
reales de la CNMV?



El señor BASALLOTE UREBA: Las condiciones reales de la CNMV se
reducen a dos líneas: autorizar la transformación. Eso es lo que dice
el acuerdo.




El señor ALCARAZ MASATS: No, no.




El señor BASALLOTE UREBA: Perdone. ¿Lo tienen ustedes por ahí?



El señor ALCARAZ MASATS: ¿No conoce usted una propuesta del señor
Martínez Pardo que lleva al consejo?



El señor BASALLOTE UREBA: Claro que la conozco, sí, pero la
resolución se resume en dos líneas, señoría. La resolución, se la
leo, dice: Por ello -por todas las causas expuestas-...




El señor ALCARAZ MASATS: Que figurarán en acta.




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El señor BASALLOTE UREBA: Hombre, me imagino que el informe que eleva
un director general de la Comisión Nacional del Mercado de Valores se
adjunta al acta.

Hay una serie de consideraciones, aquí, en la propuesta que hizo mi
predecesor, se habla de varios apartados y dice: Por ello, la
Dirección General de Fomento eleva al consejo de la Comisión Nacional
del Mercado de Valores la siguiente propuesta de acuerdo;...




El señor ALCARAZ MASATS: Yo me refiero al «ello».




El señor BASALLOTE UREBA: El «ello» obviamente es un proyecto que
está previamente.




El señor ALCARAZ MASATS: Donde está todo lo que yo le acabo de decir
y alguna cosa más.




El señor BASALLOTE UREBA: Señoría, pero lo que realmente condiciona
la autorización son estas dos líneas que le leo.




El señor ALCARAZ MASATS: No, no, no. Es el «por ello». No se olvide
usted del «por ello».




El señor BASALLOTE UREBA: ¡No hombre! ¿Cómo me voy a olvidar si es un
proyecto?



El señor ALCARAZ MASATS: Si no pone usted el «por ello» no hay ningún
condicionante.




El señor BASALLOTE UREBA: Tiene usted razón, claro que sí. Es un
proyecto. Dice: En base a ese proyecto, el acuerdo del consejo es
proponer al ministro de Economía y Hacienda la autorización de la
transformación de Gescartera...




El señor ALCARAZ MASATS: Fíjese usted si lo conocía -o por lo menos
una parte- el Ministerio de Economía, que hace constar uno solo de
los acuerdos reales, el 10 por ciento de Gescartera Valores, pero el
resto no lo hace constar el Ministerio de Economía. ¿Por qué piensa
usted?



El señor BASALLOTE UREBA: Pensar ahora y subjetivamente decirle el
porqué aportaría muy poco. En cuanto a la resolución, se lo tendría
que preguntar a la persona que la firmó.




El señor ALCARAZ MASATS: Sí, cuando venga aquí el señor Rato, le
vamos a preguntar que por qué rebaja de esa manera las condiciones
para transformar Gescartera.




El señor BASALLOTE UREBA: Me gustaría responderle por ayudar, pero
desde luego no puedo responder a lo que no sé.




El señor ALCARAZ MASATS: La segunda cuestión que se produce después
de que se integra usted en el grupo de amigos es esta; sin embargo
usted no se refiere a la orden ministerial, se está refiriendo al
acuerdo global, donde figura el 25 por ciento. Es decir, fíjese usted
qué cosas más raras pasan. Al señor Folgado le llega la propuesta,
que viene con el 25 por ciento, el 10 por ciento, lo de los seguros,
los dirigentes, que dejen de ser presidente y consejero delegado los
señores Camacho y Ruiz de la Serna, etcétera. Le llega esto y el
señor Folgado dice: Bueno, pero sólo voy a recoger el 10 por ciento y
firmo la orden ministerial. Fíjese usted qué cosa más rara. Si no se
cumple el resto, ¿qué se hace, se revoca la orden ministerial? ¿No me
entiende qué le quiero decir, lo absurdo de esa decisión del señor
Folgado, del señor Rato, quiero decir, a través de firma interpuesta?



El señor BASALLOTE UREBA: A mí no me resulta extraño ni no extraño.

No le puedo responder.




El señor ALCARAZ MASATS: ¿Por qué ese acuerdo de mínimos, solamente
referido al 10 por ciento?



El señor BASALLOTE UREBA: Sinceramente no lo sé.




El señor ALCARAZ MASATS: ¿Por qué usted, contradictoriamente, se
remite al acuerdo completo e intenta que se cumpla lo del 25 por
ciento? Entre la primera carta y la siguiente, a los seis días,
¿usted recibe alguna orden, alguna llamada, algún consejo de que sólo
se atenga al 10 por ciento?



El señor BASALLOTE UREBA: No.




El señor ALCARAZ MASATS: ¿Por qué se atiene usted sólo al 10 por
ciento?



El señor BASALLOTE UREBA: Porque yo, señoría, como hemos explicado
antes, para inscribir esta transformación lo que necesitaba es que se
cumplieran los condicionantes que se reflejaban en la orden
ministerial.




El señor ALCARAZ MASATS: Ahí sólo aparece el 10 por ciento.




El señor BASALLOTE UREBA: Efectivamente.




El señor ALCARAZ MASATS: ¿Por qué dice usted que, de cara al futuro,
tiene que cumplir el 25 por ciento?



El señor BASALLOTE UREBA: He hecho mención al señor Cuevas
anteriormente de que, en la carta que envía el señor Camacho, que se
incorpora a la propuesta que mi predecesor lleva al consejo, se
incorporan



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dos cuerpos de condiciones o de requisitos, como lo queramos llamar.

Uno, a la constitución de esa transformación.




El señor ALCARAZ MASATS: No tiene sentido, porque el señor Martínez
Pardo llega a una resolución que pone todas estas condiciones; se
aprueba y pasa al Ministerio, donde no recogen las condiciones,
recogen sólo lo del 10 por ciento. A partir de ahí, entra usted en
este proceso y se va a inscribir Gescartera, a la hora de la
inscripción, usted no sólo habla del 10 por ciento sino del 25 por
ciento y de otras condiciones, menos fundamentales pero que siguen
siendo condiciones. Eso es lo que no entiendo. ¿Qué es lo que ha
pasado ahí, que se ha gestionado un acuerdo con el Ministerio de
Economía, pero ustedes siguen intentando que la ONCE pase ahí para
dar fuerza, para salvar Gescartera? No entiendo por qué, si es más
cómodo para usted y se lava las manos como Pilatos, no se atiene
solamente a la orden ministerial.




El señor BASALLOTE UREBA: No, señoría, yo no me lavé las manos como
Pilatos.




El señor ALCARAZ MASATS: No, claro que no, usted no sólo cogió lo del
10 por ciento como condición sino también lo del 25 por ciento, que
no viene en la orden ministerial. Yo le estoy diciendo que hay una
responsabilidad muy grave del Ministerio de Economía. El Ministerio
de Economía no recoge ninguno de los acuerdos que adopta como
resolución la CNMV, sino solamente el 10 por ciento. ¿Qué ha pasado
ahí?



El señor BASALLOTE UREBA: Lo ignoro.




El señor ALCARAZ MASATS: ¿Usted estuvo en una comida, donde se habló
de la ONCE, con doña Pilar Giménez-Reyna? ¿Usted no asistió?



El señor BASALLOTE UREBA: Yo a doña Pilar la conocí el día 1 de
febrero en la sede de la agencia.




ALCARAZ El señor MASATS: ¿Con doña Pilar Valiente tampoco ha
comentado nunca este tema?



El señor BASALLOTE UREBA: Lo que le comenté a doña Pilar Valiente,
una vez que yo vine de la reunión que mantuvimos en la sede de la
agencia el día 1, fue: presidenta, cumplidos los requisitos, yo voy a
proceder a la inscripción de la AV; ellos me han comentado todos los
antecedentes que se ponen de manifiesto en la carta, con la excepción
de uno que hace mención a que el señor Pichel...




El señor ALCARAZ MASATS: ¿No le comentan: vamos a dejarlo todo en el
10 por ciento porque ya hemos hablado...?
El señor BASALLOTE UREBA: No, señoría. Recuerdo que la presidenta en
aquel momento...




El señor ALCARAZ MASATS: ¿No le dicen: la orden ministerial dice el
10 por ciento, por qué tú pones también el 25 por ciento? ¿No le
dicen eso?



El señor BASALLOTE UREBA: No, no. Las divisiones de línea actúan con
mucha libertad. ¿Por qué? Porque tienen un equipo de técnicos; en mi
división concretamente hay 40 personas que dirimen todo este tipo de
aspectos, y esta inscripción, al igual que las otras de 961 entidades
con sus respectivos trámites, es una actuación sencilla...




El señor ALCARAZ MASATS: Fíjese, otra cosa que ha dicho tampoco tiene
sentido. A veces son obsesivas las cosas que estamos diciendo, por lo
menos me lo parece a mí, que vivo la vida con la naturalidad de ver
las cosas que ocurren. Dice usted: yo quiero entrevistarme con el
señor Pichel, puesto que ahí está la base para autorizar la
inscripción, pero el señor Pichel me dice que es muy aparatoso ir a
la CNMV y yo me desplazo a Gescartera. Eso no lo entiendo. ¿No quería
ser visto el señor Pichel en la CNMV o no quería que trasladaran a la
ONCE que él estaba gestionando algo? No me explico cómo el señor
Pichel dice que no quiere ir a la CNMV. No tiene sentido.




El señor BASALLOTE UREBA: No lo sé, habrá que preguntarle. Yo con el
señor Pichel no hablé; el 31 por la tarde hablé con Antonio Camacho,
tuve una entrevista con él en días anteriores porque lo quise
conocer. Estábamos haciendo una inscripción y no porque hubiera nada
especial sino que siempre que puedo, en el quehacer diario, cuando
hay alguna operación societaria que implica una transformación, una
nueva inscripción o un nuevo proyecto, procuro estar en el día a día
del mismo para atender a los solicitantes. Cuando hablo con Antonio
Camacho le digo: mira, quiero que vengas con el órgano de Gobierno;
yo no le dije: quiero conocer al señor Pichel; le dije: quiero
conocer al órgano de gobierno de la agencia. El órgano de gobierno
está constituido por el presidente, consejeros, consejeros delegados,
etcétera. Él me habló de que había un acuerdo con la ONCE. Le dije:
el órgano de Gobierno, quiero conocer al señor Pichel. Y me dice este
hombre: voy a hablar con Amparo, la mujer que es su secretaria,
y tal. Igual estoy hablando demasiado...




El señor ALCARAZ MASATS: No, no.




El señor BASALLOTE UREBA: Y dijo: te lo comento, porque dentro de un
rato voy a ver si lo localizo y podemos organizar esto para cuanto
antes. Muy bien. En definitiva, me llama (no sé si fue esa tarde o a
la mañana siguiente, no me acuerdo) y me dice: Oye mira, que he
hablado con José Manuel pero que me



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dice que no, que ya sabes, que es invidente, que es muy aparatoso con
el coche, que es un lío para él. Yo dije: mira, yo hablo con el
servicio de seguridad y que entre por el garaje. Y dice: Oye mira,
que se siente más confidente en la sede social de la agencia. Tampoco
es que me produjera una extrañeza brutal. Una persona invidente, yo
qué sé, a lo mejor tiene una tendencia a intentar también... De todas
maneras, lo hubiera hecho con cualquiera, si me pide que tengamos una
reunión en la sede.




El señor ALCARAZ MASATS: No, no. Si lo extraño es, teniendo en cuenta
todo lo que después ha ocurrido, que el señor Pichel le diga que es
muy aparatoso, que es para él un compromiso...




El señor BASALLOTE UREBA: Un compromiso no dijo.




El señor ALCARAZ MASATS: Usted acaba de decirlo; que es un lío para
él, ha dicho.




El señor BASALLOTE UREBA: Compromiso es distinto de lío.




El señor ALCARAZ MASATS: Es peor lo del lío; es peor tener un lío que
adoptar un compromiso (Risas.). Entonces, el señor Pichel dice que es
un lío para él, ¿y usted no le da importancia?



El señor BASALLOTE UREBA: Es una complicación, he querido decir,
señoría. Lo digo por lo aparatoso de su condición de invidente. Si me
estoy explicando mal, quiero que usted lo entienda así.




El señor ALCARAZ MASATS: No, no se está explicando mal. Lo que pasa
es que su lenguaje no es verosímil; no coincide con hechos
verosímiles. Estamos como ante una película en la que se hace un
montaje contando una serie de cosas y yuxtaponiéndolas, incluso
barajando las secuencias; no tiene sentido porque don Antonio Alonso
Ureba les hace a ustedes los guiones y es muy mal guionista, muy mal
guionista.




El señor BASALLOTE UREBA: Que me diga usted que me ha hecho el guión
de mis actuaciones don Antonio Alonso Ureba, señoría, me ofende, de
verdad.




El señor ALCARAZ MASATS: Entonces lo retiro. Si se siente usted
ofendido, lo retiro.




El señor BASALLOTE UREBA: Me ofende porque está usted, de alguna
manera, entendiendo que yo derivo mis actuaciones conforme a lo que
me dicen, y no es así.




El señor PRESIDENTE: Retirado.

El señor ALCARAZ MASATS: Bien, señor Basallote, fíjese usted que, del
escrito que aprueba el consejo de la Comisión Nacional del Mercado de
Valores, no se cumple prácticamente nada.

Usted tiene que señalar también, en función de su cargo, la
honorabilidad o no de los miembros de una agencia de valores, es de
su responsabilidad.




El señor BASALLOTE UREBA: Es de mi responsabilidad, sí, no en este
caso, señoría. Estaba ya decidido.




El señor ALCARAZ MASATS: No, no, no estaba decidido.




El señor BASALLOTE UREBA: ¿Cómo que no lo estaba?



El señor ALCARAZ MASATS: No. La ley decide cuando se aplica bien.

Usted es responsable de que se aplique mal la ley. ¿Conoce el
artículo 67 de la Ley del Mercado de Valores?



El señor BASALLOTE UREBA: Por supuesto que sí.




El señor ALCARAZ MASATS: ¿Y usted cree que sustituyendo simplemente
al señor Camacho por la señora doña Pilar Giménez-Reyna, y al señor
Ruiz de la Serna por el señor Pichel y metiendo un 10 por ciento de
Gescartera se supera lo que dice el artículo 67?



El señor BASALLOTE UREBA: ¿En cuanto a los requisitos de
honorabilidad o idoneidad de los accionistas y honorabilidad de los
consejeros, etcétera, dide usted? Pues, sinceramente, yo no intervine
en esa actuación, pero le digo, porque usted lo que quiere saber es
mi opinión al respecto que si sucediera con otra tramitación u
operación societaria similar, que no existiendo inhabilitación...




El señor ALCARAZ MASATS: ¿Quién da ese término de inhabilitación?



El señor BASALLOTE UREBA: Porque haya habido una sanción,...




El señor ALCARAZ MASATS: No, no. ¿Quién dice que tienen que estar
inhabilitados? Porque eso no figura en la ley.




El señor BASALLOTE UREBA: Si no dicen inhabilitación, se habla de que
se encuentren en proceso, se habla de una serie de aspectos -usted se
ha leído la legislación porque me la ha citado- de los que se deriva,
en su caso, y una de las sanciones que se puedan interponer es la de
la inhabilitación para ejercer un cargo.




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El señor ALCARAZ MASATS: Es decir, si tienen una sanción alguno de
ellos, ¿eso no le permite tener la honorabilidad suficiente?



El señor BASALLOTE UREBA: Con una sanción cualquiera, no. La sanción
debe ser la inhabilitación.




El señor ALCARAZ MASATS: ¿Y eso dónde figura? En la ley no está.




El señor BASALLOTE UREBA: En la Ley del Mercado de Valores, cuando se
habla de -que no es mi competencia-, pero cuando se habla de...




El señor ALCARAZ MASATS: ¿De quién es competencia, dentro de la CNMV,
ese dictamen jurídico que dice que tiene que haber inhabilitación,
del señor Alonso Ureba?



El señor BASALLOTE UREBA: No, no. ¡Hombre, por Dios!



El señor ALCARAZ MASATS: Es el jefe de los servicios jurídicos.




El señor BASALLOTE UREBA: Dentro de la ley, en la Ley del Mercado de
Valores...




El señor ALCARAZ MASATS: Que no, que no, que la ley no dice nada de
inhabilitación, señor Basallote.




El señor BASALLOTE UREBA: Una de las sanciones es la inhabilitación o
pudiera ser la inhabilitación.




El señor ALCARAZ MASATS: ¿Sabe usted cuántas sociedades de cartera se
han transformado en agencia de valores teniendo una sanción similar a
la de Gescartera?



El señor BASALLOTE UREBA: No le puedo decir, pero transformaciones,
que lo he venido estudiando...




El señor ALCARAZ MASATS: Sólo dos: Gescartera y otra. Sólo dos,
únicamente dos. Si sumamos entonces que se quita lo del 25 por
ciento, lo del pase de dirigentes de la ONCE, lo del tema del seguro,
lo del tema de la honorabilidad y figura luego una orden ministerial
del Ministerio de Economía concediendo la transformación, estamos
ante una situación muy grave. Quizá esté aquí uno de los aspectos
fundamentales de esto que estamos debatiendo porque, ya con
documentos en la mano -el señor Rato incluso ha pedido públicamente
documentos-, se prueba que hubo una ayuda seria a Gescartera.

Efectivamente, usted intenta marearnos y esconder la verdad, pero la
verdad es esa, que hay una documentación
seria de ese cambio entre los requisitos previos aprobados por
el consejo y los que figuran en la orden ministerial. No puede venir
luego el señor Rato a decirnos: bueno, se aprobaba así, pero si no
cumplía ya veríamos. Eso no tendría ningún sentido. No sé si me
entiende.




El señor BASALLOTE UREBA: Sí, pero quiero que quede claro que yo
vengo aquí a colaborar, obviamente, porque me han citados ustedes no
a marearlos.




El señor ALCARAZ MASATS: Sí, pero usted siempre se olvida del punto
de referencia que tenemos, que son los requisitos previos que no
recoge la orden ministerial.




El señor BASALLOTE UREBA: Pero la orden ministerial lo que recoge es
la autorización de un proyecto, señoría.




El señor ALCARAZ MASATS: No, se habla del 10 por ciento y el resto de
los temas está... ¿Cómo va a ser un proyecto si no cumple los
requisitos? Eso no puede ser, legalmente no es posible. Usted está en
un lenguaje que marca una inmensa inseguridad jurídica.




El señor BASALLOTE UREBA: No. Discúlpeme. Para la valoración de la
honorabilidad o ideoneidad de los accionistas, me imagino que, en su
momento, se barajó una serie de aspectos que yo no le puedo
relacionar porque no intervine en este expediente. No se lo puedo
aclarar, ojalá pudiera hacerlo, pero no puedo.




El señor ALCARAZ MASATS: ¿De dónde sale el concepto de
inhabilitación, del servicio jurídico de la CNMV?



El señor BASALLOTE UREBA: El concepto de inhabilitación sale de la
Ley del Mercado de Valores.




El señor ALCARAZ MASATS: Que no, que no, señor Basallote, que no.




El señor BASALLOTE UREBA: Es una sanción, es un tipo de sanción que
no se ha interpuesto. ¿De dónde sale? Sale de ahí. No hay ninguna
norma que yo tenga de los servicios jurídicos de la casa en la que se
analice. Es más, le voy a comentar que la honorabilidad o idoneidad
de los accionistas se valora desde la propia división de línea, en
este caso la mía. La división de entidades del mercado de valores
valora la honorabilidad y la ideoneidad de los accionistas o de los
miembros de un consejo de administración de una entidad, de una ESI.

No la valoran y nosotros nos regimos por valoraciones de los
servicios jurídicos. Cuando se actúa desde la división de línea y se
necesita cubrir aspectos jurídicos derivados de nuestras actuaciones,
acudimos a los servicios jurídicos. Antes no.




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El señor ALCARAZ MASATS: Entonces, ¿era verdad que en aquel momento
-y por eso el señor Pichel no quiso ir a la sede de la CNMV-, y en
función de todos los informes que ya se derivaban de un intento de
intervención, la ONCE empieza a ver que no es segura su apuesta,
empiezan a dudar y se produce lo que después se ha producido, que ni
siquiera reconoce la suscripción de un 10 por ciento del
accionariado? ¿Usted no distingue alguna inseguridad en esa
entrevista que realizan el señor Villegas y usted?



El señor BASALLOTE UREBA: No, señoría. Sinceramente, si hubiera
atisbado el más mínimo aspecto que limitara la credibilidad de un
proyecto... Cuando yo oigo al señor Pichel -de verdad, lo he dicho
antes-, me parece una persona curtida, una persona preparada, no me
parece cualquier persona. Yo puedo venir de un sector diferente al
del mercado de valores.




El señor ALCARAZ MASATS: Entre la primera carta y la segunda tienen
una reunión, el señor Villegas y usted, ¿no?



El señor BASALLOTE UREBA: Bueno, el señor Villegas y yo con la
agencia. El día 1 de febrero, por la mañana.




El señor ALCARAZ MASATS: El día 1 de febrero. Ahí, naturalmente,
tienen ustedes que sacar un compromiso, ¿no?



El señor BASALLOTE UREBA: ¿Un compromiso?



El señor ALCARAZ MASATS: De cumplimiento de las condiciones.




El señor BASALLOTE UREBA: Cuando me reúno con el órgano de gobierno,
yo dirigí esa reunión porque yo había efectuado el requerimiento. El
señor Villegas me acompañó porque es usual que se hagan visitas
acompañados por otros miembros de la CNMV que sustenten las
declaraciones que se puedan derivar de las mismas, pero yo habría ido
solo a esa reunión.




El señor ALCARAZ MASATS: No, pero no le digo por lo de la compañía.




El señor BASALLOTE UREBA: Se derivó que se cumplirían, señoría, y el
señor Pichel fue realmente coherente con lo que me argumentó, porque
hablamos prácticamente el señor Pichel y yo. Obviamente, es el
consejero delegado de la agencia.




El señor ALCARAZ MASATS: ¿Y no pensó usted en algún momento que sería
interesante que se consignara por escrito ese compromiso y esas
condiciones a de futuro?



El señor BASALLOTE UREBA: Bueno, les pedí por medio de un
requerimiento que me constataran que todos esos acuerdos o todos esos
deseos de futuro y compromisos de futuro se iban a cumplir. Y eso es
lo que hicieron. El día 5 registramos en el CNMV una carta, fechada
el día 2, en la que hacían mención a algunos de los comentarios de
aquella reunión, pero fundamentalmente se daría respuesta sin prisa
pero sin pausa; lo dice textualmente así. ¿Por qué? Porque el señor
Pichel me dice: Hemos entrado en la gestora del fondo de pensiones,
hemos entrado en la AV, vamos a constituir un fondo de pensiones,
queremos involucrarnos en la gestión de la agencia; de hecho, hemos
firmado un acuerdo por el cual se van a incorporar discapacitados
a la gestión, al mundo financiero, en un nivel superior al de un
administrativo.




El señor ALCARAZ MASATS: Se lo dice -es otra cosa de las que no
terminaré de entender- cuatro meses antes de la intervención
definitiva.




El señor BASALLOTE UREBA: Eso me lo dice el 1 de febrero de 2001.




El señor ALCARAZ MASATS: Febrero, marzo, abril, mayo y junio, cuatro
meses antes de la intervención definitiva ¿Comprende ahora por qué no
puedo compartir el discurso que usted nos da y no puedo compartir la
lógica de las cosas tal como las explican algunos de ustedes desde
ahí? No creo lo que me dicen, no compartimos el mismo criterio sobre
lo que ha ocurrido, señor Basallote.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra, por el Grupo Parlamentario
Vasco (EAJ-PNV), su comisionado y diputado, el señor Azpiazu Uriarte.

Adelante.




El señor AZPIAZU URIARTE: Buenas tardes, señor Basallote.

Estoy ya tan confundido con las cartas, con las explicaciones y con
todo lo que nos ha explicado usted esta mañana a preguntas de otros
diputados que prefiero leerme, cuando la tenga a disposición, el acta
de la reunión para aclararme sobre qué es lo que ha podido pasar esta
mañana aquí. Sinceramente, estoy realmente confundido. ¿Ustedes por
qué se fían de lo que les dice Gescartera, que en el futuro van a ser
buenos, que van a cumplir con todo aquello que se les exige y más
para ser una agencia de valores, se entiende, solvente, si hasta
entonces Gescartera ha dado muestras de incumplimiento, de demoras y
de engaños permanentes? (El señor Vicepresidente, Romay Beccaría,
ocupa la presidencia.) ¿Por qué, de repente, dice: yo voy a creer
ahora a Gescartera esto que me dice?



El señor BASALLOTE UREBA: Normalmente, cuando hay algún tipo de
incumplimiento en una entidad



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supervisada por nosotros, no se produce un acoso y derribo de la
misma, sino por todos los medios -y son temas que nos ocupan a
diario-, intentamos esclarecer puntos para reflotar esos problemas,
es decir, nuestra actuación no es la de hundir empresas, sino la de
entender que se producen casuísticas que puedan tener una solución.

Ellos presentan un proyecto, señorías, ...




El señor AZPIAZU URIARTE: Pero los esfuerzos para reflotarlo los
tendrían que hacer ellos. Parece que los esfuerzos para reflotarlo
los hace la CNMV. (Risas.)



El señor BASALLOTE UREBA: Pudiera entenderse así por mis palabras.

Siento no haberlo explicado correctamente, señoría.




El señor AZPIAZU URIARTE: No solamente por sus palabras, sino por sus
palabras, por las palabras de los comparecientes y analizando los
hechos como han venido ocurriendo.




El señor BASALLOTE UREBA: Señoría, no. Desde luego en lo que a mi
actuación respecta, para nada. Quiero decirle a usted, en lo que a mi
actuación respecta, que he intentado aportar la mayor seguridad a los
procedimientos. Posiblemente otros compañeros, o posiblemente en
otros foros con conocimientos o personalidad jurídica diferente,
habrían actuado de una manera distinta. Con la reglamentación por la
que se rigen los actos que nosotros tramitamos en nuestra división,
difícilmente lo habría hecho de otra manera. No he dado un trato de
favor a Gescartera ni a ningún supervisor y lo que sí he intentado
con todos ellos es ayudar en la tramitación de un proyecto, que, de
alguna manera, reflote o sanee un serie de incumplimientos que se
hayan podido producir.




El señor AZPIAZU URIARTE: Me da la sensación que de la empresa era de
la CNMV, que no era del señor Camacho. Es una sensación, que, si no
me explican otra cosa, de momento la tengo presente.

Tengo muchas dudas... ¿Quién sugiere de verdad que la ONCE entre en
Gescartera?



El señor BASALLOTE UREBA: No tengo ni idea, señoría.




El señor AZPIAZU URIARTE: Ni idea.




El señor BASALLOTE UREBA: De verdad.




El señor AZPIAZU URIARTE: ¿Quién sugiere al Ministerio que cambie los
criterios?



El señor BASALLOTE UREBA: No lo sé. Yo no estaba aquí entonces. Me
incorporé a finales de octubre.

El señor AZPIAZU URIARTE: Ustedes de hecho registran y, al final, ni
siquiera la participación del 10 por ciento está clara porque la ONCE
dice que no es propietaria del 10 por ciento de Gescartera, con lo
cual ...




El señor BASALLOTE UREBA: Señoría, le digo que estoy totalmente
tranquilo por esa transmisión. No sé cómo se ha producido, si es de
regalo, ignoro la posición de la cuenta. Lo que le aseguro es que
nosotros, a través de los documentos que teníamos que consultar, sí
constatamos esa toma del 10 por ciento. He leído anteriormente que,
del libro de inventario de inversiones permanentes de la Fundación
ONCE, se deduce la toma de participación de un 10 por ciento en
Gescartera Dinero AV. Esa no es mi documentación, es documentación
que se registró en el Ministerio de Trabajo, donde esta Fundación
está obligada a registrar las cuentas anuales.




El señor AZPIAZU URIARTE: La ONCE parece que tiene algún documento
que demuestra jurídicamente que ellos no tienen participación.




El señor BASALLOTE UREBA: Pues mire yo constaté la documentación que
tenía que constatar. Parece ser que un secretario del consejo de
administración ha falseado, dicen, un certificado. Según he leído en
algunas declaraciones de aquí, se dice que se han falseado
documentos. Allá cada uno con lo que haya hecho. Yo me ha atenido a
documentos que en todo momento he entendido que eran verdaderos.




El señor AZPIAZU URIARTE: Parece que a la CNMV le meten demasiados
documentos falsos en el caso Gescartera.




El señor BASALLOTE UREBA: Hombre, tanto como eso... Yo le diría que
está constatado en el libro de inventario de inversiones permanentes
de la fundación ONCE. ¿También se equivocó la ONCE cuando reflejó
esto con un consultora en el libro de inventario de inversiones
permanentes? Son muchas confusiones las que hay. Cuando yo me reuno
el día 1 de febrero por la mañana con el señor Pichel, él me dice:
entra la fundación ONCE en este tema y nosotros estamos super
interesados en los proyectos a futuro. La expresión de sin prisa pero
sin pausa es del propio Pichel, porque él me manifiesta que no van a
andar con carreras, que acaban de desembarcar en la gestora del fondo
de pensiones, que han desembarcado en la AV y que van a ir afianzando
los acuerdos que se habían firmado con anterioridad. A partir de ahí,
señoría, yo no he sido ningún incauto, he hablado con el Registro
Mercantil para ver que, efectivamente, se habían recogido todos los
aspectos que yo tenía que considerar para poder elevar esa
inscripción.




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El señor AZPIAZU URIARTE: ¿Usted cree que con un 10 por ciento se
puede tener el control de una sociedad?



El señor BASALLOTE UREBA: No, dificilmente; con un 10 por ciento, no.




El señor AZPIAZU URIARTE: ¿Y se puede ser incluso consejero delegado
o es difícil?



El señor BASALLOTE UREBA: Difícil no. Pichel es una persona con una
preparación suficiente, es director general de la fundación ONCE y
vicepresidente ejecutivo de otras muchas empresas.




El señor AZPIAZU URIARTE: Sí, pero eso no quiere decir que pueda
controlar una empresa con un porcentaje de un 10 por ciento
exclusivamente.




El señor BASALLOTE UREBA: Obviamente, controlará el que tenga
participación mayoritaria, pero las decisiones...




El señor AZPIAZU URIARTE: O sea que usted creyó, en la reunión de
febrero, que el señor Pichel y el señor Camacho se iban a comportar
en un futuro por lo menos como no se habían comportado en el pasado.




El señor BASALLOTE UREBA: Creí al señor Pichel porque constató, que
es lo que yo quería saber, que la ONCE había desembarcado en la
agencia. Estaba constatado, yo lo había comprobado en el Registro
Mercantil y, obviamente, yo hablaba con él de planes de futuro que es
lo que a mí me interesaba, para lo cual le había requerido, señoría.

No es que me lo creyera, es que constaté que lo que él me estaba
diciendo era verdad.




El señor AZPIAZU URIARTE: Lo constató, pero de hecho el futuro nos ha
dado a entender que no ha sido así.




El señor BASALLOTE UREBA: No creo que haya sido la fundación ONCE la
que haya provocado este fraude.




El señor AZPIAZU URIARTE: Yo creo que también, o por lo menos algunos
miembros de la fundación ONCE.




El señor BASALLOTE UREBA: No lo sé. Sinceramente, no lo sé.




El señor AZPIAZU URIARTE: De momento no le voy a preguntar nada más,
salvo una cuestión anecdótica que me gustaría que me aclarara. El
señor don Antonio Alonso Ureba es el jefe de la asesoría jurídica,
pero da la impresión, a tenor de las comparecencias que han
tenido lugar aquí, que el señor don Antonio Alonso Ureba no se
encargaba de nada jurídico, es decir, cada dirección tenía su
asesoría jurídica. Cada vez que se ha preguntado si lo había llevado
el señor don Antonio Alonso Ureba porque era una cuestión jurídica,
todo el mundo contestaba que no. ¿O sea que el señor don Antonio
Alonso Ureba no ha intervenido en este tipo de cuestiones?



El señor BASALLOTE UREBA: A mi me ha preguntado: ¿Usted ha
intervenido con el señor Alonso Ureba? Y yo le he dicho: señoría,
tengo asignado un letrado subdirector de la división del servicio
jurídico y tengo una letrada también asignada y cuando necesito
incorporar mayor experiencia en otros procedimientos, puedo acceder a
otra serie de personas de la asesoría jurídica, por ejemplo, abogados
del Estado.

En definitiva, lo que cada uno habla con sus mayores yo no se lo
puedo constatar, porque no lo he vivido. Yo he discutido y he
hablado. Mi día a día es así, difícilmente, salvo escasas
excepciones, llevo un tema de director a director, de verdad. Esa es
la realidad. Se tramita y...




El señor AZPIAZU URIARTE: O sea, que nadie le ha sugerido a usted que
inscriba a Gescartera como agencia de valores aun incumpliendo las
condicionantes que usted mismo pensaba que debía cumplir.




El señor BASALLOTE UREBA: No, nadie me ha obligado ni me ha inducido
a que me olvidara del tema.




El señor AZPIAZU URIARTE: ¿Ni sugerido?



UREBA:
El señor BASALLOTE Mi primo desde luego que no. Ya he explicado
antes...




El señor AZPIAZU URIARTE: Ni su primo, ni la señora Valiente, nadie.




El señor BASALLOTE UREBA: No sobre la señora Valiente sí tengo decir
que, en todo caso, ha sido una persona bastante inflexible no en esta
actuación sino en otras que se han derivado, pero esto se va a
interpretar mal, porque me dirán que yo qué voy a decir si me ha
contratado ella.




El señor AZPIAZU URIARTE: El cambio de criterio ha sido personal,
tras una reflexión.




El señor BASALLOTE UREBA: No, no. ¿Cómo el cambio de criterio?



El señor AZPIAZU URIARTE: En su carta se refería a una serie de
condicionantes. Luego, con menos condicionantes, lo inscribe en un
plazo breve de tiempo, por las palabras del señor Pichel o del señor
Camacho.




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Su cambio de opinión ¿es personal, tras pensarlo mejor o recapacitar?



El señor BASALLOTE UREBA: Señoría, con los requisitos derivados de la
orden ministerial, derivados a su vez del acuerdo del consejo de la
CNMV, con las propuestas que eleva mi predecesor de la división,
entonces llamada de fomento, una vez constatados esos requisitos o
condicionantes claramente manifestados en la orden ministerial,
tendría que proceder como acto reglado a inscribirlo en el plazo de
un mes desde la solicitud, aportando los documentos que acreditan
haber cumplido con estas condiciones. Como he referido anteriormente,
hago un requerimiento interpretado como que Basallote, el director
general de entidades, entendía que los requisitos no se habían
cumplido. Basallote, el director general de entidades, no ha
entendido esto ni los colaboradores que le rodean ni incluso el
supervisor. Lo que se ha entendido, en todo caso, es que había una
serie de requisitos que se iban a cumplir una vez que se hubiera
autorizado e inscrito la AV en los registros administrativos de la
Comisión Nacional del Mercado de Valores.




El señor AZPIAZU URIARTE: Si en el futuro no se hubieran cumplido
esos requisitos, ¿qué hubiera hecho? ¿Cómo hubiera procedido la
Comisión Nacional del Mercado de Valores?



El señor BASALLOTE UREBA: Le cuento cómo va esto. Esta propuesta y
estos requerimientos nutren -por eso yo le di ese carácter de
oficialidad- a un seguimiento posterior que se hace de todas las
entidades.




El señor AZPIAZU URIARTE: ¿Con qué tiempo? ¿Con qué plazo? ¿Hay una
serie de límites?



El señor BASALLOTE UREBA: Las agencias de valores tienen un
seguimiento para determinados estados de carácter mensual. En cuanto
a este tipo de requisitos, hubiera sido un seguimiento de tiempo: de
dos, tres, cuatro, cinco o seis meses.




El señor AZPIAZU URIARTE: Pero, sin prisa y sin pausa.




El señor BASALLOTE UREBA: El sin prisa y sin pausa concreta una
expresión del señor Pichel en un ambiente...




El señor AZPIAZU URIARTE: Sí, hubiera sido una guía.




El señor BASALLOTE UREBA: Hubiera sido mejor poner una fecha,
señoría. Es cierto. Hubiera sido lo ideal haber dicho: el día 30 de
junio está cumplido tal requisito, el día no se cuántos tal.




El señor AZPIAZU URIARTE: ¿Por qué ustedes se tienen que fiar de
Gescartera cuando Gescartera no se fía de la CNMV? ¿Por qué no podían
haber exigido primero el cumplimiento de los requisitos y después
tener la palabra de la CNMV, que hubiera procedido a la autorización
y no al revés, ustedes darles la autorización y después esperar a ver
si cumple Gescartera o no?



El señor BASALLOTE UREBA: Porque lo que valoramos en la comisión son
proyectos. Esos proyectos se elevan...




AZPIAZU El señor URIARTE: Supongo que proyectos en marcha, porque
todo el mundo los puede tener, pero eso no tiene ninguna validez.




El señor BASALLOTE UREBA: Como he explicado antes, cuando se aprueba
un proyecto por un acuerdo del consejo de la comisión y se eleva al
Ministerio de Economía, a la Dirección General del Tesoro y Política
Financiera, se materializa la autorización en orden ministerial. A
partir de ese momento ese proyecto obviamente tiene luces de ser
definitivo. Eso quiere decir que, cumplidos los requisitos
establecidos (en la Orden ministerial se hablaba de la toma de un 10
por ciento en la agencia de valores), se procederá a la inscripción.

A partir de la escritura de constitución de esa transformación -que
creo es a primeros de diciembre-, esa agencia ya podría utilizar
comercialmente la denominación AV, pero no podría operar como AV, es
decir, como el programa de actividades registrado en la Comisión
Nacional del Mercado de Valores hasta que se materializara el
registro, hecho que ocurrió el día 6 de febrero. En el caso de
Gescartera Dinero la ampliación en el programa de actividades tampoco
era excesiva, incorporaraban a la gestión discrecional
individualizada de cartera la recepción y transmisión de orden, ni
siquiera la ejecución de orden. En nuestro quehacer diario, estamos
hablando de un programa muy reducido y ajustado a la Ley del Mercado
de Valores, artículo 63.




El señor AZPIAZU URIARTE: Gescartera tenía interés y ustedes también
en que así fuera.




El señor BASALLOTE UREBA: Si hubiera habido un interés por parte de
la casa, sería por tener un mayor grado de supervisión sobre la
entidad. Si nos preguntan: ¿qué prefieren que haya 35 gestores de
cartera o que se conviertan o transformen en agencia o sociedad de
valores? Egoístamente hablando, por seguridad, las garantías que
ofrece la supervisión de una ESI, valorada según el Real Decreto 276,
el anterior -se ha publicado recientemente una nueva reglamentación-
son mayores para una agencia de valores o una sociedad de valores que
para una gestora de cartera; ésta se atiene a un plan general de
contabilidad, como he dicho, y la agencia de sociedad de valores se
atiene a un plan de



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contabilidad específico, concreto, con unas obligaciones de revisión
e información muy concretas y menos diluidas en el tiempo; semestral
en el caso de la gestora de carteras, mensual en el caso de la
agencia de valores. Sinceramente, si usted me pregunta hoy, le digo
que aporta mayor tranquilidad estar trabajando con un supervisado
bajo la reserva de actividad de SV o AV, sociedad de valores o
agencia de valores.




El señor AZPIAZU URIARTE: De momento, nada más. Muchas gracias.




El señor BASALLOTE UREBA: Muchas gracias a usted.




El señor VICEPRESIDENTE (Romay Beccaría): Por el Grupo Parlamentario
Mixto, tiene la palabra su portavoz, señor Puigcercós.




El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: Señor Ballasote, voy a ser muy breve.

Le han preguntado mucho y ha hecho un esfuerzo importante de memoria
en recordar. En esta Comisión estamos hablando de hechos acaecidos
hace muchos años, pero usted es reciente y supongo que su esfuerzo ha
sido menor. No me ha quedado muy claro lo siguiente. Ha dicho al
principio de su intervención que entró a trabajar básicamente en la
Comisión Nacional del Mercado de Valores por la relación de amistad
que tenía con su primo. A partir de aquí conoció a Pilar Valiente en
una reunión de un grupo de amigos en la que había más gente. Ha dicho
que no recordaba qué otra gente de la Comisión Nacional del Mercado
de Valores podría haber y a partir de aquí la señora Valiente le
llama y le hace una oferta laboral. Se reúne un par de veces con ella
y ella le pregunta si quiere ingresar en la Comisión Nacional del
Mercado de Valores ¿Es así?



El señor BASALLOTE UREBA: No, no es así. Discúlpeme. Parece que usted
está diciendo que yo entro en la comisión gracias a una relación de
amistad con mi primo.




El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: No.




El señor BASALLOTE UREBA: He entendido eso. Discúlpeme usted. Me
imagino que en el «Diario de Sesiones» estará reflejado. Yo entro en
la Comisión Nacional del Mercado de Valores después de haber
mantenido dos reuniones, como en los cuatro o cinco cambios de
empresa que he tenido, siempre ha sido igual. Con una persona con una
relevancia u otra se llega a un acuerdo de condiciones, de trabajo y
de responsabilidades y no ha sido a través de mi primo. Me ha llamado
la que fue presidenta, doña Pilar Valiente.

El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: Su primo en esta misma silla dijo una
cosa parecida. Debe ser una norma de su familia. Lo digo con todos
los respetos.




El señor BASALLOTE UREBA: No, hombre, no.




El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: Sí, hombre, sí. Le pregunté a su
primo: ¿Quién le recomendó para formar parte del consejo de
administración de Telefónica y secretario general de Telefónica. Me
contestó: No lo sé. Le dije a su primo: Me va a hacer creer que colgó
un anuncio en el ABC o en otro periódico de Madrid que decía: Se
ofrece ex miembro de la Comisión Nacional del Mercado de Valores.

Cesar Alierta leyó el ABC y dijo: En las páginas de economía del
domingo hay una oferta laboral de una persona excelente, la llamamos
y lo contratamos (Risas.)
Dijo que no sabía quien le recomendó. Esto no es una nimiedad, sino
que es importante. Estamos intentando buscar, si las hay, conexiones
políticas en este caso. Usted me dice ahora que no sabe quién le
recomendó a doña Pilar Valiente.




El señor BASALLOTE UREBA: No he dicho que no sé quien me recomendó.

Si alguien me recomendó, lo ignoro. Si alguien lo hizó, le estoy
eternamente agradecido. Concretando: a mí me contrata doña Pilar
Valiente ¿De acuerdo?



El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: Claro que sí. Sin embargo, ¿cree que
el baremo de doña Pilar Valiente es que le conoció en alguna cena o
en alguna reunión informal y con ello tuvo suficiente para conocer su
capacidad técnica y profesional y llevárselo a la Comisión Nacional
del Mercado de Valores? ¿Le parece una explicación plausible y
razonable?



El señor BASALLOTE UREBA: En el mundo de la contratación empresarial,
usted que es conocedor de ella, me imagino...




El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: Le aseguro por lo que conozco, en
Barcelona, no funciona así.




El señor BASALLOTE UREBA: Yo creo que en todos los países del mundo
funciona igual. Ella se formaría una opinión sobre la persona.

Coincidí en dos ocasiones con ella. No sé si fue la primera o la
segunda vez, cenamos juntos. Ella acababa de entrar en la Comisión
Nacional del Mercado de Valores. Comprendo que a usted le cause risa.

Para mí es un tema serio porque parece que se duda de que esté
diciendo la verdad.




El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: No. Yo no le digo...




El señor BASALLOTE UREBA: Si alguien intervino...




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El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: No lo sabe.




El señor BASALLOTE UREBA: No lo sé y tengo que decirle a usted lo que
es.




El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: Cuando apareció por primera vez en
una reunión de un grupo de amigos -usted antes lo ha dicho con el
mejor sentido, y le creo-, dice que eran la pandilla.




El señor BASALLOTE UREBA: No era la pandilla, sino que a veces nos
mezclábamos con su pandilla, con su grupo, con amigos míos.




El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: Es lo que mis amigos del PNV llaman
la cuadrilla. (Risas.) Un grupo de amigos se encuentran, se hablan,
se cruzan otras cuadrillas y, al final, la reunión, el círculo se va
ampliando. (Risas.) En catalán decimos la colla, según me apunta el
señor Cámara. Señor Ballasote,...




El señor BASALLOTE UREBA: Basallote, si no le importa; lo digo por mi
padre que estará escuchando. (Risas.)



El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: Perdóneme. Le pregunto: ¿algún nexo
tendría usted para llegar a conocer a la señora Pilar Valiente? Me
parece lógico y no es nada irracional pensar que fue su primo, ¿o no?



El señor BASALLOTE UREBA: No sé explicárselo de otra manera.

Estuvimos hablando prácticamente toda la cena, que no sé el tiempo
que duró. Ella me dijo que estaba recién incorporada al mercado de
valores, que era consejera, no sé cuánto tiempo llevaría porque no me
acuerdo de la fecha concreta, yo le estuve hablando de las
actividades que hacía, pero no le puedo decir si se apoyó en otra
referencia.




El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: Yo le creo porque esto es verosímil,
pero por algún conducto llegó a esa mesa. Su primo le invitó o usted
invitó a su primo. ¿No lo recuerda?



El señor BASALLOTE UREBA: Tenemos amigos comunes, y, honradamente, no
sé si usted se acuerda de quién le invitó a qué en un grupo de 20 ó
22 personas hace dos años. Yo, sinceramente, no.




El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: Le garantizo que si allí me contratan
laboralmente o conozco personas que me pueden contratar, me
acordaría. Es igual, una vida rica implica cosas como éstas, que al
final uno no se acuerda quién le invita. Se lo digo por una razón.

Hay una cuestión y es que algunas de las dudas, de las incertidumbres
que hay en este caso, conducen al señor Antonio Alonso Ureba que, al
parecer,
tenía una ascendencia importante en algunos miembros del consejo. Si
la persona que usted conocía más en el seno de la Comisión Nacional
del Mercado de Valores era el señor Antonio Alonso Ureba, si cuando
aterrizó en la comisión la persona con la referencia más inmediata
era su primo, sería lógico y normal pensar, por una razón de
confianza, que, siendo su primo el jefe de los servicios jurídicos,
le preguntara, le requiriera o le asesorara. Es lógico, no es ningún
crimen, que cuando llegas a una empresa u organismo importante como
la comisión, con mucha gente trabajando en diferentes divisiones,
tengas dudas razonables en algunos aspectos en los que hay que tomar
una decisión y te aconseje la persona que más te conoce. Después de
la señora Pilar Valiente, como ha dicho, la persona a la que más
conocía era su primo. ¿Usted hablaba alguna vez con su primo para
asesorarse sobre algunas de las decisiones que debía tomar?



El señor BASALLOTE UREBA: La división de entidades, antes fomento, en
estos momentos no tiene consejero asignado sino que despacha
directamente con la presidenta. Los temas que yo tengo que ver los
veo directamente con la presidenta, como ocurre en la actualidad:
despacho con el presidente de la comisión, porque no hay en este
momento un consejero asignado a la división. Anteriormente el
consejero asignado a mi división fue el señor Roldán, pero desde que
yo he entrado en la comisión no ha habido ningún consejero asignado.

Despachaba con la presidenta. Cuando tenía temas de servicios
jurídicos hablé con las personas delegadas de servicios jurídicos
para la división. Señoría, aunque cueste trabajo creerlo, el equipo
técnico de la división, integrado por 40 personas con solvencia
demostrada, está compuesto de técnicos cualificados. Obviamente se
trata con los servicios jurídicos aspectos derivados del rigor o
actuaciones determinadas que requieren su actuación. Con Antonio
Alonso Ureba -que es lo que usted me está preguntando-, desde el día
26 hasta que se fue (no sé en qué fecha se fue, quizás a finales de
enero), he hablado con él de algunos temas. Desde luego, de
Gescartera, no, señoría. Repito que he hablado de otros asuntos, que
si vienen a cuento podemos mencionar aquí, pero de este asunto
concreto, no.




El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: ¿Quién le ayudó a aterrizar en la
comisión? Es normal que a una persona que no conozca la comisión, que
no conozca determinados ámbitos, alguien le ayude y le diga esto va a
así, esta es la legislación; alguien le ayudó a aterrizar. ¿Quién fue
de su división?



El señor BASALLOTE UREBA: Yo tuve dos entrevistas con Pilar Valiente.

Disculpe, pero no quiero que parezca que me estoy refiriendo...




El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: De acuerdo, de acuerdo.




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El señor BASALLOTE UREBA: En la segunda entrevista con la ex
presidenta, avisó a un responsable de la división en la que yo iba a
entrar y al secretario general de la Comisión Nacional del Mercado de
Valores. Estas dos personas me entronizaron, si es que es lo que
usted me está preguntando. Al día siguiente, día 26, estuve
prácticamente toda la mañana reunido con el secretario general, quien
me estuvo contando aspectos derivados de la organización y yo le
estuve requiriendo a él también para encauzar los asuntos porque una
semana más tarde pudimos reestructurar la división que teníamos. Lo
más importante era acometer un plan de choque porque había cerca de
3.000 expedientes parados, por una causa u otra. Posiblemente usted
diga que no es creíble el proyecto que defendí con la señora
Valiente. Yo le digo mi verdad y usted la valora. Cuando yo hablé con
ella, a lo mejor, le sonaría. En mi experiencia en el mundo laboral,
bien sea en la universidad, en la empresa o en otras actividades, he
tenido muchos contactos outsourcing con empresas, gestionando
recursos humanos, externos e internos de la empresa, y montando
programas de acción comercial o de aceleración de desarrollo de
productos o de mercado. ¿Es tan distinto el mercado de valores de
otros mercados? Yo no lo veo tan distinto, habiendo vivido los dos.

Estamos hablando de vehículos de inversión, otra denominación;
productos, en definitiva. Yo entro, requiero, porque es lo que me
piden, montar un programa de gestión de esa división. Esa división es
una planta de producción, son 30.000 tramitaciones anuales. ¿Usted se
hace una idea de lo que son 30.000 tramitaciones anuales? Se lo digo
de corazón; eso simple y llanamente se puede llevar a cabo por el
equipo de profesionales con que cuenta esta división. Y no estoy aquí
echando flores a nadie, estoy hablando exclusivamente con la
honestidad por delante. Me dicen que hay que reorganizar un atasco de
3.000 expedientes y que hay que hacer una estructura, que a mí me
pareció profesionalmente y con mi experiencia en la empresa,
competitiva. De una subdirección, establecí cinco subdirecciones
generales dentro del ámbito.




El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: Estoy seguro. Yo no le pregunto por
eso. Le pregunto por otra razón.




El señor BASALLOTE UREBA: ¿Me permite un segundo más? En tres meses y
cortos que he estado en la comisión -se lo digo porque de todo lo que
se ha publicado sobre mí, lo que más me duele honradamente es la
opinión que se pueda formar el público en general, mis amigos que me
conocen quizá menos, sobre mi falta de capacidad- en ningún momento
me he visto como un don Tancredo, ni como un convidado de piedra en
la comisión. Jamás. Si me hubiera visto así, incapacitado o con falta
de capacidad profesional para acometer lo que se me estaba pidiendo
en esas dos reuniones
previas a mi contratación, tenga por seguro que no lo había
aceptado porque yo no estaba en mi casa esperando, estaba trabajando
en una empresa con un proyecto de futuro. Sinceramente me apeteció,
me gustó, era volver a mis enseñanzas de hacía 18 años. Esa
explicación de por qué se mueve uno de un sitio a otro o por qué
decide su carrera profesional, es personal. Yo, así lo decidí.

Difícilmente llevando tres meses y medio, como he llevado (me echo
flores, no tengo abuela, pero si no lo digo yo no lo dice nadie por
mí)...




El señor VICEPRESIDENTE (Romay Beccaría): No se alargue mucho, señor
Basallote.




El señor BASALLOTE UREBA: Se ha publicado una orden ministerial y una
circular. A partir de ahí no sé si mucha gente puede decir con tan
poca experiencia en el mercado de valores si se puede avanzar tanto
en tan poco tiempo. Quería que quedara claro. Discúlpeme, señor
presidente.




El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: Yo se lo pregunto por una razón: El
caso Gescartera no era un caso normal. Todos los comparecientes de
diferentes épocas y fases de la Comisión Nacional del Mercado de
Valores, en el hilo que ha seguido el caso Gescartera, han reconocido
que se conocía internamente en la comisión que no era un caso normal.

Gescartera venía precedido de, para algunos, enfrentamientos en el
seno del consejo, para otros contraste de pareceres (vamos a dejarlo
en la mitad), en todo caso, de polémica. A usted le cae en las manos
un expediente de transformación de sociedad de valores en agencia de
valores. Este era un caso especial. ¿Usted era consciente en ese
momento de que le caía en las manos un caso especial o para usted era
un caso de los muchos que podían pasar por sus manos?



El señor BASALLOTE UREBA: No he tenido -creo que lo he explicado
antes- consideración de caso especial.




El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: ¿Nunca?



El señor BASALLOTE UREBA: Nunca. A la vista de cómo se han sucedido
los hechos, obviamente...




El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: Evidentemente, a toro pasado es
fácil. Antes, cuando usted llegó allí, en ningún momento...




El señor BASALLOTE UREBA: Sinceramente estaba todo bastante
delimitado. Es difícil transmitir esto. Intento explicarlo. Yo tenía
una orden ministerial que condicionaba la inscripción, el acto
administrativo del que yo era responsable, al cumplimiento de unos
requisitos. He comprobado esos requisitos, esas condicionesy, a
partir de ahí, no me pareció ningún caso



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excepcional, ni he oído que haya habido expedientes o inspecciones
hacia una línea u otra. No he oído todo esto a partir de la
intervención de la compañía. Son divisiones estancas. Yo hablaba con
mi presidenta -actualmente al presidente-, y si no me instruyen o
informan de cuál es la casuística de las entidades, sinceramente no
lo puedo saber.




El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: Parece que usted tampoco tenía una
gran relación con el señor don Alberto Alonso Ureba, que formaba
parte de Bouza asociados, porque dice que le vio una vez comiendo en
casa de sus padres en los últimos cuatro años.




El señor BASALLOTE UREBA: Sí. Llevo diez años y pico aquí. Le invité
a comer a mi casa casi recién llegado, hará ocho o seis años.




El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: Muy poco, una vez.




El señor BASALLOTE UREBA: Alberto es mayor que yo, es de mis primos
hermanos mayores y no tengo una relación. Con Antonio sí que he
tenido más relación, tampoco decisiva, de diario, porque teníamos
nuestros ambientes.




El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: Se veía a menudo con Antonio Alonso
Ureba.




El señor BASALLOTE UREBA: Con Antonio a menudo, no. La palabra a
menudo no sé qué cadencia supone. ¿Diez u ocho veces al año es a
menudo? No lo sé.




El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: Diez veces al año son una vez al mes
de media.




El señor BASALLOTE UREBA: Bueno, una vez al mes; si usted considera
que...




El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: Una vez al mes se puede hablar
también... Hay una desviación normal y lógica que es hablar de cómo
está el trabajo y cómo está la cosa. ¿Era frecuente entre ustedes...?



El señor BASALLOTE UREBA: No, entre la gente de la Comisión que
alguna vez he conocido no es frecuente que te hablen de aspectos de
la Comisión. Honradamente, cada vez que me he visto con alguien que
pudiera estar trabajando en la Comisión, que ha concurrido a una
comida, no es normal que te hablen de aspectos derivados de la
Comisión; no es normal.




El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: No le voy a hacer ninguna pregunta
más, señor Basallote. A usted nadie le ha juzgado como incompetente o
que le venía grande el trabajo, esta no es la opinión de la mayoría.

Su problema es lo que le he dicho al principio, usted decía que no se
acordaba o que desconocía. Lo que puede uno suponer, lo que uno puede
entender, siendo usted primo del señor Alonso Ureba, secretario del
consejo, jefe de los jefes de los servicios jurídicos, es que usted
fuera una recomendación del señor Alonso Ureba y que en esta trama no
ya de Gescartera, sino de la Comisión Nacional del Mercado de
Valores, por una cuestión de edad, de conocimiento, el señor Alonso
Ureba fuera su mentor, o su protector, o su asesor, o su padre
espiritual por llamarle de alguna forma. Este es el problema. Usted
dice que no, que ignora quién le recomendó, dice que no se asesoraba
casi nunca o muy pocas veces con el señor Alonso Ureba, pero yo creo
que este es su problema. En este caso es la sombra de duda razonable
que tiene esta Comisión sobre su trabajo y el caos de fechas que se
produjo en la tramitación de este expediente de transformación.

Nada más, señor Basallote.




El señor VICEPRESIDENTE (Romay Beccaría): Por el Grupo Popular, señor
Cámara.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: Señor Basallote, vamos a
intentarlo de nuevo. ¿Cuáles eran los requisitos que debía cumplir
Gescartera para poder convertirse en agencia de valores?



El señor BASALLOTE UREBA: La toma de un 10 por ciento de
participación en la agencia de valores por la Fundación ONCE.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: En base a qué.




El señor BASALLOTE UREBA: En base a una orden ministerial que nace de
un acuerdo del consejo de la Comisión Nacional del Mercado de
Valores.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: ¿Y qué dice el acuerdo de la
Comisión Nacional del Mercado de Valores?



El señor BASALLOTE UREBA: Proponer al ministro de Economía y Hacienda
la autorización de la transformación de Gescartera. Dinero SGC en
agencia de valores. La orden ministerial añade una condición que es
la toma del 10 por ciento de la AV por parte de la Fundación ONCE,
orden ministerial de fecha 1 de septiembre.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: ¿Y usted qué es lo que tiene
que hacer en la CNMV?



El señor BASALLOTE UREBA: Verificar que se han cumplido estos
requisitos, es decir, que la Fundación ONCE ha tomado el 10 por
ciento de participación en la AV.




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El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: ¿Es a lo que se limitaba su
cometido en la CNMV? ¿Hacía usted alguna otra cosa más?



El señor BASALLOTE UREBA: ¿Alguna otra cosa más en la Comisión?



El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: Eso parece.




El señor BASALLOTE UREBA: En la Comisión sí. ¿O con relación a
Gescartera?



El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: No con relación a Gescartera,
con relación a ese expediente, puesto que usted hace un cruce de
cartas con el señor Camacho.




El señor BASALLOTE UREBA: Por supuesto. Comprobamos también que se
habían producido los ceses y nombramientos nuevos que se habían
materializado, que se había hablado en la propuesta de...




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: No, vamos a ver. Usted tiene
una orden ministerial ¿sí o no?



El señor BASALLOTE UREBA: Sí, sí la tengo.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: La pregunta es bastante simple
y a ver si logramos aclararnos todos, porque le puedo asegurar que a
nuestro grupo su intervención también le ha sugerido más dudas que
certidumbres. ¿Qué es lo que tiene que hacer el director de fomento
con relación a un orden ministerial, seguir o no? ¿Es así o no es
así?



El señor BASALLOTE UREBA: Así es.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: ¿Quiere usted decir porque
entonces inicia otro tipo de..., bueno, no me hable de exceso de celo,
¿eh?



El señor BASALLOTE UREBA: No le hablo de exceso de celo. He querido
confirmar que el calendario previsto que, de alguna manera se decía
en la propuesta y en la carta del 7 de julio del señor Camacho, se
cumplimentaría a finales del año 2000 -no me acuerdo ahora, lo puedo
yo leer-, pero, en definitiva, yo he querido constatar -y por eso
hablé de exceso de celo- en qué condiciones y en qué situación se
encontraba ese calendario de cumplimiento de otros aspectos derivados
que influyeron de algún modo en el tema.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: Usted envía una carta al señor
Camacho el día 31 de enero en la que somete a condición suspensiva,
incluso se puede entender resolutoria -resolutoria no, ¿verdad?,
porque usted no es ministro-, un acuerdo de la CNMV y un
acuerdo del Consejo de Ministros. ¿Es así? Claramente lo dice el
documento.




El señor BASALLOTE UREBA: Así es.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: Es que a usted le han
convencido de dos aspectos, de ése y el contrario, a lo largo de la
tarde de hoy.




El señor BASALLOTE UREBA: Lo que he intentado explicar es, uno, que
la única condición para que yo inscribiera la transformación era la
toma del 10 por ciento por parte de Fundación ONCE en la AV y, dos,
que he querido constatar que otros aspectos derivados de un
calendario de compromiso que seguro que mi predecesor -porque así se
incorporó a la propuesta- elevó al consejo seguían en vigor: la toma
de participación del 25 por ciento -referidos a la holding-,
transformación de SL en SA, etcétera.

Sinceramente, si después de esa entrevista con el órgano de gobierno
de la futura AV, la que íbamos a inscribir, y después de esa carta
que recibí hubiera tenido la más mínima duda de que se descabalgaba
el proyecto en un contenido -que no era el condicionante para la
inscripción- a futuro, que se hubiera roto, lo hubiera puesto en
conocimiento de mis superiores, de la presidenta y, si ella lo
hubiera estimado, lo hubiera derivado a un orden del día de un
consejo y hubiera defendido lo siguiente: Señores, un consejo de esta
casa ha valorado una serie de actuaciones -unas condicionantes
y otras accesorias o a futuro, una vez inscrita- y me dicen que de lo
dicho ni agua.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: ¿Por qué no hace usted eso el
31 de enero? ¿Por qué no eleva esa cuestión al consejo o directamente
a la presidenta, ya que, usted ha dicho que reportaba directamente
a la presidenta?



El señor BASALLOTE UREBA: De las actuaciones del día a día... Me han
dicho: ¿Es que era una actuación especial para usted? No era una
actuación especial para mí, era una inscripción. Yo me leo el
proyecto y digo: Cumple las condiciones. La gente de mi división me
dice: Juan Carlos, tenemos que inscribirlo; es un acto reglado y
tenemos un mes para inscribir esta AV.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: ¿Quién le dice eso?



El señor BASALLOTE UREBA: La gente de mi división, mis técnicos.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA:Los letrados.




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El señor BASALLOTE UREBA: No, un subdirector...




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: Esto es un procedimiento
reglado y los procedimientos reglados los llevarán a cabo...




El señor BASALLOTE UREBA: Estaba una subdirectora de la división y un
subdirector de los servicios jurídicos.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: O sea, que los letrados le
dicen: Director, este es un procedimiento reglado, tenemos una orden
ministerial que es la base jurídica sobre la que se fundamenta la
decisión que al final tiene que tomar y está sometido a plazo, y, sin
embargo, usted envía una carta...




El señor BASALLOTE UREBA: Yo me reúno con mi división, con las
personas con las que comparto el día a día de mi responsabilidad. La
responsabilidad final es la mía y la asumo, pero el día a día... Yo me
reúno con dos o tres personas de mi división con las que he decidido
escribir el requerimiento y pido asesoramiento para su redacción,
pero en cualquier caso...




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: Esto es importante, porque
resulta que el requerimiento somete a condición lo que de ninguna de
las maneras establecía como condición la orden ministerial y el
acuerdo de la CNMV. ¿Lo letrados no le comentan que hay una
diferencia entre el petitum, por decirlo así, o las instrucciones del
consejo de la CNMV y del propio ministerio -la orden ministerial- y
lo que usted está solicitando a la sociedad? ¿No se lo advierten?



El señor BASALLOTE UREBA: El letrado me dice: Juan Carlos, han
cumplido los requisitos. A partir de ahí, yo le digo: Yo asumo la
responsabilidad de la gestión de esta división y quiero saber... Es que
además -no sé si lo transmito bien o no- el director de una división,
de línea de la Comisión Nacional del Mercado de Valores tiene mucha
autoridad dentro de la casa en cuanto a libertad de actuaciones. A mí
nadie me ha dicho puede usted enviar o no puede usted enviar. Yo me
asesoro y tomo la resolución que creo más conveniente para el
desarrollo de mis actuaciones.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: ¿Usted sigue diciendo que esa
actuación fue buena? Porque usted ha dicho antes no que estuviera
orgulloso, pero sí que consideraba que había actuado de forma
correcta. ¿Lo sigue afirmando después de todo lo que hemos oído a lo
largo de esta tarde?



El señor BASALLOTE UREBA: Sí, lo sigo manteniendo.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: ¿Por qué lo sigue manteniendo?
Vamos a ver, señor Basallote. Usted tiene una orden ministerial en la
que se explicita que tiene que cumplir los requisitos que aparecen
como resultado del consejo del día 17 de junio. Usted se toma
atribuciones que en principio no le corresponden, porque estamos
hablando de un procedimiento distinto, y además lo hace socapa del
procedimiento de inscripción que, según lo que le informan sus
propios técnicos, quedaba resuelto con el cumplimiento de los
requisitos que aparecían en la orden ministerial. Usted no me puede
decir que sigue estando perfectamente seguro de que aquella actuación
fue correcta. A usted se le ha convencido de eso y de lo contrario en
esta tarde.




El señor BASALLOTE UREBA: Yo he querido proporcionar a la actuación
la mayor seguridad posible. Y la mayor seguridad a mí me la
proporcionaba conocer el estado del calendario de las distintas
condiciones o requisitos adicionales posteriores a la inscripción que
se iban a cumplir.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: ¿Usted no se da cuenta de que
eso tiene muy poco rigor jurídico?



El señor BASALLOTE UREBA: No sé si tiene muy poco rigor jurídico.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: No, no tiene ningún rigor
jurídico, señor Basallote, ninguno. Si usted entra en un
procedimiento de inscripción, está en el procedimiento de
inscripción, y por lo tanto usted no puede someter a condición
resolutoria ni suspensiva ninguna circunstancia que no se haya
producido como consecuencia del hecho jurídico que ocasionaba su
requerimiento, que era la orden ministerial. La reunión es lo que a
usted le convence, según su apreciación, para decir: A pesar de mis
sospechas, yo no elevo esta consideración a la presidenta a quien yo
reporto. Simplemente envío este requerimiento: Ustedes no cumplen con
las condiciones que habían manifestado en su carta de 7 de julio.

Esto es lo que ha venido a decir en su primera intervención a
preguntas del Grupo Socialista. Es decir, las menciones que hace al
25 por ciento del capital del holding hacen referencia al
ofrecimiento del proyecto de futuro que hacía Gescartera el 7 de
julio, y a usted le convencen el día 1, única y exclusivamente como
consecuencia de una conversación que mantiene con el señor Pichel,
que es el que da la clave para decir que el resto estaba bien.




El señor BASALLOTE UREBA: Lo constato con el señor Pichel.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: Lo constata de palabra, señor
Basallote.




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El señor BASALLOTE UREBA: Si lo hubiera constatado por escrito,
obviamente el documento hubiera quedado así. El documento llegó el
día 5, redactado el día 2. Yo no escribo antes de recibir la
respuesta al requerimiento por escrito, que es lo correcto. He
esperado a recibir la respuesta por escrito de ese requerimiento, y
ahí lo que se dice es lo que el señor Pichel me dijo: Seguimos con
nuestro programa de intervención en las distintas compañías de
Gescartera y con el grupo Gescartera, exactamente igual que figuró en
el proyecto que en su día se mantuvo para la autorización. Yo he
querido constatar y aportar seguridad al procedimiento. Si usted cree
que con mi actuación no se ha aportado y me pregunta si estoy
orgulloso de lo que hice, yo le digo que no sé si la palabra es
orgulloso, pero estoy tranquilo por haber aportado seguridad, por
haber conocido al señor Pichel, por tener la constancia de que el
señor Pichel me dice: Oye, que reporto yo como consejero delegado de
la AV, en representación de la Fundación ONCE.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: No sé si usted se ha dado
cuenta de que lo único que ha aportado con esa actuación ha sido una
confusión monumental; confunde el procedimiento de inscripción con el
procedimiento que pueda ser lógico de su actuación como director de
entidades, que es comprobar la existencia de proyectos de futuro que
permitan que las sociedades que están registradas en la CNMV tengan
una actuación correcta, que no se perjudiquen los intereses de
terceros, de clientes, etcétera. (El señor presidente ocupa la
Presidencia.) Sinceramente le digo que desde un punto de vista de
rigor jurídico ha mezclado dos cuestiones que se compadecen muy poco
con lo que debería haber hecho la Comisión en ese momento, sobre todo
por una cuestión, que es que tienen ustedes un documento base, que es
la orden ministerial, que a usted le otorga incluso posibilidades de
someter a condición, más allá de lo que dice la orden ministerial,
sobre las condiciones que están puestas de manifiesto por la
propuesta de Gescartera. Yo no digo si usted ha actuado mal o
regular, sino que tendrá que convenir conmigo que, como mínimo, eso
tiene poco rigor jurídico. Usted ha dicho que no era jurista, pero
tenía letrados que además le habían advertido de que al cumplimiento
del precepto legal en la cuestión relacionada con la inscripción de
la sociedad, una vez cumplidos los requisitos que establecía la orden
ministerial, tenía que darle curso. Usted hace algo distinto de lo
que le recomiendan los servicios jurídicos de su unidad
administrativa. ¿Es así?



El señor BASALLOTE UREBA: De alguna manera, es así, sí.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: Eso es actuar con poco rigor
jurídico. Es decir, sus servicios
jurídicos le están diciendo que tiene que tomar una decisión,
y la decisión conforme a derecho es tomar la orden ministerial y a
partir de ella cumplir los requisitos. Usted, bien intencionadamente
o no -yo quiero aceptar las buenas intenciones que tuviera usted de
hacer esto-, tiene una actuación que aporta muy poco rigor jurídico
al procedimiento, sobre todo porque además estaba advertido por los
servicios jurídicos de la unidad administrativa de la que usted era
responsable. Una segunda cuestión, que es la que verdaderamente tiene
importancia para esta Comisión, es que del día 1 -cuando usted tiene
la reunión con Gescartera- al día 6 se produce según ha dicho la
aportación de la contestación por escrito a la que el señor Pichel
dice: Todo está OK. Lo que te he dicho va a ser así. Tiene usted la
confirmación por escrito. En el ínterin, ¿tiene usted alguna presión
del tipo que sea para que... Juan Carlos, por ahí no vayas porque basta
con lo que te han dicho los técnicos, por ahí no vayas, por ahí no
vayas? Usted ya lo ha dicho con toda claridad, pero quiero separar
con toda nitidez un procedimiento no atenido al rigor jurídico que
hubiera debido mantenerse de otro que es el que se está intentando
averiguar en esta Comisión de investigación. Para tomar una decisión
en la que usted contribuye extraordinariamente a la confusión en
cuanto al número de fechas del procedimiento de inscripción y al
procedimiento de exigencia de otro tipo de garantías respecto a
Gescartera le pregunto si tiene usted alguna presión del tipo que sea
-del tipo que sea- para que al final el día 6, a pesar de que usted
había puesto de manifiesto el incumplimiento de las razones para que
se produjera la inscripción según su criterio, no según el criterio
de la orden ministerial, se hiciera del modo que se hizo.




El señor BASALLOTE UREBA: Ninguna presión, ningún comentario, ninguna
conversación tendente a desanimarme a retirar mi requerimiento. En
absoluto, de verdad, en absoluto.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: Nada más, señor presidente.

Muchas gracias, señor Basallote.




El señor PRESIDENTE: ¿Algún señor comisionado desea hacer un segundo
turno de intervenciones? (Pausa.) Por el Grupo Parlamentario
Socialista tiene la palabra el señor Cuevas.




El señor CUEVAS DELGADO: Sí, señor presidente, a ver si con brevedad
y concisión somos capaces de resolver un problema del que estamos a
punto de llegar al final y al que nos ha llevado mucho tiempo llegar.

Siempre nos hemos preguntado en esta Comisión -y ha habido muchos
comparecientes- sobre el problema del tramo final de la conversión de
Gescartera en agencia de valores y en qué camino se había quedadolo
del 25 y el 10 por ciento, y se había quedado en el 10



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por ciento. Su comparecencia hoy aquí ha sido muy útil en este
sentido; lo único que quiero decirle, por si quiere tenerlo en
cuenta, es lo siguiente. En este proceso usted, como quien dice,
llegó en paracaídas, parecería que lo hubieran traído expresamente
para resolver este nudo gordiano del problema. No sé si usted es
consciente o no de esta circunstancia, lo cierto es que está, se ha
visto envuelto en ella y le ha tocado a usted certificar algo y ahora
le diré por qué. Si tiene interés le ruego que me siga con atención
porque a lo mejor le puede servir. El portavoz del grupo que me ha
precedido además de hacerle una serie de preguntas... A usted no le va
a hacer ningún favor ni esa pregunta ni esa respuesta y le voy a
explicar por qué. El problema que tenemos aquí, que está sobre la
mesa y que tiene el ministro de Economía -aunque la autorización la
haya firmado por delegación el señor Folgado- es que en este proceso
ha habido como mínimo una prevaricación; ha habido más, pero como
mínimo una. ¿Cuál es? Se lo voy a decir inmediatamente, pero antes,
permítame que le abra una ventana aparte. Este documento, el que se
aporta y que la Comisión Nacional del Mercado de Valores aprueba,
tiene dos partes: una, que son consideraciones legales, o sea que
inexcusablemente hay que cumplir, y la otra son procedimientos de
autorización -describe exactamente cuáles son-, que se refieren al
proyecto que va anexo en la memoria a este documento. Es decir, hay
una serie de condiciones como usted señala en su carta: la
participación de la Fundación ONCE, etcétera, que son inherentes al
proyecto, y otras que son inherentes a cualquier sociedad que se
quiera legalizar como agencia de valores. En la parte primera usted
no tenía que hacer absolutamente nada, porque eso se lo dan a usted
hecho, en la orden ministerial autorizando la transformación de
Gescartera Dinero en agencia de valores. Se lo adelanto para que lo
tenga en cuenta y le sirva como defensa en futuras comparecencias.

Esta orden ministerial no son solamente dos líneas, es algo más; no
es lo que usted ha leído antes.

En esta orden ministerial, además de en las líneas del final donde
aparece lo del 10 por ciento, quiero que repare en lo siguiente:
habla del expediente, de la documentación aneja al mismo y de la
información complementaria solicitada por la Comisión Nacional del
Mercado de Valores, y hay una serie de considerandos. El último es
que no concurre ninguna de las causas de denegación previstas en el
artículo 6.7.1 de la citada ley. Sobre esto usted no tenía que
pronunciarse si no tiene responsabilidad, pero sí tiene
responsabilidad el ministerio, porque este artículo de lo que está
hablando es de la idoneidad de los accionistas. Cuando el ministerio
aprueba este documento, el señor Folgado, en delegación del señor
Rato, que es el que debería de firmarlo, los accionistas de esta
sociedad ya han sido sancionados justamente en el consejo en el que
se aprueba esto. Siempre nos hemos estado preguntando por qué la
misma fecha, el mismo día de la aprobación del expediente de
Gescartera con la aprobación del expediente sancionador. Porque en
esa fecha la Comisión Nacional del Mercado de Valores o su consejo
seguramente se cubrían las espaldas, porque era en el mismo día, en
el mismo acto. No sé cuál fue antes o cuál fue después.

Posteriormente, el Ministerio de Economía tenía que haberlo
comprobado. En el expediente que envía el Ministerio de Economía les
dicen con claridad después de cada currículum, por ejemplo el del
señor Camacho, se dice: El que suscribe está incurso como director
general en un expediente sancionador abierto a Gescartera Dinero SGC,
Sociedad Anónima, el cual aún no ha concluido y sin que exista de
momento resolución. Claro que existía resolución, sobre esto no tenía
usted que pronunciarse. Por eso le digo que, si me acepta un consejo,
retenga esto para futuras comparecencias. Usted sí tenía que
pronunciarse sobre la otra cuestión. La otra cuestión solamente
afectaba a Gescartera Dinero Agencia de Valores. Esas condiciones
estaban detalladas en el expediente que se acompañaba al ministerio,
y éste después del último considerando dice: Este ministerio, a
propuesta de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, ha resuelto
autorizar la transformación de la Sociedad Gestora de Carteras a que
se refiere la solicitud de agencia de valores bajo el supuesto de
estricto cumplimiento de las declaraciones sobre los requisitos
exigidos contenida en la misma y en particular las relativas a... Da
una serie de condiciones, entre las que habla del 10 por ciento, pero
también se tiene que cumplir la del 25 por ciento. Los técnicos que
le hicieron el escrito se lo hicieron bien, examinaron una
documentación. Cuando solicitaron la inscripción, los técnicos de la
división de entidades procedieron a verificar todos y cada uno de los
requisitos del proyecto, motivo por el cual su carta, elaborada con
toda seguridad por técnicos que conocían perfectamente de lo que se
trataba, le dijeron lo que usted luego firmó a Gescartera. ¿Dónde
está ya la parte en la que usted se desvía? En que esos requisitos
jamás los cumple Gescartera Dinero Agencia de Valores. Usted esto sí
se lo salta, cometiendo exactamente lo mismo que le he señalado antes
para el Ministerio de Economía, cometiendo a mi juicio un acto de
prevaricación, porque sin ese requisito Gescartera Dinero no hubiera
sido autorizada nunca como agencia de valores. ¿Sabe usted la
importancia que tiene eso? Se lo voy a decir. Ese acto provocó un
lavado de cara frente a los clientes, provocó también que como ya era
agencia de valores daba esa apariencia de seriedad. De esto eran
conscientes algunas personas de la Comisión Nacional del Mercado de
Valores, usted posiblemente no, porque como he dicho al principio
usted cayó aquí parece que para esto; flaco favor le hicieron. Ya le
he dicho antes que alguien le tiene que estar eternamente agradecido.

Piénselo porque le hicieron un flaco favor. El hecho en sí es que
Gescartera Agencia de Valores tuvo el camino expedito



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para vaciar lo que quedaba en las cuentas; esta es la cuestión. Nos
ha llevado tiempo de trabajo, compareciente tras compareciente,
porque todos tenían algo que ocultar desde el principio. Al final
estaba usted. Estaba usted y pensábamos que era extremadamente
extraño que justo al final, cuando había que dar el paso, no se
cumpliese. ¿Sabe usted por qué? Esto entra en el terreno de la
hipótesis. Alguien fuerza a la ONCE para que intervenga en el
proyecto, porque ella no lo hace de forma voluntaria como una y otra
vez han defendido los que han venido aquí en su nombre. Entra forzada
y durante este largo trámite descubre que no puede sacar sus
inversiones -a esto ha hecho usted referencia antes, porque la ONCE,
aparte de estar implicada en el proyecto, invirtió- a pesar de ser el
señor Pichel consejero delegado y tener amplios poderes, ya que no
estaba capacitado para coger el dinero y devolvérselo a la ONCE, qué
gran paradoja. Descubre que se trata de un gran problema del que
había que distanciarse y entonces se niega a cumplir aquello a lo que
aparentemente se había comprometido. La otra hipótesis es que el
señor Pichel hubiese involucrado a la ONCE en este asunto y hubiera
engañado a las dos partes. El hecho es que alguien, y yo no creo que
fuera la Comisión Nacional del Mercado de Valores, aunque sí personas
pertenecientes a ella, tuvo interés y entonces se entrevistaron con
la ONCE. En esa segunda hipótesis es posible que el señor Pichel
engañara a unos y a otros, que dijera que había hablado con sus
superiores y que estaban de acuerdo y a aquellos que estaba tratando
de que se implicaran les dijo lo mismo.

Estamos al final de este nudo gordiano y fíjese usted lo que hemos
tardado. ¿Qué es lo que ahora desgraciadamente tenemos? En su caso
usted tenía un trabajo cómodo, no sé si mejor o peor remunerado, y
ahora está metido en un serio problema, habiéndose cuidado los que le
han metido en él de que durante todo este trámite hubiera cuestiones
extrañas, informes que no aparecen, convocatorias de consejos hechas
de mala manera, personas que no asisten a esos consejos. En fin, una
maraña tal y tanto tiempo dándole vueltas a esto que no es que ellos
no tengan responsabilidad, sino que la están ocultando mejor,
mientras que a usted le dejaron a los pies de los caballos -perdóneme
la expresión- y le dijeron que legalizara esto. Si usted hubiera
exigido el cumplimiento exacto, tal como dijo en su carta primera,
Gescartera no hubiera sido nunca agencia de valores. ¿Por qué? Porque
no se hubiera inscrito, no hubiera podido operar, como usted bien
dice, y la ONCE no hubiera entrado. Quizás la historia hubiera sido
otra y usted hubiese salvado su responsabilidad. En la vida hay que
hacer las cosas correctamente hasta el final.

No le voy a hacer ninguna pregunta más, tan sólo le deseo que tenga
suerte. Yo por mi parte acabo de descubrir algo que me inquietaba y
es que parecía que en algún sitio se había perdido ese 25 por ciento
y no ha
sido así, está en la orden ministeral. Lo que ocurre es que está
puesto de forma que alguien poco experto en estas lides caiga en la
trampa en la que posiblemente usted ha caído.




El señor PRESIDENTE: El señor Jané también quiere hace uso de la
palabra. Le pido brevedad.




El señor JANÉ I GUASCH: Señor presidente, señorías, aquí habría dos
posibilidades: una, que la orden del Ministerio de Economía firmada
por el señor Folgado no reflejara exactamente cuáles son las
condiciones que se exigían para elevar a Gescartera a agencia de
valores. Esa es una interpretación posible. Dicha orden no contenía
ese error, sino que la misma se ajustaba a los términos de la
propuesta de expediente que la Comisión estaba tramitando para que
Gescartera fuera elevada a agencia de valores. Creo que la orden
ministerial no especifica con mucha concreción todos los aspectos,
pero todos los aspectos en esa orden ministerial están implícitos.

Quizás la comisión leyó mal esa orden ministerial. Quizás usted,
señor Basallote, leyó mal esa orden ministerial y no la interpretó en
todos sus términos, porque hay diversas interpretaciones de esa orden
ministerial. La orden ministerial marca unos requisitos, habla de
requisitos, y dice: en concreto, y en particular, los siguientes. Por
tanto, está diciendo: para que te eleve a agencia de valores tienes
que cumplir unos requisitos, y en particular, los siguientes: Primer
requisito, denominación social que será Gescartera Dinero, agencia de
valores, Sociedad Anónima. ¿Cumplía, señor Basallote, el primer
requisito?
El señor BASALLOTE UREBA: Sí. Obviamente, sí.




El señor JANÉ I GUASCH: ¿Por qué obviamente sí? Explique...




El señor BASALLOTE UREBA: No, le voy a explicar..., es que yo creo,
como no pude contestar al señor diputado, que...




El señor JANÉ I GUASCH: Le pediría, señor Basallote,...




El señor BASALLOTE UREBA: Bien, de acuerdo.




El señor JANÉ I GUASCH: Al final le puedo hacer una pregunta que le
permita contestar cabos sueltos.




El señor JANÉ I GUASCH: Pero ahora, el primer requisito, que
Gescartera fuera Gescartera Dinero, agencia de valores, sociedad
anónima. ¿Lo cumplía?



El señor BASALLOTE UREBA: Lo cumplía, sí.




El señor JANÉ I GUASCH: ¿Por qué?



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El señor BASALLOTE UREBA: Porque se había constituido como tal. Se
había constituido.




El señor JANÉ I GUASCH: ¿Con qué accionariado?



El señor BASALLOTE UREBA: Con el 90 por ciento de Gescartera Holding
y el 10 por ciento de Fundación ONCE.




El señor JANÉ I GUASCH: Pero este no era el requisito exigido para
ser S.A.




El señor BASALLOTE UREBA: No. Vamos a ver, para ser una A.V.

previamente se tiene que constituir como una S.A., no era el caso,
porque ya era una S.A., lo que ha habido es una transformación de
reserva de actividad de S.G.C. (sociedad gestora de cartera) a A.V.

(agencia de valores). De hecho cumplía este requisito.




El señor JANÉ I GUASCH: Pero tenía que constituirse en sociedad
anónima.




El señor BASALLOTE UREBA: Tenía que constituirse en sociedad anónima.




El señor JANÉ I GUASCH: Con un capital social que nos marca la propia
comisión.




El señor BASALLOTE UREBA: De 150 millones de pesetas.




El señor JANÉ I GUASCH: La propia comisión nos marca que para
solicitar la autorización para la transformación: Punto 11. Al tiempo
de la transformación de Gescartera Dinero, Gescartera Holding 2000 se
transformará en sociedad anónima. Usted dice que lo cumplía. Primer
requisito, que fuera sociedad anónima. ¿Lo cumplía?



El señor BASALLOTE UREBA: No, estoy diciendo...




El señor JANÉ I GUASCH: Yo estoy leyendo la solicitud de autorización
para la transformación.




El señor BASALLOTE UREBA: Esto no tiene que ver con pertenecer a
Holding. Perdone que...




El señor JANÉ I GUASCH: No. Déjeme terminar. Al tiempo de la
transformación de Gescartera Dinero en agencia de valores, al tiempo,
Gescartera Holding 2000 se transformará en sociedad anónima, cuyos
accionistas serán la Fundación ONCE, en un 25 por ciento. Por tanto,
¿era un requisito el 25 por ciento o no?



El señor BASALLOTE UREBA: No.




El señor JANÉ I GUASCH: Para ser sociedad anónima.




El señor BASALLOTE UREBA: No era un requisito, no.




El señor JANÉ I GUASCH: ¿Por qué motivo?



El señor BASALLOTE UREBA: Por lo que se deduce de la autorización que
viene reflejada en la Orden ministerial. La orden ministerial es
clara y concisa. Habla de requisitos como el domicilio social en
territorio español, habla de la reserva de actividad en las agencias
de valores, habla de que tiene que constituirse con un capital mínimo
de 150 millones de pesetas, y todo esto en la escritura de
constitución, en la escritura de transformación a mí me queda
bastante claro; va a transformarse y lleva a efecto una serie de
acuerdos como fue la ampliación de capital con cargo a reservas, creo
que es, y la actualización o modificación del objeto social y
establece que el domicilio social se fijará en Madrid, en territorio
nacional, y se describe una serie de actividades permitidas. Pero es
que la orden va más allá. La orden dice: cumpliéndose estos
requisitos que son los habituales de una A.V. que tiene que tener una
S.V. o una E.S.I., que tiene que tener un capital social mínimo, una
reserva de actividad, el domicilio social radicado donde sea. A
partir de ahí, las actividades que le serán permitidas, porque ese
programa de actividades se escaneará y se pondrá a disposición del
público a través de la web de la CNMV; a partir de ahí, lo que señala
claramente, yo al menos así lo intuí, así lo entendí y lo sigo
entendiendo hoy, si me encuentro con esto lo voy a entender igual,
dice: Esta autorización de transformación queda condicionada a que en
el momento del otorgamiento de la escritura de transformación se
perfeccione la entrada en el capital de la nueva sociedad con el 10
por ciento del mismo de la Fundación ONCE, tal como se describe en la
memoria que se acompaña a la solicitud. Luego para mí la condición de
autorización es éste párrafo último. Lo otro es normal, tiene que
fijar su domicilio en territorio nacional, tiene que tener un capital
mínimo, el que se exija, es una A.V., 150 millones de pesetas, si
hubiera sido una S.V. serían 300 millones. Pero el nuevo real decreto
lo...




El señor JANÉ I GUASCH: Fíjese, señor Basallote, usted no iba mal
encaminado con su carta. (Risas.) Usted iba bien dirigido, porque si
usted es el responsable de la autorización, si es el responsable de
la inscripción en el registro -que lo es-, usted hace una carta
pidiendo que le den constancia de ese 25 por ciento. ¿Por qué lo
hace? Porque usted tiene una solicitud de autorización, que estoy de
acuerdo con usted en un matiz y es que Gescartera Holding es la que
se transforma en sociedad anónima con ese 25 por ciento, no
Gescartera Dinero que también debe ser S.A. Por tanto, en eso le doy
la razón, pero fíjese señor Basallote, se



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dice: al tiempo. Al tiempo es un adverbio que tiene una traducción
gramatical, que quiere decir simultáneamente. Cuando uno dice: al
tiempo, quiere decir que simultáneamente a la transformación en
agencia de valores, deberé transformar en sociedad anónima Gescartera
Holding 2000. Porque dice al tiempo, no dice después de, no dice una
vez que, dice al tiempo. Al tiempo es de forma simultánea, al tiempo
es en paralelo, al tiempo es a la vez. ¿No está de acuerdo con esto?



El señor BASALLOTE UREBA: Yo no sé si son tareas solapadas, nunca lo
entendimos así. Yo tenía muy claro que la interpretación de al tiempo
por nuestra parte ha sido siempre porque no hay transformación, si no
hay inscripción. Es decir, si no se inscribe la A.V. no hay reserva
de actividad, no puede trabajar como A.V., luego no hay
transformación, no hubiera habido nada. La inscripción es la que
materializa ese al tiempo de la transformación, la literalidad de la
propuesta que eleva, que vuelvo a decir tendrá que explicarla mi
predecesor porque yo no la he construido, pero la literalidad que yo
entiendo, en su momento se ha desprendido y así lo habrá entendido
también el ministerio cuando dicta esta orden ministerial. Yo no veo
esa complejidad. No existe solapamiento.




El señor JANÉ I GUASCH: Tiene apariencia de requisito. Tal y como
está en la solicitud, tiene una apariencia de requisito, no para
transformarse, si usted quiere. De acuerdo, se transforma y para
transformarse no hace falta el 25 por ciento, se lo admito. Se
transforma sin el 25 por ciento, lo admito, pero al tiempo que se
transforma con el 10 por ciento -ese sí- y sin el 25 por ciento, al
tiempo inscribo la transformación, pero constituyo una nueva S.A. que
se llama Gescartera Holding 2000 y en la cual la ONCE debe tener el
25 por ciento. Ese es el marco de la propuesta. De ahí que usted haga
la carta que hizo. Una carta en la que, estoy de acuerdo en que no
era para inscribir, no era para la transformación, pero como era al
tiempo debía hacerse simultáneamente o, admito también que no fuera
un requisito en sí para la transformación, pero era algo que tenía
que ir cogido de la mano de la transformación, en paralelo a la
transformación. Esto es lo que se deriva de la propuesta, quizá está
mal redactada porque tampoco jurídicamente es la mejor forma de
expresar cuándo tengo que realizar esa transformación, esa nueva S.A.

con ese 25 por ciento, pero da una apariencia clara de simultaneidad.

¿Cuándo entra la ONCE en ese 25 por ciento?



El señor BASALLOTE UREBA: ¿Que cuándo entró la ONCE en ese 25 por
ciento? Yo no lo he podido constatar.




El señor JANÉ I GUASCH: Es que no ha entrado. (Risas.)



El señor BASALLOTE UREBA: Obviamente, claro.

El señor JANÉ I GUASCH: ¿Cuándo se inscribió?



El señor BASALLOTE UREBA: Se inscribió el día 6 de febrero.




El señor JANÉ I GUASCH: ¿De 2000?



El señor BASALLOTE UREBA: De 2001.




El señor JANÉ I GUASCH: ¿Cuánto tiempo ha pasado? No ha sido ni un
mes después, ni dos meses después, ni tres meses después, ha tenido
que llegar la intervención y tampoco se había producido esta
simultaneidad.




Señor Basallote, yo creo que aquí no se ha actuado de forma
jurídicamente rigurosa. Quizá el contenido de este proceso no refleja
lo que se acordó, pero lo que refleja al tiempo de la transformación,
es también transformar Gescartera Holding 2000 en una S.A. con un 25
por ciento de la ONCE. De acuerdo que es impreciso, pero ante un tema
tan importante los juristas deberían haber afinado más, deberían
haber mirado escrupulosamente cuándo era esta exigencia temporal,
porque era al tiempo. Por tanto, no se actuó bien cuando en febrero
inscriben Gescartera Agencia de Valores, que es sociedad anónima, con
ese 10 por ciento, que es el requisito para la transformación -estoy
de acuerdo con usted-, pasa el mes de marzo, pasa el mes de abril,
pasa el mes de mayo y esa otra transformación, la de Gescartera
Holding 2000 -que usted dice que no se ha producido- es que no se ha
producido nunca, no ha entrado la ONCE en ese 25 por ciento y se ha
incumplido de alguna forma este proceso que iba intrínseco para la
autorización y para la elevación de Gescartera en agencia de valores.

¿No cree que tengo razón?



El señor BASALLOTE UREBA: Sí, tiene usted razón en parte.




El señor JANÉ I GUASCH: Yo pensaba que era así.




El señor BASALLOTE UREBA: Si le digo en parte, disculpe, es porque
creo que si no se explica lo que sigue ahora lo vamos a entender mal.

Una vez que se inscribe una nueva entidad, o en este caso una
transformación, se suceden una serie de actuaciones de oficio por
parte de la Comisión Nacional del Mercado de Valores que se tramitan
junto con los supervisados, por ejemplo: delimitación del perímetro
de consolidación de empresas obligadas a cumplir las obligaciones de
información con la carencia que sea; delimitación del contrato-tipo
que utilizará; delimitación o especificación de las relaciones de
representación. Hay muchas actuaciones, lo que me sabe mal era no
haberlas contado aquí porque sinceramente no hubo tiempo de seguir
haciendo el resto de actuaciones; se fueron haciendo las actuaciones
que prácticamente de oficio se vienen haciendo para comprobar y hacer



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seguir a la entidad por el cauce de la nueva reserva de actividad que
ha adquirido con la inscripción. No hubo tiempo por nuestra parte de
concretar estos aspectos.




El señor JANÉ I GUASCH: Usted, señor Basallote, tras la carta
requerimiento se reúne con los responsables de Gescartera, acompañado
del señor Villegas. ¿Usted queda tranquilo de esa reunión? ¿Recibe
garantías de que aquello que usted ponía en el requerimiento de
alguna forma se iba a cumplir? ¿Es así?



El señor BASALLOTE UREBA: Efectivamente.




El señor JANÉ I GUASCH: ¿Por qué no exigió su cumplimiento en marzo,
abril o mayo?



El señor BASALLOTE UREBA: He concretado antes, me parece que al
portavoz del Grupo Popular, que ese sea posiblemente el error de
cierre, que yo no lo entiendo así. No puede usted presionar a una
entidad que está obligada a una serie de actuaciones. En este caso
obviamente decimos: ¿cómo que no puede interpelar ni pedirles que
materialicen? En condiciones normales, todo se sucede sin este tipo
de problemas, pero nosotros hubiéramos instado a que se hubieran ido
cumpliendo cada uno de estos otros aspectos derivados de la propuesta
de autorización.




El señor JANÉ I GUASCH: ¿Cuándo lo hubieran instado?



El señor BASALLOTE UREBA: Estábamos en el camino, porque teníamos
comunicaciones de los primeros estados reservados, les habíamos
pedido que se adhirieran a un tipo de contrato para con sus clientes,
la relación de representación habida, el perímetro de consideración.

Sinceramente le digo que lo que ha ocurrido entre la inscripción, la
fecha de la comunicación (porque se inscribe el día 6 pero el día 15
es cuando enviamos la notificación de esta inscripción), hasta el 15
de junio, por nuestra parte es correcto. Sin embargo, si en vez de
intervenir el día 15 hubiera sido otro día, hubiera saltado que la
Fundación ONCE no estaba dispuesta a entrar en el holding de esa
manera, pero no ha habido tiempo.




El señor JANÉ I GUASCH: ¿Y qué hubiese pasado?



El señor BASALLOTE UREBA: ¿Qué hubiera ordenado yo?



El señor JANÉ I GUASCH: Si se descubre que la Fundación ONCE no
quiere participar en el 25 por ciento de Gescartera Holding 2000.




El señor BASALLOTE UREBA: Yo hubiera solicitado, y lo tenía claro,
una revisión de esa autorización. Usted me dice, como ha dicho el
portavoz del Grupo
Popular: es que jurídicamente... Ya veríamos jurídicamente qué forma se
le daba. Desde luego, si nosotros no podemos con una de las entidades
que registramos con unos condicionantes, porque en este caso era
entrada de una participación indirecta en la A.V. por medio del
holding, en otros casos es abrir cuatro o cinco sucursales en
distintos puntos de España. Después los negocios no van como uno
quiere, la Bolsa actúa de una manera o se desarrolla de una forma
diferente. A veces el papel en un proyecto aguanta las cosas de una
manera y el día a día retrasa.




El señor JANÉ I GUASCH: Señor Basallote, en la reunión que tiene con
el señor Villegas, en la que usted queda tranquilo, ¿esa tranquilidad
en qué iter temporal se plasma? Cuando usted queda tranquilo de esa
reunión es porque cree que realmente la Fundación ONCE entrará en el
25 por ciento de Gescartera Holding 2000, S.A. ¿Esa tranquilidad
viene dada porque le dicen: No te preocupes, lo vamos a hacer en
marzo, en abril? ¿Qué fecha le dan para que usted se tranquilice?



El señor BASALLOTE UREBA: No me da fecha. El señor Pichel no me da
fecha, en absoluto, de cuándo se iba a materializar la entrada.

Ahora, sí me dice -y me pareció coherente, señoría-: Juan Carlos,
hemos entrado previamente, como se dijo, en la A.V., hemos
constituido y hemos ido a la constitución con un 20 por ciento de la
gestora del fondo de pensiones, estamos avanzando. No tan rápido, la
inscripción se tenía que haber materializado a primeros de diciembre
y sin embargo se inscribió en el mes de febrero. A veces las cosas no
son como se proyectan sino como suceden. A mí Pichel, según yo hablé
con él, también dijo él expresamente -de verdad que lo dijo-: se va a
realizar sin prisa pero sin pausa, sin fecha determinada; a mí me
quedó constancia que como iban constituyendo querían constituir el
fondo de pensiones, etcétera, posiblemente, en el mes de junio o en
el mes de julio se hubiera culminado el proceso con el resto de
condicionantes. A mí no me cupieron dudas en ese momento. Me pareció
una cosa aceptable.




El señor JANÉ I GUASCH: Lo que es evidente, señor Basallote -y con
esto termino, señor presidente-, es que lo que mal empieza, mal
acaba. Es un dicho que todos conocemos. Lo que mal empieza, mal
acaba. ¿Y sabe cuándo empezó? La elevación a agencia de valores,
cuando usted aún no estaba y no es responsabilidad suya, señor
Basallote, usted llegó cuando ya estaba el tren en marcha. Empezó en
julio, el 13 de julio, cuando un consejo, el mismo día en que
sanciona a Gescartera, aprueba por unanimidad elevarla a agencia de
valores. Empezó mal, no se puede empezar así. No se puede empezar que
cuando sancionas, eleves. Pero terminó mal. Termino mal porque la
confianza que le transmitieron a usted y al señor Villegas fue una



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confianza falsa (nunca más la ONCE entró en ese 25 por ciento de
Gescartera Holding) y al final la historia ha acabado como todos
sabemos. Por tanto, en el fondo, lo que mal empieza mal acaba.

Muchas gracias, señor presidente.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Jané. ¿Algún grupo desea
intervenir?
Por el Grupo Parlamentario Federal de Izquierda Unida, tiene la
palabra el señor Alcaraz, brevemente.




El señor ALCARAZ MASATS: Brevísimamente, señor presidente.

Señor Basallote, el problema de fondo, en función de la
responsabilidad política que intentamos hallar (la responsabilidad
penal o civil ya se averiguará en otros foros), es que todo esto,
tomando como fecha de referencia febrero, ocurre cuatro meses antes
de la intervención definitiva, cuatro meses antes de que se descubra
que se han perdido -y nadie sabe cómo ha sido- 18.000 millones de
pesetas. Esta es la problemática grave que nosotros tenemos entre
nuestras manos, señor Basallote. Da la impresión de que el Gobierno
le dice a la CNMV: Tú te tragas un marrón y yo me trago otro, pero
intentamos salvar como sea a Gescartera. El marrón que se traga el
Gobierno es que efectivamente una vez realizada la sanción, la
aplicación del artículo 67 de la Ley de Mercado de Valores cae por su
peso. Ustedes inventan lo de la inhabilitación, bueno, eso ya se
dirimirá ante el juez correspondiente. Ese es el marrón que se traga
el Gobierno. Y el marrón que se traga usted y la presidenta, porque
usted consulta, usted despacha con la presidenta, es que no
comprueban -ya se ha dicho anteriormente- la serie de requisitos que
son obligatorios para la inscripción. Usted sí hace el intento de
comprobarlo y le recomiendan esa carta que después retira
inmediatamente. Tiene una entrevista, junto al señor Villegas, y no
levantan acta de esa reunión ni de los compromisos para nada. ¿Por
qué? Porque a nuestro juicio hay ya una cobertura política de esta
situación cuatro meses antes de la intervención definitiva. No sé si
entiende lo que nosotros estamos diciendo aquí, porque si no la orden
ministerial no tiene sentido y no tiene sentido la inscripción que
ustedes realizan cuatro meses y pico después de la orden ministerial.

¿Por qué esperan tanto? Usted lo ha dicho: Porque las cosas no son
como se prevé en principio. Ustedes cogen la orden ministerial, ellos
se han tragado el marrón, ahora nosotros vamos a intentar que la ONCE
comprenda lo del 10 y lo del 25 por ciento y la ONCE ya no lo
entiende. Por eso tardan ustedes tanto y al final resulta que no
suscriben el 25 por ciento y parece que tampoco el 10 por ciento.

Ustedes tenían un objetivo marcado -ustedes y el Gobierno-,
transformar e inscribir como agencia de valores a Gescartera. Y lo
consiguen a un alto, altísimo precio, porque cuatro meses después se
cae el castillo
de naipes. Esta es la única conclusión señor Basallote, a la que
podemos llegar.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Alcaraz. ¿Algún
comisionado más quiere hacer uso de la palabra? (Pausa.)
Señor Puigcercós.




El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: Quisiera hacer una sola pregunta,
señor presidente.




El señor PRESIDENTE: Las que usted quiera, señor Puigcercós.




El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: Señor Basallote, usted cuando tiene
el expediente de transformación, cuando se lo da al señor Roldán...




El señor BASALLOTE UREBA: No.




El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: ¿A quién da usted el expediente?



El señor BASALLOTE UREBA: ¿El expediente de transformación al señor
Roldán? Yo al señor Roldán lo he visto un minuto en mi vida. No. Yo
no tengo consejero asignado en la comisión nacional, despacho
directamente con la presidenta. Mi predecesor sí gestionaba con un
consejero que era José María Roldán. No sé si también era consejero
de alguna otra división, de la mía no.




El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: Usted le da el expediente a la
presidenta directamente.




El señor BASALLOTE UREBA: ¿Qué expediente?



El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: De transformación.




El señor BASALLOTE UREBA: No, el expediente de transformación se
había resuelto ya. Yo lo que tenía que hacer era la inscripción, una
vez recibida la orden ministerial. Yo no le comunico a la presidenta
cada vez que voy a inscribir una sociedad. Mire usted, trabajamos con
961 entidades...




El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: Yo creo que aquí partimos de bases
diferentes. Gescartera no era un caso normal, ¿estamos de acuerdo o
no lo estamos? ¿O era un caso habitual, normal o corriente?



El señor BASALLOTE UREBA: Para mí sí, porque yo no tengo la
información que tiene usted hoy en día.




El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: Todas las personas que han pasado por
esa mesa y que han comparecido, han reconocido de un lado o de otro y
de un



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parecer o de otro parecer, han reconocido señor Basallote, que todo
el mundo sabía que Gescartera no era un caso normal.




El señor BASALLOTE UREBA: ¿Cuánto tiempo llevaban en la comisión esos
señores?



El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: ¿Alguien le puso al día de cómo
estaba la situación o no? ¿Nadie le contó a usted que en Gescartera
había habido todo un...? ¿Nadie?



El señor BASALLOTE UREBA: Señoría, yo me enfrento a un expediente de
transformación. Al final de ese expediente que es recibir toda la
información derivada de lo que dice la orden ministerial que procede
autorizar...




El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: ¿Usted no informa a nadie, ni a la
señora Valiente ni al señor Roldán, de que usted mandó esa carta del
31, con fecha 31?



El señor BASALLOTE UREBA: A posteriori. Al señor Roldán, no. Con el
señor Roldán no tengo relación.




El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: ¿A quién informa usted?



El señor BASALLOTE UREBA: A la señora Pilar Valiente, a posteriori.

Yo voy a una reunión y cuando vuelvo de la reunión del día 1 a las
once y pico de la mañana en la calle Moreto, le digo a la presidenta:
he enviado un requerimiento, presidenta. Y le cuento y tal. ¿Por qué
Juan Carlos, por qué? Pues mira, presidenta, porque he valorado lo
que la orden ministerial concretamente especifica. Punto. A partir de
ahí te digo, presidenta, como quiero saber en qué calendario, en qué
situación de calendario se encuentran otro tipo de aspectos porque lo
quiero saber. A mi nadie en ningún momento me ha condicionado a que
indague ni a que requiera ni a que sepa, porque es mi decisión, con
mi responsabilidad obviamente como me ha dicho el portavoz del Grupo
Parlamentario Socialista. Yo a la señora Valiente le he dado ya el
tema resuelto. Tengo esta situación, se cumple la condición expuesta
en la orden ministerial para inscripción y en ese momento como yo fui
a ver a Gescartera con un director general de la compañía de la CNMV
pongo de manifiesto a la presidenta ese tema.




El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: Antes, ¿no se lo puso en
conocimiento? Le mando la carta si cumplía los requisitos, ¿no se lo
comentó a nadie?



El señor BASALLOTE UREBA: A un subdirector que tengo de servicios
jurídicos, que es letrado y a la subdirectora o subdirector, y no sé
si el director de área,
que lleva ese régimen de autorizaciones de ESI, empresas de servicio
de inversión. Es un expediente que entra en la división, se tramita y
cuando está para verse...




El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: Si incumple una serie de requisitos
lo lógico hubiera sido que usted hubiera comunicado a algún superior:
estos señores de Gescartera no cumplen los requisitos y les he
mandado una carta diciéndoles que los cumplen o nanay.




El señor BASALLOTE UREBA: Así no se trabaja en la comisión, señoría.




El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: ¿No?



El señor BASALLOTE UREBA: No.

Discúlpeme, pero es que en un tema que quiero decirle la condición
para que yo inscribiera la transformación de la nueva agencia, ya
estaba. Lo que yo quería era indagar en el calendario de cumplimiento
de otra serie de aspectos que es lo que he intentado explicar.




El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: Es que es muy difícil. Le hemos dado
muchas vueltas pero para indagar el calendario no hacía falta la
carta 31, de la forma que cuenta usted.




El señor BASALLOTE UREBA: Si quiero que quede constancia oficial en
los archivos de la comisión, de que estoy solicitando que hay una
serie de aspectos derivados de cumplimiento de calendario a futuro
una vez inscrita, si no lo pongo por escrito ¿qué hago? Lo digo por
teléfono nada más. Quería que quedara constancia en la división, en
el expediente de la entidad.




El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: Una última pregunta ¿Ha asistido
alguna vez a alguna comida con otros directores generales de la
Comisión Nacional del Mercado de Valores en la sede de Telefónica,
invitados por su primo señor Alonso Ureba?



El señor BASALLOTE UREBA: Si.




El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: ¿Asistió?



El señor BASALLOTE UREBA: Si.




El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: ¿Asistió alguna vez a alguna comida
junto con su primo Antonio Alonso Ureba y con otros directores y que
asimismo asistió también el señor Cesar Alierta?



El señor BASALLOTE UREBA: No.




El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: ¿No ha estado nunca con el señor don
Cesar Alierta?



El señor BASALLOTE UREBA: No lo conozco.




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El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: Pero sí estuvieron diferentes
directores generales de la Comisión Nacional del Mercado de Valores
en Telefónica comiendo con su primo.




El señor BASALLOTE UREBA: No sé si le hicimos algún regalo o algo
así. No sé como actúan ustedes con un compañero que accede a un
puesto. No lo sé. En aquel momento nos invitaron a comer y le
llevamos un regalo de despedida de la comisión. Fue un detalle y esa
es la verdad.




El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: No hay más preguntas.




El señor PRESIDENTE: ¿Algún comisionado más? (Pausa.)
Agradecemos la colaboración prestada por don Juan Carlos Basallote
ante esta Comisión y procedemos a citar al próximo compareciente.




- DEL TÉCNICO DE LA COMISIÓN NACIONAL DEL MERCADO DE VALORES (DE CABO
MARTÍNEZ). (Número de expediente 212/000809.)



El señor PRESIDENTE: Señorías, comisionados, continuamos con la
presencia ante esta Comisión del nuevo compareciente, don José
Eugenio de Cabo Martínez en su condición de técnico de la Comisión
Nacional del Mercado de Valores. Me informa el señor Eugenio de Cabo
que no va a hacer uso de ninguna palabra previa, y por tanto la
concedo en primer lugar al portavoz del Grupo Socialista, señor
Cuevas Delgado.




El señor CUEVAS DELGADO: Señor Eugenio de Cabo, bienvenido a esta
Comisión. No voy a repetir las condiciones, porque ya habrá tenido
ocasión de escucharlas, en las que se comparece en la Comisión de
investigación del Congreso de los Diputados. De su comparecencia me
interesa, sobre todo, que usted trabajó en el expediente primero de
Gescartera, del año 1996, con el señor Ruiz de la Serna.




El señor DE CABO MARTÍNEZ: No fue el primero.




El señor CUEVAS DELGADO: Ya sé que no fue el primero en 1996 ¿Hubo
alguno antes?



El señor DE CABO MARTÍNEZ: La visita se realizó durante el otoño de
1995.




El señor CUEVAS DELGADO: Me interesa de ese informe lo que creo que
ustedes detectan y es que Gescartera en aquella época tenía poca
entidad, en el sentido de que incluso había dudas sobre su solvencia,
que su actividad pudiera generar recursos para mantenerse.




El señor DE CABO MARTÍNEZ: Era una entidad de un escaso patrimonio
administrado, con un número de clientes que no llegaba a los
cuatrocientos o cuatrocientos y pocos, y con independencia del tamaño
de las firmas, se analizan con el mismo rigor que si fuera mucho más
grande.




El señor CUEVAS DELGADO: No me refiero al rigor con el que ustedes lo
analizaron, porque me imagino que fue el de siempre, el que tenían en
todos los expedientes. Me refiero a que como era una pequeña firma
que, creo recordar -por eso no se lo pregunto directamente, no tengo
aquí el informe-, que ustedes señalan, o algo así, como que dudaban
de su viabilidad en función de que tenía una cartera reducida. ¿Es
así o no?



El señor DE CABO MARTÍNEZ: El dato objetivo es que la empresa desde
que se fundó estaba en pérdidas. Bien es cierto que una empresa se
constituye y puede transcurrir un cierto tiempo hasta que entre en
beneficios, pero sus recursos propios excedían los mínimos
requeridos. O sea que tenían cierto colchón para seguir actuando con
ciertas pérdidas sin que eso supusiera un problema de solvencia a
corto plazo.




El señor CUEVAS DELGADO: Tengo una duda desde que empezamos en esta
Comisión que no la he despejado todavía, porque esta inspección la
hizo también el señor Ruiz de la Serna



El señor DE CABO MARTÍNEZ: Sí, sí, fuimos compañeros durante la
visita.




El señor CUEVAS DELGADO: Efectivamente. Tengo una curiosidad desde
que empezamos en este trabajo de esta Comisión y es que no me ha
entrado nunca en la cabeza cómo un señor que está en la Comisión
Nacional del Mercado de Valores, como el señor Ruiz de la Serna, que
era un buen inspector y un buen técnico, examina una entidad, ve que,
aparte de los problemas que tenía en esa época, tiene poco futuro,
abandona esto y se va a un proyecto que aparentemente tenía poca
viabilidad. He intentado dar vueltas a la cabeza. Y cuando estuvo
aquí no recuerdo si se lo preguntamos o no, pero tan solo era
explicable por las perspectivas de futuro o por las garantías que se
le dieran en función de los apoyos que pudiera tener esta entidad.

Usted, ¿tiene alguna opinión sobre esto?



El señor DE CABO MARTÍNEZ: Solamente quiero reseñar que cuando José
María Ruiz de la Serna dejó la comisión para incorporarse a
Gescartera Dinero, la gestora de carteras, habían transcurrido ya
casi dos años y desconcozco la situación de la compañía en aquel
entonces en el sentido de si era más patrimonio gestionado, más
solvencia, más beneficios, lo desconozco. Pero dos años es un tiempo
que permite que las cosas cambien, en cuanto a la viabilidad.




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El señor CUEVAS DELGADO: Desde ese tiempo para acá, ¿qué labor ha
desempeñado usted en la CNMV?



El señor DE CABO MARTÍNEZ: Yo entré en la CNMV en marzo de 1995, en
la división de inversión colectiva y dentro de esa división estaba
adscrito a la sección de visitas. En el desempeño de esa labor me he
mantenido cinco años largos. Ha habido una reorganización en la que
nos unimos visitas de inversión colectiva y visitas de sujetos del
mercado.




El señor CUEVAS DELGADO: ¿Conoce usted el problema que nos ocupa, la
evolución y trayectoria de Gescartera?



El señor DE CABO MARTÍNEZ: Conozco sus comienzos en cuanto que estuve
allí en otoño de 1995, si bien es cierto que no conozco directamente
los problemas que ha podido haber con posterioridad.




El señor CUEVAS DELGADO: Como usted estaba en la CNMV me imagino que
Gescartera no pasaría desapercibido, me imagino que aunque estuviera
uno en otra división o en otro departamento le llegarían ecos de
esto. ¿O no?



El señor DE CABO MARTÍNEZ: Ecos, desde luego, no. Lo que sí llega es
en el año 1998 cuando se desplaza un equipo de dos técnicos para
hacer una labor de seguimiento. Lo que sigue sorprendiendo, sin tener
ninguna información de ello, era que se prolongaba muchos meses
aquella operación de seguimiento. No tengo otros datos para
informarle. Es lo que podía conocer a raíz del triste desenlace de
los acontecimientos, que haya habido más información y cómo ha podido
acceder todo el mundo.




El señor CUEVAS DELGADO: Ese era el sentido de la pregunta que le iba
a hacer ahora. Dada su experiencia e incluso su participación en un
expediente previo a Gescartera, antes de 1998, ¿a usted le parece
normal o es bastante extraño que dure tanto tiempo un expediente de
supervisión como ha durado este?



El señor DE CABO MARTÍNEZ: No es normal, pero dado que no se nos urge
a hacer el trabajo en un tiempo delimitado, lo correcto es estar ahí
mientras queden dudas y se puedan despejar. Yo hubiera hecho lo
mismo. Si yo estoy en un sitio y no considero concluido el trabajo de
una forma suficientemente clara, hubiera seguido ahí hasta poder
aclararme. No es extraño que los técnicos se hayan conducido así. A
mí me parece correcto.




El señor CUEVAS DELGADO: Ya, pero ese seguir... Imaginemos por un
momento que en todos los expedientes que se supervisan se está en la
misma situación, sería algo de locura. No habría forma de inspeccionar
ni de llegar a conclusiones. Por lo que hemos visto del
expediente de supervisión de Gescartera, con tres meses, cuatro,
hubiera bastado.




El señor DE CABO MARTÍNEZ: Hacer esas afirmaciones a priori... A mí no
me ha tocado ser, digamos, supervisor del trabajo de los técnicos,
pero yo, en mi trabajo personal, he estado en los sitios el tiempo
que he juzgado necesario, junto con mis compañeros. No hay una
indicación previa de estar aquí más o menos tiempo.




El señor CUEVAS DELGADO: Es que depende de lo que uno esté haciendo.

Si se está inspeccionando una sociedad como ésta, donde hay dinero de
otras personas que puede no estar en el sitio adecuado y, por tanto,
correr un riesgo, todo lo que sea dilatar va a favor del riesgo, como
en este caso.




El señor DE CABO MARTÍNEZ: En este caso prefiero no opinar. En el
caso en que estuve yo, en otoño de 1995, no hubo esos indicios que
usted menciona y el trabajo se realizó como creímos oportuno.

¿Ustedes disponen del informe de la visita de 1995? Porque no sé si
ha comentado que no contaba con ese informe.




El señor CUEVAS DELGADO: Que no lo tenía aquí ahora mismo.




El señor DE CABO MARTÍNEZ: La decisión de dilatar una visita viene
por afianzar las conclusiones, por llegar a ellas con mayor
solvencia.




El señor CUEVAS DELGADO: No sé de qué forma nos puede usted ayudar a
esclarecer esta circunstancia. No sé si ha estado atento a las
comparecencias anteriores. Se lo voy a exponer muy brevemente.

Antes hemos hablado de una parte de esto, del expediente de
inscripción. Anteriormente había un expediente de sanción y un
expediente de conversión en agencia de valores. Entre medias hubo dos
consejos: uno, el día 6 de abril, en que se abre un expediente a
Gescartera, y, otro, el 16 de abril, y aquí se ha suscitado una serie
de polémicas sobre personas que estaban a favor de la intervención y
otras que no. No sé si usted tiene conocimiento a fondo del
expediente.




El señor DE CABO MARTÍNEZ: En absoluto. Lamento no poder ayudarle.




El señor CUEVAS DELGADO: Entonces, resumo un poco, por si nos puede
ayudar algo su visión, al haber estado inspeccionando y trabajando
directamente con este tipo de sociedades.

A usted le plantean un estudio que pone: borrador sujeto a cambios.

Hoy leemos en el periódico que erauna norma que se había dado por los
servicios jurídicos



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de la CNMV para paliar lo que fue la situación cuando el caso AVA.

¿Fue así? ¿Hubo alguna instrucción en este sentido?



El señor DE CABO MARTÍNEZ: La única experiencia que puedo aportar es
que desde una fecha que no sé precisar -en 1998 o quizá un poco
antes- en el encabezamiento de todos los informes de supervisión
constaba: borrador sujeto a cambios, el lugar que se visitaba y los
técnicos adscritos a esa visita. Ese era el encabezamiento estándar
de los informes.




El señor CUEVAS DELGADO: En 1998, antes no.




El señor DE CABO MARTÍNEZ: Antes no. De hecho, en el informe mío con
el que ustedes cuentan no aparece esa mención en la cabecera.




El señor CUEVAS DELGADO: En el informe que se hizo para el caso AVA
tampoco aparece.




El señor DE CABO MARTÍNEZ: No le puedo decir porque realmente no lo
sé.




El señor CUEVAS DELGADO: ¿Es normal que cuando se inicia un
procedimiento de supervisión y se detecta, como en este caso, que al
día 30 de marzo hay un descuadre y, digamos, hasta esa fecha la
sociedad no ha podido demostrar la existencia de dinero, de liquidez
-no eran valores-, si en paralelo hay abierto un procedimiento de
sanción, como era éste el caso -el día 6 se abre un procedimiento de
sanción precisamente por esos motivos-, es normal, repito, que cuando
va transcurriendo ese expediente al final no se llegue a la sanción
por la cual se había constatado en una fecha determinada que se había
incurrido en ese defecto?



El señor DE CABO MARTÍNEZ: Yo nunca he visto esa circunstancia. No
puedo hablar de mi experiencia porque en este caso nunca se ha
producido.




El señor CUEVAS DELGADO: Se lo pregunto de otra forma. Usted está
haciendo una inspección, se encuentra con que hay un descuadre en las
cuentas, y después de hacer múltiples esfuerzos no hay forma de que
la sociedad que usted supervisa le dé constancia de dónde se
encuentra ese dinero. Sobre esa base, se abre un procedimiento de
sanción. Con el paso del tiempo, ocurren las peripecias que han
ocurrido aquí, que cambia incluso de manos el expediente, etcétera, y
cuando se instruye el expediente, ¿es normal que no se tenga en
cuenta la circunstancia primera por la cual se abre el expediente?



El señor DE CABO MARTÍNEZ: En eso no le puedo ayudar. Mi labor como
inspector se limita a ir a los sitios, tratar de verificar todo el
procedimiento y hacer un informe de conclusiones en el que se pongan
de manifiesto los hechos relevantes detectados, unos de mayor
gravedad y otros de menos. Corresponde a otra división de la comisión
calificar o proponer la apertura de expediente y que sea el consejo
quien lo abra. Yo me guardo muy mucho de opinar sobre estos extremos,
que nunca han sido de mi competencia.




El señor CUEVAS DELGADO: ¿Tiene usted alguna cuestión que pueda
aportar a esta Comisión?



El señor DE CABO MARTÍNEZ: Responder a sus preguntas.




El señor CUEVAS DELGADO: Pues muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència
i Unió), tiene la palabra el señor Jané i Guasch.




El señor JANÉ I GUASCH: Señorías, mi grupo agradece a don José
Eugenio de Cabo su presencia aquí.

En el año 1995 hizo usted un informe sobre Gescartera, junto con el
señor Ruiz de la Serna.




El señor DE CABO MARTÍNEZ: De acuerdo.




El señor JANÉ I GUASCH: Bajo la presidencia del señor Croissier,
hicieron un informe duro con Gescartera. ¿Se sorprende usted del íter
que ha seguido Gescartera tras el informe que usted hace en 1995?



El señor DE CABO MARTÍNEZ: La calificación de duro es de fuera de la
comisión. En ningún caso he visto, unida al informe de Gescartera
1995, la etiqueta de duro. Fue un informe que constataba una serie de
hechos, que se ponen de manifiesto. Nada más. Se trata de ser lo más
aséptico posible en la descripción de los hechos detectados.




El señor JANÉ I GUASCH: En su informe hay expresiones claras,
rotundas, de que Gescartera no está actuando bien. De ahí el
calificativo de duro, en el sentido de no eludir la claridad,
destacar las irregularidades y adjetivar poco y objetivar mucho.




El señor DE CABO MARTÍNEZ: De eso se trata.




El señor JANÉ I GUASCH: Es un informe objetivo, que permitía ya en el
año 1995 detectar que Gescartera no seguía una evolución correcta. Yo
he podido seguir alguna información sobre usted, y le leo una como
ejemplo: Otro técnico de gran experiencia en la supervisión, José
Eugenio de Cabo, también cambió de departamento y fue trasladado al
de entidades. ¿Cuándo ocurre esto?



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El señor DE CABO MARTÍNEZ: Ocurre, si no recuerdo mal, a finales de
octubre del año pasado.




El señor JANÉ I GUASCH: ¿Tenía alguna relación esto con Gescartera?



El señor DE CABO MARTÍNEZ: Yo quiero pensar que no. No fue la razón
que se me dio en su momento. Tenga usted en cuenta que mi
intervención en una visita a la entidad fue en el año 1995, y estamos
hablando de octubre de 2000.




El señor JANÉ I GUASCH: Tras la de 1995, ¿nunca más intervino en
ninguna visita a Gescartera?



El señor DE CABO MARTÍNEZ: Absolutamente nada.




El señor JANÉ I GUASCH: ¿Considera que en 1995 se actuó bien desde la
comisión tras su informe?



El señor DE CABO MARTÍNEZ: Por supuesto. Se hizo un informe relatando
las irregularidades, que creo que eran todas, porque se hizo el
trabajo con la pretensión de ser extensivo y comprensivo de todo lo
que vimos.




El señor JANÉ I GUASCH: ¿Se abre inspección, tras detectar en 1995
esas irregularidades?



El señor DE CABO MARTÍNEZ: Eso ya no es competencia de la
correspondiente división, que ahora ya sería de supervisión. Lo que
sí se hizo fue dar traslado a la dirección correspondiente por si
juzgaban oportuna la propuesta al consejo de un expediente
sancionador, y ahí mi intervención es nula.




El señor JANÉ I GUASCH: Este grupo parlamentario ha podido comprobar
que tras su importante informe, fruto de una visita; tras su
objetividad, con pocos adjetivos, con lenguaje claro y conciso,
tampoco en el año 1995 se actuó bien porque ni tan siquiera se abrió
ningún tipo de inspección, tras un informe, repito, que es claro y es
objetivo. ¿No le causa sorpresa?



El señor DE CABO MARTÍNEZ: Es que no me consta lo que está diciendo.

Yo sé que se dio traslado a la división correspondiente y desconozco
las actuaciones que realizaron. Pero las desconozco realmente.




El señor JANÉ I GUASCH: A nuestro grupo no le consta en absoluto que
tras esa visita se originase ningún tipo de sanción ni ningún tipo de
intervención, en el sentido de supervisar de forma más detenida la
actuación de Gescartera; por lo menos nosotros no tenemos constancia.

¿Usted la tiene?



El señor DE CABO MARTÍNEZ: Yo no he visto el escrito. Tengo entendido
que desde la división de inspección se firmó un escrito -y se envió a
Gescartera- en el que se relacionaban las irregularidades detectadas
durante nuestra visita y el trabajo posterior que ellos hicieran, que
desconozco, así como que hubo una respuesta de Gescartera. A más a
más, posteriormente hubo un seguimiento por supervisión -al menos por
la parte de visitas que es la que yo he conocido, desconozco otras
divisiones- en la que, a excepción del año 1996, todos los años se ha
ido a Gescartera, lo cual supone una especial dedicación dados los
recursos que había, que no eran infinitos.




El señor JANÉ I GUASCH: De hecho el siguiente informe al de usted es
el de Vives.




El señor DE CABO MARTÍNEZ: No, no, perdóneme, pero no.




El señor JANÉ I GUASCH: ¿No? ¿Qué informe hay entre el suyo y el de
Vives?



El señor DE CABO MARTÍNEZ: Si no recuerdo mal, hubo un equipo de
supervisión (ya entonces creo recordar que éramos supervisión, sin
distinguir inversión colectiva y sujeto de mercado) en el que dos
técnicos se desplazaron a Gescartera, y desconozco las conclusiones.




El señor JANÉ I GUASCH: ¿Cuántos años lleva trabajando en la
comisión?



El señor DE CABO MARTÍNEZ: En la comisión hará siete años en marzo.




El señor JANÉ I GUASCH: Siete años. ¿Qué impresión tiene de la
comisión? Usted es un técnico de la comisión, un buen técnico porque
ya en una visita en 1995 fue el primero en detectar que en Gescartera
había importantes irregularidades, a través de un informe realizado
con el señor Ruiz de la Serna, que después legítimamente aceptó una
oferta que profesional y económicamente le pudo interesar. De hecho
usted y el señor Ruiz de la Serna, que estaban técnicamente bien
preparados, en esa visita a Gescartera detectaron unas
irregularidades, por lo que es usted un buen técnico, y como buen
técnico me gustaría que calificase o valorase la actuación global de
la comisión desde el año 1995, en que usted hizo este informe, hasta
ahora.




El señor DE CABO MARTÍNEZ: Me abstengo de calificar al organismo. En
este caso me consta que desde la comisión se ha seguido con atención,
al menos desde supervisión, este asunto, enviando equipos todos los
años y tratando de clarificar cuál es la situación de la sociedad.

Ahora vemos lo que ha pasado, pero que hubo diligencia creo que nadie
lo puede dudar.




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El señor JANÉ I GUASCH: ¿Y cree que la comisión ha actuado como un
buen equipo cohesionado y sin discutir en ningún caso lo que la
división de supervisión pudiera sugerir en cada momento?



El señor DE CABO MARTÍNEZ: Me consta que las actuaciones de mi
división, que era supervisión, y que es en la que he vivido porque
estuve involucrado en una visita a Gescartera, en todo momento
estuvieron apoyadas por el subdirector correspondiente y el trabajo
se hizo como considerábamos los técnicos que se debía de hacer, por
supuesto con las indicaciones del subdirector.




El señor JANÉ I GUASCH: Por tanto, cree que siempre se hacía caso a
supervisión cuando se trataba de un aspecto concreto relativo a una
gestora como Gescartera.




El señor DE CABO MARTÍNEZ: Hacer caso, no sé realmente a qué se
refiere.




El señor JANÉ I GUASCH: Quiero decir que, cuando al final se adoptan
decisiones sobre Gescartera, el responsable de esas decisiones es la
comisión en su conjunto, el consejo en su conjunto, cuando se decide
intervenir o no intervenir. Son ya diversas las personas que en esta
Comisión, al imputar la principal responsabilidad, se dirigen al área
específica que informa de ese aspecto, en el sentido de que es muy
respetuosa la comisión con el quehacer de cada división de la misma,
y en principio se hace en cada ámbito lo que la división, en este
caso supervisión, quiere hacer. ¿Lo comparte?



El señor DE CABO MARTÍNEZ: Yo desconocía hasta qué punto el consejo
se deja orientar al detalle o no.




El señor JANÉ I GUASCH: Usted que ha estado años en supervisión,
¿conoce algún caso, algún supuesto, algún ejemplo de que en un ámbito
concreto el consejero de supervisión aconseje un aspecto y ese
aspecto no se siga?



El señor DE CABO MARTÍNEZ: No tengo conocimiento de ninguna
proposición de consejero alguno de supervisión porque yo no tengo
acceso a ella.




El señor JANÉ I GUASCH: No, pero por el propio conocimiento...




El señor DE CABO MARTÍNEZ: No lo sé y de lo que no sé me ahorro la
opinión y la información.




El señor JANÉ I GUASCH: Queríamos agradecerle, señor De Cabo, su
comparecencia aquí. En esta Comisión queremos intentar esclarecer la
verdad y, en la medida de lo posible, mejorar el actual ordenamiento
para que sucesos como los que han ocurrido no vuelvan
nunca más a suceder. ¿Nos puede hacer alguna sugerencia al
respecto?



El señor DE CABO MARTÍNEZ: Ninguna.




El señor JANÉ I GUASCH: Muchas gracias por su comparecencia y buenas
tardes.




El señor PRESIDENTE: El señor Alcaraz ha declinado su turno. El
portavoz del Grupo Parlamentario Vasco (PNV), tiene la palabra.




El señor AZPIAZU URIARTE: Simplemente quería agradecer la presencia
del señor De Cabo aquí, aunque por lo que parece no nos va a ser de
mucha utilidad. De todas formas, le agradecemos su presencia.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Mixto, tiene la
palabra el señor Puigcercós.




El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: Señor De Cabo, este grupo pidió su
comparecencia en su momento porque nos pareció que su testimonio
podía ser importante a partir de diferentes artículos que aparecieron
en la prensa, pero con las respuestas que ha dado hasta ahora nos
damos por satisfechos. Por lo tanto, no le vamos a hacer ninguna
pregunta más.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la
palabra el señor Cámara.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: Simplemente, señor presidente,
para decir al compareciente que no tiene que pedir disculpas por
nada. La comparecencia se solicita por dos grupos de esta Cámara y
por nadie más. La razón por la que no puede contestar obedece
simplemente a que su actuación en la CNMV tiene poco o prácticamente
nada que ver con el asunto de Gescartera.

Puesto que ha tenido la cortesía de venir...




El señor DE CABO MARTÍNEZ: Y obligación.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: Y obligación. Quizá sorprendido
por cuál ha sido la razón por la que se pide su comparecencia, quiero
comentar a toda la Comisión que la única es porque hay dos grupos de
esta Cámara que lo solicitan: el Grupo Socialista y el Grupo Mixto.

Quiero aprovechar la ocasión de que está usted aquí para hacer alguna
consideración. Nuestro grupo ha utilizado en cierta ocasión el
informe de aquella visita del año 1995 y nos parece que es un informe
realmente expresivo de cuál ha sido después la situación y el
desenvolvimiento de las cosas que han ido ocurriendo en Gescartera.

Sabe que ese informe forma parte de los antecedentes del mal llamado
ya informe Vives. En elconsejo extraordinario del 16 de abril tiene
relativa o



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bastante importancia la existencia de ese informe del que participa
usted.

La pregunta que le ha hecho el señor Jané es muy pertinente y la
contestación suya es la que obviamente considera que ha de dar. Pero
la diferencia entre las irregularidades detectadas en el año 1995,
las detectadas posteriormente en el año 1997, en la segunda visita
a la que usted ha hecho referencia, y la visita más en firme, por
decirlo así, de noviembre del año 1998 son similares en cuanto al
contenido. Es decir, se producen las mismas cosas solo que en otro
volumen económico de las que ocurren en el año 1999. Hay una
consideración que nuestro grupo sí quiere hacerle. Hay una de ellas
-y nuestro grupo la ha repetido cuantas veces ha tenido ocasión, y
además el señor Azpiazu también lo ha hecho-, que es uno de los
puntos en los que se habla sobre las dudas de la viabilidad. Yo no sé
si usted está en condiciones de recordar...




El señor DE CABO MARTÍNEZ: He estado repasando el informe durante
estos últimos días y quiero ayudarle en lo que pueda.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: La elevada operativa intraday,
que aparece en el informe de 1995, la arbitrariedad en los procesos
de desglose y asignación de las operaciones entre patrimonios
gestionados, la vinculación financiera de la entidad por el tema de
la retrocesión de comisiones. Pero hay una que es absolutamente
llamativa: dudas en cuanto a la viabilidad futura de la entidad
derivadas tanto de la estructura de ingresos como de la evolución,
número y volumen de patrimonios gestionados. En palabras del señor
Azpiazu, el cual no sé si me corregirá, viene a ser que cómo es
posible que una sociedad cuyo patrimonio gestionado en aquella época
sería de 6.000 millones de pesetas tuviera una estructura tan débil.

El señor Azpiazu ha dicho que prácticamente con una persona y poco
más se podía gestionar una sociedad con ese patrimonio. Así pues, a
ustedes, por cuestiones de control interno y de todo tipo, por el
tema de los ingresos, la sociedad les ofrece dudas sobre la
viabilidad. La pregunta es la siguiente. ¿No es un elemento
suficiente de riesgo -no digo bastante, pero sí suficiente- con
respecto a terceros o a clientes la existencia de dudas razonables
sobre la viabilidad de la sociedad como para que la inspección o la
supervisión elevara de donde se dejó el informe del año 1995?



El señor DE CABO MARTÍNEZ: Supervisión no dejó de elevarlo a ningún
sitio, sino que dio traslado a otra división, que es la que evalúa la
gravedad de los hechos detectados. Lo que sí le puedo decir es que el
hecho de que una sociedad de estas características que esté iniciando
su actividad incurra en pérdidas durante una serie de ejercicios a mí
no me resulta tan sorprendente. Me cuidaría muy mucho de establecer
un paralelismo
entre las pérdidas y las posibles conductas irregulares
a futuro. En 1995 no faltaba dinero y los valores estaban depositados
en las entidades que Gescartera nos indicó -tenemos certificaciones
externas de esas entidades-, con lo cual no hubo un perjuicio a
clientes en una operativa que puede resultar algo atípica, con unos
volúmenes muy elevados para el patrimonio gestionado. Dado lo atípico
y vistas las circunstancias, se dio traslado a otra división, pero no
existía el problema de falta de valores, falta de efectivo y
perjuicio a clientes, algo que se ha podido descubrir después, con lo
cual establecer un paralelismo entre la situación de 1995 y la
posterior a mi juicio es gratuito.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: No me refería a eso. Entiendo
que esa contestación hubiese podido ser dada también por algún otro
compareciente, pero yo me estoy refiriendo al efecto sobre el riesgo
que tienen para el desenvolvimiento de una sociedad las dudas sobre
su viabilidad.




El señor DE CABO MARTÍNEZ: No sé qué quiere que le diga.




CÁMARA El señor RODRÍGUEZ-VALENZUELA: Le pido que me dé su opinión.




El señor DE CABO MARTÍNEZ: Mi opinión es que el hecho de que una
empresa tenga pérdidas no presupone...




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: Muchas sociedades tienen
pérdidas y no ofrecen dudas sobre su viabilidad.




El señor DE CABO MARTÍNEZ: En este caso no hay por qué tener la
sensación de posibles conductas irregulares por el hecho de que
nosotros hayamos puesto su viabilidad en entredicho, puesto que
ellos, evidentemente, no lo hacían. Dado que tenían recursos propios
holgados, contaban con un colchón que les permitía estar durante un
período determinado de tiempo sin beneficios, con lo cual no hubo
ningún tipo de incumplimiento.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: Lo que ocurre es que al final
se acaba por certificar que prácticamente todas aquellas
irregularidades que ustedes señalaron en el informe de 1995
constituyen elementos que hacen posible la estafa de la que estamos
hablando.




El señor DE CABO MARTÍNEZ: Hacer ese razonamiento en relación con
1995 es una conjetura.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: No es una conjetura, señor De
Cabo. Es la constataciónde que los elementos que permiten formar un
juicio



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en el año 1995 sobre la situación de Gescartera se repiten
prácticamente en el año 1997 y después en el informe del señor Vives.

Es la única constatación que mi grupo quiere hacer. No digo que de
ahí se deriven directamente responsabilidades para quienes
intervinieron en el trabajo del año 1995, sino que los aspectos
señalados en tal año se repiten de forma evidente y fácilmente
constatable en las visitas hechas en 1997 y a partir de diciembre de
1998. Es lo único que quería decir.




El señor DE CABO MARTÍNEZ: Esa es una opinión formada con mayor
criterio, ya que yo no he tenido acceso a los informes de 1997, de
1999, de 2000 ni de 2001.




El señor PRESIDENTE: ¿Algún señor comisionado desea intervenir?
(Pausa.)
No queriendo hacerlo, despedimos a don José Eugenio de Cabo Martínez,
a quien agradecemos la colaboración que ha prestado a esta Comisión,
y pasamos a recibir al próximo compareciente.




- DEL SEÑOR EX DIRECTOR DE PROMOCIONES DE LA COMISIÓN NACIONAL DEL
MERCADO DE VALORES (MARTÍNEZ PARDO). (Número de expediente 219/
000289.)



El señor PRESIDENTE: Señorías, continuamos la sesión con la
comparecencia, ante esta Comisión de investigación sobre Gescartera,
de don Ramiro Martínez Pardo, en su condición de ex director de
promociones de la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Si el
señor Martínez Pardo quiere hacer alguna introducción previa, puede
hacerla, si no pasaríamos a las intervenciones de los señores
portavoces de los grupos parlamentarios.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Solamente quiero hacer una matización, señor
presidente. La división se llamaba dirección general de fomento.




El señor PRESIDENTE: Así se hará constar. No habiendo más, tiene la
palabra, por el Grupo Parlamentario Socialista, el señor Cuevas
Delgado.




El señor CUEVAS DELGADO: Señor Martínez Pardo, bienvenido a esta
Comisión. Sabe usted que es una Comisión de investigación sobre el
caso Gescartera, y que es una Comisión a la que los comparecientes
acuden sabiendo que tienen que decir la verdad inexcusablemente.




Llevamos mucho tiempo de trabajo en esta Comisión y en lo que se
refiere a la actuación de la Comisión Nacional del Mercado de Valores
con la empresa Gescartera, estamos al final de algunos
procedimientos, por ejemplo, el procedimiento en el que usted
interviene como director general de fomento. Me refiero al
procedimiento por el que Gescartera es autorizada a operar
como agencia de valores. Es un procedimiento o un expediente que
viene de actuaciones anteriores, quiero decir que confluyen dos
expedientes al mismo tiempo: una apertura de expediente, que se abre
con una sanción muy grave y que luego concluye con una sanción grave,
y el expediente que usted tramita en este caso, y por el medio está
la labor de supervisión que llevó el señor Vives y que continuó el
señor Botella. Para no hacer mucho preámbulo, usted trabajó desde
1990, aproximadamente, pero ¿hasta qué fecha trabajó en la Comisión
Nacional del Mercado de Valores?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Exactamente desde finales de mayo de 1989
hasta el 30 de septiembre de 2000, aproximadamente 11 años y medio.




El señor CUEVAS DELGADO: ¿Considera usted que durante el tiempo que
estuvo trabajando en la Comisión Nacional del Mercado de Valores se
trabajaba con criterios estrictamente profesionales?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Sí.




El señor CUEVAS DELGADO: ¿Cuándo entró usted en contacto con
Gescartera o con el mundo Gescartera, porque ya es un mundo?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Me es difícil recordarlo, pero hace muchos
años. Posiblemente fuera -y le hablo de memoria, no tengo absoluta
certeza de ello- con el expediente de Bolsa Consulting. Yo era
responsable de una división, que se llamaba sujetos del mercado -la
organización de la comisión entonces era distinta de la de ahora-; la
división mía se encargaba de la supervisión y del registro,
autorización y, en general, tramitación de expedientes de todo tipo
de las sociedades y agencias de valores, y de forma residual también
teníamos funciones, porque no había otra división que lo hiciera, de
identificación de lo que se venían llamando chiringuitos financieros.

Supongo que por razón de esta función yo contacté con Bolsa
Consulting al inicio, para pasarlo luego a la división de inspección
para que hiciera los expedientes. Esto debió ser el año 1993,
aproximadamente. Es en aquel momento cuando probablemente conocí el
mundo Gescartera que usted decía.




El señor CUEVAS DELGADO: Anteriormente a este expediente, que al
final acaba como ya veremos, hubo otras dos peticiones de Gescartera.

¿En esos dos expedientes anteriores, que fueron denegados, intervino
usted?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Sí, intervengo, sin duda. Era mi
responsabilidad.




El señor CUEVAS DELGADO: ¿Cuál fue la diferencia fundamental, qué
cambió para que dos expedientes



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previos de Gescartera no fueran autorizados y este sí, si se puede
sintetizar?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Se lo voy a sintetizar, porque no tengo
muchos datos y parte de lo que le voy a responder probablemente forme
parte de lo que fuera razonable después de pensar sobre ello. De los
datos que he podido recabar en estos días, Gescartera solicitó la
transformación de gestora de carteras -área que no era de mi
competencia, sino de otra división que se llamaba división de
instituciones de inversión colectiva- en agencia de valores -área que
sí era de mi competencia y me tocaba la supervisión y la tramitación
del expediente de transformación- el 11 de mayo de 1993. Durante este
periodo hasta que definitivamente retiran la solicitud -creo que fue
el 12 de noviembre, exactamente pasaron cinco meses- hay una serie de
requerimientos y supongo que no habrán respondido adecuadamente a los
requerimientos. Veo también por la secuencia de papeles que he
manejado que empieza algún requerimiento y algún cruce de actuaciones
con Bolsa Consulting y supongo que no sería favorable la respuesta
que nos dieron a los requerimientos que les hicimos. En aquel caso,
además, y esto quisiera subrayarlo, yo era el supervisor también. Por
tanto, la opinión me la daba yo a mí mismo. Me parece que es clave
-luego lo veremos, si quieren ustedes que sigamos profundizando en
esta dirección- la opinión del supervisor, porque el que tramita el
expediente de transformación maneja papeles, maneja compromisos,
maneja declaraciones, es el supervisor el que conoce exactamente cuál
es la situación de la compañía. En este caso, la división de
instituciones de inversión colectiva a lo mejor no me dio la
autorización; yo no lo recuerdo, o puede ser que yo no me quedara
satisfecho con las pobres impresiones que saqué inicialmente del
mundo Gescartera cuando tuve contacto con ellos. Por una cosa o por
otra, o porque no respondieran satisfactoriamente a nuestros
requerimientos, finalmente, en el mes de noviembre, parece ser que
retiraron la solicitud.




El señor CUEVAS DELGADO: ¿Normalmente ese era el procedimiento? Es
decir, ¿cuando se veía que un expediente no se iba a autorizar lo
retiraban? En muy pocos casos habrá habido expedientes denegatorios.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Me queda el año 1997, que también me ha
preguntado por ello.




El señor CUEVAS DELGADO: Le iba a preguntar ahora.




El señor MARTÍNEZ PARDO: En el expediente que he podido verificar he
comprobado que hay una solicitud en el año 1997 de transformación en
agencia de valores; tampoco lo recordaba con precisión. En esta
fecha, el 27 de junio de 1997, en la que solicitan la transformación,
yo no era supervisor de la gestora de
carteras pero tampoco lo era, como ocurrió en 1993, de la agencia de
valores.

Finalmente, como les decía, yo tramito los papeles. La autorización
es reglada, entre comillas, siempre hay un margen para la
discrecionalidad; me toca pedir a la división de supervisión su
opinión y me la deniegan. En el año 1997 me dicen que, en su opinión,
esta sociedad no puede ser transformada en agencia de valores, que
hay un informe del año 1995, que hay otro informe del año 1997, y que
su intención es iniciar de nuevo otra visita para poderme dar, en su
caso, el visto bueno a la transformación. Es por ello que la sociedad
desiste del procedimiento y creo haber leído -no tengo copia de la
carta de desistimiento- en la propia carta que dice: No renunciamos a
ello, probablemente en los próximos meses volvamos a insistir en la
solicitud. Le repito, y por resumir, que no me dio el visto bueno la
división de supervisión.




El señor CUEVAS DELGADO: Y por fin llegamos al expediente de 1999,
donde la conclusión es que sí se autoriza a Gescartera como agencia
de valores. ¿Es así?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Sí.




El señor CUEVAS DELGADO: Sin embargo, cuando se inicia, las
condiciones no habían cambiado mucho, ¿no?



El señor MARTÍNEZ PARDO: No lo sé, porque yo no era supervisor. Yo le
he dicho que es el supervisor el que de verdad conoce la compañía; es
el supervisor el que tiene contacto directo con ellos y con sus
estados financieros, y yo tengo un contacto de otra índole con la
compañía.




El señor CUEVAS DELGADO: Sí, pero el supervisor, en el caso del señor
Vives, ya dejó claro que esta entidad estaba en las condiciones en
que estaba. Cuando usted contacta con el señor Botella...




El señor MARTÍNEZ PARDO: Me da informe favorable.




El señor CUEVAS DELGADO: ¿El informe era favorable?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Sí.




El señor CUEVAS DELGADO: Pero usted leyó el informe, no sólo leería
que era favorable, ¿no?



El señor MARTÍNEZ PARDO: ¿El informe del señor Botella?



El señor CUEVAS DELGADO: Sí.




El señor MARTÍNEZ PARDO: No, no lo leí.




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El señor CUEVAS DELGADO: ¿Simplemente le dijo que todo iba bien?



El señor MARTÍNEZ PARDO: No, en el transcurso de la tramitación del
expediente, por el que mantuvimos unos primeros contactos en enero,
en marzo se presenta formalmente y se aprueba en julio, por tanto, es
un proceso de casi cuatro meses de tramitación de expediente más uno
previo en el mes de enero -si quiere, luego se lo aclaro-, mi
preocupación era saber, en la medida en que pudiera saberse, cómo iba
a acabar el expediente, porque, repito una vez más, el expediente, no
el sancionador sino la opinión de supervisión como paso previo al
expediente sancionador, era un requisito para mí importantísimo y por
ello mantuve algunas conversaciones con el señor Botella y con el
señor Villegas, obviamente sabiendo lo menos posible del expediente
porque era así en la Comisión. Había unas estrictas murallas chinas.

En los años en que era el presidente el señor Croissier las barreras
eran bastante altas, pero todavía lo eran más en el momento en que
estaba Fernández-Armesto. La división de inspección estaba
completamente separada del resto de las divisiones de la Comisión
Nacional del Mercado de Valores, con puerta cerrada y con acceso
restringido.




El señor CUEVAS DELGADO: Sí, pero eso no quiere decir que no tuvieran
ustedes conocimiento de los expedientes, puesto que su labor tenía
mucho que ver con lo que hace supervisión, ni que no tuvieran ustedes
acceso al correo electrónico ni que no estuvieran informados de cuál
era la situación de la entidad a la que supuestamente habían hecho
una petición de autorización. Necesariamente, tenían que tener las
ideas muy claras. En ese sentido, a mí me surge una pregunta. ¿A
usted no le extrañó que en el poco tiempo transcurrido desde que el
señor Vives deja la labor de supervisión y accede el señor Botella,
muy poco tiempo después la situación de Gescartera cambie totalmente?
¿No le llamó la atención esta rapidez cuando, nada más viendo los
papeles, lo único que había cambiado era que determinadas cuestiones
se aceptaban como buenas y antes no se aceptaban como buenas?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Sí, me llamó la atención. Pero no conozco
los detalles, conozco los resultados.




El señor CUEVAS DELGADO: Y entre sus responsabilidades, habiéndole
llamado la atención un extremo como este, ¿no estaba indagar algo más
o exigir algo más, puesto que su autorización era muy importante? La
opinión que usted se formara sobre esta entidad era muy importante,
porque no es lo mismo autorizar a una entidad que está sujeta e
inmersa en un expediente abierto desde el 6 de abril de 1999; o sea,
mucho antes de que volviera a solicitar su conversión en agencia de
valores tenía ya dos expedientes anteriores, que los
había retirado porque no se le había considerado conveniente, y se
iniciaba un tercero. Yo creo que era una situación por lo menos
llamativa, en el sentido de que, por decirlo de alguna forma, a usted
se le tenían que haber encendido las alarmas, a su unidad, para
decir: ¿Será todo así, estará todo bien o nos vamos a meter en un
campo minado, como parece que luego sucedió?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Yo necesitaba tener garantías de dos o tres
cosas. La primera es la garantía financiera. Estamos hablando de una
transformación de una sociedad de valores en la que no hay aportación
de efectivo, sino que se transforman reservas en capital, por lo
tanto, las reservas tenían que ser efectivas, no tenía que haber
contingencias, y utilicé algunos procedimientos para asegurarme,
básicamente preguntar y hacer alguna indagación, escasa, porque no
tenía más. Me basta la opinión de la división de supervisión.

Faltaría más, si no me voy yo a fiar de la opinión de mis compañeros,
que están trabajando en esto durante dos años y que llegan a
conclusiones. Yo soy incapaz, con los medios que yo tenía, de poder
suplir la opinión de mis compañeros, que han estado dos años
trabajando en este expediente. Utilicé también la auditoría. También
necesitaba conocer el resultado de la inspección y de la supervisión
para valorar la idoneidad de los accionistas. Esto era también muy
importante. Finalmente, necesitaba un visto bueno global para poder
seguir adelante. Y todo esto lo obtuve.




El señor CUEVAS DELGADO: ¿En todo este tiempo tuvo usted relaciones
con los directivos de Gescartera, con el señor Camacho, con bufetes
externos de asesoramiento, con el señor Bouza o con el señor Ureba,
me refiero a...




El señor MARTÍNEZ PARDO: Alberto.




El señor CUEVAS DELGADO: Alberto Alonso Ureba, sí. ¿Tuvo usted
contacto, durante este tiempo en que se estaba tramitando el
expediente o antes o después con estas personas?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Con Gescartera, sólo conozco a Antonio
Camacho, desde el año 1993, y conozco a José María Ruiz de la Serna
porque yo le contraté cuando fue a la comisión. Yo fui su jefe varios
años, pero no he mantenido relaciones con él. Yo era su jefe cuando
se fue de la comisión, él trabajaba en mi división. A partir de
entonces no he mantenido reuniones con él nunca, lo he debido ver
alguna vez por la comisión y le he saludado por los pasillos, nada
más.




El señor CUEVAS DELGADO: Telefónica sí tuvo usted que tenerla. ¿No?



El señor MARTÍNEZ PARDO: ¿Con José María Ruiz de la Serna? No, no.




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El señor CUEVAS DELGADO: No sé si con José María Ruiz de la Serna.

Sabe usted que hay un famoso diario de doña Pilar Jiménez-Reyna, en
el que apuntaba muchas cosas, no se sabe si todas se las decían a
ella directamente o se las decían por mediación de otras personas, y
en el que usted está citado en relación, me parece, con la presencia
de la ONCE. Perdón, con la idoneidad de que el señor Camacho tuviera
menos peso en la sociedad o algo así. ¿Es correcto eso? ¿Usted tuvo
alguna intervención?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Sí, eso es correcto. Pero no veo la relación
de esto con su pregunta previa. Me ha preguntado si conocía a alguien
de Gescartera y algún despacho de abogados, y le he respondido: ¿A
alguien de Gescartera? A Antonio Camacho, y a José María Ruiz de la
Serna necesariamente porque fui yo el que le contraté cuando estuve
en la comisión, el que lo busqué y luego le dejé de ver. No conozco a
nadie más de Gescartera.

No le he respondido a la segunda pregunta que era sobre los despachos
de abogados. Yo nunca he mantenido una relación con nadie del
despacho de don Alberto Alonso Ureba y con el señor Bauzá en relación
con este expediente de Gescartera. En relación con otros, creo que
tampoco. Pero en relación con otros, alguien de mi división, sí,
algún subdirector ha tramitado algún otro expediente en el que estaba
representado este despacho de abogados. Creo que de este expediente
del que vamos a hablar ahora, no. Yo por lo menos nunca hablé con
ellos.




El señor CUEVAS DELGADO: Bien, salvo error por mi parte creía que la
pregunta que yo había hecho era exactamente en esos términos, si en
el ámbito de la tramitación del expediente había mantenido relaciones
con la dirección de Gescartera. ¿Por qué? Por lo que luego le he
dicho, porque como aparece usted citado en el diario...




El señor MARTÍNEZ PARDO: Sí, con Antonio Camacho. Creo que por lo que
he leído en la prensa sobre el diario, que no he tenido ocasión de
verlo directamente, hay dos referencias y las dos a través del señor
Camacho.




El señor CUEVAS DELGADO: Le pregunto esto porque no sé si es habitual
o no. No sé si es habitual que una entidad presente un proyecto de
reconversión en agencia de valores y entonces por parte de los
servicios correspondientes de la Comisión Nacional del Mercado de
Valores se informe sobre ese proyecto y se autorice o no. Esto no es
lo habitual. Lo habitual que se entable una especie de diálogo o de
contacto con las entidades que quieren, no lo sé.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Es habitual e imprescindible.




El señor CUEVAS DELGADO: Entonces, ¿usted intervino en algún momento
en cuanto a la participación de la ONCE en Gescartera como requisito
imprescindible?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Yo he hablado con el señor Camacho de la
participación de la ONCE. Yo no he sugerido que entrara la ONCE, es
un dato que me vino dado. Si quiere le cuento cómo aparece en mi vida
la ONCE en este tema.




El señor CUEVAS DELGADO: Usted cuente lo quiera, pero no es porque no
lo cuente...




El señor MARTÍNEZ PARDO: Mi respuesta entonces es, no.




El señor CUEVAS DELGADO: No, lo digo porque ese es un dato conocido,
por lo menos por lo que han contado otros comparecientes. Hay un
proyecto en que Gescartera proviene... (Rumores.) Es un poco tarde y
estamos ya un poco cansados. Se lo decía no porque no lo explicara
usted, si quiere con mucho gusto me lo explica, sino para que viera a
dónde yo quería llegar. No dudo yo que a usted le viniera en el
propio proyecto de Gescartera esa implicación de la ONCE, se lo digo
porque como hay alguna controversia, y luego volveremos a ello, sobre
en qué ha consistido esa participación y cómo se ha comprobado esa
participación, y como en su informe también aparece y es un elemento
relevante, por eso le decía yo que si además de esto, pensando en que
esto ya era conocido, había alguna otra circunstancia, porque en una
reciente entrevista el ministro de Economía afirmaba que el
ministerio tenía mucho interés en que la ONCE participara en
Gescartera. Entonces por eso se lo decía, que si a usted le había
venido por parte sólo de Gescartera o alguien, algún superior, algún
consejero, tenía interés en que la ONCE estuviera.




El señor MARTÍNEZ PARDO: No, sólo de Gescartera. Una vez conocido que
era Gescartera y una vez iniciado el expediente, parecía muy buena
idea.




El señor CUEVAS DELGADO: Volviendo a la pregunta anterior. ¿Por qué
tenía usted la idea de que el señor Camacho tenía que tener menos
participación?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Vamos a ver si se lo puedo explicar así de
forma aislada, porque todo esto es una historia en la que las piezas
tienen que contarse en su secuencia. El señor Camacho tenía que tener
menos participación en la sociedad porque, en primer lugar, tenía una
historia detrás de ineptitud que a mi me parecía a todas luces clara.

Yo creía, y ahora por supuesto aparecen otros datos que me hacen
pensar cosas aún mas graves de él, que era una persona agradable, de
buen trato, simpático, pero me ha parecido absolutamente incapaz para
manejar una compañía de



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valores. Me lo parecía, probablemente esté equivocado. Si es capaz de
haber montado la que ha montado, posiblemente no fuera tan incapaz
como me parecía. Yo quise apartarlo del expediente no por su actitud
de obstrucción o de lo que fuere -sobre esto me remito a la
resolución del expediente- sino por su aptitud. No era apto para
hacer este trabajo.




El señor CUEVAS DELGADO: Sin embargo, no es discutible la aptitud o
ineptitud de una persona para ser accionista de una sociedad. Aquí
estamos hablando de otra circunstancia. Creo recordar...




El señor MARTÍNEZ PARDO: Perdón, ¿me había preguntado como
accionista? Le había entendido por qué le había pedido que
desapareciera como presidente de la compañía. Lo siento.




El señor CUEVAS DELGADO: Le he hecho referencia a la nota que aparece
en el diario de la señora doña Pilar Giménez-Reyna y aparece lo de
que estaban ya fuera del consejo y también tenían que reducir su
participación como accionistas.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Disculpe, le he respondido a otra pregunta.

Le había entendido mal. Le había entendido por qué no me parecía
oportuno que fuera administrador.

En ese momento en el que yo mantuve estas conversaciones con Antonio
Camacho... El expediente se presenta a la Comisión el día 2 de marzo.

Previamente habían presentado un papel el día 12 de enero, del que no
sé si tienen constancia o no, pero el 12 de enero el señor Camacho
presenta un papel en la Comisión bastante poco serio, por decirlo de
alguna manera, que titula: Memoria de Gescartera AV, en el que habla
de una AV, con Gescartera Holding con el 85 por ciento de
accionariado y la ONCE con el 15 por ciento. Cuando digo la ONCE
quiero decir la Fundación ONCE. Además, me presenta un consejo en el
que está como presidente José María Ruiz, también, y José Manuel
Pichel como presidente honorífico. Este expediente, como es
absolutamente insuficiente, queda en vía muerta, y el expediente se
recupera el 2 de marzo. El 2 de marzo todavía el expediente
sancionador, de las conversaciones que yo mantengo a partir del 2 de
marzo con el señor Botella y con el señor Villegas, no está encauzado
en la forma en la que finalmente se resuelve. Está pendiente de que
contesten a algunos requerimientos y, que yo entendiera en aquel
entonces, la situación de Gescartera era bastante comprometida en
cuanto a la posible resolución del expediente. Había imputaciones de
faltas muy graves y me parecía que no se podía tramitar un expediente
en el que Gescartera Holding siguiera siendo el accionista. Mantengo
una reunión el 6 de marzo, que es la que está reflejada, por lo que
he leído en la prensa, pero también lo he consultado en mi agenda
y es cierto. El 6 de marzo, le podría incluso decir la
hora, a las 18,30 de la tarde, según mi agenda, mantengo una reunión
con el señor Camacho, en la que le pido me aclare la situación. En
enero me presentó un expediente en el que la ONCE salía con el 15 por
ciento. Me presentó el 2 de marzo otro en el que Gescartera Holding
tiene el 100 por 100. El expediente entra en la Comisión el 2 de
marzo sin la ONCE. Entonces le pregunto: Oye, ¿de qué estas hablando?
¿Estamos hablando de la ONCE, que era lo que me habías anunciado el
12 de enero o estamos hablando de otra cosa? Además, le digo, el
expediente, en la situación en la que está el otro expediente, el
sancionador, debería contemplar una participación importante de la
ONCE o de cualquier otro accionista, a poder ser mayoritaria y,
además, en el consejo no quiero que estéis, para que yo lo tramite a
mi satisfacción, ni tú ni José María Ruiz de la Serna, porque no sé
cómo va a acabar el expediente y no nos podemos llevar al final
ninguna sorpresa. Así que, por favor, os salís del consejo. Le pido
las dos cosas. Eso, por lo que he leído en la prensa, es lo que
refleja el dietario de la señora Giménez-Reyna. Creo que dice algo
así como: Ramiro dice, mayoritaria la ONCE, fuera Antonio y José
María.

El día 13 de marzo me responde -en otra reunión que mantengo con él
también en mi oficina-, a las nueve y media según mi agenda -no es
que le hable de memoria, es lo que pone mi agenda-, que no es posible
que la ONCE entre con un accionariado y participación mayoritaria,
que él no está en disposición de vender la mayoría de la compañía a
nadie, ni siquiera a la ONCE, y me dice que va a modificar el
expediente -que le recuerdo que ponía cien por cien Gescartera
Holding- con el 25 por ciento de la ONCE en Gescartera Holding y con
el 10 por ciento en la agencia de valores. Este no es un proceso
sencillo, que en cinco minutos se habla de ello. Antes, para
entendernos, tenemos que hablar dos horas, con papel y lápiz,
haciendo esquemas porque era difícil. No sé si se hacía el tonto o
no, pero era difícil entendernos porque hablábamos de cosas
distintas. Al final creo que nos entendimos. Tengo algunos papeles en
los que tomé notas sobre las distintas posibilidades que se barajaban
en aquella reunión y hablamos de todo, de que entrara en la AV, que
entrara arriba, hablamos de esta posibilidad. Él me dijo que no había
posibilidad de que se vendiera la mayoría y que el expediente él lo
presentaba así y que así lo tramitáramos en su solicitud. Así lo
tramité y esto es lo que, con fecha 13 de marzo, recoge el dietario.

Dice algo así como: Antonio viene de la comisión, se retracta. No sé
qué quiere decir con «se retracta». La verdad es que lo que me
responde es que el expediente es el que es o el que va a ser -porque
todavía era cien por cien Gescartera Holding- y no puedo modificarlo.




El señor CUEVAS DELGADO: Se retracta hasta cierto punto, porque sigue
conservando el 75 por ciento



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y, como luego veremos más adelante, conserva el cien por cien, porque
ni siquiera llega a...




El señor MARTÍNEZ PARDO: Posiblemente lo que quiere decir el dietario
de la señora GiménezReyna es que el que se retracta soy yo. Porque si
antes anota que le he pedido la mayoría y luego Antonio Camacho le
dice que no va a tener la mayoría, posiblemente lo que quiere decir,
aunque no está claro, es que el que se retracta soy yo. Yo no me
retracto de nada y creo que él tampoco; simplemente conversamos -
como le he dicho al principio que era mi obligación y me parece que
era imprescindible- sobre la forma en que me presentara el
expediente, porque como me lo había presentado, en mi opinión, no era
viable: cien por cien Gescartera Holding.




El señor CUEVAS DELGADO: Posiblemente quisiera decir eso. Ya sabe
usted -y lo ha constatado- la osadía con la que se desenvolvía en
aquella época Gescartera y las relaciones que mantenía con los
inspectores y con los altos ejecutivos de la Comisión Nacional del
Mercado de Valores, con los consejeros. En fin, no voy a hacer
referencia a la larga lista de regalos que se intercambiaban, por
decir algo, porque realmente llegaban de Gescartera, de un lado hacia
otro y aún no la tenemos toda entera, donde, por cierto, está usted
también. Lo cual -lo digo para ir enmarcando cómo se desenvolvía
aquella tramitación del expediente-, aunque usted nos acaba de decir
que era normal, a mí no me parece normal. Podría ser normal que en
una situación de una entidad solvente, una entidad que no ha tenido
ningún antecedente, se clarifiquen determinadas cuestiones. Ahora
bien, era una situación en la que llovía sobre mojado, la situación
no acababa de aclararse y encima había sobre la mesa la posibilidad
de que una entidad sin ánimo de lucro, una fundación que recibe
subvenciones del Estado, que tiene un régimen muy especial de
concesiones, entra en una entidad en la que la presidenta es la
hermana del secretario de Estado que tiene relaciones y que aprueba
cosas de estas. No sé, no era muy normal. Ahora es que estamos dando
por normales muchas cosas, pero usted me permitirá que, extrañándome
un poco de lo que se quiere aparentar como normal, eso no era normal.

Yo creo que todo el mundo tenía que saber en la Comisión Nacional del
Mercado de Valores cómo estaba funcionando el señor Camacho, quién
era la presidenta de Gescartera y por qué estaba la ONCE. Además yo
creo que usted nos ha dado una buena pista, no había pensado yo en
eso, quizás el que se retractó fue usted. Porque al final el
expediente se tramita, como decía el señor Camacho, lo que pasa es
que con su peculiar estilo. A lo largo de todos estos expedientes
hemos visto que, al final, llega al camino que quiere, aunque da ocho
vueltas. Aquí lo mismo. Con lo hablado hasta aquí ha quedado
meridianamente claro que esto no era una cuestión normal.

Me voy a centrar en el expediente porque me parece extraño. La
propuesta de resolución que usted hace al consejo de la Comisión
Nacional del Mercado de Valores habla de los antecedentes, de la
solicitud y de algunas cuestiones que no sé si comprobaron a fondo.

Expone que tiene firmado un seguro de responsabilidad civil, no sé si
lo comprobaron o no. Luego, nos hemos enterado de que tampoco estaba
firmado, quizá es una cuestión menor dentro de lo que viene a
continuación. Hablan, como una cuestión muy relevante, de que las
cuentas anuales del ejercicio terminado a 31 de diciembre y auditadas
por Deloitte & Touche, no presentan salvedades. Ya sabía usted que
esta auditora simplemente estaba auditando las cuentas de la gestora
como tal, pero no las cuentas de orden. Teniendo en cuenta todo lo
que se veía en los expedientes, no era una cuestión tan relevante. Y
lo más interesante: las condiciones legales. No sé si usted estará de
acuerdo conmigo en que este expediente, al final, tiene dos partes.

Una, las consideraciones legales, que afectan a cualquier entidad que
quiera ser calificada como agencia de valores y, dos, un
procedimiento de autorización que se refiere ya a las condiciones
específicas de esta sociedad, de Gescartera Agencia de Valores. ¿Está
de acuerdo conmigo en eso?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Sí.




El señor CUEVAS DELGADO: En las consideraciones legales usted
transcribe el artículo 72 de la Ley del Mercado de Valores y habla,
en el punto 15, de que, por lo que se refiere a los requisitos para
obtener la autorización, el artículo 67.1 de la misma ley expone como
causas de denegación de la autorización, y por ende de los requisitos
para obtenerla, la falta de idoneidad de los accionistas con
participación significativa. Luego habla también de la falta de
transparencia del grupo, pero ahora vamos a fijarnos en esta falta de
idoneidad de los accionistas con participación significativa. Me va a
perdonar, pero usted no analiza la idoneidad de los accionistas,
porque dice: la incorporación de los nuevos accionistas a la sociedad
y la nueva estructura del grupo requiere valorar la idoneidad de los
nuevos accionistas. Permítame decirle que es de todos los
accionistas. Todos los accionistas de Gescartera Agencia de Valores
eran nuevos accionistas; todos. En todo caso, la ley no hace ninguna
discriminación. ¿Nos puede usted explicar por qué razón hace usted
esta especie de juego malabar para, cuando habla de idoneidad de los
accionistas, hablar sólo de los nuevos accionistas? ¿Usted cree que
esto es una información fidedigna de lo que realmente la ley le exige
que valore como idoneidad de los accionistas?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Yo parte de una base y se la puedo
justificar si tengo tiempo suficiente para explicarme: que la
permanencia en el registro de



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una entidad requiere su idoneidad. No es posible que la Comisión
Nacional del Mercado de Valores mantenga inscrito en el registro a
alguien que ha apreciado que no tiene idoneidad, pero no por sentido
común, sino porque lo dice la ley. Si Gescartera Holding se mantiene
en el registro de agencias de valores después de terminado el
expediente es, por definición, idóneo. Por eso yo no firmé este
informe hasta el último momento, hasta que supe que la sanción que se
le daba a Gescartera no afectaba al accionista y desde luego no le
afectaba con la retirada del registro o la suspensión de derechos de
voto o cualquier otra de las sanciones que impone la ley. Si quiere,
le puedo explicar -no sé si es este el momento o no, usted me dirá-
cómo aprecio en ese expediente y en general la idoneidad de los
accionistas y puedo concluir por qué, según mi razonamiento, que es
exclusivamente mío, el socio Gescartera Holding, que tenía el 90 por
ciento de la agencia de valores, es idóneo.




El señor CUEVAS DELGADO: No, yo quiero que me explique dos cosas. Una
de ellas es por qué hace usted aquí una interpretación particular,
cuando la ley está muy clara. La ley no habla más que de idoneidad de
los accionistas y no habla en ningún momento de inhabilitación, pues
está claro que si hubiera inhabilitación no estaríamos en presencia
de ningún expediente. Estamos hablando de personas que pueden ser
idóneas para una sociedad gestora de cartera, pero que cuando se
someten a un expediente para asumir otra función, a lo mejor no son
idóneas. ¿Por qué? Por la trayectoria que hayan tenido. Además, en
este caso se daba la circunstancia de que se estaba tramitando un
expediente que se abre el día 6 de abril, por lo que ya se habían
escrito unos párrafos en los que no se dejaba muy bien a los
accionistas, y quizá sea por eso por lo que usted estaba intentando
rebajar el peso de los accionistas. Quizá esta sea la cuestión que a
usted le llevó a proponer que no fueran mayoritarios, porque ahí
podía tener alguna otra salida. En este caso tenía poca, pero no
vamos a alargarnos mucho ni a hacer elipsis sobre una cuestión que
para mí está meridianamente clara, podíamos hacer las
interpretaciones que se quieran. Podrá decir que usted interpreta que
la idoneidad requiere no estar incurso en un procedimiento
determinado, pero de lo que la ley habla es de la idoneidad, y usted
tiene que valorarla. Respecto a estar incurso en un procedimiento de
sanción, aquí hay que hacer otra llamada, y es que a usted no se le
podía escapar que en el mismo consejo en el que se aprueba una cosa
se aprueba otra. Yo no sé si fue antes o después, pero en el mismo
consejo estaban ustedes aprobando una elevación de Gescartera a
agencia de valores, en la que había un concepto que era la idoneidad
de los nuevos accionistas, y estaban aplicando una sanción, que por
cierto se rebaja, porque si no se hubiera rebajado, la cuestión
hubiera sido distinta. ¿Qué opinión tiene usted sobre esto?
El señor MARTÍNEZ PARDO: Déjeme que le matice una cosa. Primero, yo
no estaba aprobando nada porque yo no era consejero. Segundo, en el
mismo consejo, y le diría que naturalmente, con toda intención, al
menos por lo que a mí respecta, yo no podía en ningún caso proponer
al consejo de la Comisión la transformación de Gescartera en agencia
de valores sin conocer la resolución del expediente, no lo hubiera
firmado nunca. Por lo tanto, podía haberlo hecho después o al mismo
tiempo, pero no antes. Ahora usted me puede preguntar: ¿Y por qué no
esperó 15 días? Pues podía haber esperado 15 días, pero dije: El
expediente está conforme, hoy que conozco cuál es la resolución del
expediente. Y cuando hablamos de artículos de la ley, hay que leerlos
todos, no sólo el 67. Si quiere, le digo cuáles son los artículos de
la ley que me llevan a concluir esto. Me gustaría tener la
oportunidad de explicarlo, porque si no parece que se ha actuado mal,
y de ninguna manera creo que haya sido así.




El señor CUEVAS DELGADO: Explíquelo.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Es cierto que el artículo 67.1 habla de
causas de denegación. Dice: La autorización se podrá denegar por
incumplimiento de los requisitos del artículo 67.2, pero también
porque -dice la ley- no se considere adecuada la idoneidad de los
accionistas con participaciones significativas para la autorización.

El artículo 70 dice que en todo momento las entidades deben cumplir
estos requisitos. Por lo tanto, cualquier entidad registrada en los
registros de la comisión tiene que cumplir en todo momento los
requisitos, es decir, en todo momento el accionista debe ser idóneo.

Pero sigo: el artículo 69.11, recogiendo literalmente lo que dice la
directiva de servicios de inversión, creo que en su artículo 8.5, y
la Ley 3/1994 para entidades de crédito, porque es la misma
disposición, dice: Cuando existan razones fundadas y acreditadas
respecto de que la influencia ejercida por una persona con
participación significativa en una empresa de servicios de inversión
pueda resultar en detrimento de la gestión sana y prudente de la
entidad -es decir, el concepto idoneidad-, cuando se aprecie que no
hay idoneidad se tomarán medidas. Así, no lo deja al arbitrio del
lector, dice: se tomarán medidas; imperativo. ¿Y cuáles son esas
medidas y quién las toma? Las toma el ministro a propuesta de la
comisión. ¿Qué medidas? Las del artículo 69.8: suspensión de derechos
de voto por plazo inferior a tres años. Es decir -no quiero que
pierdan el hilo-, si la comisión aprecia que el accionista no es
idóneo, suspenderá los derechos de voto del accionista que no es
idóneo por tres años o suspenderá la actividad de la entidad cuyo
accionista no es idóneo de forma total o parcial, y la parcialidad se
refiere a determinadas actividades o al alcance con que se realizan
determinadas actividades. Excepcionalmente, la revocación. Y además
de todo esto -dice la ley-, se



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sancionará. Vamos a la ley, a buscar el tipo en el artículo 99. Esta
infracción está tipificada como muy grave en el artículo 99.u), que
dice que es falta muy grave el incumplimiento del 69.11, y sanciona.

Y dice: las sanciones podrán ser -dice otro artículo, el 102- la
suspensión de la actividad, la revocación, la amonestación pública o
la separación del cargo de los administradores. En definitiva, si
tras dos años de investigación, la comisión, con el 69.11 delante, no
aprecia que el accionista no es idóneo, lo firma el director general
de supervisión, lo ratifica el consejo, las sanciones son faltas
graves, en ningún momento se habló -creo que hubo en su momento, y
hablo por lo que estoy aprendiendo estos días- de faltas muy graves,
en ningún momento se habló del incumplimiento de las obligaciones del
69.11 y se tipificó como falta el 99.u), no soy yo nadie para
concluir que Gescartera Holding no es idóneo. Me han dado la
respuesta; para mí la idoneidad del accionista Gescartera Holding es
un dato, su permanencia en el registro tras dos años de expediente es
suficiente para mí. Y además, se puede argüir, porque también lo he
oído y se dice mucho, que no había medios. Eso es cierto: no había
medios en la comisión. esto se ha dicho, por qué ustedes han fallado,
son algunas preguntas que ustedes han hecho a algunos de los
comparecientes.




El señor CUEVAS DELGADO: ¿Le parece que luego entremos en eso? Lo
digo para no perder el hilo de lo que antes ha explicado, que me
parece muy interesante. Luego entramos en lo de los medios, porque de
lo contrario nos vamos a perder.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Lo que quería decirle es que en este caso
ese argumento no es válido tampoco.




El señor CUEVAS DELGADO: No es válido, o sea, que había medios.

Bueno, pues mejor.

Usted acaba ahora mismo de dar la visión más correcta -yo no sabría
explicarlo mejor- de lo que le estaba diciendo. O sea, usted dice: en
todo momento el accionista debe ser idóneo. Claro, elemental. Pero,
¿cuándo llega un momento en que no es idóneo? Cuando hay un
expediente por medio, un procedimiento. Nadie puede decir de la noche
a la mañana -usted no puede hacerlo, el presidente del consejo
tampoco- lo siguiente: señor Camacho, ya no es usted idóneo. Hay un
expediente por medio que se abre el día 6 de abril, antes de la
petición de transformación. Pero si usted acaba de dar la razón
fundamental, si es que lo ha explicado perfectísimamente bien, claro
que sí: era idóneo para llevar una sociedad gestora de cartera.

Bueno, tampoco era muy idóneo (Risas.), pero quiero decir que hasta
ese momento lo habían declarado ustedes idóneo en algún momento, en
el año no sé cuántos.

En esos años estaba esa sociedad, que era el accionista mayoritario,
inmersa en una serie de procesos que llevaban nada menos que dos años
investigando. Yo lo pongo al revés. Usted dice: después de dos años
no se encontró nada. No. Yo digo que nada menos que dos años. O sea,
que ya era correoso el asunto.

Señor Martínez Pardo, el problema es el siguiente. Esto no lo podemos
mirar aisladamente. Seguramente miramos su caso concreto. Ustedes,
por decirlo de alguna forma, han atado todos los cabos, pero los
cabos están todos unidos. Son los cabos de su informe y los de otro,
y lo ha dicho usted al principio. Usted se fiaba del informe de
supervisión. El informe de supervisión cambia bruscamente y por mor
de ese informe se cambia la consideración de falta muy grave por la
de grave. Yo creo que en este caso tampoco hacía falta, y valga la
redundancia, que la falta fuera muy grave. Con la falta grave y los
antecedentes, no tenían que haber autorizado nunca a este accionista
como idóneo para acometer un proyecto nuevo en la agencia de valores.

Lo tenían perfecto, lo tenían muy bien, máxime cuando no era
solamente una cuestión jurídica, sino que su opinión se formaba y se
formó por lo que conocía. Usted mismo reconoció que este accionista
no podía tener esa mayoría, y estaba luchando por ello. Pero por
alguna razón le impusieron. Hemos visto que este señor fue capaz de
sortear inspecciones, circularizaciones, tenía correspondencia con el
secretario de la Comisión Nacional del Mercado de Valores puenteando
al supervisor. Era un escándalo. Ahora, con el tiempo, decimos que es
un escándalo. Entonces, estando dentro, ya era un escándalo. Quizás
usted no tuvo más remedio que autorizar esto. Pero este expediente
nunca se debió autorizar porque los riesgos, la inseguridad jurídica
que ustedes llevaron a los inversores de Gescartera fueron los que
han dado con el resultado que todos conocemos. Aquí estamos
intentando ver las responsabilidades políticas y las que han podido
derivarse o han tenido como soporte las que como técnicos de la
Comisión Nacional del Mercado de Valores ustedes pudieran tener
también en función de órdenes superiores o que por cualquier otra
circunstancia se hayan visto inmersos en estos expedientes.

Hay otras cuestiones también importantes en este expediente. Cuando
habla de la transparencia del grupo y supervisión prudencial, yo
creo, aunque es una opinión muy particular, no soy experto en esto,
que debía haber incluido algún informe relativo a los riesgos de este
grupo. Cuando habla de los órganos de gestión dice que, en lo que se
refiere a la nueva composición del consejo de administración, el
futuro nombramiento de don Juan Manuel Pichel, en representación de
la fundación ONCE, como consejero-delegado de la agencia y la
modificación de la estructura del órgano de gestión de Gescartera
Holding, que pasará de administrador único a consejo de
administración con copresidencia compartida, con un ejecutivo de la
Fundación ONCE, unido a la prevista contratación laboral de personal



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cualificado de la fundación en la sede de administración y gestión
financiera, reforzará la estructura organizativa y de gestión de la
compañía. Previamente, ustedes habían dicho que la estructura
accionarial incluye una participación del 25 por ciento de la
Fundación ONCE en Gescartera Holding Sociedad Limitada y del 10 por
ciento en la futura agencia. Ustedes aprueban este expediente, lo
firma usted, lo firma un letrado. Por cierto, ¿me puede decir qué
letrado es el que lo firma, si se acuerda?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Sí, me acuerdo. Javier Rodríguez Pellitero.




El señor CUEVAS DELGADO: Bien, muchas gracias.




Esto lo envían primero al consejo consultivo, del consejo consultivo,
como no hay ninguna modificación, lo envían al Ministerio de
Economía, y el Ministerio de Economía hace una resolución y se la
comunica a la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Creo que
usted, cuando tiene conocimiento de esto -si me equivoco me lo dice,
porque no tengo aquí el documento y estoy hablando de memoria-, una
vez que se produce esto, le manda una carta al señor Camacho,
comunicándole que esto se había producido.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Correcto.




El señor CUEVAS DELGADO: Pero el señor Camacho ya no estaba en el
consejo ni en ningún sitio. Usted se lo tenía que haber comunicado al
nuevo consejo, ¿no? ¿Qué pintaba aquí ya el señor Camacho?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Creo que el señor Camacho era el consejero
delegado.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Sí. ¿Por qué no?



El señor CUEVAS DELGADO: Porque ustedes ponen unas condiciones que
tienen que cumplirse y el Ministerio de Economía dice que se han
cumplido. Se lo leo: considerando que no concurre ninguna de las
causas de negación previstas en el artículo 67 de la citada ley. Dice
que se han cumplido los considerandos. O sea, que aquí se tiene que
haber producido ya la modificación del consejo, la cual usted relata
muy bien, y el señor Camacho en ese momento no debería ser consejero
de esta sociedad, porque es que si no alguien no está diciendo la
verdad.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Yo no redacto la orden ministerial y no sé
el alcance de ese considerando, que supongo que es estándar. Creo
recordar que en los cientos de autorizaciones que como esta yo he
tramitado -y cuando digo cientos no exagero nada- lo pone no en estos
términos, puesto que el artículo 67 es de la nueva ley, pero sí de
forma parecida. Lo que está
claro es que el señor Camacho es consejero delegado hasta que dimita,
y debe dimitir antes de que se produzca la inscripción. Porque lo que
estamos autorizando es un proyecto en el que hay muchas cosas que
pueden cambiar: el objeto social, el nombre, el programa de
actividades, el capital, los estatutos, el domicilio y el
accionariado.




El señor CUEVAS DELGADO: Cuando esto se aprueba, ya no es un proyecto
y no se puede cambiar nada. La orden ministerial dice taxativamente
que este ministerio, a propuesta de la Comisión Nacional del Mercado
de Valores, ha resuelto autorizar la transformación de la sociedad
gestora de cartera a que se refiere la solicitud en agencia de
valores, bajo el supuesto del estricto cumplimiento de las
declaraciones sobre los requisitos exigidos contenidas en la misma y
en particular de las relativas a... Luego, se tiene que cumplir lo
que aquí dice a continuación y lo que usted refleja aquí.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Claro que se tiene que cumplir, pero no se
cumple en ese momento.




El señor CUEVAS DELGADO: ¿No se cumple en ese momento?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Claro que no.




El señor CUEVAS DELGADO: Pero tampoco se cumple en ningún momento.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Sí.




El señor CUEVAS DELGADO: ¿Cuándo se cumple?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Se tiene que cumplir en el momento de la
inscripción.




El señor CUEVAS DELGADO: En ese momento no se cumple.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Eso ya no se lo puedo decir, puesto que yo
abandoné la comisión. Me parece que el papel al que usted se refiere,
que tiene fecha de 14 de septiembre, es el último que firmé en la
misma. Luego dejé de firmar y unos días más tarde me fui.




El señor CUEVAS DELGADO: Hay un papel que tiene fecha de 14 de
septiembre, efectivamente, pero se refiere a otra cosa. El 13 de
septiembre es cuando se aprueba...




El señor MARTÍNEZ PARDO: Sí, el 14 de septiembre es la fecha del
registro de salida.




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El señor CUEVAS DELGADO: Bien, pues con fecha 14 de septiembre,
además de ser la correspondiente al registro de salida, hay un
documento que se ha esgrimido aquí anteriormente como el plan de
trabajo de la nueva Gescartera, pero eso es otra historia y no tiene
nada que ver.




El señor MARTÍNEZ PARDO: No sé a qué se refiere. Lo siento.




El señor CUEVAS DELGADO: O sea, que usted pone aquí unas condiciones
determinadas que no negocia ni con la Fundación ONCE ni con
Gescartera, esto es, con el señor Camacho.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Son las que él me dice.




El señor CUEVAS DELGADO: Son las que él le dice. Y tampoco le dice
nadie que esto hay que autorizarlo, sino que usted, a la vista de
todo ello, solo y sin ninguna circunstancia que lo obligue, decide
que Gescartera puede ser autorizada como agencia de valores, ¿no?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Sí, si lo quiere decir así. Desde luego, no
negocio nada con el señor Camacho ni con la ONCE ni nadie me impone
nada y yo solamente firmo la propuesta de autorización -yo no
autorizo nada; usted ha dicho varias veces que aprobamos y yo no
apruebo nada, sino que lo hacen los consejeros de la comisión- el día
en el que tengo conocimiento de que el expediente no contempla
ninguna de las causas que a mí me hubieran hecho valorar la falta de
idoneidad del accionista, entre otras cosas, y simultáneamente
obtengo el visto bueno de la división de supervisión.




El señor CUEVAS DELGADO: Ya lo ha dicho usted dos veces, y ahora se
lo voy a decir yo. Los consejeros que han venido hasta aquí y han
comparecido en esta Comisión todos han dicho que ellos siempre se han
fiado de los técnicos, o sea, que nunca han tomado una decisión que
no fuera la que los técnicos les proponían, hasta tal punto que la
discusión fundamental en esta Comisión ha sido si en el famoso
consejo del día 16 se propuso o no la intervención. Fíjese hasta
donde se fían los consejeros de lo que le proponen los técnicos.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Sí. Cada uno tiene que asumir sus
responsabilidades. Yo me responsabilizo absolutamente del papel que
he firmado, a pesar de que lleva otra firma junto a la mía y que
además lleva la colaboración de una división entera o, por lo menos,
de una sección de la división que se ocupaba de tramitar ese
expediente. Yo asumo la mía. Ese papel esta escrito por mí y esta
hecho con toda conciencia, por lo que asumo la responsabilidad. El
consejo tiene que asumir la suya. Le diré una cosa, lo que aprueba el
consejo es
lo que dice este papel. Por tanto, si algo he hecho mal -que yo no lo
creo y si me dan la oportunidad lo defenderé todas las veces que me
pregunten sobre ello- la responsabilidad es mía. El consejo se ha
basado en este papel. Lo que haya ocurrido después de este papel es
responsabilidad del consejo o del que haya tomado las decisiones
posteriores. Hasta el día en que firmé este papel, que creo que es el
mismo día del consejo, 13 de julio, y de su contenido respondo
totalmente sin ningún matiz.




El señor CUEVAS DELGADO: El problema es que en todo este asunto de
Gescartera y la Comisión Nacional del Mercado de Valores se da una
serie de circunstancias que hacen que no sea posible evaluar esta
situación a la luz de un solo expediente, porque están cruzados, se
solapan, hay demasiadas intervenciones y al final, lo que sí tenemos
que valorar es el resultado. Usted a raíz de este expediente deja la
Comisión Nacional del Mercado de Valores ¿le puedo preguntar la
razón?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Sí. Yo llevaba 11 años y medio trabajando en
la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Salir de la Comisión
Nacional del Mercado de Valores es difícil. Yo tenía un currículum...




El señor CUEVAS DELGADO: ¿Salir es difícil?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Salir.




El señor CUEVAS DELGADO: ¡Ah, salir!



El señor MARTÍNEZ PARDO: Es difícil. No hay muchas oportunidades,
créame. Durante 11 años he estado receptivo a recibir ofertas de
trabajo y no es que haya recibido muchas, algunas sí, pero no es
fácil. Salir es difícil y desde luego más en mitad de un mandato del
presidente. Siempre había presiones para convencerme de que me
quedase hasta el vencimiento del mandato y, si me hubiera quedado al
inicio del mandato de doña Pilar Valiente, también me hubiera dicho
no me dejes ahora que acabo de ser nombrada. El momento oportuno era
el momento en el que yo me fui. Estuve 11 años y medio, probablemente
me hubiera gustado haberme ido antes, no tuve más oportunidades y en
esa fecha la tuve. La oportunidad era buena y el momento también era
estupendo, porque coincidía con el mandato del anterior presidente y
por eso me fui.




El señor CUEVAS DELGADO: Se lo he preguntado, porque con ocasión del
expediente de Gescartera ha habido muchas vacantes en la Comisión
Nacional del Mercado de Valores. En el año 1996 el señor Ruiz de la
Serna y el señor Alcaraz se fueron a Gescartera, luego ha habido otra
salida. Al final se fue usted, se fue el señor Ureba, se fue el señor
-que era el jefe del gabinete del señor Ramallo- (Un señor diputado:
El señor Ramírez.) Ramírez efectivamente; se fue el



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señor Renovales, que fue como jefe de gabinete del señor ministro de
Economía, usted que se ha ido a una importante firma de valores como
es Beta Capital, que anteriormente fue por lo menos en una parte
importante propiedad del señor Alierta, que ahora está en Telefónica,
donde se ha ido el señor Ureba. Usted podrá decir que son
casualidades y quizás alguien también. Como yo decía en esta misma
Comisión hace unos días, son casualidades en las que ha pasado una
cosa muy curiosa. Todas las personas que han estado en la Comisión
Nacional del Mercado de Valores, que por alguna u otra circunstancia
han estado a favor de aprobar un expediente, de no sancionar
debidamente, o de pasar la mano a determinadas cosas o de creerse
determinadas cuestiones que no se las puede creer nadie, como
determinados talones sin fondos, etcétera... Algún compareciente que le
ha precedido estaba dispuesto a jurar gratitud eterna por estar en la
Comisión Nacional del Mercado de Valores. Todo esto ha abierto huecos
y ha dejado huecos en dos direcciones: los que querían hacer una
inspección rigurosa y no estaban dispuestos a que cualquier cosa
fuera creíble de Camacho y de Gescartera -tiene su relevancia por lo
que luego ha ocurrido- y se han ido, están fuera de la Comisión
Nacional del Mercado de Valores en circunstancias normales; y los que
han hecho lo contrario, justo al finalizar ese trabajo han accedido a
un escalón superior. Evidentemente su posición ahora mismo en Beta
Capital es mucho más importante desde todos los puntos de vista que
la que tenía en la Comisión Nacional del Mercado de Valores,
exactamente lo mismo pasa con el señor Ureba, con el señor Renovales,
con el señor Roldán, etcétera. Tan sólo ha habido un parón, que ha
sido que estalló Gescartera; si no hubiera sido así, estoy convencido
de que esto hubiera seguido hacia arriba. De hecho la consejera doña
Pilar Valiente fue ascendida a presidenta de la Comisión Nacional del
Mercado de Valores, etcétera.

Termino -no sé si me queda alguna pregunta que quizás tenga ocasión
de hacérsela en el siguiente turno, si hay ocasión y lo considero
relevante-: flaco favor le han hecho ustedes con lo poco rigurosos
que han sido en la tramitación de estos expedientes, especialmente en
lo que respecta a usted con este expediente. Espero que lo que aquí
es simplemente una cuestión de tener que explicar ante una comisión
que quiere recabar cuáles son las responsabilidades políticas de por
qué se ha hecho esto así no tenga otras consideraciones en otro
sitio, donde evidentemente tendrá que saberse la luz de por qué
tantos expedientes concatenados y tantas circunstancias cruzadas,
incluidos los regalos, los dietarios y las idas y venidas, han
llevado a la situación en la que Gescartera ha explotado y ha dejado
a muchos inversores sin su dinero.

El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència
i Unió), tiene la palabra el señor Jané i Guasch.




El señor JANÉ I GUASCH: Señor Martínez Pardo, buenas tardes.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Buenas tardes.




El señor JANÉ I GUASCH: Le agradecemos su comparecencia.

Después de la intervención del portavoz anterior, a mi grupo
parlamentario le queda algún aspecto que me gustaría compartir con
usted y que, si fuera posible, nos aclarara; es relativo a la
propuesta de resolución al consejo, firmada con fecha 6 de julio por
usted y por el letrado, Rodríguez Pellitero, que incluye una serie de
requisitos para Gescartera. Son unos requisitos que, por lo que
respecta a la participación que debe tener la ONCE en el 25 por
ciento de la nueva S.A. Gescartera Holding, parece exigirse al tiempo
de la transformación -pone usted en la propuesta-, como si hubiera
unos requisitos para la transformación, pero después en paralelo a la
transformación, al tiempo de la misma, hubiese otro requisito que
cumplir con relación a lo que sería Gescartera Holding S.A. Señor
Martínez Pardo, ¿cómo interpreta en su propuesta este término al
tiempo? ¿Qué significaba?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Al tiempo significa a la vez,
simultáneamente. Estamos hablando de dos compañías distintas. Una es
una sociedad gestora de carteras que se transforma en agencia de
valores, lo que requiere una escritura en el notario y
simultáneamente hay que hacer otra escritura en el notario; es
transformar una S.L. en una S.A. y cambiar su consejo.




El señor JANÉ I GUASCH: El alcance de esta simultaneidad comporta que
si no se hace una escritura no puede hacerse la otra o que se deben
hacer las dos a la vez. ¿Qué alcance le damos a ese proceso
simultáneo? Estoy de acuerdo en que son dos entidades jurídicas
distintas y las dos van a ser objeto de una mutación: una va a
elevarse a agencia de valores, y se le exige que en su accionariado
participe la ONCE en un 10 por ciento, y la otra se convierte de S.L.

en S.A., y se le exige que en su accionariado la ONCE esté en un 25
por ciento. Es un proceso que no puede darse a la vez, porque uno es
para una entidad y otro para otra, pero sí de forma simultánea, como
usted nos ha dicho. Si una de las dos no se produce, ¿a su juicio
tiene efectos sobre la otra?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Sí.




El señor JANÉ I GUASCH: ¿Qué efectos?



El señor MARTÍNEZ PARDO: La no inscripción.




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El señor JANÉ I GUASCH: ¿Sólo podía inscribirse si se había realizado
también la transformación de Gescartera Holding a S.A. y con la
participación de la ONCE en un 25 por ciento? ¿Sin eso no podía
inscribirse según su criterio?



El señor MARTÍNEZ PARDO: La respuesta que le puedo dar es exactamente
en qué pensaba yo cuando firmé esto y qué es lo que, según mi
opinión, se trasluce de los papeles que se incluyen en el expediente.

La respuesta es la que le he dado: De la sociedad Gescartera Holding
la ONCE tenía que tener un accionariado de un 25 por ciento y el 75
por ciento era de la familia Camacho, y esto se tenía que producir
simultáneamente.




El señor JANÉ I GUASCH: Por tanto, ¿se hizo mal la inscripción según
su criterio?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Yo no tengo datos suficientes. No sé si hay
más elementos de juicio. Con los datos que yo barajé hasta el día 6
de julio cuando hice la propuesta, incluso si me apura hasta el día
14 de septiembre que di traslado de la orden ministerial y que me
aparté completamente incluso de las comunicaciones, no se debería
haber hecho la inscripción, pero desconozco si hay más datos, si ha
habido más reuniones, nuevas propuestas, más compromisos u otro tipo
de acuerdos.




El señor JANÉ I GUASCH: Otro aspecto que le quería comentar, señor
Martínez Pardo, es una correspondencia que usted desde su condición
de director de la división de fomento recibía forzosamente por parte
de Gescartera en todo este proceso. Hay dos cartas que le dirige el
señor Camacho a usted y que me han llamado la atención porque
corrigen esa simultaneidad, y no sé si recibieron por parte de su
división de fomento alguna respuesta o no. Una carta es de 3 de julio
de 2000 y la otra de 7 de julio de 2000. Son cartas del señor Camacho
dirigidas a usted y le explico en qué me han llamado la atención.

Dice el señor Camacho: Recibida la preceptiva autorización e
inscripción de la agencia de valores, en adelante AV, la cabecera del
grupo Gescartera Holding S.L. se transformará en sociedad anónima.

Acompañando a esta se procederá a realizar las actuaciones a
mencionar: transmisión del 25 por ciento del capital del Holding a la
Fundación ONCE. ¿Qué me llama la atención? Me llama la atención el
iter de esta carta. Nos dice: Recibida la preceptiva autorización
e inscripción -por tanto una vez inscrita- la cabecera del grupo se
transformará en sociedad anónima. Gescartera Holding se transformará,
pero una vez inscrita. Esto entraría en contradicción con lo que
usted ahora nos afirmaba de que no podía inscribirse sin
simultáneamente haber hecho esta otra aportación. Esto es lo que me
ha llamado la atención de la carta de 3 de julio, al igual que la
carta que le dirige el señor Camacho el 7 de julio. En ella el señor
Camacho explica
diversas fases. Pone: Hasta la autorización para la transformación,
ninguna actuación; desde la autorización de transformación hasta la
inscripción, entonces pone que debe venderse a la ONCE un 10 por
ciento -que no fue una venta, parecer ser que fue una donación, pero
aquí pone venta- y, desde la inscripción en el pertinente registro
administrativo de la CNMV como agencia hasta el 31 de diciembre de
2000, es cuando debe producirse según el señor Camacho esa venta a la
ONCE del 25 por ciento de Gescartera Holding. El señor Camacho de
alguna forma le traslada un calendario y le dice: Hasta la
autorización haremos esto; una vez inscrito haremos esto y desde la
inscripción hasta (una fecha que no cumplió) 31 de diciembre de 2000
se da una fecha para escenificar que esa venta a la ONCE de ese 25
por ciento de Gescartera Holding se producirá en un momento
posterior.

Señor Martínez Pardo, me gustaría que nos valorara esta
correspondencia, que no tiene ningún valor oficial porque es una
apreciación que no hace la CNMV, que no hace usted, sino que es el
señor Camacho quien le dirige una carta. ¿No le llamó la atención
este iter que parece algo distinto del contenido en la propia
propuesta, tal y como usted nos ha explicado?



El señor MARTÍNEZ PARDO: La carta del 3 de julio es confusa, como
confusa es la mente del señor Camacho, porque llegar a estas cartas
no se crea usted que es un proceso sencillo. Yo lo que pretendía -y
probablemente estas cartas las mandó a requerimiento verbal mío- era
dejar claro lo que tenía que hacer, para que lo supiera él y lo
supiéramos todos y constara en los registros. Él habla de la
preceptiva autorización de inscripción, pero no dice de qué
inscripción. Yo le puedo decir que se refiere a la inscripción en el
Registro Mercantil, no a la inscripción en el registro de la CNMV,
que es previo. Además, la Ley lo dice muy claro: Obtenida la
autorización, se dirige usted al Registro Mercantil. Obtenido el
registro mercantil de la compañía, se dirige a la CNMV. Por lo tanto,
si vamos a la letra...




El señor JANÉ I GUASCH: Esta podría ser una explicación.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Eso es lo que explica lo que yo acordé con
él o lo que yo le exigí, por hablar con propiedad. Porque en toda
esta discusión que a veces aparece como negociación -entre comillas-,
no olvidemos nunca que la sartén por la mango y el mango lo teníamos
nosotros, en este caso yo.




El señor JANÉ I GUASCH: Señor Martínez Pardo, lo que pasa es que esta
explicación sí que queda rota con la carta del 7 de julio...




El señor MARTÍNEZ PARDO: Sí, pero es que no me ha dejado terminar...




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El señor JANÉ I GUASCH: Allí sí que hace referencia al registro de la
Comisión.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Claro, por eso hay otra carta del 10 de
julio, que tengo aquí, que dice: Ruego se sirva anular el documento
del 7 de julio. Porque era absolutamente insatisfactorio y le dije:
Ni hablar, esto lo retiras inmediatamente, y me envió esta carta
retirándolo. La tendrá usted también, está en el expediente que le
han mandado.




El señor JANÉ I GUASCH: ¿Por qué la retira, por el hecho de...




El señor MARTÍNEZ PARDO: Porque se lo pido yo. Le dije: Esto no es lo
que hemos acordado. Retíralo o, si no, esto lo saco del consejo, y me
lo retiró.




El señor JANÉ I GUASCH: Por lo tanto, lo acordado era la
simultaneidad.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Naturalmente. Y eso es lo que yo escribí y
firmé al tiempo de la transformación. Hay un lapso de tiempo porque
está la autorización, está la inscripción en el Registro Mercantil y
está la inscripción en la Comisión; eso pueden ser meses. Si miramos
todos los papeles, verá que hay otros, que dicen que la venta del 25
por ciento será antes del 30 de septiembre. Lo tengo yo aquí, la hoja
número 2 de la memoria lo dice, la hoja número 4 del manual de
procedimientos lo dice. Por lo tanto hay otros papeles, suyos,
firmados por ellos, que hablan del 30 de septiembre, también hablan
de diciembre de 2000. No han cumplido los plazos. Ni aun jugando con
esos dos meses que han ganado de más o un mes y medio, porque estamos
hablando ya de febrero (más de dos meses, porque el 30 de septiembre
era la venta del 25 por ciento), según sus papeles, se ha producido
el cumplimiento de lo que habíamos acordado. En esas condiciones (y
no sé si hay más datos, ya lo desconozco, no se me han facilitado, no
los he pedido y lo desconozco), yo no hubiera procedido a inscribir
la entidad en el registro. Si la han inscrito será porque hay otras
razones, no las sé.




El señor JANÉ I GUASCH: ¿Qué otras razones podría haber?



El señor MARTÍNEZ PARDO: No lo sé. Puede ser que hayan hablado con
ellos, que hayan llegado a un acuerdo o les hayan dicho: Hay unos
requisitos que tienen que cumplir. Les recuerdo que el incumplimiento
de los requisitos para conceder la autorización es causa de
revocación, artículo 73 de la Ley del mercado de valores. Por tanto,
la autorización dada no es irrevocable, se puede revocar porque no se
cumplen los requisitos de la autorización y también se puede revocar
por falsedad en las declaraciones que motivaron la autorización.

Por tanto, la autorización se puede revocar. Usted me
pregunta: ¿Qué se puede haber producido? No lo sé; se le puede haber
dicho oye esto no es lo que acordamos, te revocamos la autorización,
a no ser que te comprometas a hacer esto en 10 ó 15 días, o que lo
arregles, no lo sé. Eso es lo que yo hubiera hecho, tratar de
arreglarlo de alguna manera o si no revocarlo que siempre es una
situación extrema.




El señor JANÉ I GUASCH: Señor Martínez Pardo, quisiera formularle una
última pregunta que no le afecta a usted directamente, pero quizás su
criterio me puede ser de utilidad a mí y a otros miembros de esta
Comisión. ¿El hecho de que se eleve Gescartera a agencia ha permitido
un mayor control de la Comisión o le ha permitido eludir controles y
actuar con mayor libertad? Visto lo que ha pasado, y que finalmente
se ha intervenido Gescartera, cara al control sobre Gescartera ¿es
mejor que sea agencia de valores que una gestora de carteras o no? A
lo mejor elevándola a agencia de valores facilitamos un mayor control
y un mayor rigor sobre la misma y hemos podido en el mes de junio de
2001 intervenirla; es lo que no sé. Me gustaría conocer su criterio
sobre esto.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Yo he sido durante nueve años supervisor en
el sentido estricto de la palabra, en el sentido que lo era el señor
Vives que ha estado compareciendo aquí también, de sociedades de
agencias de valores, por tanto, digamos -entre comillas- que les
tengo un especial cariño. Nunca he sido supervisor de sociedades
gestoras de carteras. Esto se lo digo porque posiblemente mi
respuesta, que va a ser clara, esté motivada por algún sentimiento
visceral y no solamente racional. Le daré algunas razones objetivas.

Hay una ley, la 13/1992, que configura los grupos consolidables de
entidades de crédito de sociedades de agencias de valores y de
compañías de seguros, pero no habla de sociedades gestoras de
cartera. La consolidación, que es solamente obligatoria a partir del
año 92, fue un requisito imprescindible para sanear una situación que
desde el año 89 resultaba muy comprometida. La consolidación aporta
transparencia al grupo. De esta manera se sabe cuáles son los
verdaderos resultados del grupo y las operaciones intercompañías. La
consolidación impide el doble cómputo de recursos propios, porque si
uno con 100 millones constituye una sociedad, que constituye otra con
100 millones y constituye otra y no consolidan aparentemente el grupo
tiene 300 millones pero son los mismos. Mediante la consolidación
esto se elimina. Se elimina lo que técnicamente se llama el doble
cómputo de recursos propios. Mediante la consolidación al exigir ese
cumplimiento de recursos propios en forma consolidada a nivel de
grupo -por cierto que es excepcional para las sociedades de agencias
de valores que se exige el cumplimiento de recursospropios en base
individual y consolidada, en los



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bancos no es así y en otros países tampoco y la directiva no lo
exige, la ley sí- estamos evitando que se coloquen los riesgos en
sociedades no supervisadas. El intermediario, el operador siempre
tenderá a colocar las operaciones de riesgo en sociedades fuera del
control del supervisor. Esto ocurre hasta el año 92. La consolidación
permite consolidar los riesgos y dar un reporte consolidado de su
cumplimiento, por tanto era imprescindible. Esto que yo defiendo con
tanta vehemencia y que me parece que era imprescindible, no se
producía por la sociedad gestora de carteras. Por este primer motivo
-la sociedad gestora de cartera se transforma en agencia de valores y
se configura un grupo consolidable- era muy bueno y muy interesante
(no digo fundamental y primordial porque las gestoras de cartera
tienen otros elementos de supervisión que también podrían ser útiles)
que se configurara un grupo consolidable con obligación de reportar
trimestralmente el cumplimiento de recursos propios en base
consolidada. Además las agencias de valores tienen exigencia de
recursos propios, tienen un coeficiente de liquidez, tienen un límite
a grandes riesgos que las gestoras de cartera no tienen. El señor
Cuevas me parece que decía antes que echaba en falta en mi informe
hablar de los riesgos. Si hubiera hablado de los riesgos hubiera
hecho énfasis, me parece que lo digo, en que las sociedades de
agencias de valores tienen limitaciones a los grandes riesgos en la
misma medida que lo tienen los bancos con la misma normativa, las
sociedades gestoras de cartera no. Es posible invertir el dinero en
las sociedades gestoras de cartera con riesgos mientras que en las
agencias de valores esos riesgos están limitados.

El reporte de la sociedad de agencias de valores es mensual en base
individual y trimestral en base consolidada, más el reporte de
complemento de recursos propios que le decía. En las sociedades
gestoras de cartera el informe es semestral. Solamente hay un aspecto
en el que el reporte de las sociedades gestoras de cartera es
superior al de las agencias de valores, si bien semestral y es que
las sociedades de cartera informan de la cartera de valores en la que
han invertido los valores de sus clientes y esto no está previsto
para las agencia de valores. Probablemente haya que corregirlo. Las
sociedades gestoras de cartera al tener una actividad exclusiva en
gestión de carteras informa mucho del patrimonio gestionado. Las
agencias de valores, las sociedades de valores y los bancos, que
gestionan carteras no nos olvidemos, no tienen o tienen escaso
control por hablar con más cautela del supervisor sobre las carteras
gestionadas. Esa es la única ventaja. En todo lo demás
(consolidación, exigencias de recursos propios, límites a los grandes
riesgos, coeficiente de liquidez, reporte mensual frente al reporte
semestral, exigencia consolidada de cumplimiento de recursos propios)
es superior en el caso de sociedades de agencia de valores desde el
punto de vista del supervisor. Desde luego, yo siempre que podía y
con cautela porque era supervisor de agencia
de valores y no de gestoras de cartera trataba de vender la
bondad de las agencias de valores a los operadores frente a las de
las gestoras de cartera.

Por tanto, concluyo, desde el punto de vista del supervisor, era
mucho mejor para nosotros controlar una agencia de valores que una
gestora. Le diré más. Los delitos que ha cometido Gescartera,
corrijo, los presuntos delitos, para no calificarlos, que haya
cometido Gescartera los ha cometido como gestora de carteras no como
agencia de valores. Me parece que es irrelevante, salvo a sus efectos
políticos, a los efectos patrimoniales y de supervisión que la
sociedad se haya transformado de gestora de cartera en agencia de
valores. Es irrelevante, no ha hecho ninguna operación irregular como
agencia de valores. Lo único que ha hecho ha sido continuar con una
línea en la que estaba actuando como gestora de cartera, al parecer.

Le diré más, posiblemente haya podido ser intervenida la sociedad
porque no han sido capaces de mentir mensualmente y sí eran capaces
de mentir semestralmente.




El señor JANÉ I GUASCH: Por ese solo motivo, le agradezco muchísimo
esta concreta explicación que nos ha dado y el rigor de la misma. A
partir de que es inscrita y actúa como agencia de valores, aunque sea
por actuaciones de cuando era gestora, al final la intervención llega
al muy poco tiempo, a los muy pocos meses de actuar como agencia, que
casi ni llegó a actuar. De hecho es mucha la diferencia en la
supervisión con la exigencia de informar cada mes o cada seis meses.

Por tanto, le hago esta reflexión y le agradezco muchísimo la
explicación que nos ha dado, señor Martínez Pardo, porque le damos
mucho valor al hecho de haber premiado -entre comillas- a Gescartera
elevándola, pero de hecho al elevarla a agencia de valores quizá
estábamos facilitando la rápida intervención de la misma una vez que
se inscribió como agencia de valores. Si fuera así no fue ninguna
mala noticia elevarla porque ha permitido a la Comisión detectar lo
que ha sido una actuación irregular, presuntamente delictiva y que ha
llevado a cabo no como agencia, como gestora; pero al final se
interviene desde su condición de agencia y bajo la supervisión que se
realiza a las agencias ¿Es así?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Estoy convencido.




El señor JANÉ I GUASCH: No tengo más preguntas, señor Martínez Pardo,
y le quiero agradecer mucho el rigor y las explicaciones que nos ha
dado en esta comparecencia.




El señor PRESIDENTE: A continuación, tiene la palabra por el Grupo
Federal de Izquierda Unida sucomisionado, el diputado señor Alcaraz
Masats.




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El señor ALCARAZ MASATS: Señor Martínez Pardo, ¿se puede entender que
se eleva a agencias de valores sabiendo que se va a intervenir?



El señor MARTÍNEZ PARDO: No. Eso no es lo que yo he querido decir. Si
usted ha interpretado eso, podemos intentar aclararlo. Yo no he
querido decir eso.




El señor ALCARAZ MASATS: Se la eleva a agencias de valores para que
tenga mayor capacidad y mayor negocio.




El señor MARTÍNEZ PARDO: No. Lo que yo he querido decir es que
elevarla a agencias de valores no es malo desde el punto de vista del
supervisor y la mayor capacidad de negocio que tiene es muy
cuestionable. Si atendemos a su programa de actividades, la compañía
Gescartera dice que hará gestión de carteras -ya la hacía-; dice que
hará asesoramiento de empresas sobre estructura de capital -lo puede
hacer una gestora de carteras-; dice que haría asesoramiento sobre
inversión en varios instrumentos financieros...




El señor ALCARAZ MASATS: Pero entonces ¿por qué solicita varias veces
la transformación?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Hay una actividad que no puede hacer la
gestora de carteras, que es la recepción y transmisión de órdenes por
cuenta de terceros, la intermediación. Yo no sé por qué la solicita,
supongo que la solicita porque si está pensando en venderla se vende
mejor una agencia de valores que una gestora, supongo que la solicita
porque tiene más cachet una agencia de valores que una gestora, no
tengo ni idea por qué la solicita. Lo que le quiero decir es que,
desde el punto de vista estrictamente regulatorio y de supervisado,
no de supervisor...




El señor ALCARAZ MASATS: Es que se ha hecho aquí un silogismo que me
ha extrañado muchísimo, me ha escandalizado. Porque, efectivamente,
algunos de los que después han tenido consecuencias serias dicen que
en un momento determinado asciende -escojo el término- a agencia de
valores, y cómo iban a desconfiar. Además, el ascenso se produce en
función de una orden ministerial del Ministerio de Economía, ahí
tiene usted la explicación, máxime si en un momento determinado se
intenta vender Gescartera con la intermediación o la presentación del
señor Ramallo.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Lo siento, señoría, no le he entendido. Ha
dicho usted que cómo iban a desconfiar, eso ha dicho usted.




El señor ALCARAZ MASATS: Sí, sí, hay gente que aquí ha venido y ha
hecho declaraciones públicas diciendo que si ellos en un momento
determinado hubieran tenido desconfianza de Gescartera, en cuanto
saben que es ascendida a agencia de valores se sienten mucho más
seguros. Ahí tiene usted una de las razones por las cuales el señor
Camacho quiere que se ascienda a agencia de valores.




El señor MARTÍNEZ PARDO: ¿Para que esté más seguro el supervisor? Lo
siento no le sigo



El señor ALCARAZ MASATS: No, me refiero por ejemplo, a la Policía, a
la Armada, a la Guardia Civil, que en un momento determinado dicen:
si además ha sido ascendida por el Gobierno a agencia de valores. Ahí
tiene usted una de las posibles explicaciones.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Sí, puede ser.




El señor ALCARAZ MASATS: Es que si no se va a sacar la conclusión de
que aquí se la asciende con cierta astucia para en un momento
determinado, poco después, intervenirla; que no le interesaba
ascenderla, y por tanto no es importante el ascenso. De todas formas
le digo, señor Martínez Pardo, que aquí lo que estamos viendo es el
procedimiento a través del cual se le asciende, en un momento en el
que coinciden muchas cosas, a partir del famoso abril de 1999. Se
constituye la SICAV, bueno se constituye entre comillas porque nunca
en realidad se constituye; se reciben los certificados de La Caixa,
que después resultan falsos; se cambia la fecha del expediente; la
sanción de Gescartera pasa de muy grave a grave; se sobresee el
expediente de Ibarra por inexistencia de infracción muy grave; por
tanto y al final es la transformación y la inscripción. Eso ocurre en
el seno de todas estas realidades bondadosas y positivas respecto al
futuro de Gescartera. El problema es que a los cuatro meses de la
inscripción se tiene que intervenir y desaparecen 18.000 millones de
pesetas. Por tanto, yo ruego que se midan las cosas que se dicen
porque si no va a parecer que la intervención, gracias a Dios, se
produce por el ascenso de Gescartera a agencia de valores.

En todo caso, señor Martínez Pardo, usted eleva un informe, una
propuesta el 6 de julio del año 2000, propuesta de resolución -dice-
el primer folio, al consejo de la Comisión Nacional del Mercado de
Valores en relación con la autorización de transformación de
Gescartera Dinero, sociedad anónima, en agencia de valores. Ese
informe lo eleva usted al consejo de la Comisión Nacional del Mercado
de Valores, que lo aprueba en sus términos, tal y como aquí está
establecido, ¿qué proceso lleva, además de la aprobación por el
consejo de la Comisión Nacional del Mercado de Valores?



El señor MARTÍNEZ PARDO: A mí me gustaría que entendieran que la
autorización es un todo. Empieza el día que entra por registro un
documento serio, firmado, con la solicitud de tramitar el expediente,
sea el que sea. La ley establece unos plazos para la primera
respuesta, establece unos plazos para las inscripciones,



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que empiezan a contar el día en que se presenta. El siguiente hito es
la propuesta de elevar al ministro la autorización que se toma en
consejo de la comisión. En todo momento hablamos de un proyecto, por
eso le decía antes al señor Cuevas que no entendía bien su
interpretación, que, desde luego, no es la que se ha venido haciendo
durante los 12 años que yo he estado en la comisión. Yo no sé qué
conclusión saca él de la letra, pero no es lo que se ha venido
haciendo ni lo hemos entendido así nunca las personas que hemos
estado en la comisión. Los requisitos no se cumplen hasta el último
momento.

Decía que el segundo hito es la propuesta de la comisión de elevar al
ministro la autorización. El tercer hito es pasar por el comité
consultivo. Es preciso el informe del comité consultivo, que no tiene
necesariamente que ser favorable, es un informe consultivo nada más;
es preceptivo pero no es vinculante, no tiene que ser favorable,
aunque en este caso lo fue. El cuarto hito es la inscripción. Hasta
el último momento el expediente está vivo.

En mi opinión, el momento más importante, mejor dicho la hora de la
verdad es la hora de la inscripción, que es cuando se verifica que el
proyecto se ha cumplido, por extravagante que sea.




El señor ALCARAZ MASATS: A partir de la inscripción ya no hay
proyecto.




El señor MARTÍNEZ PARDO: A partir de la inscripción no hay proyecto;
el proyecto se materializa.




El señor ALCARAZ MASATS: Efectivamente. Ahí hay una contradicción con
el compareciente señor Basallote (El señor Martínez Pardo: Lo
siento.) que dice que la inscripción contempla la posibilidad de que
el proyecto siga adelante aunque no se hayan cumplimentado los
requisitos. Yo estoy más de acuerdo con lo que usted acaba de decir.

El 4 de agosto del año 2000 el señor presidente manda a la
ilustrísima señora directora general del Tesoro y Política Financiera
la documentación de Gescartera, en la que, al final del folio 7 de su
propuesta, se dice: Proponer al ministro de Economía y Hacienda la
autorización de la transformación de Gescartera Dinero en agencia de
valores. Eso se manda el 4 de agosto, en pleno verano, fíjese que
cosa más curiosa, y la orden ministerial es del 4 de septiembre,
justamente un mes después, también en pleno verano. Pienso que había
prisa por autorizarla.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Depende de cómo lo mire. El proyecto entró
en marzo.




El señor ALCARAZ MASATS: Digo desde que el proyecto entra en el
ministerio hasta que se autoriza. Es pleno mes de verano, agosto, y
el 4 de septiembre se autoriza, por tanto, había muchísima prisa. ¿O
hay nocturnidad y estivalidad? (El señor Martínez Pardo: No lo sé.)
Es extraño que entrando el 4 de agosto se apruebe el 4 de septiembre.

¿No es extraño? Dígame la verdad.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Creo que se aprueba el 1 de septiembre.




El señor ALCARAZ MASATS: Todavía me lo pone peor.




El señor MARTÍNEZ PARDO: No sé si es extraño; el 1 de septiembre es,
creo yo, la primera firma que se produce después del verano. No lo
tengo delante, pero ...




El señor ALCARAZ MASATS: Efectivamente, fecha 1.º de septiembre. Es
que he mirado el escrito que manda la Comisión Nacional del Mercado
de Valores, que es del 4, pero efectivamente la adopción por el
ministerio de la orden es del 1.º de septiembre. O sea, todo el
procedimiento de autorización en pleno mes de agosto.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Entiendo que puede sacar esa conclusión,
pero le diré una cosa: habitualmente y he oído las últimas
intervenciones del compareciente anterior; decía que tenía 3.000
expedientes acumulados y que tuvo que hacer un plan de choque, pero
habitualmente los retrasos no se producían en el ministerio. El
ministerio siempre ha sido muy diligente en la tramitación de los
expedientes, de todos.




El señor ALCARAZ MASATS: Incluso durante el mes de agosto.




El señor MARTÍNEZ PARDO: No, durante el mes de agosto hay
delegaciones de firma y se firmaban cosas muy urgentes. Esto no se ha
firmado y por tanto yo le podía devolver el argumento, cosa que no
voy a hacer porque la verdad que no es de mi incumbencia. Pero le
podría decir que no era urgente porque no se utilizó la delegación de
firma por parte del director general del Tesoro, que me parece que la
solía tener también para firmar algunas cosas en el mes de agosto,
o persona que estuviera al cargo en la Dirección General del Tesoro. Lo
que podría yo suponer, sin buscar dobles intencionalidades a la
actuación del ministerio, es que se acumularan expedientes en el mes
de agosto y el primer día despacharan los que estaban pendientes.




El señor ALCARAZ MASATS: ¿En un expediente tan delicado como este?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Le doy un dato objetivo, sin juicio de
valor. Habitualmente el ministerio no acumulaba retrasos; acumulaba
yo más retrasos dando traslado de las notificaciones o mandándolos al
ministerio que lo que el ministerio tardaba en devolvérmelos.




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El señor ALCARAZ MASATS: Pero sepa usted que la transformación en
agencia de valores es un tema muy delicado (el señor Martínez Pardo:
Sí.), estrictamente regulado, y sólo dos sociedades de cartera han
pasado a agencia de valores estando previamente sancionadas, y una de
ellas es Gescartera. Por tanto, permítame que le diga mi impresión:
que se apruebe entre el 4 de agosto y el 1.º de septiembre a mí me
extraña muchísimo. Incluso se podría pedir una estadística de
cuestiones similares aprobadas durante el mes de agosto; creo que me
daría la razón esta estadística, y si hay tiempo en esta Comisión la
vamos a solicitar.

En todo caso, en la propuesta que se aprueba usted introduce una
serie de condiciones ya muy citadas a lo largo de esta tarde, y
fíjese cómo se redacta la orden ministerial que autoriza la
transformación, de la que le voy a leer algunos párrafos: Este
ministerio, a propuesta de la Comisión Nacional del Mercado de
Valores, ha resuelto autorizar la transformación de la sociedad
gestora de cartera a que se refiere la solicitud, en agencia de
valores bajo el supuesto del estricto cumplimiento de las
declaraciones sobre los requisitos exigidos contenidos en la misma, y
en particular... -fíjese que esto no es, como usted ha dicho, una
redacción estándar-. (El señor Martínez Pardo hace signos
afirmativos.) No, no puede ser una redacción estándar.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Contesto: creo que sí lo es.




El señor ALCARAZ MASATS: ¿Quién elige la condición particular?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Habitualmente, las autorizaciones llevaban
siempre la cita de tres requisitos, todas y creo no equivocarme:
primero, denominación social; segundo, capital; tercero, domicilio.

Por tanto, creo que este párrafo es estándar. Lo ha podido cambiar el
jefe de gabinete de turno o el director general de turno, pero la
idea es esta.




El señor ALCARAZ MASATS: Esas tres se cumplen claramente. La cuarta
es la adicional. La cuarta también se cumple.




El señor MARTÍNEZ PARDO: ¿Pregunta si se cumple la inscripción?



El señor ALCARAZ MASATS: Antes de la inscripción. Todo esto que viene
aquí se cumple, pero yo le quería llamar la atención sobre el hecho
de que aunque sean estándar las tres o cuatro primeras condiciones,
sin embargo introduce una condición que ha elegido alguien. La elige
el ministerio y dice: Esta autorización -fíjese en la redacción- de
transformación queda condicionada a que en el momento del
otorgamiento de la escritura de transformación se perfeccione la
entrada en el capital de la nueva sociedad, con un 10 por ciento
del mismo de la Fundación ONCE, tal y como se describe en la memoria
que acompaña a la solicitud. Elige una sola condición, fuera de las
que son condiciones estándar, y dice que la autorización queda
condicionada a esta única condición. Si consideramos que en un
momento determinado dice que tiene que haber estricto cumplimiento de
todos los requisitos, pero después reduce el foco totalmente y dice
que es una sola la condición, lo que hace el señor Basallote al final
es seguir la orden ministerial una vez superado el escollo de la
carta que habla del 25 por ciento. Es decir, el ministerio reduce
realmente en el espíritu de la orden ministerial -no hablo desde el
punto de vista jurídico-, desde el punto de vista político reduce las
condiciones al 10 por ciento de la ONCE, y eso es lo que el señor
Basallote lleva a efecto.




El señor MARTÍNEZ PARDO: El espíritu de la orden y del redactor de
este texto no lo conozco, lo que le puedo decir es la práctica
habitual, qué es lo que yo pretendía, qué es lo que yo hubiera hecho
si hubiera estado allí y cómo leo yo esta orden ministerial. Nosotros
teníamos siempre instrucciones concretas del ministerio, de no
inscribir nada que no se ajustase a los términos del proyecto, y
esto, que en el caso de sociedades y agencias de valores no es muy
claro porque el expediente es más largo, más difuso, más complejo, en
expedientes muy reglados como son los fondos de inversión o las
sociedades de inversión mobiliarias (SIM y SINCAV) era patente. La
autorización es muy simple: Autorizo el fondo de inversión no sé qué
con un patrimonio de no sé cuántos y con un depositario y un gestor
equis. Existía un proyecto que es lo que se tramitaba, proyecto que
ni siquiera estaba contemplado en la ley, o sea no era un proyecto
reglado, la ley no mencionaba que tenía que haber un proyecto, pero
lo había.




El señor ALCARAZ MASATS: A propuesta de la CNMV.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Sí.




El señor ALCARAZ MASATS: Es el proyecto que configuran como propuesta
de la CNMV. Eso sí es obligatorio.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Sí. Pero ni siquiera eso, porque
inicialmente los expedientes de inversión colectiva -no viene al caso
ahora y no quiero profundizar en ello, creo que no les es de
utilidad- se tramitaban en el ministerio directamente, era el que nos
los mandaba para que los informásemos. Luego se modificó la ley y
ponía: A propuesta. Lo que le quiero decir es que teníamos la idea
clara y taxativa de que había que inscribir aquello que contemplaba
el proyecto, por ejemplo consejeros. Imagínese usted que el día 3 se
autorizaba cinco consejeros, que venía la inscripción el



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día 9 y entre medias se había muerto un consejero; pues no valía el
expediente, había que rectificarlo.




El señor ALCARAZ MASATS: Sí, pero no es este el caso.




El señor MARTÍNEZ PARDO: No, no es el caso; no sé si viene al caso mi
explicación, pero creo que sí. Lo que le quiero decir es que debíamos
inscribir estrictamente las autorizaciones; y segundo, le quiero
decir que la autorización no detallaba nada.




El señor ALCARAZ MASATS: Sí, pero vea la estructura semántica de esta
orden ministerial, que parece que hay dos manos en principio, o dos
concepciones y dos lenguajes. Porque si en la CNMV cogen el párrafo
donde dice: Bajo el supuesto del estricto cumplimiento de las
declaraciones sobre los requisitos exigidos contenidos en la misma,
su propuesta convertida en propuesta de la CNMV, no pueden inscribir
Gescartera. Si cogen este párrafo.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Perdón, ¿cuál es el párrafo?



El señor ALCARAZ MASATS: El párrafo antepenúltimo, donde empieza:
Este Ministerio... Es el párrafo antepenúltimo del primer folio: Este
Ministerio, a propuesta de la Comisión Nacional del Mercado de
Valores ha resuelto autorizar la transformación tal, tal, tal, tal,
bajo el supuesto del estricto cumplimiento de las declaraciones. Que
son todas las que usted ha puesto en la propuesta, ¿verdad?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Sí, sí.




El señor ALCARAZ MASATS: Si cuando la CNMV recibe la orden
ministerial se acoge a este texto no puede inscribir; pero
inmediatamente leen en la CNMV: Y en particular... ya empieza a
relativizar la orden ministerial lo que ha dicho anteriormente: Dice
en particular, e introduce tres o cuatro que son estándares y luego
una con una redacción que elimina el requisito que contempla todas
las condiciones anteriores. Dice la última: Esta autorización de
transformación queda condicionada -singulares, ¿eh?- a que en el
momento del otorgamiento de la escritura de transformación se
perfeccione la entrada en el capital de la nueva sociedad con un 10
por ciento del mismo de la Fundación ONCE tal como se describe en la
memoria que acompaña a la solicitud. Absolutamente contradictorio.

Políticamente leído -luego, el juez que opine lo que deba opinar-;
pero políticamente leído el Ministerio reduce sustancialmente las
condiciones de la propuesta para autorizar Gescartera como agencia de
valores. De hecho, cuando vuelve la orden ministerial a la CNMV el
señor Basallote hace una lectura; pero alguien más hace otra y la
hace en función del último
párrafo: Solamente hay que tener en cuenta el capital, las medidas
estándar y el 10 por ciento del accionariado de la ONCE. Este es el
problema que tenemos: que desde el punto de vista semántico, de rigor
lingüístico o rigor jurídico es una orden ministerial impresentable.

Absolutamente impresentable. En todo caso, señor Pardo -porque
Gescartera tenía trato de favor, a mi juicio, esta es una opinión
mía-, lo lógico hubiera sido el párrafo primero; es decir, que se
cumplan todos los requisitos. ¿Al no cumplirse todos los requisitos
(25 por ciento, que pasaran incluso especialistas de la ONCE o si lo
del seguro, aunque es lo menos importante, y otras cosas), al no
cumplirse todos los requisitos -repito-, usted cree que se puede
inscribir?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Ya le he respondido y lo repito otra vez:
no. Pero con los datos que usted me ha dado: al no cumplirse los
requisitos, no sé ...




El señor ALCARAZ MASATS: Efectivamente, yo le he preguntado antes al
señor Basallote si entre la primera y la segunda carta ellos tienen
una entrevista en compañía del señor Villegas, si firman algún
compromiso, y no aparece ningún compromiso firmado.




El señor MARTÍNEZ PARDO: De todas maneras, si me permite que añada
una cosa a su intervención, se le ha olvidado subrayar, aunque sí lo
ha leído, que al final de la condición se dice: tal como se describe
en la memoria que acompaña a la solicitud. El accionariado del 10 por
ciento viene acompañado en la memoria de una participación indirecta
del 25 por ciento.




El señor ALCARAZ MASATS: Al tiempo.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Por tanto, además de la redacción de este
informe largo. Cuando hablaba de la memoria me refería también a
todos los papeles, porque el ministerio no sólo recibe este informe
de siete hojas al que usted se ha referido firmado por mí, sino que
recibe el dossier entero. Su interpretación es posible, la que ha
hecho el señor Basallote también, lo que yo pretendía al firmar ese
informe ya se lo he dicho y finalmente si hubiera recibido, aunque de
hecho lo recibí yo pero simplemente le di curso, hubiera tratado de
exprimir estas últimas palabras: tal como se describe en la memoria
que acompaña a la solicitud, porque la memoria es un todo con la
autorización.




El señor ALCARAZ MASATS: Pero la parte dispositiva son los siete
folios famosos.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Sí, sí.




El señor ALCARAZ MASATS: Esta es la parte dispositiva concreta,
directa y en la que figuran las condiciones y los requisitos de
manera absolutamente unívoca.




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El señor ALCARAZ MASATS: Sí.




El señor ALCARAZ MASATS: Por tanto, muchas gracias, señor Martínez
Pardo, pero estamos ante una situación bastante estrambótica en
función de la redacción de esa orden ministerial. Si se coge por un
lado, hay una supuesta prevaricación del ministerio y si se coge por
el otro hay una supuesta prevaricación de la CNMV. Veremos en qué
tejado queda la pelota.




El señor PRESIDENTE: A continuación tiene la palabra por el Grupo
Parlamentario Vasco (EAJ-PNV) su comisionado y portavoz señor Azpiazu
Uriarte.




El señor AZPIAZU URIARTE: Buenas tardes, señor Martínez Pardo. Creo
que su intervención ha sido muy interesante para nuestro grupo. Nos
ha aclarado bastantes cosas. Por tanto, se lo agradecemos. De todas
formas, quisiera hacer una serie de consideraciones o aclaraciones,
que ya no sé si es alguna obsesión personal, porque quizás el resto
de los comisionados lo tienen claro, pero yo no.

Antes ha estado a punto, yo creo, de decir quién le sugiere a usted
que la ONCE tome participación. Yo creo que no le han dejado explicar
o le han cortado. ¿Quién es el que le sugiere, porque usted, en
principio, exige a Gescartera que la ONCE o la Fundación ONCE tome
una participación mayoritaria, luego ese porcentaje va variando y al
final no sabemos si tiene participación o no, pero en principio quién
le sugiere a usted que la ONCE tome la participación o sería bueno
que la ONCE tomara una participación para cambiar el rumbo de
Gescartera?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Me parece que he levantado en S.S. unas
expectativas que voy a defraudar, porque no sé quién propuso lo de la
ONCE. Yo lo que quería decir, y supongo que es a lo que usted se
refiere, con la intervención no sé si del señor Cuevas o de otra de
S.S., es que el 12 de enero tengo una reunión con Camacho, presenta
por registro un escrito en el que aparece la ONCE con el 15 por
ciento. Esa es la primera noticia que yo tengo, es una noticia
escrita y también verbal, porque me reúno con el señor Camacho, según
mi agenda la víspera el día 11, a las seis y media de la tarde. A esa
hora ya está cerrado el registro y quizás esto explique que el papel
entre en el registro el día 12. No lo sé. De cualquier manera, es un
papel irrelevante, que lo único que viene a poner de manifiesto, y es
por lo que yo se lo menciono, es que por primera vez y por escrito en
el registro de la comisión el señor Camacho habla de la ONCE. Luego
se olvida y el 2 de marzo no lo menciona y es a requerimiento mío
cuando en una reunión el día 6 de marzo le pregunto en qué quedamos,
si es la ONCE o no, y cuando le insto a pensar en mayorías, a cambiar
el consejo, etcétera. De dónde saca él la idea de la ONCE no tengo ni
la más remota idea. A mí me viene dada por él.




El señor AZPIAZU URIARTE: O sea, que no sabe si es una idea del
propio Camacho o una sugerencia del Ministerio de Economía.




El señor MARTÍNEZ PARDO: No lo sé.




El señor AZPIAZU URIARTE: Puede ser cualquier cosa, ¿no?
Usted en principio le exige -es una forma de hablar- que tome una
participación mayoritaria la Fundación ONCE y luego celebran una
reunión con ellos y acuerdan otros porcentajes.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Digamos, si me deja matizarlo, que le pido
que considere la posibilidad de hacer esto, porque estamos hablando
de patrimonios personales y de su participación accionarial en la
sociedad. Por tanto, yo no le exijo que venda, por lo menos en ese
momento del expediente que hacía cuatro días que lo había presentado;
le pido que considere esta posibilidad.




El señor AZPIAZU URIARTE: Él dice que no.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Dice que no una semana después.




El señor AZPIAZU URIARTE: Y celebran una reunión en la que acuerdan
algo, otros porcentajes, otra forma de participación.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Otra vez más le matizo. No es que
acordásemos nada; él me dijo lo que me iba a presentar y yo, ante la
imposibilidad de que me presentase otra cosa, porque era su proyecto,
le dije que me lo pasase así y que ya vería si era posible tramitarlo
o no. El día 13 de marzo me reúno con él, no me contesta y le hago un
requerimiento por escrito en abril, al cual me responde el 10 de
mayo. O sea que hasta el 10 de mayo no recibo notificación escrita
del verdadero proyecto, del proyecto que finalmente se tramita y que
toma cuerpo.




El señor AZPIAZU URIARTE: ¿Usted no tenía la impresión de que
Gescartera o el señor Camacho estaban mareando la perdiz y de alguna
forma tomando el pelo a la Comisión Nacional del Mercado de Valores,
no sé si desde el año 1995 o desde 1999? ¿No tenía la impresión de
que eran ellos los que ponían las condiciones, los que de alguna
manera imponían, los que también engañaban? ¿No le parecía que de
alguna forma la CNMV trataba siempre de dar cobertura, de arreglar lo
de ellos? Incluso he oído decir a varios consejeros que, cuando
existió la posibilidad de darle la condición de agencia de valores,
puesto que apareció el famoso dinero, la SICAV y todas estas
historias que se han comentado aquí a lo largo de estos días,
respiraron tranquilos, como si se hubiesen quitado un peso de



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encima. Hombre, el peso se lo tenía que haber quitado Camacho, pero
que se lo quitaran los consejeros de la CNMV me resulta sorprendente.

¿Qué impresión tiene usted al respecto? ¿Por qué la CNMV tiene un
comportamiento tan dependiente de Gescartera?



El señor MARTÍNEZ PARDO: No quiero parecer presuntuoso, porque lo
primero que me sale es responderle que no, que no me ha tomado el
pelo.




El señor AZPIAZU URIARTE: No me refiero a nivel personal.




El señor MARTÍNEZ PARDO: No considero que a mí me haya tomado el
pelo, puesto que yo he tenido muy poca relación con él. He tramitado
dos expedientes de transformación, los cuales fueron denegados entre
comillas, retiraron la solicitud, y este último en relación con el
cual tramité lo que él me dijo. Le puse algunas condiciones y me
parece que en algún momento he dicho que negociamos ciertas cosas.

Pues bien, no es la palabra adecuada. Lo que concretamente yo hacía
en el transcurso de nuestras conversaciones era imponerle o pedirle
que considerara algunas modificaciones que me parecía eran necesarias
en ese momento del expediente de infracción. Nunca he pensado que me
hubiera tomado el pelo; ahora con los datos que tengo posiblemente
sí. Si yo hubiera sabido que hacía lo que hacía, ni siquiera le
habría recibido.




El señor AZPIAZU URIARTE: Pero si Gescartera hubiera hecho caso de
alguna de sus sugerencias, usted hubiera visto por parte de la misma
una buena disposición a colaborar o a cambiar un pasado que no era
nada bueno. Usted ha comentado antes que el señor Camacho tenía una
historia de ineptitud, por emplear un calificativo agradable para él.

Pues bien, yo creo que lo que ha sucedido desde el año 1995 (el tema
Bolsa Consulting, las multas impuestas desde entonces, todos los
pasos que ha dado el señor Camacho en este sentido y las relaciones
con la CNMV) podía haber hecho que la CNMV sospechase de Gescartera o
del señor Camacho en concreto. Yo creo que esto es así.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Yo no he dicho que la CNMV tuviera una
historia de ineptitud. Quizá la CNMV tendría una historia de ...




El señor AZPIAZU URIARTE: No, el señor Camacho.




El señor MARTÍNEZ PARDO: El señor Camacho, sí. ...de infractor o algo
así. Lo que he dicho es que mi apreciación personal de su capacidad
era bastante poco agraciada. Tenía una apreciación...

El señor AZPIAZU URIARTE: A lo que usted se refería es a una
ineptitud para gestionar Gescartera, pero por la manera de actuar.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Sí. Pero quiero decir que es mi apreciación
personal, no es la historia de la comisión.




El señor AZPIAZU URIARTE: Estas ineptitudes o estos antecedentes creo
que hay que tenerlos en cuenta a la hora de que ustedes consideren si
una agencia o una sociedad de cartera merece ser agencia de valores
o no. Creo que este tipo de cuestiones se deben considerar también por
parte de la CNMV, lógicamente.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Y lo consideramos.




El señor AZPIAZU URIARTE: A mí el otro día me decía un consejero, no
sé si era el señor Barberán o el señor Roldán -no lo recuerdo en este
momento-, que había que olvidarse de los antecedentes. Me decía que
a él le daba igual, entrando en la cuestión más ética, o que le
fastidiaba lo mismo cerrar una empresa pequeña de 40 trabajadores que
una grande. Ahí entramos en una pequeña disquisición, que no tiene
ningún sentido sobre lo que es más ético o menos. Lo que le decía era
que sí que había que tener en cuenta cuáles son los antecedentes de
alguien cuando se va a tomar una decisión sobre él. Lógicamente, a la
hora de considerar si Gescartera debe ser agencia de valores o no,
tienen que saber cuál ha sido todo el recorrido del señor Camacho.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Naturalmente. Yo diría que se han
considerado de forma absoluta. Me da cierto reparo defender el
proyecto de transformación, porque parece que hay grupos que se
alinean, que hay beneficiados y perjudicados, y parece que me han
colocado en un sitio o en una determinada dirección, por lo que me da
cierto reparo. No obstante, lo haré, porque creo que es mi
obligación. Los antecedentes son malos y S.S. no se puede olvidar de
que estamos hablando de un proyecto completamente distinto, en el que
hay un accionariado relativamente importante nuevo, con el 33 por
ciento, en el que el inepto -como he dicho antes y lo mantengo-
desaparece de la gestión, que además controlaba la holding como
administrador único (de nada me vale que no controle la filial si
controla la holding como administrador único), le pido que
desaparezca la administración única y que haya un consejo, aparece un
consejero delegado de la ONCE, aparece un nuevo presidente, el
director general desaparece del proyecto, por lo que el proyecto es
completamente distinto o por lo menos aspira a ser distinto. Digamos
que son los primeros pasos en la línea de aprobar un proyecto
distinto. Y, ¿por qué? Por los antecedentes. No sé lo que dijo el
señor Barberán, no sé las conclusiones que ha sacado S.S., lo que le
digo es que precisamente por los antecedentes se tramitó lo que se
tramitó.




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El señor AZPIAZU URIARTE: Creo que ha quedado claro cuales han sido
los requisitos que usted planteó al ministerio. El ministerio en el
mes de agosto dictó una orden ministerial, a finales de agosto o el
uno de septiembre, parece ser (según el señor Alcaraz y esta
interpretación creo que, desde el punto de vista político, también es
correcta) que rebajando de alguna manera las condiciones. Usted dice
que con la orden ministerial quizás hubiera exigido a Gescartera que
también hubiera cumplido lo del 25 por ciento, entre otras
condiciones, para inscribirlo.




El señor MARTÍNEZ PARDO: No tengo duda de eso.




El señor AZPIAZU URIARTE: En ese sentido, usted no tiene dudas.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Con los datos que tenía hasta esa fecha, con
estos papeles que tengo.




El señor AZPIAZU URIARTE: Con la orden ministerial tampoco tiene
dudas. El señor Basallote parece que sí. Y así parece que lo hizo.

¿Quién cree que pudo influir en la decisión del señor Basallote o
bien del propio ministerio?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Ni la más remota idea. No tengo ni la más
remota idea. Lo que le digo es que este párrafo que se introduce en
la orden ministerial, que pretende clarificar, lo que hace es
confundir. Aquí había dos posibilidades: la que yo manejé en algún
momento, que era hacer la propuesta de autorización condicionada al
10 por ciento y al 25 por ciento, como elementos fundamentales del
proyecto, porque era lo más importante. Lo otro también, pero eso se
puede dirigir al margen del proyecto, que se configure la S.A. en la
holding con un consejo de administración; también es muy importante,
pero la entrada de la ONCE era importante, porque se cambian los
pesos de las votaciones en las juntas generales y el poder del
accionista principal.

Había otra posibilidad, que era meter estas dos condiciones, a mi
juicio fundamentales, en la orden ministerial. Esto parece ser que no
era posible. Hay una segunda, que es la mejor, que es la que quedó,
la que yo firmé, que es simplemente proponer autorizar, porque
solamente con esas dos líneas que es: propongo informar
favorablemente la autorización, te deja las manos libres para aplicar
el proyecto en su totalidad. Incluso con la orden ministerial yo lo
hubiera aprobado, porque ese es el espíritu con el que se hizo el
informe y porque además me lo permite la letra porque habla de la
memoria que se acompaña a la solicitud. Estoy de acuerdo con usted en
que esto, probablemente, pretende ser una cautela por la cantidad de
condiciones que hay en el expediente. Pero estas siete páginas que yo
he firmado están llenas de requisitos y,
posiblemente, con buena intención los funcionarios del ministerio
pretendieron acotar un poco las condiciones y lo que han hecho ha
sido confundir más. Aun así, con esa confusión, yo no me hubiera
confundido.




El señor AZPIAZU URIARTE: De todas formas, los funcionarios no suelen
acotar, suelen reproducir, y suelen correr en este tipo de cosas
bastantes pocos riesgos.

Si no había tanta diferencia entre una sociedad de cartera y una
agencia de valores, ¿por qué había tanto empeño? Porque don Enrique
Giménez-Reyna estaba empeñado en el tema y hablaba con la señora
Valiente, doña Pilar Giménez-Reyna ni le cuento, parece que todo el
mundo estaba implicado, los consejeros, el Gobierno, o preocupado por
que esto fuera así. ¿Cuál era la ventaja, aparte de en vez de manejar
una cuenta por cliente manejar una cuenta ómnibus para poder
gestionar más fácil el dinero, para poder sacarlo de una cuenta a
otra? ¿Por qué esa preocupación? Parece un poco excesiva. Hay un
montón de elementos que todos parece que van en la misma dirección,
las actuaciones de la CNMV o de algunos miembros de la CNMV -no digo
la suya, me refiero a otros elementos de la CNMV-, personas del
Gobierno que están preocupadas por el asunto, ni qué decir
Gescartera, etcétera. Parece que hay un montón de, iba a decir
maniobras, pero digamos relaciones entre diferentes estamentos o
instituciones para que sea al final agencia de valores, cuando
tampoco parece que el valor añadido era tan grande, según lo que nos
ha comentado, salvo tener todo en una cuenta y si esto le facilitaba
sacar dinero de una cuenta a otra, no poco a poco, sino a paladas.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Ni siquiera eso.

Estaba seguro de que alguna de SS.SS. me iba a hacer esta pregunta y
he reflexionado sobre ello. La verdad es que no tengo la respuesta,
salvo la que le he dado al señor Alcaraz, que le han llevado a él a
concluir otra cosa distinta a la que yo pretendía sugerir. La agencia
de valores puede intermediar y Bolsa Consulting -creo recordar y
hablo de hace ocho años- fue perseguida y se le abrió un expediente
con sanción importante por hacer intermediación. La gestora de
carteras no puede intermediar. Por tanto podría decirle que durante
ocho años ha habido una actividad latente, encubierta o frustrada,
que no lo sé (si nos han engañado, latente y encubierta; si no lo han
hecho, frustrada), de intermediación. Gescartera tiene vocación de
intermediación, pero no tenía licencia para ser intermediaria.

Utilizaba la gestión de carteras para hacerlo y esto puede ser una
explicación.

He buscado explicación también en otra de las cosas que se ven en su
cuenta de resultados, y es que recibía retrocesiones de comisiones de
intermediarios. Esto ha estado durante mucho tiempo cuestionado en la
comisión y se pensaba que las gestoras de cartera no tenían



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derecho a recibir retrocesiones de comisiones. Se pensaba que denota
una actividad de intermediación aquel que realiza un plus en su
actividad eligiendo al intermediario adecuado, aglutinando órdenes,
empaquetando y haciendo bloques para operar en la bolsa y
transmitirla al intermediario bursátil y, por tanto, tendría derecho
a recibir retrocesiones. Pero esto solamente se admitía, según alguna
doctrina dentro de la comisión, concretamente la que defendíamos en
mi división, de las sociedades y agencias de valores, pero no se
admitía de las gestoras de cartera.

Tampoco esa explicación vale, porque una circular del año 2000 de la
comisión, la 2/2000, contempla esta posibilidad a cambio de
transparencia. Dice: Usted podrá recibir retrocesiones de los
intermediarios con los que opere, pero informe a los clientes, que
sepan que pagan cuatro pero que usted se queda con dos por la vía de
la vuelta. Por tanto, tampoco esta es la explicación.




Podía ser la que usted piensa, la de las cuentas ómnibus, que las
gestoras de carteras no las podían utilizar y las sociedades y
agencias de valores sí, pero tampoco es la explicación, porque ambos
pueden utilizar cuentas ómnibus. Está regulado en la circular 1/1998
y en la 2/2000, equiparando la actuación a través de cuentas ómnibus
para valores extranjeros de las sociedades gestoras de carteras o
sociedades o agencias de valores. Por tanto, las únicas explicaciones
que se me ocurren son de carácter cualitativo, las que le he dado
antes al señor Alcaraz. Son las siguientes: tiene más caché, es una
sociedad de más capital, al tener más capital tiene mejores líneas
con los brokers, te reconocen más en los mercados, si la quieres
vender, y en el expediente está, no es un secreto, (él siempre habla
de que entrarán nuevos intermediadores financieros, nuevas entidades,
que estaba en contacto con varios; a mí me habló en alguna ocasión de
entidades extranjeras, probablemente mentira, no lo sé, pero nunca me
concreto más), una agencia de valores tiene más atractivo que una
sociedad gestora de carteras y, finalmente, de cara al mercado, es
una sociedad de más rango y, por tanto, más prestigiosa. Esto lleva a
la conclusión, repito, que ha sacado el señor Alcaraz, pero es la
única que se me ocurre, distintiva de una gestora de carteras y una
agencia de valores.




El señor AZPIAZU URIARTE: Me parece que el señor Ramallo hizo alguna
gestión en relación a la venta de Gescartera.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Sé lo que he leído en los periódicos; no he
tenido contacto con el señor Ramallo desde que lo dejó.




El señor AZPIAZU URIARTE: Porque lo dijo en esta Comisión.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Sí, es verdad, con un banco extranjero.

El señor AZPIAZU URIARTE: Sí, ahora no me acuerdo cuál es, pero era
un banco extranjero.

Una curiosidad que tengo, porque se lo he preguntado a varios
comparecientes, es si ustedes analizaban el riesgo de concentración
que tenía la sociedad. La sociedad hablaba de una gestión de
patrimonios en torno a los 8.000 millones de pesetas, pero el número
de clientes, aun siendo numeroso -se habla ahora de 2.000-, estaba
muy concentrado entre la Iglesia, la Guardia Civil, la Armada tenían
un porcentaje muy elevado de la cartera. Es decir, había un riesgo
muy importante si estos clientes se iban de Gescartera, porque
supongo que la viabilidad de la misma caía en picado. Es más, incluso
los 8.000 millones de pesetas personalmente me parece una cantidad de
patrimonio muy escasa para gestionar y sacarle una rentabilidad
suficiente para mantener una estructura tan amplia como la de
Gescartera, con una red comercial enorme y un montón de gente que
parece que no se dedicaba a la actividad meramente financiera, sino a
otras cuestiones, porque aquí ha venido todo tipo de personas de esta
sociedad que se dedicaban desde el cante hasta otras cosas, pero
desde luego no a la gestión de carteras; no había expertos en el
mundo financiero. Alguien dijo, creo que fue el señor Castro, que el
señor Ruiz de la Serna sabía mucho de esto; dudo que sepa mucho de
esto, porque una persona es absolutamente incapaz de seguir los
mercados, hacer unas recomendaciones adecuadas a esos clientes,
invertir como hay que invertir, de una manera seria desde una
sociedad de cartera. Este es un riesgo y parece que la rentabilidad
que puede dar la gestión de esos 8.000 millones no daba para mantener
la concentración de los clientes ni la viabilidad económica. ¿Esto no
se lo ha planteado nunca? ¿En la CNMV no vieron que esto era un
riesgo, que era una sociedad un poco endeble en ese sentido?



El señor MARTÍNEZ PARDO: En el expediente que yo tramito hay una
parte que se refiere a datos económicos. Hay unas proyecciones de
resultados, unas proyecciones de crecimiento de negocio. A mí no me
han dado datos de la concentración de clientes, probablemente no los
pedí. Yo no tramitaba directamente el expediente, lo tramitaba mi
equipo, pero probablemente no lo consideraron necesario. Sin embargo,
sí tengo datos del patrimonio gestionado, del número de clientes y de
la evolución prevista durante los próximos años. Era optimista, lo
debo reconocer.




El señor AZPIAZU URIARTE: ¿La evolución?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Sí, la evolución.




El señor AZPIAZU URIARTE: ¿Qué patrimonio le dijeron a usted, 8.000
millones de pesetas?



El señor MARTÍNEZ PARDO: 8.000 millones era... Me parece que lo tengo
aquí...




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El señor AZPIAZU URIARTE: Me parece que era la cifra del año 1999
¿no?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Sí. La previsión que pedíamos siempre era a
tres años. Partiendo de unos 7.000 y pico millones de patrimonio
gestionado en 1989... Es que lo tengo en euros. En 1999 me hablaban de
45 millones de euros y en 2002, después de tres años, llegaba a 60,
es decir, un crecimiento de...




El señor AZPIAZU URIARTE: Sesenta millones de euros son 10.000
millones de pesetas de gestión de patrimonio.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Sí, el crecimiento que yo...




El señor AZPIAZU URIARTE: Me parece que con 10.000 millones de
pesetas de patrimonio, algunas cuentas que hemos hecho aquí
habitualmente, ¿qué rendimiento se le puede sacar al patrimonio, un 1
ó un 1,5 por ciento?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Como mucho. Damos un 1.




El señor AZPIAZU URIARTE: El 1,5 por ciento de 10.000 son 150
millones de pesetas. Esto, para Camacho, no le llegaba casi ni para
corbatas. Camacho y todos los demás tenían unos sueldos magníficos.

Es más, de hecho, había gente de la CNMV que se iba allí. Con lo
cual, la remuneración tenía que ser buena, porque en la CNMV no creo
que ganen poco. Creo que la CNMV paga bien. Supongo que si la gente
se iba allí era porque se ganaba incluso más. La presidenta ganaba
dos millones de pesetas, y eso que llevaba la agenda a mano, ni
siquiera era electrónica; el cantante, por tomar café y leer el
Marca, millón y medio de pesetas; no sé si el periódico se lo
compraba también la compañía o lo compraba él. Esto parece un poco
broma, pero creo que es bastante significativo de lo que estaba
siendo la sociedad. Con 150 millones de pesetas de ingreso, como
mucho, ¿cómo se puede mantener la empresa a ese ritmo (y eso sin
saber lo de los regalos de Loewe, Hermès y Suárez) y qué viabilidad
se puede pensar que tiene? Lo de la ONCE tiene que ser mano de santo,
pero en esto no había manera de ver la viabilidad. Yo hago los
números sencillos, se los hice también al señor Ruiz de la Serna y a
él también le sorprendían. La conclusión era que si con 8.000 ó
10.000 millones de pesetas eso no da, para que dé tiene que haber 10,
15, 20, 50, entonces, si ese dinero no está en principio reclamado
por clientes, será dinero no reclamado. Pueden ser miles de millones
de pesetas de dinero negro -es mi interpretación-, pero es que si no
existe ese dinero negro que le permita compensar los 150 míseros
millones (digo míseros para la gestión de la empresa), no sé cómo
puede funcionar esta empresa.

El señor MARTÍNEZ PARDO: Es que partimos de bases diferentes en el
análisis. Usted me ha hablado de no sé cuántos empleados y la agencia
de valores, en el expediente que hemos tramitado, tenía 12 empleados.




El señor AZPIAZU URIARTE: ¿La agencia de valores?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Sí, 12 empleados.




El señor AZPIAZU URIARTE: Pues debe tener setenta y pico ¿no?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Pues ha declarado en falso, porque a mí
nadie me lo ha corregido.




El señor AZPIAZU URIARTE: Supongo que los comerciales entraban ahí
también, una red comercial, o igual los comerciales no entraban.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Los comerciales son de una filial que se
llama Red comercial...




El señor AZPIAZU URIARTE: Red comercial que al final se nutre de los
recursos de este 1,5 por ciento, porque no hay otros ingresos. Los
comerciales viven de su cartera y cobran un porcentaje por captar.




El señor MARTÍNEZ PARDO: En la cuenta de resultados...




El señor AZPIAZU URIARTE: Cada uno con su carterilla, es decir,
cuando la cartera es más gorda, más ingresos imagino. Eso será como
cualquier comercial, un fijo muy pequeño y un variable importante,
que en el caso de la señora Giménez-Reyna me parece que llegaba hasta
los dos millones de pesetas, o sea que llevaba un carterón.




El señor MARTÍNEZ PARDO: ¿Dos millones de pesetas de sueldo?



El señor AZPIAZU URIARTE: De sueldo, parece, sí.




El señor MARTÍNEZ PARDO: ¿Contra gastos generales de la contabilidad?



El señor AZPIAZU URIARTE: De algún sitio cobraría.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Pero no del balance. Yo lo que le digo es
que los sueldos que están en el balance que a mí me han declarado y
el que está auditado...




El señor AZPIAZU URIARTE: Me parece que era medio millón y el resto
lo cobraba en dinero.




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El señor MARTÍNEZ PARDO: Son 600.000 euros al año, en el año 1999 son
los gastos de personal.




El señor AZPIAZU URIARTE: No, 600.000 no puede ser. Ah, sí, sí,
perdón, es que yo estoy liado con los euros.




El señor MARTÍNEZ PARDO: 600.000 euros.




El señor AZPIAZU URIARTE: 600.000 euros, ¿cien millones de pesetas en
sueldos?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Sí, al año.




El señor AZPIAZU URIARTE: Está claro que eso no es de 75 personas,
con el sueldo que tenían, y ya si quitamos lo de Morey, y supongo que
los guardaespaldas cobraban también.




El señor MARTÍNEZ PARDO: No, de 12 personas.




El señor AZPIAZU URIARTE: Pues no eran 12, porque yo creo que el
propio Ruiz de la Serna reconoció que había setenta y pico personas
al final.




El señor MARTÍNEZ PARDO: El propio Ruiz de la Serna ha firmado el
expediente entero. Porque yo les he dicho que lo firmaba Camacho,
pero no es cierto, me he equivocado, lo firma Ruiz de la Serna.




El señor AZPIAZU URIARTE: ¿Tiene una relación nominal de las
personas? No. Doce personas, pero ¿quiénes? ¿Camacho, Ruiz de la
Serna, Pilar Valiente, el señor Sierra de la Flor, los escoltas,
alguien que opera en el mercado o tampoco?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Sí, yo se lo digo. Doce personas, sin
incluir los consejeros. ¿Se lo digo? ¿ Le interesa?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Las doce personas son, no sé si me saldrán
más de doce, porque incluye el consejo: Pilar Giménez-Reyna, José
Manuel Pichel, Javier Sierra de la Flor, Salvador Alcaraz, Miguel
Angel de Vicente, José Manuel Pichel, director general vacante, Tomás
Robles, José Castiella, Justo Martín, Laura García Morey, Emilio
Jundelt, José María de Castro, Luis Pinto, Luis Villota, María
Ángeles Leis, Jorge Pérez y Cristina Gómez.




El señor AZPIAZU URIARTE: Ahí no parece que haya ningún comercial.




El señor MARTÍNEZ PARDO: No lo sé. ¿Comerciales? Sí, José María de
Castro.




El señor AZPIAZU URIARTE: ¿Dónde está el de Valladolid que tenía
relaciones con el obispado?



El señor MARTÍNEZ PARDO: José María de Castro está como comercial.




El señor AZPIAZU URIARTE: De todas formas, hay más gente.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Pero, le digo una cosa. Si se ha tramitado
el expediente con declaraciones falsas es también causa de
revocación.




El señor AZPIAZU URIARTE: Pues eso lo podían comprobar, bueno, usted
ahora no.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Artículo 73 de la Ley del Mercado de
Valores.




El señor AZPIAZU URIARTE: ¿Camacho no sería abogado?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Creo que sí, eso me decía él.




El señor AZPIAZU URIARTE: ¿Eso le decía?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Él decía que era abogado.




El señor AZPIAZU URIARTE: Pero alguien dijo que no tenía el cuadro en
el despacho y eso en los abogados es bastante determinante. Los
abogados y los médicos suelen poner el cuadro en primera fila y dicen
que Camacho no lo tenía. Perdone el humor de esta última parte, pero
creo que es un tema serio. Igual el humor es la forma de exponerlo,
pero no deja de ser serio, por lo menos no deja de ser curioso, que
una empresa que ahora no sabemos los trabajadores que iba a tener, ya
han desaparecido salvo que hicieran una reestructuración terrible.

Esas 12 personas sean las de la nueva empresa, pero vamos que no
parece ser. Porque claro esta empresa sin comerciales no tiene ningún
sentido. Aquí si no se capta, luego no hay manera de hacer negocio.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Sí, pero hay una filial que tiene los
comerciales.




El señor AZPIAZU URIARTE: Pero esa filial tendrá unos gastos, que son
los sueldos de los comerciales y tendrá unos ingresos, que serán las
transferencias que hace el señor Camacho de la sociedad de dinero a
la filial, por lo menos para pagar la nómina. ¿Dónde están los
ingresos de esa filial? ¿Cuáles son los ingresos de la filial? Tienen
que ser los de Gescartera.




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El señor MARTÍNEZ PARDO: Comisiones que le pague Gescartera o
cualquier otro intermediario para el que vendan productos
financieros.




El señor AZPIAZU URIARTE: Yo le sugeriría...




El señor MARTÍNEZ PARDO: Perdone, déjeme un minuto. Las agencias de
valores son intermediarios, pero no sólo venden su producto, pueden
vender productosde cualquiera.




El señor AZPIAZU URIARTE: Sí, pero importe de los 10.000 millones de
pesetas como mucho.




El señor MARTÍNEZ PARDO: No, no. Los 10.000 millones de pesetas es la
gestión de cartera. Luego hay un volumen de intermediación que usted
no me lo ha preguntado que también genera comisiones. Y además hay
asesoramiento, que también está dentro de sus actividades.




El señor AZPIAZU URIARTE: Pero para ese volumen de clientes que
tiene.




El señor MARTÍNEZ PARDO: No, no, no. Hemos hablado de 10.000 millones
de carteras gestionadas. Esto es un negocio, que declaran que será el
negocio principal, pero es un negocio. También dicen que harán
intermediación, y para esta intermediación también me dan una cifra
de volumen estimado que si quiere también se la digo, es elevada
prevén que van a intermediar mucho. Y lo que añado es que esta
intermediación no solamente es para los clientes de gestión de
carteras es para todos aquellos clientes de gestión de cartera que se
quieran hacer sus propias órdenes, para todos aquellos otros clientes
que no vinieron a Gescartera porque no era agencia de valores y no le
interesaba gestión de carteras y sí les interesa hacer su propio
movimiento de arbitraje, y para todos aquellos contratos que
Gescartera pudiera llegar con otros proveedores de productos
financieros, con un banco, con una sociedad de valores, con algún
extranjero, para lo que fuera. Por tanto, los ingresos de la red
comercial pueden ser de Gescartera o de otros.




El señor AZPIAZU URIARTE: Creo que aunque todos pongamos buena
voluntad los números habría que estirarlos mucho para que cuadren.

Usted ya no está en la CNMV. Algún compareciente que venga aquí de la
CNMV le sugeriré la idea de revisar estos números, aunque sea a agua
pasada, pero por lo menos ese tipo de reflexiones que no queden en
saco roto y puedan servir para que en el futuro no cometer errores
parecidos.

Muchísimas gracias y agradezco su intervención.




El señor PRESIDENTE: A continuación, tiene la palabra por el Grupo
Mixto, el señor Puigcercós y Boixassa.




El señor PUIGCERCÓS I BOIXASSA: No vamos a hacer preguntas.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la
palabra el señor Cámara Rodríguez- Valenzuela.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: Ya casi buenas noches. Le voy a
decir algo para que no le quede una sensación extraña con relación a
lo que parece que en principio le pueda haber resultado difícil de
aceptar, que es la interpretación que hacía el señor Alcaraz a sus
palabras, sobre lo que suponía, no sé si entrecomillar o no, el
ascenso de Gescartera a agencia de valores. Se da la circunstancia de
que otro compareciente (desde luego, a nuestro grupo y al resto de
los grupos su intervención les mereció una magnífica opinión) dijo
algo parecido a lo que ha dicho usted. Fue el señor Martín, que tuvo
una dilatada experiencia como miembro del consejo de la CNMV. Decía:
el hecho de que se produzca la transformación de Gescartera de
sociedad gestora en agencia de valores, lejos de entenderlo como un
premio hay que entenderlo para sus gestores como un castigo, puesto
que lo que hace es sacárseles de ahí. Es decir, la condición para que
la agencia pueda hacer ese tipo de gestión comercial, el hecho de ser
una agencia de valores, las posibilidades de carácter patrimonial que
tiene una agencia de valores en cuanto a sus opciones de venta o
incluso a sus opciones de consideración social y económica en el
mundo de las finanzas, al menos para sus gestores es deficiente,
porque desaparecen como gestores de la sociedad y se les obliga a
hacer una desinversión de su participación en la sociedad, una
desinversión importante en forma de venta, en forma de cesión, en
forma de donación, algo que queda todavía por determinar. Además, se
decía por parte del señor Martín, que eso constituía, por una parte,
garantías con respecto a la CNMV y también lo ha apuntado el señor
Jané.

Usted decía de forma muy gráfica que es mucho más difícil mentir una
vez al mes que mentir una vez cada seis meses. Lo hecho y verdad es
que, transcurridos cuatro meses y medio nada más, después se produce
la intervención definitiva de la sociedad. No sabemos si como
consecuencia de esa periodicidad en la inspección de la ya agencia de
valores o por otras circunstancias, pero lo cierto es que se produce
y como hecho incontestable. También decía que se producían garantías
adicionales con respecto a terceros y esto es lo verdaderamente
importante. Por tanto pongamos en cuarentena (al menos nuestro grupo
quiere hacer de nuevo lo que hizo también algún otro grupo de esta
Cámara, el propio señor Martín y usted) en lo que de premio



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podía suponer para los gestores. Lo que está claro, y nuestro grupo
quiere lamentarse de esa circunstancia, es que usted no tuviera la
oportunidad de seguir con el procedimiento que comenzó. A nosotros
también nos ha quedado meridianamente claro que las circunstancias en
las que se produce la inscripción de Gescartera como agencia de
valores se hubieran producido de otra manera de haber seguido usted
en el expediente. No sé si ha seguido la intervención del señor
Basallote y la de todos los miembros de esta Comisión con respecto a
lo que dijo este señor, pero he de decir que nos ha producido
bastante insatisfacción, por no decir otra cosa, el modo en el que se
dedujeron las actuaciones de la CNMV en manos ya de su actual
director. Hemos tenido que concluir, nuestro grupo lo ha hecho de
forma contundente y se lo quiero comunicar, que sea de forma
bienintencionada o no a esta Comisión no le toca juzgar la apariencia
de la bondad de la intención de nadie. Lo que le toca juzgar es sobre
el resultado de la actividad de la CNMV y, en ese caso, la actividad
de la dirección de entidades en la antigua dirección de fomento.

En aquel procedimiento se comete alguna equivocación de bulto. Yo no
voy a calificar de momento de irregularidad, pero se nos antoja, y
así lo hemos calificado, que la actuación no fue la correcta, o por
lo menos no se aplicó un rigor jurídico que nos da la sensación que
usted hubiera puesto sobre la mesa. Nos ha quedado una cosa muy
clara: su presencia de ánimo sobre la -y voy a concluir, ya que pocas
preguntas le puedo hacer porque creo que todo se ha dicho- aptitud e
incluso sobre la actitud del señor Camacho. A usted no le han dolido
prendas en reconocer y reafirmar su calificativo sobre su ineptitud
para hacerse cargo de un negocio en las circunstancias en las que se
podía exigir a una agencia de valores, a un consejero delegado, al
dueño de una agencia de valores que pretendía ser tal; en los
cuidados que había mantenido a lo largo de esos siete folios para que
se produjeran las circunstancias que pudieran perfeccionar esa
transformación de una manera respetuosa con la ley y respetuosa con
los intereses, tanto de la CNMV, del interés público y de los
terceros, los clientes, y de que la idoneidad -y esto es un apunte
que a nuestro grupo nos merece un juicio regular-, que era un punto
que debía haberse tratado, estaba encima de la mesa y sobre lo que
usted no tuvo posibilidad de decidir. Creo que sobre este particular
esta Comisión de investigación tendrá que adoptar alguna resolución.

Cuando en manos de un instructor -en este caso usted- en un apartado
específico como es el de la responsabilidad de aceptar o de instruir
la transformación de una gestora de patrimonio en una sociedad de
valores, tiene la constancia de unos antecedentes que obran de forma
clara en contra de los intereses de semejante sociedad, quizás algún
tipo de elemento que le pueda dar mayor finura a las decisiones,
incluso que sea más reglado o que exigiera determinada calificación
o cualificación, deberá ponerse de manifiesto en el
procedimiento de transformación, de modo que no puedan producirse
cosas así. Sobre todo cuando usted ya nos ha dicho -nos ha quedado
muy claro- que sobre la aptitud y actitud del señor Camacho quedaban
patentes algunas circunstancias que después se han revelado
absolutamente cercanas a la realidad o intachables desde el punto de
vista de la realidad conocida en este momento.

Pocas cosas más tengo que decirle. Solo me gustaría que confirmara
una circunstancia, que para nuestro grupo es importante. Se ha hecho
referencia a la falta de congruencia entre la orden ministerial y el
informe presentado por usted que da lugar a la resolución de la
Comisión Nacional del Mercado de Valores. Yo estoy dispuesto a
reconocer -es fácil de reconocer- que quizás el hecho de haber podido
incorporar, por ejemplo, los siete folios -cosa inconcebible hasta
cierto punto- a la orden ministerial no hubiera arrojado ninguna
duda, dudas que se han puesto de manifiesto por algún grupo político
en la tarde de hoy. Sí me gustaría que me confirmara -sé que lo ha
dicho, pero me gustaría que pudiera precisar más- si, con
independencia de lo que a nuestro juicio es una interpretación de
aquella orden ministerial que hace de forma equivocada, en su
momento, la dirección de entidades a cargo del señor Basallote en su
día, usted hubiera tomado una decisión, diferente de la que tomó el
señor Basallote, en función de aquella respuesta que parece que le da
la sociedad o que permite arrojar certidumbre, según su opinión, con
aquella reunión que yo no sé si usted la conoce, pero en la que dice
que un día después del requerimiento de las circunstancias que
faltaban en el expediente para poderse perfeccionar, le permitían que
con una alegación del señor Pichel pudiera quedar salvada la
existencia de esas dificultades que aparecían. La pregunta en
concreto es: ¿Existe congruencia entre la orden ministerial y el
contenido de su informe y la resolución de la Comisión Nacional del
Mercado de Valores?



El señor MARTÍNEZ PARDO: ¿Antes de la inscripción?



El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: Sí.




El señor MARTÍNEZ PARDO: He dicho y lo repito que la orden
ministerial tal y como está redactada introduce un factor de
confusión, no obstante, yo mantengo y hubiera mantenido que lo que
decía el informe es congruente con la orden ministerial, porque se
hace referencia en la memoria, se hace referencia a requisitos y, en
particular, a unos, por lo tanto, no se excluyen los otros y me
parece que son congruentes. La respuesta es sí.

Me ha preguntado también si yo lo hubiera inscrito ono. Yo no conozco
la reunión del señor Basallote, no



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conozco sus actuaciones posteriores porque ya no estaba en la
comisión ni me las ha contado. Si no hay nada entre la orden
ministerial y la inscripción, yo sí hubiera mandado el requerimiento
que mandó él a finales de enero y, dependiendo de las respuestas que
me hubieran dado, hubiera inscrito o no; probablemente no porque lo
que parece constatado a estas alturas es que el 25 por ciento, que a
mí me parecía fundamental, no se había producido al tiempo, ni antes
ni inmediatamente después. No sé si he respondido suficientemente.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: Perfectamente.

Lo que dice el señor Basallote es que en aquella reunión -después se
certifica con una respuesta por escrito del señor Ruiz de la Serna-
se explica que el proyecto, que estaba vinculado a la aprobación de
la transformación, se cumplía, según su criterio, de forma perfecta y
que, en el caso de que no se hubiera cumplido, él hubiera propuesto,
no ha dicho exactamente la revocación, pero sí alargar o suspender el
plazo para que se produjera la inscripción ipso iure en este plazo de
un mes que marca la ley.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Yo he leído en el periódico la respuesta del
señor Ruiz de la Serna y discrepo absolutamente de esa explicación
que da. No se compadece en absoluto con lo que está declarado en el
expediente, y no hablo de las siete paginas, sino del dossier entero;
desde luego, no se compadece absolutamente con lo que yo escribí en
este papel, que, en todo caso, debía ser la referencia para la
actuación posterior. De lo que pone en este papel, si no concuerda
con lo que pone en el expediente, respondo yo; pero una vez escrito y
una vez aceptado esto es lo que vale. La respuesta del señor Ruiz de
la Serna, para mí gusto, no es satisfactoria, pero tengo un
conocimiento parcial de todo esto y lo digo con el máximo respeto
para lo que han hecho mis sucesores porque no conozco más detalles
que los que usted me relata y lo que he leído en los periódicos.




El señor CÁMARA RODRÍGUEZ-VALENZUELA: Muchas gracias, señor Martínez
Pardo.

Por nuestra parte, nada más, señor presidente.




El señor PRESIDENTE: ¿Algún portavoz quiere hacer uso de un segundo
turno? (Pausa.)
Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra el señor
Cuevas Delgado.




El señor CUEVAS DELGADO: Señor Martínez Pardo, se me habían quedado
algunas cosas en el tintero.

Me gustaría que precisara, desde su punto de vista, cuándo deberían
haber sido cumplidas las condiciones que usted incluía en su informe,
¿después de la orden ministerial, antes de la inscripción o cuándo?
El señor MARTÍNEZ PARDO: Repítame, por favor. ¿Me ha dicho antes de
la orden ministerial o después de la inscripción?



El señor CUEVAS DELGADO: Yo le he dado dos opciones, pero mejor me lo
dice usted. O sea, usted pone unas condiciones en el informe, ¿cuándo
tendrían que cumplirse?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Voy a tratar de ser muy breve y, además,
claro.

Lo que se tramita es un proyecto, que deja de ser proyecto sólo en el
momento de la inscripción. Por tanto, su lectura -creo que fue usted
quien hizo una lectura de si los requisitos debían estar cumplidos a
la firma-, en mi opinión, no es correcta. Eso no es así ni ha sido
así nunca mientras he estado allí y han sido 12 años.




El señor CUEVAS DELGADO: ¿A qué lectura se refiere?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Antes ha leído: Considerando que no concurre
ninguna de las causas de denegación previstas en el artículo 67.1. Y
me decía: no concurren significa que en el momento en que se firma
esto ya no concurren. Yo digo que esa interpretación que usted hace,
en mi opinión, no es correcta, no ha sido así en 12 años. Esto lo que
significa que se aprueba un proyecto que se materializará cuando se
inscriba y en ese momento no debe concurrir ninguna de las causas que
justifican la autorización.




El señor CUEVAS DELGADO: Para salir de este atolladero: yo no creo
que me haya referido a eso exactamente así. En todo caso, será mejor
volver a la pregunta y, si quiere, luego comentamos esto.

Mi pregunta es la siguiente. Usted hace un informe que eleva al
consejo y el consejo lo aprueba. Se remite al Ministerio de Economía
y el Ministerio de Economía hace lo propio y lo aprueba. Lo que yo le
pregunto es cuándo tienen que cumplirse las condiciones que aprueba
la Comisión Nacional del Mercado de Valores para que Gescartera se
convierta en agencia de valores. ¿En qué fecha?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Si quiere una respuesta concisa, en la
inscripción.




El señor CUEVAS DELGADO: ¿Antes de la inscripción o en la misma
inscripción? O sea, la inscripción tiene que hacerse con las
condiciones cumplidas, podemos decir, ¿no?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Sí.




El señor CUEVAS DELGADO: Perfecto.




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Hay un acuerdo marco de colaboración entre Gescartera y la ONCE, que
me parece que es remitido en la documentación para la inscripción y
que ustedes conocían también, porque esa documentación, aunque no la
tengo aquí, no sé si estaba en el volumen del informe que usted
manejó. ¿Sabe usted que ese acuerdo marco de colaboración tiene fecha
14 de julio, es decir, un día después de que se aprobara por la
Comisión Nacional del Mercado de Valores?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Sí, lo he visto, pero habrá visto S.S.

también que va acompañada de una carta que tiene registro de entrada
en la Comisión el 22 de junio. Por lo tanto, lo fácil es pensar que
se han equivocado en la fecha, que la fecha es del 14 de junio.




El señor CUEVAS DELGADO: No, es que faltaba una firma, que era la de
la ONCE, y esa firma se obtiene el día 14 porque el señor Pichel
manda ese escrito al señor De Lorenzo, y el señor De Lorenzo lo
devuelve firmado el día 14.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Eso lo desconocía. Yo no recordaba este
documento, lo he visto ahora, he leído algunas de las comparecencias
anteriores en las que se ha hecho mención a esto, y para mí la
explicación es que no se puede adjuntar un documento con fecha 14 de
julio el 22 de junio, no se puede. La explicación que usted me da
puede ser cierta, pero yo no sabía que estaba sin firmar.




El señor CUEVAS DELGADO: Sí, porque ¿ustedes recabaron información
sobre los poderes del señor Pichel?



El señor MARTÍNEZ PARDO: No, pero el señor Pichel era director
general de la ONCE, y para representar a la ONCE o al Banco Bilbao
Vizcaya Argentaria o al Banco Santander o a Endesa o a cualquier
compañía en la Comisión, cuando me presentan un papel que voy a
tramitar en fase de proyecto y que no requiere en este momento más
comprobaciones, sino simplemente fiarme de su buena fe y de que están
representando a la sociedad de la que públicamente consta el director
general, nunca les hemos pedido certificación de sus poderes. Sí se
los pedimos cuando la empresa es desconocida para nosotros, cuando no
tenemos constancia de su cargo público o cuando hay alguna sospecha.

Yo no tenía por qué tener ninguna sospecha del señor Pichel, que,
repito, es conocido públicamente y además firma las cuentas anuales.

Para demostrar la idoneidad de la ONCE, yo recibo las cuentas anuales
de dos años que firman dos señores, don José Manuel Pichel y don
Rafael González Millán. El señor que formula las cuentas de la ONCE
como director general me manda un escrito diciéndome: En nombre de la
ONCE, cumplo los siguientes requisitos: no he estado procesado,
no he estado incurso en quiebra, no he estado incurso en
suspensión de pagos, etcétera.




El señor CUEVAS DELGADO: ¿O sea que eso sí lo comprueba? Si tiene
capacidad para firmar las cuentas, ¿sí lo comprueba o se lo envían
directamente sin usted pedirlo?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Son las cuentas anuales auditadas, que están
formuladas y aprobadas por el consejo. Es que me las mandan.




El señor CUEVAS DELGADO: ¿Las manda él?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Claro, es obligatorio, está incorporado en
el expediente.




El señor CUEVAS DELGADO: Muy bien.

Le quiero hacer dos breves consideraciones más. ¿Se acuerda usted del
caso AVA?



El señor CUEVAS DELGADO: En el caso AVA, usted era el director de la
división de sujetos del mercado.




El señor MARTÍNEZ PARDO: No sé a qué llama usted el caso AVA. Si
quiere decir a partir de la intervención, yo no era director de la
división de sujetos de mercado; no existía tal división. Si lo que me
pregunta es si yo he sido alguna vez supervisor de AVA, le digo que
sí he sido.




El señor CUEVAS DELGADO: Le iba a dar ahora la fecha. Es que yo tengo
aquí una carta del 24 de enero de 1997, que usted dirige a don Emilio
Ruiz de Salazar, presidente de AVA Asesores. Le hace una serie de
recomendaciones y consideraciones sobre lo que estaba pasando
entonces en esta empresa. Dice: Llevanza del libro de registro,
accionistas y comunicaciones de transmisión de acciones a la Comisión
Nacional del Mercado de Valores, titularidad de los valores, defectos
en las dotaciones, reclasificaciones contables. Dice: En el anexo que
se acompaña al presente escrito se exponen de forma más amplia las
incidencias mencionadas. Las incidencias mencionadas eran tales como
que la agencia figura como titular de las operaciones de seguro de
cambio, operaciones de cobertura contratadas con diferentes
intermediarios, las entidades que a su vez son como depositarias,
están anotadas las fechas de inspección de los mencionados
intermediarios, se registran en cuenta -estoy leyendo partes de
párrafos distintos- los citados mercados intermediarios a nombre de
la agencia, cuentas ómnibus, la utilización de las cuentas ómnibus,
etcétera. Es un informe amplio que refleja todo esto con exactitud.

Un año después -aquí no se hace nada más que en una inspección les
recordaban la importancia que tiene- y les piden que informe a la CNMV
y que lo subsanen.




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Bajo mi modesto entender aquí ya había consideraciones mucho más
grave que una simple consideración. No quiero analizar este caso
porque no estamos en ello, pero ¿a dónde quiero yo llegar con esto?
Quiero llegar a que en estos momentos ustedes hacían una serie de
recomendaciones a esta empresa que luego, como se vio, no hizo porque
al año siguiente estaba intervenida. ¿Estamos en el mismo caso con
Gescartera? ¿Le hacían ustedes recomendaciones de que hicieran esto o
lo otro pero al final no hubo forma? ¿Pecaron, estuvieron dos veces,
tropezaron en la misma piedra dos veces? ¿Fue solamente un problema
de tropezar dos veces en la misma piedra o había otras
circunstancias?



El señor MARTÍNEZ PARDO: ¿Me está hablando del expediente que yo he
tramitado, el de transformación?



El señor CUEVAS DELGADO: Sí, estoy hablando lógicamente de lo que le
he hablado al principio, de un caso anterior, en 1997, en el que
usted...




El señor MARTÍNEZ PARDO: ¿Dice que si estamos tropezando en la misma
piedra en el proyecto mío, en lo que yo he tramitado? ¿No está
hablando del expediente sancionador?



El señor CUEVAS DELGADO: Sí, sí. Y ahora eso lo comparo con la
autorización a Gescartera como agencia de valores que obviamente, si
atendemos... ¿Por qué le digo esto? Se lo voy a explicar más
concretamente. Si hacemos caso y si usted lleva razón en que su
expediente está bien tramitado porque supervisión y el expediente
paralelo que se estaba tramitando concluyeron que esta empresa no
tiene ningún problema y por eso en su expediente se hace esa serie de
consideraciones y se pasan por alto si el accionista es más o menos
idóneo, que es una cosa clave, ¿no?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Que es una cosa, ¿perdón?



El señor CUEVAS DELGADO: Que es algo clave, ¿no? Porque cuando
estamos tratando con personas que tienen ya una trayectoria
determinada nos podemos esperar que si saben nadar, naden; y si saben
hacer determinadas cosas, que las hagan. Resulta que un año antes
había un descuadre de 4.500 millones, que luego parece que se
resuelve y si no se resuelve como mínimo se queda igual, pero lo que
sí es cierto es que desde que es agencia de valores desaparece el
dinero que había, el restante. Eso sí está comprobado. En esa fecha
desaparece. ¿Por qué? Por las comprobaciones que se hacen
posteriormente. ¡Hombre!, antes no podía haber desaparecido porque si
no obviamente ustedes no hubieran autorizado que se convirtiera en
agencia de valores, hubieran visto que allí había problemas. Luego,
si ustedes no detectan problemas quiere decir
que desde que la autorizan como agencia de valores, en esos cuatro o
cinco meses hasta que la intervienen se va el dinero. Entonces, por
eso mi pregunta tiene el interés que tiene: relacionar ambas cosas.

Si ustedes en un caso que supuso 15.000 millones de pérdidas actuaron
con lentitud y creo que en aquella fecha así se lo hicieron llegar,
incluso con cosas muy parecidas a estas, por ejemplo que había
también un expediente con cuatro faltas muy graves y cuatro graves y
las cuatro muy graves desaparecieron en otro escrito similar. Luego,
hay ciertas similitudes, por lo menos en la forma de tratarlo. Mi
pregunta es, eso, ¿a qué obedece? ¿Tiene usted alguna explicación o
es simplemente que en esto del mercado de valores hay gente que tiene
una capacidad increíble de engañar sistemáticamente?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Permítame que matice algunas cosas porque yo
estoy dispuesto a cargar con la responsabilidad de aquello que me
corresponde pero no de lo que no me corresponde. Ese escrito que
usted ha leído de AVA tiene fecha 27 de enero y yo fuí relegado de
mis funciones como supervisor de AVA el 1 de febrero, luego tuve
cuatro días para esperar la contestación a ese requerimiento y tomar
medidas, que naturalmente no respondió. El 1 de febrero yo soy
nombrado director general de la división de fomento y abandono la
dirección general de sujetos del mercado. Por lo tanto, yo escribo
eso y lo paso al señor Mayorga, que a continuación se hace cargo de
este expediente durante unos meses, hasta que abandona la comisión.

El señor CUEVAS DELGADO: Algo parecido a lo que ha pasado aquí. Aquí
el señor Vives es el que es relevado y lo pasan a otro. Hablo de
similitudes. En principio yo a usted no le he hecho ninguna
imputación de esto. Le he señalado -además desconocía esa
circunstancia- que un año antes -podía haber sido usted o podía haber
sido otro-, la Comisión Nacional del Mercado de Valores hace un
informe determinado, que da pie a pensar que se van a tomar medidas
y, por las circunstancias que sean, usted las explica ahora, y me
parece bien que lo haga en defensa de que usted ya no estaba ahí,
pero por las circunstancias que sean no se toman esas medidas y el
caso AVA sucede. Aquí pasa algo parecido, aquí se lleva año y medio
inspeccionado y cuando la persona que lleva a cabo la inspección está
a punto de llegar a una conclusión es relevada, por las razones que
sea también, tendrá la culpa el que sea, pero al final llegamos al
ideal de que encima la premiamos y la elevamos a agencia de valores.

En ese periodo de tiempo -por eso era mi pregunta- desaparece el
resto de lo que podía haber.




El señor MARTÍNEZ PARDO: El señor Basallote ha dicho en su
intervención, en el trozo que he podido escuchar, que los directores
generales de la comisión tienen mucho poder y mucha autonomía de
trabajo. Eso



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es cierto, hasta cierto punto, nunca sobrepasando las
responsabilidades del consejo, que es el que las tiene como órgano
colegiado representante de la comisión.

Cuando yo era supervisor se me hacía caso y cuando daba una opinión
sobre una sociedad que yo supervisaba, que la conocía bien por
reporters que recibía, por visitas que habíamos hecho de 15 días,
porque ese informe tan gordo que ha leído y que tiene en su mano,
duraría un mes, si me apura mucho, pero no más. Con esos informes
sacábamos unas conclusiones que se respetaban, y se respetaban cuando
otra división tenía que tomar decisiones sobre esto.

Yo lo que he hecho en el expediente segundo -que estoy de acuerdo con
usted en que ha tardado mucho, que han sido dos años; el mío no, el
mío ha durado tres o cuatro meses, de marzo a julio, y que además ha
acabado mal; por lo tanto, su conclusión es obvia, no sé si es que
hay una relación causa-efecto, pero desde luego el efecto es ése-, lo
que yo he hecho es fiarme de lo que me han dicho los directores
generales de supervisión, de inspección y los consejeros de la
comisión. Le decía antes -y déjeme que termine el argumento- que no
han dispuesto de pocos medios, porque sí es cierto que la comisión no
tiene medios con carácter general y que falta gente para tramitar los
expedientes del señor Basallote, antes los míos, o para hacer
determinada rotación de visitas y ver las empresas cada año o cada
dos años y a lo mejor se las visita cada cuatro, pero en el caso de
Gescartera ha estado mucha gente, durante mucho tiempo, viendo muchos
papeles de Gescartera. Por lo tanto, aquí no ha habido falta de
medios. Por consiguiente, permítame que le presuma al señor Botella,
al señor Villegas y al señor equis, técnicos de la división que ha
estado trabajando en esto, que no sé quiénes han sido, la capacidad y
el talento suficientes para llegar a conclusiones con todos los
medios que han dispuesto. Es mi obligación partir de la base de sus
conclusiones como dato para tramitar el mío. Y no puede ser de otra
manera. Le he dicho antes que si ellos hubieran concluido otra cosa,
mi expediente hubiera sido distinto. Mi expediente de cambiar la
formación de sociedad de valores en agencia de valores sólo es
posible porque el expediente termina como termina. Si hubiera
terminado de otra manera, si aunque sólo hubieran impuesto una falta
más por el artículo 99.u), que es el que tipifica la infracción del
69.11, me hubiera permitido, con tranquilidad de espíritu, decir que
aquí no hay idoneidad. Y aun admitiendo, porque era un dato, que
Gescartera Holding era idóneo, se ha rebajado su porcentaje -en mi
proyecto, quiero decir- y se ha cambiado la estructura de poder. Ya
no manda Camacho como administrador único; manda un consejo de
administración en el que además hay una copresidencia y uno de los
copresidentes iba a ser de la ONCE.




El señor CUEVAS DELGADO: Una última cuestión y termino.

Acepto lo que usted me dice, es posible que eso pasara, pero a lo
mejor había ya un ambiente determinado dentro de la Comisión Nacional
que facilitaba otro tipo de actuaciones, porque resulta que hoy ha
comparecido una persona que ha dicho que a los tres meses de
pertenecer a la Comisión Nacional mandaba cartas oficiales diciendo
querido o estimado Antonio. O sea, que había una especie -permítame
utilizar esta palabra- de despojamiento entre vigilantes y vigilados
en un organismo en el que se movía muchísimo dinero. Porque estamos
hablando de una cosa muy pequeña y no solamente lo digo por la
agencia en sí, sino también por la entidad de lo que estamos
tratando. Seguramente durante ese período tan denso en el que usted
ha pertenecido a la comisión habrán tenido lugar cantidad de
operaciones: de fusiones, de Bolsa, de privatizaciones, y el volumen
de dinero manejado y la implicación económica de cada decisión que se
tomaba dentro de la Comisión Nacional del Mercado de Valores era
infinitamente superior a estas cuestiones que estamos tratando. Yo
creo que aquí más bien se trataba de alguien que tenía influencia
dentro de la Administración, cercano al Gobierno actual, y que
incidía mucho para que esta sociedad fuera tratada bien, porque
entonces no se explica. En todo caso, don Ramiro Martínez Pardo,
aceptando su buena fe en todo esto, ¿no cree usted que no le hizo
ningún favor a su trayectoria aceptar regalos y ser el número 2 en la
lista de regalos de Gescartera cuando había un código interno de la
CNMV que lo prohibía? Pero además no solamente usted, sino que otras
personas que han tramitado expedientes dentro de la CNMV están en la
misma situación. Por eso hablaba yo antes de despojamiento. Yo no le
hago ninguna imputación, incluso pudo tratarse de algo en lo que no
reparó en ese momento, pero, obviamente, aceptar ese tipo de regalos
violaba un código interno de la Comisión Nacional del Mercado de
Valores, ¿no?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Absolutamente no.

Voy a empezar por el principio. Dice usted que el señor Basallote
mandó una carta a los tres meses de estar en la comisión y que en
ella decía estimado Antonio. Pues bien, yo he estado durante 12 años
en la comisión y nunca he mandado una carta diciendo eso. Me dirigía,
sobre todo haciendo requerimientos -no sé si en alguna carta de
felicitación por Navidad ponía querido-, escribiendo muy señor mío.

El señor Basallote sabrá por qué ha hecho algo así, cosa que yo no he
hecho.

En segundo lugar, en relación con esa familiaridad que dice usted que
tenía la comisión con el sector, tengo que decirle que esto es así y
que lo es porque nos enseñaron a hacerlo así. A mí me contrató en la
comisión el señor Croissier en el año 1989 y así me enseñó a
supervisar. Yo venía del sector privado y no del público; el que
procedía del sector público era el señor



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Croissier y algunos de los consejeros y se me dijo que nos
relacionáramos así. Lo que hicimos entonces fue mantener mano de
hierro en guante de seda y hemos aprendido del sector. Hemos
discutido y hemos comido con ellos y hemos escuchado sus sugerencias.

Esto ha sido así durante la presidencia del señor Croissier. Así se
impregnó la comisión...




El señor CUEVAS DELGADO: ¿Está usted manifestando que durante la
presidencia del señor Croissier le decían que aceptara regalos de las
sociedades?



El señor MARTÍNEZ PARDO: Ahora vamos con eso. Esa es la tercera cosa
a la que le quiero responder, si me deja.




El señor CUEVAS DELGADO: Eso es relevante.




El señor MARTÍNEZ PARDO: No es relevante.




El señor CUEVAS DELGADO: En la época del señor Croissier no hubo
ningún caso parecido ni a AVA ni a Gescartera, por lo que lo que me
está diciendo me parece que es algo que no tiene nada que ver con lo
que le he preguntado.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Le estoy contestando, si es que puedo
hacerlo y si no no contesto



El señor CUEVAS DELGADO: Puede contestar, pero lo que yo quiero es
que nos centremos en el objeto de lo que estamos hablando.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Si es usted el que ha hablado, señoría, de
una especie de trato familiar entre la comisión y los supervisados, y
yo le estoy contestando a eso, si quiere y, si no, no lo hago.




El señor CUEVAS DELGADO: Sí, claro.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Bien, pues eso es lo que estaba haciendo.

Estaba diciendo que ese trato familiarizado es intencionado y que nos
enseñaron a relacionarnos así. Cuando llega el señor
FernándezArmesto, no solamente fomenta esto, sino que crea la
dirección general de fomento, con la idea de promover el desarrollo
del mercado y con una visión completamente distinta del señor
Croissier, igualmente válida, dice yo quiero separar la supervisión
-a la que, utilizando palabras suyas, llama el guardia de la porra,
el vigilante- y fomento, que es la cara amable de la comisión, la
ventanilla, los que se relacionan con el sector, los que captan la
problemática, los que proponen soluciones a los problemas y levantan
obstáculos. Para eso tengo que relacionarme con el sector.

Finalmente, vamos al tema de los regalos. Usted me dice que va contra
el código de conducta de la comisión. No sé de dónde se saca usted
eso. Si quiere se lo
leo ahora mismo, lo tengo delante. Norma 9 del código de conducta de
la comisión: De acuerdo con los principios establecidos en las normas
anteriores, el personal de la Comisión Nacional del Mercado de
Valores, en ningún caso podrá: b) solicitar o aceptar cualquier
regalo, favor, préstamo, servicio o cualquier otra prestación
económica en condiciones especialmente ventajosas de cualquier
persona interesada, siempre que tengan carácter significativo, de
manera que puedan verse comprometidos los principios a que se refiere
la norma 8. Voy a leer la norma 8 para ver cuales son esos principios
que se comprometen por recibir un regalo. Norma 8: Los empleados de
la comisión: a) Realizarán las funciones con respeto a la ley, de
forma imparcial y objetiva. b) Promoverán la igualdad de
oportunidades de todos los administrados, de todos los inversores y
respetando además la integridad y el fomento del mercado. c)
Respetarán el orden en la tramitación de los expedientes, el orden en
el que hayan tenido entrada. d) Colaborarán de forma diligente en los
procesos de evaluación de los empleados y de los planes de formación.

Durante nueve años -esto tiene fecha: noviembre de 1998-, desde el
año 1989 hasta el año 1998 ha sido costumbre recibir regalos de
Navidad. Es una costumbre española; si quiere discutimos si la
costumbre de recibir regalos de Navidad está bien o está mal, en
España digo. Desde el año 1989 al año 1998 yo he recibido regalos de
Navidad, supongo que de Gescartera -no me consta- y de muchos otros
más; hablo por mí, no hablo por mis compañeros. En ningún momento he
sentido comprometido ninguno de los principios que había. Que haya un
código en noviembre de 1998 que me diga que no acepte regalos si veo
comprometidos mis principios, simplemente significa reconocer -si yo
devuelvo el regalo- que antes tenía comprometidos los principios y
como no había ninguna norma, no los devolvía y me los guardaba.




El señor CUEVAS DELGADO: Curioso.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Por tanto lo niego absolutamente. Desde
luego, yo no me siento...




El señor CUEVAS DELGADO: Me alegro de que haya leído esta norma,
porque la verdad es que no la tenía aquí delante. Se la he citado de
memoria, porque sí la había leído y pensaba que decía eso. Me alegro
que la haya leído. Ustedes tenían prohibido aceptar regalos de
aquellas entidades que tenían relación, otra cosa...




El señor MARTÍNEZ PARDO: No.




El señor CUEVAS DELGADO: Sí, lo dice ...




El señor MARTÍNEZ PARDO: No. Lo que dice es regalos que comprometan
los principios.




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El señor CUEVAS DELGADO: Yo no quería entrar mucho en esto,
simplemente quería hacerle ver...




El señor MARTÍNEZ PARDO: Si no me enfado.




El señor CUEVAS DELGADO: Usted ha hablado de la eficacia y de la
ética, de cómo la ha llevado o cómo se ha tramitado y yo le quiero
hacer ver que por lo menos en este caso no ha pasado así, porque
usted había aceptado regalos. Es lo único que quería hacerle ver.

Pero ahora me veo en la obligación de decirle algo, porque usted ha
entrado en un terreno que me parece que no debería de haber entrado,
habiendo aceptado regalos, porque si no los hubiera aceptado, bueno.

Usted está el número dos en la lista de regalos del año 1999.




El señor MARTÍNEZ PARDO: ¿Qué lista de regalos, perdón?



El señor CUEVAS DELGADO: La lista de regalos de Gescartera.




El señor MARTÍNEZ PARDO: ¿Esa es toda la lista de regalos de
Gescartera?



El señor CUEVAS DELGADO: No, hay más, lo que pasa es que no tenemos...




El señor MARTÍNEZ PARDO: En la lista de regalos que tiene usted y que
le interesa leer, que es la de Loewe.




El señor CUEVAS DELGADO: No, perdón. Es que las demás no tienen
nombre, las demás listas son muchos regalos, pero no tienen nombre,
¿Ha recibido usted regalos de otra entidad aparte de éstos? ¿Ha
recibido alguno más?



El señor MARTÍNEZ PARDO: ¿De otras entidades?



El señor CUEVAS DELGADO: No. Además de esta maleta, por valor de
126.000 pesetas, de Loewe.




El señor MARTÍNEZ PARDO: No.




El señor CUEVAS DELGADO: ¿Ha recibido usted algún regalo de Hermés?
¿Ha recibido usted algún regalo de joyerías Suárez o de alguna otra
entidad enviado por Gescartera?



El señor MARTÍNEZ PARDO: No.




El señor CUEVAS DELGADO: Bien, pues entonces estamos hablando de lo
mismo, estamos hablando de la relación de compras de Gescartera en
Navidad del año 1999 en Loewe, Madrid. Era una maleta, un año, y una
cartera de finanzas.




El señor MARTÍNEZ PARDO: Disculpe, señoría, me ha parecido que hacía
un ránking, porque ha dicho está usted en segundo lugar.




El señor CUEVAS DELGADO: He dicho en segundo lugar, porque nos han
remitido la lista y lo enumeran: uno, dos, tres, cuatro. Usted está
en segundo lugar por el valor del objeto, el primero está don Enrique
Giménez-Reyna, que tiene el honor de tener la misma maleta que usted,
por valor de 126.000 pesetas. O sea, que el señor Camacho no dio más.

El señor Camacho regaló un máximo de 126.000 pesetas a don Enrique
Giménez-Reyna y a don Ramiro Martínez Pardo. Seguramente, a usted
esto le parecerá irrelevante, pero para los que aquí estamos no es
irrelevante. ¿Por qué? Usted lo ha dicho perfectamente. Se puede
entender, es una sociedad que usted estaba supervisando y de usted
dependía que se autorizara como agencia de valores o no. ¿O es que
estamos aquí hablando en chino? Estamos hablando exactamente en
castellano. Usted ha hecho una inspección, mejor dicho, una
transformación de un expediente, de una sociedad en agencia de
valores, que dependía de su valoración; usted la ha valorado, contra
todo pronóstico, contra toda regla, como idónea, y después de esto, a
los cuatro meses, se han evaporado 18.000 millones y a usted le
regalan una maleta de 126.000 pesetas en Navidad y dice que no tiene
importancia. ¡Hombre, por favor!



El señor PRESIDENTE: ¿Algún otro portavoz desea consumir un segundo
turno de intervenciones? (Pausa.)
Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra el señor Cámara.




El señor CÁMARA RODRIGUEZ-VALENZUELA: Intervengo muy brevemente,
porque después de la intervención del señor Cuevas es muy difícil
intervenir. Al señor Martínez Pardo le quiero decir simplemente una
cosa. Le ha ocurrido a usted lo mismo que le ocurrió al señor Roldán
o al señor Martín, que la primera intervención del Grupo Socialista
ha sido amable, ha querido profundizar en los hechos que estaban en
cuestión en el día de hoy, pero en cuanto las cosas le han empezado a
ir mal, fundamentalmente al final de su intervención, se ha cabreado.

Es una pena, pero cuando ustedes hagan el trabajo que debe hacerse en
esta Comisión a lo mejor tendrá menos razones para cabrearse. Lo que
no puede hacer es prejuzgar la opinión de los comparecientes de forma
continuada sobre todo cuando lo que dicen los comparecientes es lo
que no les apetece oír. (El señor Cuevas Delgado: Pido la palabra
para una cuestión de orden.) A nuestro grupo también en alguna
ocasión ha habido cosas que no le ha apetecido oír. También en alguna
ocasión no nos ha apetecido oír lo que hemos oído. Sin embargo, el
cambio de actitud...




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El señor PRESIDENTE: Por favor, no dialoguen.




El señor CUEVAS DELGADO: Este no es un debate entre el representante
del Grupo Popular y el representante del Grupo Socialista. Si hay que
hacer ese debate, se abre y se hace, pero esto es otra historia. Él
no tiene que interpelarme a mí.




El señor PRESIDENTE: Señor Cámara, siga con el uso de la palabra.




El señor CÁMARA RODRIGUEZ-VALENZUELA: Yo estaba poniendo de
manifiesto lo que ya viene ocurriendo en esta Comisión de
investigación desde
hace un tiempo, y es que cuando el Grupo Socialista no escucha lo que
le apetece oír, cambia de tono.




El señor PRESIDENTE: Si no hay ninguna cuestión más, procedemos a
suspender la sesión para continuarla mañana. Agradecemos la
información que ha facilitado para el trabajo de esta Comisión al
señor Martínez Pardo y su presencia aquí.

Quiero advertirles que mañana a las nueve y media será la reunión de
trabajo, que se celebrará en la sala Lázaro Dou, según me informa
nuestra letrada.

Se levanta la sesión.




Eran las ocho y cuarenta minutos de noche.