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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 287, de 06/09/2001
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CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 2001 VII Legislatura Núm. 287



AGRICULTURA, GANADERÍA Y PESCA



PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. JOSÉ-CRUZ PÉREZ LAPAZARÁN



Sesión núm. 20



celebrada el jueves, 6 de septiembre de 2001



ORDEN DEL DÍA:



Comparecencia del señor ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación
(Arias Cañete) para informar sobre:



- El Plan nacional de regadíos. A petición propia. (Número de
expediente 214/000070.). . . . (Página 8670)



- El plan de acción específico para el sector dependiente del Acuerdo
de pesca CE/Marruecos. A petición propia. (Número de expediente
214/000069.) . . . (Página 8691)



- Los planes concretos del Gobierno para resolver la situación de la
flota afectada por la no renovación del Acuerdo de pesca entre la
Unión Europea (UE) y el Reino de Marruecos. A solicitud del Grupo
Parlamentario Mixto. (Número de expediente 213/000401.) . . .

(Página 8691)



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- La actuación del Gobierno ante la Unión Europea para la
reestructuración de la flota pesquera que faenaba en Marruecos. A
solicitud del Grupo Parlamentario Federal de Izquierda Unida. (Número
de expediente 213/000475.) . . . (Página
8691)




Se abre la sesión a las cinco de la tarde.




COMPARECENCIA DEL SEÑOR MINISTRO DE AGRICULTURA, PESCA Y ALIMENTACIÓN
(ARIAS CAÑETE) PARA INFORMAR SOBRE:



- EL PLAN NACIONAL DE REGADÍOS. A PETICIÓN PROPIA. (Número de
expediente 214/000070)



El señor PRESIDENTE: Comenzamos la sesión número 21 de la Comisión de
Agricultura, Ganadería y Pesca, con la comparecencia del señor
ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, al cual damos la
bienvenida a la misma.

Antes de dar la palabra al señor ministro, quisiera informar a los
señores portavoces de que, al finalizar la sesión, la Mesa y Junta de
Portavoces nos vamos a reunir con carácter informal, y si alguno de
ustedes no pudiera estar presente en dicha reunión, yo mismo o la
letrada de la Comisión les telefonearemos mañana por la mañana para
comunicarles lo que en ella se hable.

El orden del día de esta Comisión se compone de dos comparecencias
del señor ministro, una para informar sobre el Plan nacional de
regadíos, a petición del Gobierno, y otra para informar sobre el plan
de acción específico para el sector dependiente del acuerdo de pesca
de la Unión Europea con Marruecos, lo que se ha venido a denominar
reestructuración del sector pesquero, también a petición del Gobierno
y del Grupo Parlamentario Mixto y Grupo Parlamentario Federal de
Izquierda Unida.

Para hablar del primer tema doy la palabra al señor ministro, al cual
reitero la bienvenida a esta su Comisión.




Tiene la palabra, señor ministro.




El señor MINISTRO DE AGRICULTURA, PESCA Y ALIMENTACIÓN (Arias
Cañete): Señor presidente, señoras y señores diputados, es para mí
una satisfacción poder comparecer hoy aquí para hablar de dos temas
de enorme importancia política y socioeconómica para nuestro país,
aprovechando la ocasión para reiterar mi ofrecimiento de comparecer
las veces que sean necesarias durante este mes para agotar los temas
que están pendientes de ser evacuados ante esta Comisión
parlamentaria. Ofrezco disponibilidad de fechas para zanjar el mayor
número de cuestiones y aclarar las dudas que los señores diputados
tengan sobre temas que han sido planteados y que por determinadas
razones no hemos podido evacuar con anterioridad. Creo que podemos
aprovechar el mes de septiembre para afrontar la mayor parte de los
temas que están pendientes. El señor presidente ya me irá indicando,
a la vista de los resultados de las reuniones de la Mesa, las
posibilidades que existen de comparecer ante esta Comisión en un
futuro inmediato.

Señorías, hace dos días, concretamente el martes de esta semana, tuve
la oportunidad de presentar con gran detalle y extensión en el
Senado, Cámara territorial por excelencia, el Plan nacional de
regadíos horizonte 2008, y de debatir en la Comisión General de
Comunidades Autónomas y de Agricultura con los consejeros de
Agricultura de las comunidades allí presentes y con los distintos
grupos parlamentarios esta promesa electoral del Gobierno, cuyo
objetivo es mejorar el nivel de vida de los agricultores, vertebrar
el territorio nacional, ordenar las producciones y mercados agrarios,
mejorar la gestión y el uso del agua y la infraestructura de
distribución y la aplicación del agua de riego.

Antes de entrar a informar a SS.SS. de los planteamientos generales
del plan, quiero manifestar mi agradecimiento a todas las personas
que han trabajado y colaborado intensamente para realizar este
proyecto de planificación y mejora de regadíos nacionales, tanto a
mis antecesores en el departamento, los ministros Atienza, Loyola de
Palacio y Posada, como a los distintos consejeros de Agricultura de
las comunidades autónomas, a quienes agradezco el esfuerzo realizado
para alcanzar un consenso en cuanto a los fundamentos, directrices y
actuaciones de esta nueva política de regadíos. Gracias a los
trabajos realizados y al consenso alcanzado, el Gobierno ha elaborado
este plan de actuaciones en materia de regadíos, que cumple así con
el acuerdo parlamentario alcanzado en 1994 de instar al Gobierno a
llevar a cabo la planificación de los regadíos en España.

El proyecto de planificación de los regadíos españoles ha sido
elaborado y discutido institucionalmente en foros bilaterales con
todas las comunidades autónomas, no sólo con el propósito de
confeccionar un catálogo



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territorializado de actuaciones e inversiones, sino con el de
alcanzar el mayor consenso social posible sobre una política
sectorial que es decisiva para el futuro de la agricultura y del
medio rural.

Las políticas agrarias en la actualidad se orientan a promover y
favorecer agriculturas competitivas. En este sentido, esta
planificación de nuestros regadíos tendrá un papel decisivo para
incrementar la competitividad de nuestras explotaciones y
producciones.

En una buena parte del territorio nacional, en el que por sus
extremas condiciones climáticas en lo que se refiere a escasez,
variabilidad e irregularidad de las precipitaciones, el regadío ha
sido y continúa siendo una necesidad ineludible. La importancia
económica y social de los regadíos es innegable. La superficie regada
representa sólo el 13 por ciento de la superficie agrícola, pero
aporta el 50 por ciento de la producción agraria. La productividad
del regadío es seis veces mayor que la del secano y genera una renta
cuatro veces superior. En valores medios, el empleo directo en las
zonas regadas triplica el de las zonas de secano y el regadío es el
soporte de una buena parte de la industria agroalimentaria, que
factura el 18 por ciento y genera el 15 por ciento del empleo de todo
el sector industrial. Las producciones de regadío, sobre todo las
frutas y hortalizas, contribuyen al saldo favorable de la balanza
comercial agraria, cuya tasa de cobertura actual es del 110 por
ciento. Las comarcas de regadío tienen doble densidad de población y
menor tasa de envejecimiento que las de secano y el regadío permite
la regularidad de las cosechas, siendo un seguro de estabilidad del
empleo y de las rentas rurales. En muchas zonas es un instrumento
indispensable para la supervivencia socioeconómica del medio rural y
de la ocupación del territorio, que son importantes valores
estratégicos de nuestra nación.

En resumen, la política de regadíos es una política necesaria, pero
ya no se trata de la política de siempre porque por un lado el marco
económico, institucional y competencial está sufriendo cambios
profundos y es muy diferente al de décadas anteriores, y por otro las
nuevas sensibilidades sociales reclaman un cambio hacia una gestión
racional de los recursos naturales que utiliza la agricultura y en
particular del agua, considerada como recurso escaso y valioso.

La obligada consideración de estos cambios es un primer factor que
aconseja una planificación nacional de los regadíos que ha de
encuadrarse en la política agrícola común y en el desarrollo
sostenible como principio básico.

De todos es sabido que la PAC establece limitaciones de la oferta
mediante sistemas de cuotas, cupos, cantidades máximas garantizadas,
derechos de primas, limitaciones de hecho que afectan al 80 por
ciento de la superficie de secano y al 65 por ciento de la superficie
de regadío. En garantía de este control de la oferta, se establecen
diversos regímenes de penalización para los
casos en que no se respetan las limitaciones y se produzcan
sobreproducciones. De aquí la necesidad de practicar políticas
nacionales de concertación y ordenación de producciones, ya que el
incremento de las producciones que pudiera derivarse de un
crecimiento desordenado de los regadíos en unas regiones, afectará
negativamente a todas las demás ya sea por la vía de los precios de
mercado o por la vía de las penalizaciones. Por tanto, estamos
obligados sin duda a establecer un marco nacional de actuaciones en
materia de regadíos que esté al servicio del desarrollo sostenible
del medio rural, de una política coherente de ordenación de las
producciones y mercados y de una gestión eficiente del agua. A este
propósito responde el Plan nacional de regadíos que ha elaborado el
Gobierno, en cumplimiento del mandato que deriva de la vigente
legislación del agua y de la planificación hidrológica, de su
compromiso electoral y del acuerdo parlamentario.

El Gobierno ha elaborado y aprobado este proyecto de Plan nacional de
regadíos, de acuerdo con el artículo 149.1.13.a de la Constitución,
que atribuye al Estado competencia exclusiva sobre las bases y
coordinación de la planificación de la actividad económica. Este
título competencial legitima al Gobierno para proponer una
planificación de regadíos que de conformidad con la doctrina del
Tribunal Constitucional se ha elaborado con el consenso, cooperación
y colaboración entre el Estado y las comunidades autónomas y se
establece como una tarea común en la que concurren dos ámbitos
competenciales llamados al fomento y desarrollo ordenado de los
regadíos.

Voy a referirme ahora con brevedad a los principios y directrices que
inspiran el Plan nacional de regadíos. En primer lugar, la política
de regadíos de los próximos años ha de contribuir a la vertebración
del territorio, evitando o limitando procesos de pérdida de
población, abandono y envejecimiento de las zonas rurales. La
actividad económica ligada a la transformación en regadío de pequeñas
superficies tiene un gran interés para fijar la población, crear
empleo y diversificar las fuentes de renta en el medio rural. Pero
los incrementos de la productividad del trabajo y de las rentas de
las explotaciones debido a los regadíos producirán también una mejora
en el nivel de vida de los agricultores y en la competitividad de las
pequeñas y medianas explotaciones.

La política de regadíos ha de orientarse a la consolidación de un
sistema agroalimentario competitivo y diversificado, y que al mismo
tiempo sea sostenible tanto en su acepción socioeconómica como
ambiental, ya que un regadío no será sostenible si no se obtienen
buenos resultados económicos, porque los agricultores abandonarían el
medio rural, pero tampoco si se produjeran afecciones negativas
incompatibles con el entorno natural. En este sentido cobran especial
importancia las actuaciones dirigidas al ahorro y a la mejora de la
eficiencia del agua. Finalmente, el Plan nacional de



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regadíos incorpora el principio de coordinación institucional, en
cuanto que es necesaria una coherencia entre la planificación
hidrológica y la de regadíos, o dicho en otros términos entre las
actuaciones de las administraciones agrarias hidráulicas, e incorpora
también el principio de corresponsabilidad, que se deriva del hecho
de que las competencias en materia de regadíos están compartidas
entre el Estado y las comunidades autónomas que acuerdan los
objetivos territoriales, convienen actuaciones y establecen
conjuntamente los mecanismos de ejecución. Estos principios y
directrices se plasman en las nuevas orientaciones de la política de
regadíos que introducen un razonable equilibrio entre las funciones
productivas, sociales y territoriales de la agricultura de regadío y
las exigencias de respeto al medio natural, protección de la
biodiversidad de los paisajes y reducción de los procesos de
desertificación.

Por todo lo indicado, el Plan nacional de regadíos establece los
siguientes objetivos y prioridades. En primer lugar, los casi tres
millones y medio de hectáreas que se riegan actualmente en España
presentan en términos relativos un panorama de deficiencias y
obsolescencia de las infraestructuras de distribución del agua y de
los sistema de riego. Un tercio de la superficie regada está servido
por acequias de tierra o de fábrica en mal estado que dan lugar a
grandes pérdidas de agua en las conducciones y el riego por gravedad
representa las tres quintas partes de la superficie total frente a
una escasa sexta parte en la que se utiliza el riego localizado.

Por otro lado, se ha detectado que aproximadamente un tercio de la
superficie regada -algo más de un millón de hectáreas- tiene un
suministro bruto de agua que no alcanza el 75 por ciento de sus
necesidades. Por todo ello, las actuaciones dirigidas a resolver
estos problemas se consideran prioritarias en su doble vertiente de
mejora de los regadíos, en los que partiendo de las infraestructuras
de cabecera y hasta la aplicación del agua en las parcelas es
necesario reducir las pérdidas y ahorrar agua renovando las
conducciones y adaptando los sistemas de riego a un menor consumo de
agua y en la de consolidación y mejora de aquellos otros, cuyas
dotaciones puedan ser completadas dentro de las previsiones de la
planificación hidrológica o de los que se derivan de este Plan de
regadíos.

La superficie total que requiere actuaciones de mejora
y consolidación es de 2.269.781 hectáreas, el 50 por ciento de las
cuales se pretende alcanzar en el horizonte 2008. Las nuevas
orientaciones de la política de regadíos no consideran conveniente
abordar nuevas transformaciones en grandes zonas regables, entre
otras razones porque las perspectivas de producción y de los mercados
permiten en el medio plazo margen para un crecimiento moderado de los
regadíos, que es aconsejable aplicarlo preferentemente en las zonas
donde ya se están ejecutando planes de transformación. Actualmente,
hay 36 zonas regables en transformación, cuya
situación jurídica, ejecución de inversiones, superficies
transformadas y pendientes es muy diversa. La superficie total
afectada por estos planes, alguno de los cuales fue diseñado hace
varias décadas en circunstancias muy diferentes a las actuales, es de
652.277 hectáreas, de las que han sido transformadas y se están
regando 150.960 y están ejecutándose o pendientes de transformación
las 501.317 hectáreas restantes que disponen de reservas de agua en
la planificación hidrológica vigente. Por razones financieras,
limitaciones ambientales, posibilidad real de los cultivos a
implantar y disponibilidades presupuestarias, no es posible ni
deseable en un horizonte temporal limitado, en principio el año 2008,
abordar la transformación en regadío de una superficie de algo más de
medio millón de hectáreas, por lo que el Ministerio de Agricultura,
Pesca y Alimentación y las comunidades autónomas han evaluado
conjuntamente la situación y han establecido las prioridades de
ejecución en dichas zonas con criterios selectivos de optimización de
las inversiones ya realizadas y de interés productivo social y
ambiental. En el horizonte 2008 el objetivo es transformar 138.365
hectáreas. Pero el criterio de no planificar grandes transformaciones
en nuevas zonas regables no puede excluir la posibilidad de
transformar en regadío pequeñas superficies en zonas rurales
desfavorecidas, en declive o en proceso de despoblamiento. En general
estos pequeños regadíos responden al concepto multifuncional propio
del modelo europeo de agricultura, y por tanto vienen a satisfacer no
sólo la función productiva sino la necesidad de fijar población,
reducir diferencias de renta y nivel de vida entre áreas rurales
frágiles y las más desarrolladas, equilibrar el territorio y crear o
sostener el empleo agrario. El interés social de estos regadíos, en
cuanto son determinantes para el progreso socioeconómico de las áreas
rurales con más dificultad de desarrollo, aconseja que sean
considerados como prioritarios en el programa de nuevas
transformaciones. La superficie total que se ha estudiado y
catalogado como potencialmente regable y susceptible de
transformación es de 851.000 hectáreas, entre las cuales se han
seleccionado las 86.426 hectáreas que inicialmente y como objetivo de
transformación se proponen en el horizonte 2008. La relación y
superficie de las zonas en que se concreten estas 86.426 hectáreas de
actuación prioritaria ha sido establecida conjuntamente por el MAPA y
las comunidades autónomas de acuerdo con el interés social, las
opciones productivas de cada caso específico y la necesidad de
equilibrar con realismo las legítimas aspiraciones de establecer
nuevos regadíos que tienen los diversos espacios territoriales.

En síntesis, el Plan nacional de regadíos en el horizonte 2008 prevé
los programas e inversiones siguientes: Para mejora y consolidación
1.134.891 hectáreas, con una inversión total de 508.562 millones de
pesetas; para nuevos regadíos, riegos en ejecución, 138.365
hectáreas, con una inversión de 189.108 millones de



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pesetas; para regadíos sociales 86.426 hectáreas, con una inversión
total de 113.460 millones de pesetas; para regadíos privados 18.000
hectáreas, con una inversión total de 20.600 millones de pesetas, y
para programas de apoyo vinculados a la puesta en marcha de estas
iniciativas 4.275 millones de pesetas. En resumen, en los próximos
ocho años queremos actuar sobre 1.377.689 hectáreas con una inversión
total de 836.000 millones de pesetas.

La financiación de las inversiones totales de las actuaciones
previstas en cuanto a la financiación de las inversiones de las
mismas y distribución entre el sector público y sector privado
seguirá con carácter general las reglas siguientes: en actuaciones de
consolidación y mejora y en los regadíos de interés privado la
financiación de las inversiones será en ambos casos del 50 por ciento
con cargo a la Administración pública y el 50 por ciento a cargo de
los particulares, si bien habrá unos retornos comunitarios que en
regiones Objetivo 1 serán del 24 por ciento y en las restantes
regiones del 17 por ciento, lo cual supone que las comunidades de
regantes en la práctica tendrán que cofinanciar el 26 por ciento en
las regiones Objetivo 1 y el 33 por ciento en las restantes. En las
zonas regables que están en transformación y en los regadíos sociales
que tengan declaración de interés general se aplicará en los
distintos supuestos la normativa vigente de la que resulta una media
ponderada del 77 por ciento de gasto público y el 23 por ciento de
gasto privado. El gasto público resultante para el conjunto de los
programas se distribuye al 50 por ciento entre el Ministerio de
Agricultura y las comunidades autónomas, y así tendremos una
inversión pública global de 502.000 millones de pesetas y una
inversión privada de 333.974 millones de pesetas.

El gasto público previsto hasta el año 2008, de 502.031 millones de
pesetas, cuenta con cofinanciación de la Unión Europea, a cuyo efecto
y para el periodo de programación 2000-2006, se han incluido
actuaciones en materia de regadíos dentro de las medidas de
desarrollo rural, lo que garantiza una disponibilidad de 168.038
millones de pesetas procedentes de fondos comunitarios. La
distribución de fondos entre el Ministerio de Agricultura y las
comunidades autónomas se realiza con la misma participación del gasto
público, es decir al 50 por ciento, lo cual supone un retorno
comunitario del 34 por ciento en el supuesto de que la inversión
prevista en el Plan nacional de regadíos -horizonte 2008- se
ejecutase en el periodo 2000-2006.

Para terminar mi intervención, quiero incidir en dos aspectos
territoriales del Plan nacional de regadíos: las inversiones por
hectárea previstas para conservación y mejora de los regadíos
actuales en las distintas comunidades autónomas y la consideración
del hecho insular de Baleares y de Canarias.

Las cifras territorializadas que aparecen en el Plan nacional de
regadíos son el resultado de los trabajos de
campo realizados para conocer el estado actual de regadíos y de una
primera aproximación de expertos y regantes sobre las mejoras a
efectuar en cada zona regada, por lo que mientras no se redacten y
aprueben los correspondientes proyectos técnicos tienen que ser
orientativas. Por tanto, no es riguroso hacer análisis territoriales
comparativos; no respondería a la realidad ni a la objetividad del
Plan nacional de regadíos deducir discriminaciones entre comunidades
autónomas basadas en las cifras medias de inversión por hectárea. La
inversión media por hectárea es una cifra que depende de factores
como la topografía -sobre la que hay que actuar-, la estructura y
tamaño de las parcelas, el tipo de mejora que en cada caso hay que
realizar, la antigüedad y estado actual de las infraestructuras de
riego, las obras de conservación y mejora realizadas, factores que
son distintos en unas y otras zonas e influirán en el coste final de
las obras, que además vendrá determinado nítidamente cuando se
proceda a licitar los proyectos.

El hecho diferencial insular de las comunidades autónomas de Baleares
y Canarias conforma siempre un tratamiento singular en la política
agraria y ha sido reflejado en la planificación de los regadíos. Las
previsiones del Plan nacional de regadíos para los dos archipiélagos
se complementan con un programa de actuaciones conjuntas y
compartidas del Estado y los gobiernos autonómicos, formalizado en
unos protocolos de inversiones directas de las respectivas
administraciones, adicionales al texto del Plan.

Con el fin de conseguir que las actuaciones sean operativas por parte
de las administraciones implicadas, con el mayor nivel de
rentabilidad y máxima eficiencia y para coordinar la ejecución y
finalización del Plan, se ha negociado un acuerdo marco entre el
Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y las distintas
comunidades autónomas, en el que se definen los principios que
regulan los mecanismos de relaciones entre las administraciones
competentes en materia de regadíos, que se desarrollará mediante
convenios específicos de colaboración.

En el contexto del acuerdo marco, se considera que
complementariamente a la normativa autonómica las sociedades
estatales de infraestructuras agrarias constituyen un instrumento
para la promoción y ejecución de las obras de mejora y consolidación
de regadíos, en coordinación con las comunidades autónomas. Las
actuaciones cuya ejecución se acuerde realizar a través de las
Seiasas requerirán la previa declaración de interés general y serán
propuestas por el Gobierno de la nación a instancias del Ministerio
de Agricultura, Pesca y Alimentación, pero previo acuerdo con la
comunidad autónoma y oídas las comunidades de regantes y usuarios
como potenciales beneficiarios. Hasta la fecha, en el año 2001, las
Seiasas han firmado ya 23 convenios con las comunidades de regantes
que les permiten actuar sobre 72.088 hectáreas y está previsto cerrar



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dentro de este año otros 32 convenios que permitirán abordar la
mejora y transformación de otras 148.607 hectáreas. Estas cifras
apuntan la elevada velocidad de crucero que va a adquirir el Plan
nacional de regadíos y se comparan muy favorablemente con las 85.200
hectáreas que en el periodo 1986-1995 constituyeron la superficie de
actuación del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en
zonas de interés general de la nación.

El acuerdo marco señala, por otra parte, la fecha del 31 de diciembre
del año 2003 para iniciar la revisión consensuada del Plan nacional
de regadíos, según el grado de cumplimiento de lo previsto a esa
fecha, las necesidades o prioridades sobrevenidas, el estado de
ejecución y financiación de los programas horizontales, el volumen de
actuaciones iniciadas, el gasto público comprometido hasta el 31 de
diciembre del año 2008 y la disponibilidad financiera máxima para el
periodo 1.o de enero de 2004 a 31 de diciembre de 2008. La
Conferencia sectorial y el Consejo interterritorial para la gestión
del Plan nacional de regadíos que está previsto crear, serán los
órganos responsables de la revisión de las actuaciones y del catálogo
de obra.

Señorías, el plan de regadíos que acabo de presentarles, y sobre el
que espero obtener el informe preceptivo favorable del Consejo
Nacional del Agua, ante el que lo presenté el pasado día 25 de julio,
responde plenamente a las necesidades de la agricultura en el
contexto actual. Es realista y viable porque existe capacidad de
ejecución, y cuenta con financiación pública para acometer las
inversiones y las actuaciones previstas; es coherente con las
políticas del agua, con las medioambientales y con las demás
políticas agrarias y rurales, y es equilibrado territorialmente y
prudente en cuanto al horizonte temporal que prevé, que coincide con
las actuales perspectivas financieras de la Unión Europea.

Muchas gracias, señor presidente, muchas gracias, señorías.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor ministro.

A continuación, vamos a dar paso a la intervención de los grupos
parlamentarios. Comenzaremos por el Grupo Parlamentario Socialista.

Tiene la palabra su portavoz, señor Cuadrado.




El señor CUADRADO BAUSELA: Señor ministro, le agradezco la
comparecencia -esto forma parte del lenguaje parlamentario habitual-,
pero a la vez tengo que añadir algo. Tengo que decir, señor ministro,
que para el funcionamiento de nuestro sistema parlamentario las
comparecencias del Gobierno han de hacerse en relación con las
instancias del propio órgano parlamentario. Tiene usted pendientes 25
comparecencias solicitadas por los grupos. Usted comparece muy poco y
comparece cuando usted quiere, con los temas que usted quiere y no sé
si también ha elegido la sala, pero
tiene usted 25 comparecencias pendientes solicitadas por los grupos.

Es posible que usted no entienda o se sienta incomprendido cuando
aparece como el ministro peor valorado del Gobierno; de un Gobierno
que está bastante mal valorado, por cierto. (Rumores.- El señor
Llorens Torres: La cuestión. La cuestión.) Si usted no quiere
comparecer para explicar las cuestiones que han solicitado los
grupos, por ejemplo sobre el orujo, la peste porcina, el fraude del
lino, y podría citar las 25 solicitudes de comparecencia que usted no
ha querido atender, a lo mejor establece alguna relación entre lo uno
y lo otro.

Hoy nos presenta usted un documento del Plan nacional de regadíos y
supongo que el debate será como siempre, es decir no habrá
posibilidad de réplica; por tanto, haré algún uso de lo que le he
oído decir a usted antes de ayer, en el Senado, respecto a algunos
temas relacionados con la presentación del Plan nacional de regadíos.


Usted podrá decirnos que está en Internet y que, por tanto, todos los
españoles disponen del documento, pero de acuerdo con el
funcionamiento normal de un régimen parlamentario, el Grupo
Socialista le ha pedido el documento por escrito y usted no se lo ha
negado, pero sencillamente no lo ha remitido. Me parece que eso es
grave, y en ese sentido rogaría al señor presidente que tomara nota
de este hecho. Hoy, los grupos parlamentarios no disponemos del
documento por el sistema reglamentario por el que nos tendría que
haber llegado y eso, repito, me parece grave. Es más, me parece que
todavía empeora mucho más las cosas la contestación de que ya lo
tienen ustedes en Internet, que fue la que usted dio en el Senado
antes de ayer.

La primera pregunta que quiero hacer en nombre de mi grupo respecto a
este documento es la siguiente: ¿Es nuevo? Tal y como ha sido
presentado por el Gobierno, ¿estamos ante un antes y un después? ¿Al
fin vamos a tener un Plan nacional de regadíos como si eso fuese el
kilómetro cero de una nueva situación o no tiene novedades este Plan
nacional de regadíos? También le oí a usted en el Senado decir:
Durante un año y dos meses no he parado de consensuar, hablar,
dialogar, tratar con todas las comunidades autónomas, etcétera. Si
esto es así, se habrá reflejado en el propio documento; pero yo tengo
mis dudas, señor ministro, porque ¿cómo es posible que este documento
sea tan exactamente idéntico al de febrero de 2000? Repito,
exactamente idéntico. Es más, alguna novedad que pueda usted
incorporar luego la comentaremos, porque lo empeora. Este documento
es tan exactamente igual al de febrero de 2000 (por cierto, antes del
Plan hidrológico nacional, que ha sido utilizado como argumento) que
la aportación en pesetas del MAPA, de su Ministerio, en el de febrero
de 2000 era exactamente de 237.996 millones de pesetas. ¿Qué
aportación de su Ministerio supone su documento, su gran hecho
histórico -así lo presentó usted en el Senado-, que iba a multiplicar
por diez las inversiones



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en regadío y que hablaba de la modernización, a la que luego me
referiré? Pues se la voy a decir, y está por supuesto en el propio
documento: 237.996 millones de pesetas, ni un céntimo más, ni un
céntimo menos. Usted ha recorrido, según sus palabras, todo el
territorio nacional, de arriba a abajo, para llegar al final a la
misma conclusión: ni un céntimo más, ni un céntimo menos. Por si la
cantidad no ha quedado suficientemente clara -imagínese que hablamos
luego de más hectáreas con el mismo dinero y sacamos conclusiones-,
se la vuelvo repetir: febrero de 2000, 237.996 millones de pesetas;
mayo de 2001, que es la fecha que tiene su documento, 237.996
millones de pesetas. Eso sí, dice usted que en medio ha habido un
gran esfuerzo de consenso. Es verdad que se han movido algunas
hectáreas, pero voy a sacar una conclusión racional: si hay más
hectáreas con el mismo dinero, alguien tendrá que pagar la
diferencia. Efectivamente, esa es la madre del cordero.

Pero sigamos con lo que su documento tiene de novedad, ya que es una
gran aportación a la historia de España, por primera vez, etcétera.

Señor ministro, hasta tal punto este documento no añade nada nuevo,
que presupuesto a presupuesto -y hemos discutido los presupuestos en
esta casa-, en los presupuestos de los años 2001, 2000, 1999 y 1998,
a la hora de justificar las cantidades presupuestarias para el
programa de regadíos, se ha estado haciendo referencia siempre al
horizonte 2008 con las mismas cantidades que usted recoge en este
documento. No sé si va a modificar eso -tengo mis dudas y a la
experiencia me remito-, pero el problema está en que ustedes han
estado presupuestando y no gastando lo que presupuestaban. El mismo
25 de julio de este año, usted señor ministro me contestó a la
pregunta sobre el estado actual de la ejecución presupuestaria del
programa de regadíos, y casi nada más empezar el presupuesto ya le
quitaron a dicho programa 1.787 millones para las vacas locas.

También me dijo algo realmente escandaloso, que en vez de hacer obras
anteriores no pagadas con cargo a los presupuestos anteriores, se
están haciendo con cargo al presupuesto actual. No hace falta
explicar lo que esto significa desde el punto de vista de la
minoración del gasto en regadíos, que por cierto se refleja en la
realidad, en la falta de modernización de regadíos y en la falta de
regadíos nuevos durante cinco años. Pues bien, desde ese punto de
vista le diré que no hay ninguna novedad en su documento. En el
debate del estado de la Nación, el señor Aznar dijo: En unos días voy
a presentar el Plan nacional de regadíos; una labor de grapar
documentos de aquí y de allá, para dar este resultado que -repito- no
varía en absoluto respecto a la situación anterior a la presentación
que usted ha hecho de este plan en el Consejo Nacional del Agua.

Hay dos partes fundamentales en el documento, y estoy de acuerdo al
cien por cien con una de ellas, que es la que usted ha leído. ¿Pero
es que alguien va a estar
en desacuerdo con la importancia que tiene el uso eficiente del agua?
¿Es que alguien va a estar en desacuerdo con la importancia económica
que tiene la extensión del regadío? ¿Es que alguien va a estar en
desacuerdo con el enfrentamiento con los problemas medioambientales
del uso del agua, la sobreexplotación de los acuíferos o su
contaminación? Nadie está en desacuerdo con eso. Sin embargo, sobre
la música que usted ha puesto antes -ya sé que en la réplica hará
otra cosa-, le voy a decir que lo que más destaca en el documento es
su falta de relación con lo que propone en concreto, es decir los
programas de modernización, el presupuesto, la financiación, los
programas de regadíos nuevos ya en ejecución, de regadíos sociales,
etcétera; eso es justamente lo que más destaca. Hay una afirmación,
muy reiterada por el profesor Sumpsi, que yo comparto, y es que antes
de modernizar hay que hacer labores de formación, porque si no al
final el resultado no es el que se planifica. En el documento no hay
nada de nada de eso, y a la hora de hablar de ahorro de agua, es un
aspecto fundamental.

Respecto a las rentas de los agricultores, es verdad que es el primer
objetivo que se marca el Plan nacional de regadíos y usted se ha
extendido muchísimo en este aspecto; el Plan nacional de regadíos
tiene como objetivo mejorar las rentas de los agricultores. Nadie
dudará de la diferencia que existe desde el punto de vista de la
rentabilidad entre una hectárea de secano, una de regadío, etcétera.

Eso es algo que dice usted, digo yo y lo dirá cualquiera porque está
ya absolutamente asumido. ¿Qué significa este Plan nacional de
regadíos, desde el punto de vista de las rentas, en la parte
ejecutiva del plan? Significa que los regantes gracias a su plan la
única parte que tiene solvencia por sí mismo que es la parte de
hectáreas, de financiación, de aportación del Ministerio, de
aportación de las comunidades autónomas, de regantes, etcétera, en
esa parte concreta significa que los regantes tienen que pagar
bastante más dinero. Significa que el canon que van a tener que pagar
es mucho mayor gracias a esta propuesta de Plan nacional de regadíos.


Y cuando estamos hablando de muchas comunidades de regantes con una
curva no elástica de la demanda, significa que a un aumento mínimo en
el coste del agua salen del mercado. Esto es muy grave, y esto es lo
que propone exactamente, desde el punto de vista de la financiación,
este Plan nacional de regadíos.

Usted ha hecho una labor con las cifras que le agradezco. Se ha
referido a 830.000 millones, etcétera. Mucho más deprisa ha hablado
de una manera confusa y que se entiende mal, aunque lo ha dicho
correctamente, de lo que participan el Ministerio, el Feoga, las
comunidades autónomas, las comunidades de regantes. Para decirlo de
una manera más simple, el Gobierno teóricamente va ha hacer un gran
esfuerzo en regadíos de 237.000 millones en el horizonte del 2008.

Ese gran esfuerzo se queda en 83.000 millones. Si quitamos los
retornos que tendrán que pagar los regantes de año en



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año durante décadas, se queda en bastante menos. Si le quitamos los
retornos del Feoga se queda en bastante menos, se queda en 83.000
millones. Esa es la verdad. Cuando usted habla de que el Ministerio
participa en la modernización, está diciendo lo que el Ministerio
adelanta y que irá recibiendo a través de las Seiasas de los regantes
mediante su canon de año en año. Es ahí donde aparece uno de los
elementos más negativos de este plan, exactamente igual que el de
febrero de 2000. En ese sentido no hay modificación. No hablo de este
plan sólo, sino del plan anterior, de lo que tenían y no ha sido
modificado, aunque quieren dar la apariencia de que sí.

Por tanto, desde el punto de vista de las rentas este hecho es muy
grave porque no todas las comunidades de regantes son iguales, no
todos los territorios son iguales. La rentabilidad no es la misma en
todas partes, pero el Consejo Superior de Agricultura hizo un estudio
hace muy poco tiempo, sobre que a medida de que fuese avanzando en
una política tarifaria el coste del agua, qué cultivos serían
arrojados del mercado, es decir había que abandonarlos, y
consiguientemente explotaciones a cerrar. Es asombroso desde el punto
de vista de cuántas explotaciones serían arrojadas del mercado con un
canon como el que van a tener que pagar gracias a este Plan nacional
de regadíos ¿Cuántas? Muchísimas. Le podría hacer el listado, aunque
no voy a entretenerme, y por cierto en muchos cultivos que se
proponen para los nuevos regadíos.

Hacen ustedes un estudio de previsión en relación con la PAC y su
futuro respecto a los cultivos, las posibilidades que tenemos de
aumentar superficies, producciones, etcétera. En cuanto al estudio
que no tiene nada que ver con lo que luego proponen en el documento
en el apartado de regadíos, no tengo nada que decir. Tiene razón en
que hay cultivos, como por ejemplo el tabaco, el algodón, el arroz,
la patata, el girasol o frutos secos o remolacha, que no tienen
posibilidades de aumentar la superficie, pero si el plan fuera serio
habría una conexión entre esta afirmación que aparece en el capítulo
tres, muy extenso, del documento y los regadíos nuevos que se
proponen y las alternativas de cultivos para los regadíos nuevos que
se proponen, pero ¿cuál es la realidad que nos encontramos?
Absolutamente contradictoria con este hecho. Señor Ministro, ¿cree
que serán rentables regadíos nuevos propuestos que incorporan, por
ejemplo, un 15 por ciento de la superficie a algodón, el 10 por
ciento a girasol o a remolacha el 15 por ciento y éste es uno de
ellos? Vale para todos. Por ejemplo, otro, en el que se propone
aumentar la extensión de patatas en ese área de riego en el 45 por
ciento. Y veo que el capítulo III recomienda no aumentar la
superficie de patatas; al contrario, dice que habrá que reducirla en
el futuro, exactamente lo dice así. En otro capítulo se propone
dedicar el 10 por ciento a arroz, a girasol el 10 por ciento, a maíz
el 30 por ciento, etcétera. Estas son las cosas que debería
resolver un buen Plan nacional de regadíos consensuado, donde
todas las comunidades autónomas, todas juntas, pudieran hablar de qué
hacemos con las posibilidades de cultivos que nos ofrece la PAC, y de
cómo nos ponemos de acuerdo sobre qué cultivos sí y qué cultivos no,
cuántas superficies de regadío en un sitio o en otro. Señor ministro,
en el año y dos meses que dice usted que lleva negociando extensa e
intensamente este Plan nacional de regadíos, a eso se tenía que haber
dedicado.

Pero, como tercer aspecto que me interesa destacar de este documento,
usted no ha querido reunir nunca -digo bien, no ha querido, se ha
negado- a todos los consejeros de agricultura en una conferencia
sectorial para consensuar el Plan nacional de regadíos, nunca. Se lo
han pedido por escrito y de mil maneras, pero usted siempre se ha
negado. Tengo aquí algunas copias de las cartas en que le han
solicitado a usted una conferencia sectorial para tratar del Plan
nacional de regadíos todos juntos, porque es la única manera de que
se pueda hablar de consenso.

Para nosotros un Plan nacional de regadíos que no vaya unido a un
Plan de desarrollo rural tiene poca viabilidad, desde el punto de
vista de política territorial, muy poca, porque hay que ponerse
acuerdo, y fríamente no se deben hacer regadíos allí donde no hay
futuro para el regadío. Algunos ejemplos tenemos, como le recordaban
a usted en el Senado el otro día, en España. Hay que ponerse de
acuerdo consensuando y haciendo que lo que pueda ganar una comunidad
autónoma no lo pierda otra; a esto se ha negado usted. Como se ha
negado, y por eso éste no es el Plan nacional de regadíos del
consenso, a hablar de este tema nada menos que con los productores,
los protagonistas de este asunto, que son los agricultores y
ganaderos del país. ¿Usted ha consensuado este Plan nacional de
regadíos con aquellos a los que les dice que hay que aumentar o hay
que disminuir el arroz, hay que aumentar el tabaco o hay que aumentar
el girasol? ¿En qué sector del país se hubiera producido un hecho
como éste sin el diálogo, la participación, el encuentro con los
protagonistas en la producción? Pues esto ha ocurrido con este Plan
nacional de regadíos que, por supuesto, ya sé que lo va a seguir
diciendo, no puede ser calificado como el Plan nacional de regadíos
del consenso.




El señor PRESIDENTE: Señor Cuadrado, le rogaría que sintetizara para
ir finalizando.




El señor CUADRADO BAUSELA: Le agradezco el recuerdo, señor
presidente, y voy a hacerle caso.

También hay otras cuestiones en el Plan nacional de regadíos, como
todo lo que se refiere a la directiva de nitratos; lo que se refiere
a la directiva marco europea del agua; todas las cuestiones genéricas
que apunta sobre los espacios protegidos, etcétera, que son lugares
comunes que hoy se supone que todos admitimos. El



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problema está en que eso en la parte ejecutiva del Plan no aparece
por ningún lado.

Por ejemplo, un aspecto tan importante desde el punto de vista
medioambiental como una gestión coordinada de aguas subterráneas y
aguas superficiales, teniendo en cuenta períodos secos y períodos
húmedos en los territorios, ¿cómo es posible que una respuesta tan
elemental como ésta no aparezca por ninguna parte en el Plan nacional
de regadíos? Desde un punto de vista concreto, no en el de la
literatura, en la literatura ya sé que está, y sería bueno que se
tuviera en cuenta, pero eso vale para una reflexión de un tipo más
académico, de un tipo más general, pero este es un documento que
pretende modificar las pautas de comportamiento desde el punto de
vista del riego en el país en los próximos años. Nada, absolutamente
nada de nada.

Hay muchas más contradicciones entre la literatura, los objetivos
genéricos de principio y la realidad del Plan. Por ejemplo, lo ha
dicho usted hoy también aquí, prioridad absoluta de este plan:
modernización; más importante que hacer nuevos regadíos es modernizar
los que tenemos, tenemos acequias de tierra, etcétera. Como ha dado
usted los datos, no los voy a repetir yo. Modernizar para consolidar
regadíos, para ahorrar agua, etcétera. Después del plan de 1995,
después de los planes hidrológicos de cuenca anteriores -nadie negará
esto- se produjo un cambio sustancial en aquel momento en la política
de regadíos en España. Apostemos más por la modernización. Se supone
que ustedes continuaban con esa política de apostar -priorizar ha
dicho usted- por la modernización. Pues bien, este plan no apuesta
por la modernización. Los datos, los de verdad, le niegan a usted la
mayor, señor ministro.

En el plan de 1995 de cada 100 pesetas que ponían las
administraciones públicas 77 se dedicaban a modernización; en éste un
poco más, aproximadamente 50 pesetas son para modernización y 50 para
nuevos regadíos. Los datos son bastante tozudos y bastante evidentes,
luego uno puede decir que la modernización es muy importante,
etcétera. Por ejemplo, si ustedes apostaran de verdad por la
amortización, ¿cómo es posible que excluyan de este Plan nacional de
regadíos la actuación sobre las parcelas? ¿No hay ahí un aspecto
fundamental, desde el punto de vista del ahorro, de regar por
gravedad, regar por aspersión, regar por goteo? ¿No hay ahí una
cuestión clave? ¿Cómo es posible que el Plan nacional de regadíos se
olvide de una cuestión tan elemental y tan importante como esta?
Voy a terminar con una pregunta, si me lo permite, señor presidente:
¿para qué sirve este debate en esta Comisión del Congreso o para qué
sirvió el debate en el Senado de hace dos días? ¿Sirve para algo? ¿O
este es un documento que usted presenta aquí pero que no tendrá
ninguna vida parlamentaria? ¿Este es el kilómetro cero o es el último
kilómetro? Si es verdad que usted da por cerrado el documento de mayo
-usted ha dicho a los consejeros en una carta que lo vamos a firmar
en el mes de septiembre no a negociar, ni a hablar- y va a
firmarlo ¿qué pintamos nosotros? ¿Va a haber alguna tramitación en la
que podamos intervenir o va a ser un real decreto aprobado por el
Gobierno y aquí paz y después gloria? Aclaren esto porque podemos
tomarnos en serio este debate pensando que podemos aportar algo, y
parece que esa debía ser la intención, pero me temo, por lo que he
comentado antes, que ésa no es la voluntad que tiene en este momento
el Gobierno. Ya sé que el argumento que suelen dar es que ya está
bien de hablar y vamos a los hechos. Tiene usted razón, ya está bien
de hablar y vamos a los hechos: llevamos cinco años perdidos para los
regadíos en España, y ahora venimos aquí con un documento como si
fuera nuevo pero que es la repetición de uno anterior. ¿Ese argumento
lo quiere usted emplear para que no haya debate, que no haya
posibilidad de negociación, de saber lo que piensan en este momento
los agricultores, las OPA, las cooperativas, etcétera y lo que piensa
el Parlamento, lo que pensamos los representantes de los españoles
sobre este asunto? Ojalá hubieran traído en estos años, en vez de
arrojar a la papelera aquel plan del ministro Atienza, algo mejor
para discutirlo y tratarlo como se trató aquél en su momento, pero
ese no ha sido el procedimiento. La pregunta exacta, señor ministro
es: ¿este es el punto final o es el punto de partida? Si es el punto
de partida díganos en qué términos.

Voy a decir dos palabras, señor presidente, sobre las Seiasas. Lo que
yo sé sobre las Seiasas es que un presidente de una Seiasa cobra 17
millones de pesetas al año y un director general 13 millones de
pesetas al año. De lo demás, sé que hablan con las comunidades de
regantes, que con cada una hablan de una cosa, que a una les hablan
de una financiación y a otras de otra. Ese invento suyo de las
Seiasas crea un gravísimo problema en el funcionamiento del Estado de
las autonomías. Dice usted que las declaraciones de interés general
las hará el Gobierno previa consulta, hablando antes con los
regantes, con las comunidades autónomas, pero aquí no se trata de
eso. Se trata de saber quién decide, por qué mecanismos concretos, en
qué obras y en qué comunidades de regantes se actúa, y eso no está
claro en absoluto, sigue estando como hasta ahora, y es decisión de
ustedes, en el Plan nacional de regadíos. Aquí hemos asistido al
espectáculo bochornoso de ver cómo un grupo político de la Cámara
hace una propuesta en el Senado de obras de interés general sin haber
consultado con las comunidades autónomas, etcétera. Desde el punto de
vista competencial, señor ministro, eso no puede ser.

En el documento debería estar claro quién y en qué momento propone
las obras a modernizar, porque si no a lo que asistimos es a lo que
estamos asistiendo: hay Seiasas que no se han puesto en contacto con
los gobiernos autónomos, que hablan con las comunidadesde regantes
sin que lo sepan los gobiernos autónomos,



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y eso, señor ministro, es malo para el objetivo de la modernización
de los regadíos en España, aparte de que desde el punto de vista
competencial es algo poco aceptable.

Yo soy de los que creen que el Estado de las autonomías es un gran
instrumento, pero se puede convertir, si se utiliza mal justamente en
lo contrario. La apuesta por el Estado de las autonomías tiene que
ver con la cooperación y no con el trabuco al que se refería un
consejero, que es lo que significa este Plan nacional de regadíos.

Firmarán todos, señor ministro, porque no tienen más remedio. Usted
suele emplear una frase que a mí personalmente, se lo digo, me
molesta muchísimo, que es que nadie firma algo nocivo contra sí
mismo.




El señor PRESIDENTE: Señor Cuadrado, yo le rogaría que fuese
terminando.




El señor CUADRADO BAUSELA: Termino con esta frase, si me permite
terminarla.

Hay muchas personas en España, en ámbitos sociales diferentes, que
firman porque no tienen más remedio, pero encima de hacerles firmar o
insultarles diciéndoles que si has firmado no digas que esto es malo,
me parece realmente algo muy grave, señor ministro. Firmarán porque
no hay alternativa a la firma, y usted podrá reírse, pero es un acto
de prepotencia del Gobierno que no es de recibo en un Estado de las
autonomías que ha de basarse en la lealtad y en la cooperación.




El señor PRESIDENTE: A continuación, tiene la palabra el portavoz del
Grupo Catalán de Convergència i Unió, señor Companys.




El señor COMPANYS SANFELIÚ: Señor ministro, en primer lugar, como no
podía ser de otra manera, quiero darle la más cordial bienvenida a
esta Comisión de Agricultura y agradecerle el documento que yo le he
pedido en muchas ocasiones, y además consta en acta que cada vez que
hay una comparecencia le pido el documento que como mínimo en esta
ocasión lo tenemos encima de la mesa y nos ha permitido hacer un
seguimiento más estricto de su intervención. Por tanto, le agradezco
que nos haya dado esta documentación.

Si mal no recuerdo, es la tercera vez que tenemos la oportunidad de
hablar del Plan nacional de regadíos. Creo que fue en marzo de 1994
cuando el propio Congreso de los Diputados instó al Gobierno, en
aquel momento Gobierno socialista, a presentar, junto con el Plan
hidrológico nacional, un plan agrario de regadíos. Se presentó en
febrero de 1996, pero en un momento en que no era posible echarlo
hacia delante porque hubo elecciones.

El ministro Atienza en febrero de 1996 presentó al Consejo de
Ministros, que lo aprobó, un primer Plan nacional de regadíos en el
cual se preveían tres líneas de funcionamiento que básicamente
tampoco han cambiado
muchísimo y el origen del programa se está manteniendo.




En octubre de 1998 fue la ministra Loyola de Palacio quien hizo una
rueda de prensa y lo presentó en el Congreso en un debate que tuvimos
y que no voy a reproducir porque continuaríamos diciendo básicamente
lo mismo. Han cambiado algunas cosas importantes, efectivamente en
aquel momento hablábamos de la PAC, en este de la Agenda 2000; en
aquel momento había preferencias comunitarias, en este no las hay; en
aquel momento no se veía a corto plazo la integración de los países
Pecos, básicamente de países agrarios, y yo creo que en un tiempo
relativamente corto habrá ya un proceso de integración paulatino de
sus propias producciones.




Por tanto, desde 1994 han pasado seis o siete años y parece ser que
ahora el tema va en serio. Le agradezco que sea así, porque yo soy un
gran defensor de los regadíos, quizá porque vengo de unas comarcas
con cien años de regadíos; pero al lado del lugar de donde yo procedo
hay otras zonas, las Garrigas, por ejemplo, donde el secano es duro y
les cuesta continuar viviendo. Aparte de que los regadíos pueden dar
solución a problemas de carácter productivo agrario, también pueden
jugar un papel muy importante como elementos equilibradores del
territorio, sobre todo porque sirven para que la gente se quede en su
territorio. Por encima de todo es importante que se estudie bien,
pero que se lleven adelante los regadíos.

El señor Posada también presentó un calendario dentro de la misma
línea. Por tanto, no voy a entrar técnicamente en ese programa, pero
sí quiero hacerle dos reflexiones. En nuevos regadíos, ya sea en
ejecución o de tipo social, la aportación del regante es del 30 por
ciento y la del Estado del 70 por ciento. En la consolidación
y mejora, si no recuerdo mal, las aportaciones son al 50 por ciento
entre las administraciones y los regantes. En ese caso habría que
estudiar la posibilidad de incrementar las aportaciones del Estado,
es decir, dejarlo en un porcentaje del 70/30 en el caso de la
modificación del sistema de transporte y distribución y de forma
especial en el campo del cambio del sistema de aplicación de riegos,
que es donde se pueden producir los grandes ahorros de agua. Existen
muchas zonas del Estado español de riego a manta, según usted ha
dicho tres quintas partes, que debe ser aproximadamente un 65 por
ciento. La transformación de ese riego a manta a riego por goteo o
riego por aspersión comportaría unos ahorros tan importantes de agua
y un incremento de producción que conseguiría que el Plan hidrológico
nacional tuviese que construir menos embalses de los previstos, con
gran ahorro para las arcas del Estado.

Por tanto, una mayor cooperación a nivel de líneas de actuación entre
el Ministerio de Medio Ambiente, que es el responsable de estos
temas, y una potenciaciónde la transformación de los riegos a manta a
riegos



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mucho más modernos, con un nivel de utilización menor de agua, sería
una de las grandes inversiones que se podrían hacer, con un coste muy
bajo, y ayudarían a producir menos efectos de carácter medioambiental
porque habría que construir menos pantanos.

La aportación de 238.000 millones de pesetas, que es lo que va a
aportar el Ministerio durante esos diez años, es absolutamente
insuficiente y habría que haber hecho un esfuerzo mayor. Eso no está
cerrado y en un plan a diez años, hasta el 2008, ya veremos qué pasa
en el futuro. Como no está cerrado, veremos si de cara al futuro es
posible que a través de modificaciones en los propios presupuestos se
pueden hacer más aportaciones para que sea factible la puesta en
marcha de estos regadíos.

Hay un tema, señor ministro, que me preocupa. Se ha puesto encima de
la mesa, aunque en el Senado prácticamente no se trató. Es el tema de
las Seiasas, las sociedades estatales de estructuras agrarias. Lo que
están haciendo este tipo de sociedades es jugar un papel de
recuperación de algunas competencias propias de las comunidades
autónomas, que aunque usted ha dicho que están trabajando de forma
coordinada, lo cierto es que, según la documentación que yo tengo
encima de la mesa, da la sensación de que van por libre. Si miramos,
por ejemplo, en alguno de los convenios de los que se han firmado que
marcan el papel que juegan las Seiasas, el que juegan los regantes y
el que juegan las comunidades autónomas, nos damos cuenta de que
tanto las comunidades autónomas como los regantes, que aportan el 72
por ciento de la financiación, quedan relegados a un papel de
comparsa.

Por ejemplo, competencias y obligaciones en uno de los convenios que
se han firmado. Hay nueve puntos. Determinar los contenidos de los
proyectos -esto lo hacen las Seiasas-, así como la modificación en
caso de que sea necesario, sin perjuicio, efectivamente, de las
competencias del Ministerio de Agricultura. Realizar las obras de
acuerdo con los proyectos aprobados definitivamente por el Ministerio
de Agricultura. La contratación con terceros de la construcción de
las obras. Realizar la dirección facultativa de la obra, bien con
medios propios o mediante la contratación de terceros. Llevar a cabo
la recepción y la liquidación de las obras. Abonar el coste total de
la ejecución de las obras. Realizar, una vez finalizadas las obras,
la puesta en servicio, los trabajos necesarios para su mantenimiento
y explotación en tanto tengan la titularidad de las mismas. La
sociedad podrá prestar servicios de asesoramiento y asistencia
técnica a los usuarios. Estos servicios podrán ser realizados
directamente o mediante la contratación con terceros. Estas serían
las competencias, correspondiendo a las consejerías aportar una
cantidad de dinero y la gestión y tramitación de los asuntos
oficiales de su competencia. Y a las comunidades de regantes les
corresponde aportar los terrenos y los permisos, acreditar la
disposición del caudal de agua suficiente
en virtud de las concesiones de cuenca, abonar las tarifas, es
decir, pagar, y en general cumplir las obligaciones establecidas. Y,
efectivamente, existe una comisión de seguimiento, de la que forman
parte las comunidades autónomas y los regantes, pero sin ninguna
capacidad.

Señor ministro, tengo entendido que las Seiasas han hecho unas
propuestas de financiación interesantes, por lo que en este momento
no voy a arremeter contra ellas. Creo que podrían ser interesantes a
nivel estatal como elementos de financiación, pero para todo lo
relativo a la contratación y al control están las comunidades
autónomas. Las Seiasas además no se encuentran en su territorio. La
Seiasa del nordeste, por ejemplo, que abarca La Rioja, Navarra,
Aragón, Cataluña y Baleares, ¿sabe dónde tiene su domicilio central?
En Madrid. Eso no tiene sentido. (El señor Cuadrado Bausela: Sí tiene
sentido. Cerca del Gobierno.) Puede ser en Barcelona, en Zaragoza, en
La Rioja o en Palma de Mallorca, pero, efectivamente, si tienen que
estar en el territorio, como mínimo tendrán que ubicarse en él, que
es donde deben estar situadas todas. El Registro Mercantil se
encuentra en Madrid, siendo una especie de apéndice, intentándose
desde el Ministerio realizar una serie de acciones en el territorio
que no le son propias. Señor ministro, yo creo que en este momento
aún hay tiempo. Las Seiasas pueden ser muy importantes a nivel de
todo el Estado español como elementos de coordinación de la
financiación, pero no deben entrar en el detalle de la dirección, de
la modificación de los proyectos, evitando la presencia de las
comunidades autónomas, que tienen todas las competencias al respecto,
sobre todo si tenemos en cuenta que el nombramiento del presidente lo
hace el Ministerio a dedo, así como el consejo de administración.

Hay un tema que a mí me parece grave. Ha dicho usted que esas
sociedades estatales, refiriéndose a las Seiasas, constituidas al
amparo de la ley, tienen autonomía de decisión para actuar en el
tráfico mercantil y no están sometidas a ninguna autorización
administrativa. Por tanto, pocos controles y siempre jugando con el
dinero del Estado, el Estado agrario y por tanto también el de las
comunidades autónomas. Señor ministro, yo entendería que hubiese una
sociedad que se dedicase a la financiación para que todo fuese
parecido en el Estado español, pero yo creo que en esos convenios,
que no tienes más remedio que firmar o perder el 28 o el 30 por
ciento que pone el Estado, tendrían que tener una presencia a su
nivel las comunidades autónomas. Creo que somos mayores de edad y que
hemos apostado claramente por un Estado no sólo descentralizado, que
sería eso que usted propone, sino por un Estado autonómico, y los que
somos leales a la Constitución tenemos que ser leales también en su
aplicación al máximo nivel. Señor ministro, seguramente este fue uno
de los temas que retrasó la entrada del Plan nacionalde regadíos, ya
que ni yo personalmente ni mi



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grupo estamos de acuerdo con que se sitúe a las comunidades autónomas
con competencias ni a los regantes en una posición absolutamente
marginal. Por tanto, quienes aportan el 68 por ciento quedan
absolutamente marginadas. El Estado monta unas empresas en contra de
las declaraciones (que, por cierto, me hicieron mucha gracia) del
propio presidente del Gobierno el otro día en Quintanilla de Onésimo,
donde decía que en una democracia fuerte el Estado se tiene que
reducir y no tiene que hacer el trabajo de los empresarios o de los
ejecutivos, y, en cambio, el Ministerio hace lo contrario: crea unas
empresas, les traspasa todas las competencias y no es posible
efectuar un control de su funcionamiento. Eso se hace a través del
artículo 99 de la Ley de acompañamiento de los Presupuestos, pero con
un acuerdo del Consejo de Ministros en el que no hay un debate
parlamentario que pida responsabilidades a esas empresas.

Señor ministro, yo soy un gran defensor de los nuevos regadíos y me
felicito de que haya un proyecto encima de la mesa, pero me hubiese
gustado que en vez de 240.000 millones de pesetas para 10 años
hubiesen sido más -estoy convencido de que usted también está de
acuerdo en que debía haber más dinero-, y que en vez de que la
transformación y la modificación de los nuevos regadíos sea al 50 por
ciento lo fuera al 60. Pienso que el método de financiación que
algunas han presentado me parece interesante, pero creo que no es de
recibo, y va a traer cola, que apostemos por esas empresas que van
pivotando desde Madrid sobre el resto del territorio y que se dedican
a modificar los proyectos con todas las competencias que tienen
fijadas en ese convenio y que son desmesuradas sobre todo si tenemos
en cuenta que después no hay ningún control sobre ellas. Eso puede
llevar a que no funcionen bien las cosas y a crear problemas
añadidos.

No me voy a alargar más, señor presidente. En todo caso, le agradezco
su información, sepa que nuestro grupo y yo de forma especial estamos
muy interesados en que sea una realidad lo antes posible, pero
queremos que funcione y que funcione bien. Por tanto, le vamos a dar
el soporte necesario, sobre todo si analiza y estudia qué
posibilidades hay de modificar esos mecanismos que han escapado al
debate parlamentario y que en este momento aún estamos a tiempo de
modificar, sobre todo para que las comunidades autónomas asuman su
papel. El Estado español no es un Estado descentralizado; el Estado
español es un Estado de las autonomías con competencias al que no
queremos renunciar. Hablar siempre del famoso artículo al que usted
ha hecho alusión al principio, con el cual parece que hay derecho a
todo, creo que es un error. Hay sentencias del Tribunal
Constitucional que dicen lo contrario. Por tanto, no todo puede ser
ley de bases y le ruego que tenga presente estas sugerencias, si
queremos que esto funcione bien. Creo que esto sería bueno no sólo
para
el Ministerio de Agricultura, sino sobre todo para los regantes, que
son los más necesitados.




El señor PRESIDENTE: A continuación, por el Grupo Parlamentario
Federal de Izquierda Unida, tiene la palabra su portavoz, señor
Centella.




El señor CENTELLA GÓMEZ: Señor ministro, quisiera empezar
agradeciéndole no solamente su comparecencia, como no puede ser
menos, sino también que haya sido más modesto hoy que lo que fue en
su día la señora Loyola de Palacios, cuando en el año 1998 nos
presentó su borrador de plan con todo un despliegue de medios, que ya
le dijimos que tenía más de propagandístico que de real. Al menos
usted hoy, repito, ha sido algo más modesto en la presentación y en
los medios que ha utilizado.

Tras este agradecimiento, debo decirle, como ya le han dicho otros
portavoces, que pocas novedades hay en su explicación. Sobre todo, lo
que su presentación ofrece son pocas perspectivas de las dudas que ya
le planteamos en su día a la señora Loyola de Palacio. Me tengo que
remitir a esa comparecencia porque no se nos ha dado ninguna
posibilidad de participar. Usted ha hablado de consenso, pero en un
sistema parlamentario el Congreso tiene un importante papel que en
este caso no ha jugado. Usted hoy viene aquí a explicarnos un plan en
cuya elaboración no hemos participado. La verdad es que se ha perdido
una posibilidad de mejorarlo, porque la discusión en el Parlamento
siempre trata de enriquecer o por lo menos de aportar las diversas
ideas que cada grupo podamos representar. Esa posibilidad se nos
ofreció por la señora Loyola de Palacio en el año 1998, pero debió
ser una parte más de aquella presentación propagandística que se hizo
del borrador del plan. En ese sentido, como usted comprenderá,
tenemos poco ánimo al intervenir porque entendemos que lo que aquí
podamos decirle poco va a hacer variar el plan, ya que sería
impensable que algo que está ya por firmar se pueda variar por un
debate de dos o tres horas.

Usted viene aquí a explicarnos este plan, pero nos hubiese gustado
que nos hubiera permitido discutirlo entre todos, y además no en lo
general, sino en lo concreto, porque un plan nacional de regadíos no
es una declaración de intenciones, sino que es algo que luego se
plasma sitio a sitio, comarca a comarca y zona a zona. Eso no ha sido
posible porque su grupo y su Gobierno no lo ha querido y de eso
también tendrán que dar cuenta.

En este marco y -repito- con poco ánimo no podemos resistirnos a
expresarle alguna de nuestras opiniones. En primer lugar, nosotros
compartimos la necesidad de que exista un Plan nacional de regadíos y
de que sea asumido por todos, y cuando decimos por todos queremos
decir desde el regante hasta la Administración. Es necesario
aprovechar mejor los recursos que tenemos, pero sobre todo desde
Izquierda Unida



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creemos que es necesario generar una nueva cultura del agua, que esa
es la base que nos puede permitir realmente que el plan de regadíos
sea eficaz. Nosotros creemos que se dio un mal paso con el Plan
hidrológico -no vamos a repetir debates ya pasados-; el plan se
aprobó y ustedes tenían muy claro desde el principio cómo y por qué
métodos se iba a aprobar, pero creemos que esa nueva cultura del agua
es la que puede hacer que lo que usted ha dicho como objetivo
genérico, con lo que, evidentemente, no podemos estar en desacuerdo,
al final sea una realidad. Pero, de lo que hemos oído -de lo que
desconocemos no podemos opinar-, el plan no es un instrumento útil
para primar el asentamiento y la modernización de las explotaciones
en el medio rural, y no lo es de las explotaciones que más lo
necesitan, porque no conocemos las bases sobre las cuales se van a
sustentar para alcanzar esos objetivos. Los Presupuestos Generales
del Estado de los años anteriores no son precisamente un buen ejemplo
que pueda avalarles en este sentido y, sobre todo, no vemos con
claridad cómo se va a concretar este plan en lo que se refiere a las
explotaciones familiares pequeñas y medianas, que son realmente las
que más dificultades tienen. Usted sabe que conseguir que se formen
comunidades de regantes en Andalucía es ya un objetivo en algunos
casos muy difícil de alcanzar. Si no partimos de esa realidad, hablar
de otras cosas es hacer castillos en el aire que luego por muchas
cifras que se den no se avienen a la realidad. Yo le puedo hablar de
Málaga, pero usted conoce otras zonas de Andalucía, como la del
Guadalhorce, en las que conseguir comunidades de regantes es difícil
y sería un objetivo a alcanzar.

Señor ministro, nosotros creemos en la importancia de los regadíos,
seguimos creyendo que el agua es un medio importante en el ámbito
rural, aunque también hay mucha demagogia y habría que matizarlo.

Pero no se pueden crear falsas expectativas, no se pueden generar
falsas perspectivas porque, si no van acompañados de unos recursos
hidráulicos adecuados, estamos generando ruina y estamos generando
problemas. Afortunadamente, estamos en un momento en el que no
existen graves problemas hidráulicos, tenemos buenos recursos, con
todas las matizaciones que se puedan hacer. Hemos vivido momentos
mucho más dramáticos y por desgracia, dada nuestra climatología, los
volveremos a vivir. En este momento podemos ser optimistas a la hora
de presentar un plan, pero éste tiene que contemplar fundamentalmente
una planificación de recursos para el futuro. En ese tema la
modernización es la clave porque ampliar es fácil de prometer y se
puede ir por toda España prometiendo nuevos regadíos, como se ha
hecho y se sigue haciendo, pero conseguir que no se pierda ni una
sola gota de agua por un sistema de regadío totalmente obsoleto
debería ser el primer objetivo. Nosotros no vemos por su explicación
que haya medidas eficaces en plazo, tiempo y forma que realmente
deberían ir más allá del objetivo que compartimos.

Nos preocupa no haber oído una valoración de la estructura económica
y social del mundo rural, ya se lo he dicho anteriormente. Creemos
que esa es la clave para evaluar cómo los agricultores pueden
acometer la financiación de las actuaciones que se plantean. Estamos
hablando -y ya me referiré a la modulación, que tanto le gusta al
portavoz del Partido Popular- de un sector que por desgracia viene
siendo sometido a un continuo endeudamiento y tras sucesivas
desgracias el recurso es ese endeudamiento llamado blando que a los
agricultores les suena un poco sarcástico. Hay que ver la posibilidad
de acometer la financiación en unos parámetros que pueden ser los que
usted ha dado, aunque podemos no estar de acuerdo. Nos preocupa que
si este plan tiene que ser cofinanciado tiene que haber una parte que
se pueda cofinanciar, y tenemos dudas, al menos en zonas importantes
de Andalucía, de que esto sea posible, es más, le diría que estamos
convencidos de que esto no es posible porque los agricultores, sequía
tras sequía, desgracia tras desgracia, ya tienen sobrepasada su
posibilidad de endeudamiento y de recursos. Si a esto añadimos la no
existencia de comunidades de regantes en muchos sitios, usted me dirá
cómo realmente este plan se puede llevar a cabo si no se empieza a
construir desde la base.

Desde esta perspectiva, nosotros creemos que se debería haber
profundizado mucho más en lo que tiene que ser la discusión de base
con los propios actores del plan, que son los agricultores. Hay que
hacer una apuesta por el desarrollo de la pequeña y mediana
explotación. Tenemos que apostar por el desarrollo de la agricultura
para que realmente sea un elemento de asentamiento de la población.

Hay que mencionar otro elemento -y el señor Madero me lo volverá a
escuchar- que es volver a forzar la reconversión del mundo rural,
unas veces mediante unas fórmulas y otras veces mediante un plan como
este, porque al final quienes puedan acceder a cofinanciar los planes
serán realmente quienes tengan esa posibilidad y no otros, porque
sería otra losa más para obligarles a abandonar el mundo rural.

Esto es lo que nosotros planteamos en esta breve intervención,
repito, con bastante desánimo porque no creemos que vaya a servir de
algo. Nos gustaría que esto se viese en los próximos Presupuestos
Generales del Estado, porque ahí va a estar la prueba del algodón de
lo que usted ha dicho, ya que de todo ello, si no va acompañado de
dinero, poco se verá. Las cifras que se dan en planes a seis, ocho o
más años son mucho más de cara a la galería que cifras que luego se
trasladan a los presupuestos, y mucho menos a la ejecución de los
mismos. Por tanto, la discusión y ejecución de los presupuestos del
año 2002 van a ser elementos determinantes.




No me resisto a terminar sin señalar ese compromiso verbal y público
de su Ministerio de apostar por generar esa nueva cultura del agua,
una cultura del agua en



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la que dejemos la demagogia, en la que eduquemos a los agricultores y
al ciudadano en general para que se considere el agua como un bien
público limitado. Eso no puede ser solamente una coletilla que todos
empleemos sino que tiene que ir acompañado de medidas eficaces, tanto
desde su Ministerio como desde otros que tienen competencias.

También hay que acabar con una situación que se da con demasiada
frecuencia, y es que se sigue viendo al agricultor como un enemigo de
parte de la sociedad. Como sabe, soy diputado por Málaga y en la
Costa del Sol se sigue considerando a los planes de regadío como los
grandes culpables de que la Costa del Sol no tenga agua, cuando eso
no es así. Sin embargo, es una mentalidad que se va extendiendo en la
sociedad y hay que combatirla, repito, con esa nueva cultura del agua
que pueda mostrar que es compatible la existencia de regadíos
sostenibles medioambientalmente con las soluciones de otros problemas
de abastecimiento de agua en ciudades y otras zonas. Conviene que,
detrás del Plan de regadíos, que nos gustaría que fuese consensuado
de verdad, no solamente estén los agricultores sino el conjunto de la
sociedad porque sería posible la viabilidad del Plan.

Para terminar, quisiera indicarle que nuestro grupo -se lo dijimos a
doña Loyola de Palacio, es verdad que con poco éxito- está dispuesto
a participar y aportar nuestras ideas en todos los foros a los que se
nos llame, evidentemente con las fuerzas parlamentarias que nos han
dado las urnas y con el caso que normalmente nos hace el Gobierno.

Estamos dispuestos a participar y a aportar ideas porque creemos que
en el futuro del Plan de regadíos, como en el futuro de la gestión
del agua, está no solamente el futuro de la economía sino de la
propia vida de este país.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Centella.

A continuación, tiene la palabra el portavoz del Grupo Vasco señor
Azpiazu.




El señor OTXOA DE ERIBE ELORZA: Gracias, señor presidente. Perdone
que le corrija, pero soy Otxoa de Eribe.




El señor PRESIDENTE: Disculpe, señor Otxoa de Eribe, pero me han
pasado una nota errónea.




El señor OTXOA DE ERIBE ELORZA: Intervengo en sustitución del señor
Txueka, portavoz habitual en esta Comisión, hoy ausente.

En primer lugar, señor ministro, quiero darle la bienvenida
y agradecerle su presencia en esta Cámara, presencia deseada y largo
tiempo esperada, por lo oído en las intervenciones de otros
portavoces.

Tengo que decirle que no soy un gran experto en estudiar documentos,
pero este documento de parvulario que nos suministraron ayer a la
tarde sí me ha dado
tiempo a leerlo y he sacado muy cortas conclusiones según lo que aquí
aparece. Evidentemente, hay que buscar información en otros ámbitos,
que no en los parlamentarios. No voy a abundar en detalle en esa
cortesía o descortesía que ha podido suponer ese suministro de datos
al que se han referido otros portavoces anteriormente; lo que sí voy
a decir es que, con esta escasísima información y la recogida en
otros ámbitos profesionales, no parlamentarios, e incluso en algún
gobierno regional, hemos podido ver que la forma en que se nos
presenta el Plan de regadíos -a la que ya hicimos mención en la
presentación del Plan hidrológico nacional que está en conexión con
aquél- es muy deficiente.

Nos parece muy deficiente la fecha y la forma en que se presenta
porque no se corresponde con la filosofía del Partido Popular que
usted defiende y al cual pertenece, que ya expresó en esta Cámara el
22 de marzo de 1994, por iniciativa de personas importantes de ese
partido como el señor Rato y la actual comisaria señora De Palacio,
que habían aprobado que el Plan nacional de regadíos fuese previo, en
todo caso, al Plan hidrológico nacional o, como última concesión, que
se presentasen conjuntamente ese Plan hidrológico nacional y el Plan
nacional de regadíos. Le recuerdo que fue aprobado por unanimidad en
esta Cámara en el año 1994 pero, al parecer, el Partido Popular
cambió de opinión y presentó el Plan hidrológico nacional con
anterioridad, y ha dejado el Plan nacional de regadíos con un corsé
de medida exacta al cual se atiene éste. Entendemos que esto no es
lógico porque, junto con principios filosóficos no discutibles en
ningún aspecto, y que usted ha enumerado, sobre lo que un plan
nacional de regadíos debe suponer, hay unos principios de equilibrio
social, por ejemplo, que para nosotros son absolutamente
prioritarios. Se lo decimos con absoluta claridad. Entendemos que el
Plan nacional de regadíos debe ser, ante todo, una herramienta para
conseguir un reequilibrio de rentas en el campo y para lograr el
asentamiento en el campo de población deficitaria en sus ingresos
económicos. Seríamos algo más críticos a la hora de hablar de
superproducciones, sobre todo de determinados productos, pero tampoco
me voy a extender en esto porque, con anterioridad, también se ha
explicado por otros portavoces. Solamente quiero apuntar que
participamos de esa inquietud y la compartimos.

La Ley de Aguas establece en su artículo 38 que la planificación
hidrológica se realizará teniendo en cuenta los diferentes planes
sectoriales, los de urbanismo, los de ordenación territorial, los
planes parciales y la planificación hidrológica, con los que irá en
coordinación. Insisto, esa coordinación no se ha llevado a cabo. Los
planes de ordenación territorial, que a nuestro juicio tienen un
interés por encima tanto de los planes de regadío como de los
hidrológicos, no se han estudiado en absoluto. Esto supone que en
este momento, insisto, nos da la sensación de que ustedes nos han
presentado



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un plato precocinado, envasado, muy bonito, respecto del que no nos
dejan opinar ni sobre el continente ni sobre el contenido; nos van a
permitir opinar sobre el color de la etiqueta. Amparándose en ese
famoso artículo 44 de la Ley de Aguas, que parece que se interpreta
cuasi como un derecho de pernada, se ha pasado por encima de las
competencias de otras comunidades autónomas y de los otros entes del
Estado (no olvide usted lo que aquí también se ha dicho, que estamos
en un Estado de las Autonomías y no en un Estado férreamente
centralista, que es lo que parece que se quiere instrumentar con ésta
y con otras leyes parecidas) y, repito, no se ha pactado con los
órganos que ostentan esas competencias. Aunque usted dice que esta
ley es fruto del consenso, yo le digo que, al menos en lo que al País
Vasco concierne, tal consenso no ha existido. A usted le consta que
ese consenso no existe y que hay una firme discrepancia, que se
planteó ya en la tramitación del Plan hidrológico nacional, porque
los problemas derivan, insisto, de la aplicación de ese artículo 44
que permite, en cualquier momento, en cualquier lugar y en cualquier
situación, declarar una obra de interés general sin ningún criterio
objetivo ni justificado. Ese es el problema. Es más, no solamente sin
ningún criterio, sino pasando por encima de procedimientos habituales
y obligatorios. Así, se da el caso de que la única intervención que
ha tenido el Gobierno central en regadíos en la Comunidad Autónoma
del País Vasco, que es el regadío de La Rioja alavesa, junto con
parte de la Comunidad Autónoma de La Rioja, usted sabe que está
recurrida ante las Comunidades Económicas Europeas y que éstas han
aceptado ese recurso a trámite. Ni siquiera se han molestado en hacer
una previa declaración y estudio de impacto medioambiental. Si ese es
el procedimiento que se va a seguir en el resto de obras que ustedes
prevén en el Plan nacional de regadíos, flaco servicio van a hacer
ustedes, como Gobierno, a la integración competencial del Estado con
esas comunidades autónomas y a que este documento y lo que de él se
derive sea precisamente un documento de consenso.

Ustedes dicen -y creo recordar que lo dicen en alguna parte del
articulado del propio proyecto de ley que presentan-, en la página
349, en el programa de regadíos de interés social, que los regadíos
de carácter social declarados de interés general tendrán preferencia
en el desarrollo del Plan hidrológico de la cuenca del Ebro. La
tramitación de las pertinentes concesiones se vinculará expresamente
a las reservas establecidas al efecto en los planes hidrológicos de
cuenca para dichos regadíos sociales. Pues bien, este párrafo
contradice completamente la puesta en marcha del regadío de La Rioja
alavesa, ya que el origen del agua de dicho regadío no tiene nada que
ver con lo señalado en el Plan hidrológico de la cuenca del Ebro,
donde le recuerdo que se especifica, por ejemplo, que los recursos
del río Bayas sean dedicados íntegramente al suministro de la cuenca,
absolutamente deficitaria en este momento. Si
alguna vez visita el País Vasco puede darse un paseo a lo largo de
todo el río, y comprobará que está absolutamente seco y que las
poblaciones no tienen suministro. Pues bien, desde ahí se pretende
llevar agua a unos territorios que están fuera del ámbito de la
cuenca, fuera de la comunidad autónoma. Quizás la razón de esto
estribe en lo que usted dice aquí -que no es nada nuevo-, que las
tierras en regadío cuadruplican su producción. Evidentemente, para
aquél que puede es un negocio comprar tierras de secano y luego
conseguir que éstas se rieguen con la aportación de dinero del
Estado. De esto a lo mejor sabe algo algún ilustre miembro de su
partido, que, como sabe, presionando a la Comisaría de Aguas del
Ebro, introdujo subrepticiamente la presa de Andagoya en el Plan
hidrológico nacional, presa que no está en el Plan hidrológico de
cuenca del Ebro. Quizás usted pueda contestarme a esa pregunta, que
tengo tramitada y que no tiene contestación por el momento, y pueda
explicarme qué presa es, dónde está y a qué se va a dedicar, puesto
que es una presa que aparece sin ninguna especificación en los planes
correspondientes y tampoco aparece aquí, en el plan de regadío.

Podría extenderme mucho más en los aspectos de su planificación de
regadíos que son incongruentes con la planificación hidrológica de
cuenca que ustedes se han dado y que se ha dado este Parlamento, pero
no voy a ir más allá, simplemente vuelvo a insistir en ello. Sabe
usted que la posición del Gobierno vasco, competente en esta materia,
está muy clara en el acuerdo al que se llegó verbalmente y en los
tres folios que se escribieron -que si quiere se los paso- en el
acuerdo previo con el señor Matas sobre el respeto competencial. En
él, el Gobierno vasco pedía para su aprobación no que la comunidad
autónoma fuese competente en todas las materias, sino que se le diese
audiencia en los trámites de actuaciones de este tipo que se
realizasen en su territorio, puesto que ella tiene la competencia de
planificación del regadío. Curiosamente, como ustedes no se han
entendido con el Gobierno vasco, competente en esta materia, han
llegado a acuerdos parciales con la Diputación Foral de Álava,
pasando por encima de las competencias de la comunidad autónoma.

Insisto, con la Diputación Foral de Álava, curiosamente del Partido
Popular -no sé si eso les ha allanado el camino-, se ha llegado a
unos acuerdos que no respetan el Plan de regadíos previamente
existente, competencia del Gobierno vasco. Curiosamente también, si
usted ve el mapa, en las zonas de Álava en las que se planifica el
regadío, hay alcaldes del PP, mientras que en las que no hay regadío,
los alcaldes son de otro color. Además, ustedes solamente van a poner
en marcha regadíos para solventar el problema de algo más del 50 por
ciento de las 8.000 hectáreas largas deficitarias de agua en este
momento. No entendemos por qué se pone en marcha en una parte de las
hectáreas censadas como necesitadas y en la otra no. También tendría
que preguntarle



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dónde está esa parte. Esto es, y le voy a dar cifras concretas, si
ustedes dicen que las 8.741 hectáreas, cuyas necesidades de agua no
alcanzan al 75 por ciento, no se definen por zonas y que la actuación
que ustedes prevén hasta el año 2008 con una inversión de 1.399
millones de pesetas. Corresponde solamente al 50 por ciento de estas
hectáreas, mi pregunta es qué pasa con las otras ¿Es que este plan no
va a solventar la carencia de agua antes del 2008 para esas hectáreas
y vamos a seguir aplicando el criterio del amiguismo del Gobierno de
para unos sí y para otros no?
Insisto, no quiero extender demasiado mi exposición puesto que este
es un trámite inicial ante esta presentación del proyecto y,
lógicamente, en buena práctica parlamentaria, supongo que tendremos
ocasión para discutir ampliamente sus contenidos.

Espero su contestación al respecto.




El señor PRESIDENTE: Señor Otxoa de Eribe, disculpe la confusión que
hemos tenido al darle la palabra.

A continuación, tiene la palabra el portavoz del Grupo Mixto, señor
Vázquez, por el Bloque Nacionalista Galego.




El señor VÁZQUEZ VÁZQUEZ: Empiezo, como siempre, agradeciendo al
ministro su comparecencia en esta Comisión, hoy día 6 de septiembre.

Tal como el señor ministro expresaba y también se hizo referencia en
intervenciones anteriores, deseamos que esa presencia sea continuada
porque el sector del que tratamos en esta Comisión requiere de
bastantes discusiones.

Para que quede constancia, voy a reiterar que el esquema del Plan
nacional de regadíos nos llegó ayer. Lo normal hubiera sido que se
hubiera hecho con bastante más antelación porque así hubiéramos
profundizado más sobre él. Dicho esto, vamos a hacer una primera
valoración sobre este Plan nacional de regadíos que nos presenta el
Gobierno. Los objetivos o las líneas generales del plan nos parecen
estupendos y tan estupendos que en el propio esquema que se nos pasa
se dicen verdades como puños: los regadíos aumentan la productividad,
multiplican las rentas, diversifican las producciones, reducen los
riesgos climáticos, crean empleo, fijan población. Esto quiere decir,
y estamos de acuerdo, que el que una zona agraria cuente o no con
modernas infraestructuras de regadío no es indiferente desde el punto
de vista de su desarrollo y de sus posibilidades. Por tanto, la
orientación que haga el Gobierno sobre la potenciación de los
regadíos en determinadas zonas también expresa una directriz política
sobre qué zonas quiere desarrollar y cuáles no. No sé si se me
entendió bien: partiendo de que sus afirmaciones son correctas, la
decisión que tome el Gobierno expresa con claridad cuál es la
orientación, qué zonas del Estado quiere desarrollar y cuáles no. No
voy a hablar de
todas las previsiones porque están perfectamente claras en ese
esquema.

Al margen de que no vaya a entrar en las cosas generales como decía
porque más allá de que este plan se llegue a realizar o sea
suficiente para satisfacer las necesidades existentes en distintas
comunidades autónomas en las distintas agriculturas del Estado, que
esté coordinado o no con el Plan hidrológico y todas esas cuestiones,
quiero decirle señor ministro que al Bloque Nacionalista Galego le
llama la atención que tal y como sucedía también y va a suceder
porque eso es lo que está determinado con el Plan hidrológico, las
inversiones previstas por el Gobierno en Galicia en materia de
regadío, no sé como calificarlas, son ridículas, escasísimas. De los
836.000 millones previstos hasta el año 2008 de los que usted habla
sobre el total estatal, a Galicia le van a corresponder 5.390
millones, es decir, el 0,64 por ciento. Nos parece inexplicable. No
vamos a decir que las necesidades en materia de regadíos modernos
sean iguales en todas las comunidades autónomas. Tampoco vamos a
decir que Galicia tenga más necesidad de regadíos que otras
comunidades autónomas, pero de ahí a que no tenga ninguna, hay un
abismo, a ver si nos entendemos. Además, las previsiones del Gobierno
parecen indicar que en Galicia prácticamente no hay ninguna necesidad
de poner en marcha regadíos modernos.

Ustedes seguro que se empeñarán, como oigo constantemente, en que,
como en Galicia llueve mucho, hay una pluviometría muy abundante,
esto de los regadíos para qué si ya llueve. Pero no es así, porque si
se lleva toda la vida regando será por algo, y ahora no va a ser
distinto. Una cosa es que llueva y otra es que las tierras tengan las
características que tienen y que para mantener las producciones sea
necesario regar. Por lo tanto, a nosotros no nos satisfacen esas
previsiones, señor ministro.

Respecto a la inyección económica que va acompasada con las
hectáreas, ustedes pretenden consolidar en Galicia, según este plan,
6.455 hectáreas de regadío y otras de 2.500 al parecer por la vía de
los regadíos sociales; pero 6.455 de un total de 1.134.891 hectáreas
en el conjunto del Estado hasta el 2008. Aquí, esto está en las
mismas proporciones de las que le hablaba antes, cero y pico por
ciento.

No sé qué le puedo decir, señor ministro, creo que usted es un hombre
con sensibilidad, No sé si en lo que estoy diciendo me dará toda la
razón, pero algo de razón tendré. Usted mismo hacía referencia, por
ejemplo, a uno de esos principios que rigen el Plan de regadíos, que
no se excluían los pequeños regadíos en zona de declive porque eso
fijaba población, tenía interés social, etcétera.

Tengo que recordarle que no sólo es que Galicia tenga una clara
vocación agrícola y por necesidad sino que tiene posibilidades
productivas importantes, y tampoco creo que sea necesario recordar
que está atravesando



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una profunda crisis en este terreno, afectado por el encorsetamiento
del desarrollo del sector lácteo, o el cárnico, que ahora nos vendrá
encima, por más que el otro día usted políticamente declarara en
Santiago de Compostela aquello de que el Gobierno tendrá en cuenta
las peculiaridades del sector cárnico de Galicia. Eso ya sabe usted
que ya lo veremos con hechos. Por sus hechos los conoceréis, señor
ministro, no por las palabras. Sin embargo, el conselleiro de su
partido ya nos dijo que aquellas explotaciones con menos de seis
vacas, liquidadas todas. Pues eso se lo ha debido contar alguien,
porque es que pensar, pensar por sí mismo, no piensa, ¿no? (Risas.)
Esa crisis es evidente, pues se están perdiendo miles de puestos de
trabajo, no hablamos de centenares, no hablamos de unos pocos, sino
de miles, como usted lo sabe, y efectivamente hay una despoblación en
amplias zonas rurales.

En estas circunstancias, coincidiendo con este criterio, que yo
comparto, al que hice referencia antes en esa zona de declive, parece
más lamentable que el Gobierno no considere esa necesidad de
potenciar los regadíos en zonas o comarcas en las que, como sabe, son
las que venimos insistiendo que es necesario ponerlas en marcha, como
son A Limia, Terra Chá y Val de Lemos, donde es necesario invertir
ahí, porque hay necesidades objetivas, porque hay también
posibilidades de desarrollo y más aún en unas circunstancias de
crisis como la que está padeciendo el agro en Galicia.

También oí en su intervención que había que tener mucho cuidado con
dónde se invierte, porque el aumento de zonas regables en unos
lugares, iría en detrimento de otros. Yo no quiero hacer el
razonamiento al revés, no sea el demonio que a nosotros no se nos
incremente para que otros se beneficien. ¿Me entiende lo que le
quiero decir, señor ministro? Seguramente alguna de SS.SS. pensará
que este es el típico victimismo de estos grupos que no tienen una
visión de conjunto y, entonces, sólo se preocupan de lo inmediato,
estas cositas que siempre se nos dicen, cuando nosotros con esta
intervención lo único que demandamos es un trato un poquito más
equitativo, un poquito más justo. Señor ministro, a pesar de la
propaganda, seguimos siendo, desgraciadamente, no porque queramos,
objetivo número 1. Desde luego no avanzamos en el recorte de la
diferencia económica que hay con otras zonas del Estado y de Europa y
por lo tanto con estas políticas, señor ministro, mucho me temo que
seguiremos en esa clasificación, salvo que con esto de los Pecos
salgamos de ella pero por otra vía. No sé si era el principio de
Arquímedes, aquello de que empuje usted que sale por otro, pero no
porque mejorásemos.

Otro dato: curiosamente su propio folleto nos dice que la mayoría de
los fondos que el Feoga-Orientación destina a este tema van dirigidos
a regiones objetivo número 1.

Señor presidente, instamos al señor ministro, no sé si conseguiré
algún resultado, a que reconsidere el plan,
a que se incrementen sustancialmente las hectáreas de nuevo regadío
previstas en Galicia en esas zonas de las que hablaba -no sé si pedir
tanto- en un mínimo de 20.000 hectáreas, y a que incremente las
previsiones presupuestarias y que se utilice la vía del regadío
social que sería la más apropiada para las características que
nuestras comunidades de regantes pueden tener. Termino diciendo que,
si esto no es así, seguiremos siendo críticos con este plan y, le
importe o no mucho, no tendrá nuestro apoyo.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo parlamentario Popular, tiene la
palabra su portavoz, señor Madero.




El señor MADERO JARABO: En nombre del Grupo Parlamentario Popular
quiero dar la bienvenida a la Comisión al señor ministro de
Agricultura. Señalaré como dato objetivo que estamos en la VII
legislatura y que es la primera vez que se presenta en la Comisión de
Agricultura un Plan nacional de regadíos. Por ello, señor ministro,
mi grupo le felicita y quiere que esta felicitación al Gobierno la
haga S.S. extensiva a todo su equipo de colaboradores y a todos los
funcionarios del Ministerio de Agricultura que han hecho posible, por
fin, que venga a este Parlamento el señor ministro para informar
sobre el Plan nacional de regadío, cuando previamente ya se había
aprobado el Plan hidrológico nacional con los planes de cuenca,
etcétera. Dentro de ese marco general, cuando se saben las
disponibilidades de agua, cuando se ha estudiado una serie de
elementos imprescindibles para poder llegar a las conclusiones, es
lógico que llegue el Plan nacional de regadíos como un hecho
objetivamente importante, que valoramos de manera muy positiva.

Reiteramos nuestra felicitación al Ministro, al presentar hoy en el
Congreso de los Diputados el Plan nacional de regadíos y que presentó
anteayer en el Senado. Entendemos que es un plan racional que
vertebra el territorio, que aumentará el nivel de vida de los
agricultores, ordenará las producciones y los mercados agrarios y,
como se dice en el documento, mejorará las infraestructuras de
distribución y aplicación del agua de riego, al mismo tiempo que se
incorporan criterios ambientales en la gestión de tierra y de aguas.

Quisiera señalar en nombre de mi grupo, señor ministro, que nos
parecen sumamente interesantes los regadíos de interés social, esos
pequeños regadíos que responden al concepto multifuncional propio del
modelo europeo de agricultura. Se trata de pequeños polos de regadío,
de pequeñas superficies que se van a regar y que ayudarán, sin duda,
a fijar la población, a reducir las diferencias de renta y las
diferencias del nivel de vida entre las áreas rurales más frágiles y
las más desarrolladas, es decir, que colaborarán de manera inequívoca
a equilibrar el territorio y a crear y sostener el empleo agrario.

Nuestra valoración, señor ministro, es totalmente positiva. Nos
parece que es un plan racional



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y creemos que es importante acabar los regadíos iniciados, consolidar
y mejorar los existentes, al tiempo que, repito, son de sumo interés
los nuevos regadíos sociales que dinamizarán esas zonas que antes
hemos citado. Asimismo nos parece que es un plan realista porque
viene por primera y única vez con su ficha financiera. Aquí se han
puesto 5.000 millones de euros sobre el papel y que están
comprometidos sucesivamente a través de las distintas
administraciones y de los privados. De lo que sí se sorprende mi
grupo es al oír al portavoz del Grupo Socialista, cuando se van a
mejorar aproximadamente 1.200.000 hectáreas y se van a crear unas
140.000 hectáreas nuevas de regadíos, que se empieza con una rebaja
de miles de millones y al final el Ministerio casi se va gratis.

Dígame, señor ministro, cómo se puede hacer ese millón y muchos
cientos miles de hectáreas gratis por parte del Ministerio. Si tiene
la fórmula, le ruego que nos la comunique porque entonces mi
felicitación la elevaremos al cubo.

Además, dentro de ese realismo se han considerado las variables, que
no podía ser de otra manera, de suelo, de clima, de PAC y del futuro
de la agricultura en el contexto europeo y mundial en el que nos
estamos moviendo. Por supuesto nos parece bien desde el punto de
vista político, y hasta funcional y realista, el acuerdo con las
comunidades autónomas al que el señor ministro ha hecho referencia.

Por cierto que a las comunidades autónomas con plena competencia en
materia de regadíos este portavoz en nombre de su grupo va a ir
preguntando de uno en uno si es que los consejeros y consejeras son
unos pobres hombres y mujeres que se ven obligados a firmar el papel
que el ministro les pone delante. Me parece que esa afirmación que se
ha hecho hace hora y pico es degradante para los titulares de las
consejerías de Agricultura que en la Conferencia Sectorial negocian
con el ministro; unas veces habrá acuerdo y otras no, pero decir que
van a ir como corderos al degolladero y que firmarán un papel que les
va a poner el Ministerio por delante, me parece que cuando menos es
degradante para esos consejeros.

Tampoco admite mi grupo, señor presidente, señor ministro, señorías,
lecciones de cómo deben ser las comparecencias del ministro en esta
Comisión o de cómo debe funcionar el Parlamento. Nos parecen
inaceptables esas observaciones y pido al señor presidente de la
Comisión y a los señores miembros de la Mesa que nos digan ahora, o
en su momento, si es que ahora no tienen datos, cuál es el
incumplimiento que ha hecho el señor ministro al acudir esta tarde a
esta Comisión. Ha venido a petición propia para informar sobre este
tema y reiteramos nuestra felicitación porque por fin alguien, y ese
alguien tenía que ser un ministro, y tenía que serlo del Partido
Popular, eso estaba claro, nos haya venido a informar de que hay un
Plan nacional de regadíos y que se pone en marcha desde ya.

Señorías, para este portavoz y para mi grupo es una sorpresa el
empezar diciendo que no se tiene información y continuar indicando
que el documento que se presenta es idéntico al de febrero de 2000. O
no se conocía el del 2000, o no se conoce éste, o se conocía el
anterior, o se conocen los dos. ¿Cómo se pueden hacer comparaciones?
¿Cómo se puede opinar sobre un documento que se dice desconocer,
cuando además sobre él se hacen multitud de críticas? No entendemos,
repito, por qué se dice que no se conocía el documento del horizonte
2008 del Plan nacional de regadíos. Entiendo que quien ha dicho esto
no solamente lo conocía sino que ese portavoz sabía lo que usted,
señor ministro, iba a decir, lo que él iba a contestar, la réplica
que viene a continuación y todo lo demás, porque es adivino, y así lo
ha dicho en la rueda de prensa que antes de celebrarse esta Comisión
ha dado el señor portavoz del Grupo Socialista. Todo lo que usted
está diciendo, señor ministro, y todo lo que aquí está ocurriendo ya
se ha televisado, pero no en diferido, sino en el túnel del tiempo,
anteponiéndonos a lo que aquí va a pasar, ya se ha dicho en la rueda
de prensa antes de las cinco de la tarde, hora lorquiana, hora
taurina.

Lo que nos preocupa, señor presidente, señor ministro, es que aquí se
nos den lecciones sobre lo que debe de ser un Plan nacional de
regadíos, porque cuando se oye que no se debe regar allí donde hay
futuro a algunos nos preocupa mucho. Precisamente el futuro habrá que
buscarlo entre otras cuestiones con un elemento esencial, que es el
agua. También aquí la faceta de adivino sale por todas partes, porque
al parecer no hay futuro para los cultivos energéticos, que a lo
mejor hoy son de alimentación humana o de alimentación animal, ni
parece ser que haya futuro para los cultivos industriales que hoy
tienen otros usos. Entendemos que el futuro no está escrito y que nos
lo tenemos que ganar día a día, y un elemento esencial es dinamizar
aquellas zonas en donde los regadíos son posibles con un gran
esfuerzo de todos, del Gobierno central y también de los gobiernos
autonómicos que, repito, se cifra en ochocientos y muchos miles de
millones de pesetas, en 5.000 millones de euros. En este sentido,
ante estas expresiones tan dirigistas de qué hay que hacer y qué no
hay que hacer, y si hay futuro o no lo hay, que Dios nos libre de
tener nunca a ciertas personas responsables de esta materia, porque
tienen un interés dirigista preocupante que sin duda serían capaces
hasta de reinventar el Servicio Nacional del Trigo.

Cuando se nos pregunta que para qué sirve este debate, señor
ministro, contestaré que al Partido Popular y al Grupo Popular le
sirve de mucho. Primero, para que quede constancia, donde debe
quedar, en sede parlamentaria, de que se ha hecho un plan de futuro
con el horizonte del 2008, que nos parece de lo más interesante.

Segundo, porque el grupo que apoya al Gobierno, el grupo que le
felicita, señor ministro, también le anticipa que pedirá su
comparecencia o la de los altos cargos



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del Ministerio de Agricultura para que nos den sucesivas
informaciones sobre lo que no haya quedado claro o de lo que vaya
sucediendo con el paso del tiempo, ya que con el devenir de las cosas
se dan nuevas situaciones que nuestro grupo querrá aclarar aquí, en
sede parlamentaria.




Ante la afirmación de que si han sido cinco años perdidos, y antes de
terminar mi intervención, quisiera preguntarle, señor ministro, si
tiene datos a mano para podernos ilustrar, respecto a cuántos han
sido los miles de hectáreas sobre los que han actuado en estos cinco
años el Ministerio y las comunidades autónomas. Si no los tiene a
mano, ya se lo preguntaremos por escrito o mediante alguna otra
iniciativa parlamentaria. Porque cuando se hacen alabanzas o se dicen
cosas que no se ajustan a la verdad, por decirlo de la forma más fina
de la que soy capaz, hay que recordar que efectivamente existe un
plan anterior, el famoso horizonte 2005, que se publicó en el Boletín
Oficial del Estado con las Cortes disueltas, pero que ningún ministro
de Agricultura socialista nos ha hablado nunca de regadíos. En 1996,
con las Cortes ya disueltas, aparece ese Plan nacional de regadíos.

Por cierto, como no había ni plan hidrológico nacional ni planes de
cuenca, técnicamente el Plan se caía solo. Pero es que, además,
tampoco había ficha financiera, no se sabía cuánto costaba ni quién
lo iba a pagar. En definitiva, era un folleto electoral para la
campaña de 1996 que, por cierto, les valió de muy poco a sus autores.


Cuando en el Partido Socialista se habla, como se hace aquí, del Plan
nacional de regadíos, nos parece que es una simple pataleta, porque
el Partido Popular está haciendo, en mucho menos tiempo, lo que el
PSOE no fue capaz de hacer en más de dos mil días de gobierno.

Reitero, señor ministro, nuestra felicitación en esta materia. Y
termino diciendo, señor presidente, que seguiremos pidiendo
información al Ministerio, que seguiremos recabando información en
las propias comunidades autónomas y que, además, ofrecemos la
colaboración al Ministerio, a las comunidades autónomas y a los
regantes para desarrollar este Plan nacional de regadíos, que estamos
seguros que beneficiará de manera definitiva a las zonas rurales
menos desarrolladas.




El señor PRESIDENTE: Para contestar a las preguntas y sugerencias que
se le han hecho al señor ministro, tiene la palabra.




El señor MINISTRO DE AGRICULTURA, PESCA Y ALIMENTACIÓN (Arias
Cañete): En primer lugar, quisiera hacerle una aclaración al portavoz
socialista. Estaba muy ocupado dando ruedas de prensa mientras
comenzaba yo mi intervención, y probablemente no escuchó mi
manifestación inicial de plena disponibilidad para comparecer ante
esta Comisión. Lamentablemente, el Ministerio de Agricultura carece
de secretario de Estado, y además es el Ministerio que
asiste a más consejos de ministros europeos que ningún otro. Hemos
tenido cerca de 19 consejos europeos a lo largo de un año que
requieren muchas ausencias de España. No tengo un secretario de
Estado que pueda comparecer para responder a preguntas y tengo que
hacerlo personalmente. Además, el hecho de haber comparecido cinco
veces en un año no creo que desmerezca nada con ningún ministro de
ningún partido político de ninguna época. Porque don Carlos Romero
compareció 19 veces en siete años. El señor Solbes, nueve en tres. El
señor Albero, tres en dos. El señor Atienza, efectivamente, diez en
dos. Espero, a lo largo de este año, mejorar sustancialmente el
récord mundial de comparecencias en esta casa. Para eso he ofrecido a
la Presidencia tres fechas del mes octubre para poder resolver todas
las dudas que tengan sus señorías. Estoy muy cómodo en esta Comisión.


La altísima capacitación intelectual de SS.SS. supone que los debates
son un reto, es atractivo venir a debatir con ustedes y me siento muy
cómodo. Por tanto, pienso venir tantas veces requieran mi presencia.

Dicho esto, voy a abordar las intervenciones de SS.SS., las cuales
agradezco, puesto que se nota que han estudiado la cuestión. Siento
que piensen que la información no está disponible, pero es que yo
creía que todos los parlamentarios tenían ordenador en su despacho y
acceso a Internet. Me he equivocado. (El señor Díaz Díaz: Hay un
virus.) Es posible que haya un virus, pero repito que yo creía que
todos ustedes tenían acceso a Internet y pensaba que, al tratarse de
una documentación tan copiosa, no tirar papel era un sistema válido
de economizar. Ahora bien, si ustedes quieren la información impresa
en papel, la imprenta del Ministerio está a su disposición y se la
facilitará, aunque creo que tenemos que aprovechar Internet y los
grandes beneficios de la sociedad de la información.

Decía el portavoz socialista que este plan no presenta novedades
respecto de planes anteriores. Efectivamente, si se habla de grandes
líneas, hay que decir que hemos seguido trabajando en las mismas:
mejora y modernización como eje principal y limitación de los
regadíos en ejecución. Y una novedad fundamental que el plan
socialista jamás contempló: los riegos sociales. Esto no figuraba en
el plan de 1995. Se ha quejado también de que este plan viene con
retraso y que se han perdido miles de años. Yo dije en el Senado que
el regadío no comienza ni se agota con el Partido Popular. La
necesidad de un plan de regadíos en España data probablemente de
decenas de años. Entre 1982 y 1986 no se aprobó un plan nacional de
regadíos y no me digan que en 1995 se aprobó uno, porque no era un
plan y les puedo dar razones.

Cuando ustedes dicen que si no vamos a discutir una ley, deben
fijarse en la diferencia de comportamiento normativo y de gestión del
plan entre el Partido Socialista y el Partido Popular. ¿Qué hizo el
Partido Socialista el 14 de marzo de 1996? El 9 de febrero el Consejo



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de Ministros aprueba el Plan de regadíos sin abrir ningún debate en
la sociedad. Ni conferencia sectorial ni regantes ni OPA ni nada. (Un
señor diputado: ¡Es falso!) No es falso. Lo aprueba el Consejo de
Ministros el 14 de marzo de 1996 y no lo manda al Consejo Nacional
del Agua para informe preceptivo. ¿Qué hemos hecho nosotros? En
primer lugar, el Consejo de Ministros ha aprobado su elevación al
Consejo Nacional del Agua para que se debata con toda la sociedad. Y
en el Consejo están las OPA, los regantes, las direcciones
autonómicas y la universidad. Allí se está debatiendo el Plan
nacional de regadíos por toda la sociedad. En segundo lugar, hemos
informado primero a la Cámara territorial, puesto que hemos creído
que se trataba de un tema territorial importante, y después e
inmediatamente al Congreso de los Diputados. Y sus señorías tienen
toda la capacidad parlamentaria que les da el Reglamento de la Cámara
para llevar a cabo todo tipo de iniciativas que puedan vincular la
actuación del Gobierno.

Quiero decir una cosa y es que este plan se complementa con los
convenios que se van a cerrar con las comunidades autónomas que
quieran participar. Yo comenté en el Senado que las negociaciones
estaban muy avanzadas porque esa era la situación real. Durante un
año hemos estado negociando con unos consejeros con toda libertad,
señor Cuadrado, que a nadie se le ha obligado a nada, y se han
cambiado muchísimas zonas de actuación, así como sistemas de
actuación y de financiación. En cada comunidad de una manera
distinta, porque no me diga usted que la conferencia sectorial es el
órgano adecuado para discutir un plan cuando hay que debatir sobre
las hectáreas de cada comarca y de cada municipio. Eso hay que
hacerlo con el consejero responsable, con el de Medio Ambiente y con
el de Agricultura, y con cada comunidad autónoma. Aprovecho la
ocasión para decir que en ese marco de convenios el portavoz del
Bloque Nacionalista Galego ha manifestado que consideraba escasos los
regadíos sociales. Efectivamente, en el marco del convenio con
Galicia, que yo espero que se firme la semana que viene o la otra
-creo que va a ser el día 25-, se modifica el contenido del Plan
nacional de regadíos, incorporándose 8.500 hectáreas de riegos
sociales, de las cuales me parece que 4.500 en la comarca de A Limia
y las otras 4.000 la Xunta tiene que localizarlas en función del
interés económico y social que tenga el desarrollo de las distintas
zonas del territorio. Pero lo mismo está ocurriendo con las demás
comunidades, con Castilla-La Mancha, con Castilla y León, con Murcia,
en donde se han ido cambiando elementos del plan, adicionando otros y
modificando situaciones. Porque se trata de un plan que tiene una
doble flexibilidad. Se ha negociado con las comunidades autónomas con
toda libertad, habiendo una comunidad, la andaluza, que no ha cerrado
la negociación y que a lo mejor no firma un acuerdo en uso de su
legítima libertad.

Luego viene el problema partidario, la política de partido. ¿Cómo
vamos a aprobar un plan del Partido Popular aunque tenga una
filosofía de base similar a la del plan de 1995? Son planes algo
distintos. Yo comprendo que ustedes sean muy reticentes a aprobar
este plan, porque el plan del año 2005 se aprobó sin que la
planificación hidrológica estuviera aprobada y este plan es
absolutamente coherente con la planificación hidrológica. En una
planificación que contempla trasvases era importante aplazar el Plan
nacional de regadíos porque establece limitaciones en las zonas que
se benefician de los trasvases donde no se pueden hacer nuevos
regadíos y sólo modernización. Hubiera sido absurdo aprobar unos
regadíos que al día siguiente el Plan hidrológico nacional convertía
en imposibles. Por eso hemos modificado el criterio de 1994 el
ministro Matas y yo, en el sentido de discutir primero en sede
parlamentaria, porque el Plan hidrológico nacional requiere una ley,
y a partir del contenido del Plan adaptar el plan nacional de
regadíos y ver las infraestructuras que se pueden realizar y las que
no.

El plan del 2005 se redactó sin tener concluidos los estudios de
base. Eso sí, se habían encargado estudios de base que costaron más
de 1.500 millones de pesetas (El señor Madero Jarabo: ¡Qué
barbaridad!), pero no se esperó a que se llevara a cabo. Nosotros
hemos tenido los últimos datos de los estudios de base en el año
2000. Eso justifica que hayamos tenido que esperar todo este período,
porque en esos estudios que han costado 1.400 millones a la
Administración anterior, que han tenido en cuenta comarca a comarca y
cuenca a cuenca, hemos integrado todos esos datos para hacer el plan.


Y los últimos han llegado en el año 2000. Eso es una realidad. En el
de 1996, como estábamos en elecciones, aunque no hubo estudios, se
saca el plan. Es un criterio. Nosotros no actuamos de esa manera. El
del año 2005, como se hizo a la carrera, se olvidó de los regadíos
sociales. En el plan Horizonte 2008 se contemplan los regadíos porque
entendemos que son fundamentales. El Plan nacional de regadíos 2005
no tenía normas reguladoras, se aprobó por el Consejo de Ministros y
no pasó por el Consejo Nacional del Agua. Este plan se va a aprobar
por real decreto después de debatido en el Consejo Nacional del Agua
con todo el tiempo. El plan del 2005 no contaba con fondos europeos
porque se habían agotado todos y se decía que se harían aportaciones
presupuestarias sucesivas que no estaban comprometidas y no existían.


Este plan tiene asignados fondos específicos y tiene consignación en
el marco de los programas de desarrollo rural del Gobierno y de las
comunidades autónomas. Además, los presupuestos de las Seiasas se han
dotado a razón de 25.000 millones de pesetas anuales en los año 1999
y 2000, con lo cual están capitalizadas estas sociedades y ya pueden
actuar. El plan del 2005 no tenía más instrumento de financiación que
la subvención a las comunidades



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de regantes. Éste prevé un sistema más sofisticado que luego
explicaré.

Si vamos a las cantidades, el plan 2005 era un plan a 10 años y en
modernización preveía 61.000 millones de pesetas/año. El plan 2008,
que ustedes dicen que es inferior, prevé 63.000 millones de pesetas/
año en mejora y modernización. El plan nacional 2005 invertía en
nuevos regadíos 170.000 millones. Este plan invierte en nuevos
regadíos 323.000 millones de pesetas. Realmente son muy distintos y
yo comprendo que la filosofía también. Éste tiene un componente
fortísimo de aspectos sociales que ustedes no contemplaban y un
mecanismo de actuación, que son las Seiasas, que algunos portavoces
han criticado porque lo consideran una injerencia autonómica.

Sobre esto quisiera decir algo. En todos los convenios que vamos a
firmar, porque no hay firmado ninguno todavía (se prevé firmarlo en
Castilla y León probablemente el lunes que viene, el de Galicia será
a finales de mes, como he dicho), se regula el funcionamiento de las
Seiasas y la integración de las comunidades autónomas en el seno de
las mismas, no sólo en el consejo de administración, sino en la
declaración de interés general de obras y su participación en el
seguimiento, dirección, etcétera.

Comprendiendo que este es un mecanismo con el que alguna comunidad
autónoma no puede estar cómoda, se han buscado las fórmulas de
entendimiento para facilitar, por la vía de convenio, que podamos
tener un mecanismo que sea muy eficaz, porque son sociedades
estatales con todo el control que tienen las sociedades estatales, no
sólo el de auditorías, sino político, en el sentido de que en los
consejos de administración están representadas las administraciones
que participan y ejercen un control de la actuación para que observe
los principios políticos de ejecución del plan que se pretende
articular.

Debo decir que las Seiasas, le pese a quien le pese, están siendo un
éxito de funcionamiento, aunque han tardado en demarrar. No sólo
tienen su domicilio social en Madrid, sino que están abriendo sedes
en los diversos territorios. En Valencia hay una, en Sevilla hay
otra; en definitiva, están estableciendo sedes a nivel local, sin
perjuicio de que el domicilio social estuviera en Madrid, porque
teníamos una única oficina para todas cuando no tenían actividad. A
medida que las sociedades han empezado a tener actividad, se están
deslocalizando para acudir a las zonas con un criterio de
racionalidad y eficacia, porque el personal técnico tiene que vivir
donde está el núcleo fundamental de inversiones, lo cual tiene su
racionalidad. Pero debo decir que son un éxito porque han empezado a
funcionar este año prácticamente. Alguien se rasga las vestiduras por
los sueldos de los ejecutivos, pero son los mismos que los de las
empresas públicas normales y corrientes de las autonomías y del
Gobierno, porque entiendo que los sueldos están estandarizados. Han
firmado hasta la
fecha, como he dicho, 23 convenios, que afectan ya a 72.000
hectáreas. Piensen ustedes cuáles han sido los ritmos de ejecución en
este país. En los años 1986 a 1995 sólo se actuó sobre 85.000
hectáreas y en un año se cierran convenios con los regantes por
85.000 hectáreas y se van a cerrar otros convenios, probablemente en
este trimestre, para llegar a las 148.000 hectáreas adicionales. Es
decir, vamos a terminar el año verosímilmente con cerca de 220.000
hectáreas.

Los ritmos empiezan a ser razonables. Este ritmo hay que mantenerlo
durante todos los años, aunque va a ser complicado, porque, como ha
dicho el señor Centella, en algunas zonas es difícil hasta formar las
comunidades de regantes. Al principio puede ser más fácil. Luego
habrá que tener una actuación didáctica en zonas como Extremadura,
que es muy complicado, o como Andalucía, o en zonas específicas como
Galicia y tendremos que hacer una actuación para impulsar las
comunidades y luego llegar a acuerdos con ellas. Este es el sistema
que estamos siguiendo, del que esta Cámara podrá hacer un seguimiento
de su funcionamiento, y que va a ser eficaz, si tenemos un diálogo
fluido con las comunidades autónomas y con las comunidades de
regantes que, por cierto, han aplaudido el sistema de las Seiasas, lo
han entendido y lo están aplicando. ¿Por qué lo aplican? Porque es un
sistema ingenioso desde el punto de visto financiero, no fácil de
comprender. Estábamos acostumbrados a: toma la subvención y pon el
resto tú. Pero ahora estamos en un sistema donde, en primer lugar,
hemos hecho algo nuevo. Todo el retorno comunitario va al regante, es
decir, lo que la Unión Europea ponga a fondo perdido va para los
regantes y no disminuyen las aportaciones de las administraciones
públicas.

En segundo lugar, estamos en un sistema en que prefinanciamos todo lo
que tienen que poner los regantes, a través de unos préstamos a 50
años, que tienen 25 de carencia. Si ustedes imputan una inflación
media anual del 2,5 a 25 años, ya tienen una subvención superior al
50 por ciento, sólo por ese tema. Pero si además tienen otros 25
años, que tampoco pagan intereses, aunque estén amortizando capital,
se da uno cuenta de que estamos hablando de un sistema financiero que
los que se juegan los cuartos, que son los agricultores, cuando sacan
la calculadora llegan a comprender que es un sistema que les permite
tener un horizonte de 25 años sin ninguna carga financiera en la
explotación, con lo cual tienen 25 años de tranquilidad financiera, y
cuando empiezan a amortizar estamos hablando de unas cantidades muy
devaluadas, actualizadas en términos monetarios. Por tanto, este es
un sistema complejo, pero que yo creo que puede funcionar.

Siempre he dicho que hay que pasar de los dichos a los hechos. Mi
tranquilidad es que ya estamos actuando sobre 80.000 hectáreas y
vamos a actuar sobre 140.000 más. Me gustaría que se siguiera el
mismo ritmo en los riegos sociales y en los riegos en ejecución,



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donde hace falta una colaboración entre las comunidades autónomas y
el Gobierno muy fuerte y tenemos que buscar en los convenios ese
entendimiento para realizarlo, sobre todo, porque este es un plan que
no se agota en el 2008. Yo siempre he dicho que hay que modernizar
muchas más hectáreas. Tendríamos que modernizar en España dos
millones y el objetivo del plan es uno. Por tanto, hay que seguir
después y quienes estén al frente del Gobierno tendrán que seguir
modernizando regadío, porque la directiva del agua nos va a imponer
un costo del agua caro y habrá que economizar. Por cierto, también
vamos a trabajar a nivel de parcela. Hemos tenido algún problema con
la interpretación comunitaria con los retornos comunitarios en el
riego a final de parcela, porque no son en obras públicas, sino en
obras de interés privado, pero vamos a buscar fórmulas de manera que
podamos conseguir trabajar a parcela, sin perjuicio de que este sea
un ámbito donde la colaboración de las comunidades autónomas es muy
importante. La comunidad murciana está haciendo aportaciones
adicionales desde otras ópticas que permiten actuar a nivel de
parcela y en Murcia estamos actuando a nivel de parcela; es decir, en
los regadíos murcianos llegamos hasta la parcela porque hemos llegado
a un entendimiento con la comunidad autónoma.

Se dice que no se ha dialogado con los interesados. Digo que hemos
dialogado con las comunidades de regantes. Se dice que este plan no
sirve para modificar pautas de comportamiento, pero si modernizamos
un millón de hectáreas y economizamos y cambiamos el sistema de
riego, habremos cambiado muchas pautas de comportamiento agrario
español. Se dice que este plan no apuesta por la modernización. Yo no
comparto este tema. También se nos dice que este debate no sirve
absolutamente para nada. Yo creo que sirve para que SS.SS. conozcan
los criterios del Gobierno -se les ha facilitado toda la
información-, sirve para que conozcan que estamos dispuestos a seguir
facilitando toda la información que se requiera y sirve, sobre todo,
para abrir las posibilidades parlamentarias que tienen SS.SS.

Quisiera decirles que aquí no ha habido cinco años perdidos. En estos
cinco años se han seguido haciendo regadíos, como se hicieron durante
la época socialista, a poco ritmo, pero en el período 1986-2000 se
han transformado en España 109.000 hectáreas. Es cierto que el ritmo
es bajo, pero en un año se multiplica lo que se ha hecho en los
últimos catorce años, porque están cerrados los acuerdos con los
regantes, que es lo más importante.

En segundo lugar, este es un plan que compromete mucho al regante.

Por tanto, los mayores interesados, primero, en que los proyectos
sean técnicamente sólidos; segundo, en que su adjudicación se haga en
las mejores condiciones económicas y las más baratas; y tercero, en
supervisar su ejecución, son los propios
regantes. No se trata de proyectos exclusivamente de las
administraciones públicas, sino proyectos donde la iniciativa privada
está muy involucrada y va a hacer un seguimiento muy estricto de los
mismos. La mezcla de lo público y de lo privado es un elemento de
dinamismo de este plan que es muy importante.

El mecanismo de las Seiasas es novedoso. Hay que intentar que no
suscite recelos con las comunidades autónomas a base de los acuerdos
que sean necesarios y perfeccionándolos y, sobre todo, habrá que ver
el funcionamiento de este mecanismo. Este es un plan dinámico que se
va a revisar en el año 2003, de acuerdo con los ritmos de ejecución
de las distintas comunidades autónomas. Tendremos que ver por qué se
producen retrasos en unas, cómo se pueden subsanar, cómo se pueden
acelerar los temas y será un plan absolutamente dinámico. Lo que
rechazaría absolutamente es que haya prepotencia del Gobierno en este
plan. En este plan no hay ninguna prepotencia, ha habido mucho
diálogo con las comunidades autónomas, ha habido muchísimas
modificaciones. Los consejeros en privado sí reconocen que ha habido
muchas modificaciones sobre los planes iniciales y van a cuajar en
los convenios, que confío que se firmen a lo largo de este trimestre
puesto que las negociaciones están terminadas. Para quien considere
que no están terminadas, como es la Junta de Andalucía, el Gobierno
está dispuesto a seguir negociando hasta el último momento.

El señor Centella manifestaba un tema que hay que tener en cuenta
porque es muy importante, que son las explotaciones familiares
pequeñas y sociales. Uno de los temas que habrá que desarrollar a
continuación de este plan es el incremento de los regadíos sociales.

Los regadíos sociales son aquellos en los que las necesidades de
determinadas zonas nos hacen saltarnos los principios generales de la
PAC y romper la lógica del plan, pero la necesidad de fijar
población, de mantener determinada actividad en núcleos rurales nos
tiene que obligar a hacer regadíos sociales. Las comunidades
autónomas serán las que localicen estos regadíos sociales en el seno
de los convenios. En el caso de Andalucía se está negociando con la
Junta la ubicación de los regadíos sociales porque es fundamental. El
tema está en si podemos ampliarlos o no. Si a lo largo de la
ejecución del plan vemos que en los procesos de modernización tenemos
economía sobre los costos inicialmente previstos (debo decir que en
las primeras licitaciones nos estamos llevando algunas sorpresas muy
agradables porque el progreso de la tecnología en las maquinarias de
excavación de zanjas y entubado hace que sobre los proyectos
iniciales que teníamos los resultados reales sean muy inferiores a
los previstos) podremos en el futuro, con la flexibilidad que tiene
el plan, hacer más regadíos sociales. Ya he dicho que hay posibilidad
de llegar a 800.000 hectáreas y en este momento el Gobierno y las
comunidades autónomas sólo tenemos como objetivo 80.000.

Probablemente al final del plan



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serán más, porque en este momento las comunidades autónomas están
presionando al alza, y nos encontraremos con una cifra que puede ser
sensiblemente superior, pero no el tope.

El portavoz del PNV nos plantea un problema de conflicto sobre el
tema de interpretación en los riegos de Álava. Aquí ha habido una
clara interlocución entre la diputación foral y las comunidades de
regantes donde han intentado impulsar un proyecto que nadie abordaba
en el País Vasco, que afectaba a unas comunidades limítrofes y que
tenía unas características específicas. Yo he tomado nota de sus
reservas sobre las disponibilidades de agua. A mí me han manifestado
que hay agua suficiente, pero contrastaré este extremo. Lo que sí le
puedo decir es que estoy dispuesto al diálogo con el Partido
Nacionalista Vasco en todo momento. Lamento que el consejero
representante del PNV no venga nunca a la conferencia sectorial, que
no participe en el diálogo permanente con los otros consejeros.

Lamento que el PNV no quiera cerrar convenios con el Gobierno en
muchos temas; no lo hemos cerrado en el tema de las vacas locas ni
siquiera en el tema de los tres priones que, sin embargo, hemos
facilitado al Gobierno vasco, como a las demás administraciones
públicas, porque entendíamos que había que aplicar un principio de
igualdad. Si el PNV quiere participar en acuerdos como el que estamos
teniendo con todas las comunidades autónomas para regular el
funcionamiento de las Seiasas, estamos abiertos, tanto con él como
con las demás formaciones políticas y gobiernos autonómicos, a este
diálogo sistemáticamente.

El señor Companys ha manifestado sus reservas con las Seiasas. Sobre
el tema de que hay pocos controles, le puedo manifestar que existen
bastantes, y más que van a existir una vez integremos a las
comunidades autónomas en el seno de las mismas, lo que espero se haga
con mucha rapidez.

En cuanto al sistema de financiación, quiero decirle que ciertamente
es novedoso. Ha costado mucho que los regantes lo asimilen al
principio, pero las cosas corren como la pólvora entre los
agricultores y probablemente nos vamos a encontrar con el problema de
que va a ser mayor la demanda que nuestra capacidad de satisfacerla;
nos va a pasar como con los créditos del gasóleo, que todo el mundo
decía que eran inútiles y, a la hora de la verdad, la demanda ha sido
muy superior a lo que hemos sido capaces de satisfacer. Ojalá fuera
eso cierto porque significaría que tendríamos una reserva de demanda
para la prórroga del plan en el año 2008, es decir, tendríamos un
horizonte más elevado para prorrogar este plan y afrontar los
procesos de modernización del regadío español.

Creo que, con esto, he contestado a SS. SS. No obstante, estoy
dispuesto a seguir compareciendo en esta Comisión para todos los
temas de seguimiento y desarrollo del plan y espero que la Mesa y
Junta de Portavoces me fijen próximas comparecencias para que el
señor Cuadrado y yo tengamos ocasión de debatir todos los temas
pendientes del sector agrario, que son muchos, son de actualidad y
comprendo perfectamente el interés de SS. SS.




El señor PRESIDENTE: Vamos a suspender la Comisión durante cinco
minutos (Pausa.)



- EL PLAN DE ACCIÓN ESPECÍFICO PARA EL SECTOR DEPENDIENTE DEL ACUERDO
DE PESCA CE/MARRUECOS. A PETICIÓN PROPIA. (Número de expediente 214/
000069



- LOS PLANES CONCRETOS DEL GOBIERNO PARA RESOLVER LA SITUACIÓN DE LA
FLOTA AFECTADA POR LA NO RENOVACIÓN DEL ACUERDO DE PESCA ENTRE LA
UNIÓN EUROPEA (UE) Y EL REINO DE MARRUECOS. A SOLICITUD DEL GRUPO
PARLAMENTARIO MIXTO. (Número de expediente 213/000401



- LA ACTUACIÓN DEL GOBIERNO ANTE LA UNIÓN EUROPEA PARA LA
REESTRUCTURACIÓN DE LA FLOTA PESQUERA QUE FAENABA EN MARRUECOS. A
SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO FEDERAL DE IZQUIERDA UNIDA. (Número
de expediente 213/000475)



El señor PRESIDENTE: Continuamos la sesión de la Comisión de
Agricultura, para tratar la reestructuración de la flota pesquera que
faenaba en Marruecos. Esta comparecencia ha sido solicitada por el
Gobierno, por el Grupo Parlamentario Mixto y por el Grupo
Parlamentario Federal de Izquierda Unida.

Para informar acerca de estas cuestiones, tiene la palabra el señor
ministro.




El señor MINISTRO DE AGRICULTURA, PESCA Y ALIMENTACIÓN (Arias
Cañete): A lo largo de diversas comparecencias, he tenido la ocasión
de explicar los avatares de la negociación con Marruecos, los
momentos en que las autoridades alauitas nos trasladaban mensajes de
que habría un acuerdo y las dificultades posteriores, sobre todo a
partir del día 30 de octubre del año 2000 en que la posición fue
absolutamente inmovilista. A la vista del cariz que tenían las
negociaciones, el Gobierno español, en el Consejo Europeo de Niza, a
instancias del presidente Aznar, adoptó entre sus conclusiones pedir
a la Comisión, en primer lugar, esfuerzos adicionales para la firma
del acuerdo de pesca y, en segundo lugar, en caso de no poder
llegarse a un acuerdo, que se elaborara un plan de acción para la
flota afectada. Lamentablemente, en el mes de abril, se tuvo que
constatar la imposibilidad de llegar a un acuerdo y a partir de
entonces comienza un proceso para arbitrar un conjunto de medidas que



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posibiliten la adaptación de la flota a la nueva situación.




Desde ese momento, la Comisión empezó a pedir a España propuestas y
datos para este plan de acción, que se remitieron durante los meses
de abril y mayo. En estas propuestas se tuvieron en cuenta las
sugerencias remitidas por las comunidades autónomas y por los
representantes del sector pesquero, y se contenían acciones en tres
ámbitos: la flota, los tripulantes y las comarcas altamente
dependientes.

En lo referente a flotas se priorizaron las acciones tendentes a la
continuidad de la actividad, tanto en nuevos acuerdos como en aguas
internacionales, en aguas comunitarias o en aguas de terceros países
bajo la fórmula de sociedades mixtas. En otros acuerdos, como con
Mauritania, Senegal, Guinea-Conakry, GuineaBissau, Cabo Verde y
Angola, se pedía a la Comisión que en las reuniones en marcha se
incrementaran las posibilidades pesqueras, como ha ocurrido en
algunos de ellos.

En aguas internacionales, se están dirigiendo barcos a los océanos
Pacífico e Índico y se están explorando posibilidades mediante
campañas experimentales en el Atlántico. Determinados barcos de
palangre de superficie que disponen de cuota en el Atlántico podrán
utilizarla en aguas internacionales. En las aguas comunitarias, sobre
todo en aguas nacionales, es preciso proceder con gran cautela debido
a la situación de plena explotación en que se encuentra la mayor
parte de los recursos; no obstante, algunas flotas ya
compatibilizaban su actividad en Marruecos con el caladero nacional
-es el caso de la de Barbate-, por lo que podrán seguir haciéndolo, y
también algunas flotas que pescan migradores pueden reorientar su
actividad en aguas nacionales.

En terceros países, bajo la fórmula de sociedades mixtas, existen
importantes posibilidades. Estamos realizando gestiones con los
países más próximos del Mediterráneo, Argelia, Túnez, Libia,
etcétera. Y tenemos otras ofertas en países como Perú, Yemen, Omán o
Eritrea.

Algún portavoz socialista, en sus ruedas de prensa y en sus
manifestaciones, ha criticado la actuación del Gobierno de tratar de
buscar otros caladeros y de impulsar las negociaciones. A la vista
del resultado de la negociación con Mauritania, estoy francamente
contento de haber impulsado estas negociaciones y de haber tenido
largas conversaciones en ese país, que van a permitir acomodar en ese
caladero 70 barcos que faenaban en el caladero de Marruecos. Para
algunos esto no es nada, pero a otros nos llena de satisfacción que
eso sea cierto. Además, las gestiones permitieron que la flota
andaluza que estaba bloqueada en los puertos de Angola se pudiera
desbloquear y que en este momento Angola esté dispuesta a incrementar
posibilidades pesqueras. También he estado en Senegal, intentando
impulsar el acuerdo que está negociándose, y mis
equipos y yo mismo volveremos a dicho país para tratar de que el
resultado sea como el de Mauritania. Tenemos ya cinco barcos haciendo
una campaña experimental en Túnez, que nos van a servir de eje para
desarrollar sociedades mixtas en ese país, una vez que los armadores
constaten cuál es la situación y el tipo de buques más adecuado para
faenar en este caladero, para el cual las autoridades tunecinas, en
los protocolos firmados con el Gobierno español, dan todo tipo de
facilidades a la constitución de sociedades mixtas. También tenemos
prevista en este momento la visita de unas delegaciones de
empresarios argelinos a España para reunirse con sus colegas
españoles para intentar formar las sociedades mixtas que se nos están
ofreciendo.

En definitiva, la línea de reubicación de flota era la fundamental,
pero por otra parte se proponía a la Comisión la adaptación de las
normas del IFOP para permitir que esta flota tuviera unas condiciones
más flexibles y mucho más favorables para poder acogerse a las
medidas de reestructuración previstas en los fondos estructurales.

Así, el Gobierno español propuso a la Comisión y obtuvo la exención
del requisito de actividad previa para tener acceso a las primas por
desguace o sociedad mixta, porque es evidente que la situación de
inactividad de esta flota no ha sido voluntaria, por lo que esta
exigencia no era razonable. Se propuso no descontar las ayudas
percibidas por paralización temporal, puesto que recuerden SS.SS. que
en el actual reglamento del IFOP se recoge la obligación de descontar
estas ayudas de las eventuales primas a la paralización definitiva
o aportación a una sociedad mixta, pero es una lógica pensada para
situación de paralización voluntaria, no dependiente de voluntad
ajena, como es este caso. Se pedía el incremento de las ayudas por
paralización definitiva a sociedad mixta, el incremento de las ayudas
y la ampliación de los costos elegibles para adaptación de buques a
nuevas pesquerías, la reducción de la edad mínima para sociedades
mixtas -en el reglamento del IFOP se fija en diez años- y la
reposición de las asociaciones temporales de empresas.

En cuanto a tripulantes, se planteaba la continuidad de las ayudas
mensuales hasta la puesta en marcha del plan, los planes de formación
para facilitar la reorientación profesional de este colectivo y las
jubilaciones anticipadas. Para primas individuales a los tripulantes
se pedían 10.000 euros por pérdida de empleo en caso de desguace o
aportación del buque a las sociedades mixtas, y de 50.000 euros para
planes individuales o colectivos de diversificación de la actividad,
y se pedían incentivos a la colocación definitiva de trabajadores de
esta flota. Por lo que se refiere a la diversificación económica de
las comarcas más dependientes de esta flota, se contienen en las
propuestas enviadas por España las orientaciones generales de este
tipo de acciones tendentes al fomento de instalación de empresas del
sector industrial y de servicios, aprovechando las potencialidades de
las zonas afectadas.




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Respecto a la financiación necesaria para todo este plan, se estimó
inicialmente en 540 millones de euros; se trataba de estimaciones,
pudiendo variar el coste de este plan en función del número de buques
que se ubiquen en caladeros alternativos. Debo decir que cuando
hicimos este plan trabajábamos sobre el censo de flota que a 30 de
noviembre estaba amarrado, que era de 398 barcos y 3.500 tripulantes,
pero en este momento la cifra de barcos con ayudas se ha reducido a
298 y la de tripulantes a 2.232; es decir, prácticamente un 25 por
ciento de los barcos se han ubicado en otros caladeros, en otros
acuerdos, en Mauritania, en Senegal, en Angola, en Guinea-Bissau, en
aguas de Uruguay, Brasil, Namibia, Malvinas, Perú y Túnez o en aguas
internacionales del Atlántico. La ubicación de estos barcos ha
determinado que más de 1.300 tripulantes se hayan embarcado en otras
actividades.

La financiación necesaria se calculaba en 540 millones de euros, de
los cuales preveíamos 100 para paralización temporal hasta el año
2000, 60 para paralización temporal hasta el año 2001, 70 para la
paralización definitiva, 15 para transformación de nuevas pesquerías,
cinco para transformación a tareas no pesqueras, cinco para
asociaciones temporales de empresa, 60 para sociedades mixtas, 100
para medidas socioeconómicas, 27 para primas individuales, 29 para
planes de formación, 43 para jubilaciones anticipadas y 125 para
diversificación económica de las comarcas. En la actualidad, el costo
final de la paralización temporal, en función de los escenarios que
se consideren, va a alcanzar los 170 millones de euros, porque las
ayudas se han extendido hasta el 31 de diciembre de 2001 a
tripulantes y armadores.

En paralización definitiva presupuestábamos 70 millones de euros,
pero es difícil conocer con certeza el número de unidades que van a
seguir esta medida. Hicimos un cálculo muy alto, pero lo cierto es
que ha habido 100 barcos que se han ubicado en otros caladeros y está
previsto que cerca de 70 buques más se puedan acomodar en el acuerdo
de Mauritania, lo cual puede hacer que esta línea requiera menos
dotación financiera. Para la transformación de nuevas pesquerías
presupuestábamos 15 millones de euros, para modernizar y adaptar
buques para operar en otros caladeros o con diferentes sistemas de
pesca, y para tareas no pesqueras, que es muy variable porque es una
transformación ligada a la creación de empresas de tipo turístico o
recreativo o para actividades de investigaciones científicas, se
preveían cinco millones de euros.

En asociaciones temporales de empresas, que no están desarrolladas en
el reglamento 2.792 de 1999, y que se utilizó en el pasado,
preveíamos cinco millones de euros, y en sociedades mixtas preveíamos
60 millones de euros, aunque también es un capítulo en que es difícil
saber lo que puede ocurrir.

Las medidas socioeconómicas estaban dotadas con 100 millones de
euros. Son medidas vinculadas a las
otras medidas de sustitución del sector pesquero y aquí se preveía la
jubilación anticipada vinculada a la retirada de flota, al desguace
de sociedades mixtas, más aquellas vinculadas a la transformación de
buques para otras pesquerías o para actividades no pesqueras. Las
primas individuales, como he dicho antes, se limitan a 10.000 euros
por beneficiario individual en el caso de que, como consecuencia de
una medida de reestructuración de flota, esté al menos seis meses en
situación de desempleo. Las primas individuales a los pescadores, con
vistas a su reconversión profesional, serían de 50.000 euros por
beneficiario, pero en este caso para acometer proyectos individuales
o bien proyectos colectivos, con la expresa renuncia de volver al
sector pesquero. Para cursos de formación ocupacional de los
excedentes laborales se preveían 29 millones de euros, con
entrevistas previas a cada tripulante, de modo que los cursos de
formación previa se adapten a los deseos de los participantes.

Finalmente, la diversificación económica de las comarcas ascendía a
125 millones de euros porque el desarrollo de esta medida exigía una
labor de planificación previa, estudio de potencialidades, selección
de comarcas y acciones concretas y era imposible una cuantificación
absolutamente exacta. En ese momento se estimó que la aportación de
los fondos comunitarios adicionales podía ser complementada por la
intervención no sólo de cooperación nacional, sino también con otros
fondos existentes que pudieran ser aplicados a esta finalidad. De
estos 540 millones de euros en que en principio se cifró el coste del
plan, 240 estaban ya consignados en los programas del IFOP, mientras
que se solicitaba la aportación de 300 millones de euros adicionales.


Como saben SS.SS., el Consejo de Ministros de Pesca del pasado 18 de
junio, aprobó la prórroga de ayudas de armadores y tripulantes hasta
el 31 de diciembre, es decir, va a haber 25 meses de ayuda, con lo
cual se cumplen las previsiones del Gobierno de mantener las ayudas
hasta la puesta en marcha de un plan de reestructuración de la flota
pesquera. El Colegio de Comisarios, el pasado 18 de julio, aprobó una
propuesta de reglamento del Consejo para promover la reconversión de
los buques y pescadores que hasta 1999 eran dependientes del acuerdo
de pesca con Marruecos. Este reglamento se refiere exclusivamente
a las modificaciones en las normas que rigen los fondos estructurales.


Está dotado con 197 millones de euros, de los que el 94,6 por ciento,
es decir, 186,36, corresponden a España y el resto a Portugal.

Respecto a esta cantidad, que como explicaré más adelante viene
a completar otras existentes, con un total más que suficiente para
acometer esta reestructuración, es preciso hacer notar que el techo
máximo del instrumento de flexibilidad de que dispone el presupuesto
comunitario en esta categoría 2 del presupuesto asciende a 200
millones de euros, por lo que solamente en esta acción



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absorbe la práctica totalidad del instrumento de flexibilidad. Se
recogen en el reglamento excepcionalidades para esta flota que son
las siguientes: no necesitan acreditar la actividad previa para
acogerse a las medidas de paralización definitiva, no se descuenta
las ayudas ya percibidas en la paralización temporal en caso de
acogerse a una prima al desguace o a la formación de una sociedad
mixta, se incrementa un 20 por ciento la ayuda al desguace, se
incrementa un 20 por ciento la ayuda a la formación de sociedades
mixtas, se rebaja la edad mínima para poder acogerse a esta figura
que es de cinco años, se dan ayudas para reconvertir el buque a otras
actividades pesqueras, incrementando los costes un 30 por ciento, y
se incluyen como elegibles los gastos, en cambio, de artes de pesca.

Estas derogaciones y modificaciones a las normas del IFOP cubren la
mayor parte de las propuestas del sector y de las regiones afectadas
en cuanto a las medidas estructurales y, además, se incluyen las
primas a los tripulantes para ejercer su actividad en otros sectores
diferentes del pesquero o para jubilaciones anticipadas.




La Comisión no admite la incorporación de las medidas de
diversificación económica de las comarcas más dependientes entre las
que son objeto de una financiación adicional, instando a los Estados
miembros a utilizar una parte de los fondos disponibles para este
tipo de medidas en los fondos estructurales, Feder, Fondo Social y
Feoga-Orientación. Sin embargo, esto no significa que estas acciones
no vayan a llevarse a cabo, porque el Gobierno está dispuesto a
financiar estas medidas con fondos de los Presupuestos Generales del
Estado junto con los fondos estructurales que para este tipo de
finalidades tienen ya regionalizados las comunidades autónomas. Así,
los 125 millones de euros que contempla la propuesta española serán
aportados al 50 por ciento entre los Presupuestos Generales del
Estado y los fondos estructurales existentes.

Como SS.SS. habrán podido comprobar por los datos que hemos ofrecido,
está asegurada la aportación de fondos suficientes para financiar
este plan que habíamos fijado inicialmente en 540 millones de euros,
porque el volumen de recursos destinados a estas acciones estará muy
por encima de esta cifra, ya que habrá que sumar los 186 millones de
euros de la aportación adicional de la Comunidad, los 240 millones de
euros existentes de la aprobación del IFOP, los 142 millones de euros
de cofinanciación nacional en el seno de IFOP, lo cual nos dará una
cifra de 568 millones de euros, y dado que entre las acciones
previstas por la propuesta de la Comisión no está el fomento y la
reinserción? económica de las comarcas, tendremos que aportarla con
cargo a los Presupuestos Generales del Estado, lo cual supone que
tendremos una cifra global de 693 millones de euros, es decir,
115.000 millones de pesetas.

En lo que se refiere a las medidas sociales, la propuesta a la
Comisión contempla la concesión de primas de 50.000 euros, como he
dicho, a los tripulantes que orienten su actividad en un proyecto
individual o colectivo fuera del sector pesquero así como las
jubilaciones anticipadas, y las primas de 10.000 euros, en caso de
desempleo superior a los seis meses, serán también aplicables, si
bien con cargo a la financiación ordinaria del IFOP.

El Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales prepara ya un conjunto de
medidas para facilitar la reinserción profesional dentro de las
políticas activas de empleo, entre las que se encuentra un plan de
formación para dar capacitación adicional personalizada a este
colectivo e incentivos a la contratación indefinida para estos
trabajadores.

En cualquier caso, la máxima prioridad es incentivar la continuidad
de la actividad en la mayor medida posible, conscientes de la
dificultad de este objetivo en una flota formada por empresas en su
mayoría familiares, habituadas a faenar en un caladero muy cercano y
no preparada a veces para afrontar su explotación en condiciones
diferentes.

No obstante, la mejor prueba de que sí es posible la continuidad de
la actividad de una parte importante de los buques y los tripulantes,
es como he dicho antes que desde diciembre de 1999 en que se amarró
la flota el número de barcos amarrados se ha reducido el 25 por
ciento pasando de 392 a 294, y en lo que se refiere a tripulantes han
pasado de 3.425 a 2.246, lo que supone una mayor reducción, en este
caso del 34 por ciento; es decir, señorías, desde que se amarró la
flota se ha reducido el número de barcos afectados que no faenan el
25 por ciento, y el número de tripulantes el 34 por ciento.

Como he dicho antes, el acuerdo de Mauritania es un acuerdo que tiene
unas especificidades muy notables que nos puede permitir, dadas las
diferentes condiciones técnicas que hemos negociado, colocar una
cantidad superior a las 60 unidades de barcos. Eso nos va a dar
también otro balón de oxígeno, que junto al acuerdo de Senegal que se
está negociando esperamos nos permita en caladeros relativamente
próximos solucionar algunos de los problemas.

El Gobierno es consciente de las dificultades que tiene la puesta en
marcha de este plan y confía que, dado que tenemos financiación
suficiente y dado que el esquema jurídico que regula los fondos del
IFOP es en este momento notablemente más favorable que el que había
con carácter general, sin renunciar a ulteriores mejoras puesto que
estamos en contacto en este momento con todos los parlamentarios
europeos, el tema se está discutiendo en sede parlamentaria en vías
de tramitación en este mes de septiembre, para volver después de que
el Parlamento emita su dictamen al Consejo de Ministros, y sin
perjuicio de las mejoras que se puedan introducir tenemos ahora mismo
un instrumento



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que puede permitir a los empresarios, a los armadores, tomar
decisiones, y esperemos que empiecen a tomarlas para que la flota
pueda volver a faenar. En todo caso, tenemos las ayudas previstas
hasta el 31 de diciembre y estamos negociando con todos los segmentos
de flota a los efectos de ver cuáles son los que están interesados en
las posibilidades que se van ofreciendo.




El señor PRESIDENTE: A continuación, vamos a dar paso a los señores
portavoces.

En primer lugar, los solicitantes de la comparecencia. Por el Grupo
Parlamentario Mixto, Bloque Nacionalista Galego, tiene la palabra el
señor Vázquez.




El señor VÁZQUEZ VÁZQUEZ: Tengo que reiterar el agradecimiento al
señor ministro por su comparecencia en esta Comisión para tratar un
tema que es muy importante por lo menos para las comarcas pesqueras.

Señor ministro, en esta comparecencia, no sé como decirlo, a mí me
parece que usted es un ministro magnífico porque nos da cifras de
megaeuros para arriba y para abajo, optimismo a raudales, el Gobierno
lo tiene todo controlado y ahora sólo falta la ínclita decisión de
estos armadores, que, a veces son un poco reticentes a ganar dinero
porque estos armadores son terribles, les pones todas las condiciones
pero ellos se empeñan erre que erre en que no, que no hay manera.

Usted intenta explicarnos una situación y no lo consigue. Intenta
explicar qué pasa con la flota que faenaba en Marruecos y no lo
consigue. Luego pasaré a hablar más en concreto de esto. En todo
caso, aunque no quiera repetir muchos argumentos que venimos
utilizando en los debates, y hubo unos cuantos en este Congreso, creo
que algunos conviene repetirlos. Figura escrito en el «Diario de
Sesiones» alguno de los diagnósticos que hizo mi grupo político hace
algún tiempo, y no es que me quiera ahora alegrar por haber acertado,
pero la realidad es que esos diagnósticos que hacíamos ahora están
aquí encima de la mesa y se ven concretados.

Señor ministro, a mí me parece que aquí tenemos que abordar un
problema de fondo y es que hay interés de la Unión Europea y también
de su Gobierno, y se lo vuelvo a repetir, por reducir esta flota de
manera sustancial. Hay un problema de fondo y es, señor ministro, que
la pesca no pesa en el conjunto de la política económica del Gobierno
y tampoco pesa naturalmente en el conjunto de la política de la Unión
Europea. Para ustedes, digan lo que digan, la pesca sigue siendo un
sector marginal que comprendo, y lo tengo repetido en muchas
ocasiones, puede serlo en el conjunto de la economía global de la
Unión o del Estado español pero que no es marginal para comunidades
autónomas, como por ejemplo Galicia, y para comarcas pesqueras en
particular.

Mientras no se modifique esta política de pesca, señor ministro,
estamos abocados a retrocesos constantes en materia de pesca. Ése es
el debate de fondo que hay que dar. Nosotros lo hemos expresado por
activa y por pasiva. En este Congreso propusimos resoluciones,
algunas de ellas por cierto aprobadas, aunque luego no se llevan a
efecto. Estamos ante una posición de la Unión Europea encargada en
este caso de las relaciones con terceros Estados en materia de pesca,
y esa posición de la unión Europea se mire por donde se mire, vuelvo
a insistir, camina en la dirección de reducir la importancia del peso
pesquero de nuestras flotas. Por cierto es una política, usted lo
podrá discutir, que es percibida con claridad cada vez más por los
que están en este sector, que no se aplica con igual entusiasmo
a otros Estados europeos. Acabamos de asistir, en el caso del acuerdo
con Groenlandia, a lo que ya sabemos todos donde nosotros estamos
excluidos; en el plan de la recuperación de la merluza en aguas
comunitarias que también curiosamente si sigue adelante excluirá
únicamente a nuestra flota; por no hablar del tema marroquí, con
alquileres de licencias, donde hay presencia de superarrastreros de
capital holandés, irlandés, etcétera.

En el tema concreto del acuerdo de pesca, señor ministro, nunca
existió voluntad real de negociar un nuevo acuerdo, no se tomaron con
tiempo las negociaciones antes de que finalizara el anterior acuerdo,
no se utilizaron mecanismos de presión económica y/o política de los
que sin duda vuelvo a insistir, dispone la Unión Europea, y con esto
no le estoy diciendo para que no me salga por ahí porque es un
recurso manido, que nosotros pretendamos que se impongan a Marruecos
las condiciones de la rica Europa frente a un país pobre. Estamos
ante una situación en que la Unión Europea probablemente tiene otros
intereses que defender en el norte de África y, el Gobierno español
probablemente también tiene otros intereses económicos y políticos
más importantes que la pesca.

Efectivamente, como usted dice, no hay acuerdo. En abril se llega a
esa conclusión, aunque algunos habíamos augurado que esa iba a ser la
salida y la flota está amarrada en lo fundamental con consecuencia
mitigadas, y eso es verdad, con las ayudas que se le prestaron y se
siguen prestando a tripulantes y armadores. Desde entonces, señor
ministro, pocos avances reales para dar salida al problema. Como
usted dice el plan de acción del Gobierno pasaba por la recolocación
de la flota en otros caladeros, la creación de empleo alternativo en
las comarcas afectadas y el Plan social de apoyo a los que se
quedaran en paro.

A pesar de su optimismo respecto a lo que nos habla de Mauritania,
etcétera, avances pocos. Voy a empezar por el tema de los planes
alternativos en las comarcas dependientes de la pesca. Yo leí el plan
que tiene pergeñado su Ministerio, también me leí el correspondiente
plan de acción propuesto por la Xunta de Galicia, y



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señor ministro le vuelvo a insistir en que si usted cree que con esta
especie de rueda de molino podemos quedarnos comulgando tan
tranquilamente, comulgará quien quiera, es libre, éste es un país
libre y cada uno puede hacer lo que le venga en gana, pero si usted
cree que la cuestión pasa fundamentalmente por el turismo, por
ejemplo, en el que tanto se insiste, si usted cree que para Ribeira,
Morrazo o A Guarda la solución pasa por la vía del turismo como eje
fundamental vamos aviados. No es que lo descarte, yo no estoy
diciendo que no esté bien el turismo sino que esa no es la vía. Si la
creación de suelo industrial va a resolver el problema de estas
comarcas resulta increíble, y le vuelvo a decir que no porque yo esté
en desacuerdo con que sea necesario crear suelo industrial sino
porque la creación de suelo industrial por sí misma no crea empresas
ni empleo, y le vuelvo a repetir que si eso fuese así no habría
parados porque todo consistiría en montar miles de hectáreas de suelo
industrial. El marisqueo y la acuicultura, muy bien, vamos a
potenciarlo. Por cierto, dígame usted qué dificultad hubo en haberlo
potenciado en años atrás. Yo no entiendo esta cuestión. Las
comunicaciones. Estoy de acuerdo en que se mejoren las
comunicaciones, pero en esencia el Gobierno presenta un plan de
creación de empleo en tierra que en realidad son actuaciones que ya
se deberían estar realizando. Por cierto, también se habla de
agricultura, es curioso. Por ejemplo en Galicia los marineros ahora a
la agricultura, porque son expertos en este tema, y además la cosa,
como ya dijimos antes, va estupendamente en este campo.

En esencia, usted nos presenta una retahíla de actuaciones que serían
las que las administraciones tendrían que estar haciendo por su vía
normal y corriente, de oficio que se dice. Si usted me dice que hay
que hacer la vía rápida, entre comillas, la autovía, o la autopista,
ya no sé qué va a hacer porque llevamos tantos años hablando de eso,
de comunicación al Morrazo muy bien, yo no digo que no, ahora el
problema es si esa misma actuación que ya está prevista desde hace
tropecientos años y no se acaba de hacer la incluimos también en este
plan de desarrollo. A mí me parece que es poco serio, señor ministro,
este tipo de cuestiones.

En cuanto a los planes sociales, menos mal que la gente se va
recolocando por sí misma, se busca la vida, pero no por la acción del
Gobierno, señor ministro, sino porque se busca la vida, y
efectivamente el 25 por ciento se buscó la vida porque las ayudas que
recibía eran claramente insuficientes en algunos casos para mantener
a sus familias, pero no por una acción gubernamental o de las
administraciones destinada a que consiguieran otro empleo, sino
porque se buscan la vida, lo mismo que algunos de los barcos que
desaparecieron que efectivamente se van buscando su vida. Planes
sociales los tenemos aún sin concretar, usted nos habla otra vez de
megaeuros para arriba y para abajo, pero no
sabemos exactamente qué van a percibir los trabajadores y en qué
condiciones.

Mucha Formación. Yo también estoy de acuerdo con la formación, pero
volvemos a lo mismo, si la formación fuera sinónimo de encontrar
empleo, pues a formarnos todos, pero no es así, y usted lo sabe.

También incluso se habla aquí de hacer empresarios, que es una
notable actividad o deseo.

En estos dos capítulos como no busquen algo mucho más consistente,
mucho más presupuestado convenientemente, nada de nada. Se lo digo y
ya verá, pasará el tiempo y estaremos discutiendo otra vez aquí que
no fue así, y en Galicia de áreas en declive sabemos un poco, y de
promesas sobre si hacemos una comunicación aquí o allá y van a venir
tropecientos industrias también sabemos bastante. Hay zonas que
sufrieron reconversiones fortísimas que aún hoy no han levantado
cabeza.

Vamos a hablar ahora de las recolocaciones. Usted ya reconoce que en
el llamado caladero nacional hay poco. La cosa está sobreexplotada y
eso ya lo se lo decíamos nosotros, y no va a poder meter más barcos
donde ya no hay nada que sacar. Vayamos a los caladeros alternativos.


Por cierto, Senegal está sin renovar, y si no me equivoco el 30 de
abril tenía que haber estado renovado. Le voy a hablar en concreto de
cifras. En Ribeira siguen amarrados 40 de 47 barcos. En campaña
experimental tienen tres en Perú y dos en Uruguay. Por cierto,
regresaron los cuatro de Sierra Leona. Están a la espera de ver qué
informes científicos, qué conclusiones se sacan, pero las primeras
impresiones no son favorables, entre otras cosas por el coste del
transporte del pescado a los mercados. Usted sabe que habría que
hacerlo vía Cabo Verde-Lisboa, etcétera, con lo cual si se descuenta
lo que le cuesta el kilo de pescado y la primera venta, queda poco.

En cuanto a Mauritania, nadie concuerda con esas posibilidades que
usted nos dice. Efectivamente, se puede ir a la merluza negra, aunque
ya están yendo. ¿Cuántos más metemos? ¿Qué repercusión va a tener en
el precio de venta? Es decir, cuántas toneladas de merluza metemos en
el mercado en un momento dado. Esas cuentas son las que hay que
echar, señor ministro. Cuántas toneladas de merluza metemos en el
mercado con un precio ya no muy boyante en este momento; de momento
la cosa es poco boyante. Si hablamos de la flota del cefalópodo y del
acuerdo con Mauritania, el problema está en que en el anterior
acuerdo ya había 45 barcos de pabellón español y cinco italianos.

Para éste se prevén cinco más suponiendo, y eso vamos a darlo por
sentado, que Italia no dispute uno. Vamos a suponer que las cinco
sean licencias para el Estado español. Estamos en lo mismo. No sé que
otro tipo de barcos colocan, pero de estos no. Se puede ir a la
pescadilla, podemos ir con esos descartes al cinco por ciento de
pulpo, pero en el anterior ya había 4.500 toneladas y ahora bajamos a
4.000. Aun así, gente que



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no iba a esa captura va a ir, con lo cual las posibilidades para el
resto van a ser menores, y si no al tiempo. Por tanto, cálculos que
se están echando, menos optimistas que los suyos: cinco al
cefalópodo, diez como mucho a la pescadilla y a lo mejor dos al
marisco, con 500 toneladas más. De esos cálculos de los que se está
hablando.

De momento, las perspectivas de Mauritania en el sector no lo ven
como una solución, a pesar de que usted siga hablando de los 70
barcos. Senegal, sin renovar. Brasil, podemos colocar alguno, aunque
más bien en plan privado. Túnez, nadie tiene un entusiasmo especial.

Hubo quien fue a Túnez hace años, y nada de nada, porque los
italianos ya habían esquilmado aquel caladero. No sé si se ha
recuperado, pero poco optimismo respecto a Túnez, con otro problema y
es que el 35 por ciento del capital tiene que ser tunecino. De
Argelia ni se habla. De los casos de Omán y Yemen, de momento nadie.

Usted en sus intervenciones siempre hace referencia a que esto
depende de la voluntad de los armadores de ir a esos caladeros. En
Galicia los armadores y los marineros, (aunque no me sale esto de
marineros, no me queda nada bien); los tripulantes…



El señor PRESIDENTE: Señor Vázquez, tengo que darle el primer aviso.




El señor VÁZQUEZ VÁZQUEZ: Acabo ipso facto. En Galicia armadores y
tripulantes están acostumbrados a algo, no de ahora, sino de hace no
sé cuantos años, y es de ir a buscar pescado al fin del mundo. Si
aquí está Finisterre, pues al otro lado. De eso saben de sobra y
están dispuestos a ello, pero el problema es qué condiciones ofrecen
esos caladeros, si se trata de algo rentable o si al armador, como
probablemente sucederá, le será más provechoso desguazar el barco y
comprar pisos.

Así pues, los caladeros alternativos están sin definir para recolocar
el grueso de la flota y de lo otro ya hablaremos. Nosotros desde
luego no compartimos la tesis de que hay planes concretos y serios de
creación de trabajo alternativo en tierra y aún por encima nos
preocupa el hecho de que los planes sociales todavía no están
definidos. Seguramente ustedes tienen la esperanza de que sigan
abandonando más y más tripulantes a ver si se consigue la negociación
y así tienen que responder a menos, porque si no tampoco se explica
que a estas alturas no estén bien definidos.

Acabo, señor presidente, y gracias por su bondad. Señor ministro,
también está sin aprobar, por lo menos de una manera concreta, el
plan de ayudas, así que imagínese aquellos armadores que tengan que
transformar sus barcos sin tener encima de la mesa dicho plan. Usted
me entiende lo que le quiero decir. Eso es una dificultad. En el caso
de Mauritania, por ejemplo, ¿van a estar preparados con las ayudas
para empezar el 1.º de noviembre? Es más que discutible.

Señor ministro, podríamos hablar de caladeros alternativos en
Groenlandia o en Sudáfrica e incluso podríamos hablar de Marruecos.

Podríamos hablar de muchas cosas; pero en resumen, y acabo
definitivamente, para nosotros el Gobierno sigue sin dar solución de
verdad a la falta de acuerdo con Marruecos y eso, señor ministro,
a veces se podrá solventar por la vía individual, que ya se lo he dicho
en alguna ocasión. Efectivamente, alguno se jubilará anticipadamente,
pero eso nos va a llevar a una pérdida de actividad económica en
determinadas comarcas que ya están mal económicamente, y nos va a
conducir a lo que está pasando desde hace mucho tiempo, esto es el
empobrecimiento en algunos casos y la emigración en otros. Desde
luego, para nosotros, para los gallegos, eso está demasiado visto. Yo
le instaría a que busque poner en pie una nueva política de pesca,
una política de pesca que sirva para defender un sector tan
importante y tan puntero como este que tenemos y desde luego que esa
política de pesca en el seno de la Unión Europea sea liderada por su
Gobierno. Liderada y no poco combatida, como ocurre ahora; liderada
por el Gobierno español, ya que es lo mínimo que se le puede pedir a
un Gobierno que aún es el representante de la principal potencia
pesquera de Europa.




El señor PRESIDENTE: A continuación tiene la palabra el portavoz del
Grupo Parlamentario Federal de Izquierda Unida, señor Centella.




El señor CENTELLA GÓMEZ: Quisiera empezar pidiendo disculpas al señor
ministro, ya que seguramente no voy a poder escuchar su contestación,
la cual sin duda leeré en el «Diario de Sesiones».

Señor ministro, quiero felicitarle a usted y a los responsables de la
Unión Europea por haber conseguido su objetivo. Estamos hablando de
reconversión. Hace ya unos meses le dijimos que era el objetivo de la
Unión Europea, que usted era cómplice y lo han conseguido. No estamos
hablando de actividad pesquera, sino fundamentalmente de reconvertir
parte de nuestra flota. Para nosotros se trata de un triste logro
para un ministro que es de Agricultura, Pesca y Alimentación. Creemos
que detrás de la cifra que usted ha dado se esconde ni más ni menos
que la disminución de la actividad económica de las zonas afectadas,
y eso es grave ya que estamos hablando de zonas que no se encuentran
precisamente entre las más desarrolladas del Estado. Seguimos
pensando que no se ha negociado de verdad y que desde el primer
momento se tenía como objetivo la reconversión de la flota, que es lo
que al final se ha ido intentando suavizar para evitar tensiones
sociales, con unos costos que nosotros creemos se deberían haber
aplicado a otras cuestiones, como la movilización de la flota.

Volvemos a repetir que la falta de un acuerdo pesquero con Marruecos
es un fracaso sin precedentes en la gestión de la Unión Europea y que



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es achacable de forma exclusiva al Gobierno del que usted forma
parte, y también de una forma muy directa a su presidente, que en
ningún momento consideró este tema como una cuestión de Estado, y que
aparte de hacer declaraciones fuera de tiempo prácticamente no ha
hecho nada.

El sector pesquero afectado, como el andaluz, ha venido sufriendo con
los recortes, recortes que nunca han servido para que se pusieran en
marcha de verdad actuaciones de movilización de la flota. Es como el
cuento del lobo; se decía que venía pero ustedes no se lo creían
cuando todo el mundo se lo decía. Llegó el momento y parecía que
había que empezar desde cero porque no había otra perspectiva; había
que empezar a elaborar planes desde ese momento. Sinceramente no les
creo a ustedes tan incapaces y pienso que era algo premeditado y
buscado. A partir de ahí, esta falta de previsión o de interés ha
desembocado en una situación complicada. Usted viene hoy a hablar de
cifras, pero detrás de las mismas hay una pérdida de actividad
económica en una parte muy importante de Andalucía.

A mí también me asusta cuando se plantean alternativas y cuando se
empieza a hablar de posibles salidas sobre el terreno. Le hablo de la
zona de Andalucía, que es la que más conozco, pero por lo que he oído
del portavoz anterior también en Galicia hay algo parecido. Señor
ministro, no creemos que haya que aumentar la dependencia de
Andalucía del sector servicios, no creemos que haya que fomentar más
la especulación en nuestro litoral, y eso es lo que se está
intentando avalar con parte de lo que usted ha venido a decir hoy
aquí. Nos duele que usted hable hoy aquí de ayudas al desguace, de
ayudas de 50.000 euros para quienes busquen actividad fuera del
sector pesquero, cuando de lo que tenía que hablar aquí es de dejar
abierta la posibilidad negociadora con Marruecos, que era el
objetivo. Por tanto, le volvemos a repetir que no había que haber
abandonado la negociación y su Gobierno lo ha hecho con una total
alegría e irresponsabilidad.

No voy a extenderme mucho más. Creemos que faltan medidas reales que
se tenían que haber puesto en marcha hace tiempo cuando se veía que
la cosa iba mal; medidas reales que deberían ir a potenciar las
medidas de vigilancia y control de nuestros caladeros. En el litoral
malagueño este verano se han consumido más inmaduros que nunca y a la
luz pública. Había que haber intentado medidas de regeneración de
zonas y de especies y no que usted venga hoy a hablar de que se ha
mantenido el 25 por ciento. Eso demuestra que el objetivo que se
buscaba no era ni más ni menos que una reconversión; hay que mantener
el cien por cien. Hay que mantener ese objetivo y el que su Gobierno
tenía que haber cumplido. Hablar como un hito, como un logro que se
mantiene el 25 por ciento de la flota y el treinta y tantos por
ciento de los pescadores no es ni más ni menos que reconocer el 75
por ciento de fracaso,
que es de lo que realmente su Gobierno, repito, puede
vanagloriarse en zonas de nuestro litoral.

Puede contar con nuestro grupo, se lo hemos dicho siempre, en la
medida que se fuese a forzar una nueva negociación, pero no va a
contar con nuestro grupo en una reconversión que entendemos es
injusta, una reconversión que en Andalucía viene concretamente a
disminuir la actividad económica, a hacernos más monodependientes del
sector servicios e ir acabando incluso con una cultura. Ya le dijimos
en otra ocasión que cuando hablábamos de la pesca en zonas como
Barbate no solamente estábamos hablando de actividad económica, sino
de cultura. Que se acentúen los problemas sociales usted sabe que
también están detrás de toda esta paralización, que ya son graves en
parte del litoral andaluz y que se están acrecentando en la medida
que se produce la inactividad de la flota pesquera.

Señor ministro, ya pedimos en su día su dimisión, porque entendimos
que había sido un fracaso de su Gobierno, y hoy viene a demostrarnos
que ese fracaso no era producto de la ignorancia sino de una
premeditación.




El señor PRESIDENTE: A continuación, tiene la palabra el portavoz del
Grupo Parlamentario Socialista, señor Díaz Díaz.




El señor DÍAZ DÍAZ: Señor ministro, también nosotros nos alegramos de
verlo por aquí, también nosotros agradecemos su comparecencia. Dicho
esto, nos gustaría que viniera con una propuesta más positiva o por
lo menos que viniera con una propuesta abierta. Los problemas, señor
ministro, no se resuelven simplemente por ocultarlos a los medios de
comunicación; los problemas, cuando existen, o se arreglan o
permanecen ahí. Le digo esto porque el portavoz que les habla no
tiene ninguna prisa, tengo avión para las once y media, pero me
importa poco perderlo. El problema es importante y a este portavoz y
a su grupo le parece que un tema como este o uno como el anterior
tienen la suficiente entidad como para que se traten con calma y sin
prisas y no dos comparecencias en una tarde y menos tapadas por
Gescartera. Como nosotros pensábamos que los problemas existen, a
pesar de Gescartera, por ello aprovechamos y dimos a los medios de
comunicación una primera impresión de lo que preveíamos que iba a
pasar aquí. Tengo que decir que la primera parte de la película es
correcta, no hay nada de lo que usted dijo que contradiga la
valoración que nosotros teníamos hecha a priori. Lo que diga en la
segunda parte parcialmente va a estar condicionado por lo que yo le
diga ahora, pero en parte no va a desdecir lo que nosotros dijimos,
porque nosotros nos quedamos con su filosofía, no con sus palabras.

Usted ha demostrado muchas veces que es un hombre de palabra fácil,
pero también que olvida muy fácilmente sus palabras, sobretodo las
que dice en esta Cámara.




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Señor ministro, 22 meses después estamos en el mismo sitio que
estábamos ante este problema. Y está en el mismo sitio porque el
tiempo demostró, y su incapacidad también, que no había alternativa
al tratado de pesca con Marruecos y si la había no se trabajó con
seriedad. La salida, largamente anunciada por ustedes, de liquidación
de la flota para nosotros no es salida. Le recuerdo que el 21 de
marzo un titular de los medios de comunicación indicaba: El libro
verde dice que el 40 por ciento de la flota europea es excedente y
debe ser eliminada. El 21 de marzo también el señor Fischler decía:
El 40 por ciento de la flota de Marruecos debe ser desguazada. El 19
de julio, en otro titular de prensa: Bruselas aprueba un plan para
desguazar el 40 por ciento de la flota expulsada por Marruecos. Esta
es su propuesta, señor ministro. Somos la avanzadilla de la
liquidación de la flota europea. En Europa se dice que hay un
desajuste entre flota y recursos, pero por cierto, la mayoría de los
países europeos no está reduciendo su flota, España es la única que
la está reduciendo y el ajuste lo empieza España con su Gobierno,
siempre en cabeza, y en el tema de Marruecos lo estamos llevando
a rajatabla, vamos en cabeza. Señor ministro, eso no era lo que había
que hacer. No había que ir en cabeza en el desguace de la flota.

Recuerde, señor ministro, que en esta Cámara, y en Barbate por dos
veces -por cierto, lo esperan la tercera- usted dijo que había un
acuerdo con Marruecos y, en caso contrario, todos los barcos tendrían
alternativa. Esas fueron sus palabras. Esas palabras, señor ministro,
esa irresponsabilidad de no cumplirlas después es lo que crea el
problema, porque desde abril, cuando la Unión Europea, con su
complicidad, da por cerrado el no acuerdo no hay más reuniones con el
sector, no hay tampoco más comunicación con los agentes económicos y
sociales, y lo malo es que no hay acuerdo con Marruecos y tampoco hay
alternativa.

El proyecto que usted acaba de presentar, tanto su propuesta como la
aprobada por el Colegio de Comisarios de Europa, significa la
liquidación del sector. El plan del Colegio de Comisarios, que recoge
sustancialmente el suyo es ante todo un plan de desguace y un plan de
liquidación de la mayoría de la flota afectada. El plan prevé, como
sabe usted, el 40 por ciento de la flota que estaba faenando en
Marruecos. El plan no financia los programas de diversificación
productiva de las comarcas fuertemente dependientes de la pesca. El
plan no potencia la búsqueda de caladeros alternativos para minimizar
el impacto del desguace.

No se puede aceptar (y un ministro de España no debería aceptarla)
una propuesta que destina únicamente el 28 por ciento del presupuesto
al mantenimiento de la actividad productiva y el 40 por ciento a la
liquidación del sector. Un plan que únicamente destina el 28 por
ciento al mantenimiento de la actividad no puede ser aceptado nunca
por un ministro de España, y usted lo acepta y lo defiende.




Señor ministro, usted nos trae hoy una propuesta de desguace y encima
baratita. La Unión Europea se está ahorrando dos tercios de lo que le
hubiera costado el acuerdo con Marruecos con esta propuesta, y usted
nos dice que los fondos son más que suficientes, sabiendo que lo que
dice usted hoy aquí lo están leyendo mañana en Bruselas. Cuando menos
es usted un irresponsable, porque está rebajando sus posibilidades de
negociación futuras. Dijo usted que los fondos eran más que
suficientes, señor ministro, y le recuerdo que los 240 millones de
IFOP estaban ahí, con acuerdo y sin acuerdo. Si hubiera acuerdo con
Marruecos seguirían estando ahí y tendríamos 240 millones de pesetas
más para diversificación y para actuaciones en la flota española. Si
no se destinan aquí lo estamos sacando del resto de la flota; primera
precisión. Segunda precisión: los 170 millones de pesetas que suma
usted percibidos o a percibir de ayudas con Marruecos eran
independientes de que hubiera acuerdo o no, y los está sumando usted.


También está sumando las ayudas estructurales que después van para
diversificación, y eran ayudas que estaban concedidas ya para España
y que también vamos a sacar para destinarlas a otras zonas. En
consecuencia, lo único que consigue usted, por mucho que lo redondee,
son los 197 millones de euros, 32.000 millones de pesetas. Eso es
todo lo que consigue usted para liquidar una flota. Usted sale
claramente baratito a los señores que de alguna manera, tenían
interés en esta operación, y lo malo es que usted es un ministro de
España.

Por otra parte, tengo que decirle que la propuesta es socialmente
injusta. Por mucho que la venda usted, la propuesta no recoge una
sola mejora para los trabajadores. En el reglamento actual del IFOP
se modifica para los armadores pero no hay una sola medida que mejore
las posiciones de los trabajadores. No se han mejorado nada las
líneas de actuación que ya existían, porque usted no se ha molestado
ni ha solicitado mejoras ni para las jubilaciones anticipadas ni para
las primas individuales ni para las primas individuales a los
pescadores con vistas a reintegrarse en otra actividad. A ustedes,
señor ministro -y a mí no me extraña, a otros sí les podría
extrañar-, los pescadores les importan muy poco, y a los hechos me
remito.

También es socialmente injusta la propuesta porque deja fuera a todo
el sector auxiliar de la pesca, a todo el sector que estaba en
tierra. Le recuerdo, señor ministro, que usted es senador por
Andalucía, representa a Andalucía, y el Gobierno de Andalucía, con
buen criterio, elaboró un plan para atender los problemas derivados
de la repercusión en tierra de la falta de acuerdo con Marruecos,
porque no son solamente los que están embarcados los afectados, los
astilleros, la industria del frío, los transportes, etcétera, están
todos relacionados con este tema.

Ese plan había que negociarlo en Bruselas, pero ustedes no negociaron
ese plan en Bruselas, no lo sacaron adelante y todo el sector
auxiliar en tierra se queda



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colgado; únicamente contempla a los directamente afectados, los otros
se quedan colgados porque ustedes no hicieron nada. Lo que no está en
el plan no existe, señor ministro, no me venda después otros
proyectos, lo que no está en este proyecto no existe.

En cuanto a la actuación en las comarcas afectadas, señor ministro,
le recuerdo que usted mismo se puso el collar, dijo que había 125
millones de euros para las comarcas afectadas. Lo dijo usted mismo,
se puso el collar y ahora no hay nada, cero patatero, como diría el
señor presidente. Ahora dice que esto se cubre porque son todas las
regiones objetivo número uno. Como Galicia, Canarias y Andalucía
están a la cola del desarrollo en España y tienen fondos
estructurales, que los repartan y se los den también a esas zonas. O
sea, la solución que dan es repartir la miseria. En las zonas más
atrasadas de España lo que tienen que hacer es repartir. Esas zonas
tenían esos fondos con independencia del no acuerdo, y ustedes
aceptan, al final, trasladar el problema a esas zonas diciendo que no
se puede hacer tanto en infraestructura, que hay que repartir también
en la diversificación, y eso no estaba previsto, señor ministro.

Se mejoró algo, lo reconozco, en las empresas mixtas, pero sigue
habiendo problemas y usted lo sabe; sigue habiendo problemas con los
límites de edad y con la devolución de primas y subvenciones, lo que
hace que algunos temas no sean interesantes. Al final, también se
dejaron marcar un gol, porque usted sabe mucho mejor que yo, en
cuanto al tema de Marruecos, que el acuerdo vía empresa mixta es
difícil, por lo que existía la posibilidad de las acciones temporales
de empresas, las ATE; ustedes las dejaron caer en la anterior reforma
del reglamento y ahora no las defendieron. Con eso está cerrándose la
posibilidad de recolocación de una parte de la flota. No me puede
decir que no a eso porque es una realidad que el sector denuncia y se
resiente por ello.




El señor PRESIDENTE: Señor Díaz, yo sé que usted tiene tiempo, pero
finalice, por favor.




El señor DÍAZ DÍAZ: Señor presidente, con su benevolencia estoy
terminando ya.

Señor ministro, con la propuesta que aceptan, ¿qué pasa con los
barcos de menos de cinco años? Se quedan sin alternativa, señor
ministro. Le recuerdo que hay 62 en Andalucía y en Galicia una cifra
parecida. Estos barcos no pueden ser desguazados, estos barcos no
pueden ir como empresas mixtas porque tienen menos de cinco años, y
estos barcos tienen que devolver las primas que recibieron, pero no
tienen salida. ¿Qué va a hacer con estos barcos? Le recuerdo que
estos barcos son de armadores, pero también hay trabajadores en
ellos. Estos barcos fueron construidos hace menos de cinco años
-recuérdelo- con subvención del IFOP y con autorización del Gobierno
de España y
de la Comunidad Económica Europea. Ahora a esos armadores les decimos
que no tienen salida, que no pueden desguazar, no pueden ir como
empresa mixta y no hay caladeros. Habrá que darles una salida, señor
ministro. El problema es que la salida global acaba siendo una
barbaridad.

Por otra parte -y termino ya, señor presidente-, creo que el proyecto
también castiga a los emprendedores. Señor ministro, en otras
comparecencias, cuando estaba más relajado que hoy, nos decía que, en
su momento, había gente que, ante las dificultades, viendo esto,
había sabido buscarse la vida en otro caladeros, había buscado otras
salidas, porque eran emprendedores. Pues aquellos emprendedores, si
no volvieron a tiempo y no tienen nueve meses continuados, perdieron
todo. Por ser emprendedores y buscar otras salidas mientras se
arreglaba esto, renunciando a la sopa boba, a la subvención, si no
tienen nueve meses continuados en el último tiempo, no tienen derecho
a nada, ni ellos ni sus trabajadores. Esta es una manera de estimular
a los emprendedores o, si se quiere, de primar a los que se amarran,
y eso está aprobado por ustedes.

En cuanto a la recolocación de la flota en caladeros nacionales,
señor ministro, le estoy viendo a usted hablando del problema en el
golfo de Cádiz. Usted sabe que los barcos de cerco de Barbate, que
estaban en Marruecos, también tienen derecho al golfo de Cádiz.

Tráigalos usted al golfo de Cádiz, no les dé otra salida, y veremos
cómo arregla el problema usted solo. Porque el problema, como decía
antes mi compañero parlamentario, no de grupo pero sí de país, el
señor Vázquez, no es echar las redes, el problema es sacar peces. En
el golfo de Cádiz, si se turnan, pueden echar redes todos, pero el
problema es que al final la actividad sea rentable para todos ellos y
no estemos creándonos un problema interno. Y no vale devolverle el
problema al sector. El problema lo crearon ustedes, no pretendan
ahora que el sector sea el que al final tenga que repartirse la
miseria. Ustedes tienen que buscar salida a esta flota. Usted sabe
que esta flota de cerco que faenaba en el golfo de Cádiz lo hacía de
forma accidental y ocasional, no puede hacerlo todos los días.

Legalmente, sí; lo que le digo es que en este momento no hay
capacidad para hacerlo todos los días. No es posible convertirlo en
el sustento diario de esta flota, usted lo sabe como yo, y hay que
darle una salida. Usted sabe que en otros caladeros pasa lo mismo.

A nivel internacional, hoy, señor ministro, fuera del éxito relativo
de Mauritania, no hay nada de nada. En Argelia, aún están los
armadores de Almería esperando la segunda visita, señor ministro, que
usted les concrete algo más. No vale llevarlos de paseo un día y que
el tema quede ahí, hay que cerrar los temas; no saben nada. Como
decía anteriormente, los caladeros alternativos tienen que ser
rentables, económicamente también, y algunos no tienen que ser
exóticos, tienen también que ser seguros, porque hay caladeros como



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Omán, Yemen y otros en los que vaya usted a pescar… Perdón, señor
ministro. Es un problema de rentabilidad económica y de seguridad,
nadie se atreve en esas condiciones. Una cosa es decir que se puede
pescar, pero hay que pescar donde hay peces, donde la actividad es
rentable y donde hay garantías de poder pescar.

Respecto a los caladeros internacionales, señor ministro, le recuerdo
que desde que usted es ministro no había ninguna limitación para que
usted empezara a buscar caladeros internacionales. No es desde que
acabó el acuerdo con Marruecos, no había limitación desde hace años.

Había que buscarlos antes, y sobre todo cuando se veía que el acuerdo
era difícil. Ahora, 22 meses después, no tenemos nada de nada.




El señor PRESIDENTE: Señor Díaz, insisto.




El señor DÍAZ DÍAZ: Termino ya.

Por todo ello, nosotros creemos que el plan es la peor de las
soluciones posibles, ya que este plan no apuesta por la recolocación
de la mayoría de la flota ni apuesta por la diversificación de las
comarcas afectadas. Apuesta claramente por el desguace, por la
reducción de la capacidad. Ésa es su apuesta. Por eso nosotros, señor
ministro, le decimos que el día 25 vaya usted a Bruselas a defender
algo completamente diferente, vaya usted a defender la flota
española, vaya usted a defender los intereses del sector español.

Vaya usted a Bruselas a decir que es posible aún un acuerdo con
Marruecos para la flota artesanal. También son posibles los caladeros
en otros lugares para la flota industrial, si se hace un esfuerzo por
parte de todos, también por parte de ustedes y de la Unión Europea.

Después, hay que decir a Bruselas que hacen falta fondos para tratar
los problemas sociales y para tratar los problemas territoriales. Con
esas propuestas tendrá nuestro apoyo y tendrá además algo importante,
el apoyo del sector y el reconocimiento del país, porque los está
defendiendo. Si usted se dedica a seguir defendiendo lo indefendible
y vendiendo en cada lugar lo que piensa que le puede interesar en
cada lugar, no va a tener nuestra complicidad. Nosotros no vamos a
dejar aquí el tema, porque, como decía al comienzo, el problema
existe, con independencia de que nosotros lo aireemos o no, es un
problema real que afecta a miles de personas en territorios que
tienen ya problemas de desarrollo serios a los que viene a sumarse
este nuevo problema, que no sólo es de desarrollo, sino que es vital
para mucha gente. Por eso vamos a seguir defendiéndolo y vamos a
seguir aquí, con independencia de lo que usted haga. Si usted
defiende en Bruselas lo que tiene que defender, lo que debe defender,
nosotros le vamos a felicitar sin ningún temor; si no lo hace así,
nos va a seguir teniendo en contra.




El señor PRESIDENTE: Por último, tiene la palabra el portavoz del
Grupo Popular, señor Mantilla.

El señor MANTILLA RODRÍGUEZ: Señor presidente, señor ministro, una
vez más le agradezco su presencia en esta Comisión, pues creo
recordar que ya es la enésima vez que comparece en esta legislatura
para hablar de temas de pesca, independientemente de otras de sus
competencias, como puede ser la agricultura.

Me sorprende el tremendismo de algunos portavoces en el tema de
Marruecos y me sorprende aún más el señor portavoz del Grupo
Socialista, don Ceferino Díaz, que vuelve a incidir en una serie de
temas en los que ha venido insistiendo paulatinamente, pero que se
han venido resolviendo. Recordábamos que decíamos que había que
conseguir de la Unión Europea la potenciación de las sociedades
mixtas. Pues bien, se ha reducido de diez a cinco. Ahora quieren más,
ahora no quieren diez ni cinco, ahora quieren que sea cero, porque
dicen que hay barcos que tienen menos de cinco años. (El señor Díaz
Díaz: En Marruecos.) Desde luego, habrá barcos de menos de cinco
años, pero hay que recordar que el último acuerdo firmado por los
socialistas con Marruecos no tenía cláusula de renovación, y todo el
mundo, incluidos los marroquíes, decía que no iba a haber más
acuerdos. Hay que ser temerarios para hacer barcos para faenar en
Marruecos. Obviamente, nuestros armadores siempre lo han sido, y
gracias a Dios y a eso España es un gran país pesquero, pero
lógicamente no se pueden buscar soluciones cuando se ha metido el
propio barco contra las piedras.

Le recuerdo, don Ceferino, que las negociaciones de los distintos
gobiernos del Partido Popular han venido casi casi a remolque.

Sabíamos, y lo veníamos diciendo, que era muy difícil firmar un
acuerdo con Marruecos. Se ha intentado. Lo que ahora vamos a intentar
conseguir es que la ruptura del acuerdo con Marruecos o la no
renovación sea lo menos traumática posible para nuestros tripulantes
-a los que el señor Vázquez no les quiere llamar marineros- y para
nuestros armadores; eso es lo que estamos intentando conseguir.

Decíamos que se intentó conseguir la reducción de la edad de los
buques para la constitución de sociedades mixtas, y se ha logrado que
no se intente descontar de las indemnizaciones percibidas por los
armadores lo percibido del IFOP mediante la paralización, tema que
era tremendamente delicado, porque hay que recordar que ya se llevan
cobrados muchos miles de millones de pesetas. Hoy tenemos un plan.

(El señor Díaz Díaz: De liquidación.) Una vez más, tanto el portavoz
socialista como el portavoz del Grupo Mixto, representante del Bloque
Nacionalista Galego, han insistido en que el Gobierno no tenía un
plan. Tiene un plan y está encima de la mesa. Quiero decir a SS.SS.

que el plan de reconversión de la flota de Marruecos está más dotado
que el de cualquier tipo de reconversión que se haya producido en
España, como la del sector minero y la del sector naval. El plan de
reconversión del sector pesquero en el caladero de Marruecos es el
más dotado financieramente.




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Decíamos que se va a intentar que el abandono del caladero de
Marruecos sea lo menos traumático posible. Tenemos que recordar a SS.

SS. que en estos momentos al mes de julio estamos hablando de 2.246
marineros o tripulantes que faenaban en ese caladero, de los cuales
un elevado número son marroquíes. Hay que recordar a SS.SS. que cerca
de 1.000 marineros marroquíes faenan en la flota española, y la gran
mayoría están en ese caladero. Por tanto, si restáramos a los 2.246
los marineros marroquíes, lógicamente el problema social queda
notoriamente reducido. En estos momentos tenemos 294 barcos
percibiendo las indemnizaciones de la parada. Afectados al caladero
marroquí son 382 barcos en total. (Quiero recordar, señor ministro,
que a ver si actualizamos los censos porque estos son de 1982. Ya que
está aquí presente el secretario general de Pesca, lo digo de nuevo
porque lo venimos pidiendo desde hace tiempo.) De estos 382 barcos,
212 tienen más de 30 años, y recuerdo que en esta casa muchas veces
los portavoces socialistas y mixtos nos han exigido una mayor
seguridad, y esa mayor seguridad no se puede pedir a barcos que
tienen más de 30 años por la propia estructura que tienen. Habría que
renovarlos, haya acuerdo o no. Estamos hablando de 212 barcos.

Señorías, he dicho en varias ocasiones, pero como yo no tengo
importancia para los otros portavoces no repiten nunca mis palabras,
que en seis meses el problema de Marruecos no existiría. Gracias al
ahínco que ha puesto el señor ministro, acompañado de otros miembros
del Gobierno, eso se va a cumplir.

Tengo que recordar al portavoz del Grupo Mixto que parece que no está
muy interesado ni muy ilusionado en que se potencien las comarcas
afectadas por la parada del sector marroquí. El portavoz dice que
potenciar el turismo no va a significar nada. Es una opinión muy
respetable del representante del Bloque Nacionalista Galego, don
Guillermo Vázquez, pero en una reunión con el señor ministro de todos
los alcaldes de las distintas comarcas, Morrazo, Ribeira, La Guardia
y Barbate, todos hacían hincapié en que uno de los pilares básicos
para potenciar su economía era el turismo. Que diga el señor
representante del Bloque Nacionalista Galego que las autovías o las
autopistas a Morrazo no le interesan…¿ Cómo no le van a interesar?,
pero siempre se han opuesto a ellas. Se trata de una península en la
que se puede tardar más de media hora en recorrer doce kilómetros, y
eso es una gran traba para el desarrollo industrial de esa zona.

Ya termino. Voy a dejar al señor ministro, que dice las cosas mejor
que yo y con más sentido. Decía que en Vigo se está por construir un
parque tecnológico. Son varios cientos de miles de metros cuadrados,
y en estos momentos las peticiones para la instalación de industrias
son dos veces y media la posibilidad de ese parque. Estamos
totalmente convencidos de que si tuviéramos un parque industrial en
la zona de Cangas Bueu,
se cubriría de forma más o menos inminente. Lo que necesitan las
industrias españolas, en especial las gallegas, es suelo industrial,
ya que todos los ayuntamientos gallegos carecen de suelo industrial,
entre otras cosas, porque las trabas burocrático-administrativas
impiden muchas veces poderlo llevar a la práctica. Si nosotros somos
capaces de generar posibilidades de turismo, de construir autovías,
pese a las oposiciones de determinados grupos, y de potenciar parques
industriales, no les quepa duda a SS.SS. de que seremos capaces de ir
recolocando nuestra flota excedente de Marruecos, la excedente.

Estamos hablando de la excedente, porque también estoy totalmente
convencido, de la inestimable ayuda del consejero andaluz, que va a
crear una sociedad mixta para reubicar cien barcos andaluces en el
caladero marroquí. Por descontado que cuando las cosas se hacen bien,
hay que reconocerlo y felicitaremos si es capaz de crear una sociedad
mixta y recolocar cien barcos en el caladero de Marruecos. (El señor
Díaz Díaz: El alcalde de Ribeira.)



El señor PRESIDENTE: Silencio, señorías, para que termine el señor
Mantilla. Les ruego silencio.




El señor MANTILLA RODRÍGUEZ: Gracias, señor presidente. No me dejan
rematar.

Entonces, vuelvo a repetir, señor presidente, que reitero que en
mucho menos ya de seis meses el problema de Marruecos no existirá.

(Risas.) El problema social será resuelto y la gran mayoría de los
barcos, de una forma o de otra, seguro que serán recolocados, porque
el señor Vázquez apuntaba ahí, ¿por qué no al charteo? ¿Por qué los
holandeses que faenan con grandes barcos en Marruecos lo hacen y no
lo podemos hacer nosotros?



Estoy totalmente convencido de que a partir de 31 de diciembre, que
también ha sido un logro de nuestro Gobierno el mantenerlo hasta el
31 de diciembre, sin duda muchos armadores buscarán otras soluciones
para poder faenar en ese caladero. Por tanto, ya sabe, señor
ministro, que tiene todo el apoyo de nuestro grupo para seguir
haciendo las cosas tan bien como se vienen haciendo.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Mantilla, por su capacidad
de síntesis.

Tiene la palabra el señor ministro.




El señor MINISTRO DE AGRICULTURA, PESCA Y ALIMENTACIÓN (Arias
Cañete): Con la misma capacidad de síntesis, intentaré contestar.

Cada vez que oigo hablar al Grupo Socialista me sorprendo. Un grupo
que firma un acuerdo sabiendo que es el último, sin cláusula de
renovación por primera vez en la historia de la Unión Europea; que no
hace absolutamente nada por buscar nuevos caladeros después de haber
firmado el acuerdo con Marruecos sabiendo que es el último; que
permite la construcción de barcos nuevos



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para un caladero que sabe que no tiene futuro -lo sabía el gobierno
socialista- y que ahora se erige en el gran defensor de la pesca.

Señoría, no le vale ese discurso, porque ese discurso le puede valer
a cualquier grupo de la Cámara, no al Grupo Socialista. Pero vamos al
problema que tenemos, porque los problemas existen y están aquí.

Este Gobierno intentó relanzar una relación que estaba muerta,
conseguimos buenas palabras al principio, transmitimos mensajes
positivos cuando teníamos ese input y constatamos la falta absoluta
de voluntad. Nos dicen ustedes: negocien, negocien, que hay
posibilidades. ¡Si saben ustedes mejor que nadie los vientos que
habían sembrado¡ Si hubiera una sola posibilidad, no le quepa la
mejor duda que estaríamos negociando. Toda la opinión pública
española lo sabe. Fíjese usted que al Ministerio de Agricultura se le
han criticado sus actuaciones, pero ningún medio de comunicación ha
criticado al Gobierno por el tema de Marruecos. Todo el mundo sabe
quién ha tomado la decisión soberana de no firmar un acuerdo. Ni al
Gobierno ni a la Unión Europea. Además, cuando dicen ustedes que la
Unión Europea no tiene voluntad política de promover la pesca, es
falso. Vean lo que ha pasado con el acuerdo con Mauritania, cómo se
ha negociado un acuerdo, cómo se ha incrementado brutalmente la
participación financiera para conseguir el acuerdo, cómo se han
logrado posibilidades pesqueras reales y cómo la Unión Europea se va
a gastar 165 millones de euros más para conseguir el acuerdo con
Mauritania. A impulsos del Gobierno español que está detrás de la
negociación y a impulsos con el Gobierno mauritano, porque aunque el
Grupo Socialista critique que el ministro de Agricultura vaya a los
terceros países a incentivar que haya acuerdos e intente ridiculizar
actuaciones, pienso seguir viajando a todos los terceros países para
llegar a acuerdos.

Tengo la conciencia tranquila porque estoy visitando todo el
continente africano en la búsqueda de caladeros. Una vez salen mejor
y otra vez salen peor, pero van cuajando las operaciones. Se va
viendo, vuelvo a repetir, y ahora daré datos de Mauritania.

En la categoría primera vamos a colocar entre 60 ó 70 buques, depende
de las decisiones de los armadores. Señor Vázquez, piense usted que
hasta ahora solamente el 25 por ciento de los armadores ha preferido
el riesgo a la seguridad del paraguas protector que existe con las
subvenciones comunitarias. Hemos repartido cerca de 15.000 millones
de pesetas en más de veinte meses y actualmente estamos repartiendo
800 millones a los más de 290 barcos que existen, a una media de dos
millones y medio por barco sin faenar. A la gente el riesgo le da
miedo pero, como ha dicho el portavoz del Grupo Popular, el 1 de
enero se acaba esta situación y hay que tomar decisiones. El Gobierno
lo está previendo y está trabajando, no en la línea del desguace,
porque la intervención del portavoz socialista no se adecua
a la verdad en nada. En primer lugar, porque hemos estado
incentivando todo este año la recolocación.Ya le he dicho que el 25
por ciento de la flota y el 34 por ciento de los marineros se han
recolocado. Se ha tratado de incentivar, se han buscado caladeros, se
les ha convencido de que se ubiquen, que dejen de percibir
subvenciones y que asuman una explotación. Ya hemos solucionado el 25
por ciento del problema económico y el 34 por ciento del problema
social, antes de empezar a poner en marcha este plan que pondremos en
marcha a partir del 1 de enero.

Lo segundo que hemos hecho en este tiempo es buscar nuevas
posibilidades de caladeros que ustedes ridiculizan. Yo entiendo que
en Marruecos se han negociado posibilidades en la categoría primera,
en la quinta, en la octava, en la segunda, en la tercera y en la
cuarta. En la categoría primera, marisqueros, se aumentan en 500 TRB
las 5.500 existentes. Eso nos permite incorporar cuatro unidades
nuevas, al menos tres españolas. En la categoría dos, que es la
merluza negra, se mantiene el mismo TRB, pero se modifica el
porcentaje de capturas accesorias para los palangreros de fondo hasta
el 50 por ciento, lo cual hace que las condiciones sean idénticas a
las que operaba la flota palangrera de fondo en Marruecos. Por ello,
si en el anterior acuerdo se utilizaba al 60 por ciento, llegaremos
ahora al cien por cien de las posibilidades y eso supone entre 16 y
30 unidades nuevas. En la categoría tercera, que son especies
distintas de la merluza negra con artes que no sean de arrastre, se
ajustan las posibilidades pesqueras y entendemos que pueden faenar
entre 10 ó 15 unidades nuevas. En la categoría cuarta, que son
arrastres de especies demersales en congelación, creemos que se
pueden reubicar 14 unidades de las cefalopoderas anteriores. En
cefalópodos tenemos cinco unidades que, si se unen a las 14
anteriores, ya son 19. En la categoría octava, que son atuneros
cañeros hay un aumento global de 14 unidades, 13 le corresponden a
España y eso puede arreglar el problema de los atuneros cañeros en
Canarias y los palangreros de superficie de Algeciras. Si teníamos ya
reubicados casi 100 barcos y ahora logramos ubicar otros 60, ya
tenemos 160, número que a ustedes les parece ridículo, y usted se ríe
mucho, pero hemos resuelto el problema de 160 barcos y de cerca de
2.000 marineros. Se puede reír don Ceferino todo lo que usted quiera
, pero a mí me parece que el esfuerzo a valido la pena y pienso
seguir trabajando en esta línea.

Usted se ríe de los acuerdos con Argelia; pues con Argelia ya he
firmado un protocolo para desarrollar sociedades mixtas. Antes no se
podían constituir sociedades mixtas con Argelia; ahora se puede hacer
y en este mes se va a celebrar un encuentro. En Túnez hay cinco
barcos haciendo una campaña de pesca experimental con autorización
del Gobierno tunecino y según resulte veremos los que se pueden
ubicar, y vamos a seguir trabajando en esta línea.




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A partir del día 1 de enero empieza el plan de acción y usted dice:
van a desguazarlo todo. Pues bien, de 685 millones de euros 70 se
destinan al desguace. No sabemos lo que se va a utilizar. El 10 por
ciento del dinero va destinado en teoría al desguace. No es la
voluntad del Gobierno desguazarlo todo, como usted dice, y no lo ha
sido nunca. Tenemos un plan que prevé todas las contingencias. Yo he
dicho que nos va a sobrar dinero porque estamos reubicando unidades
-y se puede usted seguir riendo todo lo que usted quiera-, pero
seguiremos recolocando unidades. Va a ver usted el 1 de enero las
decisiones empresariales que se toman. Usted dice el caladero
nacional no sirve para nada y no meta usted ni un solo barcos. Pues
bien, ya tengo peticiones de 12 barcos de Barbate para ir al caladero
nacional sin ninguna resistencia por parte de las cofradías de
pescadores, a pesar de los intentos de determinadas formaciones
políticas por buscar el follón, porque en eso son ustedes
especialistas. A mí colaboraciones como las que me ofrecen, por
favor, no.

Ahora vamos a hablar de la Junta de Andalucía y el sector auxiliar.

El sector auxiliar es competencia exclusiva de la Junta de Andalucía;
el sector extractivo, competencia del Gobierno. ¿Qué dijo la Junta de
Andalucía? Que había que ayudarle. ¿Y yo qué dije? Que por cada duro
que ponga la Junta de Andalucía, el Gobierno pone otro. ¿Qué ha hecho
la Junta de Andalucía? No hizo nada durante un año, no se movió.

¡Pues que siga el dinamismo! Y de pronto hace un papelito en que
tiene un censo de beneficiarios con unas cantidades. Obviamente, como
es una ayuda de Estado la Junta de Andalucía lo manda directamente a
Bruselas. No es un plan que negocia el Gobierno, sino una ayuda de
Estado que requiere autorización directa (El señor Cuadrado Bausela:
De apoyo de Estado), y la Junta de Andalucía no ha sido capaz de
justificar la ayuda de Estado y por eso no tienen ayuda los
suministros auxiliares, porque el día que pague la Junta de
Andalucía, el Gobierno paga, pero la Junta de Andalucía ha sido
incapaz de este tema, y ese es un hecho que conoce perfectamente el
sector. No es un plan que negocia el Estado, porque las ayudas
directas cada comunidad autónoma negocia las suyas directamente. La
justifica el que conoce el sector auxiliar, y lo conoce la Junta de
Andalucía y es la que tiene que hacer la justificación técnica. Por
tanto, que cada palo aguante su vela, que yo desde luego aguantaré
todas las mías con toda tranquilidad.

El Gobierno, consciente de la dificultad de un acuerdo que no se
renovaba, ha intentado buscar recursos adicionales, y nos hemos
llevado todo lo disponible en el presupuesto comunitario. Si saben
ustedes algo, si no sus parlamentarios europeos se lo pueden enseñar,
todo lo que había en el instrumento de flexibilidad nos lo hemos
llevado, porque el dinero de Marruecos no se puede aplicar a acciones
de reconversión, está en una categoría diferente de las perspectivas
financieras y
requiere unanimidad del Consejo de Ministros y del Parlamento para
trasladarlo. En el Parlamento y en el Consejo no hay ni siquiera
mayoría para una operación de traslado, y además porque este dinero,
que está en acuerdos internacionales, es necesario ya que en este
momento dichos acuerdos cada vez son más onerosos. Mauritania ya se
ha llevado 150 millones de euros de los que había previstos en esa
línea, inicialmente de Marruecos, que eran 500. Ahora tenemos Senegal
que probablemente tendrá incrementos de costos; y todos los demás
acuerdos en cadena se van a llevar incrementos de costo para
conseguir posibilidades pesqueras adicionales, aunque le pese al
Grupo Socialista, porque el Gobierno va a seguir presionando a la
Unión Europea para que haya posibilidades pesqueras adicionales.

Nuestra preocupación fundamental es buscar la ubicación, y usted me
dice: qué tragedia, se han perdido las asociaciones temporales de
empresa. Hemos pedido que se vuelvan a poner, pero se eliminaron
porque no había una sola petición y se convirtieron en ayudas al
funcionamiento. Me dice: es cierto que hay un problema con los barcos
de menos de cinco años, y da unas cifras que no son reales, pero yo
le voy a dar las reales: en Andalucía hay 26 barcos, 11 en Galicia y
13 en Canarias de menos de cinco años. Fíjese, 26 en Andalucía,
y ustedes conocían perfectamente que no había renovación de acuerdo e
incentivaron la construcción de estos barcos. Muy bien, pero a partir
de este momento ¿qué está haciendo el Gobierno? El Gobierno dice:
seguiremos trabajando en la línea de mejorar el reglamento, porque
nosotros hemos conseguido modificar el reglamento del IFOP en la
primera propuesta inicial de la Comisión, con muchísimo debate y
mucho trabajo, que ustedes nunca serán capaces de reconocer, jamás lo
harán, y tampoco lo esperamos. Primero, hemos obtenido los recursos
financieros, que nos hemos llevado todos los que había en el
presupuesto comunitario, ni uno menos, todo el instrumento de
flexibilidad completo; segundo, hemos modificado el IFOP porque antes
eran diez años y ahora son cinco, se han incrementado los
porcentajes.

Seguiremos trabajando en esta línea de mejorarlo, aunque no el día
25, cuando no hay Consejo de Ministros en ningún lado, es en octubre
el Consejo de Ministros, pero ahora mismo estamos trabajando con los
parlamentarios europeos, con los de su grupo y con los nuestros,
dándoles enmiendas en el sentido de mejorar técnicamente las
propuestas de la Comisión, porque entendemos que todavía hay algún
margen para la mejora. esto es obvio, pero no intenten ustedes
bloquear situaciones y decir que no se puede hacer nada, porque
ustedes practican el pesimismo permanentemente y nosotros no nos
vamos a desanimar. La defensa del sector pesquero en la Unión Europea
es una tarea muy dura, vamos a seguir haciéndolo con ilusión,
tratando de reubicar unidades y con un plan que tenga paraguas ahora
para afrontar la reconversión, en la que nosotros



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creemos y estamos ahora mismo cerrando acuerdos con el municipio de
Barbate, con la Xunta de Galicia y con el Gobierno canario para
ponerla en marcha. No es fácil la reconversión, porque el Partido
Socialista lo primero que ha hecho en Barbate es cargarse el Plan de
ordenación, con lo cual el desarrollo urbanístico nos lo tiene
paralizado, cosa que es bonita en este momento, porque si unos
municipios tienen dificultades, además se complica con trabas
urbanísticas que impiden el desarrollo. No obstante, vamos a
desarrollar un polígono industrial en colaboración con la zona franca
y con el ayuntamiento, pese a quien pese, porque creemos en los
polígonos industriales ya que hay demanda de suelo industrial en
Galicia, en Andalucía y en Canarias, y apoyaremos todos los demás
proyectos que sean capaces de generar empleo, sea la acuicultura, que
hay posibilidades en zonas próximas, sobre todo en el área de
Barbate, sea en el sector turístico, o sea en la mejora de
infraestructuras, y como nos han dicho que tenemos que financiar con
cargo a fondos estructurales; haremos aportaciones del presupuesto
nacional porque no renunciamos a financiar la diversificación. En el
presupuesto de este año verán ustedes consignadas cantidades
adicionales para seguir adelante en estos procesos.

He presentado este plan sabiendo que todavía no es un esquema
definitivo porque el Parlamento Europeo tiene que pronunciar su
informe y que nosotros tendremos que seguir discutiendo en sede del
Consejo, de acuerdo con las orientaciones que ustedes han
manifestado, con muchas de las cuales estamos de acuerdo, pero
sabiendo que el objetivo fundamental sigue siendo la reubicación. Les
he dado las cifras de Mauritania. Senegal, por cierto, está
prorrogado hasta el 31 de diciembre, pero en este momento el proceso
de negociación es complicado. No son fáciles los acuerdos pesqueros
en el continente africano porque están desarrollando sus flotas.

Senegal tiene una flota artesanal muy importante y unos sindicatos
que defienden la pesca
artesanal con enorme inteligencia y rigor. Por tanto, no son acuerdos
fáciles de negociar. Piensen, señorías, que cada vez es más necesario
que nuestro sector pesquero se interrelacione con las economías
locales de los países en los que estamos pescando sus recursos. El
viejo esquema en el que sólo se capturaban los recursos y se
trasladaban a nuestro mercado cada vez es más difícil de mantener.

Estos países que están en vías de desarrollo requieren economías
integradas con nuestra flota. Por eso, en países como Namibia, donde
nuestra flota se ha integrado con el sector local, transforma y luego
exporta a nuestro país, tenemos posibilidades de actuación y de
exportación. En otros países como Mauritania nos piden desembarcos,
pero esa filosofía tendrán que aprenderla nuestros armadores. Los
viejos tiempos eran distintos y habrá que prepararse a tiempo, eso sí
defendiendo el potencial pesquero de una flota muy importante que
todos queremos defender. Estoy seguro que todas las fuerzas políticas
lo comparten. Sí les puedo decir con absoluto rigor que en este
momento no es fácil la articulación de alternativas, que la
negociación de acuerdos es cada vez más compleja, pero que pondremos
todo el entusiasmo en esa tarea. Les puedo garantizar una cosa con
toda seriedad, este año el equipo de la Secretaría General de Pesca
Marítima ha hecho unos esfuerzos -yo no me quiero apuntar ningún
tanto- que son muy de agradecer. Como ministro de España quisiera
reconocer el esfuerzo de estos funcionarios en un contexto cada vez
de más dificultad.




El señor PRESIDENTE: Rogaría a los señores portavoces que no se
vayan, ya que después de la despedida del ministro vamos a tener una
pequeña reunión informal como he dicho al inicio de la comisión.

Agradecemos al señor ministro su presencia en esta comisión
y levantamos la sesión.




Eran las nueve de la noche.