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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 208, de 05/04/2001
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CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 2001 VII Legislatura Núm. 208



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NOTA INFORMATIVA: En la edición impresa de este Diario, sus páginas
aparecieron, por error, numeradas desde la 2669 a la 2686. Tal error
ha sido corregido en la presente edición electrónica.

(Vease 'DS. Congreso de los Diputados' Comisiones, núm. 285)
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DEFENSA



PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. FRANCISCO A. GONZÁLEZ PÉREZ
VICEPRESIDENTE PRIMERO



Sesión núm. 11



celebrada el jueves, 5 de abril de 2001



ORDEN DEL DÍA:



Comparecencia del señor secretario de Estado de Comercio (Costa
Climent) para informar sobre:



- Las exportaciones de defensa y de doble uso realizadas durante el
año 1999. A solicitud del Grupo Parlamentario Socialista. (Número de
expediente 212/000051.) . . . (Página 6270)



- El 'Informe sobre las estadísticas españolas de exportación de
material de defensa y doble uso realizadas en 1999'. A solicitud del
Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió). (Número de
expediente 212/000308.) . . . (Página 6270)



Comparecencia del señor secretario general de Comercio Exterior
(Utrera Mora) para informar sobre las últimas estadísticas de
exportaciones de armas y material de doble uso. A petición del
Gobierno. (Número de expediente 212/000376.) . . . (Página 6285)



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Se abre la sesión a la una de la tarde.




COMPARECENCIA DEL SEÑOR SECRETARIO DE ESTADO DE COMERCIO (COSTA
CLIMENT) PARA INFORMAR SOBRE:



- LAS EXPORTACIONES DE DEFENSA Y DE DOBLE USO REALIZADAS DURANTE EL
AÑO 1999. A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA. (Número de
expediente 212/000051.)



- EL 'INFORME SOBRE LAS ESTADÍSTICAS ESPAÑOLAS DE EXPORTACIÓN DE
MATERIAL DE DEFENSA Y DOBLE USO REALIZADAS EN 1999'. A SOLICITUD DEL
GRUPO PARLAMENTARIO CATALÁN (CONVERGÈNCIA I UNIÓ). (Número de
expediente 212/000308.)



El señor VICEPRESIDENTE (González Pérez): Buenas tardes, señorías.

Vamos a dar comienzo a la sesión número 11 de la Comisión de Defensa
para la celebración de dos comparecencias que, de acuerdo con los
portavoces, se harán casi simultáneamente, aunque no es el
procedimiento reglamentario. En primer lugar, ante la petición de los
grupos parlamentarios, intervendrá el secretario de Estado de
Comercio para explicar los temas que atañen a su comparecencia y,
posteriormente, lo hará el secretario general de Comercio Exterior.

Sin más dilación y para no alargar mucho la Comisión, tiene la
palabra el secretario de Estado de Comercio para informar sobre las
exportaciones de defensa y de doble uso realizadas durante el año
1999, a petición de los grupos Socialista y Catalán (Convergència i
Unió).

Tiene la palabra el señor secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE COMERCIO (Costa Climent): Señor
presidente, quiero dar las gracias a SS.SS. por darme la oportunidad
de comparecer en esta Comisión de Defensa y, por tanto, poder debatir
con todos ustedes la situación actual del comercio exterior en
material de defensa y doble uso.

Permítanme SS.SS. que dé comienzo a mi intervención refiriéndome al
acuerdo del Pleno del Congreso de los Diputados de 18 de marzo de
1997. Por este acuerdo se instaba al Gobierno, entre otras acciones,
a enviar semestralmente los datos esenciales de las exportaciones de
material de defensa y de doble uso a las comisiones de Defensa y
Asuntos Exteriores de esta Cámara. El departamento al que represento
procedió, en cumplimiento de dicho acuerdo, al envío de las
estadísticas correspondientes al período 1991-1996, siendo seguidas
éstas por las del año 1997. A partir de entonces se han hecho llegar
a SS.SS. los datos referidos a cada
semestre. En las estadísticas correspondientes a 1997 se añadieron
las exportaciones de productos de doble uso, mientras que en las del
segundo semestre de 1998 se incluía un cuadro adicional con la
desagregación del valor de lo exportado en seis categorías básicas de
productos.




El informe correspondiente a las estadísticas de 1999 por primera vez
está compuesto de diversos epígrafes que incluyen la legislación
española y la normativa comunitaria, el detalle de los principales
foros de control y de no proliferación, una relación de los embargos
existentes y sendos cuadros con los principales países exportadores e
importadores de armas. Además de lo anterior se ha añadido a dicho
informe, tal y como había sido solicitado en la comparecencia de 23
de noviembre de 1999 ante esta Comisión, el número de denegaciones
españolas derivadas de la aplicación del código de conducta de la
Unión Europea en materia de exportación de armas, las revocaciones de
licencias y el número de autorizaciones expedidas. Sus señorías
pueden preguntarse, ciertamente, si es oportuno ir más allá en el
grado de información alcanzado en las estadísticas españolas. La
Junta interministerial reguladora del comercio exterior de material
de defensa y de doble uso, que tengo el honor de presidir, ha ido
incrementando el nivel de información que se hacía llegar al
Parlamento y a la opinión pública, aunque manteniendo con carácter
confidencial y secreto algunos datos referidos a operaciones de
empresas concretas a países determinados. Dicha información puede ser
en algunos casos, como SS.SS. saben, de especial sensibilidad, debido
al carácter estratégico del sector y a las inevitables connotaciones
de seguridad nacional y política exterior derivadas de tales ventas.

Existe, no obstante, un cauce de acceso a todos aquellos temas
clasificados como secretos, como saben SS.SS. En todo caso -y creo
que esto es lo importante- me queda añadir que la Jimddu está
estudiando aumentar el nivel de información, teniendo en cuenta sobre
todo los ejemplos constituidos por las estadísticas de los países de
nuestro entorno, y mi compromiso, por tanto, será que las
estadísticas correspondientes al conjunto del año 2000 incluyan un
mayor nivel de detalle que las actuales.

Antes de entrar en el análisis de las estadísticas correspondientes
al año 1999 y al primer semestre del año 2000, me van a dejar SS.SS.

que haga una reflexión acerca del régimen de control de las
exportaciones en España. Puedo afirmar que los mecanismos vigentes de
control en nuestro país son extraordinariamente rigurosos. La Jimddu
efectúa un análisis caso por caso de las solicitudes, aplicando los
criterios del código de conducta y exigiendo, además, documentos de
control de uso y destinatarios finales más completos que en otros
países. Los ocho criterios del código que analiza la Junta son, de
forma resumida: el respeto de los embargos de Naciones Unidas, Unión
Europea y OSCE, el respeto de los acuerdos de no proliferación y
otras



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obligaciones internacionales, el respeto a los derechos de las
personas en los países de destino, la situación interna en dichos
países, el mantenimiento de la paz, seguridad y estabilidad regional,
la seguridad nacional de los Estados miembros y territorios aliados,
la actitud frente al terrorismo del país de destino, el riesgo de
desvío y la compatibilidad de las exportaciones de armas con
criterios como la capacidad desde el punto de vista económico y
tecnológico de los países receptores. Cuando uno de estos criterios
no se cumple en el país de destino, la Junta rechaza la operación
denegándola y comunicando esa denegación a los otros países
comunitarios; este extremo es especialmente importante. Con ello se
impide que puedan darse operaciones similares autorizadas en los
restantes países al existir el compromiso de no autorizar, salvo
justificación adecuada, ventas denegadas por alguno de los Quince. De
la misma manera, en España no pueden producirse operaciones denegadas
por otros países europeos. Esto garantiza una interpretación y
aplicación homogénea de los ocho criterios contenidos en el código de
conducta de la Unión Europea.

Estamos hablando de un comercio regulado en el ámbito internacional,
como saben SS.SS. Existen armas prohibidas y países sometidos a
embargo de Naciones Unidas y/o de la Unión Europea, embargos que el
Gobierno español cumple escrupulosamente. Nuestro país participa
también de forma activa en los diversos foros internacionales de
control de la exportación y de no proliferación, muy especialmente en
el principal de ellos, el Arreglo de Wassenaar, en el que está
representada la práctica totalidad de los países fabricantes y
exportadores de material de defensa y de doble uso. Estos foros
persiguen el establecimiento y generalización de los sistemas de
control de dichas exportaciones mediante listas de productos comunes,
armonización de requisitos, muy especialmente de documentos de
control e intercambio de información sobre operaciones realizadas. Es
fundamental tener en cuenta que el artículo 51 de la Carta de
Naciones Unidas reconoce a todos los países el derecho a su defensa
legítima. Consecuentemente, todos tienen el derecho de mantener sus
propias fuerzas armadas, así como el de fabricar e importar el
armamento militar necesario que permita garantizar su integridad
nacional y el orden interno, siempre que esto no contravenga lo
dispuesto en los tratados internacionales ni altere el equilibrio
geoestratégico regional. En consecuencia, el comercio exterior de
material de defensa y doble uso, siempre que esté debidamente
regulado y controlado, es un comercio legítimo que tiene como
objetivo garantizar la seguridad y defensa de todos los países
pacíficos. Por otro lado, el comercio exterior de armamento es la
consecuencia en muchos casos de acuerdos internacionales de defensa,
de programas de cooperación en este ámbito y de acciones humanitarias
de mantenimiento de la paz, y permite al mismo tiempo profundizar en
las relaciones
políticas con los países aliados. En el marco de la política
exterior de seguridad y defensa, se considera clave la consecución de
una industria de defensa europea integrada que permita un adecuado
grado de autonomía y abastecimiento a las fuerzas armadas de los
países de la Unión Europea y, por tanto, esta política exterior
requiere una industria en el ámbito internacional.

Por lo que respecta a la gestión concreta de este comercio en el
ámbito español, les puedo asegurar que la Junta no ha autorizado
ninguna operación con destino a un país en guerra y mucho menos a un
país embargado. Más específicamente, la Secretaría de la Junta ha
comprobado, a través de los datos de la Administración española, que
lo exportado a algunos países que han firmado la moratoria de la
Comunidad Económica de Estados de África Occidental a la importación,
exportación y fabricación de armas ligeras corresponde a productos
que no son estrictamente material de defensa y que, por tanto, no
están sometidos a control. Esas exportaciones corresponden a
productos no controlados por la legislación española, ni por las de
los países de la Unión Europea, por tratarse de armas de caza y
deportivas, sus municiones y determinadas pólvoras de uso industrial,
entre otros. Así, el artículo 1 del anexo I del Real Decreto de 27 de
marzo de 1998, por el que se aprueba el comercio exterior de material
de defensa y de doble uso, excluye de manera expresa las armas con
cañón de ánima lisa usadas en el tiro deportivo o en la caza.

Conviene insistir en el hecho de que son productos concretos que
tienen un uso civil, y lo anterior viene refrendado por la lista
común del código de conducta de la Unión Europea en la que se han
excluido aquellos productos entre los que se encuentran los que he
mencionado anteriormente. En definitiva, quiero dejar claro que no
hay incoherencia entre las estadísticas que se remiten al Parlamento
y las estadísticas de libre acceso que publica la Administración
tributaria española desde el momento en que determinados productos no
son material de defensa, no pueden figurar en las listas de control
españolas, haciéndolo, por el contrario, en las estadísticas de
aduanas como cualquier otro producto de libre comercio. Sin embargo,
puedo decir a SS.SS. que mi departamento ha presentado a la Agencia
Tributaria una propuesta de modificación del arancel, una propuesta
que trata de evitar cualquier futuro problema de interpretación de
las estadísticas o control de las exportaciones debido a que puede
haber envíos para los cuales no se contempla hoy en el arancel una
subpartida específica. Dicha propuesta debe ser estudiada, como saben
SS.SS., por el Comité del código de aduanas de la Unión Europea.

Otro punto al que merece la pena dedicar algo de tiempo se refiere al
riesgo de que se produzcan desvíos en algunas exportaciones. El
riesgo de desvío, como saben SS.SS., es uno de los ocho criterios que
deben ser tenidos en cuenta según el código de conducta. Porello,
cuando se trata de exportaciones de armamento,



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especialmente de arma corta y ligera, la Junta no sólo realiza un
análisis individualizado de cada caso, como procede con carácter
general -análisis que puede llegar, por supuesto, al rechazo de la
operación-, sino que actúa de manera diligente en la exigencia de
certificados de último destino. Saben SS.SS. que este es un documento
que debe ser firmado por las autoridades del país importador, no
siendo posible la reexportación del producto o su uso con otro fin
distinto al descrito sin el permiso de las autoridades españolas.

Como es lógico, todos los países miembros de los foros
internacionales de control y de no proliferación introducen en sus
legislaciones o en la práctica diaria exenciones de las que se
benefician que se aplican a los países aliados. Este es otro punto
que también quiero dejar claro. Tal es el caso de España, facultando
a la Junta el artículo 9, los puntos 4 y 5 de nuestro reglamento, la
posibilidad de exceptuar de informe previo y de exigencia de
documento de control determinadas operaciones. En esta línea puedo
ponerles algunos ejemplos de casos en los que exigir un documento de
último destino no redundaría en controles más efectivos del riesgo de
desvío por ser inexistente en determinadas exenciones. Por ejemplo,
en la existencia de devoluciones a origen por error o por producto
defectuoso que sustituyen a una operación previamente autorizada,
exportaciones para envíos de pruebas o demostraciones, envíos
regulares de piezas y componentes derivados de un programa de
cooperación industrial en el ámbito militar, como puede ser el
programa del caza de combate europeo Eurofighther, el programa Mig,
referido a electrónica y comunicaciones, o los envíos consecuencia
del contrato del carro de combate Leopard, que todos ustedes conocen.

Exigir, por tanto -decía-, un documento de último destino en
supuestos como estos no redundaría en controles más efectivos del
riesgo de desvío por ser inexistente éste en las exenciones citadas.

Por último, existe en algunos ámbitos una clara preocupación plasmada
en la posibilidad de que se autoricen envíos a países que incumplan
los criterios del código de conducta. Quiero reiterar que la Junta
estudia con especial detenimiento cada licencia teniendo en cuenta la
situación del país. En el momento de autorizar una venta estudia la
conveniencia de una determinada solicitud a partir de la información
que aportan los Ministerios de Asuntos Exteriores, de Defensa, de
Interior, de Hacienda, Ciencia y Tecnología, que están representados
en la Junta.

En la segunda parte de mi intervención quiero proceder a hacer
algunos comentarios o consideraciones sobre las estadísticas
remitidas respecto al año 1999 y al primer semestre del año 2000. La
presentación de las estadísticas se ha realizado de la misma forma
que en ejercicios anteriores, con una tabla de exportaciones de
material de defensa por países de destino, una tabla de exportaciones
de productos y tecnologías de doble uso por países de destino y una
tabla de exportaciones de
material de defensa clasificadas en seis categorías básicas de
productos. El informe del año 1999 se hizo llegar a esta Cámara, como
saben SS.SS., el 15 de noviembre del año 2000 y el 9 de febrero del
año 2001 el correspondiente al primer semestre del año 2000. Me
parece importante mencionar la evolución reflejada en las
estadísticas de 1999 respecto a años anteriores. El valor total de lo
realizado en el año 1999 para el material de defensa pasó a situarse
en cifras muy cercanas a las constatadas en el año 1998, esto es,
23.524 millones de pesetas frente a los 24.000 millones de pesetas
del año anterior. Cabe pensar, sin embargo, que las exportaciones
puedan llegar en el futuro a reflejar valores más cercanos a los
obtenidos en otros ejercicios, como el propio año 1997, con 95.000
millones de pesetas, realizadas en buena medida por la conocida venta
de un portaaeronaves. En efecto, la participación cada vez mayor de
nuestro sector de defensa en programas de cooperación industrial
conjunta como el caza de combate Eurofighter o el avión de transporte
militar, incluso la adjudicación recientemente de algunos contratos
de fragatas para la marina noruega, supone mejores perspectivas para
un sector que no hace mucho tiempo luchaba por mantener los niveles
de empleo.

En cuanto a la distribución por productos de las exportaciones en
1999, un 17 por ciento de lo exportado correspondió a combustibles
militares para su suministro a bases de la OTAN, un 18 por ciento a
envíos derivados de programas internacionales de cooperación y un 10
por ciento a arma corta y ligera. Las ventas se concentraron en dos
áreas que configuran los mercados tradicionales de la exportación
española, la Unión Europea y los países miembros de la OTAN, donde el
porcentaje de las ventas sobre el total asciende al 78 por ciento.

Además, como saben SS.SS., varios países de la Unión Europea, en
concreto Francia, el Reino Unido, Alemania e Italia, suponen un 35
por ciento del total de las exportaciones españolas. También cabe
citar en las importantes cifras de exportación países como Turquía y
Estados Unidos, con 5.000 millones y 2.900 millones de pesetas
respectivamente. Hay que hablar además de diversos envíos
significativos como, por ejemplo, la venta a Surinam de un avión C-
212 para patrulla marítima o a Islandia de queroseno de aviación. La
partida de combustibles militares incluida en la categoría de otro
material de defensa, que es una de las más representativas siempre en
las estadísticas españolas, a pesar de los datos del año 1999, se
sitúa con carácter general en porcentajes cercanos al 30 por ciento
de la exportación española. El resto se distribuye entre países de
Iberoamérica, Oriente Medio y sudeste asiático. En África se registra
una exportación relativamente modesta a Egipto. Además de a Turquía
también se han realizado operaciones de exportación a otros países
que a menudo son mencionadas en las críticas, entre los que destacan
Angola, Arabia Saudí, Indonesia o Israel. Algunos de estos países son
mercados que han



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sido tradicionales y de cierta relevancia para España, como lo
demuestran las ventas de aeronaves a Turquía en el año 1995, los
componentes de éstas a Indonesia en los años 1994 y 1995, las ventas
de patrulleras a Angola en los años 1991 y 1993 o el volumen de
exportaciones a Israel y a Arabia Saudita en el período 1991-1996. La
cantidad que figura en las estadísticas de 1999 correspondiente a
Indonesia se explica por la materialización de licencias autorizadas
en el segundo semestre de 1998 y durante el primer semestre de 1999,
pero que no se encontraban en vigor el 16 de septiembre de 1999,
fecha en que fue aprobado el embargo de la Unión Europea hacia dicho
país. Las cuatro licencias vigentes en esa fecha fueron revocadas con
carácter inmediato por la Secretaría General de Comercio Exterior.

También durante el ejercicio 1999, la Junta decidió denegar cuatro
solicitudes como resultado de la aplicación del código de conducta de
la Unión Europea en materia de exportación de armas. Concretamente,
tres de las solicitudes fueron denegadas por vulnerar el criterio 7
del código de conducta, riesgo de desvío, y una por el criterio 4,
mantenimiento de la paz, la seguridad y la estabilidad regional.

Estas denegaciones se referían a peticiones de licencias para arma
corta y munición de guerra, en particular bombas.

En cuanto a las exportaciones realizadas de productos de doble uso,
el incremento del 56 por ciento observado en el año 1999 respecto al
año anterior se explica por la venta de varios generadores de calor
para centrales nucleares en Estados Unidos y China. Aquí los envíos
se concentran en bienes tecnológicamente avanzados que en muchos
casos no son productos terminados, sino elementos que acaban
incorporándose a otros productos. Los exportadores son en su mayoría
filiales de multinacionales establecidas en nuestro país y, como es
lógico, los principales clientes se localizan en los países
industrializados y en las economías emergentes del sudeste asiático,
que es donde estas compañías tienen otras plantas. Entre los
artículos más significativos de la exportación española en este
ámbito cabe citar los generadores de vapor y electrodos de grafito
para centrales nucleares, ordenadores, sistemas de encriptado,
circuitos integrados electrónicos, cables de fibra óptica y, por
último, productos para la industria farmacéutica y las empresas
curtidoras de pieles. Conviene recordar, no obstante, que el bruto de
las ventas españolas al exterior en materia de doble uso se refiere a
países de la Unión Europea.

Del análisis de las exportaciones durante el primer semestre del año
2000 se infiere que se ha conseguido mantener la moderada tendencia
que comenzó a mediados de los años noventa. Ello se debe a una serie
de factores como la creciente competitividad tecnológica de la
industria española y la salida de la crisis económica y financiera de
algunos países. El valor de las exportaciones de material de defensa
en el primer semestre del año ascendió a 15.777 millones de pesetas,
lo que hace
suponer que la cifra global para el año 2000 puede superar la
registrada en el año 1999. En cuanto a la distribución por productos,
en el primer semestre del año 2000, un 29 por ciento de lo exportado
correspondió a combustibles militares para su suministro a bases de
la OTAN; un 22 por ciento a envíos derivados de programas de
cooperación internacionales, tipo Eurofighter 2000, por tanto aumenta
el peso dentro de la exportación total en el año 2000 de combustibles
militares y de programas de cooperación en materia industrial, y un 8
por ciento de arma corta y ligera, que pierde peso en el conjunto de
la exportación. Una parte importante de las ventas, un 46 por ciento,
fue a países de la Unión Europea y un 75 por ciento a los países
miembros de la OTAN. El resto de las exportaciones, cerca de 4.000
millones, se reparten por diversas áreas geográficas en las que
destacan países árabes, con un 8 por ciento de las compras a España;
en concreto el valor de las exportaciones a Marruecos en el primer
semestre del año 2000 ascendió a 1.200 millones de pesetas que se han
dedicado principalmente a la adquisición de vehículos de transporte.

Jordania y Arabia Saudí, por otro lado, registraron cifras
ostensiblemente menores. Finalmente, las empresas españolas también
prestaron atención a países europeos no comunitarios, por ejemplo la
República Checa, destinos que absorbieron en su conjunto el 2,5 por
ciento de las exportaciones españolas. Desde el primer semestre del
año 2000 se denegaron dos solicitudes de exportación, una por
vulnerar el criterio de existencia de embargo internacional, otra por
vulnerar el criterio riesgo de desvío, referida a arma corta, al
considerar la Junta en este último caso que eran insuficientes los
controles en el país de destino y no ofrecer garantía el
destinatario. La Junta también investigó en el año 2000 un caso
denunciado en prensa en relación con la exportación de grilletes y
cadenas sin autorización. De la comprobación de la documentación de
los envíos realizados, con independencia de que se desprenda que no
haya existido envío alguno a países embargados, quiero destacar que
se puso en contacto de manera inmediata con la Administración
tributaria española para que procediera a efectuar los controles y
las investigaciones que fueran oportunas en derecho y exigir las
responsabilidades que con arreglo a derecho también y en cooperación,
en su caso, con los órganos jurisdiccionales pudiera exigírsele a
cualquier empresa que incumpla el marco legal aplicable. Para evitar
en el futuro casos similares y ante la preocupación suscitada por el
comercio de estos dispositivos, les puedo comunicar que la Junta está
estudiando múltiples alternativas entre las que se puede contemplar,
incluso, la prohibición o el establecimiento de limitaciones a la
producción y exportación de este tipo de material. No hay que
olvidar, sin embargo, que se trata de un tráfico legal en el ámbito
internacional y regulado en todas sus vertientes, para el caso
español, por el reglamento de armas del Ministerio del Interior.

Entre las exportaciones de



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doble uso el valor de lo realizado en el primer semestre del año 2000
ascendió a 28.492 millones, cifra que corrobora el crecimiento de
nuestras exportaciones en los tres últimos años en esta área. Los
principales destinos han seguido siendo Estados Unidos y el sudeste
asiático, debido a las razones que les he expuesto anteriormente.




Quiero concluir mi intervención insistiendo una vez más en un punto
que considero de importancia también. Me refiero a la magnitud de las
exportaciones españolas de material de defensa, que es reducida
teniendo en cuenta el comercio a nivel internacional. Es más, en el
caso de las exportaciones españolas de algunos productos, como arma
corta y ligera, son muy poco significativas si se lleva a cabo una
comparación con las cifras de los países de nuestro entorno. Según
las estadísticas del Instituto de Estocolmo para la investigación
sobre la paz internacional, las exportaciones de material de defensa
española en el año 1999 supusieron el 0,2 por ciento del total de las
exportaciones realizadas de este tipo de productos. Como saben SS.

SS., hay cinco países que acapararon el 85 por ciento de las
exportaciones mundiales de armamento en dicho año. El análisis
realizado se puede aplicar en un contexto temporal más amplio sin que
varíen de forma relevante las conclusiones. Así, si se toma como
período de referencia la segunda mitad de la década de los años
noventa, se puede ver que Estados Unidos sigue manteniendo su
hegemonía mundial y más del 85 por ciento de este comercio sigue en
manos de cinco países. España, por su parte, mantiene una cifra de
ventas muy reducida, ni siquiera alcanza el 1 por ciento del total de
las exportaciones realizadas. Si se analizan las exportaciones de
algunos países de nuestro entorno para arma corta y ligera y sus
municiones, a partir de los informes anuales de 1999, se observa que
nuestros envíos representan un 25,6 por ciento del total de las
suecas, un 20,5 por ciento de las holandesas, un 13,4 por ciento de
las estadounidenses y un 11,1 por ciento de las italianas.

Espero, señorías, que esta información pueda serles de utilidad. Sólo
me queda agradecerles la atención prestada a lo largo de mi
intervención y, desde luego, ponerme a su disposición, junto con el
secretario general de Comercio Exterior que me acompaña, para aclarar
cualquier cuestión al respecto.




El señor VICEPRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Moragues, por el
Grupo Socialista.




El señor MORAGUES GOMILA: Muchas gracias, señor secretario de Estado,
por su comparecencia aquí. Las primeras palabras que nos ha dirigido
han sido de agradecimiento a la Comisión por haberle permitido
comparecer, pero quiero decirle que no debe darnos las gracias a
nosotros sino que, como usted mismo ha recordado, esto deriva del
acuerdo del Pleno. Además, tengo que decir que nos ha costado
bastante que esté
aquí hoy; llevamos meses esperando. El Grupo Socialista pidió la
comparecencia para discutir este informe en junio del año pasado.

Esta es la primera vez que discutimos un informe correspondiente al
ejercicio anterior no en el ejercicio posterior, sino en el otro. De
la poca experiencia que tenemos de discusión de los informes de la
Secretaría de Estado, esta es la primera ocasión, y esperemos que la
última, en que ha pasado todo un año posteriormente. Es verdad que ha
habido elecciones por en medio y esto ha podido perjudicar la
voluntad de la Secretaría, que no dudo tenía, para comparecer
y discutir este importante informe, pero quiero dejar constancia de que
nos ha costado bastante contar con su presencia aquí esta mañana.

Entrando en el análisis del informe que nos han presentado, he de
decir que el Grupo Socialista considera que es un informe correcto en
la forma. A pesar de la intervención del secretario de Estado, creo
que ha avanzado poco en relación con los informes de los años
anteriores. Es verdad que en literatura sí hemos avanzado y es
bastante más cómodo hacer un seguimiento de este informe por la
introducción de legislación y de cuadros, que efectivamente son un
avance en relación con el anterior, pero lo que se dice chicha -si me
permite la expresión castiza-, hay muy poca. La única información que
se ha aportado de más en este informe en relación con los años
anteriores es la cuestión de las denegaciones, que es un compromiso
que adquirió aquí la señora Pisonero, su antecesora en el cargo, y
que se ha cumplido, si bien es verdad que estamos hablando de cuatro
denegaciones solamente. La información avanza en relación con los
años anteriores, pero convendrá conmigo, señor secretario de Estado,
que en calidad ha mejorado muy poco. Como le decía al principio,
nosotros no criticamos la cuestión formal, solamente mantenemos una
duda, que vamos a plantear, porque nos parece que lo importante aquí
no es que lo que se hace no se esté haciendo bien, sino que el Grupo
Socialista considera que no es suficiente. Lo que se hace está bien,
el informe es correcto, homologable con los informes de los países de
la Unión Europea -seguramente estamos en la media de información de
los países de la Unión Europea-, pero consideramos que no es
suficiente. Antes de adentrarme en la cuestión del aumento de la
transparencia y el control, que son las dos grandes palabras sobre
las cuales gira seguramente el debate en todos los países de la Unión
Europea, quiero plantearles la contradicción de datos que hemos
observado. El informe, cuando consigna las autorizaciones, habla de
la tramitación de 962 licencias de exportación de material de defensa
y 346 licencias de exportación de productos de doble uso, y en cambio
en el informe que publica el 'Diario Oficial de las Comunidades
Europeas', los datos que da España son los mismos en relación con el
valor total de las exportaciones de armas, 141 millones de euros,
exactamente igual que lo que dan ustedes en el informe, pero apunta
que el



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número total de licencias emitidas es de 2.305; es decir que en el
informe que remiten al Parlamento español se indican 1.308 licencias
y en cambio los datos que ustedes mismos dan a las Comunidades
Europeas apuntan 2.305. Este dato me ha chocado, y me gustaría que
nos explicara en el turno de réplica a qué se debe. No le doy mucha
importancia, pero me gustaría que nos lo explicara. Digo que no le
doy mucha importancia porque España es un país que no da ninguna
información sobre las licencias; solamente da información sobre las
operaciones de exportación, su valor y la descripción de las armas en
seis grupos, es decir da una información poco desagregada, a nuestro
entender, aunque dentro de la normalidad que ha habido al menos hasta
el año 1999 en la mayoría de países de la Unión Europea, y no da
ninguna información sobre licencias cuando en muchos países de la
Unión Europea sí se dan desde hace años. Por eso le decía al
principio que en nuestro posicionamiento -y así debe entenderlo el
secretario de Estado- no se trata tanto de ser críticos con el
informe, que nos parece correcto, como de que debemos aportar ideas
para tener en cuenta sobre las cuales, a nuestro entender, deben
desarrollarse los informes de los próximos años.

Señor secretario de Estado, nosotros entendemos que efectivamente
debe aumentarse la transparencia en los informes -luego hablaremos
también del control- e introducir nuevos epígrafes y nuevos datos
para que sea posible entender de forma desagregada cuál es el
comercio de armas de nuestro país. Además, esta información debe
centrarse, también a nuestro entender, sobre las dos cuestiones que
en estos momentos generan más debate y más contradicciones, por
llamarlo de alguna manera, en el ámbito europeo y en el ámbito
internacional. Me estoy refiriendo, obviamente, al comercio de armas
cortas y ligeras por un lado, y por otro lado al material de
seguridad que es especialmente sensible, dos puntos a los que usted
ha hecho referencia. Nosotros entendemos que se debe aumentar la
transparencia sin ningún problema. Es posible que una política de
transparencia -de esto somos conscientes- pueda hacernos perder algún
proyecto o alguna venta, pero en general seguramente serán las que
menos se sustentan, y por supuesto también las que más problemas
generan. En aras de la transparencia y de dar tranquilidad al país de
que las operaciones que se están realizando son correctas en el
espíritu del código de conducta europeo, está bien que incluso
sacrifiquemos algunas operaciones que seguramente no van a significar
mucho en el cómputo general de este comercio, pero posiblemente van a
introducir muchos interrogantes que nos harán perder credibilidad en
otros aspectos. Señor secretario de Estado, creo que debe hacerse una
descripción más detallada y más amplia de la cantidad y tipo de
productos exportados. Estimamos que en muchos casos debe informarse a
los usuarios del importe de las operaciones, de las empresas, del
tipo de material policial y de seguridad exportado y razones de las
denegaciones, lo cual nos parece importante que se diga. Sé que es un
planteamiento de máximos, un planteamiento que puede entrar en
contradicción con algunas cuestiones que usted ha comentado sobre la
obligación de exigir el secreto que tienen algunas de estas
operaciones, y creo que de una vez por todas el Parlamento debe
aceptar las palabras que reiteradamente los secretarios de Estado de
Comercio han realizado en esta Comisión. Ha dicho la señora Pisonero
dos veces anteriores a las que yo he asistido, y ha repetido el señor
Costa hoy, que la Secretaría de Estado está dispuesta a dar más
información y que para eso hay en esta casa comisiones expresamente
preparadas para recibirlas, independientemente de la categoría de
esta información. Habiéndose reiterado por lo menos tres veces por
los secretarios de Estado este ofrecimiento de información, ha
llegado el momento de que los grupos parlamentarios lo asuman y que
esta casa, en la Comisión de Secretos Oficiales y con la
participación de los grupos parlamentarios correspondientes, tenga
información detallada de todas las operaciones que se están
desarrollando, porque si no el Gobierno -permítame la expresión-
queda muy bien ofreciéndonos mayor información, y alguien debe quedar
mal porque la información no llega, y naturalmente el que queda mal
es el Parlamento. Señor presidente de la Comisión, creo que esto
debería ser objeto de reflexión por parte de la Mesa, porque el
ofrecimiento reiterado de los secretarios de Estado, que ha repetido
esta mañana el señor Costa, no puede quedar en el aire, como ha
pasado en las dos anteriores comparecencias de la señora Pisonero; es
un ofrecimiento al que debemos responder y el Grupo Socialista quiere
responder afirmativamente. El Grupo Socialista está dispuesto a que
esta información que se nos ofrece y que luego no traspasa las
paredes de esta casa, sea puesta a disposición de los grupos con todo
el sigilo y con toda la cautela a que la ley obliga, pero nosotros
estamos dispuestos a aceptar este ofrecimiento y pedimos a los otros
grupos que se sumen a la aceptación del ofrecimiento que
reiteradamente están haciendo los secretarios de Estado.

La transparencia y el control parlamentario en este caso tienen que
ir unidos a las dos cuestiones que están en estos momentos enmarcando
el debate del comercio de armas, y me estoy refiriendo
fundamentalmente al tema de las armas cortas, las armas ligeras, y de
este material de especial sensibilidad, material de seguridad donde
se están produciendo exportaciones y utilización de material
fabricado por España en situaciones un tanto extrañas. Por esto
mismo, como le decía antes, no estando en absoluto en desacuerdo con
que la industria armamentística española crezca, pueda vender más y
recuperemos niveles de venta como los que tuvimos en años pasados
-las perspectivas que tenemos son buenas para recuperar estos niveles
de venta-, tendrán y han tenido siempre el apoyo del Grupo
Socialista, pero



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ello obliga también a tener, como he dicho antes, una mayor política
de transparencia y de control. Hemos de hacer lo posible para
eliminar cualquier interrogante en relación a que estas operaciones
puedan tener destinos injustificados o injustificables, países de
destino en conflicto, países en áreas en conflicto o utilización en
países donde tenemos constatado que existe la situación de violación
de derechos humanos. De alguna manera alguien está autorizando
operaciones que seguramente cumplen la letra de la ley, pero a lo
mejor un debate político entre los grupos de la Cámara aportaría
posicionamientos y opiniones distintas a las de los funcionarios
correspondientes que aplicando la letra de la ley autorizan
operaciones que en otras situaciones a lo mejor tendrían más
problemas. Creo que este es el camino correcto. Debemos profundizar
también la relación entre el Parlamento y la Administración que
autoriza las exportaciones para que no se apliquen sólo criterios
eminentemente administrativos o legalistas, si me permiten la
expresión, sino que se introduzcan consideraciones de tipo político
que hagan que ante la opinión pública, ante la opinión de los grupos
parlamentarios las operaciones se sujeten expresa y profundamente a
los criterios del código de conducta que España ha firmado.




También es muy importante, señor secretario de Estado, que de una vez
por todas se armonice la información porque hay un pequeño caos
cuando intentamos comparar las informaciones que recibimos de la
Secretaría de Estado del Ministerio de Economía con las que nos
llegan de otros países europeos. No se ha armonizado la información,
especialmente no se han armonizado las estadísticas y es muy difícil
hacer la comparación porque en muchos casos los productos no son
homogéneos. No perciba el señor secretario de Estado en estas
palabras ningún tipo de reproche porque sé que esto debe hacerlo la
Unión Europea; lo que estoy diciendo es que demos trabajar en este
aspecto, donde me consta la preocupación del señor secretario de
Estado y es algo que las autoridades españolas ya han planteado. Pero
si en Europa y en España creemos que debemos trabajar para este
control de las armas, del material de defensa y de doble uso, una
cosa fundamental es que nos pongamos de acuerdo respecto a lo que
estamos hablando, porque ni las desagregaciones ni las descripciones
ni otros conceptos muy importantes tienen el mismo tratamiento en un
país que en otro y es fundamental para nuestra labor incrementar la
armonización u homologación de las informaciones que se dan.

Ya para terminar, señor secretario de Estado, algo que en este caso
no va dirigido al secretario de Estado sino un poco a la conducta del
Parlamento en general y es lamentar, respecto del fenómeno del
control de las armas (fundamentalmente de las armas cortas pero en
general el control del comercio de armas y de las operaciones de
desarme, que muchas veces son consecuencia
de lo primero) que desde el Parlamento no pocas veces hagamos
mutis por el foro. No puede ser, señor presidente de la Comisión, que
no exista presencia del Parlamento español en los escenarios
internacionales donde se discuten problemas importantes relacionados
con las consecuencias de los tráficos o usos ilícitos de armas,
frecuentemente con implicaciones de productos españoles que han
llegado a países que son objeto de embargo o con los cuales no
tenemos relaciones y donde hay presencia de armas españolas a veces
en gran cantidad. En este caso le hablo por experiencia propia porque
hace algunos meses el señor Campuzano aquí presente y yo asistimos a
la segunda Conferencia internacional de Estocolmo sobre armas ligeras
en Centroamérica, una reunión de todos los parlamentos
centroamericanos, con la presencia del Parlamento sueco, y el
Parlamento español no respondió a la invitación. Había observadores
del Gobierno, pero el Parlamento español no tuvo representación pues
los dos diputados españoles presentes en la reunión lo hacíamos
a título personal. Naturalmente, los parlamentos centroamericanos
esperaban de la madre patria una importante aportación de
experiencias y de legalidad y resultó que la madre patria estaba
ocupada en otras historias. Esto, señor secretario de Estado, no lo
digo haciendo cargos al Gobierno dado que en esa reunión había un
observador del Ejecutivo; lo que realmente me molestó fue que no
hubiera una representación institucional del Parlamento. Me consta
que para la tercera conferencia, que tendrá lugar a finales de este
mes en Nicaragua, otra vez se ha emitido invitación al Parlamento
español para que esté presente en ese foro y ninguno de los grupos
parlamentarios que he consultado sabe nada. Por tanto, señor
presidente de la Comisión, me gustaría que trasladase a la Mesa de
este Parlamento a ver si se aclara cuál debe ser el papel y la
implicación de nuestro Parlamento en foros internacionales sobre
cuestiones tan sensibles. También, recordar que Naciones Unidas
tienen preparada en el mes de julio una conferencia mundial sobre el
tráfico de armas y el Parlamento español tampoco ha participado ni un
solo minuto en los trabajos preparatorios, y así llevan muchos años.

Señor presidente, me gustaría que trasladara a la Presidencia del
Parlamento nuestra queja, pues pensamos que el Parlamento español
debe estar presente y aportar lo que buenamente pueda, que
seguramente será mucho.

Para terminar, señor secretario de Estado, quisiera que me aclarase
tres cuestiones que voy a plantearle. Si no puede hacerlo ahora,
esperaremos, como es costumbre en esta casa, a que nos conteste por
escrito. Se trata de la incidencia que algunas cuestiones de ámbito
internacional pueden tener en el futuro de las exportaciones de armas
y en su control, algo que puede tener consecuencias directas. En
primer lugar, la parte tercera, artículos 12 al 18, del acuerdo marco
de la carta deintenciones entre seis países europeos sobre el futuro



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de la industria de defensa europea hace referencia a procedimientos
de transparencia, de transferencia y de exportación. Me gustaría
saber qué va a pasar cuando se apliquen las previsiones del acuerdo
marco al comercio de armas entre empresas trasnacionales de defensa
europea, si cree usted que las normas homogéneas que se van a aplicar
a partir del acuerdo marco de la carta de intenciones van a incidir
en la modificación del ámbito en que se mueven las empresas de
defensa.

En otro orden de cosas, la aplicación por parte de Estados Unidos en
el marco de la OTAN de las 17 reformas comprendidas en la iniciativa
sobre seguridad de exportaciones de defensa, plantea una mayor
liberalización de las mismas y también puede tener una incidencia
directa en la apertura de mercados, en la facilitación de
transferencias de tecnología. ¿Cree el señor secretario de Estado que
esta liberalización puede provocar un incremento de las ventas de
países importadores o fabricantes de tecnología americana a terceros
países?
La última cuestión que le quiero plantear está relacionada con la
política de firmas de convenios que está llevando a cabo en estos
momentos Estados Unidos con otros países sobre la industria de
defensa, con capítulos dedicados a la promoción de la exportación,
como, por ejemplo, el que recientemente ha firmado con Gran Bretaña.

¿Cuál va a ser la posición del Gobierno español en relación con el
proceso de renegociación del convenio firmado con Estados Unidos
sobre la industria de defensa anunciado en la declaración firmada por
la señora Albright y por el señor Piqué? ¿Cuáles van a ser los
criterios del Gobierno respecto a esta posible revisión de la firma
del convenio en materia de industria de armamento?



El señor VICEPRESIDENTE: Señor Moragues, esta Presidencia ha tomado
nota de las dos peticiones que ha realizado el Grupo Parlamentario
Socialista a través de su persona. Una de ellas será trasladada a los
órganos competentes de la Cámara para que tomen cartas en el asunto.

Este presidente está siendo generoso con los tiempos de las
intervenciones. Espero la colaboración de todos los grupos para no
tener que dejar de serlo.

Por parte del Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió), el
señor Campuzano tiene la palabra.




El señor CAMPUZANO I CANADÈS: En primer lugar, quiero agradecer al
señor Costa la información que nos ha facilitado.

Estamos ante un debate importante, ya que se deriva de un mandato del
Pleno del Congreso de los Diputados al Gobierno y a esta Comisión. Se
trata de un debate importante no en relación con el peso que en la
economía española tiene el comercio de armas, sino en relación con
algo que hoy funciona no solamente en el conjunto de la Unión Europea
sino en el conjunto de la
comunidad internacional. Existe el código de conducta de la Unión
Europea, los informes que se derivan del mismo por parte del conjunto
de los Estados de la Unión, las actividades que el señor Moragues
apuntaba y que él mismo y yo pudimos desarrollar en Estocolmo hace
unos meses, resultado de iniciativas de organizaciones sociales,
tanto de Estado español como de Suecia, y entre paréntesis me apunto
a su reflexión, que no es un reproche al secretario de Estado, sino
al conjunto de la Cámara. Si me permiten hacer un poco más de sangre
sobre esas reflexiones, y para conocimiento del conjunto de miembros
de la Comisión, deben saber que los billetes de avión y alojamiento
en Estocolmo con motivo de un intercambio de experiencias sobre
control de armas, fueron asumidos por el Parlamento sueco. Esta casa
no tuvo la mínima delicadeza de asumir que una operación de estas
características recibiera su apoyo. El Parlamento sueco fue amable e
invitó a los parlamentarios centroamericanos y a los diputados
Moragues y Campuzano.

Digo que es un debate importante porque estamos en este contexto o
porque el próximo mes de julio va a tener lugar en Nueva York una
importante conferencia precisamente sobre iniciativas a nivel mundial
del control de armas ligeras. Por tanto, a pesar de la dimensión
modesta que el comercio español de armas tiene, estamos ante un
debate europeo y mundial. Además, en España este debate ha gozado, al
menos en la pasada legislatura, de un consenso político importante,
que se manifestó en la proposición no de ley que se aprobó en marzo
de 1997 por unanimidad de todos los grupos políticos. Por tanto, hoy
estamos en ejercicio de esa unanimidad que el Pleno expresó en su
momento.

Segunda cuestión. También manifestamos nuestra decepción por el
retraso que hemos tenido en la comparecencia del secretario de
Estado. De hecho la última comparecencia del Gobierno se produjo en
noviembre de 1999, si no recuerdo mal. Es cierto que ha habido un
proceso electoral, pero estamos bien entrados ya en el primer
semestre del 2001. Creo que sería bueno que el Gobierno diera la
máxima importancia a ese mandato parlamentario, por tanto acudiese
con cierta prontitud a la Cámara cuando así se le solicite y
cumpliese los plazos que esa proposición no de ley mandataba.

Tercera consideración. Sobre el contenido del informe del primer
semestre del 2000, que es del que estamos hablando y que se nos ha
remitido, y a la espera de que se produzca la llegada del conjunto de
informe del año 2000, me ha parecido leer en el documento en cuestión
que a finales de este primer semestre del 2001 tendríamos ya el
conjunto del informe del 2000. Nosotros esperamos que antes de que
finalice el período de sesiones podamos tener las cifras y análisis
de conjunto del año 2000, pero al margen de eso nos parece que
partiendo de una evolución positiva en esta materia desde el año
1996, a nadie se le puede escapar que en estos cinco años hemos
avanzado en sentido positivo.




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No obstante, desde hace un par de años hay cierta sensación de
estancamiento en los niveles de transparencia e información que el
Gobierno ofrece a la Cámara. La evolución del conjunto de países
miembros de la Unión Europea nos indica que nuestros niveles de
información están empezando a ser superados. Es difícil de
cuantificar. El señor Moragues decía que estamos en términos de la
media europea. Yo no sé si estamos en la media europea o no porque es
complicado, pero sí sé que hay unos cuantos países que su nivel de
información al Parlamento es mayor, sobre todo en ese intento de
determinar con mayor exactitud qué estamos vendiendo a los países. Se
nos informa que en el primer semestre del 2000 se han vendido 1.400
millones de pesetas de material de defensa a un país como India. Eso
puede ser objeto de preocupación o no en función de lo que estemos
vendiendo; y más cuando hablamos de India, una zona de conflicto con
Pakistán. ¿Estamos contribuyendo a incrementar la tensión en esa área
con estos 1.400 millones de pesetas? En definitiva, el debate que se
plantea sobre el concepto de control y transparencia no se refiere a
la capacidad que tiene la industria de armamento para exportar
material, sino si nuestra política de exportación de armamento
contribuye o no a mantener la paz en el mundo. Ahí está la cuestión
de fondo que se nos plantea. Más información en esta Cámara nos
permitiría avanzar de verdad en la discusión. Querríamos saber en qué
línea van esos 1.400 millones de pesetas a La India, o por ejemplo
los 1.200 millones de pesetas a Marruecos, que estos días está
presente ante la complicación de la situación referida al Sahara
Occidental donde se plantea de nuevo la posibilidad de un conflicto.

Estos 1.200 millones de pesetas ¿a qué lógica responden? ¿Qué
representan? Ahí está el debate que nos ocupa y, en este sentido,
deberíamos ser más ambiciosos en la línea de otros socios de la Unión
Europea.

El señor secretario de Estado en una intervención inteligente ha
planteado algunas cuestiones importantes. Existe un debate sobre las
cuestiones relacionadas con el material de tortura. He de recordar
que en la comparecencia de la señora Pisonero, en noviembre de 1999,
se afirmaba que aquellos equipos que aun no estando en la relación de
material de defensa podrían ser sometidos a control en la medida que
pudieran ser utilizados para represión interna o en acciones
terroristas y lo que estamos haciendo es recabar la utilización para
hacer un mayor control. Me ha parecido intuir que esa petición de
mayor control hoy está pendiente de la información de aduanas sobre
esa nueva categoría. Sobre esa cuestión es importante no limitarnos a
aquellos estándares mínimos que nos marca la Unión Europea, o no
participar desde esa ausencia de regulación específica o más
contundente de procesos que puedan afectar a derechos humanos
fundamentales, que es otra de las cuestiones de fondo que planteamos
con relación al debate sobre el control y la transparencia. Vamos a
esperar
a que se concrete esta información del señor Costa, pero nos
parece importante avanzar en esa línea.

Segunda cuestión. Las operaciones de ventas de armas no sometidas a
control porque no tienen esa consideración. En el debate del 23 de
noviembre del año 1999 ya apareció con la señora Pisonero y sigue
ahí. Creo recordar que fue a raíz de la venta de determinadas
aeronaves a Turquía, donde se hablaba de un uso civil pero resultaba
que las había comprado el Ministerio de Defensa de Turquía, con lo
cual quedaba la duda de si los aviones servían para transportar
material civil o para transportar soldados turcos hacia la zona de
conflicto en el Kurdistán. Ahora se nos plantea en relación con las
municiones que se han vendido a Guinea Ecuatorial. Suponemos que si
no están sometidas a ese control necesario es porque debe ser otro
tipo de munición; pero que un país como Guinea Ecuatorial haya
comprado esa cantidad de municiones intuimos que no será para
reforzar su equipo olímpico de tiro o para incentivar la capacidad de
cazar en África de los ciudadanos de Guinea Ecuatorial. No lo sé,
intuyo que ahí hay otra cosa. Al Gobierno le instamos, y el señor
Costa ha planteado un concepto correcto, no sólo que cumpla la
legalidad en el sentido estricto -¡faltaría más!-, sino que además
introduzca esa dimensión política de fondo que le planteamos en este
debate. Por tanto, el debate de fondo es ¿a Guinea Ecuatorial hay que
venderle hoy esa munición? En ese camino hemos de trabajar. Ese es
uno de los claroscuros de nuestra política de control.

Tercera cuestión que está en el debate. Hay países que reciben
cifras, seguramente modestas pero significativas de nuestro marco,
son países que como mínimo forman parte de la discusión política.

Tenemos el caso de Turquía, que es socio nuestro en la Alianza
Atlántica pero que tiene un conflicto interno grave y que ha sido
objeto de dudas hasta el punto de imposibilitar el acceso de Turquía
a la Unión Europea. ¿Tiene sentido que continuemos con esa política,
no sólo España sino el conjunto de miembros de la Alianza? ¿Cuál es
nuestra responsabilidad colectiva en el mantenimiento del conflicto
en el Kurdistán en relación también con los procesos de venta de
armas españolas en ese país? La cuestión relacionada con Ghana y la
implicación que tuvo o puede tener que en una zona de moratoria se
venda munición española o los riesgos que algunos de los países que
habían recibido exportaciones de armas en el año 1999 en relación con
zonas en conflicto como Sierra Leona. Evidentemente, es necesario el
debate político sobre esas cuestiones y nuestro grupo parlamentario
echa en falta la exigencia de que el Gobierno no se limite
simplemente a cumplir la ley sino que introduzca esa dimensión
política. Echamos en falta una mayor sensibilidad política del
Gobierno en la gestión de este asunto en relación con los derechos
humanos y la prevención de conflictos.

Cuestión importante y compleja también es el seguimientodel uso final
de los productos. En un reciente



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informe del Parlamento Europeo, de 18 de julio del año 2000, se habla
de algunos ejemplos de buenas prácticas de otros Estados de la Unión.

Bélgica y Alemania dan garantías explícitas de que los equipos no
volverán a exportarse sin previo consentimiento; comprobaciones de
seguimiento posteriores a la exportación, también en el caso de
Bélgica y Alemania; sistemas avanzados de recopilación de datos sobre
las exportaciones, en el caso de Alemania y Suecia; establecimiento
de una persona responsable de la exportación en el caso de que exista
una desviación posible, en Alemania. Tenemos ejemplos. También
sabemos que, en el marco de la propia Unión, se está avanzando en la
terminación de certificados de uso final más eficaces que los ahora
tenemos. Sobre ese debate, nos parece que no es cuestión sólo de
cumplir la legalidad, sino también de que el Gobierno presente
iniciativas políticas en el seno de la Unión partiendo de esas buenas
prácticas que existen.

Más información sobre el contenido de las denegaciones o de las
consultas bilaterales. Muchas veces, no sabemos por qué no se
deniegan estas ventas de armas y sería bueno que el Parlamento lo
supiese y que tuviese más información sobre las consultas bilaterales
que nos hacen llegar otros Estados de la Unión, porque le daría
pistas a este Parlamento sobre el estado de la cuestión y ayudaría al
rigor del debate que, insisto, es importante.

Mayor información desagregada. Ponía anteriormente los ejemplos de la
India y Marruecos. Sería importante un debate a fondo, sin afectar a
una cuestión que, con los años que llevamos en esta Cámara
discutiendo sobre eso, todos tendemos a relativizar, el concepto de
confidencialidad. Las empresas explican en la prensa especializada
que han vendido armas, que han conseguido contratos incluso con
anuncios en los medios de comunicación; cuando la operación es
potente y el Gobierno se quiere colgar una legítima medalla, también
informa. Se está demostrando que ese debate sobre que una mayor
concreción entre países y productos pudiese afectar a la
confidencialidad no es exactamente cierto; seguramente, la
confidencialidad se produce en el proceso previo, en procesos
estrictamente comerciales, pero, en el proceso de autorización y
llegada del producto al país de destino, este concepto es muy
relativo. Por tanto, podríamos ser más ambiciosos, como lo son otros
Estados de la Unión Europea. Es evidente que habrá que ir hacia una
regulación de los intermediarios. Estados Unidos, Suecia y Alemania
poseen ya normativas específicas sobre la regulación de los
intermediarios. En el caso español, junto con la mayoría de los
Estados de la Unión, eso no se ha producido, pero nos gustaría que,
en ese mayor compromiso político del Gobierno en esa materia, esa
dimensión se tuviese en cuenta.

Tres cuestiones últimas. Primera, me parece inteligente el
planteamiento que hace el señor Moragues en el sentido de que, en la
Comisión de secretos oficiales
del Congreso, fuésemos capaces de trasladar este debate. De no
aprovecharlo, existe una corresponsabilidad de los grupos. Con motivo
de próximas iniciativas, deberíamos ser capaces de ponernos de
acuerdo en la necesidad de que, una vez al año, en el seno de la
Comisión de secretos oficiales, se hiciese un debate a puerta cerrada
sobre esa política -el riesgo de la confidencialidad, en el que se
insiste tanto, desaparecería-, una sesión a fondo sobre esa cuestión
con los portavoces de los grupos. Hay prácticas que van en esa línea
en buena parte de los Estados de nuestro entorno. A partir de ahí, el
planteamiento me parece interesante.

Segunda, le pedimos al Gobierno un mayor perfil político en su acción
exterior en esta materia. He recibido una respuesta parlamentaria
sobre la posición que el Gobierno va a tener en la próxima reunión de
Nueva York, en julio de este año, y me he quedado con la sensación de
que el Gobierno hará lo que toque hacer, que se supone que será lo
que hace el conjunto de países de la Unión, pero no existe un perfil
político propio del Gobierno, con ganas de liderar una política más
ambiciosa en esta materia en el seno de la Unión Europea. Y nos
extraña, por dos razones. Una, porque la dimensión del sector en
España es lo suficientemente modesto como para permitir una política
española más comprometida con los derechos humanos y con la
prevención de conflictos, en la línea de otros socios de la Unión
Europea. En segundo lugar, antes nos quejábamos de que el Parlamento
sueco nos había tenido que pagar los billetes, al señor Moragues y a
mí, para asistir a una reunión y explicar a parlamentarios
centroamericanos cómo funcionan las cosas en España en esa materia,
pero es evidente que la sociedad sueca, el Parlamento sueco y el
Gobierno sueco tienen un compromiso activo. Además, Suecia es un país
con un nivel de industria de defensa interesante.

Señorías, es una cuestión de voluntad política, de si el Gobierno
quiere liderar en el seno de la Unión una posición activa para
conseguir esos objetivos. Yo creo que España está en condiciones de
jugar ese papel, pero es una responsabilidad, fundamentalmente, del
Gobierno. Nos gustaría que en la reunión de Nueva York en el próximo
mes de julio, sobre armas ligeras, el Gobierno fuese activo y jugase
un papel con los países más avanzados de la Unión Europea para
intentar incidir sobre un comercio de armas, en este caso de armas
ligeras, con consecuencias nefastas para el conjunto de la humanidad.

Entre que nuestras fábricas de pistolas y de munición exporten más y
las consecuencias que eso tiene en los países en riesgo de conflicto,
políticamente, creo que no tiene que haber duda de cuál debe ser
nuestra posición. Insisto, ahí también nos gustaría ver esa mayor
ambición del Gobierno.

Espero que los grupos políticos, en las próximas semanas, no sólo
seamos capaces de activar esa dimensión de la Comisión de secretos
oficiales que apuntaba el señor Moragues, sino que, igual que en
marzo de



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1997 articulamos un consenso político en esta materia (presionados,
eso sí, desde la sociedad civil), diésemos un nuevo paso adelante y
asumiésemos mayor información, mayor transparencia, mayor liderazgo y
mayor compromiso. Por parte de Convergència i Unió, tendrá nuestra
plena colaboración para alcanzar ese consenso. Estamos seguros de que
el Gobierno también está en esa línea.




El señor VICEPRESIDENTE: ¿Grupos que desean fijar su posición?
Por el Grupo Parlamentario de Izquierda Unida, tiene la palabra el
señor Alcaraz.




El señor ALCARAZ MASATS: Nosotros pensábamos que la convocatoria de
esta Comisión para recibir la información correspondiente del señor
Costa era automática, en función de los acuerdos del Pleno de esta
casa, pero la situación se dilata y ahora estamos recibiendo
información del año 1999 y del primer semestre del año 2000. Esto
quiere decir, como se ha señalado anteriormente aquí, que los grupos
parlamentarios tendremos la necesidad de activar esta Comisión y la
presencia del Parlamento español, puesto que hay invitaciones que se
cursan y a las que no se responde porque no nos enteramos en esta
casa, ni en Junta de Portavoces ni en reunión de Mesa ni en ningún
otro sitio. Supongo que, a partir de ahora, todos tendremos la
responsabilidad de activar este tema y de salir como sea de una
especie de anestesia, de un discurso políticamente correcto, porque
estamos ante un tema de enorme importancia; importancia a la que
España no presta atención. A nuestro juicio, hace falta un código de
conducta mucho más restrictivo y también hace falta un método
parlamentario para intervenir antes de autorizar exportaciones; sin
embargo, estamos llegando a todo lo contrario. Recibimos una
información completamente superada, muy retrasada, que no responde a
la actualidad y que oculta situaciones profundamente preocupantes,
como el tema de Guinea -en la que entraremos después- en función de
las exportaciones que se han hecho en este último período, sin que se
informe de las mismas ni previa ni posteriormente.

La idea del señor Moragues es interesantísima. Sería muy interesante
convocar esa Comisión para recibir esa información de actualidad,
incluso a veces de forma previa, si se dan las opciones de compra,
sobre todo el tráfico de armas que se realiza a partir de España, que
es un tráfico modesto, aunque no tanto, porque puede ser modesto
respecto al porcentaje general, pero abarca a más de cien países en
este momento. La convocatoria de esa Comisión de secretos oficiales
no se puede dejar en manos del Gobierno, porque no lo va a hacer.

Creo recordar que para convocar la Comisión se necesitan ochenta
diputados y nosotros no los tenemos, ni el Grupo de Convergència i
Unió tampoco. Por tanto, suplicamos al señor Moragues que traslade
esta iniciativa
al señor Marsal o a quien corresponda para que se pueda convocar
esa Comisión de secretos oficiales con los ochenta diputados
correspondientes para incentivar el conocimiento y el control
preventivo respecto a este tema, que actualmente brilla por su
ausencia.

Por otro lado, es hora de superar un problema de manga ancha del
Gobierno español. Efectivamente, hay muchas operaciones que es
preciso sacrificar por razones de derechos humanos y de otro tipo,
que ahora expondré, aterrizando en el caso concreto de Guinea. No
sólo se han utilizado criterios administrativos, sino también manga
ancha, y no sólo en esta situación sino también en otras que son
preocupantes, como cuando se venden armas a países que trafican con
ellas. Ustedes lo saben y, sin embargo, se siguen vendiendo armas con
una permisividad total, como en los casos de Malta o Bulgaria. Se
sigue haciendo como una rutina, porque ustedes piensan que este tema
no va a tener nunca la importancia mediática que debe tener en
nuestro país, y es nuestra responsabilidad que tenga esa
transcendencia a partir de ahora. Parece ser que España, teniendo en
cuenta documentación de aduanas, ha vendido más de 12.500 proyectiles
a Guinea Ecuatorial, por un importe superior a 182 millones de
pesetas, en el año 2000. De esta cantidad solamente aparece reflejada
en el primer semestre una cuarta o quinta parte, pero la venta total
alcanza estos 182 millones, en el capítulo 23, armas y municiones,
tal como señala el registro de aduanas que elabora la Agencia
Tributaria.

Anteriormente se hablaba de algunas características y se pueden
concretar todavía más. Son municiones -de las que ahora hablaré- que
tienen un precio de 15.000 pesetas por unidad. Por tanto, no se trata
de munición común o de cartuchería de caza, sino de otro tipo de
proyectiles pesados, destinados a fuerzas militares, que están siendo
actualmente condenadas por su contribución al deterioro de los
derechos humanos en la sociedad guineana. Las características de esta
venta tienen unas connotaciones absolutamente negativas y, a nuestro
juicio, no cumplen todos los requisitos del código de conducta sobre
transferencia de armamento, aprobado por el Consejo de la Unión
Europea. En el caso concreto de Guinea Ecuatorial, creemos que no se
cumple el código de conducta. Las denuncias son constantes, todos las
conocemos, y esta situación ha sido condenada incluso por la Comisión
de derechos humanos de las Naciones Unidas, en abril del año 2000, o
por organizaciones como Amnistía Internacional o Médicos sin
Fronteras, que tuvieron que abandonar el país en enero del año 2000
por las trabas impuestas por las autoridades correspondientes para la
realización de labores humanitarias.

Por otra parte, Guinea Ecuatorial no ha firmado acuerdos tan básicos
como la Convención contra la tortura o el Estatuto de la Corte Penal
Internacional. Estos contratos coinciden en el tiempo con la
reanudación dela cooperación entre España y Guinea Ecuatorial, coo
peración



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que se suspendió durante seis años y que ha sido reanudada a través
de un acuerdo suscrito a finales de 1999. Se trata de un convenio
hecho con un secretismo casi absoluto o absoluto -para nosotros,
desde luego, absoluto- de las negociaciones. Por todas las
informaciones que nos llegan, parece ser que ese convenio, suscrito a
partir de 1999, no ha incluido cláusula alguna democrática, cláusula
que exige la Unión Europea para la realización de todo tipo de
tratados internacionales. No sólo estamos fortaleciendo políticamente
las relaciones con un régimen que desprecia los derechos humanos y
viola sistemáticamente los derechos de la población, sino que estamos
fortaleciendo su capacidad militar y, posiblemente, de tortura.

A nuestro juicio, en este caso no se cumplen los requisitos del
código de conducta sobre las transferencias de armamento de la Unión
Europea. Supongo que usted hará un pequeño esfuerzo para convencerme
de que sí se cumplen, y espero que me dé datos concretos, porque no
encontramos forma de justificar esta venta. Señor Costa, es un tema
importante para el que debiera usted comparecer cada seis meses, motu
proprio, y, si no es así, a nuestro modesto juicio, habría que
trasladar este dato a nivel de interpelación al Pleno del Congreso,
cada seis meses. Hay que reactivar este debate porque merece la pena.

Esperemos de la Junta de Portavoces la iniciativa correspondiente a
la hora de aceptar invitaciones que se cursan y de las que después no
se tienen noticias. Invitaciones que a usted no le competen en este
caso, pero que es conveniente aquí dejar sentado el principio, con
respecto al tema de la ONU, en julio del presente año.

En definitiva, señor Costa, espero alguna aclaración y quiero decirle
que, en nuestro caso, sí hemos respondido a la campaña Adiós a las
armas. Hemos dicho que, efectivamente, tienen razón para conseguir
mayor transparencia y control, y que estamos dispuestos a dar aquí
esa batalla política. Esta vez sí le corresponde a usted que el
Gobierno responda a esta campaña, para ver cuál es su posición
explícita respecto a la necesidad de aumentar el control y la
transparencia.

Nada más.




El señor VICEPRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Atencia, por el
Grupo Popular.




El señor ATENCIA ROBLEDO: Señor presidente, señorías, miembros de la
Comisión de Defensa, señor secretario de Estado, el Grupo
Parlamentario Popular quiere agradecer la comparecencia del
secretario de Estado de Comercio y la presencia en esta sesión del
secretario general de Comercio Exterior, así como la información que
nos ha dado, extensa y pormenorizada.

Antes de entrar en hacer algunas valoraciones sí quisiera decir, en
relación con algunas intervenciones que se han producido, que la
comparecencia se produce en el momento en que la Comisión ha
establecido a través
de sus acuerdos de Junta de Portavoces. Por cierto, para que la Junta
de Portavoces y la Mesa de la Comisión atiendan las peticiones de
algunos portavoces éstos tienen que asistir a esa reunión, por lo que
difícilmente pueden quejarse en el Pleno de cosas que tienen la
oportunidad y el derecho de formular en el ámbito correspondiente, el
de esos órganos de los que esta Comisión dispone. Permítame, señor
secretario de Estado, que plantee eso a efectos de aclarar la
situación. Ahora me adentraré en el contenido de la comparecencia.

El informe que hoy analizamos corresponde al año 1999 y de
conformidad con la resolución que en su momento adoptó el Pleno del
Congreso de los Diputados, que instaba al Gobierno a facilitar
determinada información con carácter anual y a dar unos avances
semestrales, el Gobierno cumplidamente lo ha realizado, a pesar de
las circunstancias de cambio de Gobierno. Los informes se debaten una
vez que ha terminado el año y el informe está terminado, por eso ya
tenemos en este momento en nuestro poder un avance de lo que
significaba el primer semestre del año 2000 y luego -el secretario de
Estado ha hecho referencia a ello, aunque no era objeto de la
comparecencia, hecho que agradecemos- en el plazo correspondiente,
como en el propio escrito que hemos recibido todos los miembros de
esta Comisión se establece, se presentará el resto.

Insisto y vuelvo a la información. Creo que la información que ha
dado el secretario de Estado es detallada, que responde al principio
de transparencia, que por unanimidad esta Cámara aprobó en el año
1997. Aquel acuerdo del Congreso de los Diputados de 18 de mayo de
1997 establecía que el Gobierno debía enviar semestralmente las
estadísticas de exportación a las comisiones de Defensa y Exteriores
del Congreso, así como, con carácter anual, los datos esenciales de
las exportaciones realizadas en material de defensa y doble uso para
países de destino a partir del año 1991. Este segundo apartado de
aquel acuerdo es el que hacía obligatoria la comparecencia que, en el
caso concreto del informe del año 1999, se está produciendo en el día
de hoy.Quiero decir que la información que hemos recibido hoy en esta
Comisión es amplia y detallada, que no sólo cumple estrictamente la
resolución del Pleno del Congreso sino que, como ha destacado el
secretario de Estado, amplía su contenido atendiendo a la petición de
los grupos parlamentarios efectuada en la última comparecencia que se
celebró, cuando la anterior secretaria de Estado, señora Pisonero,
compareció en esta Cámara. Por tanto, esa información que se ha
complementado desde el punto de vista de las denegaciones, así como
de las revocaciones de licencias o de autorizaciones, es algo que
este grupo parlamentario quiere agradecer porque va en la línea de lo
que el Congreso aprobó, pero que el propio Gobierno, sin estar
obligado literalmente, ha entendido que debía hacer.

Evidentemente nos encontramos con informaciones, como ha destacado el
secretario de Estado, de carácter



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sensible y que tienen sus cauces de acceso a información clasificada
como secreta. Con el señor Alcaraz coincido muy pocas veces, pero,
por una vez, voy a coincidir en algo con él. Si hay determinada
información que se considera que es secreta o que está clasificada
como tal y se quiere tener acceso a ella, que los grupos
parlamentarios ejerciten las facultades que el Reglamento les
atribuye. Está muy bien que, a efectos dialécticos, se esgrima aquí
hoy, con la presencia del secretario de Estado, que en definitiva
sólo tendría que cumplir la parte correspondiente a lo que la ley
establece. Hay cauces suficientes para que cada grupo estime lo que
debe hacer, en función de su legítimo interés de conocer información,
pero hacer de eso una especie de arma es un error.

Seguimos con la información. De la intervención del secretario de
Estado, del señor Costa, ha quedado clara la voluntad del Gobierno,
personalmente de la Secretaría de Estado de Comercio, de ampliar el
nivel de información que a esta Cámara se le facilita por escrito y
mediante informe y la que en las comparecencias correspondientes se
presente. No es una voluntad simplemente genérica, sino que el
secretario de Estado se ha comprometido a hacerlo en la próxima
información que, con carácter anual y referida al año 2000, va a
realizar; lo ha dicho en su intervención y por tanto a ella
esperaremos. Sin duda, todos vamos a estar conformes con ella.

Señorías, tenemos que ser claros en materia de transparencia. España
está a la cabeza de los países de nuestro entorno, de la Unión
Europea, en lo que significa el cumplimiento estricto de las de
transparencia. Estamos en el nivel que estamos; no hay que pasarse ni
quedarse corto, pero reconozcamos la realidad: en España se actúa con
la misma transparencia que en nuestro entorno. Me parece que todos
tenemos que mantener una política responsable, defendemos los
intereses generales de España, cada uno representa aquí al pueblo
español y, por tanto, es lógico reconocerlo. Por cierto, me extraña
que a veces no se haga cuando este portavoz - que no tuvo la
oportunidad de estar en esta Cámara en la pasada legislatura- ha
leído el 'Diario de Sesiones' y comprueba que eso era reconocido por
el resto de los portavoces que intervinieron en la última
comparecencia. En el día de hoy, cuando se ha ampliado la
información, se ha dado mayor detalle y se ha dicho por parte del
secretario de Estado que en el futuro se irá perfeccionando el
mecanismo, lo justo y lo lógico es reconocerlo y no sólo por parte
del grupo que respalda al Gobierno sino por el resto de la Cámara.

También estamos a la cabeza en la aplicación del código de conducta
que, sin duda, no es un asunto fácil. El Grupo Parlamentario Popular
sigue respaldando la acción común en el ámbito de la Unión Europea
sobre las armas ligeras. En ese sentido, la disposición del Gobierno
va en la buena línea.

Hay una última cuestión que me gustaría plantear antes de hacer
algunas consideraciones generales. El secretario de Estado se ha
referido en su intervención a la importancia creciente de nuestra
industria de defensa, especialmente en cuanto a su participación en
proyectos y programas de cooperación en el ámbito europeo. Es
fundamental que hagamos esfuerzos por aportar nuestras ideas para el
mantenimiento del equilibrio entre el control riguroso de productos
que pueden contribuir a alimentar conflictos y el mantenimiento de
una industria de defensa pujante, que a lo mejor no tiene el tamaño
que nos gustaría que tuviera pero que se va abriendo camino -como ha
destacado el secretario de Estado- después de atravesar momentos de
gran complicación.

Nuestra industria de defensa tiene un alto nivel de innovación
tecnológica y participa en importantes proyectos y programas de
cooperación industrial, cada vez con mayor intensidad
afortunadamente. El secretario de Estado ha destacado algunos de esos
programas, como el Eurofighter 2000, el avión de combate militar A-
400, u otros recientes en materia de construcción naval, como las
cinco fragatas F-85 que va a construir la antigua Empresa Nacional
Santa Bárbara -actualmente Izar- para la Marina noruega. Hay augurios
de mejora de la situación de la industria de defensa española y es
fundamental que busquemos el punto de equilibrio entre la necesidad
de desarrollo de la misma y el cumplimiento de los criterios y
principios con los que España -y, por supuesto, el Grupo Popular y el
Gobierno- está comprometida.

Señor presidente, quiero destacar que durante los últimos años se han
dado pasos muy importantes en el armamento para eliminar elementos de
riesgo para las personas, y especialmente durante los años de mayoría
del Partido Popular en el Gobierno de España; me parece que no es
ocioso recordarlo hoy. Ahí está la moratoria de exportación de minas
antipersonas, que se acordó sólo llegar al Gobierno el señor Aznar y
que se plasmó después en una decisión de eliminación y destrucción de
todas las minas antipersonas con el respaldo unánime de esta Cámara;
decisión que ya ha sido llevada a término destruyéndose todas las
minas antipersonas. Ha habido acuerdos tan importantes como el
desarrollo del Convenio internacional de prohibición de armas
químicas, de 1992, que tuvo su plasmación correspondiente en el
Código Penal aprobado en 1995 y adecuación en la pasada legislatura.

Estas decisiones, junto a las que destacaba el secretario de Estado
porque son el origen de su comparecencia, como el acuerdo del
Congreso de 1997, representan un cambio sustancial y un avance de
nuestro país en cuestiones que a todos nos preocupan. También debemos
avanzar con nuestros socios europeos en la revisión del código de
conducta, la acción común en el ámbito de la Unión Europea para el
control y regulación de armas ligeras, como decía antes, y tendremos
que seguir actuando en



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los foros internacionales para mejorar el control y la transparencia
de la exportación de armas.

Señoras y señores diputados, señor secretario de Estado, el Grupo
Parlamentario Popular entiende que la información facilitada por el
señor secretario de Estado, tanto la que dio por escrito -los
anticipos de los informes semestrales- como la que nos ha dado en el
día de hoy, cumple holgadamente con su clara voluntad de
transparencia el acuerdo del Congreso de 1997. Este grupo agradece
especialmente su voluntad reiterada de ampliar, mejorar y concretar
la información en los próximos informes.

Estamos en la línea correcta y tenemos la responsabilidad de actuar
en un ámbito en el que debemos cumplir nuestros compromisos
internacionales y las decisiones que hemos adoptado y, a la vez,
estamos obligados a mantener el equilibrio con los intereses
generales que defendemos.




El señor VICEPRESIDENTE: Para dar respuesta a las cuestiones
planteadas por los grupos parlamentarios, tiene la palabra el
secretario de Estado de Comercio.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE COMERCIO (Costa Climent): Quiero dar
las gracias a SS.SS. por las cuestiones que han planteado. Espero que
la fórmula protocolaria que utilizo en este caso no me obligue a
contestar, aunque es obligación de SS.SS. presentarlas.

En relación con el retraso de la comparecencia, me gustaría obviar
cualquier equívoco para que eso no influya en las cordiales
relaciones que un compareciente debe mantener con SS.SS. cuando le
invita a esta Comisión. A mí se me comunicó la petición de
comparecencia para el pasado 21 de marzo. Yo tenía cerrado un viaje
bilateral para celebrar una comisión mixta en Irak, que es obligación
asumida por el Gobierno español con una antelación importante. Ese
fue el motivo por el que solicité al presidente de la Comisión la
posibilidad de retrasar esta comparecencia y celebrarla después de mi
vuelta de ese viaje. Me gustaría que quedara claro que en ningún caso
la Secretaría de Estado de Comercio ha sido renuente a invitaciones
por parte de esta Comisión a la hora de comparecer y a la hora de
poder trasladarles explicaciones o consideraciones sobre el comercio
de material de defensa y de doble uso.

Sus señorías han preguntado por cuestiones que de alguna manera
suponen planteamientos políticos generales, y yo quisiera contestar
en el mismo tono que SS.SS., con carácter general, han utilizado,
pero intentando obviar cualquier mala interpretación que en algunos
casos puede derivarse -si me lo permiten- de algunas de sus palabras.

En primer lugar, en materia de información, ya les he manifestado y
les he dejado muy claro que nuestro compromiso es aumentar el grado
de información que
se le suministra a esta Cámara. No es un compromiso producido por
ningún tipo de presión o preocupación desde el punto de vista
político, sino porque es bueno, para evitar cualquier tipo de malas
interpretaciones, que el conjunto de la opinión pública disponga de
determinada información. Pero también pienso, y SS.SS. estarán de
acuerdo conmigo, que aquí no estamos hablando de la exportación de
jamones o de baldosas cerámicas o de vehículos o de piezas del sector
de la automoción. Por tanto, todos tenemos que actuar con una cierta
responsabilidad y valorar en cada momento cuáles son los avances
razonables que se deben producir en materia de suministro de
información. ¿Que siempre es deseo de SS.SS. disponer de más
información para tener un adecuado control político de la actuación
del Gobierno? Este secretario de Estado lo comprende perfectamente y
es, por supuesto, su obligación, pero de la misma manera también es
responsabilidad del Gobierno garantizar que el grado de información
es el adecuado para evitar malas interpretaciones o malos entendidos
que, me da la impresión, nos afectan a todos, algo que, desde el
punto de vista de la política exterior de España, deberíamos intentar
evitar.

También estoy de acuerdo en que el tipo de material que se suministra
puede conducir a alguna interpretación, consideración o valoración
sobre el cumplimiento de los criterios que se establecen en el código
de conducta. Pero yo quiero trasladarles a SS.SS., en primer lugar,
que España no aplica con criterios técnicos el código de conducta,
España no lo aplica con criterios administrativos. De hecho, en la
Junta hay valoraciones políticas desde el punto de vista de la
política exterior española y de la política de defensa y esos son los
criterios que priman a la hora de tomar las decisiones, y no se es
laxo en la interpretación de los criterios. El hecho de que en España
puedan existir en ocasiones, y es también un extremo que quiero dejar
claro, menos denegaciones que en otros países (aunque el número de
denegaciones es algo muy errático y, como es obvio, se hace en
función del volumen total de su comercio en materia de
exportaciones), tampoco significa que haya una disparidad o una
divergencia en materia de criterios aplicados desde el punto de vista
político.

Yo les trasladaría a SS.SS. dos cosas: en primer lugar, que la
Administración española hace un esfuerzo por divulgar los criterios y
por informar a los distintos operadores económicos; en segundo lugar,
les recordaría a SS.SS. (porque alguno de ustedes ha manifestado
interés sobre cuál es el ámbito de las consultas que se hacen entre
los distintos países) que claramente es un mecanismo que garantiza
una interpretación y una aplicación homogénea de los criterios que
establece el código de conducta en la Unión Europea en materia de
material de defensa y de doble uso. Por lo tanto, con la misma
consideración que SS.SS. me han traslado sus inquietudes, yo les
diría que no puedo aceptar que se considere poco riguroso el
planteamiento de España en



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materia de defensa de los derechos humanos o en materia de prevención
de conflictos regionales.

Sus señorías, de una manera u otra, en algún momento, han hecho
referencia a lo largo de sus intervenciones, en un contexto u otro, a
ciertos países, y yo creo que es bueno que conozcan la participación
de las exportaciones de España a esos países con relación a las
importaciones totales que hacen de material de defensa y de doble
uso. Se han referido, por ejemplo, al caso de la India. En el caso de
la India las exportaciones españolas suponen el 0,9 por ciento de las
importaciones totales; en el caso de Pakistán suponen el 0,04 por
ciento y además, como es obvio, la política de la Junta se ha
modificado de manera radical; en el caso de Turquía suponen un 3 por
ciento; en el caso de Egipto suponen un 0,05 por ciento. Por lo
tanto, yo no puedo aceptar que SS.SS. manifiesten, primero, que la
interpretación de los criterios se hace con códigos, criterios
o principios laxos y, además, que España no es diligente en la defensa
de los derechos humanos ni en la defensa de la prevención de los
conflictos. Por lo tanto, a mí me gustaría que este tipo de
consideraciones se hicieran teniendo en cuenta que estamos aplicando
unos criterios y unas políticas homogéneas en el ámbito europeo, y
España, desde luego, lo que quiere es seguir garantizando que se
apliquen los criterios y las políticas homogéneas en el ámbito
europeo.

En materia de información, ya les he trasladado la intención. Quizás
aquí sí que tiene sentido utilizar la palabra transparencia porque,
en muchas ocasiones, se mezcla la palabra información con la palabra
transparencia, dando lugar -también si me lo permiten- a algunos
equívocos, y yo creo que es bueno que la opinión pública no incurra
en ninguno de estos equívocos. Es decir, la modificación de las
partidas en los códigos arancelarios y en los códigos aduaneros es
muy importante y creo que debe ser una preocupación política clara de
la Unión Europea y una preocupación política clara del comité en el
que se regula esto. Estoy totalmente de acuerdo con SS.SS. con
respecto a esto y, desde luego, España va a impulsar que se le dé una
prioridad política a esta modificación y a esta armonización de la
información que se suministra por los distintos países y por las
administraciones.

En materia de controles, yo creo que hay cuestiones que es importante
dejar claras. ¿Estamos satisfechos y estamos de acuerdo con el nivel
de diligencia que España sigue a la hora de exigir el certificado de
último destino o no estamos de acuerdo? A mí me parece que es una
cuestión importante. ¿Estamos de acuerdo en que a lo mejor hay que
introducir alguna modificación para garantizar algunos otros
controles? Yo quiero recordarles a SS.SS. que la Junta lo que hace,
como es obvio, es cumplir con la obligación de verificar todas las
solicitudes de licencias para la exportación de material de defensa y
doble uso, y la Administración española, fuera de lo que puede ser la
propia Junta, tiene la obligación
de perseguir y garantizar que no se produce ningún tráfico al
margen del funcionamiento de la propia Junta. Yo quiero trasladarles
además que, como consecuencia de algunas informaciones que han
aparecido en prensa en algún momento determinado y como consecuencia
de algunas investigaciones también de la propia Administración
española, la Administración española trabaja permanentemente para
reforzar y fortalecer los controles.

Me preocupan además de manera especial algunas consideraciones que se
hacen con relación a determinados países como Guinea, como Malta -que
no he encontrado por ningún sitio-. El tráfico de munición de
carácter deportivo o de explosivos de uso industrial es un tráfico
que no está controlado y que es legítimo a nivel internacional. Si
SS.SS. consideran que debe prohibirse determinado tráfico con
relación a determinados países o en determinadas circunstancias, yo
creo que es un planteamiento político que, como es obvio, en esta
Comisión o en este Parlamento se puede discutir. Sí quiero decirles
que he trasladado a mis servicios la instrucción de que, aunque haya
tráfico no controlado, se introduzcan las modificaciones oportunas
para que ese tráfico sea comunicado a la Junta interministerial y,
por lo tanto, que la Junta pueda hacer unos controles, y también he
trasladado a mis servicios -y lo está valorando la propia Junta- la
modificación del reglamento de armas con el objetivo de tener la
certeza de que determinado tipo de material, cuyo comercio es lícito,
no es utilizado para algún otro tipo de objetivo.

Respecto al cumplimiento de los criterios del código, ya he
manifestado mi posición y también me han trasladado algunas
cuestiones concretas que me gustaría contestar. La discrepancia se
produce en los datos estadísticos en cuanto al número de licencias.

En el caso de la información remitida a la Unión Europea, en el caso
de la información remitida al Parlamento, yo creo que desde el
Ministerio de Economía se ha contestado a alguna pregunta escrita,
pero si no recuerdo mal, la diferencia se produce en que en el ámbito
de la Unión Europea se incluye el número de licencias en los casos no
sólo de exportaciones, sino también de importaciones, por eso el
número es superior en el caso de la información remitida de la Unión
Europea que en el caso de las exportaciones.

Volviendo a una consideración que a mí me parece importante sobre
países en general y sin hablar de casos concretos, creo que también
es obligación de esta Comisión valorar sus posiciones pensando en la
responsabilidad que compartimos con ustedes y con el conjunto de los
grupos parlamentarios en lo que a la política exterior y la política
de seguridad española se refiere, el marco de nuestros compromisos en
el ámbito de la OTAN, etcétera. Desde esa perspectiva me gustaría
trasladarles una reflexión final, sin perjuicio de que el secretario
general de Comercio les dé alguna informaciónadicional. Creo que es
su obligación y que



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deben ser muy exigentes con el Gobierno en lo que respecta a la
información, en lo que respecta al tipo de mecanismos adicionales que
podemos poner entre todos encima de la mesa para tener la certeza
total y absoluta de que no hay problemas desde el punto de vista del
comercio exterior de material de defensa y de doble uso. Pero en la
misma medida, y en contrapartida, que valoremos también si el
Gobierno cumple con sus obligaciones y con los compromisos que asume
ante ustedes e intenta ser diligente a la hora de valorar sus
propuestas, que todos actuemos con una cierta responsabilidad
y trabajemos para evitar que se produzcan equívocos o malos entendidos
en el ámbito de la opinión pública, que yo creo a nadie convienen.

Desde esa perspectiva les quiero decir, por otra parte, que la
Secretaría de Estado de Comercio no tiene más obligación que la de
comparecer cuando SS.SS lo consideren oportuno. Si no les parece
razonable el volumen de las comparecencias o el hecho de que sean
comparecencias anuales, es una cuestión que en el ámbito de la Junta
de Portavoces y de la Mesa se puede discutir. Me parece que es lo más
oportuno.

Les agradezco a todos su consideración. Muchas gracias.




El señor VICEPRESIDENTE: Muchas gracias, señor secretario de Estado
por su respuesta.




COMPARECENCIA DEL SEÑOR SECRETARIO GENERAL DE COMERCIO EXTERIOR
(UTRERA MORA) PARA INFORMAR SOBRE LAS ÚLTIMAS ESTADÍSTICAS DE
EXPORTACIONES DE ARMAS Y MATERIAL DE DOBLE USO. A PETICIÓN DEL
GOBIERNO. (Número de expediente 212/000376.)



El señor VICEPRESIDENTE: Como saben SS.SS., queda una segunda
comparecencia, la del secretario general de Comercio Exterior.

Teniendo en cuenta la extensión de la primera comparecencia y las
respuestas del secretario de Estado, no estaría de más rogarle al
secretario general de Comercio Exterior que redujera su intervención
simplemente a dar respuesta a aquellas preguntas que estime oportuno.

Tiene la palabra el señor Utrera, secretario general de Comercio
Exterior.

El señor SECRETARIO GENERAL DE COMERCIO EXTERIOR (Utrera Mora):
Efectivamente, pensaba limitar esta intervención a la contestación de
las cuestiones más técnicas, más específicas que se han planteado en
el anterior turno de preguntas de los portavoces de los grupos
parlamentarios.

Primeramente hay tres preguntas referidas a la LOI, es decir, a la
carta de intenciones para la reestructuración de la industria de
defensa europea, como sabemos firmada por los seis países principales
productoresexportadores de armas, de material de defensa, que
persigue la simplificación de los trámites en la regulación de las
expediciones entre los seis países derivados de programas de
cooperación industrial militar, tipo el Eurofigther 2000. Por tanto,
en este caso, este acuerdo llevará aparejada una licencia global de
proyecto que autorizará los sucesivos envíos de una empresa
específicamente dentro del programa en que esa empresa participe y,
consecuentemente, todas las modificaciones que haya que realizar se
harán dentro de esa estricta óptica; es decir, se trata de facilitar
las operaciones en grandes acuerdos transnacionales de industria
militar.

La segunda pregunta planteada se refería a las repercusiones del
cambio en los procedimientos que Estados Unidos ha trasladado en el
seno de la OTAN sobre el control de exportaciones. Desde nuestro
punto de vista, y en una respuesta apresurada -quizá con el tiempo
podamos hablar de ello-, este cambio de procedimiento, importante en
el acceso a las exportaciones a Estados Unidos, no va a suponer una
mejora importante en el acceso de las exportaciones españolas al
mercado de Estados Unidos.

Por último, respecto a la postura del Gobierno en el convenio de
Estados Unidos y España en materia de defensa, quiero remitir esa
pregunta a los ministerios competentes, que son el de Defensa y el de
Asuntos Exteriores, puesto que ni la Secretaria de Estado ni la
Secretaría General de Comercio son competentes para responder esa
cuestión.

Nada más, señor presidente. Como ve, suma brevedad en las respuestas.




El señor VICEPRESIDENTE: Agradecemos la presencia de los dos
comparecientes en esta Comisión, de los grupos parlamentarios y de
los servicios de la Cámara.

Se levanta la sesión.




Eran las tres y cincuenta minutos de la tarde.