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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 68, de 10/10/2000
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CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 2000 VII Legislatura Núm. 68



ASUNTOS EXTERIORES



PRESIDENCIA DEL EXCMA. SRA. D.a ISABEL TOCINO BISCAROLASAGA



Sesión núm. 5



celebrada el martes, 10 de octubre de 2000



ORDEN DEL DÍA:



Comparecencias de personalidades y funcionarios de la Administración
del Estado, al objeto de informar sobre temas relativos al proyecto
de ley de Presupuestos Generales del Estado para el año 2001. (Número
de expediente 121/000016) . . . (Página 1758)



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Se abre la sesión a las diez de la mañana.




COMPARECENCIAS DE PERSONALIDADES Y FUNCIONARIOS DE LA ADMINISTRACIÓN
DEL ESTADO, AL OBJETO DE INFORMAR SOBRE TEMAS RELATIVOS AL PROYECTO
DE LEY DE PRESUPUESTOS GENERALES DEL ESTADO PARA EL AÑO 2001. (Número
de expediente 121/000016)



- DEL SEÑOR SUBSECRETARIO DE ASUNTOS EXTERIORES (CARDERERA SOLER),
A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR EN EL CONGRESO. (Número de
expediente 212/000166)



La señora PRESIDENTA: Señorías, señor subsecretario del Ministerio de
Asuntos Exteriores, quiero que al empezar esta sesión tan importante
de esta Comisión para analizar el presupuesto del año 2001 del
Ministerio de Asuntos Exteriores mis primera palabras sean de total
apoyo y solidaridad con la familia, la esposa y los hijos de Luis
Portero, que hoy sufren por la pérdida tan terrible de su marido y de
su padre, que era un servidor de la paz y de la justicia. Quiero que
este apoyo a su familia lo sea también específicamente a los
servidores de la paz y de la justicia en las personas de los jueces,
de los fiscales y de los magistrados, que en un correcto ejercicio de
sus funciones están aplicando con claridad y con contundencia las
leyes propias de un Estado de derecho. Por mucho dolor que esta
muerte hoy nos produzca, esperamos que sobre todo con la unidad de
todos los demócratas y de los representantes de los partidos
políticos que aquí hoy comparecemos nuevamente apoyando a esa
sociedad que se manifiesta diciendo: ¡basta ya!, podamos, con esos
instrumentos legales, con esos instrumentos policiales y con esa
cooperación internacional, vencer al terrorismo. Todos juntos podemos
y es lo que tenemos que seguir haciendo.

Si les parece, vamos a empezar con un minuto de silencio. (Las
señoras y señores diputados, puestos en pie, guardan un minuto de
silencio.)
Se ha solicitado la comparecencia en esta Comisión de personalidades
y funcionarios de la Administración del Estado para informar sobre el
proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado para el año 2001
en lo que hace referencia al Ministerio de Asuntos Exteriores. En
primer lugar, el Grupo Popular ha solicitado la comparecencia del
señor subsecretario de Asuntos Exteriores. Por tanto, vamos a dar la
palabra al representante de dicho grupo, el señor Ricomá.




El señor RICOMÁ DE CASTELLARNAU: En primer lugar y en nombre del
Grupo Parlamentario Popular, nos quisiéramos sumar a las palabras de
apoyo transmitidas por la señora presidenta a la familia particular,
profesional y, en definitiva, a la inmensa familia de
demócratas de este país, que está sufriendo las consecuencias
directas de este nuevo atentado de ETA, al que también desde este
grupo queremos condenar, siempre con la esperanza de que sea la
última vez que lo hagamos, siempre con la esperanza de que la losa
que supone el terrorismo vaya desintegrándose por la fuerza de la
razón, del sentido común, de la convivencia y de las palabras que
transmitimos desde la sociedad democrática.

Entrando ya en materia, en primer lugar quisiéramos agradecer la
presencia del señor subsecretario en esta Comisión, en un trámite
rutinario, por el hecho de que se celebra cada año, pero
importantísimo, puesto que supone el trabajo previo a la confección,
debate y aprobación de la ley más importante que se debate en este
Parlamento, los Presupuestos Generales del Estado. Tenemos muy claro
que si alguna virtud o defecto, no sé bien cómo definirlo, tienen las
grandes cifras, es la capacidad mimética que ofrecen par adecuarse a
todo tipo de interpretaciones, en muchos casos motivadas por las
circunstancias cambiantes que atraviesan los partidos y grupos
parlamentarios a lo largo de su actividad política. Estoy convencido
de que el presupuesto del Ministerio de Exteriores no va a ser ni
mucho menos una excepción y no va a escapar de esta dinámica y, por
tanto, a lo largo de la mañana será abordado, sin duda, con
pluralidad de versiones. A pesar de ello, siempre existe un hilo
conductor, una columna vertebral que radica en la objetividad de cada
cifra y de cada partida y, sobre todo, en su capacidad para dar
respuesta a los objetivos fijados, en este caso al trazado de las
líneas maestras de la acción exterior española diseñadas por el
Ministerio. El presupuesto debe dar cobertura económica al conjunto
de medidas que van a definir el papel de nuestro país en el exterior.

En consecuencia, la compatiblización entre los recursos disponibles
y las cuestiones que con ello se pretende abordar va a marcar y a
definir el grado de eficacia en cuanto a nuestra acción exterior,
circunstancia que tras analizar detenidamente los presupuestos, nos
permite albergar confianza y tranquilidad al comprobar que para el
año 2001, con el impulso que se da a este esfuerzo presupuestario, se
hace hincapié en las bases de una política que año tras año va
consolidando el papel de España en el exterior.

Siempre hay que tener en cuenta las especiales circunstancias que
confluyen a la hora de elaborar el presupuesto del Ministerio de
Asuntos Exteriores. Por un lado, hay que saber que se utilizan doce
divisas obviamente diferentes, con sus correspondientes y a veces
imprevisibles fluctuaciones de cambio; por otro lado, hay que tener
en cuenta la notable repercusión a manera de quebranto que comporta
la devaluación del euro frente al dólar, a estas alturas casi un 20
por ciento desde su implantación. Precisamente, este aspecto seríael
primero sobre el que agradecería al señor subsecretario



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que concretase lo que pudiera en cuanto a la repercusión que sin
duda, y sobre todo en los capítulos 1 y 2, tendrá la revalorización
del dólar en los presupuestos. Estas peculiares circunstancias del
Ministerio de Asuntos Exteriores que inciden de forma importante en
sus cifras otorgan mayor mérito a la aportación de la sección 12 al
objetivo común y prioritario del Gobierno para el próximo ejercicio
en conseguir por primera vez unos Presupuestos Generales del Estado
totalmente equilibrados con déficit cero.

Resulta imposible no recurrir a la comparación. Las políticas nunca
son puntos y aparte. Por tanto, los presupuestos que las sustentan
deben tomarse como referencia entre sí. Por ello es obligado analizar
los montantes finales del presupuesto para el año en curso con los
del próximo ejercicio; comparaciones que, como en matemáticas, deben
ser homogéneas: peras con peras, manzanas con manzanas. En este
sentido, hay que tener presente una observación de tipo técnico
resultante del análisis de los presupuestos, consistente en que según
el Decreto de reorganización 557/2000, de 27 de abril, la cuota
española al Centro Europeo de Investigación Nuclear pasa a ser
competencia y, por tanto, gestionada por el Ministerio de Ciencia y
Tecnología. Ello hace que a la hora de comparar los presupuestos de
los dos años, para buscar esta homogeneidad tengamos que suprimir ese
importe en el año 2000. Entonces ya tendremos las peras con las peras
y podremos establecer una correcta comparación.

En este sentido y corregido este factor, nos encontramos con un
incremento de casi 12.000 millones de pesetas que en términos
porcentuales equivale a un crecimiento del 6,6 por ciento. Qué duda
cabe de que se trata de una subida importante, muy por encima de las
previsiones de inflación del año que viene. Es un paso adelante, con
lo cual estamos hablando de un incremento real, no tan sólo teórico,
situado además en la banda alta de las distintas secciones o
ministerios. Está clasificado en los primeros lugares, hecho que
también creemos que hay que remarcar. Además, dicho incremento queda
especialmente reflejado de forma cuantitativa en aquellos aspectos en
los que el Gobierno quiere dejar plasmada su sensibilidad,
concretamente, el programa dirigido a la cooperación para el
desarrollo, con una subida del 22,7 por ciento y aquellos programas
destinados a lo que son mejoras de nuestros servicios de exteriores,
el 132 A y el 132 B, ambos con incrementos superiores al 7 por
ciento, por tanto, superiores a la media. No me voy a extender en el
análisis de las repercusiones que tiene la subida en cuanto al
programa de cooperación internacional, porque por sí sólo ya genera
una comparecencia, pero sí diré que en el conjunto de las cifras del
Ministerio supone una clara muestra de sensibilidad hacia estas
cuestiones.

Hablando de mejoras también hay que hacer referencia a las que lo son
de carácter cualitativo, mejoras que definen aspectos no numéricos
pero que tienen una
importancia vital. En este sentido no nos cabe ninguna duda del
esfuerzo que está haciendo el Ministerio en normalizar el uso de
tecnología avanzada para intentar conseguir una mayor capacidad de
comunicación interna y un mayor grado de eficacia en la prestación de
los servicios que tiene asignados; aspecto en el que por su
importancia también quisiéramos que incidiera el señor subsecretario.

En concreto, nos gustaría conocer más detalles sobre las medidas que
en estos presupuestos van a dar un nuevo empujón a recursos
ofimáticos e informáticos de comunicación del Ministerio.

Las políticas de rigor y de contención del gasto han sido una
constante en la administración presupuestaria del Gobierno del
Partido Popular. La consecuencia va a ser -ya lo he comentado
anteriormente- el cumplimiento del objetivo déficit cero. Analizando
estos presupuestos de Exteriores observamos un descenso significativo
del capítulo 3, de la misma manera que el capítulo correspondiente a
los gastos corrientes también experimenta un descenso porcentual del
0,7 por ciento. Por ello sería también interesante conocer dónde
radica el secreto que está llevando al Ministerio de Exteriores al
perfecto cumplimiento de la política de austeridad y control del
gasto observada por el Gobierno, teniendo en cuenta la peculiaridad
que también incide sobre el Ministerio de Asuntos Exteriores en
cuanto a su difícil seguimiento por los hechos comentados
anteriormente, sobre todo las fluctuaciones de divisas.

En otro orden de cosas, existe un termómetro muy eficaz para medir el
grado de internacionalización de nuestro país y, en consecuencia, el
peso específico que va ganando día a día España en el conjunto
internacional. Me refiero a la participación económica en los
organismos internacionales. También el apartado de contribuciones,
obligatorias y voluntarias, define las prioridades en cuanto a la
acción exterior de nuestro Gobierno. Sin duda es un claro indicador
de aquellos problemas que preocupan y que, por tanto, generan
respuestas por parte del Gobierno. La sensibilidad hacia dichas
cuestiones queda también patente en el presupuesto. Debemos
felicitarnos al comprobar cómo la partida destinada a la
participación de España en los organismos internacionales experimenta
un incremento de 1.805 millones de pesetas, que es muy importante; de
la misma manera que también tenemos motivos para estar satisfechos
por el grado de compromiso de nuestro país con las zonas en
conflicto, claramente constatado a través de la descripción de las
misiones para el mantenimiento de la paz en las que participamos
mediante las correspondientes contribuciones obligatorias.

Con relación a la cuestión de prioridades a las que también me he
referido con anterioridad, quiero dejar de los cuatro receptores
principales de nuestras contribuciones voluntarias. Quiero hacerlo
porque entiendo que suponen una fotografía de la sensibilidad de Espa
ña



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hacia los problemas que afectan a todo el mundo, una clara
radiografía de adónde quiere dirigir España su colaboración
internacional. En ese sentido, los cuatro receptores principales son
el programa de Naciones Unidas para el desarrollo; el organismo de
obras públicas y socorro de Naciones Unidas para refugiados de
Palestina; el Acnur, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para
Refugiados y la Unicef. Creo que por el solo hecho de enunciar estos
cuatro estamentos sobran las palabras. Todos sabemos lo que hacen y
que España los tenga en los cuatro primeros lugares en cuanto a sus
prioridades de contribuciones voluntarias es un claro reflejo de
hacia dónde quiere dirigir sus esfuerzos en este ámbito de trabajo.

Otro punto que nos ha llamado la atención en el presupuesto es el que
se refleja en el capítulo de inversiones. Ahí vemos un incremento
porcentual muy importante en relación al año pasado. No nos cabe
ninguna duda de que este dinero de más va dirigido a lo que es la
construcción de nuevas sedes diplomáticas y, por tanto, a incrementar
la presencia física de España en el extranjero; presencia física que
siempre es importante, porque, por un lado, acerca y da tranquilidad
tanto a residentes como a visitantes y desplazados en los respectivos
países y, por otro, es una clara señal de solvencia en el plano
internacional. Teníamos una asignatura pendiente en esta cuestión, de
la que se venía hablando repetidamente en esta Comisión y en este
trámite de comparecencias, que era la embajada en Japón. Nosotros
adivinamos que el incremento porcentual responde precisamente al
hecho de acometer, de una vez por todas, lo que son las obras de la
embajada en Tokio. Nos gustaría también conocer más detalles sobre la
construcción de dicha embajada y, evidentemente, las consecuencias y
mejoras que su puesta en funcionamiento supondrá en nuestra acción
exterior.

Finalizamos con lo que creemos que es justo, que no es otra cosa que
la felicitación del Grupo Parlamentario Popular al señor
subsecretario por lo que entendemos que es una gran credibilidad de
sus presupuestos, por esa nueva meta a la que nos llevarán dichos
presupuestos en el camino constante trazado por nuestro país, de
mayor presencia, de mayor proyección y de mayor importancia en el
contexto internacional y, en definitiva, por el acierto en la línea
presupuestaria que da la mejor cobertura al conjunto de nuestra
acción exterior. Invitándole a seguir en esta línea y a responder a
los apartados en los que se ha solicitado mayor información desde
este grupo, cerramos lo que es nuestra primera intervención.




La señora PRESIDENTA: Para responder a las cuestiones que han sido
planteadas, tiene la palabra el señor subsecretario.




El señor SUBSECRETARIO DE ASUNTOS EXTERIORES (Carderera Soler):
Señorías, efectivamente
el presupuesto de Asuntos Exteriores tiene una serie de
características muy especiales. La primera de ellas es evidentemente
que una gran parte se gasta en divisas; la segunda -que ha sido
señalada ya para poder comparar cifras homogéneas- es que este año se
ha traspasado la contribución española al CERN, que supone 6.334
millones, al Ministerio de Ciencia y Tecnología.

El Ministerio de Asuntos Exteriores gasta prácticamente la mitad de
su dinero en 98 embajadas, 11 representaciones permanentes, 84
consulados generales y ocho consulados que están en el exterior. Todo
ello hace que tanto la elaboración como la ejecución de dicho
presupuesto no sea una tarea fácil. En este sentido, hay que
felicitarse por el alivio que ha supuesto la creación del euro, que
nos facilita no sólo los cálculos, sino que nos evita las
fluctuaciones de divisas y, por tanto, los imprevistos a los que nos
vemos sometidos en otros casos.

Entro ya concretamente en las preguntas que se me han formulado. En
lo que se refiere a gastos de personal, el presupuesto de este año
aumenta un 6,65 por ciento. Consideramos que con este aumento
podremos hacer frente en principio a los gastos de personal.

Evidentemente, al final todo dependerá de cuál sea la situación del
dólar el año que viene, lo cual es algo que es imprevisible. Hay que
tener en cuenta que este año, si no recuerdo mal, llegó a estar a 130
pesetas y ha llegado a estar a 196 pesetas. Los cálculos que estamos
haciendo por ahora son alrededor de 185 pesetas; puede subir o puede
bajar.

En cuanto a las cuestiones de personal, la plantilla total del
Ministerio de Asuntos Exteriores está compuesta por 4.055
trabajadores destinados en el exterior y 1.694 en los servicios
centrales. De este colectivo, 2.400 son funcionarios y 3.349 son
personal contratado. Concretamente, en lo que concierne al personal
diplomático, el número actual de diplomáticos es de 766, de los
cuales 455 están en el exterior, 230 en Madrid y 81 fuera del sistema
hasta cierto punto. Este es un problema con el que nos encontramos,
ya que 17 de estas 81 personas están en excedencia y el resto están
en otros departamentos. Evidentemente, una de las aspiraciones del
Ministerio es poder contar con más personal diplomático. En este
sentido este año entrarán 25 nuevos diplomáticos y para el próximo
esperamos que también otros 25.

Hay un capítulo dentro de los gastos de personal que es el de acción
social, en el cual debo manifestar mi satisfacción y el
agradecimiento a la Dirección General de Presupuestos, que ha
atendido una reivindicación sindical apoyada por los gestores del
Ministerio, que ha hecho que el capítulo de acción social aumente más
de un cien por cien, alcanzando la cifra de 103 millones de pesetas.

En lo que se refiere al capítulo 2, lo que se denominangastos
corrientes en bienes y servicios, el presupuesto



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experimenta un aumento del 4,15 por ciento. Aquí hay que tener en
cuenta otros factores. No sólo aumenta el presupuesto, sino que se ha
conseguido reducir costes en algunos sectores, concretamente en el de
comunicaciones, debido al aprovechamiento de las nuevas tecnologías.

Está previsto continuar renovando los equipos de comunicaciones, así
como proceder a la informatización más adelantada del Ministerio. En
este sentido, una de las preguntas que se me han formulado ha sido
cuáles son los proyectos que tiene el Ministerio.

El Ministerio actualmente cuenta con una red principal de
comunicaciones, el denominado correo diplomático, que en realidad es
un sistema de correo electrónico diseñado especialmente para el
Ministerio de Asuntos Exteriores, que no está basado en modelos ni en
normas disponibles en el mercado, que reúne las condiciones adecuadas
de seguridad, certificadas por la autoridad nacional de seguridad, y
que permite una gran flexibilidad. Junto a ello existe otro sistema
de correo electrónico basado en las normas X400, con 425 puntos en
los servicios centrales y en este momento con 26 representaciones,
que tienen también terminales. Los proyectos que tiene el Ministerio
son, en primer lugar, dotar este segundo sistema de correo
electrónico -el X400- de una seguridad criptográfica que en este
momento no tiene. Uno de los retos que tiene planteado el Ministerio
es cómo se puede disponer de un sistema de correo informático seguro,
ya que Internet no lo es. Por tanto, habrá que diferenciar las
comunicaciones que se manden a través del sistema del Ministerio de
Asuntos Exteriores de la utilización de Internet. Por supuesto, a
largo plazo todos estos proyectos evidentemente requerirán más
personal y más dinero, pero en este momento estamos en una primera
fase y consideramos que con el presupuesto actual tendremos
suficiente para implementarlo.

Dentro también del capítulo 2 me gustaría destacar un sector
importante, que es el de arrendamientos, capítulo que aumenta un 8
por ciento. Ello se debe a que se trata de un sector en el que
también nos encontramos con unas características especiales: por una
parte, evidentemente, la fluctuación de las divisas y, por otra, los
aumentos de precios, que no son homogéneos en todas partes. Está muy
claro que en determinados países los arrendamientos han aumentado
considerablemente. Basta con imaginar lo que sucede en los países de
Europa del Este donde nos encontrábamos en muchas ocasiones en
régimen de alquiler, en propiedades que gestionaba el Estado y en los
que el alquiler que se pagaba era muy reducido. Al recuperar sus
propietarios estos inmuebles, como es lógico, en el momento que han
podido, han actualizado la renta y esto nos ha supuesto tener que
hacer frente a un gasto adicional considerable. Lo mismo ocurre en
determinados países donde el boom inmobiliario ha hecho aumentar los
precios de los arrendamientos. Concretamente citaría el caso de
Estados Unidos y de Inglaterra.

En cuanto a los servicios centrales, como saben SS.SS., se ha
conseguido una mayor eficiencia de los inmuebles. El Ministerio
estaba repartido en 19 inmuebles. En la actualidad todavía contamos
con seis locales, pero está previsto que a muy corto plazo el
Ministerio quede concentrado en el edificio de Santa Cruz,
anteriormente de la SEPI, y, como edificios particulares, en la
Escuela Diplomática y en el edificio de Reyes Católicos.




Un capítulo también importante en relación con los inmuebles es el
capítulo 3. Se me ha preguntado por qué este capítulo disminuye de
esta forma, un 29,66 por ciento. Ello se debe a un hecho muy
sencillo. Se había previsto anteriormente unas cantidades para ir
adquiriendo inmuebles en régimen de leasing. Esto, que funcionó en un
determinado momento, cuando las tasas de interés eran reducidas, se
ha ido complicando al subir estas. La operación funcionaba mediante
la adquisición por parte de un banco del edificio en cuestión, que
luego entregaba en régimen de leasing al Estado español. Aquí nos
hemos encontrado con una serie de dificultades, en primer lugar, el
aumento de tasas de interés y, en segundo lugar, que en determinados
países las autoridades no permiten la compra por parte de bancos de
inmuebles y también que al comprarlos los bancos, al ser una empresa
privada, les aplican una serie de impuestos que encarecen la
operación. Por tanto, actualmente el único proyecto que tenemos
realmente en régimen de leasing es la adquisición de un inmueble en
Portoalegre. De ahí que disminuya en esta cantidad el capítulo 3.

En cuanto a las cuotas, evidentemente aumentan. Sin embargo, hay que
tener en cuenta aquí también la repercusión del dólar, porque muchas
de ellas se pagan en dólares, y hay que tener en cuenta otro capítulo
importante dentro de la contribución a las Naciones Unidas por parte
de España, que es la contribución a las operaciones de mantenimiento
de la paz, que cada vez provocan más gastos y, aunque se intenta
hacer un presupuesto lo más ajustado posible, muchas veces,
evidentemente, no depende del Ministerio de Asuntos Exteriores saber
qué es lo que va a pasar a lo largo del año en este capítulo.

El capítulo 6, el de inversiones, evidentemente refleja un aumento
considerable y ello se debe, por una parte, a la operación de Tokio,
que ahora comentaré, y, por otra, también a una política que se ha
venido intentando aplicar en el departamento desde hace tiempo, que
es la de ir pasando del régimen de alquiler, que plantea una serie de
problemas como he expuesto antes, a un régimen de propiedad. Basta
con ello para ver qué es lo que ha sucedido en este capítulo en lo
que se refiere a las inversiones en el exterior en los últimos años.

Este capítulo contaba con 2.130 millones de pesetas en 1999, pasó a
2.500 millones de pesetas en el año 2000 y para el año 2001
contaremos con 3.600 millones de pesetas. Una de las explicaciones,
evidentemente,



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es la operación de Tokio. Nos encontramos con un edificio, en el que
está la residencia del embajador y la cancillería, que no está en
buen estado, que está situado sin embargo en uno de los mejores
lugares de la capital de Japón, donde, como es público y notorio, el
suelo vale una fortuna, y allí se va a hacer una operación ambiciosa
consistente en hacer una nueva cancillería y una nueva residencia,
así como un centro cultural, en el que entren todos los servicios de
la embajada, o sea, no sólo la cancillería política sino también la
consejería comercial y los otros consejeros que trabajan en dicha
embajada. Con ello se solucionará un problema grave que tenía nuestra
representación y además evitaremos un problema adicional como es que
la licencia que teníamos caduca en 2001 y de no haber empezado
a construir en dicho año, hubiésemos perdido dicha licencia
encontrándonos con un problema muy complicado para renovarla.

Dentro del capítulo 6, también en lo que se refiere a inversiones
están previstas otras operaciones importantes. Se va a terminar la
residencia en Washington. Aquí también nos encontrábamos con una
carencia que venía desde hace mucho tiempo. En Washington se compró
hace años una buena cancillería, pero la residencia del embajador se
encuentra en un barrio realmente peligroso y poco adecuado para la
función que debe desempeñar. Este año, con el presupuesto con el que
contamos, se terminará la nueva residencia, que costará en total ocho
millones y medio de dólares, está situada en un lugar adecuado y por
tanto podrá desempeñar bien su función.

También está previsto iniciar la construcción de una nueva
cancillería en Rabat, donde la idea también es agrupar a las
distintas agregadurías. Se trata de un terreno de 20.000 metros
cuadrados y la superficie que se quiere construir alcanza los 5.200
metros cuadrados. Esperamos también iniciar obras en el año 2001 para
alojar nuestras embajadas ante los organismos internacionales y ante
la OSCE en Viena, y hacer otra serie de obras de carácter intermedio
como son las cancillerías en Nueva Delhi, Abidjan, Costa Rica, Oslo,
Lagos -donde nos encontramos con el problema de que hay un traslado
de la capital a Abuja y por tanto hay que hacer un esfuerzo
suplementario y con bastante rapidez-, Santiago de Chile, Praga y
Bogotá. Posiblemente también tengamos que hacer alguna actuación en
alguna sección consular de algún país iberoamericano, donde nos
encontramos con tal demanda de visados que ha llegado prácticamente a
bloquear la sede diplomática. Tanto en Lima como en Quito estamos
pensando en alguna actuación puntual para resolver este problema. En
cuanto a residencias, aparte de la de Washington, con lo que está
establecido en el presupuesto está previsto actuar en Canberra, en
Luanda y proceder a la renovación de la residencia de la embajada en
París.

No sé si con esto he contestado satisfactoriamente a sus preguntas.

Si me he olvidado de algo, por supuesto estoy a su entera
disposición.




La señora PRESIDENTA: ¿Algún otro grupo desea formular preguntas?
(Pausa.) Por el Grupo Parlamentario Socialista tiene la palabra su
portavoz, señor Marín.




El señor MARÍN GONZÁLEZ: Señor subsecretario, siquiera por cortesía,
a pesar de que nuestro grupo no le convocó, agradezco su presencia
aquí, pero antes que nada quisiera sumarme a las manifestaciones
realizadas por la señora presidenta a propósito del último atentado.

Le decía por cortesía, y seré breve, porque, como diría un castizo,
no hay más cera que la que arde y finalmente no es usted quien ha
fijado el incremento del presupuesto. Usted tiene que administrar
lealmente, como seguro que lo va a hacer, el presupuesto que han
puesto a su disposición. Esto es lo que nos llevó a pensar que
finalmente también el presupuesto se trata de una decisión política
fundamental. El subsecretario puede explicarnos, como ha hecho muy
correctamente, las diferentes partidas, pero nosotros queremos dar
más una presentación de carácter político y por eso llamamos a los
secretarios de Estado. Le hago esta advertencia para que no entienda
usted en absoluto que no apreciamos su presencia esta mañana en la
Comisión de Asuntos Exteriores.

Voy al asunto brevemente. Es verdad que tradicionalmente el
Ministerio de Asuntos Exteriores, como todos los ministerios de
Asuntos Exteriores, sufre al tener que trabajar una gran parte de su
presupuesto en divisas, pero, señor subsecretario, también mucho
depende de cómo se hace el manejo cotidiano en la medida del tipo que
fija el Ministerio de Economía. Si éste le ha fijado un tipo de 185
pesetas por dólar, cuando llegue usted a su despacho va a pedir
inmediatamente el Financial Times y va a ver que hoy cotiza a 191,35;
es decir, al final del día estará usted trabajando con seis pesetas
menos por dólar. Si esto lo aplico, comparando bien las peras y las
manzanas -por ser correcto y riguroso-, es obvio que las dificultades
están ahí. Habría que estudiar de qué manera se podría hacer ver al
Ministerio de Economía que aportara un cierto grado de flexibilidad
-¿por qué no?- en lo que supone el cálculo y la tarifa que le han
puesto, porque, insisto, hoy la acción exterior de España ya está
perdiendo seis pesetas por dólar. Comprendo la dificultad de manejo
que puede tener un subsecretario que quiere administrar este
presupuesto.

Quisiera hacerle una pregunta por si tiene usted la amabilidad de
responderme ¿Podría determinar, área geográfica por área geográfica,
las nuevas embajadas que eventualmente se van a abrir con cargo al
presupuesto o al programa plurianual? Hemos leído atentamente



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el presupuesto y sólo vemos dos, Japón, que acaba de citar, y
eventualmente Singapur. Si hay más, me alegraría que me corrigiera y
lo explicitara.




El señor SUBSECRETARIO DE ASUNTOS EXTERIORES (Carderera Soler):
Perdón, quizás se me ha interpretado mal. No he dicho que vayamos a
abrir Japón, que por suerte ya está abierto; si no estuviese abierto,
no tendríamos dinero.




El señor MARÍN GONZÁLEZ: Me refiero a la utilización del solar que
aparentemente tienen ustedes y a la nueva residencia.




El señor SUBSECRETARIO DE ASUNTOS EXTERIORES (Carderera Soler): Una
gran parte del presupuesto de este año se va a dedicar a Japón,
porque lo que se estaba gastando en alquileres suponía una cantidad
muy considerable. Junto a ello, se va a terminar la residencia en
Washington, donde, como sabe S.S., nos encontrábamos en una situación
lamentable, desde el punto de vista de la localización, que hace
tiempo se intentaba resolver. Yo he estado destinado en esa embajada
y en el tiempo que estuve allí el propietario de un local que había
enfrente cambió cuatro veces por muerte violenta.




El señor MARÍN GONZÁLEZ: Lo conozco.




La señora PRESIDENTA: Señor Marín, le agradecería que no hiciéramos
esta intervención interactiva.




El señor MARÍN GONZÁLEZ: Para que mi pregunta sea correcta, señora
presidenta, fuera del caso Washington, fuera del caso Japón, bien
conocidos y que no objetamos en absoluto porque hay que hacerlo y es
bueno que la embajada española en Washington salga de aquel barrio,
aparte de estas cuestiones, ¿podría precisar, área geográfica por
área geográfica? Me estoy refiriendo a Europa central y del este, es
decir, de una manera absolutamente convencional: América Latina,
África, Asia, etcétera. Qué previsiones tienen respecto a la apertura
de embajadas.




La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra el señor subsecretario.




El señor SUBSECRETARIO DE ASUNTOS EXTERIORES (Carderera Soler): Por
los datos que recuerdo en este momento, por áreas geográficas, en lo
que se refiere a América, se va a hacer la actuación que digo en
Washington. Bajando más, está previsto hacer obras en la cancillería
en Bogotá. También está previsto hacer lo mismo en la cancillería en
Costa Rica y en Santiago de Chile, donde la cancillería es también
una asignatura pendiente. Por otra parte, como le decía, tenemos
previsto hacer algún tipo de actuación en Lima y en Quito, donde nos
encontramos con una invasión
de peticiones de visados que ha desbordado los locales que tenemos
actualmente. En lo que se refiere a África, las previsiones
fundamentalmente son Rabat, donde hay un proyecto ambicioso de
construcción de 5.200 metros cuadrados en un terreno de 20.000 metros
cuadrados. La idea es que se integren todas las oficinas del Estado
español en este nuevo local. Está prevista una nueva residencia en
Luanda y tenemos que hacer frente a la instalación de la embajada en
Abuja, porque, como sabe S.S., la capital ya se ha trasladado de
Lagos a la ciudad citada. Fundamentalmente, esas son las principales
obras que vamos a hacer en este año.

En cuanto a apertura de embajadas, que es otro caso distinto, la idea
que tiene el Ministerio en un futuro es abrir en Singapur, en
Albania, en Chipre y en los países bálticos. Esas son las
intenciones. No digo, por supuesto, que con el presupuesto de este
año vayamos a abrir en todos estos sitios. Es evidente que con este
presupuesto y si el dólar sigue subiendo, será imposible, pero, como
digo, son las previsiones que nos gustaría poder llevar a cabo cuando
sea posible.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor subsecretario.

Vamos a continuar el orden del día dando paso al secretario de Estado
de Asuntos Exteriores, pero antes queremos agradecer muy sinceramente
esta primera comparecencia del señor subsecretario, por las
explicaciones que nos ha dado y por la claridad de su exposición.




- DEL SEÑOR SECRETARIO DE ESTADO DE ASUNTOS EXTERIORES (NADAL
SEGALÁ).

ASOLICITUD DE LOS GRUPOS PARLAMENTARIOS FEDERAL DE IZQUIERDA UNIDA
(Número de expediente 212/000205) Y SOCIALISTA. (Número de expediente
212/000219)



La señora PRESIDENTA: Continuamos la sesión con la comparecencia del
señor secretario de Estado de Asuntos Exteriores, cuya presencia ha
sido solicitada por el Grupo de Izquierda Unida y por el Grupo
Socialista.




No estando ningún representante del Grupo de Izquierda Unida, voy a
dar la palabra al portavoz del Grupo Socialista.

Tiene la palabra el señor Marín.




El señor MARÍN GONZÁLEZ: Agradezco la presencia del señor secretario
de Estado y le voy a hacer el siguiente planteamiento en término de
pregunta general, ya habrá tiempo de presentar las enmiendas
específicas al presupuesto.

Como he señalado anteriormente, el presupuesto es una decisión
política. Si usted ha seguido mi intervención con el señor
subsecretario, no convocamos al subsecretario porque, finalmente, el
subsecretario tiene que administrar, como decía antes lealmente, lo
que le



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dan. Pensamos que era mejor tener este debate político desde la
perspectiva de que el presupuesto es una gran decisión política,
donde un gobierno determina sus prioridades y lo que debe hacerse,
prioritaria o secundariamente, o lo que, por falta de créditos no se
puede hacer.

El colega del Partido Popular ha iniciado su intervención con algo
que me parece sustancialmente correcto. Afirmaba que finalmente el
presupuesto del Ministerio de Asuntos Exteriores es la cobertura
económica de las ambiciones del Estado español. Como usted sabe,
recientemente el ministro presentó una información general sobre la
política exterior de España. Debo adelantar, señora presidenta, que
estoy esperando el compact-disc, el disquete o e-mail, -lo
manifestaré luego en la próxima reunión de la Mesa-, porque no parece
muy correcto que hayan pasado dos semanas y todavía no haya llegado a
la Cámara la presentación del programa de política exterior, detrás
del cual estamos y nos están dando respuestas de que se está
corrigiendo, de que se nos van a enviar las fichas; si un ministro ha
comparecido utilizando las nuevas tecnologías, es normal que se ponga
a disposición inmediata de la Cámara esta información y que los
grupos parlamentarios no tengamos que estar persiguiendo al
Ministerio de Asuntos Exteriores respecto a una iniciativa que tomó
el propio ministro. Si el señor secretario de Estado pudiera
trasladar al ministro esta inquietud, se lo agradeceríamos. No parece
muy elegante tenernos en esa situación.

Con independencia de que no hayamos podido verificar en concreto
todos los planteamientos que hizo aquí el señor ministro de Asuntos
Exteriores, se facilitó una información general con el objetivo de
atribuirle a España -cosa con la que estamos de acuerdo- una ambición
global también en la política exterior. Sin duda sabe S.S. que uno de
los planteamientos que le hicimos, bastante riguroso y con todo
respeto, es que cuando se hablaba de plan estratégico se suponía que,
aparte de la expresión de la voluntad política de lo que se quiere
hacer, hay una pregunta inmediata que es cómo se va a hacer y de qué
medios se dispone, en términos legales, operacionales, humanos, de
embajadas, residencia y también en términos financieros. Respecto
a esta cuestión no recibimos una respuesta, en nuestra opinión, muy
satisfactoria. Ya le señalé al ministro, lo cual no le sorprenderá,
que tendríamos oportunidad en el trámite presupuestario de conectar
lo que ustedes denominan ambición global con la realidad de lo que
figura en el Ministerio de Asuntos Exteriores.

Hay partidas que han subido y hay partidas que han bajado, es cierto.

Aceptamos incluso la presentación habilidosa, pero nada más -porque
los créditos al Centro europeo de investigación ahora ya no están en
Exteriores, se han transferido al Ministerio de Ciencia
y Tecnología-, aunque un poquito maquillada y llegamos a la conclusión,
salvo que usted nos demuestre lo
contrario, de que este presupuesto no responde, en ningún caso, al
concepto de ambición global, porque a lo mejor estamos discutiendo
otras cosas. Este presupuesto no sostiene un plan estratégico.

Respecto al gran despliegue asiático, estamos esperando el programa
estratégico específico para Asia. Acaba usted de escuchar al señor
subsecretario, parece que apenas se va a reformar la embajada en
Tokio y está previsto también reformar Singapur. En términos de
medios operacionales, es de una modestia franciscana. La pregunta es
la siguiente. Yo quisiera que, capítulo por capítulo, o programa por
programa, para ser todavía mucho más correcto y que nos entendamos
para seguir lo que planteaba correctamente el portavoz del Partido
Popular y no mezclar manzanas con peras, le pediría me conectara cada
programa con el plan estratégico. Porque yo supongo que ustedes
habrán hecho esto.




La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra el señor secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ASUNTOS EXTERIORES (Nadal Segalá):
Empiezo mi intervención sumándome a la condena y repulsa al atentado
ocurrido ayer en Granada que es, sin duda, una muestra más de la
barbarie y del totalitarismo que inspiran y rodean las acciones de la
banda terrorista. ETA.

Agradezco la oportunidad que se me brinda hoy aquí de comparecer en
esta Comisión para hablar de los presupuestos del Ministerio de
Asuntos Exteriores. Lo primero que tengo que decir como secretario de
Estado de Asuntos Exteriores es que, estrictamente hablando, no hay
un presupuesto gestionado por la Secretaría de Estado. Excepto una
partida de unos 50 millones de pesetas para gastos de reuniones y
conferencia, cuya asignación formal, además, corresponde a la
Subsecretaría, la Secretaría de Estado no gestiona un presupuesto
propiamente dicho, lo cual no quita, como bien apuntaba el
representante del Grupo Socialista, que, como órgano político, la
Secretaría de Estado tenga una responsabilidad en el diseño y
ejecución de los presupuestos del Ministerio de Asuntos Exteriores.

Si S.S. me permite, voy a hacer un planteamiento global sobre cómo
vemos el diseño de la política exterior desde el Ministerio. No voy a
entrar en las especificidades que hizo el ministro porque sería
redundante y, a partir de aquí, veremos cómo todo ello se desarrolla
en los presupuestos del Ministerio.

Como ha dicho S.S., tanto en el Ministerio como la mayoría de los
grupos presentes en esta Comisión compartimos su criterio y pensamos
que la política exterior española, por su evolución en los últimos
tiempos, ha adquirido una madurez suficiente que permite que,
progresivamente, se vaya haciendo un planteamiento de mayor
globalidad, entendida en tres grandes ámbitos.




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En primer lugar, en el ámbito geográfico, es decir, por necesidades
del guión, por la propia evolución del país, la proyección exterior
de España se ha centrado en unas áreas muy concretas: Europa,
obviamente, Mediterráneo e Iberoamérica. Podemos empezar a realizar
una proyección más global hacia otros ámbitos como el asiático, el
reforzamiento de la relación bilateral con Estados Unidos, o hacia el
África subsahariana.

En segundo lugar, esa ambición global se traduce también desde el
punto de vista de los instrumentos, porque es necesario que la
proyección exterior no sólo se centre en los instrumentos políticos,
sino que tenga en cuenta otros instrumentos como pueden ser los
económicos, culturales y, sobre todo, un instrumento nuevo, que se ha
ido reforzando de forma muy sustancial en los últimos años como es la
cooperación.

Finalmente, pensamos que la globalidad se aplica también a los
actores. Por suerte, hoy en día la política exterior de España la
realizan múltiples actores, cada uno con su papel, pero son muchos
los que participan en ese proceso. Obviamente, el Ministerio de
Asuntos Exteriores tiene un papel principal, pero hay otros
Ministerios, otros órganos del Estado que también son importantes en
esa proyección exterior, el Parlamento de forma muy relevante, así
como otros actores que están fuera de la órbita estatal en el ámbito
más privado, desde las ONG hasta las empresas, el mundo de la cultura
o incluso los turistas españoles que salen al exterior. Este es un
primer planteamiento de globalidad.

El segundo planteamiento sería el de una mayor participación en los
debates en la esfera internacional, y eso se puede aplicar tanto a
nuestra relación con la Unión Europea como con Estados Unidos o con
Asia, donde hoy en día nuestra presencia es pequeña. Con estos
planteamientos fundamentales surge la idea de proceder a la
elaboración de un plan estratégico de política exterior que los
recoja y materialice, que desde el Ministerio se expongan cuáles son
las grandes líneas en los distintos ámbitos tanto geográficos como
funcionales, es decir, horizontales y que eso se plasme en la
práctica en una serie de planes de acción para AsiaPacífico, para la
zona subsahariana o para otras zonas geográficas o ámbitos
funcionales. El plan estratégico quiere tener una visión de largo
plazo, no quiere ser un hecho puntual, sino que quiere apuntar
grandes tendencias. Tiene una lógica desde el punto de vista del
presupuesto, pero tiene que quedar muy claro también que el plan
estratégico, por esa visión de largo plazo que tiene, trasciende la
visión puramente anual del presupuesto.




Ese plan estratégico -no tenga duda, señor Marín, de que disiparemos
esa inquietud que S.S. reflejaba, en relación a que se le haga llegar
el disquete de la presentación que hizo el ministro- va a tener su
reflejo más concreto en una serie de planes sectoriales o geográficos
de nivel más bajo que pretenden ser planes más operativos. En esta
línea se ha trabajado ya en la elaboración
de un plan marco para la zona de Asia-Pacífico. Dicho plan ha
sido recientemente aprobado en el Consejo de Política Exterior que,
como saben SS.SS., es ese nuevo órgano de coordinación que se ha
establecido entre el Gobierno para asegurar una mayor efectividad de
la política exterior. Tengo solicitada una comparecencia en esta
Comisión para hacer la presentación de dicho plan; por tanto, la
Cámara y la Comisión estarán debidamente informadas de su contenido.

¿Qué concordancia hay entre esa visión de largo plazo y el
presupuesto que se presenta hoy aquí? Es importante, sobre todo, en
cuanto a los principios inspiradores. Obviamente un principio que yo
no he enunciado pero que subyace en el plan, es que esa posibilidad
que se nos abre como país de tener una mayor proyección exterior debe
ir progresivamente acompañado de un reforzamiento de los medios.

Quiero insistir en la palabra progresivamente, porque el plan
estratégico en realidad quiere ser un proceso más que un hecho
puntual. Es más importante asegurar que nos acercamos de forma
constante, de forma progresiva, a los objetivos que no pensar en la
posibilidad de alcanzar esos objetivos en un año o de aumentar un año
las partidas presupuestarias para bajarlas al año siguiente; estamos
hablando de un esfuerzo sostenido.

Un punto de coherencia entre ese planteamiento de mayor ambición y el
presupuesto que se presenta es el hecho -como les ha apuntado el
subsecretario- de que el presupuesto de este año para el Ministerio
de Asuntos Exteriores, con todas las carencias, a las que luego me
referiré, plantea un aumento importante del gasto. El gasto no
financiero, es decir, los capítulos 1 a 7 suben un 5,7 por ciento; el
capítulo 8, activos financieros, sube un 25 por ciento, lo que da una
media de un 6,8 por ciento, una media de crecimiento que supera de
forma importante el crecimiento que tienen los demás gastos del
Estado en el presupuesto del año 2002. El presupuesto del año 2002
prevé para el Estado un crecimiento del 4,4 por ciento, para la
Seguridad Social del 6,4 por ciento y para los organismos autónomos
de un 5,2 por ciento, lo cual da un total de crecimiento de gasto de
las administraciones públicas centrales del 5,4 por ciento.

El presupuesto del Ministerio de Asuntos Exteriores sube un 6,8 por
ciento, lo cual quiere decir que el peso del gasto del Ministerio
sobre el gasto total también aumenta y a ello me referiré a
continuación. Quiero insistir también en que el gasto del Ministerio
de Asuntos Exteriores sube prácticamente en todos los capítulos,
tanto en personal, como en bienes y servicios; el de intereses es una
partida muy especial y muy pequeña que sufre un descenso, pero como
digo es una partida marginal; sube el gasto de transferencias, el
gasto de inversiones, el gasto de transferencias de capital y también
la parte de variación de activos financieros que, como saben ustedes,
es el programa de microcréditosque está en manos de la Agencia de la
Cooperación y



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que pasa de 8.000 millones, en el año 2000, a 10.000 en el 2001. El
primer punto que quiero notar es que este año el presupuesto de
Asuntos Exteriores está creciendo sustancialmente por encima de lo
que es el gasto medio de la Administración del Estado.

Quiero resaltar también que esta mejora relativa que se registra este
año, de hecho, consolida una tendencia de años anteriores. Téngase en
cuenta, por ejemplo, que si miramos cuál es el peso del gasto del
Ministerio de Asuntos Exteriores sobre el gasto total del Estado,
vemos que ha habido una evolución interesante y preocupante. Y me
explico. En el año 1991 (si mis datos no son erróneos, y creo que
no), ese peso era del 0,48 por ciento; en el año 1994 (en sólo tres
años), bajó al 0,31 por ciento y en los últimos años estamos
recuperando ese bajón que hubo a principios de los años noventa, de
forma que con el aumento que se produce este año pasaremos a un 0,46
por ciento. Es decir, el peso del gasto del Ministerio de Asuntos
Exteriores sobre el gasto total ha aumentado en alrededor de un 50
por ciento en los últimos seis años. Es una tendencia interesante,
que refleja una voluntad política de reforzar el gasto en el diseño y
en la ejecución de la política exterior.

Quiero señalar también que en los últimos años se está produciendo un
reforzamiento de las dotaciones de personal del Ministerio, que se ha
reflejado en un aumento de las plazas convocadas en oposiciones a la
carrera diplomática. Frente a una convocatoria de 15 plazas en los
años más recientes, en el año 1999 la convocatoria ha sido de 20
plazas y en el año 2000, de 25 plazas.

Finalmente, como un elemento importante respecto de la voluntad de
reforzar nuestra proyección exterior, a la hora de evaluar los
recursos dedicados a la proyección exterior no basta con fijarse en
los presupuestos del Ministerio de Asuntos Exteriores, puesto que,
siendo un Ministerio importante, no es el único que realiza
actuaciones relevantes en el ámbito de la proyección exterior. Me
refiero de forma especial a las partidas que en los últimos años se
han dedicado desde el Ministerio de Defensa a la financiación de
operaciones de mantenimiento de la paz. Esa es, sin duda, una
contribución importantísima a nuestra política exterior, a nuestra
proyección exterior y a la paz, en este caso en la zona de los
Balcanes. Piénsese que hoy España tiene entre 3.500 y 4.000 soldados
en Bosnia y en Kosovo y que esa presencia tiene un reflejo
presupuestario muy importante. No tengo las cifras aquí, pero estamos
hablando de decenas de miles de millones de pesetas, cantidad muy
sustancial que hay que tener en cuenta.

Quiero resaltar también que lo que se está haciendo no responde, como
decía usted, a ningún truco de presentación formal. Es cierto que la
cuota del CERN se ha pasado al Ministerio de Ciencia y Tecnología,
pero cuando yo digo que el crecimiento del Ministerio de Asuntos
Exteriores es del 6,8 por ciento, estoy considerando
ese ajuste, es decir, tengo en cuenta que este año no la está
pagando el Ministerio y, para comparar con el año pasado, lo que hago
es quitar del año pasado lo que se pagó al CERN. Por lo tanto, estoy
comparando cantidades homogéneas, y al hacer esa comparación se ve
que ese crecimiento está cercano al 7 por ciento.

Dicho esto, señor Marín, comparto con usted que todavía queda mucho
por hacer. Los recursos de que dispone el Ministerio son claramente
mejorables, pero esa mejor dotación debe verse desde una perspectiva
de largo plazo. Está claro que el plan estratégico contempla ciertos
aumentos de recursos, también en el ámbito de personal, pero hay que
tener en cuenta que la política de personal es una política difícil
porque no es posible aumentar de forma rápida el número de personas
que pueden acceder al cuerpo diplomático, puesto que hay unos niveles
de exigencia importantes que obligan a asegurar que los candidatos
tengan la competencia y el nivel de conocimiento debidos.

Desde el punto de vista del plan estratégico, se contempla un
progresivo aumento de los recursos dedicados a la política exterior,
pero también una mejora de los recursos disponibles. El plan
estratégico opta, por ejemplo -como he dicho antes-, por dar
prioridad a determinadas actuaciones que hasta ahora no han sido
potenciadas, tanto desde un punto de vista geográfico como horizontal
(ya he hecho referencia al plan Asia y también puede haber
actuaciones previstas en materia de derechos humanos); aboga por una
potenciación de la coordinación entre los actores relevantes y, para
ello, se ha creado una comisión de política exterior que persigue
precisamente esa mayor coordinación y, también, una racionalización
de los recursos disponibles. Por ejemplo, se ha procedido a una
centralización de la política de becas con la creación de la
Fundación Carolina, que pretende mejorar y racionalizar los recursos
dedicados a este fin. El plan estratégico contempla también un margen
para la reasignación de los recursos disponibles. Antes, cuando
estaba aquí el señor subsecretario, se hablaba del despliegue de
embajadas. Más allá de hablar de la posibilidad de abrir ciertas
embajadas, es importante que hablemos también de la reasignación de
los efectivos que tenemos hoy en las embajadas. Piénsese, por
ejemplo, que en muchas embajadas europeas tenemos cuatro o cinco
diplomáticos, las mismas personas que tenemos hoy en día en la
embajada en China. Es un elemento de reflexión importante porque hay
un margen para la reasignación de recursos.

En cuanto a los recursos, hay que partir de una visión amplia, como
decía, y ver qué es lo que se están gastando otros Ministerios.

Asimismo, creo que hay un margen para propiciar una mayor
participación del sector privado en determinados ámbitos de
proyección exterior. Piénsese en la proyección cultural, donde hay un
ámbito de colaboración importante con el sector privado. Más allá del
aumento de recursos, que sin dudaes necesario, en paralelo, es
posible realizar una serie



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de actuaciones que, sin implicar un aumento de las dotaciones
presupuestarias, pueden permitir una mayor efectividad de los
objetivos perseguidos.

Esto es lo que hoy le puedo decir, señor Marín. No sé si hay algún
tema más puntual del que podamos hablar. Si yo no dispusiese de la
información, estaré encantado de enviársela o de que hablemos en esta
misma Cámara sobre la base de esa petición concreta.




La señora PRESIDENTA: ¿Algún otro grupo desea intervenir?
Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra el señor Ricomá.




El señor RICOMÁ DE CASTELLARNAU: En primer lugar, le solicitaría al
compareciente que no se tomara a mal que el Grupo Parlamentario
Popular no haya solicitado su comparecencia. No lo hemos hecho, por
un lado, por el funcionamiento habitual en esta Comisión de Asuntos
Exteriores en años anteriores -al menos los que yo conozco- y, por
otro, por el respeto a la distribución competencial que dentro del
Ministerio se establece, lo cual nos ha llevado a actuar como lo
hemos hecho siempre, es decir, a solicitar la comparecencia del
subsecretario para hablar de las grandes líneas del presupuesto del
Ministerio de Asuntos Exteriores.

No sé si es bueno o malo, pero no es muy aconsejable encajonar el
debate programático, el debate político en un ejercicio
presupuestario, porque la aplicación de un programa, de un plan
estratégico, difícilmente la podemos valorar en unos presupuestos y
con el referente de un año. Yo me atrevería a decir que se necesita
como mínimo una legislatura, al final de la actual legislatura será
cuando podamos pedir cuentas de la actuación del titular y del equipo
del Ministerio de Asuntos Exteriores. No hace muchos días en esta
Comisión compareció el ministro, señor Piqué, magnífica oportunidad
para intercambiar pareceres y puntos de vista sobre la viabilidad y
el camino correcto sobre el que se traza la política exterior de
nuestro país.

Nos gustaría dejar constancia de algo evidente: que España tiene
mayor presencia en el contexto internacional, que España ha venido
ganando en credibilidad y referencia en el contexto exterior, y que
en definitiva estos presupuestos que están diseñados en la línea de
los ejercicio anteriores, con el añadido en positivo de que
experimentan un incremento -como se ha dicho ya en repetidas
ocasiones- por encima de la media, incluso por encima de previsiones
de inflación, lo que le va a dar una objetividad a la hora de hacer
nuevas cosas, afianzan esta política exterior de España, las grandes
líneas claras que tiene nuestro Gobierno, la referencia europea como
proyección máxima de nuestro país, el ámbito mediterráneo en el que
tenemos una responsabilidad importante en tutelar, en conseguir la
máxima expresión de esta zona y en garantizar el mejor
nivel de existencia de todos los países y, obviamente, siempre
tenemos como referencia la cuestión iberoamericana.




Estos presupuestos sí facilitan el caminar hacia esa dirección.

Queremos felicitar al secretario de Estado de Asuntos Exteriores por
el mantenimiento de esta línea y reiterar las disculpas por el hecho
de que no debatamos con él estas grandes líneas como lo hemos hecho
anteriormente.




La señora PRESIDENTA: Señor secretario de Estado, ¿quiere hacer
alguna última intervención?
Agradecemos su presencia en esta mañana y hemos tomado buena nota de
su deseo de comparecer en esta Comisión para presentarnos uno de los
planes sectoriales que nos anunciaba el señor ministro de Asuntos
Exteriores y que ha reiterado, como es el plan AsiaPacífico. A partir
ya de la próxima reunión de la Mesa y portavoces trataremos de buscar
una fecha que adecue la agencia del secretario de Estado con los días
de reunión de la Comisión para celebrar esta comparecencia lo antes
posible. Muchas gracias, señor Nadal.

Vamos a interrumpir brevemente la sesión, puesto que falta un cuarto
de hora para que llegue el señor secretario de Estado de Asuntos
Europeos que había sido convocado a las once y media de la mañana.




- DEL SEÑOR SECRETARIO DE ESTADO DE ASUNTOS EUROPEOS (DE MIGUEL Y
EGEA), A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA. (Número de
expediente 212/000220)



La señora PRESIDENTA: Señorías, reanudamos la sesión. Comparece en
este momento el señor secretario de Estado de Asuntos Europeos, a
solicitud del Grupo Parlamentario Socialista, que tiene en primer
lugar la palabra, actuando como portavoz el señor García Breva.




El señor GARCÍA BREVA: Señor secretario de Estado, muchas gracias por
acceder a la comparecencia. Soy miembro de la Comisión Mixta Unión
Europea y quiero intervenir como tal, más que como miembro de esta
Comisión. La semana pasada, precisamente en esa Comisión, y por eso
he hecho esta alusión, compareció el ministro de Asuntos Exteriores,
señor Piqué. En esa comparecencia, con bastante corrección en lo que
a mí se refiere, expresó una serie de conceptos que nos parecen
importantes y que quiero destacar, como el aumento de la influencia
de España en la Unión Europea y a nivel internacional. El ministro
Piqué expresó el apoyo de España a marcar el calendario de la
ampliación, a impulsar la conferencia Euromediterránea y la acción de
la Unión Europea en América latina . Expresó un concepto que yo lo
resumiría brevemente diciendo que España debe estar, no ya en la
vanguardia, sino en la vanguardia de la vanguardia en Europa. Fue una



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intervención positiva, pero a la hora de ver cómo se refleja
presupuestariamente, encuentro cierta decepción desde el punto de
vista de que el proyecto de presupuesto es un proyecto político y no
sólo contable. En la documentación que ha remitido el Gobierno del
presupuesto para la acción diplomática ante la Unión Europea, no
encuentro huella de esa ambición que el ministro expresaba la semana
pasada. Tampoco veo en ese documento, que como todo documento
presupuestario es bastante hermético, objetivos. En la justificación
de las cifras sí podría haberse expresado de manera más concreta y
detallada la ambición que expresó el ministro y que no veo reflejada
en los presupuestos.

Entro en aspectos concretos. Entre esos objetivos no se habla para
nada, ni se cita, ni sé si tiene en cuenta -y esa es una pregunta que
hago al secretario de Estado- la presidencia española del año 2002;
no se habla para nada tampoco sobre objetivos de la conferencia
Euromediterránea, a la que aludió el señor ministro, y no sé
exactamente desde esa Secretaría de Estado qué medidas se contemplan
para incrementar nuestra presencia en Bruselas y yo diría algo más,
para incrementar la presencia del lobby español en las quince
embajadas de la Unión Europea.

Yendo más concretamente al programa 132, diré que hay un incremento
de un 7,6 por ciento en presupuesto. Si descontamos el crecimiento
nominal que en el presupuesto general del Estado se establece de
inflación más producto nacional bruto, que es un 5,8 por ciento, el
incremento del presupuesto es continuista con respecto al anterior.

El incremento fundamental son los gastos de personal, que espero que
también nos explique el secretario de Estado, aunque en la
comparecencia anterior algo se ha hablado. El presupuesto se
incrementa en 185 millones y el capítulo de personal absorbe ya un
incremento de 196, que es aproximadamente el 75 por ciento del
presupuesto de la Secretaría.

Hay una partida que se incrementa, pero a mi modo de ver -y salvo que
la explicación del secretario sea más detallada- casi
testimonialmente, es la partida 488 para actividades de promoción de
asuntos de la Unión Europea, correspondiente al capítulo de
transferencias corrientes, es una partida nueva pero de 6 millones de
pesetas. No sé qué se va a promover con esa cantidad en Europa. Pero
como no conozco el detalle de la aplicación o el contenido de la
misma, espero que el secretario de Estado me lo explique.

Sin embargo, ese crecimiento de 6 millones nos conduce a la decepción
cuando en el capítulo 6 vemos que hay un decremento de un 8,1 por
ciento. Alejándome de los porcentajes -porque me parece que hablando
de porcentajes podemos perder la perspectiva-, el documento que nos
ha remitido el Gobierno, y que se refiere a objetivos indicadores de
seguimiento, no es que me parezca continuista, sino que me parece un
ejercicio presupuestario y contable absolutamente falto de iniciativa
y de ambición. No sé si detrás de este
documento habrá más cosas, me imagino que sí y espero y deseo que sí,
y eso es lo que quiero que explique el secretario de Estado, porque a
la vista de esto las preguntas que me hago son: a través de estos
presupuestos, ¿qué concepción de Europa se quiere alentar desde la
Secretaría de Estado? ¿Qué vanguardia, en los términos en que el
ministro de Asuntos Exteriores expresaba la semana pasada? ¿Qué
incremento de la influencia internacional o de la influencia de
España en Europa? Espero que de este ejercicio contable el secretario
de Estado nos haga ver la dimensión política de este presupuesto.




Con respecto al presupuesto de ingresos, quisiera hacerle una
pregunta, porque sí he visto algo que no sé si está en relación, y es
que en los datos generales del presupuesto, de las perspectivas
económicas de España para el año 2001, se prevé un incremento de las
importaciones en un 9,5 por ciento, según la documentación remitida
por el Gobierno, y en la aportación española el incremento de los
recursos propios tradicionales, que dependen fundamentalmente de las
importaciones, se prevé un incremento superior de un 13,5 por ciento.

Mientras la recaudación del IVA está previsto que aumente entre un
7,6 y un 10,8 por ciento, el incremento del IVA en lo que se refiere
a la aportación española se fija en un 6,9 por ciento, es decir, un
poco por debajo de la estimación para el conjunto de la economía.

Esto concuerda, a mi modo de ver -pero esa es la pregunta que le
quiero hacer-, con los ajustes que en el documento de presupuestos se
cita que se producirán por las modificaciones del sistema de recursos
propios que se aprobaron en el Consejo Europeo de Berlín del año
1999. Precisamente esas modificaciones afectan a una reducción del
porcentaje de IVA y a un incremento de los recursos propios
tradicionales, que coinciden un poco con estas previsiones que he
visto en el cuadro macroeconómico del Gobierno. No sé si realmente
existe esta relación, pero sí me gustaría que el secretario de Estado
nos explicara si ustedes han cuantificado o previsto los ajustes que
se derivan del Consejo de Berlín de cara a la aportación española al
presupuesto de la Unión Europea.

Paso a hablar del tema de los flujos financieros, que es otra parte
importante, y aquí sí quiero hacer una previa clarificación en el
sentido de que mi intervención no quiero que se entienda como una
crítica a la documentación que nos ha remitido el Gobierno, sino como
un análisis de las conclusiones que se pueden sacar de esa
documentación, esperando que el secretario de Estado, que seguro que
tiene más información, pueda ampliar y sobre todo poner en su justo
sitio los datos que aparecen en la documentación del Gobierno.

He comparado los datos del anteproyecto de presupuestos de la Unión
Europea para el año 2001 con lo que se prevé en la documentación que
ha presentado el Gobierno de transferencias de Europa a España y los
datos arrojan unos porcentajes que más o menos pueden



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ser exactos, pero veo que, con respecto a los fondos estructurales,
en el año 2000, refiriéndome al presupuesto de la Unión Europea,
España va a recibir, aproximadamente, un 16,5 por ciento y un 29,6
por ciento en la previsión para el año 2001. Y en fondos de cohesión
para el año 2000 estaba previsto recibir aproximadamente el 47,7 por
ciento de los presupuestos de la Unión y para el año 2001
aproximadamente el 57 por ciento. Estos porcentajes me llevan a
hacerle tres preguntas al secretario de Estado. La primera se refiere
a los fondos estructurales. La ejecución en el año 2000, por los
datos que en la documentación se nos dan para ese año, está bastante
por debajo de las previsiones, e incluso en lo que correspondería a
España mucho más. Pero en el año 2001 en la previsión del Gobierno
esta bajada se equilibra, puesto que prácticamente se prevén como un
incremento de aproximadamente unos 650.000 millones en las
transferencias a favor de España de los fondos estructurales. O sea
que en este tema simplemente hay un desequilibro entre el 2000 y el
2001. Estoy convencido de que tiene una explicación seguramente
debido al tipo de ejecución de los fondos estructurales, pero eso
prefiero que me lo responda el secretario de Estado.

Con respecto a los fondos de cohesión, sí que se ve que tanto en el
año 2000 como en el 2001 estamos perdiendo dinero. No sé si esto es
así o si hay una peor ejecución, pero me gustaría que el secretario
de Estado aclarara sobre todo la cuestión de los fondos de cohesión,
puesto que si nos corresponde un porcentaje aproximadamente de una
horquilla entre el 59 y el 62 por ciento, no sabemos por qué estamos
todavía en un porcentaje en el año 2001, en la previsión que ha
mandado el Gobierno, de un 57 por ciento.

He estado repasando la comparecencia del año pasado del secretario de
Estado de Política Exterior, tengo el acta y en esa comparecencia
anunciaba para el año 2000 un saldo positivo de los fondos
estructurales de un billón 466.000 millones de pesetas, cuando en los
datos que nos ha remitido el Gobierno -me imagino que será a fecha de
agosto, todavía no ha terminado el año 2000- estamos en 925.000
millones; es decir, hay un desajuste importante. Incluso el
secretario de Estado en aquella comparecencia llegó a afirmar que
para el año 2000 se produciría un incremento en el saldo positivo del
6,3 por ciento. La verdad es que los datos que podemos comprobar en
este documento no se corresponden en absoluto. Los datos que están
ahí dicen que en el año 2000, al día de hoy - me imagino que eso se
podrá ir corrigiendo a medida que termine el año-, hay un decremento
de un 22 por ciento con respecto a las previsiones, y en la
propuesta- previsión que se hace para el año 2001 hay un incremento
de un 67 por ciento. Son porcentajes muy grandes y hay unas
disparidades muy grandes. Entiendo que la operativa de los fondos
estructurales está sujeta también a este tipo de oscilaciones, pero
nos
gustaría que el secretario de Estado diera una explicación
seguramente con mucho mayor nivel de conocimiento.




La justificación que se dice en la documentación del Gobierno es que
hemos terminado un período y en el año 2000 se ha abierto uno nuevo
de gestión de los fondos estructurales, y que muchos pagos que
corresponderían a la finalización del año 2000 van a trasladarse al
año 2001, pero me gustaría saber la opinión del secretario de Estado.

De cara al futuro me gustaría hacer unas consideraciones con respecto
al nuevo período de programación. Creo que los criterios de la
Comisión Europea van a ser mucho más rígidos con respecto a las
reprogramaciones. Yo no sé si han tenido en cuenta, incluso en el año
2001, esos criterios más rígidos con respecto a las reprogramaciones
y también creo que a partir de ahora las cifras con las que vamos a
tener que contar no son las de la cumbre de Edimburgo, que
corresponderían al período anterior, sino con las que se fijaron en
la cumbre de Berlín, en la cual España perdió fondos estructurales.

Quisiera saber también la opinión del secretario de Estado con
respecto a las previsiones para el nuevo período, en el que ya
estamos, con respecto a los fondos estructurales.

Quiero finalizar como empecé, con esa valoración política que se debe
hacer del presupuesto, en el sentido de que a nuestro modo de ver no
refleja la ambición que España debe tener en Europa, tal y como
expresó el ministro de Asuntos Exteriores la semana pasada, y que
conceptos como los de vanguardia, gran potencia, influencia
internacional, etcétera no están reflejados en este proyecto de
presupuestos, y eso no deja bien la credibilidad de la intervención
del ministro de Asuntos Exteriores. Termino diciendo que quizá
deberíamos pensar menos en administrar nuestra situación en Europa
y más en la construcción europea.




La señora PRESIDENTA: Señorías, antes de dar la palabra al señor
secretario de Estado de Asuntos Europeos para que responda a las
cuestiones que le han sido planteadas, quiero recordarles que a las
12 tendremos un acto de concentración silenciosa a las puertas de
este Congreso como repulsa y condena del salvaje atentado que ayer se
producía en Granada en la persona del fiscal jefe. Nos concentraremos
5 minutos en silencio todos los que hoy estamos trabajando en esta
Casa, institución democrática por antonomasia, para de esta forma
demostrar la firme determinación de seguir trabajando juntos, unidos
todos los demócratas en la lucha contra el terrorismo, todos juntos
contraeste salvaje atentado y para que nunca más se produzcan
atentados. Por tanto, cuando esté interviniendo el señor secretario
de Estado interrumpiremos la sesión, si les parece, bajaremos y a
continuación seguiremos con la sesión.

Tiene la palabra el señor secretario de Estado.




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El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ASUNTOS EUROPEOS (De Miguel y Egea):
Quiero agradecer al diputado Javier García Breva su intervención y
las preguntas que ha planteado, que me parecen muy legítimas. Voy a
tratar de dar la mejor información posible. Quisiera empezar por lo
último, que es la valoración política.

Me parece fundamental, independientemente de las cifras con las que
juguemos, y en un Parlamento donde hay que hacer una valoración
política de la acción del Gobierno, que tengamos claros el concepto
de la valoración política de los temas presupuestarios, que me temo
que en este caso el Gobierno no comparte plenamente con la oposición.

Es evidente que dotar de medios a las ambiciones de la política
exterior de un país es un elemento fundamental porque la acción
exterior no solamente se proclama, sino que se hace, y para hacerla
hay que poner los medios. Pero al mismo tiempo quisiera decir al
diputado García Breva que el Gobierno entiende que la fuerza de
España como país se deriva tanto más de su solidez financiera, de su
prestigio de solvencia en la comunidad internacional, de su rigor en
las cuentas públicas, de la eliminación del déficit, del cumplimiento
estricto de los compromisos en la unión económica y monetaria que de
aumentar aquí y allá unas partidas más para quedar bien. El efecto en
cascada de ir aumentando partida tras partida (porque todas las
partidas son muy importantes y entonces habrá que aumentar las de la
Secretaría de Estado para la Política Exterior y las de otros y otros
y otros) trae una deriva de déficit presupuestario. Con esa deriva de
déficit presupuestario que España sufrió sí que se vio afectada
nuestra imagen exterior, porque España no era ni mucho menos elegible
ni candidato para ser miembro de la unión económica y monetaria en un
período que no voy a recordar.

Gracias al rigor presupuestario que ha aplicado este Gobierno, España
ha alcanzado algo, y yo que estuve en los pasillos cuando se
negociaba en la unión económica y monetaria, que parecía una utopía,
y es llegar a un equilibrio en las cuentas del Estado y al déficit
cero. Ese equilibrio de las cuentas del Estado no se hace más que
sobre la base de sacrificios, y el sacrificio es la restricción del
gasto público y la restricción del gasto público no se puede predicar
y luego no practicar. El resultado, el reflejo de la aplicación de
esa teoría en el presupuesto de la Secretaría de Estado de Asuntos
Europeos es que se ha restringido el gasto público y ha habido un
control riguroso y no tenemos todos los medios que nos gustaría
tener, que a la oposición legítimamente le gustaría que tuviéramos.

Aquí veo en esta Cámara a diputados que han tenido altísimas
responsabilidades en Europa y con ambiciones grandes en Europa y que
a él le gustaría sinceramente que los presupuestos de la Secretaría
de Estado de Asuntos Europeos fueran muy superiores en todos los
conceptos. Yo sé que comparte ese deseo. Yo comparto también ese
deseo con la oposición, pero no es compatible aumentar el gasto
público con mantener el rigor presupuestario. El Gobierno ha tenido
que hacer un equilibrio, y de ese equilibrio sale un resultado que
puede llevar a la desilusión, que yo comparto, de que a lo mejor no
tenemos todos los medios que nos gustaría tener para hacer todas las
cosas que tenemos que hacer.

Quiero decir que la fuerza política, el prestigio y la valoración de
España como país viene más del rigor, de los presupuestos sin déficit
y de la aplicación de un criterio serio para tener una economía
saneada que de la de gastar alegremente para parecer que tienes mucho
cuando luego las cuentas del Estado no te cuadran. Como esto no es un
compartimento estanco, si esto se aplicara a esta Secretaría de
Estado habría que aplicarlo en todos, y la aplicación en todos de
aumentos sin control llevaría a una situación de déficit, que es
precisamente la que este Gobierno ha luchado por eliminar, que ya
logró eliminar y gracias a eso estamos con los grandes en la unión
económica y monetaria. Ahora estamos en el grupo de los buenos, de
los grandes, porque no todos los grandes que están en la unión
económica y monetaria pueden exhibir déficit cero como lo exhibimos
nosotros. Creo que eso le da más prestigio a la política del Gobierno
que tener unos pocos millones más para hacer acción exterior o lo que
usted me mencionaba. Soy el primero en lamentar que únicamente haya 6
millones en la partida 488 para instituciones y para promoción de
asuntos de la Unión Europea. Pienso que promuevo mucho mejor la Unión
Europea mediante el cumplimiento de los criterios de convergencia que
financiando conferencias para decir lo buenos que somos y luego no
somos capaces de cumplir los déficit.

Esta es la primera valoración que yo quiero hacer, y la hago
francamente con afecto. A usted no le conozco tanto, pero a Manuel
Marín, que ha sido mi jefe durante muchos años y a quien debo mucho,
le conozco bien, y cuando me dice que se encuentra decepcionado por
el presupuesto de esta Secretaría, yo sé que él sabe de lo que habla
porque, entre otras cosas, ha estado sentado en el sitio donde estoy
yo durante mucho tiempo. Por lo tanto, desde la consideración a esas
observaciones y desde el afecto, digo que la valoración política hay
que hacerla por el lado grande y no por el lado pequeño, y de todos
estos temas vamos a hablar.

Respecto a la presidencia española, que usted ha mencionado, señor
García Breva, debo decirle que es una consideración que,
naturalmente, esta Secretaría ha tenido en cuenta. Como usted conoce,
por un decreto del pasado mes de julio se montó en Presidencia del
Gobierno un organismo idéntico al que se montó en la presidencia
española del año 1995. Tan idéntico, que prácticamente se ha copiado
el decreto. Lo único que ha variado han sido los cargos cuyas
denominaciones han cambiado, pero se ha repetido el esquema del
consejo asesor, de la unidad de apoyo, de la responsabilidad



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de la Secretaría General de la Presidencia, del director coordinador,
porque este Gobierno ha dicho: para qué innovar; si en 1995 funcionó
bien, ¿por qué no va a funcionar bien ahora? Por ello, se ha hecho lo
mismo. Y aquí se ha hecho exactamente lo mismo que se hizo en 1995:
no incrementar el presupuesto de la Secretaría de Estado para la
presidencia, sino dotar a esa unidad de un presupuesto autónomo que,
desde Presidencia del Gobierno, pueda ir dirigido no solamente a las
actividades genéricas de las que es responsable la Presidencia del
Gobierno, como, por ejemplo, la organización de consejos europeos,
sino también para ir apoyando las necesidades presupuestarias de cada
uno de los departamentos ministeriales que tienen que ver con la
presidencia. Las necesidades de 2001 van a ser grandes por el hecho
de que, como la presidencia española empieza el 1 de enero de 2002,
ya en los últimos meses de 2001 va a haber que gastar mucho dinero.

Por ello hemos remitido, como el resto de los ministerios, el
presupuesto a Presidencia. Presidencia y esa unidad tienen un
presupuesto aparte, y por lo tanto en la cuestión de la presidencia,
por lo que a nosotros respecta, estaremos dependientes de esa unidad,
que ya sabe nuestras necesidades, que tiene nuestro presupuesto y que
nos hará las transferencias necesarias para que podamos, por ejemplo,
reforzar desde medios materiales, como poner ordenadores, hasta
medios de personal, a medida que los vayamos necesitando en el tiempo
de la presidencia.




La señora PRESIDENTA: Perdone, señor secretario de Estado. Si les
parece, vamos a interrumpir la sesión, que reanudaremos
inmediatamente después de terminar la concentración. Se suspende la
sesión.




Se reanuda la sesión.




La señora PRESIDENTA: Reanudamos la sesión, y tiene la palabra el
señor secretario de Estado de Asuntos Europeos.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ASUNTOS EUROPEOS (De Miguel y Egea):
El señor García Breva mencionaba con mucho sentido la necesidad de
incrementar nuestra presencia en el período de la Presidencia
española -el tiempo hábil es el año 2001-, en el reforzamiento de
nuestras embajadas ante los 14 socios de la Unión, pero creo que no
hay que olvidar los países candidatos a la adhesión, que cada vez
están jugando un papel más importante, y naturalmente nuestra
representación en Bruselas.

Respecto a la representación en Bruselas diré que en este momento se
está gestionando la adquisición de un edificio contiguo a la sede de
la representación permanente de España ante la Unión Europea. Como el
señor García Breva recuerda, justo en el momento de nuestra adhesión
y todavía bajo el mandato del entonces secretario de Estado, Manuel
Marín, se compró un terreno
en Bruselas donde se construyó un edificio para la representación
permanente. Ese edificio, que alberga la representación permanente y
el Consulado general de España, ya está al límite de su capacidad, no
solamente porque han aumentado mucho los efectivos sino por el hecho
de que hay un nuevo comité de representantes permanentes creado por
el Tratado de Amsterdam, que es el Cops (Comité de Política y
Seguridad), que es un tercer embajador. Antes existía el embajador
representante permanente, el embajador representante permanente
adjunto que se ocupaba del Coreper I, el embajador que se ocupaba del
Coreper II, y ahora hay un tercer Coreper, que es el Cops. Este
último será el producto de la fusión de la misión ante la UEO, que
está en oficina separada en Bruselas. También hay puestos de nueva
creación para atender a ese comité político de seguridad, que como
ustedes conocen está en proceso de constitución; va a ser como una
especie de comité político permanente que se va a reunir en Bruselas
y que normalmente va a estar presidido por el alto representante para
la política exterior, el vulgarmente llamado mister Pesc. Por tanto,
es necesario integrar todos esos servicios que vienen de la UEO, así
como los que son de nueva creación y que van a tener incluso
representantes militares y otros en el ámbito de la representación
permanente, y al mismo tiempo dar cabida a una serie de consejeros
que se han venido desarrollando en distintos ámbitos. Por ejemplo,
hace años, el ámbito de justicia interior era un ámbito que
prácticamente no existía en la construcción comunitaria y hoy día es
uno de los más activos. Antes, prácticamente, no había personas en la
representación que se ocuparan de los temas de inmigración, libre
circulación de personas, cooperación policial y cooperación judicial
y hoy día tiene que haber un plantel de los ministerios de Interior y
Justicia que tienen que buscar un ámbito. Hemos tenido la enorme
fortuna y oportunidad de que el edificio contiguo, justo al lado,
esté en venta y que ambos se puedan unir, se pueda hacer un
«compact», como se dice en inglés, con servicios de seguridad
conjuntos y estamos en esa tarea de reforzar la representación de
España, ubicándola en un nuevo edificio que se integrará en el
anterior porque ambos se pueden comunicar y quedar como una sola
unidad.

Con relación a las embajadas de España en los 14 países de la Unión
no hay excesivos cambios que hacer porque están todas conectadas
punto a punto por el sistema informático con Madrid y cuentan con
todos los medios personales y materiales necesarios, aunque,
naturalmente, habrá que reforzarlas con medios suplementarios durante
la Presidencia, pero no hay ninguna necesidad de instalaciones
nuevas. Sí se planteará un problema al reforzar algunas de las
embajadas en los países candidatos, que por ser de nueva creación
tienen todavía carácter bipersonal, como es el caso de Eslovenia y la
República de Eslovaquia. Otra gran asignatura pendiente que tiene que
afrontar el Gobierno será la



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creación de embajadas en todos los países candidatos. En este momento
hay cinco países candidatos que no tienen embajada de España, que son
los tres bálticos, Estonia, Letonia y Lituania, Malta y Chipre, a
pesar de que en Chipre se ha abierto este año una antena, es decir
una oficina permanente con funcionarios, que aunque dependen
orgánicamente del Líbano, como dependía siempre porque Chipre
dependía de Beirut, tienen ya autonomía propia y están trabajando
directamente, lo que supone el paso previo a la apertura plena de la
embajada. En los presupuestos del año 2001 no están reflejadas las
partidas presupuestarias para abrir esas embajadas, pero naturalmente
si se abren, como creo y deseo, tendrá que ser con créditos
extraordinarios. La única partida que hay para la apertura de una
embajada en Europa es la embajada de Tirana, en Albania, que aunque
no es un país candidato a la adhesión es un país balcánico en el que
España no tiene representación. Hay otro país donde España no tiene
representación, que es en la República de Macedonia, que depende de
Bulgaria, pero en el resto de los Balcanes España gracias a la
apertura de la embajada en Sarajevo hace dos años ya tiene cubierto
Eslovenia, que se abrió en la pasada legislatura; Bosnia-Herzegovina,
que también se abrió en la pasada legislatura; Croacia y Yugoslavia.

En estos presupuestos ya existe una partida presupuestaria para abrir
una embajada en Albania, que era un compromiso que teníamos desde
hace tiempo y que materializó el presidente del Gobierno español en
su última estancia allí.

Esto es lo que le puedo informar sobre el reforzamiento de las
condiciones materiales en estos países. Muy sinceramente comparto la
opinión aquí expresada de que es muy importante que de cara a la
Presidencia el Gobierno ponga los medios materiales para asegurar una
mínima presencia y una efectividad de las embajadas en Europa puesto
que las embajadas en Europa van a tener un protagonismo particular
durante la etapa de la Presidencia.

La Secretaría de Estado de Asuntos Europeos, como centro gestor del
programa de acción diplomática ante la Unión Europea, que engloba los
créditos de la representación permanente ante la Unión Europea,
cuenta con un presupuesto de gastos de 671.000 millones de pesetas,
que respecto al presupuesto del año 2000 ha disminuido, antes era de
683.000; hay una disminución de 11.605 millones de pesetas. La
explicación de esta disminución está en el esfuerzo que se hizo para
racionalizar el gasto, fundamentalmente inmobiliario.

Todos conocen que la Secretaría de Estado, que empezó llamándose
Secretaría de Estado de las Comunidades Europeas, que en la anterior
legislatura pasó a denominarse Secretaría de Estado de Política
Exterior y Unión Europea y que ahora se denomina de Asuntos Europeos,
en su origen estaba establecida en un edificio del patrimonio
sindical, el denominado Palacio de la Trinidad, edificio que fue
válido en un principio,
pero después, cuando entramos en la última etapa de negociación fue
necesario ampliar oficinas fuera de su entorno, lo que supuso que al
final tuviese alquilados unos volúmenes de metros cuadrados de
oficinas fuera del Palacio de la Trinidad, en la calle de María de
Molina, que suponían un gasto muy importante. Para paliar este
problema, así como la dispersión de las 14 oficinas que tenía el
Ministerio de Asuntos Exteriores fuera de su sede principal, el
Palacio de Santa Cruz, se hizo la operación de paso del edificio de
la SEPI al Patrimonio del Estado y su cesión al Ministerio de Asuntos
Exteriores. Con esto, el Ministerio en general y la Secretaría de
Estado de Asuntos Europeos en particular, han podido enjugar unos
gastos fijos de alquileres y de gastos inmobiliarios que antes
figuraban en los presupuestos y que ahora no tienen por qué figurar
porque se ha concentrado toda la Secretaría de Estado de Asuntos
Europeos, más las otras Secretarías de Estado, dentro de lo que es el
edificio de la Plaza de Salamanca. Por tanto, se han reducido los
créditos correspondientes.

Respecto a otra pregunta que me había planteado relativa al capítulo
4 de transferencias corrientes, concepto 488, transferencias
corrientes a familias e instituciones sin fines de lucro para
actividades de promoción de asuntos de la Unión Europea, es una
partida para celebración de seminarios, jornadas y actos en general
sobre temas relacionados con la Unión Europea. Tiene una dotación
casi simbólica porque con seis millones de pesetas es evidente que
muchas cosas no se pueden hacer.

En primer lugar, quisiera señalar que entendemos que muchas de las
promociones de los temas de la Unión Europea se van a poder hacer por
el presupuesto dedicado a la Presidencia. Dentro de ese presupuesto
de la Presidencia hay una partida para poder hacer estas tareas de
promoción. Al mismo tiempo hay un proyecto, en el que están
conjuntamente el Ministerio de Asuntos Exteriores, el Ministerio de
Economía por la Secretaría de Estado de Comercio y el Ministerio de
Defensa, de habilitar un fondo para crear un instituto de relaciones
internacionales. Hay un fondo de 50 millones anuales que todavía no
han sido utilizados porque aún no ha tomado cuerpo. La idea es que
todas las tareas de promoción se hagan a través de ese instituto,
donde se quiere englobar no solamente toda la acción de promoción,
seminarios, jornadas y conferencias, sobre todo lo que respecta a la
política exterior, ya sean temas de defensa, comerciales o de Unión
Europea, y al mismo tiempo aprovechar los inputs de una serie de
organismos especializados que han venido trabajando sobre este campo
en el pasado. Yo creo que ustedes recordarán el CERI, el Centro
español de relaciones internacionales, otra institución llamada el
Incipe, el Instituto de Estudios Europeos, etcétera. Lo que se trata
es de montar una base financiera suficiente para hacer un programa
importante, tratar de unir a esa institución todas las ya existentes
en los ámbitos universitarios



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o empresariales que tengan programas que hacer e ideas que realizar y
crear una fuente de financiación para poder hacer todas estas cosas
de promoción dentro de una corriente general que no sea el
particularismo de tener unos fondos y dar un dinero a un seminario y
otro dinero a otro, dado que hemos visto que muchas veces la eficacia
se pierde. Yo estaría más feliz con una dotación mucho más
importante. Se me pueden ocurrir muchas acciones de promoción de
temas europeos, particularmente en un momento que hay un gran debate
en la calle sobre la Conferencia Intergubernamental, sobre la Unión
Económica y Monetaria, sobre la política de seguridad y defensa y
sería muy importante tener una dotación presupuestaria; pero se
consideró que era mejor concentrar esfuerzos y que las dotaciones
presupuestarias para los temas específicos de la Unión Europea se
concentraran en Presidencia.

Con referencia a los recursos propios y todas las preguntas que me ha
planteado sobre los flujos financieros, me parece interesante señalar
que en esta relación financiera de España con el presupuesto
comunitario y con el FED, los Presupuestos Generales del Estado
recogen tanto las transferencias al presupuesto general de las
comunidades europeas en concepto de recursos propios como la
contribución al Fondo Europeo de Desarrollo, que como sabe está fuera
del presupuesto comunitario. El importe total de estos créditos
inscritos en la sección 34 se eleva a un billón 233.644 millones de
pesetas, con un incremento del 8,9 por ciento respecto al presupuesto
de base inicial para el año 2000. Corresponde un billón 211.144
millones a la aportación al presupuesto general de las comunidades
europeas, lo que significa un incremento del 8,85 por ciento,
y 22.500 millones a la aportación al Fondo Europeo de Desarrollo, que
se incrementa el 9,6 por ciento respecto a la previsión inicial del
año anterior.

La verdad es que los distintos componentes de los recursos propios,
como ha dicho el señor García Breva, presentan una evolución desigual
al compararlos con el ejercicio anterior. Así el recurso IVAaumenta
el 6,9 por ciento como consecuencia del aumento del consumo privado
en España y el recurso PNB aumenta el 9,23, en línea con el aumento
del producto nacional bruto español dentro del contexto general del
presupuesto comunitario y la evolución del gasto comunitario y la
evolución económica de España y también los recursos propios
tradicionales, que son fundamentalmente los que se obtienen vía
percepción de aranceles aumentan el 13,52 por ciento. Estos derechos
de aduana están muy condicionados por la marcha de las importaciones.

Todo el mundo sabe que el crecimiento de las importaciones en España,
en los últimos años, y particularmente en el último, ha sido muy
importante y por tanto hemos hecho una aportación proporcional a ese
aumento al sistema de recursos propios.

Nuestra contribución al FED se sitúa en 22.500 millones de pesetas y
tiene un incremento del 9,6 por
ciento respecto al presupuesto del año 2000, como consecuencia de la
previsión de la Comisión con relación al noveno FED, presentada en
julio al Consejo. Me parece que es útil recordar, aunque todo el
mundo lo sabe, que el porcentaje de la contribución española al Fondo
Europeo de Desarrollo no se corresponde con el porcentaje que tenemos
en el presupuesto comunitario -es inferior- y después de las
negociaciones de este nuevo acuerdo, que concluyeron en febrero de
este año, que se firmó en Cotonou y por tanto ya no podemos hablar de
acuerdo Lomé, España logró que el porcentaje de nuestra aportación al
FED resultara invariable. La verdad es que podría hacerse alguna
valoración negativa en el sentido de que España no ha querido
aumentar sus fondos al FED, pero la realidad es que nuestra
aportación al FED respecto al peso específico que tenemos en la zona
y con relación al nivel de retornos que hemos tenido del Fondo
Europeo de Desarrollo y que el diputado Marín conoce perfectamente,
es suficientemente generosa. Por tanto, nos hemos resistido a una
corriente en la que los grandes países del FED y los beneficiarios
del FED querían disminuir su porcentaje y hacer que nosotros
aumentáramos el nuestro, pero lo hemos mantenido.

Respecto a las transferencias del presupuesto comunitario -y está
reflejado en los presupuestos-, en el año 2001 hay pagos comunitarios
por un importe global de dos billones 786.639 millones de pesetas,
que representa un aumento del 38 por ciento respecto a la previsión
de caja del año 2000.

No me parece necesario entrar, porque creo que los diputados lo
conocen, en cuáles son las transferencias del Feoga-garantía, de los
gastos estructurales y del Fondo de cohesión, pero sí mencionaré que
el saldo positivo al final, entre nuestras aportaciones y lo que
recibimos a título de los capítulos que ya he mencionado, Feoga-
garantía, Feoga-orientación, fondos estructurales, Fondo de cohesión,
es de un billón 552.895 millones de pesetas. Si se compara esto con
el saldo financiero del año 2000, que se estima en términos de caja
de 925.940 millones de pesetas, se comprueba un importante
incremento, que es casi del 68 por ciento, debido fundamentalmente a
la reducida previsión de caja para el año 2000 en concepto de fondos
estructurales. Al tratarse del primer año del nuevo período de
programación, después de las perspectivas financieras, que como
recordarán se aprobaron en marzo del año 2000, y por ello no hubo
margen para hacer una programación y un gasto uniformes a partir del
1 de enero del año 2000, no estaban aprobados, los programas no
estaban aprobados los marcos comunitarios de apoyo, ni siquiera
estaban aprobados los reglamentos -tardamos mucho tiempo en hacer
aprobar todos los reglamentos de aplicación de las decisiones de
Berlín-, y el gasto en fondos estructurales no ha empezado a tomar
velocidad de crucero hasta finales del año 2000. En el año 2001, se
incrementan muy particularmente porque todo aquello



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que no había podido ser programado y los planes comunitarios de apoyo
que no habían sido aprobados van aumentando y se transfieren al año
2001, lo que produce ese incremento que S. S. ha mencionado. Lo mismo
ha pasado respecto a los fondos de cohesión. Siempre pasa. Quisiera
recordar que, cuando se registró el primer gran aumento, histórico
aumento, de los fondos estructurales y de los capítulos de cohesión
económica y social como consecuencia del éxito de la cumbre de
Edimburgo en el año 1992, a pesar de que había gran volumen de fondos
disponibles, la velocidad de crucero de los fondos de cohesión y de
los estructurales no se consiguió hasta finales de 1994, principios
de 1995. Yo diría que 1995 es el primer año en el que de verdad
empiezan a cuadrar las cifras de todo lo que había sido programado en
diciembre de 1992. ¿Por qué? Porque se necesitó prácticamente todo el
año 1993 para poner en reglamentos comunitarios todo lo dispuesto en
Edimburgo; en 1994 se empezaron a programar las cosas, a final de
1994 empezó a entrar flujo de dinero y, en 1995, aquello ya estaba en
velocidad de crucero. Aunque nos parezca que Berlín fue muy duro, el
cambio verdaderamente dramático tuvo lugar en 1992, cuando se cambió
totalmente el concepto de la cohesión económica y social, pero en
este caso, por suerte, ya teníamos el rodaje de aquella primera etapa
y hemos podido avanzar un poquitín más rápido, lo que nos ha
permitido entrar en velocidad de crucero en este caso un poco antes
que en Edimburgo. La realidad es que el año 2001 se ve incrementado
por todo aquello que no se pudo gastar en el año 2000.

Por lo que se refiere a otro tema que había suscitado, todo hace
pensar, y así lo ha anunciado en la Comisión Europea y el propio
Consejo, que va a haber unos criterios más rígidos para la
reprogramación y tendremos que tener mucho cuidado para que no se
descuelguen cosas de un año para otro, porque podemos correr el
riesgo de que no haya posibilidad de reprogramarlas, por lo que hay
que estar muy atentos. Apesar de que no es mi obligación, porque la
secretaría de Estado de Presupuestos y Gastos es la responsable de
hacer toda la programación de los fondos estructurales y del Fondo de
Cohesión con las comunidades autónomas y con los agentes sociales,
nosotros les hemos recordado también esta misma idea que usted ha
mencionado, aunque creo que ellos la conocen muy bien. Es evidente
que, a partir de ahora y precisamente porque los fondos estructurales
y la cohesión económica y social en general están más en cuestión que
lo estaban, tenemos que ser particularmente cuidadosos.

España tiene una imagen de marca, acreditada a lo largo de muchos
años, de gastar bien y de presentar proyectos reales que se aprueban
y que se ejecutan. Nosotros no tenemos problemas con los créditos de
compromiso y los créditos de pago. La verdad es que los programas en
España se ejecutan bien. Tenemos una buena tradición de ejecutar
bien. No estoy diciendo
que este Gobierno ejecuta bien. Digo que el sistema español está
ejecutando bien desde antes, y el mérito también se debe a los que,
desde el año 1986, empezaron a establecer un rigor dentro de la
Administración para el gasto de los fondos comunitarios. Creo que eso
es algo que está ya perfectamente establecido en la Administración y
ahora tenemos que estar particularmente atentos porque algunas cosas
que se permitían antes no se van a permitir ahora. Nuestro reto es
recuperar todo lo que habíamos perdido en el año 2000 por el retraso
en la aprobación de los reglamentos y los marcos comunitarios de
apoyo; por eso aparece el año 2001 desproporcionadamente aumentado
respecto al año 2000. Una vez que entremos en velocidad de crucero,
en los próximos años hay que hacer una programación muy rigurosa, de
manera que los créditos de compromiso y los créditos de pago
coincidan y se ejecuten todos los programas de aquí al final de estas
perspectivas financieras. Como las próximas perspectivas serán
todavía más duras de negociar que las de Berlín, creo que el Gobierno
y la sociedad tienen el reto de procurar cumplir, en la medida de lo
posible, el objetivo que tienen esos fondos de cohesión y los fondos
estructurales, reducir el diferencial de renta entre las zonas más
pobres y desfavorecidas de la Unión y las más favorecidas. Nuestro
objetivo es procurar que el mayor número de comunidades autónomas
pueda salir de los umbrales del Objetivo 1 y, aunque es un objetivo
muy difícil de alcanzar, sería deseable que, al final de este período
España pudiera tener la satisfacción de estar por encima del 90 por
ciento de la renta comunitaria, por lo que el Fondo de Cohesión no
sería aplicable. Yo sé que éste es un objetivo extraordinariamente
ambicioso pero, por muy ambicioso que sea, el Gobierno no quiere
renunciar a él porque la idea de este Gobierno, que otros gobiernos
han compartido también, no es perpetuarse recibiendo fondos de
cohesión económica y social, sino utilizarlos precisamente para
salvar esa distancia que nos separa de las medias comunitarias
y entrar en un ciclo en el que España, por qué no -yo lo espero y lo
deseo-, pueda convertirse en contribuyente neto de la Unión Europea.

Seguramente me he dejado alguna cosa en el tintero, por lo que le
pido perdón. Si hay alguna cosa que no le haya contestado, con mucho
gusto lo haré si tiene la amabilidad de recordármelo.




La señora PRESIDENTA: Señor García Breva.




El señor GARCÍA BEVA: La verdad es que me ha sorprendido el inicio de
su intervención porque parecía estar en la Comisión de Presupuestos y
no en la de Asuntos Exteriores.

Respecto a la Presidencia, no es que no me haya respondido, es que
hay otra cosa más grave. Ayer, precisamente en la Comisión de
Presupuestos, el PartidoPopular pidió que no comparecieran los altos
cargos de



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la Presidencia del Gobierno, con lo cual, si no se remedia, nos vamos
a quedar sin la información que habíamos solicitado sobre la
preparación de la Presidencia española. Quería dejar constancia de
ese apunte.

Quisiera señalar varias contradicciones -permítamelo, con la mayor
confianza y amabilidad- en su discurso. Al principio de mi
intervención he hablado de la comparecencia del Ministro de Asuntos
Exteriores en la Comisión Mixta de la Unión Europea la semana pasada.

En la Comisión de Exteriores también se ha hablado de un plan
estratégico de grandes objetivos y de líneas de actuación que en la
Comisión Mixta de la Unión Europea creo que son positivas, muy
ambiciosas y acordes con lo que todos deseamos que España represente
en la Unión Europea. Hay una contradicción flagrante entre el
discurso y los medios, porque si me dice que no hay medios, que el
gran éxito es el presupuesto equilibrado y el déficit cero, ese
discurso entra en crisis y -lo que yo diría que es peor- falto de
credibilidad para quien lo escucha, pues si a esa pomposidad en los
proyectos de política exterior y de política europea se dedican unos
medios que no se corresponden con el discurso, hay una contradicción
flagrante.

No creo que puedan hacer con cierta tranquilidad el discurso del
déficit cero en la Unión Europea, porque no sé que van a decir los
alemanes, por ejemplo, cuando escuchen las palabras que acaba de
decir el secretario de Estado, y en España tampoco. No quiero
extenderme porque esta Comisión no debe tratar estos temas, pero no
se debe alardear del déficit cero cuando hay otros déficit reales muy
importantes que están expresados en el presupuesto; por ejemplo, el
presupuesto de sanidad seguramente crece lo mismo que su Secretaría
de Estado y el de vivienda muchísimo menos. Es decir, hablar de
déficit cero como medida de prestigio me parece contradictorio.

Finalmente, en cuanto a una última contradicción, sabe que la unión
económica y monetaria no se hizo en el año 1996, que ha tenido varias
fases. Se inició con bastante anterioridad y el prestigio de España
en la Unión Europea no es algo que haya surgido con la entrada en el
euro o en la unión monetaria, sino que viene de mucho antes. Usted lo
ha dicho y espero que no le ocasione ningún problema. Ha hablado del
éxito de Edimburgo y no quería incidir mucho en mi intervención
anterior para no entrar en discusiones que seguramente no vienen al
caso, pero le agradezco que haya hablado de ello, porque era el éxito
del pedigüeño del que ustedes hablaron tanto en aquel momento. Ha
dicho que está en cuestión hoy ese criterio de cohesión. Ese fue el
gran éxito de Edimburgo que venía avalado por el prestigio de España
y de los gobernantes en aquel momento en su gestión en la Unión
Europea. Lo que ha dicho con respecto a los fondos estructurales me
parece correcto. Es un tema demasiado técnico, pero espero que ese
buen nivel de ejecución se mantenga. Así como el año pasado los datos
que dieron ustedes en
esta comparecencia no se corresponden con los que presentan ahora, y
en ese sentido el presupuesto del 2000 estaba mal hecho, espero que
el año que viene ese engranaje funcione con mayor exactitud.




La señora PRESIDENTA: Señor secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ASUNTOS EUROPEOS (De Miguel y Egea):
No deseo entrar en una polémica, pero sobre la contradicción
flagrante entre las ambiciones y los medios, lo veremos por los
resultados. Deseo que volvamos al año que viene a esta Cámara. Quizá
me diga: usted ha fracasado en su política exterior y ya se lo dije
yo porque no tenía medios. Le garantizo que la política exterior de
España estará al nivel que tiene que estar con los medios que
tenemos. Lo haremos con más modestia, con más esfuerzo personal, pero
le digo que la dedicación y la determinación que tiene el Gobierno y
los que le servimos por realizar nuestras ambiciones en política
exterior no están totalmente condicionadas por los medios a nuestro
alcance. Hay otras muchas cosas que se pueden hacer con menos medios.

Respecto al déficit cero, sé que es un argumento de Comisión de
Presupuestos, pero le diré también que es un argumento de política
exterior y lo vivo en los países de la Unión Europea. La unión
económica y monetaria es fundamentalmente una cooperación reforzada,
ahora que todo el mundo habla de ellas. Se acusa al Gobierno de
tibieza en el tema de las cooperaciones reforzadas, lo cual es
absolutamente incierto, puesto que España participa en todas y en
cada una de las cooperaciones reforzadas que se han constituido hasta
ahora. Sin embargo, lo que me interesa subrayar es que España no
solamente no está en el vagón de cola en este asunto, sino que se
encuentra en el convoy de cabeza. Una cosa es estar en la unión
económica y monetaria y otra estar en la unión económica y monetaria
con los parámetros ideales, que es el déficit cero. Lo que el
ministro Waigel y otros nos predicaban hace años y que creían
imposible que ningún país mediterráneo pudiera hacerlo nosotros lo
tenemos; ellos no lo tienen, ni tampoco Francia ni Italia. Estamos en
una cooperación reforzada, en la cabeza. Eso es lo dijeron que era lo
ideal y nosotros estamos en lo ideal. Ése es el prestigio de España
en los pasillos de la Unión Europea y, por tanto, ése es un argumento
de política exterior. Igualmente, estamos a la cabeza en las
cooperaciones reforzadas de justicia e interior y en las
cooperaciones reforzadas en materia de seguridad y defensa. Estamos
en la horquilla máxima del esfuerzo y del compromiso en todas las
cooperaciones reforzadas de la Unión y el máximo nivel de compromiso
con la unión económica y monetaria es muy difícil de alcanzar, porque
supone un gran sacrificio, es el déficit cero. A otros países les
gustaría conseguirlo, pero no han podido sacar las fuerzas necesarias
para hacerlo. Que



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no se reproche a este Gobierno que haya tenido la determinación, la
visión y el buen sentido de llegar a cumplir los criterios de
convergencia hasta el punto de cumplirlos mejor que los que los
inventaron. Que me digan que es un argumento contradictorio y falaz
no lo admito. Además, le diré que ése no es un argumento únicamente
presupuestario, también es político, y como secretario de Estado de
Asuntos Europeos lo puedo utilizar aquí y lo utilizo de hecho fuera,
porque eso le da a España una fuerza y un respeto que está reconocido
en el ámbito de la Unión Europea. Eso es muy importante y me gustaría
que se refleje. Eso no quiere decir que otros países con mayores
déficit no puedan hacer su trabajo, pero la verdad es que a muchos
les gustaría estar donde nosotros estamos y no han sido, capaces de
hacerlo. Por tanto, si nosotros sí lo hemos sido no tenemos por qué
lamentarlo, sino constatar el hecho de que este país, que no es de
los más ricos ni de los más favorecidos de la Unión, gracias al
esfuerzo de todos sus ciudadanos y a una buena dirección del
Gobierno, está en una posición envidiable con respecto a la unión
económica y monetaria, que en este momento es la cooperación
reforzada de más fuerza y prestigio dentro de la Unión Europea.




La señora PRESIDENTA: Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la
palabra el señor Martínez Casañ.




El señor MARTÍNEZ CASAÑ: Quiero agradecer al secretario de Estado su
presencia en esta Comisión, así como la cuenta que ha rendido del
estado de los flujos financieros entre España y la Unión Europea para
el ejercicio del año 2000. Le agradezco sobre todo ese hilo conductor
que le ha dado a su intervención porque en Europa no hay sucesos
aislados, sino que hay una línea muy clara que evoluciona en la
medida en que nuestro país se integra y forma parte cada vez más de
ese grupo de países que deciden los destinos comunitarios.

De lo que ha dicho el secretario de Estado se deduce que nuestras
relaciones financieras previstas para el próximo ejercicio con la
Unión Europea, se rigen, por un lado, por el marco acordado para las
nuevas perspectivas financieras en Berlín, así como por la realidad
de nuestro país y su ponderación en el conjunto de Europa. Tengo que
decir que para mi grupo parlamentario ambos elementos son no sólo
buenos, sino que son favorables para España. En el tema de las
perspectivas financieras de Berlín, en unos momentos de rigor
presupuestario absoluto y de una gran presión por parte de los otros
países miembros de la Unión Europea, nuestro país y nuestro Gobierno
consiguieron no solamente preservar lo logrado en los ejercicios
anteriores, sino también incrementarlo de forma que alcanzara unas
cotas que al principio de la negociación ninguno de los socios
comunitarios preveía que se pudiesen lograr. En segundo lugar, está
el peso de nuestro país en la ponderación en el conjunto de Europa.

De una lectura del presupuesto tengo que hacer los siguientes
comentarios. Respecto al aumento de nuestra contribución directa a
las arcas comunitarias a nuestro grupo parlamentario no le preocupa
en absoluto. Siempre hemos dicho que el objetivo de nuestro Gobierno
era lograr que España vaya consiguiendo cotas de progreso y bienestar
relativo que igualando nuestro país a los grandes de Europa,
permitiera aumentar nuestra contribución a los recursos propios de la
Unión. En este sentido el aumento del recurso IVA en un 6,9 por
ciento es consecuencia del aumento del consumo privado en España, lo
cual es una buena señal, y el aumento del PNB del 9,23 por ciento
vemos que está en línea con el aumento de la importancia del recurso
PNB en el presupuesto comunitario, así son como la evolución
económica de España, y eso también es bueno para nuestro país, que
fue el que a lo largo de los pasados ejercicios y negociaciones
defendió que se diera cada vez más importancia al recurso del PNB,
que era el que demostraba con mayor claridad la riqueza relativa de
los países, para ir disminuyendo paulatinamente la contribución del
recurso IVA, que en realidad era importante, pero que no reflejaba
con claridad la riqueza relativa de los países. Por tanto, estamos
satisfechos. Creemos que si el Gobierno puede consolidar -de lo cual
estoy seguro- el déficit cero, la reducción progresiva del desempleo
y la riqueza relativa de nuestro país, el próximo año nuestra
contribución directa será probablemente superior, estará en línea con
nuestros proyectos y nos congratularemos de que así sea.

El ministro de Asuntos Exteriores, señor Piqué, ya nos comunicó la
semana pasada en la reunión que tuvo la Comisión Mixta para la Unión
Europea la buena noticia del rechazo por unanimidad del Consejo a la
propuesta de la Comisión de revisión de los presupuestos financieros
para el período 2000-2006. Digo que esto es una buena noticia, señora
presidenta, porque la revisión hubiera supuesto no solamente recortes
en los programas de cooperación para América Latina y MEDA, de
especial importancia para el Mediterráneo y, por tanto, para España,
sino que también hubiera abierto la puerta a una reducción
sistemática de la rúbrica destinada a la financiación de la PAC, de
especial importancia para nuestro país. Esto no fue así. No solamente
no ha habido una reestructuración de la categoría agrícola, de la
categoría 1, sino que ha aumentado ésta sustancialmente en un 6,3 por
ciento, tanto en pagos como en compromisos respecto al año 2000, lo
cual va a permitir, dicho sea de paso, un tratamiento integral del
mundo rural y del desarrollo sostenible más allá de la simple
financiación de las políticas agrícola comunes, lo que también es de
una gran importancia para nuestro país. Vemos que para el sector de
frutas y hortalizas van a ser respetadas las dotaciones previstas
y que el Consejo asimismo ha mostrado su disponibilidad a un
tratamiento específico del capítulo de la pesca.




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Respecto a las acciones estructurales, contemplamos también con
satisfacción cómo por primera vez el Consejo ha elevado los créditos
de pago del Fondo de Cohesión en 360 millones de euros, lo cual
supone para España un retorno del 62 por ciento frente al 55 por
ciento de las pasadas perspectivas financieras 1994- 2000, en
concreto 11.160 millones de euros. En todo caso, celebramos el
carácter privilegiado que se le concede a este tipo de gasto y su
consideración como objetivo de gasto, no como techo, y el respeto
absoluto a los acuerdos de Berlín, como he dicho antes, por cuanto el
Consejo ha aprobado la totalidad de los 32.720 millones de euros en
créditos de compromiso.

Señor secretario de Estado, vemos también con satisfacción cómo en el
capítulo 7 ha habido un incremento del casi 11 por ciento para
financiar los gastos de preadhesión de los países de la ampliación.

Hubiésemos querido que esta dotación fuera más importante, pero en un
presupuesto de rigor y de disciplina creemos que incluso este
incremento del 11 por ciento puede contribuir a preparar a los países
de la ampliación a que lo hagan de forma escalonada y no traumática.

No quiero acabar mi intervención sin expresar la preocupación no
solamente de mi grupo parlamentario sino que supongo que del resto de
la Cámara por el tema de los Balcanes, en este momento mucho más,
tras la buena noticia de la caída del dictador serbio y de la
apertura en este país del proceso de democratización y, por tanto, de
su acercamiento a la Unión Europea. Creo que la Unión Europea y todos
sus países miembros deberán idear en los próximos meses formulas
adecuadas para ayudar a Serbia y a la República Federal de Yugoslavia
a que poco a poco vayan acercándose a Europa e incorporándose a los
sistemas de integración europea.

La exposición del secretario de Estado probablemente tengamos que
verla con el condicionamiento de una cierta provisionalidad. El
presupuesto no está cerrado, quedan todavía trámites pendientes tanto
en la Comisión de Presupuestos del Parlamento Europeo como en el
Consejo de Presupuestos del mes de noviembre, como la aprobación
final en el mes de diciembre por parte del presidente del Parlamento
Europeo y, por tanto, si bien el estado actual del presupuesto en el
día de hoy es favorable y beneficioso para España como no lo había
sido quizá en otras épocas de la negociación, esto nos lleva a
meditar sobre la conveniencia -y es un llamamiento que hago a los
demás grupos parlamentarios- de que sepamos colaborar todas las
fuerzas políticas españolas en el Parlamento Europeo en estas últimas
fases del tramite presupuestario para que cuando se cierre en el mes
de diciembre continúe siendo, como lo es a fecha de hoy, un
presupuesto justo, equilibrado y favorable para los intereses de
España. Quiero agradecer de nuevo al secretario de Estado su
comparecencia y le agradezco a usted, señora presidenta, el uso de la
palabra.




La señora PRESIDENTA: El señor secretario de Estado tiene la palabra
para concluir este debate.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ASUNTOS EUROPEOS (De Miguel y Egea):
Simplementequería hacer una breve alusión al tema al que se ha
referido el señor Martínez Casañ en último lugar, que es el de los
Balcanes, y al posible efecto de la transición democrática en Serbia
en el presupuesto del 2001 y desde luego en el de los años sucesivos.

Yo estuve ayer en un Consejo de Asuntos Generales en Luxemburgo y es
evidente que todos percibimos que la presión política es fuerte, como
no puede ser de otra manera, para atender a la reconstrucción de
Serbia. El Pacto de Estabilidad, las instituciones financieras
internacionales y los principales países donantes se están preparando
ya para el esfuerzo masivo que se avecina para reconstruir todo el
país, que quedó, como todo el mundo sabe, bastante dañado por la
intervención militar y bastante afectado por el régimen despótico de
Milosevic. También se tomó la decisión en este Consejo de Asuntos
Generales de que el programa especial de la Comisión, llamado Cards,
para los Balcanes se aprobará el día 20 de noviembre, en el próximo
Consejo de Asuntos Generales, y ahí habrá que hacer un arbitraje
difícil entre el dinero dentro de la rúbrica 4, que va a este
programa Cards y al programa Meda. Debo decir que la situación ayer
era bastante descorazonadora por lo que se refiere a España, puesto
que había un grupo importante de países que quería disminuir los
fondos MEDA en beneficio de Cards de una manera que consideramos
absolutamente inapropiada. Por esta razón no hubo acuerdo ayer en el
almuerzo de ministros sobre los fondos MEDA; no estábamos dispuestos,
nosotros y otros países, a aceptar las cifras que se proponían para
MEDA.

Por otra parte, tenemos que recordar que la Comisión, atendiendo a
las peticiones del Parlamento, presentó el pasado abril una propuesta
de revisión de las perspectivas financieras y un plan de asistencia a
los Balcanes que preveía, entre otras cuestiones, una cantidad de
algo así como 2.260 millones de euros para Serbia si se daban una
serie de condiciones. Como ya he señalado, el Consejo no consideró,
en julio, que se daban estas circunstancias y rechazó la propuesta de
revisión rebajando las cantidades dedicadas a los Balcanes.

La situación es la que es y el procedimiento presupuestario no ha
concluido, por lo que estoy convencido de que, en el próximo Pleno
del Parlamento Europeo, del 23 al 27 de octubre, el drástico cambio
de la situación en Serbia puede introducir una nueva modificación de
las perspectivas financieras o del reparto de los fondos dentro de la
rúbrica 4. Todo esto tiene lugar en un contexto muy político puesto
que el presidente Kostunica ha sido invitado al Consejo Europeo
informal de Biarritz, donde podrían tomarse decisiones que puedan
influir luego en todo el procedimiento presupuestario.




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No hace falta avanzar más en este asunto porque no tenemos más datos,
pero conviene recordar, al hilo de la intervención del señor Martínez
Casañ, que los acontecimientos en Serbia y su incidencia en el
presupuesto serán dignos de ser seguidos y yo, desde luego, me
comprometo a seguir informando puntualmente a la Cámara sobre este
debate. El debate no es baladí, no solamente porque los Balcanes son
importantes, sino también porque un nuevo arreglo dentro de la
rúbrica 4 puede afectar a áreas de la política exterior de la Unión
Europea, a las que hemos dedicado y seguimos dedicando mucha atención
y en las que España hizo un esfuerzo muy particular para que se
aumentara la dotación presupuestaria, que pueden verse afectadas. De
hecho, hay algunos países que hablan de que lo que hay que hacer es
reducir el ALA -Asia y América Latina- y el MEDA para hacer un
esfuerzo adicional en los Balcanes.

Es un tema altamente político, importante para nuestra posición y
para nuestras ideas sobre la política exterior de la Unión, y tendré
mucho gusto en informar a esta Comisión tan pronto como sea
requerido.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor secretario de Estado por
su comparecencia esta mañana, por sus extensas explicaciones y por
este avance de última hora sobre el último Consejo de Asuntos
Generales que ha incorporado a su exposición.

Quiero agradecerle especialmente su disposición y voluntad de
comparecer para tenernos al día sobre las perspectivas financieras y
sobre la situación de nuevos repartos.

Como muy bien decía usted, es importante en este momento la situación
de los Balcanes. Aunque ayer no se llegó a un acuerdo precisamente
porque algunos miembros, entre ellos España, discutieron la
importancia que tienen los fondos MEDA 2 para países como el nuestro
en el Mediterráneo, agradecemos esta primicia informativa que ha
incorporado a su comparecencia y, a buen seguro, le convocaremos o
vendrá a petición propia para informarnos sobre este asunto tan
importante para España.

Gracias, señor secretario de Estado. (El señor Marín González pide la
palabra.)



La señora PRESIDENTA: Señor Marín.




El señor MARÍN GONZÁLEZ: Señora presidenta, no quiero crearle ningún
problema.

El secretario de Estado me ha aludido gentilmente varias veces y ha
utilizado la expresión: «como el señor Marín sabe bien». No quiero
pedir la palabra para un turno de alusiones, pero en el «como sabe
bien» él ha integrado una serie de referencias fruto de su propio
pensamiento que yo respeto y estimo, pero que en ningún caso se
corresponde con el mío. Quiero dejar esto absolutamente claro a
efectos de «Diario de Sesiones».




Comprendo que es un recurso que a veces se utiliza en el discurso,
pero hay ciertas cosas que, aunque las sé muy bien, no saco de ellas
las mismas conclusiones. Lo digo con absoluto respeto, salvo que
usted me dé un minuto para precisarlo.




La señora PRESIDENTA: Salvo que fuera realmente imprescindible, señor
Marín, queda clara su posición y su matización.

En cuanto a las relaciones -también personales- que ustedes han
mantenido siempre y que han quedado recogidas en el «Diario de
Sesiones», entiendo que no ha habido alusiones que requieran una
aclaración por su parte, habida cuenta de lo mal que vamos de hora.

Creo que están en el buen sentir de todos las relaciones
profesionales y de amistad a las que el señor secretario de Estado ha
aludido a lo largo de su comparecencia y percibimos los matices que
usted, señor Marín, portavoz del Grupo Socialista, ha puesto de
manifiesto.

Gracias, señor secretario de Estado.




- DEL SEÑOR DIRECTOR DEL INSTITUTO CERVANTES (RODRÍGUEZ LAFUENTE), A
SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA. (Número de expediente
212/000218)



La señora PRESIDENTA: Continuamos la sesión recibiendo en este
momento al director del Instituto Cervantes.

Aparte de la comparecencia que tenemos del director del Instituto
Cervantes, he de comunicarles que al final de esta sesión queremos
celebrar brevemente - porque de otra forma no va a poder ser- una
reunión de Mesa y portavoces con el fin de cerrar el orden del día
para la próxima reunión de la Comisión, por lo que agradecería a SS.

SS. brevedad en sus intervenciones.

Me comunican también que el secretario general de la Agencia Española
de Cooperación Internacional, cuya comparecencia había sido
solicitada por el Grupo Socialista en esta Comisión y que estaba
prevista para las 13 horas -en ningún caso podría haber sido así
puesto que hemos pasado esa hora largamente-, no va a poder venir,
puesto que el día que se le citó no tenía hueco en su agenda para
poder comparecer; mañana es el segundo día que, con carácter
excepcional, vamos a prolongar la sesión del día de hoy ya que el
secretario de Estado para la Cooperación Internacional y para
Iberoamérica, no pudiendo asistir tampoco en el día de hoy por
encontrarse fuera de España, nos pidió comparecer al día siguiente.

Consultados todos los portavoces y no habiendo inconveniente, mañana
comparecerá el señor secretario de Estado, lo que anuncio a los
portavoces porque quizá, por elevación, las preguntas que tenían
dispuestas para el señor secretario general de la Agencia Española de
Cooperación Internacional podrían hacérselas, incluso a nivel más
político, al



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señor secretario de Estado para la Cooperación Internacional y para
Iberoamérica que, reitero, comparecerá mañana a las cinco y media de
la tarde.

Sin más preámbulos, agradeciendo la paciencia que ha demostrado el
director del Instituto Cervantes que nos ha acompañado desde su hora
de comparecencia, las doce y cuarto, le damos la bienvenida, repito,
con más de una hora de retraso, agradecemos su presencia y damos, en
primer lugar, la palabra al grupo solicitante de la comparecencia,
que es el Grupo Socialista.

Para realizar su exposición, tiene la palabra el señor Leguina.




El señor LEGUINA HERRÁN: Bienvenido a esta Comisión, señor director
del Instituto Cervantes.

En aras a lo que nos ha señalado la presidenta de la Comisión, voy a
ser muy breve y me voy a limitar a hacer algunas aclaraciones sobre
los presupuestos. Señor director, usted es consciente de que el
Instituto Cervantes en buena parte trabaja en el área del dólar y el
crecimiento que aparece en los presupuestos puede convertirse, dada
la evolución de las valutas, en un decrecimiento. Pero hablemos de lo
nuevo que aporta. Lo nuevo son las inversiones, que decrecen en el
año 2001 respecto al año 2000 y también hay cuestiones nuevas que no
necesitan inversiones, que pueden ir al capítulo 1 o al capítulo 2.

Le pregunto: ¿cuántos nuevos contratos laborales se van a implementar
en este año 2001?
Sigo con mis preguntas. En la página 193 de la memoria de programas
que acompaña a los presupuestos de Asuntos Exteriores se dice que
desde el Instituto Cervantes se procurará la coordinación de un gran
estudio sobre la imagen de España en el exterior. ¿Cuánto costará y
cuánto está presupuestado en el 2001? Se habla también en la memoria
de la red y se dice textualmente, en la página 193: Crear lo que
podría llamarse un portal o puesto de entrada en España a través de
la red. Que luego se amplía en la página 196 en siete fases, pero no
se dice nada del tiempo en que se van a realizar esas fases. ¿Cuánto
costará ese portal y dónde está presupuestado el año 2001? También se
dice en la página 195 que las industrias culturales y el Instituto
Cervantes sumarán sus esfuerzos y trabajarán juntos. ¿Con qué
objetivos? ¿Cuánto dinero piensa dedicarse a ello? ¿Dónde está
presupuestado? Finalmente, se anuncia el segundo congreso
internacional de la lengua, que tendrá lugar en Valladolid en octubre
del año próximo. ¿Cuánto dinero va a invertir el Instituto Cervantes
en ese evento? ¿Dónde está presupuestado?



La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Leguina por el buen uso
que ha hecho de su tiempo.

El señor director del Instituto Cervantes tiene la palabra.

El señor DIRECTOR DEL INSTITUTO CERVANTES (Rodríguez Lafuente): Antes
de nada querría unirme, como ha sucedido en esta mañana en esta
Comisión, a la más radical condena del atentado cometido ayer por la
barbarie una vez más. Inmediatamente paso a contestar las preguntas
de S.S. En primer lugar, quiero darle las gracias por la bienvenida a
esta Comisión, a la que espero volver en una comparecencia a petición
propia, para explicar las grandes líneas de actuación en esta
legislatura del Instituto Cervantes.

Su primera pregunta se refería a las fluctuaciones del dólar.

Efectivamente, ya en el capítulo 1, en el que están los gastos de
personal, donde está presupuestado cerca de 5.000 millones de
pesetas, con un incremento de 697 millones, hay una mención -por lo
menos así se ha estudiado y se ha evaluado- a que la evolución de los
tipos de cambio del dólar y de la libra esterlina tiene, como S.S.

bien señalaba, un efecto directo, en este caso en el coste del
capítulo 1 del Instituto Cervantes. ¿Por qué? Porque es el 80 por
ciento del presupuesto del Instituto. Esto tiene un doble efecto en
el coste: por un lado, las retribuciones del personal desplazado
están sujetas a actualizaciones según se revisa el módulo de
equiparación del poder adquisitivo y, por otro, todo el personal
local de los centros y el personal docente tiene su retribución
definida por el consejo ejecutivo interministerial de retribución
intercentros en la moneda local del país. Como bien se señalaba en su
pregunta, esto, se ha agudizado en los últimos dos meses, lo cual
puede obligar a replantear alguna de las líneas que se mencionan en
el capítulo 1.

En el caso de las inversiones, en relación con el presupuesto del año
2000, el presupuesto presenta una variación de un menos 1 por ciento.

Quiero señalar, si S.S. me permite, que ha habido un ajuste en el
Ministerio en el sentido de que el Instituto Cervantes -como ustedes
saben, y si no, estoy encantado de informarles en esta Comisión-,
abrirá un nuevo centro en Japón, en Tokio. Algunas dependencias del
centro estarán en el edificio de la próxima sede de la embajada de
España en Tokio, y por lo tanto parte del coste de la instalación del
Instituto Cervantes dentro de la embajada se ha incluido en un
presupuesto general para su construcción, por lo que cerca de 112
millones que estaban en nuestro capítulo de inversiones han ido a
parar ahí para completar la sede de la nueva embajada. Su pregunta
iba probablemente en ese sentido, y yo se la respondo con los datos
que tengo.

Desde el punto de vista de los contratos laborales, también en el
capítulo I, se han solicitado los que le voy a relatar muy
brevemente. Se crea el catálogo de personal del nuevo centro de
Berlín y se procede, como es natural, a la cobertura de plazas
durante el segundo semestre del 2001. Este coste tenía una dotación
de unos 98 millones de pesetas. También hay que solicitar la
autorización para crear el catálogo del personal del nuevo centro de
Río de Janeiro y proceder a la cobertura



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parcial de las plazas a lo largo del segundo semestre del 2001, con
53 millones, así como dotar parcialmente puestos de secretaria y de
director, los incrementos de una plantilla de reclasificación, como
es el caso de los centros de Lisboa y Manchester, ya que han pasado
en la organización interna del Instituto de lo que se conoce como
centros de tipo B a centros de tipo A, y eso requiere adecuaciones de
personal. Para la red de centros existentes se propone cubrir una
parte de los puestos todavía vacantes pero ya aprobados en catálogo,
que son imprescindibles para mantener la constante actividad de los
centros. Tengo que señalar que, de acuerdo con el catálogo aprobado,
sin considerar los profesores, sobre un total de 356 puestos, sólo
hay dotación presupuestaria para 263, es decir, hay todavía 93
puestos pendientes de dotación presupuestaria; en términos
proporcionales, un 26 por ciento. Esto se debe también a la prudente
política seguida en el Instituto por los anteriores directores de no
cubrir al mismo tiempo todo el catálogo, sino en función del
desarrollo efectivo que tienen los centros.

También se ha realizado con la Dirección General de Inspección,
Simplificación y Calidad de los servicios del Ministerio de
Administraciones Públicas una reestructuración o, mejor,
actualización o adecuación del catálogo de lo que denominamos la sede
central de Madrid, que está en el Palacio de la Trinidad, citado en
la anterior comparecencia, y en Alcalá de Henares, a las nuevas
funciones que estas dos sedes están llevando a cabo. Con las
conclusiones que el Ministerio de Administraciones Públicas nos
elevó, se ha solicitado la ampliación del catálogo de la sede
central, y ya en este año 2000 se inicia el proceso de cobertura de
nuevas plazas, que esperemos que continúe en años sucesivos.

Finalmente, para explicar también el capítulo 1, como decía,
podríamos hablar del incremento general de las retribuciones, pero
como su pregunta se dirigía muy concretamente a los contratos
laborales, le voy a señalar lo que se prevé en los presupuestos que
se presentan al Congreso para el año 2001.

Respecto a la imagen de España, no sé si S.S. sabe -para no remitirme
a la anterior observación del diputado Marín sobre: «usted sabe», yo
no lo sé, pero en todo caso le informo- que desde hace ocho años,
sobre la base de los trabajos que elaboramos el profesor Emilio Lamo
de Espinosa, el profesor José Valera Ortega y quien le habla, a
través de la Fundación José Ortega y Gasset para el pabellón de
España, se hicieron en aquellas fechas unos seminarios bastante
relevantes sobre la imagen de España. Nosotros tres seguimos
trabajando durante varios años -yo, hasta mi nombramiento como
director general del Libro, en el año 1996- en la Fundación José
Ortega y Gasset con la imagen de España, sobre todo desde el punto de
vista de la incidencia no sólo cultural, que era nuestro ámbito
académico, sino que incluso se amplió al ámbito comercial a través de
un estudio del profesor Lamo de
Espinosa para el Ministerio de Comercio, que fue presentado en 1995.

En este momento es un asunto capital para la proyección exterior de
España por muchos motivos, desde el punto de vista diacrónico a lo
largo de la historia y desde el punto de vista sincrónico en la
actualidad. Estamos tratando de crear ese gabinete de estudios de la
imagen de España con una aportación, que todavía no está fijada y por
eso no se refleja. Se apunta una tendencia de estudio, que es a lo
que se limita la presentación de estas actividades. Lo que se
pretende es incorporarlas de manera sustancial al Instituto de
Comercio Exterior, porque juega un papel muy importante a través de
presentaciones en diferentes actos en el exterior, como congresos,
seminarios, ferias, etcétera, como también en instituciones privadas
como la propia Fundación José Ortega y Gasset, que señalábamos antes;
asimismo, ha habido una disposición de importantes bancos españoles
de participar en esta serie de estudios a través del patrocinio.

Efectivamente, S.S. me pregunta cuál es en este momento esa partida
presupuestaria y tengo que decirle que en este momento está en fase
de estudio.

La siguiente pregunta hacía referencia a la red de centros, en
concreto al Centro virtual Cervantes. Voy a ofrecerles unos datos,
casi de memoria, porque son muy relevantes y no sería bueno que
pasaran inadvertidos en esta primera comparecencia referida a los
presupuestos. El Centro virtual Cervantes lo inaugura el presidente
del Gobierno en diciembre de 1997 en la Biblioteca Nacional. Desde
entonces, ha alcanzado un número de dos millones de visitantes. Voy a
darles un dato. Como decía mi admirado Guillermo Brown, sobre todo
quiero describir un hecho sin ningún tipo de adjetivo. Si hubiera
comparecido ante SS.SS. el año pasado para presentar estas cifras
habría dicho que el número de visitantes que tenía el Centro virtual
Cervantes desde su inauguración era de 200.000 y hoy es de dos
millones. Es una plataforma. Y quiero incorporar otro dato. El 40 por
ciento de esos dos millones de visitantes vienen de Estados Unidos.

Es decir, en este momento la lengua rompe las fronteras y puede
entrar de una manera verdaderamente importante. En cuanto a la
pregunta sobre el tiempo que costará la adecuación, si S.S. no lo
conoce, mi obligación es informar de que en julio de este año
firmamos un convenio, el mayor patrocinio que había tenido el
Instituto -y espero que sea el que ha tenido, no el que vaya a tener-
con Telefónica, que ascendía a 500 millones de pesetas precisamente
para un plan de actualización de la sociedad de la información. Dicho
de manera más general, un plan de presencia del español en Internet.

El plan está dotado con 500 millones de pesetas, que dará Telefónica
y que significa, a través del Centro virtual Cervantes, que es donde
se va a potenciar -pregunta que se me hacía-, la oficina del español
en la sociedad de la información, que es la oficina esencial para
determinar la presencia del español en Internet y que ha sido creada



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gracias a este patrocinio. Al mismo tiempo, la creación de un
buscador panhispánico que localice en la red todo lo que hay en
español; S.S. conoce muy bien la vieja advertencia de don Antonio
Machado en las primeras décadas del siglo, cuando se preguntaba: ¿Lo
que sabemos entre todos? Eso no lo sabe nadie. La cuestión es saber
si por fin podemos saber entre todos qué presencia tiene el español
en la red, qué posibilidades tiene en cuanto a incrementar esa
presencia. Hay un dato espectacular en Internet en este momento
-permítanme aquí el adjetivo-, hay más de 2.100 millones de páginas,
y los mejores buscadores, los más potentes, los que están entrando
con el ancho de banda más fuerte están localizando solamente un 16
por ciento de los 2.100 millones de páginas que hay en Internet. Como
bien ha señalado Umberto Eco muchas veces, no es una autopista de la
información. Si me permiten el símil borgiano, es un jardín de
senderos que se bifurca, es decir, que se van abriendo. Y
precisamente saber qué hay de español, o, casi mejor, qué es lo que
tiene que haber de español es uno de los puntos sobre los que vamos a
trabajar, gracias -hay que decirlo- al patrocinio privado, en este
caso de Telefónica.

Las industrias culturales, que es su siguiente pregunta, señoría,
tienen mucho que ver con la imagen de España. ¿Cuál es el objetivo?
Dar esa imagen del pulso creativo de la vida literaria,
cinematográfica, dramática y musical, y S.S. no es ajeno a ello. Lo
que está pasando en España -vuelvo a Machado, parece que hoy toca la
mañana machadiana- es un poco lo de don Juan de Mairena: los cuentos
consuetudinarios que acontecen en la rúa, tradúzcalo al lenguaje
poético: lo que pasa en la calle. Y lo que está pasando en España
hoy, el principal objetivo, es que ese pulso creativo literario, ese
pulso creativo cinematográfico, musical e incluso dramático -me
refiero, lógicamente, a la creación teatral-, pueda ser mostrado a
través de algo tan formidable como 34 sedes en todo el mundo. Debemos
ser conscientes -porque esto es una labor de todos- de que hay 34
sedes bien dotadas, o por lo menos intentamos que cada vez estén
mejor dotadas, en más de 20 países, que precisamente están a
disposición de las industrias culturales españolas.

El Instituto Cervantes no es una academia de idiomas, no puede serlo.

El Instituto tiene que ser una plataforma de imagen de España y,
sobre todo, de las industrias culturales españolas, que en el caso
del libro -y lo digo hoy que se inaugura el Líber en Barcelona-, es
la tercera industria editorial de la Unión Europea, por encima de
Francia, quizá por primera vez en una industria cultural en los
últimos 200 años. Las tres grandes industrias editoriales de la Unión
Europea son Reino Unido, Alemania y España. Esto, lógicamente, tiene
mucho que ver con la lengua, la proyección atlántica de la lengua
española. Pues bien, esa industria editorial española, que es una
industria potente, que está facturando medio billón de pesetas al año
en España y
medio billón de pesetas al año en Iberoamérica, es algo que hay que
fortalecer y el Instituto se muestra partícipe a que se disponga de
sus sedes porque nosotros, insisto, no somos una academia de idiomas
sino que, si me permite S.S., somos una institución de distribución
y servicios; de distribución de lo que se está haciendo en España con
pulso creativo y, sin ningún tipo de sectarismo porque, como bien se
ha señalado en muchas ocasiones, el dirigismo, además de patético, es
inútil;. sin ningún tipo de dirigismo sino, sencillamente, lo que se
puede recoger de ese pulso creativo.

El presupuesto está indicado dentro de nuestras propias actividades,
independientemente del presupuesto que podamos y debamos recabar de
esas industrias que se van a beneficiar. Nosotros ponemos a
disposición algo formidable que pagan todos los ciudadanos españoles,
que son instalaciones, que son medios, que son estudios de mercado
para saber con quién hay que hablar y con quién no hay que hablar
para que esa industria cultural española se introduzca más.

Verdaderamente son oficinas, si me permite S.S., volviendo a mis
tiempos de universitario, de agitación y propaganda a favor de la
lengua y de la cultura en español, y subrayo la preposición.

El segundo congreso de la lengua está también presupuestado. La
aportación del Instituto es de 150 millones de pesetas, pero le
quiero adelantar a S.S. que esperamos que el patrocinio privado -y en
eso estamos trabajando- supere los 400 millones de pesetas.

Estas son las respuestas a las preguntas que me han sido realizadas,
aunque no sé si he dejado alguna sin contestar. Perdón por lo
deslabazado de mi intervención y estoy a la entera disposición de S.

S.




La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra el señor Leguina.




El señor LEGUINA HERRÁN: Un instante nada más. No, no se ha dejado
usted, señor Rodríguez Lafuente, ninguna pregunta sin contestar; se
ha dejado algunos datos.

Para terminar, diré que lo que ha expuesto, el contenido literario y
político que usted ha expuesto, quede claro que lo subrayo de la cruz
a la raya.




La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra el señor director.




El señor DIRECTOR DEL INSTITUTO CERVANTES (Rodríguez Lafuente): Si
hay algún dato que pueda después facilitarle por escrito, yo se lo
mando con bastante diligencia.




La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra en este momento el
representante del Grupo Popular, señor Ricomá.




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El señor RICOMÁ DE CASTELLARNAU: Tenga la seguridad de que haremos
caso a su sabio consejo de la brevedad. Damos, como no podía ser de
otra manera, la bienvenida al director del Instituto Cervantes, cuya
presencia en esta Comisión, aunque fuera en el trámite de explicación
de presupuestos, siempre era utilizada para hacer reflexiones sobre
los objetivos que el Instituto tenía marcados. Es la sana costumbre
que había en esta Comisión y, por tanto, no la vamos a romper, al
margen de hacer referencia también a aspectos presupuestarios.

Nos complace, sobre todo, el dinamismo del Instituto, siempre atento
a sacar el máximo provecho de las nuevas fuentes de comunicación.

Tiene muy claro que la cultura acepta todo tipo de hilo conductor y
que además la cultura exige que se potencien al máximo las fuentes de
su difusión. En su día fue un éxito y se ha hablado aquí de ello
suficientemente, la puesta en marcha del Centro virtual Cervantes, y
tenemos la convicción de que sucederá lo mismo con el plan de
actualización del español en la sociedad de la información, que está
dentro de sus objetivos, al menos eso es lo que hemos interpretado
del dossier que se nos ha facilitado.

Otro aspecto importante que remarcamos, quizá como novedoso, en estos
objetivos es la capacidad en la búsqueda de colaboraciones.

Destacamos tres ideas que consideramos inteligentes. La primera es la
de abrir una red de centros adscritos al propio Instituto Cervantes.

Entendemos que es una fórmula por la que se beneficiará sin duda todo
el mundo, obviamente más los centros que busquen su colaboración con
el Instituto Cervantes por el sello de garantía de calidad que el
Instituto puede ofrecer, pero también el propio Instituto, en ese
afán de ir ampliando cada vez más su ámbito, su zona de influencia.

En segundo lugar, la colaboración con la Real Academia de la Lengua
para organizar el segundo congreso internacional de la lengua. Es un
acontecimiento del que nuestra máxima entidad en proyección
internacional de cultura y de lengua no podía estar al margen. Por
eso celebramos su colaboración y la partida presupuestaria que hay
asignada para ello.

Y en tercer lugar, también vemos muy positivo abrir las puertas a la
colaboración de empresas privadas. No voy a insistir en esta
cuestión. Hay un incremento importante, espectacular, un 614 por
ciento -estoy leyendo en estos momentos-, 215 millones más que el año
pasado, lo que significa que el esfuerzo del Instituto en encontrar
colaboradores va teniendo su recompensa y también significa encontrar
una nueva fuente de financiación para actividades y programas que son
de utilidad para todo el mundo, sobre todo para estas empresas que
tienen a bien colaborar en estas cuestiones.

Se ha hablado de disminución en inversiones -es cierto, es un 1 por
ciento-, pero hay una peculiaridad que envuelve al Instituto y que yo
quiero remarcar, y es
que para mí el incremento del 16 por ciento del capítulo de personal
es casi una inversión, porque si el objetivo del Instituto Cervantes
es llevar lo más lejos posible y difundir la lengua y la cultura
españolas, qué mejor inversión que alimentar las fuentes, y estas
fuentes son, sin duda alguna, entre otras, el profesorado. Por tanto,
todas las contrataciones de las que se ha hablado, que van en el
capítulo de personal, qué duda cabe que, en la peculiaridad del
Instituto, pueden ser también contabilizadas como inversiones,
evidentemente fuera de la técnica contable, que no lo admitiría en
ningún caso.

En definitiva, desde el Grupo Parlamentario Popular quiero manifestar
la tranquilidad que nos dan estos presupuestos en el sentido de que
las líneas y los objetivos marcados pueden ser perfectamente
desarrollados a lo largo del año, y animar a que ese dinamismo y,
sobre todo, ese empeño en buscar nuevas fórmulas, nuevos métodos,
nuevos objetivos, nuevas líneas, hagan de nuestra cultura, de nuestra
lengua lo que en realidad es. Pero no nos sirve solamente
reconocerlo, sino que hay que promocionarlo para que sea una
realidad. También quiero señalar que, cuando se produzca la
comparecencia ordinaria, que ha tenido a bien adelantar, lo
analizaremos más a fondo y podrá explicar más detalladamente los
objetivos.




La señora PRESIDENTA: El señor director del Instituto Cervantes tiene
la palabra.




El señor DIRECTOR DEL INSTITUTO CERVANTES (Rodríguez Lafuente): Con
la inmediatez que nos ha sugerido la presidenta, le agradezco sus
palabras.

Con relación a los centros asociados, quiero señalar que la sensatez
en España a veces es revolucionaria. El español actualmente -no es el
momento de debatirlo, pero espero que podamos hacerlo, y estoy a
disposición de SS.SS- vive una demanda extraordinaria, pero hay que
tener mucho cuidado con ella, porque es un momento especial. Hechos
como los de Estados Unidos y, sobre todo, lo de Brasil así lo
demuestran. Si otro país europeo se encontrara con lo que está
sucediendo en Brasil, verdaderamente estaríamos oyendo la música
desde aquí, porque es extraordinario, lo cual exige una mayor
responsabilidad por parte de todos, también por parte de la propia
sociedad española.

Quien ha estado -como quien les habla- desde el inicio del Instituto
Cervantes preparando papeles y estudios, sabe de su importancia, y me
consta que los dos directores anteriores tuvieron también en los
centros asociados uno de los puntos clave para la expansión del
Instituto, era un poco como la tortuga y Zenón. La demanda del
español es tan grande que por mucho dinero que se pudiera invertir,
por cientos de miles de millones de pesetas, probablemente nunca se
podría dar abasto, o si se pudiera dar abasto, estaríamos en unos
términos casi literarios. En cambio, la creación de una



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red de centros asociados puede satisfacer esa demanda y, al mismo
tiempo, algo que es responsabilidad de todos, como la excelencia en
la enseñanza, en la difusión de la lengua y el pulso en la difusión
cultural se puede mantener a través de unos convenios firmados y,
sobre todo, de un control de esas actividades. Sin ninguna duda la
creación de los centros asociados va a significar poder dar respuesta
en muchas partes del mundo a esa presencia del Instituto Cervantes,
sin que a los ciudadanos les cueste más dinero. No digo el año que
viene o el otro, pero sí en un futuro muy cercano, incluso puede
reportar dinero, porque en esto no hay nada que inventar. Todo está
inventado. Fíjense SS.SS., la Alianza Francesa se crea en 1883, los
Dante Alighieri se crean en 1889, el British Council se crea en 1934 y
además se crea por iniciativa privada -que tiene también su gracia- y
el Instituto Goethe se crea inmediatamente después de la II Guerra
Mundial, en 1951. Todos estos institutos, algunos con más fortuna,
otros con menos, han ido creando modelos y, por ejemplo, esta cuestión
de los centros asociados -si me permiten el lenguaje un poco castizo-
estaba cantado. En la medida en que el Instituto es un lugar de
consenso, se puede dar un verdadero impulso.

La colaboración con la Real Academia Española también es algo
evidente, es obvio. Ya decía el conocido y viejo poeta que malos
tiempos estos en los que hay que demostrar lo obvio. La relación con
la Real Academia Española es obvia, porque esta fija la norma y el
Instituto Cervantes lo que hace es -si se me permite la broma-
extenderlo por el mundo. Por tanto, son dos entidades llamadas a
colaborar, más allá de cualquier tipo de contingencia o circunstancia
concreta.

La incorporación de las empresas privadas es evidente. Probablemente
no se pueda entender -y permítanme que me meta en este campo, que ha
sido mi área de trabajo profesional, y espero que siga siéndolo
después de mi presencia en el Instituto Cervantes- la enorme inversión
de España en Iberoamérica sin el componente cultural que ha tenido y
sin la presencia de los editores españoles desde hace 30 años. Cuando
casi no había empresas españolas allí y nadie se atrevía a invertir
dinero en Iberoamérica, los editores españoles estaban con una maleta
recorriéndose casi librería a librería, desde Río Bravo hasta Ushuaia,
creando un ámbito cultural propio. En la historia, las cosas no son
casualidades. En ese sentido, las empresas privadas se tienen que dar
cuenta de que el Instituto Cervantes es un fenomenal instrumento de
penetración en los países, de consolidación y de prestigio. Por tanto,
creo que el propio dinamismo de la sociedad española también va
incorporando esa conciencia en las empresas españolas de invertir en
el Instituto Cervantes.

Por último, hablaba S. S. de la inversión. Probablemente, todo sea
una cuestión de gestión, que es lo más difícil. Al final, la cuestión
es: No me digas cuánto necesitas, dime cuánto tienes y qué eres capaz
de hacer con eso. Tú me puedes decir que no eres capaz de hacer nada,
pero como venga otro y haga algo con eso, vas a ir mal.

En ese sentido, querría señalar cómo se han formado estos
presupuestos. Se trata de funcionar por proyectos, se pretende dar un
servicio de determinada calidad. Dentro de los equipos, porque
intentamos trabajar con equipos de profesionales, la responsabilidad
se impone al control, el reto se impone a la jerarquía, el equipo se
impone al trabajo en solitario o aislado, y se buscan proyectos que
resulten atractivos, proyectos que se ejecuten con agilidad y
proyectos que actúen de acuerdo a la actualidad permanente que está
exigiendo el dinamismo de la sociedad española, que nos exige mucho,
y hace muy bien. Por eso, se pretende una determinada calidad. En el
fondo, esa calidad solamente puede venir dada -y agradezco su
intervención sobre los equipos humanos- por el equipo humano que
respalda y lleva a cabo cada trabajo. Esa capacidad se genera también
por la vocación, por la ilusión y, sin duda, por la diversión. Un
proyecto como el del Instituto Cervantes requiere bastante complicidad
porque, si no, es muy complicado. Es cierto que lo que no se puede
copiar es una experiencia; se pueden copiar muchas cosas, pero no la
experiencia.

Al hilo de su pregunta, querría señalar que, hoy, el potencial
intelectual es el único recurso ilimitado de una institución. El
dinero es limitado, los inmuebles también son limitados, pero el
aprovechamiento intelectual de los colaboradores es inmenso, y en eso
estamos trabajando en el Instituto Cervantes.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, don Fernando Rodríguez Lafuente,
por su intervención de esta mañana, que cierra el turno de
comparecencias del día de hoy. Por tanto, vamos a levantar la sesión
que, como saben y les he dicho, se reanudará mañana miércoles, 11 de
octubre, a las cinco y media de la tarde, con la comparecencia del
secretario de Estado para la Cooperación Internacional y para
Iberoamérica.

Se levanta la sesión.




Era la una y cuarenta y cinco minutos de la tarde.