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DS. Cortes Generales, Comisiones Mixtas, núm. 125, de 24/11/1998
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CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES MIXTAS



Año 1998 VI Legislatura Núm. 125



DE INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA TECNOLÓGICO Y DESARROLLO



PRESIDENCIA DE LA EXCMA. SR.a D.a ELENA GARCÍA-ALCAÑIZ CALVO



Sesión núm. 20



celebrada el martes, 24 de noviembre de 1998



ORDEN DEL DÍA:



Debate sobre la memoria de actividades del Plan nacional de I+D en 1996.

(Número de expediente del Congreso 049/00169 y número de expediente
Senado 701/000052)



Preguntas:



- Del señor Bayona Aznar (Grupo Socialista del Congreso), Sobre opinión
del Gobierno acerca de si se garantiza la coordinación del sistema de
Ciencia y Tecnología desde una oficina que tiene rango de dirección
general. (Número de expediente Congreso 683/000093) ... (Página 2614)



- Del mismo señor diputado, sobre necesidad de la Oficina de Ciencia y
Tecnología de ser un centro ejecutor de proyectos, así como de tener un
fondo de investigación propio para coordinar el sistema español de
Ciencia y Tecnología. (Número de expediente Congreso 181/001913 y número
de expediente Senado 683/000096) ... (Página 2614)



Página 2612




- De la señora Riera Madurell (Grupo Socialista del Congreso), sobre
explicación del incumplimiento de la disposición final tercera del
Decreto 765/1996, de 7 de mayo. (Número de expediente Congreso 181/
001937 y número de expediente Senado 683/000098) ... (Página 2618)



- De la misma señora diputada, sobre aspectos en que ha mejorado la
coordinación de los OPI tras la creación del Comité de coordinación
funcional de organismos autónomos de investigación y experimentación.

(Número de expediente Congreso 181/001936 y número de expediente
Senado 683/000097) ... (Página 2620)



Comparecencia del señor ministro de Defensa (Serra Rexach) para
informar sobre:



- Política de investigación y desarrollo (I+D) del Ministerio de
Defensa. A solicitud del Grupo Socialista del Congreso. (Número de
expediente Congreso 213/000812 y número de expediente Senado
711/000229) ... (Página 2623)



- La aportación del Ministerio de Defensa a la investigación
antártica. A solicitud del Grupo anterior. (Número de expediente
Congreso 213/000813 y número de expediente Senado 711/000236) ...

(Página 2623)



Se abre la sesión a las diez y cincuenta minutos de la mañana.




DEBATE SOBRE LA MEMORIA DE ACTIVIDADES DEL PLAN NACIONAL DE I+D EN
1996. (Número de expediente Congreso 049/000169 y número de
expediente Senado 701/000052).




La señora PRESIDENTA: Se abre la sesión.

Primer punto del orden del día: aprobación del dictamen de la memoria
de actividades del Plan nacional de I+D en 1996. ¿Grupos que desean
intervenir? (Pausa).

Tiene la palabra la señora De Boneta.




La señora DE BONETA Y PIEDRA: Señorías, en esta memoria que hoy se
somete a aprobación hay algunas cuestiones que me gustaría remarcar.

En primer lugar, se corresponde con las actividades del Plan nacional
de I+D durante el año 1996. Aunque habíamos venido tramitando
y aprobando una serie de memorias atrasadas y correspondientes a las
responsabilidades de otros gobiernos, es la primera que entra en la
responsabilidad directa del Gobierno del Partido Popular. En este
sentido la hemos examinado con más detenimiento, toda vez que a toro
pasado se pueden pasar por alto muchas historias porque no se puede
atribuir la responsabilidad de las deficiencias que observamos en las
actividades del plan al Gobierno ni al grupo que le apoya. Como les
indico, es la primera memoria que corresponde a la responsabilidad
exclusiva del Partido Popular, pero a pesar de las expectativas y de
los planteamientos, no se responde todavía a lo que creemos debe ser
el esfuerzo presupuestario y, por consiguiente, a la posibilidad de
realizar actividades acordes con el citado esfuerzo presupuestario
necesario. Las cantidades que se dedican a esta importante actividad,
que es el motor del desarrollo de
un país, están todavía muy lejos del 1 por ciento del PIB, hecho que
no nos gusta demasiado. Por otra parte, tampoco se cubren las
expectativas programáticas ni se resuelven los problemas
estructurales del Plan nacional de I+D en el Estado español. Debemos
tener en cuenta que el esfuerzo presupuestario que se realiza es
inferior al que se desarrolla en muchas comunidades autónomas,
concretamente en la Comunidad Autónoma vasca, donde se supera el 1,2
por ciento. Por otro lado, seguimos reivindicando la transferencia
estatutaria de la investigación, derecho que se contiene en el
Estatuto de Autonomía de Gernika pero que no se lleva a la práctica,
hecho que perjudica a la investigación en el País Vasco toda vez que
tiene que hacer un esfuerzo directo además de lo que tiene que
aportar vía cupo a las actividades del Plan nacional.

En todo caso, una vez presentadas la memoria y el informe no vamos a
darle un voto negativo. Sólo nos resta pedir que en los próximos
ejercicios presupuestarios se realice el esfuerzo necesario para
alcanzar el tren de la investigación de los países de nuestro
entorno.




La señora PRESIDENTA: Por el Grupo Parlamentario Catalán
(Convergència i Unió), tiene la palabra la señora Gil i Miró.




La señora GIL I MIRÓ: Señorías, en nombre de mi grupo damos la
aprobación a la memoria del Plan nacional de I+D, le agradecemos a
las diputadas ponentes del mismo, Blanca Fernández de Capel y
Monserrat Palma, la labor sintetizadora que han llevado a cabo y
felicitamos a todas SS.SS. por su trabajo. Nos satisface recalcar que
no sólo por el contenido de la memoria, sino también desde la
percepción social y política se deriva que en este país, aunque
todavía con déficit y carencias, como ya se ha señalado, la actividad
científica e investigadora se concibe abiertamente como un
instrumento fundamental para el progreso de este país.




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De la memoria se trasluce -y en el dictamen se apunta- que la
coordinación del Estado con las actuaciones de las comunidades
autónomas ha seguido desarrollándose con poca fortuna y entusiasmo
por parte del Gobierno del Estado, y que las dualidades y desajustes
estentóreamente invisibles deberían corregirse atendiendo a las
propuestas de las comunidades autónomas dada la importante aportación
presupuestaria y científica de éstas al sistema.

Esperamos, pues, que en las próximas memorias esta corresponsabilidad
financiera de hoy se traduzca también en una corresponsabilidad en la
decisión y en la gestión de I+D; así podríamos introducir en el
Estado español una nueva cultura que podríamos llamar de la gestión
compartida del saber.




La señora PRESIDENTA: Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la
palabra la señora Palma i Muñoz.




La señora PALMAI M UÑOZ: Señorías, traemos hoy a debate en esta
Comisión la memoria del Plan nacional de I+D correspondiente al año
1996. Es también la memoria del primer año del III Plan nacional
1996-1999.

Desde 1988, y en cumplimiento de la comúnmente llamada Ley de la
ciencia, se creó dicho plan, cuyos objetivos pretendían subsanar las
deficiencias históricas del sistema español de ciencia y tecnología.

Las funciones principales del plan, de acuerdo con dicha ley, serían
el fomento, la coordinación y la planificación de las actividades de
I+D. El desarrollo del primer y segundo plan se centró básicamente en
la consecución de un objetivo, el fomento el sistema ciencia-
tecnología concretado en la formación de investigadores, el
equipamiento en infraestructuras necesario en las universidades y en
los centros públicos de investigación y, muy especialmente, en la
creación de una cultura de trabajo en equipo, imprescindible para el
correcto funcionamiento de un sistema público de ciencia y
tecnología. Los dos primeros planes cumplieron esencialmente estos
objetivos, aunque, evidentemente, de forma insuficiente para las
necesidades del sistema español; insuficiencia que creo que no
veremos nunca satisfecha.




El tercer plan se plantea como un instrumento para seguir impulsando
las dotaciones necesarias; pero sus objetivos, en relación a los
anteriores, conllevan la clara intención de poner mayor énfasis en la
coordinación de las actividades de I+D y en la articulación de los
entornos científicos con los sectores productivos. Insisto en que los
dos términos principales son coordinación y articulación. Para ello,
el tercer plan introduce nuevos programas con vocación de mejorar la
coordinación entre diferentes departamentos ministeriales y de
realizar un mayor esfuerzo de integración. Asimismo, recoge programas
nacionales ya iniciados en el primer y segundo plan y les otorga una
orientación más finalista y aplicada. No podemos olvidar que la gran
asignatura pendiente de nuestro sistema de ciencia y tecnología es la
transferencia de conocimiento o de aquellos avances en el sector
científico hacia el sector productivo. Todo ello se realiza con una
clara voluntad de adaptación a la evolución natural de las realidades
sociales, económicas y políticas del país y del entorno en el que nos
ubicamos, especialmente la Unión Europea.




Los planes del sistema español de ciencia y tecnología no se han
realizado al margen de los programas marco europeos. Es,
evidentemente, un plan que considera las relaciones profundas que
existen entre tecnología y economía, en el sentido de que la
prosperidad económica y social de nuestro país a finales del siglo XX
y con la perspectiva del siglo XXI dependen básicamente de la
capacidad de elaboración, transformación y aplicación del
conocimiento. Así se dice en la memoria del propio plan que cuanto
más permeable a la transmisión del conocimiento sea un sistema
productivo, más rentable es socialmente la inversión en I+D y mayor
resulta el crecimiento económico a ella asociado.

Por otra parte, el diseño de políticas relacionadas con la calidad de
vida de los ciudadanos debe contemplar restricciones medioambientales
cada vez mayores para hacer posible un desarrollo sostenible. En
áreas como sanidad, alimentación o medio ambiente las decisiones
legislativas y políticas están absolutamente vinculadas a criterios
científico- técnicos. No es fácil saber o decidir quién debe y quién
es capaz de innovar en tecnología, se trata de una cuestión compleja
en la que la diversidad de los agentes participantes hace necesaria
una perspectiva globalizadora que a la vez sea capaz de mantener los
equilibrios necesarios.




El tercer plan realizó en su presentación un diagnóstico exhaustivo
del desarrollo de las dos fases anteriores y, en función del mismo,
plantea unos objetivos que deben significar unos avances importantes.

Esta primera memoria del tercer plan recoge diagnósticos de los
planes anteriores, la tónica es bastante parecida y continúa
insistiendo en la necesidad de mejorar la coordinación y la
integración. Cabe destacar el primer capítulo de la memoria en el que
se realiza un análisis de los indicadores del sistema ciencia y
tecnología, en el que deberemos prestar especial atención al
equilibrio que hay en nuestro sistema ciencia tecnología entre la
aportación de recursos públicos y privados. Es especialmente
preocupante ver cómo los recursos que aportan empresas o
instituciones privadas sin fines de lucro en vez de ir al alza, que
es lo que deberíamos pretender, han ido a la baja. En el informe que
hemos realizado de la memoria se menciona que es posible que el
descenso producido entre 1993-1994 sea debido a circunstancias
económicas. En cualquier caso, hay que insistir en que se debe
mejorar la aportación de recursos públicos, pero también buscar las
fórmulas adecuadas para incentivar la aportación privada.

La evolución y las nuevas acciones deben suponer un crecimiento
efectivo del sistema ciencia y tecnología hacia nuevos objetivos,
pero quisiera poner especial énfasis en que esto no debe significar
una mera reorientación de los esfuerzos, ya que lo contrario podría
significar un retroceso muy difícilmente reparable de nuestro todavía
insuficiente sistema de ciencia y tecnología. Hace unos meses, en la
presentación del libro blanco Cotec insistía en que la gran
asignatura pendiente de nuestro país es la innovación tecnológica y
que, a pesar de los avances realizados en los últimos 10 años para
mejorar un sistema que acarreaba unos déficit y unos retrasos
importantes, el gran reto a abordar en los próximos años era
precisamente el de la innovación tecnológica. Mi grupo ha elaborado



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junto a la portavoz del Grupo Popular el informe sobre la memoria y
creemos que los resultados del tercer plan deberán evaluarse de forma
más contundente en sucesivos ejercicios.




La señora PRESIDENTA: Por el Grupo Popular, tiene la palabra su
portavoz, la señora Fernández de Capel.




La señora FERNÁNDEZ DE CAPEL BAÑOS: No insistiré en mi exposición en
temas en los que todos estamos de acuerdo, como que siempre nos
quedaremos cortos en mejorar nuestro sistema de ciencia y tecnología.

Simplemente voy a hacer hincapié en alguna de las cuestiones que aquí
se han mencionado y en las que diferimos puesto que hemos trabajado
juntos en el informe de la ponencia. Compartimos el deseo de la
señora De Boneta en cuanto a la modernización de un marco
institucional del sistema de ciencia y tecnología que, como ya se ha
anunciado en esta Cámara, se hará para poder trabajar mejor, donde se
inserte la realidad estatal que en este momento tenemos con las
comunidades autónomas.

Cuando analizamos el sistema de indicadores junto con la portavoz del
Grupo Socialista vimos cómo había que asegurar la capacidad
tecnológica de las empresas y su competitividad, especialmente en las
pymes. No podemos olvidar que estamos analizando una memoria del año
1996 y que entonces la realidad económica y la actividad era muy
distinta de la actual en la pequeña y mediana empresa. Esa reflexión
que Cotec nos hacía sobre la necesidad de innovación tecnológica en
estos sectores se está intentando paliar. Pero esto sería hacer
futurible y quiero seguir al pie de la letra el fondo de la memoria.

Estamos de acuerdo en que es necesario un estímulo de la
transferencia de resultados. Son obviedades que siempre decimos: que
se incrementen los proyectos concertados y cooperativos y que podamos
tener esos programas importantes e interesantes que todos necesitamos
de formación del personal investigador, que en el primer y segundo
plan estuvieron un poco estancados, que, como consideramos en la
memoria, deberían revisarse y, de hecho, ya se han revisado en años
anteriores. Como estamos viendo la memoria del año 1996 no podemos
hacer mención a ello, pero sí saber que la sociedad y, en concreto,
los responsables de estas materias han tenido en cuenta, antes de que
nosotros evaluáramos esta memoria, las carencias que hoy vemos sobre
el papel, porque las han ido palpando día a día, no sólo en cuanto a
formación del personal investigador sino también a programas
sectoriales o instrumentos de coordinación del Plan nacional de I+D.

Respecto a cómo esa falta de programas ha repercutido en alguno de
los sectores productivos, ha servido para que la memoria refleje
alguna de las carencias que se observa en el programa marco y vemos
también cómo la evolución de los responsables hará que el citado
programa marco mejore. Lo explicaba un día en el Senado haciendo una
comparación con aquellos pintores del Renacimiento: que nunca
podremos ver todo lo suficiente. El día que aprobemos una memoria de
I+D diciendo que estamos totalmente satisfechos y que no tenemos nada
más que hacer, será el gran fracaso de la I+D en España.

Afortundamente la evolución económica ha cambiado en los últimos dos
años,
hecho que debe influir necesariamente en la aportación del sector
privado que este año se prevé que será casi igual a la del sector
público como mínimo.

Hemos trabajado conjuntamente con los portavoces de los diferentes
grupos y creemos que se puede aprobar la memoria, aunque refleja unas
carencias que todos los grupos hemos visto siempre en el Plan
nacional de I+D. Estamos de acuerdo con la señora De Boneta en la
modernización del sistema nacional de I+D no como un plan nacional,
sino como un marco donde quede perfectamente imbricada la actuación
de las comunidades autónomas en materia de I+D. Por lo demás,
señorías, el Grupo Parlamentario Popular está de acuerdo con el
informe de la ponencia.




La señora PRESIDENTA: Vamos a interrumpir la sesión durante dos
minutos antes de proceder a la votación.




Se suspende la sesión.




Se reanuda la sesión.




La señora PRESIDENTA: Se reanuda la sesión.

Vamos a proceder a la votación del dictamen de la memoria de
actividades del Plan nacional de I+D de 1996.




Efectuada la votación, dijo



La señora PRESIDENTA: Queda aprobado por unanimidad.




PREGUNTAS:



- DEL SEÑOR BAYONA AZNAR, DEL GRUPO SOCIALISTA DEL CONGRESO, SOBRE
OPINIÓN DEL GOBIERNO ACERCA DE SI SE GARANTIZA LA COORDINACIÓN DEL
SISTEMA DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA DESDE UNA OFICINA QUE TIENE RANGO DE
DIRECCIÓN GENERAL. (Número de expediente Congreso 181/001878 y número
de expediente Senado 683/0000093).




- DEL SEÑOR BAYONA AZNAR, DEL GRUPO SOCIALISTA DEL CONGRESO, SOBRE
NECESIDAD DE LA OFICINA DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA DE SER UN CENTRO
EJECUTOR DE PROYECTOS, ASÍ COMO DE TENER UN FONDO DE INVESTIGACIÓN
PROPIO PARA COORDINAR EL SISTEMA ESPAÑOL DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA.

(Número de expediente Congreso 181/001913 y número de expediente
Senado 683/000096).




La señora PRESIDENTA: Pasamos al siguiente punto del orden del día:
Preguntas al Gobierno, que van a ser contestadas por el señor
secretario de Estado de Universidades e Investigación.

Para formular la pregunta número 1, tiene la palabra el señor Bayona
Aznar.




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El señor BAYONA AZNAR: Si la presidenta y el secretario de Estado no
tienen inconveniente, formularé mis dos preguntas en una sola
intervención de manera que, como las dos se refieren a la Oficina de
Ciencia y Tecnología, podamos englobar y quizá dar más contenido a
las propias intervenciones.

La primera de las dos preguntas que formulo hoy ya figuró en un orden
del día de esta Comisión. Desgraciadamente, no pude formularla
entonces porque tuve un accidente y se aplazó; terminado el período
de sesiones, se convirtió en escrita como establece el Reglamento;
desde entonces estoy esperando la respuesta porque, por escrito, el
Gobierno no ha contestado y, por eso, volví a formularla para poder
tener respuesta en Comisión. Al concretarse ya esta figura de la
Oficina de Ciencia y Tecnología -que apareció de pronto- en los
presupuestos de una manera un poco extraña -que luego veremos-, he
añadido una segunda pregunta sobre el fondo que gestiona la propia
Oficina.

Lo sorprendente es encontrarme aquí, para contestar, al secretario de
Estado de Universidades e Investigación; que el Gobierno le envíe a
usted a contestar esta pregunta no deja -insisto- de sorprender. En
primer lugar, confirma lo que pregunto, confirma el poco rango que
tiene el director de la Oficina, que no puede venir a contestar
porque no forma parte del Gobierno (La señora Fernández de Capel
Baños pide la palabra) y, en segundo lugar, le encomienda a usted un
papelón porque tiene que responder por competencias que no son suyas,
porque se le han desgajado, y además tiene que defender una
reorganización (no voy a entrar en ello; no sé si cree en ella o no)
que todo el mundo entendió que afectaba negativamente a su Secretaría
de Estado.

La Oficina se crea este año y, dos días después (no pasaron más que
dos días después de crearse), en el Boletín Oficial del Estado se
produce una corrección de errores. La primera corrección consistía en
que, donde ponía Secretaría General, debe decir Dirección General.

Las prisas en mandarlo al Boletín Oficial del Estado nos hacen ver
que efectivamente el rango era diferente; se había pensado en una
secretaría general y, al final, alguien consiguió que se quedara en
una dirección general. La segunda corrección era que, donde dice (SS.

SS. entenderán que la diferencia es sustancial) «coordinará las
actividades de…», debe decir «coordinar sus actividades con…»
Evidentemente, es todo un ejemplo de echar agua al vino, de rebajar
las pretensiones de coordinación. A mí no me importa que el señor
Aldana tenga rango de director general o no, el problema es la
incoherencia en el propio decreto porque, al referirse a las
funciones, en el decreto aparece la palabra coordinar hasta cuatro
veces, además de planificar, elaborar y diseñar. Pero para coordinar,
tendrá que tener capacidad de hacerlo.

El presidente del Gobierno, en el Pleno del 30 de septiembre -es
decir, muy recientemente-, al contestar una pregunta de la portavoz
del Grupo Parlamentario Popular, aquí presente, se ha llenado la boca
diciendo que esa Oficina va a servirle a él para coordinar toda la
función 54. Lo que yo quiero preguntar es cómo va a coordinar, porque
esta semana tengo tres respuestas del Gobierno en las que se dice que
desde que Aznar es presidente de la Cicyt -el
presidente del Gobierno preside la Comisión Interministerial de
Ciencia y Tecnología- no se ha reunido ni una sola vez el Consejo
General de Ciencia y Tecnología. ¿Quién coordina? Parece que debería
coordinar el presidente del Gobierno que delega en una oficina con
rango de dirección general, pero lo que aquí sucede realmente es que
no coordina nadie.

Debo aclarar también la segunda pregunta porque, al final, lo
importante en I+D es quién asigna los fondos y a quién se asignan. El
60 por ciento de los fondos va a empresas de industria militar -como
sabemos- a través del capítulo 8 del Ministerio de Industria y
Energía; el 10 por ciento la gestiona el Ministerio de Defensa, una
buena parte a través del INTA, y un 17/18 por ciento lo gestiona
usted a través del MEC. Como director de la OCYT es consciente de que
no va a coordinar al ministro de Defensa ni la industria de Defensa y
es consciente también de que no le va a coordinar a usted, que está
aquí al parecer como su superior jerárquico. ¿Cómo le va a coordinar
en la ejecución de los programas del Plan nacional?
Entonces, dice: me busco un fondo. Como el reparto de los fondos
sigue una distribución lineal, ésa es la cuestión, el director de la
OCYT se pone el último en la fila del reparto, porque es el último
que ha llegado, y se crea un fondo -no voy a decir fondito ni
fondillo, para que no dé lugar a ironías como las de otra
comparecencia anterior - y coge un poco de aquí y un poco de allá,
para grandes instalaciones, y se da una dispersión geográfica con una
vocación periférica extraordinaria: para tecnologías turísticas en
Baleares, para el gran telescopio de Canarias, para iniciativas de
pesca en Galicia, para el Parque Tecnológico de Pedralves y alguna
otra cosa.

El señor Aldara, que es un gestor y tiene vocación de ello, ha
buscado un fondo para gestionar, pero eso no es coordinar; lo que
decía del decreto de creación de la OCYT es que debería coordinar.

Comprendo que el secretario de Estado estime lo que mejor le convenga
al Gobierno, puesto que además decidió mantenerse en el puesto en el
momento que se creó la OCYT, pero dudo de que lo que nos vaya a decir
sea más interesante que lo que nos podría contar si se dejara llevar.

Procure decir algo nuevo, algo distinto de lo que hemos oído hasta
ahora sobre esta oficina.




La señora PRESIDENTA: Señor secretario de Estado tiene la palabra.

Simplemente, le recuerdo que puede atenerse exclusivamente a la
formulación escrita de la pregunta en sus contestaciones.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE UNIVERSIDADES, INVESTIGACIÓN Y
DESARROLLO (González González): Señor Bayona, contestaré agregando a
dos preguntas, la primera, sobre la opinión del Gobierno acerca de si
se garantiza la coordinación del sistema de ciencia y tecnología
desde una oficina que tiene rango de dirección general, y la segunda,
ad pedem litterae, en la literalidad de la pregunta, sobre la
necesidad de la Oficina de Ciencia y Tecnología de ser un centro
ejecutor de proyectos, así como de tener un fondo de investigación
propio para coordinar el sistema español de ciencia y tecnología.




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Quizá deba advertirle previamente que tal vez no conseguirá su deseo
de novedad, natural y encomiable desde el origen de los tiempos,
desde Grecia y Roma. Me limitaré a la contestación a la literalidad
de ambas preguntas.

Por lo que respecta a la primera, como conoce S.S., le diré que la
coordinación del sistema de ciencia y tecnología está atribuida a la
Comisión Interministerial de Ciencia y Tecnología. Lo atribuye así el
artículo 7 de la Ley 13/1996, de 14 de abril, la llamada Ley de
fomento y coordinación general de la investigación científica y
técnica, cuestión que no necesito recordarle. La Oficina de Ciencia
y Tecnología, señoría, presta su asistencia a la Comisión
Interministerial de Ciencia y Tecnología en este ámbito. Ya lo dice
la Ley de la ciencia y así lo ha repetido por preceptos posteriores.

Desde la entrada en vigor de la Ley 13/1996, de 30 de diciembre, Ley
de medidas fiscales, administrativas y de orden social, la
presidencia de la indicada Comisión interministerial -éste es un
hecho nuevo- sube de rango y la ejerce el presidente del Gobierno.

Nada nuevo hasta ahora. Lamento no atender el deseo profundo de
novedad de su corazón, pero esa Presidencia de Gobierno, esa
elevación de rango es lo que ha permitido una mayor eficacia; en aras
a esa coordinación es por lo que se da una mayor eficacia a las
funciones de coordinación del sistema de ciencia y tecnología que
viene realizando esta Comisión desde que ha sido creada. Tanto el
presidente del Gobierno, que es el garante en última instancia de esa
coordinación como la Comisión permanente de la CICYT, de la Comisión
Interministerial, reciben apoyo específico a efecto de las funciones
de coordinación atribuidas al presidente y a la permanente en la
materialización de esta tarea, y esta materialización naturalmente
por mera implicación del principio de división del trabajo y de
necesidades de abarcar la materialización correspondiente que no
podía tener un órgano unipersonal, ni una permanente pequeña, que
desempeña muchas tareas; es esta materialización la tarea de la
Oficina de Ciencia y Tecnología. En ese sentido la función de
coordinación garantizada por el presidente, instrumentada por la
Comisión permanente y apoyada en toda esta instrumentación, es para
lo que está diseñada la oficina. ¿La oficina tiene funciones de
coordinación? Las tiene, pero por apoyar la alta función de
coordinación de los órganos jerárquicos superiores, es decir, del
propio presidente y de la Comisión Interministerial de Ciencia y
Tecnología, pero en su Comisión permanente, que es un órgano
multipersonal ya, con multiplicidad de funciones y la coordinación,
que es muy importante, no se puede llevar a cabo concentrada porque
requiere una especialización y por todo proceso de división de
trabajo; esa especialización coordinadora es la que, en función de
este apoyo a la función de coordinación, se le encomienda a la
oficina.

No sé si he satisfecho su principalísimo interés en el papel
coordinador de la oficina, que es un papel de coordinador mediato. Es
mi más entusiasta deseo satisfacerlo, créame señoría, pero creo que
no es difícil entenderlo; es una forma de instrumentar la
coordinación. De otro modo, ¿cómo lo instrumentaría usted? Por elevar
de rango la oficina, no coordina más; coordina el presidente,
coordina la Comisión permanente y la oficina apoya esa coordinación
en el aspecto material, técnico, de recursos, de personas,
de recursos físicos, de instrumentación de estudios, etcétera. Los
estudios directamente no los puede hacer el presidente, como
comprenderá, porque esos estudios y previsiones requieren órganos más
complejos, y sobre todo el presidente tiene funciones distintas y más
altas, además de la de coordinación. Pero la garantía reside y se
materializa tanto en el presidente como, a su vez, por delegación, en
la Comisión permanente para instrumentar esa coordinación.




Respecto a la segunda pregunta, la necesidad de la Oficina de Ciencia
y Tecnología de ser un centro ejecutor de proyectos, así como de
tener un fondo e investigación propio para coordinar el sistema
español de ciencia y tecnología, he de aclarar que la Oficina de
Ciencia y Tecnología, para realizar las funciones de asistencia a la
Comisión Interministerial de Ciencia y Tecnología, representada en su
permanente aspecto, que le ha sido atribuido, tiene que dedicar una
atención preferente a las grandes instalaciones científicas y
tecnológicas, tiene que coordinarlas, como se dijo y consta en el
acta correspondiente de pleno de la CICYT, cuando se creó la oficina.

Las cantidades asignadas a la oficina en el capítulo VII de los
Presupuestos Generales del Estado se destinan a las aportaciones que
se realizan a esas grandes instalaciones, que no son desdeñables
ciertamente, pero son aportaciones a las grandes instalaciones
científicas y a cubrir determinados compromisos puntuales adquiridos
por la Comisión Interministerial de Ciencia y Tecnología.

Podría detallarle todo el presupuesto de la oficina -si lo desea se
lo paso por escrito, lo tengo aquí- pero no lo haré en aras a
evitarles a ustedes la fatiga y de aliviarles el trabajo en esta
mañana luminosa, en que uno tiene tantas cosas que hacer, ustedes
sobre todo. Las cantidades asignadas en este capítulo VII de los
Presupuestos se destinan a las aportaciones que se realizan en esas
grandes instalaciones científicas a cubrir los compromisos puntuales
a los que he aludido. Por tanto, no es la Oficina de Ciencia y
Tecnología un centro ejecutor de proyectos; no ejecuta proyectos,
tiene asignación de fondos para realización de estas funciones.

Con eso, considero que he contestado las preguntas - no sé si a
satisfacción de S.S.- que ha formulado al Gobierno.




La señora PRESIDENTA: Señor Bayona tiene la palabra.




El señor BAYONAAZNAR: Es casi imposible poder satisfacer, por una
parte, a la oposición, y por otra, la curiosidad por la novedad de
alguien que profesionalmente es de filosofía, como es mi caso. Cuando
me habla del origen de la búsqueda de conocimiento y de la
curiosidad, podríamos perder mucho tiempo, y usted, como ha dicho,
tiene tantas cosas que hacer esta mañana que, para estar contestando
aquí por la Oficina de Ciencia y Tecnología, encuentra una limitación
reglamentaria que comprendo muy bien.




El señor SECRETARIO DEL ESTADO DE UNIVERSIDADES, E INVESTIGACIÓN Y
DESARROLLO (González González): He dicho que las tienen ustedes.




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El señor BAYONAAZNAR: Recientemente, estuvo aquí el director de la
Oficina de Ciencia y Tecnología en las comparecencias
presupuestarias. Se dedicó toda la comparecencia a quejarse de la
falta de coordinación entre los departamentos ministeriales y confesó
que sólo se gestionan, de acuerdo con la coordinación prevista de la
Ley de la ciencia, los fondos de que usted dispone, sin los fondos
del Ministerio de Educación, y añadió que el Ministerio de Educación
no puede coordinar a todos los demás ministerios porque no se van a
dejar. No se dejaban coordinar por el Ministerio de Educación, y por
eso se ha creado la Oficina de Ciencia y Tecnología. Usted me ha
hablado cuatro o cinco veces del presidente del Gobierno. Yo me he
atrevido a mencionarlo una o dos veces, pero usted me lo ha citado
como garante de la coordinación un montón de veces.

Al final el presidente del Gobierno tiene más cosas que hacer que
nosotros aquí esta mañana. ¿Con qué instrumentos va a coordinar a los
demás Ministerios si el que responde por él es su antiguo jefe en el
Ministerio de Educación, que es el que no puede coordinar, y para eso
se ha creado la oficina? Lo que la CICYT no ha conseguido en años de
funcionamiento ¿lo va a conseguir la oficina? Más concretamente, lo
que la ministra no coordina y lo que usted, según el propio director
de la oficina, no ha podido coordinar, ¿lo va a coordinar el director
general que está al frente de la oficina? Cuando va a reuniones del
Consejo de Europa no tiene rango para estar en la lista oficial de
miembros de Gobierno. Su Gobierno ha creado una cosa que es
difícilmente entendible. A mi me alegra mucho su elegancia a la hora
de responder hablando de la coordinación mediata, y suele citar la
ley de acompañamiento de este año, donde se dice que la oficina es
simplemente un órgano de apoyo de la CICYT, y la define como
encargada de asistir a la Comisión permanente, como un órgano de
asistencia, entre otros más, sin perjuicio de la función que
corresponda a los otros órganos , y que asiste a la Comisión
permanente de la CICYT, cuya presidenta es la ministra de Educación y
el vicepresidente primero es usted mismo. Ya noto la cara de
satisfacción. (El señor Secretario de Estado de Universidades,
Investigación y Desarrollo, González González: No, no; será por otra
cosa.)
La conclusión de esto es que la OCYT coordina poco; la OCYT al final
se limita a asistirle a usted, porque la garantía de la coordinación
que ejerce el presidente del Gobierno es, como usted ha dicho con
mucha elegancia, mediata a través de la Comisión permanente de la
OCYT, que es usted, porque de hecho es usted quien dirige esa
Comisión de coordinación. Si usted ha luchado porque la oficina fuera
lo que es y solamente se le llavara un trocito de fondo, le doy la
enhorabuena; qué quiere que le diga. El director general que tenía en
su Ministerio ha pasado a Moncloa, un poquito más distante
físicamente, pero a fin de cuentas es un asesor suyo, según usted nos
ha dicho en su intervención. Pero si de lo que se trata es de
coordinar el sistema de ciencia y tecnología de este país y de
coordinar a los diferentes departamentos ministeriales y
administraciones públicas, el fracaso del señor Aznar, que preside la
CICYT, y que usted ha hecho garante de esa coordinación, es rotundo.

Yo creo que una de las causas es que la OCYT
ni tiene rango político, ni dispone de marco jurídico y competencial
adecuado para ejercer esa coordinación interministerial. Por tanto,
el círculo de la OCYT es de vuelo muy corto. El parto de los montes
-por citar una referencia inicial- al crear esta oficina ha revelado
la verdadera dimensión de su engendro, mucho menor incluso que el de
la oficina presupuestaria que dirigía el señor Barea y él sí que era
secretario de Estado.




La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra el señor secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE UNIVERSIDADES, E INVESTIGACIÓN Y
DESARROLLO (González González): Quizá debería aclarar primero algunas
cosas.

Efectivamente este secretario de Estado es vicepresidente de la
Comisión permanente de Ciencia y Tecnología, pero la Comisión no es
la Santísima Trinidad, sino que el órgano es multipersonal, y este
secretario de Estado es sólo una persona modesta en esa permanente;
es un vicepresidente. La permanente está presidida por la señora
ministra de Educación, que no ha dejado de presidir ninguna de las
reuniones de la permanente; de modo que no soy el representante en la
tierra de la Comisión permanente de la CICYT, ni siquiera la señora
ministra, con todos mis respetos, es la materialización de muchas
personas que forman la permanente; allí están representados el
Ministerio de Industria, la propia oficina, el Ministerio de Economía
y distintas direcciones generales; es decir, es un órgano
multipersonal y multifuncional. Si hay otras funciones, que no son de
coordinación, deberá tener también apoyo de otros órganos, pero en
las funciones de coordinación recibe el apoyo técnico y coordinador
de la propia oficina. Ella además coordina, como se puede hacerlo,
ajustando presupuestos entre necesidades y recursos existentes
y materializando y estructurando en íntima conexión con el Ministerio,
no sólo de Educación, sino también de Industria y sobre todo de
Economía y Hacienda, la asignación de recursos. Eso es coordinar, es
decir, simplemente garantizar un esquema de asignación de recursos y
ayudar a que el mismo sea lo más racional posible, dentro de la
racionalidad limitada que es propia de toda obra humana. Es verdad
que tiene rango de dirección general como no ignora S.S. y que, está
incardinado en Presidencia, y quizá eso no tiene manifestación
expresa de superioridad de rango, pero sí fáctica de que la fuerza de
coordinación de una oficina incardinada en Presidencia del Gobierno
es superior que la de una mera dirección general, que parece
limitarse a coordinar los fondos del propio Ministerio de Educación y
la competencia normal entre los departamentos, y los otros miembros,
como ha dicho el director de la oficina, podrían mostrar alguna
reluctancia a ser coordinados.

La incardinación de la oficina es una señal de la importancia y el
deseo de coordinación que emana del órgano más alto del Gobierno, que
es la propia Presidencia del Gobierno. La razón, aparte de no
aumentar innecesariamente el gasto público, de disciplina
presupuestaria, etcétera, es que se pensó que bastaba el nivel de
dirección general pero incardinada, como la propia función exige, en
un



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órgano, que es la Presidencia del Gobierno, cuyo presidente es el
garante máximo, repito, de esa coordinación. Para hacerlo necesita
unos fondos que están en el programa 542.M, de fomento y coordinación
de investigación, ciencia y tecnología. En el presupuesto pasado,
como no estaban desgajados todavía los fondos correspondientes a la
antigua dirección general de I+D, fueron distribuidos. La lista de
grandes instalaciones por funciones expresas de la oficina que debe
nutrirnos no se la voy a detallar, ya lo hice en la comparecencia de
presupuestos.

Que haya dispersión geográfica es inevitable, señoría. Este país está
geográficamente extendido en miles de kilómetros cuadrados y las
instalaciones, de acuerdo con las necesidades y las funciones de las
mismas, están también dispersas a lo largo de esta piel de toro que
llamamos España.

Si concentramos todo en una región tendríamos una visión distinta de
tiempos pasados de concentración, que no es propia de los tiempos que
corren, como es ir a cosas verticales, a la que este Gobierno no es
ni será nunca afecto. De modo que tiene la dispersión natural del
propio territorio.




La señora PRESIDENTA: Pasamos al punto número 4 del orden del día, la
pregunta formulada por la señora diputada Riera Madurell, del Grupo
Socialista: aspectos en que ha mejorado la coordinación de los OPI
tras la creación del comité de coordinación funcional de Organismos
Autónomos de Investigación y Experimentación.




La señora RIERA MADURELL: Señora presidenta, si no le importa,
preferiría cambiar el orden de las preguntas, porque hay una relación
entre ellas, aunque las formularía separadas.




- DE LA SEÑORA RIERA MADURELL (GRUPO SOCIALISTA DEL CONGRESO), SOBRE
EXPLICACIÓN DEL INCUMPLIMIENTO DE LA DISPOSICIÓN FINAL TERCERA DEL
DECRETO 765/1996, DE 7 DE MAYO. (Número de expediente Congreso 181/
001937 y número de expediente Senado 683/000098)



La señora PRESIDENTA: Supongo que no hay inconveniente. La Mesa
acepta esta modificación del orden del día de invertir y poner la
número 5 como número 4.

Formulamos entonces el punto número 5, que pasa a ser 4: Explicación
del incumplimiento de la disposición final tercera del Decreto 765/
1996, de 7 de mayo.

Para la formulación de la misma tiene la palabra la señora Riera.




La señora RIERA MADURELL: Le doy las gracias, señora presidenta.

Señorías, señor González, el 8 de mayo de 1996, es decir, hace más de
dos años, se publicó en el Boletín Oficial del Estado el Real Decreto
765, de 7 de mayo, cuya disposición final tercera, párrafo segundo,
dice: el Gobierno, dentro del plazo de seis meses a partir de la
promulgación del presente real decreto, refundirá en el Consejo
Superior de Investigaciones Científicas aquellos organismos autónomos
adscritos a los diferentes departamentos ministeriales que
desarrollen actividades de investigación y experimentación. Esta
disposición final tercera significa claramente que todos los
organismos públicos de investigación antes del 8 de noviembre de 1996
deberían haberse integrado o refundido en el Consejo Superior de
Investigaciones Científicas. Afortunadamente, después de
transcurridos más de dos años desde la publicación del decreto, no
tenemos constancia de que esta disposición se haya cumplido.




Además, el pasado mes de marzo esta diputada que les habla se
interesó por esta cuestión, y a mi sí que me respondieron por
escrito, señor Bayona, pero le aseguro que hubiera sido mucho mejor
que no me hubieran contestado, porque, señor González, créame, la
respuesta que me dio su Gobierno ofende a cualquier mente mínimamente
racional. En dicha respuesta, señor González, se me hablaba de
homogeneización, que es un término que no aparece para nada en el
real decreto, y pretendían, con algunas ideas elementales de
coordinación científica, ni siquiera coordinación funcional, hacerme
creer que se está dando cumplimiento al real decreto.

Señor González, el decreto habla claramente de refundición y ustedes,
afortunadamente para todos, no lo han hecho. Pero me gustaría saber
cómo explica el Gobierno este incumplimiento. ¿Piensan ustedes
todavía cumplir el real decreto aunque sea fuera de plazo?



La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra el señor secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE UNIVERSIDADES, INVESTIGACIÓN Y
DESARROLLO (González González): Señora Riera, antes de nada debo
decirle que está muy lejos de mí toda intención ofensiva por supuesto
a esta Cámara ni a su persona, que considero dotada de altísimas
dosis de racionalidad. De modo que lejos de mí esta pretensión
ofensiva.

Una segunda aclaración es que, efectivamente, se ha contestado por
escrito puntualmente a su pregunta y a la del señor Bayona por parte
de mis servicios. Tenemos el pundonor a su pregunta y a la del señor
Bayona por parte de mis servicios. Tenemos el pundonor de
contestarlas todas, pero investigaré donde ha podido llegar esa
pregunta. Yo le he contestado por escrito y ahora lo haré oralmente.




El apartado segundo de la disposición final tercera del Real Decreto
765/1996, del 7 de mayo, como no desconoce S.S., habilita al Gobierno
para que, en el plazo de seis meses, refunda en el Consejo Superior
de Investigaciones Científicas aquellos organismos autónomos
adscritos a los diferentes departamentos ministeriales que
desarrollen actividades de investigación o de experimentación. El
cumplimiento de lo previsto en la citada disposición no puede en
ningún caso quedar constreñido a los plazos establecidos en la misma,
no pudiéndose calificar de incumplimiento la no realización de lo
contenido literalmente en la disposición final tercera mencionada.

Esto es así y ha quedado refrendado por el servicio jurídico del
Estado por el hecho de que el Gobierno ya contaba con



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una habilitación anterior, conferida por una ley, para proceder a la
racionalización de la estructura de los organismos autónomos y
entidades públicas. En este sentido, el artículo 76 de la Ley 42/
1994, del 30 de diciembre, de medidas fiscales, administrativas y de
orden social, y bajo la rúbrica: reordenación de organismos autónomos
y entidades públicas, autoriza al Gobierno, mediante real decreto,
a propuesta conjunta de los Ministerios de Administraciones Públicas y
de Economía y Hacienda, y de acuerdo con el departamento afectado, a
refundir o modificar la regulación de los organismos autónomos y
entidades públicas, respetando en todo caso los fines que tuvieran
asignados respecto a aquellos para los que existieran adscritos
determinados ingresos, como medios económicos para la obtención de
los fines mencionados. De esta manera, el Gobierno tiene atribuida
por ley la facultad de modificación, supresión y refundición de
organismos autónomos, sin que en el precepto de rango legal se haya
establecido plazo alguno para el ejercicio de dicha facultad, por lo
que puede entenderse que el Gobierno puede proceder, apreciando las
circunstancias concurrentes y en el ejercicio legal de sus
facultades, a prorrogar de hecho el mencionado plazo, siempre con el
objetivo último de proceder a la racionalización de los organismos
autónomos y entidades públicas. No podemos olvidar que la disposición
final tercera del Real Decreto 765/1996 es de carácter habilitante
para el Gobierno y no cabe concebirla como autolimitante de sus
propias facultades. A esto hay que añadir que tampoco se impide al
Gobierno, con arreglo al ordenamiento jurídico, la decisión de cómo
ha de llevarse a cabo la refundición mencionada en la disposición
adicional tercera del Real Decreto 765/1996. Si, para el mejor
cumplimiento de los fines y el desarrollo de la filosofía que subyace
en la refundición señalada, se estimase por el Gobierno la
conveniencia de llevar a cabo una integración de carácter funcional,
no se estaría incumpliendo por ello norma alguna del ordenamiento
jurídico; por el contrario, se estarían sentando las bases que
conducirían a una coordinación exitosa del proceso de unificación de
criterios de actuación de los organismos públicos que desarrollen
funciones de investigación y experimentación, evitando decisiones
precipitadas que conducirían a dicho proceso al fracaso y, por tanto,
repercutirán negativamente en el sistema público de I+D.

No se puede, por tanto, achacar al Gobierno el incumplimiento de un
precepto reglamentario, sino que, muy al contrario, el Gobierno está
desarrollando un proceso con garantías de éxito para el cumplimiento
del espíritu de dicho precepto. En ese sentido, en una primera fase
se ha procedido a la integración funcional, a través de la creación
del comité de coordinación funcional de los organismos autónomos de
investigación y experimentación, al que habré de referirme al
contestarle a la segunda pregunta de S.S., antes de finalizar las
respuestas. Apartir de este momento se desarrollará un período en el
que se mejoran los instrumentos de coordinación, planificación y
seguimiento de actuaciones que permitan abordar políticas comunes
exentas de los riesgos inherentes al establecimiento de nuevas
estructuras, evitando por tanto que éstas resulten distorsionadas y
no adecuadas a las necesidades reales del sistema público español de
investigación y
desarrollo. En definitiva, todos estos organismos han estimado que el
Real Decreto 765/1996 obliga a iniciar un proceso en el cual la
coordinación recíproca sea cada vez más intensa y redunde en el mejor
aprovechamiento y racionalización de los recursos de investigación
dependientes de la financiación del Estado. En esta línea de
actuación, los esfuerzos del comité de coordinación funcional de los
organismos públicos de investigación y experimentación irán
encaminados a la búsqueda de condiciones adecuadas para la
homogeneización de criterios de actuación científica y en los ámbitos
estructurales de los recursos humanos y de los procedimientos de
gestión. Establecidas tales condiciones, entre las cuales tiene gran
importancia el carácter estructural que se deriva de la adaptación de
los OPI a la Lofage, se irán adoptando las decisiones que resulten
procedentes en orden a la máxima coordinación y mejora del sistema
español de ciencia y tecnología.




La señora PRESIDENTA: La señora Riera tiene la palabra.




La señora RIERAMADURELL: Señor González, las cosas son como son y no
como muchas veces uno quiere que sean, y la ley es para cumplirla; si
después uno ve que ha cometido un error, lo tiene muy fácil, se
deroga. Realmente, señor González, usted habría quedado mucho mejor
hoy aquí diciendo que el real decreto fue un error. Usted habría
quedado mucho mejor reconociendo desde el principio que fue un error
fruto de la ignorancia de quien lo planeó y que demuestra, por parte
de quien lo planteó, un total desconocimiento de nuestro sistema de
ciencia y tecnología. Porque, señor González, el decreto no habla
para nada de coordinación, como ustedes han querido y quieren
hacernos creer. Habla clarísimamente de refundición, y esto es algo
muy distinto. Ciertamente, ustedes, como ha mencionado, han creado
con posterioridad, exactamente un año después, también por decreto,
del que hablaremos en la siguiente pregunta, un comité de
coordinación funcional de los OPI, que no tiene nada que ver, aunque
ustedes hayan querido ligarlo, con la disposición final tercera que
yo le he leído. Una cosa es refundir y otra muy distinta es
coordinar. Señor González, ustedes no han cumplido la norma y, por lo
visto, no tienen intención de cumplirla en sus propios términos.

Luego, como ya le he dicho, lo que deberían hacer es reconocerlo y
derogar el real decreto, explicando las razones para no inquietar y
confundir a nuestra comunidad científica con palabras que bajo ningún
concepto son sinónimos. Si han decidido que no piensan refundir los
OPI en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, deroguen
la disposición final tercera del real decreto y digan claramente que
fue un error, fruto posiblemente, señor secretario de Estado, de la
improvisación y de la imprudencia con que este Gobierno trata un tema
tan delicado y de tanta trascendencia como es la investigación
científica. Una vez más, señor González, han pretendido hacer cambios
de una gran trascendencia de forma unilateral y sin consultar a
quienes durante trece años de Gobierno cambiamos el panorama de la
investigación científica en España, y después se han dado cuenta dee
que esto era un error. Si lo hubieran consultado,



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buscando el consenso, este error no se había producido. Una vez más
han querido cambiar algo de manera improvisada sin tener un modelo
alternativo. Señor secretario de Estado, arreglen el error, dejen
claro que no piensan refundir los OPI en el CSIC derogando el real
decreto, y otra vez consulten, busquen el consenso, como hacía el
Gobierno socialista, por el bien de la investigación en España.




La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra el señor secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE UNIVERSIDADES, INVESTIGACIÓN Y
DESARROLLO (González González): En primer lugar, me complace saber
que el Gobierno socialista, incluso cuando tenía mayoría absoluta,
buscaba el consenso; siempre nuestro conocimiento aumenta. (El señor
Bayona Aznar: En estos temas sí). Pero señoría, no se trata de un
error. Le he señalado que la disposición final tercera, en cuanto a
la interpretación, tiene carácter de habilitante para el Gobierno
y no cabe concebirla como autolimitante, En realidad, la coordinación
funcional de los OPI continúa y fue diseñada en aras a un objetivo
que es la coordinación y continúa sobre todo reforzando su
importancia, su papel en el sistema de I+D. Entre otras cosas, hay
que señalar la potenciación dentro del CSIC, a niveles que no conocía
desde 1939, por ejemplo, en la dotación de plazas y las labores de
coordinación. El CSIC desempeña un importante papel como el organismo
público de investigación más importante, pero la labor de
coordinación es la que habilita al Gobierno para instrumentar esa
coordinación, tiene carácter habilitante -así interpretamos nosotros
ese decreto- y no cabe concebirla como de carácterf limitativo o
autolimitante de sus propias facultades. De modo que fue en aras a la
coordinación; no se trata de un error, sino de un proceso que lleva
sus pasos y todavía quedan bastantes leguas de camino.




- DE LA SEÑORA RIERA MADURELL (GRUPO SOCIALISTA DEL CONGRESO), SOBRE
ASPECTOS EN QUE HA MEJORADO LA COORDINACIÓN DE LOS OPI TRAS LA
CREACIÓN DEL COMITÉ DE COORDINACIÓN FUNCIONAL DE ORGANISMOS AUTÓNOMOS
DE INVESTIGACIÓN Y EXPERIMENTACIÓN. (Número de expediente Congreso
181/001936 y número de expediente Senado 683/000097).




La señora PRESIDENTA: Formulamos la siguiente pregunta del orden del
día, sobre aspectos en que han mejorado la coordinación de los OPI
tras la creación del comité de coordinación funcional de organismos
autónomos de investigación y experimentación.

Tiene la palabra la señora Riera, autora de esta pregunta.




La señora RIERA MADURELL: Señora presidenta, ahora sí que vamos a
hablar de coordinación.

El 7 de mayo del pasado año el Boletín Oficial del Estado publicó el
Real Decreto 574, de 18 de abril, por el que se creaba y regulaba el
comité de coordinación funcional
de los organismos de investigación y experimentación; ahora el
Gobierno le ha cambiado el nombre, no les llama OPI, les llama Oaiex.

Este comité, creado en el seno de la CICYT, por tanto responsabilidad
directa del presidente del Gobierno, tiene además un presidente
propio, que es usted, señor González. Por ello, transcurrido ya un
año desde su creación, nos gustaría saber en qué aspectos ha mejorado
la coordinación de los OPI, mejor dicho, de los Oaiex, desde la
creación del comité. Le pido, señor González, que no nos responda de
la misma forma en que lo hicieron por escrito cuando formulé por
primera vez esta pregunta el pasado mes de marzo, porque, según dicen
ustedes -y tengo la respuesta aquí delante-, después de un año de
funcionamiento un comité que reúne un numeroso grupo de insignes
gestores e investigadores sólo ha sido capaz de identificar unos
objetivos de coordinación tan elementales y obvios que se podrían
haber copiado de la introducción de cualquier manual de gestión de I+
D. No cabe duda de que habrán meditado mucho, señor González, para
identificar como objetivos de interés el obtener el máximo
aprovechamiento de recursos científicos, el asegurar una
investigación de calidad o cualquier otro de los objetivos que
aparecen. Suponía, señor González, que estos objetivos eran bien
conocidos por los responsables de nuestros organismos públicos de
investigación y la verdad es que me alarma que no sea así.

Otra importante tarea que parece que ha realizado este comité, según
me contestan, en más de un año es identificar campos de actuación
conjunta. No se le habrá escapado, señor González, si lo ha leído,
que lo que han hecho es listar una serie de áreas que se corresponden
biunívocamente con los temas de trabajo de los OPI sectoriales
involucrados: biomedicina y salud, con el Instituto Carlos III;
recursos marinos, con el Instituto Oceanográfico español; ciencia y
tecnología aerospacial, con el INTA, y así sucesivamente. Debe
reconocer, señor González, que cualquiera de nosotros podría haber
elaborado una lista como ésta en un par de horas.

En tercer lugar, y esto puede ser más interesante, nos dicen que el
comité está planteando unas redes temáticas sobre las que no tenemos
ninguna información y después de un año y medio de trabajo no sabemos
cuáles son, cómo van a funcionar y qué mecanismos se plantean para
que sean eficaces. Por esto, señor González, le pediría concreción en
su respuesta de hoy. Y para concretar, señor secretario de Estado,
nos gustaría que nos valorara explícitamente cómo ha mejorado la
coordinación de los OPI con relación a alguno de los objetivos que
figuran en el propio decreto de creación; concretamente nos gustaría
saber cómo ha mejorado la simplificación organizativa, la disminución
de costes de funcionamiento y qué decisiones se han tomado para
evitar duplicidades en las actividades de los OPI y garantizar un
óptimo aprovechamiento de sus recursos materiales y económicos.




La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra el señor secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE UNIVERSIDADES, INVESTIGACIÓN Y
DESARROLLO (González González): Como muy bien acaba de



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decir, señoría, el comité de coordinación funcional de organismos
autónomos de investigación y experimentación, regulado por el Real
Decreto 574/97, de 18 de abril, se configura como un instrumento de
ejecución de los cometidos de coordinación funcional de las
actividades de investigación y experimentación de los organismos
dedicados a las tareas citadas, que corresponden a la CICYT.

Ciertamente está presidido por el secretario de Estado de
Universidades, Invetigación y Desarrollo y está integrado por los
directores de todos los organismos públicos de investigación, así
como por los directores de otros organismos públicos que, sin tener
la calificación jurídica de organismo público de investigación,
desarrollan proyectos de investigación y experimentación y se
configura como un instrumento de gran utilidad para la Comisión
Interministerial de Ciencia y Tecnología; de gran utilidad en el
cumplimiento de sus funciones coordinadoras, dado que una buena parte
de los fondos públicos dedicados a la investigación son utilizados
por los miembros representados en el comité de coordinación
funcional. Desde su creación, en abril de 1997, el comité de
coordinación funcional de organismos autónomos de investigación y
experimentación ha celebrado tres reuniones (el 12 de mayo de 1997 y
las sesiones de los días 3 de marzo y 30 de diciembre de 1998) que
han servido para presentar estas bases lo que debe ser una real
coordinación funcional en estos organismos con el fin de evitar
duplicidades, como muy bien ha señalado su señoría, en las
actividades que los mismos desarrollan y garantizan el óptimo
aprovechamiento de los recursos humanos, materiales y económicos que
en el ámbito de la Administración general del Estado se ponen a
disposición de la investigación científica y la experimentación.

Además de sentar las bases de lo que sin duda significará en el
futuro una unificación de criterios de actuación, se ha acordado en
las citadas reuniones la realización de una serie de actuaciones en
ámbitos muy concretos, lo que muestra la utilidad que en tan poco
tiempo ha observado este comité y la necesidad sentida por todos sus
integrantes de confluir en un órgano que permita la adopción de
líneas de actuación convergentes hacia los mismos fines. En este
sentido, señoría, puedo adelantarle que incluso se ha acordado
medidas que se espera que tengan en breve un reflejo en la
legislación, como es el caso del acuerdo adoptado en el seno del
comité de coordinación funcional sobre la forma en que los organismos
públicos de investigación deben adaptarse a las previsiones
contenidas en la Ley de organización y funcionamiento de la
Administración General del Estado, de la llamada Lofage, que tendrá
su plasmación en el artículo 40.5 de la futura Ley de medidas
fiscales, administrativas y de orden social, que previsiblemente
entrará en vigor el 1 de enero de 1999.

Por tanto, este comité no se concibe únicamente como un instrumento
formal de coordinación funcional entre los organismos autónomos que
desarrollan actividades de investigación y experimentación, sino que
en su corta vida ya ha demostrado una vocación inequívoca hacia la
coordinación material, es decir, hacia la adopción de líneas
conjuntas de actuación que de una manera inmediata o en un plazo más
largo de tiempo permitan la potenciación del sistema público español
de investigación y desarrollo a través
de la actuación coherente, tendente a los mismos fines, de los
organismos públicos que desarrollen este tipo de actividades,
evitando actuaciones disociadas que repercutan en un mal
aprovechamiento de los fondos públicos. Éste es el sentido último del
comité. Las propuestas realizadas en el seno del comité de
coordinación funcional de los organismos autónomos, aceptadas
unánimemente por sus miembros, reflejan, como le digo, la necesidad
de diseñar genéricamente este marco -se ha referido S.S. al marco
diseñado- en el que deben desarrollarse actuaciones coordinadas, como
la necesidad de acordar medidas concretas de actuación en
determinados casos.

Por lo que respecta a la necesidad de diseño del marco, no voy a
fatigar a S.S. repitiéndole lo que quizá ya esté implícito en alguna
de las expresiones que S.S. ha manifestado, pero sí quisiera subrayar
algunos puntos. Citaré, por ejemplo, la celebración de reuniones de
gerentes o de secretarios generales de los organismos para analizar
las situaciones de personal de cada uno de estos organismos, con el
fin de sentar las bases de lo que en un futuro puede llegar a ser la
carrera científica con categorías similares, niveles retributivos
comparables entre los distintos organismos, la celebración de
reuniones de los gestores de las oficinas de transferencia de
tecnología de cada uno de los organismos para poner en común el tema
sobre transferencias de tecnología, coordinados por miembros del
comité con la posibilidad de establecer un comité de transferencia en
tecnología que represente a estos organismos; proceder a la
información y al intercambio de información para conocer la intención
presupuestaria de cada organismo con el fin de establecer la
coordinación de esos presupuestos y avanzar en el camino de ahorro de
recursos al que alude S.S.; coordinar acciones entre los organismos
susceptibles de ser subvencionadas por la CICYT a través de una línea
de financiación específica; determinar áreas de conocimiento que
permitan la priorización de proyectos comunes; proceder al
intercambio de información para identificar proyectos de interés
común; favorecer la movilidad entre investigadores de los OPI y de
las universidades; implicar al sector industrial en la participación
en proyectos comunes; desarrollar acciones de mejora y difusión de la
imagen de los OPI; favorecer las redes temáticas de investigación;
reforzar las actividades de intercambio de información y recuperación
entre los OPI y los investigadores respectivos; realizar programas
comunes entre aquellos OPI que comparten actividades y establecer
mecanismos de incentivación a la colaboración y apoyo entre
organismos; establecer un programa de becas para OPI condicionadas a
esta colaboración.

Señoría, quizá ha sido larga y fatigosa la lista, pero ése es el
resultado del intercambio de las diferentes opiniones de los
importantes miembros de los distintos OPI que participaron en las
reuniones habituales del comité de coordinación funcional. Luego se
han elaborado medidas concretas de actuación en determinados ámbitos,
por ejemplo, en el del sistema de acceso de información de los OPI,
donde se ha creado una base de datos común, con el objetivo de
unificar los accesos a la página web, a través de una página común
para todos los OPI que permite el acceso a su oferta conjunta. Esta
base de datos contendrá información -ha sido presentada por el propio
CSIC en la última



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reunión del comité de coordinación funcional- sobre proyectos de
investigación, infraestructura científica, clientes de los programas
públicos con indicación de sus intereses.

De modo que la primera vía eficiente de asignación de recursos es
disponer de una formación articulada, sistemática y coherente de
todos los OPI. Esa información permitirá coordinar los recursos y
evitar el despilfarro de los mismos. Asimismo, se han realizado
trabajos concretos de coordinación para resolver los problemas que
tiene algún importante organismo partícipe al adoptar medidas de
emergencia.

Todo ello demuestra el inequívoco e importante papel que está llamado
a cumplir el comité de coordinación funcional de los organismos
autónomos de investigación, en una tendencia que queda manifestada
-creo- en esta etapa de su creación y en estos dos años de rodaje.




La señora PRESIDENTA: Tiene la palabra la señora Riera.




La señora RIERA MADURELL: Señor González, el papel que este comité
está llamado a cumplir no le conozco. Pero lo que sí es en una
realidades que de momento han hecho una página web que permite
acceder directamente a todos los organismos públicos de
investigación, es muy útil y por todo ello les felicito. Sin embargo,
señoría, yo le he pedido que concretara tres aspectos que, al fin y
al cabo, son los objetivos que han marcado para este comité, para que
quedara claro en todo momento de qué estamos hablando y,
sinceramente, señor González, su respuesta ha sido muy general y muy
poco clarificadora de lo que es la realidad actual del comité de
coordinación de los OPI. O quizás ha quedado una cuestión: que es
evidente, señor González, que el trabajo realizado por este comité,
hasta el momento, no justifica su creación, aunque tenga muy bienas
intenciones para el futuro. Nos tememos que ustedes han creado un
organismo que podría hacer muchas cosas, pero que de momento no las
hace. Señor González, los socialistas, como ya hemos reconocido en
otras ocasiones, creemos que, de verdad, la coordinación de los OPI
debe y puede mejorarse y para ello voy a darle un par de sugerencias.

¿Por qué este comité no se encarga de poner en común todo lo que
genera la representación española en los programas internacionales?
Hay programas internacionales auténticamente monopolizados por
algunos OPI. ¿Por qué este comité no se encarga de asignar los
tiempos de utilización de las grandes instalaciones? ¿Por qué no se
encarga de organizar una utilización extra OPI de la infraetructura
de cada uno de los OPI? ¿Por qué no hacen estas cuestiones? Porque a
ustedes, señor González, les gusta más hacer operaciones de
maquillaje vacías de contenido. Ya han nombrado al presidente del
Gobierno presidente de la Cicyt, sin que asuma ninguna
responsabilidad, como nos ha recordado el señor Bayona, y han creado
una oficina de ciencia y tecnología sin competencias ni presupuestos.

Por cierto, me gustaría hacerle una pregunta, señor González. ¿Qué
relación hay o tiene que haber entre la oficina, que supuestamente
realiza tareas de coordinación, y este comité? Ahora crean un comité
de coordinación que prácticamente
en año y medio no ha tomado ninguna decisión clara al respecto.

Para terminar, señor González, me gustaría decirle algo sobre el
cambio de nombre de OPI por OAIEX. Como habrá observado el señor
secretario de Estado, porque es muy observador, en OAIEX, figuran
todas las vocales, menos una, la «u». No sé si han excluido la «u»
por alguna razón, pero yo le sugeriría que la pusiera porque la «u»
podría representar la universidad y así podrían decir que el comité
también coordina la universidad.

Señor González, yo le rogaría que hicieran las cosas en serio, porque
nuestra comunidad científica se lo agradecería.




La señora PRESIDENTA: Señor secretario de Estado, no necesito
recordarle que solamente tiene que contestar a las preguntas que
textualmente se le han formulado. No obstante, tiene, como siempre,
libertad, y contestará con rigor, como acostumbra en sus
comparecencias.

Tiene la palabra.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE UNIVERSIDADES, INVESTIGACIÓN Y
DESARROLLO (González González): Señora Riera, hay que señalar que
hasta el momento nunca la coordinación entre los organismos públicos
de investigación y el CSIC, el más importante de todos, había sido
tan intensa. Quizás sorprende que este momento de andadura del comité
funcional que está teniendo los primeros resultados, esté intentando
responder precisamente a muchos de los problemas que S.S. ha
planteado en la réplica. Puede estar segura S.S. que la interacción
entre los OPI sectoriales y el Consejo Superior de Investigaciones
Científicas es en estos momentos más intensa que en etapas
anteriores, desde los comienzos de los tiempos, no estoy aludiendo a
una administración concreta, no se sienta aludida, pero es más
intensa que nunca a través de los instrumentos en parte descritos y
otros muchos. Debo destacarle la creación de la red OTRI la
participación intensa de los OPI de forma conjunta en la elaboración
del futuro plan nacional, etcétera. La oficina existe en la Cicyt y
el comité de los OPI es parte de la Cicyt; la conexión, como se dice
vulgarmente, cae por su propio peso.

Respecto a lo que me pregunta sobre la puesta en común de la
generación de información, que tienen los representantes españoles en
los programas internacionales, lo he enumerado, señoría, cuando he
aludido al objetivo de proceder al intercambio de información para
conocer los presupuestos de los organismos, pero también para conocer
la información sobre coordinación necesaria en los distintos
programas; no tiene por qué referirse sólo a los programas
nacionales, sino también con los internacionales.




Respecto a las infraestructuras de cada uno de los OPI, señoría, de
verdad es muy difícil maquillar una infraestructura, no es una
operación de maquillaje. Las infraestructuras de los OPI salen en las
discusiones al coordinar las actuaciones de los distintos OPI y en
esas coordinaciones es cuando se plantea esta infraestructura,
determinando qué OPI es el responsable, entra en coordinación deuna u
otra forma y se adoptan las medidas correspondientes.




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Porque, señoría, ¿qué otra cosa hay si no esa voluntad de coordinar
infraestructuras, mediante la red que se ha montado y que ha sido
presentada muy brillantemente, con sistemas de presentación de power
point, etcétera, para conocimiento de todo el programa y el sistema
de acceso a la información de los OPI? ¿Y qué otra cosa es el inicio
de los trabajos concretos de coordinación para los que se han
designado -y esto no lo he dicho y lo digo ahora- una o dos personas
de cada organismo, representantes en el comité, que trabajarán en el
desarrollo de un esquema que pudiera ser utilizado para elaborar las
directivas en común que se desean abordar? Hasta el momento
-información nueva, señoría-, se ha acordado que el tema objeto del
primer estudio sea el de medio ambiente y las emergencias ecológicas.

No se le escapa a S.S. que ese es un problema importante porque hay
una cuestión que no podemos controlar ni coordinar, que es la acción
de la naturaleza y las consecuencias indeseadas de esa acción. Por
tanto, lo más que podemos hacer es adoptar medidas de previsión y
estas medidas implican que sean adoptadas coordinadamente entre todos
los organismos responsables.




Muchísimas gracias, señoría, no deseo fatigarla más. Muchas gracias
por su amabilidad y por su elegancia parlamentaria.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor secretario de Estado. La
Mesa de esta Comisión quiere agradecer su comparecencia.

Interrumpimos la sesión unos segundos para despedir al señor
secretario de Estado. (Pausa).




COMPARECENCIA DEL SEÑOR MINISTRO DE DEFENSA (SERRA REXACH) PARA
INFORMAR SOBRE:



- POLÍTICA DE INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO (I+D) DEL MINISTERIO DE
DEFENSA. A SOLICITUD DEL GRUPO SOCIALISTA DEL CONGRESO. (Número de
expediente Congreso 213/000812 y número de expediente Senado 711/
000229).




- LA APORTACIÓN DEL MINISTERIO DE DEFENSA A LA INVESTIGACIÓN
ANTÁRTICA. A SOLICITUD DEL GRUPO SOCIALISTA DEL CONGRESO. (Número de
expediente Congreso 213/000813 y número de expediente Senado 711/
000236).




La señora PRESIDENTA: Señorías, en nombre de la mesa quiero agradecer
al señor ministro su comparecencia en el día de hoy. Igualmente
quiero señalar que es la primera vez que un ministro de Defensa del
Gobierno español comparece ante esta Comisión desde que la misma
existe. Muchas gracias por su presencia, señor ministro; le damos la
palabra para lo que creea oportuno respecto de la petición que le ha
formulado el Grupo Socialista.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (Serra Rexach): Muchas gracias, señora
presidenta.

Señorías, es un honor para el ministro que les habla comparecer ante
ustedes para explicar, por un lado, la política de investigación y
desarrollo del Ministerio de Defensa y, por otro, explicar la
aportación del mismo a la investigación antártica. Con permiso de la
Presidencia voy a hacer ambas comparecencias conjuntamente.

Comenzaré la comparecencia dedicada al esfuerzo de I+D por parte de
Defensa recordando tres hechos que por conocidos no dejan de ser
importantes y que yo creo son los que enmarcan y dan sentido a toda
la política del Ministerio en materia de I+D. La primera de estas
condiciones es que la aportación I+D es una apuesta de futuro. La I+D
conlleva una fuerte carga de riesgo, pero también es la única
posibilidad si queremos alcanzar el futuro, recuperar el tiempo
perdido y no volver a perder trenes de sucesivas revoluciones
tecnológicas, como ha pasado en el pretérito. En cualquier caso, como
digo, la investigación es una inversión de futuro, aunque a veces sus
implicaciones resulten sorprendentes. Yo creo que SS.SS. conocen
sobradamente aquella famosa investigación o agrupación de distintas
investigaciones y desarrollos del departamento de Defensa de los
Estados Unidos que se dio en llamar iniciativa de defensa
estratégica, y, en términos coloquiales la guerra de las galaxias,
que al cabo de un tiempo produjo, ni más ni menos, que el final de la
confrontación Este-Oeste. Como digo, es una apuesta de futuro y, por
tanto, conlleva riesgo. Pero eso, para un país mediano como España
tiene que ser especialmente ponderado. No podemos competir con los
grandísimos cuyos medios humanos y recursos financieros exceden con
mucho a las capacidades nacionales. Por tanto, tenemos que buscar
especializaciones, lo que se pueden llamar ventajas comparativas para
poder abordar con éxito un programa de I+D. Si me lo permiten SS.SS.

les contaré un programa que se desarrolló en España en la empresa
pública, en el Instituto Nacional de Industria, allá por los años
ochenta y que tuvo bastante éxito. Se trataba de investigar las
consecuencias de la peste porcina africana. Como era una enfermedad
-como saben SS.SS.- contagiosa no se investigaba en ningún sitio del
mundo excepto en una isla británica; por tanto, esa ventaja
comparativa española nos hizo poder competir porque muchos otros
países renunciaron a hacer investigaciones en la materia.

El segundo punto de los tres que enmarcan la política de I+D es la
situación en la que nos encontramos de la investigación y desarrollo
en relación con las Fuerzas Armadas. Hay que ser conscientes de que
en los últimos años ha habido -dicen los tratadistas- no menos de
seis revoluciones, es decir, en muy distintas facetas de las Fuerzas
Armadas han ocurrido importantísimos cambios en la organización de
las Fuerzas Armadas desde la gestión a la información. Hay una
cuestión sustancial a este respecto y es considerar que estamos en el
umbral de una nueva revolución tecnológica. Voy a intentar explicarme
ante SS.SS. Las nuevas tecnologías, de las que tanto se habla,
básicamente son cinco: nuevos materiales, ingeniería genética,
microelectrónica, informática y comunicaciones. Todas ellas tienen
importancia en el mundo militar -como no podría ser de otra manera-;
tenemos el ejemplo



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en nuevos materiales de las cerámicas duras apropiadas para las
corazas de los vehículos de combate, tenemos los materiales
ultraligeros, la fibra de carbono, cuyas aplicaciones ya han
traspasado claramente las aplicaciones militares y están en
aplicaciones civiles. Sin embargo, la microelectrónica, la
informática y la telecomunicación son nuevas tecnologías que se
articulan entre sí. Primero viene la revolución de la
microelectrónica que si la intentáramos traspasar al mundo del
vehículo supondría poder dar la vuelta al mundo en un vehículo de
motor de cuatro tiempos gastando cuatro litros de gasolina. Este
sería el ahorro que ha supuesto las innovaciones electrónicas. Sobre
esa revolución se monta en los años sesenta y setenta la de la
informática, con aplicaciones evidentes al mundo militar. Todavía
hoy, hace un año, se ha dado un premio a una empresa española por
presentar un programa a la Alianza Atlántica donde se reflejaba la
mejor información en tiempo real de lo que acontece en el campo de
batalla. Sobre esa innovación tecnológica de la informática ha
llegado la de las telecomunicaciones. Baste recordar que en los años
noventa la comunicación suponía el 2 por ciento del PIB y los
cálculos es que hacia el año 2000 será el 10 por ciento. Es asombroso
comprobar el crecimiento espectacular que supone multiplicar por
cinco el peso relativo del PIB, lo que supondrá más que duplicar el
peso de la agricultura.

Estamos en un momento donde las técnicas militares se están
beneficiando de las nuevas tecnologías, pero también, señorías,
estamos en un momento capital en el que durante muchos años,
básicamente después de la segunda gran guerra, la tecnología militar
ha ido por delante y de ella se han obtenido usos civiles, y he
puesto antes algunos ejemplos, hay muchos más, como los get up
display, etcétera. Cincuenta años de paz, bajada de presupuestos de
defensa, sociedad de consumo, etcétera, han hecho que se traslade la
vanguardia desde la I+D militar a la I+D civil y hoy empiece a ser
mucho más rentable que hacer I+D puramente militar el militarizar
productos obtenidos gracias a investigaciones y desarrollo del campo
civil, Este es un punto que hay que considerar en cuanto a la
situación actual de las Fuerzas Armadas en relación con la I+D. Hoy
los puntos básicos están en estas tecnologías, que he citado en
último lugar, en sus distintas aplicaciones al arte de la guerra.

Pensar que hoy se puede saber en tiempo real lo que sucede al otro
lado de la colina es consecuencia de las telecomunicaciones, donde
hoy ya son habituales la comunicación por satélite, la gestión de la
información y que el soldado sobre el terreno y el general jefe de
ejército tengan en tiempo real la misma información, si bien filtrada
según los distintos niveles. También está en el umbral una forma de
actuación de las Fuerzas Armadas en la que se minimicen los daños
colaterales, lo que obliga a desarrollar un tipo de armamento con
unas características de precisión y seguridad hasta hoy desconocidas.

Estas revoluciones apuntan a estas áreas como las más rentables, las
más susceptibles de dar dividendos y en esa medida condicionan el
interés de la I+D, llevándola a concentrarse en esas áreas.

Por último, no podemos olvidar la importancia de las llamadas
tecnologías duales. En la década de los ochenta, bajo la situación
estratégica de los bloques, se le empezó a
llamar las tecnologías de doble uso, cuando -como recordarán SS.SS.-
Occidente tenía una especial preocupación e incluso se crearon
organizaciones ad hoc para que los adelantos conseguidos con la I+D
en los países occidentales no pudieran traspasarse al bloque del
Este, cuyo 30 por ciento de gasto militar en I+D era pura y
simplemente espionaje.

Sobre estas líneas básicas del Ministerio de Defensa pretende hacer
una política de investigación y desarrollo orientada a satisfacer
necesidades concretas de las Fuerzas Armadas para el cumplimiento de
las misiones que tienen asignadas, necesidades, que se derivan del
plan estratégico en conjunto y que, una vez que se han aprobado, se
traducen en el Plan director de investigación y desarrollo de la
defensa. El cumplimiento de este objetivo se sustenta en el marco de
los siguientes principios funcionales. Primero, favorecer las
soluciones que mejor satisfagan las necesidades al menor coste
posible, fomentando así las economías de escala mediante proyectos
conjuntos o de cooperación, minimizando al mismo tiempo los riesgos;
segundo, identificar tecnologías de interés que convengan -vale lo
que acabo de decir en cuanto a doble uso e inversión en cuanto
a prioridad militar o civil-, priorizando las que convenga que sean
sostenidas o promocionadas con cargo a los presupuestos del
Ministerio de Defensa; tercero, explotar al máximo los resultados de
la investigación y desarrollo civil en áreas tecnológicas duales
donde ya lleven el liderazgo; cuarto, apoyar el incremento de la
competitividad de la industria dentro del contexto europeo y mundial;
quinto, potenciar las oportunidades de explotación y, por último, en
sexto lugar, concentrar los esfuerzos tecnológicos en la
investigación aplicada en el desarrollo de demostradores tecnológicos
y de prototipos avanzados en coordinación con las directrices de
política económica e industrial para que las inversiones en I+D se
conviertan a medio o largo plazo en capacidades militares concretas.

De acuerdo con estos principios, la base industrial y tecnológica de
la defensa se promueve mediante programas de investigación
y desarrollo, tanto nacionales como de cooperación internacional, así
como a través de la cooperación industrial que se puede derivar de
los grandes programas de armamento y material.

En el ámbito nacional, la planificación del Ministerio -como SS.SS.

conocen- se enmarca en la política general del Gobierno en
investigación científica, desarrollo tecnológico e innovación. A
estos efectos, la planificación y coordinación de la investigación y
desarrollo de todos los ministerios se realiza mediante la Comisión
interministerial de Ciencia y Tecnología y la Oficina de Ciencia y
Tecnología, que la apoya en el desarrollo de sus competencias. En lo
que afecta al Ministerio de Defensa, los actores principales en el
desarrollo de estos planes son tres. En primer lugar, la industria,
siempre que exista viabilidad comercial, cuyo papel en I+D debe
incrementarse, a mi juicio, cada vez más. Ydigo que debe
incrementarse cada vez más porque es en la industria donde radican
dos cualidades que no radican en los otros centros a los que ahora me
referiré. Una es la posibilidad de la explotación del proceso de I+D,
explotación en términos económicos-industriales y por tanto donde se
olfatea mejor -si se permite la expresión- las posibilidades de
mercado que tenga el proceso en cuestión;



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la segunda, porque tratándose -como se trata en el caso de España- de
un país mediano, es mucho más lógico ir a proyectos que pongan el
acento en la D que a aquellos programas que pongan el acento en la I;
programas que estén más cercanos al desarrollo que a la investigación
pura; programas que en caso de investigación, vayan más a lo aplicado
que a lo puro. Como probablemente conocen SS.SS., el Pentágono gasta
cantidades ingentes en programas de investigación en matemática pura.

Hoy no tendría sentido que un país como el nuestro gastara cantidades
desde el Ministerio de Defensa para estos programas. Debemos ir hacia
la aplicación, debemos ir hacia desarrollos más concretos y, por
tanto, debemos polarizar más en la industria. En segundo lugar, los
centros dependientes del Ministerio de Defensa, con los que
intentamos mantener y fomentar tecnologías de aplicación específica
al campo militar que no son abordadas por la industria porque, por
regla general, no suelen tener el carácter de tecnología de doble
uso. Por último, la universidad, cuando se requiere una
especialización técnica elevada de carácter no industrial; y en este
caso estaríamos hablando más de investigación que de desarrollo. No
obstante, la política del Ministerio es desarrollar planes en
cooperación con la industria y la universidad siempre que sea
posible. La participación en el programa coincidente creo que es una
buena prueba de ello.

Señorías, dentro de este ámbito nacional es donde se enmarca el apoyo
que el Ministerio de Defensa da a la investigación antártica mediante
las actividades del buque de investigación oceanográfica de la
Armada, Hespérides, motivo -como decía al principio- de la segunda de
las comparecencias señaladas en el orden del día de la Comisión. Hay
que empezar por señalar que las actividades de este buque se realizan
bajo el control de la Comisión interministerial presidida por el
secretario general del Plan nacional de I+D y compuesta por
representantes de los ministerios de Educación y Cultura, Defensa,
Fomento y Agricultura, Pesca y Alimentación, según acuerdo de Consejo
de Ministros de 23 de abril de 1990. Esta Comisión es la encargada de
programar los trabajos científicos a desarrollar y analizar los
resultados obtenidos, también desde el punto de vista científico. En
consecuencia, la aportación del Ministerio de Defensa a la
investigación antártica consiste en proporcionar el buque Hespérides
y su dotación, en la que se incluye personal de sanidad y buceadores
de la Armada, planificar la ejecución de las campañas, estudiar su
practicabilidad en tiempo, distancia y autonomía, así como tramitar
las peticiones de escalas en los puertos para asegurar el adecuado
apoyo logístico. Asimismo, debe destacarse el apoyo que este buque
presta a la base antártica española Juan Carlos I y al refugio
Gabriel de Castilla, así como a las bases de Bulgaria, Uruguay
y Argentina, mediante el traslado de personal, equipos y recogida de
residuos. Por último -y ya fuera de la investigación antártica-, el
Ministerio de Defensa es competente en aquellas actividades
realizadas por el Hespérides que, en cumplimiento del acuerdo del
Consejo de Ministros de abril de 1993, se derivan del desarrollo del
Plan de investigación hidrográfica y oceanográfica de la zona
económica exclusiva española, aprobado por Orden Ministerial
comunicada de 30 de mayo de 1994, que están
coordinadas por un comité de dirección que preside el secretario
general técni co del departamento. Por tanto, como conclusión en el
ámbito nacional, procuramos la cooperación con industrias, empresas y
universidad siempre que sea posible e intentamos poner el acento en
programas de marcado carácter militar -cada vez más alejado de la
tecnología de doble uso por las razones que he expuesto-, poniendo el
énfasis en lo más cercano a la explotación industrial del producto
del proceso de desarrollo.




En el ámbito internacional, España sigue con atención las iniciativas
que se plantean en foros internacionales y colabora en fomentar
proyectos orientados a implantar una adecuada competitividad con la
industria de defensa más adelantada del mundo, que es la
norteamericana, pero también vigila -vigilamos desde hace muchos
años- que se produzca un justo retorno tecnológico en todos los
proyectos de cooperación. Como no se les escapa a SS.SS., las
economías de escala imponen, cada vez más, que proyectos de I+D
tengan que ser abordados en el ámbito de cooperación internacional, y
en concreto en el ámbito europeo; exceden las capacidades de un solo
país. Esto nos proporciona posibilidades de incrementar nuestro
acervo tecnológico, pero también nos proporciona -a veces no con todo
el éxito deseado- retornos a la economía nacional que contrapesan el
exceso de la aportación económica española sobre el trabajo realizado
por la base industrial y tecnológica nacional. A nivel internacional
participamos en grupos de investigación de la Alianza Atlántica y del
Grupo de Armamentos de Europa Occidental, el GAEO, y en
colaboraciones bilaterales y multilaterales. Programas que conocen
SS.SS. como el Eurofighter y otros relacionados con la simulación, la
guerra electrónica, las comunicaciones, el mando y control y otras
áreas tecnológicas han proporcionado una capacitación industrial
competitiva de la industria española que no hubiese sido posible -lo
pienso sinceramente- sin la firme apuesta del Ministerio de Defensa
por la investigación y el desarrollo hace ya mucho tiempo. La
participación del Ministerio en los programas de investigación y
desarrollo dentro de la Unión Europea Occidental (que como saben SS.

SS. es la organización de Defensa que acoge en distintas categorías
desde 10, que somos los sodios de pleno derecho, hasta 28 países
occidentales) está encuadrada en los proyectos del programa Euclide,
promovidos por los países que pertenecen el GAEO. Estos países, en
noviembre de 1996, se integraron en la Unión Europa Occidental con el
nombre de Organización de Armamentos de Europa Occidental -ya no GAEO
sino OAEO-, al objeto de poder tener capacidad de gestión
y contratación de proyectos de I+D bajo el auspicio del Tratado de
Bruselas. En lo que respecta a la participación en programas OTAN,
también en noviembre de 1996 se creó la Organización de Investigación
y Tecnología mediante la fusión de dos organizaciones existentes, el
Grupo Consultivo para Investigación y Desarrollo Aeroespacial y el
Grupo de Investigación y Defensa. Todos los programas de
investigación y desarrollo de la Alianza están dentro de esta
organización, que se divide en distintos niveles y áreas, con
participación de centros públicos e industrias de las naciones
miembros de la Alianza. España participa



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activamente en los niveles de decisión, de planeamiento y de
ejecución.

Los objetivos básicos para la investigación y desarrollo en el ámbito
europeo son dos: crear una base industrial y tecnológica de defensa,
con el objetivo estratégico de considerar que su mantenimiento es
vital para conseguir una mayor seguridad en la defensa europea común,
y proporcionar beneficios socioeconómicos y estratégicos, seguridad
económica y seguridad de suministros. A estos dos objetivos se puede
añadir un tercero, que sería proporcionar una alternativa a la
reducción del volumen de fuerzas mediante el aumento de la eficacia
de los sistemas. En este sentido, las líneas de actuación del futuro
deberían pivotar sobre los ejes siguientes: concentrarse
preferentemente en la promoción de tecnologías no duales, como he
dicho antes; evitar duplicidades, coordinando en la medida de lo
posible todos los esfuerzos; identificar tecnologías críticas para
defensa; armonizar requisitos militares sintonizándolos con estas
líneas de actuación; comprometer la adquisición de los programas de
investigación y desarrollo que satisfagan los requisitos operativos
exigidos; aumentar mecanismos para introducir la iniciativa privada
en la financiación de los desarrollos y fomentar la existencia de un
tejido industrial fuerte y competitivo en los nichos tecnológicos
seleccionados.

Con todas estas coordinadas y todos estos ejes que he expuesto ante
SS.SS., los programas, sin contar los que están bajo la
responsabilidad del INTAy sin contar tampoco el Eurofighter, conocido
por SS.SS., son los once siguientes: comunicaciones y guerra
electrónica; defensa nuclear, biológica y química; detección y ayudas
a la navegación; gestión y cooperación tecnológica; informática de
aplicación militar; misiles y cohetes; municiones pólvoras
y explosivos; optrónica, láser e infrarrojos; sistemas de mando y
control y simuladores; sistemas de armas donde se incluyen materiales
especiales para blindajes y estructuras, servomecanismos, plataformas
sinerciales y sistemas de control de armas, y vehículos de combate,
en donde se refiere al desarrollo de tecnologías de células de avión,
plataformas navales, vehículos terrestres, así como de equipos de
navegación y aviónica.

En la presente década, el esfuerzo económico en investigación
y desarrollo ha supuesto una inversión total de casi 330.000 millones
de pesetas, que se han repartido con bastante estabilidad a lo largo
de siete años, aproximadamente 40.000 millones por año. El programa
Eurofighter ha absorbido el 66 por ciento de la inversión total,
mientras que el INTA ha gestionado cerca del 20 por ciento y la
Dirección General de Armamento y Material en otros programas ha
gestionado el 15 por ciento. Como consecuencia de estos esfuerzos se
han obtenido cuantiosos beneficios de naturaleza operativa,
tecnológica e industrial. Yo creo que es sobradamente conocido el
ejemplo del programa Eurofighter EF-2000, que ha consolidado en el
sector aeronáutico y electrónico a numerosas empresas españolas o el
ahorro conseguido en el entrenamiento de las tripulaciones de
aeronaves mediante el uso de simuladores. También quiero anunciar a
SS.SS. que llevamos dentro del Gobierno un largo tiempo de reflexión
sobre la política de I+D en relación con el espacio. Yo creo que el
espacio tiene hoy unas connotaciones que lo hacen extraordinariamente
asequible
a un país como España, que puede convertirse en país de referencia en
un ámbito que en los próximos años se va a convertir sin duda en
piedra de toque para distinguir los países de primera línea de los
que no lo son. España, desde hace muchos años, ha seguido una
política consistente en materia del espacio y, como les anunciaba,
estamos en un largo período de reflexión porque creemos que es hora
de dar un nuevo salto en ese tan importante campo.

Para terminar, señorías, como conclusiones, para Defensa resulta
absolutamente fundamental el trabajo en I+D. En el año 1978 el
Ministerio de Defensa apenas gastaba mil millones anuales en I+D y he
dicho a SS.SS. una cifra que bordea los 40.000 millones anuales. Eso
posibilita la consecución de muy distintos objetivos. Primero, nos ha
acercado una enormidad a Europa, y segundo, ha tecnificado nuestros
ejércitos. Señorías, hay una fácil manera de distinguir los ejércitos
buenos, malos y regulares, y es en el montante que destinan a
equipamiento; dicho de otra manera, el valor del equipo que lleva
cada soldado. Y ahí estamos entre los ciento y poco dólares de países
de la Alianza, como Turquía, a los ochocientos dólares de países de
la Alianza, como el Reino Unido. Los países más adelantados en las
Fuerzas Armadas gastan un porcentaje muy superior en material que en
personal, y en el extremo opuesto están los países de ejércitos menos
cualificados. Además de acercarnos a Europa consigue la inversión en
I+D tecnificar nuestras Fuerzas Armadas. Pero también consigue otra
cosa. La investigación en I+D ha potenciado la base industrial y el
desarrollo tecnológico nacionales; es decir, ha hecho a nuestras
Fuerzas Armadas más autosuficientes. La época de las grandes o
pequeñas compras en el exterior y de inexistencia de cantidades para
I+D suponía comprar un porcentaje enorme de sistemas de armas fuera
de nuestras fronteras. La investigación en I+D ha hecho posible hoy
lo que era impensable, hace sólo quince años. Cuando el 9 de julio de
1984 se firmó en el palacio de Buena Vista, en Madrid, lo que
entonces se llamaba programa del futuro avión de combate europeo, muy
pocos creyeron que podía ser una realidad. El año 1996 en Getafe se
ha visto volar el prototipo español de Erofighter, el EF-2000. Esto
sitúa a la industria aeronáutica española, a la industria de motores,
a la industria electrónica, en perfecto parangón con las industrias
más avanzadas de Europa, hasta tal punto que los últimos proyectos de
consolidación de una industria europea han visto la necesidad de
contar como partenaire de primera fila con España.

Por tanto, desde la perspectiva militar, desde la perspectiva
nacional y desde la perspectiva industrial, creemos que la
rentabilidad de la inversión en I+D es extraordinariamente alta. Por
ese motivo pretendemos consolidar las áreas de conocimiento y
especialización de nuestra industria en las parcelas tecnológicas que
la hagan más competitiva y exista viabilidad comercial. Hoy esto está
ya bastante acreditado prácticamente en áreas como simuladores para
entrenamiento, guerra electrónica, sistemas de mando y control o la
integración de comunicaciones.

Con esto, señorías, termina mi exposición, donde con brevedad he
intentado dar una visión de conjunto y luego la aplicación específica
de los principios que rigen la política de I+D.




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La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor ministro, por su
explicación de la política de I+D del Ministerio de Defensa, así como
la aportación que realiza el Ministerio que usted preside a la
investigación antártica.

Por el Grupo Socialista tiene la palabra la señora Riera Madurell.




La señora RIERA MADURELL: Señorías, señor ministro, ante todo debo
darle las gracias por comparecer ante esta Comisión Mixta Congreso-
Senado de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico. Es la
primera vez en esta legislatura que el ministro de defensa viene a
esta Comisión y por ello le agradecemos especialmente el que haya
correspondido a esta petición del Grupo Socialista. Permítame que
primero le haga un comentario, señor ministro. La revista Dinero de
esta semana no coincide en absoluto con su opinión, pues dice: la
industria aeroespacial española está en el suelo.

Señor ministro, después de escuchar con atención todas las
explicaciones que nos ha dado en relación a los distintos organismos
de investigación dependientes de su Ministerio y a los distintos
programas de investigación, lo primero que me gustaría preguntarle es
si el Ministerio de Defensa, en definitiva España, en relación a la
defensa, tiene diseñada alguna estrategia concreta de investigación
y desarrollo a medio y largo plazo. Le diré por qué. En su
intervención, señor ministro, que ha sido muy ilustrativa en muchos
aspectos, no ha dejado nada claro cuáles son los objetivos concretos
del Ministerio de Defensa en política de I+D, qué es lo que quieren
hacer dentro de un plazo razonable y de qué manera van a coordinar
todos los recursos de I+D dependientes de su Ministerio. Usted ha
hablado en general de grandes principios, pero, señor ministro, la
principal queja de los investigadores, que unánimamente nos
manifiestan en relación a la política de I+D de su Ministerio, es la
falta de coordinación entre proyectos y recursos, la falta de unas
directrices políticas claras y la falta de una estrategia a medio y
largo plazo.

Me gustaría poner de relieve, señor ministro, antes de entrar con más
detalle en el problema de la descoordinación, lo difícil que resulta
en los distintos organismos de su Ministerio que supuestamente
realizan actividades de I+D separar lo que es investigación y
desarrollo de lo que es innovación y producción o fabricación. Hemos
podido constatar que muchas inversiones que se contabilizan como de
I+D simplemente posibilitan la adquisición de determinados productos
para las Fuerzas Armadas o, como máximo, son inversiones que
financian programas de transferencia de tecnología. Señor ministro,
la máxima confusión entre lo que es investigación y desarrollo y lo
que es innovación y producción aparece en las actividades de la Digam
(Dirección General de Armamento y Material). La Digam tiene un
presupuesto de I+D que es el mayor de su Ministerio, pero, de acuerdo
con la memoria que acompañaba a los presupuestos, incluye la
financiación de proyectos, que el señor ministro ha leído
exhaustivamente, que difícilmente pueden ser considerados como
actividades de investigación y desarrollo. Sería, pues, importante
dejar claramente separado lo que es investigación y desarrollo de lo
que no lo es.




Señor ministro, si tenemos en cuenta los datos oficiales de que
disponemos, concretamente del World Science Report, de 1998, los
datos que ha dado usted no coinciden con los que nosotros tenemos,
porque aparece claramente que el porcentaje de gasto de I+D en
Defensa está muy por debajo de la media europea, y nos tememos que de
si estas cifras que nos han dado se discriminara realmente lo que es
I+D este porcentaje pasaría a ser insignificante. Esta cuestión nos
parece extraordinariamente grave, no sólo porque creemos que la
política de Defensa debe basarse en desarrollos tecnológicos propios,
sino porque también nos preocupa el efecto dinamizador que la I+D en
Defensa ejerce sobre la investigación industrial, como usted muy bien
ha señalado, y sobre todo en los desarrollos de la I+D civil.

Señor ministro, nos parece arriesgado pensar que las tecnologías
civiles pueden liderar la defensa, porque hay tecnologías que pueden
transferirse con facilidad pero otras no, y provocan un importante
coste de adaptación y de prevención a la vulnerabilidad. Justamente
porque esta adaptación no es inmediata ni fácil es por lo que, por
ejemplo, un país como Japón, líder en tecnologías civiles, no lo es
en tecnologías de la defensa; esta es también la explicación de por
qué un país líder de la tecnología en el mundo, como Estados Unidos,
invierte en I+D financiado por el Pentágono lo equivalente a todo
presupuesto de defensa de un país como Alemania. Por lo que ha dicho
el señor ministro parece que la posición española, concretamente de
su Ministerio, en esta cuestión es la de apostar por la adaptación de
la tecnología civil a las necesidades de la defensa. En tal caso,
señor ministro, nos gustaría saber qué es lo que están haciendo para
prevenir la vulnerabilidad.

Señor ministro, me gustaría volver hora a los problemas de
descoordinación a los que he hecho referencia al principio y hablar
un poco, aunque el señor ministro no ha hablado mucho de ello, de lo
que es, a nuestro entender, el máximo exponente de esta
descoordinación. Me refiero al Instituto Nacional de Técnica
Aeroespacial (INTA). Es impresionante, señor ministro, cómo un
organismo tan importante, con tanta tradicción, que sin ninguna duda
debería ser la estrella de la estructura de I+D de su Ministerio, con
un presupuesto sustancial de casi 15.000 millones de pesetas, puede
tomarse como un claro ejemplo de descoordinación, de falta de
objetivos, de falta de visión y de falta de planificación a medio y
largo plazo. Nos consta que tanto a nivel de capacitación del
personal como en instalaciones el INTA es comparable y puede
homologarse con los organismos similares que existen en otros países
de nuestro entorno. Sin embargo, no pueden homologarse los
resultados, y esto se debe, señor ministro, a que el Ministerio de
Defensa no proporciona objetivos claros al INTA. Hemos podido
constatar que el INTA tiene que imaginar sus propios objetivos,
buscar sus propios proyectos y sus propios recursos sin que por parte
del Ministerio de Defensa, del cual depende, existan directrices
claras a medio y largo plazo. En definitiva, señor ministro, por
abandono del propio Ministerio de Defensa, el INTA está funcionando
de una manera algo similar a un régimen de autogestión. Obviamente,
el cliente fundamental y casi exclusivo del INTA debería ser el
Ministerio de Defensa, y parece evidente que esto no es así. Por
tanto, señor ministro, nos gustaría saber cómo y en qué forma el



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Ministerio de Defensa planifica su política de I+D si no tiene en
cuenta para ello sus propios organismos de investigación.




Un ejemplo más de esta política errática del Ministerio de Defensa en
relación al INTA es su política actual de nombramiento de director.

Es paradójico, señor ministro, que el actual director general del
INTA, al margen de su competencia docente y técnica, de la que no
dudamos, parece, por su actuación y por sus declaraciones, que no
concede ninguna credibilidad al organismo que está dirigiendo, y esto
es absolutamente contraproducente. No solamente no es capaz de
explicar clara y adecuadamente a la opinión pública algunos fallos
puntuales, por otra parte absolutamente lógicos, de un programa como
el SIVA, sino que arremete públicamente, sin la suficiente base,
contra otros programas como el Capricornio, desprestigiando ante la
opinión pública a su propio organismo e incuso poniendo en duda la
competencia técnica y profesional de su personal. Esto, señor
ministro, ha creado mucho malestar entre los investigadores del
Instituto, lo cual usted debe conocer, malestar que se ha visto
reflejado en los medios de comunicación que ponían de relieve su
preocupación por la falta de estrategia del Ministerio a medio y
largo plazo, por la falta de apoyo de la dirección y por la falta de
política de personal. Es absolutamente vergonzoso que en la oferta
pública de empleo de este año figure una única plaza para un
organismo como el INTA. Por cierto, señor ministro, hablando del
INTA, sabemos que existe un proyecto para la creación de un instituto
de bioastrofísica en el propio INTA, sobre el cual tenemos
informaciones contradictorias entre lo que nos ha contado el Gobierno
por escrito contestando a una pregunta de esta diputada y lo que
dicen sus impulsores. Dada la importancia de esta inversión nos
gustaría que nos dijera el estado en que se encuentran dichos
trámites, porque me extraña, señor ministro, que dadas las
implicaciones internacionales e incluso presupuestarias de este
proyecto no lo haya citado en su intervención. Si usted no tiene
ahora esta información, nos gustaría que nos la remitiera por los
cauces oficiales de este Congreso.

Sinceramente, señor ministro, y para terminar con el INTA, al INTAno
se le está dando la importancia que debería dársele. En cualquier
otro país de nuestro entorno sería un organismo mimado no sólo por el
Ministerio de Defensa sino por cualquier otro departamento que
desarrollara actividades de I+D.

En relación a la descoordinación, señor ministro, no cabe duda que el
propio Ministerio es consciente de ello, como lo demuestra la
existencia desde 1997 de un plan de actuación de la Sede, en el que
se dedica una atención especial a la coordinación y racionalización
de los centros, medios y actividades de I+D en general y a la
reorganización del INTA en particular. ¿Cuál ha sido el grado de
cumplimiento de este plan? Según nuestras noticias, no ha tenido
ningún desarrollo práctico en cuanto a mejorar coordinación y
racionalización, y en cuanto al INTA, la única reestructuración que
aparentemente se ha efectuado de separar actividades comerciales de
I+D, cosa que conceptualmente nos parece correcta, ha puesto
precisamente en evidencia las disfunciones del organismo y la falta
de dirección del mismo, puesto que los resultados
de las operaciones comerciales han estado muy por debajo de lo
previsto y la reorganización de los centros no se ha efectuado.

Las instalaciones del INTA son muy aceptables y han supuesto elevadas
inversiones, pero están subutilizadas y, además, se han efectuado
algunas inversiones importantes por duplicado. Por ejemplo, se han
realizado importantes inversiones en potenciar el Centro de
Metrología y Calibración y, al no haberse racionalizado la
coordinación con otros centros como el TYCE, que en este caso, según
los planes, debería haberse integrado en el INTA, hay una duplicidad
de funciones y un derroche de recursos que como muy bien sabe el
señor ministro, siempre son escasos. En cualquier caso, señor
ministro, si algo se ha hecho para la racionalización de recursos y
actividades de I+D por parte de la Sedef, ha sido al margen del
propio INTA. Lo que no sabemos es si se debe a una política
consciente del Ministerio o a una dejación de funciones por parte de
la dirección del organismo.

Pasando a los demás organismos de investigación dependientes de su
Ministerio, quiero comentarle algo que nos ha llamado la atención. Es
curioso que habiéndose producido desde hace muchos años, creo que
desde la época de UCD, la integración de los tres antiguos
ministerios en un único Ministerio de Defensa, los organismos de
investigación de su Ministerio mantengan una dependencia directa de
cada uno de los cuarteles generales. Parece como si la unificación de
los tres antiguos ministerios en un único Ministerio de Defensa no se
hubiera aplicado en lo que se refiere a política de I+D, porque el
INTAsigue muy ligado al Ministerio del Aire, el Canal de Experiencias
Hidrodinámicas de El Pardo, el Instituto Hidrográfico de la Marina,
el Centro de Investigación y Desarrollo de la Armada y el Real
Observatorio de San Fernando, obviamente ligados a la Armada, y el
Laboratorio de Ingenieros del Ejército, al Ejército de Tierra. Estos
centros no han sido citados por el señor Ministro, pero a título de
ejemplo me gustaría referirme al menos a un par de ellos.

Comenzaré por el Instituto Hidrográfico de la Marina. Este centro,
como saben SS.SS., está en Cádiz y cuenta con una importante y cara
infraestructura de al menos cinco buques hidrográficos y cerca de 200
personas de plantilla. Es cierto que durante muchos años este
instituto se ha dedicado con eficacia a cartografiar los fondos
marinos de las aguas de jurisdicción española, pero, según nuestras
noticias, esta tarea está prácticamente finalizada. Teniendo en
cuenta, y no se le escapa, señor ministro, la importancia que la
investigación en ciencias marinas, y concretamente la oceanografía,
tiene para España, tanto para fines estrictamente de defensa, como
para fines civiles como pueden ser la pesca, la navegación comercial
o el salvamento, y no únicamente para la Armada, este importante
organismo, a nuestro entender, debería integrarse en la estructura de
I+D de su Ministerio y, en definitiva, en la estructura de I+D de
nuestro país. ¿Existe algún plan, señor ministro, para transformar
este instituto en un auténtico centro de investigación oceonográfico
como existe en otros países de nuestro entorno? Nos gustaría saber su
opinión. Nosotros creemos que no, más bien creemos que está en un
estado de abandono alarmante. Y hablando de la marina, qué quiere que
le diga, señor ministro, de un centro



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tan prestigioso e incluso histórico como es el Real Observatorio de
San Fernando, que está también absolutamente abandonado y marginado
de lo que son las prioridades de la Armada.

Antes de terminar, señor ministro, me gustaría plantearle un par de
cuestiones en relación con las actividades de I+D de la OTAN y de la
UEO. En cuanto a la OTAN, sabemos que esta organización acaba de
completar una nueva reestructuración de su sistema de investigación y
tecnología de la defensa con el objetivo de mejorar la integración de
los programas y garantizar una coordinación más eficaz entre todos
los organismos de investigación y tecnología de la Alianza.

En esta nueva organización, como el ministro ha citado, la
participación de expertos de distintos países de la Alianza se
realiza a tres niveles: el científico, el gestor y el empresarial. El
deseo de unir estos tres componentes fue lo que provocó la decisión
de invitarles a estar representados de manera independiente en el
Comité o en la Junta - como a veces se ha traducido- de Investigación
y Tecnología de la OTAN. Parece, señor ministro, que España no ha
nombrado todavía al industrial que le va a representar en dicho
comité. Nos gustaría saber cuándo piensan hacerlo y, más
concretamente, lo que está haciendo para incorporar la industria
española a la Alianza.

También quiero preguntarle por los retornos científicos
y tecnológicos -usted ha hablado de ellos- que ha supuesto para España
su participación en los proyectos de la Alianza; me gustaría
preguntarle sobre los retornos en proyectos concretos. Llama la
atención, de acuerdo con nuestras informaciones -y le aseguro que nos
gustaría estar equivocados-, que, en un centro tan importante como el
centro de investigaciones submarinas del Saclant, que es en realidad
el instituto oceanográfico de la OTAN, el único país de la
organización que no ha sido capaz de presentar ni un sólo proyecto de
investigación ha sido España.

Concretando, ¿cuál es, señor ministro, el papel de España en estos
foros y organismos internacionales? ¿Qué se hace para promover y
aprovechar las oportunidades que ofrece la deseable coordinación con
los otros países miembros de la Alianza, en este caso? En
investigación y tecnología es importante coordinar esfuerzos desde
las etapas iniciales de los procesos de I+D, entre otras cosas, para
asegurar a medio y largo plazo la compatibilidad de los desarrollos
tecnológicos entre los aliados, con el consiguiente aumento de
eficacia y disminución de costes.

Con relación a la UEO, me gustaría preguntarle por las actividades de
investigación y desarrollo del Grupo de Armamento de Europa
Occidental que usted ha citado, el GAEO. Sabemos que hace una semana
-creo que fue el lunes de la pasada semana-hubo una reunión de
ministros de Defensa en Roma, en la que se habló de crear una agencia
europea de armamento. ¿Cómo ve España esta agencia europea de
armamento? ¿Qué participación tendrá España? ¿Qué repercusiones
tendrá para España en lo que se refiere a investigación científica y
desarrollo tecnológico? ¿Cuál será la compatibilidad de esta nueva
agencia con el grupo que antes he mencionado, el GAEO? ¿Pasaría el
GAEO a incorporarse a esta nueva agencia? Señor ministro, nos
gustaría conocer estas cuestiones que le he planteado.

Si no dispone de esta información en este momento, simplemente
le pedimos que nos la remita cuanto antes por los canales habituales
de la Cámara.

También quiero decirle que nuestro grupo recoge el sentir de la
comunidad científica, que valora muy negativamente que su Gobierno
contabilice como gasto de I+D lo que no lo es. Me refiero a la
inmensa trampa que han hecho aumentando artificialmente la función 54
de los Presupuestos Generales del Estado, contabilizando en ella, y
concretamente en el Ministerio de Industria, los préstamos a empresas
que se dedican a la producción de equipamiento para defensa. Nos
parece un auténtico camuflaje para aumentar falsamente los
presupuestos de I+D de este país; además, podría ser una excusa para
no incrementar los fondos que realmente se dedican a I+D, tanto en
Defensa como a nivel general.

Esta trampa no es únicamente un engaño a la comunidad científico-
técnica, sino que está generando también una deuda futura en su
Ministerio que es el que, en los próximos años, deberá comprar los F-
2000, los carros Leopard y las fragatas. ¿No habría sido mucho más
racional que su Ministerio hubiera elaborado un auténtico plan de
gasto para cubrir estos objetivos en lugar de aumentar engañosamente
el presupuesto de I+D y posponer para el futuro un incremento en el
presupuesto de Defensa que forzosamente deberá producirse en los
próximos años?
Ahora sí, señor ministro, para terminar, volviendo al inicio de mi
intervención y ya como resumen, quiero decirle que nuestro grupo
considera muy grave la falta de planificación a medio y largo plazo
de la política de I+D de su Ministerio y alarmante la descoordinación
de esfuerzos en lo que es su propia política de I+D, tanto interna
como también, señor ministro, a nivel de la participación de nuestro
país en los organismos internacionales de I+D de Defensa. Y a
propósito de coordinación, señor ministro, usted ha citado la oficina
de ciencia y tecnología, que teóricamente se encarga de coordinar
toda la investigación científica y tecnológica de España, incluyendo
la relacionada con la defensa. ¿Qué participación concreta ha tenido
esta oficina en el establecimiento de las prioridades de I+D de su
Ministerio? ¿Qué grupos de trabajo concretos se han creado entre su
Ministerio y esta oficina para establecer una política de I+D de
otros ministerios? Me temo, señor ministro, que la escasa referencia
a esta oficina en su intervención es claramente significativa.

Ahora, con permiso de la presidenta, pasaría a intervenir en relación
con la segunda de las comparecencias solicitadas; intervención que de
antemano le prometo que va a ser mucho más breve. En lo que respecta
a la investigación antártica, señor ministro, reconocemos que su
Ministerio está haciendo un esfuerzo voluntarioso, pero creemos que
dicho esfuerzo es insuficiente dada la importancia científica
y estratégica de la Antártida. En primer lugar -me extraña que usted no
lo haya citado- quisiera citar la aportación que hace el Ejército de
Tierra a través del refugio Gabriel de Castilla. Es cierto que esta
instalación está resultando muy útil para alojar a investigadores
civiles que precisan realizar investigaciones en la isla Decepción
(?), pero creemos, señor ministro, que estas instalaciones deberían
aprovecharse mejor, incluso ampliarse a otros lugares para



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tener una mayor capacidad de actuación en la propia isla Decepción
(?) y en otras que pudieran tener interés científico incluso para
proyectos ejecutados directamente por grupos de I+D de los propios
organismos de investigación dependientes de su Ministerio. Tenga en
cuenta, señor ministro, que las unidades de su Ministerio disponen de
medios operativos y logísticos que difícilmente pueden habilitarse a
través de los organismos e instituciones civiles de investigación. El
apoyo logístico y operativo que sus unidades pueden proporcionar a la
investigación antártica es fundamental para que estas tareas puedan
seguir desarrollándose en el futuro.

En relación a estas cuestiones, también le preguntaríamos, señor
ministro, si considera que su Ministerio colabora adecuadamente con
el mantenimiento, mejora y operatividad de la base antártica española
Juan Carlos I, que usted ha citado y de la que, por cierto, ahora se
cumplen diez años de su puesta en funcionamiento. Sabemos que con
mucha eficacia, y también nos asombra que el señor ministro no lo
haya destacado, grupos del servicio geográfico del Ejército han
venido realizando una excelente labor en la Antártida por sí mismos y
en excelente colaboración con investigadores civiles, pero parece ser
que el apoyo que estos grupos están recibiendo es muy escaso y que el
trabajo se está abandonando. Creemos que el coste de estas
investigaciones, que es muy bajo en relación con otros gastos
operativos de Defensa, justifica el que estos grupos reciban un mayor
apoyo por parte de su Ministerio.




Otra parte importante de la investigación antártica es la de las
ciencias marinas. Apreciamos, señor ministro, todo lo positivo que se
deriva del trabajo del Bio-Hespérides, el buque de investigación
oceanográfica Hespérides, que, como usted muy bien ha explicado, es
de la Armada. En relación al buque Bio-Hespérides, creemos que muchos
de los aspectos de su operatividad podrían, pueden y deben mejorarse.

El señor ministro seguro que conoce los problemas que causa la
inclusión de este buque en un régimen estricto de operatividad como
si se tratara de un auténtico buque de combate, es decir, de un
auténtico buque gris. Ello causa problemas continuados y, sin duda,
disminuye el rendimiento de esta importante instalación. Le
pediríamos, señor ministro, que se estudie a fondo este problema,
dado que el buque Bio-Hespérides es la mejor instalación
oceanográfica que ha tenido y tiene nuestro país.

Otra cuestión que quería plantearle en relación a la investigación
Antártida es el hecho de que, a nuestro criterio, el buque Bio-
Hespérides se está utilizando en el continente antártico para
funciones que representan un derroche de medios. Señor ministro, el
Bio-Hespérides es un buque preparado para la investigación
oceanográfica en alta mar y en cualquier mar y su utilización como
apoyo a las instalaciones españolas en la Antártida, tanto a la base
Juan Carlos I como al refugio Gabriel de Castilla, representa un lujo
que casi ningún país se lo puede permitir y a la vez representa una
pérdida de operatividad de este buque, cuyas campañas están
determinadas, en localización y extensión, por las necesidades de
apoyo a nuestras bases de la Antártida. Creemos que su Ministerio
podría aportar, como ocurría antiguamente con el remolcador Las
Palmas, un buque
mucho más barato y más adecuado para las operaciones logísticas,
liberando de las mismas al buque Bio-Hespérides.




En definitiva, señor ministro, valoramos positivamente los esfuerzos
que su Ministerio está haciendo para la investigación antártica, pero
estos esfuerzos deberían incrementarse sustancialmente, dando un
mayor apoyo logístico y operativo y siempre buscando, lógicamente,
una mayor coordinación entre los recursos de su Ministerio y los
recursos de los grupos civiles de investigación que allí están
trabajando.




La señora PRESIDENTA: ¿Grupos parlamentarios que deseen intervenir?
(Pausa).

Por el Grupo Popular, tiene la palabra la señora Fernández de Capel.




La señora FERNÁNDEZ DE CAPEL BAÑOS: Con la venia, señora presidenta.

Quiero dar la bienvenida al señor ministro de Defensa y agradecerle
su presencia porque, aunque mi vida parlamentaria no es demasiada
larga, en la anterior legislatura jamás compareció un ministro de
Defensa en la Comisión de I+D, con lo que nos sentimos enormemente
satisfechos de que usted haya comparecido hoy aquí. Desde el final de
la gran guerra, la Sociedad de Naciones se planteó aquel cambio en la
estrategia filosófica del si uis pacem, para bellum, y que lo que
había que preparar era la paz. No salió muy bien, pero los hombres
somos los que erramos muchas veces, no las ideas. Parece, señor
ministro, en este momento en el que nos sentimos tan orgullosos de
nuestras Fuerzas Armadas, que trabajan en otros campos y no solamente
en la guerra, en campos enormemente solidarios y humanitarios, como
en la antigua Yugoslavia, y nos sentimos tan orgullosos al ver partir
a nuestros buques a Hispanoamérica, que la sociedad, 60 años después
de la Sociedad de Naciones, está empezando a recibir los frutos de lo
que la auténtica defensa de los países le proporciona en esa
transferencia tecnológica que en la Segunda Guerra Mundial fue tan
importante como los antieméticos o el desarrollo de los plásticos o
el desarrollo de industrias de la medicina, por citar algunas que me
son mucho más cercanas.

En este momento sabemos que el estudio sobre la resistencia de
materiales, que tanto van a favorecer a industrias, como la
electrónica, el estudio sobre la resistencia de fibras, que no sólo
favorece la construcción de materiales de alta resistencia, en
colaboración con universidades de la Unión Europea, están aportando,
a través de los programas de Defensa, grandes beneficios a lo que
debe de ser el objetivo prioritario de I+D en España, que es la
transferencia tecnológica.

Las actuaciones del Ministerio de Defensa en política de I+D, y como
no podía ser de otra manera, porque somos miembros de pleno derecho
de la OTAN, están agrupadas en la política de la OTAN y la GAEO y los
programas Euclide y Eurofigther, de los que aquí se ha estado
hablando, y que son programas destinados a fortalecer la industria de
defensa frente a otros países, programas en los que podríamos decir
que vienen a converger asuntos que llamaríamos horizontales. El señor
ministro ha hecho referencia, por ejemplo, a la curiosidad de que el
Pentágono



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estuviese investigando con matemáticas. Sabemos que en Francia hay
investigadores españoles, de la universidad española, trabajando en
el Ministerio de Defensa con series numéricas. Existen muchas áreas
tecnológicas de las que nos sentimos enormemente satisfechos; pero
hay áreas tecnológicas importantes, como sería ese programa estrella,
que consiste en ese terminal informático que se puede instalar en
cualquier tipo de plataforma y que sirve para identificación de datos
y de voz y que supone algo importantísimo en las actuaciones de
salvamento no solamente de La Armada, sino de otros tipos de
organismos que están en contacto con las Fuerzas Armadas españolas,
y el programa multilateral en el que participan Francia, Estados
Unidos, Italia, Alemania y España. Las iniciativas prioritarias del
Ministerio de Defensa sabemos que no se toman a la ligera y que
coinciden con las iniciativas de los convenios y de los organismos
con los que España tiene adquiridos compromisos; concretamente, desde
que España firmó el Tratado de Maastricht tiene unos compromisos de
I+D y son prioritarias las iniciativas de los programas marco de
investigación y desarrollo de la Unión Europea, en los que vemos que
el Ministerio de Defensa cumple exactamente con toda investigación en
tecnología, desarrollo de la industria, de investigación del medio
ambiente, de ciencias de la vida y de la biología molecular. En este
momento, a través de convenios con centros dependientes del Consejo
Superior de Investigaciones Científicas y de universidades españolas,
España aporta algo que ha sido revolucionario, como son las bacterias
devoradoras de explosivos, que, por el fenómeno de la apoptosis,
cuando han acabado de detectar el explosivo y destruirlo, se
autodestruyen, con lo cual España está siendo puntera en mecanismos
que pueden ser utilizados no solamente para la guerra, sino
preferentemente para la paz, que todos deseamos que se mantenga.

Hemos hablado de una serie de programas y de cuestiones y yo quiero
dejar claro que la transferencia de investigación a la vida civil es
lo que de verdad está dando esos enormes resultados por parte del
Ministerio de Defensa. Y cuando aquí se ha hablado del INTA, la
portavoz del Grupo Socialista -a veces se alude a cuestiones y,
aunque no quiero, tengo que entrar en ellas- debería haber recordado
la comparecencia del anterior presidente del INTA, hace meses, en
esta Cámara y a esta misma Comisión, cuando todo era bueno. A mí,
como científico, su intervención me ha preocupado; a ver si al INTAle
ha afectado alguna bacteria o alguna cosa, porque ahora es un
organismo que no tiene remedio y que está muy mal. Pienso que S.S.,
la señora portavoz, debería recordar también que en I+D no se puede
hacer nada ex novo y en industria en relación con las Fuerzas Armadas
todavía menos. Pero tendríamos que ver qué es lo que ha pasado en
industria de alta tecnología, en política científico-tecnológica
relativa al sector aeronáutico y aeroespacial, que hace unos meses
era el orgullo de las Fuerzas Armadas y en pocos meses está muy mal.

Nos parece algo muy grave.

Por otra parte, además de defender al INTA, señora presidenta, me
parece que no se debe hablar de personas que en este momento no están
presentes ni sobre declaraciones que han hecho. Si se quiere hablar
sobre determinadas declaraciones, se les debería llamar aquí, para
eso está el
Parlamento. Pero lo que no se puede hacer es enjuiciar declaraciones
que nos llegan a través de la prensa. No me parece el vehículo
adecuado que el Parlamento se pronuncie sobre unas comparecencias y
unas preguntas a terceras personas que nada tienen que ver con la
cuestión, y el señor ministro no tiene por qué responder acerca de
las declaraciones que haya podido hacer en un momento determinado
otra persona.

Sin perder la referencia del INTA, vuelvo a defender su calidad como
centro tecnológico de las Fuerzas Armadas porque no son ajenas las
actividades que allí se realizan con las demandas que el INTA tiene
con los organismos internacionales con los que está relacionado, que
han servido para un fértil intercambio de actuaciones en un abanico
muy amplio de campos -por ejemplo, recuerdo el minisatélite, que a
todos nos llena de orgullo- y no sólo para la calibración de equipos
de armamentos, sino desde equipos e instrumentos de todo tipo hasta
la certificación de la aeronavegabilidad -que es una de las cosas a
que nos obliga el V Programa marco de la Unión Europea: a mejorar en
industria aeronáutica y aeroespacial de aviones civiles-, pasando por
múltiples desarrollos de otros sistemas electrónicos y de armamento,
porque para eso es un organismo de las Fuerzas Armadas. Eso ha hecho
que estas actividades de investigación y programas que estaban en esa
línea prioritaria también hayan tendido a desarrollar con su
aportación otras investigaciones multidisciplinares, porque la I+D es
como un organismo con muchos tentáculos que se va extendiendo, es
como una planta con muchas raíces que va absorbiendo diferentes
minerales, que no se alimenta sólo de una cosa sino que lo hace de
diferentes cuestiones. Para ese mantenimiento de áreas tecnológicas
en que se ha diversificado su sección han sido seleccionadas algunas
de alto nivel científico, por ejemplo, los centros de cooperación, de
universidades y de industria en los que han sido requeridos estos
consejos por parte de las Fuerzas Armadas. Por otra parte, el
establecimiento de una Europa sin fronteras ha supuesto un acicate
-por ejemplo, con el uso del minisatélite- para intensificar esta
colaboración científica con otros programas de aeronáutica que se
llevan desde el INTA al participar en esos programas comunitarios a
que, como digo, nos obliga el V Programa marco.

Antes de empezar a hablar de la oceanografía y del proyecto, tan
querido para todos, del Hespérides, quiero hacer una salveddad,
porque siempre caemos en lo mismo. La portavoz del Grupo Socialista
tiene serias reticencias contables en cuanto al presupuesto de I+D de
este año. S.S. cambia las cosas de Ministerio; S.S. debería saber, si
no lo sabe, que el INI pasó a ser el SEPI y que de éste dependen
CASAy Bazán. Y S.S. , que pone como compra de armamento lo que son
prototipos para la fabricación y la modernización de tecnología en
las Fuerzas Armadas, inversión que ya viene mandada no sólo por la
Ley de la Ciencia de 1986, sino por todos los acuerdos que España
tiene firmados con la Unión Europea y con diferentes países, no tiene
esas retiecencias contables, por ejemplo, para aplicar las
directrices del manual de Oslo cuando nos dice que debemos valorar en
I+D los intangibles. No vamos a empezar a valorar ahora los
intangibles, pero sugiero a S.S. que recuerde el manual de Oslo. Y
para no entrar en la valoración



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de los intangibles, que es un terreno, como su propio nombre indica,
intangible y que se efectúa en el sector empresarial -se lo recuerdo
a S.S. para que lo valore adecuadamente-, voy a entrar en los
tangibles. Debería haber sido mucho más aguda y advertir que no se ha
cuantificado en los presupuestos la aportación que el Ministerio de
Defensa ha hecho a Industria con el traslado de las instalaciones,
valorada en muchos cientos de millones, como han sido las
instalaciones de la Bazán, que han pasado al Ministerio de Industria
y que antes eran de Defensa. Su señoría debería haberle echado de
menos en el presupuesto, como yo he notado su falta en el presupuesto
de I+D. Su señoría sabe que no debería meterse en eso porque S.S.

está metiéndose en un jardín y está pisando flores que son muy
queridas para ustedes. No se puede decir en Astilleros que se lucha
por el mantenimiento de los puestos de trabajo, y, en cambio, cuando
con una política adecuada, recogida en los presupuestos generales del
Estado se están manteniendo los puestos de trabajo, lo que en otros
momentos no ha podido efectuarse, por circunstancias que no voy a
analizar, estar todos los días dando patadas en la espinilla. Le
rogaría que fuese un poco más cuidadosa porque ya digo que está
pisando ciertas flores de un jardín que a ustedes les es muy querido.

Paso a hablar de la política de la Antártida. Si hay un proyecto
científico, entrañable para los españoles, es el que los españones
realizan en la Antártida y que tiene como protagonistas no sólo a
miembros de las Fuerzas Armadas, sino a importantes científicos, a
bordo del buque Hespérides. Desde que España ingresó como miembro
consultivo del SCAR, del Scientific Committee on Antartic Research en
1988, España está trabajando y en un primer momento fue con el
remolcador Las Palmas, que en 1991 fue sustituido por el Hespérides.

En la Antártida se están llevando a cabo importantes actuaciones, no
solamente en la base Juan Carlos I, sino como ha recordado el señor
ministro, en la base Gabriel de Castilla, a través de su
participación y apoyo con el buque de investigación oceanográfica
Hespérides. Durante 10 años está haciendo trabajos y, como SS.SS.

saben, el 23 de noviembre llegó a Punta Arenas (Chile). El equipo de
investigación embarcará allí para ir a Livingston, teniendo previsto
su regreso en febrero.

Hay algo que S.S. ha olvidado. Ha dicho que es un lujo tener al
Hespérides solamente para apoyo de la base de la Antártida. Yo
quisiera recordarle que no sólo trabaja en la base de la Antártida,
sino que este año ha trabajado en el programa Master, de
cuantificación y transferencia de masa y energía, que se realiza en
el Mediterráneo, que es uno de los mares que en estos momentos está
siendo objeto de más atención científica, por mor de lo mandatos que
España tiene en cuanto a ciencia medioambiental y en cuanto a
mantenimiento del mar. También trabaja en el proyecto Csanigo, que
desvelará los aspectos oceonográficos más relevantes del área
comprendida entre Canarias, las Azores y el mar de Alborán, que
quiero recordarle a S.S. que es uno de los puntos de interés
científico medioambiental internacional más interesante, ya que, al
ser islas coralíferas, están estableciendo el intercambio de
depuración del monóxido de carbono en el Mediterráneo. Por lo tanto,
quiero dejar bien claro que el Hespérides no
está siendo ni mucho menos desaprovechado, sino que trabaja de
noviembre a febrero en la Antártida y el resto del año está prestando
servicio en programas de alto interés. Lo que pasa es que al ser un
buque de las Fuerzas Armadas muchas veces nos confundimos. Parece que
esta filosofía de que las Fuerzas Armadas estén trabajando en
trabajos de técnicas medioambientales y de transferencias de masa y
energía en el Mediterráneo, así como de defensa y protección del
ecosistema en el Mediterráneo, no se calibra como si fuesen sólo
trabajos de un buque de La Armada.

Sin embargo, el hecho es que el Hespérides es un buque de La Armada;
de esta Armada que precisamente en este año 1998 nos es tan querida,
porque todos recordamos su inmolación en la bahía de Santiago de
Cuba, simplemente en defensa del honor, de aquel honor que el
embajador español reclamaba: Déjennos perder, pero perdamos con
honor; de esta Armada que tristemente vio algunos de sus buques
remolcados hasta la bahía del río Hudson, como el Infanta Mercedes.

Por eso, viendo que en algunos sitios no se quiere homenajear a
cruceros como el Vizcaya, desde este momento quiero decir que me
siento orgullosa de que La Armada no sólo esté defendiendo nuestros
mares en esa labor humanitaria, ayudando a los pueblos de
Hispanoamérica, sino que también como científica me siento
enormemente satisfecha de que esté trabajando en el Mediterráneo, en
programas de alta tecnología biológica, como manda el quinto programa
marco de la Unión Europea.




La señora PRESIDENTA: Señor ministro, antes de concederle la palabra
le iba a formular un ruego. Aunque es conducta habitual de esta Mesa
y de la Presidencia tener cierta flexibilidad en cuanto al tiempo, le
rogaría que, por lo avanzado de la hora y habida cuenta de que esta
tarde tenemos sesión plenaria, sea lo más breve posible y que
aquellas cosas puntuales que a usted le parezca oportuno las envíe a
esta Presidencia para dar satisfacción a nuestros diputados.

Tiene la palabra el señor ministro.




El señor MINISTRO DE DEFENSA(Serra Rexach): Así lo haré y, a través
de la Presidencia, mandaré las informaciones puntuales que han sido
solicitadas, aunque algunas de ellas tengo que decir que no las
conozco.

Como me pide la Presidencia que sea breve voy a tratar de serlo más
que a puntos concretos me voy a referir a puntos generales.

Señorías, el ministro comparece aquí con un sentimiento absolutamente
alejado de su espíritu, el de triunfalismo. Sin embargo, creo que se
han conseguido unos logros importantes, que son logros de España.

Estamos hablando de cosas excepcionalmente serias y excepcionalmente
delicadas, en el sentido de que necesitan un extraordinario cuidado,
entre otros, del tiempo. Como se ha dicho, el I+D no es fruto de un
día. El INTA no es que sea bueno, creo que muy bueno, pero la calidad
de los investigadores del INTA, la calidad de los productos del INTA
no son resultado de acierto de un gobierno, ni siquiera de un
gobierno que ya lleva casi tres años en el poder, es un trabajo de
generaciones y generaciones de científicos, de gente que está dando



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lo mejor que tiene dentro y, por tanto, no querría hacer aquí de ello
objeto de triunfalismo, que creo que no vendría a cuento, ni tampoco
objeto de disputa. Por eso, a veces sorprende oír hablar de trampas.

No queremos hacer trampas en nada.

Todo el mundo está de acuerdo en que hay que dar trabajo a nuestros
astilleros, trabajo y tecnología; trabajo y tecnología a nuestras
empresas aeronáuticas y electrónicas. Estamos todos de acuerdo. Y
estamos todos de acuerdo en que es una buena cosa reducir el déficit
público. Si se quieren aumentar los presupuestos de Defensa, dígase,
porque pocas personas van a estar más contentas que yo si desde todos
los bancos del Parlamento se pide unánimemente un incremento
sustancial de los presupuestos de Defensa, pero, si no, no hay otra
manera de hacerlo. Se ha encontrado un sistema, permitido por las
instancias europeas, a través del cual en el Ministerio de Industria,
como financiación en el capítulo 8, se puede conseguir arrancar unos
programas necesarios, indudablemente de primera necesidad, para
nuestras Fuerzas Armadas y de primera necesidad para nuestra
industria, para nuestro tejido tecnológico, para el empleo. Estamos
hablando de que el Eurofighter va a crear 22.000 empleos permanentes.

Es difícil, a veces, computar lo que es estrictamente I+D y lo que no
lo es. La agudeza o la perspicacia que hay que tener con la correcta
aplicación de esas partidas, creo que deberíamos tenerla igual para
ver qué hacen los países de nuestro entorno, los países competidores
con España, y cómo asignan las partidas de I+D. Me parece que algo
peor que hacernos una trampa en el solitario sería creer que los
demás actúan con criterios de extraordinaria pureza y que nosotros a
veces, a lo mejor, hacemos una imputación inadecuada, cuando lo que
debe estar sucediendo es exactamente lo contrario. Cuando pensar que
no van destinadas al desarrollo las cantidades que se invierten en
preparación para la producción, es poner a nuestras industrias, es
poner a nuestros equipos de investigación y desarrollo en peor
condición que a la competencia internacional. No hagamos esto porque
es, literalmente, tirar piedras contra nuestro tejado. Por eso, creo
que no hay que perder el rigor en la asignación presupuestaria, pero
no seamos más papistas que el Papa. Aquí se han citado casos que
deben imputarse como tangibles, como intangibles, en procesos de I+D,
hagámoslo porque, si no, entre otras cosas, obtendremos no sólo una
imagen poco grata de nosotros mismos, sino que será una imagen falsa.

Nuestros investigadores, nuestros científicos, nuestros marinos,
nuestros militares, nuestros aviadores son mucho mejores que lo que
estamos diciendo que son.

Estamos diciendo que el Ministerio de Defensa se creó en tiempos de
la UCD -es verdad-, en julio de 1997, y se está diciendo que habría
que conjuntar. Se está haciendo un esfuerzo enorme, señoría, por
conjuntar cosas que deben conjuntarse. Ya está todo decidido para
que, a partir del próximo año, ni más ni menos que la Escuela de
Estado Mayor sea común para los tres ejércitos. ¡Es romper una
tradición de más de 100 años! Y se dice que el INTA sigue dependiendo
-sic- del Ministerio del Aire. El Ministerio del Aire feneció en
julio de 1977. Hay un Cuartel General del Aire, pero el INTA,
señoría, depende de Defensa y no del Cuartel General del Aire. En
otros casos
no hemos hecho la absorción porque si unos marinos llevan
ejemplarmente, para la comunidad científica internacional, el
observatorio de San Fernando, no parece que tenga mucho sentido, si
algo funciona bien, dejarlo y ponerlo en uniforme de otro color o en
traje de paisano. No parece sensato hacer un esfuerzo, humano y
económico, de primera magnitud para quitarle a La Armada la
investigación oceanográfica. ¿A quién se la vamos a dar? Señoría, la
cartografía es un proceso que, como probablemente sabe, no se termina
nunca. No se puede decir ni que se ha acabado ni que se está
terminando porque no se termina nunca, porque los fondos marinos y
las costas no son inalterables; por razones naturales o por razones
humanas, están constantemente en proceso de transformación y, por
tanto, tiene que ser constante el proceso de puesta al día de la
cartografía marítima. Pero además lleva a cabo otros trabajos de
investigación. Las características térmicas o las características de
salinidad de nuestras aguas están siendo investigadas por ellos. La
velocidad de propagación del sonido en el agua depende de estas
características, y lo que para la detección submarina es esencial.

También investiga las características magnéticas de las aguas,
también la medición de las corrientes en profundidad. En definitiva,
hay muchas cosas que aconsejan el mantenimiento y la conservación de
algo que -como ya se ha dicho y tengo gusto en repetir- funciona
extraordinariamente bien.

Los fondos de I+D están por debajo de la media europea. ¡Claro que
están por debajo de la media europea! Y bien que lo siente el
ministro de Defensa, pero tenemos el presupuesto de Defensa, en
relación con el PIB, más bajo de la Alianza Atlántica y algo así como
el 114o del mundo. Señorías, discutimos si España es el séptimo, el
octavo o noveno país más importante del mundo. En la magnitud de
presupuestos de Defensa por PIB somos el país número 114. Estamos por
debajo en I+D, estamos por debajo en adquisiciones, estamos por
debajo en casi todo. Pero si queremos arreglar eso, no sabe el placer
que tendría el ministro de Defensa en ver enmiendas del Grupo
Socialista pidiendo incremento sustancial del presupuesto de Defensa.

Esa es la manera de arreglar lo de I+D y lo que no es de I+D.

Dice S.S. que las tecnologías civiles no pueden liderar. No estoy
seguro, las tecnologías civiles se van superponiendo, van adelantando
a las militares cada vez más y por eso estamos concentrando, como he
pretendido decir - dos veces-, los esfuerzos de I+D del Ministerio en
lo que es específicamente militar, porque los demás, ya lo
desarrollarán otros. Como consecuencia, sobre todo, de la Segunda
Guerra Mundial, la tecnología militar se puso muy por delante de la
civil, y la civil, si se me permite la expresión, chupó rueda de la
militar. Cincuenta años de paz, la bajada de prespuestos de Defensa,
la sociedad de consumo, las economías de escala, la economía global,
hacen que la tecnología civil esté adelantando a la militar. No
pondría yo hoy mucho dinero de I+D militar para desarrollar unos
sistemas de comunicaciones, ya que hemos visto con qué celeridad se
suceden las generaciones en la informática, en la electrónica, en las
telecomunicaciones. Se habla de procesos de dieciocho meses de
duración de generaciones de software informático, mientras que un sis
tema



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de armas tarda dieciocho años. Cuando llegáramos con éxito al proceso
de desarrollo, habrían pasado nueve generaciones de desarrollos
civiles paralelas. Por eso, creemos que Defensa debe ir a lo
específicamente militar. Algunos programas, como el MIDAS, han sido
específicamente mencionados aquí y con todo acierto, porque a ésos
nos debemos dedicar.

Señoría, con todo respeto, tengo un enorme aprecio por lo que está
haciendo el INTA. Se ha dicho que ha desarrollado un minisat. Eso
sitúa a España como país de referencia respecto del espacio, pero el
INTA a través de una empresa filial que es INSA, es uno de los tres
sitios del mundo -Australia, Estados Unidos y España- que tiene
capacidad de investigar el espacio profundo. Sólo tres somos la
envidia de países europeos que en otras facetas están mucho más
desarrollados que nosotros. Cuando nos quieren sustituir, sustraer o
privar de eso, no digamos nosotros que somos erráticos e
improductivos (no voy a utilizar, se lo aseguro, la metáfora de las
flores y el jardín), pero no lo digamos porque lo que hoy esté
haciendo el INTA, sea bueno o malo, es labor de científicos, de
muchos años, y labor de gobiernos de muchos años.

Respecto a la coordinación, tiene razón su señoría. Siempre podemos
mejorar en coordinación, pero si en 1997 hemos dado unas directrices
de la Secretaría de Estado para la Defensa para intentar coordinar,
no es éste el momento de decir que no estamos coordinando. Hemos dado
unas directrices que se están desarrollando y hay muchas veces, y S.

S. lo sabe, que la implementación, la ejecución de las directrices es
más una labor callada de sustituir un organigrama, de quitar un
organismo, de trasladar unas personas, sin que tenga reflejo en el
Boletín Oficial del Estado.

Quiero hacer otro comentario, con todo cariño. Respecto a que es una
vergüenza que en la oferta pública de empleo aparezca una plaza para
el INTA, estamos intentando controlar el capítulo I de los
Presupuestos Generales del Estado. Como sabe, en los últimos años
había crecido una media entre el 8 y el 11 por ciento. Esto nos
llevaba a que el sector público se fuera desbocando. Hemos querido
controlar al máximo y los que más sufrimos comos los titulares de los
departamentos, ya que querríamos tener más medios para investigación
y desarrollo en el INTA, para archivos y bibliotecas, para museología
militar, etcétera. Para todo, señoría, para poder mantener otro buque
como era el remolcador, que no lo utilizamos porque no lo tenemos.

Entonces, lo que es difícil es soplar y sorber al mismo tiempo. Lo
que no podemos es reducir el déficit y aumentar simultáneamente todas
las partidas del presupuesto. Por eso estamos intentando mejorar la
gestión, estamos intentando compartir, en muchos casos en el ámbito
internacional, con otros países. Daré traslado a S.S. de cuál es el
trabajo con la Comisión interministerial, donde estamos intentando no
que nos dicten las prioridades, porque las prioridades las tenemos
que dictar nosotros, qué es lo que necesitan las Fuerzas Armadas,
pero sí para que el encaje de nuestras prioridades con el resto de
las prioridades nacionales sea por el vector más económico posible.




Agradezco, repito, lo dicho sobre el esfuerzo voluntarioso
y suficiente, agradezco lo de voluntarioso, y si es
insuficiente pídanse más dotaciones y estaré encantado de ver
enmiendas a los presupuestos proponiendo los aumentos.




Hay un tema muy importante -con esto termino esta parte-, que es el
de la Agencia Europea de Armamentos. Han dicho las dos portavoces que
existen GAEO en el seno de la UEO; y existe también una organizacón,
que aquí no se ha citado pero que está siendo puesta en pie, que es
la OCCAR, en la que ya están los cuatro países europeos con gran
industria de defensa. España tiene una industria de defensa que no es
de las más grandes, no es de las más importantes. Nosotros tenemos
que saber lo que somos y jugar nuestras cartas. Nosotros no somos un
país sin base industrial de defensa, donde nos dé igual comprar en un
sitio o en otro, la prueba está en esos programas a los que hemos
hecho referencia y en los puestos de trabajo y las ventajas que traen
para nuestro tejido industrial y tecnológico. Pero tampoco tenemos la
mejor industria de defensa de Europa, la más potente. Si entramos en
condiciones donde lo único que valga sea la pura competitividad, el
futuro de nuestra industria sería poco halagüeño. Parece mejor
combinar el estar en la vanguardia con tutelar algo a lo que luego
han dedicado atención que es a los retornos, y por tanto la pura
competitividad, si se nos da crudamente, puede no resultar ventajosa
para nuestra industria. Estamos intentando combinar un producto mixto
de competitividad y de justo retorno que proteja, que satisfaga las
necesidades de nuestra industria.

En ese sentido, di una conferencia a los demás ministros sobre la
Agencia Europea de Armamentos, y puedo repetir aquí cuál es la
posición española. La posición española es que hagamos una Agencia
Europea de Armamentos; europea. Si va a haber dos clases de países,
según su industria de defensa, a eso España no quiere jugar. España
quiere jugar a algo que sea de todos. Estuvimos haciendo un
llamamiento, que creo que fue bastante bien acogido por la gran
mayoría de los ministros asistentes, a decir no intentemos ser muy
listos al principio porque si vamos a pura competitividad, el futuro
de la industria europea de defensa está también lleno de nubarrones.

Luego, si habrá que combinar los dos principios a nivel europeo,
combinemos los dos principios a nivel de todos los países de Europa,
no sea que los países con industria más débil compremos a los de
industria más fuerte y no defendamos a nuestras industrias. Esa ha
sido un poco la posición que España está manteniendo en los foros
internacionales y desde luego en Roma.

Sólo un comentario, también con afecto. Los que hemos defendido, no
digo desde los romanos pero casi, el si vis pacem, para bellum, no
hay que olvidar que queremos la paz; vis pacem es la paz. Hay algo
que nunca viene mal repetir: los militares son los primeros
interesados en que haya paz, y cuando la amenaza es que van a venir a
invadir nuestras fronteras, hay que desarrollar un tipo de
instrumentos distintos de cuando la amenaza es que la gente se nos
muera de hambre como consecuencia de catástrofes naturales, como está
sucediendo ahora, pero haí no hay voluntades contrapuetas.

Creo que se ha hecho una pregunta sobre dónde estamos en los
programas de la OTAN. Está el programa MIDS, el programa de
comunicaciones tácticas Post 2000,



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el programa del misil Seasparrow modernizado y un sistema
antitorpedos, el SSTDS, que es donde tenemos fijados los retornos.

Yo quiero agradecer las palabras sobre la actividad oceanográfica que
realiza la Marina. Efectivamente, ha estado hasta ayer en Chile el
buque de investigación Hespérides y creo que es de justicia recordar,
cuando se cumplen cien años, lo que hicieron nuestras Fuerzas
Armadas, en concreto La Armada, en la bahía de Santiago.

Yo creo -y con esto ya termino del todo-que tenemos unos centros de
I+D en los que debemos mejorar la coordinación intra Defensa y extra
Defensa, que todavía el esfuerzo de I+D dista del que a todos nos
gustaría, pero que no se inventa. Creo que es un problema de ir
sentando plataformas susceptibles de ir solicitándoles programas de
investigación y desarrollo. Hoy probablemente tenemos una base
científica superior a la base industrial, y por tanto se produce una
desprecaución. Por eso, el intento, ya desde hace muchos años, de dar
prioridad a la polarización industrial de nuestros programas, a los
programas de desarrollo sobre los de investigación y, dentro de los
de investigación, a la investigación aplicada más que a los de
investigación pura.

El Ministerio pone todo su interés, cometeremos errores, pero
queremos seguir en esa línea, que se inició hace ya años, de
potenciar todo lo posible la investigación y desarrollo. Hay veces
que se ve que se quiere gastar en I+D y no se sabe dónde. Por tanto,
no es sólo un problema voluntarista de «destine usted más a I+D»,
sino de dónde podemos gastar en I+D, dónde hay plataformas de
investigación, plataformas de desarrollo, que puedan hacer fructífero
aplicar o asignar a ellas recursos económicos.

Agradezco a la Presidencia que me haya invitado a la Comisión y les
puedo asegurar que el Ministerio de Defensa seguirá trabajando en
potenciar la I+D española, porque estamos convencidos de que es la
mejor manera de ganar el futuro para nosotros y nuestros hijos.




La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor ministro.

Concluido el orden del día, se levanta la sesión, no sin agradecer
antes a los servicios de la Cámara y al señor ministro su
comparecencia.

Se levanta la sesión.




Eran las dos de la tarde.