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DS. Cortes Generales, Comisiones Mixtas, núm. 91, de 10/03/1998
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DIARIO DE SESIONES DE LAS



CORTES GENERALES



COMISIONES MIXTAS



Año 1998 VI Legislatura Núm. 91



PARA LA UNION EUROPEA



PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. PEDRO SOLBES MIRA



Sesión núm. 22



celebrada el martes, 10 de marzo de 1998,
en el Palacio del Congreso de los Diputados



ORDEN DEL DIA:



Comparecencia del señor ministro de Asuntos Exteriores (Matutes Juan),
para informar sobre el programa de trabajo de la presidencia del Reino
Unido en la Unión Europea. A solicitud del Grupo Socialista del Congreso
(Número de expediente Congreso 213/000496 y número de expediente Senado
711/000149) (Página 1878)



Preguntas:



--Del señor Navas Amores (Grupo Parlamentario Federal de
Izquierda-Unida), sobre las razones de la negativa del Gobierno a firmar
el Anexo del Tratado de Amsterdam referido a la participación en el
ámbito europeo de las Comunidades Autónomas españolas (Número de
expediente Congreso 181/000986 y número expediente Senado 683/000035)
(Página 1890)



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Se abre la sesión a las nueve y cinco minutos de la mañana.




El señor PRESIDENTE: Buenos días. Vamos a iniciar la sesión de nuestra
Comisión en el día de hoy.

Tenemos dos puntos del orden del día, la comparecencia del ministro de
Asuntos Exteriores y una pregunta de Izquierda Unida, que se tramitará al
finalizar la presentación del ministro y las tomas de posición por los
distintos grupos parlamentarios.

Hay dos problemas desde el punto de vista práctico. Primero, el ministro
tiene que abandonarnos necesariamente a las once de la mañana porque
tiene otra comparecencia, y aprovecho para agradecerle que haya hecho el
importante esfuerzo de asistir a dos comparecencias en la misma mañana;
segundo, tenemos que ver la pregunta con el ministro. Por tanto,
tendríamos que terminar no más tarde de las once menos cuarto. Eso quiere
decir que hoy voy a ser enormemente rígido con los tiempos en cada una de
las tomas de posición de los diferentes grupos.




--COMPARECENCIA DEL SEÑOR MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (MATUTES JUAN)
PARA INFORMAR SOBRE EL PROGRAMA DE TRABAJO DE LA PRESIDENCIA DEL REINO
UNIDO EN LA UNION EUROPEA. A SOLICITUD DEL GRUPO SOCIALISTA DEL CONGRESO
(Número de expediente Congreso 213/000496 y número de expediente Senado
711/000149).




El señor PRESIDENTE: El señor ministro de Asuntos Exteriores tiene la
palabra.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Matutes Juan): Señor presidente,
señorías, para empezar predicando con el ejemplo intentaré ser breve y
completo; veremos si lo consigo.

La Presidencia del Reino Unido ha fijado cinco ejes principales de
actuación para este semestre: la Unión Económica y Monetaria, el
seguimiento de las conclusiones de la cumbre sobre el empleo, la Agenda
2000, la ampliación y el desarrollo de las políticas de la Unión.

En relación con la Unión Económica y Monetaria, los trabajos del Ecofin,
que ayer continuaron, se están centrando en la preparación de la
introducción al euro. El Consejo, en su formación de jefes de Estado y de
Gobierno, se reunirá los próximos 2 y 3 de mayo para decidir, por mayoría
cualificada, la lista de Estados miembros que cumplen las condiciones
necesarias para la adopción de la moneda única. Por lo que a España
respecta, ya conocen ustedes la posición inmejorable en que se encuentra,
tanto por nuestras estadísticas oficiales cuanto porque ello ya ha sido
oficialmente dicho y aceptado por la Comisión Europea.

Referente al empleo, la aprobación del plan de acción español se llevará
a cabo, junto a los demás planes nacionales, en el Consejo europeo de
Cardiff en junio. España deberá presentarlo en abril para un primer
examen, en mayo en el Comité de Empleo y Mercado de Trabajo y un debate
posterior que tendrá lugar en el Consejo de Asuntos Sociales del 4 de
junio, previo al Consejo europeo de Cardiff.

En relación con la Agenda 2000, la Presidencia británica se ha
concentrado en continuar los trabajos iniciados por la Presidencia
luxemburguesa sobre la base de las conclusiones del Consejo de
Luxemburgo, con el objetivo de presentar en Cardiff un nuevo informe
sobre el estado de la situación y de los debates relativos a la Agenda
2000. El debate cobrará un nuevo impulso una vez que la Comisión presente
el 18 de marzo sus propuestas. Las propuestas de la Comisión se refieren
a la reforma de los fondos estructurales, el reglamento marco y
reglamentos específicos para los fondos Feder, Fondo Social Europeo,
Feoga-orientación y Fondo de Cohesión, así como de la PAC, reformas de
las OCM actuales y mediterráneas.

En el último Consejo de Agricultura, la Comisión ha presentado su
propuesta de reforma de la OCM del tabaco, lo que dio la oportunidad de
que se celebrara un primer debate de orientación.

Respecto a las nuevas perspectivas financieras 2000-2006, la Presidencia
británica, en contactos informales, nos ha comunicado su intención de no
debatir esta cuestión hasta tanto la Comisión presente sus propuestas.

Espera llevar al Consejo europeo de Cardiff un eventual estado de los
trabajos, junto con algunas conclusiones sobre principios generales y de
orden procesal. En este tema influirán las elecciones en Alemania y
Holanda, y la Comisión deberá presentar, a final de año, su comunicación
sobre el funcionamiento del sistema de recursos propios.

En el programa de trabajo de la Presidencia se indica que las exigencias
de la ampliación sobre la política regional de la Unión implican la
necesidad de encontrar un justo equilibrio entre la distribución de los
recursos disponibles y la concentración en las zonas de Europa menos
desarrolladas. Estos temas serán estudiados en la reunión informal de
ministros de Asuntos Regionales, en Glasgow. Hay que recordar la posición
española, consistente en que en ningún caso la ampliación podrá
financiarse en menoscabo de la actual política de cohesión, y que la
negociación sobre el futuro y la financiación de las políticas
comunitarias corresponde al Consejo de Asuntos Generales.

En cuanto a la ampliación, aparece prácticamente en todos los órdenes del
día de los Consejos de Asuntos Generales a celebrar bajo la Presidencia
británica. En marzo se van a poner en marcha las decisiones necesarias
acordadas por el Consejo europeo de Luxemburgo para iniciar el proceso de
ampliación en su conjunto: conferencia europea; lanzamiento del proceso
de adhesión y apertura; las conferencias intergubernamentales, con cinco
más uno; refuerzo de la estrategia de preadhesión mediante la aprobación
de los partenariados para la adhesión y screening del acervo. Creo que
vale la pena quizás que profundicemos un poco más en el tema de la
ampliación, que va a ser el tema estrella, sin duda, para los próximos
meses.

La primera reunión, que tendrá lugar el próximo jueves, día 12, a nivel
de jefes de Estado y de Gobierno, tendrá fundamentalmente un carácter
ceremonial, porque dado el



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alto número de participantes e intervenciones --todos los que van a
iniciar las negociaciones de adhesión inmediatamente y todos los demás--,
no se prestará a una discusión sustantiva y que permita profundizar en
los temas. Puede darse por confirmada de facto la no participación de
Turquía. Hay acuerdo, no obstante, en impulsar este foro, entre otras
razones porque es conveniente desarrollar una instancia que permita, más
adelante, encontrar a este país un enclave institucional en el proceso de
ampliación. Hay que reconocer que la ausencia de Turquía hace difícil,
hoy por hoy, dotar de un contenido sustantivo a la conferencia. La
Presidencia ha hecho circular un proyecto, que contiene unos elementos de
las conclusiones que deberán ser adoptadas en Londres. El Coreper del 5
de marzo ha estudiado esa cuestión a fondo.

El proyecto de conclusiones declara que la conferencia europea marca la
apertura de una nueva era de cooperación europea, se refiere a las
conclusiones del Consejo de Luxemburgo y fija como objetivo de la misma
el contribuir asegurar que Europa sea un área estable, en la que la
democracia y el respeto a los derechos humanos vayan de la mano con un
desarrollo económico sostenible.

Los temas de la conferencia serán los siguientes. Primero, lucha contra
el crimen transfronterizo, tráfico de drogas, terrorismo, tráfico de
seres humanos e inmigración ilegal; es muy bueno ya iniciar ejercicios de
cooperación profunda con todos nuestros futuros socios en estos temas.

Segundo, compartir objetivos de la PEC, no es otra manera, mientras
nosotros nos vamos ejercitando en el ejercicio, de ir ejercitando también
a nuestros futuros socios en el mismo; profundizar en los temas de medio
ambiente, que tampoco conocen fronteras, y promoción de economías
competitivas, así como cooperación regional.

La primera reunión de seguimiento de esta conferencia tendrá lugar en
junio, a nivel de ministros de Asuntos Exteriores, y se ocupará
fundamentalmente de cuestiones de procedimiento, de cómo esos objetivos
deben ir insertándose en futuras reuniones, con lo cual la primera sesión
sustantiva ya se produciría bajo la próxima presidencia, es decir, la
austriaca.

Respecto al lanzamiento del proceso de adhesión, la reunión conjunta de
los ministros de Asuntos Exteriores de los Quince, más los diez
candidatos PECO y Chipre, se desarrollará en la mañana del próximo 30 de
marzo. Actualmente se está procediendo a la puesta a punto del proyecto
de declaración de la Unión, que incluye algunos de los elementos
contenidos en el documento del marco general de negociación. La apertura
de estas seis conferencias intergubernamentales para las negociaciones de
adhesión con Polonia, Hungría, República Checa, Eslovenia, Estonia y
Chipre --estamos en el marco cinco más uno-- se desarrollará
sucesivamente en la mañana del 31 de marzo. Les recuerdo que el 30 y 31
de marzo, además, está prevista, por las tardes, la sesión habitual del
Consejo de Ministros de Asuntos Generales.

Un proyecto de declaración de la UE está siendo objeto de examen en las
instancias del Consejo, sin que se prevean dificultades especiales para
su aprobación. Partenariados para la adhesión es otro aspecto fundamental
en todo este proceso. El Consejo europeo de Luxemburgo acordó la puesta
en marcha de este nuevo instrumento, que constituye el eje básico de la
estrategia de preadhesión y que incluirá, para cada candidato, por un
lado, las prioridades que deben seguirse en lo que respecta a su
asimilación del acervo de la Unión y, por otro, los medios financieros,
en particular a través de los programas Phare disponibles al efecto.

En el Consejo de Asuntos Generales se constató un acuerdo político sobre
el reglamento, basado en el artículo 235 del Tratado, para el
establecimiento de este sistema de partenariados. El Parlamento europeo
discutirá mañana, en sesión plenaria, el informe Oostlander sobre esa
cuestión, por lo que habrá que esperar a mañana para saber cuál será el
resultado del debate en el Parlamento y si finalmente éste emite su
dictamen. Actualmente, el grupo de trabajo «ampliación» está procediendo
al examen del proyecto elaborado por la Comisión sobre los elementos
esenciales que debe constituir estos partenariados.

Finalmente, en cuanto al screening del acervo, las conclusiones de
Luxemburgo establecen que el funcionamiento de los partenariados para la
adhesión y el screening se examinarán con cada Estado candidato en el
marco de los órganos de los acuerdos europeos. En otras palabras, se
aceptó la tesis de que el screening, que es el estado de asimilación del
acervo que tienen estos países, debe realizarse tanto con el grupo de
candidatos con los que se abren las conferencias intergubernamentales
como con los cinco restantes, porque es bueno que vayan teniendo un
dictamen de cómo está su asimilación del acervo. Los objetivos del
screening serían, en sustancia, verificación del grado de incorporación
del acervo por cada candidato e identificación de los problemas que
deberán abordarse en las negociaciones en función de ese balance.

Tratándose de un ejercicio exclusivamente técnico, y por lo que respecta
al primer pilar, obviamente le corresponde llevarlo a cabo a la Comisión,
ya que en el segundo y en el tercer pilar, en opinión de la Presidencia
británica, el interés del Consejo podría quedar resuelto con la
participación de la Presidencia más aquellos Estados miembros
individualmente interesados en alguna cuestión específica, aunque no se
espera la presencia continua y permanente de estos Estados.

Creo que con esta información disponen ustedes de una buena base de lo
que son las prioridades de la Presidencia británica. Quizás, como
resumen, mi impresión personal es que, finalmente, no va a ser una
Presidencia superideologizada ni euroescéptica, como ha sido en algún
otro momento, ni tampoco hasta ahora parece interesada en que emerjan
sobre toda discusión los temas en los que están interesados como país,
como Estado miembro, sino que parece que va a desarrollar una Presidencia
muy profesional, y justamente han seleccionado aquellos puntos más
interesantes o los que están más maduros, que permitan avances
sustanciales.

Señor presidente, señorías, esto es todo en mi primera intervención.




El señor PRESIDENTE: ¿Grupos que desean intervenir? (Pausa.)



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En nombre del Grupo Socialista, tiene la palabra el señor Costa. Le
rogaría que se limitara al tiempo previsto de diez minutos.




El señor COSTA COSTA: Será un placer limitarme a ese tiempo en el día de
hoy, ya que mi voz no está en estos momentos en las mejores condiciones,
por lo que le agradezco esa limitación.

Asimismo, quisiera agradecer al ministro de Asuntos Exteriores la
información que nos ha suministrado sobre la Presidencia británica. Como
muy bien ha señalado, yo creo que se da un cambio importante en la
actitud del Reino Unido como país frente a los temas europeos y ha hecho
realidad aquello que dijo tanto el primer ministro, señor Blair, como el
ministro de Asuntos Exteriores, señor Cook, de que el Reino Unido iba a
trabajar para construir, para hacer sus aportaciones a la Unión Europea
en vez de entorpecerlas. La Presidencia del Reino Unido viene a dar
contenido a esta realidad, apartando aquellos problemas que tienen más de
conflicto nacional y contribuyendo a que la agenda prevista para la
construcción europea siga su camino sin que se vea entorpecida por una
Presidencia que no esté a la altura de las circunstancias y que la Unión
Europea tiene que afrontar en estos momentos.

Es cierto que estamos en un momento importante de la Unión Europea, y de
repetir tanto esta palabra parece que todos nos hemos acostumbrado a
convivir con las dificultades que son inherentes a ese proceso de
construcción, pero no es menos cierto que algunas de las decisiones que
se tienen que adoptar durante la Presidencia del Reino Unido y las
siguientes, las que tienen que quedar encaminadas, tienen unos efectos yo
diría que económica y socialmente intensos para los países miembros de la
Unión, y particularmente en este caso para nuestro país.

No voy a hacer una intervención estrictamente nacional de la Presidencia,
ya que creo que no sería adecuado, pero sí voy a señalar algunos de los
aspectos que, como país, nos deben preocupar en el sistema de
construcción europea que se está siguiendo.

Ya ha explicado el ministro, y creo que muy correctamente, todo lo
referente a la Agenda 2000, particularmente todo lo relacionado con las
reformas de los reglamentos de los fondos de cohesión y estructurales y
al sistema de recursos propios de la Unión, que evidentemente está
iniciando su camino. Vamos a tener ya documentos iniciales aprobados por
la Comisión me parece que los días 18 y 19 de marzo, es decir, estamos
prácticamente a las puertas de conocer los textos que la Comisión va a
aprobar y a someter, por tanto, al Consejo para su aprobación.

En primer lugar, es verdad que conocemos ya algunas de las orientaciones
que estos textos producen, las cuales deben ser aún motivo de
preocupación para nuestro país. Nosotros podríamos compartir la posición
del Parlamento Europeo en esta materia, pero es verdad que en el sistema
de recursos propios se sigue estableciendo un límite máximo que España
debe procurar que no quede como tal en los textos definitivos de recursos
propios. No se puede realizar una estimación como la que se ha hecho de
los costes de la ampliación y de los ahorros de las reformas que todavía
no se han producido fijando previamente la cantidad final que se debe
gastar, sino que debería ser más bien un sistema inverso. Por tanto, el
planteamiento de la Comisión en esta materia no está a la altura de la
ambición del proyecto que se está tratando en estos momentos.

Seguramente, el hecho de poner un límite a los recursos propios resulta
excesivamente prematuro y se corre el riesgo de subestimar los problemas
reales que se puedan derivar de este sistema. Así pues, éste es uno de
los elementos que debería preocuparnos.

En segundo lugar, establece una serie de condiciones para la reforma de
los fondos estructurales que también son motivo de preocupación para
nuestro país. Es verdad que los fondos estructurales no solamente fijan
el límite del 1,27 por ciento, sino que, al reducir de siete a tres los
reglamentos en los que se vinculan esos fondos estructurales, producen
cambios sustanciales en la aplicación de los fondos, pero es verdad
también que en estos momentos todavía no está garantizado que los dos
tercios del total de los fondos que eran estructurales vayan a seguir
estando vinculados al Objetivo 1 de la Unión Europea, además, establece
un porcentaje del 10 por ciento, que lo utiliza como penalización o como
premio a determinados países en un sistema que todavía está por ver su
funcionamiento y que, sin duda, puede ser más complicado que el que
veníamos manteniendo hasta ahora, cuyo montante global viene a ser muy
similar al de los fondos de cohesión. Sin duda, éste es un elemento de
preocupación para nuestro país si no se aclara adecuadamente en qué
medida y en qué forma va a ser utilizado este porcentaje.

Es cierto que para España, además, toda reforma de fondos estructurales
tiene otros elementos que hay que considerar, y particularmente el hecho
de que algunas regiones puedan verse excluidas, casi con toda seguridad,
de la recepción de esos fondos estructurales y que, por ello, tengan que
pasar al sistema transitorio de fondos previsto en la propia Agenda 2000.

Como de todo ello vamos a seguir hablando, porque éste no es un tema que
vaya a ser cerrado totalmente, entiendo yo, durante la Presidencia
británica, simplemente queríamos apuntar algunos de los aspectos que nos
preocupan en esta materia.

En relación con el empleo, la cumbre de Cardiff va a analizar los
diferentes planes nacionales. Hoy mismo teníamos previsto que
compareciera en esta Comisión el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales,
pero no ha sido posible, aunque esperamos tenerlo próximamente para que
nos explique el contenido de los consejos de su área y conocer también
las aportaciones de España en materia de empleo después de un papel que
nosotros no consideramos en absoluto satisfactorio en el pasado Consejo
extraordinario sobre el empleo.

La unión monetaria --de la que no ha hablado el ministro-- es uno de los
temas centrales de la Presidencia británica. Yo diría que por las últimas
presidencias se ha llevado un buen ritmo de trabajo y no quedan grandes
temas por resolver, pero sí quedan decisiones muy importantes que
adoptar, como cerrar los miembros permanentes del consejo del Banco
Central Europeo tratando de conseguir un equilibrio --por qué no
decirlo-- también territorial,



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que represente la pluralidad de países que conviven dentro de la Unión.

Sin duda, esto es un elemento muy importante para nuestro país, que
deberíamos tener en cuenta y que espero que se pueda resolver
satisfactoriamente para nuestros intereses. Queda por elegir también el
gobernador del Banco Central Europeo y fijar las paridades del euro con
las monedas nacionales. Por tanto, en un calendario perfectamente
previsible aún quedan algunas decisiones que adoptar, sobre las cuales
España tendrá algo que decir y que, sin duda, dependiendo del marco en
que se adopten esas decisiones o qué decisiones sean, pueden ser más o
menos beneficiosas para nuestro país, siendo igualmente buenas para la
Unión Europea.

La Presidencia británica ha puesto un especial énfasis en la ampliación
--al menos en la escenificación de la ampliación--, y a partir de la
Presidencia del Reino Unido se van a iniciar las verdaderas negociaciones
con los cinco y se va a insistir en que se mantenga un ritmo de reformas
con los países que no van a ser objeto de la primera ampliación. Por
tanto, bienvenida sea la conferencia prevista durante la Presidencia
británica y los temas que en ella se van a tratar. La cuestión es que en
el Consejo de Luxemburgo se crearon algunos problemas que yo creo que no
hay que eludir en los debates, como es el haber situado a Turquía en una
situación complicada internamente, con las consecuencias que ello va a
tener para la integración de Chipre dentro de la Unión Europea y que sin
duda todos tenemos presentes, pero no por ello son más fáciles de
solucionar. Ahí se ha creado un problema de difícil solución en el que
toda la fuerza de la diplomacia va a tener --incluso imponiéndolo-- muy
complicado el volver a llevar al camino en el que se encontraban tanto
las negociaciones respecto al trato preferente con Turquía como la propia
integración de Chipre en la Unión Europea.

El segundo aspecto de la ampliación, muy relacionado con las perspectivas
financieras a las que me he referido anteriormente, son los costes de la
ampliación. La Comisión Europea lo que hace es una estimación de esos
costes sobre distintas hipótesis que aún no sabemos si se van a cumplir,
pero a pesar de ello fija un techo de recursos propios. De ahí la
importancia de condicionar ese techo de recursos propios de la Unión al
resultado final del coste de esa ampliación. Yo estoy convencido de que
nuestro país está defendiendo estas tesis, pero insisto en que ello es
especialmente importante.

Durante la Presidencia británica también se va a hablar de la reforma de
la política agrícola común; concretamente, los próximos días 16 y 17 se
celebrará el Consejo de Agricultura, en el que se van a tratar las
resoluciones adoptadas en el Consejo de Agricultura de los días 17 y 18
de noviembre de 1997, donde España se quedó aislada en las reformas
previstas para la política agrícola común. Quisiera conocer cómo se está
llevado a cabo esa negociación, si ha habido cambios sustanciales en el
documento que se va a tratar, si se prevé que los va a haber o si España
ha modificado su posición en esa materia.

En cuanto a la pesca, hay dos elementos que nos preocupan, que son las
legislaciones del Reino Unido y de Francia respecto a tripulaciones de
terceros países, que sin duda están dirigidas directamente contra los
intereses de los trabajadores de la pesca en nuestro país. Quisiéramos
conocer si hay prevista alguna acción concreta, si esas regulaciones
están incardinadas dentro del marco legislativo comunitario o si, por
otra parte, el Gobierno español está adoptando las decisiones necesarias
para que esas legislaciones no se puedan aplicar, rompiendo el mercado
interior de la Unión Europea.

Los últimos minutos quisiera dedicarlos a hablar de la PESC, la política
exterior y de seguridad común de la Unión Europea. Tengo la sensación de
que en materia de política exterior y de seguridad común no sólo no se
está avanzando en lo establecido en el Tratado de Amsterdam, sino que
estamos --yo diría-- en una línea blanda, está disminuyendo la tensión de
los problemas que la Unión Europea tiene. Estos días hemos visto
declaraciones del presidente de Israel, señor Netanyahu, en nuestro país
tan altisonantes --aunque después matizadas-- como que Europa no se
entera de lo que pasa en el Oriente próximo, cuando Europa tiene allí un
embajador, cuando la mayoría de los fondos para ayudas a esta zona
provienen de la Unión Europea y cuando yo creo que se está haciendo un
esfuerzo muy importante para mejorar la situación y apuntalar el proceso
de paz en el Oriente medio. Veo una caída de preocupación por los
problemas de la antigua Yugoslavia, y particularmente en lo que hace
referencia a los conflictos que está viviendo Kosovo en estos momentos.

No veo, ni en las intervenciones públicas ni en las preocupaciones del
ministro de Asuntos Exteriores --por tanto, del Consejo de Asuntos
Generales-- una preocupación por esos temas tan importantes. Además,
durante la Presidencia británica se están abordando temas tan relevantes
como las relaciones transatlánticas, en las que, sin duda, se tratan
cuestiones de gran importancia para nuestro país en materia de seguridad
y de comercio. Vemos cómo hay la posibilidad de un convenio de
liberalización de comercio con Méjico, cómo se sigue negociando con
Mercosur y Chile, cómo está prevista una cumbre Unión Europea-América
latina y Caribe, y se percibe un nivel de participación bajo de nuestro
país en todos estos acontecimientos, en los cuales deberíamos ser un
interlocutor privilegiado.

Finalmente, quisiera hacer una pequeña referencia a los temas que tienen
que ver con una parte del territorio de nuestro país, concretamente con
las islas Canarias. Hemos visto cómo todos los instrumentos específicos
para Canarias están siendo modificados, bien por la reforma de los fondos
estructurales o bien por modificaciones de la política agrícola común o
de las OCM correspondientes, y existen problemas en la mayoría de ellos.

El Poseican está caducado en estos momentos, no se ha renegociado; la
iniciativa comunitaria Regis va a ser suprimida porque se integra en
nuevos fondos en los que no sabemos cómo va a quedar, el REA, recogido en
el Poseican, está sometido a una revisión y la misma es objeto de un gran
debate en estos momentos. Nos parece que deberíamos conocer exactamente
cuál es la posición del Gobierno.




El señor PRESIDENTE: Señor Costa, le ruego vaya terminando.




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El señor COSTA COSTA: Con esto, señor presidente, concluyo mi
intervención, sin hablar de temas del tercer pilar, a los que me gustaría
referirme por la caída de iniciativas en este área que se ha producido
(como puso de manifiesto hace escasos días la portavoz del Grupo
Parlamentario Socialista, señora De la Vega --que está aquí a mi lado--,
ante el ministro correspondiente) entre la Presidencia española y la
Presidencia del Reino Unido, y es evidente que las iniciativas no son
responsabilidad sólo de las presidencias sino también de los gobiernos
que participan en los diferentes consejos.




El señor PRESIDENTE: En nombre del Grupo Parlamentario Catalán
(Convergència i Unió), tiene la palabra el señor Guardans.




El señor GUARDANS I CAMBO: Gracias, señor ministro, por sus
explicaciones.

Quisiera empezar pidiendo disculpas por mi retraso. Los que vivimos
vinculados al taxi en Madrid tenemos este tipo de percances.

Por la información que nos da y por la que ya teníamos, la Presidencia
británica se anuncia globalmente como positiva. Decía el portavoz
socialista, con razón, que es un momento muy importante de la Unión y
que, a base de utilizar esa palabra de forma muy reiterada, momento
clave, momento importante, momento histórico, podemos acabar vaciando de
contenido esa expresión. Pero no cabe duda de que este momento, por
muchas razones, no sólo por lo que hace referencia a la Unión Monetaria,
aunque ése es el hito más importante de esta Presidencia, estamos en un
momento clave de la historia misma de la Unión Europea. Por eso, algunos
vemos con especial satisfacción que esta Presidencia esté en manos de
quien está, del Gobierno que la está llevando y no de otro de signo
distinto, en lo que se refiere, dejemos de lado otras posibles simpatías,
a su orientación europea. No queremos ni pensar lo que hubiera sido esta
Presidencia británica en manos de un gobierno británico de carácter
netamente euroescéptico, por ejemplo; hubiera sido una situación
tremenda.

Voy a repasar alguno de los temas que ha comentado el señor ministro,
para dar mínimamente nuestra opinión o por lo menos destacar nuestras
preocupaciones de forma muy somera.

Empezaré por la financiación. Estamos a la espera de esos textos, que han
aparecido por el momento en prensa, de los cuales sólo tenemos
conocimiento a nivel periodístico, sobre los nuevos reglamentos en
materia de fondos de cohesión y fondos estructurales. Quiero insistir en
que, por la situación de los taxis en Madrid --no hay taxis en la
capital--, me he perdido las explicaciones del señor ministro a este
respecto. Imagino que tampoco habrá podido aportar grandísima
información, a la espera de los textos definitivos; no lo sé. En todo
caso, la información que tenemos no es positiva, en la medida en que se
sigue manteniendo ese límite, ese techo, del 1,97, ese límite de recursos
propios en este marco, y eso nos sigue pareciendo negativo, como ya
dijimos en su momento, en pleno apoyo, en este caso, como en otros, pero
en este caso claramente, a la línea del Gobierno.

Lo que no querríamos es que se diera la idea a los ciudadanos de que la
ampliación nos puede salir gratis. Yo creo que hay que buscar un
equilibrio, no sólo en lo que es la orientación política, sino en la
política de comunicación --que son dos frentes distintos y los dos han de
ser cuidados--, de que estamos velando por mantener los fondos de
cohesión, y parece que esa batalla está ganada o básicamente ganada,
aunque sea muy probablemente a costa de vincularlo con el Pacto de
Estabilidad o con una cierta reforma de los fondos estructurales, cuyo
perjuicio para España en este momento es difícil de calcular; es decir,
mantener ese frente de que se está negociando ahí con firmeza y no
transmitir a la vez la idea de que España va a ser solidaria con la
ampliación a todos los efectos, también a los económicos.

Es cierto que es un equilibrio cuya explicación a la ciudadanía no es
fácil, no solamente a la ciudadanía sino también a nuestros socios en la
Unión Europea, pero pienso que es algo que por el momento no se está
haciendo todo lo bien que se podría y podría generalizarse esa cierta
idea de un patriotismo mal entendido, de que somos enemigos de la
ampliación o que la ampliación es un tema que beneficia a terceros, no a
nosotros, y que por tanto la paguen ellos. Ese tipo de mensaje, en la
medida en que pueda ser real --no deja de ser una percepción lo que yo
estoy diciendo--, en la medida, repito, en que pueda tener algo de real,
creo que debería ser corregido y básicamente corresponde a su área marcar
esa corrección. Sobre este tema no diré más, porque me parece que
debatiremos mucho más de él y quedo a la espera de los textos definitivos
de los reglamentos que se aprueben en la Comisión.

Sí querría conocer un poco más la opinión del señor ministro con respecto
a Turquía. ¿Qué perspectivas hay y cuál es exactamente la posición
española en este tema? Yo reconozco que tengo una cierta sensación de que
la visita de Estado del presidente turco a España por lo menos ha dado la
imagen de que le prestábamos un apoyo, que luego no sé si es el que,
primero, queremos prestar, y, segundo, si se va a traducir en algún tipo
de claro alineamiento del Gobierno español en el seno del Consejo. No sé
si cuadran las dos cosas. Yo ya entiendo que una cosa es cuando un
presidente, un jefe de Estado, decirle que se le apoya en sus
inquietudes, pero quizás se nos ha ido la mano, o por lo menos puede
parecer que hemos prestado una adhesión incondicional a la situación de
Turquía y a sus peticiones, que creo que no acaban de coindicir
exactamente con lo que luego es nuestra política real.

Por tanto, agradecería que el ministro nos pudiera clarificar un poco
cuál es exactamente nuestra posición ahí, subjetiva, desde el punto de
vista de España, y objetiva, es decir, qué perspectivas hay de salir del
atolladero en el que estamos, en el que de alguna forma habría que acabar
antes o después; la duda es si había que meterse en ese atolladero en el
Consejo de Luxemburgo. Personalmente, creo que no; que hubo posibilidad,
en el Consejo de Luxemburgo, de paliar un poco el enfrentamiento con algo
más de suavidad, en el documento de conclusiones. No sé



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muy bien a quién hay que imputar la redacción de la parte correspondiente
a Turquía, pero un poco más de sentido diplomático, de talante de
perspectiva, de valoración de los riesgos que suponía la introducción de
determinados párrafos, el tono que se utilizó, lo que se dejó de decir,
nos hubiera colocado en una situación bastante distinta, sin obviar el
problema de fondo, que es el que es; por lo menos no lo tendríamos
planteado en los términos que lo tenemos planteado hoy.

Respecto de la cumbre del empleo en Cardiff, en su momento hablaremos con
más calma en esta Comisión Mixta y por tanto no es el momento de
detenerse. Como bien ha dicho el portavoz socialista, hoy hubiera debido
comparecer aquí el ministro de Trabajo, no ha sido posible, esperemos que
lo pueda hacer en breve. Sí será bueno, y estamos seguros de que así
será, que en la cumbre de Cardiff el Gobierno haga más público ese pleno
compromiso con las políticas de empleo a nivel europeo.

Nosotros en su momento discrepamos de la imagen catastrofista que se dio
de lo que fue la posición española en la Cumbre de Luxemburgo. Creemos
que ahí hubo una cierta manipulación, un cierto exceso en la crítica,
deformación, más que exceso --la crítica nunca es excesiva si es real--,
deformación en lo que fue la posición del Gobierno; creemos que no hubo
auténticamente un opting out en ese documento. De todos modos, sí es
cierto que la mujer del césar no basta con que sea buena, sino que lo
debe parecer. En este caso, el Gobierno no lo pareció porque una vez más,
ese tema se explicó muy mal y ha calado en la opinión pública española a
todos los niveles, y no sólo en la española, que el Gobierno español se
quiso quedar fuera de las conclusiones de esa cumbre. Por tanto, ahí
tiene la cumbre de Cardiff para corregir esa imagen, en lo que tenga de
imagen, y algo de fondo, que sí tiene, algo, que no es auténticamente una
pura exclusión.

De todo lo que es Unión Económica y Monetaria poco tengo que decir,
porque las principales incertidumbres están prácticamente resueltas. Está
todo el frente institucional de lo que es el Banco Central Europeo, y
estamos a la espera de lo que es la presidencia a ver cómo queda
resuelto.

Compareció hace unos días, para hablar de los temas del tercer pilar, el
ministro de Interior y le dijimos ya lo que eran nuestras principales
inquietudes a este respecto. Yo sólo querría reiterar al ministro, en la
medida en que le corresponde, desde la perspectiva de Exteriores, la
coordinación de todo lo que son las políticas específicas, y
concretamente ésta, dos pequeños puntos. En primer lugar, y no tenía, no
quiso tener entonces, no quiere tener ahora, un tono de crítica, pero sí
de impulso, que también es una de las funciones que tiene este
Parlamento, que creemos que en los ámbitos del tercer pilar podría haber
más iniciativas de las que hay, desde la perspectiva española. No hay que
esperar que todas las iniciativas vengan de otros Estados, y nos parece
que por parte española se podrían poner más iniciativas, más propuestas,
sobre la mesa, tener un papel un poco más activo del que tenemos hasta
ahora.

En segundo lugar, comentamos, y no fui el único portavoz, lo hicieron más
de dos y más de tres, al ministro de Interior, y se lo reitero ahora, que
sería una lástima que, en temas del tercer pilar, donde la Presidencia
británica tiene algunas propuestas sobre la mesa, algunas de ellas,
interesantes --y, por cierto, nos parece muy correcto que en temas del
tercer pilar se incorporen en muchas de estas cuestiones los países
candidatos a la adhesión, porque les afecta muy directamente--, quedaran
congeladas, quedaran paralizadas, bloqueadas por parte española por el
tema de Gibraltar. En su momento, y le animo a que se haga traer el
«Diario de Sesiones», por no reiterar todo lo que en su momento fue
comentado en la Comisión Mixta con el ministro de Interior, dejamos claro
que no se trata de que nos estemos replanteando nuestra posición sobre el
tema de Gibraltar. No es eso. Pero hay que ir a unas soluciones
imaginativas que impidan que todo lo que sean posibles avances en materia
de tercer pilar queden constantemente bloqueados por la interferencia de
un problema como éste, lo cual puede ocurrir de forma muy particular
durante la Presidencia británica, donde la sensibilidad es superior.

Finalmente, en temas de política exterior y de seguridad común, en la
PESC, es donde creo que la Presidencia británica se queda más corta,
porque es donde, me parece, que cree menos. Da la impresión de que el
euroescepticismo ahí se ha retirado muy poco y la Presidencia británica
sigue creyendo poco en la política exterior común, aunque también es
verdad que los demás socios no le dan muchos elementos para poder creer
en ellos, ni le facilitan el terreno. Ahí hay varios frentes abiertos y
es obvio que el más delicado, que no está todavía en plena ebullición y
ya veremos cuál es el punto máximo, es el tema de Kosovo. Esperemos que
la Unión europea, durante esta presidencia, porque será ahí donde se
marcará la tendencia de lo que tenga que seguir después, no haga el
ridículo, ridículo que suele terminar en sangre, como ocurrió en el caso
de Bosnia-Herzegovina.

Sobre el Oriente Medio suscribo literalmente todo lo que ha comentado el
portavoz socialista. La posición de la Unión Europea tiene que ser
muchísimo más activa y no es posible seguir permitiendo que el primer
ministro de Israel pueda andar diciendo que es que en Europa no nos
enteramos. Sí nos enteramos. Lo que ocurre es que nuestra posición, la
posición mayoritaria europea es distinta de la que él sostiene. Hay más
temas de política exterior y seguridad común, pero creo que no es el
momento de detallarlos.

Aunque sé que me salgo del orden del día, señor ministro, querría
terminar, no me resisto a la tentación de hacerlo, pidiéndole --es una
nota a pie de página-- un poco más de prudencia en alguna de sus
declaraciones, respecto de posicionamientos políticos que se adoptan en
esta Comisión Mixta por unanimidad o en el Pleno del Congreso. Me refiero
concretamente al tema, que hoy volverá a ser debatido en el Pleno, sobre
la participación de las comunidades autónomas en el Consejo de Ministros
de la Unión Europea. Por el momento lo único que le pediría es más
prudencia. Creo que el ministro tiene, no sólo el derecho, sino el deber
a tener sus propias opiniones sobre este tema y a defenderlas
vehementemente, en la medida en que, además, las apoye el grupo
mayoritario que apoya al Gobierno. Si después se adopta otra posición, o
esa posición



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queda más matizada, puede dar la sensación de aquello que hacían en las
Indias: uno se pone la ley sobre la cabeza, se acata, pero no se cumple.

Es un poco la impresión que da que es lo que puede acabar ocurriendo con
la proposición no de ley que se votó en su momento, o con la moción que
probablemente será votada esta tarde. Da una cierta sensación de que en
el Ministerio de Asuntos Exteriores eso se acata, pero no se cumple. Yo
querría esperar que no es así. Este no es el momento de profundizar en
este tema, ya lo haremos en otra ocasión, pero sí le pediría que no se
diera, desde el Ejecutivo, y muy concretamente desde su área de
responsabilidad, la sensación catastrofista de que las votaciones de la
semana pasada o las votaciones de hoy están poniendo en peligro la
integridad del Estado, la eficacia de la política exterior española y
prácticamente la estabilidad de toda nuestra relación con la Unión
Europea. No es así. Simplemente estamos materializando y desarrollando lo
que es nuestro marco constitucional, con una fórmula, mejor o peor, habrá
que ver exactamente en qué se materializa, pero suprimamos, y así se lo
pido, ese tipo de declaraciones que den la sensación de que se nos viene
el sistema abajo.




El señor PRESIDENTE: En nombre del Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV),
tiene la palabra el señor Gangoiti.




El señor GANGOITI LLAGUNO: En primer lugar, quiero agradecer la
comparecencia al señor ministro y las explicaciones que nos ha dado sobre
los cinco puntos básicos de la Presidencia británica.

Siguiendo el consejo del presidente de la Comisión, trataré de ser breve
y telegráfico.

Unión Económica y Monetaria. Quisiera hacerle tres preguntas. Una, el
tema del futuro presidente del Banco Central Europeo, salvo que haya
nuevas noticias, parece ser que sigue estando en el aire. Nos gustaría
saber cuál es la impresión del ministro, si al final va a haber un
acuerdo para que haya una presidencia única o que se llegue a una
solución de compromiso en la que la mitad del mandato sea un presidente y
la otra mitad, otro. Desde nuestro punto de vista, sería mejor que
hubiese un único presidente, porque a una institución nueva, como es el
Banco Central Europeo, la dotaría de mayor seriedad.

Dos, creo que el día 2 de mayo, aparte de tomarse la decisión sobre los
Estados que definitivamente van a participar en el euro, se hará también
una prefijación irrevocable de la paridad de los tipos de cambio. En
estos momentos creemos que el tipo de cambio de la peseta es óptimo --de
hecho estamos viendo que el sector exportador está funcionando muy bien--
y que la cotización de la peseta por debajo de un cambio de 85, con el
marco, es apropiada. Me gustaría saber, por parte del señor ministro, si
piensa que de aquí a esa fecha se va a poder mantener esa paridad, cosa
que sería muy importante.

Hablando de paridades, qué perspectivas piensa el señor ministro que
puede haber, aunque por supuesto serán los mercados los que las marquen,
en el cambio definitivo entre el euro y el dólar. Hay comentarios de que
hay personas que piensan que, al final, el dólar puede subir hasta lo que
actualmente es el ecu; hay otras personas que piensan que no. Querría
saber cuáles son las impresiones del ministro a este respecto.

Segundo tema: el empleo. Me gustaría --y esperamos tener al ministro,
señor Arenas-- que, en el caso de que fuese posible y tuviera
conocimiento el señor ministro, nos adelantase algunas pinceladas sobre
cuál va a ser la postura del Gobierno de cara a la reunión de Cardiff.

Tercer tema: Agenda 2000. Estamos a la espera del documento que va a
presentar la Comisión el 18 de marzo sobre la reforma de los fondos
estructurales. Todos sabemos que ahí nos jugamos mucho, pero lo que sí es
cierto es que, a la espera de ese documento, ya han empezado las
presiones, por parte de países interesados, de cara al Fondo de Cohesión.

Desde luego nuestro grupo parlamentario apoya por completo al Gobierno en
que ese Fondo de Cohesión tiene que ser mantenido íntegramente y
planteamientos en el sentido de que porque entremos en el euro ya no es
necesario no aparecer en ningún lugar en el Tratado de Maastricht, que
hablaba de llegar al 90 por ciento de la media del PIB comunitario. Por
tanto, éste es un tema que hay que defender con uñas y dientes.

Y nos preocupa, de la reforma de los fondos, a expensas del planteamiento
definitivo, cómo van a quedar las regiones Objetivo 1 y las Objetivo 2.

También, que parece ser que no serían beneficiarias del Objetivo 3
aquellas regiones que sean Objetivo 2, lo cual es un despropósito, cuando
estamos hablando de relanzar el empleo en Europa, al fin y al cabo las
zonas más perjudicadas por el desempleo son las zonas subdesarrolladas y
las zonas industrializadas en reconversión, Objetivo 2. Que esas zonas
industrializadas en reconversión no pudiesen beneficiarse del Objetivo 3
creemos que es un contrasentido y me gustaría saber qué piensa el señor
ministro al respecto.

Por lo que se refiere a las nuevas perspectivas financieras, estamos a la
espera de ellas, pero estamos de acuerdo en los planteamientos que ha
hecho el Gobierno en algún momento, que la ampliación no se puede
financiar a costa de los Estados del sur y que incluso sería necesario
elevar de alguna forma el porcentaje. En el documento primero que
presentó la Comisión sobre esas perspectivas financieras, hay para
nosotros un tema preocupante y es que teóricamente se plantea la
ampliación sobre la base del crecimiento económico que se va a dar. Ojalá
se dé ese crecimiento económico, pero hacer unos planteamientos de aquí
hasta el 2006 y tener un único escenario es peligroso. Nosotros pensamos
que la Comisión debería tener en cuenta dos o tres escenarios, porque,
como digo, es peligroso asegurar el crecimiento económico que se dará
hasta el 2006. Ojalá exista, pero hay un riesgo.

Respecto a estos dos temas, reforma de fondos estructurales y nuevas
perspectivas financieras, parece ser que Gran Bretaña no tiene mucho
interés en discutirlos a fondo. Las noticias que nosotros tenemos son que
el Gobierno austríaco tampoco va a ser de los que va a tratar más estos
temas y entonces nos iríamos al año que viene, con Presidencia alemana.

Me gustaría saber si va a ser durante el primer semestre del año que
viene, en plena Presidencia



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alemana, cuando se van a tratar a fondo temas tan importantes como las
nuevas perspectivas financieras y la reforma de los fondos estructurales.

Como todos sabemos, la Presidencia alemana no quiere aportar una peseta
más al presupuesto comunitario y quiere limitarlo por todas partes.

Sobre la ampliación, al igual que ha dicho el portavoz del Grupo Catalán,
nos preocupan las perspectivas que pueda haber respecto a Turquía. Este
tema es muy importante y querríamos saber cuál es la posición en el
Consejo de los diversos Estados. Por otro lado, las negociaciones de
ampliación de cinco más uno, que se abren el 31 de marzo. Serán
bilaterales, pero nos gustaría saber si al final la adhesión de esos
Estados va a ser por separado o va a ser conjuntamente. En nuestra
ampliación, las negociaciones con nosotros y con Portugal iban por
separado, pero había un acuerdo de que los dos Estados ingresarían al
mismo tiempo en lo que entonces era la Comunidad Económica Europea.

Querríamos saber si con estos cinco más uno la adhesión va a se conjunta
o va a ser país por país, en función de las circunstancias.

Por último --y con esto acabo, señor presidente--, hay un tema sectorial,
y no sé si el señor ministro me lo podrá comentar, pero que nos preocupa.

Creo que el 24 de marzo va a haber un Consejo monográfico de pesca.

Tenemos noticias de que existe un documento oficioso por parte del Reino
Unido y que le gustaría que saliese a lo largo de su Presidencia, uno de
los pocos temas en los que están dispuestos a mojarse, que es el famoso
tema de la prohibición de las volantas. Ya en el año 1991 el Parlamento
Europeo votó favorablemente la prohibición de las volantas. Todos sabemos
que, por la presión francesa, en el Consejo de Ministros hasta ahora no
se ha tomado una decisión al respecto y las noticias que nosotros tenemos
son que los británicos, tal y como decía, serían partidarios de tomar esa
decisión durante su Presidencia, poniendo la fecha límite del 31 de
diciembre de 1999 para la desaparición de esas artes que están dañando
tanto a nuestras flotas.




El señor PRESIDENTE: En nombre del Grupo de Coalición Canaria, tiene la
palabra el señor Mardones. Le rogaría que se limitara a los tiempos.




El señor MARDONES SEVILLA: Haré mi exposición con esa norma y,
agradeciendo al señor ministro sus explicaciones y su comparecencia, me
limitaré a los comentarios y sugerencias sobre aquellos aspectos de la
agenda de trabajo de la Presidencia británica, de acuerdo con la
documentación que su departamento nos viene facilitando, y quiero
destacar, señor ministro, la fluidez informativa de su departamento sobre
la Unión Europea con respecto a esta Comisión. Por tanto, me ceñiré a lo
que se dice en estos documentos.

En primer lugar, el programa de trabajo de la Presidencia británica
señala, en su apartado de agricultura, fundamentalmente dos temas: la
reforma de la política agrícola común y la adaptación a la norma de la
Organización Mundial de Comercio, de la OMC, del panel sobre el régimen
de importación del plátano del área Caribe, Pacífico, del área
fundamentalmente dólar, en la Unión Europea. Hago esta primera llamada de
atención, ya que la propia Presidencia británica tiene en su agenda de
trabajo, en el apartado de agricultura, que dar una solución a este
problema.

Ciñéndome en esta primera fase de mi intervención a lo que dice la agenda
de trabajo británica, hay un punto al que llama Europa dentro del mercado
mundial, anunciando ya que en el próximo mes de mayo se celebrará la II
conferencia ministerial de la Organización Mundial de Comercio en
Ginebra. Como se recomienda que la Unión Europea debe asumir un papel más
importante en el sistema comercial mundial, sobre todo en el
establecimiento de las bases para la negociación a gran escala que se
debe llevar con la OMC, y señalándose que la Presidencia del Reino Unido
tiene como uno de los fines llegar a un acuerdo sobre las modificaciones
del sistema de preferencia generalizada, mucha atención, señor ministro,
para todos los servicios españoles, para que en este sistema de
preferencia generalizada no sufra menoscabo la situación del mercado del
plátano, o de cualquier otro producto, por supuesto, pero ahora me
refiero a este tema.

En otro punto de la agenda de trabajo británico están las relaciones
transatlánticas de las que después hablaré con mayor detalle. Como se
dice que la Presidencia del Reino Unido celebrará en mayo una cumbre con
los Estados Unidos para fijar las actuaciones en la agenda
transatlántica, me permito señalarle, señor ministro, el documento,
facilitado también por sus servicios, que se refiere a cuestiones que se
pueden plantear en esta cumbre, aparte de la Ley Helms-Burton.

Y una llamada que hago muy de pasada es que, en la agenda británica, el
Reino Unido propone en su Presidencia trabajar a los demás miembros de la
Unión Europea en un código de conducta de la misma sobre exportaciones de
armamento, requisitos comunes más estrictos. Llamada de atención, porque
sabemos muchas veces, señor ministro, cómo, en países en conflicto, los
países europeos que se saltan a la torera cualquier norma de conducta
--que tampoco la hay-- son precisamente el Reino Unido y Francia, por
poner unos ejemplos en la venta de armamento, sobre todo a países del
Oriente Medio. Nuestro grupo está de acuerdo en que exista un código de
conducta de la Unión Europea sobre las exportaciones de armamento; lo
aplaudimos, pero que sea con transparencia e igualdad de derechos para
todos los países miembros, máxime cuando España con el Reino Unido tiene
proyectos comunes, como el Eurofighter 2000, de colaboración tecnológica
y financiera.

Con respecto a la documentación que la representación permanente de
España ante la Unión Europea, la Comisión, el Coreper, nos ha facilitado,
señor ministro, paso a comentar lo que propone. Está en el documento de
trabajo para la Presidencia británica que la Comisión de asuntos
agrícolas, en la propuesta del reglamento del Consejo del Coreper, por el
que se modifica el Reglamento 404/1993, establece la OCM en el sector del
plátano. Hay una cuestión sobre la que hay que estar muy vigilante, señor
ministro, pues la Presidencia británica es proclive a este tema. No es
que esté en contra de la OCM del plátano --no está



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muy metida, como Francia o Portugal, en la misma-- pero sí lo hace
indirectamente, porque hemos observado que el documento que ha preparado
la delegación española en el Coreper señala que se ha acordado una
subvención de 537,9 millones de ecus para los países ACP, en un régimen
de un presupuesto para diez años. Aquí está uno de los grandes
competidores en el tema del mercado del plátano, y muy atinadamente la
representación diplomática española en el Coreper, al hacer la valoración
de esta propuesta de reglamento, dentro de una advertencia general de que
estemos muy atentos los españoles a la reforma de los reglamentos que
genera el orden de trabajo de la Agenda 2000, está en que a nuestro
juicio, señor ministro, se ha dado en el clavo, donde está la cuestión
--celebro que nuestros representantes estén tan sensibilizados e
informados-- al decir en el documento que se ha evitado una alternativa
de arancelización en el tema del plátano, que se mantienen dos elementos
básicos para la producción comunitaria donde está Canarias, es decir, el
contingente arancelario y la ayuda compensatoria, aunque se pierde el
sistema de partenariado que había venido asegurando la comercialización
de la producción propia en el mercado comunitario. Dado que este
documento figura en la agenda británica, tenemos puntos de apoyo para que
no nos digan los británicos que nos estamos inventando nuevos temas en la
modificación de la agenda de trabajo de la Presidencia británica a este
respecto y sobre todo que, si se va a ayudar con esta cantidad de 538
millones de ecus, en números redondos, a los productores de Africa,
Caribe y Pacífico, competitivos a veces con muchos productos agrícolas
españoles, se tenga en cuenta esta actuación.

Esto lo relaciono, señor presidente, señor ministro --y voy terminando--
con el documento del Coreper 2, que se refiere al Consejo de asuntos
generales, cuando plantea la política de relaciones exteriores en el
punto de relaciones transatlánticas. No olvidemos que fue precisamente
durante la Presidencia española, el Consejo de Madrid, cuando se aprobó
la nueva agenda transatlántica, documento importante, con su plan de
acción. Hay dos cuestiones importantes que se señalan en el documento que
ha preparado la representación permanente española en el Coreper. En
primer lugar, con respecto a la Ley Helms-Burton, que se siga trabajando
por ello; aunque en el informe dice que eso está parado y que
verdaderamente los americanos han evitado aplicar las sanciones a los
países europeos que se derivaban de la Ley Helms-Burton, que se trabaje
ahí, hasta su levantamiento. Es importante que el documento dice también
que hay que destacar que el panel de la OMC, de la Organización Mundial
de Comercio, falló a favor de las tesis norteamericanas en el conflicto
del plátano. Pues que se lleve también precisamente la defensa de ese
interés europeo, porque los americanos lo consideran producto europeo
cuando entran en esas cuestiones, aunque afecte fundamentalmente a
España, junto a Portugal, en menor medida y a Francia.

Termino, señor ministro, con otro de los informes referentes a las
regiones ultraperiféricas que ha preparado la representación permanente
española ante la Unión Europea para ser llevado al respectivo Coreper. Es
el régimen de compensación para productos de la pesca. Nos parece
acertado y mantenemos la línea de la posición española, señor ministro,
para que usted vea que tienen este apoyo de Coalición Canaria y que sirva
de acicate para su defensa. Se trata de hacer un régimen de compensación
para productos de la pesca, como he dicho, en el que se van a destinar 16
millones de ecus por año. Y resulta que España, en este caso Canarias,
absorberá el 41 por ciento del presupuesto, en números redondos, casi 6,8
millones de ecus al año, ayuda importantísima para esta regeneración de
la flota canaria, dado que se plantea en el marco precisamente de la
legislación específica canaria del Poseican y que se dice en el
documento, y esto para compensar desventajas geográficas permanentes, que
la Comisión española propone seguir con la financiación Feoga-Garantía.

Estamos de acuerdo, señor ministro; que se mantenga la posición española
en esta línea, situándose dentro del contexto del Poseican, dado que en
el documento que sus servicios y la representación permanente han
preparado se dice textualmente: Para España la aprobación de este régimen
reviste una importancia muy particular, pues atañe a un sector básico
para Canarias, tanto desde un punto de vista económico como social, para
el que prácticamente no existe alternativa de reconversión, y debe
situarse en el contexto del Poseican.

Con estas reflexiones y estos apoyos por parte de nuestro grupo, señor
ministro, termino mi intervención, señor presidente.




El señor PRESIDENTE: Señor Martínez Casañ, tiene la palabra en nombre del
Grupo Popular.




El señor MARTINEZ CASAÑ: Yo quiero empezar mi intervención agradeciendo
al señor ministro --cómo no-- su comparecencia en esta Comisión Mixta
para la Unión Europea y tranquilizando a los que se preocupan por la
salud de las relaciones políticas y personales entre este portavoz y su
ministro y el ministro y el grupo parlamentario diciéndoles que van bien
y que gozan de una excelente salud. Como es lógico, sólo el que comparte
alcoba está en los secretos de ésta, pero la realidad es que el
matrimonio del ministro con el grupo parlamentario funciona muy bien, no
hay planteada ninguna demanda de divorcio, y puedo tranquilizar las
conciencias de los que se preocupan por las relaciones personales.

A continuación, y como no puede ser de otra manera, debido a, como he
dicho, la buena relación que existe entre ambos y entre el grupo
parlamentario y el Gobierno, tendré que estar una vez más de acuerdo con
lo que ha expresado el ministro en la comparecencia. Esa es la labor de
un portavoz, pero ése también es mi convencimiento. Sí me gustaría, al
hilo de todo lo que se ha comentado en las intervenciones previas,
señalar algunos puntos de interés para este portavoz del Grupo Popular.

En primer lugar, quiero decir que la ausencia de Turquía, como ha dicho
el ministro, hace difícil dotar de un contenido sustantivo a la
Conferencia Europea del 12 de marzo. Yo espero que, efectivamente, a lo
largo de las fases del proceso de ampliación, entre todos encontremos



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una fórmula idónea para que Turquía se asocie a la Conferencia y se
asocie a las demás conversaciones dentro del marco de la ampliación.

Turquía es un país que no solamente es un socio comunitario, un socio
privilegiado de la Unión Europea, sino que también es un socio en nuestro
esquema de seguridad y defensa y es un país sin el cual difícilmente
podremos llevar a cabo nuestra estrategia política y nuestra estrategia
de integración y de defensa. No solamente sucede en estos ámbitos, sino
que también es indispensable contar con su apoyo y con su acuerdo para
temas tan importantes como puede ser la ampliación de la Unión a un país
como Chipre, en el que hay un contencioso todavía pendiente de dirimir y
que, sin el concurso de Turquía y los buenos oficios de nuestros
servicios exteriores, difícilmente podremos llevar a buen puerto.

El ministro ha comentado la importancia de los partenariados para la
adhesión acordados en el Consejo Europeo de Luxemburgo, que se configuran
como el eje básico de la estrategia de preadhesión. Si en algo se
diferencia esta nueva ampliación de las ampliaciones anteriores, o de la
última ampliación en todo caso, es en el gran papel que van a jugar las
políticas previas y las estrategias previas. En ese sentido, esta
Comisión, que en breve comenzará los trabajos de la subcomisión de
seguimiento del proceso de ampliación y Agenda 2000, creo, señor
ministro, que estará muy interesada, en una fecha posterior y en
cualquier caso también, si es posible, mediante documentación, en que se
le den más aclaraciones sobre cuáles van a ser las prioridades, si existe
ya un estudio de los partenariados y áreas específicas de aplicación que
se va a desarrollar con cada país, etcétera.

Creo que la solución encontrada respecto al tema del screening, de lo que
se ha venido a llamar screening, que es una asimilación del acervo
comunitario, de asociar no solamente a la Presidencia, sino a los Estados
miembros que tengan unas prioridades sobre cuestiones específicas en
temas del segundo y tercer pilar, es una buena fórmula para que el
proceso se desarrolle no sólo con transparencia y eficacia, sino también
para que desde el principio los países miembros de la Unión podamos
colaborar directamente, tanto a nivel comunitario como a nivel bilateral,
en la adecuación de las políticas y de las estructuras de los países
candidatos a las estructuras y políticas de los países de la Unión
Europea y a la Unión Europea en su conjunto. No se les escapa, señor
ministro, que los desafíos que plantean las negociaciones que comenzarán
próximamente exigen firmeza de nuestro Gobierno en el mantenimiento de la
solidaridad económica y social, de los equilibrios políticos y las
jerarquías institucionales, y de la competitividad de nuestras economías,
para evitar que se devalúe el proyecto comunitario.

En el capítulo de las relaciones exteriores, quiero hacer hincapié en
algo que ya ha mencionado mi buen amigo el señor Mardones, respecto a la
relación especial del Reino Unido, de la Presidencia británica, con los
Estados Unidos y Canadá, y aprovechar estas buenas relaciones para tratar
de encontrar una solución al problema planteado por las leyes
Helms-Burton y D'Amato. Como sabe el ministro, las conversaciones se
interrumpieron formalmente el 15 de octubre pasado y su reanudación sería
interesante, sobre todo con vistas a la reactivación de los plazos del
panel de la Organización Mundial de Comercio.

Sobre la política mediterránea, señor ministro, supongo que la
Presidencia británica tendrá previsto continuar con los trabajos
relativos a los acuerdos euromediterráneos, que de tanta importancia
resultan para nuestro país. En otro orden de cosas, me gustaría expresar
la esperanza y el convencimiento de que nuestro país jugará un papel
fundamental para tratar de que el proceso de Barcelona no tenga la misma
suerte que tuvo durante la pasada Presidencia holandesa, en la cual, si
bien en el último momento conseguimos salvar la cara, no tuvimos los
logros que todos hubiésemos querido que se consolidasen. Creo que si
desde el principio nos asociamos íntimamente a este proceso, dentro de
las posibilidades que tenemos, puesto que quien ostenta la Presidencia es
Gran Bretaña, podremos conseguir resultados mucho más interesantes. Claro
está que en el centro de este problema siempre se encuentra Turquía, y
vuelvo al principio de lo que he dicho en mi intervención: la necesidad
de que todos juntos, cada uno por nuestro lado, intentemos y consigamos,
en la medida de lo posible, atraer a Turquía hacia nuestros
planteamientos. En este sentido la visita del presidente de Turquía la
semana pasada a Madrid habrá resultado de gran importancia para diseñar
una política y una estrategia de nuestro país en el seno de la Unión
Europea.

Respecto a las políticas internas, me gustaría saber qué efectos va a
tener la aprobación del V programa marco de investigación y desarrollo.

Como el ministro sabe, éste es un tema que ha suscitado en el pasado
alguna controversia, alguna polémica. España, cuyo índice de
participación en este programa crece paulatinamente, puede beneficiarse
mucho de la solución que se le dé.

Por último, respecto a la política sobre seguridad común, señor ministro,
el Reino Unido jugó en el pasado un papel relevante y no quiero entrar en
valoraciones en este momento respecto a la crisis de los Balcanes.

No hay que olvidar, si mal no recuerdo, que fue Lord Carrington uno de
los primeros mediadores en este conflicto. Espero el mismo interés que
mostró en los primeros momentos del conflicto balcánico para el problema
del Kosovo. Comprendo que la presidencia británica no haya incluido en
sus objetivos el recrudecimiento de la situación de Kosovo y la escalada
de violencia y el endurecimiento de la marginación étnica yugoslava, ya
que son fenómenos recientes en el tiempo. Sin embargo, en estos últimos
días se ha procedido a un diseño de estrategia de la Unión frente al
problema y me gustaría lo confirmase y nos diese alguna información
adicional, si es posible.




El señor PRESIDENTE: El señor ministro tiene la palabra.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Matutes Juan): Señorías,
agradezco sus intervenciones, llenas de buen sentido y de sugerencias
positivas.




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Por razones de tiempo voy a tratar mi intervención por temas y no en
función de lo que hayan dicho los portavoces, para que sea más
sistemática y más corta.

España sigue oponiéndose a la fijación del techo de recursos propios. Así
lo hizo en Luxemburgo y en la cumbre bilateral con Alemania en El
Escorial hace unos días, porque ése es el interés de España. No descarto
que finalmente el 1,27 por ciento de recursos propios pueda resultar
suficiente, pero el método tiene que ser el contrario: primero se hace
una evaluación de las necesidades, que dependerán mucho del ritmo de
incorporación de los nuevos Estados miembros, y en función de esta
evaluación se decide cuál es el límite de recursos propios y no
viceversa, porque entraña muchos riesgos.

En relación con los fondos estructurales y las preguntas que se me han
formulado, la buena noticia que estos días ha venido confirmada
oficialmente por la Comisión, que les he venido adelantando en todas mis
comparecencias, es que el Fondo de Cohesión se mantendrá, así como las
políticas estructurales y los fondos estructurales. ¿Por qué derroteros
van a discurrir éstas? Espero que se pueda mantener el esfuerzo
presupuestario que han representado hasta ahora, y respecto de algunas
nueva orientaciones que se apuntan, la más importante es la posible
concentración del Objetivo 1, no deben asustarnos. Es lógico dentro de la
dinámica que inspira los fondos, y en este caso muy probablemente se van
a favorecer los intereses de España, que es quien más regiones
beneficiarias dispone de este Objetivo 1, es decir, con una renta per
capita inferior al 75 por ciento de la renta comunitaria.

No están confirmadas, porque no están aprobadas definitivamente ni
siquiera por la Comisión, esas orientaciones, pero todo apunta en esa
línea y, desde luego, tendremos muy presente que en ningún caso los
Objetivos 2 y 3 puedan ser considerados incompatibles, como muy bien
alertaba el señor Gangoiti, porque no tendría ningún sentido. Más bien al
contrario, se va a mantener y se va a primar esa complementariedad.

La situación en relación con Turquía ha sido mencionada por la mayoría de
SS. SS. --muy en especial por el señor Guardans-- y permite a España
hacer lo que en todo momento he dicho: nuestra posición es la que ya
quedó fijada por la Comisión en diciembre de 1989 cuando presenté como
comisario el famoso informe sobre la demanda de adhesión de Turquía. En
esencia consiste en afirmar que la Unión Europea no es un club cristiano
y por ello ningún país que cumpla las condiciones puede ser excluido por
el hecho de que mayoritariamente sea musulmán o de cualquier otra
religión, pero cuidado, sí es un club con unas reglas muy precisas y
severas que deben cumplir todos sus miembros.

Turquía, a pesar de que ha hecho avances, reformas positivas en los
últimos años, sigue teniendo una serie de problemas que hacen que en el
corto plazo las negociaciones de adhesión no sean previsibles. Está el
problema de ocupación de Chipre y la exigencia previa por parte de la
Unión Europea de que termine esa ocupación. Está el problema de respeto a
minorías e incluso de reformas económicas internas que hacen que en esos
momentos Turquía esté alejada de la posibilidad de entrar, pero mantiene
perfectamente su elegibilidad en tanto que país europeo. Eso es lo que
Turquía esperaba de la Unión Europea en estos momentos y por eso la
posición de España, que en algún momento no ha sido ben entendida por
nuestros socios, ha hecho que Turquía, como en reiteradas ocasiones han
dicho en estos días tanto el presidente Demirel como el ministro de
Exteriores, sea muy apreciada y por ello nuestras relaciones bilaterales
sean excelentes.

En relación con la pesca, existe siempre el riesgo de que una vez más el
Reino Unido, con o sin presidencia, vuelva a introducir la famosa
petición sobre la quota hopping. En ese sentido la posición española es
firme. Disponemos de sentencias del Tribunal Superior de Justicia de
Luxemburgo que avalan nuestra posición de conformidad con la unidad de
mercado del tratado europeo y por eso vamos a mantenerla con absoluta
solidez.

En cuanto los aspectos PESC, quiero destacar que en todo momento la
posición de España ha sido siempre muy activa y en muchos casos ha
logrado que sus tesis prevalecieran. Quiero mencionar en particular el
desbloqueo del acuerdo entre la Unión Europea y México, que llevaba
bloqueado bastantes meses en el Consejo de Ministros. Tuve el honor, la
suerte, de poder desbloquearlo en el primer Consejo al que he asistido en
mi calidad de ministro de Exteriores en mayo de 1996, aunque ya llevaba
diez años asistiendo a consejos. Lo mismo puedo decir respecto al estado
de las relaciones transatlánticas, donde hemos llevado una actitud
dinámica, tanto en relación a la oposición a la Ley Helms-Burton, como,
por otra parte, buscando fórmulas para estrechar relaciones con los
Estados Unidos. Naturalmente, la posición de España ha sido de liderazgo
en todo lo que hace referencia al paquete de medidas para la reforma del
régimen del plátano, una vez ha recaído la sentencia de la Organización
Mundial del Comercio.

Como ustedes saben, el paquete de medidas para esta reforma se ha
presentado en el Consejo de Agricultura del pasado 20 de enero. Mientras
tanto hemos mantenido, como muy bien saben SS. SS., y en particular el
señor Mardones, un permanente intercambio de información con el sector,
tanto las autoridades canarias como las asociaciones de exportadores y de
productores, que han mantenido entrevistas con el ministro que les habla,
con el secretario de Estado para la Unión Europea y con nuestro
representante permanente, don Javier Elorza, fruto de las cuales han sido
las posiciones de España en el consejo y previamente en el precaucus, que
mantenemos los países más directamente afectados, y en particular España,
Portugal y Francia, donde España ha llevado también una actitud de
liderazgo.

Nuestras preocupaciones principales son que la reforma que se haga
garantice en cualquier caso una paz externa duradera, evitando nuevos
ataques contra la organización común de mercado que puedan poner incluso
en cuestión elementos de la misma que hasta ahora no han sido atacados.

Hay que buscar un incentivo para la comercialización del plátano
comunitario, y que el sistema de reparto del contingente de terceros
países entre operadores tenga en cuenta las exportaciones tradicionales
realizadas durante



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el período más reciente que se pueda para hacer posible que los
operadores españoles puedan comercializar plátano procedente de terceros
países, que es otra de las peticiones.

Por tanto, estamos trabajando a fondo, tenemos muy presente que de los
tres grandes elementos que componían la organización común de mercado,
que finalmente ha sido contestada por la Organización Mundial del
Comercio, el único que se ha contestado es el del llamado parcenariado de
la comercialización, pero en cambio se mantienen los otros dos --el
contingente arancelario y la ayuda a la comercialización--, por lo que
nuestra posición ha sido intentar convencer a todos nuestros socios de
que en ningún caso esa reforma que nos imponía la Organización Mundial
del Comercio y nuestras propias obligaciones debían ir más allá de lo que
eran estrictamente las limitaciones y las demandas de reforma impuestas
por dicha organización.

Me permito, además, discrepar sobre algunas de las afirmaciones que se
han hecho en relación con el tercer pilar. Las más importantes
iniciativas de los últimos dos años en relación con el tercer pilar han
sido iniciativas españolas, tanto por lo que hace referencia a la
extradición como por lo que hace referencia a una nueva configuración del
derecho de asilo, que sin contestarlo permitiera que éste no pudiera ser
burlado por determinadas legislaciones. En estos momentos el trabajo es
más oscuro porque consiste en estar intentando que se materialicen los
grandes acuerdos que en su día se adoptaron --repito-- a iniciativa de
España. Desde luego el problema de Gibraltar en ningún caso España lo ha
utilizado para frenar iniciativas al tercer pilar. Para que quede bien
entendido el espíritu con el que España ha actuado, España se ha
limitado, siempre que ha habido iniciativas en este campo, a dejar claro
que Gibraltar era un territorio británico cuyas relaciones exteriores
correspondían al Reino Unido y que, por tanto, no podía pretender asumir
por sí misma, y al margen de su relación de dependencia con el Reino
Unido, ningún tipo de decisiones o actuaciones que están reservadas en
general a Estados soberanos. Naturalmente, no haber mantenido esa
posición hubiera perjudicado muy seriamente los legítimos derechos que
España tiene para un día recuperar esta soberanía, pero siempre se ha
dejado muy claro que, salvado este principio, en ningún momento España
tenía interés ni en limitar las iniciativas que afectaran al Reino Unido
ni cualesquiera otras dentro del tercer pilar, que para nosotros son
esenciales para que nuestros ciudadanos también vean desde el punto de
vista político, desde el punto de vista que les afecta de un modo
visible, que esa integración europea continúa yendo adelante.

Tomo muy buena nota del contenido de la recomendación que me hace el
señor Guardans en relación a la posible participación de las comunidades
autónomas en los consejos de ministros. Le agradezco su recomendación,
tanto por el fondo como por la forma cordial y educadísima con que lo
hace, y, desde luego, tengo muchísimo interés en dejar claro que aquí no
se trata de acatar y no cumplir. En ningún momento, y lamentaría mucho
que se hubiera dado esa interpretación en alguna ocasión, mis
observaciones tenían carácter tremendista. Simplemente hacían referencia
no tanto a la contestación del sistema cuanto a la preocupación que me
daba que su aplicación no pudiera finalmente ir en perjuicio de los
intereses generales de nuestro país, pero la fórmula que se planteó sobre
la base de una propuesta del Grupo Vasco, enmendada con mi acuerdo (por
eso le agradezco mucho sus afirmaciones al Grupo Popular de que en ningún
caso fue violando la voluntad del ministro, sino en todo caso por acuerdo
del ministro y diría que inspirada por mí mismo esta fórmula), me parecía
plenamente satisfactoria. Repito que no solamente la acato, sino que la
sumo con mucho gusto y me voy a esforzar en que se cumpla.

La posición del Gobierno español, en relación con el empleo en Cardiff,
va a ser la de cumplir honestamente todos los compromisos asumidos en
Luxemburgo. Quizá ha habido un problema de presentación, como ha dicho
muy bien el señor Guardans. Creo que la única posición que España intentó
salvar es la de ver que, teniendo un porcentaje de paro mucho mayor,
determinados esfuerzos presupuestarios en este sentido podían poner en
peligro los propios objetivos de convergencia, pero una vez se lograron
unos acuerdos que parecían asumibles no tengo absolutamente ninguna duda
en hablar en nombre del Gobierno a la hora de manifestar la firma
voluntad de cumplirlos en su forma y en su espíritu.

En relación con las tres preguntas formuladas por el señor Gangoiti sobre
la Unión Monetaria, hoy están en discusión las dos opciones respecto de
quién será el futuro presidente del Banco Central Europeo. Respecto de la
segunda, todavía no está decidida la paridad con la que España se
incorporará al euro. Esa es una decisión que van a adoptar las
autoridades monetarias en coordinación con el Ministerio de Economía y
Hacienda, pero me inclino personalmente, y sin que eso tenga ningún otro
valor, en que estará en el entorno de lo que son las cotizaciones
actuales de la peseta.

En cuanto a la posible relación futura del euro con el dólar, creo que si
el lanzamiento del euro se efectúa, tal como se prevé, en muy buenas
condiciones políticas y técnicas y, por tanto, sin tropiezos que hoy por
hoy no son previsibles, más bien la tendencia es a una futura
revalorización del euro sobre el dólar que no a la inversa, lo cual no es
necesariamente una buena noticia, pero sí, en todo caso, un síntoma del
prestigio de que está gozando ya en las expectativas de los mercados el
euro.

El ingreso de los distintos países con los cuales se van a iniciar las
negociaciones de ampliación se va a hacer en función del ritmo con que
esas negociaciones avancen. Esas negociaciones son, por separado, cinco
procesos más uno. Aunque no es de descartar que si algunas de esas
negociaciones andan muy paralelas en su ritmo y se puedan producir las
incorporaciones simultáneamente, no es requisito obligado.

Respecto de las reformas en que está inmersa la PAC, y después de esa
primera aparición de la reforma del mercado del tabaco, todos estamos
pendientes del gran paquete de medidas agrícolas que va a tener lugar a
mediados de este mes, el próximo 17 ó 18. La posición de España al



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respecto, naturalmente, es la de buscar siempre con ese paquete global
acuerdos en los que haya posiciones flexibles y firmes en función de
nuestros intereses, cediendo, como todos, en aquellos aspectos que para
nosotros sean menos importantes y manteniendo la máxima firmeza en
aquellos que sí lo sean más, que, por cierto, no son pocos, pero algunos
de ellos, como el aceite de oliva, ya han visto SS. SS. cómo se han ido
orientando en la buena línea. En relación con las regiones
ultraperiféricas, la posición decidida por España en el contexto de
Poseican se va a mantener.

La aprobación del V programa-marco es una gran decisión en la que España,
además, estuvo jugando una posición dura, porque en un momento dado
estaba solo porque no quería que el programa-marco pudiera ya comprometer
unos fondos que no se sabía cuál sería su montante total. Finalmente, se
encontró con flexibilidad e inteligencia una fórmula que permitió que
éste fuera aprobado. Es positivo porque políticamente hemos dado una
señal de inteligencia y de flexibilidad a nuestros socios y, al propio
tiempo, nos hemos asegurado que ello no va en perjuicio de nuestros
intereses.

La política mediterránea, el proceso de Barcelona, será objeto de una
reunión de evaluación de logros obtenidos hasta ahora, que se celebrará
en Palermo el próximo mes de junio y que vendrá precedida por una reunión
del grupo euromediterráneo en Palma de Mallorca a finales de abril. Los
países mediterráneos de la Unión nos reuniremos con todos nuestros socios
mediterráneos a efectos de prepararla mejor, pero es indudable que todo
el proceso de Barcelona se ve muy negativamente afectado hasta tal punto
por el bloqueo del que está siendo objeto el proceso de paz de Oriente
Medio en relación con el Kosovo.

Ustedes conocen igual que yo la situación. Ayer mismo recibí la visita de
la secretaria de Estado, señora Albright, que vino a informarme respecto
de las últimas decisiones tomadas tanto en el caso del conflicto del
Golfo Pérsico como de la evaluación de la situación del proceso de paz en
Oriente Medio. Quería conocer nuestra evaluación después de las dos
visitas efectuadas en España las últimas semanas por los señores Arafat y
Netanyahu, así como explicarnos las decisiones que el mismo día había
tomado el grupo de contacto en Londres sobre nuevas sanciones para
Servia. Dos de ellas finalmente fueron aceptadas por todos, y en cuanto a
las otras dos no fueron aceptadas por Rusia, pero sí por todos los demás
miembros del grupo de contacto. Además, se tomó la decisión, sin esperar
ya a las propuestas de la OSCE y las del consejo informal que vamos a
tener este fin de semana en Edimburgo, de nombrar a don Felipe González
Márquez enviado especial para mediar en esta grave crisis, que amenaza
con ser un tercer y nuevo brote de guerra balcánica, con imprevisibles y
gravísimas consecuencias, sobre todo a los vecinos de la zona
--Macedonia, la propia Servia, que no olvidemos linda con Albania, con
Grecia--, que a toda costa hay que evitar. Este nombramiento goza de la
aprobación y, naturalmente, del apoyo entusiasta del Gobierno español. Yo
tuve oportunidad de hablar con don Felipe González el pasado sábado, que
ya me manifestó la disposición de aceptar a la vista de la situación. En
aquel momento el señor González, y ayer todavía lo decía, puso como
condición, puesto que entendió que un mediador debe gozar de la
aprobación de todas las partes, la aceptación por parte del presidente
Milosevic de su figura como mediador.

Las cosas han cambiado un poco porque justamente la decisión que se tomó
ayer ya no es tanto la de mediador, sino la de delegado de la comunidad
internacional, tanto si acepta el señor Milosevic como si no acepta, en
cuyo caso será objeto de nuevas sanciones, con lo cual, en teoría, la
opinión del presidente Milosevic es menos relevante. Cuestión distinta es
si será menos relevante para el señor González, con el que yo voy a
intentar contactar hoy mismo a efectos de consultarle. En todo caso es
evidente que en el tema del Kosovo, que sí ha sido objeto de una
actuación diligente por parte de la presidencia británica, es fundamental
que la comunidad internacional actúe unida, con una sola voz, con mucha
firmeza y decisión de seguirla aplicando y con rapidez para evitar que
los acontecimientos, como ya ocurrió en 1991, nos desborden.

Eso es cuanto tengo que informarles y espero haber contestado a las
cuestiones que SS. SS. han formulado. Muchas gracias en todo caso por su
atención y por su presencia.




--DEL SEÑOR NAVAS AMORES (GRUPO FEDERAL DE IZQUIERDA UNIDA), SOBRE LAS
RAZONES DE LA NEGATIVA DEL GOBIERNO A FIRMAR EL ANEXO DEL TRATADO DE
AMSTERDAM REFERIDO A LA PARTICIPACION EN EL AMBITO EUROPEO DE LAS
COMUNIDADES AUTONOMAS ESPAÑOLAS (Número de expediente Congreso 181/000986
y número de expediente Senado 683/000035).




El señor PRESIDENTE: Nos queda pendiente la pregunta a realizar por el
diputado señor Navas Amores. Yo pediría al señor Navas una cierta
concisión porque el ministro tiene prisa.

El señor Navas tiene la palabra.




El señor NAVAS AMORES: Si me permite, señor presidente, la doy por
formulada. Espero que el ministro conteste y después yo replicaré.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor ministro.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Matutes Juan): Estoy muy
agradecido, señor Navas.

La posición defendida por el Gobierno español sobre el principio de
subsidiariedad durante la Conferencia Intergubernamental, en la que se
negoció el Tratado de Amsterdam, se basó en la necesidad de no modificar
el artículo 3 b) del tratado y en la incorporación en forma de protocolo
de los elementos y principios esenciales contenidos en la declaración de
Edimburgo, que no figuraban en el tratado como protocolo para el Gobierno
de España y para otros



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muchos era una gran prioridad que eso se lograra. Esa posición fue
compartida por la mayoría de las delegaciones, siendo finalmente
incorporada al nuevo Tratado de Amsterdam.

La incorporación a dicho tratado del contenido de la declaración de
Edimburgo sobre subsidiariedad tiene una gran importancia para el
desarrollo de este valioso principio al otorgarle un valor jurídico pleno
del que antes carecía. La posición del Gobierno español sobre esa
cuestión coincide plenamente con la aprobada por la Comisión Mixta para
la Unión Europea en su dictamen del 26 de diciembre de 1995 y en su
informe de 29 de mayo de 1997. En el informe aprobado por esta Comisión
Mixta, poco antes de la finalización de los trabajos de la Comisión
Mixta, poco antes de la finalización de los trabajos de la Conferencia
Intergubernamental, se precisa que el contenido de las declaraciones de
Edimburgo y Birmingham debería ser el núcleo de un posible nuevo texto
sobre los principios de subsidiariedad y proporcionalidad. El citado
informe añade que no debe aceptarse planteamientos que abran la vía a una
renacionalización de las políticas comunitarias, y aquí está el quid de
la cuestión, y que, por lo tanto, pretendan modificar el artículo 3 b)
del tratado.

La posición española en las cuestiones que afectan de un modo particular
a nuestras comunidades autónomas, como la que ahora nos ocupa, ha sido
objeto de un seguimiento detenido y continuo por la conferencia para
asuntos relacionados con las comunidades europeas. La declaración sobre
el principio de subsidiariedad, suscrita por Alemania, Austria y Bélgica,
es reflejo de la posición mantenida por esos tres países durante la
conferencia, que no coincide con la defendida por España y la inmensa
mayoría de las delegaciones. Por ello, no era coherente ni lógico que el
Gobierno español, un vez había trabajado por la fórmula que finalmente
salió, firmara después esa otra declaración, que justamente la
contradecía y contra la que se había pronunciado.

El Gobierno ha explicado, en diversas comparecencias ante esta Comisión
Mixta y en reuniones con las comunidades autónomas, las razones que
fundamentan su posición. En ella no subyace prejuicio alguno contrario a
una creciente participación de las regiones en asuntos de la Unión. Hay
la lógica oposición a una interpretación del principio de subsidiariedad
que puede renacionalizar las políticas comunitarias, con los
importantísimos costes que ello tendría para el presupuesto nacional y
para los presupuestos de las propias comunidades autónomas. A partir de
ese momento, esos fondos, sobre todo en materia de política agrícola, ya
no serían pagados con cargo al presupuesto comunitario, sino que serían
descontados de dicho presupuesto y tendrían que ser abonados por cada una
de las autonomías o del Gobierno nacional, lo cual, teniendo en cuenta
que somos netos perceptores de fondos en cantidades importantísimas,
supondría un perjuicio tremendo para las arcas nacionales.

Por otra parte, España ha sido uno de los países que ha defendido con
mayor vigor y éxito el refuerzo de las funciones del Comité de las
Regiones, lo que --estamos convencidos-- supondrá un mayor progreso en la
participación regional y de las comunidades autónomas en la Unión.




El señor PRESIDENTE: Señor Navas.




El señor NAVAS AMORES: Como usted mismo conoce, está de máxima actualidad
el debate en esta Cámara respecto a la participación de las comunidades
autónomas en asuntos relacionados con la Unión Europa, no sólo en el
Pleno de la Cámara sino en la misma Comisión Mixta de la Unión Europea,
con proposiciones no de ley e interpelando al Gobierno sobre este mismo
asunto.

Como usted también sabe, no es una pregunta que hacemos al Gobierno al
albor de esta actualidad, sino que su solicitud estaba registrada con más
de cuatro meses de antelación al momento en que se produce la negativa
del Gobierno a firmar este anexo. Por tanto, circunstancialmente, en este
momento tiene, como digo y subrayo, esta máxima actualidad.

Como son sólo tres líneas, voy a leer literalmente este anexo que el
Gobierno español no firmó. Dice: Para los gobiernos alemán, austriaco y
belga es evidente que la acción de la Comunidad Europea, de conformidad
con el principio de subsidiariedad, no sólo afecta a los Estados miembros
sino también a sus entidades, en la medida en que éstas disponen de un
poder legislativo propio que les confiere el Derecho constitucional
nacional.

La interpretación que nosotros hacemos de este anexo es que el Gobierno,
después de la reflexión a la que ha estado obligado a raíz de las
distintas iniciativas que se han tomado en esta Comisión, posiblemente
tendría que replantearse la valoración de esta posición o su
posicionamiento respecto a ella. Al fin y al cabo, haciendo un
seguimiento de cómo ha ido evolucionando nuestro Estado, entendemos que
la normativa europea afecta a todas las competencias del Estado. Usted
mismo ha reconocido, como no puede ser de otra forma, que la integración
de España en la Unión Europea ha afectado no sólo a las competencias del
Estado sino a las de las comunidades autónomas y a las de los entes
locales. Por tanto, entendemos que no es razonable que el Gobierno
central sea el único representante de España en las Comunidades Europeas.

En nuestro Estado autonómico, estas competencias no sólo pertenecen a la
Administración central; después de veinte años, nuestro modelo se está
convirtiendo en un sistema cuasi federal. Por tanto, la construcción de
Europa ya no afecta a unas pocas comunidades autónomas, que podían
disponer en un momento dado de algunas competencias por suponer hechos
diferenciales o una cierta diferenciación respecto a otras. Hoy por hoy,
después del avance de descentralización política en este país, sobre todo
el que se producirá en próximas fechas, cuando siga progresando esta
descentralización en cuanto a la cesión de las competencias de educación,
con lo que va a suponer económicamente a las comunidades autónomas que
todavía no lo tienen, vamos a copar un grado de descentralización muy
importante.

Las cuestiones europeas afectan a todas las comunidades autónomas, por lo
que la forma de resolver su participación es fundamental, pues si no
estaríamos socavando el



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modelo de Estado que estamos construyendo, un modelo descentralizado no
sólo en la administración sino también en lo político. A nuestro
entender, la participación de las comunidades autónomas en la
construcción europea no significaba interferir en la política exterior.

Como usted ve, esta iniciativa no obedece exclusivamente a intereses
nacionalistas, lo que podría ser un discurso demasiado simplista sobre la
participación de las comunidades autónomas en los debates de la Unión
Europea.

Usted ha resumido tres cuestiones que, según su parecer, caracterizan la
actual situación de representación de intereses de las comunidades
autónomas en la Unión Europea. Están previstos los cauces de
participación en las decisiones, el poder arbitral del Estado, el interés
particular y el general y el sistema español es igual al de otros muchos
miembros de la Unión Europea. Sobre este particular, le tengo que decir
que nos hemos ido dotando de herramientas de representación en la medida
en que las propias necesidades de las Comunidades Europeas hacían ver
claramente esa disfunción que existía entre el nivel de competencias en
la asunción de responsabilidades políticas y el nivel de decisión sobre
cuestiones muy importantes que afectaban a esas comunidades, que se han
ido dotando de esos órganos de representación. Hoy por hoy --y vuelvo a
enlazar con la reflexión de alto nivel de descentralización alcanzado--,
entendemos que no es suficiente y que debemos pasar al contenido aprobado
en la proposición no de ley de la semana anterior sobre la necesidad de
que participe directamente un representante de las comunidades autónomas
en la delegación española ante las comisiones.

El sistema español es igual al de otros muchos miembros. Partimos de un
Estado bastante distinto al de otros muchos miembros. Curiosamente, se
parece mucho al de los miembros que firmaron este anexo, es el punto en
común que tenemos. Evidentemente, nuestro sitio, nuestro lugar, debería
de haber estado entre los países que tienen una semejanza mayor con
nuestro modelo político de descentralización. Por tanto, no entendemos la
decisión que tomó el Gobierno y consideramos que es incomprensible desde
un punto de vista político. Usted ha hecho mención al apoyo que da el
Gobierno al Comité de las Regiones. Sabe que se han tomado cinco
resoluciones desde 1996 en aplicación del principio de subsidiariedad:
poder plantear recursos ante el Tribunal de Justicia, representar al
Estado en las reuniones de los consejos de ministros, los mecanismos de
relación entre los parlamentos regionales, que actualmente no existen, y
el reconocimiento oficial de la cooperación transfronteriza. Estamos
hablando de una serie de iniciativas, de un camino que Europa, no sólo
España, ha emprendido en cuanto a la descentralización, y entendemos que
no nos podemos quedar atrás. No nos podemos quedar atrás porque
estaríamos en contradicción no sólo con esa buena marcha europea sino con
lo que es la demanda de nuestro Estado. Curiosamente, el presidente de la
Xunta entiende correcta esa demanda de participación. En cambio, después
de la aprobación de esta proposición no de ley en la Comisión Mixta, el
presidente descarta claramente que las comunidades autónomas participen
en los consejos de la Unión Europea. Creo que usted debe explicar cómo
puede ser que un mandato de la Cámara no implique su ejecución al
presidente del Gobierno. Convendría que usted explicase lo que reflejan
esos titulares de prensa.

Por la premura de tiempo, tengo que omitir una serie de observaciones que
vienen a subrayar la necesidad, la coherencia en la demanda de esta
participación. Evidentemente, nuestro Estado es distinto al de otros
muchos de la Unión Europea, nos asemejamos a Alemania, Austria y Bélgica
en cuanto a ese grado de descentralización, de autonomía política que
tienen nuestras comunidades autónomas. En coherencia con esa
transformación que se está produciendo en Europa hacia las regiones,
nosotros deberíamos de haber firmado este anexo.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor ministro.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Matutes Juan): Voy a explicar al
señor Navas y a SS. SS., con mucho gusto, la posición del Gobierno.

Conozco la fecha en que S. S. presentó esta pregunta y, desde luego, son
fechas diferentes de las del debate que ha tenido lugar estos días y al
que S. S. se ha referido. El problema, el nudo de la cuestión, es que,
además de las fechas, son diferentes las cuestiones que se plantean en
una y otra.

En el debate que ha tenido lugar estos días, sobre un incremento en la
representación de las comunidades autónomas en las instituciones
comunitarias (que es de lo único que se ha hablado, no de
renacionalización de políticas comunes, que es el tema al que se refiere
su pregunta), se ha encontrado finalmente --sobre la propuesta del Grupo
Vasco, con una enmienda del Partido Popular-- una fórmula satisfactoria,
que es la de estudiar, de un modo serio y pasado, cómo podemos llevar a
cabo esa incorporación y esa posible representación, incluso, de las
comunidades autónomas en el propio Consejo, partiendo de la base de que
lo fundamental --porque era la clave de todo-- es que, en el proceso de
la formación de la voluntad de lo que va a hacer la delegación española
en el Consejo, se mejoren estos ámbitos de participación a los efectos de
evitar después peleas y desacuerdos desastrosos en el seno de una
delegación de un país, que le quitaría toda credibilidad y toda fuerza.

Por lo tanto, el único problema que se ha planteado en el debate de estos
días es cómo articular, estudiándolo a fondo y seriamente, esa
representación.

El problema que plantea su pregunta es otro, que va muchísimo más allá y
al que yo me he referido ya en mi contestación. Usted me habla del poder
legislativo propio de las comunidades autónomas y dice que tienen que
poder legislar en ese aspecto, lo que implicaría que, si el Consejo
Europeo hubiera aprobado esa propuesta de subsidiariedad a la que usted
se refiere, esas competencias habrían salido del seno de la Unión Europea
y habrían ido a parar a las comunidades autónomas. Para que entienda
gráficamente las consecuencias tremendas que esto habría tenido, yo le
voy



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a poner como ejemplo el caso de dos landër alemanes rabiosamente
partidarios de esta fórmula: Baviera y Baden-Württemberg. Son las dos
regiones más ricas de Europa, pero los agricultores --precisamente porque
están lindando con los Alpes, las tierras no tienen un clima muy suave ni
son excepcionalmente productivas-- podríamos decir que no están
totalmente contentos con las ayudas comunitarias que reciben. Mientras
esa política esté en manos de la Comunidad, hay una unidad de mercado y
unas ayudas --por producción, por comercialización o por lo que sea--
iguales para todos, y esas ayudas, que desde luego no son suficientes
para los agricultores de Baden-Württemberg o de Baviera, sí son
suficientes, afortunadamente, para los agricultores extremeños,
castellanos, murcianos o gallegos. Con lo cual, con unos presupuestos de
los que somos netos perceptores y que son alimentados sobre todo por los
alemanes, tenemos a nuestros agricultores muy satisfechos con esas ayudas
que reciben de la Comunidad. El día que esas políticas se renacionalicen,
se saquen del presupuesto comunitario, los bávaros --igual que el resto
de los alemanes-- no van a contribuir a esas políticas, que tendrán que
ser sostenidas por los presupuestos de Extremadura, de Galicia, de
Castilla-La Mancha o de Castilla y León; ciertamente, unos presupuestos
mucho más raquíticos que los presupuestos bávaros, que van a contar con
todo tipo de ayudas. Con lo cual, esos agricultores, con una
productividad mucho menor, podrán hacer una competencia desleal a los
nuestros.

Eso es, en definitiva, lo que estaba en juego en esta propuesta de
subsidiariedad a la que usted se refiere y no ese tema de representación
al que yo me he referido. Por las tremendas repercusiones que esto
hubiera tenido contra España es por lo que, naturalmente, el Gobierno
español estuvo en contra y, mientras yo sea ministro, seguirá estando en
contra.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor ministro, por su presencia en
esta Comisión.

Se levanta la sesión.




Eran las once y cinco minutos de la mañana.