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DS. Cortes Generales, Comisiones Mixtas, núm. 55, de 29/05/1997
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DIARIO DE SESIONES DE LAS



CORTES GENERALES



COMISIONES MIXTAS



Año 1997 VI Legislatura Núm. 55



PARA LA UNION EUROPEA



PRESIDENTE: DON PEDRO SOLBES MIRA



Sesión núm. 12



celebrada el jueves, 29 de mayo de 1997,
en el Palacio del Congreso de los Diputados



ORDEN DEL DIA:



Debate y votación sobre el Informe elaborado por la Subcomisión especial
de seguimiento encargada de estudiar y discutir el proceso abierto por la
Conferencia Intergubernamental. (Número de expediente Congreso 154/000001
y número de expediente Senado 577/000001.)



Se abre la sesión a las cinco y cinco minutos de la tarde.




El señor PRESIDENTE: Buenas tardes.

Empezamos con los trabajos de la Comisión Mixta Congreso-Senado de la
Unión Europea en el día de hoy, con un punto único en el orden del día
referido al informe elaborado por la subcomisión especial de seguimiento
encargada de estudiar y discutir el proceso abierto por la Conferencia
Intergubernamental.

En mi opinión lo que deberíamos hacer hoy es una presentación inicial del
texto de la ponencia, fijar posiciones y proceder a la votación, para
terminar con un acuerdo de elevación a los Plenos de ambas Cámaras sobre,
en su caso, el acuerdo de la Comisión.

Por tanto, si a sus señorías les parece bien, haría inicialmente una
presentación del texto de la subcomisión, pasaríamos a continuación a la
fijación de posiciones, tanto respecto al texto como a las enmiendas que
queden vivas, y evidentemente a posteriori entraríamos en la votación



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de los distintos temas que están vivos todavía en esta Sesión de la
Comisión.

¿Alguna objeción sobre este punto?
Señor Alcaraz.




El señor ALCARAZ MASATS: Señor Presidente, una pregunta con respecto al
método y a cómo pasan las distintas posiciones a los Plenos. Exactamente,
cómo pasaría nuestra posición, que es de enmienda a la totalidad con
texto alternativo.




El señor PRESIDENTE: Primero, en lo que se refiere al acuerdo posible que
adopte esta Comisión, elevaríamos a los Plenos de ambas Cámaras los
acuerdos pertinentes.

Segundo punto, qué sucede con las enmiendas a la totalidad o las
enmiendas parciales que no sean aprobadas por la Comisión. Puesto en
contacto con la Junta de Portavoces, que debatió el tema la pasada
semana, tengo la impresión de que en estos momentos hay opiniones
contradictorias entre unos y otros portavoces. En consecuencia, creo que
la posición más razonable es plantearle a la Junta de Portavoces el
próximo martes cuál es el modelo de elevación al Pleno que al final
consideran pertinente. Si la interpretación de aquellos que defienden
--que se pactó la semana-- elevar al Pleno tanto los acuerdos como los
temas no acordados prevalece, lógicamente irán al Pleno tanto el acuerdo
como los temas no acordados en esta Comisión. Si prevaleciera la posición
contraria, prevalecerá la posición contraria, porque no es un tema que
desgraciadamente podamos decidir en esta Comisión.




El señor ALCARAZ MASATS: Entiendo, señor Presidente, que con
independencia de que pasen o no como enmiendas o como votos particulares,
se podría exponer la posición que se ha tenido en esta Comisión en los
Plenos correspondientes.




El señor PRESIDENTE: Eso es absolutamente evidente. En turno de cada
grupo lógicamente se puede hacer referencia al dictamen final de esa
Comisión o a cualquier otro punto que se haya planteado a la Mesa.

Si les parece, voy a hacer la presentación del informe que todos ustedes
han recibido. Haría un primer comentario respecto a las características
del informe. Este informe se ha elaborado por la subcomisión en las
reuniones que tuvieron lugar a partir de la tarde de ayer y esta mañana
con participación de los distintos grupos. Este informe, con algún voto
particular, alguna enmienda viva de algún grupo concreto --exactamente
del Grupo Socialista--, está acordado por el Grupo Popular, el Grupo
Socialista y el Grupo Catalán (Convergència i Unió).

Por tanto, el texto sustituye a los documentos enviados por cada uno de
esos grupos y la única modificación técnica que habría que hacer respecto
al documento que tienen ustedes encima de la mesa está en la primera
página, donde dice introducción, que al final hace referencia a:
«Concluidas las comparecencias y con los antecedentes citados, se eleva
al Pleno de la Cámara el texto siguiente»: Me dicen los letrados que
técnicamente tiene que ser un acuerdo distinto y que la subcomisión lo
que tiene que hacer es proponer su votación a esta Comisión. Por tanto,
quedaría redactado de la forma siguiente: Concluidas las comparecencias y
con los antecedentes citados, se propone para votación de la Comisión el
texto siguiente. Luego seguiría el dictamen y los restantes elementos
incluidos en el texto. Esa es la única modificación respecto al documento
que se les ha entregado.

Dicho esto, quedarían vivas, aparte de esa propuesta específica del Grupo
Socialista, la enmienda a la totalidad de Izquierda Unida y las enmiendas
planteadas por el Bloque Nacionalista Galego, Eusko Alkartasuna y Unión
Valenciana. También hay una enmienda presentada fuera de plazo, cuyo
debate podemos plantear o no, por parte de Coalición Canaria. Esos son
los temas pendientes. Si a sus señorías les parece bien podemos incluir
la enmienda de Coalición Canaria para su debate posterior.

De acuerdo con el procedimiento que les acabo de proponer y sobre la base
de esta documentación, pasaría al punto siguiente, consistente en la
fijación de posiciones de los diferentes grupos respecto al dictamen y a
las enmiendas que quedan vivas. Por tanto, pediría a los distintos
portavoces que quisieran intervenir que me lo digan en el momento
oportuno. Supongo que quieren intervenir todos.

Empezaremos de mayor a menor, dejando al Grupo Popular para el último
lugar. En nombre del Grupo Socialista, tiene la palabra don Antonio
Costa.




El señor COSTA COSTA: Entiendo que es un turno de fijación de posición.




El señor PRESIDENTE: Concretamente, es un turno para fijación de posición
respecto al dictamen y, en su caso, sobre las enmiendas vivas existentes.




El señor COSTA COSTA: Señor Presidente, intentaré fijar la posición de mi
grupo, en primer lugar, sobre el texto acordado con el Grupo Popular y el
Grupo de Convergència i Unió.

Desde nuestra incorporación a la Unión Europea, el Grupo Socialista viene
defendiendo que esta política debe ser ampliamente compartida por los
grupos mayoritarios de la Cámara y que logre el máximo consenso posible
en torno a las formulaciones que desde España se hagan en la construcción
europea. Hemos estado trabajando, en primer lugar, en la anterior
legislatura, como grupo que da apoyo al Gobierno y, en esta legislatura,
como grupo de la oposición, manteniendo siempre esta línea que forma
parte de nuestra política, es decir, la búsqueda de los acuerdos más
amplios posibles para que la posición española ante la Unión Europea sea
sólida y fuerte, ampliamente compartida por las fuerzas políticas y por
el conjunto de los ciudadanos.

Por tanto, hoy nos alegramos de poder compartir este texto con el Grupo
Popular y Convergència i Unió y esperamos que, en el transcurso de este
debate, se puedan



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incorporar otros grupos, como Coalición Canaria y otros que no han
presentado enmiendas o cuyas enmiendas están ya incorporadas al texto
consensuado. El texto que hoy debatimos aquí, fruto de múltiples
reuniones, pero particularmente de las jornadas de trabajo de ayer por la
tarde y de esta mañana para llegar a un acuerdo, creo que viene a
componer una posición ampliamente compartida de nuestro país ante la
Unión Europea y las reformas que la Unión Europea debe abordar.

Hace ahora unos cuarenta años que se crearon las Comunidades Europeas; ha
habido sucesivas ampliaciones de la Unión y se han multiplicado sus
cometidos. Su propia complejidad y la magnitud de los problemas de
nuestra época hacen difícil captar el verdadero significado y la
permanente necesidad de la integración europea. Seguramente hoy Europa es
diferente de aquélla, podríamos afirmarlo con toda seguridad, una Europa
que ha cambiado, en parte gracias al éxito de la Unión. Todas las
naciones de esta Europa que regresan a la libertad, la Europa del centro
y del este, desean unirse y cooperar más estrechamente con la Unión
Europea. A ello estamos contribuyendo, sin duda, con el proyecto que hoy
debatimos. Uno de los dos grandes elementos de la reforma que la Unión
Europea afronta en esta etapa sería crear un espacio de paz y seguridad,
anclar a las democracias occidentales al espacio de libertad, seguridad y
bienestar que es la Unión Europea, a los países que, después de la caída
del muro de Berlín, quieren integrarse en nuestro contexto.

El segundo gran elemento es cómo casar los intereses de España en la
construcción europea. Sin duda, a ello contribuimos, en el texto que hoy
estamos tratando, con numerosos elementos a los que después me referiré.

Por tanto, esos dos elementos se van desglosando en cada uno de los
aspectos que la reforma que hoy abordamos ha tratado y que el texto de la
subcomisión recoge.

En primer lugar, en el apartado I.1, se han ido incorporando los textos
sobre derechos fundamentales y no discriminación. Quiero destacar
especialmente de esta parte la necesidad de incorporar al Tratado los
derechos y deberes fundamentales de los ciudadanos de la Unión y el deber
de respetarlos por sus Estados miembros, pero también incorporar al
Tratado que se garantice la no discriminación por razones de raza, sexo,
edad, religión o minusvalía, entre otros, o consolidar y desarrollar el
principio de igualdad entre hombre y mujer dentro del Tratado. Asimismo,
quisiera destacar de este aspecto que todos estos derechos estarían
garantizados por el Tribunal de Justicia Europeo. Por tanto, en este
apartado hemos visto cómo se contemplaban nuestras inquietudes en el
momento actual, abordando una reforma satisfactoria para nosotros.

El apartado I.2 tiene como elementos fundamentales establecer un
equilibrio entre el binomio libertad y seguridad, y para ello se proponen
básicamente tres elementos: la comunitarización de los acuerdos de
Schengen, dar cumplimiento al acuerdo del Consejo Europeo de diciembre de
1996 sobre asilo y crear, a través de la revisión de los tratados, un
verdadero fortalecimiento de la cooperación judicial y policial. Estamos,
por tanto, ante reformas que afectan directamente a los derechos y
libertades fundamentales de los ciudadanos.

En el segundo capítulo, el de la Unión y el ciudadano, se abordan temas
tan importantes como el del empleo en la Unión Europea, la política
social o la igualdad hombre-mujer dentro del capítulo de derechos
sociales. Se producen avances importantes en materia de empleo al incluir
un nuevo capítulo en donde se especificarán los objetivos comunes y los
procedimientos que, en el ámbito de empleo, se deben seguir a nivel de
Unión Europea, o en donde se fomente la coordinación de las políticas de
los Estados miembros y de la Unión en materia de empleo para contribuir a
la preparación del Consejo de Trabajo respecto a la política económica y
de empleo en consulta con los interlocutores sociales; o al integrar el
acuerdo sobre política social, anejo al protocolo del Tratado de la Unión
Europea, incorporándole el principio de igualdad de sexos.

Por tanto, también estamos ante la dimensión social europea, en la que se
profundiza en aquellos aspectos que más directamente vienen a afectar a
los ciudadanos de la Unión.

Además, en este dictamen establecemos un capítulo sobre medio ambiente,
protección de los consumidores, lucha contra el fraude y fortalecimiento
de la cooperación aduanera y hacemos particularmente dos referencias que
afectan tanto a la construcción europea como, de una manera muy directa,
a nuestro país. Mencionamos la necesidad de contar con un estatuto
permanente de regiones ultraperiféricas que afectan directamente a las
islas Canarias o la de definir y reconocer las desventajas estructurales
vinculadas al hecho insular que tienen las regiones insulares y que
perjudican su desarrollo económico y social.

Abordamos el principio de subsidiariedad desde los postulados
establecidos en Birmingham y Edimburgo, el de la transparencia y la
calidad de la legislación comunitaria, así como el voluntariado o el
mantenimiento de las políticas comunes. Por tanto, estamos ante un
capítulo que afecta de una manera muy importante tanto a los ciudadanos
como a las políticas de la Unión.

En el capítulo de la política exterior y de seguridad común se mejora el
sistema de toma de decisiones, permitiendo la abstención constructiva,
pero fundamentalmente se crea un nuevo instrumento de planificación de
políticas y de alerta precoz, la denominada célula de planificación y
análisis, que permitirá a la Unión Europea adelantarse a los conflictos y
seguir contribuyendo sin duda a crear ese espacio de paz y estabilidad en
la Unión Europea.

En materia de seguridad, proponemos que exista una integración progresiva
de la Europa occidental en la Unión Europea, además de otros elementos,
como el de integrar en el Tratado las misiones militares de carácter
humanitario, como primer paso sustancial para dotar a la Unión Europea
del componente de defensa.

Hay un capítulo sobre relaciones económicas y otro completo sobre las
reformas institucionales; unas reformas



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que no sólo afectan al sistema de decisiones de la Unión Europea, sino al
resultado de las políticas de la Unión Europea para sus ciudadanos y
particularmente para nuestro país; unas reformas que se plantean desde el
horizonte de equilibrar socieconómicamente la Unión Europea y, por tanto,
de tomar decisiones en las que encuentren acomodo todos los Estados y
todos los ciudadanos de la Unión. Para ello se propone básicamente un
sistema de votaciones que garantice a nuestro país, al conjunto de
Estados de la Unión Europea, que no puedan ser minorizados cuando, detrás
de ellos, exista un amplio número de ciudadanos.

Desearíamos que la Comisión redujera la cantidad de sus miembros, pero en
cualquier caso pretendemos que se mantenga la fórmula actual por la que
España tiene, al menos, dos comisarios.

Establecemos mayores competencias para el Parlamento Europeo,
simplificando sus sistemas de decisión, mayores competencias para el
Tribunal de Justicia y el Tribunal de Cuentas; damos un nuevo status al
Comité de Regiones y al Comité Económico y Social y mayores competencias
y capacidad de información a los Parlamentos nacionales.

Por tanto, señorías, estamos ante una reforma que supondrá un paso más en
la integración europea, un paso más hacia este espacio de seguridad, de
bienestar y de paz que representa la Unión Europea; un espacio de
cohesión económica y social que nosotros queremos contribuir a mantener
con nuestras aportaciones.

De las enmiendas de los otros grupos distinguiría las concretas de las
genéricas. En cualquier caso, deseo decir que el esfuerzo de aproximación
que se ha producido para mantener la coherencia de un proyecto que
entendemos mayoritario dentro de la Cámara y en la sociedad, en algunos
casos no ha sido posible; esa aproximación no siempre es deseada por
todos. En esta Europa plural existe la diferenciación incluso de los que,
queriendo ir mucho más allá que el resto, se quedan al margen de esos
procesos de integración. Este no es el último paso; no es la piedra final
en la construcción del edificio europeo, sino sólo un paso más, y en el
camino que vayamos recorriendo esperamos ir encontrando fórmulas en las
que se mantenga este gran bloque que desea avanzar conjuntamente hacia
una mayor integración europea para garantizar ese espacio de cohesión
económica y social al que tanto me he referido.




El señor PRESIDENTE: A continuación, tiene la palabra, por el Grupo
Parlamentario Catalán (Convergència i Unió), el señor Guardans.




El señor GUARDANS I CAMBO: Señor Presidente, el hecho de que se presente
para su aprobación por esta Comisión un informe que ha sido objeto de
transacción, después de arduos trabajos, además del esfuerzo de
redacción, entre aquellos miembros que han asistido a la subcomisión y
básicamente entre representantes del Grupo Parlamentario Socialista,
Grupo Parlamentario Popular y este portavoz, en nombre de Convergència i
Unió, unido al hecho de que el señor Costa haya hecho una larga
intervención detallando las principales aportaciones que hace este
informe, me va a ahorrar tener que entrar de nuevo en ellas, habida
cuenta de que la inmensa mayoría de los comentarios o propuestas del
señor Costa se contienen en el informe que, como digo, ha sido
transaccionado y, por tanto, suscribimos en su integridad.

Por otro lado, el hecho de que vaya a haber un Pleno en esta Cámara en el
que se fije con mayor amplitud, en todo caso con otro alcance, la
posición política de cada grupo acerca de este informe, es otro motivo
más que me permite ser particularmente breve en esta intervención.

Querría, ante todo, felicitarme por el hecho de que hayamos llegado, como
no podía ser menos en un tema de esta trascendencia, a un informe
conjunto entre los grupos que hemos contribuido más directamente a su
redacción, y confío en que, como resultado de las votaciones de esta
tarde en esta Comisión, sea aprobado por la mayoría de las fuerzas
políticas.

En segundo lugar, yo creo que es ésta la oportunidad para dejar
constancia de la cooperación que ha recibido la subcomisión por parte del
Gobierno y de sus representantes, facilitando para sus trabajos toda la
información con la que en cada caso podían contar y con la máxima
celeridad y prontitud posible. Creo que, que de la misma manera que
cuando las cosas no funcionan es oportuno decirlo, y hacerlo bien alto y
claro, cuando las cosas funcionan, como no podía ser de otra forma, es
decir, con la máxima colaboración del Gobierno con las Cámaras, también
es oportuno dejar constancia de ello.

Si nos centramos en lo que es estrictamente el texto del informe (ya digo
que no voy a entrar en el detalle de su contenido; lo ha hecho el señor
Costa; insisto en que no se entienda como una falta de interés en los
grandes planteamientos que hace esta Comisión, sencillamente los doy por
hechos), voy a destacar algunas de sus principales carencias, tema que en
su momento quizá ya desarrollaré pero, en nombre de mi grupo, aunque
suscribamos este informe, ello no significa --y hay que decirlo, por
supuesto-- que consideremos que aquí está todo lo que podría estar, es
decir, están todos los que son, pero no son todos los que están, como se
suele decir.

Nosotros hubiéramos querido que la Cámara, y sobre todo el Gobierno en
las negociaciones, hubieran sido un poco más osados en la defensa de
algunos puntos, en particular en lo que se refiere al papel de las
regiones en Europa. En los demás, en su inmensa mayoría, estamos
sustancialmente de acuerdo con el Gobierno, tanto en los ámbitos
institucionales como en las principales iniciativas que el Gobierno ha
puesto sobre la mesa de la Conferencia.

En cambio, en lo que hace referencia al papel que han de jugar las
regiones a título individual en Europa, así como al papel --cuestión
distinta-- que ha de jugar el Comité de Regiones en Europa, creemos que
todavía estamos lejos del modelo ideal que nosotros querríamos alcanzar.

En ese sentido mi grupo apoyará algunas de las enmiendas presentadas por
la Diputada de Eusko Alkartasuna, que reflejan algunas de esas carencias
en concordancia



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con lo que fue el contenido del informe-propuesta que elaboró la
Conferencia de las comunidades autónomas para asuntos comunitarios,
informe que contenía toda una serie de propuestas, algunas de las cuales
han sido aceptadas por el Gobierno, y en esa medida han sido más o menos
recogidas en el texto del informe.

Hay otras, y me refiero muy particularmente al reconocimiento expreso y
explícito de las regiones que tienen potestad legislativa, que entendemos
que merecen un tratamiento distinto y específico, no sólo dentro del
Estado español --tratamiento que les da la Constitución por igual a todas
las comunidades autónomas--, sino incluso en el conjunto de la Unión
Europea. El hecho de que haya regiones que sean poco más que un
departamento administrativo, mientras que otras tengan una auténtica
soberanía política, eso sí, compartida, pero verdadera soberanía política
y plena legitimación democrática en sus órganos de Gobierno, entendemos
que debería reflejarse también a nivel de la Unión Europea a muchos
efectos. Esa es una carencia y nosotros daremos apoyo a la propuesta de
Eusko Alkartasuna de incluirlo en el informe de la Comisión Mixta.

Por lo demás, se nos presenta en este último momento una enmienda del
Grupo Parlamentario de Coalición Canaria que no nos parece mal en su
contenido, matizando un poco su literalidad, cosa que se podrá hacer
quizá después, aunque entiendo que de hecho ya está recogido en lo que es
el texto del informe tal como ha sido consensuado. La mención que ya
contiene el informe a las regiones ultraperiféricas a mi modo de ver
dejar claro lo que preocupa, y con razón, al grupo de Coalición Canaria,
y en general a todos los diputados y senadores de esa comunidad. De todos
modos, lo que abunda no daña y, por tanto, si se quiere detallar más,
como hace esta enmienda, modificando un poco su literalidad, no
tendríamos inconveniente en apoyarla.

Terminó aquí reiterando nuestra plena sintonía con el informe, tal como
ha sido aprobado, nuestra reserva para el debate más profundo que se haga
en el Pleno la semana que viene, en el que fijaremos de forma más amplia
nuestra posición acerca de la Conferencia Intergubernamental, sus
aciertos y sus lagunas, repitiendo que no podemos sino felicitarnos por
el trabajo de consenso al que hemos llegado.




El señor PRESIDENTE: En nombre del Grupo Parlamentario de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya, tiene la palabra el señor Alcaraz.




El señor ALCARAZ MASATS: Quiero partir en mi intervención de una
constatación, fundamentalmente relacionando nuestra reunión de esta tarde
con la que hemos tenido esta mañana en el Pleno y las distintas y muy
diferentes expectativas que han despertado ambas reuniones. Hoy estamos
aquí bastante aislados social y mediáticamente, cuando estamos
discutiendo ni más ni menos que la segura reforma, en los términos en que
al final se considere, del Tratado de la Unión Europea. Estamos
discutiendo un tema de enorme calado estratégico y, sin embargo, los
debates en este país van por otro lado.

En segundo lugar, señor Presidente, antes de entrar en el contenido de
nuestra enmienda de totalidad con texto alternativo, quiero documentar,
en el pórtico de mi intervención, una cierta sorpresa al comprobar la
diferencia entre ciertas declaraciones públicas y el acuerdo rotundo,
textualmente suscrito, al que han llegado Partido Popular y Partido
Socialista, fundamentalmente. También aquí figura la firma de
Convergència i Unió, con independencia de que se puedan sumar otras
fuerzas políticas representadas en la Cámara Alta.

Yo leí ayer reflexiones hechas desde Bruselas por un líder, que es
Diputado de esta Cámara, en el sentido de que las propuestas del Partido
Popular eran poco imaginativas de cara a la reforma del Tratado de la
Unión Europea, eran pobres, y ahora veo que, a fuerza de ser líder
político, aparece aquí suscribiendo este texto, a mi juicio de propuestas
mínimas, de cara a la reforma del Tratado de la Unión Europea en el
Consejo Europeo de Amsterdam los próximos días 16 y 17 de junio.

Digo esto para marcar una singularidad de la política española, por lo
menos con respecto a la francesa, tal como se ha desarrollado en la
última campaña electoral, y sigue desarrollando hoy mismo, a la hora de
hablar, como ha dicho el portavoz del PSOE, de que el que no esté de
acuerdo está al margen de esta situación europea. Allí se ha producido
una emergencia al alza de fuerzas de izquierda (el Partido Socialista, el
Partido Comunista) pero, en todo caso, esa subida del Partido Socialista
se ha hecho sobre la base de un discurso crítico con respecto al pacto de
estabilidad y a las propias previsiones del Tratado de la Unión Europea
suscrito en Maastricht.

Quiero decir con esto que las cosas no son tan fáciles como a veces se
retratan desde la --no voy a decir improvisación-- singularización de una
reunión en un Estado determinado de la Unión Europea, máxime cuando ayer
mismo veíamos cómo los representantes del componente social y de la
frustrada cohesión económica y social de la Unión Europea se manifestaban
frente a la falta de previsiones de cara al objetivo de la creación de
empleo en el Tratado de la Unión Europea en las políticas consecuentes en
el resto de los países de esta Unión.

Por tanto, no hagamos foto fija de esta situación, porque la dinámica es
muy fluida y se puede ir amplificando de cara a una situación diferente a
la que venimos observando en estos momentos.

Sus señorías saben como yo que prácticamente de todas las encuestas que
se han hecho hasta este momento con respecto a Maastricht y sus
contenidos, y con respecto a la convergencia que se está produciendo, el
50 por ciento no está de acuerdo, y el otro 50 por ciento está de acuerdo
pero no sabe todavía por qué. El aislamiento mediático y social de esta
reunión que ahora mismo estamos viviendo es un poco expresión de ese
fracaso de comunicación del Tratado de la Unión Europea suscrito en
Maastricht. Tanto es así que posiblemente empiece a hablarse, sobre todo
si se llega al acuerdo de la reforma en los días 16 y 17 de junio, del
Tratado de Amsterdam para sustituir



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lo que ha sido la crónica de un fracaso anunciado en función de la falta
de entendimiento e inteligibilidad de los contenidos del Tratado de
Maastrich.

Hemos presentado un texto alternativo, elaborado cuidadosamente, que a
nuestro juicio es posible jurídica, económica, financiera y políticamente
hablando. Al mismo tiempo, y como sus señorías saben, vamos a solicitar,
no sólo en España sino a través de una coordinación de fuerzas en todos
los países de la Unión Europea, la celebración del referéndum; con el
resultado de las elecciones en el Reino Unido y el compromiso de
convocatoria de un referéndum de cara a que los pueblos de Europa tomen
posición en función de políticas de nuevas creaciones, como el banco
central europeo, que van a afectar a la vida cotidiana de la gente
europea. Desde ese punto de vista, pensamos que debe ser reformado en
profundidad el Tratado de la Unión Europea, incluso en los aspectos de la
Unión Económica y Monetaria, que ni se rozan, cuando está previsto en el
Tratado de Maastrich también la reforma de los aspectos económicos y
monetarios y, sin embargo, no se abordan ni de lejos en esta reforma que
se plantea. Conocemos algunas propuestas. Acabamos de conocer la que va a
salir mayoritariamente en este Congreso de los Diputados, pero repito que
no parece una propuesta de mínimos que nos cambia nada. Es una especie de
arañazo con respecto a lo que es la estructura real del Tratado de la
Unión en estos momentos. Desde ese punto de vista, en lo que afecta a los
aspectos de la Unión Económica y Monetaria, la reforma es insalvable y se
contiene como previsión en el Tratado de la Unión Europea, no
cumplimentada, de cara a la cumbre de Amsterdan.

En nuestro documento aparecen dos objetivos que dan estructura al texto:
el de la cohesión económica y social y el de la construcción democrática
de los aspectos políticos europeos. Introducimos unas revisiones
institucionales en profundidad, en función del déficit democrático del
Parlamento y de otras instituciones y la resistencia a intentar
instaurar, por lo menos en su inicio, una especie de marco constitucional
de cara a una auténtica construcción europea desde el punto de vista de
lo político. Si han leído el documento, verán que muchas veces deriva de
discursos no sólo de representantes de nuestras fuerzas políticas, sino
de otras fuerzas, por ejemplo, en la última campaña de las elecciones
europeas, por el déficit institucional de la Unión Europea o el déficit
del Parlamento europeo, pero no vemos que se haya recogido ni el
espíritu, ni en muchos casos la letra de lo que se defendía, no sólo por
representantes de Izquierda Unida sino de otras fuerzas. Desde ese punto
de vista, el papel de motor, el papel de controlador de los poderes
ejecutivos no hay que revitalizarlo, sino instaurarlo o reinventarlo
porque en estos momentos no existe en el marco institucional de la Unión
Europea, como tampoco existe ese papel de codecisión, de colegislador que
contemplamos y defendemos.

Respecto a la reforma de la Unión Económica y Monetaria --se lo hemos
dicho el otro día también al señor Gobernador del Banco de España--,
estamos impulsando la necesidad de que se recoja como objetivo básico de
la política económica europea, por tanto un objetivo nacional, la
creación de empleo. En el Programa de Convergencia y Estabilidad y en el
resto de los pactos no se recoge, en absoluto, el objetivo de la creación
de empleo; se recoge, eso sí, el objetivo del crecimiento económico. Pero
todos observamos que el crecimiento económico no es sinónimo de creación
de empleo, como tampoco lo es un término equivalente al desarrollo. No es
lo mismo desarrollo que crecimiento. El crecimiento se está alimentando
sobre medidas estructurales que afectan a los precios del despido, a las
cuantías de las nuevas jubilaciones, a las exenciones y
desfiscalizaciones, que a nuestro juicio no son positivas. En esto
coincidimos con algunas intervenciones que se han hecho en el Pleno, que,
sin embargo, no van en la dirección de una reforma fiscal adecuada, de
una armonización fiscal, como se defendía en muchos discursos de la
campaña electoral. Pensamos que la Europa que defiende la cohesión
económica y social está reaccionando. Lo hizo con mucha fuerza en el caso
de la Renault y está reaccionando como se vio ayer y como se está viendo
en las marchas por el empleo en muchísimos países de la Unión. Existe con
esa inquietud de que ni siquiera la reforma del Tratado de la Unión, que
se contempla en multitud de países que van a asistir a Amsterdam los días
16 y 17, cumplimente esos deseos y satisfaga las posibilidades de asumir
ese objetivo de cohesión económica y social y, por ende, de creación de
empleo. En el Tratado de la Unión y en este texto cuya redacción
definitiva hemos conocido hoy en absoluto se toca este tema. Hay una nula
capacidad para políticas redistributivas y para políticas de creación de
empleo. Pensamos que estamos ante un proceso estrictamente neoliberal.

Perdonen pero es una opinión.

Respecto a la política exterior, de defensa y de seguridad común, creemos
que faltan instrumentos para una auténtica PESC, que no se contempla en
el Tratado de la Unión ni en la reforma consecuente. Tampoco se contempla
la voluntad política de un protagonismo muy demandado en los últimos
tiempos. En asuntos como el de Bosnia, el Zaire y la cooperación al
desarrollo existe gran demanda para que el papel de Europa cambie y sea
un auténtico papel protagonista, de intervención democrática y pacífica.

Vemos cómo Europa reduce su papel a esperar y ver. Hay que ir a un cambio
en profundidad de cara a estructurar una auténtica PESC, completa --hasta
ahora no la hay-- e independiente --que tampoco lo es--, en función de
las fortísimas determinaciones que introduce nuestra relación con los
Estados Unidos de Norteamérica. La Conferencia Intergubernamental ha
recogido propuestas irlandesas muy débiles. En cuanto a las procedentes
de la etapa holandesa, algunas son interesantes pero bastante
insuficientes. Nosotros introducimos este papel de una política europea
de seguridad común, exterior y de defensa auténticamente independiente,
con objetivos claros, de cara a ser un motor en la creación de un nuevo
orden internacional y tener un papel teórico y práctico para la
democratización y el cambio estructural de la ONU, papel que hasta ahora
tampoco está jugando



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la Unión Europea. Tampoco compartimos la creación de mister PESC como
representante personal de esa política insuficientemente independiente
que se contempla en el Tratado y en su reforma. No compartimos ese
interlocutor único que restaría muchísimo protagonismo a otras
instituciones que son las que deben representar esta política fundamental
de la Unión Europea.

Como sabe bien, señor Presidente, no estamos de acuerdo con la OTAN, ni
con su papel ni con sus ramificaciones sobre cómo se está configurando
este problema en la Unión Europea. Deseamos un desarrollo de la OSCE y
hablamos de otro modelo de defensa, defensa compartida, etcétera, que
naturalmente tampoco se recoge en el Tratado de la Unión, aunque se
recoge más en el Tratado que en las reformas consecuentes. Se recoge un
cierto perfume que apunta más hacia la independencia y hacia una
auténtica política de defensa europea y que se está viendo muy reducido
en el último período. Era ya insuficiente en el Tratado de la Unión
Europea, pero resulta absolutamente frustrante en las rectificaciones de
las reformas que se nos plantean. En esta PESC completa que nosotros
queremos para la Unión Europea, la cooperación al desarrollo debe estar
comunitarizada, siendo vinculante, por ejemplo, el tema del 0,7 por
ciento, con políticas de cooperación activa que no estén subordinadas a
políticas económicas de ajuste, que en todo caso están creando desastres
estructurales muy fuertes y cooperaciones muy débiles respecto a
problemas --algunos de los cuales yo he enunciado aquí-- que todos
tenemos en la mente.

Termino, señor Presidente, aludiendo también brevísimamente --porque
tendremos oportunidad, quizá no con mayor amplitud pero sí con mayor
posibilidad de audiencia, de exponer estos temas en el Pleno del Congreso
el próximo miércoles-- al tema de la ciudadanía europea, que pensamos que
está restringido en el Tratado de la Unión casi a elegir o ser elegido en
comicios municipales o a ciertos derechos consulares que se contemplan
pero que nos parece insuficiente. Nosotros pensamos que no se debe
retroceder respecto a las ciudadanías nacionales, sino que hay que
inventar, consolidar y reforzar el tema de la ciudadanía europea, cosa
que a nuestro juicio no se está haciendo.

Pensamos también que hay que establecer una cooperación judicial clara,
nítida, que no permita ningún tipo de salvaguarda respecto a la lucha
contra el terrorismo, pero a nuestro juicio esa cultura y ese derecho no
se debe poner en contradicción con el tema de la lucha contra el
terrorismo y el derecho de asilo, tal como han dicho muchísimas
organizaciones, asociaciones, juristas y constitucionalistas. En eso
estamos de acuerdo. Hay que tener cuidado para que, por una parte, no
haya ningún tipo de cobertura a la lucha antiterrorista, pero que, por
otra parte, tampoco se abandonen conceptos de índole cultural a lo largo
y ancho de los países de la Unión Europea. Pretendemos también que se
distinga de manera clara --cosa que no se hace-- entre terrorismo y
narcotráfico, por un lado, y el tema de la inmigración, de otro. Aparecen
confusiones escandalosas en algunos aspectos a la hora de distinguir
estos temas, que son absolutamente diferentes. Nosotros vamos a hacer un
esfuerzo de cara a intentar esa distinción.

Por tanto, señor Presidente, nosotros elevaremos esta propuesta, desde
nuestra disonancia, tanto al Pleno del Congreso como al Pleno del Senado,
y esperemos que a partir de este momento se les devuelva la palabra a los
pueblos para que puedan emitir su opinión en función de la nueva
cotidianidad que puede inaugurarse en Europa después de --si se llega a
un acuerdo en Amsterdan, veremos si no es en Luxemburgo-- esta nueva
reforma del Tratado de la Unión Europea.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV), tiene la
palabra el señor Gangoiti.




El señor GANGOITI LLAGUNO: Señor Presidente, en primer lugar quiero
anunciar que nuestro grupo parlamentario va a votar favorablemente este
dictamen, incorporándose al consenso de la gran mayoría de los grupos
parlamentarios de esta Cámara. Desde incluso la legislatura de 1982,
cuando se debatió la adhesión de nuestro Estado a las Comunidades
Europeas, ha sido una postura de nuestro grupo el tratar de buscar
fórmulas de consenso en los aspectos europeos, fórmulas de consenso al
margen de discrepancias que mantenemos. Por tanto, nuestro grupo va a
votar favorablemente este dictamen.

Dicho esto, quisiera decir que de todas formas como grupo parlamentario
sentimos una frustración --frustración de la que no es culpable, ni mucho
menos, el Gobierno español-- en el sentido de que cuando se aprobó el
Tratado de Maastricht y se anunció que posteriormente habría una revisión
de los tratados --la Conferencia Intergubernamental que se está
celebrando en la actualidad-- todos pensábamos en aquel entonces que se
iba a avanzar mucho más de lo que se ha avanzado. Y exceptuando en el
aspecto del euro, de la Unión Económica y Monetaria, que es un tema
realmente importante y que parece ser que cada día está más claro que va
a entrar en vigor el 1 de enero de 1999, hay otra serie de temas en los
que no se ha avanzado nada. Cuando se aprobó el Tratado de Maastricht, yo
creo que todos dábamos por hecho que en la Conferencia Intergubernamental
que se celebra en estos momentos se darían avances importantes en la
política exterior y de seguridad común, que se caminaría hacia una
integración de la UEO en la Unión Europea, que Schengen quedaría incluida
en el Tratado. Desde luego en estos tres puntos, salvo que cambie mucho
de aquí a la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno, no se va a dar
ningún paso importante al respecto. Por tanto, quiero decir que al margen
del tema del euro, como he citado anteriormente, de Maastricht a aquí se
avanza muy poco en el proyecto de consolidación europea.

Hay otra cuestión que también quisiera comentar muy brevemente, el del
Comité de Regiones. Nuestro grupo parlamentario --en su momento ya lo
dijimos-- no creíamos en esta configuración del Comité de Regiones, no
creíamos en un Comité de Regiones en el que se integran, dentro de una
Europa profundamente asimétrica, de



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acuerdo con sus respectivas Constituciones, nacionalidades y regiones del
Estado español, los länder alemanes o austríacos, unidades
administrativas francesas, condados británicos y ayuntamientos. Mezclar a
nacionalidades y regiones con una fuerte capacidad competencial,
política, con instituciones administrativas como los ayuntamientos o
incluso departamentos administrativos franceses, yo creo que eso era, de
alguna forma, igualar a la baja la capacidad de presencia de las
nacionalidades y regiones. A nosotros nos hubiese gustado que esta
revisión del Tratado hubiera contemplado la posibilidad de la capacidad
de recurso de todas las regiones europeas ante el Tribunal de Justicia de
Luxemburgo, pero no se ha llevado a cabo. También nos hubiese gustado que
hubiese habido una definición del principio de subsidiariedad no sólo en
el sentido de que no hay que volver a una renacionalización de las
políticas comunitarias --estamos de acuerdo-- sino también un principio
de subsidiariedad entendido a nivel de la configuración interna de cada
uno de esos Estados asimétricos que componen la Europa de los Quince, en
definitiva, de la capacidad, en nuestro caso, de nacionalidades y
regiones de poder ejercer competencias. En este sentido quiero decir que
no existen obstáculos jurídicos para emitir esa participación. Estamos
viendo que en la delegación alemana, en la austríaca, en la belga e
incluso en la portuguesa, en los casos concretos y específicos de Azores
y de Madeira, se produce con total naturalidad. Incluso en la pasada
legislatura del Parlamento Europeo, éste mismo aprobó una resolución en
la cual invitaba a los Estados miembros, que en virtud de su ordenamiento
constitucional cuenten con regiones dotadas de competencias legislativas,
a facilitar la participación de representantes de las mismas en las
reuniones del Consejo de Ministros cuando se trate de cuestiones de su
competencia.

Pasando a otro tema, hay dos elementos positivos que quisiera resaltar de
este texto. En primer lugar, aunque es un planteamiento quizás un poco
tímido, se introduce de una vez por todas un capítulo sobre el empleo. Yo
creo que cada día todos somos más conscientes, no sólo aquí sino a nivel
de toda Europa, que el gran desafío que tiene la sociedad europea es el
desempleo. En ese sentido, nosotros creemos que es positivo que se
introduzca este capítulo. Ahora bien, esperemos que no se quede ahí, sino
que sirva para que la Unión Europea, de la misma forma que atacó
frontalmente el tema de la moneda única, ataque también frontalmente el
desempleo y haya una conferencia en la que se plantee monográficamente
este problema. El segundo punto que nos resulta satisfactorio de este
texto es el que se refiere a la cooperación transfronteriza. Dentro de la
esfera del Comité de Regiones se introduce una mayor capacidad en el
ámbito de la cooperación transfronteriza. Creemos que eso es positivo
porque es hacer Europa y también porque no hay que olvidar que existen
pueblos con una misma cultura, con una misma lengua, que están a caballo
entre los dos Estados.

En definitiva, tal y como decía al principio, nuestro grupo va a votar
favorablemente este dictamen. Pero lo va a votar con una amargura en el
sentido de que vemos que desde Maastricht hasta aquí no se ha progresado
excesivamente, que se está progresando, única y exclusivamente, en el
ámbito económico y monetario, en el ámbito financiero. Esta es la
constatación de una tendencia que está llevando la Unión Europea desde su
fundación. Si vemos la primera de las comunidades, la Comunidad Económica
del Carbón y del Acero, se desarrolló y se creó una alta autoridad para
legislar sobre todo lo relacionado con esas dos materias primas
estratégicas, muy importantes después de la II Guerra Mundial. La
Comunidad Económica Europea básicamente lo que creó fue una unidad
aduanera y una política agrícola común; seguimos hablando única y
exclusivamente de economía. El Acta Unica Europea, que introducía aparte
del mercado único una serie de componentes no sólo económicos, como la
libre circulación de personas, vemos que, a pesar de que dicha Acta Unica
Europea entró en vigor en 1993, la libertad de circulación de mercancías
y de capitales se está cumpliendo, pero no la libertad de circulación de
personas y respecto al Tratado de Maastricht, vemos que básicamente se va
a cumplir lo referente el euro, pero que los pasos que se dan en lo que
se refiere al segundo y al tercer pilar, en definitiva, a la política
ciudadana, quedan muy escasos.

Por tanto, nosotros creemos que la Unión Europea tiene que hacer una
reflexión. El proyecto no puede ser única y exclusivamente económico. Hay
que hacer un proyecto. Si queremos hacer realmente una unión política, es
necesario dotarle de otra serie de contenidos y de avances que no se
están dando. En ese aspecto quisiera también resaltar las pocas
competencias de más que se le van a dar al Parlamento Europeo, lo cual
acrecienta el déficit democrático de la Unión Europea. Como dijo en su
momento quien entonces era el Jefe de Gobierno italiano, Giulio
Andreotti, tal y como está configurada en estos momentos la Unión Europea
y con la falta de capacidad de competencias reales que tiene el
Parlamento Europeo, se daría la gran paradoja de que si la Unión Europea
quisiese ser miembro de la Unión Europea no podría serlo porque no
cumpliría los requisitos que se exigen a los Estados para formar parte de
la misma.

Señorías, acabo diciendo que aunque vamos a votar el dictamen también
votaremos favorablemente, porque nos parecen interesantes, las enmiendas
que han presentado Eusko Alkartasuna, Coalición Canaria y el Bloque
Nacionalista Gallego.




El señor PRESIDENTE: En nombre del Grupo Parlamentario de Coalición
Canaria tiene la palabra el señor Mardones.




El señor MARDONES SEVILLA: Señor Presidente, Coalición Canaria, en la
misma línea que hemos mantenido en pasadas reuniones a lo largo de esta
legislatura, así como en la anterior, en esta Comisión Mixta
Congreso-Senado para la Unión Europea, hace una manifestación explícita
de apoyo a esta política de consenso que tenemos --no podía ser de otra
forma-- para obtener un mínimo de eficacia ante las restantes naciones de
la Unión Europea. Comienzo por decir que vamos a apoyar en su conjunto el
documento que estamos debatiendo en



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esta Comisión, tanto el informe que nos ha sido presentado por esta
subcomisión especial de seguimiento, encargada de estudiar y discutir el
proceso abierto para la Conferencia Intergubernamental, como las
enmiendas que han presentado Eusko Alkartasuna y el Bloque Nacionalista
Galego.

Respecto a nuestra enmienda, quiero comenzar, señor Presidente,
agradeciendo la sugerencia que me ha hecho en su intervención el portavoz
del Grupo Catalán (Convergència i Unió), señor Guardans. Rectificamos,
por tanto el texto literal de nuestra enmienda para no hacer ninguna
referencia --pero lo explico aquí-- al texto que se nos mandó por el
Secretario de Estado para la Unión Europea la semana pasada, propuesto
por la Presidencia holandesa, que nos parecía totalmente inadmisible.

Dado que en el dictamen de la Comisión Mixta que tenemos sobre la mesa
--que se ha redactado respecto a la Conferencia Intergubernamental por
nuestros redactores-- se habla acertadamente, señor Presidente, del
concepto de prioridad de las regiones ultraperiféricas, que es a lo que
se refiere nuestra enmienda, quiero resaltar que Canarias es la única
comunidad autónoma del Estado español que tiene un régimen económico y
fiscal distinto del resto del Estado. Por tanto, esta cuestión del
estatuto permanente de las regiones ultraperiféricas es fundamental. Así
lo ha recogido siempre esta Comisión con iniciativas como las que
recuerdo que tuvo en su momento el Grupo Parlamentario Socialista,
defendidas por su entonces portavoz don José Segura, tanto como Senador
en la pasada legislatura como Diputado después, también el Grupo Popular,
a través del señor Soriano, y este portavoz que les habla, para
consensuar textos que nos han llevado siempre a una política clara,
firme, contundente y de reivindicación de un derecho que está en nuestra
Constitución. Por tanto, para facilitar este trabajo y de acuerdo con la
Presidencia hemos redactado un texto alternativo a nuestra enmienda que
cambia el presentado ante esta Comisión. Se trata de la adición de un
párrafo; no modifica nada. Dice así: Coherente con las propuestas
acordadas por la misma --es decir, las iniciativas a las que he hecho
referencia anteriormente, defendidas por este Diputado y por los
parlamentarios señores Segura y Soriano-- y como nuevo párrafo del
apartado 1 del artículo 227 del Tratado, por su fundamental repercusión
para Canarias. Creemos que es necesario hacer esta referencia porque, si
no, para un lector ajeno hacer referencia desde España a regiones
ultraperiféricas sería una cosa más que se perdería en el derecho de la
Unión Europea, pero para la Comunidad Autónoma de Canarias, por el
régimen específico fiscal tradicional, histórico y constitucional,
constituye el ser o no ser de nuestro modelo socioeconómico. De aquí la
trascendencia que tiene. Por ello solicito del entendimiento y
solidaridad de los restantes portavoces y señores miembros de esta
Comisión su apoyo en la votación.

Por nuestra parte, señor Presidente, vamos a votar íntegramente el resto
del informe y de la propuesta. Y dado que hay referencias en el dictamen
correspondiente a la propuesta conjunta presentada en diciembre del año
pasado por Francia, Portugal y España, de la que se hizo eco el Consejo
de Dublín, me remito al último documento, para insistir en esta
prioridad, ya que precisamente el embajador de España, don Francisco
Elorza, junto con los embajadores francés y portugués, en la Conferencia
de los representantes de los gobiernos de los Estados miembros,
dirigieron el documento en forma de carta procedimental formal al
Secretario General del Consejo de la Unión Europea, en el que se
especificó que para las regiones ultraperiféricas se hacía patente la
posición común de España, Portugal y Francia, proponiendo un nuevo
párrafo en el apartado 1 del artículo 227, haciendo este reconocimiento
explícito y expreso con la cita concreta a la Comunidad Autónoma de
Canarias. En esta línea va también nuestra solidaridad con lo que ha
venido exponiéndose en la subcomisión y en la Comisión correspondiente.




El señor PRESIDENTE: En nombre del Grupo Parlamentario Mixto tiene la
palabra el señor Rodríguez.




El señor RODRIGUEZ SANCHEZ: Señor Presidente, empezaré por decir, en
nombre del Bloque Nacionalista Galego, que muy posiblemente la posición
del Gobierno español, en relación con la reforma del Tratado, está
condicionada por una situación de extrema debilidad que no es de ahora.

Como siempre se pensó que la única opción que tenía el Estado español,
cuando la transición del régimen franquista al actual, era una
integración a toda costa en la entonces Comunidad Económica Europea, no
cabe duda de que nuestra integración no se hizo conforme al modelo de los
países fundacionales o conforme al modelo seguido por países más tardíos
pero que fueron capaces de defender sus intereses con mayor vigor, como
por ejemplo de Dinamarca, o aquellos que están fuera, como Noruega. Esta
debilidad del Gobierno español se traduce, sin duda alguna, en el
dictamen que la Comisión Mixta sobre la Conferencia Intergubernamental
acaba de elaborar, precisamente porque es un dictamen caracterizado por
una gran ambigüedad en la mayoría de las propuestas y, en definitiva, por
una falta de contenido que después de la experiencia del Estado español
en la Comunidad Económica Europea y en la Unión Europea debía perfilarse
con mayor precisión. Si a esto añadimos que hay una obsesión, seguramente
justificada pero no inteligente, por vincular la presencia en Europa a
alguna conquista en materia de política antiterrorista, fundamentalmente
de colaboración judicial y policial, con todo el affaire que llevó a la
discusión sobre el derecho de asilo, tendremos la explicación de por qué
ese documento es como es. Llama especialmente la atención el párrafo
extenso y quejoso destinado a la libertad, a la seguridad y a la
justicia, que contrasta con la vaguedad y la falta de contenido en
relación, por ejemplo, con el empleo o el medio ambiente y en relación
también con algo que está muy vinculado a la cuestión del empleo, que es
la defensa de los sectores productivos básicos. A nadie se le oculta que
estamos en un momento histórico en la Unión Europea en que se va a tener
que reformar la política agraria común, y que la reforma va a coincidir
con la integración



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de pequeños Estados de la Europa del Este, de la Europa ex socialista,
por lo que sería conveniente que la opinión pública, los partidos
políticos y los gobiernos de España tuviesen una posición inteligente,
amplia, que pensamos debe pasar por la defensa para todos de una base
agraria, ganadera y forestal mínima, de acuerdo con las características
medioambientales y climáticas y, por tanto, con las ventajas
comparativas, porque es esencial desde el punto de vista de la
resistencia económica de todos los países y desde el punto de vista
ecológico.

Es igualmente llamativo en el texto que elaboró la Comisión que las
alusiones a la pesca se han hecho --aunque ahora se obvie-- más en
relación con el miedo a la política británica que con una posición de
defensa en positivo de nuestros intereses. Ocurre exactamente igual en
cuanto a las relaciones económicas internacionales en organismos de
carácter internacional, como puede ser la OCM, donde hay una falta total
de previsión respecto de cualquier posibilidad de reformar los acuerdos
internacionales en sectores básicos para nuestra economía como puede ser
el sector naval.

Con las siete enmiendas que hemos presentado intentamos que estos
aspectos tan evidentes y llamativos por su ausencia ocupen un papel en
este documento que sería esencial para ir perfilando la opción política
española de cara al futuro. Por otra parte, nadie puede discutir que la
actual situación internacional tiene un cambio cualitativo en relación
con la época en que fue fundada la Comunidad Económica Europea. Es cierto
que hoy no existe guerra fría, pero no es menos cierto que se está
poniendo en entredicho continuamente el Derecho internacional y desde
órbitas muy próximas a las de la Unión Europea, como es cierto también
que los Estados integrados en la Unión Europea estamos siendo afectados
por políticas extraterritoriales, en concreto de Estados Unidos. No
vendría mal que en el apartado de política exterior, para que fuese
coherente y eficaz, la Unión Europea se reafirmase en los principios
tradicionales del Derecho Internacional, en concreto del derecho de los
pueblos, de todos, pero sobre todo de los que no están en la Unión
Europea, a decidir libremente su futuro. Esto es muy importante porque si
no asistiremos en la Unión Europea a una política errática y
contradictoria, porque por mucho que no guste Irán o no guste Libia está
claro que alguna posición tendremos que tener y que por lo menos parta
del mínimo de que no podemos aceptar legislación de carácter
extraterritorial, aunque esos regímenes políticos puedan o no gustar.

Señorías, observamos también en el documento que España sigue optando por
algo que desde el punto de vista del Bloque Nacionalista Galego no es
acertado. En el litigio entre Estados grandes, medianos y pequeños, el
Estado español parece optar siempre por los grandes pensando que ésta es
su opción. Pero es una opción más teórica que real. Y no entendemos cómo
se puede defender la representación de cada Estado en la Comisión por una
supuesta problemática de abundancia de representación. Todos sabemos que
son quince y es mejor que se reduzcan los dos representantes actuales a
uno a que algunos Estados queden sin representación. Porque es verdad que
aunque la población sea distinta, el hecho de estar representados todos
da una legitimidad a la unidad europea, un pluralismo que puede ser
precisamente una de las armas importantes para la convivencia.

Por último, explicaré cómo echamos en falta --igual que los grupos
parlamentarios Vasco y Catalán (Convergència i Unió)-- unas referencias
claras a la cuestión de las nacionalidades. La conferencia de las
comunidades autónomas para asuntos comunitarios ya intentó perfilar una
alternativa --bien limitada, por cierto-- que ahora se encuentra
muchísimo más relativizada y prácticamente diluida. Pensamos que es un
grave problema para los Estados plurinacionales como el nuestro que esta
estructura no se reproduzca en cierto nivel competencial precisamente en
la Unión, y no solamente va a ser un motivo de litigio sino también de
desacuerdo y desagrado para todos los movimientos nacionalistas que
convivimos democráticamente en los Estados plurinacionales.

Finalmente, quiero decir que el Estado español, que por lo menos
formalmente tiende cada vez más a un respecto teórico del pluralismo
cultural y lingüístico, debía ser adalid de que se defendiese
efectivamente la diversidad cultural y lingüística de la Unión Europea,
por una cuestión. No cabe duda de que la identidad más clara de la Unión
Europea frente a cualquier otro gran Estado sería precisamente darle
aval, amparo y respeto a esta pluralidad, porque es la principal
característica de Europa como tal. Va a haber muchísimos pequeños Estados
con sus lenguas oficiales. No vamos a aspirar a que todas sean oficiales
al mismo tiempo en las sesiones de la Comisión o del Consejo, pero sí hay
que aspirar clarísimamente a que todas sean tratadas igual y tengan los
mismos derechos primero en sus territorios para sus habitantes y después
en todo aquello que se considere un acervo común de la Unión Europea y
que, cuando menos, no se faciliten políticas represivas o asimilistas en
este terreno en la Unión Europea.

Ante estas perspectivas presentamos nuestras siete enmiendas, apoyamos
las enmiendas presentadas por la señora Lasagabaster en nombre de Eusko
Alkartasuna, y sólo me queda decir que el Bloque Nacionalista Galego
votaremos en contra del dictamen tal y como está, que agradecemos
profundamente la votación favorable a nuestras enmiendas de los
representantes del Grupo Parlamentario Vasco y el Grupo Parlamentario de
Coalición Canaria y que votaremos también positivamente la enmienda de
Coalición Canaria y la enmienda de Eusko Alkartasuna.

La señora Lasagabaster me encomendó que anunciase que mantiene las
siguientes enmiendas números 4, 5, 6, 7, 8, 10, 11, 12, 13, 14, 16, 17,
18 y 19 y las demás, que son muchas menos, las da por decaídas. (Risas.)



El señor PRESIDENTE: En nombre del Grupo Parlamentario Popular tiene la
palabra el señor Martínez Casañ.




El señor MARTINEZ CASAÑ: Gracias, Presidente.




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Agradezco al Presidente que me dé la palabra, entre otras cosas, porque
si no me la hubiese concedido, me privaba de uno de los mayores placeres
que tengo esta tarde, el de agradecer y rendir homenaje a la buena
dirección de nuestro Presidente, don Pedro Solbes, sin cuya ayuda no
hubiésemos sido capaces de llevar a buen término los trabajos de la
subcomisión y quizá en este momento tampoco los trabajos de esta
Comisión. Pedro Solbes no solamente es un excelente Presidente, sino
también un excelente consejero y amigo. Quiero decirlo en público para
que conste en el «Diario de Sesiones». (Rumores.)
Señorías, el hecho de que en estos momentos discutamos la posición de las
Cortes Generales respecto a la Conferencia Intergubernamental es una
buena prueba de lo que dijimos hace algún tiempo en esta Comisión, cuando
aprobamos el informe sobre las consecuencias que para España tenía la
ampliación de la Unión. Dijimos que se trataba de profundizar en la
democracia, en la transparencia y en la eficacia. Precisamente porque de
eso se trata es por lo que después de la experiencia de Maastricht nos
hemos esforzado para que el debate europeo descienda a los parlamentos
nacionales y de éstos descienda a la ciudadanía en general. Buena prueba
de ello es que cuando analicemos todos juntos el informe que es objeto de
debate en este momento, veremos que en esa dirección van las distintas
sugerencias que el Gobierno de España, con el respaldo de las Cortes
Generales, intenta llevar a la Conferencia Intergubernamental.

Europa se hace poco a poco. España llegó a la entonces Comunidad
Económica Europea cuando ya estaba hecha y aprovecha desde el principio
las reformas institucionales y constitucionales que se dan en la hoy
Unión Europea para intentar contribuir mediante sus propuestas a hacerla
más justa, más solidaria, más eficaz, más fuerte y con mayor protagonismo
en el mundo.

El Gobierno anterior ya tuvo iniciativas válidas de este tipo y todos
recordamos que a aquellas iniciativas se debió, en su momento, la
reacción del Fondo de Cohesión, la ciudadanía de la Unión Europea cuyo
germen encontramos hace unos años, así como la participación de España en
otras políticas, como social, de empleo, etcétera, siempre con el apoyo
unánime del Partido Popular, como no podía ser de otra manera y que
ahora, como es lógico, coge el testigo para seguir estas políticas,
buenas para España, sus regiones y sus gentes proponiendo, como es
lógico, otras iniciativas, iniciativas nuevas. Por eso mi agradecimiento
a los grupos, en especial a los grupos que han participado en la
elaboración de este consenso, al Grupo Socialista, al Grupo Parlamentario
Catalán (Convergència i Unió), al Partido Nacionalista Vasco que se ha
incorporado después a nuestro acuerdo, a Coalición Canaria y también
agradezco, como no puede ser de otra manera, a Izquierda Unida-Iniciativa
per Catalunya sus aportaciones, al Grupo Mixto, muy en especial a la
señora Lasagabaster que ha participado en todos nuestros trabajos, al
Bloque Nacionalista Galego, etcétera. Todas las aportaciones son válidas
en esta tarea nuestra de llegar a un consenso y de identificar los
problemas.

Al señor Gangoiti le daré las gracias porque ha dicho que su frustración
no es imputable al Gobierno. Agradezco que lo vea así. Tenemos un dicho
en España que es: vísteme despacio que tengo prisa. Vuelvo a lo que decía
antes, Europa se hace poco a poco. A todos nos gustaría avanzar lo más
rápidamente posible, pero lo importante es la integración, la cohesión y
hacer bien las cosas. Demos tiempo para que los europeos se acostumbren a
Europa y demos tiempo para que nosotros, los que creemos en este
proyecto, sepamos explicarlo a los europeos para que los europeos lo
acepten y lo aclamen.

El Partido Popular es sensible a las preocupaciones del Partido
Nacionalista Vasco como también lo es a las preocupaciones de
Convergència i Unió y al hecho diferencial de las distintas
nacionalidades que confirman el Estado español y todos juntos
continuaremos trabajando en eso.

Al señor Alcaraz le quiero decir que yo sólo puedo hablar de las bondades
del proyecto en el que creo, desde el profundo respeto a los demás
proyectos que, sin embargo, no comparto. Hay pues quizá, señor Alcaraz,
una diferencia de concepto, una diferencia de proyecto cuya discusión no
es conveniente hacer aquí ni ahora.

Me gustaría comentar con brevedad tres puntos que considero importantes
en este informe. El primer punto es el gran reto que para nosotros
supone, como supuso para el Gobierno anterior, la creación en Europa y de
forma progresiva, de una zona de libertad, de seguridad y de justicia. En
este sentido quiero decir a sus señorías que para el Gobierno y el grupo
que, mayoritariamente, respalda al Gobierno, continúa teniendo prioridad
específica en este Tratado, entre otras, la de asilo, porque pensamos que
se trata de evitar la manipulación de esta institución. No se trata de
eliminar el asilo, sino de adaptarlo tanto a los preceptos contenidos en
las constituciones de los Estados miembros de la Unión, que son todos
Estados soberanos, como también hacerla compatible desde el más profundo
respeto a los tratados.

Hace ya tiempo, en 1993 o 1994, cuando el Presidente del grupo de
reflexión, señor Westendorp inició esta tarea, como es lógico --y en toda
negociación sucede lo mismo-- se partió en aquel momento de propuestas
maximalistas para que al final se consiguiese lo esencial. Creo,
señorías, que en este momento estamos llegando a conseguir lo esencial
que es precisamente lo que he dicho: evitar la manipulación del asilo;
que nadie pueda utilizar esta institución para fines que no son lícitos.

En segundo lugar, querría decir que como ha dicho el señor Maradones.

(Risas.--Rumores.) --perdón Mardones-- las razones ultraperiféricas son
un objetivo prioritario, no sólo del Gobierno sino de este Parlamento.

Todos somos sensibles a las peculiaridades de las islas Canarias, todos
somos sensibles a las dificultades que tienen por sus características
propias y, como es lógico, apoyaremos hasta el final la propuesta
española --propuesta tripartita pero de origen español--, tendente a
conferir un estatuto específico permanente a las islas Canarias que
defienda su especificidad. En este sentido tengo que decir que aceptamos
la enmienda presentada por el Grupo de Coalición Canaria.




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Respecto a las reformas institucionales, el mensaje que creo se tiene que
trasladar primero a la Comisión y después a todos los ciudadanos es que
aquí se trata de mantener el peso que tiene España en las instituciones,
no solamente ahora, sino de cara a la próxima ampliación. Poco a poco se
van perfilando las soluciones. Hay, parece ser, un acuerdo flotante
tendente a mantener el statu quo en la Comisión hasta la próxima
ampliación y estamos intentando en ese momento --y eso es lo que apoya el
Parlamento--, que España después de las reformas que deben tener lugar
para que concluya exitosamente la Conferencia Intergubernamental debe
estar en situación de que el peso que le corresponde por su importancia
en el concierto europeo y el número de sus ciudadanos quede reflejado en
el proceso decisorio.

Antes de acabar, quiero mencionar algunas de las iniciativas que hemos
elevado a la Conferencia en la seguridad de que encontrarán buena acogida
por parte de nuestros socios comunitarios. En primer lugar, el tema de la
igualdad del hombre y de la mujer, que es una propuesta española, que
pensamos tiene todas las posibilidades de conseguir el consenso. En este
sentido, pensamos que se tiene que equiparar la mujer al hombre en todos
los aspectos, incluido como es lógico, las condiciones laborales.

En segundo lugar, me gustaría decir que uno de los temas que han
preocupado a esta Comisión Mixta, el de los derechos de los niños, ha
encontrado también acomodo entre las iniciativas que España ha presentado
a la Conferencia Intergubernamental.

En tercer lugar, creo que también tiene posibilidades de éxito, y por eso
la apoyamos, una propuesta tendente a mejorar las condiciones de las
regiones insulares conocidas vulgarmente en ámbitos comunitarios como el
acuerdo de Mahón y que supondrá que se tengan en cuenta las
especificidades de algunas regiones insulares de la Unión Europea.

Por último, creo que otra de las iniciativas españolas importante por su
efecto integrador en el Tratado es aquella referente al voluntariado en
la que se pide la inclusión de unas disposiciones específicas que
permitan que la Comunidad desarrolle una política de voluntariado
encaminada a reforzar y completar las actuaciones de los Estados
miembros.

No me quiero extender en este turno, señor Presidente, porque sé que mis
compañeros tienen otras cosas que hacer. Me reservo para otra ocasión una
explicación más exhaustiva de las posturas del Grupo Popular y, sin más,
agradezco el uso de la palabra.




El señor PRESIDENTE: Realizadas las intervenciones de todos los grupos
parlamentarios, vamos a proceder a las votaciones.

De acuerdo con lo que he indicado al iniciar la sesión, empezaríamos con
las enmiendas a la totalidad, pasaríamos seguidamente a las enmiendas
específicas por orden de entrada y finalizaríamos si hay algún comentario
adicional al dictamen.

Hechos estos comentarios planteo el primer punto, que es la votación
sobre la enmienda a la totalidad del Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa
per Catalunya.




Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos a favor, uno; en
contra, 33; abstenciones, una.




El señor PRESIDENTE: Queda rechazada.

Votamos a continuación a las enmiendas planteadas por Eusko Alkartasuna.




El señor GUARDANS I CAMBO: Siguiendo la analogía del modelo legislativo,
pido votación separada de las enmiendas de Eusko Alkartasuna números 10,
15, 16, 20 y 21, según la numeración correlativa de todas las enmiendas
hecha por los servicios de la Cámara y no la numeración de la propia
enmendante.




El señor PRESIDENTE: ¿La 10 es la 8?



El señor GUARDANS I CAMBO: Exactamente. Adopto la numeración que prefiera
el señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Si he entendido bien al señor Rodríguez, cuando ha
retirado una serie de enmiendas se ha referido a la numeración dada por
Eusko Alkartasuna. Por tanto, tal vez sería más fácil entendernos todos
por esa numeración.




El señor GUARDANS I CAMBO: Entonces pediría votación separada de las
enmiendas 8, 13, 14, 18 y 19.




El señor PRESIDENTE: ¿Hay algún grupo que desee alguna votación separada
de otras enmiendas? (Pausa.)
Pasamos a la votación de las enmiendas números 8, 13, 14, 18 y 19.




Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos a favor, cinco;
en contra, 29; abstenciones, una.




El señor PRESIDENTE: Quedan rechazadas.

Restantes enmiendas vivas de Eusko Alkartasuna.

Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos a favor, tres;
en contra, 32; abstenciones, una.




El señor PRESIDENTE: Quedan rechazadas.

Pasamos a votar las enmiendas del Bloque Nacionalista Galego.

¿Algún grupo plantea votación separada de alguna enmienda? (Pausa.)
Votamos las enmiendas 1 a 7 del Bloque Nacionalista Galego.




Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos a favor, cuatro;
en contra, 32.




El señor PRESIDENTE: Quedan rechazadas.




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Enmienda planteada por el Grupo Parlamentario de Coalición Canaria con la
corrección que ha hecho de forma oral el señor Maradones o Mardones,
según prefiramos. (Risas.)



Efectuada la votación, dijo



El señor PRESIDENTE: Queda aprobado por unanimidad.

Pasamos al dictamen. (El señor Costa Costa pide la palabra.) Señor Costa.




El señor COSTA COSTA: Señor Presidente, en el texto acordado, por parte
del Grupo Socialista quedaba un tema pendiente y era el párrafo referido
al bloque 1.2, en la página cinco de las enmiendas del Grupo
Parlamentario Socialista, que hace referencia...




El señor PRESIDENTE: En el documento de la Ponencia, si entiendo bien, es
en la página 3, segundo apartado: Dar debido cumplimiento a lo mandado
por todo el Consejo Europeo de 1996, en la parte referida al asilo.




El señor COSTA COSTA: Efectivamente, el Grupo Parlamentario Socialista
tenía en esta materia un texto alternativo, que está entre las páginas 5
y 6 del apartado 1.2 de las enmiendas del Grupo Parlamentario Socialista.

Simplemente quisiera hacer una votación sobre este tema por una
explicación de posicionamiento de nuestro grupo.

Este es el texto acordado en el Consejo Europeo de Dublín y, por tanto,
el texto consecuente con la comparecencia del Presidente del Gobierno
ante el Pleno de la Cámara. Por ello nosotros creemos que éste es el
texto que la Cámara debe apoyar para la posición de la misma ante el tema
del asilo. Es un texto comprometido ya ante el Pleno de la Cámara por una
comparecencia del Presidente del Gobierno.




El señor PRESIDENTE: Si entiendo bien lo que el Grupo Socialista propone
es mantener el texto de su enmienda en el tema del asilo.

Empezamos entonces votando ese punto concreto, el problema de asilo.




Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos a favor, 13; en
contra, 21; abstenciones, tres.




El señor PRESIDENTE: Queda rechazada la propuesta del Partido Socialista.

Hecha esta votación sobre el punto concreto del asilo, vamos a votar
ahora todo el dictamen.




Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos a favor, 34; en
contra, dos.




El señor PRESIDENTE: Queda aprobado.

Nos queda un último aspecto, muy rápido. Imagino que existe acuerdo
unánime para elevar este dictamen tanto al Pleno del Congreso como al
Pleno del Senado. ¿Están sus señorías de acuerdo? (Asentimiento.)
Nada más y muchas gracias.

Se levanta la sesión.




Eran las seis y cuarenta y cinco minutos de la tarde.