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BOCG. Congreso de los Diputados, serie D, núm. 372, de 02/02/1999
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BOLETÍN OFICIAL DE LAS CORTES GENERALES

CONGRESO DE LOS DIPUTADOS

VI LEGISLATURA

Serie D: 2 de febrero de 1999 Núm. 372 GENERAL

ÍNDICE

Control de la acción del Gobierno

COMUNICACIONES DEL GOBIERNO

200/000005 Comunicación del Gobierno sobre el Programa de Estabilidad

del Reino de España para el período 1998-2002.


La Presidencia de la Cámara, en el ejercicio de la delegación

conferida por la Mesa, en su reunión del día 22 de diciembre de 1998,

ha adoptado el acuerdo que se indica respecto del asunto de

referencia:


(200) Comunicación del Gobierno.


AUTOR: Gobierno.


Programa de Estabilidad del Reino de España para el período 1998-

2002.


Acuerdo:


Admitir a trámite para su deliberación ante la Comisión de Economía,

Comercio y Hacienda, conforme al artículo 196 del Reglamento,

trasladar a los Grupos Parlamentarios y publicar en el BOLETÍN

OFICIAL DE LAS CORTES GENERALES.


En ejecución de dicho acuerdo se ordena la publicación de conformidad

con lo dispuesto en el artículo 97 del Reglamento de la Cámara.


Palacio del Congreso de los Diputados, 28 de enero de 1999.-El

Presidente del Congreso de los Diputados,Federico Trillo-Figueroa

Martínez-Conde.


PROGRAMA DE ESTABILIDAD DEL REINO DE ESPAÑA 1998-2002

ÍNDICE

I. INTRODUCCIÓN ... (Página 2)

II. EVOLUCIÓN DE LA POLÍTICA ECONÓMICA Y DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

1997-1998 ... (Página 3)

1. Política económica 1997-1998 ... (Página 3)

2. Evolución de la economía 1997-1998... (Página 4)

3. Resultados presupuestarios ... (Página 8)

III. POLÍTICA ECONÓMICA Y PREVISIONES A CORTO Y MEDIO PLAZO 1999-2002

1. Directrices generales de política económica ... (Página 10)

2. Previsiones macroeconómicas 1999- 2002 ... (Página 11)

3. Proyecciones presupuestarias 1999- 2002 ... (Página 14)




Página 2




IV. ANÁLISIS DE SENSIBILIDAD ... (Página 17)

1. Escenario alternativo de crecimiento ... (Página 17)

2. Análisis de sensibilidad de tipos de interés ... (Página 19)

V. CONCLUSIÓN ... (Página 20)

Anexo 1: El nuevo Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas

Anexo 2: Reformas estructurales ... (Página 21)

Anexo 3: Factores explicativos de la variación de la ratio de deuda

pública/PIB ... (Página 23)

Anexo 4: Cuadros estadísticos ... (Página 25)

ÍNDICE DE CUADROS Y GRÁFICOS

I. CUADROS

1. Producción y Demanda 1997-1998 ... (Página 6)

2. Administraciones Públicas. Porcentaje del PIB, 1997-1998 ...


(Página 9)

3. Escenario macroeconómico 1997-2002 ... (Página 13)

4. Administraciones Públicas. Tasas de variación, 1997-2002 ...


(Página 15)

5. Administraciones Públicas. Porcentaje del PIB, 1997-2000 ...


(Página 16)

6. Análisis de sensibilidad: Variables macroeconómicas ...


(Página 17)

7. Análisis de sensibilidad: Cuentas de las Administraciones Públicas

8. Análisis de sensibilidad: Tipos de interés ... (Página 19)

Anexo 3:


- Factores explicativos de la variación de la ratio deuda pública/PIB

Anexo 4:


- Variables macroeconómicas 1990- 2002 ... (Página 25)

- Administraciones Públicas, porcentaje PIB. 1990-2002 ...


(Página 26)

- Administraciones Públicas, tasas variación 1990-2002 ...


(Página 27)

II. GRÁFICOS

1. Evolución de los tipos de interés a largo plazo ... (Página 4)

2. Evolución de los indicadores de confianza del consumidor ...


(Página 5)

3. Evolución de la inflación y del diferencial con respecto a la UEM

4. Evolución del déficit de las Administraciones Públicas ...


(Página 8)

5. Evolución de las cuentas de las Administraciones Públicas ...


(Página 9)

6. Objetivos de déficit de las Administraciones Públicas ...


(Página 10)

7. Proyecciones de déficit, superávit primario y deuda ...


(Página 14)

8. Cuentas Públicas en distintos escenarios macroeconómicos ...


(Página 18)

9. Cuentas Públicas en distintos escenarios de tipos de interés ...


(Página 19)

I. INTRODUCCIÓN

La participación de España en el inicio de la tercera fase de la

Unión Económica y Monetaria (UEM), como socio fundador del euro,

constituye un hecho histórico que culmina nuestra plena integración

en Europa, reforzando la presencia española en la economía

internacional.


Este logro ha sido el resultado de una clara determinación del

Gobierno y del conjunto de la sociedad española de acceder al euro y

crear un entorno macroeconómico estable en el que se eliminen los

tradicionales desequilibrios en inflación, déficit público y

diferenciales de tipos de interés, todos ellos recogidos como

criterios de convergencia en el Tratado de Maastricht. Se trataba, en

definitiva, de romper una tendencia del pasado, en el que los

desequilibrios nominales condicionaban negativamente las fases

expansivas del ciclo económico e impedían, en última instancia, la

convergencia real de España con los países más avanzados de la Unión

Europea (UE).


El Programa de Convergencia que se presentó en la UE en 1997 y que

pudo parecer en un primer momento ambicioso, especialmente en cuanto

al objetivo de déficit público, se ha cumplido incluso más allá de lo

esperado. Los progresos alcanzados en la convergencia nominal y la

credibilidad de la política económica han producido un cambio en las

expectativas de los agentes económicos y en el sentir de los mercados

desde principios de 1997, dando lugar a un fuerte incremento de la

demanda de consumo e inversión y a la consolidaciónde una fase

expansiva y generadora de empleo. En este sentido, cabe destacar que

por primera vez en nuestra historia económica reciente el incremento

real del PIB está superando a la inflación, lo cual es una garantía

de la continuidad del crecimiento y del proceso de consolidación

fiscal.


Sin embargo, el Gobierno español es consciente de que el reto asumido

no culmina con la entrada en la UEM, sino que, a partir de ahora, es

necesario continuar en la senda de una política económica que permita

aprovechar los efectos beneficiosos que la participación en la moneda

única tendrá sobre la economía española y avanzar en la convergencia

real.


En este nuevo reto, no puede olvidarse que la propia pertenencia a la

UEM provocará necesariamente un cambio sustancial en el papel de los

instrumentos tradicionales de política económica, otorgando mayor

protagonismo a la consolidación fiscal y a las reformas

estructurales.


En efecto, por un lado, el diseño de la política monetaria pasará a

ser responsabilidad del Banco Central




Página 3




Europeo (BCE), al que se le concede la independencia estatutaria y se

le asigna el objetivo del control de precios. Por otro lado,

desaparece la posibilidad de utilizar el tipo de cambio como medio

para corregir las diferencias de competitividad con los principales

socios comerciales.


Frente a ello, la política fiscal seguirá siendo una responsabilidad

nacional, si bien vendrá marcada por el respeto a las reglas de

disciplina financiera y de coordinación con el resto de los socios de

la UEM recogidas en el Tratado de la Unión Europea y en el Pacto de

Estabilidad y Crecimiento, que afectan al conjunto de las

Adminitraciones Públicas. Tales reglas, pueden resumirse en la

necesidad de situar el saldo presupuestario, en condiciones normales,

próximo al equilibrio. Sólo de esta forma se podrá mantener el margen

necesario para que, en épocas de desaceleración del crecimiento, la

política fiscal pueda jugar su tradicional papel estabilizador.


Por ello, el Gobierno español pretende continuar en los próximos años

con el esfuerzo de reducción del déficit público. Así, teniendo en

cuenta la previsible evolución de la economía española y dadas las

medidas a adoptar con implicación presupuestaria, se propone

alcanzar, en el año 2002, una situación de superávit presupuestario.


Las proyecciones presupuestarias reflejadas en este Programa están

basadas en unos supuestos económicos prudentes y facilitarán la

estabilidad macroeconómica en los próximos años. Asimismo, en la

medida en la que estén acompañadas de una evolución salarial

adecuada, se podrá consolidar el proceso de creación de empleo y de

reducción de la tasa de paro que ha caracterizado la evolución

reciente de la economía española.


Además, en el diseño de la política presupuestaria se otorga un papel

preponderante a la inversión pública, que incrementará su peso en el

PIB y se configurará como un elemento básico para que continúe el

avance en la convergencia real.


Paralelamente, para hacer frente a la pérdida de instrumentos de

política de demanda nacional y para apoyar a la política fiscal en

sus objetivos, el Gobierno español mantendrá el papel relevante que

se ha concedido, en los últimos años, a las políticas de oferta o

políticas de reforma estructural de los mercados de factores y

productos. Con ellas se pretende garantizar el funcionamiento

eficiente de los mercados de trabajo, de bienes y servicios y de

capitales. Esta mayor eficiencia es especialmente necesaria para

poder competir en el Mercado Único Europeo cuya culminación se

produce con el lanzamiento del euro.


Estas reformas, recogidas en el Plan de Acción Nacional sobre le

Empleo y en el Informe de Progreso sobre las Reformas de los Mercados

de Bienes, Servicios y de Capitales, configuran, junto con el

Programa de Estabilidad que ahora se presenta, los elementos

principales del diseño de la política económica del Gobierno en el

medio plazo.


El presente Programa de Estabilidad de España se ha elaborado

respetando las obligaciones formales establecidas en el Reglamento

1466/97, relativo al reforzamiento

de la supervisión de las situaciones presupuestarias, y las

acordadas en el Consejo ECOFIN del 12 de octubre de 1998. Igualmente,

se respetan los compromisos políticos asumidos en el Pacto de

Estabilidad y Crecimiento y en la declaración del Consejo ECOFIN de 1

de mayo de 1998.


Concretamente, se comienza con la exposición de la política económica

aplicada y de la evolución reciente de la economía española. En

segundo lugar, se exponen los objetivos de la política económica a

corto y medio plazo, así como las proyecciones económicas

y presupuestarias. En tercer lugar, se hace un análisis de sensibilidad

de las proyecciones presupuestarias ante escenarios alternativos de

crecimiento y de tipos de interés. Finalmente, se presentan unos

anexos relativos al nuevo Impuesto sobre la Renta de las Personas

Físicas (IRPF), a las principales medidas de reforma estructural

previstas y a la evolución reciente y futura de la ratio deuda/PIB.


II. EVOLUCIÓN DE LA POLÍTICA ECONÓMICA Y DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

1997-1998

1. Política económica 1997-1998

Las grandes líneas de política económica han sido las siguientes:


* Política fiscal

La política fiscal se ha orientado hacia una reducción del déficit

estructural y ha estado basada en la contención del gasto y no en el

incrmento de los impuestos. Además, la reducción del gasto se ha

centrdo en el gasto corriente y no en el de inversión y, dentro del

gasto corriente, se ha actuado principalmente sobre el componente

primario.


* Política monetaria

La política monetaria ha visto facilitado el cumplimiento de su

objetivo de control de precios por los avances en la consolidación

fiscal, Así, el Banco de España ha podido reducir de modo continuoo

sus tipos de intervención y, simultáneamente, cumplir con el criterio

de inflación para acceder a la moneda única. En concreto, los tipos

de intervención han disminuido desde el 9 por 100 de finales de 1995

al 3 por 100 que será el tipo vigente en el momento del nacimiento

del euro.


Paralelamente, se ha registrado una significativa caída de los tipos

de interés a largo plazo. Los tipos de interés de los títulos a diez

años pasaron del 11,3 por 100 de 1995 a un nivel inferior al 4 por

100 en diciembre de 1998. Como resultado de esta evolución, el

diferencial de los tipos de interés a largo plazo respecto a los

alemanes se ha reducido en más de 4 puntos porcentuales en los

últimos tres años, hasta situarse en 20 puntos básicosen diciembre de

1998.





Página 4




GRÁFICO 1 EVOLUCIÓN DE LOS TIPOS DE INTERÉS A LARGO PLAZO Títulos del

Estado a diez años

14

12

10

80

60

40

20

00

España Alemania

(*)El dato de noviembre es el correspondiente al día 30 del mes.


FUENTE: Banco de España.


* Políticas de oferta

Acompañando a las politicas de demanda descritas se puso en marcha un

programa de reformas estructurales. Las actuaciones contenidas en el

mismo pueden distinguirse en tres grandes bloques: liberalización y

reforma de diversos sectores de bienes y servicios, dirigidas a

mejorar la eficiencia de los mismos a través de la competencia;

aplicación de un ambicioso plan de privatizaciones; y actuaciones

destinadas a mejorar el funcionamiento del mercado de trabajo.


Todo ello dirigido a que el contexto de estabilidad de la economía

española se traduzca, en la mayor medida posible, en crecimiento

económico y creación de empleo.


2. Evolución de la economía 1997-1998

La evolución de la economía española en los dos últimos años ha

estado caracterizada por los avances en la convergencia nominal, con

sensibles caídas en la inflación y en los tipos de interés. El

progreso en la reducción del déficit público ha sido el principal

artífice de dicha convergencia.


A su vez, la convergencia nominal lograda es el origen de los

simultáneos progresos en la convergencia real. Así, durante los dos

últimos años se ha consolidado

la fase expansiva de la economía española, hasta alcanzar una tasa

de crecimiento del PIB del 3,8 por 100 en 1998.


Ello supone tasas de incremento anual en torno a un punto por encima

del crecimiento medio de la UE, de tal forma que la renta per cápita

española se sitúa a finales de 1998 en un 79 por 100 de la media

comunitaria. Simultáneamente, se ha creado empleo a una tasa anual

superior en más de dos puntos a la media europea.


* Componentes de la demanda

En los últimos dos años la demanda interna ha ido sustituyendo a la

demanda externa como motor de crecimiento.


Dentro de la demanda interna, la recuperación del consumo privado ha

sido uno de los hechos más relevantes de la evolución económica

reciente, tras la recesión de comienzos de la década de los noventa y

su atonía posterior, Dicha recuperación ha venido favorecida por el

intenso ritmo de creación de empleo, por el consiguiente aumento de

la renta real disponible y por la percepción progresivamente

optimista de las familias respecto de la situación económica. De esta

forma, el consumo privado ha alcanzado en 1998 una tasa de

crecimiento del 3,6 por 100, inferior al incremento del PIB real, lo

que facilita lacontinuidad del proceso de expansión económica.





Página 5




GRÁFICO 2 EVOLUCIÓN DE LOS INDICADORES DE CONFIANZA DEL CONSUMIDOR

Porcentajes netos. Datos de noviembre de cada año 10

5

0

-15 -20

-25

-30 -35 -40

86

España Media UE

FUENTE: Comisión Europea.


Por su parte, la inversión en bienes de equipo se ha convertido en el

componente más dinámico de la demanda, con una tasa de crecimiento

del 13 por 100 en 1998. Los principales factores que han influido en

la favorable evolución del componente de inversión han sido, por un

lado, el comportamiento del consumo privado y las perspectivas de

estabilidad y, por otro lado, las disminuciones de los tipos de

interés, la favorable evolución de los precios y la moderación de los

costes laborales. Además, este proceso ha coincidido con una caída en

los precios de los «inputs» energéticos y una situación financiera

altamente saneada de las empresas. En cuanto a la inversión en

construcción, como suele ser habitual, tardó algo más en recuperarse,

pero en el verano de 1997 inició su fase expansiva.


Este fuerte crecimiento de la inversión privada ha dado lugar a una

mayor participación de la inversión total en el PIB, hasta alcanzar

el 21,5 por 100 en 1998, en torno a dos puntos por encima de la media

comunitaria. Ello permite prever una evolución futura favorable del

diferencial de la productividad y del crecimiento potencial y, en

consecuencia, la continuación del proceso de convergencia real.


Por su parte, la demanda externa registró un cambio de signo y pasó

de contribuir positivamente al crecimiento del PIB en 0,5 puntos en

1997 a detraer 0,8 puntos en 1998. El cambio de signo de la

aportación del sector exterior se debe principalmente a la fortaleza

de la importación,

que ha crecido un 12,4 por 100 en 1998 debido al dinamísmo de

la demanda interna.


En efecto, las exportaciones han mantenido un ritmo de crecimiento

considerable (10,6 por 100 en 1998), más aún si se tiene en cuenta

que el comercio internacional tan solo creció a una tasa próxima al

4,5 por 100 debido a la crisis financiera. Esta escasa incidencia de

la crisis internacional sobre las exportaciones españolas obedece

a la reducida proporción de las mismas dirigidas a Asia y Rusia, así

como al relativamente bajo volumen de exportaciones a Iberoamérica,

inferior al 6 por 100 del total.


* Precios y salarios

Uno de los elementos más destacables de la evolución económica en

1997 y 1998 ha sido la compatibilidad entre el mayor crecimiento y la

contención de la inflación. La aplicación decidida y continuada de

una politica de demanda, monetaria y fiscal, coherente con el

objetivo de control de la inflación, junto con la progresiva

liberalización y fomento de la competencia en los mercados de bienes

y servicios, han permitido una mejor respuesta de la oferta a los

crecimientos de la demanda, facilitando el avance en la moderación de

los precios. Un elemento fundamental en el proceso de reducción de la

inflación ha venido dado por la mejora de las expectativas

inflacionistas de los agentes económicosdesde mediados de 1996.





Página 6




De esta forma, la infliación se redujo hasta una tasa interanual del

2 por 100 en diciembre de 1997, desde el 3,2 por 100 de un año antes,

cumpliéndose con ello el correspondiente requisito de convergencia

fijado en el Tratado de Maastricht. Desde entonces,

en línea con las previsiones recogidas en los Presupuestos Generales

del Estado para 1998, el índice de precios se ha mantenido estable en

torno a dicho nivel y se espera cerrar el año 1998 con una tasa

inferior al 1,5 por 100.





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GRÁFICO 3 EVOLUCIÓN DE LA INFLACIÓN Y DEL DIFERENCIAL CON RESPECTO A

LA UEM Tasa de variación anual del IPCA

6

5

4

3

2

1

0

-1

1995 1996 1997 1998

España Diferencial UEM

FUENTE: INE y Ministerio de Economía y Hacienda.


Por su parte, los salarios mostraron de forma gradual un

comportamiento moderado, si bien no se ajustaron totalmente a la

evolución de los precios. Concretamente, en 1997 los salarios

pactados en convenios colectivos crecieron un 3 por 100, ocho décimas

menos que en el año anterior, pero un punto por encima del IPC. En

1998 se esperan tasas de crecimiento de los salarios en torno al 2,5

por 100, casi un punto por encima del IPC esperado a final de año.


* Empleo

Sin lugar a dudas, entre los elementos más positivos de la evolución

durante 1997 y 1998 destaca la elevada incidencia que el crecimiento

económico ha tenido sobre la generación de empleo. En efecto, se

observa una mejora en la relación entre el crecimiento del producto y

el de la ocupación; en otras palabras, se ha conseguido un incremento

en la elasticidad empleo-producto, llegando a un valor próximo a 1 en

1998.


Esta mayor capacidad de la economía española para generar empleo se

deriva, por un lado, de la moderación de los costes de producción,

tanto financieros como laborales y de otros «inputs» productivos. Por

otro lado, de la mayor flexibilidad de que han podido disponer las

empresas para adaptar el nivel de empleo a la evolución de la

producción, como consecuencia de las reformas laborales de 1994 y

1997. Adicionalmente, la liberalización de diversos sectores

productivos acometida los últimos años ha favorecido la aparición de

nuevas oportunidades de inversión creadoras de empleo.


En este sentido, merece especial mención el Acuerdo Interconfederal

para la Estabilidad del Empleo, institucionalizado

por el Gobierno a través del Real DecretoLey 8/1997, de

16 de mayo, cuya finalidad era mejorar la eficacia y la estabilidad

del mercado laboral y cuyo éxito ha de ser atribuido principalmente

al diálogo social.


Todo ello ha dado lugar a un incremento significativo en el número de

puestos de trabajo netos creados: más de 800.000 en los últimos dos

años (hasta el tercer trimestre de 1998) o, lo que es lo mismo, una

media de más de 1.000 puestos de trabajo al dia. En consecuencia, y a

pesar del crecimiento de la población activa, se ha producido un

descenso de la tasa de paro desde el 22,2 por 100 de 1996 hasta el

18,7 por 100 en el tercer trimestre de 1998.


Esta creación de empleo se ha caracterizado, además, por una mayor

estabilidad que se refleja en un incremento de más de 600.000

personas con contrato indefinido en los dos últimos años y en una

reducción de la tasa de temporalidad de prácticamente un punto

porcentual entre los terceros trimestres de 1996 y 1998.


* Balanza de Pagos

La evolución de las cuentas exteriores pone de manifiesto el

contraste del equilibrio actual de la balanza por cuenta corriente,

en un contexto de madurez de la fase expansiva, con los déficit

generados en ciclos anteriores.


Este equilibrio y, en consecuencia, la suficiencia mostrada por el

ahorro para financiar una inversión creciente, se explica

fundamentalmente por el proceso de consolidación de las cuentas

públicas. En efecto, se ha pasado de un ahorro público negativo en

torno a una décima del PIB en 1996 a uno positivo de un punto y medio

del PIB en 1998. De esta forma, y en la medida en la que el ahorro

privado se ha mantenido relativamente estable entorno al 20 por 100

del PIB, se ha podido financiar el




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incremento de la inversión sin provocar desequilibrios en las cuentas

exteriores.


Como consecuencia de todo ello, la economía española ha mostrado por

cuarto año consecutivo una capacidad de financiación frente al

exterior, medida por el saldo positivo conjunto de la cuenta

corriente y de la de capital.


No obstante, dicha capacidad ha registrado una disminución, pasando

de representar un 1,5 por 100 del PIB en 1997 a un 0,9 por 100 en

1998. Ello se deriva, fundamentalmente, de la disminución del

superávit de la balanza por cuenta corriente, que pasó de un 0,4 por

100 del PIB en 1997 al equilibrio en 1998, en buena medida explicado

por la evolución del déficit comercial, que alcanzó el 2,9 por 100

del PIB en 1998.


Por su parte, la cuenta de capital ha estado caracterizada por el

dinamismo de las inversiones exteriores. Dentro de ésta, llama la

atención el fuerte crecimiento de la inversión española en el

exterior que ha superado a la inversión extranjera en España en los

dos años considerados. Concretamente, la inversión española en el

extranjero en 1997 más que triplicó la del año anterior y en los

primeros nueve meses de 1998 creció un 80 por 100 respecto al mismo

período del año anterior, hasta alcanzar una cifra superior a los 5

billones de pesetas.


Por otro lado, y pese al descenso de los tipos de interés, el tipo de

cambio de la peseta mantuvo una evolución muy estable dentro del

mecanismo cambiario del Sistema Monetario Europeo (SME),

aproximándose a la paridad central desde mediados de 1998. Esta

evolución ha sido compatible con el mantenimiento de un volumen de

reservas que en octubre de 1998 alcanzaba los 74.000 millones de

dólares.


3. Resultados presupuestarios

La política fiscal aplicada en los últimos años ha conseguido reducir

el déficit público desde el 7,3 por 100 del PIB registrado en 1995

hasta el 1,9 por 100 previsto para finales de 1998, cuatro décimas

por debajo del escenario más optimista del Programa de Convergencia.


Con estos datos, España alcanza en 1998 un déficit público inferior a

la media de la UE-11.


GRÁFICO 4 EVOLUCIÓN DEL DÉFICIT DE LAS ADMINISTRACIONES PÚBLICAS En

porcentaje del PIB

8

6

4,8 4,7

4,1

4

2,6 2,5 2,3 1,9

2

0

España UEM (*)

(P)ÊPrevisión. (*)ÊMedia de los once países que participarán en la

UEM en 1999.


FUENTE: Comisión Europea y Ministerio de Economía y Hacienda.


Tan importante como los logros en la reducción del déficit, es la

forma en la que éstos se han alcanzado. En este sentido, hay que

señalar que la intensa corrección del déficit público se ha basado en

la contención del gasto, cuyo peso en el PIB se ha reducido desde el

47,8 por 100 en 1995 hasta el 43,5 por 100 estimado para 1998.


Dicha contención se ha realizado de forma selectiva, incidiendo más

en la reducción del gasto corriente que en el de inversión, dado el

efecto que éste tiene sobre el potencial de crecimiento. De hecho, la

inversión pública ha mantenido en los tres últimos años su peso en el

PIB en el 3,2 por 100, excediendo del importe del déficit público y

cumpliéndose con ello desde 1997 la regla de oro de las finanzas

públicas.





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GRÁFICO 5 EVOLUCIÓN DE LAS CUENTAS DE LAS ADMINISTRACIONES PÚBLICAS

En porcentaje del PIB

6

4

2

0

-2

-4

-6

-8

1995

Formación bruta de capital fijo Saldo primario Déficit

(P)Previsión.


FUENTE: INE y Ministerio de Economía y Hacienda.


Además, este esfuerzo de consolidación fiscal ha sido reconocido por

la propia Comisión Europea como uno de los más ambiciosos de los

realizados por los paises integrantes de la zona euro. Así, la

reducción del desequilibrio presupuestario se ha llevado a cabo sin

recurrir a medidas que tienen exclusivamente un impacto aislado sobre

las cuentas públicas. Adicionalmente, la estrategia de disminución

del déficit es reconocida como independiente del ciclo económico dado

que, según la Comisión, España ha logrado desde finales de 1995 una

reducción de su déficit estructural en relación con el PIB de 4,6

puntos porcentuales.


Igualmente, se debe reseñar que el reequilibrio de las cuentas

públicas se está acometiendo sin recurrir al

incremento de los impuestos, evitando así los consecuentes efectos

negativos que ello habría tenido sobre el crecimiento económico y el

empleo. De este modo, la proporción de los ingresos totales sobre el

PIB se ha mantenido estable en el bienio 1997-1998.


En cuanto a la evolución de la deuda pública, se ha logrado invertir

la tendencia ascendente que venía registrando en relación con el PIB.


Así, en 1997 la ratio deuda/PIB se redujo 1,2 puntos porcentuales,

hasta situarse en el 68,9 por 100, tendencia que ha continuado en

1998, para avanzar en una reducción adicional de alrededor de 1,5

puntos.





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III. POLÍTICA ECONÓMICA Y PREVISIONES A CORTO Y MEDIO PLAZO

1999-2002

1. Directrices generales de politica económica

La politica económica a partir de 1999 se diseñará en el contexto de

la moneda única y estará caracterizada por la profundización en la

línea marcada en el Programa de Convergencia de 1997 y el respeto de

los compromisos y disposiciones del Pacto de Estabilidad y

Crecimiento,

con la finalidad de conseguir la convergencia real de renta y empleo.


* Política fiscal

La política fiscal avanzará en los esfuerzos de reducción del déficit

público más allá de lo que estaba previsto en el Programa de

Convergencia de España. A partir de ahí, el objetivo se sitúa en

alcanzar un superávit presupuestario en el año 2002.


GRÁFICO 6 OBJETIVOS DE DÉFICIT DE LAS ADMINISTRACIONES PÚBLICAS

En porcentaje del PIB

3,5

3

2,5

2

1,5

1

1997

Programa de Estabilidad Programa de Convergencia

(*)Evolución real.


FUENTE: INE y Ministerio de Economía y Hacienda.


El esfuerzo necesario para el logro de tales objetivos no atañe sólo

al Estado, sino al conjunto de las Administraciones Públicas. Por

ello, el Gobierno, en el marco del Consejo de Política Fiscal y

Financiera, continuará el ejercicio de coordinación y supervisión a

nivel interno establecido para garantizar el cumplimiento de los

objetivos de déficit público no sólo de la Administración Central,

sino también de las Administraciones Públicas Territoriales

Los esfuerzos de la política fiscal se centrarán de nuevo en la

reducción del gasto público, principalmente del gasto corriente El

gasto de inversión no solo no se reducirá, sino que aumentará su

participación en el PIB, facilitando con ello la corrección del

diferencial de «stock» de capital respecto de la UE y una adecuada

utilización de los fondos europeos.


Siguiendo la tendencia de los últimos dos años, buena parte de la

contención del gasto se producirá en el componente primario. De esta

forma, aumentará el superávit primario alcanzado en 1998, lo que

facilitará la continuidad del proceso de reducción del «stock» de

deuda en relación con el PIB iniciado en 1997.


Los avances en la contención del gasto permitirán, por el lado de los

ingresos públicos, proceder a una reforma del IRPF, de la que se

esperan efectos positivos tanto sobre la oferta productiva como sobre

la demanda agregada.


En efecto, con la nueva legislación del IRPF, en la medida en que

concede una atención particular a la

reducción de la presión fiscal sobre las rentas del trabajo, se

reducirá la cuña fiscal y se estimulará la creación de empleo.


Adicionalmente, el aumento de la renta disponible actuará

positivamente sobre el consumo, impulsando simultáneamente la tasa de

ahorro de las economías domésticas. En concreto, al incidir de manera

particular en las rentas más bajas, el impacto sobre la cuña fiscal y

sobre el consumo será especialmente importante.


Asimismo, se espera que el nuevo impuesto facilite una adecuada

evolución salarial, dado su efecto positivo sobre la remuneración

neta percibida por el asalariado Este efecto se pondrá de manifiesto

incluso desde enero de 1999, momento en el que comenzarán a aplicarse

menores retenciones sobre las rentas del trabajo.


* Política monetaria

El BCE asumirá la responsabilidad de la política monetaria del euro

desde el 1 de enero de 1999 y tendrá como objetivo la estabilidad de

precios definida como un incremento anual del IPCA para el área euro

inferior al 2 por 100.


Para facilitar el cumplimiento de su objetivo, sin afectar por ello

negativamente al crecimiento y al empleo, la política monetaria del

BCE deberá verse acompañada por la continuidad del proceso de

consolidación fiscal y por la política de reformas de los mercados de

bienes y servicios y de factores productivos. De esta forma, se

asegurará una respuesta adecuada de la oferta ante incrementos




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de la demanda agregada, y de los precios y costes en épocas de

recesión.


* Políticas de oferta

Dada la importancia de las políticas de oferta en el contexto de la

UEM, el Gobierno español prestará especial atención a las reformas

estructurales tal y como quedan reflejadas en el Informe de Progreso

sobre las Reformas en los Mercados de Bienes y Servicios y de

Capitales. Asimismo, se incidirá de manera especial en las reformas

necesarias en el mercado de trabajo, contenidas en el Plan de Acción

Nacional para el Empleo.


2. Previsiones macroeconómicas 1999-2002.


2.1 Previsiones macroeconómicas 1999.


* Contexto internacional

El contexto internacional al que se enfrentará la economía española

en 1999 se caracterizará previsiblemente por la desaceleración de la

actividad, en la medida en la que el tímido inicio de la recuperación

de los países asiáticos se verá más que compensado por la

ralentización del crecimiento de otras economías emergentes, de la

economía norteamericana y, en menor proporción, de la europea.


En resumidas cuentas, en línea con las estimaciones del FMI, de la

OCDE y de la Comisión Europea, se parte de la previsión de un

crecimiento de la producción mundial en torno al 2 por 100 y del

comercio mundial en torno al 4,5 por 100, con un aumento del PIB real

en EE.UU. entre el 1,5 y el 2 por 100 y en la UE entre el 2 y el 2,5

por 100.


* Producción y demanda

Para la economía española en 1999 cabe prever un crecimiento de la

producción similar al registrado en 1998, con una ligera modificación

en los componentes de la demanda característica de la fase actual del

ciclo. La demanda interna tendrá un mayor dinamismo y,

contrariamente, el sector exterior supondrá una contribución más

negativa al incremento del producto. Así, el PIB crecerá un 3,8 por

100, principalmente debido al creciente protagonismo del consumo

privado y de la inversión.


Los factores que han impulsado el consumo privado desde 1997

continuarán incidiendo positivamente durante 1999, debido

principalmente al buen comportamiento del empleo, y se verán

reforzados por el incremento de la renta disponible que va a suponer

la reforma del IRPF.


Efectivamente, el nuevo IRPF dará lugar, desde enero de 1999, a una

disminución de las retenciones que favorecerá sobre todo a las

familias con rentas más bajas y con una propensión a consumir más

elevada.


Concretamente, supondrá un incremento de la renta disponible de las

familias en 1999 en torno a 680.000 millones de pesetas, de los que

aproximadamente el 70 por 100 se destinará a consumo. De esta forma,

se espera que el consumo privado se incremente el 3,8 por 100, dos

décimas más que el año anterior.


Respecto al consumo público, el ritmo de expansión será del 1,2 por

100, idéntico al estimado para 1998 debido a que continúa la

moderación del gasto iniciada en los años anteriores La formación

bruta de capital fijo proseguirá con su perfil expansivo, previéndose

un incremento anual del 10 por 100. Ello se debe a la continuidad de

los factores que han estimulado su crecimiento en años anteriores,

concretamente, la estabilidad inherente a la pertenencia al euro, la

fortaleza de la demanda interna y la evolución favorable de los

costes financieros, de las materias primas, laborales y de otros

«inputs» productivos.


Este crecimiento, ligeramente superior al del año anterior, es debido

al dinamismo de la construcción, que proseguirá la aceleración

iniciada en 1997, en la medida en la que continúan los factores

específicas que entonces la alimentaban: por un lado, la prioridad en

el Presupuesto a la inversión en infraestructuras y, por otro lado,

el incremento de la inversión en vivienda residencial derivada de la

mejora de la renta disponible de las economías domésticas, del bajo

coste de las hipotecas y de la creciente confianza de las familias.


Asimismo, y aunque más recientemente la situación internacional ha

generado cierto clima de incertidumbre, el alto grado de utilización

de la capacidad productiva alcanzado en España es otro factor que

incentiva de manera especial la ampliación y renovación de los bienes

de equipo.


De acuerdo con la trayectoria descrita para la formación bruta de

capital en el año próximo, la tasa de inversión deberá proseguir su

tendencia creciente de los últimos años, alcanzando en 1999 el 22,7

por 100 del PIB. Tanto la solidez del modelo de crecimiento actual

como la elevada rentabilidad de las empresas y los bajos tipos de

interés deben predominar sobre las lógicas incertidumbres que se

derivan de la mencionada inestabilidad de los mercados financieros

internacionales.


Como consecuencia de todo ello, es previsible una ligera aceleración

del crecimiento de la demanda nacional hasta el 5 por 100 Por su

parte, la aportación neta de la demanda externa al crecimiento real

del PIB será negativa en 1999, como suele ocurrir en las fases

expansivas del ciclo económico. No obstante, se espera que la cuantía

de esta aportación sea claramente inferior a la registrada en ciclos

anteriores, ya que una de las características de la actual expansión

de la economía española es la favorable evolución de las

exportaciones, cuya fortaleza está contrarrestando en gran medida el

avance de las importaciones.


Así, se prevé que la demanda externa neta detraiga 1,3 puntos

porcentuales al crecimiento del PIB, como consecuencia de una ligera

desaceleración de las exportaciones y de un mantenimiento del ritmo

de avance de las importaciones.


* Empleo

Se prevé que el actual proceso de expansión económica siga siendo muy

generador de empleo. Así, la previsión de incremento del empleo es

del 2,8 por 100. Además, a pesar de la creciente tasa de actividad

femenina, el




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incremento de la población activa seguirá moderándose, como

consecuencia del menor crecimiento de la población en edad de

trabajar. Ello permitirá un nuevo descenso de la tasa de paro hasta

situarla en el 17,1 por 100.


* Precios y salarios

Respecto a los salarios negociados en convenios colectivos, se prevé

un ritmo de aumento próximo al 2 por 100, reflejando la creciente

acomodación de las demandas salariales al contexto de estabilidad de

precios y a la mejora de las expectativas de inflación para 1999. Si

se toman en consideración los costes laborales no salariales, la

remuneración estimada por asalariado aumentaría a un ritmo entre el 2

y el 2,5 por 100 anual que, a su vez, implica una tasa de aumento de

los costes laborales unitarios en torno al 1,5 por 100, dado el ritmo

de crecimiento esperado de la productividad.


Esta evolución de los costes salariales, junto a la muy favorable de

los costes financieros, permite establecer un objetivo de inflación

para 1999 más ambicioso que el del presente año. Además, el aumento

de la competencia tanto en los mercados internacionales, con el

previsible mantenimiento de los bajos precios de las materias primas,

como en los mercados nacionales, derivado de las políticas de

liberalización emprendidas, posibilitará una tasa de inflación por

debajo del 2 por 100. La fijación por parte del Gobierno de una

previsión del 1,8 por 100 en términos de variación interanual del IPC

en diciembre de 1999 resulta, por tanto, compatible con las

previsiones macroeconómicas expuestas y con el objetivo de

estabilidad de precios fijado por el BCE.


* Balanza de pagos

Las exportaciones de bienes y servicios se espera aumenten en torno

al 9,8 por 100, cifra que representa una ralentización del ritmo

mantenido en 1998, en consonancia con la compleja situación

internacional. En cuanto a las importaciones, se prevé un avance del

12,4 por 100, igual que el del año anterior, debido a que el efecto

positivo de la aceleración del consumo privado y de la fortaleza de

la inversión será parcialmente contrarrestado por el impacto negativo

del menor crecimiento de las exportaciones.


Cabe esperar, por otro lado, que la tasa de ahorro de la economía,

como consecuencia de la continua mejora de las cuentas públicas,

registre igualmente un nuevo crecimiento en 1999, aunque de menor

magnitud que el experimentado por la tasa de inversión, dando lugar a

que, por primera vez desde 1995, esta última tasa supere a la de

ahorro. Con ello, el saldo negativo de la balanza de pagos por cuenta

corriente (en términos de Contabilidad Nacional) se situará en torno

al 0,7 por 100 del PIB como resultado, principalmente, del déficit de

la balanza comercial. Pese a dicho deterioro del saldo de las

operaciones corrientes con el exterior, el país mantendrá una

capacidad de financiación frente al resto del mundo, aunque muy

ligera debido a los flujos netos de transferencias de capital

provenientes del exterior.


2. 2 Previsiones macroeconómicas 2000-2002 (escenario central).


El escenario macroeconómico que enmarca el Programa de Estabilidad

está en línea con el contexto mundial previsto por los organismos

internacionales para los próximos años. En términos generales se

espera que, una vez superada la actual crisis financiera, una

adecuada combinación de políticas económicas y su coordinación

internacional permitan al conjunto de países industrializados (OCDE)

continuar creciendo a buen ritmo, con una tasa media en el rango del

2-2,5 por 100 durante el período 2000-2002.


Considerando concretamente la marcha de la UEM, que condicionará de

forma más directa a la economía española de ahora en adelante, es

previsible un crecimiento anual inferior al logrado en 1998. No

obstante, el equilibrio macroeconómico que caracterizará la Unión

suavizará las fluctuaciones cíclicas del producto y permitirá un

aumento más perdurable de la actividad, en el entorno del 2,5 por 100

de media en el trienio considerado.


La citada estabilidad del crecimiento se traduce en unas previsiones

de inflación moderadas, por debajo del 2 por 100, que permitan tipos

de interés que, al contrario que en ciclos anteriores, no limiten el

consumo y la inversión, sino que estimulen la producción y el empleo.


En este marco, la economía española continuará mostrando un

crecimiento diferencial que le permitirá avanzar en el proceso de

convergencia real con el conjunto de la UE Así, la tasa media de

variación del PIB para los años 2000-2002 alcanzaría el 3,3 por 100.


Tras la aceleración del crecimiento en los ejercicios anteriores, la

economía crecerá próxima al PIB potencial en los tres años, sin

generarse por ello los desequilibrios macroeconómicos característicos

de ciclos anteriores.


Este carácter equilibrado y perdurable del crecimiento se fundamenta

en una adecuada combinación de políticas económicas y en el entorno

internacional de estabilidad proporcionado por nuestra pertenencia a

la UEM. En efecto, el notable esfuerzo de consolidación fiscal y de

liberalización de la economía acometido en estos años permitirá

proseguir en la senda de contención de los precios incluso con una

política monetaria común que continúe estimulando la actividad.


El motor principal de ese crecimiento diferencial del PIB en España

será la demanda interna y, dentro de ésta, especialmente el aumento

de la inversión En todo el período 2000-2002 se prevé una

contribución negativa del sector exterior, aunque cada vez de menor

magnitud, resultado del crecimiento previsto de la economía mundial,

del comercio internacional y de la presión de la demanda nacional

sobre las importaciones.


Como se ha señalado, dentro de la demanda interna la formación bruta

de capital fijo será el elemento más dinámico. Así, se prevé un mayor

protagonismo del componente de inversión en equipo en una primera

etapa y de la construcción hacia el final del período considerado.


Con unas tasas medias de crecimiento de ambos componentes en el

trienio del 5,1 y del 6,5 por 100 respectivamente, se prevé que la

inversión total crezca a una tasa media próxima al 6 por 100. Este

elevado aumento se explica por varios factores:





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* En primer lugar, el entorno macroeconómico de crecimiento

equilibrado, reforzado por nuestra pertenencia a un área de

estabilidad como la UEM, permitirá mantener los tipos de interés en

niveles históricamente bajos y generará unas expectativas positivas

que favorecerán la inversión en sus dos componentes mencionados.


* En segundo lugar, la moderada evolución de los costes

empresariales, que depende fundamentalmente de la contención

salarial, de la reducción de la carga financiera, y de las bajadas de

precios de otros «inputs» productivos inducidas por la mayor

competencia lograda con las reformas estructurales emprendidas en

estos años.


* En tercer lugar, y en relación con los dos factores anteriores, la

alta rentabilidad de las empresas españolas, especialmente después

del saneamiento financiero acometido en el pasado reciente.


Esta ambiciosa senda de expansión de la inversión está previsto se

financie con ahorro interno. Así, el mantenimiento del de las

familias junto con el previsto aumento del ahorro público permitirán

aprovechar las oportunidades de inversión existentes en la economía

sin necesidad de recurrir a la financiación del resto del mundo.


Por su parte, el consumo privado mantendrá unas tasas de variación

elevadas, tomando paulatinamente el relevo de la inversión como motor

del crecimiento. En contraposición a lo observado en anteriores

ciclos económicos, el aumento del consumo se mantendrá por debajo del

incremento del PIB, lo que evitará el surgimiento de tensiones

inflacionistas.


En cuanto al consumo público, éste mantendrá tasas de crecimiento muy

moderadas, puesto que su contención es un aspecto vital de la

consolidación presupuestaria prevista para el período 2000-2002.


En línea con el modelo de crecimiento de los últimos años, el aumento

del producto será muy intensivo en empleo, previéndose una tasa de

variación media de la ocupación del 2,3 por 100 en el período

considerado. Esta positiva relación empleo-producto se fundamenta

en la favorable respuesta de la economía a tres factores. Por un

lado, la reiterada caída de los tipos de interés reales que, al

permitir un intenso incremento del «stock» de capital físico, humano

y tecnológico, está facilitando el aumento previsto de la

productividad del trabajo. Por otro lado, las reformas ya abordadas

en los mercados de bienes y servicios que, al abaratar «inputs»

fundamentales, posibilitan una oferta más ágil y generadora de empleo

para hacer frente a la pujante demanda. Por último, la respuesta de

la economía a las reformas del mercado de trabajo llevadas a cabo en

los últimos años que, en un contexto de moderación de costes

laborales, han flexibilizado dicho mercado.


En relación con este último aspecto, se prevé una evolución moderada

de los costes laborales unitarios en el período, por debajo del 1,5

por 100 de aumento medio




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anual. Ello resultará necesario para mantener la competitividad de la

economía española y conseguir que el incremento de la demanda se siga

traduciendo en creación de empleo sin generar tensiones

inflacionistas. En definitiva, en la medida en que se logren

ganancias diferenciales de productividad del trabajo, se podrá

compatibilizar el incremento de la capacidad adquisitiva de los

trabajadores con el mantenimiento del proceso de creación de empleo.


Aunque cabe esperar que la población activa continúe presentando

tasas de variación positivas, puesto que aún no ha culminado el

proceso de aproximación de la tasa de actividad española a las de los

países de nuestro entorno, la notable creación de empleo prevista

conllevará una sustancial reducción de la tasa de paro, superior a

cuatro puntos porcentuales, entre 1999 y 2002. De esta manera, la

continuación de la intensa creación de empleo permitirá la

convergencia real de la economía española con los países

participantes en la moneda única.


Finalmente, en relación con la inflación, se prevé una tasa media de

aumento del deflactor del PIB del 1,9 por 100 en el trienio,

evolución muy moderada y en linea con los objetivos de estabilidad de

precios del BCE. En este sentido, la responsabilidad de los Estados

participantes en el euro consistirá en facilitar la consecución de

tales objetivos, mediante la continuación del proceso de

consolidación fiscal y de fomento de la competencia El previsible

incremento diferencial de productividad que se debe producir en la

economía española y el consecuente proceso de convergencia real,

determinará un crecimiento diferencial en los precios de los bienes y

servicios no comercializables, cuya aproximación hacia las tasas de

los países de la UEM se prevé gradual a lo largo de la próxima

década.


No obstante, esta evolución no debería afectar a la competitividad de

la economía española en el trienio considerado, en la medida en la

que los precios relativos del sector de bienes comercializables

reflejen una variación de sus costes por unidad de producto análoga a

la del resto de los países de la UEM. Esta variación responderá,

entre otros factores, a la esperada contención de los costes

laborales unitarios, de los precios de materias primas y otros

«inputs» productivos, y de los gastos financieros. Adicionalmente,

las ganancias de eficiencia que se derivarán de la politice

presupuestaria y de las reformas estructurales abordadas irán

destinadas precisamente a esa contención de costes.


En definitiva, el control de la inflación es un elemento fundamental

para avanzar en el proceso de convergencia en renta y en empleo de la

economía española y para afrontar desde una posición ventajosa los

retos que surjan del nuevo marco internacional previsto para el

período 2000-2002

3. Proyecciones presupuestarias 1999-2002

En el citado marco de estabilidad macroeconómica y generación de

empleo, la economía española continuará avanzando en la corrección de

los desequilibrios presupuestarios iniciada en los últimos años. En

concreto, se establece el objetivo de proseguir en la senda de

intensa reducción del déficit hasta lograr un superávit de las

cuentas de las Administraciones Públicas en el año 2002. El logro de

dicho objetivo descansará en la contención de los gastos corrientes,

por lo que será compatible tanto con un notable esfuerzo de inversión

pública como con un descenso del peso de los ingresos públicos sobre

el PIB. El proceso de consolidación presupuestaria permitirá,

asimismo, reducir sustancialmente la ratio deuda pública/PIB.


GRÁFICO 7 PROYECCIONES DE DÉFICIT, SUPERÁVIT PRIMARIO Y DEUDA En

porcentaje del PIB

5

4

3

1

0

-1 60 -2

-3 58

1997

Déficit Superávit primario Deuda

FUENTE: INE y Ministerio de Economía y Hacienda.





Página 15




Desde el punto de vista de los ingresos, se prevé un crecimiento

medio del 5,2 por 100 en el período 1999- 2002, inferior al del PIB

nominal en el mismo cuatrienio. Como consecuencia de la reforma del

IRPF recientemente aprobada, la presión fiscal se reducirá en 4

décimas de PIB en los dos primeros años del período, estabilizándose

moderación de la presión fiscal asumido por elGobierno español ya en

1998, cuya compatibilidad con la reducción del déficit se fundamenta,

como ya se ha señalado, en una previa y continuada contención de los

gastos.


En el ámbito tributario, cabe destacar la citada reforma del IRPF,

cuyos objetivos esenciales, además de la minoración de la presión

fiscal, son mejorar la eficiencia y equidad del impuesto. Con este

fin se ha abordado la reducción tanto del número de tramos de la

tarifa del impuesto como de los tipos impositivos, se ha introducido

el concepto de mínimo vital y se ha racionalizado notablemente el

capítulo de deducciones.


Esta profunda modificación implicará una ralentización del ritmo de

crecimiento de la recaudación, especialmente en los primeros años del

período considerado y en el ámbito de las familias. Asimismo, la

reforma

mejorará el funcionamiento tanto del mercado laboral, alreducir la

brecha fiscal sobre las rentas del trabajo, como del de capital,

puesto que incentivará la generación de ahorro privado a largo plazo.


Todo ello redundará en un incremento de la capacidad de crecimiento

potencial de la economía española.


Por lo que respecta a los gastos públicos, se prevé un incremento

medio del 4 por 100 en el período 1999- 2002, lo que implica una

notable reducción de su peso sobre el PIB. Esta contención será, no

obstante, compatible con el mantenimiento de la cobertura social, con

una mayor atención a la educación y a las políticas activas de

empleo, y con un esfuerzo adicional de inversión pública, para

avanzar en el proceso de convergencia real con el resto de los países

de la UE.


A este respecto, es preciso mencionar la prevista modificación en

1999 de la Ley General Presupuestaria que persigue aumentar tanto el

control como la eficacia del gasto público mediante el

establecimiento de una efectiva gestión por objetivos como

responsabilidad directa de los gestores. Adicionalmente dicha Ley

estipulará como principio fundamental el equilibrio presupuestario en

la programación a medio plazo, estableciendo, además, la gestión

presupuestaria plurianual.


En definitiva, la consolidación presupuestaria se concentrará en los

gastos corrientes, cuyo peso sobre el PIB se reducirá en 2,7 puntos

porcentuales. Un análisis más desagregado permite destacar los

siguientes aspectos:


* Se continúa con el esfuerzo ya emprendido en años recientes de

reducción de la participación del consumo público en el PIB. En

efecto, el crecimiento de los empleos públicos en el Estado se

limitará al 25 por 100 del número de bajas que se generen anualmente.


Por otra parte, las compras de bienes y servicios perderán peso en el

PIB en la medida en la que gran parte de ellas está ligada a la

evolución de la inflación, que se prevé moderada.


* El capítulo de las prestaciones sociales se mantendrá a lo largo

del período por encima del 14 por 100 del PIB. No obstante, su

evolución será moderada gracias a la contención de la inflación,

determinante de las tasas de crecimiento de gran parte de estos

gastos, y a un conjunto de medidas de racionalización y control de

los mismos.


Entre estas medidas, cabe reseñar el proceso de separación de las

fuentes de financiación de la Seguridad Social, que culminará en el

año 2000 y potenciará el carácter contributivo de algunas

prestaciones. En esta línea, la Ley de Consolidación y

Racionalización del Sistema de Seguridad Social prevé el aumento del

período de cotización para el cálculo de las pensiones, la

eliminación




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de los topes de las bases de contribución en determinados tramos

salariales y la indexación de las pensiones con el IPC.


Además, de acuerdo con lo establecido en el Pacto de Toledo, se

abrirá una nueva fase de análisis y negociación para avanzar en el

proceso de racionalización de la Seguridad Social, tomando en

consideración tanto la evolución demográfica como la del mercado de

trabajo.


Por último, es de destacar la importancia concedida a las políticas

activas de empleo, en línea con las directrices marcadas en la Cumbre

de Luxemburgo. Así, España se compromete a destinar la mayor parte de

los ahorros de gasto derivados de la reducción del paro a la

potenciación de esas políticas activas. Con ello, se prevé que la

financiación de dicha partida se duplique entre 1997 y el año 2002,

llegando al final del período a alcanzar el equivalente a un punto

porcentual del PIB.


La relevancia concedida a las políticas activas se enmarca en el

objetivo de mantener la capacidad de generación de puestos de trabajo

mostrada por la economía española en los últimos años. En este

sentido, además de la regulación de un nuevo contrato a tiempo

parcial más flexible, con mayor cobertura social y con incentivos

económicos, se continuará en la senda de flexibilización

y modernización del mercado de trabajo. Asimismo, la descentralización

de la negociación colectiva será una prioridad fundamental para

ajustar la evolución de los costes de producción a la productividad y

a las circunstancias específicas de cada empresa en el contexto de la

moneda única.


* En cuanto a los gestos financieros, se prevé una notable caída de

su importancia relativa, consecuencia tanto de la favorable evolución

de los tipos de interés como del proceso de reducción del déficit y

deuda públicos respecto al PIB.


Frente al esfuerzo de contención de los gastos corrientes, se prevé

un incremento de los gestos de capital, concentrado en la inversión.


Así, el componente público de la formación bruta de capital crecerá

durante todo el período a tasas en torno al 10 por 100, aumentando de

manera notable su peso relativo respecto al PIB. Se trata con ello de

potenciar el desarrollo de las infraestructuras y de las actividades

de l+D, de manera que aumente la capacidad real y potencial de

crecimiento de la economía española y se avance en la convergencia en

términos reales.


Adicionalmente a estos esfuerzos de inversión pública hay que tener

en cuenta que el contexto de estabilidad de precios y bajos tipos de

interés facilitará el concurso privado en proyectos de

infraestructura que en el pasado debían financiarse enteramente con

fondos públicos por sus largos períodos de maduración y amortización.


La evolución prevista de ingresos y gastos públicos tendrá los

siguientes efectos:


* Aumento del peso del ahorro público sobre el PIB en todos los años,

llegando incluso a duplicar al final del período el porcentaje

registrado en 1998.





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* Progresiva reducción del déficit público fruto de un esfuerzo de

consolidación paralelo de todas las Administraciones Públicas. Así,

se ha firmado un acuerdo con la práctica totalidad de las Comunidades

Autónomas en virtud del cual se comprometen a alcanzar el equilibrio

presupuestario en el año 2001, en línea con el Pacto Interno de

Estabilidad recogido en el Programa de Convergencia de 1997.


Asimismo, se proyecta que las Corporaciones Locales mantengan la

situación actual de práctico equilibrio de sus cuentas.


* Continuo y creciente superávit primario que refleja el notable

esfuerzo en el ámbito de los gastos públicos.


* Cumplimiento de la regla de oro de las finanzas públicas en todos

los años, dado el simultáneo esfuerzo en inversión pública y los

avances en la consolidación fiscal.


* Reducción del déficit estructural en todos los años, hasta situarlo

en el año 2002 en un nivel compatible con el objetivo presupuestario

a medio plazo fijado en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, lo que

refleja tanto las medidas de política fiscal comentadas como el

aumento de la capacidad de crecimiento potencial de la economía

española. Dicha evolución es producto de un conjunto de factores,

entre los que cabe destacar la estabilidad macroeconómica alcanzada,

plasmada en una bajada diferencial de los tipos de interés reales, y

el desarrollo de reformas estructurales en diversos ámbitos como

telecomunicaciones, electricidad, mercados financieros e IRPF.


* Como consecuencia de la positiva evolución del superávit primario,

así como de la prevista moderación del tipo de interés efectivo de la

deuda pública y del crecimiento

proyectado del PIB nominal, se produce una disminución

continua del volumen de deuda pública en relación con el PIB, hasta

situarse por debajo del 60 por 100 en el año 2002, como se recoge en

el anexo. Dado que fundamentalmente esa deuda estará asociada a la

financiación de proyectos de inversión pública, se pretende

simultáneamente incrementar la capacidad futura de producción de la

economía y reducir el peso financiero a soportar por las próximas

generaciones.


En suma, la proyección presupuestaria para el período 1999-2002 se

orienta al cumplimiento de los compromisos adquiridos en el Pacto de

Estabilidad y Crecimiento sin dejar por ello de lado el avance en la

convergencia real de España con el conjunto de la UE, objetivos

esenciales de la política económica del Gobierno en los últimos años.


IV. ANÁLISIS DE SENSIBILIDAD

1. Escenario alternativo de crecimiento

La modificación de los supuestos macroeconómicos anteriormente

descritos no pone en cuestión el cumplimiento de los objetivos de

consolidación presupuestaria y reducción del volumen de deuda pública

en relación con el PIB. Para realizar este ejercicio, se ha tomado un

escenario alternativo basado en unas previsiones menos favorables

respecto de la evolución del entorno económico mundial y

caracterizado por un crecimiento real del PIB del 3,5 por 100 en 1999

y del 2,5 por 100 en promedioen el trienio 2000-2002.





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Dichas previsiones se traducirían en una mayor contribución negativa

del sector exterior al crecimiento económico y en unas expectativas

menos optimistas. Por tanto, cabría prever una cierta ralentización

de la demanda interna en todos sus componentes y, en consecuencia,

una menor creación de empleo y una evolución más moderada de los

precios. No obstante, se produciría una continua reducción de la tasa

de desempleo, hasta situarla en el 15 por 100 de la población activa

en el año 2002.


Incluso en este escenario de crecimiento moderado se avanzaría en

todos los años en el proceso de contención del déficit público, que

se situarla en el 0,7 por 100 del PIB al final del cuatrienio. Al

igual que en el escenario central, dicha contención vendría

determinada por un notable esfuerzo de reducción del peso del gasto

en relación con el PIB, concentrado en los gastos corrientes. En

efecto, la formación bruta de capital fijo de las Administraciones

Públicas incrementarla continuamente su peso relativo.


De cualquier modo, si en 1999 el incremento del producto fuera el

proyectado en el escenario de crecimiento reducido, el déficit

público en relación con el PIB se desviaría sólo en una décima. Lo

moderado de esta divergencia permitirla una fácil reconducción hacia

el objetivo fijado en el escenario central.


La consolidación fiscal y la moderada evolución de los tipos de

interés permitirían un constante aumento del ahorro público. A pesar

de ello, el esfuerzo inversor del total de la economía llevaría a una

ligera necesidad de financiación con respecto al resto del mundo.


Finalmente, se prevé una reducción de la ratio deuda/PIB superior a

cuatro puntos porcentuales. Por todo ello, incluso en un escenario

más pesimista para el período 1999-2002, la economía española

cumpliría los compromisos adquiridos en el Pacto de Estabilidad y

Crecimiento.


GRÁFICO 8 CUENTAS PÚBLICAS EN DISTINTOS ESCENARIOS MACROECONÓMICOS En

porcentaje del PIB

DÉFICIT DEUDA

1

68

08

66

-1 64

62

-2 60

-3 58

1997

Central Reducido

FUENTE: INE y Ministerio de Economía y Hacienda.





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2. Análisis de sensibilidad de tipos de interés

Para analizar la consistencia de las previsiones realizadas respecto

a la evolución de las cuentas y deuda de las Administraciones

Públicas en el escenario central, se plantean dos hipótesis

alternativas de comportamiento de los tipos de interés. Así, se

supone que la curva de tipos se desplaza en paralelo elevándose o

descendiendo un

punto porcentual. Las sendas obtenidas de déficit público se exponen

en el cuadro 8, donde la hipótesis superior representa la elevación

de tipos y la inferior el descenso.


Este análisis pone de relieve la menor sensibilidad de la carga

financiera respecto de la evolución de los tipos de interés, como

consecuencia de que la vida media de la deuda pública ha pasado de 3

a 4,6 años desde finales de 1996 hasta la actualidad.


GRÁFICO 9 CUENTAS PÚBLICAS EN DISTINTOS ESCENARIOS DE TIPOS DE

INTERÉS En porcentaje del PIB

DÉFICIT DEUDA

69

67

-1 65

63

-2 61

-3 59 1997 1998 1999 2000 2001 2002 1997 1998 1999 2000 2001 2002

Central Superior Inferior

FUENTE: INE y Ministerio de Economía y Hacienda.





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Incluso con la hipótesis de aumento de los tipos de interés, se

conseguiría reducir el déficit público hasta situarlo en el 0,3 por

100 del PIB en el año 2002. Por otro lado, la ratio deuda/PIB sería

inferior al 60 por 100 al final del período en todos los casos

considerados.


V. CONCLUSIÓN

El principal objetivo de política económica del Gobierno en el

horizonte de este Programa de Estabilidad es incrementar el potencial

de crecimiento de la economía española como requisito indispensable

para alcanzar la convergencia real con el resto de los socios de la

UEM. En este sentido, la convergencia alcanzada en las variables

macroeconómicas nominales -inflación, tipo de interés y déficit

público- ha supuesto en los dos ejercicios pasados un impulso para el

logro de un crecimiento diferencial de renta y empleo con respecto a

la media de la UE.


Durante los dos últimos años la economía española ha mostrado un

comportamiento muy diferente al de ciclos económicos previos. Se ha

conseguido crecer por encima del 3,5 por 100 sin desequilibrios

inflacionistas ni de Balanza de Pagos y con una elasticidad empleo/

PIB muy superior a la del pasado. Ello pone de manifiesto que los

esfuerzos de convergencia nominal y la definitiva incorporación de

España a la moneda única han supuesto una modificación sustancial del

comportamiento de nuestra economía. Asimismo, dicha modificación del

patrón de comportamiento queda claramente resaltada por la evolución

reciente de la economía española en un contexto de turbulencias

financieras de gran intensidad.


Por todo ello, las principales directrices de política económica en

los próximos años serán las siguientes:


* Culminar el esfuerzo de consolidación fiscal realizado desde 1996

para cumplir con los compromisos del Pacto de Estabilidad y

Crecimiento, logrando un superávit en el año 2002. La política

presupuestaria definida en este Programa de Estabilidad plantea a lo

largo del mismo una mejora sustancial y continua de todas las

variables fiscales; saldo público total, saldo primario, saldo

estructural, ahorro público y ratio deuda pública/ PIB.


* Dada la necesidad de convergencia real y dentro del esfuerzo de

consolidación fiscal que se plantea, se recogen como prioridades

presupuestarias los compromisos del Gobierno español con los gastos

en infraestructuras, I+D, educación y políticas activas de empleo. En

estos casos, se incrementa el peso de las partidas presupuestarias

correspondientes en el PIB a lo largo del horizonte considerado.


* Por el contrario, perderán peso en la economía el gasto corriente,

las cargas financieras de la deuda y las políticas pasivas de empleo.


Las prestaciones sociales mantendrán estabilizado su peso en el

período considerado.


* La reforma del IRPF recientemente ratificada por el Parlamento

español llevará a una reducción de la presión fiscal en nuestro país

en los años 1999 y 2000 de aproximadamente 4 décimas del PIB. Esta

reforma tendrá,

no obstante, un efecto claramente positivo sobre el

funcionamiento de los mercados de capitales y de trabajo, impulsando

el crecimiento tendencial de nuestra economía.


* La continuación del esfuerzo de reforma estructural tanto en los

mercados de factores, como de bienes y servicios, es un instrumento

transcendental tanto para avanzar en la consolidación fiscal como en

la elevación de la elasticidad empleo/PIB implícita en nuestro

crecimiento económico.


En conclusión, el Gobierno español otorgará en los próximos años una

importancia fundamental al cumplimiento del Pacto de Estabilidad y

Crecimiento. Dicho esfuerzo se compatibilizará con la reforma de la

imposición sobre la renta y con el aumento de peso del gasto en las

partidas estratégicas para el crecimiento económico futuro

(infraestructuras, I+D, educación y formación de la mano de obra). La

política de oferta continuará recibiendo una atención prioritaria en

el contexto de la moneda única. El resultado final proyectado de esta

política es una aproximación progresiva e intensa de nuestro nivel de

empleo y renta a la media de la UE.


ANEXO 1

EL NUEVO IMPUESTO SOBRE LA RENTA DE LAS PERSONAS FÍSICAS

El modelo de Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF)

vigente hasta 1999 fue implantado en España con la reforma tributaria

de 1977. Desde entonces, el impuesto ha sufrido, junto al lógico

desgaste derivado del paso del tiempo, múltiples modificaciones

legislativas que han aumentado sensiblemente su grado de complejidad,

sin que ello haya contribuido, por otro lado, a que el impuesto

cumpliera de manera satisfactoria con los principios tributarios

básicos de igualdad y progresividad recogidos en la Constitución

Española. Por el contrario, el IRPF, como consecuencia de su

escasamente sistematizada normativa, el complejo entramadode

deducciones, su costosa administración y las dificultades de su

estructura para una eficaz lucha contra el fraude, había perdido gran

parte de su elasticidad recaudatoria. Pese a que el impuesto español

poseía uno de los tipos más elevados dentro de los países de la OCDE,

su importancia recaudatoria con relación al PIB se situaba por debajo

de la media de aquellos países.


Por otro lado, la integración creciente de la economía española con

el resto de las economías europeas, que ha culminado en su acceso a

la tercera fase de la UEM a partir del inicio de 1999, exige que el

nuevo modelo de IRPF se adapte al contexto que determina el euro,

dada la incidencia que dicha figura tributaria tiene sobre las

decisiones de los agentes acerca del ahorro, del empleo y, en

definitiva, sobre el crecimiento económico. La falta de adaptación en

ese sentido tendría, por consiguiente, consecuencias indeseables

sobre la competitividad y lacapacidad de expansión de la economía

española.





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En definitiva, las deficiencias acumuladas por el IRPF a lo largo del

tiempo, las exigencias derivadas de la incorporación al euro y el

cumplimiento del compromiso político de elaborar un impuesto con

mayores dosis de equidad, determinaron que el Gobierno adoptara desde

el inicio de su mandato la reforma del IRPF como objetivo central de

su política económica.


Tras una amplia consulta social, cuya manifestación más evidente fue

la creación, en febrero de 1997, de una «Comisión para el estudio y

propuesta de medidas para la reforma del IRPF», el Gobierno presentó

en abril de 1998 al Congreso de los Diputados el correspondiente

proyecto de Ley. La discusión parlamentaria de dicho proyecto ha

culminado con la aprobación por las Cortes de la Ley 40/1998, de 9 de

diciembre, del IRPF.


La nueva Ley modifica prácticamente toda la estructura del antiguo

IRPF. Sin embargo, las modificaciones más importantes afectan al

objeto del impuesto así como a la tarifa del mismo. En cuanto al

objeto, el nuevo impuesto grava la capacidad económica del

contribuyente, entendida ésta como la renta que puede utilizar el

contribuyente tras atender a sus necesidades básicas y las de su

familia. Para ello se establece un mínimo personal y familiar exento

de tributación y variable de acuerdo con las condiciones de cada

contribuyente Este mínimo vital viene a simplificar el complejo

entramado anterior de deducciones de la cuota cuya existencia, además

de elevar excesivamente el coste de gestión del tributo, era, en

muchos casos, difícil de justificar en términos de equidad

y progresividad. Por lo tanto, el mínimo vital sustituye con ventaja al

tramo con tipo impositivo cero de la anterior escala de gravamen.


Asimismo, el nuevo impuesto incorpora una mayor neutralidad en el

tratamiento fiscal de los diferentes instrumentos financieros y el

fomento del ahorro a largo plazo realizado a través del sistema de

previsión social complementaria.


En cuanto a la tarifa del impuesto, la nueva Ley del IRPF incorpora

dos novedades importantes: la rebaja general de los tipos impositivos

y la reducción y redefinición de los tramos, acercando así la

normativa española a la vigente en la mayoría de los países europeos,

los cuales vienen optando igualmente por una simplificación de la

tarifa. Así, el tipo marginal máximo se reduce del actual 56 por 100

hasta el 48 por 100, mientras que el tipo mínimo pasa del 20 por 100

al 18 por 100. Además, los actuales ocho tramos de la tarifa quedan

reducidos a seis.


Al margen de las dos citadas modificaciones sustanciales del IRPF, la

nueva Ley contempla, en el ámbito procedimental, una simplificación

en la gestión del tributo que permitirá reducir sensiblemente el

número de declarantes así como los excesivos pagos a cuenta sobre la

cuota diferencial del impuesto, de forma que los recursos humanos y

materiales de la Administración Tributaria así liberados podrán ser

dedicados a la lucha contra el fraude fiscal.


Cabe señalar, por último, que los efectos que pretende la reforma del

IRPF sobre la economía son de naturaleza estructural y, por lo tanto,

con incidencia más allá del corto plazo. En efecto, dicha reforma

dotará a

esta importante figura tributaria de mayor neutralidad en cuanto a

las decisiones de los agentes económicos, ampliará de forma

permanente la renta disponible de las familias y reducirá

sensiblemente la llamada cuña fiscal o diferencia entre el coste

laboral bruto para el empresario y el salario neto que percibe el

trabajador. Todo ello contribuirá a aumentar el producto potencial de

la economía española. No obstante, a corto plazo la reforma del IRPF

supondrá lógicamente una calda de recaudación para la Hacienda

Pública. Las estimaciones realizadas al respecto indican que dicho

efecto estará en torno a los 550.000 millones de pesetas en los años

1999 y 2000.


ANEXO 2

REFORMAS ESTRUCTURALES

En el nuevo diseño de la política económica del Gobierno español han

adquirido una especial relevancia las reformas estructurales en los

mercados de productos y de factores. El desarrollo de tales reformas

será aún más relevante en el contexto de la UEM, donde existirá un

menor margen de maniobra en las políticas tradicionales de demanda

(política monetaria y fiscal) y donde las diferencias de

productividad derivarán en gran medida de la flexibilidad de los

sectores productivos.


Así, se han llevado a cabo importantes procesos de reforma y de

liberalización en diversos sectores, con especial incidencia en

aquellos que, por su carácter de «inputs» productivos, tienen

consecuencias indirectas en otras actividades económicas. Los

procesos de liberalización así iniciados han ido generalmente en

línea con los acometidos por el resto de los países de la UE y, en

ocasiones, se han adelantado a los calendarios previstos.


En el futuro próximo se continuará en la línea de reforma emprendida,

profundizando en las actuaciones ya acometidas e iniciando las

modificaciones necesarias para la introducción de competencia y la

mejora en la calidad de la regulación en otros casos. Así, y tal y

como se recoge en el último capítulo del Informe de Progreso sobre

las Reformas en los Mercados de Bienes, Servicios y de Capitales en

España, los principales retos de cara al futuro en este ámbito son

los que se señalan a continuación.


* Telecomunicaciones

La liberalización plena de las telecomunicaciones en España se ha

completado el 1 de diciembre de 1998. A partir de ahora, se procederá

a la adjudicación de nuevas licencias para la prestación de servicios

de telefonía fija y móvil, así como a la implantación gradual de los

operadores de cable.


Por otro lado, los últimos precios de interconexión de referencia han

recogido rebajas significativas respecto a los actualmente en vigor,

sobre todo en la interconexión local, que disminuye un 34 por 100.





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* Sector eléctrico

Una vez aprobada la nueva Ley del sector eléctrico, los objetivos

inmediatos serán la reducción (entre un 25 y un 40 por 100) de los

peajes o tarifas de acceso de terceros al transporte y distribución

de electricidad. Por otra parte, se considerará la disminución del

umbral legal para poder elegir el suministrador de electricidad por

parte de los denominados consumidores cualificados (aquellos que

consumen más de 15 kwh).


* Suelo

Dado que en materia de urbanismo y ordenación del territorio las

competencias corresponden en exclusiva a las CC.AA. y Corporaciones

Locales, desde el Gobierno continuará la labor dirigida a concienciar

a las CC.AA. y las Corporaciones Locales, sobre la importancia de

armonizar la normativa y de liberalizar el mercado del suelo.


Por otra parte, en cuanto a la política de Vivienda de Protección

Oficial, el apoyo a través de subsidiaciones en los tipos de interés

de los préstamos se irá sustituyendo progresivamente por ayudas

directas a la adquisición de vivienda.


* Agua

La nueva Ley prevista para este sector avanzará en la racionalización

del uso del agua y en su consideración como un bien económico, con el

objeto de alcanzar una asignación más eficiente del mismo.


* Comercio minorista

En las actuaciones que se lleven a cabo en este ámbito, cobrarán

especial relevancia aquellas dirigidas a lograr una mayor

flexibilidad comercial a partir del año 2001, para lo que deberán

alcanzarse los oportunos acuerdos con las CC.AA.


* Privatizaciones

Se continuará en la línea prevista de privatizaciones de empresas

públicas. En concreto, la Sociedad Española de Participaciones

Industriales (SEPI), uno de los órganos ejecutores de la política de

privatizaciones, prevé enajenar las participaciones existentes en

otras 15 empresas (Iberia, Casa, Indra, Enatcar, Babcock Wilcox,

entre otras). Se prevé que, para el año 2000, sólo quedarán en el

sector público empresarial la minería y algunas empresas del sector

de defensa.


* Ley Concursal

Se encuentra en preparación el borrador de una nueva Ley Concursal

que modifique la regulación actual sobre los procedimientos de

suspensiones de pagos y quiebras, diseñando un procedimiento ágil y

poco gravoso que otorgue una mayor seguridad en las relaciones

económicas y que evite que la recuperación de empresas viables

se vea dificultada por procesos excesivamente largos o costosos.


* Ley de Enjuiciamiento Civil

Para la mejora del proceso civil se encuentra en tramitación

parlamentaria el Proyecto de Ley de Enjuiciamiento Civil que va a

sustituir a las actuales leyes procesales. En lo que se refiere a las

relaciones económicas, las líneas básicas del Proyecto son la

agilización de los procesos judiciales, la creación de procedimientos

adecuados para los créditos de pequeña cuantía y la racionalización

del sistema de medidas cautelares.


* PYMES

Dentro de las actuaciones de política económica dirigidas de manera

especial a las PYMES, por un lado, se pondrá en marcha un Plan de

Agilización y Simplificación Normativa y, por otro lado, el Gobierno

fomentará la titulización de los créditos concedidos a las empresas

de actividad productiva a través de la concesión de un aval a estas

operaciones Esta medida, si bien aplicada de forma general,

beneficiará de manera especial a las empresas más pequeñas.


* Defensa de la Competencia

El desarrollo del sistema de defensa de la competencia será un

objetivo básico dentro de la política económica, pues es el garante

de que las ventajas derivadas de la mayor competencia introducida en

los mercados repercutan adecuadamente en los consumidores y usuarios

finales. En ese sentido, se modificará la normativa sobre defensa de

la competencia, con el propósito fundamental de reforzar los órganos

de defensa de la competencia, incrementar el control de las ayudas de

Estado, modificar determinados aspectos del control de

concentraciones, e introducir la terminación convencional en los

procedimientos sancionadores

* Fiscalidad

Junto a la reforma del IRPF ya puesta en marcha, se prevé la adopción

de otras medidas de carácter fiscal dirigidas a incentivar el ahorro.


Así, por ejemplo, puede señalarse la reducción de las retenciones

practicadas sobre los rendimientos del capital mobiliario y la

eliminación de la retención practicada sobre la renta fija privada.


* Política de I+D

Se está preparando un Proyecto de Ley de Fomento de la Innovación

Industrial, en el que se establezca el marco jurídico, fiscal y

financiero de la política de innovación industrial y de fomento de

actividades innovadoras en la industria. Su objetivo será, en última

instancia, establecer un entorno económico e institucional favorable

para que la innovación sea una actividad atractiva para las empresas




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* Internacionalización de la empresa española

De cara al futuro, se debe seguir incidiendo en medidas que faciliten

y apoyen la internacionalización de la empresa española. En este

sentido, se considerarán y analizarán un conjunto de actuaciones en

distintos ámbitos (fiscal, financiero, de promoción, etc.), que

favorezcan una mayor presencia de las empresas españolas en el

exterior.


* Mercado de capitales

De las diversas medidas emprendidas para modernizar el mercado de

capitales, cabe destacar la nueva legislación de las Entidades de

Capital Riesgo y la de las Instituciones de Inversión Colectiva. La

nueva regulación de las Entidades de Capital Riesgo flexibiliza su

política de inversiones, el control de supervisión de la CNMV y su

adaptación operativa en función de la naturaleza del inversor.


En lo relativo a las Instituciones de Inversión Colectiva, el proceso

de reforma ya iniciado en este ámbito culminará con una completa

reforma del esquema legal y operativo de las mismas, que supondrá una

ampliación y liberalización en materia de política de inversiones y

de esquemas de funcionamiento.


* Sanidad

La Ley de Medidas Administrativas, Fiscales y del Orden Social para

1999 incluye una modificación de las formas organizativas de los

centros sanitarios públicos dirigida al logro de una mayor

eficiencia. Mediante las Fundaciones Públicas Sanitarias se otorga

una nueva personificación a los hospitales públicos con lo que se

logra reducir la carga burocrática de la gestión, descentralizar la

toma de decisiones y aumentar la autonomía en la administración.


Estos objetivos se alcanzan con la introducción de una mayor

flexibilidad en la gestión económica y de recursos humanos,

vinculando las retribuciones a la obtención de resultados.


Asimismo, se avanzará en la introducción de los medicamentos

genéricos y en la implantación de precios de referencia.


* Otras medidas de control del gasto público

Se prevé una modificación de la Ley General Presupuestaria en 1999,

con el objetivo de reforzar tanto el control como la eficacia del

gasto público a través del establecimiento de una gestión por

objetivos y de una responsabilidad directa de los gestores.


Adicionalmente, esta reforma fijará como principio fundamental el

equilibrio presupuestario en la programación a medio plazo,

estableciendo, además, la gestión presupuestaria plurianual.


Finalmente, en línea con lo fijado en el Pacto de Toledo, se avanzará

tanto en el proceso de racionalización de la Seguridad Social,

considerando la evolución demográfica y la del mercado de trabajo,

como en el fomento del sistema de previsión social complementaria.


ANEXO 3

FACTORES EXPLICATIVOS DE LA VARIACIÓN DE LA RATIO DEUDA PUBLICA/PIB

El presente Programa de Estabilidad contempla en su escenario central

una senda de reducción de la ratio deuda/PIB de forma que, al final

del período considerado, éste se sitúe por debajo del nivel de

referencia del Tratado de Maastricht (60 por 100) Dicha evolución es

coherente tanto con los avances esperados en los saldos

presupuestarios primarios como con la evolución proyectada del PIB

nominal y la situación de estabilidad de los tipos de interés que

cabe prever en la UEM a lo largo del período. En el cuadro adjunto

figuran de forma más precisa los factores determinantes de la senda

de la ratio de deuda en el período 1986-2002. Dichos factores se

deducen a partir de la ecuación de la restricción presupuestaria que

da lugar a la siguiente expresión:


[1]

donde d es la ratio deuda/PIB; b es el déficit primario, igualmente

en proporción del PIB; r es el tipo de interés efectivo de la deuda

pública; a es el crecimiento nominal del PIB; y a es un término de

ajuste que recoge las variaciones de la ratio debidas a las de

activos financieros y a los ajustes stock-flujo

En el cuadro de la página siguiente se pueden distinguir tres etapas

en la evolución de la ratio:


* Durante el período 1986-1991 apenas creció la ratio de deuda como

consecuencia, fundamentalmente, de la simultaneidad de elevados

ritmos de crecimiento económico y tasas de inflación lo que

determinaba fuertes crecimientos del PIB nominal, superiores a los

tipos de interés efectivos de la deuda, pese a que éstos se

mantuvieron en tomo al 10 por 100 en el promedio del período.


* Entre los años 1992-1996 se produjo un sensible aumento de la deuda

pública en porcentaje del PIB, que pasó del 45,5 por 100 en 1991 al

70,1 por 100 en 1996, esto es, un aumento de casi 5 puntos

porcentuales de PIB cada año. Dicho aumento cabe atribuirlo a los

tres factores explicativos de la expresión [1], pero sobre todo al

fuerte aumento producido en el componente de ajuste, indicativo, por

un lado, de los importantes aumentos registrados por los activos

financieros -básicamente por la cuenta corriente del Tesoro en el

Banco de España ante la prohibición, desde 1994, de que éste

financiara el déficit público-, y, por otro, de las sensibles

diferencias producidas entre la contabilidad de caja y la

contabilidad




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nacional en el período. Además, dicho período se caracterizó por un

crecimiento económico moderado y unos tipos de interés reales

elevados que condujo a un rápido crecimiento de la participación de

la carga financiera de la deuda en el PIB. Finalmente, aunque en 1996

ya se obtuvo un superávit primario, el cómputo promedio del período

refleja, en un contexto de moderada expansión económica, un cierto

deterioro, respecto al período anterior, del saldo presupuestario

primario.


* A partir de 1997 mejoran sustancialmente los parámetros

explicativos de la evolución de la ratio de deuda, de tal forma que

dicho año es el primero en el que se produce una inflexión en su

senda de crecimiento comenzando un proceso de reducción del peso de

la deuda pública dentro del PIB. Los déficit primarios, como

consecuencia de una política presupuestaria orientada a reducir la

expansión del gasto público estructural y de un contexto económico

más favorable, se convierten en superávit de magnitud cada vez mayor.


La diferencia entre el tipo de interés efectivo de la deuda y el

crecimiento nominal del PIB se ha reducido sustancialmente en 1997 y

1998 como consecuencia, principalmente, de los mínimos históricos

alcanzados por los tipos de interés. Dicha diferencia, no obstante,

no ha llegado a hacerse negativa no sólo debido a la importante

reducción experimentada por la inflación en esos años

sino también a la inercia que los tipos de interés históricos de la

deuda tienen sobre el conjunto de una deuda pública con una vida

media cada vez mayor. Por último, el componente de ajuste ha perdido

gran parte de su importancia pasada debido, primordialmente, a la

estrategia de consolidación fiscal.


Respecto al período cubierto por este Programa de Estabilidad, la

reducción de la ratio deuda/PIB será resultado básicamente de la

continuidad de una política presupuestaria rigurosa que permita, en

un contexto de crecimiento económico algo más moderado, seguir

aumentando el superávit primario. Esta expansión más moderada de la

actividad junto con la desaceleración prevista en los aumentos de

precios implicarán crecimientos nominales del PIB algo inferiores a

los tipos de interés efectivos de la deuda.


Finalmente, cabe esperar que la aportación de los ajustes stock-flujo

al aumento de la ratio de deuda sea de una magnitud algo inferior a

la que se estima actualmente para el promedio del período 1997-1999.


En resumen, y de acuerdo con los supuestos del escenario central

contenidos en este Programa de Estabilidad, está previsto que la

ratio deuda/PIB se sitúe por debajo del umbral de referencia del

Tratado de Maastricht (60 por 100) al término del período

contemplado.





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ANEXO 4

CUADROS ESTADÍSTICOS