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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 769, de 07/10/1999
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CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 1999 VI Legislatura Núm. 769



ASUNTOS EXTERIORES



PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. FRANCISCO JAVIER RUPÉREZ RUBIO



Sesión núm. 59



celebrada el jueves, 7 de octubre de 1999



ORDEN DEL DÍA:



Comparecencias de personalidades y funcionarios de la Administración
del Estado, al objeto de informar sobre temas relativos al Proyecto
de Ley de Presupuestos Generales del Estado para el año 2000. (Número
de expediente 121/000186.) ... (Página 22710)



- Emitir dictamen, a la vista del informe elaborado por la ponencia,
sobre el proyecto de ley de medidas de control de sustancias químicas
susceptibles de desvío para la fabricación de armas químicas. (Número
de expediente 121/000173.) ... (Página 22739)



Página 22710




Se abre la sesión a las nueve y treinta y cinco minutos de la mañana.




COMPARECENCIA DE PERSONALIDADES Y FUNCIONARIOS DE LA ADMINISTRACIÓN
DEL ESTADO, AL OBJETO DE INFORMAR SOBRE TEMAS RELATIVOS AL PROYECTO DE
LEY DE PRESUPUESTOS GENERALES DEL ESTADO PARA EL AÑO 2000. (Número de
expediente 121/000186)



- DEL SEÑOR SECRETARIO DE ESTADO DE POLÍTICA EXTERIOR Y PARA LA UNIÓN
EUROPEA (DE MIGUEL Y EGEA). A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO
SOCIALISTA (Número de expediente 212/002175), GRUPO PARLAMENTARIO DE
IZQUIERDA UNIDA (Número de expediente 212/002251) Y GRUPO
PARLAMENTARIO POPULAR (Número de expediente 212/002279)



El señor PRESIDENTE: Buenos días, señoras y señores diputados.

Damos comienzo a esta sesión de la Comisión de Asuntos Exteriores,
cuyo orden del día bien conocen, y que va a estar en lo fundamental
dedicada a las comparecencias de altos cargos de la Administración en
relación con la tramitación del proyecto de ley de presupuestos para
el año 2000. Como también saben ustedes, el orden del día incluye -y
lo veremos al final del mismo- la emisión del dictamen de la Comisión
sobre el proyecto de ley de medidas de sustancias químicas
susceptibles de desvío para la fabricación de armas químicas.

Las comparecencias solicitadas son del secretario de Estado de
Política Exterior y para la Unión Europea, don Ramón de Miguel, que
tenemos aquí con nosotros, el secretario de Estado para la
Cooperación Internacional y para Iberoamérica que comparecerá a
continuación, el subsecretario de Asuntos Exteriores y el secretario
general de la Agencia Española de Cooperación Internacional.

Como es habitual en estos casos, los trámites se sustanciarán de la
manera siguiente: en primer lugar intervendrán los portavoces de los
grupos que han solicitado las comparecencias; en segundo lugar
intervendrá el compareciente. Si es necesario, habrá turnos de
réplica y eventualmente aquellos grupos que no han solicitado la
comparecencia tendrán derecho también a exponer sus puntos de vista
en el turno correspondiente y finalmente cerrará el compareciente.




La comparecencia del secretario de Estado de Política Exterior y para
la Unión Europea ha sido solicitada por el Grupo Socialista, por el
Grupo de Izquierda Unida y por el Grupo Popular, y por ese orden
vamos a comenzar las intervenciones correspondientes. En cualquier
caso, rogaría a todos los portavoces que se atuvieran a las normas de
funcionamiento de esta Comisión, lo digo porque el señor Martinón no
es habitual de la misma, y tiene un tiempo máximo de diez minutos
cada uno de los intervinientes para exponer sus puntos de vista.

Dentro de las tolerancias habituales, les rogaría que se atuvieran a
dichas normas.

Por el Grupo Socialista, tiene la palabra el señor Martinón.

El señor MARTINÓN CEJAS: Intentaré ajustarme al tiempo que me acaba
de indicar.

Señor secretario de Estado, analizando el presupuesto del Ministerio
de Asuntos Exteriores, se puede apreciar que de los cinco programas
en que participa el Ministerio, en dos de ellos disminuye en pesetas
corrientes la cantidad que figura en el año 2000 en relación a lo que
figuraba en el año 1999. Si comparamos el total del Ministerio para
1999 y el total para el 2000, es decir lo que figura en la
documentación que constituye el presupuesto del año 1999, tomo 2,
sección de asuntos exteriores, el total del presupuesto consolidado
asciende a 142.755 millones de pesetas, mientras que la cantidad
referida al año 2000 se limita a 142.619 millones. Por tanto, el
presupuesto del Ministerio de Asuntos Exteriores disminuye en una
décima por ciento. Si planteáramos el aumento del presupuesto
teniendo en cuenta el crecimiento de la economía y del IPC, faltarían
unos 8.500 millones de pesetas; esto es, el presupuesto debió haber
crecido en 8.500 millones de pesetas si efectivamente se quería que
el presupuesto del Ministerio de Asuntos Exteriores creciera en la
misma proporción que la economía y que el IPC; o si se hubiera
pretendido que creciera del mismo modo que ha crecido el resto del
presupuesto general del Estado, debió haber crecido en 6.700 millones
de pesetas.

Quizá el señor secretario de Estado -y con razón- prefiera referirse
a los gastos no financieros, puesto que los números que yo acabo de
dar son referidos a gastos financieros. En los gastos no financieros
el aumento del Ministerio es del 2,95 por ciento, que en cualquier
caso nos parece manifiestamente insuficiente.

Voy a referirme de forma particular al programa 132.B, acción
diplomática ante la Unión Europea, que en pesetas corrientes
disminuye en 20 millones de pesetas, lo cual supone el 0,8 por ciento
de disminución. Además, debo indicar que en este programa no existen
gastos financieros; es decir disminuye sin discusión de ningún tipo
el dinero que el Gobierno pretende destinar a la acción diplomática
ante la Unión Europea. Si comparamos, insisto, estas cantidades con
el crecimiento de la economía y el crecimiento del IPC, veremos que
faltan 163 millones de pesetas, y si nos limitáramos al 4,7 por
ciento que crece el presupuesto faltarían 135 millones de pesetas.

Sorprende esta disminución en los recursos que se asignan a este
programa si tenemos en cuenta los objetivos que figuran en la memoria
del presupuesto asignados a este programa. Como sabe el señor
secretario de Estado, hay tres indicadores de seguimiento de ese
programa que se manejan y que ustedes mismos hacen figurar en la
documentación. Según el primero de ellos, que se refiere a
actuaciones en el Parlamento Europeo ante el Tribunal de Justicia y
en el resto de las instituciones europeas, estas actuaciones pasan de
13.000 previstas para 1999, a 15.300 previstas para el 2000. Según el
segundo indicador, las reuniones de coordinación y otras muchas
reuniones previstas para 1999 eran 860; en el año 2000, 1.150. Y el
tercer indicador, documentos en base de datos, consultas a la misma y
documentos tramitados para lo que el año 1999 presupuestaron 900.000,
para el año 2000 hacen figurar 1.750.000. Simplemente sorprende que
haciendo disminuir el dinero que ustedes destinan al programa acción
diplomática ante la Unión Europea, hagan



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figurar unos indicadores que en algún caso llegan a duplicar los
indicadores previstos para el año 1999, y además sorprende que
pretendan alcanzar estos objetivos que se reflejan en los indicadores
-referido a este programa- aumentando los altos cargos de 27 a 36
millones. Supongo que este aumento tan espectacular de prácticamente
el 30 por ciento, alguna explicación tendrá. Sin embargo -acépteme
esto como una anécdota, pero que me parece refleja que éste es un
presupuesto poco creíble, la energía eléctrica disminuye de 8,8
millones a seis; el combustible de 1,3 millones a uno; Telefónica de
66 millones a 44. Da la impresión de que esta mayor efectividad que
se pretende alcanzar se va a lograr gastando menos en electricidad,
menos en teléfonos, menos en transporte y más en altos cargos.

Este presupuesto refleja también, como conoce perfectamente el señor
De Miguel, los flujos entre España y la Unión Europea. Nuestra
aportación al presupuesto comunitario, señor De Miguel, aumenta el
10,4 por ciento. Pasamos de un billón 7.687 millones a un billón
112.684 millones de pesetas; aumentamos el 10,4 por ciento; sin
embargo, los créditos de compromiso del anteproyecto de presupuestos
de las comunidades que ustedes nos han remitido, disminuyen el 4,4
por ciento. Se podrá decir que el dinero no es para los créditos de
compromiso, sino que fundamentalmente es para los créditos de pago en
la Unión Europea; los créditos de pago en el anteproyecto de
presupuestos de las comunidades aumentan el 4,7 por ciento. Yo creo
que debe darnos algún tipo de explicación, porque esto no acaba de
casar; no casa que nuestra aportación al presupuesto de las
comunidades europeas aumente el 10,4 y los créditos de pago sólo
aumenten el 4,7 por ciento.

En la documentación que ha enviado el Gobierno también se refleja
cómo van a evolucionar los fondos estructurales. Los fondos
estructurales en la previsión del Gobierno para el año 2000 en
relación con la de 1999 disminuyen en 15.000 millones de pesetas,
pero a mí me parece más relevante decir que se alejan de las
perspectivas financieras aprobadas en Berlín en 165.000 millones de
pesetas. Y el Fondo de Cohesión, que tiene un aumento importante, al
pasar de 152.000 a 200.000 millones, el propio Gobierno viene a
reconocer que ese aumento importante del 31,4 por ciento, resulta tan
elevado porque una serie de pagos que hubieran correspondido el año
1999 se adelantaron al año 1998; por tanto una cuestión coyuntural y
no estructural. El Fondo de Cohesión subiendo en 50.000 millones de
pesetas se queda en 200.000 millones, relativamente lejos de los
275.000 millones de pesetas que nos hubieran correspondido por las
perspectivas financieras. En una palabra, estamos a 240.000 millones
de pesetas en relación con las perspectivas financieras.

Concluyo manifestando la opinión del Grupo Socialista en el sentido
de que en estos presupuestos se refleja la irrelevancia de España en
política exterior, el escasísimo peso del presidente Aznar en los
foros internacionales pese al abultado album de fotos con los
dirigentes de todos los países aunque finalmente alguno se niega a
recibirle, como lamentablemente ocurrió en Rusia. En una palabra, la
poca entidad de este Gobierno en política exterior; la simbólica
contribución actual en Kosovo; la nula participación de España en la
crisis de Timor pese a nuestro permanente,
constante y a veces inquietante canto de hermandad con nuestros
vecinos ibéricos los portugueses.

Estos presupuestos, señor presidente, señor secretario de Estado,
reflejan también el retroceso de España ante la Unión Europea, o para
expresarlo con mayor claridad y precisión, el retroceso que Europa
sufrió en la cumbre Berlín. Durante un año este Gobierno estuvo
intentando amortiguar lo que veía como una inevitable derrota en la
cumbre de Berlín, no ya de España o de sus intereses sino de los
intereses europeos en general, en lugar de haber dedicado ese último
año a realizar un mayor esfuerzo para hacer propuestas constructivas
que fuesen capaces de superar un problema, una discusión muy fuerte
que sin duda había en el seno de la Unión Europea. Hubiera sido más
positivo dedicar esos esfuerzos a hacer propuestas constructivas,
integradoras, capaces de superar las profundas diferencias que había
en lugar de haber dedicado el último año a intentar articular un
discurso para vender al pueblo español y a ciertos sectores
mediáticos lo que ustedes consideraron un año antes que iba a ser una
estrepitosa derrota.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo de Izquierda Unida, tiene la
palabra el señor Navas.




El señor NAVAS AMORES: Voy a extraer de mi reflexión la partida
destinada a cooperación para el desarrollo, puesto que posteriormente
van a tener lugar comparecencias específicas para este tema, y me voy
a dedicar a hacer un análisis global de la consideración que tiene el
Grupo Parlamentario de Izquierda Unida sobre el presupuesto de
Asuntos Exteriores.

Globalmente nos encontramos con que todos los programas que figuran
con sus objetivos indicadores de seguimiento dan la impresión de que
estamos viendo un presupuesto más de los anteriores en cuanto a esos
objetivos, en cuanto a los indicadores y en cuanto a los medios que
se disponen para conseguirlos. Al final de esta legislatura mi grupo
va a hacer una valoración de las subidas y bajadas que ha habido en
algunos de ellos, porque mirando globalmente se tiene una visión más
exacta de cuál ha sido la evolución de las propuestas de los
distintos presupuestos de esta legislatura que si se hace año a año.

Si nos fijásemos el año 1999, nos encontraríamos con que hay algunas
partidas suben notablemente, pero si miramos 1998 vemos que tiene una
asignación similar, incluso incorporando el IPC o el PIB nos
encontraríamos con partidas que incluso están por debajo de los años
1997 y 1998. Creo que desde el Ministerio de Asuntos Exteriores no ha
habido una planificación en los cuatros años constante y permanente,
sino que ha habido ciclos bajistas, por ejemplo en el año anterior,
y en éste nos encontramos con que se intenta recuperar la estela que
marcaba el presupuesto de Exteriores los años 1997 y 1998. Por tanto,
quisiera que nos explicase a qué se deben los indicadores de este
presupuesto y sobre todo nos interesaría conocer qué ha movido al
Ministerio de Asuntos Exteriores a obtener estos distintos dientes de
sierra a lo largo de este mandato.

Queremos analizar algunas partidas que hemos considerado como más
significativas. En el programa 132.A, acción del Estado en el
exterior, nos gustaría que nos explicase el descenso de las
transferencias corrientes al exterior,



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la participación en organismos internacionales, que se reduce en
1.266 millones de pesetas, sobre todo entendiendo que una de las
estrategias de la acción exterior del Gobierno es nuestra mayor
implicación en la política internacional, que lógicamente está dotada
de sus organismos y tiene que estar dotada de medios humanos,
materiales. Eso implica una serie de compromisos financieros y
presupuestarios y quisiéramos que usted nos explicase cómo el
presupuesto del año 2000 afronta esos retos que España cada vez más
se va proponiendo cumplir y alcanzar, actuación en misiones de paz,
de intermediación, de control de acuerdos, incluso acuerdos de
pacificación, etcétera.

Quisiéramos que comentase también el descenso a menos de la mitad de
la inversión del programa 132.B, acción diplomática ante la Unión
Europea, que nos razonase por qué descienden el 58 por ciento
nuestras inversiones. No es que hayamos conseguido culminar algunos
de los proyectos que estuviesen iniciados en años anteriores, lo que
también me hace pensar que no tenemos planificado para el futuro
nuevas inversiones, nuevas necesidades de gasto para seguir en un
proceso de la Unión Europea cada vez con más países y cada vez con
mayor grado de desarrollo; vamos a incorporar nuevos países, la
política exterior común, etcétera. En definitiva, por qué se reduce
el 58 por ciento.

Dentro del programa 134.B, cooperación, promoción y difusión cultural
en el exterior, nos gustaría que explicase los aumentos tan
significativos que han tenido las transferencias corrientes a
sociedades mercantiles y a empresas privadas; unas suben el 283 por
ciento y otras el 68 por ciento. Siempre hemos mirado con celo el
estilo, la calidad y las características que tiene nuestra acción
exterior en cuanto a la difusión de la cultura, ya sea promovida por
nuestra propia Secretaría, por nuestra propia acción exterior o bien
delegada a entidades privadas. Quisiéramos conocer si realmente cada
vez más el protagonismo va en ese sentido o si hemos hecho delegación
de nuestras responsabilidades.




Nos encontramos con que al final lo más significativo en este
presupuesto es el importante aumento que hay en cuanto a la
construcción de edificios, en cuanto a los medios físicos para el
Ministerio de Asuntos Exteriores en su conjunto. Como estamos
hablando comparativamente de los años 1999 y 2000, la verdad es que
se sitúa por encima del doble, de 23.600 metros cuadrados que se
reflejan en el presupuesto de 1999 se pasa a 48.571, pero me gustaría
que usted nos razonase y nos explicase cómo en un año se puede dar
esa oscilación tan importante.

Los restantes objetivos de la acción diplomática bilateral y de la
acción diplomática multilateral se basa más en discursos políticos
que en asignaciones presupuestarias. Tendremos ocasión de hablar de
ellos en las distintas enmiendas y debates más concretos que se vayan
a producir, pero es necesario en este momento reflexionar sobre esa
acción bilateral y multilateral, entendiendo por parte de nuestro
grupo que la acción bilateral de España con distintos países, con
distintas regiones del mundo no ha alcanzado el grado de eficacia que
debería haber alcanzado. El papel que está jugando España, sobre todo
relacionado con esa acción diplomática multilateral es un papel que
no nos gusta, entendemos que estamos siendo supletorios de intereses
de nuestros socios y aliados en esas organizaciones
multilaterales y desde luego estamos incorporando al futuro nuevo
orden internacional un discurso que está resaltando valores que
creíamos superados con la finalización de la guerra fría. Así pues,
habrá tiempo de poder recoger en los textos de las enmiendas nuestro
análisis crítico a lo que son las relaciones bilaterales y
multilaterales y esta es la reflexión que hace nuestro grupo.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Popular, tiene la palabra el señor
Robles.




El señor ROBLES FRAGA: Señor presidente, voy a intervenir brevemente,
solicitando su permiso para que intervenga el portavoz Martínez
Casañ.

En primer lugar quiero decir que la mayoría de las cosas que se han
planteado no corresponden a este secretario de Estado, sino al señor
subsecretario que viene más tarde.

Voy a hacer dos recordatorios. El primero es que el aumento de altos
cargos se debe a la creación de dos direcciones generales largamente
demandadas por esta Comisión, por esta Cámara y especialmente por los
grupos de la oposición, que son la Dirección General de Asuntos
Técnicos de la Unión Europea y la Dirección General de Norteamérica
y cuestiones de seguridad y desarme.

En segundo lugar, aquí podemos hacer todo menos dejar de felicitar al
secretario de Estado que consigue reducir gastos corrientes, entre
otras cosas por decisiones que no dependen naturalmente sólo del
secretario de Estado sino de la política de gestión presupuestaria y
de mayor rigor en el control de los gastos corrientes puesta en
marcha desde 1996, que entre otras cosas tiene que ver con la
concentración de sedes y con la modernización de los sistemas de
comunicación, así como los procedimientos de control de la manera en
que se gestionan los presupuestos en el Ministerio de Asuntos
Exteriores. Vaya por delante nuestra felicitación por su
contribución, sin duda importante, a esta reducción de los gastos
corrientes.

Es evidente que esta intervención mía no puede dejar de constatar que
este presupuesto no sólo continúa la política de rigor de los
presupuestos anteriores desde 1996, sino que además es un presupuesto
enmarcado dentro de una política económica cuyos frutos en materia de
creación de empleo, bajada de la inflación, bajada de los tipos de
interés y dinamización de la economía española están a la vista de
todos.

El presupuesto del Ministerio de Asuntos Exteriores y el presupuesto
de la Secretaría de Estado de Política Exterior de la Unión Europea,
como todos los demás órganos de Gobierno, contribuyen a hacer
creíbles no sólo por las palabras sino por los hechos estos
presupuestos, que sí son presupuestos creíbles; y son especialmente
creíbles porque la parte sustancial de esta comparecencia es la que
se refiere a las relaciones financieras entre España y la Unión
Europea, que pueden calificarse de muchas cosas pero no de fracaso.

Por tanto y para hablar de eso, solicito al señor presidente que dé
la palabra al señor Martínez Casañ.




El señor PRESIDENTE: Señor Martínez Casañ.




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El señor MARTÍNEZ CASAÑ: En lo que hace referencia a la sección 34,
relaciones financieras con la Unión Europea, mi grupo parlamentario
observa con satisfacción que los presupuestos reflejan el excelente
resultado de las perspectivas financieras negociadas en la cumbre de
Berlín.

Por otro lado, las aportaciones de España a la Unión Europea son
aportaciones estatutarias con lo cual salen de cualquier tipo de
negociación parcial y forman parte siempre de un equipo de
negociación en el marco financiero.

Observamos que se presenta un saldo positivo para España de 1,04
billones de pesetas en el año 2000, lo que supone unos 62.0000
millones de pesetas más que en 1999. Es cierto que las aportaciones
de España al presupuesto general de las Comunidades Europeas se
encuentran en 1,13 billones de pesetas, lo que significa un aumento
del 10,1 por ciento, y de eso nos congratulamos porque es
consecuencia del mayor grado de riqueza relativa de nuestro país y
del aumento del consumo privado, lo que ha supuesto un incremento del
recurso IVA. Observamos que España aportará a las comunidades
autónomas sólo la mitad de los ingresos que obtendrá a través de los
pagos comunitarios, que ascienden a 2,18 billones de pesetas.

En lo que se refiere a los fondos de cohesión vemos con satisfacción
que se pasa de 200.905 millones, con un incremento del 31,4 por
ciento respecto a la cuantía que se espera recibir en 1999. En cuanto
a la dotación global para fondos estructurales se eleva a 1,2
billones de pesetas, lo que representa un incremento del 2 por ciento
respecto al del año 1999, y no se puede hablar de desviaciones en
este capítulo al tratarse de un objetivo de gasto.

En resumidas cuentas, nos congratulamos de que el resultado del flujo
de ingresos y pagos entre España y las Comunidades Europeas en el año
2000 presentará un saldo positivo por importe de un billón 46.873
millones de pesetas, superior en 62.279,5 millones de pesetas al
estimado para 1999, con lo cual mi grupo parlamentario se alegra de
las cifras que se reflejan en los Presupuestos Generales del Estado y
vuelve a constatar que se trata de un éxito de nuestro Gobierno y de
nuestro presidente en las negociaciones de la cumbre de Berlín.




El señor PRESIDENTE: Señor secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE POLÍTICA EXTERIOR Y PARA LA UNIÓN
EUROPEA (De Miguel y Egea): Agradezco mucho a los intervinientes sus
observaciones y quisiera empezar por decir que parte de las
intervenciones de los señores Martinón y Navas, que se refieren a
aspectos del presupuesto general del Ministerio de Asuntos
Exteriores, no estoy en disposición de responderlas puesto que en
esta Comisión de Exteriores ha habido tradicionalmente una división
de trabajo en las comparecencias, en las que como ustedes observarán
comparece el secretario de Estado de la Unión Europea, el secretario
de Estado de Cooperación Internacional, el subsecretario y el
secretario general de la Agencia.

Tradicionalmente se pedía que el secretario de Estado de la Unión
Europea -y así me lo han pedido año tras año- se refiriera
exclusivamente al presupuesto comunitario, es decir al tema de las
transferencias al presupuesto español de los fondos provenientes del
presupuesto comunitario
y a hacer un comentario general de lo que es el presupuesto
comunitario y de los balances positivos y negativos en las diferentes
partidas.

Alguien me podrá decir que como secretario de Estado y responsable
del departamento mi obligación es responder a todas las preguntas que
han sido planteadas, lo único que les puedo decir es que con sumo
gusto eso lo hará el subsecretario del departamento, porque en esa
división de competencias que nos hemos fijado es la que a él le
corresponde. A mí tradicionalmente me corresponde una cosa que
alguien puede decir que no es específicamente el presupuesto del
Estado español, pero no he sido yo quien ha elegido esta división de
funciones. Llevo varios años compareciendo ante esta Comisión y
siempre me han pedido lo mismo. Desde luego, no pretendo ser
exhaustivo ni hacer una descripción total del presupuesto general de
las comunidades europeas para el año 2000, que naturalmente
condiciona mucho todo el marco de transferencias de la Unión Europea
hacia el presupuesto nacional, pero podré brevemente referirme, a
reserva de poder profundizar en cualquier aspecto, a lo que es más
concretamente la relación financiera del presupuesto español con el
presupuesto de las comunidades europeas del año 2000.

En primer lugar, en la aportación española al presupuesto comunitario
y al Fondo Europeo de Desarrollo los Presupuestos Generales del
Estado recogen tanto las transferencias al presupuesto general de las
Comunidades Europeas, en concepto de recursos propios, como la
contribución al Fondo Europeo de Desarrollo, que cuenta con
presupuesto propio y es independiente del presupuesto general de la
Unión Europea.

El importe total de los créditos descritos en la sección 34 se eleva
a un billón 133.214,2 millones de pesetas, con un incremento del 10,1
por ciento respecto al presupuesto base inicial para 1999.

Corresponde un billón 112.664 millones a la aportación que hace
España al presupuesto general de la Unión Europea, lo que supone un
incremento del 10,4 por ciento, y 20.530 millones a la aportación que
hacemos al FED, que disminuye un 6,3 por ciento respecto al año
anterior.

Los distintos componentes de los recursos propios evolucionan de
manera desigual al compararlos con el ejercicio anterior, porque el
recurso IVA aumenta el 11,3 por ciento como consecuencia del aumento
del consumo privado en España, el recurso PNB aumenta el 8,7 por
ciento en línea con el aumento de la importancia del recurso PNB y
SS. SS. conocen que hay una progresiva sustitución del recurso PNB
por el recurso IVA. Con la evolución económica España y los recursos
propios tradicionales crecen el 13,6 por ciento, y la evolución de
los recursos propios tradicionales compuestos básicamente por
derechos de aduana, viene determinada también por el incremento y la
marcha de las importaciones en España en este período. La
contribución de España al FED, que era la otra partida que habíamos
dejado como independiente este año, se sitúa en 20.530,2 millones de
pesetas, con una disminución que se deriva de una mayor lentitud en
la ejecución de los proyectos del fondo y conlleva una menor
aportación de los Estados.

Vista cuál es la aportación de España al presupuesto, me gustaría
entrar brevemente también en lo que son lastransferencias del
presupuesto general de las Comunidades



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Europeas a España. España espera recibir en el año 2000 pagos
comunitarios por un importe global de 2 billones 180.078 millones de
pesetas, lo que representa un aumento del 5,3 por ciento respecto al
año 1999. Quisiera analizar las principales partidas. Las ayudas del
FeogaGarantía durante el año 2000 se estiman en 966.381 millones de
pesetas, de los cuales 917.173 corresponden a transferencias
corrientes de política de garantía de mercados agrarios y 49.208
millones de pesetas a medidas de acompañamiento.




El Feoga-Garantía financiará en el año 2000 las medidas tradicionales
de mercados de la PAC, junto con medidas de acompañamiento,
reforestación, cese anticipado y medidas medioambientales y como
novedad otras medidas de desarrollo rural fuera del Objetivo-1 que
hasta 1999 financiaba el Feoga-Orientación, que prácticamente ha
desaparecido después de las perspectivas financieras, según todos
sabemos. De las cifras anteriores, la Comunidad Europea descontará
15.000 millones de pesetas correspondientes a la liquidación de
cuentas de ejercicios anteriores, por lo que en términos netos las
transferencias que se recibirán de la Comunidad se situarán en torno
a los 951.381 millones de pesetas. Se observa un incremento próximo
al 9 por ciento, respecto a los 873.109 millones de pesetas netos que
se ingresarán en 1999 y este incremento es consecuencia del aumento
de la participación de España en el gasto agrario comunitario que
pasa de ser del 11,7 por ciento al 13,5 por ciento. Este cambio está
originado entre otras cosas por cambios y reformas dentro de la
Política Agrícola Común, fundamentalmente en vino, aceite, cereales y
carne de vacuno y leche, es decir la acumulación de las reformas que
se realizaron el año pasado y el anterior más todo el paquete
agrícola de las perspectivas financieras.

Por lo que respecta a acciones estructurales, y más concretamente
a los fondos, en el Consejo Europeo de Berlín de marzo de 1999 se
decidió una dotación de los fondos estructurales tradicionales (los
fondos tradicionales son todos menos el Fondo de Cohesión) para el
período de las perspectivas financieras 2000-2006, esta dotación
alcanza 195.000 millones de euros, y luego se estableció una
distribución de importe global por los Estados miembros.

La asignación de fondos estructurales a España para el período 2000-
2006 asciende en principio y a precios de 1999 a 43.087 millones de
euros en créditos de compromiso, a lo que hay que añadir las
cantidades correspondientes a las iniciativas comunitarias y a las
acciones innovadoras pendientes de asignación por el Estado miembro.

También deben añadirse las cantidades correspondientes al reparto de
ayudas para el desarrollo rural financiadas por el FeogaGarantía que
ascienden a 30.370 millones de euros en el período y de los que
España recibirá 3.219 millones de euros, es decir más o menos el 10,6
por ciento del total.

En los Presupuestos Generales del Estado la previsión en términos de
caja refleja que en el año 2000 España debe recibir un billón 6.002
millones de pesetas como cantidad correspondiente a fondos
estructurales, junto con 200.905 millones de pesetas por lo que se
refiere a su participación correspondiente al Fondo de Cohesión. Si
comparamos estas cantidades con las que España terminará de recibir a
lo largo del año 1999, son un total de un billón 21.878
millones de pesetas en concepto de fondos estructurales y 152.924 de
Fondos de Cohesión.

Me gustaría referirme brevemente al Fondo de Cohesión porque éste fue
uno de los grandes temas del Consejo de Berlín, como el señor
Martinón conoce. El Consejo acordó asignar un importe de 18.000
millones de euros para este Fondo de Cohesión en el período de las
expectativas financieras 2000-2006, de los cuales -y aquí hay una
sustancial diferencia- España recibirá el 62 por ciento del total,
cuando normalmente venía recibiendo el 50 por ciento. Esto hace que
España perciba en dicho período un total de 11.160 millones de euros
a precio de 1999, lo que supone 1,86 billones de pesetas que
corresponden al referido 62 por ciento de los recursos del Fondo de
Cohesión, frente al 55 por ciento que le correspondía en el período
1994-1999. Con ello los recursos a percibir por España procedentes
del Fondo de Cohesión se incrementan en una media anual y en términos
reales, más o menos el 10,38 por ciento, a pesar de que la dotación
total del fondo se reduce el 2,08 por ciento respecto al período
precedente, pero también hay que tener en cuenta que España no
solamente recibe una mayor participación sino que también hay un
progresivo retiro de uno de los países que recibían fondos de
cohesión que es Irlanda. Por tanto, aunque en cantidades absolutas el
Fondo de Cohesión haya disminuido, en cantidades concretas España
aumenta en términos reales el 10 por ciento anual.

En el año 2000 la Unión Europea transferirá a España, como se ha
señalado, un importe de 200.905 millones de pesetas con cargo al
Fondo de Cohesión, lo que supone un incremento muy importante
respecto al año anterior, es decir con relación al año actual próximo
al 31,4 por ciento, puesto que como he dicho en 1999 España recibirá
152.924 millones de pesetas y en el año 2.000, ya he dicho la cifra,
200.905. Merece la pena señalar que además de la mayor dotación, en
este momento refleja adelantos en la ejecución que se realizó en 1998
correspondientes a 1999, recuperándose en el año 2000 el ritmo
normal. En cuanto al reparto del Fondo de Cohesión, la Administración
del Estado ingresará de esos 200.905 millones, 75.000 millones de
pesetas en el año 2000, siendo el resto ingresado en el presupuesto
de las comunidades autónomas, corporaciones locales y otros agentes
económicos.

El presupuesto general de las Comunidades Europeas financia otra
serie de actuaciones en distintas áreas tales como la cultura, el
turismo y la investigación, algunas de cuyas transferencias van
directamente al beneficiario. En el año 2000 la cantidad global de
esta partida que corresponde a otras transferencias va a alcanzar la
cifra de 21.790 millones de pesetas, comprendiendo en primer lugar
las ayudas CECA, la Comunidad Europea del Carbón y del Acero, son
fundamentalmente ayudas al carbón, que ascenderán a 3.300 millones de
pesetas que se transferirán en su totalidad a las empresas, y en
segundo lugar la cantidad correspondiente al 10 por ciento de gastos
de recaudación de los recursos propios tradicionales por importe de
15.000 millones de pesetas, así como otras subvenciones por valor de
3.400 millones de pesetas.

Para concluir, señor presidente, del resultado de este flujo de
ingresos y pagos entre España y la Unión Europea, se estima que para
el año 2000 habrá un saldo positivo para



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España por importe de un billón 466.863 millones de pesetas. Este
saldo financiero puede compararse con el relativo a 1999 que se
estima en 984.584 millones de pesetas, esto nos da como resultado un
incremento del saldo positivo del 6,3 por ciento.

Cabe igualmente comparar las cantidades que España espera recibir en
el año 2000 en concepto de retornos o pagos comunitarios, que suponen
un importe de 2 billones 180.078 millones de pesetas, respecto a la
previsión para 1999 que asciende a 2 billones 70.145 millones de
pesetas, lo que significa un aumento del 5,3 por ciento, y refleja la
importancia de la relación financiera entre España y la Unión
Europea.




El señor PRESIDENTE: Señor Martinón.




El señor MARTINÓN CEJAS: Señor secretario de Estado, no he pretendido
romper lo que tradicionalmente ha sido en esta comisión la división
de responsabilidades de explicación. Si me permite la expresión,
usted es el número dos del Ministerio, en nombre de mi grupo
parlamentario y no podía permitir, que a usted no le quedara clara
nuestra opinión global acerca del presupuesto de su Ministerio. Ha
sido evidente que no he entrado en detalles. He dicho que disminuye
el presupuesto del Ministerio si se tiene en cuenta los gastos
financieros, y el modestísimo incremento si no se tienen en cuenta
los gastos financieros. Prácticamente no he dicho otra cosa.

Permítame que haga un paréntesis, y me dirijo casi más al señor
presidente y a todos. Estamos en el Parlamento; esto no puede ser una
sucesión de monólogos donde cada uno lee lo que se le ha preparado,
aunque no critico que a un alto cargo del Ministerio se le prepare
una documentación para venir. ¡Bueno sería que no fuera asi!; pero la
sucesión de lecturas sin escucharnos unos a otros lleva al disparate,
a una pérdida de tiempo colectivo y a una depreciación del papel del
Parlamento. Señor secretario de Estado, usted ha leído esos papeles
pero no ha dado ni un solo dato, no ha hecho ningún comentario, ni
una sola interpretación distinta y complementaria que avance más allá
de lo que dice el libro donde se presentan los Presupuestos Generales
del Estado para el año 2000. Comprenderá que antes de venir aquí a
plantearle en nombre de mi grupo algunas preguntas, he estudiado la
documentación que el Gobierno ha remitido. Yo le he planteado algunos
asuntos que si es posible me gustaría, que responda ahora; pero
también entiendo que no tiene por qué manejar miles de datos. No es
exigible a un secretario de Estado del Ministerio de Asuntos
Exteriores una habilidad excepcional en el manejo de números y en el
cálculo de porcentajes. Pero o bien con naturalidad me explica que
nos enviará a través del presidente algún tipo de información que
ahora le reclame, o simplemente me dice que no lo considera
necesario. Le he planteado algunas cuestiones que me parecen
relevantes y que hacen alusión específica y directa a los flujos
financieros entre la Unión Europea y España. Nosotros aumentamos su
aportación al presupuesto comunitario en el 10,4 por ciento, sin
tener en cuenta la aportación al Fondo Europeo de Desarrollo, porque
como sabe mucho mejor que yo el señor secretario de Estado el Fondo
Europeo de Desarrollo no forma parte de los presupuestos
comunitarios, por
eso he dicho que nuestra aportación al presupuesto comunitario ha
aumentado un 10,4. De todas formas da igual, porque el otro
porcentaje es el 10,1 ¿Por qué España va a aportar el año 2000 el 10
por ciento más de lo que aportó en 1999 cuando los créditos de gastos
comunitarios sólo aumentan el 4 por ciento? Aquí pasa algo. No es
natural que nuestra aportación crezca más del doble de lo que
aumentan los créditos de gasto. Aquí pasa algo que puede tener una
explicación muy razonable, y eso es lo que le pido. Démela.

En las perspectivas financieras de Berlín las cantidades asignadas a
los fondos estructurales y al Fondo de Cohesión, como muy bien sabe
el señor de Miguel son objetivos de gasto. Por tanto, en el
anteproyecto de presupuestos del año 2000 de las comunidades europeas
aparecen como compromisos de crédito las cantidades que aparecían en
las perspectivas financieras. El señor De Miguel nos ha recordado que
España va a participar con el 62 por ciento en el Fondo de Cohesión,
debido sobre todo a la mejora económica de Irlanda que le hace
disminuir su participación en el Fondo de Cohesión. ¿Qué supone eso?
¿Cuánto es el 62 por ciento del Fondo de Cohesión el año 2000? Según
mis cálculos son 275.000 millones de pesetas. Ustedes hacen figurar
en el presupuesto 200.000 millones de pesetas. Dígame lo que quiera,
pero ha intentado decirme :¡Fíjense lo importante que es el
incremento y cuánto hemos aumentado en el Fondo de Cohesión, que pasa
de 153.000 millones de pesetas en el año 1999 a 201.000 millones de
pesetas en el año 2000! Eso también se lo he dicho yo, pero le
preguntaba: ¿a qué se debe este espectacular aumento de un treinta y
pico por ciento? El propio Gobierno explica a qué se debe ese aumento
espectacular, y en la página 36 del tomo donde se recogen los anexos
de los flujos financieros de España-Unión Europea, dice: Este aumento
resulta tan elevado porque una serie de pagos que hubieran
correspondido al año 1999 se adelantaron a 1998. El Gobierno está
diciendo: la cifra de 1999 es baja debía haber sido un poco superior;
tan baja que tan sólo eran 150.000 millones de pesetas.

Dejando eso a un lado, volvamos. En las perspectivas financieras del
anteproyecto de presupuestos de las comunidades europeas el Fondo de
Cohesión figura con una cantidad, cuyo 62 por ciento,es decir nuestra
parte serían 275.000 millones de pesetas. Ustedes han hecho figurar
aquí 200.000 millones de pesetas, faltan 75.000 millones de pesetas,
señor secretario de Estado. Puede haber una explicación y no niego
que la haya, pues démela. ¿Por qué no lo han hecho figurar? ¿Por qué
se han comido 75.0000 millones de pesetas? Lo mismo ocurre con los
fondos estructurales. Nuestra participación en dichos fondos, que es
el 23,47 por ciento la cantidad para el año 2000, según las
perspectivas financieras de Berlín y según lo que acabe figurando en
el presupuesto de las comunidades del año 2000 a España le hubieran
correspondido un billón 170.000 millones. Ustedes han hecho figurar
en el presupuesto la previsión de un billón 6.000 millones de
pesetas. Faltan, no han hecho ustedes figurar 165.000 millones de
pesetas, que unido a los 75.000 millones de pesetas del Fondo de
Cohesión estamos hablando de 240.000 millones de pesetas. Los fondos
europeos, según las perspectivas financieras que nosotros hemos
criticado tanto y que ya se notará con el



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tiempo, para el año 2000 no se va a notar, señor De Migel,
evidentemente y nunca hemos dicho lo contrario. ¡Cómo se va a notar
el año 2000¡ En el año 2000, según las perspectivas financieras, nos
hubiera tocado un billón 445.000 millones, y ustedes sólo hacen
figurar un billón 206.000 millones; Faltan, no han hecho figurar
240.000 millones. Déme una explicación.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor secretario de Estado.

(El señor Robles Fraga, pide la palabra.)
No, no, señor Robles.




El señor ROBLES FRAGA: Señor presidente, con permiso; un minuto, no
me hace falta más.

Me parece muy curioso que nos expliquen a los diputados aquí
presentes cómo funciona esta Comisión de Asuntos Exteriores, cómo se
ordenan los debates, cómo se procede con el desglose de los
presupuestos del Ministerio de Asuntos Exteriores y se pretenda
mezclarlo todo de forma tan confusa como inútil. Es cierto que aquí
hay una cierta tradición de cómo se procede en el debate de los
presupuestos del Ministerio de Asuntos Exteriores, y sería bueno
recordar al Grupo Socialista que cuando traiga a un diputado que no
conoce esos usos por lo menos se moleste en explicárselos, porque, si
no, volvemos a empezar otra vez cada año, y eso es una pérdida de
tiempo bastante notable y mucho más irritante de lo que le parece a
algunos. (El señor Martinón Cejas pide la palabra.)



El señor PRESIDENTE: Señor Martinón, discutir sobre lo que vamos a
discutir yo creo que no tiene demasiado sentido en este trámite.

Vamos a escuchar la respuesta del señor secretario de Estado.




El señor MARTINÓN CEJAS: Señor presidente, ha habido una alusión
impertinente.




El señor PRESIDENTE: Señor Martinón, permítame que cierre aquí esta
parte del debate y que le dé la palabra al señor secretario de
Estado.

Señor secretario de Estado, tiene la palabra.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE POLÍTICA EXTERIOR Y PARA LA UNIÓN
EUROPEA (De Miguel Egea): Señor Martinón, naturalmente que he
escuchado su primera intervención con mucha atención. Yo he
comparecido muchas veces en esta comisión y no creo que haya nadie
que pueda decir que he eludido mis responsabilidades desempeñando mi
papel como alto cargo del Ministerio de Asuntos Exteriores. Si yo no
he respondido a una parte de sus, creo que muy acertadas,
observaciones generales (sé que han sido generales y que no van
dirigidas a puntos concretos, sino que han sido unas pinceladas
generales sobre el presupuesto del Ministerio de Asuntos Exteriores)
Ha sido por respeto al subsecretario del departamento, que es el
encargado de entrar en el tema general por ese reparto de
explicaciones, que no de responsabilidades. No he respondido por
respeto a que él lo va a hacer posteriormente ya que es lógico que en
estas comparecencias, tal y como está establecido por la costumbre,
cada responsable
del Ministerio de Asuntos Exteriores asuma la parte que la
propia Comisión le ha asignado, pero, naturalmente, he tomado muy
buena nota de todo lo que usted ha dicho sobre los temas generales
del presupuesto de Asuntos Exteriores. Espero que el señor
subsecretario le dé la respuesta, que es la respuesta del Ministerio.

Con respecto a los temas más concretos a los que se ha referido ya le
he dado una explicación. Sobre las transferencias comunitarias le he
contestado ya y usted dice que es la que figura en el libro. Es que
ésa es la argumentación del Gobierno y yo no puedo dar otra que no
sea la del Gobierno. Además, señor Martinón, ya le he respondido a
las preguntas concretas que me ha hecho.

Le sorprende que la contribución española haya subido el 10,4 por
ciento mientras que los gastos no han subido más que el 4 por ciento,
pero es que hay una diferencia obvia; la diferencia es que este país
prospera, y como este país prospera tiene mayor PNB, mayor IVAy mayor
transferencias de recursos propios tradicionales, por eso este país
contribuye más al presupuesto comunitario. Y le diré que el objetivo
de este Gobierno ha sido precisamente el de que este país contribuya
cada vez más al presupuesto comunitario. Nuestra política no es la
sistemática de poner la mano sino la de la solidaridad comunitaria, y
la cohesión comunitaria funciona en la doble vía. De la misma manera
que nosotros la hemos exigido y la hemos logrado con éxito en el
Consejo Europeo de Berlín, hemos sido los primeros en sacar de los
fondos estructurales del objetivo 1 a aquellas regiones que se
hallaban por encima del 75 por ciento y de contribuir en la medida de
nuestras posibilidades, y el objetivo de este Gobierno es lograr que
España sobrepase el 90 por ciento de la renta comunitaria y, por
tanto, quede fuera del Fondo de Cohesión en el horizonte temporal de
estas perspectivas financieras. Ése es el objetivo y no el de es ser
perpetuamente receptor de fondos. La pretensión de este Gobierno es
que España aporte cada vez más al presupuesto comunitario porque eso
no es más que el reflejo de la riqueza y de la prosperidad de este
país, que es una realidad con este Gobierno, aunque a usted no le
guste escucharlo. Como estoy en el uso de la palabra, le digo que ha
crecido el 10 por ciento porque el producto nacional bruto español es
superior, porque las transferencias por IVAdel consumo de los
españoles son superiores y porque las importaciones de los españoles,
gracias a la prosperidad que hay en España, son superiores, y, por
tanto, aumentan los parámetros de nuestra aportación a recursos
propios. Le diré otra cosa: este Gobierno está particularmente
satisfecho de que España aporte cada vez más al presupuesto
comunitario, porque eso no es más que el símbolo de que este país
está rindiendo y además rindiendo cada vez más, respondiendo de
manera responsable a la solidaridad comunitaria. Estamos recibiendo
fondos estructurales y estamos recibiendo fondos de cohesión pero, al
mismo tiempo, tenemos capacidad de aportar cada vez más al
presupuesto comunitario. Y además, tome nota, esto será ascendente,
desde luego mientras este Gobierno dirija este país.

Con respecto a los 68.000 millones de pesetas que usted dice que
faltan en el Fondo de Cohesión, he de decirle que usted ha hecho un
cálculo del fondo de cohesiónde una manera estática; ha dicho es
tanto y me



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corresponde el 62 por ciento. Pero usted ha de tener en cuenta que el
Fondo de Cohesión tiene una evolución por la cual Irlanda todavía
recibe una parte, está en lo que se llama un una salida del Fondo de
Cohesión, y España va aumentando su parte. Por tanto, en el primer
año hay todavía un ajuste que no es exactamente del 62 por ciento,
como usted había calculado.

Con respecto al resto de los fondos estructurales, usted ha dicho muy
bien que hay una estimación indicativa pero que puede haber ajustes.

Habrá ajustes porque esto depende del presupuesto de la Unión,
presupuesto que todavía no ha sido aprobado. El 25 de noviembre hay
un consejo de presupuestos y el Parlamento tiene que aprobarlos.

Cuando se apruebe el presupuesto definitivo se completarán y se
ajustarán esos miles de millones de pesetas que usted dice que faltan
en lo que corresponde a los fondos estructurales. Usted comprenderá
que ni el Gobierno español es tan ingenuo para no reclamar la parte
que le corresponde ni el sistema de la Unión Europea funciona tan mal
como para que los repartos no figuren. El reparto figurará y al final
del balance estarán esas proporciones, que son las que están
asignadas en el Consejo de Berlín.




El señor PRESIDENTE:
Con ello concluye esta primera comparecencia del secretario de Estado
de Política Exterior y para la Unión Europea. Le agradezco al señor
secretario su presencia entre nosotros.

Con una brevísima interrupción procedermos a tramitar la
comparecencia del secretario de Estado para la Cooperación
Internacional y para Iberoamérica, don Fernando Villalonga, cuya
presencia en esta sala contemplo en este momento un poco distraída, y
presidente al mismo tiempo de la Agencia Española de Cooperación
Internacional. Dos minutos de interrupción.




- DEL SEÑOR SECRETARIO DE ESTADO PARA LACOOPERACIÓN
INTERNACIONALYPARA IBEROAMÉRICA Y PRESIDENTE DE LA AGENCIA ESPAÑOLA
DE COOPERACIÓN INTERNACIONAL (VILLALONGA CAMPOS), A SOLICITUD DEL
GRUPO SOCIALISTA DEL CONGRESO (Número de expediente 212/002177 y 212/
002179); DEL GRUPO PARLAMENTARIO FEDERAL DE IZQUIERDA UNIDA (Número
de expediente 212/002250) Y DEL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR EN EL
CONGRESO (Número de expediente 212/002280.)



El señor PRESIDENTE: Reanudamos la sesión. (El señor García-
Santesmases Martín-Tesorero pide la palabra.)
Señor Santesmases.




El señor GARCÍA-SANTESMASES MARTÍNTESORERO: Señor presidente, como he
visto que no está el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista,
quería rogar al señor Robles que hiciera el favor de disculparse
públicamente por las palabras pronunciadas al portavoz de mi grupo en
el trámite anterior. No me parecen la muestra más clara de
hospitalidad de una Comisión como la nuestra
y del consenso al que estamos habituados las palabras del portavoz
del Grupo Parlamentario Popular y rogaría que constara en el «Diario
de Sesiones» la disculpa pública del señor Robles a la intervención
del señor Martinón.




El señor ROBLES FRAGA: No voy a reabrir el debate, señor presidente,
sino a cerrarlo, si no le importa.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra, señor Robles.




El señor ROBLES FRAGA: Si ha habido algo en mis palabras que haya
podido irritar al Grupo Socialista o al señor Martinón, por el que
tengo el mayor de los respetos, naturalmente, lo retiro; no es mi
propósito ofender a nadie. Entiendo que se ha producido un
intercambio de opiniones diferentes sobre el contenido de la
intervención del señor Martinón y la mía. Si hay algo que le puede
haber molestado, lo retiro, sin duda alguna.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Robles.

Vamos a proceder a la comparecencia del secretario de Estado para la
Cooperación Internacional y para Iberoamérica y al mismo tiempo
presidente de la Agencia Española de Cooperación Internacional.

Les recuerdo el trámite: intervendrán en primer lugar los portavoces
de los grupos que han solicitado la comparecencia, en este caso
concreto hay dos solicitudes de comparecencia del Grupo Socialista,
una de Grupo de Izquierda Unida y otra del Grupo Popular, y a
continuación contestará el señor secretario de Estado, don Fernando
Villalonga, cuya presencia agradezco, y le saludo, y luego habrá un
breve turno de réplica.




El señor PÉREZ SEGURA: Una aclaración, ya que no hemos prestado la
atención que se requería. ¿El señor secretario de Estado acumulará
las dos comparecencias?



El señor PRESIDENTE: Sí.

Tiene la palabra, señor Pérez Segura.




El señor PÉREZ SEGURA: Bienvenido, señor secretario de Estado. Le
agradecemos su comparecencia. El Grupo Socialista ha hecho, a su
entender, un análisis riguroso de los presupuestos...




El señor PRESIDENTE: Perdón, un segundo. Como saben, posteriormente
tenemos la comparecencia del secretario general de la Agencia
Española de Cooperación Internacional, que no está acumulada. Veo que
hay dos solicitudes de comparecencia del Grupo Socialista, una que
figura con el número 2177 y otra con el 2179, dirigidas al secretario
de Estado y presidente de la Agencia Española de Cooperación
Internacional y ésas dos se acumulan. Luego hay una posterior para el
secretario general de la Agencia Española de Cooperación
Internacional, de manera que una es para de secretario de Estado y
otra para el secretario general de la Agencia. Espero que lo tenga en
cuenta.

Tiene la palabra señor Pérez Segura.




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El señor PÉREZ SEGURA: Señor presidente, señor secretario de Estado,
a nuestro entender hemos hecho un análisis riguroso de los
presupuestos por lo que respecta al ámbito de cooperación
internacional para el desarrollo, y lo primero que tenemos que
manifestar, incluso de una forma solemne, si me lo permiten, es que
en este apartado de cooperación internacional los Presupuestos
Generales del Estado, a diferencia de lo que ustedes estiman y
publicitan, no crecen. De acuerdo con lo que hemos podido deducir de
las partidas que conocemos por los documentos que nos han entregado y
destinadas a la ayuda oficial al desarrollo, los Presupuestos
Generales del Estado para el año 2000 significarán un descenso en el
tanto por ciento del PIB destinado a esta materia. Para ello nos
hemos remitido a la memoria económico-financiera de los Presupuestos
Generales del Estado, donde ustedes, si me permiten la expresión y
entre comillas, venden un 6,5 por ciento como incremento para
proyectos especiales de ayuda oficial al desarrollo en el marco de la
Agencia. Frente a este argumento de incremento del esfuerzo
presupuestario, tenemos que decirle lo siguiente. El supuesto
incremento del 5,6 por ciento que el Gobierno identifica en 1.920 de
pesetas para proyectos especiales vendría prácticamente absorbido por
lo que supone el crecimiento del PIB nominal, que como usted sabe es
el crecimiento del producto interior bruto más la inflación, que, con
datos también oficiales, estimamos en el 5,8 por ciento. Sólo con
estos datos crecería, pero lo haría modestamente. Este incremento en
los presupuestos, en este caso de la Agencia, sería de menos 3.926
millones de pesetas, producido por la disminución de la partida de
microcréditos, que se ve reducida en 4.000 millones de pesetas: de
12.000 millones en 1999 se pasa a 8.000 para el año 2000. Por lo
tanto, el efecto combinado de este incremento más la rebaja de 4.000
millones genera este descenso, evaluado en la cantidad que antes le
he dicho.

Es especialmente sensible la rebaja en esta partida de microcréditos
porque, según las respuestas que han facilitado a diversos diputados
de nuestro grupo, en las facilitadas por escrito, así como por la
filosofía del propio departamento, estas partidas se definían como la
muestra más clara de la solidaridad del pueblo español con los países
en desarrollo. Esta partida, puede emplearse según las respuestas que
nos han dicho en función de lo previsto en el artículo 28.1 de la Ley
de cooperación, sin embargo, el Gobierno todavía no ha desarrollado
reglamentariamente la ley en este tema, por lo que hay que ir a la
vía de la resolución ministerial, que como transitoria tercera se
previó en la misma ley. En la ejecución de esta partida la Secipi no
puede estar contenta porque en 1998 su tasa de ejecución es
prácticamente nula, según nuestros datos. La Secipi sólo ejecuta el
5,8 por ciento del presupuesto en este ámbito, aunque, como ya
explicó usted mismo el otro día, se hayan comprometido 5.500 millones
de pesetas en microcréditos con destino a Bolivia, Perú y República
Dominicana durante 1998. Por tanto, yendo otra vez a los números,
sumando el presupuesto de la Secipi y de la AECI, el conglomerado de
la cooperación que afecta a su departamento, constatamos que el
programa 134.A, al que se denomina de cooperación para el desarrollo,
más el conjunto presupuestario de la AECI, asciende a 47.320 millones
de pesetas. (Rumores.)



El señor PRESIDENTE: Perdón, señor Perez Segura.

Señor Santesmases y compañía, ¿podrían abandonar la sala? Su
conversación está impidiendo que escuchemos en silencio la
intervención del señor Pérez Segura. Gracias. Puede continuar.




El señor PÉREZ SEGURA: Muchas gracias, por su amparo, señor
presidente.

Por lo tanto, según decíamos, el conglomerado de este programa
asciende a 47.320 millones de pesetas, lo que supone, con relación al
ejercicio de 1999, un recorte de 2.666 millones.

En cuanto a lo que ustedes denominan esfuerzo presupuestario, que
parece que se ha centrado en que los presupuestos del año 2000
aporten el nuevo concepto de proyectos especiales, hay que subrayar
que en el capítulo 4, la partida 486 desciende en 1.293 millones y
pasan al capítulo 7 como transferencia de capital, aumentando en este
caso 2.480 millones de pesetas respecto a las dotaciones
presupuestarias del año anterior. Hemos de señalar aquí que, al
contrario de lo que ustedes indican, la priorización de las
inversiones sobre los gastos corrientes, que en una lectura simple
podría ser así, evidentemente, el paso del capítulo 4 al capítulo 7,
para nosotros determina un incremento en la discrecionalidad del
otorgamiento de estas aportaciones. Esto es así, dado que los
proyectos especiales, al quedar fuera de la convocatoria de
subvenciones para las ONG y del capítulo de transferencias a familias
e instituciones sin ánimo de lucro, amplían todavía más, si me lo
permite, su destino o adjudicación por la puerta ancha y generosa de
la convocatoria abierta y permanente que financia proyectos
a entidades de distinto tipo, como «Pueblos Fraternos», etcétera;
incluso programas presentados por las cámaras de Comercio, entre
ellas la de Valencia. No quiero extenderme más en este aspecto.

El segundo punto que queríamos reseñar es el incumplimiento de la Ley
de cooperación y las dificultades de transparencia para poder valorar
adecuadamente los compromisos del Gobierno con la cooperación. En
este punto también ponemos comillas en el sentido de que este es un
presupuesto previo a las elecciones y por lo tanto, tendríamos que
extremar todos los elementos de transparencia para poder valorar
adecuadamente las políticas. El Gobierno -según nuestro criterio,
pero además es obvio- ha vuelto a incumplir las obligaciones de la
disposición adicional primera de la Ley de cooperación de remitir el
informe correspondiente a la financiación de programas de ayuda al
desarrollo de los distintos ministerios y organismos públicos. Por
tanto, una vez más no podemos conocer con exactitud cuál es la
cantidad que en los Presupuestos Generales del Estado podríamos
conglomerar y denominar como ayuda oficial al desarrollo. Los únicos
datos identificables que conocemos, vía presupuestos, la extensa pero
en este caso poco profunda documentación para cooperación y ayuda al
desarrollo son los presupuestos de su Secretaría de Estado y los de
la AECI. Como ya hemos dicho, la suma de ambos desciende.

Por otra parte, estos datos apenas suponen aproximadamente un 20 por
ciento del volumen total de la ayuda bilateral española frente a los
recursos de que dispone Economía y Hacienda, que evidentemente son
conocidos



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por usted: contribuciones a organismos financieros, no financieros,
aportaciones a la Unión Europea, los recursos dirigidos al FAD, los
recursos dirigidos a reorganización de la deuda y otros y los
créditos que incorporan los distintos ministerios. Si hubiésemos
tenido este informe, que, como antes he señalado, viene incumpliendo
la Ley de cooperación, nos daría la radiografía total del esfuerzo de
los españoles a través de la acción de Gobierno. Pero no lo tenemos.

Podríamos haber deducido otros elementos interesantes de debate.

Quizá no sea posible en este trámite, pero sí en el futuro. Un dato
importante es que en la cooperación descentralizada comunidades
autónomas/ayuntamientos, que en 1998 llegó a más de 28.000 millones
de pesetas, lo que supone un 26,19 por ciento del esfuerzo total de
la ayuda bilateral española en dicho ejercicio, si descontáramos los
esfuerzos que se han hecho en reorganización de la deuda, que
ascendió a 20.342 millones, sería en todo caso superior en más de
7.000 millones al valor de la condonación de la deuda por parte del
Estado. En definitiva, que nos están dando una lección las
comunidades autónomas, los ayuntamientos y otros particulares. Así,
podemos concluir que de ese 20 por ciento de la cooperación, que
conocemos desde Exteriores en los Presupuestos Generales del Estado
para el año 2000, la ayuda oficial al desarrollo desciende, por lo
que no nos situaremos ni en el horizonte mas modesto del 0,3 por
ciento para el 2000 (el bloqueado Plan director) ni en el 0,7 por
ciento del PIB, que es el ansia que a todos nos mueve. Por tanto, si
me permite que se lo diga, otro compromiso, señor secretario de
Estado, definitivamente arrumbado y devaluado por el Gobierno del
Partido Popular.

Dejo otros aspectos para mi compañera doña Belarmina, a los efectos
de poder concretarlos en el secretario general de la Agencia puesto
que son mucho más precisos.

Nuestras propuestas. Creo que en este momento y para agilizar los
trámites es importante recalcar en esta sesión de la comisión ,
también para el conocimiento de la opinión pública, que nuestra
propuesta alcanza el 0,35 por ciento. Nuestro secretario general ya
lo ha explicitado y se ha hecho eco la opinión pública,
evidentemente. Nos hemos comprometido a alcanzar el 0,35 del PIB en
este año, y, por tanto, presentaremos, para conocimiento de la
Secretaría de Estado, una batería concreta de enmiendas de incremento
presupuestario, que servirán para desglosar los esfuerzos: alrededor
de un 20 por ciento a los sectores sociales básicos, el 8 por ciento
a la educación básica, el 25 por ciento por ciento a la educación en
general, según la resolución que han aprobado nuestros órganos de
gobierno y con el objetivo de alcanzar el 0,35 por ciento. Éstas son
las prioridades que marca la Ley de cooperación.

En este sentido hay toda una serie de concreciones en el ámbito de
las ayudas a las ONG, a la ayuda humanitaria, a la colaboración con
los organismos multilaterales no financieros, en el tema de la
condonación de la deuda y también en el resto de las actuaciones, en
concreto un crédito ampliable para programas y proyectos de la AECI.

Una vez hecha esta exposición preliminar de análisis de cuál es la
política que plasma el presupuesto general del Estado para el año
2000 en la materia que nos compete, señalaríamos una serie de
preguntas por si el secretario de
Estado tiene a bien contestarlas en este trámite o, si no, lo haga
por escrito. Conocemos perfectamente las limitaciones que en este
ámbito tienen los cargos públicos que comparecen. Las enunciamos
seguidamente.

En primer lugar, tal como hemos dicho, la Ley de cooperación
establece en su disposición adicional primera, segundo párrafo, que
junto con los Presupuestos Generales del Estado el Gobierno elaborará
un informe que recoja de manera integrada los créditos de los
distintos ministerios y organismos públicos destinados a financiar
programas de ayuda oficial al desarrollo. Le pregunto, señor
secretario de Estado, ¿por qué no se ha presentado dicho informe
junto a los Presupuestos Generales del Estado para el año 2000? Es la
misma pregunta que le hice el año pasado, que a la entrada en vigor
de la Ley tenía una determinada respuesta, que supongo diferirá en
mucho de la de este trámite.

Segundo, la inexistencia del mencionado informe hace prácticamente
imposible desglosar en los presupuestos los créditos de los distintos
ministerios destinados a financiar programas de AOD. Como es difícil
desglosarlo, nos obliga a hacer las siguientes preguntas, en
concreto. Primera, ¿cuál es el importe previsto destinado a financiar
programas de ayuda oficial al desarrollo dentro del presupuesto de la
Unión Europea? Segunda, ¿cuál es el importe destinado a financiar
programas de ayuda oficial al desarrollo de las contribuciones a
organismos internacionales financieros? Tercera, ¿cuál es el importe
destinado a financiar programas de ayuda oficial al desarrollo dentro
de las contribuciones a organismos internacionales no financieros?
Cuarta, ¿cuál es el importe consignado en los presupuestos para
cancelación de deuda externa? Quinta, ¿Cuál es el importe de los
créditos de los distintos ministerios y organismos públicos
destinados a financiar programas de ayuda oficial al desarrollo?
En otros apartados también le queremos interpelar en el siguiente
sentido: ¿Qué gastos corresponden a la partida 12.103.486.00 para
proyectos especiales cuya financiación ha descendido este año en
1.293 millones de pesetas? ¿Qué gastos corresponden a la partida
12.103.796.00 para proyectos especiales, cuya financiación ha
aumentado este año en 2.480 millones de pesetas?
Aún quedan un par de preguntas. ¿Qué previsiones de incremento y de
recursos presupuestarios van a adoptar para cumplir el compromiso
parlamentario aprobado de que se llegue a identificar un gasto del 30
por ciento de la AOD para estos sectores, un 8 por ciento a la
educación básica y un 25 por ciento a la educación en general, sin
que suponga detrimento en las cantidades destinadas a los distintos
sectores sociales básicos, sea, priopridades en nuestras enmiendas?
En último lugar y de manera muy puntual aparece en el presupuesto de
su Secretaría de Estado una partida bajo el concepto 484,
transferencias corrientes a instituciones sin fines de lucro que
actúan en el campo de la cooperación al desarrollo, que entendemos
que no deja de ser una novedad porque creíamos que era la Agencia
quien realizaba estas funciones de transferencia a entidades.

Le agradeceré si puede hacernos algún breve comentario al respecto.




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El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Federal de Izquierda Unida, tiene
la palabra el señor Navas.




El señor NAVAS AMORES: Nuestro grupo ha pedido exclusivamente la
comparecencia del señor secretario de Estado, a quien también damos
la bienvenida, para abordar globalmente la partida presupuestaria
134.A. Por tanto, nuestra reflexión va a ser global tanto sobre la
Agencia como sobre la propia Secipi. Primero partimos de una
reflexión política, la de que discrepamos -y lo hemos hecho ya en los
anteriores presupuestos- de algunos de los principios que maneja el
Gobierno sobre la calidad de la ayuda española .

Quiero referirme a la Dirección General de Relaciones Económicas
Internacionales, cuya actuación nosotros entendemos no corresponde
con los principios que deben emanar de la ayuda oficial al
desarrollo. Deberían estar encuadrados en otros ministerios y, por
tanto, la contabilización del conjunto de la ayuda española -al que
luego haré referencia- evidentemente se vería mermado, porque
seguimos en la idea de que los objetivos que pretende cubrir esa
dirección general nada tienen que ver con la ayuda al desarrollo.

El otro elemento de la Secipi, que nosotros entendemos que tampoco
recoge en sus actividades los principios teóricos que bajo nuestro
punto de vista debe incorporar la ayuda oficial al desarrollo, es la
Dirección General de Relaciones Culturales y Científicas, otra acción
de la política española que debería estar encuadrada en otro ámbito,
en otro ministerio distinto al de Exteriores, en el programa de
cooperación para el desarrollo.

Se habla de la relación en el ámbito bilateral y aquí nos encontramos
sufragando relaciones con Estados Unidos para un programa que se
propone que esté dotado con 200 millones de pesetas, para desarrollar
acuerdos de amistad, defensa y cooperación. Se incorporan
intercambios científicos con distintos países de lo que se podría
considerar el primer mundo. En el ámbito multilateral, también
adscrito a esta Dirección General de Relaciones Culturales y
Científicas, nos encontramos financiando proyectos de cooperación
europea, como es el proyecto Eureka. En el apartado de macrociencia
destaca el Centro Europeo de Investigación Nuclear. La cooperación
científica multilateral también se lleva en otros foros, como el
Comité científico de la OTAN, el Intelsat, Eutelsat, etcétera.

Nosotros entendemos que estos elemento son ajenos a lo que es la
cooperación entendida como cooperación para el desarrollo -quiero
subrayar ese elemento para que no se malinterprete la reflexión del
grupo-; son partidas y gastos que hacen minorar el porcentaje que el
Gobierno dedica al concepto teórico que nosotros consideramos que es
la ayuda oficial al desarrollo.

Si a eso añadimos otro concepto político que nosotros planteamos y
que tiene que ver con que la cooperación tiene que cubrir unos
objetivos que no tienen que priorizar especialmente lo que son las
relaciones comerciales de España en el exterior, nos encontraremos
con que eso, tiñe, mancha de alguna forma, lo que es para nosotros la
calidad de la ayuda oficial al desarrollo.

Entrando en elementos más concretos, el programa 134.A tiene un
recorte respecto a los presupuestos de 1999
que supera los 2.600 millones de pesetas. La Secretaría de Estado de
Cooperación sufre también un descenso próximo a los 4.000 millones de
pesetas. Nos encontramos con una serie de movimientos entre partidas
que nos gustaría explicase, relacionados con proyectos especiales,
que prácticamente se reducen a la mitad, de 3.034 pasa a 1.741. Ala
vez, hay un incremento en la partida 796 al exterior también para
proyectos especiales, donde hay un aumento de 2.480 millones de
pesetas, elemento que le pedimos nos aclare.

Dentro de la calidad de la ayuda oficial al desarrollo española
volvemos a tener que referirnos a los créditos FAD. Aquí no sólo se
trata de una reflexión de mi grupo, sino que aprobamos una Ley de
cooperación donde se incorporaba una regulación de estos créditos y,
además, el principio de coherencia obligaba a cumplir una serie de
condicionantes. Nos encontramos en el día de hoy que esa regulación
se echa en falta y que la ley de acompañamiento de nuevo, igual que
en el presupuesto del ejercicio anterior, vuelve a incorporar
modificaciones sobre los créditos FAD. Hay una nueva incorporación
sobre la posibilidad de pagar con cargo al FAD los gastos derivados
del control, seguimiento e inspección. Por tanto, por qué el Gobierno
sigue utilizando los mecanismos de los que la Ley de cooperación no
se ha dotado para regular este tipo de cuestiones. Por qué, en caso
contrario, no lanzamos la regulación de este instrumento, que está
incorporado a la cooperación española, que es cuantitativamente
importante y cualitativamente tiñe de un color especial a la
cooperación española.

Queremos que nos explique el grado de compromiso que adquiere el
Gobierno en estos presupuestos para cumplir las obligaciones de
participar en la firma de convenios y acuerdos internacionales
relacionados con la cooperación para el desarrollo, en concreto el
acuerdo que firmó España en 1995 para dedicar el 20 por ciento de la
ayuda a programas de prioridad social básica, el famoso acuerdo 20/
20, convenios como la lucha contra la explotación infantil, recursos
que se deben destinar, la lucha para la protección de los derechos
humanos en el mundo, el desminado, etcétera, un montón de acuerdos y
convenios en los que participamos junto con el Gobierno español.

Queremos que el Gobierno sea responsable con esa firma y actúe
presupuestariamente para poder sufragar esos gastos, porque también
tenemos constancia de que algunas organizaciones que se encargan de
gestionar programas específicos en estas materias se están
encontrando con la escasez de recursos que provienen de la poca
responsabilidad de algunos países a la hora de cumplir sus
obligaciones mediante las aportaciones de dinero para estos fondos.

La cooperación descentralizada que figura en estos presupuestos es
insuficiente. No sólo es una reflexión de nuestro grupo, sino que la
calidad de la ayuda descentralizada española ha sido analizada
también por entidades supranacionales y es un mecanismo útil, eficaz,
racional -por los elementos que hay que valorar a la hora de hacer
cooperación-, y pretendemos que en estos presupuestos el Gobierno
haga una apuesta clara tanto hacia las corporaciones locales como
hacia las comunidades autónomas.

Seguimos sin entender por qué sigue habiendo partidas que tienen como
fin concreto el orientar recursos a organizaciones



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mercantiles porque cada vez más, están obteniendo una relevancia que
consideramos que no ha lugar, puesto que priorizamos la actuación en
el campo de las organizaciones no gubernamentales que no tienen
ningún interés mercantil.

En resumen, el programa 134.A visualiza una escasa voluntad del
Gobierno en cumplimentar no sólo el hipotético y lejano deseo de
alcanzar el 0,7, sino incluso el 0,35, que era un escalón hacia el
que nos debíamos dirigir. Nos encontramos con que, a pesar de que el
Gobierno podía haber tenido la tentación de hacer un presupuesto
electoralista para las próximas elecciones generales, la realidad de
las cifras nos alejan mucho de cualquier tipo de discurso oficial o
de los compromisos adquiridos por el Gobierno con las organizaciones
no gubernamentales. Se reduce nuestra solidaridad con los pueblos,
con los países menos desarrollados. Por tanto, no sólo incorporaremos
elementos cuantitativos, sino que a lo largo de nuestro proceso de
enmiendas incorporaremos elementos de mejora de calidad y de asunción
de responsabilidades por parte de España, con esos convenios
internacionales que ha firmado.




El señor PRESIDENTE: En nombre del Grupo Parlamentario Popular, tiene
la palabra el señor Izquierdo.




El señor IZQUIERDO JUÁREZ: El Grupo Popular agradece la presencia, un
año más, en este trámite de comparecencias de la ley de presupuestos,
del secretario de Estado de Cooperación.

La comparecencia está solicitada para estudiar y analizar las dudas
de los grupos parlamentarios sobre el programa de cooperación
concreto que le corresponde a la Secretaría de Estado de Cooperación
y a la Agencia Española de Cooperación Internacional. Hay que decir
que este trámite siempre ha facilitado ayuda a los grupos
parlamentarios, aunque estamos hablando de presupuestos y, por tanto,
de perspectivas de créditos presupuestarios, pero lo importante en
esto siempre es la ejecución de los créditos. Desde luego, los datos
de ejecución que este Gobierno está aportando en la liquidación de
los presupuestos son muy positivos. En el pasado la ejecución de los
créditos de ayuda al desarrollo casi nunca alcanzaba el 70 por ciento
y en los últimos cuatro años hemos llegado al 95, al 96 por ciento, y
en el caso de la Agencia Española de Cooperación y de la Secretaría
de Estado de Cooperación al 99 por ciento.

No me parece excusa suficiente con los documentos presupuestarios que
el Gobierno remite a la Cámara, el que los diputados no podamos
expurgar lo que supone el programa español de ayuda oficial al
desarrollo, del cual una parte muy importante le corresponde al
Ministro de Asuntos Exteriores. En este momento queremos hacer una
reflexión. Sus señorías han sumado los créditos del presupuesto del
Ministro de Asuntos Exteriores y quizá han podido comprobar que si
sumamos el programa de cooperación que le corresponde a la Secretaría
de Estado de Cooperación y a la Agencia Española de Cooperación con
la aportación de España al sistema de Naciones Unidas y a la Unión
Europea en programas que computan como ayuda oficial al desarrollo,
porque no todos computan como tal, el esfuerzo de solidaridad del
Ministro de Asuntos Exteriores es muy importante, tanto que
aproximadamente el 60,5
por ciento de los recursos del Ministerio computan como ayuda oficial
al desarrollo. Éste no es simplemente un valor cuantitativo, es un
valor de mucha profundidad. Significa, entre otras cosas, que uno de
los objetivos fundamentales de la Ley de cooperación se está
cumpliendo, y por supuesto, manifestamos nuestra satisfacción, porque
esa declaración política que hizo hace cuatro años el Grupo Popular
se está cumpliendo con decisión, ya que el objetivo fundamental de la
política exterior de España es la lucha contra la pobreza, la defensa
de los derechos humanos en el mundo, etcétera, la cooperación al
desarrollo. Esto no solamente se consolida en los presupuestos del
2000, sino que se incrementa en los presupuestos de dicho año.

Algunos portavoces han manifestado una serie de cifras -espero que el
secretario de Estado después nos lo aclarará-, pero me parece que han
manejado borradores de presupuestos definitivos, más que
presupuestos, por la disparidad de las cifras que se han señalado y
las que aparecen en los documentos de la sección 12, que tenemos
todos los diputados. Hay que distinguir de manera clara lo que es
ayuda oficial al desarrollo, en la que participa el sistema español
de ayuda al desarrollo, en el que como algún portavoz ha dicho
participan bastante, aunque no de forma excesivamente significativa,
las comunidades autónomas y entidades locales. Apenas destinan 30.000
millones de pesetas de un total, redondeando la cifra, de 220.000
millones de pesetas que ejecutarán casi con toda seguridad en 1999.

Haciendo reflexión serena de los créditos de ayuda oficial al
desarrollo, que contempla el presupuesto del Ministerio de Asuntos
Exteriores y el de otros ministerios, y haciendo una aproximación,
porque no se puede hacer de otra manera, de lo que supondrá en el
2000 la cooperación descentralizada, que no está en manos del
Gobierno, puesto que es competencia de las comunidades autónomas y
entidades locales, las perspectivas de cooperación superan los
250.000 millones de pesetas, que era lo contemplado en los
presupuestos de 1999. En nuestra opinión, se ha producido un
incremento muy significativo en cuanto a la cantidad de la
cooperación. Quiero recordar, puesto que se ha mencionado, una serie
de cifras. En 1994 la ayuda oficial al desarrollo había caído de
manera estrepitosa: estábamos en un 0,4 por ciento. A nosotros
también nos gusta hablar del compromiso de solidaridad, del tanto por
ciento sobre el PIB, del 0,7, y lo hablamos con todas las
consecuencias. La cifra más alta de participación del PIB en España
en ayuda oficial al desarrollo, como SS.SS. saben muy bien, se
produjo en 1993 y 1994. En 1993 se alcanzó un 0,28 por ciento del PIB
y en 1994 un 0,24. Antes he dicho una cifra equivocada, no fue el
0,24 por ciento en 1994, sino en 1995. Pero hay que tener en cuenta
que en aquellos años, 1993 y 1994, la cooperación española era
fundamentalmente reembolsable; lo digo con todas las consecuencias.

El Gobierno de entonces computó como ayuda oficial al desarrollo las
cantidades, nada despreciables, en 1993, de 80.000 millones de
pesetas y, en 1994, de 95.000 millones de pesetas en créditos FAD.

Hoy, algunos años después, se ha invertido completamente. Apenas se
dedicaban entonces 30.000 millones de pesetas a ayuda no
reembolsable, a lo que se considera donación. Puedo decir con todas
las consecuencias que hasta 1996 la cooperación española era
rabiosamente interesada y muy poco solidaria. A partir de



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esas fechas, la cooperación española invierte la tendencia. Los
créditos FAD caen de manera muy notable en el peso de la cooperación,
y tenemos las cifras...(Rumores.)



El señor PRESIDENTE: Perdón, señor Izquierdo. Señor Espinosa y señor
Puche, que están al fondo de la sala, las conversaciones se oyen
mucho e impiden que podamos escuchar, con toda la atención necesaria,
al orador que está en el uso de la palabra. Si tienen algo que
hablar, les agradecería que salieran fuera de la sala.

Puede continuar, señor Izquierdo.




El señor IZQUIERDO JUÁREZ: Continúo, señor presidente. Gracias.

Además, la sociedad civil, las organizaciones no gubernamentales y el
propio CAD así lo constataron en 1994. Habiendo invertido la
tendencia, teniendo una cooperación más solidaria y menos interesada,
puesto que ha caído de manera muy notable el peso de los créditos
FAD, hasta el punto de que en 1998, (son los datos concretos que
tenemos, porque los de 1999 aún no son definitivos) la cooperación no
reembolsable española bilateral es de 95.000 millones de pesetas y la
cooperación reembolsable de 31.000 millones de pesetas, justo al
revés. Yo me hago la siguiente reflexión: habiendo hecho este
esfuerzo extraordinario y habiendo mantenido un crecimiento -lo dijo
el secretario de Estado en su última comparecencia ante la Comisión
de Cooperación hace unos días- de un nueve por ciento anual
sostenido, muy por encima del crecimiento nominal del PIB, que, como
muy bien ha dicho el portavoz del Grupo Socialista, podemos cifrar en
el 5 por ciento sumando la inflación al crecimiento medio, los datos
totales no porcentuales reflejan esa tendencia con toda claridad. En
cuatro años la cooperación española ha aumentado sus recursos en
104.000 millones de pesetas, y así todas las partidas. Por ejemplo,
la convocatoria de subvenciones a organizaciones no gubernamentales
ha triplicado su esfuerzo en cuatro años. En la legislatura anterior
apenas se invirtieron 19.000 millones de pesetas por este concepto;
en esta legislatura, cerca de 50.000.

Hablaban SS.SS. de la condonación de deuda externa. Se ha triplicado.

Hemos pasado de 12.000 millones de pesetas a cerca de 40.000 millones
en estos últimos cuatro años. Podemos seguir hablando, por ejemplo,
del incremento muy significativo de la ayuda alimentaria y de
emergencia, partidas a las que se ha hecho referencia. Se me puede
decir que depende de las catástrofes, pero les recordaré que en 1994
hubo una catástrofe extraordinaria de consecuencias terroríficas, fue
la primera crisis de los refugiados en los Grandes Lagos, que en
proporciones menores se repitió en 1996, y, sin embargo, España
triplicó su ayuda de emergencia. En 1994 fueron 500 millones de
pesetas y en 1996, gobernando el actual partido, 1.500 millones de
pesetas. En cualquier caso, no creo que tengamos que manejar estas
cifras para hacer partidismo. Yo soy de los que piensan que esto es
mérito de todos. Pero los datos son los que están y las cifras
podemos interpretarlas pero no discutirlas. El balance de la
cooperación española es positivo y los presupuestos que el Gobierno
ha presentado para el año 2000 consolidan este crecimiento de la
cooperación. Se puede determinar con claridad, estudiando bien los
presupuestos del Estado de todos los departamentos, que las
perspectivas de ayuda al desarrollo en el 2000 van a ser muy
importantes, superiores a los 250.000 millones de pesetas.

Voy a terminar, señor presidente, aprovechando la presencia del
secretario de Estado para hacerle alguna pregunta. Es verdad que
vamos a aprobar un documento de extraordinaria importancia que será
el Plan director de la cooperación; se ha vertido alguna duda sobre
la voluntad del Gobierno de aprobar dicho Plan director. Le pregunto
al secretario de Estado, una vez más, puesto que lo hicimos ya hace
poco en la Comisión de Cooperación, sobre las previsiones del
Gobierno acerca de este documento. Finalmente, si el secretario de
Estado quiere, nuestro grupo estaría muy interesado en que nos
hiciera una previsión de lo que va a ser el crecimiento de la ayuda
oficial al desarrollo española en los próximos años, en función de
ese documento que se está ultimando y que aprobaremos en Las Cortes.




El señor PÉREZ SEGURA: Señor presidente, pido la palabra para una
cuestión procedimental, simplemente. El orden del día de esta
Comisión dice que a las 11 tiene que comparecer el subsecretario de
Asuntos Exteriores. Digo esto porque quizá podríamos estar en
situación de eximir al señor secretario de Estado de su comparecencia
ya que el señor Izquierdo nos ha hecho gracia de todos los elementos
sustantivos del presupuesto.




El señor PRESIDENTE: Señor Pérez Segura, por favor.

El señor secretario de Estado tiene la palabra.




El señor SECRETARIO DE ESTADO PARA LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL Y
PARA IBEROAMÉRICA Y PRESIDENTE DE LA AGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACIÓN
INTERNACIONAL (Villalonga Campos): Yo reconozco, señorías, que nos
encontramos en un momento de transición en la construcción del
esquema de la cooperación oficial española para el desarrollo y que,
por tanto, a veces resulta difícil leer un presupuesto como es el de
transición sin tener aprobado un plan director que claramente marque
cuáles son las tendencias y cuáles son las previsiones del Gobierno
que se podrían contrastar con este presupuesto. Es difícil leer en el
presupuesto todo lo que es la ayuda oficial al desarrollo. Es cierto
que existe una obligación legal del Gobierno de preparar un informe
de manera integrada que recoja los créditos de ayuda oficial al
desarrollo, como viene establecido en una disposición adicional de la
ley. Igual que el año pasado me comprometí ante la Comisión de
Cooperación Internacional para el Desarollo, este informe será
remitido en breve a las Cortes Generales para la presente discusión
presupuestaria. Es un informe que no es fácil de elaborar, ya que
tiene que hacerse a través de las comunicaciones expresas de los
diferentes departamentos ministeriales, de los diferentes gestores,
pues no todos los créditos que se computan como ayuda oficial al
desarrollo están integrados en el programa presupuestario 134.A y los
correspondientes a la Agencia o a la Secretaría de Estado. Por tanto,
en breve, remitiré a la Comisión de Cooperación Internacional para el
Desarrollo ese informe resumen sobre



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las previsiones presupuestarias globales de ayuda oficial al
desarrollo.

Me gustaría señalar a SS.SS. que esta Secretaría de Estado de
Cooperación Internacional y para Iberoamérica no es tan solo una
secretaría de Estado de cooperación para el desarrollo, es una
secretaría de Estado de cooperación internacional, por tanto no
gestiona tan solo competencias relativas a la Agencia Española de
Cooperación sino también de otras direcciones generales del
Ministerio que están integradas en esta Secretaría de Estado, como la
de Relaciones Económicas Internacionales o la de Relaciones
Culturales, que tiene muchas partidas que no se incluyen después en
la contabilidad de la ayuda oficial al desarrollo, como son la
cooperación cultural con los países europeos y la cooperación
científica con Estados Unidos.

Ala secretaría de Estado se le atribuyen dos programas, el 134.A,
cooperación al desarrollo, y el 134.B, cooperación, promoción y
difusión cultural en el exterior. Hay un tercer programa que también
conocen SS.SS., el 800.X, relativo a transferencias entre
subsectores, que tiene un sentido exclusivamente instrumental y que
se refiere a los organismos públicos o autónomos adscritos a la
Secretaría de Estado, concretamente la Agencia y el Instituto
Cervantes, que nutren sus presupuestos de los presupuestos de la
Secretaría de Estado. En relación con esos programas, las cifras
básicas son las siguientes. En 1999, el presupuesto inicial de la
Secretaría de Estado, incluidas las transferencias, ascendía a 54.427
millones de pesetas y para el año 2000 el proyecto recoge 53.420
millones; es decir, hay una minoración, que después explicaré a SS.

SS., de 1.007 millones de pesetas o un porcentaje minorado del 1,86.

La minoración se debe fundamentalmente a la reducción en la
consignación para microcréditos.

Intentaré explicarles por qué se produce una minoración en la partida
para microcréditos, que estaba incluida en las previsiones
presupuestarias del programa de dotación de microcréditos. Como saben
es un instrumento nuevo que está en la primera fase de un período de
cinco años, que fue nuestra solicitud al Ministerio de Economía y
Hacienda. Es un programa que abarcará del año 1998 al año 2002 y, de
acuerdo con las previsiones, la distribución por años será la
siguiente: 12.000 millones para el año 1999 y se prevé una dotación
de 8.000 millones para el año 2000. No se trata de una reducción del
conjunto del fondo de microcréditos, sino que simplemente estamos
construyendo un fondo de microcréditos que entendemos que para el año
2002 debe llegar al techo de los 40.000 millones de pesetas en el
fondo. Por tanto, hemos hecho una distribución anual (la hicimos ya
el año pasado cuando la incluimos en la partida de la Secretaría de
Estado) por la que en 1998 contábamos con 6.000 millones de pesetas,
en 1999 con 12.000 millones de pesetas, en el año 2000 contaremos con
8.000 millones de pesetas, en el 2001 también con 8.000 millones de
pesetas y en el 2002 con 6.000 millones de pesetas. Obviamente, los
compromisos reales asumidos -eso es lo que refleja la nueva ejecución
contable- no dependen exclusivamente de una decisión española sino de
las circunstancias de cada uno de los países beneficiarios. Por
tanto, aunque parece que el año pasado la ejecución fue muy baja, se
llegó a un acuerdo con todos los países que S.S. ha mencionado y se
superaron los 5.000 millones de
pesetas, aunque el ICO no los ejecutó en función de las negociaciones
financieras que tiene que realizar. Lo mismo ocurre con otros
instrumentos financieros que se negocian durante un año y se
desembolsan posteriormente con un decalaje de un año o un ejercicio.

Esa es la explicación de la reducción de la dotación de esa partida.

En cuanto al programa 134.A, la suma de los créditos gestionados por
la Secretaría de Estado, como he dicho, asciende a 47.611 millones de
pesetas; la reducción de los microcréditos ya la he explicado a SS.

SS. La partida que concierne a organizaciones no gubernamentales para
el desarrollo evoluciona favorablemente, se pasa de 8.335 millones en
el año 1999 a 8.926 millones en el 2000, aumentando por tanto en un
7,1 por ciento, 591 millones de pesetas. También se incrementa la
partida de evaluación de la Oficina de Planificación de la Secretaría
de Estado. El programa de evaluaciones es reciente. Sus señorías ya
tienen los resúmenes de las evaluaciones realizadas en el pasado
ejercicio y este año también he explicado en la Comisión de
Cooperación Internacional para el Desarrollo cuál es la programación
para las evaluaciones de la cooperación española para el año 2000,
que se incrementa con un presupuesto de 51 millones de pesetas.

También me gustaría señalar a SS.SS. que hay una nueva partida en la
Secretaría de Estado, que es transferencias, a la que S.S. se ha
referido anteriormente. Es la primera vez que incluimos en el
presupuesto algo que en estas Cortes Generales se introducía a través
de enmienda y es la subvención a programas de desarrollo de partidos
políticos. Lo hemos incluido por primera vez dentro de la Secretaría
de Estado en el presupuesto remitido por el Gobierno y no se
introduce a posteriori por enmienda, si bien es cierto que es una
cantidad inferior a la que SS.SS. incluyeron por enmienda el año
pasado.

Es muy difícil hacer una previsión de cuál será la cooperación
descentralizada. Yo no creo que la cooperación descentralizada en
este país nos esté dando ninguna lección a nadie. Sobre un montante
de 220.000 millones de pesetas que calculamos que se ejecutará de
ayuda oficial al desarrollo en el año 1999, que la cooperación
descentralizada ejecute -no llegue al 19 por ciento- 30.000 millones
de pesetas, manejando hoy en día las administraciones públicas
descentralizadas cerca del 56 por ciento del gasto público, no me
parece que sea una lección para nadie, porque aquí las cifras son muy
engañosas y las palabras también. Cuando un gran ayuntamiento dice
que dedica el 0,7 por ciento de su presupuesto a cooperación al
desarrollo no está cumpliendo la relación ayuda oficial al
desarrollo-PIB o la participación de ese gran ayuntamiento en el PIB;
está hablando de su presupuesto. Si yo hablo de los Presupuestos
Generales del Estado los porcentajes subirían muchísimo. Yo estoy
hablando de la relación PIB-ayuda oficial al desarrollo y de lo que
me hablan algunos ayuntamientos o algunas administraciones
descentralizadas es de porcentajes de ayuda oficial al desarrollo en
su presupuesto, pero las cifras no son comparables. Unas
administraciones públicas descentralizadas, vuelvo a repetir, que
manejan cerca del 56 por ciento del gasto público en España y que
apenas llegan al 19 por ciento de cooperación oficial al desarrollo
no me parece que sean una lección para nadie.




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Respecto a los programas concretos que SS.SS. me han preguntado, yo
prefiero dejar a la intervención del secretario general de la Agencia
Española de Cooperación la explicación de las variaciones internas
dentro del programa de la Agencia, aunque quiero decirles que la
convocatoria abierta y permanente no sólo financia a las ONG que
usted ha mencionado sino también, por ejemplo, a la Pablo Iglesias,
con programas importantes de cooperación política en Guatemala,
etcétera. De manera que una cosa son los mecanismos y otra muy
diferente la transparencia con la que necesariamente opera y tiene
que operar la Agencia Española de Cooperación.

Sobre los créditos FAD quiero decir a SS.SS que también nos
encontramos en un momento de transición. Es cierto que estamos en un
proceso de desarrollo de la Ley de cooperación y que muy en breve
podemos remitir el plan director a estas Cortes Generales; plan
director que ha sido consensuado con organizaciones no
gubernamentales, Administración, patronal, sindicatos y expertos y
que establece, como los miembros de esta Cámara que pertenecen a la
Comisión de Cooperación Internacional para el Desarrollo conocen,
unas previsiones presupuestarias para el año 2002 que situará la
ayuda oficial al desarrollo en un 0,3 del PIB español, el 0,35 por
ciento. El esfuerzo es tremendamente grande puesto que para el
crecimiento real del PIB -es decir, inflación más crecimiento, para
situarnos en las cifras que nos establece el plan director- tenemos
una previsión de crecimiento de cerca del 9 por ciento de la ayuda
oficial al desarrollo anual. Esto se está cumpliendo en el año 1999 a
pesar de que -vuelvo a repetir que es difícil leer las cifras
globales de cooperación para el desarrollo en estos presupuestos de
transición- frente a una previsión presupuestaria de esas partidas,
134.A, 134.B, de un 3 por ciento, la ayuda oficial al desarrollo ha
crecido cerca del 10 por ciento. Yo les aseguro que en estos
presupuestos, frente al crecimiento de las partidas que SS.SS. en una
lectura rápida pueden comprobar, junto a un novedoso sistema de
financiación de organización no gubernamentales, por primera vez
pueden los contribuyentes dedicar su 0,5 por ciento -que ya no es el
0,5 por ciento sino el 0,8 por ciento- bien a sostener a la Iglesia
Católica o a las organizaciones no gubernamentales en concreto, ya se
las menciona expresamente, se garantiza no sólo un techo sino también
un suelo, que es el más alto de la financiación que han obtenido las
organizaciones no gubernamentales por vía del IRPF. Esto, junto al
anuncio del vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de
Economía de los planes de condonación de deuda, en concordancia con
los organismos financieros internacionales, nos hacen pensar que las
previsiones de la evolución de la ayuda ofical al desarrollo
recogidas en el plan director no sólo se van a mantener sino que se
superarán. Yo me puedo sentir muy satisfecho de poder incrementar las
cifras globales de cooperación, de estar acercándome al 0,3 por
ciento y haber roto la tendencia evolutiva negativa, de haber
invertido la tendencia negativa o decreciente del volumen de ayuda
oficial al desarrollo en términos porcentuales respecto al PIB que se
había producido en años inmediatamente anteriores. En el año 1997,
como SS.SS. conocen, la ayuda oficial al desarrollo supuso un
porcentaje de un 0,24 por ciento frente al 0,22 por ciento de 1996,
en 1998 el incremento de recursos se tradujo en
un porcentaje del 0,25 y para 1999 nosotros calculamos que podemos
incrementar ese poecentaje en el sentido que marca el plan director y
encaminarnos en el año 2002 al 0,3 por ciento.

Quería dar a SS.SS. algunos datos, a pesar de que reconozco que es
difícil leer estos presupuestos en este momento de transición y
espero que el documento resumen, cuya elaboración es dificultosa,
aclare a SS.SS. un poco más las previsiones gubernamentales. En 1999
el total de la ayuda oficial al desarrollo ascendió a 220.000
millones frente a los 65.000 de 1989, los 98.000 de 1990, los 131.000
de 1991 y los 168.000 de 1995, de manera que hemos pasado, comparando
entre 1996 y 1999, de 160.000 a 220.000 millones en 1999 y creemos
que superaremos los 250.000 millones en el año 2000 con estos
presupuestos más la ayuda oficial al desarrollo descentralizada, más
la condonación de deuda, más las cifras que se puedan ir perfilando
en función de la recaudación del IRPF. Otro dato que me gustaría dar
a SS.SS. es el total de ayuda oficial al desarrollo, que en el
período 1992-1995 ascendió a 665.000 millones y en el período 1996-
1999 a 769.000 millones. Las subvenciones a organizaciones no
gubernamentales han pasado en el período 1992-1995 de 19.000 millones
a 47.000 millones en el período 1996-1999. Lo mismo puedo decir sobre
la calidad de la ayuda. Hemos pasado de tener una cooperación donde
primaba sobre todo la cooperación reembolsable, los créditos FAD
básicamente, los instrumentos financieros, a una reducción muy
notable de los instrumentos financieros en relación con el total de
la ayuda oficial al desarrollo. Así, por ejemplo, en 1998 la no
reembolsable ascendió a 95.700 millones frente a los 31.000 de ayuda
reembolsable. Estos datos, si los comparamos, por ejemplo, con el
período de 1994, los instrumentos crediticios que contabilizaban en
la ayuda ascendían a 80.000 millones frente a los 35.000 no
reembolsables. De manera que sí se está avanzando en calidad, en
cantidad y en porcentaje.

Nos encontramos en un momento clave de la cooperación española, con
una ley aprobada por estas Cortes Generales, una ley que estamos
desarrollando -con esas dificultades que SS.SS. conocen-, ajustando
los mecanismos no sólo de la Administración sino también de la
cooperación descentralizada, oficial, de organizaciones no
gubernamentales y de los instrumentos y del marco institucional de la
cooperación al desarrollo. Espero que en muy breve, vuelvo a repetir,
podamos presentar a estas Cortes Generales para su aprobación, previa
enmienda de los grupos parlamentarios, el plan director y espero
también que en muy breve plazo podamos tener una nueva regulación no
sólo del FAD sino del microcrédito, del Consejo de Cooperación para
el Desarrollo o de la Comisión Interterritoral. Los presupuestos
generales de cooperación son presupuestos solidarios, no son
presupuestos electorales, como no podía ser de otra forma. No creo
que quepa hacer electoralismo de la cooperación al desarrollo y
sinceramente lo digo desde el fondo del corazón. Sí que son
presupuestos serios, sí que se ha producido una modificación
sustancial de la calidad de la ayuda, y de la ayuda. En el año 2000
terminaremos con cifras de 250.000 millones de pesetas, cumpliremos
el plan director y tendremos una cooperación con una



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base institucional legal muchísimo más perfecta que la que teníamos y
que es la que exige la sociedad española.




El señor PRESIDENTE: Señor Pérez Segura.




El señor PÉREZ SEGURA: Voy a intervenir brevemente, dada la hora,
para recalcar algunos aspectos relativos al enmarque de la exposición
del señor secretario de Estado, que en su último tramo ha venido a
hacer una especie de balance que a la actución del Gobierno compete
en este ejercicio, que es el de ultimación de esta legislatura, y
también de otros comentarios que se han podido hacer a raíz de estos
datos y de esta serie de estadísticas que nos ha explicado.

Hemos de constatar que todo el mundo reconoce que este Gobierno ha
hecho la Ley de cooperación. Todo el mundo lo reconoce y todos los
grupos políticos hicieron en su día para ello un notable esfuerzo de
aproximación porque, si me lo permite, era una cuestión de Estado.

Pero ya que se cita a otros gobierno, yo no sólo me veo en la
obligación sino en el orgullo de exhibir que en la política de
cooperación para el desarrollo nadie restará el mérito que en su día,
con la colaboración de todos los grupos políticos, tuvo el Gobierno
socialista al instaurarla. Este es un mérito que muchas veces se
ningunea. Creo que tiene que constar explícitamente en el «Diario de
Sesiones» los méritos de todos los gobiernos, unos legislativos y
otros por haber iniciado por la vía del hecho un avance imparable en
la posición que el mundo requiere de nuestro país y de nuestra
economía. Podríamos enzarzarnos en si los volúmenes son los adecuados
o no, si las pesetas son constantes o son corrientes (entonces ya
veríamos las cosas de otra manera) o si es de más o menos calidad la
no reembolsable) pero también si es necesaria o no para los efectivos
del país que las cifras de no reembolsables sean también importantes,
porque, en definitiva, estamos aportando mucho a microcréditos
y estos todo el mundo sabe que son reembolsables.

Una vez dicho esto, constato a modo de colofón dos cuestiones.

Primera, dejando aparte circunloquios y estadísticas, el
reconocimiento explícito, por parte de la Secretaría de Estado de que
este año el presupuesto del 2000 disminuye la aportación del Gobierno
en cooperación para el desarrollo. Está constatado. Nos ha dado unos
argumentos, sabemos que es difícil la ejecución en términos
crediticios y que esto lo distorsiona, pero el esfuerzo es inferior.

La segunda la gran prenda del Gobierno es la Ley de cooperación.

También constatamos que ustedes incumplen la ley, su propia ley. Si
el año pasado era disculpable la no presentación del informe en
paralelo al esfuerzo de toda al Administración en materia de ayuda al
desarrollo, este año recogemos positivamente el hecho de que usted lo
hará porque cumplirá su palabra de enviar el informe, pero en
términos estrictos de ley tendría que haber venido en paralelo o
acompañando la presentación de los presupuestos. Por tanto, tome
nota, señor secretario de Estado, de que este año también ha
incumplido el precepto legislativo de informar adecuada y
desglosadamente del esfuerzo gracias a la situación económica -que no
es la misma que en los años 1993 y 1994, cuando nuestra economía
estaba completamente constreñida por una situación de crisis mundial
importante- y que los ejercicios de su Gobierno, aparte de
los esfuerzos que nadie les puede negar en materia económica, se ven
de alguna manera coronados por una boyante situación económica
internacional a nivel relativo y, por tanto, a nivel del porcentaje
de aplicación en esta materia presupuestaria no distan o al menos no
pueden hacer una competencia demasiado rutilante con el esfuerzo en
momentos de crisis en los años 1993 y 1994 con gobiernos socialistas.




El señor PRESIDENTE: Señor Izquierdo.




El señor IZQUIERDO JUÁREZ: Señor presidente, haré una breve
exposición para agradecer la intervención del señor Pérez Segura
porque yo creo que un bagaje muy importante de este Gobierno es la
Ley de cooperación. Alguien decía el otro día en una reunión que se
habían hecho cosas o quelas cosas iban más deprisa, porque a la Ley
de cooperación hay que sumar la Ley de prohibición de minas
antipersonales, la adopción de un código de conducta para
transparencia y control del tráfico de armas, la propuesta española
para la condonación de deuda externa y su conversión en desarrollo,
el apoyo decidido a las ONG y el incremento de la ayuda. No creo,
señor presidente, señorías, que se pueda deducir de la lectura de los
presupuestos que el esfuerzo del Gobierno en la ayuda oficial al
desarrollo haya disminuido. Se podrá decir para intentar que quede,
pero si uno se va a los datos no se puede decir. Antes bien, como ha
dicho el secretario de Estado, la ayuda oficial al desarrollo está
creciendo a un ritmo del 9 por ciento y en el 2000 a lo mejor va a
crecer a un ritmo superior si se cumplen las previsiones del plan
director que en breve se traerá a las Cortes.

Para terminar haré una reflexión final. Esto se ha hecho con el apoyo
de todos, con el consenso de todos, el social y el político, porque
lo hemos buscado, y también en un momento de recorte del gasto. No
vale decir que entonces teníamos una situación económica muy difícil
y ahora tenemos una situación económica brillante. Nos vamos a las
cifras y vemos que este esfuerzo de solidaridad se ha hecho, por
ejemplo, pidiendo a los funcionarios de este país la congelación de
su salario, cumpliendo los objetivos de convergencia con la moneda
única, que han sido muy difíciles de cumplir porque ha supuesto un
recorte del gasto público superfluo, del gasto corriente, muy
importante. Sin embargo, en aquellos gastos de extraordinaria
prioridad para este Gobierno, y creo que para todos los partidos
políticos, se ha hecho un notable esfuerzo en las políticas de
solidaridad en generaldentro de nuestro país y hacia afuera. Por
tanto, una cosa no tiene que ver con la otra. No es la situación
económica de un país la que influye en la decisión política de apoyar
determinadas políticas. Es claro que en estos momentos se puede
presentar un balance de todos -si se quiere, por supuesto que sí-, de
un apoyo decidido del Gobierno de España y de la sociedad española a
las políticas de cooperación internacional para el desarrollo.




El señor PRESIDENTE: Señor secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO PARA LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL Y
PARA IBEROAMÉRICA Y PRESIDENTE DE LA AGENCIA



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ESPAÑOLA DE COOPERACIÓN INTERNACIONAL (Villalonga Campos): Señor
presidente, me gustaría insistir en los argumentos del señor
Izquierdo y decir que la ley y sobre todo la cooperación española es
de todos y de todos los grupos, es fruto de un consenso de la
sociedad española y no hay que restar méritos a nadie: unos crearon
una Agencia, otros pusimos en orden la cooperación haciéndola avanzar
hacia el siglo XXI; cada uno hace el papel que le corresponde.

Creemos haber administrado bien cuantitativa y cualitativamente los
fondos de cooperación. Con el apoyo de todos, porque fue una ley de
consenso, hemos sacado un marco legislativo que pone a la cooperación
española, con el desarrollo reglamentario, con los planes directores
y los nuevos instrumentos, en el entorno de los países del CAD o de
los países más antiguos de la ayuda. De la lectura de estos
presupuestos debemos decir que sí son solidarios, que el crecimiento
del global nos podrá situar, vuelvo a decir, cerca de los 250.000
millones en ejecución al final del año 2000; que nuestro país, por
segundo año consecutivo, ha superado la media de la ayuda oficial al
desarrollo de los países del CAD, que, como SS.SS. conocen, son los
11 primeros donantes. En el año 1997, la media del Comité de Ayuda al
Desarrollo de la OCDE fue del 0,22 por ciento del PIB combinado y la
española fue del 0,24 por ciento. En el año 1998 la del CAT fue del
0,23 y la española del 0,25 por ciento. También es cierto que la
media de los países de la Unión Europea, los donantes más antiguos,
es del 0,34 por ciento, se acerca al 0,35; pero también es verdad que
España se sitúa dentro del grupo como uno de los países que más están
aumentando esa ayuda año tras año, con lo que la brecha no hace más
que disminuir. En materia de cooperación el nuestro es un país
todavía joven si lo comparamos con países como Suecia, Francia o el
Reino Unido. Con la diferencia de desarrollo que tenemos en relación
con estos socios del CAD estamos por encima de la media de esos
países y, desde luego, en el pelotón de arriba.

Me gustaría dar unos datos a SS.SS. En 1998, la cooperación española
creció en términos reales en un 11,8 por ciento, porcentaje sólo
superado por Bélgica y por Irlanda. En ese mismo año se produjeron
importantísimas caídas en el Comité de Ayuda al Desarrollo de la
cooperación francesa, que bajó un 6,2 por ciento; la alemana
descendió en un 4,1 por ciento y la sueca descendió en un 7,5 por
ciento. De manera que estamos en una línea muy buena de crecimiento,
superando la media del CAD y reduciendo la brecha entre los países
con mayor tradición de cooperación, siendo España un país
relativamente joven.

Respecto al incumplimiento de la ley, vuelvo a decir a SS.SS. que
todavía no está desarrollada. No hay ningún incumplimiento de la ley.

Después de un análisis y de recabar los datos a los departamentos
ministeriales remitiremos en breve un resumen aproximado -siempre
será así- de las previsiones presupuestarias en materia de
cooperación al desarrollo, igual que ocurrió el año pasado. Repito
que nos encontramos en un momento de transición y espero que con el
plan director, que obligará al Gobierno, por supuesto, podamos tener
en el futuro unos presupuestos bastante más claros y que dejen ver la
tendencia creciente y positiva que he señalado anteriormente.

El señor PRESIDENTE: Señor secretario de Estado, gracias por su
presencia.

Vamos a interrumpir la sesión durante cinco minutos.




- DEL SEÑOR SUBSECRETARIO DE ASUNTOS EXTERIORES (DE CARVAJAL SALIDO),
A SOLICITUD DEL GRUPO SOCIALISTA DEL CONGRESO (Número de expediente
212/002176) Y DEL GRUPO POPULAR EN EL CONGRESO (Número de expediente
212//002278)



El señor PRESIDENTE: Señoras y señores diputados, quería recordarles
que tenemos todavía pendientes dos comparecencias, la del señor
subsecretario, aquí presente, cuya presencia saludo y agradezco, y la
del secretario general de la Agencia Española de Cooperación
Internacional, más el último punto del orden del día que sería la
ratificación del informe de la ponencia sobre la ley de armas
químicas. Vamos a ver si hacemos todo ello con la brevedad consabida
y podemos acabar a una hora razonable.

La comparecencia del señor subsecretario de Asuntos Exteriores ha
sido solicitada por los grupos Socialista y Popular. En nombre del
Grupo Socialista tiene la palabra su portavoz señor Estrella.




El señor ESTRELLA PEDROLA: Normalmente el presupuesto del Ministerio
de Asuntos Exteriores refleja el peso, el papel, la importancia que
se da a la política exterior, y lo hemos dicho en otros presupuestos.

El año pasado resaltábamos cómo se producía una caída del peso del
presupuesto de Exteriores en el conjunto de los Presupuestos
Generales del Estado de algo más de medio punto. Ahora ni me he
molestado en echar las cuentas porque, señor subsecretario, viendo su
evolución: 108.000 millones en 1996, 118.000 millones en 1997,
130.000 millones en 1998, 139.000 millones en 1999, ahora nos traen
ustedes unos presupuestos que llegan a 140.169 millones, lo que
supone en torno al 0,17 ó 0,18 por ciento de incremento. Si hubiera
que intentar establecer un referente para que la gente lo pudiera
entender es algo así como la sexta parte de lo que ha pagado en
impuestos el grupo hotelero Matutes. Es decir, el ministro Matutes
tiene un presupuesto que aumenta en la sexta parte de lo que ha
pagado en impuestos el grupo hotelero Matutes, para explicarlo de una
manera gráfica. Nos da la sensación de que el movimiento, la
evolución del presupuesto y lo que se deriva del mismo, que es el
impulso a la política exterior, es de un 0,18 por ciento, pero sería
aún menos, sería una caída de casi un 3,5 si tuviéramos en cuenta los
créditos totales que representan, como usted sabe, bastante más que
esa cantidad.

Viendo un poco las tripas de los presupuestos, observamos cómo el
capítulo 1, de personal, aumenta algo más que el 2 por ciento
previsto, pero nos llama mucho la atención ese 12,5 por ciento de
subida en las retribuciones de altos cargos. Entendemos que no se
trata de subir más los sueldos a los altos cargos, que probablemente
se los ganan con su trabajo, sino que es la evidencia del
reconocimiento de un error, aquel error del Partido Popular que decía
que había demasiados altos cargos en el Ministerio de Asuntos
Exteriores, empezaron a suprimirlos y ahora están reponiéndolos. Me
gustaría que esto se reconociera y que nos dijera usted esto es así
efectivamente. Vemos también que



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hay un aumento sustancial de las indemnizaciones por destino en el
extranjero, en torno al 12,5 por ciento, ya el año pasado había sido
de un 8 por ciento, así como en las asignaciones y los incentivos.

Quisiera que me explicara a qué se debe esto. También quisiera saber
si en realidad, ante las dificultades de aumentar los salarios en las
categorías inferiores, se está produciendo un aumento de salarios por
elevación de categoría, porque hemos visto que en alguna de ellas se
produce un incremento relativamente importante.

En el capítulo 2, que fue un poco el centro de su comparecencia el
año pasado, había una pieza central que era un procedimiento de
leasing con una entidad bancaria, con la cual por fin se iba a acabar
con esa rémora que viene arrastrando nuestra acción exterior, nuestro
despliegue exterior, y por la que venimos pagando unas cantidades muy
considerables: los arrendamientos. Saludamos el procedimiento,
pedimos transparencia en el mismo y pedimos ver también los
resultados que usted nos anunció de reducción de los costes en
alquileres. Sin embargo, vemos que los arrendamientos aumentan muy
considerablemente, en torno al 31 por ciento, 755 millones de
pesetas; ya habían aumentado un 15 por ciento en 1999 y ahora siguen
aumentando. Vemos que han desaparecido algunas partidas. No sé si
esto es una cuestión de ingeniería financiera pero en algún sitio
estarán. Me refiero a casa-vivienda, 1.400 millones. Me gustaría que
lo explicara. También me gustaría que explicara qué pasa, al final,
con el nuevo edificio del Ministerio Va a suponer un considerable
aumento, de hecho ha supuesto doscientos y pico millones en
arrendamientos por lo que veo en el presupuesto pero me gustaría
saber cuál es la situación, qué falta por trasladar a ese edificio y
qué se va a quedar en otros. Por lo que se ve en la memoria de
objetivos, al final no son tantos los edificios que desaparecen. Es
decir, el Ministerio no se concentra tanto como podíamos esperar de
lo que discutimos aquí hace ahora un año. Asimismo, quería que me
aclarara la situación en que está el edificio del INI, al que se ha
trasladado parte del Ministerio.

Los gastos financieros pasan, me refiero al capítulo 3, de 10 a 187
millones de pesetas. No sé a qué se debe y me gustaría que lo
explicara. De la misma manera, -volviendo al capítulo 2-, me gustaría
que hallara también de los mecanismos de amortizaciones, de pagos de
intereses, con relación tanto al leasing como a posibles
adquisiciones o arrendamientos aquí en Madrid. El capítulo 2 aumenta
de una manera importante, un 9,5 por ciento.

Respecto al capítulo 4, sin entrar en muchas profundidades porque el
presidente nos pedía brevedad, llama la atención junto con la subida
del 3,22, que no es excesiva, la supresión de una serie de
subvenciones que venían figurando tradicionalmente en los
presupuestos y que venían siendo objeto de enmiendas por parte de los
grupos parlamentarios al producir incremento del gasto con la
complacencia siempre del Gobierno, al que le parecía bien esa subida.

Desaparecen subvenciones y se crea una dotación para un nuevo
organismo, el llamado real instituto de relaciones exteriores, si no
me equivoco. No sé si hay ya un acuerdo del Consejo de Ministros, si
existe un decreto o si estamos dotando algo que es inexistente. En
cualquier caso -y anticipo la posición del Grupo Socialista-, nos
parece importante que se concentre el esfuerzo de investigación,
que se concentre el esfuerzo de análisis, que el estudio y la
investigación que se hace, en los centros de esta naturaleza estén
cada vez más acordes con lo que son las propias necesidades de la
proyección exterior de España, pero mantenemos algunas dudas y
reservas que esperamos poder ir aclarando a lo largo de la
tramitación de estos presupuestos. Nos parece bien la idea, tenemos
algunas dudas sobre el procedimiento, sobre el mecanismo y sobre los
elementos de transparencia y de neutralidad que debieran presidir un
organismo de este tipo.

Hay algunas cuestiones que suscitaremos por la vía de enmiendas, como
la atención a los españoles en las cárceles. No sabemos si la línea
que figura como atención a españoles en el extranjero es con carácter
general o si se trata de una dotación específica. Me gustaría que lo
comentara. Ya el año pasado propusimos enmiendas en ese sentido,
también para atender a los españoles que están enfermos de sida en
cárceles extranjeras, etcétera.

El capítulo 6 sube del 7,20 por ciento, que no es una cantidad
importante.

Volviendo sobre algo que debatimos el año pasado, querría hablarle
sobre las cuotas a organismos internacionales. Se produce en estos
presupuestos una reducción importante, de 1.300 millones, en las
cuotas a organismos internacionales, reducción que está vinculada a
una baja en nuestra contribución al CERN. Supongo que se han
efectuado ya unos pagos y que no es necesario continuarlos. Sin
embargo, la reducción de cuotas es menor que la reducción de la
contribución al CERN. Desearía que me dijera qué cuotas obligatorias
han aumentado y por qué. He podido ver algunas de ellas: nuestra
contribución a la ONU pasa de 4.200 a 4.822 millones ¿Eso se debe a
problemas de deterioro de moneda o a problemas de coeficiente de
contribución al presupuesto de Naciones Unidas? ¿Hay alguna cuota
nueva?
En cuanto a las contribuciones voluntarias, siguen ustedes con el
martillo. El año pasado lo utilizaron para machacar y eliminaron de
una contribución al programa de Naciones Unidas sobre el sida
(eliminaron todos los picos) 4.000 pesetas. Dijimos entonces que era
una pequeña mezquindad. Del Instituto Internacional de Derechos
Humanos eliminaron también 11.000 pesetas. Al quitar los picos daba
igual la cantidad, desaparecían simplemente. El Gobierno no tuvo la
sensibilidad de aceptar nuestras enmiendas y ahora el martillo
funciona hacia arriba, pero de manera homogénea. Se aumentan en un 10
por ciento todas y cada una de las contribuciones voluntarias, sea la
Comisión Internacional de Juristas o el Comité Internacional de la
Cruz Roja. Siendo las contribuciones voluntarias, la expresión del
compromiso de la política exterior de un Estado con la acción de
determinados organismos internacionales, nos hubiera gustado que en
esas contribuciones voluntarias existiesen unas prioridades y
pudiésemos identificar una política exterior, pero no la podemos
identificar. Creo que se ha hecho una operación meramente contable y
la política exterior está bastante ausente de esas decisiones.

Simplemente ha habido un criterio contable.

Con relación al presupuesto de 1999, me gustaría saber qué es lo que
se ha ejecutado, qué cantidades revierten al tesoro y por qué. Este
ejercicio deberíamos hacerlo en cada una de las secciones de
presupuestos.




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Consideramos insuficiente -no sé si para usted lo es o no- la partida
destinada a elecciones. Viene un año electoral y se ha consignado una
subida de 262.000 pesetas solamente. Me gustaría saber el porqué.

En cuanto a las operaciones de mantenimiento de la paz, queda nuestra
reivindicación permanente de que no tiene sentido que figure en los
presupuestos la contribución española a una serie de operaciones que
suponen una parte mínima de lo que es el esfuerzo total de la
contribución de España a operaciones de paz, sean o no financiadas a
través de Naciones Unidas. Exigimos que el Parlamento pueda también
decidir sobre esas operaciones que suponen cantidades mucho mayores,
porque no tiene sentido que el Parlamento esté decidiendo una
contribución para una operación por cantidades del orden de 64
millones y, sin embargo, no esté decidiendo sobre un gasto de 30.000
millones en Bosnia-Herzegovina. No tiene sentido que no se debata y
no se apruebe en el Parlamento. Pedimos al Gobierno que reflexione
sobre esto e intente abrir nuevos cauces de control del gasto, nuevos
cauces de participación y de compromiso del Parlamento, con esas
decisiones de compromiso del gasto que conlleva también un compromiso
de presencia exterior de España y de participación de España en las
operaciones de paz.

Con relación al ámbito consular del exterior, me gustaría saber qué
consulados desaparecen, si se crea alguna nueva demarcación consular
y cuáles son las previsiones a medio plazo. Lo mismo le pregunto en
relación con las embajadas. Ha desaparecido la de Malta y el año
pasado nos dijo que se iba a crear la embajada de Kazajstán ¿Está
creada y dotada? ¿Qué previsiones hay para el futuro en relación con
las embajadas? No hablaré del organigrama del Ministerio. El
subsecretario conoce perfectamente cuál es mi opinión al respecto.

Hay un acto fallido en la memoria de objetivos bastante freudiano, y
es que la memoria tiene una estructura que se corresponde con la de
las direcciones generales, pero al llegar a América del Norte no se
sigue dicha estructura y no se habla de seguridad y desarme, que es
donde el Gobierno ha adscrito a América del Norte, se habla del área
geográfica, lo cual supone implícitamente el reconocimiento de la
irracionalidad que había en aquella decisión de adjudicar las
relaciones con Estados Unidos a la Dirección de Seguridad y Desarme,
con lo que ello conlleva de definir que esa es la dimensión
prioritaria de nuestras relaciones con ese país.

En definitiva, señor subsecretario, el presupuesto del último año del
ministro Matutes crece un 0,18 por ciento, con una caída en elementos
importantes como la cooperación, pero no nos sorprende porque este es
el último año de un ministro que también ha sido peculiar. Sirva esto
de pequeño balance que sin duda reproduciremos en el Pleno. Es el
ministro que menos ha viajado de toda nuestra democracia. En África
sólo se conoce su viaje a Cabo Verde y una visita de acompañamiento a
los Reyes a Sudáfrica. Es el ministro que menos homólogos ha recibido
en visitas. Es un ministro que incluso se alegra de que lo lleven a
los tribunales, cosa sorprendente en cualquier ciudadano. Nuestra
impresión es que si hace dos años hablábamos de la falta de dirección
de la política exterior -lo cual tenía un reflejo presupuestario- y
de que existía una tensión entre diferentes centros de la formulación
de la política exterior y
decíamos que esto es la Santísima Trinidad, ahora hemos pasado de la
Santísima Trinidad al vacío casi absoluto de dirección, con lo cual
el peso específico de la dirección política está ausente y eso se
refleja en este presupuesto con el que usted tiene que bregar, tarea
en la que le deseamos la mejor suerte.




El señor PRESIDENTE: En nombre del Grupo Parlamentario Popular tiene
la palabra el señor Robles.




El señor ROBLES FRAGA: En estas comparecencias podemos hacer muchas
cosas menos mezclar las anécdotas con los hechos. Cuando se habla de
presupuestos hay que hablar de hechos, hay que hablar de cifras, hay
que hablar de tendencias, hay que tener en cuenta la peculiaridad, el
hecho diferencial de los presupuestos del Ministerio de Asuntos
Exteriores, que en gran parte tienen que ver con una realidad
exterior cambiante, que no permanece inmutable sino que varía, que
está sometida al empuje y la fuerza de los acontecimientos en el
mundo y la creciente participación de España. Pero también tiene
mucho que ver con el esfuerzo de modernización del Estado. Si un
Estado moderno, como nosotros pretendemos que sea el nuestro, tiene
en la representación, en la defensa y en la promoción de los
intereses de España en el mundo un instrumento privilegiado como es
el Ministerio de Asuntos Exteriores, este ministerio debe ser capaz
de funcionar conforme a los tiempos. No podemos estar todo el día,
como a veces parece que uno deduce de algunas intervenciones,
lamentando la pérdida de la marina de vapor o la navegación a vela,
cosas que ya no existen ni pueden existir. Es evidente que desde 1996
para acá se ha hecho un esfuerzo importante de reordenación del
gasto, de reestructuración de las direcciones generales y de la
organización interna del Ministerio de Asuntos Exteriores, de
reordenación y concentración de sedes dentro de España y de apertura
de nuevas embajadas y de nuevas representaciones fuera de España,
también de modernización y mejora de todo lo que se refiere a la
gestión y control del gasto por parte de nuestras representaciones
diplomáticas y consulares y, naturalmente, de mejora de los
mecanismos y de los instrumentos de funcionamiento de la sede central
del Ministerio de Asuntos Exteriores. Todo ello despues de haber
solucionado herencias recibidas, algunas muy antiguas. Creo recordar
que había una vieja deuda con el Tesoro provocada por la falta de
capacidad de otros gestores para evitar que siguiera funcionándose
sobre la base de las tasas consulares en muchas embajadas
y representaciones diplomáticas, y había también desfases en la
cobertura de los gastos corrientes, de los gastos de funcionamiento.

Todo el mundo que se haya acercado a este ministerio conoce los
problemas que tenía para realizar su tarea cuando a mediados de año
se terminaban las partidas presupuestarias y había que recurrir a
todo tipo de soluciones improvisadas para que nuestra embajadas,
nuestros consulados y nuestras misiones diplomáticas y de todo tipo
pudieran seguir funcionando. Esa reordenación queda perfectamente
plasmada en estos presupuestos.

Es evidente que ha habido una variación nominal pequeña de los
presupuestos de Exteriores, pero es cierto también que ha habido una
pérdida importante por razones de todo tipo (se ha hecho mención a la
desaparición de la



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cuota del CERN, por ejemplo) en el peso de las cuotas y, por tanto,
en el volumen total de dinero. Eso explica que el pequeño aumento
nominal no es un aumento real. Yo le pido al señor subsecretario que
nos explique cuál es el presupuesto real, teniendo en cuenta esas
minoraciones que se han producido en partidas que hasta ahora pesaban
mucho en su conjunto dentro del presupuesto del Ministerio de Asuntos
Exteriores. Es un hecho evidente, como aparece en los presupuestos,
que se crean dos direcciones generales nuevas, que no existían antes
y que no habían existido nunca, que obedecen a la misma visión
flexible y dinámica del papel del Ministerio de Asuntos Exteriores
dentro de la política exterior de España en un mundo cambiante.

Parece razonable pensar -y conviene decirlo- que el aumento en altos
cargos se debe a que ha habido dos direcciones generales nuevas que
no existían antes, que no fueron direcciones generales suprimidas por
una sencilla razón, porque son direcciones generales de nuevo cuño.

Me gustaría preguntarle al señor subsecretario, y creo que es
importante que quede constancia de ello, por los esfuerzos que se han
hecho para reordenar el gasto inmobiliario. Si mis cálculos no
fallan, gracias a las decisiones que se han tomado nos estamos
ahorrando algo así como 400 millones de pesetas al año en alquileres,
lo cual es un esfuerzo notabilísimo que demuestra que se ha tomado en
serio la gestión de este capítulo. El esfuerzo realizado para
concentrar el Ministerio de Asuntos de Asuntos Exteriores en una
única sede en Madrid tiene no sólo una ambición de futuro y una
voluntad de mejor funcionamiento sino unos resultados concretos.

Quisiera terminar resaltando -y me parece que es de justicia hacerlo-
cómo tanto en las contribuciones voluntarias como en las obligatorias
- y aquí tenemos que discutir a distintas organizaciones, fondos,
institutos y misiones en el mundo- hay un diseño de política
exterior, porque hay una política exterior que está muy cerca de lo
que preocupa a los diputados y diputadas que formamos parte de esta
Comisión y refleja también los debates que hemos tenido. Operaciones
de mantenimiento de la paz son dotadas para Timor, Líbano, Bosnia-
Herzegovina, Sahara Occidental, Irak, Kuwait, Angola y algunas más,
pero estas son las más importantes. Todo esto demuestra que las
recomendaciones y las propuestas que hacemos al Gobierno tienen luego
su reflejo presupuestario en estas operaciones de mantenimiento de la
paz y en la dotación correspondiente.

Por lo que se refiere a las contribuciones voluntarias, que ha
suscitado algún escepticismo por parte de quien me ha precedido en el
uso de la palabra, a mí me parece que si tomamos las cuatro más
importantes hay también un diseño de política exterior. Así, las más
dotadas son el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
Refugiados, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, el
organismo de obras públicas y socorro de Naciones Unidas para
refugiados de Palestina y el programa de Naciones Unidas para el
desarrollo, que además son dotadas de forma especialmente generosa.

Probablemente todas las demás consideraciones sobren pero yo creo que
cuando presentamos el último presupuesto de esta legislatura es de
justicia reconocer los esfuerzos del señor subsecretario que hoy
comparece no solamente para mejorar la situación del Ministerio de
Asuntos Exteriores
sino para de esta forma contribuir a que España tenga el
instrumento diplomático que sin duda merece en un mundo en el que
nuestro país está cada vez más presente y cada vez tiene mayores
ambiciones.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor subsecretario.




El señor SUBSECRETARIO DE ASUNTOS EXTERIORES (De Carvajal Salido):
Quisiera comenzar intentando contestar lo que entiendo ha sido un
poco el hilo conductor de la intervención del señor Estrella, que nos
viene a decir que el presupuesto del Ministerio de Asuntos
Exteriores, la sección 12, aumenta en un 0,18 por ciento y de ahí
saca la conclusión de que eso es coherente con la poca importancia,
entre comillas, que el Gobierno concede a la política exterior, y
deduce tácitamente pero con toda claridad que ese presupuesto es
insuficiente para atender las necesidades del servicio exterior
español en el año 2000.

Yo quisiera comenzar pidiendo a SS.SS. que tratáramos de comparar
cifras homogéneas, señalando que, ese aumento ciertamente pequeño
tiene una explicación bastante evidente en la medida en que para
comparar esa cifra de 140.000 millones de pesetas con la que constaba
en el presupuesto inicial del año 1999 habría que sumar dos partidas
muy importantes. En primer lugar, están los 4.000 millones de pesetas
en que disminuye la partida de microcréditos en el capítulo 8 de esa
sección 12. No he asistido a la intervención del señor secretario de
Estado para la Cooperación internacional pero me imagino que él habrá
insistido en este punto porque se trata de un programa de cinco años
de 40.000 millones de pesetas y un acuerdo con el Ministerio de
Economía y Hacienda de dividir en determinadas partidas anuales esa
cifra de 40.000 millones de pesetas, correspondiendo 8.000 millones
al año 2000, por tanto 4.000 menos que en el año anterior. La segunda
partida importante de la que el señor Estrella se ha hecho eco es la
amortización de la deuda, que se venía arrastrando desde hace ya
muchos años con el centro de investigaciones nucleares de Ginebra, el
CERN, que suponía que además de la cuota obligatoria normal
tendríamos que pagar, año a año, un importe de 5.100 millones de
pesetas. Lo que quiero decir es que, si a esa cifra de 140.000
millones de pesetas se añadiesen los 4.000 millones de pesetas de los
microcréditos y esta partida de 5.000 millones de pesetas, estaríamos
en un aumento mucho mayor que lo que refleja el 0,18 por ciento. En
concreto el presupuesto no financiero de la sección 12, es decir, el
presupuesto de los capítulos 1 a 7, que sin tener en cuenta los
microcréditos se eleva a un 3,32 por ciento, si añadimos para
homologar cantidades homogéneas la partida del CERN estamos ante un
aumento del presupuesto de Asuntos Exteriores del 7,37 por ciento. A
mí me parece esto es importante, y desde luego estoy convencido de
que el presupuesto del Ministerio de Asuntos Exteriores para el año
2000 es suficiente. Lo es, si me permiten extenderme un poco en este
punto -tal vez al hilo de ello logre contestar algunas preguntas que
se me han planteado-, por dos razones distintas. En primer lugar,
porque ese aumento del 7,37 por ciento es ya interesante en términos
numéricos cuantitativos;en segundo lugar, porque, como ha expresado
el señor



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Robles (y quiero aprovechar para agradecerle muy sinceramente los
comentarios que en ese sentido ha hecho) hay que tener en cuenta que
junto con ese esfuerzo presupuestario llevamos empeñados desde el año
1996 -hablo por lo que a mí me toca- en la racionalización del gasto
y de una mejor gestión presupuestaria y contable, no solamente por
parte de la sede central del Ministerio de Asuntos Exteriores sino
también por todas y cada una de las 102 unidades gestoras (entiéndase
los consulados y las embajadas), que a fin de cuentas son quienes
manejan el gasto del Ministerio. En ese sentido, quisiera señalar
algunos de los ejemplos que yo creo que ilustran esta afirmación.

En la partida de alquileres en Madrid, alquileres que pagábamos para
sufragar las distintas sedes que del Ministerio de Asuntos
Exteriores, pasamos de tener 20 sedes en alquiler en el año 1996,
pagando por esos arrendamientos la cantidad de 445 millones de
pesetas, a un gasto de 40 millones 600.000 pesetas en enero del 2000
para pagar los cuatro alquileres que nos quedarán en esas fechas. Y
restarán estos sencillamente porque son contratos de arrendamientos
vigentes que no podemos cancelar sin más, pero ello no quiere decir
que necesitemos esos alquileres porque en enero tengo la seguridad de
que finalmente podremos contar con la totalidad del edificio del
antiguo INI, en la Plaza del Marqués de Salamanca, en donde ya, señor
Estrella, hay trabajando un número importante de funcionarios del
Ministerio.

Aprovecho para contestar a esa pregunta en este momento. La cesión de
ese edificio al Ministerio de Asuntos Exteriores se ha retrasado
algunos meses por el problema existente para habilitar lo que será la
nueva sede de la SEPI en otro edificio de Madrid pero, como decía
anteriormente, confío en que a finales de año podremos disponer en su
totalidad de ese edificio que está destinado, para contestar a su
pregunta directa, a albergar todos los servicios dependientes de las
dos secretarías de Estado del Ministerio, la de Política Exterior y
de la Unión Europea y la de cooperación internacional y para
Iberoamérica. En otras palabras, lo que permanecerá en el Palacio de
Santa Cruz son los servicios de la subsecretaría y de tres
direcciones generales que dependen de ella, servicio exterior,
protocolo y secretaría general técnica, que ciertamente cuentan con
un número importante de funcionarios. En números redondos, estimamos
que de los 1.600 funcionarios que trabajan en la sede central del
Ministerio podrían trasladarse al edificio de la SEPI del orden de
850 a 900 y entre 650 y 700 permanecerían en el Palacio de Santa
Cruz. Pero insisto en que se trata de medidas que tienden a
controlar, a racionalizar mejor el gasto, a hacer ahorros que se
sumen a los incrementos de presupuesto año por año.

Algo similar puedo decir del ahorro que estamos logrando en materia
tan importante cuando se trata de un servicio exterior como son las
comunicaciones entre las embajadas y la sede central. En ese sentido,
he de señalarle que para el año 2000 tenemos una partida de
comunicaciones que supone un ahorro de 129 millones de pesetas
respecto a lo que figuraba en el presupuesto del año 1999. Algo
parecido cabe decir de todo el tema de mejora de sistemas
informáticos, que van desde las nuevas conexiones, vía Internet o
correo electrónico hasta el nuevo sistema de gestión consular que
estamos terminando de instalar en todas
y cada una de las 82 oficinas consulares que España tiene desplegadas
por todo el mundo. Lo mismo cabe decir del nuevo plan contable, que
va a permitir enlazar en tiempo real la contabilidad de cada uno de
esos centros gestores (embajadas y consulados) con la sede central
del Ministerio.

Lo mismo cabe decir, aunque entiendo que es legítima la preocupación
que usted ha señalado, señor Estrella, de cierta lentitud,
probablemente, en la puesta en práctica del sistema. Lo mismo cabe
decir del sistema de leasing financiero, arrendamientos financieros
para ir adquiriendo en propiedad edificios de cancillerías o de
residencias de embajadores o cónsules que hasta ahora teníamos en
régimen de alquiles. Lo que ocurre es que el sistema necesita de un
tiempo para ponerlo en práctica y hay que enfrentarse a legislaciones
muy distintas según los países en donde radiquen esos edificios. Pero
ya hemos comprado una propiedad con este sistema, que es el consulado
en Portalegre; estamos a punto de finalizar una segunda adquisición
por el sistema de leasing y muy razonablemente prevemos adquirir en
los próximos meses otras cinco propiedades con el mismo sistema.

Respecto a la racionalización del gasto podemos decir lo mismo, en lo
que afecta a las nuevas sedes de grandes embajadas, y me refiero muy
concretamente a la de Berlín, que es el paradigma de lo que debería
ser en el año 2000-2001, en el nuevo siglo, un proyecto y una
definición de una nueva embajada que recoge y reúne a todos los
servicios que el Estado español tiene en el exterior; se hace (debo
decirlo y reconocerlo también aquí) con la ayuda y la dirección del
Patrimonio del Estado que por lo demás financia esa obra
importantísima. Algo parecido estamos intentando hacer (y estoy
seguro que seremos capaces de lograrlo en los dos próximos años) para
la embajada en Rabat y para la embajada en Tokio. Por lo tanto,
insisto, estamos en una situación que yo creo que es ciertamente
distinta de aquella a la que se enfrentaban los que me han precedido
en este cargo durante muchos años en la que, sin tratar de hacer
ningún juicio de valor sobre determinadas conductas o situaciones,
estamos muy lejos de situaciones como a las que este Parlamento ha
tenido que hacer frente, como ha señalado el señor Robles mediante la
concesión de un crédito extraordinario por un importe de 4.300
millones de pesetas en el año 1998. Estoy absolutamente convencido de
que esta situación no se está produciendo ni se va a volver a
producir. El presupuesto del Ministerio va a ser suficiente, no va a
ser holgado -estamos en un escenario de presupuesto austero, como lo
requiere la política del Gobierno y nuestra política de convergencia
con Europa-, pero sí nos va a permitir cumplir con los objetivos de
nuestra política exterior. Así lo prueban, por lo demás, las
modificaciones presupuestarias. En este año 1999 hemos tenido muchas
menos que en el año 1998, y estoy convencido de que en el año 2000
habrá todavía menos modificaciones que las que hemos tenido que
realizar en el año 1999. Y lo prueba también -y con esto termino este
primer punto de introducción y contestaré las preguntas concretas que
me vayan formulando- el que en el año 1998, en términos de
presupuesto el Ministerio de Asuntos Exteriores ejecutó el 97 por
ciento de sus créditos totales.




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Respondo a preguntas concretas que se me han formulado. Señor
presidente, intento con toda rapidez, referirme a todas ellas. En
primer término, en el capítulo 1, personal, efectivamente el aumento
que se ha señalado en la partida de altos cargos, (12,5 por ciento),
responde, como sabe muy bien, señorías, a la creación de esas dos
nuevas direcciones generales en diciembre de 1998. Tal vez recuerde
que he tenido la oportunidad y el honor de explicar esa
reestructuración en esta misma Comisión y en esta misma sala, y
repito lo que dije en aquel momento. No se trata de rectificar un
error anterior, se trata de constatar que en el propio desarrollo de
lo que es el proceso de integración de la Unión Europea y, en
concreto, la entrada en vigor del Tratado de Amsterdam, hay unas
necesidades nuevas, que no había en el año 1996, que efectivamente se
afrontan mediante determinadas decisiones de reestructuración
orgánica del Ministerio que llevan a la creación de estas dos
direcciones generales; además se aprovecha para compensar
o reequilibrar la carga de trabajo de alguna otra dirección general del
Ministerio.

En ese mismo capítulo 1 ha mencionado el aumento del 12,5 por ciento
en la partida de indemnización por destino al extranjero. No se trata
de aumentar salarios por la vía de elevación de categorías, como
usted ha apuntado, sino de hacer frente, por un lado, al aumento del
dólar respecto de la peseta. El presupuesto de 1999 estaba calculado
con una paridad, creo recordar, de ciento cincuenta y una y pico
pesetas por dólar y el del 2000, cuya aprobación se solicita este
año, está calculado a 160 pesetas por dólar. Cómo evolucione el dólar
respecto de la peseta, evidentemente, yo soy incapaz de contestarlo,
pero ese es el cálculo que estamos haciendo.

Además la elevación de la partida de indemnización por destino en el
extranjero va encaminada también -y contesto a otra pregunta en este
momento- a tener en cuenta el aumento de funcionarios derivado de la
creación de las nuevas embajadas. Yo quisiera recordar en este punto
que en estos tres años y medio le Gobierno ha decidido la creación de
cinco nuevas embajadas: Sarajevo, Bosnia-Herzegovina, Eslovenia,
Eslovaquia, Vietnam y Kazajstán, efectivamente, señor Estrella. Todas
ellas están creadas, dotadas y funcionando. Además se han creado dos
consulados generales, en Moscú y en Shanghai, la contrapartida, entre
comillas, que hemos tenido que ofrecer para la creación de esas
nuevas representaciones es el cierre, efectivamente, de la embajada
en Malta y de cuatro consulados - Amberes, Lieja, Elvas y Lille-,
todo ello con pleno convencimiento de lo que digo, teniendo en cuenta
y sin desmerecer la debida atención que el Ministerio de Asuntos
Exteriores y el servicio exterior debe seguir prestando a las
comunidades de españoles que residen en las demarcaciones de esos
antiguos consulados que se han venido cerrando. Por lo tanto, debo
decirle que estamos ciertamente orgullosos de que ese redespliegue de
sedes diplomáticas y consulares se haya podido ir realizando con la
colaboración del Ministerio de Economía y Hacienda.

Planes para el futuro. No hay planes a corto plazo. No hay planes de
cierre de nuevos consulados. Sí hay un deseo de abrir, en la medida
de que las disponibilidades presupuestarias lo permitieran,
determinadas nuevas embajadas en alguno de los tres países bálticos,
posiblemente en Chipre,
posiblemente en Singapur, pero no están ultimados esos planes y
no preveo, señor Estrella, que a corto plazo podamos efectuar alguna
nueva apertura de representaciones diplomáticas.

Ya me he referido al tema de los arrendamientos financieros, que es
plenamente compatible con el aumento de alquileres, y a las
propiedades que hemos adquirido según este sistema. Simplemente daré
un dato adicional, y es el ahorro cierto, importante y realmente
espectacular que supone este sistema. Me permito dar una cifra, que
es el ahorro que va a suponer la compra, según el procedimiento de
arrendamiento financiero, de la residencia del consulado general en
Río de Janeiro; capitalizando a veinte años un incremento del 2 por
ciento la renta que actualmente estamos pagando por ese edificio,
llegamos a una cantidad casi de 215 millones de pesetas para esos
veinte años. Cuando realicemos esta compra, según el sistema de
arrendamientos financieros, estimamos que pagaremos 135 millones de
pesetas; con ese único edificio tendremos un ahorro -estoy sumando
con toda rapidez- de unos 80 ó 90 millones de pesetas. Creo que ello
ilustra perfectamente las ventajas de este sistema.

El incremento de esta partida en alquileres refleja también algo que
usted ha apuntado, y es la desaparición de la partida de casa
vivienda que antes figuraba en el capítulo 1. Lo explicaré lo más
rápidamente posible. Como conocen SS.SS. los funcionarios en el
exterior tienen derecho a beneficiarse de determinada compensación
retributiva para poder contar con una residencia adecuada. Esa
residencia puede venir sufragada, bien a través de un aumento en lo
que es su retribución pura, a través de lo que se llama en nuestra
jerga el módulo alto retributivo, o bien a través de un sistema según
el cual el Ministerio de Asuntos Exteriores le proporciona una
vivienda al funcionario en cuestión. Este segundo sistema es el que
se utiliza para los funcionarios que tienen unas necesidades de
representación más altas, léanse embajadores, cónsules, pero también
las segundas jefaturas de las misiones diplomáticas y los agregados
culturales. El cambio de partida de capítulo 1 a capítulo 2 se debe,
en primer término, a que la Intervención General del Estado nos ha
dicho que es más correcto presupuestariamente que estas cantidades
figuren en capítulo 2. Por otro lado, parte de esa partida que
desaparece del capítulo 1 no va al capítulo 2, concepto de
alquileres, sino a indemnización por destino en el extranjero, habida
cuenta de que alguno de los funcionarios que están en el extranjero
prefieren -tienen derecho a optar por ello en determinadas
condiciones que sería prolijo explicar aquí- cobrar por el módulo
alto, es decir, con una cantidad añadida a su retribución, para
compensar que el Estado no les ofrece una vivienda que puedan ocupar
durante su destino en el extranjero.

Explicaré ahora el aumento, ciertamente espectacular, del capítulo 3.

Se trata simplemente de prever la puesta en práctica del sistema de
arrendamientos financieros, que, en una parte, en la medida en que es
amortización de capital, hay que financiarlo por capítulo 6 y, en la
otra, a través de unos intereses financieros, que es a lo que se
destina esta partida del capítulo 3. Esos 190 millones que se prevén
enesa partida están en consonancia con las compras que prevemos



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poder realizar con el sistema de arrendamientos financieros.

En cuanto al capítulo 4, S.S. se ha referido a dos cosas distintas.

En primer lugar, ha hablado de la partida prevista para el nuevo
instituto de relaciones internacionales. Se trata de algo que todavía
no está creado y nos estamos adelantando, porque si no lo hacemos
así, sería imposible pagar el año que viene la subvención que nos
proponemos conceder a este nuevo centro, si todo va como está
previsto. Hemos tenido que pintar en el presupuesto, como dicen los
técnicos, esa partida de 40 millones de pesetas para poder llevar a
buen puerto este proyecto, que supone culminar un anhelo que había
hace mucho tiempo en el Ministerio de Asuntos Exteriores: que España
contara con un centro de estudios, de relaciones internacionales y
estratégicas homologable a los que tienen otros países como Francia,
Alemania o Inglaterra. Por si pudieran tener alguna preocupación en
este sentido, les diré que la intención del Gobierno, y desde luego
del Ministerio, es llevar este proyecto con toda la transparencia
posible y, desde luego, con la intención de que el nuevo instituto
realice sus funciones con la más estricta neutralidad -por utilizar
el mismo término que usted- y, por tanto, con autonomía con respecto
a la Administración o al Gobierno. Me ofrezco con mucho gusto a
darles cuantas explicaciones complementarias requieran sobre este
proyecto, tanto en este foro como en cualquier otro.

El crédito para atender los procesos electorales entendemos que es
suficiente, habida cuenta de que la partida que figuraba en 1999 ha
sido suficiente para atender los procesos electorales de este año. En
cuanto a las elecciones catalanas, ya estamos pagando gastos y
también hubo suficiente para las elecciones municipales, autonómicas
y europeas del mes de junio. Si hemos tenido suficiente para eso,
entendemos que también deberemos tener para proyecto similar, con un
pequeño aumento, para las elecciones generales de la próxima
primavera.

La atención a los presos españoles en cárceles extranjeras está
contenida en una partida general, en el concepto presupuestario 493.

Ahí consta una partida de 682 millones de pesetas, que supone un
incremento de 39 millones respecto a la del año 1999. Ciertamente,
esa partida no es solamente para atención a los reclusos españoles en
cárceles extranjeras, sino también para otras atenciones de carácter,
digamos, benéfico y para atender dificultades en las que puedan
encontrarse los españoles en el exterior. Es una partida importante
que entiendo que será suficiente para estas atenciones.

El señor Estrella me ha preguntado sobre cuotas, capítulo 4.

Efectivamente, comparando el presupuesto de 1999 con el 2000, se ve
que en el año 2000 hay una partida que resta y una serie de
cuestiones que suman a lo que era el concepto en el año 1999. ¿Cuáles
son las cuestiones que suman? En primer lugar, está el cambio de la
peseta en relación con otras divisas. Nuestro cálculo, basado en esa
disparidad de cambio dólar/peseta y en el aumento del franco suizo
respecto a la peseta en este último año 1999, es que la partida de
cuotas deberá incrementarse en 778 millones de pesetas. Además -y es
importante señalarlo-, tenemos una serie de cuotas obligatorias a
nuevos organismos que se han ido creando en 1999; por ejemplo, la
Convención de
Ottawa sobre minas, que supone 22 millones de pesetas; el Convenio de
lucha contra la desertificación, 43 millones de pesetas; el Fondo de
existencia del caucho natural, 337 millones de pesetas y, sobre todo,
lo que ha supuesto la misión en Kosovo, que se financiará por
Naciones Unidas y por la OSCE, que para el año 2000 supondrá, según
el cálculo que hemos realizado, 1.019 millones de pesetas. Algo
similar cabe decir respecto a las operaciones de mantenimiento de la
paz. El ejemplo más patente es la operación en Timor Oriental, por la
que España tendrá que contribuir con una cantidad del orden de 100
millones de pesetas. Por tanto, así como hay unas deducciones que
realizar vía amortización de crédito, hay otras partidas que
compensan en parte ese ahorro y que nos llevan a la cifra que consta
en el anteproyecto de presupuestos: 35.558 millones de pesetas.

Comparto plenamente las observaciones del señor Robles sobre las
cuotas voluntarias. Debo decir que me ha quitado las palabras de la
boca. Efectivamente, si usted suma las cinco o seis partidas más
importantes, verá que hay una tendencia hacia una política exterior,
que tiene en cuenta las necesidades y la importancia de la política
de cooperación al desarrollo: Cruz Roja, Unrwa, Pnud, Unicef,
etcétera. Eso supone del orden del 80 ó 90 por ciento del total de
las cuotas voluntarias.

En relación con las OMP, señor Estrella, usted plantea algo que
ciertamente escapa a mis competencias. Le doy la razón sobre que el
esfuerzo español en OMP no es solamente lo que pagamos vía cuotas
voluntarias en el sentido de que España debe contribuir a cada una de
las operaciones de mantenimiento de la paz que establezca Naciones
Unidas, participen o no en ellas tropas españolas, sino que a esto
hay que sumar el esfuerzo de nuestras Fuerzas Armadas por su
participación directa en determinadas operaciones, lo que ciertamente
no está en el presupuesto de Exteriores, sino en el de Defensa. No
quiero entrar a valorar dónde debería estar, si en un sitio o en
otro.

Termino, señor presidente. Yo no voy a entrar a comentar -valga la
redundancia- sus comentarios sobre si el señor ministro de Asuntos
Exteriores, ha viajado poco o ha viajado mucho. Me permito decirle
que la memoria que tengo de sus desplazamientos no coincide con la
que usted ha señalado. No se trata de traer aquí un estadillo de
viajes o hacer comparaciones con otros ministros. Yo tengo la
sensación particular de que el ministro ciertamente está con gran
frecuencia montado en un avión y atendiendo más viajes en el
extranjero de los que usted ha señalado. (El señor Estrella Pedrola
pide la palabra.)



El señor PRESIDENTE: Gracias, señor subsecretario.

Señor Estrella, brevísimamente, se lo ruego.




El señor ESTRELLA PEDROLA: Para formular una pregunta que me parece
importante. El subsecretario ha hablado de Berlín, Rabat y Tokio,
donde hay un viejo problema. Ha dicho usted que en Berlín, Rabat y
Tokio se van a integrar todos los elementos del despliegue exterior.

Cuando dice todos, ¿quiere decir todos?



El señor SUBSECRETARIO DE ASUNTOS EXTERIORES (De Carvajal Salido): En
este caso, señor Estrella,



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quiero decir todos en Berlín, incluido además el Instituto Cervantes.




El señor ESTRELLA PEDROLA: Felicitándole por ese objetivo, que estoy
seguro que logrará, le pediría dos aclaraciones. Yo no sé por qué sus
cuentas no coinciden con las mías. Tengo la evolución de los gastos
no financieros, que eran 127.900 millones aproximadamente en 1999
y 132.159 millones para el año 2000. Eso supone un aumento del 3,29
(para no ser mezquino, del 3,3 por ciento) no del 7 por ciento como
ha dicho usted. Pero es que los créditos totales de 1999 son 143.700
millones, con lo cual la caída sería del 3,5 por ciento. Yotra
pregunta se refiere a las contribuciones voluntarias. Manteniendo mi
criterio de que no refleja muchas ideas u objetivos políticos una
subida a martillo del 10 por ciento, ¿se han pagado todas las cuotas
voluntarias del ejercicio de 1999, se van a pagar en 1999?
Finalmente, matizo mi afirmación en los viajes y reafirmo el juicio.

Matizo en el sentido siguiente. Es cierto que el ministro ha atendido
numerosos compromisos multilaterales, en la Unión Europea, etcétera.

El ministro ha estado prácticamente ausente en lo que es la presencia
bilateral en las visitas ministeriales, y yo ponía el ejemplo de que
en África sólo ha habido una visita ministerial y en Oriente Medio ni
siquiera se le ha conocido. Ese era el juicio que yo emitía, y me
ratifico en que en el plano bilateral es el ministro menos viajero de
la democracia.




El señor PRESIDENTE: Señor Robles.




El señor ROBLES FRAGA: Sólo quiero hacerle una pregunta al señor
subsecretario. ¿Cree el señor subsecretario que la eficacia, la
importancia del papel de España, se mide por el número de viajes o
por el resultado de los mismos?



El señor PRESIDENTE: Señor subsecretario.




El señor SUBSECRETARIO DE ASUNTOS EXTERIORES (De Carvajal Salido):
Comenzaré por lo último, señor presidente. De nuevo, señor Estrella,
a quien no le casan las cifras es a mí. Puede que a usted no le casen
en el tema presupuestario y a mí no me casan en el tema de los viajes
del señor ministro. Recuerdo, a bote pronto, Argel, Marruecos. Como
dice el señor Robles, no confundamos las manifestaciones exteriores
con los resultados o con la eficacia. (El señor Estrella Pedrola: Es
un indicador) Debemos estar de acuerdo en lo que es el aumento, mucho
o poco, del presupuesto del Ministerio de Asuntos Exteriores. Lo que
quiero decir es que si empezamos por estar de acuerdo en que el
presupuesto no financiero de la sección 12 respecto del año 1999
aumenta en un 3,33 por ciento -me es igual un 3,32 que un 3,33-, si a
la cifra del presupuesto no financiero de 1999 le restáramos lo que
tuvimos que pagar por atrasos al CERN, 5.100 millones de pesetas -no
entro a valorar por qué se produjo esa situación que efectivamente
viene de lejos- y lo comparásemos con la cifra que figura en el
anteproyecto de presupuestos del 2000 para el presupuesto no
financiero, el
aumento al que llegaríamos -eso son aritméticas perfectamente
demostrables- es del 7,37 por ciento.

Contesto a su segunda pregunta: qué cuotas voluntarias se han pagado
este año. Se han pagado -y en este sentido ha habido un acuerdo del
Consejo de Ministros- 2.300 millones de pesetas. Lo que figuraba en
la memoria de presupuestos del año pasado es una partida del orden de
2.900 millones de pesetas. Confío en que de aquí a final de año se
pueda suplementar ese primer pago de 2.300 millones de pesetas.

Confieso, y le adelanto, que a lo mejor no llegamos a esa cifra, en
la medida que la partida de cuotas a organismos internacionales del
año 1999 ha sufrido el incremento del dólar, la aparición de nuevas
cuotas voluntarias. Ahí hay efectivamente una labor por hacer y optar
por pagar aquello a lo que estamos obligados, tal vez en detrimento
de alguna pequeña proporción de las cuotas voluntarias. Como sabe S.

S., lo que figura en el anteproyecto de presupuesto para el año 2000
es una partida de 3.100 millones de pesetas. Como espero y confío en
que el dólar no suba más de 260 millones de pesetas, espero y confío
en que no haya mayores sustos, permítaseme la expresión, en términos
de aparición de nuevas necesidades. Confío en que esa partida de
3.100 millones de pesetas se pueda pagar en su totalidad en el año
2000.




El señor PRESIDENTE: Llegamos al final de la comparecencia del señor
subsecretario. Una vez más, muchas gracias por su presencia y por sus
explicaciones.




- DEL SEÑOR SECRETARIO GENERAL DE LA AGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACIÓN
INTERNACIONAL (ESPINOSA FERNÁNDEZ), A SOLICITUD DEL GRUPO SOCIALISTA
DEL CONGRESO, (Número de expediente 212/002178) Y DEL GRUPO
PARLAMENTARIO POPULAR EN EL CONGRESO, (Número de expediente 212/
002281)



El señor PRESIDENTE: Seguimos inmediatamente con el señor Espinosa,
secretario general de la Agencia para la Cooperación Internacional.

Señoras y señores diputados, tenemos con nosotros al secretario
general de la Agencia Española de Cooperación Internacional, don Luis
Espinosa, en una comparecencia que ha sido solicitada por el Grupo
Socialista y por el Grupo Parlamentario Popular. Vamos a proceder a
los trámites correspondientes.

Por el Grupo Socialista tiene la palabra la señora Martínez.




La señora MARTÍNEZ GONZÁLEZ: Gracias, señor Espinosa, por su
comparecencia. Como usted sabe, con anterioridad hemos tenido la
comparecencia del secretario de Estado para la Cooperación y ésta
forzosamente será más reducida. En primer lugar deseamos decirle
desde el Grupo Socialista que, en contra de la publicidad que hace el
Gobierno de sí mismo, hemos mirado con lupa los presupuestos
y descubrimos que si sumamos los presupuestos de la Secipi con los de
la Agencia se produce un descenso de 2.666 millones respecto al año
1999 en lo que se refiere a la ayuda oficial al desarrollo. Por otra
parte, entendemos



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que hay opacidad desde el momento que no se cumple la Ley de
cooperación en su disposición adicional primera, párrafo segundo,
donde se dice que junto a los Presupuestos Generales del Estado el
Gobierno elaborará un informe que recoja de manera integrada los
créditos de los distintos ministerios y organismos públicos
destinados a financiar programas de ayuda oficial al desarrollo. A
nuestro entender, esto deja sin la información suficiente a la
oposición para conocer en profundidad y en detalle cuál es el
verdadero presupuesto de este Gobierno para la ayuda al desarrollo.

Por otra parte, nos gustaría que usted nos explicara -ya le hicimos
esta pregunta al señor secretario de Estado y no nos contestó,
entiendo que ha podido ser un olvido y no sé si usted me la puede
contestar-, por qué de pronto aparece una partida para las familias
sin fines de lucro de 44 millones en el presupuesto de la Secipi. Es
como si esta partida hubiera dado un salto desde las competencias de
la Agencia a la Secipi y nos gustaría saber a qué se debe esto, si es
que lo sabe, puesto que se le preguntó en la anterior comparecencia y
no nos contestó.

Tampoco tiene mucha explicación que descienda el capítulo 4, en lo
que significa familias sin fines de lucro, y que aumente el capítulo
7. Por una parte, vemos en el apartado 413 que hay un descenso,
comparando el presupuesto de 1999 con el del 2000, de 306.172
millones, lo que significa en porcentaje un 4,76. También se produce
un descenso en el apartado de proyectos de la AOED en un 5,74. Hay un
aumento del capítulo 7, transferencias de capital, y entendemos que
esto iría para inversiones, pero nos gustaría conocer, si es posible,
qué es lo que se piensa apoyar en este capítulo 7 y por qué se
produce ese desplazamiento del capítulo 4 al capítulo 7.

En relación con las ONG y el IRPF diré que el incremento de los 475 o
590 millones de pesetas del programa de ONG, programa 134.A, tal y
como figuraba en la documentación presupuestaria para 1999 no fue de
8.450 millones de pesetas, sino que se redujo tras el debate
parlamentario a 8.355, y en los presupuestos generales del 2000
alcanza los 8.925 millones significando un incremento aproximado en
torno al 6,5 por ciento. Sin embargo, es el propio Gobierno quien
matiza en su valoración, al destacar las subvenciones a las ONG, que
el 9 por ciento del coste de los proyectos subvencionados por esta
vía van para costes administrativos o indirectos de las ONG,
financiando ellas mismas con sus propios recursos el 20 por ciento de
dichos presupuestos. En este sentido, nosotros propugnamos un aumento
de las partidas destinadas a estas subvenciones. Podemos resaltar
que, si comparamos los datos destinados a programas y proyectos en el
Ministerio de Asuntos Exteriores, 38.668 millones de pesetas, según
los datos del PACI de 1988, sobre el presupuesto de la Agencia y de
la Secipi para la cooperación al desarrollo que se destina a gastos
de personal y gastos corrientes en los capítulos 1 y 2 de los
presupuestos, el coste administrativo de la gestión de estos
proyectos por la Administración española estaría en torno al 13 por
ciento, por lo que la eficiencia de dicho gasto respecto de la
cantidad gestionada de las ONG es menor. Entendemos que se le exige
una gestión a las ONG que la propia Administración no se aplica.

Cabe también hacer referencia al crédito ampliable que proviene de la
recaudación del IRPF y que, según datos
facilitados en la última comparecencia del secretario de Estado, ha
ascendido en 1999 a 3.671 millones de pesetas y que tras los acuerdos
alcanzados con la plataforma de ONG para el reparto del 0,5 del IRPF
-según palabras del secretario de Estado- garantizará un suelo
estable de 3.723 millones de pesetas adicionales a las ONG en la
convocatoria del IRPF. En este sentido, quiero comentar que estos
datos no tienen nada que ver con la respuesta que el ministro de
Economía dio al portavoz del Grupo Socialista el pasado 15 de
septiembre donde mezclaba la gestión de los fondos privados de las
ONG -y habló de 50.000 millones- y destacó ese acuerdo sobre el IRPF
en el que no han participado las ONG y del que reciben para
cooperación al desarrollo el 20 por ciento de lo que se recauda.

Con independencia de la polémica acerca de la reforma sobre suelos y
techos estables en relación con la recaudación que beneficia a la
Iglesia católica más que a las ONG, nos gustaría decir que, según
informaciones aparecidas en distintos medios, hasta ahora la
recaudación de otros fines sociales ha sido superior. Ha habido más
ciudadanos que, a la hora de hacer su declaración, ponen la cruz en
otros fines sociales que los que la ponen en la Iglesia católica. En
los últimos 5 años la evolución de los ingresos de las ONG y de la
Iglesia católica ha sido la siguiente. En 1993 la Iglesia recibió
13.893 millones de pesetas, cantidad que no ha dejado de crecer y que
en 1998 se convierte en 15.225 millones. Por lo que respecta a las
organizaciones no gubernamentales en 1993 se reciben 12.865 millones,
pero en 1998 obtuvieron 18.414 millones, es decir, que esa
estabilidad ya la tenían concedida las ONG por los propios
ciudadanos. Sin embargo, cuando se trata de que el Gobierno adquiera
un compromiso de apoyo y de sostenimiento no tiene la misma actitud
con las ONG que con la Iglesia católica. Mismo techo mismo suelo
sería para nosotros el deseo, pero que no se contempla. A la Iglesia
se le fija un máximo de 24.000 millones, mientras que a las ONG se le
deja en 22.000 millones. Aquí se invierte la tendencia, el Gobierno
prioriza el apoyo a la Iglesia no diría en detrimento, porque
evidentemente no utiliza los fondos, pero sí le da una cobertura de
estabilidad mayor no solamente en la cantidad, sino que se realizan
pagos mensuales a la Iglesia católica por importe de 1.776 millones,
mientras que a las organizaciones no gubernamentales se las deja
esperando a que el Ministerio de Hacienda diga que ya puede salir la
convocatoria, con lo cual la eficacia de los proyectos gestionados
por las ONG, la estabilidad de esas organizaciones no gubernamentales
no es comparable, no puede ser comparable, porque sabe usted que el
año pasado hasta el mes de agosto no salió la convocatoria.

Perdone que retroceda al tema de la partida de transferencia de
capital en inversiones. Le quiero hacer una pregunta directa, señor
Espinosa, ¿significa o va a significar que ese dinero de
transferencia de capital para inversiones quedaría a la
discrecionalidad de la Agencia o estaría sometido a las condiciones
que establecen las convocatorias? ¿Quedaría la convocatoria abierta y
permanente o se someterían a los criterios que se someten las demás
solicitudes de subvención?
Para finalizar, porque esta mañana hemos tenido una comparecencia que
no me gustaría repetir, le diré que a nosotros nos parece que la
subida que se produce en ayuda



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alimentaria y la que se produce en ayuda de emergencia es
insuficiente. Decimos que es insuficiente porque tenemos la
experiencia próxima de este año, donde hemos tenido que autorizar
créditos extraordinarios para la ayuda de emergencia y para la ayuda
alimentaria. Por ello, entendemos que el aumento que se produce en
ayuda de emergencia queda en una cantidad casi ridícula. Vamos a
presentar enmiendas para que la ayuda humanitaria se amplíe 5.200
millones y para que la condonación de la deuda externa sea una
realidad -y ya sé que no le corresponde-. Vamos a proponer que se
aumente en 10.000 millones más las subvenciones a las ONG y que se
aumente la ayuda humanitaria y la ayuda alimentaria.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Popular tiene la palabra el señor
Izquierdo.




El señor IZQUIERDO JUÁREZ: El Grupo Parlamentario Popular ha
solicitado la comparecencia del secretario general de la Agencia
Española de Cooperación -al cual agradecemos su presencia, un año
más- para conocer los presupuestos de la Agencia Española de
Cooperación, que experimentan un incremento del 4 por ciento. Lo
primero que le quiero pedir al secretario general es que, aunque
estamos hablando de los presupuestos para el año 2000, nos hiciera
una valoración y un balance, si puede ser, de los presupuestos de la
Agencia en los últimos años, porque si hay algo que todos hemos
reconocido en numerosas comparecencias, tanto en el seno de la
Comisión de Asuntos Exteriores como de la Comisión sobre Cooperación
y Ayuda al Desarrollo, es la consolidación de los créditos y el
notable incremento que se ha producido en los últimos años en la
Agencia Española de Cooperación; no obstante, en este ejercicio se
produce, de manera global, un incremento del 4 por ciento.

La ayuda al desarrollo no sólo la realiza la Agencia Española de
Cooperación, sino que en la ayuda oficial al desarrollo -que es otro
concepto mucho más amplio- participa también la Secretaría de Estado
de Cooperación Internacional y el propio Ministerio de Asuntos
Exteriores, con importantes aportaciones a los organismos
multilaterales. Por ejemplo, al sistema de Naciones Unidas y a la
Unión Europea, en sus operaciones para el mantenimiento de la paz,
etcétera.

Parece que se quiere hacer un ejercicio, curioso, de interpretación
de las cifras. Las cifras pueden tener una interpretación en cuanto a
la prioridad política que se le dé, y sería bueno escuchar
intervenciones, como se han escuchado, sobre incrementar fondos en un
sentido y disminuirlos en otro, mejorar la gestión, etcétera, pero
las cifras globales no tienen más que una lectura y el incremento de
créditos en los Presupuestos Generales del Estado para nuestro
sistema de ayuda oficial al desarrollo es extraordinariamente
importante, superará los 250.000 millones de pesetas. Eso lo dijo
antes el secretario de Estado de Cooperación y nosotros lo tenemos
que volver a reiterar.

El secretario de Estado de Cooperación nos dijo también que el leve
descenso en los presupuestos de su Secretaría de Estado se produce
por la adecuación a la realidad de la partida de microcréditos; no
hay otra explicación. En cualquier caso, si volvemos la vista atrás,
algunas críticas
no lo parecen tanto, porque la ayuda alimentaria y de emergencia, por
ejemplo, se ha multiplicado por mucho en los últimos años. En el
período 1996-1999, España ha aportado 12.139 millones de pesetas para
ayuda alimentaria y de emergencia, y en el período 1993-1995 tan sólo
se aportaron 5.464 millones. Yo creo que estas son las cifras que
cuentan. El incremento que se produce este año en la Agencia Española
de Cooperación para ayuda alimentaria y de emergencia, en nuestra
opinión, es significativo porque demuestra una voluntad política de
estar, como está España, más presente en un contexto internacional de
emergencia, que desgraciadamente se produce. Yo creo que no cabe
ninguna duda de la extraordinaria presencia de España, del conjunto
de España y del Gobierno en particular, en las crisis humanitarias
producidas en los últimos años. Recordaré a SS.SS. la cuestión de
Centroamérica o la reciente cuestión de Kosovo, donde el esfuerzo de
la Agencia Española de Cooperación ha sido muy importante. Quizás
sobre el particular de la aportación extraordinaria a organizaciones
no gubernamentales en el tema de Kosovo haya alguna explicación a las
dudas que ha planteado la anterior interviniente.




Yo creo que no hay que mezclar churras con merinas, porque no es
bueno cuando hablamos de presupuestos y cuando intentamos construir
un discurso de cara a presentar alternativas y propuestas a la
sociedad. El esfuerzo que España ha hecho en condonación de deuda no
tiene precedentes, y el esfuerzo que España ha hecho en apoyo a las
organizaciones no gubernamentales tampoco lo tiene. En los últimos
cuatro años, sólo por la vía directa de las convocatorias de
subvenciones -las que son de su competencia- las subvenciones,
repito, a las organizaciones no gubernamentales de desarrollo que
trabajan en cooperación internacional, de subvenciones han supuesto
47.244 millones de pesetas y en los anteriores cuatro años, en la
anterior legislatura, tan sólo 19.520 millones de pesetas. Pues bien,
estas cifras se pueden presentar ahora porque todos los años se ha
producido un incremento significativo, muy importante, no sólo de
consolidación de estas partidas -que se ha producido con su gestión,
señor secretario general-, sino también de incremento gradual cada
año. ¿Y por qué no hablar de la condonación de deuda? Las cifras son
extraordinariamente llamativas, respecto a lo que ha sucedido en los
últimos años y de lo que sucedió en el pasado.

Señor secretario general, yo le preguntaría por el nivel de
ejecución. Al Grupo Parlamentario Popular le interesa mucho saber
cómo se ejecutan los recursos que los ciudadanos ponen a disposición
del Gobierno para la cooperación internacional, porque se ha hablado
de opacidad, de falta de transparencia, de dificultades de gestión y,
sin embargo, cuando nosotros hacíamos oposición -y creo que era una
oposición constructiva o por lo menos intentaba serlo- los niveles de
ejecución eran muy bajos y los niveles de fallo entre lo que se
presupuestaba y lo que después se ejecutaba eran considerables.

Yo tengo que decir aquí una cosa, para que no nos llamemos nadie a
engaño. El Gobierno ha dicho en esta Cámara, hoy, que los créditos
presupuestarios para ayuda oficial al desarrollo superarán los
250.000 millones de pesetas, y el nivel de ejecución de este
Gobierno, y en particular el de la Agencia Española de Cooperación,
nos permite



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pensar que en el año 2000 nos acercaremos a un esfuerzo de
solidaridad internacional de extraordinaria importancia, que en mi
opinión no tiene precedentes.

No se deben mezclar -y termino ya, señor presidente- unas cosas con
otras. Una cosa son las organizaciones no gubernamentales de
desarrollo y otra son las organizaciones no gubernamentales de
asistencia social, y en el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales
hay unas partidas presupuestarias que se consolidan y que se
incrementan. Esto nadie lo duda, ni las propias organizaciones no
gubernamentales, que son las que han llegado a un acuerdo con el
Gobierno para establecer el actual sistema de reparto del 0,5 del
IRPF. Esto no se lo ha inventado el Gobierno ni ha intentado primar a
nadie. En este sentido, recordaría a la señora portavoz del Grupo
Socialista que las obligaciones de España con la Iglesia católica lo
son en virtud de un concordato que creo que se firmó en su época y
que nunca se ha discutido en esta Cámara, al ser una cuestión de
Estado; nunca se ha discutido en esta Cámara ni se ha comparado la
labor social de la Iglesia católica ni de otras confesiones
religiosas con la que puedan hacer organizaciones no gubernamentales.

Pero si se quisiera comparar el apoyo decidido del actual Gobierno
del Partido Popular a las organizaciones no gubernamentales que
podríamos llamar laicas o no confesionales, no tiene precedentes en
la historia de la cooperación española. Ustedes lo hicieron en mucha
menor medida y, por supuesto, nunca establecieron ningún tipo de
comparación, que no sabemos qué fondo político puede tener cuando,
además, todos los que trabajamos en esto sabemos que no se
subvenciona a organizaciones no gubernamentales, sino que se
subvencionan proyectos - nunca me cansaré de repetirlo- de
cooperación orientados a la lucha contra la pobreza. Yla lucha contra
la pobreza es algo que es patrimonio de todos y no de unos ni de
otros, porque, entonces, a lo mejor tendríamos que establecer aquí un
ranking de orientación política de las organizaciones no
gubernamentales, y creo que no es caso pero, en alguna medida, podría
hacerse si se quiere. Lo digo con todos los respetos, pero no me
parece acertado que se haya introducido semejante variable, que está
fuera del debate porque no está en el debate social. Han sido las
propias organizaciones sociales las que han zanjado ese debate
facilitándonos las decisiones que se han tomado, que son decisiones
muy importantes porque establecen algo muy relevante, en mi opinión,
que es una confianza del Estado hacia la sociedad civil y un suelo de
apoyo de los recursos públicos al trabajo de las organizaciones
sociales, tanto en asistencia social como en cooperación
internacional para el desarrollo.

No creo que quepa ninguna duda -termino, señor presidente- sobre el
apoyo de la Agencia Española de Cooperación en todos estos años, y en
particular en estos presupuestos a las organizaciones no
gubernamentales.




El señor PRESIDENTE: Señor secretario general.




El señor SECRETARIO GENERAL DE LAAGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACIÓN
INTERNACIONAL (Espinosa Fernández): Si me lo permiten, primero daré
una pincelada del cuadro general del presupuesto de la Agencia, para
pasar a continuación a contestar
aquellas preguntas que me han formulado. Quisiera decirles que
la Agencia Española de Cooperación Internacional tiene para el año
2000 un presupuesto de 38.919 millones básicos, -ya explicaré por qué
digo básicos-, lo cual significa un incremento del 4,16 por ciento
respecto a los del año 1999, que como bien saben, fue de 37.364
millones de pesetas. Este ingreso presupuestado se puede dividir en
tres grandes partes. La primera, la aportación que hace el Ministerio
de Hacienda, vía Secipi, a la Agencia que va a ser este año de 37.614
millones de pesetas, el 7,13 por ciento más que el año pasado, es
decir, el esfuerzo de apelación directa a los impuestos este año va a
ser el 7,13 por ciento más que el año pasado. ¿Por qué si la
transferencia de Hacienda asciende el 7,13, solamente tenemos el 4,13
de incremento global real? Por una razón, porque la Agencia con los
esfuerzos de este año fundamentalmente, el remanente de Tesorería de
1.400 millones puestos a disposición de proyectos de las ONG para la
emergencia especial de Kosovo, no ha podido mantener el esfuerzo,
porque ya no le quedaban remanentes de Tesorería, y así este capítulo
de remanentes de Tesorería baja de 1.400 a 600 millones de pesetas,
porque -insisto- la Agencia no tiene más. ¿Por qué no tiene más la
Agencia? Por algo fundamental, y es que el año pasado hemos realizado
o ejecutado el 97,6 por ciento del presupuesto, pero si no contamos
todo el presupuesto sino que contamos todos los capítulos excepto el
1, que como saben es personal y realmente es algo fijo, el nivel de
ejecución es del 98,63 por ciento. Lógicamente, el remanente de
Tesorería es el que es, nada. Por eso disminuye el nivel total de
ingresos del 7,13 al 4,16, sin embargo ese 4,16 continúa siendo algo
importante.

También ha disminuido por otras cuestiones, en las cuales no puedo
entrar porque no me corresponde, la aportación que el Ministerio de
Trabajo hace al programa de escuelas-taller en Iberoamérica, que pasa
de 400 a 285 millones de pesetas, eso también tiene que ver con los
fondos que el propio Ministerio tiene en programas genéricos
y generales. Igualmente, parques nacionales ha disminuido 30 millones
su aportación a conservación de parques y biosfera por la misma
razón, de tal manera que el presupuesto de ingresos para el año 2000
va a quedar en 38.919 millones básico, más la cantidad que venga del
IRPF, que no puede venir en el presupuesto, que corresponda a
proyectos de cooperación internacional, de los cuales, como usted ha
dicho -luego se lo explicaré si no le importa- solamente aparecen
pintados 44 millones tanto en Secipi como en la transferencia del
propio Secipi a la Agencia, pero luego vendrá lo ampliable que será
la recaudación con la fórmula ésa que usted conoce tan bien y que de
alguna manera creemos va a estar alrededor de los 4.000 millones de
pesetas. Dicho esto, le diría que si fuera eso tal y como está
previsto estaríamos hablando de una gestión directa de la Agencia, de
unos 43.000 millones de pesetas, que es una cantidad bastante
respetable.

En cuanto a los gastos, indudablemente los gastos sí ascienden a
38.919 millones de pesetas, y estos gastos se aumentan el 4,16 por
ciento, porque no podía hacerse de otra manera, y como muy bien ha
señalado S.S, disminuye el capítulo 4 y se incrementa más que
proporcionalmente el capítulo 7, que con muchísimo gusto ahora voy a
intentardar la explicación y espero que sea cumplida.




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Con este presupuesto, la Agencia Española de Cooperación
Internacional cierra un ciclo que comenzó en el año 1997, cierra un
ciclo que comenzando en base cien en el presupuesto aprobado por SS.

SS. el año 1996, llegaría al 204 si se aprobasen tal y como están los
presupuestos del año 2000, pasando por las siguientes etapas: 1997
crece el 37,29 por ciento; en 1998, creció el 37,75 por ciento; en
1999, creció el 3,65 por ciento y para el año el 2000 crecerá el
4,16, de tal manera que estamos hablando del 204 por ciento a nivel
de gastos. Pero, a nivel de transferencia de la cuenta 806, es decir
de la cuenta que da Secipi al fondo a principio de cada año para la
Agencia, esto habrá crecido con las mismas bases, y de base 100 en el
año 1996, llegaremos al 201 en el año 2000, habiendo sido los
incrementos del 30,20 en 1997; del 35,19 en 1998; del 6,42, en 1999;
y del 7,13 en el año 2000.

Dicho así, me gustaría contestar a las preguntas que me han hecho, y
si me olvido de algunas no es por no querer contestarlas sino porque
quizá no las haya anotado y si quieren volvérmelas a hacer,
lamentando tengan que reiterarlas, las contestaría si pudiera.

Se habla, en principio del descenso de 2.666 millones cuando se suma
Secipi con la Agencia. Yo creo que aun siendo cierta esa cantidad no
lo es en descenso de AOD, porque creo que se han sumado dos
cuestiones que son heterogéneas, la capacidad de gasto y la capacidad
de crédito. Los microcréditos es una capacidad de crédito que tiene
la secretaría de Estado, y que de acuerdo con convenios
internacionales y con acuerdo del Consejo de Ministros tiene que
instrumentar.

Si me permiten un segundo, aunque sé que vamos un poco retrasados,
recordaría que en los microcréditos se constituye un fondo que al
final va a tener 40.000 millones de pesetas, compuesto por las
aportaciones anuales más las devoluciones de las primas realizadas y
se estableció un calendario para el mismo, que en el primer año eran
6.000, millones, pues era un poco la prueba. De estos 6.000 pudimos
ejecutar 5.500 millones, si la memoria no me es infiel, como
capacidad de crédito. El segundo año, 12.000; de estos 12.000 creo
que vamos a ejecutar alrededor de 9.500, si todo sale como tiene que
salir y para el tercer año estaba previsto 8.000 millones. Si usted
suma, verá que son seis y doce, dieciocho, más ocho veintiséis, y nos
quedan catorce para los dos últimos años de aportación del crédito
que se dijo o se preveyó que el primer año volverían a 8.000 y el
segundo ya serían exclusivamente 6.000, con lo cual cerrábamos el
fondo de microcréditos que se alimentaría del revolving, es decir de
la recuperación y puesta en marcha otra vez de los propios
microcréditos. Por tanto, esto era la constitución de este
microcrédito.

Pero, ¿cuánto del microcrédito a pasar a AOD? Esto no lo podemos
decir en este momento porque sería tener una bolita de cristal, que
yo al menos no tengo ni puedo tener. ¿Significa que la suma global de
AOD de este año que viene va a disminuir? En absoluto. Significa que
la capacidad de crédito en este año tuvo que incrementarse por las
necesidades de constitución del fondo, pero no siempre vamos a poder
hacer el mismo esfuerzo de constitución del fondo. Cuando terminemos
de constituir el fondo ya se habrá acabado, ya no tendremos que tener
más; estamos llenando un pantano del cual luego haremos un
suministro.

Además, como vamos reciclando el agua, se va a alimentar de sus
propias devoluciones y de las tasas de interés. Aunque, como sabe S.

S. y me permito decírselo, la tasa de interés es ridícula, porque el
0,1 ó el 0,15 no tiene trascendencia, va a tener un pequeñísimo
significado pero ahí está el componente social fundamental que tiene.

Por eso creo que no puede predicarse que disminuya la AOD, lo que sí
puede decirse y justamente, es que se ha cumplido la tercera etapa de
constitución del fondo de microcrédito, habiendo puesto el Ministerio
de Hacienda en el presupuesto de Secipi la cantidad máxima que estaba
prevista en el plan a cinco años de constitución del fondo. Sí le voy
a dar la razón que serían mucho más claros los presupuestos si se
hubiese acompañado el informe. Todo lo que abunda no daña y además
esclarece. Es una crítica que asumo en la parte que me corresponde .

Estoy convencido que va a hacerse una remisión rapidísimamente, si no
se ha hecho ya, para paliar esto. Aun así, en lo que respecta a la
Agencia Española de Cooperación Internacional considero que poca luz
va a poder dar este documento, insistiendo que le doy la razón en que
hubiera sido más claro y mejor. De todas formas, si desean SS.SS. que
volvamos a comparecer una vez tengan este documento para aclarar
cualquier cosa, ya sabe que nos tienen a su disposición.

En cuanto a los capítulos 4 y 7, me gustaría explicarlo con un poco
de detenimiento. Es un poco farragoso, y lo siento, porque es un
tecnicismo el que nos ha obligado a hacer este cambio presupuestario.

La Intervención general del Estado ha considerado que no está bien
delimitado para, luego, su fiscalización, cuando en cualquier
proyecto de ayuda al desarrollo lo damos por el capìtulo 4, y no
distinguimos lo que es capítulo 4 de capítulo 7 dentro de cada
proyecto. En cada una de las subvenciones que damos, ahora tenemos
que decir: De ahí va para gastos de inversión, 36 millones, que irá
al capítulo 7; y en otro caso va para el capítulo de no inversión de
gastos, que irá para el capítulo 4. Haciendo un estudio de todo lo
que tenemos anteriormente, y para evitar las constantes
transformaciones que usted ha seguido perfectamente durante el último
año debíamos pedir autorización al señor ministro para cambiar de
capítulo 4 a capítulo 7, hablando con Hacienda y viendo las
necesidades genéricas fundamentalmente de las ONGD en este sentido,
hemos hecho esta propuesta que está aceptada.

Expresaba S.S. una preocupación de si esto modificaba el sistema de
control y gestión del capítulo 7 respecto al capítulo 4. Permítame
asegurarle que no hay ningún cambio de gestión. Si fuera por
convocatoria abierta y permanente, por hacerlo fácil y rápido,
primero tendría que haber la evaluación de un técnico que lo tendría
que aprobar, a continuación tendría que pasarse a una comisión de
evaluación, que como usted sabe está compuesta por siete personas; la
decisión que tomásemos en esa comisión sería elevada al secretario de
Estado el cual la aprobaría, y una vez aprobada por el secretario de
Estado pasaría a intervención, que daría el visto bueno para poder
iniciar el proyecto. Este mismo procedimiento es el que va a seguir
el capítulo 7, porque estas inversiones no son las de la Agencia que
vienen en el capítulo 6 con el título de inversiones reales, sino que
son la transferencia de dinero que la agencia da a otras entidades
para hacer gastos de inversión. Creo haberlo explicado, si no
intentaré explicarlo de otra manera, pero lo



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único que hacemos es cumplir lo que nos dice la Intervención general
del Estado para facilitar el control del gasto, fundamentalmente
cuando hacemos proyectos de cooperación al desarrollo.

En cuanto a los gastos de administración, tuve ocasión, con algunas
personas de la coordinadora de discutir o contrastar argumentación a
este respecto. Creo que se ha tomado una ratio que no es la correcta.

Si cogemos todo el capítulo 1, todo el capítulo 2 y todo el capítulo
3 y hacemos el tanto por ciento de lo que significan la suma de esos
tres capítulos con el total de presupuesto de gastos de la Agencia,
podría deducirse que el 13 por ciento son gastos de administración.

Pero eso no es correcto. ¿Por qué? Los gastos de personal están
congelados desde hace bastante tiempo. Además de eso hay un excedente
de aproximadamente cuatrocientos y pico millones de pesetas,
excedente que es público y notorio y que está ahí. Deberíamos
quitarlo, porque eso pasa al fondo determinado que hay, pero habría
que separarlo porque no hacemos una posible ejecución; es en lo único
que no tenemos capacidad de ejecutar, sino que viene la RPT con su
valoración, y Hacienda produce mensualmente el gasto, el cobro y el
ingreso, y aunque es un capítulo que viene asignado por centros,
nosotros no tenemos ninguna intervención. Deberíamos quitar esos 400
millones de pesetas; pero es que los gastos financieros deberíamos
suprimirlos todos, porque a Dios gracias, al menos en los últimos
cuatro años no tenemos gastos financieros. Como no tenemos gastos
financieros, porque no hacemos recurso a pólizas ni a créditos
puente, etcétera, no tenemos gasto, y al no tenerlo, no podemos
hacerlo. No podemos decir, y esto a mi juicio es una pequeña
confusión, que tenemos, capítulo 8. Sí, tenemos el capítulo 8 del
fondo salarial social de los trabajadores de la Agencia, que es un
derecho que tienen por convenio y que no podemos ni queremos
suprimírselo, pero cuando hay pequeñas cuestiones como es una
operación extraordinaria, una situación familiar, etcétera, tienen
derecho a pedir hasta tres o cinco mensualidades, no recuerdo cuántas
son. Entonces, esto también lo deberíamos quitar. En cuanto a gastos
corrientes, le digo lo mismo. El año pasado hemos disminuido
aproximadamente 160 millones del gasto corriente del año anterior.

Este año espero continuar, si la electricidad, el teléfono, y otras
cosas lo permiten, sólo con modelos de racionalización que se están
implementando en la Agencia. Si hacemos el gasto real sobre el gasto
total de la Agencia, estamos en el 7,92, lo cual no me parece
excepcional, pero no es el 13. De todas formas, le diré que las
agencias de Naciones Unidas, calculan para su propio funcionamiento
un overhead, gastos de administración o como quiera llamarlo, la que
menos del 13 y la que más, que es Unicef, el 30, mientras que a las
organizaciones no gubernamentales con las que trabajan, sólo les
permiten el 5 por ciento. No es que yo quiera hacer este nivel,
porque no me parece correcto, pero no veo ajustado el nivel de
imputación de ese 13 por ciento, porque creo que se ha hecho por una
base aritmética, quizá sencilla, pero que entraña otras dificultades.

Donde no puedo contestarle nada, porque tendría que darle opinión
personal y creo que no sirve ni debe darse aquí, es respecto a los
otros fines sociales y las ONG. Puedo asegurarle que las
organizaciones no gubernamentales desde que está este Gobierno han
incrementado su participación
en el presupuesto de la Agencia año tras año. En cuanto al
volumen global, no tengo los datos y no puedo opinar, porque sería,
-insisto-, una opinión no válida.

Vuelvo a la ayuda alimentaria y a la ayuda de emergencia. Ya me
gustaría poder planificar la agencia para las puntas, pero
normalmente es una práctica no consentida en el sector público ni en
el sector privado. Tiene usted razón en algo importante. Si juntamos
el huracán George, de la República Dominicana, el huracán Mitch, más
la catástrofe de Colombia, más la de Méjico, más Kosovo, más Turquía,
por hacer el último curso natural, la ayuda de emergencia, la ayuda
alimentaria ha tenido que dispararse y la Agencia ha hecho un
esfuerzo grandísimo, para con la ayuda de los recursos que tenía
recalificarlos, reestructurarlos y ponerlos. De esa manera ha
conseguido esos 1.400 millones de extra, etcétera. No obstante, ¿qué
hemos solicitado para el año próximo? Hemos solicitado una media
ponderada de las necesidades de los últimos tres años, pensando -y
ojalá así sea- que este año no vamos a tener una repetición del
George, una repetición del Mitch, una repetición del terremoto del
valle de Antioquía, en Colombia, etcétera. Toquemos madera, porque se
está pasando la temporada ciclónica y todavía no ha habido en
nuestras áreas un nivel así. Quiero decirles sinceramente que todo lo
que pudiera hacerse en ayuda alimentaria sería poco por las
necesidades que hay. Aún con todo, la contribución de España al PMAy
a la FAO es superior a la de muchos países de nuestro entorno con
niveles de PNB, bastante mayores que el nuestro.

Respecto a las preguntas que me ha planteado don Pablo Izquierdo,
quisiera decirle señoría, que la evolución creo haberla dado pero la
repito. Hemos pasado del 100 al 204 en estos cuatro años. También
quiero decirle que creo haber respondido a la pregunta relativa a
microcréditos y que el nivel de ejecución de la Agencia lo recogimos
en el 68 por ciento y en este momento está, como he explicado, en el
97,6 por ciento o en el 98 como mucho, si quitamos como he dicho, el
capítulo 1. No obstante, estoy convencido de que en los próximos años
el esfuerzo de racionalidad y de ejecución continuarán existiendo y
que serán todavía mayores, a ser posible. (La señora Martínez
González pide la palabra.)



El señor PRESIDENTE: Señora Martínez, le rogaría la máxima brevedad.




La señora MARTÍNEZ GONZÁLEZ: Seré muy breve, señor presidente. ¿Usted
no cree, señor secretario, que hemos tirado la toalla en el objetivo
0,7 y que en un momento de bonanza económica, en un momento
extraordinario de nuestra vida económica nos estamos quedando, muy
por debajo de nuestras promesas electorales, de sus promesas
electorales? Solamente quería hacer una consideración sobre este tema



El señor PRESIDENTE: Señor secretario general.




El señor SECRETARIO GENERAL DE LAAGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACIÓN
INTERNACIONAL(Espinosa Fernández): Señor presidente, señoría,



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hay un pequeño librito que se llama Las necesidades de los extraños,
que fue un best-seller hace siete u ocho años, donde se narraba una
conversación teórica entre un señor que veía las necesidades y otro
señor que veía las posibilidades, además esto sucedía en un pub
ingles con una cerveza. Era un libro gracioso en algún sentido, pero
muy profundo.

Entre el que mide las necesidades de las sociedades y grupos más
vulnerables, más necesitados y el que mide las posibilidades de
transferencia de recursos es muy difícil ponerse de acuerdo. Como
estoy en la Agencia le diría que ya me gustaría poder estar no en el
0,7 sino en el 1,4; pero también tengo que decirle que me gustaría
que esto pudiera ser en un contexto interno y externo en el que hacer
esto no supusiera desequilibrios internos.

El cuadro macroeconómico es el telón de fondo que todos tenemos y que
de alguna manera obliga, y es el que tiene en cuenta la creación de
empleo interno, es el que tiene los niveles sociales básicos
internos, etcétera, y tiene una cantidad para el exterior. Como
administrador de lo que me dan, podría decir, si más me dan más podré
administrar, pero creo que el cuadro macroeconómico es un cuadro
posibilista y está llevando a este país a una situación buena y de
coherencia con nuestro entorno.

Por otra parte -y con esto termino, señor presidente-, el nivel de
gasto de España a niveles de PIB, está siendo, bastante superior al
de los países de nuestro entorno. Ayer mismo, como usted bien sabe,
el Congreso de Estados Unidos redujo en el 73 por ciento la ayuda
prometida por el señor Clinton para el año fiscal que ahora se
inicia. Aquí no ha sucedido así, aquí vamos aumentando y creo que
esto se debe al esfuerzo y a la conciencia solidaria no solamente del
Gobierno, sino también del Parlamento y de la sociedad española.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor secretario general.

Aquí terminan las comparecencias.

EMITIR DICTAMEN A LA VISTA DEL INFORME ELABORADO POR LA PONENCIA
SOBRE:



- PROYECTO DE LEY SOBRE MEDIDAS DE CONTROL DE SUSTANCIAS QUÍMICAS
SUSCEPTIBLES DE DESVÍO PARA LA FABRICACIÓN DE ARMAS QUÍMICAS. (Número
de expediente 121/000173)



El señor PRESIDENTE: Señorías, queda un sólo punto del orden del día
que vamos a tramitar con la rapidez del rayo. Se trata de someter a
la consideración de la Comisión de Asuntos Exteriores el informe que
ha emitido la ponencia nombrada al efecto para dictaminar sobre el
proyecto de ley sobre medidas de control de sustancias químicas
susceptibles de desvío para la fabricación de armas químicas. Dicha
ponencia, integrado por los Diputados don Pablo Izquierda, don
Arsenio Fernández de Mesa, don Julio Padilla, don Rafael Estrella,
don Pedro Moya Milanés, don Willy Meyer, don Ignacio Guardans, don
Iñaki Anasagasti, don Luis Mardones y don Manuel Alcaráz, según
documentación que recibe esta Presidencia ha estudiado dicha
iniciativa y emite informe de conformidad al respecto.

Pregunto a los miembros de la Comisión si aprueban dicho informe.

(Asentimiento.)
Queda aprobado el dictamen de la mencionada ponencia.

Señoras y señores diputados, muchísimas gracias por su atención y su
presencia a lo largo de esta larga sesión.

En fecha oportuna convocaré Mesa y portavoces para ver cuál es la
posibilidad de la próxima sesión regular de la Comisión de Asuntos
Exteriores.

Se levanta la sesión.