Ruta de navegación

Publicaciones

DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 717, de 17/06/1999
PDF





CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 1999 VI Legislatura Núm. 717



ECONOMÍA, COMERCIO Y HACIENDA



PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. FERNANDO FERNÁNDEZ DE TROCÓNIZ MARCOS



Sesión núm. 72



celebrada el jueves, 17 de junio de 1999



ORDEN DEL DÍA:



Comparecencia de la señora presidenta del Instituto Nacional de
Estadística (INE) (Martín Guzmán) para informar sobre:



- La evolución de los resultados de la Encuesta de Población Activa
(EPA). A solicitud del Grupo Socialista del Congreso. (Número de
expediente 212/000577.) ... (Página 20528)



- La evolución de los resultados de la Encuesta de Población Activa
(EPA). A solicitud del Grupo Parlamentario Mixto. (Número de
expediente 212/002040.) ... (Página 20528)



Página 20528




Se abre la sesión a las cuatro y cinco minutos de la tarde.




El señor VICEPRESIDENTE (Martínez Sanjuán): Buenas tardes, señorías.

Comenzamos la Comisión de Economía con la comparecencia por fin -esto
lo digo sin retintín- de la presidenta del Instituto Nacional de
Estadística. El otro día ya se nos informó en la Comisión de los
problemas de comunicación existentes en relación con la presidenta
del Instituto Nacional de Estadística, pero esta tarde comparece para
dar cumplida información a los dos grupos peticionarios, el Grupo
Socialista del Congreso y el Grupo Parlamentario Mixto, señor
Rodríguez.

Lo habitual en esta Comisión es que sea el compareciente el que
intervenga en primer lugar, pero somos flexibles. Por eso, consulto a
SS.SS. si los grupos parlamentarios prefieren hacer las preguntas
primero y que la señora presidenta del INE informe a posteriori, o a
la inversa. (Pausa.)



El señor CÁMARARODRÍGUEZ-VALENZUELA: Señor presidente, el Grupo
Parlamentario Popular prefiere que la señora presidenta del INE
intervenga en primer lugar y después los grupos que hayan solicitado
la comparecencia.




El señor EGUIAGARAY UCELAY: Me complace expresar mi absoluto acuerdo
con el Grupo Popular.




El señor VICEPRESIDENTE (Martínez Sanjuán): Así se hará.

Podríamos separar los dos términos de las comparecencias o bien
hacerlo uno a continuación del otro, utilizando un mismo turno para
fijar la posición respecto a los dos temas... (Pausa.)
Así pues, señora presidenta del INE, doña Pilar Martín Guzmán, tiene
usted la palabra para fijar la posición con relación a los dos temas
objeto del orden del día y posteriormente intervendrán los grupos
parlamentarios. (El señor presidente ocupa la Presidencia.)



La señora PRESIDENTA DEL INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA (Martín
Guzmán): En primer lugar, quisiera agradecer a SS.SS. que me hayan
dado una segunda oportunidad para venir aquí, y les expreso mi
satisfacción por ello, ya que realmente creo que esta comparecencia
es muy importante para el Instituto Nacional de Estadística, al que
represento. Lamenté extraordinariamente que una reunión en Eurostat
me impidiera venir antes, pero estaban en juego intereses importantes
para el futuro de nuestra estadística. Al INE le parece fundamental
esta comparecencia, ya que es un organismo que, para mantener la
credibilidad de que goza en estos momentos en la sociedad, necesita
actuar con la máxima transparencia posible, que en nuestra opinión
solamente debe estar limitada por la necesidad de mantener la
confidencialidad de lo que nos dicen nuestros informantes y el status
de independencia, que es lo que nos da en último término nuestra
credibilidad. Dentro de ese marco entendemos que debemos
ser lo más transparentes posible e intentamos serlo con el ciudadano,
con los medios de comunicación y, por supuesto, tenemos un
especialísimo interés en serlo con quienes están aquí representando a
los ciudadanos.

Entendemos que nuestra credibilidad es muy importante y que es algo
que tenemos que cultivar día a día, porque con ello estamos
colaborando de manera muy positiva al juego democrático, garantizando
a nuestros ciudadanos una información imparcial, así como al correcto
desarrollo de los mercados; es decir, estamos garantizando a los
inversores internacionales una información imparcial y neutral.

Dicho esto, y manifestando mi agradecimiento, voy a entrar ya en la
materia que se me ha pedido que explique aquí, que es el tema de la
EPA. La encuesta de fuerza de trabajo europea se ha venido gestando a
lo largo de cuatro años. Desde 1994 ha habido continuas reuniones en
Eurostat, en Luxemburgo, para intentar armonizar los datos de empleo
de todos los países de la Unión Europea. España ha estado presente
continuamente en todas ellas -es necesario que los países
participen-, ya que al defender las metodologías acordes con nuestras
peculiaridades y con nuestro particular sistema administrativo
estamos favoreciendo que las estadísticas armonizadas de la Unión
Europea reflejen también adecuadamente la situación española. Si se
nos imponen metodologías mucho más acordes con las organizaciones
administrativas de otros países, nos podemos encontrar con unas
estadísticas españolas perfectamente homogeneizadas pero que no
sirvan para uso interno del Estado español.

Se han celebrado alrededor de 10 ó 12 reuniones y, al final, se llegó
a una metodología acorde, publicándose el reglamento del consejo
número 577/98, que dio lugar a la organización de la encuesta de
fuerza de trabajo. ¿Qué es lo que ha ocurrido con España? España ya
tenía una encuesta de población activa prácticamente adaptada a esta
metodología de la encuesta de fuerza de trabajo; por decirlo de otra
forma, la metodología que nosotros seguíamos ha sido, en líneas
generales, la aceptada por Eurostat, y a la cual se van a añadir los
países que no estaban en esta línea. Esta metodología consistía y
consiste fundamentalmente en una encuesta trimestral, con un período
de rotación que mantiene durante seis trimestres a las familias
dentro de la muestra.

Se decidió que a comienzos de enero de 1999 todos los países de la
Unión Europea se incorporasen a la encuesta de fuerza de trabajo y se
admitieron algunas excepciones. Por ejemplo, está el problema de
Alemania, que dado su peculiar sistema estadístico, que dificulta
muchísimo la recogida de la información, no va a poder adaptarse a
ella seguramente hasta el año 2004. Con alguna excepción de este
tipo, el resto de los países de la Unión Europea se ha incorporado a
esta encuesta de fuerza de trabajo.

Como digo, la metodología de esta encuesta es la que ya teníamos en
España. Lo único que hemos tenido que hacer han sido unas pequeñas
adaptaciones, que paso a describir a SS.SS. En primer lugar, una
peculiaridad española que no se nos ha aceptado ha sido que no se
recoja la información en el mes de agosto. Como SS.SS. saben, las
vacaciones europeas son mucho más flexibles que las españolas, por lo
que esta peculiaridad no se nos ha aceptado. Se nos obliga a recoger
información también durante el mes



Página 20529




de agosto, lo que provoca que en vez de recogerse información a lo
largo de 12 semanas se pase a recogerla durante 13; es decir, se ha
añadido una semana más en la recogida de información. Como es
natural, esta semana adicional se ha recogido en secciones censales
diferentes de aquellas en las que se estaban recogiendo; es decir, se
han incorporado nuevas secciones censales, aunque éstas han sido
actualizadas al mismo tiempo que las que ya estaban en la encuesta.

La estructura de la población que tienen coinciden, en principio, con
la estructura de la población de las secciones censales que ya
estaban recogidas en la encuesta.

Otra petición que se nos hizo fue la inclusión de una relación de
variables adicionales a las ya investigadas por la encuesta de
presupuestos familiares, concretamente las que permitían estudiar el
subempleo de acuerdo con la nueva definición.

También se nos sugirió que ésta sería una buena ocasión para
perfeccionar algunas de las preguntas del cuestionario. Desearía
informar a SS.SS. de que el procedimiento de recogida del INE está
totalmente automatizado; los agentes graban el cuestionario
directamente en un ordenador, esa información pasa directamente a las
respectivas delegaciones y luego a los servicios centrales, donde se
procesa. Con esto quiero decir que una pequeña variación del
cuestionario supone la alteración de todo el sistema informatizado.

Como éste era el momento en el que de todas maneras teníamos que
alterarlo para incluir las preguntas exigidas por la encuesta de
fuerza de trabajo, aprovechamos para mejorar un poco la redacción de
algunas de las preguntas del cuestionario.

Una exigencia de la encuesta de fuerza de trabajo es que se incluyan
en los segundos trimestres de cada año unos módulos adicionales para
estudiar aspectos precisos del mercado laboral. Concretamente, este
año, por ejemplo, se va a incluir un módulo sobre enfermedades y
accidentes laborales. Para el año 2000 está previsto un módulo sobre
relación entre formación y empleo. En fin, cada año será un tema
distinto.

El INE comunicó a la opinión pública que se iban a producir estas
pequeñas adaptaciones de la encuesta de población activa a la
encuesta de fuerza de trabajo. Lo anunciamos con ocasión de un curso
de verano en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de
Santander el año pasado. Además, lo repetimos en la presentación del
balance y plan de actuación del INE, que tuvo lugar el 16 de
diciembre del año pasado, y hemos publicado la metodología de la
encuesta de fuerza de trabajo en febrero de este año. Precisamente
hemos traído unos ejemplares por si SS.SS. están interesados en
leerlo y comprobar que estas pequeñas adaptaciones son mínimas.

Con estas pequeñas adaptaciones se ha realizado la encuesta del
primer trimestre de 1999, se han contrastado cuidadosamente las
modificaciones informáticas que hemos tenido que efectuar para llevar
a cabo la encuesta; hemos comprobado que todo es consistente; se han
estudiado las incidencias en los temas de cobertura, de respuesta
y no hemos observado incidencias especiales. Asimismo, se han estudiado
diferencias entre las estimaciones que hubieran salido en caso de no
haber incluido la semana 13 y las que han salido incluyéndola y puedo
darles unos resultados comparativos. Incluyendo la semana 13, la tasa
de paro es 16,96 y excluyéndola es 16,98. Incluyendo la semana 13, la
creación de empleo ha sido de 161.300 ocupados más y excluyéndola ha
sido de 158.500 ocupados más. Incluyendo la semana 13 los parados
disminuyen en 202.600 y excluyéndola disminuyen en 202.600. Está
claro que la encuesta es tremendamente consistente, tanto si se
incluye como si no dicha semana.

También quisiera comentar que se ha apuntado a un posible efecto de
la realización de la encuesta por teléfono. Sobre todo debo decir dos
cosas: en primer lugar, que el procedimiento de la encuesta por
teléfono, que se empezó implantando en el último trimestre de 1997,
en Valencia, a título experimental, paulatinamente se ha ido
extendiendo a las grandes capitales y en el último trimestre de 1998
al resto de todo el territorio nacional. Es decir, el efecto de esta
implantación hubiera tenido lugar en el último trimestre de 1998. La
realidad es que durante todo el proceso de implantación de la
encuesta hemos estado haciendo análisis de consistencia. Tenemos unos
inspectores que vuelven a los hogares en visita personal y contrastan
los resultados que se han dado en la primera versión de la encuesta,
y hemos observado que los niveles de consistencia incluso suben
ligeramente en la encuesta por teléfono.

Quiero aclarar -es una cuestión que ha aparecido en la prensa- que
todos los hogares españoles tienen la misma oportunidad de entrar en
la encuesta, porque la selección no se hace en función de que los
hogares tengan o no teléfono, se hace sobre los hogares. Todas las
familias que tengan un hogar tienen la misma oportunidad de entrar en
la encuesta de presupuestos familiares. Nuestros entrevistadores
acuden a los hogares -nuestro primer contacto siempre es personal- y
preguntan a los entrevistados qué les resulta más cómodo si
visitarles o hacerles la entrevista por teléfono. Se les pide además
que faciliten un teléfono, que puede ser el de su hogar o el del
lugar de trabajo, y que digan a qué hora les es más fácil que se les
pueda hacer la entrevista. Curiosamente, esto ha sido un éxito porque
entre el 70 y el 80 por ciento de los hogares han pedido ser
entrevistados por teléfono. Esto tiene una explicación muy clara en
un momento en el que las mujeres se incorporan masivamente al mercado
laboral: el único momento de hacer las entrevistas a los hogares es a
última hora de la noche y entonces no desean ser interrumpidos por un
entrevistador del INE, resultándoles mucho más cómodo dar la
respuesta por teléfono.

Por último, quedo a la espera de las preguntas que me hagan SS.SS. y
que estaré encantada de poder responder, y si no es así hay unos
expertos del INE que estarán encantados de aclarar todas las dudas
que surjan. No sé si esto es procedente. (Denegaciones.) Como veo que
no puede ser así, en todo caso, quiero decir a SS.SS. que el INE está
abierto para que puedan asistir todos los parlamentarios que deseen
hacerlo y hablar con las personas que llevan el día a día de la
encuesta.

El INE como garantía de su independencia, de su transparencia y de su
neutralidad tiene que atenerse a dos criterios que se mantienen en
todas las oficinas de estadística de los países democráticos. En
primer lugar, tiene que atenerse a un calendario en el que ha de
publicar los datos, con independencia de la oportunidad política,
para eso tenemos un calendario, porque las fechas tienen que ser
publicadas con



Página 20530




independencia de cualquier otra circunstancia en esas fechas. En
segundo lugar, los institutos de estadística tienen la obligación de
comunicar a la población las cifras que nos proporcionan los
informantes, con independencia de las valoraciones que puedan hacer
los expertos. Y esto por dos razones, en primer lugar, porque
nosotros no podemos admitir una interferencia de subjetividad en
nuestras cifras. Lo que nos transmiten los hogares nosotros lo
procesamos con el mayor cuidado posible, con las mejores técnicas
posibles y con toda la asepsia del mundo, y eso es lo que tenemos
obligación de proporcionar a la población. No podemos adaptarnos a
que los expertos opinen; nosotros tenemos que dar una información
objetiva y creíble, entre otras cosas, por lo siguiente, señorías. El
INE en su larga historia ha tenido algunas experiencias de que a
veces los expertos se equivocan. Si me permiten SS.SS., por terminar
esta pequeña introducción, voy a comentarles dos ejemplos.

Cuando se introdujo el IVA en España los expertos decidieron que iba
a haber una fortísima subida del IPC en enero, pero no se produjo.

Entonces surgieron algunas críticas y dudas -en aquel momento ocupaba
mi puesto mi predecesor, un compañero muy querido de todos nosotros,
José Quevedo, que en este momento está jubilado-, así como problemas;
sin embargo, esa subida del IPC se produjo en los dos o tres meses
siguientes. ¿Qué es lo que ocurrió? Que los comerciantes tenían
almacenados en stock productos y, como no habían pagado el IVA por
ellos, no consideraron oportuno repercutir esta subida inmediatamente
y lo fueron haciendo con el paso de los meses.

Otro ejemplo también muy llamativo -y con esto termino- es que
durante algún tiempo la encuesta de presupuestos familiares del INE
dio un consumo de aceite de oliva en los hogares que era superior al
saldo neto producción más importaciones, cosa que evidentemente era
una inconsistencia estadística. Los expertos del INE dedicaron horas
y horas a estudiar este problema sin encontrarle una explicación y
tuvieron que sufrir en silencio y resignadamente las críticas de los
expertos durante casi dos años, hasta que se destapó el asunto del
aceite de colza. Fue entonces cuando se descubrió que, finalmente, el
INE tenía razón y que lo que estaban declarando las familias, que era
lo que de buena fe creían que estaban consumiendo, aceite de oliva,
era muy superior a lo que se estaba produciendo.

El INE con su experiencia de más de 50 años es consciente de que
muchas veces hay que saber esperar y encontrar explicaciones en
muchos casos que a primera vista no son fáciles de captar. En estos
momentos esperamos para ver qué nos dicen las cifras de contabilidad
nacional trimestral, que van a salir el día 23; qué nos dicen las
cifras de la próxima EPA que van a salir en septiembre, para ver cómo
evoluciona este proceso y qué nos dicen todas las demás cifras que
está recogiendo el INE, por ejemplo, el crecimiento del empleo en la
hostelería, que está siendo bastante alto. En fin, esperamos disponer
de un conjunto de datos para tener una visión más global de este
problema.

Estaré encantada de responder a todas las preguntas que pueda
hacerlo.




El señor PRESIDENTE: En primer lugar, por parte del Grupo Socialista,
solicitante de esta comparecencia, tiene la palabra el señor
Eguiagaray.

El señor EGUIAGARAY UCELAY: Señora presidenta del INE, sea usted
bienvenida también a esta comparecencia que esperábamos con interés,
porque nos ha parecido siempre un tema extraordinariamente relevante
el de la credibilidad de las estadísticas, entre otras cosas, porque
el prestigio del INE, ganado a lo largo del tiempo, debe de ser un
valor compartido por parte de todas las fuerzas políticas, pero,
sobre todo, por la opinión pública. Es muy difícil hacer ninguna
discusión seria en este país sin tomar como referencia al INE. Por
tanto, mi grupo tiene el máximo interés no sólo en preservar la
credibilidad, sino en contribuir a que -ya que los expertos
económicos en el pasado se han equivocado- las equivocaciones del
Instituto Nacional de Estadística puedan también ser puestas de
manifiesto. Al fin y al cabo, el avance en el conocimiento es el
resultado de las pruebas y de los errores, de la corrección, por
tanto, de las equivocaciones que puedan ser manifiestas. No creo que
sus palabras, haciendo referencia a lo que ocurrió con el IVA o con
el aceite de oliva, puedan excluir otros casos en los que se han
revelado inconsistencias en los datos del INE, que han llevado
también a la modificación, bien sea del diseño de estadísticas o de
otro tipo de correcciones. Pero, su comparecencia hoy está solicitada
fundamentalmente porque el asunto de la EPA desde hace muchísimos
años ha sido siempre objeto de discusión. Las apreciaciones de la EPA
en relación con el paro registrado, cambios de tendencia,
modificaciones en el tiempo o las inconsistencias, al menos
aparentes, entre los datos revelados por la EPA y las derivadas, por
ejemplo, de las afiliaciones a la Seguridad Social han sido objeto de
comentarios en diferentes momentos. Cuando en el año 1996 estábamos
en plena modificación de la muestra de la EPA, sin duda alguna, se
produjeron algunas discusiones que ya en su momento motivaron que el
Grupo Socialista solicitara que usted compareciera para tener un
cabal conocimiento de lo que estaba ocurriendo en aquel momento y,
sobre todo, como se podían enlazar las series anteriores con las
series nuevas, especialmente durante el período de sustitución de
aquellas muestras.

Hoy estamos ante un hecho que merece alguna consideración. Déjeme que
lo exprese con algún orden. El INE publicó el 19 de mayo -como estaba
previsto, por cierto- los datos de la EPA del primer trimestre de
1999. La información del INE iba acompañada por la tradicional
presentación de todas las encuestas EPAconocidas, una, en la que se
comparan los datos obtenidos en el trimestre correspondiente con los
datos, por un lado, del trimestre anterior, es decir, el último del
año 1998 y, por otro, con los datos del mismo trimestre del año
anterior. Eso permite la doble comparación de la variación
intertrimestral y de la variación interanual.

La presentación de la EPA no iba precedida ni seguida de ninguna
advertencia, consideración o cautela que pudiera, al menos,
establecer la más mínima reserva sobre la comparabilidad absoluta
entre las magnitudes obtenidas en el primer trimestre del año 1999 y
las obtenidas tanto en el último trimestre de 1998 como en el
trimestre equivalente del año anterior. Se presuponía que estábamos
ante magnitudes homogéneas, obtenidas por métodos idénticos y que, en
consecuencia, eran perfectamente comparables.




Página 20531




Más aún. La nota publicada por el INE como acompañamiento a los datos
expresaba -me parece que triunfalmente- en titulares lo siguiente: El
empleo ha crecido en 161.300 trabajadores (ninguna duda),
principalmente el femenino, y en el sector servicios el paro ha
descendido en más de 200.000 personas, con más de 140.000 nuevos
ocupados en el sector servicios, etcétera. Ésta era la nota que
acompañaba la estadística. De nuevo sin ningún tipo de cautela, de
advertencia o de limitación al menos, a la espera, como hoy decía, de
ulteriores resultados para corroborar los que se obtenían en este
primer trimestre.

La única referencia, para gente muy avisada o familiarizada con las
estadísticas y con la EPA, se contenía en la nota al hacer mención a
que la EPA se había adaptado -como usted nos ha vuelto a explicar- a
la nueva encuesta de trabajo de la Unión Europea. Y para quien
quisiera profundizar en las novedades introducidas la nota contenía
también la seguridad de que las modificaciones llevadas a cabo para
adaptarse a la encuesta de fuerza de trabajo de la Unión -cito
textualmente- no afectan a la metodología de la encuesta, puesto que
se trata -resumo- apenas de unas leves modificaciones, la ampliación
del número de secciones censales, de 3.216 a 3.484, la introducción
de la definición del subempleo por insuficiencia de horas, la
estimación de los asalariados cedidos por una ETT y poquito más.

Por tanto, nada, insisto, que advirtiera de ningún cambio que pudiera
afectar -y fíjese en lo que estoy insistiendo- a la comparabilidad de
los datos de la EPAdel primer trimestre de 1999 con los obtenidos
anteriormente. La verdad es que había muchas razones para pensar que
metodológicamente no había ningún cambio, porque es cierto que,
a pesar de esa explicación general de adaptación a la encuesta de
fuerza de trabajo o, para decirlo más precisamente, al Reglamento
577/1998 del Consejo de la Unión, no había ningún cambio
metodológico. Es decir, el concepto de lo que es un activo, de lo que
es un parado, de lo que es un ocupado, siguen siendo idénticos antes
y ahora y, como usted decía, no hemos tenido que hacer grandes
modificaciones, salvo algunas realmente adjetivas.

Dicho esto, el problema es que los datos de esta encuesta de
población activa han sido puestos en cuestión. Ha sido puesta en
cuestión -déjeme que utilice un argumento que tal vez para algunos
sea un argumento de autoridad, aunque luego diré que para mí no lo
es- y seguramente el responsable gubernamental que más duramente ha
criticado la encuesta de población activa del primer trimestre de
1999 ha sido -para quien le impresionen los argumentos de autoridad-
el vicepresidente primero del Gobierno, señor Álvarez-Cascos, quien
con el estilo que le caracteriza, que no suele ser precisamente
moderado, sino con cierta contundencia, ha expresado -cito
textualmente- que la actuación no se ajusta, al menos, a la realidad
asturiana. Y recordaba el señor Álvarez-Cascos que la EPA ha sido
cuestionada por algunos expertos en el mercado laboral, en apoyo de
sus argumentos y de sus dudas, que incluso la han puesto en
entredicho debido a los nuevos criterios aplicados y utilizados.

Naturalmente, no pretendo que éste sea el argumento para apoyar
algunas de las afirmaciones que haré a continuación, pero supongo que
a alguna gente le puede llamar
la atención el que hasta el señor Álvarez-Cascos, seguramente porque
no le convenían los datos en la campaña electoral, haya utilizado
este argumento.

Sin embargo, hecha esta excursión casi en el terreno de la broma, le
diría que el Reglamento 577/1998 del Consejo de la Unión Europea no
establece, de ninguna manera, que las encuestas deban hacerse de modo
diferente a como se venían haciendo. La adaptación a la encuesta de
fuerza de trabajo no implica ningún cambio de metodología, y desde
luego no implica un método diferente de muestreo, entendiendo por
método diferente de muestreo la utilización de la entrevista
telefónica, como forma masiva de encuesta o como forma masiva de
obtención de datos, frente al mecanismo tradicionalmente utilizado,
que es el de la entrevista personal. Ésta es una decisión que
corresponde en exclusiva al Instituto Nacional de Estadística, nada
que ver con una armonización europea, nada que ver con la aplicación
de un reglamento, nada que ver, por tanto, con un proceso de
perfeccionamiento de la encuesta en sí misma.

Lo que me parece que usted debe explicar es el porqué de lo que no se
ha advertido públicamente al hablar de los datos, que es que estos se
habían obtenido no utilizando una metodología diferente en la
definición o en los conceptos, sino con los métodos de obtención de
los datos que pretenden aproximarse a los conceptos previamente
definidos.




Dicho de otra manera, la Subdirección General de Muestreo del
Instituto Nacional de Estadística, en un documento de septiembre de
1998, explicaba el que la paulatina introducción, después de pruebas
piloto referidas al último trimestre del año 1998, del mecanismo de
entrevista telefónica en vez de la entrevista personal, tenía como
objetivo aprovechar la experiencia obtenida en el municipio de
Madrid, experiencia piloto que parece ser que se había llevado a cabo
-tengo aquí el documento y luego se lo enseño si usted lo duda-,
extendiendo este método a toda la muestra, con el fin de reducir el
porcentaje de ausentes y el tiempo necesario para la realización de
las entrevistas. Éstos eran los objetivos de pasar de un mecanismo de
entrevista personal a un mecanismo de entrevista telefónica, lo cual
sin duda alguna es verdad que plantea algunos problemas de
intendencia.

Y no es que a mí no me importen los trabajadores del INE, pero me
parece que no son éstos los que motivaban su comparecencia. Sin
embargo, es verdad que algunos problemas ha producido esto, entre
otras cosas que los entrevistadores han dejado de percibir la dieta
por salir a los pueblos que anteriormente tenían, que para salarios
brutos de unas 138.000 pesetas al mes seguramente suponían algún
estímulo adicional. Por otro lado, me llega que algún problema se ha
planteado por el hecho de que ahora, mediante la habilitación de una
tarjeta especial, tienen que hacer llamadas telefónicas fuera de lo
que podríamos llamar el horario habitual de trabajo, con cargo a la
dieta de 9.818 pesetas al mes de disponibilidad horaria que
anteriormente tenían y que siguen teniendo. Sobre el malestar interno
que eso pueda crear le deseo simplemente que se pueda resolver, no es
éste el objeto de la comparecencia y no es por ese camino por el que
quiero avanzar.

Señora presidenta del INE, lo que me preocupa es el problema, repito,
de la fiabilidad. La fiabilidad depende no sólo



Página 20532




de que los datos sigan un procedimiento establecido, sean debidamente
comprobados y sean consistentes, sino también de los métodos de
obtención de los datos y esto, sin duda alguna, usted sabe tan bien
como yo o como cualquier otro que no son neutrales respecto al
conocimiento de la realidad. No hay un solo método que sea neutral,
lo cual no quiere decir que haya un método que necesariamente sea
mejor que otro. Lo que digo es que no son neutrales, cada uno tiene o
puede tener sus sesgos, entendiendo por sesgo una sistemática
tendencia a la sobreestimación o a la infraestimación de determinados
valores o de la distribución de una determinada variable en el tiempo
o en el espacio.

El problema aquí no es tanto si el método telefónico es mejor, peor o
regular, sino si es simplemente equivalente y si no se pondrá de
manifiesto en la práctica y con la experiencia el que introduce una
manera de aproximarse al valor de una variable diferente de la que se
obtiene cuando se utiliza un método como el de la entrevista
personal.

La verdad es que los especialistas en la materia tienen pocas dudas
de que un método tiene también una incidencia en la manera de
aproximar una variable. Yo no quiero cuestionar el método telefónico.

La verdad es que hay un cierto grado de consenso entre los
especialistas en encuestas sobre que no es lo mismo la entrevista
personal que la entrevista telefónica, una se adapta mejor para unas
cosas y la otra se adapta mejor para otras cosas.

Por poner una comparación que nos ayudara a entender lo que yo quiero
decir, el calor seguramente es algo que se aproxima por la
temperatura, y la temperatura se puede medir de distintas maneras. Se
puede medir a través de una escala Celsius o centígrada o a través de
una Fahrenheit.

Uno podría pensar que 20 grados Celsius o centígrados es una
temperatura primaveral, y alguien podría decir: pero es que los
grados que hemos obtenido son 68 Fahrenheit. Si alguien no explica
que se ha pasado de centígrados a Fahrenheit, podría tener la
sensación de que hemos pasado de la primavera a la erupción volcánica
del Vesubio, y realmente 68 Fahrenheit son igual que 20 grados
centígrados. El problema está en que distintos métodos pueden
conducir a diferentes resultados y no necesariamente están midiendo,
incluso una misma magnitud, de formas que sean falsas, sino de formas
diferentes.

Déjeme que le haga una cita de algunos especialistas en materia de
encuestas. Por ejemplo, directores de Demoscopia, de Eco-consulting
o, incluso, del Centro de Investigaciones Sociológicas, en un libro
publicado en el año 1993, se expresaban diciendo: Se reserva para
investigaciones poco importantes, sencillas, urgentes y asumiendo
riesgos en la calidad de datos, la entrevista telefónica; en cambio,
para la obtención de datos más fiables o para investigaciones de
mayor alcance se utiliza la entrevista personal. En esta dirección,
me convence muy poco el argumento que usted ha utilizado, señora
presidenta del INE, señora Martín Guzmán, sobre qué es lo que piensan
los encuestados y su preferencia por la entrevista telefónica. Si a
los mismos a los que les han preguntado si desean que les hagan una
entrevista personal o una telefónica les hubieran preguntado si
desearían o preferirían todavía más el que no les hicieran ninguna,
probablemente la contestación de los que desean que no les hagan
ninguna sería abrumadoramente mayoritaria, porque es evidente que eso
significa una
molestia. Por tanto, el argumento de la preferencia es un argumento
de comodidad, no es de fiabilidad.

Hay algunos cambios, a los que usted no ha hecho referencia, que yo
creo que, aparte del tema telefónico, pueden introducir algún sesgo.

Por ejemplo, en el cuestionario anterior -tengo delante de mí el
cuestionario de la encuesta antigua y el de la nueva-, para hablar de
la actividad y especialmente para medir si una persona en la semana
pasada había estado trabajando o no y cuánto tiempo, se utilizaba un
epígrafe D, que tenía la siguiente pregunta: En relación con la
actividad, ¿en qué situación se encontraba la semana pasada? El
contenido de esta única pregunta en el nuevo cuestionario se divide
en cuatro epígrafes, los C.1, C.2, C.3 y C.4, que, sin duda alguna,
son una forma de indagar con más énfasis y de conocer algo más.

Ignoro si esto produce algún sesgo, pero lo cierto es que la forma de
preguntar es distinta y habría que tener, al menos, alguna mínima
reserva, con independencia de que nos aportara, a medio o a largo
plazo, un mayor conocimiento de aquello que queremos medir.

En tercer lugar, hay alguna cosa que sí me parece relevante y a ella
volveré a hacer alguna referencia posteriormente. Una cosa que
ustedes han cambiado es el concepto de vivienda inaccesible. Cuando
los hogares se visitaban personalmente, la vivienda inaccesible se
definía como aquella a la que no se puede llegar para hacer la
entrevista por especiales circunstancias climatológicas: nevada,
riada, etcétera (según las incidencias de los trabajos de campo en la
EPA del año 1997). Ahora, sin embargo, las viviendas inaccesibles son
esas y algunas más; son esas y, además, son también aquellas
viviendas que no tienen teléfono, cuando la sección está en
entrevista posterior a la primera. El concepto de vivienda
inaccesible ha cambiado; ahora es un concepto más amplio. Esto
plantea también un problema al que luego volveré a hacer referencia.

Como decía anteriormente, los problemas metodológicos que inciden y
pueden incidir en los resultados son problemas de los que el INE no
ha advertido, al establecer una perfecta comparabilidad entre los
datos anteriores y los actuales, cosa que yo me permito poner en
duda. En segundo lugar, yo creo que hay algunas cosas que son más
importantes todavía que estas dudas metodológicas y son las que
tienen que ver con la inconsistencia económica de los datos. Con la
excepción del año 1996, en que debido a la modificación muestral de
la EPA se registró un período de crecimiento del empleo incluso
superior al del PIB -por una causa que en aquel momento era
conocida-, el crecimiento del empleo siempre se ha mantenido por
debajo del crecimiento de la economía. Y no podría ser de otra manera
si aceptáramos que la productividad general de la economía tiende a
elevarse; dicho al revés, de aceptar los datos y las comparaciones
que ustedes realizan, la productividad de la economía estaría cayendo
estrepitosamente entre el primer trimestre y el anterior o entre este
año y el año anterior. Algo que, desde luego, tiene muy poco que ver
con la marcha de la situación económica, estimada y aproximada por
casi todos los indicadores.

Déjeme decírselo de otra forma que no tiene que ver con usted, pero
que sí tiene que ver con los responsables de la economía de nuestro
país. El vicepresidente segundo del Gobierno ha expresado en
repetidas ocasiones su felicidad



Página 20533




porque el crecimiento económico que estamos viviendo en estos últimos
períodos tiende a traducirse, en mayor medida que en el pasado, en
generación de empleo. Algo que yo estoy dispuesto a aceptar y de lo
que me congratulo. Incluso, podríamos decir que si el crecimiento de
la economía en el año 1998 se ha situado en el entorno del 3,8 por
ciento y el crecimiento del empleo durante del año 1998, medido
a través de la EPA, en el entorno de las cuatrocientas y pico mil
personas -un 3,31 de crecimiento del empleo-, resultaría que la
traducción del crecimiento en empleo podría llegar a ser alrededor
del 80/80 y pico por ciento.

Con los datos del primer trimestre del año 1999, sobre el primer
trimestre del año 1998, en términos interanuales, los ocupados son
511.000 más (es decir, casi el 4 por ciento, un 3,94 por ciento,
según la estimación de la EPA), cuando la economía, según las mejores
estimaciones hasta ahora disponibles -Banco de España e incluso
Ministerio de Economía- se situarían en el entorno del 3,5 por
ciento. Eso quiere decir que habría que felicitar doblemente al señor
Rato y a quienes se congratulan de que este es el resultado de su
política económica, porque habrían conseguido que el crecimiento se
tradujera en empleo en nada menos que en el 112 por ciento. Una cifra
simplemente imposible de aceptar, desde el punto de vista económico,
salvo que llegáramos a la conclusión de que la economía está
creciendo mucho más de lo que efectivamente se ha dicho o, por el
contrario -y esa es la parte que me parece que puede ser más
relevante-, que el empleo esté creciendo menos de lo que ustedes han
dicho. Porque si se da esto que sale de los datos, resulta que
estaríamos viviendo un absoluto desastre para la economía española,
que es una caída de la productividad y, desde luego, estaríamos
viviendo el peor camino hacia la convergencia real con los demás
países europeos; estaríamos viviendo, exactamente, un mundo al revés.

De ser ciertos los datos tal y como ustedes los han dado, señora
presidenta, el empleo crece más que la economía y crece más el empleo
precisamente cuando se desacelera la economía. Lo cual quiere decir
que la mejor receta para crear empleo sería crecer menos y, llevado
al absurdo, lo mejor que podríamos hacer es parar de crecer. Como no
parece que debamos llevarlo al absurdo, creo que ahí tenemos un
problema que es difícil de explicar en este momento y que es el que
introduce la falta de fiabilidad a la que he hecho referencia.

Hay un segundo problema, de consistencia también, y es el que se
deriva de la comparación entre las tendencias de la EPA y del paro
registrado. Supongo que coincidirá conmigo en que, primero, midiendo
magnitudes distintas miden cosas distintas y, en segundo lugar,
utilizando métodos diferentes los resultados no pueden ser nunca
iguales; esto es algo bien conocido. Pero lo que es verdad es que la
EPAy el paro registrado han tenido una evolución paralela, es decir,
cuando crecía el empleo o cuando se reducía el paro, en general las
líneas de tendencia eran similares. En el primer trimestre del año
1999 nos encontramos, de nuevo, con una inconsistencia: la EPA y el
paro registrado establecen exactamente lo contrario, fenómenos
distintos: por un lado, el paro registrado en los tres primeros meses
de 1999 se habría reducido en 28.000 personas, lo cual significa una
reducción del paro registrado un 22 por ciento
inferior a la de igual período del año 1998, lo que es coherente con
la desaceleración económica que otros análisis ponen de manifiesto;
pero según la EPAocurre exactamente lo contrario: la desaceleración
económica va unida a una aceleración del empleo y de la reducción del
paro, de tal manera que el paro se reduce un 162 por ciento más que
en el primer trimestre del año 1998, en absoluta contradicción con lo
que se deduce de la estadística del paro registrado. Algo parecido
ocurre con el sector servicios, no quiero extenderme con datos y con
cifras, el crecimiento del empleo trimestral en servicios es un 461
por ciento más intenso que en 1998, y en términos anuales la
aceleración del crecimiento es de un 30 por ciento. ¿Qué nos queda, a
mi juicio, de lo dicho? Yo creo que tenemos un problema, señora
presidenta, yo no quiero contribuir a acentuar. Me importa mucho
sobre todo el que las cifras del INE sean las cifras de referencia
para todos y, por tanto, sean fiables. Lo que creo honestamente que
le puedo y le debo reprochar no es el que ustedes hayan hecho un
cambio en la metodología, que no lo han hecho, sí un cambio en la
forma de estimar los datos o en la forma de aproximarse y, en segundo
lugar, que no lo hayan advertido públicamente, y que, como si no
hubiera ninguna diferencia entre los datos obtenidos antes y los
obtenidos ahora, hayan establecido las comparaciones
intertrimestrales e interanuales como si no hubiera al menos la duda
de si la forma de aproximarse a los datos puede permitir asegurar la
homogeneidad de los datos y, por tanto, la comparación entre unos
resultados y otros. Creo que en ese sentido el INE ha sido poco
riguroso. En definitiva, han pretendido comparar peras con manzanas y
además sin avisar. Han avisado respecto del cambio metodológico de
adaptación a la encuesta de fuerza de trabajo, no sobre los cambios
que se estaban introduciendo en la manera de obtener los datos.

Segundo, eso ha permitido, y lo hemos visto, pero esto no es
imputable a usted sino al Gobierno, el que el Gobierno, siguiendo la
traza marcada por el INE, se haya apuntado a una propaganda que es
inconsistente con los datos económicos.

En tercer lugar, lo que me preocupa es que en este momento la opinión
pública pueda perder como elemento de referencia los únicos datos de
los que, con todas sus dudas, sus problemas, etcétera, podemos
disponer, que son al final los mejores, o lo han sido hasta ahora al
menos, los del INE.

Yo creo que con esta encuesta simplemente se ha roto la serie. En
este momento no tenemos una serie que podamos comparar; vamos a tener
que esperar a los datos del próximo trimestre para tener una
comparación intertrimestral obtenida por métodos homogéneos, y vamos
a tener que esperar un año para tener datos interanuales homogéneos.

Yo creo que en este momento no tenemos ninguna garantía de que
podamos seguir comparando con las series obtenidas mediante
procedimientos como los utilizados anteriormente, y eso sí me parece
que es un problema, señora presidenta, para todos, incluso para la
discusión sobre lo que está ocurriendo en la economía española.

Le quería hacer alguna pregunta antes de terminar. Mi primera
pregunta es: aceptando que se haga una entrevista telefónica, sobre
la que casi todo el mundo estaría de acuerdo en que debe ser
relativamente breve ¿cree que la extensión



Página 20534




del cuestionario de la EPA, que incluso se ha ampliado, es la más
adecuada para una entrevista telefónica? Recuerdo a todo el mundo que
la parte correspondiente a la determinación de las personas de la
vivienda se desarrolla en 2 páginas; cuando se trata de menores de 16
años hay una página adicional, y para cada persona mayor de 16 años 8
páginas más, lo cual significa que, en el caso más favorable de una
sola persona por hogar, estamos hablando de la contestación a un
cuestionario de 10 páginas, que puede ser mucho más amplio si hay más
personas en el hogar. Esta es la primera pregunta que le quiero
hacer, si cree que esto se adapta a las condiciones de una entrevista
telefónica, incluso concertada, avisada por correo, etcétera, y con
todos los requerimientos que ustedes analizan.

Segunda: antes le he mencionado el problema de las viviendas
inaccesibles, ustedes han cambiado la definición de vivienda
inaccesible, de acuerdo con los datos que obran en mi poder; el
cambio de la definición de vivienda inaccesible puede dejar fuera de
la EPAhogares por el solo motivo de no tener teléfono, y no porque
ustedes no pretendan utilizar en el caso de viviendas inaccesibles la
entrevista personal, como está en la metodología, cosa que conozco,
sino porque, como a continuación le voy a señalar, de los datos y de
la experiencia de incidencias que han llegado a mi poder en la
publicación que ustedes han hecho: Incidencias en los trabajos de
campo de la encuesta de población activa del año 1998, analizando los
datos del último trimestre, en los cuales ya empezaron a utilizar
-sin avisar- la entrevista telefónica, se sigue un enorme crecimiento
de las viviendas ilocalizables. ¿Cómo se explica, señora presidenta,
el que, de acuerdo con esta información, el número de viviendas que
eran inaccesibles en las entrevistas posteriores a la primera
realizada personalmente fuera de 41 en el primer trimestre del año
1998, y en el último trimestre, una vez que todas las entrevistas
posteriores a la primera eran ya telefónicas, hubiéramos pasado a que
en vez de 41 tuviéramos 992?, según el parte de incidencias, que aquí
lo tengo, si quiere luego se lo doy para que lo compruebe.

Es bastante llamativo que se produzca esto, lo cual avala lo que
anteriormente le he dicho, que efectivamente el problema no es que no
tengan el propósito de ir a las viviendas que no tienen teléfono,
sino que se declaren viviendas inaccesibles algunas, porque
finalmente no resultan serlo. Hay, por tanto, un cambio entre las
viviendas previamente elegidas y las que finalmente son objeto de
análisis, porque las anteriores han sido declaradas inaccesibles en
la medida en que no han atendido a una serie de requerimientos
telefónicos u otros.

En tercer lugar, y con esto termino, señora presidenta, ¿me puede
indicar qué medidas se han tomado para garantizar el secreto
estadístico cuando se hacen encuestas telefónicas? Es verdad que
ustedes avisan a los hogares sobre la eventualidad, primero de una
entrevista personal, y después el envío de una persona que con un
número de identificación se presenta como agente del INE. Pero si uno
habla por teléfono y el entrevistador necesita hacer mención
a información confidencial obtenida anteriormente referida a un miembro
de ese hogar, ¿qué medidas se han tomado para asegurar que la persona
que conteste en ese momento tiene autorización de la primera persona
para conocer la información confidencial? Yo puedo hablar con
una persona por teléfono y puedo preguntarle por los demás miembros,
pero a lo mejor sin saber muy bien con quién estoy hablando; si no es
una entrevista personal es extraordinariamente complicado el ocultar
información que está sometida al secreto estadístico no solamente
para el conjunto del hogar, sino para cada uno de sus miembros. Por
tanto, yo creo que ahí también tenemos un problema.

Finalmente, lo que de verdad lamento es el que hayan pasado al método
de entrevistas telefónicas sin ninguna necesidad, por razones que,
según los documentos que obran en mi poder, son de comodidad o de
menor rechazo por parte de los hogares, pero no de fiabilidad, sin
ningún tipo de argumento europeo en términos de armonización que
obligara a hacer lo que se ha hecho, y con la realidad de que en este
momento tendrán que pasar al menos otros tres trimestres más para que
tengamos los datos de todo un año de la EPAde manera que puedan ser
comparables, pero hemos roto ya la serie y no sé si tienen ustedes, a
la vista de la experiencia de los próximos meses, la voluntad de
establecer una cierta serie de enlace entre los datos obtenidos con
el procedimiento anterior y los obtenidos con el procedimiento
actual, o si simplemente tendremos que seguir esperando hasta ver qué
es lo que la experiencia nos da.




El señor PRESIDENTE: A continuación, para formular los términos de su
comparecencia, por parte del Grupo Mixto (BNG), tiene la palabra el
señor Rodríguez.




El señor RODRÍGUEZ SÁNCHEZ: La encuesta de población activa del
primer trimestre de 1999 arroja unos resultados que han sido
seriamente cuestionados por expertos estadísticos, tanto de
universidades como de servicios de estudios, como la señora
presidenta del INE reconoció.

Para el Bloque Nacionalista Galego es obvio que la introducción de
modificaciones metodológicas invalida cualquier posible comparación
con resultados anteriores; se produce una ruptura en la serie
cronológica que debería ser advertida debidamente por el Gobierno en
sus comunicados sobre los resultados correspondientes a la EPA del
primer trimestre de 1999, lo que no se advirtió oficial ni
públicamente. Además, es en una de las categorías de población
ocupada -en concreto la del subempleo visible, que ha sido sustituida
por el subempleo por insuficiencia de horas- donde se manifiesta el
principal salto cuantitativo con respecto al trimestre anterior. Este
salto es de tal magnitud que ha llevado a expertos estadísticos a
calificar las últimas cifras de la EPAde increíbles en sentido
estricto. Prestigiosos servicios de estudios han concluido que el
impacto del cambio metodológico en los resultados de la EPA del
primer trimestre de 1999 alcanza los 145.000 ocupados, reduciéndose
el aumento de la ocupación, en ausencia de cambio metodológico, a
aproximadamente 15.000 personas. Es decir, el incremento de 161.300
ocupados, que usted vio y yo también, que refleja la EPAdel primer
trimestre de 1999, quedaría reducido a sólo 15.000 en el conjunto del
Estado, y las cifras serían negativas para muchas de las comunidades
autónomas, concretamente para Galicia.

Después de escucharla, señora presidenta, seguimos teniendo serias
dudas sobre la credibilidad de las cifras publicadas por el INE, que
parecieran adaptarse a las urgencias electorales de cada momento.

Desde luego, un



Página 20535




mínimo ejercicio de transparencia exigible requeriría que el Gobierno
evitara caer en triunfalismos electorales, haciendo especial hincapié
en la existencia de cambios metodológicos que recomiendan cuando
menos prudencia a la hora de interpretar dichos resultados. También
sería bueno disponer de las cifras de la EPA obtenidas mediante la
antigua metodología, para poder comparar los resultados, y así se
despejaría todo tipo de dudas sobre la actuación del INE, pero
desgraciadamente usted no proporcionó esa información, a no ser de
una forma muy parcial. Usted sabe mucho mejor que yo que la
homogeneidad, como ya fue puesto de manifiesto, es una de las
principales cualidades que debemos exigir de las series temporales,
en caso de que lo que se pretenda sea conocer la evolución temporal
de determinadas variables. Por ponerle un ejemplo algo grotesco, al
igual que deflactamos una serie cuando queremos conocer la evolución
de magnitudes monetarias en términos reales, nos preguntamos si para
conocer la evolución real del empleo también tendremos que deflactar
la EPA, que parece haber sido inflada con los cambios metodológicos.

En todo caso, en nombre del Bloque Nacionalista Galego, le
agradecería que nos contestase a las siguientes preguntas,
circunscritas lo más posible al área de su responsabilidad, a la del
INE.

En primer lugar, ¿ha realizado el INE algún estudio que nos permita
conocer cuáles serían los resultados de la EPA para el primer
trimestre de 1999, con la metodología correspondiente a los
ejercicios anteriores?
En segundo lugar, ¿cuál es el alcance, en términos de variación
absoluta, de la población ocupada registrada en la EPA
correspondiente al primer trimestre de 1999, imputable a las
modificaciones metodológicas introducidas en dicha encuesta?
En tercer lugar, parece que no son las directivas europeas las que
obligaron a la introducción de cambios metodológicos en la EPA del
primer trimestre de 1999. ¿Cuáles fueron los motivos, si es que los
hay, de tipo técnico o de tipo administrativo?
En cuarto lugar, ¿por qué en las informaciones difundidas por el
Gobierno no se advierte del posible impacto de los cambios
metodológicos sobre resultados, lo cual debía ser exigido por un
organismo de la Administración pública, que pone en riesgo su
credibilidad en caso de que el Gobierno no advierta estos cambios
metodológicos?
Por último, ¿qué piensa hacer el INE para homogeneizar las series
temporales obtenidas de la EPA y, por tanto, para que las magnitudes
obtenidas con metodologías distintas puedan ser comparables?



El señor PRESIDENTE: ¿Grupos que desean fijar su posición? (Pausa.)



Por parte del Grupo Popular, tiene la palabra el señor Camps.




El señor CAMPS DEVESA: Gracias, señora presidenta, por su
intervención. Al menos al Grupo Parlamentario Popular le ha aclarado
las dudas que se habían planteado por parte de otros grupos, que
parecen seguir confundidos -por sus intervenciones de esta tarde-,
aunque, a mi juicio, muchas de las dudas que han manifestado han sido
aclaradas en su primera intervención; tal vez por seguir el guión que
ya se tenía preparado, no se atendió debidamente, pero podrían
habernos ahorrado las mismas. es posible también que la confusión
parta no sólo de los extremos que se quieren aclarar, sino del propio
fundamento que tiene la encuesta de población activa. ¿Cuál es el
fundamento básico de la encuesta de población activa, señorías? Medir
la tasa de actividad en nuestra economía y, a partir de ese dato,
cuantificar qué parte de esa población activa tiene realmente una
ocupación y, a partir de esas dos magnitudes, algo bastante sencillo,
que es deducir la cifra de desempleo como resultado de restar una de
otra. Hasta aquí creo que todos podemos estar de acuerdo.

También deberíamos estar de acuerdo en afirmar, junto con el propio
creador de la EPA, Julio Alcaide, que la encuesta de población activa
es más un instrumento que mide tendencias que un instrumento
meramente cuantitativo que mide extremos cuantitativos. Pues bien, si
estamos de acuerdo en ello, si la EPA es una medidora más de
tendencias que de cuantificaciones, y ya son viejos los debates
políticos y doctrinales -algún otro grupo ha hecho referencia
respecto a la minusvalidación que la EPA pueda hacer de la población
ocupada, que no es lo mismo que sobrestimar paro, y cualquier
aficionado a la estadística, ni siquiera profesional, sabe de ello;
podríamos citar incluso al profesor Toharia-, todos estaremos de
acuerdo también en que la EPA era y es imprescindible, entre otras
cosas, para todo el sistema estadístico español, porque es la única
fuente de medición de la tasa de actividad en nuestro país en estos
momentos. Era y es un magnífico instrumento de conocimiento para
desarrollar políticas y sobre todo para tener un conocimiento más o
menos aproximado de la verdad. Éstas son palabras que este portavoz
ha de reconocer que no son suyas, sino del anterior ministro de
Trabajo y Asuntos Sociales, hoy aún diputado en esta Cámara. Por
tanto, hoy no venimos aquí, señora presidenta, a discutir de cifras
de actividad, de cifras de ocupación, de cifras de desempleo, sino a
discutir de formas de medición y, en concreto, de uno de los métodos
de medición que existe en nuestro país respecto de los citados
conceptos.

También se ha hecho referencia con anterioridad a las discrepancias
que a veces han aparecido entre los datos EPA, los datos de paro
registrado, los datos de afiliación a la Seguridad Social, los datos
de retenidos también del propio Ministerio de Economía y Hacienda, y
en muchas ocasiones han dado explicaciones respecto a los mismos
siempre dando por sentado -y habría que repetirlo- que es muy difícil
intentar comparar datos que no son en absoluto comparables en muchas
cuestiones, como éstas, y que, evidentemente, en lo único que unos y
otros podrían ser comparados es en las tendencias que marcan,
tendencias que sí que son homogéneas. Y al hilo de eso, aunque no
discutimos sobre ello, permítame, señor presidente, que nos
congratulemos al día de hoy de que en este país siga existiendo un
crecimiento económico que permite un crecimiento del empleo en los
extremos que estamos conociendo. Nosotros ni decimos ni creemos que
una estadística tiene más o menos fiabilidad en función de que sus
datos sean más o menos favorables al Partido Popular, y eso es lo que
deberían hacer todos los grupos de esta Cámara. Señorías, no se puede
decir que la encuesta de población activa está manipulada



Página 20536




porque da datos distintos a los que uno querría, pero que es un
magnífico instrumento de medición cuando esos datos les son
favorables. Señorías, no se puede nadie escudar formalmente en dudas
metodológicas o en formas de realizar los muestreos sobre la EPA,
para no querer conocer la realidad que claramente nos muestra. Porque
señorías, si la EPA -y creo que todos estamos de acuerdo- marca
fundamentalmente una tendencia, ésta es ahora enormemente positiva,
trimestre tras trimestre, y no ha variado sustancialmente del último
trimestre del año pasado al primero de éste. Es más, señora
presidenta, yo sí que le he atendido cuando numéricamente ha
explicitado de manera clara, conforme a la forma de realizarse con
anterioridad y a la nueva forma con que se realiza la EPA, cuál sería
el número exacto de parados y de población ocupada que tendríamos y
que su variación no es en absoluto sustancial a los efectos por los
que nos encontramos aquí esta tarde. Señorías, lo que hay que hacer
es sencillamente analizar los datos, no manipularlos. De lo que se
trata es de conocer cómo se hacen, para qué se hacen y a partir de
ahí extraer las conclusiones que cada uno quiera sacar. Ni el
Instituto Nacional de Estadística ni la EPA tienen la culpa de que
luego haya gente que trate de manipular lo que dicen los datos de la
EPA, y tampoco son palabras mías, también son del anterior ministro
de Trabajo y Asuntos Sociales, que por cierto fueron reproducidas
también por el anterior presidente del Instituto Nacional de
Estadística. Por tanto, señorías, simplemente respetemos -y al menos
desde mi grupo lo hacemos, señora presidenta- a los magníficos
profesionales que tiene el Instituto Nacional de Estadística
y analicemos correctamente los datos.

Desde el Partido Popular compartimos que siempre debe ser un objetivo
del Instituto Nacional de Estadística y, en general, de los servicios
estadísticos de cualquier país, de acuerdo evidentemente con los
recursos disponibles -y seguramente haga una referencia a ello en sus
posteriores respuestas-, perfeccionar permanente y constantemente los
trabajos estadísticos que se están realizando porque, como anteriores
portavoces han dicho, cualquier estadística tiene sus limitaciones.

Para eso lo que se debe hacer es ahondar en un esfuerzo que mejore
constantemente los trabajos estadísticos, sin permanecer a veces en
procedimientos estadísticos que conducían más -y no es el caso de la
encuesta de población activa, señorías- al error que al conocimiento
exacto de la realidad.

Cuando se hace una mala interpretación, una mala utilización de la
información disponible, suele ser normalmente en estos casos,
señorías, porque no se tiene en cuenta la metodología y el proceso y
sólo se atiende a los resultados finales del mismo. En el
cuestionario y en la metodología de la EPA no ha habido en estos
momentos cambios sustanciales que permitan afirmar lo que alguna de
SS.SS. ha asegurado hace unos momentos. No los ha habido ahora, sí
que los ha habido en otros momentos y han sido absolutamente
respetados por todos los grupos con representación en esta Cámara en
virtud de que venían avalados por los profesionales del Instituto
Nacional de Estadística y en virtud de que la causa de los mismos
siempre ha sido acercar más los conceptos estadísticos, el muestreo a
la realidad que nuestro país tenía para definir algunos de estos
muestrarios estadísticos.

No han cambiado en absoluto las variables que van anejas al mercado
de trabajo, porque además, señorías, esta encuesta siempre ha estado
en el ámbito de las definiciones que han establecido las normas
internacionales, especialmente la Organización Internacional del
Trabajo, y estoy seguro que ello lo sabe perfectamente la presidenta;
normas, por cierto, aprobadas en distintas conferencias por los
representantes españoles tanto gubernamentales como agentes sociales,
antes, con distintos gobiernos, y ahora. ¿En qué ha variado,
podríamos preguntarnos, señorías, la encuesta de población activa?
Todos lo conocemos, fue debidamente contestado en su momento y
debidamente acompañado a la propia encuesta de población activa
cuando se publicó. Yo diría que en poco, en cuestiones metodológicas
prácticamente en ninguna, simplemente en todo caso el aspecto del
subempleo, pero sí que es cierto que en las cuestiones formales de
procedimiento creemos que se han perfeccionado los instrumentos de la
misma, que se ha avanzado en ese acercamiento a la realidad. Se ha
hecho además, señorías, como consecuencia de los cambios de la
encuesta de fuerzas de trabajo y haré gracia a SS.SS. de seguir en
ese tema porque ya ha sido debidamente explicado por la presidenta
del INE, en relación además con las normas que tenemos que aplicar,
como ya se ha dicho, el Reglamento 577/98 del Consejo de Unión
Europea. Por ello la encuesta de población activa española ha tenido
que ser modificada con el efecto de ser evidentemente adaptada a la
nueva encuesta de fuerzas de trabajo europea. Sin afectar a la
metodología de la misma, los conceptos de paro, de ocupación de
actividad son los mismos que en el año 1998, pero permítanme decir
señorías, que también son los mismos que en el año 1983, porque son
los que se adoptaron en la decimotercera conferencia internacional de
estadísticos de trabajo de la OIT, nada menos que en aquel tiempo. La
única novedad, reitero, podría consistir en incorporar una nueva
categoría de ocupados, los subempleados por insuficiencia de horas,
que también ha sido definido en conferencia de estadísticos del
trabajo, que también ha sido hecho en el año 1998 y que además recoge
-permítanme, señorías- una pretensión que ya el anterior presidente,
su predecesor, don José Quevedo, nos anunció incluso en esta Cámara,
el 15 de marzo del año 1995, al decirnos, cuando nos estábamos
refiriendo a la EPA, que una de las lagunas que aún existía era el
tema del subempleo y que le estaban presionando justamente desde el
Gobierno español para que se definiera el subempleo, cuestión que se
ha hecho, y hubiera una definición homogénea, coordinada y
consensuada, que es justamente la que se incluye, señora presidenta,
a nuestro juicio, en esta nueva encuesta de población activa.

Además también se tiene que presentar -nosotros ya lo hacíamos, pero
ahora también es una novedad en el resto de Europa- trimestralmente
la encuesta de fuerzas de trabajo que hasta ahora no la venían
haciendo, y que evidentemente, al realizarla ahora y ser homogénea
para todos, tiene que traer consigo algunos cambios en la misma.

En estadísticas no hay verdad absoluta, pero sí que es cierto,
señorías, que la EPA es la cifra que se acepta como la verdadera o la
más aproximada a la realidad, no sólo aquí sino en todos los Estados
miembros de la Unión. Evidentemente, quien duda de la fiabilidad de
la misma, a nuestro juicio, lo que pone verdaderamente el solfa es su
propia



Página 20537




credibilidad. A mi grupo le parece perverso levantar cualquier tipo
de especulación acerca de si los datos de la EPA son fiables o no.

Nosotros entendíamos que eran fiables en el pasado y que siguen
siendo fiables en el presente, sobre todo porque esa afirmación es la
que nos permitirá decir que serán fiables en el futuro, señora
presidenta.

Con su intervención de hoy esa polémica quedará absolutamente
zanjada, me parece que mucho más también después de las
intervenciones de los portavoces que me han precedido en el uso de la
palabra porque -y permítanme calificar simplemente con una palabra-
me parece que las dudas que han manifestado sobre la misma son
verdaderamente irrisorias al lado de la encuesta de población activa
que tenemos en nuestro país. Al final, señorías, los datos son los
que son y no los que algunos quisieran que fueran, a lo mejor
simplemente porque quisieran que fueran de otra manera en beneficio o
propio o partidista, pero la realidad, señorías, como dijo el
clásico, es muy tozuda.




El señor PRESIDENTE: A continuación para contestar a las precisiones,
puntualizaciones y preguntas formuladas, tiene la palabra la señora
presidenta del Instituto Nacional de Estadística doña Pilar Martín
Guzmán.




La señora PRESIDENTA DEL INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA (Martín
Guzmán): Yo voy a empezar contestando al diputado señor Eguiagaray y
quiero, en primer lugar, darle las gracias por esa buena opinión del
INE que ha empezado transmitiendo y que realmente nos llena de
orgullo porque tenemos en mucho nuestra credibilidad. Sepa S.S. que
nos esforzamos muchísimo en mantenerla, no solamente con la buena
imagen, sino además con el buen trabajo.

Dice que no hemos avisado de un cambio de metodología. No hemos
avisado de un cambio de metodología porque no lo ha habido. En la
nota de prensa que mandamos decimos: primeros resultados de la EPA
adaptada a la nueva encuesta de fuerzas de trabajo de la Unión
Europea. Ydecimos textualmente: en la nueva EPAse mantienen las
definiciones básicas, se modifica parcialmente la estructura del
cuestionario, se amplía el número de secciones de la muestra y se
extienden las entrevistas al mes de agosto. Como ya he indicado
anteriormente, cuando publicamos estos datos, como es natural, ya
habíamos hecho una prueba de consistencia y ya sabíamos que la
ampliación del número de secciones no tenía ninguna repercusión en
los resultados.

También quiero decir que tiene mucha razón S.S. cuando dice que el
nuevo cuestionario es mucho mejor que el primero y que lógicamente se
va a responder mucho mejor. Evidentemente si no fuera mejor que el
anterior no lo habríamos implantado. Pero también quiero decir para
tranquilizar a SS.SS. que el INE hizo una prueba piloto con este
nuevo cuestionario sobre 1.100 hogares y no detectó incidencias. Es
verdad que 1.100 hogares es una muestra pequeña. También es verdad
que era lo que nos podíamos permitir y por la experiencia de años
acumulada del INE creemos que era una muestra suficiente para
garantizarnos que el cuestionario no iba a tener una incidencia en
los resultados de la encuesta.

Cambio de métodos en la recogida de la información. El INE está en
continuo perfeccionamiento, no nos queda más remedio por una razón
muy sencilla. Yo ya sé que los investigadores quieren unas series
estrictamente comparables en las que no se cambie absolutamente nada,
pero la realidad es que el país va cambiando, la vida va cambiando.

Entonces, si nosotros insistimos en mantener las mismas técnicas
indefinidamente, vamos a encontrar unas series perfectamente
comparables pero que al final van a estar muy alejadas de la realidad
del país y además muy alejadas de la realidad de otros países porque
la implantación del método de recogida por teléfono está siendo
masiva en este momento. Es decir, ya la tiene plenamente adaptada el
Instituto de Estadística mejor del mundo, en el que nos miramos
todos, que es Statistics Canadá. Precisamente al poco tiempo de mi
incorporación como presidenta del INE, fui allí, me enteré de sus
métodos, estuve hablando personalmente con algunos de los
entrevistadores para ver las dificultades que estaban teniendo y me
convencí de que efectivamente es un método muchísimo más cómodo para
los informantes. También se ha implantado plenamente en Suecia, en el
Reino Unido y desde luego hay una movilización general en la Unión
Europea hacia esta nueva forma de trabajo. ¿Por qué razón? Pues
porque, como dije antes a SS.SS., con la incorporación de la mujer al
mercado de trabajo, resulta que las tasas de no respuesta empiezan a
aumentar, sobre todo en entrevistas sucesivas.

Me sorprende la información que tiene S.S. sobre que la experiencia
piloto se había hecho en Madrid, porque se hizo en Valencia. No sé si
ese documento será anterior a la decisión final. Quizá se pensó
inicialmente hacerlo en Madrid y luego finalmente se hizo en
Valencia. Desde luego Valencia ha sido la capital piloto.

Como digo, esto se ha ido implantando paulatinamente y se ha
implantado del todo en el último trimestre de 1998. Por tanto, está
claro que no puede tener ninguna repercusión en los datos del primer
trimestre de 1999. No ha habido ningún cambio en este sentido del
último trimestre de 1998 al primero de 1999 y, como es natural, el
INE, en su afán de mantener su credibilidad y sus buenos métodos de
trabajo, realiza periódicamente pruebas de consistencia para
comprobar que no existe diferencia en la calidad de los resultados
entre los hogares que responden por teléfono y los hogares que son
visitados personalmente.

También quisiera aclarar -porque, sin duda, ahí hay un pequeño
malentendido- que las tarjetas con las que llaman los agentes por
teléfono las paga el INE, no se deducen de sus dietas, de ninguna
manera. Aestos efectos quiero decir que en la mayoría de las
delegaciones hemos conseguido un consenso bastante generalizado
porque los entrevistadores del INE, como es natural, tienen una
pirámide de edad bastante repartida. Hay entrevistadores jóvenes que
desean seguir saliendo a los hogares porque les supone unas dietas y
luego hay entrevistadores algo mayores que prefieren hacer la
encuesta por teléfono. Entonces como el INE tiene otras muchas
encuestas que no se pueden hacer por teléfono, como es el caso de la
encuesta de presupuestos familiares o de las recientes encuestas de
fecundidad o de la de discapacidades, que vamos a llevar a cabo, y
para la que visitaremos las casas, se procura hacer un reparto
razonable, en el cual los entrevistadores que



Página 20538




quieren salir salen y los que no, no. Evidentemente, señoría, es
prácticamente imposible hacer felices a los 3.500 trabajadores que
tiene el INE en este momento, pero lo estamos intentando y que, en
gran medida, lo estamos consiguiendo. No sé si seré muy optimista,
pero es la información que recibo de las delegaciones.

En cuanto a la fiabilidad de los resultados, con todos mis respetos a
los comentarios que S.S. ha hecho sobre observaciones recogidas de
otras empresas encuestadoras, esta encuesta se está realizando por
teléfono en muchísimos países muy avanzados, estadísticamente muy
destacados y parece que ninguno de ellos se resiente en absoluto de
la calidad de los resultados. ¿La extensión del cuestionario es
adecuada para hacerlo por teléfono? Nosotros creemos que sí y voy a
explicar porqué. Ese cuestionario de diez páginas se rellena en la
primera entrevista que, como digo, siempre es personal -como es
natural, ahí se recogen los datos de la identidad de los miembros de
la familia, etcétera- y el entrevistador va con un ordenador, donde
estas respuestas se graban. En la segunda entrevista en realidad
solamente se graban las respuestas en las que ha habido alguna
variación. Si S.S. observa el cuestionario verá que si el que
responde está empleado contesta solamente dos páginas y el que
responde que está parado contesta otras dos. La realidad es que sólo
se recoge la información de los cambios. La gran ventaja de trabajar
con ordenador es que el entrevistador tiene la respuesta de la vez
anterior y entonces puede insistir. Por ejemplo, si una de las
personas era un jubilado y la próxima vez dice que está empleado,
puede insistir diciéndole que está empleado a pesar de ser mayor de
65 años y en qué está empleado; puede de alguna manera depurar las
respuestas por teléfono. Por tanto, la forma en que llevamos la
encuesta permite hacerla por teléfono. Otro problema serían encuestas
mucho más largas como es la de presupuestos familiares que, por
supuesto, se hace visitando personalmente a las familias porque es
muchísimo más larga en cuanto a su respuesta. Pero en esta encuesta,
realmente la información que se pide a las familias a partir del
primer trimestre es relativamente poca y se puede perfectamente
recoger por teléfono.

En cuanto a la vivienda inaccesible ha habido un cambio de nombre y
es lo que explica el salto en la serie. Es decir, se ha pasado a
llamar viviendas inaccesibles lo que antes se llamaba ausencias, que
no es exactamente lo mismo. No me he traído los datos concretos, pero
si S.S. quiere se le puede enviar una serie homologada.

Garantía del secreto estadístico. Cuando las familias reciben la
primera carta en la que se comunica que han sido seleccionadas para
la encuesta, se les da un número clave y este número es el que tiene
que mencionar el entrevistador si finalmente hace la encuesta por
teléfono. Por tanto, la familia sabe siempre que la persona que le
está entrevistando es el encuestador del INE que está especialmente
asignado para ellos.

Necesidad de un cambio de metodología. Yo creo que ya he hablado
sobre ello. No nos podemos quedar atrás; cuando el mundo avanza muy
rápidamente, cuando la sociedad española está cambiando a una
velocidad vertiginosa, el INE no tiene más remedio que seguir estos
cambios
para obtener una fotografía que realmente se parezca todo lo
posible a la realidad.

Inconsistencias económicas de los datos. Entiendo perfectamente las
observaciones que hace Su Señoría. Hay una serie de explicaciones que
podrían justificar estos cambios. Por ejemplo, este año en Semana
Santa, que es un período de fortísima creación de empleo, ha caído en
el primer trimestre mientras que el año pasado no ocurrió así.

En cuanto a la reducción de esos 200.000 parados, hay que decir que
hay 100.900 parados que buscan su primer empleo y con mucha
frecuencia, casi en su totalidad, no están registrados en el Inem.

Eso podría explicar parte de las variaciones. Por otra parte, aparece
aquí que el crecimiento de la ocupación es fundamentalmente de
mujeres y principalmente en sectores que son bastante lábiles a la
hora de declarar su situación en el mercado laboral, como es el caso,
por ejemplo, del pequeño comercio, de la hostelería o del servicio
doméstico.

Un tema en el que quisiera volver a insistir es que lo que trae aquí
el INE es lo que nuestros informantes nos comunican, y esto es lo que
procesamos, con todo cuidado, analizando todos los posibles cambios
de metodología, viendo su incidencia y si no encontramos ninguna, qué
le vamos a hacer, si nuestros entrevistados nos dicen que esta vez
están empleados y el primer trimestre no, … Nosotros ahí no podemos
intervenir. (Rumores.)
En cuanto a las preguntas que ha formulado el representante del Grupo
Mixto, creo que quedan contestadas con una sola respuesta. No ha
habido cambios metodológicos.




Hay un tema que sí que me gustaría explicar porque es la única
definición que positivamente ha cambiado. Es la definición del
subempleo. Efectivamente es interesante. La tradicional definición de
subempleo es la siguiente: está subempleado aquel que trabaja menos
horas de lo que es habitual en tiempo completo en su sector y además
está buscando activamente trabajar más horas; esta era la definición
antigua. La definición moderna es: está subempleado el que trabaja
menos horas de lo que es habitual en empleo a tiempo total en su
sector y además le gustaría trabajar más horas. Entre está haciendo
gestiones para trabajar más horas y le gustaría trabajar más horas
hay una diferencia abismal que explica por qué el número de
subempleados ha crecido extraordinariamente. Ahí sí hay un cambio en
la definición que explica la variación en las cifras. Ahora bien, los
subempleados son un subconjunto de los empleados, y la definición de
empleados sigue siendo la misma: es todo aquel que en la semana de
referencia ha trabajado al menos una hora con una contraprestación
económica. Entonces, como esa definición es la misma, realmente la
cifra de ocupados no ha sido objeto de ningún cambio metodológico.

Ésta es la realidad.

Al decir que no ha habido cambio metodológico creo que he contestado
a la mayoría de las preguntas de S.S. Únicamente quisiera hacer una
llamada sobre la observación de las urgencias electorales y el
calendario.

Precisamente, el calendario se fija para evitar que urgencias
electorales puedan incidir en la fecha de publicación de los datos.

Es decir, los datos buenos o malos salen cuando tienen que salir y
éste es un hecho que está en estosmomentos tremendamente controlado
no solamente por la



Página 20539




Oficina de Estadística Europea, Eurostat, sino por el Fondo Monetario
Internacional que exige, para confianza de los mercados, que las
estadísticas coyunturales importantes se publiquen con un calendario
y ese calendario tiene que ser público antes del comienzo del año.

El calendario del INE para 1999 se hizo público en noviembre de 1998
y si en la fecha del 16 de mayo nos encontramos con que nuestros
informantes, 161 más, nos dicen que han encontrado trabajo, lo único
que podemos hacer es transmitirlo a la sociedad española.

No sé si he contestado a todas las cuestiones, aunque creo que el
señor Eguiagaray quiere preguntar algo más.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Eguiagaray.




El señor EGUIAGARAY UCELAY: Señor presidente, quería precisar algunas
cosas con brevedad, sobre todo, expresarle a la señora presidenta del
INE que hay varias cosas que no he dicho y ha puesto en mi boca
probablemente porque o me he expresado mal o me ha entendido mal.

No he dicho que haya cambio de metodología, sino todo lo contrario.

He empezado hablando de que no hay un cambio de metodología. Es
decir, los conceptos siguen siendo los mismos. El problema está en
eso, en que aparentemente se ha presentado como si obedeciera a un
cambio de metodología, que es el que se justifica por razón de
armonización europea lo que no es un cambio de metodología. Sin
embargo, aquello que sí ha cambiado, que es el método de entrevista,
ustedes no lo han explicado. Ésa es la primera cuestión.

Segunda. No he dicho que ustedes han mejorado el cuestionario. No sé
si lo han mejorado o lo han empeorado, lo que he dicho es que es
distinto en algunos extremos. ¿Qué eso puede introducir algún sesgo?
Preguntar, aunque sea un mismo concepto, de formas distintas es una
manera de forzar que los resultados no sean perfectamente comparables
,y eso lo he puesto de manifiesto en cuanto a las preguntas D-1 en
relación a las C-1 y A-4 en el viejo y en el nuevo cuestionario.

Tercera. Usted ha utilizado un argumento inaceptable. La idea del
continuo perfeccionamiento se presupone de cualquier institución,
pero cuando estamos hablando de una estadística, el perfeccionamiento
no equivale necesariamente al cambio o a la dificultad de
comparación. Ni siquiera quiero poner en cuestión, aunque yo pueda
hacerlo -y me parece que hay razones para pensar que la entrevista
personal se adecua mucho mejor a una encuesta como la de la población
activa, razones de detalle como las que he dado y algunas otras de
mayor alcance-, la idoneidad de que otros países, incluido el
nuestro, pudieran adoptar definitivamente la encuesta telefónica. Lo
que pongo en cuestión seriamente es que los datos obtenidos de esa
forma sean sin más, sin explicaciones, sin avisar, comparables con
los obtenidos anteriormente. Ése es el gran error y la falta de
rigor, a mi juicio, del INE.

Ustedes han advertido que necesitábamos equipararnos o adaptarnos a
las prescripciones del reglamento correspondiente del Consejo Europeo
de la encuesta de fuerza de trabajo, pero, en cambio, no han
advertido que ahora entrábamos
en otra época en la que los datos no se obtienen masivamente a
través de pruebas pilotos, o del 1 por ciento o algo más que
anteriormente se conseguían telefónicamente, porque ahora, salvo en
las primeras entrevistas, todo es telefónico. Ése puede ser un cambio
mayor y no sabremos, si ustedes no establecen los resultados
obtenidos con el antiguo método y con el nuevo, cuáles pueden ser las
diferencias. Es más, el gran error, a mi juicio, en términos de
credibilidad del INE -y me importa mucho la credibilidad del INE-, es
que no nos lo hayan dicho. Ustedes deberían habernos comunicado el
nuevo método que emplean ahora para hacer las encuestas, porque así
se hacen en Suecia y en no sé qué otro país, porque es más cómodo y
barato. En ese caso, no hubieran hecho la comparación, sin más, entre
lo que ocurría en el trimestre anterior y lo que ocurría hace un año.

Hubieran dicho: hasta que no tengamos datos de más meses, de más
trimestres, no sabremos si es perfectamente comparable. Hay incluso
la presunción de que no es en absoluto comparable, puede ser sólo
parcialmente comparable. Esto es lo que no han hecho señora
presidenta, ésta es mi queja y es, en el fondo, mi reproche, un
reproche que se puede hacer legítimamente.




Respecto a alguna cuestión de detalle, me he referido a la capital
porque de acuerdo con el documento que tengo aquí, que está firmado
en Madrid, en septiembre de 1998, su Dirección General de Muestreo
dice: a partir del cuarto trimestre del calendario de EPAse
realizarán todas las secciones seleccionadas en la provincia, tanto
capital como resto de municipios mediante entrevista telefónica. El
objetivo fundamental es conseguir una disminución en las tasas de
ausentes tomando como referencia los buenos resultados obtenidos
desde el primer trimestre en que se ha estado utilizando este sistema
en las secciones del municipio capital.

No sé si eso se refiere a Valencia, pero me da igual, porque la
finalidad era tratar de disminuir las tasas de ausentes y, en todo
caso, reducir el tiempo necesario. Supongo que también existe alguna
motivación de carácter económico.

El problema de la fiabilidad, señora presidenta, no es si se hace en
otros países, sino si estamos forzados a hacerlo como en otros
países. Teníamos una razonable seguridad de que la entrevista hecha
en términos personales se acomodaba bien a las características de la
EPA y ahora la hemos sustituido por un tipo de entrevista
completamente diferente que puede introducir sesgos, desviaciones y,
en todo caso, medir la magnitud o las magnitudes que nos interesa
medir dando resultados distintos. Éste es el problema. No me aduzca
que en otros países lo hacen, porque también en otros países lo han
venido haciendo y nosotros no lo hacíamos. El problema es por qué
ustedes ahora lo hacen y por qué no advierten de que esto no es
comparable.

Por lo que se refiere a la duración, me sigue pareciendo que el hecho
de que la mayor parte de la gente siga estando en la misma situación
trimestre tras trimestre, no es un argumento para hablar de la escasa
duración de una entrevista como ésta, que es más aconsejable hacerla
personalmente por su propia duración, extensión y complejidad.

En cuanto a la vivienda inaccesible, su respuesta no es satisfactoria
-siento decírselo-, no es un cambio denombre, es un cambio de
definición. El concepto de vivienda



Página 20540




inaccesible se define como le he dicho anteriormente, de dos formas
distintas antes y ahora. Antes se decía: vivienda inaccesible,
incidencias en los trabajos de campo de la encuesta de población
activa 1998 -si quiere digo el manual del entrevistador, aunque da lo
mismo-: es aquella vivienda a la que no se puede llegar para hacer la
entrevista por especiales circunstancias climatológicas, nevada,
riada. Ahora se dice: o que no tienen teléfono y corresponde efectuar
entrevista telefónica por no estar la sección en primera entrevista.

Eso da lugar al problema que ya he señalado. Las entrevistas hechas
en segunda entrevista en los hogares que se declaraban inaccesibles a
comienzos del año 1998 lo eran por razones de entrevistas personales
y ascendieron solamente a 41 sobre un total de 53.055 viviendas
encuestadas, según sus propios datos.

Resulta que en el cuarto trimestre -no tengo los datos del primer
trimestre de 1999, pero supongo que habrá seguido una tendencia
parecida- eso se ha disparado. Para un número de viviendas de 53.000,
si anteriormente eran 41, ahora son 1.000 las viviendas declaradas
inaccesibles. Eso tendrá algún efecto, aunque no sé cual. Lo que es
verdad es que ahí se plantea un problema que espero puedan resolver y
que tiene que ver también con la fiabilidad.

Su crítica al tema de inconsistencia económica me parece que es -se
lo digo con afecto y respeto- inaceptable, señora presidenta. Usted
no puede colocar, cuando estamos hablando de tasas interanuales, a la
Semana Santa; no me parece que le va a ayudar a explicar el porqué se
puede producir una caída, en términos interanuales, de la
productividad en nuestro país. No es posible, de ahí no sale. Tendrá
que buscar otras explicaciones y no la de que se ha producido
repentinamente, porque en los tres trimestres anteriores eso no
ocurría, y lo que ha sucedido en el primer trimestre de 1999 nos
cambia toda la evolución de la productividad de la economía; algún
problema hay, señora presidenta.

Usted no me puede decir que hemos recogido lo que nos han dicho,
porque eso es tanto como decir que si los datos no responden a la
realidad, son inconsistentes y no casan con la lógica económica,
tanto peor para la realidad. Ya sé que ustedes están tratando de
recoger los datos, ¡faltaría más! pero la primera obligación de una
estadística no es solamente ver si los métodos son correctos, sino si
puede tener algún sentido económico, alguna lógica o si no, tratar de
aventurar cuál puede ser la lógica.

Ha dicho que, de repente, en el primer trimestre de 1999 se ha
producido un aflujo de mujeres al trabajo, que no se había producido
en ningún momento anterior, y que casualmente, el crecimiento en el
sector servicios ha sido fulgurante, misterioso, y que no casa con
ninguno de los elementos de la serie anterior. Señora presidenta, no
puede contentarse con una mera explicación y decirnos que han hecho
el mayor de sus esfuerzos para recoger los datos, porque no casa. Ahí
es donde están algunos de los problemas que van a subsistir después
de su comparecencia. Amí me gustaría, señora presidenta, que las
cosas se siguieran haciendo bien o se trataran de hacer bien, pero
creo que el INE tiene que dar explicaciones de lo que ha ocurrido. No
vale con decir: hemos tratado de hacerlo bien. Los datos hoy no casan
con la lógica económica. No es problema de que uno quiera que los
resultados salgan en un sentido u
otro. Simplemente no es posible aceptarlos económicamente hablando.

No es posible pensar en una caída de la productividad de la economía
española. No es posible. No es razonable. Vamos a tener que esperar a
los próximos meses para saber qué ha ocurrido y entonces tendremos
que establecer algo que case, que sea mínimamente coherente. Pero
decir que la lógica se produce solamente porque nos han dado estos
datos y así los hemos plasmado, me parece que es la peor de las
explicaciones que puede dar a un problema. Se lo he expuesto con
moderación e intentando ser riguroso, pero creo que su respuesta es
absolutamente inconsistente o, si quiere usted, superficial.




El señor PRESIDENTE: Señor Rodríguez.




El señor RODRÍGUEZ SÁNCHEZ: Brevísimamente, señor presidente.

Desde mi condición de profano en la materia estoy algo perplejo,
porque yo pienso que cuando hay un cambio de conceptos y de
categorías, y eso parece que es reconocido, aunque sea parcialmente,
por la señora presidenta del INE, y hay un cambio de técnicas estamos
ante un cambio de metodología. Además, en su propio discurso, si
después lo lee, va a observar que usted misma reconoció que hay un
cambio de metodología. En todo caso, da igual. Si hay cambio de
conceptos, de categorías y de técnicas, hay cambio de métodos. Si
nosotros no tenemos una homogeneidad, como dije antes, en la
evolución temporal de todas las variables, no podemos hacer
comparaciones entre esto y lo anterior. Eso también es evidente. Yo
ya sé que usted no es responsable de eso, que seguramente las
comparaciones las haremos los políticos; pero, no cabe duda de que no
podemos juzgar con rigor a qué realidad responde, en un caso la
metodología empleada, y a qué realidad responde en otro caso. Las dos
pueden ser relativas; las dos pueden tener un grado de subjetividad
porque parten de principios filosóficos o conceptualizaciones
diferentes, y de ahí los resultados distintos.

Ahora bien, no sé por qué se realizaron estos cambios, que no creo
que fueran obligados por la Unión Europea. La conceptualización sobre
el subempleo, los cambios técnicos de las entrevistas telefónicas,
los cambios de conceptualización sobre la vivienda, que son cambios
de conceptualización, se hacen guiados por unos principios
ideológicos. Eso no es neutral, en absoluto. Yo, desde mi categoría
de profano, se lo quiero decir porque me resulta sorprendente. Le
vuelvo a repetir: lea usted su propia explicación y verá cómo hay un
reconocimiento, por los menos parcial, del cambio de metodología, no
en los principios básicos, como dijo usted, aunque ahí entraríamos a
discutir cuáles son los principios básicos. Es un trabajo de campo,
no es un cambio metodológico.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra la señora Martín Guzmán.




La señora PRESIDENTA DEL INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA (Martín
Guzmán): Primera cuestión: ¿Por qué hemos cambiado de metodología? No
hemos cambiado de metodología. Por lo qué se refiere a por qué hemos
introducido la técnica de recogida por teléfono,



Página 20541




tengo que decir que, evidentemente, no nos ha obligado la Unión
Europea. Nos lo ha aconsejado la Unión Europea y nos lo han
aconsejado las circunstancias, porque cada vez hay en el país más
parejas en las que trabajan los dos y más profesionales que viven
solos, y a estas familias les molesta tremendamente responder a la
encuesta. Lo único que estamos intentando, señorías, es adaptarnos a
las nuevas formas de vida en la sociedad para facilitar la tarea
a nuestros informantes, porque, como S.S. ha dicho inicialmente, si se
les diera a los informantes la opción de no contestar a la encuesta
estarían encantados. Solamente su sentido cívico y la amabilidad y
profesionalidad de los entrevistadores del INE nos permite conseguir
unas tasas de respuesta bastante elevadas, pero precisamente eso nos
obliga a mimar a nuestros informantes, a darles las mayores
facilidades posibles y a preguntarles qué tipo de entrevista
prefieren, porque hay un 20 por ciento de informantes que prefieren
la entrevista personal. Por ejemplo, en las zonas rurales es muy
frecuente que la gente prefiera la visita del entrevistador del INE,
porque, entre otras cosas, charlan un rato con él y es un elemento de
animación en sus vidas. Nosotros, señorías, estamos intentando darles
un servicio a la carta.

En cuanto a que no hemos informado a la sociedad española, es verdad
que no la hemos informado, entre otras cosas, porque estamos haciendo
un control constante del resultado de esta operación; es decir, hay
una serie de secciones piloto en las que se mantiene la entrevista
personal, que nos sirve de comparación para ver si la entrevista
telefónica está produciendo o no variaciones. Como significativamente
está resultando lo mismo, no nos ha parecido que fuera una noticia
interesante informar que estamos recogiendo la encuesta por teléfono
y obteniendo una misma calidad de resultado.

De todas maneras, quiero decir a SS.SS. que en la presentación de la
actuación y balance del INE en el mes de noviembre del año pasado, se
dijo a la prensa lo que estaba ocurriendo. Si los representantes de
prensa no lo consideraron suficientemente importante y no lo
recogieron, ellos tienen mejor criterio que nosotros para saber lo
que le interesa o no a la sociedad española.

Vuelvo a insistir en que lo de la vivienda inaccesible es simplemente
un cambio de nombre. Vamos a mandarle a S.S. la serie completa
porque, si se compara lo que ahora se llama vivienda inaccesible con
lo que antes se llamaban ausentes, va a salir una cifra muy parecida,
porque simplemente es un cambio de nombre para uso interno del INE.

En cuanto al documento que tiene S.S. sobre Madrid, ya me he dado
cuenta de lo que es. Ese documento se ha mandado a Madrid y a las
otras 52 delegaciones del INE. La implantación paulatina se ha hecho
de la forma siguiente: primeramente se hizo la experiencia piloto con
Valencia;
el segundo paso fue implantarlo en las capitales de provincia
y el tercer paso extenderlo ya a toda la provincia. Esa circular que
tiene S.S. es la que se envió al delegado del INE de Madrid,
explicándole que ahora, además de en la capital, se podía hacer en
las demás zonas, y una circular equivalente se mandó a las otras 51
provincias. Esa es la explicación. S.S. puede ver que esa circular
fue enviada en septiembre, y es la mejor prueba de que el cuarto
trimestre se recogió en toda la extensión del territorio nacional, es
decir, capitales y no capitales.

En cuanto a su última observación, nunca he pretendido que las
razones económicas que yo he apuntado fueran consistentes. He
apuntado unas razones que podrían explicar parcialmente el proceso.

El INE no hace análisis, simplemente produce datos. Hay otros
institutos de estadística de Europa que hacen análisis. Nosotros,
desgraciadamente no los hacemos por falta de personal, aunque nos
gustaría poder hacerlos. Es un convenio extendido en todos los
institutos de estadística de los países democráticos no interferir en
las cifras con juicios de valor. Es bueno que los expertos económicos
digan que esto no es consistente; como es natural, el INE hace
estudios y cuando lleguen los nuevos datos seguirá haciéndolos.

Nosotros estamos continuamente chequeando la consistencia de nuestros
datos. Cuando sacamos una cifra de la población, tenemos que tener
cuidado de que no haya inconsistencias técnicas en el proceso de
recogida. Señoría, hasta donde es humanamente posible, podemos
asegurar que en este caso no las ha habido.

Al representante del Grupo Mixto quería decirle que si de algo puede
estar seguro es de que el INE no se mueve nunca por principios
ideológicos. Estamos muy orgullosos de nuestra independencia, la
defendemos y la ejercemos día a día, el pasado lo pone de manifiesto
y me gustaría que S.S. supiera que hay una cultura de independencia
del INE muy arraigada y que desde luego nuestras decisiones se toman
exclusivamente por razones técnicas. Eso sí es algo que le puede
asegurar al cien por cien. Precisamente esta es la razón por la cual
no solamente la sociedad española, sino la Oficina de Estadística
Europea, Eurostat, y los mercados internacionales se fían de
nosotros. Por eso hemos sido admitidos en el grupo especial de
calidad estadística del Fondo Monetario Internacional, porque se sabe
de antiguo de nuestra independencia.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora Martín Guzmán.




Se levanta la sesión.




Eran las cinco y cincuenta y cinco minutos de la tarde.