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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 616, de 16/02/1999
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CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 1999 VI Legislatura Núm. 616



POLÍTICA SOCIAL Y EMPLEO



PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. JERÓNIMO SAAVEDRA ACEVEDO



Sesión núm. 39



celebrada el martes, 16 de febrero de 1999



ORDEN DEL DÍA:



Comparecencia del señor ministro del Trabajo y Asuntos Sociales
(Pimentel Siles) para informar sobre:



- Las líneas generales de la política de su Departamento. A petición
propia. (Número de expediente 214/000106) ... (Página 17930)



- Los proyectos y líneas generales a desarrollar en su Departamento
durante su mandato. A solicitud del Grupo Parlamentario Mixto.

(Número de expediente 213/000933) ... (Página 17930)



- Las previsiones y líneas generales a desarrollar en su
Departamento. Asolicitud del Grupo Socialista del Congreso. (Número
de expediente 213/000936) ... (Página 17930)



- Las líneas de política general a llevar a cabo en su Ministerio. A
solicitud del Grupo Parlamentario Federal de Izquierda Unida. (Número
de expediente 213/000941) ... (Página 17930)



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- La situación del mercado de trabajo, prórroga de las bonificaciones
a los contratos indefinidos y aumento de las cotizaciones al desempleo
de los contratos temporales, con motivo de las enmiendas aprobadas en
el Senado a las leyes de presupuestos y de medidas fiscales,
administrativas y del orden social. Asolicitud del Grupo Socialista
del Congreso. (Número de expediente 213/000911) ... (Página 17930)



Se abre la sesión a las diez y cinco minutos de la mañana.




COMPARECENCIA DEL SEÑOR MINISTRO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES
(PIMENTEL SILES) PARA INFORMAR SOBRE:



- LAS LÍNEAS GENERALES DE LA POLÍTICA DE SU DEPARTAMENTO. A PETICIÓN
PROPIA (Número de expediente 214/000106).




- LOS PROYECTOS Y LÍNEAS GENERALES A DESARROLLAR EN SU DEPARTAMENTO
DURANTE SU MANDATO. A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO MIXTO (Número
de expediente 213/000933).




- LAS PREVISIONES Y LÍNEAS GENERALES A DESARROLLAR EN SU
DEPARTAMENTO. A SOLICITUD DEL GRUPO SOCIALISTA DEL CONGRESO (Número
de expediente 213/000936).




- LAS LÍNEAS DE POLÍTICA GENERALA LLEVAR A CABO EN SU MINISTERIO. A
SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO FEDERAL DE IZQUIERDA UNIDA (Número
de expediente 213/000941).




- LA SITUACIÓN DEL MERCADO DE TRABAJO, PRÓRROGA DE LAS BONIFICACIONES
A LOS CONTRATOS INDEFINIDOS Y AUMENTO DE LAS COTIZACIONES AL DESEMPLEO
DE LOS CONTRATOS TEMPORALES, CON MOTIVO DE LAS ENMIENDAS APROBADAS EN
EL SENADO A LAS LEYES DE PRESUPUESTOS Y DE MEDIDAS FISCALES,
ADMINISTRATIVAS Y DEL ORDEN SOCIAL. A SOLICITUD DEL GRUPO SOCIALISTA
DEL CONGRESO (Número de expediente 213/000911).




El señor PRESIDENTE: Buenos días.




Iniciamos la sesión con el orden del día configurado en torno a la
comparecencia del señor ministro de Trabajo y Asuntos Sociales para
informar sobre las líneas generales de la política de su
departamento, a iniciativa propia. A continuación, comparecencia
también del señor ministro a solicitud del Grupo Parlamentario Mixto,
del Grupo Socialista del Congreso y del Grupo Parlamentario Federal de
Izquierda
Unida. Y finalmente el punto 5, comparecencia a solicitud del Grupo
Socialista, que vamos a acumular, de acuerdo con la Mesa y Junta de
Portavoces, con las anteriormente citadas del señor ministro.

Antes de darle la palabra, señor ministro de Trabajo y Asuntos
Sociales, quisiera felicitarle en nombre de toda la Comisión por su
nombramiento. Es usted una persona muy conocida en esta Comisión, que
ha comparecido puntualmente y que siempre lo ha hecho a satisfacción
de todos, y sentimos una especial alegría al contar con una persona
que ha trabajo con nosotros a lo largo de toda esta legislatura. Así
pues, suerte y enhorabuena, señor ministro.

Tiene la palabra el señor ministro de Trabajo y Asuntos Sociales.




El señor MINISTRO DE TRABAJO YASUNTOS SOCIALES (Pimentel Siles):
Señorías, mis primeras palabras no pueden ser más que para agradecer
a la Comisión y al señor presidente la tarea que hasta ahora han
venido desarrollando. Este ministro, antes secretario general, ha
tenido la oportunidad de comparecer en multitud de ocasiones ante
esta Comisión y tengo que decir que, independientemente del
apasionamiento o acaloramiento propio de algún debate puntual que
hayamos tenido, siempre he salido enriquecido de sus reuniones, unas
veces por la coincidencia de posturas y otras veces por el contraste
de las mismas; pero no cabe duda de que una forma correcta de ir
enriqueciendo una tarea de Gobierno es aceptar las críticas, oír las
sugerencias y, en lo posible, recoger los sentimientos y opiniones
generalizadas. Por tanto, muchas gracias por el apoyo que hasta ahora
han prestado a esta persona como secretario de Empleo. Estoy seguro
de que en la nueva responsabilidad de ministro que hoy estreno en el
seno de esta Comisión seguiremos teniendo el mismo nivel, a veces
seguramente apasionado, de debate constructivo que hasta ahora hemos
desarrollado. Este Ministerio siempre ha estado abierto
voluntariamente -no podría ser de otra forma- a las Cortes y
continuará siendo una casa abierta siempre al debate parlamentario y
al contraste de opiniones en el seno de esta Cámara.

Como ya saben, para el Gobierno, para el Ministro de Trabajo, el
empleo, la adecuación del mercado de trabajo a los requerimientos de
la nueva sociedad, representada por el nuevo milenio, y el avance en
los derechos sociales y laborales, van a seguir siendo una prioridad
máxima del Gobierno y, evidentemente, de este Ministerio. Todo ello
lo vamos a seguir desarrollando en un marco de diálogopermanente con
los agentes sociales y, en lo posible, con



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la colaboración entre las diferentes instituciones, que seguirá
siendo el marco elegido para el desarrollo de las políticas de
empleo, relaciones laborales y bienestar social. En pocas áreas
normativas hay una mutación tan constante como en el mundo de la
asistencia social y los derechos laborales. Nos tenemos que adaptar
continuamente a una sociedad que está en cambio, lo que supone un
esfuerzo mayor que en otras áreas, afrontando el diálogo y la
construcción de normas flexibles y adaptadas a la sociedad de cada
momento.

En el área de empleo, si me permitieran -lo mencioné en mi toma de
posesión-, el objetivo que se persigue es triple: en primer lugar, y
es una obviedad, más empleo. Es el principal, el fundamental, y sobre
él debe pivotar una parte importantísima de cualquier acción de
Gobierno. Pero no se debe quedar ahí. Este mayor empleo debe ir
acompañado de mejor empleo. Una tercera pata, que irá tomando mayor
peso cada día, es empleo para todos; más y mejor empleo y que llegue
a las personas que tradicionalmente, por su propia dinámica,
quedarían invalidadas para acceder a un mercado de trabajo.

Este año 1998, por citar un año que acaba de finalizar, saben que ha
tenido algunas características propias notables. No tan sólo ha sido
un año intenso en creación de empleo (430.000), sino que destacaría
la flexibilidad y la traslación muy importante entre el crecimiento
económico y la creación de empleo. Es bueno -es lo ideal- que el
coste de esa traslación, que la creación de empleo se adapte lo
máximo posible al incremento de riqueza, al incremento de producto
interior bruto. En este caso, con un crecimiento económico en torno
al 3,8, se ha crecido en empleo a un ritmo del 3,4 por ciento. Por
tanto, el año no tan sólo ha sido intenso en creación de empleo, sino
que destacaría que sobre todo el clima de confianza, el clima de
diálogo social y una correcta aplicación y construcción de normas
laborales ha permitido trasladar prácticamente en su totalidad el
crecimiento económico al empleo y créanme que esta traslación cuasi
perfecta no era usual en los marcos habituales de ejercicios
anteriores.

Este año saben también que tenemos unas previsiones positivas para el
empleo. Creemos que va a seguir siendo un año de creación intensa de
empleo, cifrando nuestra previsión en 370.000. Por tanto, estaríamos
en las puertas de un año en el que se va a volver a crear mucho
empleo; estaríamos de nuevo en las puertas de un año en el que es
previsible una creación intensa de empleo, noticia que estoy seguro
que alegra a todas SS.SS.

En el área de empleo -ya estamos trabajando intensamente para
conseguir articular el conjunto de políticas laborales y sobre todo
de políticas activas de empleo- estamos desarrollando el nuevo plan
de acción para el empleo de 1999, que incorporará ligeras
modificaciones con respecto al que aprobamos para 1998, siguiendo las
directrices aprobadas en la cumbre de Viena. Es un plan cuyo borrador
tendremos preparado en el mes de marzo, que será debatido con las
comunidades autónomas, será consultado y negociado, hasta donde
podamos hacerlo, con los interlocutores sociales y será presentado en
Bruselas en mayo. Ya conocen que el plan de empleo del Reino de
España, debatido y conocido por SS.SS., fue valorado por la Comisión
como el mejor de los presentados en Europa,
conjuntamente con el plan francés. Este año esperamos poder tener el
plan de empleo, su desarrollo, sus orientaciones, sus
cuantificaciones, al mismo nivel que lo tuvimos el pasado año.

También les anticipo, por otra parte, que en cuanto a su ejecución
-estará encantado de comparecer cuando así lo quieran para que
debatamos cuál ha sido el cumplimiento de lo previsto el pasado año
en el plan de empleo- estamos cerrando el ejercicio -no dispongo de
los datos finales- con una correctísima ejecución del número de
acciones previstas, que recordarán superaban ligeramente el millón de
acciones de empleo con los desempleados y desempleadas de nuestro
país.

En este plan de empleo y en líneas básicas para 1999, se va a
producir, porque es una de las necesidades más elementales y más
urgentes en nuestro país, un fortalecimiento de las políticas de
igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. Además, en las
directrices de 1999, ha pasado a ser un objetivo transversal,
horizontal, que impregna todas las políticas de empleo.

También se va a producir una intensificación de los esfuerzos en el
área de educación y formación. Hay que desarrollar más intensamente
todavía el programa nacional de formación profesional, para lo cual
tenemos muy avanzada la constitución -será en el próximo mes
probablemente- del instituto nacional de las cualificaciones, que
aprobará un nuevo plan de formación e inserción profesional para
desempleados, y continuaremos impulsando la elaboración de los
certificados de profesionalidad y elaboraremos y pondremos en
práctica las pruebas de acceso a dicho certificado.

También como novedad, porque creemos que hay mucho campo que
desarrollar en esta área de las políticas activas, se va a impulsar
el desarrollo local. Hay que acercar las políticas de empleo al
territorio -de ahí la política de transferencias a las comunidades
autónomas-, pero este acercamiento debe llegar en cascada a los
agentes locales, que serán básicamente los principales actores y
ejecutores de las políticas de empleo. El emplear patrimonio
municipal, que hoy tiene un bajo grado de utilización, como motor de
empleo, apoyando iniciativas sociales, económicas, empresariales,
formativas sobre los desempleados de cada municipio va a suponer un
protagonismo muy importante en el conjunto de políticas activas
dentro del desarrollo local. En este aspecto, en el que llevamos
trabajando un cierto tiempo, pondremos en marcha un plan piloto,
a desarrollar en cien municipios muy afectados por el desempleo.

En cuanto a las pequeñas empresas y economía social, que estarían
dentro de este ámbito de desarrollo local, vamos a poner en marcha
-ya creamos una Comisión Interministerial, que ha dado ya algunos
frutos- la simplificación de trámites administrativos, un mayor
acceso a la financiación, los menores costes laborales que
proporcionan las bonificaciones a la contratación y la flexibilidad
que proporciona el nuevo contrato a tiempo parcial.

También debatiremos dentro de pocos días en esta Cámara una nueva ley
de cooperativas, sobre la cual espero que podamos alcanzar un
consenso elevado, ley que, como saben, tendrá carácter exclusivo para
aquellas comunidades autónomas que no tengan competencias en
legislación sobre cooperativas o, en su caso, la regulación de



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aquellas cooperativas que decidan tener, por las circunstancias
legales que sean, si reúnen todas las condiciones, la categoría de
cooperativas provinciales.

La promoción de inserción de los grupos más desfavorecidos en el
mercado de trabajo va a ser también el protagonista de un incremento
de las políticas de empleo dentro de este Plan de empleo para 1999.

En este caso, presentaremos un proyecto de ley, que ya tenemos
avanzado, de inserción, en la que vamos a articular no tan sólo la
pura empresa de inserción, que ya es muy importante, sino el concepto
de inserción, entendiendo que la mejor política social que se pueda
hacer con los excluidos es incorporarlos a la sociedad a través del
empleo. Por tanto, aunque no será tan sólo con medidas laborales
-sería una simplificación excesiva- la ley de inserción contemplará
medidas sociales formativas, pero también de inserción laboral,
porque creo que forman un conjunto muy importante y adecuado. De ahí
que lo que en principio era elaborar una ley de empresas de inserción
pase -la ponencia y esta Comisión han tenido mucho peso- a
denominarse -y es la ambición que perseguimos- ley de inserción.

Decía que el segundo gran objetivo es seguir incrementando el nivel
de la calidad de empleo; no tan sólo más empleo, sino darle más
calidad al que ya tenemos y al que se está creando. Por ello, vamos a
seguir manteniendo la apuesta firme por la estabilidad, desarrollando
todos aquellos preceptos previstos en la reforma laboral pactada de
1997, y para ello saben que el programa de fomento de empleo estable
para 1999, ya aprobado por esta Cámara, recoge los incentivos para
los contratos, algunas prórrogas de los mismos, algunos nuevos
supuestos y las bonificaciones para el contrato a tiempo parcial
estable. Estas bonificaciones, como saben, tan sólo benefician a los
contratos indefinidos y para determinados colectivos especialmente
perjudicados, como son los parados de larga duración, las mujeres,
que siempre tienen una discriminación positiva y un incremento en la
cuantía de sus bonificaciones, y las personas jóvenes.

Asimismo, en el ámbito de mejor empleo hemos trabajado y vamos a
seguir trabajando con las empresas de trabajo temporal. Ahora mismo
hay un grupo de trabajo constituido y empresarios y sindicatos están
debatiendo para lograr un marco de acuerdo y para ver cómo podemos
modificar la legislación actual. Hay varios campos donde parece que
hay un consenso básico importante, que supone una mejora notable de
la legislación actual, como es la equiparación del salario del
trabajador que se cede al convenio del sector, con lo cual evitaremos
competencia desleal, trabajadores con desigual sueldo en funciones
iguales o, lo que es terrible, una lucha puramente comercial
ofreciendo trabajos a salarios a la baja, que es una de las grandes
lacras que tiene la legislación actual.

Asimismo, dentro del trabajo de ETT, y siempre por consenso, hemos
aprobado un real decreto donde se limita el uso de ETT en
determinadas actividades que encierran peligrosidad, a la vez que se
exige la evaluación de riesgos de un puesto de trabajo determinado
antes de que un trabajador sea cedido y otras materias que tienden a
mejorar las condiciones de salud e higiene en el trabajo dentro del
funcionamiento de las empresas de trabajo temporal.

En la Ley de acompañamiento de los presupuestos para este año se ha
modificado, a través del artículo 38, el régimen jurídico de
infracciones de estas empresas a efectos de conseguir un mayor
control de su actividad.

En esta sección de empleo de más calidad es muy importante que
abordemos un problema notable y que no está teniendo una adecuada
evolución en nuestro país, que son los siniestros laborales. Aveces
se nos ha acusado a los portavoces -a mí mismo como secretario y
ahora como ministro- de que somos algo triunfalistas en materia de
empleo; afirmación que no comparto, ya que únicamente trasladamos con
objetividad a la sociedad unos datos que por sí son buenos, pero,
desde luego, tenemos toda la autoridad moral para decir que no
estamos nada satisfechos con la evolución de la siniestralidad
laboral y reconocemos que tenemos unas tasas de siniestros que para
nada se corresponden con el nivel de desarrollo y la vocación de
estar en primera fila de los países occidentales.

Entre todos, con protagonismo del Ministerio y asumiendo su
responsabilidad, debemos luchar contra esta terrible lacra de los
accidentes laborales. Durante estos años hemos trabajado mucho en
colaboración con comunidades autónomas, sindicatos y empresarios en
la Comisión Nacional de Seguridad y Salud para trasponer todo el
cuerpo normativo europeo, ya que había un retraso muy importante en
la trasposición de normas. Hoy ya tenemos el edificio normativo y la
prioridad de este año va a ser la puesta en marcha de la ley, a
través de un plan de choque que se aprobó en una cumbre sobre
siniestralidad laboral, para que se cumpla la ley y los reglamentos.

Para todo ello ha sido aprobado un plan por unanimidad de todas las
comunidades autónomas que tienen una competencia amplísima en la
ejecución y control y por los agentes sociales el pasado 4 de
noviembre.

Sería muy largo y exhaustivo desarrollar este plan, pero les querría
indicar las 8 grandes áreas de actuación que contempla. Una
sensibilización para una cultura preventiva, porque es muy importante
trasladar el concepto de cultura preventiva; medidas de
asesoramiento, asistencia técnica e información; programas de
formación, donde se invertirá una cuantía importantel; acciones de
fomento e incentivación; reforzamiento de las actividades de
investigación, análisis y estudio; acciones legislativas y medidas
complementarias para la difusión y comprensión de la normativa;
reforzamiento de las actuaciones de vigilancia y control, así como en
materia de sanciones, diciéndoles que la prevención de riestos ha
sido el objetivo principal que ha tenido la inspección de trabajo
durante este último período. Y, por último, también muy importante
porque hay competencias muy distribuidas, está la coordinación y
cooperación interinstitucional.

Es inminente ya -fue acordado dentro del plan de acción de choque
contra la siniestralidad- la constitución de la fundación de
prevención de riesgos laborales a la que hace referencia la ley, cuyo
principal cometido será promover en particular para las pequeñas
empresas acciones de información, formación, asistencia técnica y
todas las que faciliten el cumplimiento de la normativa.

El tercer gran objetivo en el área de empleo -más empleo, mejor
empleo- es empleo para todos. Es fundamental que sepamos que en estos
años de crecimiento económico



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importante, reconocido ya por todo el conjunto de la sociedad como
demuestran las encuestas y los estudios sociológicos y compartido
también por el conjunto de fuerzas políticas, debemos ser
especialmente sensibles con las personas que tienen una particular
dificultad en acceder al mercado de trabajo. Ningún gobernante en
ninguna responsabilidad y mucho menos al frente del Ministerio de
Trabajo y Asuntos Sociales, aunque la economía funciones de una forma
muy correcta y se esté creando empleo a un ritmo intenso, puede
pensar que en nuestra sociedad todo es de color de rosa; no lo es.

Todavía quedan problemas, hay que trabajar intensamente en muchas
áreas y existen amplios colectivos que necesitan acciones específicas
porque por su propia dinámica no quedarían integrados en el mercado
laboral. Por ello, hay que hacer una apuesta pública importante, a
través de medidas sociales y cada día serán en mayor grado con
medidas de empleo -y es una relativa novedadmediante medidas de
política activa. Podría desarrollar algunas de ellas, pero he de
decirles que hay algunos colectivos de jóvenes, ya que el alto paro
juvenil viene siendo una constante, en los que está disminuyendo
rápidamente. Yo preveo un horizonte a medio plazo en el que el paro
juvenil va a disminuir muy rápido, por mayor preparación, por
disminución del incremento de población activa motivado por la caída
de natalidad, por la mejor adaptación en sus planteamientos y en su
formación a las necesidades actuales de la empresa. Sin embargo, está
apareciendo un colectivo que cada día tendrá que centrar más nuestra
atención, la de su grupo y la del Gobierno, que son los parados
mayores de 40 ó 45 años, personas que han venido desarrollando una
actividad profesional ordinaria en una empresa que, por las
circunstancias que sean, han quedado fuera del mercado y que tienen
una dificultad especialmente notable para volver a incorporarse al
mercado de trabajo.

Por tanto, en esta línea de atención a este colectivo, amén de las
bonificaciones ya enunciadas -y lo hemos venido anunciando-, les
puedo avanzar que vamos a aprobar -ya están ultimados todos los
trámites internos de Gobierno de consulta a sus agentes sociales y a
distintas instituciones- el programa de talleres de empleo, que con
la idea mixta de formación y empleo, y siguiendo además una política
que ha funcionado muy bien -siempre lo he dichode escuelas taller y
casas de oficio, va a atender a este colectivo, para el cual hay una
previsión presupuestaria de 10.000 millones de pesetas para el
presente año. Este programa es muy importante porque va a poder
vincular de nuevo al empleo y a la formación en unas habilidades
profesionales que no tiene ese desempleado mayor, este colectivo que
no tenía ningún instrumento específico de política de empleo activa.

También las mujeres serán objeto de medidas preferentes en los
distintos programas que he ido desarrollando y que desgranaré a
continuación.

Para las personas con discapacidad, a raíz de un acuerdo que
suscribió el Ministerio con el Cermi, con el Consejo español de
representantes de minusválidos, se aprobaron una serie de medidas
urgentes. Es muy amplio, muy ambicioso y se ha venido desgranando
durante todo el pasado año y SS.SS., especialmente algunos, han
trabajado muy directamente en esta materia y lo conocen
perfectamente. Todavía se están desarrollando una serie de medidas
como
la nueva normativa sobre la relación de carácter especial de los
minusválidos en centros especiales de empleo, la concreción de
alternativas a la cuota de reserva del 2 por ciento o la regulación
del tránsito de los trabajadores discapacitados desde centros
especiales de empleo a empresas ordinarias a través de los
denominados enclaves temporales y los mecanismos de tutorías que
acompañarán estos traslados, los llamados programas de empleo con
apoyo. Los desempleados con discapacidad gozarán de una prioridad
absoluta en los diversos programas de empleo de carácter general con
mayores cuantías en las ayudas en algunos de ellos, como los
incentivos a la contratación o los de fomento de la economía social.

Envolviendo estos tres principios, más y mejor empleo y empleo para
todos, no podía dejar de comentarles la importancia que tiene este
año la Agenda 2000 para el futuro de algunos de nuestros fondos como
es el fondo social europeo, pilar financiero de muchos de los
programas a los que ha hecho referencia. He de decirles que como
secretario de empleo he seguido personalmente esta materia, lo voy a
hacer con mucha más intensidad como ministro y en este debate de
Agenda 2000 el fondo social europeo, como fondo dentro de la Agenda
2000 y en su aplicación concreta para España está muy bien situado;
es razonable que la Agenda 2000 beneficie el fondo social europeo y
su aplicación para España, con lo que, sin bajar la guardia y
reiterando mi compromiso de estar trabajando intensamente, es
previsible que incluso haya una mejora en la aplicación de este fondo
para nuestro país. También, y englobándolo en horizontal, quiero
decirle -y tampoco me extenderé, porque sería muy amplio- que es el
año en el que, conjuntamente con las transferencias de formación
profesional que prácticamente están ultimadas y las que estamos ya
empezando a hacer en el resto de políticas activas, tendremos que
definir un nuevo servicio público de empleo que dará a medio plazo
-es un debate que hemos de tener con más profundidad- una nueva ley
básica de empleo que regule estas relaciones y este mercado con
normas laborales y relaciones de empleo.

Además, dado que somos conscientes del papel creciente de las
comunidades autónomas en todas las políticas y en toda la gestión de
política de empleo, quiero decir que es voluntad de este ministerio
el incrementar el ámbito de actuación de la cooperación
interinstitucional con las administraciones, básicamente con otras
asociaciones institucionales y, en lo posible y siempre con respeto
exquisito de las competencias de las comunidades autónomas, con las
entidades locales.

Por último, quiero decirles que vamos a mantener nuestra línea, en
consonancia con todos los preceptos de la cumbre de Luxemburgo y de
la política europea de empleo, de mantener y garantizar todos los
derechos pasivos de nuestros desempleados, garantizando y manteniendo
el sistema del bienestar en torno a las prestaciones de desempleo y
subsidio y dando un protagonismo creciente en inversión, e inversión
pública, a las políticas activas de empleo, con lo cual estamos
garantizando unos derechos sociales, por una parte, y estamos
cumpliendo el requerimiento europeo de intensificar las políticas
activas.

Como saben, el gasto total en políticas activas, que en el año 1996
era algo más del 0,3 por ciento del PIB, prácticamente



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se ha triplicado, siendo en la actualidad del 0,9, y yo creo que es
una política que hay que seguir, porque la cobertura a un desempleado
se le da de dos formas, con una prestación o un subsidio, que es una
vía muy digna, necesaria y solidaria en un Estado de bienestar, pero
también, y tal vez de modo más inteligente, a través de una
oportunidad de formación o de empleo con salario.

En el área de asuntos sociales, y coincidiendo con muchas opiniones
que se oyen, que se leen y que se ven y con las que estoy plenamente
de acuerdo, los años en los que hay bonanza económica, como decía
antes, hay que tener una especial sensibilidad con las personas que
más necesitan el apoyo público. Ese apoyo debe venir a través de vías
de solidaridad y en este caso el ministerio, por su competencia en
asuntos sociales, debe tener un protagonismo muy destacado.

En este sentido, las políticas de solidaridad se van a basar en
cuatro principios básicos. En primer lugar, debe tratarse de una
solidaridad activa que escuche y haga participar a los propios
colectivos que se benefician de ella. Debe vincularse -y lo decía-
respetando e incrementando todas las líneas asistenciales, pero creo
que hay una corriente muy novedosa -y a nivel europeo he participado
personalmente en muchos debates- que pretende incrementar los niveles
asistenciales, pero incorporando el elemento laboral y de empleo a
colectivos que antes no lo habían tenido como política, así como
considerar como una política social los programas de empleo y salario
que pueden darse -siempre que haya empleo debe haber un salario o
incluso con la formación debe haberlo- para estos colectivos.

En este sentido y ya con tres años de vigencia, creo que ha sido un
acierto -y es una opinión que quedará en el «Diario de Sesiones» para
futuros gobiernos- el haber fusionado el Ministerio de Trabajo, antes
también de Seguridad Social, con el Ministerio de Asuntos Sociales.

Creo que es inteligente esta doble competencia, porque se logra
integrar mucho mejor el concepto asistencial, como concepto
necesario, e incluso incrementarlo y mejorarlo con la introducción
del concepto de empleo, que también es una vía de reinserción muy
importante y, además, de importancia creciente.

El cuarto punto debe basarse en el diálogo constante y fluido con el
movimiento asociativo y con la propia sociedad. La sociedad española
-y me referiré ligeramente a ello, a continuación, no en profundidad-
tiene un latido y un pulso muy vivos. Va a un ritmo muy importante y
ya son cientos de miles de personas que participan en las ONG, en
movimientos asociativos, con el noble afán de conseguir una sociedad
mejor. También hay que tener una interlocución con estas
asociaciones, porque representan cada día un número creciente de
españoles y, además, en la tarea importante que desarrollan, lo hacen
con una eficacia que es notable, importante y de justicia reconocer
en esta Cámara.

Asimismo, estas políticas sociales -y vuelvo a insistir porque es muy
importante- deben hacerse, y creo que en la pasada conferencia
sectorial de Asuntos Sociales conseguimos un acuerdo muy importante,
en colaboración con todas las administraciones, dado que hay unas
competencias muy transferidas, en este caso no sólo a
nivel autonómico, que es el básico y fundamental, sino también a
nivel local.

Haciendo un repaso sucinto, en las áreas de acción social, menor y
familia quiero decirles que estamos elaborando un plan integral de
apoyo a la familia, que estará finalizado antes del 30 de junio de
este año, en torno a la consecución de los siguientes objetivos:
incremento de calidad de vida de la familia, fomento de la
solidaridad intergeneracional y atención a familias en situaciones
especiales. Vamos a presentar en el Congreso, recogiendo opiniones
expresadas por distintos grupos en distintas proposiciones
y propuestas aprobadas recientemente, un anteproyecto de ley para
promover la conciliación de la vida familiar y laboral de las
personas trabajadoras, que incluirá los puntos aprobados en esta
cámara, como es la igualdad de derechos laborales de los padres
adoptivos con los padres biológicos la equiparación de los derechos
de hombres y mujeres dentro de los permisos parentales, y otra serie
de medidas como protección laboral específica a quienes tienen que
atender, en el seno familiar, a alguna persona con minusvalía,
incapacidad, discapacidad o una persona mayor dependiente. Todo ello,
repito, irá en una ley que recogerá distintas propuestas de esta
Cámara y que espero podamos aprobar con el consenso de todos.

Otra gran prioridad de la acción de gobierno va a constituir el
fomento y la profesionalización del tercer sector. Sector que,
repito, es novedoso, tiene una pujanza social extraordinaria y está
desarrollando una tarea importante en su concepto y, además, con una
eficacia altísima. Este tercer sector engloba las organizaciones no
gubernamentales y las distintas iniciativas sociales. Personalmente,
considero el desarrollo de las ONG como un instrumento esencial para
la gestión y el avance de las políticas de solidaridad.

En este sentido, como saben, en 1999 la Comisión Interministerial
elaborará un libro blanco sobre el tercer sector, a partir del cual
pueda desarrollar un plan estratégico a partir del año 2000, y que
recogerá -por que hace falta ya, porque como es un fenómeno tan nuevo
se ha ido construyendo una realidad que hay que regular, desarrollar
y fomentar en determinados aspectos- todos los aspectos relativos a
asociaciones y ONG, incluyendo aspectos normativos, laborales,
fiscales, normas que hacen falta para conseguir dar pujanza a un
sector que, repito, tiene una viveza en su crecimiento y
funcionamiento absolutamente -y permítanme que el epíteto sea
rotundo- espectacular.

También en esta línea y para conseguir normativamente facilitar la
pujanza de este movimiento, reforzaremos el voluntariado, dado que
podemos estar orgullosos de tener una sociedad tan solidaria como la
española, y con ello impulsaremos la participación democrática y
representativa de las asociaciones y las ONG del área social, a
través de la creación de un consejo estatal ya en tramitación.

La cooperación interinstitucional para el área social es muy positiva
con todas las comunidades autónomas. La semana pasada se ha aprobado
el reparto de las dotaciones presupuestarias, que desde 1996 a 1999
han tenido un incremento del 40 por ciento en sus partidas
presupuestarias, y que se han aprobado por unanimidad tanto el Plan
concertado como el Plan geriátrico, como otras medidas, en el reparto
entre todas las comunidades autónomas. Además, hemos decidido,
también por unanimidad, que estudiaremos



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los principios para el reparto para el próximo año, entendiendo que
lógicamente los modelos y las necesidades de la sociedad cambian y
que es necesario que modelos que han funcionado bien hasta el momento
asuman un ejercicio de adaptación a la sociedad española de nuestro
momento.

La política sobre la mujer -me estoy refiriendo transversalmente
a ella- ha de tener, necesariamente, un peso específico e importante.

He dicho en numerosas ocasiones, y lo repito, que cuando decimos que
el paro en nuestro país es del 18 por ciento expresamos una verdad a
medias; es del 13 para los hombres y del 26 por ciento para las
mujeres. Por tanto, no cabe duda de que no es tan sólo lícito y justo
sino que es necesario que haya un conjunto de políticas específicas
para permitir desarrollar la inserción de la mujer en el mercado
laboral, inserción que debe hacerse a cualquier nivel de
responsabilidad y en cualquier oficio, aunque se considere
tradicionalmente masculino, y aún más en los puestos de
responsabilidad y de dirección. Como saben SS.SS., este año no hemos
trabajado tan sólo en la medida de coste cero, que ha tenido una
acogida francamente positiva, sino también en las bonificaciones, con
una discriminación positiva para la incorporación de la mujer, y en
los instrumentos de formación y empleo. Saben que no quedan primados
tan sólo aquellos programas de formación que presentan una mayor
participación de la mujer, sino que en algunas medidas -por ejemplo,
escuelas taller y casas de oficio- estamos recomendando con
intensidad que al menos el 50 por ciento de los alumnos sean mujeres,
para conseguir que, también en el área rural, las mujeres puedan
recibir una formación, porque en el cambio de la incorporación de la
mujer al mercado de trabajo, aparte de otros muchos, yo destacaría
dos factores. Primero, una cultura, que ha sido tradicionalmente
restrictiva con los derechos de la mujer y ha puesto muchas
dificultades para su incorporación, sobre todo en el ámbito de la
empresa privada; la segunda línea debe ser la formación porque, en
nuestra sociedad, la formación es el principal elemento de empleo.

Por tanto, priorizaremos las políticas de formación para la
capacitación profesional de las mujeres. También estamos trabajando
-y ya fuera del área puramente laboral- contra esta lacra que es la
violencia doméstica, esos casos tan frecuentes de mujeres
maltratadas. Ydigo mujeres porque, aunque haya algún caso,
minoritario, de hombres, en su práctica totalidad, son mujeres
maltratadas, con una violencia cercana, íntima, terrible, no tan sólo
en el daño físico, sino en el psíquico y que, desgraciadamente -todos
lo saben-, en algunos casos - muchos más de los que una sociedad debe
admitir- han terminado con el fallecimiento de la mujer. Por todo
ello, ya conocen las medidas que hemos ido poniendo en marcha y que
se continuarán desarrollando, conjuntamente con las comunidades
autónomas, en el presente año. Asimismo, estamos trabajando en el
anteproyecto de una ley que yo creo que es necesaria en nuestro
panorama actual, que establezca un fondo de garantía que anticipe el
pago de la renta en caso de impago de las pensiones alimenticias
decretadas por resolución judicial.

En cuanto a los jóvenes, aparte de desarrollar las medidas propias
del plan de juventud y de posibilitarlas con medidas transversales
(que no tan sólo son laborales, sino
políticas de vivienda, educación, la emancipación y autonomía de los
jóvenes, cuando así lo quieran), querría resaltar una de las líneas
más novedosas, que es impulsar el voluntariado entre los jóvenes
-este sector social debe ser una constante muy importante, cada día
más notable, para un tipo de sociedad y política modernas-,
especialmente en el ámbito universitario. Para ello, estamos
trabajando, con el Ministerio de Justicia, en la elaboración de un
proyecto normativo sobre el servicio civil, con vistas a resolver la
situación que se planteará una vez que quede suprimida, por la
profesionalización del ejército, la prestación social sustitutoria.

Por lo que se refiere a las personas con discapacidad -también dentro
del área social-, ya conocen el acuerdo con el Cermi, que he
desarrollado anteriormente. Para incrementar este ámbito
representativo y democrático de un movimiento importante, estamos
planteando la futura creación del consejo estatal de personas con
discapacidad, cuyo proyecto normativo de creación ya ha sido
elaborado y que se constituye como órgano colegiado y participativo,
para promover, coordinar y desarrollar una política integral
coherente para este colectivo.

En el área de personas mayores, saben que la Asamblea General de
Naciones Unidas ha declarado 1999 como el año internacional de las
personas mayores. Vamos a continuar trabajando a través del plan
gerontológico, en el que este año hay una novedad que creo que es
importante: se contemplan medidas específicas para la atención de
personas enfermas de Alzheimer y se pone en marcha un mecanismo de
planes piloto a desarrollar en este año -habrá una financiación
específica- con las comunidades autónomas. También seguiremos
impulsando el programa de vacaciones para mayores, el termalismo
social y los programas de teleasistencia domiciliaria, este año ya
con una atención a más de 20.000 beneficiarios. Se elaborará - porque
creo que es bueno que estas medidas queden coordinadas e integradas-
un plan de acción para personas mayores para el período 1999-2005, en
el que se contemplan las nuevas necesidades, especialmente en el
ámbito de la coordinación sociosanitaria -estos dos ámbitos tienen
que estar perfectamente integrados-, en el programa de teleasistencia
-cada día más importante- y en el tratamiento social de la atención a
enfermos de Alzheimer. También, dentro de la ley de conciliación de
vida familiar y laboral -recogiendo algunas propuestas-, se crearán
medidas de apoyo específico en los casos de familias que tengan que
atender a un mayor dependiente.

En el área de migraciones -intento resumir porque son muchas las
materias y las propuestas-, se ha establecido un procedimiento para
la agilización de los permisos de trabajo y este año vamos a trabajar
en algo que creo que es muy importante, sobre todo para faenas
agrícolas y con países vecinos, que son los permisos de trabajo de
temporada. Tendremos que estar en contacto con las comunidades
autónomas y llegaremos a un acuerdo -si es posible- con los
sindicatos. Por ejemplo, llegando a un acuerdo con el Reino alauita,
con nuestro vecino Marruecos o, incluso, con Portugal, podemos
plantear un sistema por el cual puedan venir personas a ayudarnos a
hacer las tareas de temporada, básicamente en el sector agrícola y en
otros sectores que puedan plantearlo, con las suficientes garantías



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sociales de integración y con la tutela pública, tanto en el país de
origen de los inmigrantes con trabajo temporal como en el nuestro. Es
un programa que querríamos poner en marcha para este verano, porque
es una necesidad que demanda nuestra sociedad y que, desde luego, la
dignidad social y laboral de los inmigrantes requiere. Continuaremos
con las medidas encaminadas al desarrollo del Plan de integración
social de los inmigrantes, donde las ONG tienen un papel cada día más
importante; consolidaremos el sistema básico de la protección a la
inmigración sobre la base de las pensiones asistenciales, y se está
trabajando en el mantenimiento de las pensiones a los beneficiarios
retornados sin recursos, hasta que alcancen el derecho a una pensión
del sistema de Seguridad Social.

En el ámbito de la Seguridad Social (y perdonen que vaya resumiendo y
enumerando simplemente las medidas; me he extendido más allá de lo
que hubiera querido en esta primera intervención), saben que, hasta
el presente, han sido años muy intensos en el desarrollo del Pacto de
Toledo; un pacto político que se alcanzó por unanimidad en el seno de
esta Cámara y que ha permitido -yo creo- que consolidemos un sistema
público de pensiones muy importante. Es un auténtico tesoro a
conservar dentro de nuestro sistema y de la consolidación del Estado
de bienestar. Para ello, saben que se llegó a un acuerdo con los
sindicatos, se aprobó la ley que lo desarrollaba y se han ido tomando
distintas medidas a lo largo de estos años, en cumplimiento de todo
lo previsto en el Pacto de Toledo.

También en el área de Seguridad Social (y no desarrollaré los
colectivos específicos beneficiados, como los de viudedad y orfandad,
dentro del Pacto de Toledo), se ha dado protección social a algunos
supuestos laborales, a algunos contratos especiales, como formación y
aprendizaje, y también -creo que es muy importante- se ha otorgado
protección social al trabajo a tiempo parcial. Una de las grandes
virtudes de esta fórmula recogida en el acuerdo, moderna y adaptada a
las necesidades de una sociedad actual en el mercado laboral, es el
incremento de la protección social al trabajo a tiempo parcial Este
año, continuaremos desarrollando lo previsto en el Pacto de Toledo y
finalizaremos la separación de fuentes financieras en el ámbito de
los servicios sociales, una vez alcanzada en el ámbito de la sanidad,
de forma que en el ejercicio del año 2000 dichas prestaciones queden
financiadas íntegramente con recursos procedentes de impuestos, es
decir, a cargo de las transferencias del Estado al presupuesto de la
Seguridad Social, de conformidad con su naturaleza de prestación no
contributiva. Asimismo, y durante el presente ejercicio, se procederá
a desarrollar reglamentariamente el artículo 8 de la Ley de
consolidación y racionalización del sistema de Seguridad Social,
relativo a las pensiones de incapacidad permanente, con objeto de
hacer efectiva una mayor seguridad jurídica en el reconocimiento de
estas prestaciones, a la vez que su racionalización. Ello ha de
permitir una mayor agilidad en la calificación de las situaciones
determinantes del reconocimiento de las prestaciones económicas
derivadas de incapacidad permanente, evitando prórrogas innecesarias
de las situaciones de incapacidad temporal. Continuaremos
desarrollando la lucha contra el fraude y la morosidad, que está
dando un buen resultado y que está consolidando, también
financieramente, la salud y la viabilidad del sistema público de
prestación social y, tecnológicamente, continuaremos con la expansión
del sistema de remisión electrónica de datos, RED, que está
facilitando la incorporación de empresas y de graduados sociales
directamente a nuestras redes, con lo cual se obtiene una agilidad
muy importante y un mejor servicio al usuario.

Por último, este Ministerio (aunque, según el Pacto de Toledo, sería
el próximo año cuando se iniciaría una nueva ponencia para estudiar
los posibles cambios acaecidos desde la aprobación del pacto
vigente), reitera su disponibilidad absoluta para estudiar
conjuntamente y remitir informes a esta cámara en caso de que se
decidiera anticipar a este año la ponencia parlamentaria. Si SS.SS.

deciden que la ponencia se constituya el próximo año, estaríamos a lo
que nos solicitaran en cuanto a los datos técnicos.

Por tanto, presidente, señorías, es una tarea importante no por los
contenidos políticos en sí, sino porque vienen requeridos por una
sociedad que cambia y requiere un incremento de su Estado del
bienestar y un incremento de sus políticas de empleo y, además, con
la esperanza, con la ilusión y el moderado optimismo de que estamos
en un año en el que va a crecer el empleo, vamos a continuar en la
senda de mejora de la protección social y del Estado del bienestar.




El señor PRESIDENTE: Vamos a dar la palabra a los distintos grupos
que han solicitado la comparecencia, de menor a mayor, comenzando por
el Grupo Parlamentario Mixto.

Señor Peralta, tiene la palabra.




El señor PERALTA ORTEGA: Quiero hacer mías las palabras iniciales del
presidente al felicitar al señor Pimentel por su nombramiento como
ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, tarea y funciones que conocía
en parte por su anterior labor como secretario general de Empleo en
dicho Ministerio.

Señor ministro, sería bueno empezar a pensar en las tareas que el
corresponden al frente del Ministerio, reconociendo la experiencia de
los últimos años, desde el año 1995 hasta el día de hoy, en los que
se ha producido un incremento significativo del producto interior
bruto en este país, incremento del empleo, incremento de los poderes
adquisitivos tanto de trabajadores como de pensionistas e incremento
en la estabilidad del empleo. Sería bueno reconocer que todas estas
situaciones que se han producido - insisto- en los últimos años,
desde 1995 hasta ahora, al socaire de la coyuntura económica positiva
y con gobiernos de distintos signo, acreditan que aquellas
afirmaciones que hemos conocido y que al día de hoy siguen
conociéndose y produciéndose en torno a la necesidad de fomentar el
desarrollo de este país, rebajar indemnizaciones de los trabajadores,
rebajar costes laborales, incrementar la temporalidad, reducir poder
adquisitivo mediante incrementos retributivos muy bajos, son
afirmaciones que quedan desautorizadas por los hechos.

Es perfectamente posible en nuestro país, es un signo de modernidad,
el acercarse a los niveles de desarrollo de otros países como los
europeos, donde son compatibles altos niveles de protección social y
de cohesión social con



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niveles de desarrollo económicos punteros y, por tanto, quedan muy
lejos de aquellos otros modelos que se nos han puesto como ejemplo
durante muchos años. Recordemos aquellas proclamas que nos hacían
determinados expertos en materia de pensiones; nos decían que el
sistema de nuestro país se iba al garete y que había que hacer como
en Chile. Hoy los fondos de pensiones chilenos se encuentran en una
mala situación. Las caídas bursátiles de Sudamérica obligados a
invertir en esos fondos de pensiones por el señor Pinochet, que está
purgando en estos momentos parte de sus actuaciones políticas en los
tribunales ingleses y ojalá en algún momento en los tribunales
españoles.

Ese tipo de descalificaciones personales que se han hecho quedan
desmentidas rotundamente por los hechos y las circunstancias de
nuestro país. Es perfectamente posible, por tanto, crecer
económicamente, crecer en empleo, crecer en poder adquisitivo, crecer
en estabilidad y crecer en una mejor cohesión social. Esto ha sido el
resultado de una determinada coyuntura económica, de la plena
integración de nuestro país en la Unión Europea con el conjunto de
incidencias económicas que conlleva, pero también ha habido un nivel
de diálogo social que nos parece muy importante, nivel de diálogo
social que debe permanecer en el futuro.

En los últimos meses hemos oído algunas quejas de las organizaciones
sindicales en relación con el desarrollo que estaba teniendo el
diálogo social. Queremos aprovechar para, a la vez que celebramos que
ese diálogo social en los últimos meses se haya concretado en
acuerdos importantes, como el acuerdo referido al contrato a tiempo
parcial, seguir insistiendo en que ésa es la línea de trabajo
fundamental en nuestro país. Como usted ha dicho, señor ministro,
todavía quedan problemas serios; se han producido -eran los datos con
los que comenzaba la intervención- mejoras significativas que, al
socaire de una coyuntura económica, no se mantendrán indefinidamente
y, por tanto, deberíamos ser capaces de establecer los mecanismos que
nos permitan afrontar otras circunstancias y coyunturas económicas no
tan favorables. El diálogo social y los resultados del mismo tienen
que ser la base para establecer esos fundamentos que nos permitan
abordar determinados problemas a los que ha hecho referencia.

Respecto al tema de más y mejor empleo para todos -el primero de su
intervención, señor ministro, tiene un instrumento-, tiene un
instrumento fundamental de concreción que es el Plan de empleo de
nuestro país. Quiero recordarle que es uno de los puntos negros en el
ámbito del diálogo social. El Plan de empleo que presentó el Gobierno
de la nación ante Bruselas recibió calificaciones positivas, pero no
recibió el apoyo de las organizaciones sociales. Éste, como ha dicho
usted, es un elemento fundamental para llevar a cabo políticas que
concreten los objetivos que usted, Nueva Izquierda y todos los grupos
de la Cámara compartimos.

En este sentido, quiero decirle que nos resultan preocupantes
actuaciones que lleva a cabo el Ministerio para intentar poner
puertas al campo, a una realidad que se impone en nuestro país y en
el ámbito europeo: avanzar en políticas de reparto del trabajo o la
denominación que queramos. Ahí están la impugnación judicial o la
descalificación de actuaciones que se están llevando a cabo cada día
en más comunidades autónomas, en más municipios, y le recordaría que
usted ha dicho que es importante concretar localmente la política de
empleo. Nos consta que por parte de la Administración central se
están impugnando acuerdos referidos a este tema en el ámbito de las
corporaciones locales. Ésta es una realidad que se impone en Europa y
también en nuestro país. Creemos que con toda responsabilidad se debe
incentivar, fomentar y conseguir que las organizaciones sociales
asuman esa nueva cultura sobre el empleo. Por ponerle una referencia,
recientemente el Club de Roma emitía un informe en el que se decía
que este tipo de medidas debían contemplarse en el conjunto de
políticas de empleo que se lleven a cabo.

Por tanto, señor ministro, diálogo social especialmente en el ámbito
del Plan de empleo de nuestro país que, como usted ha dicho, tiene
que empezar a elaborarse en los próximos meses y presentarse en mayo.

Sería bueno que su Ministerio iniciara en 1999 un acuerdo con las
organizaciones sociales en este tema que anteriormente no se
consiguió.




En cuanto a la siniestralidad laboral, como usted ha dicho, se
producen datos preocupantes. Es bueno, y es una práctica que tenemos
en esta Comisión, no utilizar los datos de la siniestralidad laboral
para hacer labor de oposición contra el Gobierno o eludir
responsabilidad.

Ha manifestado con razón que todas las fuerzas políticas, todas las
fuerzas sociales tienen responsabilidad en este tema y que
especialmente el Gobierno asume la iniciativa y la responsabilidad
derivada del mismo. En nuestra opinión, señor ministro, es necesario
fomentar y profundizar -los datos lo requieren- en la ejecución de
esas medidas que se contienen en el plan de choque.

Las actuaciones que se llevan a cabo por el Ministerio para informar
a la sociedad española de la gravedad de los datos contribuyen
también a crear conciencia y cultura. No se trata de hacer
catastrofismo en nuestro país. Podemos y vamos a mejorar estos datos.

Ha medidas que se pueden y se deben tomar, y es bueno crear
conciencia de esta situación.




Nosotros creemos, señor ministro que, también en este terreno,
algunas medidas que se han planteado por los agentes sociales y que
en el pasado han sido desestimadas tendrán que empezar a ser
abordadas, porque es verdad que, al socaire del crecimiento
económico, se está produciendo un intenso crecimiento, por ejemplo,
en el sector de la construcción, que es uno de los sectores con más
siniestralidad. En ese terreno sería bueno que se pusieran en
práctica medidas que ayuden a llevar a cabo un control adecuado.




Me voy a referir a un tema, señor ministro, porque en esta materia
inciden también mecanismos de la Administración, de la Inspección de
Trabajo, de los controladores laborales. Sabe que desde hace muchos
años venimos preguntando sobre la evolución de plantillas y, en el
mejor de los casos, lo que conseguimos es que se mantengan las
situaciones. Estamos lejos de los estándares que se consideraban
adecuados en momentos en que el empleo no había crecido como lo ha
hecho en los últimos años. Se está produciendo un incremento
significativo de la población empleada, de la actividad económica y,
sin embargo, los mecanismos de la Administración no siguen ese ritmo.




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Todavía creo que debemos seguir lejos de lo que hace años se nos dijo
que eran estándares de inspección adecuados. Por tanto, señor
ministro, también en este terreno, desde el punto de vista de la
Administración, se tiene que conseguir poner coto a una realidad que
es ciertamente lacerante y en la que todos queremos trabajar para
corregirla.

Ha hecho referencia muy rápidamente, señor ministro -comprendo que es
un tema en el que el Ministerio no le gusta detenerse-, al tema de la
protección por desempleo. Usted ha dicho que se van a garantizar las
prestaciones actuales y que se van a incentivar las políticas
activas. Que conste, señor ministro, que compartimos plenamente la
necesidad de incrementar las políticas activas, pero, señor ministro,
no cabe afirmar que tenemos una situación satisfactoria en el ámbito
de la protección económica de los desempleados de nuestro país. Más
allá de lo que haya podido ser la coyuntura en el último año o año y
medio, lo cierto, señor ministro, es que se ha producido una caída
significativa de la tasa de cobertura en nuestro país -estamos
hablando de tasa de cobertura que guarda relación con el número de
empleados- y eso no cabe imputarlo a que ha crecido el empleo. Por
tanto, ese dato no incide. Las consecuencias de determinadas reformas
legislativas adoptadas en el pasado, se están pagando. Y sería bueno,
señor ministro, que ante esa realidad, que a nosotros nos parece
insatisfactoria y alejada de los parámetros europeos, adoptáramos
medidas, mediante el diálogo social y sabiendo que tienen un coste,
que mejorarán los niveles de protección por desempleo en nuestro
país.

Finalmente, señor ministro, en una intervención que debe ser breve,
quisiera hacer referencia al Pacto de Toledo. El Pacto de Toledo es,
sin lugar a dudas, un elemento fundamental en la política de
protección social en nuestro país en la medida en que consagra el
consenso político y social en torno a un instrumento fundamental.

Estamos en vísperas de que se produzca la consumación del período de
vigencia inicialmente acordado cuando se firmó el Pacto de Toledo.

Nosotros creemos, señor ministro, que buena parte del año 2000 -año
en que posiblemente va a haber elecciones generales en nuestro país,
de producirse con normalidad el calendario electoral- se va a perder;
se van a perder los meses previos a las elecciones y los posteriores
hasta la constitución del Gobierno y la puesta en funcionamiento
normal del nuevo Gobierno. No sé si está usted en condiciones de
asumir esa perspectiva, comprenderá que no es esa la voluntad de este
grupo político y, por tanto, sería bueno que ya este año, con
independencia de lo que puedan traer los avatares electorales del año
que viene, empezáramos a trabajar en esa dirección. Y empezáramos
a trabajar los grupos parlamentarios, señor ministro, no sólo, como ha
dicho usted, pensando en la renovación, sino pensando también en lo
que falta por cumplir del Pacto de Toledo. Hay cosas que faltan por
cumplir del Pacto de Toledo que ya está firmado. Le recordaría, por
ejemplo, señor ministro, un tema sobre el que pregunté al principio
de la legislatura -porque en la legislatura anterior el Gobierno lo
había dejado prácticamente ultimado-, y era el desarrollo de las
previsiones en torno a la responsabilidad empresarial. Se había
dejado elaborado el borrador de un real decreto, que incluso había
sido informado por el Consejo Económico y Social y, al día de hoy,
cuando ya
han pasado tres años de la constitución de este Gobierno, es un punto
que sigue sin desarrollarse y que, sin lugar a dudas, tiene
importancia. Faltan otros puntos del Pacto de Toledo que están
acordados y que habría que desarrollar.

En este sentido, señor ministro, una de las cosas que se echan en
falta a lo largo de esta legislatura es que no ha habido por parte
del Gobierno, que es quien tiene la responsabilidad fundamental, una
promoción del diálogo y de los contactos de los distintos grupos
parlamentarios sobre este tema. Yesto ha posibilitado, en ocasiones,
actuaciones unilaterales que, más allá de su corrección y de su
acierto en cuanto al fondo, implican una dinámica que no es propia
del Pacto de Toledo, en el que había un intento y una voluntad de
corresponsabilidad de todos en este tema.

Creo que sería bueno, señor ministro, que, con urgencia, fuéramos
capaces de recuperar ese nivel de diálogo y de corresponsabilidad en
el desarrollo de lo que falta del Pacto de Toledo, en el conocimiento
a fondo de la realidad económica del sistema de protección social en
nuestro país, que, creo, se encuentra en esos términos positivos a
los que usted ha hecho referencia y que, al mismo tiempo, ese
conocimiento a fondo y ese cumplimiento íntegro de lo que es el Pacto
de Toledo nos sitúe en las mejores condiciones posibles para poder
llevar a cabo la revisión del mismo, que es un objetivo fundamental
para garantizar un elemento de solidaridad, de tranquilidad y de
seguridad en el desarrollo de nuestro país.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Federal de Izquierda Unida, tiene
la palabra el señor Vaquero.




El señor Vaquero del Pozo: Me sumo al rosario de felicitaciones que
esta mañana se han dado al nuevo ministro de Trabajo y Asuntos
Sociales. Enhorabuena, señor ministro, aunque esta enhorabuena,
insisto, puede ser agridulce, porque llega justo en el momento en el
que todos los indicadores económicos parecen conjurados para agriarle
la etapa de ministro. Ya el ministro de Economía reconoce que a
finales de este año será una realidad en nuestro país la
desacelaración económica en un mayor o menor grado. Por tanto, a
pesar de sus palabras moderadas, yo diría que hasta recatadas y
modestas, el fondo de su discurso nos ha parecido triunfalista, más
de lo mismo y, en último término, que no reconoce una realidad: la
realidad de que en nuestro país, si hay cosas que van bien, el tema
del empleo no va bien, a pesar de que se esté creando más empleo. Le
hemos oído que los objetivos del Ministerio respecto al empleo van a
ser más empleo, mejor empleo, empleo para todos, pero no le hemos
oído poner como objetivo de su labor ministerial lo que la
Constitución le mandata, y en el pleno empleo. Porque, lógicamente,
el tercio de comparación es el que distingue modelos de políticas.

Obviamente, podemos estar satisfechos de que se creen más de 400.000
puestos de trabajo en un año, de que se esperen crear 370.000, pero
si lo contemplamos desde el punto de vista del 17 ó 18 por ciento de
parados que subsisten en nuestro país, de esos casi tres millones de
parados, la situación no es buena ni puede animarnos al triunfalismo.

Por tanto, en este sentido, echamos en falta que su labor ministerial
tenga como objetivo el pleno empleo. Se apuesta por seguir
manteniendo, con innovaciones puntuales de determinados



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parámetros, sobre todo de políticas activas, el mismo esquema, y
usted ha dicho que para el año 1999 habrá algunas ligeras
modificaciones del Plan de acción para el empleo del año 1998.

Nosotros seguimos manteniendo las críticas que le hicimos a ese plan
y echando en falta las carencias que vimos en él, sobre todo las
relativas a la jerarquía de las medidas a adoptar.

Sin duda alguna se está creando empleo en nuestro país, pero no es
cierto que se esté creando un empleo indefinido. Ha avanzado muy
poquito el empleo indefinido en nuestro país. Podemos hablar de que
ya es un fracaso el acuerdo sobre el empleo del año 1997, en la
medida en que no se llega ni siquiera al 8 por ciento del empleo
indefinido, a pesar de las cifras millonarias de las subvenciones a
ese empleo indefinido. Y no se piensa para nada modificar estas
actuaciones si se nos anuncia -como ya conocíamos- la prórroga de las
mismas medidas. Por otra parte, la creación de empleo
fundamentalmente se asienta sobre dos pilares: por un lado, el
crecimiento económico, la flexibilidad y, por otro lado, la nueva
institución del contrato a tiempo parcial a potenciar. En este
sentido, existe una cierta falacia cuando se habla de mejor empleo;
mejor empleo, en el mejor de los casos, será un empleo a tiempo
parcial. Junto a esto, nosotros creemos que se sigue manteniendo una
postura cerrada, una cerrazón respecto a lo que poco a poco se va
abriendo camino en nuestra sociedad desde que Izquierda Unida planteó
el debate a nivel político, que es el reparto del trabajo y la ley de
35 horas. Se va abriendo camino en la sociedad, se va abriendo camino
incluso en las instituciones, y son ya varias comunidades autónomas
las que han adoptado, junto a muchos ayuntamientos de nuestro país,
las 35 horas como una medida para crear empleo. Sin embargo, el
Ministerio se enreda en pleitos de competencia y amenaza con reprimir
a esas comunidades autónomas que han adoptado las 35 horas. Nosotros
entendemos que postura más torpe y más nefasta respecto a este tema,
no puede existir. Lo inteligente, lo razonable sería que se asumiese
modetamente la necesidad de una ley que coordine todas estas
experiencias respecto a las 35 horas; sin embargo, se va por el
camino justamente contrario, y no hemos deducido de sus palabras que
vaya a haber una rectificación en esta línea de trabajo.

Junto a esto, se plantea que va a haber un nuevo servicio público de
empleo. Obviamente, nuestra preocupación es que ese nuevo servicio
público de empleo venga simplemente a ratificar y a corroborar el
desmantelamiento del Inem que ha sido la tónica de estos últimos
años. Queremos saber cuáles van a ser las líneas de esa renovación
del servicio público de empleo.

También nos preocupa el tema -y en esto reconocemos que ha habido por
parte del ministro un reconocimiento explícito- de la escasez de
éxitos pasados respecto a la seguridad en el trabajo. Frente a este
reconocimiento de los datos, sin embargo, nos preocupan las líneas de
actuación. Sin duda alguna, estamos de acuerdo en todas y cada una de
las que nos ha anunciado, pero en cualquier caso nos falta una, y es
que la seguridad en el trabajo de alguna forma hace referencia, es
variable de la realidad del mercado de trabajo, de la estructuración
de ese mercado de trabajo. Nosotros no hemos escuchado nunca en
ningún discurso de su Ministerio, ni en el pasado ni ahora a usted,
que se
vaya a acometer la obra de recompener el mercado de trabajo para
garantizar ciertos parámetros que posibiliten la seguridad, que
eviten la mortalidad, la siniestralidad. Entendemos que la
institución de los destajos, de la sobreexplotación, de la
contratación en cascada que implican las subcontrataciones, ya se lo
hemos dicho en más de una ocasión son causas estructurales de la
inseguridad en el trabajo y, sin embargo, ese tema no se quiere ni
siquiera rozar. No lo hemos oído en su discurso. ¿Están ustedes
dispuestos - y ésta es la pregunta directa y concreta- a posibilitar
la admisión a trámite de la iniciativa legislativa popular que, en su
fase de recogida de firmas, está planteando la Federación de
Construcción de Comisiones Obreras? ¿O más bien va a ser un tema de
nuevo echado en el saco del olvido, por que no se puede modificar el
mercado de trabajo ni se puede modificar la sagrada flexibilidad, que
es el parámetro en función del cual al parecer todo va bien y se está
creando mucho empleo? Nosotros entendemos que sería un cambio de
rumbo en la política de seguridad más importante que muchas de las
cosas que se planifican, con las que, sin duda alguna, no podemos
sino estar de acuerdo. Pero en cualquier caso, mientras no exista
esta determinación de cambiar las estructuras básicas del mercado de
trabajo, nos vamos a topar con este problema una y otra vez. Y junto
a ello, obviamente también las modificaciones que requiere la
autoridad laboral en el ámbito de la Administración laboral, y en
concreto la Inspección de Trabajo. Ya se ha citado por parte de algún
otro interviniente y, por tanto, no quiero detenerme en esta
cuestión.

Finalmente, señor ministro, quiero abordar algunos de los temas que
nos preocupan respecto a la Seguridad Social. Se hace eco de una
presunta segunda fase del Pacto de Toledo, aunque no parece ser una
prioridad de su Ministerio. En cualquier caso, quisiéramos que nos
dijera cuáles serían los principios de actuación y qué entiende usted
que tendría que modificarse en la Seguridad Social, en el caso de
acometer una renovación del Pacto de Toledo, porque ello, sin duda
alguna, nos ayudará a los distintos grupos de este Cámara a
entenderlo o no como una prioridad, y, en cualquier caso, dará
garantías y confianza al conjunto de ciudadanos y ciudadanas de este
país.

Por otro lado, se nos anuncia que una de las cuestiones fundamentales
del Pacto de Toledo, como es la separación de fuentes financieras, va
a tener cumplimiento a finales de este año, en el 2000. No obstante,
tampoco se nos dice -y quisiéramos conocerlo- cómo se va a acabar
esta fase de clarificación de las fuentes financieras. Por ejemplo,
¿cuál es su criterio respecto a los complementos por mínimos? ¿Van a
ser prestaciones no contributivas y, por tanto, con cargo a la
Hacienda pública, o más bien van a tener que estar sufragadas por las
cotizaciones sociales de trabajadores y empresarios? Éste es un
elemento ciertamente importante, o indiferente o menor. En este
sentido, queremos conocer su criterio, porque se nos anuncia que esto
va a completarse y queremos saber en qué condiciones.

Hay otro tema que no quisiéramos dejar en el tintero, el de las
empresas de trabajo temporal. Señor ministro, hay que reconocer que,
si bien con un cierto retraso, se ha acometido el cumplimiento de un
mandato de esta Comisión del Congreso de los Diputados, a instancia
de una proposición no de ley de Izquierda Unida que obtuvo el



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consenso unánime de la misma, que pedía al Gobierno que excluyese a
las empresas de trabajo temporal de las actividades penosas,
peligrosas, etcétera. A pesar de nuestras discrepancias respecto a su
contenido concreto, nosotros hubiéramos querido que se hubiesen
explicitado algunos otros ámbitos de exclusión, ciertamente se ha
producido un avance en este terreno, sin embargo, se mantienen una
empresas de trabajo temporal que, a todas luces, si no hay que
suprimirlas, sí que por lo menos hay que reformalas de manera
decidida. Se apunta siempre que los agentes sociales están ahí
discutiendo sobre este tema y que el Ministerio espera el resultado
de esos trabajos. Nosotros quisiéramos que el Ministerio de Trabajo
nos dijese cuál va a ser su posición, hasta qué nivel va a modificar
las actuaciones de las empresas de trabajo temporal, si se va a
remitir a los límites estrictos de lo que acuerden trabajadores
y empresarios que, ciertamente, siempre tendrán que transaccionar
algunas cuestiones, o si, por el contrario, más allá de lo que puedan
hacer los agentes sociales y económicos, que hasta ahora, en este
ámbito, excepto en el tema del cumplimiento de esa resolución del
Congreso de hace 10 días, son los que han realizado avances
significativos en la legislación y regulación de esta institución, el
Ministerio está dispuesto a erradicar las discriminaciones que
padecen los trabajadores de estas empresas de trabajo temporal y las
prácticas que determinados grupos empresariales, que determinadas
grandes superficies, etcétera, están realizando para abaratar pura y
simplemente sus costes laborales, llevando a determinados
trabajadores a que subsistan con salarios de miseria.

Nosotros queremos saber cuáles son los criterios de actuación
respecto a las ETT, si se va actuar en profundidad, o si, pura y
simplemente, se van a dar determinadas pinceladas de modificación y
de reforma para, falazmente, de cara a la galería, satisfacer a una
opinión pública que ciertamente está en contra y es muy sensible a
esa realidad de lo que hoy está pasando con el empleo, sobre todo de
los jóvenes, mediados por las empresas de trabajo temporal.

Yo lamento el aterrizaje forzoso a que le someto, pero me parece que
es mucho más gratificante, mucho más satisfactorio que desde el
principio, después de la enhorabuena de rigor, hablemos claro de los
diferentes puntos de vista que tenemos unos y otros y que, sobre la
base de la diferencia, podamos entendernos para trabajar
conjuntamente en esta próxima etapa que nos espera.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Socialista, tiene la palabra en
primer lugar, el señor Griñán, y posteriormente, para la otra
solicitud de comparecencia, intervendrá el señor Cercas.

Señor Griñán, tiene la palabra.




El señor GRIÑÁN MARTÍNEZ: Señor ministro, agradezco su comparecencia
y le deseo toda la suerte en el desempeño de este cargo. Podemos
entrar a fondo en el tratamiento de los temas de su Ministerio ya
que, en definitiva, se trata de un ascenso; usted estaba y sigue
estando allí y por tanto podemos hablar con conocimiento de todos y
cada uno de los temas que afectan al Ministerio.

Estamos viendo, usted lo ha dicho, una fase de creación de empleo; en
esto no hay novedad alguna porque, en términos
históricos, en nuestro mercado de trabajo, normalmente, cuando
se produce un crecimiento del PIB, se produce creación de empleo. El
problema del mercado de trabajo español no es tanto su incapacidad
para crear empleo cuando crece la economía sino que, cuando no crece
la economía, se pierde mucho empleo; es decir, se trata de un
comportamiento muy ciclotímico y por tanto habría que preocuparse más
de los períodos bajos que de los altos. Si nos fijamos, hace 10 años
España era el país en el que se creaba más de la mitad del empleo que
se creaba en la Comunidad Europea; hoy ocurre lo mismo. Es más, desde
la segunda mitad de 1994, en que se produce la recuperación del
empleo, se han creado en España 1.600.000 empleos (ha crecido el 13,7
por ciento) y si volvemos la vista atrás y vemos el segundo trimestre
de 1985, cuando se produce la anterior fase de recuperación, y
computamos, como ahora, 18 trimestres, veremos que el empleo entonces
creció en 1.840.000 personas (el 17,3 por ciento). Por tanto en
cualquier fase de crecimiento se ha producido también creación de
empleo. ¿Hay más elasticidad ahora, es decir, se crea empleo como en
otras fases de ciclo económico de crecimiento del PIB pero ahora la
elasticidad es mayor, y con menores crecimientos de empleo se produce
más creación de empleo? Yo creo que no es intelectualmente pertinente
medir la elasticidad solamente por un año; en 1998 ha habido una alta
elasticidad (0,9 por ciento), pero si miráramos un solo año atrás nos
encontraríamos, por ejemplo, con 1989, en el que la elasticidad fue
prácticamente la misma (0,88 por ciento). Es más, en 1989, se
perdieron 135.000 empleos agrarios y en esta ocasión solamente se han
perdido 16.000; dicho de otra manera, si medimos la elasticidad entre
el crecimiento económico y la creación de empleo no agrario, en 1989
la elasticidad fue mucho más alta, exactamente un 23 por ciento más
alta de lo que es ahora mismo. Por tanto, un solo año no nos puede
permitir decir que se ha mejorado la elasticidad entre el crecimiento
económico y la creación de empleo. Sí es posible ver en esta fase del
ciclo que con menores crecimientos del PIB está creándose empleo.

Esto puede ser cierto, aunque tendríamos que esperar que finalizase
la fase alta del ciclo para extraer una conclusión que pudiera ser
relevante. Pero también le digo que esto tiene su explicación
histórica. Ahora, con un menor crecimiento económico es posible que
crezca más el empleo porque se han producido una serie de fenómenos
de modernización histórica que ahora ya no están dando la cara. Dicho
de otra manera, como antes le decía, en los años ochenta se perdía un
volumen considerable de empleos agrarios que ahora no se está
produciendo; en aquella época se producía una masiva incorporación de
la mujer al trabajo y ahora, desgraciadamente, como luego veremos, no
se está produciendo; en aquella época se producía también una masiva
incorporación de jóvenes y ahora no se está produciendo. O diciéndolo
de otra manera, entre 1985 y 1990 se crearon dos millones de empleos
y solamente bajo el paro en 500.000 personas, es decir, fueron
necesarios cuatro empleos para que bajara un solo parado; ahora, sin
embargo, con 1.100.000 empleos creados desde 1995 el paro ha bajado
en 600.000 personas. Esto es consecuencia de lo que le estoy
diciendo, de que se ha transformado radicalmente la estructura del
mercado detrabajo como consecuencia de su modernización. Se pierden



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menos efectivos agrarios, se incorporan -y esto no es bueno- menos
mujeres al mercado de trabajo y, al mismo tiempo, las cohortes
generacionales son menores. Por tanto, todo se puede medir a su
exacta dimensión histórica y darse cuenta de que éste no es el
problema, el problema del mercado de trabajo español, insisto, es esa
especie de bulimia que manifiesta y que hace que, cuando se crece
mucho, se crea mucho empleo, pero cuando se deja de crecer se pierde
también mucho empleo. Dicho de otra forma, lo que nos preocupa es que
el empleo, históricamente, ha sido el elemento de ajuste al ciclo
económico que han utilizado las empresas, y eso no sabemos todavía si
va a ocurrir o no en el futuro, pero es lo que hay que prevenir.

También me gustaría, señor ministro, tratar los problemas que
subsisten en el mercado de trabajo porque, de los problemas que haya,
me imagino que dependerán mucho las políticas activas que se incluyan
en lo que es el próximo plan de empleo. Quiero decirle que en nuestro
mercado de trabajo, en nuestra realidad del empleo, hay una serie de
problemas que tienen que ser abordados enérgicamente y que exigen, en
primer lugar, un diagnóstico; en segunda lugar, una priorización y el
señalamiento de unos objetivos, y por último asignar unos recursos.

Esto es un plan de empleo, pero para eso primero hay que decir cuáles
son los problemas más graves, hay que hablar de esos problemas. El
problema más grave que sin duda tiene el mercado de trabajo español
-les pasa a todos los europeos, pero al español en mayor medida-, es
el paro de larga duración, paro de larga duración, consecuencia de
nuestra alta tasa de paro estructural, que es abordado por las
directrices europeas desde el principio, desde la primera de ellas.

En nuestro caso, tenemos en éste el mayor problema del mercado de
trabajo. Tenemos una tasa muy alta de paro de larga duración como
problema probablemente de actitud, porque es cierto que las empresas
son renuentes a contratar a los parados que llevan bastante tiempo en
esta situación, pero también es un problema de aptitud: muchas veces,
la oferta no coincide con las exigencias de la demanda.

Tenemos un problema grave que se está reduciendo muy lentamente y que
se está enquistando. En los dos últimos años, la tasa de paro de
larga duración ha bajado del 54,4 por ciento al 53,3 por ciento, es
decir, muy poco. Además, se enquista; dicho de otra manera, la
persona que lleva más de un año en paro tiene muchísimas
probabilidades de seguir en paro cuando lleve dos años en esta
situación. En el año 1996, el 66,3 por ciento de los parados de larga
duración llevaban más de dos años en esta situación; en el año 1997,
era ya el 66,7 por ciento; en el año 1998, el 67.1 por ciento de los
parados de larga duración llevan más de dos años en situación de
paro. Este es un problema que sin duda hay que abordar, y hay que
hacerlo pintando en el plan de acción unas medidas concretas y
asignando muchos recursos a este objetivo; eso es lo que nos está
pidiendo la Unión Europea en la primera directriz. El paro de larga
duración tiene, además, su manifestación en el paro juvenil. Decía
usted, señor ministro, que prevé que bajará el paro juvenil de manera
rápida, y es verdad, pero no como consecuencia de que se esté creando
empleo para los jóvenes sino, fundamentalmente, porque está bajando
su tasa de actividad. Desde que empezó a crecer la economía, en el
año 1995, han salido de la situación de paro
230.000 jóvenes menores de 25 años pero, de ellos, 115.000 -la mitad-
lo han hecho porque ha bajado la tasa de actividad, no porque hayan
encontrado un empleo, sino porque ha bajado la tasa de actividad de
los menores de 25 años.

Siendo esto así, el paro juvenil sigue siendo un problema por dos
razones, y además hay dos elementos que tozudamente nos están dando
la cara: primero, que aquellos que buscan el primer empleo tardan
mucho tiempo en encontrarlo, suelen llegar a la situación de paro de
larga duración y no se esta reduciendo prácticamente nada el paro de
las personas que buscan su primer empleo. De hecho, desde 1994 en que
empezó a crecer la economía, el paro en su conjunto ha bajado el 17
por ciento y el paro de los que buscan el primer empleo ha bajado
solamente el 5,5 por ciento, que es exactamente lo mismo que ha
bajado la tasa de actividad de los jóvenes menores de 25 años, es
decir, prácticamente cero. Este es un problema: paro de larga
duración, enquistamiento del mismo, y el problema de los que buscan
su primer empleo. En los dos últimos años, se ha añadido el problema
de los titulados superiores, jóvenes con titulación superior. Es
verdad que, cuanto mejor formado está un joven más fácilmente
encuentra empleo, pero es cierto también que, en los últimos años,
los que tienen titulación superior han aumentado su tasa relativa de
desempleo, aunque siguen estando por debajo de la tasa media del
sistema. Mientras que en 1994 la tasa media de desempleo entre los
que tenían titulación superior representaba el 69 por ciento de la
tasa media general, hoy supone ya el 75 por ciento.

Esta merecería la pena de ser estudiado. Primero, ¿estamos
produciendo el número de universitarios que requiere el mercado?
Segundo, ¿son sus estudios adecuados para las exigencias del mercado?
Tercero -y este es un dato que me preocupa más-, ¿cuántos de estos
parados con titulación superior son mayores de cuarenta y tantos años
que han sido reconvertidos como consecuencia de fusión o
privatización de empresas, que siempre -no sé por qué- terminan con
un adelgazamiento de la plantilla? Y adelgazan la plantilla empresas
que tienen un personal altamente cualificado, lo cual es un
desperdicio enorme para el país. No puede ser que ahora, porque se
fusionan dos grandes bancos, vayamos a ver que sobran 20.000 personas
y todas con unas titulaciones muy por encima de la media nacional. Es
lo que va a ocurrir y lo que está ocurriendo: estamos desperdiciando
un potencial impresionante de personas muy bien formadas.

El segundo gran problema que tiene el mercado de trabajo español es
el de su baja de actividad, ustedes lo decían mucho cuando estaban en
la oposición y hay que seguir diciéndolo. Además, la baja tasa de
actividad que tiene España es consecuencia de un fenómeno mucho más
hiriente, injusto, reaccionario y ultramontano: la discriminación de
la mujer. Tenemos una baja tasa de actividad porque tenemos una baja
tasa de actividad femenina. Es verdad que, entre 1986 y 1996, la tasa
de actividad femenina aumentó un 33 por ciento, siete veces más que
en Francia, muchísimo más que en cualquier país de la Unión Europea,
y nos fuimos aproximando a ellos. Este era un camino que estaba
señalado en todas las estadísticas: España aumentaba la tasa de
actividad femenina -aun así, estamos atrasados;



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solamente Grecia e Italia tienen una tasa de actividad femenina más
baja que la nuestra- pero, no sé por qué, desde 1996 se ha reducido
enormemente el ritmo de incorporación de la mujer al trabajo y, por
tanto, el crecimiento de la tasa de actividad femenina. Entre 1985 y
1988 creció cuatro puntos; entre 1995 y 1998 ha crecido punto y
medio.

Podemos decir que ahora se incorporan menos jóvenes o que, además, se
prolonga más la edad de estudio; por tanto, los jóvenes se incorporan
a una edad más tardía y esto justifica que la tasa de actividad
femenina no crezca tanto. No es verdad, porque estamos hablando de
tasas y la tasa se calcula sobre la población total, pero es que
tampoco es cierto por el dato que le voy a dar: entre las que tienen
veinticinco y cincuenta y cuatro años, también ha disminuido el ritmo
de crecimiento de la tasa de actividad. Esto no tiene explicación
porque son muchas las mujeres que se incorporan a ese segmento de
edad y, además, están mucho más formadas que en otras épocas de la
historia. No tiene ningún sentido que se reduzca el crecimiento de la
tasa de actividad femenina, es un fenómeno que yo consideraría tan
preocupante como el anterior, pero más profundamente antidemocrático,
más injusto y, sobre todo, rompe mucho más los elementos de igualdad
de oportunidades y por tanto de sistema democrático y de lazo social
que merece una sociedad como la nuestra.

La discriminación de la mujer se produce por muchas razones, todas
ellas hirientes. La mujer está discriminada incluso en su manera de
acceder al mercado de trabajo y, luego, en su permanencia en la
situación de paro. Cuando vemos las cifras de paro de larga duración,
nos encontramos que la mujer, a pesar de estar más formada que el
varón en población activa, tiene una tasa de paro de larga duración
del 60 por ciento y el varón del 49 por ciento, lo cual no tiene
ningún sentido. Además, cuando miramos el empleo de la mujer, nos
encontramos con que la mujer tiene un empleo del 8 por ciento
solamente entre los no cualificados y el hombre del 13,5 por ciento;
sin embargo, la mujer tiene un empleo del 40 por ciento entre
altamente cualificados y el hombre solamente el 27 por ciento. Esto
señala dos cosas realmente curiosas: la primera, que a la mujer se le
exige más cualificación que al varón para incorporarse al mercado de
trabajo; la segunda es que, a pesar de tener más cualificación, tiene
más paro de larga duración.

Podemos darle muchas vueltas a la baja tasa de actividad femenina. Lo
único que le pido, señor ministro, es que éste sea un objetivo
prioritario del plan de acción. Le voy a decir cómo, porque las leyes
ya dan muy poco de sí; nosotros tenemos una iniciativa sobre
prestaciones de maternidad que espero que apoye el Grupo Popular. La
mujer está discriminada fundamentalmente por hechos que nada tienen
que ver con la legislación: por una condición diferencial que se ha
convertido en desigualdad, que es la maternidad, y por la doble
jornada, a pesar de que haya jueces que nos digan que ese trabajo del
hogar prácticamente no es relevante desde el punto de vista del
cansancio, de la penosidad o de la peligrosidad. Así estamos, señor
ministro, pero es verdad que no solamente necesitamos medidas
legales.

Usted ha dicho que en años de bonanza económica hay que tener
especial sensibilidad por los servicios sociales; yo le corrijo: creo
que por estos servicios sociales hay que
tener especial sensibilidad en años de bonanza, en años de crisis, de
recesión y cuando sea. La mayor tasa de natalidad existente ahora
mismo en la Unión Europea es la sueca. Y no se ha conseguido porque
se dé más dinero por tener tanto número de hijos y se desgrave más
fiscalmente a las familias que tengan más hijos, sino por una red de
servicios sociales básicos perfectamente organizada y estructurada.

Y le añado: esto es un yacimiento de empleo; es decir, es política de
empleo y es política de igualdad de oportunidades. En el tema de la
mujer, lo que tiene que tener el plan de empleo es el desarrollo
hasta el final de un plan concertado de servicios sociales que pongan
en funcionamiento que todos estos elementos de discriminación social
no tengan ninguna relevancia respecto del empleo.

El tercer punto, señor ministro, es la tasa de temporalidad. Usted lo
ha dicho -yo se lo repito-, es un gran problema, es un problema
grave, no es el único ni siquiera el más importante, pero es un grave
problema. En 1998 se hicieron tres millones y medio más de contratos
temporales que en el año 195 y es verdad que con una mayor rotación.

Fíjese en lo que le digo, quizás -porque muchas veces nos
obsesionamos con la ley- la supresión del contrato de fomento de
empleo o del lanzamiento hacia nueva actividad, que eran los que
tenían una mayor duración, está haciendo que se estén utilizando mal
y malversando los que no se utilizan para fines causales y
fundamentalmente el contrato eventual, que ha crecido un 50 por 100.

Muchas veces decimos: ya es casual el contrato temporal, pero nos
damos cuenta de que no es verdad, de que la realidad del mercado está
haciendo muchos contratos temporales para ocupaciones que son fijas y
permanentes. Y es que las empresas se siguen ajustando así al ciclo
económico. Dicen: Mire usted, yo mantengo un 20 o un 25 por ciento de
contratos temporales que son mi colchón para un momento de crisis
económica. Por tanto, es un problema de psicología, aparte de normas.

Pero es verdad que la tasa de contratos indefinidos, que ha mejorado
algo, no ha mejorado como para poder estar satisfecho con ella. De
hecho, entre los años 1995 y 1996, según la EPA, la tasa de
temporalidad bajó 1,3 puntos, que es lo mismo que bajó entre los años
1997 y 1998; es decir, sin reforma pasó del 34,8 al 33,5 y con
reforma del 33,2 al 32,9, prácticamente no hay diferencias. Luego,
las tres encuestas que podemos manejar -la primera ya se la he dicho,
que es la EPA; la segunda, la Central de Balances del Banco de España
o la de coyuntura laboral- nos dicen lo mismo: la Central de Balances
nos dice que en las empresas encuestadas en los tres primeros
trimestres el empleo neto ha crecido el 0,9 por 100, pero ha sido
porque el temporal ha crecido el 9,3, porque el indefinido ha bajado
al menos 0,2 por ciento. En cuanto a la coyuntura laboral, que la
hace su Ministerio, la tasa de temporalidad de las empresas de más de
cinco trabajadores era del 35,6 por ciento en el año 1996, el 37,6 en
el año 1997 y el 37,6 en el año 1998. Por tanto, el problema es que
realmente estas medidas no están dando todos los efectos que merecen,
lo cual nos lleva a la prórroga que se ha hecho de los contratos, que
es algo que tendríamos que haber tratado con mucho más detenimiento
y no con una enmienda en el Senado que ni siquiera ha podido ser
discutida con tranquilidad. Espero que podamos hacerlo a lo largo de
este período de sesiones, por que no



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solamente cuando se prorrogan las medidas de fomento se está diciendo
algo que me preocupa, y es que el contrato de fomento del empleo, el
contrato estable puede dejar de serlo cuando se termine la subvención
-hay miedo a que así sea y por eso se prorroga-, sino que al mismo
tiempo en la propia enmienda a la ley del presupuesto se canta, se
dice paladinamente que algo no funciona cuando se han incrementado
las cotizaciones de los contratos temporales. Uno pregunta ¿esto se
ha hecho con fines de protección social? No. Desde ese punto de vista
la medida es absolutamente estéril. Se ha aumentado la cotización,
pero la protección social de desempleo sigue siendo la misma.

Pregunto, ¿es porque hay necesidades de financiación del desempleo?
No, hay remanentes, como usted bien sabe. ¿Para fomentar el empleo?
Tampoco, porque si usted se fija en los últimos trimestres son la de
construcción y el sector servicios los que están tirando del
crecimiento económico. ¿Para qué se penaliza el empleo en esos
sectores? Por tanto, solamente puede haber una razón para haber
aumentado la cotización de los contratos temporales y es considerar
que no están funcionando suficientemente las medidas de estabilidad.

Es una penalización que solamente tiene un precedente en nuestro país
en las horas extraordinarias y, como usted sabe, tampoco está
funcionando; el año pasado probablemente se hicieron más 100 millones
de horas extraordinarias declaradas, y sin declarar muchísimas más.

Por tanto, tampoco espero que funcione aquí y sin embargo se está
produciendo un incremento de la presión de las cotizaciones sociales
que no es buena para el empleo.

Hay un último dato en esto de la temporalidad que convendría que
mirara, señor ministro. Si comparamos dos períodos homogéneos -y dos
períodos homogéneos son aquellos en los que estuvo en vigor la
reforma; no puedo comparar todo el año 1997 con todo el año 1998,
porque en los primeros meses de 1997 con todo el año 1998, porque en
los primeros meses de 1997 no estaba en vigor la reforma-, es decir,
julio-diciembre de 1997 y julio-diciembre de 1998 nos vamos a
encontrar con una sorpresa. Comparando esos períodos se han hecho,
entre julio y diciembre de 1997, 5.599.365 contratos temporales y se
hicieron también en ese período 557.360 contratos indefinidos. Bueno,
pues entre julio y diciembre de 1998 se han hecho 6.490.303 contratos
temporales, un 16 por ciento más, y se han hecho 553.380 contratos
indefinidos, un 0,71 por ciento menos. La medida, incluso con el
tiempo, está perdiendo efectos. Esto se está viendo, son datos
inapelables; si añadimos enero de 1998 vemos que se han hecho menos
contratos indefinidos que en enero de 1997 y se han hecho más
contratos temporales. Estos hechos son ciertos. Por tanto, deberíamos
analizar esto. Yo no le estoy diciendo que la medida sea buena o
mala, sino que merece un análisis antes de invertir 300.000 millones
de pesetas en esta política. Insisto en que el paro de larga duración
tiene muchos menos recursos, las políticas de incremento de la
actividad de la mujer tienen muchos menos recursos -a mí me parecen
más graves- y sin embargo aquí estamos dedicando 300.000 millones a
una política de éxito discutible. Por tanto, creo que estamos
haciendo una priorización inadecuada de los objetivos y de los
recursos asignados.

Luego está el sistema de financiación, señor ministro, que se lo
hemos dicho: no es el adecuado. Ojalá -y en esto tendrá todo nuestro
apoyo- que el reglamento de los fondos estructurales no sea el que
ahora mismo conocemos como borrador, porque ese no es nada bueno, y
usted lo sabe. Ojalá el reglamento de los fondos estructurales, lo
que es la Agenda 2000 y las perspectivas financieras, nos puedan
permitir al menos mantener la cuota que tenemos ahora mismo en
políticas de cohesión referidas al empleo. Pero además de eso no es
bueno que estemos financiando la inmensa mayoría de las políticas
activas de empleo con cotizaciones sociales; no es bueno, señor
ministro. No lo es porque resulta, en todo caso, bastante
incoherente; teniendo en cuenta que se están financiando con
cotizaciones sociales desgravaciones de cotizaciones sociales, aquí
hay una incoherencia manifiesta. Se mantiene una cuota más alta de
desempleo para financiar la desgravación de otras cotizaciones
sociales, pero a lo mejor hasta en el mismo empresario, también en el
mismo empresario. No es coherente.

En segundo lugar, no es solidario, porque se elimina del esfuerzo
fiscal en las políticas de empleo a rentitas, beneficios
empresariales, una serie de rentas que están en la sociedad que
también deberían ser solidarias con el problema del paro. En tercer
lugar, es ilegal, señor ministro. El artículo 206 de la Ley General
de la Seguridad Social no permite financiar con cuotas de desempleo
bonificaciones de cotizaciones sociales; y ustedes lo reconocieron
presentando una enmienda en el Senado para modificar el artículo 206
que luego cayó por esto de los pactos que tienen ustedes con los
nacionalistas; pero el caso es que ustedes la presentaron dando por
bueno lo que les hemos venido diciendo reiteradamente: no es legal.

Pero no solamente no es legal, no solamente es insolidaria, no
solamente es incoherente, sino que, además, señor ministro -ahora que
oigo estos últimos días tan celoso guardián del Pacto de Toledo-,
contraviene la literalidad del Pacto de Toledo. Usted acusa por ahí a
otras personas de que están quebrantando el Pacto de Toledo, y es una
hipótesis, pero lo que yo digo es una realidad y simplemente basta
ver un enunciado literal. Se lo leo: Primera recomendación del Pacto
de Toledo. In fine. Las aportaciones del presupuesto del Estado
deberán ser suficientes para garantizar las prestaciones no
contributivas, la sanidad, los servicios sociales y las prestaciones
familiares. Asimismo -subrayo- la fiscalidad general debe hacer
frente a la bonificación de las cotizaciones de contratos. La
fiscalidad general, no las cotizaciones por desempleo que por mucho
que nos empeñemos no son fiscalidad general. Por tanto, estamos en
una mala financiación de las políticas activas y en algún caso
ilegal, contrario al Pacto de Toledo, insolidario e incoherente.

Por consiguiente, yo sí le pediría, señor ministro, que cuando
hagamos el plan de acción que tenemos que enviar a Bruselas pida
usted la comparecencia para enseñárnoslo, plan en el que no solamente
haya una priorización de objetivos sino que además de eso no dé unos
indicadores y una posibilidad de seguir esos indicadores. Se han
hecho un millón de entrevistas, ¿cómo lo sabemos? El caso es que lo
único que conocemos son resultados y ya le he dicho que hay un
problema de enquistamiento del paro de larga duración y hay un
problema de que no baja, es muy reticente a



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bajar la tasa del paro de larga duración, pero queremos un
seguimiento para que se pueda hacer una evaluación y una asignación
de recursos presupuestarios que sea lógica.

En el observatorio que ustedes tienen de empleo, que hace la
Secretaría General de Empleo y que usted conocerá, al referirse al
primer pilar dicen: Tasa de inserción de los jóvenes después de seis
meses de paro, dato no disponible; número de alumnos menores de 25
años en formación Plan FIP, dato no disponible; tasa de inserción
laboral de alumnos menores de 25 años, dato no disponible; tasa de
inserción de paro de larga duración después de 12 meses en paro, dato
no disponible; tasa de inserción laboral de alumnos de larga duración
mayores de 25 años, dato no disponible; número de desempleados
participante en el Plan FIP sobre el desempleo total; porcentaje,
dato no disponible; número de desempleados participantes en planes de
formación, orientación, colocación sobre el desempleo total;
porcentaje, dato no disponible. Está en el observatorio del
seguimiento del plan de acción que hace su propio Ministerio. Por
tanto, si ya al propio observatorio le cuesta trabajo disponer de
esos datos, fíjese usted a la oposición, ni nos enteramos. Sí sería
bueno que se hiciera un plan de acción. Diagnóstico, objetivos,
priorización, recursos financieros y vía de seguimiento en esta
Cámara de qué se está haciendo y qué se está consiguiendo.

No puedo terminar sin añadir algunas omisiones. Insisto en una que me
parece la más terrible, que es la de la mujer. Se lo voy a reiterar:
han hecho ustedes un Programa de Estabilidad en el que solamente les
puedo decir que se han resignado absolutamente al mantenimiento de la
actual tasa de actividad femenina, y eso me parece gravísimo. En el
Programa de Estabilidad que ustedes han presentado en Bruselas dicen
que de ahora al año 2002 el empleo va a crecer en 1.329.000 personas
y que la tasa de paro se va a reducir del 18,7 al 12,8. Como usted
sabe, el paro es la resta entre la población activa y la población
empleada. Me he preocupado de hacerla resaltar y resulta que según
eso para que con una creación de empleo como la que ustedes dicen la
tasa de paro en el año 2002 sea del 12,8 por ciento, la tasa de
actividad femenina en el 2002 tiene que ser exactamente la misma de
hoy. En el mismo momento en que aumentara lo que aumentó en los años
ochenta, estarían ustedes en el año 2002 con una tasa de desempleo
del 18 por ciento con ese crecimiento de empleo. Yo que usted, que
seguro que no ha hecho estos datos, les diría a los programadores del
Ministerio de Economía que fueran un poco más atentos con la realidad
de la tasa de actividad femenina, porque aunque es verdad que cuando
crece la incorporación de la mujer al trabajo suelen afearse las
cifras de paro, pues es verdad que con más empleo se baja menos el
paro, que es lo que pasó en los años ochenta, un Gobierno tiene que
asumir eso. Estamos creando mucho empleo, como pasaba en los años
ochenta, dos millones, y sólo bajó el paro en medio millón, pero es
que había un proceso generalizado de incorporación de la mujer al
trabajo, de incremento de la tasa de actividad, y esto es bueno y hay
que favorecerlo aunque luego las cifras de paro sean feas. Pero el
problema es la realidad, no lo que diga una encuesta.

Y faltan algunas cosas más, y con esto ya termino. Aun manteniendo la
tasa de actividad, después de tanto crecimiento
y tanta creación de empleo, habrá un 12,8 por ciento de paro
más el paro sumergido, que no se quiere contabilizar, por inmersión
de la población activa, fundamentalmente la población activa
femenina. Luego el mercado no va solucionar el problema de millones
de españoles, y ahí sí me gustarían políticas de riesgo, señor
ministro. Y las políticas de riesgo son las que asumen que después
del crecimiento económico, después de favorecer que el crecimiento
económico se traduzca en empleo, después de favorecer el ajuste de la
oferta y la demanda, después de hacer políticas de empleabilidad,
queda algo que no se resuelve por el mercado ni por estas políticas,
queda un contingente de desempleados muy importante, y aquí hace
falta un poquito más de osadía, un poquito más de heterodoxia: apoyos
públicos a la creación de empleo, explotación de nuevos yacimiento de
empleo, tiempo de trabajo, supresión de las horas extraordinarias.

Por cierto, la alcaldesa de Sevilla me ha escrito una carta en la que
el Ayuntamiento de Sevilla pide que se adopten las iniciativas para
promulgar una ley que establezca la jornada laboral de 35 horas
semanales sin reducción salarial, y creo que la alcaldesa de Sevilla
es de su partido. O sea, que en su partido también hay personas que
piden que se reduzca la jornada de trabajo. Yo simplemente le digo
que vamos a explorar la vía del tiempo de trabajo, yacimiento de
empleo y apoyos públicos a la creación de empleo, porque el mercado
no se va a resolver todos los problemas.

No voy a entrar en dos temas para los que tenemos pedidas sendas
comparecencias: uno es el de condiciones de trabajo, seguridad e
higiene y salud laboral -comparecencia que espero que se celebre
pronto- y lo trataremos monográficamente. Sí quiero explicarle que a
mí me parece, de verdad, un tema preocupante, como usted bien ha
dicho, y reconozco su sinceridad al decirlo y se la alabo. También
hay un problema con los cupos de inmigrantes. Yo le pido, por favor,
señor ministro, que no vuelva a decir eso tan horrible de que si los
empresarios no contratan mujeres habrá que traer más inmigrantes
porque eso, de verdad, es antiestético. Yo comprendo que a lo mejor
ha sacado mal la prensa, pero no queda bonito.

Y termino como empecé, diciendo que con la otra fase se creo empleo,
cuando se crecía económicamente; en ésta, es posible que con mas
bajos descubrimientos se cree empleo, pero fíjese, señor ministro, el
elemento básico para conseguir esta política, ¿sabe usted cuál ha
sido, aparte del que le he dicho antes de la larga historia de
modernización del mercado de trabajo y hechos que no tienen nada que
ver con el ciclo económico que ahora están dando la cara? Aparte de
eso, la moderación salarial. Han sido básicamente las clases
trabajadoras las que se han responsabilizado de esta fase de creación
de empleo. Entre 1987 y 1990 los salarios crecieron un 26 por ciento
por encima de la inflación; entre 1991 y 1994 un 17 por ciento por
encima de la inflación y entre 1995 y 1998 solamente un 10 por ciento
por encima de la inflanción, bastante menos de la productividad. Esa
es una de las razones por la que con menos crecimiento se está
creando más empleo. Pero también le digo otra cosa, y es más empleo
en pequeñas organizaciones empresariales. De ahí el problema de
precariedad y de alta rotación que tenemos, porque los grandes
monstruosempresariales están muy cómodos con esa bulimia que les



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ha entrado de adelgazar, fuente de toda agilidad posible. Fusiones,
privatizaciones es sinónimo siempre de reducciones enormes de empleo,
y este es un fenómeno, señor ministro, en el que debería usted poner
atención, porque lo que está pasando en Telefónica en la banca es
enormemente preocupante.




El señor PRESIDENTE: Señor Cercas.




El señor CERCAS ALONSO: Señor ministro, como pienso ser obligadamente
breve, dado que mi compañero José Griñán ha establecido con toda
precisión, y yo creo que también con toda claridad, la posición de mi
grupo sobre los elementos más fundamentales de su comparecencia,
ahorraré, en aras de esa brevedad, el turno de buenos deseos y, señor
ministros, más que convocar a la diosa fortuna pienso que debe usted
dedicarse activamente a estudiar los temas de la Seguridad Social,
que sin duda son los menos cercanos a lo que han sido sus ocupaciones
hasta el momento. Señor ministro, tengo que decirle que sus primeras
intervenciones, no aquí en la Comisión, donde ha sido usted comedido
en la forma y en el fondo, y se lo agradezco, sino sus primeras
intervenciones públicas, han sido muy desafortunadas. Yo sé, señor
ministro, que usted hoy aquí ha sido parco en el tiempo y también ha
eludido pronunciarse sobre algunos elementos que inevitablemente
estarán en mi intervención, porque han sido elementos que han llenado
de inquietud a buena parte de la población y son elementos que nos
han llenado de preocupación al Grupo Parlamentario Socialista. Yo le
agradezco esa moderación en sus palabras e incluso le agradezco
enormemente lo positivo de sus declaraciones enfáticas de que va a
apoyar el diálogo con la oposición, con los agentes sociales, con las
comunidades autónomas, sus protestas en relación con su firme
compromiso con el Pacto de Toledo, etcétera, pero quiero decirle que
idénticas palabras las oímos a su antecesor en el Ministerio de
Trabajo y, aunque quiero hacer un esfuerzo de generosidad hacia la
buena voluntad de su discurso de esta mañana, he de recordarle que ya
nos vamos haciendo mayores y vamos comprendiendo que en política lo
importante no son las palabras sino los hechos y, señor ministro, los
hechos en su corta estancia al frente de la responsabilidad del
departamento en relación con la Seguridad Social difieren bastante de
las palabras. Yo espero que hoy sea un punto de inflexión en lo que
ha sido su corta etapa de ministro de Trabajo y que en su réplica
pueda ratificar las afirmaciones que dejan alguna esperanza a un
cambio de actitud o incluso los silencios.

Voy a hablarle de dos cuestiones exclusivamente y le voy a hablar de
manera clara, de manera firme, y espero que también moderada, sobre
nuestra visión del Pacto de Toledo y sobre las razones que tenemos
para estar profundamente decepcionados por el manejo que ha hecho
este Gobierno de un acuerdo generoso como el que se suscribió en la
Cámara en la primavera de 1995. Le daré mi opinión sobre esa
reiterada demanda de una revisión del Pacto de Toledo, aunque hoy no
se ha referido a ello en esos términos, y también le hablaré, cómo
no, de la polémica que tiene en este momento con el Grupo
Parlamentario Socialista, con el Partido Socialista y con el
presidente socialista de la Junta de Andalucía en torno a la
posibilidad legal,
política, financiera de producir un incremento en las retribuciones
de los pensionistas que están peor tratados en nuestro ordenamiento
vigente.

Sobre el Pacto de Toledo usted ha dicho y se ha jactado de que estos
tres años de gobierno del Partido Popular han significado la
consolidación del sistema público de pensiones que se han eliminado
todos los inconvenientes que estaba previsto abordar en los próximos
años. Se ha montado usted un discurso, si me lo permite,
triunfalista, porque las cifras no invitan a ese entusiasmo que tiene
el señor Pimentel. Es cierto que las cifras de ingresos de la
Seguridad Social han caminado por una senda incluso mejor que el más
optimista de los escenarios que estudiamos los ponentes del Pacto de
Toledo. Por cierto, señor ministro, de esa forma ha dejando sin
ningún tipo de apoyatura científica o econométrica todas las
jeremiadas que hicieron personas muy cercanas a su Gobierno o que
incluso han formado parte de su Gobierno y que seguirán formando
parte de los órganos de su partido y de su Gobierno y que hace cinco
años se encargaron de decir que a la Seguridad Social le esperaban
todos los desastres demográficos, etcétera. Pues es cierto, señor
Pimentel, que los gastos, tanto del segmento contributivo como del
sistema de pensiones, han seguido una senda incluso más moderada que
el más moderado de los escenarios del Ministerio de Trabajo, que, por
cierto, lo hizo el señor Griñán y fue enormemente criticado por esa
prensa económica, por esos sectores empresariales, etcétera, que
luego fueron tan activos en el apoyo al Partido Popular en su
gobierno. Sin embargo, esto ha caminado así. Estamos por debajo de
los 10 puntos del PIB de gasto en el conjunto del segmento
contributivo y por debajo de nueve puntos en el gasto de pensiones
respecto al PIB del país, cifras que son inferiores a las que había
en nuestro país hace cuatro años. Por supuesto que la otra cara de la
moneda es presentar con toda crudeza ante la opinión pública que son
ustedes, señores del Partido Popular, los primeros en la historia de
España que han hecho descender el gasto en pensiones y el gasto en
atenciones de la Seguridad Social respecto a la riqueza del país,
cosa que será útil sacar a colación cuando lleguemos a la última
parte de mi intervención. Ciertamente, señor Pimentel, ha ido bien el
ingreso. Es cierto que teníamos que deflactar de las cifras de
ingresos los 400.000 ó 500.000 millones de clavo que ustedes
introducen con el famoso criterio de devengo de caja, pero la
tendencia es también más positiva que el mejor de los escenarios que
prevíamos los ponentes del Pacto de Toledo, que fuimos tachados de
voluntaristas.

Por tanto, señor Pimentel, no existe ningún argumento que avale las
críticas, el catastrofismo a partir del que se establecía desde los
escenarios de la derecha económica, conservadores, liberales,
etcétera, el horizonte de nuestro sistema público. Sin embargo,
paradójicamente, la situación patrimonial de la Seguridad Social hoy
es infinitamente pero que en el año 1995. En el año 1995 la Seguridad
Social tenía un endeudamiento de 2,8 billones de pesetas y un capital
y unas reservas de casi un billón de pesetas, más otros activos que
también eran exigibles. En balance patrimonial era dispositivo y el
endeudamiento era inferior a los tres billones de pesetas. En este
momento, y computado en la hipótesis más favorable a la tesis del
Gobierno, el endeudamiento de la Seguridad Social duplica la cifra de
1995 y



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se han esfumado todos los fondos propios de la Seguridad Social; no
existe patrimonio ni reservas de ninguna clase en el balance de la
Seguridad Social. Señor Pimentel, por si tiene la tentación, muy
frecuente por otra parte, de acudir a los «Diarios de Sesiones», a
los precedentes, les diré que hicimos el Pacto de Toledo en 1995
porque esa situación de endeudamiento nos pareció a todos -a los
socialistas los primeros- que no era posible que continuara en el
futuro. Como digo, en el año 1995 -es el núcleo del Pacto de Toledo
y, en contra de lo que ha dicho S.S., no se ha cumplido el Pacto de
Toledo sino que se ha hecho lo contrario- establecimos el solemne
compromiso de -luego diré cómo- cambiar esa situación patrimonial de
la Seguridad Social para la siguiente generación de pensionistas. Ese
fue su compromiso, señor Pimentel, y no hay ni una sola peseta de
reservas en los cuatro años mejores de la Seguridad Social en cuanto
a realización económica, no solamente no se han constituido esas
reservas, sino que ustedes han más duplicado el endeudamiento, que
tendrá que ser pagado precisamente en esa segunda o tercera década
del próximo siglo XXI.

Por tanto, señor Pimentel -no sé si estoy levantando mucho la voz,
pero se lo digo con preocupación-, paradójicamente, la buena marcha
del sistema de pensiones, fruto como es lógico de la buena evolución
del mercado de trabajo, no tiene el reflejo que debiera, aunque luego
le diré que tampoco es baladí tomar en consideración que está
creciendo más el empleo y las afiliaciones que lo que están creciendo
las cotizaciones. Se está deteriorando la base media de cotización al
sistema. En una rueda de prensa, la semana pasada, usted nos anunció
que se había incrementado la recaudación un 5,7 por ciento mientras
que el número de afiliaciones había crecido un 6 por ciento, lo cual
quiere decir que la base medida de cotización en 1998 era inferior
que la de 1997. El asunto es que cuando usted se refiere al Pacto de
Toledo no puede irse a sus elementos episódicos. El Pacto de Toledo
se hizo para consolidar financieramente el sistema de pensiones de
cara al próximo siglo y hoy, señor Pimentel, fruto de la política del
Partido Popular, que ha dispuesto de los cuatro mejores ejercicios
económicos de la Seguridad Social, la Seguridad Social, en cambio,
luce una situación patrimonial y económico-financiera que nos llena
de enorme inquietud. Tiene solución; tiene solución y no voy a dejar
que usted ni sus compañeros de grupo hablen del alarmismo del Grupo
Socialista. Claro que tiene solución la Seguridad Social solamente
tiene un enemigo, la Seguridad Social solamente tiene un riesgo: que
ustedes continúen gobernando España (Rumores). Ese es el único riesgo
que tiene la Seguridad Social o, al menos -voy a ser más moderado-,
que ustedes continúen gobernando la Seguridad Social con las mismas
técnicas con que la han gobernado estos cuatro años. Si ustedes
hicieran caso de una sola de las iniciativas de la oposición que
constructivamente hemos presentado año tras año, no estaríamos en
esta situación. Tiene solución, claro que tiene solución, porque esa
situación patrimonial proviene precisamente de que no se han cumplido
patrimonial proviene precisamente de que no se han cumplido las
recomendaciones del Pacto de Toledo, no se han separado las fuentes
de financiación y la Seguridad Social sigue pagando cada año cerca de
un billón de pesetas -y no ya
con sus recursos propios, de los que carece para tamaña aventura-
para programas no contributivos, cosa que debía venir de los
Presupuestos Generales del Estado y que no vienen para que ustedes
hinchen pecho hablando de la reducción del déficit público. Vemos,
señor Pimentel -se lo voy a decir gráficamente-, que ustedes han
hecho una política con la Seguridad Social -espero que en su réplica
me diga que esa política va a cambiar- que ha consistido en la
maléfica idea de transferir préstamos a la Seguridad Social en lugar
de las aportaciones que tenía que hacer elEstado. Le han aportado
préstamos y la han endeudado, y hoy lucen unos estados de
endeudamiento que tendremos que eliminar -se lo advierto, señor
Pimentel, de los balances de la Seguridad Social para no alimentar
discursos no como el mío, que no es catastrofista, que dice que tiene
solución, sino como los de sus amigos, que van a utilizar los
balances que ustedes han hecho para concluir en la inviabilidad del
sistema público.

Me mira el señor presidente con mucha inquietud, porque hemos
consumido dos turnos, pero no voy a ir más allá. Señor Pimentel, una
sola palabra sobre el Pacto de Toledo. Si relee el Pacto de Toledo -y
veo que lo ha hecho desde la amable reunión que tuvimos el otro día-
verá que debe dejar de hablar de la revisión del Pacto de Toledo.

Aprovecho también la ocasión para ver si el señor Piqué, que se mete
en estos jardines sin tener la más remota idea de lo que habla, deja
de hablar de revisión del Pacto de Toledo. La recomendación
decimoquinta del Pacto de Toledo no habla de revisar el Pacto de
Toledo. Ustedes, nosotros y el resto de los grupos de la Cámara
tenemos un pacto político sobre la arquitectura y los principios del
sistema de pensiones sin término; no tiene término. Tenemos una
recomendación decimoquinta que se refiere al seguimiento y a la
evolución de las grandes magnitudes del sistema, que tiene que se
hecha permanentemente, aprovecho para acudir a la cita que me ha
hecho usted sobre qué pensamos de esa famosa ponencia. La
recomendación decimoquinta dice que se tiene que hacer
permanentemente y cada cinco años se debe crear una ponencia en el
Congreso no para revisar el Pacto de Toledo, para estudiar las
magnitudes, para evaluar y para seguir. Evidentemente, si hay alguna
recomendación nueva que hacer se hará, pero no hay un Pacto de Toledo
2, señor Pimentel. Hay un Pacto de Toledo 1 incumplido, y no
hablaremos de ningún nuevo Pacto de Toledo mientras ustedes sigan
manteniendo incumplidos los parámetros fundamentales del equilibrio
financiero del sistema. Nosotros estamos disponibles -¡claro que
estamos disponibles!- para evaluar con el Gobierno y seguir las
cifras del Pacto de Toledo, incluso a tomar las medidas que sean
necesarias para mantener los equilibrios del sistema. Pero no hay
necesidad, señor Pimentel, de esperar al año que viene. Obviamente
-mi compañero el señor Griñán ya ha dicho algunas de las
perplejidades que tenemos la oposición y la asimetría que hay entre
sus palabras y los hechos de la documentación que producen-, no
podemos seguir el sistema recibiendo un CD-Rom del mes de noviembre
que es absolutamente ilegible, entre otras cosas porque técnicamente
está mal hecho. Es la única información que tenemos. Desconocemos los
presupuestos monetarios, desconocemos los niveles de endeudamiento,
hacemos preguntas que nunca nos contestan o nos contesten mal.




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Enviénnos una evaluación de cómo va el sistema. En la oposición lo
hacemos con nuestro pequeño métodos y méritos, pero podíamos
establecer un sistema; ustedes lo están haciendo en el Ministerio de
Trabajo, lo sabemos. Enviénnos esos estudios que están trasladando en
el tiempo las previsiones que había hasta el año 2010. ¿En qué han
cambiado esas previsiones? Yo recojo sus palabras, señor Pimentel, y
lo digo honestamente que espero que cambie esa relación con la
oposición. Volviendo a la recomendación decimoquinta, decíamos que de
evolución y de análisis de las magnitudes se daría conocimiento a los
agentes sociales, pero la realidad de nuestra dinámica parlamentaria,
señor Pimantel, es que son los agentes sociales los que nos dicen a
los diputados cómo va la Seguridad Social, porque los diputados de la
oposición carecemos absolutamente de datos significativos de la
marcha del sistema. Por supuesto, señor Pimentel, que estamos
dispuestos a hablar desde ya con el Gobierno para evaluar, para
seguir, para analizar, pero no para revisar acuerdos sobre la
arquitectura o los principios del sistema, que entendemos que no han
periclitado.

Voy terminando, señor presidente. Espero, señor Pimentel, que el
silencio que ha tenido en su intervención sobre el conflicto y la
cruzada que han iniciado contra la Junta de Andalucía y su presidente
sea anuncio de una cierta reconsideración del problema. Para que sea
así, señor Pimentel, le ofrezco algunas reflexiones sobre ese
contencioso que han levantado ustedes creo que de manera torpe, desde
luego de manera ignorante; ignorancia que es menos justificable en
usted pero que en el señor Piqué es verdaderamente clamorosa. Por
aquí tengo los recortes de prensa. Dígale usted a su compañero de
gabinete que el acuerdo de la Junta de Andalucía, en primer lugar, en
nada afecta al equilibrio del sistema de la Seguridad Social porque
esas prestaciones se financian con un impuesto y con transferencias
del Estado. De modo que ustedes o el señor Piqué están engañando a la
opinión pública poniendo al señor Chaves el sambenito de ser una
persona que está agrediendo al equilibrio del sistema, cuando en nada
agrede el señor Chaves al equilibrio del sistema. Están ustedes
diciendo que va en contra del principio de la caja única de la
Seguridad Social. Sabe S.S. que no es así. El señor Piqué lo ignora
pero espero que S.S. le ilustre. No tiene nada que ver la caja única
de la Seguridad Social, en la que se ingresan las cotizaciones de los
trabajadores, con una prestación que para nada interviene en el juego
financiero del segmento contributivo, puesto que son, por propia
definición, prestaciones no contributivas. Han acumulado a sus
afirmaciones -discutibles en todo caso- sobre la competencia o
incompetencia de la Junta de Andalucía palabras y gestos enormemente
contradictorios con lo que acaba de decir el señor ministro. Ustedes
han acusado al presidente de la Junta de Andalucía poco menos que de
estar rompiendo España por -fíjese, señor Pimentel- subir 700 pesetas
al mes a personas que cobran 37.000 al mes. ¿Se está rompiendo España
o más bien España está sufriendo otras tensiones de naturaleza bien
distinta y que sin embargo forman parte, en la misma rueda de prensa,
de las preocupaciones del Gobierno: los sucesos del País Vasco y los
sucesos de Andalucía? ¿A usted le parece, señor Pimentel, que esa es
una manera de abordar un problema en todo
caso interpretable? En su periódico amigo han hecho ya un ministro de
información de los «Diarios de Sesiones». Yo fui ponente de la Ley de
pensiones no contributivas y estoy seguro de que ahora va a releer
algunas afirmaciones mías en la correspondiente ponencia. Manipulan
también esas afirmaciones. Señor Pimentel, ni el presidente de la
Junta de Andalucía ni el Partido Socialista niegan ni se desdicen de
las afirmaciones -creo que fue en esta misma sala- de que esa es una
pensión de la Seguridad Social y de que el Gobierno de España tiene
todas las competencias para regular esa pensión de la Seguridad
Social, que es seguridad social y no asistencia social. Señor
Pimentel, ¿de dónde sacan ustedes que eso equivale a decir que usted
puede regular esa pensión, que fue nuestra afirmación; de dónde sacan
que el presidente de la Junta de Andalucía, sin tocar la pensión de
la Seguridad Social, puede dar una ayuda asistencial a esos
pensionistas? Señor Pimentel, ¿sabe a cuánto asciende la pensión no
contributiva que van a cobrar los andaluces los meses de enero,
febrero, marzo, abril, durante todo el año? ¿Sabe usted la cifra? Sí
la sabe. La misma que los de Cáceres, los de Badajoz, los de Toledo
o los de Ciudad Real; la misma. La Junta de Andalucía ha tenido la
prudencia de no tocar la pensión no contributiva, sino de aprobar una
paga adicional, de carácter asistencial, para esos pensionistas. No
le han quitado a usted su competencia para regular esas pensiones,
pero no han abdicado de su responsabilidad ni del título competencial
que tienen para mejorar las rentas disponibles de esas familias.

Señor Pimentel, ¿cómo pueden ustedes montar ese escándalo y ese
rasgamiento de vestiduras por que mejoren en 1,8 puntos de capacidad
adquisitiva las pensiones no contributivas cuando aún se escuchan los
ecos de ustedes, de su antecesor, diciendo que 300.000 millones han
ganado de capacidad adquisitiva por encima del IPC los pensionistas
y cuando hace 15 días el señor secretario de Hacienda dijo que 70.000
millones, creo recordar, van a ser beneficiados por encima del IPC
por el juego de las retenciones del nuevo impuesto sobre la renta,
retenciones por supuesto de las pensiones altas? O sea, que el
Gobierno de España puede subir las pensiones altas en cantidades
astronómicas y no somete a ningún tipo de violación al espíritu del
Pacto de Toledo, a las subidas según el IPC, pero el presidente de la
Junta de Andalucía no puede dar una renta adicional de 9.000 pesetas
al año a los pensionistas de aquella comunidad. Usted, señor
Pimentel, como en el Far West, le ha dado un tiempo para que
reconsidere su posición al presidente de la Junta de Andalucía. Debe
reconsiderar usted también la posición porque hemos empezado a hacer
un estudio exhaustivo de las contradicciones de la política del PP.

Diga usted a los servicios de su ministerio que estudien, por si
acaso hay un requerimiento de incompetencia, la Ley foral 2/1998, de
30 de diciembre, de presupuestos generales de Navarra, que gestiona
un partido, Unión del Pueblo Navarro, que es su coaligado. Señor
Pimentel, esta es la punta del iceberg que iremos conociendo en los
próximos días. La Ley de presupuestos que se aplica este año en el
territorio foral de Navarra, en su artículo 10, apartado 6, dice que
la pensión mínima de jubilación para una determinada clase de
pensionistas queda establecida en el nivel E que se fije para los
funcionarios de la Administración de Navarra. Son 130.000 pesetas al
mes, señor Pimentel,



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60.000 pesetas más que los pensionistas de igual categoría del resto
de España. Pero hay más. En el apartado 7 se dice que la pensión de
viudedad será el salario mínimo interprofesional, 12.000 pesetas más
que el resto de las viudas de España. Un gobierno del Partido
Popular. No son 12.000 pesetas al año -son 9.000 las de la Junta de
Andalucía-, son 12.000 pesetas al mes. Hemos hablado de los sueldos
de los funcionarios, de la enorme multiplicidad en la que se ha
desarrollado la autonomía de las comunidades autónomas, incluso hasta
en las pensiones, y de su propio partido, señor Pimentel. Lo que he
leído en primer lugar comporta casi medio millón de pesetas al año,
no 9.000 pesetas al año, que es todo el delito que ha cometido el
señor presidente de la Junta de Andalucía.

Por tanto, señor Pimentel, ¿tan difícil es al Partido Popular, en un
año en el que parece que atan los perros con longanizas, aceptar que
hay personas que viven sólo con 37.000 pesetas al mes porque están
sometidas a cláusula de recurso y no tienen ningún otro tipo de renta
y hacer una lectura flexible? Voy a concederle incluso que, en una
lectura leguleya, puedan llegar a tener parte de razón, pero qué más
da, señor Pimentel. Incluso si constituyera un problema -que yo
entendería porque también he tenido esa responsabilidad- que España
termine siendo un caleidoscopio de situaciones de pensiones
absolutamente heterogéneas, apoyen ustedes la iniciativa del Grupo
Socialista que vamos a ver las próximas semanas. De esa manera, serán
todos los pensionistas de España los que mejoren 2.000 pesetas al mes
y no habremos consumido ni una décima parte del regalo que han hecho
ustedes en la reforma del impuesto sobre la renta a las rentas altas
y medias del país; ni la décima parte. Serán cuatro millones de
españoles los que puedan participar de la bonanza general del país.

Por cierto, señor Pimentel, si así lo hicieran, no harían otra cosa
que cumplir el Pacto de Toledo. El Pacto de Toledo tiene la
recomendación 12, reforzamiento del principio de solidaridad, que
permite -y con esto termino- avanzar más allá de la mera consecución
del mantenimiento de la capacidad adquisitiva de los pensionistas. La
última y concomitante interpretación, errónea y fraudulenta, que
ustedes hacen del Pacto de Toledo es creer que el mismo supone un
máximo de protección. No, señor Pimentel. El Pacto de Toledo es un
mínimo de protección, como mínimo se subirán las pensiones el IPC. Si
hay gobiernos en algunos sitios de España, como el socialista de
Andalucía, que intentan un mínimo de justicia ante la cerrazón del
Gobierno de España que se niega a que, en un año como éste, los
pensionistas que están en los niveles más necesitados de protección
tengan un mínimo de atención de las cámaras del Estado, señor
Pimentel, ya que ustedes no quieren ser generosos, no impidan lo que
ha pretendido el señor Chaves.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Vasco (PNV), tiene la
palabra don Carlos Caballero.




El señor CABALLERO BASÁÑEZ: Señorías, debo agradecer, en nombre del
Grupo Parlamentario Vasco, la presencia del ministro de Trabajo y
Asuntos Sociales, señor Pimentel, para informar sobre las líneas
generales de la política de su Ministerio tras su reciente
nombramiento,
por el que le felicitamos, así como su disposición a comparecer
a este Parlamento, tantas veces demostrada.

De la detallada exposición que nos ha realizado, hay que destacar que
presenta, como por otro lado era de esperar a estas alturas de la
legislatura, una clara continuidad con la política desarrollada por
su predecesor que, en términos generales, nos parece adecuada. Sin
embargo, y de una forma breve, le voy a plantear una cuestión que
para nuestro grupo parlamentario y también para la mayoría sindical
en Euskadi, como usted pudo constatar ayer mismo, es fundamental y
afecta directamente a su ministerio. En estos últimos meses, estamos
asistiendo a continuas declaraciones del presidente del Gobierno
español y de sus ministros en las que repetidamente se señala que,
ante la situación existente en la Euskadi peninsular, todo hay que
solucionarlo dentro del marco de la Constitución española y el
Estatuto de Gernika. Pues bien, en primer lugar, creo que no está de
mas tener memoria histórica y recordar que la legitimidad democrática
de la Constitución en Euskadi es, ni más ni menos, que la que le
otorga el 32 por ciento de los ciudadanos y ciudadanas vascos que la
apoyaron en el referéndum celebrado en su día. Este es un objetivo y
es innegable. En segundo lugar, hay que recordar también que, después
de veinte años de su aprobación, el Estatuto vasco está sin
cumplirse; fundamentalmente no se ha desarrollado en lo que concierne
al llamado bloque social. El Parlamento vasco, por unanimidad, es
decir, con el apoyo de todos los grupos, apoyó en 1995 una lista de
competencias estatutarias pendientes, de las que las más importantes
afectan a este bloque social y a la investigación. Desde los
sucesivos gobiernos españoles, no sólo desde el actual, han existido
reiteradas negativas a desarrollar el Estatuto vasco en estos
terrenos, lo que en definitiva se traduce en una negativa a
desarrollar y cumplir la ley, y ahora se nos habla de que ese es el
marco para abordar cualquier solución a la delicada situación vasca.

En resumen, quiero preguntar al señor ministro si, ante esta
situación de bloqueo estatutario que en lo que se refiere al bloque
social afecta muy directamente a su Ministerio, piensa mantener la
posición de sus predecesores o, por el contrario, está dispuesto a
buscar soluciones que permitan cumplimentar una ley orgánica como es
el Estatuto de Gernika, en los términos aprobados en 1995 por todas
las fuerzas políticas en el Parlamento vasco. Estamos hablando de
transferencias en el bloque social, tal como están recogidas en el
Estatuto, y no de mera descentralización, como ha sido la postura
ministerial con la que se quiere justificar el hecho de que una
transferencia viene del acuerdo entre dos partes. En este sentido
decimos que transferencias en los términos recogidos en el Estatuto,
sí y mera descentralización, no. En caso contrario, sería de
agradecer que en las declaraciones gubernativas, cuando se habla del
marco constitucional y del Estatuto, se suprimiese la referencia a
una ley que no se está dispuesto a cumplir ya desarrollar. No
olvidemos que con esta política se están reforzando las posiciones de
quienes mantienen que el Estatuto está agotado y que hay que buscar
otras vías. Por consiguiente, desarrollemos en este sentido.

Esta es la cuestión que quiero plantear al señor ministro en esta
intervención.




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El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència
i Unió) tiene la palabra el señor Campuzano.




El señor CAMPUZANO I CANADÈS: Quiero agradecer su comparecencia al
señor ministro, que no es sorprendente porque como ha recordado el
señor presidente es un habitual de esta Comisión, y felicitarle por
su nombramiento.




Nosotros entendemos que el ministro va a desarrollar una política de
continuidad porque ha formado parte esencial del equipo del anterior
ministro y la mayoría de las personas que le acompañan en esta etapa
final de la legislatura han estado vinculadas también a la actividad
del Ministerio a lo largo de estos cerca de tres años. Coincidimos
con el espíritu con que ha iniciado su intervención de voluntad de
profundizar y mantener el diálogo social, el diálogo político y el
diálogo institucional que ha caracterizado estos años de mandato del
anterior ministro, y en esta línea va a continuar encontrando el
apoyo parlamentario de Convergència i Unió para poder desarrollar
buena parte de las iniciativas que ha planteado. Pero hemos de
reconocer que al señor ministro le toca desarrollar esta actividad en
un final de etapa en la que seguramente el margen temporal para estas
iniciativas legislativas es menor, ya que todos hemos entrado ya en
la senda electoral, como muestran algunas intervenciones que se han
producido esta mañana. Desde ese punto de vista es evidente que los
esfuerzos de diálogo y consenso, en un clima en el que el horizonte
electoral está presente en la mente de todos, va a ser difícil.

Convergència i Unió intentará, desde su modesta posición, en aquellas
cuestiones que nos parecen nucleares, que ese horizonte electoral no
termine perjudicando a elementos esenciales de la convivencia
ciudadana y del mantenimiento del Estado del bienestar.

Paso a relacionar las cuestiones que preocupan a mi grupo
parlamentario desde hace tiempo. Hace unos años -el señor Cercas lo
sabe mejor que yo porque era diputado y yo no, por lo que he tenido
que leerlo en los «Diarios de Sesiones»-, nuestro grupo parlamentario
puso encima de la mesa la necesidad de arbitrar un gran pacto
político y social para mantener un sistema público de pensiones que
fuese capaz de garantizar en el futuro un sistema de protección
social digno y progresista, y se hizo un gran esfuerzo por los grupos
políticos y agentes sociales para crear el Pacto de Toledo, con el
pacto tácito de no querer convertir la cuestión de las pensiones en
un elemento de desgaste político absurdamente demagógico. No sé si en
esta fase final de la legislatura -que todos intuimos que va a ser
muy difícil-, ya sea en 1999 o en el 2000, estaremos en condiciones
de recuperar la idea central de que sobre las pensiones no podemos
generar demagogias por demagogias, sino que tenemos que ser capaces
de crear fórmulas, métodos e iniciativas consensuadas que permitan
garantizar, en la perspectiva del 2015-2020, la existencia del
sistema público de pensiones; si no es así, creo que estamos haciendo
un flaco favor al conjunto de la ciudadanía y al sistema. Hay debates
sobre las pensiones de orfandad y viudedad, sobre cómo somos capaces
de incrementar las pensiones más bajas, sobre qué hacemos, una vez
consolidada la separación de fuentes, con la creación o no de las
correspondientes reservas que marcaba el Pacto de Toledo. Creemos que
existen elementos que justificarían que los partidos políticos que lo
impulsamos hace unos años nos volviésemos a sentar no sé si para
hacer el Pacto de Toledo 2, para hacer una revisión o simplemente,
como apuntaba el señor Cercas, para plantear el seguimiento de las
nuevas magnitudes y de las posibles nuevas recomendaciones. Debemos
ser capaces de recuperar el sentido último del Pacto de Toledo:
evitar debates partidistas, estériles y demagógicos sobre el sistema
de pensiones. Si el Gobierno avanza en esta línea, sin duda va a
encontrar el apoyo del Grupo Parlamentario de Convergència i Unió.

La segunda cuestión es el empleo, sobre el que no me voy a extender
mucho por que el señor Griñán ha hecho una intervención
académicamente impecable en el análisis de los datos con la que
coincidimos en muchísimos aspectos pero con una visión ligeramente
más optimista de la situación. Estoy seguro de que el señor ministro
en su réplica entrará en la misma, pero nos gustaría plantearle
algunas cuestiones en el ámbito de ocupación. Es importante que el
ministro comparezca para explicar el balance del plan de empleo
vigente y para informar de las previsiones en relación al nuevo plan.

Creo que podemos tener un debate en profundidad. Coincido con el
señor Griñán en la falta de datos que muchas veces hace difícil la
actuación parlamentaria. Por tanto, sería importante que los
servicios del Ministerio pudiesen dar unas informaciones más
precisas.

Cuando el señor ministro se ha referido a más trabajo, mejor empleo y
empleo para todos, ha hablado también del tercer sector. Sabemos que
a principios del año 1999 el presidente Aznar se reunió por segunda
vez con 16 ONG del ámbito social para conocer las iniciativas que le
planteaba el denominado tercer sector. El señor Pimentel en su
anterior etapa compareció en esta Comisión, a petición de
Convergència i Unió, precisamente para hablar de estas cuestiones.

Nos alegramos de la noticia de la voluntad del Gobierno de elaborar
un libro blanco para empezar a instrumentar un plan estratégico para
el tercer sector. Para Convergència i Unió el tercer sector hoy puede
ser el gran instrumento de creación de ocupación en el Estado
español. Cuando se habla de nuevos yacimientos de empleo se está
hablando de empleo relacionado con el ámbito social. En este sentido
existen unas potencialidades tremendas en ese ámbito que no han sido
aprovechadas en estos últimos años. Vamos a tener que plantear un
marco fiscal diferente y mejor, una reforma de la Ley de mecenazgo y
medidas específicas de discriminación positiva a través de cláusulas
sociales o de programas específicos de apoyo de empleo a las ONG y a
las asociaciones. En este sentido esperamos que el nuevo plan de
empleo del Gobierno incorpore un paquete de medidas específicas sobre
esta cuestión. En el plan de empleo anterior, que hoy está vigente,
en el terreno de apoyo al tercer sector -ya lo manifestamos en esta
Comisión- el Gobierno fue demasiado vago y genérico. Tenemos que
concretar medidas que apoyen a este tercer sector, al margen del
proceso de elaboración del libro blanco.

En segundo lugar, estamos esperanzados por la pronta llegada de la
ley de inserción sociolaboral a esta Cámara. Como recordará el señor
ministro, esta Comisión aprobó una proposición no de ley a propuesta
de Convergència i



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Unió. Creemos que es importante que esta legislatura termine creando
un marco jurídico para las empresas de inserción que pueden servir no
para crear muchísima ocupación, pero sí para dar la oportunidad de
que personas con nulas posibilidades de incorporarse al mercado
laboral y, por tanto, incorporarse con normalidad a la sociedad, sean
capaces de hacerlo. Tenemos esperanzas de que esta ley entre en el
Congreso y tenga un consenso amplio.

En tercer lugar, el señor ministro sabe que en estos momentos no nos
sentimos suficientemente partícipes ni cómplices del desarrollo que
el Gobierno está haciendo de la normativa en el ámbito de la creación
de ocupación para el sector de los discapacitados y que algunos
borradores de reales decretos que llegan a nuestras manos, desarrollo
del Plan Cermi y de la proposición no de ley que en su día aprobó el
Congreso de los Diputados, también a propuesta nuestra, no nos
satisfacen. Creemos que será importante que esta Comisión continúe
trabajando en la creación de ocupación en el sector de los
minusválidos. El señor ministro anunciaba la creación de un consejo
estatal de los discapacitados. Nos gustaría que este consejo no fuese
simplemente el actual Cermi, sino que se fuese más generoso y se
tuviese en cuenta que hay organizaciones claves en la creación de
ocupación en el sector en Euskadi y en Cataluña que hoy no se sienten
representadas en el Cermi y que deben tener encaje en ese consejo
estatal.

También en ámbito del empleo, el señor ministro conoce que el plan de
ocupación que firmó el Gobierno de la Generalitat con los agentes
sociales en Cataluña, Comisiones, UGT y la patronal catalana,
incorporó medidas específicas de vinculación de reducción de la
jornada laboral a 35 horas con la creación de empleo con apoyo
público. Nosotros creemos -y en alguna ocasión se lo hemos
manifestado- que el modelo catalán sobre la jornada laboral de las 35
horas es exportable al conjunto del Estado. Nos parece una línea
interesante vincular específicamente esos pactos entre sectores que
impliquen la reducción de la jornada con la creación de empleo. Y
apuntamos que en este nuevo plan de empleo que el Gobierno debe
elaborar el modelo catalán se pueda configurar. En Cataluña nos
parece que ha conseguido un consenso social y que se constituye como
una medida innovadora en esta línea de creación de empleo.

Igualmente nos preocupa -y en alguna ocasión también se lo hemos
manifestado- la protección de los parados de larga duración. Nos
parece sugerente la propuesta que se incorporó de creación de
talleres de empleo. Es una política activa que seguramente va a dar
sus resultados, pero hemos de reconocer que por la capacidad de
movilización de recursos que tiene va a ser una medida escasa para
afrontar la problemática de este sector. Tenemos que abrir un debate
en profundidad sobre el paro de larga duración y sus actuales niveles
de protección social para tratar de encontrar soluciones a aquellas
personas que se quedan sin ningún tipo de apoyo económico para hacer
frente a situaciones de desempleo. En este sentido, la posibilidad de
poner en marcha un subsidio permanente, vinculándolo a actividades de
índole social -una propuesta que hace unos años se planteó desde la
Consejería de Trabajo de la Generalitat-, nos parece que debería
configurar también el escenario de debate político de los próximos
meses. Me ha
parecido entender que es inminente la puesta en marcha de la
fundación que prevé la ley de salud laboral. Nos gustaría que esa
inminencia se concretase. Nuestro grupo parlamentario en muchísimas
ocasiones ha sentido -no de usted, pero sí del anterior minitro- esa
inminencia en la creación de la fundación. Esperamos que se produzca
bien pronto y que responda a los criterios que llevaron en su día a
la elaboración de la ley, que sea una fundación que tenga en cuenta
que las comunidades autónomas deben desarrollar las políticas de
salud e higiene laboral.

Finalmente, me referiré a las ETT. Usted sabe que el Parlamento de
Cataluña, a raíz de una iniciativa de los sindicatos en Cataluña, ha
hecho llegar a esta Cámara una proposición de ley de reforma de la
Ley de las ETT. Nos parece que, en paralelo al proceso de diálogo
social abierto en este grupo de trabajo entre el Ministerio,
sindicatos y patronal, será importante dar luz verde a esta
iniciativa del Parlamento de Cataluña, y que también en este
Parlamento podamos debatir sobre el marco jurídico de las empresas de
trabajo temporal. Ahí tenemos un problema, el Ministerio se ha
encargado en estos meses de insistir en ello, y es evidente que la
solución debe pasar por una reforma de la Ley de empresas de trabajo
temporal. Creemos que se están produciendo abusos que, en parte, se
derivan de una legislación que lo permite; por tando, debemos buscar
una solución.

Dicho esto, relativo al empleo, entraré en cinco cuestiones
relacionadas con el ámbito social de su Ministerio. El señor ministro
no ha hablado para nada en su intervención de la emigración, o bien
lo ha hecho muy de pasada y al final. A nosotros nos parece que el
Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales debería erigirse, en el seno
del Gobierno, en aquel instrumento que liderase un gran pacto social
en el conjunto de la sociedad española para vertebrar políticas
globales de integración. Yo creo que va a ser inevitable que 1999 sea
un año de debates intensos en esta Cámara y en la sociedad sobre la
cuestión de la emigración. En el pasado mes de enero el debate sobre
la cobertura sanitaria de los emigrantes en situación irregular ha
ganado un espacio mediático importantísimo; el Partido Socialista,
según hemos podido ver hoy en los medios de comunicación, abre el
debate sobre la modificación de las fórmulas de obtención de la
nacionalidad; esta misma semana se constituye la ponencia, en el seno
de la Comisión Constitucional, donde se va a tramitar la proposición
no de ley de integración de los emigrantes, presentada por
Convergència i Unió, y un texto de Izquierda Unida y de Nueva
Izquierda sobre la reforma de la Ley de extranjería.

Hay cuestiones pendientes, y nos parece que el Ministerio debería
liderar una política basada en el consenso político y social para
procurar que la emigración no constituya un ámbito de desgaste
partidista. Yo creo que las referencias de lo que ha sucedido en
Europa en los últimos 10 años en relación con la cuestión migratoria
nos ha de llevar a la conclusión de que el debate partidista en
relación con la emigración termina perjudicando a los emigrantes y al
conjunto de la cohesión social de la sociedad. Yo creo que ahí
tenemos todos una responsabilidad, pero, lógicamente, el Gobierno la
tiene de manera muy especial, por ello nos parece que debe ser capaz
de liderar este proceso.




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Nosotros esperamos con especial atención los proyectos de ley de
conciliación de vida familiar y de fondos de garantía. Nos parece que
son dos medidas necesarias en esa línea de avance hacia una sociedad
que dé oportunidades a los géneros y que sea capaz de resolver
algunas situaciones de flagrante injusticia que se producen en
nuestra sociedad; dos textos que entendemos que son importantes y que
debemos ser capaces de tramitar en este período final de la
legislatura.

También quería decirle que observamos con preocupación, y se lo digo
por la experiencia que se está produciendo en Cataluña, la apertura
del debate sobre la existencia de un posible servicio civil, una vez
que la prestación social sustitoria desaparezca en los próximos años.

Yo recomendaría al Ministerio muchísima prudencia en este tema. En
Cataluña, el Gobierno de la Generalitat ha comenzado también los
debates sobre la creación de este servicio civil y hay una parte nada
despreciable del sector asociativo que ve con desconfianza cualquier
iniciativa que suponga una intromisión en aspectos nucleares del
funcionamiento de las ONG. Es bueno que ya exista un debate y creo
que sería bueno que ese debate llegase a la Cámara. Yo sugiero al
señor ministro que solicite su comparecencia en esta Comisión para
exponer cuáles son sus planteamientos. Nos parece que existen
posibilidades de avanzar en la elaboración de esos servicios civiles,
pero con la suficiente cautela como para no crear más problemas de
los que hoy ya existen en esta materia.

Y en este asunto, una última referencia. Nosotros vamos a continuar
planteando y exigiendo que el 0,52 por ciento del IRPF para
actividades sociales sea transferidos a las comunidades autónomas.

Nos parece de sentido común que parte de aquellos impuestos que
pagamos los ciudadanos puedan revertir en asociaciones de tipo social
que centran sus actividades en nuestros países. Creemos que, más allá
de lo que ahora existe, que es una fantástica voluntad de
colaboración del Gobierno central para ponerse de acuerdo con las
autoridades gubernamentales de las distintas comunidades autónomas
sobre la orientación de la asignación de estos fondos, debemos ir a
un planteamiento en que el 0,52 sea gestionado por las comunidades
autónomas.

Dicho todo esto, quiero manifestar, como ya decía al inicio de mi
intervención, nuestra voluntad de colaborar en el desarrollo
legislativo de la mayoría de los proyectos que el señor ministro ha
anunciado, reiterarle esa necesidad de diálogo, colaboración y
consenso y desearle suerte. Suerte, porque le toca al señor ministro
desarrollar su trabajo en un final de etapa, y estoy seguro de que
coincidirá conmigo en que es el momento más delicado para la acción
de un Gobierno.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Popular tiene la palabra don
Gerardo Camps, que estrena hoy la función de portavoz, motivo por el
cual le expresamos nuestra felicitación y le deseamos... ¡paciencia!.




El señor CAMPS DEVESA: Quiero matizar sus palabras, recibiéndolas con
agradecimiento como no puede ser de otra manera, pero, en todo caso,
mañana se producirá la reunión del Grupo Parlamentario Popular y el
nombramiento
o no de la portavocía que se presume por parte del presidente
de la Comisión. De ser así, espero poder efectuarla en la forma a la
que he sido debidamente conducido por el presidente en nuestra
primera intervención.

Quiero tranquilizar al presidente de la Comisión diciéndole que, en
este caso, el Grupo Parlamentario Popular sólo va a tener un portavoz
en esta materia porque, además, se cumple con el espíritu de lo que
en la Mesa y portavoces se discutió al efecto. Se introducían dos
comparecencias pedidas por el Grupo Socialista -la de las líneas
generales y la de las bonificaciones, contratos a tiempo parcial, su
protección social, etcétera, materias introducidas en la ley de
acompañamiento de este último año-, y hemos podido observar que, si
bien se podía partir turno comunicándolo al resto de los portavoces
de esta Comisión, la segunda intervención, el segundo portavoz o el
biportavoz del Grupo Parlamentario Socialista, no ha hecho ninguna
referencia a esa cuestión. Se ha centrado únicamente en cuestiones de
Seguridad Social que, Dios nos libre, puede tratar todo lo
ampliamente que la Presidencia de la Comisión entienda, pero que,
desde luego, estaban fuera de lo acordado por la Mesa y los
portavoces.

A esos efectos, señor presidente, sólo quiero solicitarle que, en esa
interpretación flexible que hace del Reglamento de esta Cámara, se
nos informe a los portavoces de los distintos grupos cuando por parte
de otro grupo parlamentario se pretenda doblar, triplicar o
quintuplicar turnos en su momento, no sea que un día nos encontremos
con que acaban interviniendo todos los diputados del Grupo
Parlamentario Socialista en una comparecencia pedida por su grupo (El
señor Cercas Alonso: Aprenderíais mucho.) Más que nada se lo digo a
los efectos de que podamos saber todos a qué hora entramos en esta
Comisión y, sobre todo, a qué hora vamos a salir de ella, sin que
esto se pueda entender nunca, señorías, como que este grupo
parlamentario no está, como estoy seguro de que lo están todos, por
el máximo control que debe realizarse al Gobierno por parte de esta
Cámara, incluso los que como en el día de hoy, nos han acusado de
falta de información a la misma -es un debate viejo-, cuando saben
perfectamente que en estos momentos llega mucha más información que
la que otros Gobiernos fueron capaces de mandar en su momento. Estas
afirmaciones siempre nos han parecido del todo punto pintorescas, más
cuando han tomado la palabra los antiguos responsables del Ministerio
de Trabajo y Asuntos Sociales, que hoy se sientan en los bancos de la
oposición y en su momento fueron responsables de informar debidamente
a esta Cámara.

Centrándome ya, señoría, en el objeto de la comparecencia, quiero
empezar esta intervención -yo sí que lo voy a hacer, y no voy a
amenazar con ser breve para luego no serlo- felicitando al nuevo
ministro de Trabajo y Asuntos Sociales. Quería hacerlo en el foro
parlamentario porque ya he tenido la ocasión de hacerlo fuera de
estas paredes en las que se encuentra la soberanía del pueblo
español.

También quiero reconocer públicamente el esfuerzo y la dedicación de
su antecesor en el cargo, don Javier Arenas, que culminó su etapa al
frente del Ministerio, creemos desde el Grupo Parlamentario Popular,
con un rotundo éxito reconocido por los agentes sociales y por el
conjuntode la opinión pública.




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Ya se ha dicho en algunos casos, pero en éste, señor ministro, hay
una gestión anterior difícil de ser mejorada. Estoy absolutamente
seguro, el Grupo Parlamentario Popular está absolutamente seguro, de
que la estupenda gestión que se ha venido realizando hasta este
momento será superada por la gestión que se va a realizar en este
último período de legislatura con usted al frente del Ministerio de
Trabajo. Fíjese si estamos seguros de ello que hoy -tomando las
palabras de su intervención- recordaba la comparecencia inicial de
don Javier Arenas en esta Cámara, cuando fue nombrado ministro de
Trabajo y Asuntos Sociales, y una de las principales críticas que
entonces se produjo fue justamente que qué poca sensibilidad social
tenían estos señores del Partido Popular que habían fusionado,
refundido, el Ministerio de Asuntos Sociales en el Ministerio de
Trabajo. Hoy, señor ministro, usted ha defendido -y creo que eso es
así- que aquella fue una buena medida, que se unificó una estrategia
común de la política del Gobierno de empleo, de protección social,
una iniciativa solidaria. Pero hoy, después de dos años y medio, no
hemos oído en esta Cámara ni una sola de aquellas críticas que en su
momento se vertieron por algunos de los grupos de oposición. A las
críticas oídas hoy tenga claro, señor ministro, que les sucederá
probablemente lo mismo que a la que me acabo de referir: dentro de
dos años y medio probablemente nadie se acordará en esta Cámara de
las que se han realizado, simplemente por insconsistentes,
incoherentes, insolidarias y hasta algún punto ilegales, que son
términos que sé les gusta utilizar a otros grupos -por lo de empezar
por «i», que es a lo que me refiero- en los debates de esta Cámara.

Tranquilícese, señor presidente, no voy a hacer ninguna defensa de
gestiones pasadas, porque no puedo, ya la han hecho otros grupos;
tampoco voy a hacer análisis academicistas más o menos rigurosos de
situaciones que haya que interpretar, porque tampoco creo que sea
objeto de la presente comparecencia; ni voy a criticar hechos
pasados, no de este Gobierno sino de otros anteriores, porque tampoco
sería objeto de esta comparecencia. Si me permitieran SS.SS., me
gustaría hablar de una cuestión muy importante, del primer problema
de este país, que es el empleo. Me gustaría hacerlo no desde un
discurso absolutamente fatalista o automático: en los ciclos alcistas
se crea empleo hágase lo que se haga y en los ciclos bajos de la
economía se va a destruir empleo hágase lo que se haga. Nosotros no
creemos en ello. Creemos que en los ciclos alcistas evidentemente se
pueden gestionar bien esas coyunturas y sobre todo creemos que en los
ciclos menos alcistas se puede prever, justamente con una política de
estabilidad como la que está realizando este Gobierno, que la
destrucción de empleo no sea la que ocurría en otros momentos
determinados.

Otros, los que justamente tienen experiencia en eso, en no prever los
ciclos bajistas, en destruir empleo por millones en este país, nos
piden hoy políticas de riesgo. Pues yo, señor ministro, hoy le pido
políticas de seguridad para el empleo. Los experimentos con gaseosa,
que ya saben a lo que nos llevaron. Y aunque no se han citado aquí
estadísticas de los años 1990 a 1993, estoy seguro de que está en la
cabeza de la mayor parte de los diputados de esta Cámara y
completamente seguro de que sí las tiene el que ha sido primero
de los portavoces del grupo parlamentario principal de la
oposición.

Señorías, es verdad que este no es un problema específicamente
español, pero también es cierto -y lo reconocemos desde el Grupo
Parlamentario Popular- que España es uno de los países donde más
dramáticamente se vive la persistencia de un elevado índice de
desempleo; vamos a la cabeza de Europa. Por eso, la creación de
empleo -y se lo pedimos, señor ministro- no debe ser, como se ha
dicho, sólo un objetivo de este Gobierno, sino que, como ya se ha
dicho también en esta Cámara por parte de los representantes del
Partido Popular, debe ser la obsesión de este Gobierno, debe ser el
principal objetivo de su política económica y social.

En estos últimos años hemos conseguido un modelo de crecimiento
económico que es capaz de generar empleo estable, y eso nadie lo
discute, pero también es capaz de garantizar el bienestar social y
también es capaz de profundizar en una sociedad solidaria,
entendiendo la solidaridad, señorías, no como mantener al otro en una
situación de dependencia, sino procurando que salga de ella y
adquiera la autonomía precisa para afrontar la vida con dignidad. En
el Grupo Parlamentario Popular, señorías, señor ministro, estamos
convencidos de que la mejor política social es aquella que crea
efectivamente empleo estable. Por ello estamos absolutamente
-introduzco el adverbio en este caso- convencidos de que la mejor
salida para una situación de paro nunca sería la satisfacción de una
prestación económica, por necesaria que ésta sea, sino un puesto de
trabajo digno y estable.

Por tanto, compartimos el criterio que ha expuesto el señor ministro
en cuanto a que hay que invertir en políticas activas, que es
legítimo invertir el desempleo cuando exista superávit en el sistema.

Y creemos que además debe ser así, porque lo que no queremos es que
por, dejar de invertir en políticas activas, con el remanente que
podemos tener de cotizaciones para el desempleo, condenemos a
españoles y españolas a que sigan estando en el paro y sigan, además,
poniendo en todo caso en más riesgo que de la otra manera, que sería
distinto, nuestro sistema de protección o, en este caso, el sistema
de protección al desempleo.

Lo que hay que tener es más rigor cuando se hacen algunas
afirmaciones, sobre todo cuando las hace quien las hace, porque yo,
que estaba entre bambalinas -si se me permite la expresión- cuando se
firmaron los pactos de Toledo, recuerdo que el Gobierno de entonces
fue el que dijo que se excluyera el tema del desempleo de los pactos
de Toledo, que habláramos de Seguridad Social excluyendo el tema de
protección social al desempleo. El Gobierno de entonces tenía como
ministro de Trabajo al señor Griñán, que es el que hoy justamente nos
ha dicho que eso va en contra del Pacto de Toledo. A mí lo que me
parece es que deberían ustedes recordar hoy como oposición
irresponsable aquello que hicieron cuando eran Gobierno responsable,
porque seguramente eso sí que nos ayudaría a todos los grupos de esta
Cámara a conseguir una renovación efectiva de ese gran acuerdo, y
coincidimos con el señor ministro, que fue el Pacto de Toledo para
todos los pensionistas españoles y para el conjunto de la ciudadanía
de este país.




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Además, señor ministro, nosotros estamos absolutamente convencidos de
que el Gobierno y el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales ha
demostrado que acepta toda sugerencia, venga de donde venga, sin
apriorismos estériles o sectarios. Buena muestra de ello ha sido el
diálogo constante con los agentes sociales y la colaboración entre
las diferentes instituciones, evidente con las que quieren colaborar.

Se ha recuperado el diálogo social de forma efectiva y como forma
constante de contraste de pareceres, pero sin que ello haya supuesto,
ni ello debe suponer, que este Gobierno y este Ministerio no hagan
frente a sus responsabilidades desde el primer momento. Cuando ese
diálogo social no se ha producido o no se produzca, y no produzca los
frutos deseados para alguna de las partes intervinientes en un tiempo
razonable, el Gobierno, como ha hecho hasta ahora, debe hacer frente
a sus responsabilidades en la dirección más adecuada siempre para la
defensa de los intereses generales de todos los ciudadanos.

En estos últimos años, coincido con el señor ministro, no sólo se ha
luchado contra el desempleo y bien, sino que además se ha empezado a
superar la división entre los que tienen un empleo estable y los que
disponen de un empleo precario, llevando a cabo las reformas
estructurales encaminadas a favorecer la acción de las empresas, a
estimular la inversión, a desarrollar un marco jurídico estable, a
apoyar sobre todo a las pequeñas y medianas empresas y a desarrollar
el programa de formación profesional y, por último, agilizar las
relaciones laborables. Todas esas líneas, que he dicho de forma tan
breve y que el señor ministro ha expuesto, permítame decirlo,
brillantemente esta mañana en su primera intervención y a la que poca
atención me parece que han prestado algunos portavoces de otros
grupos de esta Cámara, son las líneas en las que debe abundarse, en
las actuaciones en las que debe continuarse, señor ministro, en las
actuaciones que solicita el Grupo Parlamentario Popular en las que se
siga trabajando desde el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.

De manera breve, señoría, me gustaría referirme a lo manifestado por
el señor ministro y algún otro portavoz respecto a nuestro sistema de
protección social, y hacerlo para manifestar con rotundidad que, a
pesar de tantas intencionadas insinuaciones electorales y a pesar del
persistente cultivo de la sospecha política que ha desarrollado algún
grupo de la oposición, el Partido Popular no sólo no va a renunciar
al mantenimiento de lo ya establecido, sino que, como ha venido
demostrado en estos últimos años de Gobierno, se compromete con la
mejora del acuerdo de solidaridad de base constitucional. Y quisiera
aprovechar también este momento, señor presidente, para pedir, si es
posible, que no se pongan en cuestión principios y normas que
configuran el sistema de convivencia ya asentado, afortunadamente,
entre todos los españoles. Y señor ministro, si esto sucediere, que
el Gobierno se mantenga firme en la defensa de los intereses
generales y deje para otros el mercantilismo social que supone alguna
de las actitudes que estamos viviendo en estos días.

La actual situación de la Seguridad Social invita, señorías, a una
serena preocupación. No obstante, creemos, desde el Grupo
Parlamentario Popular, que los actuales problemas pueden ser
superados si las fuerzas políticas y sociales mantienen el consenso
necesario para seguir desarrollando
el contenido de las reformas diseñadas en el Pacto de
Toledo, como se ha venido haciendo hasta ahora. Porque el Pacto de
Toledo, que fue un pacto político, tuvo, gracias al diálogo social
mantenido por este Gobierno con los agentes sociales, una primera
plasmación como pacto social en el acuerdo firmado con las
principales centrales sindicales, que luego, además, se vio plasmado
legislativamente en la Ley de consolidación y racionalización de
nuestro sistema de protección social, un acuerdo prácticamente
cumplido, y que nadie hable aquí de que no se han producido -ha
habido algún portavoz, el que ha iniciado los debates esta mañana-
cumplimientos del Pacto de Toledo que ya estaban prácticamente
ultimados con el anterior Gobierno, porque sabe perfectamente que si
esto no se ha realizado así ha sido porque ha primado la necesidad de
acuerdo social antes que el hecho de plasmar en una norma aquello en
donde podía haber divergencia por parte de los agencias sociales.

Además, si lo hemos hecho así, es porque el Grupo Parlamentario
Popular, el Partido Popular está convencido de que, cuando los
destinatarios de la norma están de acuerdo con su fin, la aplicación
de la misma es mucho mejor, más segura y más inmediata. A otros,
cuando modificaban normas, les hacían huelgas generales. Nosotros,
señor ministro, creo que hemos demostrado desde el Gobierno que se
puede llegar a acuerdos sociales, y muchos, y le pedimos que sigan
incidiendo en esa línea.

Pero no podemos evitar, señorías, la incoherencia de otros grupos de
esta Cámara; no podemos evitar que quien nos dice que el Pacto de
Toledo no está cumplido, que no debe haber renovaciones del pacto,
sino que hay que cumplirlo y, por lo tanto, entienda que lo que hay
es una revisión constante del pacto y que en cualquier momento se
puede ir dando cumplimiento a todas las recomendaciones del mismo, a
la vez, en sus propias manifestaciones, en la misma intervención,
acuse al Gobierno y al Partido Popular de incumplimiento de ese
pacto. Hay algunos, señorías, que no se ponen de acuerdo ni consigo
mismos, ni cuando eran Gobierno y ahora son oposición ni simplemente
cuando son oposición. Estaría bien, en beneficio de la Cámara, de los
pensionistas y de los españoles que pudieran aclararse, que su mano
derecha sepa lo que hace su mano izquierda y, a lo mejor, así
conseguíamos llegar todos a alguna solución acorde en una materia tan
sensible como ésta, pero malo será si no se ponen de acuerdo ni
consigo mismos.

Algún portavoz ha dicho que nos vamos haciendo mayores y nos vamos
dando cuenta de las cosas; es cierto que algunos nos vamos haciendo
mayores; yo, permítanme que personalice, me voy haciendo mayor, pero
tengo el convencimiento de que otros ya son mayores; es más, tengo el
convencimiento de que otros ya son el pasado de este país, porque lo
que no podemos es venir a esta Cámara a ser voceros del desastre.

Aquien se hace verdaderamente un favor cuando se viene a esta Cámara
a crear alarmismo social es a todos aquellos que buscan justamente la
no pervivencia de nuestro sistema de protección social. El segundo
portavoz del Grupo Parlamentario Socialista habla de esos señores de
derechas que auguraron no sé qué desastres. Claro, ya no se atreve a
decir que somos nosotros; antes sí, decía que nosotros veníamos a
quitar las pensiones;luego, que veníamos a rebajarlas y resultar que
durante



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tres años hemos mejorado las pensiones más que ningún otro Gobierno
de este país. Y, claro, ahora ya no puede ser el Partido Popular;
ahora tiene que ser no sé qué gentes que auguraron un desastre y que
en estos momentos están haciendo la envolvente al resto de ciudadanos
españoles para que caminemos en busca de sus intereses económicos
y empresariales. Pues bien, a los únicos que yo veo que con sus
posturas están ayudando a que ello se produzca, sin conocer a los
otros, es a los portavoces del Grupo Parlamentario Socialista en esta
Cámara; no he visto a ningún otro portavoz que esté por esa
tendencia, porque, señorías -y no lo digo yo, lo ha dicho algún otro
portavoz-, han pasado los cuatro años mejores de la Seguridad Social
en nuestro país; digo yo que algo tendrá que ver el Gobierno del
Partido Popular. Y además de eso, señorías, cuando se ha hecho una
brillante estadística sobre el empleo, las causas del mismo, el
acceso de la mujer al mercado de trabajo, ha echado en falta que el
segundo portavoz socialista -se ve que no habían coordinado sus
discursos- nos dijera que también ha habido otros ciclos económicos
en los que se creó empleo, en los que también la mujer accedía al
mercado de trabajo, en los que también el desempleo agrario era mucho
mayo, y, como digo, yo esperaba que se nos dijera: y observen,
señores del Partido Popular y señor ministro, cómo entonces los
socialistas, en todas las comunidades autónomas donde gobernamos,
subimos las prestaciones no contributivas. Pero, mire por donde, es
ese momento del ciclo económico en que gobernaban ustedes no se le
ocurrió a ninguno de sus presidentes autonómicos mejorar las
prestaciones no contributivas y, si hubieran atendido a los datos que
ha dado el primero de los portavoces socialistas, hubieran visto que
incluso se vanagloriaba de que era un ciclo económico mejor que el
que estamos viviendo los españoles en estos momentos. Debió ser
entonces una omisión, porque desde luego lo que no me acabo de
explicar es cómo lo defienden con tanta virulencia ahora.

Señores del Partido Socialista (La señora López y Chamosa: Y
señoras.), dejen de hacer afirmaciones que no se sostienen. No se
sostiene el que las pensiones en este país supongan ahora, con el
Partido Popular, una parte menor de lo que debe corresponder a los
pensionistas que lo que suponían con ustedes. Pero si justamente
todas las recomendaciones del Pacto de Toledo, todas, no me dejo ni
una, hasta la decimoquinta, tenían una base, que era el crecimiento
ordenado del sistema; si lo que ustedes mismos reconocían, y por eso
llamaron a todos los grupos parlamentario con representación en esta
Cámara en el año 1994, fue que no se podía seguir creciendo como se
crecía porque estábamos abocados al desastre; si en lo primero en lo
que todos nos pusimos de acuerdo fue en que el crecimiento del
sistema debía ser ordenado y que para eso no se podía seguir
creciendo como se hacía antes, ¿cómo nos dice ahora que nosotros
hemos venido aquí a rebajar gasto social cuando no se ha rebajado y
la primera premisa fue la de crecimiento ordenado del Pacto de Toledo
que, además, informa toda las recomendaciones del mismo? Pero es que
además esas afirmaciones no se sostienen, señoría. Durante estos tres
últimos años casi 300.000 millones de pesetas han mejorado la
capacidad adquisitiva de nuestros pensionistas y la han mejorado
todos, por cierto, porque nosotros
no queremos que la mejoren los de una determinada comunidad autónoma
o los de un determinado ayuntamiento. Carreras locas -lo tengo que
decir así de claro- quebrando la caja única de la Seguridad Social se
las dejamos para los que quieran haber filibusterismo social y
político. Nosotros no vamos a estar por la labor; échense ustedes al
monte si quieren, como Martín el Empecinado, que a lo mejor resulta
que al final ni en esa guerra de guerrillas consiguen ustedes sacar
absolutamente nada en claro. Si ustedes, señores del Partido
Socialista, colocaron a la Seguridad Social al borde de la quiebra;
si ustedes, que ahora son oposición, durante tres años sólo han
traído a esta Cámara proposiciones de aumento de gasto o de reducción
del ingreso; si ustedes, que están fomentando que cualquier comunidad
autónoma o ayuntamiento se eche al monte en una materia tan sensible
como ésta y empiece una carrera política loca de ver quién paga
mejores prestaciones a sus pensionistas; si ustedes creen que eso es
razonable, que eso está contenido en el Pacto de Toledo, me parece
que los que no creerán exactamente lo mismo serán los españoles,
y tenemos fecha para observarlo: el 13 de junio de este año. Será
entonces cuando se demostrará que discursos como esos están
absolutamente equivocados.

No obstante, no me resisto en esta intervención, como lo haré en
todas, a instarles a que reconduzcan su posición, a que se moderen, a
que ese momento de enajenación legal, transitoria, que han podido
tener algunos de sus presidentes de comunidades autónomas o esa
política transitoria que puedan tener ustedes aquí a través de su
representación parlamentaria la reconduzcan y vuelva otra vez al
lugar del que no debió salir nunca, al Pacto de Toledo, a sus
recomendaciones, a la senda única en beneficio de nuestros
pensionistas y, evidentemente, del conjunto de la sociedad, lo que
algún día esperamos que suceda.

Por último, señorías, quisiera hacer una brevísima referencia al área
de asuntos sociales. Coincidimos con el señor ministro en que debemos
seguir caminando hacia una sociedad solidaria y, además, debemos
hacerlos propiciando, animando, impulsando y favoreciendo las
iniciativas de solidaridad que surgen dentro de la sociedad con el
menor intervencionismo del Estado. Ahora bien, señor ministro, a su
vez debemos reflexionar sobre el hecho de que las políticas pasivas
de solidaridad, aunque mitigan el dolor social, no avanzan
suficientemente hacia la desaparición de sus causas. Debemos seguir
potenciando el diálogo concreto y fluido con las organizaciones no
gubernamentales y debemos seguir ayudando a la familia. Hasta la
llegada del Gobierno de José María Aznar no se había apoyado
suficientemente a la familia en este país; por lo tanto, valoramos de
forma muy positiva los anuncios que ha hecho el señor ministro, a los
que algunos grupos no han prestado la suficiente atención, por cuanto
no lo han reproducido en su discurso, como el Plan integral de apoyo
a la familia o el proyecto de ley de conciliación de vida familiar y
profesional, que es un avance claro no sólo en apoyo de la familiar,
sino en el terreno de la consecución de la igualdad real entre
hombres y mujeres. Igualdad efectiva, que no retórica; me atrevería a
decir más: igualdad efectiva, que no estadística, como algún portavoz
ha pretendido hoy en esta Cámara. Se trata de que hablemos de
igualdad de hecho y no solamente de igualdad de derecho. El Grupo
Parlamentario



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Popular cree que todo esfuerzo siempre será poco en este campo, como
lo será respecto de la juventud, duramente castigada por los cambios
operados en la sociedad europea y española. Señor ministro, debemos
seguir promoviendo eficazmente su incorporación al mundo laboral
impulsando la calidad y el prestigio de la formación profesional.




Señor ministro, ya que incluso algún otro portavoz ha dicho usted que
era segunda parte y podía permitirse el lujo de realizar ciertas
críticas, que estoy seguro encontrarán cumplida respuesta en su
intervención, yo también utilizará ese argumento para decir que su
Ministerio ha realizado durante estos últimos años extraordinarios
avances en aras a que la libertad y la igualdad de las personas que
tienen algún grado de minusvalía sean reales y efectivas. En esa
dirección debemos seguir, avanzando de una manera coordinada entre
todas las administraciones públicas, junto con las asociaciones e
iniciativas sociales, y todo ello enmarcado en los programas de la
Unión Europea. Debemos seguir apoyando las medidas que favorezcan la
atención de los derechos de nuestros mayores, esencialmente en el
ámbito de la sanidad y los servicios sociales específicos, más si
cabe, como ha dicho el señor ministro, con motivo de la celebración
durante 1999 del Año internacional de las personas mayores.

Para acabar, señorías, y en materia de emigración, queremos animar,
porque en este caso es un ánimo, al Ministerio en la política de
apoyo a los emigrantes españoles en el extranjero, posibilitando el
mantenimiento de sus vínculos con su tierra de origen y, en su caso,
facilitando la vuelta de esas personas a nuestro país.

Asimismo, España es un país receptor de inmigrantes que
frecuentemente terminan por formar parte de la marginación social que
desgraciadamente padecemos. Debemos seguir realizando esfuerzos para
que ello no sea así y que la integración social de los inmigrantes
sea real y efectiva.

Gracias, señor ministro, por su comparecencia. Estamos convencidos de
que el éxito va a acompañar a lo que hoy, en esta primera
comparecencia como ministro, a nuestro juicio han sido brillantes
palabras, no sólo porque muchas de ellas vengan refrendadas ya por
hechos acaecidos en estos últimos dos años y medio, sino porque
también sabemos de su capacidad de esfuerzo y su talante dialogante
y moderado, ya contrastada en su anterior etapa como secretario general
de Empleo. Ello hace que estemos seguros de su éxito que, al fin y al
cabo y si me lo permite, teniendo en cuenta que el principal reto de
su Ministerio es Griñán la lucha contra el paro, es el éxito de
todos. (El señor Martínez pide la palabra.)



El señor PRESIDENTE: Señor Griñán.




El señor GRIÑÁN MARTÍNEZ: No solamente porque pueda invocar el
artículo 73 del Reglamento, sino simplemente porque el portavoz del
Grupo Popular ha mantenido un diálogo permanente con el Grupo
Socialista. Ni siquiera quiero pedirle la palabra para rebatir
argumentos, sino para aclararle dos cosas que ha dicho atribuyéndolas
a nosotros que no son ciertas.

El señor PRESIDENTE: Señor Griñán, el «Diario de Sesiones» ya recoge
perfectamente que lo que le ha atribuido el portavoz del Grupo
Popular al portavoz del Grupo Socialista no ha sido mencionado por el
Grupo Socialista. Dado que el «Diario de Sesiones» será considerado
por los historiadores -no por los presentes- vamos a remitirnos a su
valor. En consecuencia, no es necesario que haga uso de la palabra
porque, efectivamente, el portavoz del Grupo Popular, una vez más, no
ha seguido adecuadamente la sugerencia que ha hecho esta Presidencia
en otras sesiones, y es que se refieran siempre al compareciente y no
a otros grupos, a otros portavoces, porque provocan réplicas y
alusiones que no hacen oportuno dilatar la sesión.

Esta reconvención va dirigida también al señor Cercas, en la medida
en que la comparecencia solicitada no ha sido utilizada en su turno
de palabra respecto a lo que fija el orden del día. En consecuencia,
doy por cerrado y zanjado el incidente y doy la palabra al ministro
de Trabajo y Asuntos Sociales, señor Pimentel.




El señor MINISTRO DE TRABAJO YASUNTOS SOCIALES (Pimentel Siles): En
primer lugar, quiero agradecer el conjunto de intervenciones y me
siento como ministro del ramo, de las materias que hemos hablado,
halagado por la extensión de las mismas. No cabe duda de que a SS.SS.

les interesa la materia porque es un tema de primerísima actualidad,
no en el ámbito de noticias, sino de primerísimo interés para el
conjunto de la sociedad. Necesariamente teníamos que ser extensos, e
intentando resumir no quisiera dejar de comentar por lo menos las
principales líneas de argumentación que cada uno de los portavoces de
los distintos grupos ha esgrimido.

En esta fase protocolaria quiero agradecer las palabras de aliento
que he recibido de todos los grupos y les puedo decir que aunque
alguna de sus intervenciones apuntan a un fin de etapa, a un
aterrizaje forzoso, a un cambio de la coyuntura económica, incluso a
una literaria fórmula, a una conjura de los indicadores económicos,
les querría decir que este humilde ministro de Trabajo se encuentra
en estos momentos muy tranquilo con el año que enfrentamos, con el
año que se inicia, y muy tranquilo con el año que enfrentamos, con el
año que se inicia, y muy tranquilo porque nuestros indicadores
económicos están dentro de un crecimiento saneado de la economía y de
un incremento importante de la creación de empleo, 370.000 empleos.

Estamos además, y son días importantes por la aprobación en la
Comisión Europea del plan de estabilidad, dentro de lo que parece una
onda continuada, una onda importante, una onda que se extiende del
período de creación de riqueza y empleo, y es positivo que lo sepamos
y que tengamos el sosiego suficiente de saber que estamos todavía en
una senda positiva de creación de riqueza y empleo. Esto no nos tiene
que llevar para nada a ningún tipo de triunfalismo ni a bajar la
guardia, pero tampoco estaría uno adaptado a la realidad si planteara
una política de Gobierno en función de una conjura de indicadores
económicos o de un final de etapa. Por tanto, tranquilidad en cuanto
a las variables que pueden acompañar a la responsabilidad de este
ministro y conocimiento evidente de que estamos en el último año de
una legislatura y hay normas que queremos aprobar. En sus palabras
veo una amplia base de consenso respecto a



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muchas de las normas, por lo que es un compromiso reiterado por mi
parte traer algunos de estos proyectos cuanto antes, con el fin de
que dé tiempo de plasmar ese consenso y esa opinión que he encontrado
en esta Cámara sobre algún ámbito, por ejemplo, conciliación de la
vida profesional y laboral para las personas trabajadoras.

Enumerando las intervenciones, permítanme que omita alguna de ellas
porque sería muy extenso. No nos acompaña el señor Peralta en estos
momentos, portavoz del Grupo Mixto, pero le querría señalar una
coincidencia básica en su intervención con algunas cuestiones, que
querría matizar. Él ha referido a terceros esos argumentos de que
únicamente rebajando indemnizaciones de despido, incrementando
temporalidad o disminuyendo poder adquisitivo se creará empleo. Yo
coincido con el portavoz. Ya hemos anunciado que no va a haber ningún
tipo de rebaja de la indemnización de despido, de la estipulada
legalmente hasta ahora; sabe que hubo un avance importante en todo lo
vinculado a la reforma laboral de 1997. Por tanto, creemos que, en
esta materia, lo único que queda por hacer durante este período es
desarrollar los distintos aspectos previstos en la reforma laboral de
1997. Personalmente, creo que no sólo no es justo sino que tampoco es
inteligente en términos económicos perseguir no sólo el ajuste sino
la disminución del poder adquisitivo de nadie. En un país es justo,
es necesario y solidario el bienestar social, que nuestros
trabajadores y trabajadoras mejoren sus condiciones salariales y de
bienestar social, pero además es inteligente porque permite una mayor
capacidad de consumo, más movimiento económico y más empleo. Por
tanto, coincidencia en esas reflexiones, no sintiéndome aludido ni
personal ni políticamente por esas opiniones que comparto con el
portavoz del Grupo Mixto.

Ha tocado un tema importante que ha sido reiterado por varios
portavoces, del que haré un tratamiento global, y permítanme
posteriores portavoces que no incida con cada uno de ellos. Son las
políticas de reparto de trabajo, en las que no había ahondado en mi
primera intervención, lo que ha sido puesto de manifiesto por
diversos portavoces, con legitimidad, porque es un debate social
importante en nuestra sociedad.

Como frontispicio de mi intervención sobre este tema, tengo que
decir, primero, que respecto el debate. Creo que es un debate
importante, intelectualmente de altura y que tiene muchas razones a
favor y en contra. Por tanto, este Ministerio y este ministro siempre
tendrán una postura de respeto intelectual importante hacia el
debate. En segundo lugar, saben que hay una postura que hemos
mantenido en el Ministerio que nos parece razonable e inteligente.

Hacer una ley en estos momentos que signifique reducción del tiempo
de trabajo para todos los sectores y todas las empresas
simultáneamente no solamente no crearía empleo sino que sería
negativa para el empleo. Por tanto, anticipo -lo he hecho en algún
otro foro- que no nos planteamos ningún tipo de ley que suponga una
reducción del tiempo de trabajo.

Una vez dicho esto, sí vamos a respetar, y en algunos ámbitos animar
incluso, que haya negociación en empresas o sectores amplios, que
igual que se negocian otros aspectos, se negocie la reordenación del
tiempo de trabajo en el concepto amplio, donde la reducción es uno de
los posibles
temas a tratar, a la vez que tiempo parcial, horas extraordinarias,
turnos, flexibilidad funcional. Por tanto, sí respecto a la
negociación, pero en ningún caso ley, por considerarla
contraproducente -lo digo sin ningún tipo de complejos- en estos
momentos para la creación de empleo.

En alguna intervención he oído algunas expresiones y, como nos hemos
enredado en pleitos, quisiera aclarar cuáles están siendo las
posturas de las distintas iniciativas sobre las treinta y cinco
horas. Hay un ámbito laboral privado que rige la Ley del Estatuto de
los Trabajadores, que marca un tope anual pero con referencia semanal
-tomaré como referencia las cuarenta horas a la semana-, y después se
respeta lo que se fije por debajo de esta cuantía en cada convenio
colectivo. Saben ustedes que el tiempo de trabajo pactado ha
disminuido y está en torno a unas treinta y ocho horas a la semana.

Es la única referencia nacional. Hay un mercado único laboral en la
legislación, y por tanto en el ámbito de la empresa privada el
escenario que tenemos es de cuarenta horas como máximo y en convenios
que pueden fijar cuantía de cómputo inferior de tiempo, y de hecho,
de forma natural, flexible y adaptada en algunos sectores se ha ido
hacia una reducción de este tiempo de trabajo.

En el ámbito público existen dos niveles distintos: el autonómico y
el local. Como ustedes saben, señorías, porque son ustedes los que
aprueban las leyes, éstas comprometen cualquier acción del Gobierno;
si esta docta casa, representación de la soberanía popular, es quien
aprueba las leyes, lo que tiene que hacer el Gobierno, éste y
cualquiera, es cumplir las leyes que ustedes aprueban. Es de
coherencia en su planteamiento aprobar leyes, pero también lo es que
cumplamos las leyes que aquí se aprueban. ¿Y qué nos dicen las leyes?
Uno. La comunidad autónoma tiene capacidad de autoorganización con
sus funcionarios, y por tanto puede determinar la jornada que estime
conveniente, es legalmente impecable según las leyes que se han
aprobado en esta Cámara, y nosotros no decimos absolutamente nada
cuando alguna comunidad ha llegado a algún acuerdo con sus
funcionarios.

En el ámbito local, la Ley de Bases del Régimen Local, aprobada en
esta Cámara, nos dice que el tiempo de trabajo de los funcionarios
locales será idéntico al de los funcionarios de la Administración
General del Estado. Lo dice una ley que se ha aprobado en esta
Cámara. Por tanto, la Abogada del Estado de oficio ha recurrido
aquellos acuerdos en ámbito municipal donde se implantaba una jornada
distinta a la de los funcionarios de la Administración General del
Estado. Además, la jornada de treinta y siete horas y media que
existe en la Administración es fruto de un acuerdo con los
sindicatos, aprobado muy recientemente.

A un Gobierno hay que pedirle coherencia y seriedad. Yo no podría
venir a argumentar aquí si hubiera estado incumpliendo una norma que
han aprobado SS. SS. Son ustedes los que han dicho que el tiempo de
trabajo en los ayuntamientos sea exactamente igual -y lo dice
expresamente la ley- al tiempo de trabajo de los funcionarios de la
Administración General del Estado. Nos limitamos a cumplir
estrictamente la ley y además en este caso, el tiempo de trabajo ha
sido determinado mediante acuerdo. Por tanto, estos dos ámbitos de
funcionarios deben quedar total y nítidamente diferenciados, y a
veces la opinión pública



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tiende a mezclarlos.

Un tercer tema que ha salido es el de los créditos de incentivos que
las comunidades autónomas están desarrollando en el caso de que haya
acuerdos. Básicamente hay un mismo perfil en todas las comunidades
autónomas pero cada una tiene su matiz. Lo inicia Cataluña, lo tienen
otras comunidades autónomas: Andalucía, en Aragón es inminente,
Castilla y León, en Galicia también es inminente. Sobre este asunto
hemos manifestado respecto y prudencia, y ante la pregunta: ¿van a
recurrir?, la contestación es: no vamos a recurrilo, porque es
competencia de cada comunidad autónoma estipular la línea de
incentivos que considere que puede ser creación de empleo. ¿Hasta
ahora se ha desvelado como una fuente espectacular de creación de
empleo? No, es una medida más que estudiaremos. Hay que estar muy
pendiente de los efectos que pueda tener, pero en todo caso esta
línea de incentivos está dentro de la competencia de las comunidades
autónomas y no supone ninguna modificación sustancial de ningún tipo
de norma laboral. El Gobierno va a seguir en la postura que ha
mantenido porque consideramos que es inteligente y adaptada: no a la
ley, sí al acuerdo entre las personas que conocen cada sector o cada
empresa, que son sus empresarios y sus trabajadores. Ustedes saben
que loan en público, y creo que es importante que se haga, que de los
acuerdos interconfederales de 1997 entre sindicatos y empresarios
quedan algunas cosas pendientes, por eso digo que hay que desarrollar
lo que queda pendiente.

Uno de los puntos más importantes que quedan pendientes es
precisamente un desarrollo marco-interconfederal del concepto de
reordenación del tiempo de trabajo. Bien es cierto que todavía no se
ha producido un avance importante, pero esa cuestión está abierta, y
el Gobierno va a estar muy atento a lo que pueda ocurrir en esas
negociaciones sobre reordenación de tiempo de trabajo.

Otro asunto muy reiterado por SS. SS. es el de la siniestralidad
laboral. No voy a intentar justificar en modo alguno las cifras que
tenemos, pero sí voy a decirles que hay coincidencias, que este año
concreto es año de acción porque tenemos un edificio normativo
suficiente para poder actuar. La inspección de trabajo se está
incrementando, y ya conozco el interés de alguna de SS. SS. en la
materia. En todo caso -lo he hecho ya a petición propia, y hay alguna
petición de algún grupo-, compareceré para abordar monográficamente
este tema con el interés que sin ningún género de duda merece toda la
cuestión.

Me dirijo ahora al señor Peralta. Me centraré después un poco más
despacio en las prestaciones por desempleo. Hay una unanimidad de
todos los grupos en que es bueno que se incremente las políticas
activas de empleo. Como ya existe unanimidad, ya tenemos una base
sobre la que trabajar; no va a haber disminución en ningún caso sino
mantenimiento y garantía de las prestaciones por desempleo y tenemos
un campo expedito e importante de incremento de las políticas
activas.

La cobertura por desempleo no ha disminuido estos últimos años y
permanece constante en torno al 50 por ciento, dato numérico,
teniendo en cuenta que como el desempleo ha disminuido intensamente,
cada día son menos los desempleados que no tienen ningún tipo de
protección. ¿Es una situación satisfactoria? No, como ministro
de Trabajo no puedo estar tranquilo sabiendo que el 50 por ciento de
nuestros desempleados no tienen esa cobertura; no le voy a decir que
sea un motivo de satisfacción, ni mucho menos; vamos a intentar
conseguirles, a través de las políticas activas, salario, formación y
empleo para que no tengan tan sólo una renta sino además puedan tener
una oportunidad de empleo.

Señor Vaquero, únicamente le he contestado a alguno de los aspectos
que planteaba. No puedo coincidir con usted con la visión tan
escatológica que tiene del tiempo parcial. El tiempo parcial -fíjese
si no puedo coincidir cuando usted hace esa lo hacía la empresa, que
de hecho el contrato fue apoyado por los sindicatos y fuerzas
políticas de este Gobierno, no por la empresa cada día va a ser una
fórmula más voluntaria; por lo menos cada paso que se ha dado ha sido
para incrementar la voluntariedad del trabajador, y es normal.

Reconozca usted que la sociedad cada día es más compleja y que puede
haber personas, hombres y mujeres a las que pueda interesar
compaginar y compartir trabajo con otro tipo de actividades, como
fórmula voluntaria. Si lo que se ha hecho es dar incremento a esta
voluntariedad y se le ha dotado de protección social, no comprendo
cómo en la línea de su discurso no apoya sinceramente -he oído muy
reiteradamente este argumento- algo que cuando menos supone un
importantísimo avance hacia la voluntariedad, los derechos sociales y
el reconocimiento de lo que existe hasta ahora. No puedo compartir en
este caso su punto de vista.

Reconocía ustes que mis palabras habían sido moderadas. Lo he
intentado, pero usted ha dicho que apreciaba un tono triunfalista. No
lo hay; de verdad que no lo hay. Siempre en estos casos cuando se
dice que el empleo ha crecido un 3,4 o un 3,5 o que la afiliación es
un 6 por ciento se constata una realidad a riesgo de ser tachado de
triunfalista. La verdad es que he hecho una exposición de los datos
reconociendo que queda mucho por hacer. No comparto con usted esa
apreciación de triunfalismo, pero sí le reconozco lo que usted dice
de que mi gestión va a suponer la continuidad de una línea política;
efectivamente, sin ningún género de dudas, con las innovaciones
propias de los nuevos problemas y con los proyectos nuevos que se
irán incorporando, claramente va a haber la misma línea de trabajo,
como decía el portavoz del Grupo Popular, señor Camps, porque ha dado
buen resultado hasta el momento. Esto sí ha sido reconocido por el
conjunto de SS. SS, alegando que estamos en los momentos de creación
de riqueza y creación de empleo. Si digo que va a haber una línea de
continuidad con las aportaciones normales y necesarias en todo
proceso dinámico.

Coincido con su planteamiento del debate serio e importante en torno
al tema de Seguridad Social, vinculado además con el Pacto de Toledo.

Por tanto, como la reflexión global la haré después en respuesta al
Grupo Socialista, aclararé que coincido con su intervención.

En cuanto a ETT, nuestro planteamiento no va a ser suprimirlas.

Nosotros entendemos que hay un papel de las ETT en el mercado de
trabajo. Sin embargo, nuestra opinión es que hay que ir mejorando la
ley que existe actualmente, que ha tenido luces y que también tiene
sombras; es bueno decirlo e intentar superar aquellos elementos que
más distorsión han podido causar y que incluso más daño



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han causado no tan sólo a su imagen sino al propio usuario. Le daba
algún ejemplo.

En esto créame que el Gobierno no va a tener tan sólo esta actitud
pasiva. El Gobierno respeta el diálogo y ha dicho a unos y a otros:
pónganse de acuerdo en las líneas básicas, nosotros legislaremos.

Pero ya hemos expresado que tenemos interés en modificar la norma al
menos en algunos aspectos, entre los cuales, recogiendo además una
proposición no de ley aprobada por unanimidad en el Parlamento
catalán, por ejemplo está la equiparación salarial, en la que creo
que estaremos todos de acuerdo para avanzar.

La intervención del Grupo Socialista ha sido bifronte: un primer
portavoz sosegado en la forma y con un rigor evidente en su
intervención, al que le comentaré algunos temas, y un segundo
portavoz más apasionado y más preocupado de la forma que del fondo,
por decirlo suavemente. Después me detendré en las palabras del señor
Cercas.

Señor Griñán, coincido básicamente con los datos que aporta. Me
parece que ha hecho un trabajo riguroso, detectando algunos problemas
evidentes que tenemos en nuestro mercado de trabajo y, además, lo ha
expuesto con el sociego propio que emana su figura. En este caso,
expreso mi reconocimiento por la profundidad del tema, la forma de
abordarlo y la coincidencia básica en algunos problemas. Únicamente,
como pero y quizás por las reminiscencias a los clásicos, S. S. no
deja de argumentar que cualquier tiempo pasado fue mejor. En esto ha
basado parte de sus datos y de su intervención comparativa. Yo no voy
a comparar períodos, únicamente voy a constatar con usted que estamos
en un momento de creación de empleo y que queda mucho por hacer. No
voy a entrar en comparaciones ni siguiera en algunos de los problemas
con los cuales, además, coincido. Básicamente su intervención
descriptiva podría ser suscrita por este ministro. Lo que valos a
intentar es plantear cómo todos esoos temas tienen solución, y no voy
a entrar a justificar si son motivos enraizados, tradicionales,
coyunturales o derivados de determinado tipo de políticas.

En cuanto a la elasticidad, no ha sido tan sólo este año; el año
pasado y el anterior también hubo un incremento importante de
elasticidad. Coincido con usted en que hay una norma muy importante y
que es positiva: la sociedad española ahora crea empleo con menos
crecimiento económico que el que sera neceario anteriormente. Es un
dato positivo que han aportado machismos factores, pero que resumiría
en dos: que hay un conjunto normativo laboral más adaptado a la
realidad y que hay un clima de confianza importantísimo que hace que
crecimiento y demanda nueva se transformen en empleo. Es un dato que
se va a mantener en estos próximos años: con un menor crecimiento
económico se va a producir creación de empleo.

Ha hecho un análisis impecable sobre el paro de larga duración. Es un
gran problema en Europa y lo es en nuestro país. Los datos que aporta
son correctos. Por tanto, está doblemente justificada la línea de
trabajo en políticas activas para estos colectivos recogidos en el
Plan de empleo. Es cierto que, aunque las tasas a que se refiere son
correctas, hay que tener en cuenta también que como el número de
parados baja, también desciende el valor absoluto de algunos de los
parámetros que ha dado. Pero como las tasas que ha dado son
impecables, no cuestionaré los datos; coincido
con usted en que precisamente son estos colectivos a los que hay
que dedicar un mayor esfuerzo: parados de larga duración y buscadores
de primer empleo.

Ha hecho usted una llamada interesante a lo que está ocurriendo con
los titulados superiores. Aparte de las causas y soluciones que ha
dado, me gustaría que incorporara la formación profesional. Es decir,
debe aparecer en el escenario como una alternativa legítima y digna a
cualquier estudio universitario, que no lo ha mencionado. También
constato, y es una realidad que tenemos en nuestro país una tasa baja
de actividad femenina, que es necesario que se incremente. Tenemos
que facilitar desde los poderes públicos el incremento de esa tasa de
actividad femenina. He expuesto en mi intervención alguna de las
medidas que hemos ido incorporando, a las que usted también ha hecho
alusión. Coincido con S.S. en que nuestro cuerpo normativo
básicamente ya tiene la igualdad de iure. Es raro que quede alguno
norma, y será porque no ha pasado algún filtro, que incumpla este
tema. Sin embargo, coincido con usted, aunque hay que dictar algunas
leyes más, por ejemplo la ley de conciliación, en que esto debe ir
mucho más allá del puro aspecto legislativo. Es un una cuestión de
costumbre, de cultura y de acción. Por tanto, tendrán que venir
medidas de acción, de políticas activas, formativas e incluso
mensajes, para cambiar este planteamiento.

Usted hacía alusión a la maternidad y a la doble jornada.

Efectivamente, entran dentro de las propuestas que conocemos y
quedarán incluidas en la ley de conciliación de vidad laboral y
profesional. Es muy interesante y cierto el dato que ha dado de la
natalidad sueca en torno a los servicios sociales, que habrá que
desarrollar ante la figura del incremento de la natalidad, que va a
ser un aspecto importante en el debate de estos próximos años. La
natalidad española después de descender durante muchos años, por ver
primera el pasado año se incrementó; hubo un pequeño repunte, pero la
curva que había sido sistemáticamente decreciente hasta el pasado
año, repuntó por primera vez. He podido observar que cuando una
sociedad llega a unos niveles de madurez, como, por ejemplo, la
sociedad sueca, la natalidad se vincula sorprendentemente -y así me
lo han trasladado los responsables suecos con unos gráficos- al ciclo
económico, a la asistencia social; sin duda también, le doy la razón.

En años enlos que hay riqueza y empleo la familia, la mujer se anima
y tiene hijos y en años de depresión o de dificultad la natalidad
baja; ésta es una cuestión curiosa que se aprecia en Suecia con todo
rigor. Dice S.S. que el servicio de asistencia vinculado a la
natalidad debe incrementares en nuestro país sin ningún género de
dudas. No coincido tanto con el análisis que hace S.S. relativo a la
estabilidad en el empleo. Es cierto que los datos que usted ofrece
sobre la tasa de temporalidad ha disminuido, de un 35 por ciento ha
pasado a algo menos de un 33. Este porcentaje a algunos les parecerá
mucho y a otros poco, pero sí es verdad que estamos ante un cambio de
tendencia. Únicamente se había incrementado sistemáticamente y cada
año la temporalidad y, por vez primera, estamos en una curva en la
que la estabilidad crece y decrece la temporalidad, por tanto, esa
curva en sí es un valor. Además está calando, y va a aumentar más
este año -yo soy optimista en esta cuestión-, que competitividad -que
en sí es unconcepto que ni es bueno ni es malo, depende de cómo se



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utilice- no significa bajos salarios ni flexibilidad ni temporalidad;
competitividad significa formación, adaptación, capacidad,
producción, calidad y en este sentido las empresas españolas y los
sindicatos van a hacer un esfuerzo más importante para vincular cada
día más calidad con estabilidad en el empleo. Ese cambio de cultura
se empieza a experimentar, y es lo que a mí personalmente me hace
-independientemente de la línea de bonificaciones y de otras líneas
abiertas para la estabilidad- que sea razonable y moderadamente
optimista en esta materia.

Ha dado S.S. unos datos y ha hecho una reflexión que es cierta. Es
bueno y valiente que la manifieste respecto a la duración de los
contratos medios. Hemos ido suprimiendo aquellas formas de
contratación temporal más amplias: lanzamiento de nueva estabilidad y
fomento del empleo, que eran las más largas. Hemos puesto una nueva
restricción. Sabe S.S. -y en este sentido respondo también a algunas
de las peticiones estructurales que se solicitaban en torno a la
siniestralidad laboral- que hemos limitado las prórrogas en los
contratos eventuales. Hemos permitido una única prórroga; antes había
sucesivas prórrogas que eran legales. Ahora estamos limitando el uso
de la temporalidad y en ese sentido es posible que el argumento que
usted daba actúe impecablemente. Sí se están haciendo más contratos
indefinidos, cada día hay más personas en este país que tienen un
contrato indefinido; nos podrá parece mucho o poco, algunos querrían
que todos lo fueran, otros no, pero no cabe duda de que estamos
avanzando en un camino correcto.

Pasaré por alto el tema relativo a los fondos estructurales, en el
que básicamente estamos de acuerdo. Ha hecho el señor Griñán un
análisis del sistema de financiación de la política activa de empleo
y dice que no es coherente. Respecto a las bonificaciones, nosotros
hacemos una reducción selectiva de los costos sociales, por tanto, sí
hay coherencia. Usted sabe perfectamente -y de hecho en el entonces
llamado programa plurianual, fruto de las recomendaciones de Essen,
donde se inició el camino en política europea, se hablaba de la no
conveniencia de incremento de los costos no salariales o, a ser
posible, del ajuste de dichos costos- que nosotros hemos hecho estos
costos selectivos en lugar de extensivos y hechos bonificado un tipo
de contrato: el contrato estable, el contrato indefinido. Bien es
cierto que no son todos, pero también lo es que hemos querido indicar
claramente cuál es el camino a incentivar. Este Gobierno, los agentes
sociales y gran parte de la sociedad, hemos puesto un énfasis muy
importante, por eso siempre digo más empleo y mejor empleo, en todo
lo vinculado a la estabilidad. Bonificamos y disminuimos cuotas tan
sólo en unos tipos de contratos: los contratos indefinidos y los
contratos estables. Y de ahí que no haya ninguna incoherencia cuando,
por una parte, se ha incrementado algún tipo de cotización de
contratos temporales y, por otra parte, de forma mucho más importante
financieramente, se estén bonificando unos tipos de contratos que son
los indefinidos.

Da S.S. datos no disponibles, pero es importantes que sepamos que a
raíz de la cumbre de Luxemburgo se articuló un nuevo sistema en la
gestión de las políticas de empleo determinado por la dualidad de
directrices europeas y planes nacionales de empleo que las aplican,
actuando claramente
sobre personas desempleadas y con objetivos cuantificados, que
nos han sometido a todos al establecimiento de nuevos índices y
metodologías que a veces no son rápidos y nos obligan a buscar una
integración perfecta entre los gestores de gran parte de estas
políticas (la formación se hace ya prácticamente por las comunidades
autónomas) y la estadística oficial.

Estamos creando ese sistema. Comprendo que usted quiera conocerlo,
está en su derecho, y estoy seguro de que dentro de la nueva
información que irá llegando usted tendrá acceso a todo tipo de
indicadores, pero es un sistema nuevo que se está creando, no
existía. Antes, no es que no estuviera disponible, sino que ni
siquiera en la política de empleo que existía se podían conocer esos
parámetros porque no había cauces para hacerlo. Como digo, lo estamos
construyendo y yo creo que va a ser algo positivo.

No coincido con usted en la lectura que hace sobre el Plan de
estabilidad. Me parece una lectura interesada porque usted ya ha
decidido quiénes son los que van a quedarse sin empleo y ha decidido
condenar a la mujer a no ser materia de empleo. Hay 1.300.000 nuevos
empleos. Usted sabe que el empleo en mujeres está creciendo más
rápido que en hombres -tendrían que hacerlo todavía más rápidamente-
pero la tasa de paro en hombres baja más rápido que la de mujeres
porque todavía, afortunadamente aunque insuficientemente -coincido
con usted- se están incorporando al mercado de trabajo. Estoy seguro
de que bastante más de la mitad de esa cantidad de empleos que le he
citado va a beneficiar a la mujer porque hasta ahora ésa ha sido la
tónica. Con el conjunto de medidas que se están adoptando, más el
cambio de la sociedad, bastante más de la mitad de esos 1.300.000
empleos -ojalá sean muchísimos más de la mitad- van a beneficiar a
las mujeres. Acerca de la declaración de inmigrantes usted no puede
extraer de mi intervención que yo haya intentado contraponer lo uno
con lo otro; sólo es la constatación de un cambio, de la dificultad
que tiene la mujer para acceder a puestos de trabajo tradicionalmente
masculinos. Y hacía también un llamamiento a las empresas para que
incorporen a la mujer a cualquier tipo de trabajo, aunque
tradicionalmente fuera considerado masculino, tanto en tareas de
dirección como en cualquier otro puesto.

Le doy la razón, porque es un tema muy importante para este país, lo
que ha supuesto la política de moderación salarial que han llevado
los entes sociales, especialmente los sindicatos. Me parece uno de
los aportes fundamentales que no sólo ha hecho posible la pertenencia
hoy a la Unión Económica y Monetaria sino el movimiento y la onda de
creación de empleo y riqueza. Tenemos que reconocer sin ningún género
de dudas que la moderación salarial ha sido una aportación formidable
a esta senda de creación de empleo-riqueza en cuyo contexto la subida
salarial está permitiendo, además, ganancia de poder adquisitivo. Por
tanto, lo único que tengo que añadir a su afirmación es la
felicitación pública a esta política que está dando muy buen
resultado para el conjunto de la sociedad y que está permitiendo
además esa ganancia tan positiva del poder adquisitivo.

Señor Cercas, usted cambia la línea de trabajo que ha llevado el
señor Griñán. Puedo coincidir con él o puedo nocoincidir pero, en
todo caso, su intervención ha venido



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basada en un análisis de datos. Permítame que le diga, porque estamos
en libertad de expresión, que usted toma un camino de pura demagogia
en muchas de sus afirmaciones, un camino maniqueo buscando buenos y
malos -parece que hay determinadas personas de formaciones políticas
que necesitan siempre la referencia del bueno y el malo para
contraponer ideas-, sin que en ningpún caso haya podido
argumentarlas. Decía usted en esa línea que lo importante no son las
palabras sino los hechos. Lo importante siempre sonlos hechos, pero
también lo son las palabras. Aquí trabajamos con las palabras, con
los mensajes y los compromisos. No es que yo sea muy aficionado a
hemerotecas o archivos, que algo lo soy pues tengo el vicio de la
bibliofilia y me gustan, por tanto, los documentos antiguos, me gusta
estudiarlos y conocerlos; no es por eso, pero usted tuvo un peso muy
importante en la elaboración del Pacto de Toledo y en la aprobación
de la Ley de Pensiones no contributivas; usted conoce perfectamente
la materia y, además, tuvo usted muy buenas intervenciones. Por eso,
cuando en estos momentos salta el debate, por ejemplo, de las
pensiones no contributivas y se argumenta por parte de la Junta de
Andalucía que dichas pensiones y este incremento no pertenecen al
ámbito de la Seguridad Social sino que es una política asistencial en
la cual la Junta tiene competencia, tengo que reiterarle que más
certeza jurídica que sus propias palabras no puede aportarle esta
humilde ministro.

Usted decía textualmente -y lo tengo que leer porque aquí hay un
debate sobre si es Seguridad Social o no y ustedes dicen que ahora no
es, tengo que repetir sus palabras exactas- (El señor Cercas Alonso:
está tergiversándolo. Yo no he dicho que no sea Seguridad Social.

Rumores). Voy a leerlo porque ilustra y además estoy halagando su
capacidad, su puntería jurídica y su precisión jurídica. El tener
conceptos de garantía jurídica es muy importante en personas que
tienen la relevante tarea de legislar en este país. Decía
exactamente: nosotros entendemos que esta modalidad de prestaciones
no contributivas no es asistencia social, sino consideramos que es el
desarrollo de una prestación de Seguridad Social, y por tanto, de
plena competencia de estas Cámaras, de las Cámaras legislativas del
Estado. Hay múltiples -decía usted- argumentos jurisprudenciales para
concluir que somos plenamente competentes para regular el nivel no
contributivo de las pensiones en las Cámaras del Estado y al nivel
del Estado.

Le tengo que felicitar porque es usted realmente preciso y certero
(Rumores). Uno es generoso. No sé si la felicitación le va a suponer
alguna devaluación en su nivel, pero uno es generoso. Decía
exactamente que este sistema no contributivo tiene que tener otras
características, como es la de la universalidad para todos los
ciudadanos de España. En dicho sistema subyace la idea de unos
derechos subjetivos perfectos, todas las características que genera
su definición como sistema de la Seguridad Social. Hablaba de la
universalidad y la igualdad de todos los españoles y remataba la
frase con brillantez también: hay un concepto claro que se tiene que
mantener de Seguridad Social y un concepto claro de asistencia
social. Es claro que el Estado tiene que regular la Seguridad Social
y es claro que las comunidades autónomas tienen competencias en
materia de asistencia social. (Rumores).

Estamos ante un caso, señor Cercas, y usted lo sabe con nitidez, en
el que la Junta de Andalucía tiene cauces constitucionales
y competenciales para hacer cuantas políticas de asistencia social
quiera, es legítimo y es positivo. Por eso el señor Chaves tiene en
su mano todos los instrumentos competenciales de mejorar
asistencialmente los colectivos más desfavorecidos que quiera sin
necesidad de invadir la Seguridad Social. Podría, por ejemplo, pagar
el salario social que sabe usted que no está pagando -no voy a entrar
a criticar-; podría, entre otras cosas ponerse al día en determinadas
deudas, que no quiero entrar a especificar. Desde luego tiene ámbito
suficiente para dentro de sus competencias, ésta que usted ha dicho,
no la he dicho yo, la ha citado usted, dentro de la competencia
asistencial beneficiar a todos. Por eso, creo que debe hacerlo y debe
dedicarle incluso más cuantía que la que ha dado, porque me parece
que el fin es noble; beneficiar a los más necesitados. Ahora bien, la
garantía más cierta de romper modelos que están beneficiando y que
están incrementando poder adquisitivo es jalear -y usted está
jaleando- a que cada portavoz, cada presidente, cada candidato inicie
una carrera a ver quién sube mejor, porque usted ha introducido el
debate - y lo ha dicho con sus palabras- maniqueo de los buenos y los
malos: uno son los buenos, los que se acuerdan de los pobrecitos, y
otros somos los malos, los que aplicamos el hierro contra aquellos
que quieren mejorar. También está diciendo usted -y no se da cuenta
porque es la lectura siguiente- que el presidente de comunidad
autónoma o el alcalde que no haga eso es malo, porque no es tan
consciente ni tan responsable con los suyos como el que lo sube. Si
hiciéramos buena esa política se iniciaría una carrera, créame,
peligrosa, no conveniente entre cualquier responsable público, y
mucho más en períodos electorales, diciendo: si usted sube 700
pesetas -porque la subida son 700 pesetas- yo voy a subir 800, lo
cual daría argumento para que el otro vecino dijera: yo subo 900, o
éste decirle al que subió 700: usted no ha sido lo suficientemente
social. Por tanto, está jaleando usted una cuestión que es peligrosa.

Además, yo me he preguntado muchas veces en estos días -como ministro
de Trabajo, como persona que quiere mejorar el poder adquisitivo de
los pensionistas, de los más necesitados y además como andaluz- y he
dudado mucho, porque es una decisión que no es fácil, créame, no es
nada fácil porque conozco el debate que se abría, por qué el señor
Chaves, teniendo instrumentos competenciales en su haber que pueda
utilizar perfectamente, no los ha utilizado y, además, ha dedicado
simplemente 1.000 millones de pesetas, es decir, cuando incumple,
como le he dicho en algunas otras materias, donde tiene competencias.

Al final nada más llego a la conclusión -porque no puedo hacer otra
cosa- que ha buscado lo que ha ocurrido: que haya un debate entre
buenos y malos, entre los que suben pensiones y otros que no lo
hacen. Creo que hay un interés evidente porque ha sido una tentación
constante (no de su grupo político, este debate no se ha planteado
así hasta ahora en Andalucía; le he de reconocer que no ha sido la
iniciativa de su grupo político), que no han podido evitar, de volver
a introducir las pensiones en el mercadeo político. No le puedo
felicitar para nada por la iniciativa. Espero, no con el ánimo de far
west sino porque el procedimiento constitucional es así, y usted
también conoce el requerimiento



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previo y el recurso de competencia, que utilicemos la razón.

Le anticipo una cuestión, cualquier otra medida que se tome, en esta
línea, en plazo, en cualquier comunidad autónoma, mientras yo sea
ministro de Trabajo, va a ser recurrida. Lo va a ser por los
principios de igualdad de todos los españoles y españolas, ante las
pensiones, y por evitar el mercadeo político en la subida de
pensiones, aunque tenga un costo personal, que lo va a tener sin
duda, porque ya se encarga usted de jalear estas actitudes. Yo me
opondré, porque entiendo que vulnera uno de los principios. Y,
conociendo su postura jurídica en estos temas, señor Cercas, ha
argumentado sin convicción, y en este caso el tono de voz era la
muleta para que pareciera por lo menos que estaba convencido de lo
que estaba hablando.

No puedo coincidir con esta visión catastrofista. No me gusta
utilizar la expresión, pero la ha dicho usted. Ha dicho que lo
importante no son las palabras. Lo importante sí son las palabras,
señor Cercas. Usted no puede decir, por lo menos no debe decir -está
en su libertad personal hacerlo- que el único riesgo que tiene la
Seguridad Social es que gobiernen ustedes, ha dicho. Por lo menos, no
ha utilizado la fórmula tan manida de que gobierne la derecha, que va
a quitar las pensiones. No lo ha dicho. En ese caso ha dicho que
gobiernen ustedes. Esa no es una postura ni rigurosa ni fundamentada.

A usted le podrá parecer que somos mejores o peores gestores, está en
su legítimo derecho. Es más, debe ayudarnos con su crítica a mejorar
el sistema de gestión. Ese tipo de frases bajo mucho el nivel,
incluso la autoridad moral, cuando a continuación argumenta otra
cosa. La Seguridad Social tiene riesgo, como todo. Tendrá problemas y
tiene mucha garantía. El riesgo no depende ni de nosotros ni de
otros. Muchas veces es una postura demagógica, como cuando se está
únicamente buscando la finta electoral a corto plazo y el mercadeo
político. Hay un uso electoralista clarísimo en esta materia.

Usted ha dicho que es una decisión torpe. Para quien ve el juego de
las pensiones como un juego de finta electoral, la actitud de sacar
este debe en público efectivamente sería una decisión torpe. Y para
usted, lo ha dicho, hemos actuado torpemente. Es verdad que podemos
tener algún riesgo electoral. Ya se encargarán de decir que ustedes
son muy buenos y nosotros muy malos. Sin embargo, desde el rigor,
desde la seriedad, y por garantía del sistema público, que beneficiar
a todos los españoles, que les está dando poder adquisitivo y que
podemos seguir en la senda de mejora, tendríamos que hacerlo. Por
tanto, no es una decisión torpe, en todo caso lo es para quien mira
el rendimiento electoral -como se deduce de sus argumentos-, pero en
el caso del Gobierno es una posición de rigor, seriedad y compromiso
con un sistema público de pensiones.

En cuanto a su visión de las cuentas de la Seguridad Social, no sé si
le falta información o es que ha hecho una lectura de los datos que
no puedo compartir. En esto somos corresponsables. A mí me duelen
prendas decir que se han aplicado el Pacto de Toledo. Usted me dice
que se ha aplicado insuficientemente. Yo le digo que lo que se ha
hecho ha sido siguiendo en todo caso el Pacto de Toledo, lo que ha
permitido que la salud financiera hoy de la Seguridad Social sea
mejor que lo era antes. No le duela decirlo. Es una obra que, aunque
gestionada por este Gobierno y revalidada
con los sindicatos, hemos hecho entre todos. Es precisamente
la virtualidad que tiene el Pacto de Toledo. No intente ahora cambiar
por algún tipo de interés esa postura, que, permítame el eufemismo,
es un auténtico tesoro. Que estemos todos los partidos políticos de
acuerdo. En un tema tan nuclear como las pensiones, que lo hayamos
desarrollado con acuerdo con los sindicatos y que haya permitido
mejorar las condiciones y las cuentas de la Seguridad Social es un
motivo que nos tiene que alegrar a todos, también a su grupo, que,
además, en ese momento, estaba en el Gobierno y fue impulsor del
Pacto de Toledo. De su intervención parece que usted se averg¸enza
del Pacto de Toledo, que no lo hubiera hecho. No puedo deducir otra
cuestión. Quédese tranquilo. Yo estoy seguro de que usted, como
persona responsable, está inquieto y quiere que la Seguridad Social
goce de buena salud. La Seguridad Social está en un proceso muy
importante de disminución de su déficit. Se ha cubierto el objetivo
de este año. No es correcto el dato que da en los incrementos. Usted
mete en el sumando la disminución de recaudación ejecutiva que ha
existido, porque hay menos empresas que han dejado de pagar.

Compruébelo, por favor, porque es en el parámetro matemático donde
creo que usted tiene el error de sus afirmaciones. En todo caso,
señor Cercas, lamento que al tono elevado de voz no le haya
acompañado una base. Si es cierto, en su caso, porque al fin y al
cabo estas palabras siguen siendo vigentes, que los mejores
argumentos que daremos a la Junta de Andalucía serán sus propias
palabras y las propias de su grupo en el debate que mantuvimos.

El señor Caballero ha hecho una exposición. Le agradezco la
coincidencia en la política básica. Usted ha centrado su intervención
en el bloque social del Estatuto vasco y la Constitución española. La
Constitución, por supuesto, va a ser el norte y guía, no podía ser de
otra forma, de la acción de cualquier gobierno. Nosotros, en virtud
de estos mandatos constitucionales, estamos en un proceso de
transferencia de la gestión de las políticas activas de empleo. Sabe
usted que en la Seguridad Social existe un principio de caja única
-está en la Constitución y hay sentencias que lo acreditan- y, por
tanto, con respeto profundo de las competencias vascas, estamos
negociando, como usted bien sabe, la transferencia de las políticas
activas de empleo, al igual que lo hemos hecho en otras regiones como
Cataluña, Galicia y, en breve, con Andalucía, Canarias y Navarra.

Quiero decirle que estamos en este marco y que podremos llegar a un
acuerdo razonable para que tenga la gestión de las políticas activas.

Yo creo que siempre supone un avance el acercarlo a los ciudadanos.

Agradezco al portavoz de Convergència y Unió las palabras de apoyo y
el ánimo que nos da a que continuemos en determinado tipo de
política. Me ha parecido muy oportuno, porque no es fácil hablar de
estos temas en público -usted lo ha hecho, al igual que lo ha hecho
el Grupo Popular- que haya dicho que tenemos que evitar hablar de las
pensiones en el debate político y que demos hacerlo en debate de
consenso. Me parece muy importante y, por tanto, creo, que usted ha
hecho una aportación valiente. Me parece importante la iniciativa.

Cuando tengamos elaborado el plan de empleo, vendré a comparecer para
informar sobre el cumplimiento del anterior plan y sobre las líneas
del nuevo plan.




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En torno al tercer sector, yo tengo que reconocer su protagonismo.

Muchas iniciativas que hemos venido adoptando han nacido de
aportaciones que han hecho los distintos grupos en esta Comisión y
muy especialmente usted que está muy comprometido con esto. Coincido
con usted y también con el señor Griñan en torno a que los nuevos
yacimientos de empleo, muy vinculados a este tipo de movimiento y a
asuntos sociales, van a tener un protagonismo muy importante en la
creación de empleo. Por tanto, debemos crear un marco, porque la
sociedad va por delante ahora mismo de los propios poderes públicos.

Si nosotros, como poderes públicos, somos inteligentes en darle un
marco adecuado, no cabe duda de que la sociedad y la iniciativa en
este ámbito van a florecer y a crecer a un ritmo muy importante. Tomo
nota respecto al caracter abierto -por supuesto, nuestro ánimo es que
sea lo más abierto posible- en el Consejo estatal de los
discapacitados.

Ya he hecho la referencia concreta en torno a las 35 horas y ya lo
sabe. Es muy bueno que separemos los distintos niveles y, en el caso
de las corporaciones locales, que cumplamos la ley que hemos aprobado
entre todos. Ha comentado usted que es importante -y podrá enlazar
con la intervención del señor Griñán- el tema de los parados de larga
duración. Efectivamente, tenemos que hacer algo. Es un colectivo que
tiene unas dificultades enormes. Una vez que entran en esa rueda es
complicado que salgan y eso va a justificar las medidas políticas
activas que ya estamos desarrollando -talleres de empleo, formación y
empleo-. Uno tiene la certeza de que tenemos que ir a más. Usted
plantea -ya conozco la propuesta- que haya una especie de prestación
pasiva-activa, que, aunque suponga una renta, se haga en el
desarrollo de una función social determinada o dentro de una
iniciativa social. Yo creo que ahí tenemos un posible campo de
trabajo entre todos. Habría que definirlo, tendríamos que hablarlo
mucho con los sindicatos y empresarios, pero creo que merece la pena
indagar en esa línea de política de seguridad para las personas que
están más necesitadas.




La fundación está pendiente de la firma, hay acuerdo en la Comisión
Nacional. Yo era presidente como secretario de Empleo en la Comisión
Nacional. Llegamos a un acuerdo ya entre todos y queda pendiente de
la firma, porque no es fácil reunir en el mismo día a ministros,
consejeros, directores generales; pero, en fin, ya es cuestión
protocolaria.




Ya he comentado lo de las ETT y también he aportado algo que tiene el
mayor interés.

La verdad es que en una comisión sobre esta materia, por su
extensión, no podíamos pasar del tema de la inmigración, aunque había
hablado de algún tema laboral, como son los contratos temporales en
origen, que creo que dan mucha agilidad y permiten que muchas más
personas de fuera vengan a ayudarnos a hacer las tareas laborales que
necesitamos en este momento. Ha hecho usted también alusión a algo en
lo que coincido, que es un pacto social que al menos hay que intentar
ver de una forma bastante horizontal la integración social de la
inmigración. La sociedad española tiene que ver a los inmigrantes
como personas que vienen a ayudarnos a desarrollar tareas laborales y
profesionales y debe corresponder integrándolos y dándoles todo tipo
de instrumentos. Ya hay algunas políticas comunes
en varios ministerios con ayudas a distintos presupuestos, pero
esta línea va a tener que incrementarse en los próximos años. Y
coincido con usted en que habrá un debate social muy importante en
torno a la inmigración, que espero que sea muy positivo.

Por sus palabras también deduzco la identidad de postulados básicos,
como en la ley de conciliación familiar y laboral y en el fondo de
garantía de pensiones. Tomo nota de sus palabras de recomendación de
prudencia en el servicio social. Mantenemos posturas distintas en
torno al 0,52 del IRPF, que ya conoce. Y le agradezco sinceramente su
deseo de suerte en este final de etapa legislativa, no de ciclo
económico, como decía antes, porque creo que tenemos todavía onda de
creación para largo plazo.

Agradezco la intervención del portavoz, no de iure todavía, pero sí
de facto, hago extensiva la felicitación del presente de la Comisión
al señor Camps y suscribo el reconocimiento que ha hecho de la tarea
del anterior ministro, el señor Arenas, que yo creo que ha sido muy
importante, no sólo en su faceta de diálogo social, en la que es
reconocido y público su buen hacer, sino además en la gestión del
Ministerio y en la configuración de equipos. Parte de la tranquilidad
que intento aportar en mi gestión en el año que queda de legislatura
se la debo a tener una línea muy marcada, unos logros muy
importantes, muchos proyectos iniciados, otros que se iniciarán, y
sobre todo a un equipo construido con buena participación y buena
relación con los distintos grupo de esta Cámara, que están
funcionando a plena satisfacción. Por tanto, comparto en su
integridad el reconocimiento al anterior ministro.

También me ha parecido importante que reiteremos que los servicios
sociales, la asistencia social, los asuntos sociales en general,
deben tener una vinculación. No todo es laboral, sería un error pero
no cabe duda de que cada día habrá un mayor componente laboral de
inserción laboral en el tratamiento de las políticas sociales.

Suscribo lo que usted ha dicho sobre la necesidad del acuerdo en
torno al Pacto de Toledo, llámese revisión, renovación o ponencia de
adaptación, pero de lo que no cabe duda es de que, por la soberanía
de esta Cámara, el Gobierno no lo va a fijar. No puede hacerlo. El
Pacto de Toledo dice que se creará una ponencia parlamentaria; por
tanto, serán los grupos de esta Cámara los que determinarán si se
constituye, en virtud de lo que dice el Pacto de Toledo, una ponencia
parlamentaria o no el próximo año. El Gobierno, como comprenderán, no
puede, ni debe, ni va a tomar la iniciativa de constituir ningún
grupo, ni forzar, ni precondicionar las actividades propias de esta
Cámara.

Y, por último, le digo que, en una sociedad cada día más compleja y
más rica el tercer sector, las ONG van a tener un peso más
importante, y eso va a ser motivo de nuevas relaciones y nuevos
ámbitos de interlocución -hemos hablado de alguno- y a nuevas
políticas, pero constato con usted que sin duda alguna será uno de
los motivos de trabajo compartido que tengamos en esta Cámara.

Rogando disculpas por lo extenso y prolijo de mi intervención, la
finalizo con mi agradecimiento al presidente, (El señor Cercas Alonso
pide la palabra).




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señorPimentel.




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Señor Cercas ¿qué solicita?



El señor CERCAS ALONSO: Solicito un minuto para despedirme del señor
ministro (Risas).




El señor PRESIDENTE: En el pasillo, señor Cercas.




El señor CERCAS ALONSO: Lo solicitaba para que en el «Diario de
Sesiones», cuando los historiadores busquen, conste que al menos he
podido defenderme de la acusación de maniqueo que me ha lanzado el
señor ministro.




El señor PRESIDENTE: El «Diario de Sesiones» lo interpretan los
historiadores. Cada cual hará la interpretación adecuada. Sus
palabras están en el «Diario de Sesiones».




El señor CERCAS ALONSO: Sólo quiero apostillar,



señor presidente, que espero que los historiadores no califiquen



precisamente al señor ministro de maniqueo por la



alusión al bueno y al malo que ha hecho con el señor Griñán



y conmigo.




El señor PRESIDENTE: Concluido el orden del día,



agradecemos la comparecencia del ministro señor Pimentel.




Y se levanta la sesión.




Eran las dos y cinco minutos de la tarde.