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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 549, de 15/10/1998
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CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 1998 VI Legislatura Núm. 549



DEFENSA



PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. ALEJANDRO MUÑOZ-ALONSO Y LEDO



Sesión núm. 31



celebrada el jueves, 15 de octubre de 1998



ORDEN DEL DÍA:



- Comparecencia de persolidades y funcionarios de
la Administración del Estado, al objeto de
informar sobre temas relativos al proyecto de Ley de
Presupuestos Generales del Estado para 1999.

(Número de expediente 121/000141.) ... (Página 15912)



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Se abre la sesión a las cuatro de la tarde.




COMPARECENCIA DE PERSONALIDADES Y FUNCIONARIOS
DE LA ADMINISTRACIÓN DEL ESTADO,
AL OBJETO DE INFORMAR SOBRE TEMAS
RELATIVOS AL PROYECTO DE LEY DE PRESUPUESTOS
GENERALES DEL ESTADO PARA 1999.

(Número de expediente 121/000141.)



- DEL SEÑOR SECRETARIO DE ESTADO DE
DEFENSA (MORENÉS EULATE). A SOLICITUD
DEL GRUPO MIXTO (Número de expediente
212/001538), GRUPO SOCIALISTA DEL
CONGRESO (Número de expediente 212/001585)
Y GRUPO PARLAMENTARIO CATALÁN (CONVERGÈNCIA
Y UNIÓ) (Número de expediente 212/001658).




El señor PRESIDENTE: Vamos a dar comienzo a esta
sesión de la Comisión que, como bien saben, tiene por
objeto celebrar las comparecencias en relación con la tramitación
del proyecto de ley de Presupuestos Generales del
Estado para 1999.

En primer lugar, tiene la palabra, y le damos al bienvenida,
el secretario de Estado de Defensa, don Pedro Morenés
Eulate.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE DEFENSA
(Morenés Eulate): Buenas tardes a todos, señorías.

Durante el año transcurrido desde la remisión a las Cortes
del proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado
para el año 1998, España se ha integrado en la unión
monetaria europea al cumplir plenamente los criterios establecidos
en el Tratado de Maastricht, lo que es una demostración
de la eficacia de las medidas adoptadas por el
gobierno en política económica, entre las que se encuentra
el permanente rigor en el planeamiento y en la ejecución de
los Presupuestos Generales del Estado. De ese rigor del
planeamiento y ejecución, que no excluye la aplicación de
medidas innovadoras de gestión de los recursos públicos,
ha participado plenamente el Ministerio de Defensa en una
clara política de apoyo y subordinación del propio interés y
necesidades a las prioridades de la política general del país.

En el campo del escenario presupuestario general,
recordarán SS.SS. que en el año 1998 se produjo en su inicio
una revisión a la baja del objetivo de déficit del Estado,
que quedó establecido en el 1.8 del producto interior bruto.

La ejecución presupuestaria durante este año no sólo ha
permitido asegurar el cumplimiento de dicho objetivo, por
la favorable evolución de los ingresos presupuestados y la
contención de los gastos, sino que incluso se ha rebajado
recientemente la previsión sobre el déficit del Estado para
este año hasta en 1,7 del producto interior bruto.

Cumplidos, pues, con creces los requisitos de acceso al
ámbito de la moneda única, comenzamos ya en el presupuesto
del Estado para 1999 a profundizar en la línea de
austeridad y rigor emprendida en los últimos años, con el
objetivo a medio plazo de lograr el necesario equilibrio
financiero, es decir, la sostenibilidad económica del sistema
creado, de acuerdo con los principios del Pacto de Estabilidad
y crecimiento. Por lo que corresponde a magnitudes
concretas, los ingresos en términos de contabilidad
nacional crecerán un 4,8 por ciento, y ello teniendo en
cuenta que se producirá la reducción fiscal anunciada por
el Gobierno, que permitirá un incremento de la inversión y
favorecerá en consecuencia la creación de empleo estable y
productivo. En cuanto a los gastos del presupuesto del
Estado, estos crecen el 2,2 puntos por debajo del producto
interior bruto nominal, por lo que el próximo año se registrará
nuevamente un descenso del peso del Estado en la
economía. Hay que destacar el aumento sólo del 3,6 por
ciento en las operaciones corrientes, frente a un 6,1 de las
operaciones de capital y, dentro de éstas, de un 8,8 de las
inversiones reales. El presupuesto del Estado para el año
1999 está especialmente orientado hacia la creación de
infraestructuras que supongan un apoyo para el desarrollo
de la actividad productiva, lo que sin duda garantizará el
crecimiento de la economía española asentada sobre bases
más sólidas. En resumen, el presupuesto de gastos del Estado
para 1999 se caracteriza por la continuidad en la política
de ajuste estructural del gasto corriente, con el objetivo de
conseguir la reducción del déficit público, que ya empezó
aplicar en el año 1996, de manera que, por tercer año consecutivo,
el gasto público crecerá por debajo de la tasa del
aumento nominal del producto interior bruto. Asimismo se
mantendrá el esfuerzo para aumentar los recursos destinados
a aquellos programas de gasto que más favorezcan el
dinamismo y la competitividad de muestra economía.

Siguiendo estos principios, el Ministerio de Defensa
presenta un presupuesto para el año 1999 que es expresión
de la solidaridad de la Defensa con el esfuerzo de toda
España por mantener esta estabilidad económica que
impulse el desarrollo. Asciende el importe del presupuesto
inicial del Ministerio de Defensa, sin contar el de su organismos
autónomos, a 928.172 millones de pesetas, lo que
supone un incremento del 3,4 en relación con el año 1998,
tomado en pesetas corrientes, aumento inferior en 0,4 puntos
al que presenta los Presupuestos Generales del Estado,
considerados en términos no financieros. Es un crecimiento
viable y en consecuencia creemos que es razonable.

En la línea iniciada hace ya dos años, y desde el punto
de vista de los ingresos, no obstante, se abre en 1999 la
posibilidad de dedicar aquellos recursos que provengan de
la liquidación de activos ociosos, especialmente en infraestructura,
a la financiación de armamento, material y otras
necesidades operativas de la defensa, lo que equilibra el
presupuesto de manera notable, como luego explicaré. Otro
de los elementos fundamentales de la gestión del presupuesto
del Ministerio durante los años de esta legislatura es
que no se han producido reducciones de los presupuestos
disponibles durante sus períodos de vigor. Ello ha permitido
que, a pesar de sus moderados crecimientos y del rigor
de sus planeamientos y ejecuciones, los escenarios iniciales
han sido considerados como una herramienta creíble
para realizar una necesaria planificación de los recursos y
los programas que estos financian. Podemos decir que este
rigor del compromiso del gobierno con los presupuestos
iniciales, además de las otras acciones emprendidas ya
comentadas, la permitido que el horizonte de la defensa
esté hoy más claro que hace unos años, aun sin el instrumento
jurídico de una ley de dotaciones y programas, que



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deberá establecerse para lograr la estabilidad del proyecto
de defensa, cuando se defina, después de conocer el final
del ciclo de planeamiento para los próximos años. En este
sentido, piensen SS.SS que se puede calificar como realmente
innovador el proyecto que el gobierno tiene sobre la
defensa de España. Por no está todo hecho, ni muchos
menos. Debemos señalar que la aspiración del departamento
y del Gobierno -recuérdese en este sentido la directiva
de defensa nacional de diciembre del año 1996- es la de
situarnos a medio plazo en unos niveles presupuestarios
similares a los de los países de nuestro entorno, nuestros
socios en las tareas defensivas de los principios e intereses
que con ellos compartimos.

Por un criterio de responsabilidad, por un criterio de
corresponsabilidad y por un criterio de solidaridad, España
debe continuar haciendo honor, debemos atender las necesidades
de la defensa en la medida en que comparativamente
nos corresponde con nuestros aliados. En pesetas
corrientes, el aumento del 3,4 sobre los créditos del pasado
año supone un incremento de 30.742 millones de pesetas.

Con ello se atenderá a financiar los mayores gastos derivados
de los aspectos más relevantes de la política de defensa
que, basados en la directiva citada, se desarrollarán definitivamente
en el objetivo de fuerza conjunto.

Estos aspectos básicos de nuestra futura defensa, en
parte ya presentes, son: la profesionalización y modernización
de las Fuerzas Armadas. Durante 1999 entrarán
17.500 nuevos efectivos de tropa y marinería profesional,
con una permanencia media de 4,8 meses, lo que mantiene
el esfuerzo y el ritmo necesario para alcanzar la plena
profesionalidad
en el tiempo previsto y siempre que lo permitan
las disponibilidades presupuestarias. Paralelamente a
los aspectos de personal, se continúan apoyando el inicio y
la realización de los programas de modernización y reestructuración
de los ejércitos, lo que fundamentalmente se
hará mediante la elaboración de un plan director de armamento
y material al que se aplicarán los recursos financieros
ordinarios y los que podemos llamar, y luego explicaré
por qué, extraordinarios. Dentro de los segundos, se puede
mencionar la conversión de activos ociosos, básicamente
inmuebles, en armamento, material y necesidades operativas
del capítulo 2, mediante los procedimientos de gestión
que se establecerán en el organismo autónomo, gerencia de
infraestructuras y el Invifas. Además, conviene destacar la
continuación durante 1999 de la aportación financiera del
Ministerio de Industria a través de sus créditos de fomento
a la política industrial, consistente en la financiación a
empresas de interés para la defensa, cifrado este impulso
financiero en 198.875 millones de pesetas, que facilitarán
el desarrollo de las tecnologías y a su vez permitirán abordar
la construcción de sistemas de armas singulares, como
las que conocen ustedes, las fragatas, el avión de combate
europeo y el carro de combate Leopard.

Este acuerdo entre Industria y Defensa pone de relieve
una atención especial del Gobierno en su acción, entendida
como una acción conjunta, ya iniciada en 1997 de manera
muy positiva, tanto para atender las necesidades operativas
de la defensa mediante la inmediata iniciación de estos programas
de armamentos que de otra manera hubiesen tenido
que posponerse con la consiguiente obsolescencia de los
equipos materiales y armamentos en el momento de su
hipotética incorporación a los ejércitos, como además
potenciar las capacidades tecnológicas de la industria
nacional de defensa en el preciso momento en que la industria
europea se está consolidando y facilitando así su presencia
en este sector en garantía de su propia permanencia
y sobre todo su mejor futuro. Asimismo evitará el cierre o
desinversión de estas empresas por las consecuencias que
hubiesen podido derivarse de no tener esta carga de trabajo,
con grave riesgo para los puestos de trabajo y para la
pérdida de las capacidades tecnológicas que algunas de
ellas tienen ya adquiridas.

Conviene recordar los procesos de reestructuración que
estas empresas han tenido en estos últimos años para entender
por qué la política del Gobierno ha ido orientada en
este sentido. Así pues, de esta cooperación interministerial,
de esta acción integrada del gobierno se derivan beneficios
que ha hoy se pueden contabilizar, tanto para la defensa
como para la industria, todo ello utilizando criterios de gestión,
no sólo aprobados por las instituciones comunitarias,
sino en ocasiones aplaudidos o imitados por nuestros
socios europeos.

El segundo pilar de la acción del Gobierno en materia
de defensa es la integración de España en los organismos
internacionales de seguridad y defensa. La plena integración
de España en la estructura militar de la OTAN a partir
de enero de 1999 contó con el apoyo de una cualificadísima
mayoría de la Cámara y ha permitido a España estar en
esta organización, no sólo con voz, sino también participando
activamente con el voto. Por otro lado, España ha
aumentado su grado de representación y participación en
otros organismos de defensa internacionales, como la
Unión Europea Occidental, el Cuerpo de Ejército Europeo
y el Eurofor.

Como tercer pilar de la acción del Gobierno en defensa,
la promoción y desarrollo de la conciencia nacional de
defensa. Como SS.SS conocen, se estimó necesario por el
Gobierno que la defensa fuese entendida por la ciudadanía
con un criterio realista y positivo, como una responsabilidad
de todos, que es lo que es en su sentido amplio. Para
ello, continuaremos acercando la defensa a la sociedad y
viceversa. Se trata en definitiva de alcanzar una mayor participación
de la sociedad en la seguridad y defensa nacionales
y mejorar al mismo tiempo la imagen de las Fuerzas
Armadas ante el conjunto de la sociedad. A estas partidas
es preciso añadir las necesarias para atender a la contribución
y participación de nuestras Fuerzas Armadas en las
operaciones de mantenimiento de la paz, no cifradas en el
presupuesto inicial, aunque sí recogidas como créditos
ampliables, al no poder estimarse a priori por su carácter
indeterminado en el tiempo la duración y el coste de esta
clase de operaciones.

Lo anterior por lo que hace a los objetivos del presupuesto.

En cuanto a sus proporciones y grandes números,
permítanme que les exponga lo siguiente: Dedicamos un
58,2 por ciento al capítulo 1, de gastos de personal, básicamente
retribuciones, cuotas y prestaciones sociales, y un
41,8 al resto, que podríamos considerar de manera genérica
como gastos de material, en los que se incluyen las inversiones
reales, la investigación y desarrollo, el mantenimiento
y los gastos de funcionamiento, entre los que se
encuentran aquellos que están asociados a las operaciones



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de las Fuerzas Armadas. Dentro de esta promoción, no se
cuentan los créditos que para material puedan derivarse de
la gestión de activos inmuebles que mencioné, ni por
supuesto el impulso a la industria de defensa que hace el
Gobierno, vía Ministerio de Industria. En cuanto a la distribución
interna, las dotaciones económicas de los grandes
centros gestores del departamento es la siguiente: El órgano
central recibirá 258.000 millones de pesetas; el Estado
Mayor de la Defensa, 12.085; el Ejército de Tierra,
344.081; la Armada, 155.119, y el Ejército del Aire,
158.319.

Se mantiene una distribución porcentual similar a la del
presente año, si bien el incremento del Ejército de Tierra
respecto al año 1998 es superior al de los restantes ejércitos,
debido a que el aumento de efectivos de tropa y marinería
profesional se destina en mayor proporción a ese ejército
para compensar su desfavorable situación inicial.

Conviene puntualizar que en el órgano central los incrementos
de costes debidos a nuevas necesidades fundamentales,
como las relacionadas con la profesionalización y el
aumento de las cuotas de participación en organismos
internacionales, superan el incremento neto de los créditos,
lo que va a exigir mantener e incluso reducir los gastos de
las restantes partidas de funcionamiento, mediante la continuación
en la aplicación de la política de austeridad y control
de gastos, lo que ya viene realizando el departamento
durante los últimos años. A este respecto, les puedo decir
que la reducción que se ha venido haciendo en los gastos
del órgano central es de un 34 por ciento en combustibles
no operativos, un 4 por ciento en vestuario, un 8 por ciento
en transportes y locomoción y un 8 por ciento en gastos de
viaje, dietas y traslados. Algo similar ocurre con los créditos
del Estado Mayor de la Defensa, cuyo incremento,
cifrado en 405 millones de pesetas, se destina a sufragar los
gastos de funcionamiento de dos nuevos organismos: La
escuela conjunta de estados mayores y mandos superiores
y el núcleo de constitución del cuartel general subregional
de la OTAN en España. Finalmente, se realiza un gran
esfuerzo presupuestario en los ejércitos para, además de
cubrir los importantes incrementos en el capítulo 1, consecuencia
de la profesionalización y la actualidad de las retribuciones
en un 1,8 por ciento, mantener su capacidad y
actividad operativas.

En cuanto al desarrollo por capítulos, podemos decir
que el capítulo 1 es el que recibe el impulso financiero inicial
más fuerte, sin que ello suponga desatención al resto
de los capítulos, como veremos. Experimenta un crecimiento
sobre el presupuesto inicial del presente ejercicio
de 24.542 millones de pesetas, para alcanzar unos créditos
totales de 540.477 millones de pesetas. La distribución de
partidas y los objetivos de los créditos serán explicados a
continuación por el ilustrísimo señor subsecretario del
Ministerio como responsable directo de la política de personal.

No obstante, creo que debo adelantar aquí que tanto
la ajustada ejecución de los créditos del capítulo 1 del año
1997 como la experiencia habida durante el presente año
en el proceso de reclutamiento nos permiten considerar que
con los créditos presupuestados podremos hacer frente al
ambicioso objetivo de acelerar el ritmo de la profesionalización.

La posibilidad además de financiar conceptos del
capítulo 2 con créditos derivados de la gestión de inmuebles
en algunos aspectos, como la formación, que pudieran,
durante el año y según el ritmo de las incorporaciones,
resultar deficitarios, nos da el margen suficiente para continuar
el proceso con garantías de éxito.

Pasaré, con objeto de evitar duplicaciones, a los gastos
de material, es decir, al capítulo 2 y siguientes. El capítulo
2 corresponde a los gastos corrientes en bienes y servicios
y asciende en el año 1999 a 129.420 millones de pesetas.

El gasto corriente en defensa representa un 38 por ciento
del conjunto del subsector del Estado y está destinado a
atender las necesidades básicas y operativas del personal y
unidades de los ejércitos. La política del departamento, en
relación con estos gastos de funcionamiento, ha seguido
desde los pasados años las líneas directrices del Gobierno,
estableciendo su propio plan de austeridad para conseguir
una reducción sustancial de los mismos a través de mejoras
en los sistemas de gestión, centralización de adquisiciones
y la aplicación intensiva de la contratación plurianual, que
tan buenos resultados nos ha dado en las áreas de alimentación,
personal, vestuario y combustibles. Sin embargo, está
claro para el Gobierno que el capítulo 2 está directamente
vinculado, como ya he dicho, a la capacidad operativa de
las Fuerzas Armadas, En consecuencia, tiene una connotación
distinta a la que tienen otros departamentos.

Lógicamente no se deben afectar los créditos destinados
a las actividades operativas y a otros aspectos directamente
vinculados con ellas, como son, por ejemplo, el
reclutamiento. Si ello fuese así, se verían perjudicada la
capacidad de actividades fundamentales de la Fuerza
Armadas, así como los niveles de calidad de las instalaciones
y servicios utilizados por el personal. Lo que es exigible
en la presente situación, lo será mucho más por razones
obvias de duración de la permanencia en la actividad militar
del personal profesional cuando la profesionalización,
por fin, sea completa. Por las razones anteriores, el presupuesto
de 1999 incrementa los créditos del capítulo 2 en
3.556 millones de pesetas, un 2,8 sobre el año anterior,
concentrándose
los aumentos en aquellos conceptos relacionados
con la profesionalización, como el mantenimiento de
la infraestructura, la publicidad y la propaganda, los trabajos
para otras empresas y profesionales. Entre las reducciones,
cabe destacarla de suministros de material de oficina y
alimentación, debido esto último a la disminución de la
tropa y marinería de reemplazo con derechos a alimentación
por cuenta del Estado.

El capítulo 4, transferencias corrientes, tenía en 1998
una dotación de 12.590 millones de pesetas, experimentando
un incremento del 21,2 por ciento, debido fundamentalmente
a la creciente participación en organismos internacionales
de seguridad y defensa. Ello da lugar a un aumento
global de las cuotas de 2.745 millones de pesetas respecto al
año pasado, incremento que se centra exclusivamente en el
órgano central, que atiende a su gestión y administración.

En relación con las subvenciones que el Ministerio de
Defensa transfiere a sus organismos autónomos para gastos
corrientes, se mantienen las mismas cuantías que en el presente
año, cifradas en 7.560 millones de pesetas.

En el capítulo 6, inversiones reales, se mantiene la
misma dotación económica que en 1998, es decir, 234.992
millones de pesetas. La distribución entre las inversiones
es: 126.434 millones para modernización de las Fuerzas



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Armadas, 74.486 para mantenimiento, 28.992 para I+D y
5.150 para otras inversiones. Como se observa, se incrementan
las inversiones en mantenimiento de armamento y
material, para mantener los niveles de disponibilidad de los
diversos sistemas de armas, y se prosiguen los programas
de modernización I+D con un nivel de créditos muy similar
a los 1998. Las líneas de actuación han venido guiadas
por los siguientes criterios: el primero, lograr la máxima
participación económica de la industria española en los
programas de armamento, bien por las adquisiciones directas
o bien a través de los acuerdos de cooperación industrial.

El segundo, conseguir una mejora de la capacidad tecnológica
mediante los correspondientes programas de
obtención y con un uso selectivo de las inversiones en I+D.

El tercero, alcanzar la máxima autonomía posible en el
mantenimiento de los sistemas de armas en servicio.

En cuanto a los programas de modernización de las
Fuerzas Armadas, quiero comentarles que las cifras para el
programa 213.A se han reducido ligeramente para el próximo
año, dentro de los ajustes producidos entre los distintos
componentes de las inversiones indicadas anteriormente.

La cifra es de 126.434 millones de pesetas, lo que supone
una disminución de 593 millones en relación con el año
pasado. No están incluidas las cantidades dedicadas a los
grandes programas, que vienen financiados a través de la
aportación que el Ministerio de Industria hace a sus industrias
para el desarrollo inicial de estos programas y que
representan una fuerte carga de trabajo para las principales
empresas españoles de defensa y una importante repercusión
en la actividad de un gran número de empresas de
menor calado que las que lideran esos programas. Someramente
indicaré a SS.SS. que solamente estos programas
supondrán más de 100 millones de horas de trabajo, entre
personal directo e inducido, y permitirán el acceso de la
industria española de defensa y civil al desarrollo de su
capacidad tecnológica de manera exponencial en un
momento en el que, como ya dije antes, Europa se prepara
para asegurar su porvenir en las industrias de defensa, proceso
integrador en el que España, por responsabilidad, no
debe quedar aparte en ningún momento.

En una primera distribución entre sectores industriales,
la modernización de las Fuerzas Armadas repercute en el
sector de aeronaves en un 25,3 por ciento, seguido del electrónico,
con el 23,2, por los buques, con el 14,1, vehículos
terrestres, con el 12,8, y armamento -suma de misiles,
municiones y armamento propiamente dicho-que representa
un 13,4 por ciento. La infraestructura alcanza un 3,5.

En unos primeros cálculos, el 64,4 por ciento del total de
las inversiones se gastará en la industria española, mientras
el 35,6 se deberá adquirir en el extranjero, aunque esta última
cifra tendrá las lógicas modificaciones finales al considerar
las compensaciones alcanzadas en el caso de las
importaciones del Ministerio y al considerar además las
subcontrataciones de componentes y equipos que deban
efectuar las empresas españolas cabeceras en el extranjero.

Tras esta visión global del presupuesto, la pregunta
quizá es en qué programas concretos se invierte y qué
materiales reciben el impulso de modernización. Para ello
conviene considerar, y así se está haciendo en el departamento,
los requisitos operativos, las disponibilidades presupuestarias
y -absolutamente fundamentallos condicionamientos
industriales. El carácter plurianual de la mayoría
de la priorización conjunta requiera un ritmo adecuado con
objeto de que durante todo el proceso exista la necesaria
eficacia en la defensa. Este ritmo necesario no debe retrasar
-y así es la política del departamento innecesariamente
la consecución de la herramienta conjunta: el objetivo de
fuerza conjunto. Para 1999 tenemos un grado de compromiso
de los programas que alcanza el 77,8 por ciento, como
consecuencia de la gestión de contratos en mecanismos
plurianuales.

En relación con el Ejército de Tierra, se continúa con la
ejecución de las actividades de modernización que se establecieron
dentro del Plan norte. Se trata de responder a
unas necesidades de cierta importancia económica, a la vez
que de gran repercusión operativa en los sectores de vehículos,
comunicaciones, helicópteros y artillería, donde la
actividad industrial y la capacitación tecnológica se está
reflejando positivamente sobre las empresas afectadas. Los
medios acorazados están representados en el vehículo de
combate de infantería, la modernización de los BMR, el
carro de combate de zapadores, más el inicio de las actividades
relacionadas con el carro Leopard para su fabricación
en España. Está prevista también la adquisición de
vehículos ligeros de caballería en un programa que debe
extenderse en los próximos años. En este sector de vehículos
se puede cuantificar un empleo del 34 por ciento de los
recursos totales para la modernización del Ejército de Tierra.

Continúan las actividades relacionadas con los programas
de la red básica de área, los radioteléfonos tácticos y el
radar de infantería y caballería que, además de otros incluidos
dentro del sector electrónico, tienen una fuerte incidencia
en este sector industrial que representa el 13 por ciento
del total para este Ejército. En el sector de las aeronaves se
debe finalizar la modernización de los helicópteros Chinook,
así como se continúa con el pago de las anualidades
para la adquisición de los helicópteros de transporte Cougar,
que están empezando a ser recibidos por el Ejército de
Tierra. Se utilizará en este sector el 17 por ciento de las
inversiones.

La artillería continúa con la modernización de la antiaérea
de 35/90 y se terminará la recepción de los obuses ligeros
para la FAR de 105 mm., además de entrar en su etapa
final la modernización de la artillería ultrapropulsada de
155 mm. Si a las actividades en armamento se suman las
municiones y los misiles, este sector industrial recogerá el
25 por ciento de los 46.127 millones del Ejército de Tierra.

En armamento debe destacarse que, tras el proceso de
declaración de necesaria uniformidad mediante el correspondiente
concurso, se piensa iniciar la adquisición de los
fusiles de 5,56, que deben sustituir en los próximos años a
los Cetme actualmente en servicio en los tres ejércitos, en
un programa que puede alcanzar un coste total en sus años
de duración de unos 20.000 millones. Si a los programas
anteriores se suman las municiones, en una continua reposición
de lo consumido o envejecido, la infraestructura y
los vehículos de transporte terrestre y material de ingenieros,
tendremos una imagen casi completa del Ejército de
Tierra. Quedan por citar una serie de programas menores y
que tienen un carácter permanente en las inversiones.

En cuanto a la Armada, los 32.656 millones de pesetas
se dedicarán mayoritariamente a una serie de programas



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del sector naval, con el 53 por ciento del total, entre los que
deben citarse los cazaminas en su primera serie, ya próximos
a su finalización, la iniciación de la segunda serie para
otros cuantos buques de estas características, el segundo
LPD tras la entrega del primero a la Armada, el tren naval,
además de actividades crecientes relacionadas con las cuatro
fragatas F-100 ya en marcha mediante la financiación
del Ministerio de Industria. En el sector de aeronaves, ya
finalizada la producción de los ocho aviones AV-8 Plus, se
retrasa la refabricación de los AV-8 B. Las inversiones de
ese detector representan un 17,7 por ciento del total de la
Armada. Se continuarán las importantes adquisiciones iniciadas
en el año 1998 en el sector de los misiles Standard,
Maverick, Amraam, Aspide, Tow y Evolved Sea Sparrow,
para nuevas dotaciones y reposición de aquellos ya obsoletos.

La modernización de los vehículos anfibios sigue su
proceso, lo mismo que otra serie de programas, en los sectores
de la electrónica, de las municiones y la infraestructura,
actividades que podemos decir que tienen un carácter
permanente o fijo para lograr la operatividad total deseada
de nuestras Fuerzas Armadas.

En cuanto al Ejército del Aire, los principales programas
evidentemente se reúnen en el sector de las aeronaves,
lo que representa el 61,5 por ciento de los 29.642 millones
de pesetas de que dispondrá este año, seguidos en importancia
por la electrónica, con un 31 por ciento, y los misiles
con un 3,6 por ciento. Como antes se indica, no se incluye
la financiación a este ejército del programa EF-2000, que
sigue las vías que antes cité. Entre los programas en el sector
de aeronaves continúa la modernización de los aviones
Hércules, la modernización de los aviones F-1, la adquisición
de los aviones F-18 de segunda mano para completar
los nueve escuadrones considerados necesarios, así como
una cantidad final para completar el pago de los 72 aviones
F-18 adquiridos la pasada década. En los misiles tiene gran
importancia la adquisición ya en marcha de los Sparrow,
misiles de medio alcance para dotar a los aviones F-18, sustituyendo
a los ya obsoletos existentes de modelos anteriores
que cumplieron ya su ciclo de vida. Gestionará el Ejército
del Aire el programa multinacional de alerta temprana
de la OTAN, NAEW, al que nos incorporaremos en un
futuro inmediato tras la finalización de las negociaciones
sobre la participación española a nivel industrial de personal
y operativo en el proyecto. En la electrónica destaca el
programa SIMCA, de mando y control, en sus apartados de
sensores, para continuar con los radares de vigilancia, los
centros de mando y las comunicaciones. Sólo este programa
se lleva el 25 por ciento del total de las inversiones del
Ejército del Aire.

En cuanto al órgano central, que incluye el Jemad, dentro
del programa 213.A, deben destacarse las inversiones
hace ya tiempo iniciadas en la guerra electrónica con el
programa Santiago, el sistema conjunto de telecomunicaciones
militares vía terrestre y el sistema de comunicaciones
militares vía satélite Secomsat, la observación desde
satélites con el programa Helios I, ya en servicio, y la entrada
en servicio del Helios II, una vez que se ponga definitivamente
en marcha este programa por todos los socios. Se
ha producido una reasignación de la responsabilidad de
alguno de estos programas e incluso de la forma de financiación,
habiendo pasado la parte del Hispasat del EMAD
a la DGAM y el Helios también a esta Dirección General,
todo ello para aprovechar las estructuras administrativas y
de gestión que existen actualmente y no duplicar esfuerzos
económicos de manera innecesaria en estos momentos.

Debe destacarse en este apartado la financiación que se
inicia del cuartel general subregional de la OTAN en
Madrid, así como el centro de mando para el sistema de
mando y control de la defensa aérea, programas que deberán
repercutir sobre los fondos de la OTAN que ésta dedica
a la infraestructura de uso común o compartido para los
países integrados en la Alianza Atlántica.

Merece mención especial en cuanto al mantenimiento
el incremento que este año vamos a aportar a un concepto
tan fundamental y tan importante en la operativa de las
Fuerzas Armadas. Las asignaciones presupuestarias están
muy ajustadas a unas necesidades que sin duda son superiores.

Debemos continuar el proceso de racionalización de
la actividad de sostenimiento a nivel global del Ministerio,
tratando de agrupar la obtención de repuestos cuando así
sea posible y la realización de los servicios de mantenimiento,
tanto por las instalaciones propias de los ejércitos
como de la industria, habiendo conversaciones ya con ésta
para lograr un equilibrio entre actividad interna y actividad
externa a la puramente de defensa. El destino de estas
inversiones, 74.485 millones de pesetas, ligeramente superior
a las del año pasado, se puede estimar que repercute en
una media del 25 por ciento para el exterior, principalmente
las obligadas adquisiciones de repuestos originales de
los fabricantes -digo exterior en el extranjero y un 75 por
ciento en el interior, lo que da una idea de la reducida
independencia
que actualmente tienen los grandes programas
de armamento del extranjero.

En investigación y desarrollo, dentro del programa presupuestario
542.C, dedicado a la investigación y desarrollo
de nuevos equipos, materiales y tecnologías para las Fuerzas
Armadas, deben destacarse tres tipos de programas. La
continuación del desarrollo del avión de combate europeo,
con unas necesidades para 1998 de 15.204 millones de
pesetas, cantidades destinadas al pago de costes todavía
vigentes de la fase de investigación, aunque ya en su etapa
final y, por tanto, en fondos decrecientes. Programas de
I+D dedicados a los distintos sectores tecnológicos y donde
destacan los de electrónica, subsistema de mando y control
de las fragatas, programas de cooperación internacional,
mids para el incremento de información de diversas procedencias,
aplicables entre otros al EF-2000, los misiles Evolved
Sea Sparrow, también para las fragatas F-100, puesto
de mando de artillería antiaérea, simulador de artillería de
campaña, guerra electrónica, comunicaciones navales y
terrestres, municiones especiales, etcétera; siempre bajo la
idea de invertir en aquellos sistemas que tengan aplicaciones
futuras en nuestras Fuerzas Armadas y repercutan favorablemente
sobre la capacidad tecnológica de las empresas
españolas. Los fondos destinados son unos 4.600 millones
de pesetas.

Programas de desarrollo nuevos o en proceso que tienen
una relación directa con adquisiciones futuras para los
tres ejércitos, que deben contar en una primera etapa con
unos fondos necesarios para asegurar la viabilidad de las
actividades posteriores de producción. En este caso están el
citado Helios II, el submarino S-80, actividades relacionadas



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con otros buques para la Armada, simulación y comunicaciones
del Ejército de Tierra, desarrollo de un nuevo
sistema táctico para los aviones de patrulla marítima del
Ejército del Aire, etcétera. Estos programas representan el
resto del programa 542.C, lo que viene a sumar unos 9.120
millones de pesetas.

En relación con la infraestructura, los niveles de asignación
de recursos a la infraestructura de la defensa, vía presupuestos
generales, son los que señalaré a continuación.

En inversión, 8.051 millones y en mantenimiento, 12.153
millones. Este nivel de recursos, desglosado por centros
directivos, es el siguiente: En el órgano central, en inversión,
3.165 millones y en mantenimiento, 7.063 millones.

En el Ejército de Tierra, en inversión, 2.730 millones y en
mantenimiento, 5.924 millones. En la Armada, 2.156
millones, en inversión y en mantenimiento, 1.249 millones.

En el Aire, en mantenimiento, 4.217 millones, porque sus
créditos de inversión los tiene integrados en programas de
lo que es armamento y material por la pequeña incidencia
que tiene la infraestructura dentro de esos grandes programas
que tienen una vertiente mayor de armamento y material.




Criterios básicos del presupuesto de infraestructura. Los
recursos señalados, empleados con estricto criterios de
racionalización y optimización, pretenden dar respuesta a
los siguientes criterios de la política de infraestructura: continuar
las reformas necesarias en la infraestructura de
defensa, especialmente los alojamientos, asociadas al proceso
total de profesionalización de las Fuerzas Armadas;
comenzar asimismo la adaptación de la estructura periférica,
especialmente centros de reclutamiento, para adecuarla
a las necesidades de unas Fuerzas Armadas profesionalizadas;
continuar los planes y programas actualmente en marcha,
entre los que destacan el Plan de modernización de los
acuartelamientos de la Guardia Real en El Pardo, el Plan
Norte, los planes integrales de Ceuta y Melilla, el Plan de
polvorines y construcción de la nueva base de la Bripac en
Paracuellos, el Plan director modificado del TEAR de la
Armada y el traslado de los polvorines de Fadricas así
como el programa Simca del Ejército del Aire. Promover
asimismo la necesaria coordinación y eficaz cooperación
entre los ejércitos para la utilización conjunta de instalaciones;
un proyecto emblemático de esta acción política es la
nueva escuela superior de las Fuerzas Armadas, a la que se
destinan recursos por valor de 490 millones de pesetas para
que puedan iniciar sus actividades en el próximo curso.

Otra actuación en el mismo sentido es el inicio del Plan de
centros disciplinarios conjuntos de las Fuerzas Armadas,
con la construcción del centro disciplinario conjunto de la
zona centro en la base de San Pedro, de Colmenar. Ambas
actuaciones están financiadas por el órgano central. También,
la continuación de las actuaciones destinadas a mejorar
la calidad ambiental de la infraestructura de defensa. Se
presupuesta para el año 1999 una programación diferenciada
de inversiones en medio ambiente. Asaber: calidad de la
atmósfera, 620 millones de pesetas; calidad del agua, 437,6
millones; gestión de residuos, 36 millones; calidad del
suelo, 35,4 millones. Un total de 1.129 millones de pesetas,
de los que 445 millones son financiados por el órgano central
y el resto por los cuarteles generales en sus respectivos
programas de infraestructura.

Aparte de las actuaciones de carácter divulgativo y de
formación destinada a desarrollar e incrementar la conciencia
medioambiental en el ámbito de la defensa, el departamento
está ultimando para el ejercicio 1999 la implantación
de sistemas de gestión medioambiental, certificados
conforme a la norma ISO-14 001, en diferentes unidades
de las Fuerzas Armadas. Hemos comenzado por el campo
de adiestramiento de la Sierra del Retín, el campo de
maniobras del Palancar y la base aérea de Getafe. La
implantación de estos sistemas significa la materialización
de la nueva política del departamento sobre medio ambiente
contenida en la Directiva ministerial número 107, de 2
de junio de 1997. Estas actuaciones confirman la consolidación
de la protección del medio ambiente como un objetivo
básico de la política de infraestructura del departamento,
en colaboración estrecha con otras administraciones
públicas, el Ministerio de Fomento, el Ministerio de Medio
Ambiente y los parques nacionales.

Por otro lado, la integración de España en la estructura
militar de la OTAN representa para la infraestructura de
Defensa el comienzo de una nueva y trascendental etapa
que plantea retos singulares, como son la integración en el
sistema de planeamiento y programación de la infraestructura
de Defensa, de los proyectos de infraestructura incluidos
en los paquetes de capacidad de los programas de
inversiones de seguridad de la OTAN, en los que España se
constituye como nación anfitriona.

Los proyectos incluidos en este programa, que reflejan
los requisitos mínimos militares estipulados por la OTAN,
a financiar por fondos de la OTAN, pueden incluir requisitos
nacionales que serían financiados con fondos propios
del Ministerio de Defensa de España. Esto obliga a establecer
una programación diferenciada de ambos tipos de
requisitos a efectos de dar respuesta a los citados mecanismos
de presupuestación tanto nacional como OTAN. Para
1999 está previsto continuar la ejecución de la asistencia
técnica para la elaboración del proyecto del edificio CARS
de la base aérea de Torrejón, con una asignación de 297
millones de pesetas -33 millones de pesetas ha habido en
1998-. Adicionalmente, están programados fondos por
importe de 1.053 millones para la rehabilitación del Cuartel
General del Mando Subregional suroeste OTAN que ya
mencioné anteriormente. En definitiva, y por primera vez
desde la creación del Ministerio de Defensa, los Presupuestos
Generales del Estado para 1999 contemplan una asignación
de recursos por valor de 1.350 millones de pesetas,
que serán financiados conjuntamente con la OTAN.

En relación con los recursos adicionales de la Gerencia
de Infraestructuras, a los niveles de asignación de recursos
para la infraestructura de Defensa vía presupuestos generales
hay que añadir los recursos obtenidos por la generación
de créditos resultantes de la enajenación de aquellos bienes
inmuebles de dominio público afectados al Ministerio de
Defensa que resultan innecesarios a sus fines como consecuencia
del nuevo modelo territorial de las Fuerzas Armadas.

En este sentido, el esfuerzo de enajenación previsto
para 1999 por el organismo autónomo de la Gerencia de
Infraestructuras permite realizar las siguientes precisiones.

De cara al ejercicio 1999, y por primera vez desde la creación
del organismo autónomo, la ley de acompañamiento
de los Presupuestos Generales del Estado estipulará que los



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recursos obtenidos por enajenación podrán ser utilizados
no solamente para infraestructuras, sino también para la
adquisición de armamento y material. Este hecho viene a
representar un paso cualitativo y esperanzador para ayuda
a la financiación de los actuales programas de modernización
de los ejércitos. De esta forma, el total de la inversión
prevista con cargo a estos recursos se desglosará en inversiones
dedicadas a los programas de armamento y material
y en inversiones dedicadas a programas de infraestructura.

El citado esfuerzo de enajenación es, a su vez, un reflejo
del gran empuje acometido por los cuarteles generales
de los ejércitos en el proceso de transformación a una configuración
desde el punto de vista territorial de unas Fuerzas
Armadas modernas, sostenibles y adaptadas a los nuevos
requisitos de profesionalización y necesidades de
armamento y material. Potencia esta nueva ley la utilidad
del organismo autónomo Gerencia de Infraestructuras
como herramientas de gestión de la infraestructura, sin
cuyo concurso no hubiese sido posible, por ejemplo, un
programa de tanta trascendencia como el Plan Norte.

En relación con el capítulo 7, transferencias de capital,
se mantienen similares dotaciones a las de 1998, es decir,
7.613 millones de pesetas. Estos créditos son el complemento
necesario al gasto directo de proyectos de I+D realizados
por organismos autónomos adscritos a la Defensa.

En cuanto a los organismos y las cantidades que reciben,
estos son: la cría caballar, 138 millones, canal de experiencias
de El Pardo, 179 y el Instituto Nacional de Técnica
Aeroespacial, 7.296, por esta vía.

En relación con los siete organismos autónomos del
Ministerio de Defensa, su presupuesto total asciende a
137.338 millones de pesetas, lo que representa un incremento
del 6,8 por ciento respecto a 1998. Estos organismos
contribuyen de forma significativa al desarrollo de los programas
de Defensa. Así, dentro de las competencias de la
Secretaría de Estado, la Gerencia de Infraestructuras y
Equipamiento de la Defensa y el servicio militar de construcciones
son piezas hoy básicas de apoyo logístico en las
Fuerzas Armadas. En el área de la infraestructura y en el
canal de experiencias de El Pardo y en el Instituto de Técnica
Aeroespacial también son piezas claves en el apoyo a
la realización de la investigación y, sobre todo, del desarrollo
de los proyectos de Defensa.

En cuanto al Cesid, con un presupuesto para 1999,
excluidos los gastos de personal, de 4.829 millones de
pesetas, se puede decir que incrementa en un 3 por ciento,
aumento que se centra en su totalidad en sus gastos corrientes
o de funcionamiento. El capítulo 2, gastos corrientes y
servicios, se ha incrementado en 102 millones de pesetas,
de los que 50 millones, correspondientes a gastos reservados,
han sido transferidos de las dotaciones que con el
mismo fin se asignan al Ministro de Defensa, que para
1999 dispondrá de 50 millones menos que en 1998. Los
restantes 52 millones corresponden a un incremento de l1,8
por ciento respecto a 1998 para mantener el poder adquisitivo
de estos créditos.

Respecto a los fondos reservados, los 1.000 millones
asignados para este año siguiente siendo insuficientes para
atender sus necesidades, fundamentalmente los relacionados
con compromisos internacionales. Por esta razón se
aumenta en los 50 millones, que, como ya he indicado, proceden
de la dotación del Ministro de Defensa.

En el capítulo 4, transferencias corrientes, se asignan 40
millones de pesetas para la acción social del personal, hasta
ahora apoyado en lo posible con los créditos de la Subsecretaría.

En el capítulo 6 se mantienen las mismas cifras
que en 1998.

En relación con el INTA, Instituto Nacional de Técnica
Aeroespacial, los gatos de personal ascenderán a 5.780
millones de pesetas, produciéndose un incremento del 3,4
millones. La variación para 1999 se corresponde con un
incremento de 15 plazas de funcionarios de los grupos A, B
y C, precisamente para procurar que el incremento se oriente
a reducir la diferencia numérica del personal científico
con sus centros homólogos en Europa. El INTA tiene un
tanto por ciento de personal científico del 25 por ciento,
mientras en los institutos europeos similares este porcentaje
es del 70 por ciento. Para tratar de disminuir, además, la
diferencia de personal científico con otros centros, como
ya he dicho, se incrementarán los recursos del capítulo 1.

En cuanto al capítulo 2, permanece constante el presupuesto
de gastos corrientes de funcionamiento para 1999,
con las siguientes excepciones que incrementan el porcentaje
indicado. En limpieza de edificios y seguridad la variación
se corresponde con el incremento de edificios acaecido
en los últimos años y supone un 3,43 por ciento de
aumento sobre el año pasado. Los gastos financieros permanecen
invariables, las transferencias corrientes también
y las inversiones reales también. El incremento en éstas es
cero. La reposición de la infraestructura permanece constante;
se incrementa la mejora y conservación de medios e
instalaciones; se incrementa en 50 millones programas de
estructuras avanzadas; se incremento en 50 millones programas
en termofluidodinámica; se incrementa en 50
millones programas de sistemas de tráfico aéreo y navegación
y se incrementa en 20 millones programas relacionados
con las modificaciones de superficie. Asimismo, la
reflectividad radar y la competitividad electromagnética
reciben un incremento del 38,8 por ciento.

En tecnología de la información conviene mencionar el
incremento de 250 millones de pesetas en un nuevo programa
sobre esta área. Asimismo, en guerra electrónica, 34
millones sobre el año pasado. El resto de los programas o
permanece con inversión invariable o tiene incrementos
realmente poco notables.

El total del presupuesto de gastos del INTA para el año
1999 es de 14.525 millones de pesetas, un 1,53 más que el
año pasado. En cuanto a los ingresos, recibirá 4.344 millones
vía transferencias corrientes, 2.855 vía ingresos patrimoniales,
7.295 vía transferencias de capital y 30 vía capítulo
8, activos financieros, para unos ingresos totales de
14.525.156.000, que se corresponden con los gastos, como
es natural.

En cuanto a las disposiciones legislativas que acompañan
tanto a la Ley de presupuestos como a la de acompañamiento,
se incluye al año que viene la posibilidad de que
durante el año 1999 se puedan incorporar al presupuesto de
Defensa los remanentes de créditos comprometidos correspondientes
a inversiones de modernización y sostenimiento
de las Fuerzas Armadas; se incluyen asimismo créditos
ampliables para las operaciones de mantenimiento de la



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paz y se incluye la reestructuración del organismo autónomo
Gerencia de Infraestructura, por aplicación de la Ley de
Organización y Funcionamiento de la Administración
General del Estado, Lofage, que adopta la nueva denominación
de Gerencia de Infraestructura y Equipamiento de
la Defensa y que tendrá como funciones, como ya he repetido,
tanto la adquisición de infraestructura como la dotación
de armamento y material y, en su caso, vía generación
de crédito, también la dotación del capítulo 2, Gerencia de
Infraestructura, en aquellos aspectos que afecten a la operativa
de las Fuerzas Armadas.

Puedo concluir esta presentación de los presupuestos de
Defensa para el año 1999 manifestando que reflejan la continuidad
del impulso político del Gobierno al proyecto de
renovación de las Fuerzas Armadas y con ello al de la
defensa de España. El objetivo es lograr una defensa
moderna, eficaz, equilibrada y conjuntada, esto es, orientada
hacia el futuro, ese futuro que hoy queremos todos para
España y que compartimos plenamente con nuestros socios
en el mundo. Este nuevo peso internacional de España, que
comporta unas responsabilidades a las que haremos frente,
nos marca la pauta de actuación de nuestra política presupuestaria
de Defensa, la profesionalización y la modernización,
su plena participación en los organismos internacionales,
que protegen los sistemas políticos, económicos y
sociales más avanzados hoy día en el mundo y en el que
nosotros queremos que España esté integrada.

Por todo ello, merece la pena trabajar, y por todo ello
estamos seguros de que los españoles sentirán cada vez
más su defensa como un bien fundamental que provee la
acción del Estado a sus ciudadanos y como una garantía de
sus derechos y libertades y, en última instancia, de su paz.




El señor PRESIDENTE: Voy a dar la palabra a los
diversos portavoces de los grupos parlamentarios, empezando
por aquéllos que solicitaron cada una de las comparecencias
y abriendo después un turno más amplio.

Como ven, tenemos un orden del día muy intenso y los
comparecientes van a ser muchos, por tanto, rogaría a todos
concisión en el planteamiento de sus intervenciones y preguntas.




En primer lugar, tienen la palabra el portavoz del Grupo
Mixto, señor Rodríguez Sánchez.




El señor RODRÍGUEZ SÁNCHEZ: Intervengo brevísimamente.




Quería plantearle al señor secretario de Estado cinco
cuestiones. La primera es si nos podría aclarar, en relación
con la contribución del Estado español a la organización
internacional del Tratado del Atlántico Norte, cuál es la
partida exacta y con qué criterios se estableció la contribución
del Estado español en este organismos internacional.

Asimismo, en relación con este tema, si nos podría decir,
en primer lugar, las partidas que hay presupuestadas para
participar en intervenciones militares en zonas conflictivas
promovidas con cobertura de la ONU, de la OTAN o de
otras organizaciones de carácter internacional.

En segundo lugar, quería saber si en las partidas que
maneja la Gerencia de Infraestructuras hay alguna que vaya
a ir destinada a conservación y restauración de bienes desafectados
que no tengan fácil comprador, o bien, que tengan
un valor histórico-artístico, o bien, que sean reutilizados
para algún fin por las Fuerzas Armadas a pesar de ser desafectados.




En tercer lugar, quería saber si el Ministerio de Defensa
tiene claro que la inversión que está presupuestada y que
aparece territorializada, en concreto, en Galicia, de 8.000
millones de pesetas, y que para el ejercicio de 1999 serían
exclusivamente 1.000 millones, es para la fabricación del
fusil que aparece ahí como cetme-556, si se va a empezar
en el ejercicio de 1999 con toda claridad o seguirá siendo
postergada y no definida su construcción y el modelo que
se va a utilizar.

En último término, quería formular dos cuestiones más.

Una, que se refiere a la partida de 494 millones de pesetas
para conservación, mejora y sustitución de viviendas que
está territorializada para Galicia, en concreto, para qué parque
de vivienda se va a destinar, si es que está definida en
esos términos la partida. Por último, los créditos de industria,
que usted situó en 195.000 millones, para desarrollo
tecnológico, entendemos que son créditos que van a las
empresas. Como vemos que las partidas que aparecen en
concreto en la programación plurianual solamente llegan
hasta el año 2002, pero que en casos como el de las fragatas
va a ser hasta el año 2015, en relación con el coste total
de las fragatas F-100 quería saber cuándo prevé usted que
va a tener que empezar a desembolsar el Ministerio de
Defensa las grandes partidas para la financiación, para que
las factorías que las construyan no tengan que hacer frente
con nuevos créditos al dinero que, sin duda, van a tener
devolver de los créditos que ya están recibiendo a partir de
este momento, en concepto de desarrollo tecnológico.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el portavoz
del Grupo de Izquierda Unida, don Willy Meyer.

Si el portavoz del Grupo Socialista no tiene inconveniente,
iremos de menos a más.




El señor MARSAL MUNTALÁ: No hay ningún
inconveniente por parte nuestra.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Marsal.




El señor MEYER PLEITE: Gracias, señor secretario
de Estado, por su presentación de los presupuestos.

Desde Izquierda Unida no compartimos la metodología
que emplea el Gobierno para entender el incremento del
gasto militar y de defensa en España. Como ustedes conocen
la propia OTAN utiliza una metodología estadística
estandarizada que hace que, a la hora de entender lo que un
Estado gasta en defensa, pueda ser después comparado de
una manera estandarizada. Siguiendo esa pauta de la propia
OTAN, que es este caso, podemos compartir en cuanto a
estadística se refiere, a la hora de hablar con claridad de lo
que España aporta al gasto de Defensa no compartimos que
se presente -como se ha presentado por parte del Secretario
de Estado- para 1999 un gasto de 928.172 millones de
pesetas. Creo que con rigor y siguiendo con esta pauta,
nosotros incluimos las clases pasivas de carácter militar, la
Guardia Civil en su carácter de cuerpo militarizado, todo lo
que devienen del gasto de la objeción de conciencia, los
créditos del Ministerio de Industria, en sus programas EFA2000,



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F-100 y Leopard-2, la cuota OTAN y UEO y los
organismos autónomos. De manera que sumando todos
estos gastos de inversión, podríamos estar en 1998 en torno
al 2,2 por ciento del PIB. Indudablemente, en esta recta con
el horizonte del 2003, que será el de la plena profesionalización,
que podremos superar los dos billones de pesetas
de gastos de defensa, de gastos militares; es decir, el 2,5
por ciento del PIB.

Desde nuestro punto de vista estos son los gastos reales
que el Estado español va a aportar a defensa. Si esto es así
en el año 2003 nos vamos a situar con un gasto militar que
va a estar por encima del gasto de Noruega, de Italia, de
Holanda, de Dinamarca, de Alemania, de Bélgica o de
Canadá. Este gasto va a suponer el equivalente a diez veces
más que el presupuesto de Naciones Unidas para 1998,
nueve más que el gasto de todas las operaciones de mantenimiento
de la paz, veinticinco más que el presupuesto de
la Unesco, once más que el presupuesto del Programa
Mundial de Alimentos y veinte veces más que el presupuesto
de la FAO.

Como SS. SS. conocen y el secretario de Estado también,
porque hemos tenido oportunidad de ir debatiendo a
lo largo de la legislatura, Izquierda Unida no comparte el
actual modelo de seguridad, no hemos compartido nuestro
ingreso en la estructura militar de la OTAN, no compartimos
el volumen de ejército profesional ni el sistema de
armas del ejército profesional. No lo compartimos porque
creemos que ha sido un error y habría que apostar por otro
modelo de seguridad.

La última lectura de la intervención, en relación con el
conflicto de Kosovo, en donde por primera vez la OTAN
ha estado o está dispuesta a intervenir en un conflicto militar
sin el mandato expreso de la ONU y del Consejo de
Seguridad; incluso la lectura que ha hecho el Gobierno en
relación con esta intervención, contraviniendo un acuerdo
de 1995 de esta Cámara, en el que se decía que como condición
indispensable para una operación internacional se
debería tener el mandato claro y expreso del Consejo de
Seguridad; y con toda esta nueva lectura, con este presupuesto,
que lógicamente tiene que ver con estos dos compromisos
-la integración en la estructura militar y el
modelo de fuerza profesional armada que defiende el
Gobierno del Parido Popular y sus socios-, nosotros nos
distanciamos totalmente. Creemos que es un tremendo
error que España siga este modelo de seguridad y consiguientemente
tenga que soportar este incremento del gasto
militar. Pensamos que hay otra posible vía a partir del fin
de la guerra fría y ustedes ya conocen cuál es nuestra alternativa:
ir desmilitarizando la seguridad, una seguridad cooperativa
en Europea, ir pasando progresivamente de ejércitos
nacionales a fuerza internacional bajo mandato de
Naciones Unidas, en fin no me voy a extender. Lo que sí
quería afirmar es que entendemos que es un presupuesto
que, por encima de otras necesidades sociales del Estado
español, no se debía de presentar; creo que es bastante
impresentable desde el punto de vista de lo que significa
para el conjunto de lo que son las necesidades sociales del
Estado, que está sobredimensionado.

A partir de estas consideraciones, quería hacerle algunas
precisiones o preguntas más claras. En primer lugar, al
igual que ha hecho el portavoz del Bloque Nacionalista
Gallego, la verdad es que nuestra participación en la cuota
OTAN, de 186.000 millones de pesetas, nos parece que
merecería una explicación. En este asunto, Izquierda Unidad,
a partir de esta nueva lectura de la intervención, va a
ser mucho más exigente en cuanto a nuestra participación
en la OTAN. Por lo tanto, nos gustaría conocer a qué obedece
este incremento importante, a qué se destina, cuáles
son sus fines, etcétera.

Después hay un error en el presupuesto. Si mis cálculos
no están errados, se mantienen 1.000 millones para el programa
Cetme-556. Yo creo que el enunciado debía ser otro,
el fusil de asalto que sea, pero ya no el Cetme, porque parece
que no será por el Cetme por el que se va a optar para
dotar a nuestras Fuerzas Armadas. Si no es un error, creo
que merecería la pena que usted lo explicara porque la decisión
es otra, desde el punto de vista de lo que conocemos
por parte de la propia Administración.

Nos extraña que el programa de modernización de los
submarinos se alargue hasta el 2001, tal vez porque a España,
en las misiones OTAN, se le dan las funciones de cazaminas
y se opta por este programa y se abandona el de
modernización de submarinos. Me gustaría que nos diera
alguna explicación sobre este asunto.

Una cosa que nos ha sorprendido mucho en la ley de
acompañamiento es la derogación, por un lado, de la Ley
de la Gerencia de Infraestructuras de la Defensa y, por otro,
una nueva ley, cuando en la Cámara estamos debatiendo la
modificación de la ley. Me gustaría que nos contara cómo
es posible que por un lado deroguen la ley en la ley de
acompañamiento y por otro lado se presenta una nueva ley.

Ya hemos manifestado al Gobierno, y creo que a usted
también, cuál es nuestra posición respecto a la futura ley de
la gerencia de infraestructuras de la Defensa, en la que nos
oponemos con rotundidad a que se pueda dedicar las ventas
inmobiliarias acumuladas por el Ministerio de Defensa
para compra de armamento. No lo compartimos, hemos
hecho siempre mención a que la mayoría de patrimonio
acumulado del Ministerio de Defensa, proveniente del
entonces Ministerio de la Guerra, era un patrimonio cedido
la mayoría de las veces gratuitamente por los municipios,
otras veces de forma condicionada, y no se entiende que,
desde ahora, por una interpretación legítima, pero que no
compartimos, esa enajenación se vaya a destinar a compra
de armamento. Esta es una consecuencia de la apuesta que
ha hecho el Gobierno de un ejército sobredimensionado
para las necesidades de la defensa, que tiene que buscar
dinero por donde sea, y esta es una vía legítima, pero que
no la compartimos. Hay otras necesidades sociales, incluso
dentro de los propios profesionales de las Fuerzas Armadas
antes que adquirir armamento.

Finalmente, para ir acabando, señor secretario de Estado,
en relación con el incremento del Cesid, del Servicio de
Inteligencia y Contrainteligencia, es verdad que sube 50
millones de pesetas en cuanto a gastos reservados se refiere.

Estamos en 1.000 millones de pesetas de gastos reservados.

Le voy a decir lo mismo que le dije anteayer al secretario
de Estado de Seguridad, cuando presentaba los
presupuestos de Defensa. En ese Ministerio sí que ha habido
un incremento de 500 a 900 millones en gastos reservados,
un incremento muy importante. Le pregunto lo mismo
que entonces, que cuándo va a presentar el Gobierno, puesto



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que estamos deseando tenerlo en la Cámara, un proyecto
de reforma, reestructuración y homologación de nuestro
servicio de inteligencia a un país moderno como España y
en un entorno absolutamente democrático y democratizado.

Es verdad que en este capítulo de fondos reservados, de
Cesid, no estaremos satisfechos -que se nos diga la cantidad-
si no se acompaña con una ley que permita a la
Cámara, no a través de la Comisión que existe en estos
momentos, una Comisión genérica, sino específica, un control
periódico de los servicios de inteligencia, como ocurre
en Alemania o en Estados Unidos; es decir, que los representantes
del pueblo español tengamos la capacidad de
hacer un seguimiento a pie de obra de lo que significa todo
lo que es el servicio de inteligencia y contrainteligencia.

Finalmente, señor secretario de Estado, hemos visto que
se sigue manteniendo el programa lanzadera, con 1.256
millones de pesetas, que en principio estaba previsto instalar
en la isla de Hierro en Canarias. Parece que esto no va
adelante y me gustaría conocer, si se mantiene, como veo
que se mantiene -y nos parece interesante-, si tienen ya
pensada la ubicación de este proyecto de lanzadera.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Socialista, tiene
la palabra el señor Marsal.




El señor MARSALMUNTALÁ: Bienvenido de nuevo
a la Comisión de Defensa, señor secretario de Estado de
Defensa.

En primer lugar quería felicitarle por la buena presentación
que ha hecho de los presupuestos. Ha hecho una primera
parte de valoraciones políticas, lógicamente positivas
para la política del Gobierno, y en segunda lugar una descripción
amplia y profunda del presupuesto.

Compartimos buena parte de los objetivos que ha
expresado especialmente la modernización de las Fuerzas
Armadas, o el enfoque industrial de la política de defensa,
en lo que se refiere a la modernización. Compartimos también
algunos de los instrumentos que se van a utilizar para
realizar estos objetivos, aunque no todos, pero tenemos
algunas dudas sobre la eficacia real y alguna de las consecuencias,
que puede ser perniciosas, de los mecanismos e
instrumentos que este Gobierno utiliza.

Esta comparecencia no es para mantener un debate
sobre políticas de defensa. En el Pleno, si hay una enmienda
de totalidad, y en la Comisión de Presupuestos, a través
de las enmiendas, haremos este debate. La misión de esta
comparecencia es que los grupos podamos preguntar las
dudas que tenemos sobre los presupuestos presentados y,
una vez resueltas estas dudas, podamos hacer una valoración
global del presupuesto de Defensa y elaborar las
enmiendas que estimemos oportunas.

Algunas de las preguntas que teníamos pensadas ya han
sido respondidas, por lo que, en la medida de lo posible, no
voy a reiterarlas. Hay mucho campo. Su exposición, muy
extensa, ha durado casi una hora, porque hay temas que
afectan directamente a la Secretaría de Estado y otros más
genéricos. Voy a agrupar nuestras preguntas en seis bloques;
uno, sobre el presupuestos y la evolución presupuestaria;
un segundo bloque sobre el carácter plurianual de los
programas y su incidencia en la modernización y profesionalización;
unas consideraciones respecto al recurso al
capítulo 8 de Defensa; un cuarto bloque de cuestiones específicas,
muy concretas, del presupuesto, que le afectan a
usted directamente como secretario de Estado; un quinto
bloque de cuestiones referentes a organismos autónomos y
otros entes; y finalmente una cuestiones referentes al
INTA, ya que también pedimos su comparecencia específica
como presidente de dicho Instituto, comparecencia que
ha sido acumulada a ésta, cosa que nos parece perfecta.

Vayamos, pues, al primer bloque de preguntas. La primera
pregunta es muy concisa y tal ve sorprendente. ¿Por
qué ha bajado el presupuesto de Defensa para el año 1998
respecto al presupuesto de Defensa del año 1997? Le formulo
esta pregunta porque, cuando debatimos los presupuestos,
a veces nos parece que discutimos sobre realidades
y los presupuestos son en realidad una expresión de
voluntades, de deseos, de instrumentos para realizar una
política, pero lo que realmente nos indica lo que se ha
hecho, la realización real del presupuesto, es la liquidación
presupuestaria. Con los datos aportados por el Gobierno,
en el año 1997, las obligaciones reconocidas, es decir el
gasto real del Ministerio de Defensa -Ministerio de
Defensa estrictamente- fue de 941.509 millones, mientras
que la previsión de cierre de liquidación de presupuesto del
año 1998 es de 936.381 millones. Es decir, aquellos 28.000
millones que se nos decía hace un año que subía el presupuesto
de Defensa, a la hora de la verdad, se han convertido
no en un aumento sino en un descenso de 5.200 millones
de pesetas. ¿Por qué se ha producido esto?
Aunque no sea un dato homogéneo, por tanto totalmente
comparable, si el gasto real del año 1998 ha sido de
936.381 millones, el presupuesto se nos presenta para el
año 1999 es 8.200 millones inferior al gasto real del presupuesto
de 1998. Evidentemente, esta última comparación
no es homogénea, por lo que no deja de ser un cierto sofisma,
pero la primera sí es correcta: los gastos de Defensa en
el año 1998 han descendido 5.200 millones.

Respecto al presupuesto para 1999 estrictamente, usted
mismo ha reconocido que no es totalmente satisfactorio y
que difícilmente va a dar respuesta a las necesidades reales
de las Fuerzas Armadas, por lo que se ha tenido que recurrir
a otros procedimientos, que se especifican y que usted
ha detallado precisamente, tanto en la ley de presupuestos
como en la ley de acompañamiento.

El 27 de julio de este año, el ministro de Defensa afirmó
que el presupuesto de Defensa iba a subir 100.000
millones; el presupuesto que se nos presenta sube, como
usted muy bien ha dicho, 30.742 millones. ¿Qué ha pasado
con los 70.000 millones de diferencia entre el 27 de julio y
el 30 de septiembre?
En el presupuesto también observamos, y usted lo ha
señalado, que las operaciones por gastos corrientes suben
un 4,75 por ciento; en cambio, los gastos de inversión disminuyen
un 0,08 por ciento, si bien es cierto que, si le
sumamos el capítulo 7 como gasto de capital, queda exactamente
la misma cantidad que el año pasado, lo que quiere
decir que, en pesetas constantes, las inversiones disminuyen
un 1,8 por ciento. Volvemos un año más a la situación
en la cual la relación entre gastos de personal y otros gastos
vuelve a sufrir un deterioro en favor de aquello que todos
decimos que no tendría que ser, los gastos de personal, ya
que, en 1998, los gastos de personal eran del 57,5 por ciento



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y este año suben al 58,2 por ciento del presupuesto,
mientras que los gastos de operatividad y de modernización
bajan del 42,5 por ciento al 41,8 por ciento. Evidentemente,
esto tiene una explicación, la prioridad dada al proceso
de profesionalización. ¿Por qué no se ha hecho un
esfuerzo para que también hubiese un incremento de los
gastos de modernización y operatividad de las Fuerzas
Armadas? Se puede recurrir a los 200.000 millones que
hay en Industria, pero esto no deja de ser cierto sofisma, al
menos en lo que respecta al presupuesto de Defensa, porque
a partir del 2002 tendremos que pagarlo desde este presupuesto.




Paso al segundo bloque, la modernización y la plurianualidad.

Es difícil realizar un debate, unas precisiones,
sobre la modernización considerando únicamente el presupuesto
anual, hay que considerarlo en un bloque más extenso,
que es la planificación plurianual, que de alguna forma
aparece también en los anexos de inversiones que acompañan
al presupuesto.

Es evidente que no se están cumpliendo aquellas previsiones
que barajábamos en los estudios de la Comisión
Mixta, donde hacíamos una previsiones de aumento de costes
de personal y de costes de modernización. Esto no es
así, los de profesionalización suben de manera significativa,
pero los de modernización quedan estancados. ¿Hasta
qué punto considera que esto podría poner en peligro el
propio proceso de profesionalización y modernización?
Sobre los gastos de profesionalización, aunque después
en su comparecencia el subsecretario hará referencias más
concretas, tengo una duda y creo que usted la comparte por
alguna consideración que ha hecho. El capítulo 1 se incrementa
en 24.542 millones. ¿Van a ser suficientes? Yo tengo
mis dudas. Haciendo un cálculo por alto, el incremento del
1,8 por ciento de los haberes puede suponer alrededor de
unos 10.000 millones de pesetas de incremento. La consolidación
de los 12.500 nuevos soldados que entrarán este
año va a suponer unos 9.000 millones aproximadamente y
la parte correspondiente al presupuesto para 1999, de los
17.500 que previsiblemente van a entrar, supone unos
13.000 millones. Solamente la suma de esto, sin entrar en
más detalles del presupuesto, supone 32.000 millones de
incremento, 8.000 millones más que el incremento que se
presupuesta en el capítulo 1.

Sobre la inversión, aparte de lo ya señalado de que la
inversión queda estancada o se reduce al menos en pesetas
constantes, respecto al análisis de la ejecución de los presupuestos
quería plantearle que el grado de ejecución de los
programas de inversión, o los más relacionados con la
inversión, es inferior al de los otros programas. Si lo consideramos
por capítulos, el capítulo 1 se cerró en el año 1997
con una ejecución del 99,6 por ciento, el del capítulo 2 se
cerró con un 99,4 por ciento; en cambio, el capítulo 6 solamente
se cerró con un 95,3 por ciento. Desde el punto de
vista de los programas, el grado de ejecución a mediados
del año 1999 es inferior en los programas que suponen
modernización y apoyo logístico que en los otros. Concretamente,
son cifras muy bajas a 30 de junio, según los datos
enviados por el Gobierno. El programa 213.A, de modernización,
supone solamente una realización del 27,21 por
ciento y el apoyo logístico un 37,53 por ciento. Sabemos
que en el último semestre los proyectos de inversión sufren
una aceleración más importante, pero consideramos la cifra
muy baja y nos hace temer que este año el grado de ejecución
de los presupuestos de inversión sea aún inferior al del
año 1997 y alguno anterior.

¿Qué pasará, señor secretario de Estado, en el año 2002-
2003, cuando se inicien para Defensa los pagos de los tres
principales programas de inversión que hasta entonces se
van pagando a través de los créditos retornables de industria?
El año pasado aún no figuraba en la programación
plurianual, porque no aparecía el año 2002. Pero este año
en que aparece ya la programación de inversiones prevista
para el 2002, observamos que va a haber un incremento
muy importante de varias decenas de miles de millones.

¿Qué va a pasar en 2002 y 2003 si la situación económica
no es tan buena como la actual, a menos hasta el momento
y los presupuestos de Defensa no pueden subir entre un 10
y un 15 por ciento, que es lo que tendrían que subir?
Relacionado con estos aspectos, queríamos preguntarle
si sigue vigente su compromiso de presentar una ley-programa
o de dotaciones en el transcurso de esta legislatura.

Con el proceso abierto desde hace un año de profesionalización
y modernización y con estos datos que estamos
señalando en este momento, sería bueno -y así se lo proponemos
formalmente- que el Ministerio de Defensa presentara
un libro blanco sobre el futuro de la defensa en
nuestro país, sobre el modelo, sus posibilidades reales y sus
posibilidades de ejecución.

Entramos en el tercer bloque de preguntas respecto al
capítulo 8 de Industria. Para nosotros no es criticable en
sentido estricto el uso de este instrumento del capítulo 8. Si
sería más lógico que estuviera en el capítulo 8 de Industria
o de Defensa, sería un tema discutible, pero no vamos a
hacer debate de esto. Tampoco creemos que los gastos en
I+D de Defensa no sean gastos de I+D y que los únicos
gastos sean los civiles. Creemos que los gastos de I+D de
Defensa son gastos de I+D y, en muchos casos, muchos de
ellos son gastos duales, pues tienen tanto aplicación civil
como militar. En cambio, sí que tenemos algunas dudas
sobre la clasificación de estas aportaciones del capítulo 8,
consideradas como I+D por parte de Industria en un programa.

¿Por qué? Le voy a poner el ejemplo más claro para
saber cuál es su opinión. Desde el punto de vista de las
empresas no tiene importancia, desde el punto de vista de
la contabilidad nacional y de las políticas nacionales sí que
la tiene. En el caso de las fragatas su coste estricto es de
280.000 millones de pesetas. El convenio suscrito entre
Industria y Bazán para aportaciones a lo largo de estos años
hasta el 2004 de Industria a Bazán es de unos 240.000
millones de pesetas. ¿Alguien puede creerse que en un programa
de 280.000 millones de construcción de cuatro fragatas
240.000 millones son I+D? Difícilmente puede justificarse.

No podemos engañarnos ni desde el punto de vista
de Industria, ni desde el punto de vista de Defensa. La aplicación
del capítulo 8 de Industria es un instrumento que no
criticamos, pero sí criticamos seriamente que esto se compute
como gastos de I+D.

Hay algo que nos preocupa más, que a usted también le
puede preocupar y se lo vamos a exponer para que lo transmita:
son las cantidades consignadas en el capítulo 8 en
Industria. ¿Realmente se gastan? ¿Al acabar el año, Industria
las ha gastado? Por los datos que nos envía el propio



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Gobierno, creemos que no es así. En el año 1997 de la cantidad
presupuestada, que debía ser de unos 90.000 millones,
sólo se ha reconocido un 85,4 por ciento de obligaciones,
y lo que es más preocupante para las industrias, sólo se
ha pagado un 26,5 por ciento de esta cantidad. La previsión
para 1998 aún es más alarmante porque se prevé que únicamente
se reconocerá un 60,3 por ciento de las obligaciones
y se realizará un 31,7 por ciento de los pagos. Si esta tendencia
continúa en el presupuesto de 1999, donde hay
200.000 millones de pesetas, pondría en duda la efectividad
real de este instrumento y, sobre todo, podría poner en
peligro las cuentas de explotación de las empresas que se
benefician de estas transferencias del capítulo 8. Si estos
datos son correctos, le pediríamos que transmitiese nuestra
preocupación -Y creo que la del ministro de Defensa- al
Ministerio de Industria sobre estos problemas. En estos
programas la situación del Leopard, por lo que sabemos
desde el punto de vista de Defensa, se van cumpliendo los
plazos y trámites, pero los compromisos de Industria respecto
a la entrada de capitales de otras empresas, con lo
que esto supone de entrada de tecnología, están en la cuerda
floja -no sé si es la expresión más acertada o no- querríamos
preguntarle qué impresión tiene y qué efectos
podría tener si siguen en la cuerda floja los presupuestos de
Industria y de Defensa para 1999.

Cuarto bloque de cuestiones concretas del presupuesto.

En los proyectos de inversiones existen las dos que usted
ya ha señalado ligadas a OTAN: en centro de mando
OTAN y el cuartel general, ambos con un coste total de
unos 12.000 millones para los cuales este año aparecen
consignados, en uno, 297 millones y, en el otro, 1.053.

¿Estos millones corresponden a una parte reintegrable posteriormente
por la OTAN o son únicamente costes de aquellas
especificaciones especiales que tenían interés para el
Ministerio de Defensa? Quiero preguntarle por qué el proyecto
Helios 2, que antes constaba como un proyecto de
inversión estricta y que en este momento pasa al programa
de I+D. ¿Qué motivos producen este cambio del paso del
programa de modernización al programa de I+D? En el
programa 542.C, de I+D, hay una serie de cambios y quería
preguntarle por algunos de ellos. El coste total para
vehículos de combate pasa de 5.300 millones previstos a
11.000 millones, es decir casi el doble; el coste total de I+D
en vehículos de combate el año pasado estaba presupuestado
en un coste total de 5.300 millones y este año aparece
presupuestado en 11.000 millones, como coste global. ¿A
qué es debido este aumento? Evidentemente, si en este
momento no dispone de los datos para contestar a algunas
de las preguntas concretas que le hemos formulado, esperamos
la respuesta por escrito. Pasa lo mismo en el programa
de I+D en comunicaciones, en guerra de electrónica: de un
coste total de 6.000 millones asciende a un coste total de
10.457 millones ¿A qué es debido este incremento tan
importante? Aparece un nuevo programa de I+D, que es el
impacto DCS-1800. Perdone mi ignorancia, pero querría
preguntarle cuál es la finalidad de este proyecto.

Respecto a las inversiones del Cesid, desaparece el proyecto
de adquisición técnica de comunicaciones digitales,
que tenía un coste de 1.200 millones, con una previsión de
inversión para el año 1999 de 400 millones. Este proyecto
ha desaparecido totalmente ¿A qué es debido su desaparición?



Por lo que se refiere al coste de las publicaciones, comprendemos
la necesidad de ahorro y por tanto el descenso
del gasto en publicaciones. Con los números que hemos
podido conseguir, en 1996 se gastaron 167 millones en
publicaciones; en 1997, 81 millones. Queríamos preguntarle
qué cantidad se habrá gastado en 1998 y cuál es la previsión
para 1999. Puede que los datos no sean exactos, ya
que hemos tenido que recogerlos de diferentes partes.

Comprendemos este descenso en el gasto de publicaciones,
pero que llegue el ahorro a que no recibamos algunas de las
publicaciones que los diputados recibíamos regularmente
cada mes tal vez es un exceso de ahorro. Seguramente es
una reivindicación un poco corporativa, pero entiéndalo
por el interés que tenemos los diputados de esta Comisión
en seguir las publicaciones de los tres Ejércitos y del Ministerio
de Defensa.

Finalmente en este bloque de preguntas, ¿qué significado
tiene la creación del programa 612.C, de control interno
y contabilidad pública? ¿Va a suponer algo nuevo en los
controles internos o es únicamente una separación de algo
que ya se hacía en un nuevo programa y, sobre todo, va a
ser un programa únicamente de control financiero o, al
final, vamos a estar en condiciones de articular programas
de controles de gestión y, por tanto, de la efectividad de la
relación coste-eficacia?
Paso al quinto bloque, señor presidente. Avanzo lo más
rápidamente posible, ya queda poco. Agradezco su buen
temperamento. Respecto a organismos autónomos y otros
entes, usted mismo ha señalado que se han introducido
cambios muy importantes en la ley de acompañamiento.

Como consecuencia de éstos van a generarse nuevos ingresos
y nuevas formas de gestión. Usted ha hecho ya referencia
a ello, pero yo quería que precisara. Básicamente detectamos
que habrá tres formas de ingreso, no estrictamente
presupuestaria aunque tampoco podríamos llamarlas
extrapresupuestarias:
la enajenación de patrimonio desafectado,
que no es totalmente una novedad; la enajenación de pisos,
que sí que es novedad y la enajenación de patrimonio cedido
a empresas. Quería preguntarle quién va a realizar la
gestión concreta de la enajenación de pisos y de patrimonio
cedido a empresas. En el caso de pisos, ¿va a ser el Invifas
o va a ser también la Gerencia de Infraestructuras? En el
caso de que lo se obtenga de la venta de patrimonio a las
empresas de defensa, ¿quién va a gestionarlo, la Gerencia
de Infraestructuras o directamente el Ministerio? ¿Qué previsión
de ingresos totales para el año que viene hay, tanto
por enajenación de pisos como por enajenación de patrimonio
cedido a empresas? La de enajenación de patrimonio
desafectado ya consta en los presupuestos y, por tanto,
ya la conocemos.

Por lo que se refiere a la Gerencia de Infraestructuras
-algún portavoz anterior ha hecho referencia a ello-,
actúan dos mecanismos. En una disposición derogatoria se
anula la Gerencia de Infraestructuras y en el articulado de
la ley, concretamente en el artículo 55, se crea un nuevo
organismo autónomo que se denominará Gerencia de Infraestructuras
y Equipamientos de la Defensa. Esto nos crea
un problema procedimental de cierta envergadura, desde
un punto de vista parlamentario. Esta una cierta queja respecto



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al Ministerio, que básicamente tendría que hacerla el
Grupo Popular porque afecta a una proposición de ley en
trámite que había presentado el citado grupo, por tanto, la
queja tendría que ser más suya que propiamente nuestra. El
problema que se nos plantea procedimentalmente -en esto
me dirijo más al presidente de la Comisión- es cómo
vamos a seguir tramitando la modificación de la Ley de
Gerencia de Infraestructuras cuando con la ley que vamos
a discutir, que será más rápida, va a desaparecer la citada
Ley de Gerencia de Infraestructuras. Se crea un auténtico
problema parlamentario al que tenemos que encontrar
alguna solución.

Respecto a las disposiciones que afectan a las industrias
de Defensa que prevén la enajenación de los activos que
tienen en cesión en este momento, ¿en qué plazos se prevé
que se pueda enajenar? ¿Se prevé poderlo hacer para todos
en el año 1999 o sólo para algunas? ¿Es más urgente el caso
de Santa Bárbara que los demás casos? Por lo que se refiere
a la forma de cobro, ¿será en metálico o se articularán
otras posibilidades de intercambio de activos, ¿Cómo se
reflejarán presupuestariamente estos ingresos desde el
punto de vista de la contabilidad, no de la contabilidad de
presentación de presupuestos sino de liquidación de presupuestos?
La derogación de las leyes de creación de empresas,
que también se produce el la ley de acompañamiento,
¿qué consecuencias puede tener para las empresas? ¿Se ha
hecho un estudio de si puede tener algunas, aparte de para
Santa Bárbara al anular la ley de creación, también las
leyes posteriores que fijaban que Santa Bárbara era suministrador
preferente para defensa, qué consecuencias
pueden tener estas derogaciones en concreto para Santa
Bárbara?
Termino con las cuestiones del INTA. Si observamos
la liquidación del presupuesto del año 1997, veremos que
se produce también una situación preocupante: que únicamente
se ha ejecutado un 83 por ciento de los gastos y, lo
que es más preocupante, en el caso de las inversiones,
solamente se ha ejecutado el 79,4 por ciento. En el avance
de previsión para la liquidación del año 1998 el Gobierno
da un dato muy optimista: revisión de realización de gastos,
el cien por cien. Dados los datos anteriores, tenemos
algunas dudas de que esto sea realista. Querríamos preguntar
en base a que el Gobierno prevé que se ejecutará el
cien por cien, teniendo en cuenta que, además, a datos de
hace una semana, de las inversiones solamente se había
contraído un 58,7 por ciento. Es difícilmente creíble que
en el período de lo que queda de octubre, noviembre y
diciembre, se pueda contraer lo que queda. Este problema
aún se puede ver más agudizado porque la realización de
los ingresos es más baja. Si bien la realización de ingresos
reconocidos es alta -lo que importa en el caso de los
ingresos es la realización efectiva-, en el año 1997 solamente
se ha ejecutado un 60 por ciento. Evidentemente, si
estas tendencias siguen nos encontraríamos con déficit
muy importantes para el INTA. En 1997 contablemente
han sido de 701 millones, veremos que pasa en 1998 y
en 1999.

En los ingresos por operaciones comerciales se pasa de
una previsión en 1998 de 2.631 a 2.768. Queríamos preguntarle
-no creemos que tenga los datos aquí, por tanto
le pedimos que nos los envíe- qué operaciones comerciales
se han realizado durante 1998 y qué nuevas operaciones
comerciales se han previsto para el año 1999. ¿Cuál es la
situación jurídica del INTApara el año que viene y para los
años siguientes ya que en la ley de acompañamiento, tanto
en el artículo 44, que es el que regula los organismos autónomos
y el 45 que regula la OPI, no me acaba de quedar
claro en qué situación queda el INTA?
También nos llegan ciertos rumores -espero que solamente
sean rumores y por eso se lo preguntamos- de que
se va a producir una cancelación del programa Capricornio,
aunque para el año que viene existe consignación. Evidentemente
si no fuese rumores, que para nosotros han llegado
con cierta base, no le haría esta pregunta.

Finalmente, según informes y realidades se está iniciando
la creación de un instituto de bioastrofísica o a un centro
de astrobiología dentro del recinto del INTA. ¿Este instituto
va a formar parte del INTA o va a tener una relación
específica y especial con él? ¿La financiación de este instituto
va a realizarse con cargo a los propios ingresos del
INTA o va a haber ingresos, sobre todo procedentes de la
Unión Europea y de otros programas que sirvan para su
financiación y que no carguen directamente sobre lo que
hay consignado en el INTA, teniendo en cuenta que en el
estudio que hemos hecho de la previsión para el año que
viene de ingresos no vemos que haya ninguna consignación
que pueda ser atribuida a gastos que después ejecute
este nuevo instituto de bioastrofísica o centro de astrobiología,
ya que con los dos nombres lo encontramos en algunas
informaciones?
Muchas gracias por su paciencia y, como siempre, sabemos
que dará cumplida respuesta a todas las preguntas y a
aquéllas que no pueda nos serán enviadas con mucha rapidez.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario
Popular, tiene la palabra el señor Fernández de Mesa.




El señor FERNÁNDEZ DE MESA DÍAZ DEL RÍO:
Gracias, señor secretario de Estado, por su comparecencia,
amplia y densa, explicativa de lo que va a ser el presupuesto
inicial del Ministerio de Defensa en los Presupuestos
Generales del Estado de 1999. No vamos a sumar los gastos
que se producen en otros ministerios, como el de Justicia,
Interior o Trabajo, si se quiere, para engordar el presupuesto
de la Defensa hasta cifras disparatadas, cercanas a
los dos billones de pesetas, o al 2,2 por ciento del producto
interior bruto, señal de que habría una capacidad inversora
importante en el Ministerio de Defensa. Tampoco vamos a
cometer el error de comparar parámetros que no son comparables
en términos contables, puesto que hablar de obligaciones
reconocidas en el presupuesto de 1998 y compararlo
con un presupuesto inicial de 1999, no es un sofisma
sino una forma de comparar cuestiones que no tienen nada
que ver unas con otras. Sin embargo, sí nos alegramos,
señor secretario de Estado, de que a lo largo de estos Presupuestos
Generales del Estado de los últimos años no se
haya producido ni una sola minoración presupuestaria en
los ejercicios que han posibilitado el que se cumplieran los
programas establecidos en cada uno de los tres ejércitos y,
en su conjunto, en la Secretaría de Estado para la Defensa.




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El presupuesto de la sección 14, Defensa, que se presenta
es equilibrado, no en su conjunto, y solidario con los
Presupuestos Generales del Estado en los que se produce
una importante consolidación fiscal (seguimos reduciendo
el déficit público y bajando la presión fiscal), con una convergencia
real con Europa, que se traduce no sólo en el
cumplimiento de los criterios de convergencia, de los criterios
de Maastricht, de los que ya se ha hablado sobradamente
durante los últimos años, sino que además este año
se produce una convergencia real en los gastos de infraestructuras
en el presupuesto de Defensa y en los gastos en
investigación. Pero no sólo en investigación, sino también
en desarrollo, no nos olvidemos, porque a veces parece que
hablamos en exclusiva de investigación y desarrollo y nos
concentramos en los gastos de investigación, olvidando lo
que suman los de desarrollo y, sobre todo, teniendo en
cuenta que eso ha de dar lugar al producto final, con innovación
tecnológica suficiente como para que sea atractivo,
no sólo al mercado nacional, sino a los mercados internacionales
a los que pretendamos surtir. Es un presupuesto
equilibrado desde el punto de vista de la cohesión social,
que coopera al mantenimiento general de la cohesión social
de los Presupuestos Generales del Estado. Por eso el Grupo
Parlamentario Popular estima que es un presupuesto equilibrado.

También creemos que es un presupuesto riguroso el
que ha presentado el secretario de Estado de Defensa porque
está hecho para cumplirse, como ha venido haciendo
durante los últimos años en que ha venido presentándolos
el secretario de Estado en esta sede parlamentaria.

Dentro de las prioridades establecidas del gobierno
tiene un crecimiento viable de estabilidad económica.

Entendemos también que existe una gran compensación
entre créditos ordinarios y extraordinarios de los capítulos
diferentes 1,2 y 4 ó de los 2 y 6, incluida la Gerencia de
infraestructuras y el Invifas. En este sentido, el Grupo
Parlamentario
Popular no tiene ningún temor por la desaparición
de la Gerencia de Infraestructuras y su conversión en
un ente, como tampoco lo tuvimos en su día, a pesar de que
pedimos en reiteradas ocasiones que antes de la liquidación
de cada uno de los patronatos de viviendas militares de los
tres Ejércitos se hiciera una liquidación de la creación del
Invifas. Lo que estuvo claro fue que ese nuevo organismo
creado, el Invifas, no suponía que desaparecieran el patronato
del Ejército de Tierra, de la Armada y del Ejército del
Aire y su patrimonio, sino que el patrimonio que existía y
las normas que los regulaban se refundieron en el Invifas,
o, lo que fue más importante, la desaparición de un organismo,
la Dirección General de Puertos y Costas del Estado,
convirtiéndose en el ente público Puertos del Estado
que, por suerte para todos los españoles, continuaba manteniendo
en su estructura los 29 puertos de interés general de
la geografía española. Por tanto, ningún temor ante eso,
señor secretario de Estado, pero sí la conciencia clara de
que ente el Grupo Parlamentario Popular y el Gobierno se
establecen unos puntos claros en este momento para la enajenación
de los bienes de los que dispone la Gerencia de
infraestructura de la Defensa, y de que aquellos que sean
ociosos y no tengan interés económico cierto puedan ser
cedidos a través de convenios a las instituciones públicas,
autoridades autonómicas, diputaciones y ayuntamientos,
con convenios como los que se han venido firmando durante
estos dos últimos años. Señor secretario de Estado, no es
mi pretensión que usted haga aquí una relación de los últimos
convenios que se han venido firmando, por cierto,
algunos de ellos en comunidades autónomas gobernadas
por partidos políticos que no son precisamente del Partido
Popular. Sin ningún temor a la desaparición de la Gerencia
de Infraestructuras y teniendo claro que ello no va a querer
decir que se entorpezca un ápice el espíritu y la voluntad
del Grupo Parlamentario Popular en cuanto al patrimonio
de la defensa, nosotros creemos que este presupuesto
prima, por encima de todo, la acción conjunta del Gobierno.




No estamos hablando del Ministerio de Defensa, independientemente
de los Ministerios de Hacienda, de Administraciones
Públicas, del Ministerio de Industria o del
Ministerio de Trabajo. Y como muestra, un botón, señor
secretario de Estado, que es importante resaltar. Esa cooperación
entre el Ministerio de Industria y el Ministerio de
Defensa ha dado lugar a inversiones en este momento tan
manidas y reiteradas, pero que no por eso dejan de ser
importantes no sólo para la defensa sino para las localidades
en las que puestos de trabajo directos dependen de una
manera clara de estas inversiones, como son el proyecto de
la fragata F-100, que tenía mucho de investigación y ahora
ha de tener mucho de desarrollo de esa investigación. Esperemos
que en el momento en que se han convertido en producto,
bien a Noruega o a otros países del mundo, podamos
exportar esa tecnología, bien con el EFA-2000 ó bien con
el Leopard 2.

No entiendo a qué se refieren algunos portavoces al
hablar de la cuerda floja. Estaría floja, se seguirá tensando
y probablemente quede tiempo todavía hasta que esté tensa
del todo. Pero de lo que sí tenemos la conciencia clara es
de que no se ha cerrado ni una sola de las factorías de la
Empresa Nacional Santa Bárbara, aunque estaba previsto
hacerlo en legislaturas pasadas. Lo que sí tenemos muy
claro es que la subsistencia de muchas de ellas está garantizada
con estos programas entre el Ministerio de Industria y
el Ministerio de Defensa, y alguna de ellas con la inversión
del nuevo Fusa, que está recogido en los Presupuestos
Generales del Estado.

Esto tampoco debe hacer temer a nadie, porque los
pagos que se puedan hacer de la fragata o los que se vayan
a hacer de determinados compromisos entre el Ministerio
de Industria y de Defensa no le son ajenos a todos los grupos
parlamentarios, y menos a aquellos grupos que un
momento determinado han tenido responsabilidades de
gobierno. No hay más que recordar lo que ha pasado con el
consorcio Airbus o tener en cuenta que en estos presupuestos
-no sé si ha dado tiempo de verlos en su conjunto-
todavía hay cantidades presupuestadas para completar los
pagos del EF-18, adquiridos en la década pasada.

No estamos descubriendo ninguna normativa presupuestaria
nueva, sino aplicando con rigor los criterios presupuestarios
de que este Gobierno se ha dotado con disciplina
y rigor presupuestarios y manteniendo un equilibrio
dentro de los Presupuestos Generales del Estado, que no de
una manera independiente, de los presupuestos de Defensa.

En cuanto a los programas de la F-100, del EF-2000 y
del Leopard 2, con retornos importantísimos de cerca del
81 por ciento para la industria de la defensa y no una compra



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exclusiva a Alemania de lo que iban a ser estos carros
de combate, sino que en virtud de la negociación o renegociación
de este Gobierno se producen unos retornos industriales
que no estaban previstos con la mera adquisición de
ese carro de combate, tenemos que tener en cuenta que se
ha combinado la acción conjunta de cuatro ministerios por
lo menos: del Ministerio de Trabajo, que en lugar de parar
bajas incentivadas o jubilaciones anticipadas o desempleo
de la Empresa Nacional Bazán o de la Empresa Nacional
Santa Bárbara, con la construcción de las F-100 o del Leopard
ha conseguido que esas políticas de pago a trabajadores
por no estar trabajando se hayan convertido en que, gracias
a este convenio de Industria y Defensa, estén ocupados
en este momento, produciendo y trabajando, que es lo
importante; del Ministerio de Economía y Hacienda, que
facilita y posibilita esta cooperación, y del Ministerio de
Industria y del Ministerio de Defensa. Por lo tanto, la solidaridad
y la acción conjunta de Gobierno es otra de las
cuestiones a destacar en estos Presupuestos Generales del
Estado y, por supuesto, de los presupuestos de Defensa.

Entendemos que existe un apoyo a ese concepto que ha
definido la Directiva de Defensa Nacional -la número
1/1996- dentro de sus prioridades al apoyar el concepto
conjunto de la defensa. La creación de una nueva escuela
de estados mayores conjuntos, la priorización de los recursos
extraordinarios con la UEO, con nuestra participación
en el cuerpo del Ejército europeo, el Eurofor, o incluso la
OTAN, son recogidos de manera importante en esta acción
de Gobierno, de apoyo al concepto conjunto de la defensa,
que en otras ocasiones y entre todos o la mayoría de los
grupos políticos hemos entendido que era de vital importancia
para España para no quedarse fuera de lo que es este
campo también importante en el futuro de la construcción
de Europa.

Creo que se da un impulso importantísimo al proceso
de profesionalización y modernización de las Fuerzas
Armadas. No podemos quedarnos con lo que nos interesa
en abstracto y olvidar u obviar lo que hay destinado en
otros ministerios previamente para la modernización de las
Fuerzas Armadas. Tenemos muy claro que existe un incremento
controlado, probablemente muy controlado, del 3,4
por ciento, de los presupuestos generales de la Defensa;
incremento progresivo pero sostenido en el tiempo, que es
lo que hace poder programar para el futuro en lugar de estar
anulando o descolgándose de programas nacionales e internacionales
de gran importancia. El incremento que se produce
está encaminado simple y llanamente a conseguir el
nivel que España debe tener en sus Fuerzas Armadas y el
peso que debe tener en el mundo. Señor secretario de Estado,
si estos presupuestos avanzada la tarde podremos ir
viendo cuartel general por cuartel general, ejército por ejército,
tienen algo que sea importante es precisamente un
equilibrio entre los Presupuestos Generales del Estado y el
presupuesto de Defensa.

Termino -no quiero extenderme más- agradeciendo
al señor presidente que haya permitido la intervención del
Grupo Parlamentario Popular y quiero hacer una última
referencia a la función 54, que es realmente importante: lo
que este Gobierno aporta en investigación y desarrollo. Los
capítulos 1 y 7 del presupuesto de este año implican un
incremento del 12,5 por ciento. En ese sentido podemos
estar tranquilos porque estamos cumpliendo con todas
aquellas cuestiones que nos habíamos propuesto en el horizonte
de esta legislatura.

Felicito al Ministerio de Defensa, felicito sobre todo a
la Secretaría de Estado, por el rigor que ha mantenido en
estos últimos años. El Grupo Parlamentario Popular se
encuentra satisfecho con los presupuestos que ha presentado
esta tarde el secretario de Estado para la Defensa.




El señor PRESIDENTE: Señor secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE DEFENSA
(Morenés Eulate): Gracias, señorías, por sus intervenciones.




Creo que he tomado buen nota de las preguntas. Si alguna
de las respuestas no se ajusta a lo preguntado exactamente,
rogaría que me la volviesen a formular. Si no, trataré
de utilizar mis notas para ir directamente a lo concreto.

Entrando en las preguntas que me hacía el señor Rodríguez
Sánchez, la partida exacta de OTAN para el año que
viene son 5.200 millones de pesetas. La partida de operaciones
de paz, como ya he dicho antes, se hace a través de
un crédito ampliable porque, por su condición específica,
no se puede conocer antes de que se permite la operación;
por eso se dota un crédito ampliable que, por su propia
naturaleza, debe cubrir el importe total de una operación
cuya cuantía se desconoce cuando la misma se inicia.

Puedo decirle que las partidas de Bosnia de los dos últimos
años han rondado los 20.000 millones de pesetas, aproximadamente.




En cuanto a la conservación y restauración de bienes
desafectados, Defensa tiene unos procedimientos de desafectación
de sus bienes -ya lo he dicho repetidas veces
ante esta Comisión-; una vez que dejan de ser útiles para
Defensa, cualquier importe que se cargue sobre el presupuesto
de Defensa que no tenga el sentido de una conservación
muy perentoria carecería de sentido. Nosotros gestionamos
rápidamente para que esos bienes inmuebles puedan
ponerse en el mercado y tratamos de que, en ese corto espacio
de tiempo la desafectación en su saneamiento jurídico y
puesta en el mercado, no ocurran los desmanes que yo sé
que S.S. conoce perfectamente dado que muchas veces lo
han denunciado aquí. A nadie le duele más que a Defensa,
y muy particularmente a los militares, que cuarteles emblemáticos
con los que las Fuerzas Armadas han tenido vinculación
personal directa estén hay en día en el estado en que
están. Tratamos de utilizar los recursos que tenemos, pero
nunca son suficientes para contener los graves problemas
que cada vez que se cierra un cuartel surgen por su ocupación,
destrozo, expolio, etcétera. Hacemos algún gasto,
como tapiado de ventanas, algún tipo de guardia, pero es
difícil mantener los edificios y, desde luego, es impensable
hacerlo en la misma situación en que estaban antes de desafectarse.




El fusil se va a adjudicar, está cercana esta adjudicación
y lo ha dicho el ministro en repetidas ocasiones. Tiene un
importe en el programa general de aproximadamente
23.000 millones de pesetas. Toda la negociación industrial
lleva a que se construye en Galicia, como sabe S.S. Cuando
el Ministerio reciba de las empresas que los construyan
los programas de armamento y material a que se refería



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S.S. será cuando empezará a pagar -no a repagar-, en
las condiciones de financiación que se pacten, el precio que
corresponda a los equipos y armamentos que incorpore.

Empezamos a recibir los equipos de esos tres grandes programas
alrededor del 2001, 2002 y 2003. En esas fechas
será el impacto máximo si se produce el esquema de trabajo
que las industrias han diseñado. Apunta S.S. 434 millones
en una pregunta, pero no sé exactamente a qué se refería.

Si no tiene inconveniente, luego le puedo contestar.

Contesto al señor Meyer. Llevo dos años y medio en el
Ministerio de Defensa estudiando profundamente los presupuestos
y, sobre todo, comparativamente con otros países
de Europa. El cálculo que hace S.S. de que en estos
momentos alcanzamos el 2,2 del PIB es infundado. Cuando
la OTAN mide los presupuestos comparativamente
incluye los presupuestos españoles. En el año 1998, España
era el último país en cuanto a participación del PIB en el
presupuesto de la OTAN, era el último país contando lo
que cuenta la OTAN, lo que la OTAN considera como sistema
defensivo; el 1,3 por ciento del PIB español. Por
tanto, no puedo entender qué sumas ha tenido que hacer
S.S. para poder llegar al 2,2.

Segundo, comprendo la posición de su partido, pero es
evidente que España, por una enorme mayoría parlamentaria,
aprobó la participación en la OTAN y, en estos momentos,
formamos parte de ella de un forma íntegra y completa.

Eso es lo que ha subido el presupuesto, nuestra
contribución a la OTAN. La contribución de la cuota española
a la OTAN son 5.200 millones.

En cuanto al fusil, no sé si me he referido a él como
Cetme, creo que he dicho que sustituirá al Cetme el nuevo
fusil de 5,56, al que no he llamado Fusa pero al que todo el
mundo está empezando a llamar así. No se llamará Cetme,
evidentemente, porque eso viene de otra cosa.

Permítame que le haga una observación en cuanto a los
condicionantes que decía S.S. de un exceso de inversión y
la preocupación que manifiesta su S.S. por que algunos
programas se alarguen en el tiempo, por ejemplo, los submarinos.

Realmente entiendo que precisamente lo que
vamos a hacer el año que viene, en la parte inicial del submarino,
que es su fase de proyecto, de lo que podríamos
llamar desarrollo no tanto I pero sí D, es incluirlo en los
créditos que hagamos este año. No obstante, su puesta en
marcha dependerá fundamental de tres cosas. Primera, de
las disponibilidades presupuestarias; en paralelo, el criterio
operativo conjunto (es decir, la priorización que se haga de
ese programa, dándole un enorme sentido social, civil a
todo ese proyecto de defensa como estamos haciendo), su
connotación industrial, que es por lo que S.S. manifiesta su
preocupación, de la que este secretario de Estado y el
Gobierno participan plenamente. En el Ministerio de
Defensa somos muy conscientes de que la condición industrial
e interna de los programas de defensa son un factor
desencadenante de primera magnitud a la hora de poder
cerrar uno de esos programas.

En cuanto a la ley propuesta por el Partido Popular y la
Gerencia de Infraestructura, entiendo que no son contradictorias,
es decir, se producen en el tiempo. ¿Qué pasa ahora?
Suceden dos cosas. Primero, tenemos la Lofage y luego
tenemos la antigua ley de la Gerencia de Infraestructuras.

¿Qué queremos hacer? Queremos un instrumento más útil
de gestión de los recursos en inmuebles. ¿Qué estamos
haciendo? Sin mengua del propósito del Partido Popular de
desarrollar una política sensata en cuanto a la utilización de
aquellos bienes inmuebles, que no tienen un evidente e
inmediato sentido económico, ponerlos en marcha. Para
eso necesitamos la nueva ley de la Gerencia de Infraestructuras
como un organismo autónomo de los establecidos en
la Lofage; utilizamos los dos recursos y en nada choca un
proyecto con el otro.

En cuanto a su oposición a que se destinen estos bienes
a la financiación de armamento y material, creo que es una
posición que este Gobierno no comparte. Lo que creemos
es que los recursos que se pudiesen destinar a armamento y
material que viniesen por esa fuente tendrían que gravar
los Presupuestos Generales del Estado por otra vía y, por
tanto, desde el punto de vista de la cuenta final sería lo
mismo. Nosotros creemos que esos recursos tienen la capacidad
de aliviar los Presupuestos Generales del Estado de
la carga que pudiesen suponer esos mismos programas en
defensa. No puedo compartir la idea de S.S., que lo que
pretende es que no invirtamos eso en defensa, venga de
donde venga. Eso es evidente que no lo puedo compartir.

En cuanto a la ley que S.S. solicitaba del Cesid, creo
que me debo remitir a las declaraciones del ministro que ha
mantenido que esa ley se hará en el momento en que el
Gobierno lo considere conveniente, dentro del entorno de
la situación política del país.

En cuanto al presupuesto de la lanzadera, sabe S.S. que
hemos tenido aquí alguna comparecencia en esta misma
Comisión sobre ese tema. Desde un principio dijimos que
serían los ciudadanos de la isla de Hierro los que decidirían
si querían un proyecto que nosotros entendíamos de una
importancia muy grande, sobre todo para la isla de Hierro;
no ha podido ser así. Nosotros tenemos ofrecimiento para
instalación de esa lanzadera. No obstante, si ello no pudiese
ser así, también conoce S.S. que los programas del capítulo
6 o los recursos aplicados a los programas del capítulo
6 pueden trasladarse a otros capítulos por un cambio
presupuestario que se pudiera hacer en su momento.

Paso a intentar contestar -si se me permite la expresión-
a las preguntas del diputado señor Marsal. Lo primero
que le quiero decir, señoría, es que no sé si me he
expresado mal; probablemente así. Yo no tengo conciencia
de que el presupuesto no sea satisfactorio. Lo que tengo es
un claro objetivo de que los presupuestos de defensa tienen
que llegar a compararse con los de los países de nuestro
entorno por la corresponsabilidad que tenemos con ellos en
tareas de defensa, de defensa societaria, si se puede decir
así, y externa a las organizaciones de defensa. Eso es evidente,
como el señor Meyer comentaba antes, cuando
hablaba de la participación OTAN. Efectivamente, la participación
OTAN y los países OTAN nos dan un marco de
referencia, como nos lo da la participación en Maastricht y
en los grandes foros internacionales, acerca de qué hay
hacer para estar en la cabeza del mundo, que es donde este
Gobierno pretende que esté España. No digo que no es
satisfactorio; es satisfactorio desde el punto de vista de que
se orienta hacia un objetivo que es el de compararnos con
los países con los que deseamos.

Compartía S.S. los criterios de modernización y enfoque
industrial. Evidentemente -lo acabo de decir, no voy



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a reiterarlo- son criterios que es difícil no compartir, si se
me permite decirlo, porque realmente son necesidades evidentes
y, además, sinérgicas, es decir, que producen beneficio
una a otra y otra a una. Ése es un aspecto del que uno se
da cuenta perfectamente cuando ya se conoce algo de este
mundo.

Ha hecho un primer bloque de preguntas sobre presupuesto
y evolución presupuestaria. Ya hacía referencia al
presupuesto de 1998 el portavoz del Grupo Popular cuando
ha comparado presupuestos. Hay un punto importante en
cuanto al presupuesto de 1997. Usted ha comparado inicial
y final, pero yo quiero hacerle una matización importante.

En el presupuesto de 1997 incorporamos 26.000 millones
de pesetas del presupuesto de 1996, ó 23.000 millones, no
recuerdo bien. Quiero decirle que el presupuesto de 1997
lo ejecutamos al noventa y nueve y pico por ciento, lo cual
no es algo malo, es algo buenísimo. El asunto fue que
incorporamos muchísimo de un presupuesto que nos venía
dado y que no se pudo ejecutar, entre otras cosas, porque
este equipo entró en el Ministerio de Defensa en mayo del
año 1996.

Efectivamente el capítulo 6, gastos corrientes, baja un
1,8 y si sube el 2,8 estaríamos subiendo un 1, y nos separa
teóricamente de lo que es un equilibrio -ya que se ha
usado esta palabra- entre gastos de material y gastos de
personal que S.S. con acierto señalaba; con acierto si se
comparan las magnitudes presupuestarias ordinarias y no
diría yo tanto si se supone que el año que viene nosotros
vamos a poder tener -para eso lo hemos hecho- unos
ingresos extraordinarios para unos capítulos que permiten
lo extraordinario del ingreso -y no el capítulo 1 que no lo
permite por su propia esencia, por tratarse de los salarios-,
que conseguirán equilibrar en alguna medida, no completamente,
y paliar la diferencia que existe entre los capítulos
de personal y los de material.

Señoría, yo no entiendo que las previsiones no cumplidas
de la Comisión MIxta, en lo que se relaciona con este
asunto, esté poniendo en peligro el proceso de profesionalización;
nosotros creemos que el proceso de profesionalización
no está en peligro. A lo largo del tiempo -y ahora lo
explicará el señor subsecretario- hemos visto cómo esta
apuesta importante y rigurosa del Gobierno se está cumpliendo.

El año que viene vamos a darle un impulso muy
grande al capítulo 1, y en ese proceso no vamos a abandonar,
como ya he dicho, los otros capítulos.

No entiendo tampoco, señoría, cómo me dice que el
95,6 de ejecución del presupuesto en el capítulo 6, que es la
ejecución histórica más lata que ha tenido ese capítulo de
los presupuestos de Defensa, le parece poco a S.S. Creo
que ése fue uno de los grandes impulsos que nosotros
dimos al capítulo 6, conociendo, como sabe S.S., que el
capítulo 6 y otros muchos se ejecutan a partir de octubre
por una mecánica -yo me atrevo a llamar poco fluida de
la Ley de contratos de las administraciones públicas- que
impide una normal ejecución del presupuesto en los términos
en los que se debería llevar a cabo si tuviésemos un
marco más ágil.

En cuanto a la situación económica de los años 2002 y
2003 y a qué pasará en los programas, tengo que decirle,
señoría, que ustedes tienen la experiencia de haber hecho
una ley de dotaciones. Yo creo que el Gobierno tiene la
voluntad clara, manifiesta y permanentemente expresada
en los presupuestos y en su ejecución de cumplir con los
programas que se plantean. En el año 2002 o en el 2033
podemos tener una situación económica mala, y habrá que
actuar de acuerdo con ella. No existe una ley de programas
y de dotaciones en el mundo que no esté sometida, porque
no puede ser así, a los avatares de las realidades presupuestarias
anuales, que son las leyes políticas por excelencia y
que en nada y en ningún país varían respecto a lo que nosotros
hemos hecho.

En cuanto al libro blanco de la Defensa, conoce S.S.

-y si no, se lo anuncio- que lo estamos preparando y que
estará dentro de muy poco tiempo a disposición de SS.SS.

En cuanto a los gastos de I+D, déjeme que le diga una
cosa, señoría. Nosotros tenemos una acción conjunta con el
Gobierno. Hay un gran olvidado en el esquema de trabajo
que hemos hecho, que es el Ministerio de Economía y
Hacienda. ¿Por qué? Porque ha contribuido mucho a crear
el esquema en el que nosotros podemos hacer ahora cosas
-y estoy hablando de los programas en general- que, si
no, tendrían que haber esperado varios años, cuando no
podían -y S.S. es consciente de ello- haber esperado ni
un minuto más. Y prueba de que no podían esperar ni un
minuto más es que algunos de esos programas fueron ideados
-permítame que lo diga así- por el grupo al que S.S.

representa; por algo sería la premonición que tuvieron.

Efectivamente, creo que la puesta en marcha de esos programas
a su debido tiempo es lo que va a permitir que
España tenga en Europa una industria capaz de estar
-valga la redundancia- en condiciones y que la defensa
de España cuente con los equipos necesarios para el cumplimiento
de sus obligaciones, hoy en día cada vez más
extendidas en el mundo.

Ha habido un matiz. Usted decía: No puedo comprender
cómo 240 millones de un programa son I+D; yo tampoco.

No lo son: evidentemente, no lo son. Sí lo son los iniciales,
y los que está en los presupuestos de 1999 son los
iniciales, no los 240; los de 1999, señoría.

En cuanto a la ejecución del capítulo 6, las industrias
están preocupadas, y nosotros hemos hablado de este asunto
en varias ocasiones. Pero hay un matiz importante: las
industrias están preocupadas por el flujo económico de los
crédito derivados del capítulo 8, pero la defensa también
puede estar preocupada en un momento. ¿Qué quiero
decir? Lo que quiero decir es que el flujo financiero no
puede llegar a las empresas si éstas no han desarrollado las
tareas que deben. Y eso también tiene mucho que ver con
el proceso de desarrollo presupuestario. El Ministerio de
Defensa alienta permanentemente a que ese proceso se produzca,
y mucho más, en las empresas, sin mengua de que
también nos preocupemos de que eso se produzca en el
Ministerio de Industria.

Referente a la situación del Leopard, sabe S.S. que el
día 30 se recibió la oferta de la compañía Santa Bárbara,
oferta que hemos analizado en profundidad y que hemos
contestado manifestando la posición de Defensa ante una
oferta que tiene que perfeccionarse en algunos aspectos.

Sin embargo, no tenemos absolutamente ninguna duda de
que el programa se pondrá en marcha de acuerdo con el
mandato que dio este Gobierno a principios de este año.

Sabe S.S. que es con un precio máximo y unas condiciones



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de participación española en el proyecto: un 60 por ciento
de participación directa más el 20 por ciento de participación
indirecta.

En cuanto a las cuestiones concretas, trataré de contestar
las que en estos momentos conozco, y las demás las
remitiré a S.S. sin falta. Respecto al centro de mando
OTAN, Cars la financiación es completa en lo que es
OTAN. En estos momentos desconozco si hay una parte
que no es OTAN, Cars, porque lo que expliqué fue en cuanto
a que podía haber algún programa OTAN que tuviera
condiciones específicas españolas. Creo, sin embargo, que
el Cars es un programa OTAN puro. En cuanto al cuartel
general, intentaremos que lo financie todo, pero habrá una
parte que tendremos que prefinanciar nosotros.

Respecto a la programación de Helios-2 como I+D, lo
entendemos porque está es una fase inicial. Nosotros queremos
estar en el desarrollo de lo que España pueda hacer,
y por lo tanto las industrias que participen y la propia
Defensa habrán de tener un crédito asignado para lo que
corresponde a I+D. Yla Defensa no hace I, ya que la investigación
pura corresponde más bien a la universidad, pero
hace D. Yen ese terreno, señoría, creo que hay que diferenciar
entre una cosa y otra, y creo que el Helios ahí ahora
está perfectamente asentado.

Yo no creo, señoría, que en I+D haya 11.000 millones
para vehículos de combate ni que haya 10.000 millones
para la guerra electrónica, porque los créditos de I+D que
tiene Defensa no importan esa cantidad, si además contamos
los 13.000 millones del EFA. Por lo tanto, comprobaré
estos datos y le daré el importe correcto de inversión en
I+D en vehículos de combate y en guerra electrónica.

En cuanto a las publicaciones, nosotros estamos tratando
de recortar los gastos que no están directamente vinculados
la operativa militar. No obstante, señoría, de aquellas
publicaciones que queden -y permítame que lo diga así-,
los diputados y los miembros de esta Cámara tendrán absolutamente
todos los ejemplares, porque creo que hay una
queja no tanto por el número como porque no llegan los
que hay; eso lo he entendido muy bien, y así lo haré.

Nosotros estamos estableciendo un nuevo sistema contable
en Defensa que va a unificar los criterios de contabilidad,
y ya me referí en la comparecencia anterior a la que
acudí el otro día, en la que S.S. estuvo presente, a los criterios
de análisis de la contabilidad, lo que nos va a permitir
tener una noción previa y otra posterior para ver si los procesos
realmente se han ejecutado.

En Defensa tenemos tres formas de ingresos extraordinarios,
y algunas se derivan de la acción de los organismos
autónomos: patrimonio inmueble, lo que son los cuarteles
y los grandes terrenos o solares, los pisos y las empresas.

Las empresas tienen una condición distinta porque es una
representación que hace el Ministerio de Industria sobre
unos planes para un proceso de privatización que tiene de
las empresas de Defensa.

El patrimonio inmueble lo gestionará la Gerencia de
Infraestructuras, para los pisos lo hará en Invifas -y el
subsecretario lo podrá clarificar mejor- y el patrimonio
de las empresas deberá ser desafectado de los bienes de
Defensa puestos a disposición de la Gerencia de Infraestructuras;
el Ministerio de Defensa negociará con el Ministerio
de Industria cuáles serán los precios de adquisición
por el Ministerio para dotar a las empresas. Los ingresos de
contabilizarán dentro de este proceso de recurso extraordinario
que nosotros hemos establecido.

En cuanto a la incompatibilidad de la ley presentada por
el Grupo Popular, he de decir que no son incompatibles. La
Gerencia de Infraestructuras se va a convertir en un organismo
autónomo administrativo de la Lofage y en ese proceso
habrá luego una ley, que podrá definir o no cuáles son
aquellas partes del patrimonio inmueble que puedan ser
desafectadas, puestas a la venta o aquellas otras que no
puedan serlo por su carencia de valor. La situación es la
misma, quizás sea un poco farragosa, pero tampoco era
cuestión de perder la ocasión de poder mejorar el instrumento
Gerencia de Infraestructuras por el hecho de que
luego se viese cualificada por una ley que tiene otra finalidad
y que compartimos desde el Ministerio de Defensa.

En cuanto a los procesos de ejecución entiendo que
usted se refiere a la situación de junio del INTA. Si se refiere
a la situación de junio, me gustaría comparecer ante esta
Cámara para explicar los presupuestos ejecutados del
INTA una vez que se hayan realizado, porque hacer estas
evaluaciones, con la experiencia que este secretario de
Estado tiene de conocer cómo están los presupuestos ejecutados
a octubre y cómo están a diciembre, es una premonición
que hace S.S. y que he hecho yo, pero convendría
cotejarla una vez que sepamos los números reales.

En cuanto al tema referido a la cancelación del programa
Capricornio, lo que la Secretaría de Estado de Defensa
ha hecho ha sido establecer un estudio de viabilidad de los
programas en el entorno actual. Es decir, el programa
Capricornio nace -como conoce S.S.- hace tiempo y en
estos momentos no podemos utilizar los ingentes recursos
que nos ocupa un programa de esa categoría si no tiene un
sentido dentro de un ámbito, no ya sólo INTA, si no de la
industria española que arriesgaría sus recursos económicos
en desarrollar y en lanzar un programa que a lo mejor no
tendría salida. La Secretaría de Estado ha encargado un
estudio de viabilidad técnica y comercial del Capricornio
en el entorno de los lanzadores que tenemos hoy en día y
una vez que tengamos ese informe completo no nos dolerán
prendas ni para seguir hacia adelante, si es necesario y
conveniente, ni para cancelarlo, si no lo es, y sustituirlo por
otro que lo sea. Evidentemente, no se trata de seguir hacia
adelante y luego incrementar la pérdida en un 50 por ciento,
sino de aplicar ese 50 por ciento a algo más útil en el
caso de que el Capricornio no se haga.

El Instituto de Astrobiología formará parte del INTA y
solicitaremos recursos fuera y dentro si son necesarios.

Quiero hacer una puntualización sobre el Instituto de
Astrobiología. La propia NASA -es un poco presuntuoso,
pero el INTA formó parte importante del conglomerado
NASA- es quien nos ha solicitado que sigamos apoyando
al Instituto de AStrobiología. Considerando que además
del INTAtenemos el INSA, que es la operadora de las estaciones
de NASA y ESA, este instituto tiene una vinculación
lejana con lo que es la pura operativa militar por ahora,
pero tiene un enorme sentido desde el punto de vista del
apoyo a la tecnología del espacio. España tiene que hacer
un esfuerzo y este secretario de Estado lo apoyará para
poder desarrollar dentro del INTA un instituto de estas
características con unos notabilísimos científicos que tenemos



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en él, que nos prestigian dentro y fuera y no sólo a
Defensa específicamente, sino a España entera.

En cuanto a la intervención del portavoz del Partido
Popular, quiero agradecerle dos matices que ha hecho. El
primero es que S.S. se ha referido al equilibrio. Es verdad
que hoy en día -con unos recursos económicos que están
lejos todavía de lo que tenemos que alcanzar; al decir nosotros
digo España; es decir, nos ha costado Maastricht, nos
va a costar entrar en un concepto de competitividad mayor,
aunque vamos mejorando- nos está costando ponernos al
nivel de los países con los que queremos compararnos; nos
está costando y nos va a costar mucho más. Nos a costar
rigor, orden, esfuerzo, trabajo, organización y criterio integrado
de gestión, dentro y fuera de Defensa.

Efectivamente, estos presupuestos nacen de la acción
conjunta del Gobierno y nacen de un criterio de apoyo dentro
de lo posible, dentro de lo viable. En este sentido se proyectan
al futuro con la esperanza de conseguir que la defensa
en España tenga al final la estructura que tiene que tener
para poder integrarse donde España quiere. Le agradezco
que eso lo haya dicho así, porque no es nada más que la
realidad. No podemos ser tan cortos de vista que cada uno
mire su presupuesto, lo juzgue desde su propio punto de
vista y olvide que el impulso de la acción política es no y
no son varios tirando hacia lugares distintos.

Quería destacar de su intervención algo que he dicho.

Dentro de esta acción conjunta ha sido muy importante el
apoyo del Ministerio de Economía y Hacienda, que tiene
sus objetivos -y SS.SS. conocen que es difícil negociar
con ellos-, pero que tienen también otros y tratan de equilibrar
unos y otros.

En cuanto a los programas nosotros tenemos un criterio
muy claro. No habrá programa de defensa, de armamento y
material que no lleve aparejado antes de su orden de proceder
el esquema industrial, de retornos y, sobre todo, de cooperación
industrial que sea necesario; todos aquellos que,
lógicamente lo puedan llevar; no estoy hablando de comprar
cosas en mercados únicos, porque ya se sabe cuáles
son las circunstancias de los regímenes monopolísticos,
pero sí en aquéllos donde tengamos la oportunidad de
hacerlo.

Quería agradecerle su intervención y no solamente eso,
sino la colaboración que ha manifestado con el Ministerio
a la hora de orientar y de dialogar sobre algunos aspectos
en los que el Gobierno tiene que tomar decisiones conjuntas.

Creo que S.S. ha manifestado un gran entendimiento
sobre las posiciones del Ministerio.

Nada más, señor presidente. Lamento el tiempo de mi
intervención; sabía que no tenía que ser éste. Pido perdón a
SS.SS. Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor secretario
de Estado, por su minuciosa contestación a todas las
cuestiones planteadas, que evidentemente nos ha desbordado
los planes de tiempo. De todas formas, creo que valía la
pena porque ahora podremos ir con un ritmo mucho más
rápido.




- DEL SUBSECRETARIO DE DEFENSA
(MENÉNDEZ MENÉNDEZ). A SOLICITUD
DEL GRUPO CATALÁN (CONVERGENCIA I UNIÓ)
(Número de expediente 212/001653);
GRUPO SOCIALISTA DEL CONGRESO
(Número de expediente 212/001586) Y GRUPO
POPULAR EN EL CONGRESO (Número de
expediente 212/001544.)



El señor PRESIDENTE: Puede pasar a la Mesa el
señor subsecretario de Defensa. (Pausa.)
Señor subsecretario, le damos nuestra bienvenida a la
Comisión. Tiene la palabra.




El señor SUBSECRETARIO DE DEFENSA
(Menéndez Menéndez): Es, como siempre, una satisfacción
y un placer comparecer ante esta Comisión para explicar
en qué se va a gastar el dinero de los españoles durante
el año 1999, en lo que se refiere a los aspectos que me
competen, fundamentalmente en materia de personal de la
Defensa, y trataré, por razones evidentes, de cumplir el precepto
de Gracián de ser breve y, si puedo, bueno.

Me gustaría referirme fundamentalmente a tres cuestiones,
que implica la respuesta también a algunas de las preguntas
planteadas ya por algunos de los intervinientes: en
primer lugar, al marco general, en relación con el cual estamos
trabajando desde el punto de vista presupuestario y en
la gestión diaria, y a algunas modificaciones estructurales
dentro del presupuesto, que continúan las que iniciamos el
año pasado; en segundo lugar, al problema específico, que
constituye el núcleo de las decisiones presupuestarias en
materia de personal del proceso de profesionalización; y,
por último, a algunos aspectos concatenados también con
este proceso de profesionalización, pero no directamente
del capítulo 1, retribuciones, sino de instrucción y adiestramiento,
de enseñanza, de calidad de vida del soldado, etcétera.




No voy a reiterarme en cuáles son las grandes líneas
políticas que enmarcan no sólo el presupuesto de Defensa,
sino el conjunto de los Presupuestos Generales del Estado
que este Gobierno ha presentado ante las Cámaras para el
año 1999. Se trata de criterio de rigor, de austeridad, entendidos
precisamente como ese rigor en la gestión y no como
un recorte arbitrario del gasto sin más; solidaridad y coherencia
en todo el conjunto de los diferentes Ministerios con
ese proyecto común que España tiene planteado en este
momento, proyecto común que para mí y para el Gobierno
es enormemente esperanzador y concreción en lo que se
refiere -repito- al capítulo de personal en el Ministerio
de Defensa de todo lo necesario para conseguir que el proceso
de profesionalización siga cumpliendo los hitos que
están marcados por esta Cámara en las conclusiones del
pasado mayo de la Comisión Mixta y que están también
debatidas, precisamente, en el proyecto de ley de personal
que la Cámara conoce y en el que va a conocer inmediatamente
de enajenación de las viviendas, que he tenido oportunidad
de exponer, en sus líneas generales, ante esta
Comisión hace escasamente quince días.

Desde el punto de vista estructural, las novedades más
importantes del presupuesto son, en primer lugar, la creación
de un centro de coste de la Intervención General de la
Defensa, en paralelo con lo que se hace en el Ministerio de
Economía y Hacienda con la Intervención General, cuyo
objetivo fundamental es tener perfectamente definido el



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coste de la función fiscalizadora en relación con el conjunto
de la Administración, que, como SS.SS. saben, se está
incrementando como mecanismo de control preventivo
desde que el Gobierno accedió al ejercicio de sus competencias,
y particularmente en el Ministerio de Defensa,
mediante los sucesivos planes anuales, no ya para el trabajo
ordinario de la Intervención, sino para las diferentes
auditorías, que en diversas intervenciones he tenido la
oportunidad de exponer ante SS.SS. Esto es coherente con
otro cambio, que supone la reducción de los capítulos 7
y 8, dentro del 3, de la Secretaría de Estado, porque lo
mismo que hicimos el año pasado con la Subsecretaría, se
trata de reducir a cuatro fundamentalmente los centros de
coste en este momento en el Ministerio de Defensa: el
Emad, la Subsecretaría, la Secretaría de Estado y el Cesid
en cuanto órgano central.

Por otra parte, hay una reestructuración de los créditos
en cuanto a las dietas, porque se han concentrado el año
pasado. Definitivamente las que restaban este año, que
estaban en la Secretaría de Estado, todas las dietas de exterior
son una única pagaduría, dependiente de la Subsecretaría,
la que las controla en su conjunto, habiendo además
una reducción de unos 300 millones de pesetas en materia
de dietas, que quiero significar que es una expresión de este
criterio de rigor; hay que enfatizarlo por el hecho de que
recientemente el Gobierno, como SS.SS. conocen, ha
aumentado y actualizado por decreto la cuantía de esas dietas
y, no obstante ese aumento, el presupuesto de Defensa
en su conjunto reduce el presupuesto de dietas. Quiere
decirse que estamos haciendo un esfuerzo de reducción
necesario muy significativo.

Por otra parte, y en coherencia con esta idea de austeridad,
seguimos aplicando medidas de ahorro, que se concretan
en multitud de cuestiones. Destacaría nada más los ahorros
que por vía de la celebración de los concursos (en lo
que compete a la Subsecretaría, por ejemplo en materia de
seguros, o de reprografía, etcétera) se van consiguiendo,
unas veces no y otras sí; pero necesariamente no quisiera
destacar el aspecto cuantitativo, sino el didáctico que en
definitiva ha de tener toda política poniendo atención en
que no hay ningún chocolate del loro en los presupuestos
del Ministerio de Defensa, sino que cada peseta cuenta.

En este sentido, y enlazando con la pregunta del diputado
señor Marsal al secretario de Estado, que él ya ha contestado,
en relación con las publicaciones, que dependen en
gran medida de la Secretaría General Técnica y de la Subsecretaría
y que ya el año pasado destaqué, la reducción
que se produce no es en los gastos de publicaciones en
general, que siguen siendo 305 millones de pesetas, sino en
relación con prensa y revistas, de 62 a 50 millones de pesetas,
porque hay que tratar de que todas las revistas que se
editan y que se compran, de cualquier naturaleza, sirvan
para que se lean. Muchas veces, si acudimos a cualquier
oficina pública, encontramos un montón de libros y revistas
que todos recibimos por correo y ponemos encima de
nuestra mesa y al cabo de seis meses los tiramos a la papelera
porque no leemos. Sin embargo, comparto la preocupación
que el diputado señor Marsal ha puesto de manifiesto
y que coincide con lo que yo exponía ante esta Cámara
el año pasado. Sobre todo en lo que se refiere a publicaciones,
en lo que en este momento no estamos teniendo problemas,
habremos de tener en cuenta, a lo mejor, en ejercicios
futuros unas subidas razonables porque el Ministerio
de Defensa tiene publicaciones muy importantes. No se
trata sólo, como a veces pueda parecer en otros entornos,
de publicaciones ad pompam et ostentationem, sino de cartografía,
que es fundamental, por ejemplo, cuando hacemos
ejercicios internacionales, que se multiplica en la
medida en que los hacemos, o del propio boletín oficial de
Defensa, que requiere también la financiación adecuada.

No obstante, los créditos este año entendemos que son suficientes.




Como es un capítulo dependiente directamente de mí
sugeriría a la Cámara que compartiera parte del gasto, sin
ser tan alegre como el secretario de Estado a la hora de
decir que los podemos repartir todos gratuitamente. Pero
ésa es ya una colaboración entre administraciones públicas,
que se espera que funcione.

Tropa y marinería profesional, que es naturalmente el
núcleo de las decisiones políticas en relación con el presupuesto
de este año. Responde también al planteamiento que
el señor Marsal ha puesto de manifiesto con la precisión y
el conocimiento exhaustivo del presupuesto de Defensa
que le caracteriza, que yo le he agradecido en años anteriores
y le vuelvo a agradecer ahora, porque ese conocimiento
exhaustivo y esa crítica exhaustiva es hacer leal oposición
y permite hacer, por lo tanto, mejor gobierno y pone de
manifiesto cómo, a pesar de responder a concepciones distintas,
una socialdemócrata y otra liberal, podemos tener
criterios conjuntos y trabajar para que, en lo que afecta a
todos los intereses colectivos de España, las cosas avancen,
sobre todo en temas de defensa que es un terreno, como
reiteradamente he expuesto ante esta Cámara, en el que es
importante que haya esa unidad de criterio.

Efectivamente, en los presupuestos de este año están
previstos los incrementos de coste que nos va a permitir
llegar a 17.500 efectivos el año que viene, pero requiere
una explicación el hecho de que aparentemente las cifras
de este año son, en parte, inferiores a las del pasado.

Recordarán SS. SS. del debate de 1997 que el concepto
presupuestario -digo presupuestario, no operativo, porque
es un criterio de medida para determinar el dinero
necesario para alcanzar los 50.000 cuadros de mando que
teníamos previsto y que vamos a alcanzar a finales de este
año sin ningún tipo de problema- era 12.500 hombres con
seis meses de cálculo de estadística permanente dentro del
sistema. Ha habido varios factores que han determinado
que este año no hayamos alcanzado el coste que estaba presupuestado,
por lo que vaya a sobrar algo de dinero; pero el
año pasado quisimos presupuestar con mucho rigor, toda
vez que, como ha puesto de manifiesto el secretario de
Estado, en todos los capítulos, y significativamente en el
capítulo 1, en el ejercicio de 1997, llegamos prácticamente
al cien por ciento de la ejecución presupuestaria. Naturalmente,
si eso es importante en todos los capítulos, más en
el 1, donde no pueden dejar de pagarse las retribuciones.

¿Cuáles han sido los factores que han desencadenado
un abaratamiento del ingreso de esos 12.500 soldados netos
este año y que nos permiten estimar que, con lo presupuestado
para el año que viene, tenemos dinero suficiente para
los 17.500? En primer lugar, un problema de gestión. La
media de permanencia de los 50.000 soldados profesionales



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este año en el Ministerio de Defensa va a estar en torno
a los cuatro meses, es decir dos meses menos de lo previsto
como parámetro, repito, no de operatividad sino de cómputo
presupuestario, debido fundamentalmente a uno o dos
factores de gestión, alguno de los cuales ya se ha discutido
en esta Cámara. El primero es que necesitamos hacer la
oferta pública de empleo para poder empezar a reclutar y
tratamos de hacerlo con la colaboración entusiasta, que hay
que agradecer siempre, del Ministerio de Administraciones
Públicas lo antes posible. Además, lo hacemos, de acuerdo
con la legislación vigente que este propio Gobierno estableció
cuando llegó, con el control de Administraciones
Públicas, pero tratando de llevarlo a la primera parte del
año y separando esa oferta pública de empleo de la profesionalización
de la global de la Administración. Si embargo,
por razones de tramitación, burocráticas, etcétera, que
requieren su tiempo, este año, hasta el 28 de febrero no
tuvimos el decreto publicado en el «Boletín Oficial del
Estado» y, por tanto, no pudimos empezar a reclutar.

Por otra parte, en el año 1998 y en contra de lo que las
estadísticas históricas nos dicen, y este año lo ratifican,
hemos intentado traer en el primer semestre del año el
mayor número posible de gente, tratando de tener disponibles
a los profesionales cuanto antes y hacer un ensayo
también de si teníamos, como efectivamente hemos comprobado,
candidatos suficientes por plaza. Sin embargo,
sabemos estadísticamente -y en la programación del año
que viene, que ahora les indicaré a SS. SS., así lo tenemos
previsto inicialmente- que el mejor semestre para el
reclutamiento es siempre el segundo del año ¿Por qué? Porque
terminan los períodos de formación, exámenes de septiembre,
etcétera, y la gente toma sus decisiones profesionales
y también termina, desde el punto de vista del
empleo, el efecto del empleo del verano y la gente también
toma sus decisiones. De hecho, en lo que se refiere a la última
convocatoria de plazas que hemos hecho para este año,
que en este momento todavía no se ha terminado, con la
que llegaremos sin ninguna duda a los 50.000, tenemos
computadas hasta este momento 14.000 solicitudes y, por
las estimaciones de otros años, creemos que vamos a llegar
a las 17.000, lo cual nos va a colocar, como siempre ocurre,
en la última convocatoria muy por encima del referente de
tres; esas últimas convocatorias de los seis últimos meses
siempre suelen elevar la media del año.

Deseamos caminar, y lo hemos dicho en reiteradas ocasiones,
hacia un sistema de reclutamiento permanente porque,
cuando el sistema esté perfectamente establecido y
tengamos los 120.000 hombres como tope que hay previstos
en el modelo de este momento, lo ideal sería sustituir
hombre por hombre cada vez que uno se vaya, si bien eso
tiene sus dificultades, como a SS. SS. no se les oculta, porque
no basta con determinar que una persona cumple los
requisitos o hacer los análisis psico-físicos sino que hay
que darle formación, para lo que hay que hacer agrupación
de gente que justifique la infraestructura que se dota para
ello.

¿Qué hemos hecho en la ley de presupuestos de este
año para corregir este pequeño retraso? Se establece claramente
que el control de Administraciones públicas va a
estar en el número de efectivos y se modifica la Ley de
plantillas porque de otra manera no podríamos alcanzar los
67.500, para poner ese tope de 67.500, pero desde el
momento en que esté en el «Boletín Oficial del Estado» la
ley de presupuestos, nosotros podremos empezar a hacer
nuestro reclutamiento y por tanto avanzaremos en el
tiempo.

El segundo elemento diferenciador de coste, que creemos
que el año que viene también va a jugar a nuestro
favor, pero hemos querido ser prudentes, es el del reenganche
de aquellos que terminan sus contratos. Como SS. SS.

saben, hay tres criterios fundamentales en unas Fuerzas
Armadas profesionales, el reclutamiento, el reenganche y
la reinserción social de aquellos que, bien por promoción
interna o por otro procedimiento, no continúan dentro de la
institución.

Este año hemos tenido que convocar como plazas de
reposición menos de las que inicialmente habíamos previsto;
porque el reenganche se produce por encima del 80 por
ciento, lo cual nos da un índice de satisfacción de nuestros
profesionales con el trabajo que desarrollan y con el futuro
profesional que se abre ante ellos y nos da una mayor seguridad
y una disminución de coste. Para el año que viene
queremos ser también rigurosos y estamos estimando inicialmente
en torno a 7.000 plazas de reposición, pero a lo
mejor pudieran ser menos ¿Por qué? Porque partimos de
una base mayor. El año pasado partíamos de 37.000 profesionales
y este año partimos de 50.000, además muchos de
ellos contratamos este año, por tanto con contratos en vigor
hasta un momento posterior.

Por último, en la programación inicial del año que
viene, que expongo a esta Cámara exclusivamente a efectos
indicativos porque estamos tratando justamente de
hacer ese proceso continuado, por tanto de adecuarnos
estrictamente al momento que nos parece más efectivo para
hacer el reclutamiento, de acuerdo con nuestros datos, a
diferencia de este año 1997, desplazamos un poquito la
carga hasta el final de año en los siguientes términos: La
primera convocatoria, para marzo de este año, serían 3.675;
tenemos estimado el 1 de marzo, no como fecha de la convocatoria
sino de la entrada efectiva, porque la convocatoria
requiere unos procedimientos administrativos de los
que ahora hablaré; la segunda, para el 1 de junio, serían
3.581; la tercera, para el 1 de septiembre, 4.363; y la última,
el 1 de diciembre, 5.881. Estamos hablando de los
17.500 netos, habría que añadir, en su caso, las plazas de
reposición.

He hecho una última referencia a los procedimientos
administrativos porque recordarán SS. SS que tuve que responder
a una pregunta de la diputada del Grupo Mixto,
señora Rivadulla, antes del verano, en una comparecencia
ante la Comisión, porque entendía que los plazos que concedíamos
para hacer alegaciones en los procedimientos de
selección eran excesivos y ralentizaban la eficacia del
mecanismo. Es verdad que se produce una dilación que es
inevitable desde el punto de vista administrativo. Aquí,
señorías, hay que conciliar eficacia y legalidad, por tanto
hay que buscar la eficacia dentro de la legalidad. Desde ese
punto de vista, estamos trabajando en el plan de captación
para tratar de reducir al mínimo el proceso administrativo,
entre otras cosas porque se produce una posible salida por
desaliento de un porcentaje menor de gente que solicita la
plaza para poder hacer las pruebas y pasa un tiempo hasta



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el momento en que se realizan las pruebas, pero no podemos
soslayar los plazos legales de alegación de todo tipo,
que permiten el reconocimiento y la defensa de los derechos
individuales que cada uno puede establecer que son
vulnerados en una convocatoria pública.

En esta misma línea y ya fuera de lo que es el coste
directo del capítulo 1, habría que tener en cuenta los incrementos
que se producen en materia de formación, tanto de
formación para la Administración, como de calidad de vida
del soldado, como de instrucción y adiestramiento. El crédito
total de instrucción y adiestramiento, que está distribuido
entre los tres ejércitos, se incrementa en un 4 por
ciento, con una cantidad global superior a 5.000 millones
de pesetas. En el plan de calidad de vida del soldado pasamos
de 16 millones de pesetas del año pasado a 56 millones
de pesetas, lo cual supone un significativo incremento,
aparte de 80 millones de pesetas para mantenimientos de
infraestructuras, etcétera, y cuando digo infraestructuras
me refiero a infraestructuras menores, semovientes, compras
de videos o de equipos para las oficinas de información
al soldado, etcétera. También hay un incremento significativo
en materia de los cursos de formación hacia el
exterior. Se incrementa el crédito de publicidad y propaganda
en un 12 por ciento aproximadamente, hasta 2.100
millones de pesetas. Sus señorías saben la importancia que
se concede a este crédito, el incremento muy significativo
que se hizo el año pasado y la apuesta, que el año pasado
exponíamos también ante esta Cámara, de la necesidad
estructural de una fuerza armada profesional, en lo que se
refiere al reclutamiento, de contar con este instrumento.

Estamos trabajando en las mejoras pertinentes que nos
da la experiencia en relación con la campaña de este año,
que consideramos satisfactoria por sus resultados y, como
SS. SS. saben de comparecencias anteriores la presupuestación
incluye todo el año, aunque la ejecución del contrato
por el procedimiento administrativo de contratación, que
supone anuncios también en la Comunidad Económica
Europea, por su cuantía etcétera, la hemos construido de
abril a abril, de manera que la campaña que tenemos ahora
terminaría en abril, para que empecemos ya, como estamos
haciendo, a redactar el pliego de la próxima campaña, y
haya una concatenación consecutiva sin ningún problema
de gestión.

Desde este punto de vista, el análisis de lo que ha sido
esta campaña y las mejoras que podamos obtener para años
sucesivos también puede producirnos ahorros que se traduzcan
en una mejora de la estimación de la permanencia.

En conjunto, vamos a tener 17.500 hombres nuevos el
año que viene, sin ningún lugar a dudas, y los vamos a tener
en una duración, mejorando por tanto la realidad, no la previsión
de este año, como cálculo puramente presupuestario,
de cinco meses, y si pudiéramos, más. Es decir estamos
este año en 3,88 que son cuatro meses y el año que viene
pasamos a 4,88 que son cinco meses.

Por último, hay algunos aspectos menores que me gustaría
destacar en relación con diferentes temas de personal.

Los créditos siguen siendo los mismos en cuanto al conjunto
de personas, hay una pequeña reducción del número en
personal civil que responde exclusivamente al de crecimiento
vegetativo por la reposición del 25 por ciento y
algunos convenios celebrados para la transferencia de
determinadas comunidades autónomas de los colegios y
temas sanitarios que suponen la salida de un determinado
número de personal, pero no especialmente significativo.

Hacemos un importante esfuerzo en lo que se refiere a
los aspectos sociales, concretamente el incremento del crédito
de acción social para el conjunto del departamento,
tratando de acercarnos al punto de referencia que en el año
1994 se pactó con los sindicatos en lo que se refiere a la
Administración pública y que está lejos de alcanzarse, porque
se hablaba de un 8 por ciento y nos hemos encontrado
cuando llegamos al Gobierno de que estábamos bastante
lejos. En este momento hemos dado un impulso para llegar
al 0,53 por ciento, que supone unos 400 millones de pesetas,
que es muy significativo en el contexto presupuestario
en el que nos encontramos y por supuesto, la subida, como
el señor Marsal ponía de manifiesto, del 1,8 por ciento de
aumento de las retribuciones.

Me gustaría destacar un último dato en relación con las
gratificaciones: al producirse una reducción del número de
soldados de reemplazo nos está permitiendo que muchos
más soldados de reemplazo, casi un 48 y medio por ciento,
frente al 47 del año pasado, pueden percibir gratificaciones
que, como SS. SS saben, hacen que la referencia del haber
en mano, que es un tema que sale recurrente en los debates
presupuestarios de todos los años, no sea una referencia del
todo cierta porque hay un porcentaje de gente significativa,
cada vez más, y esperamos incrementarlo al año que viene,
que percibe más dinero. Por otra parte, del crédito total de
gratificaciones, aun haciendo esa distribución mucho más
extensa, nos podemos permitir, y este año lo hacemos en
los presupuestos, hacer algunas reducciones en la medida
en que el reemplazo va descendiendo y en consecuencia la
necesidad es menor.

Nada más señorías, muchas gracias. Espero haber respondido
a los aspectos de personal de forma suficiente,
aunque sea sucintamente.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Socialista, tiene
la palabra el señor Moya.




El señor MOYAMILANÉS: Con toda brevedad y respondiendo
a la naturaleza de esta comparecencia de suscitar
más que nada interrogantes y dudas a la hora de leer y
de estudiar este presupuesto, más que debatir sobre él, que
tendremos ocasión de hacerlo en la Comisión y en el Pleno.

La primera pregunta que teníamos era la que había quedado
pendiente por parte del señor Marsal al secretario de
Estado, que creo que ha dado respuesta bastante exhaustiva.

Yo no voy a entrar en el detalle de cada uno de los elementos
que usted ha referido, como el abaratamiento a la
gestión, la media de cómputo reducida a cuatro meses o las
diferentes cifras de reenganche. Estoy convencido de que
cuando han hecho ese análisis es porque probablemente
habrán considerado que esa es la previsión más razonable
para el año próximo. En cualquier caso, a mi grupo, de
entrada, le parece una previsión excesivamente optimista.

Sólo el tiempo dará cumplida cuenta de si fue optimista
esta previsión o no lo fue. No entro más en el detalle, me
parece que ha dado explicación suficiente del tema, en todo
caso falta ver su comprobación a la hora del rigor que tenga
el cumplimiento presupuestario de estas cifras.




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En segundo lugar, hay un tema fundamental, que lo ha
referido de pasada al final, y es recurrente siempre en los
presupuestos en los gastos de persona. Es el tema del haber
en mano, usted lo sabe perfectamente, y nosotros como
oposición, siempre tenemos también esa actitud recurrente,
que viene por otra parte brindada en bandeja por el propio
programa electoral del Partido Popular que decía con total
claridad que tendría que producirse un incremento notorio
de los gastos de haber en mano que el personal, incluso los
cifraba en una cantidad de 30.000 pesetas mensuales, cosas
que todos sabemos perfectamente que no se ha realizado en
presupuestos anteriores ni siquiera en cuantías lejanas a esa
cantidad, ni tampoco mediante las enmiendas que nosotros
de una manera un tanto modesta habíamos presentado con
cifras en torno a las 7.500 ó 10.000 pesetas mensuales. Por
una parte estamos en un escenario de transición hacia un
modelo profesional, donde nos estamos encontrando con
que se está revisando el reglamento de reclutamiento,
donde va a haber exenciones por diversos motivos, y, por
otra, acabamos de aprobar una proposición de ley que arbitra
la posibilidad para que contratos temporales se vean
beneficiarios en cuanto a las prórrogas y en este marco
estamos viendo que, en definitiva, el único colectivo que
en última instancia no recibe estímulos en esta etapa de
transición es el de reemplazo que realiza el servicio militar
obligatorio. Es un gesto hacia ese colectivo que no se ve
beneficiado, mientras que estos últimos años hay muchos
colectivos que sí se están viendo beneficiados por vía de
exención o por vía de aplazamiento de prórrogas. Ese gesto
hubiera sido bienvenido por parte de mi grupo si hubiésemos
encontrado en los presupuestos alguna indicación es
esa dirección, cosa que no hemos encontrado.

En tercer lugar, los parámetros de gastos de personal y
gastos de modernización, también lo hemos referido en
muchas ocasiones. Usted ha escuchado muchas veces porque
hemos tenido bastantes conversaciones sobre el tema,
que le decíamos al Grupo Popular y al Gobierno que nos
parecía demasiado optimista la pretensión que el Gobierno
tenía no hace demasiado tiempo de considerar que durante
el período de profesionalización se podría ir avanzando en
una dirección en que el gasto de personal fuera del 40 por
ciento y el gasto de modernización del 60. Nosotros tratamos
de rebajar ese optimismo y llevábamos al ánimo del
Gobierno que si se conseguía durante el período de profesionalización
equilibrar el gasto al 50 por ciento, ya era
mucho conseguir, tal como vemos en el presupuesto, esa
brecha en las cifras no sólo no se acerca, sino que aunque
sea en algunas décimas se sigue ensanchando. Lo pongo
sobre la mesa para que, de alguna forma, cuando la oposición
les formule algunas sugerencias o previsiones en este
sentido, vean que no íbamos del todo descaminados cuando
hacíamos algunas de estas previsiones.

Algunas preguntas muy de detalle, simplemente para
tener un mayor grado de información de cara a posteriores
debates. Ala vista de la reducción de partida para personal de
reemplazo en cuanto a cifra de gastos del programa 212.A,
si no son incorrectos mis datos, se reduce esa partida en
36,7 por ciento. Me gustaría saber cuál es el contingente de
personal de reemplazo que a la vista de esta reducción se
prevé para finales de año de 1999 ¿Cómo afecta al personal
civil, funcionario y laboral o como ha afectado el cierre de
unidades derivado del Plan norte para el año presente y qué
previsión tiene de plantilla civil para finales del próximo
año?
En relación con el programa 214.A, de apoyo logístico,
simplemente hemos denotado -y lo digo a título informativo,
porque nos ha llamado un tanto la atención, y no conocemos
exactamente cuáles son las causas -un aumento
relativamente importante, del orden de un 10 por ciento, en
el capítulo 1, de personal, del programa de apoyo logístico
214.A, donde pasa de los 66.000 millones a los 76.000
millones, por tanto del orden del 14,47 por ciento de
aumento ¿Por qué se produce este aumento en el programa,
y especialmente en el capítulo 1 de ese programa?
En relación con el programa 211.A, administración y
servicios generales, hay una reducción en el presupuesto de
este programa del orden del 5 por ciento aproximadamente,
pero no es eso lo que nos preocupa ni es elemento de
crítica para nosotros, simplemente nos llama un poco la
atención que dentro de la direcciones generales de asuntos
económicos, concretamente en la del Ejército de Tierra se
produce un cambio significativo en la estructura de personal,
significativo porque disminuye en esta Dirección
General, en el capítulo 1 los gastos de personal laboral del
orden del 47,73 por ciento. Ese cambio en la estructura de
personal, con esa disminución importante en el capítulo de
personal laboral nos parece un tanto llamativo y querríamos
saber a qué obedece esa significativa reducción.

Programa 215.A de formación del personal. Aquí también
nos ha llamado un tanto la atención, no sé si mis cifras
son del todo correctas, que hay una disminución presupuestaria,
del orden del 6,9 por ciento en formación del personal
y concretamente en el capítulo de personal dedicado a
formación la disminución presupuestaria es del 7,80 por
ciento. Usted ha hablado de unos incrementos, pero los ha
referido a cursos hacia el exterior, me parece que he entendido.

Pero por lo que se refiere al programa 215.A de formación
de personal hay una rebaja importante que no acabaríamos
de entender del todo, si realmente es así, puesto
que en un período de profesionalización la formación del
personal nos parece absolutamente prioritaria, y no cuadraría
del todo que la transición hacia un ejército profesional
fuera acompasada con unos descensos en las partidas referentes
a formación. Insisto que es posible que mis datos no
estén del todo correctos, en ese caso lo pido que me los
diga con exactitud, pero en cualquier caso, hemos notado
una cierta reducción en los mismos.

Por último, en materia de asistencia hospitalaria, a título
informativo nos gustaría conocer cuál es la razón que
explica el hecho de que en el capítulo 1, referido a asistencia
hospitalaria de las Fuerzas Armadas, programa 412.D,
se produce un aumento en el capítulo 1 de personal de
orden del 9 por 100, lo cual contrasta, en cierta medida,
con que el resto de los gastos de los diferentes capítulos
referidos a este programa desciendan en orden a 500 millones
de pesetas. Es decir, aparece para finales del año 1999,
en cuanto a los objetivos y las líneas de acción en materia
de asistencia hospitalaria, una reducción en cuanto a los
objetivos, un hospital menos, que en definitiva son 570
camas menos, 96.835 estancias hospitalarias menos, y con
esas líneas de acción de una mayor reducción se produce,
sin embargo, un significativo incremento en el capítulo de



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personal de asistencial hospitalaria del orden del 9 por
ciento.

Esos son los elementos más llamativos que nos han preocupado
a la hora de hacer una primera lectura de este presupuesto.

Posiblemente tengamos nosotros también que
corregir esta primera lectura en posteriores consideraciones
pero, en todo caso, nos vendría bien que usted nos dijera si
estas orientaciones o sugerencias que acabamos de presentar
son correctas y, en ese caso, a qué obedecen.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Popular, tiene
la palabra el señor Fernández de Mesa.




El señor FERNÁNDEZ DE MESA DÍAZ DEL RÍO:
Gracias, señor subsecretario, por sus explicaciones.

Queremos decir que entendemos que el programa electoral
del Partido Popular, en un baremo que se pueda establecer
de cuestiones y compromisos que se pueden haber
adquirido, está ampliamente superado por arriba simplemente
por el proceso de plena profesionalidad de las Fuerzas
Armadas, sin que ello quiera decir que queramos disimular
cuestiones que en un momento hemos planteado, en
unas circunstancias y con unas leyes determinadas, o que
en este momento no fuera beneficioso poder atender alguna
de las cuestiones que esta tarde se han reivindicado aquí.

En todo caso tengo que decir que el Grupo Parlamentario
Popular entiende que el Gobierno en lo que llevamos de
legislatura, que es prácticamente la mitad de la misma, ha
puesto en marcha el proceso de profesionalización de las
Fuerzas Armadas; el Gobierno ha puesto en marcha y en
ejecución algo que el Parlamento ha votado sin ninguna
duda que el la plena participación española en la Alianza
Altántica; el Gobierno acomete en este momento y ha presentado
ya en el Registro de la Cámara una ley del régimen
del personal profesional de las Fuerzas Armadas. Nosotros
tenemos la constancia, y así se ha puesto de manifiesto en
reiteradas comparecencias del señor subsecretario, que se
va a cumplir y se está cumpliendo la Ley de plantillas del
año 1993, a pesar de todas las dificultades que ello tenía, y
el Gobierno presenta una ley de movilidad geográfica que
va a dar solución al problema tan importante, tantas veces
denunciado, y seguramente convencidos de que podrá
darse solución de una vez por todas, de las viviendas militares;
problema que no digo que sea de la etapa socialista,
ni de la etapa anterior, es un problema latente, larvado, que
ahí está, y desde el Gobierno se ha dado una cierta respuesta
a esa inquietud que existía.

Si entramos ya en el objeto de la comparecencia, entendemos
como acertadas, y nos damos por satisfechos con
las explicaciones que ha dado el señor subsecretario, las
medidas estructurales -reducción de los centros de costos,
de la reestructuración de las dietas, etcétera- y de las
medidas de ahorro que ha puesto en marcha la Subsecretaría.




Nosotros entendemos que se está llevando a cabo el
proceso de profesionalización de una manera acertada y,
desde nuestro punto de vista, satisfactoria porque el
Gobierno ha tenido la voluntad más amplia de consenso,
una voluntad clara de diálogo abierto, un talante permanentemente
abierto al entendimiento. Como fruto y virtud de
ello se ha conseguido un documento de la Comisión Mixta
Congreso-Senado para la plena profesionalización, con un
amplio consenso que el Grupo Parlamentario Popular
desea todavía más amplio, y está convencido de poder conseguirlo,
que garantice una cierta estabilidad respecto a
todas las leyes que salgan del Parlamento durante esta
legislatura en materia de defensa.

Por tanto, nuestro Grupo manifiesta satisfacción por el
modo en que se está llevando a cabo el proceso de profesionalización.

Tiene satisfacción porque hay un cumplimiento
estricto de los objetivos que la Subsecretaría, y en
su conjunto el Ministerio de Defensa, se había trazado con
las incorporaciones de personal de tropa y marinería profesional
para el año actual. Hay 12.500 profesionales que
darán como resultado 50.000 profesionales en las Fuerzas
Armadas a finales de este año y hay unos objetivos y previsiones
para el año 1999, con la incorporación de 17.500
nuevos profesionales; además están todas las leyes que se
han ido votando a lo largo de estos dos últimos años, proposiciones
no de ley o mociones que se han ido presentado
en materia de objeción de conciencia, de insumisión, de
prórroga -y la semana pasada se ha hecho alusión a los
contratos de trabajo-, o el nuevo reglamento de reclutamiento;
también hay una serie de cuestiones que podrían
implicar un cierto relajamiento en la juventud española a la
hora de acudir en este momento al reclutamiento cuando
está próximo a su finalización el servicio militar obligatorio
y se pasa a modelo de voluntariado, de profesionales,
de tropa y marinería profesional, pero, a pesar de todo ello,
el Gobierno continúa manteniendo sus previsiones y sigue
cumpliendo los objetivos que se había trazado. Por tanto,
eso es algo que da, independientemente de los números y
de las cifras, pero teniendo en cuenta el cumplimiento
estricto presupuestario, un cierto grado de confianza y,
sobre todo, un claro respaldo a las políticas que está llevando
a cabo la Subsecretaría.

Por último, quiero decir que nuestro grupo va a seguir
apoyando al Ministerio de Defensa no sólo en el proceso
de profesionalización, sino en las modificaciones que vayamos
sacando adelante, producto y fruto del consenso, con
el mayor número posible de votos dentro de la Cámara, respecto
a leyes que habiendo estado en vigor durante nueve
años, han de mejorar sustancialmente en algunas cuestiones
cuya aplicación, ha demostrado que han ido fallando.

Es cierto que este año se incrementan los gastos de personal
y que alcanzan la cifra del 58,2 por ciento, pero a mí no
me gustaría dejar pasar esta oportunidad para que el señor
subsecretario de Estado nos diga cuánto representa en esos
gastos de personal la reserva transitoria y cuánto representa
la contratación laboral que se produce como consecuencia
de determinadas bajas en las Fuerzas Armadas.

Por último, señor subsecretario, por parte del portavoz
del Grupo Parlamentario Socialista, se le han hecho las preguntas
convenientes sobre la asistencia social y los créditos
de formación, con incrementos de 4 por ciento para estos
últimos y un incremento de 400 millones para lo que es la
asistencia social en las Fuerzas Armadas, si es que no me
ha parecido entender otra cosa, pero me gustaría que pudiera
usted hablar de lo que puede representar para el Gobierno
el coste de la puesta en práctica de la futura ley del régimen
personal de las Fuerzas Armadas, proyecto que está
dentro de esa paquete de proyectos importantes que en este



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momento maneja la Subsecretaría, que son muchos y muy
concretos en relación con lo que ha sido la ley 17/1989 y
todo su desarrollo, y lo que puede suponer en el futuro la
puesta en funcionamiento de esta ley del régimen del personal
de las Fuerzas Armadas.

Agradeciendo la comparecencia del subsecretario y la
benevolencia de la Presidencia por la intervención que me
ha permitido, quiero expresar una vez más el apoyo del
grupo parlamentario a la política que en este caso concreto
sigue la Subsecretaría del Ministerio.




El señor PRESIDENTE: Señor subsecretario.




El señor SUBSECRETARIO DE DEFENSA
(Menéndez Menéndez): Efectivamente, señor Moya, al
final es una cuestión de si hay optimismo o pesimismo en
la presupuestación. Concédame que, si la del año que viene
es optimista, la del año pasado fue pesimista y nos vino
bien ser pesimistas porque nos permitió cumplir adecuadamente.

Creemos que razonablemente se puede cumplir, sin
perjuicio de que, por razones dialécticas puras, no pongo la
mano en el fuego por que no se desvíe una peseta. Insisto
en que razonablemente se puede cumplir.

En relación con el haber en mano, y aparte de la evidencia
de que todos los españoles estamos embarcados en el
proceso de plena profesionalización de nuestras Fuerzas
Armadas y en un modelo de conjunto que supera con creces
cualquier planteamiento colateral digamos del programa
electoral, sin perjuicio de que ese programa electoral se
está cumpliendo al cien por cien y que hemos dejado siempre
abierto para este período transitorio, que todavía tiene
un tiempo de duración, la posibilidad de hacer esos ajustes,
hay que reiterar lo que también en comparecencias anteriores
hemos puesto de manifiesto. Si hacemos unas multiplicaciones
con las cifras sencillas que usted me ha propuesto,
resultará, si incrementásemos el haber en mano en el 1,8
por ciento, el normal para el resto de los funcionarios, 324
pesetas más al año para el soldado de reemplazo. Es no
parece, invidualmente, que sea un estímulo.

He hablado de las gratificaciones. Es una realidad que
cada vez las percibe más gente. Algunas de ellas se pueden
sumar y otras no, pero hay gente de reemplazo que está
cobrando en este momento a lo mejor hasta 30.000 pesetas,
si tiene una gratificación como cabo, por destino y por peligrosidad,
lo cual es un estímulo. Si, por el contrario, multiplicamos
por diez mil y nos atenemos de momento al reemplazo
del año pasado, 140.000 personas aproximadamente,
la cifra sería de unos 17.000 millones de pesetas. Es evidente
que con esos 17.000 millones de pesetas podemos
hacer mucho por la profesionalización y lo más urgente en
este momento es conseguir cuanto antes el incremento previsto
de los profesionales, para que el momento pueda
seguir adelante.

Me gustaría combatir, desde el punto de vista dialéctico
y político, alguna de las afirmaciones, que comparto en
parte con S.S., pero no del todo. Quiero decir que se están
haciendo cosas para cuidar al soldado de reemplazo, al que
este subsecretario reiteradamente, y siempre que tiene
oportunidad en público, defiende. En primer lugar, hay
muchas más oportunidades, a medida que se reduce el
número de gente de reemplazo, de que, con el procedimiento
de OPLA de adjudicación de plazas de todos los
años, se puede hacer, por utilizar la expresión más coloquial,
el servicio militar a la carta. En segundo lugar, en
tema de gratificaciones, cada vez hay más porcentaje de
gente que la recibe. Y, en tercer lugar, también se está
haciendo un esfuerzo en aquellos destinos más gravosos,
como es el caso de Ceuta y Melilla, que estamos profesionalizando
antes que los demás y que por lo tanto representan
más coste social y personal, en cuanto a la prestación
del servicio militar. Pero, por encima de todo eso, señoría,
y a pesar de las muchas presiones de otros colectivos, que,
como S.S. ha dicho, parece que tratan de sacar ventaja,
entre comillas, de este proceso, el soldado sigue viniendo
porque es un honor cumplir con su deber y porque la juventud
española, a pesar de lo que parece, es más sensata a
veces de lo que transmitimos entre todos. Las previsiones
en cuanto a la gente de reemplazo que viene y en cuanto a
la disminución del reemplazo, incluso en cuanto a la estimación
de crecimiento con la nueva legislación de la objeción
de conciencia, se están cumpliendo razonablemente.

El soldado de reemplazo merece el mayor de los respetos y
la mayor de las atenciones para el Ministerio de Defensa,
porque entiende el valor solidario de la defensa y lo importante
que es para todos y en toda circunstancia contar con
ese instrumento. Su señoría conoce perfectamente lo
importante que es en este momento estar disponibles para
poder contribuir, por ejemplo, en Kosovo, a que la democracia
y las actuaciones humanitarias se puedan producir, y
para eso hay que estar aquí y hay que estar preparados y
hay que agradecérselo al soldado de reemplazo. Cualquier
esfuerzo que podamos hacer lo haremos, pero desde el
punto de vista presupuestario, no podemos ir contra el objetivo
fundamental que es la profesionalización, naturalmente.




Su señoría ha hecho referencia a diferentes aspectos; a
algunos le voy a contestar ahora y otros tendrá que mirarlos
en el programa presupuestario y le daré la contestación
por escrito. En cuanto a soldados de reemplazo, la estimación
para el año que viene, aproximadamente, si vamos, de
acuerdo con el objetivo de fuerza conjunto, a los 135.000
hombres, aunque la fijación del reemplazo todavía está
pendiente, porque siempre hay una acronía entre esta intervención
parlamentaria y la fijación del reemplazo del año
que viene a finales de octubre y la celebración del sorteo de
la OPLA, que es en noviembre, serían 67.500. El año que
viene llegaríamos más o menos a la mitad. Si tenemos
67.500 profesionales, 67.500 aproximadamente serían de
reemplazo.

En cuanto al cierre de unidades, plantillas, etcétera, se
ha desarrollado de acuerdo con lo previsto en el Plan Norte
sin mayor problema. Me gustaría destacar algunas líneas
generales, porque quiero, como se hizo en el debate del año
pasado, que no se derive de la pregunta la idea de que este
Ministerio va a reducir empleo. Primero, es el Ministerio,
sin duda alguna, gracias a la profesionalización, y es un
efecto absolutamente inducido y colateral, más creador de
empleo, casi, de empleo directo. Segundo, las pocas bajas
que hay son producto de lo planificado y, sobre todo, del
criterio general para el conjunto de las administraciones
públicas de la reposición del 25 por ciento, que no se aplica
a la profesionalización, a los militares, pero sí al personal



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laboral y funcionario, de la política general del Gobierno.

Tercero, estamos en un proceso -ahora mismo hay 1.300
expedientes más o menos- de consolidación de interinos
y eventuales, sobre todo de interinos, que es creación sólida
de empleo, porque el interinaje no parece el procedimiento
más sólido. No tenemos ninguna previsión más que
la de seguir con lo que se deriva del Plan Norte. Si puntualmente
se produce algún cierre de establecimiento, como
puede ser el caso de la base de Manises, que en este
momento estamos gestionando, o el de algunos hospitales
o algunos centros de diferente naturaleza, se tratará siempre
de proteger de la mejor manera posible a nuestros trabajadores.

Prueba de ello es que este Gobierno ha firmado
hace dos años, y se viene aplicando ya, en convenio que
mejora, en cuanto a agilidad y a cuantía, las indemnizaciones
que corresponden a cierres y traslados. En esa línea se
incrementa, como decía antes, la participación en asistencia
social, tratando de llegar hasta el 0,53 por ciento. Por
tanto, vamos a seguir el procedimiento normal, con toda
transparencia, preocupándonos siempre de producir la
menor alteración posible a la gente que trabaja en el Ministerio
de Defensa, teniendo en cuenta, porque no se puede
sorber y soplar al mismo tiempo, como dice siempre el
secretario de Estado con buen criterio, que, cuando hay que
cerrar una unidad porque hay que trasladarla a otro sitio,
tienen que producirse también, a veces, los traslados
correspondientes.

El programa 214.A, al apoyo logístico y la reducción,
debe ser un ajuste. Tengo que mirarlo, porque no sé cuál
puede ser el problema. Igual me ocurre en el programa
211.A.

En materia de formación, puede haber algún desajuste
en cuanto a la ubicación de los programas, pero lo cierto
es que, como le he dicho, se incrementa tanto la formación,
con una expresión que a lo mejor no ha sido muy
precisa, hacia afuera. Quería decir la formación que damos
a la tropa profesional para que eventualmente puede obtener
titulaciones que la habiliten para salir fuera. En el concepto
global de instrucción y adiestramiento se incrementa
todo el crédito para formación de esa naturaleza, que es un
coste asociado directo a la misma profesionalización, y
algunos otros elementos como el de calidad de vida del
soldado, que no es exactamente formación, pero sí contribuye
a una estancia mejor, más cómoda y a abrir expectativas
y posibilidades, porque en las oficinas de información
al soldado, a las que van parte de esos créditos de
calidad, se opera dando información de empleo, etcétera,
para determinados elementos que están vinculados con el
modelo profesional.

Tengo que comprobar también lo relativo a la asistencia
hospitalaria, porque puede haber un ajuste por programas,
pero no hay una reducción en principio. La política que
está siguiendo el Ministerio en esta materia, que SS.SS.

conocen bien, es la de concertar con el Insalud y con las
administraciones públicas aquellas capacidades que tenemos
que tener por razones estratégicas, pero que no utilizamos
continuamente. Ejemplos de cómo está funcionando
esto satisfactoriamente tenemos muchos; el último, quizá,
la epidemia de gripe en Madrid, cuando pudimos ofrecer
muchísimas camas, con satisfacción tanto de los enfermos
como del propio Insalud. Y diferentes convenios, algunos
de los cuales a veces están en discusión o paralizados.

Concretamente,
con el Servicio Andaluz de Salud, tenemos uno
para el Hospital de Sevilla, pero no acabamos de llegar a
un acuerdo en San Carlos porque discutimos algunas cosas
y porque es muy importante que entre administraciones
públicas cumplamos aquello de pacta sunt servanda, que
cuando convenimos se pague y no juguemos a no hacerlo,
porque el gestor tiene que garantizar que, cuando presta un
servicio, se le satisface.

En cuanto a esa preguntas puntuales de los programas,
lo miraremos y le daremos cumplida respuesta.

Quisiera decir que somos optimistas y que agradecemos
-y enlazo con la intervención del señor Fernández de
Mesa- la leal oposición, como dije al principio, porque
creo que en esta materia hay muchos intereses comunes
que hacen que tengamos que enfatizar lo que nos une por
encima de las discrepancias políticas. Esa oferta de consenso
en la tramitación de los proyectos de ley, que está hecha
por el Partido Popular, por el Grupo Parlamentario desde el
primer momento, aunque no se haya alcanzado al cien por
cien en la Comisión Mixta, pero sí en una gran medida, es
una oferta que sigue abierta, como ha dicho el señor Fernández
de Mesa, y yo se lo agradezco, y que esperamos
que se concrete en medidas prácticas. Si seguimos con este
diálogo permanente, acabaremos teniendo una defensa
mejor en beneficio de toda España y sobre todo acabaremos
tratando a las Fuerzas Armadas, a los militares y al
personal civil que trabaja para las Fuerzas Armadas, en lo
que a mí me corresponde como subsecretario de Defensa,
como realmente se merecen.

Señoría, agradezco naturalmente, el apoyo a la política
que el Gobierno está siguiendo en esta materia singular de
personal y me voy a referir fundamentalmente a los aspectos
presupuestarios por S.S. ha planteado, sin perjuicio de
que se pueda afirmar, como de alguna manera S.S. ha dicho
implícitamente y yo afirmo rotundamente, que el programa
electoral del Partido Popular, con la presentación de los
textos a los que hemos hecho referencia, queda cumplido
con creces. Por tanto, queda demostrado que las promesas
electorales son efectivamente para eso, para cumplirse.

Coste del personal laboral y reserva transitoria. La
reserva transitoria representa, de un coste de ciento y pico
mil millones, aproximadamente, del conjunto de la reserva,
74.000 millones de pesetas al año, señoría. Como ya he
manifestado en anteriores ocasiones, este Gobierno mantiene
la reserva transitoria como instrumento para cumplir
el 1 de enero de 1999 con la Ley de plantillas vigente,
como efectivamente se va a cumplir, pero no comparte este
mecanismo de drenaje de personal por razones que sólo
enunciando estas cifras son obvias ¿Qué podríamos hacer
con 74.000 millones de pesetas con la gente que está en
activo a efectos salariales? La pregunta tiene una respuesta
evidente. Por tanto, en la futura ley de régimen de personal
no va esa reserva transitoria, que mantiene todos sus derechos,
pero que desaparece como mecanismo de drenaje de
personal. En la contratación laboral nos mantenemos en los
niveles en que estamos en este momento, no hay más
reducciones que aquellas que se producen por las razones a
las que he aludido. Quisiera decir que, en términos comparativos
de ratio de personal civil funcionario y laboral en
relación con el número de militares, estamos en torno a



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los 40.000, que es una cifra razonable. En este momento
estudiamos no tanto el número, ya que digo que como ratio
es razonable, como su composición y distribución. Siempre
habrá un proceso evolutivo continuado que nos exija
determinar qué cualificaciones requerimos de ese personal
para ajustarlo a las reducciones de personal de reemplazo,
a determinados tipos de trabajo y, lógicamente, al despliegue
y a las necesidades operativas.

Me alegro de que SS. SS. haga la pregunta del coste de la
Ley de personal, que S.S. conocen perfectamente y que
están tramitando en este momento. Naturalmente, cualquier
decisión presupuestaria es una decisión de prioridades y hay
que acometer las cosas de una manera ordenada. El coste
directo de la ley de personal es exclusivamente de 300
millones de pesetas, correspondiente a la solución del problema
de los subtenientes, que SS.SS. conocen, porque lo
han planteado en la Cámara el Grupo Parlamentario Popular
en reiteradas ocasiones y el conjunto de los grupos en
esta legislatura para su solución. El cumplimiento estricto
de esa proposición no de ley pero incorporada a la ley supone
esos 300 millones de pesetas. Lógicamente, en el desarrollo
futuro de esa ley, en el reglamento de retribuciones,
toda ley de personal debe llevar aparejado un coste. La Ley
17/1989 supuso 34.000 millones de pesetas del año 1989,
señoría. Dependerá de las disponibilidades presupuestarias,
porque, como ha enfatizado el secretario de Estado y yo reitero,
el Gobierno es un equipo y la acción política es una
acción coordinada y unitaria. Desde la Subsecretaría, como
responsables de personal, tenemos que poner de manifiesto
que es necesario atender determinadas necesidades de
carácter retributivo de las Fuerzas Armadas y estamos trabajando
con el Ministerio de Hacienda en esta dirección,
haciendo las solicitudes de créditos oportunas, que estimamos
inicialmente en unos 12.000 millones de pesetas, pero
que dependerán de los estudios que desarrollemos, porque
ésta es una estimación muy gruesa, y de la concreción que
se pueda hacer. Este Gobierno, como S.S. sabe perfectamente,
gusta de ser riguroso y a mí no me gusta prometer lo
que a lo mejor no se puede cumplir exactamente. Lo que sí
puedo prometer, a lo que sí se compromete el Ministerio de
Defensa y viene haciendo hasta ahora, y más el subsecretario
de Defensa, como responsable del personal en un ámbito,
el militar, en el que no existe posibilidad de actividad
sindical, por necesidades de la institución, es velar por los
intereses de su gente, teniendo en cuenta además que el propio
Gobierno recientemente, en relación con los funcionarios
civiles, ha hecho un ajuste de subidas. En todo caso, esa
es nuestra preocupación, por eso vamos a batallar, pero
habrá que concretarlo dentro de las políticas globales del
Gobierno y contando por tanto con las disponibilidades y
con el criterio global del Ministerio de Hacienda.




El señor PRESIDENTE: Agradecemos de nuevo la
presencia en la Comisión del subsecretario de Defensa, don
Adolfo Menéndez. (Pausa.)



- DEL JEFE DEL ESTADO MAYOR DE LA
DEFENSA (VALDERAS CAÑESTRO), A PETICIÓN
DEL GRUPO SOCIALISTA DEL CONGRESO
(Número de expediente 212/001587).

El señor PRESIDENTE: Es el turno del Jemad.




Bienvenido el jefe del Estado Mayor de la Defensa,
teniente general don Santiago Valderas, que tiene la palabra.




El señor JEFE DEL ESTADO MAYOR DE LA
DEFENSA (Valderas Cañestro): Señorías, comparezco
con satisfacción un año más ante esta Comisión para exponer
mi valoración del proyecto de ley de presupuestos del
Ministerio de Defensa para el año 1999. Iniciaré mi intervención
con una valoración general de dicho presupuesto,
haciendo hincapié en su incidencia sobre la operatividad de
nuestras Fuerzas Armadas, para posteriormente, y desde un
enfoque más reducido, hablar del presupuesto del Estado
Mayor de la Defensa.

En líneas generales, el presupuesto de Defensa para
1999, cuya asignación presupuestaria total asciende a
928.172 millones de pesetas, refleja un crecimiento en términos
nominales cercano al 3,4 por ciento. Si lo comparamos
con el incremento del año anterior, que fue del 3,2,
supone un aumento ligeramente superior a 30.000 millones
de pesetas. Este hecho, no cabe duda, es motivo de satisfacción,
dado que se mantiene una tendencia al alza, iniciada
en el presupuesto de 1998, que rompe con la situación
de crecimiento cero de otros años y cuya consecuencia más
importante, como es la descapitalización, ya he tenido ocasión
de exponer a SS.SS desde este estrado. Y es justo y
obligado que les exponga mi valoración en el terreno
estricto de los términos monetarios reales.

Señorías, nuestra economía ha experimentado un crecimiento
del 3,8 por ciento, síntoma favorable del proceso de
estabilidad económica que nuestro país disfruta. Sin embargo,
su reflejo en la tasa de crecimiento, con referencia
exclusiva al presupuesto del Ministerio de Defensa, es inferior
en un 0,4 por ciento, lo que afecta al porcentaje de participación
de la defensa en el producto interior bruto, que
baja dos centésimas respecto a 1998. Esa tendencia a la baja
del porcentaje del producto interior bruto dedicado a la
defensa puede a largo plazo, de continuar, afectar el proceso
de obtención de unas Fuerzas Armadas suficientemente
dotadas y preparadas para atender debidamente sus misiones
y los compromisos internacionales existentes. No obstante,
somos también conscientes de que la consolidación
del marco de estabilidad económica precisa de la solidaridad
y austeridad de todas las instituciones de nuestro país,
como única vía para la reducción del déficit público.

El incremento de la dotación presupuestaria se destinará
básicamente a financiar los mayores gastos que impone
llevar a cabo los aspectos más relevantes de la política de
defensa, como son la profesionalización y la integración en
organismos internacionales de seguridad y defensa. En este
sentido, con el incremento nominal del 4,75 por ciento de
los gastos de personal, que supone aproximadamente unos
24.542 millones, de los más de 30.000 de incremento global,
se acometerá el ingreso de 17.500 efectivos de tropa y
marinería profesional, el incremento de los puestos de trabajo
en el extranjero derivado de la plena integración de
España en la estructura de la OTAN y la actualización de
las retribuciones de personal, cifradas en un 1,8 por ciento,
al igual que el resto de la Administración del Estado. El



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ingreso de 17.500 nuevos soldados profesionales en 1999,
unido a la cifra de 50.000 que está previsto alcanzar al final
de este año, nos permitirá situarnos en una cifra total de
67.500 soldados en diciembre de 1999; con un aumento
similar en los próximos años se alcanzará al final del 2002
un número suficiente para atender las necesidades de las
Fuerzas Armadas dentro de los límites fijados por esta
Cámara.

Señorías, me gustaría destacar especialmente la relación
comparativa entre los dos grandes componentes del
gasto, como son el personal y el material. Un año más el
incremento del capítulo 1, personal, 24.542 millones, es
significativamente superior al incremento en material, con
lo que sigue aumentando la diferencia porcentual entre
ambos gastos; un 58,2 por ciento dedicado a personal frente
al 41,8 por ciento dedicado a material, como muy bien
ha señalado el secretario de Estado para la Defensa. Recordarán
SS.SS. que la tendencia futura que hemos fijado
como deseable a medio plazo está establecida en el 50 por
100 entre ambos gastos. En el capítulo 2, gastos de bienes
corrientes y servicios, del cual depende en gran medida la
actividad y funcionamiento de las Fuerzas Armadas, se
encuentran importantes partidas presupuestarias que tienen
una relación muy estrecha con la operatividad. Considerando
las reducciones sufridas en este capítulo en los últimos
años e incluyendo los efectos derivados de la progresiva
profesionalización que llevará implícito un mayor coste de
las dietas de personal, se puede provocar un descenso en
las actividades de adiestramiento de nuestras unidades,
que, como podrán deducir SS.SS, provocará la consiguiente
disminución en la operatividad. La misma Alianza Atlántica,
en el análisis que realiza sobre las actividades de nuestras
Fuerzas Armadas, considera que en algunos casos no
se llegan a alcanzar los niveles estándar requeridos. En este
sentido, me van a permitir una breve reflexión sobre el
futuro soldado profesional. Será un ciudadano que accederá
a nuestras Fuerzas Armadas voluntariamente, ilusionado
por un conjunto de alicientes diversos, pero con un denominador
común: obtener una satisfacción en el trabajo que
realiza, condición que, a mi juicio, es inherente a cualquier
ser humano. El descenso de las actividades de adiestramiento
puede frustrar las expectativas y la motivación de
ciudadanos que persiguen su realización personal a través
de su profesión.

El capítulo 6, inversiones reales, presenta una dotación
presupuestaria idéntica a la del año 1998; por supuesto,
crecimiento cero. Esta situación incidirá en la capacidad de
invertir en la modernización de material, elemento clave de
la operatividad, que debería recorrer un camino al menos
paralelo a la profesionalización; de lo contrario, no se cumplirá
uno de los fines más importantes del proceso de profesionalización:
alcanzar unas Fuerzas Armadas más operativas,
más flexibles y mejor dotadas. Sin embargo, se ha
producido un incremento del 2,02 por ciento en la dotación
destinada a mantenimiento, que permitirá reducir el ritmo
de descapitalización iniciado en anteriores ejercicios económicos
y que en ese año trajo consigo sacrificios y cancelación
de actividades que han afectado a la operatividad de
algunos sistemas de armas y como consecuencia, en alguna
ocasión, a nuestros compromisos con la Alianza. En relación
con las inversiones para investigación y desarrollo, y
tras el incremento experimentado en el presupuesto del año
anterior, presentan para el año 1999 una reducción superior
al 4 por ciento, motivada por la reducción de las partidas
correspondientes al avión Eurofighter-2000. Quiero agradecer
el apoyo que se presta a los programas de la fragata
F-100, del Eurofighter-2000 y del carro de combate Leopard,
que nos está permitiendo cumplir con el calendario
previsto. También, como ha citado el secretario de Estado
para la Defensa, la posibilidad de incrementar los puntos
débiles del presupuesto con las partidas correspondientes a
la enajenación de instalaciones y viviendas militares.

No quiero finalizar esta primera parte de mi intervención
sin hacer un especial hincapié una vez más en la imperiosa
necesidad de contar con una medio plazo mediante
una adecuada contratación plurianual de los programas
principales identificados en el Plan Estratégico Conjunto.

En lo que respecta al presupuesto del Estado Mayor de
la Defensa, que engloba por primera vez este año el núcleo
de constitución del cuartel general subregional de la OTAN
en España, únicamente haré referencia al apartado correspondiente
al capítulo 2, gastos en bienes corrientes y servicios
y al capítulo 6, inversiones y sostenimiento, ya que,
como saben SS.SS, el capítulo 1 es gestionado por el órgano
central desde el ejercicio económico anterior. La asignación
presupuestaria para el próximo ejercicio será de
12.085 millones de pesetas, lo que supone un incremento
del 3,5 por ciento, 405 millones, respecto a 1998. La práctica
totalidad de este incremento, cerca de 400 millones, ha
recaído en el capítulo 2, bienes corrientes y servicios, en
función de la puesta en marcha de dos nuevos proyectos: la
escuela superior de las Fuerzas Armadas integradas en el
Cesedem y el núcleo de constitución del cuartel regional de
la OTAN en España, que aproximadamente se reparten 200
millones cada uno. Por otro lado, se ha reducido drásticamente
la partida destinada al programa Naew, cuya financiación
en el próximo ejercicio será acometida por el Ejército
del Aire.

El ajuste realizado en las distintas partidas no ha permitido
dar el impulso necesario a la implantación de los programas
conjuntos que son responsabilidad del Estado
Mayor de la Defensa, como el sistema conjunto de telecomunicaciones
militares, el programa de normalización
criptográfica, equipos en el seno de las Fuerzas Armadas,
el sistema de mando y control militar del cuartel general
del Estado Mayor de la Defensa, los sistemas de guerra
electrónica, tanto terrestre como aérea y naval, y el sistema
conjunto de inteligencia de la defensa, el Sicondef. Como
SS.SS. saben, estos programas son la base para el sistema
de mando y control nacional y posibilitan la participación e
integración en los sistemas de mando y control de la Alianza
a la que pertenecemos. Las actuales dotaciones presupuestarias
no permiten acelerar la implantación de estos
sistemas interdependientes, cuyo excesivo alargamiento
produce efectos negativos, ya que pertenecen a campos en
continua evolución tecnológica. Es de esperar que este problema
pueda remediarse en próximos presupuestos.

Soy consciente del esfuerzo que el Gobierno está realizando
para mantener la estabilidad económica y reitero mi
agradecimiento por la atención prestada a las Fuerzas
Armadas. Sin embargo, quiero llamar la atención sobre el
proceso delicado y complejo que nuestras Fuerzas Armadas



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están atravesando, proceso que exigirá un esfuerzo presupuestario,
aunque siempre dentro de las limitaciones que
son precisas para mantener la estabilidad y el crecimiento
sostenido de nuestra economía. En este sentido, considero
una obligación recordarles una vez más mis palabras del
año pasado: La profesionalización total va a exigir un
esfuerzo mayor si se quieren cumplir los plazos previstos y
que se complemente con la correspondiente modernización
de material y equipo.

Señorías, no quisiera finalizar mi intervención sin transmitirles
que me siento moderadamente satisfecho por la
disponibilidad presupuestaria de las Fuerzas Armadas, que
mejora prudentemente respecto a años anteriores, y hago
votos para que esta mejora se confirme en los venideros.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Socialista, tiene
la palabra el señor Marsal.




El señor MARSAL MUNTALÁ: Muchas gracias,
general Valderas. Nuevamente, como cada año, nos encontramos
en este escenario para compartir reflexiones y preguntas
sobre los presupuestos del Ministerio de Defensa y
más concretamente, en su caso, sobre lo que afecta más
directamente a lo que podríamos considerar núcleo de las
Fuerzas Armadas en sentido estricto.

Al principio usted ha hecho unas reflexiones, que como
tales compartimos; parte de ellas estaban en nuestra primera
intervención con el secretario de Estado. Yo querría que
profundizáramos en lo que las Fuerzas Armadas tienen que
hacer para la gestión de sus presupuestos y en lo que tiene
que hacer el Parlamento para aportar también su colaboración.

Hemos señalado que el sistema de financiación de las
inversiones de los tres principales programas de las Fuerzas
Armadas tiene consecuencias futuras. Es un mecanismo
positivo para las empresas y para el tejido industrial,
pero tiene unas ciertas consecuencias, llamémosles perversas,
para los presupuestos del Ministerio de Defensa en
cuanto a que va a concentrar estos gastos a partir de 2002 y
2003, lo cual comporta también un deslizamiento de otros
programas en el tiempo.

Somos todos conscientes de que en los presupuestos de
los años 2002, 2003 y siguientes, pero sobre todo en 2002
y 2003, vamos a asistir a un incremento importante de la
necesidad de financiación de estos presupuestos de Defensa,
es decir, pagar ya la adquisición de los Leopard, las fragatas
y los Eurofighter 2000. Esto puede suponer, manteniendo
la línea de constancia de los últimos presupuestos,
la necesidad de un incremento de entre un 10 y un 15 por
ciento del conjunto del presupuesto de Defensa, contando
con que se habrá producido ya la culminación de la
profesionalización.

No sé si va a ser posible o no. Veremos cuál
es la situación económica general, la evolución de la economía
española, la evolución de los presupuestos, las prioridades
que dË el Gobierno, que en aquel momento será
otro que el actual, sea del partido que sea, pero será otro
Gobierno distinto, por lo que este Gobierno lo aplaza a un
Gobierno posterior, pero va a producirse una situación de
hecho.

Al mismo tiempo observamos que cada año, en los tres
distintos ejércitos -y por eso le planteo a usted la cuestión-,
se introducen nuevos programas, algún ejército más que
otro, en algún caso más costoso que en otros, evidentemente
siempre justificables y en algunos casos ineludibles, porque
de poco nos van a servir las fragatas si no tienen la
dotación necesaria de armamento, de los helicópteros o, en
el caso de los Eurofighter, si no hay los misiles correspondientes
poca será su operatividad. No cuestionamos la aparición
en la programación plurianual de nuevos programas,
pero éstos, evidentemente, aún inciden más en el aumento
de costes para los años 2002 y 2003, y podría ser que si la
situación económica no fuese tan positiva como la de los
dos últimos años hubiese una posibilidad de decir: como
hay que pagar ineludiblemente estos tres grandes proyectos,
volvemos a deslizar aún más en el tiempo los otros proyectos
que se van incorporando. Esto va a suponer necesariamente,
incluso en los casos más óptimos, una labor de
priorización, pero no únicamente dentro de cada ejército,
sino global, que le corresponderá a usted o a su sucesor. Le
pregunto si están preparando estudios que, más allá de las
reflexiones sobre la situación, puedan permitirnos, a ustedes
desde la gestión y a nosotros desde el punto de vista
legislativo, garantizar que lo que se tenga que hacer se
pueda hacer con las menores consecuencias para la operatividad
de nuestras Fuerzas Armadas en los próximos años.

Entramos en el presupuesto estricto del Estado Mayor
de la Defensa. Usted ha hecho el análisis. Habíamos observado
que el incremento importante se producía en el capítulo
2, ya nos ha dicho a qué se debe que crezca el 31 por
ciento, mientras que el capítulo 6 solamente lo hace en un
0,5 por ciento. Algo crece, más que en algún otro ejército,
pero hay algo que nos preocupa y es que en los programas
asignados a la gestión de su departamento la evolución del
coste total va disminuyendo cada año. En 1997 el coste
total previsto de todos los programas que tenía que gestionar
a lo largo de los años ascendía a 159.000 millones; en
1998 bajó a 124.000 -lo discutimos ya el año pasado, porque
se había pasado la gestión a la Dirección General de
Armamento o a alguna otra dirección general-; y este año
1999 vuelve nuevamente a bajar a 119.000. En la previsión
que había el año pasado para el año 1999 de capítulo 6
había asignados 11.563 millones. La realidad de este año es
1.000 millones inferior. A nosotros se nos plantea una pregunta,
dado que la evolución de la organización militar
concentra cada vez mayores responsabilidades de gestión y
de dirección en la operatividad conjunta y, por tanto, en el
Estado Mayor de la Defensa y en el jefe del Estado Mayor
de la Defensa. Si es cierto aquello de que cuanto más dinero
más poder o capacidad, observamos que más bien está
sucediendo lo contrario: más responsabilidades se están
asignando al Jemad y menos dinero se le está dando. Quería
saber si es una impresión puramente formal o si puede
producir algún problema real en la gestión y que pueda
suceder que nos llenemos todos la boca, Gobierno y oposición,
de la importancia de la aplicación del mando conjunto,
de toda la doctrina conjunta y de la importancia del
Jemad y que, al mismo tiempo, entre todos cada vez le estemos
dando menos recursos.

En temas más concretos, usted ha hecho referencia a la
desaparición del proyecto Naew, el sistema de alerta temprana
de la OTAN, y es cierto. Cita S.S. también aparece
en la memoria del Ejército del Aire que se traslada a los



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presupuestos del Ejército del Aire. Después se lo preguntaré
al general Lombo, porque la verdad es que no hemos
sabido encontrar la partida correspondiente y seguramente
es un error de quien habla, del cansancio de ver ya tantos
números a altas horas de la noche, pero no lo hemos encontrado
en su presupuesto ni en el del Ejército del Aire.

Queríamos preguntarle algo en relación con la Escuela
Superior de las Fuerzas Armadas, elemento que creemos
importante en esta evolución doctrinal de la que hablábamos
antes. El coste se sitúa alrededor de los 200 millones
de incremento sobre lo que tenía. Con relación al presupuesto
del Ceseden para el año viene, querría saber si está
en condiciones de decirnos cuál va a ser, pero si no lo está
nos lo puede enviar por escrito.

Finalmente, en una intervención que, a diferencia de
otros casos, tiene caracteres más genéricos y casi de gestión
o de filosofía presupuestaria, dado que es un presupuesto
muy corto y, por tanto poco hay, quería introducir
un nuevo elemento. Es evidente que vamos a necesitar
optimizar los recursos y, sobre todo, ustedes que son su
gestores. Para optimizar estos recursos y mejorar el conocimiento
de la organización y el funcionamiento de los cuarteles
generales, de las unidades y la gestión, sería tal vez
necesario avanzar más en el proceso de unificación de
algunos centros. Por ejemplo, gestión de compras. ¿No
podría producir un cierto abaratamiento en ciertas compras
el que estuviesen concentradas bien en el EMAD o en
algún departamento directamente dependiente del Sedef?
¿No sería adecuado que introdujésemos auditorías de gestión
para determinar los resultados de coste-eficacia en la
gestión de los presupuestos de Defensa, ¿No sería tal vez
conveniente también en relación con los indicadores que
constan en la memoria de los presupuestos -a veces son
tan genéricos que únicamente dicen que se va a gastar tanto
y, por lo tanto, como indicadores no indican nada, sino simplemente
si se gasta o no-, buscar la introducción de otros
indicadores que nos permitiesen un debate presupuestario
más a fondo sobre la eficacia y el funcionamiento del
Ministerio y de nuestras Fuerzas Armadas? Después con
cada jefe de Estado Mayor voy a expresar esta reflexión en
preguntas más concretas. Y finalmente, si es posible, aunque
no ahora, nos gustaría que nos hiciesen llegar todos los
proyectos y costes de simulación que están en marcha en
todas las Fuerzas Armadas.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Popular, tiene
la palabra el señor Fernández de Mesa.




El señor FERNÁNDEZ DE MESA DÍAS DEL RÍO:
Señorías, general jefe del Estado Mayor de la Defensa, voy
a empezar mi intervención haciéndome la pregunta que se
hacía el señor Marsal en alto: ¿Qué podemos hacer con las
Fuerzas Armadas en los próximos años o qué se puede
hacer con las Fuerzas Armadas desde el Parlamento? Yvoy
a contestar con una frase del secretario de Estado de la
Defensa en su comparecencia anterior: Mantener un crecimiento
viable, realista y en la línea iniciada hace dos años
de recuperación del presupuesto. Hay que tener muy claro
que lo primero que hay que ofrecerle a las Fuerzas Armadas
en general es el cumplimiento de los programas. En ese
sentido, hay una clara diferencia desde hace dos años hasta
ahora en que no hay minoraciones, en que no se abandonan
programas nacionales, como aquello que estuvimos a punto
de abandonar del Secomsat o de las fragatas de los noventa,
en que existe un crecimiento viable, realista, equilibrado
y solidario con los Presupuestos Generales del Estado, de
los cuales no está desgajado el presupuesto de la Defensa
sino que forma parte esencial. Cumplir lo programado y
optimizar los recursos con unos presupuestos de 928.172
millones de pesetas, sin olvidar -no hay que agradecer el
hecho porque es la acción solidaria del Gobierno, no es que
el Ministerio de Industria se porte bien con el Ministerio de
Defensa- los 198.000 millones de pesetas largos de aportación
del Ministerio de industria; así pues, la primera
garantía que van a tener, como decía, es que se va a cumplir
lo programado.

Tomando asimismo el hilo de la intervención del señor
Marsal, independientemente de los mecanismos positivos
o perversos que pueda tener el presupuesto actual, que
nosotros no lo considerábamos tales cuando todavía hoy
hay en este presupuesto una dotación presupuestaria importante
para el pago de los EF-18 comprados en la década
pasada, quiero decir que, a pesar de todo, se incluyen nuevos
programas al margen de los del Ministerio de Industria.

Oír aquí que es lógico que se doten los armamentos, el sistema
de combate o los helicópteros de las F-100, programas
que están incluidos en los presupuestos de Defensa
este año cuando todavía no hemos completado los helicópteros
de las fragatas de la clase Santa María realizadas en la
década pasada, suena un poco no a sofisma, sino un tanto
contradictorio con las políticas aplicadas y las políticas
actuales en vía de ejecución. Hablar de que hay que centralizar
más la gestión de compras cuando hasta la compra de
un tornillo en un regimiento o en un arsenal tiene que autorizarla
el ministro y cuando precisamente lo que se está
haciendo es descentralizar para agilizar la gestión del
Ministerio o del órgano central, del EMAD y de cada uno
de los cuarteles generales, está diametralmente opuesto con
lo que este Gobierno y este Ministerio, de manera acertada,
se han propuesto. Está claro que en auditorías internas y de
controles nadie como el Ministerio de Defensa. Yno por la
acción del Partido Popular.

Alo que sí estamos dispuesto es a que se cumpla la Ley
de Contratos del Estado también en el Ministerio de Defensa.

Esa gestión hay que apuntársela en el haber del Gobierno
actual, del equipo actual del Ministerio de Defensa; el
cumplimiento estricto de la Ley de Contratos del Estado.

Esa es la mejor garantía de la optimización de los recursos
del Ministerio de Defensa, de la Secretaría de Estado, de la
Subsecretaría y debería serlo -y estoy convencido de que
lo es- del Estado Mayor de la Defensa.

Entiendo que los Ministerios de Sanidad y Trabajo y -
vistas las demandas sociales- y, sin duda, Defensa, podían
pedir más dinero, pero también estoy convencido de que
se ha iniciado una línea, con un decremento cero el primer
año de este Gobierno y con un incremento sostenido del
presupuesto a lo largo de estos dos últimos y, sobre todo,
con la seriedad y rigor presupuestario del cumplimiento de
los presupuestos y de los programas que hacen prever un
futuro esperanzador en cuanto a la profesionalización a la
modernización. Esta tarde se ha hablado mucho del incremento
del 58,2 por ciento de los gastos de personal en los



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presupuestos de este año. Y yo le pregunto, mi general,
¿qué hacemos? ¿No los incrementamos? Me gustaría
saberlo. Usted dice que nos desviamos del crecimiento presupuestario
desde los gastos de personal y de mantenimiento
sin tener en cuenta las importantes inversiones de casi
200.000 millones de pesetas del Ministerio de Industria.

Mi pregunta es: ¿cuál es la solución? ¿Tener unos presupuestos
del Estado más elevados? Probablemente. Eso es
lo más fácil. Que nos pongan dinero encima de la mesa y
gestionamos todo perfectamente. Mi pregunta es: ese 58,2
por ciento de aumento de gastos de personal ¿es ocioso, no
tiene sentido, lo podíamos haber suprimido o es realmente
necesario para atender las necesidades más importantes en
el seno de las Fuerzas Armadas, que es su personal?
En materia de dietas me gustaría saber lo que se ha
hecho durante los últimos años, sabiendo que nuestros oficiales
o suboficiales no cobran el cien por cien de las dietas,
sino un porcentaje muy reducido, Me gustaría saber su
para que, de verdad, como el resto de los funcionarios civiles
o como el resto de los mortales, los militares oficiales y
suboficiales puedan cobrar el cien por cien de su dieta
cuando se desplaza, el incremento del 58,2 por ciento del
presupuesto de personal, incluidos los incrementos naturales
de esa reserva transitoria que tantos beneficios aporta a
las Fuerzas Armadas y sobre todo al personal en activo,
cuestión que no es para criticar, puesto que es una opción
que se les ha dado y ahí están y ahí se mantendrán sus derechos
adquiridos; me gustaría saber, digo, si ese crecimiento
que existe en los presupuestos de este año hasta el 58,2 por
ciento en los gastos de personal considera el jefe del Estado
Mayor de la Defensa que es innecesario. No es innecesario
para mantener el actual personal, una política y un discurso
coherente y no decir que se incrementan una barbaridad los
gastos de personal, como argumentaba en la comparecencia
de primera hora de la tarde el portavoz de Izquierda
Unida, que afirmaba que los gastos de personal, de la reserva
o de la reserva transitoria se incrementaban, sin tener en
cuenta cuál es la solución a todo eso: ¿mandar al paro pero
seguir pagando a todos los militares que están cobrando el
incremento de los Presupuestos Generales del Estado de
sus sueldos y salarios normalmente?
En cuanto al crecimiento del material, es decir, las aportaciones
de material este año en un 41,8 por ciento no se
pude, en modo alguno, obviar el importante convenio firmado
entre el Ministerio de Industria y el Ministerio de
Defensa, que además tiene la participación del Ministerio
de Trabajo y del Ministerio de Economía y Hacienda,
haciendo un gran esfuerzo con la finalización a la alemana
de una auténtica modernización de la que nosotros entendemos
que ustedes creen que es prioritario, que es la
modernización del grupo Alfa...




El señor PRESIDENTE: Vaya terminando, señor Fernández
de Mesa.




El señor FERNÁNDEZ DE MESA DÍAZ DEL RÍO:
Termino, señor presidente.

La modernización del grupo Alfa, el EF-2000 o el Leopard
2 con retornos industriales importantísimos para el
Ministerio de Industria o, lo que es lo mismo, para la industria
nacional de la defensa.

En este sentido, termino diciendo que podremos acercarnos
-si no es al final de esta legislatura será más tarde,
con las programaciones que tiene previstas el Gobierno de
manera plurianual, porque yo sí tengo confianza en este
Gobierno y tengo confianza en el equipo del Ministerio de
Defensa- a lo que se ha propuesto, a un equilibrio del 50
al 50 por ciento entre material y personal. Estoy convencido
de que, si la tendencia sigue igual, con un presupuesto
equilibrado y de crecimiento sostenido, tendremos un futuro
mucho más esperanzador que el que podíamos tener
hace tres años.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el teniente
general Valderas.




El señor JEFE DEL ESTADO MAYOR DE LA
DEFENSA (Valderas Cañestro): Señorías, señor Marsal,
efectivamente aparecen, o pueden aparecer, nuevos programas
en los distintos ejércitos. ¿Qué podemos hacer? Lo
que podemos hacer es lo que hemos empezado a hacer.

Para que un programa tenga una prioridad suficiente tenemos
en cuenta las disponibilidades económicas, las necesidades
operativas, las necesidades de la industria y un cuarto
apartado, que es el de nuestros compromisos en el
exterior.

Hasta ahora, cuando no éramos parte de la estructura
militar de la Alianza, le decíamos a ésta a lo que queríamos
comprometernos. Tanto en la multilateral como en la bilateral
nos podían decir algo, pero seguíamos siendo nosotros
los que mandábamos. Apartir de ahora también lo tendremos
que tener en cuneta, porque tendremos que cumplir
lo que digamos.

El proceso que ha hemos empezado a seguir es que
nosotros diremos a los cuarteles generales que nos fijen las
prioridades de sus programas y comprobaremos la prioridad
que han dado. Hay un modelo establecido dividiendo
los programas en nueve apartados o grupos, y dentro de
cada grupo no se da prioridad, lo analizaremos y posteriormente,
junto con los jefes de Estado Mayor y con el secretario
de EStado fijaremos las prioridades entre los diferentes
programas que nos presenten las tres ramas de las
Fuerzas Armadas, teniendo en cuenta una cosa que ya ha
dicho el secretario de Estado: que todo programa que se
presente tendrá que ir con las anualidades que haga falta,
con su apoyo logístico integrado y con todo lo que le haga
falta. No aceptaremos un programa que venga sólo con una
parte del mismo sino que tendrá que ser el programa completo.

Acontinuación, tendremos que ver la viabilidad económica
del programa y no ocurrirá -por lo menos pretendemos
que no ocurra más- que la primera anualidad sea
muy baja para meter la cabeza y no podamos hacer frente a
las anualidades siguientes. Este es el proceso que vamos a
llevar y yo creo que estamos en el camino correcto.

¿Qué pasa con los nuevos programas del Estado Mayor
de la Defensa, que bajan todos los años? Efectivamente,
bajan todos los años porque, aunque parezca que no, en
ciertas partidas bajan las costas. Otro hecho que ha ocurrido
es que, como he citado antes, cuando las dotaciones presupuestarias
no permiten acelerar la implantación de los
sistemas interdependientes y se desplazan hacia el futuro,
en campos donde hay una continua evolución tecnológica,



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puede ocurrir que en cierto momento el programa empiece
a hacer un poco de agua. Por ejemplo, es muy difícil controlar
el sistema de comunicaciones, programa que empezó
en 1986 y que estaba previsto que acabara en el 2008, con
dos o tres subprogramas, la normalización cripto, el
Secomsat y el sistema adjunto de telecomunicaciones, que
el más tardío tiene que acabar en el 2002. Lo que hacemos
es que llegamos al año 2002, se para, se vuelve a analizar el
programa y se hace la segunda fase o un subprograma
nuevo, pero no podemos seguir manteniendo los condicionantes
de 1986 cuando la tecnología ha cambiado muchísimo,
y eso afecta prácticamente a todos los programas. Se
están revisando, la gestión se está haciendo mejor, hay una
reorganización que está probándose todavía en el EMAD,
hay un solo gestor que controla todos los programas y a
todos los gestores de los programas y esto nos permite afinar
mucho más en el planteamiento.

Efectivamente, el Jemad cada vez tiene menos dinero,
pero también es porque hay algunos programas que, incluso
egoístamente, he agradecido que me los quiten. Hasta el
año anterior tenía el Hispasat o el Helios que me daban el
dinero y yo lo cogía con una mano y lo daba con otra. Para
eso prefiero no tenerlos, porque si se produce una minoración
del presupuesto del EMAD no van a minorar el presupuesto
del Hispasat, que son habas contadas, va a afectar al
resto, por lo que hemos aceptado esa disminución del dinero,
aunque yo también creo que el dinero puede dar el
poder. Efectivamente, el Naew se traslada al Ejército del
Aire. Me imagino que el general Lombo podrá contestar.

En cuanto a Esa, Escuela Superior de las Fuerzas Armadas,
creo que es una buena iniciativa de que tenemos que ir a lo
conjunto. Tenemos que hacerlo así por muchas cosas que
se han dicho aquí esta tarde: tenemos que ahorrar dinero,
tenemos que ahorrar personal, tenemos que centralizar, y la
Escuela Superior de las Fuerzas Armadas es un buen principio.

Esta escuela dependerá del Ceseden. Como saben
SS.SS., el Ceseden tiene ahora dos patas: la Escuela de
Estado Mayor Conjunto y el Alede. La Escuela de Estado
Mayor Conjunto desaparece y, en su lugar, aparece la
Escuela Superior de las Fuerzas Armadas. Está previsto
que, el año que viene, el próximo curso de Estado Mayor y
el ciclo 1999-2000 para el ascenso a general de brigada se
realice ya en esta Escuela Superior de las Fuerzas Armadas.

Esto quiere decir que en el edificio que ahora está compartido
por la Escuela Superior y el Ceseden, ahora estará
el Ceseden con sus dos patas. Todo el dinero que estaba
atribuido en los presupuestos al mantenimiento y financiación
de la Escuela Superior del Ejército se trasvasa al Ceseden,
bien es verdad que sólo durante los meses que restan;
el año siguiente habrá un incremento. Posteriormente, si
quiere, le daré datos precisos, pero según mis cuentas, para
el año 1998, el Ceseden tenía presupuestados 125 millones
de pesetas; en el próximo año, tendrá 118 millones de pesetas
más un incremento de aproximadamente 200 millones
que citaba al principio.

Mejoras de la gestión. No cabe duda de que se están
haciendo mejoras en la gestión. Es no de los caballos de
batalla del Ministerio y del ministro. Concretamente, algunas
partidas las tiene que gestionar directamente el secretario
de Estado para la Defensa. También es verdad que estamos
encontrando dificultades porque al que tiene una
parcelita le cuesta mucho trabajo abandonarla, pero estamos
en el camino. Creemos que, en todo lo que sea posible
centralizar la gestión, la tenemos que centralizar.

Respecto a las auditorías de gestión, como ha dicho el
señor Fernández de Mesa, es difícil que se realicen más
auditorías que las que tenemos en Defensa. Si sirven para
mejorar la gestión, bienvenidas sean.

Los indicadores. No me atrevo a decir en qué podemos
mejorar. No obstante, consultaré y, a la mayor brevedad, le
trasladaré la idea que me digan de la posible mejora. Por
supuesto, le proporcionaré la propuesta de coste y simulación
de todas las Fuerzas Armadas.

Señor Fernández de Mesa, estoy de acuerdo con que el
presupuesto muestra un crecimiento viable y realista.

Hemos pasado del 3,2 por ciento al 3,4; seguimos creciendo.

El futuro -lo he dicho- es esperanzador. El 58 y el
41,8 o el 42 por ciento son cifras que están ahí. ¿Qué podemos
hacer? ¿Incrementar el presupuesto? Difícil lo veo. Lo
que sí puede ocurrir es que el año que viene, si la partida
dedicada de 17.500 millones se mantiene más o menos
estable, como no llega a suponer el total del incremento
que va a tener el presupuesto del año que viene, se puede
dedicar el resto a material, con lo cual podremos ir acercándonos
a esa cifra. Sigo diciendo -lo manifesté el primer
día en que tuve la oportunidad de hablar en este foro-
que, en mi opinión, lo bueno sería dedicar un 60 por ciento
a material y un 40 a personal. Desgraciadamente, la situación
ha ido evolucionando y no se puede dejar de pagar a la
gente, por lo que no hay más remedio que aceptar el reto.

Tenemos que ser lo suficientemente buenos gestores como
para, con el 41,8, seguir sacando la cuestión adelante,
teniendo en cuenta que ese 41,8 por ciento está soportado
grandemente, de cara al futuro, por los programas que
ahora mismo están siendo subvencionados, por decirlo de
alguna forma, por el Ministerio de Industria. Por esa parte,
todavía no me atrevo a cuantificar el dinero que puede
revertir al Ministerio de Defensa de la generación de bienes
y servicios -léase viviendas o terrenos- del Ministerio
de Defensa, aunque yo creo que sí pueden resolver parcialmente
el problema o, por lo menos, evitar la descapitalización
y empezar a recapitalizar.

Las dietas son un problema porque hay que tener en
cuenta que empezamos a movernos en muchos sitios donde
no tenemos control sobre ellas; no es que no la podamos
controlar, sino que no podemos decir cuál es la dieta. Por
ejemplo, ahora mismo se está produciendo el caso de que
los señores que van a hacer el curso a Nadefcol, cuando
van a hacer un viaje, en la escuela les dicen: usted tiene que
ir a tal hotel, que cuesta tanto, y no pueden decir que no ni
renunciar al viaje. Esto está ocurriendo y supone un gasto
superior a la dieta a la que tienen derecho. O sea que la
dieta empieza a ser un problema, porque sube, pero los que
tienen que percibirla, aun percibiendo el cien por ciento, no
en todos los casos se pueden ajustar al dinero que tienen.

Hay que subvencionar -y así se ha puesto en el presupuesto-
una parte del exceso de la dieta a la que tienen
derecho.

Por supuesto, pecaría de insincero si no dijera que las
Fuerzas Armadas se sienten muy satisfechas de que los tres
programas estrella de las Fuerzas Armadas estén siendo
llevados adelante gracias a la aportación del Ministerio de



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Industria. Yo creo que el futuro está en esos programas y,
gracias a Dios, van saliendo adelante. Espero no haberme
dejado nada en el tintero.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, teniente
general Valderas.




- DEL JEFE DEL ESTADO MAYOR DEL EJÉRCITO
DE TIERRA (PARDO DE SANTAYANA Y
COLOMA) A SOLICITUD DEL GRUPO SOCIALISTA
DEL CONGRESO. (Número de expediente
212/001588.)



El señor PRESIDENTE: Pasamos a la siguiente comparecencia,
que es la del jefe del Estado Mayor del Ejército
de Tierra.

Bienvenido jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra,
teniente general don Alfonso Pardo de Santayana, que
tiene la palabra.




El señor JEFE DEL ESTADO MAYOR DEL EJÉRCITO
DE TIERRA (Pardo de Santayana y Coloma):
Señor presidente, señorías, comparezco por primera vez
ante ustedes para explicar cómo incide en el Ejército de
Tierra el presupuesto del año 1999. Al comienzo de los
años ochenta, estando yo en la Agregaduría de Washington,
asistí con frecuencia a las comparecencias que los
generales norteamericanos hacían ante su Congreso, y he
de decir que lo veía con una sana envidia. Por eso, hoy, al
comparecer aquí, lo hago ilusionado por que España haya
llegado a un momento en el que verdaderamente ya se
tenga la mentalidad de que la defensa es cosa de todos y el
que debe decir cuál y cómo es su defensa es el pueblo español,
a través de sus representantes.

Como se puso de manifiesto en las intervenciones de
mi antecesor, el general Faura, empezaré señalando que el
ejército se siente solidario con los esfuerzos que España
está haciendo en el campo de la economía, que esperamos
redunden en beneficio de todos los españoles. Somos conscientes
-como unos españoles más- de que hay programas
prioritarios, como pueden ser los de educación o los de
carácter social. Aunque vivimos el día a día y somos conscientes
de una serie de carencias y limitaciones, que no
renunciamos a satisfacer cuanto antes, sí pretendemos
cumplir las misiones que nos tienen asignadas.

El ejército, desde el punto de vista presupuestario, tiene
tres aspectos fundamentales: uno, los compromisos internacionales;
otro, el Plan Norte y un tercero, que es el Plan
de profesionalización. Los compromisos internacionales
(que han servido, sin duda, para dar un importante impulso
al ejército y un cambio francamente importante) están condicionando
fuertemente nuestras actividades. El Ejército de
Tierra mantiene desde hace seis años un importante contingente
en Bosnia, a más de 2.000 kilómetros de distancia, y
también mantenemos un pequeño contingente en Centroamérica.

Nos sentimos enormemente satisfechos y orgullosos
de estar realizando un trabajo que amplía, en el campo
ético, nuestra actuación con este servicio a la paz, en Europa
y en América y de que incluso ya no nos limitemos sólo
a asegurar la paz de los españoles, sino que la exportemos a
otros países. Estamos orgullosos de estar realizando un trabajo
que merece una aprobación generalizada no sólo de la
OTAN y de los ejércitos de otros países, sino de las ONG,
de la diplomacia mundial, de las Naciones Unidades, etcétera.

Estamos animados al ver que el ejército se ha convertido
en un instrumento de la política exterior al servicio de
los intereses de España y de los españoles. Por otro lado,
nuestra presencia en la ex-Yugoslavia, por donde han pasado
ya 20.000 componentes del Ejército de Tierra, está sirviendo
como experiencia de gran valor, permitiendo a
nuestro cuadros de mando y tropa poner en práctica su
adiestramiento, comparar sus procedimientos con los de
ejércitos más avanzados y trabajar en equipo con personal
de los mismos. Aunque esta operación tiene un importante
coste añadido está suponiendo un desgaste de nuestro
material, sometido a un ritmo de utilización muy superior
al normal, como he dicho, a la largo de seis años, pero he
de destacar que mantenemos un alto nivel de operatividad,
normalmente superior al 90 por ciento.

Otro aspecto de los compromisos internacionales es
nuestra participación en Eurocuerpo, en Eurofor y en la
OTAN, especialmente en el ARRC (cuerpo de reacción
rápida de la OTAN). Terminaremos este año de incorporamos
al Eurocuerpo, el próximo mes de diciembre, con la
tercera brigada de la división, la brigada mecanizada XI,
Extremadura, de Badajoz. Sabemos que el Eurocuerpo procura
planificar sus ejercicios alternando el Pegasus en Centroeuropa
con los Cobra en España, pero la presencia continuada
del cuadro de mandos y tropa en Estrasburgo y la
esporádica de maniobras en Centroeuropa de nuestras unidades
encarece notablemente nuestro presupuesto. En este
momento concretamente tenemos 119 hombres y 40 vehículos
en Estrasburgo. Por otro lado, podríamos decir que
nuestra participación en Eurofor, que este año ha realizado
la operación CJTF, la Eolo en Francia y ahora va a hacer la
Bright Star con los americanos, aunque al ser menor y tener
el cuartel general en Florencia los gastos son inferiores,
también supone un coste añadido. En menor grado podríamos
referirnos a la participación de la Fuerza de Acción
Rápida en el cuerpo de reacción rápida de la OTAN, cuyo
cuartel general está situado en Alemania, realizándose
numerosos ejercicios y seminarios con nuestra participación.

También hemos de considerar los compromisos de
nuestra brigada de montaña en la Fuerza Aliada Móvil. Por
otra parte, nuestra plena integración en la Alianza está
suponiendo que un elevado número de nuestros mejores
cuadros de mando vayan destinados a los mandos de la
OTAN en perjuicio de nuestras plantillas, ya de por sí reducidas,
con lo que la cobertura de las unidades se ve afectada
en cierto modo.

Por último, hemos de decir que una vez desaparecido el
peligro del enfrentamiento este-oeste, prestamos una especial
atención a los problemas mediterráneos y a las tensiones
norte-sur, ya que han aparecido nuevos factores de
inestabilidad, como son: el integrismo religioso, los enfrentamientos
étnicos o las fuertes corrientes migratorias hacia
este paraíso que ven en Europa, y para ello no basta más
que recordar las pateras que a diario cruzan el Estrecho y la
actuación de nuestras fronteras de Ceuta y Melilla. Todo
ello sucede a una distancia de nuestro territorio preocupante.

Atendemos a estos acontecimientos con especial interés
por si nuestros servicios fueran requeridos. Por otra parte,



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la proliferación de armas de destrucción masivas en países
del Tercer Mundo también nos preocupa y, por eso, tenemos
personal que está realizando estudios de la defensa
antimisil del programa MEADS (Medium Extended Air
Defense System).

Otro aspecto que incide claramente en el presupuesto es
el desarrollo del Plan Norte, plan en el que, junto con el
general Faura, desde su comienzo he tenido una muy directa
participación, que está prácticamente finalizado por lo
que se refiere a los cambios orgánicos. Terminada la organización
de la fuerza en el año 1997, este año se está llevando
a cabo la reorganización logística, y en el primer
semestre del próximo año tendrá lugar la reorganización
del Estado Mayor del Ejército, que se ha dejado para el
final por haber sido el que ha dirigido estos cambios.

En estos momentos quisiera recordar que el Plan Norte
ha supuesto una verdadero revolución, más que una reorganización
del Ejército de Tierra no sólo en los aspectos de
organización, logística o doctrina, sino fundamentalmente
en la mentalidad de nuestros cuadros de mando. El enorme
esfuerzo y sacrificio social que ha conllevado para nuestros
oficiales y suboficiales ha merecido la pena y yo, como
anterior general jefe de la fuerza de maniobra, puedo decirles
que gracias a esto hoy contamos en el Ejército de Tierra
con unas fuerzas con alta disponibilidad y capacidad de
proyección, preparadas para cumplir las misiones operativas
que tienen asignadas y con un cuartel general operativo
a nivel OTAN situado en Valencia y con capacidad de
mando de dichas fuerzas. Algunas de SS.SS. ya han tenido
la oportunidad de comprobarlo. Sin embargo, para que
estas fuerzas puedan tener el nivel deseado de operatividad
es necesario, por una parte, que se continúe el esfuerzo de
mejora de nuestras bases, adaptándolas a la profesionalización,
mejorando su seguridad mediante sensores electrónicos
y otras medidas que reduzcan los tediosos servicios de
guardia y, por otra parte, que se continúe la modernización
del armamento eliminando todo el material que por obsoleto
resulta ineficaz y costoso. El ejército no debe tener más
que aquello que sea eficaz y pueda mantener.

Hemos conseguido a través de un concepto modular
unas fuerzas realmente operativas, pero como ya he dicho
en otras ocasiones un sistema no tiene más fortaleza que la
del componente más débil, y aún hemos de eliminar aquellos
aspectos que debilitan la fortaleza, la fiabilidad y la eficacia
de nuestras unidades; los limitados medios de visión
nocturna o el material NBQ son algunos de ellos. Los dos
primeros, la vejez de nuestros vehículos y la escasez de
munición, requieren por nuestra parte una mayor acción en
la racionalización, unida a un mayor esfuerzo también
desde el punto de vista económico. El aspecto de la visión
nocturna o el material NBQ es la formulación modular que
veníamos haciendo en otros campos.

Nos preocupa especialmente también, la adecuada atención
a la tropa profesional que va aumentando a gran velocidad.

Terminada la fuerza, el mando de doctrina y el apoyo
a la fuerza, ahora acometemos la reorganización del Cuartel
General del Ejército, que se desprende de todo lo que
sea gestión, que pasa a los mandos de personal de logística
y doctrina, quedándose puramente con la planificación, lo
que permite una reducción al quedar limitada una división
de planes, una de recursos y una tercera de operaciones.

Quisiera recordar a SS.SS., que cuando se aprobó el
Plan Norte se decía en el real decreto que se financiaría, en
primer lugar, a través de las dotaciones presupuestarias
anuales; en segundo lugar, mediante las cantidades que la
Gerencia de Infraestructuras fijase como consecuencia de
la venta de instalaciones, y, tercero, con cantidades adicionales
que debería habilitar el Ministerio de Economía y
Hacienda. Esto último se llevó a cabo durante dos años,
pero ha sido sustituido por el incremento que llega del
Ministerio de Industria; la cantidad que tenemos para el
año 1999 casi viene a coincidir con la misma formulación
que cuando hicimos el Plan Norte, que era aproximadamente
de 80.000 millones de pesetas, contando inversiones
e infraestructura. Para no entrar en más detalles, sólo diré
que esperamos que esto se tenga en cuenta y, cuando la
situación lo permita, este concepto de cantidades opcionales
se siga considerando para poder así nivelar de forma
asumible, sin perjuicio de nuestro desarrollo nacional, la
enorme descapitalización del Ejército de Tierra.

Los esfuerzos en Marruecos, primero, en el Sáhara, después,
y el excesivo volumen del ejército durante muchos
años hace que el Ejército de Tierra sea sin duda el peor
dotado actualmente. HOy ya, adecuadamente reducido y
reorganizado, sólo precisa completar la modernización de
su armamento bajo el concepto de calidad más que de cantidad.




El Plan Norte ha venido a unirse ahora al Plan de profesionalización
de la tropa. Tenemos que hacerlos converger.

Incide de forma especial en el Ejército de Tierra cuyas unidades
están basadas fundamentalmente en el hombre -
digamos ahora en el hombre y la mujer-, al que consideramos
el principal sistema de arma del Ejército, así como
en los otros es más bien el barco o el avión. He de decir que
los 30.000 hombres que vamos a tener al final de año, un
37 por ciento del Ejército, crecerá el próximo a 43.500, y
ello supone para la fuerza de maniobra que a final de año
ya esté cubierta en un 50 por ciento y el próximo en un 64
por ciento. La profesionalización ha supuesto, sin duda, la
mejora más importante para el Ejército de Tierra, más que
los nuevos carros o los nuevos misiles, pero conlleva un
coste añadido muy importante que nos obliga a reducir
nuestros ejercicios y maniobras al tener que pagar ahora
también a la tropa las salidas, lo cual, por otra parte, es lo
más justo y natural. El número de días de campo al año
queda ahora, como es lógico, por debajo de la media de
otros países de la OTAN.

Por otra parte, el incremento del presupuesto va dirigido
a la profesionalización, lo que ha hecho que, en cierto
modo, se retrase la modernización tan necesaria. Sin
embargo, el refuerzo que se va a recibir por parte del Ministerio
de Industria viene a compensar esta deficiencia. Quisiera
señalar al respecto que la profesionalización supone
una nueva reducción de un Ejército ya muy ajustado y que,
al igual que en otros países occidentales, habrá que considerar
el contar con un mayor número de personal civil o el
mismo recalificado y adaptado a los puestos adecuados y
que parte de los trabajos de mantenimiento en instalaciones
fijas pasen a correr a cargo de este tipo de personal, o bien
que se lleve a cabo mediante contratas con empresas civiles.

Para poder cumplir su misión el ejército se ha organizado
de forma modular y ha marcado claramente sus prioridades.




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Aunque la mayor parte de los programas del Plan
Norte están ya en marcha, éstos van a un ritmo que desearíamos
que fuera más rápido y aún son muchas las necesidades
para estar plenamente preparados para enfrentarnos a
los objetivos que se nos han señalado y a los compromisos
internacionales en los que estamos involucrados.

La mayor parte de los principales programas han sido
señalados en anteriores ejercicios: en primer lugar, el programa
Leonardo, con el que pretendemos dotar a nuestras
unidades con un carro de combate moderno y eficaz. El
carro es el arma disuasoria por definición y su calidad
marca en cierto modo de un ejército, calidad Leopard.

Esperamos que antes de final de año se firme el contrato.

Es muy importante para nosotros, porque nos permitirá,
entre otras cosas, dar de baja a los MX-30. Da pena tenerse
que gastar dinero en repuestos de este material. Entre tanto
nos instruimos con los carros Leopard del modelo 2A4 de
segunda generación, cedidos por Alemania. Los nuevos de
tercera generación se espera empezar a recibirlos en el año
2000 ó 2001. Con el programa Pizarro esperamos sustituir
en el próximo año los obsoletos vehículos de transporte,
los llamados TOA, dotando a las unidades a un ritmo de un
batallón por año, un vehículo de combate de infantería y
caballería, similar al de otros países occidentales, como son
el Bradley o Murder. Hemos empezado a recibir los primeros
carros de zapadores por transformación sobre un chasis
de M-60. Otro aspecto importante es la modernización de
los BMR que tan buen resultado han dado en Bosnia como
vehículos de ruedas con protección ligera, prolongando así
su vida operativa y mejorando sus prestaciones. La carencia
que tenía la caballería de nuestra Fuerza de Acción
Rápida de un vehículo para reconocimiento de ruedas ligero
y con un potente cañón será cubierto por el Centauro. La
modernización de nuestros helicópteros de transporte, los
Chinook, al modelo Delta, junto con los helicópteros Cougan
(Superpuma largo) nos proporcionará la deseada capacidad
de helitransporte de un grupo táctico en una sola oleada.




La modernización de nuestra artillería antiaérea con los
misiles de muy baja cota Mistral, la mejora del grupo de
misiles de medio cota Hawk, adquiriendo un mayor número
de objetivos y reduciendo personal y mantenimiento y la
modernización de los cañones antiáreos de 35/90 y sus
direcciones de tiro, así como la dotación de los centros de
operaciones antiaéreos -muy importante porque, sin no,
resulta peligrosísimo el empleo de los misiles Mistral,
Roland y Aspide- mejoran nuestra capacidad de defensa
contra una amenaza aérea. La artillería de campaña aumenta
su alcance y sus prestaciones, modernizándose las piezas
autopropulsadas de 155 para las unidades mecanizadas y
con el 105 Light Gun para las de las FAR. Estos días la Brilat
está recibiendo las últimas piezas. De nada serviría todo
ello si no contaramos con un buen sistema de mando y control.

En comunicaciones el radioteléfono táctico o bajo
nivel, la red básica aérea (a nivel de cuartel general de batallón,
brigada, división), el Secomsat, que al fin empezará a
llegar el próximo año y la red básica viaria, suponen una
gran mejora. Junto a ellos el sistema informático Simacet
permite mantenerse perfectamente informado en tiempo
real y ejercer adecuadamente el mando. Tenemos ya el primer
nodo en la brigada acorazada.

Como parte del sistema de mando y control, el Single,
sistema integrado de gestión logística del Ejército, por el
cual llevamos luchando hace ya 10 años, está prácticamente
finalizado y nos permitirá gestionar, incluso en campaña,
adecuadamente y con un menor gasto nuestro recurso de
forma rápida y eficaz. A este respecto del mando y control
y a la digitalización integral de nuestras unidades, quisiéramos
dedicarle un especial esfuerzo, así como a mejorar el
apoyo logístico de nuestras unidades para asegurar el sostenimiento
en operaciones. Por último, esperamos iniciar el
próximo año la sustitución del Cetme por el nuevo fusil de
asalto de última generación.

A pesar de la indudable modernización y mejora de
nuestro ejército aún tenemos muchas carencias y muchas
limitaciones que nos gustaría tener resueltas lo antes posible.

Una de ellas es la simulación que ya hemos iniciado.

No se debe adquirir ningún material sin tener antes su
simulador, los equipos son muy costosos; los ejercicios de
maniobras se han reducido y, por tanto, la mejor y más
barata solución para mantener nuestro nivel de instrucción
y de adiestramiento es el empleo de simuladores, que permiten
realizar incluso maniobras que en la realidad serían
peligrosas de hacer y que, al mismo tiempo, tienen un
menor impacto medioambiental, tema con el que nuestra
sociedad está especialmente sensibilizada. Necesitaremos
dedicar un mayor esfuerzo a este aspecto. Quizá el problema
principal sea el del mantenimiento, como ya se ha puesto
de manifiesto anteriormente. Aunque este año se mejora
ligeramente, los modelos materiales requieren un mayor
esfuerzo tanto en personal especialista como en repuestos y
en utillaje. El no dedicar el esfuerzo adecuado al mantenimiento
puede traducirse en la inoperatividad de materiales
que son de muy costosa adquisición. El ejército continúa su
esfuerzo de racionalización de estructuras y de gestión y ya
sólo necesita que se termine de mejorar su material y su
mantenimiento, pensando que un moderado esfuerzo en su
modernización, que por otra parte es indispensable para
llevar cabo la profesionalización, redundará pronto también
en menores gastos. Lo que es cierto es que el ejército
más caro es sin duda aquel que no es operativo, aquel que
no es eficaz porque su material es obsoleto.

Creo sinceramente -lo digo más como jefe de la fuerza
de maniobra, que es lo que acabo de dejar de mandar, y
que es lo mismo que he dicho en la visita a las unidades o
en los foros universitarios a los que he asistido- que estamos
en el camino correcto. Es una clara acción de Estado
que se inició en el año 1992 y en la que se marcó un camino
de racionalización para el ejército y se está siguiendo
con un esfuerzo por parte de la nación. Como es lógico, al
ejército le gustaría ir más rápido, pero creo que estamos en
el camino correcto y con un pequeño esfuerzo muy pronto
podremos tener un Ejército de Tierra al mismo nivel que el
de la Armada, el del Aire y el de los ejércitos de la OTAN.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Socialista, tiene
la palabra el señor Marsal.




El señor MARSAL MUNTALÁ: General Pardo de
Santayana, bienvenido por primera vez a esta Comisión.

Quiero felicitarle por su nombramiento y desearle éxitos
como los que ha tenido en el mando de la fuerza de maniobra,



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como antes recordaba, cuyos importantes avances en
este campo no hace muchos meses distintos miembros de
esta Comisión pudimos apreciar sobre el terreno.

También querría aprovechar la ocasión para, en nombre
de nuestro grupo, y yo creo que extensivo a todos los grupos,
que constan en el «Diario de Sesiones» el agradecimiento
al general Faura, que siempre ha colaborado en esta
Comisión, no únicamente en las comparecencias, sino también
con la atención con que siempre ha cuidado a sus
miembros. Estamos seguros que usted seguirá en la misma
línea y se lo agradecemos de la misma manera.

Entrando ya en el presupuesto, hay una serie de preguntas
muy concretas que queríamos hacerle sobre los proyectos
de inversión. En el superproyecto 9002 de aeronaves no
aparece el helicóptero de ataque, lo cual quiere decir que
según su previsión su inicio no será antes del 2002. ¿Cuál
es la previsión que están haciendo en este momento sobre
el helicóptero de ataque? No pretendemos saber ahora cuál
tiene que ser: tiempo habrá para debatir esta cuestión.

En el superprograma 9003, de medios acorazados y
mecanizados, en el programa Pizarro en los presupuestos
del año pasado había una previsión para este año de 8.600
millones; la consignación actual es de 4.000 millones: Al
mismo tiempo, en el plazo de realización de esta primera
fase del Pizarro se adelanta su terminación del 2010 al
2008. Nos parece un poco contradictorio que baje la dotación
que hay este año y que a la vez, se avance la terminación
del programa, si bien es cierto que el año pasado se
había alargado la terminación del programa del 2004 al
2010. No sabemos, y quisiéramos preguntarlo, si estos
movimientos tienen alguna relación con el retraso que se
está produciendo en su recepción, seguramente en parte
debido a los nuevos requerimientos que se han introducido
¿Cuál es la nueva previsión de entregas como consecuencia
de todos estos elementos en este programa? Dentro de
este mismo superprograma desaparece el proyecto de vehículo
de combate de zapadores y el proyecto de blindajes
Sablir ¿Desaparecen definitivamente? ¿Volverán a aparecer?
¿A qué es debido? En el superproyecto 9.004, de material
de artillería, desaparece el proyecto de modernización
del 40/70, y también el cañón 155/52 Re,a. ¿A qué es debido?
En el superproyecto 9.009, de equipos electrónicos y
de comunicaciones, el proyecto del sistema de inteligencia
táctica, Sintac, el coste global aumenta de 2.897 millones a
6.769 millones. ¿A qué es debido? Le voy a hacer una pregunta
diletante y sin mayor trascendencia ¿A qué es debido
el cambio de numeración de superproyectos ya que antes
todos eran 9.000 y ahora algunos pasan a 8.000? ¿El superproyecto
8.205, de vehículos de transporte terrestre, qué
incluye? Querríamos saber si está incluido el vehículo de
alta movilidad táctica, el Vamtac; si se van a hacer adquisiciones,
si está en algún otro la adquisición de este vehículo
y si se ha considerado que, aparte e ser de fabricación
nacional, lo cual es un elemento positivo importante, se
puede comparar con el Hummer Hanvi de los americanos,
de los que la infantería de Marina tiene ya alguna dotación.

En el superproyecto 8207, de armamento ligero, desaparece
el fusil de precisión. ¿Qué motivos hay? En el superproyecto
8208, de municiones y explosivos, se produce una
rebaja global de 22.164 millones a 18.264. La previsión
para 1998 era de 5.900 millones y este año aparece reducida
a 3.200 millones. Es un tema que tiene su repercusión
en el futuro de Santa Bárbara y de ahí nuestro interés en la
pregunta. En el superproyecto 8213, material informático,
desaparece la dotación para el sistema informático Sigle, el
sistema de gestión logística del ejército, al que usted hacía
referencia y decía que estaba casi acabado. ¿El motivo de
su desaparición es que ya se ha pagado todo? En el superproyecto
de material, equipos diversos y otros, se reduce el
coste total del proyecto de visión nocturna de 2.135 a
1.615, y aparece sin consignación en el presupuesto de
1999, aunque luego vuelve a aparecer. ¿A qué es debida
tanto la bajada del coste global como el vacío de este año?
En los proyectos no agregados aparece como nuevo el de
transporte naval para el Ejército de Tierra. Estas últimas
semanas el transporte naval que tenía el Ejército de Tierra
fue cedido a la Armada y ahora aparece aquí. ¿Es necesario
que el Ejército de Tierra tenga unos transportes navales
propios? ¿No sería a preferible reforzar los mecanismos de
transporte de la Armada?
Ha aparecido también estos días la noticia de que había
habido un concurso para 230.000 equipos básicos de soldado
-no sabemos con exactitud si era únicamente para el
Ejército de Tierra o para el conjunto de los tres ejércitos-,
con una dotación de 29.166 millones, concurso que parece
que ha sido impugnado. Aparte de esto, que no es de interés
en este momento, queremos saber -sean estos 29.166
millones del Ejército de Tierra o estén distribuidos entre los
otros ejércitos- en qué proyecto aparece y con qué consignación
la dotación de 29.166 millones para el concurso
de 230.000 equipos básicos de soldado. En lógica, debería
aparecer en los presupuestos del año 1999 una partida con
una consignación global de 29.166 millones, si todo es para
el Ejército de Tierra, y, si no, la parte correspondiente, y
con una consignación de 2.000, 3.000 millones o los que
fuesen en los presupuestos de 1999.

Respecto al ya tan citado fusil de asalto, más que una
pregunta presupuestaria es sobre los plazos iniciales, sobre
los que llevamos casi un retraso de seis meses. ¿A qué es
debido? ¿Antes de final de año habrá adjudicación? También
querría preguntarle -y con esto acabo las preguntas
concretas- sobre el futuro del Centauro, si va a haber una
decisión por parte del Ejército de Tierra de su adquisición o
no.

En la línea de lo que antes te comentábamos al general
Valderas, en los años setenta el Estado Mayor del Ejército
empezó un estudio en relación con el coste de las unidades,
más concretamente de unidades, centros y dependencias
con una clasificación en 10 categorías, de acuerdo con la
finalidad a la que se destinaban. En los ochenta, este proyecto
continuó con aplicaciones informáticas, que ofrecieron
resultados de costes por brigadas, centros, etc. Quería
preguntarle si este estudio sigue en marcha y si en este
momento desde el Ejército de Tierra, desde el cuartel general,
podemos tener los datos del coste de brigadas y de unidades,
es decir, el grado de desagregación. Esto está en
relación con lo que anteriormente he señalado, con nuestro
interés por mejorar el debate presupuestario de los proyectos
de los distintos ejércitos. Esta información sobre estos
tipos de indicadores seguramente pueden permitir un avance
en los resultados del debate que tengamos en el control
que esta Comisión realiza sobre la ejecución de los presupuestos.




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Usted antes hacía referencia a sus asistencias, en
su estancia en Washington, a los debates en la Comisión de
Defensa del Congreso y Senado americanos. El modelo es
muy distinto. Allí tienen competencias y en el caso español
esta Comisión no tiene ninguna competencia de decisión.

Los documentos de los presupuestos de defensa que se
entregan son muy distintos a los que disponer al Congreso
y el Senado en el caso de Estados Unidos, que permiten un
debate de ese nivel. Si existen estos datos, yo le querría
pedir que nos los hiciese llegar, no ahora. Se refieren al
coste, si es por brigadas, brigada por brigada; o por unidades
o por divisiones, es decir, en el nivel de desagregación
que lo tenga.

Al mismo tiempo, y esto sí que debe tenerlo, desearíamos
conocer el coste de la fuerza de maniobra, de la fuerza
de defensa de área, de las fuerzas específicas para la acción
conjunta y de las fuerzas movilizables de defensa. Finalmente,
en otro tipo de clasificación, los costes del cuartel
general de la fuerza del apoyo a la fuerza. No sé hasta qué
nivel pueden tener estos datos, pero sería interesante para
nosotros poder disponer de ellos para tratar de acercarnos
al máximo a lo que son las comisiones de Defensa en Estados
Unidos; estamos aún muy lejos, pero intentamos aprender,
antes desde el Gobierno, ahora desde la oposición.

Espero, en cualquier, que las preguntas que hemos formulado
no den lugar a una nueva regañina por parte del
representante del Grupo Popular, teniendo en cuenta que
no es nuestra intención hacer debates políticos; los debates
políticos los haremos en otro sitio y en otro momento. En
cuanto a las afirmaciones que hace el señor Arsenio Fernández
de Mesa muchas veces hemos discutido, en el buen
sentido de la palabra, muchas veces lo haremos, y espero
que, en un futuro no muy lejano, podamos volver a hacerlo
en años pasados; él en la oposición y nosotros en el Gobierno.




El señor PRESIDENTE: Quiero aprovechar para decir
que constará en acta, como bien ha sugerido el portavoz de
Grupo Socialista, nuestro agradecimiento por todas las
atenciones recibidas y por la buena relación que mantuvimos
con el teniente general Faura y, por supuesto, la bienvenida
al general Pardo de Santayana.

En nombre del Grupo Popular, tiene la palabra el señor
Fernández de Mesa.




El señor FERNÁNDEZ DE MESA DÍAZ DEL RÍO:
Señorías, el Grupo Parlamentario Popular quiere comenzar
su intervención felicitando al general Pardo de Santayana
por su reciente nombramiento como jefe del Estado Mayor
del Ejército de Tierra, deseándole muchos éxitos al frente
de esta difícil y complicada empresa, sobre todo con las
limitaciones presupuestarias que en reiteradas ocasiones se
han puesto de manifiesto. Asimismo, queremos felicitar al
general Faura y agradecerle la exquisita relación que ha
mantenido con la Comisión de Defensa durante los años en
que ha permanecido como jefe del Estado Mayor del Ejército
de Tierra, no sólo durante los años de Gobierno del
Partido Popular sino también durante los años de Gobierno
del Partido Socialista, lo que dice mucho en su favor, puesto
que ha sabido mantener el equilibrio imprescindible de
un general jefe del Estado Mayor, en este caso del Ejército
de Tierra, a la hora de informar con exactitud a la Comisión
de Defensa y, sobre todo, con certera puntería, no en las
valoraciones que se puedan realizar, sino en las apreciaciones
que se pudieran hacer desde el punto de vista de las
necesidades, en su caso concreto del Ejército de Tierra.

Dicho esto, si no hacemos debates políticos, señor presidente,
en el Congreso de los Diputados ni en la Comisión
de Defensa, no sé cuál será el lugar adecuado para hacerlos.

En todo caso, sin que sean catalogadas como regañinas,
cuando alguien pregunta qué es lo que puede hacer
este Parlamento por las Fuerzas Armadas y se responde que
simplemente cumplir lo programado, no creo que eso sea
una regañina a nadie, sino simplemente constatar la realidad
de lo que hasta este momento está haciendo este
Gobierno, sin recordar lo que ha pasado en Gobiernos anteriores
y sin pretender que el éxito de este Gobierno sea el
demérito de gobiernos anteriores ni muchísimo menos.

Está suficientemente claro que lo que se haga por parte del
Gobierno y lo que sea capaz de mejorar la gestión presupuestaria
ha de ser por mérito suyo y nunca por demérito
de las actuaciones de los gobiernos socialistas, a los que
tampoco sería justo estar imputando permanentemente los
fallos que pudiera haber. Claro que, dicho sea de paso, nos
hubiera gustado que aquella Ley 13/1991, que programaba
un crecimiento hasta el 2 por ciento del producto interior
bruto en el año 2000, se hubiera cumplido alguna vez. En
lugar de crecimiento, fue decremento permanente hasta la
situación que nos encontramos en el año 1996. Simplemente,
desde este grupo parlamentario estamos dispuestos a
apoyar al Gobierno en el cumplimiento de sus objetivos.

Quiero expresar una felicitación más, y es puntual. Es
preciso hacerla en el momento en que el jefe del Estado
Mayor del Ejército de Tierra está en el Parlamento, la primera
vez que comparece ante esta Cámara. Queremos felicitar
a nuestras Fuerzas Armadas, al Ejército de Tierra, por
su participación permanente, desde hace años ya, en el conflicto
de los Balcanes -en Bosnia-Herzegovina- o en
Centroamérica. Eso está cambiando de manera importante
la percepción de la sociedad sobre las Fuerzas Armadas
porque visualiza cuál es nuestra contribución a la paz, a la
pacificación, en misiones importantes, con bajas incluso,
como las que hemos tenido, de dieciocho personas en los
últimos años.

Me gustaría, señor Jefe del Estado Mayor del Ejército
de Tierra, general Pardo de Santayana, simplemente poner
de manifiesto que efectivamente el Ejército de Tierra ha
sido el que más ha venido sufriendo una fuerte reestructuración
en los últimos años con los planes Meta, Reto, el
Plan Norte, que continúa hoy día, precisamente del gobierno
anterior, que se sigue cumpliendo escrupulosamente
para tratar de adaptarlo a las necesidades de un ejército
moderno, en la transformación más importante que se ha
hecho probablemente en el Ejército de Tierra.

He visto el presupuesto de su ejército y en el programa
de modernización destinado al Ejército de Tierra, de 46.126
millones de pesetas, lo que supone el 36,5 por ciento de lo
asignado a los tres ejércitos e incluso al órgano central, me
llama la atención y por eso le pregunto si podría establecer
algún tipo de criterio por el cual se destina el 34 por ciento
de los recursos totales a la modernización, el 17 por ciento
a aeronaves y el 25 por ciento a artillería antiaérea, porque



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probablemente eso obedezca a una priorización, que es lo
que usted ha destacada en su intervención, de los recursos
que se asignan al Ejército de Tierra y me parece muy interesante
que nos diga qué es lo que va a hacer su cuartel
general y su ejército con los recursos que se le asignan, con
la advertencia clara a este Parlamento de las carencias que
tienen, porque entre otras cosas hay que crear una conciencia
clara de a qué asignan los recursos que tenemos y conocer
con precisión las carencias para que se involucre de una
manera real toda la sociedad española.

Creo que su intervención ha sido interesante y sobre
todo certera, porque ha dado una visión global de los presupuestos,
ha expresado con claridad cuáles con sus proyectos
de renovación de misiles o de carros de combate, de
vehículos blindados o de lo que puede pasar con el Leopard,
incluso con las municiones y explosivos, que este año
tienen un incremento en los presupuestos, por ejemplo en
NBQ del 80 por ciento de lo asignado para el año pasado, o
la modernización de los Cetmes por el fusil de asalta, cuya
fabricación sin duda podrá empezar a ser una realidad a
partir del 1 de enero del año 1999, puesto que hay consignación
presupuestaria para ello, y no que por cuestiones
políticas o de maquillaje parlamentario se incluyó en los
presupuestos generales del año pasado, porque hubo una
presión fuerte para que se hiciera, cuando se tenía la certeza
de que había que preparar un concurso en condiciones
para que así fuera. Desde luego estoy convencido de que
siguiendo con esta tendencia global de los Presupuestos
Generales del Estado, de la que no se excluyen los presupuestos
de la defensa, estamos en el buen camino y en la
buena dirección para conseguir lo que usted acaba de decirnos,
un ejército capaz de responder a las necesidades que
España tiene en este caso concreto del Ejército de Tierra.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el teniendo
general Pardo de Santayana.




El señor JEFE DEL ESTADO MAYOR DEL EJÉRCITO
DE TIERRA (Pardo de Santayana y Coloma): En
Primer lugar, respecto de aeronaves, el helicóptero de ataque
quizá es el paso siguiente en esta línea de calidad y ahí
queremos tener un helicóptero de ataque que junto con el
carro de combate y el Pizarro forma un tricornio que nos da
un gran poder disuasorio y un efecto multiplicador o sinérgico
entre los tres. Ya se ha hecho la evaluación, hay una
primera lista larga, se ha seleccionado y al final, han quedado
dos helicópteros que se van a valorar; precisamente
mañana tendrá lugar la presentación de uno de ellos en Colmenar,
el otro vendrá también para que se vea, y será un
avance importante. Las previsiones son que en el año 2002
se pueda empezar a recibir los primeros y que en el 2004 se
puedan terminar, pero puede depender del modelo que se
escoja. Como digo, es un paso importante en la modernización
del Ejército de Tierra.

En los medios acorazados ha habido un retraso como
sabe S.S. en el programa del Pizarro, por un deslizamiento
en los programas de inversión, y luego hay una división en
dos programas. Hay uno primero en el cual se constituyen
los batallones para la división acorazada, que aunque inicialmente
se iba a haber dado todo a la Brigada, de Córdoba,
hemos pensado que era mejor ir dando un batallón a
cada brigada, con lo cual se pueden formar grupos tácticos
con los Leopard y tener más posibilidad de instrucción y de
formación. Luego habrá una segunda fase, que es la que
llega hasta el 2010, que es la familiar del Pizarro, en el cual
ya hay puesto de mando para artillería, para transmisiones,
etcétera.

Se ha detenido la inversión del vehículo de combate de
zapadores porque por fin hemos conseguido tener un carro
de zapadores, 38, que se van a entregar entre este año y el
siguiente. El programa es muy rápido, sobre M-60, una
adaptación española que está resultando bastante bien,
igual que los vehículos lanzapuentes, en los cuales se han
utilizado también los chasis del M-60. El Sabblir se ha
dejado de utilizar porque era para proporcionar una protección
adecuada a los AMX-30; como los AMX-30 queremos
darlos de baja, ya se están ofreciendo los primeros 30
para entregárselos a Defensa, el Sabblir no hace falta. Precisamente
en estos días estamos retirando también los M48
de Ceuta y Melilla y llevando M-60, con lo cual vamos
homogeneizando la flota de los carros.

El modelo 40/70 es un cañón -tenemos muchos- que
puede servir en caso de movilización, pero en el que creemos
que no merece la pena gastar ya ni una peseta. Será un
cañón para movilización. El esfuerzo se está haciendo en el
35/90 y en sus direcciones de tiro y como he dicho también
en las centrales de operaciones antiaéreas, en los COAAS.

En cuanto al cañón Rema, es un cañón que interesa,
sobre todo si conseguimos uno de fabricación nacional y
Santa Bárbara está haciendo un prototipo que tiene muy
buenas perspectivas; serviría para las guarniciones de
Ceuta y Melilla y para el mando de artillería de campaña
de León. Pero hay que ver si hay un prototipo y más adelante
meterse en este programa.

En cuanto al Sitac, el sistema de inteligencia táctico, ha
habido un incremento porque una vez que ya tenemos el
Vila, el Seo y los Rems, o sea, un visor de largo alcance, el
sensor electroóptico y unos sensores remotos, que ya los
tienen las unidades tácticas a nivel de brigada y de división,
el siguiente esfuerzo es el de tener un RPV, un avión y
eso cuesta más; habrá aviones que son de larga distancia,
otros de corta, unos dedicados más bien a artillería y otros
dedicados más bien a inteligencia.

En cuanto a vehículos de transporte, efectivamente está
previsto, y creemos que va a ser una mejora muy importante,
el Hummer español, el Rebeco, de Uro, que además han
hecho un producto muy bueno -no voy a decir que es una
copia, porque sería un poco feo, pero sí que es una mejora
Hummer-. Ese vehículo, que ya lo tuvimos de los americanos,
que se llamaba Dodge, de ese tonelaje, es muy útil.

La infantería de Marina lo tiene y siempre nos ha dado bastante
envidia. Es un vehículo multipurpose, que nos sirve
para unas cosas y para otras, por ejemplo, para el transporte
de armas pesadas, del Mistral y del Tow, que hora en el
Nissan van muy mal montadas. Ahí se va a hacer un esfuerzo,
igual que se está haciendo con el Vempar, que es un
magnífico vehículo para logística; también estamos con
camiones de 10 toneladas. Estamos haciendo esfuerzos en
todo ellos. En cambio, vamos a racionalizar lo que son
vehículos de representación. Ha existido la tendencia de
quedarse con los vehículos viejos e irlos manteniendo.




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Vamos a quién debe tener vehículo de representación y
limitar mucho su empleo.

En cuanto al fusil de precisión, se ha parado porque si
vamos a tener un nuevo fusil español, parece lógico que
esperamos para ver si podemos hacer un fusil de precisión
que vaya en la misma línea. La munición sabemos que es
un problema. Hemos tenido durante mucho tiempo unos
polvorines muy malos que han hecho que se gastara la
munición nueva y tuviéramos la vieja. Recordarán los programas
en los que hubo que destruir tanta munición. Eso
ya se ha mejorado mucho, ahora los polvorines están bien,
pero hay una falta de munición y lo vamos a intentar compensar
con esa simulación, por eso bajamos ahí el coste de
la munición. También teníamos una tendencia a gastar
munición, a hacer ruido. Ahora lo que hay que hacer es ver
si se consigue la precisión y a lo mejor nos quedamos sin
ese efecto que a todos nos gusta, y a mí como artillero más,
pero hay que quedarse únicamente en la precisión y no en
el efecto de masa, que también se compensa con la simulación.

De todas formas, tenemos que seguir racionalizando,
porque en muchos casos el gasto anual es superior a la
inversión anual.

En cuanto al Sigle, efectivamente, acabado el programa
hay que incorporarlo al sistema de mando y control, que es
muy complejo, y en el cual está la inteligencia, están los
COAAS antiaéreos, también está la artillería, y todo eso
forma el sistema de mando y control de tierra.

La visión nocturna es fundamental para un ejército
moderno. Modularmente, en la fuerza de maniobra hemos
conseguido tener una brigada completa en visión nocturna,
como si fuera una brigada norteamericana -esto lo digo
yo-, pero, en este campo hay que hacer un esfuerzo y a
partir del año siguiente nos volcaremos en ello.

En cuanto al transporte naval, los barcos Martín Posadillo
y Capitán Mayoral han dado un resultado fenomenal, en
parte por Ceuta y Melilla y los peñones. Básicamente, lo
que hacen es servir a los peñones y a Ceuta y Melilla y nos
están viniendo muy bien por nuestra presencia en Bosnia.

Los mandos son de la Armada y luego tenemos personal
contratado. ¿Qué ocurre? Que el Martín Posadillo se está
quedando viejo. Hemos visto que se ha amortizado muy
rápidamente y ahora se ha visto un barco, el Cindia, que es
un ro-ro y que podemos amortizar en poco tiempo y que
nos puede dar muy buenas prestaciones. Es uno de los
temas que, a nivel de Jemad, se puede estudiar para el futuro
si compensa que la Armada tenga algo más y no se dé el
servicio o que nosotros realicemos esa labor de unificación
de la gestión a la que me he referido.

En cuanto a los equipos, se quiere hacer una reserva de
forma que tengamos tantos equipos como para volver a
vestir a todos los soldados que tengamos. Como los soldados
los vamos reduciendo -habíamos iniciado una reserva
de 120.000 y hora la rebajaremos porque ya estamos
hablando de 80.140 hombres y estamos en alrededor de
60.000-, eso es lo que se está haciendo. Concretamente
este año, el ejército gasta 10.500 millones en vestuario, una
cifra similar a la del año pasado, pero que es, como digo,
para formar una reserva. Esto, entre otras cosas, nos permite
que cuando nos hagan las entregas las podamos rechazar.

Como tenemos reserva, no tenemos la premura de tener
que vestir a los soldados y, si el pedido no lo sirven adecuadamente,
podemos rechazarlo.

En cuanto al fusil de asalto la decisión está a punto de
tomarse. Se ha hecho una magnífica evaluación, los que
han quedado son muy buenos y esperamos que de un
momento a otro se tome la decisión. Además, como ha
podido ver S.S., ya está consignado el dinero para empezar
el año que viene; este año que viene se van a comprar directamente
en el país que los proporcione, mientras que luego
ya saldrán de fábrica de Galicia.

También se ha tomado la decisión de seguir con el programa
Centauro. En el momento en que se aprobó, en agosto
de 1994, el Plan Norte, hicimos una nota en la que incluíamos
el Centauro como algo que convenía en ese momento
porque da una gran potencia a la fuerza de acción rápida y
a la caballería. Es un vehículo de ruedas y estamos viendo
que es el tipo de vehículo que conviene en Bosnia para la
protección tanto de infantería como de caballería al tener
movilidad. Además, tiene un cañón de 105, que le da una
gran potencia. Es un vehículo muy similar a lo que utilizan
allí los británicos u otros países. Se compran 22, que es una
cantidad pequeña, porque son para el regimiento Lusitania
de la fuerza de acción rápida.

En cuanto a la concentración de unidades, hemos conseguido
meter en 100 acuartelamientos el 80 por 100 del
ejército. Hay que tener en cuenta que cuando empezamos
el Plan Norte estábamos en 600 acuartelamientos, pero
todavía quedan muchas pequeñas cosas del Isfas del Invifas,
etc., que hay que seguir concentrando. Tenemos hecho
el cálculo del coste por brigadas: Brigada mecanizada, brigada
ligera, lo que cuesta como adquisición nueva y lo
cuesta durante un año de vida, pero no lo tengo aquí. Se lo
enviaremos a su señoría. En cuanto al coste de fuerza de
maniobra y de fuerza de defensa diaria, no sé si está al detalle,
pero si no, se hará lo más especificada posible para
enviárselo.

Al señor Fernández de Mesa tengo que decirle que creo
que uno de los grandes logros del Plan Norte al crear la
fuerza de maniobra ha sido poner todas las unidades bajo
un solo mando que permita fijar prioridades. Antes había
un capitán general que quería que le diera el mismo caramelo
que al de al lado. Ahora no; ahora, viendo las necesidades
operativas, se prioriza claramente y se hace un
empleo modular, de forma que aunque no tengamos todo
lo que quisiéramos, gracias a Dios tenemos ocho brigadas
operativas de verdad. Con ello en el tema de la visión nocturna
se puede conseguir tener una brigada completa. A
efectos de instrucción todo el mundo tiene equipo de visión
nocturna, pero no lo tiene la brigada completa, pero hay un
sistema rápido que practicamos de incorporación sobre
aquella brigada que se va a vestir porque va a salir a una
acción. Ypor ese mismo sistema de priorización y modular
vamos consiguiéndolo.

Un esfuerzo grande que queremos hacer en este
momento, como he dicho, es el de mando y control, y por
eso el futuro mando de la fuerza de maniobra va a ser el
general Feliú, que fue jefe de comunicaciones de la OTAN
y el encargado de hacer esta función en la OTAN, y queremos
que lo haga en nuestro ejército. El mando y control,
junto con la capacidad de apoyo logístico y determinados
apoyos críticos, como son los que estamos haciendo, de



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asuntos civiles, acción psicológica e inteligencia, es lo que
da capacidad de mando similar al que tienen los británicos
u otros países de la OTAN. Ha sido un esfuerzo cualitativo
y lo primero que ha habido que hacer ha sido vestir las unidades
de maniobra con el Leopard, con cañones o con
misiles.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, teniente
general Pardo de Santayana, por su primera comparecencia
en esta Comisión y por su detallada contestación a todas
las preguntas que le han planteado los portavoces.




- DEL JEFE DEL ESTADO MAYOR DEL AIRE
(LOMBO LÓPEZ). A SOLICITUD DEL GRUPO
SOCIALISTA DEL CONGRESO (Número de
expediente 212/001590.)



El señor PRESIDENTE: Es ahora el turno del teniente
general jefe del Estado Mayor del Aire.

Damos la bienvenida al teniente general don Juan Antonio
Lombo, que tiene la palabra.




El señor JEFE DEL ESTADO MAYOR DELAIRE
(Lombo López): Muchas gracias, señor Presidente.

Señorías, es este el momento en que hago la presentación
de los problemas a los que tendrá que hacer frente el
Ejército del Aire en relación con el presupuesto del año
1999 y siguientes.

Es necesario situar primero el marco en el que nos tenemos
que desenvolver, en el que la fuerza aérea tendrá que
actuar en un ambiente en el que vamos a una mayor integración
en operaciones multinacionales. Tendremos que
intervenir frecuentemente muy lejos de nuestro territorio,
con todo lo que puede tener de oneroso para la logística.

Tendremos que actuar con un amplio margen de intensidad,
desde las más beneficiosas y simples misiones de
ayuda humanitaria hasta la acción de ataque en fuerza con
toda contundencia y con toda rapidez. Todo ello en un
marco que ya no es exclusivo de nuestra nación sino que es
un marco de seguridad colectiva en el cual el cambio del
centro de gravedad estratégico que en Europa se ha producido
nos ha sacado de la zona periférica en que en principio
estábamos para meternos de hoz y coz en el frente, en el
núcleo, en la frontera donde está el conflicto, cara a las
amenazas que ya se han expuesto aquí, que han variado
respecto a la amenaza anterior de la guerra fría.

En este contexto, el peso que España tenga en esta seguridad
colectiva dependerá de lo que nosotros pongamos
para contribuir a esta seguridad, y de que lo pongamos además
con efectividad. Para el Ejército del Aire esto significa
en realidad tener la capacidad de actuar con toda rapidez,
con toda precisión y con toda contundencia, y todo ello con
el mínimo riesgo y la máxima eficacia, proporcionando el
mínimo de daños colaterales. Cuando decimos rapidez queremos
decir rapidez, como sucedió cuando para las maniobras
Determined Falcon del mes de junio en Kosovo se
requirió la actuación de cuatro aviones que estaban on call,
aquí en España para actuar en un momento determinado.

Esta petición se hizo a las ocho de la tarde de un sábado y a
la una del mediodía estaban los aviones en acción en Aviano
para intervenir en la operación: Una rapidez de horas,
minutos. Cuando se habla de precisión, se habla de meter
una bomba por una ventana, de tener la capacidad de que
se llegue a una decisión dando en los objetivos que son
realmente decisivos y evitando, en todo lo posible, los
daños colaterales. Y cuando se habla de contundencia, significa
resolver. Como sucedió en Bosnia con la actuación
de la Fuerza aérea española en unos momentos en los que
hubo que decidir, y se quebró la tendencia a una continua
actuación que llegó a ser calificada de genocida e hizo sentarse
a los contendientes en los acuerdos de Dayton.

Ala vez que tenemos esta necesidad de actuación, tenemos
la necesidad de soportar la proyección de fuerzas propias
y la proyección de fuerzas de superficie. Esta actuación
en el ambiente internacional requerirá la necesidad de
apoyar a las fuerzas de superficie -en este momento estamos
haciéndolo- que estén en Yugoslavia o en cualquier
otra zona mediante el transporte aéreo. Este será otro de los
grandes desafíos del Ejército del Aire. Aesto se suman nuevas
responsabilidades, como la necesidad de entrar en programas
sumamente prioritarios, por ejemplo en el sistema
NATO de Alerta temprana -después contestaré al señor
Marsal respecto de su dotación presupuestaria para este
año- o el sistema de seguimiento de movimientos en el
suelo, en satélites y tantas otras nuevas responsabilidades
que el Ejército del Aire tendrá que afrontar.

Todo ello exige medios y personal entrenado que tendrá
que caracterizarse por su absoluta efectividad, por una calidad
sobre la cantidad, política que no es nueva en el Ejército
del Aire, sino que ya estamos manteniendo desde hace
tiempo. Sabemos que cualquier sistema de la guerra pesada
va a perder la guerra futura y, por tanto, tendremos que
estar en los límites de las capacidades en calidad que podamos
afrontar.

Hay otro punto que define las necesidades que el Ejército
del Aire tendrá que afrontar y que está relacionado con
los grandes programas que afronta nuestra nación, y es la
profesionalización de las Fuerzas Armadas. Esto va a suponer,
en principio y a corto plazo, un incremento de gastos
de personal y la necesidad, que ha ya sido anunciada
muchas veces por el ministro de Defensa e incluso por
otras autoridades del Estado en esta Cámara y fuera de ella,
de una modernización que sea absolutamente proporcionada
a los gastos de personal que tienen que realizarse. Porque,
como ha dicho mi predecesor, el general Pardo de Santayana,
no hay nada más caro que un ejército que no sirve,
que no cumple su misión.

Por otra parte, no terminamos ahí. Todavía tenemos que
enfrentarnos a nuevas demandas de la sociedad, que quiere
de la fuerza aérea un sustancioso incremento de actividades
no específicamente militares, no de defensa. Entre ellas
se incluyen, por ejemplo, la evacuación sanitaria, que ha
estado de moda con el atentado de Omagh, en el cual la
fuerza aérea estuvo dispuesta en menos de tres horas para
cumplir lo que había solicitado la Presidencia del Gobierno,
culminando con éxito la evacuación de cadáveres como
de heridos; la extinción de incendios, la vigilancia aduanera,
la lucha antidroga, el salvamento y rescate en el mar y
en tierra, ayuda humanitaria o el apoyo al tráfico civil, actividad
ésta que es un hito importante. Mucha gente no sabe
que la fluidez y la seguridad del tráfico aéreo civil, del cual



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depende una importante actividad económica, no sólo
desde el punto de vista del transporte aéreo, sino desde el
punto de vista del turismo, que es una de las grandes fuentes
económicas de esta nación, están fundadas en los datos
que los radares militares extraen y mandan a las pantallas
de los controladores civiles para que ese tráfico sea seguro,
constante y fluido.

Al afrontar estas demandas el Ejército del Aire se
encuentra, desde el punto de vista económico y presupuestario,
al final de una década en la que ha habido una disminución
casi continua y progresiva de los presupuestos hasta
1998, año en el que el Ejército del Aire también tuvo una
disminución presupuestaria que se ha acusado todavía más
en lo que se refiere a armamento y material. La realidad es
que, como dije en esta Cámara el año pasado, en pesetas
constantes el dinero que nosotros teníamos para inversiones
y sostenimiento en armamento y material en el año
1989 se había reducido en el presupuesto de 1998 en un 39
por 100 progresivo. Eso ha tenido un carácter acumulativo
y ha significado una profunda descapitalización del Ejército
del Aire. El Ejército del Aire es un ejército altamente tecnificado,
que plantea sus adquisiciones entre 2 y 10 años
por delante y que se caracteriza porque no puede ir a la
ferretería de la esquina a comprar lo que necesita y menos
en este año. Esto ha significado que desde que empezaron
los recortes presupuestarios, y no teníamos la capacidad
suficiente para sostener el futuro, la operatividad se mantuvo
a costa de la reservas y también a costa de unas grandes
reducciones.

No es tan conocido por la opinión pública el esfuerzo
de reducción que el Ejército del Aire ha tenido que hacer,
cuando parece que ha habido otros servicios que han tenido
que hacerlo menos. La realidad es que el Ejército del Aire,
prácticamente desde su constitución en 1939 ha tenido unas
grandes reducciones, sobre todo, a partir de 1952, con la
Ley del 15 de julio del año 1952 en la que se suprime un
arma entera del Ejército del Aire. Lo que eran 100 aeródromos
en los que se despegaba al final de la guerra civil han
sido reducidos a menos de 16 bases. La distribución regional
ha sido reducida dramáticamente de cinco regiones y
tres zonas, a las tres regiones existentes con un solo mando.

El Ejército del Aire ha hecho un enorme esfuerzo, puede
que esta reducción no sea tan conocida y tan sentida por la
nación, porque ha sido hecha de una manera continua y discreta
y es probable que no pueda parar, que tendremos que
seguir haciéndolo así, dado el ambiente presupuestario en
el que nos desenvolvemos.

La operatividad que ha supuesto en este aspecto la
situación en la que nos encontramos fue expuesta a esta
Cámara, de tal manera que al iniciarse el año 1998 sabíamos
que teníamos un nivel alto de operatividad en lo que
se refiere a un alto nivel de calidad. Esta se ha visto reducida
a lo largo de 1998 y la situación al empezar el año 1999
es peor.

Por una parte, el informe que la Trilateral de NATO ha
hecho recientemente en el mes de septiembre, ha vuelto a
poner a alto nivel la participación de las Fuerzas Armadas
españolas en la misión de SFOR en Yugoslavia y en Bosnia.

Igualmente también alaba la disponibilidad del transporte,
no en cantidad, pero sí en disponibilidad, somos los
primeros que llegamos a todas partes; muy rápidamente
con lo que tenemos; lo que no tenemos no va, naturalmente.

Ese mismo informe de la Trilateral manifiesta su preocupación
por la continua disminución de horas de vuelo
realizadas por los pilotos, que no alcanzan los mínimos que
la OTAN dice. Este año, tal y como se anunció, los F-18
están volando una media de ciento cuarenta y cuatro horas
por piloto. Quiero recordar aquí que las horas fijadas por la
NATO como óptimas para pilotos de combate son doscientas
cuarenta horas por piloto/año, las mínimas operativas
son ciento ochenta y las mínimas de seguridad son ciento
sesenta. Hay que decir que el nivel de nuestros pilotos es
en media, en cuanto a su preparación, algo superior al que
existe en Europa, lo cual significa que con poco menos de
horas se está manteniendo la eficacia operativa en los aviones
F-18. No podemos decir lo mismos en lo que se refiere
a la flota de F-1. La flota de F-1, cuya operatividad, según
indicábamos en el informe del año anterior, estaba en un 22
por 100, ha disminuido a lo largo del año en un 28,4 por
100, de tal manera que en enero estábamos en un 25 por
100, aproximadamente en cuanto a operatividad de la flota
y en septiembre hemos estado en un 18 por 100 de la flota.

Esto significa una media del 12,1 aviones operativos diarios
respecto a un aflota de 67. Esto había sido anunciado,
no había horas para volar, lo que han volado los pilotos de
F-1 está en torno a las cien horas, y eso es insuficiente para
mantener su capacidad operativa. Sólo les permite mantener
la capacidad de seguridad de vuelo en la aptitud de
avión. Todo ello nos ha llevado a tomar una serie de medidas.




En primer lugar, se han concentrado todos los F-1 en
Albacete, ya los aviones de Manises están en Albacete y
los aviones de Gando estarán allí probablemente a mitad
del año que viene. Se intenta así concentrar los medios para
utilizar el apoyo de una manera más económica.

Por otra parte, se ha pasado en la calificación OTAN de
la flota de F-1, del nivel 4 que tenía, en el que brindábamos
28 aviones en un tiempo menor de veinte días, al nivel 10
en el que sólo brindamos 8 aviones en un plazo superior a
trescientos sesenta y cinco días. Esto quiere decir que las
tripulaciones no están en condiciones de intervenir a lo
largo del año en combate.

El resto de la flota ha mantenido más o menos sus capacidades,
aunque tengo que decir que ha disminuido el
número de pilotos, en particular, lo que llaman militares de
empleo o pilotos de complemento, cuya obtención es más
rápida y más barata y que cumplen sus compromisos en un
tiempo menor que los pilotos de combate. Así hay pilotos
de combate, todos son pilotos de transporte, pero ha significado
una reducción de pilotos que, por otra parte, nos ha
permitido, con las mismas horas que podemos pagar, tener
un mejor entrenamiento de los que han quedado.

Se mantiene la capacidad operativa del resto del Ejército
del Aire que teníamos a principios del año 1998, pero ha
habido que suprimir ejercicios y colaboraciones. Durante
dos meses, los paracaidistas del Ejército de Tierra han estado
sin poder llevar a cabo sus entrenamientos de saltos;
posteriormente, han podido realizarse porque ha habido
una serie de factores positivos de los cuales hablaré.

Este es el panorama con el que nos encontramos en el
momento de empezar los presupuestos de 1999. Por lo que
a esto respecta, nosotros constatamos que el presupuesto de



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Defensa crece en un 3,43 por 100 en pesetas corrientes y
que el Ejército del Aire crece en un 2,78, también en pesetas
corrientes, concentrándose este crecimiento mayoritariamente
en el capítulo 1, capítulo 1 del Ejército del Aire
que crece en un 5,03, también en pesetas corrientes, estando
incluido en ello la actualización de los haberes y el
aumento de 2.100 soldados profesionales, previsto para el
año 1999 en el Ejército del Aire.

Por lo que se refiere al capítulo 2, ha crecido en un 2.09
también en pesetas corrientes y ha habido algún factor
favorable. Por una vez, no puedo decir, como el año pasado,
que nos crecen los enanos, porque algunos de los enanos
se han mantenido en talla bajita, que es lo que nos conviene.

El factor favorable ha sido la evolución del precio
del combustible. Cuando presenté el año pasado el presupuesto
a esta Cámara, estábamos hablando de que pagábamos
el combustible a 38 pesetas/litro; en el año 1997, la
media del coste del combustible fue de 32 pesetas/libro
mientras que en 1998 la media ha sido de 23,46
pesetas/litro. Ha oscilado entre el 29,70 y el 21,2, precio al
que está el combustible en el mes de octubre. Eso ha permitido
al Ejército del Aire un ahorro de 1.800 millones de
pesetas sobre los cálculos de 1997 y ha permitido otra cosa
mucho más importante desde el punto de vista estratégico:
Recuperar la reserva de combustible sobre la cual habíamos
hablado en esta Cámara en el año 1998. Hay, además,
una nueva perspectiva que puede ser favorable, que es la
posibilidad de comprar combustible a precio más bajo aún
más bajo a las Fuerzas Aéreas americanas, las cuales van a
prescindir de los centros de combustible que tienen en Loeches
y en La Muela. Si esto se hace, supondrá comprar
combustible a un precio entre 14 y 15 pesetas, que sí que
nos daría casi el combustible para el año que viene.

El capítulo 6 ha quedado en un cero por ciento de crecimiento
en pesetas corrientes. Supone 53.000 millones más
o menos al año respecto a las necesidades que el Ejército
del Aire había formulado inicialmente de 83.000 millones
para remontar esa descapitalización a la que hemos hecho
alusión en el pasado. No ha sido posible y entonces tendremos
que mantener en el capitulo de inversiones y sostenimiento
en armamento y material una situación en la cual
siguen siendo básicas las prioridades. La flota F-1, como
luego manifestaré, quedará en una situación no operativa y
algunas otras cosas que también diremos.

Por otra parte, ha habido en el presupuesto un par de
factores que considero que son relevantes para el Ejército
del Aire. Uno lo ha expresado el secretario de Estado de la
Defensa aquí cuando ha hablado de la posibilidad de que el
dinero que la Gerencia de Infraestructuras consiga por la
venta de inmuebles del Ministerio de Defensa pueda ser
utilizado no ya sólo en infraestructuras, sino también en
armamento y material. Esta es una de las esperanzas que el
Ejército del Aire tiene para poder remontar este terrible
capítulo que supone el ponerse en condiciones para que la
operatividad mínima sea garantizada.

El segundo tema es lo que también ha expresado el
secretario de Estado y posteriormente el Jemad en relación
con las necesidades de garantizar una multianualidad. Para
el Ejército del Aire, el concepto de multianualidad es como
respirar. Nosotros no podemos comprar nada, como ya he
dicho, en la ferretería de la esquina; excepto el combustible,
todo lo demás tiene que ser planteado desde un punto
de vista multianual, porque la mayor parte de los recursos
que nosotros utilizamos son de fuente única, muy frecuentemente
extranjera, tendencia que va a cambiar una vez que
el Eurofighter esté en España y que tiene que ser planteada
con un tiempo por delante. Esto se encuentra con múltiples
dificultades en la actualidad debido a las limitaciones de no
poder comprometer más del 80 por 100 el presupuesto inicial.

Eso teniendo en cuenta que el presupuesto inicial del
Ejército del Aire no es todo lo que se gasta. Puede suponer
que el 80 por 100 que nos autoriza la ley en realidad signifique
que no podemos utilizar más que el 52 por 100 de lo
que realmente nos gastamos, puesto que las incorporaciones
de crédito por servicios prestados a otros organismos
españoles y extranjeros son significativos. Están entre los
8.000 y 10.000 millones de pesetas, cantidad que respecto
a lo que nos gastamos en armamento y material es muy
grande. Por eso sería bien venido, como el secretario de
Estado anuncia, el hecho de que vayamos a una posible
garantía de multilateralidad, que hará más racional e incluso
menos costosa la obtención de los sistemas.

En lo que se refiere a programas, en general sufren
retrasos y supresiones Hay programas nuevos que tienen
gran importancia. Aparece el programa del CASA-295, un
transporte que tiene, desde nuestro punto de vista, un gran
horizonte, no solamente en lo que se refiere a la sustitución
por parte del Ejército del Aire para ganar esa proyección de
fuerza que nos encomienda la nación, sino para su evolución
en ventas en el exterior. Es un avión que tiene un gran
potencial de ventas porque no tiene buenos contrincantes.

Para Construcciones Aeronáuticas, el que el Ejército
del Aire pueda entrar en este programa significa que sea
cliente lanzador, que da fiabilidad al programa y permitirá
además tener una mejor adaptación a lo que es la utilización
diaria del avión y no sólo al concepto en la mesa de
trabajo o en la pantalla de un ordenador. para este programa
hay 1.800 millones consignados en el presupuesto.

Otro programa es el NAEW, que aparece como nuevo.

Es un programa de carácter conjunto, de la máxima prioridad,
para alerta temprana, en beneficio de los tres ejércitos
y del más alto mando de la nación. Este programa está consignado
en el Ejército del Aire por este año, aunque es
necesaria la reconsideración de que este programa, por su
carácter conjunto, deba ser tratado presupuestariamente de
otra manera para años sucesivos. Este programa es el 1998.

14.02.0001, NAEW. Con esta denominación aparece en el
presupuesto.

Continúa el programa del CX, que el año pasado había
tenido una gran paralización en cuanto a la obtención de
aviones porque no había habido recursos para ello y este
año vuelve a ser lanzado con 8.869 millones. Se ha retrasado
hasta el 2001 porque no ha habido la posibilidad de
afectar todo el dinero que tiene y porque ha habido que
sacar 3.000 millones de lo previsto para este avión para
fundar el CASA-295 y el NAEW.

Se han suprimido muchos programas, entre ellos los
que más afectan a la operatividad del Ejército del Aire son
el P 3, aunque va a tener la circunstancia favorable de que
el órgano central de defensa va a fundamentar una parte del
coste de este programa en I+D, lo cual permitirá lanzar la
investigación y desarrollo en el programa y esperar a ver si



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en circunstancias mejores podemos ir lanzando su producción.




También cae el programa de reconocimiento Sara, un
programa muy importante, el FLIR/Laser. Se habla aquí de
la necesidad de operar en todas las condiciones, en las
mejores capacidades de la fuerza aérea. Permite esa misión
que todo el mundo tanto admira y que el Ejército del Aire
realiza, junto con los americanos, que es el ataque nocturno.

Tiene la capacidad de permitir la visión de noche, lo
que permite una tremenda eficacia frente a las defensas
enemigas. Ese FLIR ha tenido que ser suprimido por este
año y quedar a la espera de nueva financiación.

Los helicópteros de enseñanza, los simuladores. La
necesidad que ha manifestado el Ejército del Aire para
nosotros es también como quien respira. Los simuladores
significan la única capacidad de poder mantener los niveles
de entrenamiento y más en estas circunstancias de reducción
de horas de vuelo. También en cuanto a la munición
hay horas de vuelo un menor entrenamiento por parte de
todos los pilotos.

Para mantenimiento hay 22.800 millones que, en relación
con la petición de 39.000 millones que el Ejército del
Aire había planteado para salir de ese nivel de carencia en
el que se había metido, de descapitalización, ha llegado a
ser lo suficiente para que estemos en una posición de prioridades
como la que hemos dicho. La alerta de Albacete
seguirá sin funcionar, aunque estamos tratando de mantener
a todo trance la alerta de Gando, por su sensibilidad y
su importancia. El archipiélago canario tiene una defensa
aérea garantizada en un ambiente predominantemente
aeronaval y la reacción inmediata prácticamente sólo tiene
una capacidad aérea. En ese sentido, hemos de decir que es
otra de las medidas tomadas. He dicho que los F-1 se concentrarán
desde Gando en Albacete, a mediados del año
que viene y serán sustituidos por aviones F-18, aviones de
mucha más capacidad desde el punto de vista de la alerta
en todo tiempo y que además garantizarán la posibilidad de
la continuidad de este servicio de alerta. La recuperación,
cuando lleguen los medios para hacerlo, será lenta y costará.

Cuando se decida que se puede solucionar esta falta de
recursos, en el caso concreto del F-1 tardaremos por lo
menos un año y medio en volver a estar operativos.

La situación en la que nos encontramos, cara a 1999, no
es totalmente pesimista. El Ejército del Aire tiene que
manifestar su satisfacción y su esperanza por factores positivos
que ha encontrado.

En la exposición del secretario de Estado se ha visto la
posibilidad de tener unos recursos adicionales que provengan
de la venta de inmuebles del Ministerio de Defensa,
por medio de la Gerencia de Infraestructuras, y que pudieran
ser dedicados a armamento, incluso en el corto plazo.

Por otra parte, es también una enorme esperanza el ver
que se sostienen los grandes programas, en particular el del
Eurofighter. Yo quiero entender que el programa del Eurofighter
no es exclusivamente un programa de Defensa.

Votar por Eurofighter no es votar por un mejor nivel de
defensa, es votar por otra clase de país, por otra clase de
industria aeronáuticas, por la posibilidad de estar entre las
seis industrias aeronáuticas de Europa, que serán las que
puedan consolidarse para hacer frente al monstruo americano,
que no sólo desde el punto de vista de la industria
aeronáutica sino de la industria aeronáutica civil tiene una
tendencia al predominio.

Hemos visto que este año, y por primera vez, el Airbus
ha hecho frente al 50 por 100 al Boeing, y eso no sería posible
si no hubiera una consolidación de la industria aeronáutica
militar. Hay la posibilidad de que esto suceda y de que
nuestra industria aeronáutica, no sólo desde el punto de
vista de aviones sino también desde los puntos de vista de
motores, electrónica y simulaciones esté en primera línea y
junto a las mejores de Europa. Esto es aportar por futuro,
esto es aportar por nación, esto es apostar por un peso de
España en Europa y en el contexto internacional mucho
más alto, sobre todo en lo que se refiere a calidad; en un
cambio de estructura de pensamiento.

Estas son las que entendemos son las grandes esperanzas,
desde el punto de vista presupuestario, del Ejército del
Aire. El que efectivamente llegue un momento en que sin
haber perdido todas las capacidades, habiendo podido mantener
las mínimas que en este momento tengamos, podamos
volver a crecer hasta el nivel que tenemos que garantizar
a la nación.

En resumen, en el año 1999, el Ejército del Aire va a
mantener los niveles operativos mínimos completos para la
flota de F-18 y para la flota de F-130, que está comprometida
también en el exterior, y para las otras flotas va a mantener
la capacidad de transporte logístico y de reconocimiento
al mismo nivel que en este momento tenemos. El
F-1 bajará a un nivel exclusivamente de aptitud de avión,
que permita volar con seguridad para mantener, en el
momento en que sea posible, la posibilidad de recuperación
operativa.

Muchos de los programas con carácter general se retrasan,
lo cual influirá en la operatividad y en la modernización.

La reducción de ejercicios y entrenamientos también
acabará repercutiendo, aunque de hecho los ejercicios que
efectuamos son de muy alta calidad y, por tanto, tenemos la
esperanza de mantener nuestros niveles operativos actuales.

El mantenimiento permite las operaciones que hemos
dicho, pero no permite remontar la descapitalización del
Ejército del Aire.

Son tiempos duros, pero hay factores positivos en el
horizonte, como ya hemos citado, y, tal como el secretario
de Estado ha expuesto, para nosotros es vital que el futuro
tratamiento presupuestario vaya hacia una estructura de los
presupuestos de Defensa que los haga más equilibrados,
más propios del papel que tenemos que jugar en el contexto
internacional, para que sean también más adecuados a su
misión y, aunque nos vaya a costar, tenemos que hacer este
esfuerzo.

Alcanzar la estructura que Defensa quiere significa
alcanzar la estructura que Aire debe tener; una estructura
que nos aleje de los países de menor nivel para ponernos
entre los países que a España le corresponden. Este es un
futuro esperanzado y el Ejército tratará, en 1999, de optimizar
los recursos que recibe de forma que utilizándolos
con toda disciplina, profesionalidad, dedicación, empeño y
esfuerzo, esté en condiciones de remontar los niveles operativos
en el momento en que la nación decida asignarle
unos recursos que le permitan hacerlo bien.




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El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Socialista, tiene
la palabra el señor Marsal.




El señor MARSAL MUNTALÁ: General Lombo, nos
ha dejado apabullados con su discurso y sus perspectivas
generales. A mí me va a permitir que baje más a ras de
suelo, aunque parezca que, hablando del Ejército del Aire,
hablamos del Ejército de Tierra.

El año pasado nos dejó preocupados con lo que nos
contó de la operatividad de los F-1. Como ha recordado,
nos decía que estaban en un 22,5 por ciento, por tanto sólo
14. En sus declaraciones del 12 de octubre a un medio de
comunicación, afirmaba lo mismo que hace un momento,
que el grado medio estaba en un 21 por ciento, que se había
llegado al 14 por ciento y, ahora, nos ha añadido que eso
quiere decir que solamente hay 12 aviones disponibles.

Este año, a la vista de estas declaraciones, nos estábamos
planteando la posibilidad de presentar una enmienda a
los presupuestos desde la oposición, por tanto las posibilidades
de salir adelante eran relativas, pero nos lo estábamos
planteando. Lo que hoy nos cuenta es que parece que
han tirado la toalla, que se ha ido rebajando y que los F-1
están casi en situación no operativa. La verdad, nos sorprende
un poco la afirmación porque hace pocos meses nos
decían que, con las medidas adoptadas respecto al F-1, se
espera un crecimiento paulatino desde inicios del año 1999,
que finalizara con una operatividad similar a la prevista en
el Plan de acción del Ejército del Aire en los primeros
meses del año 2000. Para ello, se ponía en marcha una serie
de actuaciones que afectaban tanto al área de abastecimiento
como al área de mantenimiento. Concretamente, en el
año 1997 se habían dedicado 1.469 millones para adquisición
de repuestos, en 1998 estaban previstos 1.740 millones
y en 1999 estaban previstos 1.650 millones.

Esto quería decir, respecto a las disponibilidades de la
partida de abastecimientos, que se dedicaba al F-1 un 11
por ciento de las disponibilidades de 1997, un 13 por ciento
de las disponibilidades de 1998 y un 12,3 por ciento de
las disponibilidades del año 1999. Mientras que en el área
de mantenimiento se había firmado un acuerdo con Dassault
por valor de 37,5 millones de francos, es decir, unos
1.000 millones de pesetas, de los cuales en el año 1998 se
iban a gastar ya 300 millones y en los dos años siguientes
los 300 respectivos. Esta cifra nos sorprendía por baja porque
si la adquisición de repuestos significaba, como hemos
visto, algo superior al 10 por ciento, en el área de mantenimiento
suponía únicamente dedicar al F-1 el 3,7 por ciento
de las disponibilidades de mantenimiento. Por la explicación
que se nos daba, parecía que esto era suficiente para
que, a principios del año 20000, estuviesen a un nivel de
operatividad similar a la prevista en el Plan de acción del
Ejército del Aire. Por lo que ahora nos cuenta, esto no a ser
así. La primera pregunta es: ¿Por qué se ha desistido? ¿No
hay suficiente con este dinero? Más concretamente: ¿Qué
parte de los 8.176 millones que hay para mantenimiento de
aviones se ha dedicado al F-1 en el año 1998? ¿Corresponde
a la cantidad que se suponía o ha sido más baja? ¿Qué
previsión hay para 1999? ¿Se siguen manteniendo los
acuerdos con Sassault? ¿Se han gastado realmente 1.740
millones en 1998 en repuestos de material o cuánto se ha
gastado? ¿Se mantiene para 1999 la cifra de 1.650 millones?
No dejaría de ser contradictorio, constatando que el
año pasado hablábamos de la diferencia entre modernización
y operatividad en gastos de mantenimiento, que el año
que viene se culminase ya la operación de modernización
(este año hemos gastado 4268 millones, para 1999 hay previstos
4.268 y únicamente quedan pendientes de pago
2.500 millones para el año 2000) y que la hubiésemos realizado
con un coste significativo, para ahora decir que el
año que viene no van a ser operativos, que van a estar en
una situación no operativa. Mis preguntas son: ¿Se ha cumplido
o no se ha cumplido el plan? ¿Se ha dejado de cumplir
o qué es lo que no ha funcionado? Le hacemos estas
preguntas, un poco extensas y precisas, para saber si vale la
pena que presentemos una enmienda para aumentar las
cantidades destinadas al F-1 o si usted nos aconseja que,
como ya han tomado la decisión, no tiene sentido que presentemos
una enmienda con esta finalidad; repitiéndole
que es una enmienda desde la oposición y que, por lo tanto,
las posibilidades de prosperar son reducidas.

Dejando aparte el tema del F-1 -que ha concentrado
parte de nuestro esfuerzo-, pasamos rápidamente a otras
preguntas, algunas de las cuales ya han sido respondidas y,
por lo tanto, ya no haré referencia a ellas. En el superproyecto
9.002 de aeronaves -como ha indicado- consta la
modernización del P-3 (nos alegra saber que podrá haber
un adelanto a base de consignación como I+D; es de esperar
que si esto lo realiza Indra, también tenga satisfacción)
y el avión de transporte medio Fatam, con una consignación
de 1.805 millones. Queremos saber cuál es la estrategia
que va a seguir el Ejército del Aire teniendo en cuenta
la situación del FLA, las ofertas del nuevo Hércules, los
contactos con Antonov y una cierta situación de desconcierto
que en área europea se está produciendo sobre el
futuro del avión de transporte medio. ¿Qué estrategia
vamos a seguir? En este superproyecto aparece también la
adquisición de Hércules C-130-H-30, con 9.000 millones,
pero que se consignan a partir del año 2000. ¿Va a haber
relación entre el apartado anterior y este?
En el proyecto de adquisición de F-18 se reduce la cantidad
global -no la del año, sino la global- de 79.179
millones a 60.000 millones. ¿Esto significa que hemos conseguido
precios mejores o que van a ser menos F-18 de los
previstos? Lo cual no dejaría de crear ciertos problemas si,
al mismo tiempo, los F-1 no están operativos.

En cuanto al superproyecto de municiones y explosivos,
se produce una baja muy sensible en el coste global de
la adquisición de munición DAB -de 8.300 millones a
3.800 millones- y, al mismo tiempo, desaparece el proyecto
de potenciación de armamento Eada y Ezapac. Nos
gustaría saber si se debe a cuestiones puramente económicas
o hay otras motivaciones.

Voy acabando ya, señor presidente. Me parece que
debemos utilizar presupuestos distintos, porque a mí me
cuesta encontrar el proyecto NAEW. En los anexos que
disponemos, supongo que esto debería estar en el superproyecto
9.002, pero ahí yo no veo nada que haga referencia
a la participación en el proyecto NAEW.




El señor PRESIDENTE: Vaya terminando, señor Marsal.




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El señor MARSALMUNTALÁ: Acabo ya, señor presidente.




Tal vez después podamos contrastar papeles, pero no
aparece.

Tampoco he encontrado la mención que ha hecho de la
consignación para el CASA-295.

Tal vez lo he comprendido mal, pero me ha parecido
entender que había 22.000 millones para mantenimiento.

En mis papeles constan 9.000 millones. Puede ser que yo
no haya entendido bien la cifra que usted ha dado o que
uno u otro estemos confundidos.

Para acabar, quiero preguntarle, como antes he pedido
al jefe del Estado Mayor del Ejército de tierra, si nos puede
hacer llegar los costes para el año 1999 del cuartel general
de la fuerza y del apoyo a la fuerza, del mando aéreo de
combate, del mando aéreo del centro, del mando aéreo del
estrecho, del mando aéreo de levante y del mando aéreo de
Canarias. También, si disponen de ello, de los presupuestos
por bases, escuadrillas o el sistema que puedan tener, si es
que lo tienen. Así como me consta que estos trabajos se llevaron
a cabo en el Ejército de Tierra en los años 70 u 80, no
sé si en el Ejército del Aire ocurrió lo mismo.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario
Popular, tiene la palabra el señor Fernández de Mesa.




El señor FERNÁNDEZ DE MESA DÍAZ DEL RÍO:
General jefe del Estado Mayor del Ejército del Aire bienvenido
a la Comisión de Defensa un año más. Quiero hacer
extensiva la felicitación del Grupo Parlamentario Popular a
los miembros del Ejército del Aire que hayan participado
en misiones internacionales, aunque después de su intervención
hemos podido comprobar que están realmente
muy escasos de medios y vamos a tener en cuenta la cantidad
de problemas que usted ha relatado y que vamos a
debatir en este momento.

El presupuesto del Ejército del Aire, según la memoria
de la sección 14 de los Presupuestos Generales del Estado,
destina el 91,6 por ciento de las inversiones en modernización
para proseguir proyectos iniciados en años anteriores
y persiguen tanto potenciar la fuerza como los sistemas de
apoyo. Se citan programas de los que hemos hablado aquí:
en el programa de modernización, al programa más importante
de aeronaves, va el 61,5 por ciento; a electrónica, el
31 por ciento; a misiles, el 3,6 por ciento. Pero realmente el
panorama que ha dibujado el teniente general Lombo en la
parte inicial de su intervención es desolador. Para ser optimista,
teniendo en cuenta lo que ha planteado el señor
Lombo, habría que ponerle una vela a alguien para que esto
se enmendara de alguna manera. Eso es lo que se puede
deducir de la intervención que ha tenido el teniente general
Lombo, sobre todo en cuanto a la operatividad de los F-18,
de los F-1 o de la forma en que están trabajando nuestros
oficiales en el Ejército del Aire.

Desde luego, un jefe de Estado Mayor del Ejército del
Aire debe sentir bastante impotencia si tiene alguna participación
en la elaboración presupuestaria de poder ofrecer
tan pocas cosas, o una frustración bastante grande de estar
en un equipo de gobierno y que al final realmente las
expectativas del Ejército del Aire sean muy limitadas.

En estos programas se continúa con la modernización
de los Hércules y de los aviones de combate F-1, que se llevan
4.518 millones de pesetas. Decía el teniente general
Lombo que la flota de F-1 prácticamente no iba a estar operativa,
y yo me pregunto si esos 4.518 millones de pesetas
los vamos a tirar a la calle. Lo mismo ocurre con los F-18,
y me pregunto que si tener tantos aviones en funcionamiento
y con la pretensión de tenerlos operativos, no será un
exceso para lo que realmente hacemos. Decía el general
Lombo al principio de su intervención que cuando tenemos
que intervenir somos los primeros en llegar con lo que tenemos,
y yo le pregunto si lo que tenemos es suficiente para
dar respuesta a las demandas internacionales, y si realmente
merecerá la pena concentrar el esfuerzo de nuestro gasto
en el Ejército del Aire en aquello que realmente requiere no
sólo el Gobierno en este momento concreto, sino también
en lo que se demanda internacionalmente.

Desde este lado de la mesa, desde mi grupo parlamentario,
teniendo en cuenta el esfuerzo global que está haciendo
el Gobierno con los Presupuestos Generales del Estado
para tratar de equilibrar la economía del país, para tratar de
conseguir una serie de mejoras a nivel global de los Presupuestos
Generales del Estado, vemos que el esfuerzo que
se realiza en el Ministerio de Defensa o en el caso concreto
del Ejército de Aire no sólo parece insuficiente, sino que
parece que lo que se está invirtiendo no va a servir para
nada: no se van a poder mantener operativos los F-1, no se
va a poder volar con los F-18 y no se van a poder mantener
las horas de vuelo. Mi pregunta es, teniente general, si no
sería más conveniente concretar el presupuesto que se disponga
para el Ejército del Aire en mantenerlos operativo y
en que nuestros pilotos puedan realizar las horas de vuelo
que le corresponden para adiestramiento y entrenamiento
que tener demasiado y que no lo podamos mantener.

Es una pregunta que se me ocurre, sobre todo después
de ver el esfuerzo que se está haciendo y que ustedes programan
con la modernización de los aviones F-1, con la
adquisición de los F-18 para completar los nueve escuadrones
que se consideran como necesarios y después de las
inversiones que se hacen en misiles o en el sistema tan
importante, del que llevamos hablando tantos años, de
mando y control, que tiene una dotación de 7.441 millones
de pesetas para este año. No sé si la gestión reporta algún
beneficio o si dentro de las necesidades de la defensa global,
dentro de las necesidades de España, interesa que sea
el Ejército del Aire el que gestione el programa multinacional
del alerta temprana.

No sé si es una cuestión caprichosa, como decía el
teniente general Valderas que recibía el dinero con una
mano y tenía que soltarlo con la otra, o es una necesidad
que se encomienda en cada momento concreto. Me pregunto
si para el Ejército del Aire el programa multinacional
de alerta temprana no es una sobrecarga que tiene que llevar
en los presupuestos de su cuartel general, en los presupuestos
de su ejército.

El panorama no es muy optimista independientemente
de que usted no ha dicho después que se mantiene la capacidad
operativa del resto. Me gustaría saber en concreto
qué es ese resto. ¿Es más o es menos de lo que no somos
capaces de mantener operativo? Es decir, ¿estamos manteniendo
un Ejército del Aire que no tiene capacidad para



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nada o estamos manteniendo y dotando presupuestariamente
un Ejército del Aire para que el año que viene podamos
empezar a remontar el vuelo, no con un milagro, sino
con las bases que hemos sentado desde hace dos años y
medio, para que podamos consolidar un presupuesto y
lograr la recuperación presupuestaria, para dotarnos del
ejército que necesita España, que los españoles nos demandan
y que el Gobierno está dispuesto a consolidar, tal y
como ha decidido en su directiva de defensa nacional, ya
que es público y notorio, porque está ya muy manido el
tema, cuáles son las prioridades establecidas por el Gobierno
en materia de defensa?
Espero que este año sea mejor aunque las expectativas
del año pasado no eran buenas y, sin embargo, hemos llegado
a un nivel de operatividad que por lo menos nos ha
posibilitado ser los primeros en llegar a donde tenemos que
llegar y estar en el momento en que tenemos que estar. Me
gustaría saber si esta tendencia, con las previsiones actuales,
nos va a llevar a una debacle total del Ejército del Aire
o si considera el jefe del Estado Mayor del Ejército del Aire
que su esfuerzo, unido al esfuerzo del departamento de
Defensa, conduce a una maduración de una política presupuestaria
que nos lleve a tener el Ejército del Aire que
usted, en este caso concreto, dice que necesita, y que como
españoles y parlamentarios estamos dispuestos a dotar a la
nación española al Ministerio de Defensa y al ejército que
usted representa.




El señor PRESIDENTE: Teniente general Lombo.




El señor JEFE DEL ESTADO MAYOR DELAIRE
(Lombo López): En relación con la primera pregunta del
señor Marsal, que es sobre la situación de los F-1 en cuanto
al plan de acción, a las medidas tomadas y a la capacidad
operativa actual que hemos reflejado, quiero recordar -y
lo he dicho también hoy- que, entre las medidas que el
Ejército del Aire toma cuando se encuentra con que ha
habido un largo período de disminución de recursos que ha
hecho, reducir las reservas hasta niveles en los que ha no
podía continuar, se planteó un plan de prioridades que ha
sido tenido en cuenta por el Gobierno.

Tener un Ejército del Aire que no sirva para nada, no es
aceptable, y el señor Fernández de Mesa ha planteado aquí
una sugerencia que es de lo más sensata. Si no podemos
tener todo lo que tenemos en estado operativo, vamos a
tener aquello que va mejor. Eso es lo que ha hecho el Ejército
del Aire durante el año 1998.

La flota más importante del Ejército del Aire y la que ha
mantenido los compromisos internacionales de España a
bastante alto nivel es la flota de F-18. La flota de F-18
había planeado hacer 144 horas por piloto/año. Estas 144
horas, como ya expliqué, se repartían de forma inversamente
proporcional a la experiencia de los pilotos, de tal
manera que los nuevos vuelan, como mínimo, 180 horas y
los más expertos vuelan los tiempos proporcionalmente
rentables. En este contexto, la situación de entrenamiento
de la flota F-18 ha sido más que satisfactoria.

He dicho que la media de selección en España de pilotos
de combate es mejor que la que hay en Europa, porque
todos so de escala superior y porque llevan tiempo en el
sistema de la unidad. Esa flota, que es la fundamental, ya
estaba soportando la parte esencial de la actuación de la
fuerza aérea, tanto en el exterior como en el interior, y ha
mantenido su operatividad por piloto y la ha incrementado,
en tanto en cuanto los nuevos aviones del programa CX, la
adquisición de más F-18, han aumentado la capacidad de la
flota.

También he dicho que, dentro de las medidas que
hemos tomado para que la operatividad de los F-1 no bajara
por debajo de los límites mínimos de seguridad de vuelo,
estaba el reducir el número de pilotos y concentrar unidades.

Esto ha significado también un aumento del número
de pilotos en F-18, con lo que al principio del año teníamos
aproximadamente 108 pilotos de F-18 y ahora tenemos
122. Esto significa también una mayor capacidad, desde el
punto de vista de la utilización, que la que teníamos en el
sistema F-18. Lo que se ve es que, en principio, el Ejército
del Aire ha optado por mantener a un nivel de capacidad
mínima completa, desde el punto de vista operativo, al sistema
que más capacidad tiene dentro del Ejército del Aire.

El F-1 es un sistemas de armas que está en período de
modernización y resulta en ese aspecto marginal. Su operatividad
ha sido baja. Teníamos a principio de año un total
de 64 pilotos en el sistema F-1, en este momento hay 51 y
los pilotos que han salido de la Academia General del Aire
han ido masivamente al F-18 para no sobrecargar el sistema
F-1 y hacer que vuelen el mínimo de horas operativas.

Todo el dinero que se tenía para mantenimiento no nos
permitía hacer las 120.000 horas que necesitábamos para
que los pilotos de F-1 hicieran también su entrenamiento al
nivel suficiente. Al haber bajado, más o menos, hasta 100
horas, no podemos garantizar que esos aviones vuelen todo
el tiempo, como es su misión, en todas las condiciones de
entrenamiento a baja y alta cota. Eso es lo que ha motivado
que hayamos tenido que suprimir la alerta de Albacete y se
haya mantenido en Canarias hasta que pueda ser sustituida
por los F-18, lo cual ha supuesto que una buena parte de las
horas de F-1 haya tenido que concentrarse en Canarias para
que el número de los pilotos que están allí volando mantengan
su capacidad operativa. Entonces, los 15 pilotos que
hay en Canarias sí que tienen capacidad operativa y están
defendiendo eficazmente el cielo de Canarias.

Este panorama responde a la opción que toma el Ejército
del Aire ante unos recursos que no dan para que todo el
mundo vuele. En vez de repartir la carencia, y que todo el
mundo acabe volando de 110 a 120 horas, que sería insuficiente
en los dos sistemas, ha mantenido una capacidad
suficiente en los aviones F-18 en perjuicio de los F-1. También
hay que decir que los aviones de reconocimiento F-4 y
los F-5 han estado volando a los mismos ritmos. De hecho
es la flota F-1 la que se nos ha venido abajo, cosa que, a
principios del año pasado, sabíamos que nos podía pasar.

El programa de modernización, ¿cómo incide? Comprendo
que sea difícil captar lo que significa el programa
de modernización respecto a la flota F-1. La flota F-1 se
compra alrededor del año 1975. Su baja estaba prevista, en
principio, alrededor de 1995, que era cuando se iban a recibir
los aviones Eurofighter, pero por una serie de razones
de carácter internacional, que todo el mundo conoce en esta
mesa, estos aviones Eurofighter se han retrasado hasta el
2002, pero es que, además, el programa de entrega es muy
dilatado, va a estar entre el 2002 y 2015, con una media de



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siete aviones al año, lo cual supondrá que no tendremos
otros escuadrones de aviones Eurofighter hasta, más o
menos, el año 2005. Esto es lo que hace que en el año 1991,
cuando se considera la modernización del F-1, se vea la
necesidad de que este avión esté en condiciones de aguantar
hasta ese momento. Se empieza ese programa, que no
tiene todas las dotaciones al nivel que se han calculado,
que tiene también algo de retraso. El retraso en el programa
de modernización del F-1 ha sido menor de un año, por lo
que no es significativo. Sin embargo, en el momento en
que se realiza esa modernización, que tiene que hacerse a
lo largo de dos años, hay que pensar que en todo momento
habrá entre siete y nueve aviones F-1 allí parados, pero es
que, además, para que se pueda hacer la modernización,
hay que concentrar en ellos todas las capacidades, es decir,
que si falta un generador, se lo tendré que quitar a un avión
que esté en vuelo para que vaya con el avión modernizado.

Eso significa una baja de operatividad del resto de los aviones.

¿Es esto necesario o no? El Ejército del Aire se planteó
la posibilidad de proponer la suspensión del programa F-1,
un programa que ha costado 17.000 millones de pesetas. El
señor Marsal decía el año pasado que le parecía barato el
programa de F-1 y yo le contestaba que era verdad, que era
un programa barato porque, a cambio de los aviones Mirage
3, que compró la Thomson, se consiguió un programa
que, cuando esté terminado, será un programa eficaz.

Esto significa que no podemos poner un escuadrón
durante el tiempo que dure la baja de la operatividad de los
aviones por la modernización y por la falta de repuestos
que ha habido; no podemos tenerlos operativos, no podemos
ni arriesgar a las tripulaciones, ni sería eficaz el que un
avión F-1 estuviera de noche con un piloto que no ha volado
lo suficiente; ni sería posible darle a la NATO 28 aviones
en cuatro días, como estábamos en principio comprometidos.

El Ejército del Aire hizo un ejercicio de sensatez y
propuso que el DPQ de este año fuera a la NATO, un cambio
de situación de esa unidad del nivel 4, es decir, 28 aviones
en 20 días, a nivel 10, es decir, 8 aviones en más de 365
días.

¿Hemos perdido el dinero de la modernización? Mi opinión
es que no. Cuando la modernización esté completa,
que será en el año 2000, esa flota podrá remontar su capacidad
y estar, hasta que el próximo ala de Eurofighter esté
en vigor, apoyando de una forma muy potente, porque la
modernización significa: introducir un sistema de control
de disparo con una precisión intrínseca próxima a la de los
aviones modernos, próxima salvo las armas llanas que
pueda tirar; la posibilidad de tirar un armamento que hoy
no tira; unas comunicaciones de alto nivel; una alerta frente
a las amenazas de ser captado y seguido por radares, y,
en términos generales, un avión que en apoyo al suelo va a
ser de alta eficacia. Pero no podemos evitar que en el año
1999 no esté operativo. Esto es lo que nos sucede y esto es
lo que cuento yo a esta Cámara, que tiene que saber la verdad,
como es natural.

Voy a dar respuestas concretas ¿El dinero empleado en
abastecimiento y en mantenimiento es suficiente? No es
suficiente para remontar la situación a la que habíamos llegado.

Durante muchos años nosotros estuvimos mandando
hasta siete motores a overhaul de aviones F-1 para poder
sacar la proyección de fuerzas. Cuando no pudimos mandarlos,
los motores nos los hemos comido.

Habla usted de contrato. El contrato que se hizo con
Dassault de mil millones de pesetas era para tratar de sacarle
el mantenimiento; entre otras cosas, había el problema
de las 14 cápsulas que estaban revisadas (Cúpulas de avión
que tienen que ser lanzadas con un sistema de fragmentación
y que no podemos mantener aquí, en España, porque
no tenemos esa capacidad) y estaban allí paradas porque no
pagábamos. Es decir, se han ido arreglando problemas que
es necesario solucionar para que, cuando esté terminado el
programa de modernización de F-1, pueda empezar el despegue
de esa flota. Lo mismo pasaba con el abastecimiento.

Esto ha permitido que podamos garantizar todavía la
seguridad de los cielos de Canarias, que no se ha perdido;
de los 12,1 aviones que hay de media, en principio, haya
alrededor de 8 aviones operativos en Canarias. Hemos concentrado
un sistema de prioridades que, reconocidas las
obligaciones de la defensa española en relación con la aviación,
ha cargado la mano sobre los programas más necesarios.




¿Se ha desistido? No se ha desistido de mantener una
flota que es necesaria hasta el 2005. ¿No ha habido suficiente
con ese dinero? No ha sido suficiente para poder
remontar la situación en la que habíamos estado.

En cuanto a las prioridades, la previsión que hicimos la
expusimos en esta Cámara el año pasado. Se dijo que estábamos
en un 22 y que podía bajar, cosa que ha sucedido.

Anunciábamos incluso la posibilidad de que tuviera que
cerrarse la alerta, cosa que ha sucedido.

¿Podíamos haber parado el programa de modernización
el año pasado? En ese momento teníamos comprometido
aproximadamente un 80 por ciento del coste total de la
modernización. Cuando yo cuento aquí la realidad de que
la flota de F-1 ha tenido una operatividad muy baja, no es
más que una fotografía de una situación que no creo que
haya sido fruto de una mala gestión, sino de una situación
carencial a lo largo de una década completa, no de un año,
y que tampoco ha llegado este año. Ha llegado antes y ha
sido anunciada en esta Cámara.

Respecto a si el señor Marsal debe mantener o no una
enmienda, no me compete a mí decirlo. Aunque se propusiera
este año un aumento de presupuesto para apoyar el F1,
no estaría tampoco operativo en el año 1999. Al terminar
el programa de modernización, tardaríamos aproximadamente
un año y medio en recuperar la operatividad completa
de esa flota. No obstante, quiero significar, una vez
más, que hemos aumentado la posibilidad de los F-18. Para
el año que viene los F-18 van a tratar de hacer, en vez de
las 16.000 horas que han hecho este año, 18.000. Esto significa
aproximadamente unos quince pilotos más volando
al ritmo al que podemos garantizar nuestra defensa aérea.

La verdad es que los que han impuesto un alto nivel de calidad,
reconocida por las más altas autoridades del mundo,
entre ellos el presidente Clinton, han sido los F-18. Fue una
elección que se hizo en un año determinado para tener uno
de los mejores sistemas de armas, probablemente el mejor
que existe en Europa, y lo hemos mantenido. Nos hubiera
parecido un crimen repartir las carencias, de tal manera que
los F-18 hubieran caído a un nivel inferior al mismo tiempo
que los F-1. No sé si esto responde a lo que el señor



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Marsal pregunta; la realidad es que el programa de modernización
del F-1 no es inútil sino útil. Pero la situación que
se ha producido por los recursos de los que hemos dispuesto
a lo largo de toda la década ha llevado a que el año 1999,
en principio, sea un año sabático para los F-1 ¿Cuándo
podremos remontarlo? Es de esperar que a lo largo del año
2000 pueda ser remontada esta situación.

Pasó rápidamente a contestar otras preguntas. Respecto
al programa P-3, efectivamente, no tenemos dinero. Este
año no hay dinero para el programa P-3, en lo que se refiere
a la adquisición para el Ejército del Aire, en cambio, sí
ha habido dinero para I+D. El P-3 tiene una característica:
el avión es muy bueno, pero el sistema de emisión en este
momento está anticuado y hay que hacer un cambio en el
sistema de emisión, como, por ejemplo, en los sensores
para ver qué es lo que pasa por el mar y enterarse de dónde
están los submarinos. Tiene una capacidad que es muy
importante para la industria española, y es que si ese sistema
de emisión se experimenta, podrá ser vendido con el
CASA-235 a naciones como Abu Dhabi, Turquía, etcétera,
que están interesadas. Es un programa que no sólo es de
interés para la defensa, sino también para la industria. El
dinero que se gasta en I+D este año va a permitir configurar
ese sistema de emisión que se ha experimentado en el
P-3 y podría ser vendido con facilidad en el exterior. Sin
embargo, este año no hay dinero para el P-3 en el Ejército
del Aire.

En cuanto al Fatam, son 1.805 millones. A la vez que
contesto la pregunta sobre el Fatam, lo hago a la pregunta
del CASA-295. ¿No aparece el CASA-295 en ninguna
parte? No, porque es el Fatam. ¿Qué pasa con el Fatam?
Ustedes recordarán que la compra de aviones Hércules se
intento en su día sobre aviones de segunda mano, porque
necesitábamos más capacidad de transporte para proyección
de fuerza, en particular para apoyo a las misiones que
el Ejército del Tierra tenga que realizar. Al salir al mercado
buscando los aviones C-130 tipo H, que es lo que nosotros
manejamos, éstos no se encuentran. Los que hay están en
muy mal estado. El CASA-295 es un avión que tiene una
carga de 10.000 kilos, más o menos la mitad que el Hércules;
sin embargo, en cuanto a personal, el Hércules transporta
91 personas y el CASA-295 va a transportar casi 80.

Por otra parte, el alcance es similar, la altura a la que vuela
es similar y la velocidad a la que vuela es similar. El coste
va a estar en torno a los 20 ó 22 millones de dólares, en
tanto que el Hércules-J va a estar en torno a los 70 millones
de dólares. Entendemos que el programa Fatam es un buen
sustituto de los Hércules que, en principio, teníamos que
comprar. Por otra parte, supone un apoyo muy importante a
la industria nacional. Cuando se vendieron 52 aviones
CASA-235 a Turquía, que fue uno de los mejores negocios,
si no el mejor, que ha hecho nuestra industria aeronáutica
en toda su historia, se pudo hacer porque el Ejército
del Aire había explotado la compra del 235. Los turcos no
estaban decididos a comprar mientras el Ejército del Aire
no los tuviera. Y esto mismo es lo que pasará con el 295.

Por tanto, entendemos que el programa 295 es de un interés
nacional, no sólo de defensa, ya que, a la vez que cubre
una necesidad de defensa para proyección de fuerzas, va a
cubrir una necesidad nacional.

Pregunta el señor Marsal cuál es nuestra estrategia respecto
a Fatam y a transportes medios en función del Fla. El
Fla es un avión que no tiene horizonte en cuanto a tiempo.

Lo que sí sabemos es que no va a estar antes del 2007-2010
de ninguna de las maneras ¿Podemos esperar en la situación
del transporte actual para esto? Probablemente no
podemos esperar. El 295 es un avión que va a poder ser
entregado a partir del año 2000 y cubrir esta carencia.

Sobre la entrega del Fla, que nadie piense que el día en que
entremos en el Fla vamos a tener los aviones al día siguiente.

Presumiblemente pasará como ha pasado con el Eurofighter,
será una entrega lenta. Por tanto, entiendo que el
295 es rentable, desde el punto de vista militar, desde el
punto de vista de estrategia tecnológica y desde el punto de
vista de estrategia industrial.

¿Qué pasa con el programa Hércules KC-130? ¿No
tiene dinero este año? No lo tiene. ¿Se mantiene en los años
siguientes? Es una fórmula en la cual ese dinero que está
reservado tiene que ser guardado para ser utilizado por el
Fatam cuando podamos acordar con Construcciones Aeronáuticas
cual es el horizonte del Fatam para el futuro. Va a
necesitar el dinero para ir comprando el C-295.

¿Qué sucede con el programa CX de nuevos F-18? El
año pasado el F-18 no tuvo dinero. No lo tuvo porque no lo
hubo. Ya he dicho que el Ejército del Aire tiene el gran problema
de la multianualidad. Todo lo que compra en multianual
y como no se puede comprometer más que un dinero
determinado, cuando llega el momento de planificar un
presupuesto, prácticamente todo el dinero que tenemos que
gastar está, en principio, comprometido. La entrada de nuevos
programas es sumamente difícil para nosotros. El año
pasado no tuvo dinero. Este año tenía, en total, unos 11.000
millones de pesetas y ha habido que quitar 3.000 millones
para poder fundar el programa del CASA-295 y el programa
del Hércules. Eso no implica que vayamos a perder la
totalidad de los 24 aviones. A lo que sí vamos a renunciar
es a esa opción de seis aviones que teníamos más, hasta 30
aviones, porque no va a estar a nuestro alcance. Pero sí se
van a completar los 24 aviones, lo cual va a suponer tener
un centenar de aviones F-18 de primera calidad, que están
en condiciones de afrontar cualquier situación que el
Gobierno les encargue. Entre otras cosas, ir a Kosovo
mañana o pasado, si así nos lo ordenan. Para eso están los
aviones. Lo van a hacer y lo van a hacer muy bien, si Dios
no arregla la situación y tenemos que intervenir. Dice que
falta dinero en el F-18. Es que se ha prolongado un año
más, como ya he dicho antes, con lo cual, en el horizonte
que tenemos, no suma el total. ¿Me explico?
Problema de munición. Ha bajado, sí lo cual quiere
decir que los pilotos del Ejército del Aire tirarán menos.

¿Qué hemos hecho? Por ejemplo, el cañón Vulcan, que utiliza
el F-18, tiene una capacidad de disparo de 6.000 disparos
por minuto. Los hemos graduado para que tiren un
máximo de 3.500 a 4.000, para que se consuma menos
combustible en cada ráfaga, lo cual significa mantener la
precisión, como explicaba mi colega anteriormente, sin
necesidad de utilizar la masa. Con esta reducción, que es
evidente, puesto que no tenemos dinero para toda munición,
haremos el mejor nivel de entrenamiento que nos sea
posible.




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Potenciación de la EADA y Ezapac. No hay dinero para
su potenciación. Son dos unidades especiales que apoyan
muchísimo la acción de las Fuerzas aéreas, sobre todo
cuando están desplegadas, y de las Fuerzas terrestres, cuando
tienen que ser apoyadas con los equipos TACP, equipos
que dirigen desde el suelo la acción de la Fuerza aérea para
quitar los moscones y los problemas al Ejército de Tierra
cuando los tiene. No ha habido dinero este año. Si lo hay el
que viene, que esperamos que lo haya, trataremos de sacarlo
adelante. Tampoco hay dinero para muchos otros programas.




El NAEW. Lo más que puedo hacer, señor Fernández
de Mesa, es darle el documento donde figura el NAEW. No
podemos explicar más.




El señor MARSALMUNTALÁ: Si me permite, señor
presidente. Lo hemos localizado ya. Ha aparecido ya.




El señor JEFE DE ESTADO MAYOR DEL AIRE
(Lombo López): ¿Ya se ha localizado? Menos mal.

Como le he dicho, el NAEW es un programa de alta
prioridad. No es un programa del Ejército del Aire, es un
programa conjunto, es la capacidad de mando y control en
el espacio. Un avión no puede volar sobre Yugoslavia si no
hay un NAEW en el Adriático, de ninguna de las maneras,
ni sobre ningún otro tipo de acción. Es el que le dice dónde
hay amenazas electrónicas, dónde se despliega un nuevo
radar, dónde aparece un nuevo despliegue de artillería
aérea, etcétera. Sin eso, es perder. Por tanto, España se ha
planteado la necesidad de contribuir en la NATO al NAEW
y el Ministro de Defensa le ha dado la máxima prioridad.

Dado que los contratos que había que hacer con el NAEW
había que firmarlos en unos plazos, y esto no es una cosa
del Ejército del Aire, sino del Ministerio de Defensa, han
considerado una solución urgente, que se planteará esta
financiación que ha tenido y que será revisada presumiblemente
el año que viene. El Casa-295. Ya he contestado que
el mismo Fatam.

Mantenimiento. ¿Ha encontrado la cifra de mantenimiento?
Tenemos dos capítulos de mantenimiento con dos
niveles de prioridad y al final suman 22.000 millones. Si
quiere, le daremos la cuenta tal y como la tenemos nosotros.

Esto significa mantener los mismos niveles que tenía
la Fuerza aérea.

De paso, quiero contestar a otra pregunta que se ha
hecho y que es conjunta: ¿Qué otras cosas están funcionando
en el Ejército del Aire? Están funcionando: el F-18,
sobre todo; los aviones Phantom, de reconocimiento; los
aviones F-15, de apoyo táctico y de enseñanza; toda la
enseñanza. La enseñanza no ha bajado en absoluto su nivel
de eficacia. Seguimos sacando el mismo número de pilotos.

Nos hemos negado a algo que nos llegamos a plantear:
la posibilidad de que salieran pilotos nuevos de la academia
y los pusiéramos en conserva; eso sería perderlos para
toda la vida. Les hemos dado la máxima prioridad. Están
volando. No solamente están volando, sin que lo están
haciendo un mínimo de 180 horas en aviones de combate.

Funcionan los Hércules, funcionan los Casa-235 y a qué
nivel, por encima de las horas calculadas. Esto nos ha venido
bien, porque es un avión que tiene poco coste de mantenimiento
en sí y sin embargo bastante combustible y, como
el precio del combustible ha bajado, hemos podido mantenerlo.

Toda la flota de transporte. Está volando la flota de
guerra electrónica. El programa Santiago, que no es un programa
del Ejército del Aire, pero el Ejército del Aire opera
en él. Está marchando bien todo lo que es salvamento.

Sigue habiendo enorme seguridad en las áreas en las que
España tiene responsabilidad de salvamento. Se hacen servicios
extraordinarios como se ha hecho siempre, no se ha
bajado esa capacidad. Servicio de cartografía y fotografía.

Sigue volando en las mismas condiciones. En términos
generales, la oveja negra, al que le ha tocado soportar la
escasez de recursos, es el F-1. Es una opción que el Ejército
del Aire ha tomado tras la consulta al Gobierno y sabe lo
que está haciendo. Significa que en el año 1999 no va a
haber operatividad de los F-1; se ha dicho en el DPQ públicamente;
no es que lo estemos ocultando, está escrito, cualquiera
lo puede leer. Ésta es la contestación a qué queda de
operativo. Queda mucho. El Ejército del Aire tiene un alto
valor. Yo, desde luego, si fuera el dueño del país, no me lo
perdería y sí que lo potenciaría; es una cosa de altísimo
valor en la política internacional.

En cuanto a los datos, se los daremos. Quiero decir una
cosa y es que en el Ejército del Aire, no es que no se conozcan
los datos de coste, es que llevamos desde hace tiempo
contabilidad analítica para todos los factores de coste; están
desmenuzados. Nos gustaría, si es posible en un contacto
más o menos directo, saber cómo los quieren. Porque dice:
coste de almacén. El almacén tiene dentro bases aéreas,
que ya están computadas en las bases aéreas. Nuestra organización
es muy flexible, no es una brigada sola y cerrada.

Lo nuestro va de un sitio a otro; un avión pertenece a ratos
al Macam, a ratos al almacén y a ratos a misiones exteriores.

Todos estos costes los conocemos y se los haremos llegar.




Espero haber contestado a las preguntas del señor Marsal.




El señor Fernández de Mesa. Es posible que yo haya
transmitido una imagen muy catastrófica. No sé si lo he
aclarado posteriormente, pero la realidad es que lo ha
hecho el Ejército del Aire es obrar racionalmente. Mantener,
funcionando. Porque la Fuerza aérea se caracteriza
porque está sometida a la gravedad y se cae si no está en
condiciones. Nosotros podemos operar más que en unas
condiciones de absoluta seguridad. Cuando hacemos
misiones, tenemos que hacerlas con todas las garantías. Si
ofrezco en un momento determinado aviones que no tengan
la capacidad de entrar en un ambiente de alta densidad
de guerra electrónica, en cuanto a la oposición desde el
suelo, o sin capacidad de identificación, o sin capacidad de
comunicaciones y guerra electrónica o armas guiadas, no
me los van a aceptar en una colección. Si nos lo aceptan, es
porque tenemos lo mejor, y lo mejor está funcionando. Si
no, no estaríamos como estamos, llamados para los puntos
clave, en todas partes.

¿Frustración? Los viejos soldados nunca nos frustramos,
ni los jóvenes tampoco, porque siempre encontrarán a
qué dedicar todo el esfuerzo. Bastante desafío es perderse
en las dos dimensiones en que nos movemos con comodidad
y naturalidad para subir a la tercera dimensión, no digo
que para jugarse el tipo, pero sí a conquistar ese margen de
fortaleza que necesita nuestra nación para encontrar la victoria



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en los objetivos que se propone. No hay frustración en
el Ejército del Aire. En el Ejército del Aire hay, primero
disciplina, disciplina que sirve no para cuando uno está de
acuerdo, sino para cuando no lo está. Luego no es necesario
que estemos de acuerdo siquiera, para poder apoyar con
todo entusiasmo y competencia los objetivos que el
Gobierno nos marca. Siento ser vanidoso, pero yo presumo
de la competencia de los miembros del Ejército del Aire.

Modernización. ¿Vamos a tirar la modernización a la
calle? Creo que lo he explicado. Si hay algo más que decir
estoy dispuesto a ello. ¿Lo que tenemos es suficiente? La
palabra suficiente significa diferentes cosas para diferentes
personas o para diferentes grupos, en determinados
momentos y también en diferentes momentos. Depende de
los objetivos que nos marque el Gobierno. Lo que sí haremos
es que cada vez que no podamos cumplir los objetivos
que el Gobierno pretende alcanzar, se lo diremos, como
hemos dicho en el caso de los F-1, no podemos mantenerlos
en el objetivo que tenían en el DPQ anteriormente. ¿Es
más conveniente concentrar? Por supuesto, señor Fernández
de Mesa. Es lo que hemos hecho, concentrar los
medios en la mayor parte de la flota, que es más eficaz.

¿Supone el NAEW una sobrecarga para el Ejército del
Aire? El NAEW es una prioridad de la defensa, no del Ejército
del Aire. El Ejército del Aire lo que sí que va a hacer es
que, a la vez que el dinero que se tenga que poner por
donde sea, va a apoyar el personal, va a operar el sistema.

Nosotros tendremos que mandar allí aproximadamente cincuenta
personas. Eso sí, hablando inglés, diplomados del
Estado Mayor, con alta capacidad de combate, etcétera.

Como siempre se nos pide lo mejor y lo vamos a dar. Y
efectivamente no digo que sea una sobrecarga. Por supuesto,
si el NAEW se quisiera cargar en todo su horizonte al
Ejército del Aire, supondría una disminución de los otros
programas. Aquí hay dinero y, si me lo gasto en el NAEW,
no me lo gasto en otra cosa. Eso está más claro que el agua.

Si los 1.195 millones del NAEW no estuvieran aquí, estarían
en el 295. ¿Qué es el resto? Creo que también lo he
dicho. El resto es prácticamente todo, menos los F-1.

¿Dotamos al Ejército del Aire para nada? Me duele la
pregunta, señor Fernández de Mesa. Permítame que le diga
que me duele la pregunta. Y creo poder contestar con toda
honradez y con toda verdad que no es verdad, que no se
dota al Ejército del Aire para nada. Ahí está el Ejército del
Aire cumpliendo su papel en todas las partes del mundo
donde ha sido mandado, Namibia, Ruanda, Kosovo, donde
sea necesario mandarle. Lo hacemos y lo seguiremos
haciendo.

¿Cuál es la tendencia y a dónde conduce el esfuerzo?
Nuestra situación es que conduciría a seguir manteniendo
al más alto nivel lo que podamos mantener, informar al
Gobierno de lo que no podamos mantener y que cuando
tengamos recursos lo haremos. De todas formas, quiero
insistir en cómo finalicé mi intervención, diciendo que el
Ejército del Aire tiene fe en el horizonte que ha marcado el
secretario de Estado, un horizonte en el cual el presupuesto
es equilibrado respecto a otras necesidades de España. El
Ejército del Aire sabe que en la prioridades globales de
España, en la situación geoestratégica que tenemos en este
momento, no es la única necesidad, por dura que pueda
resultar alguna de sus situaciones y sabe que tendrá que
esperar a que tenga la dotación suficiente para cumplir los
nueve escuadrones que se le piden todavía en el plan de
acción. Ésa es la razón por la cual está tratando de mantener
también los F-1 hasta que vengan los Eurofighter. Por
tanto, el Ejército del Aire asume las asignaciones presupuestarias
que le hacen para el año 1999 con toda normalidad
y, como he dicho, lo hará con todo empeño y todo
esfuerzo, pero cree el Ejército del Aire de verdad que el
camino que se lleva, desde el punto de vista presupuestario,
este Gobierno sí que ofrece una salida para el futuro,
un futuro que no sabremos fijar en cuanto está, pero que sí
que se ve a la vuelta de los próximos dos o tres años. (El
señor Fernández de Mesa pide la palabra.)



El señor Presidente: Señor Fernández de Mesa, muy
brevemente.




El señor FERNÁNDEZ DE MESA DÍAZ DEL RÍO:
Muy brevemente.

General Lombo, agradezco su segunda intervención,
porque realmente es mucho más explícita y desde luego
con un panorama distinto al que había trazado en su primera
intervención. Así de claro. Afortunadamente, se reducen
todas las penurias del Ejército del Aire en este nuevo contexto
al problema que existe con los F-1 y resulta que los F18
no es que vuelen 144 horas piloto, sino que los que son
menos expertos, están volando las 180 horas mínimas de
operatividad NATO. Eso nos tranquiliza. Por tanto, después
de su segunda intervención le digo ¿dotamos el Ejército
del Aire para nada? Esa era la pregunta que yo me
hacía en su primera intervención; después de la segunda,
veo que efectivamente estamos manteniendo un Ejército
del Aire dotado lo suficientemente como para tenerlo en
condiciones normales en muy poco tiempo, sobre todo
sabiendo que hemos arrastrado una época de descapitalización
muy importante y que remontar el vuelo, como usted
sabe, es muy complicado.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias. (Pausa.)



- DELSEGUNDO JEFE DEL ESTADO MAYOR DE
LAARMADAEN SUSTITUCIÓN DEL JEFE DEL
ESTADO MAYOR DE LA ARMADA (PITA DA
VEIGAJÁUDENES). A SOLICITUD DELGRUPO
SOCIALISTADELCONGRESO (Número de expediente
212/00158).




El señor PRESIDENTE: Pasamos a la última comparecencia,
que, como saben, es la del segundo jefe del Estado
Mayor de la Armada, almirante Pita da Veiga.

Damos la bienvenida al almirante Pita da Veiga, que
tiene la palabra.




El señor SEGUNDO JEFE DEL ESTADO MAYOR
DE LAARMADA(Pita da Veiga Jáudenes): Muchas gracias,
señor Presidente.

Hoy tengo el honor de representar a la Armada por primera
vez en este foro, como consecuencia de que mi almirante
se encuentra fuera del territorio nacional.

Con la mayor brevedad posible, dada la hora, voy a pretender
explicar cómo la Armada aborda el futuro con el



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presupuesto actual. Hay unas diferencias menores entre el
presupuesto del año 1998 y el de 1999. En la Armada prácticamente
se limitan al capítulo 1, 3.800 millones aproximadamente,
como consecuencia del proceso de profesionalización
y de las incorporaciones previstas durante el año
1999. Hemos mejorado la figura en mantenimiento gracias
a una transparencia de recursos dentro del capítulo 6, autorizada
por el secretario de Estado, que, como ya ha reflejado
el secretario de Estado en su intervención y confirmado
el jefe del Estado Mayor de la Defensa en la suya, viene a
paliar en parte una de las carencias, que unánimemente los
que me han precedido han reconocido, que se centra fundamentalmente
en el mantenimiento.

La Armada, a lo largo de los últimos 30 o 40 años,
mientras en las capacidades del almirante jefe del Estado
Mayor de la Armada estaba el distribuir sus recursos entre
los diferentes capítulos, se podía permitir trabajar con lo
que podíamos llamar una dirección por objetivos; es decir,
el objetivo era el recurso disponible y el almirante jefe del
Estado Mayor de la Armada establecía sus prioridades, con
una cierta confianza en el medio plazo, a veces un tanto
especulativa. Eso tenía sus riesgos, que eran que en un
momento determinado esas previsiones no se cumplieran.

La Armada ha sufrido, no esa imprevisión, porque la previsión
estaba hecha sobre referencias que venían en documentos,
como puede ser la directiva de defensa nacional,
sino que sacrificó presente en beneficio de futuro, lo cual
quería decir que invertía en programas que, como muy bien
ha dicho el secretario de Estado, no admiten demoras, porque
las demoras son irrecuperables, y sacrificó sostenimiento
en términos generales, porque, con una política
muy conservadora, tenía unos objetivos de acopio amplios,
ya que las previsiones eran prácticamente dos años de
repuestos, objetivos de acopio que naturalmente han tenido
que ser reconsiderados y otros aspectos relacionados con
los gastos asociados al personal, etcétera. Con esto quiero
decir que las observaciones que hizo el almirante jefe del
Estado Mayor de la Armada el año pasado respecto al presupuesto
serían predicables también de este presupuesto,
en el sentido de que necesitamos perentoriamente mejorar
la figura en mantenimiento. Hoy el secretario de Estado ha
dicho con toda claridad que eso está precisamente en el
ánimo de la política del Ministerio, del ministro de Defensa
y el Jemad lo ha confirmado con su intervención. Pero es
que el desafío es mayor que el superar una situación en la
que, en algún momento, alguno de los capítulos no esté
suficientemente atendido; el desafío es mucho más, digamos,
demandante, en el sentido de que estamos abocados a
la profesionalización, las previsiones presupuestarias no
van a ser excesivamente optimistas y, por tanto, hay que
hacer un esfuerzo suplementario en lo que la Comisión
mixta Congreso-Senado llamó racionalización, que inmediatamente
ha recogido el señor ministro con una directiva
sobre el mismo tema que van a desarrollar cordialmente los
tres cuarteles generales, en abierta colaboración con el jefe
de Estado Mayor de la Defensa, y que está en la misma
línea de lo que han hecho países de nuestro entorno, como
pueden ser Francia o el Reino Unido, con el famoso documento
SDR, que tanto éxito le ha dado a Tony Blair.

La Armada hace un año que ha empezado a trabajar en
esto. Ya no se trata de organizarse con las viejas técnicas de
Fayol, el organigrama en el que se identifican cometidos,
sino que se trata de ver y aplicar las nuevas doctrinas orgánicas,
como es la ingeniería de procesos, la aplicación de la
tecnología, etcétera. Llevamos un año trabajando y en ese
año hemos llegado a una serie de conclusiones, entre otras
nuestra especial sensibilidad a los próximos presupuestos
en aquellos aspectos en los que esas exigencias derivadas
de ese trabajo van a requerir recursos. Hablaba de los desafíos
a los que tenemos que enfrentarnos y evidentemente
ése es uno.

El otro es que, como decía el teniente general Lombo,
en el exterior se nos demanda más. Actualmente, estamos
permanentemente en la Fuerza de intervención rápida
naval, que son las fuerzas estándar del Mediterráneo y del
Atlántico, lo cual exige tener una fragata en permanencia.

La fuerza naval es un activo político del cual la OTAN es
consciente y, por supuesto, nosotros también, porque es la
primera respuesta inmediata en permanencia a cualquier
tipo de crisis: lleva su logística incorporada, es flexible en
su actuación, etcétera. Eso nos ha obligado a tener fragatas
en el Adriático, a hacer presencia en Albania en una operación
típica de disuación en principio de crisis, una operación
muy propia de lo que podríamos llamar una versión
moderna de la diplomacia del cañonero, etcétera. Además,
las demandas surgen porque, por ejemplo, el famoso fletán
requiere de nuevo que la Armada esté presente no sólo ya
en el Atlántico norte, sin, en el futuro inmediato, en el
Atlántico sur.

Con todo este panorama, a la hora de abordar, de establecer
una estrategia con el presupuesto que tenemos disponible,
hay algo ilusionante: que los programas de renovación
de la fuerza, especialmente los importantes, están
saliendo adelante. La Armada nunca olvidará el esfuerzo
de esta Administración para sacar adelante la fragata y el
secretario de Estado es testigo de excepción de la decisión
política firme que en su momento hubo que tomar en favor
de un programa que, afortunadamente, los meses o años
posteriores están demostrando que era un absoluto acierto.

Sin más preámbulos, siguiendo la referencia de S.S. respecto
a bajar el tono del discurso, y como lo que quiere -
lo ha dicho varias veces- es aclarar datos, paso inmediatamente
a ello.

El presupuesto de la Armada es de 155.119 millones de
pesetas y se reparte básicamente en un 51 por 100 para personal
y otro 49 por 100 para inversión y sostenimiento. En
personal, como ya he dicho, se recibirán 3.875 millones, un
5,13 por 100 más que en 1998, y dedicado básicamente a
cubrir las retribuciones previstas durante 1999 de las 3.150
nuevas incorporaciones de marineros y soldados profesionales.




En cuanto a la modernización, tenemos una baja de 917
millones, pero se debe a la transferencia de recursos que
hemos hecho, que probablemente SS. SS. habrán percibido,
para mejorar nuestra figura en mantenimiento y aprovisionamiento.

Entre los programas que han quedado afectados
por las previsiones que teníamos de aumento de
recursos y que no se han producido están el retraso de la
adquisición de misiles stándar, parte del armamento de
infantería de Marina y la modernización de equipos de
estaciones varias. No obstante, está previsto dar la orden de
ejecución de la segunda serie de cazaminas, que, como SS.




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SS. saben, estaba prevista para el año 2000 y que por razones
de economía de escala parece razonable adelantar a
este año, porque se ahorran, de acuerdo con las nuevas previsiones
de precios de la Empresa Nacional Bazán, del
orden de 10.000 millones de pesetas. También tenemos la
esperanza de continuar con el programa Lams, que tiene
financiación para este año y que complete la dotación de
los doce helicópteros para las seis fragatas de la clase Santa
María. Todo ello ha dado lugar a que haya habido que retrasar,
como contrapartida, la refabricación de los aviones
AVH-Bravo, que no se ha podido iniciar y que está previsto
iniciar en 1999. Se inician pagos de la fragata correspondientes
a los estudios iniciales del planeamiento de su ciclo
de vida, prosigue la construcción del segundo buque LPD,
la anualidad prevista de 2.995 millones de pesetas engloba
varios subprogramas, y en cuanto al mantenimiento, efectivamente,
hay 628 millones de pesetas más, como consecuencia
de la transferencia que hemos hecho.

En aprovisionamiento hay 6.749 millones de pesetas,
que son 458 millones de pesetas más respecto al año pasado.

Aquí tenemos un programa acumulado, pero estamos
tratando de solventar el bache con la reconsideración de
reducir a uno el objetivo de acopio que teníamos en dos
años y la probabilidad neta de la recuperación de un repuesto
reduciéndolo al 50 por 100. Y respecto al funcionamiento,
los gastos para el año próximo son del orden de 12.088
millones de pesetas, lo que supone un aumento del 5 por
100 más que en 1998.

Resumiendo, la participación de la Armada en el presupuesto
de Defensa es del 16,7 por 100, que es la cifra más
baja de los últimos años. Apesar de los esfuerzos que continúa
haciendo el Ministerio de Defensa, insisto en que en
mantenimiento y en términos generales en el concepto más
amplio de sostenimiento la Armada aspira a mejorar su
posición. La actividad operativa derivada de las cifras de
las que estamos hablando se mantendrá prácticamente análoga
a la de los años anteriores, porque el presupuesto, al
menos para la Armada, ha sido una repetición, creo no de
este último año, sino de la congelación del anterior y del
arrastre que ha habido de la distribución presupuestaria
prácticamente desde el año 1990.

Para terminar, vuelvo a repetir la aspiración de la Armada
en el marco del nuevo modelo de Fuerzas Armadas:
lograr una fuerza moderna, eficiente, adecuadamente sostenida
a través de un presupuesto que sabremos administrar.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Socialista, tiene
la palabra el señor Marsal.




El señor MARSALMUNTALÁ: Le doy la bienvenida
en esta Comisión, aunque sea por una situación accidental,
como ha tenido poco tiempo para preparar esta comparecencia,
no voy a ser demasiado incisivo en las preguntas.

El año pasado se nos informó de la iniciación de dos
proyectos de 1+D que no están contabilizados dentro del
presupuesto de la Armada, sino que forman parte de la
Secretaría de Estado, y queríamos que si fuera posible nos
informara sobre el estado de su desarrollo. En concreto,
uno era el proyecto del sistema de dirección de combate
para las F-100 en su fase de I+D, y el segundo, la definición
del proyecto del submarino S-80. Si no le fuera posible
contestarnos hoy le agradeceríamos que nos hiciese llegar
la repuesta posteriormente sobre el estado en que se
encuentran y si este año se ha introducido algún proyecto
más de I+D que concierna a la Armada dentro del programa
correspondiente gestionado desde la Secretaría de Estado.




El superproyecto 9001, de misiles, sufre en su coste global
un aumento importante: pasa de 28.000 millones a
49.500 millones por la introducción del misil estándar SM2
para las F-100, evidentemente necesario, y queríamos
saber el coste de cada una de las fragatas y el total de las
cuatro: 280.000 millones más 7.000 millones del sistema
de dirección de combate más todo el armamento y los helicópteros
que habrá que incorporar.

Respecto al superproyecto 9002, de aeronaves, desaparece
el proyecto caracterizado como helicópteros logísticos
y aparece el proyecto helicópteros multipropósito. Desearíamos
saber si es una sustitución de uno por otro o cuál es la
situación que se produce. También desaparece un proyecto
importante de apoyo a aviones y queremos saber qué va a
significar esa supresión.

El proyecto de integración del sistema Link a la 5.a



escuadrilla se reduce de 688 millones a 95 millones, y
acaba este año. ¿Significa esto que se ha conseguido un
coste más barato o qué es lo que ha pasado? También aparece
el proyecto de apoyo a aviones y desaparece el equipo
de apoyo a helicópteros. Desaparece todo el superproyecto
9003, de material de artillería, que estaba compuesto por
dos proyectos relacionados con el Meroka. ¿Cuál es su significado?
¿Es una desaparición definitiva?
En el superproyecto 9005, de vehículos de Infantería de
Marina, que comprende los modelos anfibios EBBVT, los
coches de rueda y los vehículos de combate, desearíamos
saber cuántos de cada uno de ellos está previsto que se
adquieran en estos proyectos. Yen el tema que comentábamos
antes con el Ejército de Tierra la adquisición de un
modelo español de Hummer, si la Infantería de Marina
tiene planteado, por cuestiones de eficacia, seguir con el
Hummer en las nuevas adquisiciones que pueda haber o si
se está realizando un estudio para ver si es adecuada la
adquisición de un modelo español.

Aparece un superproyecto 8309, otros gastos de infraestructura,
concretamente el proyecto 1999.14.16.8309, y
quisiera saber a qué se refieren estos otros gastos de
infraestructura,
cuando había también un superproyecto 8312,
gastos de infraestructura, pero que tenía una consignación
muy pequeña.

De la misma forma que en los otros ejércitos hemos
pedido la información de costes, también se la pedimos a la
Armada. Le pedimos a usted que nos haga llegar en los próximos
días el presupuesto del Cuartel General de apoyo a
la fuerza, es decir, el presupuesto del grupo de combate, del
grupo anfibio, del grupo de guerra de minas, de la flotilla
de submarinos, de la flotilla de vigilancia, de la infantería
de marina y del tren naval y de buques auxiliares.

Finalmente, quería saber si disponen de los presupuestos
por bases y por unidades: portaaviones, fragatas, la
escuadrilla de aeronaves, submarinos, etcétera.




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Dándole las gracias por las respuestas que ahora nos
pueda dar y las que podamos recibir en los próximos días,
se va acercando el final de esta larga jornada.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Popular, el
señor Fernández de Mesa.




El señor FERNÁNDEZ DE MESA DÍAZ DEL RÍO:
Almirante, quiero agradecerle su presencia esta noche en la
Comisión de Defensa, en sustitución del almirante Jefe del
Estado Mayor de la Armada.

Intervengo muy brevemente para decir que si hay alguno
de los tres ejércitos que parece que esté más ajustado a
las necesidades previstas en ese plan de profesionalización
de las Fuerzas Armadas, en cuanto a gasto de personal y a
gastos de mantenimiento y de modernización, con un 51,49
por 100, ese es la Armada. No sé si por suerte o por la trayectoria
seguida desde hace treinta años, a los que se ha
referido el almirante en relación con sus diferentes presupuestos.




He de decirle que desde el grupo parlamentario se ve con
un cierto respiro los esfuerzos realizados por este Gobierno
para poner en marcha la ejecución de la fragata F-100 con su
sistema de combate Aesis. Como ha dicho el vicealmirante
Pita de Veiga, es importante tener en cuenta, sobre todo porque
ha sido una inversión que ha demostrado a la larga que
se tenía razón, independientemente de lo que se ha hecho
con la industria de la defensa, en este caso concreto, con la
empresa nacional Bazán. Hemos de tener presente que, aparte
de tener el grupo Alfa, con sus portaaviones y sus fragatas
operativas, con las nuevas fragatas F-100 que se van a constituir
tenemos un grupo Delta que está en proceso de modernización,
independientemente de las soluciones transitorias
que se tomaron al inicio de la década de los noventa, así
como el plan de los cazaminas de la primera serie que se concluye
y la segunda que se inicia de una manera inmediata en
la Empresa Nacional Bazán, de Cartagena.

El arma aérea, igual que la Infantería de Marina, dentro
de lo que son unos niveles de inversión y de operatividad,
sin duda están atravesando problemas, como el resto de los
ejércitos. Por ello merecen la felicitación de este Parlamento,
sobre todo teniendo en cuenta que los miembros de las
Fuerzas Armadas de los tres ejércitos -Tierra, Mar y
Aire- sin ningún género de frustración, porque además
así lo entendemos, sirven con escasez de medios y de recursos,
incluso sin tener unas remuneraciones económicas a la
altura de lo que previsiblemente deberían de estar percibiendo
por las misiones internacionales o unas dietas cuando
se desplazan a sitios diferentes a los que son su lugar
habitual de destino. Tanto en la Armada como en el Ejército
de Tierra y en el Ejército del Aire hay que reconocer el
esfuerzo que se hace por parte de los profesionales para
estar al nivel de adiestramiento y operatividad que necesita
de ellos España y la demanda internacional que se produce
en los diversos conflictos en los que estamos interviniendo.

Para terminar todas las comparecencias, quiero agradecer
la presencia de todos los jefes de Estado Mayor, en este
caso concreto del segundo jefe del Estado Mayor de la
Armada, y espero que este nivel presupuestario que se
mantiene de incrementos paulatinos sostenidos a lo largo
de estos años sea realmente el que siente las bases para que
no en muchos años consigamos tener las Fuerzas Armadas
que España necesita y que todos deseamos que tenga.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra, almirante.




El señor SEGUNDO JEFE DEL ESTADO MAYOR
DE LA ARMADA (Pita de Veiga Jáudenes): Señoría, ha
dado usted en el clavo de cuáles son los dos programas de
I+D que en estos momentos nos preocupan más. Efectivamente,
el CDS de la fragata F-100 va muy bien, estando trabajando
íntimamente oficiales de la Armada y Faba con
todas las garantías necesarias para que el proyecto salga bien.

Cuando hablo de garantías me refiero a Lockheed Martin.

En cuanto al S-80, los Notostaff requirement han salido
ya aceptados por el Estado Mayor de la Armada y pasamos
a la fase de definición, que será financiada con esos recursos
de I+D. La esperanza están en que será un submarino
moderno, siendo un auténtico desafío para la Armada y
para la Empresa Nacional Bazán, empresa que ha dado
muestras cumplidas de hasta dónde puede llegar. En este
momento todos somos conscientes y la Armada particularmente
está orgullosa de que Bazán se encuentre a la cabeza
de Europa como astillero naval militar.

El precio total de la fragata lo tengo aquí, con todos los
detalles que usted quiera. No solamente está incluida la
línea desnuda de los 280.000 millones, sino que, como el
secretario de Estado nos está pidiendo ahora y se está incluyendo
en el próximo plan de la Dirección General de Armamento,
irá todo el programa completo, incluidas aquellas
instalaciones en tierra que sean necesarias, etcétera.

En cuanto al helicóptero logístico y el multipropósito,
hace un par de años se llamaba de una forma diferente. Es
un cambio semántico en función de la evolución del concepto
de operaciones que estamos fabricando para ese helicóptero,
pero realmente va a ser un helicóptero que va a
transportar infantes de marina; simultáneamente hará evacuaciones,
estará en plataformas como las de LPD y demás.

Respecto al Link, no sé si se referirá a la línea de las
corbetas, que teníamos un último pago por hacer, pero me
parece que es ella. Por razones que desconozco, las referencias
suyas son las de proyectos de inversiones y las mías
son del 213 y por eso no encajan, pero yo creo que es esa
línea a la que se refería usted.

Por lo que se refiere al material de artillería, efectivamente,
los recursos utilizados para Meroka ya prácticamente
de la programación prevista se han agotado; no es que se
hayan agotado, sino que no había previstos más recursos y
ahora estamos en el proceso de evaluación operativa y definitiva
de las últimas modificaciones que se han hecho para
tomar una decisión en el futuro respecto a si seguimos por
esa línea o nos apuntamos a otra.

Con respecto a los vehículos de Infantería de Marina
me parece recordar de memoria que vamos a ir en las próximas
inversiones a unos 44 Hummer más y lo que pretendemos
es completar el número total, que creo son ciento
cuarenta y tantos, más o menos. No estamos haciendo averiguaciones
de otro tipo. El Hummer está dando un resultado
espléndido. En cuanto a los costes, hace ya muchos años
que trabajamos con la contabilidad analítica de la Armada,
como sabe, y está extraordinariamente depurada. En este
momento estamos en condiciones de facilitarle todos esos



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datos que nos ha pedido. La Armada en este momento tiene
un valor de alrededor de dos billones de pesetas. Ese módulo
debe intemporal, aguantando la azarosa coyuntura económica,
pero siempre con la idea clara de cuál es el módulo
armónico. Lo hemos valorado, sabemos lo que cuesta
mantenerlo y el coste de su renovación periódica.

Creo que he contestado a todas sus preguntas.

En cuanto al señor Fernández Mesa, debo darles las gracias
por sus observaciones y esperamos contar en el futuro
con el apoyo incondicional de esta Comisión.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias al segundo
jefe del Estado Mayor de la Armada. Con ello llegamos al
final de esta larga sesión de trabajo. Quiero agradecer a
todos su presencia y su atención.




Se levanta la sesión.




Eran las once de la noche.